Oct 012008
 

Manuel Rubio Andrada, Manuel Ignacio Rubio Muñoz  y  Francisco Javier Rubio Muñoz.

  1. INTRODUCCIÓN

Al comienzo nos ofrecía dudas su denominación. Según el mapa manejado si la fin- ca donde se ubica recibe el nombre de La Caballería del Muerto, el del Castillejo corres- ponde al nombre del cortijo más próximo. Ya hace varias décadas este topónimo nos había servido de pista para localizar el posible asentamiento y por ello debería corres- ponderle pero resulta demasiado abundante y por ello confuso. Actualmente también es conocida la finca como la Caballería de los Sánchez, que es el apellido de la familia propietaria. Finalmente decidimos incluir los dos nombres toponímicos para evitar equí- vocos.

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Oct 012008
 

Jennifer Rol Jiménez.

“Sólo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe… Sólo la cultura da libertad… No programéis la libertad de volar, sino dad alas; no la de pensar, sino dad pensamien- to. La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura.”

Miguel de Unamuno.

La escuela es hoy un espacio de sociabilidad común para toda la infancia. Ella cobija en nuestras sociedades los trabajos y los días de los más pequeños. La institucionalización de la educación como servicio público despega con los orígenes del régimen liberal, en los tiempos, ya lejanos, de las primeras Cortes- constituyentes, pero no llega a hacerse efectiva con carácter general hasta fe- chas relativamente cercanas a nosotros, justamente en los años de la transición democrática del siglo XX.

 

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Oct 012008
 

Antonio Rodríguez González

Las publicaciones más recientes suelen coincidir cuando sostienen que la victoria de los militares rebeldes en la guerra civil española no habría sido posi- ble sin el apoyo y la ayuda que recibieron por parte de las potencias fascistas europeas, esto es, de Italia y Alemania. Aparte del establecimiento de relaciones comerciales y contactos diplomáticos con el gobierno de Burgos, la interven- ción de ambos países se concretó en el envío de tropas, tanto del ejército regular como voluntarios, y de toda clase de armamento: aviones, artillería y carros de combate, armas convencionales y munición…, que a la larga resultaron indis- pensables para que los insurrectos le ganaran la guerra a la República.   … debido a lo extenso de este artículo, se ha procedido a convertirlo en archivo para descargarIcono pdf

Oct 012008
 

Carlos Jesús Rodríguez Casillas.

 

A la memoria de mi madre, Rosa Casillas García, cuya fuerza ante la adversidad me inspiró a realizar este trabajo.

  1. INTRODUCCIÓN

El Santuario de Guadalupe y la figura de Alfonso XI son fundamentales pa- ra el desarrollo histórico de la región extremeña. El primero, lograría con el tiempo consolidar en los territorios occidentales de la Corona de Castilla un profundo sentimiento religioso orientado hacia el culto mariano; proyectándose como uno de los mayores centros de peregrinación y devoción en el ámbito peninsular. Por otra parte, la figura del monarca castellano supondría un impor- tante revulsivo tanto para el propio desarrollo del Santuario como para la orga- nización del espacio extremeño.

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Oct 012008
 

Jesús C. Rodríguez Arroyo.

  1. 1.  INTRODUCCIÓN

Este trabajo pretende, en primer lugar, concienciar a los jóvenes de Acebo y de otras localidades como la anteriormente citada, del esfuerzo que supuso el poder contar con unas instalaciones dignas donde se pudiese impartir una edu- cación que sirviese para que los miembros de una sociedad rural, como la ace- bana, pudiesen complementar su desarrollo como personas.

Hoy en día existen infinidad de partes del mundo donde el derecho a una educación digna se ve continuamente vulnerado, al igual que sucedía en una localidad tan pequeña como Acebo. La vulneración de este derecho limita las posibilidades de desarrollo de cualquier sociedad y por ende la hace más vulne- rable a las amenazas de un  mundo globalizado.

Por todo lo expuesto anteriormente no nos deja de asombrar la facilidad con la que los jóvenes, y no tan jóvenes de hoy en día, desprecian un derecho como es el de la educación, ningunean a un colectivo como son los educadores y no muestran ningún respeto por instalaciones y materiales necesarios para desarrollar los procesos educativos.

 

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Oct 012008
 

Diego Blázquez de Yáñez.

 Tenemos entre manos y en nuestro estudio una fuerte bibliografía sobre la Guerra de la Independencia en Extremadura. He aquí algunas consultas:

–   Jesús Rincón: Partes 1ª y 2ª de Extremadura en la Guerra de la Indepen- dencia. Se publicó en Ediciones Arqueros, 1929 en Badajoz.

–   También del mismo autor, Días Gloriosos y Días Aciagos de Extremadura. (noticias militares y políticas de los primeros años del siglo XIX, año 1930 también en EdicionesArqueros, de Badajoz.

–   ¡El Príncipe de la Paz, no! Publicado en el periódico de Badajoz, Correo Extremeño, 1890.

–    El clero extremeño en la Guerra de la Independencia. Con prólogo de Román Gómez Villafranca, en los primeros años del siglo XIX.

–  La Gaceta de Extremadura, año de 1810.

–    Los periódicos durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) de Manuel Gómez Imaz. Publicado en Madrid, 1910 en Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas yMuseos, C/.de las Infantas, nº 42.

–    Catálogo de libros, Memorias y papeles de Extremadura. Por Vicente Barrantes, publicado en Madrid, año 1863 en la imprenta y estereotipia de Ma- nuel Rivadeneira, C/. Duquede Osuna, nº 3.

–    Periódicos y Periodistas Extremeños. (1808-1814), con prólogo de José López Prudencio. Volumen IV de la “Biblioteca Extremeña”.

–   El Regañón, periódico de iniciativa particular, publicado en Valencia de Al- cántara, el año 1811. Ediciones Arqueros, y con estudio de Jesús Rincón.

–   El Noticiero Extremeño, periódico de Badajoz, en su año II, nº 575, del año 1900.

–  El Correo de Extremadura, de Badajoz, 1891.

 

 

 

Traemos algunas cabeceras:

–  Días gloriosos…

–  Los periódicos de la Guerra de la Independencia

–  El Correo de Extremadura

–  El Noticiero Extremeño

–  La Gazeta de Extremadura

–  El Sitio de Badajoz de 1.811

–  El Avisador, 1.800

–  Nuevo Diario de Badajoz, 1.800

–  Catálogo de libros, memorias y papeles de Vicente Barrantes, 1862-

 

 

1.  LA GACETA DE EXTREMADURA 1810

 

 

Este periódico es base fundamental que acompaña a la Guerra de la Inde- pendencia en Extremadura que sitúa su sede en distintas ciudades en las que también se asienta la Junta Superior de esta Guerra en Extremadura. Era necesa- ria porque en ella se componían todas las disposiciones, partes, noticias oficia- les, avisos y propaganda de lacontienda contra los franceses y que editaba la misma Junta Superior.

He aquí la odisea en sus distintos periplos de pueblos y ciudades, en donde puso su sede:

La noticia más antigua que poseo de la Gaceta la transcribo de una cuenta y relación jurada de las cantidades que por suscripciones, venta de la Gazeta y trabajos duranteel mes de Enero de 1811 en la imprenta de la Junta Superior, recibieron el Regente D. José Felipe Calderón y González, y el oficial mayor D. Santiago Jiménez.

Son cargo en esta cuenta de cuatrocientos veintiséis reales y dieciséis ma- ravedíes, importe de las gazetas remitidas al Intendente en el mes de Octubre de 1810.

Así rectificamos al Sr. Gómez Villafranca que supone fundado este perió- dico el 20 de Noviembre y al Sr. Azuar que lo hace nacer al principio de 1.812. Un decreto delConsejo de Regencia del 15 de Enero de 1810 que se promulga en Cádiz disponía la publicación de un Boletín Patriótico para toda las parte occidental de la península, queredactaba Manuel Pardo de Andrade y se im- primía en la Coruña, y otro para la Oriental, a cargo de Antonio Buch, que se tiraría en Alicante. En Extremadura se tiraba la Gazeta,que en su primera época comprende 46 números. Los publicados en Octubre de 1.810 a Marzo de 1.811. En esta última fecha ante la proximidad del francés, que ya había ocupadoAl-

 

 

 

burquerque, se exiliaron a Garrovillas, a media legua de la orilla del Tajo, los únicos individuos que componían entonces la Junta Superior: D. Francisco Romero de Castilla, D.Vicente de Vargas, D. Juan Cabrera de la Rocha y D. Fructuoso Retamar y Olivas. Únicos componentes de la Junta, ya que su Presi- dente se encontraba en la Isla; el Marqués deMonsalud, Vicepresidente, estaba comisionado en el cuartel general del ejército inglés, y el encargado de facilitar los víveres a la tropa, D. Luis María de Mendoza, también estabaausente.

En ignorado paradero se encontraban José Gallego Villanueva, Andrés González Pacheco y Manuel Hernández Madera, a pesar de que se les requirió.

El 19 de abril se hallaron ya todos los vocales en la villa de San Vicente de Alcántara, donde se les entregó el Reglamento provisional para el gobierno de las Juntas deProvincias, dado el 18 de marzo de 1811. Al recibirlo, acordaron su cumplimiento; pero como Extremadura se encontraba casi en su totalidad ocupada por el francés y por otraparte no tenían la imprenta en San Vicente, no pudieron tirar los ejemplares necesarios para la ejecución del acuerdo.

A continuación se convocó la Junta por el general jefe, que estaba en Villa- viciosa, y se unieron en el cuartel general. Salieron los componentes de la Junta de San Vicente deAlcántara al día 23, y el 27, después de un gran rodeo y arrostrar, grandes peligros, se unieron al general en Santa Marta de los Barros. Continuaron en compañía del generalde pueblo en pueblo hasta llegar a Oli- venza, y con fundadas esperanzas de la reconquista de Badajoz, se dieran las disposiciones para la ejecución del Reglamento tan prontocomo se verificase la entrada en la plaza de Badajoz.

La Junta, ante la llamada del general, acordó llevar consigo la imprenta de la Gazeta, por los servicios, pensaba que podía prestar a la provincia y al ejérci- to. Pero no se pudoutilizar hasta su llegada a Olivenza, donde quedó montada a fines de Mayo de 1811, cuando comenzó la segunda época de la Gazeta de Extremadura.

Dice así el Secretario de la junta Superior de Gobierno de la provincia de Extremadura: “Don José Calderón y González, Certifico; Que el fondo de la imprenta de misma esen deber a Juan Sánchez Rivas y Manuel Martín de Bara- jas, capataces de carreteras para la conducción de víveres a nuestros Exércitos, ochenta y un rrs, nn. Por la que hicieron de dicha imprenta en dos transportes de referida clase, desde Extremoz a esta plaza, que son nueve leguas de distancia al respecto de cuatro rrs. Y media cada una.

Y a fin de que le hagan constar luego que tenga fondos el referido Ramo para proceder a su abono, doy la presente que firmo en virtud de Derecho de indicadasuperioridad su fecha 3 del corriente. Olivenza, 6 de Junio de 1811. José Calderón, secretario”

 

 

 

Dice también el mismo secretario Calderón, en las cuentas de la adminis- tración de la imprenta en sus vicisitudes de asentamiento: “Son cargo mil tres- cientos realesvellón recibidos del vendedor de la Gazeta en la plaza de Oliven- za, Don Bernardo Santo, a cuenta de los mil ciento y veinte ejemplares que se le entregaran de los delnúmero 1º hasta el 7º que se imprimieron al respecto de 160 de cada uno, y 470 exemplares que se le entregaron de oficio al señor Castaños, sobre la acción de laAlbuera”.

Así pues, a causa de los movimientos de los ejércitos combinados, se vio la Junta en la necesidad de trasladarse de nuevo a Valencia de Alcántara, por ser en este momentoel lugar más seguro, donde podía con más tranquilidad ocu- parse en el abastecimiento al 5º ejército, cuyo racionamiento, que reglamentaba el general en jefe, ofrecía grandesdificultades.

Luego la imprenta se llevó a Jurumeña y desde aquí a Valencia de Alcánta- ra donde se instala nuevamente. El cuadro de trabajadores de la imprenta fue: Becerril, el regente;Venceslao de la Peña, oficial de caja; Rafael Fernández, oficial primera de prensa y Anacleto Acevedo, oficial segundo.

Pocos días después de asentada por segunda vez, la corporación Extremeña de Valencia de Alcántara, se une a ella el cuartel general de Castaños, el que acompaña laimprenta del Estado Mayor, que se montó en el mismo edificio que se eligió para la Junta y donde trabajan los siguientes: Pablo González, oficial de caja; oficiales de prensa,Francisco Fernández, Anacleto Acevedo, Pedro Baca, Gabriel Sierra; y Ruperto Bocacha como encargado de la correspondencia y cierre de la Gaceta. Excesivo personal para tanpoco periódico y en su mucha precariedad por la que atravesaba.

Con los regentes de la Gazeta, Becerril y calderón González, y en su preca- rizaz económica se fusionan la topografía de la gazeta a la de El Regañón, pe- riódico extremeño deiniciativa particular, publicado en el año 1811, para según haciendo posible la existencia de la Gazeta.

(1)   Jesús Rincón en el comentario que hace al Regañón, que edita Arque- ros, en Badajoz, 1926. Esto hace posible la continuidad de la Gazeta, aunque ni aún así tuvo vidapróspera la imprenta de la Junta. De aquí que fuera mal- tirando para poder publicar órdenes, circulares, pasaportes y otros papeles.

Y llegamos con ello a:

EL SITIO DE BADAJOZ: Una de las compañas más señeras que sostuvo la Gazeta de Extremadura. En Badajoz, y en cuya reconquista luchó infatiga- blemente el GeneralMenacho, muere gloriosamente este militar.

(2)   Recientemente a su muerte y desde entonces hasta ahora, bicentenario, Badajoz ha tenido recuerdos profundos al glorioso General: claustro de su cate- dral, cuartel,teatro, y calle con su nombre, de las más dignas de la ciudad, que culmina en el obelisco a su memoria.-

 

 

 

A la muerte de General Menacho, le sustituye en el mando D, Manuel Gó- mez Imaz, Presidente luego de la Real Academia de Buenas Letras de Sevilla y de la Provincial deBellas Artes y correspondiente de la Historia; más que mili- tar, hombre éste de letras y escritor, que escribe, los periódicos durante la Gue- rra de la Independencia (1808-1814).

(3)   –Traemos fotocopia de su cara- El General Imaz, que había prestado hasta ahora grandes servicios a España, estuvo desgraciadamente en la defensa de la plaza deBadajoz; no sabemos si es que creyó escasa la energía de las tropas que sitiaban a la ciudad para operar su reconquista, tal vez porque des- confiaba sin fundamento de laaptitud del extremeño, que estuvo siempre presto a auxiliar al ejercito, o tal vez porque creyeron inútil el sacrificio de más derra- mamiento de sangre y quiso ahorrar vidas.

Históricamente no podemos explicarlo. Lo que sí es cierto que a pocos días de encontrarse el mando el General Manuel Gómez Imaz, y previo una junta a la que sóloconcurrieron militares, la plaza de Badajoz se rendía a los franceses, cuando se esperaba, al menos, por parte de todos, una resistencia honrosa con- fiando en la fuerza que la defendió y con la colaboración de todo el pueblo.

Así se reflejó el iter de la Guerra de la independencia en Extremadura entre el mando de los generales, Menacho y Gómez Imaz, y las distintas sedes itine- rantes de la Gazetade Extremadura, que acompañaban siempre a éstas en dis- tintas unidades, especialmente extremeñas, unos como jefes militares en sus distintos campos de batalla, y elperiódico, como comunicación y propaganda, avisos y noticias, entre pueblos y ciudades en luchas o conquistados.

El general Menacho, laureado tántas veces en los campos extremeños de esta batalla contra los invasores y el general Manuel Gómez Imaz, coronado su pluma de laurelescomo narrador de efemérides múltiples en las contiendas del intruso. He aquí algunos apuntes del general y escritor galardonado:

-“Exposición de los hechos o maquinaciones que han preparado la usurpa- ción de la Corona de España y los medíos que el Emperador de los franceses ha puesto en obrapara realizarlo”.

-“Idea sencilla de las razones que motivaron el viaje del Rey D. Fernando VII a Badajoz en el mes de Abril de 1808”.

-“ Manifiesto de los procedimientos del Consejo Real en los gravísimos su- cesos ocurridos desde Octubre del año próximo pasado 1808”.

-“Historia de la vida y reinado de Fernando VII de España, con documentos justificativos, órdenes recibidas y numerosas cartas del mismo monarca, Pío VII, Carlos IV,Maria Luisa, Napoleón, Luís XVIII, el Infante D. Carlos y otros personajes”.

En el proceso de la guerra tanto por Menacho como Imaz surgían las Juntas que asumían y negociaba la soberanía del gobierno en los pueblos extremeños,

 

 

 

salvando la nacionalidad, que en nombre de la Patria, de la Religión y de Fer- nando VII, únicos móviles impulsores, la Gazeta de Extremadura proclamaba en documentos:avisos y noticias como el único aglutinante y alma de la Espa- ña-Extremeña de 1.808. Así, en los pueblos extremeños se mantenía el orden con las Juntas, se allegaban recursos,se creaban ejércitos y se recaudaba para la defensa nacional. Aún las Juntas de cualquier aldea extremeña se manifestaba con dejos de legislador, estadista y general en cadauno de sus vecinos-vocales.

¡Inolvidables Juntas a cuya prodigiosa iniciativa y abnegación maravillosa se debió la independencia de la tierra de Extremadura! Comenzaban estas Juntas, multiplicándoseasí infinitamente, en el Juramento a Fernando VII y con la

declaración de la guerra de Napoleón, el tirano de la Europa, fervor humano

en proclamas patrióticas de pueblos y aldeanos que caldeaban pasiones: Albue- ra, Santa María de los Barros, Torre de Miguel Sesmero, Almendral, Valverde de Leganés y,después de la batalla entre llanuras de la Albuera, Olivenza, fron- teriza a Portugal (pequeño reino concedido al Príncipe de la Paz, nuestro mozo,

D. Manuel de Godoy, alumno que había sido del Seminario pacense de San Antón).

Sigue en la Gazeta de Extremadura, las notas del laureado escritor y gene- ral, D. Manuel Gómez Imaz:

 

 

-“ Colecciones de documentos patrióticos”.

-“ Manifiesto de la Junta superior de Cádiz”.

-“ Memoria Histórica y gloriosa del pueblo gaditano”.

-“ D. Gaspar de Jovellanos (memoria en la que se refutan las calum- nias contra los individuos de la Junta Central).

-“ Memoria histórica de la defensa de Guerra” (1808/09).

-“ Sitio de Zaragoza” (1808/09).

 

 

Desde la hemeroteca extremeña en este primer periodo (1808-1809) a partir del dos de mayo entrada de Napoleón en la tierra española, al frente de su ejercito, en que porsegunda vez colocó en el vacilante trono a su hermano José, aparecieron infinitos impresos, proclamas, bandos, edictos, manifiestos ofi- ciales y sátiras en prosa o versos, decarácter eminentemente patriótico que se reflejan también en la Gazeta de Extremadura y, desde ella, el eco de los distintos pueblos en donde iba teniendo su sede esteperiódico itinerante.

Así recoge también el laureado escritor y al mismo tiempo general, Gómez Imaz, de nuestros ejércitos extremeños, en la guerra de la Independencia, una voz queda y almismo tiempo perturbadora también del general maltrecho en el

 

 

 

sitio y en la entrega de la ciudad de Badajoz, después de la muerte del heroico general Menacho:

 

 

-Que la ayuda, veladamente gloriosa de los ingleses a España, acongojaba la abnegación de nuestros guerrilleros, cuyas proezas se realizaban el las frago- sidades de lassierras o en las soledades de sus campos, donde confundidos yacen aun sus restos humanos y sus armas gloriosas con los de los invasores, muertos unos y otros en lalucha heroica sin testigos que cantaran sus proezas pero siempre venerados en el alma de los pueblos que rivalizaron en odio y heroísmo; guerrilleros extremeños de templey acero, que acosaban, debilitaban y mermaban de continuo las fuerzas imperiales, entorpeciendo sus movimientos y reduciéndolos a sólo el terreno que pisaban.

-E. Rodríguez Solís , “ los guerrilleros de 1808 ”, historia popular de la guerra de Independencia – Madrid, Cao y Domingo 1887, supliendo o compen- sando lasdeficiencias o faltas de organización del Ejército, hasta que éste pudo conquistar y ser eficaz y decisivo a la defensa de la Patria.

-Aclara también el laureado estratega sustituto de Menacho, que había tur- bación en el pueblo extremeño, en esta gloriosa como al mismo tiempo infausta época, tornándose,hasta lo que parecía favorable, en confusión y contrariedad, como acontecía en auxilio de nuestros cuasialiados los ingleses, más de cálculo egoísmo que de generoso afecto,porque venían ansiosos de combatir a Bona- parte, su cruel enemigo, tomando a España como medio para sus fines particula- res y así anular a Francia y, de paso favorecer aEspaña, ya que tanto como una nación eran tradicionales enemigos de nuestra patria, y unidas ambas, producen con un solo tiro doble efecto: pues en estos momentos,Francia andaba a la gresca contra Inglaterra, hasta que se produce el levantamiento nacional de los sucesos de la Independencia en España. Era pues, de esperar que pueblocomo el inglés, cuya política tradicional desde el siglo XVI encaminábase con tenaz insistencia en anular nuestro poder, comercio y colonias, no desaprovecharía al venir a laPenínsula en son de aliado con España. Alianza que nos costó altos sinsabores y tal vez dilató nuestra guerra de la Independencia, porque las exi- gencias de LordWellington, honores y las pingües mercedes que se le conce- dieron a manos llenas, para suavizar sus exigencias y genialidades, acarreó muchos contratiempos a nuestrogenerales y a nuestro gobierno. (2) -“History of de War in de Península” por el teniente coronel V. T. P.- en cuya obra se denos- tó mucho a España, y en cuya defensa tuvo quesalir D. José Cangas Argüelles¨.

-En cuanto publicaciones de periódicos, sigue comentando nuestro general escritor señor Imaz, algunos irrumpieron en el campo extremeño con carácter esencialmentepatriótico con noticias como tales, y aún algún manuscrito como el que apareció en Cáceres, redactado con el título Asociación de Cáceres, que dirigía D. Álvaro Gómez Becerra,e impresión salieron en muchos pueblos,

 

 

 

sencillos e inofensivos con la misma sencillez de la infancia aunque algunos llegaron a la edad madura, como el Diario de Badajoz, favorecido por todo el pueblo extremeño,redactado por el señor Fernández Sandino, y con el tiempo, y acompañado en la redacción por su mujer Carmen Silva, publicarían El Ro- bespierre Español, en el que verteríanideas de la revolución francesa. Surge, fuera de Extremadura, El Argos de Manresa , que dirigía Francisco Tafaya; El Correo del otro mundo, de Valencia; El Diario de la Coruña,del fraile agus- tino Manuel Pardo Andrade, de ideas exaltadas difundidas en periódicos de esta fecha con escritos tan desenfadados como Os rogos de un gallego contra la Inquisición, antes de secularizarse y el que, sus adversarios llamaban “fray-fué” El Diario de Gerona, interesante, dirigido por Carlos Beramendi; el Diario de Manresa, por elcanónigo Alcina; El de Mallorca, por el obispo Picornell; El espectador sevillano, por Alberto Lista, que era el órgano de Junta Central y que aconsejaba la convocatoria a corte.Periódicos todos, que tenían como nexo común la exaltación patriótica del pueblo, y satírico-patrióticos, como el que se publicaba en Sevilla con el titulo: El correo del ejércitofrancés, que redac- taba Tío porrazo, andaluz de buena zepa, que venia a ser una crónica rimada de los acontecimientos, con mucha sal y pimienta, contra Napoleón, los invasores y especialmente contra el rey intruso, que hacían las delicias del pueblo sevilla- no del año de 1808.

Ya en el año 1809 y siguientes, los acontecimientos también de nuestros pueblos extremeños, toman nuevos giros, con la trashumante Junta y su Gazeta en distintospueblos y, especialmente de la trashumancia de la Junta central desde Aranjuez ( hoy su bicentenario del Motín, celebrado en la Plaza de Orien- te de Madrid) a la ciudad deSevilla, de esta ciudad a la de Cádiz, donde cesó para crearse la Regencia del Reino, nombramiento de la Junta Gobernativa de Cádiz e inauguración de las Cortes en la RealJunta de León.

En este ínterin, se sucedían los discursos patrióticos en los pueblos extre- meños, a quienes ponían cara todos los avisos y proclamas de la Gaceta de Extremadura:

Manifiestos y vindicaciones. Entre los manifiestos, muy célebre el del Duque de Alburquerque, acerca de su conducta con la Junta de Cádiz y arribo del ejército desu cargo a aquella Plaza. (Editado en Londres, 1810, imprenta de Iñiguez, 17, Margaret Street, Cavendisch-Square) en este manifies- to se exalta y proclama el pequeñoejércitoguerrillero, -que se escurre con pro- digios de agilidad y resistencia – perfil del pueblo extremeño –sin reposo si- quiera a sus fatigados cuerpos, que parecían más deacero que de carne humana.

En cuanto a la declaración también de lo que fue la Soberanía de las Cor- tes, nos sigue aclarando en su información el General Imaz, sucesor a su muerte en Extremadura delGeneral Menacho, y nuestro escritor e historiador del acon-

 

 

 

tecer de la Independencia en pueblos extremeños: “Alcalá Galiano noblemente confiesa lo absurdo y peligroso que fue la declaración de la Soberanía de las Cortes sin lasanción real que tanto exacerbó a la inmensa mayoría del país amante de la monarquía y ferviente y entusiasta de Fernando VII. Los discursos de los diputados sobre puntosconstitucionales eran oídos, no solamente con atención, sino con ansia viva, comentándose hasta en el momento de ser pro- nunciados, aplaudiendo a los oradores gratos alpúblico (las galerías) y vitupe- rando a los que tenían opinión contraria”. (Entre ellos estaban el extremeño de Cabeza del Buey, Diego Muñoz Torrero, Argüelles, Mejía, Calatrava,Olivero, Gallego y Golfín). Así se expresa en el Redactor General del 1811, que defen- dió la doctrina que hace necesaria la sanción Real para que las resoluciones del cuerpos ocuerpos legisladores pasen a ser leyes.

Existe también, en estas circunstancias, un cura, llamado el de Algeciras, de corta y mala instrucción, sencillo algunas veces, malicioso otras, ridículo en sus modos, y muchoen su acento a punto de dar Golpe en Andalucía y Extre- madura; en los primeros días de las Cortes se había hecho notable el buen cura por sostener la causa de los guerrilleroscontra la de los oficiales del ejército con frases que le valieron altos aplausos.

Cuando empezó a discutirse la Constitución ya no privaba Torrero con el pueblo de las galerías, porque había soltado expresiones favorables a la intole- rancia religiosallevada al mayor extremo. Pero al hablarse del artículo de aque- lla Constitución que declara que la soberanía reside esencialmente en la nación, a la que asiste el derecho de variarsus leyes fundamentales, ningún demagogo pudo exceder al cura de Algeciras sustentando una doctrina tan peligrosa, por la que “parece que está la asociación política queconstituye un Estado de con- tinuo, puesta en vilo” (así se expresaba Alcalá Galiano en Recuerdos de un anciano).

Aparece también la obra que escribió fray Rafael de Vélez, que con el tiempo sería obispo de Santiago y que durante el sitio de Cádiz vivió en esta ciudad y tomo partemuy activa en discusiones escritas que combatían el partido de Galiano aunque luego se reconcilian en muchas apreciaciones. La obra de Vélez llenas de noticias muy curiosasque hablan de los periodistas – también algunos extremeños – de los diputados y escritores que resonaban en las Cortes y que da a luz un libro que se titula “Apología del Altarel Trono”, (historia de las reformas hechas en España en tiempos de las llamadas Cortes, e impugna- ción de algunas doctrinas publicadas en la Constitución, diarios y otrosescritos contra la Religión y el Estado que se publica en 1825).

 

 

 

Este era el panorama, aún bajo el reinado de Carlos IV, al que después los historiadores – algunos – llamaron ominoso: España era una potencia de primer orden, su marina deguerra competía con la francesa y conservaba un imperio colonial que ascendían a 14.812.799 Km2. Desde 1812 quedó reducido su do- minio territorial a lo siguiente:

 

 

Península……………………..          504.517 KmPosesión en África……………         35 KmFernando Póo………………………                            2.998 Km2

Annobon………………………         17 Km2

…………………………………           15 Km2

507.582 Km2

 

 

 

Al iniciarse el nuevo régimen se perdieron 14.335.217 Km2.

Las Cortes se reunieron el 24 de Septiembre de 1810 en la Real Isla de León, después de declararse soberana; por iniciativa del diputado asturiano, D. Vicente Argüellesse decreta la libertad de imprenta y toma tales vuelos que inunda la Península una verdadera lluvia de impresos de todas clases, que se producen también en los pueblosextremeños, siendo entre ellos de los prime- ros, el periódico El Almacén Patriótico, que contabilizamos como tal, en nues- tro estudio sobre LA PRENSA EN BADAJOZ.

Siguen en abundancia los papeles políticos y polémicos, los más numero- sos que se extienden en la Península e inundan Extremadura. Se sitúa la prensa en la inquebrantableunidad y concordia que reinaba en todo el pueblo, disin- tiéndose a través de los papeles de todo lo divino humano: Leyes, fundamen- tos de la propiedad, bases en las que seasienta la sociedad, tradiciones, ejército, disciplina eclesiástica y hasta el mismo dogma. Todo se pone en solfa, se con- mueve todo y toma cuerpo la filosofía que nos viene deFrancia. (Vide, Tomo III de los Heterodoxos Españoles, de Menéndez y Pelayo). El Enciclopedismo domina y lo llena todo, que se inicia con los afrancesados y los legisladores deCádiz. (Vide, mi libro de 1983, El Cura Mora, Liberal y Cismático en la Alta Extremadura) . Por cierto, en estas fechas, ha salido a subasta un paquete de manuscritos de estepersonaje, José García Mora de Plasencia y párroco que fue de Villanueva de la Vera y de Plasencia, donde últimamente murió. El precio de la subasta se inició con el de 5.000euros. Tengo entendido que se adjudicó a una entidad extremeña. (no sé por que cantidad).

 

 

 

2.  EXCELENTÍSIMO SEÑOR D. MANUEL GODOY, PRINCIPE DE LA PAZ

 

Siguen proliferando noticias escritas en estas fechas, muchísimas, como los sucesos de las tropas españolas y el alzamiento del ejército portugués en la provincia deAlentejo, 20 de Mayo a 6 de Junio de 1.801, en que se firmaron los tratados de paz entre Portugal, Francia y España por sus plenipotenciarios res- pectivos Luís Pineda deSousa, Manuel Godoy y Luís Bonaparte, que escribió Enrique José Da Silva, abogado por la universidad de Coimbra, y a instancias del portugués. Único libro que trata laridícula guerra llamada de las naranjas , en la que tan triste papel desempeña Carlos IV por culpa del Príncipe de la Paz; después de esta guerra de las naranjas Olivenza se vinculaa España.

En los años 1.811-12 se escribe también noticias acerca de los sucesos de Badajoz en el Siglo XIX, que se refiere a la guerra de la Independencia en Ex- tremadura y los sitiosque sufrió la plaza de Badajoz, entre los que hay que señalar:

 

 

1.   Recuerdo de los hechos militares del capitán de Infantería, brigada del Regimiento de Ingenieros, D. Hilario Guiral, en el que se narra la glorio- sa muerte del BrigadierMenacho, ilustre gaditano, del que su autor era sargento de ordenanzas, así mismo como la muerte en Portugal del Marqués de la Roma- na de cuyo secretario fue tambiénordenanza el mismo autor, y a quién estimuló a escribirlo el gobernador de Badajoz, después de haberse abierto ya la brecha en la muralla de la ciudad junto al cuartel de laBomba.

 

 

2.   Apuntes de los tres sitios que sufrió la plaza de Badajoz durante la guerra de la Independencia, que escribió Juan José Morgado de la Rocha.

 

 

3.  Dictamen fiscal y acuerdo del Consejo de Guerra de oficiales generales, celebrado en la plaza de Badajoz del día 4 de Julio de 1816,

y que escribe el mariscal de Campo, Comandante General de Extremadura, D.

Toribio Grajera de la Torre del Fresno. ( En estos escritos se narran los sucesos políticos hasta el 1823, tanto como sonadas populares, movimientos de los ejércitos, sucesosrevolucionarios, y reaccionarios, etc.)

 

 

Pero sobre todo hay que comentar el libro de D. Manuel Godoy, Príncipe de la Paz: memorias críticas y apologéticas para la historia del reinado del Sr. D. Carlos IV deBorbón. (Madrid, imprenta de J. Sánchez calle de la Con- cepción, nº 7, 1.836, 37, 38, 5 tomos en 4ª). Acababa de morir Fernando VII

 

 

 

cuando vieron la luz estas memorias. Nos preguntamos, ¿como pudo permane- cer tanto tiempo silencioso aquel hombre sobre quien pesaban acusaciones tremendas?, ¿Fuerespetado a la memoria de Carlos IV? ¿Fue temor a su hijo, que forzosamente habría de salir maltratado de su pluma? ¿Fueron considera- ciones de elevada índole, las quesellaron sus labios, o móviles pequeños o ruines de naturaleza humana? Se pregunta también Vicente Barrantes en su catálogo de libros, memorias y Papeles, Madrid,Imprenta de Rivadeneyra, calle Duque de Osuna, nº 5 de 1.865, obra premiada por la Biblioteca Nacional. En el capítulo primero de las memorias del Príncipe de la Paz ya se titulamotivos de mi largo silencio con tonos melodramáticos: “cuando en Mayo de 1.808, dice, víctima lamentable de la facción inicua que llamó a Napoleón a entremeterse en losnegocios de España, mi anciano rey y señor, con su augusta esposa y el infante D. Francisco, permaneció en la triste y solitaria morada de Fontenai- bleau, el primer díade habitar como un extraño aquel palacio real de sus abue- los, gravado de dolores de alma y cuerpo, recostado en una cama de respeto, sus ojos lastimados, pero llenos demajestad, grave y compuesto de las manos de la virtud aquel rostro limpio y venerable, libre ya de respirar a su anchura sin testigos inoportunos, solo con aquellos tristesrestos de su amor que partían su infortunio, como paseara sus ojos sobre ellos y notase las lágrimas que en vano procurábamos reprimir y volver adentro, rompió el silencio,que nuestro dolor guardaba y nos habló estas palabras”: …(y narra con dramatismo el deseo del rey porque se escribiera este libro, que pondría los acontecimientos de sureina- do en claro y que serian consuelo para el rey y para el Príncipe de la Paz) y continúan las memoriaa que hacemos referencia:

“El afligido anciano, al clamar de este modo, perdió el color, y agitado y trémulo, comenzó otras palabras que se ahogaron en su pecho. Lágrimas y ge- midos y sollozosterminaron aquella escena dolorosa”…

La figura de Carlos IV, respetable, no por sus prendas de rey pero sí por ser un hombre extremadamente infeliz en el palacio y en trono, sin amigos, sin familia, siempreengañado y al mismo tiempo siempre crédulo, debería haber sido respetado en las Memorias del Príncipe de la Paz y no fustigar defectos a los que Godoy contribuyó yacrecentó. Esta historia de Carlos IV en las Memo- rias del Príncipe de la Paz que enturbian más la propia historia del rey y la catadura de aquel mocetón extremeño, D.Manuel Godoy, árbitro de tanto infor- tunio del reinado del malhadado rey. Este hombre, que ha pasado a la historia con tantos nubarrones en su propia historia y que nublóla propia historia de España. A él se refiere el mismo Consejo de Castilla maldiciendo a un vil se- ductor de Carlos IV. La ruina de nuestra España. En quién se venían a cum- plirlas sospechas generales de su conspiración contra el trono de España, acre- ditada después con acuerdo de Napoleón en su soberanía de los Algarves. Ca- denas decoran laarquitectura de su casa natal en Badajoz, y cadenas esclavizan

 

 

 

la  historia  de  España  a  las  que  tantas  veces  esclavizó  (ridículo  título)  EL PRÍNCIPE DE ESPAÑA.

 

 

3.    EN EL FRAGOR DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EL FRAGOR TAMBIÉN DE SU PERIODISMO EN EXTREMADURA

 

El periodismo de Badajoz, La Gazeta de Extremadura en su exilio de asentamiento en pueblos de Extremadura, distintos, es más bien, en este contex- to, un periodismo,explosivo, de carácter patriótico, según sus habitantes pa- trioteros.

En Cáceres, La Asociación de la Prensa, naciente y editada por D. Álvaro Gómez Becerra, conectaba también ese periodismo patriótico y patriotero. También en lospueblos sencillos, y hasta en las más humildes aldeas, casi con candidez de niño se iniciaba una vida, prematuramente, llevada a una edad de adulto. Volcaban sus sentimientosa favor y añoranza de Fernando VII, el De- seado, y contra la pérdida de Bonaparte y los manejos y teje-manejos del lla- mado Príncipe de la Paz, el apuesto y mocetón–repetimos- D. Manuel Godoy, pacence alumno y formado, en la única universidad, entonces, del Seminario de San Antón badajocense. El baile de la corona real española enBayona: rey padre, rey hijo y el omnipresente y omnipotente Príncipe de la Paz, con ambiciones también de corona real y sus grandes insidias.

Seguimos conotando: nace en este tiempo, El Diario de Badajoz, que en- tusiasmado a los pacenses, El Robespierre español, redactado por Fernández Sardino, y su señora,Dña Carmen Silva, dos cerebros exaltados y románticos. Nacen infinitos papeles, con una o dos hojas y folletos con muy pocas páginas; proclamas, bandos, edictos, manifiestos,u otros documentos oficiales, panegíri- cos en prosa o en verso, aleluyas, órdenes y discursos: muchísimos. En cada pueblo brotaba un alcalde, émulo del de Mósteles, yademás se improvisaba una tipografía y una redacción. Y todo esto con la transhumancia de la nueva Junta Central : Aranjuez – Sevilla – Cádiz, en donde se crea la Regencia delReino, la Junta Gobernativa de Cádiz hasta la creación de las Cortes en la Real Isla de León.

Continúa, sin tregua, la guerra contra el invasor (estamos experimentando en estos momentos del bicentenario, un bullicio mediático, florecido, como una primavera, despuésde doscientas primaveras pasadas). Guerra de la Indepen- dencia de la unidad del pueblo contra los mamelucos y el gabacho. ¡Aconteci- miento infausto, tan glorioso y nomenos triste, que de él arrancaron muchos males para la patria¡ Epopeya gloriosa que en vez de punto de partida y engran- decimiento, solo fue prólogo inmenso de decadencia.

 

 

 

Los REYES se ausentaban y entregaban en manos traidoras, en Bayona, la corona de dos mundos al invasor. La nación está huérfana de guía y de autori- dad, acéfala. Poreso, crece la soberanía del pueblo. Se consustancializa ya que desde Bayona recomendaban en documentos firmados (y para más inri) el so- metimiento al intruso. Ocupan losintrusos nuestras plazas fuertes en son de amistad. De aquí que el pueblo, sabio siempre, consolide su soberanía y se escurra hacia una anarquía, aparentemente facilona,pero pródiga en entrega de vidas, martirialmente.

Las Juntas asumen la soberanía tradicional y salvan la nacionalidad en nombre de la patria, religión y Fernando VII. Una reacción general hacia la regencia del reino ylas Cortes Constituyentes. Proliferan guerrilleros desde los Pirineos a Calpe y triunfos resonantes en Bailén y la Albuera (Badajoz), al mando de Castaños; en Alcañiz, al mandode Blake; en Chiclana, al mando de la Peña; en San Marcial, a las órdenes de Freire, y la marcha triunfal a las órde- nes del Duque de Alburquerque, sobre Cádiz. Y unareencarnación numantina de guerrilleroen Extremadura, Gerona y Zaragoza

 

 

4.  GUERRILLEROS, CON TEMPLE DE ACERO

 

 

A esta lucha titánica, se une, enardecida, la clerecía con su voz en los púlpi- tos aldeanos extremeños y en la misma catedral pacense de San Juan Bautista. En la Juntas yentre sus Diputados. Una fuerza en tromba imprimía esta clerecía a todo el cuerpo social como un nuevo sarampión de ideas liberales de nuevos apóstoles civiles y eclesiásticos.

Canónigos: Rocha, Caldera, Grajera y Sama. Y aún desde la Económica Amigos del País – Badajoz – se inoculaba sabia nueva, posteriormente, en progreso material ysocial.

Tanto la provincia de Cáceres como la de Badajoz alentaban la guerra de la independencia a través de sus hojas satírico-patriótica. Y se enardecía también el gran Saavedracuando se dirigió a las Cortes Soberanas en su Exposición del Consejo de Regencia con un importante documento.

Difíciles nubarrones habían oscurecido el cielo patrio, a pesar y por encima de los triunfos de Cuesta en Talavera, del Duque del Parque en Tamames. Ya se habrían laspuertas de Andalucía por Sierra Morena y Granada ocupada por Sebastiáni. El intruso, rey, ocupaba Córdoba. El duque de Alburquerque se batía con bravura enExtremadura, y en la nochebuena de 1809 multiplicaba esta bravura en Don Benito. El número de fuerzas era éste: 8.000 infantes y 600 caballos para atajar y sofocar al invasorpor el paso de Sierra Morena. Así se sitúa en Guadalcanal el de Alburquerque entre las fuerza de Menacho y de Con- treras, destinadas ambas en la plaza de Badajoz.

 

 

 

Ilustrísimo el de Alburquerque, por cuyas venas corren sangre de capitanes en las campañas de Flandes, quiere restaurar la nacionalidad y la monarquía en España. Llega aCádiz con su ejército, y en su bravura, es aclamado como salvador y gobernador de la ciudad.

Toca a arrebato la convocatoria urgente de la Constitución de 1812, y en ellas se oyen las voces del Alcalá Galiano, el clérigo extremeño, Diego Muñoz Torrero, y Calatrava,Delfín, Argüelles, Mejía, Oliveros y B.J. Gallardo.

 

 

5.  PÁGINA DE RECAPITULACIÓN

 

 

1808: Madrid heroico. Hace doscientos años, los madrileños ejemplariza- ron su coraje en alzamiento de la Nación contra los franceses: batallas, alcaldes, escenarios,personajes. Con el grito, ¡a las armas madrileños¡ marcaron el cami- no hacia la libertad y solo el pueblo defiende a una monarquía débil. En pie de guerra los primeros mártires de lalibertad y el pueblo llano y sencillo, atemori- za a la Armada Invencible.

Apenas rompía la primera luz del dos de mayo de este 1808. Los gabachos se habían llevado del Palacio de Oriente a la infanta Mª Luisa, reina de Etruria hacia el encuentro enBayona con el rey Fernando VII. Lo mismo intentaban con el infante Francisco de Paula y el pueblo de Madrid lo impide al grito de

¡”traición, mueran los franceses”¡ y su sangre corre por las calles en heroica lucha: Puerta del Sol, Paseo del Prado, Puerta de Toledo, Calle San Bernardo; los capitanes Daoízy Velarde reparten armas en el Parque de Artillería de Mon-

teleón y el general francés Murat ordena una brutal represión: 413 muertos y

169 heridos entre militares, artesanos, mujeres y niños… un lienzo de claroscu- ro de Goya: ruido y furia. Madrid, capital del reino de España y sus Indias, la nación ha habladoal servicio de la libertad. Muchísimas culpas del extremeño

D. Manuel Godoy, serenísimo Príncipe de la Paz, ungido del rey D. Carlos cuando apenas era mozo en la Guardia Corps que ya ha aceptado el reino del Algarbe porque hafacilitado al francés el paso por la Península y la partición de Portugal, arrogante, Príncipe de la Paz, engreído y que paso a paso fue precipi- tando aquella crisis de conducir lacorona española a Napoleón. Balance nada positivo de D. Manuel Godoy, que tampoco supo resolverlos, en su tiempo, los asuntos pendientes de la vida española. Aunque sequiera ser benévolo la poste- ridad le juzgará por sus virtudes. Quiso ser el hombre nuevo pero a la españo- la; el hombre nuevo que oteaba desde la Francia regicida y que, con talde en- cumbrarse aún más adula a los liberales que después traiciona. O la opción del Rey entre los Aranda y los Floridablanca.

Como quiera que sea, lo cierto es que hoy, y en él, los pueblos todos de Es- paña, al enfrentarse al dos de mayo con los dragones, los coraceros, los artilleros y legiones de polacos y mamelucos, el pueblo llano le viene a recordar a D. Manuel Godoy que más allá de los desatinos entre Carlos IV y Fernando VII; más allá de laineptitud de sus ministros y más acá de las camarillas por encima de todo, el pueblo salió a defender lo suyo: a su rey, como sím- bolo de permanencia de la familia a lo largo delos siglos.

Y a la tierra de sus padres, España, que ahora se bautiza, quizás, como Nación, ha escrito alguien.

Oct 012008
 

José Antonio Ramos Rubio.

La historia de encuentros entre España y América se ha ido construyendo a través de un amplísimo imaginario, en el que los tres siglos de dominio español han sido los menos afortunados a la hora de hallar el pincel que reconstruyera los hechos desde una perspectiva lejana. Los pintores de la historia han reduci- do la presencia ibérica a los descubrimientos y conquistas como lo testimonian los lienzos de Félix Parra o Luis Montero, por citar algunos autores.

La iconografía como un segmento del Arte concibe las obras por su conte- nido temático., diferenciándolas de la lectura formal. Entre los siglos XVIII y XIX la emancipación americana, desde diferentes ángulos históricos, fue el tema iconográfico por excelencia.

 

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Oct 012008
 

Ismael Montero Fernández.

“Esta ciudad que no se borra de la mente, es como un armazón o retícula en cuyas casillas cada uno puede disponer las cosas que quiere recordar”.

Ítalo Calvino. Las ciudades invisibles

  1. INTRODUCCIÓN

En primer lugar, agradecer mi presencia como ponente un año más, a la di- rectiva de estos Coloquios Históricos de Extremadura, y a su vez, felicitarles por la gran iniciativa que han tenido, en dedicar estas jornadas históricas al trascendental acontecimiento que estamos celebrando en este 2008, en multitud de congresos, exposiciones, seminarios y actividades diversas: el comienzo de la Guerra de la Independencia. Conflicto bélico, en el que en numerosas ocasio- nes, va a ser protagonista el territorio extremeño.

Preparando un trabajo de investigación para estos Coloquios Históricos, re- lacionado con los bienes patrimoniales de Jerez de los Caballeros, y viendo cómo emigraban las últimas religiosas de clausura que quedaban en la ciudad, clausurándose su convento, y junto a ellas salían también todos sus bienes mue- bles, consideré oportuno centrar mi atención en el Convento de Nuestra Señora de Gracia, no sólo con el fin de rendir el justo y merecido homenaje al último cenobio de clausura que quedaba en la ciudad, sino de concienciarnos, cómo

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Oct 012008
 

José Luis Barrio Moya.

Durante la baja Edad Media la ciencia farmaceútica en España funcionaba de manera diferente en los distintos reinos peninsulares. Así en la corona de Aragón la farmaciaquedaba al margen de las otras ramas de la sanidad. Por el contrario en el reino de Castilla, y al parecer desde el siglo XIV, la farmacia estaba supeditada a la medicina a través deunos representantes conocidos con el nombre de protomédicos. Con la unión dinástica de Castilla y Aragón porel matrimonio de los Reyes Católicos, aquellos monarcas trataron deunificar las diferentes lesgislaciones médicas de sus reinos, creando para ello el Tribunal del Protomedicaro1. En 1477 los Reyes Católicos dictaron unas ordenanzas en las queestipulaban “… que por los protomédicos y alcaldes examinadores que de nos tubieren poder, lo sean de todos nuestros reynos y señorios  que agora

son o fueren de aquí en adelante para examinar los físicos y cirujanos y ensal- madores y boticarios y especieros, hervolarios y otras personas que en todo o en parte usaren deestos oficios, y en oficios a ellos, y a cada uno de ellos

anexo….. para que si los hallaren idóneos y pertenecientes les den carta de

examen y aprobación, y liciencia para que usen los dichos oficios libres y des- embargadamente”2. Según se desprende de aquellas ordenanzas tanto los pro- tomédicos como losalcaldes ordinarios, que asimismo eran médicos, podían examinar a los boticarios. Pero esto planteó desde el principio un agudo pro-

 

1   El Tribunal del Protomedicaro estaba formado por toda una serie de profesionales que tenían como misión examinar a todos aquellos que deseaban dedicarse a cualquier rama del arte de curar asi comoconceder las licencias oportunas para ejercerlas. La bibliografía sobre aquella institución es abundante, destacándo los trabajos de Pascual Iborra.- “Memoria sobre la institución del Real Protomedicato premiadaen el concurso de 1884” en Anales de la Real Acedemia de Medicina, Madrid 1985-1986.- María Soledad Campos Díaz.- El Real Tribunal del Protomedicato castellano (siglos XIV-XIX), Cuenca, Universidadde Castilla-La Mancha, 1999.

2  Cit. por Guillermo Folch Jou: Historia de la Farmacia, 3ª edic., Madrid 1972, pág. 161.

 

 

 

blema puesto que los médicos conocían la teoría farmaceútica, pero la práctica quedaba en manos de los boticarios, y ello creaba dos opciones contradicto- rias.En 1588 FelipeII decidió poner fin a aquel estado de cosas, promulgando una prágmatica en la que establecía que los aspirantes a boticarios fueran exa- minados por profesionales de aquellaespecialidad asi como que tenían que ser menores de 25 años, contar con cuatro años de práctica junto a un boticario examinado y aprobado y conocer obligatoriamente lalengua latina. Esta última exigencia no se debía, como en el caso de los cirujanos, “… a una pretensión de elevar el nivel de formación , sino más bien a la necesidad de entenderperfec- tamente las recetas de los doctores en medicina redactadas en aquel idioma”3. También quedaba estipulado las revisiones periódicas de las boticas a traves de lasvisitas que, en la Corte y cinco leguas alrededor de la misma estaban a cargo de los miembros del Tribunal del Protomedicato, mientras que en los demas territorios de lamonarquía era tarea de los corregidores y regidores a quienes tenían que acompañar un físico aprobado.

Uno de los inspiradores de aquella prágmatica fue el burgalés Francisco Valles, famoso médico de Felipe II y protomédico de Castilla. Fue Valles “… quien organizó lavisita de las boticas situadas en su radio de acción como protomédico, visita que sería problemática desde sus inicios y cuyos resultados finales nadie habría sido capazde vislumbrar” 4. Ello fue debido a lo que en un principio iba a ser una tarea rutinaria acabó con un violento enfrentamiento entre el protomédico y los boticarios, contrariosestos últimos a las diferentes medidas que Valles quería imponerles a la hora de elaborar sus compuestos, sobre todo en lo referente a la forma de destilar las aguasmedicinales que se vendían en los boticas.

Los boticarios, una vez finalizados sus estudios y aprobado el correspon- diente examen podían iniciar su carrera perofesional, tanto en las ciudades co- mo en hospitalesy monasterios de todo el reino, aunque para la inmensa mayo- ría de ellos sus máxima aspración era la de entrar al servicio del rey. Con res- pecto a esto último hay que subrayarque Felipe II acordó que en el Alcázar de Madrid funcionasen dos boticas. Una dedicada exclusivamente a los miembros de la familia real y otra para los criados y servidores depalacio.El personal de ambas instituciones estaba formado por un boticario mayor a cuyas órdenes trabajaban tres ayudantes, otros tantos mozos y dos encargados de lalimpieza, un destilador y varios profesionales encargados de recoger hierbas medicinales.

 

 

 

3  María Luz López Terrada: “Médicos, cirujanos, boticarios y albéitares” en Historia de la ciencia y de la técnica en la Corona de Castilla (siglos XVI-XVII), Tomo III, Salamanca, Junta de Castilla y León,2002, pág.174.

4  Mar Rey Bueno: “El informe Valles:los desdibujados límites del arte de boticarios a finales del siglo XVI (1589-1594) en Asclepios, Vol. LVI, 2, 2004, pág. 248.

 

 

 

En 1594, y por una nueva prágmatica, Felipe II decidió que un boticario se incorporase como examinador al Tribinal del Protomedicato.

Desde comienzos del siglo XVII se inició un proceso de inspección de las boticas caracterizado por un mayor rigor a la hora de examinar los contenidos de las mismas. En 1617Felipe III autorizó a los protomédicos y justicias a visi- tar, sin previo aviso y tantas veces como considerasen necesarias, las boticas de pueblos y ciudades por considerar, conevidente razón “… que los boticarios escondían los medicamentos que estaban en malas condiciones y los sustituían por otros prestados. Si en alguna farmacia seencontraban medicamentos en malas condiciones, los protomédicos o justicias tenían facultades para clausu- rarlas, siendo necesario que dos protomédicos las visitasen ydieren su visto bueno antes de que se volviesen a abrir” 5.

Aquella decisión de Felipe III fue mantenida por su hijo y sucesor Felipe IV , y en verdad no faltaba razón para que asi fuera.Ejemplo de aquellas malas prácticas loencontramos en la tasación que se hizo de los medicamentos que quedaron en una farmacia de la localidad madrileña de Móstoles,regentada por doña María de Nava6. DoñaMaría de Nava, viuda del boticario mostoleño Payo Rodríguez falleció en aquella población madrileña en los primeros días del mes de mayo de 1651. En su testamento dejabacomo heredero a su hijo Antonio Lorenzo Gastón, quien se encontraba fuera de España sirviendo en la Armada Real y por su albacea testamentario a don Antonio de Nava,maestro de obras y su sobrino, quien tenía que hacerse cargo de los bienes de su difunta tia hasta el regreso de su primo. Sin embargo don Antonio de Nava no podíaabandonar Madrid, por lo que dio poder a Manuel de Burgos, tambien primo suyo, para que se trasladase a Móstoles y llevara a cabo el inventario y tasación de todo lo quecontenía la botica de su difunta tia. El 13 de mayo de 1651 llegó a Mósto- les el boticario madrileño don Diego Fernández quien , tras valorar los géneros de la botica, llegó a unaconclusión demoledora con respecto a ellos, declarando … que por quanto en el ymbentario que esta echo desta botica alla muchas medicinas sin titulos de lo que eran yotras tan antiguas según la ynspiracion dellas y del titulo y fecha que el dicho Payo Rodriguez puso en ellas como es costumbre, por ser medicamentos que entran por laboca y no seria raçon de dar lugar quien comprase dicha botica  a que los de a los enfermos, no se ten-

 

5  Guillermo Folch Jou.- o. cit., pág. 242.

6   Doña María de Nava era viuda de Don Payo Rodríguez, boticario de Móstoles, heredando a su muerte el negocio de su marido. El encontrar  a una mujer al frente de una botica en  esta época no

deja de ser sorprendente, puesto que diversas ordenanzas vetaban a las féminas para ejercer aquel trabajo sanitario. Asi lo reflejan las Ordenanazas de Madrid para boticarios de 1552, donde se

establecía que ninguna mujer pudiera despachar medicamentos. Una nueva ley, de 1593, prohibía de manera tajante a las mujeres tener boticas abiertas aunque contasen en ellas con oficiales aprobados en aquella especialidad. Pero el hecho de que una fémina regentase una botica en una población tan

cercana a Madrid, demuestra el poco valor que tenían las disposiciones oficiales.

 

 

 

gan y se arrojen y es necesario arrojar todas las cosas y raices que estan muy biejas y carcomidas y no estan para usar dellas” 7.

Si en esta declaración vemos la honradez profesional de don Diego Martí- nez tambien se advierte la total falta de escrúpulos de algunos boticarios de la época, que no teníanempacho ninguno en preparar medicamentos con materias primas en malas condiciones.

El siglo XVIII se inició en España con un cambio dinástico. La Casa de Austria, extinta por la muerte sin sucesión de su último representante, el desdi- cahado Carlos II, el 1noviembre de 1700, fue sustituída por la de Borbón, en la figura de Felipe V, nieto de Luis XIV, y nombrado sucesor al trono hispano por el último Austria y que se asentó en eltrono hispano tras su victoria en la guerra de Sucesión..

La llegada a España de un Borbón afectó profundamente a todas las institu- ciones del Estado al adoptar Felipe V el modelo ilustrado y centralísta francés, iniciándose conello, la modernización del mundo científico español, hasta en- tonces sumido en la más profunda crísis, y donde logicamente se incluyó la farmacia. Siguió funcionante elTribunal del Protomedicato, acentuándose el control sobre la actividad de los boticarios, a la vez que la ciencia farmaceútica se eriqueció con nuevos hallazgos y experimentos.Sigueron existiendo los boticarios reales que desarrollaron su trabajo en un ambiente ilustrado que dio lugar a una mejoría general de la farmacia aúlica8.

Durante los reinados de Fernando VI y Carlos III fue primer ayuda de la Real Botica de Su Magestad el extremeño don Manuel González Garrido, de quien vamos a dar aconocer algunos aspectos de su biografía y actividad pro- fesional.

Don Manuel González Garrido nació en Cáceres obispado de Coria entre 1720 y 1725. Fue hijo del cacereño don Juan González Garrido y de la trujilla- na doña MaríaOrdóñez. Nada conocemos sobre la formación del boticario extremeño, pero si que en 1748 se encontraba al servicio de Fernando VI como ayuda de la Real Botica . De estamanera el 14 de abril de 1748 don Manuel González Garrido obtuvo la plaza de ayuda honorario de la Real Botica con un sueldo de 4560 reales de vellón al año, jurando su cargo el 10 de agosto siguien- te ante el marqués de Montealegre, “… sumiller de corps de Su Magestad, go-

 

 

 

7  Cit. por José Luis Barrio Moya.- “Aportaciones para el estudio de una botica mostoleña del siglo XVII (1651) en Actas del Tercer Congreso del Instituto de Estudios Históricos del sur de Madrid “Jiménezde Gregorio”, Madrid 2005, pág. 118.

8  Sobre los boticarios del siglo XVIII véase A.González Blanco y F.J. Puerto Sarmiento.- “Ciencia y farmacia durante la Ilustración “ en Carlos III y la ciencia de la Ilustración, Madrid, Alianza Uni-

versidad, 1988, págs. 127-140.

 

 

 

zando a partir de esa fecha del sueldo, gages, casa de Aposento y demas emo- lumentos que le corresponden por esa razon” 9..

El 23 de mayo de 1748 don Manuel González Garrido ascendió al puesto de mozo de oficio supernumerario de la Real Botica, y el 1 de octubre de aquel año fue nombradocuarto ayuda de número con un suledo de 5660 reales de vellón10.

El 14 de febrero de 1751 el boticario extremeño otorgaba carta de pago y recibo de dote por los bienes que su futura esposa, doña Irene del Campo, apor- tó a sumatrimonio11. En aquel documento don Manuel González Garrido con- fesaba estar soltero “… Y ser boticario de Su Magestad en su Real Botica de esta Corte y natural de lavilla de Caceres, obispado de Coria, en la provincia de Extremadura, y que iba a casarse con doña Irene del Campo, de estado honesto, natural de Madrid, hija de DonFrancisco del Campo y Doña Alfonsa de Chozas, difuntos”.

Don Manuel González Garrido confesaba que su futura esposa llevaba al matrimonio “… por dote y caudal suio propio diferentes vienes, preseas, alajas, caudal, zensos,creditos y efectos que se me quieren entregar por la suso dicha y Don Juan Moreno y Doña Benita Chozas, sus tios, para ayuda a sustentar las cargas del matrimonio con talde que de todo ello le otorgue carta de pago y recibo de dote”.

Doña Irene del Campo aportó a su matrimonio una pequeña colección artís- tica formada por pinturas, grabados, una cruz de coral con un Cristo crucificado y una imagen deplata “… a modo de relicario con su marco de concha”. La pintura más valiosa fue una Divina Pastora tasada en 300 reales de vellón.

 

 

Pinturas

 

 

“- primeramente una pintura de la Divina Pastora de poco mas de vara de alto, 300 rs.- una Beronica de una tercia de alto, 66 rs.- una Nuestra Señora de la Soledad depoco mas de dos varas de alto, 240 rs.- otra de Nuestra Señora con el Niño, marco de bidrio, de una quarta de alto, 120 rs.- otra de San Fran- cisco de Paula con su vidrio,de poco mas de media bara de alto, 180 rs.- otra de Nuestra Señora de la Contemplazion con su vidrio, de media vara de alto, 180 rs.- otra de un Ecce Omo tambien con subidrio, 180 rs.- una lamina de Santa Theresa con marco negro guarnecido de bronze, 240 rs.- una pintura de Santa Rosa con marco de concha, de una terzia de alto, 180rs.- sete quadros de estampas, unos de a terzia y otros de a media vara, 60 rs.- una ymagen vor-

 

9  Archivo General de Palacio. Sección = Personal. Signatura = C-465/27.

10  Archivo General de Palacio. Ibidem. Ver Documento 1º.

11  Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Protocolo = 17513, folº. 422-436.

 

 

 

dada con su marco, de poco mas de media vara de alto, 180 rs.- una pintura de piedra agata, de poco mas de una tercia, 120 rs.- otra de una ymagen de plata de modo derelicario con su marco de concha, de poco mas de tercia, 180 rs.- dos estampas, una de a bara de la Encarrnacion y la otra de una Divina Pasto- ra, de terzia de alto, conmarcos negros, 20 rs.- una pintura de Santa Getrudis muy maltratada, de poco mas de media bara de alto, 40 rs.- una estampa de Nuestra Señora de Nieba, 6 rs.- una cruzde coral con un Santo Christo, de poco mas de dos tercias de alto, 180 rs”.

 

 

Madera

 

 

No fueron muy abudantes los muebles aportados por doña Irene del Campo a su enlaceo con el boticario extremeño,todos ellos agrupados bajo el epígrafe de madera.Destacaba un escritorio de Salamanca, tasado en 1000 reales de vellón. Piezas curiosas incluídas oentre los muebles fueron dos cartas de Santa Theresa con sus marcos derequadros, cubiertos de concha y evano, con sus tarjetas de plata. La tasación se llevó a cabo de la siguiente manera:

 

 

“- Primeramente un escriptorio de bara y media de largo con quince gave- tas, sus escudos dorados y quatro cantoneras a las esquinas con sun pie de bara de anchoy bara y media de largo, con sus pies acarthelados, sus dos varrotes de yerro, cubierto de palo santo, 600 rs.- un baston a lo salomonico embutido en nacar y conchacon su casquillo de plata, 30 rs.- otro de caña de junco con manija de metal labrada, 24 rs.- una muleta de hevano con casquillo de marfil, 40 rs.- dos cartas de SantaTheresa con sus marcos de requadros cubiertos de concha y evano y sus tarjetas de plata, 720 rs.- dos varreras de pino con sus entrepaños y fallevas de yerro, 200 rs.-una arquita pequeña de pino, 8 rs.- una cama nueba de seis tablas de pino con sus pies torneados dada toda ella de berde esmeralda, trasfloreada y filetes dorados, 165 rs.- otra cama de quatro tablas, 48 rs.- un escriptorio de Salamanca de dos cuerpos con tres cajones, 1000 rs.- un cofre mediano cubierto de badana emcarmada, 40 rs.- otropequeño atumbado, 15 rs.- otro grande de bara y media de largo, tres quartas de alto y media vara de ancho, quasi tumbado, cubierto de badana abaquetada,encarnada y guarnezido de tachuela dorada lisa, con dos zerradu- ras y una llave, 304 rs”.

 

 

Al contrario de lo que pasó con los muebles, la ropa blanca y los vestidos fueron muy abundantes en la dote de doña Irene del Campo, registrándose col- chas, sábanas,almohadas, camisas, peinadores, pañuelos, enaguas, toallas, co- fias, zapatos, colchones, mantillas, calcetas, briales, zagalejos, mantas, fundas,

 

 

 

cotillas, mantas, nueve varas de tercipelo negro, etc. Un juego de “… piedras de Francia, dos hevillas con sus charreteras y dos peynes, se valoraron en 65 reales, un rosariode Jerusalem, entallado y engarzado”, en 59 reales y “… una sobre cama de yndiana forrada en tafetan doblete berde”, en 200 reales.

También dentro del apartado de ropas y vestidos se incluyó “… una tapize- ria ordinaria, el campo y las cenefas de negro, desgastadas las sombras de los negros, Ystoriadel rey Ziro, de siete paños y cinco annas de cayda bien cum- plidas y treynta y ocho de corrida”, que fue valorada en 4560 reales de vellón.

Pero fueron sin lugar a dudas las alhajas de oro y plata, la parte más valiosa de la dote de doña Irene del Campo, puesto que al valor material de aquellas piezas había queañadir la echura manufacturada por sus artífices y las guarni- ciones de diamantes en varias sortijas y arracadas. También se incluían en el apartado de las alhajas diversos “…barros de Yndias y de China”.

 

 

Alhajas de plata y oro

 

 

“- Una bandeja zincelada de flores, 538 reales y 22 maravedis.- otra van- deja redonda, gruesa, labrada de vastagos y pjas, 992 rs y 2 mrs.- dos azafates pequeños,quadrados, prolongados, zinzelados, 960 rs.- una salvilla de plata blanca, labrada de realze con quatro conchas en el buelo y molduras de puntos zinzelados y una vasovernegal con sus baras y una piedra bezear en medio, todo zinzelado, 1150 rs.- doze platos trincheros, redondos, de moldura, 4063 rs. y 5 mrs.- una palangana, jarro y cajapara jabon con su caja forrada en bada- na negra, 1386 rs. y 30 mrs.- quatro candeleros de plata pequeños, de media moda, todos con platillos ochavados y mecheros, dosredondos y dos ochava- dos, 1095 rs.- un platillo y espaviladeras de plata, de media moda, 276 rs. y 8 mrs.- seis cucharas , seis thenedores y seis cuchillos, estos con suscavos de plata, todo ello echo en Ynglaterra, 480 rs.- otras seis cucharas y sis thenedo- res de plata mas pequeños que los antezedentes, 313 rs. y 8 mrs.- una salvilla de platamediana con pie de chapa atornillado, de moda antigua, 717 rs. y 16 mrs.- una guarnicion de jicara de pie, abrazaderas y asa liso y el pie calado, 60 rs. y 18 mrs.- una efigiede Chrispto señor nuestro en una cruz de zedro con sus remates y calavera de plata, 117 rs.- una medalla grande de Nuestra Señora del Sagrario de plata blanca, 17 rs. y 4mrs.- dos relicarios con la ymagen de Santa beronica de Jaen guarnezidos de plata, 27 rs. y 26 mrs.- dos cuchillos de mesa con cavos de plata, 200 rs.- quatro relicarios,los tres quadrados, dos Virgenes del Pilar sobre doradas y tres del Sagrario todo de plata, 60 rs.- otros tres relicarios, los dos sobredorados de feligrana y el otro con unannus, una cruz de Caravaca y un San Ysidro, 75 rs.- quatro Christos de metal, 34 rs.- una caja de zapa con cinco cucharas y sus thenazillas, 30 rs.- na caja de oro, echu- ralisa, 1072 rs. y 32 mrs.- otra caja de oro lisa, echura quadrada, 766 rs. y 18

 

 

 

mrs.- dos sortijas de oro esmaltadas, 37 rs. y 22 mrs.- una caja de tumbaga, echura lisa, 341 rs. y 32 mrs.- dos sortijas de tumbaga guarnezidas de sobre puestos de oro yplata, 67 rs. y 32 mrs.- una sortija de oro con las chapas del reverso agallonadas y parte del brazo calado, guarnezida con tres diamantes, rosa el mayor que haze medio, detres granos y medio de area y los dos de los lados de grano y quarto, 1195 rs.- una cruz de oro, rosilla y pasador, guarnezi- da con treinta y seis diamantes, 440 rs.- dosarracadas de oro guarnercidas con treynta diamantes, 429 rs.- dos sortijas de oro yguales en echura y numero de piedras que tienen ambas veynte y dos diamantes, 484 rs.-otra sortija de oro con onze diamantes, 110 rs.- diez y nueve barros de Yndias de diversos tamaños y dos salvillas de lo mismo, diez y nueve jicaras de China, ocho platillos delo mismo y un tazon con su tapadera y platillo, todo ello de China, 135 rs”.

 

 

Todas las pertenecias que doña Irene del Campo llevó en su dote fueron ta- sadas “… por personas peritas nombradas por ambas partes en sus justos pre- cios”, aunquesus nombres no se mencionan.

Pero aparte de todo lo arriba reseñado doña Irene del Campo aportó en su dote la cantidad de 2320 reales en dinero de contado y “… un censo perpetuo de un ducado yuna gallina de renta al año sobre unas casas que estan en esta villa de Madrid, en la calle de Hortaleza que fueron de Angela Baez, viuda de Lorenzo Hernandez”.

Tras recibir la dote de su futura esposa, don Manuel González Garrido otorgó a favor de la suso dicha la correspondiente carta de pago por los bienes que la suso dicha lehabía entregado.

El 6 de junio de 1782 don Manuel González Garrido “… primer ayuda de boticario mayor de Su Magestad daba un poder a don José Enciso Parrales para que en su nombrehaya, reciba y cobre extrajudicialmente e judicialmente de Su Magestad (Dios le guarde) sus thesoreros, receptores, arqueros, recaudadores, depositarios, administradores yde otras qualesquier personas del estado y calidad que sean, todas las cantidades de maravedises que se le restaban de- biendo y debieren en adelante por razon desus sueldos y mercedes que Su Magestad le tiene concedidos, y que de todo ello otorgase la correspondiente carta de pago”12.

El 15 de febrero de 1783 y ante el escribano Manuel Gorgullo, don Manuel González Garrido otorgaba escritura de testamento, ultima y postrimera volun- tad, precioso ypreciso documento para conocer muchas noticias familiares del boticario extremeño13. En aquel otorgamiento confesaba con orgullo ser “…

 

12  Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Protocolo =  20729, folº. 744-744 vltº.

13  Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Protocolo = 20729, folº. 149-151 vltº. Ver Documen- to 2º.

 

 

 

primer ayuda de la Real Botica de Su Magestad y vecino de Madrid. Declaraba ser natural de la villa de Caceres, obispado de Coria” e hijo de don Juan Gon- zález Garrido,nacido también en Cáceres y de doña María Ordóñez que lo fue de la ciudad de Trujillo. Recalca “que se halla con la enfermedad corporal que Dios por su bondad ha sidoservido darme, pero en mi caval juicio, memoria y entendimiento natural según su Divina Magestad se digno darmele. Pide ser enterrado, amortajado con el hábito de SanFrancisco, en la iglesia parroquial de que fuera feligres al tiempo de mi fallecimiento y en la sepultura mas humil- de de ella, y de secreto”. Establece que se digan por su alma, las de sus padres y demas de mi obligacion, cien misas rezadas, pagando por cada una de ellas la cantidad de cuatro reales de vellón, y que el día de su muerte se celebrase por su ánima una misa cantada con diácono, subdiácono, vigilia y responso.

Enviaba treinta reales de vellòn “… a los Santos Lugares de Jesusalen, re- dempcion de cautibos christianos y Reales Hospitales General y Pasion de esta Corte porterceras partes”.

Confesaba que estaba casado con doña Irene del Campo, de cuya unión habían nacido dos hijos, bautizados con los nombres de José y María Josefa, esta última quese halla de menor edad, por lo que dejaba a su esposa como tutora y curadora de la misma.

Nombraba por sus testamentarios “a la referida mi muger Doña Irene del Campo”, a su hijo don José González Garrido, don Antonio Moreno Bote, don Francisco Rivillo ydon Joaquin Riquelme e instituía por herederos a sus dos hijos “… y a los demas que la Magestad Divina fuere serbido darme durante mi citado matrimonio”.

No hemos podido localizar la partida de defunción del boticario extremeño, puesto que al no indicar el lugar preciso donde quería enterrarse hace la bús- queda muy difícil.Sin embargo la firma vacilante y temblorosa con la que signó su testamento nos permite deducir que falleció al poco de otorgarle.

 

 

APÉNDICE COCUMENTAL

 

 

DOCUMENTO 1º. Don Manuel Gonzalez Garrido. Zertificacion del ascen- so de quarta aiuda que era de la Real Botica para la tercera vacantta por ascenso de FranciscoPerez Yzquierdo a la segunda (10 DE MARZO DE 1749). (Archivo General de Palacio. Sección = Personal. Signatura = C- 465/27).

 

 

Don Miguel Tufiño y Faxardo certifico que por los libros y papeles de este oficio de mi cargoconsta que Su Magestad en resoluzion a consulta del mar- ques deMontealegre, su sumiller de Corps, de 14 de abril de 1748, se sirvió

 

 

 

conzeder a Don Manuel Gonzalez Garrido, mozo de oficio que era de su Real Botica, los honores de aiuda de ella con obcion a la primera vacante y el suel- docorrespondiente, juro el 10 de agosto de 1748 y haviendo fallecido Don Francisco del Corrral, primer aiuda que era de dicha Real Botica en 7 de sep- tiembre de 1748, elmarques de Montealegre, mando graduase al mencionado Don Manuel Gonzalez Garrido por quarto aiuda della que devia resultar va- cante por dicho fallecimientocomo se executo y consta la zertificazion con fecha de 7 de enero de 1749 y por otra real resoluzion de Su Magestad según consta del mismo marques de Montealegre, de29 de henero ya expresado, se digno conformarse en todo con la proposizion de Su Excelencia para la tercera plaza de aiuda de su Real Botica vacante por ascenso de DonFrancisco Perez Yzquierdo a la segunda, al dicho Don Manuel Gonzalez Garrido como mas por menor resulta de dichas rezoluziones, ordenes y asientos que quedan en mi oficio a que me refiero. Y para que conste donde combenga doy la presente en Madrid a 10 de marzo de 1749.

Don Manuel Trofiño y Faxardo.

 

 

 

DOCUMENTO 2 º. Testamento de don Manuel Gonzalez Garrido. (15 de febrero de 1783). (Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Protocolo = 20729, folº. 149-151 vltº.Esrcribano = Manuel Gorgullo).

 

 

En el nombre de Dios todo poderoso Amen. Sepase por esta publica escri- tura de testamento, ultima y postrimera voluntad como yo Don Manuel Gonza- lez Garrido,vecino de esta Corte y natural de la villa de Caceres, obispado de Coria, primer ayuda de la Real Botica de Su Magestad = hijo legitimo de don Juan Gonzalez Garrido,natural que fue de la propia villa, y de doña Maria Ordoñez que lo fue de la ciudad de Trujillo, su legitima muger, vecinos que fueron de dicha villa de Caceres y yadifuntos, hallandome con la enfermedad corporal que Dios por su bondad ha sido servido darme, pero en mi caval jui- cio, memoria y entendimiento según su DivinaMagestad se digno darmele, y creyendo como firmisimamente creo en el altisimo e incooprehensible misterio de la Santisima Trinidad, Padre, Hijo y Espiritu Santo, trespersonas y un solo Dios verdadero, y en todo le demas que tiene . cree y confiesa nuestra Santa Madre Yglesia Catholica Apostolica Romana, en cuya fe y creencia hevivido, quiero vivir y morir como catholico fiel christiano, deseando estar prevenido para quando llegue la ora de mi muerte, tan cierta esta a todo viviente como dudosaaquella, e invocando por mi intercesora y abogada a la siempre Virgen Maria Madre de Dios y señora nuestra, concevida en gracia sin mancha de culpa original en elprimer momento de su animacion santisima; a los glorios- sisimos patriarcas San Joseph, San Joachin y Santa Ana, al Santo Angel de mi

 

 

 

Guarda, a los arcangeles San Miguel y San Rafael y a todos los demas espiritus celestiales, santos de mi nombre, devocion y avitadores de la Gloria para que intercedan pormi con la Magestad Divina y me alcancen de su infinita piedad que se digne perdonarme y concederme que con perfecta contriccion entregare mi alma en sus Divinas manosquando salga de esta mortal vida: a honra y gloria de Dios Nuestro Señor hago y ordeno mi testamento en la forma si- guiente.

–   Primeramente encomiendo mi alma a la Divina Magestad que la crio y redimio y el cuerpo mando a la tierra de que fue formado, y quiero que quando suceda mifallecimiento sea amortajado con el abito de mi serafico padre San Francisco de Asis y puesto en el tiempo que hubiere de estar en la caja mortuo- ria sobre una vayeta ocosa semejante y solo con quatro velas, sin otro algun aparato ni ataud.

–  Mando que luego que yo fallezca se me tome la Bula de difuntos y escriba en ella mi nombre, y que en el mismo dia si fuere ora competente o en el inme- diato se celebrepor mi alma misa cantada con diacono, subdiacono, vigilia y responso y pague por todo la limosna acostumbrada.

–   Es mi voluntad se sepulte mi cadaver en la iglesia parroquial de que fue- re feligres al tiempo de mi fallecimiento y en la sepultura mas humilde de ella, conduciendoseen la caja de la Hermandad Real, de que soi individuo y de secreto si el tiempo y las circunstancias lo permitieren, que lo juzgaran mis testamentarios, a cuya elecciondejo lo demas respectibo a el modo y forma de mi entierro, preveniendo no se combide para el y solo se impriman y repartan esquelas para que me encomienden a Dios.

–   Mando se celebren por mi alma, las de mis padres y demas de mi obliga- cion cien misas rezadas, dandose quatro reales de vellon por limosna de cada una, y sacada laquarta parrochial, las demas las repartiesen mis testamenta- rios a los sacerdotes, iglesias o conventos que les pareciere.

–  Mando se den treinta reales de vellon para los Santos Lugares de Jerusa- lem, Redempcion de cautibos christianos y Reales Hospitales General y Pasion de esta Cortepofr terceras partes y por una vez, con lo que las aparto del dere- cho que pudieran tener a mis bienes las mandas forçosas.

–   Declaro me hallo casado legitimamente con Doña Irene del Campo. a quien prometi por via de arras o donacion propter nupcias la cantidad que resultara de laescriptura de carta de pago y recibio de dote que otorgue a su favor en esta Corte por febrero del año de setecientos cinquenta y dos ante Don Joseph de Mera, escribano deSu Magestad, y cuya donacion quiero tenga efecto cabiendo en la parte de mis bienes que el derecho permite o hasta en la suma que cupiere y pueda valer.

 

 

 

– Asimismo declaro que de varios hijos que Nuestro Señor ha sido serbido darnos durante nuestro matrimonio solo existen al presente Don Joseph y Doña Maria JosephaGonzalez Garrido, que esta se halla en la menor edad, y si al tiempo de mi fallecimiento subsistiese esta o alguno otro de nuestro matrimo- nio, usando de la facultad que lasleyes me conceden nombro por su tutora y curadora ad bona a la referida Doña Irene del Campo su madre y mi amada muger, relebandola de fianzas por la gran satisfacciony experiencia que tengo en su conducta y christiandad, y en virtud de esta clausula pido al señor juez ante quien fuere presentada la discierna el cargo de tal tutora ycuradora para que use de el.

–  Para cumplir y pagar y executar lo que dispongo en este testamento nom- bro por mis albaceas y testamentarios a la referida mi muger Doña Irene del Campo , aldicho Don Joseph Gonzalez Garrido mi hijo, a Don Antonio More- no Bote, a Don Francisco Rivillo y a Don Joachin Riquelme, vecinos de esta Corte, a los quales y a cadauno in solidun doy poder y facultad que por dere- cho se requiere para que luego que yo fallezca se apoderen de mis bienes y de los mas efectibo de ellos, o vendiendo lo quevasten y necesario fuere, publica o publicamente, cumplan, paguen y ejecuten lo que en este testamento se contie- ne, cuyo poder les dure el tiempo que necesiten, aunque seapasado el año del albaceazgo porque se le prorrogo por el que hubieren menester.

–  Y cumplido y pagado este mi testamento, en el remanente que quedare de todos mis bienes muebles, raices, derechos y acciones, habido y por haber, instituyo ynombro por mis universales herederos a los mencionados mis hijos legitimos, Don Joseph y Doña Maria Josepha Gonzalez Garrido, y a los demas que la Magestad Divinafuere serbido darme durante mi citado matrimonio, para que lo lleben y hereden todo por iguales partes con la vendicion de Dios Nuestro Señor, a quien pido meencomienden.

–   Y por el presente reboco, anulo y doy por ningun y de ningun valor y efecto otros qualesquier testamentos, cobdicilos, poderes para testar y demas disposicionestestamentarias que antes de esta haya hecho y otorgado por es- crito, de palabra o en otra forma para que ninguna valga ni haga fe judicial ni extrajudicialmente, sino estetestamento que quiero valga por mi ultima y de- terminada voluntad en la via y forma que mas haya lugar en derecho. Asi lo digo y otorgo ante el infraescripto escribanode Su Magestad y del Tribunal del Proto Medicato en la villa de Madrid a quince de febrero de mil setecientos ochenta y tres y el otorgante a quien yo el escribano doy feconozco lo firma, siendo testigos Don Carlos Nuñez, Don Francisco Garcia Valbueno, Don Ma- nuel Ruiz de Uriondo, Don Gerardo Munuera y Juan Fernandez, residentes enesta Corte.

Don Manuel Gonzalez Garrido. Ante mi = Manuel Gorgullo.

Oct 012008
 

Esteban Mira Caballos.

  1. 1.  INTRODUCCIÓN

Hernando de Soto pasa por ser uno de los conquistadores de origen realmente noble de los que participaron en la conquista de América. Sus antepasados, al menos los de su línea materna, eran hidalgos reconocidos desde tiempo inmemorial y además gozaban de una buena situación económica.

A muy temprana edad decidió buscar fortuna en las Indias, pues el mayorazgo familiar estaba destinado a su hermano mayor. Siendo todavía un adolescente de unos 14 años no dudó en embarcarse en la gran armada de Pedrarias Dávila que zarpó del puerto de Sanlúcar de Barrameda el 11 de abril de 15141. En dicha expedición viajaron un buen grupo de futuros conquistadores, como Diego de Almagro, Pascual de Andagoya, Sebastián de Belalcázar o Hernando de Luque, dirigiéndose nada más y nada menos que a Castilla del Oro. Un nombre muy elocuente que muestra claramente la imaginación áurea de estos hombres que decidieron dejar su terruño en busca de un futuro más prometedor.

Desde su llegada a Tierra Firme el extremeño se destacó por su arrojo y valentía, así como por su destreza con el caballo. Por ello, el viejo gobernador, Pedrarias Dávila, no tardó en nombrarlo como uno de sus capitanes de la caballería. Sometida la región de Panamá fue, por encargo del propio gobernador,

 

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