Nov 222019
 

 

Teodoro Martín Martín

 

Resumen

 

En la presente comunicación se pretende hacer un balance de la obra que, a cerca de Extremadura o sobre personajes extremeños, ha desarrollado a lo largo de sus más 140 años esta Sociedad Científica. Consta de una introducción donde se alude a extremeños fundadores de la institución, como don José Moreno Nieto y otros personajes vinculados con la misma. En los cuatro apartados siguientes se citan artículos o colaboraciones sobre temas de nuestra región comprendidos dentro de: La Prehistoria, la Etnología, la Historia, la Geografía o la Geología. Otros temas como la comarca del Campo Arañuelo, las Vegas del Guadiana o los baños de Montemayor también están presentes. Hay un apartado dedicado a las excursiones que la Real Sociedad ha llevado a cabo en nuestras dos provincias y noticias singulares aparecidas en su centenario Boletín. Un breve apartado denominado A Modo de Coda cierra este trabajo.

 

  • Introducción

 

Un grupo de científicos españoles asistieron al II Congreso Internacional de Ciencias Geográficas celebrado en París en agosto del año 1875.[1] Algunos de ellos, entre los que se encontraban Francisco Coello, Ibáñez de Ibero, Federico Botella, Francisco de Paula Arrillaga, Joaquín Maldonado Macanaz, J. Gómez de Arteche, y Juan Vilanova, entre otros, decidieron fundar al año siguiente la Sociedad Geográfica en Madrid, que a partir de 1901 se denominará Real Sociedad Geográfica.

Se trata de la más antigua institución española dedicada al estudio del espacio y su problemática (J. Vilá Valentí: Origen y significado de la Sociedad Geográfica de Madrid. Boletín R. S. G. 1977, Tomo CXIII, página 237). Siempre ha sido y aún lo es hoy día una asociación de interés público de carácter interdisciplinar. En ella han tenido cabida geógrafos, historiadores, militares, economistas, geólogos, políticos y toda una pléyade de profesionales que enriquecieron el acerbo científico de la sociedad española en la Edad Contemporánea.

Lo anterior explica que hombres como Fermín Caballero, A. Cánovas del Castillo, Práxedes Mateo Sagasta, Joaquín Costa, Segismundo Moret, Eduardo Hernández Pacheco, Gregorio Marañón, el general Aranda, Manuel Terán, J. M. Casas Torres y un largo etcétera hayan sido socios de la entidad, miembros de su junta directiva e incluso presidentes de la misma.

Como socio fundador y oriundo de Extremadura cabría mencionar al erudito José Moreno Nieto (Siruela, Badajoz 1825-Madrid 1882). Este jurisconsulto, arabista y político extremeño, que llegaría a ser catedrático y académico de la Real Academia de la Historia, vivía en 1876 en Madrid, exactamente en el número 26 de la calle San Marcos. No fue el único miembro de la entidad en estos primeros años oriundo de nuestra región. También lo fueron: En Badajoz, Carlos Berdugo brigadier de ingenieros, Manuel Cervera ingeniero jefe de caminos, José Clares director de telégrafos, Luís Díaz de la Cruz propietario, Juan de Quiroga Espinosa coronel en el Parque de Ingenieros y Fernando Ramírez Vázquez obispo de Badajoz. En Cáceres lo fueron; los ingenieros de caminos Alejandro Millán Sociats y Guillermo Petit. Como vemos un amplio abanico de élites de nuestra sociedad se mostraron interesados en los más variados campos del saber geográfico.

La mentada Sociedad ha expresado su vida asociativa, inquietudes, afanes y vicisitudes en su publicación ya centenaria, que lo es el Boletín, fundado también en 1876 y hoy día vivo. El último número aparecido corresponde al año 2018, volumen CLIII. La revista tuvo desde sus orígenes una fuerte preocupación por el estudio científico de zonas mundiales de interés colonial y de problemáticas a escala internacional. Pero no por ello dejó de interesarse en cuestiones regionales españolas y Extremadura puede ser un ejemplo de ello.

En las siguientes líneas nos detendremos en aquellos temas que directamente afectaron o se relacionan con nuestras dos provincias. Pretendemos con ello ver la sensibilidad regional existente en dicho Boletín y qué facetas han destacado, que ya adelanto, han sido preferentemente las dedicadas a la Historia y a la Geografía, con más presencia de Cáceres que de Badajoz.

 

  1. Prehistoria y Etnología

 

Los primeros artículos referidos a nuestra región y aparecidos en el Boletín fueron dedicados a estas materias. El presbítero de la parroquia del Buen Retiro de Madrid, Joaquín Rodríguez, dictó varias conferencias, que luego serían publicadas, en la Sociedad con el título de Vettonia. Se refería a la zona ocupada por los vetones en la Antigüedad y que geográficamente iba desde Salamanca al norte hasta el Guadiana al sur. Al final de las mismas incorporaba un mapa de Vettonia. Las tres primeras fueron genéricas pero la cuarta y la quinta se referían a la fundación, monumentos e inscripciones de la antigua Castra Julia (Trujillo).[2]

Unos años después, Salvador Torres Aguilar (matemático), hacía una semblanza a la muerte del socio fundador extremeño ya citado. Se titulaba Elogio de José Moreno Nieto y examen de sus trabajos geográficos. Hacía mención a sus investigaciones sobre vías romanas en Extremadura, historiadores y geógrafos árabes y la situación de Santa Cruz de Mar Pequeña. En el artículo incorporaba un croquis de parte del territorio extremeño en el que ubicaba vías y mansiones romanas. Era el primer aporte cartográfico de nuestra región que aparecía en el citado órgano de la Sociedad.[3]

Las Hurdes fue también un tema de interés para los científicos de finales del siglo XIX preocupados, como buenos positivistas, de las relaciones entre Naturaleza y Biología, desde la óptica etnológica. Así vemos aparecer el primer artículo de nuestro bibliófilo Vicente Barrantes (Badajoz 1829-Madrid 1898), titulado Las Jurdes y sus leyendas, resultado de la conferencia que dictó el 1º de julio de 1890.[4]

Al mismo respondió al año siguiente con otra colaboración el doctor en Medicina residente en Madrid, J. B. Bide y titulada Las Batuecas y las Jurdes, en la que incorporaba láminas sobre las sierras de las Hurdes, Peña de Francia, Valle de las Batuecas, de la Fragosa, Cambrocinos, etc. Estas ilustraciones dan idea del terreno y sus asperezas y de los tipos del país y sus costumbres. Incorporaba así mismo un mapa tanto de Las Batuecas como de las Hurdes. En el año 1890 el conde de Saint Saud y Bide realizaron tres viajes a las Hurdes para hacer un mapa del territorio. Dividen la comarca en Jurdes Altas y Bajas. Sobre todo ello se impartió una conferencia en la Sociedad Geográfica en enero de 1892. En ella denunciaron las difíciles y precarias condiciones de vida de los hurdanos.[5] El libro que los autores citados elaboraron tras su experiencia viajera se dividía en dos partes, después de una introducción sobre las dificultades del viaje. La primera de Geografía: Orografía, Hidrografía, Pueblos y Vías de Comunicación. La segunda de Etnografía, dedicada exclusivamente a datos y características etnográficas de la comarca.

No debieron agradar a don Vicente Barrantes los postulados de los dos anteriores personajes, ya que pronto respondería con otra colaboración titulada Nota final sobre las Jurdes, en la que trata sobre el libro y el artículo del doctor Bide. En él opta por el término Jurdes frente al de Hurdes y nos habla, bien que someramente, sobre la historia de la zona.[6] Coincide con el doctor Bide en que “los jurdanos son de nuestra misma raza, y su degeneración, por consiguiente, hija del medio en que viven, no de diferencias típicas esenciales”. (Página 139)

Termina su artículo señalando que: “El nombre de Jurdes aparece más y más justificado, y a par el anabaptismo de sus moradores, en la racional creencia de que eran godos y moros caídos en montón desde aquellos picachos, como el naufragio arroja a la playa cadáveres y moribundos, o más bien como en trance de montería por selva oscura, lebreles y jabalíes cegados de contrario instinto al son del cuerno de caza, juntos se emboscan, juntos se extravían y tal vez unos tras otros se despeñan”. (Página 149)

 

 

  1. De Historia

 

El primer artículo sobre esta materia que aparece en el Boletín fue obra de uno de los padres de la Sociedad, don Francisco Coello. Se tituló: Vías romanas entre Toledo y Mérida. Como buen cartógrafo incorpora un mapa a escala 1/200.000 sobre estas calzadas en la Antigüedad. Esta colaboración también aparecería en el mismo año en el Boletín de la Real Academia de la Historia.[7] Como un apéndice del Boletín de la Sociedad, en 1895 Manuel Foronda y Aguilera publicó su obra Estancias y Viajes de Carlos V desde el día de su nacimiento hasta el de su muerte.[8]

El Boletín da noticia, aunque no las publican, de varias conferencias que se dictaron en 1913 sobre Vasco Núñez de Balboa y el descubrimiento del Mar del Sur, en la Real Sociedad. Fueron impartidas por Ricardo Beltrán y Róspide, Manuel Saralegui, Ángel Altolaguirre, Joaquín Ruíz Jiménez y otros conferenciantes.[9]

Ya bien entrado el siglo XX el teniente coronel de Artillería Gaspar Salcedo Ortega publicó un interesante artículo sobre: La Mesopotamia Extremeña y los conquistadores. En él sostenía que la zona entre el Tajo y el Guadiana era la forjadora de la mayoría de los conquistadores extremeños. Porque, según el autor, esta dura tierra hacía posible la recia y dura conquista.[10]

Desde 1990 es vocal de la junta directiva de la Real Sociedad Teodoro Martín Martín. El cual publicó un artículo titulado: Conflicto y Desamortización en la Vera: Un modelo de referencia. En el mismo trataba de aproximarse a lo que fue la desamortización civil en esta comarca cacereña, con la expropiación y ventas de los bienes baldíos y comunales de los pueblos. También analizaba la constitución de las Sociedades de Propietarios que, en régimen de proindiviso, adquirieron aquellos bienes en las subastas públicas. Aludía así mismo a las consecuencias sociales y económicas a que este proceso dio lugar. Añadía tres mapas.[11] El mismo autor publicaría años más tarde otra colaboración nominada: Un Aula de Geografía en el Madrid de Carlos IV.

El dominio territorial del Monasterio de Yuste fue el tema que abordó en 2002 el citado autor. Intentaba en el mismo realizar un detenido recuento de la riqueza en bienes inmuebles (dehesas, cortinas, huertas, casas, lagares, etc.) que poseían estos monjes de San Jerónimo antes de la desamortización También sus rentas y privilegios. El catastro de Ensenada y los protocolos notariales fueron las principales fuentes documentales empleadas.[12]

Otro autor extremeño, el emeritense José Antonio Ballesteros Díaz, publicó un artículo muy bien estructurado sobre: El uso de la tierra en el término de Mérida en el siglo XVIII. Contando también con la rica fuente documental que es el catastro de Ensenada, trata de analizar los sistemas de cultivos, producciones y rendimientos del campo emeritense en el siglo de la Ilustración; incorporaba un buen número de cuadros y tablas estadísticas.[13]

De tema histórico pero referido a la dimensión internacional de la Geografía Española puede citarse el último artículo del profesor extremeño Teodoro Martín Martín. Se titula: Un pasado que reivindicar. España en los congresos internacionales de Geografía. Se publicó en dos partes.[14]El él se hace una relación detallada por temas y autores de la aportación que han hecho los geógrafos hispanos a las reuniones celebradas en el extranjero. Desde el Congreso de Amberes de 1871 hasta el que tuvo lugar en Colonia en 2012. En el año 2018 aparecería como libro con la misma titulación y en la Editorial Académica Española.

 

  1. De Geología y Geografía

 

Sobre estas temáticas, el geólogo don Eduardo Hernández Pacheco (Madrid 1872-Alcuéscar, Cáceres 1965), también paleontólogo y arqueólogo, publicó un interesante artículo titulado: Los Cinco Principales Ríos de España y sus terrazas fluviales. Aunque no alude al Tajo y al Guadiana, sí hace referencia al paisaje de rañas tan característico de nuestra región.[15]Fue presidente de la Comisión de Terrazas Pliocenas y Pleistocenas en los Congresos de la Unión Geográfica Internacional (U. G. I.) celebrados en El Cairo (1925), Cambridge (1928), París (1931) y Varsovia (1934). Su hijo Francisco presentó al Congreso Internacional de Lisboa en 1949, una relevante aportación titulada: Las rañas de las Sierras Centrales de Extremadura.[16] 

El geólogo castellonense Vicente Sos Baynats, que tantos años pasó en nuestra región desplazado tras la guerra civil, llegó a encariñarse con nuestra tierra. Durante muchos años alternó su actividad profesional con la recogida de muestras geológicas, las cuales iba coleccionando. El 23 de marzo de 1988 dictó una conferencia en la Real Sociedad sobre: La riqueza minera de Extremadura y su proyección en Tartessos. Se publicó en nuestro Boletín ilustrada con figuras y mapas alusivos al texto.[17] 

Rosa Cañada Torrecilla, que leyó su tesis doctoral en la Universidad Autónoma de Madrid con el título: El clima en Extremadura, también colaboró en las páginas del Boletín. Su primer artículo fue: El régimen medio anual de precipitaciones en Cáceres. Se trata de un estudio basado en los datos que le proporcionó el Observatorio de Cáceres en el periodo 1908-1970. Lo acompañaba de gráficos y estadísticas complementarias. En el segundo: Las heladas en Extremadura, analiza la incidencia que en el desarrollo de la actividad vegetal tienen los fenómenos climáticos. Inserta once mapas, estadísticas y cuadros con datos relevantes.[18]

Sobre tema agrario Eduardo Abela publicó una colaboración titulada: Situación actual de la agricultura y cultivo de tabaco en España. La temática podría hacer suponer que haría referencia nuestra región, pero para las fechas en que se escribió apenas aportábamos algo a la producción tabaquera nacional. El trabajo es un informe favorable a su cultivo, después que se hubiera dictado la ley de libertad de cultivos en los años finales del siglo XIX.[19]

Coincidiendo con los años de la construcción y desarrollo del Plan Badajoz, Adela Gil Crespo, gran geógrafa y miembro de la junta directiva, publicó un artículo pionero titulado: Transformación de un paisaje (Colonización de las Vegas del Guadiana). Se trata de un buen estudio elaborado tras la lectura de la ponencia de Francisco Hernández Pacheco en el Congreso de Ciencias de Coímbra, titulado: Características geográficas y geológicas de las Vegas del Guadiana. La autora también visitaría la zona personalmente. Se trata de un sugestivo trabajo inserto dentro de lo que se ha llamado Geografía Regional y notablemente documentado. Incluye mapas del territorio, una amplia bibliografía y más de 32 fotografías de época. Fue un artículo precursor de los trabajos que sobre esa zona realizaría nuestro paisano Cipriano Juárez Sánchez Rubio, profesor de la Universidad de Alicante.[20]

El conjunto de la Sierra de Gredos también ha sido tratado en esta publicación. En 1907 se recogen varios artículos aparecidos antes en el Diario de Ávila. En ellos se abordaba el estudio de conjunto del macizo, los itinerarios posibles, el circo y una propuesta de excursión a la laguna.[21] Con el título de: La imagen de Gredos, Teodoro Martín Martín trató de llevar a cabo un estudio sobre la percepción de este bloque montañoso a lo largo de la Historia. Lo realiza en varios capítulos nominados: Gredos hasta la Ilustración, de Aznar a Alfonso XIII, Unamuno en Gredos y Gredos en la Literatura del siglo XX: prosa, poesía, libros de viaje y naturaleza; más unas reflexiones finales a modo de coda.[22]

Justo Corchón García, inspector de educación durante muchos años en la provincia de Cáceres y gran amante de nuestra región, llevó a cabo su tesis doctoral sobre El Campo Arañuelo, leída en la Universidad Complutense de Madrid. También es autor de la Bibliografía Geográfica Extremeña, publicada por la Diputación de Badajoz en 1955 y de la Encuesta de Geografía Regional Extremeña, editada por la Diputación de Cáceres. Pues bien en el Boletín, publicó en 1984 un artículo sobre: El Valle de Plasencia, el cual se lo dedicó al maestro de Piornal Máximo Cruz Rebosa y al vecino de Cabezuela del Valle David Herrero Alonso. Se trataba de un estudio sobre el valle del Jerte, en el que se analizaba el medio físico, poblamiento, población, modos de vida, régimen de propiedad, servicios comerciales, más una bibliografía selecta, nueve fotografías y estadística de los pueblos que lo integran.[23]

 

  1. Otros Tema

 

A lo largo de más de cien años de vida de la Real Sociedad Geográfica ha habido otras colaboraciones de algunos de sus miembros en las que han abordado temas extremeños. Sin querer ser exhaustivos voy a mencionar diversos trabajos sobre asuntos referidos a nuestra región por parte de tres miembros activos de la mencionada Sociedad Geográfica, integrantes todos ellos de su junta directiva en tiempos pretéritos.

Don Justo Corchón García, del que ya he citado anteriormente algunas de sus obras, colaboró con diversos artículos en los diarios Extremadura de Cáceres, Hoy de Badajoz y en la Revista Alcántara de la Diputación cacereña. Tiene también estos cuatro artículos:

Conoce tu patria: Guión 4: Cáceres. En Revista Enseñanza Media nº 4. Año 1947.

Relaciones Topográficas referentes a Extremadura. En Estudios Geográficos nº 35. Año 1949.

Inscripciones cacereñas inéditas. Boletín de la Real Academia de la Historia. Tomo CXXXVII. Año 1955.

Geografía médica del Campo Arañuelo y su influjo sobre la población. Estudios Geográficos nº 28. Año 1961.

Adela Gil Crespo antes de dar a la luz su artículo sobre el Plan Badajoz de 1960, publicó el año 1959 en: Actes du Collogue International organicé par la Faculté des Lettres de L’Université de Nancy un trabajo titulado: Colonización y transformación de un paisaje agrario: Las Vegas del Guadiana.

El doctor don Juan Manuel López de Azcona, ingeniero de minas, hidrogeólogo y especializado en análisis espectro-químicos, fue Vicepresidente 1º de la Real Sociedad Geográfica hasta su muerte en febrero de 1995. En 1975 la Real Academia de Farmacia le encargó llevar a cabo una interesante colaboración en la monografía que se elaboraba sobre el Balneario de Baños de Montemayor en Cáceres. Se tituló “Consideraciones sobre el manantial minero-medicinal de Caldas de Montemayor”.

En la misma, tras aludir a la situación geográfica del establecimiento, presenta una muy notable introducción histórica que se remonta a la epigrafía romana. La tercera parte la dedicada a la Geología, y nos dice que: “los manantiales de Baños, brotan de un gran batolito granítico, que alcanza por su parte NE la capital de Ávila, con su magnífico aspecto de grandes bolos debido a su estructura, y por el SO la frontera de Portugal”. Le siguen apartados dedicados a la red fluvial, el macizo granítico, las formaciones sedimentarias y la tectónica. En cuarto lugar habla del Establecimiento Balneario a través de las memorias de los médicos que lo han dirigido y de los visitantes ilustres que lo frecuentaron. En el apartado quinto se detiene en el Estudio Analítico de las aguas: determinaciones físico-químicas, radioactividad, gases disueltos, composición química, y concentración iónica.

Concluye con el siguiente comentario que inserto: “Una primera indicación de la variación del origen de las aguas, de los dos manantiales, ambos cercanos y de características análogas, tienen temperaturas diferentes y lo mismo ocurre con los contenidos de los diversos cationes. La primera impresión obtenida es de una mezcla de las aguas de procedencia profunda, dentro del propio granito, con aguas superiores y por tanto, de menor temperatura. Sería interesante a la vista de los análisis, la realización de una obra de mejora del captado, para lograr mayor caudal, mineralización y termalidad”.

  1. Excursiones y noticias de Extremadura

 

El excursionismo, sin duda un método lúdico y a la vez didáctico para aproximarse al paisaje, ya fue defendido y fomentado a fines del siglo XIX por la Institución Libre de Enseñanza y la Sociedad Geográfica. Sobre todo gracias a la labor de Rafael Torres Campos que trabajaría para ambas instituciones. Las salidas al campo eran el método más eficaz para comprender la Geografía y las problemáticas que el hombre ejerce sobre la naturaleza. Las primeras actividades en este campo siempre tuvieron como objetivos la provincia de Madrid y aledañas. Con especial interés por la Sierra del Guadarrama. Las razones eran obvias. Los transportes y red de alojamientos no favorecían las excursiones prolongadas. Por ello visitas a Extremadura y que recoja el Boletín no las he hallado hasta la segunda mitad del siglo XX. En la primera mitad de la centuria las razones antes mencionadas y los conflictos político-militares tampoco lo favorecieron.

En 1975 se llevó a cabo una excursión científica al Valle del Jerte y la Vera, conducida por el ya mentado Justo Corchón. Los días 23 y 24 de abril de 1988 el también citado Vicente Sos nos llevó a Trujillo y Mérida, donde visitamos la Colección, luego Museo de Ciencias Geológicas, por él reunida, y por supuesto el Museo Nacional de Arte Romano. Don Manuel Muriel Hernández, que trabajó para Iberdrola en la provincia de Cáceres durante muchos años, dirigió la excursión de los días 1 y 2 de junio de 1996 al complejo hidrográfico del río Tajo, sito en Alcántara, población que también visitamos antes de hacerlo a la capital provincial. Un año después, y por iniciativa de Iberdrola, se visitó el complejo de la Central Nuclear de Almaraz y el Parque Nacional de Monfragüe, ubicados en la provincia de Cáceres. Después de recorrer las distintas dependencias de estos espacios, asistidos por los técnicos de la empresa eléctrica, nos trasladamos a Trujillo y Guadalupe. En esta localidad se pernoctó para, al día siguiente, contemplar la riqueza arquitectónica y pictórica que encierra el célebre cenobio, regentado por la orden jerónima hasta la desamortización y hoy cuidado por los franciscanos. Nos referimos al Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe. Esta excursión se celebró el 14 y 15 de junio de 1997 y fue coordinada por el doctor don Manuel Muriel Hernández. Los miembros de del la junta directiva, Antonio Zárate y Teodoro Martín planificaron y explicaron la salida a Plasencia y la comarca de la Vera, donde se visitó el Monasterio de Yuste, Garganta la Olla y Cuacos. En esta población se nos mostró una típica fábrica de pimentón de la Vera. Tuvo lugar a finales de octubre y comienzos de noviembre de 2002.[24]

Desde los primeros años de existencia del Boletín comienzan a aparecer noticias o referencias de nuestra región. Sean una muestra las siguientes. El 23 de mayo de 1882 se comunica que se ha presentado a la sanción de la Corona la ley que ordenaba la construcción del ferrocarril de Mérida a Sevilla por Zafra. En 1885 aparece como nuevo suscriptor del Boletín D. J. Cazalet, vecino de Don Benito, Badajoz. En 1931 la Real Sociedad elabora dos informes: Uno para que no sea aceptado el cambio de nombre de Higuera de Llerena por el de María Cristina. En el otro muestran los inconvenientes para que Villanueva de la Serena pase a denominarse La Serena. Hay una nota informativa dando cuenta de la inauguración el 21 de junio de 1991 del Museo de Geología de Extremadura en Mérida. Fue el colofón a los trabajos de recolección de materiales geológicos llevados a cabo por Vicente Sos, desde que en 1939 fuera expulsado de su cátedra de bachillerato, y fruto de 27 años de trabajos en nuestra región, donde desarrolló una labor realmente encomiable. La nota fue redactada por la también geógrafa Adela Gil Crespo.[25]

 

  1. A modo de coda

 

No solo en el Boletín se han registrado temas extremeños de Geografía o Historia. También en los volúmenes que contienen las Aportaciones de la Geografía Española a los Congresos de la Unión Geográfica Internacional (U. G. I.), y que se editan desde 1960, han aparecidos trabajos de tema extremeño o de autores de nuestra Comunidad Autónoma. Pueden ser ejemplos los siguientes:

Para el Congreso de Londres de 1964 José María de Peralta y Sosa aportó el titulado: Aspectos urbanos del Plan Badajoz. Al Congreso de Tokio de 1980, Isabel Bodega Fernández llevó: Análisis de la estructura espacial del comercio en Extremadura. Al de Pekín del año 2016 Víctor Jiménez Barrado envió la comunicación: Urbanización de la campiña en áreas rurales por el turismo. Las segundas residencias en la Comarca de La Vera. El también autor extremeño Teodoro Martín prepara, para el Congreso de Estambul en 2020 una ponencia titulada: Visiones Hispánicas de Estambul.

Como se puede comprobar en las páginas precedentes no son muchas las referencias a nuestra región en la vida más que centenaria de la Real Sociedad. Ello puede entenderse si partimos de que los objetivos de la mentada asociación se decantaron por la expansión colonial, los debates en torno a la Ciencia Geográfica y sus planteamientos metodológicos, más los grandes temas y problemas de nuestra nación en su dimensión geográfica. Las cuestiones concretas de espacios regionales, si bien se han abordado, han tenido menos interés en el pasado. Esta tendencia es posible que evolucione cara al futuro. La constitución de un Departamento de Geografía en la Universidad de Extremadura puede ser un acicate en esa dirección.

Figura1.Escudo de la Real Sociedad Geográfica

Figura 2. Boletín de la Real Sociedad Geográfica del año 2017

Figura 3. Mapa Físico de Extremadura

Figura 4. División Administrativa de Extremadura en el siglo XVIII

Notas

[1] Sobre la participación española en los congresos internacionales de la U.G. I. véase mi obra: Un pasado que reivindicar. España en los Congresos Internacionales de Geografía. E. A. E. 2018.

[2] Boletín de la Sociedad Geográfica. Tomo V (1878), páginas 5,145, 229 y 363 y Tomo VII (1879) página 192. En adelante citaremos por B. S. G. A partir de 1901 B. R. S. G.

[3] B. S. G. Tomo XII (1882), páginas 476-494.

[4] B. S. G. Tomo XXX (1891), páginas 241-314.

[5] B. S. G. Tomo XXXII (1892), páginas 257-365. Láminas y mapas a partir de la página 258.

[6] B. S. g. Tomo XXXV (1893), páginas 134-149.

[7] B. S. G. Tomo XXVII (1889), páginas 7-46.

[8] B. S. G. Tomo XXXVII (1895), anexo de 47 páginas.

[9] B. R. S. G. Tomo LV (1913).

[10] B. R. S. G. Tomo XCIV (1958), páginas 289-308.

[11] B. R. s. G. Tomo CXXVI-CXXVII (1990-1991), páginas 175-188.

[12] B. R. S. G. Tomo CXXXIX-CXL (2003-2004), páginas 99-118.

[13] B. R. S. G. Tomo CXLIII (2007), páginas 61-88.

[14] B. R. S. G. Tomo CLI (2016), páginas 149-180 y Tomo CLII (2017), páginas 283-346.

[15] B. R. S. G. Tomo LXVIII (1928), páginas 216-246.

[16] Martín Martín Teodoro. (2017): Un pasado que reivindicar, página 51.

[17] B. R. S. G. Tomo CXXIV-CXXV (1988-1989), páginas 87-104.

[18] B. R. S. G. Tomo CXIX (1983), páginas 33-46; y Tomo CXXIII (1987), páginas 47-68.

[19] B. S. G. Tomo XXII (1887), páginas 53-66.

[20] B. R. s. G. Tomo XCVI (1960), 171-256.

[21] B. R. S. G. Tomo XLIX (1907), páginas 266-296.

[22] B. R. S. G. Tomo CXXXIII (1997), páginas 93-114.

[23] B. R. S. G. Tomo CXX (1984), páginas 43-62.

[24] Pueden verse los boletines Tomos CXI (1975), CXXIV-CXXV (1988-1989), CXXXIII (1997) y CXXXIX-CXL (2003-2004).

[25] B. S. G. Tomos XII (1882) y XIX (1885). B. R. S. G. Tomos LXXI (1931) y CXXVI-CXXVII (1990-1991).

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