Oct 011978
 

Felipe Parrón Fernández.

La heráldica en Aldeanueva de la Vera con algún comentario sobre lo que fuera el escudo de armas de la familia Haro. También digo algo sobre lo que esta palabra significo en sus tiempos.

Queridos amigos y compañeros en estos Coloquios Históricos de Extremadura a celebrar en Trujillo; En este trabajo pretendo dar a conocer si no en su totalidad, sí en su mayor parte, la heráldica de Aldeanueva de la Vera, aunque en el transcurso del presente, me desvíe un poco y quiera introducir un comentario bastante extendido sobre lo que fuera el escudo de armas de lo que fuera también la familia que llevara el apellido de «HARO», y también por estar inculcado a ser el nombre de una ciudad en la provincia de Logroño, a ser por último una palabra que significaba justicia, como ya diré más adelante.

La razón por la que haré dicho comentario no es nada más ni nada menos que en uno de los escudos de Aldeanueva de la Vera, concretamente en el que se halla en el dintel de la puerta signada con el número 25 de lo que actualmente se llama calle de «EL TORIL»; pues bien, en este escudo, si nos fijamos en el que hay dibujado en el tomo 27 de la Enciclopedia Universal Ilustrada «ESPASA CALPE», sobre la página 1860, aproximadamente, observaremos que es totalmente o si está mejor dicho, casi en su totalidad, se puede comparar al de la calle «EL TORIL», concretamente a uno de los tres capiteles, en que está dividido el mencionado escudo. La parte en que se puede comparar en el de la familia de «HARO» se representa a la torre abrazada por dos leones y en el capitel del escudo en Aldeanueva de la Vera se representa a la torre y los leones de una forma idéntica.

Antes de seguir adelante he de comentar que si verdaderamente me he dispuesto a preparar este trabajo es porque un amigo muy conocido por todos me lanzó a preparar este trabajo y otros que llevo realizados en distintos centros históricos, como por ejemplo mi primer trabajo con el título de «OTRO GODOY EN ALDEANUEVA DE LA VERA», presentado en el V Congreso de Estudios Extremeños, celebrado en un cuatro de Diciembre, en la ciudad pacense (Badajoz); «LA INDEPENDENCIA DE UN PUEBLO», «LA SERRANA DE LA VERA, LEYENDA MEDIEVAL CON VARIAS VERSIONES», «UN EXTREMEÑO Y SU PEQUEÑA HISTORIA», «DATOS ESTADÍSTICOS DE LA VERA CON UN POCO DE HISTORIA EN LOS PUEBLOS DE ALDEANUEVA, GARGANTA DE LA OLLA Y GUIJO DE SANTA BARBARA», todos ellos presentados en estos Coloquios de Trujillo; me refiero a nuestro fundador D. Francisco Fernández Serrano; quiero hacer por último y antes de profundizar más en el tema, que en la presente edición de los Coloquios no estoy seguro de poder asistir a los mismos, puesto que me encuentro a la distancia de unos 825 Kms. de Trujillo; desde donde me encuentro es donde estoy escribiendo el trabajo; y ahora nada más, voy a continuar adelante con «LA HERÁLDICA EN ALDEANUEVA DE LA VERA», esperando con ello haber podido aportar un dato más a la Historia de nuestra región Extremeña.

El catálogo de escudos que se conoce en Aldeanueva de la Vera es muy corto modestísimo, si se le compara con la riqueza y variedad de sus inscripciones, que son variadas y numerosas, dignas de formar ellas solas un catálogo. Los escudos son pocos en número y además casi todos repetidos: Dos del obispo D. Gutiérrez de Vargas y Carvajal, que rigió la diócesis de Plasencia en los años 1524 al 1559. Dos del obispo nacido en Aldeanueva Fray Pedro de Godoy, dominico y obispo de Osma y Sigüenza en la segunda mitad del siglo XVII, un escudo magnífico transportado en el año 1974, hace muy poco tiempo al atrio de la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol de Aldeanueva, desde las ruinas de lo que fuera el antiguo convento de Santa Catalina de Sena de la Vera, que corresponde al tercer Duque de Alba don Fernando Álvarez de Toledo y un sexto escudo, colocado sobre el dintel de la puerta numero 25 de la actual calle «EL TORIL», escudo este del que se trata de dialogar.

Es muy posible que escondidos o enterrados haya otros escudos, pero hoy por hoy sólo se conocen y exhiben los ya citados; todo ello se debe a las modernas edificaciones que de acuerdo con el paso del tiempo se van construyendo una vez demolidas las viejas, pero también cabe destacar a personas que en nuestra actualidad se interesan por estas piedras, como ocurre con el actual propietario del Hostal Noga, sito en la Plaza General Primo de Rivera, por supuesto de Aldeanueva de la Vera; el citado señor, tiene en una de las entradas al hostal concretamente en la de acceso a la sala de fiestas o discoteca, como quiera que se le llame, un escudo sustraído de una vieja edificación situada en sus tiempos en la actual calles «CABIZUELA», este escudo está representado con el «sombrero papal de tres coronas bajo el cual se encuentran grabadas también dos llaves, cruzadas la una con la otra.

Volviendo a los escudos del obispo D. Gutiérrez de Vargas y Carvajal diré que son dos, e iguales y se hallan colocados sobre las dos columnas que sostienen la bovedilla del coro alto de la Iglesia Parroquial, y miran hacia el Altar Mayor del templo, ocupan el puesto normal del capitel clásico, y tienen dos campos partidos verticalmente. A la izquierda del espectador quedan las cinco ondas que corresponden a la familia de los Vargas y a la derecha la banda de los Carvajales cruzada de arriba a abajo y de izquierda a derecha.

Un escudo conocidísimo en la heráldica diocesana de Plasencia, porque D. Gutiérrez de Vargas llenó la diócesis de templos grandiosos en los que campean sus armas; por ejemplo, de las que en la actualidad se conozcan son Malpartida de Plasencia, Navalmoral de la Mata (San Andrés); Plasencia (La Catedral); Jaraicejo, Trujillo (Santa María y San Martín); Garciaz, Don Benito (Santiago); etc. etc. Sobre el campo partido del escudo se contempla el escudo episcopal o capelo episcopal también, del que penden, por cada lado, grupos de cuatro borlas y cordones.

Los escudos de Fray Pedro de Godoy son del siglo XVII, bien avanzado. Uno al óleo que se halla en la sacristía de la Iglesia Parroquial, el que se hallaba como es de esperar, debido al paso de los años, lleno de polvo, pues bien, este, a la vez de hacer constar que no se trata únicamente del escudo, sino de un retrato, como acabo de decir, al óleo también, y en cuanto al escudo se halla en uno de los ángulos del mencionado retrato. El centro del escudo lo ocupa el clásico ajedrezado que forma también el escudo del Cardenal Cisneros del «SEU», y en el de la familia Álvarez de Toledo. Sobre el campo ajedrezado se ha puesto otro escudito con la cruz flordelisada, propio de la 0rden de Santo Domingo, a la que perteneció Fray Pedro de Godoy, y sobre todo el conjunto el capelo-sombrero-episcopal, del que penden con sus cordones seis borlas por cada lado.

Sustancialmente este escudo se repite en la casa, en la portada de la misma; de Fray Pedro, donde nació este gran teólogo, pero con variantes o añadiduras, en lo más alto se halla la cruz flordelisada de los dominicos, formando ella sola un escudo independiente, con sus adornos particulares en las borduras. Separado y claramente distinto, un escudo episcopal, remontado en la parte superior, por el tradicional capelo, del que por sus cordones a cada lado penden grupos de hasta diez borlas.

Debajo del capelo prelaticio hay un morrión vuelto hacia la izquierda-derecha del espectador y bajo el morrión, en semicírculo, el clásico ajedrezado anteriormente descrito. Se piensa que el morrión corresponde a la condición de señor de la ciudad de Sigüenza, condición esta que ostentaba Fray Pedro de Godoy como los restantes prelados seguntinos antiguamente.

El quinto escudo está en la casa signada con el número 25 de la actual calle «EL TORIL», escudo en piedra como los del obispo don Gutiérrez y como el de la casa de Fray Pedro de Godoy, un escudo partido horizontalmente en dos campos (en estos dos campos tres capiteles). En la parte inferior un castillo sostenido o abrazado por dos leones. En la parte superior a su vez partida en dos verticalmente, hay a la derecha varias flores de lis, y a la izquierda cinco cruces, una grande y cuatro pequeñas en los huecos de los brazos de la mayor, a los lados del escudo, que debe ser nobiliario, no se precisa ni indica quien o quienes pudieron ser los aludidos propietarios, razón por la que haré el comentario a continuación.

Según la «ESPASA CALPE», como ya he dicho anteriormente, se muestra el escudo de armas de «HARO» con el castillo y los leones, y me he preguntado infinidad de veces, hasta que por fin me he dispuesto a escribir esto. ¿No tendrían algo que ver con esto los propietarios de la casa en los días que montaron tan preciada pieza en la heráldica de Aldeanueva de la Vera?. En este caso apoyo con segura firmeza la opinión de nuestro buen amigo D. Francisco Fernández Serrano «Debe ser nobiliario, aunque no se precisa quien o quienes pudieron ser los aludidos propietarios», pero yo, personalmente añado algo más a esta opinión «También pudieron ser simpatizantes de alguno de los componentes de la familia «HARO», pudo ocurrir, por lo que no hay que descartar la idea.

Y, ahora bien, conozcamos a «HARO» como genealogía y heráldica, dos palabras que nos dicen ser de linaje antiguo español que dio varonía a los señores de Vizcaya, y fueron cabeza de bando, competidores de los Laras, sobre todo en los reinados de Alfonso el Sabio de Castilla y su hijo Sancho el Bravo, a quien ayudaron en la rebelión contra su padres abandonándoles después. López Díaz de Haro cuya hija casó con el Infante D. Juan fue Conde y administrador de las Rentas Reales, y su hermano Diego, adelantado en Andalucía, siendo protagonistas de la escena de Alfaro, tan admirablemente descrita por Doña Mercedes Gaibrois de Ballesteros en su obra sobre el marido de Doña María de Molina la Grande, (V) Diego López de Haro fundador de Bilbao en el año 1300 estuvo casado con Doña Violante, hija de Alfonso X, Juan II de Castilla hizo Conde de Haro en el 1430 a su camarero Pedro Fernández de Velasco título ilustrado por el autor del seguro de Tordesillas llamado el buen Conde de Haro, el que luego fue Duque de Frías, insigne poeta, político y diplomático del siglo XIX que a pesar del afrancesamiento de su padre luchó por la causa Nacional. El escudo de armas de los Haro que dieron a su señorío de Vizcaya, es el conocido (según cuenta la popular enciclopedia) de los lobos de sable cebados en campo de oro o plata al que añadieron después de la batalla de las Navas en 1212 en la que se inmortalizó Diego López, cuatro pedazos de cadena de azur por bordadura y otra con las aspas de San Andrés en memoria de la batalla de Úbeda. También han usado los Haro como blasón tres hojas de azur en oro. Diego López de Haro y Santomayor. Pellicer Melchor de Cabreras. Núñez de Guzmán (árbol genealógico de D. Gaspar de Haro 7º marqués del Carpio) Pedro de Cárdenas y Angulo (Tratado de la casa de Haro) y otros muchos.

Haro es también el nombre que lleva un cabo de la costa de México, correspondiente al Este de Sonora distante de Guaymas, sí, al Sur del puerto de Guaymas a los 27º 50′ de latitud Norte, está provisto de un faro. Haro también es el nombre que lleva o llevó el estrecho que separa la isla de Vancouver del archipiélago de San Juan en el estrecho de Juan de Fuca (Costa Oeste del Canadá), sirve de frontera entre el Canadá y Estados Unidos.

Hablando de Haro como geografía municipal de la provincia de Logroño nos dice que consta, (refiriéndose al año en que fue publicado en Espasa Calpe) de 1.152 entidades y albergues y 7.684 h. según el censo de 1.910 se compone de las siguientes entidades;

ENTIDADES Kms.2 E. H.

Almendora………………… 0’4 15 15
Cantarranas………………. 0’2 19 32
Crucero (El)……………….. 0’1 13 22
La estación………………… 0’7 14 104
Ciudad de Haro…………… 946 7.247
El Ojo……………………….. 0’1 10 14
San Felices………………… 5’5 15 61
La Vega……………………. 0’1 18 35

Grupos Inferiores y diseminados 72 154

El censo de 1.920 le signa 8.188 de hecho y 8.271 de derecho. Es cabecera del partido judicial de su nombre y corresponde a la diócesis de Calahorra.

La ciudad de Haro esta situada a 468’85 metros sobre el nivel del mar, en un altozano formado por las depresiones de las cuencas del Tirón y del Ebro, al N.O. de la provincia y bañada por ambos ríos que se unen en las proximidades de la ciudad. Es estación del ferrocarril Bilbao Zaragoza y parte de ella la vía estrecha de Haro a Escaray así como una red de carreteras que facilitan la comunicación en todos los pueblos, por automóvil, habiendo servicio de estos coches en casi todas las direcciones. Su cultivo principal es la vid, produciendo también legumbres, cereales, y bastante cantidad de remolacha. Aguas minerales cloruradosodicosulfurosas que se elevan de un pozo en cantidad de 40 litros por minuto a la temperatura de 13º y están indicadas para el tratamiento de herpetísmo, reumatismo articular, dermatosis y catarros bronquiales. Tiene algunos buenos edificios públicos y calles espaciosas, sobresaliendo de la Vega, alcantarillado y un hermoso parque llamado también de la Vega; sucursales del Banco de España (con hermoso edificio), el Banco de Zaragoza y Banco de Vizcaya.

Las industrias consisten en la fabrica de alcoholes, curtidos conservas, harinas, electricidad, embutidos y alpargatas. Hay un buen hospital. Un asilo de beneficencia y correccional, un bonito teatro, tan reducido como elegante, plaza de toros, campo muy extenso de fútbol, amplio frontón y cinematógrafo y una admirable banda municipal. Entre sus edificio religiosos sobresale la basílica de la Vega, de origen muy antiguo y que es patrona de Haro, La imagen es visigótica y la iglesia es de un estilo admirable, muy espaciosa y rodeada de jardines. Su Iglesia Parroquial, llamada de Santo Tomás con una torre alta muy elegante y esbelta, fue construida en el año 1564 es de estilo gótico florido y fue encargado de su construcción el celebre Pedro de Resines o Rasines. La nave central que la forma es muy amplia y de admirable efecto, sus columnas muy esbeltas, atravesándose en sus bóvedas, sus nervios finos y atrevidos como una espesa red, obra de Origoitias, su portada de estilo plateresco, fue construida en el año 1516 con piedra de fontecha. Tras el Altar Mayor existe un hermoso templete que se construyó en el año 1757 y esta cuajado de pequeñas figuras representando personajes bíblicos las características más notables de Haro son tal vez sus bodegas, cuyos vinos gozan de fama universal por lo admirable y exquisito de su elaboración. Las más importantes son las de la Viuda e hijos de Ángel Santiago; Compañía vinícola del Norte de España; R. López Heredia y compañía; Bodegas Bilbaínas; etc. etc. Las cuevas en que los caldos se conservan son verdaderas obras de arte, ocupando gran extensión. Exportan millones de litros al año, sin concretar número, siendo este de las diversas clases que se elaboran. El patrono de la ciudad de Haro es San Felices.

En cuanto a su historia se cree que es de fundación romana, cual lo indican las monedas, sepulcros, etc. etc. allí encontrados. Su existencia consta ya en el siglo X, y en el año 1185 pertenecía al señorío de Vizcaya. Dos años después Alfonso VIII, rey que fundara la ciudad de Plasencia, en la provincia de Cáceres; le concedió fuero. Juan II dio el señorío de Haro a Pedro Fernández de Haro, que como ya he dicho anteriormente fue el camarero de este (de Juan II). Estuvo fortificada en la guerra de la Independencia y en las guerras civiles.

Haro es también de uso muy frecuente en Normandía y que aún subsiste en las islas de Jersey, Guernesey y sus dependencias. En el antiguo derecho Normando el clamor de Haro se hallaba circunscrito exclusivamente a asuntos criminales, suponiendo un delito flagrante y grave. Toda persona amenazada por un crimen o que era testigo de él podía lanzar el grito de ¡Haro! equivalente a justicia, hallándose obligados cuantos lo hubieren oído, a acudir inmediatamente a prestar auxilio a la víctima y detener al delincuente, deteniéndolo y entregándolo acto seguido a la justicia.

El origen de esta institución se remonta sin fundamento al derecho romano, más su verdadero creador fue el duque Normando Rollón, y aun éste la tomó modificándola del derecho germánico, y no del escandinavo como han sostenido algunos escritores. En realidad, el clamor de Haro no es otra cosa que el antiguo procedimiento de la ligatio admitido en caso de flagrante delito, por numerosas leyes bávaras, como la ley sálica, la ley de Gondband, las leyes bávaras, la Turingia y la Frisona.

En cuanto al escudo de D. Fernando Álvarez de Toledo, volviendo a él solo me queda por decir del mismo, que el rescate de tan preciada pieza fue realizado por las siguientes personas; el párroco de San Pedro Apóstol de Aldeanueva de la Vera, D. Valentín de la Fuente Fuerte, el que actuó como asesor religioso, Felipe Parrón Fernández, (servidor) como director del grupo, en lo concerniente al montaje de andamiadas, y por último, como partícipes Faustino Martín Hernández, Ángel del Rey Vergara, José del Rey Gómez, Celestino Amor Fernández, Eduardo Martín Torés.

Características de este escudo son las que a continuación paso a anotar: Redondo, 1’80 metros de diámetro, está compuesto de cinco piezas o cinco campos, con un peso aproximado de 700 Kgs. la central, 650 Kgs. la compuesta por la corona ducal, y las restantes de 400, 400 y 300 Kgs. respectivamente, puesto que hay dos con el mismo peso y longitudes; esto quiere decir que el escudo entero dio un peso total de 2.450 kgs.

Quiero destacar la colaboración del Ayuntamiento de Aldeanueva de la Vera, el cual corrió a cargo de los gastos de transportes de la citada pieza, que actualmente se encuentra como ya he dicho al principio en el atrio de la Iglesia Parroquial de la localidad, y la de nuestro cura párroco D. Valentín de la Fuente Fuerte, que corrió a cargo de los gastos ocasionados por la puesta en el muro de la Iglesia.

Pero hay algo curioso que se puede comparar con el clásico ajedrezado de este escudo, ello es un escudito minúsculo que se encuentra en la parte más alta del altar dedicado a Nuestra Señora de Fátima, observaremos, si nos damos cuenta de que el ajedrezado de uno y otro es el mismo, a diferencia de que el exterior; refiriéndome al de piedra, se encuentra rodeado por el famoso toisón de oro, y la corona saliendo hacia el exterior unos 15 cm. en la parte hueca, lo que quiere decir que el total de la mencionada corona es de 30 cm. y no de 15 como se ha dicho.

Pasemos ahora a conocer las inscripciones que en las portadas de la parte antigua del casco de Aldeanueva se hallan grabadas, empezando por conocer la que se halla en el número tres de la conocida Plaza de Toros; es una frase que está o tiene una grabación de dos centímetros de profundidad en la piedra, encontrándose en el centro de ella el popular y sencillo escudó en toda puerta antigua de la localidad, tratándose el mismo de la cruz sostenida por la calavera humana; pues bien, a la derecha, izquierda del espectador, podemos leer: «Si Dios está con nosotros;» y a la izquierda, que resulta ser la derecha del espectador, podemos leer y entre signos de interrogación «¿Quien estará contra nosotros?». La parte central de esta piedra, la compone la típica calavera, y digo típica porque se encuentra grabada, como también acabo de decir, en todos o casi todos los frisos del casco antiguo de la localidad verata. Se dice o se comenta acerca del significado de este grabado que nuestros antepasados, al tener más fe en la religión, porque todo hay que decirlo, representaban la calavera sosteniendo la cruz por la razón, que yo personalmente no descarto, de creer que en el monte Calvario o Gólgota, monte donde murió Cristo, murió también, siendo enterrado en el mismo nuestro representado en la historia primer padre Adán; que quede bien claro que esto último se comenta como leyenda medieval; la calavera por formar parte de su esqueleto, y la cruz creo que no hace falta decir nada, puesto que ya puede ser conocido.

La segunda inscripción la encontramos en el friso de la puerta de lo que fuera la casa natal del obispo Fray Pedro de Godoy, en ella se lee textualmente, «Ilmo. y reverendísimo Dr. P. Dominico y obispo Fray Pedro de Godoy, nació en esta casa año de 1608 y murió año de 1677, a los 69 años de edad, obispo de Osma y de Sigüenza».

De las inscripciones restantes en Aldeanueva de la Vera solo me queda por decir que son variadas, pero todas con la frase «ALABADO SEA EL SANTISIMO SACRAMENTO DEL ALTAR».

Y nada más amigos; al principio dije que esperaba mediante mi humilde pluma haber aportado un dato que resultare de interés para la historia en los pueblos de Extremadura alta, en este caso y una vez más, como acabo de decir, mi humilde pluma se ha deslizado hacia la localidad de Aldeanueva de la Vera, localidad que lo es desde el día 8 de Septiembre del año 1802.

Gracias una vez más y hasta el próximo Coloquio Histórico de Extremadura el que deseo con toda franqueza no deje de celebrarse en la ciudad de Trujillo

Felipe Parrón Fernández
G. Civil. Puesto de ARDISA ZARAGOZA

Oct 011978
 

Tomas E. Martínez Díaz.

Administrador del Parador Nacional «Vía de la Plata» MERIDA (Badajoz).

TURISMO, misterioso anglicismo que a su conjuro se mueven economías y formas de vida. Que quita y pone tradiciones seculares. Muchos técnicos y teóricos del turismo han tratado de «descifrarlo», llegando a denominarlo como: «exportación invisible», «fabrica sin chimeneas», «nuevo oro negro». Para mí es «lo social, lo económico y lo humano de, y, para un pueblo». Tambroni, Ministro italiano lo denominó «terza forza» o «terza economía», pudiendo anteponerse a las otras dos, según el desarrollo y las posibilidades de la Nación. Supone una conquista Social importantísima, y de hecho es la «quinta libertad», puesto que en la Declaración de los Derechos Humanos, aparece en quinto lugar «el derecho al cambio de residencia y de trabajo, desplazamiento y viajes». Asegurando la independencia del hombre sobre la tierra, porque no existe libertad sin movimiento…

Turismo es también, posada y camino. Viajar es anhelo propio del ser humano. Los franceses dicen que «viajar es morir un poco». No, lo creo, ya que viajar es ampliar los conocimientos. El dicho francés podría venir del pensamiento que supone «el que algo que ya se conoce no se puede volver a descubrir». Nostalgia. Miedo y misterio a lo desconocido. Los miedos propios del ser humano.

Conocer las costas y el interior de un Estado. Viajar por deporte o por negocios. O también por el simple placer de hacerlo, que es, para mí, la manera más pura de hacer turismo. Evadirse de algo o de alguien. Evasión que atraiga a EXTREMADURA a miles de turistas para conocer su Historia, sus Monumentos y, por que no, sus Embalses como costas maravillosas de unos fantásticos mares interiores.

Existe la polémica de si: «turismo o industria». Creo sinceramente que este nuevo «oro negro», necesita del verdadero para desarrollarse. Necesita de la abundancia que da la industria para su supervivencia, siendo como un complemento a la misma, y usándose como empleo del sobrante que una sociedad industrial da, y es sobre todo ansia de evasión. Deseo de evadirse de algo, que bien podría ser la servidumbre que esa industria da con su contaminación y populación. También se habla mucho por los detractores del turismo de que éste destruye la naturaleza, me atrevería a decir que ello es el ansia siempre insatisfecha de la especulación o la voracidad insaciable de algunas empresas que en vez de tratar de mejorar la naturaleza, ya de por sí inmejorable, la han destrozado llegando ello a afectar hasta a su ecología, y el mimetismo de los letreros en inglés, francés o cualquier idioma que no sea el propio, ha sido como un signo de aculturación, pero ello no es propio solamente del fenómeno turístico, sino que viene unido al crecimiento y modas o modos normales (anormales podríamos decir) de los pueblos. Pero las aguas vuelven a sus cauces y entonces hemos de limpiar los cienos y quitar las piedras de los ríos de la vida; pero además el interior no tiene esos problemas. EXTREMADURA esta virgen en ese aspecto como en muchos. Por ello tomemos la experiencia y empecemos a andar. Creo sinceramente que los errores en turismo son rectificables como en todas las cosas, y sobre todo para EXTREMADURA donde no han llegado muchos de ellos por la simple razón de que se encuentra, como decía anteriormente, totalmente virgen. Yo dirí que esta virgen en espera de varón capaz de fecundarla.

Y aquí podríamos decir que la recién nombrada Junta Preautonómica, con su sincero Presidente Luis Ramallo, no un «apagacandiles» como hace poco alguien dijo si no encendedor de antorchas y capaz de sacrificarse por sus paisanos, todos, de verdad, de corazón, tiene para mi una grave responsabilidad que es a mi modesto juicio conseguir UNA EXTREMADURA, hacer conciencia REGIONAL más que, si es aquí o allá la capitalidad. Darle a cada rincón, a cada pueblo, villa y lugar, después de «pateárselos», su justo protagonismo: MÉRIDA – ORELLANA – CÁCERES – TRUJILLO – MEDELLIN – JEREZ DE LOS CABALLEROS – MONTÁNCHEZ – HERVAS – ZAFRA – YUSTE – JARANDILLA – CUACOS – GUADALUPE – MAGACELA – FERIA – CALERA DE LEÓN… y tantos y tantos que ya irá tomando cada uno lo suyo, y dando también lo suyo. La Junta para mí creo que «puede ser la que «fecunde», esta bella y noble tierra anclada en un mar sin agua, esta tierra acostumbrada o que la acostumbraron a dividirse y dividir y es llegada la hora de unirse y unir.

Existe un potencial en América ansioso de conocer «la tierra de sus mayores», acerquémonos a ellos. Dejemos que «unos conquisten». Superemos la nula rentabilidad de la industria hotelera con esa nueva política del crédito y, yo me atrevería a pedir desde aquí al futuro titular SS. Diputado Santiago Ramos Iglesias de la Consejería de Comercio y Turismo Extremeño la creación ya de FOTUREX (Fomento Turístico Extremeño) que inicie un Inventario Turístico y una planificación o «siembra» a Medio y Largo Plazo (Desconcentración geográfica de playas y motivaciones. Restauración de Monumentos y puntos de aglomeración turística, con la instalación de Hostales estratégicamente situados). Es verdad que estamos padeciendo la plaga de las huelgas, pero todavía no en la intensidad del norte de España y ello así es también en tanto en cuanto a la inseguridad en las calles.

De otra parte el encarecimiento de las materias primas para Europa han dado más divisas a otros países que de receptores turísticos han pasado a emisores con sus «petrodólares». Dinero que no solamente se gasta alegremente en las «noches locas» de los casinos, sino que se invierte en los negocios franceses, ingleses o alemanes, por lo que no está pronosticada la muerte de esta Sociedad de Consumo o Impaciente como yo la denomino, si no solamente se efectuará un cambio de signo en la misma, y por lo que a EXTREMADURA importa es interesantísimo seguir dándose a conocer a través de sus turistas para potenciar lo que de verdad la hará rica: su agricultura y ganadería con el apoyo de la Industria derivada a estos puntales.

La crisis económica que seguimos padeciendo hizo retroceder de forma cuantitativa y pasajera, según se ha podido apreciar después, el flujo turístico encaminado hacia España. De los 4 millones de turistas en 1959, se pasó a 17 en 1966, y el «gran salto» en 1.973 nos puso en 34 millones. ¿El techo?. Parecía el techo porque en 1.974, 75 y 76 la disminución fue considerable pero ya 1977 se ha empezado a notar la recuperación. Recuperación que hizo cifrar a los expertos en 36 millones para 1.978, las personas que nos visitarían; cifra que se va a sobrepasar, dado que durante el periodo Enero-Junio nuestros turistas han sido 13.594.294, es decir un 18,2% de aumento sobre los mismos meses de 1.977 y por otra parte el tráfico aéreo exterior, indicador interesante para apreciar parcialmente el movimiento de turistas ha ascendido en los cinco primeros meses de 1.978 a 7.668.000 personas, lo que representa un ascenso del 13,2% con respecto a 1.977. Por ello la previsión para 1.978, bien podría cifrarse en los cuarenta millones que no se si ello será «el famoso techo» y todo ello con el permiso de los controladores franceses, que tanto nos quieren aunque hay cariños que matan. He querido citar cifras, y datos para hacerles ver a todos ustedes que son cuarenta millones de almas las que visitarán España, y EXTREMADURA, con toda su historia, su paisaje y su clima casi no se «come una rosca» en esto del turismo. O sea que ni se toma un pequeño trozo de la tarta turística, solo moja tímidamente el dedo meñique en el merengue y se lo lleva a unos labios exangües. Considero puede tomar su trozo y, por supuesto, sin quitárselo a nadie, solamente haciendo más grande la tarta.

¿Que falta para que ese turismo que es principalmente «Posada y Camino» venga a la EXTREMADURA de todos?. ¿Que nos falta para que aquí vengan más extranjeros de esos cuarenta millones que pronto pasaran la noche cada año en: TOLEDO – GRANADA – SEVILLA – SALAMANCA – CUENCA, etc. etc., o bien españoles de la Basconia, La Cataluña o La Galicia…?

Creo sinceramente que lo que nos falta es poner manos a la obra. Nos falta promoción. Nos falta acción. Pero una promoción y acción coordinada, organizada, conjunta con Bancos – Agencias – Administración y Particulares (que bien podría ser la Sociedad FOTUREX, que indico anteriormente, la encargada de esta coordinación). Todos a una. Codo con codo. Recuerdo que durante mi estancia en Oropesa (Toledo), asistí en Cáceres en 1.969 a un Seminario sobre Turismo y lo hice con la ilusión de algo real, al ver día a día una iniciativa anunciando una plana completa de un diario madrileño incitando a visitar EXTREMADURA. Aquello se perdió, se dejó. Creo podría iniciarse de nuevo.

Y nada más. Pedirles perdón por la extensión de mi disertación. Esperar sus preguntas si las hay y recordarles que en las guías turísticas aparece TRUJILLO como «nudo de comunicaciones importante para EXTREMADURA». Que así sea. Que sea por siempre nudo de amistad de EXTREMADURA toda deseo a este TURGALIUM que hoy saludo y siempre admiro desde el fondo de mi corazón.

Oct 011978
 

José Martín Vizcaíno.

En días turbulentos para España, cuando la benemérita Compañía de Jesús se ve obligada a tomar el camino del destierro y otros Institutos religiosos fueron expulsados de sus casas, vino a la vida el que había de fundar, en la bella ciudad episcopal de Plasencia, la Congregación de Hermanas Josefinas de la Stma. Trinidad.

Nace el 18 de Febrero de 1837, en Miedes de Atienza (Guadalajara) diócesis de Sigüenza, administrándole el Sacramento del Bautismo, el mismo día, el preceptor de la latinidad, D. Francisco Alonso, en la iglesia parroquial de la Natividad de Nuestra Señora.

A los 10 años, ingresa en el Seminario Conciliar de San Bartolomé de Sigüenza y destaca de tal manera, en aplicación y piedad, que el Sr. Obispo le dispensa del pago de los derechos de matrícula, desde el tercer año de Filosofía hasta que termina la carrera, doctorándose en Sagrada Teología con la calificación de Sobresaliente en la Universidad Central de Madrid, revalidándole el título de Doctor un Breve del Papa Pío IX.

El 21 de Mayo de 1864, recibe las Ordenes Menores y el Subdiaconado en el Palacio Episcopal de la Viña, de manos del Sr. Obispo de Plasencia, D. Gregorio Mª López Zaragoza, y el 24 de Septiembre, tres meses más tarde, el Diaconado, en su Capilla Episcopal.

El Sr. Obispo Auxiliar de Toledo, D. Francisco de Sales Crespo, lo Ordena Sacerdote, el 1 de Abril de 1865, en las Monjas del Santísimo Sacramento de la capital de España, celebrando su primera Misa, probablemente, según opinión del Sr. Santamera, sobrino y primer biógrafo, en el templo madrileño de la Virgen del Buen Consejo, de quien era muy devoto.

Una vez en la diócesis placentina, inicia su labor sacerdotal como Misionero Rural, recorriendo en este ejercicio gran parte de los pueblos diocesanos, y después, previo Economato en la iglesia de San Pedro, es nombrado Párroco de San Nicolás de Plasencia, en el concurso general de curatos vacantes de 1866.

El estado de la feligresía que había de gobernar durante 15 años, nos lo cuenta D. Isidoro José Morales, Párroco a la sazón ,en carta de 7 de Enero de 1943 «las costumbres eran cristianas de tradición, no maleadas todavía por el liberalismo y la mala prensa que apareció y se propagó más tarde y que tantos males ha causado a la sociedad presente».

Si la parroquia era buena, su preparación era excelente. Contaba con una cultura acabada fruto de sus estudios anteriores, y con una magnífica formación pastoral, siempre confirmada con el buen ejemplo y del que dejó escrito: «el buen ejemplo vale más que cien sermones».

Era además tan activa y laboriosa su actuación parroquial -confesiones, predicaciones, visitas a enfermos, etc.- que alguien llegó a decir de el esta encomiástica frase: «don Eladio no puede pecar…porque no tiene tiempo para ello». Desde luego todos los feligreses le consideraban santo por su oración continua y algunos fenómenos místicos, como el arrobamiento y el don de lágrimas.

El año 1881, cuando gobernaba la diócesis un prelado insigne, Don Pedro Casas y Souto, fue nombrado por unanimidad de los votos del Cabildo y después de brillantísimas oposiciones, Canónigo Penitenciario de la Santa Iglesia Catedral.

Refiere Sor Margarita Josefa de los Dolores, cofundadora de las Josefinas, que el Sr. Obispo Dr. Casas y Souto, siempre que había vacante algún cargo sin retribución ya sabía a quien confiarlo, al que tenía la seguridad que había de aceptarlo gustosamente y desempeñarlo a la perfección: a don Eladio Mozas Santamera.

En la Crónica del Instituto por él fundado se lee este párrafo: «don Eladio era el Sacerdote a quien se encomendaba los cargos más difíciles, predicó durante 20 años en las Dominicas todos los 19 de cada mes, en las novenas y septenarios, era confesor de casi todas las religiosas de Plasencia, tenía cátedra en el Seminario Diocesano, formaba tribunal de los exámenes de ordenandos y colegiales. En la iglesia de Santo Domingo fundó la Cofradía de la Stma. Trinidad y levantó en su honor un retablo. También instituyó, en el Noviciado de las Josefinas, las Camareras del Sacramento para proveer de ornamentos sagrados a las iglesias pobres. CUATROCIENTAS SESENTA Y SEIS CARTAS SE CONSERVAN DE DIRECCIÓN ESPIRITUAL».

En la recoleta capilla del Cristo de la Columna de la iglesia parroquial de San Nicolás, en medio de un intenso apostolado, conoció la difícil empresa de instituir una nueva Congregación religiosa y el Papa Pío IX, en audiencia particular concedida el año 1876, aprobó en todas sus partes el proyecto y le animó a llevarlo a la práctica, fundando la Congregación de Hermanas Josefinas de la Stma. Trinidad, que tantos sacrificios y desvelos le costó, el 18 de Febrero de 1886.

La primera casa de la Congregación se abrió en la C/ Zapatería, hoy Marqués de Mirabel, 35.

El 18 de Marzo de 1897, víspera de la fiesta de San José, moría en la capital de la diócesis en olor de santidad. Sus restos mortales reposan en la actualidad, junto con los de la Coofundadora, en la capilla de la Casa Madre de la C/ Buen Suceso, 2.

Esta es, en síntesis, la vida y obra de D. Eladio Mozas Santamera, que pasó por Plasencia y su Diócesis como un águila de vuelo imperial, reflejando en su retina las claridades del cielo y llevando hacia la eternidad la presa de muchísimas almas.

Pero, al pasar, no murió del todo, como no mueren del todo las águilas que han dejado en medio de las rocas el nido: el nido de la posteridad.

Un Instituto joven y dinámico conservará su recuerdo y prolongará su raza.

Las Religiosas Josefinas de la Stma. Trinidad, esparcidas con sus Casas de Nazaret por España, Portugal, Francia, Bélgica, Alemania, Italia, América… llevando su nombre por consigna, luchan en las avanzadas de Cristo -Colegios, Hospitales, Asilos, Seminarios-, para bien de la Iglesia y peculiar honor de Plasencia y de España.

Oct 011978
 

Eduardo Martín de Hijas y Luengo.

Muchos son los enigmas que se plantean al estudiar la historia de esta antigua villa. Desde sus orígenes; a su desaparición, su importancia, su población o sus relaciones con el Monasterio de Yuste. Hablaremos hoy de su nombre, que hasta este es misterioso.

Todas las actas de los libros parroquiales que se remontan a 1590 el de Difuntos, 1592 el de Casados y 1594 el de Bautizados, comienza de esta manera: «En la Iglesia parroquial, de esta villa de la Puebla de Santiago del Campo de Arañuelo. Este mismo nombre aparece en otros libros y documentos de la época. Pero de pronto en el acta de la Santa Visita del año 1624 encuentra el lector este encabezamiento: «En la villa de La Puebla de los Enaciados». Y en la página siguiente, en el Libro de Casados, leemos por primera vez: «Casados en esta Yglesia de Santiago de la villa de La Puebla, de Naciados». A partir de aquí se usan indistintamente estos dos nombres, de Enaciados y Naciados, unas veces con artículo, otras sin él; unas veces escritos con «ceda», otras con «c» según el modo de escribir del «Thenientes» de cura y Beneficiados de turno. Y como éste cambia con mucha frecuencia son numerosas las combinaciones que en el transcurso de los años van apareciendo en los libros.

¿Qué significa la palabra Naciado? ¿Quienes eran los Enaciados?

Consultados varios diccionarios no aparece en ninguno la palabra Naciado, por lo que hemos de entender se trata de una semejanza con Enaciado o lo que pudiera se más probable de una malformación local.

Hay que tener en cuenta que las malformaciones gramaticales son relativamente frecuentes en nuestra comarca, empleándose la palabra así formada con tanta generalidad que llega adquirir carta de naturaleza y cualquier persona que quiera entenderse con sus convecinos no tiene más remedio que usarlas, aun a sabiendas de que técnicamente no esté bien pronunciada; así vierno por bieldo, garmaza por magarza, miesa por mies o mieses, etc. Y esto no solo es un arrastre de tiempos pasados pues en nuestros días también se siguen efectuando malformaciones; basta citar la palabra alpaca en lugar de la correcta de paca, tan usada hoy con el empleo de máquinas empacadoras de heno y de paja. Y es curioso que incluso la palabra Naciado ha sufrido en el lenguaje del pueblo una nueva malformación pronunciando Naciagos; al referirse al arroyo y lugar de este nombre.

Enaciado, según el E.S.P.A.S.A., era el súbdito de los Reyes cristianos españoles unido estrechamente a los sarracenos por vínculos de amistad o interés. El Diccionario de La Real Academia dice: «Durante la dominación árabe en España cristiano unido por parentesco o amistad con los sarracenos. «El Diccionario de Marty Caballero, de 1870, es escueto, tajante: Enaciado, adj. antiguamente tornadizo. Buscada esta palabra leemos: tornadizo= antiguamente, convertido a la religión católica. Giménez de Gregorio, no sé con que fundamento, hace sinónima la palabra enaciado a la de espía. En este contexto, pues, de cristianos unidos íntimamente a los sarracenos por parentesco, amistad o interés; o del tornadizo convertido a la Religión Católica hay que situar la palabra Enaciado o Naciado, cuyo nombre lleva todavía en este tramo de La Puebla el arroyo vecino. Sin embargo no cabe pensar que este arroyo diera nombre a la villa, sino que ambos nombres, el del arroyo y el de La Puebla tengan un mismo origen, ya que en su nacimiento y en todo el tramo de su recorrido por los alrededores de Caleruela se le llama arroyo del Molinillo, no tomando el nombre de Naciado, sino cuando se acerca a La Puebla.

No cabe duda, pues, que el nombre de esta villa que estudiamos es un tanto misterioso y enigmático. ¿Por qué a partir de esa fecha del 1634 desaparece la denominación de Puebla de Santiago del Campo de Arañuelo y es sustituida por la de Puebla de los Naciados, cuando ya hacía siglos que los musulmanes habían desaparecido de la comarca? ¿Se llamó La Puebla de Santiago por pertenecer a la Orden de este nombre, o por deber a esa Orden su fundación o por otras especiales relaciones con ella? ¿Dejó de llamarse así cuando terminaron estas relaciones y volvió a recobrar el nombre que tuviera antes de ellas? ¿Brotaría este nombre antiguo, como un nuevo Guadiana, del arroyo de Naciado que conservó el nombre? Ninguna de estas preguntas se pueden contestar taxativamente ya que entonces el enigma dejaría de serlo; pero si podemos buscar en la Historia una explicación que cuando menos centre y sitúe el problema y nos ayude a esclarecerlo.

En el Libro de la Capellanía que fundara en 1574 D. Bartolomé de la Llave, leemos al final del testamento en el que la constituye estas palabras: «Eyo Juan Garzía escribano ppº de La Puebla de Santiago del Campo de Arañuelo y su tierra por merced del Ilmo. Sr. Conde de Miranda, mi señor fice escribir esta escritura, etc.» En esta frase tenemos el nombre completo de la villa y su ubicación en el Condado de Miranda. Comentemos brevemente cada una de las palabras que le componen y dejemos el Condado de Miranda para otra ocasión, pues constituye en tema interesante para una futura comunicación.

La palabra Puebla con que comienza tan largo nombre nos da el punto de partida segura para empezar su estudio. Puebla, derivado del verbo poblar, era el nombre que se daba en el Edad Media a las poblaciones creadas en territorio conquistado a los musulmanes. De ahí que sean numerosas las poblaciones que llevan este nombre, y que por este abultado número se precise de una segunda parte que sirva para diferenciarla de las demás. Generalmente esta segunda parte indica procedencia, por eso va precedida de la preposición «de». Puebla, pues, viene a ser casi un nombre común: común al menos para todos aquellos pueblos que tuvieron el mismo origen. La segunda parte es la individualizadora y distintiva. En la actualidad hay cincuenta y un municipios que llevan este nombre genérico, repartido en veinte y siete provincias, lo que define su difusión por más de media España. Si por regiones son Castilla la Nueva y Valencia las que mayor número de localidades con este nombre poseen, por provincias es Badajoz la que ocupa el primer lugar con siete Pueblas dentro de su actual perímetro: Puebla de Alcocer, de la Calzada, de la Reina, del Maestre, del Prior, de Ovando y de Sancho Pérez. En Cáceres creo que era esta de Naciados la única que había por lo que su desaparición hace más interesante su estudio. Hay otros casos en que la palabra Puebla aparece en directiva como Pueblica de Valverde en el provincia de Zamora. Y otras en las que pasa al segundo lugar como Santiago de la Puebla, en Salamanca, que invierte los términos exactamente iguales a esta nuestra del Campo de Arañuelo que estudiamos.

La palabra Puebla, si por un lado nos declara el modo y aún el periodo histórico en que la localidad fue fundada, nos plantea por otro el problema de la determinación y concreción del momento aproximado de su fundación, posterior al de la Reconquista definitiva de estos territorios y otro muy importante también: El de si esta fundación se hacia totalmente ex novo o ya antes, sobre ese mismo terreno había existido un núcleo urbano habitado. Parece evidente la existencia de una villa o pueblo romano en el mismo solar de lo que luego sería La Puebla. Así lo atestigua el puente romano en uso hasta hace un par de años y la gran cantidad de teja plana romana que todavía puede verse en la cima y ladera del cerro situado al oeste de la Iglesia que baja hacia el arroyo del Nº que muy cerca de la fuente de los Muertos. Y era lógico que así fuera pues por ella pasaba la calzada romana de primera orden señalada en el Itinerario de Antonino Pío con el número veinticinco que desprendiéndose de la vía de la Plata cruzaba el Tajo por Berrocalejo después de pasar por Talaverilla, en romana Augustóbriga. D. Francisco Coello, el 1889 continuaba su trayecto hasta La Puebla y por el puente de esta a la Calzada, en este marco de guurdiana de su propio puente y del también cercano del Conde en el vital paso del Tajo hay que situar la importancia de La Puebla en el Medievo en el largo periodo que precede y sigue a su reconquista a los musulmanes. Pero ¿continuó siendo núcleo habitado en tiempos de su dominación?. El nombre de Enaciados que ostentan la villa y el arroyo cercano y el de Gual ? al ? peral que aún conserva la principal dehesa del Conde nos habla de este pasado musulmán.

Esta proximidad al Tajo, a la que debió su importancia, fue también la causa de su primera ruina. Durante mucho tiempo fue este río límite entre la España musulmana y la España cristiana. Los ataques en forma de algaras y correrías fueron constantes de una y otra parte quedando en sus márgenes una gran extensión de tierra de nadie sujeta a los ataques de uno y otro bando. Así desparecería el núcleo urbano anterior; así nacería después La Puebla como una avanzada cristiana, como un punto de vanguardia para defender los pasos del Tajo y del Naciados. La estancia de los caballeros de Santiago en el Castillo de Espejel, la dedicación de su parroquia a este Apóstol y el mismo nombre de la villa nos hace pensar que muy bien pudo ser esta una fundación de La Orden. Cronológicamente encaja también la fecha de fundación de dicha Orden el 1161, reinando Fernando II de León por los doce caballeros llamados en un principio Frateres de Cáceres, con la de La Puebla que debió suceder una vez consolidadas las posiciones cristianas después de la batalla de las Navas de Tolosa. Desde muy pequeño, recorriendo los campos de La Puebla, las tierras que constituían propiamente su término, fuera de las del Conde, su Ejido tan pequeño y de mala calidad, yo me preguntaba cómo era posible que allí hubiera habido una villa que en la memoria del pueblo y en los documentos aparecía tan importante. Hoy, después de haber rastreado durante muchos años todos los documentos de su archivo, de haber contado en sus Libros todos los nacidos casados y difuntos y haber visto la cuantía del importe de sus diezmos y demás gravámenes, el enigmático interrogante sigue siendo el mismo: ¿De dónde le venía a La Puebla esa importancia si siempre tuvo escasa población y poca riqueza? Porque ambas premisas son incuestionables: La villa de La Puebla tuvo en efecto una gran importancia que podríamos demostrar con gran número de datos, desde su cita en la lista de las ricas posesiones del Condestable Ruy López Davaros a la existencia en ella de escribanos, corregidor, etc.; y la villa de La Puebla tuvo (al menos a partir de 1500 en que poseemos datos concretos) una escasa población, superada varias veces por cualquiera de sus anexos. Este mismo hecho nos plantea una nueva pregunta: ¿Por qué Valdeverdeja, por ejemplo, que tenía tres o cuatro veces más población que La Puebla era anexo suyo? Solo sus orígenes, su más antigua fundación y la «oficialidad» de ésta pueden explicarnos estas aparentes contradicciones, que enfocadas a la luz de la Historia ya no lo son tanto.

Determinar la fecha exacta del establecimiento o fundación de La Puebla es tarea muy difícil. Ignoro si en algún documento de los Archivos Centrales se encuentre este dato; quizás pudiera aparecer ocasionalmente alguna vez. La presencia de los Caballeros de Santiago en el Castillo de Espejel a orillas del río guarneciendo la frontera contra el moro nos hace aventurar esta idea de su fundación por la Orden o al menos con una relaciones muy estrechas con ellos. Las ruinas de este Castillo así como un molino y una dehesa de este nombre que fue propiedad de la Orden se conservan todavía, si bien anegadas hoy por las aguas del pantano de Valdecañas. El nombre de Espejel pudiera derivarse de la Orden Militar de Caballería del Espejo, instituida hacia 1300 por Fernando IV el Emplazado. La vida de esta Orden fue muy efímera, y aquí pudieron ser precedidos y sucedidos por los Caballeros das Santiago una vez desparecida, dicha Orden quedando la huella de su nombre en aquel pasaje.

No podemos extendernos al hablar sobre el Campo de Arañuelo. Digamos solamente que sus límites orientales y occidentales son muy difíciles de determinar; de tal modo es esto así que en realidad no se sabe donde empieza ni donde termina nuestra comarca. Dotada de características propias, como las tienen entre sí otras comarcas, tanto por imperativos históricos como por su falta de aislamiento se han ido diluyendo estos caracteres, carentes de unidad. En vez de operarse un fenómeno de hermetismo, de cerrazón, se ha operado el contrario de apertura hacia el exterior como consecuencia de su situación geográfica, -gran llano enmarcado en sus límites norte y sur por el Tietar y el Tajo- que la ha hecho ser una comarca de pasó atravesada por dos caminos fundamentales a lo largo de su Historia: el de la calzada romana y camino real del puente del Conde, primero; y la llamada carrera de Extremadura después,- a partir de la construcción del puente de Almaraz en 1537, que constituye la ruta actual. !que diferencia con las comarcas vecinas de la Vera, la Jara o Ibor, tan aisladas, tan cerradas en sí mismas hasta fechas recientísimas, sin calzada importantes, carreteras generales ni ferrocarril! es indudable que este aislamiento durante siglos ha reforzado su personalidad comarcal al contrario que la del Campo de Arañuelo que se ha ido atenuando siglo tras siglo y ha llegado a desparecer en muchos mapas y geografía modernas. Una prueba de cuanto decimos está en la ausencia del nombre de la comarca en los pueblos que la componen, a diferencia de los de las comarcas citadas: Losar de la Vera,, Madrigal de la Vera, etc.; Mohedas de la Jara, Campillo de la Jara, etc.; Castañar de Ibor, Mesas de Ibor, etc. En el Campo de Arañuelo el único pueblo que ostentó su procedencia comarcal fue precisamente La Puebla de Santiago; pero al cambiar la segunda parte del nombre por el de Enaciados o Naciados, perdió también esta procedencia geográfica. Curiosamente algunos pueblos de esta comarca ostentan el nombre de otra procedencia más estricta, más particular, como Navalmoral o Peraleda de la Mata o Herreruela o la Calzada de Oropesa. Respecto a la pertenencia de esta última villa a la comarca la Cosmografía de Colón de 1517 es rotunda y de una claridad meridiana: «La calçada es lugar de ?vº está en Ilano, e es en el campo de arañuelo, e es del Conde de Oropesa».

Señalemos por último el error en que cae Madoz a este respecto cuando en su «Diccionario Histórico Geográfico de Extremadura» al referirse a La Puebla leemos: «Conserva solamente dos casas o mejor dicho dos tabernas para los transeúntes al Campo Arañuelo y Vera de Plasencia». Está claro que para este ilustre geógrafo La Puebla no estaba en el Campo de Arañuelo, cuando fue precisamente la única que había ostentado esta procedencia en su nombre.

La villa de La Puebla de Santiago del Campo de Arañuelo y su tierra, como se dice en la frase que comentamos, o sus anexos como figura en otros muchos lugares, la componían la villa de La Puebla como cabeza y los lugares de Valdeverdeja, El Gordo y Berrocalejo, como agregados dependientes de ellos. Su existencia se debe al mayorazgo que fundó en 1533 D. Gutierre de Cárdenas. Pero en el año 1678 Valdeverdeja se hizo villa independiente segregándose de la jurisdicción de La Puebla. Y a partir de entonces los anexos de La Puebla fueron El Gordo y Berrocalejo únicamente. De no haberse producido esta segregación, Valdverdeja estaría seguramente incluida en la provincia de Cáceres, como lo están los demás pueblos que formaron esta parte sur del Condado de Miranda; tema este del Condado que por su extensión necesita un estudio aparte y del que nos ocuparemos si Dios quiere en la comunicación del año que viene.

Trujillo 21 de septiembre de 1978

Oct 011978
 

José Lozano Ramos.

Tres son las estatuas que tenemos en Trujillo en parques públicos, la de Francisco Pizarro conquistador del Perú la más celebre en la plaza Mayor, la de doña Margarita de Iturralde en el Paseo Ruiz de Mendoza y ya más moderna la de don Juan Tena historiador trujillano de este siglo en el Paseo del Campillo.

Pero cuando las vemos, por conocidas no nos hacemos estas preguntas ¿Porque están estas estatuas allí? ¿Quién las hizo? ¿Cuándo se pusieron? Etc. Preguntas que las mayorías de los trujillanos se hacen.

Este trabajo trata lo más posible de aclarar estas preguntas, no es otra mi intención.

UN POCO DE HISTORIA

En el libro de actas del Ayuntamiento de 1890 de 14 de abril el concejal D. Anselmo Blázquez pide se constituya una comisión para levantar un monumento a Francisco Pizarro, el señor de la Pelilla dice que es más económico poner a las calles el nombre de los conquistadores, en eso quedó todo[1].

Con motivo del centenario de Colón en 1892 en Huelva este trujillano «Ravioso» D. Anselmo Blázquez Pedraza dice que sí Bombita tiene una estatua ¿porque Francisco Pizarro no tiene una?.

En 1912 el alcalde don José Núñez el señor Estévez y D. Clodoaldo Naranjo abren una suscripción[2].

15 de mayo de 1913 se escribe un artículo titulado «Ahora o nunca» sobre la deuda que tiene Trujillo con Pizarro para elegirle un monumento. A los pocos días se reúnen en el despacho de don Juan Terrones unos amigos y se nombra una Comisión para organizar un festival para los primeros ingresos.

La Comisión Ejecutiva fue la siguiente:

Presidente don José Núñez Seco, Alcalde.
Vicepresidente, Juan Terrones López.
Contador depositario, José Salazar Núñez.
Secretario, Aurelia Torremocha López-Domínguez.
Vocales, Manuel Esteve Comandante militar.
Clodoaldo Naranjo, presbítero.
Antonio Orellana y los directores de La Opinión, El Eco de Trujillo, Dioclecio Mediavilla, José Damián Terrones, Antonio Guerra, Manuel García, Juan Fernández.

El 30 de julio se celebra en el despacho del Sr. Alcalde, tomándose los acuerdos siguientes, se nombran :

Presidente Honorario al Marqués de Albayda y nombrar dos comisiones, una para recaudar fondos, una para pedir a Diputaciones, Ayuntamientos, etcétera. Y otra para organizar festivales, el 7 de septiembre se celebra el primer festival recaudándose 1352,95 pta el 18 de diciembre se abre la suscripción y sube a 12.000 pta[3].

Se hace un boceto y se publican unas fotos de él, así como del autor de la estatua del primer proyecto, la estatua dice es así. Armadura de la época, cruzando su pecho con la banda sobre la cual ostenta la venera de la Orden de Santiago, concedida por Carlos V. En su mano derecha empuña la espada, mientras que con la otra enarbola la bandera española sobre ídolos paganos.

Tendrán 3 metros de Altura y será de bronce.

El Pedestal, una roca irregular de 4 a 5 metros de altura, en la parte lateral el escudo de Perú o el de Pizarro, en el frente una inscripción que dirá, la Comisión y se aprovechará el pilar de la plaza. Es la carta del autor D. Rafael Galán. Madrid 15 abril 1915.[4] D. Rafael galán nace en Madrid en 1871 y es autor de conocidas obras[5].

Antes de la carta de D. Rafael Galán, en julio de 1913 quedó constituida la Comisión Ejecutiva para la estatua de Pizarro, se dice en el artículo titulado «Nuevo impulso» y que el día 9 celebró sesión la junta[6].

La opinión pública por medio del semanario local se dirige a los Diputados para que trabajen sobre el monumento a Pizarro, también se publica una carta desde Cuba de D. Enrique Mesequez Díaz en el que aprueba el monumento[7].

Y como el proyecto tarda se publica un artículo que dice «Que hay del monumento a Pizarro.»[8].

Esto es en el año 1920 y el término del primer proyecto, pero he aquí que empiezan los rumores que dicen que una señora peruana se propone costear una estatua a Pizarro valorada en 200.000 pta, se pregunta el pueblo ¿será realidad?[9].

Un año después en 1925 se sabe que cuando el Duque de Alba estaba cazando tigres en África se encuentra con un familiar del Sr. Rumsey multimillonario y célebre filántropo norteamericano, gran admirador de Pizarro y escultor ya fallecido, y que en su testamento deja 100.000 dólares para que se fundiera la estatua hecha por él y se cediera a Trujillo.

El duque conoce a la viuda que está dispuesta a cumplir lo dicho por su esposo y habla con el Sr. Ortega y Gasset y D. Andrés Castellano para que se pongan en comunicación con Trujillo.

Trujillo nombra una Comisión para visitar al Duque de Alba que son:

D. José Núñez, alcalde de Trujillo.
D. José López Munera, arquitecto de la localidad.
D. Juan Terrones por La Opinión.
D. Luis Pérez Aloe por La Voz Regional.
El Marqués de la Conquista y Vizconde de Amaya por ser descendientes de Pizarro[10].

Y el 15 de enero de 1925 salen para Madrid D. José Núñez y colaboradores para visitar al Duque de Alba[11].

En el palacio de Liria se entrevistarán con el Duque de Alba en presencia de Ortega y Gasset[12].

Como la estatua estaba modelada el Duque de Alba llama a Benlliure para que le de su parecer, a lo que dice que le ha gustado[13].

Sabiendo los trujillanos que lo de la estatua está en marcha se empiezan a escribir artículos y poesías en donde sobresalen D. Marcelino González y G. Rubio «Goro» con su ¡Parece un sueño![14].

Y por fin llega a Trujillo Mrs. Rumsey a la que da la bienvenida Carmen Castillo, hospedándose en La Cubana, el 16 de abril de 1925 se espera al Duque de Alba[15].

Mrs. Rumsey habla con el arquitecto Sr. Pedro Muguruza sobre el sitio en que debía ponerse la estatua, a lo que dice, lo que la señora quiera, entonces Mrs. Rumsey decide que los señores de la Comisión, el alcalde don José Núñez, Andrés Castellano y D. Terrones opinen, a lo que dicen que sea el Duque de Alba decida y éste creyendo interpretar los sentimientos de Mrs. Rumsey, dice que se ponga en la Plaza Mayor y así quedó decidido, encargándose al Sr. Muguruza que hiciera dos bocetos uno en el centro y otro enfrente de la posada la Troya, D. Pedro Muguruza encarga al cantero trujillano Francisco Carrasco le tuviera unas piedras de cantería de muestra[16].

En La Opinión se publica un artículo de Fernando Gil Mariscal que quiere también tiene el seudónimo de Luis Bertrand en los periódicos de Madrid de La Voz, La Libertad e Informaciones en el cual se airea por toda España que Trujillo tendrá una estatua de su hijo Francisco Pizarro cedida por Mister Rumsey[17].

Anuncio: queda disuelta la Junta Ejecutiva del monumento a Pizarro, por hacerse a expensas de un señor norteamericano, toda persona que haya dado dinero lo puede retirar hasta el 15 de abril, sino se dará al Asilo o Conferencia de San Vicente de Paul[18].

El Sr. Muguruza mandará D. Andrés Castellano el proyecto de la estatua de Pizarro y que se colocará desde el atrio de San Martín al Mercado, la base es de 5 metros por 2 de frente y 3,5 metros de fondo el Sr. Castellano se lo entregará al Sr. Munera y éste al Sr. Carrasco, mientras el Sr. Muguruza marcha a París para ver la fundición[19].

D. Pedro Muguruza escribe desde París y dice que la estatua se está fundiendo por el mejor fundidor Rouard de la ampliación se encargarán Howard y Mac Comney excelentes artistas[20].

El 18 de marzo de 1927 llegarán a Trujillo dos camiones con el boceto de escayola de la estatua de Pizarro, el maestro carpintero trujillano Sr. Cancho hará un basamento de madera provisional para montar la estatua[21].

En la tarde del domingo llegó a Trujillo el Sr. Muguruza arquitecto encargado de la estatua de Pizarro con el Sr. Mario de Zayas apoderado en París de Mrs. Mari Rumsey, acompañados del alcalde don José Núñez y del arquitecto local D. José López Munera, D. Félix Álvarez y D. Juan Terrones estuvieron en la Plaza Mayor y quedaron donde se pondría la estatua que estaba en París, en compañía de 150 obras en una exposición del Sr. Rumsey donde se clausurará en junio.

Se inaugurará el 12 de octubre próximo y pesa 6.500 kilos es de dos piezas, una que forma el caballo y medio cuerpo del jinete hasta la cintura, y la otra el resto.

Las obras estarán terminadas para septiembre y la parte de albañilería y cantería estará hecho por trujillanos[22].

Biografía de Carlos Cary Rumsey, hecha por Rene Jean en el catálogo de la exposición de sus obras en París.

Nace el 29 de agosto de 1879 en Buffalo, estado de Nueva York. Hijo de una familia industrial, en 1893 acompaña su madre, al taller del célebre escultor norteamericano Pablo Bartlett que está en Europa, donde queda a sus órdenes por algunos meses.

En 1895 abandona París, en 1898 ingresa en la Universidad de Harvard. 1902 vuelve a París instalándose en el Barrio Latino, asistiendo a la academia de Colarossi, Julián y Fremiet, cuatro años después regresar a Norteamérica.

Muere en 1922 a los 43 años.

La exposición está en el Gran Palacio de París[23].

El maestro Mariño es el encargado de la albañilería, en la estatua de Pizarro, y para los actos que se avecinan se nombran dos comisiones.

Primera para visitar al Duque de Alba compuesta por el alcalde don José Núñez, López Munera, Vizconde de Amaya, D. Andrés Castellano y D. Juan Pérez Aloe.

Segunda comisión de festejos: que la componen, el Alcalde, Vizconde de Amaya, D. Juan Tena, Sr. Banos, D. Dioclecio Mediavilla, D. Agustín Duran, D. Manuel García Chamorro, D. Antonio Cancho, D. Agustín Moreno Casillas y D. Fernando Civantos[24].

Ya se sabe que la estatua llegará a la frontera del 10 al 15 del presente mes y que la colocará el célebre montador Sr. Cuatrochi[25].

Para la inauguración de la estatua de Pizarro se convoca un Concurso Literario.

Primera parte. Trabajos en prosa.

Primer tema, estudios biográficos de Francisco Pizarro.
Premio diploma y 500 pta.

Segundo tema, ideal es que impulsaron a Francisco Pizarro a la conquista del Perú.
Premio, diploma y 500 pta.

Tercer tema, importancia de Trujillo en la edad media.
Premio, diploma y 500 pta.

Segunda parte. Trabajos en verso.

Primer tema, composición poética a Francisco Pizarro.
Premio, diploma y 250 pta.

Segundo, tema, composición poética a la Vda. De Rumsey.
Premio, diploma de 250 pta.

Tercer tema, composición poética a Trujillo.
Premio, diploma y 250 pta[26].

Sobre 17 de agosto de 1927 llega la estatua de Pizarro, a la que acompaña el arquitecto Sr. Muguruza y el montador Sr. Cuatrochi[27].

A consecuencia del Concurso Literario el Sr. Ángel del Correo Extremeño de Badajoz dice que ya es hora de que los extremeños nos encarguemos de hacer esta clase de Concursos[28].

El Sr. Alcalde afirma que vendrá el Rey a la inauguración de la estatua de Pizarro[29].

Se recibe un cablegrama del alcalde de Lima, D. Andrés F. Dasso para que le represente el Vizconde de Amaya en la inauguración de la estatua de Francisco Pizarro[30].

La prensa americana se hace eco del Concurso Literario[31].

Sale a la calle el programa de actos que se celebrarán con motivo de la inauguración de la estatua de Pizarro[31a]. Como así los trabajos que han presentado al Concurso Literario que con motivo de la estatua se ha celebrado, que suman en total 57[31b].

Los trabajos premiados son:

Parte primera: Lema primero
Premiados, al Nº 18 lema: INCA SILU autor D. Luis Hernández Alfonso

Tema segundo:
Premio al trabajo Nº 10 A mi madre y a Trujillo, autor D. Fermín Corredor Lebrón.

Tema tercero:
Premio, al Nº 8, Bajo el arco de Fernán. Autor D. José García Morgado.

Parte segunda.

Tema primero:
Premio a la poesía Nº 10 autor R. Padre Conrado Rodríguez. Agustino.

Tema segundo:
Premio al Nº 56, In memoriam tuam. Autor D. Ricardo G. Salavert.

Tema tercero:
Premio, se declara desierto.

Accesit de la segunda parte. Hispania Victrix. Autor Fr. Juan Gil Prieto.

El jurado estaba compuesto por:
José Núñez, P. Juan Urquiola, Ramón Escalada Hernández, D. Juan Tena Fernández, Fernando Civantos y D. Juan Terrones[31c].

Pero la estatua no se inaugurará oficialmente por enfermedad de la Sra. Rumsey[32]. Ya que el 15 de octubre es operada en Nueva York[33].

Con todo preparado, incluso con las inscripciones, idea de Ortega y Gasset se demora la inauguración hasta que la Sra. Rumsey mejore. Pero como pasa el tiempo el célebre «Juan Pérez» escribe una poesía titulada «Que hay de Pizarro»[34] más tiene que pasar más de un año en 1929 cuando se recibe una carta de Mari Harriman Rumsey diciendo que vendrá a la inauguración[35] pero llega antes L. D. Rumsey madre del difunto y autor de la estatua para ver la obra de su hijo[36]. Se publica la fecha oficial de la inauguración de la estatua de Pizarro será el 2 de junio de 1929[37] que se aplazó el 12 de octubre de 1927.

A Mari Harriman se la nombrará hija adoptiva de Trujillo y D. José Ordóñez Valdés profesor de la escuela de artes y oficios de Madrid ha hecho el pergamino que se la regalará, el texto dice:

«Trujillo, Ciudad Española de la provincia de Cáceres y cuna del célebre Conquistador Francisco Pizarro, interpretando los sentimientos de estimación y gratitud de todo el vecindario, ante el espléndido obsequio recibido de la respetable dama americana Mrs. Mari Arriman viuda de Mr. Charles Rumsey con la erección de un magnífico monumento para perpetuar la memoria de aquel.

Ha acordado nombrar a dicha Sra. hija adoptiva de Trujillo y hacerlo así constar documentalmente para ofrecer a la generosa donante un testimonio de la alta consideración que merece a la ciudad agradecida.

Y el cumplimiento de lo acordado se extiende el presente Título que firman los miembros de la Corporación Municipal.

Trujillo Mayo 1929, encabeza D. José Núñez[38].

Se suspende la corrida que iba haber con motivo de la inauguración de la estatua de Pizarro por el veto de los toreros la empresa era «Dominguín»[39].

A la inauguración asisten los Infantes don Alfonso de Orleans y doña Beatriz, el Presidente del Consejo de ministros, General Primo de Rivera la dama Mrs. Mari Harriman Rumsey, el Excm. Sr. Duque de Alba, Obispo de Plasencia, Capitán General de la 7 Región D. Federico Berenguer, Embajadores, el Somatén de Trujillo con su capitán D. Félix Olivan y el cabo Manuel la Calle.

El monumento es de piedra del berrocal y de la sierra de Santa Cruz mide de altura 5 mts. por 2 de frente y 3,50 de fondo, su estilo es renacentista, a los costados las armas de los Pizarros y el de él Conquistador y en el frente una lápida en piedra de Novelda, poner Francisco Pizarro, Conquistador del Perú, y al lado opuesto se lee:

Carlos Rumsey de New York Estados Unidos labró la estatua, la Sra Rumsey la donó a la ciudad de Trujillo año 1927.

La plaza estaba adornada los cuatro ángulos, de la plaza se usaban las banderas de España, Perú, y Estados Unidos, en el Castillo ondeaba la bandera Española, en bombilla se dibujaba el Ave Maria.

El día antes llegó de Cáceres la Compañía de Infantería del Regimiento de Segovia con bandera y música.

La escuadrilla de aviones que desfilaron estaban mandados por el Marqués de Borja[40].

Los canteros de la estatua fueron, Valentín Cabello y Lorenzo Guerrero hicieron los escudos, Fernando Guerrero la fuente que está al lado de la estatua, Juan «Monja» y Andrés «Pelele» y Francisco Carrasco las escalinatas, Francisco Servan era aprendiz le daban tres pesetas[41].

ESTATUA DE DOÑA MARGARITA DE ITURRALDE

así como en la estatua de Pizarro tuvo que ver un periodista en esta también tiene su parte, ya que el Sr. Parrilla es el que lanzó la idea del Homenaje, estatua y nombre de la calle a esta insigne bienhechora, era director de «Ensayos» que se publicó durante un año[42].

Se realizó el homenaje así como la estatua, cuyo autor fue y es ya que vive D. Gabino Amaya pero no se puso en ningún sitio[43].

Ya que el Marqués del Vado del Maestre escribe una carta fechada el 28 de mayo de 1928 en la que dice que la estatua de doña margarita de Iturralde debe ponerse en el Paseo Ruiz de Mendoza en vez de estar arrinconada[44].

Los canteros así como la piedra fue así, se puso piedra del berrocal pero no convino porque se necesitaba piedra que hiciera juego con el bronce. Se trajo de Ruanes ve una cantera que se había hecho para la carretera. Lo hizo el cantero maestro Antonio Guerrero siendo aprendiz Fco. Servan[45].

ESTATUA DE D. JUAN TENA FERNÁNDEZ

Como primera noticia, se dice que se proyecta un homenaje a D. Juan Tena y se aceptan donativos, como primera cifra se dice 5.200 pta.[46].

Dicho homenaje se hace el 13 de mayo de 1973[47].

El monumento de don Juan Tena esta hecho por parte de la cantería por Francisco Servan cantero trujillano y la escultura por don Fernando Mayoral de Valencia de Alcántara, catedrático del Instituto Becquer de Sevilla.

Hablaron el párroco D. Florián R. Pizarro así como el alcalde D. Jacinto de Tapia[48].


NOTAS:

[1] La Opinión nº 441 de 1 junio 1916.

[2] La Opinión nº 892 de 22 enero 1925.

[3] La Opinión nº 441 de 1 junio 1916.

[4] La Opinión nº 441 de 1 junio 1916.

[5] La Opinión nº 441 de 1 junio 1916

[6] La Opinión nº 586 de 13 marzo 1919.

[7] La Opinión nº 599 de 22 junio 1919

[8] La Opinión nº 636 de 26 febrero 1920.

[9] La Opinión nº 880 de 30 octubre 1924.

[10] La Opinión nº 889 de 1 enero 1925.

[11] La Opinión nº 891 de 15 enero 1925.

[12] La Opinión nº 892 de 22 enero 1925.

[13] La Opinión nº 892 de 22 enero 1925.

[14] La Opinión nº 895 de 12 febrero 1925

[15] La Opinión nº 904 de 16 abril 1925.

[16] La Opinión nº 905 de 23 abril 1925.

[17] La Opinión nº 926 de 6 agosto 1925.

[18] La Opinión nº 943 de 14 enero 1926.

[19] La Opinión nº 958 de 29 abril 1926.

[20] La Opinión nº 966 de 24 junio 1926.

[21] La Opinión nº 1005 de 24 marzo l927.

[22] La Opinión nº 1012 12 mayo 1927.

[23] La Opinión nº 1018 de 23 junio 1927.

[24] La Opinión nº 1023 de 28 julio 1927.

[25] La Opinión nº 1024 de 4 agosto 1927.

[26] La Opinión nº 1025 de 10 agosto 1927.

[27] La Opinión nº 1026 de 18 agosto 1927.

[28] La Opinión nº 1028 de 1 septiembre 1927.

[29] La Opinión nº 1029 de 8 septiembre 1927.

[30] La Opinión nº 1030 de 15 septiembre 1927.

[31] La Opinión nº 1031 de 22 septiembre 1927.

[31a] La Opinión nº 1032 de 29 septiembre 1927.

[31b] La Opinión nº 1033 de 6 octubre 1927.

[31c] La Opinión nº 1035 de 20 octubre 1927.

[32] La Opinión nº 1038 de 10 noviembre 1927.

[33] La Opinión nº 1032 de 29 septiembre 1927.

[34] La Opinión nº 1055 de 8 marzo 1928.

[35] La Opinión nº 1116 9 mayo 1929.

[36] La Opinión nº lll6 9 mayo 1929.

[37] La Opinión nº 1119 de 16 mayo 1929.

[38] La Opinión nº 1117 de 16 mayo 1929.

[39] La Opinión nº 1ll9 de 30 mayo 1929.

[40] La Opinión nº 1120 de 6 mayo 1929.

[41] Contado por Fco Servan.

[42] La Opinión nº 785 de 4 enero 1923.

[43] La Opinión nº 805 de 24 mayo 1923.

[44] La Opinión nº 858 de 29 mayo 1924.

[45] Contado por Fco Servan.

[46] La Opinión nº 3399 de 26 abril 1973.

[47] La Opinión nº 3402 de 17 mayo 1973.

[48] La Opinión nº 3403 de 24 mayo 1973.

Oct 011978
 

José Mª Lázaro Sánchez.

En la linda de las Dehesas de Alpotreque y Zurratellez, del término de Cáceres existen una serie de sepulturas labradas en los pizones que corresponden a enterramientos de adultos y niños por las diferentes dimensiones.

Se trata de una serie de Sepulturas Prehistóricas, ya que las Historias de las Españas no empieza hasta el año 38 a.C. con el Cónsul Balbo el Mayor, era que he peidernado hasta la Edad Moderna cronológicamente (en Portugal perdura hasta el año 1420 d.d.C.) y que debe figurar unida a la Cristiana en la documentación oficial.

También quisiéramos dar noticias de la aparición en la misma finca emplazamiento del Cortijo de Fernán Sánchez de una sepultura en granito conteniendo un esqueleto, un cuchillo y una vasija que acompañaban a aquel; así una cabeza de toro al parecer de origen fenicio y medallas de oro y plata con cuadrigas, de la época romana y que fueron sustraídas del Cortijo de cuadrigas de Fernán Sánchez en el saqueo de este por grupos marxistas.

Oct 011978
 

Filiberto Hoyo Manzano.

Literatos, poetas, arqueólogos e historiadores, mecenas morales de la cultura extremeña, desde Logrosán, lugar casi ladera de nuestra oretana serranía, y casi a la sombra del coloso que un supuesto aldeano pastor, en sueño peregrino, elevó a la dignidad de Olimpo, os saludo.

La osadía que significa el intentar mi torpe colaboración entre tantas distinguidas que adornarán los VIII Coloquios Históricos de Extremadura, ha sido obligada por la inquietud que me anima una faceta poco estudiada de nuestra Historia, cuál es la de sus villas y aldeas, que en mi opinión enriquecerán la general de España.

En el cotidiano vagar por nuestra geografía, se detesta el lamento de dicha parte de la Historia por el olvido de siglos, en boca de ancianos cantores de épicas hazañas; en piedras vetustas que en nuestro caminar por la dura senda de la vida apartamos a un lado sin aprecio; en restos arqueo lógicos que están deseando mostrarnos sus secretos; y hasta en el aire que respiramos emana protesta por nuestra indolencia. Bien es cierto que un puñado de modestos aficionados intentamos dar vida a ese quehacer, pero con pobres resultados, por encontrarnos alejados de las fuentes que alimenten nuestra tarea (archivos, bibliotecas, etc), si bien la eficacia podría elevarse a términos interesantes con el ensamblaje de nuestros trabajos, pues es sabido la correlación que existe en las historias de nuestras pueblos. Para dicho fin sería básico que copias o resúmenes de citados trabajos fuesen donados a ese Centro de Iniciativas Turísticas, con lo que en poco tiempo dispondríamos de un banco de datos donde encontrar soluciones a infinidad de detalles que ahora nos sirven de escollos.

Otro punto interesante para el fin perseguido sería hacer participe de nuestras inquietudes a la juventud estudiosa de la región, juventud que estoy seguro acogerá con pasión, como se demuestra con la del Colegio Libre adoptado de aquí, que recibió agradecida la copia que les facilité de mi libro «Logrosán, Apuntes para su Historia», y que vienen utilizando como consultorio en sus trabajos de redacción, en el quehacer de sus estudios. Resultados alentadores es que ya se ven grupos que entretienen sus ratos de ocio en excavaciones tanto en restos de un castillo y poblado árabe, como en otros lugares que ocultan los antecedentes que nos son tan queridos. De estos trabajos se me ha facilitado un fragmento de cerámica, que después de estudiada, atestigua la procedencia berberisco-rifeña de la raza Nafza, que desde la trágica batalla del Guadalete eran los pobladores de esta área.

Hablando de juventud entusiasta, a la de Trujillo la emplazo al quehacer mas trascendente de la región extremeña. ¡Trujillo emana historia todo su conjunto!. A su vista, si concentramos nuestra mente, no podremos evitar adentrarnos en su glorioso pasado, del que pocas en España pudieron igualar. Veremos tomar vida sus vetustos alcázares, los suntuosos palacios, las casonas solariegas, y hasta sus recovecas calles, con animado colorido de los hombres y mujeres de principios del medioevo, que nos dicen de grandeza y decadencia; de estampas policromadas de atezados árabes arrogantes con sus turbantes seculares, capas de inmaculada blancura y al cinto dorados yataganes y cimitarras, acompañados de delicadas figuras de sus mujeres que ocultaban tras sus finísimos velos su serena castidad, y ojos, unos ojos tan negros y hermosos que pocas razas igualaron; o a los rudos guerreros de la Reconquista que a lomos de briosos corceles, y vistosas armaduras broncíneas adornaban con las cruces de Alcántara y Santiago, distintivos de las órdenes que nos donaron la conciencia del ser español. Y además, juventud trujillana, disponéis de una joya valiosa que es vuestro Archivo Histórico, del que sin prisa, pero sin pausa, podéis ir robando sus codiciados secretos, pues es tan rico su contenido que quedareis admirados, con lo que no habrá un palmo de nuestra geografía que quede sin recibir el obsequio de parte de su Historia. ¡Animo trujillanos, vosotros que podéis, legad a la posteridad medios con que hacer la verdadera de Extremadura!.

En mi afán de puro extremeño, no me queda ya si no pedir a los distinguidos coloquiantes lleven a sus comarcas y sean pregoneros eficaces de mi iniciativa, y a la Junta Directiva, como al Centro de Estudios, la acojan con entusiasmo, en la seguridad de que las generaciones venideras aplaudirán la labor de los que supieron acelerar la marcha de nuestra cultura histórica.

¡Que así sea!

Logrosán, Agosto de 1978 Filiberto Hoyo

Oct 011978
 

Valeriano Gutiérrez Macías.

La familia de los Ovando es una de las más antiguas, de alcurnia, de las más esclarecidas de Cáceres, estando la actualidad casi desaparecida.

Diego Mexias de Ovando, hijo de un Embajador de Felipe II en Venecia, escritor del siglo XVII, publicó «La Ovandina». Este literato, cuya vida y obra están por estudiar, y bien valdría la pena hacerlo con algún detenimiento, llevó una vida aventurera en el Nuevo Mundo. Los Ovando, que eran oriundos de Vizcaya, tenían ascendencia visigótica y gallega. El origen cercano de la familia Ovando hay que buscarán el matrimonio Hernán-Blázquez de Cáceres y Mogollón, quinto nieto del conquistador de Cáceres, con Teresa Alfonde Ovando, que fue dama de la Reina Católica. Sus hijos tomaron el apellido Ovando. Hernán-Blázquez descendía de Juan Blázquez de Cáceres, uno de los conquistadores de la Villa de Cáceres y de la familia de los Ovando.

gutierrez_macias_img

El Capitán Diego de Cáceres Ovando

El famoso Capitán Diego Ovando de Cáceres, primogénito del matrimonio citado, nació por el año 1425, según el conocido y ameno investigador cacereño Conde de Canilleros. El historiador Jerónimo de Zurita, afirma que se crió en la Corte del Infante Don Juan, que fue después Rey de Navarra y también de Aragón, aprendiendo en ella el arte militar «en el que tanto se distinguió más adelante». En su juventud, estando en Aragón, le denominaron Cáceres en razón a ser de esta Villa, lo que, sin duda alguna, contribuyó a que lo conservare durante su existencia delante del apellido de Ovando. Del servicio del Reeditó Juan II, padre de Fernando el Católico, Diego de Ovando pasó después a Castilla. Alistóse en el bando del Infante Don Alfonso, del que recibió varias mercedes: le dio el título y empleo de Capitán. Muerto don Alfonso, Diego pasó a pertenecer al partido del Rey Enrique IV, el cual, por cédula dada en Madrid el 30 de agosto de 1473, le decía que habiéndose don Alfonso de Monroy, Clavero de la Orden de Alcántara, hecho que elegir Maestre de ella sin consentimiento y ocupado por fuerza muchas villas y lugares de la institución, ordenaba al Capitán Diego de Cáceres Ovando que hiciese la guerra en su nombre al citado Maestre, turbulento personaje conocido por el sobrenombre de «El Be zudo», para lo cual le daba todo su poder. Asimismo mandó a los freires y comendadores de la Orden le asistiesen con las danzas con que estaban obligados a atender al verdadero Maestre, estando a la orden del Capitán siempre que por él fuesen requeridos.

Diego de Ovando de Cáceres se apoderó de varias fortalezas, entre esta es la de Benquerencia, en donde se encontraba como Alcalde cuándo fueron exaltados al trono los Reyes Católicos, a los que se apresuró a rendir pleitesía en Valladolid, «villa por villa Valladolid es Castilla», y puso a su servicio su castillo, fortaleza y su lanza.

Los Reyes Católicos, por carta dada en Valladolid el 2 de mayo de 1475, mandaron a los Priores, Comendador Mayor, Clavero, Comendadores y Freires de la Orden, que habiendo ordenado al Capitán Diego de Cáceres que «faga algunas cosas» cumplideras a sus servicios y a la defensa de sus reinos, que cuando los requiriesen se juntasen con las lanzas que por razón de su Encomienda tenían que servir, bajo pena de perder las temporalidades que tuviesen en el reino. Veamos como la primerísima figura de Extremadura, Diego de Cáceres Ovando, pasa a área nacional.

El erudito historiador Orti Belmonte hace referencia a que el Capitán reunió 1000 hombres con caballos de Cáceres, Badajoz, Coria, Trujillo y de las Encomiendas de Alcántara y Santiago para impedir la entrada al Rey de Portugal Alfonso V, que venía a contraer matrimonio con doña Juana La Beltraneja, siendo el único que intentó cortarle el paso camino ya de la muy noble y muy leal y en la centuria que corremos muy benéfica ciudad de Plasencia. (El último título le fue otorgado por Real Decreto de la Reina doña María Cristina de 15 de julio de 1901 por su humanitario y patriótico comportamiento con los soldados repatriados de nuestras guerras coloniales el año 1899, «enfermos en el cuerpo por la malaria o la fiebre amarilla y heridos en el alma por la inutilidad de su heroísmo»).

En la casa denominada de «Las Argollas», su fachada testimoniaba el derecho de asilo que tenía concedido, en la calle del Rey se hospedó La Beltraneja, de dudosa cuna. (Es una construcción del siglo XIII que levantará el caballero Pedro Sánchez de Grimaldo, que fue servidor de Alfonso X el Sabio y Sancho IV el Bravo).

El día 30 de mayo de 1475 tuvieron lugar los desposorios, no así el matrimonio por esperar la dispensa del Rey. El pensamiento de la princesa castellana era con el enlace reforzar la defensa de los derechos de la Corona de Castilla.

En la villa y Torreón del Homenaje de la muralla de Plasencia se levantaron los pendones de Portugal y Castilla por La Beltraneja. Lastima que no podamos evocar cumplidamente el cortejo que se formó: el Arzobispo de Toledo, los Condes de Ureña y Medellín, Marqués de Viana, el Conde de Plasencia, etc.

La guerra continuó y los Reyes Católicos, por cédula de 12 de mayo de 1475 autorizaron a su Capitán Diego de Cáceres para qué utilizarse todas las rentas de la Corona de Extremadura al objeto de subvenir a los gastos de la campaña.

Acerca de la designación de Diego de Cáceres Ovando precisa el historiador Conde de Canilleros: «El Rey tuvo que elegir entonces un Capitán de los de su absoluta confianza, enérgico, competente y experimentado, para que fuera a organizar la salida y el avance. El nombramiento recayó en Diego de Cáceres. Desde las primeras horas de aquel día, el más histórico de su vida, su nombre empezó a sonar, con aureola de lealtad, valor y competencia. Del orden a desorden en el avance, podrían depender el triunfo con la derrota».

El esforzado Capitán intervino en la batalla de Toro. «En la madrugada del 1 al 2 de marzo de 1476 -anota el ínclito historiador Pedro Aguado Bleye en su «Manual de Historia de España», una de las mejores y más completa síntesis del pasado español- don Fernando alcanzó al ejército rival entre Toro y Zamora, en Peleagonzalo o Castro-Quemado y se libró un encarnizado combate de tres horas que terminó con la huida de los portugueses. No otra cosa fue la Batalla de Toro que asegura definitivamente a los Reyes Católicos en el Trono de Castilla. Razón tenía don Fernando cuando dijo a la Reina, por boca del emisario Iñigo López de Albornoz que le llevó la noticia del desenlace del combate: «Haced cuenta de que esta noche Nuestro Señoros ha dado toda Castilla».

«Durante la batalla, Diego hallose en lo más sangriento de ella y al lado del Cardenal de España D. Pedro González de Mendoza».

En la batalla de Toro que el Capitán Diego de Cáceres Ovando mandó la caballería y puso de relieve sus excepcionales dotes de guerrero, haciendo los mayores méritos.

EL TESTIMONIO DEL CRONISTA HERNANDO DEL PULGAR

Hernando del Pulgar fue Secretario y Embajador de los Reyes Católicos al Rey de Francia. Les acompañaban todas sus expediciones y las narró como testigo ocular. Gran prosista y uno de los mejores historiadores del habla castellana, el insigne cronista dice del Capitán Diego de Cáceres Ovando lo siguiente:

«E porque muchos, ansi del pie como de caballo, iban desordenadamente enpos de los portugueses, el Rey mandó a un subcapitán que se llamaba Diego de Ovando de Cáceres, que con 200 hombres a caballo, fuese a tener la gente, que no fuese desordenada fasta que todos los de su hueste fuesen salidos de la ciudad e puestos en orden de batalla».

Abatido el estandarte del monarca portugués por el Cardenal Mendoza y queriendo librar de la muerte al Alférez que lo portaba, Hernando del Pulgar ponen en sus labios estas palabras:

«Segúnd Señor la vitoria que Dios ha querido dar oy al Rey, e no vos ocupéis en esto, que están ya vencido».

Son numerosos los eruditos que han elogiado al valeroso Capitán por su actuación, cabiendo citar a Antonio de Nebrixa y al cacereño Juan Blázquez en su obra «Perfecta razón de Estado».

MEDIDAS DE LOS REYES CATÓLICOS PARA EL CESE DE LA GUERRA CIVIL

Los Reyes Católicos anhelaban que la guerra civil con don Alfonso de Monroy no se encendiese nuevamente, ordenaron a su Capitán que le dejase la villa de Benquerencia a cambio de otra. Por cédula de 12 de mayo de 1476 le decían que «en tanto que no cumpliamos, él hubiese para nuestro servicio dicho castillo de villa de Benquerencia e rentas a pechos e derechos de él, y más un quento y ciento treinta y seis mil setecientos cincuenta maravedises de la renta de las dehesas de Berrocal, Cabeza Rubia, Mijadas, El Guijo, Badija, El cuarto de la Barca de Arroyo campo, el cuarto de la Barca de Ramiro Pérez y la Dehesa de Malpica. Hasta el 1480 estuvo el Capitán en posesión de la Alcaidia en que hizo entrega a don Juan de Zúñiga, Maestre de la Orden de Alcántara.

Ovando, siguiendo las guerras contra Portugal, ganó los lugares de Arroche, Ugüela, Alegrete, Myira, Morón y Selpa, de los que fue señor. Los Reyes Católicos le otorgaron privilegios, concediéndole doscientos mil maravedises de renta por juro de heredar, sobre las alcabalas de Cáceres. Gozó de la debilidad de Vasallo y fue de su Real Concejo. Murió en 1487, siendo Alcaide de la fortaleza de Mon León. El testamento lo otorgó el Capitán el 2 de febrero de citado año de 1480. En este documento ordenó que se le diese sepultura en su capilla de San Antonio del convento de San Francisco, de Cáceres. También mandó «que se faga por mi ánima e por la de mis padres unaremembranza de la iglesia de San Mateo».

El Capitán Diego de Cáceres Ovando se distinguió mucho en el arte militar. En la iglesia de San Mateo de Cáceres, antigua mezquita levantada en el barrio monumental, en el presbiterio del altar mayor, hay tres enterramientos de los Ovando: un sepulcro con una estatua yacente en alabastro, con armadura gótica, manto, birrete, colar y espada con gavilanes sobre el pecho; el escudo de los Ovando en el arca y una lápida encima con esta inscripción:

ESTE ENTIERRO Y ESTA CAPILLA SON DE LA CASA DEL CAPITÁN DIEGO DE OVANDO DE CÁCERES

«Idem digo que por cuanto yo tengo depositado en la iglesia de San Mateo, de Cáceres, en un arco los huesos de mi abuelo para los sepultar que la capilla que yo hiciese es mi voluntad e mando que en la dicha iglesia de San Mateo hagan un arco muy honrado e bien fecho e donde sean puestos e sepultados e que gasten en hacer el dicho arco hasta treinta mil maravedises».

MATRIMONIOS DEL CAPITÁN DIEGO OVANDO DE CÁCERES

El Capitán Diego de Cáceres Ovando contrajo dos veces matrimonio. La primera por el año 1440 en Brozas con doña Isabel de Flores, dama de la Reina doña Isabel la Católica, emparentada con las más linajudas familias que por su madre, de esmerada educación, descendía de la casa de Sancho Paredes Golfin y Paredes, el Camarero. De este matrimonio hubo cinco hijos. El menor de estos fue fray Nicolás de Ovando, Baje del Príncipe don Juan, Comendador de Lares en la Orden de Alcántara y luego Comendador Mayor de ésta. Por sus relevantes cualidades los Reyes Católicos le designaron Gobernador de la Española, la isla que descubriera hacía diez años el famoso navegante Cristóbal Colón, para sustituir a Francisco de Bobadilla, de tan nefasta administración. Fue fray Nicolás de Ovando, Primer Gobernador de Indias, según Bartolomé de las Casas, «varón prudentísimo y amigo de la justicia, honestísimo en su persona y celoso de su autoridad». El capitán cacereño contrajo segundas nupcias en Cáceres con doña Catalina Godoy. De este segundo matrimonio hubo tres hijos.

DIEGO DE CÁCERES OVANDO Y LA CASA Y TORRE DE LAS CIGÜEÑAS

Estando al servicio de Enrique IV, El Impotente, Diego de Ovando de Cáceres obtuvo una Real cédula, dada en Madrid el 16 de julio de 1473 con la merced de que continuase la obra que había comenzado en el solar del Alcázar, no obstante los reparos que se le habían hecho por el Concejo de Cáceres y por Diego Gómez de Torres, levantándole las penas en que hubieran incurrido, debido a que había empezado la construcción sin permiso y utilizando materiales de las ruinas del Alcázar, concediéndole todo por juro de heredar. Hay que hacer constar que en los momentos históricos a que nos referimos la villa de Cáceres se hallaba ensangrentada por las discordias que registraba porque su nobleza estaba dividida en dos bandos, uno que seguía al Maestre de Alcántara citado y otro al Clavero don Alonso de Monroy. Los Reyes Católicos, fieles con su política antinobiliaria y de represión de la nobleza, poco a poco anularon y atajaron las maquinaciones de los turbulentos, al tener conocimiento de los disturbios de Cáceres y de cómo por causa de algunas torres que están en algunas casas principales… «Se han fecho grandes escándalose movimientos e ruidos e feridas e muertes de homes» dieron en Madrigal una Real cédula en 12 de mayo de 1476, refrendada por Pedro Camaña, que era su Secretario y de su Concejo por la que mandaron de todas «las torres que tuviesen las casas de los caballeros fucasen dentro de treynta dyas derribadas, de manera que quedasen yguales con las paredes principales de la casa sin exceptuar alguna por nynguna razón».

UNA EXCEPCIÓN PARA EL CAPITÁN

Sin embargo, en la misma cédula que citamos hay una excepción para el Capitán Diego de Ovando de Cáceres, al que los excelsos Soberanos de la Unidad Nacional conceden facultad y licencia para que pudiese fabricar su casa en la forma y manera que quisiesen, sin que para ello se le pusiese impedimento alguno.

Es de apreciar que la Real Cédula fue dada al poco tiempo de la batalla de Toro -apenas habían transcurrido dos meses de la misma, pues terminó el 12 de mayo de 1476, encontrándose los Reyes en Madrigal- cuando estaban tan recientes los triunfos bélicos, los excelentes servicios prestados a los Reyes en la Guerra de Sucesión.

Por todo ello es de suponer que el privilegio, la excepción decretada para que construyera su torre sin atenerse a la disposición general, fue naturalmente una muestra de la gratitud de los Reyes.

UNA LEGIÓN DE SELECTOS DE LA CASTA DEL CAPITÁN CÁCERES OVANDO

No es posible en un trabajo de esta naturaleza ocuparnos del linaje, de toda la descendencia del Capitán Diego de Cáceres Ovando, que ha sido estudiada exhaustivamente por los maestros Publio Hurtado y Orti Belmonte.

Hermano del Capitán objeto de este artículo, fue Francisco de Ovando «El Viejo», señor de la Aldea y Castillo de Las Arguijuelas. El hijo primogénito del Capitán fue su homónimo y sucesor en el mayorazgo que fundara y primogénito de los Marqués del Rey.

Un descendiente importante del Capitán es Alonso de Ovando y Solís, «Caballero de la Orden de Calatrava, Comendador de Ballesteros y Capitán de las Reales Guardias Españolas», a quien en premio a sus numerosos y principales servicios, a haber sido hecho prisionero y a las heridas de gravedad que recibió, el Rey Don Carlos lo agració con el título de Marqués del Reino. Con el empleo de Brigadier, Alonso de Ovando y Solís siguió tomando parte en las guerras de Italia, encontrando la muerte en la sangrienta batalla de Campo Santo, a las órdenes del general don Juan de Gajes, cuando luchaba contra los austriacos mandados por Traun en marzo de 1743.

Francisco de Ovando y Solís, segundo de la Casa de Camarena y primer Marqués de Ovando, benemérito militar que sirvió a sus Reyes y a su Patria por mar y tierra, desde su juventud hasta que terminó su existencia. Sus brillantes hechos de armas en Italia le valieron el título de Marqués de Ovando, con que lo favoreció el Rey de las dos Sicilias don Carlos de Borbón, luego tercero de España, siendo ascendido a Capitán de Navío y Jefe de la Escuadra con cuya empleo hizo rumbo con su flota hacia las Indias occidentales. Intervino en la batalla del Cerro de San Lázaro que se libró el año 1740. De Cartagena pasó a Lima, donde se portó heroicamente. Al regresar a España el Rey le nombró Inspector y Comandante general del mar del Sur. Fue Capitán General de Filipinas y Presidente de su Real Audiencia. Falleció el Marqués de Ovando el día 9 de diciembre de 1755 en alta mar a bordo del galeón «Santísima Trinidad», viajando desde Filipinas a la América Central. (El escudo de los Ovando está formado por una Cruz de Santiago floreteada con cuatro veneras en campo de plata y por orla ocho aspas de oro en campo rojo).

Vicente Mariano de Ovando Solís y Pereiro, tercero y último Marqués de Ovando y gentilhombre de Cámara de S.M. con el ejercicio en 1824. Varias veces rigió la villa de Cáceres. Abrazó la causa del Infante don Carlos. Cuando los ejércitos liberales afirmaron la corona hispana en las sienes de doña Isabel II, Ovando emigró a Italia. Falleció en Turín en 1864. Su fortuna la legó a los PP. Misioneros de la Preciosa Sangre, orden fundada por el Beato Gaspar de Búfalo con la obligación de establecer una casa residencia en su palacio de Cáceres conocido por la Casa del Sol, palacio fortaleza, solar de los Solís, nombre que recibe del escudo de su portada, donde continúa residiendo la Comunidad desde el año 1899.

ANÉCDOTA CURIOSA

Respecto a los Marquesados del Reino, de Camarena la Vieja y la Real y del Señorío de las Arguijuelas, los dos títulos de Camarena y los pleitos tramitado sobre el mejor derecho a los bienes dotales de los mayorazgos. El ilustre cronista cacereño, primer cronista oficial de la ciudad de Cáceres, consigna una anécdota que le transmitió el Marqués de Torreorgaz sobre los marquesados de Camarena.

Hasta el año 1776 no existía más que el de Camarena la Vieja, heredado por los Ovando de sus parientes por cognación los Castrejones, de Agreda, y los poseía don Vicente Francisco Antonio de Ovando y Rol, Capitán General de Castilla la Vieja, dignatarios muy querido del monarca Carlos III. Había entablado pleito contra él, reclamándole título y mayorazgo otro Ovando, primo suyo, a quien los Tribunales estimaron con mejor derecho a poseerlo, y se los adjudicaron. Fue a visitar cierto día el General a su amigo y Monarca, y al penetrar en la Cámara Real, éste le dijo en tono familiar:

«¡Hola, Camarena!
-Señor -advirtió este inclinándose-, ya no puedo responder por ese título.
-¿Cómo así…?
-Porque he perdido el pleito, y es mi primo a quien pertenece ya el marquesado.
-Pues para mí seguirá siendo Camarena: si los Tribunales te han prohibido titularte Camarena la Vieja, yo te hago Camarena la Real, y seguirá siendo Marqués»
.

Y de esta entrevista nació tal título, que entró a los pocos lustros en la casa del Marquesado de Torreorgaz, conforme queda anotado, con el de Camarena la Vieja pasó a la de los Arces, por casamiento de doña María Josefa de Ovando, con el que llegó a Teniente General, don Antonio Vicente de Arce, de cuyo biznieto don García, lo heredó la familia de Carvajal.

Esforzados y conspicuos Capitanes, hombres de Estado, espíritus superiores, dignísimos caballeros, almas piadosas, ascéticas, sabios religiosos, damas arrogantes y distinguidas, he aquí una verdadera legión de selectos de la estirpe del Capitán Cáceres Ovando, que da esplendor a la historia de Cáceres en la que se señorea y que, en trazos rápidos, hemos evocado en este ligero bosquejo.

Valeriano Gutiérrez Macías

Oct 011978
 

Arcadio Guerra Guerra.

Preámbulo.

Nos permitimos distraer la atención de la digna Junta Directiva e ilustres participantes en los VIII Coloquios Históricos de Extremadura, organizados por el Centro de Iniciativas Turísticas de Trujillo, con la presentación de una fuente histórica inédita aunque bastante conocida, de capital importancia en la cultura de nuestra región.

La trascripción completa de le portada de la copia que poseemos nos ambientará en el tema y en la mentalidad del autor, ahorrándonos comentarios; dice así:

DESCRIPCIÓN E HISTORIA GENERAL DE LA PROVINCIA DE EXTREMADURA QUE TRATA DE SUS ANTIGÜEDADES Y GRANDEZAS Y COSAS MEMORABLES QUE EN ELLA HAN ACONTECIDO EN SUCESIÓN DE TIEMPOS DE EL PRINCIPIO DE LA FE Y GERARQUIA ECLESIÁSTICA, PREDICACIÓN DEL EVANGELIO Y FUNDACIÓN DE SUS IGLESIAS Y OBISPADOS CON OTRAS COSAS DE NOTAR. COMPUESTO POR FR. FRANCISCO DE CORIA DE LA PROVINCIA DE SAN GABRIEL DE DESCALZOS DE SAN FRANCISCO. SEVILLA 20 DE ENERO DE 1.608.

Lo indicado en este título es lo único que conocemos de su autor.

Tenemos noticia de les tres copias siguientes: La de la Biblioteca colombina de Sevilla, la de la biblioteca Provincial de Valladolid y la de la Real Academia da la Historia; pero como Vicente Barrantes, que conoció las tres, afirma que ninguna de ellas es «auténtica» es lógico suponer la existencia de un original indubitado – Aunque el autor del «Aparato bibliográfico» trata displicente e irónicamente a nuestro franciscano por la facilidad con que acoge las más peregrinas y desorbitadas leyendas, reconoce que … «el códice del P. Coria es así y todo importantísimo como único cuerpo que de la historia general de Extremadura existe… como los falsos cronicones no estaban publicados todavía, no lleva tan profunda erudición a las antigüedades eclesiásticas, dejándolas poco menos que en su pureza primitiva». – Realza a continuación el mérito de las descripciones geográficas como veremos en el párrafo que dedicamos a este aspecto da la Obra, sin duda el más característico y valioso de ella.

La copia que ha llegado a nuestras manos, y motiva la presente recensión lo es da 53 capítulos de los aproximadamente 60 de que consta la obre completa; es copie fotográfica de otro manuscrito que por los caracteres externos, ortográficos, etc. debe de estar preparado hacia fines del siglo pasado o comienzos del actual; después de fotografiado los folios están doblados y perfectamente cosidos y encuadernados en cartón con el lomo impreso con caracteres dorados.

Pertenece a la Biblioteca de los Servicios Culturales de la Diputación, que, como es sabido, recogió los valiosos fondos del antiguo Centro de Estudios Extremeños, fundado en 1.927, cuyo sello lleva con los datos de catalogación; había pertenecido anteriormente al conocido anticuario de esta localidad D. Joaquín Roas Castro de cuyo establecimiento aparece también sello en la portada. -En el tamaño en cuanto que hemos descrito consta de 625 páginas.

Al final, después de la rúbrica el mismo copista trazó dos dibujos bastante hábiles, uno es la cabeza de una armadura con airón; el otro es el escudo de la ciudad de Badajoz con un solo León, contornado, rampante sobre columna con cinta.- Digamos para terminar esta descripción, un tanto pueril, pero necesaria en este caso, que en una de las hojas en blanco que protegen la encuadernación el conocido literato y publicista D. Enrique Segura Otaño, que dirigía entonces citado Centro, escribió de su puño y letra, que nos es familiar, la siguiente nota: «Este manuscrito corresponde a varios capítulos de la obra «Historia de Extremadura» del P. Fray Francisco de Coria, año de 1608.

Hay dos originales completos: uno en la biblioteca grande de Valladolid y otro en el Archivo de Indias. (Datos facilitados por Dª. Mª. Victoria Bozas} (1960).

De dónde, cuando y por quién fue obtenida la copia cuyo reproducción fotográfica hemos reseñado, es algo que ignoramos. Nos resistimos a creer que se trate de lo «defectuosísima y casi inútil» que los escribientes de Vicente Barrantes le enviaron de la de la Colombina de Sevilla hacia 1.858, parece ser que la Dirección de la Biblioteca no dio facilidades al ilustre bibliófilo para obtener copia personalmente y tuvo que recurrir a los que el denomina «humildes seglares».

Juzgamos que nuestra copia, primero es algo más moderna, y segundo, no creemos que merezca los duros calificativos de «defectuosísima y casi inútil»; lo que sí es muy posible es que esté tomada también del manuscrito de Sevilla.

Digamos, para terminar esta breve introducción que como algo teníamos que presentar de los interesantes puntos y temas que sobre arqueología, lapidas, restos monumentales, aguas medicinales, etc. se contienen en la obra, nos hemos decidido a elegir para su comentario la descripción Corográfica por considerar que es la más característica y meritoria de ella; lo mismo opinó Barrantes y por eso transcribe en su citado Aparato Bibliográfico la relación de ciudades.- Le hemos completado la presentación copiando los capítulos dedicados a Trujillo y los temas tratados en toda la copia.

Señalemos finalmente nuestra opinión de que a pesar de los tres Libros que se proyectan en el Prólogo, el autor los redujo a dos, mejor dicho, incluyó en dos todo el material que tenía preparado.

CONSIDERACIONES GEOGRÁFICAS

Es en este aspecto donde entendemos que adquiere la fuente histórica que comentamos su mayor mérito y eficacia como información insustituible para resolver, o contribuir a ello, problemas fundamentales sobre el desenvolvimiento histórico y fases por donde ha pasado ese ente cultural, biológico, físico, humano, económico y pasional que le expresamos con las palabras de REGIÓN EXTREMEÑA.

El P. Coria ha seguido fielmente el aforismo clásico de que la Geografía y la Cronología constituyen los dos ojos de la Historia; Vicente Barrantes, que, como hemos indicado trata con displicencia en otros aspectos al nuestro franciscano por su amplia credibilidad, se rinde ante el valor y originalidad de sus descripciones geográficas; he aquí como se expresa al respecto el insigne académico:

«… En ningún autor hemos visto una tan excelente descripción de los ríos, como base de la geografía; idea oportunísima y de aquellos tiempos nada propia, que en los modernos mismos la tiene Teophile Lavalle casi por invención suya. Luego pasa a describir, pueblo en pos de pueblo, sin olvidarse de los sitios celebres, despoblados, fortalezas, etc., copiando inscripciones y medallas, e ilustrando, tal vez con tino, su historia y antigüedad.

Entre los muchos documentos importantes que la «Descripción de Extremadura» contiene, está de los primeros la siguiente relación cuya utilidad se pondera con sólo decir que es la única que existe de los pueblos de la antigua Extremadura, y de su estado en los principios de siglo XVII, pues ya hemos visto que la del P. Tovar solo comprende la Beturia, y sería no menos incompleta la que pudiera formarse con los papeles para el censo de población del tiempo de Felipe II que en el Escorial se guardan.» – Op. cit. T. II , pág.25.

A continuación Barrantes relaciona los 368 nombres de agrupaciones urbanas que son prácticamente las mismas inclusas en la selección que poseemos con ligeras variaciones ortográficas y con la particularidad de que cuando se repite idéntica denominación la relación de Barrantes la repite, mientras que la nuestra la menciona sólo una vez.

Comentemos nosotros algo más este importante capítulo de Geografía humana:

Distingue el P. Coria entre Ciudades, Villas y Aldeas.

Entre las primeres menciona 19 de las cuales 12 son poblaciones romanas o prerromanas hace mucho deshabitadas; describe los restos y transcribe numerosas lápidas; son las siguientes: ARSA, CAPARRA, CALERA, ILIPULA MINOR, LA COMIMUZGO, MIROBRIGA, MELARIA, NERTOBRIGA, SEGEDA, TUR0BRIGA, TERESA (o TESE) y VOLTACO. Es en este aspecto de la arqueología y cultura clásicas donde nuestro autor, por sus posibles errores u omisiones, ha de ser manejado con más precaución.

Las ciudades subsistentes en su época de 1608 son: Badajoz, Coria, Llerena, Mérida, Plasencia, Trujillo y Xerez de los Caballeros.

Las Villas enumeradas son 159, y las restantes, Aldeas.

A nosotros nos interesa resaltar de estas relaciones y del contenido geográfico general de la Obra tres aspectos que potencian el movimiento demográfico, la extensión territorial y la constitución político-administrativa de la Provincia de Extremadura:

  1. Núcleos urbanos mencionados por el P. Coria que no existen en la a actualidad.
  2. Localidades entonces pertenecientes a Extremadura que en la actualidad forman parte de otras provincias.
  3. La constitución de la provincia como entidad administrativa independiente:

El primer hecho histórico-geográfico de localidades desaparecidas en los tiempos modernos es para nosotros particularmente interesante y pensamos dedicarle particular atención con referencia a los últimos años de su existencia. Por lo que hace a la Obra que comentamos, conviene puntualizar dos aspectos: Cuándo y según qué información las consideramos desaparecidas y segundo, y sobre este punto no volveremos, que muchas de estas entidades sobreviven en la toponimia extremeña como denominaciones de fincas o dehesas y resulta, a veces, familiar a los que nos hemos preocupado de estas cuestiones; la consideramos, pues, desaparecida cuando no figura en las Cartas Corográficas de Benito Chías y Carbó, editadas en Barcelona en los primeros años del siglo actual por Alberto Martín, obra que reúne a la técnica suficiente a nuestro objeto, la sora adecuada para constituir fuente histórica.

Consideramos, pues, como desaparecidas las 27 entidades de población siguientes:

1.- ALDEANOVILLA.
2.- ALDEA DEL REY.
3.- ARQUILLO.
4.- BURDALO.- Toponímicamente relacionado, sin duda, con el rio del mismo nombre, afluente de la derecha del Guadiana.
5.- CAMARILLAS.
6.- CAÑAVERAS.
7.- CAMPILLEJ0.
8.- CORTE DEL COCHINO.- Aldea en Barrantes, villa en el nuestro.
9.- DON LLORENTE.
10.- ESPERILLA.
11.- LAS PAPALVAS.
12.- LAS MARGADAS o MARJADAS
13.- LAS VENTAS DEL MADROÑO.
14.- LA MANCHUELA.
15.- LAS PIÑUELAS.
16.- PUEBLA DE LA JARA.
17.- MARUTERA.
18.- MARCHA, en Barrantes; MARTHA en el nuestro.
19.- MARCHAGAZ DE CORIA ; distinto del MARCHAGAZ, partido de Hervás, que aparece aparte.
20.- MALDUCANDA en Barrantes; MALCHINCADA en el nuestro, evidentemente el mismo por su lugar en la lista.
21.- OLGUERA.
22.- PUÑOENROSTRO.
23.- VALPARAISO; Según el Diccionario geográfico de Madoz, que data como es sabido, de 1849, era pueblo del Concejo de la Mata, término de Peraleda de la Mata, partido de Navalmoral, próximo a la carretera Badajoz-Madrid; llegó a contar hasta unos cien vecinos y desapareció hacia 1706 a causa de la Guerra de Sucesión; en tiempo de Madoz subsistían algunas paredes de la Iglesia.
24.- VILLORIA.
25.- VALENCIA DE BARRIAL.
26.- VILLALTA.
27.- VALENZUELA.

Veamos ahora localidades que perteneciendo en 1.608 a la que podemos llamar «la gran Extremadura» del P. Coria, han venido a quedar dentro de los límites de otras provincias por los azares de la política y de la Historia:

1.- ATALAYA – Barrantes cita dos y la copia que poseemos sólo uno; como en la actualidad sólo existe en nuestra región únicamente existe con este nombre el conocido municipio del partido de Fuente de Cantos, es de suponer que el otro ATALAYA sea el del partido de Ciudad Rodrigo en la provincia de Salamanca.

2.- AHIGAL – Se trata, sin duda de AHIGAL DE ACEITEROS, partido de Vitigudino (Salamanca), de los puntos más norteños de la «gran Extremadura».

3.- ALBERCA – Partido de Sequeros, provincia de Salamanca. 4.- ARGUIJUELA – Barrantes trae dos: uno es, sin duda, el Herguijuela de Trujillo y el otro el Herguijuela de Ciudad Rodrigo. 5.- BEJAR; provincia de Salamanca. 6.- CASTAÑAL Y CASAS DEL CASTAÑAL, partido de Bejar.

7.- CASAS DEL PUERTO DE BAÑOS – Solo en Barrantes – Partido de Bejar

8.- CANTAGALLO – Partido de Bejar.

9.- CUMBRES ALTAS – Creo que se trata de las tres CUMBRES (Mayores, del Medio y de San Bartolomé) de la provincia de Huelva, no de la Cumbre de Trujillo.

10.- EL CERRO – Partido de Bejar.

11.- EL SOTO SERRANO – Partido de Sequeros, en Las Batuecas, provincia de Salamanca.

12.- ENCINASOLA – Partido de Aracena, provincia de Huelva.

13.- GUADALCANAL – Partido de Cazalla de la sierra, provincia de Sevilla.

14.- MONTEMAYOR – Partido de Bejar.

15.- NAVA DEL QUEGIGAL – en Barrantes y NAVA solo en el nuestro, evidentemente el mismo por el lugar en la lista, distinto de las otras NAVAS.- Es interesante porque se trata, sin duda, de las actuales localidades próximas de NAVAS y QUEGIGAL a uno y otro lado del ferrocarril de Salamanca a Fuentes de Oñoro, nada menos que en el partido de Ledesma; es, pues, el punto más septentrional incluido en esta Corografía.

16.- HORCAJO – Se refiere, sin duda, a HORCAJO DE MONTEMAYOR, partido de Bejar.

17.- ZAMARRILLAS – Se trata, con seguridad de ZAMARRA, partido de Ciudad Rodrigo.

La tercera consideración geográfica que nos interesa resaltar es la referente a la entidad de Extremadura en cuanto a su extensión y en cuanto a su origen como unidad político-administrativa.

Sabido es que desde la alta Edad Media la palabra «Extremadura» es una expresión geográfica de aplicación común a todas zonas limítrofes o «extremas», que en este caso sólo lo eran por el sur referido al núcleo astur-leonés de los nacientes, o resurgentes Reinos cristianos; así se habla de «Soria pura, cabeza de Extremadura».

Cuándo se empieza a mencionar concretamente a nuestra región en la documentación de la época como tal unidad político-administrativa más o menos exenta es algo que acuciosamente hemos perseguido. Hasta ahora no lo hemos hallado antes del último año del reinado de Felipe II, cuando al establecerse en 1598 los «Distritos militares» en toda la nación, se constituye uno, el 9º, como «Distrito militar de Extremadura», con su capitalidad, claro es, en Badajoz; así consta en el «Libro de Acuerdos» de este Ayuntamiento. En todos los demás aspectos, y sobre todo en los económicos y rendición de cuentas, las ciudades dependen de Salamanca a lo que reiteradamente se resisten tratando de hacerlo directamente con el Consejo del Reino «como Salamanca – dicen una vez, el 1629, ha conseguido respecto de Zamora; otra cosa es la representación en Cortes que se hace directamente por las Ciudades que a ello tienen derecho, o por grupo de estas en turno; así se sigue de hecho hasta 1749 en que la centralización borbónica establece con precisión la división por provincias bajo la autoridad de un Intendente que preside todos los ramos de la administración y que en la nuestra tuvo, claro es, su asiento en Badajoz.

Pero volvamos al P. Coria que motiva estas observaciones:

En toda la obra, empezando por el extenso título de la portada fechada en 20 de Enero de 1608, se habla de «Provincia de Extremadura» como de algo por todos reconocido; pues bien, esta expresión es la primera vez que la encuentro, así escrita, en un documento de la época, recuérdese que lo de Felipe II es «Distrito militar».

Otra cosa es que nuestro autor, ya con esa mentalidad, aplica la denominación en cuestión a hechos muy anteriores, como cuando en relación, precisamente con un hecho militar, y esto es digno de tenerse en cuenta, se expresa del siguiente modo en el Capitulo 23 del Libro II: «Reinando en Castilla y León D. Enrique el IV de este nombre, habiendo alzado por Rey de estos Reinos en la Ciudad de Ávila al Infante D. Alonso, su hermano, algunos Grandes del Reino que andaban en deservicio y desavenidos con el rey D. Enrique por sus intereses particulares, publicando y diciendo que el Rey no era apto ni capaz para el gobierno de estos Reinos,,después de la erección del nuevo Rey D. Alonso, fue nombrado por Capitán General suyo para la «provincia de Extremadura» el Maestre de Alcántara D. Gómez de Cáceres y Solís para que pusiese la tierra a devoción del nuevo Rey…». Los hechos narrados tuvieron lugar en 1469.

En cuanto a la «gran Extremadura» del P. Coria basta considerar las notas anteriores para apreciar que en ella se incluyen los actuales partidos de Ciudad Rodrigo y Bejar y parte de los de Vitigudino y Ledesma; por el sur sobrepasa en toda la latitud de la región el paralelo 38º con lo que queda incluido en ella Encinasola, Cumbres Mayores y Guadalcanal. Los mapas útiles para el caso más antiguos que tenemos a mano están impresos en París y traducidos por el Ldo. D. Juan Manuel Girón en 1756. En ellos se adjudica todavía a Extremadura por el N. el partido de Bejar; por el sur coincide prácticamente con la Corografía que comentamos.

Las Cortes liberales de 1823, al hacer la división de España en provincias, división que, como es sabido, no se llevó a efecto hasta noviembre de 1833, fijaron los límites de las dos actuales provincias extremeñas. Pero esto es algo que no nos concierne ahora esclarecer y cuyas circunstancias y motivos pueden y deben ser más detenida y documentalmente tratados.

LA CIUDAD DE TRUJILLO

Transcribimos, como ejemplo, los capítulos correspondientes a la histórica ciudad donde tienen lugar los actos culturales que permiten esta moción.

Capitulo XXXII – En el cual se trata de la antigua ciudad de Trujillo y de su primer principio y fundación y de cómo fue ganada a los moros por el rey D. Alonso de León, noveno de este nombre y la dio a cierta Orden militar llamada de los Trujillenses con otras cosas de notar.

Ocho leguas de la villa de Cáceres, en lo más oriental y postrero de la provincia de Extremadura y cerca de la línea o raya por la cual antiguamente se dividía y apartaba la antigua Lusitania, de la Tarraconense, en un sitio alto, áspero y fragoso, se ve la ciudad de Trujillo. Los fundadores de ella fueron los romanos, y según lo da a entender su nombre romano, que es «Presidium Julium» o «Castra Julia», su principal poblador fue Julio César; de esta ciudad salió el poderío y mando de los romanos (sin duda el autor quiso decir… «cuando esta ciudad salió del poderío y mano de los romanos…») fue poseída por otras naciones como fueron los Alanos, y Godos y Moros de los cuales fue poseída hasta el año del Señor de 1.143, que el rey D. Alonso llamado Emperador, se la ganó con otras villas y castillos de Extremadura, y quedando los Moros de esta ciudad por vasallos y mudéjares del Rey, dio la vuelta para Toledo, y como esta Ciudad quedaba todavía en poder de moros, se volvieron presto a rebelar; esta ciudad de Trujillo, con otras villas y castillos de su comarca, fue ganada después a los moros por el rey D. Alonso de León, noveno de este nombre, de la cual hizo merced y donación con las villas de Cabañas, Alvalá, Santa Cruz y Zuferola a cierta Orden militar que en aquel tiempo había en Extremadura, llamada desde allí adelante «de los Trujilleneses», que hubo de por sí, y fue la fecha de esta cata de donación en la era de 1.233, que corresponde al año del Señor de 1.195; un año adelante de asta donación volvió esta ciudad, con otras villas de Extremadura, a perderse, porque en el año de 1.196 fue ganada a los nuestros por Abu-Jacob Ben-Jucet, rey de Córdoba y Marcos, del linaje y familia de los moros Almohades, el cual en este año entró en Extremadura destruyéndola toda, y ganó las ciudades de Trujillo y Plasencia con otras villas y castillos de la comarca, y fortaleciéndolas dio vuelta para Córdoba. En la Crónica de la Orden y Caballería de Alcántara referida por el cronista Rades de Andrada, se dice como ganó a los moros esta ciudad de Trujillo un Maestre de aquella Orden llamado D. Arias Pérez Gallego con ayuda de los Caballeros y vasallos de aquella Orden y que fundó allí un Convento de frailes caballeros y clérigos de su Orden que vivieron conventualmente para que defendiesen esta ciudad; y cosa cierta es que hubo un Convento y Orden militar en la ciudad de Trujillo llamados trujillenenses. Algunos días y (sic), andando desavenidos los Infantes de Aragón sus hermanos con el dicho rey D. Juan por haber quebrantado y ido contra cierta concordia y confederación que con el dicho Rey tenían hecha, como ya otra vez antes de esto habían hecho, los favoreció y ayudaba de secreto el Maestre contra el servicio del Rey, y el dicho Maestre D. Arias Pérez, para hacer su negocio mejor y más seguro publicaba que los tratos y hablas secretas que con los Infantes, sus hermanos, traían, eran para reducirlos y concordarlos, poniéndolos en paz con el rey D. Juan, el cual entendía y conocía bien ya los intentos del Maestre, y por apercibirse primero y ganarles de mano, envió al conde de Benavente, D. Rodrigo Alonso de Pimentel, con alguna gente y con poder para juntar todas las demás que fuese necesaria a poner cerco a la villa de Ocaña y tomarla por el Rey, echando al Maestre de ella, el cual cuando lo supo no quiso esperar al Conde, y llevando consigo a su mujer, la infanta doña Catalina, se partió de la villa de Ocaña para la de Segura, y el conde fue en su seguimiento dándole caza, y viéndose apresado el Maestre volvió a resistirle y hubieron algunas escaramuzas de ambas partes, y al fin, sin que el Conde se lo pudiese impedir, se entró en el castillo de Segura, y de ahí se partió con mucha brevedad para la ciudad de Trujillo (que como está dicho era suya) con intención de hacer guerra en la Extremadura desde esta ciudad, y el conde de Benavente fue en su seguimiento y llevando poca gente consigo, teniendo aviso de esto el Rey, le envió al Condestable D. Álvaro de Luna con mucha gente de ayuda; el Maestre, cuando supo del socorro y nuevo poder que le venía al Conde, se partió luego a la ciudad de Trujillo (creo quiere decir… «de la ciudad de Trujillo»…) no osando esperarle allí, dejando quemado un arrabal de la ciudad y fuese a encerrar en el castillo y villa de Alburquerque con trescientos hombres de a caballo y mil de a pié, por estar el pueblo más fuerte y cerca del Reino de Portugal para lo que le sucediese, a donde se le juntó D. Pedro con su hermano con alguna gente; el Condestable D. Álvaro de Luna llegó con su gente a la ciudad de Trujillo la cual se le dio luego por el Rey D. Juan y de allí se partió para la ciudad de Mérida a donde se juntó con el conde de Benavente D. Rodrigo Alonso y ambos juntos fueron a la villa de Alburquerque con intento de dar batalla al Maestre que publicaba quererla, pero no vino en efecto; después de esto el Rey D. Juan fue en persona a la villa de Alburquerque pensando que el Maestre de Santiago le acogería dentro, pero no solamente no quiso acogerle en ella, sino que hizo allí cosas contra su servicio; por lo cual el dicho Rey mando luego confiscar sus bienes y hizo allí merced de ellos repartiéndolos en esta manera: La villa de Ledesma dio a D. Pedro de Zúñiga, Justicia Mayor de Castilla con título de conde de ella, aunque después se la volvió a tomar y le dio la ciudad de Plasencia como está dicho; a D. Luis de Guzmán, Maestre de Calatrava, le dio la ciudad de Andújar; a D. Garci-Fernández Manrique, Conde de Castañeda, dio la villa de Galisteo; a D. Pedro Ponce de León, Sr. de la villa de Marchena, dio la villa de Medellín con título de Conde de ella; (a) D. Iñigo López de Mendoza, en el terminó de la Ciudad de Guadalajara que eran de la Infanta doña Catalina, hermana del Rey (sic; omisión de texto); a D. Fernando Álvarez de Toledo, Sr. de Valdecorneja, dio la villa de Salvatierra; a D. Pedro García de Herrera, de Montemayor (sic); a D. Fernando López de Saldaña dio la villa de Granadilla; las ciudades de Trujillo y Alcázar, con la villa de Alburquerque quedaron por entonces a la Corona real y el Maestrazgo de Santiago púsolo en administración en cabeza del Condestable D. Álvaro de Luna en el cual sucedió después al dicho Maestre D. Enrique (sic), a quien dio después el dicho Rey la ciudad de Trujillo con otras muchas villas y castillos en estos Reinos, las cuales poseyó por suyas todo el tiempo que estuvo en gracia y amistad del rey D. Juan, el cual después le confiscó todos sus bienes cuando en la ciudad de Valladolid le mandó degollar, y de esta manera volvió segunda vez la ciudad de Trujillo a la corona real de León, de donde había salido.

Capitulo XXXIII – En el cual se trata de cómo el rey D. Enrique IV dio la ciudad de Trujillo al Duque de Plasencia D. Álvaro de Zúñiga, y de cómo los vecinos de esta Ciudad hicieron resistencia y no le consintieron tomar la posesión de ella, y de otras dos veces que fue enajenada y vuelta a reducir a la corona real de León, con otras curiosidades.

Por muerte del Infante D. Alonso, a quien algunos llamaban Rey de Castilla y León, que sucedió en un lugar de la Ciudad de Ávila, año del Señor de 1.468, el Duque de Plasencia, uno de los que siguieron la voz en contra del Rey D. Enrique IV, se reconcilió con el dicho Rey y le pidió perdón de lo que hasta allí había hecho prometiéndole servirle fielmente, y el Rey como agradecido de esto, le hizo merced y donación de la ciudad de Trujillo; de esto fueron avisados los trujillanos y se pusieron en defensa para resistir la enajenación y tomar posesión de la Ciudad el Duque de Plasencia; el Alcaide del Castillo, que era un caballero llamado Gracián, no quiso entregar el Castillo, antes respondió que era con gran daño y perjuicio del patrimonio real y que quería conservarla a su corona real; y por esto no tuvo efecto la merced que de ella había hecho el Rey D. Enrique al Duque de Plasencia. El año del Señor de 1474 el Rey D. Enrique bajó a Extremadura y trajo consigo al Maestre de Santiago D. Juan Pacheco, que también fue Marqués de Villena, y estando en esta ciudad con el Rey le pidió le hiciese merced de ella, el cual por no desgraciarle, y también por tenerla de su parte contra los que seguían le voz de la Princesa doña Isabel, su hermana, le hizo merced y donación de ella; mas cuando el Maestre quiso tomar la posesión no se la quisieron dar sus vecinos y ciudadanos, ni tampoco se pudo apoderar del castillo porque el Alcaide de él, llamado Gracián de Sese, de quien se ha dicho no quiso entregárselo por entonces, hasta (que) al fin, habiendo habido algunos días de resistencia, y habiendo interés de por medio, se le entregó, porque le dio el Maestre la villa de San Felices de los Gallegos, que era del Conde de Ureña su sobrino, mas el propio día murió el Maestre de Santiago D. Juan Pacheco en Santa Cruz de los Templarios, al día de la ciudad de Trujillo, de una apostema o parótida que la nació en el rostro y le ahogó; y de allí a pocos días los vecinos de la villa se levantaron contra aquel su nuevo señor Gracián de Sese y a voz de pueblo le dieron la muerte apedreándole y de esta manera ni el Maestre de Santiago, D. Juan Pacheco, gozó de la ciudad de Trujillo.

TEMÁTICA DE LOS CAPÍTULOS DE LA COPIA QUE POSEEMOS

De los tres Libros y Prólogo de que consta la Obra completa, sólo contiene la copia que manejamos un «Fragmento del Prólogo» y los capítulos de los Libros 1º y 2º cuyos títulos vamos a relacionar. No se incluye nada del Libro Tercero.

El fragmento del Prólogo se reduce a indicar que el Libro 1º es una descripción geográfica de Extremadura con inclusión de sus Sierras, montañas, ríos, fuentes, ciudades y restos arqueológicos; el Libro 2º va a tratar de la «jerarquía eclesiástica» de las ciudades extremeñas y de la expansión en ella del Cristianismo. Por faltarnos totalmente el Libro 3º, damos íntegro el proyecto de su contenido, que es el siguiente: «Origen y fundación de todas sus ciudades, villas y lugares, por quien y en qué ocasión, edad y tiempo fueron edificadas y de las que han perecido. Trátase de muchas guerras que discurrió y sucesión de los tiempos han sucedido en esta Provincia (sic) e de su origen y descendencia de los más principales linajes y familias que habitan sus ciudades, villas y lugares con la etimología y declaración del tronco y cepa de a donde vienen y como algunos de ellos alcanzaron de los antiguos Reyes de Castilla y León el título de Duques y Marqueses y Condes con el dominio y señoría de algunas ciudades, villas y castillos con el número de los señores de título que en ellas hay».

No sabemos con seguridad el número de Capítulos de que constaba el primer Libro en la Obra completa pero sí que son por lo menos veintiséis pues los numerados llegan hasta el 21, pero hay cinco sin numerar, y el copista pudo dejar de transcribir alguno entre estos últimos.

He aquí los títulos de los 16 copiados, que creemos lo fueron completamente:

Capitulo 11 – En el cual se ponen las ciudades, villas y lugares de la Provincia de Extremadura, nombrándolas por el Abecedario.

Capitulo 13 – Trata de las montañas y sierras que dividen la Provincia de Extremadura por el Septentrión de Castilla la Vieja, y por el Mediodía de la Andalucía con una descripción (que) de ellas se hace.

Capítulo 14 – Trata de otras sierras y montañas que atraviesan por algunas partes da la Provincia de Extremadura.

Capítulo 15 – Trata de la Calzada real que atraviesa por Extremadura que por otro (nombre es llamada) Camino de la Plata.

Capítulo 16 – En el que se trata de algunos ríos que atraviesan y riegan la Provincia de Extremadura, y primeramente del río Tajo.

Capítulo 17 – Trata del río Alagón, que corre por la Extremadura y de otros ríos que entran en él.

Capítulo – (Se omitió el número en la copia) – Trata de como fue conquistada la provincia de Extremadura por un capitán de los moros llamado Muza y se apodera de ella; y de algunas guerras que después sucedieron.(Se ha de entender como una interpolación del autor o del copista, lo que también se deduce del contenido).

Capítulo 18 – Tratan de los ríos de Tietar, Jalón, Almonte y Vieja que corren por la Extremadura.

Capítulo 19 – Trata del río Guadiana que corre por la Provincia de Extremadura.

Capítulo 20 – Trata de los ríos de Guadajira, Botova, Gévora, Ruecas, Guadalupe y Gargáligas, que corren por la provincia de Extremadura.

Capítulo 21 – Trata de algunas fuentes notables y minerales que hay en la provincia de Extremadura.

Capítulo (Sin número en la copia) – Trata de nuestras guerras (sic) que en estos tiempos sucedieron en la Provincia de Extremadura entre moros y cristianos y del cerco que el Emperador don Alonso puso sobre la ciudad de Coria y muerte del Conde don Rodrigo Martínez Osorio.

Capítulo (Sin número en la copia).- Va proseguido el pasado (sic).

Capítulo – (Sin número en la copia) – Trata de como la mayor parte de la Provincia de Extremadura fue ganada a los moros y de un notable milagro que Nuestro Señor hizo en la conquista de ella, con un Maestre de Santiago cerca de la Sierra de Tudia.

Capítulo – (Sin número en la copia) – Van proseguido del pasado (sic).

Capítulo – (Sin número en la copia) – Y último del primer Libro (sic) – Trata en general de las Grandezas de la Provincia de Extremadura y Reino de España y valor grande de sus moradores.

LIBRO II

De los 55 capítulos de que consta este segundo Libro en la Obra solo ha recogido nuestro copista los 37 siguientes:

Capítulo 2 – En el cual se trata de le antigua ciudad de Segeda de los Arévacos que hubo antiguamente en le Provincia de Extremadura y por quien fue fundada y del tiempo en que fue destruida con algunas guerras que tuvieron con los Romanos.

Capítulo – (Sin número en la copia) – En el cual se trata de le antigua ciudad de Istóbriga, que ahora decimos de Alconeta; del tiempo y por quien fue edificada y después destruida; trátase también de la Villa de Garrovillas.

Capítulo 3 – En el cual se tratan de la antigua ciudad de Caparra que hubo en la Provincia de Extremadura y por quién fue fundada, con otras cosas pertenecientes o ella y de una inscripción que en ella se halló del tiempo del Emperador Lucio Septimio Severo.

Capítulo 4 – En el cual se trata de la antigua ciudad de Conimurgo.

Capítulo 5 – En el cual se trata de la villa y castillo de Feria.

Capítulo 6 – En el cual se trata de la antigua ciudad de Mérida.

Capítulo 7 – En el cual se trata de la ciudad de Coria.

Capítulo 14 – De la antiquísima Villa de Zalamea.

Capítulo 15 – Azuaga.

Capítulo 16 – De la villa de Valencia de Alcántara.

Capítulo 18 – Trata de la Villa de Reina.

Capítulo 20 – Trata de Badajoz, por otro nombre Pax Augusta.

Capítulo 21 – En el cual se trata de cómo fue ganada a los moros la ciudad de Badajoz por el rey D. Alonso de León, noveno de este nombre. Trata de como el rey D. Sancho IV mandó pasar a cuchillo en esta ciudad a todos los del linaje y familia de los Bejarano.

Capítulo 23 – En el cual se trata de cómo la ciudad de Badajoz fue usurpada y enajenada de la Corona real de León y de cómo se le volvió a restituir, con otras cosas de notar.

Capítulo 24 – En el cual se trata de la antigüedad y fundación de la villa y puente de Alcántara y en que tiempo fue edificada y por quién.

Capítulo 25 – En el cual se trata cómo el Infante D. Juan de Castilla se apoderó del puente de Alcántara y puso cerco a la villa, y de otras batallas reinando D. Enrique II.

Capítulo 26 – En el cual se trata de una grande Cisma que hubo en la Orden de Alcántara, y de cómo en este tiempo hubo tres Maestres electos que cada uno de ellos pretendía el Maestrazgo.

Capítulo 27 – En el cual se trata de la villa de Cáceres y de su antigüedad y por quién fue edificada y de una inscripción antigua que hay en ella del Emperador Lucio Septimio Severo: Trátase cómo esta villa fue dada a la Orden de Santiago y después fue ganada a ellos por D. Alonso de León.

Capítulo 28 – En el cual se trata de como la villa de Cáceres fue tiranizada y usurpada a la Corona de León por un Maestre de la orden de Alcántara y de cómo se le volvió a restituir por medio del Clavero de la dicha Orden, con otras cosas de notar.

Capítulo 29 – En el cual se trata de la antigua villa de Medellín y por quien fue edificada y de una inscripción antigua que cerca de ella se halló.

Capítulo 30 – En el cual se trata de la vida y hechos del famoso y valiente capitán D. Fernando de Cortés, primer Marques del Valle, natural de la villa de Medellín, conquistador y General de la Nueva España y provincia del Imperio Mejicano.- Trata de otras curiosidades de esta villa.

Capítulo 31 – En el cual se trata del origen y descendencia de los Condes de Medellín con la declaración y antigüedad de este título.

Capítulo 32 – En el cual se trata de la antigua Ciudad de Trujillo y de su primer principio y fundación, y de cómo fue ganada a los moros por el rey Alonso IX de León y la dio a cierta Orden Militar llamada de los Trujilleneses, con otras cosas de notar.

Capítulo 33 – En el cual se trata de cómo el Rey D. Enrique IV dio la ciudad de Trujillo al Duque de Plasencia D. Álvaro de Zúñiga, y de cómo los vecinos de esta Ciudad hicieron resistencia y no le consintieron tomar la posesión de ella; y de otras dos veces que fue enajenada y vuelta a reducir a la Corona Real de (León), con otras curiosidades.

Capítulo 34 – De la villa y castillo de Magacela.

Capítulo 41 – Trata del antiguo castillo de Palomera.

Capítulo 42 – Del antiguo castillo de Atalaya que hubo en Extremadura, que ahora está destruido.

Capítulo 43 – En el cual se trata de la villa de Granada; del tiempo y por quién fue edificada.

Capítulo 44 – En el cual se trata de la ciudad de Plasencia y de cómo fue edificada por el Rey de Castilla D. Alonso VIII, llamado «el Bueno».

Capítulo 45 – En el cual se trata de la villa y antiguo Castillo de Ramiro.

Capítulo 46 – Trata de la villa de Bejar.

Capítulo 49 – En el cual se trata del antiguo castillo y villa de Santibañez de Mascole.

Capítulo 50 – En el cual se trata del antiguo castillo y villa de Portizuelo.

Capítulo 51 – En el cual se trata del fuerte castillo y villa de Alburquerque.

Capítulo 53 – En el cual se trata de la villa y castillo de Benquerencia.

Capítulo 54 – En el cual se trata de la villa de Villanueva de la Serena.

Capítulo 55 y último del libro (sic) – En el cual se trata de una solemne procesión que se hace en la villa de las Brozas, provincia de Extremadura, todos los años el día de San Marcos Evangelista en la cual se trae un toro muy bravo.

CONCLUSIÓN

Terminamos este breve comentario bibliográfico, en el que a la aridez, aunque densidad del tema, se ha unido la sequedad de estilo del autor de estas precipitadas líneas, terminamos, repito haciendo votos por algo que está ya en la mente de quienes hayan tenido la paciencia de seguirnos: que alguna vez se haga una edición completa y crítica, con la fluidez y realismo que exigen los tiempos modernos, de la Historia del P. Coria que hemos presentado con lo que la bibliografía y la cultura extremeñas añadirá un punto más a sus ya reconocidos y universales valores.

Badajoz, septiembre 1.973
Arcadio Guerra Guerra Académico C. de la Real de la Historia.

Oct 011978
 

Patricio Guerin Betts.

En carta de 2 de septiembre me comunica el P. Georges Boterrau, Director adjunto del Archivo Romano de la Compañía de Jesús, lo siguiente:

Cristóbal de Lobera nació en Medina del Campo alrededor de 1544. Entró en la Compañía de Jesús en Plasencia el 4 de julio, 1558. Lo recibió el rector del colegio, P. Martín Gutiérrez. A principios de 1562, a preguntas del Visitador, P. Jerónimo Nadal, enviado desde Roma por el P. Diego Lainez, sucesor de S. Ignacio, contestó de la siguiente manera. Sus padres han fallecido. Tiene una hermana que, «por casar tiene suficientemente». La salud de Cristóbal «Un poco tengo el estómago opilado». A escogido la Compañía de Jesús «con motivo de ir a Indias y ser bueno». «Entré muy contento y consolado». Ha practicado los Ejercicios de San Ignacio, los de la primera semana dos veces durante dieciséis días. Ha enseñado el catecismo y hecho la peregrinación prescrita para los novicios en plan de mendigar. Ha hecho los servicios domésticos y confesión general cinco veces. Ha renovado seis veces los votos de religión en público y muchas más en privado… Antes de entrar a novicio a los catorce años, ya practicaba el ayuno y la disciplina y algo también la oración mental y vocal. En Plasencia estudió dos meses como novicio y estuvo muy enfermo durante el resto del noviciado. Siguió de novicio en Simancas y Villar. Actualmente está en Ocaña, donde sustituye al portero, cuando hace falta. Repasa la gramática y sus otros estudios. Siempre tiene gran deseo de ser enviado ahora las Indias y «tengo voto de ello». Antes de entrar en el noviciado había estudiado unos dos años y medio en Medina y Plasencia la gramática y un poco de retórica. No le gusta mucho el estudio, mas sí la Teología. Cree que tiene cierto talento para predicar. Tiene buena memoria. Al año siguiente (1563-1564) está todavía en Ocaña. Su Superior advierte que tiene «un raro talento de predicar, aunque la voz y la salud no le ayuda». Estudia filosofía (artes). Luego pasa cuatro años en Alcalá para estudiar Teología. Antes de ser ordenado sacerdote el 25 de abril de 1572 en Toledo ha hecho la profesión de los tres votos el 12 de diciembre de 1571, según la prescripción del Papa Pío V (contraria a las constituciones de San Ignacio, que reservaba la profesión para después del sacerdocio). Desde 1573 y hasta la muerte en 22 de diciembre 1616 en Plasencia hay pocas noticias. Siempre está enfermo. En 1574 es enfermero en Plasencia (no será una confusión por enfermo? Creo que no). En 1587 está en Ocaña de predicador, «es muy enfermo». De 1590 a 1602 en Murcia, siempre enfermo y sin oficio. Desde 1611 hasta la muerte en Plasencia enfermo.

Según el P. Berthold Ignace de Sainte Anne (Vie de la Mére Anne de Jesús, tome I,p. 24) habría escrito varias obras, entre ellas dos volúmenes sobre la predicación y explicación de los evangelios de todo el año. No parece que se hayan publicado estas obras.

Viaceli (Cóbreces 14 de septiembre 1978)

Es Patrona de la ciudad episcopal de Plasencia la Virgen del Puerto. En su honor construyó una ermita el canónico y chantre de la Catedral. D. Diego de Lobera, fallecido en 1502 y cuyo sepulcros se conservaba en el claustro en 1631. Había en dicha ermita tres escudos de armas de los Lobera.

Dice Ángel Manrique en su Vida de la Venerable Madre Ana de Jesús (Bruselas 1632) que el apellido Lobera que llegó a Plasencia con el Canónigo y sus hermanos. De estos debieron descender los que vamos ahora a mencionar: Cristóbal de Lobera y Torres, jesuita, y su hermana la Venerable Ana de Jesús y otro Cristóbal de Lobera y Torres y su hermano jesuita, primos de los otros dos. Nacieron aquellos en Medina del Campo, Cristóbal hacia 1540 y Ana el 25 de noviembre de 1545, hijos de Diego de Lobera y de Francisca de Torres. Sus primos nacieron en Plasencia, al menos Cristóbal en 1556, hijos del licenciado Diego de Lobera y de Francisca de Torres, lo cual no deja de ser chocante.

Teníamos la esperanza de hallar en el archivo de la Chancillería de Valladolid algún expediente de hidalguía de estos Lobera, mas no se les cita. Hay un Pedro de Lobera, vecino de Villalón en 1522. Procedía de lugar de Lobera en la Junta de Sámano, valle de Salcedo, en las Encartaciones de Vizcaya, hoy provincia de Santander. La casa era solariega, muy antigua y con escudo. Otañes era una de las cinco anteiglesias de la Junta de Sámano y Gibaja bajo la jurisdicción de Castro Urdiales. Aunque no haya mención de los Lobera de Plasencia, cabe que hubiese habido parentesco, ya que por de pronto dice Manrique que decían que la madre era originaria de Vizcaya.

El padre nació en Plasencia, pero no sabemos por qué motivo estaba en Medina del Campo al tiempo de nacer sus hijos y allí murió mucho antes de llegar Ana al uso de razón. Cuando ya tenía los siete años, era sorda y muda. Entonces comenzó a hablar. A esta misma edad recibió el sacramento de la confirmación. Quería cambiar su nombre por el de Francisca, pero su madre no lo consintió. A los nueve años quedó huérfana también de madre. Ella y su hermano fueron recogidos por la abuela materna. A los quince quiso marchar a Plasencia a casa de su abuela paterna y su hermano la ayudo.

En 1562 se hizo beata de la Compañía de Jesús. Dice Manrique que halló entre los papeles de fray Basilio Ponce de León un relato de cómo Ana salvo a Plasencia de la inminente destrucción. Alcanzó del Obispo que se aplazase una fiesta de cañas y toros. Aquella misma tarde se descubrió que estaban las casas minadas. Añade Manrique que, en caso de ser canonizada, sería una buena Patrona para Plasencia.

En busca de su vocación Ana acudía a la Virgen del Puerto. Tomó el hábito de Carmelita descalza en Ávila y profesó en San José de Salamanca a 22 de octubre de mil quinientos setenta y uno, traída allí por Santa Teresa.

Claro que no podemos extendernos en la vida de esta Venerable. Fue Priora en Beas. Algunos dijeron (p. 209) que en grandeza de ánimo excediera a la misma Santa Teresa. Y el párrafo que sigue merecería reproducirle si no fuera en gracia de la brevedad. En el libro cuarto se la presenta como fundadora en Granada y Madrid. San Juan de la Cruz compuso algunas de sus canciones a ruegos de ella (p. 251). Dice Manrique (p. 253) quieran parecidísimos. Por canciones entiéndase el Cántico Espiritual y más concretamente: A dónde te escondiste Amado, citado textualmente por Manrique.

Desde el libro sexto se trata de sus fundaciones en Francia y Bélgica, todo interesantísimo, pero largo. En la página 65 de este libro aparece la carta por la cual la Infanta Isabel Clara Eugenia la invita a Flandes, día de Santo Domingo de 1606. Promovió la traducción de las obras de Santa Teresa e hizo imprimir el libro de las fundaciones. (p. 82). Fray Luis de León compuso a instancia suya (p.97) el Comentario al libro de Job y ella insistió en que se imprimiese.

Una vez fallecida, sano a su primo Cristóbal, obispo de Osma (p. 202 del libro VIII) en septiembre de 1621. El mismo Obispo lo declaró ante notario en Ucero a 18 de abril, 1622. Dicho Señor falleció el año que se publicó la obra de Manrique. La Venerable había fallecido el 4 de marzo de 1621.

Acerca de su hermano Cristóbal se sabe poco. El P. Sommervogel en su Bibliotheque de la Companie de Jesús dice que entró en el noviciado hacia 1561. Sería, pues, poco después de ir a Plasencia y hacia la época en que Ana se hizo beata de la misma Compañía. Fue autor de varias obras, entre ellas una sobre la predicción y sobre las homilías del evangelio de todo el año. Sin embargo añade, que en los archivos de la Orden sólo figuraba un hermano coadjutor de ese nombre, que en 1574 era enfermero en Plasencia. Murió en España hacia 1617 y Ana le vio subir derecho al cielo.

Sobre el primo jesuita, a quien llama nuestro Gómez de Torres, escribe Ana a su hermano de él, el obispo Cristóbal, quien no había que tener pena, que muy poco padeció el por sus mocedades y al año siguiente le dice: Creo cierto goza de Dios el nuestro Gómez de Torres y no quiso decir más.

Ya sólo queda hablar del obispo Cristóbal. De este si se puede decir mucho. Manrique no quiso explicar más ampliamente la genealogía de los Lobera por lo herir la modestia de D. Cristóbal. Estudió en Salamanca. Dice Gil González Dávila (t.IV,l.IV,c10 del Teatro Eclesiástico, Salamanca, 1618) que le conoció de canónigo en Roma. Fue maestrescuela varios años en Plasencia, luego abad sucesivamente de Ampudia y de Lerma y a continuación en dieciséis años ocupó cinco mitras.

Primero la de Badajoz desde 1616 a 1618. Consagrado en Madrid en San Andrés por D. Andrés Pacheco, obispo de Cuenca en 25 de enero, 1616. El nombramiento fue en 16 de noviembre del año anterior y su entrada solemne el Miércoles Santo, 30 de marzo. El Sr. Obispo en su breve estancia hizo lo que pudo y entre otras cosas quiso hacer una fundación de monjas Carmelitas descalzas, para lo cual se carteó con su prima, la Venerable Ana, que le animó, pero el provincial se negó. Por fin consiguió una fundación en Talavera (no de la Reina) y fue el primer maestro de capilla, porque las enseñó el tono en que habían de cantar.

Pero el Obispo ya tenía otro destino: Osma. Aquí tuvo un pleito muy importante en defensa de los derechos de la Mitra contra el condestable de Castilla. Lo refiere J. Loperráez y Corvalán en su Descripción Histórica del Obispado de Osma (Ma. 1788),t.III,p. 402. Se conservaba en el archivo catedralicio un tanto corregido de mano del Obispo de la demanda enviada a la Chancillería de Valladolid. Dice Juan Solano de Figueroa, autor de la Historia Eclesiástica de Badajoz, que allí (Osma) se dio tanta prisa en merecer, que en breve tiempo (1622) pasó a Pamplona. Y ya tenía 66 años. Y en Pamplona debió hacer algo parecido, porque el 23 de septiembre, 1625, entraba en Córdoba. Por de pronto lucieron sus limosnas. Donó a su iglesia una lámpara fénix de las lámparas y dotó a los ministriles que acompañaban al Viático. Muy devoto de San José. Visitó personalmente las iglesias de la Capital y en 1627 comenzó a visitar la diócesis, ya de setenta y un años. Quiso establecer la fiesta de Santa Teresa de Jesús para el 5 de octubre con octava, pero al Cabildo le pareció demasiado y se quedó en semidoble. De todos modos dirigió al Cabildo un manifiesto en defensa del patronato de la Santa, más ellos se resistieron. Insistió en examinar a los confesores religiosos en lo aprobó Urbano VIII por una Bula de 13 de octubre de 1627, confirmada en 30 de enero, 1629, que pueden verse en las Sinodales. Algunos religiosos se declararon en huelga de no confesar ni predicar. Tuvo otra desavenencia con el Cabildo sobre la contribución al Rey. En 1629 visitó parte de la Diócesis. Asistía con frecuencia al coro y era muy amante de la música. A primeros de junio de 1629 recibió la noticia de su nombramiento para arzobispo de Santiago de Compostela, pero, a pesar de sus tropiezos con el Cabildo, no quiso abandonarlos, ni tampoco lo quisieron ellos si no que pidieron al Rey le dejase en Córdoba. Regaló quinientos ducados a la iglesia de Badajoz. En 1630 hubo mucha hambre en las provincias vecinas y el Obispo gastó todas sus rentas en limosnas. El 25 de julio de 1631 predicó el Magistral el sermón de Santiago y Lobera le excomulgó, pero el Canónigo tenía de León no sólo su nombre (Dr. Lucas González de León) sino también el espíritu e imprimió el sermón. Por fin el gran devoto de Santa Teresa absolvió al gran devoto de Santiago.

Ya el 13 de marzo de este año visitó al Cabildo y les dijo que por lo rehusar en pocos días dos obispados, había aceptado el de Plasencia, su patria, más que se iba con mucho sentimiento. Le contestó atentamente el Deán. Salió para Plasencia el 16 de marzo. Esto hace pensar que hay un error en las fechas.

Según algunos fue ahora cuando le nombraron para Santiago, aunque esto contradice a las noticias de Córdoba. En Plasencia aparte de su actuación general mandó labrar una muy suntuosa ermita dedicada a Santa Teresa, fuera de la ciudad en dirección a Trujillo, muy bien dotada. Falleció el 21 de octubre de 1632 y por disposición testamentaria, aunque enterrado provisionalmente en la Catedral, fueron trasladados sus restos en 27 de julio de 1637 a dicha ermita. Tenía oído muchas veces Solano quiere el cuerpo estaba incorrupto al lado del evangelio con el correspondiente epitafio, por el cual constaba que entre otras cosas fue electo de Santiago y obispo de esta ciudad (por este orden). Dícese que tratan de él fray Alonso Fernández en su Historia de Plasencia y Tamayo en la Vida de San Epitacio. Algunos le atribuyen una obra sobre los salmos.

No cabe duda que la Venerable Ana de Jesús Lobera y Torres y su primo D. Cristóbal de Lobera y Torres fueron dos personajes de gran relieve y muy ligados a Extremadura.

El contenido de las páginas de esta web está protegido.