Manuel Ruiz Durán
Resumen: Este estudio quiere ser una aproximación a los orígenes sociales y caritativos que tienen todas las cofradías desde su origen y en especial la cofradía de Santiago Apóstol, Santo Entierro de Cristo y Virgen de las Lágrimas, cuya misión era la de enterrar a los pobres, transeúntes, peregrinos de nuestra la ciudad. La figura clave de nuestro trabajo tiene como punto de partida a don Vicente Estévalez, obispo de Badajoz, (1341-1347).
Palabras Claves: Santiago Apóstol, Santo Entierro de Cristo y Virgen de las Lágrimas, cofradías, acción social y caritativa, Vicente Estévalez, Obispo de Badajoz.
Abstract: This study wants to be an approach to the social and charitable origins that all the brotherhoods have since their origin and especially the brotherhood of Santiago Apóstol, Santo Entierro de Cristo y Virgen de las Lágrimas, whose mission was to bury the poor, passers-by , pilgrims of our city. The key figure of our work has as its starting point Don Vicente Estévalez, bishop of Badajoz, (1341-1347).
Keywords: Santiago Apóstol, Holy Burial of Christ and Virgin of Tears, brotherhoods, social and charitable action, Vicente Estévalez, Bishop of Badajoz.
Cuando termine de publicar mi primer libro[1] sobre la cofradía del señor Santiago Apóstol, del Santo Entierro de Cristo y Nuestra Señora de las Lágrimas, muchas preguntas que se hacen los cofrades quedaron respondidas y los vacíos en el tiempo empezaron a encontrar sus fechas y lugares, con sus personajes y avatares históricos que la fueron configurando.
Con este artículo quiero dar respuesta a uno de los interrogantes que no hallaron la luz en su primer estudio y que tras la perseverancia de nuestra hermana mayor actual, doña María del Carmen Gutiérrez Aldaba y su párroco, el que lo escribe, quieren llegar al posible origen de la función social (acción caritativa) de nuestra cofradía, ya que en su dimensión religiosa y litúrgica la encontramos en los misterios de Cristo y de la Virgen que portan, desde tiempo inmemorial, nuestros pasos, el Viernes Santo, a las 5 de la tarde, tras el Vía Crucis, los oficios y el auto sacramental del Descendimiento de Cristo.
1.- Año de 1341. Don Vicente Estévalez, obispo electo de Badajoz (1341-1347)
1.1.- Familia
Pocos son los datos familiares que encontramos de nuestro Obispo don Vicente. De él sabemos que perteneció a una familia noble de Aragón[2] que posiblemente llegó a nuestra tierra pacense después de la reconquista por Alfonso IX de la ciudad de Badajoz en 1230. Lo encontramos escrito con dos variantes, Estévanez o Estébanez, y nos da dos datos importantes de su vida: fue obispo de Badajoz por el año 1341 y se halló, con el rey don Alfonso, el onceno de Castilla, en la batalla de Algeciras.
No conocemos el nombre de sus padres, pero si sabemos que tuvieron 7 hijos, como lo recogen los textos del Corpus Medievales[3], pero sin saber el orden de nacimiento. En el siglo XV nos encontramos con los que pudieran ser los sobrinos del Obispo y a partir de este momento, el apellido se difumina.
Godino Estébanez[4]. 1318, agosto, 24. Badajoz. Carta de donación (traslado.) El canónigo Godino Estébanez da al Cabildo, en los Fresnos de Olivenza, unas casas con corral, viñas, molinos, sesegas, unas caballerías de tierra y una casa en el castillo con carga de dos aniversarios cada año el día de Santa Águeda.
Constanza Estébanez[5]. 1332, mayo, 10. Badajoz. Carta de compraventa. Carta de venta otorgada por Constanza Estévanez y su hija Teresa a Berenguela González, de unas casas en la colación de San Juan.
Vicente Estévanez[6]. 1341, enero, 31. Badajoz. Elección episcopal. Testimonio de la elección que el Cabildo hizo de don Vicente Estévanez, canónigo de la Iglesia pacense de San Juan. En 1349, se nos dice que tiene mayordomo que se llama Juan Tohan Ferrandes[7].
Vasco Estévanez[8]. Hizo gran carrera eclesiástica en nuestra Catedral. En 1352, nos narran las crónicas que era canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Badajoz.
En 1356, Olivenza, 19 de enero. Tiene el cargo de Chantre.
En 1361, abril, 16. Campomayor (Portugal). Tenemos el testimonio de una carta de excomunión y de cómo fue leída en la iglesia de Campomayor por el obispo don Juan contra el deán Fernando Sánchez, los arcedianos Vasco Estévanez y don Ramón, el tesorero Alonso Anes y otros canónigos y beneficiados de la Iglesia de Badajoz.
Lagua Estévanez[9]. 1361, agosto, 13. Monte Maior (Portugal). Carta de aforamiento de Domingos Meigo y su mujer Lagua Estevanez, vecinos de Monte Maior, por los días de su vida, a Domingos Martínez Farpalo la mitad de un lagar de aceite, con sus aparejos, por un canon de diez doblas anuales.
Vicencio Estébanez[10]. En 1362, Badajoz a 9 de junio, se le nombra diciendo que su oficio es Maestre Escuela.
Martín Estébanez[11]. 1366, 27 de septiembre. Se le cita como Abogado en Badajoz en una sentencia judicial por los terrazgos del trigo que sembró y cogió en sus dos caballerías de tierra en las testas de doña Mayor, en la ribera de Valdesevilla.
En 1422, el 18 de agosto en Badajoz[12], se nombra a don Blasco Estévanez Gordillo, en una sentencia judicial que da Fernando de Burguillos, alcalde de Badajoz, a su favor.
1436, octubre, 18. Badajoz[13]. Carta de donación que el arcediano de Jerez, don Luis Estébanez, hizo al Cabildo de unas casas situadas cerca de la puerta del Apéndiz, que antes fueron de Leonor Gómez.
1468, septiembre, 23. Badajoz[14]. Carta de compraventa otorgada por doña Constanza Estébanez de Medina de la parte de la heredad del Rincón que compró el canónigo Alonso González.
1470, octubre, 9. Badajoz[15]. Carta de compraventa, otorgada por el canónigo don Vasco Estébanez de Medina, por la que vende su parte de la heredad del Rincón del Medio al canónigo Moreno González.
1477, noviembre, 8. Badajoz[16]. Testamento de doña Constanza Estébanez en el que deja al Cabildo la heredad del Rincón de Caya, con carga de una capellanía perpetua o tres aniversarios en los días de Pascua de Resurrección, San Juan y Navidad.
1.2.- Obispo electo de Badajoz
Varias son las fuentes que nos hablan de la elección de don Vicente como obispo electo pacense.
El 31 de enero de 1341[17] es elegido,[18] para suceder a don Fernando Ramírez de Ágreda, el canónigo de Badajoz don Vicente Estevánez, según consta en el documento de original latino[19], en traducción de la época, nos ha conservado Solano[20]. Al día siguiente, 1 de febrero, otorgó poder a favor del tesorero García Pérez para que proceda a presentarlo en la curia.
La elección[21] de don Vicente Estébanez nos lleva a tiempos antiguos en que la elección episcopal era un fenómeno social que atañían tanto a clérigos, laicos y que debe ser refrendada por ambos. Por supuesto, la gestión pertenece a los canónigos, pero las frases explicativas de la misma, la presencia de la figura del notario del rey y la firma como testigos de los ciudadanos nos hablan de un procedimiento también de aceptación laica. La premura del tiempo electoral puede ser debida a presentar la lección de uno de los suyos como algo consumado. Pero no fue así. En tanto que don Vicente parece contar con la aprobación real, no lo parece con la papal, pues no hay noticias de que Roma diera su aprobación ni consagrar a don Vicente. Éste, sin embargo, se presenta y firma privilegios como obispo electo y como buen servidor del rey: el 15 de marzo de 1343 acompañó Alfonso XI en el cerco de Algeciras junto con otros clérigos, a su costa y llevando abundantes hombres.
Lo conocemos presente junto al rey Alfonso XI hasta julio de 1348 en que es posible que falleciera sin ser consagrado, posiblemente por la misma peste.
Pero el historiador Kurth[22] matiza: Es una pena que, sobre un obispo que nos revela tanto sobre todo los obispos como categoría, sepamos tan poco sobre su vida en concreto. Para empezar, no consta que fuera confirmado por el Papa. No puedo saber si esto se debe a algún vacío documental o si realmente no fue aceptada su elección. Lo que es indudable es que en las escasas veces que aparece en la documentación de la cancillería real, jamás se le adjunta el adjetivo electo, señal de que al menos para la corte real, era obispo de pleno derecho.
Y el cronista[23] de la ciudad de Badajoz, don Alberto, comenta del Obispo: … Entre ellos cabe recordar por sus actuaciones en el ámbito eclesiástico y también por su trabajo en beneficio y defensa de la ciudad a … don Vicente Estebánez.
Le sucede don Juan García Palomeque, nombrado el 25 de mayo de 1349 por Clemente VI.
1.3.- Acta de toma de posesión
Documento 4 / carpeta V. Línea 14-22[24].
En el nombre de Dios, amén. En el año 1341 del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, habiendo recorrido don Fernando, obispo que fuera de Badajoz, de buena memoria, el camino que corresponde a toda carne y una vez que su cuerpo fuera depositado en sepultura eclesiástica, don Beltrán, deán de la dicha iglesia, y don Juan García, Arcediano de Jerez, y Miguel Sánchez, chantre, y García Pérez, tesorero, y otros canónigos pacense es de la dicha iglesia, se hicieron todos presentes este día, a saber, el miércoles 30 de enero, con prolongación de los siguientes, para celebrar la elección del futuro obispo, haciendo que los ausentes fueran convocados dentro de un término, tal como se dice ser lo usual en relación a estos asuntos, por cierta carta sellada con el sello del dicho cabildo y robo morada con los propios nombres de estos. Concurriendo al cabildo pacense en tal término todos los que debieron, quisieron y pudieron estar presentes sin dificultad alguna, cuyos nombres quedan recogido más abajo, el dicho deán por propia iniciativa y por mandato de todos y cada uno de los del mismo cabildo, … y los que se encontraran en situación de excomulgados o suspendidos y a los que estuvieren en situación de entredicho … no debieran estar en el asunto mismo de la elección y así salieran y marcharán del cabildo. y porque la hora era ya tarde, el dicho decano por iniciativa propia y la de los otros prolongó el dicho término establecido hasta el día de mañana, que será jueves, último día del citado mes. Yo Beltrán, deán, Gómez arcediano pacense, Juan arcediano de Jerez, Miguel Sánchez, chantres, García, tesorero, Egidio Martínez canónigo pacense, pascasio Pérez, canónigo pacense, Vicente Estebánez, Martín Gómez, Martín de Egidio, canónigo, Fernando Sánchez, canónigo.
Líneas 24-28.
En el nombre de Dios, amén. Viernes, 1 de febrero. Reunidos nosotros, el deán y el cabildo, en la Iglesia nombrada, hacemos, constituimos y mandamos a García Pérez, tesorero de la dicha Iglesia pacense, presente y receptor de tal mandato, como Procurador nuestro y especial mensajero para que presente a don Vicente Estebánez, canónigo pacense, la elección del mismo, celebrada canónicamente, para el cargo de obispo de Badajoz y para rogarle suplicante y encarecidamente que debe comunicar su asentimiento a la misma lección, prometiendo por nuestra parte que hemos de tener perpetuamente por rato y firme cuanto fue ejecutado por el mismo Procurador en relación a lo expuesto a cualquier cosa de lo expuesto. Dado en el día y lugar.
Líneas 30-34.
En el nombre de Dios, amén. Miércoles, último día del mes de enero. Reunidos a primera hora del alba nosotros, el deán y cabildo citados, en la ante dicha iglesia, en el lugar en que se acostumbra celebrar las elecciones, y celebrada allí mismo solemnemente misa del espíritu Santo he invocado humildemente su gracia, precedida declaración externa y no mediando ningún otro discurso, espontánea y súbitamente, todos con unanimidad, némine discrepante, convenimos en Vicente Estebánez, canónigo de nuestra corporación, y la elegimos sin dudar bajo una sola voz y un solo espíritu por obispo y pastor, nuestro y de la Iglesia pacense, y una vez elegido el mismo, con altavoz y cantando solemne el Te Deum Laudamus, le entronízamos en la cátedra episcopal, siguiendo la costumbre de la referida Iglesia.
Líneas 39-40.
Yo, Vicente Estebánez, canónigo pacense, por no querer oponerme a la voluntad divina, con ciento para honor de la indivisa Trinidad, de la gloriosa virgen María y del bienaventurado Juan Bautista, en cuyo nombre está edificada la basílica pacense, si bien contra mi voluntad, en la elección que ha recaído en mí, solemnemente celebrada en la dicha iglesia de Badajoz.
El profesor Kurth[25] hace dos anotaciones importantes a este documento. Por un lado, destaca la importancia del ceremonial tal y como se deduce del texto de la toma de posesión. Y por otro lado, destaca la relación de la elección del obispo por parte del rey y la elección del obispo por parte de los canónigos (antes comentado).
1.4.- Decisiones pastorales
De sus decisiones[26] pastorales, en el gobierno de la Diócesis, nos han llegado tres, siendo la última la que trae a colación este artículo y a la que le dedicaremos un capítulo diferenciador.
1.- Estuvo presente en el cerco de Algeciras[27] en 1343, junto con las tropas de la ciudad.
2.- Don Vicente actuó como un verdadero obispo y en su pontificado ejerció la disciplina en su diócesis. En fecha imprecisa dictó sentencia de excomunión contra el aposentador del Rey por una disputa de propiedades.[28] Obligó a Fernando Yánez de Fefoyos, que era nada menos que el alcalde mayor del rey en Badajoz, a restituir a la catedral los bienes en Nogales y dos caballerías en Bardocas que tenía usurpadas, imponiéndole censuras espirituales, que el interesado solicita que se levanten al hacer la restitución.
3.- Tenemos asimismo una noticia que nos proporciona Solano y que merece la pena destacarse por el poco juego que normalmente tienen en el relato las creencias y rasgos de religiosidad populares, representadas en este caso por la más estricta ortodoxia en la constitución de la cofradía de la concepción de Nuestra Señora. El obispo consagró un altar[29] en 1744 y celebró misa en él, situado en la parroquia de San Andrés, durante 30 días seguidos ante el fervor del pueblo. El fuero de la cofradía se redactó cuando este obispo ya era difunto, pero se le reconoce su labor al edificarla y hacer su altar.
2.- Constitución de la Cofradía de la Concepción de Nuestra Señora[30]
En 1344 el obispo electo don Vicente Estébanez consagró[31] en la parroquia de San Andrés un altar dedicado a la Inmaculada Concepción de María. Algo después de su muerte, aunque sin que sepamos la fecha precisa, se constituye una cofradía con la misma advocación, parece (e insisto en el uso del verbo parecer) que vinculado a la mencionada parroquia de San Andrés. Esta cofradía fundó, no se sabe en qué fecha, un hospital originariamente conocido como el de San Andrés y posteriormente con el nombre de la Concepción, que sería el más antiguo conocido de la ciudad.
Se trataba de una cofradía asistencial[32], con su hospital para enfermos, dotado de suficiente renta, una fiesta solemne el 15 de agosto, y el día propio de la Concepción, según nos dice, el 8 de diciembre. Aunque Solano de Figueroa[33], dando poca importancia, sólo registra algunos capítulos de la misma. Debemos señalar en primer lugar la atención a los difuntos, que cobra especial valor en unos años tan desgraciados coincidiendo con las hambrunas debidas a las pésimas cosechas y a la peste negra, sin duda presente cuando las ordenanzas (hoy llamadas estatutos) se redactan:
-Velar con candelas al fallecido;
-cavar la tierra hasta 12 estos de tierra virgen cada cofradía varón para sepultar;
-asistir al entierro oír a la oración al hospital, so pena de ciertas multas;
-traer los cadáveres de los cofrades fallecidos a menos de un día de distancia entre ida y vuelta;
-amortajado de los bienes de la cofradía a los que no tuvieren para ello;
-prohibición a las viudas de ir a la vela, seguramente por las tentaciones de la noche.
En una cofradía abierta a hombres y mujeres y especialmente a matrimonios, porque se pide al soltero que entrase a formar parte de ella, que haga oficio de casado.
La viuda que casarse antes de un año o emigrar en, parece una costumbre habitual, pague de fecha 20 maravedíes.
En suma, una cofradía marcada por la dureza de los tiempos, que exige una solidaridad efectiva entre sus miembros y que mantiene un hospital para los desposeídos.
2.1.- Nacimiento de las cofradías de la Inmaculada
La primera cofradía castellana de inspiración Inmaculista[34] fue fundada por Fernando III en 1250 y las primeras aragonesas y catalanas datan del mediados del siglo XIV. Su proliferación no llegó hasta el siglo XVI y su esplendor se registra en el siglo XVII, con el apoyo particular de los Borbones españoles. Por ello no sería de extrañar que la familia noble Estévelez, de origen aragonés, tuviera ya esta preocupación eclesial y la pudiera poner en práctica cuando uno de sus hijos llega a ser obispo en nuestra diócesis.
En el citado artículo, don Fermín, hace una relación de las fundaciones más antiguas de esta cofradía, entre las que se encuentra la catedral de Gerona en 1330, la de Badajoz, erigida también en la catedral[35] por el obispo Estebánez hacia 1351 y en el pueblo de Llerena, en la provincia de Badajoz, hacia el año 1468.
Y la finalidad de esta cofradía era clara, en lo que se refiere a la Corona de Castilla:
-Tributar culto en honor del misterio
-asistir y consolar a los sentenciados;
-recoger y enterrar sus cadáveres, así como también lo de los transeúntes y peregrinos.
En lo referente a la Corona de Aragón, el culto en honor del misterio se matiza en La Sagrada y pura concepción de la Madonna santa María, virgen y Madre Gloriosa.
Con el paso de los años, en el siglo XV, con la influencia de los Reyes Católicos las cofradías dan un giro destacándose sobre todo por sus actos de culto y la creación de hospitales con un carácter profundamente caritativo y asistencial.
Y en el siglo XVI nos encontramos ya con las llamadas Cofradía y Hospital de la Caridad y la Piedad. Prueba de ello lo tenemos en el hospital de Valencia cuya cofradía fue aprobada por el arzobispo San Juan de Ribera el 8 de enero de 1574, según las crónicas del lugar. Un bastaría con recordar como en Badajoz, la cofradía de Nuestra Señora de la Concepción de los mozos solteros, fue fundada en 1556, agrupada como su mismo nombre indica, a los hombres que todavía no habían contraído matrimonio y unido, eso sí, a la ayuda de los enfermos pobres que se encontraban en el hospital.
En el libro de hermandades y cofradías[36] para la ciudad de Badajoz, se nos da una clave para entender el camino del presente y futuro de esta Cofradía. Inspirada y nacida de los altos fines de caridad y amor al prójimo, a esta cofradía se le debe la fundación de un hospital asistencial aprobado por el prelado pacense don Pedro Sarmiento, que era hijo de los Condes de Ribadeo y Salinas y capellán de los Reyes Católicos y Carlos V. El hospital se fundó en 1525, firmando el obispo la donación de dicha cofradía. En 1526, el 30 de junio, el hospital es regido ya por la cofradía de la Santa Vera cruz y sabemos que, en 1770, por un trabajo realizado por el Conde de Aranda, presidente del Real Supremo Consejo de Castilla, la hermandad tenía su sede en la parroquia de San Andrés, siendo su mayordomo don Juan Silvestre.
2.2.- Estatutos de la cofradía de Santiago Apóstol, Nuestra Señora de las Lágrimas y Santo entierro de Cristo.
Tomando como punto de partida el párrafo anterior, y el contexto del mismo, no sabemos exactamente cuando se produce el traspaso, de esta preocupación social y pastoral de enterrar a los difuntos y celebrar el culto debido, de la cofradía fundada y erigida por don Vicente Estébelez a nuestra cofradía, sita en el Castillo, en la Iglesia parroquial de Santiago Apóstol, donde se encontraba la hermandad del Santo Entierro de Cristo y la Virgen de las Lágrimas.
Para dar un poco de luz a lo que venimos diciendo y constatar ese paso de una cofradía a otra (que pudo darse a mediados del siglo XVI, entre la fundación del hospital por parte de don Pedro Sarmiento, obispo, y las primeras constituciones actualizadas de la cofradía de Santiago Apóstol en 1604) y que no se perdiera la preocupación socio-caritativa de nuestro obispo don Vicente, traigo las distintas Constituciones o Estatutos, que ha tenido la cofradía del Señor Santiago Apóstol, Virgen de la Lágrimas y Santo Entierro de Cristo, a lo largo de los siglos[37].
2.2.1.- De la Cofradía de Santiago Apóstol (1septiembre de 1604)
El 15 de enero de 1800 se firma la petición para la aprobación de los estatutos de la Cofradía. En los Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz[38] podemos acceder a una copia literal de uno de los documentos más antiguos que poseemos de la Cofradía: las Constituciones o Estatutos de la Cofradía de Santiago Apóstol.
Dice así en su folio 1 vto.: [39]“Pedro Manuel de Paula, en nombre y en virtud del poder que en debida forma presento a D. Juan Tamayo, vecino de esta ciudad y mayordomo de la cofradía del Apóstol Santiago que se venera en esta ermita del castillo, intramuros de aquella población” y recuerda líneas más abajo, el estatuto, su origen y la aprobación de las primeras y antiguas constituciones “de mil seiscientos cuatro para el mejor gobierno de la cofradía”. Prosigue en el folio 3, comienzan a relatarse “las constituciones y ordenanzas de la cofradía del Señor Santiago” con copia literal de los estatutos de 1 de septiembre de 1604[40], como luego se afirma en el folio 6 por el señor licenciado Mateo Conejo Provisor General del obispado de esta ciudad: “Ante mi Sebastián Martínez concuerdan literalmente lo que aquí dice con las constituciones exhibidas por el mayordomo de la cofradía de Santiago” y firma el secretario de la hermandad diciendo, “en fe de lo cual, yo Francisco Gerónimo Vázquez Díaz … en esta ciudad de Badajoz, doy el presente que signo y firmo en ella a veinte y dos de enero de mil ochocientos. Recibí Juan Tamayo = Francisco Gerónimo Vázquez Díaz”.
Constituciones…
5.- Sobre Mayordomos y Regidores:
Tiene la obligación de “acudir a los entierros de los hermanos difuntos Sombrereros, Sirguero, Baquero y de sus mujeres e hijos… solteros”.
Pagarán “un real para cera a la dicha Cofradía” cualquiera que faltase a cualquier entierro sino “está ocupado con legítima causa”. Y la obligación de cobrar es del mayordomo.
6.- Elección de Junta de gobierno y obligaciones:
“Ordenamos que por las ánimas de cualquier cofrade difunto se digan tres misas, una cantada y dos rezadas… y lo mismo por su mujer y no por sus hijos”.
7.- Enterramientos de todos los difuntos, sin excepción (protocolo):
“Llevarán cuatro blandones o hachas” y si el cofrade es pobre, “que sea a costa de la hermandad”. También pagará la hermandad “los enterradores y el paño de los enterradores”.
El mayordomo tiene que “nombrar los regidores y diputados cada mes, que tengan cuidado de hacer decir las misas, los domingos y fiestas”.
“En la ciudad de Badajoz a principio del mes de septiembre de mil seiscientos cuatro”.[41]
2.2.2.- Actualizaciones[42] de los estatutos de 1800, en la comunidad de los Remedios
Podemos considerar que con esta acta[43] estamos ante una actualización, en algunos puntos concretos, de los estatutos de 1800. Hemos llegado a la nueva sede, a un nuevo lugar y necesitamos actualizarnos. Por ello, nos encontramos una serie de acuerdos con la comunidad de los Remedios para los entierros, con la comunidad misma y las obligaciones entre convento y hermandad.
Se acuerda:
Por causa de “la decadencia de los tiempos y circunstancias de la guerra” no es posible continuar con los acuerdos de “mil setecientos ochenta y nueve” (1789) sobre la mortaja y los enterramientos que tenía la hermandad en otro lugar. Por ello deben sentarse de nuevo y poner nuevas condiciones y acuerdos:
Obligación de la comunidad.
La obligación de la comunidad es asistir a los entierros de los hermanos, que mueran con responso cantado en la casa del cadáver por “veinte y ocho reales” con la obligación de” la hermandad de asistir con otro responso en la casa del hermano y ha de dar, la cofradía, dos reales por la misa rezada que se daría en la hora del entierro”.
También se realizará una vigilia del oficio de difunto y una misa de cuerpo presente y se pagará, de limosna, como los entierros de los demás hermanos.
Cuando muera un hermano, “inmediatamente que se le avise, han de hacer la señal de doble y lo mismo a la hora de su entierro, rezándole una vigilia por una vez y un responso”.
Y la “asistencia a la procesión del santo entierro y al sermón del descendimiento, todo por la limosna de cien reales”.
Cuando el entierro sea de un transeúnte, peregrino o pobre de la ciudad, la cofradía pagará la limosna establecida por la misa.
2.2.3.- Acta del 18 de septiembre 1814, en el convento de san Francisco
El acta[44] gira sobre los acuerdos nuevos en temas de enterramientos de los hermanos de esta cofradía.
La “nueva contrata hecha con el convento de religiosos de S. Gabriel es cuarenta y dos reales en las mismas circunstancias que antes, que se pagaban veinte y ocho” (como aparece en el acta del 2 de septiembre de este año) , y se pasa de seis reales anuales a pagar ocho reales anuales. Existe una diferencia y una aclaración. La primera es la de poner cirios, que antes no se decía nada y la aclaración es que cuando “llegue a morir un hermano, no tuviese que pagar más que los pobres, al sepulturero y el nicho”.
Y todo esto comenzará a ejecutarse “el día de Santiago de mil ochocientos quince”. Este tiempo que falta es para avisar a los hermanos de este nuevo acuerdo.
2.2.4.- Acta del 6 de agosto de 1815
Tras elegir al hermano mayor, éste reconoce el trastorno que ha sufrido la hermandad y en palabras textuales, “ya que había principiado arreglar el trastorno tan grande que había sufrido esta hermandad por la entrada de los enemigos en esta plaza”.
Se acuerda:
Ante el trabajo tan grande que tienen los hermanos mayores en “sus cobranzas y demás asistencias” se da facultad para ampliar en uno, dos o tres hombres para que les ayuden en cuanto necesiten.
Ante los gastos extraordinarios que están suponiendo los entierros, y poniendo un ejemplo de “la entrada de un hermano por la cantidad de cuarenta reales y tener que enterrarle a su mujer a los ochos días de su entrada, sufriendo esta hermandad en ésto un perjuicio considerable, a evitarlo dijeron”: no se admitirá entierro alguno que no haya de pagar por entrada cien reales, pechas anuales que le corresponda a cada uno. Si esto ocurre con los hermanos de Hacha de la Virgen y del Señor, las cargas de estos es de media fanega de trigo anual, renovando su hacha y quedando libres de pechas. Lo mismo ocurrirá con los que llevan al Señor, la Virgen y el palio, que deberán contribuir con lo de costumbre.
Verificar en menos de tres días si un difunto que su familia dice ser hermano, lo es en verdad, ya que si no lo es, la hermandad no está obligada en nada con él, pero si se verifica que es hermano, “se entregará al Padre capellán sesenta y cinco reales para que invierta en quince misas por el bien de su alma y que esto mismo se ha de ejecutar con el que se encuentra ausente”. Si no es hermano de la cofradía, la hermandad correrá con los gastos mínimos.
Este acta reconoce la existencia de nuestra cofradía, de manera explícita, desde antes de 1640 cuando dice: “acuerdan también se le de entrada gratuitamente a Manuel Barreros Ruiz y se le exonere de pechas hasta que llegue a la edad de veinte años, por su asistencia a los entierros y demás ocupaciones que se ofrecen en esta hermandad, igualmente por los méritos que tienen contraídos su padre, y los que hicieron su bisabuelo, abuelos y tíos, pues desde el año mil seiscientos cuarenta hasta el presente todos han sido hermanos mayores y diputados de ella”.
Y en el libro de asientos[45], cuando se anota a su nieta Vicenta Ruiz a edad de nueve años, vuelve a recordarnos los méritos de esta familia, “desde el principio al siglo 1600”.
2.2.5.- Acta[46] del 29 de julio 1816
Esta acta recoge las funciones del Muñidor:
Debe asistir a todos los entierros de los hermanos parar llevar el estandarte, vara o lo que necesiten los hermanos mayores; como a las novenas, meditaciones, procesiones y demás fiestas de la Hermandad.
No deberá recoger la cobranza ni en trigo ni de maravedíes, ya que se le dará el 10% de lo que se recoja.
Estas funciones quedan recogidas también en el libro de asientos[47].
“Reconquista de esta plaza por el ejército británico”. Esta batalla ha provocado en la hermandad pérdidas de los libros de cuentas y asientos, lo que provoca un desorden a la hora de los entierros. El mayordomo pide que se arregle cuanto antes.
2.2.6.- Acta[48] del 16 de enero de 1831
Reunidos en la celda del R.P.F. Francisco Bayón Campomanes, predicador general y Guardián del convento de N.P.S. Francisco, con la Junta de Gobierno de este año en curso, acordaron:
Nombrar una comisión para verificar la entrega del estado de cuentas del anterior mayordomo D. José Barrero, y la entrega del inventario hasta el momento de la salida del convento de los Remedios de la ciudad de Badajoz, que se encuentra en su poder.
Se pone de manifiesto que la falta de pago de pechas ha provocado que la Hermandad carezca de fondos, para pagar los entierros de los hermanos y pobres que fallecen.
Se acuerda que los hermanos que “fallezcan en lo que resta de año hasta el día de san Miguel, veinte y nueve de septiembre del mismo, debiendo cinco años de pechas se les entierra por la cofradía si las pagaron anticipadamente… pero en que pasando cinco años la deuda, no se les entierre a no ser que el descubierto importe, como el entierro, se satisfaga íntegramente antes de verificarlo. Y que desde el día de san Miguel en adelante no se entierre en los mismos términos dichos a los que deban tres años arriba”.
Veamos algunos ejemplos de hermanos[49].
Antonio García, el feo y — Marín | 1799 | No. No paga, ni entierro | 6 reales | Brazo derecho delante del Señor | 2 abril 1821
– |
Diego Falcato y Francisca Toral | 1802 | X | 10 mayo 1830
Sin entierro 16 marzo 1825 |
Juan lobo y Lucia Amienes | 1815 | 40 reales | No paga no entierro | 10 reales | Andilla 3ª derecha del Señor | El. 21 abril 1826 |
2.2.7.- Acta[50] del 11 de diciembre de 1870. Nuevos estatutos
12.- Los cuatro regidores[51], “tomarán la relación con arreglo al número de votos en la elección”. Sus funciones serán sustituir “al mayordomo en ausencias, enfermedades y falta del mismo siendo los que la dirigirán y conservarán el buen orden, compostura y marcha de los asistentes”.
Y si algún hermano enferma de gravedad “lo visitarán acompañado del párroco en los actos cristianos… y si hubiese de administrar el Santo Viático, concurrirán todos los hermanos… así como también en su entierro, si falleciera”.
13.- Si un hermano fallece “en los treinta días primeros, siguientes al entierro del cofrade, se celebrará por el descanso de su alma, en la iglesia que se haya establecido la cofradía una misa rezada que costeará la hermandad y a la que asistirán los hermanos y parientes” finalizando con el responso correspondiente. Y en la “primera junta después del entierro… se hará conmemoración de él rezando un padre nuestro”.
14.- El lugar de las Juntas será “en la Iglesia donde se haya establecida la Hermandad o en su sacristía” y en caso de que sea de urgencia, se hará por citación del Hermano Mayor en su casa o donde el “Regidor que le restituye, determine”.
Cuando el entierro sea de un pobre de la ciudad, la cofradía pagará la limosna establecida por la misa.
El acta queda firmada el 11 de diciembre de 1870, por el secretario Fernando Bernáldez y el mayordomo Carlos de Combes.
Con todo lo expuesto y sus nuevos estatutos actualizados, nos sitúanos en las puertas de lo que es nuestra Cofradía en la actualidad, pero con cambios importantes. La Hermandad pasa a llamarse Cofradía del Santo Entierro, Nuestra Señora de las Lágrimas y Santiago Apóstol, quedando el nombre del apóstol al final. Ha desaparecido acción pastoral de los enterramientos de los hermanos, transeúntes, peregrinos y pobres de la ciudad y nacen nuevas necesidades caritativas con la nueva sede canónica, en la actual parroquia de Santa María la Real y con los nuevos tiempos del S. XX.
Bibliografía
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Solano de Figueroa, Historia Eclesiástica de la ciudad de Badajoz, edición 1929-1935, I parte, tomo IV.
[1] Ruiz Durán, Manuel, Sal de tu casa a la que te mostraré. Hermandad del señor Santiago Apóstol, Santo Entierro de Cristo y Nuestra Señora de las Lágrimas: de intramuros a Santa María la Real (San Agustín) 1800-1904, DEP. LEG. Ba-000615-2021.
[2] Andrés J. Nicolás-Minué Sánchez, Familias Nobles de Aragón, fuentes históricas aragonesas, nº 84, Institución Fernando el católico, Diputación de Zaragoza, 2018, p. 257.
[3] Fernández Fernández, José Manuel y Rodríguez Ortiz, Paulo Jorge, coordinador general y traducción de textos latinos: Tejada Vizuete, Francisco, separata del volumen V de las memorias de la Real Academia de Extremadura de las letras y las artes, Trujillo 2002.
[4] Id. p.564 y 635.
[5] Id. p 615.
[6] Id. p. 622.
[7] Id. p. 640.
[8] Id. pp. 652, 665 y 710.
[9] Id. p.709.
[10] Id. p.733.
[11] Id. p. 739.
[12] López, López Teodoro A. y Pérez Martín, Tomás, El Archivo de la Santa Iglesia Catedral de Badajoz, fundación C.B. 2022, p.112.
[13] Id. p. 114.
[14] Id. p. 116.
[15] Id. p. 115.
[16] Id. p. 117.
[17] Lozano Rubio, Tirso, Historia de Badajoz, Apéndices a la historia del Dr. Mateos, tomo II, edición facsímil Fundación CB, Badajoz 2017, p. 420. Nos habla de nuestro obispo pacense, en el periodo mozárabe, durante el año 1342, un año después que el resto de los autores citados.
[18] Camacho Macías, Aquilino, Anotaciones críticas al Episcopologio Pacense en “Actas del V quinto congreso de estudios extremeños”, I, Badajoz 1975, página 29.
[19] ACBa pergamino V nº 4 publicado en Tejada/Fernández/Rodrígues 2002, pp. 622ss.
[20] Solano de Figueroa, historia, historia eclesiástica de la ciudad de Badajoz, edición 1929-1935, I parte, t IV.
[21] Biblioteca de Autores Cristianos, el obispado de Badajoz en los siglos XIII – XV, pp. 787-789.
[22] Kurth, Wikkian S., obispos medievales de Badajoz, editorial regional de Extremadura, colección estudio, Mérida 2019, p. 86.
[23] González Rodríguez, Alberto, historia de Badajoz, Universitas editorial, Badajoz 1999, página 186.
[24] Fernández Fernandes, José Manuel y Rodrigues Ortiz, Paulo Jorge, coordinador general y traducción de textos latinos: Tejada Vizuete, Francisco, separata del volumen V de las memorias de la Real Academia de Extremadura de las letras y las artes, Trujillo 2002, página 627-629.
[25] Kurth, Wikkian S., obispos medievales de Badajoz, editorial regional de Extremadura, colección estudio, Mérida 2019, página 84-88.
[26] Kurth, Wikkian S., obispos medievales de Badajoz, editorial regional de Extremadura, colección estudio, Mérida 2019, página 88.
[27] Cerda y Rico, 1789, p. 168. Este detalle no está en la edición de Diego Catalán de la crónica (Catalán 1976),
[28] ACBa, pergaminoVI, nº 2, publicado en Tejada/Fernández/Rodrigues 2002, pp. 676ss,
[29] Kurtz, 2005, ver cita en el libro pag. 203
[30] Biblioteca de Autores Cristianos, El obispado de Badajoz en los siglos XIII – XV, pp. 787-789.
[31] Kurtz, Willian S. retrato de una ciudad, Badajoz en el siglo XVI, según los libros de hacienda de la cofradía y hospital de la Concepción, tomo I, Badajoz 2006, pp.24-26.127.
[32] Con su obra de misericordia, “enterrar a los difuntos”.
[33] Solano de Figueroa, Historia Eclesiástica de la ciudad de Badajoz, edición 1929-1935, I parte, t IV, pp.403ss.
[34] Labarga García, Fermín, El posicionamiento inmaculista de las cofradías españolas, Instituto de historia de la Iglesia, Universidad de Navarra, Pamplona 2004. Un
[35] El autor del citado artículo, junto con el profesor Kurtz en su artículo Retrato de una ciudad, ponen su erección canónica en la Catedral de Badajoz y no en San Andrés en el año 1344, como antes habíamos dicho.
[36] Agrupación de Hermandades y Cofradías, Hermandades y Cofradías de la ciudad de Badajoz. Más de 500 años de Historia, Diputación de Badajoz, 2013, pp. 167-168.
[37] Ruiz Durán, Manuel, Sal de tu casa a la que yo te mostraré, Hermandad del Señor Santiago Apóstol, Santo Entierro de Cristo y nuestra Señora de las Lágrimas: de intramuros a santa María la Real (S. Agustín), 1800-1904, Ba-000615, 2021.
[38] Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz, Fondo parroquial, caja 36 (libro de hermandades).
[39] Ruiz Durán, Manuel, Sal de tu casa… p. 23-27.
[40] Pensamos que la cofradía existe anterior a esta fecha, pero nos limitamos a lo documentado. D. Esteban Mira Caballos, en su libro, Hermandades y Cofradías en Badajoz a finales de la edad moderna, junta de Extremadura, consejería de cultura, Badajoz 2002, pag.110-112, recoge un documento del Archivo Histórico Nacional, Consejos 7091, N.8, donde se dice: “Yo, don José Jaramillo Melilla, que vive en esta ciudad, como mayordomo de esta cofradía de Señor Santiago, patrono y defensor de España, que se sirve en su ermita, en el castillo de esta plaza, la cual cofradía fue aprobada el trece de agosto del año pasado de 1604 por el Señor licenciado Mateo Canseco, provisor vicario general que fue de este obispado, por el ilustrísimo señor don Andrés Fernández de Córdoba, obispo que fue de él, con la cual aprobación se acudió a nuestro muy Santo padre Clemente octavo, el cual expidió un breve apostólico, aprobando la dicha cofradía en 5 de enero de 1605, concediendo muchas indulgencias y gracias tanto para en vida como para la hora de la muerte a los cofrades que fueren de ella. Y fue admitida como hermandad a la Iglesia lateranense, como miembro de la misma, para participar de todas las gracias concedidas a ella. Y la referida cofradía tiene la obligación todos los Viernes Santo del año de sacar la procesión del Santo Entierro de Cristo, antecediendo sermón y el paso lastimoso del Descendimiento a la Voz del predicador en la que lleva las insignias de la pasión de su Divina Majestad y que le acompaña su Santísima Madre con el título de las Lágrimas”.
[41] Este documento, en donde se encuentran las constituciones, contiene seis folios más, en los que se expone el epistolario de aprobación entre el Ordinario del lugar, el Real y Supremo Consejo de Castilla y el mayordomo y secretario de la hermandad. La aprobación final fue el 2 de noviembre de 1802. Es aquí donde tiene capital importancia la figura de D. Carlos Witte y Pau, antes citado.
[42] Ruiz Durán, Manuel, Sal de tu casa… pp. 30-33
[43] Véase libro de acuerdos de la Cofradía del Señor Santiago Apóstol, Nuestra Señora de las Lágrimas y Santo Entierro de Cristo desde 9 de junio de 1814 a 11 de abril 1841.
[44] Condición que se cumple cuando se van al convento de S. Francisco, Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz, Fondo parroquial, libro de acuerdos, fol. 38.
[45] Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz, Fondo parroquial, Libro de asientos, fol. 15.
[46] Ruiz Durán, Manuel, Sal de tu casa …, p.35.
[47] Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz, Fondo parroquial, Libro de asientos, fol. 27.
[48] Ruiz Durán, Manuel, Sal de tu casa…, p.43.
[49] Id. 51,53 y 57
[50] Id. p.101-102.
[51] Archivo Cofradía del Señor Santiago Apóstol, Nuestra Señora de las Lágrimas y Santo Entierro de Cristo, Libro 1º de actas, p. 3 vto.