Dic 092020
 

 

Jesús Bermejo Bermejo.

Resumen:

El 12 de julio de 1843 se desarrolló una batalla en La Cumbre (Cáceres) entre las tropas del General Mariano Ricafort, fieles al regente Espartero, y las tropas sublevadas del Coronel de caballería José María Vassallo. Fue una victoria para el regente quien, sin embargo, tuvo que exiliarse unos quince días después. Este trabajo pretende esclarecer y detallar el contexto, los hechos y personalidades que intervinieron en aquella acción y las repercusiones que sucedieron después en Trujillo y Cáceres.

 

INTRODUCCIÓN.

1843 fue un año más en el compungido reinado de Isabel II; en 1840 finalizó la primera Guerra Carlista y en 1846 vendría una segunda (también tendríamos una tercera). Desde que muriera Fernando VII en 1833, las regencias y la Pragmática Sanción de 1830[1], que permitía reinar a la sucesora, provocarían enfrentamientos entre los partidarios de Carlos María Isidro de Borbón y los de Isabel II.

Es en este contexto donde se sientan los pilares de cambio que van romper con las tradicionales estructuras del Antiguo Régimen y es en esta primera Guerra Carlista donde las corrientes ideológicas progresistas y conservadoras se acentuarían en el marco de una sociedad cuya economía estaba diezmada por el continuo vaivén político.

La Guerra Carlista de 1833 a 1840 fue la principal fuente de los acontecimientos posteriores. Después de la guerra de la Independencia, abolida la Constitución de 1812 y devuelto el régimen absolutista por Fernando VII; este monarca no volvió a instaurar la Inquisición y, después del Trienio Liberal (1820-1823), con ese devenir ideológico tan interesado y característico, realizó ciertas reformas para acercar a los sectores liberales. Esto provocó la animadversión de los realistas apostólicos[2] que ya habían mostrado sus inclinaciones por el infante Carlos.

En una primera fase, los carlistas dominaron el norte gracias a las acciones de Tomás de Zumalacárregui y Juan Antonio Guergué. Toda una organización que provocó un repliegue hacia el resto del país destacando las expediciones de Miguel Gómez Damas en 1836 y la del propio Carlos María Isidro, con el famoso asedio a la capital en 1837. Sin embargo, a medida que avanzaban a otros territorios, los carlistas perdían posiciones y sufrían derrotas, como la del sitio de Bilbao por los isabelinos del capitán Salvador Quero. Esta perdida y pese a las continuas incursiones de Ramón Cabrera en el Maestrazgo, contra los cristinos[3] hasta el final de la guerra, proporcionaron un agotamiento continuo en las filas carlistas que se descabezó en la batalla de Luchana. Ese desgaste y pequeñas derrotas posteriores obligaron a firmar la paz con el “abrazo de Vergara” en 1839. Un abrazo que no gustó al pretendiente Carlos María Isidro, obligándose a exiliarse a la espera de otra oportunidad[4].

En Extremadura, en relación con estos acontecimientos, cabe destacar la expedición del general carlista don Miguel Gómez Damas, en 1836, junto con el General Ramón Cabrera (El tigre del Maestrazgo) cuyas incursiones se sucederían en nuestro territorio causando desestabilidad e incertidumbre. Se celebraron juntas en Guadalupe, Conquista de la Sierra, Trujillo y Cáceres; y se aprovisionaron de alimentos, armas y otros víveres. Mientras eran recibidos con vivas y aclamaciones por los partidarios afines al carlismo y el resto de realistas extremeños, la administración y gestión de los ayuntamientos, prácticamente, se deshizo[5] y gran parte de la población abandonó sus hogares.

Un año después, en marzo de 1837, Don Basilio Antonio García y Velasco tomaba Trujillo “con una fuerza carlista compuesta por 100 infantes y 350 caballos a las órdenes del brigadier don José Jara y García, don Fernando Sánchez y don Mariano Peco”[6]. Siguieron el protocolo de apropiarse cuanto necesitaban pero ya para entonces encontraron menos afines a su causa.[7]

La primera Guerra Carlista, con sus pinceladas extremeñas que sirven, más bien, de curiosidad histórica, se convierten en los cimientos de los antecedentes de la batalla que queremos exponer.

ANTECEDENTES.

La primera intentona del pretendiente Carlos María Isidro catapultó a la fama a diversos Generales Isabelinos que manifestaron una ideología liberal que se iba a materializar en distintas ramas.

El destino del General Baldomero Espartero estuvo marcado por su participación en el 2 de mayo de 1808 y el cierre de las universidades como consecuencia del conflicto. Este hecho desencadenó el inicio de una carrera militar sin precedentes que se fraguó en las rebeliones independentistas de los futuros países hispanoamericanos.

Como testigo de la redacción en Cádiz de la Constitución de 1812, sostuvo siempre una ideología liberal y fuerte concepto de patriotismo.

La primera Guerra Carlista le pilló curtido y experimentado, fue nombrado comandante general de Vizcaya en 1834 y alcanzó, en 1836, el grado de general en jefe. Su victoria en la batalla de Luchana[8] le valió la categoría de “héroe nacional”.

Después, desde Bilbao y por Navarra, Espartero se dirigió al Maestrazgo enfrentándose al propio Carlos María Isidro y su Expedición Real en la batalla de Aranzueque. Este éxito ratificó su posición de “salvador” dominando su figura entre el resto de generales isabelinos.

Con el final victorioso de esta guerra consiguió la dignidad de grande de España y el título Duque de la Victoria[9].

Sus éxitos, su fama y la lealtad total a la reina Isabel II provocaron que asumiera la regencia del Reino de España en 1840.

Ello fue debido a que las corrientes progresistas liberales, que huían de un absolutismo anquilosado, donde la monarquía tropezaba una y otra vez, provocaron un gran revuelo los tres años siguientes.

La Ley de Ayuntamientos de 1840 causó un gran descontento entre las filas progresistas porque vulneraba el texto anterior de 1837, en el que se citaba que las instituciones locales estaban elegidas por los varones del pueblo mediante un sufragio censitario. Esta nueva ley recortaba competencias municipales y permitía que el gobierno nombrara a los alcaldes[10].

Cuando la reina regente mostró su beneplácito a dicha Ley y daba la espalda al clamor popular, las esperanzas se depositaron en el General victorioso Espartero.

Las protestas, juntas revolucionarias, algaradas populares solo se calmaron cuando María Cristina marchó al exilio rumbo a Marsella.

Ante la disyuntiva de que la regencia se llevara a cabo en una única persona o en tres, Espartero consiguió 179 votos a favor de que él ejerciera la regencia de forma individual. Pero el candidato Agustín de Argüelles consiguió 110 votos. Esta pequeña diferencia marcaría el rumbo político y social de los siguientes años.

Y es que, como militar, Espartero se rodeó de personal de confianza y entre los generales más destacados que desempeñaron los cargos más importantes se hallaba un nutrido grupo de militares conocidos como “Ayacuchos” por luchar en las guerras de la independencia de las colonias españolas en Iberoamérica.

La animadversión y desconfianza del resto de militares que habían destacado en la Guerra Carlista pero que, sin embargo, se sentían traicionados y distanciados del panorama político y social originó un movimiento “antiesparterista”.

Gran parte de aquellos militares contarios al General Espartero aprovecharon cualquier intento de derrocar su regencia. En 1841 se produjo el pronunciamiento moderado planeado desde el exilio marsellés por la reina María Cristina y con los generales Narváez y O ´donnell en vanguardia[11].

Estos generales serían los protagonistas de las sucesivas intentonas de destituir al regente Espartero, como el bombardeo y asedio a Barcelona en 1842, acción que desgastó la popularidad del Duque de la Victoria y encaminó su trayectoria al convulso 1843, año en el que se desarrolla la acción que nos gustaría exponer.

Cada vez era más numeroso el grupo de los “antiesparteristas”, en enero se disolvieron las Cortes y se convocaron nuevas elecciones. En abril solo uno de los tres sectores de la cámara apoyaba a Espartero. Las exigencias sobre destituciones de ciertos generales y personal de confianza del regente no hacían más que tensar la cuerda. El general, siendo fiel a su código militar, no cedió y en mayo de 1843 las Cortes quedaron suspendidas con sonido de tambores de guerra tras las puertas de la Cámara.

Es por ello que el 27 de mayo se produjo un levantamiento en Reus encabezado por los militares, cercanos al progresismo, Juan Prim y Milans del Bosch; y un mes después desembarcaron en Valencia procedentes del exilio en París tres generales afines al Partido Moderado: Ramón María Narváez, Manuel Gutiérrez de la Concha y Juan González de la Pezuela.

El General Espartero contaba con un apoyo minoritario para controlar esta rebelión pero su código férreo de disciplina militar y su sentido de patriotismo marcaría su intención indiscutible de luchar hasta el final.

LA CUMBRE EN 1843

En 1843, en medio de esta nueva insurrección por parte de los contarios a Espartero (entre los que se hallaban liberales, moderados, progresistas y hasta republicanos) los pueblos de la España del siglo XIX veía como su economía se diezmaba entre tantas guerras, escaramuzas e ideas contrarias que no conducían a un verdadero progreso y a romper con las estructuras del Antiguo Régimen.

Mientras Pascual Madoz, el político de ideología progresista, era otro de los que se ponían al frente de una coalición de oposición a Espartero[12], su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar mostraba las características de los pueblos de aquella España que le tocó vivir.

En 1843, La Cumbre[13] era villa con ayuntamiento propio y dentro del Partido Judicial de Trujillo, perteneciente a la Audiencia Territorial de Cáceres y a la Diócesis de Plasencia. El político coincide en situarla en el punto más elevado de una extensa llanura, donde el aire es bueno, despejado y con veranos muy calurosos e inviernos muy fríos. Los vientos son más frecuentes por el norte y el Este.

Aquel año La Cumbre contaba con 430 casas bajas de construcción pobre salvo “8 u 10” de más alcurnia pertenecientes a los vecinos más acomodados. Estas casas no guardaban relación por lo que las calles son irregulares, característica que podemos ver hoy en día, y no estaban provista de empedrado sino que se componía de tierra desnuda. Inclinada hacia el oeste, el diccionario describe la plaza con el rollo de la villa que sirve de adorno pues, al igual que el resto, desde 1813 perdió todo poder simbólico de vasallaje.

La Cumbre tenía ayuntamiento, cárcel y “escuela de primeras letras” donde iban 110 niños de ambos sexos. La Iglesia parroquial estaba, y sigue estando, dedicada a Nuestra Señora de la Asunción y era aneja a la parroquia de San Andrés de Trujillo.

Ya entonces Pascual Madoz destacaba el deterioro y el estado ruinoso de la ermita de San Gregorio y, como comprobaremos más adelante, no fue el único.

El agua, elemento vital y más difícil de conseguir en tiempos pasados, se concentraba en varios pozos por el pueblo para el uso de los vecinos pero, al llegar los veranos especialmente, escaseaba el agua potable y había que ir a buscarla a más de una legua.[14]

2082 vecinos componían La Cumbre que, en 1843, lindaba al norte con tierras del Marqués de la Conquista; al este con tierras del Marqués de Santa Marta; al sur con tierras del Marqués del reino y al Oeste con la dehesa Caballería de Trujillo. Tenía 800 fanegas de tierra de labor donde el terreno es desigual y de buena calidad. Los ríos que la bañan son Gibranzos por el oeste y el Magasquilla al este y al sur.

Los caminos vecinales estaban despejados y el correo se recibía en Trujillo como administración principal y por valijera se conducía la correspondencia hasta La Cumbre dos veces a la semana.

Los cultivos, como ahora, eran cerealistas: centeno, avena y alguna cebada. El ganado predominante era el lanar, cabrío, vacuno y había un considerable número de cabezas de cerda. Había cien yuntas de bueyes y vacas de labor y, como hay poco monte, siempre ha predominado la caza menor.

Pascual Madoz cita 12 telares de lienzos ordinarios y 1 de paño basto y entre las enfermedades más comunes destacaban reumas y claudicación intermitente[15], rasgo curioso que se sale del contexto y que contrasta con la descripción general.

 

CUATRO HOMBRES EN ESTA ENCRUCIJADA

Es importante resaltar la acción de cuatro personalidades que, de una manera u otra, jugaron un papel decisivo no solo en la batalla sino en el tiempo que pretendemos mostrar.

  1. Don Juan Beltrán[16] disponía de negocios en Cáceres y fue regidor de la capital en 1820. En 1843 era concejal y todo el Cabildo Municipal se había adherido a la sublevación contra Espartero.

El 12 de Julio, al ser conocedores del desenlace de la batalla de La Cumbre, todos los concejales y demás autoridades municipales simpatizantes de la revuelta huyeron de Cáceres. Beltrán decidió quedarse e hizo de Gobernador, Alcalde, Administrador de Hacienda,… múltiples cargos que implicaban jurisdicción. Prácticamente solo, bajo circunstancias tan difíciles, se “echó Cáceres al hombro” y afrontó responsabilidades de todo tipo, dio órdenes y, en la mayoría de las veces, las ejecutó él mismo revelando condiciones muy digna de alabar y reconocer.

Después de la batalla, llegado el Capitán General de Extremadura, el General Ricafort, a Cáceres; conociendo este lo ocurrido, emprendió duro reproches contra el Ayuntamiento cacereño, reproches que tuvo que soportar Don Juan Beltrán, a pesar de que este solo había cumplido con su deber.[17]

  1. Don Mariano Ricafort Palacín y Abarca tenía 67 años cuando libró la batalla de La Cumbre en 1843. Apenas llevaba diez años en España. Este oscense[18] fue un militar inquieto cuya trayectoria se estructuró por todo el mundo y que desde su participación en la “guerra de las naranjas”[19] y la guerra de la Independencia mantuvo un fuerte vínculo con Extremadura.

En 1803 se casó con Paula Antonia Sánchez Lima[20], oriunda de Oliva de la Frontera.

Por aquellos años, era coronel del Regimiento de Extremadura en el intento de sofocar las insurrecciones independentistas de Venezuela, Nueva Granada y Perú. Entre 1825 y 1830 marchó a Filipinas como Gobernador donde promovió el desarrollo de la agricultura y comercio local.

Tras un año en España, en 1832, asumió el cargo de Gobernador y Capitán General de Cuba donde tuvo que luchar contra el tráfico de esclavos y el cólera, enfermedad que asoló la isla en aquella época.

En 1834, curtido en múltiples enfrentamientos, viajó desde Cuba hasta Burdeos para ser tratado por médicos y desde ahí viajó hasta Oliva de la Frontera, Badajoz, donde poseía casa y propiedades.

Ese año solicitó una licencia pues era su deseo liquidar unos trámites en Valencia con unos familiares y recuperar su achacosa salud en Extremadura, donde acudía frecuentemente a los famosos baños de Alange.

Poco tiempo duraba en un sitio concreto pues de 1836 a 1838 fue Capitán General de Galicia, cargo que desempeñó hasta el languidecimiento de la Guerra Carlista en esos territorios. Su deseo en 1840 era solicitar nuevo destino en Cuba, Puerto Rico o Filipinas alegando que habiendo pasado en aquellos lugares dieciocho años, el clima no “habría de perjudicar su quebrantada salud[21].

Pero su destino se quedó en España pues en noviembre de 1840, con Espartero regente, se le nombraba Ministro del Tribunal Supremo de Guerra y Marina; en diciembre de ese año Comandante general del archipiélago de Canarias y en 1841Capitán General de Andalucía.

Cargos cuya característica principal, como podemos comprobar, resaltaban tanto por su gran responsabilidad como por su corta duración. Aspecto que se tenía como normal pues, en virtud del vaivén político-militar constante de aquellos años, el regente movía a los oficiales que gozaban de su confianza donde mejor pudieran servir.

Así fue que tras los fusilamientos de los generales Montes de Oca, Borso de Carminati y Diego de León, en noviembre de 1841, Ricafort fue nombrado Capitán General de Aragón. Desde allí se hizo cargo del gobierno del General Rodil, cuando este fue nombrado Presidente del Consejo de Ministros, y contuvo las acciones derivadas del bombardeo de Barcelona en 1842.

Calmadas, temporalmente, las aguas, Mariano Ricafort estuvo en Zaragoza hasta marzo de 1843 donde fue nombrado Capitán General del 9º Distrito Militar, en Extremadura.

Con 67 años, toda una vida dedicada militarmente a su país por todo el mundo y en varias guerras, La conjura de los Generales Narváez, Concha y Serrano contra Espartero, le sorprendió en Extremadura donde libró su última batalla, en La Cumbre.

Cesó inmediatamente después y se trasladó a Madrid con su familia. Exiliado el Regente y tras el juramento a la reina María Cristina aun pudo tomar unos últimos baños en Alange antes de morir tres años más tarde, en 1846.

III. De esta batalla no hubiéramos tenido detalle sino hubiese sido por el informe del economista, matemático e ilustrado Don Julián de Luna y Peña. El que fuera tío del novelista Felipe Trigo y abuelo del abogado y escritor Mario Roso de Luna, nació en Zarza Capilla en 1789 pero sería en Cabeza del Buey donde pasaría la mayor parte de su vida. Estudió en Salamanca, Sevilla y Madrid, donde formó parte de la Matritense (la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País) y consiguió de forma interina la Cátedra de Economía política de la recién creada Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País de Badajoz. Discípulo de Antonio Sandalio Arias fue un hombre inquieto, intelectualmente polifacético y de una marcada ideología liberal que contrastaría con algunas personalidades afines y le granjearía enemigos hasta en sus propias filas.

En 1819 consiguió la cátedra de agricultura, creada por Real Orden, en Badajoz. Hombre enérgico, creía en el progreso de su tierra y así lo hacía constar en escritos y colaboraciones en periódicos como “el ciudadano extremeño, el Constitucional extremeño, Asamblea Patriótica Constitucional y El Semanario de la Provincia de Extremadura”[22].

En esta etapa de su vida se encontraba entre los que promovieron el pueblo de Santa Amalia y la elaboración de mapas topográficos de Extremadura, muy útiles, posteriormente, en la Guerra Carlista.

Al final del Trienio Liberal, 1823, con el absolutismo en las puertas de Badajoz y los liberales huyendo hacia Portugal, fue desterrado a Cabeza del Buey donde escribió su gran obra “Tratado de Economía Política”.

Restablecido el Régimen liberal, comenzó su etapa más política desempeñando los cargos de diputado en la Junta de Badajoz por Castuera y Herrera del Duque en 1835 y Secretario del Gobierno civil de Cáceres, entre los años 1837 a 1839. [23]

Su fiel apoyo al General Espartero le condujo a asumir el cargo de Jefe Político de la provincia de Cáceres, cuando era Catedrático de Matemáticas en el Instituto de la ciudad, en 1840.

Es precisamente ese cargo y su determinación política inamovible la que le condujo a efectuar el acta sobre la batalla producida en La Cumbre en julio de 1843. Ese informe permaneció como borrador varios meses y no salió a la luz hasta que desempeñó el puesto de Jefe Político de la provincia de Huelva. En él se citan datos y hechos sin el cual no hubiera sido posible conocer los acontecimientos que pretendemos mostrar. Una acción controlada y ganada de forma ejemplar que le supuso el cese inmediato del nombramiento que ostentaba.[24]

Luna fue un humanista a quien la política se dibujaba como el pretexto de cambiar la sociedad y por eso se entregó a ella una parte de su vida. La moral de sus ideas y el fervor democrático le hicieron resaltar los valores, propuestas e intereses para girar la rueda de la evolución en la Extremadura del siglo XIX. En sus inclinaciones hacia el pensamiento de Rousseau, Montesquieu, Mirabeau o Diderot, que plasmaría en su obra más conocida “Tratado de Economía Política” se desprende el objetivo por el desarrollo y el porvenir de la humanidad como una rueda que solo puede girar en una dirección: hacia adelante.

Murió en 1848. Para entender un poco más la situación política en la que vivían estos prohombres y pensadores quedan las palabras que le dedica el que fuera su alumno Juan Donoso Cortés: “No hay duda en que usted está destinado a ser víctima de todos los partidos. El liberal exaltado despoja a usted de su destino, el carlista de su camino. ¡Triste suerte la del hombre de bien!”[25]

  1. El círculo de estas cuatro personalidades se cierra con el adversario del General Ricafort en la batalla. Hasta la fecha se tenía constancia de una reseña documental, en la obra de José Segundo Florez sobre la vida del General Espartero, en la que, en relación a la batalla de La Cumbre, se le cita como el Coronel Basalo (con B). En la misma línea, en el informe del Gobernador político Juan de Luna y Peña, aparece como el Comandante de caballería Vasalo (con V). Este error de transcripción se debió a la “españolización” que hicieron del apellido italiano, de origen genovés, Vassallo (con dos s, ll y v) y por este motivo, hasta ahora, no se ha tenido constancia de la identidad del oficial que luchó contra Ricafort en el campo cumbreño.

Don José María Vassallo y Moriano, pertenecía a una noble familia malagueña muy vinculada al ejército y, concretamente, al sector de caballería.

Nacido en Málaga en 1798, su nombre se confunde entre los múltiples nombramientos que desempeñó en su carrera militar; siempre siguiendo la línea de sus tres hermanos, todos militares del regimiento de caballería.[26]

Como muchos militares de entonces, su participación en la primera Guerra Carlista en las filas isabelinas le supuso un trampolín para aumentar su rango y posición. Había que destacar su participación en la batalla de Saelices[27] contra las tropas carlistas, en 1838, donde el escuadrón del 1º ligero, liderado por él, cargó contra los partidarios de Carlos María Isidro en el puente de Saelices de Mayorga (Valladolid) no esperando a la infantería, que se hallaba en el pueblo de Mayorga. Esta acción apresurada y valiente le brindó la victoria, el honor y el ascenso a teniente coronel.

Estaba casado con Joaquina Machín Martínez y tenía una hija.

En 1843 fue herido defendiendo el alzamiento de Narváez y resto de Generales[28]; por esta acción fue nombrado Coronel de caballería, cargo que ostentaba en la batalla de La Cumbre de 1843, donde debía tener unos 47 años[29] y, aunque se intentó silenciar la derrota por parte de los sublevados contra Espartero, volvió a resultar gravemente herido. Este hecho provocó que se le reconociera arrojo, valentía y, por ello, volvería a recibir honores.[30]

En 1855 aparece en la guía de forasteros de Madrid

Fue Mariscal de campo (caballería)[31], Capitán General de Granada y, de 1856 a 1858, Capitán General de Galicia, hospedándose en el mismo Palacio de La Coruña donde, veinte años antes, obtuvo el mismo cargo Mariano Ricafort, su enemigo en la batalla. Murió en 1867, este trabajo le pone, por fin, identidad y esclarece quien fue aquel misterioso “coronel Basalo”[32].

LA BATALLA

Podemos imaginarnos las altas temperaturas de un 12 de julio en La Cumbre, hay sensaciones que difieren poco en el tiempo para los acostumbrados al clima extremeño.

En 1843, las noticias de la insurrección del cabildo municipal cacereño contra el regente Espartero obligó al Capitán General de Extremadura, Mariano Ricafort, emprender acciones y viajar con sus tropas hasta la capital. Había dispuesto su cuartel general en Trujillo donde se abasteció de diferentes cuerpos y armas del ejército. Contaba con 67 años y en su cuerpo se resentían las cicatrices y los achaques de un soldado curtido en mil batallas por todo el mundo que, siguiendo los parámetros de un patriotismo certero, consideró que el movimiento progresista a favor de Espartero hace unos años tenía mucho más sentido del deber que la sublevación militar, de la mano de los moderados, que se libraba, ahora, contra él.

Es por eso que, viejo y cascarrabias, el día 4 de julio recibió la noticia de que los sublevados, al mando del coronel de caballería José María Vassallo, con 600 soldados de infantería y 100 de caballería habían partido desde Badajoz en su busca.

Cuando llegaron las noticias de que Vassallo se dirigía primero a Cáceres hubo un intento de marchar, de inmediato, sobre la ciudad. Pero allí estaban dos columnas enemigas esperándoles y si llegaban antes, las fortificaciones de la ciudad monumental y la superioridad numérica les conduciría, irremediablemente, al fracaso.

Consciente de que el número enemigo había aumentado considerablemente, Ricafort, recurrió a la psicología.

  • Ordenen que se sirva una cuantiosa comida a toda la tropa y que no les falte de nada- alentó a sus oficiales el día 10 de julio.Si se avanza desde Trujillo a La Cumbre, la zona de la Iglesia y la plaza es la parte más alta haciendo honor a su nombre y, desde la carretera, se puede apreciar tanto la torre del campanario como la torre del ayuntamiento. Desde el otro prisma, se puede observar el campo trujillano a lo largo de los 10 kilómetros que separan ambas poblaciones, con excepción del valle del río Magasca.Atrincherados los de Vassallo en la zona de la Iglesia y la ermita de San Gregorio. Ricafort avanzó, con la infantería dividida en tres columnas a cuyos lados custodiaba la caballería, en formación y en dirección diagonal hacia la derecha donde, más adelante y salvando las primeras viviendas donde pudieran estar parapetados los sublevados, marcharon sobre los baldíos despejados con la ermita como meta.No hizo falta emisario para resolver pacíficamente el conflicto, la distancia entre ambos bandos era tan corta que las voces eran perfectamente audibles; pero, aquella intención se desvaneció con el fuego del Coronel de Caballería Vassallo quien, confiado por la situación estratégica en que se hallaban y el devenir del país, no dudó en denegar licencia alguna a los del General Ricafort.Las cercas próximas a la ermita fueron envueltas por la compañía guerrillera y la de Aragón subiendo por el oeste mientras que una columna de infantería, por el norte, obligaba a los sublevados a refugiarse en las calles cumbreñas. Ese inicio fue el más violento, donde el fuego de las armas se resolvía en cada cerca y parapetos próximos a la ermita de San Gregorio que, ya Julián de Luna y Peña la describió como “arruinada”.[35]Tras dos horas de lucha, la gravedad de la herida del propio Coronel Vassallo propició la derrota de la columna enemiga. Se hicieron muchos prisioneros: 423 de los 500 soldados enemigos, 40 de caballería (algunos huyeron dirección Badajoz) y 25 oficiales.En la misma línea, Mariano Ricafort, en su “Parte de Guerra”, se limita a decir “después de un combate empeñadísimo y desventajoso por mis fuerzas, me apoderé del pueblo, no sin una sensible pérdida”.
  • CONSECUENCIAS Y CONCLUSIONES. Es por ello que el 13 de julio, a las siete de la tarde, las campanas de la capital cacereña repiquetearon incesantemente la llegada de la Milicia Nacional del Capitán general de Extremadura Mariano Ricafort. Junto a él marchaba Juan de Luna y Peña, jefe político de la provincia de Cáceres, el regente de la audiencia, el intendente y otros empleados que se habían instalado en Trujillo a merced de los acontecimientos y por la insegura situación en que vivía el Ayuntamiento de Cáceres, donde la mayoría del Cabildo municipal, había huido a Badajoz.Beltrán recibió al ejército y personalidades, aguantó los reproches del General Ricafort y trataron de devolver la normalidad mientras jaleaban sobre la acción ocurrida en La Cumbre, donde la victoria sin precedentes insuflaba el ánimo y el optimismo por los acontecimientos que vendrían.
  • La batalla de La Cumbre del 12 de julio de 1843 transcurrió mientras Espartero estaba persiguiendo rebeldes por las sierras de Andalucía, y no constituyó más que un “mazazo” judicial de quien proclamaba la legalidad del pueblo y las Cortes y, a su vez, había sido elegido Regente para gobernar España hasta la mayoría de edad de Isabel II.Las controversias de ideales políticos, imposición de mandos militares, crisis de las colonias iberoamericanas, crisis socioeconómica interior, constitucionalismo frente a absolutismo y otros ingredientes similares fueron la receta de la inestabilidad del siglo XIX español.   
  •  
  • Con este trabajo se esclarece y detalla una de las muchas acciones que imperaron en aquellos tiempos.
  • Ese “mazazo” en las postrimerías del exilio fue un éxito efímero que, sin embargo, alberga la historia de aquellos que nos gustaría resaltar en este trabajo. Un “golpe en la mesa” cuya victoria no sirvió de nada a Espartero que, en menos de un mes tuvo que embarcar rumbo a Londres a esperar, hasta 1848, a que le restituyeran los honores; no fue una rúbrica en el triunfo militar de Mariano Ricafort, quien viejo y cansado de heridas y batallas, solo pensaba pasar sus últimos años en Oliva de la Frontera y disfrutar de sus baños calmantes en Alange; no resaltó el carácter del economista y jefe político Juan de Luna y Peña, quien fue siempre apartado por sus ideas progresistas y no vio culminado el reconocimiento de su “Tratado de Economía Política”; no fue digno de homenaje para Juan Beltrán, el único que no dejó a Cáceres en estado de abandono, acto y tesón por el que nunca obtendría un homenaje; y no fue la acción predilecta de José María Vassallo y Moriano, cuya herida le recordaría siempre la derrota en aquella batalla y la necesidad de “disfrazarla” como éxito para obtener méritos de guerra, cuando los suyos entraron en el poder.
  • Pero nada más lejos de la realidad, del 16 al 23 de julio, el todavía Regente Espartero estaba bombardeando Sevilla para acabar con los insurrectos cuando se enteró del éxito del sublevado General Narváez en Torrejón de Ardoz. La victoria de este y entrada en Madrid dejaban al Regente pocas opciones; Sevilla no podía ser tomada de aquella manera, los “antiesparteristas” habían vencido y a Baldomero Espartero no le quedó más opción que exiliarse[36].
  • Había transcurrido 9 días en Cáceres donde toda la Administración pública y Ayuntamiento se encontraban en un estado de espera incierto, solo protegido por el concejal Juan Beltrán quien decidió afrontar los cargos y proteger a la ciudad de la desidia y el abandono.
  • Las heridas de Vassallo y del resto de prisioneros enemigos fueron atendidas en Trujillo y puestos a disposición de la justicia. Lo que quedaba de la Columna de Badajoz, que habían subido con los sublevados, fueron puestos en libertad y pasaron a engrosar el ejercito del General Ricafort quien, desde un campamento improvisado en La Cumbre, redactó, de inmediato, el parte de guerra (a las tres de la tarde de aquel 12 de julio) y marchó hacia Cáceres: “Tan luego dé algún descanso á las tropas continuare mi marcha sobre Cáceres, cuya ciudad someteré a la obediencia del Gobierno”.
  • Más preciso es Julia de Luna y Peña en el borrador del informe escrito inmediatamente después de terminada la batalla, con sello del Gobierno Político de la Provincia de Huelva, Nº 18, en el que redacta: “Lamentable es la pérdida de unos diez hombres que quedaron muertos en el campo de batalla…. Y de otros tres o cuatro que habrán muerto de tales heridas que resultaron. Uno de estos mortalmente lo fue el desatinado Vasalo principal responsable de tantas desgracias. Estas habrían sido más si no fuera tan activo el ímpetu de nuestro valientísimo jefe, subalternos y tropa, los cuales todos a porfía cargaron con tal denuedo que difícilmente podrá tener lugar alguna distinción o preferencia”.
  • En cuanto a las pérdidas, José Segundo Florez, en su obra “Espartero. Historia de su vida militar y política” menciona “dejando en el campo un crecido número de cadáveres”.
  • Siempre en los flancos, la caballería comenzó a saltar las cercas y el resto de la infantería, bayoneta cargada, penetró en el pueblo enfilando cada calle y casa para no caer en embocadas.
  • Se dice que un “viva al Duque de la Victoria” abanderó el fuego de los esparteristas.[34]
  • En esta situación una compañía de guerrilleros hizo un semicírculo aprovechando el valle de San Gregorio para colocarse a medio tiro del enemigo. A su derecha se colocó la compañía de Aragón y la caballería cubrió la entrada por Trujillo.
  • Es por ello que, cuando las tropas de Ricafort fueron vistas por la de Vassallo desde las inmediaciones de la Iglesia cumbreña, los sublevados resolvieron parapetarse en la zona más alta y aguardar el encuentro en este punto. Eran las 10 de la mañana y el pueblo serviría de embudo para diezmar a la infantería de los de Espartero.
  • El 11, descansados y, moralmente, ensalzados, los esparteristas se enteraron que los sublevados se encontraban en Torremocha. Es por ello que el 12 de julio formaron y marcharon a su encuentro. Encuentro que se produjo en La Cumbre[33].
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  • Cabello F, Santa Cruz F y Temprado R.M. Historia de la guerra última en Aragón y Valencia. Tomo II. Madrid 1845.
  • Cortijo Parralejo Esteban. Julián de Luna y Peña. Un economista extremeño en la primera mitad del siglo XIX. Revista de Estudios Extremeños, 2016, Tomo LXXII, Número II, pp. 1239-1250.
  • Cruz Hidalgo Esteban. Un economista extremeño entre la reforma y la utopía. Julián de Luna y Peña. Revista de Historia de las Vegas Altas. Nº 10 (Diciembre 2017).
  • Fernández de Córdova Fernando. Mis memorias íntimas. Las Regencias de Espartero. Edit. Ediciones 19. Estudios de historia moderna y contemporánea: homenaje a Federico Suarez Verdeguer, 1991, ISBN 84-321-2748-5.
  • Flores del Manzano Fernando. La Contrarrevolución realista en Extremadura. Universitas Editorial. 2002.
  • García Rodríguez Miguel Ángel. La Cumbre Historia y sentimiento. Imprenta provincial de la Diputación de Cáceres. 2018.
  • Hurtado Plubio. Ayuntamiento y familias cacerenses /. Cáceres: Tip., Encuadernación y Librería de Luciano Jiménez Merino.
  • Valera Juan. Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo, considerados en sus principios fundamentales, por D. Juan Donoso Cortés, Marqués de Valdegamas. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2006.
  • Moral Roncal Antonio Manuel. Las Guerras Carlistas. Ed Sílex.
  • Madoz Pascual. El Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar (1845-1850) Tomo VII
  • Paredes Alonso, Francisco Javier (1991). Pascual Madoz (1805-1870): libertad y progreso monarquía isabelina. Barañáin (Navarra): Editorial Eunsa. ISBN 84-313-0760-9.
  • Recio Cuesta Juan Pedro. Las expediciones carlistas en Extremadura durante la guerra civil de 1833 a 1840. Coloquios Históricos de Extremadura. 2015.
  • Sánchez Blázquez, Margarita: “La formación agraria en la Extremadura del siglo XIX” en Dioses, mitos y demonios: la agricultura extremeña en el siglo XIX, editado por la Consejería de Agricultura y desarrollo rural, Publicaciones de la Secretaría General, 2009, Junta de Extremadura, Badajoz,
  • Shubert Adrian. Espartero, el Pacificador. Edit. Galaxia Gutenberg,

[1] La Pragmática Sanción de 1830 fue aprobada por Fernando VII de España el 29 de marzo de 1830 que vino a promulgar la Pragmática de 1789 aprobada por las Cortes de aquel año a instancias del rey Carlos IV y por la cual anulaba el Auto acordado de 10 de mayo de 1713 de Felipe V que, excepto en casos muy extremos, imposibilitaba a las mujeres acceder al Trono. Esta pragmática restablecía de este modo el sistema de sucesión tradicional de las Siete Partidas de Alfonso X de Castilla, según el cual las mujeres podían reinar si no tenían hermanos varones. Burdiel Isabel. ISABEL II O EL LABERINTO DEL PODER. Ed. Taurus. Pág. 36-37.

[2]Los Realistas Apostólicos eran una sociedad de tipo sectario y ultratradicionalista partidarios de una determinada forma absolutista para la monarquía para la Corona de España. Flores del Manzano Fernando. LA CONTRARREVOLUCIÓN REALISTA EN EXTREMADURA. Universitas Editorial. Pág. 22-26.

[3] Cristinos o Isabelinos eral los partidarios de Isabel II y de su regente María Cristina.

[4] Moral Roncal Antonio Manuel. Las Guerras Carlistas. Ed Sílex.

[5] En Trujillo las personas encargadas de las oficinas de Rentas Nacionales, las de Amortización, las de Correos y las del propio Ayuntamiento abandonaron la población. Juan Pedro Recio. Las expediciones carlistas en Extremadura durante la guerra civil de 1833 a 1840. Coloquios Históricos de Extremadura. 2015.

[6] Juan Pedro Recio. Las expediciones carlistas en Extremadura durante la guerra civil de 1833 a 1840. Coloquios Históricos de Extremadura. 2015.

[7] En palabras del propio Don Basilio Antonio García y Velasco: “Un silencio sepulcral ha reinado en Trujillo á nuestra entrada; las calles estaban desiertas, las puertas cerradas, todo melancólico. Sabido es que es pueblo de tildada opinión, muchos se habían comprometido con la facción, la parte liberal había emigrado, otros emigraron por nuestra llegada, y el pueblo estaba casi desierto”. Vid. AVECILLA, Pablo Alonso de la, Diario de la guerra, materiales para la historia…Op. cit., T. V, p. 102.

[8] Se conoce como batalla de Luchana a los combates que durante la primera guerra carlista tuvieron lugar durante los días 1 al 25 de diciembre de 1836 en la que el ejército isabelino, partiendo desde su base en Portugalete, consiguió arrollar a las fuerzas carlistas que asediaban Bilbao desde el 25 de octubre. Shubert Adrian. Espartero, el Pacificador. Edit. Galaxia Gutenberg, Págs. 43-45.

[9] También los de duque de Morella, conde de Luchana y de vizconde de Banderas. Fernández de Córdova Fernando. Mis memorias íntimas. Las Regencias de Espartero. Edit. Ediciones 19.

[10] Tomás Villarroya Joaquín. La Ley de Ayuntamientos de 1840 y la renuncia de María Cristina de Borbón a la Regencia. Estudios de historia moderna y contemporánea : homenaje a Federico Suarez Verdeguer, 1991, ISBN 84-321-2748-5, págs. 459-468

[11] Se llegó a planear el asalto al Palacio real para capturar a Isabel II y a su hermana. Dicho asalto no tuvo éxito y los generales Montes de Oca, Borso de Carminati y Diego de León fueron fusilados por tal intento.

[12] Paredes Alonso, Francisco Javier (1991). Pascual Madoz (1805-1870): libertad y progreso monarquía isabelina. Barañáin (Navarra): Editorial Eunsa. ISBN 84-313-0760-9.

[13] Madoz Pascual. El Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar (1845-1850) Tomo VII: «Cumbre (La): villa con ayuntamiento en la provincia y audiencia territorial de Cáceres (6 leguas), partido judicial de Trujillo (2), diócesis de Plasencia (14), capitanía general de Estremadura (Badajoz 18). situado en el punto más elevado de una estensa llanura al 0. de Trujillo, goza de atmósfera despejada, clima estremado en calor y frio; reinan los vientos N. y E. y se padecen intermitentes y reumas: tiene 430 casas de mezquina construcción, escepto 8 ó 10 de los vecinos más acomodados; no guardan alineación, y por consiguiente no hay calles sino grupos irregulares sin empedrado alguno y 1 plaza en la que existe el rollo de la villa que sirve de adorno: hay casa de ayuntamiento, cárcel, escuela de primeras letras dotada con 1,500 rs. a la que asisten 110 niños de ambos sexos; iglesia parroquial dedicada a la Asunción de Ntra.: Sra. aneja á la parroquia de San Andrés de Trujillo: en los afueras 1 ermita arruinada con el título de San Gregorio y varios pozos para el uso de los vecinos; pero escasean tanto las aguas potables, que en años secos hay que buscarlas á más de 1 legua. Confina el término por N. con tierras del marqués de la Conquista; E. id, del marqués de Santa Marta; S. id. del marqués del Reino, y 0. con la dehesa Caballería de Trujillo; todas en el término de esta ciudad á distancia de ¼ de legua por todos los puntos y comprende 800 fanegas de tierra de labor , sin hallarse monte alguno sino que aprovecha en común con Trujillo y sus agregados los llamados de Tozo: le bañan al 0. el riachuelo llamado Gibranzo y al E. y S. el Magasquilla: el terreno es desigual y de buena calidad: los caminos vecinales: el correo se recibe en Trujillo por baligera 2 veces a la semana. Produce: trigo, centeno, avena y alguna cebada: se mantiene ganado lanar, cabrío, vacuno, de cerda, sobre 100 yuntas de bueyes y vacas de labor, y se cría caza menuda: 12 telares de lienzos ordinarios, 1 de paño basto y la estraccion de cereales a los mercados de Trujillo. Población: 380 vecinos, 2,081 almas.

[14] Medida de longitud que equivale a 5 572 metros.

[15] Claudicación intermitente: dolor causado por un flujo sanguíneo demasiado bajo a los músculos durante el ejercicio. Lo más frecuente es que este dolor se produzca en las piernas después de caminar a un cierto ritmo y durante un cierto tiempo, según la gravedad de la afección. https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/claudication/symptoms-causes/syc-20370952

[16] Hurtado Plubio. Ayuntamiento y familias cacerenses /. Cáceres: Tip., Encuadernación y Librería de Luciano Jiménez Merino. Pág. 46 y 161-165.

[17] Otro gran extremeño caído en el olvido que, en circunstancias difíciles, hizo alarde de su consideración y patriotismo y se puso al frente del ayuntamiento cacereño en 1843. En Cáceres, hoy, no hay un reconocimiento específico a su persona.

[18] Oriundo de Huesca.

[19] La guerra de las Naranjas fue un breve conflicto militar que enfrentó a Portugal contra Francia y España en 1801. La Guerra de las Naranjas (Luciano Bonaparte en Badajoz). Ed Diputación Provincial de Badajoz.

[20] Fueron padres de Mariana, Asunción, Ricardo y Mariano Ricafort y Sánchez.

[21] Baso Andreu. Un oscense casi olvidado: Mariano Ricafort Palacín. Pág. 290.

[22] Sánchez Blázquez, Margarita: “La formación agraria en la Extremadura del siglo XIX” en Dioses, mitos y demonios: la agricultura extremeña en el siglo XIX, editado por la Consejería de Agricultura y desarrollo rural, Publicaciones de la Secretaría General, 2009, Junta de Extremadura, Badajoz, p. 155.

[23] Cruz Hidalgo Esteban. Un economista extremeño entre la reforma y la utopía. Julián de Luna y Peña. Revista de Historia de las Vegas Altas. Nº 10 (Diciembre 2017). Págs. 62-76.

[24] Cortijo Parralejo Esteban. Julián de Luna y Peña. Un economista extremeño en la primera mitad del siglo XIX. Revista de Estudios Extremeños, 2016, Tomo LXXII, Número II, pp. 1239-1250.

[25] Valera Juan. Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo, considerados en sus principios fundamentales, por D. Juan Donoso Cortés, Marqués de Valdegamas. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2006.

[26] Los tres hermanos José, Francisco y Juan, coetáneamente fueron generales de Caballería, el otro hermano llamado Sebastián había muerto antes siendo coronel.

[27] “El escuadrón del 1º ligero mandado por el Coronel Don José Vassallo, llegaron al pueblo de Mayorga en la tarde del 15 de abril, divisó, ya toda la columna enemiga que venía hacia la misma población y la reconoció de cerca el ayudante de Estado Don Pablo Vegas. Los enemigos también lo vieron y empezaron a retroceder y ocupar el pueblo de Saelices, pasando su puente. Entre tanto recibí yo el aviso e hice avanzar al brigadier don Víctor Sierra con dos escuadrones de su regimiento del príncipe para reforzar al del 1º de ligeros y entretener a los enemigos mientras llegaba mi infantería que tenía muy atrás. Pero los rebeldes iban tan precipitados en su retirada que el brigadier Sierra juzgó conveniente cargarlos sin esperar a la infantería, y así dispuso lo verificase el escuadrón ligero dejando uno del Príncipe en reserva, y marchando él con el otro a amenazar la derecha para envolverla si era posible. Alcanzolos cerca del puente y uno de sus escuadrones se vio obligado a hacer frente, apoyado en tres compañías de cazadores de esta parte del río, y en un batallón parapetado en una tapias al otro lado. Esta infantería rompió un vivo fuego casi a quemarropa sobre nuestra caballería, pero tocando esta la carga general, los tres escuadrones la dieron sobre la infantería y caballería simultáneamente, destrozando a la segunda, y haciendo prisioneros a los que quedaron vivos de la infantería. Las consecuencias de esta jornada y de la incesante persecución sucesiva han sido muchas y muy felices, pues los rebeldes huyen enteramente despavoridos y la expedición enemiga ha perdido todo principio de unión y regularidad. El brigadier Sierra recomienda especialmente al coronel Don José Vassallo, al teniente de ligeros Don Braulio García, al comandante del Príncipe Don Narciso Hons, al capitán Don Manuel Mena, del mismo cuerpo, al aposentador del cuartel general”. https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1838/1250/A00001-00001.pdf

[28] “… Ayerbe dispuso el ataque en dos columnas, mandadas por don Francisco Velarde la de la derecha y conducida por él la de la izquierda. Tenazmente resistían el ataque de Velarde pero, habiendo acometido a la bayoneta y habiendo hecho hasta locuras Serrano, Vasallo, Decreff, León, Acedo, Rico, Capdevila, Palacio y otros oficiales de caballería e infantería a ejemplo del general, de Velarde, Samaniego, Rute, Mocret, Infantes y Morata, Cabrera abandonó el campo retirándose por Armillas y Martín a Palomar y alrededores de Montalbán. Ayerbe tuvo sobre doscientas bajas, y Cabrera perdió unos cien muertos y doscientos heridos…” Cabello F, Santa Cruz F y Temprado R.M. Historia de la guerra última en Aragón y Valencia. Tomo II. Pág. 236. Madrid 1845.

[29] A juzgar por su nombramiento como Mariscal de Campo en 1856 donde contaba con 57 años.

[30] Imagen José María Vassallo y Moriano, extraída de http://ancienhistories.blogspot.com/2014/08/la-academia-de-caballeria-y-sus.html

[31] Gaceta de Madrid núm. 1300, de 26/07/1856, página 1. ”Vengo en nombrar Capitán general de Galicia al Mariscal de Campo D. José María Vasallo. Dado en Palacio a 23 de Julio de 1856. Está rubricado de la Real mano. El ministro de la Guerra, Leopoldo O’Donnell”.

[32] “La Reina (Q. D. G.), por Reales decretos de 27 del actual, y con el plausible motivo del feliz natalicio de su augusta Hija la Princesa Doña María Isabel, se ha dignado promover al empleo de Teniente general a… D. José María Vassallo, Coronel del regimiento de Sagunto. Tiene 57 años de edad y 56 de servicio con abonos: tiene buenos méritos de guerra , y por el q u e contrajo en la acción de Saelices, ocurrida en 15 de Abril de 1838, ascendió á Teniente coronel; por las heridas q u e recibió en 1843 defendiendo el alzamiento nacional fué promovido al empleo de Coronel, volviendo a ser herido en la acción de Las Cumbres, ocurrid a el 12 de Julio de dicho año contra las tropas que mandaba el General Ricafort, desde cuya fecha manda su actual regimiento. Cuenta 17 años de Coronel y 7 de Brigadier. Es el primero en antigüedad de los de su clase de esta arma que mandan cuerpo”. https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1852/6420/A00002-00003.pdf

[33] “Capitanía general de Extremadura. «Estado mayor. « Excelentísimo Sr.: Reunidas, según tu ve el honor de manifestar á V . B . en mis comunicaciones anteriores, todas las fuerzas que de diferentes cuerpos y arma» permanecieron fieles al Gobierno, situé en Trujillo con objeto de abastecer el castillo de dicha plaza. El día 4 recibí noticia de que la columna de sublevado en Badajoz al mando del coronel Basalo con la fuerza de 600 infantes y 100 caballos se aproximaba á mi cuartel gen eral: en tal situación determiné romper mi movimiento sobre la Cumbre, pueblo distante dos leguas de Trujillo , y en donde en fuertes parapetos y edificios me esperaban. Tomadas las disposiciones convenientes para envolver sus posiciones, di la señal de ataque después de haber roto aquellos el fuego sobre mis columnas, decidido como estaba a no ser el primero en romper las hostilidades. Nada iguala, Excmo. Sr., al arrojo y entusiasmo con que los leales y bravos soldados a mis órdenes arrojaron de sus parapetos y posiciones a los que ilusos y seducidos abandonaron a sus banderas: después de un combate empeñadísimo y desventajoso por mis fuerzas, me apoderé del pueblo, no sin una sensible pérdida, haciéndoles 400 prisioneros, entre ellos 25 oficiales, y el jefe de la columna gravemente herido. Tan luego dé algún descanso á las tropas continuare mi marcha sobre Cáceres, cuya ciudad someteré a la obediencia del Gobierno. Todo lo que me apresuro a poner en conocimiento de V .E. , reservándome el darle el parte detallado, a fin de que se sirva entretanto elevarlo al de S. A. el Regente del Reino, quien asimismo se servirá hacer presente que el oficial del ministerio D . Pedro León García ha seguido a mis inmediaciones. Dios guarde á V .E . Muchos años. Campamento sobre las Cumbres a las tres de la tarde del 12 a de Julio de 1843.= = Excmo. Sr. D. Mariano Ricafort.^=Excmo. Sr. Secretario de Estado y del Despacho de la Guerra”. Gaceta de Madrid: núm. 3219, de 19/07/1843, página1 https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1843/3219/A00001-00001.pdf

[34] “En tal estado el comandante de Caballería Vasalo, jefe de la columna enemiga mandó romper el fuego. Un Viva al Duque de la Victoria que saliendo del corazón resonó en toda nuestra línea fue el grito de entusiasmo y no menos de indignación con que se acometió a los enemigos con un arrojo indecible”. Cortijo Parralejo Esteban. Julián de Luna y Peña. Un economista extremeño en la primera mitad del siglo XIX. Revista de Estudios Extremeños, 2016, Tomo LXXII, Número II, pp. 1239-1250.

[35] “Al momento fueron envueltos los que ocupaban la primera cerca, rindiéndose parte de ellos. El fuego se hizo general y horroroso, especialmente en el ángulo entrante que por la colina formaban los muros de las cercas con una ermita arruinada que venía a ocupar el centro. Nada bastó a contener el ímpetu de nuestro intrépido general: la infantería fue arrojando a los enemigos de la multitud de parapetos que sucesivamente iban ocupando al paso que se iba concentrando al pueblo; mientras que la caballería bramando de coraje quería saltar a las cercas.” Cortijo Parralejo Esteban. Julián de Luna y Peña. Un economista extremeño en la primera mitad del siglo XIX. Revista de Estudios Extremeños, 2016, Tomo LXXII, Número II, pp. 1239-1250.

[36] El 30 de julio embarcó en el Puerto de Santa María en un buque británico rumbo a Inglaterra. Fue el fin de la regencia de Espartero.

Dic 052020
 

José Luis Barrio Moya

Instituto de Estudios Madrileños

 

El día 28 de febrero de 1789 y ante el escribano Francisco Javier Ramiro, don Andrés Nicasio González otorgaba carta de pago a favor de doña Magdalena Paredes Diaz de Maya, por los bienes que aquella señora aportaba al matrimonio que ambos iban a contraer en fecha próxima.

Don Andrés Nicasio González había nacido en Madrid, siendo hijo de don Fermín Nicasio González y doña Ángela de Salazar, ambos asimismo madrileños.

Por su parte doña Magdalena Paredes era natural de la localidad cacereña de Alía, como hija de don Francisco Paredes y doña Luisa Diaz de Maya, vecinos de la misma población y viuda de don Luis de Godoy.

            Con motivo de su segundo enlace doña Magdalena Paredes Diaz de Maya confesaba que se halla con diferentes bienes muebles que prometió llevar y entregarlos al otorgante por dote y caudal suyo propio para ayuda a superar las cargas del matrimonio con tal que le realize la correspondiente ecritura de dote y recibo de pago. [1] 

            La dote de la señora cacereña incluía pinturas, muebles, utensilios de cocina, ropas y vestidos, objetos de plata y una pequeña biblioteca sumamente curiosa por sus fondos.

 

PINTURAS Y MUEBLES.-

primeramente una Concepcion, 100 rs.- yd nueve quadritos chicos con varios santos, marcos dorados y tallados, 54 rs.- yd dos espejitos con luna de a tercia y talla dorada, 48 rs.- yd dos repisas chicas doradas, 30 rs.- yd un friso da la chimenea con media caña dorada, 30 rs.- yd quatro quadritos como de tercia, marcos dorados y tarjetas,, las dos laminas y las otras dos estampas de papel, 52 rs.- yd ocho taburetes chicos y seis grandes con las asientos de damasco de lana encarnados, los primeros a catorce reales, los segundo a veinte,232 rs.- yd un buro de cedro como poco mas que vara de ancho con sus tres cajones y herrage dorado, yngles, con cerradura y llaves, 320 rs.- yd una papelera de pino cubierta de palo santo con con gabetas, cerraduras y llaves, corriente, 60 rs.- yd un cofre de baqueta con dos cerraduras y tachuela dorada, 60 rs.- yd un cofre de baqueta con dos cerraduras y tachuela dorada, 60 rs.- yd una mesa redonda de cedro como de a vara, 30 rs.- yd seis cortinas de damasco de lana encarnadas con veinte una varas, 210 rs.- yd quatro cenefas color porcelana, filetes dorados, 24 rs.- yd quatro varillas de fierro chicas, 14 rs.- yd una Virgen del Sagrario marco de madera, 16 rs.- yd otra ymagen de Belen, 30 rs.- yd un marco de la Virgen de Monserrat, estampa de papel, 2 rs.- yd un quadro de San Josef, marco dorado, 12 rs.- yd un quadrito de Santa Maria Magdalena, 10 rs.- una cama de seis tablas dada de verde, 24 rs.- yd un cofre biejo de badana con su cerradura y llave, 18 rs.- yd dos papeleres, la una de pino con dos puertecillas, mesita de nogal, sin llave, y la otra con llave, 40 rs.- yd una mesita de pino chica para velador, 6 rs.- yd una camilla para enjugar ropa , 12 r.- yd una escalera bieja con nueve peladaños, 4 rs..- yd un rostrillo bueno, 40 rs.

ESPETERA.-

Bajo este epígrafe se recogían todos los utensilios de cocina que doña Magdalena Paredes llevaba en su dote, todos realizados en hierro, barro, cobre y azófar, tales como fregaderos, tinajas, espumaderas, palmatorias, tajos, peroles, sartenes, cazos, peroles, chocolateros, candeleros, planchas, velones, asadores, parrillas, almireces, braseros, salvillas y bacías.

ROPA BLANCA Y VESTIDOS.-

Aquí se incluían vestidos de tafetán y seda, desavillés, guardapiés, basquiñaas, manteletas, mantillas, pañuelos, colchas, cortinas, sábanas, manteles, servilletas, paños de manos, enaguas, camisas y almohadas.

PLATA.-

yd una copa chica de cobre, antigua, como de peso de seis ilibras, 30 rs.- una campanilla de plata de peso de quatro onzas, 80 rs.- yd una evilla chica de corbatin, 8 rs.- yd un San Antonio en una urnita de plata, de dije, 14 rs.- yd un relicario engastado en plata de varias reliquias, 21 rs.- yd una medalla grande de Jesus Nazareno y la Virgen de los Dolores, 30 rs.- yd una Virgen de las Mercedes de plata afiligranada, 12 rs.- yd un rosario estrellado con una cruz de Jerusalen y una medalla de plata de la Virgen del Prado de plata, 16 rs.- yd otro rosario estrellado con una medalla de plata de la Virgen del Sagrario, 12 rs.- yd otro rosario de venturina con una medalla de plata de la Virgen de Guadalupe maciza, 26 rs.- yd un cupidito del cuello, 60 rs.- yd una pulsera de piedras de Francia, 30 rs.- yd un quadrito de San Juan bordado en seda, 10 rs.- yd un lignum crucis pequeño engastado en plata, 10 rs.- yd quatro cubiertos grandes de plata, pesan veinte y una onza y tres ochavas, 416 rs y tres octavos.- yd un cuchillo de mango de plata, pesa dos onzas y media, 123 rs y 3 quartillos.- yd dos cajas de plata, una mediana y otra chica, 60 rs.- yd una sortija de oro con una esmeralda y seis chispas de diamantes, 50 rs.- yd un cupìdito de oro para el cuello, 60 rs.

LIBROS.-

Doña Magdalena Paredes llevó a su segundo matrimonio una pequeña biblioteca en la que se registraban las obras de sor María de Ágreda, sor Juana Inés de la Cruz, la portuguesa sor María do Ceu, Cristóbal Fonseca, fray Antonio Arbiol, fray Luis de León y fray Luis de Granada. Pero junto a todos aquellos autores de tema religiosos, no deja de ser sorprendente encontrar obras de tipo profano como las Novelas ejemplares, de Miguel de Cervantes o las Novelas amorosas y ejejmplares, de María de Zayas y Sotomayor, o de tema jurídico, como la Curia eclesiástica, de Francisco Ortiz de Salcedo.

Pero los libros más curiosos de la biblioteca de la dama cacereña fueron dos obras de dos autores que fueron acusados por la Inquisición de criptojudaísmo, como fueron Rodrigo Méndez Silva y Antonio Enríquez Gómez.

Es por todo ello que siempre que los investigadores se enfrentan a la problemática de estudiar las bibliotecas femeninas del Antiguo Régimen, la cuestión se presenta siempre sumamente compleja.

En primer lugar hay que tener en cuenta que durante muchos años las mujeres, aunque fueran de la nobleza, quedaban fuera de la cultura libresca, tanto por ser la mayoría de ellas analfabetas, muchas no podian firmar documentos por no saber hacerlo, y las pocas que sabián leer y escribir se encontraban con la oposición de la   Iglesia, que solamente les permitián libros de devoción o de vidas de santos, muchas de ellas del todo inventadas. Pero dentro de ese contexto muchas mujeres, tanto religiosas como laicas, pudieron dar rienda suelta a sus aficiones literarias como muy bien ha demostrado María Isabel Barbeito Carneiro en una obra memorable [2]

            Volviendo a la biblioteca de doña Magdalena Paredes no hay que olvidar que era viuda de don Luis de Godoy, por lo que es más que probable que aquella hubiera pertenecido a su primer difunto marido y que pasase a sus manos por herencia del mismo. No se puede desdeñar que doña Magdalena Paredes pudiera leer las exqusitas poesías de fray Luis de Léon o de sor Juana Inés de la Cruz, e incluso las novelas de Miguel de Cervantes y María de Zayas y Sotomayor, pero dudamos que ni el Catálogo Real de España, de Rodrigo Méndez Silva, ni la Mystica ciudad de Dios, de sor María de Jesús de Ágreda, con sus disparatadas ideas sobre la vida de la Virgen, fueran obras entendibles para una dama del siglo XVIII, por muy culta y leída que fuera.

yd seis libros de la Madre Agreda (sor María de Jesús de ÁGREDA.- Mystica ciudad de Dios, milagro de su omnipotencia y abismo de la gracia, Madrid 1670), 80 rs. [3]

– yd dos tomos de la vida de Christo (Crsitóbal FONSECA.- Primera parte de la vida de Christo Señor Nuestro, Toledo 1596), 20 rs. [4]

– yd tres libros, uno Desengaños misticos, otro de la vida de San Francisco de Paula y otrom Guia de pecadores (fray Antonio ARBIOL.- Desengaños mísitcos a las almas detenidas o engañadas en el camino de la perfección, Zaragoza 1706) [5].

Paolo REGIO.- Vida y milagros de san Francisco de Paula traducido del italiano en castellano por fray Francisco de las Cuevas, Sevilla 1585).

– fray Luis de GRANADA.- Guía de pecadores, Salamanca 1556), 18 rs.

– yd otro Historia de Nuestra Señora de la Almudena (Juan de VERA TASSIS Y VILLARROEL.- Historia del origen, invención y milagros de la sagrada imagen de Nuestra Señora de la Almudena, Madrid 16929, 10 rs. [6]

– yd otro tres obras de la Madre Sor Juana (sor Juana Inés de la CRUZ- Obras, Sevilla 1692), 20 rs. [7]

– yd otros tres Novelas de Zayas, otro Poesias varias y otro Catalogo Real de España (María de ZAYAS Y SOTOMAYOR.- Novelas amorosas y ejemplares, Zaragoza 1637) [8] ,. Rodrigo MÉNDEZ SILVA.- Catálogo real y genealógico de España: ascendencias y descendencias de nuestros católicos príncipes y monarcas, Madrid 1645), 20 rs. [9]

– yd otros dos obras de la madre Ceo (sor María do CEU.- Obras varias y admirables corregidas e intituladas por Fernando de Setién Calderón de la Barca, Madrid 1744), 8 rs. [10]

– otro Curia eclesiastica (Francisco ORTIZ DE SALCEDO.- Curia eclesiástica para secretarios de prelados, iuezes eclesiásticos, nortarios apóstolicos, ordinarios, latinos y visitadores y notarios de visita, Madrid 1622), 12 rs.

– yd otros dos, uno León Poesias y otro Culpa del primer peregrino (Antonio ENRÍQUEZ GÓMEZ.- La culpa del prmer peregrino, Rouan 1644), 12 rs. [11]

            Toda la dote de doña Magdalena Paredes alcanzó un valor de tasación de 6124 reales y 17 maravedis de vellón.

            Firmaron como testigos don Juan Álvarez, don Manuel Bona, álferez del Regimiento del Caballería del Príncipe y don Joaquín de Mora, sargento del mismo cuerpo.

[1] .- Archivo Histórico de Protocolos de Madrid . Protocolo = 20590, folº. 204-211. Escribano = Francisco Jazvier Ramiro.

[2] .- BARBEITO CARNEIRO, Mº.I.- Mujeres y literatura del Siglo de Oro. Espacios profanos y espacios conventuales, Madrid, ed. Del Orto, 2006.

[3] .- María Coronel y Arana , mas conocida como sor María de Jesús de Ágreda, nació en la localidad soriana de Ágreda en 1602 y falleció en 1665, en el comvento de Madres Condcepcionístas que ella había fundado en su propia casa. Escritora mística y gran defensora del dogma de la Inmcaculada Concepción, debe su fama a su obra Mystica ciudad de Dios,, publicada en Madrid en 1670, aunque mucho tiempo antes ya corría manuscrtita. La obra fue prohibida por la Inquisición y condenada por la Sorbona de París. Destacó además por su relación epistolar cion Felipe IV, que se prolongó desde 1643 a 1645, afortunadamente conservada, y que constituye un valioso documento histórico para conocer la complicada situación política española de aquellos comvulsos años.

[4] .- Cristóbak Fonseca fue un monje aguistino, nacido en la localidad toledana de Santa Olalla en 1550 y muerto en Madrid en 1621. Estudió teología en la universidad de Salamanca y fue prior del monasterio de su orden en Segovia. Escribio diversos obras de notable espiritualidad, como el Tratado del amor de Dios, Publicada en dos partes, la primera en 1592 y la segunda en 1618. La Vida de Christo Señor Nuestro, también en dos partes apareció la primera en 1596 y la segunda en 1601.

[5] .- Antonio Arbiol nació en la localidad zaragozana de Torrellas en 1651 y murió en Zaragoza en 1726. Muy joven entró como religioso en la orden franciscana, llegando a ser lector de teología en el convento franciscano de santa Matía de Jesús en Zaragoza. Fue además visitador de los conventos de Valencia y Burgos y calificador de ls Inquisición de Aragón. Por no dejar de predicar rechazó el obispado de Ciudad Rodrigo para el que le propuso Felipe V-

[6] ..- Juan de Vera Tassis y Villarroel, miembro de una ilustre familia, nació con toda probabilidad en Soria entre 1634 y 1640. Fua un famoso dramaturgo, editor de las obras de Calderón de la Barca, labor esta muy criticada por sus muchos errores y correciones. Destaca entre su producción teatral El triunfo de Judith y muerte de Holofernes, representada en 1688, en la cámara de la reina Mariana de Neoburgo, segunda esposa de Carlos II.

[7] .- Sor Juana Inés de la Cruz, la gran escritora del México colonial, nació en San Miguel Nepanta en 1648 y murió en la ciudad de México en 1695. Cultivó todos los géneros literarios, tanto la prosa, la poesía como el teatro, en este último con notabla influencia de Calderón de la Barca. Tras ser persona de confianza de la virreina, mrquesa de Macera, ingresó en la via monástica en el convento de san Jerónimo de México. Notable poetisa, destacan en ese género sus canciones, villancicos y sonetos, escritos cpn notable sensibilidad y acusado femenismo. (vid.- PAZ, O,. Sore Juana Inés de la Cruz. Las tampas de la fe, México, Fondo de Cultura Económica, 2008).

[8] .- María de Zayas y Sotomayor nació en Madrid en 1590, faleciendo en la misma ciudad hacia 1661. Sus novelas alcanzaron tan gran éxito en su tiempo que en el siglo XVIII fueron prohibidas por la Inquisición. Sus obras se caracterizan por la profundidad de los carácteres de los personajes de sus novelas y, al igual que la monja mexicana, por su defensa de la mujer.

[9] .- Rodrigo Méndez Silva naci´ço en la localidad portuguesa de Celorico de Beira en 1606 y murió en Venecia en 1670. De origen judeoconverso, fue historiador, genealogísta y geògrafo, alcanzao altos cargos cortesanos, entre ellos el de ministro del Real y Supremo Consejo de Castilla. Su obra más famosa fue el Catálogo real y genealógico de España: ascendencias y descendencias de nuestros católicos principes y monarcas, muy6 elogiada por lope de Vega, Calderón de la Barca. Agustín Moreto y Luis Vélez de Guevara.

[10] .- Sor María do Ceu nació y murió en Lisboa (1658-1713). Muy joven ingresó en el convento lisboeta de la Esperanza. Mujer culta e inteligente, al igual que sor Juana Inés de la Cruz, cultivó la poesía y el teatro. Cantó de manera admirable la brevedad de la vida, tema tan frecuentementa tratado por el arte barroco en general. Sus obras furon traducidas al castellano por fray Enrique Flórez Setién con el seudónimo de Fernando Setién Calderón de la Barca.

[11] .- Anronio Enríquez Gómez, conocido durante algún tiempo como Fernando de Zárate y Castronovo nació en Cuenca en 1601 y murió en Sevilla en 1663. Dramaturgo, novelista, poeta y tratadista político, tuvo que huir a Francia, tantom por ser acusado de criptojudaismo por la Inquisición como por haber atacado en sus escritos al conde-duque de Olivares. Sun obra más famosa es El siglo pitagórico donce mezcla lo picaresco con lo fantástico.

Dic 032020
 

Jesús Barbero Mateos

Maestro

Hasta una época no demasiado lejana, los historiadores consideraban que los periódicos eran un material de trabajo de escaso valor científico. Sin embargo, la historiografía más reciente utiliza las colecciones de la prensa, reflejo de la sociedad e instrumento capaz de informar y crear opinión, como fuente complementaria de primer orden[1]

 

En contra de las manifestaciones y opiniones que han venido persistiendo sobre la cerrazón social y la falta de iniciativas culturales en Extremadura, el estudio de las mismas arroja datos objetivos que permiten desmentirlas

Desde nuestra posición actual puede asumirse este postulado dada la necesidad de acudir a la prensa para poder construir la historia. Por ello es conveniente dejar constancia del catálogo de publicaciones periódicas de Serradilla para completar las fuentes hemerográficas extremeñas.

 

El fenómeno de la prensa serradillana.

El final de la centuria decimonónica supuso un enorme esfuerzo de renovación respecto de la elaboración de los estudios históricos. El proceso impregnó Serradilla coincidiendo con la creciente inquietud periodística de unos paisanos por aflorar y difundir su cultura, costumbres, historia, lengua… Consta prensa escrita esporádica desde finales del siglo XIX: “La edición de periódicos no es algo privativo de las ciudades extremeñas. Y si no, ahí está el ejemplo de la localidad cacereña de Serradilla, con trece periódicos editados entre 1.889 y 1.932, siendo el último de ellos. EL CRONISTA, un buen reflejo del quehacer periodístico y editorial de Agustín Sánchez Rodrigo».[2]

  Es considerable la importancia que alcanza la prensa en Serradilla. Por ello publicaciones periódicas editadas en la villa, De calidades periodísticas y literarias diferentes, de vida larga o brevísima, conviene analizarlas y dejar constancia de que existieron, a pesar de que no de todas se conservan ejemplares.

El Decreto de Libertad de Imprenta de 23 de Octubre de 1.868 y la Ley de Libertad de Imprenta de 20 de Mayo de 1.869 promoverían la fundación de revistas y periódicos. Pronto se incorporaría Serradilla a la aventura del periodismo, siendo el de tipo satírico su pasión inicial.

Variados fueron los motivos que movieron las sucesivas apariciones de periódicos: creación de asociaciones, inquietudes personales, propagación de proyectos, creación de estados de opinión… Pero fueron diversas las causas que decretaron su muerte: falta de liquidez, desacuerdo entre los colaboradores o la censura civil o religiosa. En ocasiones, desaparecen tras la primera salida debido a sus polémicos contenidos, como EL ABANICO. La puntual carencia de papel y el aumento de gastos hicieron peligrar la continuidad de EDUCACIÓN Y ENSEÑANZA hasta su desaparición definitiva.

También es cierto que, a veces, se incluyeron en EL CRONISTA (en los casos de la muerte de Marcelo Rivas Mateos, o del homenaje a Francisco Sanz y López), fotograbados que no dejaban de ser un lujo en aquélla época.

Lo habitual en el siglo XIX era anunciar la salida de un periódico mediante el prospecto, como presentación mientras, avanzado el siglo XX comenzó a parecer el número 0, donde se hacía una declaración de intenciones, se establecía la periodicidad y se justifica la necesidad de su existencia, como en los casos de AJS, GOOOOOOL y EL MIGAJÓN.

  En las publicaciones iniciales, mantener la periodicidad fue un ejercicio harto complicado, debido a dificultades económicas, falta de medios técnicos y desgaste de sus responsables. De ahí la irregularidad en su publicación que, por tratar temas satíricos y jocosos, padecieron la censura.

Se trató de tiradas muy cortas, muchas de ellas de un solo ejemplar manuscrito, aunque a principios del siglo XX, con más medios económicos y técnicos, EL CRONISTA aumentó la tirada y prolongó su duración.

En un repaso cronológico de cada una de estas iniciativas periodísticas que crearon la impronta del periodismo en Serradilla y en la sistematización y descripción de las características de las publicaciones y sus autores consiste este trabajo. Para ello incidiremos en las pautas de Keyser[3]. Realizaremos una ficha de cada publicación ofreciendo algunos juicios de valor que enriquezcan el trabajo para que supere la mera recopilación de datos.

 

 

Análisis de las publicaciones.

Para centrar la cuestión referente a los primeros periódicos tenemos en cuenta como circunstancia detonante la inquietud cultural de algunos vecinos de la villa, como Agustín Sánchez Rodrigo, personaje imprescindible en este estudio, que le llevó en 1.888, con tan sólo 18 años, a fundar una sociedad llamada “La Amistad”, en cuyo reglamento se recogían los derechos y obligaciones de los asociados. La base tercera rezaba así: “Esta sociedad tiene tres objetivos: conservar y formalizar la amistad, atender por todos los medios que están a nuestro alcance el fomento de nuestra ilustración y organizar expansiones culturales propias de nuestra edad”.[4] Al cobijo de la sociedad, comenzaron a surgir publicaciones tendentes a lograr sus objetivos.

 

ANDE LA BROMA. Revista cómico- satírica e instructiva.

Se trataba de una publicación manuscrita que contenía trabajos en prosa y en verso, entre ellos un buen artículo humorístico firmado con el seudónimo “Revuelta”. En sus páginas se insertó, en forma de folletín, una satírica seminovela titulada Ruptura de relaciones, donde con hábil y sutil simbolismo se sacaban a la luz lacras de las más respetables personalidades de la villa, lo que motivó que un sector del pueblo se sintiese aludido. En previsión de que aumentara la intensidad de los conflictos si continuaba y para evitar enfrentamientos, se suspendió la edición del recién nacido periódico, antes incluso, de que llegase a la totalidad del público, tal como afirmaba su impulsor[5], aunque debemos dudar que la censura lograra su objetivo. A buen seguro que el manuscrito correría la localidad e, incluso, fuera copiado por más de un vecino.

No se conservan ejemplares.

 

EL ABANICO. Semanario liberal que trata de todo.

El 15 de Agosto de 1.890 se creó el nuevo periódico, también manuscrito[6] que gozó de una vida más dilatada, hasta junio de 1.892. Se fundó el semanal por la juventud intelectual de la villa con la intención de que fuese un instrumento de relación y motivo de distracción y aprendizaje. En los primeros números se dejó vislumbrar el humor y la sátira, haciendo crecer el número de lectores de tal manera, que era imposible dar satisfacción a todos con un par de ejemplares.

La continuidad de la línea polémica de su antecesor originó polémicas y altercados provocados por los que no querían que sus vicios salieran a la luz pública, para burla de los vecinos. La línea satírica se fue suavizando, perdiendo virulencia crítica el espíritu de sus redactores, lo que redundó en su amplia aceptación por parte de todo el vecindario.

Salía el periódico todos los domingos y, dado su éxito, se ideó que hubiese una lectura pública en el local de la escuela de los niños, que llegó a ser insuficiente para albergar al público que se reunía. Tras la lectura los números pasaban de casa en casa durante toda la semana.

El Abanico llegó a ser un éxito literario. En sus columnas se escribieron muchas necedades y petulancias, pero aparecieron artículos aceptables y se probó el ingenio y la capacidad de sus redactores. Sus páginas glosaron la actualidad local y muchas de las costumbres de la época, ya desaparecidas.

Tras publicarse el último número, en Junio de 1.892, la inquietud periodística permaneció, y al año siguiente, en 1.893, El Abanico inició una segunda época en la que sólo vio la luz un número. Fracasó el intento de resurgimiento.

Según afirma Agustín Sánchez[7], “fue Heliodoro Vega alma y sostén de El Abanico. Sus crónicas hacían afluir al público a la lectura del semanario. Su gracia chispeante y su aguda sátira, la que a todos divertía”.

Sánchez reprodujo en EL CRONISTA los que consideró buenos artículos de El Abanico. Gracias a esta iniciativa se conservan algunos poemas, como el firmado por Liberato Alonso con el título El capullo y la rosa[8]:

Al respecto de esta publicación, afirmaba Celestino Vega en EL CRONISTA en Septiembre de 1.919[9]:

“            El Abanico, periódico liberal, tiene páginas de un lirismo supremo sobre política de pueblos, firmadas por Liberato Alonso, que se declaraba un verdadero romántico, con poesías de turbadora belleza, donde hay sonidos de guitarras y amadas nuestras “de negros ojos y cabellos negros”.

  Agustín Sánchez Escribió “Las Calabazas”, admirable sátira, y páginas éticas. El maestro Don Quintín Polo daba su buena voluntad y Heliodoro Vega, satírico, sabía herir las malas costumbres con el fino bisturí de su ironía con crónicas inolvidables, llenas de buen humor, que tan popular hicieron al “Papel”.

  Censurando la brutal costumbre de “Cobrar el piso”, escribió un interesante código con cuatro artículos:

  1º.- Están obligados a pagar el piso todos los forasteros que lleguen a este pueblo, e islas adyacentes, tan pronto como hayan llegado a él.

  2º.- Se considerarán mozos para cobrar el piso, todos los que tengan, por lo menos, seis pelos en el bigote, hayan arrancado la lancha de algún poyo, o sean capaces de cargarse una fanega de arena o de correr un burro en pelo.

  3º.- Para beberse un piso es necesario que haya, por lo menos 12 mozos, y sólo en el caso excepcional de no haberlos a mano, se beberá entre los que haya.

  4º.- Si alguno se negara a pagar el piso, con, de, en, por, sin, como se le diga, está obligado a chuparse las “patás” que al efecto marca la Ley.

  Dado en Villabrutanda a 21 de Enero del año maricastaño.

  Hoy todos han muerto; el romántico Liberato hace, en vez de páginas tétricas, las de un informe judicial (era el Secretario del Juzgado). Agustín Sánchez ha muerto en aquel estilo y ha renacido en este otro (haciendo EL CRONISTA), donde se trasparenta el hombre que lee diariamente El Quijote, y a Heliodoro Vega, se le llevó un día la Pálida hacia el lago del misterio.”

  La semilla había prendido en buena tierra, y todo se reduciría a dar tiempo al tiempo[10]. Con carácter casi de caseros, se escribirían al cobijo de La Amistad, varios periódicos más.

 

 

 

EL ESTUDIO.

La intención inicial era sacar una publicación semanal de distribución gratuita, aunque sólo vio la luz el primer número, también manuscrito[11]. Tras su fundación los jóvenes de La Amistad, intentaron nuevamente poner en marcha una publicación periódica, pero el éxito no les acompañó en esta ocasión. Ningún texto se conserva de El Estudio.

 

EL GRACIOSO.

Su tesón no permitió que se rindieran, apareciendo poco después El Gracioso con la misma intención y una pretendida periodicidad aleatoria. También Agustín Sánchez y La Amistad la impulsaron. Parecía cuajar cuando se imprimieron varios de sus últimos números, los primeros fueron manuscritos[12], pero finalmente desapareció. Su logro consistió en ser el primero en salir de una imprenta, la que Agustín había instalado en Serradilla en 1.905 con el objetivo de comenzar la edición de EL RAYAS. Nos encontramos ante la primera publicación serradillana del siglo XX, de cuyo contenido nada se conserva.

Aunque sin datos fehacientes, con la información disponible nos decantamos por afirmar que, a partir de El Gracioso, todas las publicaciones se imprimieron, puesto que su impulsor, Agustín Sánchez, ya disponía de una imprenta. Y ello a pesar de que en “Publicaciones Periódicas Extremeñas. 1.808-1.988”[13], se afirma que fueron manuscritos.

A buen seguro que el inquieto personaje ensayó una y otra vez la edición de una publicación periódica, hasta que, demediada la segunda década del siglo, lograría consolidar el ansiado quincenal, como se verá.

 

EL CUCO.

De nuevo Agustín Sánchez y la sociedad La Amistad promovieron su edición, cuya distribución fue gratuita, a pesar de lo cual supuso un fracaso más, a decir de su prematura muerte tras el primer número.

Teniendo en cuenta que el criterio seguido en la relación de publicaciones periódicas aportada por Agustín Sánchez debió ser el cronológico, y siendo cierto que algunos números de El Gracioso se imprimieron, podemos concluir que esto no pudo ocurrir antes de 1.905. Por ello, aunque se ha apuntado que El Cuco es finisecular, nosotros mantenemos que es posterior a 1.905 y que la tirada se hizo a imprenta.

Ningún ejemplar se conserva.

 

LA MURALLA.

Otro tanto ocurrió con La Muralla desconociéndose la periodicidad que se pretendía. Su formato era de 32×22 cm. Y tras sus páginas se encontraban los mismos personajes.

Como sucedió con La Tempestad, otro intento que corrió la misma suerte que los anteriores. Idéntico destino corrió La Chocolatera.

 

Hasta aquí hemos visto las publicaciones promovidas por la sociedad La Amistad. Ninguna de las seis, El Estudio, El Gracioso, El Cuco, La Muralla, La Tempestad y La Chocolatera superó el primer número, a pesar de que con anterioridad, Ande la Broma y El Abanico habían tenido una vida más dilatada.

Partiendo de este dato podemos afirmar que no se trató de periódicos diferentes, sino que La Amistad fue sacando a la luz boletines para expresar su opinión sobre temas de actualidad y exponer sus nuevas creaciones, cada uno de los cuales recibió el nombre del principal tema en él tratado o una alusión ficticia al mismo. Sólo así se explica la proliferación de publicaciones de tan exigua vida. A partir de La Chocolatera se produciría un punto de inflexión respecto de la edición de periódicos.

 

EL TÁBANO.

La imprenta de Sánchez llevaba años funcionando y su inquietud editorial se fue acrecentando. Así vio la luz El Tábano, la primera publicación monográfica. Más que un periódico, fue un programa publicitario de teatro, publicado a comienzos de 1.910 por el actor y autor dramático Santos Ladehesa, en el que se instaba a la concurrencia, de forma jocosa, a asistir a las funciones programadas por su compañía. El subtítulo de la publicación así lo corrobora: «Periódico socarrón, soso, latoso y patoso. El de más circulación, en Puerto Chinche, en Pulgón, Villarreal y Carcaboso».[14] Su contenido se centraba en las letras relacionadas con sus funciones[15]. Pero también aparecían loas al autos a cargo de Heliodoro Vega, Liberato Alonso, Timoteo Bermejo, Julio Rivas o el propio Agustín Sánchez, que era el impresor e incluía en un rincón publicidad del método RAYAS.

Constaba de 4 páginas en un pliego, que doblado tenía unas dimensiones de 32×22 cm., contando la edición de unos cientos de ejemplares. Aunque afirma Cajide[16] que fue el primer trabajo que se confeccionó en la imprenta, «con una “Minerva” a pedal, marca Diamante», consideramos que la afirmación no es ajustada, pues en 1.905 había sido impresa una publicación y El Tábano data de 1.910. No obstante, es posible que El Tábano fuese la primera obra salida de una máquina tipográfica nueva, o bien la primera de cierta envergadura que se había encargado a los talleres.

Según Cajide[17], “el empuje editorial de los talleres de EL CRONISTA dio lugar entre 1.916 y 1.920 a un extraordinario florecimiento de publicaciones periódicas que ayudaron a mantener vivo en Serradilla el ambiente inquieto y participativo que latía en las raíces de sus principales proyectos». Teniendo en cuenta lo arrojado en nuestro análisis , no fue EL CRONISTA el punto de arranque del periodismo local, sino la culminación de un largo proceso de ensayos editoriales.

 

EL CRONISTA. REVISTA QUINCENAL.

Corría el año 1.905 cuando el maestro Ángel Rodríguez Álvarez, creó el método Rayas. Agustín Sánchez se volcó con entusiasmo en la iniciativa, adquirió la propiedad del método y se hizo editor. Con el embrión de la editorial en marcha, el siguiente paso consistía en hacerse impresor, abriéndose así la posibilidad de realizar toda clase de trabajos tipográficos: pequeños libros, folletos, prospectos…

La progresión en el volumen de pedidos de El Rayas era muy lenta y las dificultades económicas se sucedían. Luego de tantos años de tanteos más llegó, en 1.916, el convencimiento de que el método necesitaba mayor difusión por España. Aparte de otras consideraciones de carácter cultural, este fue el verdadero motivo de la aparición de El Cronista.

El primer ejemplar salió el día 5 de Enero de 1.916 y se publicó hasta el 20 de Diciembre de 1.932. En total 407 números. Diecisiete años ininterrumpidos de periodismo a imprenta en un pueblo sin luz. Diecisiete años del más puro menester periodístico que, trascendiendo lentamente las esferas comarcales y regionales, fue leído por las más eminentes personalidades del país que, en más de una ocasión, prestaron sus plumas para dar prestigio a la publicación con sus colaboraciones: José Ramón Mélida, Director del Museo Arqueológico Nacional, el literato y erudito Rodríguez Marín, Director de la Biblioteca Nacional, Gerardo Jaime Núñez, Jefe de Sección del Archivo Histórico Nacional, el geógrafo Antonio Blázquez, director de la Real Sociedad Geográfica, Cascales Muñoz, Fidel Fita, Gabriel y Galán, José Polo Benito, Menéndez Pidal….

EL CRONISTA puso en marcha iniciativas como la creación de una biblioteca de publicaciones, abogó por el establecimiento de una granja experimental, propuso mejoras en el empleo de abonos y en la relación con los trabajadores del campo. También la creación de un sistema de comunicaciones que articulase adecuadamente la región extremeña y la comunicase con el resto de España y Portugal mediante el ferrocarril.

A nivel local desarrolló las noticias, analizó su industria, planteó la canalización del Tajo, narró historia y leyendas, se preocupó por el folklore, propuso la creación de biblioteca, archivo y museo municipales, propugnó la declaración de Monfragüe como Parque Nacional, defendió enérgicamente la construcción de un puente sobre el Tajo…, todo ello para conseguir el bien de su pueblo. Quizás todo el cúmulo de intenciones y propuestas; toda su filosofía de progreso, desarrollo y participación social, se halle encerrada en esta frase de la abundante cosecha del Director-Propietario de EL CRONISTA “Mucha instrucción, mucha unión y mucha voluntad, son los factores que, unidos por la actividad, nos darán el apetecido y excelso resultado”[18].

En el año treinta y dos, tras diecisiete años de floreciente vida, las suscripciones por toda España eran tan abundantes que, incluso, dejaban dinero libre. Y entonces desapareció. Las causas reales no están claras. Este es su último editorial, por si en sus palabras se pudiera intuir alguna que nosotros no logramos ver:

“El presente es el último número de El Cronista, cuya vida se extingue al finalizar los diez y siete años de su existencia. Después de larga, tranquila y laboriosa vida, desaparece de este mundo con la conciencia limpia y serena, sin el menor remordimiento pos su actuación.

Cúmplenos manifestar a nuestros lectores y al público en general, que esta nuestra resolución ha sido libre y espontánea, sin la menor presión moral ni material, interna ni externa, que a ello nos haya no ya obligado, ni aun siquiera inducido. Por nuestra propia voluntad y conveniencia lanzamos a la vida nuestra revista al comenzar el año diez y seis, por nuestra propia voluntad y conveniencia la suprimimos al terminar el año treinta y dos. Nadie nos indució (sic) ni animó a darle vida, a nadie acusamos de su muerte”[19].

  La primera gran aventura periodística serradillana había concluido.

 

BOLETÍN DEL ATENEO SERRADILLANO.

  En el mes de Julio de 1.918, en torno a jóvenes estudiantes de la villa, comenzó a organizarse una sociedad literaria, El Ateneo Serradillano, que, entre otros cometidos, se proponía dar conferencias, establecer biblioteca, publicar una revista y cuanto juzgasen conducente al fomento de la instrucción y la cultura[20].

  Para mejor cumplir sus propósitos, su reglamento prohibía toda clase de juegos y bebidas alcohólicas en el domicilio de la sociedad y se proponía publicar el Boletín del Ateneo.

De nuevo un inquieto grupo de jóvenes serradillanos tomó la iniciativa cultural con el propósito de ofrecer cultura al vecindario y desarrollar sus inquietudes, tomando como elemento vehicular fundamental, la publicación de una revista. El día de su inauguración, el cuatro de agosto de 1.918, se presentaron los cinco números que durante el mese de julio llevaban publicados, que incluían poesías, crónicas y pensamientos. En ese acto se leyeron algunos de los artículos recogidos en sus páginas.

  Era una revista manuscrita de gratuita distribución[21], cuyos fundadores fueron Celestino Vega Mateos, José María Vecino Martín y Martín Real, asesorados por Agustín Sánchez Rodrigo. El editor sería el propio Ateneo Serradillano. El 13 de Julio de 1.919, al celebrarse el primer aniversario de la sociedad, disertaron sobre variados temas algunos de sus miembros: Real Alonso, Vega Bermejo, Viana García, Rodrigo García o Luis Sánchez Rodrigo. Este es un extracto del discurso de Luis Sánchez al tratar sobre Cultura, civismo, juventud:

“El civismo también se manifiesta en el aumento y difusión de la cultura; sin la cual se hace imposible la regeneración de la sociedad. El civismo se demuestra prefiriendo lo nacido en nuestro suelo, a todo lo que provenga de extrañas tierra y trabajando sin descanso en el laboratorio, en la escuela, en el campo, en el taller”.

El día doce de Octubre de 1.920, con motivo de celebrarse la Fiesta de la Raza, el Ateneo sacó a la luz un boletín extraordinario. Aún se conservan, gracias a El Cronista, poemas y textos en prosa aparecidos en sus páginas.

Valga como muestra de su proyección nacional un extracto de este artículo publicado[22]:

Para los Ateneístas. SERRADILLA EN MADRID. Fui también al Archivo Histórico Nacional a visitar a D. Gerardo Jaime Núñez, Jefe de Sección en dicho Centro, quien en extremo atento y complaciente, además de enseñarme las distintas salas del inmenso Archivo, me presentó algunos datos de Plasencia y Serradilla que, por la premura de tiempo no pude detenidamente ver. En fin, no sé con que palabras deciros la inmensa satisfacción que experimentaba al convencerme, al ver por mis propios ojos en qué grado era apreciada y ensalzada allá en la Corte nuestra labor de cultura. El aplauso de los sabios sea para nosotros estimulante premio que nos anime a preservar en la obra emprendida, para bien propio y de nuestros convecinos, y mayor gloria de Serradilla.”

Comprobada queda la proyección de El Ateneo y de su Boletín. Pero finalmente el órgano de comunicación del Ateneo serradillano dejó de editarse.

 

EDUCACIÓN Y ENSEÑANZA.

La difusión del método de lectura por la escritura RAYAS, entre los profesionales docentes motivó la aparición del suplemento Educación y Enseñanza, especializado en este ámbito. El suplemento pedagógico se enviaba a los maestros e inspectores de toda España, como forma de dar a conocer EL RAYAS entre los profesionales docentes, que eran los encargados de aplicarlo en las aulas, atraerles hacia el innovador sistema y, por lo tanto, así se lo solicitarían a sus alumnos. De esta forma, intuía Agustín, aumentarían los pedidos y no faltaría el trabajo en la imprenta. En su presentación recoge: “Al inaugurar esta sección, lo hacemos con sinceridad y con el deseo de seguir contribuyendo al progreso y la cultura de nuestra región. La base de la cultura es la escuela, y el alma de la escuela, el Maestro; por ello este es el primordial elemento a quien debe darse vida y apropiado campo donde pueda ejercitar con amplitud su acción.

El maestro competente y altruista sentirá la necesidad de elevar el nivel cultural de nuestro pueblo, como único modo de lograr un medio favorable a cuanto significa ilustración y progreso. A los Maestros que así piensen, ofrecemos las columnas de esta pequeña revista, que ellos sabrán hacer grande, condensando en ella los destellos de su ciencia.

El arma que no se limpia, el óxido la corroe, la máquina que no se usa se empasta y entorpece, la gala que no se luce se apolilla, la inteligencia que se estanca en un villorrio y rutinariamente va amoldándose a pensar sólo en los intereses materiales, insensiblemente se embrutece, progresivamente va perdiendo el hábito de estudio, las buenas formas sociales y cuanto es el ser y esencia del hombre que teniendo un título académico, por dignidad y propia estimación está obligado a enaltecerle y honrarle con el constante ejercicio de su noble profesión. Este es nuestro programa. Ahora vosotros tenéis la palabra”

Para la solicitud de un ejemplar de la primera parte del método, incluía una tarjeta.

Los temas tratados versaban sobre conocimientos generales de variadas disciplinas científicas. Pronto se abrió la revista a los lectores incluyendo la sección de cartas y colaboraciones, en cuyas páginas participó un gran número de maestros. Las cuestiones didácticas y pedagógicas copaban gran parte de la revista, conjuntamente con las reivindicaciones de nuevas escuelas o de reconocimiento de personajes extremeños olvidados, como Gabriel y Galán que, poco a poco fueron haciéndose realidad.

También los asuntos laborales tuvieron su hueco: oposiciones, traslados, salarios, asociacionismo… En definitiva, un instrumento inaudito en la época, a tenor de las circunstancias educativas por las que atravesaba la sociedad extremeña.

Apareció el primer número, como suplemento al 64 de EL CRONISTA, el 20 de Agosto de 1.918. Se extendió hasta el número 81, momento en el que dejó de insertarse al ser sustituido por el Reglamento del Sindicato: «daremos pliegos del mismo en este y sucesivos números, en cambio de nuestro suplemento “Educación y Enseñanza”[23]

Tras este receso, comenzó de nuevo a incluirse en la publicación quincenal, a partir del número 113 (20 de septiembre de 1.920), hasta el 132. Por lo tanto 38 ejemplares en total. Así reza el anuncio de su reanudación… “En esta 2ª época, seguirá siendo un resumen de informaciones y notas pedagógicas prácticas y un repertorio de útiles conocimientos científicos. En Educación y Enseñanza tendrán cabida artículos sobre temas profesionales que nos envíen los Sres. Maestros, siempre que se ajusten al tamaño y carácter de esta publicación.”

Pero no corrían buenos tiempos para la prensa. Estaba en marcha la Campaña de Marruecos. Con el número 119 rezaba: “ A NUESTROS LECTORES: Por carencias de papel, que desde hace más de cuatro meses estamos esperando, dejamos hoy de publicar el suplemento EDUCACIÓN Y ENSEÑANZA, cuya publicación reanudaremos tan pronto como recibamos el papel necesario”[24]

La restricción de papel provocó esta nueva suspensión. Tras la reanudación y sin previo aviso ni justificación de las causas que lo motivaron, la publicación anexa a EL CRONISTA dejó de aparecer. En el último número se avisaba a los suscriptores: “Rogamos a aquellos de nuestros suscriptores que deseen remitirnos por giro postal el importe de la suscripción, nos avisen indicándonos el número de giro y la fecha de la imposición”.

 

Debieron pasar décadas, el casi medio siglo transcurrido durante la dictadura, hasta que, de nuevo, la inquietud cultural de un grupo de jóvenes serradillanos agrupados en torno a una sociedad, hiciera aparecer una nueva publicación.

 

A.J.S.

Su número de presentación, el cero, apareció en el mes de Junio de 1.980 y el último en el mes de Septiembre de 1.986. Setenta y tres números en total.

Su primer editorial, en la que se explicitaban los objetivos de la publicación, rezaba así: “Queridos paisanos: Hará más de un par de años, nuestros mayores pensaban que la Asociación de Jóvenes Serradillanos era un “enreo”, algo que nunca llegaría a buen puerto. Ahora, algunos los siguen pensando aún, pero otros, la mayoría, se han dado cuenta de que nosotros no somos ni pepito, ni juanito, ni jaimito, ni porras, somos la nueva generación de esta Serradilla que, hasta hace muy poco, estaba abúlica y medio muerta.

Somos los portadores de la antorcha de los valores perdidos, del dinamismo de la juventud, de las ansias de futuro, del esfuerzo constante y desinteresado.

Ahora hemos creado A.J.S., nuestro periódico. Es nuestro porque lo edita la asociación, porque es de los jóvenes, porque es el periódico de Serradilla. Con A.J.S. pretendemos tres objetivos: constatar todo lo que ataña a Serradilla; reflejar el pensamiento serradillano; y unir a nuestro pueblo, presentes y ausentes, en una misma idea, en una misma ilusión, en una misma realidad: SERRADILLA. Hasta ahora nada ha sido fácil, es más, ahora empieza lo difícil. Necesitamos tu apoyo, tu confianza y, sobre todo, tu crítica constructiva. Lo que hoy es un niño pequeño, mañana será un hombre. Lo que hoy es un conato de revista, mañana será una revista. No lo olvides.”[25]

Comenzó, pues, como órgano de difusión de la Asociación de Jóvenes Serradillanos, de cuyas siglas toma el nombre. De nuevo una sociedad juvenil es la impulsora del periódico local. Cuando la asociación se deshizo, la revista fue lo único que pervivió gracias al empeño, no sin grandes esfuerzos, de Javier Alonso Alonso, Pilar Cobos Ropero, Concepción Díaz García, Guillermo Gómez Díaz, María del Carmen Recuero Sánchez y Sacramento Rubio León, que se encargaron de irla sacando adelante. En su primera época el método de impresión fue la multicopista, mientras que a partir del número 37 (Julio de 1.983), la fotocopiadora será la encargada de imprimir los ejemplares.

Pueden considerarse tres etapas perfectamente diferenciadas en A.J.S.[26] En un primer momento se centra en la divulgación cultural y normativa (aparecen sucesivamente los artículos de la recién estrenada Constitución Española), sin que los artículos tuvieran una vinculación clara con Serradilla. La información sobre cultura general dominaba sus páginas. Posteriormente, las colaboraciones, crónicas y artículos, se encaminaron más hacia la cultura, historia, tradiciones y costumbres locales, ganando calidad y rigor respecto de los temas de la villa. Y en la última etapa, la más crítica, primaron los escritos de opinión política y social, en los que las cartas dirigidas a unos y las contestaciones de los otros engrosaban, casi todos los meses sus páginas.

Por las fechas en las que vio la luz, cumplió un importante papel en la transición política local. Sus páginas dan testimonio de las tensiones y vicisitudes vividas por los serradillanos de la recién estrenada Democracia.

Con más de seis años a sus espaldas fue, en el momento, la segunda publicación con más tiempo de edición aparecida en Serradilla, tras EL CRONISTA. No hubo justificación de las causas del cese de la edición, aunque el hartazgo de sus impulsores debió estar tras su desaparición.

 

GOOOOOOL. Semanario Deportivo de Serradilla.

La siguiente publicación trataba de forma monográfica el deporte, concretamente el Fútbol- Sala. Con una periodicidad semanal, su contenido trataba de forma exclusiva, el “I Campeonato de Fútbol- Sala Excmo. Ayuntamiento de Serradilla”. Se editaba por el Aula de Educación Compensatoria y se fotocopiaba en Plasencia, con una escasa tirada. Algunos de sus ejemplares se distribuían entre los bares y establecimientos patrocinadores de los equipos participantes, en cuyos locales pasaban de mano en mano hasta su completa lectura, mientras que otros se ponían a la venta para que, fundamentalmente los implicados y amantes del deporte estuviesen puntualmente informados del desarrollo de la competición.

Así rezaba su primer editorial: “Desde hace poco más de dos años, se está notando en Serradilla un aumento progresivo de deportistas y amantes del deporte. La razón de esta realidad hay que buscarla, sin duda, en la atención constante que nuestro Ayuntamiento presta a este tipo de actividades. Tras madurar convenientemente la idea de organizar un campeonato, pusimos nuestra intención en conocimiento del Ayuntamiento, quien se ofreció a dar el nombre al torneo y prestarnos toda la ayuda que necesitásemos.

La intención del Comité Provisional de Organización ha sido y será facilitar la práctica de este bonito deporte y hacer que todos los jóvenes serradillanos se sientan más unidos que nunca y practiquen la cortesía y la educación a través del deporte. Que la deportividad reine en todos los campos. Mucha suerte a todos y ¡¡¡Adelante!!!

Vio la luz el primer número el día 17 de Febrero de 1.986 y el último, el de Mayo del mismo año, tras once semanas ininterrumpidas ofreciendo información sobre deporte a los serradillanos y serradillanas. Esta desaparición coincidió con el final del campeonato, a cuya estela había nacido. Se constituyó en el primer semanario deportivo de la villa. Único, hasta ahora, en su clase, dentro de nuestro recorrido periodístico.

 

Cubría el acontecer que cada fin de semana se iba sucediendo con la celebración de la correspondiente jornada: cumplimiento del reglamento de competición, resultados de los partidos disputados, clasificaciones de los equipos participantes y, por supuesto, jugosos comentarios de cada uno de los encuentros, con sus incidencias más destacadas.

 

LIBRETO DE SAN AGUSTÍN.

La idea de propagar el programa de festejos de las fiestas de San Agustín, a la vez que ofrecer la posibilidad de anunciarse a los industriales de la localidad, llevó al Gobierno Municipal a editar, con motivo de las patronales fiestas de San Agustín, el libro de las fiestas.

En su portada aparecía el cartel ganador del concurso previo de carteles y en sus páginas, además del programa de festejos del año en cuestión y los saludas del Alcalde y del Concejal delegado de Festejos, fueron apareciendo artículos con un marcado carácter cultural: poesía, historia, habla serraillana… También los avances realizados por el Ayuntamiento durante el último año eran recogidos en sus páginas, como forma de eficaz información al vecindario.

Comenzó su publicación en 1.985 y con una periodicidad anual, se extendió hasta 1.994, de forma ininterrumpida. Tras un breve receso, volvió a aparecer de nuevo en 1.998, ya cuando la centuria toca a su fin. En total, 11 números, con unos mil ejemplares por tirada, que se repartieron entre los vecinos de forma gratuita. Se trataba de otra forma de entender el periodismo, en la que la institución municipal se convirtió en la editora de la revista, contando con numerosas colaboraciones.

 

ROMPEHIELOS. Proyecto Local Integrado de Serradilla.

Sería de nuevo el Aula de Educación Compensatoria, que ya formaba parte del Proyecto Local Integrado, quien emprendiese la aventura editorial con la edición de ROMPEHIELOS.

Arrancó en el curso escolar 1.988/1.989 como una actividad educativa más del programa. Sus impulsores fueron dos maestros, que con un voluntarioso grupo de alumnos y alumnas se marcaron como objetivo de la publicación, que sirviera de comunicación con programas similares de otras localidades cacereñas, con la que establecieron el intercambio de ejemplares.

Fueron tres los números editados, con una periodicidad trimestral. El primero en Noviembre de 1.988, el segundo en Febrero de 1.989 y el tercero en Mayo del mismo año. Su contenido versaba sobre difusión cultural variada, con artículos de información general, narraciones y crónicas sobre Serradilla y varias páginas de noticias locales. Cuando en Junio de 1.989 finalizó el curso académico, la publicación desapareció sin dejar más rastro.

 

LA VOZ DEL COLEGIO.

  También el Colegio Público “Santísimo Cristo de la Victoria” editó una revista. En Mayo de 1.992, con motivo de la celebración del homenaje a Agustín Sánchez Rodrigo, apareció un número extraordinario, que obtuvo el tercer premio del concurso de publicaciones escolares en convocatoria nacional, realizada por el Ministerio de Educación y Ciencia, dotado con 150.000 pesetas.

Su editorial afirmaba los objetivos de la publicación: “Con la edición de este número extraordinario de “La Voz del Colegio”, queremos rendir un homenaje a nuestro ilustre paisano Don Agustín Sánchez Rodrigo, que tanto hizo en pro de la cultura y tanto luchó por elevar el bienestar de nuestro pueblo”

El pionero del periodismo en la villa, pasaba así a ser el tema central, monográfico, de una publicación serradillana, en la que, a buen seguro, le hubiera gustado colaborar. Nuevas generaciones de serradillanos y serradillanas, jóvenes siempre, irían tomando sucesivamente el relevo, para que su villa siguiese teniendo una voz común, una voz que asegurase la transmisión del sentimiento sincero de la propia cultura.

 

EL MIGAJÓN. La Revista de Serradilla.

Impulsada inicialmente por el maestro del Aula de Alfabetización de Adultos, sacó su primer número en el mes de Diciembre de 1.990, y aún hoy, 30 años después, tenemos la fortuna de poder leer mes tras mes sus páginas.

Los seis primeros números estuvieron a cargo de un equipo de once personas que, en su mayor parte, eran parte integrante del Aula de Alfabetización de Serradilla. El número uno se distribuyó de forma gratuita entre los vecinos del pueblo. Una tirada especial a imprenta, hizo que también llegase a los emigrantes afincados en Madrid, aprovechando la asistencia a la Matanza Extremeña, organizada por la Cofradía del Santísimo Cristo de la Victoria en la capital. La finalidad era dar a conocer la publicación a todos, para que comenzasen a suscribirse las personas que estuvieran interesadas en ella.

La respuesta del público no se hizo esperar. Desde entonces ha ido incrementándose la tirada hasta alcanzar cerca de los cuatrocientos ejemplares, para los suscriptores y para los que la compran en los establecimientos colaboradores.

La ubicación inicial de la redacción se situó en dependencias del propio Ayuntamiento, para pasar, posteriormente, a ocupar la antigua estafeta de correos, sita en el número dos de la calle Blanca. El método de impresión ha sido siempre el fotocopiado, salvo la tirada especial del número uno, y el número dos, que se hizo en una imprenta de Plasencia. La experiencia no fue positiva, por la tardanza en su confección, y se decidió seguir con el fotocopiado. Así y todo, muchos de sus números salieron con la cabecera en color rojo, por disponer la fotocopiadora municipal de esta posibilidad.

La temática abordada ha ido variando con el tiempo, pasando de temas centrados en la difusión de temas culturales generales, a otros relacionados con los más variados aspectos de Serradilla: historia, folklore, noticias, poesías, economía, religiosidad, arte…

También aquel amplio equipo inicial se fue difuminando por diversas causas hasta que, desde hace un cuarto de siglo, la responsabilidad editorial corre a cargo de una sola persona, Carlos J. Martín, que además se encargó de dibujar las artísticas portadas, salvo la de algún número suelto, hasta que la fotografía se impuso, también de su mano. Le ayudan desinteresadamente algunas personas a la hora de montar, grapar, poner sellos…

Progresivamente se ha ido apreciando un notable incremento de calidad en la revista. Han ido apareciendo documentados y completos estudios sobre variados aspectos de la villa, que han hecho de EL MIGAJÓN una publicación de referencia histórica, etnográfica y de actualidad local.

En ocasiones han aparecido números extraordinarios, coincidiendo siempre en el mes de agosto, en los que se ha tratado monográficamente nuestra peculiar forma de hablar el Santísimo Cristo de la Victoria, etc., con una gran acogida.

Tras treinta años ininterrumpidos de publicación y más de 12.500 páginas impresas, EL MIGAJÓN se ha convertido en la publicación más longeva de las aparecidas en Serradilla, hasta ahora. Es deseable que tenga larga vida, aunque el escaso equipo humano hace que su salida a la calle dependa de las circunstancias personales de quien la hace posible.

Sus páginas han tenido el privilegio de narrar las vicisitudes de Serradilla en el momento de producirse un cambio de milenio, aunque es nuestro deseo que su horizonte se extienda, con mucho, más allá de esta singular fecha.

 

Conclusiones.

Una vez analizadas las publicaciones aparecidas en Serradilla desde 1.889 hasta el año 2.020, se hace necesario plantear algunas conclusiones. En primer lugar, se hace patente que el surgir paulatino de publicaciones, se ha amparado, en casi todos los casos, en un grupo de jóvenes inquietos, constituidos en sociedades de diversa índole: sociedades, ateneos, asociaciones, iniciativas educativas o institucionales.

Las excepciones vienen dadas por EL TÁBANO, que se trataba de un folleto teatral, EL CRONISTA y EDUCACIÓN Y ENSEÑANZA, cuyo objetivo inicial fue el lanzamiento de El Rayas a nivel nacional; LA VOZ DEL COLEGIO, que es la revista de la escuela y el LIBRETO DE SAN AGUSTÍN, editado por el Ayuntamiento de la Villa.

Se cumplen, por lo tanto, las premisas planteadas inicialmente, respecto de las causas y motivos que han ido dando lugar a los sucesivos periódicos. También se coincide respecto de los motivos de desaparición de los mismos: censura, falta de recursos, saturación de sus impulsores o cumplimiento de los fines para los que habían sido creados. En todo caso, en poco más de un siglo han sido diecinueve las cabeceras que han pasado por nuestras manos, con diversa periodicidad y desigual éxito, todas de enorme importancia a la hora de consultar la vida, la historia, el folklore, la poesía… serradillana. Todo un triunfo para una villa que comenzó su aventura periodística cuando aún no disponía de luz eléctrica. Es deseable que no se rompa la tendencia.

 

 

FUENTES

  • J.S. nº 0. Junio de 1.980
  • BLÁZQUEZ DE YÁNEZ, D. Historia de la Prensa Placentina. Mérida, ERE. 1.996.
  • CAJIDE LABRADOR, J.J. Historias de la Utopía. Badajoz, Carisma, 1.996.
  • CHAMORRO, V. Sin Raíces. Ed. Sánchez Rodrigo. 1.970.
  • Conferencia sobre la hemerografía. Quito. 1.961. Citado por BLÁZQUEZ DE YÁNEZ, D. en Historia de la Prensa Placentina. Mérida, ERE. 1.996.
    • MARTÍN DÍAZ C.J. «El periodismo en Serradilla» en EL MIGAJÓN nº 44. 1994.
    • MARTÍN DÍAZ, C.J. «El Tábano». En EL MIGAJÓN nº 348. Diciembre de 2019.
    • PULIDO CORDERO, M y otro. Publicaciones Periódicas Extremeñas. 1.808-1988. Badajoz. ERE. 1.994.

·         SÁIZ, MARÍA DOLORES. Historia del periodismo en España. Madrid. Alianza. AU. 1983.

  • SÁNCHEZ RODRIGO, A. “La prensa en Serradilla” en EL CRONISTA nº 1. 1.916.

 

 

 

[1] SÁIZ, MARÍA DOLORES. Historia del periodismo en España. Madrid. Alianza. AU. 1983.

[2] PULIDO CORDERO, M y otro. Publicaciones Periódicas Extremeñas. 1.808-1988. Badajoz. ERE. 1.994.

[3] KEYSER. Conferencia sobre la hemerografía. Quito. 1.961. Citado por BLÁZQUEZ DE YÁNEZ, D. en Historia de la Prensa Placentina. Mérida, ERE. 1.996.

[4] CHAMORRO, V. Sin Raíces. Plasencia. Ed. Sánchez Rodrigo. 1.970.

[5] SÁNCHEZ RODRIGO, A. “La prensa en Serradilla” en EL CRONISTA nº 1. 1.916.

[6] PULIDO CORDERO, M. y otro. Op. Cit.

[7] EL CRONISTA nº 1, enero de 1916.

[8] EL CRONISTA nº 3, febrero de 1916.

[9] EL CRONISTA. nº 1, enero de 1916.

[10] CHAMORRO, V. Sin Raíces. Op. Cit.

[11] PULIDO CORDERO, M. y otro. Op. Cit.

[12] Id.

[13] PULIDO CORDERO, M. y otro. Op. Cit.

[14] MARTÍN DÍAZ, C.J. «El Tábano». En EL MIGAJÓN nº 348. Diciembre de 2019.

[15] SÁNCHEZ RODRIGO, A. “La prensa en Serradilla” en EL CRONISTA nº 1. 5/1/1.916.

[16] CAJIDE, LABRADOR J.J. Op. Cit.

[17] SÁNCHEZ RODRIGO, A. en EL CRONISTA.

[18] Id.

[19] El Cronista nº 407. Serradilla, diciembre de 1.932.

[20] Noticias en EL CRONISTA.

[21] PULIDO CORDERO, M. y otro. Op. Cit.

[22] EL CRONISTA nº, 5 de diciembre de 1.920.

[23] EL CRONISTA nº 81. 20 de Mayo de 1.919.

[24] EL CRONISTA nº 119. 5 de diciembre de 1.920.

[25] A.J.S. nº 0. Junio de 1.980

[26] MARTÍN DÍAZ C.J. «El periodismo en Serradilla» en EL MIGAJÓN nº 44. 1994.

Feb 012020
 

JESÚS BERMEJO BERMEJO

 

  1. INTRODUCCIÓN.

 

Con motivo del 460 aniversario de la compra del pueblo de La Cumbre por Pedro Barrantes, el tema de mi intervención, en estos Coloquios Históricos de Extremadura, entorno a su figura resulta para mí, casi, de obligada dedicación y empeño.

De todos/as es conocida la leyenda del apellido “Barrantes”1: Nuño Fernández Valiente, que vivió en los siglos IX-X, era capitán de unos de los navíos del Conde D. Fernán Sánchez. Esta embarcación transportaba un nutrido grupo de normandos que se disponían a luchar contra los sarracenos que estaban apostados en Sevilla. Cuentan que, al llegar al puerto de Zenfanejo, junto a San Lúcar de Barrameda, los árabes los esperaban en ocho naos dispuestas para el ataque. Los normandos, por su parte, habían puesto una recompensa para quien cruzase la “barra” de embarcaciones primero. Nuño Fernández, haciendo alarde de su maestría marítima, fue el primero que cruzó, derrotando y echando a pique las embarcaciones. De este hecho surgieron unos versos:

“Por la pasar la barra antes, Que los otros navegantes Ñuño Fernández, valiente, Fue llamado entre la gente

Por sobrenombre Barrantes.”2

 

 

  1. BARRANTES Y

 

 

 

El apellido viajó, desde Galicia, por los reinos de León y Castilla, simultaneado con la reconquista a los musulmanes y, posterior, repoblación cristiana. Una parte importante

 

1 Hazaña que se encuentra entre los papeles de Pedro Barrantes Aldana, Canónigo de la Catedral de Burgos, nació en Alcántara (Cáceres) y falleció en Burgos el 9 de Agosto de 1658. Fue Secretario del Arzobispo Don Alonso Manrique desde 1605. Fundó el Hospital de San Julián y San Quirce, después llamado «Hospital de Barrantes».

2 González Cáceres, José Luis y María Dolores Díaz Rodríguez. “La Cumbre desde el recuerdo”. Joman

  1. Páginas 28-29.

 

se asentó en Extremadura, concretamente en Alcántara, donde la figura de Garci Fernández Barrantes3 se convierte en la antesala del arraigo del apellido en nuestra región: Maestre de Alcántara entre 1254 y 1284, fue privado4 del rey Alfonso X “el sabio” y participó en la reconquista de los territorios de Orihuela y Niebla entre muchos otros.5

El Solar alcantarino de los Barrantes del siglo XIII y las proezas de esta familia durante la reconquista nos llevan a Don Fernando Rodríguez de Villalobos, Maestre de la Orden de Alcántara entre los años 1394-1408 y Pedro Fernández Barrantes o, más bien, a su hija pues un rumor de amoríos, raptos y despechos ha ensombrecido, desde siempre, la causa del porque una rama de esta familia se estableció en Trujillo. Es casi imposible desligar las habladurías de la época con la verdad de los hechos pero lo cierto es que,

por preservar la honra de su hija, Pedro Fernández Barrantes decidió trasladarse a Trujillo junto con su familia.6

Hipótesis aparte, lo cierto es que, ya en 1429, se tiene constancia de la presencia de la familia Barrantes en Trujillo; tal como cita Fernán Gómez de Ciudad Real, sobre los hechos en el castillo de esta ciudad, donde quedaron a cargo de la justicia caballeros naturales de la villa, entre ellos Juan Barrantes.7

 

 

3 Su nombre completo parece haber sido Frey García Fernández Barrantes, ya que se dan dos versiones sobre sus antecedentes; hijo del señor de San Andrés de Barrantes, parroquia de Ribadumia en Galicia, y que antes de hacerse religioso había estado casado con Aldonza Díaz de Pereros y había tenido descendencia; otra que fuera el tercer hijo de Alonso Fernández Barrantes, señor de los cotos de Barrantes y Tomiño, a 10 km de Bayona y del río Miño en Galicia, noble gallego que se había establecido en Alcántara.

4 Alude al que goza de la confianza de un rey, príncipe, mandatario, etc. y puede ejercer una influencia

sobre sus decisiones.

5 Es más que probable que las ochos aspas de adornan el escudo de los Barrantes se deban a la figura de de Garci Fernández Barrantes, Maestre de la Orden de Alcántara, por sus muchos actos al frente de la

Orden; aunque también es posible que se deban al origen de esta bordadura, es decir, a la toma de Baeza en 1227 por Diego López de Haro, quien auxilió al rey Fernando III el Santo junto a 500 caballeros, entre los que se encontraba Garcés o García de Barrantes. A todos los caballeros se les concedió “ocho aspas de oro sobre campo de gules” (ocho cruces de San Andrés sobre fondo rojo) en la bordura de sus escudos heráldicos. María Antonia Carmona Ruiz. La conquista de Baeza. Universidad de Sevilla. 2010.

6 “Existen muchas versiones sobre este hecho: una habla del enamoramiento de Fernando Rodríguez de

Villalobos hacia la hija y el posterior rapto; otra interpretación habla de un forzamiento del Maestre Villalobos hacia la doncella con la consecuencia de un embarazo; y otra simplemente fue la negativa de Fernández Barrantes a la relación entre ambos”. Miguel Ángel García Rodríguez. “La Cumbre Historia y Sentimiento”. Diputación de Cáceres. 2018. Págs. 62-63.

7 Fernán Gómez de Ciudad Real. Centón Epistolario: “Epístola XXXVII… Al muy alto e muy poderoso el

Señor Rey Don Juan el Segundo nuestro Señor… a Vra Señoria narré cumplidamente el fecho del castillo de Troxillo. Dallí partimos, habiendo primero liberado al Condestable de su sigureza, e dexado buen recaudo en la Villa, encargada la justicia al Bachiller Rodrigo Rodríguez… e Juan de Chaves, e a Finojosa, e Barrantes, Caballeros naturales de la Villa…”.

 

La presencia de la familia en los acontecimientos históricos de Trujillo debía de quedar patentes en la gran gesta conquistadora.

 

 

  • BARRANTES, PIZARRO Y TRES JÓVENES DE SU TIEMPO.

 

 

 

Pedro Barrantes y Fernández de Ulloa era hijo de Juan Barrantes y Francisca Rodríguez de Cervantes, pertenecía al linaje de los Añascos y habría nacido en Trujillo entre los años 1507-1510, al igual que sus compañeros de infancia, letras y conquistas Juan Pizarro (1510) y Diego García de Paredes hijo (1506) y; en atención a las palabras que escribiría Don Fernando Pizarro y Orellana: “entre los primeros fueron los caballeros de Trujillo Juan Pizarro Orellana, Pedro Barrantes y Diego García de Paredes, que como por el valor de sus personas y conocidas calidad habían de tener los primeros lugares con el Marques (Francisco Pizarro)”; la amistad entre los tres caballeros se habría sustentado desde la más tierna infancia, pasando por las coincidencias en su

educación y ambientes comunes de la época.8

 

En sus años mozos escucharon las hazañas de Francisco Pizarro que, con tan solo 20 años, estuvo a las órdenes de Gonzalo Fernández de Córdoba, “El Gran Capitán”, en las Campañas de Nápoles; llegó, en 1503, al Nuevo Mundo con la expedición de Nicolás de Ovando; socorrió a Alonso de Ojeda y fue testigo del descubrimiento de “La Mar del Sur” con Vasco Núñez de Balboa, gozando por ello del reconocimiento y la fama en su ciudad natal.

En 1523 se asoció con Diego de Almagro y Hernando de Luque para conquistar los territorios del “Birú”9 y desde esa fecha hasta 1528 las calamidades y los esfuerzos de conquista habían surcado el océano hasta un Trujillo que, por la época, engrosaba un nutrido grupo de hidalgos dispuestos a continuar lo que sus antepasados con la Reconquista a los árabes, si Francisco Pizarro les daba la oportunidad de pasar la misma raya que los “Trece de la Fama”

 

 

8 Entre los q temiero los lucellos que después sucedieron, fueron los cavalleros de Truxillo Juan Pizarro de Orellana, Pedro Barrantes (Seños de la Villa de La Cumbre, fucellor de un hermano de Garci-Fernandez Barrantes, feptimo Maestre de Alcantara) y Nueftro gran Diego García de Paredes, que como por el valor de fus perfonas, y conocida calidad avian de tener los primeros lugares con el Marqués… Varones Ilustres del Nuevo Mundo, Escrito por Fernando Pizarro y Orellana.

9 El Imperio Inca del Perú.

 

La oportunidad llegó, en 1529, Francisco Pizarro regresó a su Trujillo tras las Capitulaciones de Toledo10, por las que se le concedía licencia para la conquista del Perú, entonces “Nueva Castilla”. En dichas Capitulaciones se disponía que tenía un año para preparar la empresa y que se le autorizaba a llevar 150 “peninsulares”, 100 que podía reclutar en América, 50 esclavos negros, oficiales de la Real Hacienda, así como eclesiásticos y religiosos.

De los 150 peninsulares jugaron un papel importante sus hermanos Gonzalo y Juan Pizarro, buscando hombres de confianza para tal fin. Con este propósito, el pequeño de los Pizarro no dudaría de conceder el privilegio a su “compañero” Pedro Barrantes (García de Paredes se uniría en Panamá11), para formar parte de la gesta como “soldado de a caballo”.12

 

En 1532 partieron de Panamá 180 soldados, entre los que se encontraba nuestro protagonista, desembarcando cerca de Tumbes.

Ríos de tinta con distintas versiones y hechos recorren la historia de la conquista de Perú. No vamos a detenernos en dar una visión propia, sino que, ateniéndonos a los testimonios de los hijos de Pedro Barrantes: Diego García de Paredes y Barrantes y Álvaro de Loaisa y Barrantes13; el que sería primer Señor de La Cumbre estuvo presente en este desembarco y la batalla de Cajamarca, donde se destaca la captura de Atahualpa y se resalta que estuvo entre los que siguieron a Francisco Pizarro, es decir, en el

amanecer del 16 de noviembre de 1532, sábado, Atahualpa se presentó en la plaza de Cajamarca con más de 10.000 indios.

Más 30.000 guerreros incas se aproximaban a la ciudad, los conquistadores empalizaron la plaza y se escondieron en un patio adyacente a esperar la orden de Pizarro. Un gran desfile se desplegó ante los ojos de los conquistadores, en perfecto orden, regueros de

 

 

 

10 Por la Capitulación de Toledo firmada el 26 de julio de 1529 por la reina consorte Isabel de Portugal, esposa de Carlos V, se concedió a Francisco Pizarro 200 leguas hacia el sur desde la desembocadura del río Santiago (1°20’N a 9°57’S) para constituir la gobernación de Nueva Castilla.

11 Diego García de Paredes se unió, junto con Hernando de Soto, a la expedición de Pizarro en Panamá.

El hijo del conocido como “Sansón extremeño” ya había participado en la conquista de los territorios de la actual Nicaragua.

12 En la Batalla de Cajamarca, el 16 de noviembre de 1532, Pedro Barrantes figura como uno de los 63 conquistadores a caballo entre los 168 españoles presentes.

13 Informaciones de oficio y parte: Pedro Barrantes, descubridor y conquistador del Perú y su hijo Alvaro

de Paredes Loaisa, canónigo de la catedral de Cuzco, comisario del Santo Oficio del Cuzco y su obispado. Consta también Jerónimo de Loaisa (O.P.). Información contenida, 1586. Pares.

 

personas se alineaban para marchar al paso de su emperador, quien avanzaba rodeado de 10.000 indios quiteños en una litera construida toda de oro macizo.

A su encuentro no salió nadie, salvo el dominico fray Vicente de Valverde. El religioso se acercó hasta la litera y le entregó una biblia a Atahualpa diciéndole:

  • Aquí está la palabra de Dios, único y verdadero, retráctate de tus creencias paganas y acepta el bautismo de Cristo y la autoridad del Rey de España Carlos I

El inca cogió el libro con curiosidad pensando que dentro se hallaba lo que aquel hombre le decía con tanto ímpetu. Después de examinarlo una y otra vez, viendo que era algo sin importancia ni valor, Atahualpa tiró el libro al suelo.

  • ¡Blasfemia!- gritó Fray Vicente de
  • ¡Traición!- gritó Francisco Pizarro desde la posición donde

Acto seguido, un tiro de arcabuz dio la señal de alarma, salieron todos los jinetes espada en mano, con la artillería secundando el ataque. Pizarro picó espuelas y se apresuró hasta la litera del emperador; en ese momento según las crónicas, se tiró del caballo y tomó prisionero a Atahualpa. Durante esos momentos, un grupo de jinetes hizo un círculo entorno al Marqués y Atahualpa. Como se ha dicho, de los testimonios de sus propios hijos, uno de los jinetes era Pedro Barrantes.14

También estuvo en el sitio de Cuzco y su posterior conquista.15

 

 

  1. EL ORO

La historia del apresamiento de Atahualpa, su confinamiento y el precio del rescate ha sido analizada desde muchos puntos de vista. El emperador propuso a Pizarro llenar la habitación donde se encontraba preso, el conocido “Cuarto del Rescate”, dos veces, una con oro y otra con plata, a cambio de su libertad. Pizarro aceptó y durante tres meses no

 

 

 

 

14 Stuart Stirling. Francisco Pizarro Conquistador de los Incas. El Ateneo (Argentina), 2007.

15 Entre los años 1533 y 1534 los capitanes del Gobernador, Sebastian de Belalcázar, Diego de Almagro, Hernando de Soto, Juan Pizarro y otros cumplieron con maestría, tacto y valor, la conquista de los

lugares principales y más ricos del antiguo Tahuantinsuyu”. Manuel Ballesteros. Francisco Pizarro.

Historia 16 Quorum.1992.

 

pararon los súbditos del inca en traer oro, hasta reunir 84 toneladas de oro y 164 de plata.16

De ahí partió casi la totalidad de la fortuna de los conquistadores que estuvieron con Francisco Pizarro durante la contienda. A Pedro Barrantes le correspondió 8.880 pesos de oro y 362 marcos de plata.

En el año de 1535, el Marqués emitió una licencia general para todos aquellos que quisieran regresar a España. Pedro Barrantes fue uno de los pocos en aprovechar dicha licencia.

Junto con Hernando Pizarro, Diego García de Paredes y otro caballeros (Juan Pizarro se quedó en Cuzco), ese año regresó a España a llevar el “Quinto Real”17 al emperador Carlos V. Pero García de Paredes se alistó en los tercios europeos y participó en las guerras de Flandes, Francia, Túnez y Sicilia; y Hernando Pizarro sería encarcelado en 1539 por el ajusticiamiento de Diego de Almagro. Antes esta perspectiva, Pedro Barrantes se convirtió en uno de los hombres de confianza de Francisco Pizarro para la gestión económica de las riquezas de la conquista de Perú en España.

Es por ello que la información y documentos consultados establecen que, durante esa época, vivió en Sevilla. El 26 de junio de 1535 se encontraba reclamando el oro suyo y de otros compañeros que le habían confiscado los oficiales de la Casa de la Contratación.

Existe una ejecutoria18 ganada por Francisco Pizarro ante la Chancillería de Granada en 1538, en el podemos conocer que en 1534 Pizarro había confiado a Pedro Barrantes el transporte a España un cargamento de 10.000 pesos de oro19. Ese año llegaron los dos últimos navíos con el rescate de Atahualpa. Juan Pizarro figuraba en los documentos del metal precioso, pero este se encontraba en Cuzco y Pedro Barrantes fue su hombre de confianza, por lo que se le hizo la entrega en Jauja para tal fin.

 

16 Lizette Paternina. Lingoro.info. «El rescate de Atahualpa, pagado con Oro».

17 El quinto del rey o quinto real era un tributo que se pagaba al rey cuando se capturaba una presa o descubría un tesoro y que era igual a la quinta parte (20%) de lo capturado o descubierto. En particular

la expresión Quinto del Rey o Quinto Real suele hacer referencia a un impuesto de la quinta parte establecido en 1504 por la Corona de Castilla sobre la extracción de metales preciosos, principalmente el oro y la plata, y otros artículos dentro de los territorios de lo que fue la América española.

18 Documento público en el que se consigna una sentencia firme.

19 El día 17 se le había hecho entrega de 15.000 pesos de oro de a 15 quintales, en 52 barras y una plancha de oro, valorado cada peso en 450 mrs. La ejecutoria ganada por

don Francisco Pizarro, gobernador del Perú, ante la Chancillería (1538) Pedro Andrés Porras Arboleda. Facultad de Derecho. Universidad Complutense de Madrid

 

La codicia y los múltiples trámites para una administración adecuada propiciaron que en febrero de 1536 se presentara una demanda contra Pedro Barrantes en el que se alegaba que el oro llegado en lingotes tenía un valor de 5.362.343 mrs (según la Casa de la

Contratación). De este tesoro, la Corona se apropió de 4.511.250 mrs, prometiendo devolverla en juros20.

Pedro Barrantes se quedó 851.093 mrs., y de esta cantidad abonó 529.500 mrs que eran del conquistador Pizarro. Quedando en deuda por valor de otros 321.108 mrs. De esta deuda, nuestro protagonista pretendió pagar a la familia Pizarro 264.937 mrs. y quedarse los 56.250 restantes en calidad de derechos de portes. Al final la justicia consideró que el coste del transporte fuera de 10.000 mrs, debiendo pagar Barrantes el resto.

 

  1. REGIDOR EN TRUJILLO Y SEÑOR DE LA VILLA DE LA

 

El desenlace final de estos procesos jurídicos determinó el ascenso social de Pedro Barrantes, puesto que, durante esos años, el cobro de los réditos21 de los juros debió superar bastante los 10.000 mrs correspondientes como transportista; y aunque su relación con los Pizarros siguió siendo estrecha ( consta su testimonio junto a favor de Hernando Pizarro22 durante su proceso por la muerte de Diego de Almagro23), nuestro protagonista se aprovecharía de su condición de tesorero y transportista para aumentar su hacienda.

 

 

 

20 Un juro no puede considerarse un título, sino más bien un certificado. Era un papel por el que se definía un privilegio a favor de la persona citada en él. Esta persona declaraba entregar al rey un capital y, a cambio, el rey le concedía el privilegio de cobrar una parte de determinados impuestos de la Renta feudal, citados en el documento, hasta una cantidad prefijada.

21Rédito: cantidad de dinero que produce periódicamente un capital.

22 En el testamento de Hernando Pizarro se declara que debía a Pedro Barrantes, vecino y regidor de Trujillo, cierta cantidad de los 40.000 maravedís al año que le pagaba por una cantidad a censo que le entregó, a través de su mayordomo Diego Moreno. Mira Caballos Esteban “Hernando Pizarro y la perpetuación de su linaje. Un testamento desconocido de 1557”. CHDE. Trujillo 2014.

23 “…que Pedro Barrantes e Juan Pizarro de Orellana… anduvieron los sobredichos en las provincias del

Perú debajo de la bandera e compañía del dicho Hernando Pizarro… el dicho Pedro Barrantes es pariente muy cercano del dicho Hernando Pizarro, natural de la ciudad de Trujillo, donde los susodichos son vecinos y naturales y parientes dentro del cuarto grado…” Escribania de Cámara de justicia. Leg 1007 – Causa criminal seguida en el Consejo entre Don Diego de Almagro y otros contra Francisco, Gonzalo y Hernando Pizarro, sobre la muerte del adelantado don Diego de Almagro. Escrito de tachas de testigos presentado por el Fiscal Villalobos.

 

Es por ello que, en 1545 ya estaba en Trujillo ostentando el cargo de Regidor24.

 

En aquella época, a finales de la década de 1550, ya en tiempos de Felipe II, la tierra de Trujillo, una de las más extensas, con más de 300.000 hectáreas, lugares y vasallos subordinados a su política social, económica y administrativa se vio inmersa en un curioso fenómeno de desmembración de parte de su territorio y poblaciones donde el Obispo de Plasencia, don Gutierre de Vargas de Carvajal, desempeñó un papel importante.

El concejo de Trujillo, a pesar de contar con fuertes leyes y edictos de antiguos reyes que dejan clara su fuerte vinculación a la Corona de Castilla (como las de Juan II en 1442, a través de una Real Pragmática en la que se compromete a no enajenar el realengo), es ninguneado en lo referente a este aspecto.

La bancarrota real y las continuas guerras en Flandes y contra el turco propiciaron que la Corona tuviera que conseguir dinero de forma rápida. Por ello, entre los años 1558 y 1559 varios lugares son vendidos por parte de la Corona de Castilla a diferentes señores e hidalgos que los compran para establecer su propia jurisdicción. Por lo extenso del tema, nos vamos a centrar en el lugar de La Cumbre, que fue comprado por nuestro protagonista: Pedro Barrantes.

Cuando se produce estos hechos, Pedro Barrantes se encontraba en Trujillo tratando de vender las casas, viñas, tierras y censos que tenía en Sevilla, a través de su criado Alonso Caballero25. También, según el testamento que presenta Alonso Fernández Barrantes26, ya poseía casa en La Cumbre, con huertos y tierras.

Las actuaciones de la venta se efectuaron a cargo del juez comisionado de Trujillo Núñez de Avendaño, el propio Pedro Barrantes y el representante de la ciudad, el bachiller Prieto.

Al igual que el pueblo de Plasenzuela, La Cumbre no figuraba en el lote inicial de lugares que la Corona otorgó al Gutierre de Vargas Carvajal. Fue una especie de cambio: Madrigalejo, Piedrahitilla, Alcaria y Abertura por Plasenzuela y La Cumbre.

 

24 El regidor era un cargo de los municipios de la Corona de Castilla.

25 Entre septiembre y octubre de 1551, Pedro Barrantes y su mujer Juana de Paredes, otorgan poderes a Alonso Caballero, su criado, para que venda las propiedades que poseen en Sevilla, señalando que las casas se encuentran en la Carretería y la calle de Placentines y que tienen censos sobre las casas y tenerías de Pedro Diente, a la puerta de Carmona. A. M . T Protocolos de García de Sanabria, Leg 1, s/f.

26 “…el asiento e casa de La Cumbre en que io bibo con sus guertos e términos…” “Alonso Fernandez de

Barrantes. Su testamento”. Apuntes genealógicos de su casa. Boletin dde la Real Academia de la Historia. Tomo 99, 1931. Madrid, pp 225-267.

 

Sobre el termino adjudicado a la nueva villa no hubo especial disputa: desde el río Gibranzos por el camino de Trujillo hasta la “dehesa de Rodas” y, entre “Casillas” y “Magasquilla”, hasta “Casa Sola”; y de ahí hasta “Martin Rubio”, volviendo al rio Gibranzos27.

Del termino, una legua cuadrada, se pasó al padrón de habitantes, donde si surgieron controversias. El Juez Núñez de Avendaño recurrió al testimonio de Mateo Jiménez, Bartolomé Sánchez y Alonso Gil, personas viejas y naturales de La Cumbre que, por consiguiente, conocían bien al vecindario. El 3 de noviembre de 1559, el juez, acompañado de los alcaldes ordinarios, anduvo por el pueblo, determinando el padrón

de vecinos. De los 230 vecinos iniciales y, tras varias discusiones, se determinó 178 vecinos finales.28

Pedro Barrantes pagó por cada vecino 16000 maravedíes más media legua de término. El pago se dividió en dos partes: primeramente se pagaron un millón quinientos mil maravedíes en el mes de abril de 1559 y el resto en noviembre, cuando se consolidó el término y padrón.

La Cumbre pasó a ser villa y Pedro Barrantes “Señor” de la misma. Título que ostentarían sus hijos y descendientes hasta el siglo XIX (que desempeñaron un papel mayor aún, si cabe, en la historia de La Cumbre. La casa palacio ya debía de estar por esa fecha pero no el rollo jurisdiccional que, aún hoy, conservan los escudos de los Barrantes y Paredes.

La historia escrita en piedra, testimonio que queremos resaltar hoy con motivo del 460 aniversario de la compra de La Cumbre por Pedro Barrantes.

 

27 En el charco de los leñadores.

28 Es evidente, el “regateo” de Pedro Barrantes para pagar.

 

Bibliografía:

 

CUESTA, Luisa: “Una documentación interesante sobre la familia del conquistador del Perú”, Revista de Indias Nº 8. Madrid, 1948.

FERNÁNDEZ DE OVIEDO; Gonzalo: Historia General y Natural de las Indias. Madrid, Atlas, 1992.

GARCÍA RODRÍGUEZ MIGUEL ÁNGEL. La Cumbre: del Calcolítico a la guerra de Cuba. Su Historia. Coloquios Históricos de Extremadura 2015.

González Cáceres, José Luis y María Dolores Díaz Rodríguez. “La Cumbre desde el recuerdo”. Joman 2008.

Miguel Ángel García Rodríguez. “La Cumbre Historia y Sentimiento”. Diputación de Cáceres. 2018.

FRANCISCO PIZARRO CONQUISTADOR DE LOS INCAS. STUART STIRLING, EL ATENEO (ARGENTINA), 2007

BREVE HISTORIA DE FRANCISCO PIZARRO. BARLETTA ROBERTO. NOWTILUS, 2008

BERNARD LAVALLÉ: FRANCISCO PIZARRO, BIOGRAFÍA DE UNA CONQUISTA. LIMA, INSTITUTO FRANCÉS DE ESTUDIOS ANDINOS / INSTITUTO DE ESTUDIOS PERUANOS / EMBAJADA DE FRANCIA EN EL PERÚ / INSTITUTO RIVA-AGÜERO, 2005.

Sanchez Rubio Rocio y María Angeles. “Señorialización en la Tierra de Trujillo a mediados del siglo XVI”. Extremeña de Comunicación y Producciones. 2007.

ALLER ET VENIR DE TRUJILLO AU PÉROU, SECONDE MOITIÉ DU XVIE SIÈCLE. GREGORIO SALINERO. BIBLIOTHÈQUE DE LA CASA DE VELÁZQUEZ NO 34.

 

 

 

 

Resumen:

 

Este año 2019 se cumplen 460 años de la venta del pueblo de La Cumbre, en Cáceres, (1559-2019) por Pedro Barrantes, conquistador de Perú junto con la familia Pizarro; que jugó un papel muy importante en el traslado de las riquezas de Atahualpa a España. Hombre cercano a los Pizarro y a Diego García de Paredes (hijo). Se desprende en este trabajo el testimonio de su vida y sus hazañas.

Ene 192020
 

Manuel Rubio Andrada. Provisional

 Dedicatoria: A Vicente Pastor González, amigo, colaborador y compañero de tantas y tantas aventuras arqueológicas. Que descanse en la paz del Padre Misericordioso

 

 Resumen:

En este trabajo intentamos poner al día la lectura y transcripción de la inscripción medieval del interior de la puerta de Santiago de Trujillo.

Se divide en dos partes. Buen espacio de los contenidos que se ofrecieron han sido borrados por la erosión y, a no mucho tardar, el resto seguirá el mismo camino.

Con lo que todavía es evidente, nos hemos acercado a su cronología, motivos sociales a los que se asocia e incluso al hecho que lo motivó.

Esperamos sea de su agrado

 

 Lámina 1. La inscripción del interior del arco de Santiago, Trujillo (Cáceres)

 Introducción

  • Generalidades (Lám 1)

Características de las inscripciones medievales

Cuando intentamos estudiar las escrituras medievales no esperemos realizar su lectura con facilidad. Encontrar la misma claridad y precisión que ofrecen escritos posteriores es en la práctica muy difícil. Comprender totalmente los contenidos del texto dependerá, en gran medida, de su estado de conservación.

En este tipo de inscripciones a veces son evidentes la ausencia de espacio interlineales, como ocurre en esta, duplicidades, cambios de determinados signos… la que ahora estudiamos no es una excepción. A esas dificultades debemos añadir el deterioro del soporte; situado al oeste, lugar donde mayormente azota el viento y el agua en su lenta pero incansable labor destructora mediante la erosión.

El papel social de esta inscripción

La inscripción que nos ocupa se encuentra distribuida en dos partes: una a la izquierda y otra adosada a ella por la derecha.

Socialmente hay dos cuestiones que no debemos pasar por alto: a pesar de su altura, esta inscripción era de fácil lectura en su tiempo, dadas las buenas características de las grafías. La información que transcribía la inscripción, dada su situación al interior, va dirigida en general a todo el pueblo de Trujillo y en particular a un selectivo sector de la ciudad, los que saben leerla, ya que la mayoría de la sociedad era analfabeta.

En general resta decir el efecto ostentatorio y publicitario que sin duda alcanzó la inscripción y los escudos que la acompañan para trujillanos y visitadores, para amigos y … Al ocupar este lugar privilegiado en el paisaje enemigos cultural interior de la ciudad, hacía pasar bajo ella a las más altas cabezas, ya fueran del linajes amigos como enemigos. No cabe duda que tanto para la minoría selecta como para el resto de la población fue un icono de identidades -monarquía, ciudad, señorío- en el devenir cotidiano del Bajo Medievo y la Modernidad.

Para la mayoría de la población analfabeta, alguien se ocuparía de narrar los hechos que allí se plasmaron; el nombre del rey, los nobles…sin embargo unos doscientos años después, la propia erosión y las variaciones del lenguaje, ante la ausencia de mediadores, su contenido cayó en el olvido: ya era desconocido.

El manuscrito del s. XVII nos expresa en 1634 que era imposible su lectura[1]. Como se ha apuntado, tal dificultad era debida esencialmente a las variaciones del lenguaje.

…Y asimismo en la puerta que llaman de Santiago están las dichas armas de los Altamiranos, por bajo del escudo real, por la parte de fuera y por la de dentro; están también a un lado de un letrero que está escrito encima de la puerta, el cual dicho letrero no acertamos a leer, y las dichas armas están por cima de ellas las reales de Castilla y León…

 

El momento histórico

La inscripción va acompañada de escudos de la realeza castellano leonesa cuyo contenido general no posee motivos variables a lo largo de diversos reinados, prácticamente desde Fernando III (1230) hasta los Reyes Católicos (1475). Por esto poco nos aportan para aproximarnos al momento histórico de su cronología.

No mayor exactitud nos ofrece el escudo de la casa de Orellana, situado en la parte inferior derecha, que no debe ser muy anterior al reinado de Alfonso XI (1312 – 1350); pues él fue quien concedió este señorío. Aunque como escudo de linaje pudo existir desde mucho antes.

Por completar el panorama heráldico diremos que, fuera del soporte, adosado a su izquierda, hay un escudo de la ciudad de Trujillo, el más antiguo, pues hay que suponer su datación en el mismo tiempo que la inscripción. Representa a Nuestra Señora con Jesús niño, su hijo divino, asomados a una ventana coronada. De él nos ocuparemos en otro momento.

La técnica (Lám 2)

Antes de acometer este trabajo debió concretarse el texto y plasmarse en un material de fácil manejo que admitiera correcciones, añadidos etc. En él ya estaría determinado el pautado lineal; nuestro monumento carece de espacio interlineal debido posiblemente a la necesidad de plasmar un texto más bien largo en un espacio pequeño y con un tamaño de letra adecuado para que permitiera su lectura a cierta distancia -desde el suelo se leen determinadas palabras que aún persisten- y a la necesidad de dedicar una parte considerable a la expresión heráldica como síntesis de lo narrado.

El texto se distribuyó en dos partes con alineaciones sin correspondencia, es decir, primero se lee el soporte de la izquierda y después el de la derecha.

En ellos se procedió a grabar las letras del texto. En ellas, especialmente en las E mayúsculas y en la minúscula del final de la novena línea, de la parte derecha, nos ha dejado clara huella de su proceso técnico.

Lám 2. Técnica de grabación visible en la letra E minúscula

En general una vez dibujado, se hizo el trazo piqueteado con fino cincel, cilíndrico, de material adecuado, con un diámetro de unos 3 mm.

Así cada letra dibujada se recubría por orificios piqueteados por el buril y separados unos de otros una distancia adecuada, en torno al centímetro. Una vez llenada de orificios la línea de la letra se procedía a picar los espacios intermedios con un cincel plano. Logrado el contorno de la letra con habilidad se pasaba pacientemente a su pulimentación.

 

Estado de la cuestión

El manuscrito del s. XVI dedica poco espacio a los fundadores de la casa de Orellana La Vieja y nuestra inscripción no parece que fuera objeto de ninguna reseña o comentario. 

Como antes mencionamos, ya en 1634 era dificultosa su comprensión por diferentes causas, el manuscrito del s. XVII así nos lo expresa[2].

Versión de D. Gabriel Llabrés

Entre los estudiosos del tema, anteriores al siglo XX, no hemos encontrado mención alguna. Cuando nuestra inscripción se encontró con un personaje adecuado a su categoría fue a comienzos de ese siglo. Tuvo suerte, pues se trató del erudito mayorquín D. Gabriel Llabrés, quien muy sobre la marcha la pudo dedicar algo de su escaso tiempo. Dados los medios fotográficos del momento suponemos que hubo de ser ayudado de unos prismáticos.  

Según Dª Cecilia Martín Pulido la transcribió en sus dos partes de la siguiente manera [3]:

La parte de la izquierda dice así:

…EN . LA : ERA : DE : MIL : C :

C : C : C :

E : SEIS : ANO : EN : EL : MES DE : ENER

{o} : EL : MUY : NOBLE : {senyor}

I : DON ALFONSO : DE :  {Joan se labró}

ARO : E : CASTILLO

En la parte derecha nos ofreció este contenido:

MATEOS : DE : AL

PONSO : MATEOS :

DE : TRUGIELLO :

E : EL : DICHO : JO

HAN : ALPONSO : C

OMENZÇO : A : LABRAR

JUEVES : PRIMERO :

DIA : DE : AGOSTO : D

ELA : DICHA : ERA : JOAN DE CORDOBA : O :

En 1913 pasó bajo ella sin mencionar su existencia D. Federico Acedo Trigo [4].

Versión D. Clodoaldo Naranjo

Debemos llegar a Clodoaldo Naranjo para encontrar otra interesante referencia[5]. Nos narra D. Clodoaldo como existe una lápida conmemorativa en el interior del arco de Santiago en la que ha podido leer (transcribir):

…el M. Noble Rey Alfonso onceno …Alonso Matheos…de el dicho Johan Alfonso de la Cámara…era mil e trescientos sesenta…

Versión D. Juan Tena Fernández

Muy brevemente también alude a ella D. Juan Tena Fernández, así nos narra[6]:

…Por dos veces he intentado leer estas laudes. La última ha sido hace poco y aunque me ayudaron Antonio Naharo Blázquez y otros alarifes, casi nada pude conseguir dada la dificultad de obtener calcos en piedras verticales colocadas a mucha altura…

Versión José Antonio Ramos Rubio

En 2016 D. José Antonio Ramos Rubio la transcribió de esta forma[7]:

EN LA ERA DE MIL E CCC E LX E IX AÑOS (1331)EN EL MES DE EL MUY NOBLE REY DON ALFONSO VNCENO TRUGLLO LA SEGUO DEL ALLO QUE EL MURODESTA VILLA QUE ES DADA ONDO… (mandó reparar la muralla).

(hay un escudo de Castilla y León, y otro de Altamirano. Fuera, en la hornacina ahora vacía, había una imagen de Santiago en piedra y al lado otro escudo Altamirano).

Anexa otra inscripción donde podemos leer:

ALFONSO MATHEOS DE ALPOSO MATEO DE TRUGSELLO E EL DIGNO SONAR AL DORSO E OMENEOL ALABRARMEDES PRIMERO DIA DE AGOSTO DE LA DIGNA ERA SONAR DE CORDOVAR.

Esta versión adolece, a nuestro juicio, de cierta liberalidad, algo que se constata al compararla con la transcripción que ofrecemos a continuación, fruto de una observación cuidadosa.

 

  • Nuestra versión

Parte izquierda (Lám 3 y 4)

Lám 3. Parte izquierda de la inscripción interior del arco de Santiago, Trujillo (Cáceres)

Generalmente los estudiosos de esta inscripción no presentan su lectura, ofrecen una transcripción personal. Su versión, a veces, es bastante dispar de la nuestra, otras, no tanto. Por nuestra parte en este trabajo intentaremos simultanear su lectura y transcripción[8].

Ofrecemos una fotografía de cada parte, acompañadas de un dibujo calco de las mismas con lo cual damos por escrito nuestra versión lectora: a la vez, ponemos sus signos al alcance de cualquier interesado en intentar acercarse con cierta profundidad al tema.

Lám 4. Calco sobre fotografía

Comenzamos su estudio agrupando las líneas por los contenidos que encierran.

Las dos primeras líneas hacen referencia a la circunstancia temporal, a su localización en el tiempo. Comenzamos su lectura por la izquierda y dividiremos la primera línea en cuatro partes:

El primer cuarto nos ha llegado muy deteriorado, en él se observan trazos poco definidos y sin aparente conexión, prácticamente nos resulta ilegible.

El segundo ofrece una S seguida de una R y entre ambas la parte curva de una D invertida; continúa un espacio ilegible, propio para encajar uno o dos signos y en seguida observamos otra bien trazada S, seguida de un signo que no conocemos, pero cuya forma se acerca a la parte inferior del tercero siguiente que podría ser una A pues parece completar la palabra ERA.

Es en el tercer cuarto de esta primera línea, tras dos puntos continúan dos puntos de separación de palabras cuando encontramos una ampulosa E, seguida de R y los trazos centrales e inferiores del signo que no reconocemos y al que antes aludimos como A. Así pues, lo transcribimos como los autores citados: ERA.

Tras un breve espacio muy deteriorado y a la derecha surge la parte inferior de una L que debe pertenecer al comienzo de la mencionada era: MIL, seguida de dos puntos.

El último cuarto continúa con la parte inferior de tres C y ya muy cerca del extremo derecho se aprecian restos lineales que no atinamos a definir a que signos correspondieron.

Siguiendo ya en la segunda línea por la izquierda, la primera mitad está perdida; seguimos hasta el final del renglón y tras una dudosa O hay una S y la siguiente serie de bien conservados signos:

OS:EM:EL:MES:DE:

Tras lo leído, estas dos primeras líneas nos acercan como hemos mencionado a la circunstancia temporal de la labra.

Lectura y transcripción de las líneas 3ª, 4ª y 5ª.

En las líneas 3ª, 4º y 5ª, está claro que cambia la circunstancia temporal para ir presentando el nombre de un personaje importante.

Los comienzos de la tercera están perdidos o bien por la erosión o por ocupación del espacio reservado al escudo real.

Continúan los adjetivos propios de un individuo, de alto abolengo que leemos como:

L:RUY:ROBLE:RSE

La cuarta se presenta ilegible en los comienzos para mostrar con dificultad en su continuación:

:DN:ALFOR      

Sigue hasta el final de línea un espacio muy deteriorado.

En los comienzos de la quinta se lee con bastante claridad:

ENO

El valor múltiple de la letra R por M y N, además del de su propia grafía, nos hace posible transcribir esta parte del texto como:

AL:MUY:NOBLE:REYSEÑOR:DON:ALFONSO:ONCENO

Una cuestión por mencionar en este párrafo es la inclusión de la letra R -transcrito como rey- adosada a SE -transcrito como señor-, este hecho lo veremos repetido con mayor claridad en la parte derecha, en su línea cuarta: ORtr -Orellana Trujillo-.

Llabrés: EL:MUY:NOBLE:(señor).

Clodoaldo Naranjo transcribe: el M. Noble Rey Alfonso onceno…

Ramos Rubio: EL MUY NOBLE REY

Nosotros, no sin dificultad, leemos y transcribimos:

RUY:NOBLE:RSE es decir EL MUY NOBLE REY Y SEÑOR

Como hemos mencionado utiliza la unión de dos abreviaturas para expresar en Alfonso XI el título de monarca y el de señor.

A partir de la línea seis, incluida esta, el texto se encuentra muy deteriorado. En alguna línea reconocemos algún signo lo que no nos ha permitido reconocer palabra ni hacer transcripción alguna.

Parte derecha (Lám 5 y 6).

Lám 5. Parte derecha de la inscripción medieval del arco de Santiago, Trujillo (Cáceres)

 

  • Lectura y transcripción de las líneas 1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 5ª y 6ª.

La segunda mitad está mejor conservada posibilitando en gran parte su lectura y transcripción, ello ayuda a completar la parte izquierda.

De la primera línea, cuya lectura no hemos dibujado por tener gran deterioro, solamente nos resultó rescatable una O cerca de su final y seguida de otros trazos que con dificultad pueden concretar una S.

Los comienzos de la segunda línea presentan una pequeña A sobre M e indica la dificultad en la expresión TH de MATHEOS.

Lám 6. Calco sobre fotografía, (30-5-19. 16h 45´)

En conjunto leemos esta segunda línea:

MATHEOS:DE:AL

Continúa la lectura de la tercera con bastante facilidad:

FOSO:MATHEOS:

Con ciertas dudas en la cuarta nos inclinamos por leer:

DE:ORTru:ELLO:

En la quinta:

E:EL:DICHO:JO

La sexta:

HAN ALFONSO

La transcripción de estas seis primeras líneas nos menciona varios nombres masculinos. Primeramente, se cita a MATEOS, después continúa ALFONSO MATEOS DE ORELLANA Y TRUJILLO, no debe haber dudas sobre su paternidad del anterior expresada con la preposición de pertenencia DE.

Continúa un “ya mencionado” JUAN ALFONSO, que debe corresponderse con el MATEOS de comienzos de la segunda línea y del que acaba de hacer mención. Es decir en realidad hace mención a un solo individuo, primero menciona su apellido, después quien era su padre y finalmente su nombre.

  • Según las fuentes[9], este Juan Alfonso -Mateos-, era el único hijo varón del aludido ALFONSO MATEOS DE ORELLANA Y TRUJILLO y su nombre completo expresado en la inscripción debió ser Juan Alfonso Mateos, también denominado de la Cámara. Excepto en la parte jurisdiccional, él fue quien obtuvo en 1335 el señorío de Orellana la Vieja; así pues en los comienzos este señorío fue solamente una concesión parcial.

Por la forma desarrollada la expresión de estos nombres que, como acabamos de ver hacen referencia a uno solo, semejan una testificación documental de algún o algunos hechos significativos que, suponemos se debieron relatar con claridad en la parte ya perdida de la izquierda.

 

  • Lectura y transcripción de las líneas 7ª, 8ª, 9ª, 10ª y 11ª.

 

Sigamos con nuestra inscripción que, a partir de la sexta línea, completa la circunstancia temporal expresada en los comienzos de la parte izquierda.

Así, en la séptima línea se lee con bastante seguridad:

OMENCOL: LABRA:

En la octava hay un signo que nos resulta desconocido que leemos como J; siguen:

UE ES:P IMERO:

Continúa la novena con dos caracteres cuyo estado de conservación no nos permite su lectura, en su continuación tenemos el mes, que ahora si se nombra:

:DE:AJOSTO:De

En la decima leemos:

T A:DICHA:ERA:JO

  • Como hemos mencionado la transcripción de las líneas 7ª, 8ª, 9ª y 10ª   completan el tiempo de su realización, al que ya se aproximó al señalar la era al comienzo de la inscripción.

 

Finalmente la línea once refiere el nombre del escriba, ya iniciado en los finales de la diez.

N   :DE:CORDOVA

Lo transcribimos como Juan de Córdoba; de él o de su obra no hemos encontrado rastro alguno.

 . Conclusiones

Leído y transcrito el documento intentemos primero profundizar en la circunstancia temporal y posteriormente la social para concretar, en lo posible, la fecha de su realización y las circunstancias sociales que la hicieron posible.

Como acabamos de ver, el primer párrafo de nuestra inscripción -las dos primeras líneas-, aparentemente hacen referencia incompleta a la circunstancia temporal de su realización; se completó de manera precisa en el segundo párrafo de la segunda parte, líneas 7ª, 8ª, 9ª y 10ª.

No es frecuente este tipo de particiones en la exposición del tiempo aunque si mantiene la precisión y ello nos ha permitido ajustar la cronología de manera bastante precisa.

Se nos dice con exactitud, en la segunda parte, que la labra comenzó el jueves primero de agosto de la era mencionada. Intentemos acercarnos a esa fecha, concretamente a la era, es decir a su equivalente en años.

Para esto nos servimos de algunos hechos de interés que pudieron ser causa del grabado.

Tal suceso debe relacionar al rey Alfonso XI, a Trujillo y a la familia Orellana, puesto que a ellos son los puntos conocidos de la mención.

Resumiendo la vida del monarca, diremos que Alfonso XI (Salamanca 1311, Gibraltar 1350), sucedió siendo muy niño, a su padre Fernando IV en 1312; fue proclamado mayor de edad en 1325 con apenas catorce años y murió de la peste negra, durante el sitio de Gibraltar[10]. Entre sus hechos de armas más importantes destacamos la batalla del Salado en 1340 y la toma de Algeciras con su reino en 1344.

De estos dos uno motivó la fundación del monasterio de Guadalupe, la batalla del río Salado; aparentemente no tuvo un significado especial para nuestra ciudad pues no hemos encontrado rastros de su participación. El otro hecho si debió tener un significado importante para Trujillo pues estuvo beligerante en el mismo su milicia concejil[11],

El acontecimiento de la toma de Algeciras es nuestro favorito para completar la parte izquierda de esta inscripción; por él nos inclinamos pues el hecho bien mereció un monumento como el estudiado.

Fray Alonso Fernández silencia las campañas del río Salado y Algeciras; si nos narra en sus Anales la participación de la milicia concejil de Trujillo en varias campañas menores de Alfonso XI, entre ellas la defensa de Badajoz contra los portugueses en 1334 y la toma del castillo de Alcántara en 1337[12]. Así pues Algeciras no fue su bautismo militar.

Tomado de una copia del manuscrito anónimo del Escorial, así nos narra D. Francisco Cerda y Rico la participación en la toma de Algeciras, de nuestra milicia[13].

Et cerca de D. Joan puso luego su Real el concejo de Ávila, et al cabo destos el concejo de Arévalo, et luego delante el concejo de Truxiello, et cerca destos el concejo de Coca…

Esto justifica la inclusión, adosado en lugar preeminente de la izquierda, del escudo representativo de la ciudad como partícipe en los hechos que se mencionan -nuestro primer escudo conocido- partícipe en una acción muy meritoria que deberíamos destacar mucho más de lo que se hace.

Suponemos que cuando se hizo la lápida el rey Alfonso XI vivía. La conquista de Algeciras tuvo lugar el 26 de marzo de 1344, entre esa fecha y la muerte del rey en 1350, el primero de agosto coincidió en jueves solamente en el año 1348. Es muy probable que, en ese día, de ese año -era de MCCCLXXIV-, se comenzó a realizar nuestra inscripción.

 

Se menciona después la persona de Alfonso XI. La relación de Alfonso XI con la familia Orellana, tiene su más significativa expresión en la persona de Juan Alfonso de la Cámara -a quién menciona la inscripción- fue a él a quien Alfonso XI concedió el señorío territorial de Orellana la Vieja, el 2 de febrero de 1335 y posterior licencia de mayorazgo en 1340-1341. Pero… faltaba la concesión jurisdiccional para ser plenamente señor de sus siervos.

Parece lógico admitir que en un documento de estas características, en el que es evidente una indudable relación personal entre el monarca -Alfonso XI- y Juan Alfonso, este presentara su nombre completo, sin añadidos propios de denominaciones más populares como: de la Cámara. Indica como cuestión significativa, la pertenencia destacable que tenía su padre Alfonso Mateos tanto al territorio de Orellana como a la ciudad de Trujillo expresado en la inscripción: “DE ORTru: ELLO”.

La inclusión de los diez roeles del escudo señorial de Orellana, incluido a la derecha bajo el escudo real del monarca castellano-leonés, parece indicar que, como normalmente sucedía, utilizaban ya su escudo como signo de linaje, aunque siempre bajo el del monarca y de momento, sin la compañía del título señorial.

De ello se desprende que Alfonso XI no estaba dispuesto a perder su patrimonio más allá de lo estrictamente necesario.

También no debemos de olvidar que, durante este tiempo está muy presente la ambición territorial en la zona de Orellana del monasterio de Guadalupe…hasta ahora un personaje en la sombra pero de gran influencia.

La situación de búsqueda del equilibrio de fuerzas mediante “contrapartidas”, “hacer méritos”, “entrar en compensaciones”… es el ambiente que se desprende de lo narrado y es en él, cuando pudo surgir la idea de dedicar esta lauda a la toma de Algeciras que tanto significó para los cristianos: volver a tomar el control del estrecho.

Ello fue ocasión para que en diversos lugares se realizaran lápidas conmemorativas como la propuesta aunque con sus circunstancias particulares[14].

Tras lo expuestos hemos procurado dotar para su estudio de unas “herramientas” necesarias. Cada cual está en condiciones de sacar sus propias conclusiones, a buen seguro que no serán muy diferentes a las nuestras.

Notas 

[1] LODO DE MAYORALGO, José Miguel (1974): Un manuscrito genealógico trujillano del siglo XVII. Hidalguía nº 127, pág 922.

 

[2] LODO DE MAYORALGO, José Miguel (1974): Un manuscrito genealógico trujillano del siglo XVII: Los Altamiranos y Torres. Hidalguía nº 127, pág 838 y 922 .

[3] MARTÍN PULIDO, Cecilia (2009): Trujillo en la fotografía de Llabrés. XXXVIII Coloquios Históricos de Extremadura, vol. 2, pág 511–530.

[4] ACEDO TRIGO, Federico (1913): Guía de Trujillo. Madrid.

[5] NARANJO ALONSO, Clodoaldo (1929): Trujillo sus hijos y monumentos. Pág 179 y 180.

[6] TENA FERNÁNDEZ, Juan (1968): Trujillo histórico y monumental. Pág 401.

 

[7] RAMOS RUBIO, José Antonio (2016): Aportaciones históricas sobre el Alcázar de los Chaves. La Opinión de Trujillo 11-1-2016. Revista digital.

 

[8] Prescindimos ofrecer fotografías lineales que nosotros hemos utilizado en casos de dificultad, su exclusión es debido a la necesidad de eliminar el material fotográfico de dudoso resultado en la impresión.

[9] ADAMEZ DÍAZ, Antonio (2005): Los señoríos de Orellana la Vieja y Orellana de la Sierra. Pág 39 ss. Muñoz Moya Editores. Badajoz.

 

[10] RECUERO LISTA, Alejandra (2016): El reinado de Alfonso XI de Castilla (1312-1350,. pág 480. Universidad Autónoma. Madrid.

[11] CERDA Y RICO, Francisco (1787): Crónica de Alfonso el onceno, Madrid. Pág 439-440. Biblioteca Digital de Castilla y León.

[12] FERNÁNDEZ ALONSO (1627): Historia y anales de la ciudad y obispado de Plasencia. Pág 71. Madrid.

[13] NARANJO, Clodoaldo (1929): Trujillo, sus hijos y monumentos. Pág 181.

CERDA Y RICO, Francisco (1787): Crónica de Alfonso el onceno. Madrid. Pág 525.

[14] MARTÍNEZ ORTEGA, Ricardo (2003): Op. cit.

 

Ene 182020
 

Rocío García Rodríguez.

Introducción.

Este trabajo aborda la relación artística entre Plasencia, Madrid y el Museo del Prado en los siglos XVIII y XIX, vinculación mediante cuatro elementos artísticos culturales de dos estilos artísticos neoclasicismo y romanticismo: un conjunto artístico El Capricho en Madrid financiado por la XIII duquesa de Plasencia algunas de sus pinturas conservadas en el Museo del Prado, una arquitectura la ermita de Nuestra Señora del Puerto patrona de Plasencia en Madrid patrocinada por un antiguo corregidor de Plasencia y dos pinturas: La Santísima Trinidad de Francisco Ruiz de la Hermosa, pintor y fotógrafo formado en Madrid y residente en Plasencia y la pintura Doña Juana de Castilla la loca, por el artista y profesor placentino Nicanor Álvarez Gata realizada ex profeso para Plasencia.

En la anterior Época Moderna, especialmente en el Renacimiento Plasencia guardó una estrecha relación artística con Salamanca, a quien imitaba en arquitectura, pintura y escultura con un fluir recíproco de artistas entre ambas diócesis vecinas. En la Época contemporánea, el modelo artístico basculó hacia Madrid, la capital cambio motivado por el sistema de gobierno central con un trasiego de artistas entre ambas villas y repitiendo los modelos a los que contribuyeron las normas de la Real Academia de Bellas artes San Fernando en Madrid. Era el nuevo centro cultural donde se formaban autores locales.

Contexto histórico artístico del s. XVIII y XIX

Época ilustrada: En España se dio en el siglo XVIII caracterizado por el reformismo borbónico, nueva dinastía real llegada de Francia, país hegemónico continental. Esta centuria se conoció en Europa como siglo de las luces o de la razón, porque era el valor que predominaba, junto a la crítica constructiva del pasado y del presente, el cultivo de la inteligencia y educación, así como los derechos universales del hombre.

En el siglo XIX España adoleció inestabilidad política (monarquía absolutista, liberal, repúblicas, regencias reales) que impidió un desarrollo económico regular, guerras internacionales como la invasión napoleónica y guerras en ultramar con las que perdió las colonias paralizando la industria, conflictos bélicos nacionales como las guerras carlistas. Era un país de centralismo legal, pero con provincianismo mediante el caciquismo. La clase media era escasa, apenas había burgueses. En la religión imperaba la católica, con auge de procesiones y nuevas congregaciones pastorales, se desamortizaron los conventos que fueron ocupados por instituciones estatales o vendidos a particulares. Culturalmente había gran analfabetismo pero la educación primaria comenzó a democratizarse.

Respecto al arte en estas dos centurias se sucedieron dos estilos artísticos antagónicos: el neoclasicismo y el romanticismo conviviendo con el realismo.                                      El neoclasicismo surgió en el siglo XVIII, una tendencia estética que reflejó los valores intelectuales de la Ilustración. En España las normas de este estilo estaban regidas por la Real Academia de Bellas artes de San Fernando en Madrid, promovida por un rey Borbón. El romanticismo surgió en centro Europa, fue un movimiento cultural surgido a final del siglo XVIII contrario a los valores de la Ilustración y la estética del Neoclasicismo, primando los sentimientos. Es considerado el primer movimiento cultural que abarcó toda Europa. En la mayoría de países se dio de 1800 a 1850 en España es tardío y breve ya que el realismo tuvo mayor fuerza y predominó desde mitad del siglo XIX.

Jardín palacio y pinturas para El capricho en Alameda de Osuna 1787-1839.

El conjunto artístico de jardín, arquitectura y colección pictórica llamado El Capricho era la residencia de verano de la Casa de Osuna. La denominación El Capricho alude al deseo personal de una noble ilustrada implicada en el ambiente romántico, ya que, en este movimiento cultural, las pasiones originales de personalidades sensibles se reflejaban en caprichos. En aquella época el término capricho era único, en vez del actual concepto de antojo. Comparte nombre con el conjunto de grabados goyescos Los Caprichos realizados a final de esta centuria dieciochesca que muestran la sociedad, particularmente la nobleza española por el célebre autor protegido y amigo de la refinada y rica familia.

La patrocinadora fue María Josefa de la Soledad Alfonso Pimentel y Téllez Girón, XIII duquesa de Plasencia (1752-1834), casada con Pedro de Alcántara Téllez-Girón IX duque de Osuna, conocida por este título nobiliario. Fue una protectora de artistas. Su vinculación con Plasencia es a través de su título nobiliario y mediante la propiedad de grandes extensiones de tierras en la región.

A los 27 años, tras pleitos[1], heredó los títulos nobiliarios (Fig. 1) de su tío fallecido sin descendencia Joaquín López de Zúñiga Sotomayor, entre ellos, el ducado de Plasencia del que tomó posesión su marido en su nombre en 1777. Fue hija única por lo que acumuló 2 principados, 6 marquesados, 10 condados, 7 ducados (entre ellos Plasencia) y un vizcondado. Además, mediante matrimonio fue consorte de 4 títulos.

Fig 1

El ducado de Plasencia fue creado a final del s. XV para la familia Zúñiga, los titulares del título no residieron en Plasencia pues la casa solariega Stúñiga, luego Zúñiga perteneció a sus parientes los condes de Plasencia, hasta que al no tener descendencia pasó a sus familiares ennoblecidos con el marquesado de Mirabel en el I tercio del s. XVI.

Los duques de Plasencia se asentaron en Sevilla durante el siglo XVI por el monopolio comercial de Indias transatlántico. Ya en el siglo XVII vivieron en Béjar ducado que poseían, en el castillo palacio Zúñiga y en la casa solariega de la plaza de la Piedad hasta que fue donado como monasterio en 1532 y en la villa de recreo renacentista El Bosque, edificada a las afueras en el siglo XVI, lo que repercutió en el proyecto del palacio El Capricho. Por iniciativa de los duques se instaló la manufactura de paños llamando a maestros flamencos, originando en Béjar el monopolio de la producción de paños y tinte, demostrando ser una familia noble que invertía en industria, no sólo terratenientes como la mayoría en España. En el siglo XVIII los titulares del ducado se trasladan a Madrid por sus cargos cortesanos borbónicos.

De sus nueve hijos, los primeros cuatro fallecieron en la infancia. Sobrevivieron:              Josefa, marquesa de Marchini; casó con el marqués de Camarasa, conocida por este título. Joaquina, condesa de Osilo; casó con el marqués de Santa Cruz, conocida por este título. Francisco de Borja, X duque de Osuna; casado con la condesa de Beaufort-Spontin.       Pedro de Alcántara, príncipe de Anglona y marqués de Javalquinto; casado y con hijos. Y Manuela, condesa de Coginas; casó con el duque de Abrantes, conocida por este título.

Entre sus distinciones honoríficas figuran la presidencia de la junta de damas de honor y mérito creada por Carlos III y dama de la Orden de damas nobles de la reina Mª Luisa.

Actualmente, la titularidad del ducado placentino también recae en una mujer, María de Gracia de Solís-Beaumont y Téllez-Girón XX duquesa de Plasencia desde 1975.

Fig 2. Arquitectura

En 1783 la duquesa compró 14 hc en Barajas, en las afueras de Madrid para construir una finca de recreo. Empezó en 1787, terminando 52 años después, en 1839, muriendo 5 años antes. El palacio fue edificado por Manuel Machuca[2] sobre una casa existente, añadió dos torres para las habitaciones de los hijos, los señoritos. En 1793 le sucedió Mateo Medina[3], que añadió otros dos torreones denominados del Duque y la Duquesa; La planta casi cuadrada, es circunscrita por cuatro torres aterrazadas, decoradas con jarrones.

En el siglo XVIII la única fachada que se remodeló fue la que da al jardín. En ella se construyó un peristilo con ocho columnas y una escalera de cantería con dos ramales.

  • Antecedentes arquitectónicos:

El concepto de villa campestre con un interior clasicista, un jardín con esculturas, arriates y templetes trae reminiscencias del Palacio de Sotofermoso en el pueblo de Abadía, provincia de Cáceres junto al ducado de Plasencia. Como el duque de Alba, mandó llamar a artistas foráneos, adquirió esculturas italianas y realizó veladas intelectuales nocturnas.

La arquitectura de la residencia se inspira en el Petit Trianon, en el parque de Versalles, edificado en 1768, exponente del neoclasicismo por integrar la moda de la Época Moderna con la simbiosis con la naturaleza. La fachada es una clara remembranza.

La casita del labrador se basa en La aldea de la reina que edificó la reina consorte María Antonieta en 1783 en el jardín del Versalles uno de los palacios reales del Valle del Loira. Francia era el modelo al ser la potencia hegemónica de Europa, y más para una noble ilustrada como María Josefa, considerada afrancesada.

El laberinto se basa en el laberinto de época Tudor del palacio Hampton Court en Londres.

El templo de Vesta se basa en los jardines de Tívoli, residencia veraniega papal italiana.

  • Repercusión

La talla pétrea del jabalí en un manantial influyó en la escultura del jabalí del jardín del palacio del marqués de Cerralbo en Madrid. Basadas en El Porcellino o jabalí de Florencia escultura romana que copió en el siglo XVII el escultor italiano barroco Pietro Tacca.

Este conjunto artístico es la consecuencia de una rivalidad entre aristócratas, ya que las tres damas más importantes e influyentes del país del momento estaban construyendo bellos parques. Cayetana, la duquesa de Alba rodeó su palacio de Liria en Madrid con un exquisito vergel y la Reina María Luisa comenzó los jardines del Palacio de Aranjuez.

Un inventario de 1795 de los muebles y alhajas del palacio muestra que el cuarto principal o Pieza de comer poseía mesas finas de nogal y cortinas de China, el pavimento de azulejos representaba la batalla de Issos[4]; el cuarto de señoritas tenía cortinas de tafetán encarnadas, el Gabinete lucía cortinas blancas con cenefas achinadas y había una escribanía de plata, entre otras piezas; la Ante alcoba de la señora, y su Alcoba con cama imperial charolada color de porcelana.

En la planta noble estaban las estancias de la duquesa, las más lujosas. En una de las torres que da al jardín se encontraba su Gabinete redondo, una de las joyas del palacio donde colgaban las pinturas goyescas. En esta primera planta se ubicaban también los cuartos del duque y la biblioteca, entre otras. La planta acogía los cuartos de los criados.

El primer puente de hierro construido en España en 1830 se conserva en este parque.     La duquesa ordenó construir estanques, que conectaban el canal principal que recorre el parque con el salón de baile, que es donde ofrecía fiestas. Este edificio se levanta sobre un pequeño manantial (donde se puede observar la figura de un jabalí que permanece bajo un arco mirando hacia el riachuelo), del que se surtía de agua el resto del parque.

En la invasión francesa de 1808, El Capricho fue del general francés Agustín Belliard, alojando a sus tropas napoleónicas.

En 1813 devolvieron El Capricho a la duquesa, lo reformó Antonio López Aguado arquitecto Mayor de Madrid. Se repoblaron arbustos. Se construyó el casino de baile. Se levantaron columnas y relieves de las estaciones: primavera, verano, otoño e invierno.

En 1834, tras la muerte de la duquesa, lo heredó su nieto, Pedro Alcántara, quien encargó a Martín López Aguado, hijo del anterior arquitecto, que los torreones se cubrieron con tejados y nuevas construcciones, como una zona de exedras en la plaza de los Emperadores, dedicadas a su abuela, que como el resto, están rodeadas de abundante vegetación. Fue el primero en España en patrocinar una carrera de caballos en sus jardines, fundó una sociedad para criar caballos pura sangre.

En su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar (Madrid, 1845-1850), Pascual Madoz se refiere al parque como “… una de las posesiones más hermosas y magníficas que hay en España, y la única quizá que puede competir con los Reales Sitios”

Tras la muerte de Pedro Alcántara en 1844, lo heredó su hermano, Mariano, quien lo cuidó y celebró allí fiestas para la alta sociedad, en 1863 en honor de Isabel II. Era un derrochador del patrimonio familiar, perdió a las cartas 2,3 hectáreas del jardín, hoy camping Osuna y vendió la colección pictórica del palacio, algunas llegaron al Prado.

En 1856 el palacio fue fotografiado por el galés Charles Clifford, un romántico pionero de la fotografía de viaje por la pintoresca España para el mundo anglosajón en esa época, trabajó y murió en Madrid. La fotografía se conserva en la biblioteca nacional de España.

Por las deudas del duque, su viuda y heredera, la princesa María Leonor de Croy y Lowenstein, arrendó la finca al duque de Santoña hasta 1896, cuando fue obligada a subastar las propiedades heredadas, a Gustavo Bauer era un judío húngaro representante en España de la banca de la familia Rothschild. Añadió un nuevo piso en la fachada nortea, adquirió tapices y obras artísticas, celebró fiestas a las que acudió Alfonso XIII. Sus tres hijos conservaron la finca en buen estado hasta 1934.

Durante la II República fue declarado Jardín Histórico, aunque sin consecuencias.

Durante la Guerra Civil, se construyeron en el Jardín refugios antiaéreos subterráneos, ubicándose el Estado Mayor del Ejército del Centro, mandado por el general Miaja, la posición Jaca. Entorno al palacio hay restos de respiraderos de los refugios.

En 1946 los arruinados Bauer lo vendieron a una inmobiliaria que proyectó un hotel.

Tras décadas de relativo abandono de sus 17 hectáreas con 1000 árboles y 90.000 metros cuadrados de arbustos, aves, ardillas rojas, musarañas y demás, en 1974 fue comprado por el Ayuntamiento, y en 1985 fue declarado Bien de interés cultural reformándose.

Es visitable viernes, sábados, domingos y festivos. Desde 2005 hay conciertos, teatro, danza en lo que se llama las «Tardes de Capricho». Desde 2016 se puede visitar el búnker.​

En 2019 se abriría el museo del Capricho: una galería interactiva con proyecciones en 3D, tendrá como ejes la Ilustración y el papel de la mujer en el XVIII con la XIII duquesa de Plasencia como protagonista. Se articulará en tres plantas, así, el acceso al palacio ya no será restringido. La Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Museos del Ayuntamiento ha diseñado el museo que acogerá conciertos y conferencias. Con el cambio del partido del gobierno municipal se ha paralizado la inauguración.

  • Cine y televisión basado en la duquesa y en su conjunto artístico.

En 1928 se rodó la cinta muda La condesa María por el cineasta Benito Perojo, basada en la obra teatral homónima de Juan Ignacio Luca de Tena.

En 1960 se grabó Un rayo de luz por el director Luis de Lucía, protagonizado por Marisol.

En 1965 se rodó Doctor Zhivago por el cineasta David Lean, protagonizada por la británica Julie Christie oscarizada ese año por otro film.

En 2008 se grabó Sangre de mayo del director José Luis Garci, con Paula Echevarría.

En 2016 se rodaron escenas del capítulo 25 Tiempo de ilustrados de la serie El ministerio del tiempo temporada tercera de TVE, María Adánez caracterizó a la duquesa.

En la película Volaverunt dirigida por Bigas Luna en 1999, la duquesa de Osuna fue interpretada por Ayanta Barilli, intérprete y escritora finalista en el premio Planeta 2018.

Actualmente, solo se autorizan rodajes de hechos acontecidos en el jardín o en la época.

Jardín El Capricho

El arquitecto de corte Pablo Boutolou[5] fue el primer diseñador del “jardín de las delicias” como se llamó al Capricho, introdujo el jardín anglo-chino en España, opuesto al francés. Posteriormente, contribuyeron al diseño el paisajista Jean-Baptiste Mulot en 1787 y el paisajista Pierre Provost en 1795, de la corte francesa. En el contrato se les prohibía trabajar en otro jardín español tras finalizar esta obra, garantizando la cualidad de único al Capricho. En 1796 se añadió el paisajista Ángel María Tadey Borghini. Mulot volvió a Francia por la revolución francesa y Provost fue asesinado cuidando El Capricho por tropas napoleónicas en la invasión francesa de España.

Hay un laberinto de arbustos basado en el famoso de Enrique VIII de las seis esposas, creador de la Iglesia anglicana, del palacio Hampton Court, Londres. Hay que caminar 370 metros para alcanzar su centro y 320 para salir sin extraviarse. En esa época simbolizaba la búsqueda vital del hombre: en pos del alma, sabiduría o felicidad. En 1946 un avión Iberia tuvo un aterrizaje forzoso en él y tuvo que ser replantado.

Estas referencias inglesas, francesas e italianas aluden al siglo de las luces. En sus riachuelos hay cisnes y patos. Hizo plantar miles de ejemplares de su flor favorita, la lila.

Los invitados a las veladas en el jardín fueron el dramaturgo Moratín[6], el poeta Tomás de Iriarte[7], los pintores Esteve, Goya, Ducker, la cantante Luisa Todi[8], Ramón de la Cruz[9], Meléndez Valdés[10], entre otros. Como ya hicieron sus antepasados los duques de Plasencia desde el s. XVI en el palacio del marqués de Mirabel en Plasencia, en el giardino colgante invitando a humanistas extremeños y extranjeros como el escultor Leoni, el médico y tratadista Luis de Toro, el compositor Cristóbal de Morales teniendo como anfitrión al placentino y cronista Luis de Ávila y Zúñiga, marqués consorte de Mirabel.

Algunos de sus elementos son: el Palacio, la Ermita: donde vivía un sacerdote ermitaño, la Fuente del parque, la casa de la vieja, el palacete de baile, el Templete, el estanque de los Cisnes, la Rueda de Saturno (Obelisco), el Abejero (para apicultura), el estanque de las Tencas, la casa del artillero y la Batería o Fortín (para adiestramiento militar de los hijos)el puente de Hierro y puente sobre el arroyo, la isla y monumento al III Duque de Osuna, la casa de Cañas, el pabellón de Esteras, el quiosco embarcadero, el casino de baile, el jardín de flores, la plaza de toros, columnas de los enfrentados (Duelistas), el invernadero, exedra y plaza de los emperadores, la fuente de los delfines, el jardín de la fuente de las ranas, la gruta del laberinto, la casa de vacas, la Plaza de plátanos, el estanque de los patos, y la casa de oficios.

Decoración interior

Parte del mobiliario y obras de arte se trasladaba en época estival desde su residencia habitual, el palacio de la Puerta de la Vega en Madrid donde se instalaron los duques recién casados, allí custodiaban obras de El Bosco, Caravaggio, Tiziano, Rubens, Van Dyck, de italianos, Sánchez Coello, de un alumno de Tintoretto, José de Ribera, Velázquez, etc heredados de sus ancestros que protegieron a pintores. El IX duque de Osuna era pintor aficionado y socio de la Compañía para el Grabado de los Cuadros de los Reales Palacios. Se le hizo académico de honor de San Fernando en 1792. El matrimonio encargó la instrucción en dibujo de sus hijos a Esteve.

El material pavimental llegó de Valencia, no se conservan elementos originales interiores

La casa ducal proyectó pinturas murales en los techos de los gabinetes, frescos en los paramentos creando trampantojos, algunos realizados por el italiano Ángel María Tadei y Burghini[11] creador de arquitecturas efímeras, como arcos triunfales, para la familia regia como pintor de corte y diseñó cenotafios para la alta nobleza española, entre otras obras.

Los duques encargaron a Goya siete escenas de la vida rural entre 1786 y 1787 para el palacio El Capricho: aunando escenas de ocio y pastoriles del neoclasicismo con temática del romanticismo, iniciándose una relación clientelar durante décadas.

En la siguiente década adquirieron cuatro escenas de brujas y dos de comedias relacionadas con la superstición para el gabinete de la duquesa en la misma residencia.

Además de retratos familiares, un juego de bocetos para tapices (conservados en el Museo del Prado) y cuatro ejemplares de los Caprichos, mostrando la influencia recíproca al compartir la denominación de los populares grabados con la villa campestre.

Actualmente, algunos de esas obras las custodia la pinacoteca más grande del Estado, el museo del Prado protagonista de la presente edición de los coloquios de Extremadura.

 Colección pictórica de la XIII duquesa de Plasencia en el Museo del Prado

1785 Retrato de Mª Josefa de la Soledad Alfonso Pimentel y Téllez Girón, círculo de Genaro Boltri[12]: es una aguada de gouche y témpera de formato oval (Fig. 3).

Fig 3

 

1787-1788 Los duques de Osuna y sus hijos, Goya[13]: retrato del matrimonio en un interior con cuatro de sus hijos durante su infancia. El retrato familiar era una novedad en España, a los duques ilustrados les influyeron las tendencias franco inglesas y lo encargaron con motivo de la recepción del título del ducado de Osuna (Fig. 4).

Fig 4

 

1796-1797 Duquesa de Osuna como dama de la orden de las damas nobles de la reina María Luisa, A. Esteve[14]: acompañada de Mercedes de Rojas y Tello, futura marquesa de Villanueva de Duero, y su hija María Asunción. El artista pintó para la casa ducal durante casi cuatro décadas, muestra influencia de la exquisitez pictórica de Luis Paret y Alcázar[15]. Mercedes posteriormente, también fue distinguida como dama de esa orden.

1797 Retrato de Manuela Isidra Téllez Girón, futura duquesa de Abrantes: considerado el mejor retrato infantil por Agustín Esteve. La representada tenía dos años y medio, al artista le repercutió el concepto espacial de Goya, le influyó la posición de las Meninas de Velázquez[16] así como reminiscencias de la dulzura gestual de Murillo[17] (Fig. 5).

Fig 5

1798 Joaquina Téllez Girón, A. Esteve: la retratada de 13 años, posa de pie con el cabello largo suelto, propio de su condición de soltera. Peinado que pudo tomar como modelo del celebérrimo retrato de la duquesa de Alba por Goya en 1795 también de pie y de blanco. Joaquina fue ama y camarera de la infanta Luisa Fernanda y su hermana Isabel II. Representada junto a un globo terráqueo por su esmerada educación, tras casarse repitió el ejemplo materno creando una tertulia con intelectuales coetáneos.

1805 La marquesa de Santa Cruz, Goya: la retratada con 20 años, recostada en un lecho respaldado por un cortinaje teatral, es tipología del retrato neoclásico, viste un elegante vestido de gasa blanca va coronada de hojas de roble, con sus frutos, según la moda de los tocados vegetales del período, simbolizando cualidades. Apoya su brazo izquierdo en una guitarra en forma de lira, instrumento de moda en la época, identificada como musa. Le influyó La maja vestida que finalizó en 1807, a su vez basada en las Venus de Tiziano, y en la Venus de Velázquez. Repercutió en la escultura de Antonio Canova[18]. (Fig. 6)

Fig 6

1805 Pedro de Alcántara, IX duque de Osuna, G. Ducker[19]: aguada. Se casó con 16 años en San Pedro el Real en Madrid con Mª Josefa de 21 años, fue un hombre culto lo que refleja su expresión. Intervino en la guerra contra Inglaterra por lo que viste una casaca. Porta la insignia de la orden de Carlos III en el ojal izquierdo como embajador de Viena aunque no pudo cruzar a Austria. Murió a los 52 años en la Madrid invadida por Francia. Se observa el binomio en la forma de pintar de Ducker. Aplicó un punto de color fino y apretado con el que da volumen al rostro y, por contra, soltó la pincelada en la ropa y en el fondo, aplicando preciosismo en la distinción. Usó una mínima gama cromática, propia de sus retratos varoniles. De formato vertical, figura una inscripción a la derecha (Fig. 7).

 

Fig 7

 

1813 Joaquina Téllez Girón, marquesa de Sª Cruz, G. Ducker: aguada. Segunda hija de los duques. Fue nuera de la aristócrata austriaca Mariana Waldstein, pintora y miniaturista, a quien retratara Goya vestida de maja. Tuvo nueve hijos con su esposo, primer Director del Real Museo de Pinturas. Fue dama de la Orden de la reina Mª Luisa. Retrato oval, el artista rubrica y fecha junto a la nuca. Además de una inscripción trasera identificando a la noble. Figura sin joya alusivas a su rango, proyecta una intensa mirada. Es de característica sencillez, elegancia y depurada técnica de suave punteado de Ducker.

1816 La duquesa de Abrantes, Goya: la retratada recibió una educación ilustrada, cultivó la música y el canto, simbolizadas por la partitura. Fue el último retrato que pintó Goya de una noble, pagado por la madre la XIII duquesa de Plasencia. La retratada, presentada de busto, mira al espectador, viste a la moda francesa, porta perlas alusivas a su clase social, va tocada con una corona de rosas blancas según la moda española. La técnica es vibrante, rápida, los restregones de luz y las pinceladas negras avanzan ya su estilo tardío.

El museo del Prado expuso una muestra temporal “El desafío del blanco. Goya y Esteve retratistas de la Casa de Osuna” del 20/06/17 al 1/10/17, cuya comisaria fue Virginia Albarrán doctora en Historia de Arte por la Universidad complutense, especialista en A. Esteve. Se exhibieron obras financiadas por la duquesa para el El Capricho, que no custodia el museo del Prado sino fundación Goya en Aragón y colecciones particulares.

  • Repercusión

Practicaban valores ilustrados, abogaban por la educación mediante la difusión de su arte exhibiendo piezas en el Palacio de las Artes y la Industria de Madrid construido en 1882.

Los nietos de la duquesa continuaron con su ejemplo de mecenazgo hacia pintores extranjeros como el francés François Gabriel Lepaulle y españoles como Federico de Madrazo y Genaro Pérez Villaamil, algunas de estas obras están en el Museo del Prado.

 

 Fig 8. Ermita de Nuestra Señora del Puerto en Madrid, 1716-1718

El promotor fue Francisco Antonio de Salcedo y Aguirre (Soria, 1646-Madrid, 1729), I marqués de Vadillo, funcionario destacado durante los reinados de Carlos II y Felipe V. Fue corregidor de Plasencia, de Madrid de 1715 hasta su muerte. En agradecimiento a sus servicios durante la guerra de Sucesión, Felipe V le dio el marquesado de Vadillo en 1712.

Sus familiares paternos arrendaban grandes extensiones en Extremadura. Su padre era gobernador del partido de La Serena, por lo que este mecenas sin ser extremeño, guardaba una estrecha vinculación con la región.

Fue corregidor de Plasencia de 1789 a 1796, allí desarrolló su devoción por la Virgen del Puerto, patrona de Plasencia, que mantendría tras mudarse de la villa. Esos siete años contó por lo general con la aprobación de sus gobernados. Al finalizar el primer periodo de tres años como corregidor, tanto el ayuntamiento como la cámara de comercio solicitaron su renovación, que fue concedida por el Consejo de Castilla. Instaló una fábrica de vidrio y cristal en la localidad en 1696, la atención a pobres, empedrado de calles, reparación de puentes y reparación de caminos. Estas acciones serían constantes en todos sus corregimientos: en Salamanca, Jaén, Córdoba.

En la explanada situada entre el río Manzanares y el Campo del Moro, junto al puente de Segovia financió la edificación de la ermita de la Virgen del Puerto (Fig.8). La zona fue allanada y embellecida; se trazó un paseo (paseo de la Virgen del Puerto) y entre este y el cauce del río se erigió la ermita (hoy avenida de Extremadura)

El joven arquitecto Pedro de Ribera, fue nombrado teniente maestro mayor de la Villa por el marqués de Vadillo sin contar con el consejo municipal, lo que enojó a Ardemans, maestro mayor de la Villa y arquitecto real, que edificaba el palacio de la Granja de San Ildefonso (Ribera ascendería a maestro mayor en 1726, tras la muerte de Ardemans).  El 10 de septiembre de 1718 se instaló la imagen con una procesión.

La función era facilitar que las lavanderas cumpliesen el precepto dominical, y establecer guarderías-escuelas para sus hijos.   El marqués dispuso que hubiera dos capellanes. Dejó el patronazgo de la ermita a sus descendientes del marquesado de Vadillo. Como los marqueses vivían fuera de Madrid, el patronazgo recayó en los Padres Rectores del Colegio Imperial.

En época de Carlos III el Paseo Nuevo (Actualmente de la Virgen del Puerto) se elevó y se construyó una escalera para salvar el desnivel entre el paseo y la ermita.

En 1780 se edificaron casas en torno a la ermita, iniciándose la urbanización de la zona. El arquitecto Juan Durán amplió la ermita con nuevas dependencias. Retiró las cubiertas de pizarra de los chapiteles y recubrió con cinc.

Durante la Guerra Civil española destruyeron y robaron sus retablos. La talla de la virgen quedó destrozada y la nueva se encargó al escultor Víctor González Gil. Las edificaciones anexas y los capiteles de las dos torres delanteras quedaron en un complejo equilibrio. Así de deteriorada fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1945.

En 1948 se aprobó el proyecto de restauración por los arquitectos Rafael Mendoza y Jenaro Cristos, que canalizaron el Manzanares. Suprimieron las construcciones anejas de 1780. En 1951 se reabrió al culto. La reconstrucción fue mencionada en el NO-DO, se eliminó el revoco de las fachadas y dejando al aire los ladrillos y la sillería de sus paramentos, se volvieron a poner pizarras en su cubierta.

En el siglo XXI el paseo y la ermita se incluyeron en el entorno de Madrid Río.

Es uno de los primeros ejemplos de arquitectura barroca en España. La fachada está enmarcada por dos torres, cada una coronadas por campanas y chapiteles. El portal es adintelado. El interior de periodo borbónico. La capilla es de planta ochavada. El sepulcro del marqués de Vadillo, fue también realizado por Pedro de Ribera. Las torres se decoran con balcones privilegiados desde los que los patronos asistían a las romerías y los festejos. El chapitel de la cúpula se soporta sobre un tambor octogonal (ochavado). El edificio está sustentado por pilastras. Inicialmente, las romerías fueron celebradas por los inmigrantes gallegos y asturianos. Su forma general fue calcada en las ermitas seiscentistas de los jardines del palacio del Buen Retiro, formaba parte de un interesante complejo urbanístico, así como el puente de Toledo sobre el cauce del río Manzanares.

La talla de Ntra. Sra. Del Puerto se diferencia de la original imagen de la Virgen del Puerto en que la madrileña tiene el cabello castaño y en la autoría y fecha de realización.

La adoración popular por la Virgen del Puerto hizo que se creara una romería y verbena el 8 de septiembre, día de Extremadura. En el s. XIX era conocida popularmente como la romería o verbena de la Melonera, por los puestos de ventas de melones y sandías que se solían instalar en las cercanías a la ermita.

Pintura La Santísima Trinidad

Fig 9

Es un lienzo de tema religioso de Francisco Ruiz de la Hermosa, hacia 1872 encargado por Eladio Mozas Santamera natural de Guadalajara, cura en la diócesis placentina.        Su ubicación original era la Iglesia de Santo Domingo o iglesia conventual Sª Vicente, en Plasencia. Su localización actual es un muro lateral de la nave del oratorio de la casa madre Josefino Trinitaria Plasencia en la calle Sancho Polo nº 3.   Su estilo es academicista, heredero del neoclasicismo, la técnica es óleo, formato alargado.

Análisis formal:

Es una composición de formato vertical (Fig. 9) Los dos tercios superiores lo ocupa el cielo, el tercio inferior lo ocupa un orbe abrazado por un reptil. Hay un esquema triangular: En el lado derecho Dios padre, en el izquierdo Jesús, en el centro superior, en la cúspide piramidal, la paloma del Espíritu santo.   Dios padre está sedente sobre nubes. Con la mano derecha abierta extendida hacia abajo y adelante bendice a su hijo. En la mano izquierda porta un objeto. Viste una túnica blanca, un manto rosado, un nimbo triangular. Su rostro es anciano, el cabello es blanco a media melena, está barbado. Dos ángeles sostienen los pliegues de su manto.

Cristo aparece sentado. En su brazo izquierdo sostiene la cruz. Viste un paño de pureza rojo, deja el torso desnudo dejando ver la llaga de la Pasión. Es un cuerpo joven, musculado. Su rostro está barbado, luce media melena castaña y nimbo de rayos aúreos. El pie desnudo adelantado deja ver la llaga del clavo. Con el índice de su mano izquierda señala tres querubines a sus pies (cabezas de angelotes aladas)

La paloma blanca vuela, presenta sus alas extendidas simétricamente, aparece en el eje de la composición, emana rayos dorados.

En la parte inferior hay una bola grisácea en torno a la que se abraza una serpiente que acoge una manzana con su cola y abre la boca.                            El pie de la cruz de madera pende sobre el cuerpo del animal.                         Hay una pareja de angelotes sobre las testas de Dios padre y del hijo.

Iconografía, iconología: En la parte superior, el mundo celeste, predominan tonos pastel. En el nivel bajo, el mundo terrestre, priman los colores fríos. El registro alto es el cielo, por la presencia divina, las nubes. El registro inferior es el inframundo o mundo terrenal, enfatizada esta interpretación por la ausencia de ángeles.

La cruz símbolo del sacrificio de Jesús por la humanidad apunta a la serpiente símbolo del mal o del demonio. Representaría que Cristo resucitado victorioso sobre la muerte ataca al pecado original representado por la manzana prohibida del jardín del Edén.

El mensaje es la representación de Dios uno y trino: una unidad en tres figuras. Es la imagen del dogma católico de la Santísima Trinidad. El discurso artístico encaja para el espacio, ya que, es la capilla primigenia de la congregación femenina josefino trinitaria, una de sus bases es la defensa del postulado de la Santísima Trinidad.

El resultado estético está al servicio de un mensaje catequético para el espectador. La obra es de carácter religioso. Una pieza artística comprensible para un público general.

Historia condicionó que Margarita Robles co fundara la congregación josefino trinitaria, de adolescente oró ante el cuadro tras la indicación de su confesor Don Eladio y recibió la vocación, y la inspiración para crear una congregación de convivencia y educativa.

El autor comenzó su trayectoria profesional artística en Madrid en la década de los sesenta con estudio fotográfico y pictórico en la Plaza de la Cebada nº 9.

Tras realizar trabajos para la corte real, aumentó su clientela y sus posibilidades económicas y trasladó su estudio a Calle de los Estudios 2 esquina a la de Toledo Madrid, rodeado de otros artistas.

Con la revolución La Gloriosa de 1868, la reina Isabel II fue exiliada a Francia y sus colaboradores huyeron voluntaria o forzosamente de la capital por lo que Francisco se trasladó a Plasencia, donde estuvo activo desde los años setenta hasta 1905, con estudio en el Rincón de San Nicolás nº 2.

Se ha escrito erróneamente que fue pintor de corte de la reina de la dinastía Borbón pero no figura entre los pintores regios oficiales en la documentación oficial. Propongo dos hipótesis por las que se ha reproducido este error: porque él adujera esta circunstancia para forjarse un nombre en su nueva ciudad laboral o porque su clientela exagerara una colaboración puntual para la corte para dar más relevancia a los encargos de este artista.

Se conservan tarjetas de visita de sus estudios en colecciones privadas.

En Plasencia fue profesor de dibujo en el colegio femenino de la Purísima o Inmaculada Concepción situado en el palacio del marqués de Santa Cruz, cuya fotografía de postal realizó él. Además, fue maestro de pintura de Nicanor Álvarez Gata, pintor placentino. Fue profesor de Francisco Mirón, que luego fue arquitecto municipal entre sus obras, el proyecto de la puerta baja del parque Los pinos. De estilo modernista y ecléctico, y restaurador de estilo como su intervención en la fachada del palacio de las dos torres o de Monroy en 1913.

Adquirió popularidad como retratista, y luego como fotógrafo, captando imágenes de Plasencia, se conservan pocas, un autorretrato y la panorámica de la ciudad desde el cerro de San Miguel, esta fotografía de 1896 y otra en el salón de plenos del Ayuntamiento de Plasencia, son de momento las instantáneas más antiguas de la ciudad.

Actualmente, la obra de maestro y aprendiz comparten espacio en la misma sala: la fotografía de la villa placentina y un cuadro de Nicanor Álvarez

Pintura Doña Juana de Castilla.

El autor fue Nicanor Álvarez Gata en 1885. El destinatario era el Consejo municipal de Plasencia. Se encuadra en el estilo del romanticismo, la técnica es óleo sobre lienzo. Es una pintura de género histórica, en concreto historia de España. (Fig. 10)

Fig 10

Respecto al análisis formal: Es una composición de formato apaisado. La reina joven centra la distribución dominando la escena, de pie ante su simple silla de tijera con una almohada. Porta ropa de grueso terciopelo negro, su pelo largo bajo una toca, como una viuda. Tiene la mirada perdida, su anatomía muestra el embarazo de la infanta Catalina de Austria, lleva en su mano izquierda, débil y delgada las dos alianzas. Impasible al frío del inhóspito paisaje en que descansa el séquito.

A un lado una hoguera con humareda por el viento, al otro el ataúd de su marido con el blasón imperial, dispuesto sobre parihuelas, sus asideros muestran el brillo de su desgaste por el uso, a ambos lados dos grandes velas, con la mecha titilando por la ventisca.

Sedente junto al féretro, una dama joven, con un libro abierto, mira paciente y resignada a la viuda. Un religioso de hábito blanco arrodillado, barbado, encapuchado, lee una plegaria portando un cirio.

A la derecha los cortesanos junto a un tétrico árbol, en sus caras expresan cansancio, aburrimiento y compasión por el ánimo de su soberana, llevan lujosos trajes de brocado. En la esquina superior derecha un monasterio, en la izquierda el resto de la comitiva regia,

Es atardecer, con un cielo encapotado los elementos climatológicos enfatizan la tensión emocional del argumento, reforzado por la intensidad expresiva de las figuras. Nicanor quiso emular el sentido rítmico y equilibrado de la composición, estructurada en aspa, con atmósfera. Hay preciosismo en los elementos decorativos (A Pradilla, el pintor original, le influyó su formación bajo el pintor escenógrafo Mariano Pescador).                

El realismo es intenso, de ejecución vigorosa y segura, dibujo definido y técnica libre.

La iconografía e iconología: Juana la loca era un personaje femenino muy representado en la época romántica en varias disciplinas artísticas por encarnar la enfermedad mental, la pasión, la femme fatale, la juventud y la muerte.

Las velas a punto de consumirse representarían que, además de la muerte física de Felipe el hermoso, la muerte en vida que está a punto de sufrir la protagonista, encerrada la mayor parte de su vida, por incapacitación mental cuestionada por historiadores.

Historia: Nicanor Álvarez Gata nació en Plasencia en 1849, en una familia pobre. Tenía una hermana María. No acabó sus estudios porque debió trabajar para ayudar en casa. Aprendió pintura en la ciudad con Francisco Ruiz de la Hermosa pintor y fotógrafo proveniente de Madrid, profesor de dibujo del colegio la Purísima Concepción.                        

En 1878 el marqués de Mirabel y el ayuntamiento placentino financiaron su viaje y estancia en Madrid, cursó grabado y pintura. Desde 30 de noviembre 1882 copió obras en el Museo del Prado como Ribera, Jordaens, Velázquez, Murillo, Eduardo Rosales etc. Entre 1888 y 1890 se formó en Roma becado por la diputación cacereña. Fue profesor de pintura de una escuela de Madrid.

El estilo del romanticismo se caracterizaba por la conciencia del Yo, la primacía del genio creador de un universo propio, la valoración de lo diferente frente a lo común, un fuerte nacionalismo, el liberalismo frente al despotismo ilustrado; la originalidad, lo especial, la creatividad; la nostalgia de paraísos perdidos (de la infancia o de una nación) y la obra imperfecta, inacabada y abierta. La mayoría de estos rasgos se dan en el pintor placentino.

Pintores románticos españoles que condicionaron el aprendizaje en la capital:                   Pérez Villamil máximo paisajista.                                                                                         Goya: pintor oficial de la corte, algunas de sus obras son de este estilo.                               Federico Madrazo: pintor de cámara, retratista, hijo y padre de pintores. Director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.                                                    Mariano Fortuny: pintor, acuarelista y grabador, yerno de Madrazo.                        A. Mª Esquivel: pintor de cámara, co fundador del liceo, académico de la Real Academia. Leonardo Alenza: pintor, grabador, prototipo de artista romántico en vida y obra.    Eduardo Rosales: pintor de Historia, casi director del museo del Prado pero murió joven.

En 1893 volvió a Plasencia, fue maestro de dibujo en el colegio de la Constancia o de Sª Calixto, como fue anteriormente su maestro en Plasencia. Vivió con su hermana, ambos solteros. Era cazador. Murió pobre aunque le tocó la lotería una vez. Falleció el 8 de marzo de 1909, con 59 años, como un prototipo de artista romántico acorde a su época y a su tendencia artística. En su sepulcro en el cementerio de su localidad, figura su paleta y pinceles, otra característica de su genio romántico reivindicativo.

Exhibió en exposiciones locales y nacionales, fue alabado por sus colegas, citado en prensa, jurado de concursos pictóricos. Se denominó pintor de historia, además abordó el género religioso, el costumbrismo, el retrato, la alegoría etc.

Algunas obras están en Cáceres, el museo casa Pedrilla, en el complejo de San Francisco en el Palacio de la diputación de Cáceres, y en el complejo cultural de Santa María de Plasencia como la copia que realizó del Cristo de Velázquez, subrayando su fuerte relación con el museo del Prado que acoge el Crucificado del pintor sevillano.

El 8 de mayo de 1885, Nicanor copió el cuadro “Doña Juana la loca” en una sala del museo del Prado según consta en la página 78 en el libro de copistas de 1882-1886.

Esta réplica la envió al consistorio placentino como agradecimiento por una ayuda económica para seguir estudiando y residiendo en Madrid. En una epístola del 6 de julio de 1886 Nicanor dona su réplica pictórica al ayuntamiento y pide que le recomienden a la diputación para obtener ayuda económica. El consistorio coloca el cuadro en el salón de sesiones. Luego adornó el despacho de alcaldía. Al remodelarse la casa consistorial en 1972, se trasladó al palacio del doctor Trujillo donde el ayuntamiento se ubicó temporalmente: allí estuvo en la antesala del despacho del alcalde. En la casa consistorial remodelada se colocó en el corredor de acceso a la torre del reloj. En 1993 ingresó enrollado en una estantería el Archivo municipal de Plasencia, pues el marco se rompió deteriorando la tela. En 2017 la junta de Extremadura procedió a su restauración tras petición del alcalde. En junio de 2018 se instaló en la sala de plenos del ayuntamiento, en la planta inferior ubicado en la plaza mayor de Plasencia.

Conclusiones

  1. La talla de la ermita de Ntra. Sra. Del Puerto de Madrid es más fiel a la original que acogió la ermita de la Virgen del Puerto de Plasencia.
  2. Las obras artísticas que promovió la XIII duquesa de Plasencia no ha tenido suficiente difusión en Plasencia, uno de sus ducados.
  3. Del pintor Francisco Ruiz no hay una biografía ni un catálogo de sus obras y sería muy beneficioso para la cultura de la localidad placentina.
  4. Del pintor placentino Nicanor Álvarez no se ha escrito un catálogo de sus obras ni su biografía, falta divulgación de este personaje cultural local.
  5. Las cuestiones abordadas son un campo de investigación para futuros historiadores.

 

Bibliografía y recursos web

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https://www.youtube.com/watch?v=zwnMUMpuSJQ (Muestra temporal M. del Prado) Consultado el 19/07/19.

Notas

[1] En el Archivo histórico de Nobleza en Toledo, en la sección ducado de Osuna se conserva el manuscrito del proceso por el ducado de Plasencia y otros títulos entre Mª Josefa y su marido con su tío Joaquín Diego López de Zúñiga Sotomayor, [XII] duque de Béjar.

[2] Machuca y Vargas: Madrid, 1750 – 1799. Arquitecto formado por Ventura Rodríguez. Trabajó en España.

[3] M. Medina de Puerta Vergara: Madrid 1761 – 1806. Arquitecto y profesor en la Academia de Madrid.

[4] Batalla entre el ejército macedonio de Alejandro Magno y el persa de Darío III en 333 a. C.

[5] (s. XVIII-XIX) conocido en Madrid como el maestro teatrista, un escenógrafo. Hijo y hermano de paisajistas, formado en París, Inglaterra y Holanda. Realizó el jardín del príncipe y el jardín del deleite en Aranjuez. Fue el jardinero mayor de corte en la Real Quinta del Pardo.

[6] Leandro Fernández de Moratín (Madrid 1760-París 1828) poeta y el más importante comediógrafo neoclásico del siglo XVIII español.

[7] Tomás de Iriarte (Tenerife 1750-Madrid 1791) Fabulista, traductor, dramaturgo y poeta de la Ilustración y el Neoclasicismo, músico hermano de los diplomáticos y sobrino de un escritor humanista.

[8] Luísa Rosa de Aguiar Todi (Setúbal, 1753 – Lisboa, 1833) fue una célebre mezzosoprano lusa, con una voz potente y rica, con alto talento dramático.

[9] R. de la Cruz Cano y Olmedilla (Madrid, 1731 — 1794) fue un dramaturgo, uno de los definidores del casticismo madrileño en el «arte nuevo de hacer comedias» expresado en sainete o entremés.

[10] Juan Meléndez Valdés (Ribera del Fresno, Badajoz 1754 – Francia, 1817) poeta, jurista y político.

[11] Ángel María Tadei (h. 1765 Lugano, Italia-h. 1840) Estucador, escenógrafo y decorador del teatro de Milán y con trayectoria laboral en Madrid.

[12] Genaro Boltri (Nápoles, h. 1730 – Madrid, 1788) pintor de la corte de Carlos III en Nápoles y en Madrid.

[13] Francisco José de Goya y Lucientes (Aragón 1746-Burdeos, 1828) uno de los maestros españoles de la pintura. Abordó la pintura de caballete, mural, grabado y dibujo. Su estilo evolucionó desde el rococó, al neoclasicismo, hasta el prerromanticismo, siempre interpretados de una forma personal y original.

[14] Agustín Esteve y Marqués (Valencia 1753–1820), pintor de la Casa Real en Madrid. Fue aprendiz de Goya, es valorado uno de los retratistas españoles relevantes de fin del s. XVIII y principios del s. XIX.

[15] L. Paret y Alcázar: (Madrid, 1746 – 1799) dibujante y acuarelista, de estilo muy personal, más cercano al rococó de Watteau que al neoclasicismo del pintor de la corte regia Mengs. Abordó varios géneros.

[16] Diego Velázquez (Sevilla, 15991​-Madrid 1660), fue un pintor de corte, de estilo barroco considerado uno de los máximos exponentes de la pintura del siglo de oro español y maestro de la pintura universal.

[17] Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla 1618–1682) pintor formado en el tardío naturalismo, evolucionó hacia el barroco con una sensibilidad preconizando el rococó en sus imitadas creaciones iconográficas.

[18] Antonio Canova (1757-1822 Venecia) pintor del neoclasicismo, considerado el mejor escultor europeo desde Bernini. Evolucionó al romanticismo. Repercutió en escultores del s. XIX.

[19] Guillermo Ducker: documentado entre 1795 y 1830, miniaturista supuestamente holandés, de técnica precisa, dibujo perfecto y armonioso colorido. Fue muy apreciado por sus contemporáneos.

Ene 182020
 

Rocío García Rodríguez.

Introducción.

Este trabajo aborda la relación artística entre Plasencia, Madrid y el Museo del Prado en los siglos XVIII y XIX, vinculación mediante cuatro elementos artísticos culturales de dos estilos artísticos neoclasicismo y romanticismo: un conjunto artístico El Capricho en Madrid financiado por la XIII duquesa de Plasencia algunas de sus pinturas conservadas en el Museo del Prado, una arquitectura la ermita de Nuestra Señora del Puerto patrona de Plasencia en Madrid patrocinada por un antiguo corregidor de Plasencia y dos pinturas: La Santísima Trinidad de Francisco Ruiz de la Hermosa, pintor y fotógrafo formado en Madrid y residente en Plasencia y la pintura Doña Juana de Castilla la loca, por el artista y profesor placentino Nicanor Álvarez Gata realizada ex profeso para Plasencia.

En la anterior Época Moderna, especialmente en el Renacimiento Plasencia guardó una estrecha relación artística con Salamanca, a quien imitaba en arquitectura, pintura y escultura con un fluir recíproco de artistas entre ambas diócesis vecinas. En la Época contemporánea, el modelo artístico basculó hacia Madrid, la capital cambio motivado por el sistema de gobierno central con un trasiego de artistas entre ambas villas y repitiendo los modelos a los que contribuyeron las normas de la Real Academia de Bellas artes San Fernando en Madrid. Era el nuevo centro cultural donde se formaban autores locales.

Contexto histórico artístico del s. XVIII y XIX

Época ilustrada: En España se dio en el siglo XVIII caracterizado por el reformismo borbónico, nueva dinastía real llegada de Francia, país hegemónico continental. Esta centuria se conoció en Europa como siglo de las luces o de la razón, porque era el valor que predominaba, junto a la crítica constructiva del pasado y del presente, el cultivo de la inteligencia y educación, así como los derechos universales del hombre.

En el siglo XIX España adoleció inestabilidad política (monarquía absolutista, liberal, repúblicas, regencias reales) que impidió un desarrollo económico regular, guerras internacionales como la invasión napoleónica y guerras en ultramar con las que perdió las colonias paralizando la industria, conflictos bélicos nacionales como las guerras carlistas. Era un país de centralismo legal, pero con provincianismo mediante el caciquismo. La clase media era escasa, apenas había burgueses. En la religión imperaba la católica, con auge de procesiones y nuevas congregaciones pastorales, se desamortizaron los conventos que fueron ocupados por instituciones estatales o vendidos a particulares. Culturalmente había gran analfabetismo pero la educación primaria comenzó a democratizarse.

Respecto al arte en estas dos centurias se sucedieron dos estilos artísticos antagónicos: el neoclasicismo y el romanticismo conviviendo con el realismo.                                      El neoclasicismo surgió en el siglo XVIII, una tendencia estética que reflejó los valores intelectuales de la Ilustración. En España las normas de este estilo estaban regidas por la Real Academia de Bellas artes de San Fernando en Madrid, promovida por un rey Borbón. El romanticismo surgió en centro Europa, fue un movimiento cultural surgido a final del siglo XVIII contrario a los valores de la Ilustración y la estética del Neoclasicismo, primando los sentimientos. Es considerado el primer movimiento cultural que abarcó toda Europa. En la mayoría de países se dio de 1800 a 1850 en España es tardío y breve ya que el realismo tuvo mayor fuerza y predominó desde mitad del siglo XIX.

Jardín palacio y pinturas para El capricho en Alameda de Osuna 1787-1839.

El conjunto artístico de jardín, arquitectura y colección pictórica llamado El Capricho era la residencia de verano de la Casa de Osuna. La denominación El Capricho alude al deseo personal de una noble ilustrada implicada en el ambiente romántico, ya que, en este movimiento cultural, las pasiones originales de personalidades sensibles se reflejaban en caprichos. En aquella época el término capricho era único, en vez del actual concepto de antojo. Comparte nombre con el conjunto de grabados goyescos Los Caprichos realizados a final de esta centuria dieciochesca que muestran la sociedad, particularmente la nobleza española por el célebre autor protegido y amigo de la refinada y rica familia.

La patrocinadora fue María Josefa de la Soledad Alfonso Pimentel y Téllez Girón, XIII duquesa de Plasencia (1752-1834), casada con Pedro de Alcántara Téllez-Girón IX duque de Osuna, conocida por este título nobiliario. Fue una protectora de artistas. Su vinculación con Plasencia es a través de su título nobiliario y mediante la propiedad de grandes extensiones de tierras en la región.

A los 27 años, tras pleitos[1], heredó los títulos nobiliarios (Fig. 1) de su tío fallecido sin descendencia Joaquín López de Zúñiga Sotomayor, entre ellos, el ducado de Plasencia del que tomó posesión su marido en su nombre en 1777. Fue hija única por lo que acumuló 2 principados, 6 marquesados, 10 condados, 7 ducados (entre ellos Plasencia) y un vizcondado. Además, mediante matrimonio fue consorte de 4 títulos.

El ducado de Plasencia fue creado a final del s. XV para la familia Zúñiga, los titulares del título no residieron en Plasencia pues la casa solariega Stúñiga, luego Zúñiga perteneció a sus parientes los condes de Plasencia, hasta que al no tener descendencia pasó a sus familiares ennoblecidos con el marquesado de Mirabel en el I tercio del s. XVI.

Los duques de Plasencia se asentaron en Sevilla durante el siglo XVI por el monopolio comercial de Indias transatlántico. Ya en el siglo XVII vivieron en Béjar ducado que poseían, en el castillo palacio Zúñiga y en la casa solariega de la plaza de la Piedad hasta que fue donado como monasterio en 1532 y en la villa de recreo renacentista El Bosque, edificada a las afueras en el siglo XVI, lo que repercutió en el proyecto del palacio El Capricho. Por iniciativa de los duques se instaló la manufactura de paños llamando a maestros flamencos, originando en Béjar el monopolio de la producción de paños y tinte, demostrando ser una familia noble que invertía en industria, no sólo terratenientes como la mayoría en España. En el siglo XVIII los titulares del ducado se trasladan a Madrid por sus cargos cortesanos borbónicos.

De sus nueve hijos, los primeros cuatro fallecieron en la infancia. Sobrevivieron:              Josefa, marquesa de Marchini; casó con el marqués de Camarasa, conocida por este título. Joaquina, condesa de Osilo; casó con el marqués de Santa Cruz, conocida por este título. Francisco de Borja, X duque de Osuna; casado con la condesa de Beaufort-Spontin.       Pedro de Alcántara, príncipe de Anglona y marqués de Javalquinto; casado y con hijos. Y Manuela, condesa de Coginas; casó con el duque de Abrantes, conocida por este título.

Entre sus distinciones honoríficas figuran la presidencia de la junta de damas de honor y mérito creada por Carlos III y dama de la Orden de damas nobles de la reina Mª Luisa.

Actualmente, la titularidad del ducado placentino también recae en una mujer, María de Gracia de Solís-Beaumont y Téllez-Girón XX duquesa de Plasencia desde 1975.

 

 

 

Arquitectura (Fig. 2)

En 1783 la duquesa compró 14 hc en Barajas, en las afueras de Madrid para construir una finca de recreo. Empezó en 1787, terminando 52 años después, en 1839, muriendo 5 años antes. El palacio fue edificado por Manuel Machuca[2] sobre una casa existente, añadió dos torres para las habitaciones de los hijos, los señoritos. En 1793 le sucedió Mateo Medina[3], que añadió otros dos torreones denominados del Duque y la Duquesa; La planta casi cuadrada, es circunscrita por cuatro torres aterrazadas, decoradas con jarrones.

En el siglo XVIII la única fachada que se remodeló fue la que da al jardín. En ella se construyó un peristilo con ocho columnas y una escalera de cantería con dos ramales.

  • Antecedentes arquitectónicos:

El concepto de villa campestre con un interior clasicista, un jardín con esculturas, arriates y templetes trae reminiscencias del Palacio de Sotofermoso en el pueblo de Abadía, provincia de Cáceres junto al ducado de Plasencia. Como el duque de Alba, mandó llamar a artistas foráneos, adquirió esculturas italianas y realizó veladas intelectuales nocturnas.

La arquitectura de la residencia se inspira en el Petit Trianon, en el parque de Versalles, edificado en 1768, exponente del neoclasicismo por integrar la moda de la Época Moderna con la simbiosis con la naturaleza. La fachada es una clara remembranza.

La casita del labrador se basa en La aldea de la reina que edificó la reina consorte María Antonieta en 1783 en el jardín del Versalles uno de los palacios reales del Valle del Loira. Francia era el modelo al ser la potencia hegemónica de Europa, y más para una noble ilustrada como María Josefa, considerada afrancesada.

El laberinto se basa en el laberinto de época Tudor del palacio Hampton Court en Londres.

El templo de Vesta se basa en los jardines de Tívoli, residencia veraniega papal italiana.

  • Repercusión

La talla pétrea del jabalí en un manantial influyó en la escultura del jabalí del jardín del palacio del marqués de Cerralbo en Madrid. Basadas en El Porcellino o jabalí de Florencia escultura romana que copió en el siglo XVII el escultor italiano barroco Pietro Tacca.

Este conjunto artístico es la consecuencia de una rivalidad entre aristócratas, ya que las tres damas más importantes e influyentes del país del momento estaban construyendo bellos parques. Cayetana, la duquesa de Alba rodeó su palacio de Liria en Madrid con un exquisito vergel y la Reina María Luisa comenzó los jardines del Palacio de Aranjuez.

Un inventario de 1795 de los muebles y alhajas del palacio muestra que el cuarto principal o Pieza de comer poseía mesas finas de nogal y cortinas de China, el pavimento de azulejos representaba la batalla de Issos[4]; el cuarto de señoritas tenía cortinas de tafetán encarnadas, el Gabinete lucía cortinas blancas con cenefas achinadas y había una escribanía de plata, entre otras piezas; la Ante alcoba de la señora, y su Alcoba con cama imperial charolada color de porcelana.

En la planta noble estaban las estancias de la duquesa, las más lujosas. En una de las torres que da al jardín se encontraba su Gabinete redondo, una de las joyas del palacio donde colgaban las pinturas goyescas. En esta primera planta se ubicaban también los cuartos del duque y la biblioteca, entre otras. La planta acogía los cuartos de los criados.

El primer puente de hierro construido en España en 1830 se conserva en este parque.     La duquesa ordenó construir estanques, que conectaban el canal principal que recorre el parque con el salón de baile, que es donde ofrecía fiestas. Este edificio se levanta sobre un pequeño manantial (donde se puede observar la figura de un jabalí que permanece bajo un arco mirando hacia el riachuelo), del que se surtía de agua el resto del parque.

En la invasión francesa de 1808, El Capricho fue del general francés Agustín Belliard, alojando a sus tropas napoleónicas.

En 1813 devolvieron El Capricho a la duquesa, lo reformó Antonio López Aguado arquitecto Mayor de Madrid. Se repoblaron arbustos. Se construyó el casino de baile. Se levantaron columnas y relieves de las estaciones: primavera, verano, otoño e invierno.

En 1834, tras la muerte de la duquesa, lo heredó su nieto, Pedro Alcántara, quien encargó a Martín López Aguado, hijo del anterior arquitecto, que los torreones se cubrieron con tejados y nuevas construcciones, como una zona de exedras en la plaza de los Emperadores, dedicadas a su abuela, que como el resto, están rodeadas de abundante vegetación. Fue el primero en España en patrocinar una carrera de caballos en sus jardines, fundó una sociedad para criar caballos pura sangre.

En su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar (Madrid, 1845-1850), Pascual Madoz se refiere al parque como “… una de las posesiones más hermosas y magníficas que hay en España, y la única quizá que puede competir con los Reales Sitios”

Tras la muerte de Pedro Alcántara en 1844, lo heredó su hermano, Mariano, quien lo cuidó y celebró allí fiestas para la alta sociedad, en 1863 en honor de Isabel II. Era un derrochador del patrimonio familiar, perdió a las cartas 2,3 hectáreas del jardín, hoy camping Osuna y vendió la colección pictórica del palacio, algunas llegaron al Prado.

En 1856 el palacio fue fotografiado por el galés Charles Clifford, un romántico pionero de la fotografía de viaje por la pintoresca España para el mundo anglosajón en esa época, trabajó y murió en Madrid. La fotografía se conserva en la biblioteca nacional de España.

Por las deudas del duque, su viuda y heredera, la princesa María Leonor de Croy y Lowenstein, arrendó la finca al duque de Santoña hasta 1896, cuando fue obligada a subastar las propiedades heredadas, a Gustavo Bauer era un judío húngaro representante en España de la banca de la familia Rothschild. Añadió un nuevo piso en la fachada nortea, adquirió tapices y obras artísticas, celebró fiestas a las que acudió Alfonso XIII. Sus tres hijos conservaron la finca en buen estado hasta 1934.

Durante la II República fue declarado Jardín Histórico, aunque sin consecuencias.

Durante la Guerra Civil, se construyeron en el Jardín refugios antiaéreos subterráneos, ubicándose el Estado Mayor del Ejército del Centro, mandado por el general Miaja, la posición Jaca. Entorno al palacio hay restos de respiraderos de los refugios.

En 1946 los arruinados Bauer lo vendieron a una inmobiliaria que proyectó un hotel.

Tras décadas de relativo abandono de sus 17 hectáreas con 1000 árboles y 90.000 metros cuadrados de arbustos, aves, ardillas rojas, musarañas y demás, en 1974 fue comprado por el Ayuntamiento, y en 1985 fue declarado Bien de interés cultural reformándose.

Es visitable viernes, sábados, domingos y festivos. Desde 2005 hay conciertos, teatro, danza en lo que se llama las «Tardes de Capricho». Desde 2016 se puede visitar el búnker.​

En 2019 se abriría el museo del Capricho: una galería interactiva con proyecciones en 3D, tendrá como ejes la Ilustración y el papel de la mujer en el XVIII con la XIII duquesa de Plasencia como protagonista. Se articulará en tres plantas, así, el acceso al palacio ya no será restringido. La Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Museos del Ayuntamiento ha diseñado el museo que acogerá conciertos y conferencias. Con el cambio del partido del gobierno municipal se ha paralizado la inauguración.

  • Cine y televisión basado en la duquesa y en su conjunto artístico.

En 1928 se rodó la cinta muda La condesa María por el cineasta Benito Perojo, basada en la obra teatral homónima de Juan Ignacio Luca de Tena.

En 1960 se grabó Un rayo de luz por el director Luis de Lucía, protagonizado por Marisol.

En 1965 se rodó Doctor Zhivago por el cineasta David Lean, protagonizada por la británica Julie Christie oscarizada ese año por otro film.

En 2008 se grabó Sangre de mayo del director José Luis Garci, con Paula Echevarría.

En 2016 se rodaron escenas del capítulo 25 Tiempo de ilustrados de la serie El ministerio del tiempo temporada tercera de TVE, María Adánez caracterizó a la duquesa.

En la película Volaverunt dirigida por Bigas Luna en 1999, la duquesa de Osuna fue interpretada por Ayanta Barilli, intérprete y escritora finalista en el premio Planeta 2018.

Actualmente, solo se autorizan rodajes de hechos acontecidos en el jardín o en la época.

Jardín El Capricho

El arquitecto de corte Pablo Boutolou[5] fue el primer diseñador del “jardín de las delicias” como se llamó al Capricho, introdujo el jardín anglo-chino en España, opuesto al francés. Posteriormente, contribuyeron al diseño el paisajista Jean-Baptiste Mulot en 1787 y el paisajista Pierre Provost en 1795, de la corte francesa. En el contrato se les prohibía trabajar en otro jardín español tras finalizar esta obra, garantizando la cualidad de único al Capricho. En 1796 se añadió el paisajista Ángel María Tadey Borghini. Mulot volvió a Francia por la revolución francesa y Provost fue asesinado cuidando El Capricho por tropas napoleónicas en la invasión francesa de España.

Hay un laberinto de arbustos basado en el famoso de Enrique VIII de las seis esposas, creador de la Iglesia anglicana, del palacio Hampton Court, Londres. Hay que caminar 370 metros para alcanzar su centro y 320 para salir sin extraviarse. En esa época simbolizaba la búsqueda vital del hombre: en pos del alma, sabiduría o felicidad. En 1946 un avión Iberia tuvo un aterrizaje forzoso en él y tuvo que ser replantado.

Estas referencias inglesas, francesas e italianas aluden al siglo de las luces. En sus riachuelos hay cisnes y patos. Hizo plantar miles de ejemplares de su flor favorita, la lila.

Los invitados a las veladas en el jardín fueron el dramaturgo Moratín[6], el poeta Tomás de Iriarte[7], los pintores Esteve, Goya, Ducker, la cantante Luisa Todi[8], Ramón de la Cruz[9], Meléndez Valdés[10], entre otros. Como ya hicieron sus antepasados los duques de Plasencia desde el s. XVI en el palacio del marqués de Mirabel en Plasencia, en el giardino colgante invitando a humanistas extremeños y extranjeros como el escultor Leoni, el médico y tratadista Luis de Toro, el compositor Cristóbal de Morales teniendo como anfitrión al placentino y cronista Luis de Ávila y Zúñiga, marqués consorte de Mirabel.

Algunos de sus elementos son: el Palacio, la Ermita: donde vivía un sacerdote ermitaño, la Fuente del parque, la casa de la vieja, el palacete de baile, el Templete, el estanque de los Cisnes, la Rueda de Saturno (Obelisco), el Abejero (para apicultura), el estanque de las Tencas, la casa del artillero y la Batería o Fortín (para adiestramiento militar de los hijos)el puente de Hierro y puente sobre el arroyo, la isla y monumento al III Duque de Osuna, la casa de Cañas, el pabellón de Esteras, el quiosco embarcadero, el casino de baile, el jardín de flores, la plaza de toros, columnas de los enfrentados (Duelistas), el invernadero, exedra y plaza de los emperadores, la fuente de los delfines, el jardín de la fuente de las ranas, la gruta del laberinto, la casa de vacas, la Plaza de plátanos, el estanque de los patos, y la casa de oficios.

 

Decoración interior

Parte del mobiliario y obras de arte se trasladaba en época estival desde su residencia habitual, el palacio de la Puerta de la Vega en Madrid donde se instalaron los duques recién casados, allí custodiaban obras de El Bosco, Caravaggio, Tiziano, Rubens, Van Dyck, de italianos, Sánchez Coello, de un alumno de Tintoretto, José de Ribera, Velázquez, etc heredados de sus ancestros que protegieron a pintores. El IX duque de Osuna era pintor aficionado y socio de la Compañía para el Grabado de los Cuadros de los Reales Palacios. Se le hizo académico de honor de San Fernando en 1792. El matrimonio encargó la instrucción en dibujo de sus hijos a Esteve.

El material pavimental llegó de Valencia, no se conservan elementos originales interiores

La casa ducal proyectó pinturas murales en los techos de los gabinetes, frescos en los paramentos creando trampantojos, algunos realizados por el italiano Ángel María Tadei y Burghini[11] creador de arquitecturas efímeras, como arcos triunfales, para la familia regia como pintor de corte y diseñó cenotafios para la alta nobleza española, entre otras obras.

Los duques encargaron a Goya siete escenas de la vida rural entre 1786 y 1787 para el palacio El Capricho: aunando escenas de ocio y pastoriles del neoclasicismo con temática del romanticismo, iniciándose una relación clientelar durante décadas.

En la siguiente década adquirieron cuatro escenas de brujas y dos de comedias relacionadas con la superstición para el gabinete de la duquesa en la misma residencia.

Además de retratos familiares, un juego de bocetos para tapices (conservados en el Museo del Prado) y cuatro ejemplares de los Caprichos, mostrando la influencia recíproca al compartir la denominación de los populares grabados con la villa campestre.

Actualmente, algunos de esas obras las custodia la pinacoteca más grande del Estado, el museo del Prado protagonista de la presente edición de los coloquios de Extremadura.

 

 

 

Colección pictórica de la XIII duquesa de Plasencia en el Museo del Prado

1785 Retrato de Mª Josefa de la Soledad Alfonso Pimentel y Téllez Girón, círculo de Genaro Boltri[12]: es una aguada de gouche y témpera de formato oval. (Fig. 3)

1787-1788 Los duques de Osuna y sus hijos, Goya[13]: retrato del matrimonio en un interior con cuatro de sus hijos durante su infancia. El retrato familiar era una novedad en España, a los duques ilustrados les influyeron las tendencias franco inglesas y lo encargaron con motivo de la recepción del título del ducado de Osuna. (Fig. 4)

1796-1797 Duquesa de Osuna como dama de la orden de las damas nobles de la reina María Luisa, A. Esteve[14]: acompañada de Mercedes de Rojas y Tello, futura marquesa de Villanueva de Duero, y su hija María Asunción. El artista pintó para la casa ducal durante casi cuatro décadas, muestra influencia de la exquisitez pictórica de Luis Paret y Alcázar[15]. Mercedes posteriormente, también fue distinguida como dama de esa orden.

1797 Retrato de Manuela Isidra Téllez Girón, futura duquesa de Abrantes: considerado el mejor retrato infantil por Agustín Esteve. La representada tenía dos años y medio, al artista le repercutió el concepto espacial de Goya, le influyó la posición de las Meninas de Velázquez[16] así como reminiscencias de la dulzura gestual de Murillo[17]. (Fig. 5)

1798 Joaquina Téllez Girón, A. Esteve: la retratada de 13 años, posa de pie con el cabello largo suelto, propio de su condición de soltera. Peinado que pudo tomar como modelo del celebérrimo retrato de la duquesa de Alba por Goya en 1795 también de pie y de blanco. Joaquina fue ama y camarera de la infanta Luisa Fernanda y su hermana Isabel II. Representada junto a un globo terráqueo por su esmerada educación, tras casarse repitió el ejemplo materno creando una tertulia con intelectuales coetáneos.

1805 La marquesa de Santa Cruz, Goya: la retratada con 20 años, recostada en un lecho respaldado por un cortinaje teatral, es tipología del retrato neoclásico, viste un elegante vestido de gasa blanca va coronada de hojas de roble, con sus frutos, según la moda de los tocados vegetales del período, simbolizando cualidades. Apoya su brazo izquierdo en una guitarra en forma de lira, instrumento de moda en la época, identificada como musa. Le influyó La maja vestida que finalizó en 1807, a su vez basada en las Venus de Tiziano, y en la Venus de Velázquez. Repercutió en la escultura de Antonio Canova[18]. (Fig. 6)

1805 Pedro de Alcántara, IX duque de Osuna, G. Ducker[19]: aguada. Se casó con 16 años en San Pedro el Real en Madrid con Mª Josefa de 21 años, fue un hombre culto lo que refleja su expresión. Intervino en la guerra contra Inglaterra por lo que viste una casaca. Porta la insignia de la orden de Carlos III en el ojal izquierdo como embajador de Viena aunque no pudo cruzar a Austria. Murió a los 52 años en la Madrid invadida por Francia. Se observa el binomio en la forma de pintar de Ducker. Aplicó un punto de color fino y apretado con el que da volumen al rostro y, por contra, soltó la pincelada en la ropa y en el fondo, aplicando preciosismo en la distinción. Usó una mínima gama cromática, propia de sus retratos varoniles. De formato vertical, figura una inscripción a la derecha. (Fig. 7)

1813 Joaquina Téllez Girón, marquesa de Sª Cruz, G. Ducker: aguada. Segunda hija de los duques. Fue nuera de la aristócrata austriaca Mariana Waldstein, pintora y miniaturista, a quien retratara Goya vestida de maja. Tuvo nueve hijos con su esposo, primer Director del Real Museo de Pinturas. Fue dama de la Orden de la reina Mª Luisa. Retrato oval, el artista rubrica y fecha junto a la nuca. Además de una inscripción trasera identificando a la noble. Figura sin joya alusivas a su rango, proyecta una intensa mirada. Es de característica sencillez, elegancia y depurada técnica de suave punteado de Ducker.

1816 La duquesa de Abrantes, Goya: la retratada recibió una educación ilustrada, cultivó la música y el canto, simbolizadas por la partitura. Fue el último retrato que pintó Goya de una noble, pagado por la madre la XIII duquesa de Plasencia. La retratada, presentada de busto, mira al espectador, viste a la moda francesa, porta perlas alusivas a su clase social, va tocada con una corona de rosas blancas según la moda española. La técnica es vibrante, rápida, los restregones de luz y las pinceladas negras avanzan ya su estilo tardío.

El museo del Prado expuso una muestra temporal “El desafío del blanco. Goya y Esteve retratistas de la Casa de Osuna” del 20/06/17 al 1/10/17, cuya comisaria fue Virginia Albarrán doctora en Historia de Arte por la Universidad complutense, especialista en A. Esteve. Se exhibieron obras financiadas por la duquesa para el El Capricho, que no custodia el museo del Prado sino fundación Goya en Aragón y colecciones particulares.

  • Repercusión

Practicaban valores ilustrados, abogaban por la educación mediante la difusión de su arte exhibiendo piezas en el Palacio de las Artes y la Industria de Madrid construido en 1882.

Los nietos de la duquesa continuaron con su ejemplo de mecenazgo hacia pintores extranjeros como el francés François Gabriel Lepaulle y españoles como Federico de Madrazo y Genaro Pérez Villaamil, algunas de estas obras están en el Museo del Prado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fig 8. Ermita de Nuestra Señora del Puerto en Madrid, 1716-1718

El promotor fue Francisco Antonio de Salcedo y Aguirre (Soria, 1646-Madrid, 1729), I marqués de Vadillo, funcionario destacado durante los reinados de Carlos II y Felipe V. Fue corregidor de Plasencia, de Madrid de 1715 hasta su muerte. En agradecimiento a sus servicios durante la guerra de Sucesión, Felipe V le dio el marquesado de Vadillo en 1712.

Sus familiares paternos arrendaban grandes extensiones en Extremadura. Su padre era gobernador del partido de La Serena, por lo que este mecenas sin ser extremeño, guardaba una estrecha vinculación con la región.

Fue corregidor de Plasencia de 1789 a 1796, allí desarrolló su devoción por la Virgen del Puerto, patrona de Plasencia, que mantendría tras mudarse de la villa. Esos siete años contó por lo general con la aprobación de sus gobernados. Al finalizar el primer periodo de tres años como corregidor, tanto el ayuntamiento como la cámara de comercio solicitaron su renovación, que fue concedida por el Consejo de Castilla. Instaló una fábrica de vidrio y cristal en la localidad en 1696, la atención a pobres, empedrado de calles, reparación de puentes y reparación de caminos. Estas acciones serían constantes en todos sus corregimientos: en Salamanca, Jaén, Córdoba.

En la explanada situada entre el río Manzanares y el Campo del Moro, junto al puente de Segovia financió la edificación de la ermita de la Virgen del Puerto (Fig.8). La zona fue allanada y embellecida; se trazó un paseo (paseo de la Virgen del Puerto) y entre este y el cauce del río se erigió la ermita (hoy avenida de Extremadura)

El joven arquitecto Pedro de Ribera, fue nombrado teniente maestro mayor de la Villa por el marqués de Vadillo sin contar con el consejo municipal, lo que enojó a Ardemans, maestro mayor de la Villa y arquitecto real, que edificaba el palacio de la Granja de San Ildefonso (Ribera ascendería a maestro mayor en 1726, tras la muerte de Ardemans).             El 10 de septiembre de 1718 se instaló la imagen con una procesión.

La función era facilitar que las lavanderas cumpliesen el precepto dominical, y establecer guarderías-escuelas para sus hijos.                                                                                      El marqués dispuso que hubiera dos capellanes. Dejó el patronazgo de la ermita a sus descendientes del marquesado de Vadillo. Como los marqueses vivían fuera de Madrid, el patronazgo recayó en los Padres Rectores del Colegio Imperial.

En época de Carlos III el Paseo Nuevo (Actualmente de la Virgen del Puerto) se elevó y se construyó una escalera para salvar el desnivel entre el paseo y la ermita.

En 1780 se edificaron casas en torno a la ermita, iniciándose la urbanización de la zona. El arquitecto Juan Durán amplió la ermita con nuevas dependencias. Retiró las cubiertas de pizarra de los chapiteles y recubrió con cinc.

Durante la Guerra Civil española destruyeron y robaron sus retablos. La talla de la virgen quedó destrozada y la nueva se encargó al escultor Víctor González Gil. Las edificaciones anexas y los capiteles de las dos torres delanteras quedaron en un complejo equilibrio. Así de deteriorada fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1945.

En 1948 se aprobó el proyecto de restauración por los arquitectos Rafael Mendoza y Jenaro Cristos, que canalizaron el Manzanares. Suprimieron las construcciones anejas de 1780. En 1951 se reabrió al culto. La reconstrucción fue mencionada en el NO-DO, se eliminó el revoco de las fachadas y dejando al aire los ladrillos y la sillería de sus paramentos, se volvieron a poner pizarras en su cubierta.

En el siglo XXI el paseo y la ermita se incluyeron en el entorno de Madrid Río.

Es uno de los primeros ejemplos de arquitectura barroca en España. La fachada está enmarcada por dos torres, cada una coronadas por campanas y chapiteles. El portal es adintelado. El interior de periodo borbónico. La capilla es de planta ochavada. El sepulcro del marqués de Vadillo, fue también realizado por Pedro de Ribera. Las torres se decoran con balcones privilegiados desde los que los patronos asistían a las romerías y los festejos. El chapitel de la cúpula se soporta sobre un tambor octogonal (ochavado). El edificio está sustentado por pilastras. Inicialmente, las romerías fueron celebradas por los inmigrantes gallegos y asturianos. Su forma general fue calcada en las ermitas seiscentistas de los jardines del palacio del Buen Retiro, formaba parte de un interesante complejo urbanístico, así como el puente de Toledo sobre el cauce del río Manzanares.

La talla de Ntra. Sra. Del Puerto se diferencia de la original imagen de la Virgen del Puerto en que la madrileña tiene el cabello castaño y en la autoría y fecha de realización.

La adoración popular por la Virgen del Puerto hizo que se creara una romería y verbena el 8 de septiembre, día de Extremadura. En el s. XIX era conocida popularmente como la romería o verbena de la Melonera, por los puestos de ventas de melones y sandías que se solían instalar en las cercanías a la ermita.

Pintura La santísima Trinidad

Es un lienzo de tema religioso de Francisco Ruiz de la Hermosa, hacia 1872 encargado por Eladio Mozas Santamera natural de Guadalajara, cura en la diócesis placentina.        Su ubicación original era la Iglesia de Santo Domingo o iglesia conventual Sª Vicente, en Plasencia. Su localización actual es un muro lateral de la nave del oratorio de la casa madre Josefino Trinitaria Plasencia en la calle Sancho Polo nº 3.                                        Su estilo es academicista, heredero del neoclasicismo, la técnica es óleo, formato alargado

Análisis formal:

Es una composición de formato vertical (Fig. 9) Los dos tercios superiores lo ocupa el cielo, el tercio inferior lo ocupa un orbe abrazado por un reptil.                                        Hay un esquema triangular: En el lado derecho Dios padre, en el izquierdo Jesús, en el centro superior, en la cúspide piramidal, la paloma del Espíritu santo.                                   Dios padre está sedente sobre nubes. Con la mano derecha abierta extendida hacia abajo y adelante bendice a su hijo. En la mano izquierda porta un objeto. Viste una túnica blanca, un manto rosado, un nimbo triangular. Su rostro es anciano, el cabello es blanco a media melena, está barbado. Dos ángeles sostienen los pliegues de su manto.

Cristo aparece sentado. En su brazo izquierdo sostiene la cruz. Viste un paño de pureza rojo, deja el torso desnudo dejando ver la llaga de la Pasión. Es un cuerpo joven, musculado. Su rostro está barbado, luce media melena castaña y nimbo de rayos aúreos. El pie desnudo adelantado deja ver la llaga del clavo. Con el índice de su mano izquierda señala tres querubines a sus pies (cabezas de angelotes aladas)

La paloma blanca vuela, presenta sus alas extendidas simétricamente, aparece en el eje de la composición, emana rayos dorados.

En la parte inferior hay una bola grisácea en torno a la que se abraza una serpiente que acoge una manzana con su cola y abre la boca.                                                               El pie de la cruz de madera pende sobre el cuerpo del animal.                                               Hay una pareja de angelotes sobre las testas de Dios padre y del hijo.

Iconografía, iconología: En la parte superior, el mundo celeste, predominan tonos pastel. En el nivel bajo, el mundo terrestre, priman los colores fríos. El registro alto es el cielo, por la presencia divina, las nubes. El registro inferior es el inframundo o mundo terrenal, enfatizada esta interpretación por la ausencia de ángeles.

La cruz símbolo del sacrificio de Jesús por la humanidad apunta a la serpiente símbolo del mal o del demonio. Representaría que Cristo resucitado victorioso sobre la muerte ataca al pecado original representado por la manzana prohibida del jardín del Edén.

El mensaje es la representación de Dios uno y trino: una unidad en tres figuras. Es la imagen del dogma católico de la Santísima Trinidad. El discurso artístico encaja para el espacio, ya que, es la capilla primigenia de la congregación femenina josefino trinitaria, una de sus bases es la defensa del postulado de la Santísima Trinidad.

El resultado estético está al servicio de un mensaje catequético para el espectador. La obra es de carácter religioso. Una pieza artística comprensible para un público general.

Historia condicionó que Margarita Robles co fundara la congregación josefino trinitaria, de adolescente oró ante el cuadro tras la indicación de su confesor Don Eladio y recibió la vocación, y la inspiración para crear una congregación de convivencia y educativa.

El autor comenzó su trayectoria profesional artística en Madrid en la década de los sesenta con estudio fotográfico y pictórico en la Plaza de la Cebada nº 9.

Tras realizar trabajos para la corte real, aumentó su clientela y sus posibilidades económicas y trasladó su estudio a Calle de los Estudios 2 esquina a la de Toledo Madrid, rodeado de otros artistas.

Con la revolución La Gloriosa de 1868, la reina Isabel II fue exiliada a Francia y sus colaboradores huyeron voluntaria o forzosamente de la capital por lo que Francisco se trasladó a Plasencia, donde estuvo activo desde los años setenta hasta 1905, con estudio en el Rincón de San Nicolás nº 2.

Se ha escrito erróneamente que fue pintor de corte de la reina de la dinastía Borbón pero no figura entre los pintores regios oficiales en la documentación oficial. Propongo dos hipótesis por las que se ha reproducido este error: porque él adujera esta circunstancia para forjarse un nombre en su nueva ciudad laboral o porque su clientela exagerara una colaboración puntual para la corte para dar más relevancia a los encargos de este artista.

Se conservan tarjetas de visita de sus estudios en colecciones privadas.

En Plasencia fue profesor de dibujo en el colegio femenino de la Purísima o Inmaculada Concepción situado en el palacio del marqués de Santa Cruz, cuya fotografía de postal realizó él. Además, fue maestro de pintura de Nicanor Álvarez Gata, pintor placentino. Fue profesor de Francisco Mirón, que luego fue arquitecto municipal entre sus obras, el proyecto de la puerta baja del parque Los pinos. De estilo modernista y ecléctico, y restaurador de estilo como su intervención en la fachada del palacio de las dos torres o de Monroy en 1913.

Adquirió popularidad como retratista, y luego como fotógrafo, captando imágenes de Plasencia, se conservan pocas, un autorretrato y la panorámica de la ciudad desde el cerro de San Miguel, esta fotografía de 1896 y otra en el salón de plenos del Ayuntamiento de Plasencia, son de momento las instantáneas más antiguas de la ciudad.

Actualmente, la obra de maestro y aprendiz comparten espacio en la misma sala: la fotografía de la villa placentina y un cuadro de Nicanor Álvarez

Pintura Doña Juana de Castilla, denominada la loca

El autor fue Nicanor Álvarez Gata en 1885. El destinatario era el Consejo municipal de Plasencia. Se encuadra en el estilo del romanticismo, la técnica es óleo sobre lienzo. Es una pintura de género histórica, en concreto historia de España. (Fig. 10)

Respecto al análisis formal: Es una composición de formato apaisado. La reina joven centra la distribución dominando la escena, de pie ante su simple silla de tijera con una almohada. Porta ropa de grueso terciopelo negro, su pelo largo bajo una toca, como una viuda. Tiene la mirada perdida, su anatomía muestra el embarazo de la infanta Catalina de Austria, lleva en su mano izquierda, débil y delgada las dos alianzas. Impasible al frío del inhóspito paisaje en que descansa el séquito.

A un lado una hoguera con humareda por el viento, al otro el ataúd de su marido con el blasón imperial, dispuesto sobre parihuelas, sus asideros muestran el brillo de su desgaste por el uso, a ambos lados dos grandes velas, con la mecha titilando por la ventisca.

Sedente junto al féretro, una dama joven, con un libro abierto, mira paciente y resignada a la viuda. Un religioso de hábito blanco arrodillado, barbado, encapuchado, lee una plegaria portando un cirio.

A la derecha los cortesanos junto a un tétrico árbol, en sus caras expresan cansancio, aburrimiento y compasión por el ánimo de su soberana, llevan lujosos trajes de brocado. En la esquina superior derecha un monasterio, en la izquierda el resto de la comitiva regia,

Es atardecer, con un cielo encapotado los elementos climatológicos enfatizan la tensión emocional del argumento, reforzado por la intensidad expresiva de las figuras. Nicanor quiso emular el sentido rítmico y equilibrado de la composición, estructurada en aspa, con atmósfera. Hay preciosismo en los elementos decorativos (A Pradilla, el pintor original, le influyó su formación bajo el pintor escenógrafo Mariano Pescador).                

El realismo es intenso, de ejecución vigorosa y segura, dibujo definido y técnica libre.

La iconografía e iconología: Juana la loca era un personaje femenino muy representado en la época romántica en varias disciplinas artísticas por encarnar la enfermedad mental, la pasión, la femme fatale, la juventud y la muerte.

Las velas a punto de consumirse representarían que, además de la muerte física de Felipe el hermoso, la muerte en vida que está a punto de sufrir la protagonista, encerrada la mayor parte de su vida, por incapacitación mental cuestionada por historiadores.

Historia: Nicanor Álvarez Gata nació en Plasencia en 1849, en una familia pobre. Tenía una hermana María. No acabó sus estudios porque debió trabajar para ayudar en casa. Aprendió pintura en la ciudad con Francisco Ruiz de la Hermosa pintor y fotógrafo proveniente de Madrid, profesor de dibujo del colegio la Purísima Concepción.                        

En 1878 el marqués de Mirabel y el ayuntamiento placentino financiaron su viaje y estancia en Madrid, cursó grabado y pintura. Desde 30 de noviembre 1882 copió obras en el Museo del Prado como Ribera, Jordaens, Velázquez, Murillo, Eduardo Rosales etc. Entre 1888 y 1890 se formó en Roma becado por la diputación cacereña. Fue profesor de pintura de una escuela de Madrid.

El estilo del romanticismo se caracterizaba por la conciencia del Yo, la primacía del genio creador de un universo propio, la valoración de lo diferente frente a lo común, un fuerte nacionalismo, el liberalismo frente al despotismo ilustrado; la originalidad, lo especial, la creatividad; la nostalgia de paraísos perdidos (de la infancia o de una nación) y la obra imperfecta, inacabada y abierta. La mayoría de estos rasgos se dan en el pintor placentino.

Pintores románticos españoles que condicionaron el aprendizaje en la capital:                   Pérez Villamil máximo paisajista.                                                                                         Goya: pintor oficial de la corte, algunas de sus obras son de este estilo.                               Federico Madrazo: pintor de cámara, retratista, hijo y padre de pintores. Director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.                                                    Mariano Fortuny: pintor, acuarelista y grabador, yerno de Madrazo.                        A. Mª Esquivel: pintor de cámara, co fundador del liceo, académico de la Real Academia. Leonardo Alenza: pintor, grabador, prototipo de artista romántico en vida y obra.    Eduardo Rosales: pintor de Historia, casi director del museo del Prado pero murió joven.

En 1893 volvió a Plasencia, fue maestro de dibujo en el colegio de la Constancia o de Sª Calixto, como fue anteriormente su maestro en Plasencia. Vivió con su hermana, ambos solteros. Era cazador. Murió pobre aunque le tocó la lotería una vez. Falleció el 8 de marzo de 1909, con 59 años, como un prototipo de artista romántico acorde a su época y a su tendencia artística. En su sepulcro en el cementerio de su localidad, figura su paleta y pinceles, otra característica de su genio romántico reivindicativo.

Exhibió en exposiciones locales y nacionales, fue alabado por sus colegas, citado en prensa, jurado de concursos pictóricos. Se denominó pintor de historia, además abordó el género religioso, el costumbrismo, el retrato, la alegoría etc.

Algunas obras están en Cáceres, el museo casa Pedrilla, en el complejo de San Francisco en el Palacio de la diputación de Cáceres, y en el complejo cultural de Santa María de Plasencia como la copia que realizó del Cristo de Velázquez, subrayando su fuerte relación con el museo del Prado que acoge el Crucificado del pintor sevillano.

El 8 de mayo de 1885, Nicanor copió el cuadro “Doña Juana la loca” en una sala del museo del Prado según consta en la página 78 en el libro de copistas de 1882-1886.

Esta réplica la envió al consistorio placentino como agradecimiento por una ayuda económica para seguir estudiando y residiendo en Madrid. En una epístola del 6 de julio de 1886 Nicanor dona su réplica pictórica al ayuntamiento y pide que le recomienden a la diputación para obtener ayuda económica. El consistorio coloca el cuadro en el salón de sesiones. Luego adornó el despacho de alcaldía. Al remodelarse la casa consistorial en 1972, se trasladó al palacio del doctor Trujillo donde el ayuntamiento se ubicó temporalmente: allí estuvo en la antesala del despacho del alcalde. En la casa consistorial remodelada se colocó en el corredor de acceso a la torre del reloj. En 1993 ingresó enrollado en una estantería el Archivo municipal de Plasencia, pues el marco se rompió deteriorando la tela. En 2017 la junta de Extremadura procedió a su restauración tras petición del alcalde. En junio de 2018 se instaló en la sala de plenos del ayuntamiento, en la planta inferior ubicado en la plaza mayor de Plasencia.

Conclusiones

  1. La talla de la ermita de Ntra. Sra. Del Puerto de Madrid es más fiel a la original que acogió la ermita de la Virgen del Puerto de Plasencia.
  2. Las obras artísticas que promovió la XIII duquesa de Plasencia no ha tenido suficiente difusión en Plasencia, uno de sus ducados.
  3. Del pintor Francisco Ruiz no hay una biografía ni un catálogo de sus obras y sería muy beneficioso para la cultura de la localidad placentina.
  4. Del pintor placentino Nicanor Álvarez no se ha escrito un catálogo de sus obras ni su biografía, falta divulgación de este personaje cultural local.
  5. Las cuestiones abordadas son un campo de investigación para futuros historiadores.

 

Bibliografía y recursos web

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BESAS, M: Madrid oculto vol. 2. Ed. La Librería. Madrid, 2015. PP. 359- 371.

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Fig. 1: Proceso por la titularidad del ducado de Plasencia y otros, 1777, Archivo Histórico de Nobleza.

Fig. 2: Palacio y jardín El Capricho, Madrid, financiado por la XIII duquesa de Plasencia.

Fig. 3: Retrato de la duquesa, círculo de Genaro Boltri, 1785, M. del Prado

Fig. 4: Los duques de Osuna y sus hijos, Goya, 1788, M. del Prado

Fig. 5: Manuela Isidra Téllez Girón, A. Esteve, 1797, M. del Prado.

Fig. 6: Joaquina, la marquesa de Santa Cruz, Goya, 1805, M. del Prado

Fig. 7: Pedro de Alcántara, IX duque de Osuna, G. Ducker, 1805, M. del Prado

Fig. 8: Ermita de Ntra. Sra. Del Puerto, Madrid.

Fig. 9: Stma. Trinidad por Francisco Ruiz de la Hermosa, h. 1872, Plasencia.

Fig. 10: Doña Juana de Castilla la loca, N. Álvarez Gata, 1885, Plasencia.

[1] En el Archivo histórico de Nobleza en Toledo, en la sección ducado de Osuna se conserva el manuscrito del proceso por el ducado de Plasencia y otros títulos entre Mª Josefa y su marido con su tío Joaquín Diego López de Zúñiga Sotomayor, [XII] duque de Béjar.

[2] Machuca y Vargas: Madrid, 1750 – 1799. Arquitecto formado por Ventura Rodríguez. Trabajó en España.

[3] M. Medina de Puerta Vergara: Madrid 1761 – 1806. Arquitecto y profesor en la Academia de Madrid.

[4] Batalla entre el ejército macedonio de Alejandro Magno y el persa de Darío III en 333 a. C.

[5] (s. XVIII-XIX) conocido en Madrid como el maestro teatrista, un escenógrafo. Hijo y hermano de paisajistas, formado en París, Inglaterra y Holanda. Realizó el jardín del príncipe y el jardín del deleite en Aranjuez. Fue el jardinero mayor de corte en la Real Quinta del Pardo.

[6] Leandro Fernández de Moratín (Madrid 1760-París 1828) poeta y el más importante comediógrafo neoclásico del siglo XVIII español.

[7] Tomás de Iriarte (Tenerife 1750-Madrid 1791) Fabulista, traductor, dramaturgo y poeta de la Ilustración y el Neoclasicismo, músico hermano de los diplomáticos y sobrino de un escritor humanista.

[8] Luísa Rosa de Aguiar Todi (Setúbal, 1753 – Lisboa, 1833) fue una célebre mezzosoprano lusa, con una voz potente y rica, con alto talento dramático.

[9] R. de la Cruz Cano y Olmedilla (Madrid, 1731 — 1794) fue un dramaturgo, uno de los definidores del casticismo madrileño en el «arte nuevo de hacer comedias» expresado en sainete o entremés.

[10] Juan Meléndez Valdés (Ribera del Fresno, Badajoz 1754 – Francia, 1817) poeta, jurista y político.

[11] Ángel María Tadei (h. 1765 Lugano, Italia-h. 1840) Estucador, escenógrafo y decorador del teatro de Milán y con trayectoria laboral en Madrid.

[12] Genaro Boltri (Nápoles, h. 1730 – Madrid, 1788) pintor de la corte de Carlos III en Nápoles y en Madrid.

[13] Francisco José de Goya y Lucientes (Aragón 1746-Burdeos, 1828) uno de los maestros españoles de la pintura. Abordó la pintura de caballete, mural, grabado y dibujo. Su estilo evolucionó desde el rococó, al neoclasicismo, hasta el prerromanticismo, siempre interpretados de una forma personal y original.

[14] Agustín Esteve y Marqués (Valencia 1753–1820), pintor de la Casa Real en Madrid. Fue aprendiz de Goya, es valorado uno de los retratistas españoles relevantes de fin del s. XVIII y principios del s. XIX.

[15] L. Paret y Alcázar: (Madrid, 1746 – 1799) dibujante y acuarelista, de estilo muy personal, más cercano al rococó de Watteau que al neoclasicismo del pintor de la corte regia Mengs. Abordó varios géneros.

[16] Diego Velázquez (Sevilla, 15991​-Madrid 1660), fue un pintor de corte, de estilo barroco considerado uno de los máximos exponentes de la pintura del siglo de oro español y maestro de la pintura universal.

[17] Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla 1618–1682) pintor formado en el tardío naturalismo, evolucionó hacia el barroco con una sensibilidad preconizando el rococó en sus imitadas creaciones iconográficas.

[18] Antonio Canova (1757-1822 Venecia) pintor del neoclasicismo, considerado el mejor escultor europeo desde Bernini. Evolucionó al romanticismo. Repercutió en escultores del s. XIX.

[19] Guillermo Ducker: documentado entre 1795 y 1830, miniaturista supuestamente holandés, de técnica precisa, dibujo perfecto y armonioso colorido. Fue muy apreciado por sus contemporáneos.

Ene 162020
 

 

Serafín Martín Nieto.

Resumen

En 1582, el obispo de Coria don Pedro García de Galarza fundaba ex novo en Cáceres la actual Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, a la que dotó de ordenanzas. Él mismo fue el encargado de elegir los oficiales que iban a llevar a cargo.

Cumpliendo el viejo anhelo de sus antecesores de reducir el número de hermandades existentes en la villa, le agregó seis cofradías, con todas sus rentas y bienes. Entre ellas, la de Santa María de los Caballeros, cuya ermita se convertiría en la iglesia de la nueva cofradía.

 

 

En los XXVI Coloquios Históricos de Trujillo de 1997, abordamos el estudio de las ordenanzas fundacionales de las tres cofradías que durante siglos tuvieron como principal función la celebración en la calle de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Una de ellas, fue la de Nuestra Señora de la Soledad.

Se atribuye a Isabel de Valois, segunda esposa de Felipe II, la divulgación de esta devoción. De Francia había traído un cuadro que representaba a la Virgen en su séptimo dolor, la Soledad. Pronto se extendió esta iconografía entre las damas de la Corte y los habitantes de Madrid. En 1565, Gaspar Becerra recibió el encargo de tallar una imagen de vestir para el convento de Nuestra Señora de la Victoria que se convirtió en el prototipo de esta advocación. A la camarera mayor de la reina, la condesa de Ureña, doña María de la Cueva y Toledo, se le ocurrió cambiar los tradicionales tafetanes de seda de colores con que se vestían a la vírgenes -como actualmente se conserva en Portugal- por el negro, propio del luto.

En 1579, fue promovido para la sede de Coria, don Pedro García de Galarza, colegial del de San Bartolomé de la Universidad de Salamanca, consejero de Felipe II, uno de los más importantes prelados con que ha contado la diócesis de Coria. En 1582, por su especial empeño, se funda en Cáceres la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad.

Como claramente se reseña en las ordenanzas fundacionales, la cofradía fue fundada ex novo por el mencionado obispo. No sólo la dotó de ordenanzas, sino que también nombró los oficiales que la iniciarían, con la novedad de que además de los habituales diputados legos, instituyó el cargo de diputado eclesiástico, que a lo largo de los siglos ostentaría el abad del cabildo de clérigos de San Pedro.

En la villa de Cáçeres, a veinte e ocho días del mes de noviembre de mil e quinientos e ochenta y dos años, el Yllustrísimo e rreverendísimo señor don Pedro Garçía de Galarza, por la graçia de Dios obispo de Coria, del Consejo de su Magestad,etc., patrón e ffundador ad perpetuan rei memoriam de la sancta conffradía de Nuestra Señora de la Soledad del Monte Calvario instituida en esta dicha villa, aviendo conmovido los ánimos de los ffieles cristianos al servicio, amor e rreverençia de la Virgen Santa María, Madre de Jesucristo, Señor nuestro, e de haçer ffestividad e conmemoración de la santa soledad en que su mesmo Hixo la dexó quando en el Monte Calvario tomó voluntariamente huma(na) muerte para nos da eterna vida. E aviéndose juntado para ello muchos ffieles cristianos y hecho hermandad y conffradía, porque el orden conserva e perpetúa las cosas, e su Señoría ylustrísima mandó hazer e se hiçieron para la buena conservación e perpetuidad desta sancta hermandad estatutos e ordenanças por donde los hermanos se rrijan e gobiernen en horden en conçierto e asentallas e escrivillas en este libro original, que son las de suso contenidas, en cuyo ffina comienza este auto, las quales su Señoría dixo que aprovava e aprobó en tal manera que tengan fuerza de ley y estatuto episcopal por la autoridad ordinaria que para ello tiene. E mandó que por ellas de juzgue e determine e rrigan las cosas tocantes a la dicha conffradía e, si nesçesario hera, interponía e interpuso en ellas su autoridad e decreto pastoral, declarando, como declara, e da liçençia a las personas que serán en ffueren elegidas para el régimen de la dicha conffradía que puedan ampliar e rreformar las dichas ordenaças según paresçiere que conviene, porque en todo interpone su autoridad y decreto.

E porque la muchedumbre trae confusión, su Señoría eligió de los dichos hermanos por offiçial e que rrijan y sirvan la dicha conffradía a los siguientes:

A Joan Holguín por escribano e que tenga este libro e rrazón de la dicha conffradía. E porque este offiçio a de ser como archivo e rreçetorio della y la mudança pervierte la memoria en las cosas, su Señoría mandó queste offiçio le sirva el dicho Joan Holguín por su vida.

A Hernando Canbero por mayordomo para en lo tocante a los conffrades seglares e bienes de la dicha conffradía. E para el orden e recogimiento de clero e rreligiosos que ffueren conffrades de la dicha conffradía a Alonso Durán, clérigo.

A Antonjo Gutiérrez el Moço e Joan de Figueroa Robles por deputados para el dicho rregimiento.

A Françisco Çervigón e Garçía Hernández por alcaldes e que rrijan la çera de la dicha conffradía.

A los quales todos su Señoría eligió por la buena administración e servicio de sus bienes y les encargó las conçiençias en el usso y exerçiçio dellos. E lo firmó de su nombre ut supra, siendo testigos el liçençiado Mateo Sánchez e Christóval de Arriaga y Christóval de Mora, clérigos presbíteros, capellanes de su Señoría yllustrísima. Petrus episcopus cauriensis. Por mandato de su Señoría yllustrísima, Joan Sánchez de Ledesna, secretario[1].

La cofradía se funda “a honor y rreverençia de la serenísima reina de los ángeles, madre de Dios e señora nuestra, y de la soledad y angustia y tristeza que tuvo desde que nuestro señor Jesucristo, su sacratísimo hijo y nuestro dios fue cruçifficado hasta que rresuçitó”.

Ambos momentos, Muerte y Resurrección, van a marcar hasta nuestros días la diacronía de esta hermandad. Y su nombre original será “de la Soledad e Angustias de Nuestra Señora”, “instituida en la hermita del Calvario, extramuros desta villa, y en la de Nuestra Señora de los Cavalleros, ques en el arraval de la dicha villa”.

Las ordenanzas se configuran en veintiún títulos, que regulan la vida espiritual de la hermandad, su organización, las procesiones, las obligaciones de los cofrades.

Se radica la cofradía en la emita de Santa María de los Caballeros y se instituye la fiesta principal el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción. Todos los cofrades, sin necesidad de ser muñidos, estaban obligados a asistir tanto a la fiesta como a las vísperas, debiendo permanecer hasta el rezo de un responso por los cofrades difuntos, bajo pena de una libra de cera[2].

Una vez concluida la fiesta, se celebraba cabildo para elegir los oficiales que regirían la cofradía y administrarían sus bienes. Estos eran: el mayordomo, que debía ser persona abonada; dos alcaldes y dos diputados. Los cargos se renovaban anualmente y sólo tenían derecho de elección los oficiales salientes[3]. Al mayordomo le competía el cobro de las rentas, el cuidado de mandar sepultar a los cofrades difuntos y encargarles las misas de ordenanza por sus almas. Los alcaldes tenían como misión llevar las antorchas a los entierros y a las procesiones[4]. El cargo de mayor responsabilidad era el de escribano –de ahí su carácter vitalicio-, por lo que requería que recayese en persona “savia, discreto y cuidado (sic) e de toda conffiança”, por lo que para cubrir la vacante, el mayordomo había de reunirse con los alcaldes y diputados, y además con cuatro cofrades “que sean personas onrradas e çelosas del bien e augmento desta conffradía”. Si no demostrase diligencia o se ausentase frecuentemente de Cáceres, de manera que tuviera descuidada su función, podría ser removido y sustituido por otro[5].

Una vez elegidos, todos estaban obligados a aceptar los cargos para no incurrir en pena de cuatro libras de cera y de expulsión definitiva, si persistían en su negativa[6].

El último domingo de cada mes, se reunían en la ermita para recibir a los nuevos hermanos y disponer lo necesario para el aumento de la cofradía. A este fin, disponían de un bufete y unas bancas para sentarse. Este día, el capellán celebrana misa con responso por los difuntos con la asistencia obligatoria de todos los cofrades bajo pena de entregar una libra de cera[7].

La cofradía debía organizar todos los años tres procesiones. El domingo de Pasión o domingo de Lázaro, a mediodía, todos se congregaban en la ermita para, con asistencia del cabildo de San Pedro, presididos por las cruces de las cuatro parroquias, haciendo estación en las iglesias de San Juan y Santa María, llevar en procesión a la imagen de Nuestra Señora “al sitio e lugar que dizen del Calvario, questá en el exido desta dicha villa onde está la ynsinia del Santo Calvario en una hermita”, donde permanecía hasta el Viernes Santo. Tras la predicación del sermón a cargo de un fraile franciscano, el cortejo retornaba hasta Santa María, desde donde las cruces volvían a sus parroquias.

La segunda tenía lugar el “Viernes de Pasión” (Viernes Santo). Organizados del mismo modo que el Domingo de Lázaro, subían al Calvario a buscar la imagen. Tras la predicación del sermón por un franciscano, se bajaba hasta Santa María la imagen de Nuestra Señora de la Soledad cubierta de luto.

La tercera se desarrollaba la mañana de Pascua de Resurrección, “a la para que más cómodo parezca”. Una vez concluida la predicación, en esta ocasión, por parte de un fraile dominico, salía de Santa María la imagen totalmente descubierta y sin luto con destino a la ermita, donde se dejaba colocada en su altar.

El mayordomo designaba los cofrades que debían llevar a hombros la imagen. Si se negaban, incurrían en pena de cuatro libras de cera[8].

Todos los viernes de Cuaresma se celebraba en el Calvario una misa rezada, pero si “hiziere tiempo áspero de aguas e ayres, de tal manera que buenamente no se pueda yr ni decir la dicha misa”, permanecerían en la ermita de la Soledad[9].

Cuando el mayordomo tenía conocimiento del fallecimiento de un cofrade, ordenaba al muñidor que muñiese por las calles con las campañillas e insignias para que toda la cofradía asistiera al entierro. Los alcaldes portaban las antorchas delante del cadáver. A la mayor brevedad posible, encargaría dos misas por su alma y pagaría la apertura y cierre de la sepultura, so pena de una libra de cera. Igualmente se procedía cuando fallecía la mujer de un cofrade o sus hijos legítimos bajo la patria potestad. En el caso de los clérigos, la cofradía enterraba a las dos personas que designasen. Pero si el hijo del cofrade tuviese menos de cuatro años, el mayordomo y alcaldes sólo estaban obligados a mandar las hachas, sin necesidad de asistir a él[10].

Existía la costumbre en Cáceres de heredar la cofradía. Es decir, en aquellas que contaban con números clausus, debían recibir como hermano al hijo mayor del cofrade difunto, si era mayor de catorce años, siempre y cuando lo solicitara dentro del plazo de un año desde el fallecimiento de su padre. Si erea menor, se le esperaba hasta que cumpliera la edad. Una vez trascurridos este plazo, perdían todos los derechos. Si el hijo mayor del cofrade falleciese antes que su padre, su hijos eran preferidos a sus tíos. En la de la Soledad, que nacía con carácter general, este privilegio consistía en pagar de limosna por su entrada por sólo tres reales y libra de cera[11].

Las mujeres eran recibidas como cofrades pero sólo para lucrarse se las gracias espirituales. Las mujeres de cofrades pagaban cuatro reales y una libra de cera si entraban en vida de sus maridos; después de muertos, la misma limosna señalada para las mujeres de su clase[12]. Cuantas veces enviudase y volviese a casar, estaba la cofradía obligada a aceptar a su nueva esposa por la limosna de dos libras de cera[13].

El recibimiento de los nuevos cofrades tenía lugar en cabildo, con asistencia de la mayoría de los oficiales, salvo que el solicitante se encomendase in articulo mortis, pues entonces bastaba con la asistencia del mayordomo, un alcalde y un diputado, y en defecto de este, el escribano, sin que en ello medie “amistades nj otros fines[14]. La cofradía estaba obligada a enterrar a las personas que se encomendaban a ella y aplicarles las mismas misas que a los cofrades. Si estos pertenecieran al estado común, oficial o labrador, pagaban doce reales; las personas “de más calidad”, mayor cantidad a discreción del mayordomo[15]. Sin embargo, era obligación enterrar gratis, pero sin decirle ninguna misa, al encomendado que fuere pobre de necesidad o aquellos cuyos bienes no superasen los tres mil maravedís, siempre que no perteneciese a otra cofradía. Al escribano debía le competía averiguar estas circunstancias[16].

Las órdenes del mayordomo relativas al servicio de la cofradía eran de obligado cumplimiento para todos los hermanos, so pena de dos libras de cera que, de no pagarlas, acarreaba la expulsión para siempre[17].

Como era habitual en las demás cofradías cacereñas, el mayordomo rendía cuentas anualmente el día de las elecciones ante los oficiales viejos, es decir los correspondientes al año de su mayordomía, y los nuevos, o sea, los designados para el siguiente, estando obligado a pagar a su sucesor el alcance que se le hiciere dentro de un plazo de tres meses. Para asentarlas, el mayordomo se reunía con dos oficiales del año de su mandato, los más entendidos en cuentas, y una vez aprobadas en el cabildo, se trasladaban a un cuaderno, con expresión pormenorizada del cargo (los propios, rentas, limosnas, entradas de cofrades), el descargo y el alcance. Este cuaderno tenía que ser debidamente custodiado por el escribano para presentarlo al obispo o a su visitador general en el transcurso de las periódicas visitas[18].

Como ya hemos, dicho, la cofradía revestía un carácter general frente a las antiguas que solían contar con números clausus. Por ello, cualquier persona que solicitara su ingreso, era aceptada. Sin embargo, la limosna con que contribuía variaba de su condición social, pero todos, a excepción de los sacerdotes, entregaban una libra de cera. Así, los clérigos de misa no pagaban nada a cambio de comprometerse a asistir a las procesiones siempre que no tuvieran un impedimento legítimo. Los que por sus oficios de platero, tintoreros, sastres, zapateros, etc. pudieran servir los cargos, veintidós reales. Los que entraban para no servir, tales como labradores, pastores, hortelanos, recueros, canteros, albañiles, carpinteros, bataneros, carniceros, etc. treinta y tres reales. Los escribanos del número, procuradores, cuarenta reales. Los caballeros que gozaran entre cien mil y ciento cincuenta mil maravedís de renta, cuarenta y cuatro reales; y los que disfrutaban de mayores cuantías, ochenta y ocho reales. La cuota de las mujeres dependía también de su condición de social y de si eran o no esposas de cofrades. Las hidalgas, veintidós reales; las mujeres e hijas de ciudadanos, así como las monjas del monasterio de Jesús, quince; las de San Pablo, por cuanto no las enterraba la cofradía, solo seis[19].

Pero muy pronto, estas ordenanzas fundacionales empezaron a ser enmendadas y aumentadas[20]:

En Cáçeres a veinte y ocho días de noviembre de mil y quinientos ochenta y dos años, se juntaron a hazer y se hizo el primero cabildo para ordenar las cossas cumplideras desta sancta cofradía en la yglessia de Nuestra Señora de los Cavalleros, que desde agora se yntitula y nonbra de la Soledad del Monte Calvario, que es a la calle de Solanas, extramuros desta villa, los señores Hernando Canbero Valberde, mayordomo desta santa confradía; y Antonio Gutiérrez el moco, hijo de Gerónimo Gutiérrez, y Joan de Figueroa Robles, diputados; Francisco Çervigón y Garçi Hernández, alcaldes; y Alonsso Durán clérigo mayordomo diputado por el clero; por ante mí Juan Gonçález Holguín, escribano desta santa Hermandad, todos primeros offiçiales della. Y en alta boz se leyeron las dichas hordenanças fechas para la buena conservación y exerçiçio de esta hermandad para las rrever y hordenar en lo que se deva, según lo que el tiempo a mostrado ser necesario y se enmendaron y añadieron en los siguientes”: que el plazo de un año para solicitar la entrada el hijo de un cofrade difunto, si estaba ausente de la villa, no empezaba a correr hasta su regreso[21]. Que por la segunda mujer, por cuanto ya se le enterró a la primera, pagaría dos libras de cera , habida cuenta que la limosna de entrada era baja, y así, por las sucesivas, siempre y cuando no fuesen cofrades antes del matrimonio[22]. Aumentaron a dieciséis reales la limosna de la gente del común que se encomendare[23]. Solo muñirían por los niños menores de siete años y los alcaldes cumplirían con mandar las hachas al entierro[24].

Además acordaron proveerse de andas y un paño para los entierros y pagar los derechos de los cofrades y encomendados; pero si estos perteneciesen a otras cofradías que entierran a sus hermanos, solo aportaría la parte que le correspondiere.

Otrossí, que aya un estandarte de seda con las ynssignias de Soledad y Calvario, y una cruz de plata ençima” para llevarlo a las procesiones y entierros. Y como para dicho menester se necesitaba otra persona, decidieron que en adelante fueran tres los diputados y los alcaldes. Por ello, eligieron a Juan de Robles de la Rocha y a Diego Hernández Cotrina, respectivamente.

El domingo 30 de enero de 1583, el mayordomo, alcaldes y diputados fundacionales acordaron encargar unas campanillas para que un muchacho muñera por los difuntos y convocara a cabildo y procesiones, por cuyo trabajo recibiría quince reales anuales. Igualmente, que hubiera un portero para avisar a los oficiales de la celebración de los cabildos y guardar la entrada, con un salario de doce reales. Se asignó a los alcaldes el arreglo de la capilla y altares para las fiestas; y al mayordomo, el de la imagen de la Virgen. Con vistas a la próxima Semana Santa, para la primera procesión, decidieron incorporar el Crucifijo de la iglesia, quedando instituida así la ceremonia del descendimiento: “Que la nuestra imagen de la nuestra ygresia y el Cristo que está en ella, lo llevemos a nuestras proçessiones como ya queda hordenado de la imagen (la Virgen), y que el Cristo se quite de la cruz a la venida de la proçessión del Viernes Santo y la cruz venga con un sudario[25].

Fig 1. Imagen del Cristo Yacente articulado para la ceremonia del descendimiento. Foto: Serafín Martín Nieto

El 28 de junio de 1583, se reunieron los alcaldes y diputados fundacionales con el nuevo mayordomo, Pedro González, para trasladar la fecha de la fiesta principal, seguramente por interferir en la que el día de la Inmaculada celebraba la cofradía de la Misericordia, de mayor antigüedad, “porque este día se haze en este lugar y soleniza fiesta de otras confradías y advocaciones, por lo qual se ha visto ynpedirse las unas con las otras”, al 2 de julio, “porque en este lugar no ay commemoraçión para el día de la Vissitaiçón de Santa Yssabel”. En consecuencia, se mudó a dicho día la elección de oficiales. Los alcaldes servirían medio año, tres desde la fiesta de la Visitación hasta el último cabildo del mes de diciembre, y otros tres el resto del año[26].

Para evitar la picaresca de algunos clérigos que, acogiéndose a la ordenanza octava, pedían el ingreso en la cofradía in articulo mortis o cuando fallecía algún familiar con el interés de que fuesen enterrados gratis, sin haber prestado ningún servicio a la cofradía, el 2 de julio de 1 583, determinaron recibirlos con una carencia de treinta días[27].

En 1584, se renovaron todos los cargos. Fueron elegidos mayordomo García Solana, diputados Alonso Pizarro, Alonso Moraga y Alonso Cano; alcaldes Juan Martín de Tovar, Juan Nevado y Alonso Gómez. El 29 de julio de dicho año, resolvieron que uno de los diputados se quede el año completo. Si no se pusiesen de acuerdo, lo echarían a suerte. El 26 de agosto, “porque es razón dar premio a quien sirve”, aumentaron los salarios: el del cobrador de las rentas, se fijó en dos ducados anuales; el del mayordomo, en dos ducados y dos gallinas; el del escribano, en quinientos maravedís; el de los alcaldes y diputados por asistir a las cuentas, en tres reales a cada uno, que percibirían en caso de no poder asistir por enfermedad o ausencia de la villa. El 24 de diciembre, arbitraron que los seis alcaldes debían asistir a las procesiones so pena de dos libras de cera y, además, los viejos debían entoldar la ermita el domingo de Resurrección[28].

El 7 de julio de 1585, moderaron la entrada de las monjas del monasterio de Santa María de Jesús a un ducado y una libra de cera -limosna reservada a las mujeres del común-, en vez de la que pagaban las nobles e hidalgas como les hubiera correspondido. El 24 de noviembre, acrecentaron en uno más el número de alcaldes, con el fin de que llevase el crucifijo a los entierros. El 27 de diciembre, facultaron al mayordomo para recibir los nuevos cofrades con la obligación de informar al escribano para que los asentara en los libros[29].

Fig 2. Nuestra Señora de la Soledad a comienzos del siglo XX

Las desavenencias sobre quienes debían portar las imágenes y las hachas. El 1 de abril de 1591, ante la inminencia de las procesiones convinieron que el domingo de Pasión, sacarían la imagen de la Soledad cuatro nobles, alumbrados por cuatro nobles con hachas, y la llevarían en hombros hasta Fuente Concejo; allí serían relevados por los ciudadanos, en dos turnos, desde dicha fuente hasta la primera cruz en la esquina del cercado de Melchor de Ulloa, y desde allí hasta el Calvario. El Viernes Santo, los caballeros bajarían la imagen de la Virgen hasta la primera cruz, desde allí hasta Fuente Concejo por los ciudadanos, donde volverían a cogerla los nobles. En la mañana de Resurrección, sólo los nobles cargarían con la imagen, mientras los cuatro alcaldes alumbrarían con las hachas[30].

El estreno, por parte de la cofradía de la Misericordia, de la imagen de Jesús Nazareno el Miércoles Santo de 1609 debió de impactar y ser el motivo por el que, el 27 de mayo, el mayordomo Benito Martín Serrano y el diputado noble don Gabriel de Saavedra encargaran al escultor Tomás de la Huerta la hechura de un Cristo Resucitado que debía de estar acabado para el día de San Andrés, conforme a las condiciones estipuladas en el contrato[31]. Dicha imagen, hoy desaparecida, procesionó en Cáceres desde 1610 a 1929[32].

Fig 3. El Resucitado de Tomás de la Huerta

Curiosamente, tres días antes de la aprobación episcopal de las ordenanzas fundacionales, la cofradía se dotó de su primera renta, seguramente con la limosna de entrada de los cofrades. El 25 de noviembre, don Diego de Carvajal y su mujer doña María Golfín le vendieron ocho mil maravedís de renta de censo por el principal de ciento dos mil, que impusieron sobre dos aceras a los hornos tejeros del Junquillo[33]. Su patrimonio se incrementaría rápidamente con los bienes de las cofradías que el obispo Galarza mandó agregar.

De los documentos se desprende que todos tenían conciencia de que se trataba de una nueva cofradía, no una continuidad de la de Santa María de los Caballeros, que se extinguió por decisión episcopal hasta tal punto que su ermita cambió de advocación. Así lo entendieron también los coetáneos, pues ni siquiera mantuvieron la fiesta principal de Santa María de los Caballeros.

Estos fueron los primeros oficiales, a los que les competió, cumpliendo el mandato del obispo, iniciar la cofradía.

 

Año

Mayordomo

Diputados

Diputado eclesiástico

Alcaldes

Escribano

1582

Hernando Cambero Valverde

Antonio Gutiérrez el mozo, Juan de Figueroa Robles

Alonso Durán

Francisco Cervigón, García Hernández

Juan González Holguín

1583

Hernando Cambero Valverde

Antonio Gutiérrez el mozo, Juan de Figueroa Robles

Alonso Durán

Francisco Cervigón, Diego Hernández

Juan González Holguín

1584

García Solana

Alonso Pizarro, Alonso Moraga, Alonso Cano

 

Juan Martín de Tovar, Juan Nevado, Alonso Gómez

 

1585

Cristóbal Delgado

Sancho de Paredes, Gonzalo de Cáceres Andrada

 

Diego Jiménez, Jerónimo López, José de Cabañas

 

 

Para el poder civil y eclesiástico, constituyó una constante preocupación la abundancia de cofradías que no contaban con fundaciones y ordenanzas debidamente aprobadas. Así lo manifiesta el sínodo convocado en 1537 por el obispo de Coria don Francisco de Mendoza y Bobadilla:

Algunos, movidos con buen zelo, ordenan cofradías, las quales han crescido y crescen en tanto número que podrían traer daño, y haze en ella estatutos que, por no ser bien mirados, se siguen dellos inconvenientes. A lo qual queriendo obviar, sancta sínodo aprobante, estatuymos y mandamos que de aquí adelante en nuestra diócesi no se hagan ni establezcan cofradías algunas sin nuestra especial y expresa licencia, ni se hagan estatutos, constituciones ni ordenanças, ni aquellas se guarden ni observen sin que primeramente sea todo por nos visto, examinado y aprobado”.

A fin de mermar su relevancia, el sínodo estatuyó que aquellas cofradías que poseyeran bienes, dedicaran la cuarta parte de sus ingresos al sostenimiento de un hospital. “E si huviere muchas cofradías, dentro de quatro meses los mayordomos e oficiales dellas declaren y elijan los hospitales donde quieren dedicar y gastar lo suso dicho. Y los que no cumpliere lo susodicho, mandamos a nuestros provisores o visitadores tomen y gasten la dicha quarta parte en los dichos hospitales, y donde no huviere hospital, se haga otra obra pía, qual al obispo o su provisor y a los dichos cofrades y cura del lugar pareciere[34].

A lo largo de su historia, muchas cofradías han visto saqueadas sus rentas mediante su aplicación por decreto de la autoridad eclesiástica y civil a diversos fines.

García y García en el tomo del Synodicon Hispanum dedicado a las diócesis extremeñas afirma no haber encontrado ninguna noticia referente a otro sínodo convocado por este obispo en 1543, que citan otros autores[35].

Lo cierto es que esta enajenación de parte de sus rentas decretada en la constitución LII de 1537 no tuvo respuesta alguna. Sin embargo, el anuncio de la apertura de otro sínodo convocado por el ya cardenal Bovadilla en Cáceres el 10 de mayo de 1545, suscitó enormes suspicacias entre las numerosas cofradías cacereñas, temerosas de que su intención fuera extinguirlas y aplicar sus rentas a ciertos hospitales. El 3 de mayo de dicho año, los mayordomos de las cofradías de San Bartolomé del Pizarral, San Benito de los Alcoces, San Blas el Viejo, Santísimo Sacramento, Santa María de los Caballeros, San Juan de los Olmos y las Ventanas, Vera Cruz, San Juan de los Ovejeros, Santo Domingo el Viejo, Santa Lucía, Nuestra Señora de la Concepción, la cofradía y hospital de San Salvador de los Recueros otorgaron poder a procuradores de Cáceres, Coria, Salamanca –donde se hallaba la Audiencia metropolitana de Santiago-, Supremo Consejo de Castilla y cualquier otra justicia y para comparecer ante los asistentes al sínodo para exponer que las cofradías habían obtenido sus rentas con su esfuerzo y haciendas, y con ellas enterraban a cuantas personas se encomendaban, y que, por lo tanto, no consentían que se tratase dicho asunto en el sínodo ni que se hiciera novedad, pues de lo contrario se arruinarían muchas ermitas “a cuya advocaçión y devoçión se an hecho e ynstituydo muchas cofradías, las quales hermjtas e yglesias son muy neçesarias e provechosas ansy para dezir las mjsas que en ellas se dizen como para el ornamento desta villa[36].

Al obispo don Pedro García de Galarza, a quien nada arredraba, le cupo la aplicación de los decretos del Concilio de Trento. Y como sus antecesores, pero sin titubear, determinó la reducción de los numerosos institutos religiosos existentes en Cáceres, los cuales llevaban una vida bastante languideciente, con escasos cofrades y más exiguas rentas.

La creación de la cofradía de la Soledad le sirvió de excusa para suprimir seis cofradías, cuyas rentas agregó a la nueva fundación:

“A esta santa conffradía se juntaron e aunaron el año de mil e quinientos e ochenta e dos otras conffradías, conviene a saber:

La de Santa María de los Cavalleros con su casa y hermita, ques donde se sirve esta santa confradía.

La de San Miguel, que se sirve en la dicha hermita y casa.

La de Santa María del Prado, que se servía en la iglesia de señor San Juan.

La de San Antonio con su hermita, que es en la calle de Joan de la Peña, ffrontero de la casa de Gabriel Gutiérrez, que se servía en la dicha hermita.

La de Santa María la Vieja, que se servía en Señor Santiago.

La de Santa Marina, que se servía en la iglesia de señor San Juan”[37].

De todas estas cofradías, apenas quedan noticias. Sólo de la de Santa María la Vieja se ha conservado un libro.

 

SANTA MARÍA DE LOS CABALLEROS

 

 Fig 4. Acta fundacional de la cofradía de Sta María de los Caballeros

 La de Santa María de los Caballeros se fundó el 2 de septiembre de 1470. “Estando los cofrades que fueron en fazer e establecer e hordenar esta cofradía de la bienaventurada gloriosa señora Santa María de los Cavalleros” en casa del cantero Valentín Blázquez, eligieron como escribano a Juan Holguín, quien lo era del número. No han llegado a nosotros estas ordenanzas fundacionales, que estaban asentadas en el “libro viejo”, tan sólo cuatro capítulos. Por nota inserta, sabemos que fueron reformadas en 1552, siendo mayordomo Benito Sánchez. Su fiesta principal era el 15 de agosto, la Asunción de Nuestra Señora, que se celebraba con misa, a la que estaban obligados a asistir todos los cofrades sin necesidad de ser muñidos así como a las vísperas del día anterior, so pena de cuatro maravedís. Los clérigos que la celebraban, recibían de limosna lo que los oficiales determinaban. Como era habitual en las demás cofradías, celebraban una misa mensual por el alma de los cofrades difuntos y otra el domingo siguiente a la fiesta principal. El 6 de agosto, Transfiguración del Señor, se reunía el cabildo general. El que no asistiere, debería pagar cuatro maravedís al peñero, y si no quisiere pagar, los alcaldes acompañarían al peñero para ir a embargarle. El escribano informaría a todos los cofrades de las cuentas rendidas por el mayordomo[38].

Desde Publio Hurtado se viene afirmando erróneamente que fue también hospital[39]. La confusión se debe a que el hospital que fundara Diego García de Ulloa el Rico en unos solares que había comprado a su hijo tenía por advocación Santa María de los Caballeros[40].

De hecho, si la cofradía hubiera contado con un hospital, no se habría opuesto, como lo hizo junto con las restantes hermandades de la villa, según ya hemos referido, a los designios del obispo cardenal Bovadilla de agregar las rentas de estos institutos a un hospital, pues hubiera resultado favorecida.

Radicaba en la ermita de Santa María de los Caballeros, hoy de la Soledad. La capilla mayor es la parte más antigua, si bien en 1747 la apeó el maestro Francisco Encinales por cuanto amenazaba ruina a causa de un corrimiento de tierras. Su forma ochavada es similar a la de algunas de ermitas y capillas del siglo XV que se conservan en Cáceres, entre ellas la capilla mayor de la antiquísima ermita de San Pedro de los Caballeros hoy convertida en capilla lateral de la actual ermita de las Candelas; o la del convento de San Pablo, circa 1474[41], la del Espíritu Santo, de 1513[42].

Fig 5. Ábside de Santa María de los Caballeros. Foto: Serafín Martín Nieto

Fig 6. Ábside de San Pedro de los Caballeros. Fotos: Serafín Martín Nieto

En torno a las fechas de la fundación de la cofradía, la ermita estaba en obras. En su testamento de 1479, Alonso González mandó cumplir la donación de su suegra Isabel García, madre de su primera mujer, de veinte maravedís para las obras de Santa María de los Caballeros[43].

En su testamento de 5 de septiembre de 1534, Beatriz García, mujer de Juan García, mandó dar el más viejo de los dos mantos que poseía a Beatriz Jiménez “que tiene cargo de servir en la yglesia de Nra. Sra. Sta Mª de los Caballeros” y además dos maravedís para aceite de la lámpara de la ermita[44].

En el presbiterio, al lado del evangelio, cabe remarcar el precioso arcosolio gótico con tracerías, presidido por un blasón con la cruz. Fue mandado construir por el clérigo Miguel Martín, cura de San Mateo, como altar de la Santa Cruz. Contando con licencia del obispo, preparó su sepultura en la ermita, a los pies de mencionado altar donde aún se conserva su lápida sepulcral, a la que mandó trasladar los huesos de su padre desde el convento de San Pablo. Fundó una capellanía para cuyo patronato designó a su sobrino Hernán Martínez. En caso de que no tuviese sucesión, se dividirían en tres partes: una para la iglesia de Santa María de los Caballeros, otra para su cofradía con la obligación de decirle una misa el día de San Juan Evangelista, y la tercera para la cofradía de la Vera Cruz[45].

Fig 7. Altar de la Santa Cruz. Fotos: Serafín Martín Nieto

Fig 8. Sepultura que construyera el clérigo Miguel Martín.. Fotos: Serafín Martín Nieto

El 23 de octubre de 1522, ante el escribano Francisco Ruiz, Miguel Martín clérigo donó al cabildo y a su abad, Francisco Martín, ciento cincuenta maravedís de renta de censo sobre el suelo de sus casas de moradas, fronteras a la ermita, linde las de Miguel García Vaquero y por la espalda corrales de Francisco Romero, para que le digan un aniversario cantado de réquiem por su alma “en el altar de la Cruz, ques dentro de la yglesia de Santa María de los Cavalleros, onde yo tengo my sepoltura”, al mismo tiempo que los aniversarios en San Mateo y las vísperas del día antes de los difuntos[46]. Además, Ante Alonso de Trujillo, el 16 de febrero de 1528, sobre el suelo de dichas casas, donó a la cofradía doscientos cincuenta maravedís más otros cien de renta perpetuos para la celebración dos misas rezadas anuales con responso el día de la Transfiguración y el de la Exaltación de la Cruz[47].

Por parte de la cofradía, el 7 de agosto de 1548, ante Pedro de Grajos, se puso demanda a Hernán Núñez y a su mujer Isabel de Torres sobre la enajenación hecha de la mejora de las casas de las casas que fueron del clérigo Miguel Martín a favor de Isabel de Torres, “por tenerlas ésta mui mal tratadas, destruidas y menoscabadas en mucho”, por lo que solicitaban la restitución. La sentencia del pleito de 24 de noviembre de dicho año obligaba a Isabel de Torres a entregar la casa a la cofradía, que la dio a censo perpetuo a Diego de Tovar y Catalina de Castañeda. Sin embargo, el 27 de enero de 1555, ante Francisco Borje, estos hicieron dejación a favor de la cofradía.

Por escritura de 9 de julio de 1558, ante Pedro de Grajos, dio a censo infiteusis para siempre jamás a Diego de Solís e Isabel Delgado, como principales deudores, y a Pedro de Solís como su fiador, dichas casas con corral en la calle que baja a San Francisco, fronteras a la iglesia de Santa María de los Caballeros, que lindaban con la de Francisco García Peña y con la calle de Sierpe y por detrás con casas del sastre Juan García y corrales de Francisco Martín y Juan Sánchez, por ochenta y dos reales y medio anuales pagaderos en las dos pagas habituales, por San Juan y Navidad.

De estos pasó una parte a Luis de Tovar y Catalina Sánchez, pues Isabel Delgado las dividió en dos, quedándose ella con la más pequeña a a que se accedía por la calle de la Sierpe. Catalina Sánchez, estando ya viuda, ante Juan Romero, el 30 de septiembre de 1586, reconoció el censo de cincuenta y cinco reales y medio a favor de la cofradía de la Soledad sobre esta casa que lindaba, entonces, con la del batanador Benito Martín Constantino y con la de Martín Sánchez y “con otra casilla que se sacó de la deslindada cuia puerta salía a la calle de la Sierpe” que poseía Isabel Delgado viuda de Domingo de Solís, la cual pagaba los veintisiete reales restantes.

Francisco Hernández Solana, presbítero beneficiado de San Mateo, Andrés Martín Machado y el clérigo Benito Cotrina fueron los sucesivos dueños. En 1691, la compró Benito Tejada del concurso de acreedores del referido Cotrina.

Estas casas, en la esquina de Fuente Nueva con Sierpe las compraría a los Tejada el monasterio riojano de Valvanera para vivienda del fraile administrador de la cabaña lanar que pastaba en el término de Cáceres. Por este motivo, a petición del mayordomo Pedro Gutiérrez, el 16 de abril de 1751, fray Alonso Ruiz reconoció esta carga[48]. A pesar de los sucesivos propietarios y reformas, sobre la fachada que da a Sierpes se han conservado algunos elementos decorativos, entre ellos la cruz con los clavos que tanto prodigó el mencionado sacerdote. Como cura de San Mateo, fue capellán de las monjas de San Pablo, en cuya iglesia fundó la capilla de la Santa Cruz, luego capilla de San José o de los Aldanas, donde estuvo enterrado su padre. En la clave, figura el mismo blasón con la Santa Cruz y los tres clavos que en la actualidad es el emblema de la Real Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y Santo Entierro, que lo ha heredado del blasón del tantas veces mencionado Miguel Martín.

Además de esta, la cofradía tenía otra casa en la calle de San Francisco, en el Altozano (incluida hoy en el convento de Santa Clara), que le había donado Juan Mateos Catana, linde las de Lope Rodríguez y las de Juan Delgado, que tenían dadas en arriendo a Benito Rodríguez Chacón. El 10 de mayo de 1558, la cofradía pidió licencia al visitador Salcedo para acensuar esta casa y la que mandó Miguel Martín clérigo, linde las de Francisco García Peñaranda y la calle de Sierpe, “las quales andando en alquiler se perderían porque no avría quien las rreparare e se gastará más en los rreparos que valen los alquileres”. El visitador delegó en el clérigo Suero Díaz Barroso. El 13 de mayo comenzaron los pregones. El 11 de junio, el cantero Benito García las pujó en dieciocho reales de renta anual. Los tasadores nombrados por los compradores, Juan Martín albañil, y por la cofradía, Bartolomé González albañil, declararon que las casas valían menos de lo que daba por ellas Benito García, pues se estaban cayendo.  El 27 de marzo de 1559, las vendieron a censo al referido cantero y a su mujer María Hernández por seiscientos doce maravedís[49].

La cofradía había comprado de Pedro Alonso Golfín ciento cincuenta maravedís de renta de censo perpetua en el suelo y propiedad de un alcacer, linde con los que fueran de Juan Gordillo y de Hernando de Sepúlveda y con una calleja de dos varas de ancho para entrar y salir al Camino Llano. El 17 de julio de 1559, Álvaro de Ulloa Aldana y su hijo Hernando de Aldana vendieron a Diego de Migolla el viejo, vecino de Cáceres y morador en Torremocha, una casa con solares y alcacer en la calle de los Solanas[50]. A pesar de haberla comprado con esta carga sobre dos partes del alcacer, enseguida entabló pleito. “Y los hermanos e cofrades de la cofradía, visto que se nos movía pleyto y que se gastarjan más dineros en el dicho pleyto que valía el prinçipal, fue mandado en cabildo que se conçertase con el señor del dicho alcaçer”. El 13 de julio de 1560, ante Francisco Borje, la cofradía dio poder al mayordomo para esta transacción, por cuanto Migolla había ofrecido dar seis mil maravedís de principal, que puestos a censo al quitar rentarían quinientos, con lo que la cofradía ganaría cada año trescientos cincuenta maravedís más.

El 26 de julio de 1561, tras haber obtenido licencia del visitador Salcedo y haberse rematado en Migolla en dicha cantidad en pública subasta, el mayordomo Juan de Coria otorgó la carta de venta[51].

La villa celebraba la procesión del Corpus Christi con especial solemnidad. Además de la contratación de danzas, chirimías, invenciones, tarasca, etc., todos los gremios y cofradías participaban con sus estandartes. El 26 de mayo de 1570, el concejo mandó librar en el mayordomo de Santa María de los Caballeros dos ducados por la folia[52] del día del Corpus y otro ducado por la cera que gastaron[53].

Hacia 1577, la cofradía había encargado un retablo para la ermita. No debía de contar con muchos caudales, pues tuvieron que pedir dinero prestado. Así en el inventario de bienes que dejó Francisco Pavón, figura el siguiente asiento: “Más. Se deven diez ducados que Francisco Pavón prestó a la Cofradía de Ntra. Sra. de los Cavalleros para hazer un rretablo[54]. Este retablo sería reemplazado por el actual entre 1728 y 1730, obra del salmantino Luis González[55].

Con enorme esfuerzo, logró reunir una serie de rentas, que, a resultas de la anexión, heredaría la nueva cofradía de la Soledad.

  • 100 maravedís perpetuos sobre casa en la calle de San Francisco (Fuente Nueva) que Catalina Martín, viuda de García Hernández Higuero, vendió a Periáñez y su mujer María Sánchez con varias cargas, entre ellas estos maravedís que su marido dejó en testamento para que los cofrades le mandaran decir en su ermita una misa rezada el día de Nuestra Señora de la O[56].
  • 100 maravedís perpetuos sobre casa de Isabel Alonso, viuda del tejedor Francisco Ojalvo, que habían comprado al difunto bachiller Ojalvo clérigo, sita en la calle que va de Solanas a la Puerta de Mérida, linde con casa del herrero Jerónimo Ojalvo y con la de la mujer e hijos del zapatero Juan Martín[57].
  • 485 maravedís de renta perpetua sobre el suelo de una casa que Benito Jiménez y su mujer Juana Díaz tomaron del mayordomo Andrés Martín, ante el escribano Gonzalo García Ternero, en la colación de San Mateo, linde la de Alonso Hernández Ramadilla y las de Benito García, hijo de Mari Méndez. Como no podían sostener la casa ni pagar la renta, el 28 de marzo de 1541, su suegro y fiador, el botero Pedro Martín, la traspasó a Benito Hernández Chacón y su mujer Mari González[58].
  • 39 maravedís perpetuos sobre el corral de las casas del barbero Juan Sánchez Nevado en la calle de Solanas, linde las de Antonio de Sepúlveda.
  • 935 maravedís perpetuos sobre casa en Sierpe que el procurador Gonzalo Jiménez había comprado a su suegra Isabel Delgado, linde la de Martín Sánchez y la de Benito Martín Constantino.
  • 600 maravedís perpetuos sobre una casa al altozano de Valderricote, linde la de Francisco Cotrina Delgado y las del tintorero Hernando Juárez, -hoy incluidas estas tres últimas en el convento de Santa Clara-, que Juan García y su mujer Catalina García habían recibido en dote de su suegra y madre Catalina Rodríguez[59].
  • 500 maravedís de renta al quitar que el hortelano Gabriel Sevillano y su mujer Isabel Alonso cargaron sobre una viña en Pozo Morisco[60]. Su hijo Alonso Sevillano la vendió libre de censo a Martín Delgado. La cofradía entabló pleito contra Francisco Cotrina Delgado y Bartolomé Delgado, herederos de su hermano y tío Martín Delgado, que fueron condenados a reconocer esta hipoteca[61].
  • 300 maravedís y una gallina de renta sobre el suelo de unas casas en la calle de Carniceros, de la viuda e hijos del corredor Juan Pérez, linde las del carpintero Martín Jiménez y las de la cofradía de Santa Marina. La cofradía vendió a los propietarios este censo por 7.360 maravedís[62].
  • 285 maravedís y medio de renta de censo sobre huerto en la ribera, de Juan García Jarón y su mujer Francisca Vara, linde las viñas de Juan Bocarro y las de Gutierre de Solís y la rivera, por el principal de 4.000[63].
  • Censo que pagaba Alonso Pérez, mayoral de Francisco de Ovando, sobre casa en la calle que dicen de Juan Caballero, a la colación de San Mateo. El 25 de enero de 1556, se la vendió a Alonso Pérez Gallego con esta carga[64].
  • Vasco Martín legó en su testamento un ducado y dos gallinas de renta a las cofradías de Nuestra Señora de los Caballeros, la Magdalena, Santo Domingo y San Francisco para que le aplicasen ciertas misas[65].
  • 250 maravedís perpetuos sobre casa en Fuente Nueva, linde la de Pedro Gutiérrez y la de Antón Sánchez Amigo[66].
  • 935 maravedís sobre casa en la calle de la Sierpe, la última, que confinaba con la de Fuente Nueva, casa de la mujer e hijos de Martín Sánchez difunto y por la espalda con la del sastre Hernando Marín sastre[67].No sabemos de dónde procede su denominación de “los Caballeros”, pues entre los nombres de los oficiales y cofrades que han llegado a nosotros apenas figura algún miembro de la nobleza local. Por muy fragmentaria que sea, nos indica que predominaban los pecheros, algunos hidalgos cuya mayor parte ejercían empleos manuales.
  •             Junto con las dos casas propiedad de la cofradía, estas rentas le permitían cierto desahogo económico.

Año

Mayordomo

Alcaldes

Escribano

Cofrades

1470

 

 

Juan Holguín

Valentín Blázquez, cantero

1528

 

 

Alonso Tejado

 

 

Andrés Martín

 

 

 

1545

García Solana

Jerónimo González

 

Diego Martínez Espadero, Alonso Martín, Juan de Coria, Pedro Jiménez, Gonzalo y Juan Jiménez Solana, Bartolomé Martín Berrocal

1558

Bartolomé Delgado

Diego Sánchez Solana

García Solana

Francisco de Paredes Sánchez, Diego de Solís, Martín Delgado, Juan García Jarón, Juan Díaz, Juan Pérez tintorero

 

1559

Juan Pérez tintorero

Bartolomé Sánchez Melón y Juan de Coria el mozo

García Solana

Juan Delgado, Bartolomé Delgado, Martín Delgado, Francisco Pavón, Diego Sánchez Solana, Benito González Solana, Francisco Martín Berrocal, Andrés Martín Carretero

1561

Juan de Coria

Jerónimo González herrador, Juan Delgado tintorero

García Solana

Juan Solana, Diego Sánchez Solana, Francisco García Peñaranda, Benito García cantero, Benito Jiménez Solana, Pedro García, Francisco Martín Berrocal

1564

Diego Sánchez Solana

 

 

 

1569

Jerónimo González herrador

 

 

 

El hecho de que en el plano de Claudio Coello figure paradójicamente exenta la ermita de la Soledad ha inducido a algunos autores al error de afirmar que las casas colindantes datan de la segunda mitad del siglo XIX. Nada más alejado de la realidad. Hay constancia documental desde el siglo XVI de la existencia de la calle y de las casas adosadas a la capilla.

El 20 de agosto de 1538, ante Fernando Conde, el mercader Gonzalo Jiménez vendió a Juan García y a su mujer Beatriz García una casa a Santa María de los Caballeros, linde las de Miguel Ortega y delante la calle real. Estos las traspasaron el 6 de septiembre de 1559, ante Benito González, al sastre Juan García y a su mujer Inés Hernández. En esta carta de venta, se perfila más su ubicación: en calle de Solanas, linde casas de Francisco Pavón y la plazuela de Juan Delgado y por detrás la calle del horno y de frente la ermita de Santa María de los Caballeros[68].

El 13 de enero de 1560, Diego de Manjarrés, vecino de Oropesa, vendió un censo a favor de Juan Delgadillo de Paredes que cargó sobre una casa “en la calle que dizen de Solanas, e alinda de una parte la esquina de dicha casa con la dicha calle de Solanas e con las dos calles, la una que va a la Fuente Nueba e la otra a Santa María de los Caballeros, e de otra parte alinda con casa de Sancho de Paredes[69].

El 27 de enero de 1575, Benito Sánchez Amigo tejedor y su mujer Leonor Martín reconocieron un censo a favor de doña María de Ovando sobre dos casas colindantes que habían comprado al cardador Diego Sánchez Solana cardador y a su madre Antonia López, sitas en la calle de Santa María de los Caballeros, que lindaban con casas de la portuguesa Leonor Martín, viuda del albañil Luis González, y la casa pequeña con la ermita[70].

                                       SERAFÍN MARTÍN NIETO

[1] ARCHIVO DIOCESANO DE CORIA-CÁCERES (A.D.C-Cc.). Parroquia de San Mateo de Cáceres (S.M.). Libro nº 102 (35): Cofradía de Santa María de los Caballeros. Cofradía de la Soledad. Ordenanzas de 1470 y acuerdos hasta 1627. Fols. 13v.-14v.

[2] Ordenanza primera.

[3] Ordenanza segunda.

[4] Ordenanza tercera.

[5] Ordenanza décimo novena.

[6] Ordenanza décimo octava.

[7] Ordenanza cuarta.

[8] Ordenanza quinta.

[9] Ordenanza sexta.

[10] Ordenanza décimo sexta.

[11] Ordenanza novena.

[12] Ordenanza décima.

[13] Ordenanza décimo tercera.

[14] Ordenanza duodécima.

[15] Ordenanza décimo cuarta.

[16] Ordenanza décimo séptima.

[17] Ordenanza décimo quinta.

[18] Ordenanza vigésima.

[19] Ordenanza vigésimo primera.

[20] A.D.C-Cc. S.M. Libro nº 102 (35): Cofradía de la Soledad. Nuevas Ordenanzas y acuerdos hasta 1628. Fols. 11-12.

[21] Afecta a la novena ordenanza fundacional.

[22] Afecta a la décimo tercera ordenanza fundacional.

[23] Afecta a la décimo cuarta ordenanza fundacional.

[24] Afecta a la décimo sexta ordenanza fundacional.

[25] A.D.C-Cc. S.M. Libro nº 102 (35): Cofradía de la Soledad. Nuevas Ordenanzas y acuerdos hasta 1628. Fols. 12 y v.

[26] Ibid. Fols. 12v.-13v.

[27] Ibid. Fols. 13v.-14.

[28] Ibid. Fols. 14-15.

[29] Ibid. Fols. 15 y v.

[30] Ibid.Fols. 18 y v.

[31] ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE CÁCERES (A.H.P.Cc.). Protocolos de Juan Romero. Caja 4.255.

[32] MARTÍN NIETO, Serafín: “Viejas imágenes de Nuestra Semana Santa. I”. Periódico Extremadura. 3 de marzo de 1989. En este artículo, narramos las vicisitudes de esta imagen lamentablemente perdida.

[33] A.H.P.Cc. Protocolos de Pedro de Pérex. Caja 4.125. Año 1582.

[34] GARCÍA Y GARCÍA, Antonio: Synodicon Hispanum. V. Extremadura: Badajoz, Coria-Cáceres y Plasencia. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid, 1990. Págs. 292-293.

[35] Ibid. Pág. 328.

[36] A.H.P.Cc. Protocolos de Sancho Giménez. Caja 3.939. Años 1544-1546.

[37] A.D.C.-Cc. S. M. Libro nº 102: Cofradía de Santa María de los Caballeros. Cofradía de la Soledad. Ordenanzas de 1470 y acuerdos hasta 1627. Fols. 21v.-22.

[38] Ibid. Fols 1 y v.

[39]HURTADO, Publio: La Parroquia de San Mateo de Cáceres y sus agregados. Imprenta La Minerva. Cáceres, 1918. Pág. 114: “En edad remota fue hospital y después fue santuario denominado de Santa María de los Caballeros”.

[40] A.D.C.-Cc. Parroquia de Santiago de Cáceres. Libro 60: Hospital de los Caballeros. 1486-1830. Fols.4v-5. En su testamento de 1486, Diego García de Ulloa el Rico señaló 20.000 maravedís de renta para fundar un hospital con cinco camas para “pobres que fueren y vinieren a esta villa e quisieren yr a posar a él” en unas casas caídas intramuros en la calle de la Puerta de Mérida, linde las que fueron de Gonzalo de la Rocha y casas que había trocado con su hijo Gonzalo de Ulloa para agregarlas a la fundación. Incluso había concertado la portada con el cantero Valentín Vázquez.

ARCHIVO DE LA FUNDACIÓN TATIANA PÉREZ DE GUZMÁN EL BUENO. Cáceres, Leg. 29-8. Ante Gregorio de Grajos, el 2 de agosto de 1504, en su testamento, Juan de Carvajal el Viejo dispuso que, en caso de que Fernandico, su criado, muriese siendo menor, los dos tercios de los bienes que le cedía los heredase el hospital de Santa María de los Caballeros para ayuda a los pobres.

A.H.P.Cc. Protocolos de Benito González. Caja 3.819. Año 1560. El 16 de abril, Bartolomé González Hanique y su mujer María Alonso tomaron a censo quinientos maravedís de renta a favor de Juan de Paredes Delgadillo, los cuales carga sobre sobre casa “a do dizen la Puerta de Mérida e alinda de una parte con casas del ospital de Nuestra Señora Santa María de los Cavalleros” y otra de los otorgantes.

Ibid. Protocolos de Benito González. Caja 3.820. El 26 de abril de 1561, Hanique y su mujer reconocieron un censo a favor de la capellanía de Teresa Pérez, difunta, sobre su casa “al altoçano de la Puerta de Mérida, que alinda de una parte con casa de Juan Blanco e de otra parte con casa del ospital de los Cavalleros”.

Ibid. Protocolos de Juan Martínez Sigler. Caja 4.369. El 14 de febrero de 1605, Juan Sánchez Bermejo, oficial de sombrerero, y su mujer María Vara vendieron al también sombrerero Benito Martín y a su mujer María Rodríguez una casa en Torremochada con corral que linda con la muralla, con algunas cargas de censo, entre ellas cuarenta y ocho reales “que avéis de pagar al ospital de Nuestra Señora de los cavalleros de esta villa en seis años primeros siguientes”, por la limosna que el padre del vendedor mandó al Hospital. El comprador reconoce este mismo día el censo a favor del mayordomo del hospital y no al de la cofradía de la Soledad, heredera de las rentas de la cofradía de Santa María de los Caballeros.

Con estas pocas citas, queda evidente que el hospital de Santa María de los Caballeros no tenía nada que ver con la actual ermita de la Soledad.

[41] MARTÍN NIETO, Serafín: “San Pablo de Cáceres: de Casa de Beatas a Convento de Clausura (1425-1591)”. XXIV Coloquios Históricos de Extremadura. Trujillo. Pág. 272.

[42] MARTÍN NIETO, Serafín: “La ermita cacereña del Espíritu Santo”. XXXIX Coloquios Históricos de Extremadura. Trujillo, 2010. Pág. 427.

[43] ARCHIVO DE LA FUNDACIÓN TATIANA PÉREZ DE GUZMÁN EL BUENO. Cáceres, Leg. 31-33. Testamento de 18 de junio de 1479 ante Pedro González.

[44] A.H.P.Cc. Protocolos de Fernando Conde. Caja 3.712.

[45] ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE CÁCERES (A.H.P.Cc.). Protocolos de Cristóbal de Cabrera. Caja 3.626. Cuad. VIII. Testamentos. Otorgado el 27 de febrero de 1528 ante Francisco Gómez.

[46] A.D.C-Cc. Parroquia de San Mateo de Cáceres. Leg. 21 doc, 12. Cabildo Eclesiástico

[47] Por entonces, la casa lindaba con la del mencionado Vaquero y las de Mendo de Valdés. En 1749, reconocieron estas cargas don Diego de Figueroa Villalobos y doña María de castro Solís (A.H.P.Cc. Protocolos de Pedro José Cisneros. Caja 3.689).

[48] Ibid. Protocolos de Pedro José Cisneros. Caja 3.689. Año 1751. Fols 65-66v.

[49] Ibid. Protocolos de Pedro de Grajos. Caja 3.925. Año 1559.                                                                             

[50] Ibid. Protocolos de Cristóbal de Cabrera. Caja 4.416.                                         

[51] Ibid. Protocolos de Pedro de Grajos. Caja 3.926.

[52] Covarrubias, en su Tesoro de la lengua castellana, define así la folia: “Es una çierta dança portuguesa, de mucho ruido porque ultra de ir muchas figuras a pie con sonajas y otros instrumentos…”.

[53] ARCHIVO MUNICIPAL DE CÁCERES. Actas Capitulares. 1569-1574. Fol. 91. Además, medio ducado al que sacó la invención de la venta; otro medio ducado a la del pescador y que no se den ventajas de las danzas porque de ellas se paga esto, al sacristán de Santiago un ducado por la mejor invención de la cruz y a Juan del Herena otro por haber montado el altar más rico.

[54] A.H.P.Cc. Protocolos de Pedro González. Caja 3.830. Año 1577. 22 junio.

[55] MARTÍN NIETO, Serafín: “San Pablo de Cáceres: de Casa de Beatas a Convento de Clausura (1425-1591)”. XXIV Coloquios Históricos de Extremadura. Trujillo. Pág. 272.

[56] A.D.C.-Cc. S.M. Leg. 21, doc. 35. Cabildo Eclesiástico. La escritura de veta pasó ante Alonso de Trujillo el 10 de mayo de 1528.

[57] A.H.P.Cc. Protocolos de Juan Romero. Caja 4.238. Año 1586. Lo reconoce a instancias del mayordomo Cristóbal Delgado “por se aver juntado la dicha confradía con la otra que nuevamente se hizo de Nuestra Señora de la Soledad”.

[58] Ibid. Protocolos de Fernando Conde. Caja 3.713. Año 1541.

[59] Ibid. Protocolos de Francisco de Medrano. Caja 4.037         . En 1590, a instancias del mayordomo Francisco Cervigón, reconocieron a la cofradía de la Soledad por dueña de estos tres censos.

[60] Ibid. Protocolos de Cristóbal de Cabrera. Caja 4.419. 20 de agosto de 1564.

[61] Ibid. Protocolos de Alonso de Solís. Caja 4.370. Año 1579. 17 julio.

[62] Ibid. Protocolos de Alonso de Solís. Caja 4.370. Año 1579. 4 octubre.

[63] Ibid. Protocolos de Pedro de Grajos. Caja 3.932. 19 de septiembre de 1569.

[64] Ibid. Protocolos de Benito González. Caja 3.818.

[65] Ibid. Protocolos de Pedro de Grajos. Caja 3.928. Su hijo mayor, el pelaire Francisco Pavón, era el encargado de cobrar esta renta y distribuirla. E 28 de marzo de 1564. El bachiller Francisco Romero, poseedor de las casas, sitas en la Cornudilla, por compra que hizo a Benito Ojalvo, reconoció esta carga.

[66] Ibid. Protocolos de Diego González. Caja 3.823. El 30 de enero de 1544, el clérigo Bartolomé Martín clérigo vendió la casa a Francisco Durán por doce mil maravedís.

[67] Ibid. Protocolos de Juan Romero. Caja 4.246. El 24 de marzo de 1594, el mesonero Juan González y su mujer Isabel García las dieron a censo por 57 reales y 12 maravedís anuales a Martín Alonso y a María de Tovar, su mujer, quienes además debían pagar la renta a la cofradía de la Soledad

[68] A.D.C.-Cc. S.M. Leg. 22, doc. 3. Cabildo Eclesiástico.

[69] A.H.P.Cc. Protocolos de Benito González. Caja 3.819.

[70] A.H.P.Cc. Protocolos de Pedro González. Caja 3.829.

Ene 122020
 

                                  

Soledad Ucedo Villa.

(Fig. Nº 1)

Nació en Badajoz en el año 1767 en el Nº 18 de la calle Santa Lucía, como lo demuestra una placa de mármol en la fachada de la casa en la que se puede leer: “EN ESTA CASA NACIÓ MANUEL GODOY, PRÍNCIPE DE LA PAZ, 1767-1967”, colocada por la Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País cuando se cumplieron doscientos años de su nacimiento. Estuvo muy ligado a la ciudad pacense de Castuera, tanto que algunos cronistas e historiadores creen que nació allí, pero la realidad es que pasó temporadas en una casa solariega, propiedad de sus padres.

La vida de Godoy transcurre en los siglos XVIII y XIX cuando en España al igual que en Europa, Francia, Inglaterra y Alemania, culmina el movimiento cultural e intelectual de la Ilustración. [1]

Este movimiento, surgió como consecuencia del racionalismo, siendo éste el carácter más saliente del siglo XVIII, cuya principal característica fue la indiferencia en materia religiosa y una exagerada crítica en temas políticos. La gente se preocupaba sólo de las cosas de este mundo, buscando la felicidad del ser humano, que se creyó encontrar identificando al hombre con la naturaleza, libre de trabas impuestas por la sociedad, había, por tanto, que destruir, los obstáculos a nivel religioso, político y social existente para levantar un mundo nuevo, lo que conlleva disipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de la razón, el fin de esta época era iluminar la vida de las persona, de ahí que este siglo se le conozca en la historia como “el siglo de la razón o de las luces”. [2]

Las nuevas ideas, afirmaban que la riqueza de un país se hallaba en la explotación de las tierras, por eso se dio mucha importancia a la agricultura y al cultivo de los campos, a la vez, que a la industria y al comercio. Los campesinos empezaron a utilizar las máquinas agrícolas, así permitieron una producción más abundante y acelerada, también mejoraron la calidad de las tierras con el uso de abonos químicos y nuevos productos.

En todos los países hubo cambios fundamentales en la vida de los pueblos, gracias a los grandes inventos del hombre: (Fig. Nº 2 y 3)

 

Descubrimiento de la fuerza del vapor y su aplicación al empleo de las máquinas. Labor importante fue la que realizó el escocés Watt, en el 1770. Así nació el maquinismo, que revolucionó todas las actividades de aquella época.

A partir de entonces, la mecanización de la industria textil reemplazó a la producción manual. En poco tiempo se multiplicaron las fábricas y con ellas nació la gran industria y el comercio a gran escala. [3]                                                              

A nivel político, en España, en etapa de la Ilustración, como la dinastía de los Austrias estaba en decadencia, se inauguró la casa de Borbón con el rey francés Felipe de Anjou, Felipe V, introduciendo en España influencias francesas en cuanto a ideologías y monumentos, como el Palacio de Aranjuez o el Real de Madrid, el Museo del Prado,… Pero pronto surgió el descontento dando lugar a la guerra de sucesión hasta el reinado de Carlos III, que protegió la industria de la tapicería, cerámica y sericicultura, fomentó la Marina, que alcanzó entonces su mayor esplendor. Fundó escuelas y academias. Por su buena labor en Madrid se le conoce a Carlos III, como “el Político” o “el mejor Alcalde de Madrid. (Fig. Nº 4)

Se vivió un gran esplendor hasta que surgieron los conflictos bélicos de la Revolución Francesa (1789- 1799) y la Guerra de la Independencia (1808- 1814) teniendo en España muchas consecuencias. Durante este período inestable reinaron en España Carlos IV, Fernando VII e Isabel II. Destacó el extremeño, al que dedicamos esta comunicación, Manuel Godoy, ministro de rey Carlos IV, Político español. Nacido en el seno de una familia noble empobrecida. A los diecisiete años acompañó a su hermano a Madrid y ambos ingresaron en la guardia de corps (tropas de la casa real). Allí inició una fulgurante carrera gracias, al apoyo de la entonces princesa de Asturias y del rey, éste supo ganarse la confianza de ambos soberanos, gracias a sus dotes de político. [4]

Con tan sólo veinticinco años, en el 1792, recibió el Toisón de Oro y fue nombrado primer ministro del Estado. Emprendió reformas que tuvieron como fin limitar o controlar el poder de la Alta Nobleza, también reanudó las políticas reformistas, redujo los monopolios gremiales, apoyó la ley agraria, suprimió algunos impuesto. En 1793 fundó la primera escuela de Veterinaria y dos años después, una Escuela Superior de Medicina en Madrid. Creó el Cuerpo de Ingenieros Cosmógrafos, el Jardín Botánico de Sanlúcar, el Cuerpo de Ingenieros de Caminos, el Depósito Hidrográfico, el Observatorio Astronómico, la Escuela de Sordomudos, … Fue mecenas de la Arqueología española, impulsó las excavaciones arqueológicas en Duratón, Sagunto o Mérida y la restauración de la Torre de Hércules en La Coruña. Cabe destacar que auspició la primera legislación de alcance nacional para la protección de Antigüedades, la Instrucción formada por la Real Academia de la Historia sobre el modo de recoger y conservar los monumentos antiguos descubiertos o que se descubran en el Reino. Dictó una normativa vanguardista que por primera vez obligaba a la protección también de los monumentos hebreos y árabes. Fue también un gran mecenas artístico: protegió a Goya, Meléndez Valdés, Moratín, etc. [5]

Liberalizó los precios de las manufacturas, intentó salvar al rey Luis XVI de la guillotina. Finalmente, la ejecución del monarca francés llevó a España a declarar la guerra a Francia. Poco después, el curso desfavorable del conflicto obligó a Godoy a negociar y a firmar el tratado de Basilea, recuperando España todas las tierra conquistada por los franceses en el País Vasco y Navarra a cambio de la parte española de la Isla de Santo Domingo, lo que le valió el apelativo de «príncipe de la Paz», título, bien merecido, que había obtenido por el tratado de paz firmado en el 1795. [6]

En 1798 se vio obligado a abandonar su cargo, debido a las presiones del Directorio francés, que dudaba de su lealtad, pero siguió contando con la confianza de Carlos IV, prueba de ello es que apenas dos años después, volvió a empuñar las riendas del gobierno. Fue por aquel entonces cuando, ayudado por los franceses, logró ganar «la guerra de las Naranjas» contra Portugal. [7]

Manuel Godoy fue, el extremeño más poderoso de su tiempo. Pero además del poder político, llegó a reunir numerosas casas y posesiones, por ejemplo, en Madrid era dueño de tres palacios: el llamado Palacio de Godoy, situado en la plaza de la Marina Española; la Casa de recreo del II Conde del Campo Alange, en Carabanchel y el Palacio de Buenavista. A todos les dotó, y revistió sus paredes y techos, con su colección de arte, ya que acumuló en solo dieciséis años, de 1792 a 1808, cerca de mil cien pinturas, valiéndose, sin escrúpulos, de su posición social para conseguir obras maestras que estaban en manos de la aristocracia y la Iglesia españolas. Su colección reflejó de ese modo la riqueza de los fondos de pintura flamenca, italiana y española de los siglos XVI a XVIII que había en España hacia 1800. El favorito real también encargó pinturas a los mejores artistas españoles de la época, particularmente retratos de él mismo y de sus familiares y decoraciones para su palacio madrileño. Su pinacoteca se puede considerar la primera moderna de España, ya que no fue here­dada, sino formada por un advenedizo, de acuerdo con lo que iba a ser la tendencia del coleccionismo a lo largo del siglo XIX, entre las que se contaban “La Venus del espejo” de Velázquez, las dos “majas” de Goya, la Escuela del amor, de Correggio , en la National Gallery, Londres, y adquiridas por Godoy a la XIII duquesa de Alba, Apolo y Marsias, de Ribera, Musées Royaux des Beaux-Arts de Belgique, Bruselas, Santo Tomás de Villanueva niño repartiendo limosnas, de Murillo ,Cincinnati Art Museum, San Pedro con Alejandro VI y Jacopo Pesaro, de Tiziano. [ 8]

Pero en 1808 se produjo su caída, exilio y confiscación de todos sus bienes.

Sus palacios y posesiones, tras el “motín de Aranjuez”, fueron objeto de rapiña por parte de las turbas asaltantes. No obstante, también el Estado se hizo con la posesión de muchos de tales bienes, así como el duque de Wellington (regalados por Fernando VII) parte de las cuales pueden contemplarse en Apsley House o en la National Gallery, o fueron botín de las tropas napoleónicas.

Manuel Godoy fue hecho prisionero, si bien, liberado poco después por orden de Napoleón, se dirigió hacia Bayona, donde se reunió con el príncipe Fernando y los reyes. Estos últimos abdicaron dejando el trono de España en manos de Napoleón. A los setenta y dos años, se exilió en París, donde escribió sus Memorias. [9]

“La historia de Godoy la planteó la envidia y la escribió el odio”. Frase escrita por Antonio Rodríguez Moñino en 1958, puede dar una idea de la mezcla de sentimientos, traspasando las barreras del tiempo. Cierto es que Godoy no fue ningún santo, sino un déspota con sus virtudes y sus defectos. En el siglo XIX todas las ideas que hay en contra de Godoy, se deben a la información procedente de personas que tuvieron un papel destacado en la historia. Para los liberales encarnaba lo más abyecto de la tradición librepensadora nacida del movimiento revolucionario del XVIII; para los conservadores, su descrédito del trono y de las instituciones monárquicas y su comportamiento libertino y depravado, constituían afrentas que nadie conseguiría borrar y le acompañarían hasta la actualidad. [10]

Este concepto de Godoy como déspota se ensañó en la historia hasta el 1990 en especial por el origen de su rápido encumbramiento y la amplitud de sus poderes, así su fama e imagen en general fueron nefastas durante décadas. Desde 2001, los estudios sobre Godoy, empiezan a transmitir una imagen y valoración más positivas, destacando que fue la propaganda napoleónica quien manipuló y tergiversó la realidad para poner al pueblo en su contra y que luego se unió más tarde la negativa de Fernando VII, que le había considerado siempre un peligroso rival.

Como hemos dicho anteriormente, el encono de Fernando VII contra Godoy, el nuevo rey tras la Guerra de Independencia, fue evidente y éste le obligó a renunciar a sus títulos nobiliarios y confiscó todos sus bienes, sin dar razón de causa alguna. [11]

 

Posteriormente, Isabel II le devolvió sobre el papel a Godoy todos sus bienes. Le fueron reintegrados los honores, cargos militares y títulos, salvo los de «Príncipe de la Paz», «Generalísimo» y «Gran Almirante», pero Godoy, ya octogenario, no volvió nunca más a España. Murió en París en 1851, con la que se dice, una modesta pensión.

Tras el saqueo del palacio de Godoy, sólo se pudieron inventariar 381 obras, de las cuales, más o menos un centenar pasó a manos de su primera esposa, María Teresa de Borbón y Villabriga, condesa de Chinchón y sobrina de Carlos IV, en 1813. El resto, fueron cedidas a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1816 y forman la base de su Museo, es el mayor grupo de pinturas de la colección que se conserva intacto.

Veinte obras de Godoy pertenecen hoy al Museo del Prado, Museo que se inauguró el 19 de Noviembre 1819, como lo anunció el 18 de noviembre de ese año La Gaceta de Madrid, diciendo literalmente: “ … propagar el buen gusto en materia de bellas artes…”

También en la noticia: “… hermoseaba la capital del reino y se contribuía al ilustre y esplendor de la nación”. [12] Por lo que se conmemora este año el bicentenario de su creación y al que se dedican estos Coloquios Históricos de Extremadura. Estas pinturas, no llegaron a esta pinacoteca de forma directa, sino en circunstancias variadas y escalonadamente en el tiempo. No obstante, entre ellas se cuentan algunas de las pinturas más admiradas del Prado. El Cristo crucificado, de Velázquez (Fig. Nº 5), pero muchas son obras de segundo rango que entre 1881 y 1942 se cedieron en depósito a otras instituciones públicas y permanecen en ellas, como Triunfo de Cibeles El triunfo del amor, de Pieter van Lint, o El rapto de las sabinas, atribuido a Sebastiano Conca.  [13]

Nº 5

Goya, que contaba con el mecenazgo del poderoso Godoy, es sin duda el artista mejor representado en el Prado, con unos 130 cuadros en el museo, quinientos dibujos y una representación de su obra grabada, por pinturas procedentes de la colección del valido, no en vano este llegó a poseer 26 obras del artista aragonés de las cuales, actualmente el Prado tiene nueve.

Dos retratos de cuerpo entero de “Carlos IV” y de “La reina María Luisa”.

“La Maja Desnuda” pintada en el año 1800 y “La Maja Vestida” en el 1803. Ambas llegaron al Prado en el 1901, procedentes de la Academia de San Fernando.

Los tres tondos alegóricos: “El comercio”, “La agricultura” y “La industria”, pintadas para decorar la antecámara pública del Palacio madrileño de Godoy, fueron trasladados al Prado en el 1932 cuando se demolió parte del edificio para ensanchar la calle Bailén.

“El general Don Antonio Ricardo” que aún conserva el símbolo “CC” con lo que se reconocían las pinturas de Godoy, pasó al Prado en el 1931.

“La condesa de Chinchón”, pintado en la primavera del 1800, cuando la condesa estaba embarazada. El Prado compró esta obra en el año 2000. [14] (Fig. Nº 6 ,7 y 8)

 

      

                      

                       

                                                                             

               

CUADRO Nº 1: Nueve obras artísticas de goya en el Prado procedente de la colección de Godoy.

 

       NÚMERO

 

TÍTULO CARACTERÍSTICAS

AÑO QUE LLEGÓ AL PRADO Y AUTOR

          UNO

 

RETRATO CarlosIV. ÓLEO SOBRE LIENZO. 280 x 336

       1900     GOYA

            

             DOS

RETRATO Reina Mª Luisa. ÓLEO SOBRE LIENZO 208X127

         1900   GOYA

           TRES

 

La Maja Desnuda. ÓLEO SOBRE LIENZO 98X191

         1901   GOYA

 

           CUATRO

La Maja vestida. ÓLEO SOBRE LIENZO. 95X188

         1901   GOYA

           CINCO

 

El General Antonio Ricardo ÓLEO SOBRE LIENZO 112X84

         1931   GOYA

           SEIS

 

La agricultura. TEMPLE SOBRE LIENZO

         1932   GOYA

           SIETE

La industria. TEMPLE SOBRE LIENZO

         1932   GOYA

 

           OCHO

El Comercio. TEMPLE SOBRE LIENZO

         1932   GOYA

 

           NUEVE

La Condesa de Chinchón.

ÓLEO SOBRE LIENZO 216X144

         2000   GOYA

 

                                          

No hay que descartar la posibilidad de que otras obras de la misma procedencia se incorporen al Museo en el futuro. [15]

Castuera guarda recuerdos de esta ilustre persona y como homenaje el Instituto de Educación Secundaria lleva su nombre.

No obstante, el homenaje más plausible en honor a Godoy se halla en la rotonda de la confluencia de la avenida Juan Carlos I, la calle Obispo San Juan de Ribera y las plazas de San Atón y de Minayo de Badajoz. Siguiendo un viejo proyecto inconcluso de 1807, y coincidiendo con el bicentenario del comienzo de la guerra de la Independencia en 2008, la ciudad  rindió un homenaje a Godoy consistente en una estatua inaugurada el 14 de junio de ese mismo año, obra de Luis Martínez Giraldo. El que fuera Príncipe de la Paz y duque de Alcudia aparece uniformado de general y porta junto al pergamino la vara de mano y el sable. Godoy cuenta, asimismo en esta ciudad, con una calle en el barrio de San Fernando y con una plaza en el Casco Antiguo, denominada del Príncipe de la Paz. [16] (Fig. Nº 9)

Finalizaría aquí mi trabajo, pero dado el personaje al que se dedican estos coloquios vamos a citar algunos nombres que dirigieron esta pinacoteca a lo largo de los siglos.

En la actualidad dirige el museo, desde el 17 de marzo del 2017, Miguel Falomir Faus. Destacamos la labor de Alcántara Téllez- Girón y Pedro de Alonso Pimentel, en un periodo de tiempo comprendido entre el 1820 y 1823, le siguió Luis Álvarez Catalá, ya en el siglo XX cabe destacar la labor de Fernando Álvarez de Sotomayor y Zaragoza. Desde el 1970 al 1978 fue Director del Museo del Prado, Xavier Salas Bosch, al que se le dedica la XLVIII edición de los Coloquios Históricos de Extremadura de este año 2019, precisamente por conmemorar el bicentenario de la fundación del Museo y porque Xavier de Salas estuvo durante un tiempo ligado a la ciudad de Trujillo, ya que en un principio, el matrimonio Xavier y Carmen Ortueta Martínez, a través de la Asociación de Amigos de Trujillo, que ellos fundaron en el 1972, ayudaron a la reconstrucción de edificios y salvar el barrio antiguo de la villa medieval que muchos estaban en ruina y posteriormente crearon en 1981, La Fundación Xavier Salas, con el fin de contribuir al desarrollo cultural de Extremadura e Iberoamérica, cuya sede se encuentra en el Convento de la Coria, un edificio del siglo XV, restaurado, donde en la actualidad se realizan actividades académicas, culturales y sociales. Dicha Fundación está reconocida, clasificada e inscrita en el Registro de Fundaciones del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte con el número 33 como institución benéfico-docente de carácter privado y con personalidad jurídica propia. También en el Registro de Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo de Extremadura con el número 160.

La Fundación Xavier de Salas es miembro de la Asociación Extremeña de Fundaciones y pertenece igualmente a la Asociación Española de Fundaciones. [17] (Fig. Nº 10

                                                       

FUENTES Y WEBGRAFÍA

[1] Juan Blanco Cea. Historia 4º. Editorial Bruño. Madrid, 1969. Pp102

[2] Fernando Lázaro y E. Correa Calderón. Antología Literaria, 6º curso. Ediciones Anaya. Salamanca, 1972. Pp 138.

[3] Juan Blanco Cea. Historia 4º. Editorial Bruño. Madrid, 1969 Pp 102 y103.

[4] Espasa Calpe. Enciclopedia Universal Ilustrada. Tomo XXVI. Editorial Espasa Calpe, S.A. Madrid, 1925. Pp 454- 455.

[5] Juan Blanco Cea. Historia 4º. Editorial Bruño. Madrid, 1969. Pp 105

[6] Miguel Ángel Melón , Emilio La Parra y Fernando Tomás Pérez. Manuel Godoy y su tiempo. Tomo I. Editora Regional de Extremadura. Colección Estudio. Pp 679.

[7] Espasa Calpe. Enciclopedia Universal Ilustrada. Tomo XXVI. Editorial Espasa Calpe, S.A. Madrid, 1925. Pp 457

[8]  Rose-de Viejo, Isadora, «La formación y dispersión de las colecciones artísticas de Manuel ­Godoy en Madrid, Roma y París (1792-1852)», Manuel Godoy y la Ilustración, Mérida, Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura, 2001.

[9] https//m.casadellibro.com

[10] Miguel Ángel Melón , Emilio La Parra y Fernando Tomás Pérez. Manuel Godoy y su tiempo. Tomo I. Editora Regional de Extremadura. Colección Estudio. Pp. 35, 36 y 37.

[11] https//m.casadellibro.com

[12] Gaceta de Madrid, noviembre de 1819.Anuncio de la apertura del Museo del Prado. Madrid, Hemeroteca Municipal. Ayuntamiento de Madrid.

[13] Alfonso E. Pérez Sánchez. Museo del Prado. Océano grupo Editorial, S:A. pp 111.  

[14] Rose de Viejo, Isidora, “Pinturas en el Museo del Prado procedentes de la antigua colección de Manuel Godoy”, Boletín del Museo del Prado,IV, 12 Madrid, septiembre- diciembre de 1983. Pp 170- 178.

[15] Articultura. La colección de Arte de Godoy. Junio 10, 2015.

[16] www.elperiódicoextremadura.com

[17] www. Turismocaceres.org/es/información-turistica/museo-de-la-fundación-xavier-de-salas

                                                                               SOLEDAD UCEDO VILLA

 

 

                                                                            

 

 

 

 

          

 

 

 

 

  

          

 

 

 

 

 

 

 

Ene 112020
 

Teodoro A. López López. (Provisional).

Desde época muy temprana la Iglesia, a efectos de su organización, administración y conservación de su memoria ha custodiado celosamente sus documentos. No hay ninguna institución que acumule material tan valido ni en tal cantidad.

                                                                                                                         

Por su rigor, amplitud y variedad, la documentación conservada resulta fuente histórica insoslayable para el conocimiento no sólo de la Iglesia sino de la cultura y el saber en general.

 

Con el paso del tiempo los archivos eclesiásticos se han ido adecuando a las determinadas técnicas de cada momento, contando en la actualidad por lo general con las mejores instalaciones y organización.

 

Un archivo es el conjunto ordenado de documentos escritos, emitidos y recibidos, cuya redacción acompaña las diferentes manifestaciones de todo ser, que desarrolla una persona o la colectividad de personas.

 

El profesor BATTELLI dice que al ordenar los papeles de un archivo se ha de tener en cuenta la ACTIVIDAD DEL ENTE y se han de disponer de forma que se vea cómo funciona la ENTIDAD, de tal manera que se vea su organización primitiva. Esto es lo que llamamos respetar el ORDEN DE PROCEDENCIA.

 

La vida de estos grupos o corporaciones provoca la redacción de piezas escritas de toda naturaleza, que sirven para perpetuar su memoria. Por eso, los archivos son base fidedigna de la historia pública y privada. Es labor de los investigadores convertirla en fuentes secundarias, así “los recuerdos hacen historia y la historia impresa se convierte en historia viva”. Y cuanto más antigua, continua   y abundante sea su documentación, más importante será el archivo para la indagación del pasado.

 

En el ámbito religioso se encuentran instituciones con una personalidad específica e influyente que más han perpetuado. El exponente más claro lo tenemos en las catedrales y en las curias episcopales. Sus fondos archivísticos podrían catalogarse de continuos, refiriéndose a un amplio periodo cronológico, lo que avala su importancia como fuente histórica de primer orden. No debe olvidarse el papel tan importante que siempre ha desempeñado la Iglesia dentro de la sociedad civil.      

POLITICA ARCHIVÍSTICA DE LA IGLESIA

Desde sus comienzos, la Iglesia se preocupó de conservar la memoria de   su misión pastoral y de las obras realizadas.

En marco pastoral decía Pablo VI: “en los archivos eclesiásticos se conservan las huellas del paso del Señor en la historia de los hombres” (Alocución a los archiveros de la iglesia 26 de septiembre de 1963)

El interés de los Papas por la conservación del patrimonio cultural eclesiástico-y en nuestro caso de los archivos- se ha manifestado de forma patente desde el siglo IV.

  1. Desde sus orígenes a Inocencio III. (313-1216)

En el siglo IV el Papa San Dámaso manda conservar los documentos eclesiásticos en los llamados TURRIS CHARTULARIA, que se encontraba en la basílica de San Lorenzo in Dámaso primer archivo eclesiástico, origen del futuro Archivo Secreto Vaticano.

En el siglo VI San Gregorio VII “Magno” ordena las formulas determinadas para un escrito o documento. En efecto, aparecen los notarios o TABELLONES. Así encontramos el Liber diurnus (s. VI-XI); Beviarium dictandi y Summa dictandi. Después se pasó a LOS REGISTROS PONTIFICIOS de la Curia Romana, que eran muy utilizados en tiempo de Inocencio III (1198-1216) para ver la validez de los privilegios presuntamente concedidos por la Sede Apostólica.        

En la Baja Edad Media apenas contamos con algunas referencias documentales   sobre intentos de ordenación de los archivos eclesiásticos, a nivel de iglesia, como en Tarragona el 1360 en que el Reino de Aragón dispone los registros sacramentales en parroquias; mientras que en Castilla no comienza hasta los siglos XV.

 

  1. Concilio de Trento.(1545-1563)

El Concilio de Trento es con quien se empieza la verdadera política de los archivos, en especial los diocesanos y los parroquiales, aunque no trata directamente, sino como consecuencia del funcionamiento y prácticas de determinadas instituciones eclesiásticas. Así ordena la regulación canónica de los matrimonios, la unidad e indisolubilidad del matrimonio y los matrimonios clandestinos. Esta normativa en España será de aplicación obligatoria desde el 12 de julio de 1564, fecha en que Felipe II decretó oficialmente la ejecución de los documentos tridentinos. Será Juan de Ribera, obispo de Badajoz el primero que lo aplicará en Badajoz. (1562-68).

 

Sixto V, en 1588, con la Constitución Apostólica reglamentó la creación de archivos en las diferentes instituciones de la Iglesia y su funcionamiento a través de la Cámara Apostólica por los “Estatutos y Reglamento de los Archivos Eclesiásticos”. Es una verdadera doctrina de organización y práctica archivística.

 

A partir de Benedicto XIII (1724-1730) con la Constitución Apostólica “Máxima vigilancia” aborda dirección del archivo, dos llaves, inventario y catálogo, seguridad e integridad, apertura al público, en los archivos diocesanos.

 

 

 

  1. Apertura del Archivo Secreto Vaticano por León XIII el 1880 y su proyección diocesana. (1902-1932)

 

León XIII (1880) concede la apertura del Archivo Secreto Vaticano pasando a ser el archivo patrimonial de la Iglesia a ser un archivo documental para utilización de los investigadores. En efecto, a principio del siglo XX aparecen las grandes colecciones históricas de Momsem, Devifle o Pastor.

 

El primer tercio del s. XX la Secretaría de Estado da un “Reglamento para la custodia y uso de las Bibliotecas y Archivos Eclesiásticos “con la ordenación y descripción, inventario y catálogo, custodia y conservación, vigilancia de los investigadores, pergaminos. (1902).

 

El Secretario de Estado, Cardenal Mery del Val, en 1907, dirige una Circular a los obispos italianos sobre el patrimonio cultural de la Iglesia, dando origen al comisionado diocesano para los archivos de la Iglesia. En 1914, la carta de Mons. Ragonessi, Nuncio Apostólico de España a los obispos españoles les dice que en los archivos se conservan los mejores fondos documentales para la Historia de España.

 

Con la aprobación del Código de Derecho Canónigo por Benedicto XV (1917), en los cánones 372-378 trata “de diversos archivos eclesiásticos en general y los episcopales o diocesanos en particular” sobre el personal responsable, archivero nato o canciller y el notario, índice, local, inventario. Le siguen la creación de la Escuela Vaticana de Paleografía y Diplomática y la facultad de Historia de la Iglesia en la Universidad Gregoriana de Roma (1923).

 

Además el C.I.C. del 1917 ordena que cada diócesis tenga un archivo propio y conserve los documentos como testimonio de su misión y actividades, tanto en el aspecto espiritual como material.

 

En efecto, D. Ramón Pérez Rodríguez nombra al archivero capitular y diocesano a D. Fernando Castón Durán, previa oposición al beneficio eclesiástico catedralicio el 1922 que desempaña hasta su muerte 1951.

 

Para España fue decisiva la circular de Tedeschini, de 1929, a instancia de Pío XI, quien crea una Junta Central Técnica, con sede en Madrid, presidida por el Cardenal Primado D. Pedro Segura Sáenz (1927-1931), delegando esta presidencia en el archivero capitular de Toledo y se prevé las Juntas diocesanas para estos asuntos.

 

  1. Concilio Vaticano II (1962-1965)

El Concilio Vaticano II no afronta el tema por falta de tiempo y el esquema de 19 de noviembre de 1961 se traslada a las conferencias Episcopales. El nuevo Código de Derecho Canónigo de 1983 sintetiza la normativa conciliar en los cánones 486 al 491 insistiendo en el índice o guía, inventario y catálogo de los documentos, lugar y seguridad, dos llaves, obligación del archivo histórico como patrimonio documental.

    

En junio de1988 Juan Pablo II instituyó la Pontificia Comisión para conservación del Patrimonio Artístico e Histórico, dentro de la Congregación para el Clero, siendo reformada y denominada Pontificia Comisión para los Bienes de la Iglesia, con autonomía propia.  

 

La Pontificia Comisión para los Bienes Culturales de la Iglesia fue creada el 1993. Pero es la Circular para los Bienes Culturales de la Iglesia, del Arzobispo Francesco Marchisano, del 2 de febrero de 1997, la que comienza así: “La Función Pastoral de los Archivos de la Iglesia”. En ella se anima a los archiveros y responsables de los Archivos Eclesiásticos, Diocesanos, Capitulares y Parroquiales como de otras Instituciones Eclesiales a valorar el patrimonio documental en un contexto pastoral a través de la tutela material, la organización de la gestión, la protección de las fuentes, la oportuna accesibilidad y la promoción de la iniciativas culturales, todas encaminadas a la valoración del depósito documental que está recogido y se ha estado recogiendo en cada Iglesia Particular y en las diversas instituciones eclesiales”. D. Santiago García Aracil la ejecuta dando origen a esta nueva andadura en los archivos eclesiásticos en Badajoz.

 

La asociación de los Archiveros de la Iglesia en España trabaja hoy y entre sus actividades celebra los congresos nacionales y la publicación de sus actas en “Memoria ecclesiae”. Este año se realiza el encuentro bienal en la diócesis de Plasencia.

 

                                                                                                                                                       

  1. ORGANIZACIÓN GEOGAFICA

 

¿Cuáles son las corporaciones o entidades a las que corresponden nuestros archivos?

 

 

Según sea la naturaleza de las instituciones productoras, de cuya historia, función y actividades su documentación sea, recoge la memoria fehaciente, para establecer una clasificación general de los principales archivos eclesiásticos de una Iglesia Particular. Los más importantes del clero secular, son los Archivos catedralicios o capitulares, los episcopales o diocesanos y los parroquiales.

 

A veces los fondos eclesiásticos no siempre están en el archivo adecuado. Así se encuentran reunidos en uno sólo el capitular y diocesano en los siglos XIII-XV en la diócesis pacense. Los correspondientes a estos siglos de las Ordenes Militares en Extremadura no existen entre nuestros fondos.

 

Después de la Desamortización del 1836, parte del patrimonio documental de la Iglesia se conserva en Instituciones del Estado: Archivo Histórico Nacional, Biblioteca Nacional, Archivo General de Simancas. Estos archivos estatales ponen a disposición de los investigadores los fondos fundamentales de esta procedencia.

Lámina 1

Pueblos de la diócesis pacense originaria son 49.

Albuera, la, Alburquerque, Alconchel, Alconera, Almendral, Atalaya, Badajoz, Barcarrota, Bodonal de la Sierra, Burguillos del Cerro, Codosera, la, Corte de Peleas, Cheles, Feria, Fregenal de la Sierra, Higuera de Vargas, Higuera la Real, Jerez de los Caballeros, Lapa, la, Morera, la, Nogales, Oliva de Jerez, Parra, la, Puebla del Maestre, Roca de la Sierra, la, Salvaleón, Salvatierra de los Barros, San Benito de Olivenza, San Jorge de Alor, Santa Marta, Santo Domingo de Olivenza, Solana de los Barros, Talavera la Real, Táliga, Torre de Miguel Sesmero, Valencia del Mombuey, Valencia del Ventoso, Valverde de Burguillos, Valverde de Leganés, Valle de Matamoros, Valle de Santa Ana, Villagarcía de la Torre, Villalba de los Barros, Villanueva del Fresno, Villar del Rey, Villarreal, Zafra y Zahinos.

 Lámina 2

Provincia de León en Extremadura (1230-1873)

 Provisorato de Llerena: Ahillones, Azuaga, Berlanga, Bienvenida, Calzadilla de los Barros, Campillo de Llerena, Cantalgallo, Cardenchosa, anejo Azuaga, Casas de Reina, Fuente del Arco, Fuente del Maestre, Granja, Guadalcanal, Higuera, anejo de Valencia de las Torres, Hinojosa del Valle, Hornachos, Llera, Llerena, Maguilla, Malcocinado, anejo de Guadalcanal, Puebla del Prior, Reina, anejo a Fuente del Arco, Retamal de Llerena, Ribera del Fresno, Santos de Maimona, los, Trasierra, anejo de Reina, Valencia de las Torres, Valverde de Llerena y Usagre.

 

Provisorato de Mérida: Alange, Albalá, Alcuéscar, Aljucén, Almendralejo, Almoharín, Arroyo de San Serván, Arroyomolinos de Montánchez, Aceuchal, Benquerencia de Montanchez, Botija, Calamonte, Carmonita, anejo de Cordovilla, Cordovilla, Carrascalejo. anejo de Aljucén, Casas de D. Antonio, Don Alvaro, Esparragalejo, Garrovilla, Mérida, Mirandilla, Montijo, Nava de Santiago, la, Oliva de Mérida, Palomas, Puebla de la Calzada, Puebla de la Reina, Salvatierra de Santiago, San Pedro de Mérida, Torre de Santa María, Torremavor, Torremejía, Torremocha, Valdefuentes, Valdemorales, Valverde de Mérida, Villafranca de los Barros, Villagonzalo, Zarza de Alange y Zarza de Montánchez

 

Vicaría de Jerez: Jerez, Valle de Matamoros y Vale de Santa Ana.

 

Vicaría de Tudía: Arroyomolinos de León, Cabeza de la Vaca, Calera, la, Cañaveral, Fuente de Cantos, Fuentes de León, Monesterio, filial de Montemolín, Montemolín,

Pallares, Nava, la, filial de Montemolín, y Segura de León.

                                                                                                 

Partido de la Serena (1240-1873)

 

Lámina 3

Obispado-Priorato de Magacela-Villanueva: Campanario, Coronada,la, Esparragosa de Lares, Haba,la, Magacela, Sancti Spiritus y Villanueva de la Serena.

Obispado-Priorato de Zalamea de la Serena: Esparragosa de la Serena, Guarda, la, filial de Quintana, Higuera de la Serena, Quintana de la Serena, Valle de la Serena y Zalamea de la Serena.

 

Lámina 4

        

Pío IX con la Bula “Quo gravius”, de 14 julio de 1873 , suprime la jurisdicción de las Ordenes Militares, anexionando los territorios a las diócesis más cercanas,

 

Lámina 5

 Organigrama

 La documentación de los archivos actuales de la Iglesia SON DE PROPIEDAD PRIVADA, Y SE HALLAN INCURSO EN EL PATRIMONIO CULTURAL ESPAÑOL. Son bienes culturales con un doble valor: religioso y cultural. La Iglesia facilita su consulta al público. Como toda clase de archivos, sean estos civiles o eclesiásticos, siempre existen determinados documentos cuya consulta es reservada y aún prohibida.        

 

 

III. ARCHIVOS ECLESIASTICOS

 

ARCHIVO CAPITULAR PACENSE

 

       CUADRO DE CLASIFICACION[1]

   
       

SECCIONES

SERIES

SUBSERIES

 

 

 

I. Secretaría

1.Pergaminos

1.1.            Pontificios

 

 

1.2.            Eclesiásticos

 

 

1.3       Reales

 

 

1.3.            Privados

 

2.Actas capitulares

2.1.   Cabildo Pleno

 

 

2..2. Cabildo Canónico

 

 

 

 

3.Comunicaciones

3.1 Solicitudes

 

 

3.2. Correspondencia Pontificia.

 

 

3.3.Corespondencia Episcopal.

 

 

3.4.Autoridades civiles y militares

 

 

3.5. Instituciones Reales

 

 

3.6. Colecciones de Cartas Reales

 

 

3.7. Nunciatura

 

 

3.8 Cartas privadas

 

 

 

 

4.Personal

4.1 Cabildo catedral

 

 

4.2.Clero catedral

 

 

4.3. Informaciones-limpieza de sangre

 

 

4.4. Capellanes de coro

 

5. Varios

5.1. Archivo

 

 

5.2. Conventos

 

 

5.3.Histórico

 

 

5.4.Impresos

 

 

5.5.Junta Diocesana

 

 

5.6. Libros numerados

 

 

5.7. Parroquial

 

 

5.8. Seminario

 

 

 

II. Administración Económica

1. Mesa capitular

1.1. Libranza

 

 

2.2. Hacienda

 

2.       Contaduría

2.1.Diezmos

 

 

2.2. Censos

 

 

2.3. Subsidios, excusado, noveno y Tercias Reales.

 

 

 

III. Fábrica

3.1. Cargo y data

Libranza

 

3.2. Nomina y salarios

Artistas, alarifes, pintores.

 

 

 

IV. Liturgia

Servicio al altar y coro

1.Puntos de coro

 

 

2.Consueta

 

 

3.Culto

 

 

4.Calendarios, Epactas, fiestas

 

 

 

V. Fundaciones Pías

1. Fundaciones

1.1. Capellanías

 

 

1.2.Obras Pías

 

 

1.3.Memorias de misas, vínculos

 

3.Palacio Episcopal

Viviendas, cargas y cabildo

 

 

 

VI. De Justicia

1.Asuntos civiles

Testamentos

 

2. Asuntos procesales

Demandas

 

3. Asuntos jurídicos

Pleitos

 

4. Asuntos penal-     criminal

Sentencias

 

 

 

VII. Archivo musical

1.Partituras/Partichelas

 

 

2.Libros musicales

 

 

3. Libros procesionales

 

 

4.Libros corales

 

 

 

Junto a los diplomas reales los prebendados unieron escrituras que recogían los derechos del Cabildo sobre aldeas, casas, pastos, ganados… Fue incrementándose la documentación durante los siglos XIV y XV sin orden. En los casos de defensa o de prueba obligada de los derechos del Cabildo, hizo necesaria la búsqueda y localización fue más dificultosa. En efecto, comienza   las primeras ordenaciones.

 

Archiveros capitulares: Ruy García y Alonso Pérez Martel (1519), Rodrigo Dosma (1581), Juan Solano de Figueroa (1665) Ascensio de Morales (1750-1754) por designación real, Juan de Mustra (1848), José Gabriel Martínez (1810). Fernando Castón Durán (1922-51), Pedro Rubio Merino (1953-1966), Carmelo Solís Rodríguez (1975-2001) y Teodoro A. López López (2007-2018)

 

En el año 2007 el 31 de mayo se hace cargo el autor y lleva a cabo el traslado de todos los Archivos Eclesiásticos, a la planta baja del antiguo Palacio Episcopal C/ Obispo Juan de Ribera nº 13, que fue comprado por la diócesis a la Obra Pía “Marín de Rodezno”, propiedad del cabildo catedral (2005).

 

SECCIÓN MUSICAL

 

LOS CATÁLOGOS DE MÚSICA

 

“Memoria de los libros, papeles e instrumentos que tiene la Iglesia para su uso. Idem de los libros que se hallan en el coro y librería para cantar el oficio divino”. Francisco de Paula Truxillo. ACB. Signatura 19, núm. 289. (equivalencia, Sección III, serie 12 Mixtura, leg. 19, nº 289). 1791.

 

Catalogo musical. Rafael Jiménez Rubio. Fondos musicales. 1925.

 

LIBROS CORALES.

 

Libros corales de la Catedral de Badajoz. Estudio y catalogación por Carmelo Solís Rodríguez y Francisco Tejada Vizuete[2]. Libros 1-60. Estantería.1998.

 

 

 

LIBROS MUSICALES   NO CORALES

 

Nº 1 Liber Psalmorum et Himnorum. Nº 2 Liber responsoriorum Brevium ab Antonino González scriptum. Anno Domini 1897. Nº 3 Capitularium totius anni ad primam capitulum. Nº 4 Obras de Tomás Luís de Vitora. Nº 5 Semana Santa. Nº 6 Obras de Eduardo Lobo. Nº 7 Libro de Morales. Nº 8 Liber Missarum de José de Torres. Nº 9 Libro de Juan Esquivel. Nº 10 Propium Himnorum. Nº 11 Liber Himnorum de José Rodrigo. Año 1900. Nº 12 Liber Himnorum de José Rodrigo. Año 1897. Nº 13 Salterio de 1818 de Fernando Cortés. Nº 14 Misas y Motetes de Alfonso Lobo. Año 1602. Nº 15 Obras de Muñoz y de Cañas. Año 1730. Nº 16 Misas de Juan Esquivel. Año 1608. Nº 17 Obras de Tomás Luís de Vitoria. Nº 18 Libro del Salmista de Antonio González Valdenciel. Año 1894.                        

                  

LIBROS PROCESIONALES. Son los Responsorios para las 54 procesiones claustrales antes de la misa conventual. Cuando se celebraba la procesión de Todos los Santos, el 1 de noviembre de 1775, a las nueve de la mañana los canónigos tuvieron que interrumpirla por el Terremoto de Lisboa. Al no sufrir daño grave en el templo anualmente se cantó el Te Deum de acción de gracias hasta   finales del siglos XX.  

 

PARTITURAS Y PARTICHELAS.

 

Género: Misas a varias voces, invitatorios, antífonas, himnos, motetes, villanciscos, los “propios” y lección de difuntos.

Autores: Trujillo, Carvallo, Anónimo, Rodríguez, Eslava y Rodrigo.

Fechas: 1750, 1782, 1798, 1797, 1802, 1806, 1826, 1827, 1829, 1834, 1888 y S/F.

Tonalidad: Do Mayor, Fa Mayor, Re Mayor, Sol menor, Re menor, Sí B Mayor, Do menor, Mi b Mayor, Mi menor,

Voces: Tiple alto y Tenor y Bajo. Tiple 1. 2 y 3, alto y tenor. 1º Coro. Alto solo. 2º Coro: Tiple alto y Tenor y bajo.   Tiple 1º , 2º, alto y tenor. Tiple 1º , 2º y tenor, Tiple 1º , 2º y tenor, (bajete). Bajo. Bajo 2º coro. Coro 1º Alto y Tenor Coro 2º Tiple y Bajo. Coro 1º Tiple Coro 2º Tiple, Alto, Tenor y Bajo y S/V.

Instrumentos: Violines 1º y 2º, Trompa 1º y acompañamiento. Violines 1º y 2º, bajón obligado y Acompañamiento. Violines 1º y 2º, dos trompas añadidas y Acompañamiento. Violines 1º y 2º, Oboes 1º y y 2º Trompas 1º y 2º y Acompañamiento. Acompañamiento. Violines 1º, 2º y Tenor (Bajete). Violines 1º y 2º, Clarinetes 1º y 2º, Bajo y Acompañamiento. Violines 1º y 2º y Acompañamiento. Violines 1º y 2º, Flauta, Clarinetes 1º y 2º, Bajo y acompañamiento al órgano. Violines 1º y 2º, oboes 1º y 2º, Flauta, Trompas 1º y 2º y Acompañamiento. Violines 1º y 2º, Oboes 1º y 2º. Trompas 1º y 2º y órgano obligado. Órgano obligado, Trompas 1º y 2º. Violines 1º y 2º, Flauta, clarinetes 1º y 2º, Fagot, Trompas 1º y 2º, Acompañamiento y órgano obligado. Acompañamiento. Violines 1º y 2º y Acompañamiento.

Copias. En buen estado y muchas con manchas de agua. Algunas partituras incompletas. Otras partituras arregladas.

 

 

  1. ARCHIVOS EPISCOPALES O DIOCESANOS

 

Son creados en las diócesis por mando del Concilio de Trento al mandar que los obispos titulares fuera residenciales

 

Hay que señalar como se dijo en los Archivos capitulares, que nuestro archivo diocesano no tienen una clasificación uniforme, aunque con nombre distinto, obedece a funciones idénticas. Los tipos documentales son unas en forma de libros, y otras como documentos sueltos (expedientes), formando legajos. Peculiaridad excepcional las series nominales y series reales (ubicadas).

 

ARCHIVOS EPISCOPALES O DIOCESANOS

Cuadro ce clasificación[3]

 

Secciones

VICARIA GENERAL

JUSTICIA

ADMINISTRACION

Subsección I

Canciller-secretario

Provisor

Ecónomo

Series

Vicarias episcopales

Delegaciones diocesanas

Correspondencia,

Expedientes de órdenes sagradas,

Cofradías y Religiosidad popular

Registros personales, Concursos de curato y padrones parroquiales.

Boletines del Obispado

Conventos

Pleitos Civiles Contenciosos, Secularizaciones Adulterio, Homicidio, y Pecado público

Mesa Maestral,

Patrimonio

Testamentos, Bienes y Propiedades Limosnas, Colecturía

Fundaciones

Cuentas parroquiales de fábrica

Subsección II

Notario eclesiástico

Tribunales de la Rota y de 1ª y 2º Instancia

Gastos y datta

Series

Expedientes extraordinarios, Entables y copias de partidas sacramentales.

Separaciones, Nulidades

Nómina ,de salarios de personal

Entradas y salidas. Libramiento,

Subsección III

Vicarias territoriales

Juzgados

Obras y planos

Series

Vicarías Episcopales, Delegaciones, consiliarios

Pleitos Criminales

Construcción y reparación de templos.

 

 

Archivo secreto del obispo. Reservado al Obispo y destruido cuando dejan la diócesis.

 

 

ORDENES MILITARES EN LA BAJA EXTREMADURA

 

Obispado- Priorato de ORDEN DE SANTIAGO

Cuadro de clasificación[4]

 

 

I PARTE

SERIES nominales

SERIES nominales

SERIES nominales

SERIES nominales

SERIES nominales

SERIES nominales

Provincia de León en Extremadura

Iglesia, ermitas y conventos

Órdenes Sagradas

Capellanías y Obras Pías

Asuntos matrimoniales

Asuntos civiles

Asuntos criminales

I I PARTE

SERIES reales

SERIES reales

SERIES reales

SERIES reales

SERIES reales

SERIES reales

 

Iglesia, ermitas y conventos

Órdenes Sagradas

Capellanías y Obras Pías

Asuntos matrimoniales

Asuntos civiles

Asuntos criminales

 

 

 

Obispado- Priorato de la ORDEN DE ALCÁNTARA

 

Cuadro de clasificación[5]

 

 

Series reales

Series reales

1. Dignidad Episcopal

6.Asuntos civiles y criminales

2. Parroquias

7.Asuntos matrimoniales

3.Visitas

8. Varios

4.Capellanías, patronatos y obras pías

9 Fondo Parroquial de la Serena antes de la Bula “Quo gravius”

5.Ordenes Sagradas

 

 

Archiveros dicesanos: Antonio Gómez Fabra (1701),Matías Sutil, (1713),José Gabriel Martínez (1810), Col (1900), Fernando Castón Durán (1922-1951), Pedro Rubio Merino(1953-1966), Eladio Méndez Venegas (1982-2006) y Teodoro A. López López (2006-2018)

 

 

REFORMA CONCORDATARIA DE 1958.

En virtud del solemne concordato del 27 de agosto de 1953, la Sagrada Congregación Consistorial da el decreto el 30 de abril de 1958, con el mismo valor de Bulas Apostólicas de Pío XII, y a través de la Nunciatura envía la Dirección General de Asuntos Eclesiásticos y aparece publicado el 19 de noviembre del mismo año.

Del obispado de Córdoba al de Badajoz. Arciprestazgo de Castuera.

  1. Castuera, 2. Almorchón, 3. Benquerencia de la Serena, 4. Cabeza del Buey, 5. Helechal, 6. Malpartida, 7. La Nava, 8. Peraleda del Zaucejo, 9. Puerto Urraco.

         Del Obispado de Cáceres al de Badajoz.

Los pueblos de Puebla de Obando y San Vicente de Alcántara.

Del Obispado de Badajoz al de Coria-Cáceres. Arciprestazgo de Montánchez.  

1.Albalá. 2. Alcuéscar 3. Almoharín. 4. Arroyomolinos de Montánchez. 5. Botija. 6. Casas de D. Antonio. 7. Montánchez. 8. Salvatierra de Montánchez. 9. Torre de Santa María. 10. Torremocha. 11. Valdemorales. 12. Zarza de Montánchez

 

  

ARCHIVOS PARROQUIALES

 

Los nuevos locales de los Archivos Eclesiásticos fueron ampliados para recoger los archivos parroquiales. El arzobispo implanta la circular de la Pontificia Comisión para Bienes Culturales de la Iglesia con fecha de 2 de febrero de 1997, y se lleva a cabo en el año 2013 en nuestra diócesis. Ya se había hecho en Cáceres voluntariamente el año 1974. Plasencia aún están en las parroquias.

 

Previamente confeccioné un modelo de entrega a cada párroco para que los fuesen preparando, le sigue una visita personal para solucionar las dificultades que surgían. Finalmente se procedió a la recogida por arciprestazgos en un camión cerrado en presencia del vicario episcopal, el arcipreste, párroco y archivero Una vez recogido se depositaron en su compacto correspondiente. Se recogieron  los libros anteriores al año 1900, como sigue en este modelo:  

 

DOCUMENTO DE CESIÓN EN DEPÓSITO

 

RELACIÓN DE ENTREGA Y RECEPCIÓN DE LOS FONDOS DOCUMENTALES DE LOS ARCHIVOS PARROQUIALES AL ARCHIVO HISTORICO DIOCESANO DEL ARZOBISPADO DE MÉRIDA-BADAJOZ

 

                                                                                                           Hoja Nº 1

INSTITUCIÓN U ORGANO REMITENTE:

Ciudad, pueblo o villa: FERIA                                

Parroquia SAN BARTOLOMÉ

Arciprestazgo de ZAFRA

 

Fecha de ingreso

18

Junio

2013

Día                 Mes                             Año                              

 

Datos de identificación, control y descripción de los documentos a transferir.

                                                                                                                

Sección/

serie

Nº orden   de

caja   o archivador

Control de libros, carpetilla y hojas

Fechas

Extremas

Primera y última

partida

I, 1

1

Bautismo 1

1501-1540

…?

…?

 

1

Bautismo 2

1548-1564

Tomás…

Alonso…

 

2

Bautismo 3

1564-1623

Francisca Gómez

Ana Rodríguez

Juan Becerra

José Manuel Gonzalo

 

                                                                                                                 Hoja Nº 2

 

Datos de identificación, control y descripción de los documentos a transferir.

 

       

Hilario González Muñoz

I, 3

13

Matrimonio 1

1564-1671

Pascual…

Juan Antón

 

13

Matrimonio 2

1672-1711

Esteban Martín

Juan Ruiz

 

13

Matrimonio 3

1712-1742

Juan de Bolaños

Diego Pérez

Miguel Vázquez

 

                                                                                                                 Hoja Nº 3

 

Datos de identificación, control y descripción de los documentos a transferir.

 

Sección/

serie

Nº orden   de

caja   o archivador

Control de libros, carpetilla y hojas

Fechas

Extremas

Primera y última

Partida

       

Juan Montero

I, 4

16

Defunciones 1

1637-1671

…?

Alonso Fernández

 

16

Defunciones 2

1672-1697

Párvulo

María…

 

16

Defunciones 3

1698-1710

Párvulo

Juan Carvajal

Párvulo

Isabel Muñoz

 

                                                                                             

             Hoja Nº 4

 

Datos de identificación, control y descripción de los documentos a transferir.

 

Sección/

serie

Nº orden   de

caja   o archivador

Control de libros, carpetilla y hojas

Fechas

Extremas

 

I, 6

22

Índices Bautismo-Matrimonio

1700 (M)

1800 (B)

 

I, 7.1

23

Exp. Matrimonio Ordinarios 1

1782-1864

 

 

24

Exp. Matrimonio Ordinarios 2

1865-1871

 

 

25

Exp. Matrimonio Ordinarios 3

1871-1877

 

 

26

Exp. Matrimonio Ordinarios 4

1878-1886

 

 

27

Exp. Matrimonio Ordinarios 5

1887-1899

 

II, 1

28

Cuentas Fábrica 1

1623-1674

 

 

28

Cuentas Fábrica 2

1707-1774

 

 

29

Cuentas Fábrica 3

1774-1819

 

II, 2

30

Escrituras 1

1656

 

 

30

Escrituras 2

1705

 

 

31

Escrituras 3

1732

 

 

34

Testamentos 1

1712-1767

 

 

34

Testamentos 2

1747-1834

 

 

34

Testamentos 3

1835-1849

 

II, 3

35

Rentas y Censos 1

1674

 

 

35

Rentas y Censos 2

1675-1703

 

II, 6

36

Libros Becerro

1705-1745

 

             Hoja Nº 5

 

Datos de identificación, control y descripción de los documentos a transferir.

 

Sección/

serie

Nº orden   de

caja   o archivador

Control de libros, carpetilla y hojas

Fechas

Extremas

 

II, 7

37

Colecturía 1

1643-1664

 

 

37

Colecturía 2

1674-1709

 

 

37

Colecturía 3

1705-1740

 

II, 8

38

Colecturía Misas 1

1740-1767

 

 

38

Colecturía Misas 2

1767-1819

 

 

38

Colecturía Misas 3

1857

 

V, 1

39

Padrón Parroquial

1905

 

VI, 1

40

Hermandad Santos Mártires

1574

 

 

40

Hermandad Virgen Dolores

1765

 

 

40

Hermandad Inmaculado Corazón María

1858-1892

 

VI, 4

41

Cuentas Hermandad Virgen Consolación 1

1797-1833

 

 

41

Cuentas Hermandad Virgen Consolación 2

1806-1818

 

 

41

Cuentas Hermandad de las Ánimas 1

1715-1760

 

 

41

Cuentas Hermandad de las Ánimas 2

1760-1797

 

 

41

Cuentas Hermandad de las Ánimas 3

1796-1833

 

 

42

Cuentas Hermandad San Miguel 1

1618-1748

 

 

42

Cuentas Hermandad San Miguel

1739-1797

 

 

42

Cuentas Hermandad San Marcos

1685-1738

 

 

42

Cuentas Hermandad Santos Mártires

1748-1793

 

 

43

Cuentas Hermandad Stmo. Sacramento 1

1678-1759

 

             Hoja Nº 6

 

Datos de identificación, control y descripción de los documentos a transferir.

 

Sección/

serie

Nº orden   de

caja   o archivador

Control de libros, carpetilla y hojas

Fechas

Extremas

Primera y última

Partida

 

43

Cuentas Hermandad Stmo. Sacramento 2

1761-1797

 

 

43

Cuentas Hermandad Virgen del Rosario 1

1634-1642

 

 

43

Cuentas Hermandad Virgen del Rosario 2

1674-1717

 

 

43

Cuentas Hermandad Virgen del Rosario 3

1718-1767

 

 

43

Cuentas Hermandad Virgen del Rosario 4

1815-1827

 

VI, 5

44

Lista Cofrades y

Cuentas Hermandad Sta. Cruz

1712

 

VII, 1

45

Fundaciones

 

s. XIX

 

VII, 2

46

Capellanías

Varias Fechas

 

VII, 3

47

Obras Pías Leonor Cordero

1697-1767

 

 

47

Obras Pías Hilario Fernández Torrado

1774

 

X

48

Varios

 

Varias

 

 

 

En muchas parroquias sólo existían los libros sacramentales. El comportamiento de los párrocos fue ejemplar. Un amplio informe del archivero fue entregado al Sr. Arzobispo sobre el estado en que se hallaban los archivos concentrados con aporte fotográfico.

 

Toda esta documentación más la generada en los años 1901 a 1985 fue  microfilmada y puesta a disposición de los investigadores en el archivo diocesano y Centro Cultural “Santa Ana” de Almendralejo, pasando a través de éste una copie a los Mormones de Utah. Ante el problema surgido junto con otras 22 diócesis hizo que interviniera Roma con severas directrices sobre los   archivos diocesanos. Los obispos extremeños en el año 2008 secundaron   las normas en sendos decretos.  

 

                                                                                                          

Ordenación archivística

 

Si la clasificación de los archivos viene determinada por el devenir histórico, no ocurre igual en la ordenación de los documentos al intervenir la voluntad humana. Nos encontramos con la labor ingente y meritoria, realizada por D. Fernando Castón.

 

Nos deja una enumeración ordenada con legajos y expedientes en distintas series, dando origen a la confusión de archiveros e investigadores. Por un lado, las series existentes son actas capitulares, correspondencia, colecciones de cartas Reales, Pontificias, Eclesiásticas y otras privadas, puntos de coro, fábrica, mesa capitular, capellanías, obras pías, subsidios, excusados y noveno; por otro, las series nominales: pergaminos, libros numerados manuscritos y mixtura con más de 300 cajas, 14.000 fichas, con su materia, a saber Archivo (Años 1691-1980. Expedientes, 41). Arte (Años 1642-1980. Exp. 56). Censos (Años 1642-1980. Exp. 56). Civil (Años 1361-1979). Docs. En orden cronológico). Clero catedral (Exp. de provisión, en orden cronológico). Consueta (Años 1521-1979. en orden cronológico). Conventual (Años 1477-1863. Docs. de los conventos de la ciudad y de la diócesis, en orden cronológico). Culto (Años 1441-1979 Docs. en orden cronológico). Diezmos (Años 1781-1805. Libros 4). Episcopal (Años 1357-1979. Docs. en orden cronológico). Hacienda (Años 1380-1979. Docs. en orden cronológico). Hacienda Años 1564-1835. Libros 13). Histórico (Años 1335- 1930. Docs. en orden cronológico). Informaciones genealógicas (Años 1335-1833. Docs. en orden alfabético). Instituciones Reales (Años 1525-1834. Docs. en orden cronológico). Muchos de ellos en pergamino. (Equivalencia. Sección I, serie 1). Junta Diocesana (Años 1815-1834. Docs. en orden cronológico. Casi todo es de tipo económico. Jurídico (Años 1442-1944. Sentencias, pleitos etc. en orden cronológico). Capellanes de coro (Años 1681-1790. 14 libros de hacienda y 2 de cuentas). Nunciatura (Años 1587-1826. Correspondencia). Obras y reparaciones (Años 1542-1963. Docs. en orden cronológico). Palacio Episcopal (Años 1575-1978. Docs.). Parroquial (Años 1575-1956. Docs. en orden alfabético). Penales (Años 1440-1884. Docs. en orden cronológico). Pontificios. (Años 1313-2004. Docs. 60) Procesales (Años 1445-1857. Docs. en orden cronológico).). Pueblos. Docs. en orden alfabético). Seminario Diocesano (Años 1657-1951. Docs. en orden cronológico) y Varios (Años 1605-1835. Docs. en orden cronológico). Al no tener presente esta realidad da origen confusión de archiveros e investigadores a la hora de hacer las búsquedas ..

 

El sucesor D. Pedro Rubio en 1953 se plantea una restructuración y llega a escribir:

En aquella ocasión el autor consideró conveniente respetar la ordenación y clasificación de los fondos documentales del Archivo tal como las encontró al hacerse cargo de su dirección. Huelga decir que esta prístina ordenación y clasificación de los fondos se encuentra muy lejos de los criterios archivísticos actuales. Como acomodarla a estos criterios, exigiría reordenar “ex novo” todos los fondos, el autor consideró entonces preferible respetar este “statu quo”, añadiendo en este momento, a modo de elemental tabla de equivalencias, el nombre de sección, en la que encajarían mejor los distintos fondos dentro de una más moderna y exigente reorganización archivística. Basta decir que muchas de las que en el fichero reciben el nombre de secciones no pasan de ser meras series de otras secciones más amplias, subdivididas a su vez en series, por lo que el número excesivo de las actuales secciones, quedaría considerablemente reducido”[6].            

 

Dicha dificultad me encontré en 2006 al hacerme cargo de la dirección de los Archivos Eclesiásticos, pero una vez informatizados todos los ficheros en 2009 pude observar que se reducía el problema con las nuevas tecnologías- Base de Datos – Access- y facilitaba mucho las búsquedas pertinentes.

 

 

  1.  CONSERVACIÓN Y CUSTODIA

 

  1. Espacio.

 

Consciente el Sr. Arzobispo D. Santiago García Aracil de la finalidad de los archivos de la Iglesia compra la diócesis el bajo del antiguo palacio episcopal al Cabildo Catedral, como propietario al ser una Obra Pía “Fundación Marín de Rodezno”, situ en la calle Obispo San Juan de Ribera nº 13.    

 

Tras dos traslados del archivo diocesano a la sala capitular el 1974 durante las obras en el edificio antiguo,(nº 13), el 2001 se lleva al nuevo edificio de la curia diocesana (Calle Obispo San Juan de Ribera nº 2) y finalmente, tengo que hacer el tercer traslado de los fondos documentales diocesanos, cuando el Arzobispo D. Santiago García Aracil crea los Archivos Eclesiásticos del Arzobispado de Mérida-Badajoz, y me nombra el 30 de mayo de 2006 director de los mismos. Se ubican en la planta baja del anterior obispado C/San Juan de Ribera nº 13, Realizadas las obras de adaptación y las mejores instalaciones con la financiación de Caja Sur, se inaugura el 13 de septiembre de 2007 coincidiendo con el XXIII Congreso Nacional de Archiveros de la Iglesia en España, que se celebraba en Mérida y Badajoz.   El 2011 se hace la ampliación para recoger los 275 archivos parroquiales de la diócesis, y se concentran el 2013.

 

La distribución espacial es como sigue: Recepción, despacho de dirección y sala de   investigadores con doce puestos. Tras un largo pasillo y los servicios por una puerta brindada se accede a las salas de los fondos capitulares, reprografía y catalogación. Simétricamente un almacén y en el fondo la sala de los fondos diocesanos y a la derecha la de los fondos parroquiales.  

 

  1. Las condiciones ambientales

 

Las instalaciones se han tenido muy presentes. A este respecto se deben considerar tanto las características del soporte como de la “materia escriptoria sustentada”, esto es, las tintas. Entre las más importantes relativas al soporte se encuentran, refiriéndonos concretamente al caso del pergamino las siguientes:

 

  1. TEMPERATURA Y HUMEDAD. Estas deben ser las que corresponden a la naturaleza de los materiales del documento, refiriéndonos particularmente al pergamino en las condiciones óptimas como son: Temperatura: entre16º y los 21ºC.   Humedad: entre el 50% y el 60%. Estas deben de ser continuas en el tiempo, sin alteraciones importantes. Los problemas derivados de las alteraciones de estos parámetros son varias:

–     Si el pergamino se almacena a niveles de temperatura y humedad bajos puede sufrir una pérdida irreversible de elasticidad e, incluso, producirse un cambio de tamaño.

–     Por otro lado, los cambios de los niveles de humedad, esto es, alternancia de períodos de humedad alta con otros en que es baja pueden provocar la distensión de las fibras que constituyen el pergamino y, consecuentemente, su ondulación.

  1. ILUMINACIÓN. Otro factor a tener en cuenta es el nivel de exposición a la luz. La intensidad de la luz se mide en Lux y en el caso del pergamino se establecen los siguientes parámetros en el caso si está expuesto públicamente. La intensidad máxima debe de ser 50 lux.
  2. LAS TINTAS.

           A todo lo anterior hay que sumar los efectos que se pueden producir en las tintas.En primer lugar sería necesario determinar la composición de esta. De cualquier forma, uno de los tipos de tinta empleados más corrientemente en la Edad Media y Moderna corresponde a la clase de las tintas metaloácidas. Entre sus componentes se cuentan sulfatos que son poco estables, puesto que en presencia ácidos. En consecuencia corroen el soporte. Se recomienda, como regla general, que las condiciones ambientales sean del 50% humedad relativa y 18º C de temperatura para estas tintas. Igualmente, las tintas son susceptibles a los daños ocasionados por la luz visible y ultravioleta. De este modo, se recomienda eliminar esta radiación y almacenar los objetos en un lugar lo más oscuro posible. Finalmente, la contaminación del aire acelera la corrosión de la tinta.     En caso de tratarse de tintas de “humo negro”, empleadas menos frecuentemente en las épocas referidas, la exposición a la luz provoca la pérdida de color, empalidecimiento y emborronamiento La documentación tiene siempre que estar en una temperatura y humedad constantes a todas horas y todos los días del año. Además, lo más probable es que la persona, que maneja estos sistemas (Fotómetro, humificador, deshumificador, termómetro, fotómetro, ultraviómetro, filtros para vapores y aerosoles) no tenga ningún conocimiento de conservación de documentos, en caso que existiesen.

                                                                                                              

  1. DIFUSIÓN Y APERTURA

 

Provincia Eclesiástica de Mérida-Badajoz

 

Los Obispos García Aracil, Benavente Mateos y Rodríguez Magro, el 8 febrero de 2008 dictan las normas, por las que se han de regir los archivos de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz y las dos diócesis sufragáneas como siguen:

                 NORMATIVA

Los Archivos de la Provincia Eclesiástica de Mérida-Badajoz, prestan un servicio a la sociedad en la divulgación de la cultura, poniendo a su disposición la consulta de sus fondos documentales que contribuyen al estudio y conocimiento de la sociedad en una determinada época. Co­rresponde al archivero, por encargo de la autoridad diocesana, la custo­dia y conservación de dicho fondo. El es el responsable de la correcta utilización de los documentos y de su buena conservación.

 

La Diócesis de Plasencia, cada fondo está en la Institución que ha generado y recibido esa documentación. Fondo Capitular, en la Catedral; Fondo Diocesano en el Obispado; y, los fondos parroquiales en sus respectivas Parroquias.

 

La Diócesis de Coria-Cáceres, tiene concentrado el Fondo Parro­quial anterior al año 1900 junto con el Fondo Diocesano en el Archivo Diocesano. El Fondo Capitular se encuentra en la Concatedral de Coria. Fondo Parroquial contemporáneo, en sus respectivas Parroquias.

CONSULTA FONDOS DOCUMENTALES

  • Para la consulta de los fondos documentales el investigador deberá rellenar una ficha, donde se hará constar sus datos personales, indi­cando detalladamente la documentación que desea consultar y la finalidad que con ello se propone. A quienes vayan a realizar consultas más de una vez, se les entregará otra ficha auxiliar donde reflejarán los libros que diariamente consulten.
  • Los investigadores realizarán las consultas en la Sala de Lecturas. El acceso al Depósito Documental queda reservado al personal del Archi
  • La consulta realizada en nuestros Archivos será gratuita.

 

♦   Se solicitará al Archivero el Documento que se quiera consultar.

 

  • No se pondrá sobre el documento el papel donde se escribe.
  • Se tendrá especial cuidado al volver la hoja.
    • Durante la consulta del documento se utilizará lápiz, quedando prohibido el uso de bolígrafo o cualquier tipo de rotulador.
  • La documentación deteriorada será retirada de consulta.
    • Los Libros dispuestos en la Biblioteca Auxiliar pueden consultarse y para ello sea preciso solicitarlos. Una vez utilizados, deberán ser colocados en su sitio.
    • No se podrá sacar, fuera del Archivo ningún documento, salvo en excepciones (exposiciones, museos,…), siempre con la debida autorización. Tampoco se realizarán préstamos de los libros pertenecientesa la Biblioteca Auxiliar.
  • No se permite fumar dentro de las dependencias del Archivo.
    • No se permite tener conectado el teléfono móvil dentro de la Sala de Lectura, por respeto a los otros investigadores.
    • Las personas que investiguen en nuestros Archivos deberán hacer mención en sus publicaciones de la procedencia de los documentos de dichos Archivos.
    • No se realizaran trabajos de investigación ni de búsquedas genealógi­cas por parte de los archiveros.

REPRODUCCIÓN DE DOCUMENTOS

  • No se realizarán fotocopias de libros o expedientes ni serie documental completa.
  • No está permitido el uso de cámara digital. Cuando sea necesario, en casos puntuales, será el propio Archivo quién realice la fotografía.
  • No se realizarán fotocopias de libros impresos.

 

Horarios

 

De martes a viernes, de 10,30 a 14.00 h.

 

RESUMEN

 

A veces en nuestras investigaciones queremos encontrar hallazgos según nuestros deseos personales y en otras se dan sorpresas que no esperamos. No obstante, la dura realidad de la investigación se impone.

 

El presente trabajo quiere soslayar estos interrogantes debido al desconocimiento de la Historia de la Iglesia, por algunos de sus visitantes. Amén de nociones mínimas del latín, paleografía, diplomática. Archivística y Biblioteconomía son dos disciplinas distintas con titulación diferente; aunque tengan cierta afinidad, como ocurre con otras ciencias.  

 

Cuatros verbos operativos vertebran la exposición:

 

Clasificar: Nos viene impuesta por la historia local eclesiástica de las Instituciones que han engendrado la documentación. En el caso de la provincia de Badajoz han coexistido cuatro obispado durante 643 años simultáneamente y el resto de los obispados de Plasencia y Toledo aún pendientes.

 

Ordenar: Este quehacer propio de los archiveros es más discutible al jugar la libertad. Los estudios archivísticos siguen su evolución. Pero hoy con las nuevas tecnologías informáticas se pueden salvar sin un cambio radical a la hora de reenumerar legajos y expedientes, que ya han sido utilizados en anteriores publicaciones o hay que hacer una perfecta equivalencia de series. Aún más especialistas en archivística no proliferan.  

 

Conservar: Ha sido notable esta nueva andadura con la concentración de los Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz en los inicio del siglo XXI. Las nuevas instalaciones modélicas han preservado situaciones adversas.

 

Difundir: La nueva legislación dada por los Obispos de la Provincia Extremeña que rigen en todas la diócesis han propiciado un uso acertado de patrimonio documental eclesiástico. Poco a poco se va abriendo, saliendo del uso casi exclusivo y demandado para los árboles genealógicos.

 

 

[1] Catalogo-Inventario del Archivo de la Catedral de Badajoz. Teodoro A. López López y Tomás Pérez Marín. En preparación. Fase final. Badajoz 2019.

[2] Separata del Volumen IV de las Memorias de la Real   Academia de Extremadura de las Letras y las Artes. Trujillo 1998. págs. 327-384.

 

[3] Nos limitamos a ordenar según el fichero existente, que para la publicación del catálogo inventario será trabajo de otros archiveros.

[4] Catálogo-Inventario. Fondo Orden de Santiago. Priorato de San Marcos de León. Provincia de León en Extremadura. Teodoro A. López y Dionisio Martín. En prensa. Badajoz 2018.

 

[5] Catálogo-Inventario. Fondo Orden de Alcántara. Priorato de Magacela y Zalamea. Teodoro A. López y Dionisio Martín. Badajoz 2017.  

 

[6]   La Catedral de Badajoz 1255-2005. Guía general –Inventario analítico del archivo. Badajoz 2007. pág. 723.

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