Dic 292013
 

Luis Vicente Pelegri Pedrosa.

Un día otoñal de 1551. Una adolescente de apenas 17 años se apresta entre la garúa del puerto del Callao a embarcar con dos hermanastros y varios allegados, casi más que familiares, hacia la primavera española. Su historia podría ser la de cualquier criolla, fruto del mestizaje de dos culturas: la hispánica y la incaica, sin embargo es nada menos que doña Francisca Pizarro Yupangui,  la  primera mestiza del Perú, hija y única heredera del conquistador, capitán general y gobernador del territorio, Francisco Pizarro, y de una joven princesa inca, doña Inés Huaylas Yupanqui, llamada la «pizpita», o pajarillo, por el propio Francisco. Inés fue la princesa y gran señora de Hatum Huaylas, hija del inca Huayna Cápac y de la coya, o esposa principal, Cóndor Huacho. Doña Inés y su madre tuvieron un destacado protagonismo en la resistencia de Lima contra el ataque incaico. La azarosa y prolongada vida de doña Francisca para su época (1534-1598),  puede resumirse en cuatro etapas: peruana, vallisoletana, trujillana y madrileña.

Francisca nació en Jauja, primera capital del Perú, hasta que su ilustre padre trasladó la cabecera del territorio  a la costera Ciudad de los Reyes, donde fue bautizada. Curtida y madurada en comprometidas situaciones. Vivió los duros años que sucedieron a la ejecución del último emperador inca Atahualpa, la conquista del Tahuantinsuyo, la  rebelión inca y las guerras civiles entre españoles. Separada de su madre a los tres años; huérfana de padre a los siete, cuando aquel fue asesinado por las huestes de Diego de Almagro «El Mozo», el domingo 26 de junio de 1541; expulsada de su propia tierra con 17.

Pizarro dejó a su madre doña Inés por doña Angelina, una hija principal de Huayna Cápac que estuvo destinada a ser la coya de Atahualpa, cuyo nombre de ñusta, o princesa,  fue Cuxirimay Ocllo. Aun así el gobernador dejó a doña Inés bien dotada y casada con otro español, Francisco de Ampuero, servidor suyo que llegó a Perú con Hernando Pizarro. Tal vez este cambio de compañera se debiera a un intento Francisco de prestigiar aún más su posición ante los señores incas y garantizar la obediencia de éstos, o al prosaico motivo del carácter de doña Inés, por la crueldad que demostró  con su medio hermana la coya Azarpay, a la que mandó ejecutar.

Diez años después del asesinato de su padre, y ante el malestar que provocaba la presencia de los herederos del conquistador, y más tras la derrota y ejecución de su tío Gonzalo Pizarro, la Corona obligó a su expatriación. Doña Francisca viajó a España acompañada de un numeroso séquito de parientes y sirvientes. La Corona española había reconocido su noble condición: nieta de inca, hija de inca, sobrina de inca e hija de doña Inés Huaylas Yupanqui, princesa y señora del Hatum Huaylas.  Era, además, la heredera directa de la enorme fortuna y propiedades de su padre, Francisco Pizarro, y como tal vivió rodeada de lujos y de una refinada educación, y más para una mujer de su tiempo, pues aprendió a leer y escribir, supo ejecutar los bailes de salón de su época y tocaba el clavecín. Además, tuvo a su servicio cuatro esclavas blancas y numerosa servidumbre indígena

Doña Francisca fue criada en el hogar de su tío Martín de Alcántara, hermano por parte de madre de Francisco Pizarro,  y su esposa Inés Muñoz, una española de origen campesino que vio morir a sus dos hijos españoles en el duro viaje hacia Perú, y que adoptó a doña Francisca y su hermano Gonzalo. Con ellos viajó a España. Allí la esperaba con grandes planes el verdadero cerebro económico de la empresa conquistadora de los Pizarro, Hernando, el único hijo legítimo e hijodalgo de los cuatro hermanos del clan. Existen pruebas de que, ante la persecución emprendida por los funcionarios reales para acabar con el poder de los Pizarro en Perú, Hernando y  Gonzalo habían tratado de la salida hacia España de Francisca y de los hijos supervivientes de los  hermanos conquistadores.

Hernando se encontraba preso en el castillo de la Mota de Medina del Campo. El joven príncipe de Asturias, futuro Felipe II, mantenía en jaula de oro al viejo conquistador, cuyas relaciones y poder en ultramar no convenía dejar operar en libertad, pero tal vez el reconocimiento del príncipe y una posible simpatía por el viejo conquistador nos ayuden a entender su destino. Hernando desde su prisión siguió manejando hilos a través de testaferros, y a costa de litigar con la Corona y con particulares salvó parte del imperio peruano del que repatrió una importante fortuna invertida sobre todo en su solar trujillano. Hernando Pizarro culminaba así su carrera militar, cumpliendo el anhelo de regresar como rico señor a su tierra, a la que siempre pensó en volver como demuestran sus tempranas inversiones desde América. Todo ello permitió al futuro rey Prudente extirpar del Perú el peligro de posibles revueltas en torno al clan conquistador, proscrito así para siempre de la Nueva Castilla.

Como colofón al salvamento de bienes y propiedades Hernando contrajo matrimonio con su sobrina doña Francisca, hacia 1552, se unían la sangre y la fortuna del clan Pizarro. Durante una década, convivieron los cónyuges en Medina del Campo, hasta que el ya rey Felipe II dio la libertad definitiva al viejo militar. El maduro conquistador y la joven princesa mestiza forjaron un linaje al que trasmitieron su estirpe gracias a un mayorazgo fundado en 1578, año de la muerte de Hernando.

Pero las disposiciones del hermano superviviente de la Conquista fracasaron en parte con las aspiraciones de su joven viuda. En 1581,  doña Francica contrajo segundas nupcias con don Pedro Portocarrero, hijo de los condes de Puñonrrostro, de más abolengo que fortuna, que saneaban gracias a su enlace con la rica criolla. Don Francico Pizarro y Pizarro, uno de los tres hijos que tuvo con su tío, casaría a su vez con una hermana de don Pedro. Por tanto, madre e hijo pasaban a la  vez a ser concuñados. La nueva estirpe indiana añejaba así también su nueva nobleza emparentando con un linaje castellano. Como no podía ser menos para una noble con aspiraciones, la pareja residió en Madrid, con casas en la Calle Relatores y la calle del Príncipe. Los dispendios obligados por el tren de vida cortesano comenzaron a menguar la fortuna de la refina mestiza. Así, en compañía de un hombre más joven que ella y en medio de boato para el cual fue educada, vivió doña Francisca los últimos veinte años de su etapa madrileña.

La vida de doña Francisca, en suma, fue la de una mujer refinada y educada, pero templada en mil adversidades, que recoge la herencia de dos mundos y  funda una estirpe que, junto a otras, son el origen de un grupo social que podríamos llamar la “aristocracia indiana en España”, formada por indianos retornados y por criollos, que, provenientes de esta nueva élite mestiza, dejaron huella de su fortuna, como fue el caso de los Moctezuma, herederos de la princesa azteca Isabel de Moctezuma,  e incluso en la cultura, con el gran Garcilaso de la Vega. Un capítulo esencial para entender la obra de España en América y el origen de una cultura común.

Dic 272013
 

Francisco Rivero Domínguez.

Y Cervantes escribió en La Galatea:

 Aunque el ingenio y  elocuencia vuestra

Francisco Sánchez, se me concediera,

Por torpe me juzgara, y poco diestra

Si a querer alabaros me pusiera

 

Lengua del cielo, única y maestra

Tiene de ser la que para la carrera

De vuestras alabanza se dilate

Que hacerlo humana lengua es disparate

El Brocense en Internet

Este año de El Brocense se ha de hacer cualquier cosa con el fin de divulgar su obra. Esa es una responsabilidad de todos los broceños. Una idea de darla a conocer más es bucear en Internet, aprovechando las nuevas tecnologías de la información. De ahí que una tarde me dedicase por completo a ver qué dice Internet de nuestro personaje.

Lo primero que se me ocurrió fue entrar en el buscador www.altavista.com Una vez que entré en él, solicité, a través de la palabra “Brocense” en todos los idiomas y me dio que había encontrado 163 páginas. Rehice la búsqueda sólo en español y se redujo a 136, contando un total de 619 veces la palabra Brocense. Vi, de alguna manera, que gentes de otros idiomas estaban tratando de dar a conocer a nuestro gramático en otras lenguas. Entre ellas vi que se trataba, además del español.

Lo primero que me llamó la atención es que la primera página no trata directamente del gramático Francisco Sánchez de las Brozas, sino del embalse de abastecimiento de El Brocense, www.cotosdepesca.com/lugares/   o lo que es lo mismo, la charca de Brozas, dando cuenta al corresponsal electrónico de que se trata de una laguna de libre regulación para los pescadores y que puede capturar un máximo de 20 tencas desde el 4 de abril al último domingo de octubre.

La segunda búsqueda fue más acertada, ya que se trata de la Institución Cultural El Brocense, la institución que coordina toda la actividad cultural de la provincia desde la Diputación. www.bme.es/brocense/. Desde este artículo una sugerencia a los redactores de la entidad: Deberían explicar quien fue El Brocense, pues muchas personas de todo el mundo puede entrar a consultar y no saber quien fue el personaje que da nombre a la institución Cultural. Gracias anticipadas.

En la biografía elaborada por Osvaldo A. Rodríguez Soto sobre la vida de don Miguel de Cervantes se cita, en dos ocasiones, dentro del contexto histórico de la vida del autor de El Quijote, ocasiones a nuestro biografiado. La primera cuando 1562 publicó su trabajo “Latinae institutiones”. Y la segunda en 1574 cuando realiza los comentarios de Garcilaso de la Vega. www.cervantes.alcala.es/. Se trata del centro de estudios cervantinos de la Universidad de Alcalá. De aquí me nace una sugerencia. ¿No podría encargarse alguien de divulgar a través de Internet, la vida y obras de El Brocense?. El reto está ahí y yo me ofrezco a ayudar en lo poco que pueda aportar.

Y después viene una cita internacional. La Universidad de California  (San Diego) publicó en 1925 el libro “Francisco Sánchez, el Brocense”, cuyo autor fue el hispanista Aubrey Fitz Gerald (1882-1950), quien también escribió en 1922 un libro sobre Galicia. Esto da importancia de la obra de este pensador renacentista, nacido en un pueblo extremeño y que ha interesado a estudiosos de nuestro tiempo. La ficha bibliográfica del libro es:

Francisco Sánchez de las Brozas, Editorial: Oxford University Press, (Londres) 1925, Serie. Hispanic notes and monographs, Coeditado por Hispanic Society of America, XII páginas de comentarios y 166 de textos.

Su dirección en Internet es: www.roger.ucsd.edu/search/dbroadsides+scotla…1,-1,0,B

Historia del idioma español

La página www.el-castellano.com/evolucio.html está dedicada a la historia del idioma español, y la firma Sergio Zamora, quien en un largo artículo sobre la evolución del idioma español en los últimos cinco siglos comienza con lo siguiente. “La publicación de la primera gramática castellana de Elio Antonio de Nebrija en 1492, fecha del descubrimiento de América y de la toma de Granada por los Reyes Católicos, establece la fecha inicial de la segunda gran etapa de conformación y consolidación del idioma. A esta época pertenece el cambio de las consonantes que altera y consolida definitivamente el sistema fonológico del español”.

Continua citando a El Brocense: “Desde el punto de vista del léxico, el español adquirió una gran cantidad de neologismos, pues a estos momentos correspondió la expansión de Castilla y, por lo tanto, el contacto con otras culturas. Consiguió consolidarse como lengua dominante frente a otros dialectos peninsulares al llevarse a cabo la unidad política de Castilla y Aragón y ser el castellano la lengua de los documentos legales, de la política exterior y la que llegó a América de la mano de la gran empresa realizada por la Corona de Castilla, ya fijada en la gramática normativa de Nebrija. A partir de los primeros momentos del siglo XVI se prefirió la denominación de española para la lengua del nuevo imperio, y la preocupación de los intelectuales del momento se refleja en la enorme tarea de sistematizarla, analizarla y divulgarla. Lo demuestran la publicación del gran Diccionario de Alcalá, obra de la Universidad Complutense creada por Cisneros; la aparición de la Minerva de Francisco de las Brozas, conocido por El Brocense, que es una gramática normativa y descriptiva más moderna que la realizada por el grupo francés de Port Royal, y, a principios del siglo XVII, la publicación del Tesoro de la lengua castellana o española (1611) de Sebastián de Covarrubias, primer diccionario de la lengua, que contiene cuanta información histórica y sincrónica había disponible en el momento de su publicación”.

La “Página del idioma español”   www.el-castellano.com/index.html   fue creada en abril de 1996 con el propósito de contribuir a la preservación, unidad y pureza de nuestra lengua. Busca sumarse así a otras iniciativas dirigidas a abrir en la Internet nuevos y más amplios espacios a la comunidad de 400 millones de hispanohablantes. Es editada por Ricardo Soca, periodista uruguayo radicado en Río de Janeiro. La Página del Idioma Español y no atiende consultas, pero puedes buscar aquí mismo los foros adecuados para ello.

La biblioteca de la Universidad de Cambrigde   www.alfa.lib.cam.ac.uk tiene entre sus fondos varias obras que estudian a El Brocense. Entre ellas, las siguientes:

“Comentarios de Garcilaso de la Vega (1503-1536), y de El Brocense(1523-1600)”, Fernando de Herrera, Tamayo de Vargas y Azara.  Introducción y notas son de Antonio Gallego Morell, 699 páginas. Universidad de Granada 1966.

* El mismo libro fue editado por la Editorial Gredos. Madrid 1972.

Por otra parte, la Universidad estadounidense de Michigan  www.emich.edu/~linguist/issues  estudia la máxima obra de Francisco Sánchez, la Minerva: “ Sanchez, Francisco de las Brozas, El Brocense (1562) Minerva, seu, De causis linguae latinae commentarius. In Spanish: Minerva o la propriedad de la lengua latina. (Trabajo mencionado por Ana Teresa Pérez-Leroux).

“From Ana Teresa Perez-Leroux The only description I have read of this in regards to Romance comes from the Rennaissance grammairian Sanctius ( `El Brocense’), who believed that optional intransitives had implicit direct objects, and used the cognate object examples to make his point. I have read him in Spanish but I believed the original examples were Latin. (PC: the reference I dug up for El Brocense is included in the references section above – I hope this is the relevant work. El Brocense alias de Francisco Sánchez de las Brozas).

Se trata de un trabajo realizado en diciembre de 1998 para la Universidad de Michigan por Anthony Rodrigues Aristar  aristar@linguistlist.org

Por último, para descargar una página ligera realizada por “El Brocense”:

www.members.xoom.com/elcabezon/index2.htm.

Dic 272013
 

Miguel Sanz Salazar/ Arquitecto. Francisco Sanz Fernández / Universidad de Extremadura Juan de Orellana-Pizarro / Documentalista e investigador.

«Aún no es tarde para escuchar los ecos apagados del color de la ciudad; percibir la huella del tiempoen los deslustres de sus calles; degustar el olor a mazarrón, azurita y carbón de encina de sus piedras…»

Francisco Sanz Fernández

En Septiembre de 2005, durante la celebración de los XXXIV Coloquios Históricos de Extremadura, Juan de Orellana Pizarro, Miguel Sanz Salazar y quien suscribe estas letras iniciamos una compleja y no siempre gratificante investigación – conforme avanzábamos comprendíamos la pérdida irreparable de elementos patrimoniales singulares a que había sido sometida la ciudad los últimos años- sobre el patrimonio trujillano, centrando nuestros esfuerzos especialmente en la catalogación – estudio documental, fotográfico e iconográfico; análisis físico-químicos, etc.- de aquellos inmuebles que, a pesar de conservar algunas de las señas de identidad – esgrafiados, policromías, conjuntos cerámicos, … – que hicieron de Trujillo una ciudad arquitectónica de primera magnitud en el contexto peninsular, se hallaban en peligro de ruina; abandonados o sencillamente eran demolidos por la incuria y ceguera de sus gobernantes y ciudadanos’.

Llegados a este mes de septiembre de 2007, nuestro atrevimiento ha servido de muy poco, pues más allá del reconocimiento puntual que nuestra investigación ha tenido entre todos los amigos que hacen posible estos coloquios, el abandono, la ruina y el olvido siguen amenazando a multitud de inmuebles y áreas urbanas de la ciudad.

Dando término a nuestro compromiso -en realidad seguiremos denunciando con la palabra cuanto perjudique a la conservación del legado artístico, cultural, paisajístico, arqueológico y antropológico que hemos recibido–, les hablaremos en esta ocasión del color en la arquitectura -de esa epidermis tan frágil que siempre ha estado a merced de los cambios de gustos y de tendencias y que al menor problema o desconchón se prefiere tapar o picar antes que restaurar-; de la escenografía pigmentada con óleos, temperas y vidriados cerámicos que ha acompañado al paisaje urbano trujillano desde la Edad Media a nuestros días.

Para ello traemos a estas páginas el análisis de un conjunto de edificios históricos o de partes de ellos, en los que el color fue o sigue siendo cualidad esencial de su apariencia. También, una suerte de documentos -una veintena-, inéditos en su mayoría, que se remontan a los años finales del siglo XV y hasta los primeros decenios del siglo XVII, en los que será fácil comprobar: que los sentidos del viajero curioso, que mira y observa, que percibe restos de color y policromía aquí y allá, no han sido engañados. Antes bien, estas históricas letras -acuerdos municipales, protocolos, cuentas de fábrica, etc.- desvelan algunos lugares de Trujillo que otrora se disfrazaban de rojo, azul o verde. También, los nombres de los artistas -los llamados pintores a lo morisco- que hicieron posible esta explosión de color.

Pátinas y recubrimientos históricos. El color como recurso para la conservación y como referente estético.

Es fácil imaginar o evocar cuando nos perdemos entre las calles, plazas y rincones de una ciudad medieval y renacentista como Trujillo, bien es cierto que casi siempre auxiliados de inexactas guías turísticas, determinados acontecimientos históricos -entradas reales, lecturas de capitulaciones, conmemoraciones de batallas, procesiones, sesiones abiertas del concejo, enfrentamientos bélicos, la «primera azada» de un templo, etc.- o escenas románticas-el cortejo de una dama, un lance entre espadachines, … -; estas últimas percepciones alimentadas desde la literatura y el cine.

En cambio, pocas veces detenemos nuestra mirada en un detalle concreto, a veces menor, como las jambas de la fachada de una iglesia, un escudo, o la forja oxidada de una balaustrada, pues la mayoría de nosotros no ha sido educado para percibir las ciudades históricas con una mirada curiosa, con un ojo inquieto, o a través de un libro o artículo científico.

Por ello pasamos por alto en cada paseo y visita multitud de matices y detalles que explicarían mejor que cualquier imagen novelada, a veces también que muchos textos arquitectónicos y artísticos positivistas, la escenografía urbana que tuvo esa ciudad en otro tiempo.

Históricamente, en los edificios públicos se ha realzado siempre el color natural de los materiales mediante pinturas e incrustaciones de otros materiales: oro, bronce, esmaltes, cerámica, mosaicos, etc. buscando un efecto de contraste con la masa del edificio, subrayando entradas, pórticos, para ser identificados desde fuera, como puntos de referencia en la ciudad»

Pero el uso de pigmentos y colores, ya fuesen aplicados al óleo y aglutinados con aceites, ya mezclados con lechadas de cal o de cal y yeso -trabadillos-, no se debió exclusivamente a una tendencia estética o a una voluntad decorativa, sino que también tuvo la utilidad de servir como barniz transpirable y protector de materiales pétreos, de madera o ladrillo.

Enumerar aquí in extensus todas y cada una de las técnicas y procedimientos históricos empleados para el recubrimiento de fachadas o la ornamentación de arquitecturas seria tarea que desbordaría los límites prudenciales de este artículo. No obstante, centraremos nuestro esfuerzo en proponer cómo, en qué zonas del edificio y por qué se aplicaba color sobre una arquitectura en la ciudad de Trujillo. Por último, a qué debemos esa tradición cromática, que, nos gustaría avanzar ya, en Trujillo siempre bebió de una diversidad de lugares y culturas: pues debemos considerar que a las prácticas hispano-musulmanas –esgrafiados, yeserías, cerámica, etc.- se sumaron las fórmulas decorativas pleno medievales -pensemos en los restos de color aún visibles en las portadas de la iglesia de Santa María-, del último gótico –en las que el peso de lo flamenco y brabanzón fue importantísimo-, italianas -ya a finales del siglo XVI­Y también de la América prehispánica, pues el palacio de la Conquista’, por ejemplo, es un canto teñido de mestizaje. Allí, el color del escudo, de estancias interiores y forjados se deben a la cultura cromática del pueblo Inca, del que doña Francisca Pizarro Yupanqui, su propietaria, era princesa y divinidad-hija de Inti-.

Sirva como primer ejemplo, así, el maderamen de numerosos forjados de palacios trujillanos del siglo XVI: frecuentemente coloreados con brea, mazarrón o dorados para protegerlos mejor frente a la humedad y el ataque de insectos xilófagos y hacerlos también más suntuosos y luminosos.

El color de la ciudad

El color fue uno de los recursos principales que contribuyó a resaltar la escenografía urbana y arquitectónica de la España renacentista y de centros menores como Trujillo, no sólo, como podría suponerse en su significación más compleja y alabada en forma de repertorios y programas iconográficos, sino, principalmente, como parte indivisible de los componentes de los morteros de cal, lechadas y esgrafiados que servían de acabado para arquitecturas civiles, religiosas o de utilidad pública – puentes, aljibes, pozos de nieve, embalses, etc. –4. En sus muy diversas y posibles aplicaciones, el color contribuía a redefinir las relaciones de masa y volumen del proyecto, así como a consolidar la profundidad y perspectiva de espacios interiores y ornamentos de fachada.

Estos trabajos, de cuyos resultados debía ser responsable el arquitecto, como nos sugiere Sebastiano Serlio en la edición de su tratado publicada en Toledo el año 1552 en el taller de Iván de Ayala, cuando afirma: » … que el arquitecto, no solamente debe ser curioso en los ornamentos que han de ser de piedra y mármol, pero también lo debe ser en la obra y pintura de pincel para adornar las paredes y otras partes de los edificios, y, principalmente, le conviene ser, él mismo, ordenador de todo, como superior de todo lo que se haya de hacer en las obras … «5, no se deben exclusivamente a la moda llegada de Italia, como podría sugerirse tras analizar brevemente algunos de los conjuntos españoles más conocidos como el Viso del Marqués, el Hospital de Santa Cruz de Toledo u otros edificios de la nueva Castilla, sino que, sobre todo, forman parte de los muchos influjos mudéjares y brabanzones que dominaban todavía la escena artística peninsular: así al menos se deduce de la técnica -morteros de cal grasa, esgrafiados a uno o dos tendidos y capas de sacrificio para los paramentos; recorte y cuenca y arista para la cerámica- ; los motivos ornamentales -falsas sillerías o tramas geométricas romboidales en losanges como la del Monasterio de Yuste (Cáceres)-; y lugares elegidos -tiros de chimeneas turriformes de influencia franco-flamenca e italiana, trasdosados de bóvedas y copulines como las del palacio de los Chaves-Orellana o del templo de San Martín, ambos en Trujillo, torres merlonadas como las de Guadalupe o balcones y escudos de fachada, en Trujillo, Cáceres, Granada, … 6-.

No debemos olvidar que la tradición castellana y aragonesa de policromar las bóvedas de crucería, responsiones, sepulcros de lucillo y portadas de sus parroquias y monasterios -un simple vistazo a la pintura hispano-flamenca de los maestros Bermejo o Gallego resulta ilustrativa- se debió en gran parte a la tradición flamenca y germana consolidada durante la dinastía de los Trastámara, del mismo modo que los numerosos ejemplos de ornamentaciones cerámicas del Monasterio de Guadalupe o las yeserías de Toledo, Guadalajara y Granada fueron consecuencia de una continuidad en las fórmulas decorativas de tradición islámica.

De este modo, el eclecticismo ornamental y espacial de los primeros años de nuestro Renacimiento afectará también a las artes del color, hasta el punto de que, llegado el momento de mayor asimilación del arte italiano, éstas se mantendrán o solaparán, como respuesta técnica a los motivos iconográficos al romano. Es decir, llegados al último tercio del siglo XVI, veremos cómo los consejos estéticos y las fórmulas decorativas que Serlio aporta para policromar interiores de palacios y arquitecturas civiles, que incluyen la contaminación de muros con cartelas en «Ces» y escenas enmarcadas en quadri riportati, conviven con motivos geométricos esgrafiados de técnica hispano-musulmana y coloraciones al óleo de relieves platerescos – pensemos en el escudo del balcón del palacio de la Conquista7-.

El color de una ciudad como Trujillo, levantada sobre un batolito de granito herciniano y aflorado, es el de un pardo-grisáceo con destellos de cuarzo. También el blanco sucio, apagado y sin brillo, de la cal, que mezclada con arena del berrocal exorna los muros y paredes de templos, alcázares, palacios y casas solariegas que rítmicamente se deslizan por las faldas de la alcazaba.

Pero a estos colores naturales han de añadirse otros: de igual procedencia, como los verdes y marrones de las dehesas –de propios y comunales- o los azules y rojos embarrados de charcas y estanques -San Lázaro, Albuera, La Magdalena, los Barreros-; artificiales, como los buscados intencionadamente por el hombre como contraste a esa uniformidad cromática -policromías de escudos, claves de bóveda, puertas y forjados de madera, cubiertas de edificios, etc.-; o adquiridos, como las pátinas, por el deslustre y el paso del tiempo, cual sería el caso del marrón rojizo de los líquenes que animan los muros de la iglesia de San Martín.

Nuestra investigación se centrará únicamente en aquellos buscados, ansiados y aplicados directamente por la mano del hombre como acabados para arquitecturas.

El color de la arquitectura

El color y la policromía en los espacios interiores. Parroquias de Santa María y San Martín. Conventos de San Francisco y la Encamación. Ermitas de San Lázaro y Santa Ana.

Las capillas mayores o funerarias de no pocos edificios religiosos trujillanos de los siglos XV, XVI y XVII, siguiendo una tradición medieval perceptible en otras zonas extremeñas, peninsulares y centroeuropeas, eran frecuentemente decoradas con escudos de armas, retablos e imágenes saturadas de color. A través del oro, el bermellón o la azurita los comitentes buscaban realzar la percepción y profundidad del relieve -la decoración de ornamentos vegetales, geométricos, heráldicos y figurativos-, al tiempo que conferían una imagen de opulencia, poder, nobleza y riqueza a sus realizaciones, ya fuesen de uso personal -un enterramiento o capilla- o de carácter filantrópico -un Altar Mayor-. También lo fueron los nervios y las claves de numerosas bóvedas de crucería, los escudos de enterramientos, rejas, relojes, puertas de iglesia, jambas, etc. Veamos algunos ejemplos.

Comencemos refiriéndonos a una de las capillas más antiguas y que mejor ha llegado a nosotros: la capilla funeraria del Canónigo Blázquez, situada en el templo parroquial de Santa María la Mayor (ss. XIII-XVI). Erigida en forma de sepulcro de lucillo sobre el lado de la epístola la primera mitad del cuatrocientos, consta de dos arcos ojivales doblados y recercados por un alfiz. Sobre éste puede leerse la inscripción: «ESTE ARCO SEPULTURA MANDO HACER GONZALO BLAZQUEZ­CANONIGO EN LA EGLIADE PLASENCIAARCIPRESTE DE TRUJILLOLA CUAL HIZO EN EL AÑO DE MILLQUATROCIENTOSXLVITh>8. En el arcosolium interior se observar otra leyenda que reza: «ACABOSE AS DE HENERO DE 1581». Una y otra nos permiten discernir que la capilla fue objeto de, al menos, dos intervenciones entre 1448 y 1581. También, dado que son visibles los repintes y modificaciones efectuados en esta última intervención, el color que animaba la capilla desde el momento primero de su construcción: verdes, rojos, negros y amarillos.

En la misma parroquia encontraremos también la capilla funeraria de los Bejarano, obra de 1522, debida a don Diego García de Orellana. Se trata de un ejemplo todavía gótico situado junto al arco triunfal, cabe la nave del evangelio. Aunque debió estar policromada desde su misma construcción, lo que ha llegado a nosotros es un conjunto heráldico con las armas de los Barrantes coronadas de un yelmo y rodeadas de lambrequines vegetales. El rojo que perfila un alfiz trilobulado, el verde y rosa de la flora o los amarillos de la bordura de las armas Bejarano, son un buen ejemplo de policromía sobre piedra del último tercio del siglo XVI.

También en Santa María, flanqueando el altar Mayor, hallaremos las capillas funerarias de los Barrantes-Cervantes y de los Altamirano, ambas, debidas al arquitecto trujillano Garci Carrasco». Fueron levantadas a finales del siglo XVI sobre el espacio hasta entonces destinado a guardar el Sagrario -capilla de los Barrantes-, y sobre la antigua capilla de Hernando Alonso Altamirano'», siguiendo las pautas del incipiente manierismo que dominaba la escena arquitectónica peninsular aquellos años. Se hallan policromadas en una diversidad de tonalidades amarillas, verdes, azules, blancas, rojas y negras, que exornan los relieves de la heráldica de los promotores – penachos, lambrequines, yelmos, roleos, barras atragantadas, … – y los triglifos, metopas, volutas, frontones y claves de los arcos y entablamentos que articulan el espacio en lucillo dedicado a sepulturas. La capilla de los Altamirano fue policromada de nuevo en 1709, según reza en una cartela situada bajo el frontón: «RENOVOSE SIENDO EL ACTUAL POSEEDOR DE LA S. DON JUAN JOSE DE SOTO ALTAMIRANO, EN 2 DE DIC DE MDCCIX ».

Finalmente, en Santa María, se hallan policromadas también la capilla funeraria de los Torres, cuya cronología habríamos de remontar a la segunda mitad del siglo XV, y la de los Loaisa. Esta última, recientemente restaurada -limpieza, consolidación y recuperación de la policromía oculta-, fue edificada circa 1574 por Alonso de Loaisa y su mujer María de Ayala11. Concebida como un arco triunfal, cabe el presbiterio y la ya glosada capilla del canónigo Blázquez, aloja en su interior un sepulcro granítico de hechura renacentista policromado en oro, rojo, azul y verde. En el tímpano del frontón triangular que corona el enterramiento, sobresale un escudo con cinco rosas dispuestas en sotuer -Loaisa- y timbrado con capelo de obispo. En las obras de recuperación han aparecido bajo un repinte contemporáneo una pareja de angelotes tenantes que lo asían en otro tiempo.

Pero no solamente Santa María contó con oratorios, capillas, bóvedas, puertas y laudas policromadas. Al contrario, otras fábricas religiosas, como las parroquias de San Martín, Santo Domingo, San Clemente -luego convento de Santa Clara-; los conventos de San Francisco, San Pedro y la Encarnación; o las ermitas de San Lázaro y Santa Ana, por citar tan solo algunas, hicieron de color una seña de identidad.

En la placera parroquia de San Martín, resultan especialmente llamativos el sepulcro en lucillo de Luis de Camargo y la capilla de Pedro Suárez de Toledo. El primero, situado bajo la tribuna que el obispo don Gutierre de Vargas Carvajal mandase construir al maestro de canterla trujillano Sancho de Cabrera (ca. 1529) tiene el honor de ser el primer enterramiento de arquitectura, traza y ornato renacentista erigido en Trujillo, ya en 1530. Pero lo que nos interesa aquí no es su hechura sino los restos de oro que aún pueden verse entre las letras del epitafio:

Del oratorio-enterramiento de Pedro Suárez de Toledo, situado junto al altar Mayor en lo que más tarde fuera capilla de la Cofradía de las Ánimas, podríamos señalar su construcción en un momento ante quem a 1552, año en que el sobrino de los condes de Oropesa protocolizaba la escritura de su mayorazgo junto a su esposa doña Juan Picolomini de Aragón'», a la cual queda aquél anexado. La capilla, estrecha y poco profunda, se cierra con un tramo oblongo de cruceria con ligaduras y combados, ricamente policromado en verde, rojo, oro, gris y negro con rosetas y tallos de flor.

También en San Martín debemos detenemos, siquiera brevemente, en otras zonas igualmente policromadas como la laudatoria del Cardenal Gaspar Cervantes de Gaete, con filete de oro y azurita, cabe el presbiterio; la clave de la bóveda del coro bajo, en que aparece efigiado el patrón del edificio, San Martín de Tours; la pila bautismal, magnífico ejemplar románico policromado en rojo; el zócalo que recerca de negro todo el perímetro de la nave; los tondi renacentistas de San Pedro y San Pablo situados en el altar Mayor; o, en fin, la capilla del Corpus, hoy parcialmente cegada, bajo el coro, en la que se conserva una magnífica grisalla de dos ángeles simétricos que han emprendido el vuelo asiendo un cáliz de oro.

En el convento de San Francisco, encontramos también numerosos y destacados restos de policromía, como corresponde a las prácticas decorativas seguidas por la orden, que sepamos al menos desde finales del siglo XVI -véanse las pinturas de los conventos franciscanos observantes de Cáceres, San Antonio de Papua en Garrovillas, Nuestra Señora de la Moheda, etc.-13: entre las claves de la bóveda de la nave principal, en las que la ciudad ordenó poner las armas del rey Felipe II como testimonio del patronato que había ejercido en las obras’? el año 1587, hallaremos restos de azul, rojo, oro,… En la llamada capilla de San Ildefonso de las reliquias o de Alonso Mendo, capitán de los tercios de Juan de Austria en Frisia y Flandes, de cuyas riquezas y justa fama daba noticias el cronista de la orden franciscana J. de Santa Cruz15, todavía hoy puede verse una de las bóvedas de crucería más ricamente ornamentadas que se conservan en Trujillo -con nervios en oro y azul y plementos con roleos y flora entrelazada en rojo, blanco y amarillo–. También en la bóveda de la sacristía, policromada con un medallón, en el que aparecen la cruz de la orden con nimbo y un marco de volutas y palmetas barroco; o en la cúpula del crucero, hoy enjalbegada, pero en la que los desconchones dejan ver los gallones de un trazado de placados geométricos como los de la capilla de las Injurias del convento de Garrovillas.

En el convento de dominicos de la Encarnación, fundado a finales del siglo XV, hallamos pintada la cúpula del crucero de su iglesia. La pintura reproduce en dos tonos -tierra y blanco– unos gallones, así como en la base las armas del obispo placentino Lasso de la Vega, que financió la reforma parcial del edificio la primera mitad del siglo XVIII.

Así mismo, cabría citar también la iglesia de Jesús (s. XVII), perteneciente al Hospital de la Caridad, en que son visibles restos de pintura en sus bóvedas y muros; las ermitas de San Lázaro y Santa Ana con abundante policromía barroca de motivos vegetales y geométricos; o la parroquia de Santo Domingo (s. XVI), obra del trujillano Francisco Becerra, en una de cuyas hornacinas de la cabecera puede verse, perfilado en rojo y naranja, un cielo rodeado de querubines y la paloma del Espíritu Santo, y una figura humana.

Ahora bien, la mayoría de las policromías de interior señaladas hasta el momento recrean motivos florales, heráldicos u ornamentales. Por ello es necesario recoger también aquéllas otras, sin duda más importantes, dada la riqueza iconográfica que encierran, donde la figura humana cobra vida como vehículo de transmisión de determinados episodios bíblicos, históricos o hagiográficos.

Uno de los espacios renacentistas más singulares de Trujillo es la llamada Capilla o Sala Alta del antiguo Ayuntamiento, edificada en 158416, entre otros, por los maestros de cantería trujillanos Francisco Sánchez y Garci Carrasco17 con la finalidad de servir para la celebración del culto religioso, cuyo desarrollo litúrgico acompañaban un maestro organista, un maestro cantor -generalmente un tenor-, varios mozos de capilla -niños con voz de tiple-, ministriles -que tañían instrumentos de cuerda-, trompetas y atabaleros -tamborileros-18; y como lugar en que ayuntarse o reunirse el Corregidor y los regidores para la toma de decisiones que afectaban al buen gobierno de la ciudad.

La originalidad de este espacio, empero, no reside exclusivamente en la bipolaridad de estos usos -civiles y religiosos-, pues era práctica común entre los cabildos de la época ayuntarse bien es espacios abiertos a la comunidad, como el atrio de una iglesia -en Trujillo no son conocidos los ejemplos de Santa María, Santiago y San Martín-, bien en lugares cerrados o «casas del concejo», donde casi siempre existía un capilla-sala de juntas. Antes bien, se encuentra en la distribución y abovedamiento de su perímetro y en el color y la iconografía que animan sus muros y paredes.

La primera cualidad que interesa destacar de este lugar se refiere pues a la forma y distribución de su planta y alzado, pues se trata de una de las pocas arquitecturas trujillanas de la Edad Moderna concebidas a partir de un esquema espacial centralizado -tan solo el desaparecido humilladero de San Lázaro, un tholos monóptero y octóstilo, podría sumarse a esta lacónica lista 19-. Sin embargo, esta sensación de centralidad no emana directamente de la forma geométrica de la planta, pues es rectangular, sino del alzado de los dos tramos cuadrangulares en que se divide la capilla, cada uno de los cuales fue cubierto con una bóveda vaída'» o hemiesférica sobre la que más tarde se pintó el trompe-l ‘oeil de una cúpula sobre pechinas. Recurso que permitió al arquitecto destacar la supremacía jerárquica y espiritual de la forma circular de la bóveda y de la base cuadrangular del tramo de capilla -la cuadratura del círculo– sobre la más imperfecta y longitudinal apariencia del trazado rectangular de la planta.

La segunda, como decíamos, se refiere a la riqueza cromática que ornamenta la capilla, y que nos ilustra no sólo acerca de la cultura del color que animaba a las ciudades y arquitecturas castellanas del siglo XVI –el color en la arquitectura puede servir para favorecer, destacar, disimular y aun ocultar; para crear una sensación excitante o tranquila; para expresar temperatura, tamaño, profundidad o peso, y, como la música, puede ser utilizado deliberadamente para despertar un sentimiento-, sino también de la intención espiritual y temporal que aquélla tenía, pues al ciclo de virtudes cardinales y alegorías del buen gobierno se suman una imagen sobre lienzo de la Asunción de la Virgen y un frontal del Altar de cerámica de Talavera con el escudo de armas de la ciudad que preside la Virgen de la Victoria.

De modo que el «decoro» renacentista de la sala, la adecuación del espacio arquitectónico al doble uso a que ésta se dedicaba, queda desvelado y perceptible al espectador a través del programa iconográfico de las pinturas y los dos tramos abovedados -uno para uso del concejo, otro para el culto litúrgico- en que aquélla se dividía.

Volviendo a las pinturas y al color, objetivos primeros de esta investigación, la Sala Alta del Ayuntamiento viejo de Trujillo se halla policromada, no al fresco como se ha dicho sino al óleo, desde la mitad superior de los muros perimetrales -a la altura de los arcos formeros- hasta las bóvedas. Quedando, en un primer momento, el espacio restante reservado para la colocación de tapices», cuya temática desconocemos, pero que seguramente completaban el programa iconográfico representado en las bóvedas y lunetos. En todo caso, aportarían una nota de color verdigris frente al rojizo predominante en los muros.

La temática de las pinturas se refiere según nos recordaba Ordax «a la exaltación de las virtudes, y su ejemplificación en singulares hechos históricos, tanto de la Biblia, como de la época romana»22. Su intencionalidad no era otra que la de transmitir al observador erudito los valores elevados con que los regidores trujillanos gobernaban la ciudad; o en su defecto, recabar la atención de éstos para que ejercieran sus cargos con el decoro debido.

Las bóvedas, según se ha dicho vaídas, fueron policromadas con la tríada de colores suntuosos -rojo, oro y azul- reservada para contadas ocasiones -miniaturas, representaciones de la Virgen, … – en las que se quería transmitir una imagen de jerarquía o un mensaje metafísico asociados a la condición divina o a la temporalidad del poder terrenal. Para su elaboración, el concejo mandó traer de Sevilla y Toledo diez mil panes de oro, cantidad que da una idea del coste de las obras y de la magnitud del proyecto: «Octubre, 21de1585. Este día se acordó que para dorar la obra de la Sala del Ayuntamiento se envíe a Sevilla por ocho mil panes de oro, que dicen serán necesarios, y sea por orden del señor Don Juan de Herrera, que los haga traer buenos y con la menos costa que sea posible, y si juese necesario algunos dineros de presente, se den por cédula de dicho comisario y la cédula sea en Diego Pizarra, comisario del pan». Un nuevo acuerdo de noviembre siguiente añade: «Diez mil panes de oro, traídos de Sevilla los ocho mil,}; los restantes en 18 de noviembre, de Toledo, se gastaron en el decorado de esta sala» 3.

Su autor nos es desconocido, si bien sabemos que era o se hallaba afincado en Cáceres y que llegó a Trujillo por mandato del Concejo en octubre de 158524. Andrés Ordax y Pizarro Gómez lo han relacionado, no obstante, con el mismo pintor que decoró el palacio cacereño de los Toledo Moctezuma25; particular que no podemos confirmar. Sea como fuere, lo cierto es que se trata de un artista que dibuja, modela y proporciona el cuerpo humano según la moda manierista del momento con figuras desproporcionadas de cuello, tronco y extremidades alargadas -Prudencia, Guzmán el Bueno-. Lo mismo puede decirse de escenas como Crucio arrojándose a la sima del foro para salvar a su patria o Mucio Escévola quemando su brazo por errar el golpe contra Posena, en las que el escorzo de los caballos encabritados de primer plano, las diagonales forzadas de ciertos personajes, la arquitectura anticuaria de los planos al fondo, las armaduras al romano, la ampulosidad y calidad de las telas y la estudiada anatomía de los cuerpos nos remiten a un artista muy capaz y formado en el gusto romanista del último Renacimiento.

Otro tanto podría decirse del «soporte engaño» o «ventana abierta a la historia» que sirve de marco a las escenas representadas en los lunetos -a las ya citadas habrían de unirse Guzmán el Bueno en Tarifa y El juicio de Salomón-, el llamado quadri riportati, y de la decoración de cueros recortados, cartelas en «Ces», animales-garzas, monos, lechuzas, peces, … – y seres fantásticos -putti, quimeras, … – que campean cual marginalias de una miniatura en derredor de los lunetos: todos ellos recursos típicos de una escena manierista.

Es en la composición, disposición de las figuras y en los recursos perspectivos empleados donde el artista se muestra, sin embargo, dubitativo y contradictorio; allí donde con el brillo y transparencia de una veladura revela que ha sido incapaz de salvar la distancia entre las fórmulas nórdicas y flamencas del último gótico -empleo aleatorio de la línea y el punto en los trazados geométricos de pavimentos de las escenas de la Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templaza; líneas que se interrumpen bruscamente en los telones de fondo, que, cierto es, ya no son dorados ni presentan brocados o picados de lustre, pero interrumpen igualmente la perspectiva y conmensuración de la escena- y la complejidad espacial de las descentralizadas composiciones manieristas. De modo que escenas como el Juicio de Salomón, cuidada y estudiada del primer plano al último, contrastan por la forzada y violenta actitud de sus protagonistas frente a aquellas otras, como la de Mucio Escévola: resuelta en una diversidad de planos y acciones secundarias desordenadas, típicas de un paisaje hispano-flamenco.

En cuanto a la paleta empleada por el maestro cacereño, cabe añadir a los ya citados oros, azules y rojos que dominan la casi totalidad de los muros, otros verdes, tierras y amarillos, especialmente en las escenas históricas de los luneto. Colores poco degradados que aplica ayudado de una línea de contorno negra y muy pronunciada. Frecuentemente abusa del blanco de plomo o albayalde en las telas para ahondar así en el volumen de las figuras y mejorar la luz de la escena.

Con todo, resulta obligado añadir que estas pinturas murales fueron «retocadas» y erróneamente restauradas a finales del siglo XIX por el pintor Francisco Ruiz de la Hermosa, de tal manera que, hoy, no resulta fácil discernir la originalidad o contemporaneidad de los colores que percibimos. Estamos, no obstante, seguros de que se hallan repintados la heráldica dibujada en las pechinas de las bóvedas, y el arco perpiaño que las separa en tramos. Las armas de Alfonso XII que decoran una de estas falsas pechinas son impronta inequívoca de esta intervención y del momento histórico en que se hizo26.

Pero no todo el cromatismo de esta monumental estancia se debe a las pinturas murales sobre cantería y ladrillo de muros y bóvedas. También el altar presenta una exquisita decoración y un destacado contraste cromático. Concebido como un edículo u hornacina porticada, pues se abría y cerraba según las necesidades gracias a unas puertas de madera hoy desaparecidas, aloja en el interior un retablo renacentista – apilastrado y coronado por un frontón curvo- trazado y ejecutado por el entallador y escultor Joanes de la Fuente. El dorado corrió a cargo del pintor placentino Miguel Martín27, que decoró además los restantes huecos de la exigua capilla con florones y casetones de oro perfilados en negro. Una pintura sobre tabla de la Asunción de María, obra de Pedro de la Mata, preside la mazonería; otra del Padre Eterno ocupa la totalidad del tímpano. Por último, un frontal de altar de cerámica de Talavera hecho con azules y amarillos y presidido por una cartela de fondo blanco sobre la que destaca una imagen mariana, la de María de la Victoria.

Otro de los conjuntos pictóricos renacentistas sobre muro que ha llegado a nosotros es el de la capilla de la villa suburbana conocida como «Palacio Viejo». Un cortijo agropecuaria de principios del siglo XVI situado en el arrabal de Belén (a 3 km de Trujillo) que añade a las estructuras dedicadas a tal uso, otras residenciales, más confortables y lujosas, que revelan el hedonismo y placer con que vivían unos cuantos privilegiados -como Diego García de Paredes; su tercera esposa, Juana de Torres o sus hijos… – en el Trujillo del aquel tiempo.

Se ha dicho de Palacio Viejo que pudo ser una antigua villa romana, dado que se han hallado en sus cercanías una calzada, restos cerámicos y sillares ciclópeos del Bajo Imperio. No podemos confirmar este particular, sí, en cambio, que la estructura del edificio, abaluartada, con elementos defensivos como aspilleras, y precedida de un patio abierto porticado y coronado de merlones piramidales, recuerda a la de otras villas de los alfoces trujillano y cacereño como Provisora, Burdallo, Casillas, la Quinta de la Enjarada, Magasquilla, el Carrascal o el Carneril, construidas a finales del siglo XV o durante la primera mitad del siglo XVI.

Muchas de estas casas han llegado a nosotros en un estado de conservación óptimo, dado que su abandono en períodos prolongados y la pérdida de la costumbre romana y renacentista de habitar el campo con toda suerte de lujos y comodidades, ha permitido que sufrieran pocas e imperceptibles reformas. Son, por tanto, una fuente de información precisa y exacta que nos permite comprobar cómo, tras los muros impenetrables que articulan su perímetro, se esconden delicados espacios exornados con esgrafiados, pinturas, escudos, suelos de cantería o rollo, forjados de cintas y saetinos, chimeneas serlianas, etc.

El conjunto de Palacio Viejo, en otro tiempo conocido como Palacio de la Cadena, acaso porque tuviera derecho de asilo, ha sido objeto de interés para investigadores como Andrés Ordax, Pizarro Gómez y, más recientemente, Maldonado Escribano28. Todos han destacado la importancia y excelencia de este conjunto arquitectónico, deteniéndose, aunque con parquedad, en las pinturas de la capilla, que analizaremos seguidamente.

La capilla-oratorio de Palacio Viejo es un volumen de medianas dimensiones (aprox. 40 m2 de superficie por tres de altura) con planta rectangular y cabecera semicircular situado fuera de los límites cuadrangulares del recinto residencial (en el extremo meridional del ala oeste), pero unido a éste por el muro perimetral y merlonado que se abre a la derecha de la puerta principal de acceso al conjunto. Se trata pues, de una estructura anexada con posterioridad que gravita en uno de los extremos del palacio, lo que evidencia una cronología más tardía, quizás cercana al último tercio del siglo XVI; momento en que se ejecutaron las pinturas interiores que adornan el cuarto de esfera del ábside y la bóveda de arista sin perpiaños ni tramos de la nave.

El programa iconográfico de aquéllas gira en tomo a una temática religiosa basada en episodios novo testamentarios -Bautismo de Cristo, Oración en el Huerto, Juicio Final- y representaciones alegóricas -Iglesia encarnada en una mujer que porta como atributos una cruz y cáliz con la Sagrada Forma; y a un conjunto humanístico que pretende constatar y ensalzar los valores morales de los promotores del proyecto – pertenecientes al antiguo linaje trujillano de los Paredes- a través de la personificación en imágenes de algunas virtudes como la Fortaleza, la Templanza o la Justicia. De manera que unas y otras comparten ciertas similitudes iconológicas con las pinturas de la ya mencionada capilla de la Sala Alta del Ayuntamiento «viejo» -las dos se construyen sobre el concepto bipolar de oponer a una serie de escenas o imágenes bíblicas y cristianas, otras paganas y moralizantes-. Semejanzas que afectan también al estilo pictórico de ambas capillas, cercano a una estética manierista, y a la paleta cromática, en la que el rojo sobre un fondo amarillento de falsos dorados domina la casi totalidad de las escenas.

Conviene añadir también que una y otra capilla adolecen de parecidos recursos decorativos manieristas -cartelas en «Ces», cueros recortados, cuernos de abundancia, angelotes, decoraciones vegetales y bestiarios-; también, que fueron pintadas por sendos artistas adheridos todavía al gusto flamenquizado de nuestra pintura de la primera mitad del siglo XVI -ya dijimos que el «pintor de Cáceres» que elaboró la capilla del Ayuntamiento construía frecuentemente el espacio pictórico a partir de fórmulas geométricas nórdicas y flamencas; y el desconocido artista que ejecuta las de Palacio Viejo recurre normalmente a imágenes medievales sacadas de grabados neerlandeses y alemanes-; por último, que el tratamiento corporal de las figuras, es decir, del volumen y la anatomía, es similar, pues ambos autores se recrean con sutileza y elegancia en el modelado de ropajes y músculos.

No obstante, el anónimo pintor de Palacio Viejo se distancia sutilmente de su oponente cacereño en la proporción y el canon de las figuras, menos alargadas y amaneradas, también en el análisis psicológico de la mirada de sus personajes -Cristo, ángeles, virtudes, … -, que transmiten una impresión de grazia y decoro, tomando el término de Varchi y Vasari29, de la que carecen las pinturas de la Sala Alta del Ayuntamiento trujillano.

Concretemos, ahora, cuáles son las escenas e historias de pincel que adornan la capilla de Palacio Viejo:

Junto a la puerta de entrada a la capilla, en la primera de las bóvedas de arista, encontramos cuatro imágenes similares de una mujer joven que flota sobre una masa vaporosa de nubes. Viste con amplios y voluptuosos ropajes; su cabello es rubio y la tez blanquecina. Representan tres alegorías de las virtudes cardinales -justicia, fortaleza y templanza- y una de las virtudes teologales -la caridad-. En los plementos de la izquierda hallaremos la Templanza, que trae como atributos un cáliz en la mano izquierda y unos frenos de caballo en la diestra; frente a ella, la Fortaleza, que rodea con su cuerpo y sus manos una columna recién fragmentada. En los plementos de la derecha, la Caridad, mostrando generosos senos que amamantan un nutrido grupo de jóvenes desnudos; finalmente, la Justicia, que sujeta la balanza de la equidad y alza una espada amenazante. En los plementos axiales encontraremos un escudo silente, en blanco, esto es, sin heráldica alguna, rodeado de una filacteria en la que puede leerse: «SOLIDEO HONORE ET GLORIA>>, es decir, «Sólo a Dios Honor y Gloria»3º; y una representación del Juicio Final31 que ocupa la totalidad de la zona central de la capilla, es decir, el centro de ambas bóvedas de arista.

Los restantes elementos de esta última bóveda fueron decorados: con dos nuevas alegorías encarnadas en una joven mujer de rasgos similares a la que simbolizaba las citadas virtudes. La primera, referida a la Iglesia, sigue fielmente la iconografía medieval, de manera que toma como atributos una cruz y un gran cáliz sobre el que se eleva una Sagrada Forma; de la segunda, cuyo significado desconocemos, pues carece de atributos y no parece representar a la Sinagoga, poco podemos decir. También, con un conjunto de ángeles, tritones o querubines músicos y pescadores rodeados de motivos vegetales y cueros recortados. Por último, el plemento axial que da paso al arco triunfal y a la capilla Mayor se timbra con un escudo de armas en blanco y una filacteria que repite la jaculatoria anteriormente citada.

Ya en el Altar, encontramos el cuarto de esfera de la bóveda exornado con un trompe­/ ‘oeil de casetones que, cual pequeñas ventanas, nos asoma a un paisaje o bóveda celeste poblado de querubines, rosetas y aves -jilgueros, gorriones, garzas, … -. Un Padre Eterno se abre paso entre una nube, arriba, en la clave central. Lleva en su mano izquierda el orbe o bola del mundo.

En los muros laterales: la Oración en el Huerto y el Bautismo de Cristo. Ambas escenas, seguramente, copiadas de grabados alemanes o flamencos, acaso de Schongauer [Bartsch 9 (124) o Lehers 25], Durero [Bartsch 594]32, ¿ … ?

Finalmente, nos gustaría añadir que las bóvedas de la nave presentan en los arranques un conjunto de doce personajes, uno de ellos desnudo y mostrando sin pudor las posaderas, acaso Judas el traidor, que podrían encarnar a los doce Apóstoles.

El último de los grandes conjuntos pictóricos sobre muro del siglo XVI que ha llegado a nosotros se encuentra en las pandas del claustro del convento de San Antonio -hoy hotel Meliá- que las Descalzas Reales fundaron en Trujillo el año 157333. No hemos podido hallar entre los fondos del Archivo de Protocolos de la ciudad dato alguno referido al autor o al periodo en que se ejecutaron las pinturas. No obstante, su estilo e iconografía nos remiten a un momento cercano a la última década del quinientos.

Sea como fuere, la calidad técnica de las pinturas, elaboradas también al óleo sobre un muro de mampostería de granito y ladrillo previamente enlucido e imprimado, y la originalidad de los temas elegidos, amen de la Oración en el Huerto que ya encontramos en la capilla de Palacio Viejo, hacen de este espacio devocional -no olvidemos que los claustros de catedrales, abadías y monasterios jugaban un papel exponencial en la vida espiritual de clérigos, sacerdotes y monjes- un ejemplo único y de inestimable valor entre el patrimonio trujillano.

Es muy probable que en un primer momento fuesen algunos más los temas desarrollados, pues únicamente cuatro -una Sagrada Familia, una Oración en el Huerto de los Olivos, un Cordero Místico acompañado de San Juan y Santa Catalina y un San Miguel que abraza y protege a quien suponemos fue una religiosa de la comunidad- han sobrevivido a los avatares del tiempo y se hallan diseminados sin orden aparente entre la primera y planta baja del claustro o en las estancias inmediatas a éste.

El color y la policromía en fachadas y exteriores.

Ya se ha dicho que en los siglos XV, XVI, XVII y XVIII no solamente se buscaban efectos de contraste y matiz de forma artificial aplicando color -pigmentos al óleo, capas de sacrificio, conjuntos cerámicos, esgrafiados- a los muros, bóvedas, escudos o sepulcros de arquitecturas interiores. Antes bien, artistas y promotores gustaban reflejarlos en determinadas zonas exteriores de casas principales, conventos, iglesias, etc. Bien es cierto, sin embargo, que si el color de esos espacios interiores ha llegado mayoritariamente a nuestros días en un estado de conservación óptimo, la policromía aplicada sobre un soporte condenado a sufrir los rigores del clima y la continua acción del agua, se ha perdido, oxidado o contaminado.

En anteriores trabajos hicimos ya hincapié en la importancia que para el color de la ciudad tuvieron las chimeneas esgrafiadas de los palacios de la Conquista y de Carvajal Vargas o el conjunto cerámico de la torre del alfiler. Por ello nos centraremos en esta ocasión en recuperar el color perdido de otras fábricas históricas.

Comenzaremos en esta ocasión con la torre del reloj de la ya mencionada parroquia de San Martín, en la plaza Mayor. Todavía hoy puede percibirse en ella una nota de color blanco y azul, la del mosaico de cerámica de Talavera que teja su chapitel. Sin embargo, muchos trujillanos recordarán que esta azulejería fue asentada la octava década del siglo XX. ¿Qué aspecto tuvo entonces la torre en el siglo XVI, cuando fue levantada? La respuesta es sencilla, no muy distinto, aunque, sin duda, más llamativo, pues la variedad de colores que la exornaban no se reducían al blanco y azul. Muchos de ustedes pensarán que estamos locos si afirmamos que aquella torre-reloj se parecía aquel siglo a cualquiera de las muchas y multicolores que animaban las plazas de otras ciudades europeas como Bruselas, Venecia o Chester. Y, sin embargo, así fue, como seguidamente demostraremos.

La primera prueba que aportamos es un acuerdo municipal fechado en octubre de 1555, es decir, un año después de que Sancho de Cabrera terminase la construcción de la torre: » … dieron medio concierto con Juan Barragán, pintor, vecino de Jaraicejo, para que haga e pinte en el reloj tres cuadras del dicho reloj: en la de en medio pintado el sol con sus rayos e letras dorado; y al derredor un letrero de lo que se mande poner. Todos los blancos, azules y el sol y letras y rayos e pintados de oro e todo al óleo … e las armas reales de la misma suerte e pintura». Tiempo después, en 1595, el concejo ordenaba a un miembro del cabildo ir a comprar cerámica a Talavera para el chapitel del reloj: «cómo ha enviado a Talavera a hacer los azulejos para el chapitel del reloj de S. Martín y que envió el modelo para ello; y cometiéndole que prosiga en la dicha comisión hasta que se traigan los azulejos y se asienten?», En las sesiones concejiles de los días 11, 13 y 15 de diciembre del mismo año se acordaba asimismo redorar el círculo de la mano del reloj de San Martín y que las letras «se pinten y doren, y se pregone, y el comisario de la obra de dicho reloj lo haga pregonar con el remate de arriba del chapitel y que asimismo se dore «35. Un año más tarde, el 19 de enero, Diego del Saz, comisario de la obra del Chapitel del reloj, hizo relación «cómo está casi acabada su comisión y lo que estaba asentado y que para el ornato y bien parecer es necesario jaspear las columnas; que la ciudad provea lo que convenga, y se acordó que se pregone para que se haga como conviene en el más bajo precio … «36. Así pues la primitiva torre se hallaba policromada en rojo -las cuatro columnas del templete-, oro -el reloj- y azul y blanco -el chapitel y los tondi del friso-. De nuevo en 1607 se doraban las planchas del reloj, en esta ocasión lo hacía el pintor Gabriel de Miranda que recibió diez ducados por su trabajo»; circunstancia que ilustra a la perfección el rápido deterioro que sufrían estos dorados a la intemperie -que sepamos las manijas del reloj fueron doradas al menos en tres ocasiones entre los años de 1555 y 1607-.

Especialmente llamativo debió resultar también el color con que fue decorada la fachada del templo conventual de San Francisco. Sabemos que el cimborrio estuvo, aún puede verse, esgrafiado con una trama geométrica de doble lazo y rosetas; las bóvedas interiores pintadas al óleo, como también varias capillas, la sacristía o el escudo real del refectorio. Pero además, la fachada estuvo esgrafiada con un encintado simple que imitaba sillares; la portada de acceso al templo con un nuevo esgrafiado que recorría la totalidad del alfiz que la recerca. Más aún, el portón de madera estuvo dorado: Pedro de Mata recibe veintidós ducados «por lo que pintó en la puerta de San Francisco «38. También los escudos de Felipe II y la ciudad alojados bajo el alfiz:

Alonso Sánchez, cantero, recibe ocho ducados «por los andamios que puso para dorar escudos de la puerta de la iglesia de San Francisco «39.

Otro edificio que destacaba por su color y pintoresquismo dentro de la ciudad, o mejor dicho en sus límites suburbanos, fue el llamado Humilladero de San Lázaro, hoy desaparecido. Un templete circular situado en el camino Real a Sevilla, cerca y junto a las ermitas de los Santos Mártires y de San Lázaro. Fue construido por el maestro de cantería Juan Martín a finales del siglo XVI. Un acuerdo municipal de 1592 recoge que en veintiuno de agosto, estando la obra muy adelantada, «Antonio Sánchez de Paredes y Vasco Calderón, dieron razón de la obra del Humilladero y se les cometió hagan como tienen comenzado que se traigan tejas vidriadas de la Puente para tejarle «4º. Este tipo de teja vidriadas, ya fuesen verdes, blancas o azules, era muy utilizado en aquel tiempo como recurso barato y efectivo. Todavía hoy pueden verse en los tejados del Monasterio de Guadalupe; en numerosas casas de Toledo, Talavera de la Reina; etc.

Entre las arquitecturas civiles y residenciales han llegado a nosotros restos de color -verdes, azul de azurita y de ultramar, rojos, negros, grises- de las fachadas de los palacios de Chaves-Orellana, Carvajal-Vargas y La Conquista. De éste último ya hemos hablamos en otras ocasiones en este mismo foro; baste recordar, por tanto, que los análisis químicos realizados en 2003 revelaron restos de lapislázuli, rojo, azul de azurita, y blanco de plomo sobre los sillares del relieve historiado y el balcón que ordenan la esquina del edificio. Debió ser, sin duda, el edificio trujillano del XVI con mayor colorido.

Del palacio de Diego de Carvajal y Vargas digamos que todavía hoy pueden verse con la luz estival de medio día restos de un pigmento gris azulón, acaso cal mezclada con carbón de encina, alrededor de los rostros de varios personajes de la familia que aparecen retratados en los intercolumnios de la puerta principal.

De las casas principales de los Chaves-Orellana, cuyo primitivo alzado (s. XVI) reproduce la vista urbana de Laborde, se ha conservado encastrado a capón en la actual fachada (s. XIX) una pareja de putti tenantes cuyos rostros y cabellos fueron acabados en rojo y negro.

Por último, nos gustaría recoger aquí tres monumentales escudos de fachada que en otro tiempo animaban con ricos contrastes el paisaje placero de Trujillo. De un lado, el llamado escudo de la ciudad, reproducido también en otra vista de Laborde. Destruido en algún momento de la segunda mitad del siglo XIX, estaba situado en las cubiertas del llamado soportal del lienzo. Fue esculpido por los maestros de cantería Francisco Sánchez y García Carrasco y pintado y dorado por Juan Jiménez en 1585:

«Este día se mandaron librar a Juan Jiménez pintor trescientos reales a cuenta del dorado del escudo de la plaza’:», En la casas de fieles y veedores (2/2 s. XVI), en la que hasta hace muy pocos años existía una droguería, todavía hoy campea en su fachada un escudo con las armas de la ciudad. Despojado de su color hacer menos de una década estaba policromado en rojo, negro, … ; colores que todavía hoy conserva el escudo de igual tema alojado en la «zapatería Trenado» en la calle Sillerías.

Los artistas. Pintores «a lo morisco» y doradores activos en Trujillo durante el siglo XVI.

Cuando hablamos de pintores conviene aclarar, en primer lugar, que con este término a finales de la Edad Media y durante el siglo XVI no se designaba exclusivamente a una persona dedicada a plasmar sobre un soporte de madera o lienzo imágenes con volumen, escenas que fingían con recursos más o menos conmensurativos la tercera dimensión, o historias de pincel basadas mayoritariamente en los evangelios sinópticos y apócrifos. Tampoco a retratistas, pintores de cámara o iluminadores. De igual modo, no todos aquellos que hacían del pincel su instrumento de trabajo tenían conciencia de ser artistas o pretendían elevar su oficio al más ideal escalafón de las artes liberales. Antes bien, la mayoría de estos pintores, especialmente aquellos que ejercían su profesión en centros artísticos pequeños como Trujillo, Cáceres o Plasencia eran artesanos dedicados a policromar escudos; muros de piedra; techumbres, portones y forjados de madera; dorar esculturas y retablos; o pintar sargas y telas para estandartes, ajuares o determinadas festividades como el Corpus.

Las Ordenanzas que el gremio de pintores de la ciudad de Córdoba tuvo desde 1493 constituyen un documento de gran interés para distinguir esta variedad de actividades, así como para documentar los apellidos que unas y otras añadían al común calificativo de pintores. Así, quienes se dedicaban a pintar arquitecturas o partes de edificios eran llamados pintores «a lo morisco», denominación que refiere explícitamente los lazos cromáticos y culturales compartidos secularmente entre la comunidad hispano-musulmana y la cristina; los que trabajaban telas, «pintores de sargas»; quienes aplicaban pan de oro, hacían picados de lustre o inventaban brocados eran «doradores»; por último, aquéllos que policromaban imágenes y narraban historias de pincel eran conocidos como pintores «imagineros o de retabloso»,

Las tres primeras ocupaciones -pintor de arquitecturas, telas y dorados constituían muchas veces el sustrato o primer escalón del oficio para quienes ansiaban dedicar su inspiración a la más elevada actividad de representar al óleo el teatro de los misterios, modelar hagiografías o retratar a miembros destacados de la corte. Circunstancia que explica que no pocos de los artistas más reputados de aquel siglo se iniciasen en el oficio dorando retablos o policromando casetones; también que, una vez habían logrado fama no hiciesen asco a este tipo de encargos «menores». El propio Fernando Gallego -por citar a uno de los más afamados pintores hispano-germano- flamenco activos en la Alta Extremadura-, bien es cierto que ya al final de su vida, pintaba en 1504 los artesones y las vigas de la tribuna de la universidad de Salamanca junto a Pedro de Tolosa. Y su hermano Francisco, colaborador de Fernando en numerosos trabajos de primer nivel, se empleaba en las mismas labores poco después en el hospital de los RR. CC. de Santiago de Compostela 43.

En lo que a Trujillo se refiere, sabemos poco o casi nada de las obras, mayoritariamente religiosas, que sobre lienzo y tabla se pintaron para exornar arquitecturas conventuales, parroquiales o civiles. Las referencias puntuales de la historiografía y la ausencia de una investigación sistemática, sumados a la pérdida mayoritaria de las obras por circunstancias tan dispares como la Invasión Francesa -no sólo por el robo gabacho sino también por la ulterior venta de aquéllas que se salvaron para sufragar los gastos de reconstrucción de casas y conventos-, la acción desamortizadora, cambios de moda, hurtos contemporáneos, etc., han impedido reconocer, concretar y valorar la calidad de esas pinturas o el estilo de sus autores.

Los datos referidos a nombres de pintores activos en la ciudad desde finales del siglo XV y a sus trabajos como pintores de arquitecturas, de sargas o doradores son, en cambio, suficientes para hacernos comprender la importancia que tenían estas labores aquellos años en el contexto de la escenografía urbana: las primeras como recurso para el modelado y la percepción de un edificio; las siguientes porque formaban parte de la decoración urbana que animaba determinadas efemérides como entradas reales, fiestas religiosas, proclamación y muertes de monarcas, etc.; por último, los dorados de esculturas y espacios sagrados o de titularidad municipal en tanto artificio llamado a comunicar a devotos y ciudadanos un mensaje metafísico de poder.

El primer pintor trujillano mencionado en las fuentes documentales, a saber, es Jean Felipe, que colaboró con Fernando Gallego en la elaboración de varios retablos, hoy perdidos, para la catedral de Plasencia en 146744. No sabemos nada acerca de su particular estilo -aunque es seguro que se acercaría al de otros miembros de la escuela castellana influidos por una paleta nacional enriquecida por los brillos flamencos; que cultivaría el paisaje germano; y bebería de fuentes iconográficas grabadas neerlandesas y nórdicas- , de su procedencia, pues de su nombre podría deducirse un origen flamenco; y por supuesto, tampoco de otros encargos, si bien, como ya apunté en mi obra Fernando Gallego y su taller…45, pudo ser uno de los autores o colaboradores del maestro Gallego en la elaboración del retablo Mayor de la iglesia parroquial de Santa María la Mayor de Trujillo. En todo caso, se trata de un pintor de retablos del que ignoramos también si llegó a realizar decoraciones arquitectónicas, lo que no sería de extrañar habida cuenta la organización jerárquica y gremial ya glosada para la Edad Media.

En 1484, Juan Bejarano y Rodrigo Sevillano aparecen como testigos en un documento del Archivo Municipal de Trujillo fechado en doce de noviembre y relacionado con ciertas disputas habidas entre el concejo trujillano y el monasterio de Guadalupe por la villa de Madrigalejo. No hemos hallado dato alguno referido a su tarea como pintores», por lo que ignoramos a qué actividad concreta, dentro del oficio, se dedicaron.

Por esos mismos años trabajaron en la ciudad un gru¡o de artistas -Alonso González47, Albar Ponce, Muriel Solano y Sancho Casco» – que, a instancias del concejo, se ocupan de pintar varios «retablos» para las principales puertas de acceso a la alcazaba -de Santiago, Vera Cruz, Fernán Ruiz, Coria, San Juan y Alba- y la calleja de Martín Alonso -bóveda del llamado «cañón de la cárcel»-. Labor que, si bien se refiere a una actividad figurativa y con seguridad sometida a los dictados de una iconografía religiosa o heráldica, supone uno de los primeros ejemplos de ornamentación sobre soporte pétreo o arquitectónico documentados en Trujillo. Con anterioridad, es indudable que templos pleno medievales como Santa María la Mayor, se hallaban policromados en muy diversas zonas -puertas de acceso, donde son aún visibles restos de rojo; pilares, claves de bóveda, capiteles, artesones, etc.49-, pero no existen documentos escritos que lo acrediten.

De entre estos últimos autores, nos parece interesante destacar la figura de Sancho Casco, pues además de trabajar como «pintor a lo morisco», parece probado, a tenor de la documentación municipal, que ejerció su oficio decorando sargas para las fiestas del Corpus de 1505: «Un libramiento de Sancho Casco, pintor, de dos mil mrs. porque hizo e ordenó los oficios del día del Corpus «50. Ese mismo año elaboraba también un cuadro de Nuestra Señora para el concejo: «Que parece que pagó por otro libramiento a Sancho Casco, pintor, por una figura que hizo de nuestra señora, cincuenta mrs. «51.

Pero Casco no será el único artista-artesano que ejerza su oficio en la ciudad estos años adaptándose a la variedad de encargos que le proponen -sobre tabla, tela o piedra; figurativo, decorativo; etc. -. Antes bien, este fenómeno caracterizará la producción de esta y otras profesiones -son numerosos los ejemplos documentados de carpinteros, albañiles y canteros que se intitulan indistintamente como tales en función de los encargos que reciben-52. Nos encontramos pues ante un período donde será frecuente la ejecución de trabajos de muy diversa factura y técnica por un mismo artista.

Desconocida nos es también la obra y la figura de Alonso Villalobos, cuyo origen trujillano discutió Benavides Checa -lo cree paisano de Plasencia-53, y del que hoy sabemos con certeza que trabajó para el concejo entre 1509 y 1514 haciéndose cargo de labores de decoración y ornamentación de telas y estrados para las solemnidades del Corpus54.

Juan Notario y Antonio Torino ejercieron de imagineros en 1531 al ocuparse de policromar de oro y azul la imagen de la patrona de Trujillo -la virgen de la Victoria-, que poco antes había esculpido el cantero Diego Durán55 . Esta misma imagen era años después (1547) depositada en la nueva capilla que el maestro de Cantería Sancho de Cabrera construía entre las torres del alcázar hispano-musulmán, en cuya bóveda pintaba un artista desconocido el año 1623: «un cielo [de azul y estrellas doradas J a la imagen de Nuestra Señora de la Victoria «56.

Juan Sánchez, imaginero y pintor de retablos, trabaja en 1583 en la reprolicromía de la citada imagen de la Virgen de la Victoria», así como en la mejora de las tablas que el pintor de Almaraz, Alonso Gallego, había realizado para la capilla vieja del Ayuntamiento en 152058.

Diego Muriel Solano, quien a finales del siglo XVI -1583- pintaba y doraba la imagen de San Gregorio que, para la capilla del Ayuntamiento, había esculpido Joanes de la Fuente un año antes», aparece además como fiador del afamado arquitecto trujillano Francisco Becerra en el contrato de obras que éste firma, junto a los también canteros Pedro Hemández, Francisco Palomo y Francisco Sánchez «el viejo», con el obispo de Plasencia Pedro Ponce de León para ejecutar ciertas obras en la iglesia de Orellana la Vieja60.

Otro tanto puede decirse de Miguel Martín, imaginero, dorador y pintor de esculturas y retablos, bien es cierto que de origen placentino, quien en 1586 se ocupaba de dar pan de oro y color al retablo nuevo que Joanes de la Fuente había trazado y ensamblado para la lujosa capilla alta del Ayuntamiento: «Octubre 20 de 1586. Este día se mandaron librar a Miguel Martín, vecino de Plasencia, ciento diez ducados por la pintura y dorado del retablo del Ayuntamiento de esta ciudad, conforme la escritura que se fijó «61.

Otros nombres, como Juan Cristóbal, Juan Jiménez, Pedro de Mata o Gabriel de Miranda, nos interesan especialmente porque figuran en no pocos documentos concernientes al pago de trabajos de ornamentación de arquitecturas – portadas, escudos, bóvedas de capilla, puertas de madera, etc.-, es decir, porque se refieren a artistas que ejercieron su oficio, no siempre62, como «pintores a lo morisco». Alguno de estos autores podría ser, con certeza, responsable de las obras de dorado y policromía de las ventanas, los forjados de cintas y saetines y el escudo en esquina del palacio de la Conquista, construido en su mayor parte entre la sexta y octava década del quinientos.

Juan Jiménez, hermano del también pintor Francisco Jiménez que había retocado las tablas pintadas por Femando Gallego para el Altar Mayor de Santa María63, se ocupaba en 1585 de dorar el nuevo escudo de la ciudad'» que Francisco Sánchez y García Carrasco habían labrado como coronamiento para los recién terminados soportales del costado oriental de la plaza Mayor.

Pedro de Mata y Gabriel de Miranda65 se ocupaban de dorar y policromar la fachada del convento de San Francisco, trazada por el insigne Pedro de Ibarra con posterioridad a 156466, entre 1595 y 1596 en que al primero se le pagan veintidós ducados «por lo que pintó «67; y al segundo otro tanto por «las demasías y dorado de la puerta de San Francisco «68. De este último sabemos también que policromó la imagen de Nuestra Señora que se alojaba en la hornacina de la puerta de Hernán Ruiz el año 1601, así como doró las planchas del reloj de San Martín y el Humilladero de la Piedad el año 160159.

Por último, debemos mencionar a Juan Cristóbal, que en 1588, una vez se había rematado la primera de las capillas o tramos de la nave central de la iglesia conventual de San Francisco, fue comisionado por el concejo para pintar y dorar toda la bóveda, incluidos los escudos que la ciudad había entregado y mandado colocar como testimonio de su patronato sobre el templo (70).

Así mismo tenemos constancia de otros trabajos como decorador realizados, ya en 1600, para la Parroquia de Santa María la Mayor en la misma ciudad, donde «se ocupó veinte días en reparar y pintar el túmulo que se compró de las honras del Rey, para el monumento de este año de 1600 y pintar los frontispicios y otras cosas que se hicieron para su perfección, y lo firmó en Trujillo a primero de abril de 1600». A.C.P. 1/4/1600.

Fig 1

Figura 1.- Detalle de la capilla del Ayuntamiento Viejo

Fig 2

Figura 2.- Oración en el huerto. Capilla del Palacio Viejo

Fig 3

Figura 3.- Pinturas del claustro del convento de San Antonio

ABREVIATURAS DE ARCHIVOS. A.P.T. Archivo de Protocolos de Trujillo A.M. T. Archivo Municipal de Trujillo A.P.SM. Archivo Parroquial de Santa María A.P.SM. Archivo Parroquial de San Martín. A.C.P. Archivo Catedralicio de Plasencia A.H.P.C. Archivo Histórico Provincial de Cáceres

1 En aquella ocasión nos comprometimos a presentar, bajo la estructura de una trilogía, la investigación que estábamos realizando sobre el patrimonio trujillano perdido, olvidado o en peligro de desaparición. Véanse: SANZ FERNÁNDEZ, F., SANZ SALAZAR, M., y DE ORELLANA-PIZARRO, J., «Trujillo. Espacios perdidos, patrimonios olvidados. La memoria robada», XXXIV Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 2005, pp., 527-54. «La decoración y articulación de paramentos arquitectónicos en la ciudad de Trujillo: los esgrafiados a la cal», XXXV Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 2006, en prensa.

2 LENCLOS, J. F., et alter, El Color en la arquitectura tradicional Valenciana, Colegio Oficial de arquitectos de la Comunidad Valenciana, Valencia, 1998. Cfrs. etiam: THEOPHlLUS, De dibersis artibus, Dover Publications, Nueva York, 1979. CENNINI, C., JI libro dell’Arte, Neri Pozza, Vicenza, 1971. MA YER R., Materiales y técnicas artísticas, Hermann Blume, Madrid, 1988.

3 El documento cromático de origen del palacio de la Conquista estuvo fundamentalmente concentrado, a saber, en las fachadas: allí encontramos restos de capas de sacrificio ocre-amarillento empleadas para homogeneizar la distinta coloración entre los granitos empleados; de pigmentos al óleo aglutinados con aceite de linaza, aplicado en varias capas de color sobre una preparación de calcita, cuarzo, arcilla y negro carbón en balcón esquinado y el escudo; y oro sobre las ventanas que articulan la proyección vertical del palacio. En el interior encontramos restos de almagre y brea en los forjados más sencillos y una rica coloración de oros, bermellones, azules y verdes aplicados al temple con cola en las alfarjías de cinta y saetino de las estancias nobles y privadas; revocos de cal y yeso -trabadillos- decorados al temple con motivos geométricos cuadrangulares -rojos y verdes- en la antesala del primer soleador; y una rica decoración de esgrafiados compuesta por una base de color negro de dos capas y una fina lechada de temple animal blanca -que perfila los motivos decorativos-, pobre en cola, rica en calcita y muy resistente frente a humedades, en los salones inferiores.

4 GÁRA TE ROJAS, I., Artes de la cal, Instituto Español de Arquitectura-Universidad de Alcalá, Munilla­Lería, Madrid, 2002.

5 SERLIO BOLOÑES, S., Tercero y qvarto libro de architectura, Toledo, en casa de Iván de Ayala, 1552, Biblioteca Nacional de Madrid, R/ 1024, Libro IIIl, capítulo XI, f., 144. En término muy similares se expresaba Cennino Cennini en el capítulo CLXXIV de su obra, ya citada, cuando afirma: «Acontece al artista tener que saber trabajar enteramente todo, especialmente en aquelas obras que le reportan honra; y, por tanto, aunque no sea costumbre pero como yo lo he experimentado te lo enseñaré. Caerá en tus manos una figura de piedra, grande o pequeña, y tendrás que (pintarla] … ». CENNINl, C., JI libro de// … , op. cit.

6 Véase sobre este particular nuestro trabajo: SANZ FERNÁNDEZ F., SANZ SALAZAR, M., DE ORELLANA-PIZARRO, J., «La decoración y articulación … «, art. cit. Cfrs. etiam: VASAR!, G., Le vite de’ piit eccellenti architetti, pittori et scultori (lntroduzione Cáp. XXVI Pittura, «De gli Sgraffiti delle case, che reggono l’acqua; quello che si adoperia fargli e come si lavorano le grottesche nelle mura»), Torino, Einaudi, 1991, pp., 72-73. Acerca del esgrafiado italiano véanse: SARTOR, A., «Il rilievo delle pareti grafitte», in Disegnare idel tnmagini, nº 12, Anno VII, p., 25-ss. ERRICO-STELLA, V. M., FINOZZI, S., GIGLIO, l., «Ricognizione e schedatura delle facciate affrescate e graffite a Roma nei secoli XV e XVI», in Bo/letino d’Arte, nº. 33-34, 1985. BALDI, P., CORDARO, M., MORA, P., MORA, L., «Arqnitecture-Coleur», ICCROM, Roma, 1981, p., 133-ss.

7 PARRA CREGO, E., Análisis químico y estudio de Ja superposición de capas de mortero y pintura de las antiguas casas principales de Hemando Pizarro en Trujillo (Cáceres), Laboratorio de análisis para la restauración y la conservación de obras de arte, Villanueva de la Cañada, 2003, p., 3.

8 Hemos tomado la trascripción de: GODOY BARRADO, J., «Obra retablistica, pictórica y escultórica documentada en los Libros de Fábrica de Santa María la Mayor de Trujillo, XXIX Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 2000, pp. 109-142.

9 Sobre la obra de este maestro cantero trujillano véanse entre otros trabajos: LOZANO BARTOLOZZI, M» M., «Los conventos de Mérida en la historia moderna Fundaciones, supervivencia, transformación ruina o reutilización», Norba Arte, XVII, 1997, p., 138. lEJADA VIZUETE, F., Fuentes documentales para el estudio de la arquitectura de Jos siglos XVII y XVIII en Mérida y su entorno, Junta de Ext:remadura, Badajoz, 2004. BENA VIDES CHECA, J., Prelados placentinos, op. cit., p., 203. MORA ALISEDA, J., y SUÁREZ DE VENEGAS SANZ, J., Don Benito, tomo II, Editora Regional, 1995, pp., 555-558. SANZ FERNÁNDEZ, F., «El palacio de los Barrantes-Cervantes. El diálogo arquitectura­ciudad entre dos proyectos diacrónicos» en Trujillo desde el Barroco al Neoclasicismo, Real Academia de Ext:remadura de las Letras y las Artes, Badajoz, 2004, pp., 317-354

10 A.P.SM». Libros de Fábrica II, 1583-1625, f. 30. Cfrs. etiam: BARRIOCANAL LÓPEZ, Y. y GALLEGO DOMÍNGUEZ, O., «La capilla funeraria … «, art. cit., pp., 30-31. «Más me hago cargo de doscientos mil mrs. que el licenciado García Cervantes de Gaete dio por el sitio del sagrario viejo q. está a la mano derecha del Altar Mayor para hacer en el su entierro y capilla» A.P.SM8., Libros de Fábrica Il, 1583-1625, f. 30

11 En 9 de junio de 1574 se firmó, ante el escribano Pedro de Carmona, la escritura de transacción y trueque de la Capilla de Santa Ana y la iglesia de Santa Maria. La familia Loaisa se comprometió a pagar a la Iglesia 7.500 maravedises de renta de juro de a 20.000 maravedises cada millar, de los 40.000 maravedises que tenían de renta sobre las alcabalas de ganados, heredades y carnícerias de esta ciudad. También fundaron una Capellanía en su Capilla de Santa Ana A.P.T Pedro de Carmona 1574-1575, 9/6/1574, Caja nº 6.

12 » … Queremos e mandamos que la Capilla e enterramiento que tenemos en la Iglesia del Señor San Martín en la Capilla Mayor de la dicha Iglesia ande junta con todo ello por Mayorazgo … «. La trascripción de este documento la hemos tomado de la obra de Juan Tena, quien a su vez refiere haberlo leído en el archivo particular de la familia trujillana Núñez Secos. Ésta es propietaria, todavía hoy, de la villa de campo que Pedro Suárez de Toledo tenía entre Trujillo y Monroy. Es de suponer que Tena leyó el protocolo original salido de la escribanía de Francisco de Villatoro entre los restos del archivo de los Orellana Toledo guardado en la citada villa campestre; particular que no hemos podido confirmar. Tampoco el Archivo de Protocolos de Trujillo conserva documentos notariales firmados por Villatoro con anterioridad a 1574. TENA FERNÁNDEZ, J., Truji/lo … , op. cit., p., 341.

13 DÍEZ GONZÁLEZ, M». C., Arquitectura de los conventos franciscanos observantes en la provincia de Cáceres, Colegio Oficial de Arquitectos de Extremadura, Cáceres, 2003.

14 En 1587 se remata la primera nave-capilla, cabe el crucero, y la ciudad ordena encalarla y poner las armas del rey Felipe. La documentación dice muy claramente que se entregan «los dos escudos en alto» para la clave de la dicha capilla A.M.T. Actas de Acuerdos 1583-1590, 6/11/1587, f., 341. En junio de 1588 el albañil Pedro Martín recibe 30 ducados como pago por el encalado (previsiblemente con esgrafiado o cantería falsa) de la bóveda A.M.T. Actas de Acuerdos 1583-1590, 20/6/1588, f., 422; y un mes después, Juan Cristóbal recibía 20 ducados por pintar y dorar la bóveda A.M. T. Actas de Acuerdos 1583-1590, 2217/1588, f., 427.

15 «Volviendo de aquellas partes [Frisia y Flandes] el capitán Mendo trajo muchas y diversas reliquias en cajas y bultos de preciosidad, y curiosidad para que se colocasen en su capilla … se colocaron [allí] el mismo día de su vocación, que es de San Ildefonso, a veinte y tres de enero del año de mil e seiscientos e dos». DÍEZ GONZÁLEZ, M». C., Arquitectura de los conventos franciscanos … , op. cit., p., 348.

16 «Acordase que el señor Rodriga de Sanabria sea comisario con el señor Gómez de Salís para la obra de la capilla de esta sala de ayuntamiento y se haga de la traza y como les pareciere y como quede muy buena y muy pulida y como conviene al culto divino». A.M.T. Actas de Acuerdos 1583-1590, 29/10/1584, f., 134.

17 La obra de albañilería-bóvedas vaídas- de la sala alta del Ayuntamiento viejo fue hecha en 1585 por Juan de Vargas, maestro de obras de Plasencia: «Julio doce. Se cometió al Señor Melchor González, comisario de la obra de la sala del Ayuntamiento, que escriba a la ciudad de Plasencia para que den licencia que Juan de Vargas, maestro de obras, venga a ver esta obra de la sala del Ayuntamiento y a dar orden cómo se asienta el ladrillo en las bóvedas y se envíe persona que con el dicho Juan de Vargas, e con otro buen oficial lo trate y concierte el salario que se le ha de dar». A.M.T. Actas de Acuerdos 1583- 1590, 12/7/1585.

Francisco Sánchez y un oficial que trajo de Plasencia, hicieron la obra de cantería «Julio, de 1585. Libramiento. Que se libren a Francisco Sánchez, cantero, y al oficial que trajo de Plasencia para la obra de la sala del Ayuntamiento, cuatro mil y novecientos y cincuenta y cuatro maravedises de sus salarios y otros derechos». A.M T. Actas de Acuerdos 1583-1590, 7/1585.

En los trabajos de cantería intervino también García Carrasco, probablemente en la traza y ejecución de la portada-capilla que alojaba el altar: «Mayo 26 de 1585. Este día se libró a García Carrasco, cantero, la mitad del tercio postrero por la obra de la sala, digo de la capilla del Ayuntamiento alta. A.M T. Actas de Acuerdos 1583-1590, 26/5/15&5.

18 A.M.T. Cuentas de Propios 1506-1518,1511, f., llOr. Cuentas de Propios 1505-1519, 1518, f., 210r. Real Provisión de Felipe II al concejo de la ciudad de Trujillo para que pueda dar cada año 30.000 maravedíes como salario a un maestro y mozos de coro. Despachada en Madrid, a 16 de febrero y refrendada de Juan Gallo de Andrada, legajo 40, carpeta 2, 2 folios. Real Provisión despachada en Madrid, a 14 de diciembre y refrendada de Lucas de Camargo, para que Trujillo pueda dar a 5 ministriles 38.750 maravedíes y 24 fanegas de trigo hasta el 12 de agosto de 1588 y de allí en adelante por tiempo de 6 años 125.000 maravedíes y 30 fanegas de Trigo, legajo 59, carpeta 23.

19 «Camino de Santa Cruz se llega a corta distancia al Humilladero, que es un templecito redondo sobre tres gradas, con ocho columnas y cúpula encima de muy buena traza, y el cual se terminó de hacer, según un letrero, en el 1596. En medio hay un Crucifijo con una colwnna de orden corintio». PONZ, A, Viaje por Extremadura ( 1778), Tomo 1, Biblioteca Popular Extremeña, Salamanca, 1983.

20 Es importante señalar que este tipo de bóvedas no se hacían en Trujillo, ni de cantería ni de ladrillo, a pesar de ser uno de los modelos característicos de nuestro Renacimiento. Como prueba de ello baste mencionar el acuerdo municipal porque el que se mandaba venir de Plasencia a un maestro albañil que supiese hacerlas: » … que escriba a la ciudad de Plasencia para que den licencia que Juan de Vargas, maestro de obras, venga a ver esta obra de la sala del Ayuntamiento y a dar orden cómo se asienta el ladrillo en las bóvedas … «. A.M.T. Actas de Acuerdos 1583-1590, 12/7/1585.

21 «Seis mil doscientos e sesenta mrs. a Juan Átvarez, tendero, de los tapices [para el Ayuntamiento]». A.M.T. Cuentas de Propios 1505-1519, 1519, f., 234v

22 ANDRÉS ORDAX, S., y PIZARRO GóMEZ, F. J., El patrimonio artístico de Trujillo (Extremadura), Editora Regional de Extremadura, p., 153.

23 A.M.T. Actas de Acuerdos 1583-1590, 26/5/1585~ 21/10/1582.

24 «Octubre 11 de 1585. Comisión sobre pintura de la Sala. Cometióse al señor Melchor González, comisario de la obra de la sala alta del Ayuntamiento, envíe a llamar al pintor de Cáceres para tratar con él la pintura de la dicha sala». El 26 de este mismo mes de octubre ya estaba el pintor de Cáceres en Trujillo, pues se trata del concierto de su trabajo en el siguiente acuerdo: «Octubre 26 de 1585. Este día se cometió a los señores Hernando de Ore/lana y Gómez Salís que concierten con el pintor de Cáceres la pintura y dorado de Ja sala del Ayuntamiento, dándole el salario que parezca ser justo e de manera que les parezca mejor como quiera la ciudad». A.M.T. Actas de Acuerdos 1583-1590, 11 y 26/10/1585.

25 ANDRÉS ORDAX, S., y PIZARRO GóMEZ, F. J., El patrimonio … , op. cit., p., 153.

26 «Habiéndose terminado la restauración de las pinturas del Salón Consistorial encomendada al artista, Don Francisco Ruiz de la Hermosa, por acuerdo del día treinta y uno de mayo último, contenido en el particular quinto del acta del expresado dia, se dispone que con cargo al capítulo de imprevistos del Presupuesto Municipal vigente, se le pague Ja cantidad de mil novecientos veinte reales a que asciende la obra hecha, y como quiera que además del trabajo anterior se Je haya encomendado también pintar un cuadro al óleo que represente a S. M el Rey de España, Don Alfonso XII, se tenga en cuenta esta obligación contraída antes de expirar el presupuesto vigente, para poder pagar el importe de dicho cuadro durante los tres meses de ampliación con cargo al capítulo de imprevistos de dicho presupuesto». A.M.T. Actas de Acuerdos 1875, 28/6/1875.

27 A.M.T. Actas de Acuerdos 1583-1590, 30/5/1586; 20/10/1586.

28 ANDRÉS ORDAX, S., y PIZARRO GóMEZ, F. J., El patrimonio … , op. cit., p. 139. VV.AA, Trujillo Crisol de Culturas, Lunwerg, Barcelona, 1995, pp., 59-60. MALDONADO ESCRIBANO, J., «Palacios, cortijos y casas de campo en las dehesas de Trujillo (Cáceres), XXXIV coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 2005, pp., 382-386.

29 MONTIJANO GARCÍA, J. M., Giorgio Vasari y la formulación de un vocabulario artístico, Universidad de Málaga, Málaga, 2002, p., 300.

30 Es evidente que la ausencia de las armas de los promotores -las estrellas de los Paredes- como fondo del escudo y estas palabras responden a la voluntad de ensalzar la fe en Dios y su gloria y perfección por encima del honor y la vanidad terrenales que representaban blasones y divisas.

31 Quizás la imagen más impactante y elaborada de todo el conjunto a través de la cual el anónimo autor de las pinturas demuestra una gran pericia y capacidad compositivas. Clodoaldo Naranjo se refirió a ella en su obra Trujillo y su tierra Historia monumentos e hijos ilustres. en la que recoge la trascripción de las dos sentencias que ilustran los libros portados por dos ángeles: «las almas de los justos están en la mano de Dios y no los tocará el tormento de la muerte». «Los justos vivirán por siempre y junto al Señor está su recompensa». NARANJO ALONSO, C., Trujillo y su tierra. Historia, monumentos e hijos ilustres, tomo II, Trujillo, 1922, pp., 156-157. C.frs. etiam: MALDONADO ESCRIBANO, J., «Palacios, cortijos… «, art. cit., p., 385.

32HUTCHISON, J. C., The J/lustrated Bartsch, New York, Abaris Book, 1980. IruIDOBRO SALAS, C., «Catálogo de grabados alemanes de la Biblioteca Nacional», en AA W., Grabados alemanes de la Biblioteca Nacional, Ministerio de Educación y Cultura, Electa, España, Madrid, 1997, pp., 338 y 575. SANZ FERNÁNDEZ, F., «Ecos de Rogier de la Pasture, Dierick Bouts, Hans Memling y Martín Schongauer en las composiciones de Femando Gallego», XXXIII Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 2005.

33 «Salió electo por décimo provincia/ el R.P.F Alonso Altamirano, natural de Trujil/o, de la familia de este apellido, varón muy docto … Fundase en su tiempo el Convento de San Antonio de Religiosas Descalzas de la primera Regla de Santa Clara, en la ciudad de Trujillo, primera planta del monasterio Real de las Descalzas de Madrid, de donde vinieron las fundadoras, y entraron en la nueva fundación el año de mil y quinientos y setenta y cuatro … «, SANTA CRUZ, J. de, 0.F.M., Crónica de la Santa Provincia de San Miguel, facsímil de la edición única de 1671, Col. Crónicas Franciscanas de España, Vol. XIX, Ed. Cisneros, Madrid, 1989, Cap. XVIII, p., 50. TENA FERNÁNDEZ, J. Trujillo Histórico … , op. cit., p., 38.

34 A.M.T. Actas de Acuerdos, 1590-1596, 15/9/1595.

35 Mandáronse librar cinco mil seiscientos ochenta y nueve maravedises de las cosas de hierro labrado, grapas, tarugos y barras para el reloj de San Martín y quinientos noventa y ocho reales y catorce maravedises que costaron la compra y acarreo de los azulejos. A.M.T. Actas de Acuerdos 1590-1596. 11,13 y 15/12/1595.

36 A.M.T. Actas de Acuerdos 1590-1596, 19/1/1596.

37 A.M.T. Actas de Acuerdos 1602-1610, 1607, f., 312r.

38 A.M.T. Libros de Acuerdos, 1583-1590, f, 211. A Gabriel Miranda, pintor, «por las demasías y dorado de la puerta de San Francisco». A.M T. Libros de Acuerdos 1590-1596, 18/3/1596, f., 67.

39 A.M T. Libros de Acuerdos 1590-1596, 21/1/1596, f., 55v.

40 A.MT. Actas de Acuerdos 1590-1596, 21/8/1592.

41 A.M.T. Actas de Acuerdos, 1583-1590, 14/10/1585, f., 209. Vid. etiam notanº 64.

42 BRUQUET AS GALÁN, R. et alter, «Los retablos. Conocer y conservar», Revista del Instituto del Patrimonio Histórico Español, nº 2, 2003. ECHEVERRÍA GOÑI, P. L., Policromía renacentista y barroca, Cuadernos de Arte Español, nº 48, historia 16, Madrid, 1992. GÓMEZ ESPINOSA, T., «Policromía del gótico final. El retablo Mayor de la Catedral de Toledo y obras burgalesas de Gil de Siloé», Congreso Internacional Gil de Si loé y la escultura de su época, Burgos, 1999. C.frs. etiam: SANZ FERNÁNDEZ, F., Fernando Gallego y su taller en el Altar Mayor de Santa María de Trujillo (ca. 1490). Trabajo de Grado defendido en la Universidad de Extremadura en septiembre de 2006, inédito.

43 El mismo Fernando, los años finales de su vida, quizás cuando su estilo había sido superado en Salamanca por la introducción de una corriente renovada y más italianizante -pensemos en Juan de Borgofia que en junio de 1504 era llamado por la Universidad para «tomar la pintura del retablo» de la Capilla del Estudio– retomó sus trabajos de juventud como pintor a lo morisco, si tornamos la denominación de las ordenanzas de Córdoba de 1493, ya citadas, ejecutado junto a Pedro de Tolosa en 1507 los artesones y las vigas de la tribuna de la capilla de la Universidad. Véase: GóMEZ MORENO, M., «La Capilla de la Universidad de Salamanca», B.S.C.E., VI, 1913, pp., 321-329. Cfrs. etiam: SILVA MAROTO, P., Fernando Gallego, Caja Duero, Salamanca, 2004, pp., 51 y 430.

44 BENA VIDES CHECA, J., Prelados Placentinos, Sandoval, Plasencia, 1999, pp., 83-84.

45 SANZ FERNÁNDEZ, F., Femando Gallego y … , op. cit., p., 40.

46 A.M.T. 12/11/1484, legajo 4, carpeta 9. Doc. cit. por SÁNCHEZ RUBIO, M» de los A., Documentación Medieval. Archivo Municipal de Trujillo (1256-1516), Parte 1, Instituto Cultural «El Brocense», Cáceres, 1992, p., 119.

47 De este pintor conocemos muy poco, a penas el dato ya referido. No obstante, aparece como testigo de cargo en el juicio inquisitorial seguido contra el trujillano Pérez Jarada «Alonso González, pintor, vecino de Trujillo, dijo que puede haber tres años, poco más o menos, que estando este testigo en la plaza, vio como don[. .. ] Cohen enviaba un cuarto de carnero con un mozo suyo a Gonzalo Pérez ]arada. Y el mozo lo llevaba en la mano de fuera, e como lo vio el amo que lo llevaba así, llamo/e e riñó con él e hizo/e que lo cubriese, e luego lo se lo llevó a su casa … » A.H.N. Proceso contra Gonzalo Pérez Jarada, Regidor de Trujillo. Causas de la Inquisición. Judíos. Toledo. 1489-1490, 29/1/1490, legajo 175, nº 662, f., 20r. Doc. cit., en: BEINART, H., A Jewish community in Extremadura on the eve of the expulsión from

48 ¡ain, The Magnes Press, The Heb~w University, Jerusalén, 1980, p., 292. A.M.T. Actas de Acuerdos, legajo 8, carpeta 24, ff., 48 y 88. Cfrs. etiam: TENA FERNANDEZ, J., Historia de Santa María de la Victoria, Serradilla, 1930, pp., 53-ss.

49 Especialmente importante son los restos hallados durantes las obras de consolidación, limpieza y restauración del retablo Mayor del templo. Entonces, se descubrió que los listones verticales o pies derechos que sustentan la estructura se reaprovecharon de una armadura policromada de aproximadamente el siglo XIV. Así mismo, fue durante el transcurso de estas obras, en 2003, cuando ararecieron varias piedras románicas policromadas en verde, negro y rojo en el bajo cubierta del ábside.

50 A.M T. Cuentas de Propios 1505-1518, 1505, legajo 8, carpeta 24, f., 15v.

51 A.MT. Cuentas de Propios 1505-1518, 1505, legajo 8, carpeta 24, f., l0v.

52 Así se desprende de los asientos contables del libro de Cuentas de Propios de 1505-1518, ya citado. Un ejemplo interesante será el de Alonso Casco, probable hermano del pintor homónimo, que se intitula tanto carpintero como entallador; también el del morisco Gutierre de Soto, que aparece como albañil cuando se ocupa de la pavimentación de calles: «Cuatro mil mrs. que dio a Diego de Ore/lana y Gutierre de Soto, albañiles, porque mudaron la calzada de la puerta de Fernán Ruiz»; y como carpintero allí donde ha de colocar, por ejemplo, un portillo: «Este día, diez y seis de octubre de mil quinientos e ocho años, ante Los dichos señores, pareció presente Juan de Ve/asco e Alonso Cervantes e Diego de Orellana e Gutierre de Soto, carpinteros, vecinos de La dicha ciudad de Trujillo e dijeron que ellos tomaban a hacer las cuatro puertas que se han de hacer a las puertas de San Juan e Santiago e Santa Cruz y de Hernán Ruiz». A.M T. Cuentas de Propios 1506-1519, 8/5/1508, legajo 8, carpeta 24, f., 60r. A.M.T. Actas de Acuerdos 1507-1509, 16/10/1508, legajo 9, carpeta 1, f., 53r.

53 BENA VIDES CHECA, J., Prelados … , op. cit., p., 138.

54 «A Villalobos, pintor, seis mil mrs de Los oficios del día del Corpus». AM.T. Cuentas de Propios 1505- 1519,1509, legajo 8, carpeta 24, f., 95r. «Seis mil mrs. a Alonso de Villalobos, pintor, por las cosas que hizo para la fiesta del Corpus Cristi». AM.T. Cuentas de Propios 1505-1519, 26/4/1511, f., 112r. «A Villalobos, pintor, por la fiesta del Corpus de 1514, cinco mil mrs.». A.M.T. Cuentas de Propios 1505- 1519, 1514, f., 160v.

55 A.MT. Actas de Acuerdos 1530-1533, 21/4/1531, Legajo 19, Carpeta l.

56 A.M T. Actas de Acuerdos 1619-1630, 1623, f., 202r.

57 TENA FERNÁNDEZ, J. Trujillo Histórico y Monumental, Trujillo, 1988, p., 414.

58 «Octubre 3 del J 583. Libramiento -retablo- Ayuntamiento. Este día se mandaron librar a Juan Sánchez, pintor, veinte ducados para cuenta de los sesenta en que está obligado a pintar y dorar el retablo de la sala alta del Ayuntamiento de esta ciudad, está obligado ante Bartolomé Diaz, escribano». A.M.T. Actas de Acuerdos 1583-1590, 3/10/1583. Vid etiam: A.M.T. Actas de Acuerdos 1583-1590, 11/6/1583, f., 82.

59«Diciembre 6 de 1582. Libramiento. En este día se mandaron librar a Joanes de la Fuente, diez ducados para la hechura de una imagen de San Gregario que hizo para La sala del Ayuntamiento».

60 A.P.T. Pedro de Carmona 1570-1571, 27/7/1570, Caja nº 5, ff., 210r-210v. 61 A.M.T. Actas de Acuerdos 1583-1590, 30/5/1586 y 20/10/1586.

61 A.M.T. Actas de Acuerdos 1576-1583, 6/12/1582. «Se libró a Muriel Solano catorce ducados por pintar y dorar la imagen de San Gregario de la capilla del ayuntamiento». A.M.T. Actas de Acuerdos 1576- 1583, 18/4/1583.

62 Pedro de Mata, por ejemplo, doraba la imagen de San Andrés del Ayuntamiento en 1593. «Enero 20 de 1593. Libramiento de San Andrés. Este día se mandó librar a Pedro Mata, pintor, veinte y dos ducados porque pintó a S. Andrés». A.M.T. Actas de Acuerdos 1590-1593, 20/1/1593.

63 SANZ FERNÁNDEZ, F., Fernando Gallego… , op. cit., p., 90.

64 «Este día se mandaron librar a Juan Jiménez pintor trescientos reales a cuenta del dorado del escudo de la plaza» A.M.T. Actas de Acuerdos, 1583-1590, 14110/1585, f., 209.  Este escudo, bien es cierto que sin color, puede imaginarse y percibirse en el dibujo que el taller de Laborde hizo de la plaza Mayor de Trujillo a comienzos del siglo XIX, poco después de la invasión napoleónica. Y más recientemente en la veduta histórica que Miguel Sanz Salazar, coautor de esta investigación, ha realizado del mismo recinto.

65 De este autor, afirma Benavides Checa que fue responsable de las pinturas del Altar Mayor del templo trujillano de San Martín, cuya mazoneria había realizado Francisco Rodríguez en 1572: «se leyó una petición que el Cura y Beneficiados de la Iglesia del Señor San Martín dieron, suplicando a esta Ciudad haga alguna limosna a la dicha Iglesia para ayuda al retablo que para ella se hace, y esta Ciudad acordó que trayendo facultad de S. M para ello, se le señale y dará de limosna por esta vez cien mil maravedises». A.M.T. Actas de Acuerdos 1569-1576, 8/2/1572. Cfrs. etiam: BENA VIDES CHECA, J., (1907). Prelados … , op. cit., p., 137. A.P.SM. Cuentas de Fábrica 1538-1590.

66 Una vez el concejo se aseguró el patronato de la Capilla Mayor que le habían discutido Diego de Vargas y Hernando Pizarro, como demuestran las armas de la ciudad que aloja el alfiz. Véanse: AM.T Conventos, 6/10/1562, leg. 34, carpeta, 2. AM T. Libro de traslados, leg. 4, carp. 4, ff., 238-240. AH.P.C. Protocolo de Cristóbal de Cabrera, 3/2/1564, leg., 4.419, ff., 62-66. Doc. cit. en DÍEZ GONZÁLEZ, M». C., Arquitectura de los conventos … , op. cit. Cfrs. etiam: Crónica de la Provincia de San Miguel de la Orden Franciscana, escrita por Fray José de Santa Cruz, 1671, p., 369-370.

67 AM.T. Actas de Acuerdos 1590-1596, 4/12/1595, f., 485v.

68 A.M.T Actas de Acuerdos 1590-1596, 18/3/1596, f., 67. «Por dorar los escudos de la puerta de la i§lesia de San Francisco … «, Cuentas de Propios 1593-1611, f., 126.

69 AM.T. Actas de Acuerdos 1596-1602, 1601, f., 478r. Actas de Acuerdos 1602-1610, 1607, ff., 311 r .. 312ry319v.

70 AM.T Actas de Acuerdos 1583-1590, 6/11/1587, f., 341. A.M.T. Actas de Acuerdos 1583-1590, 22/7/1588, f., 427.

 

Dic 252013
 

Antonio Hidalgo Mateos.

Introducción

Cuando el hombre explota la naturaleza extrayendo la biomasa para satisfacer sus necesidades alimentarias, energéticas, de vestimenta, hogar, etcétera, desvía parte de los excedentes de la biomasa en su propio beneficio, impidiendo un aumento de la complejidad natural. Los sistemas poco complejos, como los pastizales y cultivos, proporcionan mayores cantidades de excedentes que son fácilmente transformables en alimento sin que por ello se produzcan grandes cambios en su estructura, ya que están adaptados a que, periódicamente, se extraiga parte de su biomasa.

Las sociedades, a través de la historia, han simplificado los ecosistemas naturales invirtiendo el proceso natural de recambio sucesional. Por medio de la simplificación se obtienen recursos más productivos, pero ello suele llevar implícita una pérdida de la estabilidad y de los valores que son naturales y que caracterizan a los ecosistemas poco alterados. Esta situación de alta rentabilidad es inestable y su mantenimiento continuado requiere de un cierto control por parte del hombre por medio de roturaciones, laboreo, fertilización, eliminación de malas hierbas, incendios, etcétera, todo con el fin de frenar la tendencia natural de cambio de los ecosistemas hacia situaciones de mayor complejidad.

Para explicar la sobreexplotación de los sistemas naturales hay que tener en cuenta dos factores fundamentales que van a determinar la intensidad de las modificaciones: el crecimiento de la población y la capacidad de actuación que sobre el medio puede efectuar el hombre en relación a los medios tecnológicos disponibles. El crecimiento de la población es la principal fuerza de presión sobre el uso del suelo, determinando la conversión de extensas áreas forestales en cultivos y pastos para la producción de alimentos. Por otro lado, la introducción de nuevas tecnologías incide en el establecimiento de sistemas cada vez más eficientes de control y manipulación del paisaje, ya que los medios de actuación sobre la naturaleza han variado sustancialmente a lo largo de la historia. Pero, con el tiempo, el aumento progresivo de la capacidad de transformar la naturaleza ha puesto a disposición del hombre mayores cantidades de recursos, lo que ha desencadenado tanto el crecimiento demográfico como la modificación a gran escala de la naturaleza.

Hasta mediados del siglo pasado, las únicas fuentes de energía de las que dispuso el hombre fueron el agua, el viento, la gravedad y la muscular, limitando en gran medida la capacidad para actuar sobre los ecosistemas, siendo el fuego el principal agente de deforestación. Entre las causas de la deforestación habría que incluir la demanda de suelos para establecer agrícolamente a una población cada vez mayor, a los privilegios mantenidos por los ganaderos trashumantes a través de la Mesta, así como a la presión que el abasto de leña para usos domésticos, pese a ser escasa en la mayoría de los pueblos, ejerce, cuando es desmedida, sobre el entorno natural.

La transformación de los ecosistemas naturales los aleja cada vez más de sus características naturales. Desde el bosque, que permite casi exclusivamente actividades de caza o recolección, se va pasando progresivamente a formaciones cada vez más abiertas con capacidad para sostener un sistema ganadero. Pero, en el proceso de simplificación del entorno natural, hay situaciones intermedias que representan un compromiso entre la explotación  y la conservación de la naturaleza, esto es, sistemas en los que se complementan elementos  propios de la madurez (árboles y arbustos) con otros de mayor simplicidad (pastizales, cultivos, animales domésticos) que representan los componentes productivos del sistema. Así, van a coexistir vestigios del ecosistema original, con una matriz formada fundamentalmente por comunidades seminaturales favorecidas por el hombre. En tal entorno, aparecen unas relaciones de alta dependencia que se van a traducir en el desarrollo y mantenimiento de la estabilidad, así como de la persistencia del conjunto, compatibilizando la supervivencia de elementos del bosque con un uso sostenido de los recursos.

Tal es el caso de las formaciones adehesadas, ya que, si en su origen pudieron estar relacionadas con procesos naturales, el hombre ha sido, en gran medida, el responsable de la creación y extensión de este tipo de paisajes. La reticularización de estos entornos en grandes áreas fue el resultado de la progresiva acomodación a lo largo de los siglos entre la actividad tradicional continuada del hombre y los elementos naturales. La acción humana ha contribuido a ello con procesos de selección, tanto directamente como a través del ganado, así como con la creación de estructuras en el paisaje que han condicionado en gran medida su evolución futura (muros, edificaciones, abrevaderos, puntos de sal, etcétera), pero en la dehesa se nos presenta la forma más característica dentro de la Península Ibérica de una actuación respetuosa del hombre  sobre la naturaleza. Este es mi postulado de partida, el análisis de la configuración del entorno adehesado en Talayuela a través de los datos de las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada y la influencia entre los distintos medios naturales resultantes de la actuación del hombre.

 

Elementos estructurales y funcionales de la dehesa en Talayuela

Para definir la dehesa hemos de partir de la sucinta definición dada por González Bernáldez, según el cual, «originalmente representó una reserva o porción segregada del régimen común de pastos, que se cercaba y defendía para uso de un propietario, para mantener el ganado de labor (dehesas boyales) o para reservar pastos para los ganados que iban extremos». Esta definición propone un determinado tipo de utilización ganadero extensiva –que no la única– pudiendo abarcar situaciones con o sin arbolado.

En nuestro caso vamos a considerar el término dehesa para aquel supuesto en el que se va a desarrollar un único sistema agrosilvopastoril, esto es, de uso múltiple, que presenta un paisaje heterogéneo donde va a destacar la existencia de un arbolado disperso, principalmente de las especies del género Quercus. Como sistema de explotación diversificado, la dehesa se fundamenta en el aprovechamiento de tres fuentes principales de producción primaria y que se engarzan de una forma bastante compleja entre sí: monte, labor y pasto.

En 1751, la villa de Talayuela, a tenor de los datos extraídos de las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada[1], ocupaba una extensión de cinco leguas[2] de levante a poniente y cuatro leguas de norte a sur, con la forma que se puede apreciar en el Mapa I. Limitaba por levante con tierras del término pertenecientes a la jurisdicción de Oropesa, así como con el partido de Ávila, mientras que por poniente lindaba con el término de Casatejada; por el norte con el río Tiétar, y por el sur con las heredades de Navalmoral de la Mata.

Con una superficie total de 43.962 fanegas, aproximadamente unas 26.377 hectáreas, estaba conformada por once unidades diferentes, de las cuales seis eran dehesas propiamente dichas, con una superficie en conjunto de 33.932 fanegas, otras tres baldíos con dedicación a pastos, que bien podemos considerarlos adehesados, con una superficie de 7.500 fanegas, así como un ejido de 1.200 y, por último, la dehesa boyal de 1.330 fanegas; de ello se desprende que, respecto a la superficie total antes citada, el territorio adehesado representa un 77%, frente al 17% del baldío dedicado a pastizal, así como el 3% del ejido y de la dehesa Boyal, con lo que tendríamos un 97% del territorio disponible ocupado por dehesas.

Las 33.932 fanegas de territorio adehesado se dividen en seis dehesas que varían en su superficie, desde las 700 fanegas de la dehesa Barquilla a las 19.682 de la dehesa de San Benito Roblealto, pasando por las 4.000 de la dehesa de Seminejo, las 1.100 de la Dehesilla de los Gallegos, las 4.100 de la dehesa de Zentenillo o las 4.350 fanegas de la dehesa de las Lanas. Por otro lado, también nos encontramos con una superficie de unas 7.500 fanegas de tierra registradas como baldíos de pasto y bellota, superficie dividida en tres unidades de extensión variable, tal es el caso de baldío de Miramontes con una superficie de 5.500 fanegas, las 1.200 del baldío del Turuñuelo o las 800 de baldío de Valdiguelo. Finalmente se nos describen, por un lado el Ejido, con una superficie de  1.200 fanegas y, por otro, la Dehesa Boyal, con una superficie de 1.330 fanegas de extensión (ver Mapas II y III).

Una vez definidas a grandes rasgos las diferentes dehesas y su extensión, es del todo indispensable pasar a analizar de una forma más pormenorizada la dedicación que se le dan a las tierras así como la calidad de cada una de las unidades productivas que van a configurar el paisaje de Talayuela y que nos servirán para definir, en el caso de que se diera, la racionalidad ecológica en la producción de una dehesa, determinando las relaciones de la comunidad con respecto al medio natural.

 

 

El monte

El monte representa el sistema más maduro, en alguno de los casos son los restos del bosque original. Por norma general se encuentra asociado a las zonas más altas y escarpadas, allí donde el acceso es más difícil a los ganados, o bien donde los suelos son más pobres, alcanzando su mayor desarrollo en sierras, crestones, rañas y zonas elevadas de la ladera. Estas formaciones leñosas en los territorios van a cumplir una doble función: por un lado aminoran los procesos erosivos del suelo y, por otro, actúan como elementos de captación de nutrientes desde las zonas más profundas del subsuelo. Estas áreas, por lo común, dentro de las dehesas no suelen presentar estructura de bosque, tal y como concebimos éste, sino que en la mayoría de los casos suele venir asociado como formaciones arbustivas; ello hace que, en aquellos lugares de suelos erosionables o mal drenados den lugar a manchas de monte mediterráneo de gran diversidad arbustiva (carrascas, madroños, brezos).

En algunos casos, este tipo de matorral se asocia a determinados ciclos de mantenimiento de los pastos, como las roturaciones itinerantes, aunque no sea el caso de Talayuela, ya que no se hace ninguna mención a tal respecto en el interrogatorio. De lo que sí, efectivamente, se hace eco la documentación del Catastro, es de la existencia de un área de pinares bastante extenso, sobre todo si tenemos en cuenta que el sistema de producción predominante en todo el término es el dependiente de las dehesas. Es por esta razón que, en la esquematización del presente trabajo he querido diferenciar de manera clara el área de bosque de aquella de arbolado en la que trataré sobre el papel principal de la encina en el complejo, a la par que completo, mundo de la dehesa.

Así pues, comentaba la existencia de un área de pinar (Mapa IV) con una extensión de unas 523 fanegas, lo que representa un 1% de la extensión del territorio. Independientemente de la configuración de la propiedad de los mismos, la mayoría de ellos son propios de la ciudad de Plasencia, se encuentran repartidos en cuatro lugares diferentes, pero todos ellos conforman un extenso área con cierta uniformidad, así en la dehesa Barquilla hay 33 fanegas, y junto a ella, más a poniente, están las 250 de la dehesa Zentenillo, que, junto a las 40 fanegas de la dehesa de las Lanas, algo más a norte, conforman una de las áreas de distribución del pinar que viene a ser delimitado en el norte por el río Tiétar; la otra área se encuentra como a dos leguas hacia el sur, se trata del baldío del Turuñuelo que tienen unas 200 fanegas de pinares; tanto unos como otros ocupan siempre tierras de primera calidad.

Cultivos

Los cultivos pueden llegar a ser las zonas más intervenidas por el hombre, aunque en este caso no llegan a representar, con 714 fanegas destinadas al mismo, más que el 2% del total de la tierra. Son predominantemente de secano y se seleccionan para ello los mejores suelos: fondos de valle y áreas aluviales. La capacidad agrícola de estos suelos varía desde las tierras de prado, que no se llegan a labrar y que dan fruto anualmente, pasando por las de primera calidad que son cultivadas cada año, las de segunda calidad que se cultivan cada dos años o las de tercera, que se cultivan cada tres o cuatro años, si es que no son destinadas a pastos. El cultivo principal es el de los cereales, trigo y cebada, aunque en corta proporción también el mijo, los garbanzos, así como hierbas forrajeras (heno fundamentalmente) y centeno, principalmente en terrenos desmontados de matorral, con lo que se intenta aprovechar la fertilidad aportada por la mineralización de la materia orgánica, y que será consumido de manera directa por el propio ganado. Por otro lado, en las zonas de regadío siembran hortalizas y frutales con una productividad anual.

En Talayuela se distribuyen en un área próxima a la localidad, y nunca llegan a estar a más de dos leguas del área de habitación humana (Mapa V). Corresponde el 25% del área de labor, esto es 182 fanegas, a las tierras de 1ª calidad; el 10% del área cultivada, unas 73 fanegas, es de 2ª calidad, mientras que el 57% de la superficie, unas 400 fanegas, es de 3ª calidad que por tener mayor beneficio de estiércol se sembraban anualmente de forraje; sólo un 8%, unas 59 fanegas, corresponden a tierras de regadío que estaban dedicadas a hortalizas y frutales de mayor calidad, incluyendo en las mismas ciertos prados de heno en tierras de 1ª calidad que producían con una periodicidad anual sin necesidad de sembrar (Gráfico I). Hay que destacar, como se puede apreciar en el mapa adjunto, que la distribución de las tierras de regadío van a estar próximas al cauce del río Tiétar, algo más al norte.

 

Los pastizales

En una situación intermedia entre el área de bosque y los cultivos se encuentran los pastizales, aunque no por ello dejan de ser el recurso más importante de la dehesa. El espacio destinado en Talayuela  a pasto y bellota, como así aparece anotado, ocupa unas 35.131 fanegas, esto equivale al 80% de las 43.962 que ocupa el término de Talayuela. Estas 35.131 fanegas se dividen a su vez en tres categorías diferentes, en función de la calidad de su tierra, de tal forma que las de 1ª calidad ocupan el 15% del total de las tierras de pasto, esto es unas 5.149 fanegas; el pasto de 2ª calidad, con 16.609 fanegas, representa un 47% del pastizal; y, por último, están los pastizales de 3ª calidad que con 13.373 fanegas ocupan el 38% del mencionado espacio (Mapa VI).

Bajo las cifras anteriores se engloban una gran variedad de comunidades herbáceas en directa relación con la mayor o menor calidad de los suelos, la fertilidad de los mismos, así como de la disponibilidad de los recursos hídricos. Es por ello que nos encontremos que en las zonas más pobres, las tierras de 3ª calidad, se establecen los pastizales de efímeras o posíos, que suelen ocupar, por regla general, la mayor superficie de la dehesa, variando mucho su productividad de unos años a otros en función de la meteorología. En las tierras de 2ª calidad están las majadas, esto es, los pastizales por excelencia de la dehesa; conforman un modelo ejemplar de las interacciones que se establecen entre la vegetación herbácea y los herbívoros domésticos (sobre todo ovejas), situándose en zonas de querencia del ganado, así como en las proximidades de los pueblos, y se caracterizan por el hecho de que reciben el aporte continuado de la fertilidad de las deyecciones de los ganados cuando se da una fuerte presión del pastoreo. Por último, en las tierras de 1ª calidad están los vallincares, zonas fértiles y húmedas caracterizadas por los valores más altos de producción; en Talayuela aparecen gestionados como prados de siega, henificándose y ensilándose como reserva para épocas desfavorables. Una variable de los vallincares la constituyen los denominados bonales, cuando a los anteriores se les somete a encharcamiento temporal en superficie, principalmente en las zonas más húmedas como los fondos de los valles, vaguadas o navas, configurándose como prados semiagostantes.

 

El arbolado

Una descripción profunda de los elementos de la dehesa no puede ser completa si no se considerara el arbolado que caracteriza el paisaje. El arbolado desempeña un papel primordial dentro del sistema, tanto por ser una buena fuente de recursos alimentarios como por su importancia en el mantenimiento de la estabilidad y productividad de todo el conjunto de la dehesa. La especie autóctona por antonomasia de la dehesa es la encina de bellotas dulces, pero en menor medida suelen aparecer en estos ecosistemas enebros, coscojas y alcornoques; en el caso de Talayuela documentamos, tanto por la respuesta seis,[3] «Si hay algún Plantío de Árboles en las Tierras que han declarado, como Frutales, Moreras, Olivos, Higueras, Almendros, Parras, Algarrobos, etc. A la pregunta seis dijeron: que en el término de esta villa hay como veinte y siete olivos de corta consideración, veinte y nueve de higueras y once morales; monte de encina, algún alcornoque, tres pedazos de pinar y no otros algunos, y responden«, como la siete[4], «En quáles Tierras están plantados los Árboles que declaren. A la pregunta siete dijeron: que los árboles que llevan expresados están plantados en la tierra de primera, segunda y tercera calidad, y las encinas, alcornoques y pinares en el monte, ejido, baldíos y dehesas, y responden«, la existencia de encinas y alcornoques, así como pinares, morales e higueras, estos últimos en menor consideración y asociados a áreas próximas al núcleo habitado así como en los márgenes de las piezas de tierra (huertas en mayor medida).

El arbolado cumple en la dehesa una función muy importante y diversa. Por un lado es el responsable de la creación de unas características edáficas propias; el potente sistema radical actúa como una impresionante bomba capaz de extraer de zonas muy profundas agua y nutrientes, haciendo que éstos se encuentren disponibles a través de la degradación de la hojarasca. Se debe considerar a los árboles, encinas principalmente, como auténticas islas de fertilidad en las cuales, bajo la frondosa copa de las mismas se acumulan grandes cantidades de materia orgánica, fósforo, potasio y nitrógeno.

Los encinares son, igualmente, los responsables de la creación de ambientes microclimáticos contrastados: por un lado modifican el régimen de radiación gracias a la sombra originada por su copa, por otro amortiguan las oscilaciones térmicas, factor de enorme importancia en las estaciones más desfavorables de Extremadura: el duro invierno y el tórrido verano; también son los responsables de la disminución de la velocidad del viento, así como de influir y alterar el régimen de distribución de las precipitaciones; son un importante elemento en la lucha contra la erosión y degradación de los suelos puesto que, debido a la gran envergadura de la copa, atenúan la fuerza del impacto de las gotas de lluvia al chocar previamente contra las hojas antes de impactar contra el suelo. El ambiente creado por el microclima de las dehesas no sólo va a influir en las características del sistema sino que, también, influye sobre el comportamiento de los animales silvestres y domésticos, encontrando en las mismas cobijo frente a las condiciones climáticas extremas, condicionando, de igual manera, sus desplazamientos y actividades. Ello tuvo que suponer una importante repercusión en todo lo referente a la gestión de las explotaciones agroganaderas del XVIII.

 

Los recursos económicos de la dehesa en Talayuela

Una de las esencias de la dehesa es la compleja estructura espacial que la define, creando un amplio abanico de recursos potencialmente utilizables, factor fundamental en determinadas situaciones ambientales, muy variables en el tiempo y en el espacio. Aunque la gestión de una dehesa va dirigida fundamentalmente hacia el aprovechamiento ganadero, hay otros muchos productos, como los procedentes del matorral y del arbolado, que representaron uno de los pilares básicos de la economía de la dehesa tanto en el siglo XVIII como en épocas precedentes; de ellos se aprovechaba la leña y sus derivados, el carbón vegetal en mayor medida, así como otros productos más variados como el corcho, la miel, el polen, la cera o los taninos.

La producción de leña se destina, principalmente a su transformación en carbón vegetal; así, podemos documentar en la dehesa de San Benito Roblealto (Mapa IV) unos ingresos anuales de 10.352 reales procedentes de una fábrica de carbón, carboneras (denominadas en algunos lugares boliches) conformadas por grandes túmulos de leña (de 5.000 a 70.000 kg.) cubiertos por una capa de tierra que permitía realizar una combustión incompleta. De estas carboneras obtenían, y aún hoy día lo siguen haciendo aunque utilizando métodos más modernos, distintos tipos de carbón vegetal: carbonilla[5], cisco, picón, etcétera, productos todos ellos destinados a abastecer el mercado doméstico local. Paralelamente, en esta misma dehesa de San Benito Roblealto se obtienen ingresos por otros conceptos; el total de los ingresos de la dehesa de San Benito Roblealto asciende a 99.202 reales, de los que 45.000 reales corresponden al pasto, otros 32.000 reales a la bellota, 1.700 reales por la Alcabala de la Feria que se celebra en ella el día de San Marcos, así como los ya mencionados 10.352 reales de la fabricación de carbón vegetal, los 100 reales de la corcha o los 150 reales de la leña seca. Destacar que los 100 reales procedentes de la venta de la corcha, casi con total seguridad, irían destinados a la fabricación de colmenas, a tenor de los datos obtenidos tras el análisis de la pregunta número once del Catastro de Ensenada, «Qué especies de Frutos se cogen en el Término[6]«. En ella se nos da cuenta de que uno de los frutos que se producen en las dehesas de Talayuela es la miel, siempre asociado a la existencia diseminadas colmenas en estos extensos encinares que llegaron a ocupar el 80% del total del territorio.

 

El gran recurso de la dehesa es, sin duda alguna, el pasto, ya sea en su forma de tapiz herbáceo (suelo) o bien por otros productos derivados del estrato arbóreo y arbustivo, bellota y ramón principalmente (vuelo). El pastizal presenta una importancia muy variable ya que la existencia de comunidades muy heterogéneas, asociadas a las diferentes potencialidades productivas del suelo, van a condicionar el establecimiento de una especie de mosaico variado de productividad con tres categorías diferentes, de tal forma que las de 1ª calidad, en los vallincares más ricos, ocupan el 15% del total de la tierras de pasto, esto es, unas 5.149 fanegas; el pasto de 2ª calidad, en los majadales, con 16.609 fanegas, representa un 47% del pastizal; y, por último, están los pastizales de 3ª calidad, los más pobres pastizales de efímeras, que con 13.373 fanegas ocupan el 38% del mencionado espacio.

Se puede apreciar de manera clara como, en función de las diferentes calidades de pasto arriba mencionadas, es bastante fácil sacar un gráfico con la productividad de cada fanega de pasto (Gráfico II); para ello hemos utilizado las variables de la renta obtenida por los pastos, tal y como nos indica el interrogatorio, desglosándola de la obtenida por la montanera y comparándola, a la vez, con la extensión de cada una de las unidades productivas. Analizando la serie obtenida para la productividad por fanega de pasto, hemos creado cuatro grupos; el primero de ellos está compuesto por aquellas propiedades que rentan menos de 1 real por fanega de pasto, y lo forman la dehesa Barquilla con 0,71 reales, la dehesa de Seminejo con 1 real, el baldío del Turuñuelo con 0,83 reales, así como el baldío de Valdiguelo con 0,94 reales; un segundo grupo lo forman aquellas propiedades que por cada fanega de pasto, obtienen unos ingresos que varían entre 1 y 2 reales, entre los que tenemos, la Dehesilla de los Gallegos con 1,82 reales, el baldío de Miramontes con 1,45 reales y la dehesa de Zentenillo, con 1,46 reales; el tercer grupo está conformado por las tierras cuyos pastos vale entre 2 y 3 reales por fanega, estando constituido únicamente por la dehesa de San Benito Roblealto con 2,29 reales; finalmente el cuarto grupo lo conforman aquellos pastos cuyo valor por fanega supera los 3 reales, valor que sólo lo llegan a alcanzar los pastos de la Dehesa de las Lanas con 3,45 reales la fanega (Mapa VI).

A grandes rasgos podemos deducir que el 16% del espacio dedicado a pastizales, unas 6.700 fanegas, está ocupado por dos dehesas y dos baldíos, y las cuatro forman parte del 1er grupo definido; al 2º grupo le corresponden el 26% del espacio dedicado a pastizal, que con 10.700 fanegas está constituido por dos dehesas y un baldío; el 48% que corresponde a los pastos incluidos en el 3er grupo son de una sola dehesa que ocupa unas 19.682 fanegas; por último, el 4º grupo, con 4.350 fanegas, representa el 10% del pastizal y corresponde, al igual que en el caso anterior, a una sola dehesa.

Pero si en la dehesa es importante la cantidad y calidad de los pastos, no menos lo es cuándo está disponible su producto: el pasto. La totalidad de las especies germinan en otoño, a favor de las primeras lluvias de septiembre-octubre y, si las condiciones de precipitación son apropiadas, los pastos se desarrollan lo suficiente como para poder ser consumidos  por el ganado en la denominada «otoñada». Durante el invierno, las bajas temperaturas impiden el desarrollo de los pastos de la otoñada, sobre todo fuera del área de arbolado que, como ya comentamos, crea un microclima especial que modera las temperaturas y suaviza el impacto de las heladas, pese a lo que las especies se mantienen inactivas. Ya en la primavera, cuando las temperaturas son benignas y las precipitaciones son lo suficientemente abundantes, se produce un rápido desarrollo de los pastos, originando en las zonas de tierras más propicias, aquel 15% que ocupaban los vallincares, unos excedentes que, incluso cuando el verano los seca y agosta, pueden ser aprovechados por el ganado en los duros meses del estío extremeño.

Como recurso complementario de la dehesa no se puede dejar de citar la importancia del ramón: conjunto de hojas y ramas finas. Gracias a él, la encina desempeña un relevante papel, sobre todo en invierno, cuando escasean las especies herbáceas, más aún en un área como la de Talayuela con un 80% de su superficie conformada como una explotación adehesada de pasto y montanera.

La bellota es otro de los recursos utilizados en las economías del Antiguo Régimen para alimentar a los ganados, y no sólo a los ganados puesto que en determinadas coyunturas adversas, el hombre ha podido subsistir gracias a éste preciado glande. Por término medio, en una explotación adehesada podían darse producciones muy inestables en función de variables tales como el arbolado o la densidad de la concentración de encinas, fluctuando de 200 a 700 kg. en situaciones de 30 a 60 árboles por hectárea. Como base en la alimentación del cerdo ibérico, la montanera, la bellota ha desempeñado desde la antigüedad hasta nuestros días un papel clave en la configuración de la dehesa y su explotación.

La explotación de la dehesa basada en la montanera ha sido la responsable, en gran medida, del mantenimiento de la fisionomía característica de las superficies adehesadas así como del nacimiento en los áreas rurales de una cultura tradicional vitalmente vinculada con las extensiones de arbolado y feroz defensora las mismas; defensa efectuada a lo largo de los siglos y no sólo fundamentada en el desarrollo de un amplio y complejo corpus legislativo que se proyecta sobre los Fueros y Actas Municipales, sino también, basado en el desarrollo progresivo de técnicas cada vez más refinadas, entre las que bien podríamos incluir los complejos sistemas de selección, tendentes a favorecer los individuos más productivos y de frutos más dulces, así como el mantenimiento de una relación apropiada entre los árboles portadores de flores masculinas y femeninas, al igual que la elección de determinados tipos de podas que incrementen la producción de bellotas, o la siembra selectiva de las especies.

Es común que las diferentes especies del género Quercus presenten un desfase fenológico en la maduración de los frutos. Las más tempranas, llamada «primerizas», «brevales» o «sanmigueleñas», maduran a principios de septiembre; en octubre o noviembre lo hacen las «segunderas» o «medianas»; las «tardías» o «palomeras» maduran hacia enero. De esta forma, mediante una distribución apropiada de las distintas especies, podían mantener unas condiciones apropiadas para la montanera durante 6 meses al año, lo que llevaría al hombre a seleccionar las especies remplazando en algunos lugares unas especies por otras.

Tal y como hemos analizado la productividad de la superficie de pasto, así procederé con la dedicada a bellota. Tomando como referencia la superficie catastrada para cada una de las dehesas y baldíos, he relacionado esta superficie con el valor que anualmente rentaba la bellota, también catastrado, con lo que hemos obtenido el rendimiento en reales de cada fanega dedicada a la montanera. Aquí he procedido de manera algo más sintética que con el análisis de la productividad de las tierras de pastizal, así he reducido a dos los grupos: por un lado, un primer grupo en los que se han incluido aquellas tierras que rentaban menos de 1 real por fanega al año; por otro lado, un segundo grupo configurado por aquellos espacios cuya renta anual era superior a 1 real por fanega (Gráfico II).

El primer grupo está compuesto por tres dehesas, la dehesa Barquilla con 0,29 reales, la Dehesilla de los Gallegos con 0,64 reales, y la dehesa de Seminejo de 0,20 reales por fanega, así como por otros tres baldíos como el de Miramontes de 0,18 reales, el del Turuñuelo de 0,42 reales, y el del Valdiguelo con 0,19 reales la fanega. Por su parte, el segundo grupo lo conforman tres dehesas, la Dehesa de las Lanas con una rentabilidad anual de 1,61 reales por fanega, la de San Benito Roblealto con 1,63 reales, y la de Zentenillo con 1,46 reales. Observamos, trabajando con los dos grupos creados, que el primer grupo, aquel de menor rentabilidad pero con mayor número de unidades productivas, representa un 32% de la superficie destinada a montanera, unas 13.300 fanegas, y el valor anual de las rentas obtenidas por tal concepto representan sólo el 7% del total de los ingresos de las nueve dehesas y baldíos analizados, unos 3.350 reales; por su parte, el segundo grupo, tiene en total una extensión de 28.132 fanegas, lo que representa el 68% del mencionado espacio, produciendo en conjunto unos 45.000 reales, lo que representa el 93 de los ingresos totales por bellota. Ello quiere decir que, pese a que el segundo grupo de dehesas tiene una mayor extensión, proporcionalmente tienen una mayor rentabilidad que las del primero, ya que éstas sólo produce un 7% teniendo el 32% de la superficie.

Conclusión

Las variaciones inherentes en la producción a lo largo del año, determinaron el establecimiento de un sistema productivo diversificado, a la vez que complementario de los recursos alimentarios, tanto para la manutención de los ganados como para la alimentación del hombre. Como se ha podido apreciar, en invierno adquirían especial importancia los productos procedentes de especies leñosas, con un papel fundamental la obtención de bellotas así como, en menor medida, el consumo del ramón. Ya en primavera, cuando las condiciones meteorológicas favorecían el desarrollo de los pastizales, la base de la alimentación estaba establecida en el pasto herbáceo. Con la llegada del verano, y con ello de las condiciones más duras en la dehesa extremeña, la disponibilidad de pastos naturales es muy escasa, limitándose a las hierbas secas y a algo de ramón de verano. Es en este momento cuando resultaban importantes los productos procedentes de las áreas de dehesa dedicadas al cultivo para su persistencia : rastrojos, paja, forrajes, etcétera.

Por todo ello, como creo haber demostrado, la dehesa en Talayuela en el momento de ser catastrada, necesitaba de la persistencia de un sistema de producción diversificado, y lo mantenía, en el que intervinieron de forma complementaria, tanto la doble dimensión del suelo y vuelo, como el trinomio fundamental: monte, labor y pasto.

La variedad, tanto geográfica, como ecológica, incluso biológica, es uno de los principales rasgos que se aprecian al profundizar en las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada de 1751 para la tierra de Talayuela; variedad entendida siempre como un hábil complejo y delicado mecanismo para reducir los riesgos para la comunidad. Ello es debido a que las estrategias multiuso que se aplican en este caso, tienden a conservar los recursos naturales manteniendo la diversidad medioambiental y biológica; racionalidad ecológica que aquí, efectivamente, se desarrolla, no sólo como una estrategia de subsistencia, sino también como consecuencia directa del proceso de apropiación de la naturaleza en una economía predominantemente dirigida a la población.

 


[1] Archivo General de Simancas. Sección Hacienda. Dirección General de Rentas. Serie I. Única Contribución. Respuestas Generales del Marqués de la Ensenada. Extremadura, Libro 151, rollo 11, pág. 556.

[2] Cada legua castellana equivale, aproximadamente, a unos cinco kilómetros.

[3]  Archivo General de Simancas. Sección Hacienda. Dirección General de Rentas. Serie I. Única Contribución. Respuestas Generales del Marqués de la Ensenada. Extremadura, Libro 151, rollo 11, pág. 556.

[4]  A. G. de Simancas. Sección Hacienda. Dirección General de Rentas. Serie I. Única Contribución. Respuestas Generales del Marqués de la Ensenada. Extremadura, Libro 151, rollo 11, pág. 556.

[5] La carbonilla se obtiene en polvo y, por lo general, se acumula en briquetas.

[6] A. G. de Simancas. Sección Hacienda. Dirección General de Rentas. Serie I. Única Contribución. Respuestas Generales del Marqués de la Ensenada. Extremadura, Libro 151, rollo 11, pág. 556.

Dic 132013
 

 

…sobre la ermita de San Lázaro de Trujillo a partir de 1630 y estatutos de su cofradía.

Antonio Cantero Muñoz.

1. INTRODUCCIÓN

La presente comunicación forma parte de un trabajo de investigación mucho más amplio, sobre manifestaciones de religiosidad popular en la localidad cacereña de Trujillo durante la Edad Moderna (1), y es un avance del que estoy realizando sobre las que tenían lugar en la ermita de San Lázaro, y se fundamenta en los siguientes testimonios hasta ahora inéditos (2):

– Contrato de patronato sobre la ermita San Lázaro, por parte de don Luís de Tapia Paredes y su esposa, fechado en 1630.

– Bulas Apostólicas confirmatorias de dicho patronato.

– Indulgencias y jubileos concedidos a los patronos y cofrades de San Lázaro y San Blas.

– Ordenanzas de la cofradía de San Lázaro y San Blas.

(1) En mi página web www.juanvalera.org se puede consultar todos los trabajos de investigación que he realizado sobre Trujillo, las localidades cordobesas de Baena y Doña Mencía, así como la granadina de Motril.

(2) Archivo Histórico Nacional. Consejos Libro 4094. Contrato de assiento del patronazgo de la Ermita de Señor San Lazaro de la ciudad de Truxillo, en fauor de los Señores don Luis de Tapia y Paredes Corajo, del Consejo Supremo de su Magestad, y doña Mencía de Herrera y Cardona su mujer, y sus sucessores. Bvlas Apostolicas confirmatorias del dicho Patronazgo, y de Indulgencias y Iubileos concedidos a los dichos Señores, y a los Cofrades de la Cofradia, sita en la dicha Ermita, y a las demas personas que se valieren della. Y ordenanzas hechas por autoridad de Su Santidad, para el gouierno y administracion de la dicha Cofradia: sacado todo de los originales que estan en el Archiuo del dicho Señor don Luis. Mientras que no hagamos cita expresa, me estoy refiriendo a esta documentación.

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2. CONTRATO DE PATRONATO SOBRE LA ERMITA DE SAN LÁZARO DE TRUJILLO POR DON LUÍS DE TAPIA Y PAREDES

 El punto de partida de nuestra exposición, es el contrato de patronato suscrito entre don Luís de Tapia y Paredes con la cofradía de San Lázaro de la ciudad extremeña de Trujillo, fechado el 3 de febrero de 1630, y del que ya da noticia don Juan Tena Fernández (3), que también reflejó la importancia social de don Luís de Tapia y Paredes Corajo, en razón de la nobleza de sus antepasados y las importantes responsabilidades políticas y administrativas que desempeñaba (4). Asimismo, debemos apuntar la relevancia de la cofradía de San Lázaro, pues como veremos más adelante, era de las más antiguas de la ciudad de Trujillo, y también se titulaba “de los caballeros”, reflejando de esta forma su carácter elitista.

Este importante testimonio nos hace saber la identidad de los miembros de la junta de gobierno de la cofradía: Gonzalo de Carmona, alcalde; Francisco Pizarro y Jerónimo García Jiménez, diputados; Juan Altamirano de Torres, mayordomo del arca y de la cera; Diego Sánchez Parejo, mayordomo de la ermita; Mateo Sánchez en calidad de escribano. Y para mayor seguridad jurídica y firmeza, el acuerdo fue suscrito en escritura pública otorgada ante el escribano Bartolomé Zorzo (5) conforme al testimonio de 12 de febrero de ese año, actuando como testigos Pedro González de la Rua, Gaspar Díaz y Juan de Zaldivar (6).

(3) TENA FERNÁNDEZ, J.: “Trujillo histórico y monumental” Salamanca 1988, pp. 103-104.

(4) CORDERO ALVARADO, P.: “Trujillo Guía Monumental y Heráldica”. Cáceres 1996, p. 137. Don Luís de Tapia y Paredes era caballero de Santiago, alcalde de Casa y Corte, consejero de Indias y Castilla.

(5) “En la ciudad de Truxillo a doze días del mes de Febrero de mil y seiscientos e treinta ñaos, yo Bartolome Zorço, escribano publico del numero, e jurisdicción de la dicha ciudad, por merced de su Paternidad Reuerendissima el Padre Prior e Conuento de nuestra Señora Santa Maria de Guadalupe, con aprouacion Real hize sacar y saque este traslado de las capitulaciones y condiciones originales de vn libro que me fue entregado en q se assientan las entradas de los hermanos que se reciben en la Cofradia de Señor Sant Lazaro desta dicha ciudad, donde esta escritas las dichas capitulaciones, el qual traslado va cierto e verdadero y concuerda con los originales donde se saco, que boluia a quien me las entrego, a que me remito, e fueron testigos a la ver sacar, corregir y concertar Pedro Sanchez Holguin y Alonso Fernandez, vezinos de dicha ciudad. Va entre renglones, y oficiales, baste, y obligaciones, y enmendado en el dicha vala. Va testado pro eron no vala. En testimonio de verdad Bartolome Zorço.”

(6) “assi lo dixeron y otorgaron, siendo testigos Pedro Gonçalez de la Rua notario, y Gaspar Diaz ensamblador, e Iuan de Saldiuar, vezinos de la dicha ciudad, e firmarolo los otorgantes, a los quales yo el escriuano doy fee conozco. Don Luis de Tapia e Paredes Corajo, Gonçalo Antonio de  Carmona, Geronimo García, Iuan Altamirano de Torres, Diego Sánchez Parejo. Passo ante mi Bartolome Zorco, escriuano publico del Numero y jurisdicción de la ciudad de Truxillo, por merced de Su Paternidad Reuerendissima el Padre Prior y Conuento de nuestra Señora Santa María de  Guadalupe, con aprouacion real presente fui, y en fee dello lo signe. En testimonio de la verdad. Bartolome Zorçco”.

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 Don Luís de Tapia Paredes, expuso que por la mucha devoción que profesaba a San Lázaro, su cofradía y ermita, y el haber formado parte de ella sus antepasados( 7), quería hacerse cofrade junto con su esposa doña Mencía de Cardona y Herrera, y constituirse en patrón perpetuo de su templo, que luego continuarían sus sucesores, ofreciendo a cambio una jugosa dotación económica, que incluía hacerse cargo de las obras de la fábrica del citado templo (8).

Dicha solicitud fue examinada por el alcalde y oficiales de la cofradía, que hicieron la correspondiente junta de hermanos en la ermita el 3 de febrero de 1630, una vez finalizada la misa que por costumbre antigua se oficiaba el primer domingo de cada mes (9). Y se acordó de forma unánime su aceptación, pero sujeta a las condiciones siguientes:

1.- Que don Luís de Tapia Paredes se convertía en patrono perpetuo de la ermita de San Lázaro, privilegio que luego disfrutarían sus herederos y sucesores. Asimismo, se le facultaba para agregar este patronato a su mayorazgo (10).

2.- Que don Luís de Tapia y Paredes y sus sucesores, tendrían derecho a poner a su costa en la ermita (tanto en su interior como exterior) los escudos de armas de los Tapias y Paredes “en piedras de cantería, laminas de hierro, o de metal, o pintura, y en casullas, o otros cualquier ornamentos que hizieren o dieren a la dicha Ermita”, así como los de su esposa don Mencia de Herrera y Cardona. Lo anterior, sin perjuicio de que cualquier persona aunque no fuera

 (7) “por la devoción que tiene al dicho Señor San Lázaro, y a su Iglesia, Ermita y Cofradía; y deseando como desea su aumento, por auer sido hermanos della sus passados”.

(8) “ofrece a la dicha Cofradía cinco mil marauedis de renta y censo en cada un año de a razón de a veinte mil marauedis el millar, y de situallos en bienes libres quantiosos, y dar poder en causa propia, para que se cobren de la renta dellos, y de reparar la dicha Iglesia y ermita de lo necesario”.

(9) “Gonçalo de Carmona Alcalde de la dicha Cofradía, Francisco Pizarro, y Geronimo Garcia Ximenez Diputados; Iuan Altamirano de Torres Mayordomo del arca y de cera, y Diego Sánchez Parejo Mayordomo de la dicha Iglesia y Ermita, y Mateo Sánchez Procurador y Escriuano de la dicha Cofradía, y Iuan de Herrera Daualos Clérigo presbytero y Capellán della, Francisco Gil Villegas, Iuan Pulido Regodón, Martín Fernánde Cabeçudo, Bartolomé Cabello, y Bartolomé López Leonardo, Diego Rebollo Cabeçudo, Pedro Gonçalez de la Rua, Blas de Valverde, y Pedro de Auiles, hermanos de la dicha Cofradía”

(10) “assi de mayorazgo regular de varones y hembras, y de masculinidad de varones, agregándole a otro qualquier mayorazgo feco o por hazer de agnacion por descendencia cotinuada de varones, sin mezclarse hembra, o disponiendo en qualquiera de las dichas formas, o en todos los casos que quisiere, o por bien touiere, o dexandole por bienes hereditarios a toda su libre voluntad; de manera que el dicho Patronazgo solo tenga dependencia del dicho Señor don Luis de Tapia Paredes Corajo, con q si dexare dos o mas herederos, en el uno solo aya de andar el dicho Patronzago; de manera q los oficiales de la dicha Cofradia no han de conocer, ni tener mas de un patron de la dicha Ermita”.

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cofrade, donara algún ornamento, sin estar obligado a poner los escudos de los patronos, pero sujeto a determinadas condiciones (11.)

3 En calidad de patrono, don Luís de Tapia y Paredes y sus sucesores, ostentarían una serie de privilegios, pues en todas las juntas y reuniones (tanto ordinarias como extraordinarias), ocuparán el lugar más preferente o importante, votando siempre en primer lugar. De igual forma, en caso de celebración de cabildo general, sería siempre avisado el patrono para que pudiera asistir, comprobando sí estaba en la ciudad, pues en caso contrario serían nulas y penados con 12 reales los oficiales que no cumpliera el mandato anterior. Lo dicho, no significada que el patrono y sus sucesores, pudieran impedir las elecciones de oficiales conforme a lo dispuesto en los estatutos, las fiestas de San Lázaro y Santa Inés, lo que acordase la cofradía, ni las juntas ordinarias ni extraordinarias. Pero siempre era preciso el previo aviso, aunque no estaba obligado a asistir a las referidas juntas.

4.- Que los sucesores en el patronato, pasaban a ser de forma automática cofrades de San Lázaro, “sin que sea necessario nueua elección y recibimiento, por quanto por este contrato queda fecho de todos, cada uno en su lugar, y successiuamente perpetuamente para siempre jamás, sin que aya de pagar cosa alguna”.

5.- Cuando falleciera don Luís de Tapia y su esposa doña Mencía de Herrera y Cardona, así como los sucesores en el patronato y sus legítimas esposas, la cofradía y sus miembros debían de acudir a la iglesia donde fueran enterrados con las insignias y cera, celebrando las misas cantadas y rezadas que conforme a la costumbre se oficiaban por los cofrades. Sí el entierro no tuviera lugar en Trujillo, serían avisados en forma el alcalde y mayordomo del arca, para que acudiera la cofradía, y se obtenían las gracias e indulgencias que tenía concedidas.

6.- Conforme a costumbre inmemorial, para ser miembro de esta cofradía le exigía realizar una información previa de limpieza de sangre12, y frente a esta regla genera ly con carácter

(11) “Pero sí alguna persona de la dicha Cofradía, o fuera della hiziere algun ornamento de oro, o plata, seda, o qualquier otra tela, y lo diese a la dicha Cofradia, Iglesia y Ermita, no tenga obligación a poner las dichas armas en los tales ornamentos, e pueda poner las que quisiere el que hiziere la tal donazion en altares particulares, que hagan con aquerdo de la dicha Cofradia, con que esto sea sin perjuyzio del dicho Patronazgo, y no en las partes comunes de la dicha Ermita, e Iglesias dellas, porque en estas el dicho Señor don Luis, y los dichos sucessores priuatiuamente han de poder poner las dichas armas, sin que se muden, quinte ni alteren por ningun caso puestas una vez.”

(12) “que por quanto esta Cofradia esta en costumbre inmemorial, de uno, diez, veinte, treinta, quarenta, cinquenta, e mas años a esta parte, y de tanto tiempo, que memoria de hombres no es en contrario, de que los hermanos y cofrades della, y sus ascendientes paternos e maternos in infinitum ayan de ser y sean, y ayan sido Christianos viejos, limpios de toda mala raça de iudios, moros, e nueuamente conuertidos a nuestra Fe Catolica, no penitenciados por el Santo Oficio de la Inquisición por causa de heregias o sospecha dellas, e para mayor conseruacion, firmeza y perpetuidad de la dicha costumbre, pretende la dicha cofradia hazer estatuto y ordenaca de limpieza, como va dicho”.

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excepcional don Luís de Tapia y Paredes practicaría esta diligencia en Roma. Además, las nuevas diligencias que sobre este particular se hicieren, la cofradía debería avisar o citar a don Luís de Tapia y Paredes, que estaba facultado para dar su parecer (13).

7.- Esta condición se refiere a la importante dotación económica que hizo don Luís de Tapia y Paredes para convertirse en patrón de la ermita, que alcanzaba la importante cantidad de 5000 maravedis de renta anuales en los siguientes términos:

“Impone y carga en fauor de la dicha Cofradía Alcalde, oficiales y cofrades  della, que son, e por tiempo fueren, cinco mil marauedis de renta de censo en cada vn año a razón de a veinte mil marauedis el millar redimibles, generalmente sobre todos sus bienes auidos e por auer, y en especial, y con hipoteca particular, e por vía de renta ordinaria del tal censo sobre las alcaualas de la vlla de Plasençuela, que el dicho Señor don Luis compró a Su Magestad en vn quent e nouecientas e tantas mil marauedis de suerte principal, por su priuilegio despachado en forma, y le pertenecen, y sobre la dehessa de Passauados, que está en eérmino desta ciudad, que compro de don Bernardino de Tapia y Solano en precio de quatro mil ducados, conforme a los títulos de la dicha ompañía, y sobre dos censos que le pagan, e tiene impuesto sobre sus bienes en fauor del dicho Señor don Luis los Señores don Miguel de Tapia y Eraso, y Doña María de Tapia Sotomayor su muger, el vno de treinta y siete mil y quinientos marauedis de renta en cada un año por cession que del le hizieron los Patrones de las memorias que fundó el Señor don Pedro Ponce de León, Obispo ue fue de Plasencia, y el otro de veinte y vn mil y ducientos y cincuenta e nueve marauedis de renta por la legítima de los Señores Gonçalo de Tapia, y oña María de Paredes sus padres, que los dichos don Miguel, y Doña María le vendieron e fundaron, conforme a los títulos y escrituras que dello ay con poder en causa propia, para que de todas las dichas rentas, y cada una dellas, y sus arrendadores y cogedores se puedan auer y cobrar en el ínterin que no se redima el dicho censo por el dicho Señor don Luis, o por quien causa suya ouiere”.

 (13) “el dicho Señor don Luis se ha de obligar y obligue a hazer diligencia en Roma e en parte competente para que se confirme la dicha ordenaça que se hiziere, y asimismo las demas que al dicha Cofradia tiene o hiziere de nuevo, y las unas y las otras se han de comunicar al dicho Señor don Luis, y ha de dar su parecer en ellas como cofrade, con la calidad de tercera condicion, aunque este ausente desta dicha ciudad, embiandose las escritas a la parte donde se hallare a la sazon, como sea dentro del Reyno; pero no queda obligado a conseguir la confirmacion, sino solo a hazer las diligencias”.

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 8 .- Cuando don Luís de Tapia procediera a redimir los 100.000 maravedís de la suerte principal del censo antes citado, o la parte que se quisiere de dicha cantidad, era obligatorio requerir al alcalde y oficiales de la cofradía de San Lázaro, con una antelación de tres meses, y poner ese dinero en manos del mayordomo del arca, que no estaría obligado a volverlo a emplear, sino que quedaba a cargo de la cofradía. En caso contrario, la redención no tendría eficacia, y la hermandad cobraría los réditos del censo como sino se hubiera redimido.

9.- Se establece que el pago de intereses se realice con moneda de vellón, y en ningún caso con plata y oro, pues este numerario no se utilizo en su imposición.

10.- Tanto don Luís de Tapia y Paredes como sus sucesores, estaban obligados a reparar a su costa la ermita (14), y se tenían que ejecutar las obras después del aviso que el mayordomo de la ermita diera al patrono, en diferentes plazos en función del lugar donde se encontrará este último: dentro de los 8 días siguientes en caso de residir en Trujillo; 40 días cuando estuvieran fuera de la ciudad pero en el reino; 8 días también cuando el patrono estuviera fuera del reino, sien do suficiente en este caso con avisar a sus mayordomos o administradores de bienes que estuvieran en Trujillo. Y en caso de incumplir lo indicado, el citado mayordomo haría los reparos a costa de don Luís de Tapia y sus sucesores en el mayorazgo (15).

11.- Los patronos estaban obligados a hacerse cargo de las reparaciones de la ermita, siempre que no fueran causados por dolo o culpa de los cofrades, o estos no avisaren en el término indicado en la condición anterior.

En virtud del testimonio documental que estamos analizando, el alcalde y oficiales de la cofradía de San Lázaro recibieron como cofrades a don Luís de Tapia y Paredes y doña Mencía de Herrera y Cardona, y el primero como patrono perpetuo de la ermita, privilegio que continuarían disfrutando sus herederos y sucesores.

Para perfeccionar el contrato y en cumplimiento de la condición 7ª, el 13 de febrero de 1631 don Luís de Tapia y Paredes abonó al mayordomo del arca de la cofradía la primera cantidad

(14) “han de tener obligación a mandar hazer reparar a su costa la dicha Ermita de todos los reparos mayores e menores que en qualquier tiempo tobiere necessidad”

(15) “y en lo que costare aya de ser y sean creídos por su juramento, o lo puedan cobrar de sus bienes, y el dicho auiso basta hazer de los oficiales, o Mayordomo de la dicha Cofradía, por carta que para ello escriua al Señor don Luis y a sus sucessores en el dicho Patronazgo, y en lo que compre haya de ser y ean creidos por su juramento, e lo puedan cobrar de sus bienes, y el dicho auiso basta hazer de los oficiales, o Mayordomo de la dicha Cofradia, por carta que para ello se escriua al  dicho Señor don Luis, o a sus sucessores en el dicho Patronazgo, y en lo que costaren ayan de ser y sean creídos por su juramento, y lo puedan cobrar de sus bienes, y el dicho auiso baste hazer de los  oficiales, o mayordomo de la dicha Cofradía, por carta que para ello se escriua al dicho Señor don Luis, o a sus sucessores en el dicho Patronazgo, e teniendo certificacion de auer recebido la dicha carta de auiso, ayan cumplido con la obligacion del”.

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 de dinero estipulada, que suponía un censo de 5000 maravedis de renta a razón de veinte mil el millar, hasta que el principal de dicho censo fuera redimido o pagado. Y dicho censo fue cargado sobre los bienes que a continuación se expresan:

“Primeramente sobre las alcaualas de la uilla de Plasençuela, que son suyas propias por venta que dellas le hizo Su Magestad, que le constaron un quento e nouecientos o tantas mil marauedis.Iten sobre la dehessa de Passauados, que tiene en término desta ciudad, que compró de don Bernardino de Tapia Solano ya difunto, vezino que fue della, en precio de quatro mil ducados. Iten sobre cincuenta y ocho mil y setecientos y cincuenta e nueve marauedis que debe pagar de renta y censo en cada un años don Miguel de Tapia y Erasso, Cauallero de la Orden de Calatraua y doña María de Tapia Paredes su muger, vezinos desta dicha ciudad, señores de las villas de Plasençuela, Guijo y Auililla por dos escrituras de censo que contra ellos tiene, la una de treinta y siete mil y quinientos marauedis y la otra de treinta y un mil y ducientos y cinquenta e nueue marauedis”.

Asimismo, la escritura de imposición de censo fijaba los condiciones requisitos:

1. Que los referidos bienes eran de don Luís de Tapia y Paredes y libres de cualquier carga (16), y cuando no fuera así se le podría cobrar al primer patrón y sucesores las cantidades estipuladas por vía ejecutiva de otros bienes de su propiedad.

2. Por responder los citados bienes del cumplimiento de la obligación dineraria, no se podían vender ni cambiar y tampoco enajenar de ninguna forma, hasta que el censo se quitara o fuera redimido, pues al estar hipotecados con dicho censo, cuando se vendieran no tendría valor ninguna la referida enajenación.

3. Cada nuevo sucesor en la titularidad de esos bienes, debía reconocer el referido censo, y pagar la cantidad anual antes indicada.

4. Que los bienes gravados con el censo no se podrían dividir ni partir, y sí así se procediera esa actuación sería nula y sin ninguna validez.

5. Tanto don Luís de Tapia y Paredes como sus sucesores estaban facultados para redimir este censo, pero con carácter previo pagarían a la cofradía de San Lázaro 100.000 maravedis de

(16)  “que los dichos bienes son suyos propios, e libres de otro censo e tributo, obligación, hipoteca, aniuersario, vínculo e mayorazgo, y de otra carga, y que cada y quando que lo contrario parezca sin perjuyzio del derecho criminal, se pueba cobrar de su merced, y de sus bienes e rentas dicho censo principal e reditos executiuamente”.

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principal en moneda de vellón, conforme lo dispone la octava condición y abonando también los réditos pendientes. Por el contrario, la cofradía estaba obligada a otorgar la redención de censo, quedando libres los bienes.

El 14 de febrero de 1630 don Luís de Tapia y Paredes tomó posesión del patronato sobre la ermita de San Lázaro de Trujillo en los siguientes términos:

«En la ciudad de Truxillo a catorze días del mes de Febrero de mil y seiscientos e treinta años, ante mi el escriuano público e testigos yuso escritos, estando en la Iglesia y Ermita de Señor Sant Lázaro de la dicha ciudad, estando presentes Gonçalo Carmona, Alcalde de la cofradía del bendito Sant Lázaro, y Gerónimo García Ximenez Diputado, e Ioan Altamirano de Torres Mayordomo del Arca, y el Licenciado Ioan de Herrera Clérigo presbytero, Capellán de la dicha Cofradía, el Señor don Luis de Tapia e Paredes del Consejo de Su Magestad en el Supremo de Indias, e Patrón de la dicha Iglesia y Ermita, por nombramiento que en el hiziero el dicho Alcalde y demás oficiales de la dicha Cofradía, por escritura que ante mi se otorgó en treze deste presente mes, dixo, que quería tomar y tomaua la possession del dicho Patronazgo, el qual se passeo por la dicha Iglesia y Ermita, y cerró y abrió las puertas della. Todo lo qual dixo hazia y hizo en señal de posession, y que protestaua e protesto de continuarla: y de como tomaua y tomo quieta e pacíficamente la dicha possession, y sin contradicción de nadie, lo pidió por testimonio, y de como el dicho Alcalde y oficiales de la dicha Cofradía que estauan presentes lo consistieron, e touieron por bien. E yo el escriuano doy fee, como el dicho Señor don Luis de Tapia e Paredes tomo la dicha possession del dicho Patronazgo en la firma dicha sin ninguna contradicion, de consentimiento de los dichos Alcaldes, y oficiales de la dicha Cofradía, a lo qual fueron presentes por testigos don Grabiel de Tapia Caruajal del Consejo de Su magestad, en el nueuo Reyno de Granada, en las Prouincias del Piru, estante al presente en esta Ciudad, y don Luis de Tapia Caruajal Cauallero del Abito de Santiago, y Miguel Carrasco Clérigo Presbytero, vezinos de la dicha ciudad. Passo ante mi Bartolomé Zorço.

 

3. BULA DE INDULGENCIAS DE LA ERMITA DE SAN LÁZARO

 Esta bula (17) fue dada por el Papa Urbano VIII el 5 de diciembre 163018, y fue traducida del latín al castellano por Alonso Gracián Berruguete el 31 de julio de 1631, concediendo los

(7) Bula es un documento pontificio relativo a materia de fe o de interés general, concesión de gracias o privilegios o asuntos judiciales o administrativos. Lo expide la Cancillería Apostólica y autorizado por el sello de su nombre u otro parecido estampado en tinta roja.

(18) “Dat en Roma en Santa maria la Mayor en el año de la Encarnacion del Señor de mil seiscientos y treinta, a cinco de Diziembre el año octauo de nuestro Pontificado. Lugar de la Bula de plomo pendiente”.

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importantes beneficios espirituales que vamos a mencionar.

1. En primer lugar indulgencia plenaria y el perdón de todos los pecados a todos y cualesquier fieles cristianos, hombres y mujeres, en los siguientes casos:

– Ingresar en la cofradía de San Lázaro, y el primer día de su entrada, contritos y confesados, recibieran el Santísimo Sacramento.

– A todos los cofrades que contritos, confesados y comulgados, en el artículo de muerte “inuocaren el nombre de Iesus con el coraçon, si no pudieran con la boca”.

– A todos los cofrades que contritos, confesados y comulgados, visitaren la ermita de San Lázaro el día de San Luís, “desde las primeras Visperas hasta ponerse el Sol del dicho día todos los años, y alli rogaren a Dios por la exaltacion de la Santa Madre Iglesia, por la extirpacion de las heregias, y por la paz y concordia entre los principes Christianos, y por a Salud del Pontifice Romano”.

 2. En segundo lugar, el perdón de siete años “y siete quarentenas de penitencias dadas o de qualquier manera no cumplidas”:

Cuando los cofrades que contritos, confesados y comulgados, visitaren la ermita en las estividades de la Natividad de la Virgen, Asunción de Nuestra Señora, Santiago Apóstol, y San Lázaro, y rezaren en cualquiera de estas cuatro celebraciones.

3. En tercer lugar, se perdonaban 60 días de penitencias dadas y en cualesquier manera no cumplida, en los supuestos a continuación expresados:

Los cofrades que estando presentes en los Santos Oficios a celebrar en la ermita, o reuniones publicas o secretas de la cofradía, ejerciendo alguna obra pía, procesiones de la cofradía, demás actos celebrados con licencia del ordinario, el enterrar a los muertos, acompañar al Santísimo cuando es llevado a los enfermos o impedidos, así como “quando oyeren la campanilla, rezaren de rodillas un Padre nuestro, y un Aue Maria por el tal enfermo, o albergaren, y dieren posada a los pobres peregrinos, o pusieren paz entre los enemigos, o reduxeren al camino de la saluacion a alguno que fuere apartado del, o enseñaren a los ignorantes los preceptos diuinos, y lo que conuiene para saluarse, por cada vez que hizieren cada una de las dichas obras pias”.

Asimismo, el documento pontificio señaló que esos beneficios espirituales eran perpetuos al no estar sujetos a término (19). Por último, contemplaba la posibilidad que la de San Lázaro se agregare a otra cofradía, en cuyo caso se seguirían obteniendo las citadas gracias cumpliendo

(19) “duren por todos los tiempos venideros”.

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 con lo expuesto (20). La licencia

para la obtención de las indulgencias contenidas en la bula anterior, fue dada en Madrid el 24 de julio de 1631 por fray Antonio de Sotomayor.

4. BULA DEL PATRONATO SOBRE LA ERMITA DE SAN LÁZARO

 Este documento pontificio es de Urbano VIII, y fechado el 23 de junio de 631, y también fue traducido al castellano por don Francisco Gracian Berruguete el 17 de abril de 1635. Valoraba especialmente, el importante desembolso económico que hizo don Luís de Tapia Paredes al convertirse en patrono de la ermita de San Lázaro (21), expresando que no era un templo colativo por no tener erigido ningún beneficio eclesiástico y ser propiedad exclusiva de la cofradía. A continuación repetía las once condiciones que hemos visto en el contrato de patronato, y mencionaba que don Luís de Tapia se había obligado a costear un retablo nuevo

(20) “empero queremos, que si la dicha Cofradia estuviere agregada, o en adelante se agregare a alguna Archicofradia, o en qualquier otra manera se uniere, o instituyere en ella, para conseguir sus indulgencias, o participar dellas, de ninguna manera le aprouechen, ni ualga las anteriores, o qualquier otras letras sobre ello alcançadas, sino es las presentes, antes desde entonces sean totalmente nulas coipso”.

(21) “Vrbano Obispo, sieruo de los sieruos de Dios, Al amado hijo el Prouisor del venerable Hermano nuestro el Obispo de Plasencia, Salud y bendicion Apostolica. La obligacion del oficio Pastoral, en que por la disposicion diuina presidimos, pide, que de buena gana nos conformemos con la voluntad deseos de todos los fieles Christianos, en particular de los que siendo de noble linaje piadosamente gastan sus haziendas en mantener, adornar y dotar Iglesias, Capillas y Oratorios de Cofradias, donde co mayor feruor y frequencia se alabe a Dios, y que haziendo especiales fauores y gracias a los tales fieles Christianos, les ayudemos en el exercecio destas obras pias, según saludablemente veemos conuiene en el Señor, considerada como se deue la calidad de los lugares y tiempos. Y por quato poco ha por parte del amado hijo y noble varon el Licenciado Luis de Tapia y Paredes Corajo, del Consejo Supremo de Inidas del carissimo hijo nuestro Felipe Rey Catolico de las Españas, y de la amada hija en Christo Mencia de Cardona y Herrera su muger de la ciudad de Truxillo, Diocesis de Plasencia de la Prouincia de Compostela, y de los amados hijos los Cofrades de la Cofradia de San Lazaro, canonicamente fundada en la Ermita de San Lazaro de la dicha ciudad, o su partido, se nos ha presentado una peticion, diziendo, que en tiempos passados los dichos Luis y Mencia, por la singular deoucio que tenia a la dicha Cofradia, les parecio assentarse por Cofrades en ella, y señalaron a la dicha Cofradia un censo de principal de cien mil marauedis, y de cinco mil marauedis de renta en cada vn año de moneda de aquellas partes, el qual se pudiese redimir de qualquier manera, impuesto sobre todos los bienes de los susodichos, y se obligaron a pagar el dicho censo, y a reparar la dicha Iglesia, y proueerla de lo q por tiepo huviesse menester. Ypor otra parte los dichos Cofrades estando cogregados en la forma acostumbrada, en memoria de ta grande beneficio como se les hazia, de comun consentimiento, y sin discrepar ninguno dellos, les concedieron a los dichos Luis y Mencia su muger ya Cofrades, para ellos, y para sus herederos y sucessores, empero vno despues de otro, y no muchos juntos, el titulos honoroso de Patrones perpetuos de la dicha Iglesia, que no es colatiua, ni esta recta en titulo de beneficio Eclesiastico, y de la qual los dichos Cofrades son libres y absolutos Patrones, y los pactos, conciertos, y capitulaciones echas, prometidas y juradas entre ambas las partes, para guardarse perpetuamente”. 

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para el altar mayor de la parroquia de Santiago22, y “el hazer donazion del (excepto de la Custodia del Santisimo Sacramento) a la dicha Iglesia de San Lazaro, y prometio de hazerle poner alli en el Altar mayor”.

Es indudable que la importante posición política que disfrutaba don Luís de Tapia y Paredes, le permitía importantes relaciones en distintos ámbitos, entre los que se incluiría el diplomático. Por lo que le sería fácil hacer las correspondientes gestiones ante la Santa Sede para que se sancionara canónicamente en las más altas instancias mediante esta bula, su patronato sobre la ermita de San Lázaro. Su deseo se vio cumplido como acredita el siguiente testimonio, sobre todo desde que la autoridad eclesiástica tenía constancia que se había efectuado el importante desembolso económico prometido (23):

Por Apostolicos escritos mandamos a vuestra discreción, que constandonos primero gítimamente, que el dicho censo esta assignado y donado verdadera, y real, valedera y perpetuamente, y que la dicha Iglesia no es colatiua,sino propia y absoluta de los dichos Cofrades, y no antes, ni en otra manera: Por nuestra autoridad perpetuamente aproueis y confirmeis la dicha donación del Patronazgo, y las dichas capitulaciones, y demas conciertos, decretos y establecimientos de auerse de guardar la costumbre sobre la dicha limpieza de sangre, y las escrituras de razo desto hechas, y todo lo en ellas contenido”.

 Otro aspecto destacable de esta bula, es que sanciona la exigencia de limpieza de sangre entre quienes quisieran ser cofrades de San Lázaro, cuestión que abordaremos con más detalle al estudiar sus ordenanzas sobre este particular. También que a cada uno de los cofrades y oficiales, debían tener conocimiento exacto del contrato de patronato.

5. ADJUDICACIÓN Y POSESIÓN CANÓNICA DEL PATRONATO

 Estando la silla episcopal del Tormes vacante24, las bulas antes estudiadas le fueron presentadas a don Antonio Braceros, arcediano de Trujillo, canónigo de la Santa Iglesia

(22)  MENDEZ HERNÁN, V y RAMOS RUBIO, J.A.: “El patrimonio eclesiástico de la ciudad de Trujillo” Cáceres 2008, p. 130.

(23) “los dichos Cofrades Luis y Mencia desean, que todo ello sea perpetuamente roborado con nuestro patrocinio y de la Sede Apostólica, suplicandosenos humildemente por parte de los dichos Cofrades Luis y Mencia, q intepusiessemos en todas las dichas cosas la fuerça de la confirmación Apostolica, y que por la benignidad Apostolica fuessemos seruidos de proueer en las dichas cosas como conuiniesse”.

(24)  Cuando la sede episcopal se halla vacante, son los miembros del cabildo catedralicio quienes ejercen sus funciones.

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 Catedral en calidad provisor y vicario general, pidiendo la autoridad vaticana que se recibiera información testifical sobre las ordenanzas de la cofradía, y el nombramiento como hermanos de don Luís de Tapia y su esposa como cofrades, y el cumplimiento de todas las condiciones recogidas en la bula del patronato, especialmente el de la dotación económica y exigencia de limpieza de sangre.

Cumplidos todos los extremos anteriores, también se le pidió que en su ejecución se le dieran a don Luís de Tapia y Paredes título de patrono perpetuo, que le fue dado el 12 de mayo de 1633, conforme al siguiente tenor literal:

“Adjudicaua, y adjudico, hazia, y hizo colacion, e institucion canonica a los dichos señor don Luis de Paredes y Corajo, y D. Mencia de Herrera y Cardona su muger, para ellos, y sus sucessores perpetuamente para siempre jamas del Patronazgo de dicha Iglesia y Ermita, para que le ayan y obtengan, y por tales sean auidos y tenidos, y puedan poner sus escudos de armas, y gozar de las exempciones y honras, que como tales le son y fueren deuidos, y pertenecientes,  según se estiende y acata en dicha Bula y letras Apostolicas. Y mandaua  mando a qualquiera de los Curas, o sus tenientes de las Parrochiales de dicha ciudad de Truxillo, y a otro qualquier Presbitero que sea requerido, les den, o a quien su poder ouviere, la possession real, actual, ciuil, natural, velquasi de dicho Patronazgo, y en ella les amparen y defiendan: y daua y dio licencia al Alcalde y Cofrades de dicha Cofradia, para que puedan otorgar, recebir, acetar las escrituras necessarias en razon de lo susodicho, con las clausulas que conuengan, a las quales su merced interpone su autoridad, y decreto judicial para su validacion, y mando se despache titulo en bastante forma para el resguardo y perpetuidad de dicho Patronazgo […] Y por nos visto mandamos dar las presentes, por las quales y su tenor, vsando de la autoridad Apostolica a nos concedida, al tenor, y según se acta y estiende en dichas Bulas, y letras Apostolicas, y en la mejor via y forma que podemos, y ha lugar de derecho, damos, adjudicamos, y nombramos por Patrones de dicha Iglesia y Ermita de Señor San Lazaro a los dichos Señor don Luis de Tapia Paredes y Corajo, y doña Mencia de Herrera y Cardona su muger, y despues dellos a sus hijos y sucessores en su casa y mayorazgos perpetuamente para siempre jamas, y dellos hazemos colacion canonica, y como tales Patronos puedan poner sus escudos de armas en la puerta principal, y demas partes de dicha Iglesia Ermita que les pareciere, y vsar del asiento, y lugar, gracias, honores, y exempciones que les fueren deuidas, y pertenezcan en qualquier manera, a los quales encargamos miren mucho por el aumento, amparo, lustre, y repardos de dicha Iglesia, de manera que siempre vaya en aumeto para mayor seruicio de nuestro Señor: y mandamos en virtud de Santa obediencia, y sopena de excomunión mayor trina canonica monitione en derecho premissa, al 

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 y Alcalde, oficiales, y Cofrades que son y fueren de dicha Cofradia, les reciban, ayan, y tengan por tales Patrones perpetuos de dicha Iglesia Ermita, y despues dellos a sus sucessores en su casa y mayorazgos; y so la dicha pena de excomunion mayor mandamos a qualquier Sacerdote que sea requerido por ante Notario, o Escriuano que dello dé fe, les de, o a quien su poder ouiere, la possession real actual, vel quasi del dicho Patronazgo, y en ella les amparen y defiendan; y ansimismo mandamos debaxo de dichas censuras, y de dozientos ducados que aplicamos para gastos de guerra contra infieles, que ninguna persona les inquiete, ni perturbe en dicha possession”

Por último, el 20 de mayo de 1633 se le otorgó a don Luís de Tapia y Paredes la posesión del patronato sobre la ermita, y se practicó esta diligencia en la persona de su apoderado Pedro González de la Rua, y actuando como fedatario don Francisco Gil Martínez, escribano del Rey y notario publico de la Audiencia Episcopal de Plasencia, estando presentes como testigos Francisco Bote Monroy, Alonso López Camargo, y Juan Sánchez (25).

6. ESTATUTOS DE LA COFRADÍA DE SAN LÁZARO DE TRUJILLO

 6.1. Fundación y carácter de la cofradía de San Lázaro. A partir de ahora nos vamos a centrar en el análisis de las ordenanzas de la cofradía de San Lázaro, lo que nos va a permitir conocer sus notas más relevantes (26): ser de gloria; no tener a su cargo ningún hospital o lazareto; la exigencia

(25) “Estando junto a la Ermita de Señor San Lazaro en el campo fuera de los muros de la ciudad de Truxillo en veinte dias del mes de Mayo de mil y seiscietos y treinta y tres años, Pedro Gonzalez de la Rua, vezino de la dicha ciudad en nobre de los Señores don Luis de Tapia Paredes Corajo del Consejo Supremo de Su Magestad, y D. Mencia de Cardona y Herrara su muger, y en virtud de su poder requirio a mi el Notario con el titulo de Patronazgo de suso, para que le de la possession del Patronazgo de dicha Iglesia y Ermita, e yo el Notario le asi por la mano, y meti en dicha Iglesia, y se passeo por ella, cerro, y abrio las puertas, y echo fuera a los que estauan dentro, y esparcio agua bendita, y toco la campana, todo en señal de possession de dicho Patronazgo: el qual pidió testimonio de como la ha tomado quieta y pacificamente, sin contradicion de persona alguna e yo el Notario doy fe no huuo contradicon y fueron presentes por testigos Francisco Bote de Monroy, vezino de don Benito, y Alonso Lopez Camargo presbytero, y Iuan Sanchez, vecinos desta dicha ciudad. Y en fe dello yo Francisco Gil Martinez Escriuano del Rey nuestro Señor, Notario publico Apostolico y ordinario de la Audiencia Episcopal de Plasencia descripto en el archiuo de la Curia Romana fue presente, y lo signe, y firme. En testimonio de verdad, Francisco Gil Martinez Notario”.

 (26) No podemos exponer de forma completa las ordenanzas de la cofradía de San Lázaro, por lógicas razones de limitación de la comunicación que presenta cada persona que participa en los Coloquios Históricos de Extremadura, por lo que más adelante abordaré su examen completo en un trabajo de la que esta exposición es un avance.

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 de limpieza de sangre para formar parte de ella; el no estar formada por personas que pertenecían a un mismo gremio (27).

En primer lugar, estamos en presencia de una cofradía que la podemos incluir dentro de la categoría de cofradía de gloria, que tienen por objeto venerar algún santo o santa específica o a la Virgen como reina gloriosa28, que en el presente caso su advocación titular sería el hermano de Marta y María y fue resucitado por Jesucristo (29).

Una duda que pretendo aclarar es sí tiene el carácter de hospitalaria, que eran aquellas que realizaban una labor caritativa en los establecimientos sanitarios y asistenciales que tenían a su cargo, en un momento histórico en que la asistencia social estaba exclusivamente en manos de instituciones religiosas. En Trujillo ya existían las de la Caridad y del Espíritu Santo, y esta cuestión deriva de la existencia de un lazareto junto a la ermita de San Lázaro30, lo que nos puede hacer pensar que era su oratorio, y que ambos estaban a cargo de la hermandad.

Del estudio de sus estatutos, que sin ningún género de duda son un testimonio documental de primera categoría, no aparece en ningún momento referencia alguna a asistencia hospitalaria de ningún tipo31, ni al referido lazareto, por lo que podemos afirmar que entre ambos no existía ninguna relación, salvo que estaban ubicados juntos en las afueras de la ciudad. Debemos tener muy presente cual es la relación de los lazaretos con la devoción a San Lázaro, que tiene su origen cuando los guerreros de Occidente fueron a Palestina a liberar los Santos Lugares a principios del siglo XII de la dominación musulmana, y crearon una orden religiosa militar bajo la advocación de San Lázaro para el cuidado de los leprosos, por cuanto los cristianos designaron a la lepra con el nombre de mal de San Lázaro, al creer que murió de esa enfermedad el hermano de María y de Marta resucitado por Jesús. Y al volver de Tierra Santa fueron

(27)  “Vrbano PP. VIII. Para perpetua memoria. Siendo assi según auemos sido infomados, que en la Iglesia o Ermita de San Lazaro de la ciudad de Truxillo, Obispado de Plasencia, de la Prouincia de Compostela, esta canonicamente instutuida vna pia Cofradia de fieles Christianos, hombres y mugeres, debaxo de la inuocacion del dicho San Lazaro (no empero para personas de vna misma arte, en especial)”.

(28) MORENO NAVARRO I.: “Las hermandades andaluzas, Una aproximación desde la antropología” 2ª edición Sevilla 1999 pp. 30-31. Otro tipo son las penitenciales centradas en algún momento de la pasión y muerte de Jesús o los dolores de la Virgen. El último son las sacramentales, dedicadas especialmente a la adoración de la Eucaristía.

(29) Evangelio de San Juan 11, 1-44.

(30) TENA FERNÁNDEZ, J.: “Trujillo histórico y monumental” Salamanca 1988, p. 103.

(31) Sólo en el preámbulo de los estatutos aparece la siguiente referencia: “que esta Cofradia de San Lazaro por la cortedad de su hazienda, no puede yo auer todos aquellos exercicios de piedad y caridad que ay en otras Cofradias; y Hospitales, instituidos a honra y gloria deste glorioso Santo”.

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 acogidos por el rey francés Luís VII que les concedió cerca de París una casa, y la transformaron en un lazareto (32). Por todo lo dicho, es fácil de deducir que existiendo en las afueras de Trujillo la ermita con esta advocación, cuando se construyó el lazareto se consideró que el lugar más apropiado era junto al templo, por estar en las afueras de la localidad y tenor cerca un edificio sacralizado que tenía una advocación con la que estaba muy relacionado. Todo ello sin perjuicio de las importantes funciones  asistencias que ejercía esta cofradía, como era habitual en este tipo de asociaciones durante la Edad Modern (33).

Para nuestra exposición vamos a utilizar las primitivas ordenanzas de la cofradía (34), junto con las importantes reformas adoptadas después que don Luís de Tapia y Paredes se convirtió en su patrono, fechadas el 10 de octubre de 1634 (35). A tal fin se reunieron los siguientes cofrades en la ermita de San Lázaro:

“Auiendonos juntando en esta Santa Ermita de Señor S. Lazaro extra muros desta muy noble y muy leal ciudad de Truxillo, el Alcalde, y oficiales, y cofrades desta Santa Cofradia, conuiene a

(32) Lazareto es un establecimiento sanitario donde se aislaba a los infectados o sospechosos de enfermedades contagiosas, así como un hospital de leprosos. Por esta razón estaban ubicados en las afueras de las localidades y tenían por objeto evitar los contagios.

(33) Por razones de espacio las omitimos en la presente exposición, y aparecen recogidas en los siguientes capítulos: Capítulo VII Que se velen los enfermos. Capítulo IX De los hermanos que murieren, de las misas que se han de dezir por cada vno. Capítulo X Como e han de enterrar los hermanos. Y del acompañamiento de los entierros. Capítulo XI Del entierro de los que mueren en casa de hermanos o hermana. Capítulo XII De los pobres que ha de enterrar la cofradía. Capítulo XIII Del acompañamiento en los entierros.

(34) “nos ha parecido valernos de las ordenanças antiguas y tomar dellas todas las que iran trasladadas a la letra como estan, para que de sus razones y palabras se conozca, por la mucha antigüedad de la Cofradia, la deuocion y piedad de sus primeros fundadores, que con ventaja de mucho tiempo antes precedieron a los que pusieron en forma las dichas ordenanças, añadiendo, o quitando como añadiremos, y quitaremos, lo que por la diferencia de los tiempos parece mas conueniente, e orden a lo qual, y en conformidad del assiento que tenemos tomado con el Señor don Luis de Tapia Paredes Corajo […] que remitimoa al dicho Señor don Luis en dias passados las dichas ordenanças antiguas, y las que de nuevo auemos hecho a la Villa de Madrid, donde esta firmado a Su Magestad, y recibimos su respuesta, y auemos visto las apuntamientos y aduertencias que le parecieron conuenir; y auiendo conferido y placticado sobre todo diuersas vezes, y estando de vn acuerdo y parecer, y precediendo el cumplimiento y execucion de todo, en virtud de letras Apostolicas de su Santidad le concedio confirmatorias de dicho Patronazgo, y faculta de hacer estas ordenanças, usando dellas, y de la expedición y despacho que de las dichas letras hizo el Señor Prouisor de Plasencia, a quien vinieron cometidas”.

(35) “Para firmeza de lo qual assi lo otorgamos ante el dicho Iua Pulido Regodo, escriuano de nuestra Cofradia, y en presencia de los testigos infraescritos, en la dicha ciudad de Truxillo estando en esta dicha Ermita en diez dias del mes de Otubre año del nacimiento de nuestro Saluador Iesu Christo de mil y seiscientos y treinta y quatro, siendo testigos Iuan Garcia, y Miguel Sánchez Baço, y Iuan Antonio de Paz escriuano de la dicha ciudad, y lo firmamos los que supimos, y por el que dixo no saber vn testigo. […] Passo ante mi Iuan Pulido Regodon”.

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sauer, Pedro Gonçalez de la Rua, Alcalde, y Iuan de Nauas, y Blas de Valuerde Diputados, y Diego Blaco mercader, mayordomo del arca y de la cera, y Antonio Solis, mayordomo de la Iglesia y Ermita de Señor S. Lazaro de la dicha ciudad, y Iuan Pulido Regodon, Martin Fernandez Cabeçudo, Iuan Becerra de Aguilar, Iuan Gomez Aparicio familiar del Santo Oficio, don Iuan de Chaues Orellana, don Alonso de Mendoça, Adolfo Garcia Cabeçudo, Martin Fernandez Brabo, Pedro Manglano, Bartolomé Lopez Leonardo, Iuan de Nauas, Blas de Valuerde, Alonso de Solis, Francisco Hermandez de Viuar Clerigo, Christoual Garcia Villalon Clerigo, Francisco de la Cueua Altamirano Clerigo, Iuan Sanchez Auiles Clerigo, Alonso del Toril y Xara Clerigo, Diego Gonçalez Clerigo, Pedro de Auiles, Mateo Sanchez, Diego Rebollo Cabeçudo, Andres de Rosales Calderon, Iuan Altamirano de Torres, Iuan Xerez Clerigo, Francisco Piçarro, Antonio de Soto, y Martin Gonçalez Cabeçudo, todos cofrades de la dicha Cofradía, los quales prestaron voz y caucion por los ausentes, llamados para este efeto con la diligencia acostumbrada, y en presencia de mi Iuan Pulido Regodon escriuano desta Cofradia”

 Las reglas comenzaban con un preámbulo que expresaba la razón de crear  esta cofradía bajo la advocación de San Lázaro, y nos hace saber que por entonces ya existía la ermita36. La fecha de su fundación es la de 21 de enero de 1488,

(36 )En el nombre de Dios Padre, e Hijo e Espiritu Santo, q son tres personas, e una essencia, e un solo Dios verdadero, a cuyo honor y reuerencia se establecio y ordeno esta Cofradia del glorioso Martir Señor S. Lazaro, porque es cosa notoria a todos los fieles Christianos que trabajaron por dexar buena memoria, vnos haziendo Ermitas, e Casas de Oracion, e otros faziendo limosmas, e obras pias, e otros ordenando Cofradias a honor de los Santos, porque ellos sean interiores y rogadores para ganar la gloria del Paraiso, y glorificar la potencia-eternal, e para esforçar estas cosas dotaron muchas de sus haziendas, por que su buena obra, e deseo no pereciesse en este siglo para dar exemplo a los que despues dellos vinieren, y como según nuestra Santa Fe Catolica se halla en la Sacra Escriptura, que los Apostoles, e Martires, e Santos padecieron muchos, e diuersos martirios, por merecimiento de los quales ganaron, y alcançaron la gloria del Paraiso, y son muchos allegdos a Nuestro Señor, el qual por ruego, e intercession destos, nos da gracia para que nos saluemos, e para nos guardar de los peligros, e angustias, y en el otro colocarnos en la gloria del Paraiso para siempre jamas. Amen. Por ende establecemos, e ordenamos vna Cofradia, e Hermandad, a honor, e alabança del bienauenturado Señor S. Lazaro, al qual nombramos, e escogemos que sea nuestro abogado, e a cuya conmemoracion e vocacion se ordena esta Cofradia, y Hermandad en la Iglesia de Señor S. Lazaro, e porque todas las cosas en este mundo, que es perecible quieren buenas gouernaciones, por ene todos los que en esta Hermandad se trabajen por la lleuar adelante, e trabajar de la sustentar, e honrar en manera que Dios sea seruido, e el bienauenturado Señor S. Lazaro honrado, e alabado, como sea ensalçamiento de nuestra Santa Fe, e honra del Rey, e de la Reyna nuestros Señores, e de sus justicias, so el qual amparo ordenamos estas ordenanças, que adelante se seguiran, a las quales hemos de ser todos obedientes, so las penas en ellas contenidas.

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 y por ahora son las más antiguas que hemos documentado sobre la ciudad de Trujillo (37).

 

 6.2. Órganos de gobierno y administración 

En este apartado analizaremos cuales eran sus órganos de gobierno, competencias y forma de elección de sus responsables. El capítulo I establecía quienes gestionaban la cofradía38: el alcalde, escribano, dos mayordomos y dos diputados. El alcalde era la máxima autoridad al señalar “que a la obediencia del tal  Alcalde todos estemos a sus mandamientos”, y con carácter general en caso de desobediencia se le impondría al cofrade la pena de media libra de cera, sin perjuicio de otras para casos particulares. Con la modificación de las ordenanzas efectuada en 1634, se aumentó su cuantía a 2 libras de cera, y se anotaba en la entrada del referido hermano, quedando facultados los miembros de la junta de gobierno para ejecutarla, moderarla o remitirla.

Con respecto a los mayordomos, uno sería de la ermita, cuyas funciones eran las siguientes: cuidado de su adorno y aderezo, fábrica y reparos necesarios, conforme a la condición 10ª del contrato de patronato. De igual forma tenía a su cargo la cera, debiendo acudir con ella a los entierros y fiestas, cuidando de todos los ornamentos y servicios del altar, ermita y cofradía, llevando el correspondiente inventario. El otro mayordomo era del arca, responsable “del dinero y Hazienda de la dicha Cofradía”, y cuidaría cobrar lo que se le debiera, el pago de misas, oficios, u otros gastos.

El escribano daba fe de todas las actividades de la cofradía, cuidando de la redacción de los documentos. Sería nombrado por el alcalde y oficiales, y se le exigía que escribiera bien y diestramente, debiendo asistir a todos los cabildos, y estar presente en la toma de cuentas de los mayordomos.

Con respecto a los diputado , las ordenanzas antiguas les facultaban para comprobar, junto a los demás miembros de la junta de gobierno sí algún cofrade se consideraba agraviado por penas impuestas por el alcalde, competencia que seguían manteniendo, y podrían tratar de moderarla o no ejecutarla. Con la reforma debían “asistir juntamente con el Escriuano a nuestro Alcalde para   conferir y determinar cosas particulares, para cuya resolución no se juntare   Cabildo general”. Cada uno estaba obligado durante 6 meses a nombrar persona que pidiera limosna, conforme al uso y costumbre de la cofradía.

(37) La primera cofradía penitencial de la que tenemos documentada su existencia es la Vera Cruz que ya existía en 1518, y de las sacramentales la del Santísimo Sacramento en 1490.

(38) CANTERO MUÑOZ. A: “La Semana Santa en Trujillo durante la Edad Moderna”, Badajoz 2006. Estos cargos son los mismos que las cofradías penitenciales de Trujillo, y son comunes al resto de las hermandades de la localidad.

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 una vez recogida la debía entregar al mayordomo del arca, firmando su recibo. Cuando  l diputado se descuidare en su obligación, se le impondría la pena de 8 reales.

El capítulo XIX contemplaba la ausencia de los oficiales por cualquier necesidad, y las ordenanzas originales disponían que debían designar otro que lo sustituyese. Con la reforma, el alcalde era sustituido por uno de los diputados que él nombrare, y cuando estuvieran ausente, por uno de los mayordomos.

El capítulo XXI de las ordenanzas antiguas regulaba la elección de oficiales, exigiendo que lo fueran entre personas hábiles y suficientes. A partir de 1634, se acordó que tendría lugar durante la Cuaresma, concretamente el Domingo de Lázaro que era una de sus fiestas principales (39), reuniéndose el día anterior después de las Vísperas en la ermita los miembros de la junta de gobierno saliente para proceder a la designación en la siguiente forma:

Traten y confieran entre si, que personas seran mas a proposito para gouernar la Cofradía el año siguiente, jurando antes de la eleccio en manos del Alcalde, y este en las del Capellan, que la haran según todo su entender, como mas conuenga al seruicio de Dios, bien y vtilidad de la Cofradia, echando mano de personas horadas, y de conciencia, y no inquietas, ni reboltosas”.

Cuando no se pusieran de acuerdo, los miembros de la junta de gobierno escogerían otros tres hermanos para que también participara en la votación, y entre todos elegirían los que obtuvieran más votos. Los designados no podían excusarse bajo la pena de 2000 maravedis, salvo que ya fueran oficiales de otra cofradía.

Ese mismo día se elegían otras personas que aunque no formaban parte de sus órganos de gobierno, colaboraban con sus responsables, que eran el capellán, muñidor y ermitaño:

“El mismo dia se ha de elegir vn Capellan que diga las Missas votiuas de la Cofradia, y capitule y haga oficio en las Visperas de S. Lazaro, y Santa Ines, y por cada Missa rezada le daran dos reales, y por cada vna de las cantadas seis, buscando el por su cuenta vna de las cantadas seis, buscando el por su cuenta ministros que le siruan de Diacono y Subdiacono en las Missas cantadas de S. Lazaro, y Santa Ines. Tambien se ha de elegir vn muñidor que este a obediencia de nuestro Alcalde y oficiales en las cosas tocantes a la Cofradia, lleuando y recogiendo en las fiestas y entierros la cera que le entregare el Mayordomo de la Ermita. Tambien se ha de elegir vn Ermitaño, o Ermitaña que

 (39) Era una práctica habitual de las cofradías trujillanas el renovar sus oficiales el día de su fiesta principal o su víspera.

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 viua en la Ermita de S. Lazaro y sea mayor de edad, de buena vida y costumbres, y tenga cuidado con la limpieza, y aseo de la Ermita, y ha de pedir limosna para la lampara del Santo Christo, y de S. Lazaro, y de lo que juntare ha de tener cuidado de cerrar y encender las dichas lamparas, sin que dello se le pida cuenta”.

La referencia del anterior testimonio a la “lampara del Santo Christo” es muy importante, pues es una referencia expresa al Cristo de la Salud (40), y nos hace saber que en 1634 ya se le rendía culto en la ermita, aunque en las ordenanzas no hay más referencia que esta, lo que significa que no existía más vinculo que el mencionado.

 

6.3. Ingreso en la cofradía de San Lázaro

 El capítulo XVI se titulaba “De la entrada de los cofrades y sus calidades”, y en sus primeras reglas lo único que se exigía era pagar 300 maravedis y otras cantidades de dinero y alimentos (41).

A partir de la reforma de 1634, se entregarían 6 ducados y 2 libras de cera o 12 reales por ella. Además, el pretendiente comparecía ante el alcalde y diputados y les haría saber cual era su voluntad, y el primero avisaría a todos los cofrades para que se juntasen el primer domingo después de la misa de hermanos u otro día más conveniente, debiendo votar a favor dos tercios de los asistentes.

Mucho más importante era la exigencia de limpieza de sangre para quienes pretendían formar parte de la misma:

 “Las calidades de los q huuieren de entrar en la Cofradia, ha de ser de Christiano viejo, limpio de toda mala raza de Iudio, Moro, Turco, ni de los nueuamente conuertidos a nuestra Santa Fe Catolica, ni penitenciado por la Santa Inquisicion por delito de heregia, o dissonante de nuestra Santa Religion: ni han de ser esclauos, ni hijos de esclauos”.

(40) CANTERO MUÑOZ, A.: La devoción al Cristo de la Salud en tierras cacereñas: los casos de Trujillo, Aldea del Obispo y Garciaz. En Actas I Congreso Nacional Advocación de la Salud, Córdoba 2005 pp. 541-556.

(41) “que quando algun cofrade se recibiere en esta nuestra cofradia, de su entrada primeramente en dinero trescientos marauedis. Item que de de alça de las andas y ferramientas veinte y quatro maravedis. Item una hanega de harina. Item que de una arroba de vino o sesetna marauedis  porella. Item vn carnero, o ciento y sesenta marauedis, mas vna libra de cera”.

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 Y entre los requisitos formales que eran precisos para formar parte de la hermandad, se exigía practicar una información sobre las cualidades del pretendiente, y que tenía por objeto conservar la limpieza de sangre entre sus miembros:

“Han de ser naturales desta ciudad, y si alguno viniere a viuir a ella, y pretediere entrar en nuestra Cofradia, iran a su costa el Alcalde, o vno de los Diputados a hazer informacion de las dichas calidades. Y para que todos nuestros hermanos sepan, o se informen de las de los pretendientes de nuestra Cofradia, han de ser auisados, doze dias antes que se proponga la pretension: en que encargamos a todos los presentes, y que despues de nosotros vinieren, procedan prudente y chrstiana y desapassionadamente, como conuiene al seruicio de Dios, y reputacion de nuestra Cofradia, sin dissimular por ningunos respetos ninguna mala raza paterna, ni materna del que quisiere ser cofrade, por quanto conuiene a la reputacion y estimacion de la Cofradia, que no entre en ella persona que tenga alguna mala raza, o opiniendo della, especialmente estando confirmado este estatuto de limpieza de nuestra Cofradia”.

Marciano de Hervás explica con rigor la razón de ser de estas normas en los siguientes términos (42):

“En la sociedad del Barroco, no tenía validez el argumento de la judaización de los cristianos nuevo porque ya no judaizaban. Los descendientes de conversos se comportaban como cristianos temerosos de Dios. Así lo manifestaban en las cofradías y en las instituciones públicas. La única excusa esgrimida en la sociedad barroca era que sus antepasados habían sido judíos. Su único delito era que sus tatarabuelos habían nacido judíos. Con esta excusa, la comunidad cristianovieja ortodoxa, pues había un sector que participaba con la comunión de los neófitos, dirigió la batería estatutaria racial contra los descendientes de cristianos nuevos de raíz judía”.

Esta actitud discriminatoria también se da en las cofradías (43), e igual ocurre con varias de la ciudad de Trujillo, en concreto la del Santísimo Sacramento de Trujillo (44), y del Espíritu Santo (45). Marciano de

(42) MARCIANO DE HERVÁS: “Judios y cristianos nuevos en la historia de Trujillo” Badajoz 2008, p. 306.

(43) MARCIANO DE HERVÁS: “Judios y cristianos nuevos en la historia de Trujillo” Badajoz 2008, pp. 313-314.

(44) CANTERO MUÑOZ, A.: Ordenanzas de la cofradía del Santísimo Sacramento de Trujillo durante la Edad Moderna. En Actas de XXXVI Coloquios Históricos de Extremadura (en prensa). En la ciudad de Trujillo las cofradías penitenciales de la Vera Cruz, Nazareno y Soledad de Nuestra Señora no exigían limpieza de sangre. Sin embargo, en la del Santísimo Sacramento se excluía de forma expresa en su artículo 18º a los condenados por la Inquisición, o aquellos que fueran o hubiesen sido esclavos así como sus descendientes: “Ordenamos y mandamos que no se pueda Recebir  por Hermano desta sancta coffradia ninguno que aya sido penitenciado por el Sancto officio ni a sus descendientes ni ningún esclauo que actualmente lo sea o lo aya sido ni se pueda mandar por Herencia ni en otra manera y si algunos officiales lo Recibieren contra lo contenido en esta Hordenanca paguen de pena cada uno una arroua de cera para la dicha coffradia y lo executen los officiales que sucedieren so la misma pena y sea sin Remission”. Esa prohibición de volvió a repetir en los mismos términos en la ordenanza 51º que fue aprobada el 22 de enero 1664, pero ampliándola al incluir “a ningún negro linbo ni mulato, aunque sean ni ayan sido exclauos y sí de hecho fueren no ualgan ni sean tenidos por tales hermanos, y el alcalde y oficiales incurran en media arroau de cera, de pena cada uno, sí los recibieren”.

 

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Hervás también nos hace saber de la existencia de testimonios relativos a cumplimiento de trámites para acreditar la limpieza de sangre los cofrades de San Lázaro (46).

De lo expuesto, es fácil deducir que quedaban excluidos de forma expresa los grupos sociales marginados de la época, como los cristianos nuevos, moriscos o esclavos, que muchas veces utilizaban el ingreso y pertenencia en una cofradía, como único medio de integración social, en la sociedad estamental en la que ocupaban el lugar más bajo.

 

6.4. Funciones religiosas

El capítulo V se refería a las festividades más importantes que celebraba, y en las antiguas reglas disponían que todos los cofrades estaban obligados a ir a la ermita a vísperas y a la misa del señor San Lázaro en sus dos fiestas: una en Cuaresma que era el Domingo de Lázaro47, y otra en la víspera de Santa María de la O, es decir el 17 de diciembre que es su fiesta principal. Asimismo, a las misas de los Apóstoles en los doce primeros domingos de cada mes, conforme al orden siguiente: San Pedro, San Andrés, Santiago el mayor, San Juan; Santo Tomás, Santiago el menor, San Felipe, San Bartolomé, San Mateo, San Simón, San Tadeo, San Pablo. En caso de falta de asistencia a estas celebraciones, estando a una distancia de u a legua de la ciudad de Trujillo48, debían pagar un cuarterón de cera.

(45) MARCIANO DE HERVÁS: “Judios y cristianos nuevos en la historia de Trujillo” Badajoz 2008, pp. 313-314.

(46) MARCIANO DE HERVÁS: “Judios y cristianos nuevos en la historia de Trujillo” Badajoz 2008, p. 314.

( 47) El Domingo de Lázaro, es el quinto domingo de Cuaresma o Domingo de Pasión o Domingo de Ramos.

(48) La legua equivale a 5572,7 metros.

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 A partir de 1634 se mantuvo todo lo anterior, pero las misas de los Apóstoles serían rezadas y las de San Lázaro y Santa Inés cantadas con diácono y subdiácono, y se daría a los hermanos velas que tendrían encendidas:

“Desde Sanctus hasta que el Sacerdote consuma el Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor Iusu Christo y hanse de dezir por el augmento y estado de nuestra Santa Fe Catolica, paz, y concordia de los Principes Christianos, y por los Señores Patrones passados, y presentes, y por los hermanos viuos, y difuntos, y bienhechores de la Cofradía, y al fin de cada Missa dira el Capellan un responso por los Señores Patrones, y hermos difuntos”.

La fiesta de Santa Inés era el 28 de enero, concurriendo en su víspera todos los oficiales y cofrades en la ermita, y tenía lugar en la siguiente forma:

“Y se se hallen presentes a las Visperas cantadas, y despues el dia de la fiesta a la Missa, que la ha de cantar nuestro Capellan con Diacono y Subdiacono, y darase a los hermanos las velas que encederan al tiempo que se canta el Euangelio, y acabado, se han de matar hasta que empiece el Sanctus Sanctus, y entonces boluerse a encender, hasta que el Sacerdote huuiere consumiso: y el hermano que faltare sin forçoso impedimiento, pague las penas referidas en la ordenança antigua, con declaracion, que la pena del quarteron de cera no se entienda con los ausentes, aunque esten dentro de una legua desta ciudad, sino con los presentes arriba a la villa, o abaxo , o en el barrio de Santo Domingo solamente: y la pena del quarteron de cera sea para la Cofradia, y assi en esta fiesta, como en la de S. Lazaro, el Mayordomo de la Ermita ha de tener cuidado de adornarla con colgaduras, lo mejor que pudiere, y ha de estas puesto el estandarte”.

 

7. INVENTARIO

 A continuación aportamos un testimonio documental muy relevante, como s el inventario de la ermita de San Lázaro, que tiene por fecha el 11 de octubre de 1783, y que sin perjuicio de que existan otros, en por el momento el más antiguo del que tenemos noticia:

Estando en la Hermita que dizen de Señor San Lazaro, Extramuros de esta Ciudad en onze dias del mes de octtubre de mill settezienttos ochentta y ocho, el Lizenziado Dn Agustin Marquez Vizioso, Abogado de los Reales Consejos Administrador nombrado de los efecttos, vienes y renttas de la 

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Cofradía de aquella, yo el Escriuano en uirtud de la Comision que se me confiere en el anttterior y hauiendo Joseph Prieto Hermitaño della y a cuio cargo estaban las llaues abierto sacristía, cajones y Lazenas que en ella ay, hize enttrega a dicho Dn Agustin de los efectos siguientes:

Primeramente un caliz Labrado a buri mui dezentte con cuchara= otro comun un ynzensario y nabetta con cuchara de plata= uinajeras y Plattillo de lo mismo= Un Misar nuebo= Otro biejo sirue diariamente= Cuatro paños de caliz de disttintos colores= Una Lampara de Platta= Tres zingulos con tres amitos finos= tres albas la una ina y las otras mas bastas= Un terno de damasco color blanco y campo uerde= una capa plubar del mismo color= un terno morado con zenefa bordada de plata compuesto de casulla y dos planetas= Otro encarnado Entero= Una capa morada= Una casulla encarnda de tapiz= una banda morada= una cortina de gassa nueba para el terno= cinco enaguettas de Su Magd y las que tiene puestas todas de telas ricas= una cortina de […] encarnada, dos bandas, una azul y otra morada de tafettan= Yd las vestiduras de las Ymagenes, mantteles de ttres alttares= Yd otro recado para la Misa= Yd unas andas, mesas y bancos que se hallan en la Hermitta= Yd ochenta y tres velas sin enzentar de tres en libra= Yd veinte y siete enzenttadas de la misma, y diferentes cabos= Yd, treze o cattorze libras mas de dicha nueba, labrada y pagada que se halla en poder de Paredes= Yd recados de dezir Missa con todos sus adornos= disttintas bolsas de corporales con ellos= en todos los cuales dichos uienes se ha dado pr entregado el menzionado Dn Agustin Marquez como tal Admor nombrado”.

 

9. CONCLUSIONES

Sin negar el fervor religioso de don Luís de Tapia y Paredes profesaba a San Lázaro, creo que al convertirse en patrono de su ermita, pretendía reflejar de forma perpetua su importancia social, utilizando los lugares que durante la Edad Moderna eran más emblemáticos, como eran los edificios religiosos de la ermita de San Lázaro y la iglesia de Santiago donde tenía su panteón familiar (49).

Este dato es muy relevante, pues pone de manifiesto como las linajudas familias trujillanas, reflejan sus prerrogativas sociales ostentando el patronato de altares, oratorios o ermitas de aquellas imágenes religiosas que gozan de gran devoción popular. De esta forma, se pone de manifiesto como la religiosidad expresa la apropiación simbólica del suelo por parte de la nobleza local, que proclama de esta forma su

(49) TENA FERNÁNDEZ, J.: “Trujillo histórico y monumental” Salamanca 1988, p. 376.

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 poder económico y social. Pero no solo es simbólica, pues como hemos visto este patronato quedaba agregado a su mayorazgo (50), siendo una más de las muchas propiedades de las que estaba formado.

De igual forma, hemos visto como conforme a la condición tercera del contrato de patronato, en todas las juntas y reuniones de la cofradía, tanto ordinarias como extraordinarias, ocuparán el lugar más preferente o importante, con lo que se reitera de forma pública el mantenimiento en los actos religiosos, del tejido social jerarquizado del Antiguo Régimen.

(50) El mayorazgo es una institución jurídica del Antiguo Régimen, que tenía por objeto evitar la prodigalidad de la nobleza. Lo podemos definir como un tipo de propiedad vinculada caracterizada en que un conjunto de bienes se convertían en unidades inalienables e indivisibles, que se transmitían de generación en generación. Como estamos viendo, esta masa patrimonial no se limitaba a bienes rústicos y urbanos, pues incluía cualquier tipo de propiedad, como el caso del patronato sobre la ermita de San Lázaro.

Dic 132013
 

…de la Guerra de la Independencia en Extremadura, 1808-1812.
Álvaro Meléndez Teodoro.

1. A MODO DE INTRODUCCIÓN

 El presente trabajo no pretende ir más allá de un mero ejercicio de recopilación y ordenación cronológica de los acontecimientos que conformaron la epopeya extremeña en la Guerra de la Independencia.

Lógico es significar que usar el término cronología es una pretensión vana, si tenemos en cuenta la cantidad de eventos a recoger y, además, el espacio al que debe reducirse esta comunicación.

Para la elaboración del presente escrito se ha partido de los Historiales de las diversas Unidades militares que tomaron parte en la campaña. Las Unidades militares deben recoger, al menos así se disponía en los reglamentos, todas las vicisitudes cotidianas para elaborar los preceptivos informes.

Los agobios de la campaña en Extremadura, los altibajos en los resultados de las operaciones, las derrotas estrepitosas y sangrientas en que se vieron envueltas, los movimientos continuos en persecución o huida y, en fin, los desastres todos de la guerra hacen que estos historiales hayan desaparecido en su mayoría, sean muy incompletos o, no es improbable, simplemente se encuentren traspapelados en algún perdido Archivo pendiente de la adecuada investigación.

Otro fondo muy interesante, y poco explorado en este tema, pueden ser los Archivos locales y regionales, como el Histórico Provincial de Badajoz. De reciente aparición es el libro del profesor doctor don José Sarmiento sobre la Junta Suprema de Extremadura, tema que no se había tocado, prácticamente desde los tiempos de don Román Gómez Villafranca allá por los eventos del I Centenario y por las fechas en que se redactan estas líneas comienzan a publicarse algunos trabajos más locales enmarcados en el “Premio José María Calatrava”.

He podido consultar, que no estudiar en profundidad, las dos obras fundamentales que sobre el aspecto militar de esta campaña se han publicado: la del general Gómez de Arteche, de la segunda mitad del siglo XIX, redactada a la vista de documentos originales, y la del Servicio Histórico Militar, dirigida por don Juan Priego López, de los años sesenta del pasado siglo, recientemente reeditada y corregida. Ambas son, al día de hoy, las obras que más se han ocupado de Extremadura durante la Guerra de la Independencia. Si, es cierto, en Extremadura, principalmente en su Universidad, se han desarrollado numerosos estudios sobre la sociedad, la economía y la política de la época, pero no s han llevado a cabo estudios en profundidad sobre el factor bélico-militar, lo que tratándose de una Guerra es, cuando menos, curioso.

No debemos olvidar, como fuente documental interesante, los trabajos publicados generalmente en prensa, en algunos momentos puntuales: el homenaje al General Menacho, muerto en la defensa de Badajoz en 1811, que se llevó a cabo en esta ciudad en 1893, los actos y convocatorias del I Centenario, de los que no podemos dejar citar los trabajos redactados para la Revista Archivo Extremeño o Extremadura y los premios convocados en 1811, I Centenario de la batalla de La Albuera, por el Ateneo de Badajoz.

El presente trabajo es ligero y eveneméntico. No pretende presentar un análisis de los hechos sino meramente su encuadre. En primer lugar, y casi único, porque los conocimientos del que escribe no alcanzan para afrontar tan compleja tarea, necesitada de un equipo multidisciplinar adecuadamente formado, preparado y dotado y además porque mi humilde objetivo es llevar estos “apuntes” a los historiadores e investigadores locales para que puedan investigar o enmarcar adecuadamente documentación localista o, simplemente, apuntarles acontecimientos desarrollados en sus pueblos.

A lo largo de la documentación y escritos estudiados hay una cosa que se ve muy clara: ningún pueblo de Extremadura se vio libre de esta terrible campaña. Si no fueron acontecimientos bélicos directos, batallas, encuentros, acciones diversas, fueron indirectos, represalias, saqueos, impuestos, alistamientos o requisas. En todos ellos hay materia para el estudio.

De muchos de ellos, y así aparecen en el texto, apenas nos ha llegado el eco de una referencia en un Historial de Regimiento o en una Hoja de Servicio de alguno de los protagonistas. Sería muy interesante saber que conocimiento hay en cada localidad de lo expuesto en el presente trabajo y me refiero, claro es, a las localidades menos conocidas, ya que en otras los acontecimientos ha sido, y están siendo, adecuadamente estudiados: batallas de Medellín, Albuera y Arroyomolinos, sitios de Badajoz y un muy corto etcétera. Por el momento.

2. AÑO 1808

 Mayo

2.- Levantamiento en Madrid. En la tarde de este día don Juan Pérez Villamil redacta el parte que firman los alcaldes de Móstoles, Andrés Torrejón y Simón Hernández, alertando al resto de España de los acontecimientos. Pedro Serrano, postillón andaluz, se ofrece a llevarlo a Extremadura y Andalucía. Sale a las siete de la tarde.

3.- En la mañana de este día alcanza Casas de Miravete y las autoridades lo remiten a las localidades limítrofes. El Corregidor de Trujillo, don Antonio Martín Rivas, alerta a 82 pueblos de su partido, mandando alistar hombres, armas y caballos preparados para emprender la marcha a Madrid.

4.- En la madrugada de este día el parte de los alcaldes de Mostoles llega a Mérida. El alcalde, Ciro Meneses Camacho, lo hace llegar a Badajoz, Almendralejo, Fregenal y Jerez de los Caballeros.

5.- El Capitán general interino, Mariscal de campo Toribio Gragera de Vargas, Conde de Torre del Fresno, redacta una proclama antifrancesa.(1).  Se considera la primera que una alta autoridad del estado emite contra los responsables de los sucesos madrileños y envía avisos de lo acontecido en Madrid al General Carrafa, Capitán general titular, que se hallaba en Lisboa en apoyo de las tropas del Mariscal Junot. El parte llega a Fregenal de la Sierra y las autoridades lo trasmiten a Higuera la Real, que a su vez lo pasará a Cumbre de San Bartolomé.

Ya desde estos primeros momentos hay en marcha una conspiración para acometer un levantamiento general. Son acontecimientos aún no suficientement estudiados y en los que participarán distinguidas personalidades civiles y militares, al igual que ocurría en otros puntos de Españas. Al parecer, para Extremadura, estaba previsto en los primeros días de junio.

6.- El bando de Móstoles llega a Guareña, procedente de Trujillo.

23.- Lunes. Tumulto popular en Badajoz, aplacado por el obispo y cabildo catedral, sin consecuencias

 (1) …Aunque las noticias no son del todo auténticas, deben ser suficientes para que los buenos españoles se armen y se dispongan a defender la Patria…Que todo ello se ejecute con la brevedad del rayo, para que el enemigo se convenza de que los españoles jamás conocen peligros cuando es preciso salvar y vengar al Rey, la Religión y la Patria…

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 24.- El obispo de Badajoz, Mateo Delgado y Moreno, designa al párroco de Talavera la Real, José Antonio Gallego, para que le represente en el Congreso de Bayona2, convocado por Napoleón para el 15 de junio.

25.- El Ayuntamiento de Badajoz designa para el antecitado Congreso a don Juan de Morales Guzmán, como éste se excusa por su avanzada edad se nombra a don Félix Ovalle.

29.- El Conde de Torre del Fresno recibe noticias de Sevilla informando de la constitución de una Junta de Gobierno y solicitando su apoyo. Torre del Fresno convoca una Junta de Autoridades para el día siguiente a fin de tomar postura (3).

30.- Un nuevo levantamiento popular en Badajoz, justificado en no haber disparado las salvas de ordenanza en la onomástica del Rey Fernando y en un supuesto “afrancesamiento” del Capitán general interino, concluye con el asalto a su palacio y la muerte de éste que había intentado refugiarse en el cuerpo de guardia de la Puerta de las Palmas.

Ese mismo día se reúnen las “fuerzas vivas” de la plaza para constituir la Junta Suprema de Extremadura. El General Galluzo es nombrado Presidente de la misma y Capitán general de la Provincia de Extremadura (4).

En Elvas, el General francés Kellerman5 se disponía a moverse contra Badajoz cuando recibe la orden de trasladarse a Lisboa, dejando una corta guarnición en la plaza, ante la amenaza de un desembarco inglés y en medio de la insurrección y fuga de las tropas españolas.

 Junio

3.- La primera providencia del Capitán general Galluzo es ordenar un alistamiento general, que será reiterado en 27 de junio y 11 de julio, con un cupo asignado a cada pueblo.

(2) Convocado para dar forma a una Constitución, Carta o Estatuto de Bayona, que legitimara la abdicación de Carlos IV en Napoleón.

(3) En su residencia de la Plaza de las Descalzas en Badajoz, luego Palacio de Capitanía General.

(4) De esta primera Junta formaban parte, entre otros, el obispo de Badajoz Mateo Delgado Moreno, el Brigadier Juan Gregorio Mancio, el Auditor de Guerra Gonzalo Hurtado Valdovinos, el Oidor de la Audiencia de Extremadura Francisco Carbonell del Rosal, el Canónigo de la Catedral de Coria Mateo Fernández de la Jara y el Subdelegado de Rentas de Trujillo José Tamayo y Vélez.

(5) Kellerman había entrado con el Mariscal Junot en el año anterior y era el mando militar del Alentejo. Desagradablemente sorprendido con la deserción de las tropas españolas que le auxiliaban, que mayoritariamente se refugiaron en Badajoz, decidió emprender una acción de castigo, con la finalidad, posiblemente, de hacerse con el control del puente de la ciudad, una importante vía de comunicación.

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 7.- Entre las primeras disposiciones de la Junta Suprema destaca la de levantar un Ejército, para ello se aumentarán y dotarán las Unidades existentes, se reorganizarán aquellas que van llegando, huidas, de Madrid o Portugal, y se levantarán Unidades propias extremeñas, aprovechando las buenas disposiciones mostradas por el pueblo y las autoridades en toda la región: Regimiento de Infantería de Línea 1º de Badajoz, Batallón Real de Zapadores y Minadores de Extremadura, Regimiento de Infantería Ligera Voluntarios de Plasencia, Regimiento de Infantería Voluntarios de Trujillo, 4º Batallón de Reales Guardias Walonas, Batallón de Cazadores de Llerena, “el leal”, Tiradores de Mérida, Voluntarios de Valencia y Alburquerque, Batallón de Infantería Cazadores de Alcántara, Batallón de Infantería Cazadores de Zafra, Batallón de Infantería Cazadores de la Serena, Tiradores de Badajoz, Partida de Caballería de Cáceres, Regimiento de Caballería Cazadores de Alcántara, Regimiento de Húsares de Extremadura y otros más que seguirán formándose posteriormente.

8.- Motín popular en Plasencia con detención de varios vecinos acusados de afrancesados o colaboracionistas.

9.- En Plasencia un nuevo motín acaba con el linchamiento de Jerónimo Baena.

11.- Aparece en documentos la primera referencia a la constitución de la Junta de Plasencia, entre sus componentes figura el general Antonio Vicente de Arce, como vicepresidente, y el Brigadier Vicente Vargas Laguna como vocal.

13.- En Plasencia son asesinados por la turbamulta Antonio Moreno e Isidro Clemente, detenidos el pasado día 8.

17.- Se publica, con el auspicio de la Junta Suprema, el primer número del “Diario de Badajoz”.

23.- Se aprueba el “Reglamento para gobierno de la Suprema Junta de esta Provincia”(6).

La insurrección es general en España y Portugal, Junot, mando supremo francés en Portugal, debe mover sus guarniciones constantemente para sofocar múltiples levantamientos populares y contrarrestar una posible amenaza inglesa por mar.

Julio

A lo largo de este mes recibirá su bautismo de fuego el Ejército de Extremadura. La región portuguesa del Alentejo, al mando del General Francisco de Paula Leite, se levanta tras la marcha de Kellerman y

(6) Redactado por Martín de Garay, Felix Ovalle y el Provisor de la diócesis de Badajoz Gabriel Rafael Blázquez Prieto.

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 ayudados por fuerzas dele jército de Extremadura, atacan a la guarnición de Elvas.

De Extremadura sale, en apoyo de la Junta alentejana, el Coronel Federico Moretti con unos 1.200 hombres de Húsares de María Luisa, granaderos provinciales, una llamada Legión Extranjera, formada en Juromeña con desertores portugueses y armados por los españoles, y alguna tropa de artillería.

23.- El Mariscal Junot dispone que el General Loisón avance contra Évora para sofocar la rebelión lusa en el Alentejo.

29.- Loisón alcanza Évora y, para su sorpresa, encuentra a las fuerzas insurrectas del Coronel Moretti y el General portugués Leite formadas para batalla campal, en número de unos 3 ó 4.000 hombres, mal instruidos y peor armados, que habrán de hacer frente a 7.000 experimentados franceses. El combate es rápido y feroz. Las fuerzas aliadas son desechas al primer intento y se retiran para intentar desesperadamente defenderse en la ciudad, que es asaltada sobre la marcha aqueada y sus defensores, casi todos, aniquilados sin cuartel.

 Agosto

 1.- El General francés Loisón sale de Évora para Elvas dispersando a su paso las partidas que cercaban la plaza. Nombra Gobernador de la misma al Comandante Girod de Novillars.

Comienza a desembarcar en la bahía del Mondego la expedición británica que ha de ponerse a las órdenes de Sir Hew Dalrymple.

4.- El General Loisón se dispone a atacar Badajoz pero recibe órdenes de retornar a Abrantes ante el desembarco de ingleses en Portugal.

17.- Combate de Roliça entre británicos y franceses. Los franceses han de ceder sus posiciones pero causan muchas bajas a sus rivales.

21.- Batalla de Vimieiro en la que los británicos derrotan a los franceses pero no rematan la acción permitiendo su retirada y reorganización. Poco después entrarán en conversaciones que finalizarán en la firma de un acuerdo de suspensión de hostilidades.

30.- Se firma el Convenio de Çintra, entre británicos y franceses, con la oposición de portugueses y españoles que ni siquiera fueron consultados, que permite la total evacuación de Portugal, con armas y bagajes, del Ejército francés del Mariscal Junot.

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 Septiembre

 Enterados los españoles y los insurrectos alentejanos de los acuerdos de Çintra, manifiestan su disgusto y oposición. Aprovechando la ocasión el General Galluzo decide tomar Elvas.

7.- Al mando del Mariscal de campo José de Arce, fuerzas españolas del Ejército de Extremadura atacan la plaza de Elvas y sitian a la guarnición francesa. El Comandante francés, Girod de Novilars, se atrinchera con sus 1.400 hombres en el Fuerte de Lippe, actual Fuerte de Graça. Al norte de la plaza. El sitio durará hasta el día 20. Toman parte, entre otros, el Regimiento de Infantería Badajoz y los Regimientos de Caballería 1º y 2º de Húsares de Extremadura.

8.- El General Gregorio Laguna (7) es comisionado por la Junta Suprema para dirigirse a Lisboa y organizar una División con la tropa española que allí había sido liberada por los británicos, que además habría de proporcionarle armamento y dinero para reforzar el Ejército de Extremadura. Cumplida la misión, el General Laguna será destinado, con toda la tropa y su material, a Cataluña según órdenes de la Junta Central.

20.- En estas fechas aparecen en Elvas las tropas británicas que, de acuerdo al Convenio de Çintra, han de hacerse cargo de la plaza y escoltar a las francesas que deben embarcar en Lisboa.

25.- El General Galluzo firma un “estadillo” de formación en el que se señala que el Ejército de Extremadura cuenta en sus filas con 6.020 hombres de Infantería de Línea, 5.050 de Infantería Ligera, 1.150 de Caballería, con 1.076 caballos, 500 hombres de Artillería a pie y 184 de Artillería a caballo, con 136 caballos. En total 12.904 soldados y 1.212 caballos (8).

En este día queda constituida la Junta Central Suprema Gubernativa del Reino, instalada el Palacio Real de Aranjuez, contará con dos representantes de la extremeña: el Intendente Martín de Garay y el tesorero del Ejército de Extremadura Félix Ovalle.

30.- La Junta Suprema Central, Conde de Floridablanca, ordena a la de Extremadura aprestar su Ejército y moverlo a Castilla.

 Octubre

4.- El Teniente Jacinto Ruiz Mendoza, herido en la defensa del parque de Monteleón el 2 de mayo, presenta instancia a la Junta Suprema solicitando el Escudo de distinción a los fugados de Portugal

(7) Será nombrado Capitán general de Extremadura tras la guerra..

(8) En la época al hablar de “caballos” hay que entender “soldados de caballería”.

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 e incorporados al Ejército de Extremadura. La Junta contesta el mismo día de forma elogiosa concediendo el Escudo pero …le señala la misma Suprema Junta otro nuevo Escudo de distinción como premio del valor, del qual deverá usar antes de aquel. Este escudo será una Corona de Laurel y en la circunferencia dirá: Por Ferndº 7º y la defensa del Parque de Artª el día dos de Mayo de 1808…

 7.- El Ejército de Extremadura al completo, mandado por el General Galluzo, inicia su marcha hacia Madrid. Quedan encargados de reorganizar las reservas y nuevas Unidades el Marqués de Monsalud y el General Antonio de Arce.

18.- El Ejército de Extremadura alcanza Madrid. Galluzo será relevado del mando, al señalar carencias en el equipamiento e instrucción, que se le dará al inexperto Conde de Belvedere.

30.- El Gobernador de la plaza de Alcántara, Fernando de Manuel Villena, avisa al ayuntamiento de Zarza la Mayor la llegada en los próximos días de fuerzas expedicionaria británicas a las que deben acoger y suministrar.

Éste mismo día llegan también a Badajoz para marchar por el Camino Real a Madrid.

Noviembre

2.- Fuerzas británicas procedentes de Badajoz llegan a Talavera la Real, cuyo Ayuntamiento ha de pedir fondos para abonar los suministros que debe proporcionarles.

10.- Belveder con parte del Ejército de Extremadura, no esperó a tenerlo todo reunido y desplegado, planta batalla en Gamonal, inmediaciones de Burgos. La derrota de los españoles es aplastante y la ciudad de Burgos es saqueada. Tras la huida de Belveder el mando de los restos se le entrega al General José de Heredia,

 Diciembre

Las derrotas de Gamonal y Somosierra abren las puertas de Madrid a Napoleón. Los restos del Ejército de Extremadura, reagrupados en Talavera de la Reina, provocan un motín en el que resulta asesinado el General Benito San Juan y en el que toma parte el Regimiento de Húsares de Exttremadura. Galluzo  vuelve a tomar el mando e intentará cerrar los pasos del Tajo: Puente del Arzobispo del Conde, de Almaraz y del Cardenal. Fuerzas inferiores, desorganizadas y una mala dirección, no impedirán el paso de los franceses. El General Galluzo hace volar el puente de Almaraz9 y se retira hacia el sur. La Junta

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 Suprema le retira el mando y le abrirá una causa.

2.- La Junta Central, ante la ocupación de Madrid por los franceses, decide trasladarse a Extremadura, camino de Sevilla.

9.- La Junta Central está establecida en Trujillo, donde en esta fecha, y dado el desbarajuste introducido en las fuerzas españolas tras las derrotas de Gamonal, Espinosa de los Monteros, Somosierra y la cupación de Madrid, autoriza a todo Jefe militar de localidad o Ayuntamiento de la misma a imponer la pena máxima a desertores.

10.- Ante la aparición en las fronteras de Extremadura de partidas francesas la Junta Central decide continuar viaje a Sevilla y pide dinero para ello.

11.- El obispo de Plasencia, don Juan Francisco Marco y don Francisco de Sales Andrés proporcionan a la Junta Central 90.000 reales para su traslado. Ese mismo día emprenden la marcha.

En Fuente de Cantos un alboroto popular tilda de traidor al presbítero Juan José Fernández y asalta su casa tratando de matarlo.

12.- La Junta Central alcanza Miajadas.

13.- La Junta Central alcanza Mérida, donde la Junta Suprema extremeña pide a su Presidente, Floridablanca, que el General Cuesta, que marchaba en calidad de arrestado por desavenencias con la Central, pase a mandar el Ejército y la Capitanía de Extremadura.

Combates en defensa del puente de Almaraz, General Galluzo. Regimiento de Infantería Jaén, Regimiento de Infantería Voluntarios de Trujillo, Regimiento de Infantería Mallorca y Guardias Españolas de Infantería, entre otras.

16.- Nueva algarada callejera en Badajoz que termina en el asesinato de cinco personas: dos presos franceses, un colaboracionista portugués al que llaman Vasconcelos, el coronel Tiburcio Carcelén10 y el afrancesado Antonio Noriega de Bada (11), son linchados en su prisión de Puerta de Palmas. La tensa situación impone la creación de un tribunal militar, presidido por el Teniente

(9) No sería adecuadamente reconstruido hasta 1845.

(10) El Coronel Tiburcio Carcelén mandaba el Batallón I de la División 2 de Granaderos Provinciales de Castilla la Nueva, que había operado a las órdenes del General Carrafa en Lisboa, cuando la invasión de Junot. Se le había sustanciado causa por no haberse fugado de los franceses en junio, a pesar de habersele avisado por la Junta de Extremadura. Al parecer en la fecha en que fue asesinado la causa llegaba a su fin y podría salir con una sanción muy baja o libre de culpa.

(11) Político asturiano, adepto a Godoy y colaboracionista con el Rey José. Había sido Diputado en Cortes y Tesorero Real, su casa fue saqueada tras el motín de Aranjuez y él encarcelado, quedó y libre y fue detenido por una patrulla enviada por la Junta de Extremadura en julio. En octubre el Consejo de Castilla le exoneró de toda culpa y él se había dirigido en diversas ocasiones a la Junta Suprema pidiendo su puesta en libertad. Amigo y colaborador de Jovellanos, había sido retratado por Goya.

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coronel Mariano Ricafort, para calmar los ánimos. Son detenidos, y serán juzgados, varios de los responsables.

23.- Combates en el Puente de Almaraz. Toma parte el Regimiento de Infantería Badajoz.

24.- Encuentros armados en Valdelacasa en los que combate el Regimiento de Caballería Montesa.

25.- Combate en Trujillo en el que participará el Regimiento de Infantería Badajoz.

26.- Combates en el entorno del Puente de Almaraz en los que interviene el Regimiento de Caballería Montesa.

27.- La Junta Suprema pasa una circular a todas las localidades ordenando que se formen partidas con los cazadores y conocedores de la zona para incomodar al invasor.

Algarada popular en Usagre en la que mueren el Alcalde mayor y el padre del párroco.

28.- Los franceses pasan el Tiétar por La Bazagona y se dirigen a Plasencia donde montan el Cuartel general. Alrededor de 1.000 hombres de Caballería se establecen en Galisteo, desde donde ocupan Aldehuela, Carcaboso, Valdeobispo, Montehermoso, Mirabel y Torrejoncillo.

La Junta Central y Gubernativa del Reino aprueba el “Reglamento de Partidas y Cuadrillas” (Gazeta del 3 de febrero de 1809).

 3. AÑO 1809

Enero

1.- Alborotos populares en Santa Marta de los Barros con motivo de la elección de cargos concejiles.

Los franceses salen de Galisteo, Plasencia y Montehermoso en dirección al puerto de Baños.

19.- Combate de Deleitosa. Interviene el Regimiento de Infantería Badajoz. Los franceses entran en Trujillo. El General Foy monta su Cuartel general en el Palacio del marqués de San Miguel.

25.- Los franceses salen de Trujillo.

28.- Combates en el puente de Almaraz que es recuperado por los españoles. El General Henestrosa, Jefe de la Vanguardia del Ejército de Extremadur reorganizado a toda prisa por el General Cuesta, lleva el peso de la acción y es felicitado por la Junta Suprema que le obsequia

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 con un anteojo (catalejo). Toma parte el Regimiento de Caballería Montesa

Febrero

18, 19.- Los franceses saquean el Monasterio de Guadalupe.

20.- Combate de Valdelacasa.

26.- Combate de Jaraicejo donde interviene el Regimiento de Caballería del Infante.

Marzo

 La reacción de la Junta Suprema aprestando fondos y alistados al General Cuesta propicia una reacción inmediata que logra recuperar el terreno “perdido” por el General Galluzo, Por una momento parece que se ha expulsado a los franceses de nuestra región, pero se ha logrado rechazar a los elementos de exploración, En marzo comienza la ocupación, que culminará en la batalla de Medellín y el dominio francés de casi toda la ruta a Sevilla.

10.- Combate en el paso del río Ibor en él toma parte el Regimiento de Infantería Badajoz.

12.- Combates en el Tiétar en los que toma parte el Regimiento de Infantería Madrid.

13.- Fallece en Trujillo, donde será enterrado al día siguiente, el Teniente Ruiz Mendoza, “el tercer hombre del 2 de mayo” (12).

15.- Por un informe de este día, del Intendente interino del Ejército, conocemos los Hospitales militares establecidos: Badajoz, Alcántara, Cáceres, Llerena, Mérida Olivenza, Plasencia, Villanueva de la Serena y Trujillo.

Los franceses, con alrededor de 26.00 hombres, inician la ocupación de Extremadura por la zona del Puente del Arzobispo, en dirección al de Almaraz.

16,17.- Combates de Mesas de Ibor. Victoria y ocupación francesa. Combatirán el Regimiento de Infantería Badajoz. y el de Caballería del Infante. El Mariscal Víctor vence al Duque del Parque.

17.- Combate de Fresneda o Fresnedoso. Victoria francesa.

(12) Fue enterrado en la Iglesia de San Martín y en 1909 trasladados sus restos a Madrid. En la Sala del Estandarte del Regimiento de Infantería Castilla, en Badajoz, se conserva una pequeña urna de plata con restos de la tierra que cubrió su tumba, recuerdo de la escolta de honor que formaron en el traslado.

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 18.- Combate de los Callejones (Trujillo), Regimiento de Caballería del Infante y ataques al puerto de Miravete que han de desalojar los españoles el 19.

19.- El Cuartel general del General Cuesta se establece en Puerto de Santa Cruz.

21.- Combate de Miajadas. Victoria española sobre los franceses del 10º de Cazadores. Regimientos de Caballería del Infante y de Almansa. El general Henestrosa vence a Subervie y Bordesoulle.

29.- Batalla de Medellín. El Mariscal Víctor vence al General Gregorio de la Cuesta. Bien posicionados los españoles, en un primer momento, logran “encerrar” a las fuerzas francesas al sur del puente de Medellín. Los españoles, para su desgracia, formaron en una sola línea que cerró sobre el invasor que retrocedía sobre Medellín. Solo hizo falta que la caballería enemiga aprovechara el hueco dejado en uno de los flancos por la caballería española, que huyó de forma inexplicable, para logar romper el despliegue y envolver. En aquella llanura entre Don Benito y Mengabril más de 8.000 españoles fueron muertos por los franceses que no dieron cuartel. Nuevamente el Ejército de Extremadura era deshecho de un solo golpe.

Abril

 1.- En esta fecha la Junta Central, Real Alcázar de Sevilla, comunica a la de Extremadura la concesión de premios a los combatientes de Medellín: Cuesta obtendrá el grado de capitán general, los oficiales distinguidos obtendrán un grado, los Cuerpos distinguidos serán recompensados con un escudo de distinción y doble paga; los familiares de los muertos con las pensiones correspondientes  (13).

2.- El teniente general Arthur Wellesley es nombrado Jefe del Ejército expedicionario británico a Portugal.

3.- La Junta Suprema dispone a petición del Coronel Lope de Mesa la creación del Batallón de Reunión, con las partidas, dispersos y alistados que van concentrándose en Badajoz ante el avance francés.

5.- Ante la posible amenaza francesa se da la orden de evacuar , las tropas, la plaza de Olivenza y clavar la artillería. Ante el abandono manifiesto por parte de la Junta Suprema se suceden los alborotos populares y ataques a propiedades que se mantendrán hasta el día 16.

(13) Puede parecer paradójico, pero esta conducta de premiar a los combatientes incluso en las derrotas, que se mantendrá a lo largo de toda la campaña, redundará en los beneficios que supone mantener alta la moral y la capacidad de reaccionar y volver a rteorganizarse. Así, por ejemplo, tras la batalla de Medellín los restos se reorganizan en la zona de Monesterio y el 20 de abril ya hay Cuerpos dotados al completo de personal, que reaccionarán eficazmente y en julio, ayudados por los británicos, combatirán y vencerán en Talavera de la Reina.

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 6.- Los franceses ocupan sin resistencia Alcántara, abandonarán ese mismo día la plaza ante la posible llegada de fuerzas aliadas.

9.- El Batallón de Reunión, formado en esta fecha por 1 capitán, Miguel Méndez, 3 tenientes, Matías Chaparro, Antonio Izcar y José Zacares, 5 subtenientes, Santiago Gómez, José Campanón, Bernabé Santibañez, Juan Manuel Suero y Francisco Vigil de Quiñones, 12 sargentos, 1 tambor y 424 entre soldados y cabos es destacado a la plaza de Alcántara.

12.- Los franceses, en número de 7.000, ocupan la plaza de Alcántara, con leve resistencia del vecindario que apenas ha recibido refuerzos.

18.- La Real Audiencia de Extremadura se establece en Aliseda, donde permanecerá hasta el 30 de octubre.

20.- La Junta Suprema dispone …que los Cuerpos de paisanos para alarma general de toda la Provincia usen la Bandera negra con la Cruz roja y todas las disposiciones de las Cruzadas observadas en Europa contra los infieles y herejes… Será comisionado para esta organización don Juan Hernández.

22.- Wellesley desembarca en Lisboa. La Junta Suprema comisiona a don José Gallego y al Brigadier Federico Moretti.

25.- Don Juan Hernández, organizador de los Cuerpos de Cruzada, tiene establecido su puesto de mando en la plaza de Alburquerque. En este día recibe un mensaje del General francés Burgoigne, desde Casas de Don Antonio, reclamando 720 raciones de pan, la respuesta fue de los alburquerqueños fue…que estaban deseando dárselas con las bocas de los cañones…

 26.- La Junta Central aprueba las disposiciones de levantar Cruzada contra los franceses tomada por la Junta de Extremadura y anima a que se extienda en lo posible esta iniciativa. Combate de Villar del Rey. A las once de la noche del día 25 se presenta en dicha villa una partida francesa para recoger impuestos y provisiones, individuos de la población, capitaneados por el párroco don Francisco Sáez Valero, les hacen frente y causan algunas bajas …un sargento que hemos tirado a un regato para que se lo coman las fieras…

 27.- Los comisionados de la Junta Suprema presentan al Alto Mando aliado en Lisboa, General Arthur Wellesley, un plan de acción y necesidades de apoyo por parte de los británicos y portugueses. Wellesley responderá, en escrito del día 28, en el que expone la situación de sus fuerzas y no se compromete a nada hasta establecer contacto con el General Cuesta.

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 Mayo

2.- Segunda acción de Villar del Rey. En represalia a los ataques del día 26 una fuerte partida francesa se presenta en la localidad. Se planta batalla por los españoles, mandados por don Juan Hernández y el Brigadier Sociats, que son severamente derrotados. En la acción intervienen elementos de los Regimientos de Infantería Badajoz y Madrid.

Los franceses tienen en Fuente del Maestre 1.500 hombres de infantería y caballería con 2 obuses y 2 cañones de montaña; en Aceuchal 600 de caballería, en Villalba 90 de caballería …en un cañaveral que hay detrás del castillo… En anta Marta de 300 a 400 …dentro del pueblo y en unos olivares detrás de la Iglesia…En Almendralejo de 400 a 500 de infantería y 90 a 100 de caballería; en Mérida de 1.600 a 2.000 hombres…

3.- La Junta local de Mérida rinde pleitesía al Rey José, a quien dirigen en esta fecha una exposición de sumisión.

6.- Según parte del Marqués de Monsalud, desde su Cuartel general en Nogales, la villa de Feria se niega a pagar tributo a los franceses y pretende presentar resistencia si vuelven. Para ello han desenterrado un viejo cañón de hierro, del que solo disponen de cuatro disparos, y lo han montado sobre unas maderas a modo de cureña.

10.- Combate de Santa Marta. El marqués de Monsalud dirige tres pequeñas columnas, desde Nogales, contra esta localidad. En sus proximidades se traba combate en la tarde del día 7. Las fuerzas españolas la formaban algunos Húsares del 2º Regimiento de Extremadura, una compañía de Dragones 14 de Cáceres, Comandante Ventura Correges; otra de Cazadores de Zafra, Comandant José Álvarez; una partida montada de Escopeteros de la Cruzada, Teniente coronel José Berrio; y Lanceros.

Las columnas estaban mandadas por el Vocal de la Junta Suprema Juan Diego Pacheco, el Teniente coronel Santiago Porta y el Teniente coronel Antonio Díaz Ceballos. Las bajas atribuidas a los franceses hablan de 1 sargento y 8 dragones muertos y 1 sargento y 9 dragones heridos. Por parte española se reconocen 2 heridos y el Cadete, de Dragones de Cáceres, Antonio Mercado, que quedó prisionero.

12.- Los franceses desalojan todas las localidades ocupadas en la comarca de los Barros y se concentran en Mérida a fin de reorganizar sus fuerzas. En esta zona sostienen encuentros con elementos de los Regimientos de Infantería Badajoz y Madrid.

(14) Los Dragones son fuerzas de Caballería cuyo armamento e instrucción les permite combatir a pie, si es necesario. Son empleadas generalmente en misiones de vigilancia y control.

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 Combate de Brozas. Intervienen el Regimiento de Caballería nº 11 y la Leal Legión Lusitana de Portugal.

13.- Alcántara que, tras la ocupación francesa del pasado 12, había quedado prácticamente abandonada de sus vecinos, esquilmados primero por los franceses y pocos días después por las fuerzas aliadas que llegaron en su “ayuda”, es de nuevo sitiada por los invasores. En esta ocasión dirige la resistencia el Brigadie británico William Mayne que combatió toda esta jornada y la del 14, ayudado por las Milicias urbanas de la plaza. Tras su retirada en la tarde del 14 los franceses saquean la ciudad y causan numerosos daños en vidas y propiedades.

14.- Primer combate del Puente de Alcántara. Víctor se enfrenta a Mayne que manda tropas portuguesas. Interviene la Leal Legión Lusitana, portuguesa. Retirada de los aliados.

Bando emitido en Alburquerque, por el Brigadier Sociats y el Corregidor Modesto Galván, a fin de impedir la fuga de los vecinos ante la amenaza francesa de ocupar la plaza.

16.- Combate y ocupación, por los franceses del General Casagne, de Valencia de Alcántara. La Junta Suprema ordenó que se publicasen en el “Diario de Badajoz” los nombres de los clérigos distinguidos en la defensa de la plaza: Alvaro Higuero, Fernando Valverde, Diego Matos Granados, Matías Lozano, Juan Barriga, Simón Ganchoso, Fray Román de San Vicente, Fray Pedro de Brozas, y Fray Juan de San Antonio.

19.- Son ahorcados en Badajoz cinco de los responsables de los alborotos del pasado 16 de diciembre: Jacobo Perraso, Juan Maldonado, Francisco Ciriaco, Francisco López y Ramón Gómez.

22.- Convocatoria a Cortes por la Junta Central del Reino.

 Junio

 10.- Segundo combate del Puente de Alcántara. Intervienen la Leal Legión Lusitana, el Regimiento de Cazadores nº 5 y los Regimientos de Infantería nº 8, 6 y 18, de Portugal. El General Mayne ante su incompetencia para frenar la ofensiva francesa ordena volar el puente romano (15).

(15) No sería reconstruido definitivamente hasta 1862.

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 Julio

3.- El General Wellesley entra en España por Zarza la Mayor.

10.- La Junta Suprema de Extremadura acuerda pedir opinión, a Instituciones y personas destacadas de la provincia, acerca de las cuestiones relativas a la convocatoria de Cortes.

27.- Batalla de Talavera de la Reina, que finalizará al día siguiente. El General Cuesta manda las fuerzas de Extremadura. Aunque la victoria puede señalarse claramente a favor de los aliados, el exceso de prudencia de estos hace que no se explote el éxito adecuadamente persiguiendo y causando más daño al Ejército francés del Centro.

 Agosto

 1.- A fin de contrarrestar los efectos de la batalla de Talavera, y con la intención de cortar el retorno a sus bases portuguesas del Ejército aliado, las fuerzas francesas del Mariscal Soult penetran por el norte de Cáceres. En este día ocupan Plasencia, donde montarán el Cuartel general.

Los desmanes, exigencias y represalias francesas serán terribles en los pueblos de esta comarca. Entre otros varios Serradilla y Casatejada serán arrasados, saqueados y quemados. Wellesley, en adelante vizconde de Wellington por su victoria en Talavera,se repliega por la izquierda del Tajo en dirección a Badajoz. El paso de las fuerzas británicas por Extremadura, su aprovisionamiento y manutención, será el remate aciago para esta pobre región totalmente despojada de recursos.

12.- Presenta su dimisión el Capitán general de Extremadura, Gregorio García de la Cuesta.

Los franceses incendian el Monasterio de Guadalupe, desaparecen los Archivos, las provisiones de primera necesidad y casi todas las edificaciones.

29.- Es asesinado en Hoyos el obispo de Coria don Juan Álvarez de Castro.

 Septiembre

15.- El General Francisco de Eguía, ahora Jefe del Ejército de Extremadura,

sale con su Cuartel general de Trujillo en dirección a Miajadas.

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 Octubre

1.- Soult desaloja Plasencia y las fuerzas ocupantes se retiran a Castilla.

Noviembre

 6.- El Duque de Alburquerque toma el mando, en Deleitosa, del llamado Ejército del Tajo destinado principalmente a operar en La Mancha. Durante est mes se moverá por esta zona cacereña y a finales de año bajará a Villanueva dela Serena, Medellín y Don Benito.

12.- A propuesta del General Carlos de Witte, Gobernador de Badajoz, la Junta Suprema dispone que el Teniente coronel Félix Domínguez Torrado reorganice la Partida llamada “de los Mayas” que, a modo de policía, contribuya a limpiar de malhechores los caminos, a reunir dispersos y a detener desertores.

 Diciembre

 8.- La Junta Suprema dispone el alistamiento general en las “Partidas de Cruzada” (16).

24.- El Duque del Parque, Jefe del Ejército de la Izquierda, se establece en San Martín de Trevejo. Éste Ejército, disperso y fugitivo, tras la derrota de Alba de Tormes (28 de noviembre) se refugia en la Sierra de Gata intentando ponerse a salvo y reorganizarse. Las epidemias, el mal estado de la economía de la zona tras el paso de los franceses y las malas comunicaciones de la zona hacen casi imposible el suministro. A pesar de la falta de medios la Junta Suprema comisiona a don Luis Mendoza y al Conde de Casa Chaves para que reúnan provisiones en la zona de Plasencia y se les haga llegar.

 4. AÑO 1810

Enero

El Duque de Alburquerque, con el Ejército del Tajo, recibe la orden de moverse a La Mancha, para reforzar el Ejército del Centro y cerrar el paso a Andalucía. Ante la certeza de dejar

(16) Como hemos visto, ya anteriormente se habían organizado Unidades regulares de este tipo. Ahora para implicar a todos aquellos ciudadanos que por diversas razones, eclesiásticos los más, no eran entusiastas de someterse, de manera directa, a una organización reglada como la militar, se ofrecía la oportunidad de organizar o alistarse a alguna partida de este tipo.

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desguarnecida la provincia dispone que las Divisiones I y III, brigadieres Senén de Contreras y Rafael Menacho, retrocedan a Badajoz y Mérida.

En los últimos días de éste mes llega a Badajoz el Marqués de la Romana para recobrar el mando del Ejército de la Izquierda.

Solo con dos Divisiones, y en mal estado, se contaba para sostener a toda Extremadura, ya que los restos refugiados en Gata, bastante hacían con sobrevivir Se dispuso que la División Senén marchara a Llerena y Jerez de los Caballeros, para cerrar el sur y Menacho permaneciera en Olivenza atendiendo Badajoz.

29.- La Junta Central establece un Consejo de Regencia de 5 personas, entre ellas el General Castaños y el obispo de Orense Quevedo y Quintano, natural de Villanueva del Fresno.

31.- La Junta Suprema aprueba la petición del inglés John Downie, efectuada el día 29, de levantar, a su costa y en esta región, una fuerza armada denominada Leal Legión de Extremadura.

 Febrero

1.- Los franceses toman Sevilla y se dirigen rápidamente contra Cádiz.

2.- La Junta Suprema escribe a Wellington solicitando apoyos para la defensa.

Comienzan a llegar a Extremadura refugiados y huidos de Andalucía, que se procura desviar a Portugal.

5.- Los franceses llegan a Cádiz y comienzan sus ataques.

9.- Sin resistencia apenas, las fuerzas españolas de la zona están encerradas en Cádiz o dispersas tras los combates por Sevilla, las fuerzas francesas comienzan a entrar en Extremadura. En este día partidas de reconocimiento llegan hasta el puente de Mérida, sin entrar en la ciudad. Todas las localidades del Camino Real de Sevilla, Ruta de la Plata, estaban indefensas y controladas por fuerzas invasoras.

Se aceleran los trabajos de fortificación en Badajoz, siempre con graves carencias de material, personal técnico y combatientes. En éste día se informa que toda la pólvora y municiones de los polvorines de San Gabriel y Cerro del Viento ha quedado recogida en los sótanos de la Catedral.

11.- El General Mortier se presenta ante Badajoz y pide su rendición. Combate de San Roque (Badajoz). Un numeroso grupo de vecinos de Badajoz, organizados en la Milicia Honrada [Urbana], salen para enfrentarse a los franceses del general Mortier en los campos de San Roque

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 y son estrepitosamente derrotados. La Junta Suprema de Extremadura acuerda:

…Hoy 11 de febrero de 1810 = Se acuerda que las familias de los que hayan fallecido en este día en la gloriosa salida que ha hecho contra los enemigos n crecido número de vecinos honrados, se les consigne una peseta diaria que han de gozar de la Rl. Hacienda…

 Los fallecidos son enterrados en el convento de la Santísima Trinidad y conocemos algunos de sus nombres: Joaquín Ximénez, domiciliado en la calle de las Peñas nº 33, Francisco Sajara, cuñado del anterior, Manuel Aparicio, Juan Doncel, Francisco López, que habitaba en elCampillo, Juan Maldonado, Felipe Garaño y otros.

12.- Mortier se repliega con sus fuerzas a Llerena, perdiendo la oportunidad de apoderarse de la plaza de Badajoz, prácticamente indefensa.

Los franceses, 7.000 hombres de Infantería y Caballería con 17 piezas de artillería entran en Trujillo.

18.- Combate de Valverde de Leganés. El Comandante de partida Antonio Morillo señala la sorpresa que le dio al ocupante francés de la localidad al que causó más de cien bajas, entre ellas un general. Señala como destacada en la acción a Catalina Martín López de Bustamante. El parte lo firma en Salvaleón el 20 de febrero.

Éste día firman, en Medina de las Torres, un grupo de patriotas un escrito, dirigido a la Junta Suprema, para levantar una partida que ha de denominarse “Los Leones Irritados o Los Verdaderos Españoles”. La petición la signaban: Juan Lino Palacios, presbítero, Francisco Canseco Diosdado, Fernando de Vera, José Hermida y José Tinoco. Duró poco más de dos meses y, al parecer, fue disuelta por los conflictos generados con otras partidas y el mando militar.

20.- La Junta Suprema acuerda este día declarar el Estado de Sitio en la plaza de Badajoz.

Ante la falta de elementos de defensa en la región, toda la zona sur queda en poder de los franceses que acopian víveres, recogen impuestos y saquean donde no se les sirve bien.

Don Benito Boza pide permiso para armar una partida en Aracena.

 Marzo

Las fuerzas del Ejército de la Izquierda, en la Sierra de Gata, se reorganizan y aprestan dos Divisiones, al mando de los generales Martín de la Carrera y Francisco Ballesteros.

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 3.- La Junta Suprema dispone que la División del General Senén de Contreras -Batallón de Infantería Ligera Tiradores de Mérida, Batallón de Infantería Cazadores de la Serena y Batallones II y III de Leales de Fernando VII- marche a la zona de Jerez de los Caballeros.

El General francés Reynier llega a Trujillo para tomar el mando de aquellas fuerzas.

4.- El General Contreras emprende la marcha desde Badajoz con la misión de asegurar el territorio, reunir dispersos, requisa de caballos y armamento y reagrupar las partidas bajo su mando a fin de aprovechar bien los recursos militares. Establece su Cuartel general en Higuera de Vargas, desde donde observa la mucha fuerza de que disponen los franceses.

7.- La División Ballesteros, procedente de la Sierra de Gata, entra en Badajoz. La Junta dispone que se le entreguen 500 pares de zapatos y , algunos días  después, sesenta tiendas de campaña. Los vecinos de Olivenza hicieron para ellos, gratuitamente, 1.404 pares de pantalones y 652 pares de botines.

8.- En la noche del 8 al 9 las fuerzas francesas, en número cercano a los 4.00 hombres saquean Jerez de los Caballeros sin respetar casa ni mujer alguna, gran parte de la población se había dado a la fuga.

10.- El General Contreras se traslada a Alconchel.

12.- La División Contreras alcanza Jerez de los Caballeros.

13.- La Junta Suprema ofrece recompensas a quien presente, vivos o muertos, a Napoleón o al Rey José Bonaparte. La Junta Central calificó esta baladronada como …un rasgo de patriotismo excesivo…

 14 y 15.- Combates en Cáceres. Regimientos de Infantería Zamora, Sevilla y Navarra y de Caballería Reina, Borbón y Sagunto.

18.- Combates en Zafra en los que toma parte el Regimiento de Infantería Fernando VII.

22.- Partidas francesas entran en Cáceres.

30.- El General Contreras pasa a Cantillana. Durante algunos días había estado sometido a las órdenes del General Ballesteros, según disposición del Marqués de La Romana, y posteriormente, de nuevo al mando de su Unidad, muy mermada por bajas y tropas que se llevó Ballesteros, retoma su actividad.

31.- La División Contreras en Burguillos del Cerro.

 Abril

Ante la amenaza del Mariscal Massena, Wellington se refugia en las Líneas de Torres Vedras en torno a Lisboa. Se pierde toda esperanza de ayuda de los aliados de Extremadura que queda así

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 entre dos fuegos: Massena en Portugal y Soult en Sevilla, pendiente de reforzar a éste, según órdenes de Napoleón para aniquilar a los británicos. En su camino está Extremadura y la plaza fuerte de Badajoz.

1.- El General Contreras pasa a Burguillos y de aquí a Anadalucía, con diversas localizaciones hasta el funesto encuentro de Constantina el día 9, lo que le costará el mando, que la Junta y el Marqués de la Romana resolvieron encargárselo al Brigadier José Imaz.

6.- A instancias del Marqués de la Romana, en este día se publica el primer número del periódico “Memorial Militar y patriótico del Ejército de la Izquierda” que a los largo de su existencia sostendrá duras controversias con la Junta Suprema. Desaparecerá en enero de 1811, prácticamente con la muerte del Marqués de la Romana.

9.- Combate de Aldeanueva del Camino. El Batallón de Infantería Lemus (17), mandado por Antonio Ponce, 30 caballos al mando de Joaquín de Mera y la Primera Partida de Patriotas de Castilla (18), al mando de Isidoro Armengol, sorprenden a un batallón enemigo de 800 hombres, causándoles 200 bajas y apresando un vasto botín.

10.- En Aldeanueva de la Vera combate el Regimiento de Caballería Borbón.

13.- La Regencia confiere la Capitanía general de Extremadura y la Presidencia de la Real Audiencia al Teniente general Juan de Henestrosa y Horcasitas.

15.- Combate de Zalamea. El generalfrancés Mortier vence a Ballesteros.

Combate en Villamesias. Este Domingo de Ramos la partida de Manuel Ojeda y Cristóbal Pantigoso atacan a una columna francesa de 300 hombres y 60 carros, apoderándose de todo. Luego sostendrán una querella, ante la Junta Suprema, atribuyéndose ambos los méritos únicos de la victoria.

19 al 21.- Combates de La Roca de la Sierra. Toman parte tropas de los Regimientos de Infantería del Infante, Sevilla, Granada, León, Victoria, Fernando VII y Navarra y de Caballería Borbón.

29.- Combate de Garlitos. El Jefe de Partida Ventura Jiménez combate contra 600 infantes y 100 caballos que le obligan a retirarse dada la superioridad, no obstante logra herir al Jefe de los franceses.

(17) Así aparece en el libro consultado, pero es más probable que fuera el Batallón de LENA.

(18) Su denominación oficial era Primera Partida de Observación de Castilla la Vieja, había al menos diez. Su entidad era tipo compañía, unos 100 hombres y en documentos del Archivo Histórico Provincial de Badajoz consta, en 20 de mayo, que su Jefe, el citado Armengol, había resultado prisionero de los franceses. Bien pudiera haber sido en esta ocasión. Las mencionadas Partidas dependían de la División de Vanguardia, General Martín de la Carrera, del Ejército de la Izquierda, Marqués de la Romana.

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Mayo

 9.- Combate de Fuente del Maestre. El parte del combate lo firma el Capitán Jerónimo Henestrosa ese mismo día, remitido al General Pablo Morillo que lo pasa a la Junta Suprema.

A grandes rasgos el combate se desarrolla de la siguiente manera: el Capitán Henestrosa dispone de fuerzas de su Regimiento de Caballería del Infante al que se le unen 60 infantes del Batallón de Cataluña, mandados por el Capitán Benito Pals, y 40 caballos de la Cruzada de Alburquerque, al mando del Capitán Francisco Victorino.

Organiza tres columnas, una a las órdenes de su Teniente Francisco Mancha, otra a las del Alférez del 1º de Húsares de Extremadura Juan Calderón y la tercera a las del Capitán de Granaderos a Caballo de Fernando VII Tomás Montero.

Alcanzan al enemigo cuando salen de la localidad por el camino de Almendralejo y una vez en contacto siguen en alcance, obligándoles a formar el cuadro (19) repetidas veces y recuperando gran parte del botín e impuestos recaudados en Fuente del Maestre y otras localidades …incluso una mula del coronel del  15º de Infantería que conducía su ordenanza que murió… La persecución continuó hasta cerca de una legua de Almendralejo, causándole 11 muertos y apresando a un sargento, tres granaderos y un volteador (20). Sin bajas propias.

14.- Combates en Cáceres en los que toman parte los Regimientos de Infantería León, Victoria y Fernando VII y de Caballería de la Reina y Sagunto.

15.- “Sorpresa” de Trujillo. Intervienen el Regimiento de Infantería de la Victoria y el de Caballería del Infante.

18.- El Brigadier Isidoro Mir, jefe de partida, ataca a un destacamento francés que debe atrincherarse en la iglesia de la localidad. La llegada de refuerzos le hizo retirarse combatiendo a Escurial.

19.- El Regimiento de Infantería del Infante combate en la localidad de Feria. Tendrá nuevos encuentros, en esta misma villa, el día 25 y el 5 de junio

(19) Ante el ataque de caballería numerosa los infantes se agrupan, formando dos o tres filas según el personal, se relevan por por filas en la operaciones de cargar y disparar y con las bayonetas impiden el acercamiento del enemigo.

(20) Traducción directa de “voltigeur”, soldado francés de exploradores, tropas ligeras que en España se denominaban “cazadores.

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Junio

 Los franceses presionan constantemente en Extremadura. Reynier en el norte, extendiéndose en ocasiones al sur del Tajo, Mortier al sur con amagos para reunirse con Reynier y en el centro las partidas sueltas enemigas esquilmando el territorio con requisas e impuestos. Para ponérseles contábamos con Menacho en Olivenza, Carlos España en Alburquerque, Martín de la Carrera y O’Donnell en el norte y Senén de Contreras y Francisco Ballesteros en el sur.

En definitiva una situación altamente insatisfactoria para nuestro territorio que soportaba cargas imposibles. Los españoles, sin ayuda de los aliados, bien atrincherados en Torres Vedras, no cuentan con fuerzas y equipamiento suficiente para resolver la ocupación.

9.- A las once de la mañana una patrulla de caballería francesa, en una acción muy rápida, se acerca a los muros de Badajoz y roba un rebaño de ganado sin que la guarnición tenga tiempo para reaccionar.

18.- Acción del camino de Talavera, en las inmediaciones de Badajoz. La partida de Fray Celedonio Durán es destacada por el Marqués de la Romana ante la cercanía de exploradores franceses. Éste divide a su partida en dos grupos, el primero se dirige contra el enemigo que ocupa el camino alto, logra rechazarlo y rescata a un dragón del Regimiento de Caballería Lusitania que habían capturado.

Los franceses retroceden para unirse al resto de su Unidad, sobre el camino real, y desde allí sostienen el fuego. Fray Celedonio señala tres bajas del enemigo y soldado muerto, junto a él, de la partida, al que lleva a enterrar a Badajoz.

28.- Combates en Burguillos del Cerro, toman parte los Regimientos de Infantería del Infante, Victoria y Fernando VII.

29, 30.- Acción del fuerte de las barcas de Alconetar.

 Julio

5.- Combate en Jerez de los Caballeros. Toman parte los Regimientos de Infantería del Príncipe, Princesa, Navarra, Sevilla, León y Victoria.

9.- El Regimiento de Cabllería Borbón sostiene combates en la zona de Montijo-Pesquerito.

10.- El Mariscal Massena toma Ciudad Rodrigó, defendida heroicamente por el General Pérez de Herrasti, tras 25 días de brecha abierta y entra en Portugal.

11.- Combate de Berlanga. El Comandante de partida José Valladares informa a la Junta Suprema, el día 12, de que reunido con la partida del Comandante Bernabé Cabeza presentaron

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batalla a los franceses en la entrada del pueblo, en las alturas de la ermita, llegando la refriega hasta las calles de la localidad. Ha causado al enemigo 8 muertos y 6 heridos y ha tenido 3 muertos y 10 heridos. Señala como muy destacada al soldado Pablo Ortega que recibió siete heridas de un capitán francés al que logró dar muerte, en combate singular, delante de todo el pueblo, en el combate siguiente cayó del caballo y recibió un balazo en la pierna: …vive pero se duda de su curación

 14.- El Mariscal Soult es nombrado General en Jefe de Andalucía.

23.- Se celebra la sesión de la Junta Suprema en la que se eligen los diputados que Extremadura debe llevar a las Cortes.

25.- Desde Lisboa, don Pascual Tenorio de Moscoso hace llegar un informe a la Junta Suprema solicitando que se impida a los ingleses sacar más cabezas de ganado merino. El problema arrancaba del pago que exigían por los suministros, armamento o caballos, en ocasiones en dinero, o, mejor, en cabezas de ganado lanar. Lograron el permiso, los asentaron en su país y, dada la situación aótica de España, se estaban apoderando de todo el comercio y explotación de lana y carne.

27.- Elementos del Regimiento de Caballería Borbón sostienen encuentros con los franceses en la zona de Alconétar.

30.- Combate de Garrovillas en el que toma parte el Regimiento de Caballería Borbón.

 Agosto

5.- Las fuerzas del Marqués de la Romana salen de Badajoz en dirección a Zafra y Llerena, ocupados por la expedición del general francés Mortier.

11.- Batalla de Cantalgallo. El Marqués de la Romana intenta cortar el paso a las fuerzas francesas de Mortier que, al parecer, intentan alcanzar Portugal para cooperar con Massena. Los franceses ocupan las alturas, al oste de Villagarcía y los españoles la zona de Cantalgallo. Choque frontal y retirada ordenada de los españoles; la caballería del Brigadier Martín de la Carrera cubre el repliegue. Aunque puede considerarse una derrota de los españoles las fuerzas francesas, que saquearán los pueblos de los alrededores no continúan su marcha a Portugal. La Romana monta el Cuartel general en Almendralejo y, reforzado con la División portuguesa del General Madden, volverá a plantar batalla en Fuente de Cantos, a mediados de septiembre. Toman parte entre otros los regimientos españoles de Infantería Príncipe, Princesa, Navarra, Sevilla, León, Victoria, Cataluña y Fernando VII y de Caballería de la Reina.

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 26.- Real orden del Consejo Supremo de Regencia por el que se dispone que el número de vocales que han de constituir dicha la Junta de Extremadura queda establecido en nueve.

Septiembre

 8.- La Junta de Extremadura comunica a la Regencia que se ha cumplimentado la reducción del número de Vocales que la componen, quedando elegidos: Marqués de Monsalud, Francisco Romero de Castilla, Fructuoso Retamar, Vicente de Vargas, José Gallego, Andrés González Pacheco, Juan Cabrera de la Rocha, Manuel Madera y Luis María de Mendoza.

11.-Combates en Monesterio en los que intervienen elementos del Regimiento de Caballería Borbón.

14 y 15.- Combate de la dehesa del Campo (Fuente de Cantos). Intervienen los Regimientos de Infantería del Infante, Sevilla y Fernando VII, de Caballería Reina, Infante, Borbón y Sagunto, y de Caballería portuguesa nºs 3, 5 y 8, que forman la Brigada del General, inglés, Madden.

Choque con la caballería francesa y retroceso de la española que es reforzada por Madden y hace replegarse a los franceses a sus líneas. La gran cantidad de bajas españolas señalan , cuando menos, una victoria pírrica. Pocos días después el Marqués de la Romana, sin que nadie lo pidiera, acude a ayudar a los ingleses en Portugal, resignando el mando en el 2º Jefe Gabriel de Mendizabal.

16.- Orden del Marqués de la Romana, Cuartel general de Mérida, para que la Junta Suprema abandone Badajoz que, a su entender, debe considerarse como plaza sitiada.

20.- La Junta Suprema emprende la marcha de Badajoz, para establecerse en Valencia de Alcántara.

24.- Sesión inaugural de las Cortes de Cádiz. La representación extremeña, doce diputados, la forman: Pedro Quevedo Quintano, obispo de Orense y Presidente de la Regencia; José Casquete de Prado y Botello, obispo prior de San Marcos de León; Diego Muñoz Torrero, rector de la Universidad de Salamanca; Antonio Oliveros, canónigo en Madrid; Manuel Luján; Francisco Fernández Golfín, coronel; José María Herrera; Manuel María Martínez de Tejada; Juan Capistrano Chaves y Vargas; Gregorio Laguna, general, por la ciudad de Badajoz; Alonso María de la Vera y Pantoja, por la de Mérida y Francisco María Riesco por la Junta Suprema.

27.- Por decreto de la Regencia el General Menacho es ascendido a Mariscal de campo y designado gobernador de la plaza de Badajoz que debe considerarse en “estado de sitio” y, por

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 tanto, asume todas las competencias la autoridad militar.

Octubre

Establecida la Junta Suprema en Valencia de Alcántara, dispondrá la publicación de la “Gazeta de Extremadura” …a fin de que llevara sus órdenes a toda la provincia… En este mes sale su primer número, a cargo de don Ambrosio García Becerril, que en cierto modo es la continuación del “Diario de Badajoz”.

 Noviembre

1.- Jura en las Cortes de Cádiz su cargo como Diputado por la Provincia de Extremadura José María Calatrava, en sustitución del obispo de Orense Quevedo y Quintano que renunció a sus cargos políticos.

Diciembre

8.- Combate de Azuaga. Regimiento de Caballería del Infante.

10.- Por Real orden de este día el Ejército de Extremadura pasa a denominarse 5º Ejército.

31.- Soult parte de Sevilla contra Extremadura.

La marcha se ejecuta en dos columnas: A la derecha la mandada por Latour  Maubourg que avanza por Guadalcanal, Llerena, Usagre. A la izquierda la deSoult, con Mortier de segundo al mando por El Ronquillo, Santa Olalla, Monesterio.

La primera citada se compone de cuatro regimientos de Caballería del 1er cuerpo y la División de Infantería Girard, acantonada en Llerena desde otoño. La segunda compuesta por la División de Infantería Gazán -2ª del 5º Cuerpo- y la Brigada de Caballería Briche, da escolta al tren de sitio, 34 piezas de artillería y más de sesenta mil kilos de pólvora con 2000 bueyes de arrastre. Ambas columnas tienen previsto reunirse entre Los Santos de Maimona y Almendralejo.

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 5. AÑO 1811

Enero

 3.- La columna Latour encuentra en Usagre a la caballería del Ejército de Extremadura, que cubre la retirada de la División Mendizabal quien, por Mérida, cruza el Guadiana y no destruye el puente, como le había ordenado el Marqués de La Romana.

4.- Latour alcanza Almendralejo. En Calera de León fuerzas españolas de la División Ballesteros presentan resistencia a las fuerzas de Gazán y se repliegan a Fregenal, desde donde siguen amenazando el flanco francés. La columna de sitio de los invasores encuentra muchas dificultades en el camino y se halla muy retrasada y dispersa, cuando la cabeza alcanza Monesterio la cola se halla empantanada entre El Ronquillo y Santa Olalla.

Ballesteros, siguiendo órdenes, se dirigirá al condado de Niebla y el bajo Guadiana. Gazán le perseguirá inútilmente durante tres semanas, logrando así el general español dividir y distraer fuerzas importantes del escenario extremeño.

5.- La Brigada Briche alcanza Zafra.

6.- Briche se reúne con Latour.

7.- La caballería de Briche ocupa Mérida y explora la margen norte. Mendizábal se retira a la zona de Alburquerque. Latour toma posiciones en La Albuera para vigilar la guarnición de Badajoz y cubrir el movimiento contra Olivenza.

11.- Las fuerzas francesas llegan frente a Olivenza, plaza débilmente defendida, escogida como primer objetivo por Soult dada la lejanía de Gazán y el retraso de los trenes y bagajes.

Olivenza, mandada por el General Herck, no reunía condiciones de defensa, a pesar de lo cual Mendizabal, antes de su retirada, la había reforzado con una brigada lo que elevó el número de defensores a algo más de 4.000 hombres.

14.- El Marqués de la Romana ordena a la Brigada Carlos España, 1.500 hombres, que desde Abrantes marche a unirse a Mendizabal.

20.- El resto de fuerzas españolas en Portugal, Divisiones La Carrera y Carlos O’Donnell, parten de los alrededores de Lisboa hacia Badajoz.

23.- Se rinde, sin condiciones, Olivenza. Quedan prisioneros 4.000 hombres que serán conducidos a Córdoba. Muchos logran fugarse por el camino. La plaza es guarnecida por los franceses con un batallón de unas 400 plazas y un destacamento de zapadores encargados de reforzar las defensas.

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 Muere en Cartaxo (Portugal) el Marqués de la Romana Jefe del Ejército de Extremadura, se nombra para sustituirle al General Castaños y mientras se incorpora toma el mando el Teniente general Gabriel de Mendizabal.

Amplia reforma en éste 5º Ejército español:

El General Martín de la Carrera pasa a Jefe de Estado mayor del mismo, su División de anguardia la mandará el General Carlos España; el General Carlos O’Donnell es destinado a Cataluña y su División pasa al Mariscal de campo José Virués; la División Mendizabal la ocupará el Mariscal de campo Juan José García.

26.- Soult parte contra Badajoz y esa tarde alcanza la plaza. Se decide a sitiarla con tan pocas fuerzas -Gazán está en Huelva, dos batallones escoltan prisioneros, otro en Olivenza y el tren de sitio no acaba de llegar- ya que ha recibido órdenes del Emperador de mandar el Cuerpo de Mortier hacia el Tajo para cooperar con Massena en la invasión de Portugal. Piensa que amenazando Badajoz los aliados enviarán las fuerzas del Marqués de la Romana y alguna otra en su ayuda, descargando así la resistencia contra Massena.

En este día bloquea el sur de la ciudad y Latour, cruzando el Guadiana por Talavera la Real y el Gévora cierra por el norte.

28.- Comienzan por el cerro del Viento, al sur, las obras de sitio contra la plaza de Badajoz. La caballería francesa se apercibe de la presencia en Portalegre de fuerzas españolas.

29.- Las fuerzas españolas en Portugal alcanzan Elvas.

31.- Salida de los defensores de Badajoz contra las baterías del cerro del Viento, mueren el jefe de la fuerza española, Coronel Bassecourt, y el Comandante Cazín jefe francés. Toma parte el Regimiento de Infantería Sevilla

El Consejo de Regencia encomienda el mando del Ejército de Extremadura al General Castaños.

 Febrero

1.- Mendizabal, en Elvas, a donde llega con los restos de su División, la caballería de Butrón, procedente de Portalegre, y la portuguesa de Madden, venida de Campo Mayor, reúne cerca de 15.000 hombres.

3.- Gazán alcanza Valverde de Leganés, a donde ha llegado por Puebla de Guzmán, Cerro de Andévalo, Fregenal de la Sierra, Jerez de los Caballeros. Esa noche está en Badajoz, a tiempo para repeler una nueva salida de los españoles, por la Puerta de Palmas, contra las obras de aproche en la que participa el Regimiento de Infantería Sevilla y el de Caballería Sagunto.

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 4.- La artillería francesa abre el fuego contra la plaza de Badajoz. Muchos de sus habitantes la abandonan aprovechando que el sector norte no está suficientemente controlado.

5.- Ante el avance de fuerzas españolas la caballería francesa de Latour se repliega hasta Montijo, esa misma noche Mendizábal con sus 15.000 hombres acampa en Santa Engracia y rompe el bloqueo de Badajoz.

6.- Combate junto al puente del Gévora, en las inmediaciones de Badajoz. Intervienen los Regimientos de la Caballería portuguesa nº 3, 5 y 8.

7.- La guarnición de Badajoz, ampliamente reforzada, efectúa una salida contra las líneas francesas del cerro de San Miguel y el Almendro: la caballería portuguesa de Madden amenaza la izquierda francesa, por Puerta Palmas y cuatro batallones del General Carlos España salen por Puerta Trinidad hacia Picuriñas y el Almendro. Toman las posiciones enemigas aunque no pueden “clavar” toda la artillería; los franceses reaccionan con fuerzas superiores y en el repliegue los españoles sufren grandes pérdidas. Toman parte los Regimientos de Infantería Rey, Princesa, Sevilla y Cataluña y de Caballería Reina y Sagunto.

9.- Mendizábal retira de la plaza de Badajoz sus tropas y se establece de nuevo en las alturas de Santa Engracia.

10.- Reconocimiento armado sobre la cabeza de puente establecido por los franceses aguas arriba de Badajoz, toma parte el Regimiento de Infantería Princesa y el de Caballería Borbón.

11.- Los franceses toman por sorpresa el Fuerte de Pardaleras, inmediato y al sur de Badajoz.

13.- Soult bombardea desde el sur del Guadiana las posiciones españolas en Santa Engracia, éstas se alejan, perdiendo el apoyo, del Fuerte de San Cristóbal.

Operación de las tropas sitiadas en Badajoz contra un puente, levantado por los franceses, sobre el río Gévora. Intervienen los Regimientos de Infantería del Rey y del Príncipe.

Combates en Fregenal de la Sierra en los que toma parte el Regimiento de Caballería Santiago.

18.- Fuerzas de infantería francesa comienzan a pasar el río Guadiana, aguas arriba de Badajoz, para unirse a la caballería de Latour.

19.- Los franceses, mandados por Mortier, sorprenden a los españoles en las alturas de Santa Engracia. El Ejército de Extremadura, 5º Ejército español, sufre más de 800 muertos, 4.000 prisioneros, pierde la artillería y el bagaje… prácticamente desaparece. Entre otras Unidades destacan los Regimientos de Infantería Rey, Princesa, Zamora, Navarra, Sevilla, León, Victoria y Cataluña y de Caballería Santiago, Borbón y Sagunto.

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 Marzo

 2.- Salida de los defensores de Badajoz, tres compañías del Regimiento de Infantería del Príncipe, contra las posiciones francesas. Destruyen obras de aproche y recogen material de ingenieros.

El gobernador francés de Zafra, Coronel Niboyet, trás un juicio sumarísimo, sentencia a la pena de muerte al jefe de partida Manuel Rodríguez Mogena.

4.- Los franceses montan una batería de brecha contra la cortina del baluarte de Santiago, los defensores inician una nueva salida contra ella y el General Menacho, Comandante de la plaza que la dirigía desde la muralla, muere alcanzado por un grano de metralla en el vientre. Es relevado por el General Imaz. Toma parte en la salida el Regimiento de Infantería del Príncipe.

7.- La batería francesa de brecha inicia el fuego directo contra el muro de la plaza de Badajoz.

10.- En Badajoz el muro presenta una brecha de unos veinte metros. Soult intima a la rendición con condiciones honrosas.

11.- A pesar de la diversidad de opiniones entre la Junta de Jefes españoles, el general Imaz rinde a los franceses la plaza de Badajoz.

El Consejo de Regencia publica el “Reglamento provisional para el gobierno de las Juntas de Parovincia”.

14.- Soult, con ocho batallones de infantería y tres regimientos de caballería, sale de Badajoz para Sevilla. Mortier, Duque de Treviso, sale de Badajoz contra Campo Mayor. Latour Mabourg sale de Badajoz contra Alburquerque.

El Ejército de Extremadura queda prácticamente destruido y sus principales plazas fuertes neutralizadas. La frontera portuguesa queda de nuevo abierta para los franceses.

15.- Sin presentar batalla, el gobernador de Alburquerque, General José de Cagigal, capitula con sus 800 hombres del Regimiento de Infantería Fernando II y 17 piezas artilleras.

16.- Valencia de Alcántara es evacuada por las fuerzas españolas y ocupada por las francesas que toman la artillería y aportillan sus muros. La Junta Suprema se establece en Garrovillas.

21.- Tras seis días de dura resistencia capitula, con honores, la plaza de Campo Mayor.

22.- El Cuerpo aliado, al mando de Beresford, procedente de Abrantes alcanza Portalegre.

24 y 25.- Tras desmantelar las defensas de Campomayor los franceses conducen la artillería, 32 piezas de diversos calibres, y otros materiales, a Badajoz; son alcanzados por fuerzas británicas

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 y sostienen continuos enfrentamientos hasta llegar a dicha plaza con su botín.

27.- Los aliados ocupan Alburquerque donde se establecerá la caballería española de los Brigadieres Penne- Villemur y Pablo Morillo.

La caballería francesa del Barón de La Martiniére, con 1.500 caballos, ocupa Trujillo

28.- Los aliados recuperan Valencia de Alcántara.

La columna francesa de La Martiniére ocupa Miajadas y apresa a diversos alcaldes de la zona, exigiendo el pago de impuestos como rescate.

30.- Entrevista en Juromeña de los Generales Beresford y Castaños. Acuerdan combinar sus operaciones: Castaños ocupará Mérida y presionará en dirección sur y los aliados entrarán por el oeste, dirección Albuera Los Santos, Fuente de Cantos.

31.- La Junta Suprema acuerda pasar de Garrovillas a San Vicente de Alcántara.

 Abril

 1.- La caballería española del General Pablo Morillo alcanza Mérida, los franceses se repliegan a Almendralejo.

3.- Sobre un puente de circunstancias, levantado en la zona de Juromeña, las fuerzas aliadas comienzan a pasar el Guadiana.

7.- El General Castaños traslada su Cuartel general a la villa portuguesa de Vilaviçosa. Desde aquí desplegará una política amistosa y de estrecha colaboración con la Junta Suprema de Extremadura, todo lo contrario que su predecesor el Marqués de la Romana.

9.- Tras muchas dificultades, una vez completado el paso del Guadiana por los aliados, el General Beresford inicia su avance contra Olivenza, que quedará cercada este mismo día.

12.- Combates en Villafranca de los Barros en los que toman parte los Regimientos de Caballería de la Reina y Borbón.

14.- Reforzado el sitio de Olivenza con artillería y aportillada la muralla, los franceses deciden rendirse. Olivenza vuelve a ser española.

Fuerzas españolas de la División Ballesteros, que operaba en la zona de Niebla y bajo Guadiana, son empujadas por las francesas de Maransin que las derrotan en Fregenal de la Sierra, alcanzan Salvatierra de los Barros y entran en contacto con los aliados en Santa Marta.

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 16.- Combate de Los Santos de Maimona. Los regimientos portugueses de Caballería nº 1 y 7, se enfrentan a la retaguardia francesa de Latour., que se retirará a Sierra Morena, ocupando los españoles y aliados Zafra y Llerena en vigilancia de posibles contraataques.

18.- Desembarca en Ayamonte un cuerpo expedicionario que la Regencia envía en ayuda de Extremadura. Viene al mando del General Blake con las Divisiones Zayas y Lardizabal.

20.- El General Wellington llega a Elvas y al día siguiente se acerca a reconocer la plaza de Badajoz.

23.- Wellington dicta el plan de operaciones para el sitio de Badajoz y marca detalladas instrucciones a Beresford, en ellas le previene de que si Soult acude en ayuda de Badajoz puede plantarle batalla en Albuera o retirarse a Elvas o Portalegre.

La Junta Suprema, a instancias del General Castaños, sale para establecerseen  su Cuartel gneral de Santa de los Barros.

27.- La junta Suprema, procedente de San Vicente de Alcántara, se establece en santa Marta de los Barros. Estaba formada en aquellas fechas por: el marqués de Monsalud, Vicepresidente y Vocales, Marqués de la Alameda, Francisco Romero de Castilla, Fructuoso Retamar y Oliva, Juan Cabrera de la Rocha, Vicente de Vargas y Mateo Fernández Jara.

28.- El Regimiento de Caballería Borbón sostiene combates en la zona de Casas de Reina.

 Mayo

 5.- Los aliados establecen un puente de pontones sobre el río Caya para suministrar adecuadamente a las fuerzas que sitian Badajoz.

8.- Se abren las primeras trincheras contra Badajoz. La primera idea será atacar el Fuerte de San Cristóbal para dominar la margen derecha del Guadiana.

Tropas francesas se concentran en Sevilla para partir en ayuda de Badajoz.

10.- La columna del Mariscal Soult sale de Sevilla para Extremadura.

11.- El Ejército francés de Soult, en ayuda de Badajoz, alcanza Santa Olalla y entra en contacto con Latour Maubourg. Beresford manda avisos a Castaños y Blake para que se concentren en La Albuera como tenían previsto.

12.- Blake y su cuerpo expedicionario se encuentran en Barcarrota. Tras diversas tentativas, inútiles y con gran pérdida de vidas, contra Badajoz, Beresford decide levantar el sitio y enviar a Elvas la artillería y todo el material posible. Este “segundo sitio de Badajoz”, del 8 al 12 de mayo,

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 costó a los aliados más de 700 bajas.

La columna Soult alcanza Monesterio.

13.- Los franceses de Soult alcanzan Fuente de Cantos. La caballería aliada se repliega sin plantar combate, según instrucciones recibidas, pero sin perder el contacto a Fuente del Maestre y Santa Marta.

Beresford sale de Badajoz para Valverde de Leganés, donde conferenciará con Blake y trazará los planes de una posible batalla.

14.- La columna de Soult alcanza Fuente del Maestre y Villafranca de los Barros.

Blake se traslada de Barcarrota a Almendral.

15.- El ejército aliado se concentra en La Albuera, 35.284 combatientes. Los franceses ocupan Santa Marta y se extienden por el camino real hasta la margen derecha del arroyo Albuera, en las inmediaciones de la población, alrededor de 24.262 soldados.

16.- Batalla de La Albuera. El Ejército francés al mando de Soult acude en ayuda de la sitiada guarnición de Badajoz y las fuerzas aliadas les cortan el paso en dicha localidad, como tenían previsto. Choque frontal con cuantiosas bajas por ambos bandos que, de manera lógica, se atribuyen la victoria: los franceses no volverán a entrar en Portugal, a pesar de dominar Badajoz y sus almacenes, y los aliados no conseguirán recuperar dicha plaza hasta casi un año después.

Los aliados sufrieron 6.924 bajas y los franceses unas 7.900, La batalla dela Albuera fue la más sangrienta de la Guerra de la Independencia en proporción de los efectivos empeñados.

18.- El Ejército francés inicia su repliegue desde Albuera y débiles fuerzas aliadas le persiguen. Se combate en el bosque de La Natera, donde interviene, entre otros, el Regimiento de Infantería portugués nº 1. Los aliados retoman el cerco de Badajoz.

19.- Wellington, que se encuentra entre Nisa y Elvas de camino a Badajoz, recibe la noticia de la batalla de La Albuera.

20.- Soult alcanza Aceuchal y Solana de los Barros donde hay encuentros de retaguardia en los que. intervienen los regimientos de Caballería portuguesa nº 1 y 7.

21.- Soult alcanza Villafranca y Fuente del Maestre.

22.- Soult alcanza Usagre y Llerena. Deseando conocer la fuerza que le persigue destaca una gran fuerza de caballería, alrededor de 3.000 mandados por Latour Maubourg, para plantar combate.

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 25.- Fuerzas aliadas se establecen en las alturas de Santa Engracia para atacar el Fuerte de San Cristóbal de Badajoz.

25 y 26.- Combate de Usagre. Las fuerzas de Latour, tras rechazar diversas avanzadas españolas en Villagarcía alcanzan Usagre. Las fuerzas aliadas, al mando del General Lumley, de la que formaban parte los Regimientos de la Reina y Borbón, tres regimientos británicos, 3º de Dragones de la Guardia, 4º de Dragones y 13º de Dragones ligeros y cuatro regimientos portugueses, ocupan la orilla norte de un escarpado arroyo cuyo único paso estaba en la localidad, con un puente.

Sin haber reconocido adecuadamente el campo enemigo Latour comienza a atravesar y, cuando parte de sus fuerzas han ocupado la orilla opuesta, y sin tiempo a desplegar. son sorprendidos por la carga aliada que les causa, en muy poco tiempo 250 bajas entre muertos , heridos y prisioneros.

Latour desmonta a sus fuerzas y se atrinchera en el pueblo para cubrir el repliegue. En Usagre se mantendrá la línea de separación de ambos ejércitos durante cerca de un mes.

27.- Soult se detiene en Llerena y con su caballería cubre Usagre y Monesterio. La caballería aliada se establece en una línea entre Hinojosa y Fuente de Cantos aproximadamente. Soult pide a Marmont que baje de Salamanca, con el Ejército de Portugal, en ayuda de Badajoz.

Combate de Montemolín en el que toma parte el Regimiento de Infantería Cataluña.

Beresford cesa en el mando del ejército aliado en Extremadura, le sustituirá el General Hill.

28.- En esta fecha, siguiendo el Cuartel general del general castaños, la Junta Suprema esta asentada en Olivenza, donde comienza a publicarse la segunda época de la “Gazeta de Extremadura”.

31.- El General Hill alcanza Elvas, de camino a Almendralejo donde montará su Cuartel general.

 Junio

3.- Se abre el fuego de artillería de los sitiadores aliados contra Badajoz. Los objetivos en este tercer sitio de la plaza eran el Fuerte de San Cristobal y la Alcazaba, sector este.

Marmónt parte de Salamanca en dirección Extremadura.

5.- Marmont alcanza Ciudad Rodrigo.

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 6.- Asalto al Fuerte de San Cristóbal (Badajoz) saldado con un rotundo fracaso. Intervienen 180 voluntarios de los regimientos británicos 51º y 88º y portugueses del 7º, 17º y 19º.

9.- Segundo asalto contra el Fuerte de San Cristóbal. Toman parte 400 hombres de los regimientos 51º, 85º, Brunswick Oels y Cazadores Británicos y el 17º portugués. Fue rechazado con 54 muertos y 85 heridos.

La cabeza de la columna Marmont, General Reynier, atravesando por Baños y Béjar llega en este día a Plasencia.

10.- Ante el avance francés Wellington ordena levantar el sitio de Badajoz. En los dos días iguientes se efectuará una completa retirada de artillería, equipos y materiales.

11.- El General Reynier alcanza Almaraz.

13.- Desde el Sur, Soult ordena a sus fuerzas iniciar el movimiento hacia Mérida en dirección a Los Santos y Villafranca.

14.- El Regimiento de Infantería Murcia, muy destacado en la batalla de La Albuera, da escolta a la celebración del Corpus en Santa Marta cuando es sorprendido por una patrulla de caballería francesa con la que traba combate en las calles del pueblo hasta conseguir que se retire.

Marmont se incorpora a la retaguardia de su columna en Malpartida., cuando la cabeza de su columna, caballería ligera, entra en Trujillo.

La fuerzas francesas emprenden movimiento desde Llerena al norte.

16.- Fuerzas de Soult ocupan Villafranca de los Barros y Almendralejo.

17.- Las fuerzas de vanguardia del Mariscal Marmont alcanzan Mérida, que ya había sido ocupado por fuerzas del Mariscal Soult.

El ejército aliado al completo se retira a Portugal, a la línea Elvas-Campomayor-Ouguela.

El General Blake, con su cuerpo expedicionario, combatientes en La Albuera, atraviesa el Guadiana por Juromeña y se dirige al sur camino de Sevilla. La finalidad es amenazar la capital andaluza, Cuartel general francés, para hacer que Soult detenga su futuro avance hacia Badajoz y Elvas.

17.- Con toda precipitación la Junta Suprema abandona Olivenza para establecerse de nuevo en Valencia de Alcántara.

18.- Las fuerzas francesas en Mérida, alrededor de 60.000 hombres , inician el movimiento sobre Badajoz y La Albuera, esperando encontrar resistencia. Los aliados se han retirado y en la tarde del 19 alcanzarán Badajoz sin problemas.

20.- Marmont y Soult entran en Badajoz con todos los honores. Una columna se desplaza a Olivenza, que fue abandonada por los aliados el 17.

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 22.- Los franceses inician un reconocimiento general de las líneas aliadas en la margen derecha del Guadiana. El ejército aliado, unos 54.000 hombres, se encuentran bien asentados, en un frente de 32 kilómetros con tres fortalezas artilladas de apoyo y dispuestos a plantar batalla en un terreno muy favorable a la defensa. Los mariscales franceses renuncian a la iniciativa.

24.- Soult recibe noticias adversas de Andalucia y decide su regreso a Sevilla, dejando gran parte de sus fuerzas, al mando de Drouet, en ayuda de Marmont.

27.- Tras varios días de ocupación en espera de órdenes, la División francesa Godinot abandona Olivenza, volando sus muros, y se repliega a Valverde de Leganés.

28.- Godinot emprende la marcha al sur por Los Santos y Monesterio. Soult abandona Badajoz en dirección a Sevilla por el camino real.

 Julio

La primera quincena de este mes viene marcada por la labor, de las fuerzas francesas, de aprovisionamiento y municionamiento de Badajoz. Moviéndose en las comarcas limítrofes logran llenar los almacenes con víveres para seis meses para una guarnición de 4.000 hombres, que continuaría al mando del General Philippon.

11.- El Consejo de Regencia publica en Cadiz el “Reglamento para las partidas de guerrilla”.

12.- Combates en Arroyo de la Luz en los que interviene el Regimiento de Infantería León, son encuentros ligeros de patrullas.

15.- Marmont, que considera que Badajoz está suficientemente reforzada y las poblaciones de alrededor totalmente esquilmadas decide replegarse a diversos acantonamientos para facilitar su manutención. Establecerá una División en Trujillo, a mitad de la ruta entre el puente de Mérida y los pasos del Tajo. Drouet dejó la Brigada Briche, caballería ligera, en Santa Marta y se asentó con el resto de fuerzas en Mérida, Los Santos y Zafra. Los franceses quedan, pues, dueños de la “ruta de la plata” como vía principal de comunicaciones entre sus fuerzas.

18.- Los aliados, aquejados de los mismos problemas de suministro, tras su larga permanencia en la misma zona, que los franceses “rompen filas” para acantonarse. En la zona de Elvas, vigilando Badajoz, permanecerán la División 2 británica, en Vilaviçosa, y la División portuguesa Hamilton, en Fronteira.

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 Agosto

 28, 29.- Combates en Arroyo de la Luz en los que toman parte los Regimiento de Infantería León y Victoria y de Caballería Borbón.

30.- Patrullas del Regimiento de Caballería Borbón sostienen combates e Cáceres.

 Septiembre

 1 y 2.- Combates en Casar de Cáceres y Cáceres donde intervienen el Regimiento de Infantería de la Victoria y el de Caballería Sagunto.

14.- Combates en Cáceres donde toma parte el Regimiento de Infantería León.

17.- Combates en Montijo en los que interviene el Regimiento de Caballería Borbón.

Octubre

 Un verano muy caluroso y una sequía extrema, además de los movimientos de tropas en la primera mitad del año, habían dejado a los pueblos de Extremadura  n la última miseria, lo que impidió movimientos de tropas numerosas por la zona y una relativa calma, rota únicamente por ligeros encuentros de patrullas de reconocimiento o acciones de partidas guerrilleras.

Al comenzar octubre el Príncipe D’Erlon es el General en jefe de las tropas francesas del sur en la zona. Establece su Cuartel general en Almendralejo y el General Girard, con una Brigada y dos regimientos de caballería ligera domina Mérida y su puente.

La única zona donde podían conseguirse algunos suministros era en Cáceres y su comarca con sus cultivos de cereales y donde se aprovisionaban las fuerzas españolas del General Castaños, III Ejército, acantonados en torno a Valencia de Alcántara.

11.- Las fuerzas del general Girard salen de Mérida, 4.200 hombres de ellos 900 de caballería, con la finalidad de alcanzar Brozas y batir a las fuerzas españolas, principalmente de caballería mandadas por el Conde de Penne Villemur y establecerse en Cáceres para tomar todos los suministros de la zona. Est noche duermen en Montanchez.

12.- Las fuerzas españolas de Penne Villemur abandonan Cáceres, con dirección general a Salorino, tras reunirse con las tropas del Brigadier Morillo que desplegaba en Torremocha,

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sin presentar combate por inferioridad pero sin perder de vista a las fuerzas invasoras para informar de sus movimientos.

13.- La División francesa del General Girard ocupa Cáceres y avanza destacamentos a Malpartida, Casar de Cáceres, Arroyo de la Luz, donde combaten patrullas del Regimiento de Caballería de la Reina y otras localidades. Se traban diversos combates de patrullas y la falta de víveres hará que el saqueo por partede los invasores sea lo habitual.

El General Castaños que, estrechado en Valencia de Alcántara, había trasladado su Cuartel general a Alburquerque solicita el auxilio de los aliados.

15.- Fuerzas de caballería francesa sorprenden en Oliva de la Frontera a una partida de la milicia portuguesa escoltando una partida de ganado, 300 cabezas de vacuno y 2.500 ovejas, que le arrebatan y conducen a los almacenes de Badajoz.

22.- Las fuerzas aliadas, al mando del General Hill inician su movimiento en dirección Cáceres desde Portalegre.

23.- La columna del general Hill, por La Codosera, llega a Alburquerque.

24.- Las fuerzas aliadas se Hill se reunen en La Aliseda con fuerzas españolas mandadas por el General Pedro Agustín Girón.

25.- Informe de la Junta de Extremadura al Consejo de Regencia del estado calamitoso de diversas localidades del partido de Trujillo, con la finalidad d que se les considere como pago de impuestos reales todos los suministros efectuados a los ejércitos españoles. La regencia aprobará las decisiones de la Junta en 23 de noviembre. Pueblos arruinados: Trujillo, Casas del Puerto, Jaraicejo, Deleitosa, Campillo, Fresnedoso, Higuera, Romangordo, Mesas de Ibor, Castañar de Ibor y Villamesía.

Pueblos saqueados varias veces: Torrecillas, Aldeacentenera, Madroñera, Herguijuelas, Conquista, Santa Cruz, Puerto de Santa Cruz, Cumbre, Plasenzuela, Ruanes, Zarza de Montanchez, Salvatierra, Botija, Santa Ana y Garciaz.

Es ejecutado, en Valencia de Alcántara, Benito María de Ciria ·el Nerón de la Mancha”, gobernador josefino de Almagro, que había sido apresado el 29 de septiembre por una partida y conducido a Extremadura.

Combates en Arroyo de la Luz.

26.- Las fuerzas de Girad abandonan Malpartida, se reagrupan en Cáceres y por Torremocha retroceden sobre Mérida. El avance aliado es muy cauteloso y sus fuerzas no son apercibidas a pesar de mantenerse siempre a no más de una legua.

27.- Creyéndose Girad lo suficientemente lejos de Portugal hace noche en Arroyomolinos sin extremar las medidas de seguridad. Los aliados, por Aldea del Cano y Casas de San Antonio alcanzan Alcuéscar donde vivaquean.

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 28.- Batalla de Arroyomolinos. Las fuerzas aliadas, al mando del general  ritánico Hill, alcanzan en esta localidad a la División francesa de Girad que se replegaba a Mérida, su Cuartel general, desde Cáceres y su comarca. La derrota francesa es total y se le hicieron cerca de 1.000 prisioneros, entre ellos los generales Montbrun y Duque de Aremberg, se les tomó la artillería y el general Girard pudo huir a pie por las montañas. Intervinieron, entre otros el Regimiento de Infantería de la Victoria y el de Caballería Sagunto.

29.- Las fuerzas aliadas alcanzarán Mérida, de donde desalojan al General D’Erlon.

Poco después los aliados retornarán a sus bases en Portugal al no contar con fuerzas suficientes para una ocupación definitiva y los españoles volverán a sus bases en Cáceres y comarca.

 Noviembre

 1.- El General francés Demboski ocupa nuevamente Mérida y poco después se reocuparán Lobón. Talavera la Real y Arroyo de San Serván.

En esta fecha el General Girad, que había huido a pie, con 800 hombres, por Ibahernando, Zorita, Navalvillar y Orellana, entra en contacto con sus fuerzas.

 Diciembre

13.- Combate de Llerena. Encontramos algunos datos en el Historial del Regimiento de Caballería Algarbe:(21)

…No menos valientemente se porta este cuerpo en la toma de Llerena el trece de diciembre, si bien con la merma de tres soldados y el teniente, graduado de teniente coronel, comandante, D. Joaquín de Mera, uno de los oficiales más distinguidos en valor, talento y conducta. Pues apenas se presentó la partida de guerrilla enemiga, el comandante de ésta invita al español a un combate personal. Mera acepta el reto, y mandando uno y otro comandante hacer alto a  sus partidas, salen estos a medir el campo. Tenía Mera la desgracia de ser de  vista miope y por este defecto n  notó hasta pocos instantes de haber salido que  venía a su encuentro un soldado enemigo, el cual le disparó un pistoletazo en la  cabeza. Entonces los franceses ac meten para llevarse al herido; más los soldados algarveños al ver un hecho tan inicuo, los cargan con tal furor que haciendo morder la tierra al comandante contrario y a una porción

(21) Conde de Clonard, tomo XV.

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de individuos detropa, recogen a su desgraciado jefe que a poco tiempo espiró en brazos de sus valientes soldados. Esta muerte fue sentida no solo del general en jefe marqués de la Romana, que había vuelto a mandar el ejército, sino también de los demás generales, tropas y pueblos que conocían las relevantes prendas de Mera.

 En esta acción desgraciada fue hecho prisionero el capitán don Basilio  Cabaleri. Obligado por los enemigos a que declarase el número de tropas que tenía el ejército español, con expresión de cada arma, y que generales había, contestó que no podía satisfacer esas preguntas por hacer mucho tiempo se hallaba empleado en partidas avanzadas. Semejante respuesta no llenaba naturalmente os objetos del interrogatorio, y se le volvió a intimar que sería fusilado si no decía la verdad; pero el heroico Cabaleri replica con valentía: “hace o que queráis de mi; nada puedo añadir a lo que tengo dicho.” El enemigo ealizó su amenaza; Cabaleri fue pasado por las armas en diez y siete de mayo. Enterado el general en jefe marqués de la Romana por los desertores y prisioneros de un hecho tan cruel, de los doce sables de honor que recibió de la Regencia para distribuirlos a los que más se distinguiesen, destinó el primero al valiente y leal Cabaleri, mandando se entregara a un hermano suyo que era canónigo de Sevilla; y no habiendo podido recibirlo éste por haberlo llevado a Francia prisionero el gobierno intruso, se hizo cargo de este honroso premio, su anciana madre…

 16.- El General Ballesteros se apodera de los molinos que, en los alrededores de Llerena, trabajaban para los franceses destruyéndolos y apoderándose de toda la harina.

17.- El General Mendizabal se establece en Bienvenida. Los franceses desalojan Villagarcía y Llerena trasladándose a Azuaga. Combates de patrullas en Berlanga.

18.- El General Butrón con caballería española persigue a los franceses de Azuaga, donde se combate, aunque no logran desalojar al enemigo.

19.- Los franceses abandonan Azuaga en dirección a Guadalcanal.

27.- El General Castaños propone al Teniente coronel Carlos de Haro, Gobernador militar de la villa de Gata, como Vicepresidente de la Junta de Partido de las Sierras de Gata y San Martín.

29.- Combate de Membrío. El general francés Neveux vence al británico Hill.

31.- Combate de Mérida. Interviene el Regimiento de Caballería portuguesa nº 4.

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 6. AÑO 1812

Enero

En este mes toma el mando de la Capitanía general de Extremadura don Juan Nieto y Aguilar, II Marqués de Monsalud.

1.- Fuerzas francesas procedentes de Fuenteovejuna entran en Azuaga y Valverde de Llerena. Su objetivo es recuperar Llerena y sus almacenes de suministros.

Combate de Almendralejo. Intervienen los regimientos de Caballería portuguesa nº 4 y 10.

3.- Combate de Fuente del Maestre. Interviene el Regimiento de Caballería portuguesa nº 4.

19.- Las tropas aliadas toman la plaza de Ciudad Rodrigo (Salamanca).

31.- Acción del camino de La Albuera (Badajoz). Efectuada por la partidadel Comandante Joaquín Sierra, en el arroyo Mimbrero, junto al cortijo de Laguna, sobre el camino Real a Sevilla.

Con su partida embosca un convoy de suministros para el Badajoz ocupado.  En un primer ataque se apodera de 21 caballerías mayores y monta a su infantería, y él mismo, sobre los mulos para dar más sensación de fuerza. Los arrieros andaluces y la escolta le hacen frente, pero valiéndose de la sorpresa mata a uno de los arrieros y a siete granaderos de escolta.

La escolta reacciona y forma el cuadro protegiendo a cerca de 800 ó 900 caballerías y ante eso se retira al monte cercano, se reagrupa yse dirige a Valencia de Alcántara, donde firma el parte el 2 de febrero, señalando además que solo había recibido 1.000 cartuchos de los 2.000 que había pedido, que en la refriega le aprisionaron un hombre al que hubo de rescatar a viva fuerza porque lo pasarían por las armas …como el haría con los franceses…, que por el camino abandonó cuatro de las caballerías por no poder seguir el ritmo y que las otras las había vendido en la localidad para cubrir los gastos de caballería.

Febrero

La Junta Suprema acuerda suspender la publicación de la “Gazeta de Extremadura” debido a sus gastos. La publicación continuará merced al impulso del Marqués de Monsalud.

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 16.- Procedentes de sus posiciones en la zona de Ciudad Rodrigo, casi todo el Ejército de operaciones se encuentra en este día acantonado en la zona de Elvas (Portugal).

25.- Artillería británica llega a Elvas.

Marzo

 5.- Wellington sale de Freineda para la zona de Badajoz.

8.- El tren de artillería de sitio, del Ejército aliado y compuesto de 52 piezas, se encuentra reunido y aprestado en las inmediaciones de Elvas. Wellington dispone para su empleo de 300 artilleros ingleses y cerca de 600 portugueses. Al mando de la Artillería estaba el Mayor Alexander Dickson y como jefe de los Ingenieros se nombró al Coronel Fletcher

12.- Wellington establece su cuartel general en Elvas.

14.- El tren de sitio aliado inicia su movimiento desde Elvas contra Badajoz.

15.- Los aliados montan un puente de pontones sobre el Guadiana, unos 12 kilómetros aguas abajo, aproximadamente entre Telena y Albalá. Comienza el cruce de Unidades.

El General Hill reune sus fuerzas entre el río Zapatón y Alburquerque.

16.- Las Divisiones británicas 3, 4 y Ligera, cruzan el Guadiana e inician el cerco de Badajoz, en lo que será el cuarto sitio plantado contra esta plaza fuerte a lo largo de la Guerra de la Independencia.

El General Graham, con las Divisiones británicas 1, 6, 7 y la Caballería de Slade y Marchand, unos 19.000 hombres, toma el camino de Sevilla, por Santa Marta y Villafranca de los Barros, para dar cobertura a las fuerzas sitiadores por el sur del Guadiana. El General Hill, División 2 británica, División portuguesa Hamilton y Caballería de Long y Campbell, unos 14.000 hombres, avanza por Montijo y Mérida para dar cobertura por el norte del río.

17.- Hill ocupa Mérida y despliega unidades en los alrededores en persecución de los franceses.

Se completa el cerco sobre Badajoz y se inician los trabajos de aproche que, en un primer momento parten del Cerro de San Miguel, al sueste de la ciudad, contra el Fuerte de la Picuriña.

19.- Salida de los defensores franceses de Badajoz contra las obras británicas de cerco en el Cerro de San Miguel.

25.- En la noche de éste día los sitiadores aliados toman por asalto el Fuerte de la Picuriña en Badajoz.

27.- El General Graham alcanza Maguilla y Valencia de las Torres.

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 29.- Salida de los defensores de Badajoz contra los aliados en la margen derecha del Guadiana. Fue rechazada rápidamente.

31.- Hill detiene la persecución y se establece en Mérida.

 Abril

 1.- En Granja de Torrehermosa fuerzas francesas en retirada sorprenden a fuerzas de caballería británicas causándole diversas bajas.

2.- La columna de Graham recibe orden de establecerse en Fuente del Maestre, Almendralejo y Villafranca de los Barros, una División en cada localidad, deteniendo la persecución de las fuerzas francesas.

5.- Las brechas abierta en los baluartes de Trinidad y Santa María, en la  muralla sur de Badajoz se encuentran practicables según los sitiadores aliados. Los franceses las defenderán con toda clase de artificios explosivos y elementos varios que harán imposible su accesibilidad.

6.- A las 22 horas de este día se dispone el asalto general a la plaza de Badajoz. La columna Picton, División 3, atacaría por el sector este, hacia el castillo, más bien con finalidad de diversión. El ataque principal lo llevarían la División 4, Genera Colville, contra la brecha de la Trinidad y la División Ligera, a la izquierda, contra la brecha de Santa María. Por último la División 5, General Leith, se ocuparía del sector oeste atacando el baluarte de San Vicente.

El ataque principal sobre las brechas fue un sonoro fracaso por las acertadas disposiciones de los defensores, que produjeron una auténtica matanza entre los atacantes. Hubo de ser Leith el que penetrara por San Vicente, junto a la Puerta de las Palmas, girando a la derecha para coger de flanco a los defensores de la brechas el que ayudara a desenredar la situación. Picton ya hacía tiempo que había tomado el castillo, sorprendiendo a la débil defensa, y lo ocupaba sin poder salir de él.

El General Philippon al ver atacantes dentro de la ciudad, en varios puntos, decide retirarse al Fuerte de San Cristobal, donde se rendirá al amanecer del día

8.- El Mariscal Soult recibe en Villafranca de los Barros la noticia de la rendición de Badajoz, que durante varios días será saqueada por los asaltantes británicos, que causarían más daño en la población civil de los que habían provocado los ocupantes durante cerca de un año.

24.- Wellington ordena a Hill que se prepare para atacar “Lugar Nuevo”, en las proximidades de Almaraz.

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 Mayo

 Dueño Wellington de la frontera portuguesa decide asestar un golpe por la zona norte, Salamanca, lo que le permitiría penetrar en Castilla y cortar las principales vías de comunicación con Francia, quedando casi aislados los ejércitos franceses de Andalucía y del centro.

El llamado Ejército francés de Portugal, establecido en Salamanca y nortede Cáceres, era dueño del Camino Real de Madrid, lo que permitía una rápida reunión de éste ejército con el de Andalucía, como ya había sido probado anteriormente.

7.- Wellington despacha la orden de ataque a Lugar Nuevo, puente de barcas establecido y custodiado por los franceses en las inmediaciones del derruido puente de Almaraz.

El Mariscal francés Marmont ordena al General Foy, División 1, que refuerce la vigilancia de Lugar Nuevo.

11.- El general británico Hill parte de Almendralejo en dirección Mérida, donde ha de reunirse con nuevas fuerzas para dirigirse a Jaraicejo.

12.- El Regimiento de Infantería 2º de Jaén entra en Olivenza, donde permanecerá hasta el 20.

13.- Hill atraviesa el Guadiana por Mérida y toma el camino de Madrid, el

14 pernoctará en Villamesía y el 15 en Trujillo.

16.- Las fuerzas de Hill se establecen en un bosque cercano a Jaraicejo con la misión de sorprender al día siguiente a las guarniciones franceses en el puerto de Miravete.

17.- Las tropas del General Hill, divididas en tres columnas, dos para atacar la altura de Miravete y una para atacar lugar Nuevo son advertidas por los franceses, bien atrincherados en el castillo antiguo y otras obras controlan el paso.

18.- Al anochecer de éste día Hill con su columna de ataque inicia el avance por el Paso de la Cueva hacia La Higuera y Romangordo , para alcanzar su objetivo, Fuerte Napoleón, al amanecer del 19.

19.- El paso del río Tajo estaba custodiado al sur, margen izquierda, por el llamado Fuerte Napoleón, en una altura que dominaba el paso y una obra fortificada en la misma orilla, cabeza de puente, y por el norte, margen derecha, por una pequeña luneta y el llamado Fuerte Ragusa.

Hill despliega sus 3.000 hombres, sin ser notado, muy cerca de Fuerte Napoleón, defendido por unos 200 franceses. Al amanecer se inicia un ataque de diversión en las alturas de Miravete y poco después el asalto de unos 500 hombres contra el Fuerte Napoleón y la obra de la orilla, otros 500 soldados aliados, permaneciendo el resto como reserva en caso necesario. Tras una primera  resistencia francesa, muy dura, son superados y deben replegarse a la cabeza de

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puente, donde el pánico se apodera de la guarnición que incluso se arroja al río para escapar. Al norte Fuerte Ragusa intenta ayudar , con sus fuegos de artillería,pero al ver a los aliados atravesar el el Tajo se dan a la fuga sin combatir.

Los ingleses se apoderan de Lugar Nuevo y algunas patrullas llegan incluso a Almaraz, luego destruyen todas las obras y el puente de barcas, dejando imposible el paso del Tajo.

20.- Se retiran todas las fuerzas aliadas de la zona de Mirabete. Hill permanecerá dos días en Trujillo antes de alcanzar Mérida el 27.

21 y 22.- Escándalo en Valdefuentes donde un teniente del Batallón de Infantería de Mérida se conduce de manera violenta contra las autoridades reclamando diversas raciones de pan y carne.

24.- Los franceses reaccionan tarde ante esta sorpresa y, no pudiendo pasar el Tajo en este punto, el General Foy lo hará por el Puente del Arzobispo el 21. Alcanzan el 22 Bohonal y al día siguiente Romangordo. El 24 Jaraicejo y Trujillo el 25.

Coincidiendo con esta operación, el General Wellington encarga al Coronel Sturgeon y al Mayor Todd el arreglo del Puente de Alcántara.

28.- Tras dejar patrullas en el Puerto de Santa Cruz y Trujillo, el General Foy retrocede por la comarca de Guadalupe. Alcanza Torrecilla esta noche y Castañar al día siguiente.

 Junio

1.- El Regimiento de Caballería Sagunto sostiene combates en Santa Marta de los Barros.

5.- Combates en Usagre, donde toma parte el Regimiento de Caballería Sagunto.

10.- Combate de Berlanga. Interviene el Regimiento de Caballería Sagunto.

11.- El Puente de Alcántara queda practicable, incluso para la artillería, lo que significa una mejora de las comunicaciones norte sur de las fuerzas aliadas;que tiene mucho más valor al contar con la pérdida francesa del paso del Tajoen Lugar Nuevo.

Combate de Maguilla.

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 Julio

 24.- La Regencia confiere la Capitanía general de Extremadura y la Presidencia de la Real Audiencia al Marqués del Palacio, Domingo Mariano Traggia y Uribarri .

 Octubre

 24.- Se constituye la Diputación provincial de Extremadura y se disuelve la junta Suprema de Extremadura.

 

7. FUENTES DOCUMENTALES.

 ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA, Hojas de servicio y expedientes personales.

ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE BADAJOZ, Colección Documental de la Junta Suprema de Extremadura, Comisión Militar,

 INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA MILITAR, Madrid, Colección documental del Fraile.

8. BIBLIOGRAFÍA BÁSICA.

 – ALBA ABAD, J. Parte activa que tomaron las armas de Infantería y Caballería en los diversos combates que tuvieron lugar en la provincia de Badajoz con motivo de la Guerra de la Independencia, Badajoz, Ateneo, 1908 (22).

– CHABY, CLAUDIO DE, Excerptos históricos e collecçao de documentos…, Lisboa, Imprensa Nacional, 1875.

– CLONARD, Conde de, Historia orgánica de las Armas de Infantería y Caballería, Madrid, 1851-1859.

– FLETCHER, I. Badajoz 1812, Wellington’s bloodiest siege, Oxford, Osprey Publishing, 1999.

– FREIRE LÓPEZ, ANA Mª. Índice bibliográfico de la Colección Documental del Fraile, Madrid, Servicio Histórico Militar, 1983.

– GÓMEZ DE ARTECHE, J. Guerra de la Independencia. Historia militar de España de 1808 a 1814, Madrid, Imprenta del Crédito Comercial, 1868.

(22) …Obra premiada por el Ateneo de Badajoz en el Concurso de 16 de Abril de 1908…

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 – GÓMEZ VILLAFRANCA, R. Extremadura en la Guerra de la Independencia Española, Badajoz, Tipografía Uceda Hermanos, 1908 (23).

– LAMARE, C. Relación de los sitios y defensas de Olivenza, Badajoz y Campo Mayor en 1811 y 1812, Badajoz, Tipografía La Alianza, 1934.

– LAMILLA PRÍMOLA, J. “La Guerra de la Independencia en Fuente de Cantos a  la luz de los Libros sacramentales” en VII Jornada de Historia de Fuente de Cantos, Badajoz, Diputación Provincial, 2007.

– MELÉNDEZ TEODORO, A. Apuntes para la historia militar de Extremadura, Badajoz, 4 Gatos, 2008.

– REGIDOR, DIEGO B. “Reseña de la batalla de Canta-Gallo (Llerena) aclarando a cual de los dos ejércitos beligerantes correspondió la gloria en aquella jornada” en Revista Archivo Extremeño nº 4, Badajoz, 25 mayo 1908, página 112.

– RINCÓN GIMÉNEZ, J. Periódicos y Periodistas Extremeños (De 1808 a 1814), Badajoz, Editor Vicente Rodríguez, 1915.

– SÁNCHEZ ALZÁS, CARLOS J. “La presencia francesa en Plasencia durante la Guerra de la Independencia (1808-1812)” en Revista Alcántara nº 59-60, Diputación Provincial, 2004.

– SAÑUDO, J. J. Base de datos sobre las Unidades militares en la Guerra de la Independencia española, Madrid, Minisdef/Instituto de Historia y Cultura Militar, 2007.

– SARMIENTO PÉREZ, JOSÉ, La Junta Suprema de Extremadura en la Guerra de la Independencia Española, Badajoz, Junta de Extremadura/Consejería de Cultura, 2008.

– SERVICIO HISTÓRICO MILITAR, Diccionario bibliográfico de la Guerra de la Independencia Española, Madrid, Talleres del Servicio Geográfico, 1944-47.

– SERVICIO HISTÓRICO MILITAR, Guerra de la Independencia, ponente Juan Priego López Madrid, editorial San Martín, 1989-2000.

(23)  Hay una reedición, solo de la 1ª Parte, en : … Badajoz, Muñoz Moya Editores Extremeños, 2004, impresa en Sevilla.

Dic 042013
 

Juan Antonio González Caballero. 

 

   ● Trayectoria vital hasta ser nombrado Diputado en las Cortes de Cádiz

 Nació Diego Francisco Muñoz Torrero en el municipio de Cabeza del Buey (Badajoz) el 21 de enero de 1761. Su familia era de origen modesto[2], pero cuando nació Muñoz Torrero, su familia pertenecía a la clase media[3] del municipio.  No poseían ningún título nobiliar, aunque esto no implicaba que la familia no hubiese ejercido algún cargo dentro de los oficios concejiles del municipio, al tiempo que por tradición familiar, varios de sus miembros se habían dedicado al oficio de la fe. El padre de Muñoz Torrero, Diego Antonio Muñoz Torrero, pertenecía a una de las familias acomodadas y de cierta influencia política dentro del pueblo, se había licenciado por la Universidad de Salamanca en la especialidad de Farmacia y en Cabeza del Buey ejercía de farmacéutico y de profesor de Latín, además de algún cargo dentro del ayuntamiento. La madre de Muñoz Torrero se llamaba María Francisca Ramírez Moyano y tenía veinte tres años de edad cuando se casó con Diego Antonio, tuvo dos hijos con éste, uno es el protagonista de esta comunicación y el otro es su hermana llamada María Ursula, ambos nacidos en un corto período de tiempo, lo que melló la salud de María Francisca de tal modo que falleció al poco de nacer su hija. 

 

Muñoz Torrero comenzó sus estudios en su pueblo, demostrándose muy pronto su buena aplicación e interés en los mismos. Su padre pronto lo encaminó por la vía de la carrera eclesiástica, una de las pocas opciones que podía tener Muñoz Torrero, como habitante del pueblo llano que era, para poder alcanzar cierto renombre y desahogo[4] vital. Esto no quita del hecho de que el propio Muñoz Torrero sintiera la llamada de la fe para dedicarse al oficio de la religión, hay que tener en cuenta que estamos en una sociedad, donde la religión era vivida con auténtica pasión y devoción. Al tiempo que parecía resolverse el futuro del joven, éste destacaba en los estudios de Latín impartidos por su padre, lo que le llevó a que a la temprana edad de once años[5], corría por tanto el año de 1772, le acompañara a la Universidad de Salamanca para que prosiguiera allí sus estudios, aunque no aparece constancia como registrado como estudiante en los archivos de esta institución hasta 1776[6].

 

Estos años son los años del reformismo de Carlos III que impregnan todos los ámbitos de la vida política, social, cultural y económica de la nación española. Por tanto la vetusta Universidad salmantina no iba a verse a salvo de tales reformas, dentro de ella se vivía un intenso debate entre diversas fuerzas sociales e intelectuales, unas mas apegadas al reformismo y a la luz de la ilustración y de la razón humana[7] y otros mas apegadas al conservadurismo y encajonados en los dictados bíblicos[8].Las materias impartidas, los libros y las Cátedras sufrieron una revisión profunda[9], al aprobarse en 1771 un nuevo Plan General de Estudios, que modernizaba la institución salmantina al acorde de los nuevos tiempos de la luz de la razón. En estos años en Salamanca se podía respirar por tanto un nuevo aire que impregnaba las viejas aulas universitarias, eran los aires de la ilustración y del primitivo liberalismo, un aire que venía de más allá de los Pirineos y que poco a poco se extendía por la Península. Ciencias como las matemáticas, la física, la medicina, las ciencias naturales o la jurisprudencia sufrían un renovado ímpetu acorde con los nuevos tiempos[10]. Por tanto, es plausible pensar que Muñoz Torrero se viera impregnado de este renovado e ilustrado ambiente cultural, matriculándose el 10 de enero de 1777, una vez demostrados sus conocimientos en lengua latina, gramática y retórica en la Facultad de Artes (Filosofía), pasando a residir en el Colegio Mayor Calatrava. Muñoz Torrero era un alumno aplicado y trabajador[11] quedando constancia de su buen espíritu y constancia de sus estudios en las notas  y citas que sus profesores hacían de él.  A finales de 1778 obtiene, previo examen, el título del Bachillerato en Artes, lo que le permitía el ingreso en cualquiera de las facultades mayores.

 

En lo siguientes años orientará su formación hacia los estudios teológicos y filosóficos, que le servirían de base para su carrera eclesiástica. El 11 de junio de 1783, con 22 años, se gradúa como Bachiller en Teología, prosiguiendo los estudios con el fin de Licenciarse. Sus notas, actitud y trabajo son de sobresaliente, lo que hace que sus profesores se fijen en él para nombrarlo en 1784 primeramente Catedrático de Filosofía en sustitución de un profesor convaleciente y dos años después Catedrático de Regencia de Artes. Durante este periodo de febril actividad académica, el joven Muñoz Torrero se decide definitivamente por la vida religiosa. Un par de años después consigue el grado de Licenciado en Sagrada Teología y es reconocido por el claustro de profesores como una persona de gran categoría intelectual y humana, lo que hace que, apenas transcurridas tres semanas desde su nombramiento como licenciado, sea elegido Rector. El cargo de Rector por esta época era detentado durante dos años y demuestra el alto grado de estimación al que había llegado el protagonista de este relato entre sus compañeros de carrera y profesores, y aunque su posesión estaba aparejada a numerosos gastos que corrían de la cuenta del titular, esto no achanto de ninguna forma a Muñoz Torrero, para ejercerlo. Con apenas 27 años ejercía de Rector, de la universidad española más importante de la época, el joven Muñoz Torrero, que declaro durante la presidencia de su primer Claustro:

 

Muy gozoso me hallo por la obtención de tan honrado empleo (…) ofrecía y dedicaba (su persona y empleo), desde luego, al servicio de la universidad, esperando que por ésta se le comunicasen las órdenes y preceptos necesarios para ponerlos en ejecución con toda puntualidad, exactitud y debido cumplimiento”[12]

 

Ejerció en su nuevo puesto de forma inteligente y cordial, entregado al trabajo que se le encomendaba y totalmente respetuoso con la tradición universitaria y con la institución a la que representaba[13]. Introdujo algunas novedades, que a su modo de ver podían hacer mejorar la investigación y el progreso de la docencia en el seno de la Universidad, pero del mismo modo, le toco el ejercicio de su cargo durante unos años difíciles, cuando el temor a la Revolución se extendía por toda Europa y las luchas dentro de la universidad a favor y en contra de las nuevas filosofías y conocimientos estaban a la orden del día. Además de estos “nuevos peligros” acordes con los acontecimientos históricos del momento, hay que señalar que en su conjunto la Universidad española estaba en clara decadencia, faltaban los medios y quizás los espíritus para renovarla y hacer que sus programas de estudios fueran mas acordes con los nuevos tiempos, dotándolos de la energía y de los medios para llevarlo a cabo.  A pesar de todas estas dificultades, Muñoz Torrero no desfalleció en su trabajo y siempre lucho por la calidad de los estudios universitarios impartidos en Salamanca. Durante su ejercicio como Rector llevó a cabo una serie de medidas que demuestran el alto grado de esfuerzo y valía personal que puso en su trabajo, entre otras medidas son a destacar las siguientes: la conservación de la colección de Yerbas existente en la Universidad; su particular interés por el incremento de los fondos existentes en la Biblioteca Universitaria; su actuación positiva para solventar los conflictos existentes entre las Facultades de Medicina y Artes por un lado, y las de Teología y Jurisprudencia por otro; el esfuerzo que le supuso la creación del Colegio de Filosofía; su preocupación por la reforma de los métodos de enseñanza en todos los centros universitarios, especialmente en Filosofía, Matemáticas y Medicina o la labor desarrollada en materia de cambio de planes de estudio, prácticas académicas y libros de textos; son todas estas acciones, ejemplo de la capacidad de trabajo y dedicación que Muñoz Torrero ejerció durante su rectorado de la Universidad. Durante los dos años de su rectoría, de noviembre de 1787 a 1789, además de llevar a cabo todos proyectos antes mencionados, dedicó Muñoz Torrero su tiempo libre a la lectura, sacando provecho de la rica biblioteca de la Universidad, donde sin duda consultaría no sólo obras de teología y filosofía, sino también toda producción extranjera novedosa sobre asuntos de reformas políticas y sociales, conociendo en profundidad los acontecimientos acaecidos en Francia y el sistema de gobierno inglés. Sin lugar a dudas, fue durante estos años cuando Muñoz Torrero fue configurando su personalidad, llenándola de valores políticos e intelectuales que tanto le iban a guiar en los futuros años, durante su actividad parlamentaria en las cortes gaditanas. También acudía durante estos años a las tertulias organizadas por el abogado Ramón de Salas en su casa o en su despacho, donde militares, juristas, estudiantes, nobles o filósofos intercambiaban ideas y opiniones, todas ellas encuadradas en el espíritu de los nuevos tiempos. Durante esta época trabó amistad con diversos personajes, que nutrirían posteriormente las filas del liberalismo, como el poeta Manuel José Quintana[14]. Concluido su ejercicio como Rector, decidió dedicarse en exclusiva al ejercicio de la vida religiosa, abandonando la Universidad.

 

Desde el abandono de la universidad hasta la primavera de 1808, las noticias sobre la  vida de Muñoz Torrero son escasas. Si hay constancia de que Muñoz Torrero se trasladó a finales de 1792 a Madrid, para opositar a una de las capellanías que se encontraban vacantes adscritas a la iglesia de San Isidro[15]. Quiso la historia que en esta misa época el también extremeño Manuel Godoy llegara a la calidad de Primer Ministro del Reino, aunque esta coincidencia de origen de poco sirvió a Muñoz Torrero para acceder a la capellanía que opositaba, pues a pesar de realizar brillantes ejercicios, al final la capellanía fue dada a uno de los adictos a Godoy. A pesar de esta injusticia, quiso la suerte del destino sino es mejor decir la valía propia de Muñoz Torrero, que el Marqués de Villafranca del Bierzo se fijara en su persona para concederle una canongía, como patrono que era de una Colegiata[16]. A partir de este momento las noticias sobre la vida de Muñoz Torrero son mayores, corriendo ya el año de 1808; permanecerá ocupando la canongía hasta su traslado a la Isla de León, a finales del verano de 1810, en la condición de diputado por la Provincia de Extremadura. Es a partir de estos años cuando Muñoz Torrero comienza a labrarse su puesto en la historia de España, al tiempo que los avatares de este personaje comienzan a entrelazarse con la patria a la que defendería en contra del invasor francés. Se suceden los acontecimientos de mayo de 1808 en Madrid, de los que no es ajeno Muñoz Torrero, pues es uno de los que arengan al pueblo madrileño en contra del invasor[17]; tras estos hechos, se dedica a organizar en la clandestinidad la resistencia patriótica y se pone en contacto con amigos y afines de la causa patriótica de Andalucía y Extremadura[18]. Testimonio excepcional de los acontecimientos de 1808 sobre suelo extremeño nos lo da José María Blanco White que en el momento del alzamiento se encontraba viajando por tierras extremeñas, pudiendo ver la “ciega ira del pueblo” contra todo aquel que fuera sospechoso de colaborar con los franceses y que en mas de una ocasión pusieron en serio peligro al escritor y sus acompañantes; algunas de su impresiones fueron:  “En muchos pueblos importantes, la capa de patriotismo había servido de excusa para entregarse a la desdichada propensión que tienen los españoles del sur a derramar sangre y que deslustra sus muchas buenas cualidades (…) la mayor parte de los asesinatos que nos contaron eran de españoles que con toda probabilidad debieron su triste suerte a envidias y venganzas particulares, y no a sus opiniones políticas” , en el pueblo de Almaraz sus habitantes declaraban a las autoridades: “queremos matar a alguien señor (…) En Trujillo han matado a uno; en Badajoz, a uno o dos; en Mérida a otro y nosotros no queremos ser menos. Señor, queremos matar a un traidor[19].”

 

            Muñoz Torrero añadió su granito de arena, con sus sugerencias y consejos a diversos personajes, para organizar las Juntas de Defensa contra el enemigo francés. Se ve pues en la actitud tomada por Muñoz Torrero, ante los acontecimientos extraordinarios por los que pasaba la nación, a un religioso con ideas políticas liberales, un liberalismo eso si, con carácter moderado, que defiende la independencia de su patria frente a la invasión extranjera y que defiende al mismo tiempo, el derecho y la soberanía del pueblo para defenderse contra la agresión llegada de allende de los Pirineos. A medida que se alargaba el conflicto contra el francés, aumento la opinión de que era necesario la convocatoria de Cortes, ante los continuos reveses militares, pues muchos eran de la opinión de que parte de estos desastres, se debía al echo de carecer de instituciones adecuadas, que hicieran frente a los acontecimientos tan extraordinarios por los que atravesaba el país[20]. Si la guerra contra Francia había contribuido decididamente a afirmar el concepto de nación española entre las gentes que se levantaban en armas[21], será bajo la supervisión de la burguesía revolucionaria auténticamente afrancesada, en Cádiz, cuando se de consistencia legal y constitucional a este concepto[22]. De todas formas, en opinión de diversos historiadores, las Cortes de Cádiz surgen y se desarrollan en base a un triple problema de legitimidad, de representación y de autoridad[23]. A la altura de 1809, un amplio sector de la opinión ilustrada estimaba que sólo unas Cortes estaban legitimadas para legislar[24]; como bien cuenta Jovellanos a su amigo Lord Holland, su convocatoria se convierte en “la grande affaire” y Alcalá Galiano ven en las mismas “el fiel traslado del estado de la nación”.

 

A Extremadura le correspondían, nueve representantes por la provincia, uno por la Junta superior de la misma y otro por cada una de las ciudades extremeñas, que lo hubiesen enviado a las Cortes de 1789, con lo cual ocupaba la posición octava dentro de las treinta y dos provincias o comarcas llamadas a constituir las Cortes[25]. Muñoz Torrero consigue el apoyo de sus correligionarios[26] para representar a su región en las Cortes, como diputado por la Provincia de Extremadura. Antes de su elección, el 23 de julio de 1810 se habían reunido en la ciudad de Badajoz los 24 electores de partido a quienes correspondía nombrar, de entre ellos, a los 12 representantes en Cortes por la provincia extremeña. Hubo diversas irregularidades durante la sesión, muestra del ambiente crispado de las discusiones es el hecho de que hasta las dos de la madrugada del día siguiente no se dio por concluido la reunión; la elección de Muñoz Torrero fue puesta en tela de juicio y recurrida ante la junta electoral[27] por varios personajes, como el Prior de Magacela, el Gobernador de Villanueva de la Serena y otros representantes parroquianos de la comarca, todos ellos se oponía a la elección de Muñoz Torrero como diputado en Cortes, por que veían en él a un individuo de marcada y reconocida tendencia liberal[28].

 

 

● Diputado en las Cortes gaditanas  

 

Los gaditanos esperaban con esperanza y expectación el inicio de las Cortes[29],  encontrándose Muñoz Torrero en la Isla de León (Cádiz) el 24 de septiembre en la apertura de las Cortes[30]. Los testimonios de aquel histórico momento, nos describen a Muñoz Torrero como un anciano venerable, que vestía el hábito sacerdotal, de reposado y majestuoso continente, de dulce, pero enérgica mirada y con un semblante austero y simpático. Pidió la palabra y todas las miradas de la sala volvieron sus ojos hacia el ángulo del salón de donde salía la voz de sacerdote extremeño, en tanto que éste, con tranquilo y reposado ademán, pero iluminado por la grandeza del momento, esperaba que la presidencia le concediese el uso de la palabra[31]. Y con gran valentía tomó la voz, “como movido por un designio misterioso de la providencia de los pueblos”[32], para dirigirse a los diputados y se puede afirmar que sus palabras no iban sólo dirigidas a éstos, sino a todos los habitantes de aquella España convulsionada, a los ejércitos ocupantes y a un Fernando VII ausente y mezquino.  Su voz, sus palabras, con su significado y trascendencia, formarían parte de la historia de España con letras de oro; sus palabras eran mas poderosas que mil bayonetas y demuestran que la voz y espíritu de un individuo antes anónimo, pueden cambiar el curso de la historia de los pueblos[33].  En aquel pequeño  punto de la geografía patria, resonó la voz de Muñoz Torrero, para dar aliento a aquellos que veían desvanecerse a la patria en el fuego de la guerra y para hacer frente a aquellos que se oponían a las Cortes o a los afrancesados que años después declararía en folletos:

 

“Esa Constitución, que habéis proclamado, ¿quién ha de establecerla? ¿para qué pueblo la habéis formado? ¿de donde os viene la misión para arreglar los derechos de una nación que esta bajo otro dominio? Esos títulos de regentes y representantes con que tan fastuosamente os decoráis, ¿qué significan?  ¿en nombre de quien intentáis gobernar, y a quién representáis? ¡Insensatos! El voto de una facción encerrada en el último punto de la monarquía no puede prevalecer contra todas las provincias, que no anhelan sino la paz que vosotros alejáis”[34]

 

Las crónicas de la época y los estudios históricos posteriores, destacan el carácter afable de Muñoz Torrero, unido esto al prestigio adquirido en Salamanca, a su edad superior a la de la mayoría de los diputados liberales y a su condición de sacerdote, tuvieron que señalarle como el mas idóneo para pronunciar aquel discurso inaugural y transcendental[35]. Y ante los diputados declaró:

 

…cuán conveniente sería decretar que las Cortes Generales y Extraordinarias estaban legítimamente instaladas; que en ellas reside la Soberanía; que convenía dividir los tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, lo que debía mirarse como fundamental, al paso que se renovase el reconocimiento del legítimo Rey de España, el Sr. Fernando VII, como primer acto de la Soberanía de las Cortes, declarando al mismo tiempo nulas las renuncias hechas en Bayona, no sólo por falta de libertad sino, muy principalmente, por la del consentimiento de la Nación…”[36]

 

La falta de taquígrafos nos impide leer de forma exacta su intervención, pero estas palabras, entre otras, fueron declaradas por Muñoz Torrero con serenidad y definen los principios fundamentales en que había de basarse el proceso revolucionario de Cádiz: Los Diputados allí reunidos, eran auténticos representantes de la Nación española, que se declaraban legalmente constituidos en Cortes Generales y Extraordinarias; que en ellas residía la Soberanía Nacional y, la necesidad y conveniencia de la separación de los poderes, como pilar básico donde se asentase el nuevo edificio constitucional. Las sentencias hechas por Muñoz Torrero fueron recogidas en una minuta[37], que fue discuta por los diputados, en una sesión que se prolongó hasta las 12 de la noche del mismo día[38], para ser aprobada posteriormente por unanimidad, tras acalorado debate, para ser publicada para conocimiento del público y ratificada por el Consejo de Regencia para darle validez legal y base jurídica para el futuro. La declaración decía así:

 

“Los Diputados que componen este Congreso y representan a la Nación española se declaran legítimamente constituidos en Cortes Generales y Extraordinarias, en las que reside la Soberanía Nacional”

 

Estas palabras, recogidas en el primer párrafo del documento significaban que las Cortes se constituían como un poder revolucionario, auténtico depositario de la soberanía y que las decisiones aprobadas por ellas, guardaban preeminencia sobre el resto de disposiciones de las Instituciones del Estado. Mas adelante afirmaba que:

 

Las Cortes generales y extraordinarias, conformes en todo con la voluntad general, pronunciada del modo más enérgico y patente, reconocen, proclaman y juran de nuevo como único y legítimo Rey al señor Don Fernando VII de Borbón, y declaran nula, de ningún valor ni efecto, la cesión de la Corona que se dice hecha en poder de Napoleón, no sólo por la violencia que intervino en aquellos actos injustos é ilegales, sino principalmente por haberle faltado el consentimiento de la Nación”

 

Estas afirmaciones declaraba nula la irregular cesión de los derechos de la Corona española hechas a Napoleón y por tanto se declaraba ilegítimo e ilegal el reinado de su hermano José Bonaparte. A los dos principios antes mencionados se unían otros, como el de la separación de poderes; el de la responsabilidad del poder ejecutivo ante el legislativo; el de designación parlamentaria del Gobierno, el de la inviolabilidad de los Diputados y el de que las Cortes serían competentes para el nombramiento y remoción de las autoridades de todo tipo. Con estos principios comenzaba su andadura una nueva concepción de Estado, que hacía entrar a España en la Historia Contemporánea y se ponía fin al poder arbitrario y absoluto del titular de la Corona. El Decreto de 24 de septiembre iba a significar la piedra angular sobre la que iba a basarse la Constitución que dos años mas tarde se juraría[39] y su transcendencia futura fue tal, que puede considerarse como el acta fundacional del partido progresista en España[40]. En los siguientes meses, Muñoz Torrero, se dedicó en cuerpo y alma a su oficio de Diputado, pasaba muchas horas en la Sala de las Cortes preparando las sesiones, discutiendo  en los pasillos o interviniendo en los debates parlamentarios. Fue Muñoz Torrero un orador de discursos cortos y concisos, prefería la brevedad al lucimiento personal con discursos retóricos, llenos de elementos estilísticos al que eran propensos otros diputados como Agustín de Argüelles o José María Calatrava. El objetivo final y deseado por Muñoz Torrero era la aprobación de un texto constitucional que sirviera de soporte para la España que él y muchos diputados imaginaban en su cabeza, una nación renovaba por los principios liberales y que sin duda, no sólo harían a esta nación vencer a sus enemigos actuales, las tropas invasoras francesas, sino que también servirían para acabar con los enemigos internos: el mal gobierno, el despotismo, la oscuridad de la religión y la falta de la luz de la razón y de la cultura entre el pueblo anónimo del que aquellos diputados eran representantes.

 

Las intervenciones de Muñoz Torrero eran seguidas por atención por los diputados y el público que asistía a las discusiones de las Cortes, pronto se gano fama de ser persona modesta y humilde y las palabras vertidas en sus discursos denotaban todo aquel saber acumulado por los años pasados en Salamanca. Participó en nueve comisiones creadas por las Cortes, para tratar diversos asuntos[41], presidió las mismas Cortes por algún tiempo y participó activamente en muy diversos debates, sobre todo aquellos en los que estaba en juego las doctrinas liberales a las que era tan apegado, tales como la Libertad de imprenta, la redacción del texto constitucional o la abolición del Santo Oficio. En palabras de Rafael María de Labra:

 

“su carácter y rasgo personal, su intervención en los actos y resoluciones más señaladas de las Cortes gaditanas, su posición o influencia dentro de ellas (…) le hacen muy superior a todos sus compañeros y le aseguran tal representación que no se puede hablar absolutamente de aquellas Cortes sin hablar de Muñoz Torrero”[42]

 

Además de la actividad parlamentaria, escribió artículos periodísticos para hacer conocer a un número mayor de público, todas aquellas discusiones y negociaciones que dentro de las Cortes ocurrían, para que el pueblo no fuera desconocedor de los asuntos tratados allí, además de servir como reflejo de las ideas que defendía. En las siguientes páginas analizaré con más detenimiento algunas de las intervenciones donde la figura de Muñoz Torrero tuvo especial relevancia durante estos años de Cortes:

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La Constitución. A finales de 1810 se planteaba dentro de las Cortes, la urgencia de redactar un texto constitucional; para recoger en él los principios en los que debía fundamentarse las acciones del nuevo Estado ideado por los diputados. Al poco tiempo se creaba una Comisión formada por trece diputados, entre los que se encontraba Muñoz Torrero, para que propusieran un Proyecto de Constitución Política de la Monarquía. La tarea de confección de dicho documento comenzó en marzo de 1811, fecha en la que también fue elegido Muñoz Torrero para presidir la Comisión[43], al tiempo que su participación dentro de dicha Comisión fue de mucha relevancia, pues parte de su ideario se vio traducido poco después en la elaboración de los artículos 1,2,3 y 13 del proyecto constitucional. En agosto de 1811 se presentaron ante el Congreso los resultados de la Comisión y al poco tiempo se iniciaron los debates acerca del proyecto, con lo que en palabras de su Presidente se colocaba:

 

“la primera piedra del magnífico edificio que ha de servir para salvar á nuestra afligida Patria y hacer la felicidad de la Nación entera, abriéndonos un nuevo camino de gloria”[44]

 

Muñoz Torrero participará activamente para defender o aclarar los numerosos artículos del texto constitucional, al tiempo que paradójicamente afirmaba que en él no se hallaban nada nuevo que no estuviese ya consignado en los diferentes cuerpos de la legislación española; lo que demuestra el intentó que hizo por unir los nuevos principios liberales con las tesis mas conservadoras que defendía la continuidad tradicional. El texto constitucional tuvo que ser defendido de aquellos diputados que lo acusaban de estar hecho en base de los principios revolucionarios franceses y de no respetar las antiguas leyes, que desde tiempos antiguos venían rigiendo los reinos que formaban España. Muñoz Torrero y los demás diputados liberales tuvieron que preocuparse por impedir que los principios liberales contenidos en el texto constitucional fueran modificadas y evitar que no fueran cambiados en el futuro cercano.

 

El principio de Soberanía Nacional. Ésta se hallaba depositada en las Cortes en su calidad de único órgano de representación y estaba recogido en el Título I, Capítulo I (arts. 2 y 3) del proyecto de Constitución. La cuestión de la Soberanía Nacional dividió a los diputados en dos grupos, para los absolutistas, ésta no existe si no es refiriéndose al monarca. Para los liberales, la nación se sitúa por encima del soberano, que se limita a ratificar y hacer ejecutivas las decisiones adoptadas por las Cortes, primera institución del reino. Muñoz Torrero defendió con verdadera pasión el principio de Soberanía Nacional defendido por los liberales, contra aquellos conservadores que arremetían contra él, pues representaba por escrito el pensamiento del diputado extremeño. Muñoz Torrero defendía que la Soberanía había residido siempre en la Nación, aunque fue despojada de ella por la actuación arbitraria y despótica de sucesivos Gobiernos tras la implantación de la monarquía absoluta. Los antiguos códigos legales de los diferentes reinos o provincias que componían la Península demostraban que, en otro tiempo, los reyes no habían tenido en exclusiva el poder de gobierno sobre sus vasallos y que sus actuaciones habían estado sometidas a las normas aprobadas por las Cortes.

 

El concepto de Nación. Establecido el concepto de Soberanía Nacional, éste va ligado al de Nación, que debía ser libre e independiente. La Nación era para los liberales gaditanos y por tanto para Muñoz Torrero, una e indivisible, se debía alcanzar la unificación legal de todos los territorios que la constituían, que debían ser divididos en provincias, eliminando de esta forma los diferentes fueros existentes en diversos territorios de la nación. Logrando estas premisas previas, se conseguiría un Estado independiente, fuerte y homogéneo. A nivel local, el ayuntamiento es más que un agente ejecutivo, pues sus actividades se rigen por reglas uniformes. El centralismo preconizado por los liberales gaditanos en nombre de la eficacia, se aplica también a las posesiones de ultramar, pues ven que los movimientos nacionalistas surgidos allá, llevan hacía el desmembramiento de la metrópoli.

 

La configuración del Estado liberal. Para la configuración del soñado Estado liberal se era necesario una división de poderes, que vendría a sancionarse en el título II, capítulo III (arts. 15, 16 y 17) del proyecto constitucional, donde se recogen las atribuciones y competencias de cada uno de estos poderes. Muñoz Torrero defendió esta división de poderes al tiempo que defendía las diferentes parcelas de poder acotadas a cada uno de ellos. Después se interesó por el papel que debía jugar la Corona dentro del nuevo Estado. Aunque la Constitución declaró que “la persona del Rey es sagrada e inviolable” Muñoz Torrero defendió que las atribuciones del Monarca debían ser reducidas a simple cabeza del poder ejecutivo, creándose por tanto como forma de gobierno en la nación española la Monarquía parlamentaria[45].  La Constitución de Cádiz restringe los poderes ejecutivos del Monarca después de haber suprimido sus poderes legislativos. El Rey debía estar asesorado por un secretario de Estado y un organismo consultivo: el Consejo de Estado. Entre el Rey y los ciudadanos se interponen los jefes políticos, dotados de amplios poderes, que preconizan a los poderosos gobernadores civiles de tiempos posteriores.

 

Los derechos individuales. El tema de los derechos individuales aparecen formalmente por primera vez durante la discusión del art. 5º del proyecto constitucional, por parte de los diputados. Posteriormente los derechos individuales vendrían recogidos también en los arts. 6, 8, 9, 10 y 247 del texto constitucional. Las palabras de Muñoz Torrero recogidas por el Diario de sesiones son que:

 

hay dos clases de derechos, unos civiles y otros políticos: los primeros, generales y comunes a todos los individuos que componen la Nación, son el objeto de la justicia privada y de la protección de las leyes civiles; los segundos pertenecen exclusivamente al ejercicio de los poderes públicos que constituyen la soberanía”[46]

 

Estas palabras de Muñoz Torrero denotan que los derechos civiles, aparecidos en el momento en que el individuo junto a otras personas forman una sociedad, deben ser defendidos, extendidos y conservados en todo momento y circunstancia por la justicia. En cambio, los derechos políticos podían cambiar y variaban en función con el sistema elegido como forma de gobierno por cada comunidad de individuos. La concepción de Muñoz Torrero era por tanto igual a la defendida desde tiempo atrás por los teóricos del liberalismo burgués, que defendían la trilogía clásica de: libertad civil, igualdad y propiedad. El individuo podía hacer uso de sus derechos políticos, participando en el poder legislativo o eligiendo a los representantes de los órganos de gobierno o de la gestión gubernativa. Una de las libertades fundamentales para Muñoz Torrero y que defendió con especial fuerza fue la de la Libertad de expresión. Los diputados liberales defendieron la libertad de imprenta, como una de las bases del mantenimiento de un régimen liberal de gobierno. Tengo que decir que, la prensa y su libre circulación había aumentando muchísimo debido a las excepcionales circunstancias por las que atravesaba la nación y por tanto los diputados congregados en Cádiz vieron necesario su regulación. Otra de las libertades esenciales era la de la igualdad legal entre los individuos, lo que se tradujo en discusiones entre diputados peninsulares y los americanos, que veían socavados sus derechos frente a éstos primeros. Muñoz Torrero defendió una nivelación, aunque con matizaciones, de los derechos individuales entre peninsulares y ultramarinos, pues ambos eran ciudadanos españoles. También no vio necesario la inclusión en el articulado de la futura Constitución un punto explicito que hiciera referencia al derecho de la igualdad legal entre los individuos.

 

Muñoz Torrero tomo una posición un tanto ambigua en la discusión llevada a cabo en relación con el intento de unidad de fueros para toda clase de personas, lo que se traducía por una igualdad civil. Se posicionó del lado de aquellos diputados que defendían una jurisdicción privativa para el estamento militar, pues veía que un reforzamiento de las prerrogativas militares, haría que el espíritu de estos aumentara y que sería beneficioso de cara a la tenaz guerra que estaban librando contra el francés. Quizás la actitud tomada por Muñoz Torrero en este punto se deba no tanto a una incoherencia con los principios liberales que tan bien había defendido anteriormente, sino que debido a la excepcional coyuntura bélica que atravesaba el país, tuvo la necesidad de dar su apoyo al estamento militar, para que éste se sintiera unido al proyecto que se intentaba sacar adelante en Cádiz y que al mismo tiempo, se pedía que defendiera con especial sacrificio contra la fuerza militar que invadía a la nación sobre la que se quería aplicar el compendio de leyes de Cádiz.

 

La reforma eclesiástica y las relaciones con la Iglesia. Muñoz Torrero fue quizás el más destacado partícipe en las cuestiones relacionadas con la religión discutidas en Cortes[47]. La aprobación por unanimidad del artículo XII de la Constitución, que dice así: “La Religión de la Nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana, única verdadera” demuestra que, los diputados liberales más radicales se abstuvieron de atacar de frente a institución de la Iglesia. Muñoz Torrero subrayó que en la Constitución sólo se consideraba a Dios con respecto a la sociedad, es decir, se proclamaba que Dios es el origen y el fundamento de la sociedad[48]. Su condición de eclesiástico nunca se vio reñida con la defensa a ultranza de los principios políticos liberales, fue siempre una persona que compartió en su interior dos tipos de fe, uno dedicado a los principios religiosos católicos y otro a los de sus ideales liberales. Apoyo medidas encaminadas a suprimir varias prerrogativas de la Iglesia y que esta aumentara su contribución económica al esfuerzo de la guerra, pero del mismo modo que se puso de lado de los diputados liberales para estas medidas, se opuso con igual contundencia al cambio de principios en lo concerniente al principio de unidad religiosa y se mantuvo un tanto indeciso e incluso contrario, frente a las ideas defendidas por los diputados liberales mas exaltados que proponían la separación estricta entre Iglesia y Estado. La discusión sobre la supresión del Santo Oficio también copó los discursos de Muñoz Torrero, que junto a otros sacerdotes como Joaquín Lorenzo Villanueva o Antonio Oliveros, se enfrentaron a otros sacerdotes defensores del Santo Oficio, como el inquisidor Riesco. Desde años atrás la discusión sobre el mantenimiento de esta Institución venía caldeando el ambiente de las discusiones de los diputados gaditanos. Muñoz Torrero fue realizando un ataque contra el Santo Oficio de forma gradual, en un primer momento centró su ofensiva contra esta Institución demostrando que su pervivencia era incompatible con el funcionamiento del nuevo sistema de gobierno de principios liberales ideado por los constituyentes de Cádiz, mas adelante atacó a dicha institución basándose en principios de naturaleza teológica. Se desató un acalorado debate en contra y a favor del mantenimiento de la Inquisición, que se extendería durante los siguientes meses, para finalmente dar como resultado la supresión de tan vil Institución en 1813. Finalizados los debates concernientes a la Inquisición, bajaron las intervenciones de Muñoz Torrero dentro de las Cortes, aunque siguió asistiendo de forma permanente a las mismas. A finales de 1813 propuso el traslado de las Cortes, fuera de la ciudad de Cádiz, pues esta estaba sufriendo un despiadado brote de fiebre amarilla, después de esto, la pista de Muñoz Torrero se pierde por algunos meses, para volver a tener noticias suyas debido al hecho de la persecución que el absoluto rey Fernando VII había dado orden sobre los todos los defensores y padres del régimen liberal ideado en Cádiz.

 

● Martirio de un liberal: persecución y muerte

           

Muñoz Torrero se convierte en una sombra para la historia entre finales de 1813 y mayo del año siguiente; se desconoce si permaneció en Cádiz o si se encaminó a Madrid, donde se instalaron las Cortes Ordinarias[49]. El único dato cierto es que cuando Fernando VII vuelve a restablecer el Antiguo Régimen, declarando nulo todo lo dispuesto por las Cortes de Cádiz, el protagonista de esta historia ya se encontraba instalado en la capital. En la ciudad de Valencia, la población, reunida en la antigua Plaza de la Virgen de los Desamparados, arranca el letrero de la plaza que reza: “Plaza de la Constitución” y lo sustituye por el de “Plaza real de Fernando VII”; se quema el texto de la Constitución en Badajoz, Murcia, Zaragoza, Vitoria, lugares  donde el liberalismo tenía cierta impronta, por ser núcleos urbanos de cierta importancia[50]. Algunos constitucionales se pasan al lado de Fernando VII, conocido es la actuación de Espoz y Mina, futuro jefe de los liberales, que manda colocar el texto constitucional en una silla, frente a un pelotón de soldados y lo hace fusilar por los mismos.

 

La represión llevada a cabo por los dictados de Fernando VII fue brutal; es interesante recordar las palabras vertidas por Napoleón recogidas por Les Cazes  sobre este nefasto monarca español: “no lo acerté al secuestrar al joven rey (…) sino que debía haber dejado que todo el mundo le conociese para desengañar a los que interesaban por él. Cometí, sobre todo, el error de no consentir en su continuación en el trono. Las cosas hubieran ido, en España, de mal en peor”. El gobernador militar y político de Madrid, el general Eguía a través de sus subalternos[51] ejecutó las ordenes emanas desde el “deseado” rey. Se detuvo a todas aquellas personas que tuvieran algo que ver con la elaboración de la Constitución o la participación en las Cortes, se incautaron todos los papeles y escritos sospechosos de estar impregnados de ideología liberal y poco a poco todas las personas acusadas de liberal fueron acabando con sus huesos en la cárcel[52]. Del ambiente vivido en Madrid, sirvan de reflejo las palabras de Antonio Alcalá Galiano:

 

“Alborotose la plebe, siendo la madrileña a la sazón muy amante de su rey (…) desahogaron la rabia los sediciosos en insultos a los emblemas de las leyes derribadas, y rompiendo en gritos de muera contra las personas objetos de su odio, mostraron intentos de querer pasar de los dichos a los hechos, aunque se hubieron de contentar con la infamia no corta de proferir sus amenazas e insultos hasta delante de las rejas de las cárceles donde las recién encerradas victimas en la primer zozobra y congoja de su desdicha padecían la afrenta de oírse vilipendiar (…) mas de un día duraron tales desmanes, conteniéndose un tanto, pero no del todo, cuando el rey hizo su entrada solemne en la corte (…) nada hizo (Wellington) y nada dijo para mitigar el rigor de la persecución, o para indicar al gobierno una vía por donde caminase siguiendo el espíritu de su siglo”[53]

 

            Sirva también de ejemplo ilustrativo el recuerdo que tiene de aquellos aciagos días el diputado en las Cortes Extraordinarias Villanueva, que recogió en un libro los acontecimientos que rodearon la detención de los diputados liberales en Madrid:

 

“Amanecido el día 11 de mayo, comenzó a explicarse la ira por largo tiempo represada. Arrancada aquella mañana la lápida de la Constitución, se entregó a una porción de gente prevenida al intento, la cual la arrastró por las calles con algazara, prorrumpiendo en execraciones contra la Constitución, contra las Cortes y contra los presos (…) llevaron esta tumultuaria procesión por la calle escusada donde está la cárcel de la Corona, creciendo a la vista de ella con el ansia de los sediciosos, el clamor de los seducidos: algunos de ellos se propasaron a encaramarse hasta el cuarto principal, diciendo: “mueran los liberales” Dentro de la misma cárcel se oyó una voz que decía: “Lo que se hace con la lápida, debía hacerse con los autores de la Constitución” (…) Siguieron los insultos de esta facción en los días inmediatos. Viéronse varias de estas cuadrillas capitaneadas por eclesiásticos (…) Hasta por las noches iban a las cárceles a diferentes horas, tropas de mujeres cantando versos mezclados con insultos; en una de estas visitas se oyó que decía: “que nos los entreguen a nosotros, que pronto pagaran lo que merecen”. Fue esta una continuada y no reprimida sedición de días y de noches (…) Del plan completo de ella se vio una muestra en la siguiente copla, que se puso en boca de varios, al parecer para que se cantase después de consumado el sacrificio:

 

Mueran los liberales

 Murió la Constitución

           Porque viva el Rey Fernando

                                                  Con Patria y Religión

 

Por fortuna se canto esta copla estando vivos los que ella suponía muertos. (…) El día 12 presentó otra escena, si cabe mas horrible. La Nación y la Europa entera vieron los periódicos de la Corte y de algunas provincias, cuyos autores ocupados exclusivamente en fingir los mas execrables delitos, los imputaban a los presos con tanta seguridad, como si se les hubiesen legalmente probado. Anunciabanlos como enemigos, no solo de la soberanía, sino de la sagrada persona del Rey, como refractarios, de nuestra santa religión, como destructores del gobierno monárquico”[54]

 

Este fue el inicio de los siguientes seis  años de ignominiosa persecución de todo lo que significara ser liberal, con lo que se puede afirmar que Fernando VII ha sido el monarca español mas amado y odiado de la Historia de España[55]. Pero la llama del liberalismo no podía ser extinguida, como bien afirmaba Jose Maria Blanco White “el partido  liberal que había sido destronado, no podría ser extinguido porque cada generación que vaya apareciendo, la flor de los españoles que está creciendo ahora, se halla destinada por una necesidad inevitable a aumentar las fuerzas de aquel bando”.

 

Uno de los primeros en ser arrestado y en sentir la frialdad de la celda absoluta fue Muñoz Torrero, después fue acompañado en su reclusión por numerosos diputados y demás personas liberales, como Agustín Argüelles, Francisco Martínez de la Rosa, Pedro Agar, etc. El general Eguía transmitió a todos los detenidos que:

 

“se declaraba reos de lesa Majestad y, en consecuencia, incursos en pena de muerte (…) á todos cuantos de cualquier manera acatasen las Cortes y sus decretos”[56].

 

Las autoridades absolutistas fueron recogiendo muy diverso material con la intención de culpar a los liberales llegado el momento del juicio, al tiempo que la prensa absolutista y los adictos al nuevo régimen acusaban a los encarcelados de herejes, de jacobinos, de enemigos de Dios y de intentar atentar contra los derechos más sagrados y contra la persona del rey Fernando VII. Pero a pesar de estas arremetidas emanadas desde el trono, los jueces encargados de juzgar a los acusados de tan grabes acusaciones no podían hallar causa alguna de delito en la actuación de los inculpados por la ira real, pues no había precedentes en el registro judicial de los cargos y condenas a aplicar para los delitos por los que eran acusados aquellos personajes. Finalmente, el propio Monarca decidió juzgar, a través de una comisión dependiente de él, a todos los inculpados; esta actitud demuestra la arbitrariedad y la total falta de respeto a la división de poderes por parte del rey. A los encarcelados se le concedió la gracia de formar una comisión, entre cuyos personajes se encontraba Muñoz Torrero, donde recoger sus suplicas, que hipotéticamente serían llevadas ante el Monarca en propia persona. Pedían los detenidos que se les fuera restituido su honor, además de la libertad, previo pago de una indemnización por las penalidades pasadas desde su encarcelamiento. Finalmente esta y otras súplicas no fueron no solo escuchadas por el Monarca, sino que ante la tardanza de una resolución judicial, decidió condenar personalmente a los inculpados; su decisión fue por Real Decreto de 15 de diciembre de 1815, que los inculpados laicos cumplieran pena de prisión en las diversas cárceles del país  y que lo eclesiásticos fueran recluidos en diferentes conventos. La trascendencia de la decisión tomada por el rey, más que en la importancia de las penas reside en la arbitrariedad con que fueron atribuidas, desentendiéndose por completo de todo procedimiento legal tanto regular como extraordinario. Fernando VII afirmaba con total claridad su intención de gobernar personalmente, haciendo caso omiso de las decisiones y opiniones de los tribunales llamados a colaborar en la gestión de gobierno. El Monarca al erigirse en cabeza de un partido, se condenaba necesariamente a usar el poder del Estado contra los representantes de las posturas políticas vencidas.  La opinión de Wellesley refleja la visión de aquellos que, aunque simpatizantes con el régimen, no veían con buenos ojos lo desmedido de la represión,  en uno de sus despachos, con fecha de 6 de julio de 1814, decía: “Sigue prevaleciendo un gran descontento con motivo del retraso en llevar a cabo las intenciones del rey en su proclama de 4 de mayo, así como por el prolongado confinamiento de las personas arrestadas con ocasión de la entrada de S.M. en la capital”.

 

Muñoz Torrero, tras haber pasado dieciocho meses entre la cárcel de la Corona y otros calabozos, fue condenado a seis años de reclusión en el convento franciscano de Erbon, en Galicia. A principios de 1816 fue conducido Muños Torrero a este convento, perteneciente al municipio de Padrón, en A Coruña; solo llevaba con él sus hábitos, algún libro y unos cuantos enseres personales[57]. Su vida transcurrió en este monasterio, dedicando su tiempo entre la oración y la lectura, visitaba regularmente la biblioteca del convento para aprovisionarse de libros y pasó los siguientes cinco años totalmente ajeno a los acontecimientos políticos que ocurrían en el país, hasta el advenimiento del Trienio Liberal.  A principios de 1820 la noticia del levantamiento de Riego en Cabezas de San Juan se extiende por toda la Península y llega a oídos de Muñoz Torrero. El 21 de febrero se produce el levantamiento liberal en A Coruña y a finales del mismo mes le libera el coronel Félix Acevedo[58] de su reclusión. Muñoz Torrero se traslada a La Coruña para colaborar durante unos tres meses con la Junta Superior de Gobierno en la defensa del régimen liberal. Posteriormente es elegido diputado por Extremadura en las Cortes ordinarias del Reino, que se reúnen en Madrid; la prensa da a conocer su nombre como diputado de las nuevas Cortes, el 23 de mayo[59]. Dada la escasez de medios con los que contaba y su pobreza, pues acostumbraba de repartir entre los más necesitados sus escasos de por si recursos pecuniarios, debe ir cambiando su residencia en la capital cada poco tiempo, para finalmente instalarse en una pequeña habitación del convento de las monjas de Góngora.

 

En esta etapa, Muñoz Torrero se coloca, dentro de la que empezaba a ser la fragmentada familia liberal, entre los moderados, pues no eran de su agrado las medidas propuestas por los exaltados. Realiza como diputado el mismo tenaz trabajo y dedicación al que estaba acostumbrado desde que defendiera las ideas liberales en Cádiz, a pesar de contar ya con sesenta años de edad; quizás debido a esta edad y a la fama que acumulaba su persona, en numerosas ocasiones fue designado para formar parte de numerosas comisiones de tipo honorífico y protocolario. Pero Muñoz Torrero siguió participando activamente en la vida parlamentaria, sus palabras quedan recogidas en muy diversos debates en la Cámara, entre otros como el acaecido con la ley de libertad de imprenta, el Plan general de Enseñanza Pública o el Reglamento interior de las Cortes. Además de participar activamente en los debates parlamentarios, fue elegido Presidente de la Diputación Permanente de las Cortes a principios de noviembre de 1820, su actuación en éste órgano fue la de potenciar la concordia y la tolerancia entre las relaciones entre los diputados. Desde su puesto de autoridad se preocupó por apaciguar los disturbios callejeros en Madrid auspiciados por los liberales mas exaltados.

 

En enero de 1821, el Gobierno, a propuesta de las Cortes, solicitó a la Santa Sede la concesión de las Bulas preceptivas para la elevación de los eclesiásticos José Espiga y Diego Muñoz Torrero a las mitras del arzobispado de Sevilla y obispado de Guadix, respectivamente. El Nuncio Apostólico en España no puso obstáculo a la tramitación de dicha solicitud, dada la demostrada calidad como personas y carrera meritoria de ambos personajes propuestos. Pero, ante la sorpresa de los peticionarios españoles, ninguno de los dos personajes propuestos salieron elegidos para el puesto solicitado; esto provocó tensiones diplomáticas entre el Vaticano y el Gobierno español, que a punto estuvieron de provocar la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambas entidades e incluso un cisma dentro de la iglesia española. Las negociaciones del gobierno español siguieron pero de forma infructuosa, sin duda, esta actitud de cerrazón por parte de la máxima cabeza de la iglesia y sus ministros, debió de alguna formas afligir a Muñoz Torrero, una persona que desde su juventud se había dedicado a la práctica religiosa, que siempre había llevado una vida piadosa, que había repartido sus pocos bienes con los mas necesitados y a pesar de atender a su otra creencia, las ideas liberales, nunca había abandonado el ejercicio de la profunda religiosidad católica que profesaba. Sin duda su participación en la discusión a favor sobre la abolición del Santo Oficio, la reforma de regulares y la abolición del diezmo influyeron para que la jerarquía religiosa no le perdonase estas acciones como verdaderos  “pecados terrenales” merecedores con su oposición a su nombramiento como Obispo. Sobre este asunto, sirvan de reflejo las palabras de Carlos Le Brun que en una obra coetánea sobre los políticos partícipes en la revolución de España describe este asunto de la siguiente manera:

 

“Hubiera hecho este diputado el mejor obispo del mundo, si el Papa le hubiera confirmado el nombramiento que hizo en él Fernando para el obispado de Guadix, influenciado por los liberales. No le valió para eso ni su honradez, ni su buen corazón: en Roma no corre esa moneda sino unida a la metálica, o a las opiniones que la produzcan”[60]

 

A este revés en el ámbito religioso se suma el hecho de la pérdida de su acta como diputado, debido a las elecciones celebradas a finales de 1821 en Badajoz, donde fueron elegidos diputados de corte liberal exaltado. A mediados de febrero de 1822 tuvo que abandonar su puesto en las Cortes y con ello llegaba a su fin su carrera política, para dedicarse de nuevo en exclusiva al ministerio eclesiástico. Se dedicó al ejercicio como canónigo en la colegiata de Villafranca, durante el año corto que le quedaba de vida al régimen liberal; al tiempo que es nombrado en 1823 miembro de las Academia Nacional en la sección de Ciencias Morales y políticas. Caído el régimen liberal del Trienio, de nuevo llegó la persecución contra los liberales, con las acciones de las fuerzas contrarrevolucionarias diseminadas por el territorio nacional y con la llegada de las tropas del Duque de Angulema. El clima de represión fue mucho mas duro que en la primera etapa fernandina y el país se sumió en un verdadero “terror blanco” contra todos los liberales. Muñoz Torrero ante las noticias de tan dura represión y ante un aviso confidencial anunciándole su próxima detención[61],  decidió abandonar la capital para dirigirse a Badajoz, donde hallaría la protección de sus amigos y correligionarios políticos. En esta ciudad permaneció algún tiempo, pero ante el imparable avance de las fuerzas contrarrevolucionarias por territorio extremeño se decidió como única vía de escape, dirigirse a Portugal. En este país encontró refugio, pues no en vano, su gobierno era de índole liberal[62] y estableció su residencia en Campo Maior, donde permaneció durante los siguientes cinco años de forma anónima y pasando algunos apuros económicos. Ocupo su tiempo al ejercicio de la fe, a charlar con otros exiliados y a poner por escrito las ideas y las razones personales de su actuación durante las Cortes gaditanas y durante el gobierno liberal para que fueran de conocimiento del público.

 

Pero parece ser que el odio absolutista perseguía a este liberal a donde quisiera refugiarse de sus perseguidores; al poco de instalarse en Campo Maior se producía en suelo portugués el levantamiento del infante Don Miguel, que lideraba el bando de la contrarrevolución en tierras lusas. Esta situación hacía peligrar la vida de los emigrados españoles en tierras portuguesas; pronto el gobierno fernandino recibió informes sobre la situación de éstos en tierras del país vecino.  La situación empeoró a la muerte de Juan VI, cuando en Portugal estalló una dura guerra civil entre miguelistas (absolutistas) y partidarios de D. Pedro (liberales), éste último, desde Brasil había otorgado a Portugal una Carta Constitucional y nombrado en su ausencia, una regente en la persona de María II. Los absolutistas de España y Portugal estaban interesados por controlar los grupos de refugiados y guerrilleros liberales que pululaban a sus anchas en la raya[63] entre ambos países. Finalmente el gobierno español pasó a su homólogo portugués una lista negra sobre personajes de demostrado carácter liberal y que se encontraban refugiados en el país luso, para que el gobierno de éste mandase su detención, para un posterior traslado a España. La persecución de los liberales españoles en suelo portugués continuó e incluso se recrudeció a pesar del abandono por parte del gobierno fernandino del apoyo prestado hasta entonces a la causa absolutista en el reino vecino y el reconocimiento de la regencia constitucional.

 

La situación empeoró para los liberales instalados en suelo luso aún más, cuando Don Miguel se hizo con las riendas del poder en Portugal derribando al gobierno constitucional y se proclamó Soberano de Portugal.  Desde el nuevo ejecutivo absolutista se llevó a cabo una verdadera política de exterminio de todo aquel sospechoso de albergar ideas liberales; la persecución llegó hasta la comarca de Campo Maior, lugar donde hasta entonces se  había vivido casi al margen de estas disputas. Muñoz Torrero sufrió muy diversos atropellos, los agentes de D. Miguel no tuvieron en cuenta su condición de religioso para registrar su casa aleatoriamente, confiscarle el correo, para finalmente decidir el propio Muñoz Torrero su reclusión en su casa para evitar los atropellos que recibía en la calle por los adictos al régimen absolutista. Finalmente Muñoz Torrero agotado por estas penurias decidió abandonar Campo Maior y se dirigió a Lisboa, con la intención seguramente de embarcarse camino a un exilio mas tranquilo en tierras de Francia o Inglaterra. Pero apenas llegado a la capital portuguesa fue detenido por los miguelistas y recluido junto a otros liberales españoles en la torre de San Julián de la Barra, una vieja edificación militar situada a las afueras de Lisboa y habilitada en este tiempo como cárcel para liberales portugueses y españoles.

 

Muñoz Torrero era en 1829 un anciano que ya poco podía aguantar las penalidades de otra reclusión carcelaria. Su salud pronto se vio afectada por las torturas y el trato vejatorio al que era sometido por parte del responsable de la cárcel, un miguelista sin escrúpulos, llamado José Téllez Jordán, quede el nombre de esta vil persona impreso en este trabajo, como recuerdo de su ignominiosa actuación al frente del presidio de liberales. Apenas sobrevivió cuatro meses Muñoz Torrero a este trato, a finales de enero de 1829 sufría un primer ataque de apoplejía del que sólo pudo recuperarse gracias a los cuidados de José Fernández Ballesteros, uno de los compañeros de prisión. Muñoz Torrero mostró la determinación que le caracterizaba incluso en sus último días de vida; apeló a su condición de ex parlamentario y religioso para hacer llegar a las autoridades lusas una queja por el trato dispensado a su persona y a los allí recluidos, pero estas quejas cayeron en saco roto, e incluso provocaron que el trato hacia su persona fuera aún peor[64]. Muñoz Torrero consciente del abandono que de los allí recluidos hacían las autoridades españolas y lusas, dedicó su último aliento a aguantar con cristiana resignación los sufrimientos allí sufridos y a intentar ánimos a sus compañeros de reclusión. Los golpes sufridos por Muñoz Torrero hicieron que finalmente se cumplieran los propósitos de los mismos; sufrió una nueva apoplejía cerebral y quedó en estado agónico. Éste fue el momento que escogió José Téllez para acabar definitivamente con su vida:

 

“ordenando que ataran al mártir una soga á los pies y le bajaran arrastrando por una escalera de treinta y cuatro peldaños de madera, en cada uno de los cuales fue dando otros tantos golpes la venerable cabeza de aquel grande hombre (después) mandó envolver su cadáver en cueros, en una levita vieja, y ponerle unos zapatos de munición sin taloneras; y en esta guisa fue colocado en un hoyo inmediato á una tapia del castillo con la cabeza al Norte”[65]

 

Contaba a su muerte Muñoz Torrero 68 años de edad, siendo el 16 de marzo de 1829 la fecha de su muerte. José Téllez Jordán intentó incluso después de su muerte, seguir maltratando el cuerpo del finiquitado héroe liberal, impidiendo su entierro en sagrado, argumentando que era masón y que no había recibido los últimos sacramentos, esto último verdad por haberlo impedido él mismo. Como epitafio hay que decir que hasta el fin de sus días mantuvo sus creencias, tanto ideológicas como espirituales, llevó siempre una vida ejemplar y regida por unos principios humanos envidiables que sirven de ejemplo emulador a todo aquel que quiera seguir tanto en el pasado como en el presente alguna de las dos carreras en las que tanto destacó este extremeño sin par, la religión o la política. La figura de Muñoz Torrero aún tardaría algunos años en ser rescatada del olvido, se tendrían que producir en España el fin del gobierno fernandino y el advenimiento isabelino, que basó su llegada al trono en el apoyo de los liberales, al tiempo que en tierras lusas, se producía la derrota de los absolutistas. Sobre su personalidad y obra, vertieron opiniones muy diversos personajes, la gran mayoría de ellos, incluidos sus enemigos políticos, loaron la figura de este humilde hijo de Cabeza del Buey, prócer de la España contemporánea. Carlos Le Brun se refirió a él con estas palabras:

 

“El patriarca del partido liberal de las primeras Cortes y el presidente de la comisión de constitución. Bondad de corazón y desinterés los tenía por arrobas: ilustración e instrucción de gabinete…tal cual (…) La constitución la sabía por arriba y por abajo: la descomponía y volvía a componer en medio segundo; la reducía a sus solos principios en un abrir y cerrar de ojos, y la convertía otra vez en constitución con un soplo, como hacen los jugadores de manos, y sabía darle todas las formas, que se quería, sin que dejara de ser constitución. Su entusiasmo por ella le había facilitado su manejo, de modo, que la tiraba por alto de mil maneras y caía siempre en sus manos enterita, como está en el libro (…) se ha dicho de él, que es, como un buen libro, que no se puede aprovechar a si mismo, sino al que lo lea; y en verdad, que han tenido razón los que lo decían: en su cabeza está los principios incontestables verdaderos”[66].

 

Un pequeño folleto fechado en 1821, realizado por un cura perteneciente al arzobispado de Toledo, se refería a Muñoz Torrero:

 

“La ingenuidad, la imperturbabilidad y las virtudes mas sólidas se hallan en este digno eclesiástico extremeño; pregunten a los que le cuidaban en su prisión y responderán que se hallaba en la misma disposición  que le vemos en las Cortes cuando saca la caja para dar un polvo a sus dignos compañeros; su ciencia y erudición son bastísimas, y en una y otra legislatura habló poco, y decidió mucho; ni quiere mitras ni birretes aunque las merezca mejor que otro, y solo desea que le dejen quieto y con tranquilidad”[67]

 

            El escritor Evaristo Escalera, autor de una historia de la España del siglo XIX, le dedica un fragmento importante de su obra a la vida y obra de Muñoz Torrero. Cuando recuerda la figura de éste, se refiere a él como:

 

“uno de los primeros mártires del progreso, uno de sus mas decididos adalides, uno de sus mas ardientes soldados, y su recuerdo será siempre objeto de gratitud y veneración, para todos los que trabajan a favor del triunfo de las verdaderas doctrinas”[68]

 

Familiares de Muñoz Torrero y liberales españoles admiradores de la persona y de la obra de éste, se trasladaron a Lisboa para investigar sobre el paradero de los restos del fallecido. El 9 de octubre de 1834, D. Tomás de Comyn, Cónsul General de España y, durante su vida, amigo personal y admirador de la obra de Muñoz Torrero, pidió al gobierno luso los efectos personales del finado en el momento de su muerte. Meses después se localizó el cuerpo de Muñoz Torrero siendo nuevamente enterrado pero esta vez de forma más católica y honorífica en el cementerio de la villa de Oeiras, cercana a Lisboa. En 1864 sus restos mortales fueron trasladados a Madrid, para ser enterrados en el Mausoleo Conjunto, monumento hecho por suscripción popular, que se encuentra dentro del recinto del poco visitado y casi olvidado Panteón de Hombres Ilustres. Para muchos fue el padre de la Constitución de 1812[69], para los extremeños fue un insigne hijo de nuestra tierra del que sentirnos orgullosos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

1. FUENTES MANUSCRITAS

 

Archivo de la Universidad de Salamanca

– Expediente Personales. Diego Muñoz Torrero. Salamanca, 1776-1778.

– Libro de Claustros    Curso  1787-1788   Libro número  244 bis.

 

            Archivo del Congreso de los Diputados

-Actas electorales. Extremadura. Elecciones y poderes de los Diputados. Leg. 1, Exped. 11.

 

            Archivo Histórico Nacional

            Archivo Histórico Provincial de Badajoz

 

2. FUENTES IMPRESAS

 

            Biblioteca Nacional de España

            Biblioteca del Congreso de los Diputados

            Centro de Estudios Extremeños. Diputación Provincial de Badajoz

            Biblioteca Fondo  Antiguo de la Universidad  Complutense de Madrid

            Biblioteca de la Facultad de Geografía e Historia de la UCM

            Biblioteca del Centro Superior de Investigaciones Científicas en Madrid

           

2.1. FOLLETOS Y DIARIOS

 

            Biblioteca de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Badajoz

– Diario de las Sesiones de las Cortes Constituyentes, 1810-1814

 

2.2. LIBROS Y ARTÍCULOS

 

ARTOLA, Miguel: Los orígenes de la España contemporánea. II tomos, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1975-1976.

 

ALCALÁ GALIANO VILLAVICENCIO, Antonio: Historia de España: desde los tiempos primitivos hasta la mayoría de la reina doña Isabel II: redactada y anotada con arreglo a la que escribió en inglés el doctor Dunham. Madrid, Imprenta de la Sociedad Literaria y Tipográfica, 1844-1846.

 

ALCALÁ GALIANO VILLAVICENCIO, Antonio: Memorias de D. Antonio Alcalá Galiano. Madrid, Imprenta de Enrique Rubiños, 1886.

 

AYMES, J. R.: La Guerra de la Independencia en España (1808 – 1814), Madrid, Siglo Veintiuno de España, 1986.

 

BLANCO WHITE, José María: Cartas de España, Madrid, Alianza, 1977.

 

BORDEJÉ Y MORENCOS, F. Fernando de: Galería de personajes españoles. Arganda del Rey (Madrid), Egartorre. 2007.

 

CASTRO, C.: El Rey felón y los seis años inicuos, Madrid, Rafael Caro Regio Edit, 1929.

 

CUCALÓN Y ESCOLANO, Luis: Panteón de los mártires españoles, sacrificados por la libertad e independencia. Madrid, Imprenta de D.E. Tamarit, 1848-1849.

 

DÉROZIER, Alberto: Quintana y el Nacimiento del Liberalismo en España, Madrid, Turner, 1978.

 

ESCALERA, Evaristo: La España del siglo XIX: sus hombres y acontecimientos más notables, Madrid, Imprenta y Litografía de J. J. Martínez, 1864-1866, (IV vols.).

 

FERNÁNDEZ ALMAGRO, Melchor: Orígenes del régimen constitucional en España, Barcelona, Labor, 1976.

 

FERNÁNDEZ DE CASTRO, Ignacio: De las Cortes de Cádiz al Plan de Desarrollo, Paris, Ruedo Ibérico, 1968.

 

FERNÁNDEZ DE LOS RÍOS, Álvaro: Muñoz Torrero: apuntes biográficos, Madrid: Imp. de Las Novedades, a cargo de A. Querol, 1864.

 

FERNÁNDEZ DE PINEDO, Emiliano: Centralismo, ilustración y agonía del antiguo régimen: (1715-1833), Barcelona, Labor, 1982.

 

FONTANA, Josep: “La época del liberalismo”, en Fontana, Josep y Ramón Villares (dir.), La Historia de España, Volumen 6, Barcelona, Crítica/Marcial Pons. 2007.

 

FUENTES, Juan  Francisco: José Marchena. Biografía política e Intelectual, Barcelona, Crítica, 1989. 

 

FUSI, Juan Pablo y PALAFOX, Jordi: España 1808-1996: El desafío de la modernidad, Madrid, Espasa, 1998.

 

GARCÍA PÉREZ, J., SÁNCHEZ MAYORRO, F. y MERINERO MARTÍN, Mª. J.: Historia de Extremadura , los tiempos actuales, tomo IV, Badajoz, Universitat, 1985.

 

GARCÍA PÉREZ, Juan: Diego Muñoz Torrero: ilustración, religiosidad y liberalismo, Mérida, Editorial Regional de Extremadura, 1989.

 

GIL NOVALES, Alberto: Diccionario Biográfico Español. 1808 -1832 (Personajes Extremeños), Mérida, Editora Regional de Extremadura, 1998.

 

GÓMEZ VILLAFRANCA, R., Los extremeños en las Cortes de Cádiz. En Archivo Extremeño. Número 1. Badajoz, 1911.

 

GONZÁLEZ ANTÓN, Luis: España y las españas, Madrid, Alianza, 1997.

 

 

LABRA, R. Mª.: “Muñoz Torrero y las Cortes de Cádiz. Historia de la primera Asamblea constitucional”. Colección de conferencias históricas pronunciadas en el Ateneo Científico, Literario y Académico de Madrid acerca de “La España del siglo XIX” durante el curso 1885-1886, Madrid, Libr. De D. Antonio San Martín, 1886-1888.

 

LA PARRA LÓPEZ, Emilio: El primer liberalismo español y la iglesia: las Cortes de Cádiz, Alicante, Instituto de Estudios Juan Gil-Albert: Diputación Provincial, 1985.

 

LE BRUN, Carlos: Retratos políticos de la Revolución de España. Impreso en Filadelfia (EEUU), 1826.

 

MAJADA NEILA, José Luis: Juegan blancas y ganan. Biografía cultural y política de un sacerdote maldito, debelador de la inquisición, Diego Muñoz Torrero (1761-1829), Madrid, Dirección General de la ONCE, 1998.

 

MENÉNDEZ PELAYO, M.: Historia de los heterodoxos españoles, tomo VII, Madrid, Librería General de Victoriano Suárez, 1932.

 

MODESTO LAFUENTE, D.: Historia general de España. Edad Moderna, Tomo XXIV, cap. XII. Madrid, 1861.

 

MORENO ALONSO, Manuel: “La fabricación de Fernando VII” en Ramón Villares Cortina (direct.), Ayer, nº41, pp 17-41. Madrid, Marcial Pons, 2001.

 

PEREZ GIMÉNEZ, N.: Muñoz Torrero y su época. Historia general de la comarca de la Serena y particular de Cabeza del Buey), Badajoz, Tip. “La Económica de Pimentel, Corchero y Compañía”, 1888.

 

ROMEO MATEO, María C.:“La tradición progresista: Historia revolucionaria, Historia nacional” en Manuel Suárez Cortina, Manuel (edit.), La redención del pueblo: la cultura progresista en la España liberal, Santander, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cantabria: Sociedad Menéndez Pelayo, 2006.

 

ROMERO Y RIZO, J. Mª.: Muñoz Torrero. Apuntes históricos-biográficos, Cádiz, Impr. De Manuel Alvarez Rodríguez. 1910.

 

SUÁREZ, F. (Dir.): Cortes de Cádiz. Informes oficiales sobre las Cortes. Andalucía y Extremadura, Navarra, EUNSA, 1974.

 

TORENO,  Conde de: Historia del Levantamiento, Guerra y Revolución de España, Madrid, Atlas, 1953.

 

VALERA, J.: Jovellanos, Madrid, Alianza Editorial. 1988.

 

VILLANUEVA, Joaquín Lorenzo: Apuntes sobre el arresto de los vocales de cortes, ejecutado en mayo de 1814. Encerrados en la cárcel de la Corona. Madrid,  Imprenta de don Diego García y Campoy y compañía. 1820.



[1] AUTOR: Juan Antonio González Caballero. Licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid, en la especialidad  de Historia Contemporánea. Actualmente ocupa el puesto de Language assistant de español en la Universidad de Kent en el Reino Unido y trabaja en diversos proyectos de investigación relacionados con la Guerra de Independencia española y americana, el primer liberalismo y las relaciones diplomáticas hispano-británicas en el siglo XIX.

[2] Para A. Fernández de los Ríos: “descendía de una familia oscurecida e ignorada que no podía ejercer ninguna influencia”. Cita de la pag. 6 de su libro Muñoz Torrero. Apuntes biográficos. Madrid, Impr. Las Novedades, 1864. También para J. Mª. Romero y Rizo en su obra Muñoz Torrero. Apuntes históricos-biográficos. Cádiz, Impr. De Manuel Alvarez Rodríguez. 1910. Página 31, Muñoz Torrero había nacido en el seno “de una familia modesta, sin gran posición social y sin riquezas”.

[3] Escalera, Evaristo: La España del siglo XIX: sus hombres y acontecimientos más notables. Madrid, Imprenta y Litografía de J. J. Martínez, 1864-1866, (IV vols.). I vol, pag. 240. 

[4] Como apunta Corona Baratech, C. E. en “Teoría y praxis del despotismo ilustrado”, en Menéndez Pidal, R (Dir), Historia de España, t. XXXI. La época de la Ilustración. El estado y la Cultura (1759-1808). Madrid, edit. Espasa-Calpe, 1987. En la p. 201 que muchos padres de la época dirigían la carrera de sus hijos hacia la carrera eclesiástica debido a que en ella “encontrarían un puesto, beneficio o capellanía cuyas rentas le permitirían vivir, con despreocupación de si tenían o no vocación para la vida religiosa”

[5] Entre otros, dice A. Fernández de los Ríos: “a los once años estaba el cursante en aptitud de poder emprender una carrera literaria, y su padre mismo le llevó a la Universidad de Salamanca”. Op., cit. Pag 6.  También cita este hecho Pérez Jiménez, N: Muñoz Torrero y su época (Historia general de la comarca de la Serena y particular de Cabeza del Buey). Badajoz, Tip. “La Económica de Pimentel, Corchero y Compañía”, 1888.  pag. 12.

[6] Archivo de la Universidad de Salamanca, Diego Muñoz Torrero. Expediente Personal. Salamanca, 1776.

[7]  Los conocidos como “golillas”, que venían profesionalmente del cuerpo de abogados.

[8]  Los privilegiados, pertenecientes a órdenes religiosas y colegiales.

[9] En los progresos de ese nuevo espíritu filosófico e ideas progresistas tuvo mucho que ver la lectura de numerosas obras impresas en Francia e Inglaterra que circulaban con fluidez en la Salamanca de aquellos años. Así lo refleja Jovellanos en sus Diarios, citado en la página 34 del libro Jovellanos de Valera, J. publicado en Madrid, en Alianza Editorial, 1988. Menéndez Pelayo, M. en su Historia de los heterodoxos españoles, t. VII. Madrid, Librería General de Victoriano Suárez, 1932,  asegura que en la universidad salmantina era práctica corriente la lectura de libros de Voltaire, Rousseau, Young, etc.

[10]  En los progresos de ese nuevo espíritu filosófico e ideas progresistas tuvo mucho que ver la lectura de numerosas obras impresas en Francia e Inglaterra que circulaban con fluidez en la Salamanca de aquellos años. Así lo refleja Jovellanos en sus Diarios, citado en la página 34 del libro “Jovellanos” de Valera, J. publicado en Madrid, en Alianza Editorial, 1988.) Menéndez Pelayo, M. en su “Historia de los heterodoxos españoles”, (2ª edic. refundida), t. VII. Madrid, Librería General de Victoriano Suárez, 1932,  asegura que en la universidad salmantina era práctica corriente la lectura de libros de Voltaire, Rousseau, Young, etc.

[11] En palabras de N. Pérez Giménez: “por su aplicación, su talento, su carácter y su irreprensible conducta, siendo celebrado tanto por sus maestros como por sus mismos condiscípulos, quienes veían en Muñoz Torrero al hombre pensador, al leal amigo, al joven virtuoso, al varón sincero y franco que se movía siempre con abierta intención y nunca con manto de la hipocresía”. Cita de la p. 12 de su libro Muñoz Torrero y su época (Historia general de la comarcar de la Serena y particular de Cabeza del Buey).  Badajoz, Tip. “La Económica de Pimentel, Corchero y Compañía”, 1888.

 

[12]  Libro de Claustros, 1787-1788. Claustro Pleno de 14 de noviembre de 1787. Lib. 244 bis, fol. 4 r y 4 v.

[13] FUENTES, Juan  Francisco: José Marchena. Biografía política e Intelectual. Barcelona, Crítica, 1989.  pag. 32

 

[14]  DÉROZIER, Alberto: Quintana y el Nacimiento del Liberalismo en España. Madrid, Turner, 1978.

[15]  PÉREZ GIMENEZ, N., op. cit., pag.16.

[16] GIL NOVALES, Alberto: Diccionario Biográfico Español. 1808 -1832 (Personajes Extremeños). Mérida, Editora Regional de Extremadura, 1998. pag. 125

[17] La opinión de José Luis Majada Neila en la página 107 de su obra: Juegan blancas y ganan. Biografía cultural y política de un sacerdote maldito, debelador de la inquisición, Diego Muñoz Torrero (1761-1829). Madrid, Dirección General de la ONCE, 1998,  difiere sustancialmente de esta opinión generalizada al decir: “Aparte las descripciones fantásticas que nos muestran a Muñoz Torrero arengando a los madrileños el día 2 de Mayo y repartiendo sus bienes entre los huérfanos y las viudas de los combatientes –descripciones que yo no voy a negar, pero que me gustaría ver documentadas-“. Luis Cucalón y Escolano en la página 307 de su obra Panteón de los mártires españoles, sacrificados por la libertad e independencia. Madrid, Imprenta de D.E. Tamarit, 1848-1849, recoge la siguiente impresión sobre la participación de Muñoz Torrero en la jornada del 2 de mayo: “Muñoz Torrero socorría a los jefes de tropas con metálico y arengaba al paisanaje de continuo, remediando a las familias de los que perecían, y consolando a las de los que estaban ausentes”. Lo que le hizo ser conocido entre el pueblo y recordado a la hora de nombrar representantes para Cádiz.

[18]  En la ciudad de Badajoz, José Mª Calatrava junto a otros patriotas celebraron desde los primeros días de mayo, ante la mala gestión de las autoridades, diversas reuniones a fin de organizar el levantamiento general contra los franceses y probablemente todos estos personajes serían aquellas personas con las que Muñoz Torrero mantuvo contacto. El relato de los acontecimientos acaecidos en Badajoz, lo podemos encontrar en la obra de: García Pérez, J., Sánchez Marroyo, F. y Merinero Martín, Mª. J., Historia de Extremadura. IV. Los tiempos actuales. Badajoz, Universitat , 1985.

[19] BLANCO WHITE, José: “Cartas de España”. Madrid, Alianza, 1977. pags 312-313.

[20] De esta forma opina también Emiliano Fernández de Pinedo en su obra: Centralismo, ilustración y agonía del Antiguo Régimen. (1715-1833). Barcelona, labor, 1982 en la pag. 274.

[21]  González Antón, Luis: España y las Españas. Madrid, Alianza Editorial, 1997. p. 425.

[22] Esta es la idea defendida por Miguel Artola en su obra Los orígenes de la España contemporánea. Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1975-1976.

[23] FUSI, Juan Pablo y PALAFOX, Jordi: España 1808 – 1996. El desafío de la modernidad. Madrid, Espasa, 1998. pag. 22.

[24] AYMES, J. R: La Guerra de la Independencia en España (1808 – 1814). Madrid, Siglo Veintiuno de España, 1986.

[25] GÓMEZ VILLAFRANCA, R., Los extremeños en las Cortes de Cádiz. En Archivo Extremeño. Número 1. Badajoz, 1911. pag. 288.

[26]  Según palabras de Fernández de los Ríos, A.: “la ilusión, el patriotismo y las virtudes de Muñoz Torrero le habían granjeado ya una popularidad que le valieron el honroso cargo de representar al país”.op. cit., p. 9.

[27] Según estipula la Instrucción para las elecciones de diputados a Cortes, se debían cumplir los requisitos de tener 25 años cumplidos y estar avecindado con casa abierta en la provincia para poder ser admitido como elector y elegible.  Archivo del Congreso de los Diputados, “Acta de las elecciones de los Señores Diputados para las Cortes Generales por esta provincia de Extremadura”, en Actas electorales. Extremadura, Leg. 1, Exped. 11.

[28] Como apuntan el autor Emiliano Fernández de Pinedo. op. cit.  P. 267: “Pero también la Iglesia, incluso en España, tendrá una componente liberal y progresista, siempre minoritaria y silenciada por los poderosos de todos los tiempos, pero no por eso menos existente”.

[29] ALCALÁ GALIANO VILLAVICENCIO, Antonio: Memorias de D. Antonio Alcalá Galiano. Madrid, Imprenta de Enrique Rubiños, 1886. Pág. 268.

[30]  Es muy interesante el relato de los hechos acontecidos previos y durante la inauguración de las Cortes, contados en el libro de Toreno, José María Queipo de Llano y Ruiz de Saravia, Conde de, Historia del Levantamiento, Guerra y Revolución de España, Madrid, Atlas, 1953.

[31] ESCALERA, Evaristo: op. cit., pag. 239.

[32] FONTANA, Josep: “La época del liberalismo”, Volumen 6 de La Historia de España, Fontana, Josep y Ramón Villares (dir.). Barcelona, Crítica/Marcial Pons. 2007. Pág. 59.

[33]  Según Modesto Lafuente, D., en su Historia general de España. Edad Moderna. Tomo XXIV, cap. XII. Madrid, 1861: “El público aguardaba con impaciencia y ansiosa curiosidad el momento de ver cómo inauguraba sus tareas la nueva representación nacional. Tocó esta honra el diputado por Extremadura D. Diego Muñoz Torrero, venerable, docto y virtuoso eclesiástico, rector que había sido de la Universidad de Salamanca, el cual se levantó a proponer lo conveniente que sería adoptar una serie de proposiciones que llevaba dispuestas, y que con admiración y asombro general fue desenvolviendo y apoyando en un luminoso y erudito discurso, citando leyes antiguas y autores respetables, y haciendo aplicación a las circunstancias actuales del reino”

[34] El Traydor. Madrid (s.n.), 1812.  Folleto que forma parte de un volumen facticio conservado en la Biblioteca del Congreso de los Diputados de Madrid.

[35] VILCHES, Jorge: Liberales de 1808. Madrid, Editorial Fundación Faes, 2008.   Pág. 234.

[36] Diario de las Sesiones de las Cortes Constituyentes. Sesión de 24 de septiembre de 1810. 

[37] Conocida como el “Decreto de 24 de Septiembre” que iba a convertirse en el primer texto legislativo de las Cortes y pilar fundamental de todo el posterior proceso revolucionario. Diario de Sesiones de las Cortes Generales y Extraordinarias. Sesión de 25 de septiembre de 1810.

[38]  Escalera, Evaristo. op. cit., I vol, pag. 243.

[39]  FERNÁNDEZ ALMAGRO, Melchor: Orígenes del régimen constitucional en España. Barcelona, Labor, 1976. pag. 81.

[40] Esta es la opinión de María Cruz Romeo Mateo en su artículo “La tradición progresista: Historia revolucionaria, Historia nacional” p 81-113, en SUÁREZ CORTINA, Manuel (edit.): La redención del pueblo: la cultura progresista en la España liberal. Santander, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cantabria: Sociedad Menéndez Pelayo, 2006.

 

[41]  Las  nueve comisiones eran: Alhajas de las Iglesias, Comisiones del Congreso, Constitución, Honor, Libertad de Imprenta, Lista de Empleados, Mensajes, Restablecimiento del Consejo de la Inquisición y Traslación de las Cortes.

[42] LABRA, R. Mª.: “Muñoz Torrero y las Cortes de Cádiz. Historia de la primera Asamblea constitucional”. Colección de conferencias históricas pronunciadas en el Ateneo Científico, Literario y Académico de Madrid acerca de “La España del siglo XIX” durante el curso 1885-1886. Madrid, Libr. De D. Antonio San Martín, 1886-1888. p.11.

[43]  Para F. Suárez, como director de la obra titulada: Cortes de Cádiz. Informes oficiales sobre las Cortes. Andalucía y Extremadura. Navarra, EUNSA, 1974, una de las dos aportaciones fundamentales que correspondieron a la Comisión, “Los Principios Generales de la Nación Española”, fue obra de Muñoz Torrero.

[44] Diario de las Sesiones de las Cortes Constituyentes. Sesión de 25 de agosto de 1811.

 

 

[45] Para Ignacio Fernández de Castro, en la página 35 de su libro De las Cortes de Cádiz al Plan de Desarrollo, Paris, Ruedo Ibérico, 1968; todas estas medidas forman “un simple programa anticipado para una revolución burguesa futura pero todavía irrealizable”.

[46] Diario de Sesiones de las Cortes Generales y Extraordinarias. Sesión del 6 de septiembre de 1811, p. 1790.

 

[47] GARCÍA PÉREZ, Juan: Diego Muñoz Torrero. Ilustración, religiosidad y liberalismo. Mérida, Editorial Regional de Extremadura, 1989.

[48] LA PARRA LÓPEZ, Emilio: “El primer liberalismo y la Iglesia”. Alicante, Instituto de Estudios Juan Gil-Albert: Diputación provincial, 1985. p. 37.

[49] Según lo recogido en la Constitución, el nombramiento de Muñoz Torrero como diputado en esta nueva reunión de Cortes resultada imposible debido a su participación en las Cortes Extraordinarias.

[50] AYMES, J. R. op. cit., pag. 107.

[51]  El general Eguía envió “ordenes reservadas” al ministro togado D. Francisco de Leiva y éste a su vez a otros ministros, en estas órdenes se declaraba que: “á los ministros togados Don José María Puig, Don Jaime Álvarez Mendieta y Don Antonio Galinano para que procedan al arresto de todas las personas y al recogimiento de sus papeles, á saber: de aquéllos que se crean á propósito para calificar después su conducta política (…) El Cuartel de Guardias y la cárcel de la Corona son lugares á propósito para la custodia de los más señalados. Y, respecto á que hay entre ellos algunos eclesiásticos, se impartirá el auxilio del Vicario de Madrid y, en todo caso, por nada se suspenderá el arresto…”. Recogido en la pág.  54 del libro de CASTRO, C: El Rey felón y los seis años inicuos. Rafael Caro Regio Edit, Madrid, 1929.

[52] Hay que apuntar que para la elaboración de las listas negras de personajes a detener, fue esencial la colaboración de numerosos delatores, algunos de ellos ex diputados de tendencia ultra conservadora como Andrés Lasauca, Blas Estolaza, Antonio Joaquín Pérez, etc.  

[53]ALCALÁ GALIANO VILLAVICENCIO, Antonio: Historia de España: desde los tiempos primitivos hasta la mayoría de la reina doña Isabel II: redactada y anotada con arreglo a la que escribió en inglés el doctor Dunham. Madrid, Imprenta de la Sociedad Literaria y Tipográfica, 1844-1846. Págs. 39 y 40.

[54] VILLANUEVA, Joaquín Lorenzo: Apuntes sobre el arresto de los vocales de cortes, ejecutado en mayo de 1814. Encerrados en la cárcel de la Corona. Madrid,  Imprenta de don Diego García y Campoy y compañía. 1820.

[55] Esta opinión es compartida por Manuel Moreno Alonso en la página 17 de su artículo titulado La “fabricación” de Fernando VII. p. 17- 41, en la revista Ayer, nº 41. Ramón Villares Cortina (Direct.)Editado por la Asociación de Historia Contemporánea Marcial Pons, Ediciones de Historia, S.A. Madrid. 2001.

[56]  CASTRO, C. op. cit., pag 55.

[57]  Muñoz Torrero se había caracterizado por su desprendimiento y generosidad lo que le había convertido en un hombre muy pobre de recursos. En el momento de su detención, dos años atrás, contaba uno de sus compañeros de presidio: “todo el capital con que contaba eran tres escudos de veintiuno y cuartillo, sin que, aparte algunos libros, dejara en casa bienes de mayor entidad, porque el dinero no tenía mucho más uso en su mano que el de pasarle á los que de él necesitaban para socorrer á sus desgracias. A tal punto llegó su escasez, que ya iba á tener por alimento el rancho de la cárcel cuando Álvarez Guerra tomó á su cargo enviarle la comida”. FERNÁNDEZ DE LOS RÍOS, A. op. cit. Pags. 12 y 13.

[58] GIL NOVALES, Alberto. op. cit., pag  125.

[59]  DÉROZIER, Alberto. op. cit., pag. 693.

 

[60]  LE BRUN, Carlos: Retratos políticos de la Revolución de España. Impreso en Filadelfia (EEUU), 1826. Pág. 43.

[61] CUCALÓN Y ESCOLANO, Luis. op. cit., pag. 325.

[62] En agosto de 1820, la Monarquía absoluta portuguesa había sido sustituía por un gobierno constitucional. Dos años después, el Rey Juan VI implantaba en el país un régimen liberal cuya actuación siguió muy de cerca el modelo de reformas recogidas en la constitución gaditana.

[63] Es como popularmente conocemos los extremeños a la frontera entre ambos países.

 

[64]  Recoge J. Mª Romero y Rizo en la pág. 86 de su libro antes citado: “El gobernador hizo entonces más horrible aún la situación del mártir; le separó de D. Francisco Calver y de D. José Castillejos, que le aliviaban en sus trabajos (…); le obligó á bajar á un pozo y á limpiar, por espacio de varias horas diarias, la inmundicia, arrancando con las manos los ásperos arbustos que había en las paredes; y no paraba aquí su bárbara inventiva, sino que hacía que desde arriba le tirasen algunas piedras, diciéndole, por vía de mofa, que buscase en el fondo del pozo la libertad que tanto ansiaba”

[65] ROMERO RIZO, J. Mª. op. cit. p. 88.

[66] LE BRUN, Carlos. op. cit. pags. 42 y 43.

[67] D. A. F. G: Verdaderas y genuinas semblanzas de los padres de la patria para la legislatura de 1820 y 1821. Madrid, editorial Espinosa, 1821.  Pag 23.

[68] ESCALERA, Evaristo: op. cit., pag. 240.

[69] BORDEJÉ Y MORENCOS, F. Fernando de: Galería de personajes españoles. Arganda del Rey (Madrid), Egartorre. 2007. Pág. 462.

Dic 042013
 
Jesús Barbero Mateos.

CONSIDERACIONES PRELIMINARES

 La rebelión armada del 18 de julio de 1.936 supuso, para la educación, en general y para el magisterio, particularmente, un tremendo mazazo, por cuanto significó el retroceso en la formación de las sucesivas generaciones de españoles, a la vez que instauró un régimen de terror entre los docentes, al someterlos a un cruel y perverso proceso de depuración política, que debía determinara las adhesiones al nuevo “régimen” o, por el contrario, identificar a los maestros, “desafectos” al mismo, para aplicar sobre ellos ensañadas sanciones. Cerca de 1.200 maestros de la provincia de Cáceres, según la documentación obrante en el Archivo General de la Administración, padecieron el proceso, en el que presunción de culpabilidad era el principio rector en la tramitación de los expedientes, en una de las pocas acciones decididas en la política de los primeros tiempos del franquismo, en medio de la desidia administrativa general.

 

La Junta de Defensa Nacional no perdería el tiempo emitiendo, a propuesta del Rector de la Universidad de Zaragoza, “órgano superior de la enseñanza”, un Decreto[2] el día 19 de agosto de 1.936, con instrucciones que orientaban el procedimiento.

 

El día 26 de agosto de 1.936, Eduardo Málaga, Inspector Jefe de la provincia, concretó para los alcaldes y maestros, Instrucciones[3] relativas al comienzo del curso escolar. En ellas se establecía la necesidad de demostrar en las zonas ocupadas, la normalidad en el funcionamiento de los organismos oficiales, entre ellos la escuela, “como piedra fundamental del estado, que ha de contribuir a la españolización de las juventudes del porvenir, orientada en los últimos años en sentido inverso”.

 

Para ello se dotaba de poderes plenos a los alcaldes, que debían vigilar que la enseñanza impartida era la adecuada y exaltaba el “patriotismo sano”; informar “las debilidades y orientaciones opuestas” de los maestros y si sus conductas habían “perturbado las conciencias infantiles”, en cuyo caso, los Rectores ordenarían con toda urgencia su sustitución; y comunicar los maestros que se hubieran presentado el día uno, únicos a los que los habilitados estaban autorizados a pagar. En los pueblos donde no se hubiese presentado, el alcalde designaría a un sustituto interinamente, entre los maestros de la localidad o de localidades situadas a menos de 5 kilómetros. Si no se encontraban maestros, podría nombrarse a cualquier titulado universitario, eso sí, de reconocida moralidad y patriotismo.

 

Por su parte, el Gobernador Civil de Cáceres, mediante Circular[4] de 1 de  septiembre de 1.936, establecía que “la Guardia Civil, procederá a averiguar y formar relación de los maestros nacionales clasificados por ideas socialistas, comunistas y francamente izquierdistas, a fin de ordenar su destitución”.

 

Hasta aquí los prolegómenos del proceso. Pronto comenzaría a normalizarse el mismo en todo el territorio, con normas comunes.

 

El Decreto de 8 de noviembre de 1.936, creaba las Comisiones Depuradoras, al considerar que “la atención que merecen los problemas de la enseñanza, tan vitales para el progreso de los pueblos, quedaría esterilizada si, previamente, no se efectuase una labor depuradora en el personal que tiene a su cargo una misión tan importante como la pedagógica (…)”[5]. Las Comisiones Provinciales de depuración, supervisadas por la Comisión General Central de Depuración del Magisterio, solicitaban informes de los maestros en modelos normalizados, a las “personas de orden” de las localidades donde estaban ejerciendo: Guardia Civil, Alcalde, Juez, Cura, Jefe de Falange, cabezas de familia de acreditada moralidad, etc., a partir de los cuales proponían la absolución, o bien, imputaban cargos y proponían las sanciones que creían más adecuadas.

Una Orden de 7 de diciembre de 1.936, señalaba las sanciones a aplicar, que iban desde el traslado forzoso, a la separación definitiva del servicio.

El 18 de marzo de 1.939, otra Orden señalaba causa suficiente de sanción, la pasividad de quienes pudiendo haber cooperado con los sublevados, no lo hicieron.

 

Como colofón del proceso, el gobierno rebelde aprobó una Ley el 10 de febrero de 1.939, en la que se compilaban las normas depuradoras, tratando de actuar con rapidez para identificar y reintegrar a los afines y localizar y sancionar a los que “contribuyeron a la subversión y prestaron asistencia a quienes por la violencia se apoderaron de los puestos de mando de la Administración”.

La Disposición Adicional Segunda establecía: “La depuración del personal docente que depende del Ministerio de Educación nacional, se efectuará con arreglo a las normas especiales que al efecto se dicten”.

En todo caso, como este proceso “purificador” se extendió también a los maestros “no contaminados”, al terminar la guerra, los que pudieron probar su hostilidad a la República, tuvieron que superar unos exámenes y seguir unos cursos de orientación profesional, “para saturar su espíritu del contenido religioso y patriótico que informa nuestra cruzada”[6].

 

A continuación trataremos de arrojar un poco de luz sobre la depuración del magisterio que ejercía en el ámbito de lo que es hoy el CRA “Las Villuercas”, ocho localidades en total, pertenecientes a tres partidos judiciales. Para ello se han consultado y analizado los expedientes de los 17 maestr@s que ejercían en estos pueblos, obrantes en el Archivo General de la Administración, que acarrearon desiguales consecuencias, como veremos. Hemos agrupado la información obtenida en cuatro bloques, referidos a datos personales; características profesionales; aspectos socio-políticos y una cuestión abierta. Pondremos de manifiesto las principales características de los tres primeros bloques, centrándonos a continuación en los procesos seguidos a dos maestros, cuyas consecuencias fueron la destitución fulminante en un primer momento, y la sanción al finalizar la tramitación de sus correspondientes expedientes.

 

CARACTERIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN EN LAS “VILLUERCAS BAJAS”

 

Comenzaremos fijándonos en las personas que ejercieron la tarea de  informantes, para ubicarnos adecuadamente en las fuentes de que las que se nutría la administración, para conocer sobre el magisterio. Sus informaciones, según se desprende del análisis de los expedientes, están cargadas de subjetividad, por cuanto sobre un mismo maestro aparecen, en algunos casos, informaciones radicalmente opuestas entre unos informantes y otros, llegando, incluso, a advertir unos sobre las posibles inexactitudes aportadas por otros.

 Eran individuos que ocupaban puestos de responsabilidad local y que eran requeridos por la Comisión Depuradora, para informar y emitir juicios de valor sobre los maestros, cumplimentando un cuestionario elaborado al efecto.

Esta función fue desempeñada, en la práctica, por los estamentos a los que el régimen consideraba los pilares de la nueva sociedad: El Alcalde, el Cura, el Comandante de Puesto de la Guardia Civil, el Juez, el Jefe de Falange y “personas de orden” con reconocida moralidad e intachable conducta religiosa, política y social.

En las Villuercas Bajas, los informantes fueron:

 

 

Alcalde

(10)

G. Civil

(6)

Cura

(7)

Falangista

(4)

Juez Municipal

(3)

Otros

(4)

Campillo de Deleitosa

Jerónimo Rivero

Bernardino Coca

Ildefonso Díaz Astudillo

 

Antonio Salas Curiel

 

Deleitosa

Marcelino Soleto

Gonzalo Jiménez

Maximiliano Buenvarón

José Novoa Oropesa

Tomás Palacios Bañegil

Hilario Palacios Jácome

Manuel ¿?

Alejandro Izquierdo

Fausto Rodríguez

Navezuelas

Román Benito

Antonio Durán

Vicente Álvarez Alama (1º Tte.)

Evaristo Blázquez Maeso

Fernín Roa Alonso

José Blanco Gallego

 

 

Tomasa Porras Sánchez

Robledollano

A. Muñoz

José Novoa Oropesa

Melquíades García

Adolfo Carrasco

 

 

Roturas de Cabañas

Pedro González

Fermín Roa Alonso

Ezequiel Morcillo Cuadrado

Ciriaco Rodríguez López

 

Primitivo Araújo

 

Retamosa de Cabañas

José Novoa Oropesa

Evaristo Blázquez Marro

Ezequiel Morcillo Cuadrado

Inocencio Serrano Díaz

 

Cabañas del Castillo

José Novoa Oropesa

Francisco Fernández Estacio

 

 

Casas de Miravete

Ulpiano Domínguez

Eurico Gómez Rubio

 

 

Andrés Moreno

Eugenio Monroy

 

 

 

DATOS PERSONALES.

 

Maestros y Escuelas. De los diecisiete expedientes analizados, ocho son de maestras y nueve de maestros. En todo caso hay que aclarar que en la zona no hay, por ello, diecisiete escuelas, sino trece, ya que cuatro de ellos están sustituyendo a los titulares. En el caso de Deleitosa, por destitución gubernativa; en Campillo de Deleitosa, porque la maestra se había fugado con los “rojos”; en Retamosa, porque el maestro estaba en el frente; y en Navezuelas, el titular fue destituido y el sustituto se incorporó a filas, por lo que era el cura el que realizaba las funciones propias de maestro.

En todo caso, conviene aclarar que, administrativamente, diez maestros eran propietarios, cinco interinos, uno sustituto y otro del denominado grado profesional.

 

Estos profesionales atendían cinco escuelas unitarias de niñas, cinco de niñas y tres unitarias mixtas en Campillo de Deleitosa, Roturas de Cabañas y Cabañas del Castillo, atendidas por maestras.

 

Localidad

Tipo de escuela

Maestr@ titular

Maest@ sustitut@

Causa de la sustitución

Deleitosa Unitaria niños Evaristo Jiménez Sánchez    
Deleitosa Unitaria niños   Florián López Muñoz Destitución del titular
Deleitosa Unitaria niñas Eufemia Ramos Gil    
Campillo Unitaria mixta Manuela Alonso    
Campillo Unitaria mixta   Mª Luz Dguez. Expósito Fuga de la titular con los rojos
Roturas Unitaria mixta Ignacio Serrano Díaz    
Robledollano Unitaria niños Primitivo Martínez Flores    
Robledollano Unitaria niñas Lucila Carrasco Muñoz    
Casas Miravete Unitaria niños Alipio Vicente Rodríguez    
Casas Miravete Unitaria niñas Pilar García Peña    
Cabañas Unitaria mixta Ana Ruiz Barba    
Retamosa Unitaria niños Lorenzo Barrado    
Retamosa Unitaria niños   Tarsicio Chamorro Herrero Marcha del titular al frente
Retamosa Unitaria niñas Antonia Gallego Rodríguez    
Navezuelas Unitaria niños Jacinto Romero Pardo    
Navezuelas Unitaria niños   Gregorio Lirón Parra Destitución del titular
Navezuelas Unitaria niños   José Blanco Gallego (cura) Marcha al frente del sustituto
Navezuelas Unitaria niñas Casilda Avedillo Huertas    

 

De estos profesionales, trece eran de la provincia de Cáceres y los otros cuatro eran de las provincias de Toledo, Salamanca, Ávila y Zamora.

Sobre sus filiación personal, sabemos que el magisterio de la zona era mayoritariamente joven, con predominancia de la soltería y escasez de hijos, salvo el caso de una maestra que tiene cinco. En su mayor parte eran católicos practicantes.

Es significativo el hecho de su escaso tiempo de permanencia en las localidades de destino, lo que confirma que las escuelas de la zona, ya por aquellas fechas constituían un destino de paso para los docentes.

 

 

MAESTROS

MAESTRAS

Edad Menores de 25 años: 4

Entre 26-30 años: 2

Entre 31-35 años: 1

Mayores de 35 años: 2Menores de 25 años: 3

Entre 26-30 años: 2

Entre 31-35 años: 0

Mayores de 35 años: 1

Sin determinar edad: 2Estado CivilSolteros: 4

Casados: 5Solteras: 4

Casadas: 2

Sin determinar: 2Nº de hijosNinguno: 6

Un hijo: 1

Dos hijos: 2Ninguno: 4

Un hijo: 2

Cinco hijos: 1

Sin determinar: 1PermanenciaMenos de 1 año: 3

Entre 1-5 años: 4

Entre 6-10 años: 1

Entre 11-15 años: 1Menos de 1 año: 2

Entre 1-5 años: 3

Entre 6-10 años: 1

Sin determinar: 2CatolicismoBuen católico: 5

Sin religión: 3

Desigual: 1Buena católica: 6

Sin determinar: 2

 

La dedicación del tiempo libre resultaba netamente distinta para maestros y maestras, ateniéndose a los socialmente bien visto en la época. Mientras que las maestras fuera de la escuela, asumen todas las tareas domésticas, que como mujeres les asignaba la sociedad y participaban de las acciones caritativas, los maestros, en ningún caso las asumen. Por el contrario, los maestros disponen de elementos de ocio personales y participan activamente en la vida política de las localidades.

 

Estas son las principales dedicaciones señaladas:

 

 

Maestras

Maestros

Ocio

  Pasar ratos de recreo. Actividades y expansiones naturales. Caza. Pasear con su señora y vivir en familia. Poesía.

Laboral

Trabajos propios de su propio sexo. Bordar. Quehaceres domésticos  

Educativo

Formativo

Dar clases particulares. Dar clases particulares gratuitas. Estudiar. Enseñar instrucción militar a falangistas y niños.

Político

social

Enaltecer a la patria Hacer propaganda política del Frente Popular.

Asistir a reuniones comunistas, socialistas y revolucionarias. Asuntos de engrandecimiento de la patria como jefe de Falange. Hacer de vivo caballero ejemplar. Distracciones con funcionarios de mal proceder político.

Socio Religiosos

Hacer obras de caridad. Promover el celo católico. Orientar a los jóvenes por el bien. Actividades de Acción Católica. 

 

DATOS PROFESIONALES.

En el cuestionario se incluían cuestiones relativas al planteamiento, desarrollo e implicación de los maestros con su profesión, impregnadas de un marcado contenido socio-político, que aclarase la comunión o no del docente con el régimen en ciernes.

Las horas dedicadas a la escuela, pretendían saber, indirectamente, si dedicaba su tiempo a cuestiones “poco patrióticas”. Pues bien, siete maestros dedicaban seis horas diarias a la escuela, mientras que otros cinco, dedicaban cinco horas. De tres maestros se afirma que las horas dedicadas a la enseñanza eran las reglamentarias y del resto no se especifica esta información.

Sobre la implicación de los maestros con su labor, en nueve casos enseñaban bien y con entusiasmo; en dos, enseñaban regular y con entusiasmo; en otros dos, enseñaban mal y sin entusiasmo; y en los demás no se especifica.

 

También se solicitaba información sobre los juegos que los maestros aplicaban con los niños, por si éstos se estaban utilizando como forma de adoctrinamiento político o de entrenamiento bélico. En las escuelas de la zona tenemos: recreos, juegos infantiles propios de la edad y tradicionales del país, instrucción militar, juegos patrióticos basados en la educación física, juegos recreativos, morales, sanos, instructivos, pedagógicos y buenos, la peonza, el corro “dime niña”…

En cuanto a la simbología política, dos cuestiones se centraban en recabar información sobre su uso dentro de la escuela, haciendo hincapié, únicamente, en la de tendencia izquierdista. Tan sólo en un caso se afirma que se cantaba la internacional y se saludaba puño en alto.

 

DATOS POLÍTICOS.

El último asunto sobre el que se incide en la encuesta, quizás el más significativo en relación con su objetivo, trataba de localizar e identificar, para sancionar, a los maestros izquierdistas. Hacía referencia a las actividades políticas y asociativas. A raíz de las respuestas de los informantes, se iniciaron procesos civiles y penales contra los maestros, tres en el ámbito de la zona considerada, dos maestros y una maestra, de los trece maestros titulares, lo que supuso en torno al 23% de la plantilla.

En cuanto  la afiliación política, a tenor de las informaciones recogidas en los documentos, tenemos que tres maestros eran de la CEDA; dos eran de Falange, uno de ellos jefe en Roturas y uno era de Izquierda Republicana, presidente en Deleitosa.

Posteriormente se interroga sobre el carácter asociativo del magisterio. En total cuatro docentes estaban integrados en asociaciones: dos maestros pertenecían a la Asociación Provincial del Magisterio; una maestra a la asociación de estudiantes católicos y otra maestra a las cinco asociaciones religiosas había en la localidad.

Finalmente, se recogen las observaciones más significativas que realizaron los informantes, en el caso de algunos de los docentes de la zona. Son las siguientes:

Manuela Alonso, propietaria de Campillo, “se ha marchado con los comunistas a Mesas de Ibor. Su fe era casi nula y su hijo dijo que ir a misa era como ir al baile e día 20, patrón de la localidad”.

Mª Luz Domínguez Expósito, interina que sustituye a la titular de Campillo, “siempre ha sido de derechas, como su familia. Fue nombrada por el alcalde al irse la titular con los comunistas, sustituyendo a la fugada”.

Ignacio Serrano Díaz, propietario de Roturas, era el Jefe de Falange en la localidad.

Primitivo Martínez Flores, propietario de Robledollano, “en las clases nocturnas ensañaba a los adultos que no tenían que ir a misa los domingos, porque decía que la República había quitado tal obligación”. Alcalde y cura coinciden en que “es cumplidor y carente de vicio y merece el máximo respeto y consideración como maestro y como persona”.

Lucila Carrasco Muñoz, sustituta de Robledollano (nada se dice de que hubiese una propietaria), “merece el máximo respeto y consideración. Ha llevado en fila a los niños a misa y les ha enseñado cantos religiosos. La localidad está muy ilusionada con ella por su incansable labor profesional y elogiosa vida privada”.

Pilar García Peña, propietaria de Casas de Miravete, “da ejemplo con su intachable conducta, es católica y patriota, por lo que fue perseguida por las izquierdas del pueblo. Socorre a las familias necesitadas siguiendo el espíritu cristiano, aún en tiempos adversos. Durante unos mese dio clases a la hija de Isidoro Moreno Moreno, Alcalde, jefe del Partido Socialista y delegado de las organizaciones obreras del partido”.

Alipio Vicente Rodríguez, propietario de Casas de Miravete, “de conducta moral intachable, buen patriota al servicio de la causa de la nueva España. Ejemplar caballero católico”. Por otra parte, “no tiene condiciones para enseñar, pues se burlan de él los niños. Aunque es de derechas, convivió con las izquierdas cuando éstas se adueñaron del poder”.

Ana Ruiz Barba, interina de Cabañas del Castillo, es “ferviente católica y se ha visto perseguida por sus ideas derechistas”.

Tarsicio Chamorro Herrero, propietario de Retamosa, “está en el frente desde octubre de 1.936. Enseña doctrina de crudo materialismo monístico, como el origen simiano del hombre, conforme, totalmente, al evolucionismo de Darwin”.

 

Estas son las principales características de los maestros de la zona, durante el proceso de depuración política, que una vez puestas de manifiesto, nos llevan a centrarnos en dos de los maestros expedientados, cesados y sancionados injustamente, por el ensañamiento de los alcaldes de Deleitosa y Navezuelas, respectivamente.

Ante tamaña injusticia se rebelaron los vecinos y, también, las sucesivas autoridades de ambos pueblos, apostando por ellos y dejando en evidencia la falsedad de las acusaciones, que les acarrearon injustas sanciones profesionales y amargos trances personales, como veremos a continuación, al tratar las vicisitudes acontecidas a Evaristo Jiménez Sánchez, maestro de Deleitosa y a Jacinto Romero Pardo, maestro de Navezuelas.

 

LA REBELIÓN DE LOS JUSTOS

 

EVARISTO JIMÉNEZ SÁNCHEZ. Maestro de Deleitosa.

 

En primer lugar tratamos el caso del maestro de Deleitosa, Evaristo Jiménez Sánchez. Sobre él se ensañaron el cura y el alcalde de la localidad en los primeros momentos de la rebelión. La intervención de las autoridades y, sobre todo, del vecindario, aclarando las falsedades vertidas sobre el maestro, hicieron rectificar a la administración, aunque, se verá la amargura vivida por él y su mujer, así como las trágicas consecuencias del retraso en la resolución de su expediente.

 

El informe inicial. El alcalde de la localidad, Marcelino Soleto, remite dos documentos fechados el 10 de septiembre y el 9 de octubre de 1.936, al Gobernador Civil de la Provincia de Cáceres y al Rector de la Universidad de Salamanca, informando sobre el maestro Evaristo Jiménez Sánchez, al que acusa de tener avanzadas ideas comunistas, que procura exteriorizar en toda ocasión. Informa también que se marchó a Cebreros (Ávila) al principio de las vacaciones y no había regresado a la localidad.

 

La Destitución. Con esa información, el maestro es cesado de manera fulminante.

 

Informes solicitados por la Comisión Depuradora. A lo largo del mes de octubre se remiten a la comisión depuradora del magisterio de Cáceres, los informes cumplimentados por el alcalde, el brigada de la guardia civil de Trujillo, José Novoa Oropesa, el  cura, Hilario Palacios Jácome y dos personas de orden, Jacinto Robledo y Fausto Rodríguez, que aportan interesante información.

El maestro, de 57 años, natural de la provincia de Toledo, casado y sin hijos, llevaba 15 años en la localidad. No ejercía como católico y en su tiempo libre hacía propaganda extremista y revolucionaria del Frente Popular, asistiendo a reuniones políticas.

A la escuela dedicaba 5 horas diarias, enseñando mal y sin entusiasmo, saludando con el puño en alto y cantando la internacional, aunque el cura lo niega.

Desde el día 16 de febrero de 1.936 era presidente local de Izquierda Republicana, partido al que estaba afiliado desde el 14 de abril de 1.931. se le acusaba, además de masón. Había sido suspendido de empleo y sueldo.

Apostillan, para finalizar, que el maestro se encuentra en campo rojo desde que el movimiento se inició, en concreto, en Calera y Chozas (Toledo), donde fomentó y auxilió a la rebelión cuanto pudo junto con su sobrino, no presentándose a la apertura del curso escolar. Un evadido de Madrid informó que estaba en la capital.

Cura, Hilario Palacios Jácome: al principio se portó como católico perfecto, luego, aún antes de proclamarse la República, dejó las prácticas cristianas y terminó en estos últimos tiempos siendo ateo. Iba poco a la escuela. Un sobrino que vivía con él, que era comunista, pues aquí pertenecía a la juventud socialista y que mandaba blasfemar a los niños, era el encargado de ella, mientras él se dedicaba a la propaganda comunista. Cuando el jefe de los socialistas iba a la escuela, se saludaba con el puño en alto, salvo algunos de familias de derecha, que no lo hacían, exponiéndose a ser castigados. Asistía con los niños a las manifestaciones.

Antonio Floriano Cumbreño,  inspector de educación, resume estos informes el día 7 de abril de 1.937, haciéndose eco de las principales acusaciones que aportan, para constancia de la comisión depuradora provincial.

 

El pliego de cargos. La comisión, como siempre, sin mayor contraste, da por buenas las informaciones aportadas y, el día 3 de mayo de 1.937, acuerda imputar y remitir al maestro el siguiente pliego de cargos: Hacer ostentación de ideas izquierdistas. Cantar la internacional y saludar con el puño en alto en la escuela. Asistir con los niños a manifestaciones socialistas. Presidir Izquierda Republicana. Abandonar la escuela en manos de su sobrino de juventudes socialistas, que obligaba a los niños a blasfemar. Fomentar y auxiliar con entusiasmo la rebelión roja. Pertenecer a la masonería.

 

La imposibilidad de realizar los descargos. El pliego de cargos se remitió a Deleitosa, para que fuera entregado al maestro, pero como éste estaba ausente, e día 7 de mayo de 1.937, el alcalde lo devolvió a la Comisión que, una vez recibido, ordena, el 12 de junio de 1.937, la publicación de un requerimiento en el Boletín Oficial de la Provincia, instando al maestro a fijar residencia. El mismo se publica el 16 de junio.

 

Sanción. Agotados todos los tramites y no habiendo logrado la audiencia del maestro,, el día 20 de agosto de 1.937,  la comisión provincial depuradora eleva a la comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado, la propuesta de sanción: separación definitiva del servicio. La comisión asume la propuesta el 16 de noviembre y la amplía con la inhabilitación para cargos directivos y de confianza. La sanción es ratificada el 26 de octubre por la comisión superior dictaminadora, que la hace firme y se consuma con la Orden del Ministro de Educación Nacional, de 30 de diciembre de 1.939, que imponía al maestro la separación definitiva del servicio y baja en el escalafón.

 

Regreso del maestro a Deleitosa. Hasta aquí se extiende la primera parte del proceso a Evaristo Jiménez Sánchez, quien no es consciente de la situación administrativa por la que está pasando, al no encontrarse, no ya en la localidad, sino en el bando rebelde, cuyo gobierno le estaba depurando. Finalizada la contienda, el maestro regresa a Deleitosa y es informado de su situación de suspensión, encontrándose a cargo de la escuela el maestro interino, Florián López Muñoz, quien estaba en su puesto desde octubre de 1.936.

 

Solicitud de revisión del expediente. El maestro comienza las gestiones para que su expediente sea revisado, remitiendo al Ministro de Educación Nacional, el día 23 de enero de 1.940, una solicitud de revisión, en la que alega que no se encontraba en Deleitosa cuando estalló el Movimiento, porque se había ido el día 16 de julio de 1.936 a Madrid, para someter a sus esposa, anciana de 60 años, a un tratamiento médico. Había permanecido en zona roja hasta la total victoria de las armas Nacionales, concretamente en la parroquia de San Felipe Neri, de Alicante. Cuando se reintegró a su destino nuevamente, presentó declaración para su expediente, pero sin tiempo para acompañar documentos acreditativo de su conducta, los cuales había enviado con posterioridad. Prosigue, informando de que en los 32 años que lleva de servicio, 16 en Deleitosa, no ha tenido una sola nota desfavorable, pudiendo acreditar las autoridades locales y el vecindario su  buena conducta pública y privada, como ciudadano y como maestro. Se lamenta de que habiendo sido separado del magisterio, teniendo 62 años y enfermo con una afección cardiaca, que le incapacita para el trabajo corporal y que tanto él como su anciana esposa carecen de familiares que pudieran ampararlos, la sanción le condena a mendigar su sustento, llevando el estigma sobre la frente.

Finalmente, suplica la revisión de su expediente.

Nuevamente vuelve a remitir la solicitud al ministro el día 25 de febrero de 1.940, pero en esta ocasión, aportando cuatro documentos de aval, que considera de tremenda importancia.

El primero, fechado el 8 de febrero de 1.940 en Alicante y firmado por el párroco de San Felipe Neri, D. Manuel Arivente Aguilar, quien certifica que el maestro vivió en su casa desde primeros de noviembre de 1.936 hasta julio del año 1938, habiendo observado una conducta inmejorable, no interviniendo en política ni figurando en nada con los rojos.

El segundo documento, de 23 de febrero de 1.940, lo fieman en Deleitosa las autoridades locales, Alcalde, Comandante de Puesto, Juez, cura y Jefe de Falange, quienes ponen de manifiesto que antes de iniciarse el Movimiento, perteneció a un partido de izquierdas, en el que no consta que hiciera propaganda ni se ocupara en dar mítines, cumpliendo con sus deberes profesionales y particularmente hacía una vida conviviendo con todos los vecinos. Unos días antes del 18 de julio de 1.936, se ausentó de esta localidad y le sorprendió en movimiento en zona roja, donde permaneció hasta la victoria final, desconociéndose su actuación en dicha zona.

 

Explicaciones del maestro. El propio maestro redacta el día 24 de febrero una declaración jurada, en la que hace constar  que no ha pertenecido a ningún partido político ni ha ostentado cargo alguno, habiendo vivido para su profesión de maestro, como atestiguan los informes de autoridades padres y vecinos. Se sincera relatando sus avatares personales, para justificar su militancia en Izquierda Republicana: “Con motivo de tener a mi esposa enferma, en el año 32 me trasladé a Madrid, a que fuera reconocida por un especialista. Como este dijo que necesitaba ingresar en una clínica, careciendo de recursos para el sostenimiento de la misma, ya que su estancia en ella había de pasar de un mes y no conociendo a nadie a quien acercarme para que ingresara en un establecimiento benéfico, me acerqué, aunque sin conocerle, al entonces diputado por esta provincia, D. José Giral, a quien expuse mi situación y logré su ingreso, aunque no su curación.

Cuando llevaba en Deleitosa más de medio año de mi regreso de Madrid, me sorprendió un día el correo con una credencial de Jefe de Acción Republicana y una carta del Sr. Giral que, a cambio del favor que me hizo, me pedía lo aceptara. Con la República nefasta, este caso excepcional y fortuito me hizo pertenecer a un partido de izquierdas de hecho, no de derecho, del que no hice caso alguno, siguiendo las normas que me tracé al terminar mi carrera: enseñar y sólo enseñar en mi escuela, no asistiendo a acto político alguno que pudiera desdecir del papel que debe representar todo maestro en la sociedad”.

 

Primer aval del vecindario. El mismo día, ocho vecinos de la localidad, firman un aval al maestro, en el que aseguran que desde que fue destinado a esta escuela, observó “una conducta intachable moral y profesional, no se preocupó de otra cosa que no fuera enseñar, dando ejemplo de honradez y ciudadanía. Durante la nefasta república, perteneció a un partido de izquierda, pero no se le vio actuar en política, no acudiendo a mítines, reuniones ni acto alguno que pudiera estimular con su presencia a los demás. Al iniciarse el Movimiento estaba en Madrid, donde fue acompañando a su señora, que padeciendo una dolencia visual, necesitaba consultar a un especialista”. Firman: Casáreo Moreno, Benito Ciriero, Julián Durán, Apolinar Buenvarón, Aniceto Robledo, Bibiano García, Constantino Moreno y Francisco Buenvarón. El Alcalde, Gonzalo Jiménez, certifica las firmas.

 

Revisión del expediente e inicio de actuaciones. En compás de espera queda el asunto, hasta que la administración lo retoma dos años después. Mientras tanto, el maestro y su mujer vivieron de la caridad del vecindario, muriendo la esposa de pura inanición, según el testimonio de algunos vecinos, que vivieron la situación y recuerdan al maestro y las penalidades que hubo de pasar.

Pasados que fueron dos años desde la solicitud de revisión del expediente, el día 6 de febrero de 1.942, el ministro accede a lo solicitado por el maestro y ordena que se remita el expediente a la comisión Provincial, para que comience el trámite de comunicación de cargos y se dé audiencia al maestro, lo que se traslada a Cáceres el día 23 de febrero de 1.942.

 

Pliego de cargos. La comisión cacereña comunica al maestro el pliego de cargos el día 15 de mayo de 1.942, dándole diez días para que formule los descargos que estime oportunos y remita la documentación exculpatoria que crea de su interés para su defensa, plazo que empieza a corres desde el día 29 de mayo, cuando le es entregado al maestro.

 

Alegato de descargos. Evaristo Jiménez Sánchez, que cuenta ya con 63 años, contesta el día 4 de junio de 1.942 a los siete cargos, tratando de desmontarlos a base de testimonios y certificaciones.

No hizo nunca ostentación ni tuvo jamás ideas socialistas ni comunistas, siendo contrario a las mismas, no pudiendo persona alguna de esta localidad decir me viera asistir a reuniones socialistas ni oyera que en mi escuela se cantara nunca jamás la internacional, ni se saludara con el puño en alto, como igualmente que no asistí ni solo ni acompañado de los niños de la escuela a manifestaciones de ninguna clase.

Si bien es cierto que recibí nombramiento de presidente de Izquierda Republicana, con el cago de constituir partido en este pueblo, nadie puede decir que hice la menor gestión para reunir partidarios, haciendo constar que este nombramiento lo acepté y no devolví, en agradecimiento a favores recibidos de D. José Giral, tal como hice constar en el escrito de solicitud de revisión de mi expediente.

Nunca abandoné mi escuela, aunque mi sobrino, de 14 años, me ayudaba en la enseñanza de los pequeños, bajo mi exclusiva dirección, no siendo cierto que éste obligara a blasfemar a los niños.

Juro por mi honor que no fomenté ni auxilié a la rebelión roja, ya que siempre fui enemigo de este falso ideal; juro que ignoro lo que es la masonería y por tanto no podía pertenecer a esta organización.

Finalizaba instando a la comisión para que solicitara informes suyos a las autoridades y al pueblo en general, pues él no podía acompañarlos al expedirse éstos, únicamente, a requerimiento de la comisión.

Adjuntaba certificados de los curas de Garciaz, Deleitosa y San Felipe Neri, quienes certificaban que no había hecho ostentación de ideas izquierdistas, ni manifestado deseos de que triunfara la revolución roja. Era un hombre honrado y pacífico, de intachable conducta moral social y religiosa, que frecuentaba los sacramentos y asistía todos los días festivos a cumplir los deberes de buen cristiano. Asistía puntualmente a la escuela, cumpliendo bien con sus deberes profesionales.

 

Segundo aval del vecindario. Pocos día después, el 10 de junio de 1.942, el maestro remite a la comisión un nuevo escrito, para agregar un nuevo documento de descargo a su expediente. Se trata de un aval firmado por varios vecinos de Deleitosa, “personas de la mayor solvencia moral, de intachable conducta y de absoluta adhesión al Glorioso Alzamiento Nacional”, según sus propias palabras, que “hace caer como columna rota por su base, los infundados cargos que se me hacen”.

En el aval, firmado por 32 vecinos de la localidad, se hace constar que el maestro,  al que conocen desde hace diecinueve años, “tanto por su conducta pública, moral, como privada es un perfecto caballero, adornado de buenos sentimientos. Es un fiel cumplidor con los preceptos de la Iglesia, habiendo asistido asiduamente con los niños de su escuela, lo mismo al Santo Sacrificio de la Misa, cuanto a la práctica del Rosario. En el orden político, ignoramos el ideal que haya profesado, pero si ha pertenecido a algún partido, jamás se le ha visto hacer ostentación de ello, ni trabajar para sumar adictos a su causa. Firman: Constantino Romero, Marcos Muñoz, Bibiano García, Tomás Robledo, Ovidio García Soleto, Francisco Buenvarón, Apolinar Buenvarón, Adolfo Robledo, Daniel Jiménez, Julián Durán, Gonzalo Jiménez, Aniceto Robledo, Venancio Robledo, Anselmo Rodríguez, Guillermo Jiménez, Severiano García, Victoriano Barambones, Luis Robledo, Narciso Ruiz, David Carbonero, Cesáreo Moreno, Siro Vadillo de Vega, Balbino Montero, Calixto Barambones, Emilio Moreno González, José Cartagena Pacheco, José Moreno, Juan Palomo, Isidoro Luengo, Ramón Álvarez, Benedicto Ramos Gil y José Muñoz.

El alcalde, Maximiliano Buenvarón, certifica las firmas.

 

Nueva propuesta de sanción. La comisión provincial elabora la nueva propuesta de sanción definitiva el día 18 de junio de 1.942. en la misma se consideraba como única actuación sancionable al maestro, la presidir de su comité local de Izquierda Republicana. Por ello, se propone sancionarle “con la suspensión de empleo y sueldo por el plazo de dos años, para los que le servirá de abono el tiempo que ha estado separado de sus funciones; inhabilitación para cargos directivos y de confianza en instituciones culturales y de enseñanza y traslado forzoso fuera de esta provincia”. El día 30 de junio es remitido el expediente a Madrid, para su definitiva resolución. Allí se unen al mismo las consideraciones que sobre el asunto hace la Dirección General, para que sean tenidas en cuenta por el Juzgado superior de revisiones. Se considera que las nuevas informaciones aportadas, atenúan los cargos inicialmente imputados, aunque “lo de Presidente de Izquierda Republicana no hay quien se lo quite”. Por ello se estima procedente “dejar la última pena, como dice la Comisión, para casos más destacados.”

 

Sanción definitiva. Considerado ultimado el expediente, el día 18 de diciembre de 1.942, el juzgado superior de revisiones propuso anular la orden de 30 de diciembre de 1.939, así como imponer la suspensión de empleo y sueldo por dos años, con abono del tiempo haya permanecido en dicha situación, inhabilitación para cargos directivos y de confianza y traslado forzoso fuera de esta provincia, con prohibición de solicitar vacante por un periodo de cinco años.

Nuevamente la tramitación del asunto sufre un considerable retraso, pues no sería hasta dos años después, cuando el día 1 de diciembre de 1.944, el juez revisor solicitase a la unidad administrativa correspondiente de Cáceres la hoja de servicios del maestro, para ver la edad y los años de servicio.

 

Muerte del maestro. Para entonces ya era trágicamente tarde. La administración cacereña contesta al juez revisor el día 13 de diciembre, que el maestro había fallecido el día 20 de febrero de 1.944, cuando contaba con 64 años y 32 años de servicios. Ante tal eventualidad, el 18 de diciembre se ordena el archivo definitivo del expediente.

 

JACINTO ROMERO PARDO. Maestro de Navezuelas

 

El otro caso de ensañamiento de las autoridades ocurrió en la localidad de Navezuelas, recayendo las acusaciones sobre el maestro Jacinto Romero Pardo.

 

La acusación. El día 9 de septiembre de 1.936, el alcalde de Navezuelas, Román Benito, comunica al Gobernador Civil de Cáceres que el maestro Jacinto Romero Pardo “ha sido muy comunista”.

Destitución. Con esta información, el día 21 de septiembre de 1.936, el Gobernador destituye a maestro, a través del servicio de inspección.

El maestro se defiende. El día 7 de octubre, tras recibir la noticia de su cese, el maestro remite dos escritos y diversos certificados de conducta al inspector jefe, para que sean tramitados, así como otro escrito al gobernador, suplicando que le reponga en su cargo.

Alegaba que siempre había desempeñado su trabajo con convicciones católicas y que no había pertenecido a ningún partido político ni asociación, a la vez que estaba sumado al movimiento, afiliado a las milicias de su pueblo, Herreruela, donde le había sorprendido el Movimiento. “Asaltaron los rojos el cortijo donde con mis familiares me encontraba pasando las vacaciones, en las proximidades de Puebla de Obando (Badajoz), donde fui amenazado de muerte para que entregara las armas y, además, robado y maltratado”. Termina suplicando que se recaben informes suyos si alguno fue “equivocado” y adjunta uno sobre su personalidad, para que lo tenga en cuenta.

El segundo de los escritos, iba avalado por la firma de 314 cabezas de familia de Navezuelas, mayores de 25 años, personas de intachable conducta, en el que, habiéndose enterado de la destitución del maestro y “como personas interesadas en la enseñanza de los chiquillos, hombres del mañana de nuestro pueblo”, manifiestan su  profundo pesar, por tratarse de un funcionario competente. Suplican que sea repuesto en su cargo para, basado en los principios de religión y patria, dote a los niños de suficiente civilización y cultura; porque goza de la simpatía y afecto del vecindario, es digno del más entusiasta aplauso de los padres de familia, por su labor, en nada contraria al Movimiento Nacional.

Aporta varios certificados, fechados el 30 de septiembre en Herreruela y firmados por el alcalde, Tomás Bas Flores; el cura, Gregorio Rocha Fernández y el jefe de Falange, Urbano Chaparro Moreno. Todos ellos coinciden en afirmar que Jacinto Romero Pardo, al igual que su familia, es de conducta intachable moral y religiosa, es considerado como persona de orden y de derechas. Había llegado a Herreruela con sus padres a primeros de agosto, solicitando vigilancia armada, por huir de los rojos que habían asaltado el cortijo donde se encontraban. Desde entonces estuvo en las milicias patrióticas, prestando servicios de vigilancia.

Se recaban informes. Pero los trámites del proceso de depuración continúan de forma inexorable. En enero de 1.937 se remitieron a la comisión depuradora del magisterio de Cáceres, a requerimiento de ésta, los informes del maestro. Fueron dados por el Alcalde, Antonio Durán, el cura, José Blanco Gallego y el vecino Román Benito (que, como anterior alcalde, había informado negativamente sobre el maestro, por lo que éste fue destituido).

Según estos informes, Jacinto Romero Pardo, que llevaba más de tres años en la localidad, era natural de Herreruela, de 30 años, estaba casado y tenía dos hijos. Todos coinciden en que no era católico practicante, apuntando el alcalde que su familia sí lo era. Fuera de la escuela se ocupa de los asuntos de su casa, pasear con su familia y “distraerse con funcionarios de mal  proceder político”.

Dedica a la escuela las horas reglamentarias, con juegos tradicionales del país y de la edad. Enseñaba bien y con entusiasmo y estaba afiliado a la Asociación Nacional de Maestros de Primera Enseñanza, habiendo sido suspendido.

En las observaciones se señala que era apreciado por el vecindario y que tenía más amistades con los de izquierdas que con los de derechas. El cura profundiza con más detalles “se acompañaba del médico, don José Mateo y de otro maestro, Fernando Collado, sin cargo, que eran de mala conducta. Se dice de él que inspiraba en el socialismo al casero. Votaba a izquierdas, aunque en mis tiempos no se le vio haciendo mofa de los actos religiosos. Ahora cumplía y paseaba con el cura, antes nada de eso”.

Pliego de cargos. Con estas informaciones, la Comisión formula el pliego de cargos y se lo comunica al maestros el día 16 de mayo de 1.938. En el mismo se le acusa de hacer ostentación de ideas izquierdistas, socialistas y comunistas, votando al Frente Popular y teniendo sus amistades entre los elementos destacados de izquierdas.

Alegato de descargos. El día 28, desde Navezuelas, remite el maestro sus descargos y doce certificaciones de defensa a la comisión de Cáceres. Sabedor de su inocencia, en el escrito no profundiza mucho sobre su defensa, indica que como las certificaciones que deben obrar en poder de la Comisión y las que remite prueban suficientemente su ayuda moral, personal y económica desde el primer día al Glorioso Movimiento, así como su conducta moral, profesional y política y, sobre todo, “que no es cierto ninguno de los cargos que han motivado el expediente que se me instruye, prescindo de defenderme acusando y de hacer sucios retratos morales y políticos”.

De los doce documentos exculpatorios que remite, seis se emiten en Herreruela  por el Secretario del ayuntamiento, Pedro Holguera Chaparro; el comandante de puesto de la Guardia Civil, Diego Pérez Barra; el alcalde, Gerardo Gómez Pardo; el Juez municipal, Fidel Hidalgo; el cura de Herreruela, Gregorio Rocha Fernández y el jefe de Falange, Urbano Chaparro Moreno. Estos informes acreditan que el maestro había demostrado incondicional adhesión al movimiento, pertenecía a Falange, donde había desempeñado varios cargos: instructor de flechas, delegado sindical y delegado de prensa y propaganda; había prestado servicio en las milicias del pueblo, cumpliendo con lealtad y entusiasmo, contribuyendo con las suscripciones, demostrando patriotismo, de intachable conducta pública y privada, cumplidor como buen católico y apreciado por vecinos y autoridades.

Por su parte desde Navezuelas, el vecino Vicente Álvarez, además de afirmar que la conducta del maestro había sido siempre intachable, benéfica y justiciera, libre de rencillas, hace el siguiente relato: “el 21 de febrero de 1.936 por la tarde, como ciertos individuos socialistas insultaron y quisieron asesinar a los hijos del primer teniente de alcalde de entonces y ahora, D. Vicente Álvarez Alama, acertando a pasar por allá para ir a su casa, les afeó su pésimo proceder y sosteniéndoles con harto peligro de su vida, no tanto con razones, cuanto con su propio cuerpo, libróles a Pedro y Flaviano Álvarez Cortijo, hoy en los frentes de combate, de un atropello y muerte ciertas. Lo digo en nombre de mis hijos ausentes”.

La presidenta del Consejo local de Primera Enseñanza, Tomasa Porras Sánchez, certifica que ha desempeñado su labor admirablemente, ajeno a la política y con el aplauso de los vecinos, dando facilidades para que los niños pudieran santificar la fiesta. “No enseñó nada en contra de la patria, la moral o las buenas costumbres, ni en su escuela se cantó la internacional, marsellesa o himno de Riego”. Jamás vertió ideas izquierdistas ni se le vio en manifestaciones ni mítines del Frente Popular, ni estuvo en la casa del pueblo, ni promovió algaradas ni escándalos.

El cura matiza positivamente y rectifica parcialmente sus indicaciones iniciales. Ahora asegura que aunque no frecuentó la iglesia antes del alzamiento, “fue por miedo a perder su escuela, no por irreligioso. En ningún momento coartó la libertad de su familia, habiendo bautizado a sus hijos “y al que murió lo enterró cristianamente”. Tampoco había impedido a los niños de la escuela asistir a oficios religiosos y “si los monaguillos llegaban tarde, no les ponía mala cara”.

Las autoridades locales, junto al comandante de puesto de Berzocana, Evaristo Blázquez Maeso, también se implicaron a favor del maestro, asegurando que no había estado afiliado a ningún partido y que era incierto que manifestara ideas izquierdistas, dado mítines ni conferencias, pisado la casa del pueblo, o ido a manifestaciones. En la escuela estuvo alejado de la política y “no cantó internacional, marsellesa ni himno de Riego”, ni saludado. En las clases nocturnas explicó la constitución republicana, pero se resistió a poner la bandera tricolor. No votó las candidaturas de izquierdas.

Nuevamente, aporta un escrito firmado por 314 vecinos de Navezuelas, informando muy favorablemente sobre el maestro, en estos términos: “en la escuela su cumplimiento ha sido demasiado rigorista, invirtiendo más tiempo del mandado, tratando a niños y adultos por igual, no sembrando ideas contrarias a nuestra nación e historia y proporcionando a los escolares más material del presupuestado, abonándolo de su dinero y juzgando que a nuestros niños, dado su medio ambiente no se les podía pedir más erudición. Su conducta privada y pública ha sido digna de los mejores aplausos, siendo el verdadero maestro que enseña con el ejemplo. Jamás le hemos visto actuar en política ni asistir a manifestaciones o participar en actos perniciosos”.

Propuesta de sanción. Analizada toda la documentación por parte de la comisión, el día 20 de agosto de 1.938, se propone la sanción, al estimar completo el expediente. Por unanimidad se acuerda proponer la suspensión de empleo y sueldo por trece meses y un día, sirviéndole de abono el tiempo ya suspendido.

Sanción definitiva. Sería más de un años después, cuando el 26 de octubre de 1.939, la comisión superior propusiera al Ministro, sin atender en nada las verdaderas circunstancias del maestro, el traslado forzoso dentro de la provincia, con prohibición de solicitar cargos vacantes, durante un periodo de dos años e inhabilitación para el ejercicio de cargos directivos y de confianza en Instituciones Culturales y de Enseñanza.

Esta fue la sanción que debió sufrir el maestro, por las acusaciones, falsas a tenor de los informes aportados, del alcalde de Navezuelas, Román Benito, apoyado inicialmente por el cura de la localidad, José Blanco Gallego.

Se cierra el expediente de este maestro, como el de otros tantos miles en todo el territorio, con una injusta sanción, fundamentada en falsas acusaciones de las autoridades, en los primeros momentos de la rebelión.

 

En resumen, en el caso de Evaristo Jiménez Sánchez, la causa real de su acusación estuvo en que había acudido desesperado a Madrid para tratar de buscar curación a la enfermedad ocular de su mujer. Ante su falta de recursos, se dirigió al diputado por la provincia de Cáceres, José Giral, quien le ayudó, a cambio de su nombramiento como presidente de Izquierda Republicana en Deleitosa. El maestro aceptó el cargo, pero no lo ejerció.

Cuando se produjo el golpe de estado, el maestro se encontraba nuevamente en Madrid con su mujer, lo que fue aprovechado por el alcalde de Deleitosa para cargar contra él, acusándolo de comunista y de haberse fugado a zona roja.

Como los intentos de localización del maestro por parte de la comisión depuradora de Cáceres, para comunicarle los cargos, resultaron infructuosos, se le sancionó con la separación definitiva del servicio, mientras él se encontraba con su mujer en Alicante, a la espera de regresar a Deleitosa en cuanto le fuera posible.

A su regreso, enterado de su cese y con otro maestro ocupando su puesto, el maestro solicitó la revisión de su expediente, con el apoyo de vecinos y nuevas autoridades locales, revisión que fue concedida dos años después. Tras las correspondientes alegaciones a los cargos y presentación de avales, nuevamente de los vecinos y autoridades, transcurridos que fueron otros dos años, atendieron sus alegaciones y dieron por amortizada la nueva sanción, con el tiempo que había transcurrido sancionado desde 1.936. Sin embargo, el maestro no pudo disfrutar de su reintegración al magisterio. Ya había muerto, al igual que su mujer, que lo hizo años atrás, por pura inanición, a decir de vecinos de la localidad, que aún recuerdan tan amargo trance. La tramitación del expediente había durado la friolera de ocho años.

 

Consideraciones finales.

 

El análisis de los expedientes de depuración de los maestros Evaristo Jiménez Sánchez, de Deleitosa y Jacinto Romero Pardo, de Navezuelas, obligan a realizar algunas apreciaciones en torno a la consideración que de los maestros se tenía en el ámbito de las Villuercas Bajas.

De forma general, puede entenderse demostrado que, en los primeros momentos de la rebelión armada, se produjo un ensañamiento de las autoridades con los maestros, informando sobre falsedades en torno a los mismos al aprovechar la coyuntura de caos.

Tras realizarse las acusaciones, los maestros se ven imposibilitados para demostrar su inocencia, aún aportando informes y certificaciones de conducta muy favorables, de los propios elementos del régimen en ciernes. Resultan vanos todos los intentos de exculpación, ante la presunción de culpabilidad impulsadas por los alcaldes, con la aquiescencia de los curas.

A ello se une la tremenda lentitud en la tramitación de los expedientes, tres años en un caso y ocho años en el otro, que origina que los maestros sufran, de hecho, mayor sanción que la que definitivamente se les impondría. En el caso de Jacinto Romero Pardo, se le comunican los dos años de sanción, cuando llevaba suspendido más de tres. En el caso de Evaristo Jiménez Sánchez, los dos años de sanción se le imponen cuando llevaba ocho años suspendido y, lo que es más grave, cuando ya había fallecido.

Ello había originado en ambos casos una angustiosa situación personal, ante la falta de ingresos para sostener a sus familias. Especialmente en el caso de Evaristo Jiménez, cuya esposa, a decir de los vecinos de Deleitosa que recuerdan el caso, había fallecido de pura inanición.

Sin embargo de todo ello, un hecho positivo quedó claramente de manifiesto. El apoyo del vecindario de las localidades de Deleitosa y Navezuelas a su respectivo maestro hizo, aún en las peores condiciones políticas, que imperara su apreciación y criterio, desenmascarando a las autoridades que, valiéndose de sus cargos, habían cargado las tintas sobre los maestros que estaban tratando de ilustrar a sus vecinos más pequeños, los niños. Triunfaría de esta forma LA REBELIÓN DE LOS JUSTOS.


[1] La realización de este trabajo se ha hecho con las ayuda concedidas por la Consejería de Educación de la Junta de Extremadura, al amparo de las Órdenes por las que se convocan ayudas para la constitución de Grupos de Trabajo de Investigación sobre la Historia de la Educación en Extremadura.

[2] Archivo Histórico Provincial de Cáceres (AHPC). Legajo sobre Educación. Sin clasificar. Documento de fecha 19 de agosto de 1.936.

[3] AHPC. Legajo sobre Educación. Sin clasificar. Documento de fecha 26 de agosto de 1.936.

[4] AHPC. Legajo sobre Educación. Sin clasificar. Documento de fecha 1 de septiembre de 1.936.

[5] Citado por DOMÍNGUEZ LÁZARO, M. “La escuela en Plasencia en la primera parte del siglo XX”, en Revista ALCÁNTARA  12 (septiembre-diciembre. 1.987).

[6] AHPC. Legajo sobre educación. Sin clasificar. Orden Ministerial de 28 de diciembre de 1.939.

Dic 042013
 

  Pablo Iglesias Aunión.

 “Los sucesos acaecidos en España entre noviembre de 1807 y mayo de 1808 ante la presencia del poderoso ejército francés y bajo la influencia omnipresente del emperador, cambiaron profundamente la coyuntura de la política española en el siglo XIX”.[1]

Introducción

 Jornadas, Coloquios, Congresos, Seminarios y exposiciones que llenan prácticamente desde finales del pasado año del 2007 nuestra amplia geografía con el ánimo de buscar en el recuerdo y desde la investigación todo aquello que gira en torno al Bicentenario de la Guerra de la Independencia o como dirían portugueses, británicos y franceses, la Guerra Peninsular.

Durante los años que van desde 1808 a 1814, España conocer el desaliento de una Monarquía Borbónica que no supo jugar bien las cartas de su política exterior y terminó como Fontana ha afirmado, entrando en el juego del “gato y el ratón” en unas reglas marcadas por el Emperador Napoleón. El siglo XIX y el XX serán buena muestra de ello con multitud de escritos, estudios e investigaciones en referencia a este tema.

Quizá por ello, 1808 supone y es obviamente un año que para Extremadura, de manera extraordinaria, le permite entrar por la puerta grande a un proceso que desde un mundo excepcional y como expresa José María Guerrero Acosta[2] “…se alzó desde la más enconada actitud en una resistencia armada de navajas contra corazas y la cólera de los excesos de un rey extranjero identificado con el secuestro familiar”. Precisamente ha sido la lectura de esta obra y en concreto esta misma cita, la que me ha sugerido parte del título que me trae una año más a estos fabulosos Coloquios Históricos en Trujillo.

Es una vez más, la mano del investigador la que desciende para encontrarse cara a cara con este período difícil de nuestra Historia. Mano que saborea los legajos de los archivos municipales, parroquiales, diocesano y provinciales, eclesiásticos y privados para poder posteriormente con el análisis y el estudio concienzudo, ascender hacia una realidad compleja, trágica, pobre y mísera en la que se vio sucumbida la población extremeña que de por sí, estaba instalada en los modelos sociales, económicos, políticos y religiosos del Antiguo Régimen, precisamente aquello que Francia había destruido a finales del siglo XVIII, generó como hijo de la Revolución, la dictadura de un Emperador que quiso hacer de toda Europa una provincia de Francia.

Es cierto que junto al análisis bélico que durante muchos años ha sido la única cara con la que se nos ha presentado este período, incluso a niveles de enseñanza, donde las hazañas del héroe popular de heroica gesta se nos presentaba a lo largo de todos los años de la Guerra desde su superficial e inesperado levantamiento del 2 de mayo de 1808 hasta el peso de la guerrilla que oscurecía un ejército profesional que parecía no existir en este enfrentamiento frente al todo poderoso ejército imperial francés, la historiografía ha ido avanzando para mostrarnos una nueva posibilidad de estudio sobre este periodo que lleva a muchos historiadores a realizar una rica producción investigadora que ya no puede ser obviada por nadie que se precie investigar en serio la presencia de la Guerra de la Independencia para una zona, comarca o región del territorio español, en este caso, la Baja Extremadura y una vez más, la Comarca Emeritense. Se trata del enfoque que nos presenta la Guerra como el primer intento de Revolución Liberal Burguesa, la muestra inefable de que las férreas estructuras del Antiguo Régimen que venía caracterizando España desde el siglo XVI con muchos de sus elementos y modelos nacidos incluso en el Medioevo, ahora, se quebraban y se venían abajo para que incluso tras la restauración del Absolutismo de Fernando VII y durante su mismo reinado, el Trienio Liberal (1820-1823) volviera a recuperar la obra constitucional de Cádiz donde el nombre extremeño tanto tuvo que decir[3].

Junto a este nuevo enfoque, tremendamente interesante que plantea la apertura de este mismo trabajo de investigación hacia el análisis de la crisis de los modelos propios del Antiguo Régimen en los pueblos que configuran la anteriormente mencionada Comarca Emeritense, el presente trabajo de investigación para esta nueva edición de los Coloquios Históricos de Extremadura en Trujillo en este año del 2008, se precia a desglosar el impacto social, económico, político y religioso que tuvo la Guerra de la Independencia, especialmente los sociales y económicos desde la mirada del pueblo, desde la organización local ante la presencia no ya solo del los soldados franceses que como lógicos enemigos causaron tremendas pérdidas en todos los sentidos sino también, del mismo ejército español y británico y, de los continuos requerimientos de la Junta Provincial en conceptos de granos y dineros.

Desde esta perspectiva que podemos denominar, “desde abajo”, presento este trabajo para un mayor conocimiento de lo que fue el proceso de Independencia en Extremadura a través de lo que es la Baja Extremadura y los pueblos de la entonces Comarca Emeritense: Montijo, Puebla de la Calzada, Torremayor, Lobón, La Garrovilla, La Roca de la Sierra, La Nava de Santiago y el lugar llamado Dehesa y Monasterio de San Isidro de Loriana (de origen franciscano) configurándose de esta manera el presente estudio que he querido titular, insisto, en honor al reciente trabajo publicado por José Manuel Guerrero Acosta, “Navajas contra Corazas. Historiografía de la Guerra de la Independencia desde la Baja Extremadura: 1808-1814”.

 

  P.1. Una Intensa Historiografía Sobre Este Periodo En Nuestra Región

 Desde el mismo momento en que se comenzaron a producir los primeros levantamientos en Badajoz, Cáceres, Plasencia o Coria (junio de 1808), se formó en la mencionada Comarca Emeritense de la Baja Extremadura, un pasillo natural que comprendía Talavera, Lobón, cruzando el río Guadiana hacia Puebla, Montijo, Torremayor, La Garrovilla (como vía de escapa hacia Mérida) y La Roca de la Sierra, La Nava de Santiago, Loriana y Alburquerque en dirección a Portugal. Sin duda se formó una zona de claro enfrentamiento donde la población tuvo que soportar, entre otros efectos, la presencia no sólo de enfrentamientos bélicos y duras luchas, unas veces organizadas y otras esporádicas[4].

Fue España modelo de resistencia a los franceses para muchos países de Europa que igualmente estaban sometidos al poder napoleónico[5]. Pero no podemos entrar en este análisis muy interesante de la más reciente historiografía sobre la Guerra Peninsular. Nos interesa obviamente centrarnos en la región extremeña y de manera más concreta en la Comarca Emeritense desde esta zona de la Baja Extremadura que durante ya varios años viene visitando estos Coloquios Históricos desde sus diferentes temáticas. La Comarca refleja metodológicamente un modelo y un espacio adecuado tanto en la percepción de sus causas lejanas como de las próximas. El trabajo me ha permitido analizar la grave situación social, económica y política, el tremendo malestar en el que se vio inmiscuido la población (ciertamente es el verdadero objetivo del trabajo).

La crisis de subsistencia y los problemas que venía suscitando el agotado modelo del Antiguo Régimen, en regiones y zonas como la extremeña alcanza escandalosas expresiones que nos llevaron a claras situaciones de miseria, hambre y pobreza con la presencia del ejército napoleónico, los requerimientos de la Junta Provincial y la atención a los ejércitos españolas y británicos. Y a pesar de que todo ello respondía claramente a un sistema anquilosado desde siglos, en la población española en general y la extremeña en particular, caló aquella falsa idea de unos “monarcas secuestrados”[6]. Una población que además, junto a una situación cambiante en los económico y en lo social desde finales del siglo XVIII ahora, también observaba cambios políticos que en ocasiones no entendía pues, quien ayer era enemigo (Portugal, Gran Bretaña) hoy eran aliados y quienes, lo fueron como tal (Francia), hoy eran enemigos invasores.

Se plasmó este malestar en muchos de los pueblos de la Comarca Emeritense donde los elementos sociales con más peso, alentarán al pueblo sencillo y llano a luchar por esos mismos ideales que se veían amenazados y en ocasiones, imposible de atender como veremos más adelante. No olvidemos que en un proceso tan complejo como el de la invasión y defensa del territorio peninsular, los antecedentes deben siempre ser perfectamente analizados y España como lógicamente Extremadura, heredaba una infraestructura tan tremendamente anquilosada y arruinada en los más tradicional, que como primera conclusión ya a los por qué del levantamiento y la lucha, la visión del pueblo de un país lleno de conspiraciones, vacío de poder y en el que, bajo el abuso de la confianza de pasar hacia Portugal y plantear el famoso bloqueo Atlántico a los británicos, Napoleón se quedaba en sus tierras. Y no es nada exagerado hacer descender estas ideas hasta una Extremadura que ni mucho manos estaba ajena a todo estos sucesos.

La entrada en el siglo XIX para nuestra Región y Comarca, es claramente la entrada en un encadenamiento de crisis de subsistencia donde la demanda de productos por parte de una hambrienta población era superior a la agotada productividad de la tierra[7]. Imaginemos por un momento lo que ante una realidad como esta supone para la población extremeña la entrada en la guerra. Hablarán claramente en nuestros pueblos, villas y aldeas las fábricas de parroquias, de hospitales de pobres, de cofradías, de obras pías (algunas imposible en estas fechas ya de poder ser sostenidas por algunos miembros de la nobleza local); lo dirán los fondos ante los requerimientos Provinciales los mismos Concejo con sus cuentas sobre el trigo y grano de los Pósitos y lo dirá un comercio que si ya era muy localista, ahora dificultaba la llegada de productos porque escaseaban y porque las cuadrillas del ejército enemigo acechaban por los caminos y alrededores de ríos como el Guadiana o el Lorianilla para nuestro caso.

El descontento pues se irá generalizando conforme la nueva Centuria del Diecinueve avance y tendremos en nuestros pueblos los descontentos de todos los sectores sociales, comenzando por la Iglesia que veía en los poderes anteriores puntos de conflicto tanto con la política de Carlos IV como la de Godoy ya que los aires desamortizadores no traerían buenos recuerdos; igualmente la nobleza y clases más privilegiadas que escuchaban la posible misma amenaza que a la Iglesia en sus tierras y además de que estaban siendo apartados de los principales centros de poder, las ideas liberales hablaban de una pérdida de los privilegios. De la burguesía, apartada de esos puestos y cansado de ser la que tenía que soportar los continuos gastos de las guerras y soportar los efectos de las crisis de subsistencia, es mejor no hablar ante una coyuntura de guerra.

Es la misma realidad que nivel general nos describe Joseph Pérez[8]: “Cuando Murat dio la orden a la tropa de atacar, lo que desencadenó el levantamiento…la batalla causo durante todo el día estragos en las calles de la capital, en los alrededores de la Puerta del Sol. Primero se combatía con trabucos, cuchillos y bastones…contra los mamelucos.”

La misma respuesta se ira generalizando según la información que hemos podido estudiar desde nuestros archivos provinciales, municipales y eclesiásticos. Se evidencia de estos documentos, una desconfianza hacia la Corona total y absoluta, lo vamos a poder comprender mejor con algunas de las citas textuales que el trabajo recoge y donde los pueblos de la Comarca Emeritense, acusaron claramente en sus instituciones civiles y eclesiásticas como tendremos también de la misma manera oportunidad de mostrar.

Pero hay un aspecto que es realmente en el que quiero insistir mucho a lo largo del presente trabajo y que suele siempre acompañar a estos grandes acontecimientos y es, el cómo y la manera en la que nuestra población tuvo que soportar desde las presiones de la Junta Provincial con exigentes requerimientos de suministros, alimentos y dineros sin mirar la realidad de aquellos a quienes se les requería a la presencia un tripe ejército compuesto por el enemigo francés (el más peligroso), el británico (poco considerado con nuestra población) y el español (receloso de saber que en ellos estaba la base de la guerrilla nada profesional). Es quizá esa mencionada historia desde abajo que en algunos campos de la Historiografía Española y Europea, sobre todo para períodos Medievales y Modernos se ha insistido en determinados momentos.

Como las capas de la sociedad del primer tercio del siglo XIX, como si fueran las finas láminas de un cebolla, se desgranan a favor del trono y de expulsar al enemigo francés interviniendo en todo ello, desde elementos relevantes del clero como de los concejos, a los campesinos que cambiaban la azada por el puñal o usaban la primera como si fuera la segunda. Pero también, junto al pueblo sencillo y llano, párrocos como jerarquía eclesiástica o miembros al servicio de la nobleza, caso en ambos ejemplos en Montijo del cura párroco instigando a los levantamientos (don Gonzalo Vélez de Guevara) a administradores de rentas de los condes (don Manuel Flores Calderón[9]).

En definitiva, que la situación general que se vivía en España y en toda Extremadura, como era de esperar llegó hasta estos pueblos y como rápidamente vamos a poder comprobar, las fuentes documentales tanto municipales como parroquiales nos hablan de que muchos fueron los casos en los que la ya mencionada realidad de la guerra, privó de alimentos y provocó la muerte de muchísima población con altos porcentajes (quedarán más adelante recogidos en sus respectivas tablas y gráficos comparativos) entre los clasificados socialmente como pobres de solemnidad y los párvulos.

En el año 1999, pudo obtener un documento bastante clarificador a este respecto cuando en la iglesia parroquial de La Garrovilla (Nuestra Señora de la Asunción), el día dos del mes de marzo del año 1812, el cura párroco y ecónomo de la misma, dio sepultura al cadáver de Francisco Mateo Rodríguez, vecino de esta localidad, marido de Olalla Moreno, del que se hace constar que era

 

“…divorciado, de edad de unos cincuenta y cuatro años y de ejercicio mendicante. Recibió el Santo Sacramento de la Extremaunción y la penitencia interpretativa sub condicione y consta que como motivo de su fallecimiento, el parajismo mortal en el que cayó y murió por la falta de alimentos.”[10]

     

 P.2. UN TRISTE DIÁLOGO CON EL ENFRENTAMIENTO: LAS CLAVES PARA ENTENDER LA GUERRA PENINSULAR EN LA COMARCA EMERITENSE: 1808-1814

 Que fácil pues, nos resulta comprender con todos los datos y análisis que nos van surgiendo de las primeras conclusiones en el estudio de estas fuentes, el auténtico caos socio-económico que provocó la entrada de las tropas napoleónicas en la Península y como España. Extremadura y nuestros pueblos, contemplaban que aquel paseo a tomar Portugal con el anhelo de poder de esta forma bloquear a la Antigua Europa desde el Atlántico con los ojos puestos en Gran Bretaña no supuso otra cosa que “los deseos de una venganza por la humillación sufrida en Bailén y donde la Junta Central perfeccionó su control polít5ico mediante la reforma de unas instituciones…Juntas superiores y provisionales e observación y defensa…”[11], pero mientras tanto, pueblos como los estudiados desde el último cuarto del siglo XVIII con la nefasta política de Carlos y Godoy, se veía ahora más que nunca ahogada.

Desde luego lo que si iba quedando ya claro y quedará más aún tras finalizar el presente estudio es que, el desmoronamiento del Antiguo Régimen de manera institucional había comenzado según algunos historiadores de una manera clara ya en marzo de 1808, desde que la familia real portuguesa había huido a Portugal y las tropas francesas comenzaban a tomar posiciones sobre España[12].

Y finalmente, que lástima no poder adentrarnos con mayor exactitud o profundidad en muchas ideas que pulularon por nuestros pueblos dentro del mundo afrancesado y que arrancó incluso entre algunos miembros de la misma nobleza local e igualmente de administradores y funcionarios a su servicio[13]. Con todo lo anteriormente expuesto, creo poder estar más que en disposición de adentrarnos de lleno en el análisis de las causas, la realidad social y económica de las poblaciones estudiadas[14]. Como es normal, dentro de una amplia zona que abarca como se indica una número considerable de poblaciones, he escogido por su extensión demográfica en aquellos momentos y su importancia una triple realidad sobre la que irán girando todas las demás: Montijo y Puebla de la Calzada esencialmente pero, sin desmerecer documentalmente en ningún momento el resto de la información que aporta el resto de la población. Lo reflejo en la siguiente tabla donde aparece recogida la documentación inédita utilizada:

  

LOCALIDAD

 

TIPO DOCUMENTAL

-ARCHIVO DE PROCEDENCIA

FECHAS EXTREMAS

 

 

 

La Garrovilla

– Registros Sacramentales: Libros de Defunciones.

– Fábrica Parroquial

– Cofradías y Hermandades[15]

– Reparaciones y arreglos de la templo;

– Comunicaciones e Intendencia

 

 

 

Archivo Parroquial

De Nuestra Señora de la Asunción

 

 

 

 

1626-1919

 

 

 

Montijo

– Libro Fábrica Parroquial; – Colecturía de Cura, Clero y Perpetuas;– Libros de Fábricas de – Cofradías y Hermandades[16].– Sección de Quintas y Milicias

 

Archivo Parroquial de San Pedro Apóstol

 

Archivo Histórico Municipal

 

1713-1836

 

 

1800-1833

 

 

Puebla de la Calzada

– Sección Quintas y Milicias. Documentación relacionada con la Junta Provincial-Hospital Misericordia y Cofradías[17].

Archivo Histórico Municipal

 

Archivo Parroquial de Ntra. Sra. De la Encarnación

 

1808-1814

 

 

1569-1833

Torremayor

-Libro de Defunciones– Quintas y Milicias

 

Archivo Parroquial de Santiago

1762-1828

Esparragalejos

 

Carece de información

Archivo Municipal

1901

La Nava de Santiago

 

 

Quintas y Milicias

 

Archivo Histórico Municipal de Montijo

 

1819

Lobón

Registros Sacramentales

Cofradías y Hermandades

 

Archivo Parroquial de Nuestra Señora

 

1800-1833

Puebla de Obando

 

Documentación variada

 

Archivo Parroquial de

 

1760-1860

P.2.1. Las graves consecuencias de una planificación de guerra: exigencias desde la Junta Provincial.

 

            La Junta Provincial desde el mismo momento en que llegan noticias del levantamiento en mayo de 1808 en Madrid y de que, podríamos decir en cascada se va sucediendo en muchas capitales españolas, uno de los principales problemas comenzó siendo el suministro de las tropas y el alistamiento de soldados dispuestos a luchar contra el ejército de Napoleón. Pero a nosotros nos interesa saber que, entre junio y julio de ese año, Badajoz[18], Mérida, Cáceres, Plasencia, Coria y otras localidades extremeñas comienzan a levantarse. Y además, comencemos con las palabras que aparecen recogidas en rico y significativo documento dirigido a todos los ayuntamientos desde Sevilla y del que podemos encontrar una copia en el Archivo Histórico Municipal de Puebla de la Calzada:

 

“Ya no tenéis ni leyes ni liberta, ni bien alguno: ya se os ha forzado a hacer esclava a toda Europa, haciendo derramar vuestra sangre y la de vuestros hijos; ya esa Familia que no es francesa, reina por vosotros en varias naciones de Europa sin ningún interés de la Francia, de ningún pueblo. Quedaba España, vuestra aliada perpetua, y que por mil medios como sabéis, ha ocurrido a vuestros inmorales triunfos. Se os han arrebatados vuestras leyes, su monarca y su grandeza y hasta su misma Religión se amenaza…”[19]

           

Aquí es nada lo que al pueblo extremeño en general y los analizados para este trabajo en particular supone la llegada de misivas de este tipo pero que al investigador se le ofrece de un gran interés y además anima y alienta a escudriñar sobre los aspectos y motivaciones políticas que hicieron que representantes de todos los sectores sociales intervinieran en dicho conflicto. La Guerra de España y Francia tiene un aliciente muy particular para el investigador y que sobradamente se refleja en estas localidades: el sentido patriótico que va surgiendo en todo momento desde que el mismo pueblo, por sencillo o culto que fuera, teniendo en cuenta los altos índices de analfabetismo en España y una vez más, extraordinarios en Extremadura.

La Historiografía por general suele atribuir a estos enfrentamientos unas connotaciones patrióticas que son alimento para que las mismas fuerzas militares no se vengan abajo. Pero en el caso de la Guerra de la Independencia, no era precisamente a un ejército profesional al que iban dirigidos esos ánimos patrióticos desde las plazas de los pueblos o desde los mismos púlpitos. La ya mencionada documentación que aparece en la tabla recogida anteriormente, me ha permitido de una manera definitiva articular este trabajo de investigación siguiendo las siguientes directrices:

 

  • El aspecto moral-anímico que provoca la invasión y el aliento a la defensa de la tierra, de ese único medio de sustento que ahora incluso en sus aprovechamientos municipales donde la propia población participó, los Pósitos, no quieren ver entregados a manos ni británicas, ni francesas y me temo que tampoco a manos del mismo ejército español puesto que las cantidades que les requieren a modo de censos, vamos a ver como fueron en muchas localidades falseadas. Junto a ello, la problemática a la hora de los alistamientos forzosos cuando familias completas veían su economía deteriorada al tener que marchar al frente quienes estaban en condiciones de trabajar la tierra, acudir a los mercados, vender en las ferias de Mérida o Badajoz, Cáceres o Plasencia.
  • Una segunda línea de investigación me ha permitido comprender los terribles efectos económicos donde los concejos, fábricas parroquiales, cofradías y hermandades, hospitales, hospicios, conventos y demás instituciones de carácter social paralizaron, empeoraron o dejaron incluso de funcionar.
  • En tercer lugar, la transformación de unas estructuras propias del Antiguo Régimen que a la vez abre otro apasionante estudio sobre los cambios de modelos de este Régimen a la futura llegada del Liberalismo a pesar de la frustración del reinado de Fernando VII.

 

P.2.2. Una sociedad mermada anímicamente y alentada a lucha: sociedad y economía deficitaria en la Comarca Emeritense.

 

            Montijo como he indicado anteriormente, junto a Puebla de la Calzada, se convierten en núcleos esenciales de referencias como claro ejemplo de lo que se generaliza y sucede en torno al resto de la Comarca. Las palabras de don Gonzalo Vélez de Guevara el 28 de agosto del año 1808, con el Santísimo Sacramento expuesto y ante la asistencia masiva del pueblo entre los que encontramos a los mismos miembros de la Corporación como eran los alcaldes ordinarios, regidores y secretarios pues, eran figuras muy unidas en el panorama social del Antiguo Régimen[20], hijosdalgos, clero. Religiosos del convento de Seráfico Padre San Francisco Hospicio de Montijo, donde Vélez de Guevara, en un ardiente tono se dirige a los presentes esgrimiendo y razonando los motivos por los cuales han de ser defendidas las tierras y casas de Montijo ante la invasión del enemigo francés. Resaltó el Licenciado Guevara las virtudes patrióticas de los montijanos y gentes de la comarca y expuso la ya tradicional y muy repetida imagen por muchos de los pueblos y ciudades nos solo de Extremadura en particular sino de España en general, de un Napoleón contrario a la fe católica, que tenía secuestrados a la familia real en Bayona y de donde además nace una pseudo constitución que no recoge la oficialidad del catolicismo: no existe referente igual[21].

            Y obviamente de las palabras del párroco contra una Francia que ocupa y a favor de una España a la que alienta directamente mediante su feligresía al levantamiento, se esconde también la gravísima situación por la cual en lo económico, la guerra causó en nuestra Comarca.

            Nuestros pueblos se vieron literalmente ahogados por una crisis que ya venía de los años anteriores del siglo pasado y a la que ahora se le dice:

 

“Urge mucho que sin perder un momento se dirija todo el trigo que existe en el pósito, pues es necesaria en esta Plaza (Badajoz) para formar almacenes, capaces de mantener a la tropa y a la población de esta provincia para su defensa y la de nuestro soberano el señor don Fernando VII, con el que se ha puesto el pueblo en armas.”[22]

 

            La Junta Provincial. Limitándose obviamente a ejecutar las órdenes que le llegaban a través de las Reales Provisiones, muchas de las cuales a modo de copias se conservan tanto en los archivos municipales como parroquiales, exigía de manera rápida y urgente, primero el envío de los censos de las producciones de todos los pueblos, que se hiciera además de manera amplia y detallada. Circulares y ejecutorias dirigidas especialmente a los alcaldes de las localidades:

“Que se embargue todo el grano, informando de las tierras aprovechadas y de las cabezas de ganado existentes…”[23]

 

            La tarea por supuesto no sólo no presentaba fácil, sino que las propias autoridades eran conscientes y sabían sobradamente que se ocultaban datos o se falseaban las cifras para que a la hora del cálculo de los requerimientos de provisiones, los pueblos no fueran tan diezmados. Había por tanto si queremos denominarlo así, una mirada recelosa por ambas partes y la Junta Provincial hacia un especial hincapié en el tema de los Pósitos.

            Los Pósitos hemos de entenderlos bien y comprenderlos la importancia que jugaron en momentos no ya sólo de enfrentamientos bélicos como pudo haber sido con anterioridad la Guerra de Secesión de Portugal a finales del siglo XVII; los pósitos jugaban igualmente un papel esencial ante la crisis de subsistencia por ejemplo puesto que eran, para que los podamos entender con una imagen clara auténticos almacenes de subsistencia. Eran edificios que en algunas de las localidades estudiadas en esta Comarca tuvieron creación exclusivamente de carácter caritativo o benéfico especialmente cuanto más nos movemos hacia sus orígenes medievales. La legislación sobre los pósitos llegaría con Felipe II (1556-1599) exactamente en el año 1584 pero, no sería hasta el siglo XVIII cuando no tuvieron un auténtico interés en ser centros de planificación, inversión y préstamos para la siembra. Hasta el año 1751, año en los que quedaron unificados bajo la supervisión de la Secretaría de Justicia y posteriormente otros organismos y ministerios, carecieron de un control único.

            En el año 1773, existían 5.255 pósitos con unos depósitos que alcanzaban las cifras de 7.000.000 de fanegas de trigo y más de 42.000.000 de reales en metálico. Las regiones donde más peso tuvieron fueron Castilla la Vieja, Extremadura (en nuestra Comarca como veremos fueron extraordinariamente importantes), Andalucía y en menos grado en la entonces Castilla La Nueva.

            Muy cercana ya a las fechas de la contienda que ocupa nuestro interés y en el reinado de Carlos IV, el recurso a los bienes de los pósitos para paliar las crisis financiera iniciaron un proceso de abuso que le llevaron a la decadencia y máxime si tenemos en cuenta que en el último cuarto del siglo XVIII atendieron de manera clara las peticiones por las ya expresadas necesidades. En la Guerra de la Independencia jugaron, al menos por lo documentado en la Comarca Emeritense un papel esencial y en el caso de la villa de Montijo tenemos conocimiento del pósito[24] a mediados ya del siglo XVIII pues con anterioridad se tiene localizadas unas sileras bajo el suelo en las proximidades de los dos templos que fueron (uno de ello aún lo es) parroquiales desde el siglo XV a  la actualidad. Remodelado en el año 1789 un nuevo edificio nacería en la II República y acabaría posteriormente convirtiéndose en Escuela de Primeras Letras.

            La Junta Provincial consciente de la existencia de estos grandes graneros en los pueblos, dirige a Montijo la siguiente circular:

 

“Exorte y excite el patriotismo de esos hombres, vecinos para que franqueen Toto el trigo y cebada que puedan gratuitamente como lo hacen y lo aportan todo los pueblos de esta Provincia, confirmando el amor al Rey que tiene acreditado.”[25]

 

            Quedemos por un momento de lado, las dudas sembradas sobre la realidad de las aportaciones que deberían nuestras localidades hacer llegar a la Junta Provincial y veamos como tanto en grano y carne, los pueblos villas y aldeas de la Comarca Emeritense si tuvieron forzosamente que hacer a la mencionada Junta. A ello uniremos un nuevo aspecto, los usos y abusos como tónica dominante y donde los responsables de las juntas y de la administración eran conscientes, intentado de frenarlas igualmente con órdenes y circulares que nuestros archivos vuelven a mostrarnos para su investigación.

            Por ejemplo, existen reclamaciones hechas por la práctica totalidad de pueblos de la Comarca Emeritense recogidas en los llamados Libros de Labradores[26]en los cuales aparecen las quejas de estos pueblos del partido tanto de Mérida como además de Badajoz y en los que se dice:

 

“Se atiendan por todo lo que ha padecido y sufren las actuales circunstancias y por las urgencias que les ocasionan nuestros acuerdos…”[27]

 

            Las normativas por tanto no se hicieron esperar y la necesidad de un cambio de mentalidad por parte de los responsables era necesaria si se quería para ello que los pueblos prestasen la adecuada ayuda:

 

“Que se libre a todo labrador, la mitad de los carros y bestias que tengan empleados en aquel servicio, y que se reemplacen con las del uso que solo sirven para la comodidad y ostentación de los poderosos”.

 

“El que se ponga mucho cuidado con los granos que salen para atender las necesidades del ejército aliado…Se había permitido que se acopiasen en esta Provincia y extranjericen a Portugal, dos mil fanegas de cebada para el suministro del Ejército británico, pero que en los sucesivo no se sacasen mayor cantidad, ni de esta especie, ni de trigo sin expreso y Real permiso.” [28]

           

Desde luego la situación general de todos nuestros pueblos era realmente lamentable y quedó agravada considerablemente porque, tanto instituciones como población, civiles como eclesiásticas sufrieron la idea de que sobre ellos se iba a generalizar una grave situación:

 

“Las tropas se ha mantenido en esta Provincia por el método perjudicial de exigir raciones y hacer requisiciones de los demás efectos. Extremadura, acostumbrada a tantos sacrificios voluntarios a favor de la causa común, haría gustosa este nuevo según sus posibilidades, si hubiera arreglo y una economía justa. Pero, como se ha exultado las exacciones, cada jefe, cada comandante ha hecho las que les ha parecido, sin ninguna intervención del mismo público.”[29]

 

            Las exigencias fueron cada vez mayores y las respuestas cada vez más penosas para nuestros pueblos. El Comisario de la Guerra de la 1ª División del 2º Cuerpo que residía en La Garrovilla, pide a Montijo nada menos que la cantidad de cien fanegas de arrobas de trigo, dos mil raciones de pan, cien fanegas de cebada, doscientas de paja, cuarenta de carne y dinero, destinado a sofocar los gastos de ejército y del hospital. A la misma localidad, Montijo, se le piden cuatrocientos cincuenta reales; a Torremayor, doscientos; a La Garrovilla ciento setenta y seis y a Esparragalejos, cien reales.

            Las siguientes tablas nos dan una idea de estos requerimientos y la forma en la que las mencionadas poblaciones actuaron:

 

MODELO I:

Resultados de los requerimientos del Pósito.

Existencias en los Pueblos de la Comarca de Lácara.

 

          Cobro y cargo: 440 fanegas que se encontraron en dos paneras; cobradas 180 fanegas: tres paneras que utilizaba para el suministro del ejército y que producción 18 fanegas.[30]

          Distribución de especies entregado a la Provincia en víveres, por tercera parte del requerimiento según orden de la Junta de Intendencia: 148 fanegas; remitidas el ejército 27 fanegas y total de lo distribuido, 395 fanegas.

 

De todos estos datos nace la primera de las TABLA INDICATIVA[31]

 

Suministros

Fanegas

Precio de cada fanega[32]

Valor Total

Remitidos a Lobón

91

47 r.v. y 22 mv.

4.359 r.v. y 4 mv.

Remitidas a Talavera

21

58,8 r.v.

1.397 r.v. y 22 mv.

Primer Suministro

113

74 r.v y 4 mv.

8.429 r.v. y 22 mv.

Segundo Suministro

150

52 r.v. y 32 mv.

8.377 r.v. y 32 mv.

Tercer Suministro

7

84 r.v.

633 r.v. y 30 mv.

Total

390

23.195 r.v, y 8 mv.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Suministro en todas las especies para varios pueblos desde Enero hasta Abril de 1810

 

Alburquerque

Alburquerque

Puebla

La Roca

Montijo

Badajoz Provincia

Mérida Provincia

Sueltos

Total

Vecinos

8

1

6

3

2

7

6

33

Ración de Pan

9

6.122

2.200

4.065

240

32

1.068

Fanegas de Trigo

1.031 f.

80 f.

1117 f y 19 c.

42 f.

Y 3 c.

78 f.

58 f.

y 15 c

6 f.

1394,64

Cebada

21 f.

21

Habas

6 f. y 9 c.

6 f – 9c

Ración de Tocino

 

 

 

 

 

 

 

1894

Garbanzos

7 f.

7

Paja

 

 

—-

200

200

 

 

Suministro de carne a las Tropas de S.M. con toda expresión año 1810[33]

 

Pueblos

Recibos

Ganado vacuno

Ganado Lanar

Ganado Cabrío

Ovejas, expresadas en cabezas

Raciones

Torremayor

6

22

12

917

Garrovilla

22

61

1813

Esparragalejo

20

—58

1821

Carrascalejo

13

1

27

962

La Nava

12

92

12

1131

Cordobilla

 

 

 

 

 

 

Puebla de Obando

11

12

12

1759

Carmonita

1

3

22

1113

La Roca

12

940

 

 

            Podemos deducir de los datos que aparecen recogidos en la antedicha tabla que, La Roca de la Sierra, Badajoz Provincia y Montijo fueron los lugares con una mayor aportación en especie para el suministro de las tropas. Como ejemplo que lo que decimos y en referencia a la Tabla primera, La Roca de la Sierra aportó un 48,95%, situándose en los primeros pueblos (más fronterizo a Portugal) y Montijo, núcleo poblacional de mayor extensión demográfica, lo hizo con un 15,09%. No debe para nada extrañarnos la idea de que una población que realmente era pequeña pues según el Censo de Floridablanca, nos situaría a esta localidad en el último cuarto del siglo XVIII (1761) en torno a los 540 vecinos, no nos debe resultar como digo nada extraño por cuanto La Roca de la Sierra era prácticamente la puerta de salida hacia Villar del Rey y Alburquerque cerquita de Portugal por lo que era zona importante de tránsito de los ejércitos aliados a la vez que por su proximidad a las estribaciones de la Sierra de San Pedro, lugar perfecto para la práctica de la guerrilla.

            Finalmente en la elaboración de todo este conjunto de datos no podemos olvidarnos del suministro de carne a la tropa de su Majestad, es decir, del monarca mientras que la Junta Provincial garantizaba el pago de todas estas entregas en especie siempre y cuando las circunstancias, según afirman las propias circulares, lo permitieran.

            Queda claro además, que en dichas entregar, no se realizará únicamente la recaudación y petición de granos y ganado sino que, igualmente se les pediría dinero. En el caso de aportaciones en monedas contantes y sonantes, he tomado como ejemplo Montijo y Puebla de la Calzada quien aportó 840 reales en 1810 la segunda, y Montijo la cantidad de 26.000 reales.

            Hay un claro reflejo de la herencia de la sociedad que ha pervivido durante tantos siglos donde la estamentalización ha sido claramente definida por el concepto de “privilegio”. Digo esto porque a la hora de hablar de cantidades económicas aportadas, no podemos jamás olvidar que, esa misma estamentalziación también hizo acto de presencia en periodos de guerra. Se dieron los casos de familias que, para que sus hijos pudieran librarse del llamamiento a filas, entregaron grandes cantidades de dinero a modo de colaboración con la Junta y el mismo gobierno provisional, quien además lo prefería antes que el abandono es decir, la deserción. Vecinos de Montijo y Puebla de la Calzada lo hicieron:

 

“Sin perder un momento, todos los soldados y cualquier cuerpo que sean, con los desertores, salgan inmediatamente a la ciudad de Trujillo, disponiendo de todos los vecinos honrados de cada pueblo que sean armados.”[34]

 

            El ejército en función a como marchaba la guerra, se veía de manera continuada a tener que realizar ajustes y las reclamaciones unas veces iban a los ayuntamientos en peticiones más de trigo, cebada, pan, carne, etc., otras veces hombres y otras incluso caballeriza para el combate y armas. Claro que tampoco fue siempre tan sencillo, esencialmente cuando esas órdenes llegaban a miembros de la nobleza o la oligarquía local:

 

“Traer a este ciudad (Badajoz), todos los hombres y caballos que haya en esa población sin distinción (Puebla de la Calzada)…””…Para la recaudación de caballos de toda la provincia, por la tierra y el poco patriotismo de varios tenedores, que ellos ocultan en las casas a fuero de privilegiando a fin de evitar que se exijan para un servicio.” [35]

 

 

La proximidad de la llegada de las tropas francesas a Mérida[36] avisado por el General Cuesta en sucesivas ocasiones, hizo que saltaran todas las alarmas en los pueblos de su comarca que rápidamente buscarían como puerta más rápida de salida y camino más corto su huida hacia Alburquerque. Por ello, el 18 de abril del a1809, esta misma Villa de Alburquerque hace saber que la casi totalidad de vecinos de Montijo han huido y son los primeros resultados de nuestro siguiente análisis que es quizá donde, junto a lo económico, la Guerra de la Independencia más impacto lógicamente en las localidades estudiadas: los efectos demográficos.

  

 P.3. LOS DESASTRES DE LA GUERRA EN LOS ÍNDICES DEMOGRÁFICOS: MORTALIDAD. POBRES DE SOLEMNIDAD Y PÁRVULOS

 Necesitaríamos todo unos Coloquios de Historia para poder analizar el tremendo impacto que supuso para la población ésta, una de las más terribles guerras que Extremadura sufrió en mucho tiempo. Que los índices demográficos de nuestras poblaciones se vieron afectados queda claro y lo vemos con exactitud en momentos de máxima crudeza de la guerra que coinciden precisamente con los momentos de máxima fuerza a nivel peninsular.

Las fuentes documentales parroquiales se convierten ahora en un elemento de primera mano, no ya solo por lo que va a ser en sí o por lo que ha supuesto el estudio de los Registros Sacramentales en cuanto al tema de libros de finados sino porque, en este punto, quiero unir junto a los económico anteriormente tratado y a lo demográfico ahora, lo estructural.

He estudiado y por tal incluido en este capítulo, como la guerra causó no sólo bajas económicas significativa y poblaciones evidentes sino que todo en conjunto, uniendo cada diversidad de los casos estudiados, forman un todo que incide y se deja caer sobre el hundimiento definitivo de instituciones que suponían las verdaderas arterias de vida para estos pueblos. No podemos dejar de lado que nos encontramos en los año iniciales del siglo XIX y que por la corona que se lucha y por el rey que se quiera sea devuelto a España es, no el de un sistema Liberal Parlamentario o Democrático sino más bien todo lo contrario: a la vieja usanza.

Por ello, que en localidades cuyos núcleos de población más altos quedaban representados en Montijo con 3105 vecinos o Puebla de la Calzada con 1.395, siendo el resto de villas y aldeas estudiadas poblaciones que oscilaban como mucho entre los 200 a 300 vecinos, que instituciones como hospitales, parroquias, obras pías, capellanías, cofradías y hermandades e incluso como en el caso de Montijo, beneficencia que corría directamente a cargo de algún noble y que ahora tiene públicamente que manifestar que no puede seguir haciendo frente a los gastos que ello les ocasiones, la Guerra de la Independencia fue tremendamente cruel para nuestra población extremeña particularmente.

Y quiero hacer hincapié en ello porque a continuación, aparecerán cifras, gráficos con alzas y bajas, medias ponderadas y búsqueda de causas para obtener unos resultado pero no olvidemos en ningún momento, que la Historia es un disciplina humana que tiene por objeto algo que ninguna otra ciencia llega a tratarlo con el mimo y el amor que merece: el ser humano. La Roca de la Sierra, La Nava de Santiago, Montijo, Puebla de la Calzada, La Garrovilla, Esparragalejos y todos los demás pueblos que abarcarían varias comarcas naturales de la Baja Extremadura son sólo un ejemplo de las necesidades, hambres y miserias que al final quedaron traducidos en muerte, desolación y abandono de los hogares. Hay  localidades que año después, como el caso de la villa de Torremayor, en el año 1814 todavía está intentando económicamente construir un cementerio nuevo por la cantidad de fallecidos en los últimos años cuando prácticamente en esta zona desde finales de 1812 e inicios de 1813 casi no se pegaba un solo tiro.

Los llamados efectos demográficos por tanto fueron muy importantes y será a través de los Libros de Finados dentro de la serie de los Registros Sacramentales de estas localidades, las que no han permitido elaborar y analizar los siguientes gráficos:

  

DEFUNCIONES ENTRE 1808-1814

        

PUEBLOS

1808

1809

1810

1811

1812

1813

1814

Montijo[37]

77

90

60

65

80

65

62

Torremayor[38]

14

18

31

27

36

20

24

La Garrovilla[39]

15

14

14

27

23

9

18

La Roca[40]

9

28

10

23

35

21

16

La Nava[41]

1

1

1

7

8

11

4

Totales

11

151

116

149

182

126

124

 

Los datos recogidos en esta tabla los representamos a continuación en gráficos que nos permiten ve los índices de defunciones y pedimos especial atención para cada una de las localidades en los años que están comprendidos entre 1809 y finales de 1812 puesto que fueron los momentos de máxima crudeza en la lucha con el ejército napoleónico encajando perfectamente con lo que está ocurriendo en todo el territorios español.

En la tabla anteriormente configurada, aparece junto al nombre de cada localidad, el Archivo Parroquial del cual ha sido extraído especialmente las actas de defunciones en los años que van desde 1808 a 1814. No sólo han sido estudiados de la documentación eclesiástica los registros sacramentales. De la práctica totalidad de localidades, también los libros de fábricas parroquiales y de algunas cofradías se han podido estudiar para tener una mayor visión de esos efectos anteriormente mencionados dentro del periodo de la guerra.

Es esta la única manera de poder posteriormente afirmar que, existieron parroquias que prácticamente desaparecen en sus libros de cuentas los asientos por datas y que dentro de los cargos o ingresos, una parroquia como la de cualquiera de estas localidades no se mantenía de otra cosa que no fuera esencialmente la venta de trigo y granos y del ganado. Contaban con importantes gastos: monaguillo, sacristán, meseros, organistas, muñidor, adquisición de cera y aceita para la lámpara del Santísimo y por supuesto, dependían muy mucho de las prestaciones económicas que a su vez podían hacerles cofradías, capellanías y obras pías.

Un ejemplo de las dificultades que pudieran encontrarse estas parroquias y estas mismas localidades reside en las cuentas de mayordomía. Generalmente dichas cuentas eran presentadas ante los alcaldes ordinarios, normalmente siempre dos (de mayor contribución) y el cura párroco. Durante los años que van desde 1809 a 1812, los alcaldes ordinarios suelen ser uno, hay casos y es normal que sea la viuda del mayordomo quien tenga que hacerse cargo de la presentación de las cuentas y quedan reflejados en los encabezamientos de sus partidas de fábrica que la situación económica es compleja ante la presencia del enemigo invasor francés.

El caso de la parroquia de San Pedro Apóstol de Montijo en el año 1812, la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario expresa, a modo de ejemplo que nos sirve para aunar el que se da en otras muchas localidades antes de pasar a analizar los gráficos demográficos anteriormente citados.

En este año, es mayordoma doña Leonor Barrena, viuda de don Gabriel Pinilla, ya que su difunto marido no puede ejercer en estos momentos tal función a causa de haber fallecido por las actuales circunstancias de la invasión enemiga. A finales de la guerra, la misma Cofradía en el año 1813, siendo mayordomo Fernando Coco, verifica que los caudales de este año son los pocos que hasta el día de la toma de cuenta se exponen por la invasión del enemigo y en 1814, Bartolomé Guisado dice que no hay movimiento más dentro de la economía de la fábrica de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario por los enemigos franceses invasores[42].

Por razones técnicas provisionalmente no se ofrecen las siguientes tablas.

  escanear0028

escanear0029

escanear0031

 De una gran efectividad puede resultarnos el cuadro donde aparecen los totales y en un análisis comparativo de las defunciones que se produjeron en los años de la contienda.

escanear0027

 P.3.1. Miseria, hambre pobreza y mortalidad infantil durante la Guerra de la Independencia en la Comarca de Lácara.

 Uno de los aspectos que realmente más me han llamado la atención y sobre los que incidiré de manera directa en este apartado es, como la guerra afectó a los elementos sociales más desfavorecidos. Se que éste es por sí mismo un fenómeno que podemos deducir de cualquier enfrentamiento pero, en el caso de la Guerra de la Independencia en la Comarca de Mérida, afectó a todos los pueblos en dos elementos sociales especiales: los pobres de solemnidad y los párvulos, que ya sabemos era recogidos –en algunas ocasiones incluso en libros a parte de los finados de adultos- antes de cumplir el año.

Hay localidades como por ejemplo Torremayor, donde del total de 174 individuos fenecidos en el año 1810, el 6,8% los son pobres y el 40,8% los son párvulos. La Garrovilla presentó en ese mismo año de un total de 120 fallecidos, un 40,8% de pobres o La Roca de la Sierra lo hizo en idénticas fechas de la guerra con un 32,1% de párvulos de un total de 174 fallecidos. Así lo hacen constar en sus libros de registros los sacerdotes:

 

“…es sepultado Francisco Cisnero, el cual murió de la enfermedad del tabardillo, producido por la suma indigencia y la falta de alimentos que en este pueblo como causa general en estos años.”[43]

 

            Otro ejemplo claro está también en aquellas anotaciones que ponen de relieve las enormes penalidades que los enfrentamientos contra el enemigo provocaba en pueblos sencillos, donde su principal subsistencia era la producción directa de la tierra y los escasos productos que llegaban de aquellas ferias y mercados más cercanos. En julio del año 1810 fallece Andrés Requena, alcalde de La Roca de la Sierra y en su acta de defunción aparece:

 

“…en la partida que se le formó el uno de abril del presente año, en el ataque que hubo a esta villa entre las tropas francesas y las nuestras, donde fue asesinado por el enemigo en la zona llamada Machacona de esta villa.”[44]

 

            Tan solo dos años después, en la misma villa de La Roca, el cura párroco toma asiento de la muerte y sepultura de José, soldado de Infantería del Regimiento XIV de la Vª Compañía de Granaderos portugueses[45]. Unimos por tanto a las defunciones propias de la guerra, las indirectas por indigencia, el de aquellos soldados pertenecientes a los ejércitos aliados como también ocurre en la parroquial de La Garrovilla:

 

“En la única iglesia parroquial de esta villa de La Garrovilla, a diez días del mes de septiembre de mil ochocientos doce. Yo,  su cura ecónomo, di sepultura eclesiástica a José, militar de los Reales Ejércitos del dicho Reino, número Seis de su Compañía. Ignoro apellidos, Patria y Padres porque el sargento y los soldados que lo trajeron, pasaban a conducir enfermos a la ciudad de Elvas y no supieron , ni se apearon a dar más razón de la expresa. Hice el funeral gratis”.[46]

 

Y de esta forma podríamos ir repasando todas y cada una de las localidades que he incluido en este presente trabajo de investigación hasta poder llegar a descender, a los efectos más negativos de la propia guerra como fue la paralización de las funciones básicas y esenciales de ayuntamientos, parroquias e instituciones tan necesarias en estos momentos como los hospitales de pobres y los hospicios.

 

P.3.2. La paralización de instituciones: parroquias, cofradías, obras pías y hospitales.

 

Si todo lo anterior es claramente las consecuencias de la propia guerra pero, a la vez, de unas estructuras que ya hemos analizado de un Antiguo Régimen en el que se encontraban inmerso las economías, sociedades e instituciones de nuestros pueblos, la guerra tendrá a la vez como efecto esencial, la paralización de algunas instituciones que esa sociedad misma del Antiguo Régimen eran las encargadas de atender a pobres, enfermos, vagabundos, mendigos y desamparados.

            En la villa de Montijo, el Hospital de Pobres Jesús Nazareno, creado a finales del siglo XVII por los Hermanos Hospitalarios del convento emeritense del Padre Cristóbal de Santa Catalina, quedó paralizado totalmente precisamente cuando más necesaria era su asistencia. En muchas localidades, Montijo fue una de ellas, el ejército enemigo ocupaba edificios tanto civiles, particulares como eclesiásticos y éstos se veían prácticamente paralizados en todas sus actividades y qué decir en su economía.

            Entre los años 1812 y 1813, el entonces mayordomo del mencionado hospital montijano, tuvo que pagar trescientos treinta reales al maestro alarife Manuel Antonio Rodríguez, por preparar las bóvedas, el púlpito y pintar las paredes, así como reorganizar los tejados y arreglarlos.

            En La Roca de la Sierra y en La Nava de Santiago, como puntos neurálgicos de lugares naturales para la salida de población hacia Portugal pues se encuentran en zonas muy fronterizas, los enfrentamientos con los soldados franceses fueron mayores y basta tomar como ejemplo el estudio de los libros de fábrica de sus parroquias y cofradías: absolutamente paralizados y arruinados.

            Lo mismo ocurre con aquellas edificaciones religiosas que albergan en zonas rurales alguna imagen de santos o patronos como es la Dehesa de Barbaño con la imagen de Santa María de Barbaño, patrona de Montijo donde su imagen titular tuvo que ser trasladada hasta la parroquial de la villa (la ermita dista unos seis kilómetros) para que no fuera objeto de las iras de los franceses. Bienes y ornamentos tanto de estas ermitas como de algunas parroquias, son conducidas en carros hacia Badajoz, a la Catedral para que pudiera ser librado del expolio enemigo. Algunas parroquias como el caso de Puebla de la Calzada sufrieron directamente la destrucción de parte de sus registros sacramentales, ya saben que esta era una práctica muy habitual durante la Edad Moderna y que ahora se sigue utilizando para borrar lo que podríamos llamar “memoria de un pueblo”.

            Salvar los pocos bienes que una parroquia o una cofradía, un hospital o una ermita había logrado acumular con el paso del tiempo fue una preocupación constante:

 

“Cuarenta reales pagados según dos recibos a Alonso Pizarro, por conducir con su carro los santos desde la ermita a esta iglesia y llevar la plata a Badajoz.”[47]

 

En estos lugares donde la guerra fue mucho más abierta y clara, donde la presencia de tropas enemigas era constante, muchas de sus actividades como festividades el día de su patrón, sermones, peticiones de dinero, préstamos de unas instituciones a otras para obras o reformar, diezmos, censos, ganado y venta de sus productos quedó totalmente anulado.

Además, las parroquias también al igual que las cofradías o las Obras pías, tuvieron que hacer frente a donaciones económicas para el ejército. En el año 1810, la parroquia de San Pedro Apóstol de Montijo, trae de la Dehesa de Casa Cañama en la zona de la Alcazaba cercana a Badajoz la cantidad equivalente a una carretada de granos para el suministro de las tropas pagándole a Juan de la Cruz por su transporte.

Los mismos edificios como hemos dicho, sufrieron destrozos que una vez terminada la guerra, las fábricas tuvieron que hacer verdaderas maravillas para poder arreglar y adecentar sus estructuras. Los casos más habituales fueron los llamados Campos Santo o Cementerios, donde a partir de estos momentos, aunque ya existían en Badajoz órdenes desde 1806 de que no se enterraran ni en las Iglesias ni tampoco en sus atrios de los que eran propietarios las parroquias, se tuvieron que edificar o trasladas cadáveres.

Finalmente, a modo de ir concluyendo con el presente estudio de investigación, ofrecemos una serie de realidades que ponen de manifiesto el cómo y de qué manera se vivió la guerra en estos pueblos:

 

1.- Años 1803-1814: la parroquia de Nuestra Señora del Prado, en la Roca de la Sierra, en sus registros sacramentales se dice: “En este año, cuando los enemigos pasaron a Villar del Rey, hicieron mansión dos días y consumieron todos los granos y los animales, según ansí lo manifestó ante la Contaduría de la Catedral de Badajoz”.[48]

            La parroquia estuvo económicamente inmovilizada entre los años 1808 a 1810, ahogada literalmente por los enormes destrozos y la imposibilidad de poder arreglar por falta de liquidez. Juan Sánchez y Pedro Rosa, informan que no pudieron recoger nada los años 1809 y 1810 porque: “…fueron desfalcados por los enemigos a razón de fanega de trigo cada año”.[49]

            En el año 1811, la casa parroquial es reparada y adquiere ornamentos y enseres como casullas, se repara el retablo, crucifijos, etc.:

 

“Es data la cantidad de tres reales que se pagan para reponer la casa de la fábrica de esta parroquia, que heredada del padre Carrasco, en la construcción de todas las puertas, techos doblados y pesebres, el enemigo y los aliados destrozaron en el desamparo del pueblo, en el año de mil ochocientos once años.”[50]

 

 

La misma situación trágica de La Roca de la Sierra la encontramos reflejada en la documentación perteneciente a la Real Hacienda donde se informa sobre la contribución que este pueblo tiene que hacer y que asciende a doce mil setecientos reales, los cuales manifiesta el Concejo no puede hacer frente a dicho pago, porque en el año de la última reclamación de 1812, únicamente se encuentra en el pueblo veinte vecinos.

 

2.- Años 1803-1812: la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de La Garrovilla, expresa que no tiene en sus libros de fábrica nada que mostrar debido a que la economía se ha paralizado. Entre los años de 1808 y 1812, se han logrado amontonar algunos granos que se recogen de la Dehesa de Casa Cañama sobre los cuales, el párroco don Francisco Dorado Brozas, dice necesitar para ello y para escoltar al Santísimo a los alabarderos en el Jueves Santo. No habrá en esta fábrica parroquial cuentas hasta el año 1814.

 

3.- Años 1808-1817: la iglesia parroquial de Santiago en Torremayor, muestra en su amplia información que la guerra ha transformado literalmente todas las instituciones de la localidad así como al forma de vida de sus habitantes. Que en la villa hay tropas aliadas que recogen todo. Algunos de estos soldados e incluso familiares son enterrados en el cementerio parroquial[51]

            Será además la villa de Torremayor quizá el ejemplo más claro de una mayor duración no ya de la guerra sino de sus mismas consecuencias de todos los pueblos estudiados. Cuanto en el año 1814, año en el que no solo no hay soldados sino que además la guerra ha terminado, parroquia y ayuntamiento inician el proceso de apertura de un nuevo cementerio dependiente de la parroquia y en terreno de la misma por la cantidad de fenecidos que ya son imposibles sean enterrados en el atrio parroquial. El cura párroco que también lo es de La Garrovilla, don Francisco Dorado Brozas, fray Francisco pues era miembro de la orden de los franciscanos, Lector de Sagrada Escritura y Licenciado en Teología afirma y autoriza:

 

“…se de traslación de cadáveres del antiguo cementerio de la parroquial al nuevo…sito en la ermita de San Ildefonso, inmediata a este pueblo y por se casa casi arruinada”.[52]

 

            Finalmente, será el caso de Puebla de la Calzada el ejemplo ya mencionado anteriormente de los efectos más negativos en cuanto al destrozo por parte de las tropas francesas de sus fuentes documentales sin embargo, Puebla de la Calzada se ha convertido en uno de los puntos esenciales de estudio por la riqueza de las series de Quintas y Milicias, Circulares y Correspondencias con las que cuenta su Archivo Municipal.

   

P.4. CONCLUSIÓN FINAL

 El fuerte impacto que causó la Guerra de la Independencia en la Comarca Emeritense es, ejemplo pequeño de lo que sucedió en Extremadura y en toda España pero de un lenguaje que permite un claro diálogo con unas fuentes documentales que nos han servido y nos servirán, pues no están analizadas totalmente, para comprender lo que debió ser la vivencia de la guerra desde los sectores más pobres de la sociedad a las instituciones civiles y eclesiásticas.

España y, concretamente Extremadura, la Comarca Emeritense en la Baja Extremadura, refleja algo claro: la guerra debe ser mirada generalmente también desde “abajo”, desde la población que no forma parte de ejércitos ni administración, que no entra en fases burocráticas ni dicta ejecutorias ni da órdenes. De esa población que como creo queda demostrado en este presente trabajo, venía ya mermada desde el último cuarto del siglo XVIII durante las crisis de subsistencia de las políticas de Carlos IV y Manuel Godoy.

Una población que además de sencilla y acostumbrada a los desalientos y a los abusos en los requerimientos como hemos podido comprobar, tuvo también que amoldarse a las noticias que le llegaban de una cambiante situación política: ahora monarquía borbónica, ahora napoleónica, ahora Juntas Provinciales, ahora Constitucionalismo. El pueblo defendió lo que era suyo y de lo que vivía: su tierra. Los pueblos de la Comarca Emeritense, entran a formar parte de esos pueblos que le hicieron cara al gigante napoleónico donde pudo en esta ocasión más las navajas que las corazas.

Espero haber podido a través de esta nueva edición de los Coloquios Históricos de Extremadura en Trujillo aportar algo más al conocimiento de la Guerra Peninsular ahora que estamos inmersos en su Bicentenario. Que desde la Iglesia a los Municipios, desde las Juntas Provinciales a los párrocos que alentaban en los púlpitos al pueblo a luchar. Que desde el labrador que acudía tras una dura jornada a casa y se encontraba que tenía forzosamente que compartir lecho con el enemigo que despreciaba el grano de su trabajo, que desde todo ese enorme esfuerzo, los pueblos podamos seguir construyendo un futuro donde los congresos y las jornadas de Historia no tengan ya que llevar delante ningún calificativo de “guerra”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

P.5. FUENTES INÉDITAS UTILIZADAS

 

Fuentes Parroquiales.-

 

          Archivo Parroquial de San Pedro Apóstol de Montijo. Libro de Fábrica de la Parroquia: 1794-1851; Registros Sacramentales. Libro de Defunciones. Libro Primero: 1807-1835; Cofradías y Hermandades de la Santa Cruz, Nuestra Señora de Barbaño, Dulce Nombre de Jesús, Nuestra Señora del Rosario, Santísimo Sacramento, Santos Mártires y Hospital Cofradía Jesús Nazareno. Libros de Fábrica de todas estas asociaciones comprendidas entre los años 1734 a 1835.

          Archivo Parroquial de la iglesia de Santiago de Torremayor. Registros Sacramentales. Libros de Difuntos I y II: 1762-1877.

          Archivo Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. La Garrovilla. Registros Sacramentales: libros de defunciones I, II, III y IV. Años: 1795-1864; Cofradías y Hermandades de las Ánimas, Santísimo Sacramento, Santísimo Cristo de la Piedad y Santos Mártires. Libros de Fábrica de estas cofradías en fechas extremas de: 1712-1834; Documentación suelta de la parroquial de Nuestra Señora referente a obras y reparaciones. Años: 1805-1919.

          Archivo Parroquial de Nuestra Señora del Prado. La Roca de la Sierra. Registros Sacramentales. Libros de Defunciones I, II, III y IV desde 1784 a 1835. Libro Primero de la Fábrica Parroquial. Años 1803-1814. Cofradías y Hermandades de la Vera-Cruz y del Santísimo Sacramento. Años: 1724-1859.

 

Fuentes Civiles.-

 

          Archivo Municipal de Puebla de la Calzada.  Sección de Quintas y Milicias, Correspondencia y Atención al ejército. Caja 12, legajos de 12 al 13; carpetas de la 30 a la 34. Años: 1800-1811.

          Archivo Municipal de Montijo. Correspondencia, Expedientes de nombramientos de Cargos, Secretaría General, Certificaciones, Circulares y Carpetas de Intendencia desde 1808-1833

          Archivo Municipal de Torremayor, Esparragalejo, La Garrovilla, La Nava de Santiago, Puebla de Obando. Censo de Archivos Municipales de Extremadura. Volumen III. Páginas de la 1421 a la 1697. Todo lo relacionado con Correspondencia e Intendencia: 1800-1814

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

P.6. FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

 

          PÉREZ, JOSEPH: Historia de España. Edita: Círculo de Lectores. Madrid, 2000.

 

          SARMIENTO PÉREZ, JOSÉ: La Junta Suprema de Extremadura en la Guerra de la Independencia Española. Comisión de Gracia y Justicia (1808-1812). Junta de Extremadura. Consejería de Cultura y Turismo. Badajoz, 2008.

 

          ARTOLA, MIGUEL: Los afrancesados. Alianza Editorial. Madrid, 2008.

 

          IGLESIAS AUNIÓN, PABLO: Historia de la Comarca de Lácara desde el Medioevo a la Transición. Tomos I y II. Edita: Excelentísima Diputación Provincial de Badajoz y Adecóm-Lacará. 2000-2002.

 

          IGLESIAS AUNIÓN, PABLO: Aprovisionamiento y tropa en la Baja Extremadura durante la Guerra de la Independencia. II Jornadas de Historia. Archivo Municipal de Mérida. Actas sin editar. Mayo, 2008

 

          GUERRERP ACOSTA, J.: Memorias del 2 de mayo. Editorial Alfaguara. Selección de textos. Madrid, 2008.


[1] ARÓSTEGUI SÁNCHEZ, JULIO: Un nuevo sistema político. Historia de España. Edita: Historia 16. Varios autores. Madrid, 1990. Pág. 764.

[2] GERRERO ACOSTA, J.M.: Memorias del 2 de Mayo Editorial Alfagura. Selección de Textos. Madrid, 2008. Página 9

[3] Me refiero al Acto Inaugural de dichas Cortes llevado a cabo por el extremeño liberal, sacerdote y catedrático Diego Muñoz Torrero,  nacido en Cabeza del Buey en 1761 y muerto en  San Julián de la Barra, Portugal, en el año 1829. Recordemos que fue el primer diputado en intervenir haciendo varias propuestas de corte netamente liberal.

[4] El archivo parroquial de Santa María de Lobón, en sus registros sacramentales concretamente en sus libros de Defunciones entre 1808-1810, recogen en varias ocasione la muerte de vecinos cuya causa es el fortuito encuentro con cuadrillas de soldados franceses. Incluso en algunas de sus expresiones aparece la misma sorpresa de las autoridades: “…muerto por susto de los franceses”.

[5] De hecho, la misma historiografía general sobre Napoleón y sus contiendas en Europa afirma que, en el Oeste la derrota Peninsular alentó en el Oriente europeo a la Rusia de los zares contra el Emperador, actuándose así de a modo de acordeón que puso fin al dominio imperial francés. Véase la Historia de España editada por Historia 16 de varios autores (Blanco Frejeiro, Julio Mangas, José Luis Martín, Domínguez Ortiz, Tuñón de Lara, Jun Pablo Fusi y otros) en su capítulo IX (Crisis del Antiguo Régimen. De Carlos IV a Isabel II) págs. 747-801, las amplias expresiones y referencias a este proceso que hacen.

[6] Recordemos que una de las imágenes que más se difundieron por la España de 1808 a 1814 era precisamente que, tanto Carlos IV como su hijo Fernando VII y con ellos toda la familia real, estaban secuestrados por Napoleón en Bayona.

[7] ¿Qué es si no una crisis de subsistencia? Estas se plantearon a lo largo de toda la Edad Moderna y tuvieron sus repercusiones y presencia en buena parte del siglo XIX. La población demanda por encima de lo que se es capaz de atender, pero atender en las necesidades más básicas para subsistir. De aquí el nombre

[8] PÉREZ, JOSPEH: El fin del Antiguo Régimen. Historia de España. Editorial Círculo de Lectores. Barcelona, 1988. Página 380

[9] En un trabajo realizado por Javier Iglesias Berzosa, cuya copia se encuentra en los fondos bibliográficos del Archivo Parroquial de San Pedro, se nos habla de cómo don Manuel Flores Calderón, quedará estrechamente ligado a la historia de Montijo al participar en los levantamientos siendo el administrador de las rentas de la Condesa montijana, doña María Francisca de Sales Portocarrero. Dicho administrador, en palabras que recoge Iglesias Berzosa afirma: “…desastres de una guerra que con ella se ha iniciado un quinquenio monstruoso, sírvase de ejemplo para la realidad a la que se enfrenta la población de la comarca.

[10] Archivo Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Registros Sacramentales. Libro Segundo de Finados. Años: 1795-1847. La Garrovilla. Folio 64-ca. Año 1812. Aclarar igualmente que el “parajismo” es una expresión para hacer referencia al desmayo que ocasiona la mala alimentación.

[11] ARTOLA GALLEGO, MIGUEL: 1808. La revolución española. Editorial Alianza. Madrid, 2008. Página 23.

[12] SARMIENTO PÉREZ, JOSÉ: La Junta de Extremadura en la Guerra de la Independencia Española. Comisión de Gracia y Justicia (1808-1812). Junta de Extremadura, Consejería de Cultura y Turismo. Dirección General de Patrimonio. Archivo Histórico Provincial. Badajoz, 19 de marzo de 2008. Página, 23

[13] ARTOLA GALLEGO, MIGUEL: Los afrancesados. Editorial Alianza. Madrid 1989, 2008. Recomendamos encarecidamente la completa lectura de esta magistral obra en la que el lector obtendrá una visión acertada, seria y objetiva de los afrancesados.

[14] Insisto en ellas para tener siempre una idea de la documentación a la que he procedido a vaciar: Lobón, Montijo, Puebla de la Calzada, Torremayor, La Garrovilla, La Roca de la Sierra, La Nava de Santiago, la Dehesa y Monasterio Francisca de San Isidro de Loriana y La Roca de la Sierra. En alguna ocasión, para aseverar o refutar alguna idea recurro a documentos que se encuentran en localidades como Carmonita, Cordobilla o Esparragalejos. En definitiva, aproximadamente un marco que acoge un total de quince localidades que configuran indudablemente una amplia realidad geográfica de la Comarca Emeritense.

[15] Corresponde a las siguientes: Santísimo Sacramento, Ánimas Benditas del Purgatorio, Nuestra Señora de la Caridad, Santísimo Cristo de la Piedad y Santos Mártires. Sus carpetas, legajos y series aparecen en el apartado de Fuentes Inéditas

[16] Corresponde a las siguientes: Dulce Nombre de Jesús; Santa Vera-Cruz; Nuestra Señora de Santa Ana; Santos Mártires; Santísimo Sacramento; Nuestra Señora de Barbaño; Virgen del Rosario. Sus carpetas, legajos y series aparecen en el apartado de Fuentes Inéditas

[17] La realidad de Puebla de la Calzada respecto a la documentación parroquial se ciñe exclusivamente en Cofradías a la del Santísimo Sacramento y Nuestra Señora de la Concepción. En este caso, Puebla ofrece una mayor riqueza en sus fuentes Municipales. Sus series y legajos aparecerán recogidos en el apartado de Fuentes Inéditas.

[18] GARCÍA PÉREZ, JUAN y SÁNCHEZ MARROYO, FERNANDO: Guerra, reacción y revolución (1808-18033. La Guerra de la Independencia Historia de Extremadura. Tomo IV. Editorial Universitas. Biblioteca Básica Extremeña Badajoz, 1985. Páginas 651-709.

[19] Archivo Histórico Municipal de Puebla de la Calzada. Sección: Quintas y Milicias. Caja 11. Legajo, 11. Carpeta 69: 29-05-1808. Circulares. Carta dirigida a los ayuntamientos de la Provincia de Badajoz, Firmada en Sevilla el 29 de junio de 1808 por Juan Bautista Estellez y Juan Bautista Pardo.

[20] Sírvase la presentación del ejercicio de cuenta en los libros de fábrica de las parroquias o de cualquier cofradía donde ante los alcaldes o alcalde ordinario, dependiendo de la categoría de los pueblos y el número de mayores contribuyentes, se hacía comparecer al mayordomo de la expresa institución en presencia también del párroco.

[21] IGLESIAS AUNIÓN, PABLO: Historia, Religión y fe en Nuestra Señora de Barbaño. Piedad y Religiosidad Popular en la villa de Montijo. Edita: Parroquia de San Pedro Apóstol y Excmo. Ayuntamiento de Montijo. Pág. 74.

[22] Archivo Municipal de Puebla de la Calzada. Sección: Quintas y Milicias. Petición de trigo para la defensa del ejército de Fernando VII. Badajoz. Caja 11. Legajo: 11. Carpeta 65. Fecha: 5 de junio de 1808.

[23] Archivo Municipal de Montijo. Sección: Circulares y Reales Órdenes. Real Orden desde el Gobierno de Mérida. Legajo 15. Carpeta: 115. Fecha: 13 de mayo de 1809.

[24] Hoy felizmente conservado el edificio como Biblioteca Municipal y Centro Cultural, sede que ha sido de Jornadas y Coloquios precisamente de Historia.

[25] Ibídem nota 22.

[26] Una de estas reclamaciones es bastante seria y se guarda documentalmente en el Archivo Municipal de Puebla de la Calzada. Idéntica documentación existe en el de Montijo y en el de Torremayor. Todos ellos fechados entre los meses de noviembre de 1909 a octubre de 1810 es decir, como podemos ver un uso habitual..

[27] Archivo Municipal de Puebla de la Calzada. Sección: Quintas y Milicias. Caja 12. Legajo: 13. Carpeta 8. Fecha: 9 de noviembre de 1809.

[28] Normativas tomadas de la referencia que aparece en la nota 26, concretamente en la Caja 12-3carpeta8. 9 de octubre del año 1810. Véase también el trabajo presentado en las II Jornadas de Historia del Archivo Municipal de Mérida, celebradas en mayo en el trabajo sobre los requerimientos y aprovisionamiento que yo mismo presente como ponencia. Finalmente el estudio generalizado para la Comarca de Lácara sobre el siglo XIX, editado por la Excma. Diputación Provincial de Badajoz.

[29] Véase nota número 26. Caja 12. Legajo 13. Carpeta 9. 17 de octubre del año 1810

[30] Archivo Municipal de Puebla de la Calzada. Sección: Pósito. Caja 12. Legajo 13. Carpeta, 14. Año 1808.

[31] Archivo Municipal de Puebla de la Calzada. Sección: Quintas y Milicias. Caja 12. Legajo 13. Carpeta, 36..30 de diciembre de 1810.

[32] La expresión en abreviatura r.v. es reales de vellón y mv. maravedíes.

[33] Archivo Municipal de Puebla de la Calzada. Sección: Quintas y Milicias Caja 12. Legajo 13. Carpeta, 39. 31 de diciembre del año 1810.

[34] Archivo Histórico Municipal de Montijo. Sección: Quintas y Milicias. Real Orden con fecha del 11 de diciembre de 1808. Legajo 4. Carpeta 94.

[35] Archivo Histórico Municipal de Puebla de la Calzada. Sección: Quintas y Milicias. Reclutamiento. Caja 11. Legajo 11. Carpeta, 63. Fecha: 5 de junio de 1808.

[36] DÍAZ CHECA, M.A.:Aspectos socioeconómicos de la Guerra de la Independencia en Montijo. Actas de las II Jornadas de Historia en Montijo. Excelentísimo Ayuntamiento de Montijo. 1996

[37] Archivo Parroquial de San Pedro Apóstol. Fondo Histórico. Registros Sacramentales. Libro Primero de Defunciones: 1807-1835. Villa de Montijo

[38] Archivo Parroquial de Santiago. Registros Sacramentales. Libro Primero de Defunciones: 1762-1828. Villa de Torremayor.

[39] Archivo Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Registros Sacramentales. Libro Segundo de Defunciones: 1795-1847. Villa de La Garrovilla

[40] Archivo Parroquial de Santa María del Prado. Registros Sacramentales. Libro Tercero de Defunciones: 1784-1810. Libro Cuarto: 1810-1821. La Roca de la Sierra. He de reseñar que este es uno de los mejores archivos parroquiales actualmente no sólo conservados, sino además completos con series documentales de gran interés para el campo de la investigación incluyendo censos y propiedades de Cofradías de los siglos XV-XVI.

[41] La imposibilidad de poder visitar el archivo Parroquial de la Nava de Santiago, los datos han sido tomados de la obra de Fernando Villalobos Cortes en un estudio local que hace de la villa y recoge a Guerra de la Independencia en uno de sus capítulos.

[42] Archivo Parroquial de San Pedro Apóstol. Sección: Cofradías y Hermandades. Libro de Fábrica de la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario. Libro II: 1794-1833. Montijo

[43] Archivo Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Registros Sacramentales. Libro Segundo de Defunciones. Años: 1795-1847. La Garrovilla. Folio 59-ca. Año: 1810

[44] Archivo Parroquial de Santa María del Prado. Registros Sacramentales. Libro Tercero. Años: 1784-1810. Libro Cuarto. Años: 1810-1821. La Roca de la Sierra. Folio 2-ca. Año 1810.

[45] Ibíd.

[46] Archivo Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Registros Sacramentales. Libro Segundo de Defunciones. Años: 1795-1847. La Garrovilla.

[47] IGLESIAS AUNIÓN, PABLO: Historia, religión y fe en Nuestra Señora de Barbaño. Piedad y religiosidad Popular en la villa de Montijo. Edita: Parroquia de San Pedro Apóstol y Ayuntamiento de Montijo. Septiembre, 1999. Pág. 75

[48] Archivo Parroquial de Nuestra Señora del Prado. Sección: Economía. Libro de Fábrica de la Parroquia. Sin poder clasificar las fechas extremas al encontrarse el libro en muy mal estado.

[49] Íbidem nota 48.

[50] Ibíd.

[51] Caso por ejemplo de Rita Soto hija de Josef  Soto, Teniente Coronel de Regimiento de las Milicias de Toledo.

[52] Archivo Parroquial de Santiago. Registros Sacramentales. Libro Primero de Defunciones: 1762-1828. Torremayor.

Nov 292013
 

 Luis Vicente Pelegrí Pedrosa.

 Introducción. El levantamiento patriótico en Extremadura: una reinterpretación.

 Badajoz, lunes, 30 de mayo de 1808, pasadas las dos horas de la tarde, bajo un sol abrasador una multitud vociferante de paisanos y soldados arrastra un cadáver. La víctima  es el capitán general de la provincia de Extremadura, Toribio Grajera de Vargas, III conde de la Torre del Fresno, acusado de afrancesado y víctima de un tumulto. Con este hecho sangriento estalla la revuelta extremeña contra el gobierno y la ocupación napoleónicos, siguiendo la estela de otros territorios. Era el resultado de un mes de mayo convulso y complejo en acontecimientos, que revela la profunda crisis política que vivía España. Con el presente trabajo intentamos una relectura, lo más exhaustiva posible, de las fuentes y una revisión de los planteamientos. A la luz de datos inéditos, y de nuevos enfoques, marcamos un objetivo esencial: desmentir la apariencia de motín espontáneo y popular a favor de otra interpretación más compleja.

 

Empleamos un punto de vista microhistórico, a partir de un homicidio analizamos una revuelta de poco más de doce horas de duración y los antecedentes y el contexto que la explican. Para ello se contrastan los testimonios de un consejo de guerra, cuyo sumario intentamos reconstruir, así como una correspondencia, no estudiada hasta ahora, entre el capitán general de Extremadura y el general francés Kellerman, que hemos hallado en el Archivo Histórico Nacional, y  que constituyen las fuentes esenciales de este trabajo . Dejamos ante todo que hablen los protagonistas, para luego analizar sus palabras. Gracias a los testimonios conocemos como se percibieron, por parte de algunas de las principales autoridades de la provincia, los prolegómenos de la  Guerra de Independencia: la conjura y el proceso del Escorial, las abdicaciones de Bayona, el levantamiento popular del 2 de mayo en Madrid, el bando del alcalde de Móstoles, la presencia de las primeras tropas francesas en Extremadura y, en definitiva, la difícil coyuntura de mayo de 1808. Para entender los hechos, sus antecedentes, evolución y consecuencias, es necesario conocer su contexto.

 

1-Badajoz, capital de Extremadura y plaza de frontera desguarnecida

 

            Badajoz, como fortificación junto a Portugal, era la principal plaza militar de Extremadura y una de las más destacadas de España. Como sociedad de frontera, su historia ha estado siempre marcada por la constante de la guerra, el paso de las tropas y el peso de los ejércitos. En 1801, siete años antes de los hechos que nos ocupan, fue base de operaciones para la invasión de reino vecino, promovida por el pacense Manuel Godoy[1].  Para desgracia de la propia ciudad,  un gran militar, como el mariscal Soult, apreció su valor estratégico en 1811: “Yo insistía recordando que en España no quedaban por tomar más que cinco o seis plazas, y que el asedio de Badajoz, con el de Ciudad Rodrigo, eran los más importantes. Badajoz, que permanecía sin ocupar, dejaba libres al enemigo Extremadura, Andalucía y la Mancha”[2].

 

            En 1808 Badajoz era sede de obispado, y, como capital de una de las provincias de Castilla, también lo era de intendencia[3], corregimiento[4], capitanía general  o comandancia de las armas[5], así como del gobierno militar  y político de la plaza. Tenía además derecho de voto en las Cortes de Castilla[6]. Badajoz era, por tanto, el principal centro de poder político y militar de la provincia de Extremadura, salvo en el aspecto judicial, encabezado por la Audiencia, establecida en Cáceres desde 1791. Con  algo más de 11.000 habitantes era la ciudad extremeña más poblada[7].

                                                                              

            Podemos resumir el estado militar de Badajoz, el 30 de mayo de 1808, afirmando que se trataba de una plaza bien protegida, por su imponente sistema de murallas, fuertes y baluartes, pero mal guarnecida y peor defendida en caso de un previsible asedio francés[8], como demuestra el estudio de sus tropas y cuarteles.

 

Madoz describe, hacia 1850, los cuarteles e instalaciones militares de la capital pacense, la mayoría de los cuales existían en 1808[9]: 1) el parque de ingenieros, en el campo de San Francisco; 2) la maestranza de artillería “de bastante capacidad y buen gusto en la fábrica y un cuartel de infantería, que ocupa la compañía de artillería destinada a la plaza”, en el campo de la Cruz; 3) el cuartel de infantería de Santo Domingo con capacidad para 1.000 hombres, 4) en el mismo campo de Santo Domingo, el cuartel de los gitanos, para 100 caballos y sin alojamientos para hombres y, por último,  5) el cuartel de caballería de la Bomba, en el baluarte de San Juan, con cabida para 200 caballos.

 

Teóricamente, en Badajoz, se encontraban destinadas unidades militares correspondientes a las diversas  armas del ejército español; de infantería de línea, el tercer batallón del regimiento de Mallorca y el primer batallón del regimiento de Órdenes Militares; de caballería, el primer regimiento de Húsares de María Luisa, o Húsares de Extremadura[10]. Había una compañía fija de artillería y soldados del regimiento de ingenieros zapadores[11]. Se trataba de una guarnición importante, apropiada para una destacada plaza militar de frontera y sede de una capitanía general.

 

Pero la realidad era muy distinta. Puede resultar exagerada la descripción que hace Toreno de la indefensión de la capital, hasta el punto de parecerle una temeridad el levantamiento antifrancés pero, sin embargo, parece ajustarse a la realidad de la escasez de tropas que padecía.[12]

“Casi desmantelada la plaza y desprovistos los habitantes de lo más preciso para su defensa, estando el enemigo no lejos de sus puertas. Ocupaba Yelbes el general Kellerman. Y recurriendo a mil estratagemas que estorbasen un posible ataque. La guarnición estaba reducida a 500 hombres[13]. La milicia urbana cubría a veces el servicio ordinario. Uno de los regimientos provinciales estaba fuera de Extremadura, y el otro desarmado”.

 

Sólo si se hubiera encontrado completo el regimiento de húsares, acuartelado en la Bomba, la plaza tendría al menos una guarnición de 700 hombres[14]. Hay que tener en cuenta, para explicar esta situación, que gran parte de las tropas pacenses acompañaron al anterior capitán general, Carrafa, en la invasión de Portugal junto a las tropas francesas del general Junot, por entonces aliadas, en virtud de Tratado de Fointenebleau. Por otro lado, había regimientos extremeños fuera de la provincia, por ejemplo, el regimiento provincial, al que se refiere Toreno, el de Milicias Provinciales de Badajoz, se hallaba destinado en Ayamonte[15]. Por tanto, en el momento de estallar el motín, sólo se encontraban en Badajoz una parte de los militares allí destinados. Las fuerzas más destacadas eran el regimiento de Húsares de María Luisa, o de Extremadura, y las milicias urbanas[16]. Así no es de extrañar que estas últimas realizasen funciones que correspondían a unidades regulares o de línea. No obstante, a aquella agrupación de caballería ligera le correspondería un destacado protagonismo en los acontecimientos del día 30 de mayo.

 

 

2-El conde de la Torre del Fresno, de militar cortesano a capitán general

 

           

Toribio Grajera de Vargas (1757-1808), III conde de la Torre del Fresno, nació en Talavera la Real, donde se encontraba la residencia solariega de sus antepasados[17]. Ejerció los cargos honoríficos de alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisición de Llerena y regidor perpetuo de Badajoz. Formaba parte de la nobleza que encabezaba la oligarquía extremeña.

 

            Conocemos su carrera militar gracias a las anotaciones de Gómez Villafranca.  En 1793,  durante la Guerra contra la Convención francesa se ofreció para participar en puestos de mando en primera línea del frente. En 1799 comenzó a servir como gentilhombre de cámara de Su Majestad, al servicio del infante don Francisco de Paula, precisamente el niño cuya salida del Palacio Real provocó el estallido del motín del 2 de mayo en Madrid. En 1802 fue ascendido mariscal de campo de infantería –general de división-. Torre del Fresno comenzó a ejercer como gobernador interino de la plaza  en septiembre de 1807 y después ascendió a la comandancia o capitanía general, también interino, en diciembre del mismo año, por ausencia del titular, el general Juan Carrafa que fue destinado a dirigir una división de las tropas invasoras de Portugal, en colaboración con las fuerzas francesas[18]. La residencia de Torre del Fresno y donde, por tanto,  convocaba las juntas militares y de autoridades, se hallaba en el palacio de la plaza de las Descalzas que durante muchos años sería sede de la capitanía general.

                                                              

3-Los hechos. Asesinato del capitán general. Rebelión militar y motín popular

           

 

El 16 de febrero de 1816, a instancia de la viuda del finado, doña Juana Topete y Argüello, representada por su yerno, el teniente coronel don Carlos María de Combes, el capitán general de Extremadura recibió orden de celebrar en Badajoz consejo de guerra, e investigación sumaria, para averiguar la conducta militar y política del conde de la Torre del Fresno. El 6 de marzo fue nombrado fiscal Manuel Cabrera, comandante agregado al regimiento de infantería de Extremadura, asistido del teniente del regimiento de infantería de Mallorca, Ventura Fernández, como secretario, quienes instruyeron el sumario y comenzaron pocos días después el interrogatorio[19].

 

El sumario nos permite reconstruir, paso a paso, el tumulto gracias a la información de testigos presenciales que formaban parte de las más altas instancias civiles, militares y eclesiásticas de Badajoz y, por tanto, tenían conocimiento de causa de la situación previa. Entre los eclesiásticos, seis en total, deponen el obispo, Mateo Delgado, un inquisidor de Llerena, Francisco María Riesco, el provisor de la diócesis, Gabriel Rafael Blázquez Prieto,  un presbítero, el deán, Francisco Romero Castilla, y el  maestrescuela del cabildo catedralicio, Juan Caldera.[20].  Entre los militares, el grupo más numeroso, con once declarantes, testifican, teniendo en cuenta la graduación que habían alcanzado en 1816, un comandante, tres tenientes coroneles, dos coroneles, dos generales: el marques de Monsalud y José Galluzo, jefe de la compañía de artillería, y un capitán y un teniente coronel de milicias urbanas. Igualmente podemos considerar entre éstos últimos al teniente de rey, o segundo en el mando interino de la plaza, Juan Gregorio Mancio.

 

Se trata de las principales autoridades militares y eclesiásticas de la ciudad y de la provincia. Muchos de ellos formaron parte de la Junta Suprema de Extremadura, radicada en Badajoz, que dirigió la defensa y la administración de la provincia durante la guerra[21]. Son más prolijos en detalles, e insisten más en la defensa del capitán general, los testigos que mantenían con él una relación más estrecha. Son los casos del provisor Blázquez o  del teniente de rey Mancio. Destaca la ausencia, entre los testigos, de autoridades civiles, como regidores, u otros altos cargos de la administración militar. Entre éstos últimos destacaron, Félix de Ovalle, tesorero del ejército, o Martín de Garay, intendente del ejército de Extremadura, ambos formaron parte de la Junta de Extremadura, primero y de la Junta Central Suprema Gubernativa del Reino después, el último incluso llegó a ser ministro de hacienda con Fernando VII y promotor del primer plan presupuestario del gobierno en 1817[22]. Entre los ciudadanos sin cargos relevantes sólo son destacables un presbítero y un comerciante.

 

Cada testigo resalta un aspecto prioritario, según el momento que vivió o del que tuvo referencia directa. (Ver apéndice I). Los  testimonios de los eclesiásticos se muestran más completos, sobre todo el del provisor eclesiástico que narra con minuciosidad la composición y la trayectoria del motín[23]. Por el contrario, los militares ofrecen noticias sustanciales para el desenlace final. No obstante,  llama la atención lo resumido de las intervenciones de los oficiales de mayor rango, como los brigadieres Monsalud y Galluzo que, por su posición inmediata al capitán general, en la escala de mando, tendrían una amplia perspectiva de los acontecimientos. Por otro lado sorprende el laconismo e incluso frialdad de Galluzo.

 

3.1-Comienzo de la junta, acuartelamiento de las tropas y estallido del motín

 

 

            Torre del Fresno convocó  una junta de autoridades para el día 30:

“Desconfiando de si mismo deseaba luces y consejos en tan críticas circunstancias, por lo que, habiéndole yo acompañado en su despedida, en la puerta misma del palacio episcopal, manifestó allí deseos de que le visitase. En efecto, pasé a ver al señor conde la mañana del día 29 de mayo y, hallándose acompañado de varias personas, solamente dijo separadamente a don Vicente Godino, difunto, alcalde mayor de esta ciudad, y a mi, que había recibido noticia del levantamiento de Sevilla y de la muerte del conde del Aguila, y que pensaba convocar una Junta, lo que nos parecía bien, haciéndole yo un ligero recuerdo de su citada circular impresa”.

 

            Así lo vivió Blázquez. Al día siguiente, durante la junta, comenzó el tumulto:

“Llegué en efecto a su casa, y rodeado, según era ordinario, de muchas personas, tardó bastante en vestirse de ceremonia para pasar a la sala en que se celebró la junta. En ella, apenas había manifestado el señor conde las noticias que tenía, y sus buenas disposiciones para cuanto pudiese practicarse en beneficio de nuestro amado soberano, de su augusta real familia y de todos los españoles, y hablaron otros insustancialmente, sin proponerse ni resolverse cosa alguna. Cuando resonaron continuos cañonazos de esta plaza, con grande gritería, lo que me excitó a decir por dos veces, dirigiéndome al señor conde, pues no mediaba entre los dos sino el señor don Martín de Garay, que convenían prontas y enérgicas providencias, sin detenerse en largos e impertinentes discursos”.

 

La versión del General Galluzo simplifica la del provisor: “A poco rato de esta propuesta, -meditar los medios de defensa- se notó conmoción popular y dio una salva, que sin orden del difunto, hizo el pueblo, enarbolando la bandera, con cuyo motivo se disolvió la junta sin  acordar cosa alguna”. Al mismo tiempo, el teniente coronel Huertas, desde la calle, aproxima la hora del comienzo:  “Se hallaba el pueblo incomodado porque, siendo día de San Fernando y a las nueve de la mañana, no se había echo salva”.

 

Todos los autores que se han ocupado del tema, desde el conde de Toreno, han insistido en los cañonazos provocados por los paisanos como detonante del motín, ya sea para resaltar su espontaneidad o, todo lo contrario, como señal convenida por una conspiración previa. Toreno cuenta que: “Se apiñó la gente en la muralla y una mujer atrevida, después de reprender a los artilleros, cogió la mecha y prendió el cañón. Al instante dispararon otros y a su sonido levantóse en toda la ciudad el universal grito de viva Fernando VII y mueran los franceses”[24]. Gómez Villafranca da nombre a la responsable: María Cambero la “Maricona” –o marimacho-[25]. Sin embargo, no hay constancia de este particular en los principales testimonios del sumario. Tal vez responda a una tradición oral. Tenemos así planteado en Badajoz otro tópico del levantamiento patriótico: la heroína popular, la mujer artillera. Tampoco hay pruebas para asegurar que el estallido del motín se precipitase, aunque Toreno ofrezca incluso fechas concretas[26]. Es significativo, el dato que éste aporta: “Cuadrillas de gentes recorrieron las calles con banderolas, panderos y sonajas, sin cometer exceso alguno”. Es decir, no hubo los saqueos y destrucciones que suelen acompañar a una explosión espontánea de ira popular[27].

 

3.2-Salida del las tropas rebeldes y recorrido del motín

 

Poco antes de comenzar la junta las tropas habían sido acuarteladas, por orden del capitán general, tal y como reconoce el teniente coronel Fuentes: “Estaba con los demás oficiales del regimiento de Húsares de María Luisa, reunidos en el cuartel de la Bomba, esperando órdenes, pues así se les mandó en la orden que se les dio entre las 9 y las 10  de la misma mañana”. Lo que en principio parecía arrancar como un motín popular deviene en rebelión militar: “Había estado toda la mañana en el cuartel, como todos los demás oficiales y tropa, hasta que fue el populacho y echó fuera toda la tropa de los cuarteles”, declara el  coronel Garrigó.  El comandante Vergara lo complementa:

“Hallándose en el cuartel de la Bomba, a cosa de las once o doce del expresado día treinta, con la mayor parte de los oficiales de su regimiento, reunidos en aquel punto por disposición de los jefes, oyeron ruido como de tumulto  y saliendo todos a la puerta del cuartel, vieron venir a un inmenso pueblo gritando: Viva el rey nuestro señor Fernando VII, mueran los traidores. Y haciendo alto en aquel sitio pedían saliese la tropa en su compañía. Pero habiéndoles contestado el que declara, y demás oficiales, que estaban pendientes de la voluntad de los jefes superiores, sin cuya orden no podían disponer de dicha tropa, se contuvieron algunos instantes. Repentinamente volvieron a esforzar las voces, atropellando la centinela y oficiales, y consiguiendo por este modo violento llevarse a todos los soldados pie a tierra”.

 

 

            Este episodio revela que las primeras tropas destacadas en los desórdenes fueron las de húsares, como se ha adelantado. Por otra lado, resulta chocante la poca capacidad que demostraron los oficiales para evitar que salieran los soldados, contraviniendo así la orden de acuartelamiento.

 

El comandante Vergara describe  también el avance de los amotinados:  “Observé como se dirigió dicho pueblo hacia la calle donde vivía el general, conde de la  Torre del Fresno, a quien daban el título de traidor, y clamando que muriera”. Mancio, topó con el grupo al salir de su casa –debía de llegar tarde a la junta, porque estaba convocado-: “gritaban pidiendo se pusiera la bandera”. Ambos testigos confirman  que, desde el principio, se pedía celebrar la onomástica del rey y la muerte del conde.

 

El provisor Blázquez se encontraba mientras en la junta:

“Inmediatamente propuso uno de los concurrentes, que no recuerdo quien, que saliese el señor obispo, y un regidor de esta ciudad, con objeto de tranquilizar a los alborotadores y de asegurarles que todos los individuos de la junta estaban animados de los más leales y patrióticos sentimientos, conformes a los de todo su pueblo y que, en seguida, se darían todas las providencias que pareciesen convenientes, a lo que conduciría la tranquilidad pública. El señor don Martín de Garay se opuso a que saliese el ilustrísimo señor arzobispo obispo y me propuso a mi, lo que se acordó sin dilación, siendo igualmente nombrado el señor don Pedro Martín Saavedra, regidor perpetuo de esta ciudad. Salimos los dos, e informados de que, hacia el convento de la Trinidad, se hallaba el gran número de los alborotados, caminamos reunidos. Al llegar a la calle de San Blas, salía de ella al campo de San Juan, llamado, ya plaza Real de Fernando VII, una gran porción de hombres y mujeres, entre la que, por su calidad y circunstancia, no recuerdo haber conocido a persona alguna. Retrocedimos algunos pasos para hallarnos en medio de dicha plaza y nos separamos deliberadamente envueltos en el gentío. Era indecible la gritería de viva la religión, viva el rey, mueran los traidores, y otras cosas semejantes. Los hombres estaban alborotados, pero las mujeres no parecían menos que furias infernales. Apenas con mucho trabajo podía hacerme oír de alguno de los alborotados, y en cuanto era posible hacía presente ya a uno, ya a otro, lo que me parecía oportuno, reducido a que sus voces e inquietudes para nada podían ser útiles, que en tal estado no podían adquirir la conveniente instrucción y que las autoridades militares y civiles estaban reunidas y eran muy amantes de la religión, del rey y de la patria y determinarían lo más conducente a la satisfacción del pueblo y utilidad pública.

           

Los lemas eran similares a  los de otros motines, acaecidos días antes en otros puntos del país: religión, rey y patria, motores ideológicos del levantamiento. El provisor intentó utilizar su autoridad moral de la misma forma que en otra revuelta, una semana antes, el 23 de mayo. Ese día el cabildo, con el obispo al frente, salió en procesión y “el pueblo, en medio de gran alboroto, obedeció con la mayor reverencia, y a las cuatro y media ya estaba pacífico”[28]. Pero, el día 30, cuando el provisor y el regidor se encontraba en la plaza del Rey, aparecieron  en escena nuevos protagonistas que dieron otro cariz al motín:

“El trabajo, en medio del gentío alborotado, con un sol abrasador, fue mucho y no habría sido infructuoso, si al cabo de hora y media, poco más o menos, que mi compañero y yo manteníamos a los alborotadores en la dicha plaza, disminuyéndose más que aumentándose la gente y el tumulto, no hubiese venido una pequeña columna de hombres, al parecer casi todos soldados vestidos a la manera que están en sus cuarteles, algunos armados con fusil y bayoneta, otros con fusil sin bayoneta y otros con sable sin fusil, muchos tambores y dos banderas, una regular de regimiento y otra muy pequeña y muy antigua, que luego vi en casa del señor general don José Galluzo, y entendí haber sido sacada de la iglesia del convento de San Agustín. Esta columna, con paso sumamente acelerado y con gran ruido de tambores, vino por la calle de San Juan y se dirigió a la plaza, llamada de las descalzas, sin que hubiese habido tiempo para contenerla, lo que, según mi entender, no habría sido posible sino que quien se hubiese puesto al frente habría sido arrollado”.

 

            La chupa de color azul, -chaleco o chaqueta sin mangas que se vestía debajo de la casaca- parece indicar que estos soldados pertenecían al regimiento de Húsares de María Luisa. En realidad, no tenemos completa certeza de que la chupa de este regimiento fuera azul celeste, como los calzones y la pelliza, -el dolmán o casaca adornada de alamares era roja- pero sí tenemos seguridad de que no se trataba de soldados zapadores, el otro cuerpo que participó en los tumultos, porque la chupa reglamentaria de los ingenieros solía ser roja.”[29]

 

            Así pues, el motín, tras un largo marasmo en la plaza de San Juan, incluso parecía que podía disolverse, fue avivado por la presencia un pelotón de soldados, que en uniforme cuartelero o de faena, pero en formación, avivó el tumulto y lo empujó hacia la casa del conde. Sería un segundo acto acelerador del motínel primero fue el segundo cañonazo durante el primer diálogo con el conde-.  La marcha de los amotinados rebela, en múltiples detalles, un plan organizado.

 

3.3-Concentración en la plazuela de las descalzas

 

El regidor y el provisor siguieron con los amotinados hasta llegar a la plazuela de las Descalzas, el primero lo relata así:

“Luego que pasó la columna, desfilaron en su seguimiento las gentes que en dicha plaza real habíamos contenido mi compañero y yo, que entonces pudimos volver a vernos y reunirnos. Y en seguida nos dirigimos a la plazuela de las Descalzas, llena de gentes, entre la que volvimos a separarnos. Me acerqué a la puerta del convento de dichas religiosas descalzas, desde donde vi al ilustrísimo señor arzobispo obispo y a otros individuos que existían en una sala con las ventanas abiertas, diversa de aquella en que se había empezado la junta”.

 

Mancio, en cuanto llegó a la junta, entre los rebeldes, comunicó al conde lo que pedían. Huertas ratifica los hechos y la impresión que la causaron éstos:“Oyó al populacho que pedía que se pusiese la bandera y se hiciese la salva, a lo que contestó el conde que él no se había negado (…) se haría a las horas acostumbradas. (…) En aquel terrible día todos parecían locos. Huertas y Toro completan el relato:

“En aquella misma mañana había mandado, delante del que declara, el conde de la Torre del Fresno al ayudante de esta plaza, don José Hernández, que ya ha muerto, que fuese inmediatamente para que se arbolase la bandera y, habiendo pedido el populacho, de que se hiciese la salva de artillería, lo mandó también, faltando a la costumbre que, de tiempo inmemorial había en esta plaza, pues las tres salvas se ejecutaban la primera una hora antes de ponerse el sol, la segunda media  y la última al tiempo de ponerse”.

 

El obispo, al mismo tiempo, ofrece la visión desde dentro del edificio

“Se presentó el populacho alborotado delante de su casa a él que se procuró contener y tranquilizar, saliendo a los balcones así el conde como varios de los que habían concurrido a ella, sin que hubiesen sido suficientes razones algunas para conseguirlo, ni haberse prestado el conde a que se disparasen la artillería, como se disparó, y  a dejar o entregar el mando en vista de la desconfianza que manifestaban los alborotados”.

 

Pero el conde, con los rebeldes delante de su residencia,  aún tuvo tiempo de dar nuevas órdenes,  según Mancio : “Al poco rato de formarse la Junta me marché a apaciguar los presos de la cárcel, por disposición del mismo difunto” Por tanto, el capitán general intentó apaciguar la situación desde un principio, reduciendo su autoridad, al ceder a la petición de los amotinados, incluso renunciando al mando. Pero reaccionó a tiempo evitando que se abriera un tercer frente de participantes, nada menos que los reos de la cárcel. Esta escena del diálogo entre la autoridad contra la cual se levanta el tumulto y los rebeldes, tiene lugar en otros casos, los más próximos, el que ese mismo día se estaba produciendo en la Coruña, iniciado por un excusa similar, o el tumulto de días antes en Cádiz.[30]

                                                                                                                            

Delante de la puerta de la casa, Blázquez describe una interesante ceremonia que parece acercarnos a los rituales de la milicia:

“Rodeando me acerqué a la puerta de la casa del señor conde de la Torre del Fresno, a la mano derecha, según se entra y allí vi que, cuatro o cinco soldados, con chupas azules, situados al frente de la misma puerta, con sable en mano, como cuando se presentan armas y con una faja encarnada, tendida por cima de las puntas de los sables, dieron algunos brincos o saltos de baile, elevando bastante la faja, y a poco rato apuntaron los sables hacia la puerta, por la que entraron ellos y otra mucha gente, y especialmente los de la columna, estrechándose a porfía con gran prisa. Cuando ya entraba menos número de personas hice movimiento para entrar en la casa y me cogió por detrás un criado mío quien se opuso a mi intento. Me agradó la fidelidad del criado a quien no había visto hasta que me sorprendió, reflexioné y me acerqué por el mismo camino a la puerta de la dicha iglesia de las descalzas”.

 

            La faja encarnada que nos presenta Blázquez no puede ser otra cosa que un fajín de general. Este rito amenazador, antes de entrar en la casa, es otra evidencia de la preparación minuciosa de la rebelión por parte de los conspiradores y su fin inmediato: subvertir el orden establecido matando a su principal titular[31].

 

Toreno afirma explícitamente que el conde huyó: “Ciegos de ira y sordos a las persuasiones de los prudentes, enfureciéronse los más y treparon sin demora hasta entrarse por los balcones. Acobardado Torre del Fresno, se evadió por una puerta falsa, y en compañía de dos personas, aceleró sus pasos hacia la puerta de la ciudad que da al Guadiana”[32]. Sin embargo, Gómez Villafranca aclara que “si trató de evadirse, no consta”[33]. Los testigos conducen el relato hacia la idea de un intento de mediación del conde, sin ninguna compañía,  en contacto directo con la multitud, pero fue empujado y arrastrado hacia Puerta de Palmas. Ese exceso de confianza en su ya esfumada autoridad, le condujo a la muerte. El propio obispo, desde dentro del inmueble, expone:  “Habiéndose éstos entrado en la misma casa del conde, atropellando la guardia, entonces bajó, se incorporó con ellos y llevándolo por donde quisieron”.

 

Por si fuera poco, entra en escena un nuevo elemento catalizador que, como el ceremonial militar y los cañonazos ya descritos, precipita los acontecimientos. Blázquez lo presenció:

“En esta situación sobrevinieron unas voces de que había llegado un correo y había traición, con lo que di por perdido todo trabajo, además que yo no podía más con tanta fatiga y excesivo calor. Y así me dirigí con mi criado por la calle del Gobernador Viejo a la expresada plaza real, en la que vi dos caballos de posta, que caminaban hacia la calle de San Juan, y en el uno iba montado un mozo como postillón, y detrás, en el otro que parecía ser el de posta o correo, iba montado un hombre con una larga capa de paño pardo, como un labrador, y llevaba derecho al lado izquierdo un fusil con bayoneta calada”.

 

En este punto, la versión que ofrece Toreno coincide con los testigos: “Se encaminaron a casa del gobernador, cuya voz se empleó exclusivamente en predicar la quietud. Impacientáronse con sus palabras los numerosos espectadores, y ultrajáronle con el denuesto de traidor. Mientras tanto, y azarosamente, llegó un postillón con pliegos, y se susurró ser correspondencia sospechosa y de un general francés”[34].  Sin embargo, Blázquez describe que impresión que la causó el episodrio:  “Aunque en el día 30 resonaron voces de haber llegado un correo y haber habido traición “ (…) “Ni entonces ni después, habiendo sido individuo de la junta de gobierno de esta provincia, he llegado a saber que fuese cierta, y no figurada, la llegada de tal correo, ni que haya habido pliegos o escritos algunos contrarios al buen nombre y reputación del señor general difunto”. Tenemos aquí el segundo acto que aviva del motín, cuando parecía que se encontraba en otro punto muerto, y que vuelve a agitar a las masas, como ocurrió antes con el desfile del pelotón. De todo ello se deduce que se puso en marcha, semanas antes, un eficaz “aparato de propaganda” que caló fácilmente en la opinión pública

 

Efectivamente, Torre del Fresno recibió correos del general Kellerman, auténtico jefe en esos momento de las tropas franceses que pululaban al sur del Tajo. Pero la última fue del 18 de mayo y, tal vez, el tono intimidatorio de la misma decidiera finalmente al capitán general a emprender la defensa preventiva -Ver apéndices-. Lo que no es demostrable, con la documentación que hemos hallado, es que se negociase en ningún momento la entrega de la plaza, ni menos aun que hubiera habido cualquier correo el  día 30. Por ello, como se ha visto, es muy desconcertante la noticia que da Monsalud de que llegaron a la par correos de Junot y Murat, salvo que en realidad se refiera a que se recibieron órdenes del gobierno encabezado por éste último, como lugarteniente mayor del reino. En cualquier caso, pudo exasperar a los vecinos de Badajoz la corrección con la cual mandó tratar el capitán general a los ciudadanos franceses que había en la ciudad.  Por tanto, la evidencia de las fuentes indican lo que podríamos llamar el montaje del postillón. El ardid sólo pudo elaborarse por alguien que, próximo al capitán general, conocía el flujo de comunicaciones entre el mando español y el francés e incluso su contenido.

 

3.4-Refugio y muerte en Puerta de Palmas. Escena del crímen

 

            Del testimonios de los oficiales que acudieron en ayuda de Torre del Fresno y, que por tanto presenciaron directamente los hechos, podemos deducir tres momentos en el refugio y acoso del capitán general: a) mediación de los oficiales, intentando protegerle; b) segundo intento de diálogo con las masas para tranquilizarlas, incluso ofreció ceder el mando, c) asesinato.

 

            Según el teniente coronel Fuentes:

“Estando comiendo en casa de su coronel, el marqués de Monsalud, vinieron a avisar a éste que, si no acudía pronto a la Puerta de Palmas, iba a suceder una desgracia con el conde, porque el pueblo, allí reunido, le quería quitar la vida. En el momento se levantaron de la mesa y fue acompañando a su expresado coronel con el capitán, entonces teniente de su mismo regimiento, don Domingo Losada, al citado puente de Puerta de Palmas, en donde encontraron un inmenso pueblo reunido y alborotado, y el conde refugiado en el cuarto del oficial de guardia. En tan crítico momento, empezaron a persuadir al pueblo de la inocencia del conde, que se sosegasen, pues de esto modo todo se podría componer, pues que nada se adelantaba con lo que pedían, que era que saliese el conde de aquel puesto para quitarle la vida”.

 

            El mismo testigo lamenta que:

“Todo fue infructuoso, a pesar de que el mismo conde, subido a una mesa, y sin ninguna divisa de mando, les decía: hijos, yo no quiero tener mando alguno, y soy vuestro compañero y paisano, y como tal verdadero y constante español, que me vanaglorio, se hará todo lo que sea debido en defensa de mi rey y señor, don Fernando VII, y de mi patria”.

 

El general Galluzo resta importancia a este último intento de conciliación: “Ignoro si el conde exhortó, a las 2 o las 3 de la tarde, a los alborotadores a que guardasen moderación y tranquilidad, prometiéndoles que en esta provincia se haría lo que en las demás del reino, ni tuve noticia que el difunto conde hubiera entregado el mando ni tuviera deseos de ejecutarlo”. Este último aspecto de su declaración pierde credibilidad, según el coronel Garrigó: “El conde entregó el bastón de mando a don José Galluzo y los papeles que llevaba en el bolsillo los entregó a un tal Enríquez –el ayudante que envió a disparar las salvas- ”. Parece que preveía su final y no quería dejar un vacío de poder. El objetivo del complot se acercaba.

 

3.5-Autores del crimen y arma homicida

 

            Dónde, cuándo, cómo y quienes, al menos su adscripción profesional y social, están claros. El teniente coronel Losada describe los hechos:

“La casualidad hizo que a las dos y media de la tarde de aquel día se hallase en el Campo de la Cruz, inmediato al cuerpo de guardia de la Puerta de Palmas, acompañando al excelentísimo señor marqués de Monsalud, que en el referido cuerpo de guardia se hallaba el conde de la Torre del Fresno, acosado de la multitud del pueblo, que todos clamaban porque aquel día se hiciera la salva de artillería de costumbre y gritando muera el traidor. Entre estos suceso observó que varios acometieron al conde con sables cortos y en pocos instantes lo vio muerto en el suelo. Al fin consiguen arrancarlo de aquel punto y a muy pocos pasos le vio tendido en el suelo el declarante, sin que pueda asegurar quien fue el que le mató, porque materialmente no lo vio, por el horror que le causaba tal barbarie y porque ya conoció que nada podían adelantar sus persuasiones”.

           

El teniente coronel Huertas completa la visión del último momento, además de confirmar el segundo intento de diálogo del conde con las masas:

“Que aunque no se acuerda si fue con esas mismas expresiones: hijos míos yo no quiero tener mando ninguno yo soy vuestro compañero y paisano. Es seguro decía al pueblo eso mismo, que aún lo estaba repitiendo en el momento que le dieron el primer golpe por la espalda que fue con un palo de los que forman los caballos de frisa, el cual, con la punta de hierro que tiene, se lo metieron por la espalda y casi le sale por la barriga”.

 

El coronel Garrigó añade nuevos detalles:

“A las doce del día, media hora, más o menos, en cuya hora se hallaba dicho conde en la guardia de Puerta de Palmas, donde se presentó el declarante e hizo cuanto pudo para evitar dicha muerte, conteniendo todo el ímpetu de la gente, abierto de pies y manos en la misma puerta. Hasta que vio que, por la ventana que caía al paseo, la rompió el populacho y entraron algunas personas por ella, lo que visto por siete u ocho húsares de su regimiento, que igualmente estaban ayudando al que declara para contener  la gente, le avisaron que mirara lo que hacía porque el pueblo estaba muy alborotado, hasta que viendo que por ningún estilo cesaban , los mismos húsares cogieron al que depone por cuerpo y piernas y lo llevaron junto a la misma puerta que estaba cerrada. Que, cuando esto sucedió, se acuerda que un zapador levantó el machete para darle al que depone, y uno de los húsares le dijo que mirara lo que hacía. Que luego oyó decir que aquel mismo zapador había dado un machetazo en la cabeza al conde de la Torre del Fresno”.

 

El coronel Garrigó se contradice con sus compañeros en adelantar la hora del suceso, a las 12 y media. Es el único que lo sitúa tan temprano, mientras que los demás coinciden en que ocurrió en torno a las 2 de la tarde. Incluso los testigos de oído ratifican el momento. El maestrescuela, Juan Caldera: “tiene noticias de la muerte violenta del conde, entre las 3 y las 4 de la tarde”.  El comandante Vergara, afirma que : “ No habiendo presenciado más de la ocurrencia de este día, en razón a estar empleado por sus jefes a la mira del cuartel, en donde supo, después de las dos de la tarde, que dicho general había sido muerto en aquella”. Con bastante certeza, a las dos y media de la tarde del lunes 30 de mayo de 1808, el III conde de la Torre del Fresno y capitán general de Extremadura había dejado de existir.

 

            En cualquier motín la autoría suele quedar diluida en la responsabilidad colectiva de la masa, pero en el caso que nos ocupa no es así. Para el obispo, “le dieron varios golpes y le quitaron la vida, siendo víctima de un populacho desenfrenado y ciego”. “Los hombres estaban alborotados, pero las mujeres no parecían menos que furias infernales”, percibió Blázquez, mezclado entre ellos para calmarlos. Los epítetos más completos corresponden al teniente coronel Huertas: “Desgraciadamente mataron a su lado al conde de la Torre del Fresno, pero que no le es posible citar quien en razón a que estaba allí todo el populacho alborotado, y que se componía de mujercillas, soldado y paisanos en gran número, con tambores, clarines y banderas de pañuelos, que había muchos borrachos”. Mancio también emplea estas categorías: “habiendo pedido el populacho que se hiciese la salva de artillería”. Artola muestra sorpresa por esta descripción de los amotinados, insinuando una visión de los informantes más cercana al prejuicio social que a la realidad[35]. Por el contrario, Riesco, que no presenció los hechos, trata de “arrebatos populares”. Y Monsalud se refiere explícitamente a un “motín popular”, soslayando a los soldados.

 

En cualquier caso, estas afirmaciones, con mayor o menor objetividad, delatan que, independientemente de quienes fueran los instigadores,  los participantes en el tumulto pertenecían al pueblo en general, a las clases bajas, ya fueran civiles o militares. Es reveladora la expresión de Blázquez: “una gran porción de hombres y mujeres, entre la que, por su calidad y circunstancia, no recuerdo haber conocido a persona alguna”. Es decir, ningún mando militar ni autoridad civil, se hicieron visibles durante el tumulto, lo que, obviamente, no les excluye de su participación y preparación.

 

A pesar de que, según Gómez Villafranca: “Si puede afirmarse que fueron soldados quienes descargaron los primeros y mortales golpes, no parece lícito tenerles por los principales autores de la muerte que probablemente, ni ellos ni los paisanos, premeditaron[36]”, las evidencias parecen demostrar lo contrario. Para el maestrescuela, Juan Caldera y para el propio  Blázquez los responsables estaban claros:

“Oyó decir a algunos testigos de vistas que los principales agresores fueron varios soldados que se hallaban en esta plaza y que, al parecer, debieron ser seducidos para cometer tan horrible atentado, pues que a los paisanos, sin embargo de estar mezclados con ellos, no se les vio la menor demostración que amenazase la persona del conde, cuya particularidad fue pública en toda la ciudad”. (…) “En cuya ejecución intervinieron militares más eficazmente que los habitantes de esta población”.

 

El tipo de arma empleada delata a las unidades que intervinieron en la agresión y asesinato del conde. Al cruzar los testimonios de los testigos, averiguamos que se produjo en la siguiente secuencia: le amenazaron con sables cortos, no le dejaron acabar su plática reconciliatoria porque le clavaron por la espalda un palo con punta, “al modo de los palos de frisa”, y lo remataron de un machetazo. El sable corto era característico de los cuerpos de caballería ligera, como eran los húsares[37], y, tanto el machete como el caballo de frisa[38] eran armas propias de ingenieros zapadores[39]. Por tanto, es evidente, que el capitán general murió a manos de uno de los húsares y de uno de los zapadores bajo su mando. El regimiento de Húsares de Extremadura de distinguió precisamente por su insubordinación, hasta el punto de que fue disuelto en diciembre de 1808[40].

 

Parece existir un verdadero pacto de silencio entre los militares. La mayoría se centran, en el sumario, en destacar su  papel, bastante ineficaz, por cierto, intentando contener a la multitud y evitar la muerte del conde. Es muy revelador el laconismo de Galluzo, y el detalle de guardar en su casa la bandera que portaron las tropas rebeldes por las calles, como denuncia Blázquez. Es desconcertante la escasa información que aporta Monsalud, y la poca autoridad que demuestra, a pesar de ir seguido de tres mandos inmediatamente subalternos, para hacerse respetar por sus tropas en Puerta de Palmas, cuando luego fue un gran líder militar de la Guerra de la Independencia en Extremadura. También es cierto que no es menos llamativo, como se ha dicho, la incapacidad de los oficiales para retener a las tropas acuarteladas, que hacen pensar más en una inhibición premeditada de los mismos.

 

El provisor Blázquez narra el triste fin de la historia:

“Entré en mi casa y, a la media hora, o poco más, observe que muchas personas se retiraban de prisa con la noticia de la muerte del señor conde, como si por entonces estuviese el negocio concluido. Y no lo quedó con la inhumanidad bárbara de haber arrastrado el cadáver por las calles, desde la Puerta de Palmas, hasta colocarlo en el zaguán de su casa, sino que, por haberse hallado reparo y dificultad en que se le diera sepultura, el ilustrísimo, mi prelado, y yo tratamos, después de las 9 de la noche, sobre ello, y más tarde se verificó el enterramiento, sin ceremonia alguna, en la iglesia de las religiosas descalzas”.

 

            Hay que tener en cuenta que los condes de Torre del Fresno eran patronos de este convento y, por tanto, tenían derecho de enterramiento en él. El acto de encarnizarse con el cadáver de un supuesto culpable, arrastrándolo por las calles, corresponde a la costumbre que se denominaba vigurizar. Este protocolo se utilizó en otros motines del levantamiento de mayo[41].

 

Como síntesis, se puede establecer el siguientes recorrido y secuencia horaria. 9 horas, comienza la Junta; 9-10 horas, se acuartelan las tropas y estalla el motín con el primer cañonazo; 11-12 horas, salen las tropas a la calle desde el cuartel de la Bomba; 12-13.30 horas, avance por las calles en dos trayectorias que convergen hacia la plazuela de las Descalzas: desde la puerta de Trinidad  una y desde el cuartel de la Bomba otra; diálogo con el conde en el balcón, rito de amenazas, nuevo cañonazo, e irrupción en la casa, desde la cual el conde es empujado hacia Puerta de Palmas; 13.30-14 horas: intento de refugio en el cuerpo de guardia y de segundo diálogo con la multitud y asesinato del conde, cuyo cadáver es arrastrado por la calle hasta el umbral de su casa;  21 horas, entierro del cadáver, en el convento de las Descalzas, cuando se ha tranquilizado completamente la situación.

 

 

4-Móvil aparente: carteo para entregar la plaza y honores reales incumplidos

 

            El estudio del móvil aparente, así como de los descargos que, frente a éste, se pueden aducir a favor del capitán general, nos retrotraen, por lo menos, a unas semanas antes de que se produjeran los hechos, y demuestran el ambiente de incertidumbre que se vivía en la capital, representativo de la situación en el resto de Extremadura. El temor a un asedio francés no carecía de fundamento. Baste afirmar que las tropas napoleónicas se encontraban acantonadas en Yelbes, -Elvas, Portugal-.

 

A cerca del móvil, Galluzo se limita a confesar: “Ignoro cual fue la causa que dio motivo a su violenta muerte”. Para el teniente coronel Fuentes: “Los motivos infundados que tenía el pueblo era decir que no se hacía la salva como día de San Fernando”. Sin embargo, para el comandante Vergara:  “El motivo había sido por haberle descubierto que tenía concertado, con el general francés Kellerman, entregarle en dicha noche la plaza, lo cual fue asunto de la conversación en muchos días por los paisanos, pero en opinión de las gentes sensatas no se daba asenso a estas voces y el que y el que declara tuvo siempre por cierta la acusación”. El teniente coronel Huertas compartía la misma opinión.

 

El marqués de Monsalud, tan escueto como Galluzo, aporta datos ambiguos que no ofrece ningún otro informante:

“Debo manifestar que el conde de la Torre del Fresno, fue inocente víctima de un alboroto popular, que no podía estar enterado del modo de pensar de los que mandaban,  no podía persuadirles de que las providencias dadas por Torre del Fresno en el mes de abril para el armamento general y las posteriores, y particularmente la de aquel día en la Junta que se celebró de jefes, para vestirse de gala la guarnición y la salva correspondiente, a el augusto día que se celebraba de nuestro soberano, no podían convencerles de que era decidido por la buena causa, pues tuvo el incidente fatal en el mismo día, y poco antes de su muerte, de entrar un correo despachado por el general Junot y otro de Murat para aquel general, lo que hizo fermentar más el alboroto y atribuir lo que era casualidad a considerarlo el pueblo como sospechoso”.

 

            De ser cierta la primera fecha aducida, abril, esta sería, sin duda, la primera proclama contra los franceses de toda España. Tampoco es demostrable la desconcertante afirmación de las cartas de Junot y Murat. Es también difícil aceptar que, con el clima de crispación y miedo que existía desde hacía un mes, por lo menos, el pueblo no pudiera estar enterado de la proclama del conde y de sus intenciones iniciales, sino era porque existía una evidente intoxicación de la opinión pública, fácilmente modelable, por otra parte, en una población mayoritariamente analfabeta. Ya se ha visto la opinión tajante de Blázquez sobre la escena del postillón.

 

El presbítero Romero Sequera ahonda en detalles sobre la ausencia de contactos controvertidos entre el conde y los franceses, incluso negando las cartas:

“Y por haberle visto lleno de la mayor melancolía cuando se tuvo certeza de la violencia cometida por Bonaparte en aprisionar a nuestro rey en Bayona, lamentándose amargamente de la situación tan lastimosa que le había cabido de mandar una provincia en unas circunstancias tan críticas, que sólo le restaba consumir sus rentas y hacienda y derramar su sangre por el Rey y la causa pública. Que cree que dicho señor no tendría  correspondencia alguna con los franceses, pues jamás le oyó hablar cosa alguna a favor de ellos, ni celebrar aquellas batallas, ni demás cosas ruidosas que ejecutaban, como celebraban otros, y en prueba de ello, el que habiendo hecho pedazos la cómoda en que reservaba los papeles que más le interesaban,  ninguno se halló que lo manifestase”.

 

 

5-Descargo y conducta del capitán general: fidelidad al rey, proclama y junta

 

            Los testigos justifican la conducta del capitán general basándose en su fidelidad al rey, demostrable en sus decisiones políticas, como su animadversión pública a los franceses; la convocatoria de juntas consultivas de autoridades, y la publicación de una proclama, de la que algunos adjuntan copia como prueba. Los informantes, en relación a estos temas, nos transportan a la situación de incertidumbre que se vivía en la capital pacense desde el 2 de mayo.

 

A-Fidelidad al rey y odio a los franceses

 

            Huertas deja claro en un episodio presenciado por él mismo, cuando llegaron las famosas cartas francesas:

“Muy pocos días antes de su muerte estaba el declarante en casa del general, tomando la orden como ayudante que era, llegó un oficial francés en posta, con pliegos y recibiéndolo pidió el general quien lo leyese, diciendo que ni sabía el francés ni quería saberlo, siguiéndose a esto que habiendo salido dicho oficial del corredor, porque se le trastornó la cabeza manifestó el expresado general que le incomodaban los franceses”.

 

            Mancio coincide en la misma apreciación:

 

“Cómo el más inmediato que era yo a él  por mi empleo de gobernador, tanto en cosas de oficio como confidenciales, que algunas veces hablábamos, le observé un exacto desempeño en las órdenes del soberano, un afecto y amor singular a nuestro amado Fernando VII y toda su real familia” (…) declarándose siempre a favor de la buena causa, vociferando odio a los franceses

 

Por otro lado, la información que aporta el maestrescuela, Juan Caldera, reitera, junto a  otras ya expuestas, que no hubo negativa, por parte del capitán general, a cumplimentar la onomástica del rey: “Que no solamente ofreció el conde a los amotinados que en esta provincia se haría lo que en las demás del reino sino que, contra las órdenes positivas de gobierno, mandó hacer la segunda descarga de artillerías para darles una satisfacción”. Por tanto, no puede sostenerse la opinión que ha mantenido tradicionalmente la historiografía especializada, siguiendo a Toreno, de que: “El gobernador había ordenado que no se hiciese la salva ni se enarbolase la bandera”[42]. Ese mismo día estallaba otro motín en la Coruña, con el mismo pretexto, el presunto olvido de celebrar el día de San Fernando, lo cual refuerza la idea de que se trata de un móvil aparente utilizado como coartada[43].

 

B-Proclama y defensa

 

Diversos testigos utilizan la circulación de la proclama como prueba de la lealtad del conde a la causa patriota, en cuanto tuvo noticia de los sucesos de Madrid. El deán Romero Castilla  se centra, casi exclusivamente, en este aspecto: “Hizo imprimir la proclama, se fijó en los parajes públicos, y aun como corregidor que era el conde de esta ciudad y partido, mandó que se aumentaran los verederos para que, con más prontitud, llegaran a los pueblos los ejemplares impresos de aquélla”

 

Al mismo tiempo, el capitán general intentaba contactar con el gobierno para poder decidir ante una avalancha de noticias confusas, como demuestra el precioso informe del capitán Aldana:

“El día treinta no se hallaba en esta ciudad y sí en un cortijo con toda su familia, divirtiéndose había días, y en el anterior de haber salido para él había llegado de Madrid en donde había estado nueve días. Que ha tenido y tiene al expresado general por inocente y que, ni el estar las plazas principales del reino ocupadas y mandadas por los ejércitos franceses, ni el estar tan próximos a Badajoz, poseyendo y mandando en Elvas, que sólo dista tres leguas, pudieron eclipsar por un solo momento su fidelidad y verdadero patriotismo. Y, en crédito de ello, y para combinar las operaciones más análogas al intento, hizo que el declarante saliese el día 5 de mayo, que fue el siguiente de haber llegado a esta plaza la noticia comunicada por el alcalde de Móstoles, en dirección a Madrid, encargado de conmover a los pueblos del tránsito, de estar preparados para el día que se les avisase y que permaneciera en Madrid los días que fuesen necesarios para enterarse de las ideas de los franceses y del estado en que se hallaba la Castilla, pues en esta se ignoraba por la falta de correos, lo que verificó trayendo a dicho conde las noticias más puntuales de lo que se le había encargado”.

 

La tensión era palpable a esas alturas[44]. El 4 de mayo, el día antes de publicar su proclama, Torre del Fresno aún mantenía una actitud prudente, temiendo el doble frente de los desórdenes y de la amenaza francesa. Ese mismo día le comunica, desde Medellín, el comandante de dragones de la Reina: “Avisos revolucionarios han venido a ésta, no me muevo sin orden del general, a cuyo aviso está mi escuadrón pronto aguardando a caballo”[45].

 

            Para García Pérez, la actitud contemporizadora se aprecia en el tono ambiguo y gandilocuente de la proclama, acomodaticia, según este autor,  a cualquier cambio de la situación[46]:

“Los avisos que se han recibido manifiestan que nuestro amado soberano y el gobierno se hallan en riesgo eminente, y cuando todos los pueblos se encuentran resueltos a morir antes que se haya destruido el gobierno, conviene que usted haga publicar, en los de su partido. Que, aunque las noticias no son del todo auténticas, deben ser suficientes para que los buenos españoles se armen y se dispongan a defender la patria si, por desgracia, saliese cierto que nuestros aliados correspondían con perfidias a la amistad y buena fe con que los recibimos. En su consecuencia, y siendo preciso para nuestra conservación y defensa que ésta se haga con el mejor orden, y correspondamos así a las esperanzas de la patria. (…) Yo me glorío y  me honro de ser comandante general de una provincia fiel y valiente, que en ningún momento ha desmentido su valor, y me prometo que en esta ocasión se acreditará, más que nunca, que sabemos preferir todos los contratiempos y todos los trabajos a una opresión injusta[47]

 

No obstante, y a pesar de que Torre del Fresno no hace mención explícita a los franceses, –tampoco la había en la que emitió su paisano Godoy pocos años antes- y de que todavía alberga esperanzas sobre su lealtad, se toman medidas concretas para el reclutamiento, pertrecho y transporte de un ejército extremeño, bien incorporado a los regimientos de línea, de guarnición en la provincia, o bien creando unidades de voluntarios.

 

Más allá de una declaración formal, el capitán general inició preparativos efectivos de defensa tal y como demuestra el capitán de milicias urbanas, José Rivero:

“Con motivo de encontrase en aquella época en el empleo de ayudante mayor de las milicias urbanas de esta plaza, (…) dando la orden para que, el que declara, sacase del real arsenal el oportuno armamento y se repartiese entre las catorce compañías de dicho cuerpo de milicias urbanas, pertrechándolas de fusiles, cartucheras, cartuchos y piedras de chispa y que, efectivamente se pusiesen sobre las armas, como lo empezaron a hacer desde el día seis de dicho mes de mayo”.

 

A pesar de haber dado aquel paso decisivo, el capitán general mandó, el mismo día de la proclama, un emisario a informarse a Madrid, como se ha visto. Al día siguiente retomó la correspondencia con el general Kellerman (Ver apéndice II), y otro día después, ya el 7 de mayo, remitió al concejo de Badajoz la orden del ministro de Guerra que condenaba la revuelta del 2 de mayo y llamaba a la tranquilidad. La todavía máxima autoridad de la provincia pensaba:“Está pronta esta ciudad, en general y particular, a contribuir al sosiego y tranquilidad de este vecindario y a lo demás que se ofrezca con motivo de las actuales circunstancias”[48]. Todo ello es revelador de la complicada coyuntura en la que tuvo que desenvolverse.

 

             Toreno cree tener la explicación para este nuevo giro de la situación:

“En su apuro se asesoró con el marqués del Socorro, general en jefe de las tropas que habían vuelto de Portugal. Ambos convocaron a junta militar, y de sus resultas se dio el 5 una proclama contra los franceses, la primera quizá que en este sentido se publicó en España, enviando además a Lisboa, Madrid y Sevilla, varios oficiales con comisiones al caso e importantes. Obraron de buena fe Torre del Fresno y Socorro en paso tan arriesgado, pero recibiendo nuevos avisos de estar restablecida la tranquilidad en la capital, así uno como otro mudaron de lenguaje y sostuvieron con empeño el gobierno de Madrid. Habían alucinado a Socorro cartas de antiguos amigos suyos, y halagándole la resolución de Murat de que volviese a su capitanía general de Andalucía, para en donde, en breve partió. Su ejemplo y sus consejos arrastraron a Torre del Fresno”[49].

 

 

            Los resultados expuestos confirman la afirmación de Toreno y desmienten a Gómez Villafranca, que sostiene que no hay constancia de la Junta del día 4. No obstante y, como afirma este último autor, no es segura la participación de Solano en la proclama ni en su invalidación efectiva, llamando a la tranquilidad.[50]. Testigos cualificados lo desmienten implícitamente. El coronel Garrigó afirma:

“Que, desde que llegó la noticia de lo acaecido el día dos de mayo en Madrid, todo Badajoz se volvió un alboroto, unos ofreciendo mulas para la artillería, otros ofreciéndose voluntariamente para servir y que en aquella sazón se hallaba allí el difunto marqués del Socorro, con quien se avistó el conde de la Torre del Fresno, como gobernador que era, y que no tiene presente si dieron o no proclamas con dicha fecha, pero si que aquel alboroto se sosegó un poco y se empezó a estar con cuidado por los enemigos que había en Yelbes”.

 

Entre los testimonios de eclesiásticos que insisten en la actuación autónoma del capitán general, uno de los más evidentes pertenece al maestrescuela Juan Caldera:

“Estaba decidido, como muchas veces dijo al declarante, a ser el primero en tomar las armas contra cualquier nación que se manifestase enemiga de su patria. (…) Se hallaba el general Murat a la cabeza del gobierno, la plaza de Elvas estaba ocupada por los franceses. Y ningún otro general del reino le había servido de modelo, lo que cubre de gloria al desgraciado conde, y hace ver hasta la evidencia su declarada decisión por la justa causa, y su prudente previsión en circunstancias tan difíciles”.

 

Para Blázquez, “después que tuve noticia de la terrible fiereza con que Murat y sus satélites se manejaron el día 2 y 3 de mayo en Madrid, dando muerte a innumerables inocentes de todas clases”,  la proclama es prueba esencial de que fue un adelantado y que “no sólo debió haberle preservado de su desgracia, sino que pudo haberle adquirido el título de primer patriota de la nación, pues no he visto que ningún jefe o magistrado, haya dado antes, ni al propio tiempo, ninguna señal tan decidida y tan pública de alarma contra los franceses, los que, si hubiesen al cabo dominado, no se la habrían perdonado[51]

 

            En definitiva, el análisis de los testimonios demuestra que el conde convocó una primera junta de autoridades para preparar la proclama de alarma de la provincia, que equivalía a una declaración de guerra implícita a las tropas francesas, para, en los días siguientes, neutralizarla de hecho acatando las órdenes del gobierno. Pero ni de una ni de otra iniciativa  hay pruebas contundentes de que no fueran una decisión propia. Por otra parte, no parece casualidad que los principales alegatos sobre el valor de la proclama procedan de eclesiásticos. De hecho, ningún militar la destaca. Garrigó, como se ha visto, declara que: “no tiene presente si dieron o no proclamas con dicha fecha”. Más desconcertante aun es el silencio explícito de Galluzo que ni siquiera trata el tema.  Contradictoriamente, los representantes del ejército hacen así un desprecio velado a una de las primeras medidas de carácter  tomadas en  la serie de levantamientos de mayo de 1808.

 

C-Segunda Junta de Autoridades

 

             La convocatoria de esta segunda y última juta fue decidida por el capitán general con premura, lo cual da idea de la incertidumbre que vivió en sus últimos días. El deán Romero Castilla, lo confirma:

“Llegado el día 30 de mayo, e inquietándose el pueblo, reunió el conde en su casa a las primeras autoridades y a otras personas, según así fue pública, y hallándose el declarante con otros canónigos en la casa del intendente, que entonces era el Ecxmo. Sr. don Martín de Garay, tratando un asunto de su cabildo, en la mañana del referido día 30, llegó un recado del conde llamando a dicho intendente, quien inmediatamente salió para la casa de aquél. En esta Junta, según entendió el declarante, se trató y resolvió la alarma general y defensa contra los franceses”.

 

A pesar de no ser explícito el motivo de la junta, hasta oficiales que no fueron convocados, como el teniente coronel Fuentes,  presuponían el motivo: “Medios que se habían de tomar de defensa en tan críticas circunstancias en que se hallaba la plaza y provincia”

Así lo confirma  también Blázquez. Pero el provisor dudó desde un principio de la eficacia de la junta, por culpa de los propios convocados, como si hubiera un intento premeditado de dilación que crispase aun más la situación:

 “Cómo salí de la junta con la comisión que llevo referida, observé mientras estuve en ella, que se divagaba en conversaciones sin hacerse proposiciones ni acordar, y menos ejecutar, resoluciones. Era el tiempo inoportuno para esta en medio de los cañonazos y alboroto popular sin entenderse unos a otros. Vi, según tengo expuesto, al ilustrísimo señor obispo y  a otros individuos en sala diversa de aquella en que empezó la junta, como si estuviese disuelta, sin haber entendido que se hubiese hecho, publicado y ejecutado acuerdo alguno, y fue tan extraordinario e imponderable el aturdimiento mío y de todos generalmente en aquel día y en los sucesivos, con gran peligro de ser cualquiera un gran traidor sin quererlo ni saberlo el mismo interesado nada puedo decir por no constarme de lo ocurrido en la Junta después de mi salida hasta su conclusión”.

 

No obstante, y a pesar de aquella convocatoria por iniciativa personal de Torre del Fresno, hay que recordar que se producían relaciones entre focos próximos de levantamientos, con el envío de circulares primero y de representantes después, como hizo la Junta de Sevilla, para agilizar los cambios que explican, en gran parte, la simultaneidad y rapidez de los acontecimientos[52]. Personalidades tan distintas como el general Galluzo o el obispo Moreno, resaltan la importancia de la conexión con la capital hispalense: “Me citó a Junta para las 8 o 9 de la mañana del día 30 de mayo, sin expresar la causa. Y, reunidos, manifestó que, con motivo de los acontecimientos de Madrid y oficios de la Junta Suprema de Sevilla, era necesario meditar los medios que debían adoptarse para la defensa de la provincia”[53]

 

 

El obispo expone además la difícil tesitura:“como los franceses, que estaban apoderados del gobierno, circulaban continuas y repetidas  órdenes que comprometían a los pueblos y a las autoridades, y hubiese al mismo tiempo recibido un pliego de la Junta que se formó en Sevilla, invitando esta provincia para que se uniese a ella”. Riesco es meridianamente claro al respecto, resaltando el papel impulsor de la junta sevillana en la revuelta, aunque fuera indirectamente y a última hora:

“Por no haber publicado, tan breve como deseaba la plebe, algunos pliegos de Sevilla, que anunciaban el levantamiento de aquella ciudad, se apoderó la efervescente preocupación de algunas personas de las clases comunes y atentaron contra su vida, lo cual supe más de cerca cuando pasé posteriormente a esa ciudad a servir la vocalidad de la Junta de Gobierno”

 

 Blázquez hace la interpretación de mayor alcance sobre las relaciones externas del movimiento pacense y de la vertiente política de sus motivos:

“La muerte del señor conde de la Torre del Fresno, provino, según mi concepto, por el solo motivo de tener la comandancia general de esta provincia a su cargo, de la conjuración fraguada contra él como también contra los señores Conde del Aguila en Sevilla y marqués del Socorro en Cádiz”.(…) “Fue omiso en convocar la junta o tomar por si otras determinaciones, sin la más mínima dilación desde que vino uno de Sevilla, que no conocí, con la noticia del levantamiento de aquella ciudad y de la muerte del señor conde del Águila[54]

 

            A pesar de todo ello, la teoría de que el conde de la Torre del Fresno era un afrancesado fue asumida incluso por la nueva administración al servicio del rey José que, en virtud de su sacrificio, propuso como recompensa el ascenso de sus yernos, también militares de carrera[55]. Finalmente, el conde fue exonerado, gracias a la investigación sumaria abierta por su viuda, por real resolución de 4 de agosto de 1817[56], y declarada  que, con su conducta, “logró además que la posteridad le señale entre los primeros que levantaron el grito por la independencia de la nación”[57].

 

Para su buen amigo, el provisor Blázquez, era también “un buen extremeño, que se condolía del cautiverio de la familia real y del fatal estado de la nación”.Llama poderosamente la atención que se abriera un sumario para dilucidar la conducta del conde, ocho años después de los acontecimientos y  gracias a la insistencia de la viuda del asesinado y que, por el contrario, no se investigara la autoría del crimen en su momento, máxime cuando otro motín contra las autoridades pacenses, el 16 de diciembre del mismo año, dio lugar a una investigación y a un juicio que, con presteza, condenó a muerte a los responsables[58].

 

6-¿Conspiración y pronunciamiento?

 

Las insinuaciones sobre la existencia de la conspiración son meridianamente claras, precisamente por parte de los testigos que ofrecen la narración más completa de los hechos, y que estaban más próximos al difunto: Blázquez y el obispo Moreno. A ellos se añaden los testimonios de Manuel Madera, casi idéntico al del obispo, y el del teniente coronel Huertas:

“Llamado para la junta que se había de tener en la mañana del día 30, concebí al concurrir a ella, por el dicho de alguna persona, que no me es posible recordar, que estaba en peligro la vida del señor general, por haber contra él alguna conjuración”(…)

“A pretexto de varias e infundadas desconfianzas, que fueron demasiado ordinarias y repetidas en aquella época, aun contra los más decididos por la justa causa, si es que no tuvo algunos agentes ocultos que diesen impulso a la conmoción por venganza y resentimientos particulares”.

 

El teniente coronel Huertas, “oyó decir por la mañana, a los que iban hablando por las calles, de resultas de estar algunos paisanos reunidos en complot en la plazuela en donde vivía el general”. Contamos además con la referencia clásica del conde de Toreno, seguida por la historiografía posterior que se ha ocupado del hecho[59]:

“La fermentación crecía, menguaba la confianza hacia su persona, y avivando las pasiones, los impresos de Madrid que tanto les despertaron en Sevilla, trataron entonces algunas personas de promover el levantamiento general. Se contaban en su número y eran los más señalados, don José María Calatrava, después ilustrado diputado de cortes, el teniente de rey Mancio y el tesorero don Félix de Ovalle, quienes se juntaban en casa de don Alonso Calderón. Concertóse un plan que el 3 o 4 de junio debía ejecutarse al mismo tiempo en Badajoz y cabezas de partido”[60].

 

Tenemos  pues dos asertos claros; uno, existía una conspiración; otro, se señalan unos responsables de la misma. En el estado actual de la investigación no podemos demostrar la responsabilidad directa de los tres mencionados. Desconocemos la fuente de información de Toreno en este aspecto  y su grado de fiabilidad. Resultaría chocante confirmarlo en el caso del “leal” Mancio. Sí es cierto que el testimonio de dos de ellos, Ovalle y Calatrava, se hecha en falta en el sumario, y que ambos comenzaron a partir de ese mismo acontecimiento una rápida escalada política, aun tomando caminos distintos[61]. Por su parte, tanto Mancio, como Ovalle, como es sabido, progresaron en el movimiento juntista, que tomó el poder y organizó la defensa. En cuanto a los militares, Monsalud y Galluzo, fueron ascendidos  directamente de coronel y brigadier respectivamente a tenientes generales, saltando en el escalafón. Galluzo, además, se convirtió en presidente de la Junta Suprema de Extremadura y, poco después, en jefe del prontamente formado y más rápidamente derrotado ejército de Extremadura.

 

Resulta sumamente atractiva la hipótesis de Toreno, basada en la existencia  de instigadores en la sombra que ni siquiera se desvelan como tales al final del proceso. En cualquier caso, no parece consistente, por falta de pruebas, la exculpación que esgrime Gómez Villafranca para los tres mencionados: no consta que acusasen al conde,   Mancio asistió a la junta del día 30, y Calatrava,   Félix y Ovalle, o no asistieron,

o si asistieron no mostraron disconformidad con Torre del Fresno[62]. De hecho, Mancio aclara la amplitud de la convocatoria: “Mandando recado para Junta en su casa a todos los magistrados, jefes de plaza y de todos los cuerpos de la guarnición. No contamos con la relación completa de los presentes, pero no fue excluida ninguna autoridad.

 

Lo cierto y demostrado es la existencia de la conspiración. Los motivos pudieron ser dos: uno personal, basado en rivalidades y recelos profesionales o familiares, menos demostrables, y otro, plenamente político, ampliamente documentado, como puede verse. Los objetivos del motín se cumplieron, una vez eliminado el conde de la Torre del Fresno y, como certifica Toreno, se formó, la misma tarde del motín, con el cuerpo del conde aún caliente, una Junta Central de la provincia en Badajoz, presidida por Galluzo, y otras, a su semejanza y bajo su acatamiento, en los partidos[63]. Tal rapidez en la organización sólo es posible gracias a un plan previo organizado, que buscara romper con las viejas instituciones, inertes ante la vorágine, la principal de ellas el Consejo de Castilla [64]

 

Las insinuaciones veladas del provisor Bláquez, amigo personal y buen conocedor del pasado del conde, son muy sugerentes para presuponer una conjura estimulada por motivos personales: “No pudiendo sospechar su desgracia, en medio de sus paisanos que le habían estimado, aun adulado sus flaquezas juveniles”(…) “Ni sea . regular que desconfiase el pueblo entero, como no creo recelasen sino algunos malvados asesinos, locos o borrachos”.

 

 Toreno ofrece una visión particular de la personalidad de Torre del Fresno: “Carecía de prendas que le realzasen, general cortesano y protegido como paisano suyo por el príncipe de la Paz, placíale más la vida floja y holgada que las graves ocupaciones de su destino. Sin la necesaria fortaleza aun para tiempos tranquilos, mal podía contrarrestar el torrente que amenazaba”[65]. En realidad, con esta descalificación, el ilustre historiador liberal pretende explicar y acuñar una actitud vacilante, e incluso pusilánime, que choca, como se ha expuesto, con la visión de los testigos.

 

 En otro orden de cosas, Toreno, involuntariamente, aporta una pista para entender las motivaciones del motín que acabó con la vida del capitán general: su vinculación con el antiguo primer secretario de Estado. Esta relación era familiar, de paisanaje, y puede que también política, aunque sólo fuera como favorecedor de su carrera[66]. En relación a la imagen de militar cortesano, alejado de la vida militar activa, no se debe más que a su cargo de gentilhombre de cámara[67]. El conde de la Torre del Fresno llegó a ofrecer sus bienes y rentas para las necesidades de la guerra contra la Convención, y solicitó ser destinado, junto a su regimiento, a la frontera francesa. Manuel Godoy, le traslada, de su puño y letra, el 13 de febrero de 1793, la gratitud del rey por “esta demostración de lealtad que tendrá presente en ocasión más urgente”[68]. Este planteamiento no deja de ser una mera hipótesis por contrastar, pero que, en caso de demostrase, puede explicar mejor las causas de  la conspiración de 1808, como un golpe de fuerza para cambiar viejas autoridades, en el caso del conde afín a Godoy, por otras nuevas. En este sentido, el caso de Badajoz sería tanto un motín de Aranjuez como un motín de 2 de mayo.

 

Por el contrario, para Gómez Villafranca es difícil hacerse cargo de las rivalidades íntimas o familiares como motivación. La conjura, según él, fue dirigida más contra la autoridad que representaba y las decisiones superiores que debía ejecutar, que contra su propia persona[69]. En este mismo sentido, Toreno [70] cifra su responsabilidad en los acontecimientos, primero porque, en su opinión, fue una imprudencia la proclama del día 5 bajo la amenaza francesa, sin defensa efectiva de la ciudad, y después lo fue, igualmente, su empeño en restablecer la situación anterior, acatando las órdenes del gobierno. El resultado fue el adverso, estimular involuntariamente la situación de inseguridad colectiva.

 

Es muy significativo que el mismo día 30 por la noche, cuando parecía que todo había concluido, el concejo de Badajoz convocase cabildo extraordinario para restablecer el orden público. Los regidores se muestra desbordados por la gravedad de los acontecimientos, que perciben como similares a los que ocurren en otros puntos del país y, aún a estas alturas,  por la duda sobre las intenciones de las tropas francesas: Ha ocurrido una conmoción, como las sucedidas en los cuatro reinos de Andalucia y otras poblaciones” (…)“Que se retiren a sus casas, -los vecinos- (…) en la inteligencia de que en caso, no esperado, de alguna invasión, están tomándose todas las providencias, y se tomarán todas las que corresponda, para la completa seguridad de este vecindario”.

 

 

Torre del Fresno, como buen militar y titular de una capitanía general que, con el marasmo del gobierno, eran, junto a las audiencias, las únicas instituciones con capacidad de maniobra, pagó con su vida su fidelidad al orden establecido, que en ese momento, aunque fuera una ficción jurídica, era el emanado de las abdicaciones de Bayona, celebradas, paradójicamente, el mismo día que él emitió su proclama de alarma y defensa[71]. El levantamiento de Badajoz se parece mucho al de Cádiz en su final, el asesinato del capitán general que, para más coincidencia, no fue otro que José Solano, marqués del Socorro[72]. En realidad, el motín pacense se inscribe en los episodios de “matanzas de capitanes generales” y autoridades que no consiguieron encauzar los acontecimientos[73].

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CONCLUSIONES

 

La intranquilidad era evidente tras conocerse  los sucesos del 2 de mayo. A todo ello hay que añadir la difícil situación económica y, posteriormente, las primeras derrotas y desastres de la guerra. De hecho, el del 30 de mayo no fue ni el primer ni el último motín que sufrió la ciudad durante aquel año de crisis. La evolución del levantamiento observa un primer paso de avance, con una proclama y juntas de autoridades, y otro de retroceso, siguiendo las llamadas a la calma del gobierno, como ocurrió en otros casos. En cuanto al motín, podemos asentar unas conclusiones claras.

 

1-Los móviles aparentes son fútiles. El capitán general nunca pretendió obviar las honras al rey en su onomástica, es más, estaban preparadas. La supuesta entrega de la plaza a los franceses, prometida en las cartas,  fueron bulos hábilmente utilizados, aprovechando la confusión del momento, como demuestra la escena del postillón. El móvil asemeja el motín de Badajoz al de la Coruña, producido el mismo día.

 

2-El detonante, el disparo del cañón, es más una señal convenida que un acto espontáneo. El hecho plantea el tópico del motín fortuitamente adelantado y de la heroína popular que participa en su estallido.

 

3-La evolución es muy similar a otras conspiraciones y motines del levantamiento patriótico: a) intentos previos en días anteriores; b) mensajes y enviados incitando a la revuelta de otras juntas;  c) marcha por las calles, con un recorrido fijado de antemano y con actos rituales que arrastran a la multitud  que, en el caso de Badajoz, son bastante originales:  desfile del pelotón, ritual del fajín y el sable, segundo cañonazo, escena del postillón; c) diálogo, por dos veces, entre los rebeldes y la autoridad que se pretende derribar, que intenta, ingenuamente, calmar la situación; d) inhibición de los mandos militares y participación explícita de las tropas en la rebelión; d) desenlace sangriento o impactante, que permite crear un nuevo órgano dirigente mixto entre viejas autoridades y hombres nuevos, entre ellos se encuentran los presuntos promotores. La evolución del tumulto se asemeja también al coetáneo de la Coruña, en los intentos de mediación por parte del principal afectado que, como en Cádiz, le costó la vida.

 

4-El estudio de los participantes demuestra que las tropas de húsares lideran el tumulto. La apariencia de motín popular espontáneo, al grito de “Viva el Rey, mueran los traidores”,  esconde una rebelión militar y un golpe de fuerza político, con una conspiración previa,  para eliminar y sustituir a la principal autoridad de la provincia. Se trata, por tanto, de un auténtico pronunciamiento que, organizado por civiles y militares, es ejecutado por estos últimos, si bien miembros de ambos grupos pasan a ejercer el poder.

 

La teoría conspiratoria y del aparato previo, con mayor o menor organización, amplitud territorial y claridad de fines, pensamos que  recobra fuerza  con el estudio de ejemplos como el de Badajoz[74]. El motín y el asesinato del conde de la Torre del Fresno fue resultado de una planificación exhaustiva. Ya había fracasado un primer intento de levantamiento una semana antes. Por ello, el definitivo estuvo mejor preparado, tanto que se presenta muy original en su escenificación. Y, lo más importante, surtió efecto: puso en pie de guerra a Extremadura frente a la amenaza francesa y eliminó a la máxima autoridad de la provincia. Nuevos hombres, la mayoría con viejas ideas, accedían al poder a través de nuevas instituciones  que mantendrían casi todo igual. Probablemente nos encontramos, en mayo de 1808, en Badajoz, con una de las primeras declaraciones de guerra contra la ocupación francesa, con la formación de uno de los pocos focos originales del alzamiento que derivó en la creación de una junta suprema provincial[75], y con uno de los primeros pronunciamientos de la España contemporánea.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

APÉNDICES DOCUMENTALES

APÉNDICE I. RESUMEN DE LAS DECLARACIONES DEL SUMARIO. 1816

NOMBRE Y CARGO SITUACIÓN EL DÍA DE AUTOS HECHOS QUE TESTIFICA CONDUCTA DEL capitán general
José Aldana, capitán de milicias urbanas En un cortijo en las afueras En misión en Madrid Fidelidad al rey
José Rivero, Tte coronel milicias Ayudante mayor de milicias urbanas Le encargó armar del arsenal a la milicia Fiel vasallo del rey y buen patriota
General José Galluzo En Junta de autoridades Estallido del tumulto La ignora
Gregorio Mancio, gobernador internino En Junta de autoridades Estallido del tumulto Ordenó honras al rey, ante la multitud
Manuel Madera, comerciante En la calle, junto a la casa del conde Diálogo con la multitud en el balcón Prometió la honras la rey, pero a su hora
Comandante Joaquín Vergara Conteniendo multitud en cuartel  la Bomba Multitud saca tropas del cuartel Incierto rumor de entregar la plaza
Coronel Diego del Toro En casa del conde cuando estalló motín Diálogo con la multitud en el balcón Ordenó honras al rey
Teniente coronel Laureano de las Fuentes. Comiendo en casa de  su coronel, Monsalud. Conteniendo motín Muerte del conde en Puerta de Palmas Intentó calmar a la multitud
Teniente coronel Domingo Losada Conteniendo con su coronel  Monsalud Muerte del conde en Puerta de Palmas Intentó calmar a la multitud
Teniente coronel Manuel Huertas Conteniendo a la multitud Muerte del conde en Puerta de Palmas Intentó calmar a la multitud.
General Marqués de Monsalud, Conteniendo a la multitud Cartas: Junot y MuratProclama en abril Fidelidad al rey
Coronel José Garrigó Conteniendo a la multitud Muerte del conde en Puerta de Palmas Entregó el bastón de mando a Galluzo
General Marqués de Monsalud Conteniendo a la multitud Correos franceses Fidelidad al rey
Manuel Madera, del comecio En la calle, junto a la casa del conde Diálogo con la multitud en el balcón Prometió la honras la rey, pero a su hora
Francisco M. Riesco, inquisidor de Corte En Llerena, Proclama  Fidelidad al rey,
José Romero  y Sequera, presbítero En Badajoz No hallaron papeles comprometidos Fidelidad al rey
Juan Caldera, maestrescuela Conoció la muerte sobre 3 de la tarde Asesinato cometido por soldados Proclama y defensa
Francisco Romero de Castilla, deán En casa de intendente Garay. Proclama y Junta Fidelidad al rey
Mateo Delgado Moreno, obispo En Junta de autoridades Diálogo en el balcón, entrada de multitud Fidelidad al rey.Infundios contra él.
Gabriel R. Blázquez provisor eclesiástico En Junta. En la calle, intentando apaciguar. Evolución y final del motín Fidelidad al rey.

 

 

 

 

 

 

APÉNDICE II. CORRESPONDENCIA ENTRE EL GENERAL KELLERMAN Y EL CONDE DE LA TORRE DEL FRESNO.

 

Archivo Histórico Nacional. Sección Colecciones-Diversos, legajo 136, número 36.

 

Carta primera

 

Badajoz, 6 de mayo de 1808, a las siete de la tarde.

El mariscal de campo, conde de la Torre del Fresno, comandante general de la provincia de Extremadura y gobernador de la plaza de Badajoz. Al excelentísimo señor Kellerman, comandante general de las tropas francesas en la provincia del Alentejo.

Señor general: Tengo el honor y particular satisfacción de comunicaros que, según órdenes de mi gobierno, que acabo de recibir por el correo que ha llegado, han variado las desagradables circunstancias que habían dado motivo a la interrupción de nuestra correspondencia. Así es que marcha el correo para ese reino con la correspondencia pública que trae desde mi Corte, en que no dudo irán órdenes y cartas para vos y demás generales e individuos de vuestra nación. Me apresuro con semejante motivo a manifestaros, sin embargo de lo que esta mañana os he insinuado por medio de un oficial, que se os habrá presentado, la particular complacencia que me resulta por las noticias que ha traído dicho correo, de quedar todo tranquilizado en la corte de mis soberanos, y de aseguraros con los más finos sentimientos que siempre soy vuestro más apasionado seguro servidor, que os saluda muy particularmente.

 

Carta segunda

 

Elvas, 8 de mayo de 1808

Kellerman, general de división, comandante de las provincias al sur de Tajo, al señor conde de la Torre del Fresno, capitán general de Extremadura y gobernador de Badajoz. Señor General: He leído con mucho gusto las explicaciones que vuestra excelencia me ha dirigido por su carta de ayer. Veo con placer que la efervescencia se calma, y espero que las causas que la han ocasionado no serán tan desagradables como habíamos podido temer. Os doy gracias por los cuidados que habéis tomado para seguridad de los franceses en Badajoz y para la de Martín Chegarai (sic) y del correo, que me tenía con inquietud. Os ruego le continúes vuestra petición. Pascual carretero francés que se haya preso en las prisiones de esa ciudad y tiene corte corto número de caballos y acaba de interesarme en su suerte para que se le ponga en libertad. Es un padre de familia, extraño a las disensiones políticas, que no puede experimentar sino desgracias por efecto de su detención. Os pido pues, señor gobernador, que tengáis a bien hacerlo poner en libertad, tomando disposiciones concernientes, a fin de que no le suceda ningún daño y que sus caballos y carruajes se le entreguen y no se empleen en el servicio público.

Tengo el honor de saludar a usted con la más alta consideración.

 

Carta tercera

 

Excelentísimo señor. Luego que recibí una agradable carta de antes de ayer, hice que se preguntase al momento al carruajero Pascual, sobre los males que hubiese padecido, para hacérselos reparar inmediatamente. Pero el papel que acompaña, firmado de su mano, comprobará vuestra excelencia que las quejas que le dieron carecían de fundamento. Dicho Pascual jamás ha estado en prisión ni sus caballos se han empleado en uso público alguno, por el contrario se les ha mantenido con todo esmero, y yo hubiera castigado cualquier exceso de esta clase. Lo mismo Pascual que otros varios pasean libremente por la plaza del cuartel, atienden a sus carros y presencian el cuidado que se tiene de sus caballos. No han marchado ya porque ellos mismos han querido esperar a que todo el camino esté cubierto con los piquetes de caballería que ordené repartir. Espero pues de la justicia y penetración de vuestra excelencia que no dará crédito a las voces mentirosas que sean contrarias a cuanto les tengo asegurado, y que no durará jamás que vigilaré incesantemente en que no se perjudique a francés ninguno.

Tengo el honor de saludar a vuestra excelencia con todas las muestras de la más alta consideración.

 

Certificación. Pedro Pascual, vecino de Bayona, tiene dos carros con nueve caballerías, las cuales están depositadas por disposición del señor general de Badajoz, las que, de la misma orden, se les da cebada y paja para su manutención, sin haberlas hecho trabajar, cuya disposición y requerimiento tuvo a bien dicho señor general, tanto con los franceses como con las caballerías, para evitar unas fatales consecuencias de la conmoción popular, pues del contrario hubieran podido peligrar nuestras vidas, de lo que estamos satisfechos, como del buen trato. Badajoz, 10 de mayo, de 1808.

 

Carta cuarta

 

Señor conde. No puedo mirar ya mas tiempo, con una indiferencia que manifestaría debilidad, el proceder de los habitantes de Badajoz, en cuanto a los franceses que sus negocios o las órdenes conducen a esa ciudad. Ello es inaudito, que estén continuamente expuestos a un pueblo ofuscado de la razón, no conoce respeto ni consideración, ni los derechos de la sociedad. Y que la protección vigilante que yo concedo a todos los españoles que pasan a Yelves, o a esta provincia, no pueda producir sobre los espíritus el sentimiento de una justa correspondencia. Esto pertenece a vuestra excelencia, como a los demás depositarios de la autoridad, calmar por último esta enajenación por mucho tiempo continuada. (…) Esto es lo que os requiero expresamente a hacer conocer, publicando mi carta. Tengo el honor de renovaros la seguridad de mi alta consideración. El general Kellerman. Yelves, 18 de mayo de 1808.

 

 

 

           



[1] Para la herencia de la frontera y la guerra en Badajoz en los tiempos modernos, Vid. CORTÉS, CORTÉS, F.: Una ciudad de frontera. Badajoz en los siglos XVI y XVII. Badajoz, 1990.

[2] “Memorias del mariscal Soult”. En VALDÉS FERNÁNDEZ, F.: La Guerra de la Independencia en Badajoz. Fuentes francesas. Ia.  Memorias. Badajoz, Diputación Provincial, p.39.

[3] La intendencia, principal organismo que, fruto del reformismo borbónico, aportaba cierta cohesión institucional y administrativa a toda la provincia, junto a la capitanía, ejercía amplias facultades en hacienda, guerra, justicia y policía, en competencia en las dos últimas materias con el corregidor, hasta que de dividieron ambos bloques de materias entre las dos instituciones en 1766. La intendencia fue en sus orígenes una institución surgida, durante la Guerra de Sucesión, para apoyar a la administración militar en las necesidades del ejército. Por ello se distinguían,  intendencias de ejército, como Extremadura desde 1720, junto a otras siete más, e intendencias provinciales. GARCÍA-BAQUERO, GONZÁLEZ, A.: “Las estructuras del reformismo borbónico”. Historia de España. Barcelona, Planeta, 1989, vol.7, pp.44-52.

[4]  El Badajoz un alcalde mayor servía el corregimiento, interinamente desde 1769.

Interrogatorio de la Real Audiencia. Extremadura a finales de los tiempos modernos. Partido de Badajoz. Asamblea de Extremadura, 1994, p.36.

[5] La capitanía general ocupaba el segundo nivel en la jerarquía de la administración militar,  detrás de la Secretaría de Estado y del Despacho de Guerra. Hasta 1767 se denominaba comandancia, en vez de capitanía, cuando coincidía en una provincia con audiencia, desde entonces se terminó la duplicidad, aunque podía existir un comandante general como sustituto del capitán general. Además, las capitanías se acomodaron al ámbito territorial de las audiencias judiciales. En cada provincia existía un gobierno mancomunado, el real acuerdo, entre la audiencia, que actuaba como órgano consultivo  y el capitán general que la presidía. Sin embargo, en la administración de justicia, la audiencia era independiente bajo la presidencia de un regente. Extremadura era una de 13 capitanías generales existentes en España en 1808. ÁLVAREZ SANTALÓ, L.: “Restauración del prestigio: los instrumentos de fuerza y negociación”. Historia de España, cit., p.110.- GARCÍA-BAQUERO, cit., p.49.

[6] El derecho de voto en Cortes se repartía por turnos con las ciudades de Mérida, Plasencia, Trujillo y las villas de Alcántara y Cáceres. Interrogatorio, p.36.

[7]  En 1791 Badajoz contaba con 3.230 vecinos, por ello, superaba los 11.000 habitantes. Interrogatorio, cit., p.37.- RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, A.: “El número de extremeños en los tiempos modernos”. Historia de Extremadura, Cáceres, Universitas Editorial, vol. II, p.502.

[8][8] Desde la Guerra de Secesión Portuguesa, Badajoz poseía con una de las fortificaciones más inexpugnables del país, formada por ocho baluartes, tres puertas principales, tres revellines o fortines exteriores principales y otros tres secundarios, como construcciones esenciales de la defensa. GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, A.: “La fortificación abaluartada de Badajoz”. Apuntes para la Historia de la ciudad de  Badajoz. Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2002 vol. I, pp.13-22.

[9] MADOZ, P.: Diccionario Histórico-geográfico de Extremadura. Cáceres, edición de la Jefatura provincial del Movimiento, 1953, vol.I, pp.238-239. Los edificios sufrieron las consecuencias de la guerra.  La mitad del parque de ingenieros fue destruida, por hallarse inmediato al principal frente de ataque francés en el sitio de 1811. El cuartel de Santo Domingo quedó casi arruinado completamente, y cuando lo describe Madoz aún no se había reedificado. Para entonces, los cuarteles eran insuficientes para las necesidades de la plaza y se habían habilitado algunos conventos.

[10] Badajoz albergaba uno de los dos regimientos de húsares que, desde la reforma de 1805, existían en la caballería española. El otro era el regimiento de Húsares Españoles. Era frecuente que los batallones de un regimiento se repartiesen entre varios destinos, especialmente los de infantería de línea, ya que un regimiento de este arma contaba, en 1808, con tres batallones de cuatro compañías cada uno. ARTOLA GALLEGO, M.: La España de Fernando VII. Madrid, Espasa-Calpe, 1999, p.109.

 

[11] Había una compañía fija de artillería en cada una de las 15 principales plazas fortificadas del país. Algunas de estas unidades habían sido destinadas aquí pocos años antes, pues no aparecen referidas en 1791, en los Informes de la Audiencia. Entonces la guarnición estaba formada, además de por la citada compañía de artillería y las milicias urbanas, por el segundo regimiento de infantería ligera de Cataluña y el de infantería de Extremadura, la bandera del regimiento de infantería de Zamora, el batallón de voluntarios de Aragón, el escuadrón de voluntarios a caballo de España y una compañía de inválidos. Interrogatorio, cit., p.46.

[12] TORENO, -conde de-.: Historia del levantamiento, guerra y revolución de España. Paris, Librería de Baudry, 1838,  vol. I, p.130. -Archivo Municipal de Sevilla. Biblioteca-.

[13] Autores actuales asumen las cifras de tropas que ofrece Toreno. CASINELLO PÉREZ, A.: “La guerra peninsular de 1808: del entusiasmo a la frustración”. Revista de Historia Militar, 2005, número extraordinario.

[14] Si consideramos que cada batallón de infantería  estaba formado en esos momentos por un mínimo de 500/600 hombres, sólo de este arma debería haber contado la plaza con 1.000/1.200 hombres más. De todas formas, en vísperas de la guerra muchos regimientos  se hallaban incompletos. El mismo conde de la Torre del Fresno estuvo al frente, unos años antes, como brigadier, del regimiento de infantería de línea de Extremadura, con poco más de 700 hombres, la mitad de su plantilla efectiva.

[15] El regimiento de infantería de línea de Extremadura, cuya denominación denota su origen y reclutamiento, como era ya usual en la época, estaba destinado en Tarragona.. Para Todos los aspectos tratados de organización y uniformidad militar, Vid. GÓMEZ DE ARTECHE Y MORO, J.: Guerra de la Independencia: historia militar de España. 1808-1814. -14 vols.- Madrid, Depósito de Guerra, 1868-1903, y la web ingenierosdelrey.

[16] Las milicias urbanas a las que se refiere Toreno eran fuerzas de reserva de infantería, reclutadas y costeada por cada municipio. Badajoz contaba con 14 compañías de este cuerpo.

[17] El título fue obtenido por su abuelo, Toribio Grajera, en 1747. Hijo de don Joaquín Grajera y Roco y de doña Florencia de Argüello y Amesquida. Contrajo matrimonio en Badajoz el 8 de abril de 1.775,  con Juana Topete y Argüello, con quien tenía parentesco. Tuvieron cuatro hijas: Carmen, Florencia, Joaquina y Petra, casadas todas ellas con militares. Vid. Blasones hispanos y crónicas de Talavera, direcciones web, para aspectos genealógicos y locales.- Archivo General de Simancas. Secretaria del Despacho de Guerra, 7326, 21, fols. 281-289.

 

[18] Vid. GÓMEZ VILLAFRANCA, R.: La Guerra de Independencia en Extremadura. Memoria histórica y colección diplomática.  Sevilla, Muñoz Moya, 2004  pp. 18 y 19. Esta autor indica que fue nombrado gobernador militar y político de Badajoz el 28 de julio de 1807 y tomó posesión del cargo el 7 de septiembre. Al ocupar Toribio Grajera el puesto de capitán general, ascendió a gobernador militar y político  de la plaza, Juan Gregorio Mancio,  que era teniente de rey, o segundo jefe de la plaza, como el mismo explica en el sumario. No obstante, en diversas fuentes, como las cartas con Kellerman, Torrefresno se titula gobernador de la plaza. Probablemente Torre del Fresno abarcó éste último cargo y el de capitán general si, como afirma, Rincón, Mancio fue nombrado corregidor en septiembre de 1808. Vid. RINCÓN, J.: El regañón. Periódico extremeño de iniciativa particular, publicado en el año de 1811. Badajoz, Arqueros, 1926, p.143.

[19] GÓMEZ VILLAFRANCA, cit., Para la segunda parte, la colección diplomática, que contiene el interrogatorio del juicio sumario, hemos utilizado la edición original de la Biblioteca de Extremadura, -Badajoz-, editada por Tipografía Uceda, Badajoz, 1908. Documentro nº 9, pp.7-17. Para reducir citas  no referimos la página de cada testimonio, puesto que es fácil de localizar dentro del documento.

[20] El cabildo de la catedral de Badajoz constaba de siete dignidades, por orden: deán, arcediano de Badajoz, chantre, arcediano de Jerez, tesorero, maestrescuela  y prior, detrás se situaban los canónigos. Interrogatorio, cit., p.40.

[21] Fueron miembros de a misma: el obispo, Mateo Delgado; el deán, Francisco Romero Castilla, el inquisidor Riesco que primero fue presidente de la Junta de partido de Llerena; los brigadieres, marqués de Monsalud y  José Galluzo,  o el teniente de rey Juan Gregorio Mancio Vid. RINCÓN, cit., pp.125-172.  Rincón ofrece una relación sucinta de los principales méritos de cada miembro de la Junta.

[22] ARTOLA, cit., p.468.

 

[23] Vid., GÓMEZ VILLAFRANCA, cit., p21. Esta autor también insiste en esta apreciación.

[24] TORENO, cit., p.129.

[25] El propio Gómez no tiene constancia segura del personaje: “podía ser media hora antes disparado por una mujer, dicen que maría Cambero, la Maricona”. GÓMEZ VILLAFRANCA, cit., p.20. Solar y Ordóñez desarrolla literariamente el tópico como trama esencial  a lo largo de su documentada y amena novela. Vid. SOLAR Y ORDÓÑEZ, cit.

[26] “Concertóse en las diversas reuniones un vasto plan que el 3 o 4 de junio debía ejecutarse al mismo tiempo en Badajoz y cabezas de partido”.- Vid. TORENO, cit., p.129

[27] TORENO, cit., p.29.

[28] GÓMEZ VILLAFRANCA, cit., documento nº 8.

[29] Colección legislativa de España. Tampoco se trataría de artilleros, pues según las ordenanzas de 1802 “El uniforme del artillero será casaca y pantalón azul turquí; chaleco, vuelta, cuello, forro y vivo encarnado Contra esta argumentación se podría oponer la trayectoria de las tropas. Si el cuartel de húsares era la Bomba, lo normal es que hubieran aparecido en la plaza de San Juan, directamente desde el Campo de San Francisco, no por la calle de San Blas, provenientes de Puerta Trinidad. Parece que este punto cobra especial interés como arranque de las oleadas del motín que lo avivan y precipitan.

[30] ARTOLA, cit., p.82

[31] Es difícil creer, con el carácter formalista que siempre ha tenido, y tiene, el Ejército, y que envuelve cualquier de sus actos, que éste pudiera ser un hecho espontáneo sin más significación.

[32] TORENO, cit., p.129

[33] GÓMEZ VILLAFRANCA, cit., p.20

[34] El postillón era el mozo a caballo que precedía a la posta, o tiro de caballerías que, en este caso, llevaban las valijas del correo.

[35] ARTOLA, cit., p.84

[36] Toreno por su parte indica que en la muerte participaron tanto paisanos como militares. GÓMEZ VILLAFRANCA, cit., p.22.- TORENO, cit., p.129.

[37] QUESADA SANZ, F.: “La espada del coracero”. Aventura de la Historia. Nº 118, (agosto 2008), pp.92-94. El sable de húsar era algo más corto que el de caballería de línea o pesada, pero de tendencia curva y corte en un sólo filo. El sable de artilleros y zapadores era más corto, ancho y recto..

 

[38] El caballo de frisa es un madero regular atravesado por púas metálicas que, enclavado en el suelo, servía de defensa frente a la caballería.

[39] El testimonio ocular del coronel Garrigó desmiente a Toreno, quien afirma que el golpe final lo asestó un artillero, salvo que el citado zapador se hayase encuadrado en la compañía fija de artillería, y de ahí venga la identificación. TORENO, cit., p.129

[40] El regimiento fue disuelto por Real Orden de la Junta Suprema Central, el 20 de diciembre de 1808, a propuesta del teniente general Galluzo. El entonces teniente coronel y sargento mayor del regimiento, José Garrigó, presentó alegaciones a favor de su unidad y de su conducta –menciona al capitán Manuel Huerta- que, entre otros hechos, se vio implicada en la sedición  y el asesinato del general San Juan, en Talavera de la Reina, tras la derrota de Somosierra, así como en las retiradas provocadas por las derrotas del Ejército de Extremadura ante las tropas imperiales, tanto “que por todas partes se les decía con encono el apodo de María huye” –en palabras del propio Garrigó-. Vid. GÓMEZ VILLAFRANCA, cit., p.281-283.

[41] Vid. DUFOUR, G.: La Guera de la Independencia. Madrid, Historia 16, 1989, p.43.

[42] Toreno, cit., p.129. Artola, por ejemplo, afirma que el olvido de las ceremonias, con motivo del día de San Fernando, fue la chispa que encendió el motín. ARTOLA,  cit., p.84.

[43] Toreno señala la coincidencia, pero con el fin de destacar lo contrrio, su teoría del estampido espontáneo. TORENO, cit., p.129.

[44] Pasó pronto el regocijo de las fiestas por la coronación de Fernando VII, que comenzaron con procesión, repique de campana e iluminación general la tarde domingo 17 de abril y se extendieron hasta el día 21 con rogativas. GÓMEZ VILLAFRANCA, cit. Documentos nº 2 y 3.

[45] Archivo Histórico Nacional. Colecciones-Diversos, legajo 142, nº 5.

[46] GARCÍA PÉREZ, cit., p.662. Ayala y Alzás siguen esta opinión, el último además califica sin más la actitud del conde de cobarde. AYALA VICENTE, F.: “La Guerra de Independencia en Extremadura”. Revista de Cultura Militar, 2001, nº 15, p.53-60.- CARLOS J. SÁNCHEZ ALZÁS, “La presencia francesa en Plasencia durante la guerra de la Independencia” (1808-1812).

[47] GÓMEZ VILLAFRANCA, cit., Documento nº 4. Es claro el ambiente de confusión con la expresión, “aunque las noticias no son ciertas”, si bien es evidente que ya había calado la imagen propagandística del rey secuestrado y engañado en Bayona.

[48]Ibídem. Colección Diplomática, documento nº 5. Se trataba de la circular del ministro O`Farril, de la Junta de Gobierno, que comenzó su mandato al marchar Fernando VII a Bayona, del día 3 de mayo, condenando el alzamiento del día anterior y llamando al orden.

 

[49] TORENO, cit., p.128

[50] Según este mismo autor, la junta, si se produjo, tal vez no fuera sólo militar, ya que los jefes militares que testifican en el sumario, y que deberían haber acudido a ella, no la mencionan, sino una tertulia de notables y autoridades de todos los órdenes. GÓMEZ VILLAFRANCA, p.19-20. Artola da por sentado que se celebró dicha junta, y que Solana participó tanto en ella como en la elaboración de la proclama.- ARTOLA, cit., p.86.

 

[51] Tal vez sólo el corregidor de Trujillo se adelantase, el mismo 3 de mayo, a circular la alarma general. GÓMEZ VILLAFRANCA, cit., p.16.

 

[52] ARTOLA, cit., p.76-78.

[53] Desconocemos aún el peso real que pudieran tener esos oficios de la Junta de Sevilla para precipitar los acontecimientos.

 

 

[54]  TORENO, cit., p. 130. Se refiere al enviado de la Junta de Sevilla, el capitán Ramón Gavilanes, que tuvo gran influencia en los primeros días de la Junta establecida en Badajoz.

[55] El 17 de junio de 1808, el secretario del despacho de Guerra recibió solicitud para  agregar a Carlos Reboul, ayudante de campo de Torre del Fresno, a un regimiento de caballería, y  recomendar al marqués de Camarena la Real, coronel del regimiento de infantería de Valencia; a  Francisco Álvarez Caballero, comisario ordenador y Carlos Decombes, ayudante del regimiento de caballería de la Reina. Archivo General de Simancas. Secretaria del Despacho de Guerra, legajo 7326, número 21, fols. 281-289

[56] Colección Legislativa de España, año 1817, p.374. A pesar de todo ello, la viuda de Torre del Fresno, ofreció uno de los más generosos donativos para el ejército de Extremadura. GÓMEZ VILLAFRANCA, cit., p.25-30.

[57] Recientemente ha sido reivindicada la memoria del conde de la Torre del Fresno por su propia ciudad. El Ayuntamiento le ha dedicado una plaza en el barrio de Cerro Gordo. Vid La crónicadeBadajoz. 18 de junio de 2008.

[58] GARCÍA PÉREZ, cit., p.667.

[59] Vid, GÓMEZ VILLAFRANCA, cit., p.21.- GARCÍA PÉREZ, J.: “Guerra, reacción y revolución”. Historia de Extremadura. Badajoz, Universitas Editorial, Badajoz, vol.IV,  p.652.

[60] TORENO, cit., p.129.       

[61] José María Calatrava sería diputado en Cádiz y  un destacado político liberal. En 1808 era procurador del concejo de Badajoz. Bullón insinuó la vertiente liberal de la conspiración, si bien no ha vuelto a insistir en ello. Ovalle fue elegido, el 25 de mayo, representante por el concejo en las Cortes de Bayona. Vid. BULLÓN DE MENDOZA, A.: “Historia política y militar”. Historia de la Baja Extremadura. Badajoz,  Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes. 1986, T.II, p.1032.- “Introducción” a GÓMEZ VILLAFRANCA, cit., p.10-17 y 273.

[62] Cfr. GÓMEZ VILLAFRANCA,  cit.,, pp.21-22. Para empezar, no conocemos la lista completa de los convocados a la junta del día 30 en casa del conde.

[63] GÓMEZ VILLAFRANCA, cit., p.24.

[64] ARTOLA, cit., p.287

[65] TORENO, cit., p.129.                     

[66] El conde de la Torre del Fresno compartía parentesco lejano con Godoy, por línea materna, a través del apellido Roco. Solar sugiere diversas enemistades familiares, inevitables dentro de cualquier oligarquía, que abren nuevas líneas de investigación. Vid. SOLAR ORDÓÑEZ, J.J.: 30 días de mayo. Badajoz, 1808-1848. Badajoz, Ayuntamiento, 2003. También Rincón insiste en venganzas personales ocultas. Vid. RINCÓN, J.: “Los sucesos del 30 de mayo”. Revista del Centro de  Estudios Extremeños. 1935, vol. IX, p.79-86. IDEM.:  El clero extremeño en la Guerra de la Independencia. Badajoz, Imprenta del Noticiero Extremeño, 1911,np.17

[67] GÓMEZ VILLAFRANCA, cit., p.19.

[68] Ibídem, p.19

[69] Ibídem, p.21

[70] “Víctima inocente de su imprudencia, nunca mereció el injurioso epíteto de traidor con que amargaron sus últimos suspiros”. TORENO, cit., p.129.

[71] No hay que olvidar que el propio rey Fernando VII, antes de partir para Bayona, ordenó a la Junta de Gobierno contemporizar con las tropas francesas, que Carlos IV, cuando recuperó la corona, y antes de entregarla a Napoleón, designó a Murat lugarteniente geneal del reino y, que, Castaños fue el único militar con mando superior que tomó iniciativas por su cuenta, y se puso a disposición de la Junta de Sevilla. ARTOLA, cit., p.86.

[72] Paradójicamente también, Solano era el suegro del marqués de Monsalud.

[73] DUFOUR, cit., p.43. Fueron los casos, entre otros, del capitán general Borja en Cartagena, del conde del Águila en Sevilla, o del conde de Albalat en Valencia,.

[74] Las investigaciones de los últimos años desmienten cada vez más el tópico de motines populares espontáneos. Esta teoría ya fue asentada por Corona. Vid. CORONA C.: Revolución y reacción en la España de Carlos IV. Madrid, 1957.

[75] Se trata de ocho focos originales. Vid. ARTOLA, cit., p.78.

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