Oct 012011
 

Fernando Moreno Domínguez.

 

1.  INTRODUCCIÓN

Durante muchos años he tenido que recorrer la provincia de Cáceres, y he llegado a conocer a fondo la red de caminos bruñida en su orografía, así he conocido también su cartografía, y esto me ha proporcionado un conocimiento global de la misma. En este sentido, me gustaría poner de manifiesto la presencia de varios tramos de calzada romana, algunos de ellos inéditos y conectados entre sí por los que fueron antiguos caminos naturales en la prehistoria, que trascurren en línea recta con una intención predeterminada conformando el trazado de la calzada romana  Corduba–Portus Cale.

Mi principal objetivo es dar a conocer estos tramos de calzada romana, que ayudados por otros hallazgos bibliográficos, me han hecho ver el modo en que caminos y libros juntos y en sinergia han compuesto este trazado que ahora les explico.

En esencia, esta prospección se desarrolla sobre la calzada romana Corduba a Portus Cale, ya estudiada en su día por Antonio Álvarez Rojas. Comparto su argumentación y su dirección, también comparto el interés metalúrgico que él le supone a este itinerario; incluso con la variante del trazado que ahora explico se incrementa ese carácter estratégico minero al incluir Villasviejas del Tamuja y su producción de plata a gran escala. El trazado que dicho autor propone transcurre casi paralelo al que yo propongo, si bien difiero en el tramo que va desde Alcántara hasta Villar de Rena, y es en este tramo donde centro este estudio. El trazado que a continuación describo, se desvía hacia el este unos pocos kilómetros en este tramo con respecto a la propuesta de Álvarez Rojas, en el resto del trazado estoy de acuerdo con el antiguo director del Museo de Cáceres, al que agradezco su trabajo pues da sentido a mis hallazgos.

He trabajado con fotografía aérea, sistemas de información geográfica digitalizada, cartografía antigua y actual, revisando todas las ediciones, y buscando la cartografía más antigua posible; documentación de archivo y bibliográfica y, sobre todo, he desarrollado un trabajo de campo pormenorizado cuadrícula a cuadrícula durante varios años.

Es importante hacer constar que la calzada que propongo, al igual que las calzadas que proponen otros autores que pasan por encima del puente de Alcántara, que es donde únicamente coincidimos, no está registrada en ningún itinerario clásico, ni siquiera en fuentes clásicas, tampoco existen miliarios en ninguno de los trazados propuestos por los autores que más abajo menciono. Por estas razones hay que considerarla secundaria a pesar de disponer del mejor puente romano de Hispania.

También importa destacar que el destino final de esta calzada como Oporto, es como decir Bracara Augusta, ya que está a 40 km más al norte que Portus-Cale: la actual Braga fue en época romana sede del Conventus Bracarensis primero y después en época de Diocleciano fue capital de la provincia Gallaecia, y como es lógico las dos capitales de la Baetica y de la Gallaecia debieron estar comunicadas.

En origen, la calzada que nos ocupa es una vía de comunicación natural que conectaba en las edades de los metales, sobre todo desde el Período Orientalizante y la Edad del Hierro, importantes asentamientos como Cancho Roano en Zalamea de la Serena,, La Mata de Campanario, Castillejo de Robledillo de Trujillo, Villasviejas del Tamuja, el Torreón de Abajo (Cáceres), el Risco de Sierra de Fuentes, el propio Cáceres como castro prerromano (hipótesis la de éste último ya barajada por Álvarez Rojas) y además los lugares de Pasto Común, Cabeza de Araya, Cerro de Mariperales, Castillejo de Villa del Rey, Cerro los Pilones y pasando muy cerca del Castillejo de la Orden, y también cerca de la Muralla de Alcántara, entre otros. Tal es así que los romanos se limitaron a crear o reparar los tramos de difícil tránsito, como es el caso de los pasos de sierra, vados y puentes. Por desgracia el expolio ha sido más que considerable, tanto que a 200 m del mismo puente de Alcántara sólo queda la roca viva donde antaño se hallaba la estructura de la calzada.Y esto se repite en todo el trazado, salvo en escasas excepciones donde la abundancia de piedra y el difícil acceso disuadieron a los lugareños de optar por el saqueo de la antigua vía.

2. ANTECEDENTES BIBLIOGRÁFICOS.

J. Ramón Mélida afirmaba que la calzada iba de Cáceres a Alcántara, hipótesis que sigue Roldan Hervás y J.M. Blázquez Martinez y este último afirma que desde Alcántara seguía hasta Viseu, desde aquí en Talabriga, dos posibilidades o bien a Olissipo (Lisboa) o a Bracara Augusta, cercana a Portus-Cale. Por otra parte, J. M. Fernández Corrales sostiene que esta vía partía de Medellín y se dirigía a Cáceres por la carretera de las Torres, y desde aquí llevaba a Alcántara.

Hay numerosas referencias por autores portugueses al trazado desde Mérida a Braga (Javalhoy, Coelho y Soares Mantas) y es muy probable que Córdoba, capital de la Betica, estuviese comunicada con la capital de la Gaellica con anterioridad a la fundación de Mérida. Más adelante veremos que se trata de un camino anterior.

A. Álvarez Rojas la llama calzada del Puente de Alcántara y apunta que se trata de la calzada Córdoba – Oporto, y deja a Cáceres a unos 3 ó 4 km al noreste para dirigirse por Malpartida de Cáceres, Arroyo de la Luz, Brozas y, desde aquí por el Camino de los Charros, hasta Alcántara. Este trazado es avalado por los trabajos de campo de J. Gil Montes, que la llama Vía da Estrela. Este camino desde Malpartida y Arroyo de la Luz por Brozas y el Camino de los Charros tuvo un uso intenso durante más de tres siglos para llevar en carros o carretas la lana de los lavaderos de Malpartida y Arroyo de la Luz hasta la Sierra de la Estrella, concretamente hasta Covilha, donde estaban los centros manufactureros de la lana. Tan intenso uso originó frecuentes reparaciones y enlosados que han llevado al error de creerlo calzada romana, incluso de registrarla en cartografía vigente. He de señalar que a su llegada a Alcántara este trazado sufre enormes subidas y bajadas en el río Jartín. que en el trazado que propongo no se dan; además es poco viable conectar desde este punto con el santuario de la Virgen de los Hitos como propone J. Gil Montes.

3. DESARROLLO

El expolio es una constante en este trazado, así que he estado buscando y encontrando más pistas sobre el desmantelamiento que sobre la propia calzada en buen estado de conservación.

He planteado este estudio sobre una sistemática de trabajo que baraja unas evidencias claras que considero que son argumentos muy contundentes (como por ejemplo tramos de calzada en buen estado, puentes romanos) y que son reforzadas por otros indicios probables (ya sean indicios físicos tales como puentes, caminos con señales de desmonte de calzada; o bien indicios teóricos tales como teorías y trabajos de otros autores y los topónimos); y apoyando a los anteriores, otros indicios (restos romanos próximos, rastreos cartográficos, y señales físicas menos fiables). Así el trazado que propongo quedará con tres categorías: Tramo seguro (1), Tramo probable (2), y Tramo posible (3) deseando que en próximos estudios y quizás con otros métodos, como prospección arqueológica, vuelos aéreos, etc., puedan pasar a Tramos seguros.

4. EVIDENCIAS CLARAS

Se citan en sentido geográfico desde Alcántara a Rena.Calzada cerca del puente de Alcántara hacia Piedras Albas. Se trata de la prolongación de la tabla del puente de Alcántara. Toda ella está ya desmantelada, los pocos restos que quedan son los bordes de la calzada y los trabajos de cimentación de cunetas.Puente de Alcántara. Impresionante cómo se alza cual monumento al in- genio humano de dos milenios de antigüedad, al lado del mísero ejemplo de la condición humana que ha arrasado la calzada que lo cruzaba y le daba sentido.

Restos de calzada cerca de la Virgen de los Hitos. En el llamado aquí camino de Alcántara a Garrovillas. Sobrepasado el santuario de La Virgen de los Hitos, casi enfrente de la entrada de la casa del Cortijo, se aprecia el trabajo de cunetas cimentadas y restos de calzada. Más adelante, cerca del cerro Los Pilones, y del arroyo Corredor, se aprecian los restos de un vado empedrado que es en verdad la calzada romana seccionada por el arroyo donde se ve su estructura. Un poco más adelante en la Dehesa de Ruipáez (término municipal de Mata de Alcántara) se aprecian varios tramos.

Los nueve tramos de calzada en Cancho Portugués (Navas del Madroño). Por estar en una zona de mucha piedra suelta y de Rivero se han salvado de la barbarie. El enclave por donde discurre es el llamado Cancho Portugués, en el cerro de Cabeza de Araya, donde nacen las dos Riveras de Araya; el primero de ellos antes de llegar al cruce que en dirección Norte (como buen camino de trashumancia) se dirigiría al Vado de Acehuche. Los restantes, algunos en muy buen estado de conservación, van sorteando los bloques graníticos del canchal, con pendiente suave hasta bajar al llano.

Colonia Norba Caesarina. Como comento a continuación, Clemente Roswag (1853) describe la calzada que iba desde Villasviejas del Tamuja a Cáceres. Si Cáceres es punto seguro del recorrido, además de ser colonia romana, entonces, si trazamos una línea recta entre Cáceres y Alcántara (52km.) resulta que dicha línea pasa por encima de los nueve tramos del Cancho Portugués y que el punto medio de esa línea está apenas a un kilómetro del primer tramo de los nueve existentes, y allí hay restos que parecen romanos (Pontón de la Nava).

Restos de Calzada en La Mingajila (Cáceres)

Villasviejas del Tamuja. Este tramo ya fue descrito en el año 1853 por el ingeniero civil de minas D. Clemente Roswag, como recientemente recoge A. González Cordero.

Restos de calzada en el camino de Salvatierra de Santiago a Robledillo de Trujillo

Calzada en Puerto Viejo de Robledillo de Trujillo (Cáceres). Son casi 700 metros. de calzada con conservación irregular, pero hay tramos muy buenos. Por las características geográficas del Puerto Viejo, con 490 msnm, resulta ser el mejor paso de la Sierra de Montánchez, en igual rango que el Puerto de la Cagaluta que está a 700 metros de él. Los otros pasos de esta sierra son el Puerto de Santa Cruz, que también corona a 490 msnm. pero se aleja de la dirección que pretende esta calzada. El Puerto del Burro, con 572 msnm, es más abrupto y más elevado. El Puerto de Valdemorales corona a 590 msnm. Es por éste por donde A. Álvarez propone el paso de la calzada. Y el puerto del Jabalí con 576 msnm y alejado de la dirección.

Restos de calzada en el sitio de Camino de Santa Ana (Escurial). Aquí sólo quedan los bordes.

Todos estos tramos de calzada coinciden en su anchura de cinco metros y medio.

5. INDICIOS PROBABLES

Éstos lo son en tanto se alinean en rectitud con los tramos evidentes

En el siglo XVI, en1594 en el Libro de los Millones, se citaba a Navas del Madroño como Venta del Madroñal, esto significa que ya era en épocas medievales cruce de varias cañadas trashumantes: la que iba de Cáceres a Alcántara y la que iba de Alburquerque a Garrovillas o al vado de Alconetar; fuera quizás en época romana una posible mansio a mitad de camino entre Alcántara y Cáceres.

La calzada realiza el paso por la Falla de Plasencia, cerca de Cabeza de Araya, en Navas del Madroño, por el único punto donde no hay río, concretamente entre el Cancho Portugués y los cercados de Gamboa. Esto es de gran importancia a la hora valorar el trazado óptimo del itinerario entre Alcántara y Cáceres. Por otro lado esta falla representa un corredor prehistórico ya descrito por A. Álvarez Rojas et al . que conectaba la meseta desde Gredos hasta el cabo de San Vicente en el sur de Portugal. Desde este lugar hay numerosos asentamientos cercanos : siguiendo hacia el suroeste, por la Rivera de Araya entrante en Salor Sansueña a unos 12km; Cerro del Águila, y Sierra del Aljibe de Alis da a 16 km.; a 600 metros al norte Cabeza de Araya con sus dos castros (bronce final y en mi opinión también hierro inicial) y hacia el noroeste siguiendo el cauce de la otra Rivera de Araya entrante en Tajo ( se trata de dos ríos diferentes con un mismo nombre), Pasto Común, Pico del Águila (calcolítico), Valle- luengo (tardorromano), Castillones de Araya (hierro inicial), Alconetar (hierro pleno); Turmulus (romano) en el río Tajo, y Cerro del Garrote (calcolítico); y representa este lugar la conexión de esta vía con el vado de Alconetar y la Vía de la Plata, a través del corredor del Dique de Plasencia.

Los lugareños de Navas del Madroño han transmitido de generación en generación que ésta es la calzada (en el Cancho Portugués) que se dirige a Alcántara.

Entre Navas del Madroño y Cáceres, a lo largo de varios kilómetros sirve de separación entre los términos municipales de Arroyo de la Luz y Casar de Cáceres, así como entre los de Cáceres y Casar de Cáceres, situación que se prolonga en el arranque del camino de Botija, donde sirve de deslinde a los términos municipales de Cáceres y Torreorgaz. De manera análoga también en Los Alijares y Las Caballerías la calzada separa términos municipales. Como apunta el ingeniero Isaac Moreno Gallo, el que las viejas calzadas romanas sirvan de linderos entre términos municipales o de diócesis es algo común.

Otro dato histórico que fundamenta la pervivencia de este trazado es que la Encomienda de Alcántara tuviera en la comarca de la Serena propiedades y, ambas, debían de estar conectadas por una vía precedente. El hecho de que fuera camino usado en la Edad Media por la Orden de Alcántara para gobernar y defender estos territorios puede estar avalado por la existencia de dos “Hospitales medievales”: uno en Salvatierra de Santiago y otro en Robledillo de Truji- llo donde la calle Hospital señala su antigua ubicación.

Hasta el siglo XVIII estaba prohibido murar las fincas. Una vez levantada esta prohibición se ejerció una presión brutal para extraer toda la piedra medianamente preparada de, por ejemplo, calzadas y puentes en desuso, de forma especial en tierras donde las piedras sueltas en superficie son escasas, como es el caso de algunas zonas de la penillanura cacereña. Así se explica que en paisajes berroqueños, y de difícil acceso, sea más fácil encontrar restos claros de calzada y quizás otras ruinas, ya que hay más materiales para la construcción de muros y cercas, y por ello la calzada ha sufrido un menor expolio. Como ya dijimos, solo se conservan algunos tramos en zonas de sierra de difícil acceso y, sobre todo, de difícil saqueo y con abundancia de materiales de construcción entorno a ellos.

Relacionada con la prohibición de murar estuvo la trashumancia, y unido a ella, el hecho de ser todas las comarcas, por las que discurre esta calzada, eminentemente ganaderas. La combinación de ambos factores ha dado lugar a que la calzada no se haya conservado de igual forma que otras vías romanas que cruzan la España agrícola. En aquellas zonas castellanas vinateras y de “pan llevar” el laboreo afectó de manera limitada a la traza de las calzadas, que eran aradas pero no arrasadas, que es lo que sucede en nuestro caso, donde los elementos que componen la vía han sido reutilizados para construir presas, molinos, casas, tinados y, sobre todo, para levantar cercados, que más que para guardar el ganado, se alzaban para evitar que los rebaños trashumantes penetraran en huertas, sembrados, y pastos, escasos por otra parte debido a la pobreza propia de estos suelos, de escasa potencia además de ácidos. Estas características edafológicas del suelo, unidas a una climatología semiárida, de irregular pluvimometría, han hecho que en estas comarcas tuviesen durante siglos un único y estacional uso: la ganadería trashumante.

Los trazados de muchas de las actuales carreteras, siguiendo el criterio de unir pueblos de una comarca en torno a una sola carretera y así optimizar recursos, son obra de la época de los Borbones. Esto se observa en la carretera de Alcántara, y en la carretera de Botija. Sin embargo, anteriormente se seguían otros criterios, buscando la línea recta, y así cada pueblo tenía su camino hacia el pueblo que era cabecera de la comarca. En mi opinión, parece que los humanos tenemos una manera especial de fijar en nuestra memoria un camino que aprendemos por primera vez, como si quedase muy bien “impreso en nuestra mente” y luego ya nos cuesta trabajo rectificarlo y admitir que hay otros; y lo fijamos de tal modo que nos parece que por sentido común un camino ha de ser como lo hemos aprendido y fijado, y no como la orografía aconseja que debe ser.

6. OTROS INDICIOS

LISTADO DE TOPÓNIMOS:

Virgen de los Hitos1 . Alcántara.

Arroyo Corredor2. Alcántara.

La Carriona. De la misma raíz y significado que el topónimo precedente.

Venta del Madroñal. Navas del Madroño

Barrio del Gallo3. Navas del Madroño.

Pontón de la Nava. Navas del Madroño.

Cancho Portugués. Navas del Madroño.

Cercados de la Calzada. Navas del Madroño.

Los Galeses. Navas del Madroño.

Gamboa. Navas del Madroño.

Majano de Antonio Maria. Casar de Cáceres.

Piedra Hincada. Salvatierra de Santiago.

Calle Travesía del Hospital, en Robledillo de Trujillo.

Valle de los Machones. Robledillo de Trujillo.

Camino la Venta. Escurial.

Calle Portugal. Escurial.

Vereda de la plata.

Carril de Alcántara.

7. RUINAS Y RESTOS ROMANOS PRÓXIMOS A LA CALZADA

Vado con restos romanos cerca de la Virgen de los Hitos. Alcántara.

Vega de las Marquesas. Brozas.

Ejidos de Navas del Madroño.

Navas del Madroño.

Pontón de la Nava. Navas del Madroño.

Fuente del Pilar. Arroyo de la Luz

Charca del Saguazal. Arroyo de la Luz.

Vega de Pasto Común. Arroyo de la Luz.

Alto de Campanario. Casar de Cáceres.

Casa La Parra. Arroyo de la Luz

Pozo Morisco. Casar de Cáceres

La Doblera (Solana del Casar). Casar de Cáceres.

Las Viñas de la Mata. Cáceres

Casa Quemada. Cáceres.

Casa Martín. Cáceres

Marradas de la Sociedad. Cáceres.

CÁCERES.

La Alberca. Cáceres

Castillo de la Señorina, Cáceres, que no es sino un fortín romano de vigilancia de la calzada ubicado en un pequeño altozano en el puerto de la Señorina

Las Trescientas. Cáceres.

Madrilejos. Cáceres.

Palazuelo. Cáceres.

Alto de la Mingajila.

Villasviejas del Tamuja.

Botija Fontorro. Botija.

Fortín Romano de vigilancia en  Salvatierra de Santiago.

Gibranzos. Robledillo de Trujillo

La Malena. Robledillo de Trujillo.

Alijares. Robledillo de Trujillo

Caballerías. Ibahernando.

Calamochas. Villamesías. Creo que es en este sitio donde se cruzaban la calzada objeto de este estudio y la que desde Mérida se dirigía a Caesaraugusta, pasando por Trujillo se dirigiría después hacia Villamesias (Los Osarios) hacia aquí se dirige el llamado camino de La Venta, y no se sabe cual es esa venta, seria las Calamochas, mansio que después se llamó La Venta

Pozo la Venta. Escurial.

Deshijos. Escurial.

8. LA DESCRIPCION DE CLEMENTE ROSWAG

En una obra que no ha llamado la atención, seguramente por parecer que se trata de un informe de minería, gracias al trabajo de A. González Cordero ( El castro de Botija y sus minas. Una revisión historiográfica de Clemente Roswag. 2009) he podido acceder a esa información tan valiosa en mi trabajo, pues C. Roswag, ingeniero civil de minas, hace un estudio pormenorizado de la explotación minera romana del distrito minero de Plasenzuela-Botija, contabilizando más de 2500 bocas de minas, con el propósito de reprocesar las escorias que dejaron los romanos o bien encontrar nuevos filones y ponerlos en explotación. También describe el yacimiento arqueológico y lo adscribe a la época romana, por las herramientas de minería que se encontró, y los hallazgos frecuentes de monedas y otros objetos romanos. Llegó a participar en una sociedad minera que perseguía los fines antes mencionados, pero los inicios de esa sociedad no fueron buenos y debió de ir a visitar a uno de sus socios varias veces, llamado German Petit (coto Petit de Arroyo de la Luz) que vivía en Arroyo del Puerco. Comenta que hay caminos importantes, estratégicamente conectados, con la Vía de la Plata hacia poniente, hasta Cáceres, para dar salida al mineral, o a la plata explotada en la zona. Él debió recorrer varias veces ese camino o calzada del que hablamos, hasta llegar al Coto Petit, cerca de Arroyo de la Luz y a 2 kilómetros escasos de esta calzada.El hecho de producirse plata a gran escala en esta zona, y que se trasportase por esta calzada hacia el sureste y hacia noroeste, puede estar avalado por la existencia de fortines romanos que vigilaban dicha calzada, el de Salvatierra de Santiago (González y Alvarado, 1987,566) y el del Puerto de la Señorina a 8 km de Cáceres (que domina casi todo el trazado entre Villasviejas y Cáceres) (Ortiz 1995)

Antonio González Cordero, en comunicación personal, señaló que Clemente Roswag estuvo buscando conexiones de la citada calzada hacia el sur, para dar salida a la producción minera romana, y parece ser que encontró algo, Tamuja arriba, en el Puerto del Burro a 577 msnm (término municipal de Zarza de Montánchez) que es por donde corona la sierra de Montánchez, conocida en la zona como Vereda del Contrabando, pero parece ser que lo descartó por abrupta y poco probable. Parece ser que no encontró el paso del Puerto Viejo a 490 msnm y su calzada situado a 7 km más al Este.

9. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LOS VIAJES Y LOS CAMINOS ANTIGUOS

El aspecto que más define los viajes son las velocidades que se alcanzaban. Un rebaño se desplaza a razón de 3 ó 4  km por hora, un carro de bueyes alcanza los 4 ó 5 km/h un carro ligero va a 5 ó 6 km/h, y una caballería, a 6 ó 7 km/h, la caballería ligera va a unos 10 ó12km/h, a estas velocidades no se pueden desviar de la ruta a no ser que sea imprescindible. Todo ello hace que se imponga la línea recta como la mejor solución, es obvio. Es curioso como hoy en día todavía se aprecia en la cartografía, como se distinguen los caminos antiguos por su rectitud de los remozados con sus curvas y adaptaciones a otros criterios. Los automóviles actuales pueden hacer todo tipo de requiebros sin demora considerable.

Como estas vías mantienen su trayectoria (Isaac Moreno Gallo) durante kilómetros y kilómetros una vez encontrado un tramo seguro tenemos ya de por sí la dirección en la que va a continuar debido a este mantenimiento explícito de la trayectoria; hasta que encontremos otro tramo seguro o probable.

Muchas cañadas reales o cordeles de la trashumancia se establecieron sobre antiguas calzadas, pero hay algunas características propias para diferenciarlas: la calzada lleva una dirección que procura mantener en todo su recorrido, la cañada en cuanto a su dirección suele ser Norte-Sur; además las cañadas suelen buscar zonas ricas en pastos. Las huellas que dejan los rebaños de la trashumancia en la roca viva son la marca de muchas veredas que pueden entrecruzarse haciendo un dibujo que parece una madeja. Las marcas que se encuentran en las calzadas son originadas por carros, dejando dibujada en la roca patrones paralelos.

Además de buscar la línea recta hay que cuidar los medios de transporte, los animales han de beber en el recorrido, comer, evitar puertos difíciles de elevadas pendientes y ríos peligrosos. Se estudiaban los puertos más favorables y los pasos de ríos más practicables y una vez definidos, entre ellos se pretendía la línea recta, así quedaría un buen camino recto y acompañado de puntos de agua, y alrededor de estos, buenos pastos.

Con estos preceptos se ha ido tejiendo una red de caminos con una fuerte organización radial, en cada centro de comarca, castros prerromanos, colonias o prefecturas romanas y luego las ciudades y los centros señoriales o comarcales. Pero también cada propio municipio tiene su red radial. Así el camino que se sale de esa red radial es digno de tenerlo en cuenta en este tipo de averiguaciones pues obedece a otros fines o destinos fuera de la red radial más cercana. Así cada municipio tiene su propio camino hacia la capital o ciudad señorial que aún hoy se ven en la cartografía actual: camino de Arroyo de la Luz a Cáceres, camino de Brozas a Cáceres, camino de Navas del Madroño a Cáceres, camino de Garrovillas a Cáceres, etc… La mayoría de las carreteras actuales obedecen a criterios de optimización de la inversión viaria., por ejemplo la carretera de Cáceres a Alcántara viene recorriendo los pueblos de la zona y alargando el recorrido, este tipo de carreteras suelen ser de la época de los Borbones.

Los caminos o vías de comunicación antiguas, como es obvio, se caracterizan por su desgaste y su deterioro, y asociados a éste hay una serie de características que los definen. Así, el desgaste en los collados y pasos elevados hasta llegar a la roca viva muchas veces conlleva el salirse un poco en principio o mucho más tarde del camino originario, lo que acaba mellando la línea de horizonte por donde pasa ese collado. Este hecho es muy significativo y llega en muchas ocasiones a establecer caminos paralelos e incluso variantes como sería un camino para invierno y otro para verano. En mi opinión el topónimo La Doblera hace referencia a este hecho.

La erosión en los collados propia de un camino natural hay que distinguirlo de otro fenómeno que se aprecia cuando una calzada es desmantelada para extraer sus piedras. Ya se mencionó anteriormente la prohibición de murar fincas que cuando se despenalizó originó un saqueo de ruinas, calzadas, puentes y otras fuentes fáciles de piedra medianamente trabajada. En algunos casos se ha comprobado que desde la calzada se han levantado dos paredes asentadas sobre las últimas hiladas de piedra del borde de la calzada, lo que hace que esta primera hilada característicamente guarde un mismo nivel entre ellas.

Otra característica que acompaña a los trazados antiguos es la presencia alrededor del camino de señales de extracción de rocas para producir reparaciones o la creación de la propia calzada, pueden ser pequeñas canteras o simplemente recoger la piedra suelta de la zona limítrofe, son las denominadas pedreras, que han acabado como los llamados chabarcones para que el ganado abreve, Esto ha ocasionado el hecho de que en algunas calzadas, casi periódicamente, se originen charcos en invierno que se originaron con este fin.La presencia regular de puntos de agua es otra característica obvia. Estos itinerarios a veces están también acompañados de chozos: no toda la gente que viajaba dormía podía pagarse una noche en una o una mansio o una statio. Los más humildes dormían al raso, o quizás en chozos o bohíos.

Sabemos que en época romana se produjo una distribución del territorio de forma reglada y sistemática por primera vez, hay numerosos estudios que lo demuestran. De manera implícita a estos repartos del territorio se produjo la organización cuadrangular de caminos y cruces de éstos, dando un patrón reticular sobre la red pecuaria y la red viaria, originado la mayoría de los cruces de caminos con una angulación de 90 grados, con cuatro salidas desde el centro del cruce. Estos cruces son indicativos de caminos muy antiguos. Hay de hecho cruces de caminos antiguos que aparentemente tienen sólo tres salidas desde su centro, pero rastreando en la cartografía antigua, o en la historia “local” se adivina el cuarto unos kilómetros más adelante con algún indicio, ya sea de topónimo o evidencia de cordel o camino importante. Cuando un gran camino ya sea cordel, cañada, vía natural de comunicación, calzada o camino real, atravie- sa un pueblo, o asentamiento humano, deja una organización interna en ese poblado, como ya indicaba Hubner, que es una pista para el rastreo de estas vías en la cartografía actual.

Por último, la toponimia, la tradición oral es de suma importancia. No deja de sorprenderme y maravillarme el hecho de que los nombres de nuestros ríos, los ríos de estas comarcas que abarcan este estudio, con raíces prerromanas, demuestra que a lo largo de la historia estas comarcas siempre han estado pobladas y por ello no se perdió el nombre de esos ríos. Son nombres preciosos: Tajo, Tamuja, Gibranzos, Magasca, Jartín, Jumadiel, Araya.

El nombre del camino puede aludir a algo de manera inequívoca, por ejemplo, camino del río, y la mayoría de las veces se llaman con el punto de destino, las ciudades están donde acaban los caminos, sólo las grandes vías reconocidas y algunos cordeles o cañadas reales tienen un nombre especial que se va manteniendo o variando poco a pesar de recorrer varias poblaciones. De este modo, resulta muy significativo que en el pueblo de Escurial, con calles muy tortuosas, la única calle (antiguo camino) que es recta se llame calle Portugal, coincidiendo con el trazado de esta calzada que desde Córdoba va a Portugal (concreta- mente hasta la ciudad de Oporto, antigua Portus Cale, puerto de la cala)

10. TRAZADO DE LA CALZADA DESDE ALCANTARA A RENA

La calzada, siempre descrita en el sentido que este epígrafe reza, vendría del puente de Alcántara por la actual carretera que baja de Alcántara hasta el puente y toma el camino de la Virgen de los Hitos. Dejando esta ermita a mano derecha, continúa por el que se llamaba camino de Garrovillas, resto de calzadas y cunetas, dejando a izquierda el cerro de Los Pilones. En esta zona hay varios tramos en la dehesa de Ruipaez La vía sobrepasa el pantano de Mata de Alcántara a la altura de la presa y la actual carretera de Villa del Rey a Mata de Alcántara. Discurre por las tierras altas de la dehesa de Mata, pasa a la Dehesa de Villa del Rey y llega al alto de la Covacha, que aquí se llama camino de Alcántara a Navas del Madroño. Pasa por el Tobal, Cabeza Jartín, fuente de la Colada, el Orillal , desviándose en este lugar a la izquierda para cruzar la Rivera de la Mata, por encima de La Hacienda de San Gregorio y por debajo de las Marquesas (donde se aprecian restos romanos en superficie). Cruza la rivera por un puente de grandes losas de granito para encaminarse a las Peñas de la Ceñida, donde vuelve a llamarse camino de Alcántara; tramo con evidencias de desmantelamiento. Pasa junto el cerro de Mariperales (asentamiento de la Edad del Bronce y del Hierro inicial) dominando el punto más alto de esta parte del recorrido y llega a Navas del Madroño por el barrio del Gallo (del latín callis, que luego sufre una derivación fonética frecuente de “c” a “g”) topónimo, como ya dijimos, asociado a las calzadas romanas. Sale de Navas del Madroño, localidad denominada en el siglo XV Venta del Madroñal (quizás se ubicó aquí una antigua mansio justo en la mitad de camino entre Alcántara y Cáceres, concretamente a 25 y a 27 kilómetros de cada uno respectivamente). Desde aquí, por el Parador, transcurre unos metros por la actual carretera de Cáceres, hasta el Rincón de los Curas, ahora va por el Cordel de Cáceres, pasa por el Pontón de la Nava (puente de lanchas de granito sobre el Jumadiel que aquí se llama regato de los Noques). Aquí entronca la vereda de Brozas, entra en el Cancho Portugués, con 9 tramos de calzada empedrada bien visibles. El primero de ellos se encuentra antes de llegar al cruce que se dirige al Norte, hacia Acehuche, por lo que no es cierto que esta calzada fuese a Acehuche, como se afirma en la entrada sobre el municipio de Navas del Madroño en Wikipedia. Sigue su recorrido pasando por los cercados de la Calzada, la finca los Galeses y los cercados de Gamboa (topónimo de clara raigambre lusa); pasa la falla geológica de Plasencia por el único sitio donde no hay río (los dos ríos que recorren esta falla se llaman igual, Rivera de Araya, si bien, antiguamente, a una se la denominaba Rivera de Araya entrante en Tajo y a otra Rivera de Araya entrante en Salor). Desde aquí vuelve a recibir el camino viejo de Brozas, lo que sugiere que los caminos de Brozas buscan este itinerario y no el paso por la Vega de Araya (finca Ballestera); entra en la dehesa de Navas del Madroño y se dirige al Saguazal por el Camino de Navas al Casar de Cáceres. A este tramo los lugareños le siguen llamando Cordel de Cáceres. Aquí se aprecian restos de calzada con bastante claridad. Pasa junto la fuente del Pilar (donde son visibles restos romanos y prerromanos) para entrar, un poco más adelante, en la dehesa de Pastos Común (nuevamente se hallan restos romanos en superficie y de una explotación minera), penetrando en la Dehesa Zafrilla con el nombre de camino de Navas a Cáceres. Deja a la izquierda el Alto de Campanario, con restos romanos, probablemente sean los restos de alguna torre de vigilancia por la cota elevada que ocupa, algo inusual en construcciones romanas. Seguidamente pasa junto a los cercados de Perero (nuevamente se constatan restos romanos). Desde este punto y durante varios kilómetros sirve de separación a los términos municipales de Casar de Cáceres y Cáceres, fruto de las segregaciones que se hicieron por orden de Sancho IV. Pasa junto a la casa del Mae Mae, cerca del Pozo Morisco (con presencia de restos romanos que curiosamente han pretendido esconder entre las peñas cercanas), pasa por el Majano de Antonio María, curioso nombre justo donde se cruza con la carretera de Arroyo de la Luz a Casar de Cáceres, pasa por la Doblera donde se bifurca el llamado Camino de Brozas, quizás porque pasaba por mejores fuentes y abrevaderos, lo que terminó por convertir a esta derivación en la mejor opción para el verano y, sobre todo, cuando el centro de Cáceres se trasladó hacia el oeste de la zona monumental. Esta opción más al Oeste, ha sufrido muchas obras y acometida de aguas y su rastreo ha quedado muy comprometido; sobre la cartografía es la opción más recomendable. No descarto que hubiesen sendas variantes: una para el verano por tierras bajas, con buenas y abundantes fuentes de agua y pastos frescos, y otra de invierno por tierras altas y, por tanto, de difícil inundación. El otro trazado, más viejo, y por tanto creo que es el original, discurría por la separación de los términos municipales Cáceres y Casar de Cáceres hasta llegar a Santo Toribio. Este tramo conserva muchas evidencias del camino antiguo, incluso la “caja” que queda en el terreno tras desmantelar la calzada. Desde Santo Toribio se dirige hacia la zona del antiguo Seminario, coincidiendo en la llegada con la Vía de la Plata, hasta llegar a Cáceres donde estaba la Colonia Norba Caesarina.

El hecho de ser Cáceres una colonia romana hace poco probable que una calzada de largo recorrido, como esta de Córdoba a Oporto, no la cruzase y la dejara de lado, desplazándose de ella 3 ó 4 kilómetros. Los restos de calzada, desmontada, entre Cáceres y Santo Toribio así lo demuestran. La descripción de la calzada desde Botija a Cáceres de C. Roswag también asevera que la calzada debía de pasar por Norba Caesarina. Y en este orden de cosas no hay que dejar de tener en cuenta que los viajes largos, o sea, las calzadas de largo recorrido han de estar bien estructuradas, han de tener sus mansio bien definidas y seguro que Norba o Castris debió ser sin duda mansio.

La distancia entre Alcántara y Cáceres sería de unos 55 kilómetros, mucha distancia para una sola jornada. El punto medio está en el llamado Pontón de la Nava, a menos de 1 kilómetro de la mitad justa, o quizá dos kilómetros más adelante en el propio Navas del Madroño (Venta del Madroñal). La presencia de un ara funeraria en el municipio y otros restos invitan a pensar en esta opción.

Sale la calzada de Cáceres coincidiendo con la que iba hasta Medellín, hasta rebasar el puerto de la Señorita, vigilado por el fortín romano allí existente, y se separa en dirección a Botija, siguiendo el camino de Cáceres a Botija, desaparecido tras la reordenación parcelaria de la zona, llega al alto de La Mingajila la Ventosa, pasa el vado del Tamuja, cercano al yacimiento de Villasviejas del Tamuja, pasa por El Mercadillo, El Campamento, Botija, carretera a Salvatierra de Santiago, donde en la zona más alta del pueblo se encuentra el fortín romano conocido como Canchuelo, se encamina hacia Robledillo de Trujillo por el camino vecinal de Salvatierra a Robledillo, aquí hay varios tramos con los bordes en buen estado, pasa por Robledillo de Trujillo, donde hay una calle que se llama Travesía del Hospital (los hospitales eran más hospedaje que centro de sanación), y desde aquí por El Baño, Valle de los Machones, hacia el Puerto Viejo, donde hay un buen tramo bien conservado, con un impresionante trabajo de cimentación de cunetas que baja la Sierra de Montánchez hasta los Alijares y Las Caballerías , con otro tramo de calzada. Pasa el rio Búrdalo a escasos metros del yacimiento de las Calamochas, posible mansio en el cruce con la calzada que va de Mérida a Trujillo, por el camino de Santa Ana se conservan los bordes de la calzada y algunos atisbos de la estructura, llega a Escurial. Los tramos de Salvatierra, los de Robledillo, los de Villamesias y el de Escurial son muy similares entre sí, parece que los ha ejecutado el mismo “jefe de obras”. En Escurial atraviesa por la calle Portugal, va hacia los Deshijos y ya va buscando el Camino de Alcántara que acaba por el paso de La Barca en Rena. El nombre de este camino es un aval más de este postulado que propongo. Una vez que llega a los regadíos del Guadiana resulta muy difícil el rastreo, por lo que de aquí hacia el sur no he realizado trabajo de campo, sí bibliográfico y cartográfico.

11. EL PASO POR EL GUADIANA Y EL ZUJAR

El mejor vado natural del Guadiana de esta zona es sin duda el de Medellín, esto está más que probado, pero no hay que descartar el vado o zona de paso de Villanueva de la Serena, ya sea por Entreríos cruzando separados Zujar y Guadiana, o por Rena y el paso de la Barca. A favor de esta afirmación están los cordeles y coladas de la trashumancia que hacia estos pasos se dirigen: Cordel de la Plata, siguiendo éste en dirección sur y conectando después con la vereda del Rey, se llega hasta La Mata de Campanario, y Cancho Roano en Zalamea de la Serena, Colada de Guadalupe, Colada del Camino de Pela, y el que parte del paso de la Barca , Camino de Alcántara.

Una vez cruzado el río Guadiana se dirige por el cordel de La Plata hasta La Haba y luego probablemente por la colada de Zalamea de la Serena, o por la senda del Rey, y buscando Puerto Hurraco para pasando por Monterrubio de la Serena entrar en Andalucía.

12. ANTES DE CALZADA CORREDOR NATURAL PROTOHISTÓRICO

Quizás sea más significativo el hecho de ser corredor en la Prehistoria y Protohistoria que ser calzada romana no catalogada ni mencionada en ningún itinerario clásico porque el hecho de ser el mejor puente romano obliga a poner encima una calzada , una vía de comunicación natural que el propio puente acredita que debió existir. (Giral, L.1988; 112-112)

Por otro lado se trata del corredor natural más favorable entre la cuenca media del Guadalquivir, conectado ya a las influencias mediterráneas, la comarca de la Serena, las Vegas Altas del Guadiana, la Penillanura Cacereña, La Beira portuguesa y la zona Atlántica de Oporto y Braga.

En diferentes tramos del recorrido de esta Calzada, ya en su paso por la Serena, ya a la salida de Rena, ya desde Escurial hacia el Norte, ya de Botija a Cáceres, o de Cáceres a Alcántara, es también cordel, cañada, o vereda de trashumancia; entonces, siendo vía de trashumancia, siendo calzada y conectando los castros y poblados de la Prehistoria, con abundancia de hallazgos arqueológicos, se dan los tres preceptos que el profesor Martín Almagro-Gorbea afirma que han de darse para ser considerado como vía de comunicación de la Prehistoria.

Ya desde el Neolítico se apunta la posibilidad de trasvase de cultura. Según los estudios hechos sobre los dólmenes de Magacela (Navarro,F.J. et al. 1950), de la desembocadura del Zujar (Leisner, G- y V., 1956; taf 70), el de Miajadas (Leisner, G.y V. 1956), y los dólmenes de la zona de Alcántara, y su estudio y comparativa de materiales de los ajuares hacen pensar en su uso como marcas de territorio y parecen indicar intercambio de materiales (Eduardo Galán Domínguez y Ana M. Martín Bravo: Megalitismo y zonas de paso en la cuenca extremeña del Tajo).

La distribución de la ubicación de los hallazgos arqueológicos, cerámicas griegas, escarabeos de oriente, los vasos áticos de Cancho Roano (s. V a.C.), de imágenes de dioses, y de ritos funerarios, permite rastrear las colonizaciones griegas y fenicias desde el sur y sureste, principalmente con fines comerciales y de transporte del estaño extraído en superficie de Lusitania desde los siglos VIII –VI a.C. El poeta Avieno utilizando fuentes fenicias, griegas y romanas habla de un camino que en cuatro días unía Cádiz con la desembocadura del Tajo, posiblemente para el intercambio o comercio del estaño de la costa Atlántica (Cornualles, Bretaña francesa y Galicia) para evitar el problemático paso por el Cabo de San Vicente. ; seria un camino paralelo y con igual razón de ser que el que nos ocupa. Relacionado con las guerras Púnicas se menciona una vía que desde Genil y Guadajoz iba el importante palacio-santuario de Cancho Roano en Zalamea de la Serena, donde se creía que se controlaba el comercio de mercurio, pues también se hace mención a una vía que desde el Levante iba a Almadén y desde allí a Cancho Roano.

El hecho de poder poner en una misma línea recta los más importantes centros de población y difusores de influencias y cultura de la prehistoria ex- tremeña es algo tremendamente importante a mi juicio. La importancia de Cancho Roano, como enclave protohistórico destacado, y luego otros enclaves de mucha importancia como La Mata de Campanario, el oppida de Magacela, Villasviejas del Tamuja con su potencial minero y ceca que acuña moneda y que sabemos cómo se ha distribuido, El Risco de Sierra de Fuentes, el Torreón de Abajo, como otro importante foco de comercio y difusión de cultura, dejando cerca el Aljibe de Aliseda , con sus influencias tartesicas y orientalizantes, también está cerca Sansueña, Pasto Común, Cabeza de Araya, y los pasos del río Tajo cercanos a Alcántara anteriores a la construcción del puente (castillejo de la Orden y Morros de la Novillada por un lado y, por otro, la Muralla de Alcántara ), además de que todos ellos se encuentren unidos por un trazado situados en una línea casi recta, con apreciable idoneidad de los pasos estratégicos elegidos, nos aproximan a la compleja red caminera de comunicaciones de la época.

En cuanto a la orografía se puede apreciar en el mapa nº 2 como discurre por las tierras altas de la penillanura Cacereño-Trujillana sin apenas complicaciones de ríos y pasos difíciles de sierra. Se aprecia como evita los ríos discurriendo por las partes altas de las cuencas fluviales. Esto convierte a este corredor natural en una opción segura incluso con condiciones meteorológicas adversas.

13. RELACION DE CASTROS Y POBLAMIENTOS CERCANOS A LA CALZADA EN DIFERENTES ÉPOCASLa mayoría de los castros que a continuación se relacionan, han sido descritos y fechados por A. M. Martín Bravo, se ordenan según su cronología, y se acompaña la distancia entre el castro y el trazado de la calzada, seguido de si hay o no avistamiento desde el castro a la calzada o corredor natural.

CASTROS DEL BRONCE FINAL:

Castillejo de Robledillo de Trujillo . 1km. Sí avistamiento

Castillejo I, Robledillo de Trujillo.(M. Rubio Andrada, et al) .1km. Sí avistamiento

Castillejo Plasenzuela.4.5km.

El Risco, Sierra de Fuentes.1.4km. Sí avistamiento. La Montaña, Cáceres. 1.6 km. Sí avistamiento.

Pasto Común. Navas del Madroño. 3.5 km. Sí avistamiento. Cabeza de Araya, Navas del Madroño. 0.6 km. Sí avistamiento . La Muralla, Alcántara. 9 km.

Castillejo de Villa del Rey. 3.5 km. Sí avistamiento.

En este periodo empiezan a disminuir las influencias atlánticas y aumentan las influencias de la ría de Huelva y desde el Mediterráneo (Ana M. Martín Bravo,1999; pág. 102), pero hay que tener en cuenta que las estelas de la zona central de la cuenca cacereña del Tajo son las de cronología más antigua (Almagro –Gorbea (1977:186) y Celestino (1990 y 1995:70) en función de los objetos que en ellas se representan, extendiéndose con el tiempo a la zona del Guadiana y Guadalquivir, donde aparecerán luego tipos más complejos (Almagro-Gorbea, 1977:191; Celestino, 1990:54).

En esta época la cuenca extremeña del Tajo, a pesar de ser territorio interior se convirtió en zona estratégica de paso entre Andalucía y la Meseta y las zonas estanníferas y auríferas del Noroeste. (Ana M. Martín Bravo, 1995: pág 115)

HIERRO INICIAL CASTROS Y POBLAMIENTOS:

La Muralla de Alcántara. 9 km. No avistamiento.

Los Manchones. Mata de Alcántara. 3.5 km. No avistamiento.

Holguín. Brozas. 1.6 km. . Sí avistamiento.

Cerro de Mariperales. Navas del Madroño. 0.6 km. Sí avistamiento.

Dehesa de Manzano. Navas del Madroño. 1.7 km. No avistamiento.

Pasto Común. Navas del Madroño. 3.5 km. Sí avistamiento.

Cabeza de Araya.  Navas del Madroño. 0.6 km. Sí avistamiento.

El Risco de Sierra de Fuentes.1.4 km. Sí avistamiento.

Torreón de Abajo. Sierra de Fuentes. 3.5 km. Sí avistamiento.

Mención especial hay que hacer de varios hallazgos, los botones cónicos, encontrados en Cabeza de Araya son idénticos a los encontrados en Cancho Roano. De manera análoga los asadores de bronce del Risco de Sierra de Fuentes parecen proceder de la misma fábrica, pues son idénticos, a los estudiados en  Cancho Roano.

HIERRO PLENO:

Morros de la Novillada. Alcántara. 7 km. No avistamiento.

Castillejo de la Orden. Alcántara. 5 km. No avistamiento.

Castillejo de Villa del Rey. 3 km. Sí avistamiento.

Sierra del Aljibe, Aliseda. 16 km. Sí avistamiento.

Sansueña, Aliseda,. 9km.No avistamiento.

Villasviejas del Tamuja.0.0 km. 4.5 km. Sí avistamiento.

Castrejón. Plasenzuela. 4.5 km. No avistamiento.

Castillejo de Salvatierra. Robledillo de Trujillo. 0.5 km. Sí avistamiento.

Sierra de Santa Cruz. 11 km. Sí avistamiento.

En Villasviejas del Tamuja se acuñó moneda, era la ceca de Tamusia, este dato además de realzar la importancia de Villasviejas, nos ha proporcionado saber como se ha repartido esta moneda en los hallazgos de otros castros y oppida, por ejemplo, castillejo de la Orden en Alcántara (Blázquez Cerrato, 1995).

Como se ha podido apreciar, este corredor natural prehistórico recorre en diagonal toda la “mesopotamia extremeña”, de río a río, y durante más de 200 km. por toda Extremadura.

Desearía que este estudio supusiera al menos una pequeña aportación a la divulgación de nuestro patrimonio histórico con el fin de contribuir a su conocimiento y puesta en valor de manera que pueda conservarse y no caiga el olvido.

En Navas del Madroño y en Santa Ana las escombreras amenazan su trazado.

14. BIBLIOGRAFÍA

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Lám. 1. Trazado de la calzada entre Córdoba y Oporto

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Lám. 2. Trazado en toda Extremadura (200 km). Se aprecia la falla geológica Dique de Plasencia

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Lám. 3. Tramo Alcántara-Escurial (Obsérvese como discurre por tierras elevadas evitando ríos y riveras).

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Lám. 4. Tramo Escurial-Monterrubio

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 Lám. 5. Calzada en Alcántara, Obsérvese el desmantelamiento de la calzada hasta la roca viva

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 Lám. 6. Alcántara y el Puente

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Lám. 7. Obsérvese cimentación del borde y capas superiores (Alcántara, pasada la ermita de la Virgen de los Hitos)

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 Lám. 8. Tramo empedrado y alzado en el Cancho Portugués (Navas del Madroño)

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 Lám. 9. Último tramo de calzada en Cancho Portugués (Navas del Madroño)

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 Lám. 10 Restos de calzada en Saguazal y Cabeza de Araya al fondo (Arroyo de la Luz)

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 Lám. 11. Calzada en el Puerto de la Señorina (Cáceres).

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 Lám 12. Calzada en Salvatierra de Santiago, en lado izq. se intuye le borde.

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 Lám. 13. Calzada y cimentación de cuneta en el Puerto Viejo de Robledillo de Trujillo.

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 Lám. 14. Borde de calzada en Escurial.

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1  Hitos =miliario.

2  A las calzadas se las llamó en una época carreras.

3  La raíz latina callis significa camino.

Oct 012011
 

Jesús Carlos Rodríguez Arroyo.

Durante meses y meses, Franco no se atrevió a movilizar su retaguardia. Lo hizo finalmente, movido por la presión que creaba la aguda escasez de material humano………..

Franz Borkenau “El Reñidero Español”, pág. 224

 

1. INTRODUCCIÓN

Una vez iniciado el conflicto armado de 1936 que derivó en la división del Estado Español en dos entes claramente diferenciados, la reorganización que siguió a continuación en ambas zonas evolucionó de diferentes formas.

Si bien en un inicio se puede apreciar un vacío del poder legal del Estado tanto en la zona del Gobierno legítimo de la República1 como en la zona del ejército sublevado que favoreció la actuación descontrolada de los grupos extremistas de ambos bandos, muy pronto uno de éstos emitió una serie de leyes (Decreto de Unificación, Bando de Guerra, Decreto de Bienes Incautados) con el fin de someter jerárquicamente a las organizaciones afines a su ideología; mientras que al otro le fue a lo largo de todo el conflicto bélico imposible someter a los dictados oficiales a las diferentes organizaciones que decían defender al gobierno republicano.

El panorama político de los años previos al conflicto armado estaba plagado de infinidad de partidos políticos, organizaciones sindicales y grupúsculos paramilitares que eran el fiel reflejo de la profunda fragmentación ideológica que se vivía en el seno de la sociedad española.

En un primer momento esos partidos, en algunos casos minoritarios, así como las organizaciones sindicales y paramilitares fueron las que impidieron o favorecieron con su actuación el triunfo de unos o de otros en determinadas zonas.

En el caso concreto de Sierra de Gata, comarca extremeña que por aquel entonces englobaba a diecinueve localidades, con una población aproximada de unas treinta mil personas, el control de la misma fue llevado a cabo por la actuación coordinada del cuerpo de carabineros, guardia civil y organizaciones afines a los sublevados (Falange Española, Requetés y J.A.P). En concreto la persona que se encargó de la toma de control de los consistorios locales y de la sustitución de las corporaciones municipales, en la mayor parte de los casos, fue el capitán de carabineros Jesús Corbín Ondarza; que al mando de unos ciento ochenta individuos2 aseguró una zona geográfica vital para el ejército sublevado en la provincia de Cáceres.

2. FASE INICIAL

Podríamos decir que ésta iría desde los momentos previos a las elecciones de febrero del treinta y seis hasta finales de octubre de ese mismo año.

En esta primera etapa tendríamos que distinguir a su vez dos tipos de actuaciones en función de dos periodos el anterior y posterior a la fecha del golpe de estado. Antes del golpe de estado las milicias nacionales, Falange Española y Comunión Tradicionalista, realizaron básicamente labores de proselitismo político, intervención en actos electorales, captación de nuevos miembros, hostigamiento a los representantes públicos de las corporaciones municipales frente populistas y enrarecimiento de la vida social municipal.

En el periodo posterior al 18 de julio de 1936 su actuación se basó en tareas de apoyo a las fuerzas sublevadas como labores de vigilancia, represión contra antiguos miembros de organizaciones frente populistas, toma de poder y participación activa en la gestión de los consistorios serragatinos.

Durante ese periodo es en el que los obreros y sus dirigentes que más se habían significado en los años previos durante las huelgas obreras y los conflictos entre patronos y obreros que se produjeron en esta comarca desde 1931 hasta 1936 se echaron al  monte con la esperanza de que el gobierno republicano fuese capaz de restaurar el orden público y político, y de esa manera   se garantizase su integridad física.

Pero las fuerzas del orden público que deberían haber garantizado la seguridad de esas personas se habían coaligado con los golpistas y con sus grupos afines permitiendo la actuación descontrolada de estos últimos. La mayor parte de los asesinatos, torturas y abusos extrajudiciales se cometieron durante esta fase.

Se observa también durante esta fase primigenia como el miedo, más que los fundamentos ideológicos, provocó una afiliación masiva a organizaciones como Falange Española y de la J.O.N.S. Esta organización tenía una presencia antes de la sublevación armada más bien minoritaria en la comarca (sedes en Hoyos y Eljas3); mientras que los requetés eran una organización puramente testimonial y de carácter individual. Siendo los principales partidos políticos de este enclave montañoso la Derecha Local Agraria, Izquierda Republicana, P.R.R.S., Unión Republicana y las organizaciones obreras afectas a la U.G.T. El Partido Comunista tenía también una presencia residual (dos radios, uno en Hoyos y otro en Cadalso4). Por todo ello se puede decir que la comarca tenía un marcado perfil político que oscilaba desde un rancio conservadurismo decimonónico, pasaba por un republicanismo arrollador y finalizaba en un socialismo progresista incipiente.

En el caso concreto de Falange la irrupción de este partido en la escena política española se produjo en octubre de 1933 en el teatro de la Comedia. Anteriormente los grupos de extrema derecha eran los liderados por Ramiro Ledesma Ramos y el doctor Albiñana. Será en ese año cuando se constituya el primer Comité Provincial de Mandos en la capital de la provincia de Cáceres cuyos miembros eran Manuel Medina Bejarano, José Luna Meléndez y Alfonso Bardají Buitrago. Estos dos últimos se convertirían en los máximos responsables de la organización cacereña.

Falange nacía en la antesala de las unas elecciones nacionales, las de noviembre de 1933, en las que las fuerzas conservadoras arrebatarían el poder a las organizaciones izquierdistas.

Una vez aprobados los estatutos de Falange en Cáceres en el año 1933 el Comité de Mando envió una primera circular oficial transmitiendo órdenes a los jefes de organizadores de partido a los que se había nombrado oficialmente; entre ellos aparece citado como jefe del Partido Judicial de Hoyos Fausto Valiente, de profesión abogado.

Desde el primer momento tuvieron infinidad de problemas para encontrar personas que se pusieran al frente de la organización en los partidos judiciales, por ello es especialmente significativo que una persona como Fausto Valiente decidiese aceptar ese cargo en una zona de la geografía extremeña como era la Comarca de Sierra de Gata en la que el caciquismo y la amplia presencia de las sociedades obreras dejaban pocas oportunidades a las nuevas organizaciones políticas.

La primera localidad de Sierra de Gata en la que se produce un incremento significativo de militantes es en Eljas. En las fichas que se cumplimentaron y que se enviaron el doce de abril de 1937 a los mandos territoriales figuraban nueve individuos cuya fecha de adhesión a Falange es de las más antiguas de toda Sierra de Gata, seis de enero de 1934. Como se puede apreciar, eran anteriores al mitin de José Antonio en Cáceres. Junto con la localidad de Hoyos, en la que se encontraba Fausto Valiente, son las dos localidades serragatinas en las que Falange Española fue pionera, extendiéndose desde allí a otros núcleos de población.

En marzo de 1934 Alfonso Bardají manifestó su decisión de abandonar su cargo como Jefe Provincial de Falange en Cáceres ya que los Jefes de Madrid no estaban de acuerdo con la evolución de la organización en la capital de la provincia. Durante la primavera y el verano de 1934 la situación de la organización en la provincia de Cáceres era desastrosa, según manifestaba Bardají, había una total indisciplina pues no se enviaban las fichas de los militantes a la Jefatura Territorial y lo más grave para la organización era que no se enviaban las cuotas recaudadas en las localidades, y ello a pesar de la grave crisis económica por la que atravesaba la organización tanto a nivel nacional como provincial. A finales de mayo este jefe pensaba que Falange desaparecería de la provincia; ya que a lo anteriormente descrito se unió el que los capitalistas de derechas les abandonaron.

Una vez materializada la escisión con el otro líder del fascismo español, Ramiro Ledesma Ramos, José Antonio Primo de Rivera protagonizó otro acto de propaganda en el Cine Norba de Cáceres en el que ya le acompañaba Manuel Mateo (individuo procedente del Partido Comunista de España); este último se convirtió en el sustituto de otro de los grandes protagonistas del fascismo español, Nicasio Álvarez de Sotomayor (antiguo militante anarquista).

Por esas fechas, abril de 1935, Falange española contaba con unos quinientos afiliados en la provincia de Cáceres. Cantidad claramente insignificante si se compara con los miembros de otras organizaciones.

Mientras tanto un personaje clave en la historia de Falange en Sierra de Gata al que el Jefe Territorial de Falange Española y de la J.O.N.S le encomendó en septiembre de 1935 la reorganización nuevamente de Falange en el partido de Hoyos, según consta en su ficha de adhesión a esa organización, fue Andrés Navarro Nogales. Natural de Brozas y de profesión agricultor se incorporó a Falange en octubre de 1933 aunque su carnet lo obtuvo de manos del Capitán José Luna (Jefe Territorial de Falange en la provincia de Cáceres, después de Bardají) en febrero de 1934. Según se decía en su informe no había pertenecido a las J.O.N.S aunque sí al Somaten durante la dictadura de Primo de Rivera, había sufrido persecución por su ideología. En febrero de 1936 fue nombrado apoderado de la candidatura de Falange de las J.O.N.S en la localidad de Villasbuenas de Gata, localidad en la que residía; y se le permitió hacer propaganda de esa organización por todo el partido de Hoyos, zona de la que era secretario general.

La fecha en la que se le encomienda a este personaje la reorganización de la Falange en esta comarca es especialmente relevante pues coincide con el año en el que un importante miembro de la unificada Falange Española y de las J.O.N.S, Nicasio Álvarez de Sotomayor, vecino de la localidad serragatina de Cilleros y mano derecha de Ramiro Ledesma Ramos fue expulsado junto a este último y a Onésimo Redondo de la organización que presidía José Antonio Primo de Rivera en enero de 1935. Siendo éste acusado por una parte de la cúpula dirigente fascista de haber provocado una escisión, o cisma, dentro de Falange Española con la intención clara de debilitarla al pasar a ser considerado, después de este suceso, un infiltrado comunista5.

Las tareas de proselitismo político a favor de Falange de Andrés Navarro Nogales en la comarca tuvieron un éxito sin precedentes en la localidad de Cilleros donde se afiliaron masivamente nada más y nada menos que quince personas en octubre de 1935. Figuraban entre los nuevos miembros de esa organización en esa población individuos que se declaraban abiertamente enemigos de Nicasio Álvarez de Sotomayor, como Félix Martín Asensio. Se puede asegurar casi con total seguridad que es una de las primeras localidades de Sierra de Gata, después de Eljas y Hoyos, en la que Falange Española y de las J.O.N.S. empezó a desarrollarse y a afianzarse antes del conflicto bélico.

El nueve de febrero de 1936 José Antonio acude por última vez a Cáceres para participar en un acto junto a Manuel Mateo y José Luna en el cine Norba. Unos meses antes y después de las elecciones de febrero de 1936 se incrementó el número de afiliados a Falange, sobre todo fagocitando las bases de las J.A.P. (Juventudes de Acción Popular); aunque esas filiaciones seguían teniendo un carácter marginal dentro de la sociedad serragatina, al igual que sucedía con los Requetés.

Será después del 18 de julio de 1936 cuando se produzca una afiliación masiva de individuos de toda clase social, siendo especialmente importante entre los meses de septiembre a diciembre de 1936. Sin duda  ese incremento exponencial de adhesiones se vio favorecido por las terribles escenas que se vivieron en las localidades serragatinas entre los meses de julio a septiembre de ese año, en las que se cometieron todo tipo de actos ignominiosos contra todos aquellos que se habían significado políticamente a favor del Frente Popular en las últimas elecciones y en las movilizaciones obreras de años pasados.

Un hecho digno de resaltar en esa captación y aceptación de nuevos afiliados en el seno de Falange Española es la incorporación de antiguos miembros de organizaciones opuestas a los sublevados, y que en los años previos al golpe de estado habían participado en las huelgas locales de las poblaciones de Sierra de Gata, o en las negociaciones de las bases laborales que tuvieron lugar en cada uno de los municipios de Sierra de Gata durante el periodo 1931-1936.

Ambas partes se retroalimentaron. Por un lado la escasez de personal de las organizaciones afines a los sublevados y de un ejército involucionista6 se solucionaría con una ubérrima masa de personas con las que cubrirían las nuevas necesidades de personal que se avecinaban ante un conflicto militar de larga duración. Para ello en esta primera fase y a pesar de que en las fichas personales de los nuevos afiliados se señalaba el pasado izquierdista de muchos de ellos esa información fue obviada por los mandos territoriales durante esta etapa preliminar del conflicto bélico. Por otro lado todos aquéllos con un pasado izquierdista o frentepopulista que se acercaban a las sedes locales de Falange de Sierra de Gata para afiliarse no buscaban otra cosa que un salvavidas, que como bien dijo Queipo de Llano no consistía ni más ni menos que en ponerse la camisa de Falange7.

Hay ejemplos claramente llamativos como el sucedido en Villasbuenas de Gata donde entre el uno de julio de 1936 y noviembre de ese año se afiliaron a la Primera Línea de Falange de esa localidad doce antiguos miembros de la sociedad obrera afecta a la U.G.T. “La libertad” (Teodoro Martín Varas, Casimiro Moreno Marín, Marcelino Martín Vara, Teófilo Lozano Hernández, Pedro Lozano Hernández, Hipólito Lozano Hernández, Juan Lozano Hernández, Felipe Vázquez Hernández, Celedonio Puente Fabián, Camilo Pacheco Romero, Pedro Pérez Parra, Fructuoso Pérez Casto) según dejaba constancia en sus correspondientes fichas de incorporación a Falange el jefe local de esa organización, en las mismas además omitía las palabras “camarada de confianza”; término que si aparecía reflejado en las fichas de los otros miembros que se afiliaron por esas fechas a esa organización y que habían tenido un pasado derechista.

Otro ejemplo de ese camaleonismo que se basaba en un instinto claro de supervivencia fue la afiliación a Falange de dos miembros del antiguo radio comunista de Cadalso (Mariano Murguía Gómez y Floro Lázaro Calvo). Aunque estos no fueron los únicos comunistas que ingresaron en unidades de Falange Española en Sierra de Gata; así en la localidad de Hoyos en diciembre de 1936 estuvo como asistente en la constitución del sindicato Amanecer, vinculado a la C.O.N.S. (Central Obrera Nacional Sindicalista), el miembro del Radio Comunista de esa localidad Pedro Torrecilla Seco. En Descargamaría según el informe del Jefe de las Milicias de esa localidad, Felipe Delgado, se comunicaba a la Jefatura Provincial de Milicias de Falange de Cáceres de la moviliza-ión de tres individuos entre los que había dos antiguos comunistas (Vicente Gómez, presidente del radio comunista y Eugenio García).

Pero también se incorporaron individuos desde otras organizaciones políticas izquierdistas como fue el caso de los vecinos de Eljas Serafín Rodríguez Asensio y Agapito Urbano Payo, que procedían de Izquierda Republicana. Este último había sido uno de los organizadores de este partido en esa localidad el cinco de mayo de 1936 ostentado el cargo de secretario.

En Villanueva de la Sierra, como en las anteriormente descritas, también se produjeron nuevas afiliaciones a Falange de individuos con pasado socialista. Ese dato transcendental se encargó el jefe local de esa organización de que quedase perfectamente reflejado en las fichas de adhesión de los mismos. Ese es el caso de Honorio Rubio Aparicio y de Melecio Martín Ángel que se incorporaron el catorce de noviembre de 1936. Lo mismo sucedió en Perales del Puerto donde el Jefe Local de Falange se encargó de que quedase igualmente reflejado en las fichas de nuevos adheridos a Falange su anterior pasado político. Ese fue el caso de Andrés Valencia Acuña, Marcos Valle Rodríguez, Pedro de Sande Rodríguez y Marcelino Morán Mateos.

En otras localidades como Acebo algún que otro nuevo afiliado, aunque no había pertenecido a ningún partido político mal visto por los sublevados, decidió presentarse voluntario ante el temor de que la ola de represión desatada contra algunos miembros de su familia, que si se habían significado políticamente dentro de la ideología izquierdista, le pudiese afectar. Este fue el caso de Isidoro Párraga Mateos que vio como su cuñado, su hermano y su hermana fueron víctimas de una violencia desmedida al ser acusados de socialistas y comunistas. Eso fue lo que le llevó a alistarse en la milicia acebana siendo destinado a los Flechas Negras combatiendo más allá de la Guerra Civil, pues acabó sirviendo directamente a las órdenes de Benito Musolini en Italia; siendo condecorado por ello.

El epicentro de la represión en la que colaboraron activamente los miembros de las milicias nacionales serragatinas fue la localidad de Cilleros y de Hoyos. En Cilleros se concentraron tropas de las fuerzas del orden, del ejército y de las organizaciones paramilitares afines a los sublevados para dar caza a un personaje que les podía causar serios problemas debido al ascendiente que conservaba entre buena parte de las masas obrera serragatinas y a su preparación intelectual, Nicasio  Álvarez de Sotomayor. Una vez capturado y eliminado físicamente, a principios de agosto de 1936, se desató una ola de represión en esa localidad y en el resto de las diecinueve localidades serragatinas8. La localidad de Hoyos fue especialmente importante pues en ella se encontraba la cárcel comarcal de la que se sacaban extrajudicialmente a los detenidos para que fuesen torturados o eliminados físicamente mediante la entrega a los jerarcas fascistas de alguna de las localidades próximas a esta población; o bien mediante el preaviso a los extremistas de derechas de su liberación; sin que los encarcelados tuviesen conocimiento de ello, y así ser cazados en cualquiera de las carreteras que recorren la comarca.

En este periodo inicial el desconcierto y la descoordinación camparon a sus anchas y ello se puede comprobar en el hecho de que en algunas localidades como Cadalso se pidiese autorización el veintidós de septiembre de 1936 para formar un partido afín a los requetés, organización por otro lado con una representación testimonial en toda la comarca pues hasta esa fecha tan sólo tenían una presencia relativa en la localidad de Gata. Igualmente sucedió con J.A.P. (Juventudes de Acción Popular) cuyo centro de actuación se limitaba a la localidad de Cilleros. Tendrían que transcurrir unos cuantos meses de conflicto hasta que desde el mando central de las fuerzas sublevadas se pusiese fin a la tradicional individualidad impregnada de fuertes dosis de populismo caciquil serragatino.

Mediante el decreto de la Junta de Defensa Nacional número 108 del trece de septiembre de 1936 se procedió a la ilegalización e incautación de bienes de las organizaciones que habían formado parte del espectro político nacional y que no estaban vinculadas a las fuerzas afines golpistas. Esa incautación de bienes en Sierra de Gata, principalmente de organizaciones sindicales, eliminó material y económicamente la presencia de las organizaciones opuestas a los golpistas y favoreció en ambos aspectos a las organizaciones afines a los sublevados que se encontraron con un patrimonio que de otro modo no habrían podido conseguir. Como se observa la primera medida lograda con este decreto fue anular la actividad de las organizaciones opositoras en la zona controlada por los llamados nacionales; atribuyéndoles a esas organizaciones todos los males a los que se había visto sometida España en los años previos al golpe de Estado, y la responsabilidad política del golpe de estado. Por ese motivo además de imp dirles su actuación política se les incautaron todos sus bienes que ascendió a un total aproximado de cuatro mil novecientas ochenta y nueve pesetas con veinte céntimos9.

Los falangistas serragatinos asaltaron las sedes de las organizaciones obreras locales destruyendo en las plazas públicas las banderas, retratos de líderes obreros, libros de actas y enseres. Quizás fruto todo ello de un paroxismo que les hizo buscar obsesivamente depósitos de armas que se creía existían en esas sedes y que al no ser localizados, pues no existían, derivó en la destrucción de todo aquello que encontraron a su alcance.

3. FASE INTERMEDIA

Esta etapa va desde principios de 1937 hasta enero de 1939. Es probablemente la etapa más interesante y en la que se produce el punto de inflexión que llevará  a un lento declive de las Milicias Nacionales.

Se venía de una etapa de gran improvisación en la que las organizaciones paramilitares de extrema derecha llevaron la iniciativa en la mayor parte de los casos, y en otros fueron un apoyo imprescindible para las fuerzas sublevados. Sin embargo a medida que avanzaron los años del conflicto armado y en el que el Gobierno Republicano cada vez estaba más debilitado y se empezaba a vislumbrar los primeros indicios de una victoria por parte de la mal llamada “España Nacional” organizaciones como Falange Española y los Requetés se fueron quedando relegados a un segundo plano.

En el año 1937 se firmaron dos decretos que son básicos en el reordenamiento de la zona que había quedado en manos de los militares sublevados. El primero de ellos es el Decreto Ley del diez de enero de 1937 por el que se creaba la Comisión Central Administradora de Bienes Incautados y Comisiones Provinciales. Con este decreto se ordenaba, entre otras cuestiones, la incautación de los bienes de las personas que se hubiesen opuesto por acción o por omisión a la sublevación. De este decreto fue víctima Isaac Enrique Paino, empresario que lideró a los obreros de Villamiel desde el año 1931 a 1934 y que debido a la delación de un familiar cercano, Esteban Guillén Valiente (Juez Municipal de Villamiel), fue multado por el Jefe de la 7ª División Militar el diecinueve de octubre de 1937 con la cantidad de 150.000 pts, al considerársele, con sus actuaciones políticas, culpable de la ruina en la que había quedado España.

A pesar de haber pasado catorce meses en prisión, de haber pagado dos mil pesetas, de haber donado joyas en los primeros momentos de la sublevación armada a las fuerzas golpistas, y de que incluso dos de sus hijos servían en el frente a favor de los militares llegados desde África la multa no le fue retirada; aunque sí rebajada a la cantidad de veinte mil pesetas. En ello, entre otras cosas, influyó lo desproporcionado de la sanción, todos los argumentos anteriormente expuestos por el defensor del encartado, y el apoyo por escrito a su favor que redactó el alférez de la Falange de Villamiel Sabino Pérez.

Otra víctima de este decreto fue el maestro de San Martín de Trevejo, Pedro Rivero, que después de ser fusilado según sentencia del veintiséis de febrero de 1937 por haber realizado propaganda marxista en esa localidad serragatina, fue condenado el diecisiete de diciembre de 1941 en otro juicio al pago de una multa de trescientas pesetas. Hasta el veintinueve de septiembre de 1959 no se anuló la citada multa al ser declarado insolvente. Con ello se buscaba extender la condena a todos sus herederos y de esa manera hacer responsable de la actuación política de esa persona a familiares y amigos.

Pero la norma más importante en la retaguardia franquista fue el Decreto de Unificación publicado el diecinueve de abril de 1937 en Salamanca. Mediante el mismo se decretaba la disolución de todos los partidos políticos existentes en la zona sublevada, creándose un Partido Único que surgió de la fusión de Falange y los Requetés. Falange aportaría las masas juveniles y los Requetés la sagrada tradición española, la espiritualidad. Su norma programática serían los veintiséis puntos de Falange. Ambas organizaciones pasaron a denominarse Falange Española Tradicionalista y de la J.O.N.S. Temporalmente se les permi- tió conservar sus emblemas y signos exteriores. Con esta norma se eliminó, en la zona controlada por los nacionalistas, las divisiones parlamentarias; y las diferencias existentes entre Falange, Acción Popular y Tradicionalistas, quedando todas ellas subrogadas al objetivo esencial y de lucha común10.

En la provincia de Cáceres en general y en Sierra de Gata en particular esta orden de fusión no generó conflictos dignos de señalar; ya que como bien aclaró el capitán José Luna en una reunión que mantuvo en mayo de 1936 con el comandante Joaquín González Martín, con el capitán Alfonso Pérez Virieta, con Francisco Visedo y con el enlace de los futuros sublevados en Valladolid, Eloy de la Pisa Bedoya en la que se planificó la sublevación en Cáceres, Falange Española en Cáceres sólo contaba con unos cientos de afiliados y los Requetés eran algo simplemente simbólico11.

Esto último se puede comprobar en la escasez de datos que sobre organizaciones como Requetés y J.A.P. se pueden encontrar entre la documentación que se conserva en el Archivo Histórico Militar de Ávila y que se refiere a Sierra de Gata. Tan sólo se conserva una notificación en la que se ordenó la incorporación en julio de 1937 a un Tercio del requeté de Cadalso del vecino de esa población Vicente Acosta Pérez y al requeté de Gata del vecino de esa población Ceferino Ascenso Rodríguez; ya que de lo contrario incurrirían en un delito juzgado por un tribunal militar.

Aunque hubo algún que otro individuo como, Leonardo Repilado Domínguez, jefe de las milicias de la organización J.A.P. de Cilleros que seguramente en un acto de protagonismo y de querer seguir ejerciendo cierto poder se resistió a dejar de usar los emblemas de la organización de la que era el jefe local; haciendo caso omiso a la orden de unificación hasta que fue seriamente advertido por la Jefatura Territorial de Falange Española en septiembre de 1938.

La tarea fundamental encomendada durante este año 1937 a las agrupaciones falangistas serragatinas fue la de captación y envío de nuevos miembros a las nuevas unidades que se iban creando en el frente (Flechas Negras, Verdes y Azules).

Durante este año se siguió tolerando y admitiendo el que muchos de los nuevos afiliados que acabaron en la Primera Línea de Falange Española de las J.O.N.S. hubiesen tenido un pasado izquierdista. De esta manera descubrimos el caso asombroso en el que el Jefe local de Villasbuenas de Gata, Ángel Domín guez, se encargó de informar que doce falangistas de la Primera Línea habían pertenecido a la asociación obrera afecta a la UGT “La Libertad”. O la comunicación del treinta de enero de 1937 en la que el jefe Provincial de las Oficinas de la Primera Línea de Falange Española de la provincia de Cáceres delegaba en el Jefe Local de esa Organización de Descargamaría, Demetrio Martín, el que unos individuos procedentes de organizaciones de izquierdas, y que a esas fechas se encontraban recién incorporados en la Segunda Línea de Falange de esa localidad, pudiesen pasar, como ellos querían, a la Primera Línea de esa organización.

Pero además dentro de las tareas de recursos humanos que se les encomendó, una vez silenciada y atemorizada la oposición política, figuraban gestiones como el control de los soldados que volvían de permiso, la búsqueda de desertores, el abono de los correspondientes salarios a los vecinos de las localidades serragatinas que tenían algún familiar en el frente.

Esa última tarea que era la gestión económica de los salarios de los voluntarios falangistas que se encontraban en el frente encomendada a los jefes falangistas locales derivó en algún que otro caso de estafa y apropiación indebida como por el que fue sutilmente acusado el jefe local de Falange de Acebo, Telesforo Costa Horna. Los combatientes José Puerto, José Fernández y Jesús Perales denunciaron que sus familiares no recibían el subsidio que les correspondía por estar ellos en el frente y del que dependía la subsistencia de los miembros de sus familias. Este jefe de Falange, responsable de buen número de los crímenes torturas y violaciones que se llevaron a cabo en las localidades de Sierra de Gata, se había aliado con el jefe de Falange de Robleda, Julio del Corral Mateo, y de Peñaparda, Félix Rodríguez Martín; con el objetivo de extorsionar económicamente a todo aquel que caía entre sus manos. Así se pudo demostrar en el juicio del dieciocho de septiembre de 1937 en el que fue conde- nado a treinta años de cárcel, por asesinar extrajudicialmente a un vecino de Peñaparda por simples cuestiones personales de uno de ellos12. En el mismo juicio confirmó que había asesinado de la misma manera al menos a otros tres vecinos izquierdistas entregados a él por el sargento de carabineros responsable de la cárcel de Hoyos en presencia del Jefe de Falange de esa localidad, Fausto Valiente.

En cambio otro jefe local de esa organización, Felipe Núñez de Robledillo de Gata, denunció el veintinueve de marzo de 1937 ante el Jefe Delegado de Primera Línea el que las familias de los voluntarios de esa localidad que se encontraban en la vanguardia de la organización llevaban sin cobrar el subsidio durante bastante tiempo, habiéndoselo reclamado a la Junta Auxiliar, negándose ésta a abonarlo. Esta situación derivaba en que los familiares de éstos se viesen en la obligación de pedir limosna de casa en casa, hecho que al Jefe Local de esta Falange le parecía vergonzoso.

Indudablemente en un tema tan delicado como era el cobro de un subsidio por parte de los familiares de los individuos que se encontraban en el frente los Jefes Locales actuaron de diferentes maneras como se ha visto. Algunos antepusieron sus intereses económicos a los principios ideológicos. Pero lo cierto es que la escasez de fondos económicos de los sublevados era generalizada y ello a pesar de contar con el apoyo económico de las oligarquías agrarias locales que realizaron colectas y donaciones a lo largo de todo el conflicto armado, organizadas fundamentalmente desde los consistorios locales. Una de ellas tuvo lugar el quince de diciembre de 1936 en el Ayuntamiento de Cilleros donde se recaudaron cuatrocientas cuarenta y ocho pesetas a favor de las fuerzas sublevadas13.

Pero aparte de las colectas voluntarias en los municipios serragatinos también se impuso desde el mando central de las fuerzas sublevadas colectas obligatorias a favor de los las ciudades liberadas, o postulaciones llevadas a cabo por organizaciones como el Auxilio Social para proveerse de fondos. Además los representantes municipales se veían en la obligación de informar de aquellos vecinos que se negaban a contribuir a las citadas colectas. Ese caso se vivió en la localidad de Acebo en donde el alcalde tuvo que redactar el diecisiete de diciembre de 1938 un informe de todos aquellos vecinos que no habían contribuido con el veinte por ciento para el socorro de las ciudades liberadas.

Por otro lado las postulantes del Auxilio Social ejercían una presión directa sobre la ciudadanía y no dudaban en denunciar a aquéllos que se negaban a recibir el emblema del Auxilio Social a cambio de una aportación económica. Esta situación fue la que vivió el vecino de Acebo, Primitivo Cáceres Rodríguez, el treinta de agosto de 1938 cuando se negó a recibir el emblema del Auxilio Social a cambio de una donación económica.

No sólo los voluntarios en el frente y sus familiares padecían la terrible situación económica en la que se encontraban las fuerzas, sino que incluso los voluntarios que se encontraban en la Segunda Línea se encontraron con la duda de si tenían que costearse de su propio bolsillo los viajes por servicios oficiales que realizaban en los coches de línea de una localidad a otra; o que los pagasen desde la Jefatura Provincial. Esta situación la denunció el Jefe Local de la Falange acebana, Antonio Fernández, el veintiséis de abril de 1937 al Jefe Provin- cial de esa organización.

La precariedad económica era tan grave que incluso el Jefe Local de Cadalso, Felipe Rodríguez Acosta, el ocho de abril de 1937 preguntó al Jefe Delegado de Oficinas de la Primera Línea si el vestuario de los voluntarios de esa Primera Línea serragatina se lo debían costear ellos mismos o se lo proporcionarían los almacenes de la Milicia.

Pero no sólo existió una carencia de recursos económicos en la retaguardia franquista en Sierra de Gata, sino que además existió una escasez de personal en la Segunda Línea que se puso de manifiesto en varias ocasiones. El diecisiete de abril de 1937 desde la Falange local de Acebo se informó de la imposibilidad de poder atender la petición de enviar más camaradas a una bandera de esa organización por no contar con más individuos; ya que existía un exceso de voluntarios de Falange en el frente, en concreto treinta y nueve, además de otros vecinos de esta localidad que se encontraban en las filas del ejército. Ese exceso de hombres en el frente, según este Jefe Local, había provocado el que en la localidad apenas quedasen hombres a los que encomendar las tareas de los servicios propios del pueblo, así como las labores del campo.

En la localidad de Gata sin embargo se quejó el veintiuno de noviembre de 1937 el Jefe Local de esa Falange, Cecilio González, porque sólo contaba con veinte escopetas del calibre doce y dieciséis para realizar las tareas del servicio de frontera para un total de veinte hombres diarios, lo cual consideraba que eran pocas armas.

En la localidad de Villamiel el responsable de esa Falange informó el siete de diciembre de 1937 al Comandante Jefe de las Milicias Nacionales de Cáceres de no poder poner freno al contrabando que se daba en esa localidad próxima a la frontera de Portugal, debido a la escasez de personal y de recursos económicos que obligaba a los pocos camaradas que realizaban esa labor en esa población a simultanear la vigilancia de la frontera con las tareas del campo ante la falta de recursos económicos de éstos y de esa Falange.

Fausto Valiente, Jefe Local de la Falange de Hoyos, el veintidós de febrero de 1937 fue incapaz de precisar al Delegado de Oficinas de Primera Línea el número de falangistas que realizaban las tareas de vigilancia de fronteras y el armamento que portaban. Argumentaba que debido a que dichas tareas las tenían que realizar conjuntamente los de Primera y Segunda Línea y compatibilizarlas con las labores del campo, esto les obligaba a que se turnasen cada tres días; lo que provocaba un número bastante impreciso de los que las realizaban. En cuanto al armamento decía que tan sólo contaban con seis rifles tigres y cuatrocientos cartuchos, siendo el resto del armamento escopetas inservibles.

Esa tarea de la vigilancia de fronteras en otros casos fue considerada excesiva por el Jefe Provincial de Falange como fue el caso de Cilleros donde el diecinueve de enero de 1937 el jefe local de esa Falange informaba de que el considerado exceso de fuerzas en labores de vigilancia de la frontera se debía a una exigencia del Sargento de Carabineros, Comandante Militar de esa localidad. Se puede deducir de esta nota y de la situación que describían los anteriores jefes de Falange de las otras localidades que la Frontera con Portugal en Sierra de Gata tenía una importancia secundaria para los sublevados; por lo que no les interesaba ni dotarlos económicamente, ni con personal. Para estos últimos todos los recursos se debían centrar en la Primera Línea y más concretamente en el frente de guerra.

En cuanto al control de los soldados que volvían del frente Falange Española realizó un control cuasi policial en la Retaguardia como se desprende de los sucesivos informes que se conservan. En Cadalso el Jefe Local de Falange informó el doce de abril de 1937 de que en esa villa eran desconocidos los dos desertores que eran reclamados por el Jefe Delegado de las Oficinas de Primera Línea. En cambio alguno que otro, a pesar del rígido control, pudo escapar a Portugal y de esa manera no incorporarse a filas; así sucedió en Valverde del Fresno, según informó el Jefe local de esa población, el catorce de agosto de 1937 al Comandante Jefe de las Milicias de Cáceres.

En Descargamaría en cambio se solicitó al Camarada Jefe Provincial de Primera Línea el treinta de septiembre de 1937 el que se confirmase que tres de los individuos que acababan de llegar a la localidad habían sido licenciados de la Primera Línea situada en Malpartida de Cáceres al haber sido dados por inútiles. Esa solicitud se debía a que ninguno de ellos traía justificante alguno de su inutilidad y licenciamiento.

En otro casos se pedía antecedentes o información sobre algún incidente en el que se había visto involucrado algún voluntario de Falange fuera de su loca- lidad como fue el informe que tuvo que dar el veintiocho de octubre de 1937 el Jefe de Falange de Robledillo de Gata al jefe Provincial de las Milicias de Cáceres. En el mismo se decía que un Flecha Negra de la localidad había salido de allí hacia Cáceres y que al llegar a esa ciudad le pidieron la documentación y acto seguido fue detenido sin saber el motivo, para posteriormente ser trasladado a su centuria desde la cárcel.

Uno de los problemas de los que se quejó el primer jefe de Falange en la provincia de Cáceres, Alfonso Bardají, en el año 1934 fue que la organización en esa provincia era un desastre; ya que según él no se enviaban datos de los afiliados, ni las cuotas que éstos pagaban a la jefatura provincial14. A esta situa-ión, que se había venido repitiendo desde esa fecha, se le puso fin en el año 1937; cuando ante la seriedad del conflicto armado y ante el sometimiento de todas las organizaciones y partidos políticos al férreo control de las fuerzas militares se institucionalizó y exigió a todas las delegaciones de Falange y a sus responsables la confección de unas fichas sumamente detalladas de todos aquéllos voluntarios de la organización, esto no era ni más ni menos que parte del proceso de militarización impuesto a la sociedad civil.

Esas fichas, principalmente, de los voluntarios que se incorporaban a la Primera Línea de Falange Española Tradicionalista de las J.O.N.S. permite realizar una análisis exhaustivo de los integrantes de esa organización. En primer lugar señalar que las adscripciones más antiguas a ese partido en la Comarca de Sierra de Gata son las de los vecinos de Eljas que se afiliaron en gran número en enero de 1934. Según su jefe local, Alejandro Ramos Urbano, contaba con cincuenta y dos hombres en el pueblo y hasta ciento catorce los tenía en diferentes frentes (soldados y falangistas).

Les siguen en antigüedad los vecinos de Cilleros donde también se produjo una afiliación en masa el quince de octubre de 1935. Entre los nuevos afiliados cabe destacar la incorporación del alcalde de la localidad, Félix Martín Asensio, y posteriormente en octubre de 1936, la del Juez Municipal, Enrique Guillén Bacas, ambos enemigos irreconciliables de Nicasio Álvarez de Sotomayor. Es quizás la Falange local de Sierra de Gata con mayor número de afiliados, todos ellos entre octubre de 1935 y noviembre de 1936.

En la localidad en la que se afiliaron más personajes de clase media, pequeños empresarios, propietarios y funcionarios fue Perales del Puerto, afili ción de todos ellos posterior al dieciocho de julio de 1936. En total se incorporaron dos escribientes, un dependiente de comercio, un sastre, un barbero, un secretario del juzgado y responsable de la estación municipal de telefonía, un chofer, un guarda municipal, dos carpinteros y un estudiante; frente a un total de trece obreros, tres labradores y un albañil. Aparte del perfil socioeconómico que se desprende de los afiliados de esta localidad es importante señalar que en las citadas fichas el Jefe Local de la organización se encargó de plasmar directa e indirectamente el pasado político de cada uno de ellos; pues puntualizó que cuatro de los obreros adheridos habían pertenecido a organizaciones de izquierdas antes del Alzamiento. Por otro lado en las fichas de todos aquellos que habían pertenecido siempre a partidos de derechas se encargó de puntualizarlo y además añadió que el maestro local acreditaba la buena  conducta del afiliado, información que omitió en la ficha de los de pasado izquierdista.

Empero el caso más asombroso es el de de Villasbuenas de Gata donde el afiliado más antiguo es un forastero procedente de Brozas, Andrés Navarro Nogales, que se incorporó a Falange en octubre de 1933, de profesión agricultor. El resto de los afiliados lo serían entre el uno de junio de 1936 y el uno de julio de 1936; sin embargo será el uno de noviembre de 1936 cuando esa falange local experimente un crecimiento exponencial debido principalmente a la incorporación masiva de miembros de la organización socialista “La Libertad”, nada más y nada menos que doce de sus miembros se pasaron a la Primera Línea de Falange Española. En total, frente a veintiocho jornaleros, de los cuales diez tenían pasado izquierdista, había un maestro, un herrero, un cartero (pasado izquierdista), un alabardero, y dos agricultores (uno de ellos con pasado izquierdista).

Acebo cuenta en su haber con un ejemplo curioso de ese camaleonismo político; ya que un personaje clave de Falange Española en Sierra de Gata como fue Andrés Navarro Nogales se convirtió en consuegro de Jesús Estévez Pérez médico de esa población serragatina. Este último personaje fue uno de los líderes de los obreros de esa localidad junto con el tío Calero con quien fundó en el año 1931 la asociación obrera afecta a la UGT “El Despertar de Jálama”, además dirigió y convocó todas las huelgas obreras en ese enclave rural durante el periodo 1931-1936. Posteriormente, en la década de los 50 del siglo XX, este médico se convirtió en alcalde franquista en la localidad de Acebo.

En Villanueva de la Sierra es donde menor número de obreros se incorporaron a la Primera Línea de Falange. De las siete fichas que se conservan en dos de ellas se dice que sus propietarios se afiliaron antes del golpe de estado, afiliándose el resto después. Entre esos siete voluntarios hay dos estudiantes, un chofer y un comerciante siendo los otros dos un bracero y un labrador.

En Acebo siguió sin confeccionarse las fichas que se les enviaba desde la jefatura Provincial pero si se envió una relación de todos los incorporados a la Primera Línea desde noviembre de 1936 hasta enero de 1937. En ella se puede observar que el estrato socioeconómico principal era el de los jornaleros, diecisiete en total, frente a un barbero y un maestro.

En Villamiel de las fichas que se enviaron el diecisiete de febrero de 1937 tan sólo dos de los voluntarios pertenecían a Falange con anterioridad al 18 de julio de 1936; quizás puede que en ello influyese el que uno de los personajes locales, Sabino Pérez, que luego desarrolló una actividad represiva muy dinámica estuviese en la cárcel de Cáceres hasta que se produjo el golpe de estado. Sabino Pérez se convirtió en el Delegado del Comandante Jefe Provincial de Milicia Nacional dedicándose a reclutar pueblo por pueblo a todos los varones de entre dieciocho y treinta años para incorporarlos al frente. Era alguacil del Ayuntamiento de Villamiel, con anterioridad había pertenecido al Partido Republicano Radical Socialista; para finalmente acabar en las filas de Falange.

Del resto de las localidades no se conservan las fichas de los falangistas que engrosaron las filas de la Primera Línea de esa organización paramilitar. Empero se puede deducir de las que se han analizado que la mayor parte de los voluntarios se incorporaron una vez iniciado el conflicto armado, y más concretamente entre los meses de septiembre y noviembre de 1936; en ello influyó sin duda las terribles escenas que se vivieron en cada una de las localidades serragatinas.

Además se deduce que el grueso de los voluntarios pertenecía a las capas sociales más desfavorecidas, siendo el componente bracero-jornalero el mayoritario como se ha visto. Muchos de ellos con una motivación ideológica más que sospechosa. Este hecho se puede ver más claramente, y sirve como ejemplo extensible al resto de las localidades de Sierra de Gata, en la relación de individuos pertenecientes a la Falange de Villasbuenas de Gata que se concentraron a las órdenes y disposición del Jefe Local de Falange de Malpartida de Cáceres siguiendo instrucciones de la Jefatura Territorial de Cáceres. En ese documento de treinta y siete individuos movilizados, treinta y dos eran jornaleros, uno labrador, dos carteros, un herrero y un guarda municipal.

La aceptación durante este año 1937 en la Primera Línea de individuos con un pasado izquierdista, como los jefes locales se encargaron de recoger en las fichas que enviaban a la jefatura provincial, se debió fundamentalmente, como se ha relatado anteriormente, a la escasez en estos primeros instantes del personal humano necesario que demandaban las fuerzas sublevadas para poder incorporarlos al frente y reorganizar así las diferentes secciones necesarias para que un ejército fuese operativo y pudiese resistir un conflicto armado que prometía dilatarse en el tiempo15.

El caso más sorprendente, como se ha visto, fue el que se produjo en Villasbuenas de Gata. Pero existe otro todavía más anecdótico y es el certificado del veinte de agosto de 1937 en el que el Comandante Jefe Provincial de las Milicias Nacionales, Isidro Navarro Manzanares, emitió en Cáceres para que los siguientes falangistas de Cadalso de Gata pudiesen cobrar el subsidio de procombatiente: Cesáreo Carvajal, Eugenio Calvo Montejo, Floro Lázaro Calvo, Marino Murguía Gómez. Estos dos últimos pertenecieron al Radio Comunista de Cadalso, siendo Marino Murguía el secretario administrativo y Floro Lázaro el integrante de Comisión revisadora; ambos tuvieron amplias relaciones con el dirigente comunista Máximo Calvo.

Tanto Mariano (Marino) Murguía Gómez como Floro Lázaro Calvo se encontraban presos en la cárcel de Hoyos en octubre de 1936, según consta en la circular enviada por el Gobernador Civil de Cáceres al Comandante de la guardia civil del puesto de Perales del Puerto, al Alcalde de Hoyos y al Jefe de Falange de esa localidad donde se encontraba el citado presidio. En la circular se les ordenaba a estos representantes del orden público que pusieran de inmediato en libertad a una serie de presos entre los que se encontraban Mariano Murguía y Floro Lázaro una vez hubiesen sido castigados convenientemente, con el objetivo de desocupar la cárcel que se hallaba sobreocupada y en la que se corría el riesgo de que apareciesen serios problemas sanitarios.

A pesar de la orden del Gobernador Civil hasta el veintinueve de diciembre de 1936 no fueron puestos en libertad un determinado número de presos entre los que se encontraban Mariano Murguía y Floro Lázaro. Éstos finalmente ante la experiencia vivida seguramente cuando regresaron a Cadalso vieron como su única opción para salvar su vida afiliarse a las unidades de la Milicia de Falange de la localidad.

Hubo otros individuos que se incorporaron a la Primera línea después de haber denunciado a otros vecinos; este fue el caso de Jesús Zanca Prieto de Hoyos quien en diciembre de 1936 denunció a Lino Cordero Susaño cuando éste se interesó en Perales del Puerto por la situación de unos amigos suyos de Hoyos que ideológicamente pertenecían a partidos de izquierda, los Aluquemas. El treinta y uno de julio de 1937 el jefe de Falange de Hoyos, Fausto Valiente, se encargó de enviar una nota a la Jefatura Provincial comunicando la incorporación de este individuo a esa sección a las órdenes del Jefe Provincial de Milicias de esa Organización.

A medida que el conflicto armado avanzaba y el ejército sublevado iba consolidando los territorios conquistados a las fuerzas leales a la República la incorporación de nuevos voluntarios a los distintos cuerpos de ejército y a las organizaciones paramilitares afines aumentaba. Muchos de estos nuevos integrantes, a diferencia de los incorporados inicialmente, tenían una motivación ideológica mucho más definida que se había radicalizado, si cabe aún más, a raíz de las represalias sufridas a manos de los grupos de extremistas y de paramilitares de extrema izquierda.

Ese hecho no pasó desapercibido por parte de los mandos militares que automáticamente iniciaron una labor de depuración que hasta entonces no se habían atrevido a realizar. Durante todo el año 1938 y principios de 1939 se actuó en dos frentes, según se desprende de la documentación analizada. En primer lugar se procedió a sustituir a algunos Jefes locales de las milicias de Falange debido a sus actuaciones delictivas como fue el caso del Jefe local de Falange de Acebo, León Telesforo Costa Horna, que debido a que fue condenado en sentencia firme el dieciocho de septiembre de 1937 a treinta años de prisión por un delito de adhesión a la rebelión se tuvo que nombrar a otro  Jefe de Falange para esa localidad que garantizase el orden en la misma y velase por los intereses de los sublevados.

En otras ocasiones la incompetencia que derivaba en graves casos de indisciplina y desorganización obligó a la sustitución de algunos de esos jefes locales de milicias, ese fue el caso que se dio en Villanueva de la Sierra. Debido a la caótica situación que se vivió durante todo el año 1938 en la Falange de esa localidad y a la falta de compromiso y prestigio social del Jefe de esa organización, Julián Izquierdo Simón, el Teniente Coronel Jefe Provincial se vio en la obligación de destituirlo el veinte de enero de 1939 ordenando que se nombrase a otro que reuniese mejores condiciones sociales y morales, así como mayor entusiasmo con la causa. El nuevo que fue nombrado tampoco lo debió realizar excesivamente bien pues el veintiséis de marzo de 1941 se denunciaba el estado deplorable y de abandono en el que se encontraba esa Falange, proponiéndose como nuevo sustituto a Miguel Cordero Domínguez.

Otras veces se tomaron medidas contra la actuación desproporcionada y el abuso de autoridad de algunos individuos que aupados a la jefatura de una organización que infundía más miedo que respeto aprovechaban su cargo para intimidar a ciertos vecinos de las localidades donde ejercían su poder; además de mostrar una conducta moral y político social contraria a los incipientes principios que quería imponer en toda España el llamado Movimiento Nacional. Esta situación fue la que se vivió en enero de 1939 en la localidad de Villamiel donde al Coronel Jefe Provincial no le quedó más remedio que pedirle informes al cura párroco de la población sobre la conducta moral y político social del Jefe local de milicias de Falange de esa localidad, Eusebio León Asensio, que había sido denunciado por varios vecinos de Villamiel los cuales habían sufrido las amenazas y coacciones del mismo cuando éste se encontraba en su estado habitual de embriagadez.

El cura párroco confirmó que ese individuo solía embriagarse según le confesaron en el pueblo; aunque el Jefe Local de Falange y el alcalde negaron en otros informes tal extremo y achacaron el incidente a un enfrentamiento personal entre el jefe de milicias y Cecilio Ladero, uno de los amenazados, y que todo se debió a una cuestión monetaria por la cuota del plato único. Aunque todos confirmaron el incidente y el estado de ebriedad en ese momento de ese Jefe de Milicias.

En Cilleros el caciquismo histórico que había dominado la escena política local en los años previos al golpe de estado se supo infiltrar en el nuevo escen rio político. El Anterior alcalde, Félix Martín Asensio, que había protagonizado infinitos enfrentamientos con las fuerzas izquierdista locales con el fin de mantener los privilegios de unos pocos se aupó a la jefatura de la organización como encargado de las milicias locales. Sin duda en ello influyó su prematura afiliación a Falange en octubre de 1935 cuando contaba con treinta y tres años, y su colaboración con los oligarcas locales en la preparación del golpe de estado en la población; como fue denunciado por el alcalde frentepopulista, Victoriano Marcos, el dieciséis de junio de 1936. Sin embargo el doce de abril 1938 su gestión y su manera de actuar fue denunciada por el anterior jefe de las milicias de A.P. y alcalde de la localidad Leonardo Repilado Domínguez, quien solicitaba instrucciones de cómo debía actuar al haber sido restituido el citado Jefe de Milicias a quien calificaba de ser un cacique de primer orden y que de no ser sustituido se podría generar un disgusto muy serio en la localidad.

En Cilleros buen número de estos nuevos falangistas como el Juez Municipal Enrique Guillén Bacas, o el nuevo alcalde Leonardo Repilado Domínguez tuvieron hermanos en organizaciones izquierdistas como Izquierda Republicana (Joaquín Guillén Bacas y Andrés Repilado Domínguez) que había sido constituida el veinticinco de abril de 1936 en esa localidad. Lo que demuestra una vez más que este conflicto armado fue una guerra entre hermanos como bien se ha sostenido durante décadas.

En otras ocasiones los familiares de algunos de estos nuevos jerarcas no mostraban el mismo grado de compromiso. Este fue el caso del hermano de este Jefe de Milicias de Cilleros, Agustín Martín Asensio, que el cuatro de marzo de 1937 regresaba desde Mérida junto con otros falangistas de la localidad argumentando que les habían dado de baja en el frente por inútiles sin aportar documento que lo acreditase.

Como se observa con todos estos casos es que en los momentos iniciales a las fuerzas rebeldes no les quedó más remedio que contar con algunos personajes de dudosa moralidad, compromiso e ideología que en nada se diferenciaban con aquellos a los que los militares rebeldes acusaron de haber cometido todo tipo de tropelías en la Zona Republicana, fusilándolos por ello. El caso más aberrante fue el de uno de los Jefes de Milicias de Falange de la localidad de Acebo, Santiago Puerto, que en una noche de excesos de alcohol en uno de los casinos de la localidad se jactaba públicamente de haber asesinado a noventa y nueve personas. Su estado de ebriedad le hizo confiarse en que su arma reglamentaria estaba descargada y acercándosela a la sien aseguraba que con él serían cien. Efectivamente por obra del destino con él fueron cien pues el martillo del arma detonó un cartucho que se conservaba en la recamara cayendo fulminado en el acto. Según el testimonio de algunos vecinos izquierdistas de la localidad si el accidente hubiese sucedido en otro sitio ello habría desencadenado una ola de represión entre el vecindario de ideología izquierdista al haberles achacado a ese colectivo la muerte de ese Jefe de Milicias.

En Villasbuenas de Gata algunos de los dirigentes falangistas que asesinaron al alcalde frentepopulista de la localidad y a otros vecinos de la misma se dedicaron posteriormente a extorsionar económicamente a algunos vecinos de esa población independientemente de la ideología política que tuvieran.16

Otros Jefes de Milicias no fueron sustituidos a tiempo y siguieron cometiendo todo tipo de fechorías y vanagloriándose de ellas, pero algunos de los que padecieron sus actuaciones, o familiares de éstos, no dudaron en vengarse. Este fue el caso del Jefe de Milicias de Falange de Villamiel, Sabino Pérez Estévez, que fue asesinado en una de las calles de esa localidad serragatina de noche en el año 1948 por el familiar de uno de los represaliados17.

En segundo lugar las fuerzas militares rebeldes decidieron acometer en julio de 1938 una depuración política de elementos izquierdista incorporados como voluntarios falangistas largamente demorada, y de la que se era plenamente consciente como se ha visto a lo largo de todo este trabajo; ya que se había ido plasmando en las fichas de esos nuevos voluntarios de Falange remitidas a la Jefatura Provincial por los Jefes Locales.

La depuración política definitiva llevada a cabo en 1938 fue una muestra inequívoca de la situación tan débil en la que se habían encontrado hasta esa fecha los sublevados en la provincia de Cáceres al carecer de los medios humanos necesarios para afrontar el conflicto bélico que habían provocado; ya que de haber sido de otra forma no habrían esperado hasta las Navidades de 1937 para asesinar a infinidad de personas a las que se las vinculó con el llamado Complot de Máximo Calvo. Entre ellos se encontraban un buen número de soldados que pertenecían a unidades instaladas en la provincia de Cáceres y a los que se les acusó de frentepopulistas18. A partir de esas fechas se acometió esa depuración entre la tropa bajo su mando.

El veintisiete de julio de 1938 se contestaba desde Acebo a un requerimiento enviado desde la jefatura Provincial en el que se les exigía a los mandos falangistas locales que se depurase a los voluntarios de esa Falange que antes del dieciocho de julio de 1936 no habían tenido un pasado nacionalista.

En esa misma fecha los responsables de la Falange de Eljas confirmaban que todos los voluntarios falangistas que prestaban sus servicios en el frente habían pertenecido a partidos de orden antes del día del “Alzamiento Nacional”.

En la localidad de Valverde del Fresno se pidió los antecedentes de los voluntarios falangistas unos meses antes , el cuatro de mayo de 1938.

Los jerarcas falangistas de la localidad de Villamiel no dudaron en denunciar ante el requerimiento de la Jefatura Provincial el pasado socialista del vo- luntario falangista Cecilio González Iglesias.

Este cambio de actitud se observa más nítidamente en la localidad de Descargamaría en la que como se ha visto anteriormente, en el año 1937, el Jefe Local de Falange, Demetrio Martín, informaba de unos voluntarios falangistas con pasado izquierdista que iban a ser incorporados a la Primera Línea y a los que se le recomendó desde Cáceres que tan sólo se les realizase una pequeña vigilancia. Empero en 1938 ese afán depurativo determinó que el nueve de agosto de 1938, atendiendo a una circular de la Jefatura Provincial de Milicias de Falange de Cáceres, el Jefe de las milicias de Descargamaría, Felipe Delgado, denunciase a tres individuos movilizados por Falange que habían pertenecido al Frente Popular. Estos eran: Vicente Gómez (Presidente de la Célula Comunista), Eugenio García (comunista) y Macario Iglesias (socialista).

Otras veces la delación de la supuesta ideología política de algunos voluntarios se debía a los antecedentes o la actuación de algún familiar. Este fue el caso que se dio en Hoyos cuando el Jefe de Milicias de Falange de la localidad, Felipe Hernández Viejo, informó el cuatro de agosto de 1938 al teniente Coronel Jefe Provincial de la Milicia de Falange y de las J.O.N.S. de Cáceres que de los cuatro individuos que ordenaba se incorporasen a su destino, uno de ellos, Ramón Liébana Martínez, tenía un hermano que se había incorporado a las unidades de Falange de Hoyos y estando en el frente se había pasado al enemigo.

No sólo la Primera Línea de Falange vivió esa depuración sino que la Segunda Línea de Falange también sufrió ese proceso, aunque parece ser que de una manera un poco más laxa como se observa por la nota enviada el diez de agosto de 1938 por el teniente Coronel Jefe Provincial en la que le ordenaba al Jefe Local de Falange de Hoyos que debía de dar los nombres de todos aquellos falangistas con pasado izquierdista, y separar de esa Segunda Línea a todos aquellos que por su conducta o antecedentes implicasen un peligro. Los demás aunque tuviesen un pasado izquierdista y demostrasen un fiel acatamiento a la causa nacional se los había de mantener; aunque les debían proporcionar los nombres para que fuesen investigados.

La extensión del calificativo frentepopulista se ampliaba a la etapa anterior a la constitución de ese agrupación de las fuerzas políticas de izquierdas que se acordó para presentarse a la elecciones de febrero de 1936, de tal manera que todo aquel que hubiese pertenecido a fuerzas políticas de izquierdas entre los años 1931-1936 era calificado de frentepopulista. Este hecho se puede ver claramente en Gata que ante ese requerimiento generalizado y obligatorio que se ordenó el veinte de julio de 1938, se informó al Teniente Coronel Jefe de Milicias de Cáceres que en el servicio de fronteras había un falangista que había pertenecido al Frente Popular hasta el uno de febrero de 1933, dándose de baja voluntariamente y siendo adicto al Glorioso Movimiento.

Sin embargo en esa misma localidad el nueve de julio de 1938 se ordenó la incorporación de los falangistas mayores de dieciocho años entre los que aparecía un joven, Agustín Peñalva López, que era familiar del maestro nacional Emiliano Peñalva Conde que fue presidente de la casa del pueblo y que durante el Frente Popular se mostró muy activo.

El hecho de que hubiesen combatido en el frente, es decir en Primera Línea, y que después pasasen a desempeñar labores en la Segunda Línea, más concretamente en el servicio de fronteras no fue óbice para que fuesen depurados. El caso más claro se observa en el municipio de Perales del Puerto en el que ante la nota recibida el veinte de julio de 1938 el Jefe Local denunció el pasado socialista de varios falangistas que habían estado en el frente (Pedro Martín Vidal, Andrés Valencia Acuña, Marcos Valle Rodríguez) y que seguían realizando labores por orden del alcalde de la localidad, Valeriano Moreno, en esa Segunda Línea en las labores de control de frontera. El día veintiocho de julio de 1938 se le ordenó a ese alcalde el que se diese de baja del servicio de frontera a esos individuos.

4. ETAPA FINAL

Esta etapa coincide con el final del conflicto armado que se produjo el uno de abril de 1939. Es una fase en la que se inició el desarme de las llamadas Milicias Nacionales, la desmovilización de todos los voluntarios que combatieron en los diferentes frentes de guerra y el cómputo de los fallecidos y mutilados que había dejado el conflicto por localidades.

En marzo de ese año se comenzó a solicitar localidad por localidad de Sierra de Gata el cómputo de todos los fallecidos habidos en las Milicias Nacionales durante el conflicto armado, aunque cuando se comenzó a contabilizar en firme fue en abril de ese año.

De la documentación analizada las localidades que más víctimas registraron fueron Gata con diecinueve fallecidos, quince por heridas sufridas en acción de guerra y cuatro por enfermedades. A continuación le sigue Cadalso con catorce personas entre las que se encuentra Marcial (Marino) Murguía Gómez secretario administrador del radio comunista de Cadalso. En Descargamaría se contabilizaron siete fallecidos y en Villamiel otros tantos.

Curiosamente las localidades donde Falange arraigó más temprano en Sierra de Gata: Eljas, Hoyos y Cilleros, o no hay documentación como es el caso de Eljas y Hoyos, o el número de fallecidos fue muy bajo como es el caso de Cilleros, donde tan sólo comunicaron la muerte de cuatro personas (uno perteneciente a la Falange Riojana, dos pertenecientes a los Flechas Negras y uno perteneciente al Tercio Sangüesa).

La única población, de la documentación consultada, que comunicó que de la localidad no había fallecido voluntario alguno de las Milicias Nacionales fue Robledillo de Gata, según nota de su alcalde Eleuterio Rodríguez el día tres de abril de 1939.

Perales del Puerto informó del fallecimiento de un voluntario de las Milicias Nacionales y de dos voluntarios declarados como inútiles a causa de la guerra. Villanueva de la Sierra informó de un voluntario falangista fallecido en combate en la localidad de Cedillo. Valverde del Fresno informó de dos muertes, uno fallecido en el frente de Madrid y el otro por una enfermedad adquirida en campaña.

Villasbuenas de Gata a pesar de contar en el frente con treinta y seis voluntarios el diecisiete de enero de 1937 según informó el alcalde de esa localidad, Ángel Domínguez; tan sólo comunicó el tres de abril de 1939 el estado de inutilidad de tres voluntarios de las Milicias nacionales; por lo que se entiende que al igual que en Robledillo de Gata no debió haber fallecidos en la población.

Además las nuevas autoridades quisieron eliminar cualquier posibilidad de revueltas; así una vez finalizada la guerra y ante la terrible situación económica en la que había quedado el país, en el que se vislumbraba una dura posguerra debido a las grandes carencias y necesidades que iban a ser la tónica general durante bastantes años estos iniciaron un progresivo desarme de todos los voluntarios que habían pertenecido a las milicias nacionales.

Entre las escaseces que eran crónicas en la comarca y que iban a seguir siéndolo por mucho tiempo se encontraba el trabajo. Buena parte de los propi tarios de tierras que apoyaron a los sublevados en esta guerra y que antes de la misma se negaban a dar trabajo a los obreros continuaron en la misma postura una vez finalizado el conflicto bélico. La diferencia es que ahora le negaban el trabajo a los excombatientes, como sucedió en San Martín de Trevejo donde Carmen Manzano Chamorro era denunciada por el alcalde por su actitud hostil a la hora de dar jornales a los desempleados de la población entre los que había un buen número de excombatientes19. Y eso que entre los objetivos que se habían fijado los líderes sublevados se hallaba el que el trabajo se encontrase garantizado y protegido, como se encargó de difundir por radio el general Mola el dos de marzo de 193720

En Acebo el veinticinco de septiembre de 1939 se entregaron diez escopetas en el puesto de la guardia civil de Perales del Puerto. En Eljas se entregaron el veinte de septiembre de 1939 tres rifles en la comandancia de Valverde del Fresno. Los falangistas de Villamiel entregaron el veintiuno de septiembre de ese año sus armas y trofeos en el cuartel de la guardia civil de Cilleros. El dieciocho de septiembre de 1939 los falangistas de Hoyos entregaron los rifles procedentes de la Jefatura Provincial de Falange en el puesto de Perales del Puerto, en total seis rifles y quinientos dos cartuchos. Los falangistas de Hernán Pérez en cambio comunicaron el dieciocho de septiembre de 1939 que no tenían ni armamento ni trofeos de guerra.

A pesar de la finalización del conflicto armado no se bajó la guardia en cuanto a la actuación de determinados voluntarios; así en Gata desde el Ayuntamiento enviaron los datos relativos a un voluntario de las Milicias de esa localidad, Santiago Cantero Salvador, al Gobernador Militar de la Provincia quien había ordenado su ingreso en la prisión de Valladolid. Este detenido puede que fuese familiar de Felipe Cantero Sánchez (presidente de la agrupación socialista de Gata y el último alcalde democrático de la localidad).

5. CONCLUSIONES

Sierra de Gata se encontraba muy alejada de las líneas del frente, es la reta-guardia clásica de cualquier conflicto armado. Con una frontera con Portugal totalmente segura por la que era imposible la entrada o salida de personas y de armamentos sin el consentimientos de los sublevados o de las fuerzas del orden salazaristas. Debido a estos motivos no se vivió la guerra en su sentido pleno sino el tipo de conflicto bélico tradicional de las zonas en las que las guerras ya han finalizado o que están recién conquistadas; donde la represión de todos aquellos que se oponen a los nuevos gobenantes impera por todos los rincones siendo llevada a cabo por los grupos paramilitares afectos a los sublevados. En sierra de Gata el número de fallecidos de ideología izquierdista a causa de la represión política durante los primeros meses de conflicto ascendió aproxima- damente a unas sesenta y cinco personas21frente a un fallecido de ideología derechista. La mayor parte de estos asesinatos extrajudiciales fueron perpetrados por los grupos paramilitares afines a los golpistas, más concretamente por la Segunda Línea de Falange Española.

Esa Organización era una fuerza política marginal prueba de ello es que en las elecciones de febrero de 1936 no consiguió ni un diputado en el parlamento22; ya que alcanzó unas cifras ridículas de votos23 . En febrero de 1936 Falange tenía unos cinco mil miembros, en la primavera de ese año contaba con unos sesenta mil militantes en toda España, en agosto la cifra se elevaba a un millón de voluntarios y finalmente durante los dos años siguientes de conflicto armado llegó a contar con dos millones de militantes24 .

Sin embargo, sean unas cifras u otras, todo ello da una idea de la evolución que tuvo esa organización a nivel global. En el caso concreto de Sierra de Gata sucedió lo mismo, fueron infinidad las personas las que se afiliaron con una más que sospechosa voluntariedad a la misma; ya que hasta esa fecha ni se habían planteado adherirse a ese partido político, como lo demuestra la escasa implantación del mismo antes del golpe de estado en esta comarca extremeña.

Ese déficit histórico de miembros que tenía Falange Española desde sus orígenes en la provincia de Cáceres en general y en Sierra de Gata en particular es lo que la obligó a la aceptación de nuevos supuestos voluntarios de la más diversa procedencia; ya que no sólo fueron aceptadas personas que con anterioridad habían pertenecido a los llamados partidos de orden (CEDA, J.A.P.) sino, que se vieron en la necesidad de admitir, al menos durante la primera fase del conflicto armado, a infinidad de personas procedentes de partidos de izquierdas, tales como Izquierda Republicana, U.G.T., Partido Socialista Obrero Español y Partido Comunista de España; de igual forma que sucedió en otras zonas de la llamada España Nacional.25

Un hecho relevante derivado de esa escasez de personal afín a las fuerzas sublevadas fue también el admitir como dirigentes locales de Falange en Sierra de Gata a un buen número de personajes que no cumplían los estrictos requisi- tos puritanos y de compromiso exigidos por las organizaciones englobadas en las llamadas Milicias Nacionales. Por ello y a medida que la guerra se iba decantando a favor de las fuerzas sublevadas muchos de ellos fueron sustituidos por otros que garantizasen con su comportamiento y conducta los nuevos principios ideológicos que iban a imperar a partir de entonces en la llamada España Nacional, y por tanto que sirviesen de modelo a las sociedades en las que ejercían su autoridad.

Esa carencia de personal en las filas de Falange Española se agravaba aún más dentro de su componente femenino. La Sección Femenina comenzó su andadura en los primeros meses de 1936 con una gran falta de medios intentando captar nuevas afiliadas tanto entre las señoritas del pueblo como entre las labradoras-jornaleras. De entre toda la documentación manejada no se ha encontrado ningún documento referido a las secciones femeninas de localidades de Sierra de Gata durante estas fechas; aunque si las hay posteriores como la de Acebo en la que se comunicó la participación de la Sección Femenina de esa población en una exposición de artesanía en el año 1952.

Las fuerzas sublevadas utilizaron dos estrategias claramente diferenciadas ambas encaminadas a la consecución de un único objetivo, el proveerse del capital humano necesario para afrontar un conflicto bélico, con el que al menos al principio no contaban que se iba a producir; ya que daban por hecho que con un golpe militar sería suficiente, como en otras ocasiones, para someter al país.

Esas estrategias consistieron por un lado en la articulación de un sistema de terror basado en la violencia física con la que se procedió, en primer lugar, a la eliminación de todos aquellos dirigentes y personajes que más se habían significado en los conflictos obreros en los años previos al golpe de estado. En segundo lugar se procedió a extender un sistema de torturas, vejaciones y violaciones entre la población de ideología izquierdista o frente populista. Con estas dos actuaciones se buscaba dejar a las masas obreras inoperativas al carecer de dirigentes que las organizasen, y al haber padecido directamente la extensión de ese terror de la nueva España Nacional.

Por otro lado se implementó un sistema coactivo y coercitivo que consistió en sancionar y en convertir en sospechoso a todo aquél que demostrase públicamente poco entusiasmo por las fuerzas sublevadas, como le sucedió a la vecina de Acebo, Petra Blas Valiente, cuando expresó en público su pesar por la incorporación a filas de dos de sus hijos. Debido a ello fue acusada de enemiga del nuevo régimen y estuvo a punto de dar con sus huesos en la cárcel municipal sino hubiese intercedido por ella otra vecina de la localidad afecta a los sublevados.

La más mínima sospecha, la delación, las envidias, las rencillas personales, la participación política de tiempos pasados bastó para caer en desgracia y ser acusado de traición por los integrantes ( hombres, mujeres y niños) de los grupos paramilitares de extrema derecha afectos a las fuerzas sublevadas; que de esa manera se convertían en la policía del nuevo régimen. La extorsión y las sanciones económicas derivadas de la actuación de los integrantes de estos grupos de extrema derecha sirvieron para proveer de recursos económicos a las fuerzas sublevadas y para arruinar a aquellos considerados elementos desafectos al nuevo Régimen.

En definitiva estas dos estrategias sirvieron, en términos generales, para que, ante el miedo a ser acusado de enemigo del nuevo régimen, el número de afiliaciones a las organizaciones denominadas Milicias Nacionales tuviese un incremento exponencial en los meses siguientes al llamado “Alzamiento Nacional”.

La militarización de la sociedad civil, así como la implantación de una estructura de terror de la que no estaba libre ningún ciudadano fue lo que decantó la balanza en los primeros meses a favor de los sublevados en determinadas zonas geográficas de España.

Debido a que el golpe de estado de julio de 1936 fue llevado a cabo por militares todos esos grupúsculos afines a los golpistas se tuvieron que someter a los dictados de éstos y más concretamente a partir del Decreto de Unificación que instauraba la idea del partido único. Es por este motivo y por la declaración del estado de guerra por el que desde un inicio la zona que quedó en manos de los sublevados actuó de una manera coordinada tanto administrativa como militarmente.

Falange Española se convirtió de la noche a la mañana en la organización única y mayoritaria en las diecinueve localidades de Sierra de Gata, haciéndole una competencia testimonial otras organizaciones afectas a los sublevados como los requetés que prácticamente no existían en la comarca. Esa exclusividad le permitió desarrollar su actividad y su competencia de una manera plena, absoluta y libre sin que fuese cuestionada en ningún momento por nadie.

Sierra de Gata, como otras zonas que quedaron bajo la denominación de la España Nacional, contribuyó en los primeros meses del conflicto con ingentes cantidades de capital humano, así como de materias primas y recursos económicos, que eran canalizados a través de los consistorios que se encontraban bajo mando de corporaciones municipales impuestas por los sublevados. Esa acaparación de recursos, en concreto de personas para enviarlas al frente, provocó que en la retaguardia franquista de esta comarca se produjesen frecuentes quejas de los jerarcas falangistas a sus superiores por la aguda la escasez de personal que padecían y que les impedía poder realizar tareas tan serias como el control de fronteras y las labores del campo conforme a las necesidades del momento.

La composición social mayoritaria de los integrantes de las Milicias Nacionales en Sierra de Gata fue fundamentalmente obrero-jornalera; debido principalmente a la estructura económica de esta zona geográfica y a la escasa implantación que tenían las citadas organizaciones en esta comarca con anterioridad a la sublevación armada; ya que éstas tuvieron mínimo calado entre los comerciantes, pequeños propietarios y profesiones liberales en los años previos al golpe de estado; bien porque éstos pertenecían en su mayor parte a partidos como la Derecha Local Agraria o bien a partidos republicanos como el P.R.R.S.

Además las diferentes falanges locales de Sierra de Gata se encargaron de la gestión del pago del subsidio de los combatientes a sus familiares. Controlaron a los combatientes que volvían de permiso del frente. Realizaron tareas de control de la frontera hispanolusa en colaboración con fuerzas de seguridad como los carabineros y la guardia civil. Pero sobre todo realizaron una labor policiaca informando del perfil ideológico de todos aquellos que se alistaron en las filas de su organización.

Esos informes de ese pasado ideológico de los nuevos voluntarios que era enviado a la Jefatura Territorial de Milicias de Primera Línea de Falange sirvieron para, que una vez vislumbrada la victoria final del conflicto bélico a mediados de 1938, se iniciase un proceso depurativo entre las filas de Falange que hasta esa fecha había sido imposible llevar a cabo.

Pero a pesar de esa entrega de las organizaciones de Milicias Nacionales en los primeros instantes del conflicto armado éstas no obtuvieron la recompensa esperada o que ellos creían merecer; ya que una vez finalizada la guerra se procedió al desarme de las mismas, a la desmovilización y desmilitarización de todos sus miembros. Aunque se les encomendó una última tarea administrativa, la contabilización de todos los fallecidos entre sus filas en la guerra.

Por toda la documentación analizada procedente del Archivo Histórico Militar se pude concluir finalmente que la puesta en marcha y posterior actuación de las organizaciones incluidas en las llamadas Milicias Nacionales fue fruto de una gran improvisación inicial que tuvo que ser simultaneada con un conflicto bélico que absorbió ingentes cantidades de recursos, principalmente humanos. Debido a esa improvisación inicial Falange Española, como organización única en Sierra de Gata, desarrolló diferentes tareas dependiendo de la evolución del conflicto armado, es decir pasó de ser una organización paramilitar-represiva nada más iniciarse el golpe de estado a una organización puramente burocrática- policiaca nada más finalizada la guerra.

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1 DE FONTERIZ, Luis. Red Terror In Madrid. Londres 1937. Pág. 18.

2  Diario Extremadura 02/09/1936.

3   AYALA VICENTE, Fernando. Partidos y Élites Político-Sociales en la Provincia de Cáceres durante la II República (1931-1936). Universidad de Extremadura, Cáceres 2002, pág. 85

4  Ibidem. pág. 101.

5   RODRÍGUEZ ARROYO, Jesús Carlos. Nicasio Álvarez de Sotomayor Gordillo Aguilar, alias “Ángel Aguilar”. Revista de Estudios Extremeños. Diputación de Badajoz. III volumen año 2010.

6  BORKENAU, Franz. El Reñidero Español. Pág. 224

7  JACKSON, Gabriel. La República Española y la Guerra de Civil. Edt. Crítica. Pág. 266

8  Testimonio aportado por el vecino de Cilleros Antonio Mateos.

9  RODRÍGUEZ ARROYO, Jesús C. Movimiento Obrero y Represión Fascista en Sierra de Gata 1931-1936. Muñoz Moya Editores Extremeños. Pág. 230.

10   BRASILLACH Robert y BARDÈCHE Maurice. Historia de la Guerra de España. Valencia 1966. Pág.162.

11  ARRARÁS, Joaquín. La Cruzada Española. Volumen IV, tomo 15. Pág. 166

12  Expediente nº 1247, Telesforo Costa Horna y Otros. Juzgado nº 8 Salamanca, causa 728/37, caja 113, orden 1247, balda 1627.

13   RODRÍGUEZ ARROYO, Jesús C. Nicasio Álvarez de Sotomayor Gordillo Aguilar “Ángel Aguilar”. Del Anarcosindicalismo al Nacional-Sindicalismo. Revista de Estudios Extremeños III 2010. Pág. 1285

14  GARCÍA GUTIÉRREZ, José María y POLANCO MELERO. La II República y la Guerra Civil en la Villa de logrosán. Editora Regional de Extremadura. Mérida 1995. Pág. 137

15  BORKENAU, Franz. El Reñidero Español. Pág. 224

16  Testimonio aportado por Jesús Montero Blanco.

17  DOMENÉ SÁNCHEZ, Domingo. Los Partidos Políticos en Villamiel durante la Segunda República. Revista Alcántara nº 72, 73.Pág. 60.

18  CHAVES PALACIOS Julián. Tragedia y Represión en Navidad. Institución Cultural el Brocense. 2008

19  RODRÍGUEZ ARROYO, Jesús C. Movimiento Obrero y Represión Fascista en Sierra de Gata 1931-1936. Muñoz Moya Editores Extremeños. Pág. 131

20   BRASILLACH, Robert y BARDÈCHE, Maurice. Historia de la Guerra de España. Valencia 1966. Pág. 163

21  Fuente Universidad de Extremadura. Memoria Histórica de Extremadura

22   RIVAS, Fernando. El Frente Popular, antecedentes de un alzamiento. Editorial San Martín. Madrid 1976. Pág.89

23  VENEGAS, José. Las Elecciones del Frente Popular.  Cuadernos de Cultura Española, Buenos Aires 1942.Pág. 64.

24  JACKSON, Gabriel. La República Española y la Guerra Civil. Ediciones Crítica. Pág. 363

25  JACKSON, Gabriel. La República Española y la Guerra Civil. Pág. 275

 

Oct 012011
 

Teodoro Agustín López López.

1.  DATOS BIOGRÁFICOS

Nace en Sevilla el 27 de diciembre de 1532 y muere en Valencia el 6 de enero de 1611. De posición social noble, su padre, Per Afán de Ribera, era duque de Alcalá, marqués de Tarifa y posteriormente al nacimiento de Juan, virrey de Cataluña y de Nápoles; y su madre, Teresa de los Pinelos, pronto murió, siendo muy niño y creció sin amor materno. Aprendió las primeras letras en Sevilla, orientado por su padre hacia el estado eclesiástico, en el 1536 recibe la Tonsura clerical con dispensa para que pudiera acceder a los beneficios eclesiásticos1.

A los doce años su padre lo envía a Salamanca para estudiar cánones y gozar del fuero universitario y le da por ayo “un sacerdote religioso y pío el más virtuoso que puedo haber  en su  estado: llamóse el licenciado Truxillo”2.

El 1544 en la Universidad de Salamanca comienza tres cursos académicos 1544-47, matriculándose en la facultad de Derecho. Estudia Decreto (dos años), Decretales (tres años) y dialéctica jurídica. ¿Por qué no termina? Lo hacía por su padre, dice Covarrubias.

Posteriormente, tiene un cambio vocacional. Frecuenta los estudios de Artes o Filosofía durante los cursos académicos 1547- 50 con las disciplinas de Súmmulas, Lógica magna y Filosofía moral y natural, cuya asistencia obligatoria era de  seis meses. Sus profesores  son Francisco Sancho, magistral, Miguel Palacio y Francisco Miguel Tour, consiguiendo el grado de bachiller en Artes o Filosofía.

La teología fue su fuerte durante siete años, y es dispensado durante otro tiempo debido a su preparación o comportamiento de asistencia, en donde estudia cuatro libros de la Sentencia de Pedro Lombardo y cuatro de la Summa Theologica de Santo Tomás (Cátedras de Prima y Vísperas y otra de Sagrada Escritura) y frecuenta la cátedra de Dialéctica en las prácticas. Obtiene el grado de Bachiller y el de Licenciatura el 31 de mayo de 1557 en la capilla de Santa Bárbara ante los grandes maestros Sancho, Soto Mayor, Melchor Cano, Domingo de Cuevas, actuando como padrino Domingo de Soto. No es doctor por ser una graduación más festiva que académica porque su austeridad personal no acepta. Fue un teólogo escolástico tomista con gran vinculación afectiva e intelectual con sus maestros. Según la Constitución de Martín V, al hablar de los Bachilleres en Teología podemos concluir que el 31 de mayo de 1557 ya estaba ordenado in sacris, requisito para la graduación. Tras un breve paréntesis de ministerio presbiteral en Sevilla, vuelve a la Universidad de Salamanca. Por la carta de su padre, en la que decía “si quisiere des estar en Salamanca y leer una cátedra y predicar sería lo que más me convendría a mí y a vos…” no se prueba que fuera catedrático. No tenemos ninguna otra documentación que lo acredite que al menos fuese  catedrático sustituto3.

Sacerdote a los 25 años, no si antes, el 7 mayo de 1557 obtiene en Sevilla por D. Diego Ruiz, obispo de Sadoy4 el título de beneficio de las Sagradas Ordenes para pasar a recibir el grado de licenciatura.

Por Bula de Pío IV, el 27 de mayo de 1562, Juan de Ribera, que no había cumplido los treinta años de edad, es obispo electo de Badajoz y consagrado por D. Pedro Guerrero, Arzobispo de Granada, en Sevilla. Partió a su diócesis y tomó posesión el 27 de agosto inmediato. El 26 de julio de 1562 su  antecesor

D. Cristóbal de Rojas y Sandoval, toma posesión por poderes en  Córdoba el 23 de agosto de 1562, entrando en la diócesis el 28 de febrero del siguiente año5.

El 30 de abril de 1568 Pío V le da el palio como Patriarca latino de Antioquia al obispo de Badajoz, de quien dice: lumen totius Hispaniae, lumbrera de toda España. Permanece en Badajoz hasta 20 de marzo de 1569 en que se tras- lada a Valencia, siendo sustituido por D. Diego de Simancas.

Su juventud y preparación integral le llevaron a desempeñar una intensa labor apostólica en su nueva diócesis, cuyos límites por el oeste era Portugal (Obispados de Évora, Yelves y Portalegre); Andalucía (Arzobispado de Sevilla) por el sur y el Priorato de San Marcos de León por el este. Cinco veces más pequeña que el territorio actual. Era sufragánea del Arzobispado de Santiago de Compostela. Existían dos arciprestazgos (Alburquerque y La Parra), cinco vicarías (Barcarrota, Burguillos; Fregenal, Jerez y Villagarcía). Había villas que pertenecían a entidades administrativas distintas: Fregenal, Higuera la Real y Bodonal de la Sierra, pertenecientes a Sevilla en lo temporal y al obispo de Badajoz en lo espiritual. Igualmente Puebla del Maestre. Villagarcía y la capilla de San Juan Bautista en la iglesia matriz de Llerena eran enclavadas en el territorio del Priorato de San Marcos de León.

2. PERSONAJES CONTEMPORÁNEOS

Coetáneos a D. Juan de Ribera es Luís de Morales, fue llamado “Divino Morales”6, quien nos ha dejado la primera pintura del joven obispo de Badajoz: sus facciones revelan a un hombre de nervio, pero limpio de excitación exterior, contemplativo y apóstol, con aires de alta nobleza y finos modales, así como el juicio particular de su vida7; otro contemporáneo suyo fue el polifoniíta Juan Vázquez nacido a principio del s. XVI, que tal vez oiría sus villancicos creados antes de su llegada como maestro de capilla en Badajoz; Fray Luís de Granada y Juan de Ávila, antiguos amigos no coincidieron en su pontificado, y otros santos, músicos y humanistas.

Es claro que en la década anterior al Memorial de Fray Alonso de La Fuente a Felipe II transcurre, durante el pontificado de Ribera en Badajoz, la herejía de los alumbrados. Los avisos que dio a los curas y confesores revelan que ya en 1562 existía: «Una de las cosas principales que tengo que advertiros y,- por ser tan principal, será la primera- es que tengo entendido que hay algunos entre vosotros que sólo tratáis con gente recogida y virtuosa, y a los demás menospreciáis y repudiáis como gente que no siente con vuestro parecer y que van contra él, no siendo el suyo tan sano y santo como el vuestro. Otros, al revés, a la gente recogida tenéis por hipócrita y extremada. La opinión de los unos y de los otros la tenemos por indiscreta y reprobada, y deseamos que nuestro Señor os diese espíritu para abrazar todo género de gentes y condiciones, sueltos y recogidos, sanos y enfermos, sabios e ignorantes, santos y que no lo sean, de manera que les hallasen debajo de vuestras alas abrigo los buenos, remedio y medicina los enfermos y perdidos, pues a todos somos deudores y de todos nos han de pedir cuenta y todos están a nuestro cargo»8.

Sin entrar en un tema polémico la ciencia moderna de la psiquiatría y la psicología nos pueden iluminar, aplicando los datos a la fenomenología religiosa y, en concreto, comprenderemos mejor tanto la inquietud de Fray Alonso de la Fuente, como los prudentes avisos de D. Juan de Ribera a los sacerdotes pacenses9.

3. CAMINO DE LOS ALTARES

En 1746 se inicia el proceso de canonización del Venerable Siervo de Dios, cuyas virtudes en grado heroico aprobó Clemente XIII el 8 de diciembre de 1759, previa la Junta de Cardenales en la Corte Romana el 17 de noviembre anterior, en que este Cabildo y Ciudad celebraron función del Espíritu Santo para el mejor acierto de la Sagrada Congregación. El 16 de enero inmediato en sesión ordinaria del cabildo de Badajoz se leyó la carta del Colegio del Corpus de Valencia con el Decreto de la aprobación de las Virtudes del V. y D. Juan de Rivera, de que remite dos ejemplares. El Cabildo acordó que se responda la enhorabuena a dicho colegio y se cante el domingo Te Deum con Misa, y la noche antes haya luminarias con repique de campanas, se participe a la ciudad la noticia y se avise  al Obispo  Pérez Minayo por si gusta asistir10.

Hernández Tolosa, cronista capitular principia su Libro de noticias con la jornada de acción de gracias de este modo: “A las oraciones del día 19 de enero, se iluminó la torre de nuestra Santa Iglesia catedral, como así mismo las dos torres de la Ciudad, esto es, el reloj y la de la Audiencia con repique de sus respectivas campanas y el Palacio episcopal con hachas y la casa del Sr. D. Diego Notario, canónigo”11.

Al día siguiente, domingo del mismo mes y año de 1760, hubo una función muy solemne en la Santa Iglesia Catedral: “tomose media hora y concluidas las horas canónicas y la misa conventual, se manifestó a su Divina Majestad, y se cantó el Te Deum y concluido se cantó la Misa de la Santísima Trinidad, presidida por D. Francisco Pérez Cañabate, canónigo”. Participaron El Sr. Obispo y Alcalde mayor con gran  afluencia de fieles de la ciudad12.

En el cabildo pleno de miércoles 27 de abril de 1796 se abrió y leyó carta del Colegio del Corpus Christi de Valencia, en la que les participa la agradable noticia de haberse aprobado por la Sagrada Congregación los milagros del Venerable Siervo de Dios D. Juan de Ribera, obispo, que fue de esta ciudad, y Sus Señorías acordaron que se responda a la misiva, expresando el gran júbilo y satisfacción, con que el cabildo ha recibido la grata noticia13. La Beatificación fue presidida por Pío VI el 18 de septiembre de 1796.

El 23 de febrero de 1859 el obispo D Fray Manuel García Gil, al ser promovido al arzobispado de Zaragoza, lega al cabildo su retrato y una reliquia del Beato Juan de Ribera. El 6 de mayo del mismo año los canónigos le dan las gracias por dicha donación y por el estuche para colocarla14, colocándola en el oratorio contiguo a la sacristía el 17 de diciembre del mismo año.

Por acuerdo del cabildo del 7 de marzo de 1908 se envía al beneficiado D. Ramón Alarcón con la reliquia del Beato Juan de Ribera a Almendralejo en consideración a la especial devoción que ha manifestado Mons. Soto Mancera sobre su santo antecesor15.

El  27 de  marzo  de 1960,  a las  once y  media, organizado por  el obispo D. José María Alcaraz y Alenda, se celebró solemne Te Deum en acción de gracias por la próxima canonización del Beato Juan de Ribera con asistencia de capitulares, autoridades y fieles. Fue canonizado por Juan XXIII, el 12 junio de 1960, mientras que en la catedral se ofició de Pontifical un solemne Te Deum y exposición de S.D.M., después de la Misa vespertina. Previamente, en la víspera, se anunció este acontecimiento con repiqueteo general en todas las iglesias, y al Te Deum asistieron además del Cabildo, autoridades y muchos fieles. Siguió un triduo solemne en la catedral, al que asistimos los seminaristas16. Mons. Alcalá y Alenda le dedica una capilla lateral junto a la puerta del Cordero en la que preside una  imagen de tamaño natural del Santo, obra del valenciano Rodillas.

3.1.  Predicador y apóstol

El Munus docendi del obispo lo forman variados elementos: unos, le será dotados como fruto de su formación, de su inteligencia y de su experiencia; otros, serán la búsqueda diligente del orador en los libros. “El que ha de ejercitar tan alto oficio (como es el de predicador) menester es que sepa. Y no puede saber sino estudiando y trabajando y estando de noche y de día sobre los libros, con los cuales ha de tener mucha amistad y poca, o ninguna, con las calles y plazas y negocios de fuera” es aviso y consejo de Fray Diego de Estrella17.

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Lám. 1. Retrato de D. Juan de Ribera por Luís de Morales. Museo del Prado.1563.

3.2.  Sermonario pacense

Recogemos el tema de sus sermones, cuyo contenido analiza San Fran- cisco Javier en los avisos que ofrece al predicador, a saber, la Invención al elegir el texto sagrado, el argumento y materia de la doctrina evangélica, y la Disposición lo hermoseará con orden y distinción18.

Herrero Salgado estudia sobre Las citas en los sermones del Siglo de oro, como sistema de relaciones19. El texto citado es un viaje de acercamiento y de rejuvenecimiento que realiza la cita desde la lejanía en el tiempo hasta la proximidad. Observamos que cada sermón es un mosaico de citas bíblicas: del A. T. Proverbios (1)  y Salmos (3) y del N.T. ( Mt, (38), Lc. (32), Jn (23), Mc (1) Hech. (5) y otras de Santos Padres. Aparecen modelos de fe, Abrahán, de obediencia, como Isaac, de castidad, y José entre otros. La cita puede ser una sentencia breve, o frase más amplia o un ejemplo, en total  son 103 y 7 sin texto las que utiliza.

Las funciones de las citas son de ornato-estético o de autoridad, siendo eje vertebrado del sermón, que parte de un tema y gira hasta final en torno a ese tema o una frase de la Sagrada Escritura, tomada generalmente del Evangelio de día. Al decir de Fray Juan de Segovia, es «como el quicio para la puerta sobre el que ha de girar toda la oración». La cita es un alarde de erudición y supone la lectura de un texto plagado de intromisión en latín, que obliga a la mayoría de los lectores a andar por los sermones como en zancos.

Durante el periodo que nos ocupa aún no había aparecido el Misal tridentino (1570). Juan de Ribera utiliza el «Missale se (cund) num alme/ Pacensis ecclesie con/ suetudinem» impreso en Sevilla por Juan Cromberger el 15 de Octubre de 1529. Este Misal consta de cuatro partes: 1. Las Misas dominicales, ferias y los demás que se contiene en el dominical; 2. Las fiestas de todo el año según el orden de los meses; 3. Los formularios comunes. 4. Un elenco de misas  votivas, bendiciones y preces.

De los varios ejemplares conservados, hoy sólo existen dos: uno en la Biblioteca Nacional20 y otro en el Colegio- Seminario del Corpus Christi de Valencia. 21,

No entramos si Ribera fue exegeta o aficionado. La predicación del Patriarca mana de la Liturgia, pues casi siempre  empieza con un texto evangélico de la misa, cuyo comentario es objeto de la homilía. Sus sermones no nos ofrecen piezas terminadas. Nunca pensó en publicarlos, ya que se trataban de esquemas personales que utilizaba a la hora de preparar sus predicaciones22.

Las citas bíblicas que aparecen en los sermones originales, hacen referencias al capítulo correspondiente sin añadir el versículo. La primera división de la Biblia en capítulos fue realizada por Esteban Langton (+1228), gran canciller de la Universidad de París, mientras que la división en versículos la hizo en 1528 Santos Pagnino en su versión. En 1555 Roberto Estienne hizo otra división en versículo del NT23. De aquí que la edición crítica hecha por el canónigo archivero Robres añada a los capítulos citados los respectivos versículos en notas a pie de página con su traducción.

3.3.  Señorial

 Tabla I

Tabla 11-1

1*.“He aquí que tu rey viene a ti, manso y montado sobre un asno, sobre un pollino hijo de borrica” (Mt 21,5); 2*.“Decid a la hija de Sión: He aquí que tu rey viene a ti, manso y montado sobre un asno, sobre un pollino hijo de borrica” (Mt 21,5).3* “Decid a la hija de Sión: He aquí que tu rey viene a ti, manso y montado sobre un asno, sobre un pollino hijo de borrica” (Mt 21,5). 4*. ”Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra perturbación de naciones, aterradas por los bramidos del mar y la agitación de las olas, exhalando los hombres sus almas por el terror y el ansia de lo que viene”. 5* De extremo juicio. 6*. ”Habiendo oído Juan en la cárcel las obras de Cristo, envía por sus discípulos a decirle: ¿Eres tú el que viene o hemos de esperar a otro? (Mt. 11, 2-3). 7*. ”Habiendo oído Juan en la cárcel las obras de Cristo, envía por sus discípulos a decirle: ¿Eres tú el que viene o hemos de esperar a otro? (Mt. 11, 23). 8* ”No temáis, os anuncio una gran alegría, que es para todo el pueblo: Os ha nacido hoy un Salvador, que es el Cristo Señor, en la ciudad de David” (Lc 2, 10-11) 9* “Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad” (Lc 2, 14). 10* “Vamos a Belén a ver esto que el Señor nos ha anunciado”   (Lc 1, 15) . 11*:”Cuando se hubieron cumplido los ocho días para circuncidar al Niño, le dieron el nombre de Jesús” (Lc 2,21). 12*. ”Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos Magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?, porque hemos visto  su estrella al oriente y venimos a adorarle” Mt 2, 1-2. 3*.” Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos Magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?, porque hemos visto su estrella al oriente y venimos a adorarle” Mt 2, 1-2. 14*.”Hijo, ¿por qué nos has hecho así? Mira que tu padre y yo, apenados andábamos buscándote “(Lc 2, 48). 15*. “Cuando era ya de doce años, al subir sus padres, según el rito festivo, y volverse ellos, acabados los días, el niño, Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo echasen de ver” Lc 2, 43. 16*Tema: “El reino de los cielos es semejante a un amo de casa que sale muy de mañana a justar obreros para su viña”. (Mt 20,1). 17* “El reino de los cielos es semejante aun amo de casa que salió muy de mañana a ajustar obreros para su viña (Mt 20,1). 18*. “El reino de los cielos es semejante a un amo de casa  que salió muy de mañana a ajustar obreros para su viña” (Mt 20,1)24

Tabla II

Tabla 11-2

19* Tema: Entonces fue llevado Jesús por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, al fin tuvo hambre (Mt 4, 1-2). 20*. Entonces fue llevado Jesús por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. (Mt 4, 1). 21*. Entonces fue llevado Jesús por el   Espíritu al desierto para ser tentado   por el diablo.   (Mt 4, 1). 22*Partido de aquí Jesús, retiróse hacia el país de Tiro y de Sidón, cuando he aquí que una mujer cananea,venida de aquel territorio, empezó a dar voces diciendo: Señor, hijo de David, ten lástima de mí. (Mt 15,21-22). 23* ”¡Oh mujer, grande es tu fe¡ Hágase contigo como tu quieres (Mt 15, 28)24*.“He aquí que una mujer cananea, venida de aquel territorio empezó a dar voces diciendo: Hijo de David, ten lástima de mí” (Mt 15, 28). 25*.Estaba expulsando a un demonio mudo, y así que salió el demonio, habló el mudo. Las muchedumbres se admiraron (Lc 11,14). 26*.Estaba expulsando a un demonio mudo, y así que salió el demonio, habló el mudo. Las muchedumbres se admiraron (Lc 11,14). 27*. Estaba expulsando a un demonio mudo, y así que salió el demonio, habló el mudo. Las muchedumbres se admiraron (Lc 11,14).28*.”Después de esto partió Jesús al otro lado del mar de Galilea, de Tiberiades. (Io 6, 11). 29*.”Después de esto partió Jesús al otro lado del mar de Galilea, de Tiberíades. (Io 6, 11). 30*. ”¿Quién de vosotros me argüirá de pecado? Si os digo de verdad, ¿Por qué no me creéis?” (Io 8,46). 31*.”¿Quién de vosotros me  argüirá de pecado? Si os digo de verdad, ¿Por qué no me creéis?” (Io 8,46). 32*. ”¿Quién de vosotros me argüirá de pecado? Si os digo de verdad, ¿Por qué no me creéis?” (Io 8,46). 33*.“Antes del día de la Pascua, viendo Jesús que llegaba su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, al fin extremadamente los amó” (Io 13, 1). 34*.“Antes del día de la Pascua, viendo Jesús que llegaba su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, al fin extremadamente los amó” (Io 13, 1). 35*.“Antes del día de la Pascua, viendo Jesús que llegaba su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, al fin extremadamente los amó” (Io 13, 1).36*.“Antes del día de la Pascua, viendo Jesús que llegaba su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, al fin extremadamente los amó” (Io 13, 1).37*.” Llegada ya la tarde, /…./ vino José de Arimatea, /…/ que se atrevió a  entrar  a Pilato y pedirle el  cuerpo de Jesús”. Mc 15, 42-43). 38*.Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según Juan25.

Tabla III

Tabla 11-3

39*.»El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al monumento, trayendo los aromas que habían preparado, y encontraron removida del monumento la piedra, y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Estando ellas perplejas sobre esto, se les presentaron dos hombres vestidos de vestiduras deslumbrantes. Mientras se quedaron aterrorizadas y bajaron la cabeza hacia el suelo, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado. (Lc 24,1-6).40*.»María se quedó junto al monumento, fuera, llorando» (Io 20,11).41*.»María se quedó junto al monumento, fuera, llorando» (Io 20,11).42*.»Se acercaron a la aldea donde iban, y el fingió seguir adelante. Obligaron le diciéndole: Quédate con nosotros, pues el día ya declina». (Lc 24,28-29) No hay seguridad sino en el cielo.43*.»La tarde del primer día de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se hallaban los discípulos por temor de los judíos, vino Jesús y, puesto en medio de ellos, les dijo: La paz sea con vosotros» (Io 20,19). 44*.»Yo soy el buen pastor y conozco a las mías, y las mías me conocen a mí» (Io 10,14) Nombres de Cristo.45*.»Yo soy el buen pastor; el buen pastor da la vida por sus ovejas» (Io 10,11) El Buen Pastor. 46*.»Todavía un poco, y ya no me veréis, y todavía otro poco, y me veréis» (Io 16,16) Como el oro en el crisol.47*.»Todavía un poco, y ya no me veréis, y todavía otro poco, y me veréis» (Io 16,16) Se va, pero para volver.48*. Diciendo esto y viéndole ellos, se elevó, y una nube le ocultó a sus ojos» (Act. 1,9) por la Pasión, a la Asunción.49*.»Y viéndole ellos, se elevó, y una nube le ocultó a sus ojos» (Act. 1,9) Subió con virtud propia suya. 50*.Sin texto. Cristo nuestro abogado ante el Padre.51*.»Cuando llegó el día de Pentecostés, estando todos juntos en un lugar, se produjo de repente un ruido como de un viento impetuoso, que invadió toda la casa en que residían. Aparecieron, como dividas, lenguas de fuego, que se posaron sobre cada uno de ellos» (Act 2,1-3) Consume, limpia, alumbra, embriaga. 52*.Sin texto. En lenguas de fuego. 53*.Yo dispongo del reino a favor vuestro  como mi Padre ha dispuesto de él a favor mío, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino» (Lc 22,29) Mucho cuesta el sacramento.54*.»Cuando llegó el día de Pentecostés, estando todos juntos en un lugar» (Act 2,1) El más alto Amor. 55*.» Me ha sido dado todo poder en el cielo y n la tierra» (M 28,18).26.

Tabla IV

Tabla 11-4
56*.»Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida» (Io 6,56).57*.»Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida» (Io 6,56).58*.Sin texto. Disposición para el sacramento.59*.»El que come  este pan vivirá para siempre» (Io 6, 58).60*.»Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida» (Io 6,56).61*»El que come este pan vivirá para siempre» (Io 6, 58).62*.»Se acercaban a El todos, publicanos y pecadores para oírle, y los fariseos y escribas murmuraban, diciendo.63*.»Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis y no seréis juzgados» (Lc 6,36- 37).64*.»Dos hombres subieron al templo a orar, el uno fariseo el otro publicano. El fariseo, en pie, oraba para sí de esta manera: ¡Oh Dios¡, te doy gracias de que no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros; ni como este publicano. Ayuno dos veces en las emana, pago diezmo de todo cuanto poseo.» (Lc 18, 10-14)

65*.»Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis; porque yo osa digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y lo lo oyeron. Levantó se  un doctor de la Ley para tentarle, y le dijo: Maestro, ¿qué haré para alcanzar la vida eterna? El le dijo: ¿Qué esta escrito en la Ley? ¿Cómo lees? Le contestó diciendo: Amarás la Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente y al prójimo como a tí mismo. Y el dijo: Bien has respondido. Haz esto y vivirás» (Lc 10, 23-27).66*.»Nadie puede servir a dos señores /…/ No os inquietéis» (Mt 6, 24-25).67*.»Pasando Jesús de allí, subió en una barca, hizo la travesía y vino a su ciudad. Le presentaron un paralítico a costado en su lecho» (Mt 9, 1-2).68*.» Iba Jesús a una ciudad llamada Naín. Iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre. Cuando se acercaban a las puertas de la ciudad, vieron que llevaban un muerto, hijo único de su madre, viuda» (Lc 7, 11- 12).69*.»Entonces se retiraron los fariseos y celebraron consejo sobre cómo le cogerían en alguna cosa. Enviaron le discípulos suyos con herodianos para decirle: Maestro, sabemos que eres sincero y que con verdad enseñas el camino de Dios, sin darte cuidado de nadie, y que no tienes acepción de personas. Dinos, pues, tu parecer: ¿Es lícito pagar tributo al Cesar o no? (Mt 22, 15- 17).70*.»Había un cortesano cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaum. Oyendo que llegaba Jesús de Judea a Galilea, salió a su encuentro y le rogó que bajase y curase a su hijo, que estaba para morir (Io 4,46-47).71*.»Se asemeja el reino de los cielos a un rey que quiso tomar cuentas a sus siervos» (Mt 18,23).72*.»Se asemeja el reino de los cielos a un rey que quiso tomar cuentas a sus siervos» (Mt 18,23)27.

3.4.  Fiestas y santos

Tabla V

Tabla 11-5

73*.»Su padre y su madre estaban maravillados de las cosas que se decían de El. (Lc 2,33). 74*.»Así que se cumplieron los días de la purificación, conforme a la Ley de Moisés, le llevaron a Jerusalén para presentarle al Señor (Lc 2,22).75*.»Así que se cumplieron los días de la purificación, conforme a la Ley de Moisés, le llevaron a Jerusalén para presentarle al Señor (Lc 2,22).76*.»Fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad d e Galilea llamada Nazaret a una virgen desposada con un varón de nombre José, d ela casa de David; el nombre de la virgen era María” (Lc 1,26-27),77*,”María se puso en camino y con presteza fue a la montaña (Lc 1,39),78*,» Genealogía de Jesucristo, hijo de David, Hijo de Abraham”(Lc 1,1),79*,»Bienaventurado quien me escucha, y vela a mi puerta cada dçia, y es asiduo en el umbral d e mis entradas. Porque el que me halle a mí, encontrará la vida y alcanzará el favor de Yavé (Prv 8,34-35),80*. Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor (Io 12,26).81*.»Padre nuestro, que estás en los cielos” (Mt 6,9).82-85*.»De cierto no permitirá Yavé que permanezca el cetro de los impíos sobre la suerte de los justos” (Ps 124,3).86*.»Los que confían en Yavé son como el monte Sión que es inconmovible y permanece para siempre; nunca jamás será derrocado el morador de Jerusalén. Circuida está Jerusalén de montes, y el Señor es el antemural de su pueblo desde ahora y para siempre” (Ps 124,1-2).87* «Les son perdonados sus muchos pecados, porque amó mucho. Pero a quien poco se le perdona, poco ama” (Lc 7,47) 88*.»3ª Sermón..»Si no hiciereis penitencia todos igualmente pereceréis” (Lc 13,5).89*. «Si no hiciereis penitencia todos igualmente pereceréis” (Lc 13,5)..90*. El ejercito de Dios.91*. «Padre nuestro, que estás en los cielos” (Mt 6,9).92*. “Señor, enséñanos a orar” (Lc 11,1).93*.»Saliendo de allí Jesús, se retiró a los términos de Tiro y de Sidón.94* Una mujer cananea de aquellos lugares, co- menzó a gritar, diciendo: Ten piedad de mí, Señor, Hijo de. David” (Mt 15,21- 22).95*.»Los abandoné a su obstinado corazón, que siguieran sus consejos” (Ps 80,13).96*.»Nadie, después de haber encendido una lámpara la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la coloca sobre el candelero para que   los que entren la vean” (Lc 8,16). 97*.Papel dado en este concilio provincial.98*.Acta notarial del concilio. 99*.»Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes, que tomando sus láparas salieron al encuentro del esposo y de la esposa” (Mt 25,1)28.

Tabla VI

Tabla 11-6

100*.Sin texto. Plática en día de San Mauro.101*.»Nadie enciende la lámpara y la pone bajo el celemín (Mc 4,21).102*.»Saulo, respirando amenazas de muerte contar los discípulos del Señor, se llegó al sumo sacerdote pidiéndole cartas de reconciliación para las sinagogas de Damasco, a fin de que si allí se hallaban quienes  siguiesen  este camino, hombres o mujeres, los llevase  atados a Jerusalén. (Act 9,1-3)..103*.»Vosotros sois la sal  de la tierra; pero  si la sal se desvirtúa ¿con qué se salará? Para nada aprovecha ya, sino para tirarla y que la pisen los hombres. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad asentada sobre un monte, ni se enciende una lámpara y se la pone bajo el celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos lo que están en la casa. Así ha de lucir vuestra luz ante los hombres, para que viendo vuestras obras buenas, glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos (Mt 5,13-16).104*.»El que practicare y enseñare, éste serás grande en el reino de lo s cielos (Mt 5,19).105*.»Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvirtúa ¿con qué se salará? Para nada aprovecha ya, sino para tirarla y que la pisen los hombres» (Mt 5,13).106*. «¿Quién piensa que será mayor en el reino de lo cielos? (Mt 18, 1).107*.»Designó el Señor otros setenta y dos y los envió delante de sí, a toda ciudad y lugar donde Él había de venir (Lc 10,1).108*.»¿Quién será el más grande en el reino de los cielos?” (Mt 18,1).109*.»Le llegó a Isabel el tiempo de dar a luz y parió un hijo” (Lc 1,87).110*.»Hubo un hombre enviado de Dios, de nombre Juan” (Io 1,6).111*.»Tomó Jesús a Pedro, a Santiago y a Juan, su hermano, y los llevó aparte a un monte alto, y se transfiguró ante ellos, brilló su rostro como el sol” (Mt 17,1-2).112*. «Le invitó un fariseo a comer con él, y entrando en su casa se puso a la mesa” (Lc 7,1).113*.»Le son perdonados sus muchos pecados, porque amó mucho” (Lc 7,47).114*.»He aquí que llegó una mujer pecadora que había en la ciudad, la cual sabiendo que estaba a la mesa en la casa del fariseo, con un frasco de alabastro de ungüento, se puso detrás d e Él, junto a sus pies, llorando y comenzó a bañar con lágrimas sus pies y los enjugaba con los  cabellos de su cabeza y besaba sus  pies y los ungía con el ungüento” (Lc 7,37-38)29

Tabla VI bis

Tabla 11-7

115*.»Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador”(Io 15,1).116.*.»Mirad que no despreciéis a uno de esos pequeños, porque en verdad os digo que sus ángeles ven de continuo en el cielo la faz de a mi Padre, que está en los cielos” (Mt 18,10). 116*.» Por aquel tiempo tomó Jesús la palabra y dijo: Yo te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y discretos y las revelaste alos pequeñuelos. Sí, Padre, porque así te plugo” (Mt 11, 25-26).117* Vosotros sois la sal de la tierra. Y si la sal se hace insípida ¿con qué se le volverá el sabor? Para nada sirve ya, sino para ser arrojada y pisada de las gentes. (Mt 5,13). 118*.»Viendo a la muchedumbre, subió al monte, y cuando se hubo sentado, se le acercaron los discípulos y abriendo Él su boca les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos, es el reino de los cielos” (Mt 5,1-2). 120*.»Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” ( Mt 5,8).121*.»Viendo a la muchedumbre subió a un monte y, cuando se hubo sentado, se le acercaron los discípulos; y abriendo Él  su boca le ensañaba” (Mt 5, 1-2). 122* Es semejante el reino de los cielos a un tesoro escondido en el campo, que si lo halla un hombre ,lo encubre y, gozoso del hallazgo, va y vende todo cuanto tiene y compra aquel campo. (Mt 13, 44) 123*. «Es semejante el reino de los cielos a un tesoro escondido en un campo, que quien lo encuentra lo oculta y lleno de alegría, va, vende cuanto tiene y compra aquel campo” (Mt 13, 44).124*.»Es semejante el reino de los cielos a un tesoro escondido en un campo, que quien lo encuentra lo oculta y lleno de alegría, va, vende  cuanto tiene y compra aquel campo” (Mt 13,44). 125*.»lo oculta y lleno de alegría, va, vende cuanto tiene” (Mt 13,44).126*.»Es semejante el reino de los cielos a un tesoro escondido  en un campo, que  quien lo encuentra lo oculta y lleno de alegría, va, vende  cuanto tiene y compra aquel campo” (Mt 13,44)30.

3.5.  Ministro de los divinos misterios

La sucesión apostólica de D. Juan de Ribera, como obispo de Badajoz, entronca con D. Pedro Guerrero Mendoza, arzobispo de Granada y la continúa, en Valencia como celebrante principal en 1570 con la consagración de su antiguo visitador general de Badajoz Pedro Coderos, obispo Titular de Cristópolis y auxiliar de Valencia hasta el 1579, que pasa a ser arzobispo de Otranto (Italia). También consagra a Bernardino Gómez Miedes, obispo de Albarracín; a Alonso Ávalos, obispo titular de Coron y auxiliar de Valencia; a Feliciano Figueroa, obispo de Segorbe; a Francisco Virgili, obispo de Lérida y el mismo día a Alfonso Coloma, obispo de Barcelona; a Vicente Roca de la Serna, obispo de Albarracín; a Tomás Espinosa, Obispo titular de Marruecos y auxiliar de Valencia; a Felipe Marimón, obispo de Ampurias Tempio (Cerdeña); a Miguel Angulo Gómez de Carvajal, OS, obispo titular  de Coron y auxiliar de Valencia y en la misma ceremonia a Pedro Ginés  Casanova, obispo de Segorbe31.

Su santidad ontico-sacramental se proyecta en su vida episcopal. El Episcolopogio pacense del siglo XVIII nos relata: “Fue muy devoto del Santísimo Sacramento del Altar…..así borrando de su escudo las armas gentilicias, que sus progenitores habían usado y adquirido, puso en lugar de ellas un Cáliz y una Hostia, para que supiesen todos que no tenía más sangre, que la de Cristo y que esta sola hacía mas aprecio, que la ilustre de sus mayores; y  para que el fuego interior de su devoción le avisase más sus afectos, organizó el escudo con dos armas o traseros con llamas, significando que le abrasaban o lo que deseaba quemarse en ellas”32.

La preparación de la misa diaria era de una hora en su aposento. Celebraba con gran devoción y sosiego, con gran edificación de los feligreses. Si la celebraba en su oratorio, duraba dos horas, y necesitaba de un lienzo donde enjugar sus lágrimas y, por no ser molesto, al paje, que le ayudaba, o porque no fuera testigo de las mercedes, que Dios le comunicaba, le ordenaba que, respondiendo al prefacio, saliese del oratorio, y después le hacía señal con la campanilla para que volviese. Ordinariamente celebraba en la catedral. Tampo- co faltaban los consejos a los ordenandos, que debían instruirse no sólo en las ceremonias sino también en la preparación y acción de gracias. Se inclinaba a que algunos clérigos no dijeran la misa diaria, si no se pudiera entender su vida y el poco fruto, que de ella sacan al no decirla con la disposición debida y menos por el estipendio o limosna33.

Se sentaba en el confesionario colocado en la capilla del Santísimo y administraba el viático a cualquier hora a los feligreses. Daba la catequesis y decía que no se explicaba que la misma estuviese en mano de los sacristanes.

Su ejemplar vida de piedad se proyecta en su caridad con los pobres, por lo que es llamado «Padre de los pobres». Todos los días daba de comer a doce pobres, pudiéndose llevar las sobras a sus casas. Iba a las ferias de Zafra y Mérida a comprar paños y lienzos y vestidos para darlos a todos, e incluso a los pobres vergonzantes daba otros regalos. Un año de mala cosecha vendió toda la plata de su casa y compró trigo  para repartir a los pobres34.

Como en toda España, las fiestas del Corpus Christi – miscelánea de lo sacro y profano- tuvieron en Badajoz  una tradición multisecular, pero en el tiempo de Juan de Ribera marcó un impacto mayor35. Solano de Figueroa dice que «fue devotísimo del admirable sacramento de la eucaristía y asistía con tanto zelo y fervor a su festividad que aunque la hallo festejada, añadió el modo y el culto, con que oy se soleniza, no inferior ninguna de las ciudades de España»36

Los festejos se iniciaban el jueves del Corpus y duraban toda la Octava. Durante la semana acudían gentes de los pueblos vecinos de las aldeas de Telena, Talavera. La Albuera, Villar del Rey, La Roca y Portugal, atraídos por los festejos en honor del Sacramento, especialmente por los autos sacramentales y los villancicos.

Muy de mañana se cantaban los Maitines y las demás horas canónicas, y celebrada la Misa se sacaba la procesión con la Custodia, colocándose el Sacramento en un tablado con dosel junto a la torre, y a continuación se representaban los autos y comedías que duraban toda la mañana. El itinerario procesional era como sigue: desde la plaza mayor  subía por las calles de  las Carnicerías y Zapatería hasta la Plaza Alta, donde hacía estación. Sobre un altar situado delante de las Casas de la Ciudad se colocaba el Santísimo, y tras el canto de un villancico (motete) se volvía por las calles de Mesones y la Soledad hasta el campo de San Juan. El recorrido se engalanaba con toldos y colgaduras, como un enorme palio por el que pasaba el cortejo presidido por el Sr. Obispo y el Cabildo catedral.

La custodia plateresca fue obra del orfebre vallisoletano Juan de Burgos que la ejecutó entre 1558 y 1559, de plata sobredorada, muestra una extensa colección de relieves de escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, inspirados en grabados de la época. Apenas tres años de construida la custodia nuestro Obispo Ribera pudo ya adorar en ella a Jesús Sacramentado.

Las representaciones teatrales se hacían en un entarimado de la Plaza, junto al del Santísimo y frente a él se sentaban las autoridades eclesiásticas y civiles en sendas tribunas y el pueblo estaba sentado o de pie. Los autos y obras de vida de santos eran verdaderas catequesis para el pueblo, los cuales costeaba el cabildo catedral. Comedias y entremeses profanos «de capa y espada» eran encargadas por los gremios de artesanos de barberos, zapateros..37. No faltaron los seises y ministriles, que creará el Obispo en 1565.

4. CABILDO CATEDRAL

El cabildo de canónigos es el más cercano colaborador del Obispo, como consejero y responsable del culto divino en su sede episcopal. Todos constituidos in sacris con derecho a voto38

D. Juan de Ribera tiene que afrontar dos problemas capitulares: uno, los recles, ya que el 17 de marzo de 1541 el cabildo acuerda que se pida a Paulo III un mes más de gracia o recle; y por ello se añadirán por el cabildo diez capellanes en el coro sobre los nueve de la Constitución y el otro de la capellanía que después fundó D. Benito de Aguilar. El 15 de febrero siguiente se recibe una Bula del Papa a consecuencia de su suplicación hecha a S.S. en que les concede tres meses más de recles si aceptan y se manda añadir los diez capellanes conforme está determinado. El veintitrés del mismo mes se acuerda que no se admita ni un mes de más de los tres concedidos por el Papa, de forma que cada año sean 120 días, cuya gracia se extendió después en 1542 hasta seis meses; pero al cabildo, pareciéndole demasiado, sólo usó de ella por lo respectivo de cuatro meses, teniéndose que enfrentar D. Juan de Ribera con su cabildo al aplicar las nuevas normas tridentinas; segundo, el problema de la residencia de coro con los canónicos de oficio, Baltasar de la Torre, magistral y Soto Calderón, doctoral, que ejercían otros cargos inquisitoriales incompatibles fuera de la diócesis en Toledo y Murcia, respectivamente; pero la Bula de Pío V de tres de octubre de 1567, llamada en el cabildo como “Calderina”, tras varias consultas realizadas por los interesados al Rey Felipe II y a los profesores de Salamanca se implantó con la anuencia de D. Juan de Ribera.

También tuvo importancia para la dignidad del culto catedralicio el personal auxiliar: especialmente la capilla de música que corría a cargo del maestro de capilla quien la dirigía en todas las funciones que celebra el Cabildo, y el organista, el teñidor del órgano y afinador. Los componentes de la misma son los cantores bajos, contraltos, altos, tenores y sochantres que cantan los papeles propios de su voz en todas las funciones litúrgicas y misas y las voces blancas de niños triples. Los clerizones servían los libros cantorales.

Otros oficios se repartían en la fiesta de San Juan Bautista para buen funcionamiento de la catedral: Pesquisidor de pan; pertiguero de silencio y vigilante del silencio; repartidor de uvas y restituciones; cuidador del reloj, el responsable de las sepulturas de la catedral y Santa María del Castillo y el perrero 39.

Una veintena de capellanes de coro han de de decir dos misas semanales cada semana para servir las capellanías que tiene el cabildo por el orden señalado40.

5. PASTOR Y REFORMADOR

Apenas había transcurrido un año desde la finalización del Concilio de Trento y sus decretos han sido publicados, la Iglesia española los acepta el 17 de septiembre 1564. Por tanto, corresponderá a cada diócesis dar forma concreta a estas disposiciones, para responder más correctamente a las necesidades del clero y los fieles con sus respectivos sínodo. En efecto, D. Juan de Ribera convocó tres sínodos diocesanos y asiste como obispo sufragáneo al Concilio provincial compostelano en Salamanca.

5.1.  Sínodos

5.1.1.  Sínodo diocesano del 1565

La noticias que conservamos son: «entró luego el obispo Don Juan de Ribera en este cuidado y despachó convocatorias para el de 1565 y el 8 de marzo de mismo año se ordenó en cabildo que se le asistiesen el Dr. Soto Calderón y los licenciados Andrés Sánchez Carrasco y Andrés de Zúñiga, todos tres canónigos41» El tesoro de sus cristianas enseñanzas se perdió; mas  el Dr. Solano en su Historia    cap. 16 & 3 num. 171 que inserta un tanto  que tuvo impreso y para muestra del gran celo del Obispo Ribera. Son dieciséis constituciones que entresacó de las sesenta y dos que contenía este  Sínodo:

1. Mandamos que en todo nuestro obispado se haga el bautismo por infusión y no por inmersión. 2. Que las parteras sean instruidas por los curas en la forma del Bautismo y en que necesidad deben bautizar, que en cuando se tema que no habrá lugar de llamar al cura u otro clérigo que bautice. 3.Que los que fueran padrinos en casa, se inscriban en el libro del Bautismo como se inscriben los que son en la iglesia y si los que fueron del Bautismo en casa, se pudieren haber, no sean otros los de los exorcismos. 4. Que no se admitan en los bautismos y velaciones padrinos menores de 18 años ni madrinas menores de 15. 9. Que los que tienen por pasar fuera del Reino y otras cosas veladas, no pueden ser absuelto hasta que dejen el tal oficio.10. Que ningún clérigo confiese a legos si no fuese en iglesias donde hubiere Santísimo Sacramento.12. Que los curas por sus personas hagan los padrinos por sus parroquias.13. Que los curas empadronen a todos los de edad de 7 años arriba para que se confiesen y tengan cuidado de los examinados por sí o por personas suficientes para ver si podrán comulgar y cuando.14. Que los clérigos se reconcilien de rodillas antes de revestir para celebrar. Y prevean y registren los misales antes de ir al Altar.19. Que no cumplan con el precepto de la comunión, si no fuere en su parroquia. 23. Que si algún enfermo pidiere el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, habiéndolo recibido en aquella enfermedad, se la dé el cura, a lo menos una vez cada mes. 31. Que las Bendiciones Nupciales a ninguna persona se le dé de noche. 37. Que la noche del Santo Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo ningún clérigo diga misa hasta que se acabe la del gallo, y que todas la misas de aquel día ninguno la pueda decir de noche. 41.Que todos los domingos el cura o en su lugar el predicador sea obligado a declarar un mandamiento o artículo de fe o algún sacramento o cualquiera otra cosa que pertenezca a la doctrina cristiana. 45. Que los curas visiten cada semana a los hospitales de sus parroquias y no dejen de acoger en ellos vagabundos, ni hombres ni mujeres, que no le conste ser casados; y así mismos visiten todos los pobres de las dichas parroquias, y procuren prever sus necesidades. 51. Item mandamos que todos los sábados de cada año canten los curas en sus iglesias la Salve a Ntra. Sra. A este modo (dice el autor referido) va el V. Prelado mandando otras cosas de reformación y acaba el cuaderno con estas palabras: Imprimieron los presentes capítulos sinodales en la muy noble y muy leal Ciudad de Badajoz en la imprenta y oficina de Francisco Rodríguez Mercader, el primer día de abril de mil e quinientos y sesenta y cinco años, añadiendo que puso el Obispo precepto de obediencia y pena de dos ducados por cada vez, que  algunos de  los sesenta y dos se quebrantasen.

5.1.2.  Sínodo provincial compostelano de 1565

El 7 de septiembre del corriente año el arzobispo metropolitano de la provincia eclesiástica de Santiago de Compostela D. Gaspar de Zúñiga y Abellaneda convocó sínodo a celebrar en Salamanca por su situación geográfica para los sufragáneos y fue admitido por el embajador de Felipe II, el Conde de Monteagudo con los prelados que según el orden de su consagración episcopal es como sigue: Pedro Ponce de León, de Plasencia; Diego Sarmiento, de Astorga; Francisco Maldonado, de Mondoñedo; Pedro González de Mendoza, de Salamanca; Álvaro de Mendoza, de Ávila; Francisco Delgado, de Lugo; Juan de Ribera, de Badajoz; Diego de Torquemada de Tuy; Diego Simancas, de Ciudad Rodrigo, Juan Manuel, de Zamora; y Fucio, de Orense. También fueron convocados los cabildos y nombrados los comisarios respectivos. Fue por Badajoz Francisco Guerrero en votación secreta del cabildo pleno, el de 13 de julio de 1565, y el cabildo del 9 de agosto pidió el Obispo Ribera que le acompañasen otros, a lo que respondió que eligiese a los que gustase, porque todos estaban dispuestos, y nombró a Andrés Carrasco. No sabemos si también se encontraba entre los elegidos el Deán Juan Leguizamo, clérigo in sacris, del que sólo consta que se le negó los frutos por esta ausencia de acuerdo con los catedráticos de Salamanca: ya que era el presidente del coro y sólo podría faltar  en excepcionales ocasiones.

Comenzó el día de la Natividad de Ntra. Sra., el 8 de septiembre, en la Iglesia Catedral con gran solemnidad y gran concurrencia de gente. Después la prédica del Arzobispo Metropolitano y comenzó la 1ª Sesión con la profesión de fe de los obispos y rubrican todos ellos los decretos del Concilio de Trento. Se suspendieron otros actos hasta que los procuradores de la Santas Iglesias tuviesen poderes cumplidos para participar. El día de Todos los Santos, el obispo de Badajoz Juan de Ribera «con tanta piedad, elegancia, devoción y aplauso que lo advirtió el Concilio por la singular grandeza de este día como se recoge en estas palabras: Kalendis Novembris, cum in cathedralem convenissent Patres et orator Regis, concionem habuit Joannes Ribera Pacensis Episcopus, atque pluses procuradores Ecclesiarum , qui speciale ab illis mandatum habebant, suo et Ecclesiarum nomine Tridentinum receperunt, fidemque Catholicam sunt professi.

La 2ª Sesión tuvo lugar el 25 de marzo de 1566 en que se leyeron cuarenta y dos decretos santos y convenientes para todos, y particularmente para el gobierno y ceremonias de las Iglesias catedrales.

La 3ª Sesión fue el 27 de abril del mismo año en la Dominica del Buen Pastor y predicó D. Juan Manuel. Obispo de Zamora. Además asistieron D. Juan de San Millán que lo era de León y D. Jerónimo de Velasco, de Oviedo, en el noveno lugar firma Joannes de Ribera episcopus Pacensis. Gil González habla de trece  obispos, porque omitió al obispo de Mondoñedo por encontrarse enfermo y fue advertido por el mismo concilio para evitar duda.

Las intervenciones del joven obispo Ribera fueron dos: una, sobre el estado episcopal, en donde defiende que el obispo es más padre que juez; moderación y austeridad de vida, residencia y vigilancia pastoral, catequesis a todos los feligreses y dispensador de los misterios divinos; otra, sobre el espinoso asunto de la reforma episcopal, Carranza, inmunidad eclesiástica, seminarios para nobles, cuidado inteligente para los pobres, magisterio de la Iglesia en las escuelas, atención a la pobreza de las monjas y creación de seminarios42.

Los decretos conciliares fueron recibidos satisfactoriamente, no obstante, alegaron algunas dudas; pero Pío V las sosegó, modificó y declaró por el Breve de 12 de Octubre de 1562 con estas palabras: «Perpetuo inviolabiliter et firmiter observare debere, illos que (habla de los Prebendados) vello? unquam tempore ab illis resitere, aut reclamare non posse; sed ad omnium et singulorum premissorum veram observationem tenere, et efficaciter obligatos existere:  ac ad id senteciis, et censuris ecclesiásticis ac etiam pecuniariis panis cogi et compelli posse per episcopos prefatos». Santa es la autoridad que tiene este concilio, que ratificó Pío V el 12 de octubre de 1569. Todas las iglesias sufragáneas tendrán una copia de sus constituciones. Pero en nuestros archivos no existieron dichas constituciones. Recientemente he podido archivar una copia del mismo43.

Las actas sinodales tienen tres partes: unos tres capítulos de la Actio Prima; otros cuarenta y dos de la Actio Secunda y por ultimo cuarenta y dos de la Actio Tertia. Traducimos dos textos sinodales: 1.”Procuren los Obispos, según lo expuesto en el Concilio de Trento crear, lo antes que puedan, colegios y seminarios para niños, mejorar los existentes y continuar los mejorados” (nº IV). 2. “Adviértase a los fieles en la solemnidad del Cuerpo de Cristo, que cultiven en lo posible el recuerdo de tan inmenso beneficio con devoción interna y suntuosidad y culto externo, que no estorben nada que pueda interesar a la veneraci6n de este Sacramento, con luces, instrumentos músicos y adorno de las calles. Prevean los obispos que todo se realice con orden y sin confusión, que se realice una única procesión, a la que deben asistir los fieles de toda clase, por los lugares fuera de la Iglesia que el prelado o su vicario general juzguen convenientes. Los mismos Prelados, el clero y el pueblo deben procurar el silencio y la realización de los divinos oficios, para que no desaparezca la solemnidad, pero, de tal modo transcurra que no se escandalice a nadie” (nº X).

5.1.3.  Sínodo del 1567

Tras volver del concilio Provincial, dispuso que hubiese capilla de Ministriles en esta iglesia para que los oficios divinos se celebrasen con más autoridad y festejo, ya los había el 7 de junio del mismo año.

Poco después convoca un segundo sínodo como consta por las Actas Capitulares del sábado, 22 de noviembre de 1567, aunque no se descubre de él ninguna otra memoria: “Este día y cabildo los dichos señores a los magníficos y muy reverendísimos Don Juan Leguicamo, deán y el licenciado Çuniga, canónigo para que vayan a hablar al Sr. Obispo sobre el mandamiento que su Señoría Reverendísima dispuso para que asistiesen a la celebración del sínodo que quiere promulgar en la segunda semana de Adviento”44

5.1.4.  Sínodo del 1568

En los Sermones publicados por D. Ramón Robres, encontramos en el tomo V el sermón nº 328, págs. 294-297, que erróneamente se dice predicado en el Concilio Provincial Compostelano (que fue en 1565 no en 1568), no es así, ya que este sermón corresponde al predicado en el Sínodo diocesano de Badajoz de 1568. Es un error tal como lo tiene corregido el Profesor Miguel Navarro Sorní y gentilmente me ha proporcionado su investigación, que agradezco45. Confirmamos dicha hipótesis con la copia del sínodo que ahora encuentro en donde se dice que el último día pronunció el sermón sinodal, el día 17 de febrero, martes.

Las fuentes que hoy disponemos para conocer el Sínodo son: Copia de las personas que vinieron al Sínodo de Don Juan de Ribera, obispo Badajoz y como se hallaba el Vicario de Jerez y algunos curas de aquella ciudad 1568. Badajoz y julio 12 de 175546.

Primero. Convocatoria: Juan Sánchez Valverde notario apostólico, y pro vicario de la Audiencia Episcopal de la ciudad de Badajoz, certifico y doy fe que en un proceso y autos y están en el archivo de la audiencia que se titula sínodo del Sr. Obispo Juan de Ribera, que lo fue de este obispado que pasó ante Rodrigo Cavellos, notario, que comienza sínodo del obispo mi Señor la septuagésima de mil quinientos sesenta y ocho años ante dichos autos están los  autos del tenor siguiente:

Nos Don Juan de Ribera por la gracia de Dios y de la Santa Iglesia de Roma, obispo de Badajoz, del Consejo  de  S. M. . los venerables  hermanos nuestro Deán y Cabildo de nuestra Santa Iglesia Catedral y a los venerables arciprestes y vicarios, curas beneficiados, del dicho nuestro obispado, salud y gracia bien sabéis como habiendo señalado tiempo y día para celebrar el sínodo por causas justas legítimas en el prorrogamos el término y suspendimos la asignación del día para cuando con más cuidado y comodidad pareciese que vos podría convenir y ahora para que haya efecto determinamos que fuese ahora en la dominica de septuagésima a quince días del mes de febrero del presente año para el cual día vos apercibimos, citamos e llamamos según es común en nuestras cartas convocatorias que nos fueron notificadas más largamente se contiene de la fecha en Badajoz = a cuatro días del mes de enero de 1568. El Obispo. Por mandato del Obispo Mi Sr. Rodrigo Cevallos y clérigo notario47

Segundo. En el mismo documento se conserva la relación nominal de asistentes al sínodo, como aparecen en el Apéndice I.

Tercero. “Actos sinodales del que celebró el Señor D. Juan de Ribera por los años 1568 y es el original según se hizo y reserva en el archivo de la dignidad de este obispado para antigua memoria de un prelado y varón tan justo, docto y timorato48.

No se ha podido encontrar hoy el contenido del texto sinodal, pero fue utilizado el 1960 por Pedro Rubio Merino, archivero diocesano y posteriormente citado por Robres, en el legajo que dice: “Del sínodo se conserva poco. Tal vez sólo un decreto por duplicado con el nombramiento de los primeros jueces sinodales, que reciben el nombre de jueces apostólicos, designación que se hace para cumplir lo así dispuesto por el tridentino. Cuatro fueron los nombrados, todos canónigos, y entre ellos el Deán de la S. I. Catedral, D. Juan Leguízamo. A renglón seguido se nombran también ocho examinadores sinodales, función para la que son llamados algunos curas de reconocido prestigio en la diócesis. Cierran esta parte original de Sínodo unas notas manuscritas, en las que el notario apostólico nos ha trasmitido el diario interno de la asamblea. Por ellas sabemos que el sínodo duró tres día; del domingo al martes inclusive, que por la mañana se celebraba un acto religioso, con sermón, en la Catedral del Señor San Juan y por la tarde se tenía la sesión de estudio con asistencia de todos los sinodales” 49.

Las peticiones presentadas al sínodo por los curas, por los concejos y por las entidades religiosas diocesanas se recogen en el documento. El concejo de Oliva de Jerez pide » en la gran necesidad de sacerdotes  que padece este pueblo para administrar los sacramentos»; el concejo de Talavera pide la creación de otra parroquia para poder atender a las necesidades espirituales del pueblo, que pasa, dice, de 500 vecinos. Se lamentan de la escasez de clero.

Las peticiones del cura de Talavera, D. Juan de Zafra se centran en el descanso dominical, misa “pro populo”, ceremonias litúrgicas, uso de misales y licencias para celebrar.

D. Pedro Álvarez de Tena, arcipreste de Fregenal, eleva al sínodo 27 peticiones la mayoría sobre la administración de los sacramentos. El canto litúrgico le preocupa y pide que se le exija a los ordenandos.

D. Francisco Corzano, arcipreste y cura de Alburquerque solicita la redu ción de los santos propios ,porque esta el calendario saturado. Hay poco sacerdotes para atender las dos parroquias, cuyo número asciende a nueve mil almas de confesión50.

El cuestionario presentado por el licenciado Peñafiel es de gran interés por su estructuración de cuantas propuestas fueron sentidas a la aprobación del sínodo. Todas están pensadas en la reforma de la disciplina eclesiástica según los decretos del Concilio de Trento y las constituciones de sínodos pacenses anteriores. Entre ellas se regula el uso del hábito talar, la administración de los sacramentos, el rezo del oficio divino, los cultos, los espectáculos públicos, se prohibían las corridas de toro, urja la residencia de los curas en sus feligresías, se dé una organización diocesana al ejercicio de la caridad, se prohibía a los confesores aceptar regalos de los penitentes, que se fomente entre los fieles la frecuencia de los sacramentos y que se eviten los pecados públicos de los esclavos, de los que “en este Obispado, dice, hay más que en otras partes por

estar en la raya de Portugal”51.

El decreto final lleva estampada la firma autógrafa del Obispo, seguida de la de los asistentes. Su contenido dispositivo resulta casi totalmente ilegible por el mal estado de conservación ya en el año 1961.

Recientemente se ha publicado una obra con motivo del  IV centenario de su muerte, que ahora celebramos y no se recoge los Sínodos Pacenses, que ya publicamos En este periodo de 1562-1568 lo sustituyen con los Sínodos Valencianos que celebró el Arzobispo Ayala, su antecesor. 52.

6. VISITAS PASTORALES

La práctica medieval de las visitas pastorales toma cambiar conciencia de la necesidad de reforma en el siglo XV para conocer mejor el estado material y espiritual de los obispados. Pero las directrices, que habían de seguirse para la realización de las mismas, las da el Concilio de Trento en el Decreto de Reforma de la Sesión 24 (11 de noviembre de 1563), cap. 3. En efecto, D. Juan de Ribera las ejecuta en su programa pastoral.

No se han conservado en las parroquias libros de visita, excepto en Burguillos del Cerro53, que nos sirve para el estudio del pontificado de D. Juan de Ribera. No obstante, encontramos actas de visita en los libros de bautismo en donde aparecen observaciones a los formularios de inscripción y la preocupación de que hay que abrir los libros parroquiales de matrimonio.

Las visitas pastorales fueron realizadas por D. Juan de Ribera o su visitador general D. Pedro Coderos, actuando Rodrigo Cavellos, presbítero, notario apostólico y escribano de la Audiencia episcopal de Badajoz por Merced de Su Ilustrísima Señoría, o Alonso Hernández, su homólogo. Fue un importante instrumento de control de la vida parroquial en todos sus aspectos, incluidos sus protagonistas: el clero y los fieles.

La documentación encontrada en cuanto al número de visitas realizadas por el Obispo no coincide con las historiadas por algunos autores. Los fondos hallados hoy en los archivos parroquiales pacenses arrojan datos desiguales. En algunos casos sólo se conservan referencias a la revisión de los libros sacramentales, excepto en la Parroquial de Santa María de la Encina de Burguillos del Cerro y la de Valencia del Mombuey, consecuentemente la más extensa en información.

1.  Ceremonial de las visitas: Todas son comunes con algunas variantes como fue la de Salvatierra de los Barros: Ego Dei nomine. El visitador después de celebrar la Misa visitó al Santísimo Sacramento, de la manera siguiente: puesta una capa blanca y los clérigos con sobrepellices y la cruz puesta y cuatro hachas encendidas y de rodillas todos y el pueblo congregado dijeron el salmo Ad te levanto oculos meos y la oración Deus, concorda fidelium, acabada abrió el Sagrario que está en medio del altar, el cual estaba con llave y dentro el cofre estaban dos relicarios de plata el uno ochavado y el otro redondo y en uno de ello estaba el Santísimo Sacramento de la Eucaristía en dos formas de Hostias grandes y sin muchas pequeñas y el dicho Sr. Visitador mostró el Santísimo Sacramento al pueblo y después se  volvió a poner en el dicho relicario y a cerrar el cofre en el sagrario  donde estaba y este sobre un ara de piedra blanca y unos corporales y cerró el sagrario con llave durante lo cual los clérigos estuvieron cantando el Pangue lengua gloriosi, Después se hizo la procesión a la pila del santo bautismo cantando el himno del Veni Creador los santos oleos de los enfermos y de los catecúmenos, los cuales estaban en sus ampollas de plata distinta y apartadamente bien y decentemente y con abundancia de óleo y la pila tenía su cubierta de palo y con una red de alo con su llave con su llave cerrada, después se dijo un responso general Fidelium Deus y luego se dijo una conmemoración a la bienaventurada Santa Marta cuya advocación es las iglesia mayor de esta villa y así se acababa la visita a la cual se hallaban presente el cura, beneficiados, sacristán, alcaldes y todo el pueblo y luego se dijo la misa mayor con sermón del Visitador y se leyó la carta de edicto de los pecados públicos”.

A veces administra el sacramento de la Confirmación a muchos hijos de vecinos del pueblo cuyos nombres quedaron asentados en el libro de los Bautizados y su Ilustrísima Señoría dijo misa  en Valencia del Mombuey.

2. Estado de las cuentas de las Iglesias parroquiales. D. Juan de Ribera manda se tome cuentas a los mayordomos de la Iglesia de San Juan, en Burguillos del Cerro, Miguel Hernández, que fue desde el día de San Juan de 1565 hasta el mismo del de 1566, presentando los Alcance: 1500 mrs. de la visita anterior, de petitorio durante su mayordomía y de limosna 1941 mrs. recibo de limosnas 967 mrs.; recibo de sepulturas1500 mrs.157 fanegas de trigo vendidas a 50 fanegas y otras 400 fags, a cinco reales que ascendió 3685; 29 de cebada vendidas dan 1441 mrs, de centeno 4 fags, a cuatro reales y medio 1381 dan son 612 mrs; de centeno 4 fags a cuatro reales y medio El salario del sacristán que ascendía a 1634 mrs. Y el del organista a 2006 mrs. Todos como consta por los recibos. Después tomo cuenta al mayordomo de Santa María de la Encina Bartolomé S.. Borrego durante el mismo periodo anterior

Igualmente halló su Ilustrísima por Mayordomo de la Iglesia parroquial de Valencia del Mombuey y presente Diego Herrándes Naharro, vecino de la dicha villa, al cual su Señoría mandó se le tome cuenta del tiempo de su mayordomía del periodo 1566 al 1568, en  la manera siguiente:

De alcance 40.561 maravedíes, de petitorio y limosnas 10.787 mrs.; de condenaciones 598 mrs; de censos 3.148 mrs; de sepulturas 1.962 mrs. y de cargo 59.166 mrs.

Descargo en obra de albañería (sic) de la iglesia y en subsidio salario de sacristán y maestros y gastos por menudo 37.641 mrs. y por el recibo es alcanzado el dicho Diego Hernández Naharro, mayordomo, 21.525 mrs. quien juró que la dicha cuenta es buena, verdadera y si en algún tiempo a su noticia viniere deber algo se lo pagará por su persona y bienes.

3. Mandatos de las visitaciones pasadas son revisadas para ver si se han cumplido para la buena gobernación y administración de las iglesias, por eso mando Su Señoría se guarden los mandamientos según el contenido de ellos y las penas  en ellos contenidas.

En Burguillos ordena que hayan de tener libros de recibos para asentar por sí el petitorio, las limosnas, sepulturas, censos, las fanegas de trigo, cebada y centeno y el repartimiento de los mismos que cupieren a la iglesia de primicias. Así que se anoten en el libro los gastos ordinarios y los salarios especificadamente so  pena de diez ducados para los pobres en la distribución.

Finalmente Su Señoría da licencia al mayordomo que pueda gastar lo que fuere menester y comprar y hacer un atril de madera para el coro de la dicha Iglesia, el cual haga con el parecer de la dicha iglesia y luego que ponga toda la diligencia en que se haga. Y así fue acabada la dicha visitación en seis de noviembre de 1566 y lo firmo Su Señoría de su nombre el Obispo de Badajoz.

En el año de 1568 el ocho de julio su Ilustrísima Señoría habiéndose informado de la persona de Diego Hernández y que el oficio de mayordomo lo ha hecho bien y fielmente, dijo que lo nombraba y nombró nuevamente por mayordomo de la dicha iglesia y para usar el dicho oficio le dio poder cumplido, así en juicio como fuera de él. Luego el dicho Diego Hernández aceptó el dicho oficio de mayordomo e hizo el juramento que en tal caso se requiere. Y su Ilustrísima Señoría lo firmó54.

Hay Parroquias que sólo se conservan referencias a la revisión de los libros sacramentales, como aparece en la Visitación de Solana de los Barros: «En la villa de Solana diócesis de Badajoz a dos días del me de enero de mil quinientos y sesenta y siete el Ilmo. y Rvdmo. Sr. Don Juan de Ribera, obispo de Badajoz del Consejo de Su Magestad etc. mi Señor, en presencia de mí, Rodrigo Cavellos, clérigo, notario apostólico y escribano de su audiencia episcopal visitando la dicha villa mandó revisar este libro de baptizados de la iglesia parroquial de dicha villa y mandó Su Señoría al cura o al que bautizare que cuando bautizaren a alguna criatura avisen a los padrinos e madrinas de la cognición espiritual que se (anote) el baptismo. E firmólo el dicho día mes e año. Y doy fe. EL OBISPO  DE BADAJOZ, firmado y rubricado”55.

No falta  la inclusión de algunas  correcciones o la invitación a seguir en el buen orden encontrado en las mismas. Así hemos podido verificar dichas actas de visitación en las parroquias de Jerez de los Caballeros, Atalaya, Zafra, Almendral, Higuera la Real, Fregenal de la Sierra, Valverde de Leganés, Santa Marta y Almendral. Al contrario no aparecen en el libro bautismal de la parroquia de Valverde de Burguillos. En la de Villalba se  ha perdido el libro de bautismo, mientras que en Alburquerque sólo se encuentra una copia mandada hacer por D. Matero Delgado en s. XIX y el original en malísimo estado pero con la vista legible. Parecidas circunstancias ocurrió en La Morena que Salazar hace la copia del libro primero de bautismo ante su estado calamitoso.

También se presenta el esquema de acta de inscripción en las parroquias de Salvaleón y Salvatierra, a saber, “En tantos días del mes de tal año bautizo fulano a fulano hijo de fulano y fulana, fue su padrino fulano y su madrina fulana y les amonesto la cognación espiritual conforme al santo concilio tridentino y luego lo firme el y luego lo firme el que bautizare y el sacristán de la dicha iglesia”56.

Pero será en Feria en donde encontramos el formulario oficial para las inscripciones de las actas matrimoniales, como sigue: «En estos días de tal mes de tal año. fulano desposó a fulano, hijo de fulano y a fulana, hija de fulanos. por palabras de presente. estando por tal parte y fueron testigos y fírmelo al cabo de ellos. Doctor Coderos57.

En las visitas pastorales vemos que varias de ellas fueron realizadas también por el Doctor Pedro de Coderos, visitador general del todo el obispado de Badajoz, como son las de Burguillos del Cerro, Alburquerque, Feria, Zafra. Higuera la Real, Salvaleón, Salvatierra, Santa Marta, Valencia del Ventoso y Talavera. Pero nunca administra el sacramento de la Confirmación.

Cuando el visitador Dr. Coderos era quien actuaba, también existen mandatos sobre la residencia de coro y el vestir con sobrepellices. Los domingos y días festivos dos parte de clérigos asistan a la Iglesia de Santa María de la Encina y una tercera a la de San Juan, en caso contrario el arcipreste de Burguillos informaría oportunamente. Hernan Sánchez que siempre se ausenta en las vistas con un viaje a Granada no se le deje celebrar hasta tanto no presente autorización de licencia de su Majestad. Finalmente manda al arcipreste o vicario de la villa que procedan contra los mayordomos anteriores para hacerle pagar todos los maravedíes y trigo y al actual de Santa María que hagan unos cajones y que los cálices estén siempre en casa de un clérigo y se encargue de ellos y no en la casa de ningún seglar so pena de dos ducados a cada mayordomo que lo contrario hiciere. Dado en la villa de Zafra a doce de octubre 1565 por el visitador.

De este breve excursus se desprende que las vistas pastorales implica distintos ángulos de estudio: religioso, jurídico, económico, sociológico, pastoral… Además de la revisión del conjunto de bienes y su administración, principalmente aparece el cuidado por la dignidad de los sacramentos, aspecto omitido por muchos estudiosos.

6. APÉNDICE I

Memoria de los arciprestes, vicarios, curas beneficiados del obispado de Badajoz que estuvieron en el sínodo que el Ilmo. y Rvdmo. D. Juan de Ribera, obispo de Badajoz, mi Sr. celebró en la ciudad de Badajoz en 15 días de febrero de mil quinientos sesenta y ocho años

BADAJOZ. Las dignidades Juan de Leguizamo, Deán; Francisco de Cevallos, Arcediano; Rodrigo de Chávez, Chantre; Francisco de la Amaya, Tesorero; Baltasar de Aguilar, Prior. Los canónigos Rui Pérez de Monroy; Fernando Muñoz; Diego de Aguilar; Gonzalo de Hoces; Licenciado Carrasco; Baltasar Calderón; Alonso de Silva; Licenciado Zúñiga; Hernán Vargas; Alonso Lucas; Francisco Guerra; y los racioneros Blandianesde León; Vasco Núñez de Balboa; Melchor Briceño; y Alonso Hernández de Figueroa.

JEREZ. Lic. Pedro Rodríguez de Capilla, vicario de Jerez; Bachiller Diego Sánchez, arcipreste de Alburquerque; Lic. Fernando de Cantillana, vicario de la villa de Fregenal; Ldo. Cristóbal de Toro, arcipreste de la villa de la Parra; Bachiller Miguel Alonso, vicario de la villa de Burguillos; Ldo. Gonzalo Hernán- dez de la Paz, vicario de la villa de Bancarrota; Alonso Hernández, vicario de la villa de Villagarcía; Francisco Sánchez, cura de San Miguel de Jerez; Gómez de la Vega, cura de Santa María de Jerez, no vino y envió poder con Gonzalo Méndes; Gonzalo Hernández y Alvar Méndez, beneficiados simples de la dicha Iglesia; Baltasar Martínez y Francisco Gallego, cura de S. Bartolomé y de Santa Catalina, de Jerez, respectivamente.

FREGENAL. Pedro Alvarez de Tena, Ldo. Cantillana y Benito Sánchez de Bustos beneficiado de Santa María y Santa Catalina, de Fregenal, respectivamente.

ALBURQUERQUE. Juan Rol Palomeque y Francisco Corzano, cura de Santa María San Mateo, de Alburquerque; Alonso de Aldana, y Antonio de Sotomayor, beneficiado simple, de Alburquerque de la Codosera, respectivamente.

ZAFRA. Ldo. Garcia de la Paz, cura de Zafra; Bachiller Francisco Hernández y Ldo Caro, beneficiados simples de Zafra.

BARCARROTA. Jorge González y Mº Fernando Alvarez, cura de Santiago y de Ntra. Sra. de Soterraño, de Bancarrota; Gonzalo de León, beneficiado simple de la Iglesia del Soterraño; Rodrigo Merlin y Vasco Marín, beneficiados simples de la Iglesia de Santiago; Bachiller Juan Ramos, cura beneficiado de Villar del Rey; Bachiller Juan Corchero, cura de Mançanete; Juan de Zafra, Beneficiado de Talavera; Ldo. Lorenzo Blanco, beneficiado de Valverde de Badajoz; Bachiller Rui Pérez, cura del Albuera; Bachiller Alonso de Salvatierra, beneficiado de Villa de la Torre; Bachiller Juan Martínez, beneficiado de San Pedro de Almendral; Ldo. Rubiales, teniente cura de Santa Marta; Ldo. Nicolás Lucas, cura de Villalba; Bachiller Bonillas, teniente de beneficiado simple; Hernán García, beneficiado de Solana; Francisco Rodríguez, cura de Corte de Peleas; Bachiller Pedro López, cura de Salvaleón; Bachiller Gutierre de Monroy, teniente beneficiado de Salvaleón; Bachiller Rodrigo Vázquez, cura de la Morera; Bachiller Rodrigo Mexía, cura de Salvatierra; Ldo. Zapata con su poder; Pedro Sánchez y Juan Muñoz Galindo, tenientes de beneficiado de la villa de Salvatierra y de la Parra, respectivamente; Ldo. Fernando de Estrado, cura de Feria; Ldo Francisco Diosdado, cura de Halconera; Bachiller Gonzalo de Valencia, cura de Villagarcía; Antonio de Robledo, cura de Valencia del Ventoso; Alonso de León, beneficiado de Bodonal; Rodrigo López, cura de Marutera?; Bartolomé Vázquez Machuca, beneficiado de la Higuera, cerca de Fregenal; Cristóbal Rodríguez Morejón, cura de la Puebla del Conde. D. Juan Hernández de Segura y Gonzalo Ramírez, beneficiados de Santa María y San Juan de Burguillos; Juan Hernández de Andrade, beneficiado de Atalaya y Alvar Núñez, beneficiado de Valverde de Burguillos; Bachiller Francisco Rodríguez Mulero, su coadjutor; Diego Torvisco, cura del Valle de Matamoros; Cristóbal Martín, cura de Santa Ana; Bachiller Diego Hernández, beneficiado de Oliva; Rodrigo Infante, cura de Zahinos; Bachiller Lope Moreno, cura de Valencia de Mombuey; Marín Pérez, beneficiado de Villanueva del Fresno; Pedro Díaz, Beneficiado de Cheles; Gonzalo de Hernández, beneficiado de Higuera de Vargas; Francisco Pérez Beneficiado de Alconchel; Alonso González, cura de Telena; y los medio racioneros Alonso Yañez, no estuvo presente; Juan Díaz, D. Juan Peinado, Juan Alonso Rico Vaio, Benito Díaz y Juan Carreto.

PODER DEL CURA DE SANTA MARÍA, DE JEREZ.

Ante la obligación de asistir al Sínodo Gómez de la Vega, cura de Santa María de Jerez, tengo poder y valgo a Vos Pedro Méndez, clérigo presbítero y beneficiado de esta Iglesia Santa María para que por y en mi nombre comparezcáis ante Su Ilustrísima Juan de Ribera y ante sus oficiales y ante quien más convenga y presentar ante todas las cosas un testimonio autorizado de mi enfermedad. En forma de testimonio de lo cual otorgué esta carta   de poder ante el notario y testigos de su contenido, que es hecho en la ciudad de Jerez en la casa de dicho Gómez de la Vega en doce días del mes de febrero de mil quinientos sesenta y ocho años y lo afirmo aquí y en mi nombre y yo y el dicho notario doy fe que conozco al dicho otorgante que aquí firmo su nombre que es el contenido en este poder y testigos que fueron y testigos fueron presentes a lo que dicho es Alonso López y Benito Vázquez, vecinos de dicha ciudad. Firmado y signado en testimonio de verdad Pedro Méndez, clérigo apostólico notario.

REQUERIMIENTO QUE HIZO GÓMEZ DE LA VEGA A UN NOTARIO PARA REMITIR AL OBISPO D. JUAN DE RIBERA.

Notario que soy presente dedme por fe y testimonio  en manera que haga fe en pública forma a mí Gómez de la Vega, cura de Ntra. Sra. Santa María de esta Ciudad de Jerez del Obispado de Badajoz en como yo habiendo sido citado y llamado por parte de su Ilustrísima Don Juan de Ribera, obispo de Badajoz para que me hallase presente al Sínodo que su Ilustrísima quiere celebrar en el domingo de septuagésima que e quince de febrero de este presente año de sesenta y ocho y de cómo teniendo preparada su ida al llamado de justicia ha sido Dios servido he caído en cama enfermo hoy domingo ocho de febrero año susodicho donde no me levanto de enfermedad de gota de que tengo con pie hinchado en tal manera que no puedo cumplir por mi persona lo que me es mandado por su Señoría, así como os costa a Vos el dicho notario y a los testigos que son presentes por vista de ojos de mi enfermedad de no me poder levantar de esta cama donde estoy enfermo con protestación que hago que siendo Dios nuestro Señor servido deme dar salud de me presentar ante su Señoría si necesario fuere y su Señoría lo mandare y de modo así lo pido y requiero me lo da por testimonio para guarde de mi derecho para que en mi nombre mi procurador se presente ante su Señoría y ruego a los presente me sean testigos. Y yo Pedro Méndez, clérigo apostólico notario doy fe y verdadero testimonio que el dicho Gómez de la Vega, cura de Ntra. Sra. Santa María de esta dicha villa de Jerez está enfermo de gota donde el domingo ocho de febrero de este presente año, el cual dicho Gómez de la Vega, cura hizo nuestra ante mí el dicho notario y ante Pedro Méndez Ramiro y ante García González gorfon ? el mozo en el dicho domingo de el pie derecho hinchado de la dicha gota y así mismo doy fe que de pedimiento del susodicho cura fue llamado a las casas de su morada hoy jueves doce de febrero de este presente año de mil quinientos y sesenta y ocho donde lo hallé acostado en su cama mal dispuesto de la dicha gota con el pie en sí mismo muy hinchad de que no se podía levantar de la cama donde estaba echado y acostado testigos que fueron presentes a todo lo que di es los susodichos que a doce días de dicho mes y año ut supra y en testimonio de verdad lo firmo de mi nombre y signé con mi signo acostumbrado y lo hice escribir y escribí del pedimento de dicho Gómez de la Vega, cura según como ante mi pasó en testimonio de verdad Pedro Méndez, clérigo apostólico notario

7. APÉNDICE  II.

Carta a sacerdotes pacenses

Presentamos esta carta testamento de D. Juan de Ribera a los presbíteros de Badajoz, dada a final de su Pontificado, que puede enriquecernos en nuestros días. Aquel principio filosófico se hace una vez más verdad: «los problemas son eternos, pero las soluciones nos temporales».

Advertencias, que nuestro Venerable Don Juan, gobernando la Iglesia de Badajoz, dio por escrito a todos los Curas y Confesores de su Diócesis.

“Una de las cosas principales, que tengo que advertiros, y por ser tan principal, será la primera, es, que tengo entendido, hay algunos entre vosotros, que solo tratáis con gente recogida y virtuosa, y a los demás menospreciáis, y repudiáis, como a gente, que no siente con vuestro parecer, y que van contra el, no siendo el suyo tan sano y santo, como el vuestro Otros al revés a la gente recogida tenéis por hipócrita, y extremada. La opinión de los unos, y de los otros tenemos por indiscreta, y reprobada y deseamos que nuestro Señor os diese espíritu para abrazar todo género de gentes, y condiciones, sueltos, y encogidos, sanos y enfermos, sabios e ignorantes, santos y que no lo sean, de manera que hallasen debajo de vuestras alas abrigo los buenos, remedio y medicina los enfermos y perdidos, pues a todos somos deudores, y de todos nos han de pedir cuenta, y todos están a nuestro cargo.

Deseo también, que os aprovechéis de las Religiones, y de su buen ejemplo, como de gente, que está puesta en estado perfecto y si alguna vez, se sintiese en alguno de ellos alguna flaqueza, que en los hombres suele haber, se la encubriésemos, procurando remediarla, y poniendo los medios más secretos, que fuese posible, y que tratásemos de ser tan ejemplares, que ellos tuviesen, en que nos imitar, y que así anduviésemos todos a porfía sobre qual guardara mejor su instituto.

Damos muchas gracias a nuestro Señor, y nos habéis puesto en obligación, por lo que por vuestras manos nuestro Señor ha hecho en nuestro Obispado acerca de la frecuencia de los Sacramentos, y haberse de alguna manera quitado el abuso de jurar: os rogamos mucho, que llevéis adelante esta santa obra, animándolos a todos a la frecuencia de las Confesiones y Comuniones, pues entendéis el gran fruto, que con esto se hace.

Llevaréis también adelante el enseñar la doctrina Cristiana, guardando lo que os está mandado. Procuraréis, que no paren en sólo saberla de coro, sino que la entiendan, declarándoles las circunstancias de los pecados, y dándoles a entender los Artículos de la Fe, para que sepan y estén ciertos y firmes en lo que creen.

Renovaréis muchas veces la Cofradía de los Juramentos, y donde no la hay, la instituiréis; animándolos a que ejecuten en sí las penas de ellas, aunque sean en sí voluntarias, y que se saluden con la salutación: Loado sea Jesu Christo: también que lleven adelante las santas Cofradías del Santísimo SACRAMENTO y de las ánimas del Purgatorio.

Visitais las cárceles y Hospitales,consolándolos a todos y favoreciéndolos. entenderéis en hacer amistades, procurando con toda diligencia, que si posible fuere, no hubiese enemistad y rencor, en todo el pueblo, atajando los pleitos, pues todo está en nuestra cuenta.

Mucho hay, que advertir a los Confesores, y no se podrá de decir todo: pero deseamos estéis advertidos, que sois Jueces, Médicos, Padres, y Pastores, que es donde está la llave de salir el ganado gordo, o macilento, bien curado o sobresanado. Magnum podus, et admirabile Sacramentum, animae suscitatio, dice San Bernardo. Y si ha de ser Padre: Oportet quod habeat semen verbi Dei, y calor espiritual para engendrar; y si Medico, que sepa tomar, y conocer el pulso y que conocida la enfermedad, tenga botica con medicinas y remedios para curarla. Que no se contente con solo ser Juez y tener vistos los méritos de la causa, sino que tenga sabidas las leyes y pragmáticas por donde la ha de sentenciar. Que llore y gima en su rincón, considerando como un Dios tan bueno es tan ofendido, como si fuera un Dios de palo. Témome mucho, que el descuido grande, que en esto hay, y la negligencia así de parte de los penitentes, como de los Confesores, no ponga en aventura mucha parte, o la mayoría de los Confesiones y que los unos y los otros no salgan los culpados de ellas.

Convendría mucho, que un día en la semana todos los Confesores de cada lugar se juntasen, y tratasen como se deben haber en los casos más comunes en aquel lugar: y de los remedios para los pecados, y de los modos para provocar a la contrición y devoción y que cada uno se dijese con que se ha hallado mejor; para que fuesen todos de un parecer, y cada uno se ayudase de la industria del otro. Pero se ha de advertir, que en el tratar estos negocios, no se han de poner casos, por donde se descubra el secreto de la Confesión y en estas conferencias convendría señalar uno que presida: y los casos dudosos se nos podrán consultar, para que de acá se les envíe resolución; y se han de tratar estos negocios con humildad y sin contienda.

Otro si, que desde la Septuagésima adelante los Domingos, y fiestas, a cierta hora se catequice la gente, de quien no se espera, que traerán la preparación necesaria para confesarse a su tiempo, diciéndoles de que , y como se deben aparejar: y al que a esto no se hallase presente, el Confesor tuviese cuidado particular de, cuando viniese a sus pie, ordenarle lo que deben hacer para aparejarse, y tener alguna contrición de sus pecados, pues este es el oficio principal del Confesor.

Querría veros, hermanos carísimos, con sentimientos y dolor de la perdición de las almas de los próximos, como de la vuestra propia, y que se cargase mucho la mano en esto de venir aparejados.

Somos informados, que algunos Confesores confiesan muchas personas en un día de las que se confiesan de año en año, los cuales sospechamos, que no hacen enteramente su oficio, así en el examen de los pecados, como en instruirlos; porque en siendo tan largo el tiempo, que no se confesaron, y la costumbre de pecar tan común, no se puede hacer este oficio bien tan en breve, os avisamos, que tendremos a los tales por insuficientes.

En la frecuencia de las Comuniones conviene, que se mire mucho y aunque algunas personas particulares se les pueda conceder el comulgar a menudo, no conviene a todos los que lo piden: convendrá darnos aviso de las que comulgan más frecuentemente que de ocho a ocho días.

Tendréis mucha cuenta con advertirnos de las personas que murmuran o tratan sueltamente de la frecuentación de los Sacramentos, porque convendría llamarlas, y entender de ellas como sienten de los Sacramentos, y de lo que tiene ordenado la Santa Madre Iglesia: y advertiréis al pueblo como se nos mandado esto.

Relación tenemos, que algunos Sacerdotes con decir cada día Misa se confiesan muy de tarde en tarde y no siendo de los más recogidos, dan nota a los que lo entienden, nos avisaréis de los que de estos fueren notados.

Asimismo nos avisaréis de los ordenados de orden sacro, que van ascendiendo a mayores órdenes, si tienen cuentan con frecuentar los Sacra- mentos, y de la esperanza, que dan con sus obras, de que serán útiles en la Iglesia, porque acá tengamos cuenta en admitirlos, o excluirlos, cuando vengan”58.

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Lám. 2. Bula de Pío IV, por la que se le nombra obispo de Badajoz. 156259.

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 Lám. 3. Sermón pronunciado en la Fiesta de San Juan 156360.

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1  Diccionario de los Santos, L. Galmés, tomo II,   pág. 1341

2  González Dávila, Gil.  Teatro. Teatro Eclesiástico de la Ciudad  y Santa Iglesia de Vadajoz, vidas de sus obispos, y cosas memorables de su obispado pág. 59

3  “Salmanticensis”, 7 (1960). Los estudios del Beato Juan de Ribera en la Universidad de Salamanca por Florencio Marcos Rodríguez.

4  Ximenez Juan , Vida y Virtudes del Venerable Siervo de Dios el Ilmo y Exmo Señor D. Juan de Ribera, Patriarca de Antioquia, obispo de Badajoz, y después arzobispo de Valencia, su Virrey, y Capitán  General, Fundador del Real Colegio del Corpus Christi.. Roma 1734, págs 15.

5  Gómez – Bravo, Juan. Catálogo de los Obispos de Córdoba II, pág. 469.

6  Solís Rodríguez, Carmelo. Luís de Morales. Fundación Caja Badajoz. Badajoz 1999.

7  El libro de las constituciones  de la Hermandad Sacerdotal de San Pedro  de Fregenal de la Sierra en una letra miniada esta representado D. Juan de Ribera con los ornamentos pontificales.

8   Ximenez Juan,   Adverencias a los curas  y confesores de su diócesisen  Vida y virtudes  de  Don Juan Ribera, o. c., págs.. 324-327.

9  Alvaro Huerga. Historia  de los Alumbrados I. Los  Alumbrados de Extremadura (1570-1582). Fundación Universitaria Española Madrid 1978, pág-65.

10  Archivo Capitular de Badajoz. Actas capitulares Año 1760.

11  A.C.B. Libro de Noticias de Don Leonardo  Hernández Tolosa, da principio  año de 1760-. Serie libros manuscritos nº XL, Fol.. 3. ,

12  Ibídem. fol. 3 vto..

13  Ibídem. Actas capitulares Años 1795-1779.

14  Ibídem, Actas capitulares 30 de junio de 1859

15  Ibídem, Años 1906-1909, fol. 109 vlto.

16  Ibídem. Actas capitulares Años 1956-1960.


17  Estella, Fray Diego de, Modo de predicar. Madrid CSIC 1951.

18  Borja, San Francisco de, Tratado breve  y provechoso del modo de predicar el santo evangelio. Madrid, 1908, pág 17.

19  Herrero Salgado, Felix, Las Citas en los sermones del Siglo de Oro. Criticón  (Toulouse),  84-85, 2002, pp. 63-79.

20  Biblioteca Nacional. Signatura R 4771=308, Madrid.

21  López López Teodoro Agustín: Los «propios » de los santos  en la Archidiócesis de Mérida. Badajoz en Apuntes para la historia de la Archidiócesis de Mérida -Badajoz. nº 3, p. 239.

22  Navarro Sorní,  Miguel,   San Juan de Ribera y la Biblia,  en  el Tesoro de la Palabra. Valencia 1998, pág. 83.

23  García-Moreno, Antonio. La Neovulgata. Madrid. 2004, pág. 158.

24  Robres Lluch, Ramón. San Juan de Ribera, Sermones. Tomo I, Valencia 2002.

25  Ibídem. Tomo II.

26  Ibídem. Tomo III.

27  Ibidem. Tomo IV.

28  Ibidem. Tomo V.

29  Ibidem. Tomo VI.

30  Ibidem Tomo VI, bis.

31    Guitarte  Izquierdo,  Vidal.   Episcopologio    Español  (1500-1699)    Roma    1994,    pág.  73, 81, 98, 111, 13, 114, 121, 122, 124 -126.

32    Biblioteca Nacional. Historia de Badajoz desde los tiempos más remotos, con cinco disertaciones eruditas acerca de la antigua Lusitania y Extremadura” Manuscrito del siglo XVIII. Signatura 18260 fol 298 vlto.

33  Ibídem fol 298 r. y vlto.

34  Ibídem fol 300-301.

35    Alminar nº 6 junio de 1979.  En Fiestas del Corpus  en Badajoz por  Carmelo Solís Rodríguez, pág. 23 .

36    Solano de Figueroa, Juan,  Historia  eclesiástica  de la ciudad y obispado  d Badajoz, 2ª Parte, I, pág. 317.

37   Alminar o. c. pág. 23

38  A.C.B. Actas capitulares. Años 1549-1572. Los prebendados de su tiempo fueron: Dignidades: D. Juan de Leguizamo, Deán de Badajoz; D. Francisco de Cevallos, Arcediano; D. Juan de Ceballos, Maestrescuela; D. Rodrigo de Chaves Tablada, Chantre; D. Francisco de la Amaya, Tesorero; D. Garçia de Loaisa Giron, Tesorero; D. Baltasar de Aguilar Rupérez de Monroy, Prior38; D. Luís de Leguizamo, Arcediano de Jerez. Canónigos: D. Rui Pérez de Monroy, D. Hernando Muñoz Rupérez de Monroy, D. Diego de Aguilar, D. Gonzalo de Hoçes, D. Rodrigo Pérez Monroy, Lic. Andrés Sánchez Carrasco, D. Alonso Lucas, Dr. Tomás de Soto Calderón, canónigo doctoral, después Arcediano de Jerez, D. Baltasar Calderón, D. Alonso de Silva, D. Lic Çuniga, D. Hernán Vargas, D. Lic. Andrés de Zúñiga, D. Alonso Lucas, D. Baltasar de Torre, magistral, D. Fernando Vázquez, magistral, D. Francisco Guerrero y Dr. San Clemente y Racioneros: D. Vasco Núñez de Balboa, D. Alonso Hernández de Segura, D. Melchor Briceño, D. Alonso Hernández de Figueroa, y D. Blandianes de León.

39   Ibídem. Cabildo de San Juan Año 1568. Hernández, pesquisidor de pan; Bachiller Juan de Trejo, teñidor de órgano, Loys, afinador; pertiguero de silencio y vigilante del silencio Francisco Tosino y Miguel Sánchez Cazorla, capellanes, respectivamente; para repartidor de uvas Alonso Hernández, capellán y restituciones Fernando de Zafra, capellán de coro; Pedro S. Martínez, cuidador del reloj ; maestro de capilla Luís de Quiñones con sueldo de 100 ducados; Juan de Trejo, organista, clérigo presbítero. Cantores con sueldo de 4000 maravedíes a los bajos, Baltasar Lases, Juan Moreno; contralto,  Baltasar Ramos, Fernando Perera y Juan  Hernández; altos,  Francisco  de Zafra, Juan Orgado, clérigos; tenores Alonso Hernández y Andrés Gómez; Sochantres, Baltasar Casas y Alonso de Vargas, clérigo; el niño Francisco, triple; Duarte y Manuel, clerizones; para las sepulturas de la catedral y Santa María del Castillo Blas Hernández; Francisco Pérez, perrero.

40  Ibídem. Los Capellanes de coro son Juan Fernández, Francisco González, Francisco de Paz, Juan Zambrano, Juan Moreno, Miguel Gómez, Bachiller Zafra, Serván Martín, Juan Benítez, Tosino, Alonso Hernández, Morcillo, Miguel Sánchez, Rebollo, Gaspar Rodríguez, Cabildo, Casas, Andrés Gómez y Juan Morgado.

41  Biblioteca Nacional, o.c. fol. 292

42   Robres Lluch, Ramón. San Juan de Ribera, Valencia 2002, Tomo introductorio, págs. 11-115.

43    Summa Conciliorum Hispaniae.  Notas  de P. Matías de  Villnuño. Tomo III. Madrid 1785. Págs 481-526.

44  A.C.B Actas capitulares. Años 1549-1568, fol 300 vlto. .

45  Correspondencia personal de 5 de abril de 2011.

46  Achivo del Seminario de Badajoz s/c.

47  Ibidem. s/c.

48  Archivo diocesano de Badajoz- Sala I, est. 3. tabla C, legajo 19, n. 142 (antigua ubicación)

49  Revista de Estudios Extremeños. en San Juan de  Ribera, obispo de Badajoz, por Pedro Rubio Merino. Año 1961. Tomo XVIII núm. I Pág. 40.

50  Ibídem. pág. 41

51  Ibídem pag. 42

52  Lux  totius Hispaniae.  El Patriarca Ribera. Cuatrocientos años después.  Coordinados Emilio Callado Estela. Universidad de Valencia. 2011.

53  Archivo Parroquial de Santa  María de la Encina de Burguillos del Cerro, Visita y Memorias (1538-1607).

54  A. C. B. Pergaminos. Carpeta XVI.

55  Archivo parroquial de Solana. Libro de Bautismo I, fol. 54.

56   Archivo Parroquial de Salvatierra. Libro I de Bautismo. Años 1548-1585.

57   Archivo Parroquial de Feria. Libro de casados y velados. Libro I Años 1564-1671.

58  Vida y Virtudes del Venerable Siervo de Dios el Ilmo y Exmo Señor D. Juan de Ribera, o.c. págs 324-327.

59  Archivo Secreto Vaticano. Reg. Vat., 1893 ff. 212r-213v., Reg. Vat., 2006, ff 107 r.

60  Biblioteca del Real Colegio-Seminario del Corpus Christi de Valencia. MS. 48, F. 34v-36.

Oct 012011
 

Esteban Mira Caballos

 1.  INTRODUCCIÓN

La presente comunicación pretende dar a conocer un total de siete documentos inéditos sobre el padre del conquistador del imperio inca, localizados en el Archivo General de Navarra, concretamente en el fondo Rena. Se trata de un conjunto homogéneo, inventariado en los catálogos del archivo navarro. Por tanto no se puede decir que fuesen desconocidos, pues estaban a disposición de los usuarios en dicho repositorio. Sin embargo, además de permanecer inéditos, no habían sido usados por los biógrafos de Francisco Pizarro. Por ello, su puesta en circulación tiene el interés añadido de que, hasta la fecha, apenas disponíamos de fuentes primarias sobre el enigmático Gonzalo Pizarro, padre del conquistador.

A través de las biografías sobre Francisco Pizarro se habían deslizado un puñado de datos sobre su progenitor, a saber: que éste era a su vez hijo de Hernando Alonso Pizarro y de Isabel Rodríguez, que tuvo al menos once hijos con varias mujeres diferentes –véase el cuadro I- y que luchó en servicio de la Corona en los tres conflictos sucesivos más importantes de su tiempo: la guerra de Granada, la de Italia y la de Navarra. De los biógrafos del conquistador el que más se extendió en sus comentarios sobre su progenitor fue Bernard Lavallé quien, pese a ello, se limitó a decir en relación a Navarra que conocíamos su presencia por la crónica de la contienda1. Sin embargo, conviene no pasar por alto una cuestión: en este pequeño reino pirenaico permaneció, de manera más o menos continua, al menos la última década de su vida, es decir, los años comprendidos entre 1512 y 1522, y lo único que teníamos hasta la fecha de dichas andanzas eran unas pocas referencias en algunas crónicas. La escasez de fuentes primarias que permitieran documentar su presencia, primero en las guerras de Italia junto al Gran Capitán, y luego en Navarra en el tramo final de su vida, había provocado que sus biógrafos tomasen su participación en ambas campañas con muchas reservas.

Los manuscritos localizados, transcritos y publicados en el apéndice documental nos permiten documentar fehacientemente al trujillano en el reino de Navarra tal y como sostenían las fuentes cronísticas.

2. LOS PIZARRO DE TRUJILLO

El estudio de los Pizarro resulta especialmente dificultoso por tratarse de un apellido relativamente común. Debido a ello, encontramos a numerosas personas con dicho patronímico, tanto en España como en las Indias, que nada tienen que ver con la estirpe trujillana2.

Asimismo, el caso de los Pizarro es muy significativo de lo dispar y tendenciosa que puede ser la historiografía, dependiendo de los intereses y de la formación del biógrafo. Durante siglos, sus detractores, entre ellos Francisco López de Gómara que atacaba a todo aquel que suponía una amenaza para la gloria de su idolatrado Hernán Cortés, difundieron sus falsos orígenes como porquero. Según este cronista, y siguiéndolo a él una buena parte de la historiografía, fue abandonado en el umbral de una iglesia, sobreviviendo gracias a una cerda que lo amamantó. Luego se ganó la vida pastoreando piaras de cerdos, los mismos con los que convivió desde su nacimiento. Obviamente, esta versión, narrada en estos términos no son más que fabulaciones inventadas por sus detractores.

En el otro extremo se sitúan los apologistas que, cómo no, limpiaron de cualquier miseria todo su linaje familiar, remontándolo a los tiempos de Don Pelayo3. Ni que decir tiene que se trata de una costumbre redundante por parte del más pícaro de los hidalgos, es decir, el de remontar su ascendencia hasta las montañas de Covadonga para intentar dar el máximo lustre a su estirpe. En una época donde la sangre lo era todo, intentar convencer de un pasado cristiano, del lado de grandes leyendas como don Pelayo o el Cid Campeador no era una cuestión baladí. Los propios Pizarro se encargaron de insistir en la supuesta ascendencia asturiana de su estirpe, donde lucharon junto a don Pelayo por la independencia de la Patria4. Posteriormente participaron en la batalla de las Navas de Tolosa (1212) y, finalmente, en la reconquista de Trujillo, el 25 de enero de 12325. Esta extraordinaria versión de los hechos no constituyen más que la otra cara de la moneda de la leyenda porcina.

Los orígenes familiares de Francisco Pizarro eran los que eran, ni más ni menos. Al parecer el apellido es de origen gallego, aunque estaban asentados en Trujillo desde el siglo XIII. Aunque es muy probable que hubiese algún Pizarro en las tropas que ocuparon Trujillo en la reconquista, del primero que tenemos constancia documental es de Rodrigo Alfonso Pizarro y de su hermano Martín que aparecen en un manuscrito de 13916. Ya en el siglo XV nos consta que el abuelo del conquistador, Hernando Alonso Pizarro, resultó elegido regidor por el linaje de los Altamirano7. Junto a los Añascos, los Bejarano, Los Altamirano, los Vargas o los Tapia, gozaban de una posición privilegiada en la ciudad8. Los Pizarro eran tenidos por algo más que hidalgos, es decir, por caballeros. El llerenense Luis Zapata, que vivió una parte de su vida en la corte de Felipe II, al referirse a los orígenes de los Cortés y los Pizarro, escribió que mientras los primeros eran pobres hidalgos de Medellín los segundos eran caballeros de Trujillo. El comentario marca bastante bien la diferencia; ambas estirpes pertenecían al estamento nobiliar pero la estima de los Pizarro era bastante mayor, probablemente porque desde el bisabuelo al mismísimo Francisco Pizarro habían luchado de forma destacada en las guerras emprendidas por la Corona de Castilla.

Ahora bien, dentro de ese mismo estamento privilegiado al que pertenecían los Pizarro, es cierto que había familias con más poder como los Añasco, los Altamirano, los Chávez, los Bejarano y los Orellana. Así, mientras que los Bejarano colocaron su escudo nada menos que en la Puerta del Triunfo, los Orellana lo situaron junto al de los Reyes Católicos en la puerta de Santiago. Por otro lado, los Pizarro no poseían entonces ningún palacio, sino un par de casas solariegas blasonada. Una se ubicaba justo al lado de la iglesia de Santa María, en intramuros, la que erróneamente se identifica como la casa de Gonzalo Pizarro. Y la otra, propiedad del padre del conquistador, se situaba en la plaza del Arrabal, al parecer muy cerca de la carnicerías públicas donde, décadas después, Hernando Pizarro mandó construir su fabuloso palacio.

No parece que gozaran de una gran fortuna; en el testamento y mayorazgo de Gonzalo Pizarro se cita una buena propiedad en La Zarza y su casa solariega. No parece que tuvieran muchas más posesiones. Sin embargo, esas propiedades con ser pocas eran bastante más de lo que poseía la mayoría. De hecho, en 1591 se censaban en Trujillo 200 vecinos hidalgos frente a 1.300 pecheros, es decir, el 13,33%. Ello equivale a decir que poco más del 10% de la población gozaba de una situación de privilegio.

3. GONZALO PIZARRO Y LAS GUERRAS DE ITALIA

Gonzalo Pizarro Rodríguez de Aguilar (1446-1522), apodado El Largo por su estatura y después El Tuerto porque perdió un ojo en combate9, era un hidalgo medio que gozaba de cierto prestigio por haber luchado en las guerras de Italia junto al Gran Capitán. Éste y Gonzalo Pizarro fueron coetáneos, aunque el de Trujillo era siete años mayor y, curiosamente le sobrevivió otros siete años10. Como es bien sabido, el afamado cordobés, había luchado en la reconquista de Granada y, poco después, se reincorporó a las guerras de Italia.

En 1496, las tropas francesas enviadas por Carlos VIII se hicieron fuertes en Nápoles, pues los Anjou siempre reivindicaron la plaza. Pero, Fernando el Católico no estaba dispuesto a consentirlo por lo que envió allí al futuro Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba. Pese a disponer de menos tropas que los franceses, reintegró el reino de Nápoles a la soberanía de los Reyes Católicos, empezando por Calabria, ocupada en ese mismo año. Posteriormente derrotó a los franceses en Atella, obligando al duque de Montpensier a capitular el 27 de julio de 1496. Parecía increíble que el aparentemente inexpugnable ejército francés hubiese sido humillantemente derrotado por un entonces desconocido hidalgo español11.

Esta rápida y aplastante victoria fue posible gracias a que inauguró una nueva forma de combatir que revolucionó los campos de batalla europeos. Como es bien sabido, fue el creador del modelo de escuadrón que dividía a los hombres en pequeños destacamentos de infantería, con gran movilidad y muy disciplinados. Esta nueva forma de combatir acabaría a medio plazo con aquellos grandes y pesados ejércitos, donde la caballería era la pieza esencial. Con Gonzalo Fernández de Córdoba la infantería se impuso definitivamente a la vieja caballería medieval. La primera guerra de Italia, finalizó en 1500 cuando se firmó el tratado de Granada por el que Nápoles se repartiría entre España y Francia. Tras alcanzar dicho acuerdo la guerra se dio por finalizada y el Gran Capitán regresó a España12.

Sin embargo, no tardaron en estallar nuevamente las hostilidades, pues este supuesto reparto no fue más que una tregua encubierta, pensada por ambos contendientes para ganar tiempo. Así que en ese mismo año, el Gran Capitán regresó a Italia, ya como lugarteniente de las tropas en Italia y con la intención de hacer efectiva la toma de Apulia y Calabria que, según el Tratado de Granada, pertenecían a los Reyes Católicos. El cordobés zarpó de Málaga, en junio de 1500, con una gran armada y gran cantidad de piezas de artillería y artilleros, con el objetivo inicial de combatir a los turcos en Cefalonia pero, poco después, tras comenzar la guerra con Francia, se dirigieron a Nápoles13. Luego llegaría la guerra con los franceses porque Fernando El Católico también quería los territorios centrales. Los triunfos del Gran Capitán frente a franceses y sicilianos sonaron en toda Europa, por su capacidad estratégica para derrotar a sus adversarios, incluso en aquellas ocasiones en las que se encontraba en inferioridad numérica.

Pues, bien, Gonzalo Pizarro no era cualquier soldado sino uno de los capitanes de confianza de Gonzalo Fernández de Córdoba. En las crónicas del Gran Capitán, firmadas por Antonio Rodríguez Villa, aparece citado reiteradamente. Se habla del trujillano como uno de los capitanes de infantería del Gran Capitán, los cuales eran todos –afirma- varones de muy gran virtud14. Estuvo presen- te al menos en las decisivas batallas de Ceriñola (abril de 1503), Garellano (a finales de ese mismo año), Gaeta (el 2 de enero de 1504) y en la defensa del cerco de Rocaseca15 en las que los franceses fueron totalmente derrotados. Debió ascender por méritos de guerra, pues en los últimos combates en Italia deja de aparecer como capitán y se menciona con el rango de coronel.

En 1507, debido a la vinculación de los Fernández de Córdoba con el bando de Felipe el Hermoso, el monarca aragonés obligó al Gran Capitán a regresar a España, instalándose en Loja16. Sabemos con certeza que en el ejército que trajo Fernández de Córdoba hasta Burgos estaba lo mejor de su tropa, entre ellos el capitán Pizarro y un tal Luis Pizarro del que desconocemos su vinculación exacta con el trujillano17. Pese a los recelos del rey católico, aquel ejército regresó triunfante, después de haber sorprendido a toda Europa con una estrategia militar que le dará a España la primacía militar al menos hasta el primer cuarto del siglo XVII. El trujillano volvía a su ciudad natal con todos los honores. Allí permanecería durante más de un lustro.

4. LA GUERRA DE NAVARRA

Cuando todo parecía augurar el final de la carrera militar del trujillano, éste sorprendió a todos enrolándose en las guerras de Navarra. En 1512, cuando estalló la primera de las guerras tenía 66 años, una edad considerable para aquella época. Está claro que era un hombre muy activo –y en ello su hijo Francisco se parecía a él- por lo que cambió una vejez tranquila y sosegada por otra bien distinta al frente de un ejército.

Los últimos años de su vida los pasó en el antiguo reino de Navarra. Se alistó junto al duque de Nájera, cuando éste fue nombrado virrey. Los Reyes Católicos siempre habían pretendido la incorporación de este pequeño reino para completar la unidad de España18. La realeza Navarra, temiendo con razón a España, había basculado hacia Francia, tratando de conseguir apoyos que hicieran viables su independencia. Castilla aprovechó la primera excusa que se le ocurrió para intervenir. Ello ocurrió en 1512 cuando depuso al último rey Juan de Albret y convirtió su reino en un protectorado asociado a la corona castellana. Sin embargo, por un lado la familia Albret, apoyada por Francia, no renunció nunca a sus derechos dinásticos, y por el otro, el objetivo último de Castilla no era otro que su anexión.

Lo cierto es que el duque de Alba ocupó el reino muy rápidamente, nombrando poco después como virrey a Diego Fernández de Córdoba19. Pero, la resistencia de los Albret, con el apoyo de Francia, se prolongaría hasta 1522. En este intervalo se produjeron nada menos que tres guerras, al fracasar reiteradamente los intentos de llegar a un acuerdo que satisficiera a las dos partes20. En el tratado de Noyon (1516) se determinó la necesidad de entablar conversaciones entre la familia Albret y Francia por un lado, y Castilla por el otro. En mayo de 1519 se reunieron las partes en Montpellier, sin alcanzar un acuerdo21. Pero al menos sirvió para saber definitivamente que las diferencias eran insalvables, pues, ni Castilla estaba dispuesta a ceder en su deseo de anexionar Navarra, ni tampoco Francia en su intento por mantener su influencia sobre el pequeño reino pirenaico.

En 1521 se desarrolló la batalla final, al invadir Navarra un ejército francés formado por 12.000 infantes y 800 caballeros a las órdenes de Andrés de Foix, señor de Esparre, recuperando para Albret tanto la ciudad de Pamplona como Tudela y Estella. Incluso sitiaron Logroño, lo que provocó la reacción inmediata de Castilla que en una gran ofensiva derrotó definitivamente a los franceses y anexionó Navarra22. El pequeño reino del norte formaría parte desde entonces a España, aunque manteniendo su identidad foral.

Trazado el contexto de las guerras de Navarra, pasaremos a responder a la siguiente cuestión: ¿qué papel jugó Gonzalo Pizarro en dicha contienda? Las cartas localizadas, transcritas y publicadas por nosotros en el apéndice documental aportan alguna luz sobre la actuación del trujillano en el antiguo reino de Navarra. Podemos documentar su presencia en dicho reino al menos entre 1515 y la fecha de su fallecimiento en 1522. De los siete documentos, uno está fechado en 1516, otro en 1517, tres en 1519, uno en 1521 y el último en 1522. En el primero de ellos, es decir, el de 1516, el trujillano solicita dinero a micer Juan de Rena, pagador general de las obras reales del Reino de Navarra, para reparar la fortaleza de San Juan y abonar el salario de sus 800 hombres23. Al leer la carta uno tiene la impresión de que el trujillano llevaba ya varios años en Navarra. Pero, es más, en el documento que presentamos en el apéndice III se men- ciona que, junto a Pedro de Malpaso, veedor general de las obras de Su Majestad en Navarra, solicitó un porcentaje de las rentas que se obtuviesen de las minas, que finalmente no se les concedió por el fallecimiento del monarca.

Dado que éste falleció en Madrigalejo en 1516 es obvio que Pizarro debía estar allí desde varios años antes. Lo más probable es que hubiese llegado en 1512, luchando junto al duque de Alba, quien derrotó y expulsó al último rey de Navarra, Juan del Albret24.

El capitán Gonzalo Pizarro debió tener algún problema con el fisco, a costa de 200 ducados que recibió de Juan de Rena probablemente en 1516 para gastarlos en las reparaciones de la fortaleza de San Juan. Al año siguiente de su concesión le fue solicitada la devolución25 y, nuevamente, en 1519. Él siempre respondió que no lo tenía porque lo gastó en cosas que tocan al servicio de Sus Altezas por mandado del señor duque de Nájera, virrey y capitán general del reino de Navarra26. Finalmente se debió dar por buena su respuesta porque, después de más de dos años insistiendo en la devolución, nunca más se le volvió a pedir la cuantía.

Como todos los servidores reales en aquella época, trató de solicitar una merced real, en compensación por los servicios prestados y para completar su salario de capitán que probablemente no era gran cosa. Para ello pidió, junto a Pedro de Malpaso, un porcentaje sobre las rentas de las minas de oro, plata, esmeraldas, cobre, estaño y otros metales que se obtuvieran en el presente o en el futuro en dicho reino27. Como ya hemos afirmado, la muerte de Fernando El Católico, en 1516, dio al traste con su petición. Sin embargo, su amigo Pedro de Malpaso, estando ya Carlos V en el trono, lo volvió a solicitar pero, se olvidó de su antiguo amigo Gonzalo Pizarro, pidiéndolo junto a Miguel de Herrera, camarero de su Majestad. Probablemente pensó que sería más fácil obtenerlo asociándose con este último que tenía bastante más influencia en la Corte. Finalmente se le concedió pero ocurrió lo previsible, es decir, que el trujillano se sintió agraviado y solicitó su parte. Por la carta de concordia se evidencia el problema personal entre dos viejos amigos que quisieron zanjar ante escribano público, en Pamplona el 28 de agosto de 1519. A través de este documento, acordaron que, por cuatro años, Malpaso cediera a Pizarro un 3,25% de su porcentaje del 7,25%28. Sin embargo, no tardaron en saber que las rentas del oro y la plata de Navarra eran tan insignificantes que no merecía la pena disputa alguna. Y es que la explotación de las minas de oro fue una verdadera fiebre en la España del siglo XVI, seguramente por influjo de las Indias, pero se quedó en un mero espejismo. Dado que no había dineros que repartir la concordia era segura. A fin de cuentas, para el trujillano lo más importante era que Pedro de Malpaso reconociera -como hizo- su mal gesto. Tan solo unos meses después, Gonzalo Pizarro renunció al porcentaje a cambio del cobro en efectivo de la insignificante suma de 16 ducados29.

Posteriormente, sí tenemos noticia de la percepción por parte de Gonzalo Pizarro de una cantidad bastante más enjundiosa. De hecho, el 25 de noviembre de 1521 Juan de Rena reconoció una deuda a favor de Gonzalo Pizarro de nada menos que 300 ducados, que el trujillano cobró al año siguiente, otorgando carta de pago en Pamplona el 7 de febrero de 152230. Desconocemos la causa de esta deuda aunque lo más probable es que fuera en concepto de pago de servicios pasados en la larga guerra de Navarra. Lo cierto es que pudo disfrutar muy poco tiempo del dinero, pues fue herido poco después en el sitio de Amaya, falleciendo el 31 de de agosto de 1522.

Al parecer, inicialmente fue inhumado en la capilla del convento de San Francisco de Pamplona pero, varias décadas después, su hijo Hernando trajo sus restos mortales a enterrar a Trujillo, concretamente al convento de Concepcionistas Jerónimas31.

5. CONCLUSIÓN

Aunque Gonzalo Pizarro figuraba en 1486 como regidor del concejo de Trujillo, lo cierto es que pasó fuera de su ciudad natal una gran parte de su vida. Y es que fue ante todo un hombre de armas que se pasó prácticamente toda su vida en los campos de batalla, siempre al servicio de la corona de Castilla. Estuvo ausente de Trujillo durante largas temporadas, especialmente en la última década de su vida. Entre 1512 y 1522 permaneció en Navarra, regresando a casa sólo puntualmente, con permisos temporales. Gozó de cierta hacienda que disfrutó su esposa legítima, Isabel de Vargas, y sus hijos, especialmente los tres legítimos. Murió prácticamente con las botas puestas, como reza el viejo refrán castellano.

Las cartas documentan fehacientemente la presencia de Gonzalo Pizarro en las guerras de Navarra. Ahora bien, seguimos sin tener datos concretos sobre la presencia o no de Francisco Pizarro junto a su padre. De la participación del conquistador en las guerras de Italia no existen indicios suficientes para sostenerlo, pese a que es algo en lo que ha insistido prácticamente toda la historiografía32. Los dos documentos que aluden a tal cuestión son posteriores y ema- nan directa o indirectamente de la opinión de los propios Pizarro, siempre deseosos lógicamente de engrandecer la figura de sus antepasados. Así, en una Real Cédula, fecha el 22 de diciembre de 1537, se aludió a sus servicios que le había hecho así en nuestros reinos como en Italia y otras partes de las nuestras Indias33. En otro manuscrito de los herederos del conquistador se refirieron a su ascendiente en los siguientes términos:

Francisco Pizarro, señor, caballero de la orden de Santiago, después de haber servido en las guerras de Italia y Navarra, con el coronel Gonzalo Pizarro, su padre, y Hernando Pizarro, su hermano, pasó a las islas de Barlovento… 34

Por cierto que se le otorga a Gonzalo Pizarro el mayor rango que ostentó, es decir, el de coronel, que ciertamente gozó en los años finales de la guerra de Italia. Sin embargo, posteriormente en Navarra aparece nuevamente con  el rango de capitán, grado en el que permaneció hasta su óbito en 1522. La presencia de Francisco Pizarro en Italia no ha podido ser verificada documentalmente, aunque no la podemos descartar. En cambio, su presencia en Navarra es totalmente imposible, pues, cuando su padre estuvo allí, entre 1512 y 1522, Francisco Pizarro estaba con total seguridad en las Indias35.

Estuviese o no Francisco Pizarro en alguna fase de las guerras de Italia junto a su padre debemos reconocer que el hecho de que éste tuviese un papel tan destacado junto a los famosos escuadrones del Gran Capitán debió tener trascendencia en la vida de su primogénito. Su padre fue un prestigioso guerrero que formó parte como capitán de aquellos ejércitos que impresionaron a la Eu- ropa de su tiempo. Es impensable que el joven Francisco fuese ajeno a las hazañas de su ascendiente de las que debió oír hablar lo mismo a su propio progenitor que a otros amigos y parientes. Un padre, por lejos que esté de su familia, siempre ejerce una poderosa influencia sobre sus hijos. Es obvio que la elección de la carrera militar por Francisco Pizarro debió estar influencia de una u otra forma por un precedente familiar tan cercano como el de su propio padre. Por ese motivo, a nadie le debió sorprender en Trujillo que Francisco Pizarro eligiera la carrera militar y que, siendo un joven, abandonase la ciudad que lo vio nacer.

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7. APÉNDICES36

Apéndice I

Carta de Gonzalo Pizarro a Juan Rena, sobre los reparos de la fortaleza de san Juan de Pie de Puerto, 3-III-1516

Muy reverendo señor: yo llegué aquí a san Juan y fue(ron) vistos los reparos que están desreparados (sic), la mayor parte por el suelo, sácanse ochocientos hombres de la tropa para guarda de la villa, pagáronse por doce días, creo que cumplidos, se irán a sus mesas si más dinero no les envía porque así lo publican. Yo escribo al señor visorrey suplicando a su merced se me echen aquellas partidas donde más servicio sea porque, estando en esta manera que yo ahora estoy, ni él será servido ni yo muy contento. El señor Campuzano va allá y es registro de todas las cosas de puertos a que en adelante me remito; en todo lo demás, nuestro señor, la muy reverenda persona acreciente con gran dignidad, como por vuestra merced se desea, de San Juan, mi dominio. Las manos de vuestra reverencia beso. (Firma: Gonzalo Pizarro). Detrás: al muy reverendo señor escribano micer Juan de Rena, pagador general de las obras reales del reino de Navarra.

(Archivo General de Navarra, fondo Rena, Caja 24, Nº 23)

Apéndice II

Real Cédula de Juana I y Carlos I , refrendada por el Cardenal Cisneros, dirigida a Gonzalo Pizarro, Illescas 6-VI-1517.

La Reina y el Rey. Gonzalo Pizarro, nuestro capitán, nos vos mandamos que los doscientos ducados de oro que por nuestro mandado recibisteis de micer Juan Rena, pagados de las obras del reino nuestro de Navarra para los reparos de las fortalezas de San Juan del pie del Puerto, los deis y tornéis al dicho micer Juan Rena para que él los gaste en las obras del dicho reino y tomad su carta de pago con la cual y con esta nuestra cédula mandamos que vos sean recibidos en cuenta y que vos no sean pedidos ni demandados otra vez, y no hagáis ende al. Fecha en Illescas, a seis días del mes de junio de mil y quinientos y diecisiete años. Por mandado de la Reina y del Rey, el gobernador en su nombre.

(A.H.N. Fondo Rena, Caja 28, Nº 2)

Apéndice III

Concordia de Gonzalo Pizarro y Pedro de Malpaso, veedor general de su majestad, Pamplona, 28-VIII-1519

Nos Gonzalo Pizarro, capitán de la Reina y del Rey nuestros señores, y Pedro de Malpaso, veedor general de las obras de sus Altezas, decimos que por cuanto en vida del católico rey don Fernando nuestro señor que en gloria sea, entre nosotros hubieron pasado ciertas palabras de asiento y concordia y conveniencia acerca de los mineros que hay en este reino de Navarra donde hay oro y plata y cobre y estaño y azul y otros cualesquier metales y fue de esta manera que yo el dicho capitán Gonzalo Pizarro pidiese merced de los dichos mineros a su Alteza que en tal licencia sea para ambos a dos y que todo el oro y plata y cobre y estaño y azul y otros metales que de los dichos mineros se sacase fuese para ambos a dos por mitad, tanto para el uno como para el otro. Y a causa de la muerte de su Alteza no se pudo haber la merced aunque yo el dicho capitán la pedí y, después de venido el rey don Carlos nuestro señor a estos sus reinos, yo el dicho Pedro de Malpaso me concerté con el comendador Miguel de Herrera, camarero de su Majestad y alcaide de la fortaleza de Pamplona, para que él pidiese a su Majestad la mitad de los dichos mineros. Y a su suplicación, su Majestad nos hizo merced de los dichos mineros al dicho alcaide y a mí por cierto tiempo y según que en la dicha merced se contiene. Y porque vos el dicho capitán Gonzalo Pizarro decís que pretendéis tener derecho a los dichos mineros por el asiento que entre vos y Malpaso, ni embargante que la merced que vos pedisteis no hubo efecto como dicho es, decimos que por quitar todas las diferencias y debates que entre nosotros por la dicha razón podría haber y porque nuestra amistad sea guardada y conservada como hasta ahora que yo el dicho Pedro de Malpaso me obligo de dar a vos el dicho capitán Gonzalo Pizarro de la parte que a mí perteneciese de los veintisiete por ciento que Berenguer de Aoiz, maestro de la moneda de este reino de Navarra, y Sancho de Yesa, recibidor de la merindad de Sangüesa, nos han de dar al dicho alcaide Miguel de Herrera y a mí de todo el oro y plata y cobre y estaño y plomo y azul y otros metales que ellos sacaren de todos los lineros que hay en este dicho reino, descubiertos o por descubrir, conforme a un asiento y capitulación que entre ellos y nosotros pasó ante Juan de Raso, notario vecino de esta ciudad de Pamplona, que dura su arrendamiento de ellos por tiempo y espacio de cuatro años que comienzan a correr desde diez días de este presente mes y año en que estamos y se cumplen a diez de agosto del año venidero de mil y quinientos y veintitrés y es la parte que a mí el dicho Pedro de Malpaso me pertenece de los dichos veintisiete por ciento pagado la ochava parte que a su alteza habemos de dar siete y un cuarto que de los dichos siete y un cuarto que asimismo me pertenece durante los dichos cuatro años os daré tres y un cuarto y han de quedar las cuatro partes de los dichos siete y un cuarto a mí el dicho Pedro de Malpaso. Y yo el dicho capitán Gonzalo Pizarro digo que soy contento y he por bien de recibir la dicha cuantía y que, pasados los dichos cuatro años susodichos, no vos pediré ni demandaré ni otra persona por mí más las dichas tres partes y un cuarto que así me dais, ni otra parte ni cosa ninguna de los dichos mineros ni del oro y plata y cobre y estaño y plomo y azul y otros cualesquier metales que de ellos sacáredes o hiciéredes sacar, ni de cosa alguna contenida en la merced que vos el dicho Pedro de Malpaso y el dicho alcaide tenéis de los dichos mineros. Ni vos seáis obligado a me lo dar, pasados los dichos cuatro años. Y por cuanto en el asiento y capitulación que hicisteis con los dichos Berenguer de Apiz y Sancho de Yesa entran como dicho es todos los mineros que al presente están descubiertos o se descubriesen durante los dichos cuatro años, excepto una fuente que se dice del oro, que está en el término de Valdebaztan o Mayan de la cual en otros tiempos se dice que se sacaba oro, digo que si al presente o de aquí adelante durante el tiempo de la dicha merced que así tenéis de su Alteza quisiéredes hacer abrir la dicha fuente y de ella se sacase oro digo que en esta tal fuente y oro no pretendo ni quiero tener derecho ni parte ninguna sino solamente como dicho tengo de las tres partes y un cuarto que me asignáis de los siete y un cuarto que tenéis de vuestra parte durante los dichos cuatro años y no mas quedando para vos el dicho Pedro de Malpaso las otras cuatro partes restantes en los dichos cuatro años. Y pasados los dichos cuatro años no me habéis de dar ninguna parte de lo que sacáredes o hiciéredes sacar de los dichos mineros, antes todo ello ha de ser para el dicho alcaide y para vos. Y si algún derecho o acción a los dichos mine- ros o fuente o a otra cosa de lo contenido en vuestra merced tengo y pudiese tener desde ahora me aparto y eximo de todo lo que así me podría pertenecer por cualquier razón o título o manera que fuese y hago donación de todo ello a vos el dicho Pedro de Malpaso para ahora y para siempre jamás y obligo mi persona y bienes para lo así cumplir y guardar y que si vos lo pidiere o demandare quiero que me no valga ahora ni en tiempo alguno.

Y yo el dicho Pedro de Malpaso, asimismo, me obligo de dar y acudir a vos el dicho Gonzalo Pizarro las tres partes y un cuarto de las siete partes y un cuarto que como dicho es a mi me pertenecen de los veintisiete por ciento que los dichos Sancho de Yesa y Berenguer de Aoyz han de dar al dicho alcaide y a mí durante el dicho tiempo de los dichos cuatro años y no más tiempo de todo el oro y plata y cobre y plomo y estaño y otros cualesquier metales que ellos sacaren de los dichos mineros. Y entiéndese que durante estos cuatro años vos el dicho capitán Gonzalo Pizarro no habéis de tener que hacer en los dichos mineros ni con los dichos Sancho de Yesa y Berenguer de Aoyz ni con otra persona ninguna salvo que yo el dicho Pedro de Malpaso os tengo de dar de las dichas siete partes y un cuarto que mi me pertenecen las tres partes y un cuarto que como dicho es tengo prometido de vos dar y han de quedar para mi las otras cuatro partes según arriba es dicho y nos damos las dichas partes damos poder cumplido a todas las justicias de los reinos y señoríos de sus altezas para que a cada uno de nos hagan cumplir lo suso contenido y renunciamos todas las leyes y fueros y derechos que en contrario de lo susodicho nos podrían aprovechar. En firmeza de lo cual nos los dichos capitán Gonzalo Pizarro y Pedro de malpaso, hicimos y otorgamos dos escrituras de un tenor firmadas de nuestros nombres para que cada uno de nos tenga la suya y la una de ellas es esta y rogamos al señor micer Juan Rena como a persona que ha entendido en hacer este concierto entre nosotros y a Juan de Vergara que firmasen juntamente con nosotros aquí sus nombres por testigos de lo susodicho. Fecha en Pamplona, a veintiocho días del mes de agosto de mil y quinientos y diecinueve años. Como quiera que arriba dice que yo el dicho Pedro de Malpaso tengo de dar las tres partes y un cuarto de las siete partes y un cuarto que a mi me pertenecen y a vos el dicho Gonzalo Pizarro las tres partes y un cuarto que así tengo de dar según dicho es entiéndese que las daré y pagaré a vos el dicho Gonzalo Pizarro o a quien vuestro poder para ello hubiese. Fecha ut supra va entre renglones. (Firman: Gonzalo Pizarro, Juan Malpaso, y testigos Juan Rena y Juan de Vergara).

Apéndice IV

Cesión de las rentas de minas en Juan de Rena, Pamplona, 9-IX-1519.

En la ciudad de Pamplona, a nueve días de septiembre año del nacimiento de nuestro salvador Jesucristo de mil y quinientos y diecinueve años en presencia de mi Martín Ochoa de Irigoyen, escribano de la reina doña Juana y del rey don Carlos su hijo, nuestros señores, y su notario público en la su corte y en todos los sus reinos y señoríos y de los testigos de yuso escritos, Gonzalo Pizarro, capitán de sus Altezas, dijo que cedía y traspasaba y cedió y traspasó a micer Juan Rena, capellán de sus Altezas que presente estaba, las tres partes y un cuarto que a él le pertenecen de los veintisiete por ciento que Berenguer de Aoyz y Sancho de Yesa han de dar a Miguel de Herrera, alcaide de la fortaleza de Pamplona, y a Pedro de Malpaso, veedor general de las obras de sus Altezas, de todo el oro, plata y cobre y estaño, plomo, azul y otros metales que ellos sacaren o hicieren sacar de todos los mineros que hay en este reino de Navarra, según se contiene en esta escritura firmada de los dichos Gonzalo Pizarro y Pedro de Malpaso y de micer Juan Rena y Juan de Vergara. El cual dicho traspaso dijo el dicho capitán Gonzalo Pizarro que hacía e hizo al dicho micer Juan Rena por cuanto él le había dado y pagado dieciséis ducados de oro que montan seis mil maravedís de los cuales se llamó por contento y pagado y entregado y pasaron de su poder al suyo realmente y con efecto y en razón de la paga de que al presente no parece renunció la ejecución de la non numerata, pecunia de la haber nombrado non visto non dado ni contado ni recibido y las dos leyes del fuero y del derecho la una ley en que dice que el escribano y testigos de la carta deben ver hacer la paga en dineros o en oro o en plata o en otra cosa cualquiera que lo valga…

(AHN. Fondo Rena Caja 83, Nº 8)

Apéndice V

Carta de Juan Rena, veedor de Su Majestad, Pamplona, 19-XI-1519.

En la ciudad de Pamplona, a diecinueve días del mes de noviembre, año de mil y quinientos y diecinueve años, este día en presencia de mi Ginés Martínez de Salazar, escribano de la cesárea y católicas majestades de la reina doña Juana y del rey don Carlos, su hijo, nuestros señores, y de los testigos infrascritos pareció presente el señor micer Juan Rena, capellán de sus católicas majestades y pagador de las obras de este reino de Navarra, estando presente el señor capitán Gonzalo Pizarro, dijo al dicho capitán que ya sabe como de dos años a esta parte le ha dicho y requerido con esta cédula de sus Altezas de esta otra parte contenida por muchas veces que le diese los doscientos ducados como en ella se contiene y que el dicho capitán siempre le ha respondido que los doscientos ducados que él le pide él los ha gastado en cosas que tocan a servicio de sus Altezas, por mandado del señor duque de Nájera, visorrey y capitán general de este reino y por su libranza. Y ahora, el dicho micer Juan nuevamente este dicho día le tornó a requerir con la dicha cédula por delante (de) mi el dicho escribano porque las otras veces se lo había dicho y requerido de palabra que cumpliese lo en la dicha cédula contenido. Y el dicho capitán dijo que era verdad todo lo que arriba se contiene y que ahora nuevamente responde lo mismo y dice haber gastado los dichos doscientos ducados, como el dicho micer Juan ha visto por la dicha libranza que le fue hecha por el dicho señor duque, en cosas cumplideras al servicio de sus Altezas, y que esto daba por su respuesta. Testigos, el capitán Carvajal y el secretario Guillén Ruiz y el contador Diego Manuel, estantes al presente (en) esta dicha ciudad. Va entre renglones y diz dijo vala. Y yo el dicho Ginés Martínez de Salazar, escribano de sus Altezas susodicho en uno con los dichos micer Juan Rena y capitán Gonzalo Pizarro y testigos presentes a todo lo que dicho es y por ende hice aquí este mi signo en testimonio de verdad. (Firma Ginés Martínez de Salazar, escribano)

(A.H.N. Fondo Rena, Caja 28, Nº 2)

Apéndice VI

Reconocimiento de deuda de Juan de Rena a favor del capitán Gonzalo Pizarro, 25-XI-1521.

Yo micer Juan Reyna, capellán de sus Majestades, digo que aseguro a vos el señor capitán Gonzalo Pizarro por la presente que os daré y pagaré trescientos ducados de oro que son ciento y doce mil y quinientos maravedís en fin del mes de enero primero que viene por razón que vos el dicho capitán Pizarro disteis una carta al señor conde de Miranda para los señores gobernadores en que les suplicasteis que la capitanía de Alonso de Valdés la den a la persona que el dicho señor conde les suplicare. Lo cual prometo de cumplir dentro del dicho término y que directa ni indirecta no iré ni vendré contra ello y que dentro de diez días primeros siguientes os daré carta del dicho señor conde de Miranda para que libremente podáis sacar vuestra patente de la dicha capitanía y que el dicho señor conde no será contra vos y si dentro de los dichos diez días no os diere la dicha carta del dicho señor conde que quedo obligado a daros los dichos trescientos ducados de oro al tiempo susodicho, para lo cual os di esta firmada de mi nombre. Hecha en Pamplona a veinticuatro días de noviembre, digo a veinticinco de noviembre de mil y quinientos y veintiún años. (Firma Juan Rena)

Yo don Francisco de Zúñiga y de Avellaneda, conde de Miranda, por la presente digo que me obligo que dentro de diez días de la fecha de ésta daré a vos micer Juan Rena, capellán de sus Majestades, libranza de los señores gobernadores para que de cualesquier maravedís de vuestro cargo deis y paguéis al capitán Gonzalo Pizarro trescientos ducados para en fin del mes de enero primero que viene de mil y quinientos y veintidós años. Y si esta libranza no dieren los señores gobernadores digo que os daré carta firmada de mi nombre, dentro de los dichos diez días, para que el dicho capitán Pizarro pueda libremente sacar la provisión de los señores gobernadores de la capitanía de Alonso de Valdés que Dios haya. De lo cual todo me obligo de sacaros a paz y a salvo. Fecha en Pamplona, a veinticinco de noviembre de mil y quinientos y veintiún años. (Firma Francisco de Zúñiga)

(AHN Fondo Rena Caja 33, Nº 7)

Apéndice VII

Recibo de Gonzalo Pizarro de los trescientos ducados, Pamplona, 7-II-1522. Conozco yo el capitán Gonzalo Pizarro que recibo de vos el señor micer

Juan Rena, capellán de sus Majestades, los trescientos ducados de esta otra

parte contenidos y porque es verdad que los recibí lo firmé de mi nombre, hecho en Pamplona a siete de febrero de mil quinientos y veintidós años. (Firma Gonzalo Pizarro)

(AHN Fondo Rena Caja 33, Nº 7)

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Firma de Gonzalo Pizarro en la carta del 3 de marzo de 1516

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Firma de Gonzalo Pizarro en un documento del 9 de septiembre de 1519.

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Firma de Gonzalo Pizarro el 7 de febrero de 1522, pocos meses antes de su fallecimiento.

Cuadro I: árbol genealógico del capitán Gonzalo Pizarro, con sus once hijos habidos con cinco mujeres distintas.

 cuadro 15-1

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1 LAVALLÉ, Bernard: Francisco Pizarro y la conquista del Imperio Inca. Madrid, Espasa Calpe, 2005, p. 25.

2  Por citar un ejemplo significativo, en 1598 vivía en Granada un Hernando Pizarro que era procurador de causas ante la Chancillería. Carta de poder de Benito González herrador, vecino de Zafra, a Hernando Pizarro, vecino de Granada, y a Lorenzo Collado, vecino de esta villa y residente en Granada para que defiendan a su hijo Antonio Jaramillo, residente en Indias de las acusaciones de Diego de la Barrera, Zafra 8-III-1598. A.M.Z. Rodrigo de Paz Tinoco 1598, fol. 956r..

3  CUNEO VIDAL, Rómulo: Vida del conquistador del Perú don Francisco Pizarro y de sus hermanos Hernando, Juan y Gonzalo Pizarro Martín Alcántara. Barcelona, s/a, p. 41.

4  HUBER, Siegfried: Pizarro. Barcelona, Ediciones Grijalbo, 1966, p. 14.

Ibídem.

6  PORRAS BARRENECHEA, Raúl: Pizarro. Lima, Editorial Pizarro S. A., 1978, p. 7.

Ibídem, p. 9.

8  Repasando los miembros del concejo de Trujillo en la Baja Edad Media encontramos al menos a seis regidores: Ferrán Alonso Pizarro en 1434, Sancho Pizarro en 1480, Alonso Pizarro en 1484, García Pizarro y Gonzalo Pizarro en 1486 y, finalmente, Juan Pizarro en 1511. FERNÁNDEZ- DAZA ALVEAR, Carmen: La ciudad de Trujillo y su tierra en la Baja Edad Media. Badajoz, Junta de Extremadura, 1993, pp. 332-340. Está claro que los Pizarro eran una de las familias que controlaban el concejo local.

9  La historiografía tradicional sostenía que también recibió el apelativo de El Romano. Sin embargo Raúl Porras lo desmiente, pues al parecer se trataba de otra persona del mismo nombre. Y es que este historiador peruano identificó al menos tres homónimos en el Trujillo de finales del siglo XV. PORRAS: Ob. Cit., p. 11.

10  Es decir que el Gran Capitán murió con 62 años mientras que Gonzalo Pizarro vivió 76.

11  SUÁREZ FERNÁNDEZ, Luis: “Política internacional de los Reyes Católicos”, De la unión de coronas al Imperio de Carlos V, vol. III. Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los centenarios de Felipe II y Carlos V, 2001, p. 312.

12   AZCONA, Tarsicio de: Isabel La Católica. Vida y reinado. Madrid, La Esfera de los Libros, 2002, p.542.

13   LADERO GALÁN, Aurora: “Artilleros y artillería de los Reyes Católicos (1495-1510)”, en Guerra y sociedad en la monarquía hispánica, Vol. I. Madrid, Ediciones del Laberinto, 2006, pp. 810-811.

14   RODRÍGUEZ VILLA, Antonio: Crónicas del Gran Capitán. Madrid, Baillo-Bailliere, 1908, p. 141.

15  Ibídem, pp. 191-397.

16  Fernando El Católico viajó a Italia para convencer personalmente el Gran Capitán de su regreso a España, sospechando la posibilidad de que éste pusiese el reino de Nápoles bajo la soberanía de Felipe El Hermoso. Sobre los motivos que llevaron a Fernando El Católico a destituir y apartar de Nápoles al Gran Capitán véanse los trabajos de HERNANDO SÁNCHEZ, Carlos José: “El Gran Capitán y los inicios del virreinato de Nápoles. Nobleza y Estado en la expansión europea de la monarquía bajo los Reyes Católicos”, en El Tratado de Tordesillas y su época, T. III. Madrid, 1995, pp. 1817-1854 y “El reino de Nápoles de Fernando el Católico a Carlos V (1506-1522” De la unión de coronas al Imperio de Carlos V, Vol. II. Madrid, 1999, pp. 79-176.

17  ÁLVAREZ-OSSORIO ALVARIÑO, Antonio: “Razón de linaje y lesa majestad. El Gran Capitán, Venecia y la corte de Fernando el Católico (1507-1509)”, De la unión de coronas al Imperio de Carlos V, Vol. III. Madrid, 1999, p. 410.

18  AZCONA: Ob. Cit., p. 544.

19  ARTOLA, Miguel: La monarquía de España. Madrid, Alianza Editorial, 1999, p. 264.

20  AZCONA: Ob. Cit., p. 546.

21  PÉREZ, Joseph, Carlos V. Madrid, Ediciones Folio, 2004, p. 75.

22  Ibídem, p. 76.

23  Véase el apéndice I.

24  DOMÍNGUEZ ORTIZ, Antonio: España, tres milenios de Historia. Madrid, Marcial Pons, 2001, p. 122.

25  Véase el apéndice II.

26  Véase el apéndice V.

27  Véase el apéndice III.

28  Véase el apéndice III.

29  Véase el apéndice IV.

30  Véase los apéndice VI y VII.

31  CUNEO: Ob. Cit., pp. 51-52.

32  HUBER: Ob. Cit., p. 20.

33  PORRAS: Ob. Cit., p. 107

34  El documento en cuestión lo menciona Agustín Vivas Moreno (1994: 477) quien lo cita a su vez de  Quintana, (1889: 299). VIVAS MORENO, Agustín: “La imagen histórica de la conquista del Perú y la figura de Francisco Pizarro en la historiografía 1875-1915/20”, Actas de los XX Coloquios Históricos de Extremadura. Trujillo, 1994. QUINTANA, Manuel José: “Pizarro” en Vida de los españoles célebres, Biblioteca Clásica, T. XII, Vol. I. Madrid, Imprenta Central, 1889.

35  Aunque siempre se ha hablado de la presencia de Francisco Pizarro en Santo Domingo junto al Comendador Mayor Nicolás de Ovando, desde 1502, el dato no ha podido ser verificado documentalmente. La primera vez que tenemos certeza de la presencia de Pizarro en las Indias es en 1509 cuando desde Santo Domingo se embarcó en la armada de Alonso de Ojeda. Todo lo referente a su presencia en aquella isla se basa en un único documento, una Real Cédula fechada en 1529 que decía exactamente así: Don Carlos, emperador, semper augustus, por la gracia de Dios… según vuestra petición, Francisco Pizarro, tenéis el deseo de servirnos, al igual que hicieron vuestros antepasados, como habéis venido haciéndolo desde hace veinticinco años, cuando salisteis de este reino para la isla Española junto al comendador de Lares, frey Nicolás de Ovando… HUBER: Ob. Cit., p. 25. En cualquier caso, hubiese pasado a América en 1502 con Ovando o en algún año posterior, en 1512, cuando dio comienzo la primera guerra de Navarra, estaba con total seguridad en las Indias.

36  Hemos seguido las directrices de transcripción de Alberto Blecua en cuanto a modernización de todas las grafías y desarrollo de las numerosas abreviaturas que presenta el texto. BLECUA, Alberto: Manual de crítica textual. Madrid, Castalia, 1983. Y todo ello lo hemos hecho reiteradamente en el texto sin advertencia previa en cada caso. Sin embargo, sí que hemos querido conservar intactas todas las construcciones gramaticales, incluso en los casos en los que hemos encontrado alguna incorrección. Asimismo, hemos creído conveniente colocar la tilde a las palabras que les correspondía llevarlas. También hemos procedido a la revisión, y en su caso rectificación, de los signos de puntuación.

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Sebastián Martín Ruano

 1. INTRODUCCIÓN

Aprovechamos este importante foro histórico para recordar la figura del extremeño Joaquín Sama Vinagre1 e intentar hacer algunas aportaciones sobre un aspecto importante de su obra pedagógica, la labor realizada como educador medioambiental. A fin de situar el personaje hacemos una breve semblanza histórica del mismo.

Joaquín Sama nace en 17 de julio de 1840 en San Vicente de Alcántara (Badajoz)2. Estudia derecho y filosofía en Sevilla, ciudad en la que se pone en contacto con los círculos krausistas a través de su profesor Federico de Castro. En 1867 se establece como abogado en San Vicente y organiza una escuela de Latinidades. Ferviente republicano, es elegido alcalde de su pueblo en 1869, implicándose especialmente en la lucha contra el caciquismo y la mejora de las condiciones de vida de la clase obrera. En su gobierno tomó medidas polémicas como la negativa a que se hiciera en San Vicente un cuartel de la Guardia Civil. Algunos autores, en este aspecto, le consideran un heterodoxo y, como tal, un perdedor3.

Por su gran vocación pedagógica oposita y gana la cátedra de Psicología en el Instituto de Huelva, ciudad en la que también organiza una escuela de artes.

En 1876 es separado de su cátedra. Se le acusa del abandono de la misma aunque él alega que sufre problemas nerviosos. En 1876, Francisco Giner de los Ríos funda en Madrid la Institución Libre de Enseñanza (ILE), primero como colegio de enseñanza superior, aunque enseguida derivaría a establecimiento de primeras enseñanzas. Desde sus inicios entra Sama en contacto con la ILE como socio fundador y accionista. En 1879 Giner va de vacaciones a Portugal. Su tren para en San Vicente y convence a Sama para que se incorpore como docente a la Institución. Pronto Sama se traslada a Madrid. En agosto de 1879 figura como profesor de 1ª y 2ª enseñanza. En 1881 es bibliotecario y subdirector de estudios generales. También es profesor en la Escuela Normal Central de Maestras de Madrid. Son años de una gran labor intelectual. Entre sus obras destaca la biografía que hace sobre Pablo Montesino, quizás su más importante trabajo pedagógico4. En la Institución organiza y se pone al frente de numerosas excursiones instructivas y en verano dirige colonias de vacaciones:

“Infatigable en su apostolado, no descansaba nunca; los periodos de vacaciones eran consagrados, casi siempre, a excursiones largas a las costas de Santander, Galicia, Portugal, con alumnos de la Institución; alguna vez prestó también su concurso al Museo Pedagógico, dirigiendo la primera colonias escolar mixta de vacaciones”5

Desde Madrid pide el reingreso a la enseñanza oficial, obteniendo plaza en el instituto de Guadalajara. Sigue su vinculación con la ILE. En el Boletín de la Institución se reconoce la gran actividad desplegada en la capital alcarreña. A pesar del poco tiempo que allí permanecía se notaba “su influjo renovador, llevó allí la familiaridad entre maestros y alumnos; las excusiones de geología, de botánica, de artes; los grandes paseos y juegos al aire libre”6

Sama fallece en Madrid en 1895 víctima de un tumor cerebral y es enterrado en el cementerio civil de Madrid. Desde la Institución se promueve una suscripción a favor de su viuda y sus 7 hijos e hijas.

2. EL TRATAMIENTO EDUCATIVO DEL MEDIO AMBIENTE

Nuestro trabajo busca el análisis del tratamiento educativo del medio am- biente en la teoría y en  la acción pedagógica de Joaquín Sama, enmarcadas en la obra de la Institución Libre de Enseñanza7, donde la labor de este extremeño fue uno de sus más significativos exponentes. Las distancias temporales y de conceptos hacen que éste sea un trabajo difícil. Para facilitarlo podemos aprovechar cualquiera de las definiciones de Educación Ambiental que se hicieron en los organismos internacionales cuando iban enmarcando la teoría y la acción de esta corriente educativa. Éstas podrían servirnos como criterio de comparación8. Es importante que señalemos que la gran diferencia para la búsqueda de paralelismos se sitúa en el punto de partida para el aprovechamiento educativo del medio. La Educación Ambiental surge en los años 60 del siglo XX como consecuencia de las graves crisis ambientales que entonces iban surgiendo y que podían poner en peligro la misma supervivencia del planeta. Estas divergencias medioambientales apenas eran perceptible cien años atrás cuando se inicia y desarrolla la tarea de la Institución. El desigual punto de partida condiciona importantes diferencias éticas, conceptuales y metodológicas. No obstante desde la filosofía de la Educación Ambiental nosotros consideramos este análisis en las actuaciones de la Institución Libre de Enseñanza, especialmente desde la obra de Joaquín Sama.

3. ANTECEDENTES PEDAGÓGICOS

En este trabajo podemos hacer una breve referencia a los antecedentes pedagógicos de la Educación Ambiental y desde esta perspectiva nos encontramos con la figura de Juan Jacobo Rousseau, fundamental en cualquier acercamiento educativo al entorno que se considere. La Naturaleza en Rousseau es la vuelta a lo primitivo, a los espacios más libres en los que se debe llevar a cabo cualquier interpretación educativa. En numerosas ocasiones reconoce Giner su influencia en la pedagogía de la Institución Libre de Enseñanza. En el Congreso Pedagógico Nacional de 1.882,  Giner emplea la clásica frase de Rousseau de que “debe guiarse en todo al niño según la naturaleza” 9 para defender la idea del temprano inicio del educando en el trabajo exterior para que aprenda un oficio en las vicisitudes de la vida y las turbulencias de los tiempos. Fue muy celebrada en ese encuentro la intervención de Joaquín Sama que defiende el procedimiento intuitivo que presenta el ilustre ginebrino para que se aplique “especialmente a la adquisición de los conocimientos que parten de los sentidos”10.

También en este importante evento Sama también defiende con gran vehemencia la aplicación de los métodos froebelianos:

“Jamás agradeceremos lo bastante que los procedimientos de Froebel nos traigan el camino de la razón y de la justicia para con nuestra madre naturaleza”11.

4. NIVEL ÉTICO

Ya en nuestro análisis consideramos que desde un punto de vista ético el medio ambiente es una consecuencia cultural. El ser humano extiende sus formas de vida condicionado por las características específicas del entorno en que desarrolla su existencia. Los dos aspectos de este medio, el creado naturalmente y el generado de forma artificial por la acción humana, son esenciales para su bienestar y para gozar de una serie de derechos, entre los que se debe incluir, como primero, la misma vida12

No encontramos una definición conceptual determinante sobre lo que es el medio ambiente en la Institución Libre de Enseñanza. Hay datos sobre la sensación de la señalada transformación que se ejerce sobre el entorno y así, en algunos de sus escritos, estos hombres y mujeres se adelantan muchos años a la percepción general de la época. Son retazos, pinceladas. Existe alguna manifestación, como las que hace el propio Giner reconociendo las adversas o favorables consecuencias de sus iniciativas en relación con los seres que le circundan:

“La acción del hombre, como causa activa sobre el medio natural, tiene una eficacia que puede ser favorable o adversa a los seres que le rodean, penden, pues, esos, de alguna manera, de las determinaciones que él adopte; la libre actividad humana es medio para sus fines, los condiciona”13.

Según expresa Sama en el Congreso Pedagógico Nacional, la misma Naturaleza puede ser “amiga” o “enemiga” en función de las circunstancias, afirmado que:

“acostumbrados a vivir y a ser influidos durante toda la vida por la naturaleza, necesitamos también ese elemento para nuestra primera educación. Allí, en cambio, en los países del Norte, es ingrata, se opone a la vida, pudiera decirse con algún fundamento que es enemiga del hombre; con ella tiene que luchar constantemente. Aquí es nuestra amiga, nuestra compañera, nos brinda con mano generosa todos sus frutos, todo su ser, ¡Y la consideramos como enemiga, sin embargo!”14.

La actual crisis medioambiental se manifiesta en la progresiva reducción de la habitabilidad de la Tierra a través del triple impacto que condicionan la creciente capacidad de producción del ser humano, su insuficiencia para manejar el consumo y el desproporcionado aumento de la población de la especie15 .

Hemos de tener siempre presente que la Institución Libre de Enseñanza surge y se desarrolla en unos momentos y en un país en el que apenas se advertían las consecuencias medioambientales de unas revoluciones industriales muy localizadas. La toma de conciencia del deterioro medioambiental sólo se adivina en algunos de los escritos de la Institución. Así, denuncia Rafael Altamira la destrucción de bosques por el labrador de la meseta, tradicionalmente poco amigo del árbol:

“La codicia de los hombres, acentuada con motivo del alza de precios que la guerra produjo, está devastando nuestros montes. Aún sin ese aliciente, nuestro labrador de la meseta siempre fue poco amigo del árbol, y el árbol es un elemento esencial, esencialísimo, del paisaje”16.

En la ILE se llegan a proponer soluciones a problemas medioambientales concretos. Así, el decreto que se dicta en 1916 para favorecer el establecimiento de parques naturales es de clara inspiración institucionista. Según el mismo, estos espacios naturales son delimitados para:

“respetar y hacer que se respete la belleza natural de sus paisajes, la ri-queza de su fauna y de su flora y las particularidades geológicas e hidrológicas que encierren, evitando de este modo con la mayor eficacia todo acto de des- trucción, deterioro o desfiguración por la mano del hombre”17.

Problemas rabiosamente actuales que determinan la actuación en el medio ambiente ya se perfilan en la pedagogía de Sama. Así llega a afirmar:

“¿No es un contrasentido hallar nuestras escuelas con la paredes llenas de máximas como Quien maltrata a un animal, no muestra buen natural, para que luchen con la perniciosa influencia de las riñas de gallos, con el tiro de pichón, con las corridas de toros”18 .

Por eso cuando el sanvicenteño elabora un reglamento que sirva para organizar a los obreros en asociación propone en el artículo 41.9 del mismo:

“Que se dificulten cuanto fuese posible, o se prohíban resueltamente, los espectáculos que, como los toros, las carreras y tiro de aves, puedan contribuir a endurecer los sentimientos, sin fortificar el cuerpo ni la salud de los asociados”19

Sama se implica de forma notable en la problemática social de la época que le tocó vivir. Su preocupación por los obreros más necesitados fue capital en su época de alcalde de San Vicente, unas inquietudes que manifestaría a lo largo de toda su vida al poner un gran énfasis en la importancia de la educación para un mayor bienestar20. Escribió Sama numerosos artículos en contra de la pena de muerte21. También tuvo una especial preocupación por la situación social de la mujer, a la que consideraba en las mismas condiciones que al hombre: “La mujer no es, por su naturaleza, inferior al hombre”22. Así, la instrucción popular no debería establecer ninguna discriminación por cuestiones de sexo: “Creemos, pues, que la instrucción popular sólida debe ser igual para los dos sexos” 23

Aunque defendido como tradicional mito pedagógico, hemos de reconocer que la neutralidad en educación no existe24 y la intención de enseñar se encuentra siempre enmarcada en determinadas coordenadas espacio-temporales. Giolitto25 considera que el objetivo principal de la pedagogía del medio ambiente es enseñar a los jóvenes a leer ese medio ambiente para apremiarlos a defenderlo, mostrándoles las aptitudes adecuadas para conseguirlo. Señala la conferencia de Tbilisi que:

“es indispensable una Educación Ambiental que no sólo sensibilice sino también modifique las actitudes y proporcione nuevos conocimientos y criterios”26

La fe en la educación como elemento configurante de la personalidad humana es punto cardinal de la pedagogía institucionista. Es el clásico lema gineriano de FORMAR HOMBRES27. Con la educación se desea transformar la sociedad, por lo que estas metas tienen una significación especial. La educación es la gran herramienta del cambio en los institucionistas. Costa piensa que los males que tiene España provienen del sistema educativo. Para él la única solución para que nuestro país se europeíce es una formación que “transforme y purifique al individuo, a la sociedad y al pueblo”28 .

En esta línea Sama insiste frecuentemente en esta idea de la regeneración del país, a través de la educación:

“Su propaganda electoral consistía en hablar de la educación popular; y antes de acudir al mitin en el teatro, con los discursos y aclamaciones, pasaba por la escuela, llevando en su compañía a las autoridades y a los ricos, y hacía una lección a los niños, de la que pudieron todos deducir el valor y la urgencia que para la nación entraña la función de la enseñanza”29.

La educación era para Sama “un problema decisivo para la vida de los pueblos”30 Un espíritu romántico que asumen los institucionistas y que además les acerca a la Naturaleza con inquietudes nacionales y formativas. No se busca la mera instrucción en el medio. Es una concepción filosófica más amplia que se percibe cuando pretenden que en el contacto con medios abiertos se intenten superar los vicios morales que van destruyendo a las personas31. La educación en el medio es pauta cotidiana de la pedagogía de la Institución Libre de Enseñanza. El campo, la Naturaleza en definitiva, es necesario como primer elemen- to de educación para superar la problemática que se origina en el ambiente. Así lo pregona Sama en el Congreso Pedagógico Nacional, donde asegura que se debe acudir al sistema froebeliano para dar:

“toda la educación al niño en un verdadero jardín, en medio de la naturaleza, y hacer esto en países como el nuestro, donde se marcha con paso rápido desde maltratar la planta y el animal, y asistir con satisfacción al reñidero de gallos y la plaza de toros, hasta la devastación y el incendio de los campos; en un país como este nuestro (…) Lo de enseñar al niño el cultivo de las plantas, el cuidado de los animales, infinitos detalles de piscicultura, jardinería, horticultura, botánica, etc., son detalles secundarios de la cosa, pero no es la cosa entera. (…) Influidos durante toda la vida por la naturaleza, necesitamos también ese elemento para nuestra primera educación”32.

5. NIVEL CONCEPTUAL

En el análisis conceptual consideramos que un aprendizaje implicado con su medio ambiente no deja de ser una elevación progresiva de los círculos de percepción. Los escolares y todas las personas que aprenden pueden ir amplian- do los niveles de apreciación de sus dominios educativos en nuevas oleadas que le harán aprehender la dinámica de sucesivos entornos y le llevarán a una comprensión global de la existencia.

Era una idea que ya estaba presente en la pedagogía de la Institución. Así, en la enseñanza de las Ciencias Naturales se examinan en primer lugar los seres vivos que con mayor frecuencia están a la vista del niño y de la niña. Debe iniciarse esta enseñanza en la escuela, no por los más sencillos organismos vegetales, sino por aquellos más familiares en sus vidas, que son precisamente las plantas superiores, árboles, arbustos, matas, es decir, los organismos vegetales más complicados33. Esta idea de partir de lo próximo para ir construyendo conceptos cada vez más globales lo expresa de forma acertada Sama:

“Deben empezar los párvulos por conocer y examinar los animales que les sean más familiares, extendiéndose después sus conocimientos a los de la región que habitan y hasta los de las comarcas remotas en su propio país, con el propósito de que den más amplia base a sus futuras clasificaciones de la escuela elemental”34.

Los hombres y mujeres de la ILE pensaban que no es posible el conocimiento aislado de los elementos naturales si no en relación con los demás seres. Se considera a la escuela no como un componente separado, sino más bien “la sociedad entera, la Naturaleza entera, en una palabra, el mundo”35 Es lo que en la Institución Libre de Enseñanza a se denomina carácter circular o cíclico de la enseñanza. Cossío cree que con esta visión el alumno percibirá una idea completa de las cosas y adoptará las actitudes necesarias para seguir ampliando el campo de sus conocimientos en los sucesivos entornos36.

Las ideas de complejidad y totalidad están presentes en esta pedagogía en la concepción integral del hecho educativo que se asume. Caso definirá acertadamente como educación integral aquella “que sea a la vez física, intelectual y moral”37. Si la excursión va a ser el momento decisivo para la educación integral, desde la pedagogía de la Institución Libre de Enseñanza se propicia que en la salida los alumnos tengan una visión total de lo que se anda, concediendo la misma importancia al arte que a la Naturaleza, al mundo social que al natural. En el contacto con el medio externo se perciben sensaciones físicas y morales, éticas y estéticas. La excursión puede llega a ser el todo completo que proponía Cossío.

En su obra sobre Montesino, Sama lo reconocía como introductor de la educación integral en nuestro país. La formación debe afectar todas las facetas de la personalidad:

“El alumno, para ser educado, debe, como el profesor, formarse por entero. No se abandonará ningún detalle de su vida … Se procurará que todas las facultades del alumno se desarrollen conjunta y proporcionalmente”38.

En las excursiones que organiza Sama, también se tienen en cuenta las múltiples miradas a aplicar sobre lo visitado. Allí se puede

“estudiar la composición de un terreno, admirar un monumento, analizar un cuadro, contemplar la hermosura de un paisaje, averiguar, en suma, una verdad cualquiera, y tal vez traer un nuevo dato a la cultura general”39 .

6. NIVEL METODOLÓGICO

En el análisis metodológico hemos de tener en cuenta que en el actual momento de la Educación Ambiental, cuando hay un consenso generalizado de su necesidad y cuando su puesta en práctica encuentra numerosas dificultades estructurales, brilla con luz propia la figura del maestro y la maestra como elementos clave para llevar a cabo cualquier proyecto basado en esta filosofía, ya que sobre ellos va a recaer en buena parte el peso de su realización. De poco sirven las normativas legales cuando estamos hablando sobre todo de actitudes. El profesor genera las situaciones educativas idóneas para la adquisición de conocimientos significativos y establece los adecuados canales de comunicación con el alumnado. Él será árbitro, dinamizador e investigador de los procesos que se generan en el aula.

En el momento histórico en el que Joaquín Sama desarrolla su trayectoria vital es el tiempo del “pasas más hambre que un maestro de escuela”, cuando las personas que, mal preparadas, se dedicaban a la enseñanza sufrían situaciones de continua penuria económica, sobre todo en las poblaciones más pequeñas. Desde la Institución Libre de Enseñanza se considera sobremanera la figura del educador y hay una denodada lucha por su dignificación social, como ponen de manifiesto numerosos escritos. Tiene gran importancia su imagen y su obra. De ahí la necesidad tantas veces sentida de enviar a las más apartadas aldeas, las que estaban más alejadas de la acción de la cultura, a los mejores maestros. Así se compensaría un secular abandono con las iniciativas y las capacidades de unos educadores muy cualificados a los que habría que dar las suficientes contrapartidas económicas y morales. Señala Giner:

“Hay que enviar a las peores escuelas, los mejores maestros; con lo cual no se retrasará el estado del espíritu en las ciudades, pero se acelerará la mejora del de las aldeas. Para ello hay que ofrecer a ese personal selecto ventajas materiales y morales que compensen las contrariedades de la residencia en un lugar aislado sin comodidades ni refinamientos”40.

El buen maestro debe tener a la vez capacidad para aprender y para enseñar. Así se dice de Sama:

“siendo alumno en excursiones de arte o geología, maestro después en las mismas enseñanza, encantado siempre con el trabajo, haciendo de su vida entera, en todas sus actividades, órganos para la educación de su país”41

La propensión a la organización de excursiones instructivas va a ser una de las particularidades más distintivas de la presencia de los institucionistas en diversas acciones educativas, pues uno de los signos externos de la nueva formación que propugnaban era precisamente la organización de salidas. Para el profesor de la Institución Libre de Enseñanza, el recorrido es el tiempo más adecuado para llevar a cabo la labor educadora. Escribe Ontañón un emotivo artículo en recuerdo de Joaquín Sama:

“Más aún que en las clases, en las excursiones es donde encontraba Sama ancho campo para su función educadora. Los que, dirigidos por él, hicimos tantas y tantas, las recordamos siempre con encanto, particularmente las de Mineralogía y Geología, de las que volvíamos con los bolsillos llenos de los ejemplares que habíamos recogido (…) se continuaba en la formación de las colecciones de minerales, elemento importantísimo de nuestra actividad infantil, en el colegio y en casa, orgullo de aquellos que podían exhibir, como si fuera un tesoro, la serie completa y bien instalada de los que habían traído de sus excursiones  y obtenido por otros medios”42.

Por eso, desde un punto de vista meramente pedagógico, educación en el medio y sobre el medio son las numerosas excursiones y actividades en el entorno que se programan en la Institución Libre de Enseñanza. Según Sama lo ideal sería dar “toda la educación al niño en un verdadero jardín, en medio de la naturaleza” 43.

Así, la excursión es el más efectivo método de educación regeneradora y el medio es, sobre todo, elemento de reforma moral. Una regeneración que llega al individuo y trasciende poco hacia el entorno. Sin embargo, cuando profundizamos en esta obra, también descubrimos pequeños retazos en los que se descubreuna cierta preocupación por la educación a favor del medio, especialmente cuando atienden algunos problemas sociales. Según Joaquín Sama, cuando la mujer se incorpore plenamente al mundo de la enseñanza se resolverán problemas entonces tenidos como irresolubles como “el amor a la naturaleza”44

Unas renovadas estrategias pedagógicas han de comprender los diversos aspectos ecológicos, sociales y culturales del medio ambiente. Por eso, la Educación Ambiental no pretende la colección de conocimientos dispersos sobre el entorno, ni tampoco alcanzar unos objetivos metodológicos alejados de la realidad. La utilización educativa de espacios próximos al niño y a la niña suponen una vinculación activa con la comunidad. Es, básicamente, una pedagogía de la acción y por la acción.

Como hoy se pretende desde la Educación Ambiental, también los hombres de la Institución apostaban en su día por la actividad en la práctica educativa diaria. Lo hicieron desde el método intuitivo que, para ellos, sería el único método natural. La intuición pone al niño y a la niña en contacto directo con los objetos estudiados. Es Cossío, el que, a lo largo de su vida, profundizará más en las implicaciones educativas del método intuitivo, que en un conocido artículo denomina “El arte de saber ver”. Considera que el contacto con todos los seres es educativo y no se deben poner límites físicos al campo de la educación:

“El mundo entero debe ser, desde el primer instante, objeto de atención y material de aprendizaje para el niño, como lo sigue siendo, más tarde, para el hombre”45.

Devoto Sama de la Pedagogía de Pablo Montesino, a quien considera introductor del método intuitivo en España, resalta con frecuencia su importancia. Para él este método no era una

“ presentación de las cosas puramente materiales, sino de las individuales, sean materiales o no, para elevarse de ellas a las generales”46.

En lógica consecuencia, para Sama “Lo que, … les toca a lo vivo, olvídanlo con gran dificultad”47.

Los institucionistas proponen un conocimiento frecuente y directo del medio natural. Así, Joaquín Sama pide que se presenten los animales a los niños más pequeños con las características propias del lugar en que se crían, influidos

“por la calidad mineralógica y petrográfica de las montañas; todo ello, por supuesto, en los límites y grado en que el párvulo pueda comprenderlo, es decir, en vivo, acompañando a la narración en que se cuenta la vida de un animal, la descripción de todos los pormenores que constituyen el medio de su existencia”48 .

La actividad que propone puede tener numerosas aplicaciones. Así rechaza los antipedagógicos libros de texto y prefiere que sea el propio alumno quien los construya. No quiere un manual que casi nadie entiende: “debe ser éste el diario hecho por el alumno bajo la dirección del maestro”49. La actividad va construyendo el pensamiento. Así, la recogida de materiales mineralógicos dejará cantidad tal de recuerdos

“a todo el medio natural con que el ejemplar mantenía en vivo las múltiples relaciones de su existencia, que difícilmente se borrarán de la memoria de los niños”50

Uno de los artículos que mejor define la propia filosofía vital y el activismo pedagógico de Sama en sus relaciones con el entorno es el titulado “Nuestros alumnos en Portugal”51. En él se empieza hablando de que se buscó para el desplazamiento un precio reducidísimo (32 pesetas). Esta austeridad que a veces raya con la racanería es muy propia de la filosofía krausista de los institucionistas. La enseñanza ha de ser activa, divertida y alegre:

“la afición a las cosas de zoología, pudiera expresar claramente lo mucho que se divirtieron pescando ranas por el procedimiento conocido de la caña con cebo de trapo encarnado, y que venía a poner fácilmente en sus manos los interesantes anfibios que, a fuerza de cuidado y esmero, pueden difícilmente conservarse en el estanque del jardín de la Institución, para estudiar en ellas algún detalle”52.

Esa pesca de ranas con un trapo rojo seguro que tiene su origen en los años infantiles de Sama en San Vicente de Alcántara.

Se puede buscar la enseñanza de forma activa en ámbitos muy alejados de los recintos escolares. También es bueno que se aprecie la sabiduría popular, algo tan querido a institucionistas que se reunían entonando el Ya se van los pastores a la Extremadura. Así en Portugal se visita un taller de alfarería . Allí

“el director puso barro sobre el torno movido con el pie, para que los muchachos vieran salir de entre sus manos una porción de clásicas formas, conservadas religiosamente por la tradición popular”53.

En el relato de la visita al cabo Mondego defiende denodadamente la enseñanza directa en el entorno:

“Puestos los muchachos en lo alto de él con un mapa delante; presenciando desde allí una despejadísima puesta de sol. .. resultaba sin querer una lección más expresiva que la aprendida en un libro y más atractiva que la estudiada tan solo en el mapa… ¡Qué libro tan ilustrado que no se pone ante su vista, llevándolos al Cabo¡”54

7. CONCLUSIONES

Como conclusión general de nuestro trabajo hemos de poner manifiesto la figura del extremeño Joaquín Sama como uno de los primeros educadores medioambientales de nuestro país, con notables paralelismos con lo que hoy se entiende por Educación Ambiental. Sama fue un maestro en el sentido más amplio de la palabra. Defendió firmemente a la educación como el motor de los cambios. Creía en la validez de la educación en el entorno y muchas veces la puso en práctica. Un maestro querido y reconocido por sus alumnos. Para que éstos hablen, consideramos apropiado terminar este trabajo con una cita rec gida en la semblanza que se le hace en el Boletín de la Institución en  un artículo que es buena muestra de tantas de sus actitudes vitales. Estas reflexiones, sin lugar a dudas, bien pueden valer a los educadores y educadoras del siglo XXI:

«Pero lo más valioso, lo más alto e inapreciable, eso anda por ahí desparramado en tantas promociones de alumnos suyos, que se han ido llevando, no dosis más o menos grandes de saber positivo, sino cosas muy íntimas, sentimientos de rectitud para la vida, libertad de pensamiento, amor a la verdad, inclinaciones sanas y tendencias instintivas para considerar la vida más noblemente»55.

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1  La Consejería de Educación de la Junta de Extremadura convoca anualmente los Premios Joaquín Sama a la Innovación Educativa para reconocer trabajos que conjuguen la filosofía de Joaquín Sama con la actualidad del Sistema Educativo Extremeño, realizados por integrantes de la comunidad educativa de la región. Muchos de los trabajos presentados y premiados tratan del aprovechamiento educativo del entorno.

2   Una buena aportación para el conocimiento de la figura histórica de Joaquín Sama fue el libro: OSTO, L. Joaquín Sama. Badajoz. 1991.

3  SÁNCHEZ MARROYO, F. Compromiso ético y lucha política. Joaquín sama y el republicanismo pacense. Actas del Congreso JOAQUÍN SAMA Y LA INTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA DE EXTREMADURA. Mérida. 1997.

4  SAMA VINAGRE, J. Montesino y sus doctrinas pedagógicas.. Barcelona. 1888.

5  ANÓNIMO. Nota necrológica por Joaquín Sama. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1.895, Nº 418.

6  Ibidem.

7   A esta tarea dedicamos nuestra tesis doctoral “El estudio del medio ambiente en la Institución Libre de Enseñanza. Un antecedente de Educación Ambiental en España” dirigida por la Dra. María Novo Villaverde y el Dr. Manuel de Puelles Benítez, defendida en la Universidad Nacional de Educación a Distancia y calificada con Sobresaliente cum laude. Posteriormente esta obra fue publicada: MARTÍN RUANO, S. El estudio del medio ambiente en la Institución Libre de Ense- ñanza. Un antecedente de Educación Ambiental en España. UNED. Editora Regional de Extrema- dura. Madrid. 2003.

8  El Seminario Internacional de Educación Ambiental que tuvo lugar en Belgrado durante los días 13 al 22 de octubre de 1975 fue organizado por la UNESCO. En dicho Seminario se explicitó que, «La Educación Ambiental pretende lograr que la población mundial tenga conciencia del medio ambiente y se interese por él y por sus problemas conexos y que cuente con los conocimientos, aptitudes, actitudes, motivaciones y deseos necesarios para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones a los problemas actuales y para prevenir la aparición de otros nuevos.». UNESCO. Seminario Internacional de Educación Ambiental (Belgrado 1975). París. 1977.

9  GINER DE LOS RÍOS, F. Discurso con motivo del Congreso Nacional Pedagógico. Actas de las sesiones celebradas. Madrid. 1882. P. 188.

10   SAMA VINAGRE, J. Discurso con motivo del Congreso Nacional Pedagógico. Actas de las sesiones celebradas. Madrid. 1882. P. 179.

11  Ibidem.

12  NACIONES UNIDAS. (1.982). Declaración sobre el medio ambiente humano. Conferencia de Estocolmo. Junio de 1.972. En Calidad de Vida, Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Textos Internacionales. Diciembre. Madrid. Cotma-Cifca. Vol. I. Pg. 49.

13  GINER DE LOS RÍOS, F. El Derecho en la experiencia y en la idea. De Resumen de la Filosofía del Derecho. Obras Completas. Tomo XIII. Madrid. 1.926, P. 54.

14   SAMA VINAGRE, J. Discurso con motivo del Congreso Nacional Pedagógico. Actas de las sesiones celebradas. Madrid. 1882. P. 179.

15  UNESCO-OEI. Educación y medio ambiente. Conocimientos básicos. Madrid. 1989.

16  ALTAMIRA, R. El paisaje y los parques nacionales de España. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza,. 1.921. Nº 736.

17  LEY DE 7 DE DICIEMBRE DE 1.916. Creando los parques nacionales. Gaceta de 8 de diciembre.

18   SAMA VINAGRE, J. XXVIII Como puede la educación social contribuir al bienestar de las clases obras. En SAMA VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P. 375.

19  SAMA VINAGRE, J. XXIX Proyecto de reglamento para una asociación de obreros. En SAMA VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P. 398.

20  SAMA VINAGRE, J. XXVIII Como puede la educación social contribuir al bienestar de las clases obreras. En SAMA VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P. 371.

21  SAMA VINAGRE, J. VII Discusión acerca de la pena de muerte. En SAMA  VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P. 67.

22  SAMA VINAGRE, J. X La educación física de la mujer. En SAMA VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P. 135.

23  SAMA VINAGRE, J. XX Las escuelas de artes y oficios. En SAMA VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P. 292.

24 En el Foro Global, paralelo a la cumbre de Río se afirma que “la educación ambiental no es neutra, sino que realmente requiere de una cosmovisión, de un modelo del mundo y, consecuentemente, de un modelo educativo innovador y transformador” NOVO, M. (1.995). La educación ambiental. Bases éticas, conceptuales y metodológicas. Madrid. 1995. P. 68.

25  GIOLITTO, P. Pedagogía del medio ambiente. Barcelona. 1984. P. 56.

26  UNESCO. La Educación Ambiental. Las grandes orientaciones de la conferencia de Tbilisi. París. UNESCO. 1980. PP. 18-19.

27 “Giner pensaba que la España futura, si ha de ser como la sueñan tantos patriotas convencidos de que su fórmula no está en el pasado, sino en el presente y en el porvenir, hay que edificarla sobre “hombres”, es decir, sobre individuos que tengan la conciencia de su dignidad y de su responsabilidad, el libre juego de su espíritu, el poder creador de una cultura honda y seria y la conducta noble de un criterio ético que no se dobla ante las solicitaciones del egoísmo” ALTAMIRA, R. Giner de los Ríos, educador. Valencia. 1.915, P. 36.

28  COSTA, J. Los siete criterios de gobierno. Mensaje de la cámara Agrícola del Alto Aragón. En Reconstrucción y europeización de España. Volumen VII de la biblioteca Costa. Huesca. 1924. P. 24.

29  .ANÓNIMO. Nota necrológica por Joaquín Sama. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1.895,. Nº 419. P. 34.

30    SAMA VINAGRE, J. XV Nuestra educación nacional y la cuestión obrera. .En SAMA VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P. 222.

31 “El niño aldeano vive en un ambiente natural y social de una potencia educadora mucho mayor que le ha tocado en suerte al niño de la ciudad (…) El ideal educativo, desde el punto de vista del ambiente, sería que el niño pudiera vivir en la aldea hasta los 15 años próximamente, y que a esta edad pudiera pasar a la ciudad: cosa que, de hecho, habrá sucedido a una parte de los hombres que viven en las ciudades”. HOMS, H. La educación extra-escolar. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1912. Nº 627.

32   SAMA VINAGRE, J. Discurso con motivo del Congreso Nacional Pedagógico. Actas de las sesiones celebradas. Madrid. 1882. P. 179.

33   RUBIO, R. La botánica y su enseñanza. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, Madrid. 1891. Nº 346.

34  SAMA, J. Conferencias normales. Sobre la enseñanza de párvulos. La enseñanza de la zoología. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1.886. Nº 216.

35  ANÓNIMO. Nota necrológica por Joaquín Sama.  Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1.911, Nº 612.

36  COSSÍO, M. B. (1.882). Discurso con motivo del Congreso Nacional Pedagógico. Actas de las

sesiones celebradas. Madrid. 1882. P. 86.

37  CASO, J. La educación integral. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1889. Nº 291.

38   SAMA VINAGRE, J. XIV Proyecto de bases para un institución de enseñanza en Bilbao. En SAMA VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P.184.

39  Ibidem. P.194.

40  GINER DE LOS RÍOS, F. Educación y enseñanza. Obras Completas. Tomo XII. Madrid. 1933. P. 260.

41  ANÓNIMO. Nota necrológica por Joaquín Sama. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1.895, Nº 419.

42  ONTAÑÓN, J. Joaquín Sama. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1.930. Nº 840.

43   SAMA VINAGRE, J. Discurso con motivo del Congreso Nacional Pedagógico. Actas de las sesiones celebradas. Madrid. 1882. P. 179.

44  SAMA VINAGRE, J. IX Participación de la mujer en el profesorado. En SAMA VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P 109.

45  COSSÍO, M. B. Carácter de la pedagogía contemporánea. El arte saber ver. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1.879. Nº 66.

46  SAMA Y VINAGRE, J. “Proyecto de bases para una Institución en Bilbao. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1881. Nº 109.

47  SAMA Y VINAGRE, J. Lección de mineralogía a los párvulos. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1893. Nº 400.

48  SAMA, J. Conferencias normales. Sobre la enseñanza de párvulos. La enseñanza de la zoología. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1886. Nº 216.

49  SAMA VINAGRE, J. XIII Conferencia normal acerca de la enseñanza de la mineralogía a los párvulos. En SAMA VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P. 191.   50 Ibidem. P.178.

51  SAMA, J. (1.895). Nuestros alumnos en Portugal. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrod- 11895. Nº 419.

52  Ibidem.

53  Ibidem.

54  Ibidem.

55  ANÓNIMO. Nota necrológica por Joaquín Sama. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1.895, nº 418.

Oct 012011
 

Ángel Paule Rubio.

 

1.  INTRODUCCIÓN

El período de estudio en la historia de la Educación con sus textos, objetos, contenidos, principios ideológicos y pedagógicos según las leyes educativas que se han sucedido desde la Ley de Moyano de 1857 hasta la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo de 1990 LOGSE), va a ser objeto de nuestro estudio, a través de un pueblo situado en la Sierra de Gata, Villanueva de la Sierra, que nos servirá de modelo para conocer nuestro sistema educativo entre los años 1900-2000.

No está demasiado lejos, ni carente de sentido echar una mirada al pasado, es decir situarnos en un período prehistórico, aunque eso sí, sea con pinceladas ligeras que, como hitos jalonen nuestro caminar y nos conduzca al camino y objetivo que nos hemos propuesto.

2. ESCUELA Y EDUCACIÓN

Tanto la prehistoria como la historia, no es una ciencia exacta, si es que hay alguna ciencia que lo sea. Cada época va seleccionando temas, puntos de vista, intereses, objetivos propios de la época. También es verdad que esos objetivos van sumergiéndose en el olvido, dando paso a otras generaciones venideras que planteen otros enfoques. Sin embargo hay algo esencial, el sustantivo, que debe permanecer y algo accidental, el adjetivo, que sirva para enfatizar el contenido del momento.

Si como prehistoriador voy hacia la Prehistoria, lo hago en el sentido de que veamos al hombre del ayer, no como un loco, ni como un idiota, según se ha escuchado algunas veces, sino como un hombre  que ha ido creando y recreando sus formas de vida en defensa de unos valores, que yo me atrevería a pensar son esencia pura de nuestra convivencia.. Recordemo aquellos hombres del Paleolítico ante un cadáver que iban a enterrar, depositando unos ramos de flores, que la arqueología nos ha dado a conocer. Aquí tenemos un “valor” ante un sentimiento de creencia, de respeto, de amor y, tal vez, de creencia en el más allá. ¿Acaso creamos tan “grosero” al hombre prehistórico, que sea incapaz de valores espirituales, ante un problema de mera subsistencia?

¿No es verdad que el hombre prehistórico fue creando un conjunto de valores como la audacia, la responsabilidad, la cooperación, la justicia social, una unidad sin fisuras que le permitía vivir, crecer y creer ¿Ha cambiado algo que nosotros hacemos y ellos no?

¿No es Lucy, aquella mujer homínido, que separada de los suyos involuntariamente, llevando a su hijo en los brazos caminó por medio del áspero hábitat al encuentro de su familia, sin abandonar a su hijo? Nosotros somos descendiente de su estirpe y por ello de sus valores..

¿Cuántas veces, el deportista de hoy, camina y camina sin mirar y se topa con un peñasco, un árbol gigantesco, una gruta, un río caudaloso, una torrentera y no siente el placer, la curiosidad, el misterio, buscando explicaciones pragmáticas ante la armonía, la majestuosidad de esa lección que le presenta la Naturaleza? Pues bien, aquellos niños de antaño, vivían la Naturaleza , era su mejor libro y de sus hojas escritas extraían  el por qué de las cosas.

Podemos estar ante un santuario, un lugar de reunión, un lugar de sacrificio, donde se discutieran cosas s obre la vida de la tribu, del clan, de los genes. Aquella roca que el andante de hoy ve, la usó el prehistórico para  grabar sobre ella testigos de su vida, como si fuera un Universal de la Cultura Por permanece anclada, inamovible, permanente, la eligió para la perpetuidad de sus creencias y de sus valores. La roca es resistente, perdurable, firme, resiste la erosión, por ello el “ hombre antiguo” la ha asociado a un determinado simbolismo, la ha considerado como garantía de solidez, de material puro y limpio que no lo enfanga el barro. Esos valores que aquel hombre necesitaba para vivir también son los valores que hoy necesitamos.

Hoy el hombre destruye rocas , tala árboles, que hace poco eran lugares sagrados, los desacraliza convirtiéndolos en lugares profanos.

Dentro de las cuevas hay pinturas cargadas de simbolismos. Incisiones en piedra, unas rectilíneas, otras, más o menos ovaladas, parecen encerrar un mensaje. Por tanto se trata de una forma de escritura. Qué diríamos de las pinturas cantábricas en el Paleolítico o las pinturas esquemáticas levantinas del Mesolítico, ¿acaso no encierran un mensaje? Están preparadas para la escritura pictográfica sintética, que ya implica “lectura” dando paso a la “analítica”, independiente de la lengua hablada. Mientras la jeroglífica es una escritura analítica, esto es “por palabras, los grabados seria sintéticos, o sea, “por ideas”

¿Podríamos llamar al “Homo Sapiens Homo Scribens? En el sentido de hombre que escribe.

Queríamos hacer y no sé si lo hemos conseguido un homenaje a la cultura y a la educación en los valores del hombre que nos ha precedido para así ver mejor que no hace falta la sabiduría en el fácil entendimiento de una sociedad que busca los deberes y derechos inherentes, en esencia, en cualquier sociedad democrática.

La sociedad camina despacio pero sedimentando sus logros en la senda del progreso. Nuevos valores y por tanto nuevas formas de consistencia. La Edad del Hierro, importante en España por pasar de la Prehistoria a la Historia, nos aporta formas de vivir distintas. En las sociedades prerromanas aparecen nuevos ideales: Libertad, independencia. Fraternidad defensa del débil, ayuda, compar- tir. Recordemos los pactos de hospitalidad, la tierra comunal. Los campos se partían anualmente , se cosechaba y al final se repartía por igual. Quien hiciese lo contrario se castigaba con la pena de muerte. Otro valor “la honradez”.Se repartían riquezas en formas variadas. Aparece el “don, contradón, el.trueque” , hospitium

Pasamos páginas de historia, sin llegar aún al término que nos ocupa, pero si para comprender como evoluciona la sociedad.

Llegamos al S. XIX, preliminar al concepto de escuela, según se define hoy. En nuestras manos tenemos unas ordenanzas de época de los Reyes católicos y restauradas en 1753, donde podemos leer: Nada dice de escuelas de primeras letras. Sin embargo sus noventa y nueve ordenanzas es un código de virtudes, de deberes y derechos, de sanciones firmes, de ayuda mutua, ( si hay una corta de leña en el Carrascal y, algún vecino por enfermedad no puede ir, los demás la trocearán y llevarán a su corral) La elección de “hombres buenos” para un buen gobierno.

Aún no hablamos de escuela, ni de maestros, sí de valores.

3. YO TAMBIÉN FUI A LA ESCUELA

Todos recordamos aquellos días en la escuela. Aquel edificio viejo, destartalado. El frío del invierno o el excesivo calor junio. La cara de nuestro maestro y, como no, la bardasca de olivo, que medía de vez en cuando nuestras manos por olvidar una lección, por nuestro comportamiento o porque habíamos sido causante de la risa estrepitosa contagiando al total de nuestros compañeros. Siempre había un motivo. Recuerdos… tantos y tantos, buenos unos y otros, lágrimas, pero todo es necesario para que la primavera del recuerdo esté llena de rosas.

Un día mi padre sacó la papeleta de admisión a la escuela. Yo tenía seis años. No existía escuela de párvulos. Me enfrentaba a una etapa de la vida llena de misterios que el tiempo desvelaría.

No fue un buen día. Como todos los niños que comenzamos el curso teníamos miedo a la nueva situación. Se terminaba el corretear por las calles del pueblo, el coger nidos, la charca  con sus ranas. Un mundo.

Mi madre me llevó a la escuela, de la mano, como todas. Las madres por sentido de madre, por sus manojos de virtudes, por su entrega y por ese cariño total desprendido era el alma de le educación. Yo ya sabia las oraciones que mi madre, por las noches al acostarme con un cariño que no podría describir, me enseñaba.

La última oración “cuatro esquinitas tiene mi cama, cuatro angelitos…” Recuerdos. Tal vez me durmiese sin terminar las oraciones.. También ella, me había enseñado las letras, preparándome para este día y así sería más libiano. También mi madre me había dado ejemplo del respeto a los mayores, al maestro, al cura . Había vivido en familia seis añitos. Los domingos asistía con mis padres a misa , pero yo como los demás niños, ocupábamos bancos de niños y para niños .Eran bancos bajos, corridos y detrás los maestros atentos a nuestros comportamientos. La misa era muy pesada, larga y, por si fuera poco, en latín. No entendíamos nada y por ello los niños, más dispersos que concentrados en las palabras del sacerdote, nos cansábamos y hablábamos en voz baja, hasta que sin esperarlo, los nudillos de los dedos del maestro descansaban en nuestras cabezas.

Todas las familias hacían lo mismos con sus hijos. Este era el comienzo de nuestra formación, de nuestro devenir, de nuestra educación, de nuestra cultura.

Hoy los recuerdos me producen nostalgia. Sin embargo, cuando escribimos estas líneas, nos llenamos de ilusión. Diríamos que mientras escribimos, rejuvenecemos, nos hacemos niños. Nuestros recuerdos que brotan, como queriendo salir todos a la luz al mismo tiempo, precipitan nuestra escritura. No vamos a ordenar nuestros recuerdos. A vivirlos, a sacarles la esencia de tantas cosas que nos habían  ido, en definitiva, haciéndonos un hombrecillo.

4. LA ESCUELA

Era un edificio, cuadrangular, de paredes sólidas, tejado a cuatro vertientes. Una pared interior dividía el espacio en dos salas. Una de cien m2 para los ni- ños y la otra de cincuenta m2 para niñas. Ventanas amplias desde el suelo. Otras a dos metros de altura, pequeñas, cuadradas y, hoy muradas, habían tenido otra misión. Este inmueble había sido un pósito de trigo. Por ello las ventanas pri- mitivas eran altas y pequeñas. Hacia el año 1800 dejaba de ser pósito para con- vertirse en escuelas.

Dentro de estas escuelas había una tarima, con su mesa y un sillón. Era la cátedra del maestro. Desde allí visionaba a todos los niños. Para los alumnos, nuestro maestro estaba investido de sabiduría, de bondad y era un referente de respeto.

Detrás del maestro, había un crucifijo, debajo un cuadro con la figura de Franco y otro con la Virgen. Según la entrada y por la izquierda un ábaco, diez filas de bolas enzarzadas en alambre por diez bolas cada una, servían para con- tar, sumar, restar.. Más adelante unas vitrinas con cristal en corredera con mate- rial correspondiente al reino animal , vegetal y mineral..Ante estos se desarro- llaban las lecciones de Ciencias Naturales. Seguían los mapas acartonados de España y del mundo. Nuestra clase de Geografía , los niños en corro, cantába- mos los accidentes geográficos, que íbamos señalando con un puntero Una relación de nombres se iban acomodando en nuestras memorias, que hoy per- duran.

Un armario donde estaban las medidas de volumen, de capacidad, de peso, que usábamos con harta frecuencia. También, en el mismo armario, había libros de lecturas y sobre todo, recuerdo con cariño, aquellos manuscritos con las letras que debían ser la caligrafía de nuestros dictados y redacciones.

5. MATERIAL ESCOLAR

Cuaderno de Rotación de Lecciones. Cada niño, a la entrada, cogía el cuaderno correspondiente a su nivel y reflejaba todo el quehacer escolar del día. Empezaba poniendo el nombre de la Localidad que, en este caso, era Villanueva de la Sierra. Debajo la fecha y en una tercera línea la “máxima”, que previamente el maestro había puesto en el encerado con letra caligráfica inglesa de alta calidad. El niño la escribía con gran atención siguiendo el modelo.

A partir de aquí  reflejaba todo: Dictados, resúmenes, dibujos, esquemas…

–    Cuaderno del alumno. Contenía su quehacer diario.

–    Cartilla “Rayas” de primer y de segundo grado. Era un método revolucionario:“la lectura por la escritura” Simultáneamente el niño aprendía a leer y a escribir.

–    Enciclopedia Álvarez de primer y segundo grado.

–    Catecismo del Padre Ripalda y del Padre Astete.

–    Libros de lectura. : Todos los libros estaban impregnados de un elevado valor patriótico y religioso. Entre ellos, el Quijote lo recordamos por sus aventuras que incitaban a reír y, como la risa se contagia, toda la clase participaba de ella.

–    Diccionario de la Lengua Española en dos tomos.

–    Algunos manuscritos con letras de distintos estilos, que además de su lectura y comprensión intentábamos con éxito reproducirla en nuestros cuadernos.

–    La pizarra para ensayar la realización de la letra caligráfica, una y otra vez hasta conseguirlo. Las cuentas y los problemas, los hacíamos en la pizarra, por lo mucho que había que borrar, hasta pasarlos al cuaderno. No olvidaremos el borrado, saliva y secado con la manga del jersey o de la camisa.

–    Encerado-Clarión.Sobre el encerado se dibujaba un temario de dibujo que contenía el Encerado-Clarión. Sus dibujos estaban ordenados según materia. Aritmética, Geometría, Ciencia Naturales,  Religión,  Geografía, etc.

–    Láminas de Historia  Natural.

–    Vitrinas de cartón y cristal que contenían cereales, carbones, sales, minerales y algunos productos químicos  envasados en tubos de cristal.

–    Una cadena agrimensor con eslabones de diez cm cada uno y un total de diez metros. La usábamos en las mediciones de campo.

–    Un tubo de goma de cinco metros, en cuyos extremos teníamos acoplado dos tubos de cristal. Lo usábamos para medir la altura de los desniveles como vasos comunicantes.

–    Un reloj de pared, casi siempre averiado, pero aún así, nos servía para enseñarnos a medir el tiempo.

6. LIBRO DE PREPARACIÓN DE LECCIONES

Era obligación ineludible por necesidad y eficacia el cuaderno de Preparación de Elecciones.

Legalmente los maestros estaban obligados a preparar nuestras lecciones exigido repetidas veces por nuestra legislación.

La eficacia de la preparación de elecciones podemos sintetizarla como un gran ahorro de tiempo y de trabajo, ya que supone que no haya vacilaciones ni ensayos exponiendo todo con orden y claridad.

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Láms. 1 y 2. Escuela en 1936. y libros de lectura de entonces.

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Lám. 3. Tabla de pesas y medidas.

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Lám. 4. Libro de preparación de las lecciones escolares.

7. LECCIÓN PREPARADA

Tema: La Rana Envidiosa y Presumida.

Material: Libro de valores.

Canción:

Cu cú cantaba la rana,

Cu cú debajo del agua,

Cu cú pasó un caballero,

Cu cú de capa y sombrero,

Texto: Esto era una rana que todo el día se lo pasaba cantando en una laguna. Sacaba a sus hijas al sol y les decía: “mirad qué grande y qué hermosa soy”. ¿Verdad que soy mas grande que esa mariposa y que esa flor?.

¡Sí mamá: ¡ Y la rana cantaba contenta.

Pero un día llegó un patito blanco a la laguna. Las ranitas se pusieron muy contentas y llamaron a mamá . Pero la rana al verlo le dio envidia y preguntó a sus hijitas: ¿Verdad que soy mas grande que el patito?. No mamá dijeron las ranitas el patito es más grande que tú.

Entonces la rana tomó aire y hacía: uf, uf, uf … y así continuamente, porque quería hincharse. Tanto quiso hincharse que reventó.

–    Seguidamente un niño realizará la lectura.

–    Diálogos sobre animales que viven en el agua.

–    Elocución correcta.

–    Ilustraciones: Las que acompañan al cuento.

–    Copia caligráfica:

  • El que se ensalza, será humillado.
  • Y el que se humilla, será ensalzado.

8. CONSECUENCIAS EDUCATIVAS

–  La envidia es un terrible pecado.

–   Recordemos el castigo de los ángeles envidiosos de Dios. A Caín matando a su hermano Abel.

9. UN DÍA CUALQUIERA

Son las diez de la mañana. Una chiquillería jugaba en torno de la escuela. Siempre había algún niño que avisaba cuando el maestro llegaba. En doble fila esperábamos. Entre   ambas filas pasaba. Todos les decíamos buenos días.

:Cada uno a sus pupitres mientras un niño cualquiera cogía la bandera Nacional y la colocaba en el mástil en el exterior del edificio.

Maestro y niños pedíamos al Espíritu Santo, en oración, que nos iluminara en el día que comenzaba. Silencio. El maestro se dirigía a uno de los encerados y con letra caligráfica de perfección tal que hoy no la hacen los mejores tipógrafos. La máxima entre otras, cada día distinta podría ser. “El que madruga Dios le ayuda”. El maestro desde el estrado, explicaba esta máxima. Los niños la copiábamos en nuestros cuadernos, tratando de imitar, el que podía, aquella frase delicadamente escrita  en letra inglesa.

Cada niño en su nivel iba a la mesa del maestro y cogía el cuaderno de rotación, tantos como niveles. Cada niño sabia, por orden de lista cuando le correspondía.. Este cuaderno reflejaría con detalle todo lo que se hacia en ese día, que figuraba en  la cabecera de la página.

El trabajo estaba tan sabiamente asignado que cada alumno conocía lo que debía hacer. Dos niños mayores daban las letra a los más pequeños. Como si fueran tantos maestros como niveles o secciones. El maestro explicaba Lengua o Matemáticas. Eran las dos asignaturas de la mañana. También las que necesitaban más atención. A continuación, alrededor del maestro se hacia cálculo mental: Contar, descontar, multiplicar dos números y sumar otro al mismo tiempo. Bonito juego. Era una excelente gimnasia mental

Seguidamente lectura en voz alta y comentario de lo leído. De esa lectura escogía las palabras de significado más difícil y las escribía en el encerado para su análisis y comentario.

Los otros grupos de niños rotaban con el maestro mientras los demás estudiaban  y memorizaban sus lecciones.

Por las tardes las asignaturas eran diferentes: Historia de España y Geografía, Historia Sagrada, Catecismo. El sábado, dibujo lineal o artístico. Los jueves por la tarde, descanso, o bien, el que quería, queríamos todos, de excursión. Medíamos la altura de los árboles por semejanza de triángulos y a través de la sombra. Hojas de árboles para advertir las diferencias, nervios, pecíolo, formas de limbos. Una charca nos proporcionaba ranas y, si algunas se dejaban atrapar, estudiamos su cuerpo, sus costumbres. Era muy divertido salir al campo. Estaba dentro del programa, una tarde por semana, visitar la Naturaleza, convivir  con ella.

Los sábados del mes de Mayo, rosario, cántico a la virgen, flores para el altar  de la virgen  y la lectura de un librito que contenía milagros de la Virgen.

Al final de todos los días el “Cara al Sol”, “Montañas Nevadas “ Prietas la Filas…” Cánticos patrióticos del momento histórico en el que estábamos inmersos.

El Domingo, la Misa. Reunidos en la escuela salíamos en fila guiados por el maestro y nos dirigíamos a la Iglesia. Todos, No faltaba nadie Después de la Misa, la Catequesis.

La calle también era centro de aprendizaje, de deberes y de comportamiento. Buenos días a las personas mayores, el beso en el dorso de la mano al sacerdote, el hacer los recados a los mayores. Sobre todo  jugar  a la peona, al aro, a los bolos, al. marro y a la catarroma. Era curioso que, sin saber la causa, un buen día, según las estaciones, cambiábamos de juego.

Un día cualquiera, nos decía el maestro: Mañana por la tarde viene el fotógrafo para hacernos una foto, el que quisiera. Una vez hecha tenéis la posibilidad de que vuestros padres la compren o no. En caso afirmativo, pagar. Las madres vestían de fiesta a los niños, con sus mejores prendas. Llegados a la escuela, un pupitre, al lado una esfera y frente a él un libro abierto. De fondo un mapa de España. . ¿Quién no conserva o recuerda la foto que nos hicimos en el curso escolar. ? ¡Ha! De regalo para el centro una foto de conjunto. Lección de fraternidad. Allí estábamos todos, en grupo, sonrientes. Como la foto de los políticos en cualquier evento, pero muy diferente.

Todos hemos pasado por la escuela, en nuestra memoria hay recuerdos, vivencias, amistad, un conjunto de valores que han dejado la huella del pasado llena de sentimientos, de nostalgia de cariño, con raíces tan profundas que llenan nuestra propia existencia dando sentido y vida en la vivencia de ayer y en el recuerdo de hoy.

Nosotros también tenemos nuestra propia historia.

10. EL SISTEMA EDUCATIVO

Quisiéramos acotar un período de tiempo. Desde los orígenes de la enseñanza obligatoria, Ley de Instrucción Pública en 1857, conocida como Ley de Moyano hasta la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo de 1990 (LOGSE) . El modelo de este tiempo responde en líneas generales a unos planteamientos muy similares y a unos recursos didácticos muy generalizados.

Durante la Segunda Republica, la escuela secularizada, descentralizada, abre un período de inquietudes  que termina en una Guerra Civil con un Régimen de severo control ideológico. Fruto de ello, la represión del momento, depuración o exilio de maestros. Las bibliotecas se expurgan, aprobación y libros bajo control.

Los crucifijos, que habían sido retirados durante la Segunda República, vuelven a la escuela, la imagen de la Virgen y el retrato de Franco y de José Antonio ocupan la pared principal.. Izar y arriar la bandera y cantos patrióticos figuran en el diario escolar.. La educación está al servicio de los valores de la “Nueva España”.

Libros patrióticos, el catecismo de Astete y Ripalda. La Historia Sagrada. Cualquier libro de cualquier materia estaba concebido como un canto a la Nueva España. La asistencia a misa los domingos, el mes de Mayo con el rezo del Rosario.

Todos estos valores se consolidan en la promulgación de la Ley De Educación Primaria de 1945.

Hacia los años 1950, se inicia la liberación concibiendo la educación con un matiz público, cuyo responsable va a ser el Estado. Se implica en un Plan de Construcciones Escolares, cesión de terrenos y concentraciones escolares.

Aparecen los Cuestionarios Nacionales de Educación Primaria en 1953.. Estos cambios nos lleva a otra Ley de Educación de 1970, o Ley de Villar Palasí, introduciendo profundos cambios en cuanto al método de enseñanza, evaluación continua, perfeccionamiento del profesor, transformando la formación profesional, en un claro acercamiento a los modelos europeos. El maestro se dignifica social y económicamente.

En los primeros momentos de este período los programas escolares dan libertad para que cada maestro prepare su propio programa. Las lecturas explicadas y comentadas, los dictados y los problemas de Aritmética y Geometría forman la base  del sistema. El Catecismo de la Doctrina Cristiana, ya citado, el mes de María en Mayo, o mes de las flores con el rezo del santo Rosario formaban el elenco básico prioritario.

Me olvidaba de aquellos cuadros sinópticos, esquemas de visión de conjunto, que algún día nos servirían para preparar  nuestras clases de Bachillerato y de Universidad. que muchos guardamos con cariño.

Una vez un ilustre hijo de esta Villa, que años más tarde fuese Director de un Colegio de las Escuelas Cristianas de Trujillo y un poco después Director de la Cátedra de San Pio X de Salamanca fue a pasar unos días a la casa de sus padres en Villanueva. Todos los días iba a la escuela enseñándonos a perfeccionar los esquemas, tomando como base las lecciones de Historia Natural.

La Ley de Educación de 1970, o de Villar Palasí fue más lejos unificando la enseñanza primaria con el bachillerato elemental, la evaluación continua, la creación de los ICEs,  la participación de los padres  en los Consejos Escolares y la autonomía de los centros  Implanta una sola vía de enseñanza  para todos los niños españoles, sin distinción.

Los Centros de Colaboración donde los profesores de determinadas escuelas de la zona se reunían con el Inspector de Zona para estudiar conjuntamente reformas, comentar circulares, desarrollar programas, eligiendo como centro las escuelas de mayor número de aulas, que para la zona de Gata, eran o bien Montehermoso o Coria. Una vez fue en Torre de Don Miguel. Tenemos que valorarle como positivos, por dos razones: una por el contenido de los temas tratados, siempre de actualidad. Otro por ser un día de convivencia, con comida incluida. Los maestros nos conocíamos mejor y  en caso de necesidad de ayuda.

Una vez al año profesores y alumnos de las escuelas agrupadas participá- mos de la “Semana de Extremadura” Durante esta semana cada localidad dedicaba toda la semana a preparar temas, coloquios, obras de teatro, gimnasia, que previamente el profesorado había  asignado a cada centro.

El sábado compartíamos una reunión de convivencia. Las escuelas estaban agrupadas por municipio que, en el caso que nos ocupa, estaba formado por las localidades de Pinofranqueado con sus anejos, Torrecilla de los Ángeles, Hernán Pérez, Villa del Campo y Villanueva de la Sierra. Quinientos o más escolares inundaban las calles del pueblo donde se realizaba la concentración. Asistía todo el profesorado de todos los pueblos. No faltaba nadie, era considerado como día lectivo.

Se representaba una obra de teatro, poesías , concurso de conocimientos a base se preguntas y respuestas. El Director del pueblo se dirigía a todos los asistentes en la plaza pública, inundada no sólo por los escolares y maestros sino por le vecindario y padres de otros pueblos que acompañaban a sus alumnos.

No faltaba el partido de fútbol entre maestros y alumnos, siempre ganaban los alumnos.

Si tuviéramos que definir este día, diríamos  simplemente : “ Un ramillete de valores”.

11. EL MAESTRO

Ser maestro ha sido difícil hasta la democracia. El maestro deambuleaba de un sitio a otro buscando un contrato temporal para dar escuela. (leer, escribir, contar y calcular por las cuatro reglas e impartir la doctrina cristiana.) Su ilustración no era grande pero primaba en el aula la autoridad. Era considerado fuerza viva y sacerdote de la educación. Era maestro las veinticuatro horas al día y muchas veces  el único representante de la cultura.

Esta situación precaria desaparece en 1902 cuando el pago de los maestros fue asumido por el Estado.

12. LOS NIÑOS

Es posible que fuéramos unos cincuenta, tal vez más. De edades diferentes, oscilantes entre los seis años hasta los trece.

Ahora recuerdo y admiro la gran capacidad de nuestro maestro. Su esfuerzo y sus virtudes. Podríamos permitirnos que la paciencia del Santo Job, no igualaba a la de nuestro maestro.

Nos dividía en secciones. Cada sección tenía su propio maestro, decimos verdad, Los niños del nivel más elevado daban las letras a los más pequeños Otros a los de otro nivel, mientras el maestro directamente se afanaba en transmitir valores y cultura a los de mayor nivel. Terminaba el maestro con nosotros e íbamos a nuestros pupitres a estudiar en voz baja, mientras que otro grupo ascendía a la tarima para dedicarle su tiempo y así todos los días. Sentimos y valoramos la virtud del deber cumplido de maestro. La satisfacción  de su trabajo y, por que no, la excelencia de su quehacer.

La educación diferenciada de niños y de niñas. Las niñas tenían algunos li- bros específicos como “Guirnaldas de la Historia, Cuadernos de Economía Doméstica y Cuadernos de Labores Los niños tenían sus textos de lectura de carácter patriótico y hasta nuestra pequeña parcela de huerto que sembrábamos al mismo tiempo que hacíamos experiencia con semillas. Recordamos sobre rosales hacer injertos. Las semillas las echábamos en tarros de cristal con agua para observar el nacimiento del tallo y de las raíces.

Este trato diferenciado indicaba  la desigualdad por razón de sexo.

La Ley de Educación Primaria de 17 de Julio de 1945 recoge los derechos y obligaciones del niño durante la etapa de Franco. “El niño es el sujeto principal de la educación y tiene plenitud de derechos a instrucción y asistencia tutelados hasta su desarrollo normal de sus cualidades físicas, intelectuales y morales por los deberes de la Familia, la Iglesia y el Estado”.

13. LA HIGIENE

Los hábitos de costumbres, se cuidaban mucho en la escuela. Los sábados por la tarde, desfilábamos ante el maestro que nos miraba las uñas, los oídos, el pelo y el vestido Recordamos que las madres, después de la comida del sábado nos obligaba a lavarnos bien, a cortarnos las uñas y a cambiarnos de vestido. Las madres se hacían responsables del aseo de sus hijos. La higiene de la cabeza era prioritaria en aquel momento, pues los piojos alguna vez hacían su presencia. Cuando se detectaba algún caso, amén de una limpieza delicada, el maestro enviaba un oficio al ayuntamiento para de una manera generalizada se avisase a la población.

A través de textos se dedicaban  lecturas de higiene personal.

Había un librito “Comportamientos y buenas maneras” que leíamos y comentábamos en la escuela La vida escolar no sólo estaba en la escuela, estaba en la calle y en cada una de las personas. La familia cuidaba este aspecto, no sólo con su ejemplo, ya importante, sino invitando a los niños como debíamos comportándonos con mayores, autoridades y los niños entre sí.

Recuerdo lo difícil que era salir al servicio. La calleja, el arroyo, las tapias de algún corral caído. Si eso ya era difícil, el pedir al maestro ir al “servicio “ requería conocer muy bien el vocabulario. La forma de pedirlo nos causaba risa. Sr. Maestro ¿puedo salir a hacer de vientre? A mear, a orinar , hacer pis, hacer mis necesidades, hacer de cuerpo. Y como lo pedíamos tantas veces, no por necesidad, sino por gozar un poco de la libertad, el maestro nos decía a tu pupitrte..

Existían brotes de epidemias: sarampión, difteria, varicela y enfermedades contagiosas. El maestro oficiaba a la Inspección y al Alcalde y, según el Médico, cerraban la escuela hasta que el brote desaparecía.

14. ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES

Entre las actividades extraescolares, que estaban programadas “ a priori” a realizar durante el curso escolar.:

Salida al campo todos los sábados. Considerada como jornada lectiva.

Semana de Extremadura. De lunes a viernes cada colegio en su localidad preparaba los temas, que previamente se les había designado: Poesías, obras de teatro, carrera , juegos, acertijos, todo el saber paramiológico, preguntas y respuestas , todo referente a Extremadura. El sábado todos los colegios de los pueblos agrupados, a las diez de la mañana, comenzábamos las actividades. Cada año en una localidad diferente. Esta actividad altamente positiva en valores de compañerismo, de amistad , comprensión, compartíamos todo, extensible a padres y profesores.

Escuelas Viajeras. Todo los años se solicitaba de la Inspección l a asistencia a otras provincias con un grupo de 30-40 niños Recordamos la visita a Murcia , donde en un edificio preparado para ello, nos reuníamos colegios de distintas provincias:: Colegio de Salamanca. Colegio de Palma de Mallorca. Colegio de Castellón de la Plana. Allí, dos autocares, nos llevaban todas las mañanas a visitar pueblos, industrias, monumentos. Por la noche, una vez en el centro, todos reunidos, hacíamos un estudio de lo visitado. Después el profesor de cada grupo lo comentaba y por último una puesta en común. Altamente educativo y sobre todo la solidaridad, el trabajo en grupo, la igualdad, la comunicación entre distintas provincias, identificación de actitudes En conjunto “Educar en valores para la Sociedad.”

15. SOCIEDAD EDUCADORA

En términos generales, la escuela, junto con la familia, ha de cumplir la función de educación en el estrato básico de dichos valores. También la familia, junto a otras entidades sociales, por ejemplo la iglesia, contribuyen a configurar valores que afectan a la vida de las personas. Esta escuela predemocrática que nos ha tocado vivir y que ha quedado plasmada en nuestra anterior sinopsis se caracteriza por la vigencia de un sistema de valores que abarca la totalidad de la vida y de los ciudadanos. Con un sistema de valores comunes, si no fueran acompañados de las actitudes de relación, sería ir a las sociedades arcaicas.. Por ello reflexionando acerca del modelo expuesto veremos que se pretende socializar al niño, formándolo moralmente, concibiendo a la persona como un con junto de deberes y derechos para que tenga sentido la propia persona y la propia vida.

Entre los objetivos que persigue nuestro sistema están la solidaridad, el concepto de persona , compromiso con la comunidad, la igualdad, la libertad y la justicia.

Entre las actitudes: el respeto, la tolerancia , la participación, el cuidado de los bienes comunes y el diálogo entre otros.

Creemos que estos valores y actitudes están presentes en este momento educativo.

16. ORGANIZACIÓN DE LOS CENTROS  EN VALORES DEMOCRÁTICOS

A partir del año 1976 vamos a asistir a un cambio decisivo y progresivo en los centros escolares hasta llegar con la LODE en 1985 en la que  la estructura de participación con representación de padres , alumnos servicios, administración local formando este entramado, el Consejo Escolar del Centro. Hay que hacer notar la publicación de la Carta de Derechos y Deberes de los alumnos. Se pretende reflejar la escuela en la sociedad e integrarse en la misma sociedad.

A partir de aquí hay un largo camino a recorrer con sistemas y modelos que todavía no han logrado establecer un sistema educativo para el conjunto de la sociedad española en todo el territorio con programas, contenidos y objetivos imbuidos en una formación en deberes y derechos, que afecten a todos los españoles por igual en todas las Comunidades

No quisiéramos despedirnos sin citar dos cosas: a) La segunda etapa de nuestra vida educadora estuvo marcada por la dedicación a un centro de “Educación Especial” donde la integración actúa como un valor de humanización. Nuestro lema y objetivo final era.”Los alumnos se acostumbren a ver, respetar y ayudar a sus compañeros distintos”, el efecto solía ser la disminución de las conductas agresivas, al menos en la proximidad inmediata, sin embargo, esta visión optimista aparece un poco lejos de la deseada

Con la Constitución Española de 1978 dedica uno de sus cientos sesenta y ocho preceptos a la familia.

Parte nuestra Constitución de una consideración disociada de un modelo de familia y matrimonio. Lo más importante ante este momento ha sido y debe ser la estabilidad de la familia que conllevará a la educación familiar de los hijos. Añade el articulado “todos tienen derecho a la educación”. Posteriormente añade.”Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”

El desarrollo legislativo de estos principios ¿han dado el fruto esperado?

¿No es cierto que la familia es el más natural y antiguo núcleo de convivencia con organización y ética propia, que tiene como misión primordial asegurar la continuidad de la especie humana y constituye el ámbito más adecuado para el desarrollo integral de la persona?

¿No es verdad que la familia constituye el lugar apropiado para la maduración biológica y espiritual del niño?

Por todo habrá que intentar llegar a ese modelo de sociedad firme en lo esencial y flexible en lo accesorio.. Es necesario terminar con esta “crisis de familia” crear valores de sacrificio y servicio a los demás sin renuncia  personal y solidaridad la vida familiar  es impracticable.

En conclusión, todos los países occidentales democráticos , sean cuales fueren sus programas escolares y sus estructuras sociales y políticas existía un núcleo de contenidos de tipo afectivo, que todos los países están dispuestos a cultivar:

–    Apoyo a las libertades cívicas

–    Actitud tolerante e igualitaria.

–    Resolución no violenta de los conflictos.

–    Participación social informada.

–    Cumplimiento de la ley justa.

–    Ayuda a los conciudadanos.-

–    Pluralismo de ideas.

17. APÉNDICE DOCUMENTAL

Recogida toda la documentación posible del Centro Escolar de Villanueva de la Sierra para su estudio y pueda perdurar, en el porvenir, es como quiero detallar.

Libro de Correspondencia Oficial. Año 1890.

Correspondencia Oficial recibida. En ella pide el Inspector a las dos Escuelas de la Localidad, una de niños y otra de niñas que se le envíe hojas de méritos y servicios debidamente legalizada a la Junta Provincial de Instrucción Pública acompañada del título profesional o en su defecto citar el número con que se encontraba registrado en la Secretaria de la Junta Provincial.

El número dos solicita la Junta la estadística de niños en la escuela.

El número 3 .”En virtud de petición de algunos padres de familia y a propuesta de la Junta Local, he acordado que en las escuelas públicas se verifique el examen público general del semestre. El día será designado por el maestro con la aprobación de esta Junta Local”.

Número 4.”Hoy que todas las clases sociales vienen dando público testimonio de su amor a las más excelsas de las virtudes, cual es la caridad, abonando suscripciones para aminorar en parte la angustiosa situación de los habita tes de los diferentes pueblos de las provincias de Toledo, Almería y Valencia castigados por las terribles inundaciones. Tal vez sea la principal misión del Maestro de la infancia cultivar en el tierno corazón de los niños el sentimiento de amor  al prójimo y fundado en tales consideraciones: Dirijo una excitación a todos los Maestros para llevar a la práctica, con lisonjeros resultados. Esta Inspección espera que los Sres. Profesores guiados del mismo espíritu de amor al prójimo que todos sentimos encabecen  la lista de suscripción”.

En cumplimiento de esta comunicación el Maestro envía lista nominal. Septiembre 1981. El profesor. Eduardo M. Peñato.

Número 5: “ Es necesario que a correo seguido manifiesten de oficio al Sr. Presidente de esta Junta Provincial, si han adquirido o no, para la escuela de su cargo, el escudo y bandera que la Superioridad tiene ordenado”.

Dirigida. “El Escudo y Bandera patrios mandados colocar por la Superioridad en la fachada de esta escuela, a V.S. humilde y respetuosamente manifiesta que dichas enseñas están puestas en sus respectivos sitios desde el 1º de Septiembre del año pasado” El Maestro. Eduardo Martín Peñato.

Recibida: Aprobadas por unanimidad las cuentas de Material Escolar. El Alcalde.

Dirigida. “Remitiendo el presupuesto con inventario de esta escuela para el próximo año económico 1895-1896.

Recibida. “Enterada esta Alcaldía, procede al cierre de las escuelas durante la enfermedad el tiempo que dure la enfermedad variolosa”.

Recibida. “En virtud de la continuación y alarmantes proporciones que en esta localidad ha tomado la epidemia variolosa, el Maestro y Maestra que suscriben participan a V que están dispuestos a continuar con la apertura de sus respectivas escuelas, si V. no dispone lo contrario, lo cual sería latamente conveniente y humanitario , según aconsejan la moral, la higiene y la salubridad pública” Villanueva de la Sierra y Enero 6 de 1897. Eduardo Martín Peñato-Luciana Corchero. –Sr. Alcalde Constitucional de esta Villa.

Dirigida.”Notificando la apertura de la escuela por disposición del Sr. Alcalde, en vista de haber terminado la epidemia variolosa. Hoy 12 de Marzo del 97”.

Recibida: “Por prescripción facultativa en vista de la epidemia del sarampión reinante en esta Villa, he acordado cierren Vds. las escuelas por unos días para que no se propague dicha enfermedad”.Hoy 9 de Junio del 99. El Alcalde Primitivo Sánchez.

Recibida. “En virtud de carecer de Secretario que actúe en las diligencias de juicio de faltas por denuncia de Manuel Galindo Gordo en contra de Manuel Domínguez y Guillermo Simón Pérez he acordado en providencia de este día dirigir a Vd. la presente para que unión de Don Romualdo Mateos presencie la práctica de dichas diligencias en la Sala de Audiencia de este Juzgado el día once del actual y hora tres de la tarde. Lo que pongo en su conocimiento a efectos de justicia. Diez de Septiembre 1900. Firmado Juan Bautista Durán. Juez de Paz”.

Recibida.”Por acuerdo de esta Junta Local de Instrucción Pública verificar exámenes públicos en las escuelas de esta Villa el día nueve de Marzo en los locales de las mismas, principiando por la de niños a las nueve de la mañana, seguirá el de las niñas. Febrero 24 de 1902. El Alcalde”.

Recibida. Existiendo en esta localidad la enfermedad infecciosa denominada difteria, según parte facultativo, se ha acordado cerrar las Escuelas Públicas de esta Villa. Sr. Alcalde de esta Junta Local.”

Dirigida. Villanueva de la Sierra 25 de Junio 1902.El Maestro Eduardo Martín Peñato- Sr. Gobernador Presidente de la Junta Provincial de Instrucción Pública. Cáceres.

“Manifestándole que próxima le época de abrirse la matrícula de la escuela de adultos, el que suscribe había hecho presente al Sr. alcalde la obligación que esta corporación tiene de provenir de luz, calefacción y material de enseñanza a la escuela tropezando no tener presupuestado nada en atención que el Estado se había hecho cargo del pago de los Maestros, material de enseñanza y gratificación por adultos Al Sr. Gobernador de la Junta Provincial de Instrucción Primaria.”

Dirigida. Escuela Pública de Adultos-Curso de 1906-1907. Memoria relativa a dicha escuela, remitida a la Junta Provincial de Instrucción Pública conforme al artículo 23 del R. D. de 4 de octubre de 1906.Comprende los siguientes extremos: Publicar pregón anunciando la matriculación y sus condiciones. Fueron admitidos cuarenta alumnos comprendidos en la edad de 15 a 25 años y siendo preferidos los que ya tenían algún conocimiento de lectura y escritura a los que todo ignoran. Hecha la clasificación de los alumnos conforme a su instrucción o ignorancia . Saben leer y escribir 30. Analfabetos, 10. El término medio de asistencia 35. Durante seis meses se han dado las enseñanzas reglamentarias a diario de lectura, escritura y práctica de Aritmética con aplicación de reglas mas precisas de Ortografía y redacción de documentos útiles en la segunda de estas materias, resolución de problemas prácticos y usuales en la última, alternados con la enseñanza del Sistema Métrico y dedicando por el que suscribe dos conferencias semanales de media hora cada una a la explicación de Rudimentos del Derecho”.

Dirigida. “Da conocimiento que con fecha de hoy, 4 de Abril, de haber cerrado las escuela por orden del Sr. Alcalde con motivo de la difteria”

Dirigida. Abril 7, de 1909 enviando la Memoria reglamentaria de la clase de Adultos”.

Dirigida. Abril, 4 de 1916. Remite memoria relativa la clase de adultos, terminada el 30 de Marzo”.

Dirigida. Noviembre 25 de 1916.Enviando relación de los cuatro niños para que cobren del Habilitado   diez   Ptas. con cargo al cuarto trimestre del material de este año, a razón de 2,50 Ptas. cada libreta. Los niños acreedores a las libretas son los siguientes: Felipe Gordo Iglesias nacido en esta Villa el1 de Mayo de 1905. Juan Bautista Galindo Corchero, nacido el 24 de junio de 1906. Florencio Pedro Luis Durán, nacido el 23 de Abril de 1906. Pedro Simón Mateos nacido el 7 de Junio de 1908.”

Recibida. Junio 21, 1921.”Próximo a la terminación el actual curso escolar y con objeto de que antes de comenzar el período de vacaciones los Maestros redactarán los programas correspondientes a las materias que deban ser objeto de las tareas escolares, procurando que, en lo posible, sean esos programas los indicadores de la diaria labor y la expresión de una finalidad prevista y de los medios para alcanzarla.

Como complemento de los programas , los señores maestros llevarán un libro o cuaderno donde cada día escribirán la preparación del trabajo escolar que haya de realizarse en la mañana y la tarde del día siguiente (lecciones, ejercicios, ejemplos, métodos, dificultades).

Esta Inspección recuerda muy especialmente el cumplimiento de la Real Orden del 10 de Abril de 1918, referente a paseos escolares, que con carácter higiénico y pedagógico podrán realizarse hasta una vez por semana, dando cumplimiento a esta Inspección de lo llevado a cabo y enviando al mismo tiempo, copia de dos diarios de excursión hechos por los niños.

Se crearán en todas las escuelas de esta zona los “Archivos Escolares” Contendrá: Trabajos personales de los niños. En todos los órdenes y edades de la vida escolar. Cuadernos anuales de preparación de lecciones y observaciones. Registros anuales y estadillos mensuales de asistencia, anotando en estos las variaciones con relación a los meses anteriores y sus causas. Breve memoria anual escrita por el Maestro, donde conste la historia de la Escuela durante el curso. Causas del adelanto o retraso, experiencia pedagógica adquirida, ensayos realizados, indicación de cuantas conferencias o trabajos de significación circum-escolar y postescolar se realiza por el propio Maestro o a iniciativa de él, por otras personas. Presupuestos e inventarios de material con expresión de las variaciones, donativos, material producido por la misma escuela. Correspondencia y documentación oficial.

Teniendo en cuenta el valor social que representa la Escuela Primaria, los señores Maestros fomentarán sin desmayo tentativas de organización, de conferencias en las clases de adultos, la creación de asociaciones de antiguos alumnos de padres de familia para estrechar las relaciones entre el hogar y la escuela. Establecimiento de Bibliotecas Escolares circulantes. Intercambio material y espiritual con las escuelas de los pueblos comarcanos y muy especialmente la implantación de la Mutualidad Escolar, admirable institución pedagógica-social

Esta Inspección, deseosa de convencer más que de ordenar, facilitará cuantas explicaciones y detalle solicite.

Cáceres 21 de Junio de 1921. El Inspector Juvenal de Vega y Relea”

Recibida. Oficio laudatorio para niños y Maestro de esta Escuela `por haber contribuido al Homenaje Escolar a la Vejez.

14 de Marzo de 1926. El Inspector.

Dirigida: Relación de alumnos, que en virtud del art. 8 del Estatuto General de Magisterio han recibido el Certificado de Cultura. Y calificaciones obtenidas.

Conclusiones: Este libro de Correspondencia Oficial comienza el 12 de julio de 1890 y termina el 4 de Abril de 1960.

Se hace notar: que la Escuela Nocturna de Adultos comienza con esta fecha y termina, cuando este libro finaliza. El envío de presupuestos trimestrales de la escuela diurna y nocturna. Las enfermedades contagiosas y cierres de escuelas. Las lecciones en plena Naturaleza, sabiamente preparadas y autorizadas. Las memorias fin de curso. Los valores, en primera línea, que esta escuela quiere enraizar en los alumnos, como disciplina, ejemplaridad, respeto, amor a la vejez, patriotismo, honradez, trabajo, respeto y amor a los símbolos nacionales, escudo y bandera, programa escolar de igualdad para toda España. La creación de Bibliotecas Escolares El huerto escolar, pieza clave para la enseñanza de la Naturaleza.

Libro de Registro de Gastos e Ingresos. Año 1902.

Contiene  los presupuestos de  Ingresos y gastos  correspondientes a los años 1902 y 1946.

Gastos. 5 de Octubre 1902 Primer trimestre.

Dos docenas de catones                                                                        6,25

Papel de todas reglas                                                                           4,80

Seis ejemplares “Frases y Cuentos                                                  3.00

Doce “ Obligaciones del Hombre” Calleja                                     3,00

Seis Manuscritos                                                                                  3,00

Doce Catecismo Ripalda                                                                     1,00

Premios para los niños                                                                       1,14

Total.                                                                                                    22,19

1,20% de pagos al Estado                                                                  0,30

Líquido percibido                                                                          21,89

Por aseo del local, provisión de agua y combustible

Para el brasero                                                                                     8,63

Total 1º Trimestre..                                                                    30,52

Segundo Trimestre.

Papel blanco de todas las reglas                                                     6,25

Seis ejemplares “Fábulas Samaniego”                                        2,25

Doce Aritméticas Calleja”                                                              3,00

Doce Gramáticas Real Academia                                                 6,00

Cinco paquetes “Clarión”                                                                3,50

.Premios para niños                                                                          1,19

Total                                                                                                 22,19

1,20 % de pagos al Estado                                                              0,30

Líquido percibido                                                                       21,89

Tercer Trimestre.

Papel blanco de todas las reglas                                                   6,25

Doce Historias Sagradas de Torre y Marco                              4,50

Cinco cajas de plumas                                                                    5,00

Cinco paquetes tinta                                                                      3,50

Tres cepillos para limpiar los encerados                                   2,25

Premios para niños                                                                         0,69

Total                                                                                                22,19

1,20% para pagos al Estado                                                         0,30

Líquido                                                                                           21,89

Aseo de la Escuela, provisión de agua y

combustible para el brasero                                                        8,63

Total Tercer Trimestre                                                       30,52

 

Cuarto Trimestre.

Papel de todas reglas                                                                    5,96

Un Tratado de Geometría Práctica y Dibujo                        7,00

Tres cepillos para limpiar los encerados                                2,25

Doce pizarras con marco                                                            5,00

Premios para niños                                                                      1,68

Aseo local, provisión de agua y

combustible para el brasero                                                     8,63

Total                                                                                           30,52

Estos son los gastos para la escuela diurna de un año.

Presupuesto de adultos para el año 1902

Para alumbrado                                                                                             25,00

Seis “Tratados de Urbanidad”                                                                      3,00

Seis Manuscritos                                                                                             3,00

Seis “Obligaciones del Hombre”                                                                  1,50

Seis Catones                                                                                                    1,20

Tres resmas de papel de todas reglas                                                     15,00

Dos cajas plumas de todas reglas y portaplumas                                  2,24

Total                                                                                                                 50,94

Nota: En cuanto al alumbrado, se refiere a quinqués de petróleo, combustible y tubos para quinqués.

Es de notar los libros de “Rudimentos de Derecho, para escuela diurna. Otros libros para “Educación de la Juventud” Un retrato de S.M. el Rey.

Hacia el año 1932 se observan cambios. Hay una partida de 50 cuadernos para ejercicios. Rayas 1ª, 2ª y 3ª parte en número de 24.. Una brújula, un higrómetro de cabello, un prisma de cristal. En el año 1936-37 , aparece en el capítulo de gastos un Boletín de Educación y otro capítulo de impresos, móviles y correspondencia. A partir del año 1946, cambia el concepto de alumbrado por el de fluido eléctrico. Libro de Registro de Asistencia diaria en 9 unidades. Se generaliza el uso de enciclopedias Dalmau.

17.1. Libro de visitas de inspección

Comienza el Libro de visitas  el 10 de Diciembre de 1935. La primera visita es como sigue:

“Realizada la visita ordinaria a esta escuela y preguntados los niños, se observa que poseen los conocimientos que  con arreglo a su edad deben tener.

El maestro Don Saturnino Santibáñez explica ante mí una lección con gran acierto a los niños y revela un decidido entusiasmo por la enseñanza y una orientación pedagógica muy laudables. La Inspección le felicita y desea continúe como hasta aquí en beneficio de la enseñanza. El Inspector. Eduardo Málaga.”

Informe: “Don Ángel Paule Rubio realiza al frente de su unidad escolar de 5ª curso, una labor meritísima, de auténtico Maestro y logra rendimientos plenamente satisfactorio. Su dedicación fervorosa, su atención constante a la enseñanza y a sus alumnos, su interés en el propio perfeccionamiento, le hacen acreedor a una felicitación efusiva y cordial que esta Inspección estima de justicia concederle , como primer paso del voto de gracias que, en un futuro inmediato espero solicitar del Consejo de Inspección para este excelente Maestro.

La matrícula es de 24 niños, asisten con regularidad todos los niños.

Villanueva de la Sierra 20 Abril 1972.

El Inspector .

Firmado y sellado.

El último período hasta el año 2000, queda reflejado en un conjunto de leyes y decretos que por su espacio, contenidos y cambios requiere un estudio pormenorizado , muy lleno de vicisitudes que los partidos políticos aún no han centrado el verdadero problema de la Escuela. Diríamos que será necesario políticas educativas que pongan al servicio de su educación cívica y democrática un conjunto de recursos personales y materiales de primera calidad. Es necesario incitar a la responsabilidad y a la participación de todas las fuerzas sociales para realizar un verdadero proyecto. La idea de un pacto educativo de vasto alcance se hace necesario. La Iglesia Católica y otras confesiones y movimientos sociales han de estar presentes para salir de esta “crisis de valores”, que a nuestro juicio está deteriorando los cimientos de una verdadera Educación.

Oct 012011
 

Martiria Sánchez López.

 

1.  INTRODUCCIÓN.

En los Coloquios Históricos del pasado año, hicimos un estudio sobre la “Economía de Plasencia y su Tierra en el siglo XVI”, basándonos en las Ordenanzas Municipales de esta ciudad, publicadas y transcritas por Doña Gloria Lora Serrano, en 2005.

Sobre ellas hicimos un amplio comentario, en el que expusimos las distintas recopilaciones que se hicieron, las revisiones y disposiciones que se añadieron y el apéndice documental de 1584, además de su transcripción por el síndico municipal Hipólito Cardeña, en 1601.

Afirmamos que constituyen un elemento sumamente interesante para el estudio histórico de la ciudad en el Antiguo Régimen, no sólo en el aspecto económico, que fue el objetivo de nuestra Ponencia anterior, sino por los demás aspectos, como el gobierno, los cargos públicos, las costumbres, las fiestas, los juegos…etc.

El estudio de estas Ordenanzas quedaría incompleto si no trataramos todos esos temas, por lo que en esta Ponencia los comentaremos. Para realizar este estudio, además de estas Ordenanzas, hemos tenido presente el Fuero de Plasencia, otorgado por Alfonso VIII cuando fundó la ciudad, pues muchas de las leyes del Fuero estuvieron vigentes durante el siglo XVI, aunque otras quedaron obsoletas y no sirvieron  para los nuevos tiempos. Por este motivo, fueron necesarias otras leyes de acuerdo con las nuevas necesidades, que son las contenidas en estas Ordenanzas.

2. RESUMEN HISTÓRICO.

A finales del siglo XII y principios del s. XIII, la alta Extremadura fue conquistada por los reyes cristianos. Alfonso VII dividió el reino entre sus dos hijos, a su hijo Sancho III le dejó Castilla y a Fernando, León. Por este motivo, Extremadura quedó dividida en dos zonas cuyo límite era la Vía de la Plata; la zona del Oeste correspondió a León y la del Este, a Castilla, por lo que Plasencia y su tierra quedó incluida dentro del reino castellano.

A la muerte de Sancho III le sucedió Alfonso VIII que fue el conquistador de toda la tierra de Plasencia y fundador de la ciudad en 1186 como enclave político y militar que no sólo sirviera de base al Rey en su lucha contra el Islam, sino también como centro político contra el gran poder que tenían las órdenes militares de Santiago y Peseiro, ya que dominaban gran parte de Extremadura. (Julio González. El Reino de Castilla en la Época de Alfonso VIII). Pronto Plasencia llegó a convertirse también en un enclave religioso, pues en 1189 se constituía en Sede Episcopal, en virtud de la Bula otorgada por el Papa Clemente III.

Debido a estas circunstancias, el Rey asignó a Plasencia un extenso término, además de concederle el famoso Fuero, con gran cantidad de privilegios y franquicias. La ciudad y su término se irán repoblando poco a poco e irán naciendo la mayor parte de las aldeas de su término en el siglo XIII. La población aumentará en los siglos siguientes, especialmente en el s. XV, llegando a duplicarse.

En 1342, Plasencia pasó a ser Señorío debido a que Juan II entregó a Pedro I de Estúñiga, Justicia Mayor del Reino, la ciudad y su término. Este hecho tuvo consecuencias negativas, aunque también supuso ciertas ventajas ya que fue más frecuentada por los reyes castellanos. Por otra parte, los caballeros dependientes de los Estúñiga van a dar un gran impulso a las actividades comerciales, especialmente a las ferias, lo que produjo un gran desarrollo económico.

Además, la nobleza placentina va a plasmar su poder y su dinero en artísticos palacios con hermosos blasones. También se levantaron hospitales, iglesias o conventos, como el de Santo Domingo, cuya finalidad principal era el de ser panteón señorial bajo la protección de la condesa Leonor de Pimentel.

Pero la familia de los Carvajal, apoyados por los Reyes Católicos, terminaron con el dominio señorial en 1488.A partir de esa fecha, Plasencia va a tener un desarrollo espectacular en  todos los aspectos: económicos, demográfico, social, cultural, religioso…etc. Prueba de este desarrollo son los impresionantes monumentos que se levantan en este período, destacando la Catedral Nueva, construida por los mejores arquitectos y escultores de la época.

3. EL CONCEJO DE PLASENCIA Y SUS CARGOS.

3.1.  EL Concejo o regimiento

El Concejo, llamado en las Ordenanzas también Regimiento, tiene como objetivo principal desempeñar las funciones de gobierno de la ciudad y su Tierra, ante el que tienen que jurar sus cargos todos los componentes del mismo. El Concejo posee los bienes comunales: dehesas, ejidos, pedreras, fuentes…etc.

En tanto que es una Asamblea de la comunidad, puede suplir las leyes que no estén de acuerdo con las nuevas circunstancias históricas, como es el caso de estas Ordenanzas.

Ya hemos dicho que Plasencia estuvo bajo el poder señorial desde 1442 hasta 1488, con motivo de la donación que hizo el rey Juan II a Pedro I de Estúñiga. Pero en 1488, la nobleza placentina, apoyando a los Reyes Católicos, acabó con el dominio señorial, pasando de nuevo a ser ciudad de realengo en lugar de señorío. A partir de esta época, se hacen necesarias unas nuevas leyes que respondan a los nuevos tiempos.

Los Reyes Católicos, debido a su sentido centralizador de la monarquía, van a controlar las ciudades por medio de sus representantes: los Corregidores. Pero aquí la nobleza placentina tenía gran poder debido a que habían apoyado a los Reyes contra los Estúñiga, por lo que los monarcas no tuvieron más remedio que favorecerles. Ahora, esta oligarquía placentina adquiere mayor poder, ya que, entre otras medidas beneficiosas para ella, se encontraba el nombramiento de un mayor número de Regidores. En algún caso, estos nombramientos anuales se convirtieron en vitalicios, como fue el caso de los que lucharon contra los Estúñiga, los Carvajal.

En la Introducción de estas Ordenanzas podemos comprobar cómo esta familia de los Carvajal fue favorecida en gran manera, ya que un gran número de los Regidores pertenecía a ella. Comienza diciendo que: “el Concejo, la justicia (o Corregidor) y los Regidores han sido llamados para hacer buenas y justas leyes”. Añade que: “Dios nuestro Señor, por su infinita bondad, le hizo el principio, sacándola del yugo del señor y restituyéndola a la corona real”. Justifican sus actuaciones diciendo: “se desecharon algunas leyes defectuosas, añadiendo otras nuevas en el caso que muy necesarias nos parecieron”.

A continuación, cita los nombres de los que son convocados para redactar las nuevas Ordenanzas: “el licenciado Vargas, corregidor de dicha ciudad y su tierra por el rey y la reina, nuestros señores”; y, como Regidores, cita entre otros: “Gutierre de Carvajal, García López de Carvajal, Francisco de Jerez, Gonzalo de Carvajal…etc”. Se puede observar que aquí nos encontramos con tres Regidores de la misma familia, aunque los demás también pertenecían a la oligarquía placentina.

En el Artículo 1 del primer Título se dan las órdenes sobre el funcionamiento del Concejo o Regimiento, y dice que sólo la justicia (corregidor) y los Regidores tienen voz y voto en él, no las demás personas que tienen obligación de asistir.

A continuación, dice el día, la hora y el lugar donde han de reunirse. El lugar, lógicamente, era la “Casa del Concejo” y el día de reunión serán los viernes de cada semana. La hora de la reunión variaba según la estación: “en verano desde el día de Pascua a San Miguel, a las siete y desde de San Miguel en adelante, a las ocho de la mañana”. Había excepciones durante la Cuaresma o con motivo de que el viernes coincidiera con alguna fiesta. Durante la Cuaresma, el Regimiento se trasladaba a los jueves, debido a que tenían que asistir a las actividades religiosas: “En Quaresma mandamos que el dicho regimiento se haga los jueves por los sermones, so pena del que no viniere no gane el resydio ese día”. El resydio era una dieta que cobraban por la asistencia. Si el viernes era fiesta, podían trasladarlo al sábado y sus decisiones eran igual de válidas aunque no asistieran todos los componentes del Concejo, solamente era necesaria la asistencia del Corregidor y un Regidor. Cuando tenían que tratar algún asunto en el que estuviera implicado algún Regidor o sus parientes porque sus intereses chocaran con los de la ciudad, éste debía abandonar el Concejo hasta que los demás lo solucionaran, para que, según las Ordenanzas, “los otros regidores hablen libremente en lo que conviene al bien de dicha ciudad”. Aparte del Concejo ordinario, se podía convocar otro extraordinario cuando el caso lo demandara.

El Concejo o Regimiento estaba presidido por dos Regidores nombrados semanalmente por los Escribanos. Los presidentes tenían la obligación de presentar por escrito “un memorial de lo que han de hacer en la gobernación de dicha ciudad la dicha semana que son presidentes”. Después debían dar cuenta de sus actuaciones y “si no lo hicieran ansi pierdan el resydio del viernes y se lo repartan entre los demás regidores”. También se les exige terminar los asuntos iniciados la semana siguiente.

Todos los cargos del Concejo debían ser jurados ante los miembros del mismo antes de tomar posesión de ellos. Pero estos no podían ejercer sus funciones ni entrar a formar parte del Concejo hasta que no cumplieran con un requisito muy original, según el Artículo 9, que era el de obsequiar a los demás componentes a “yantar o a treinta reales, como es costumbre” y sigue diciendo el Artículo “que ni puedan entrar en el Regimiento, ni tengan voto, ni usen del oficio” hasta que no cumplan esta orden. Por tanto, la fiesta estaba asegurada cada vez que se renovaban los cargos.

Los miembros del Ayuntamiento estaban obligados a mantener el secreto profesional, pues si no cumplían con este deber eran considerados perjuros y apartados del cargo, según mandan las Ordenanzas: “Mandamos que las cosas que se hablen de tener en secreto en el Ayuntamiento, que todos: justicia, regidores y oficiales guarden el secreto so pena de que se les considere perjuros.”

Muy interesante nos parece también la costumbre que había, ya en el siglo XVI, de obsequiar a los miembros del Concejo con algunos regalos por las fiestas navideñas, costumbre que ha perdurado hasta la actualidad. Los regalos consistían en los siguientes productos: gallinas, perdices, higos, naranjas y vino. Este presente ascendía a un importe de 10.000 maravedíes que se empleaban en obtener los doscientos pares de perdices, los higos, las naranjas y el vino, pues las setecientas gallinas, que también se regalaban, no estaban incluidas en este presupuesto y en el texto no consta a cuánto ascendía. El Artículo se titula “El Presente que se da por Navidad a los regidores, justicia, escribanos, mayor- domos del Concejo”, en el que se indica cómo y cuándo debían recibir estos regalos: “El que no estuviere en el Regimiento la víspera de Navidad que no oviese parte en dicho presente, salvo si fuese enviado a realizar algún asunto o estuviese enfermo”. También manda que el reparto lo haga algún regidor y un escribano y, además, lo anoten y firmen en el libro que debía estar guardado en el arca del Concejo.

3.2.  Los cargos públicos

Con respecto a los cargos públicos, sólo vamos a comentar los que se citan en la Ordenanzas, pues muchos de ellos ni se mencionan, como por ejemplo: Andadores, Sayones, Pregonero, Corredor, Montañero…etc.

El Corregidor

En las Ordenanzas se le denomina “la justicia” generalmente, sólo cuando se habla de salarios o algún otro caso, se le llama Corregidor. Este fue un cargo decisivo en el gobierno de la ciudad ya que representaba la autoridad real y tenía la obligación de defender sus intereses, así como el de los vecinos, frente a la oligarquía ciudadana, aunque algunas veces se pusieran al lado de esta oligarquía.

El Corregidor era el encargado de nombrar a su lugarteniente, además de a los alcaldes, jueces y alguaciles. Al ser un cargo de máximo relieve, la ciudad solicitaba de los Reyes que este cargo fuera nombrado entre personas que no fueran naturales de Plasencia, pertenecientes a la oligarquía que había dominado la ciudad, con el fin de que sus actuaciones fueran más imparciales y justas.

El Corregidor celebraba la audiencia con los jueces diariamente y, tres días a la semana, tenía la obligación de “sentarse en causa pública”. Otras obligaciones eran la de visitar la cárcel municipal y recorrer la Tierra para ver las necesidades y asuntos referentes a sus vecinos. También tenía la obligación de residir en la ciudad.

El artículo dedicado a estipular el salario del Corregidor dice lo siguiente: “Mandamos que el salario de los Corregidores sea de setenta mil mrs.” Era un salario muy alto comparado con los demás cargos, que solían ser de tres mil maravedíes. A continuación especifica quién tiene que pagarles: “El Concejo de la ciudad pague doce mil mrs. De los cuales los caballeros de alarde paguen la tercera parte”. Después, manda que el resto, es decir, los cincuenta y ocho mil maravedíes restantes los paguen los lugares de la tierra. Pero no toda esta cantidad de dinero era para el Corregidor, sino que él tenía que pagar al alcalde ocho mil de su salario: “Estos se sacan de los setenta mil mrs. del salario del Corregidor…”.

Sabemos el nombre del Corregidor que presidió la redacción de estas Ordenanzas, como nos indica la Introducción de las mismas, era el “licenciado Vargas, nombrado por el Rey y la Reina, nuestros señores”.

El cargo de Corregidor era anual y, después de cada mandato, se le “tomaba residencia”, que consistía en pedirle cuentas de su actuación. La persona encargada de tomar residencia” le sustituía en sus funciones hasta que llegara el nuevo Corregidor nombrado por los reyes, para evitar vacío de poder. Cuando los vecinos no estaban conformes con la actuación del Corregidor podían demandarle durante el tiempo que duraba la “residencia” ya que después prescribía cualquier falta cometida y ya no podían demandarle. A veces los reyes prolongaban su mandato un año más. Parece que a veces abusaban de sus cargos presionando a los demás miembros del Concejo para que fueran sus fiadores. Por este motivo, hay un Artículo que prohíbe esto: “que ningún regidor ni escribano ni mayordomo sean fiadores de ningún corregidor”.

Los Regidores

Los Regidores eran personalidades que estaban al frente del gobierno de la ciudad, juntamente con el Corregidor. Solían ser ocho, aunque los Reyes Católicos aumentaron su número, ya que querían premiarles por el apoyo recibido contra el poder señorial. Debían reunirse en la Casa del Concejo una vez a la semana, los viernes, excepto en Cuaresma que serían los jueves, como hemos comentado ya y mandan estas Ordenanzas. Si no asistían al Regimiento perdían la dieta o “resydio” y se la repartían los demás Regidores. El cargo era anual, aunque los Reyes Católicos concedieron a algunos el cargo vitalicio, pero después se anuló esta excepción.

Los Regidores eran nombrados entre los caballeros de la ciudad, que formaban una oligarquía muy poderosa entre los que se repartían estos y otros cargos. Muchos cesaban como Regidores y les nombraban Mayordomos, Procuradores…etc. Cada semana eran elegidos dos Presidentes del Concejo según el Artículo 6 y eran nombrados por los Escribanos los viernes de cada semana. Estos Presidentes tenían obligación de presentar por escrito un memorial de las distintas actividades que tenían que realizar para el gobierno de la ciudad, como hemos comentado ya.

Otra de las funciones de los Regidores era el nombramiento de Mayordomos del Concejo y del Procurador. Con anterioridad, los nombraban los Caballeros de alarde, pero esto provocaba descontentos y disturbios en la ciudad, según consta en el Artículo 14, que dice: “con estos nombramientos se seguía mucho daño a la ciudad, por cuya razón la elección fue dejada al Regimiento para que los Regidores nombraran al dicho Mayordomo y Procurador”.

El Artículo 27 trata acerca de cómo y cuándo han de ser elegidos los distintos cargos por los Regidores y el Corregidor: “que los oficios se nombren de esta maneras: los alcaldes […] en el primer Regimiento después de Navidad […] porque salgan con las varas el primer día de Año Nuevo…” y así va enumerando el día que han de elegir los distintos cargos y el día que tienen que comenzar su trabajo: “el mayordomo que comience a servir desde primero de Marzo[…] los guardas de pinares […] comiencen a servir por el día de todos los Santos, etc…”.

Otra obligación de los Regidores era atender “los negocios de la Tierra”. Tenían que recorrer las aldeas de dos en dos y no podían renunciar al viaje sin una causa justificada, bajo pena de la pérdida de la tercera parte de su salario. Dicen las Ordenanzas que el “Regimiento debe nombrar a los Regidores que tienen más noticia de los negocios”, es decir, que conozcan mejor los problemas de la Tierra y sus vecinos.

Los Regidores debían residir en la ciudad, pero había algunos que no cumplían con esta obligación, por lo que el Artículo 20 ordena que, al menos, debí- an residir “cuatro meses de cada año juntos o interpolados. E si no los residieren, que no les sea librado el dicho salario y la dicha caballería”. Añade que han de asistir, al menos, a dieciséis Regimientos para poder cobrar el salario.

Los Regidores cobraban dietas diferentes por sus desplazamientos, dependiendo del sitio adonde fueran y de las distancias. Era de mayor responsabilidad cuando el desplazamiento era hasta la Corte o fuera de la jurisdicción. Por este motivo, la dieta se estipula de la siguiente forma: “El salario de los Regidores cuando van a la Corte que sea de 250 mrs.; fuera de la tierra, a diez leguas, 150 mrs…y si va a la jurisdicción…cuatro reales…”.

El Artículo dedicado a los salarios de los Regidores ordena que sea: “Tres mil mrs., más una cavallería”.

Los Escribanos

El cargo de Escribano equivalía al de notario público. Las Ordenanzas mandan que haya “dos escribanos del Concejo” y exponen las razones de la necesidad de estos dos escribanos, que eran nombrados por el Corregidor y los Regidores. Dicen lo siguiente al respecto: “Mandamos que haya dos escribanos del Regimiento[…] son muy necesarios porque hay dos linajes en los caballeros de alarde, uno que se nombra del linaje de Santa María y otro del linaje de San Salvador […] e cada uno ha de dar cuenta en su linaje de los oficios que han de haber dichos caballeros”.

Los Escribanos tenían obligación de asistir a todos los Regimientos y a “dar cuenta y razón de todo lo que pasare…”. Si estos no cumplían bien con su trabajo, podían ser destituidos por el Corregidor y los Regidores y nombrar a otros que realizaran mejor su trabajo.

Tenían obligación de tener un libro donde constaran o “asentaran” todos los nombres de los Regidores y Oficiales que asistieran a los Concejos y todo lo que se ordenara en ellos. Todo esto debían firmarlo el Corregidor y dos de los Regidores y, además, tenían obligación de “leer lo que quedara escrito porque ninguno pueda ignorarlo”.

Además de este libro, mandan también que tuvieran otro libro donde consten los “libramientos y provisiones”. Este debía ser firmado por el Corregidor y los Regidores, juntamente con el Escribano, para que tuviera efectividad, ya que ordena que “de otra manera non valga e los mayordomos no paguen”. Por tanto, no podían pagar ni dar dinero a nadie sin quedar constancia en el libro y que estuviera firmado por las autoridades municipales y el Escribano.

Cuando el Concejo tenía que otorgar alguna merced, o dattas, o algún privilegio de arrendamientos de tierras o solares, no podían otorgarlo sin poner el “Sello del Concejo”, ya que, como dice el Artículo 23, “de otra manera non valga”. Luego se dan los detalles de cómo ha de ser el Sello, quién debe aplicarlo y lo que deben cobrar por ello: “Que el Sello lo tenga cada año una persona del Regimiento que selle las dichas provisiones con cera colorada y lleve de salario CX mrs. y vaya firmado de su nombre”.

Todo esto nos habla de las irregularidades que se cometían en estos aspectos económicos y por eso quieren controlarlo bien, insistiendo en lo mismo en el Artículo 24: “Que el escribano asiente las dattas en un libro”, y añade las consecuencias nefastas que se habían causado cuando no se llevaba este control: “porque de no haber hecho esto se han causado muchos daños a esta ciudad”. Se impone una multa importante al Escribano que “no asiente en el libro las Dattas que diera”. También dice que se guarde el libro en el arca del Concejo, pues había habido protestas y denuncias a los Reyes a este respecto, ya que los Escribanos ocultaban las escrituras y los libros de cuentas y rentas y no los depositaban en el “Arca del Concejo, que era como su memoria”. Con esto evitaban que fueran controladas las cuentas, por lo que se insiste tanto en estas Ordenanzas.

Los Escribanos eran los encargados de nombrar a los Presidentes del Concejo, los viernes de cada semana, como hemos dicho ya, pero ellos no tenían ni voz ni voto, ni siquiera podían emitir sus opiniones, según el Artículo 12, que dice: “que los escribanos no hablen ni digan ninguna cosa cuando los regidores hubieren de votar…hasta que sean preguntados, bajo pena de cien maravedíes”. También estaban obligados al secreto profesional, como los demás funcionarios, según hemos ya referido.

En cuanto al salario de los Escribanos se establece que sea igual que el de los Regidores: “tres mil mrs. e una caballería por razón de su oficio” (Art. 9). Cuando se desplazaban a algún lugar de la Tierra para realizar las gestiones pertinentes, cobraban menos que los Regidores: “tres reales e de comer”, mientras que los Regidores percibían cuatro reales, aunque no se dice nada de la comida para estos.

También hay otro Artículo dedicado a los derechos de los Escribanos, como era la entrega de las copias de las Ordenanzas a las personas que las solicitaran; debían cobrar por estas copias treinta mrs. por cada pliego. Igualmente, debían cobrar por “todas las escrituras que diesen sinadas”.

Los Escribanos tenían la obligación de copiar en el libro todos los salarios de cada uno de los funcionarios, los cuales tenían que firmar, juntamente con “la justicia y regidores”, para que el Mayordomo pudiera pagarles.

Los Mayordomos

El mayordomo del Concejo

El Mayordomo era el encargado de la administración económica de la ciudad y del cobro de las rentas. También era el que pagaba los libramientos y previsiones así como los salarios a todos los funcionarios del Concejo. No podían pagar hasta que no lo hubieran firmado el Corregidor, Regidores y el Escribano, quien debía registrarlo en el “libro”: “que se asiente en el libro, e de otra manera non valga e el mayordomo non pague”.

El cargo de Mayordomo era muy importante porque de él dependía la buena o mala administración de la hacienda concejil. Era fundamental que la persona que la desempeñara. El Artículo 14 da las normas para su nombramiento, que debían hacerlo los Regidores, ya que antes lo nombraban “los linajes de los caballeros de alarde, de lo cual se seguía mucho daño a la ciudad”. Se entiende que el daño se refiere al aspecto económico, por este motivo los nombraban los Regidores. En otros artículos se insiste en esto y se repite que “el cargo fue ocupado por los caballeros de alarde, pero algunos pusieron a mal recaudo la hacienda de la ciudad”.

En cuanto al salario que debían percibir, dice el mismo Artículo que “se les dyese seiscientos mrs. de los propios de esta ciudad”. También participaban en los regalos o presentes que se repartían por Navidad entre los cargos del Concejo.

Además del Mayordomo del Concejo, había otros Mayordomos que controlaban las pesas, medidas y precios, los cuales eran conocidos también como Oficiales. El título XVI contiene una serie de artículos sobre derechos y obligaciones de estos para evitar el abuso del cargo. Eran nombrados por el Concejo y no podían ser sustituidos por otra persona, bajo una multa de tres mil mrs. Los Mayordomos tenían derecho a una cantidad del producto vendido: por ejemplo, si se trataba de aceite, dice el artículo: “de cada persona que venda aceite lleven una panilla de aceite y un mrs. una vez al año y no más…”, así va especificando lo que deben obtener de cada producto que se venda en los mercados.

Los Procuradores

Hay que distinguir dos tipos de Procuradores: los Procuradores del Concejo y los Procuradores del Común. El Artículo 32 dice los requisitos que el Procura- dor del Concejo tenía que cumplir, entre los que destaca: “que el Procurador esté en las casas consistoriales cada día del Regimiento”, es decir, cada vez que se reúna el Concejo. También dice el sitio que debe ocupar : “que esté abajo” y “que esté aparejado”, o sea, que esté bien preparado para realizar sus cometidos y para hacer “si algo le mandaran”. Así mismo, le exigen que no se “vaya hasta que no haya salido el Regimiento”, es decir, hasta que no termine el Concejo, bajo una multa de cien maravedíes si no cumple con estas obligaciones.

Los Procuradores eran nombrados por los caballeros de alarde, igual que los Mayordomos, pero tampoco cumplían bien su trabajo y “se seguía mucho daño a la ciudad”, por lo que el Artículo 14 manda también que sean “nombrados por los Regidores”.

La ciudad necesitaba también un Procurador del Común que atendiera a las necesidades del bien común, por lo que se solicitó, en el 1501, su nombramiento. Este podía entrar en el Regimiento sin voz ni voto pero podía exponer las necesidades del pueblo llano y reivindicar sus derechos ante las autoridades del Concejo. Al principio, se opusieron los Regidores, pero no tuvieron más remedio que aceptarle por mandato de los Reyes.

En cuanto a su salario, dice el Artículo 14 que: “sea de cuatrocientos mrs. de los propios de la ciudad”, tanto para el Procurador del Concejo como para el Procurador del Común.

Los Procuradores, igual que los demás cargos, “letrados, físicos, ciruxanos e otros minestriles y oficiales”, mandan las Ordenanzas que sean pagados “por el Mayordomo por el día de Navidad”. Pero insiste en que han de firmar en el libro de las cuentas el Escribano, el Corregidor, dos Regidores y los interesados, para que el Mayordomo pueda pagarles.

Los Alarifes

El Alarife era un cargo muy importante, nombrado para estar al frente y controlar “las obras públicas e ver los edificios de la ciudad”, para fueran bien construidos. Por eso les dedican el Título XLVI, con varios Artículos. El primero dice “que los Alarifes juzguen las obras de esta ciudad, si tienen algún defecto, ver las paredes si están desplomadas, las piedras mal labradas[…] juzgando los vicios y faltas de los maestros […] de manera que las obras vayan perfectas”.

El Alarife tenía también que controlar la fabricación de tejas y ladrillos para que “juzguen si están bien cocidos y si es de marco que la ciudad tiene establecido”. Otra misión del Alarife era controlar el trabajo de los encargados de apagar los fuegos. También era el responsable de cerrar la plaza con maderas para la fiesta de los toros, como veremos en el capítulo siguiente.

El salario del Alarife era importante, ya que cobraba por varios conceptos de acuerdo con sus diferentes responsabilidades. El Concejo le pagaba tres mil maravedíes y cobraba, además, diez maravedíes por cada visita que hiciera al horno de las tejas. También cobraba por los toros que se corrían en la plaza, medio real por cada toro”.

Los encargados de apagar los fuegos

Los que apagaban los fuegos eran oficiales muy importantes para la ciudad ya que eran muy frecuentes en aquella época y las Ordenanzas lo explican así: “Por cuanto hemos visto que en esta ciudad se han hecho muchos daños a causa del fuego[…] e por no haber personas suficientes […] mandamos que la ciudad tenga 12 oficiales carpinteros”. Pero estos carpinteros tenían que tener una cierta especialización y ciertas cualidades para desempeñar lo mejor posible su trabajo, el cual especifican las Ordenanzas en el Título XLVII: “que sean personas hábiles, diligentes…y que estén aparejadas (preparadas) para matar el fuego…e si alguno vagare, que pongan otro en su lugar”. Manda también que el Alarife sea el que controle el trabajo y el instrumental que deben tener todos: “que tengan xeringas (escaleras) de madera y hachas en sus casas para matar el fuego […] e oyendo la campana acudan todos so pena de no recibir el salario e pagar el daño que por su negligencia ocasionara a los vecinos”. El Alarife era el encargado de pagarles y juzgar el trabajo que hacían. El salario de estos oficiales era de tres mil maravedíes”.

Los Porteros

Los Porteros del Concejo eran dos y debían estar siempre que hubiese Regimiento en la puerta del Ayuntamiento. Tenían como misión, según las Ordenanzas, “llamar a las personas que la justicia y los regidores mandaren e hacer otra cosa que les mandaren”. El salario de los Porteros era de 350 maravedíes más el derecho de “humos”. Este derecho consistía en que les pagaban “una blanca de cada vecino de la Tierra en cada año”.

Las puertas de la ciudad estaban a cargo de los caballeros de alarde. Las llaves de la ciudad la tenían dos de estos caballeros y cobraban por este oficio “trescientos mrs. cada uno, cada año por Navidad”. (Art. 15)

Hay varios oficios y cargos que no se citan en estas Ordenanzas, como es el caso de los Sexmeros, que eran los representantes de los Ayuntamientos de las aldeas de la Tierra en el Concejo de Plasencia. Pensamos que seguirían rigiéndose por la “Ley del Fuero”, actualizando sus salarios.

4. USOS Y COSTUMBRES.

4.1.  La Alhóndiga

Fue muy importante para los vecinos de la ciudad y de su Tierra, ya que pretendía evitar las “hambrunas” y las calamidades que sufría la población cuando había escasez de trigo, debido a las malas cosechas. En la Introducción se alude a esos “años terribles”, los cuales intentan que no se vuelvan a repetir con la creación de la Alhóndiga.

Comienza con la invocación a la Santísima Trinidad, “… a quienes todas las obras buenas han de ser atribuidas”. A continuación, se exponen las causas de su fundación de la siguiente forma: “Queriendo velar por el bien público…y teniendo en la memoria las necesidades…en años terribles…para remediar y prevenir las formas que en el trato del pan se suelen usar por algunas personas para lo encarecer, e porque los pobres en tales tiempos sean remediados, acordamos hacer Alhóndiga de pan…para el proveimiento del pueblo”.

En el segundo Artículo se acuerda que se compre trigo al mejor precio y se “guarde en las trojes, donde esté a buen recaudo”. En cuanto a la elección del Mayordomo, dice que se nombre “a una buena persona, porque para obra tan pía han de ser escogidas buenas personas”. El nombramiento duraba un año y debía ser nombrado “en el primer Regimiento del mes de Julio por la justicia y los Regidores”. El Mayordomo no tiene facultad de dar fiado el pan, sólo si lo mandan los Regidores o el Corregidor, pero con la condición de que tienen que cobrarlo después.

Se ordena que la Alhóndiga tenga libros donde consten las compras que se realizan, indicando el día, el mes y el año en que se han hecho. También deben hacer constar el nombre de las personas a quien se compre el trigo, así como el número de fanegas adquiridas y añade que: “Se compre el trigo puesto en la Alhóndiga”, para evitar pagar el transporte, ya que cuando tenían que ir a adquirirlo fuera debían pagar tres reales al Mayordomo por el viaje. Se observa en todos los capítulos una gran preocupación porque funcione bien y no se pierda dinero, sino todo lo contrario, que aumenten los ingresos para poder seguir abasteciendo a los vecinos los mejor posible y sin problemas, por lo que indica lo siguiente: “Porque obra tan piadosa siempre crezca y no venga en disminu- ción, mandamos que no se pueda vender al precio que se pierda […] sino que se gane, so pena de que paguen el doble los que mandaran vender…”.

A continuación, se dan una serie de normas para que la venta sea correcta, como la que dice que no se podía vender el trigo sino sólo el pan cocido. También se exige a las panaderas que lo vendan en la plaza de la ciudad “al tiempo que los Regidores y la justicia señalen el precio y no se pierda […] pues siendo hecha esta obra para el bien público, se conozca en estar la plaza bien abastecida de pan cocido y los pobres sean probehidos…”. Después añade que se nombren “buenas panaderas que de cada fanega de trigo obten- gan sesenta y ocho libras de buen pan que lo vendan en la plaza pública […] so pena de 200 mrs.”

Con todas estas normas se aseguraba el abastecimiento correcto del pan a todos los ciudadanos y, especialmente, a los pobres que no tenían que pagar nada por este alimento de primera necesidad, con lo que se evitarían las ham- brunas de otros años a las que aluden estas Ordenanzas. Por otra parte, el Artículo 6 insiste en conseguir el buen funcionamiento de la Alhóndiga, de tal manera que no se gastara el dinero destinado al pan en atender a “ninguna necesidad mayor ni igual ni menor…ni prestar, so pena que el Regidor que lo diere lo pague con el cuatro tanto”, es decir, que las autoridades que lo consintieran serían penadas pagando un interés del cuatro por ciento del dinero prestado o gastado en otros asuntos distintos a la adquisición de trigo.

También se estipula el salario del Mayordomo de esta institución en el Articulo 7, que era el siguiente: “por cada fanega que vendiese, se le pague dos maravedíes e de cada fanega que comprare, recibirá un maravedí.”

Por otra parte, se tenía en cuenta la conservación del trigo en las trojes con toda garantía, dando medidas para que no se estropeara el trigo el año que no se consumiera todo. Por este motivo, el artículo 8 manda “que se preste el pan (el trigo) cuando no se gaste, para renovarlo…que se obligue a restituirlo dentro de 30 días en las trojes”. Además de esta solución también se da otra, y era la de obligar a todos las panaderas de la ciudad a que vendan el pan cocido “sólo del trigo de la Alhóndiga, hasta que se renueve”.

El Corregidor, como máximo responsable del Concejo, tiene obligación de cumplir y hacer cumplir estas Ordenanzas, comprometiéndose a ello mediante juramento : “Mandamos que el Corregidor jure de guardar estas hordenanzas en conservación de esta alhóndiga e no ir ni consentir contra ella.”

4.2.  la fiesta de los toros

Dada la importancia que tenían los festejos taurinos para toda la población, estas Ordenanzas los regulaban convenientemente. En el Título XLVI, Artículo 10, se dan una serie de normas para evitar que algún caballero desaprensivo pudiera estropear la fiesta, por eso dice: “ que los caballeros no den lançada al toro hasta que la ciudad dé licencia para ello, so pena de que pague otro toro porque los peones y la gente del pueblo goze”. A continuación, se dan las normas para matar bien al toro de la siguiente manera: “ y dada licencia, el que diera al toro a más atrás de la cruz, si no fuera por guarecer a otro…que pague un toro para que se corra…” También estaba prohibido matar al toro sin permiso de las autoridades, por eso en otro capítulo manda que “…el que acuchille al toro sin licencia, pague la mitad de lo que vale otro toro”. Pero si este no podía pagarlo, se le imponían unas penas muy importantes, ya que tenía que estar un mes en la cárcel y otro más desterrado de la ciudad.

Hay una normas muy interesantes referidas al cierre de las plazas: “Mandamos que las talanqueras estén bien aderezadas, que sean de buena madera, con fuertes traviesas e quicios…las de la plaza y las del corral donde se encierran a los toros…”.

Con frecuencia, las autoridades invitaban a estas fiestas a personas de prestigio de otras ciudades, por lo que había que cuidar el estado de la plaza para que el toro no se escapara: “…que por estar mal hecha la plaza, el toro se vaya… que alguna vez ha acontecido hallarse aquí caballeros extranxeros y murmuraban de la justicia y de los regidores por el mal proveimiento de esto”. El responsable del cierre de la plaza y del corral era el Alarife, que cobraba “medio real por cada toro que se corría”, además de los tres mil maravedíes que le pagaba el Concejo, pero le imponían una multa si se escapaba el toro: “…que si por falta de talanqueras se fuera el toro, que el Alarife pierda el primer tercio de su salario”.

En ningún otro artículo hay nada referido a otro tipo de festejos civiles, como por ejemplo los torneos. Las comedias y autos sacramentales, las romerías, las danzas y otras fiestas religiosas estaban a cargo de las Cofradías.

4.3.  Los juegos

En esta época, debía estar muy extendida la costumbre de jugarse el dinero en los distintos juegos de mesa o de “azahar”, ya que estas Ordenanzas intentan controlarlos, aunque no los prohíben. En primer lugar, nos llama la atención que, en los Artículos referidos a estos juegos, se incluya a todos los grupos de población: cristianos, moros y judíos. Recordamos que estos últimos habían sido expulsados en 1492, por lo que pensamos que se debe referir a los judíos conversos.

El primer Artículo prohíbe que se juegue el dinero de la siguiente forma: “Ansí cristianos, moros e judíos que en este tiempo…jugaren a dados, jaldetas e naipes a dinero, por primera vegada paguen 30 mrs., por segunda 60 mrs., por tercera paguen 120 mrs.” También se castigaba con castigos físicos: “…e si quiere ser tan porfioso que por esta pena no quiere dejar de jugar, se le den cien azotes”. El juego estaba también prohibido dentro de las casas particulares: “…a dados, juldetas e naipe bajo pena de 60 mrs. por primera vez, 120 mrs. por segunda vez y 240 mrs. la tercera vez”.

Sin embargo, se permitía jugarse un maravedí “e no más”, así como “un acumbre de vino”, según el Artículo 2. El juego de dinero entre los jóvenes debía estar también bastante extendido, ya que dice que: “a los rapaces” se les aplique las mismas penas y si no podían pagar que “den las capas, capotes e cintas” o “que le echen en cadena e yazan 30 días”, es decir, debían estar un mes en la cárcel. Tampoco se podían jugar objetos de valor, a los que se denomina “prendas”, según el Artículo 4, que dice: “que cualquiera que ganara prenda, que la torne a su dueño sin precio alguno”.

El Artículo 5 expresa que durante el período de Navidad se permitían toda clase de juegos de mesa: “…que la víspera de Navidad y el día de Navidad y la octava hasta primero día de henero…que se pueda jugar dados, jaldeta e naipes sin pena ninguna e non antes ni después”.

Debía estar muy extendida la costumbre de blasfemar en el juego, pues el Artículo 6, titulado Pena de Blasfemia, ordena lo siguiente: “Que cualquiera que en Plasencia o en su término renegare de Dios o de Santa María por juego…que además de las penas que caen por jugar, que caigan en otras tantas penas por renegar…ansí en pena de dinero como de azotes…”.

4.4.  La pena de las armas

Las Ordenanzas regulan la tenencia y el uso de armas, ya que en esta época eran frecuentes las peleas y reyertas entre la población. Las armas que estaban prohibidas se especifican en el Titulo LI: “Las armas vedadas son estas: todo hierro que pueda matar un ome a otro”. A continuación, indica el castigo que se imponía al que usara las armas: “…que ninguno sea osado de meter mano a armas a buelta con otro, que cualquiera que meta mano a armas uno contra otros que peche diez mrs. cada uno por cada vegada”. Las penas de armas eran aplicadas a todos los grupos de población, por este motivo, el Artículo 4 dice: “…mandamos que judío o moro que contra ello fuere, que pague la dicha pena, así como el cristiano”.

En este mismo Título se incluye un capítulo muy original que se refiere a las penas que se imponían a las llamadas “mujeres bravas”. Estas debían ser mujeres de gran carácter, que no toleraban los abusos ni las discriminaciones, lo que les llevaba a originar peleas y escándalos públicos. Algunas de ellas han pasado a la historia, como por ejemplo Doña María la Brava, a la que Plasencia le ha dedicado una calle. Dice el Artículo 3 al respecto: “Otrosí que en dicha ciudad y en su término si algunas mujeres que son bravas e muy desonestas de sus lenguas e vuelven muchos ruidos y pellas con muchas personas…cualquier mujer (brava) cristiana, judía o mora caiga en pena diez mrs. por cada vegada”.

Se observa, una vez más, que los responsables de estas Ordenanzas buscaban el establecimiento de la paz, el orden y las buenas costumbres en toda la población, para una mejor convivencia.

4.5.  Las mujeres públicas

En épocas anteriores, el Fuero prohibía que estas mujeres vivieran en la ciudad y podían, incluso, ser ofendidas y ser “despojadas de sus vestidos” sin que les cayera pena ninguna; se establecía una pena de 50 maravedíes a quien las defendiera.

Ahora, en el siglo XVI, los tiempos han cambiado y, con ellos, la legislación. En las Ordenanzas se dan una serie de normas para regular sus actuaciones, en el Título XLIIII, que contiene varios artículos.

Son obligadas a cumplir los preceptos de la Iglesia: “Ordenamos que las mujeres públicas, los domingos de Pascua, Navidad e Resurrección e Santi Espiritu e los demás días de Nuestra Señora e de los Apóstoles sean obligadas a ir a la Iglesia mayor de Nuestra Señora, la Catedral e oir las misas mayores desde el comienzo hasta el fin”. También se les prohibía “usar el oficio” durante todos esos días, ya que se les condenaba a unas penas muy importantes:

“…que si no oyeren misa y husaran el vil oficio en dichos días, por primera vez estén diez días en la cárcel y paguen un real, por segunda vez, la pena doblada y por tercera vez, 60 azotes públicamente”.

Observamos que las penas aplicadas son muy importantes, ya que las penas de cárcel y de azotes no eran corrientes en estas Ordenanzas, se imponían muy pocas veces, como hemos podido ver en los diferentes Artículos.

En otro artículo, se les prohibía “usar el oficio” durante la Cuaresma, así dice: “…que ninguna mujer pública use el oficio desde el domingo de Lázaro (Primer domingo de Cuaresma), hasta pasados los tres días de Pascuas, pen- sando en la Pasión de Nuestro Salvador…so pena que le sean dado 60 azotes…y pena de 200 mrs”.

En el Artículo 4 se dan órdenes a los cristianos sobre cuándo pueden entrar en las mancebías, además de cumplir con sus obligaciones religiosas: “…que los cristianos sean obligados a comulgar y confesar el día de Pascua de Resurrección… y es razón que para estos se aparten mucho del pecado”. A continuación, enumera los días prohibidos para entrar en la mancebía: “…desde el domingo de Lázaro hasta ser pasado los tres días de Pascua de Resurrección, so pena que la primera vez que lo contrario hicieren, estén tres días en la cadena e, por la segunda, la pena doblada e, por la tercera, sean traídos a la vergüenza y desterrados tres meses”. También se prohíbe “ejercer el oficio” a las mujeres que tuvieran enfermedades contagiosas y no podían tener sirvientas, ni solteras ni casadas, ni siquiera para acompañarlas, “so pena de sesenta azotes a cada una de dichas rameras”.

Los hombres casados no podían entrar en las mancebías, según el Artículo 7, que dice: “…que ningún hombre que sea casado que no sea osado de entrar en la ramería…so pena que por primera vez sean presos en la cárcel diez días e, por segunda vez, la pena doblada e, por tercera sean traídos en vergüenza y desterrados un mes, más tres reales de pena para el alguacil”.

Observamos en estos artículos el sentido de moralidad pública que intentan conseguir con estas normas, aunque se puede percibir una gran discriminación entre los castigos que se imponen a las mujeres públicas que no cumplan las órdenes con respecto a los que se imponen a los hombres. Vemos, además, cómo se obliga al cumplimiento de los preceptos religiosos a toda la población sin exclusiones, lo que demuestra, una vez más, el poder de la Iglesia en el Antiguo Régimen.

5. CONCLUSIONES.

Después de haber estudiado estas Ordenanzas en las dos Ponencias que comprende este trabajo, tituladas “La Economía de Plasencia y su Tierra, según las Ordenanzas Municipales del siglo XVI”, que ya expusimos y “El Concejo de Plasencia: Instituciones, Usos y Costumbres”, de los actuales Coloquios, hemos llegado a los siguientes conclusiones:

1.- Estas Ordenanzas constituyen un documento imprescindible para el estudio de la historia de Plasencia y su Tierra durante el Antiguo Régimen en sus diferentes facetas: económicas, sociales, políticas…etc.

2.- Se observa en todas las normas, en general, un gran sentido de equidad, justicia y nobleza, que, con razón, conseguiría que se la calificara con la denominación de la “Muy noble, muy leal y muy benéfica ciudad de Plasencia”.

3.- Se advierte una gran potenciación de la economía, tanto en la agricultura con cultivos de regadíos y secano, como en el fomento de la ganadería, con la selección de razas y, también, el impulso dado al comercio en los mercados y ferias, que tanta riqueza proporcionaron a la ciudad.

4.- Muy importante es también el empeño por conseguir una convivencia pacífica entre los distintos grupos de población, así como entre todos los vecinos, ciudadanos y aldeanos, procurando el mayor bienestar de todos y en un intento de evitar las posibles hambrunas entre las clases menos favorecidas, como fue la creación de la Alhóndiga.

En estas Ordenanzas se refuerzan y ponen al día los objetivos del rey Alfonso VIII cuando fundó la Ciudad: UT PLACEAT DOMINI ET OMINIBUS (Para que agrade a Dios y a los hombres).

Por todo esto, esperamos que toda la grandeza cultural, social y económica de Plasencia y, especialmente, su belleza artística sean reconocidas a niveles internacionales con el nombramiento de “Ciudad Patrimonio de la Humanidad”, juntamente con su otra ciudad hermana, esta monumental, magnífica y bellísima ciudad de Trujillo, como ya expresamos el pasado año.

Oct 012011
 

María Estela González de la Granja.

El convento de San Vicente Ferrer de Plasencia es, sin duda, uno de las instituciones religiosas más importantes de la Extremadura de los Tiempos Modernos. Ello se debió a tres cuestiones fundamentales: en primer lugar, su emplazamiento en la ciudad de Plasencia, uno de los núcleos urbanos más poblados y con una economía más dinámica en la Extremadura moderna. En segundo lugar, la importancia que en este período histórico van a tener las llamadas “órdenes mendicantes”, sobre todo dominicos y franciscanos, en la propagación de la fe católica por los territorios recién descubiertos por los europeos y, por extensión, como firmes baluartes del catolicismo en el turbulento período de la Reforma protestante. Y por último, su carácter de fundación nobiliaria, y no de cualquier familia aristocrática, sino de los Zúñiga, que en el momento de la fundación eran, además de señores de Plasencia, una de las familias nobiliarias más importantes de la Corona de Castilla, acumulando títulos y posesiones territoriales que, durante la Edad Moderna, la convirtieron en uno de los grandes linajes de la nobleza española.

En este trabajo nos centraremos en el análisis de una de las vertientes que tuvo el monasterio de San Vicente Ferrer como institución religiosa en la Plasencia moderna. Nos referimos a la enseñanza, ya que en una época en la que las administraciones públicas solían desentenderse, con raras excepciones, de la educación de niños y jóvenes, la Iglesia debía hacerse cargo de esa misión, como lo hizo de otros ámbitos que también ahora consideramos “servicios públicos”. Y dentro de la Iglesia las órdenes religiosas, especialmente franciscanos, dominicos y jesuitas, fueron los principales mantenedores de escuelas y facultades donde se enseñaba desde los rudimentos de la lectura y escritura hasta las licenciaturas universitarias.

Este trabajo se centra, por ello, en estudiar cómo se desempeñó esa función educativa en el monasterio que los dominicos poseyeron en Plasencia, examinando en primer lugar la influencia de la Orden de Predicadores en la educación española durante la Edad Moderna, para pasar a continuación a relatar brevemente la historia del convento y, centrándonos en el tema que nos ocupa, analizar la fundación del monasterio y su relación con la enseñanza, un tema sobre el que existe una tradición “históriográfica” que como veremos no se corresponde con la realidad histórica, y las donaciones y fundaciones que diversos particulares e instituciones realizan en el convento en los siglos XVII y XVIII para dotarlo de diversos estudios.

1. LOS DOMINICOS Y LA EDUCACIÓN EN LA ESPAÑA DE LOS TIEMPOS MODERNOS

La aportación de la Orden de Predicadores a la historia de la educación en España se centró en los propios Estudios de la Orden y en su proyección en los colegios mayores, algunos de los cuales alcanzaron el rango de universidad. Tampoco hay que olvidar el enorme papel desempeñado por la orden en la evangelización de América y en la creación de las primeras instituciones educativas de corte europeo en el Nuevo Continente, aunque no sea éste el lugar para hablar de ello.

En el ámbito hispánico, el papel desempeñado por la Orden de Predicadores en la educación española va a ser muy importante, aunque va a ir disminuyendo a medida que nos acerquemos al siglo XIX, debido a la incapacidad de los dominicos para adecuar sus métodos y enseñanzas a los cambios científicos y pedagógicos experimentados durante toda la Edad Moderna.

De esta manera, podemos decir que el siglo XVI presencia el auge de la enseñanza dominica en España1; buena parte de la responsabilidad de este desarrollo se debe a la reforma que vive la orden desde principios del siglo XV, la llamada observancia dominica, uno de cuyos componentes principales, que como veremos tuvo gran importancia en el convento placentino, fue la preocupación por los estudios y por tener bien surtidas y ordenadas las bibliotecas. Los capítulos y los superiores provinciales nombraban visitadores, que debían recorrer los conventos para observar la marcha de las comunidades, y una de cuyas obligaciones era examinar las librerías o bibliotecas de los conventos. El capítulo de Salamanca de 1489 pide que estén bien provistas las bibliotecas, y carga la conciencia de los superiores con la obligación de proveer a los hermanos de los libros que necesiten.

No es de extrañar, por lo tanto, que en el siglo XVI se consoliden importantes instituciones que habían surgido en el siglo XV, como los monasterios de San Esteban de Salamanca, San Pablo de Valladolid o Santo Tomás de Ávila. Estos monasterios con vertiente educativa tenían todos el rango de Estudio General, aunque se podían diferenciar entre aquellos que también tenían el título de Universidad (en el siglo XVI Santo Tomás de Sevilla, Santo Tomás de Ávila, Nuestra Señora del Rosario de Almagro, Santo Domingo y San Jorge de Tortosa, Nuestra Señora del Socorro de Orihuela y Santa Catalina Mártir de Jaén), y los meros Estudios Generales, que figuraban como colegios y cuyos títulos eran reconocidos por las universidades, como San Esteban de Salamanca, San Gregorio de Valladolid, San Pablo de Burgos, San Pedro Mártir de Toledo, etc.

Durante el siglo XVII2 se acrecienta el número de Estudios Generales hasta 30 (incluyendo las universidades), incluyéndose entre ellos, como veremos, San Vicente Ferrer de Plasencia. En cuanto a las universidades, el principal cambio se produjo en Santo Tomás de Ávila, que por bula del Papa Inocencio X concedida en 1645 pudo dar grados en filosofía, derecho y medicina, además del de teología que ya tenía desde el siglo XVI. En el siglo XVIII los cambios sociales e ideológicos que se producen en toda Europa explican que en esta centuria no se cree ningún Estudio General dominico.

La enseñanza en estos centros respondía a esquemas plenamente tomistas y escolásticos, algo lógico si tenemos en cuenta que Santo Tomás de Aquino es posiblemente la figura más importante de la Orden de Predicadores desde el punto de vista cultura, pero que en una época de cambios radicales como fue la Edad Moderna supuso un lastre en el nivel de las enseñanzas impartidas por los dominicos, demasiado aferradas al Medievo.

Ello no obstante, por lo menos en los inicios del Renacimiento sí se introdujeron algunas novedades; por ejemplo, para la enseñanza de la gramática se usaba el método ideado por Antonio de Nebrija a finales del siglo XV. En lógica se seguían usando las medievales Súmulas Logicales de Pedro Hispano, libro de texto fundamental hasta el siglo XVII, aunque a mediados del XVI se comenzaron a usar como textos oficiales las Súmulas, Físicos y Dialéctica de fray Domingo de Soto.

Donde se mantuvo inalterable la tradición fue en el estudio de la filosofía y la teología, ya que la referencia intelectual fue siempre Santo Tomás de Aquino, enseñándose la filosofía con sus comentarios a Aristóteles y la teología con la Summa Theologica. Podemos considerar comprensible esta práctica en el siglo XVI, e incluso en el XVII, en un contexto marcado por las disputas religiosas en toda Europa, pero resulta llamativo que en 1757, es decir, en pleno Siglo de las Luces, el Maestro General de la Orden obligase a todos los colegios dominicos a enseñar solamente las doctrinas teológicas del Santo de Aquino3, una prueba más de la cerrazón de la orden en el ámbito educativo, y que la llevó a ser considerada como símbolo de oscurantismo cultural e ideológico. Ello, de paso, contribuyó al retraso de las universidades españolas con respecto al resto de Europa, ya que desde principios del siglo XVII la inmensa mayoría de las cátedras de teología fueron ocupadas por dominicos.

Hemos de citar por último a las figuras más importantes de la educación dominica en España que no por casualidad vivieron en el siglo XVI. Nos referimos a fray Francisco de Vitoria, fray Melchor Cano y fray Domingo de Soto; Vitoria, catedrático en la Universidad de Salamanca, renueva el método teológi- co, haciéndolo más humanístico y crítico, creando la famosa Escuela Teológico- Jurídica Salmantina o Española. Melchor Cano, catedrático de Teología en San Gregorio de Valladolid y en Salamanca, es enviado por Carlos V al concilio de Trento y destaca por sus aportaciones a la ciencia teológica. En cuanto a Soto, perteneciente a la Escuela de Salamanca y teólogo imperial en Trento, escribió numerosas obras sobre teología, derecho, filosofía y lógica, todas de orientación tomista, destacando además desde el punto de vista científico su reflexión sobre la caída de los cuerpos, considerada precursora de la teoría de Galileo Galilei.

En el siglo XVII el nivel de los maestros dominicos desciende claramente; podemos mencionar, por ejemplo, a fray Juan de Santo Tomás, catedrático de teología en la Complutense, y cuya obra más famosa es Cursus Philosophicus, tratado sobre filosofía tomista, y fray Francisco de Araujo, catedrático de teología en Salamanca, con sus Comentarios a la Metafísica de Aristóteles. El siglo XVIII certifica la crisis de la enseñanza dominica, ya que sus catedráticos, centrados casi exclusivamente en la teología, son incapaces de aportar novedades frente a academias y otros centros culturales ilustrados.

2. FUNDACIÓN Y PRIMEROS AÑOS DEL MONASTERIO DE SAN VICENTE FERRER

El establecimiento de los dominicos en Plasencia no puede ser explicado sin el señorío que sobre la ciudad ejerció desde mediados del siglo XV la poderosa familia de los Estúñiga o Zúñiga, bajo cuyo patronato se fundó el convento de San Vicente Ferrer, tal y como demuestran diversos documentos y la simbología heráldica que alberga el monasterio4.

A pesar de que, según Benavides Checa, existió en Plasencia un pequeño cenobio dominico desde mediados del siglo XIII5, lo que sí está documentalmente probado es su presencia a partir de 1464, una presencia que estará ligada, por un lado, al proceso de expansión que la orden vive en la segunda mitad del siglo XV y, por otro, al señorío de los Zúñiga sobre la ciudad del Jerte.

En cuanto al primer punto, hay que señalar que, tras la crisis del siglo XIV la recuperación demográfica y económica se tradujo en un amplio movimiento de reforma religiosa, con dos vertientes, la herética (movimientos de Jan Huss, John Wyclyff…) y la que permanece fiel a la Iglesia pero intenta recuperar la espiritualidad, compromiso y pobreza originales. Ello se refleja sobre todo en las órdenes religiosas, y más concretamente en las órdenes mendicantes, en cuyo seno surgen corrientes que buscan el retorno a sus principios fundadores y que reciben el nombre de “observancia”.

En la orden dominicana, los primeros pasos hacia esa reforma fueron dados a finales del siglo XIV en Alemania e Italia; en España encarnó ese movimiento reformista a principios del siglo XV el beato Álvaro de Córdoba, y fue un movimiento lento, con sus avances y retrocesos hasta conseguir su encauzamiento y empuje final en el último cuarto de ese mismo siglo XV, hasta coronarse la obra en el capítulo de Burgos de 1506. El señorío de los Zúñiga sobre Plasencia va a ser, como decíamos, el otro motivo fundamental para la creación de un convento dominico en esta ciudad; desde luego, y a pesar de las hipótesis ya mencionadas que apuntan a una presencia más antigua de la orden en la ciudad, lo que sí está claro es que la promotora de la fundación de un convento dominico en la ciudad fue la segunda mujer de Álvaro de Zúñiga, Leonor Pimentel, convencida muy posiblemente por su confesor fray Juan López, fraile del también dominico convento de San Esteban de Salamanca6.

Tradicionalmente se ha descrito la fundación de esta institución religiosa como un acto de agradecimiento a San Vicente Ferrer; sin embargo, y tal y como ponen de manifiesto autores como José María López Martín7, es difícil creer en esta versión, toda vez que en las cartas de donación otorgadas por los duques, y de las que hablaremos a continuación, no se alude en ninguna ocasión a ese motivo que, si hubiera existido, habría sido sin duda señalado. Como se puede deducir de las cartas de fundación y donación del convento, junto a la piedad religiosa es más que probable que los señores de Plasencia quisieran con este monasterio dar más lustre aún a su casa, en una práctica típica de la nobleza española anterior y posterior a este período histórico8.

En todo caso, lo que sí es cierto es que los duques recibieron la bula del papa Paulo II autorizando la fundación del convento el 15 de octubre de 14649, pero que las obras no comenzaron hasta 10 años más tarde10; mientras tanto, la pequeña comunidad dominica que ya residía en Plasencia bajo la dirección de fray Juan López tuvo como sede provisional una casa conocida como “Santo Domingo el Viejo”, situada entre las casas del conde de Torrejón y la puerta de Trujillo11. Para la construcción del convento, y además de la asignación de buena parte de sus bienes, los duques consiguieron de Enrique IV de Castilla un juro perpetuo de 50.000 maravedís sobre el servicio y montazgo del Puerto de Malpartida de Plasencia, concedido el 10 de junio de 1472.

El poder de la familia Zúñiga y su absoluto control de la ciudad de Plasencia se plasma, además, en la “expropiación” de importantes bienes raíces y rentas que pertenecían a otras fundaciones religiosas que según los duques no se estaban llevando a cabo. De este asunto hablaremos más adelante, pues tiene íntima relación con la dedicación a la enseñanza del monasterio.

Una vez comenzadas las obras, los duques procedieron a ratificar oficialmente la fundación del convento y la donación tanto del nuevo monasterio en construcción como del antiguo a la Orden de Predicadores mediante diversos documentos otorgados por los duques, en pareja o por separado, entre 1476 y 1486. En 1476 los duques donan al nuevo monasterio de San Vicente Ferrer “…la iglesia y monasterio pequeño que se llama San Vicente que está cabe la Puerta de Trujillo…” y unas casas en Béjar, nombrando como patrono tras su muerte a sus hijos don Juan, doña Isabel y doña María, sus herederos y descen- dientes.

Al año siguiente, en 1477, don Álvaro dona a fray Pedro de Barrionuevo, prior del convento de San Vicente el Viejo, el terreno sobre el que ya se estaba edificando el convento; se trataba del llamado “Cerro de la Mota”, una elevación del terreno que dominaba una quebrada o pequeño arroyo sobre el cual se levantó la muralla de la ciudad en el siglo XIII y que fue, al menos desde el siglo XIV, la judería12. Zúñiga, amparado en el poder que le daba el ejercicio del señorío sobre la ciudad, expropió para sí todo el terreno, dedicando la parte más occidental para el convento y la zona oriental para construirse su propio palacio, ahora conocido como de los Marqueses de Mirabel13. Por último concedía al monasterio la dehesa de Macarra y la exención del pago de alcabala, sisa y cualquier otro impuesto sobre lo que comprase o vendiese, exención que prescribió cuando Plasencia volvió a la jurisdicción real.

Siete años más tarde, en 1484, la duquesa Leonor Pimentel dirige al prior fray Alonso Maldonado la que es la definitiva carta de donación del convento. Fechada en Béjar el 22 de agosto y ampliada el 10 de octubre de 1484, es una relación detallada de cómo deberá ser el convento, además de hacer referencia a la cátedra que funda en el convento, y de la que hablaremos en el próximo apartado. Dos años más tarde, en 1486, la duquesa otorga dos documentos muy importantes; por un lado, dona y entrega el edificio ya construido a fray Julián de Sancti Spiritus, provincial de la provincia de España14. Muy pocos días después confirma la donación en su testamento, encomendando a sus albaceas la terminación del monasterio15; aunque este mandato no se había cumplido totalmente, al año siguiente se procedió al traslado de los religiosos y fray Pedro de Villalobos, visitador general del obispado de Plasencia, bendijo lo que estaba ya construido de la nueva iglesia, claustro y sala capitular16.

Una vez establecido el convento, la siguiente etapa fue su reducción a la observancia regular, dentro del plan de reforma de la vida religiosa que estaba siendo patrocinada por los Reyes Católicos. Dicha reducción se produjo el 13 de septiembre (y no el 17 de noviembre, como señala erróneamente Crescencio Palomo17) de 1492, siendo el encargado de transmitir las bulas papales y cartas reales ordenando dicha reducción Fray Juan de Zazo, visitador general de la Provincia de España18.

Según Crescencio Palomo, el paso a la observancia se produjo en el caso del monasterio placentino sin los traumas y conflictos que supuso dicho proceso en otros conventos dominicos sometidos a la llamada “regla claustral”, probablemente debido a las relaciones entre el convento placentino y el de San Esteban de Salamanca, uno de los que no necesitó reforma por su rigurosa aplicación de la regla original de Santo Domingo19. No obstante, los frailes del convento, atemorizados ante posibles represalias e intentos para quitarles sus bienes, se dirigieron a los reyes porque “…se temen e recelan que los frailes claustrales e otras algunas personas a injusta e non debidamente les quieran molestar e fatigar así en la posesión de la dicha casa como en algunos heredamientos e otras rentas que tienen y poseen en término de la dicha ciudad de Plasencia…”; por ello, el 17 de noviembre de 1492 se emitía una real cédula por la que el convento de San Vicente quedaba bajo el amparo y protección de la Corona y de sus justicias20

El último paso que tendría que dar el convento de San Vicente Ferrer en lo que a su fundación y establecimiento se refiere fue el pleito que emprendió en 1515 contra los duques de Béjar don Álvaro y doña María de Zúñiga como sucesores de los fundadores del convento, al defender los dominicos que al morir dichos fundadores “…dejaron dispuesto que de su hacienda y mayorazgo se proveyese hasta acabarse, de suerte que la obra nunca cesase (el subrayado es nuestro)”, y que por tanto los dueños de dicha hacienda debían contribuir a la continuación de la fábrica de la iglesia y convento, la compra de libros, ornamentos sagrados, etc. El pleito finalizó con un acuerdo entre las dos partes, por el que el duque actual donó la cantidad de un millón de maravedís, por lo que el convento “…le dio por libre para siempre y nunca le sería pedido ni demandado por este convento otra cosa alguna en tiempo alguno…”21.

3. LA FUNDACIÓN DE LOS ESTUDIOS EN SAN VICENTE FERRER

Fundado y establecido definitivamente, comienza en el edificio la vida conventual como tal, en la que junto a las obras de finalización y reforma que van a tener lugar en estos siglos, tuvieron un especial protagonismo los estudios de teología que, como hemos visto, ordenaba fundar la duquesa Leonor en la carta de donación otorgada en 1484, así como la biblioteca, que debido a circunstancias favorables consiguió acumular un importantísimo patrimonio bibliográfico.

En la ya mencionada carta de donación del monasterio a la Orden de Predicadores, fechada en Béjar el 22 de agosto y ampliada el 10 de octubre de 1484, la duquesa de Plasencia doña Leonor Pimentel ordenaba que el convento tuviera capacidad para cuarenta religiosos, de los cuales veinte debían ser sacerdotes y cinco estudiantes de teología, pues quería dejar rentas para una cátedra de dicha disciplina, y que se comprasen los libros necesarios para una biblioteca de renombre22.

La fundación de esta cátedra ha sido tradicionalmente considerada como un intento de los Zúñiga por “diversificar” la dedicación de sus dos posesiones más importantes, Plasencia y Béjar, asignando a la primera la función cultural y a la segunda la industrial23; de hecho, fray Alonso Fernández en su Historia y Anales de la ciudad y obispado de Plasencia, publicada en 1627, afirmaba que “el motivo que tuvieron los duques en la fundación de su convento fue querer remediar la ignorancia que avía en aquellos tiempos en esta tierra, que no sería poca ni de pequeña lástima, antes de que la Orden de Predicadores viniese y asentase en Plasencia. Con este intento quisieron que por lo menos se leyese siempre una Cátedra de Teología Moral, para que los Eclesiásticos pudiesen con facilidad aprender lo que debían saber para la administración de los Sacramentos. Fue un remedio general para Estudiantes pobres, que no pueden ir a estudiar a las Universidades. Bien se dexa entender, que en la provincia de Estremadura, aunque tan rica y de tanta nobleza, sería este convento el primero que profesase leer Teología y instituyese Cátedra para esto, aviendo sido los moradores desta provincia y en los tiempos pasados más dados al exercicio de Armas que de Letras”24; sin embargo, creemos que esta hipótesis, elaborada desde luego mucho después de la fundación del convento, no es en absoluto correcta ya que hay que tener en cuenta dos importantes factores.

En primer lugar, ya hemos visto en la primera parte de este trabajo que la vocación educativa de los dominicos tuvo como consecuencia el surgimiento de un importante número de estudios y colegios en los monasterios de la Orden de Predicadores; por lo tanto, la fundación de una cátedra de Teología en San Vicente no fue algo extraordinario ni excepcional, sino un paso más en la conformación de un amplio conjunto de estudios en los principales conventos dominicos castellanos (San Esteban de Salamanca, Santo Tomás de Ávila, San Pablo de Valladolid…).

Por otra parte, existe un hecho fundamental que se produce también, y creemos que no por casualidad, en 1484. El día 19 de mayo de ese año25 el papa Sixto IV confirmaba las sentencias emitidas por el juez apostólico Rodrigo de Borja (el futuro papa Alejandro VI), y que a su vez confirmaban las emitidas por el canónigo Juan de Gata, don Martín de Yanguas en 147426; esas senten- cias añadían a los bienes del convento parte de las dehesas de Valtravieso y Mironcillo, dejadas por Álvaro de Carvajal para fundar un convento, las casas, viñas, molino y la cuarta parte de la dehesa de Aldeanueva de Beringues, que Sevilla López dejó en Galisteo para fundar una monasterio de la orden de Santa Clara, 3000 maravedís de renta que dejó Estefanía Suárez en la heredad de Fresnedilla, unas casas, parte de la dehesa de la Bazagona, dos viñas y parte de la dehesa de la Herguijuela dejados por Catalina Jiménez para fundar un hospital y las dehesas de San Esteban y el Guijo, que pertenecían al priorazgo de San Marcos, que además fue disuelto.

Es decir, el papa “regalaba” a los Zúñiga un enorme patrimonio en tierras y rentas para que culminaran su fundación que, por otra parte, carecía hasta ese momento de bienes propios; el dominio que don Álvaro ejercía sobre la ciudad permitió una clara usurpación ilegal de esos bienes, ya que los testamentos de los fundadores de esas instituciones sí se estaban cumpliendo, como perfectamente atestigua Domingo Sánchez Loro27.

El expolio fue aún más sangrante en el caso del llamado priorazgo o priorato de San Marcos, un pequeño cenobio cisterciense fundado en el siglo XIV y para cuya disolución se inventaron bulos que el papa, buen amigo de los duques, no tuvo ningún reparo en creer; se decía, por ejemplo, que el priorato “…estaba e está en un lugar muy deshonesto e cerca de él han estado e están e moran públicamente malas mujeres en el dicho monesterio donde no habrá más de un fraile o dos, los cuales han tenido vida agena fuera de la dicha religión, e ayuntándose muchas veces a malas mujeres en gran peligro de sus ánimas e oprobio de la dicha religión e pernicioso ejemplo e escándalo de muchos…”28.

A primera vista, no se aprecia la relación que podría haber entre esta lluvia de bienes para el convento y su dedicación a la enseñanza; sin embargo, es muy profunda, ya que en la bula de Sixto IV se añadió una interesantísima cláusula para autorizar al convento a quedarse con los bienes del priorato de San Marcos, y es que “…estando dicha casa en pacífica posesión del dicho priorazgo y eremitorios desde entonces haya en la dicha casa una cátedra de teología con lector suficiente y docto que sea elegido no por favores sino por idoneidad y suficiencia que lea dicha cátedra a todos los que quisieren oírlo(el subrayado es nuestro)”29.

Esta cláusula es aún más importante porque hasta ese momento los diversos documentos por los que los duques de Plasencia procedían a la fundación del monasterio dominico no hacían ningún tipo de mención a la fundación de una cátedra o de otro tipo de institución educativa en él. Y resulta más llamativo aún que sea precisamente después de la concesión de la bula, en agosto de 1484, cuando doña Leonor Pimentel otorgue la llamada “carta de donación” del monasterio, y en ella aluda por primera vez a estudios de teología, ya que “…de los quales dichos quarenta religiosos los veinte a lo menos sean sacerdotes continuos, e más cinco estudiantes theólogos, que continuo oyan e estudien la leçión de teología, los quales no sean ocupados en oficio alguno salvo en su estudio para los quales quiero que vos el dicho frey Alonso Maldonado hagays apartadamente hedificar sus cámaras e estudios como vos viéredes que cumple. E los religiosos que así fueren recibidos en el dicho número de cinco para estudiar teología sean de tal forma recibidos que después que fueren letrados no se vayan a otros monesterios, salvo que se hagan de la dicha casa naturales porque yo quiero dexar apartadamente, allende de la que para sustentación del dicho monesterio entiendo dar, señalada renta para la dicha cátedra e para los dichos cinco estudiantes para todas las cosas necesarias…”30.

Debemos insistir en que, hasta ese momento, nunca se había dado a entender la creación de una cátedra de teología en el monasterio por parte de sus fundadores, por lo que nuestra hipótesis es que lo hicieron obligados por la cláusula de la bula del papa Sixto IV otorgada en 148431 y que de no ser así hubieran tardado tiempo en establecerse, aunque posiblemente la tradición pedagógica de los dominicos hubiera hecho surgir en San Vicente Ferrer unos estudios similares a los de otros monasterios de la orden. De hecho, los bienes concedidos por el pontífice a los duques fueron los únicos con los que se dotaron los estudios en San Vicente, ya que aunque Crescencio Palomo indica que el duque dotó la cátedra de teología con la dehesa de Macarra, en el Libro Becerro del convento sólo se anota que el mismo debía pagar con las rentas de dicha dehesa una serie de mandas pías, misas y memorias por el alma de don Álvaro32.

4. LOS ESTUDIOS DE SAN VICENTE EN LA EDAD MODERNA.

Establecidos, pues, definitivamente los estudios en el convento, su desarrollo va a ser mucho más positivo y rápido que su complejo proceso de fundación. Apenas conocemos nada de la evolución de la cátedra de teología en el siglo XVI, debido a la práctica ausencia de documentación; en todo caso, sospechamos que su desarrollo fue muy importante, ya que el convento es conceptuado durante todo el siglo XVII como una institución educativa de primer orden. Y, por supuesto, siempre siguiendo los principios escolásticos y tomistas, considerados como elementos indisociables de la teología dominicana.

La primera mención importante a los estudios en el monasterio placentino aparece en la Historia General de Sancto Domingo y de su Orden de Predicadores, publicada entre 1613 y 1615 por fray Juan López, obispo de Monopoli. De esta forma el Monopolitano indica que se leen dos lecciones de Teología y una de Artes (filosofía), aunque precisando que “…todas las casas donde se lee tienen dos liciones de Teología y cursos de Artes…”; es decir, el caso de San Vicente no es nada excepcional en el conjunto de monasterios dominicos españoles, aunque hay que resaltar que eso suponía que durante el siglo XVI se amplió notablemente la capacidad del convento en lo que a la enseñanza se refiere. Señala asimismo que sin duda San Vicente es el principal colegio e universidad (haciendo referencia evidentemente a su función educativa, no a un título oficial) de Extremadura y que sus cursos eran admitidos en la Universidad de Salamanca para graduarse en Artes33.

En 1627 el ya mencionado Fray Alonso Fernández en su Historia y Anales de Plasencia y su Obispado34 señalaba que San Vicente Ferrer “…es la principal Universidad y Colegio que tiene la provincia de Extremadura y de los más graves y calificados Estudios de toda la provincia de España…”. De nuevo reitera que uno de los motivos de los duques al fundar el convento fue “el estudio de las Letras para desterrar las ignorancias que en aquellos tiempos avía”, aludiendo sin embargo de manera significativa a la bula de Sixto IV. Incluso habla de un proyecto del obispo placentino don Pedro Ponce de León, Inquisidor General de España, para trasladar la sede del tribunal inquisitorial extremeño a Plasencia “… para que se ayudase aquel santo tribunal de las letras, erudición, talento y prudencia de los lectores y padres graves que siempre florecían en este convento”.

Habla de un importante número de estudiantes, tanto de Teología como de Artes, y de su admisión en la Universidad de Salamanca, en términos prácticamente idénticos a los usados por fray Juan López, fuente que sin duda utilizó. También expone una larga lista de maestros que leyeron Teología en el monasterio y que luego ocuparon importantes cargos, como fray Juan Vicente, catedrático de Durando y Vísperas en Salamanca, fray Diego de Yanguas, regente de San Gregorio de Valladolid, fray Diego Álvarez, arzobispo de Trápani, fray Alonso de Alvarado, Catedrático de Prima en la Universidad de Toledo, y varios provinciales de la provincia de España.

Y para finalizar, explica que en 1606 el convento pidió al Papa Paulo V la concesión de un estatuto de limpieza de sangre (y no un privilegio de colegios mayores, como erróneamente señala Crescencio Palomo35) utilizando seis argumentos, de los cuales dos tienen relación con su labor docente: el tercero, “…porque en toda esta provincia de Estremadura no hay estudio de Teología tan principal como éste, donde con tanto primor y puntualidad se lean y enseñen las Artes y Teología, y la doctrina de Santo Tomás… Y este estudio es, ha sido y será el Seminario de las letras de Estremadura…, en el qual estudian y han de estudiar todos o los más curas y confesores deste Obispado”; y el cuarto, “…porque a instancia de los Duques de Béjar, que entonces lo eran desta ciudad de Plasencia fundadores de este convento, el pontífice Sixto Quarto le adjudicó gran parte de la hazienda que tiene con estrecha obligación de que en él hubiese estudio y desde entonces ha sido y es juntamente convento y colegio donde se ha leído y se lee la sagrada Teología con eminencia y ventajas grandes, y en él florecen las letras con aplauso, admiración y utilidad de la ciudad y Ovispado, y ha avido y hay en él maestros y lectores eminentes que salen para las principales Universidades de España”.

La vocación docente del convento estaba, pues, perfectamente asentada a principios del siglo XVII, y fue confirmada con la creación en él por parte del capítulo general de la orden dominicana, celebrado en Toulouse en 1628, de uno de sus Estudios Generales36. La financiación de estos estudios va a estar, además, asegurada gracias a diversas donaciones que fue recibiendo el convento durante este siglo.

La primera de esas donaciones no lo fue en su origen para el convento; en 1630 el regidor placentino don Pedro Gómez de Carvajal fundó por su testamento una memoria en el Colegio de la Compañía de Jesús para que creara una escuela de niños para enseñar a leer y escribir; esa donación, consistente en la tercera parte de un censo de 5.000 ducados de principal contra el Estado del señor de Monroy, fue rechazada por los jesuitas, y en 1648 el obispo don Diego de Arce y Reinoso decidió aplicar al convento de San Vicente la manda “…para que en este convento se ponga segundo curso de artes, distinto del que tiene en el qual puedan cursar y aprovechar todos los que quisieren y venga a ser como universidad general en esta provincia de Extremadura…”; la donación, que en 1648 ascendía a la enorme cantidad de casi 43.000 reales y que tenía como obligación el pago de 20 ducados al año para el Colegio de los Irlandeses de Salamanca y para los franciscanos del Santo Sepulcro de Jerusalén, fue aceptada por el convento el 20 de noviembre de 164837; sin embargo, los herederos del regidor placentino emprendieron un largo pleito que no se resolvió hasta muchos años más tarde38.

Por otra parte, el año 1655 el señor don Gregorio de Vargas Chamizo, chantre de la Catedral, dejó al convento un censo de 4.000 ducados de principal que tenía contra el cabildo mayor para que en el convento se leyese el curso de Filosofía. El autor del Libro Becerro del convento indica que ya antes de esa fecha se leía el curso de Súmulas y Lógica, con lo cual esta donación vendría a completar el curriculum docente del monasterio en lo que a filosofía se refiere. Sin embargo, dicho cabildo mayor entabló un pleito contra el convento sobre la validez del censo, que tras diversas sentencias y apelaciones fue resuelto a favor de los frailes de San Vicente en el último cuarto del siglo XVII39.

La última donación en relación con los estudios en San Vicente Ferrer de la que tenemos noticia se produce en 1684; el 10 de enero de ese año otorgaba su testamento ante el escribano Antonio de Oliva el licenciado don Juan Antonio Mengíbar, típico miembro de la oligarquía placentina, que había sido muchos años abogado de los Reales Consejos y regidor de la ciudad, pero que al quedar viudo en 1679 de su esposa doña Estefanía de Medina Yáñez se ordenó como clérigo presbítero. En ese testamento don Juan Antonio decía que “…ha muchos años que deseo hacer en dicho convento de San Vicente unas escuelas con tres generales de artes y una grande de theoloxía por la mucha necesidad que de ellas tiene el convento, y para mayor adorno suyo…”. Nos informa también de que hace unos años vino a Plasencia un maestro de arquitectura (no dice el nombre) que elaboró dos plantas de esos estudios generales y valoró la obra en unos 3.000 ducados, que son los que precisamente deja para que la obra se realice, 2.000 procedentes de una manda que dejó a su disposición su esposa y los mil restantes que añade él mismo.

Para la ejecución de la manda ponía varias condiciones y mandas pías, de las cuales la única que afecta a los estudios es aquella en la que nombraba como patrona de las escuelas a Santa Rosa de Santa María, ordenando que se pusiera una imagen de la santa “…en nicho que se ha de hazer sobre la puerta del general mayor de teología, y a los pies de la imagen se ha de poner una piedra grande de cantería, en que se ha de esculpir un letrero con letras grandes y legibles que digan así: estas escuelas fundaron y mandaron hazer a su costa el lizenciado don Juan Antonio de Menxibar, presbítero, abogado de los Reales Consejos, que primero fue rexidor perpetuo de esta ciudad de Plasencia, y doña Estefanía de Medina Yáñez su muxer, y elixieron por patrona de ellas a su madre Santa Rosa de Santa María…”. Por último, ordenaba que si los dominicos no aceptaban la manda en el plazo de cuatro meses a partir de su muerte, dicha donación pasase al convento de Santa Catalina del Arenal, pero no para fundar las escuelas, sino para establecer dos fiestas anuales en honor de Santo Domingo Soriano. Ello no sucedió, ya que tras la muerte de don Juan Antonio, los frailes de San Vicente Ferrer se apresuraron a aceptar la fundación en los tres tratados pertinentes y con la licencia del provincial de la Provincia de España, aceptación fechada el 26 de enero de 168540.

Gracias a esta generosa donación, se construyeron en una amplia zona hasta entonces dedicada a huerta, los llamados Generales Nuevos, una gran nave de dos pisos con una arcada inferior donde desde ese momento los estudiantes y novicios que residían en el convento podían seguir sus estudios. Nos consta la ampliación de la capacidad docente del monasterio, ya que sabemos que en 1719 del conjunto de frailes residentes en el convento había un catedrático decano, un maestro de estudiantes, dos lectores de teología, 8 lectores de artes, un lector de lógica y un lector de súmulas41.

Las mandas y donaciones no sólo fueron destinadas a sufragar los distintos estudios impartidos en el convento; de hecho, un elemento fundamental para la enseñanza era la existencia de una buena biblioteca. Ya en la carta de donación otorgada en 1484 la duquesa Leonor Pimentel ordenaba que se comprasen los libros necesarios para una biblioteca cumplida42; a esa manda y a los libros que lógicamente iría adquiriendo el monasterio durante el siglo XVI para sus necesidades se unieron en el siglo XVII dos donaciones de libros, una inédita hasta ahora y otra sobradamente conocida.

La primera donación a la que hacemos referencia es la que hizo el licenciado don Juan Martínez de Salazar, arcediano de Plasencia, en 1615; en su testamento otorgado ante el escribano Blasco Gil el 18 de marzo de 1615, solicitaba que fuese enterrado en el capítulo del convento de San Vicente Ferrer y se le dijesen dos misas cada mes a perpetuidad por su alma. A cambio de ello donaba al monasterio toda su librería, aunque se la entregaba a su sobrino don José Martínez de Salazar por los días de su vida a cambio de 60 ducados anuales que debía abonar al convento hasta tanto éste no tuviera en su poder la biblioteca43. Los frailes aceptaron la manda el 25 de junio de 1615, aceptación gracias a la cual y a distintas cartas de pago tenemos constancia de esta manda44, ya que el legajo donde se debería conservar el testamento se ha perdido, por lo que desconocemos el contenido de esa librería.

Mucho más importante, generosa y conocida es la otra donación de libros que recibió el convento de don Rodrigo Ignacio de Carvajal y Nieto45; la historia de la biblioteca de este noble placentino es muy interesante, ya que en su origen perteneció a don Francisco de Mendoza y Bobadilla, cardenal arzobispo de Burgos, a cuya muerte en 1556 fue vendida. La mayor parte de los libros pasó a manos de don García de Loaysa y Girón, arzobispo de Toledo y ayo del futuro Felipe III, quien en su testamento legó su biblioteca a sus sobrinos don Pedro de Carvajal, obispo de Coria, y don Álvaro de Carvajal, obispo de Zamora, los cuales a su vez la legaron a su sobrino don Diego Esteban de Carvajal y Nieto, padre del mencionado don Rodrigo Ignacio.

El último poseedor de la biblioteca decidió donarla al convento dominico de Plasencia en 1650, por razones desconocidas aunque podemos suponer que le era gravoso mantener en buen estado la enorme cantidad de libros y manuscritos que la componían. La donación se efectuó el 30 de mayo de 1650 y en ella don Rodrigo Ignacio estableció como condiciones que el convento dijese 1250 misas rezadas en la capilla que poseía en la iglesia parroquial de San Nicolás, otras 1.500 en el propio convento por el alma de su padre don Diego Esteban de Carvajal y Nieto y una misa cantada en el altar mayor de la iglesia conventual por todos los antepasados del donante en la octava de Todos los Santos. Obligaba también al convento a “…tener la librería en pie y conservarla…”, y le permitía vender aquellos libros que tuviesen duplicados o que estuviesen escritos en griego o hebreo. Por último, establecía que él y sus sucesores deberían tener siempre una llave de la librería y que se había de poner un letrero en la biblioteca diciendo que:

“EL SEÑOR GARCÍA DE LOAYSSA, ARZOBISPO DE TOLEDO Y MAESTRO DEL PRÍNCIPE DON FELIPE III, DEJÓ SU LIBRERÍA A SUS SOBRINOS DON PEDRO DE CARVAXAL, DEÁN DE TOLEDO YOBISPO DE CORIA, Y DON ÁLVARO DE CARVAXAL, CAPELLÁN Y LIMOSNERO MAYOR DE SU MAJESTAD Y ABAD DE SANTA LEOCADIA, ELECTO OBISPO DE ZAMORA, LOS CUALES LA DEJARON AL SEÑOR DON DIEGO ESTEBAN DE CARVAXAL Y NIETO, COMENDADOR DE CASTROVERDE DE LA ORDEN DE SANTIAGO SU SOBRINO Y SU HIJO DON RODRIGO YGNACIO DE CARVAXAL, CABALLERO DE LA DICHA ORDEN, LA ENTREGÓ A ESTE CONVENTO CON ALGUNAS CARGAS, COMO CONSTA DE ESCRITURA. AÑO DE 1650”46.

El contenido de la biblioteca, que ha sido perfectamente analizado por Ricardo Luengo Pacheco47 abarcaba 258 manuscritos y 2.593 obras impresas, incluyendo 52 incunables; el 31% del total eran obras de temática religiosa (Biblias, vidas de santos, libros de sermones, etc.), el 12,1% trataba temas de derecho y política, entre los que se encontraban libros sobre derecho canónico, índices inquisitoriales, constituciones de órdenes militares, títulos de arbitristas, las obras de Justo Lipsio y Jean Bodin y obras de importantes dominicos como Domingo de Soto o Bartolomé de las Casas.

Los libros sobre ciencias ocupaban el 5,4% del total, abundando los libros de astronomía, matemáticas, historia natural, medicina, arquitectura (como las obras de Palladio y Serlio) o geografía (incluyendo la Geographia de Tolomeo). Muchos más abundantes eran los libros de Humanidades (el 30%), entre los cuales destaca sin duda la Historia, con libros de hechos de nobles, biografías de la monarquía e historias de distintos reinos de la Península y de fuera de ella (como la Historia General de España del padre Juan de Mariana).

La literatura de ficción tiene un peso considerable; hay algunos libros de caballería, como el Amadís de Gaula, aunque curiosamente no está el Quijote; encontramos también poemarios, obras de autores clásicos como El Asno de Oro de Apuleyo, así como un importante número de ediciones de las obras de Dante, Petrarca y Bocaccio, tanto en italiano como en castellano.

En cuanto a la filosofía, materia importante para el convento al impartirse los cursos de Artes, se centra en Aristóteles, bien como obras originales bien como comentarios sobre lógica, metafísica o física. No se pueden olvidar, por supuesto, las obras de Santo Tomás de Aquino.

También es significativo el número de clásicos grecolatinos (casi un 10% del total de la biblioteca), entre los que destaca Cicerón, Estrabón, Pomponio Mela, Vitrubio, Tito Livio, Julio César, Ovidio, Plinio, Séneca o Virgilio. Por último, hay que destacar el importante número de diccionarios de griego, hebreo, italiano o latín y algunas obras de gramática, incluyendo alguna de las obras del extremeño Francisco Sánchez el Brocense.

La biblioteca permaneció intacta en manos del convento algo menos de un siglo; en marzo de 1739 don Juan de Iriarte, bibliotecario de la Real Biblioteca fundada por Felipe V, negoció con el convento la entrega de 136 impresos y 106 manuscritos, a cambio de los cuales los dominicos placentinos recibieron 232 impresos sobre ciencias eclesiásticas48.

Unos años más tarde, en noviembre de 175249, el oidor de la Audiencia de Sevilla Ascensio de Morales, que estaba revisando por orden del secretario de Estado don José de Carvajal y Lancáster los archivos y bibliotecas del país, localizó la biblioteca de San Vicente Ferrer, y propuso a Carvajal que se enviase una real orden a la comunidad dominicana para que entregasen los manuscritos y documentos más útiles a los propósitos de Morales. La orden fue expedida en febrero de 1753 y desde ese momento Ascensio de Morales procedió a la selección de 146 manuscritos, que fueron remitidos a Toledo el 31 de marzo de 1753; los códices fueron valorados en 12.000 reales y como compensación el convento debería recibir 95 volúmenes impresos50. Sin embargo, en 1779 toda- vía no había recibido todos los libros, ya que el convento otorgó el 21 de octubre su poder a un dominico madrileño para que “…pueda percibir y perciba de su majestad y su real biblioteca y demás personas que fueren parte legítima todos los libros que se le entregasen en recompensa del valor dado a los que se extrajeron de dicha librería…”51. Hemos de decir, en todo caso, que los códices manuscritos fueron extraídos de la biblioteca conventual con plena autorización y consentimiento de los frailes dominicos, para quienes no resultaban útiles para su dedicación religiosa y docente.

Aparte de lo ya dicho, poco más sabemos de la trayectoria del convento en el siglo XVIII debido a la ausencia de documentación, tanto en líneas generales como en lo que respecta a la “universidad” placentina; parece, no obstante, que el Siglo de las Luces no debió de ser negativo para los dominicos de Plasencia. Así, según el Catastro del Marqués de la Ensenada el convento contaba en 1751 con 30 religiosos de misa, 9 in sacris, 11 clérigos de menores y 11 legos52, y en 1769 el número de religiosos, criados y huéspedes del monasterio ascendía a 5253. Por último, en la respuesta que el Concejo placentino daba a la pregunta 24 del Interrogatorio formulado por la Real Audiencia de Extremadura en 1791, se decía que el convento dominico contaba “…con una escuela completa de filosofía y teología escolástica y moral…”54

La historia del convento sufrirá un cambio fundamental y definitivo a principios del siglo XIX; la Guerra de la Independencia supondrá para los dominicos placentinos, al igual que para el resto de Extremadura y España, un desastre desde todos los puntos de vista; para conocer los efectos directos de la presencia francesa en Plasencia sobre el convento de San Vicente Ferrer contamos con el relato hecho por el propio prior José María Ramos Monroy a la Junta Central55; siguiendo dicho relato, a finales de julio de 1809 llegó a Plasencia la noticia de la aproximación de las tropas francesas al mando del mariscal Ney, por lo que la comunidad de frailes abandonó el convento. El 2 de agosto llegaron a la ciudad los franceses, y al día siguiente ocuparon el edificio, destrozaron todos los muebles y lo dejaron en un estado deplorable; el 5 quemaron el algodón almacenado en el convento por orden del capitán general español, con lo que provocaron un enorme incendio que afectó a la portería, paneras, coro y parte de la iglesia, destrozaron los edificios habilitados para la labor, mataron el ganado y destruyeron la bodega. También destruyeron o quemaron toda la madera que había en el convento, incluyendo marcos de puertas y ventanas, arrasaron la biblioteca, la librería coral y la sillería del coro. Asimismo, la iglesia fue utilizada como cuadra, sus retablos usados como leña y las imágenes y sepulcros mutilados o simplemente destruidos.

Una vez acabada la guerra, los dominicos volvieron al convento e intentaron restaurar la vida religiosa y las clases que impartían; prueba de su relativo éxito es que el ayuntamiento de la ciudad les pidiera ayuda en 1816 para fundar una universidad en el propio convento a semejanza de la Universidad de Santo Tomás de Ávila. El proyecto quedó en el olvido, pero en la década de 1820 se mantuvo e incluso aumentó el número de alumnos matriculados en los cursos de Teología, Moral y Metafísica.

La historia del convento como institución religiosa y docente acabó, como la de tantos otros monasterios, con la desamortización decretada por el Gobierno de la Nación en 1834 y que supuso la disolución del convento, la venta de sus bienes entre 1835 y 183656 y la del propio edificio conventual en 184857. Se ponía así fin a casi cuatro siglos de historia tan fecunda desde el punto de vista espiritual, económico, social y cultural. Afortunadamente, poco a poco vamos sabiendo más sobre esta institución, sin duda una de las más importantes de la Extremadura moderna, y esperamos que este trabajo amplíe ese conocimiento.

5. FUENTES INÉDITAS Y BIBLIOGRAFÍA

5.1.  Fuentes

Archivo Histórico Nacional:

Clero, Clero secular y regular, legajo 1406 y carpeta 415, documentos del monasterio de San Vicente Ferrer de Plasencia.

Estado, Junta Suprema Central y Gubernativa del Reino, legajo 27E. Archivo General de Simancas:

Dirección General de Rentas, 1ª remesa, Catastro de Ensenada, Respuestas Generales, libro 147 (Plasencia).

Registro General del Sello, amparo al monasterio de san Vicente de Plasencia nuevamente reformado, Barcelona, 17 de noviembre de 1492.

Archivo Histórico Provincial de Cáceres:

Protocolos, legajos 237, 581, 693, 1073-1074, 1874 y 2871.

Hacienda, sección Clero, legajo 1 bis, carpeta 37.

5.2.  Bibliografía

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1   HERNÁNDEZ, R. y GALMÉS, L: “Los dominicos y la educación en el siglo XVI”, en DELGADO CRIADO, B. (coord..): Historia de la Educación en España y América. La educación en la España Moderna (siglos XVI_XVIII), Madrid, 1993, pp. 79-85.

2   HERNÁNDEZ, R. y GALMÉS, L: “Los dominicos y la educación en el siglo XVII”, en DELGADO CRIADO, B. (coord..): Historia de la Educación en España y América. La educación en la España Moderna (siglos XVI_XVIII), Madrid, 1993, pp. 457-261.

3  HERNÁNDEZ, R. y GALMÉS, L: “Contribución de los dominicos a la educación en el siglo XVIII”, en DELGADO CRIADO, B. (coord..): Historia de la Educación en España y América. La educación en la España Moderna (siglos XVI_XVIII), Madrid, 1993, p.p. 720-721.

4  Sobre la historia de los Zúñiga, sus vínculos con Extremadura y, en especial, con Plasencia, se pueden consultar los siguientes artículos: LORA SERRANO, G.: “La organización de la defensa militar de un estado señorial y el potencial bélico de un noble a mediados del siglo XV”, Historia, Instituciones, Documentos, 18, 1991, 297-338; IBIDEM: “El ducado de Arévalo (1469-1480): un conflicto señorial en tierras abulenses a finales de la Edad Media”, Historia, Instituciones, Documentos, 25,, 1998, págs. 369- 394; GRANDE QUEJIGO, F. J.: “Don Alonso de Zúñiga y la Glosa de Alonso de Cervantes”, Revista de Estudios Extremeños, LXIII (1), 2007, págs. 405-428.

5  Según este autor, ese primitivo convento estaría situado fuera del recinto amurallado de la ciudad: BENAVIDES CHECA, J.: Prelados Placentinos. Notas para sus biografías y para la historia documental de la Santa Iglesia Catedral y Ciudad de Plasencia, Plasencia, 1999, p. 151.

6   FERNÁNDEZ, A.: Historia y anales de la Ciudad de Plasencia y su Obispado, Madrid, 1627, pp. 107-108; MATÍAS GIL, A.: Las Siete Centurias de la ciudad de Alfonso VIII, Plasencia, 1984, pp. 139-140; TORO, L. de: Descripción de la ciudad y obispado de Plasencia, Plasencia, 1961, p. 31; PALOMO IGLESIAS, C.: “El convento de San Vicente Ferrer, de Plasencia”, Revista de Estudios Extremeños, XXXIV, 1978, pp. 139-141.

7  LÓPEZ MARTÍN, J. M.: Paisaje urbano de Plasencia en los siglos XV y XVI, Plasencia, 1993, p. 322.

8  En la carta de donación otorgada por Leonor Pimentel en 1484 la fundadora dice claramente que “…tengo confiança avrá en el dicho monasterio personas notables en vida, ejemplo e ciencia de donde seguirá aumento al serviçio de Dios e provecho a mí e a mi casa e señorío (el subrayado es nuestro)”: PALOMO IGLESIAS, C., “Carta inédita de la Duquesa de Plasencia, doña Leonor Pimentel, donando a los dominicos el convento de San Vicente Ferrer de la ciudad de Plasencia (22 de agosto y 10 de octubre de 1484)”, Revista de Estudios Extremeños, XXXI (I), 1975, págs. 45-55.  9 FERNÁNDEZ, A.: Historia y anales…, op. cit., p. 108.

10  LÓPEZ MARTÍN, J. M.: Paisaje urbano…, op. cit., p. 323.

11  Así se recoge en el llamado Libro Becerro del convento de San Vicente Ferrer, una recopilación y transcripción de documentos relacionados con el convento que se elaboró a mediados del siglo XVIII, y que fue publicado íntegramente por Crescencio Palomo Iglesias en Archivo Dominicano entre 1982 y 1984; el primer documento que reseñan es “…una escritura de donación de nuestros fundadores don Álvaro de Zúñiga y doña Leonor Pimentel en la cual dicen que por cuanto ellos han edificado a su costa una iglesia y monasterio pequeño, que se llama de San Vicente, en la ciudad de Plasencia que está cabe la Puerta de Trujillo y hoy se llama de Santo Domingo el Viejo…”.

12  En las obras de restauración realizadas en el convento para su conversión en parador de turismo se han hallado numerosos restos de la ocupación judía, tanto de elementos cotidianos como de la antigua sinagoga, cuya ubicación coincide exactamente con la del convento dominico: MATENSAZ VERA, P. y SÁNCHEZ HERNÁNDEZ, C.: “Elementos judíos en la intervención arqueológica en el convento de San Vicente Ferrer de Plasencia (Cáceres)” en ROMERO CASTELLÓ, E. (coord..): Judaísmo hispano: estudios en memoria de José Luis Lacave Riaño, volumen 2, Madrid, 2003, págs. 507-517.

13  Según el duque, el motivo para dicha expropiación fue que la Mota era “…el lugar más convenible e sano que se pudo fallar en la dicha mi çibdad de Plasençia, en especial segund la quantidad e largueza e anchura e espacio que ha menester el dicho monasterio para ser excelente e famoso segund que lo yo e la dicha duquesa mi mujer lo desseamos…”: PALOMO IGLESIAS, C., “Libro Becerro del convento de san Vicente Ferrer de Plasencia (III)”, Archivo Dominicano, V, 1984, págs. 256-257.

14  PALOMO IGLESIAS, C., “Libro Becerro del convento de san Vicente Ferrer de Plasencia (I)”, Archivo Dominicano, III, 1982, p. 246.

15  PALOMO IGLESIAS, C., “Libro Becerro… (III)”, op. cit., p. 187.

16  FERNÁNDEZ, A., Historia y anales…, op. cit., p. 179.

17  PALOMO IGLESIAS, C., “El convento de San Vicente Ferrer…”, op. cit., págs. 142-143.

18   Archivo Histórico Nacional (en adelante AHN), Clero, Clero secular y regular, legajo 1406, documentos del monasterio de San Vicente Ferrer de Plasencia, testimonio de cómo este convento de San Vicente fue reducido a la observancia en 13 de septiembre de 1492.

19  PALOMO IGLESIAS, C., “El convento de San Vicente Ferrer…”, op. cit., p. 144.

20  Archivo General de Simancas (en adelante AGS), Registro General del Sello, amparo al monasterio de san Vicente de Plasencia nuevamente reformado, Barcelona, 17 de noviembre de 1492.

21  PALOMO IGLESIAS, C., “Libro Becerro del convento de san Vicente Ferrer de Plasencia (II)”, Archivo Dominicano, IV, 1983, págs. 171-172.

22  PALOMO IGLESIAS, C.: “Carta inédita…”, op. cit., p. 50.

23  SENDÍN BLÁZQUEZ. J.: “Convento e iglesia de Santo Domingo. Los dominicos en Plasencia”, Alcántara, 64, 2006, págs. 95-123.

24  FERNÁNDEZ, A., Historia y Anales…, op. cit., p. 109.

25  Es curiosa la divergencia existente sobre la fecha de la bula papal, ya que en una traducción de dicha bula que se conserva en el Archivo Histórico Nacional se da como fecha el 13 de junio (AHN, Clero, clero secular y regular, legajo 1406, documentos referentes al convento de San Vicente Ferrer de Plasencia, Bula de Sixto IV y sentencias de Rodrigo de Borja). Por su parte, Crescencio Palomo indica que se publicó el 19 de junio (PALOMO IGLESIAS, C.: “Los dominicos y su labor universitaria en Plasencia”, Archivo Dominicano, 25, 2004, pp. 211-235), basándose supuestamente en el ya mencionado Libro Becerro de San Vicente Ferrer. Sin embargo, en dicho Libro Becerro se señala que la bula fue otorgada en “13 kalendas junii”, es decir, el 13 de las calendas de junio, que convertido a nuestro calendario actual resulta ser el 19 de mayo, fecha en la que sin duda se otorgó esta importante bula de Sixto IV (PALOMO IGLESIAS, C., “Libro Becerro… (III)”, op. cit., p. 180).

26   AHN, Clero, Clero secular y regular, legajo 1406, documentos del monasterio de San  Vicente Ferrer de Plasencia, bulas y sentencias sobre los bienes del convento, sentencias de Juan de Gata y Martín de Yanguas.

27  SÁNCHEZ LORO, D.: Historias placentinas inéditas, Cáceres, 1983 volumen III, págs. 225-228.

28   AHN, Clero, Clero secular y regular, legajo 1406, documentos del monasterio de San Vicente Ferrer de Plasencia,  bulas y sentencias sobre los bienes del convento, sentencia del doctor Ruy García de Salamanca adjudicando al monasterio los bienes del priorazgo de San Marcos de Plasencia.

29   AHN, Clero, Clero secular y regular, legajo 1406, documentos del monasterio de San Vicente Ferrer de Plasencia.

30  PALOMO IGLESIAS, C.: “Carta inédita…”, op. cit., p. 52.

31  Crescencio Palomo afirma que la obligación de poner cátedra de teología en el convento aparece en la bula de Sixto IV de 10 de marzo de 1474 por la que daba permiso a la duquesa para aplicar al monasterio las obras pías, memorias y fundaciones no cumplidas (PALOMO IGLESIAS, C.: “Los dominicos…”, op. cit., p. 29). Sin embargo, nosotros hemos podido consultar el original de dicha bula, conservada en el Archivo Histórico Nacional, y en ningún momento se menciona cátedra de teología alguna: AHN, Clero, Clero secular y regular, carpeta 415, documento nº 2.

32  PALOMO IGLESIAS, C., “Libro Becerro… (I)”, op. cit., p. 211.

33  LOPEZ, J. (O. P.): Tercera Parte de la Historia General de Sancto Domingo y de su Orden de Predicadores, Valladolid, 1613, libro 3, pp. 197-198.

34  FERNÁNDEZ, A., op. cit., pp. 111-112.

35  PALOMO IGLESIAS, C., “Los Dominicos…”, op. cit., p. 31.

36  PALOMO IGLESIAS, C., “El convento de San Vicente Ferrer…”, op. cit., p. 144.

37  Archivo Histórico Provincial de Cáceres (en adelante AHPC), Protocolos, escribano Juan González León, legajo 1073, sobre memoria de don Pedro Gómez Carvajal, noviembre de 1648.

38  PALOMO IGLESIAS, C., “Libro Becerro… (I)”, op. cit., 201.

39  PALOMO IGLESIAS, C., “Libro Becerro… (II)”, op. cit., p. 173.

40  AHPC, Protocolos, legajo 1874, escribano Antonio de Oliva, año 1684, testamento del licenciado don Juan Antonio Mengíbar y año 1685, aceptación de fundaciones que hizo el convento de San Vicente Ferrer, s/f.

41   AHPC, Protocolos, legajo 581, escribano Martín Elizondo de Berrueta, año 1719, aprobación para hacer obras en el tejado del convento, s/f.

42  PALOMO IGLESIAS, C., “Carta inédita…”, op. cit., p. 15.

43  AHPC, Protocolos, legajo 237, escribano Francisco Díaz del Campo, 25 de junio de 1615, s/f.

44  AHPC, Protocolos, legajo 2871, escribano Francisco Díaz del Campo, 5 de febrero de 1626, s/f.

45   Los poderes otorgados por el donante, la aceptación del convento, la licencia concedida por el padre provincial y un inventario completo de la biblioteca en AHPC, Protocolos, legajo 1074, escribano Juan González León, 30 de mayo de 1650, s/f

46  Curiosamente, en la biblioteca actual no se conserva dicho letrero, bien porque fue destruido bien porque nunca se llegó a colocar.

47  LUENGO PACHECO, R.: Libros y lectores en Plasencia (siglos XVI-XVIII), Cáceres, 2002, pp. 232-258.

48  FERNÁNDEZ POMAR, J. M.: “Libros y manuscritos procedentes de Plasencia. Historia de una colección”, en Hispania Sacra, XVIII, 1965, pp. 33-102.

49   ANDRÉS, G.: “Historia de un fondo griego de la Biblioteca Nacional de Madrid. Colecciones Cardenal Mendoza y García de Loaisa”, Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, tomo LXXVII, 1, enero-junio de 1974, pp. 5-65

50   CARRASCO GONZÁLEZ, G.: “La comisión de don Ascensio de Morales en Plasencia: una muestra de la biblioteca del convento de San Vicente Ferrer de los Padres Dominicos”, en Jornadas de Estudios Históricos. VIII Centenario de la Diócesis de Plasencia (1189-1989), Plasencia, 1990,

pp. 243-254.

51   AHPC, Protocolos, Legajo 693, escribano Luis de la Flor, poder otorgado el 21 de octubre de 1779, folios 361-362.

52   AGS, Dirección General de Rentas, 1ª remesa, Catastro de Ensenada, Respuestas Generales, libro 147 (Plasencia), folio 150.

53   AHN, Clero, clero secular y regular, legajo 1406, documentos referentes al monasterio de San Vicente Ferrer de Plasencia, testimonio firmado por Luis de la Flor, escribano de la ciudad de Plasencia, para pedir licencia para comprar bacalao y salmón en Bilbao, 18 de agosto de 1769.

54   RODRÍGUEZ CANCHO, M. y BARRIENTOS ALFAGEME, G.: Interrogatorio de la Real Audiencia. Extremadura a finales de los tiempos modernos. Partido de Plasencia, Badajoz, 1995, p. 626.

55  AHN, Estado, Junta Suprema Central y Gubernativa del Reino, legajo 27E, carta de José María Ramos Monroy, prior del Convento de San Vicente, orden de Predicadores, de Plasencia, informando a la Junta de los destrozos causados por las tropas napoleónicas. Plasencia, 28 de noviembre de 1809.

56  AHPC, Hacienda, sección Clero, legajo 1 bis, carpeta 37.

57  Boletín Oficial de la Venta de Bienes Nacionales, número 2054, Madrid, sábado 29 de enero de 1848.

Sep 012011
 

Carlos María Neila Muñoz.

1.  METODOLOGÍA DE TRABAJO

El trabajo de campo que he estado realizando para conseguir los datos cuantitativos y cualitativos propios de esta investigación comenzó en el año 2007 como un aspecto más del núcleo central de mi D.E.A. y de mi Grado: “Ritos de paso del ciclo de la vida. Costumbres y tradiciones en Brozas (1900- 1999)”, dirigido por el profesor Dr. D. Javier Marcos Arévalo, de la Universidad de Extremadura. He pretendido unificar, en la medida de mis posibilidades formativas, las dos disciplinas que el profesor Caro Baroja decía que tenían que ir de la mano o que, por lo menos, debían de ser complementarias y no excluyentes: la antropología y la historia. Al día de la fecha (01 de agosto de 2011), he trabajado –o estoy trabajando- en diecinueve (19) localidades, y he recopilado tres mil quinientos setenta y nueve (3.579) expósitos repartidos en los Registros Civiles de estas poblaciones. Para lograr tal fin, no he podido utilizar los índices de los libros, sino que he tenido que ir viendo hoja a hoja, acta a acta, persona a persona… de todos los nacimientos regulados en los correspondientes libros y actas. Es conveniente hacer reseñar la importancia de los testimonios orales recogidos en las distintas localidades, siempre de personas de avanzada edad, que amablemente han accedido a buscar en sus recuerdos vitales cualquier hecho –más o menos anecdótico- relacionados con el tema. Es necesario dar las gracias a los encargados y encargados de los Registros Civiles que amablemente han accedido a mi pretensión investigadora y, como no, a los/as Srs/as. Juez/as y Fiscales que igualmente me han concedido la oportuna autorización para el acceso a los correspondientes datos personales. En lo que hace referencia a la localidad de Trujillo, mi más sincero agradecimiento a Dña. Puerto Cuadrado Calvo, sin cuya amistad, sin cuya facilidad de acceso a las fuentes documentales y sin su constante ánimo, no hubiera sido posible esta investigación.

La Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de carácter personal, tiene por objeto “…garantizar y proteger, en lo que concierne al tratamiento de los datos personales, las libertades públicas y los derechos fundamentales de las personas físicas, y especialmente de su honor e intimidad personal y familiar. Se entiende por datos de carácter personal: cualquier información concerniente a personas físicas identificadas o identificables”. La misma Ley en el título II, en el artículo 4.2 dice que “…los datos de carácter personal objeto de tratamiento no podrán usarse para finalidades incompatibles con aquellas para las que los datos hubieran sido recogidos. No se considerará incompatible el tratamiento posterior de éstos con fines históricos, estadísticos o científicos”, por lo tanto esta etnohistoria y su posterior tratamiento de datos, se ajusta a la opción de considerar ésta como “…operaciones y procedimientos técnicos de carácter automatizado o no, que permitan la recogida, grabación, conservación, elaboración, modificación, bloqueo y cancelación, así como las cesiones de datos que resulten de comunicaciones, consultas, interconexiones y transferencias”. Y teniendo en cuenta la Directiva 95/46/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 24 de octubre de 1995 relativa a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de datos personales y a la libre circulación de estos datos, en el artículo 6.1.b, recogido en la Sección I: Principios relativos a la calidad de datos, dice que los datos personales “…recogidos con fines determinados, explícitos y legítimos, y no sean tratados posteriormente de manera incompatible con dichos fines; no se considerará incompatible el tratamiento posterior de datos con fines históricos, estadísticos o científicos, siempre y cuando los Estados miembros establezcan las garantías oportunas”, esta investigación se ajusta a la normativa vigente sobre el uso y protección de datos personales.

2. BREVE HISTORIA DE LOS REGISTROS CIVILES

El lunes 20 de junio de 1870, apareció en la Gaceta de Madrid1 la “Ley Provisional de Registro Civil”, firmada por el entonces Ministro de Gracia y Justicia Eugenio Montero Ríos (1832-1914). Espín Cánovas (1959) expresa que “la novedad que en su día supuso la ley de 17 de junio de 1870 del Registro civil, al regular por primera vez en España esta materia, anteriormente disciplinada por la Iglesia a través de sus Registros parroquiales, le dio un carácter de ensayo que no escapó a sus autores y hasta quedó plasmado en su propia denominación, calificándola de «Ley provisional». Pero esta provisionalidad que preveía una ley definitiva que recogiese ulteriores experiencias al implantar el Estado el Registro civil, se ha prolongado excesivamente al estar en vigor hasta el 1º de enero de 1959 en que una nueva ley, definitiva, viene a sustituir a aquélla”. Por lo tanto esta ley que entró en vigor el día 1 de enero de 1871 y fue derogada el día 1 de enero de 1959, mantuvo su vigencia a través de dos Repúblicas (1873-1874 y 1931-1939), la Restauración Borbónica (1874-1931) y la dictadura del general Franco (1939-1945) en varias etapas sociales y políticas muy variopintas en cuanto a ideas y en cuanto a la plasmación de las mismas en la sociedad. Esta «ley provisional» y su Reglamento de fecha 13 de diciembre de 1871 expresaba en su artículo 5º que “El Registro civil se dividirá en cuatro secciones denominadas: la primera de nacimientos, la segunda de matrimonios, la tercera de defunciones y la cuarta de ciudadanía; habiendo de llevarse cada una de ellas en libros distintos”. En los que hace referencia a las personas expósitas o depositadas, el artículo 47 dice que “Están obligados a hacer la prese tación y declaraciones que se expresarán en los artículos sucesivos de esta ley las personas siguientes por el orden en que se mencionan: […] 3º. El pariente más próximo, siendo de mayor de edad, de lo que se hubiesen hallado en el lugar del alumbramiento al tiempo de verificarse. […]. 6º. Respecto a los recién nacidos abandonados, la persona que los haya recogido. 7º. Respecto a los expósitos, el cabeza de familia de la casa o el jefe del establecimiento dentro de cuyo recinto haya tenido lugar la exposición. […]”. Y el artículo 49 expresa que “Respecto a los recién nacidos abandonados o expósitos, en ves de las circunstancias números 3º, 6º y 7º del artículo anterior [48] se expresarán: 1º. La hora, día, mes y año y lugar en que el niño hubiese sido hallado o expuesto. 2º. Su edad aparente. 3º. Las señas particulares y defectos de conformación que le distingan. 4º. Los documentos u objetos que sobre él o a su inmediación se hubiesen encontrado; y demás circunstancias cuya memoria sea útil conservar para la futura identificación de su persona”.

3. ETNOHISTORIA DEL ABANDONO. LOS EXPÓSITOS EN LA PROVINCIA DE CÁCERES (1871-1949)

Las localidades donde he realizado trabajo de campo en los respectivos Registros Civiles, son las siguientes2:

Tabla 18-1

De forma resumida, las personas depositadas, expuestas o abandonadas por sexo, en Trujillo y en la provincia de Cáceres, son:

Tabla 18-2

Se puede apreciar que no hubo preferencia en el abandono de niñas frente al de niños. Es un hecho verificable en función de los datos anteriores, aunque es idea general –errónea en este caso- que se abandonan más niñas que niños por la concepción sexista del trabajo imperante en una sociedad machista, paternalista y patriarcal a favor del varón.

A continuación se cita la temporalización de expósitos abandonados o expuestos hasta la mitad del siglo XX, ya que a partir de esta fecha, no se registra ningún caso más de abandono, comparando los datos recopilados en la localidad de Trujillo con los de la totalidad de las localidades investigadas, son:

Tabla 18-3

Tabla 18-4

Siguiendo con la temporalización, los datos sobre los meses de cuándo se depositaban o se exponían los niños y las niñas abandonados en los tornos de las casas cunas o en otros enclaves de las localidades, son las siguientes:

Tabla 18-5

De forma visual, se puede apreciar los datos a nivel provincial en el gráfico que a continuación aparece:

Tabla 18-6Veamos este testimonio recogido en la localidad de Navas del Madroño:

 “Abandonaban a los pobrecitos en el torno cuando más frío hacía. Yo casi no me acuerdo porque era muy joven y a mí me lo contaba mi madre, […] ¿… que de dónde eran? Pues casi todos eran de los señoritos y del hambre que había…

En la tabla y en el gráfico que aparece a continuación, se puede apreciar la estacionalidad en que se expusieron a los niños y a las niñas, pero con datos globales extraídos de los Registros Civiles de las diecinueve localidades donde se ha hecho –o donde se está realizando- trabajo de campo etnográfico e historiográfico:

Tabla 18-13

Tabla 18-8

Las posibles explicaciones del ritmo estacional de la exposición, de por qué los niños o las niñas se depositaban más en la temporalización anteriormente mencionada, pueden ser:

–  Las inclemencias del tiempo en los meses de otoño y de invierno, unidas a las malas condiciones climatológicas imperantes en ciertos momentos del período estudiado.

–  La coyuntura económica adversa. El trabajo agrario faltaba y no había ingresos: se pasaba hambre y/o necesidad alimenticia, unido al alza de los precios del trigo y a la escasez de los productos de primera necesidad que según Fernández Ugarte (1988) “esto nos permitirá ver la influencia que sobre la concepciones tuvo el ciclo agrícola, no tanto por sí mismo […] como por el hecho de que este ciclo fue el que sirvió para montar sobre él toda una estructura religioso-lúdica, que es la que afectó de un modo mucho más directo a los distintos comportamientos sociales”.

–  En el mes de diciembre había celebraciones familiares y el sentimiento re- ligioso podría afloraba más en el corazón y en la economía de los ciudadanos pudientes.

–   Por Navidad, la caridad cristiana y la piedad religiosa externa se hacían más visibles de cara a la comunidad.

–  En los meses de invierno los días eran más cortos, había menos luz y esto ayudaba a realizar un acto prohibido e ilegal de abandono con nocturnidad y alevosía.

–   En los meses de verano existían peores condiciones higiénico sanitarias, por lo que la mortalidad aumentaba en niños/as que al ser depositados mostraban déficits nutricionales.

–  En una sociedad calificada de rural, es innegable que el ritmo cronológico biológico impuesto por la sociedad a través de ciertos acontecimientos políticos, religiosos, alimenticios… incidían en el abandono o exposición de las personas.

He aquí el testimonio de una mujer recogido en la actualidad en la localidad de Brozas:

“La gente iba por la noche, cuando no las veían nadie y por las calles que no tenían luz. Eso era por culpa de la mala conciencia. Dejaban a los niños para que les dieran de comer la inclusera o se los llevaban a la casa de la madre de Cáceres. Muchos se morían porque no tenían sus padres con qué darles leche y…

¡que no salían ‘pa’lante’…! Pero así eran muchos y unas veces se sabía de quién eran y otras no… y otras nos callábamos porque […] no había p’comer y a los niños pequeños se les veía con la barriga como una pandereta…”

Otro ejemplo recogido de un hombre en la localidad de Trujillo:

Eso fue antes de la guerra, cuando la gente no tenía trabajo y no tenían que comer. ¿Cómo iban a criar a los hijos? Pues le daban la teta las nodrizas pero ninguno salía adelante porque no se sabían de quiénes eran […] o la gente se callaba por miedo y no se decía nada… […] ¿Qué cómo se llamaban?

Pues como les daba la gana a los del Ayuntamiento, como el día de la semana [¿…?] como el nombre del calendario del día…

Los resultados obtenidos de cuándo se depositaban los recién nacidos en los distintos lugares a nivel provincial, a lo largo de las veinticuatro horas del día son los siguientes:

Tabla 18-9

Tabla 18-10Con respecto a esta variable temporal de exposición, Fernández Ugarte (1988) expresa que “las familias que abandonaban niños por ser ilegítimos tratarían de no ser vistas, pues de lo contrario su vergüenza sería pública; por ello creemos que los expósitos abandonados a altas horas, aprovechando la oscuridad y lo desierto de las calles, serían probablemente ilegítimos. Nos parece importante señalar que esta medida de precaución que tomaron muchos padres para salvaguardar su buena fama resultó sumamente perjudicial para los niños, especialmente en invierno, ya que las inclemencias de las horas nocturnas les resultarían fatales en la mayor parte de los casos”.

Una vez que se ha comprobado la temporalidad del abandono, se pueden exponer las hipótesis sobre el por qué del abandono. Después del trabajo de campo realizado he llegado a las siguientes conclusiones:

–  Por no poder los progenitores biológicos y las respectivas familias mantener al recién nacido que, casi siempre, era el más pequeño de una serie de ellos.

–  Por ser hijo/a de padre desconocido o lo que es lo mismo: por ser hijo ilegítimo de madre soltera, tenido fuera del enlace matrimonial civil o religioso, claro fruto de un comportamiento pecaminoso de acuerdo con la mentalidad socio-religiosa imperante en ese momento histórico.

–   Por ocultar al recién nacido, fruto de relaciones conyugales prohibidas socialmente, bien sea por un adulterio o por aventuras con los “señoritos” de turno, terratenientes en la mayor parte de las ocasiones y dueños de la tierra y del trabajo, lo que se traduce en su poder económico incontestable sobre sus trabajadores o “inferiores”.

–   Por fallecimiento de uno de los progenitores y no poder hacerse cargo el otro miembro de la pareja ni sus respectivas familias de su subsistencia.

–   Por ser fruto de la relación de dos personas menores de edad –o al menos una de ellas- sin dedicación laboral, sin haber hecho el servicio militar ni poseer medios económicos para la subsistencia.

La mayor parte de la información que aportan las personas depositadas, provienen de las cédulas, que eran trozos de papel que proporcionaban datos sobre el abandono y de las circunstancias que rodeaban a la persona (Torrubia Balagué: 2004). Fernández Ugarte (1988) dice que “llamamos cédula a los pedazos de papel con que los niños solían ser abandonados y donde los fami- liares ponían una serie de datos sobre el pequeño, que podrían servir a los administradores de la Inclusa de orientación y a las criaturas de ayuda en la dura vida que para ellas comenzaba”. Las cédulas recogidas y que han llegado a nuestros días, son pocas en comparación con el número de expósitos, y es probable que la mayor parte de ellas se perdieran y no aparezcan relacionadas en las actas de nacimiento o adjuntas en los libros cuando fueron encuadernados o encolados. Torrubia Balagué se cuestiona si nos podemos fiar de la información que ofrecen los textos pues podrían ir buscando tranquilizar la conciencia de los padres biológicos o conseguir un trato de favor en la Casa Cuna. Pero, ¿quién o quiénes escribieron estas notas? Todas las que he encontrado proceden de los propios interesados o de la familia o allegados, en ningún caso de personas o autoridades, por lo menos en lo que depende a su contenido y a la manera de presentación de las mismas. Álvarez Santaló (1980) clasifica las cédulas en“escuetas o simples” y “explicativas o complejas”. A lo largo de esta investigación únicamente se han encontrado cédulas del primer tipo, donde se hace constar datos como: el nombre que se ha de poner, la fecha de nacimiento y si está por bautizar o no.

En las cédulas se podía encontrar en un alto porcentaje de textos si el niño o la niña estaban o no bautizado, buscando la salvación espiritual por si la salvación material estaba alejada o era difícil o complicada de convertirse en una realidad. Existían normalmente dos tipos de bautismo: el de “solemnidad”, que era administrado por la jerarquía religiosa con poderes para la imposición del sacramento y el de “socorro” o de “necesidad”, que era administrado en caso de necesidad vital por cualquier persona que se encontrara en ese momento en el momento del parto o de la exposición. En esta investigación he encontrado reseñas como las que a continuación se expresan:

◉ “Este niño no está bautizado

◉ “Este niño está por cristianizar”.

◉ “La niña            3 a recibido el agua del socorro en la casa”.

◉ “           4 tiene el agua de socorro y está cristianizado”.

Veamos este ejemplo recogido de un testimonio realizado por un hombre en Alcántara:

“Como eran niños que, por lo general, estaban malnutridos y con mucha hambre, también los ponían en el torno por la mañana para que la inclusera los apuntara en el registro y los bautizaran rápidamente por si se morían y se quedaban donde van los niños que no han sido bautizados…”

Teniendo en cuenta estos hechos, en las actas de nacimiento se hacía constar igualmente si las personas depositadas mostraban algún defecto físico o señal alguna que los pudieran distinguir en un hipotético futuro y ante una posible reclamación de paternidad, tanto por parte de padre como de madre –fueran o no biológicos-. Los textos que aparecen en las cédulas eran los siguientes:

*  “Sin señas particulares ni defectos de conformación que le distinga”.

*  “Sin tener señal alguna particular”.

*  “Sin señales que le distinga”.

*  “Sin papel, señal o distinción alguna encima o en sus inmediaciones”.

*  “No se ha encontrado nada, ni señal, ni defecto, ni papel”.

Una vez que sabemos dónde y cómo han sido expuesto, es conveniente saber qué ropas llevaban puesta cuando se depositaron los niños y las niñas. Normalmente se hacía constar estos datos en una nota marginal en el acta de nacimiento o, simplemente, se escribía encima de las líneas pautadas que existían en la mayoría de los libros depositados en el Registro Civil. ¿Por qué estos datos? Pues para una futura identificación por parte de los padres o familiares en una hipotética reclamación sobre la paternidad y la reclamación del niño/a de la institución donde habitara de forma temporal. Expresa Torrubia Balagué (2004), citando a Álvarez Santaló, que “la cantidad y la calidad de las mismas pueden servir para identificar la procedencia social y económica de los niños con el fin de averiguar después las causas que motivaron los abandonos”. Pues bien, las prendas con las que se depositaban estaban casi siempre deterioradas o en mal uso. Veamos algunos ejemplos:

Persona depositada el 27 de junio de 1879: “…venía envuelto en una camisa vieja a medio uso, una mantilla amarilla de paño viejo, un jubón de listas viejo, una faja vieja colorada, otra mantilla de peluza blanca vieja y una gorra blanca

Persona depositada el día 13 de diciembre 1883: “…venía vestido de una camisa de cuello, de lienzo crudo a medio uso, un trapo de lienzo por pañal, una mantilla amarilla, bayeta frisa, otra de peluza vieja, un jubón de percalina nuevo, una liga por faja, dos gorras viejas”.

Persona depositada el 18 de noviembre de 1885: “…vino envuelto en una gorra blanca de piqué, camisa vieja, jubón de percal viejo, pañal de lienzo viejo, una mantilla de peluza vieja, otra amarilla frisa nueva”.

Persona depositada el 08 de enero de 1886: “…vino envuelto en una camisa y pañal viejo, jubón alistado viejo, una mantilla de paño amarillo viejo, gorra y marmota corta”.

Persona depositada el 20 de abril de 1889: “…venía envuelta en una gorra negra, una gorra blanca con puntilla de lino, una camisa de brugueta vieja, un jubón de percal negro y colorado, pañal de lienzo viejo, una mantilla vieja color grosella, otra de lino y lana vieja y como faja nueva un pañuelo viejo al pecho”.

Persona depositada el 10 de marzo de 1890: “…venía envuelto en dos go- rras blancas viejas de brugueta, un jubón de lienzo crudo, unas mangas viejas negras, una mantilla se peluza y otra vieja de bayeta usada, un pañal y faja encarnada de dos ligas”.

La antroponimia u onomástica antropológica es la rama de la onomástica que estudia el origen y significado de los nombres propios de persona, investigando igualmente, los nombres de pila, apellidos, linajes, apodos o motes. En este caso me voy a centrar en los nombres y apellidos –una o dos palabras, según los casos- que, por lo general, y si no se hacía constar la preferencia por un nombre u otro en cédula, papel o documento adjunto que portara el niño/a depositado, era designado por: la encargada de la casa cuna o casa torno que podría ser –o no- nodriza; por el juez municipal; por el secretario municipal; por personas influyentes en la localidad –bien sea por profesión, por estado económico, por título nobiliario- o por los religiosos del lugar. A la hora de poner el nombre y los apellidos siempre ha sido la adjetivación de “de la iglesia”; “de la villa”; “expósito”, sin olvidar el nombre del patrón o la patrona del lugar y del santo o de la santa del día en que nació o fue depositado: el recurso al santoral era bastante corriente.

A partir del segundo cuarto del siglo, esta práctica él depósito, la exposición, el abandono- entra en declive hasta que es abandonada por varios motivos a saber:

* La “culturización” del pueblo llano o de los/as cacereños/as del último tercio del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX al poseer una visión algo más amplia, abierta y optimista de la vida.* La presión social contra las personas que, de forma directa o indirecta, abandonaban a los recién nacidos: culpables y encubridores. En algunos casos por acción y en otros casos por omisión.

* La recuperación económica que, aunque con ciertas inflexiones, no provoca hambruna endémica o por lo menos se atenúa con mayor celeridad que en décadas precedentes.

* Las condiciones higiénico-sanitarias en la población en general que han mejorado por los avances médicos, la mayor salubridad de las aguas y la incipiente investigación científica.

* El calor excesivo que provoca la aparición de epidemias, trastornos gastrointestinales, deshidratación, inanición…

4. ETNOHISTORIA DEL ABANDONO. LOS EXPÓSITOS EN TRUJILLO (1871-1949)

Después de haber realizado el trabajo de campo en el Registro Civil de Trujillo, he obtenido la suma de quinientos cincuenta y nueve (559) expósitos o depositados en el contexto geográfico-temporal de la localidad. Los niños y las niñas fueron expuestos o depositados en los siguientes lugares de la población, con una mayoría aplastante en los dos primeros lugares:

+  En el torno de la Casa Cuna.

+  En la puerta de la casa donde habitaba la encargada de la Casa Cuna.

+  A la puerta de las iglesias.

+  En domicilios particulares de personas que vivían en la localidad.

Siguiendo con la temporalización, los datos sobre los meses de cuándo se depositaban o se exponían los niños y las niñas abandonados en el torno de la casa cuna o en otros enclaves de la localidad, son las siguientes:

Tabla 18-11

De forma visual, se puede apreciar los datos en el gráfico que a continuación aparece:

Tabla 18-12Los/as niños/as depositados, teniendo en cuenta la temporalización estacional, es la siguiente:

Tabla 18-13

Y los datos anteriores visualmente, son:

 Tabla 18-14

 En Trujillo hay catorce (14) niños/as que los depositaron con cédulas, documentos o notas adjuntas, cuyos contenidos se copiaron textualmente en las respectivas actas de nacimiento y de las que no se guardan los originales ni se conservan adjuntas en los libros de nacimientos como en otras localidades. En estos casos, debemos considerar verídica la información que allí se expresa. Algunos ejemplos son:

+ En Junio de 1875: “Se a de llamar vir el agua” ____5 y nació el día 12, sin el recivir el agua”.

+ En Septiembre de 1878: “Nacio a las diez de la noche, con el nombre de  _____6 del día en que a nacido”.

+ En Julio de 1891: “Oi 19 de julio nació un niño que se a de llamar______7 a las dos o las tres de la tarde en la casa de su madre, para que le den de comer

+ En Diciembre de 1902: “A quien tenga caridad esta niñita recién nacida que tiene el agua de socorro”.

+ En julio de 1914: “Se tiene que llamar Pedro porque se es muy importante asi y nació hace dos días… a quien pueda ayudarlo…

Estos documentos podían servir para personalizar al niño o a la niña y para dar ciertas pistas o detalles de su nacimiento o de las apetencias, gustos u obligaciones a la hora de asignarles algún nombre. En ciertos casos, se utilizaba igualmente para hacer constar si el niño o la niña estaba bautizado o no de forma solemne o de socorro, por un posible y más que probable fallecimiento o si eran reclamados por los hipotéticos progenitores, familiares o personas interesadas.

En el caso de Trujillo ningún niño y/o niña presentaba alteración física apreciable ni constatable diga de reseñar, tal y como legisla la “Ley provisional del Registro civil”, pues esto significada un dato más a la hora del regreso del niño/a a la familia origen –nuclear o no- o a la nueva familia constituida por alguno de los progenitores.

La toponimia de la localidad, como rama de la onomástica que se ocupa del estudio de los nombres de lugar (accidentes geográficos, calles, núcleos de población, etc.), no tuvo gran repercusión en los depositados, que fueron asignados con nombres propuestos por las autoridades locales (civiles o religiosas) y por las referencias que constan en las cédulas correspondientes.

El tiempo de vida de las personas depositabas variaba mucho y los responsables de la Casa Cuna especificaban muy claramente las horas o los días que ‘aparentemente’ tenían –o creían tener- estas niñas y estos niños. En el caso que nos atañe en esta comunicación de Trujillo, se puede apreciar que hay dos grandes grupos a tener en cuenta, especificando la terminología utilizada en el momento de la redacción de las actas:

– «Edad aparente una hora»; «Como de una hora de edad»; «Tenía una hora de edad y lo aparentaba»; «Se creía que era de una hora porque era recién nacido»…

– «Al parecer de un día»; «Edad aparente de un día»; «Como de un día de edad»; «Edad aparente veinticuatro horas»; «Aparenta un día»; «En el día de hayer»; «Edad aparente como veinticuatro horas»; «Un día de vida, nacería ayer»; «Se cree que tiene un día o alguno más pero pocos»; «Por como viene el niño ayer nacio o poco mas, pero poco…»…

Después existe una amplia gana de horas y días pero ya con casos puntuales. Se puede extrapolar los datos de Trujillo con resultados definidos y concluyentes como son las horas en que se aprecia una mayor frecuencia en cuanto al abandono de los recién nacidos para extraer conclusiones, al igual que con los datos recogidos en el trabajo de campo realizado en las distintas localidades se puede apreciar que las horas eran cuando había poco tránsito por las calles y cuando el depósito se podía hacer con mayor impunidad cobijada la persona que exponía al niño o a la niña, bajo el manto nocturno. Hay, igualmente cierto depósito a primeras horas del día, esto se debía a:

Por la noche, sin luna y en silencio donde nadie viera a su madre… o a quien fuera… ir a poner el niño en la puerta o en el torno. Por la mañana siempre me decían que había un niño muerto de frío y hambriento… ¡pobrecito!

Los resultados obtenidos de cuándo se depositaban los recién nacidos en la casa cuna, a lo largo de las veinticuatro horas del día son los siguientes:

Tabla 18-15

Tabla 18-16

En lo que respecta a la mortalidad está representada a lo largo de todo el año; los fríos invernales y los calores estivales juegan en contra de la fragilidad y debilidad de los expósitos, por mucho que los responsables de las casas cunas y del trabajo de las nodrizas, tanto internas como externas o contratadas en la comunidad, hicieran por sacar adelante a estos niños fruto del hambre, de la pobreza y de la ilegitimidad.

Los expósitos que sobrevivían unos días en la localidad, eran trasladados por los medios de locomoción más variados, entre los que destaca a lomos de caballerizas a Cáceres. La Casa Cuna de la capital de provincia los recibía… pero eso ya es otra historia.

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1  Gaceta de Madrid. Lunes, 20 de junio de 1870. Año CCIX. Nº 171.

2  A fecha 01 de agosto de 2011, sigo haciendo trabajo de campo en los Registros Civiles de las localidades de Cáceres, Navas del Madroño y Trujillo. Aunque cuento con la correspondiente autorización, no he comenzado la investigación en el de Plasencia por falta de tiempo material. Por lo tanto los datos vertidos en este documento y referidos a estas localidades, son parciales porque están incompletos.

3  Se omite el nombre.

4  Se omite el nombre.

5  Se omite el nombre.

6  Se omite el nombre.

7  Se omite el nombre.

Sep 012011
 

Manuel Rubio Andrada y Francisco Javier Rubio Muñoz.

 

1.  INTRODUCCIÓN

1.1.  Generalidades

Nos produce cierto desagrado oír o leer los trabajos que de nuestros tres paisanos se vienen realizando con motivo de la conmemoración del 500 aniversario del nacimiento de Francisco de Orellana. Da la impresión que, todo está hecho, que todo está aclarado y que no existen posibilidades de encontrar más versiones del famoso viaje que la mencionada por estos autores sin que existan controversias cuando son éstas lo natural y lógico; es lo que marca la lectura de las fuentes más directas.

Por lo general, en la mayoría de esos trabajos se valoran generosamente de igual manera las fuentes directas –los escritos de nuestros tres paisanos- que las indirectas realizadas por los demás cronistas; compuestas éstas, en el mejor de los casos, a partir de los testimonios orales de protagonistas, generalmente acompañantes, y otros que se harían pasar por ellos e incluso imprecisiones supuestas por los mismos cronistas secundarios.

La utilización en nuestro trabajo de las numerosas fuentes secundarias generaban una cantidad de datos tan elevada que, por lo contradictorio del tema, al final eran una maraña imposible de ordenar. Por esto decidimos usar como base de nuestro trabajo los testimonios facilitados por Gonzalo Pizarro en su carta al rey de 3 de septiembre de 1542; la relación que el padre Gaspar de Carvajal realizó durante la navegación o recién terminada ésta, existente pocos meses después de la carta de Gonzalo y los documentos que Francisco Orellana presentó al Consejo de Indias el 7 de junio de 1543.

Otros escritos menos directos, posteriores, pero que estimamos de interés para atestiguar o completar lo dicho son empleados para reforzar y clarificar lo simplemente apuntado por nuestros tres personajes entre ellos destacan los de Pedro de Cieza de León; el relato de Pedro Ordóñez de Cevallos, firmado como el Clérigo Agradecido, primer sacerdote que penetra en parte de la zona con un propósito político – militar, en el último cuarto del s, XVI las cartas del padre Rafael Ferrer S. J., que intenta evangelizar la zona a principios del s. XVII y muy brevemente al cronista oficial Gonzalo Fernández de Oviedo.

Debemos aclarar que la fuente facilitada en la relación del padre Carvajal, en las primeras páginas que son las que hemos utilizado, suele utilizar una construcción conceptista en las frases que, sin perder el sentido de los hechos, permite hacer una lectura más extensa y profunda de los mismos, sin perder el sentido del relato y sin alejarnos de la realidad. Otras veces, por determinados detalles, podemos saber lo sucedido a pesar de que se nos narraron unos hechos con apariencia de absurdos pero que nosotros hemos reinterpretados con buena lógica.

En lo tocante a Orellana, si se toma el relato de fray Gaspar superficialmente jamás se duda de los nobles fundamentos de su viaje: fue un héroe mitológico de conducta intachable. Lo contrario supondría sospechar la posibilidad de traición no ya en Orellana, sino en cualquier héroe. Esto choca de lleno con la épica, que al fin de cuentas es el género predominante al que la mayoría han dado lugar. Esta actitud, tan simplista tiene que ignorar por medio del silencio la relación basada en los datos que nos proporcionó Gonzalo Pizarro.

La Historia muchas veces es difícil de completar y contar. En nuestro caso lo es desde el principio, desde los orígenes, debido a la doble finalidad que encontramos en las mencionadas fuentes. Radicalmente para Gonzalo, Orellana es un traidor; para fray Gaspar es un héroe.

En nuestro trabajo hemos descubierto la posibilidad de que no fuera ni lo uno ni lo otro. Como se verá, tras la lectura y comentarios de estos párrafos se puede llegar a la conclusión de que los dos cronistas no conocían toda la verdad, ésta solamente era conocida por Francisco de Orellana y sus escritos fundamentales sobre el particular, si los hubo, no se encuentran.

En otro orden de cosas debemos abordar el problema de la determinación más o menos exacta de la ruta que siguieron. Inclinarnos por una u otra es fundamental para nuestro trabajo. Nosotros hemos tomado la opción por la que, tras abandonar el río Coca, asciende hacia las tierras de Pasto y Popayán y desciende por el río Putumayo, localizando entre éste y el río Caquetá, a los omaguas. Este trayecto es un destacado escenario que propicia la ambientación necesaria  a la narración de las acciones de nuestros personajes con una coincidencia bastante certera. Nos hemos inclinado por seguir la lógica de esta ruta porque casi todo en ella coincide. La opción no es nuestra, la encontramos propuesta por la artista colombiana Gilda Mora1.

Más adelante aclararemos también los desajustes en las distancias manejadas, por presentar las unidades empleadas, las leguas, aparentes imprecisiones.

Aunque encuentren buena correspondencia estos dos temas en nuestro trabajo, nos parecen propios de estudios particulares.

Nuestro trabajo tiene unos límites bien definidos. Comienza en Quito, con los preparativos y el inicio del viaje en fechas cercanas a febrero de 15402. Su término tiene lugar cuando surge la separación entre los personajes: Gonzalo queda en tierra con el real y Orellana con fray Gaspar y sus compañeros navegan “oficialmente” en busca de comida, a finales de ese mismo año3.

1.2.  Los personajes

No es frecuente que la narración histórica, no novelada, presente tres protagonistas de la misma ciudad y de edades cercanas. Gonzalo Pizarro nació hacia el año 1510, Francisco Orellana en 1511 y Toribio Medina sitúa el nacimiento de Gaspar de Carvajal sobre 15044. Nuestro Gaspar cuenta con unos 37 años al comenzar el viaje; Gonzalo y Orellana rondaban los 30.

Gonzalo Pizarro pasa a América en 1530 en compañía de sus hermanos Francisco, Hernando y Juan. Participó con su particular valentía, en todos los conflictos bélicos acaecidos a su familia en América. Francisco Pizarro lo nombra Gobernador de Quito como medio de acometer con diligencia la conquista del País de la Canela y el Dorado; cuestión que en ese momento se les escapaba de las manos por la marcha y posterior maniobra de Sebastián de Belalcázar ante Carlos I pidiendo una gobernación5..

Para tomar posesión de su nuevo cargo, Gonzalo marcha desde la recién conquistada Charcas a Quito, vía Lima. Desde aquí va agrupando soldados y enseres. En Lima convence a Fray Gaspar de Carvajal para que les acompañe. Juntos marchan a Quito donde Gonzalo Pizarro toma posesión de la gobernación que le había otorgado su hermano; a este acto asiste también Francisco Orellana que pasa a depender del nuevo gobernador como señor de Guayaquil y Puerto Viejo. Igualmente, al acto de posesión no debió faltar el paisano y capellán de la expedición Fray Gaspar de Carvajal por su muy probable estancia en esa ciudad por esas fechas y por ese motivo6.

Francisco Orellana llegó a América cuando tenía unos l6 años, es decir hacia 1527. Pronto se relaciona con el clan de los Pizarros, sus paisanos, y tras una estancia en Guatemala, marcha a Lima. En 1538, tras participar victorioso en la batalla de las Salinas, principio del fin de la guerra civil contra Almagro, es enviado por Francisco Pizarro como Teniente General a Puerto Viejo y Guayaquil, al norte del incario en el actual Ecuador. Como hemos dicho, en 1539 asiste y acata la toma de posesión de Gonzalo Pizarro como gobernador en Quito, era su gobernador7.

Gaspar de Carvajal, dominico, había partido hacia América en 1536 y en 1538 se halla en el convento de Lima como Vicario General. Gonzalo Pizarro, cuando marcha a Quito a tomar posesión de su gobernación en 1539, le habla del proyectado viaje al País de la Canela y el Dorado. La necesidad de capellanes que les asistan en sus necesidades espirituales, las posibilidades de evangelizar los nuevos territorios, la muy probable presencia de Orellana…animó a nuestro clérigo a acompañarle. Carvajal convencido, se traslada a Quito en ese mismo año8.

2. EL VIAJE

2.1.  Primera etapa: Quito – Valle de Zumaque (Zumaco, Çumaco)

2.1.1.  La entrevista

Nos dice el padre Carvajal:

“…venía a gobernar a Quito y a la dicha tierra quel dicho capitán tenía a cargo; y para ir al descubrimiento de la dicha tierra, fue a la villa de Quito, donde estaba el dicho Gonzalo Pizarro, a le ver y meter en la posesión de la dicha tierra. Hecho esto, el dicho Capitán dijo al dicho Gonzalo Pizarro como quería ir con él en servicio de Su Majestad y llevar sus amigos y gastar su hacienda para mejor servir; y esto concertado, el dicho capitán se volvió a reformar a la dicha tierra que a cargo tenía…” 9.

Aquí se nos menciona, con total nitidez, los dos objetivos de este viaje de Orellana a Quito: primero, asistir a la posesión de la Gobernación de Gonzalo y segundo entrevistarse con él para intentar “asociarse” en la próxima expedición.

Para acercarnos a las fechas de la entrevista y posesión que con Gonzalo celebró Orellana recurrimos al cronista Toribio de Ortiguera que, como ya mencionamos, determinar el tiempo de salida de la expedición de La Canela; fue un par de meses antes:

“…Por el mes era de Hebrero del año del nacimiento de Nuestro Redentor y Salvador Jesucristo de 1540…”10

Es lógico pensar que el padre Carvajal, paisano de ambos, debió tener algún conocimiento de la entrevista ya que como hemos mencionado, lo lógico es que estuviera al tanto en la toma de posesión de Gonzalo; allí vería también a Orellana, su compañero de próxima aventura, del que acabará siendo su parcial confidente.

La entrevista nos aproxima a un acuerdo entre los dos militares que en lo esencial consistía en un aporte a la expedición por parte de Orellana de veintitrés hombres. Orellana debía poder relacionarse con un mayor numero de caballeros ya que los había utilizado en la reciente reconquista de Guayaquil. Además contribuyó con una importante cantidad de dinero: 40.000 pesos de oro.

Nos lo dice Carvajal en la continuación:

“…que por no llevar más de veintitrés hombres…”11.

“…y para seguir la dicha jornada gastó sobre cuarenta mil pesos de oro…”12.

Por las crónicas solo sabemos que la contrapartida de Gonzalo consistía en aceptar en la expedición la compañía de Francisco y sus caballeros, la aporta- ción económica; y según Cieza de León a cambio Gonzalo le otorga el apetecible título de Teniente General del Real que solía llevar consigo elevados privilegios a la hora de repartos.

”… al cabo de algunos días llegaron a Zumaque, donde estaba Pizarro é toda su gente, é con ellos recibió mucho placer, é nombró por su Teniente general á este Francisco de Orellana.” 13.

La cuestión del título no solamente lo sabemos por el cronista, Orellana no deja de mencionarlo en sus escritos de descargo presentados en el Consejo de Indias el día 7 de junio de 1543:

“ …la tercera, que no había causa para que yo me alzase, pues era el principal del real,…”

“…y a todo lo suso dicho vino por nuestro Capitan y Tiniente General, como lo era del dicho Gobernador; y agora hemos visto haberse desistido de dicho cargo que del señor Gobernador tenía por se excusar del mucho trabajo que tenía…”14.

2.1.2.  El regreso de Orellana

Tras la entrevista, Orellana vuelve a Guayaquil para realizar los preparativos del viaje y ordenar sus asuntos privados, cotidianos y futuros; después regresa a Quito. Debía venir ilusionado con la expedición, pero quedó perplejo ante los hechos: Gonzalo marchó con el real sin que aparentemente deje recado que lo justifique. No sabemos los motivos de su marcha pero sin duda faltó al acuerdo alcanzado entre ambos.

La crónica de fray Gaspar narra con rapidez y sin entrar en detalles descriptivos, esa parte del viaje de Orellana.

y cuando llególe fallo que era ya partido, de cuya cabsa el Capitán es- tuvo en alguna confusión de lo que debía de hacer…”15.

¿Qué hacer? ¿Seguir los consejos de los que les presagiaban un oscuro porvenir si continuaba? Es decir, regresar a sus tierras en Guayaquil y  Puerto Viejo o ir tras la riqueza de la Canela y el Dorado. La decisión se produce por la introducción de un elemento idealista en el razonamiento muy propio del siglo y del momento: Se recurre al servicio de su Majestad el rey Carlos I. Después sin más dudas se parte.

La carta de Gonzalo Pizarro a Carlos I nada menciona de la entrevista, de los preparativos de su primo, de la ida y vuelta de éste a Guayaquil, de la aportación económica, ni de las personas que Orellana aportó a la expedición, ni por supuesto, del inapropiado comienzo de marcha. En circunstancias normales es excesivo este silencio pero la finalidad de la misma carta –acusar de traidor a Francisco- explica como su carga emocional pudo imponer un silencio que, de no haber existido, habría tendido a beneficiar a Orellana: es pues la carta de Gonzalo una narración que, desde sus comienzos, rezuma partidismo. Francisco aunque no escrito, era en realidad su socio y como se ha visto, en apariencia, en esta ocasión, fue claramente rechazado, expresión que, como se verá, no evidencia abiertamente su oposición aunque fuera también deseado por Gonzalo para marchar en la expedición. De momento Orellana aguanta el envite sin aparentes problemas. A nuestro entender, a lo largo del viaje aflorará esa ambivalencia producida por una falta de sintonía, muy generalizada, que repunta al final de forma inesperada.

No está demás recordar brevemente lo que, nos cuenta Cieza al hablar del personaje Pedro de Puelles, en los tomos I y II de sus Guerras Civiles del Perú.

Nos dice que días antes de partir Gonzalo con su expedición, Pedro había llegado a Quito desde la costa; Pedro Puelles era reconocido enemigo de Belalcazar y en ausencia de Gonzalo quedó en Quito de Teniente y Justicia Mayor.

¿Quién era y de dónde venía el recién llegado Puelles en un momento tan oportuno para él?

Puelles llegó al Perú con las tropas de Pedro Alvarado en 1534. Compradas éstas, fue asimilado a las de Belalcazar. Desde entonces no deja de ocupar cargos político y militares importantes en la naciente sociedad quiteña. Dónde ya tuvo enfrentamientos con Sebastián.

No hacía mucho, hacia 1538, había sido apresado por Belalcazar en la población de Villaviciosa de la Concepción de Pastos, donde era Primer Teniente de Gobernación. Preso, fue trasladado por la expedición de Belalcazar hacia el norte. Tras dejar la sabana de Bogotá, lo lleva hasta Cartagena de Indias. Antes de marchar a la Península Belalcazar lo devuelve con destino al Perú; lleva informes para Francisco Pizarro sobre sus movimientos. Las pretensiones de Belalcazar eran claras: marchaba a la Península a solicitar para si la gobernación de Quito. Finalmente se le entrega la de Popayán.

Belalcazar marchó a la península en el mes de julio de 1539; consiguió la Gobernación de Popayán con los títulos de Adelantado y Gobernadpor Vitalicio, en marzo de 1540 y regresó a América en  1541.

En febrero de 1541 sale la expedición de Gonzalo. Es muy probable que esos informes que traía Puelles influyeran poderosamente en el adelanto de la salida de la expedición sin esperar a Orellana.

Sigue el viaje lleno de dificultades y sin indicios de que Pizarro le aguardara, piensen que el territorio acababa de ser depredado por miles de bocas de las personas y a nimales de la expedición. Por su corto número, los indios los hostigaban continuamente… el resultado fue que padecieron mucha necesidad, penalidades, sufrimientos…. Perdieron todo lo que llevaban, según Carvajal.

La terminación de esta primera etapa ofrece escasa imprecisión; su situación está definida con mucha aproximación en el valle de Zumaque.

Zumaco (Zumaque, Çumaco en las crónicas), es el nombre actual de un volcán, pero en el s. XVI la extensión de su contenido era más amplia. Los cronistas la identifican con una ciudad, un valle, o un río.

Según Gonzalo Pizarro, nuestros expedicionarios están a 60 leguas de Quito.

“…y fuimos siguiendo el viaje hasta llegar a la provincia de Çumaco, que habrá bien sesenta leguas…”16.

Menos preciso resulta el relato de Carvajal por tener perdido el número de leguas en el manuscrito que manejamos y menciona una provincia que aun no hemos sido capaces de localizar: la provincia de Motín.

“…y de esta manera entró en la provincia de Motín, donde estaba el dicho Gonzalo Pizarro con su real17.

¡Ojo!. Según el cronista Pedro de Cieza de León están a 30 leguas de Quito.

”…Llegaron al valle de Zumaque, que es donde más poblado e bastimento hallaron y está treinta leguas de Quito18.

Hemos mencionado este párrafo de Cieza para aclarar la diferencia de las medidas de longitud, que, desde los primeros años tanto han confundido a los cronistas secundarios. Son exactamente el doble de las que emplean Gonzalo y Carvajal. Ello es debido a la utilización de unidades diferentes. Las que utilizan Gonzalo y fray Gaspar se basaban en la milla árabe o de Alfagrano que equivale a 1.973,5 km (2 km); en cambio en las crónicas de Ponce de León se utilizan las millas de postas implantadas en Indias a partir de 1.587 con un valor aproximadamente el doble, unos 4 km.

En el mismo sentido diremos que Cieza menciona la población de Hatunquijo (el gran Quijo) como la primera a la que llega D. Antonio Rivera, Maestre de campo de Gonzalo que encabeza la expedición. Es población hoy conocida.

“…D. Antonio se partió é anduvo hasta que llegó al pueblo de Hatunquijo…”19.

Hatunquijo en la actualidad se localiza junto a la población de Cuyuja en el valle de Papayacta, en el trayecto Quito – Baeza. Esta ciudad, Baeza, está actualmente a 106 Km de Quito y fue fundada en 1559 . En época colonial fue la ciudad principal del valle de los Quijos20.

Si unimos los topónimos Hatunquijos y Zumaco con las medidas aportadas en leguas (60 leguas =120 km) podremos afirmar que Gonzalo se dirigió al valle del río Quijo y asentó por primera vez el real en las proximidades de la actual ciudad de Baeza (Ecuador) que entonces no existía como tal.

2.2.    Segunda etapa: Zumaque -Quema

2.2.1.  La prospección de Gonzalo.

Gonzalo decide ir a encontrar la localización exacta de los afamados árboles canelos y que Orellana quede al mando del real, como hemos dicho en un lugar de la zona de Zumaco, próximo a la actual ciudad de Baeza (Ecuador). La situación de ese lugar de la especiería era medianamente conocida por una expedición reciente de Gonzalo Díaz de Pineda quien los acompañaba como guía, según nos cuenta Cieza de León. Obtenidos los datos objetivos, tantearía su aprovechamiento económico para su familia y para su rey.

Nos dice fray Gaspar de Carvajal:

“…Después quel dicho Capitán llegó, el dicho Gonzalo Pizarro, que era Gobernador, fue en persona a descubrir la canela,…” 21.

Gonzalo Pizarro nos narra así esta parte de la expedición:

“…procuré de me informar á que parte era la tierra de la Canela de algunos indios que yo había fecho tomar de los naturales, los cuales dijeron que sabían donde estaba la tierra de la Canela; y como fuese cosa de que tanta noticia se tenía y tan rica tierra era habida, porque V. M. mejor y más cierto fuese informado de la verdad, determiné de ir en persona á la ver con ochenta soldados a pie…”22.

Puestos en Zumaque, entre lo que sabía Diez de Pineda y lo que le dijeron los indios la localización de los árboles canelos no sería difícil. Pero en la narración de Gonzalo que acabamos de mencionar, les presuponía asentados en buena tierra:

“…y tan rica tierra habida…”23.

Pero desde Zumaque, ¿hacia donde se dirigió Gonzalo Pizarro por espacio de algo más de dos meses, con sus ochenta soldados entre los que se debía encontrar Pineda, el guía “oficioso”?. No lo sabemos bien. Pero algo más adelante del viaje, Fray Gaspar de Carvajal nos clarifica algo este aspecto:

“…no era cosa para seguir un río y dejar las çabanas que caen a las es- paldas de Pasto y Popayán,…” 24.

Pizarro exploraría el territorio sin un rumbo fijo, lo que no hay dudas es que la expedición marchó después bastante al norte; si dejaron las çabanas de Pasto y Popayán es por que habían llegado a ellas.

Estos detalles tan precisos para la orientación de la expedición es silenciado en el comentario que en la nota nº 88 dedica Toribio Medina a la enumeración de las ciudades de Pasto y Popayán25.

En sus comienzos debieron seguir la corriente del río Quijo. Pero llegados al punto en el que este dobla y pasa a otro valle tomando el nuevo nombre de Coca, según la ruta que nosotros seguimos, siguieron ascendiendo hacia el norte, como dice la crónica de fray Gaspar, hacia las çabanas cercanas a Pasto, ciudad situada en el sur de Colombia.

En la versión más difundida, los expedicionarios continúan el curso del río, ahora llamado Coca, hasta el Napo y después siguieron éste hasta el Amazonas. Es decir era una ruta que parece no fue diseñada para buscar los territorios con la Canela, ni las riquezas del Dorado, iba directamente a descubrir el Amazonas.

Sin detenernos mucho, diremos que para nosotros esta última ruta carece de sentido principalmente por varias cuestiones:

Una, todos nuestros protagonistas sabían que la canela y el Dorado estaban hacia el norte o nordeste, hacia allí había marchado Belalcázar no hacía mucho; de allí venían todas las noticias relativas al oro del afamado tercer imperio y hacia allí los manda la crónica de Carvajal con la reseña de las dos ciudades antes mencionadas: Pasto y Popayán.

La segunda es que el paisaje natural que ofrece la ruta hasta aquí tan historiada no se corresponde bien con el “escenario” natural que nos mencionaron las crónicas directas. Es verdad que ambas rutas poseen tres islas en su desembocadura con el Amazonas: la del gran río que llevaban, el Putumayo-Iza en Brasil- y el Napo, con otro mucho mayor que les venía por la derecha, el Ama- zonas y al que Orellana llamo por ello río de la Trinidad (Lám 1).

Gonzalo nos menciona, antes de la separación, la existencia de unos omaguas, no amazónicos, en el gran río que acaban de descubrir, y que se localizan según los testimonios que aportamos, cerca del curso superior del río Putumayo y que los historiadores suelen silenciar (Lám II y III).

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Lám. 1. Nos narra fray Gaspar de Carvajal:“…vimos entrar por el río otro río muy poderoso y más grande, a la diestra mano: tanto era de grande que a la entrada hacía tres islas, de cabsa de las cuales le pusimos el río de la Trinidad;…”

Nosotros ahora debemos continuar con nuestros expedicionarios. Andaron el valle del río Quijo hasta las proximidades del volcán Reventador, situado a 53 km de Baeza, hemos mencionado que en las proximidades de esta ciudad -en Zumaco- estaba el real detenido; pasado este valle, dejarían el valle del río Coca y ascenderían por el corto valle del Azuela hasta el río Aguarico; aquí comienza el territorio cofán. Posiblemente remontaron algo este río y debieron cruzar el curso alto de al menos otros tres, los San Miguel, Guamuez y el Orito que discurrían de izquierda a derecha, de los Andes al llano, ya que, como veremos, cuando cambien de sentido de ruta y bajen todos el gran río, han de pasar tres desembocaduras de ríos importantes.

Lo proponemos como acciones necesarias antes de llegar a las tierras próximas a Pasto apoyados en la crónica de fray Gaspar y en la carta de Gonzalo que menciona en el descenso posterior del gran río, dos grandes desemboca- duras antes de la célebre tercera junta.

No dudamos que el límite oficial por el norte de esta expedición, era el señalado a Francisco Pizarro en la Capitulación de Toledo de 1529. Precisamente para llegar a ese territorio de demarcación, situado al septentrión de los quijos, había que atravesar el ocupado por los cofanes, donde cronistas directos aunque algo posteriores nos dicen que estaban los árboles canelos buscados por Pizarro y como se ve en no corto número.

El primer sacerdote misionero entre los quijos, cofanes etc. fue el padre Pedro Ordoñez de Ceballos, conocido como “El Clérigo Agradecido” quien desempeño su labor a finales del s XVI .

“…la provincia de los cofanes está del valle de la Coca (a do hay cura y beneficiado) veinte leguas, que las doce son de montaña, que todas son de árboles de canela y las otras son de árboles de lúcumos…”

“…Supe del Ladino otro camino por la tierra de cofanes, que toda es (como queda dicho) mas de doce leguas de árboles de canela.”

“Es cosa de grande contento y camino de mucho placer, porque la cordillera todo es canela, y acá abajo todo son árboles de lúcumas,…” 26.

De la lectura de estas cortas descripciones de D. Pedro Ordóñez se desprende que lo que sin duda disgustó a Gonzalo no fue el número de plantas que como acabamos de ver era numeroso, doce leguas de posta, es decir de cuatro kilómetros, equivalentes a unos 48 Km. Era la aspereza del terreno y posiblemente junto a esto la climatología adversa para la agroganadería: él, como los demás esperaban estos árboles en una tierra agrícolamente productiva y rica.

Nos lo menciona fray Gaspar y sin duda por no faltar a la verdad no hace referencia a la especiería:

“…y no halló tierra ni disposición donde Su Majestad pudiese hacer servicio…”27.

Nos dice Gonzalo:

“…y fui prosiguiendo la vía que los guías decían donde era tierra buena…”28.

Al cabo de más de dos meses de exploración con una climatología adversa debida a la zona ecuatorial donde se mueven y del rechazo a la explotación de los canelos, Gonzalo Pizarro no da marcha atrás, ni da la sensación de que cambien los objetivos de la expedición: la Canela, el Dorado y la tierra fértil. Él decide que la expedición continúe de nuevo.

“…bien más de setenta días…”

“…por razón de las grandes aguas y hambres que pasamos…”29.

El padre Carvajal nos narra como continuó el viaje:

, y así determinó de pasar adelante y el dicho Capitán Orellana en su seguimiento con la demás gente, y alcanzó al dicho Gobernador en un pueblo que se llama Quema que estaba en unas çabanas ciento treinta leguas de Quito, y allí se tornaron a juntar;…” 30.

Gonzalo dice:

“…Desde allí salí a otra provincia que se dice Capua, y de allí mande a por el real y fui prosiguiendo la vía que los guías decían donde era buena tierra, y todo siempre por montañas y sierras y haciendo camino de nuevo, y llegué a otra provincia que se dice Guema…”31.

3. TERCERA ETAPA: QUEMA – GRAN RÍO (RÍO PUTUMAYO)

3.1.  Todos en Quema

Por fin todos de nuevo en Quema a 130 leguas de Quito (260 km). Luego Quema se encontraría pasado el volcán Reventador aproximadamente a 87 km (140 – 53 = 87).

No nos lo dicen las crónicas pero antes de llegar a Quema ellos comenzarían a observar como el paso de la sombra de los objetos pasaba de norte a sur, es decir, ellos saben que han pasado el ecuador. Un poco más abajo, en el curso del río Aguarico, se sitúa la línea equinoccial (ecuador terrestre).

Allí arriba, próximos al río Orito, sin duda les surge un problema que no mencionan nuestros informantes pero que comienza a alterar a determinados expedicionarios.

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Lám. 2. Las dos rutas propuestas

¿Qué hacer?. Nuestros paisanos bien sabían que tenían límite en su marcha hacia el norte-noreste, era la primera Capitulación de Toledo de 26 de julio de 1529 en la cual se fijaba el paralelo 1º 20´ los derechos de Francisco Pizarro en el Perú. Este paralelo correspondía a la boca del río Santiago, en el pueblo indígena de Teninpuya32.

Aproximadamente este paralelo pasa por la ciudad de Pasto y Pasto era la última ciudad de la Gobernación de Quito por el norte. Por eso, sin mencionar directamente estas cuestiones, es referencia sugerida para la orientación de este viaje en la crónica del padre Carvajal. Decir Pasto y Popayán era lo mismo que indicar el límite norte de la gobernación de Pizarro, es decir de Nueva Castilla.

Quizás es posible que aún tuvieran una corta extensión por explorar, o ya habían salido de ella, pero tras esto, legalmente, era necesario volver o cambiar de rumbo.

Puede que con esta cuestión, en la expedición se acentuó un conflicto inter- no que vendría larvándose desde el fracaso de los árboles canelos, la climatología hostil, la tierra desechable para el cultivo etc.

Gonzalo Pizarro en su carta al rey no da noticias de la llegada del real a Quema; pero sabemos que allí interrogaron al cacique y éste les indicó que había tierra buena hacia abajo, es decir hacia el este, ya que al norte, al oeste y al sur son territorios altos,  andinos.

Nos dice Gonzalo:

“…fui del informado que más abajo era la tierra buena…”33.

No sabemos si cuando fue este interrogatorio había llegado el real a Quema, es de suponer que si, Carvajal así lo da a entender.

3.2.  El descenso por el gran río

Para seguir buscando el Dorado y tierras fértiles Gonzalo envía de exploración a D. Antonio Rivera, su maestre de Campo, regresa con sus 50 soldados tras quince días de prospecciones. Trae importantes nuevas: ha visto un poblado disperso a la orilla de un gran río; los indios tenían buen aspecto e iban bien vestidos. Era lo que Gonzalo esperaba, sin pérdida de tiempo, todos dejan Quema y cambian el sentido de la marcha hacia el gran río.

Pero veamos como nos cuenta el padre Carvajal estos sucesos:

“…y el dicho Gobernador queriendo enviar por el río abajo a descubrir, hubo pareceres que no lo hiciese porque no era cosa para seguir un río y dejar las çabanas que caen a las espaldas de Pasto y Popayán, en las que había muchos caminos;…” 34.

Como se ve la cuestión de cambiar el sentido de la exploración de forma tan radical no fue tan simple como nos narra Gonzalo ya que, como nos dice fray Gaspar, hubo varios personajes que se oponían a cambiar de rumbo hacia el este-sureste, en general todos los ríos importantes de esta zona tienen esa orientación; buscan el Amazonas. Estas voces discrepantes le indicaban que el rumbo debido era el opuesto, hacia el noroeste, es decir hacia la ciudad de Pasto, donde había muchos caminos que unían poblados y por lo tanto terreno fácilmente reconocible. Esto en realidad significaba la aceptación del fracaso de la expedición; apuntaban el regreso a Quito.

Del escrito y los hechos inmediatos que surgieron, se puede deducir que en esa reunión, donde hubo distintos cambios de pareceres, se llegó a un acuerdo. En éste, prevaleció la tesis de Gonzalo Pizarro de imponer un nuevo sentido a la marcha siguiendo el curso del gran río. Pero el modo en que se llevó a cabo deja espacio para suponer que en esta exploración iba con el freno de la pruden- cia echado: como veremos se le puso un espacio determinado. Repetimos que esta distancia debió ser la contrapartida de Gonzalo para silenciar de momento las voces más prudentes entre las que, según la crónica de fray Gaspar de Carvajal debían estar Orellana y él.

Nos comunica Gonzalo Pizarro:

“.Y luego como vino con esta relación, me partí y llegue á esta provincia, que se llama Omagua, pasando grandes ciénagas y muchos esteros…”35.

Detengamos lo preciso para situar esta tribu, ello nos acercará certeramente a la ruta de la marcha.

Estos nativos, los omaguas, eran uno de los diversos omaguas localizados en la Amazonía o sus proximidades; para nosotros su situación es clave para confirmar la verdadera ruta de la expedición.

Hasta estos momentos se habían movido por territorio cofán, relativamente conocido siquiera como límite de las tierras habitadas por los quijos, cuyos caminos principales se había conseguido seguir. En estos momentos, con el cambio de sentido, todo cambia.

Breves pero seguras son las citas que hemos encontrado para localizar a los omaguas a las orillas de un gran río que no es el Amazonas y antes de separarse los expedicionarios, es decir en el lugar apropiado a la descripción de Gonzalo.

Diremos que nos resulta extraño que Toribio Medina no le dedique una mínima reflexión cuando en su libro, que venimos manejando habitualmente, enumera el texto anterior (nuestro número 35). Trata de los omaguas, más adelante del relato de Carvajal, cuando la separación entre Orellana y Pizarro ha sido efectiva, concretamente en la página LXXXVIII al hablar de los irimarais.

irimais ó irimareses; son ya omaguas del río Amazonas o muy próximos al mismo36.

Encontramos los siguientes datos en el ya citado título, del cápitulo XXIX del Libro Segundo del padre Pedro de Ordóñez Ceballos que dice:

“Donde se contiene la descripción de la provincia de los Quijos, Omaguas, Cofanes y demás naciones.”

Algo más adelante en el mismo libro y capítulo se lee:

“…La provincia de los omaguas distan de Ávila y Archidona ciento treinta leguas, y son muchas con este nombre de omaguas en general, y en particular cada provincia tiene su nombre. Lo que de esta gente y provincia más en general se puede decir, es que andan desnudos, sin cubrir sus carnes con cosa alguna…”

“….La provincia de los nujas está de otra parte de un río grande de los cofanes, hacia los omaguas;…”

“…La provincia de los coronados está junto a ésta…”37.

Con relación a esta misma cuestión de los omaguas no amazónicos, encontramos también una cita en la descripción del ministerio y muerte del jesuita padre Rafael Ferrer, en ella parece que se ignora la reciente evangelización del P. Ordóñez. Su estancia en territorios muy próximos acaeció una decenas de años después. Al referirse a un viaje apostólico que realizó Ferrer descendiendo Cofán – Aguarico para vía Napo llegar hasta el Marañón (Amazonas), dice así:

“…Entre las diversas naciones que descubrió y visitó, las principales eran los coronados, omaguas y los avishiras…”38.

Esta corta reseña, testimonio de la evangelización del padre Ferrer en las proximidades del territorio de los cofanes, aunque breve, atestigua lo reseñado. Observemos como los coronados ya son nombrados en nuestra nota 37.

Continuando con el comentario de la estancia del padre Ordoñez entre quijos y cofanes se deduce que su relación con los omeguas fue distante, quizás de oídas más que de hechos pues no narra experiencia alguna con los mismos. Hay además un punto de divergencia con el relato de Gonzalo Pizarro es su desnudez –D. Antonio, el maestre de campo de Pizarro insiste en su vestido-. Aparentemente no hay ningún punto más de discrepancia. ¡Hasta aquellos territorios, tan apartados por la naturaleza del medio físico, incluso hoy mismo, les llevó Gonzalo!.

Continuemos el comentario: Al hablar de la localización de los nujas nos dice que su territorio estaba situado en los límites de los cofanes más allá de su río grande, hacia territorio omagua. Esto les sitúa al norte de Ávila y Archidona de las que según nos dice dista ciento treinta leguas. Si las leguas empleadas son las de posta serían 4 X 130 leguas = 520 Km. Si la distancia Archidona – Baeza – Quema son 204 Km vemos que el padre Ordoñez les sitúa quizás de- masiado al norte. Lo que si se deduce es que eran vecinos de los cofanes, y que se situaban al este de estos, más allá del gran río que no puede ser otro que el actual río Putumayo tal como se representó en el mapa realizado en los comienzos del s. XVIII por Delisle Guillaume.

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Lám. 3. Situación de los omaguas en el curso alto, entre los ríos Putumayo y Caqueta. Mapa de Delisle Guillaume.

Anteriormente vimos como en Quema, fray Gaspar nos insinúa con cierta elegancia las dos tendencias que habían surgido: seguir buscando los objetivos el recién descubierto río grande abajo, en general hacia el este-sureste, o aceptar el fracaso de la exploración y regresar a casa (Quito) por Pasto, es decir , en general cambiar de ruta hacia el oeste.

Al fin decidieron seguir explorando. Dejan todos Quema y sabemos que acaban descendiendo el curso de un gran río recién descubierto, durante 20 penosas leguas (40 Km); allí dan con un pequeño poblado en el que se detienen. Ya insinuamos que la exploración del maestre de campo D. Antonio y este límite de veinte leguas fuera quizás una prudente condición acordada en la reunión tenida en Quema por las dos tendencias que habían surgido al llegar al límite norte de la Gobernación. Se explica así más fácilmente el cambio de actitud de la facción más conservadora y prudente. Su finalidad parece ser un nuevo tanteo económico de las posibilidades que ofrecía el viaje en esta nueva dirección.

Nos lo dice Carvajal:

“…y todavía el dicho Gobernador quiso seguir el dicho río, por el cual anduvimos otras XX leguas al cabo de las cuales hallamos unas poblaciones no muy grandes…”39.

Para imponer su criterio y hacer posible seguir su camino, Gonzalo recurre a una acción que debió sorprender a todos: observa las relaciones de los indios; ve como se trasladan ágilmente, de un sitio a otro, en cientos de canoas y decide imitarles. Gonzalo decide construir un barco que sirva de ayuda a la marcha río abajo  y  comunique ambas orillas.

Así lo cuenta fray Gaspar:

”…y aquí determinó el dicho Gonzalo Pizarro se hiciese un barco para navegar el río de un lado a otro por comida…”40.

Recordemos que los objetivos materiales de la expedición eran básicamente tres: evaluar la cantidad de canela, conquistar El Dorado y poblar buenas tierras. Ahora, solamente Gonzalo en su carta al emperador, añade un objetivo novedoso: salir a la mar del Norte. Aunque parezca extraño Gonzalo intuía por sus conocimientos esa salida y trató a toda costa seguir río abajo.

Así nos lo dice él:

“…si no topásemos con buena tierra donde poblar, de no parar hasta salir á la mar del Norte…”41.

Pero volvamos a Carvajal. Antes de dar comienzo a la construcción del bergantín, nos cuenta que hay una nueva recriminación de Orellana en el sentido de dejarse de navegaciones y volver a lo conocido. El río Putumayo les debía asombrar por su gran caudal y amplitud. No es un río cualquiera, en algunas partes de su curso alto llega a tener más de 1 km de ancho. La selva, los manclares y esteros ocupaban sus orillas cada vez con más frecuencia. Es lo que la expedición iba viviendo en el día a día.

Reflexionemos ante esta situación: Orellana era ya rico;.poseedor de tres señoríos y por esto, no estaba en disposición de acometer largas y temibles aventuras. Sus tierras, algunas cerca de Pasto, le reclamaban la necesaria aten- ción política, militar y administrativa. Sus aspiraciones, como máximo la gobernación, no se correspondían con los derroteros que venía marcando Gonzalo y es lógico pensar que él deseaba justificadamente el regreso, no debemos olvidar que le acompañaban algo más de una veintena de caballeros y al menos su estimado fray Gaspar. Pero no podían desertar por su honor y por los Pizarros dueños totalmente de la situación.

Bajo esta presión Carvajal añade:

“…y aunque el dicho Capitán era de parecer que no se hiciese el dicho barco, por algunos buenos respetos, sino que diesen vuelta a las dichas çabanas y siguiésemos los caminos que iban al dicho poblado…”42.

Como vemos el hecho de oír la iniciativa de construir el barco no solo no llama la atención de Francisco Orellana, más bien ocasiona su rechazo.

Sin embargo hay un momento en el que parece cambiar de actitud, la narración nos lo precisa: Carvajal nos menciona como abandona su actitud de prudente oposición y pasa a organizar la actividad de la construcción naval sin desagrado. ¿Había pasado alguna nueva idea por su cabeza que le hizo cambiar de actitud?. Creemos que es posible. De todas formas cuando dejado ya el Real, río abajo, construyeron el otro bergantín en Aparia, obró con la misma solicitud.

Nos dice Carvajal:

“…, visto esto, anduvo por el Real sacando hierro para clavos y echando a cada uno la madera que había de traer…”43.

Como se aprecia Gonzalo no da vuelta atrás; es partidario de continuar el descenso del gran río y decide que todos lo hagan.

Hecha la botadura del barco, debieron seguir descendiendo por la margen derecha del río Putumayo ya que en la izquierda Gonzalo nos ha contado que se encontraban los siempre temidos omaguas. Los enfermos y pertrechos más pesados irían navegando, ya era un buen alivio, y unos por tierra y otros por agua descienden otras 50 leguas (100 km).

Completa Carvajal:

“…y seguimos el río abajo otras L leguas, al cabo de las cuales se nos acabó el poblado y íbamos ya con mucha necesidad y falta de comida, de cuya causa todos los compañeros iban muy descontentos y platicaban de se volver y no pasar adelante, porque se tenía noticia que había gran despoblado;…” 44.

La obtención de comida se convirtió en necesidad urgente. Ante este hecho la gente vuelve a estar descontenta y quiere regresar antes que sea demasiado tarde. Nadie quería seguir río abajo y por ello aparecen motivos para una verdadera rebelión.

Una mirada superficial de estos momentos claves, en las dos fuentes, parecen indicar una clara disparidad pero, a nuestro entender, se complementan.

Veamos lo que nos dice Gonzalo de estos momentos con sabrosos pormenores que a nuestro entender, pueden servir para aclarar algo los acontecimientos posteriores.

“…vino a mí el capitán Francisco de Orellana y me dijo como las guías que yo en su poder tenía puestas por mejor guarda y porque los hablase y dellos se informase de la tierra adentro,…” 45.

En su marcha, Gonzalo seguía la costumbre de tomar rehenes; varios caciques les acompañan como presos desde el primer poblado que encuentra en este río, además lleva los guías indios quienes irían en parecidas condiciones. Nos menciona, con bastantes detalles, dos de los cometidos de Orellana en lo relativo a estos rehenes: era responsable de su vigilancia y de recabar información de los mismos. Era conocedor de sus lenguas como se nos mostrará más adelante, a lo largo del descenso por este río.

Por lo general la interrogación a los presos, es confidencial. Ello induce a Orellana a manifestar a Gonzalo, lógicamente en privado, que los serios problemas de subsistencia tienen solución río abajo:

“… y me dijo que las guías decían quel despoblado era grande y no había comida ninguna hasta donde se juntaba otro río grande con este por donde caminabamos, y allí una jornada río arriba había mucha comida…” 46

Orellana le propone dos cosas: la primera es donde encontrar comida y la segunda es como llevar a cabo este hecho y para ello se ofrece personalmente a tomar el mando del viaje de tan difícil prospección.

Ahora y aquí se nos muestra una nueva faceta de Orellana: toma la iniciativa y se constituye por unos días en protagonista visible de la expedición; a pesar de que resulte extraño Gonzalo lo acepta. Mal le deberían ir las cosas a Gonzalo en ese momento. Poco después, se nos dice, marchará al mando de los escogidos a encontrar nuevas tierras con alimentos.

Prosigue Gonzalo:

“…que él quería tomar trabajo de ir á buscar la comida donde los indios decían, porquel estaba cierto que allí la habría;…”

“..y que dándole el bergantín y las canoas armadas de sesenta hombres, quel iría a buscar comida y la traería para socorro del real…”47.

Hagamos un alto en el viaje y reflexionemos sobre estas dos cuestiones:

¿Por qué este cambio tan radical en Orellana?. Recordemos que hace unos días deseaba con reiteración, marchar en retirada en sentido contrario, hacia las tierras de Pasto.

Por otro lado, ¿qué cosas podía hacer Gonzalo con el real, a punto de levantarse, frente a su decidida voluntad de continuar hacia el sureste, río abajo?.

Orellana estaba en un grupo formado por al menos su veintena de caballeros, sus caballeros, y el clero; eran al menos, veinticinco voces dispuestas a susurrar a diestro y siniestro sobre la conveniencia de volver, de regresar. Entre las diversas opciones había pues una por la que Gonzalo se inclinó; era permitir el envío de Orellana y los dos religiosos, fuentes importante de las discrepancias según manifiesta el manuscrito del padre Carvajal. Por unos días todo volvería a la calma y de esta manera lograría solucionar los dos problemas que más le acechaban: la sublevación interior y la necesidad de alimentos.

Los no ocultos deseos de sus paisanos, fray Gaspar y Orellana, de marchar río arriba, a las cercanías de Pasto, es decir volver a casa, eran una garantía de su regreso. Según nos refieren las dos fuentes, su decisión vino facilitada por el ofrecimiento del propio Orellana. De esta manera los rumores de sublevación desaparecerían  y su gente volvería a ser aguerrida, como siempre lo había sido.

Además Gonzalo nos añade que hubo una condición concreta, muy precisa, para la autorización del protagonismo de su primo y que Carvajal no menciona quizás por ignorarlo, dadas las características confidenciales de las declaraciones de los presos.

nos dice Gonzalo:

“…y por ninguna manera no pasase de las juntas de los ríos…”48.

Esta junta de los ríos es clave en el relato de Pizarro, para acusar a su compañero de traición ante Carlos I.

Ahora variaremos de personaje e intentaremos acercarnos a las causas que debió tener Orellana para decidir un cambio de actitud aparentemente tan radical.

Orellana, como hemos visto, se ocupaba de “interrogar-conversar”, es decir obtener políticamente y aparentemente sin violencia información de los rehenes; por tanto podía manejarla prudentemente según sus fines. Esta información, como ya se ha dicho, no sería pública, por sus características, sería siempre confidencial.

Él sabía con certeza y exactitud, por esas declaraciones, no solo la localización de las juntas, también el territorio señalado por los indios como pleno de víveres recordemos su expresión ya escrita: porquel estaba cierto que allí la habría. Posiblemente también sabía que el lugar estaba abandonado tras una incursión de otros indígenas vecinos, ¿omaguas?. Es muy probable que algún prisionero en su poder hubiera participado en la invasión o relacionado con la misma pues eran tribus vecinas.

Por su función debía saber eso y algo más. Es lógico pensar que dado su puesto de “conversador” con los indios, Orellana les hablara también de sus deseos, de dejar la expedición y volver a Quito por rutas benévolas. Los presos se lo debieron indicar y Orellana lo guardó en lo más recóndito de su corazón y obró en consecuencia.

El relato arrancado a los rehenes indios debió ser algo parecido a esto: navegando Putumayo abajo y ascendiendo por el tercer río de notable caudal, pronto, en un día, encontrarían alimento y podía devolverles a territorio conocido en unas pocas jornadas más, pues ese río es uno de los principales del territorio de los cofanes; donde ya habían estado evaluando la rentabilidad económica de los árboles canelos.

La información, la de la tercera junta de los ríos por donde deberían ascender a buscar comida, era una información que Orellana comunicó posteriormente a Gonzalo a quien los presos le confirmaron lo dicho. La segunda cuestión, la del territorio conocido habitado por los cofanes no se la mencionaron ni el uno ni los otros. ¿Por qué?.

Ahora contestamos a este ¿por qué?. Llegar a territorio cofán era regresar a Quito por un camino conocido y fácil, pero si Gonzalo Pizarro conocía ese detalle, dada su obcecación por seguir explorando el río grande abajo, es muy probable que ni los frailes ni su primo hubieran embarcado.

Esta hipótesis justifica la decisión del embarque río abajo, Putumayo abajo, de Orellana, fray Gaspar, y según el cronista Fernández de Oviedo, el otro clérigo y dos trujillanos más –paisanos-. Sencillamente intentaban buscar una nueva ruta de regreso para todos o al menos para los que lo desearan.

Todavía podemos profundizar algo más. El cronista Pedro Cieza de León puede aproximarnos a un entendimiento o pacto entre Orellana y los rehenes por obtener toda la información lo más cierta y detalladamente posible.

Dice Cieza:

“…é, viendo un día que no había mucho cuidado en los mirar, se echaron con la cadena al río, é pasaron de la otra parte sin que los cristianos les pudiesen tomar,…” 49.

¿Cómo se explica la escapatoria de estos, en esos días, si hubieron de atravesar el gran Putumayo, que ya tenía más de media legua de ancho (1 km), nadando encadenados?. Ponce nos pone una vez más en una situación increíble. Lo probable es, que si existió tal escapatoria, sería acordada, porque alguien los liberó antes de las cadenas.

El río que tenían que ascender tras la junta sería probablemente el actual río San Miguel, les mandaba a territorio de los ya conocidos cofanes.

image011 Lám. 4. La unión del río S. Miguel con el Putumayo

Orellana estaba también en disposición de saber que lo dicho anteriormente por los indios tenía visos de ser verdad pues si habían cruzado varios ríos que discurrían hacia la derecha cuando la expedición ascendía hacia el N-NE; variaron la ruta hacia el hacia el S-SE, al descender con el barco por el gran río, forzosamente tendrían que atravesar otra vez alguno de los mismos ríos que habían cruzado antes, esta vez por su desembocadura en el Putumayo. Por tanto, repetimos estaba en disposición de juzgar si tenía posibilidades de ser o no verdadera una información que surgiera de los rehenes en este sentido (Lám IV).

Continuemos con lo que nos dice Gonzalo Pizarro:

pues los guías habían dicho que en el principio del despoblado había dos ríos muy grandes, que no se podían facer puentes,…” 50.

Esos tres afluentes del río Putumayo, que necesariamente pasó nuestra expedición en sus cursos altos al ascender hacia las tierras de Pasto y Popayán, son los ríos San Miguel, Guadanés y Orito,  no hay otros significativos, luego la expedición podría haber llegado hasta el Orito y antes de la desembocadura del río Conejo doblar Putumayo abajo.

El ascenso por el San Miguel, el tercer río, de Gonzalo y los restos del real, les llevó a divisar las cumbres de los Andes y pasarían, más arriba, a la vertiente del Aguarico y a partir de allí seguirían una ruta alternativa a la empleada en la ida, por el Azuela y el Quijo. Esta fue posiblemente la ruta que siguió Gonzalo andando, en su regreso a Quito como se puede comprobar por el relato de Cieza de León51, invirtieron en ello entre 7 y 8 meses.

Volvamos a días anteriores y observemos lo escrito por fray Gaspar; veremos como se ignora en su crónica el hecho de la junta de los ríos y otros pormenores:

“…,y el Capitán Orellana viendo lo que pasaba y la gran necesidad en que todos estaban, y que había perdido todo cuanto tenía, le pareció que no cumplía con su honra dar la vuelta sobre tanta pérdida, y así se fue al gobernador y le dijo cómo él determinaba dejar lo poco que allí tenía y seguir el río abajo, y si la ventura le favoreciese en que cerca hallase poblado y comida con que todos se pudiesen remediar, que él se lo haría saber,…” 52.

De este párrafo se puede deducir que dado lo estéril de la expedición y los problemas de supervivencia que iban surgiendo, por la cabeza de Orellana debió pasar la posibilidad de unirse a la sublevación en germen y volver a Quito. Debió ser esto lo que su honra no le permitía hacer y lo debió hablar confidencialmente con fray Gaspar por eso éste puede insinuarlo en su relación.

No dudamos que Carvajal y demás compañeros del real ignoran el detalle de las juntas de los ríos. Este silencio por ignorancia que a nosotros nos resulta de poca lógica, por las razones que fuera, no lo era para los jefes de la expedición. Se trataba de un dato manejado en conversaciones confidenciales entre los dos mayores dirigentes militares de la expedición. No olvidemos que Carvajal pertenecía al estamento religioso.

De haber sido público el dato de la junta de los ríos como límite de la expedición, algún cronista indirecto, de los de primera época lo hubiera mencionado. Nada de ello dice Fernández de Oviedo en su carta al cardenal Pedro Bembo, ni en su famosa Historia general y natural…Otros cronistas no lo ponen claro, en concreto Cieza coloca las dos versiones etc.

Según Carvajal, fue Orellana quien puso condiciones: no le debían esperar mucho tiempo, 3 o 4 días; si estos trascurrían que diesen la vuelta y buscasen poblado y comida.

Continúa fray Gaspar:

“… y que si viese que se tardaba, que no hiciese cuenta dél, y que, entre tanto, que se retragese atrás donde hubiese comida, y que allí le esperase tres o cuatro días, o el tiempo que le pareciese, y que si no viniese que no hiciese cuenta dél; y con esto el dicho Gobernador le dijo que hiciese lo que le pareciese….”53.

El tono final que fray Gaspar pone a su relato es que a pesar de lo dicho por los presos, cuestión que parece conocer de manera muy general e imprecisa, la expedición en busca de comida tenía un fin difícil, todo era dudoso e incierto y se contemplaba claramente la posibilidad de no regresar. A pesar de ello y por extraño que parezca, él y su compañero religioso se embarcan. No es lo que Francisco Orellana había “vendido” a Gonzalo recordemos que le dijo que la localización del poblado con alimentos situado tras la junta era una cuestión cierta.

¿Qué función hacían en este viaje de ida y vuelta, de conquista y requisa alimenticia los padres Carvajal y Vera?. Parece lo más lógico que hubieran quedado para atender las necesidades espirituales del real. Con buena lógica, la posibilidad de regresar a casa sería una causa que puede contribuir a explicar este hecho.

Gonzalo acepta y lo autoriza, nos da la impresión que, aparenta resignado ante los acontecimientos y el creciente protagonismo de su primo. Aunque ya hemos apuntado como las circunstancias sociales de la expedición contribuyeron de manera decisiva a explicar la autorización de ese protagonismo.

Hubieron de desembarcar los menesterosos y algún bagaje ya que se pretendía volver cargados con alimento. Después Orellana marcha libre de la tutela de su primo Gonzalo, y navega con sus compañeros Putumayo abajo; en el grupo vienen los dos religiosos y sus otros dos paisanos54.

A Orellana no le surgieron las cosas como esperaba, continuó río Putumayo abajo sin encontrar la junta de éste con el San Miguel. Tampoco como vimos le sucedió a Gonzalo lo deseado.

Allí los ríos, sus juntas etc. pueden llegar a ser de gran magnitud, mucho mayor de lo que ellos habitualmente conocían. Por una circunstancia geográfica precisa, no resulta fácil encontrar la desembocadura del río San Miguel en el Putumayo: las aguas de ambos, se funden en un “lago” en calma.

Transcribimos una descripción del jesuita padre Pablo Maroni del s. XVIII:

“…Desde el mismo pueblo de San Miguel, navegando río abajo, á los cuatro días, se hallan las juntas del mismo río con el Putumayo, que llaman La Laguna por lo ancho y apacible que tienen al juntarse ambos ríos…”55.

4. CONCLUSIONES

Por una jugada del destino nuestros paisanos siguieron las rutas que ni se propusieron ni desearon. Gonzalo, en canoa, vadeó lógicamente cerca de la orilla; llegó hasta la famosa junta; ascendió con muchísimas dificultades muy posiblemente por el río San Miguel; encontró la yuca en un despoblado y regresó al gran río, el Putumayo, con lo que quedaba del real.

A pesar de todo lo sucedido les propuso una vez más seguir el río grande abajo. Esta vez hubo negativa general. Vadearían difícilmente los dos primeros ríos y ascendieron nuevamente por el tercero, repetimos, quizás el San Miguel y, como hemos dicho, tras grandes penalidades regresaron a Quito por territorio conocido, el de los cofanes. Lo que nunca contempló.

Orellana, fray Gaspar y sus compañeros, a bordo del bergantín, barco más pesado que las canoas, tras romper un tablón del barco, huirían de las orillas por eludir los choques. Por el centro del río navegaron de largo por “La Laguna”, sin ver la junta. Descendieron posiblemente el Putumayo con sus innumerables meandros hasta el Amazonas, desde éste hasta salir al mar del Norte –el océano Atlántico-. Fueron donde nunca se propusieron.

Finalmente diremos que esta nueva ruta que se os propone es de mayor recorrido y multiplica los peligros del viaje; el río Putumayo es una continua serie de meandros llenos de islas, ciénagas, esteros y manglares.

Aunque es indudable a lo largo del relato una elegante pero cierta oposición de Carvajal-Orellana hacia Gonzalo, pensamos que su conducta general no traduce unos personajes para encabezar una conspiración indirectamente violenta, preparada y encabezada por ellos. Según se narra en la crónica de fray Gaspar Orellana, tras los primeros fracasos, nunca ambicionó otra cosa que regresar por Pasto; no cabe en él pensar que explorar el camino de regreso; tomar comida y volver con sus compañeros para voluntariamente regresar por la nueva ruta, es decir, sin remontar el gran río hacia las tierras de Pasto.

Nuestros paisanos merecían este esfuerzo por nuestra parte en un intento de contribuir a favorecer su humana honradez. Su astucia y la jugada de sus destinos, que a nuestro juicio les reservó la Historia, si les acerca y mucho, a los héroes literarios.

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1  Mora, Gilda (2007): http://www.eldoradocolombia.com/

2  Páez Flor, Roberto J. (2004): Cronistas Coloniales. (Segunda parte). Toribio de Ortiguera. Jornada del río Marañón con todo lo acaecido en ella y otras cosas notables dignas de ser sabidas acaecidas en las Indias occidentales.     Cap. XIV. http://www.luisvives.com/servlet/sirveObras/ecu/01383886477026622312802/index.htm

3  Toribio Medina, José (1894): Descubrimiento del río de las Amazonas. Introducción, p. XIX.

4  Toribio Medina, José (1894): Op. cit., p XIV.

5  Páez Flor, Roberto J. (2004): Op. cit. Pedro Ponce de León. Guerras Civiles del Perú, tom. II, cap XVIII.

6  Páez Flor, Roberto J. (2004): Ibiden.

7  Toribio Medina, José (1894): Op. cit. Nota número 1 a la Relación del padre Carvajal, p 4.

8  Toribio Medina, José (1894): Op..cit. p XIV y ss.

9   Toribio Medina, José (1894): Op. cit. Relación del descubrimiento del famoso río grande que, desde su nacimiento hasta el mar descubrió el Capitán Orellana en unión de 56 hombres. p 3 y 4.

10  Páez Roberto, J. (2004): Op. cit. Toribio de Ortiguera. Cap XIV.

11  Toribio Medina, José (1894): Op. cit. p 4.

12  Toribio Medina, José (1894): Ibiden, p 4.

13  Páez Flor, Roberto J. (2004): Op. Cit. Pedro Cieza de León. Guerras Civiles del Perú. Tomo II, Guerra de Chupas. 196-197.

14  Toribio Medina, José (1894): Op. cit.. Documentos, p 95.

15  Toribio Medina, José (1894): Ibiden, p 4.

16  Toribio Medina, José (1894): Ibiden. Documentos, p 85.

17  Toribio Medina, José (1894): Ibiden, p 5.

18  Páez Flor, Roberto J. (2004): Op. cit. Pedro Cieza de León. Guerras Civiles del Perú. Tomo II, Guerra de Chupas. 196-197.

19  Páez Flor, Roberto J. (2004): Ibiden.

20  Gutiérrez Marín, Wilson (2002): Baeza la ciudad de los Quijos, pág 48. Ed. Abya-Yala. Quito.

21  Toribio Medina, José (1894): Op. Cit. p 5.

22  Toribio Medina, José (1894): Ibiden, p 85.

23  Toribio Medina, José (1894): Ibiden, p 85.

24  Toribio Medina, José (1894): Ibiden, p 5.

25  Toribio Medina, José (1894): Op. Cit. Introducción, p LXXVI.

26   Páez Flor, Roberto J. (2004): Op. cit. Historia y Viaje del Mundo del Clérigo Agradecido don Pedro Ordóñez de Ceballos. Natural de la insigne ciudad de Jaén a las cinco partes de la Europa África América y Magalanica con el itinerario de todo él. Libro Segundo. Cap. XXIX, XXX, XXXI y XXXII.

27  Toribio Medina, José (1894): Op. Cit., p 5.

28  Toribio Medina, José (1894): Op. Cit., p 85.

29  Toribio Medina, José (1894): Op. Cit., p 87.

30  Toribio Medina, José (1894): Op. Cit., p 5.

31  Toribio Medina, José (1894): Op. Cit., p 85.

32   Porras Barrenechea, Raul (2006): Obras completas. Indagaciones peruanas: El legado Quechua. Coli y Chepi.

33  Toribio Medina, José (1894):Op. Cit., p 85.

34  Toribio Medina, José (1894):Ibiden, p 5.

35  Toribio Medina, José (1894):Ibiden, p 85.

36  Toribio Medina, José (1894):Op. cit., Introducción LXXIV y LXXXVIII.

37  Páez Flor, Roberto J. (2004): Op. Cit. Historia y Viaje del Mundo del Clérigo Agradecido don Pedro Ordóñez de Ceballos. Natural de la insigne ciudad de Jaén a las cinco partes de la Europa África América y Magalanica con el itinerario de todo él. Libro Segundo. Cap. XXIX.

38  Jouanen, José (2005): Historia de la Compañía de Jesús en la antigua provincia de Quito: 1570- 1774. Tomo I. Ministerio apostólico y martirio del padre Rafael Ferrer. htpp://www.lluisvives.com/servlet/sirveObras/ecu/90252847651270596932457/index.htm

39  Toribio Medina, José (1894): Op. cit., p 5 – 6.

40  Toribio Medina, José (1894): Ibiden, p 6.

41  Toribio Medina, José (1894): Ibiden, p 89.

42  Toribio Medina, José (1894): Ibiden, p 6.

43  Toribio Medina, José (1894): Ibiden, p 6.

44  Toribio Medina, José (1894): Ibiden, p 6.

45  Toribio Medina, José (1894): Ibiden, p. 89.

46  Toribio Medina, José (1894): Ibiden, p. 89.

47  Toribio Medina, José (1894): Ibiden, p. 89.

48  Toribio Medina, José (1894): Ibiden, p 90.

49   Páez Flor, Roberto J. (2004): Op. cit. Cronistas Coloniales: (Segunda parte). Pedro Ponce de León. Guerras Civiles del Perú. Tomo segundo. Guerra de Chupas. Cap XX.

50  Toribio Medina, José (1894): Op. cit., p 90.

51   Páez Flor, Roberto J. (2004): Op. cit. Cronistas Coloniales: (Segunda parte). Pedro Ponce de León. Guerras Civiles del Perú. Tomo segundo. Guerra de Chupas. Cap XX, XXI, XXII y LXXI.

52  Toribio Medina, José (1894): Op. cit., p 6 – 7.

53  Toribio Medina, José (1894): Ibiden, p 7.

54  Fernández de Oviedo y Valdez, Gonzalo ( 1851-1855): Historia general y natural de las Indias islas y Tierra Firme del mar Océano por el capitán Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdez. Tercera parte. Libro XLIX. Cap II. Academia de la Historia. Madrid.

55  Maroni, Pablo (1988): Noticias Auténticas del famoso río Marañón (1738). Monumenta Amazónica, B4, Iquitos.

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