Fray Patricio Guerín Betts.
Sobre el año y lugar de nacimiento de este muy ilustre personaje no hay noticia tan exacta e indiscutible como sería de desear. Se calcula que sería hacia el 1400 y en Trujillo. Vivió alrededor de setenta años y su vida se puede dividir en dos secciones muy marcadas: la nacional y la internacional.
En 1430 consiguió en Salamanca el título de bachiller en leyes. Por entonces era clérigo de Ávila, donde fue canónigo y también en Salamanca y Deán de Astorga. Desde 1436 licenciado en leyes y abad de Santa María de Husillos (Palencia). En 1438 el Papa Eugenio IV le concede beneficios en León y Palencia. Este mismo año es nombrado oidor del Palacio Apostólico y miembro del Tribunal de la Rota Romana.
Y a partir de entonces comienza la segunda parte de su vida, sin duda la más gloriosa y fecunda para la Iglesia Universal. Embajadas a Florencia (1438), Venecia (1439), Sena (1440). Legado del Papa en las Dietas de Maguncia (1441), Francfort (1441, 1442), Nüremberg (1443,1444), Francfort (1445,1456).
En 1445 fue nombrado oidor general de la Cámara Apostólica y en 1446 cardenal del título del Santo Ángel en Pescheria. También el Papa Nicolás V le envió varias veces a Alemania, donde desde 1447 estuvo dos años. Junto con el emperador Federico fue promotor del concordato de Viena en 17 de febrero, 1448. Estuvo también en Bohemia y Hungría. Desde 1450 a 1454 le enviaron a Florencia, Venecia y Milán, para preparar una cruzada contra los turcos.
El Papa Calixto III (español) le mandó una vez más a Alemania y Hungría (1445,1456) y Bosnia (1457). En 1461, ya en el pontificado de Pío II, aún está en Hungría y le llegaron a llamar Protector de los Húngaros.
Junto con el cardenal Bessarión fue íntimo consejero del Papa Pío II, que le nombró obispo de Porto en 1461.
Paulo II le encomendó formar una Liga de Estados Italianos. Los dos últimos años los pasó en Roma y fue elegido Camarlengo del Sacro Colegio. Falleció el 11 de enero, 1469 y fue enterrado en la iglesia de San Marcelo. El cardenal Bessarión redactó el epitafio.
Su relación con España en la segunda época de su vida no pudo ser mucha, pero existió a través de algunos nombramientos. Ya Eugenio IV le nombró obispo de Coria en 1443 y en 1446 de Plasencia. Aquí fundó la cátedra de Humanidades, Nicolás V le dio la Encomienda de la abadía cisterciense de Moreruela en Zamora en 1449. Se da la circunstancia curiosa de que el mismo Carvajal era opuesto a las Encomiendas, mas, quizás en este caso concreto hubo algún motivo especial para aceptar. Lo cierto es que tenemos una hermosa fotocopia de un documento del Papa Pío II en que apoya una reclamación de Carvajal como tal abad comendatario de Moreruela a favor de los derechos de la Comunidad. Reza así:
«Pius episcopus, servus servorum Dei. Dilectis filiis Decano Ecclesiae Bracharensis et Officiali Bracharensi. Salutem et Apostolicam Benedictionem, Conquesti sunt Nobis Venerabilis Frater noster Iohannes episcopus Portuensis, qui monasterium de Moreruela cisterciensis Ordinis Zamorensis dioecesis ex concessione et dispensatione Apostolicae Sedis in commendam obtinet et Conventus eiusdem ad Alvarus Peres et quidam alii laici Bracharensis diócesis super quibusdam possessionibus et aliis immobilibus in dicta dioecesi Bracharensi cosistentibus mobilibusque bonis, fructibus, redditibus, proventibus et rebualiis ad dictum Monasterium legitime spectantibus iniuriantur eisdem. Itaque Discretioni vestrae per apostólica scripta mandamus quatenus, vocatis qui fuerint evocandi et auditis hinc inde propositis, quod iustum fuerit, appellatione remota, decernatis, facientes quod decreveritis per censuram ecclesiasticam firmiter observari. Testes autem qui fuerintnominati, si gratia, odio vel timore subtraxerint, censura simili, appellatione cesante, compellatis veritati testimonium perhibere. Quod, si non ambo iis exsequendis potueritis interesse, alter vestrum ea nihilominus exequátur. Datis Viterbii anno Incarnationis Dominicae millesimo quadragintesimo sexagésimo secundo, tertio nonas iunii, pontificatus nostri anno cuarto».
Que traduciendo quiere decir:
«Pío, obispo, siervo de los siervos de Dios. A los amados hijos el Decano de la iglesia de Braga y al oficial de Braga. Salud y la bendición apostólica. Se nos han quejado nuestro Venerable Hermano Juan, obispo de Porto, que tiene en encomienda el monasterio de Moreruela, de la Orden cisterciense en la diócesis de Zamora por concesión y dispensa de la Sede Apostólica y la Comunidad del mismo contra Álvaro Peres y algunos otros seglares de la diócesis de Braga, sobre diversas posesiones y otros inmuebles sitos en dicha diócesis de Braga, así como bienes muebles, frutos y réditos, rentas y otras cosas que corresponden legítimamente a dicho Monasterio y contra los cuales comenten desmanes. Por lo tanto mandamos a vuestra Discreción por este escrito apostólico que, llamados los que fueren de llamar y habiendo oído las razones alegadas por unos y otros, dispongáis lo que sea justo, sin admitir apelación y hagáis guardar lo decretado firmemente bajo censura eclesiástica. En cuanto a los testigos nombrados, si por soborno, odio o temor fallasen, les obliguéis bajo la misma censura y sin posibilidad de recurrir, a dar testimonio de la verdad. Que, si ambos no pudieseis ocuparos en ejecutar lo sobredicho, uno al menos de vosotros lo ejecute. Dado en Viterbo el año de la Encarnación del mil cuatrocientos sesenta y dos a tres de junio y en el cuarto de nuestro pontificado».
Lo cual es buena muestra de la solicitud del Cardenal por sus encomendados de España. Aunque estuvo fuera más de treinta años, había marchado ya maduro y muy relacionado y eso no se olvida fácilmente. Según Denfle, citado por Pastor (t.V, p.121), fundó un colegio en Salamanca.
En su monumental obra Historia de los Papas Ludovico Pastor le menciona en los cinco primeros volúmenes (Barcelona, 1910). En la página 120 del tomo IV y sgtes. dice:
«…Juan de Carvajal, jaladalid de los cardenales de más severas ideas eclesiásticas. Su máxima favorita era: Sufrirlo todo por Cristo y su Iglesia. Su gran modestia y su total menosprecio de la celebridad han sido la causa de que la memoria de aquel varón enteramente extraordinario no haya alcanzado todo el esplendor que merecía…dio en 22 legaciones brillantes pruebas de su abnegada fidelidad y espíritu de sacrificio en por de la causa de la iglesia y que de todos sus viajes no trajo otra cosa sino la fama de su honestidad sacerdotal…Había ido a Hungría lleno de fuerza y salud en tiempo de Calixto III…y volvió hecho un viejo y quebrantado de aquella espinosa legación …En Roma se tributaba la mayor veneración a aquel varón sufrido…Ningún otro cardenal, se decía con justicia, ha trabajado tanto, ni tolerado tan indecibles fatigas como él en los seis años de aquella legación, en la cual se consagró al más sublime de los intereses es de la Iglesia, la defensa de su fe…De buena gana asistía con sus consejos a las personas de todos estados y apoyaba a los débiles contra los poderosos y ni por un instante desmintió los rasgos característicos: la severidad y la justicia…En su modesta casa…reinaba la mayor simplicidad y un orden ejemplarísimo. Su manera de vivir severamente ascética hacía posible al cardenal socorrer copiosamente a los pobres y acudir a las iglesias necesitadas. Nunca faltó a una solemne festividad eclesiástica o a un consistorio y en estos decía su parecer con libertad, pero sin aspereza ni espíritu contencioso…sus discursos eran breves, sencillos, inteligibles, rigurosamente lógicos…Se puede decir que no había nadie en Roma que no se hubiese inclinado ante aquel carácter de alteza y profundidad enteramente extraordinarias…Lo propio que a sus contemporáneos ha obligado Carvajal a los historiadores más modernos a tributarle no sólo estima y reconocimiento, sino también admiración».
En 1752 publicó sobre él una obra (De rebus gestis Ioannis S.R.E.Card. Carvajalis Commentarius) en Roma. En 1947 apareció en Málaga la del P. Lino Gómez Canedo Don Juan de Carvajal y en el Diccionario de Historia Eclesiástica de España un artículo de J. R. Codina en 1972.