Valeriano Gutiérrez Macías.
Académico C. de la Real de la Historia.
El estudio del folklore, – palabra que empleó por primera vez Ambrosio Merton en la revista londinense “The Atheneum” en 1848 – lleva a no pocas consideraciones y algunas muy interesantes, relacionadas con la milicia, que conviene poner de relieve en este trabajo.
Muchos cambios de folklore, de unas regiones a otras, en los que los soldados, en sus horas de descanso, organizan tertulias y divertimientos, no pocos plenos de originalidad. El ocio, en la verdadera extensión de la palabra, bajo el signo castrense, por la índole del servicio, facilita este intercambio.
Entonces, hay, como si dijéramos a modo de un intercambio de canciones, refranes, dichos, etc.
Así, cuando se reúnen soldados de Galicia, Asturias, Extremadura, Aragón, Andalucía…jubilosamente, dan a conocer cuanto caracteriza a su tierra por lo que respecta al material folklorístico, tan interesante, como fácilmente se puede constatar.
No faltan soldados que con dos cucharas hacen el mismo sonido que si manejasen diestramente las más estupendas castañuelas. “¿El mejor bailaor y sin castañuelas?”, tal es una expresión de Ahigal, pueblo de la alta Extremadura, cuyos hijos se distinguen por sus buenos golpes o machadas.
La cosa tiene su explicación por la incorporación establecida de los ocho llamamientos militares actuales a los Cuerpos, en los que se airea al rico venero popular, tan digno de admiración como buscado con ahínco por los investigadores de la rama de la Etnología.
Aquí se puede comentar mucho.
Y lo propio por lo que concierne a la paremiología, que agrupa los comprimidos filosóficos cristalizados a través de los tiempos. Cervantes, nuestro escritor por antonomasia, llamaba a los refranes evangelios breves.
Hay también entre unos y otros servidores de la Patria intercambio de palabras por lo extrañas que son, por el efecto que les producen y se oyen manifestaciones como ésta, que no podemos omitir: “No te repuchis, quinto”, que cabe interpretar en el sentido de que no te ofendas ni te subleves.
Y es que, pensándolo bien, no hay otra manera de encontrarse, salvo hoy, con la terrible lacar de la emigración, ahora muy mitigada por la crisis económica, a la que, en todo caso, hay que poner coto, como sea, por la sangría que representa para la nación, como ocurrió en otros tiempos pasados de nuestra historia. Al poema “Regreso”, del celebrado vate campesino José María Gabriel y Galán (1870 – 1905), pertenece el verso “…y vuelvo a vuestro lado”, que ahora está muy de actualidad.
Además, hay que tener en cuenta que, antiguamente, el servicio a la Patria duraba tres y hasta cuatro años, en África.
Marchaban los soldados a Marruecos casi niños y volvían hechos unos hombres. ¡Cuántas impresiones se cambiarían en estos períodos tan amplios que daban de sí lugar a la transformación del hombre!
Cada región tiene sus instrumentos musicales, como harto es sabido, que constituyen verdaderas maravillas para – como el mejor acompañamiento – traducir el folklore nacional, variopinto por excelencia.
Cada región tiene sus instrumentos musicales, como harto es sabido, que constituyen verdaderas maravillas para – como el mejor acompañamiento – traducir el folklore nacional, variopinto por excelencia.
Conviene recalcar que nos estamos refiriendo a gente joven, con muchas ilusiones e inquietudes, sin temor a nada, dispuestos siempre a comunicar lo propio, lo que distingue específicamente a las parcelas de donde procede.
Porque el autor de este ensayo vive en Extremadura, donde desarrolla sus actividades y conoce su folklore, va a incluir algunas canciones, letrillas, refranes, dichos, etc. de la tierra parda, que estudian los afamados folkloristas Rafael García Plata de Osma, Manuel García Matos, Antonio Rodríguez – Moñino, Ángela Capdevielle, Adolfo Maillo García, Domingo Sánchez Loro, Juan Pedro Vera Camacho, Isabel Gallardo de Álvarez, Isabel Alía Pazos, etc. Aparte mencionaremos a los que fueron prestigiosos músicos militares, Bonifacio Gil, Guillermo Guió, Fernández Amor, Santiago Berzosa González y Julio Terrón. Todas estas figuras hicieron las importantísimas aportaciones de sus obras, que hoy son consultadas por cuantos se interesan por estas cuestiones, que muestran la idiosincrasia de los hombres de la región centro – occidental española.
Una forma de organizar los espectáculos era – y sigue siéndolo – la solemne conmemoración de los patronos de los Cuerpos. Siempre había y habrá espontáneos que amenicen las celebraciones con sus aires y decires, plenos de agudeza e ingenio, sobresaliendo el humor y algunas otras formas pintorescas que constituyen su sal y pimienta.
PIORNAL
Techo de Extremadura, a 1160 m., es famoso por su fiesta típica del “Jarramplas”, que tiene lugar el día 20 de enero. No se conoce – anota Emilio Páramo Sánchez – el origen del “Jarramplas”. Se barajan teorías desde mitológicas (Las luchas y el castigo que infligió Hércules a Caco), hasta las ceremonias vistas por los primeros conquistadores de América entre los indios, o la más simple, en la que se habla del personaje como el típico ladrón de ganados, que es sometido al castigo y a las burlas de sus convecinos. La fiesta se celebra el 20 de enero, en honor de San Sebastián, casi siempre entre nieve. El protagonista “Jarramplas”, vestido con un traje de cintas multicolores, una rara máscara con cuernos y crines de caballo y acompañado de un tamboril de piel de perro que toca con gruesas “cachiporras”, se dispone a recibir durante el día una verdadera lluvia de golpes. Nabos, troncos de col, bolas de nieve arrojadas por el pueblo, etc.
Cuenta Piornal con un importante grupo folklórico que da a conocer sabrosas, alegres y dignas de ser aventadas canciones. El grupo se acompaña con música de acordeón y de varios instrumentos tradicionales: la botella de anís, el caldero, el peculiar triángulo y almirez. Lo forman hombres y mujeres. Han grabado “Villancicos rondaores” y otros aires piornaliegos. Debido a esta circunstancia transmiten las letrillas y músicas propias del pueblo.
Piornal tiene tradición cantoral que sus quintos llevan a la mili:
El veinte de enero,
cuando más nieva,
sale un capitán valiente
a poner bandera
——
La otra tarde un piornalego
amargamente lloraba;
porque no alcanzaba el burro
al pilar a beber agua.
——
Que la tomatera
que no da tomate,
que no es tomatera,
que es hierba que nace.
——
Que la pimentera
que no da pimiento,
que no es pimentera,
que es hierba del huerto.
ARROYO DE LA LUZ Villa de labradores y alfareros. Posee un rico folklore en el vestir y en las canciones que se entonaban al son del pandero moruno en los “corros” que desfilaban por la Corredera el Lunes de Pascua de Resurrección. Incluimos en este trabajo la copla que con frecuencia nos recita el esclarecido hijo de la localidad, el filósofo Pedro Caba:
¿Dónde estará mi amante
que no ha venío,
ni a la voz, ni al reclamo
ni al retumbío?
Con la copla que trasladamos ahora a los lectores brotaba de las mozas un son de queja, cuando se formaban, antiguamente, en Arroyo, los bailes del pandero en cualquier esquina, aunque fuesen las de las iglesias, al son monorrítmica del pandero y no acudían los mozos:
Toda la calle viene
llena de Juanes;
como no viene el mío
no viene nadie.
Canciones arroyanas de quintos
Ya se van los quintos, madre,
ya se llevan a mi hermano,
ya no tiene quién le dé
pañuelo para la mano
Ya se van los quintos, madre,
ya se llevan a mi primo,
ya no tiene quién le dé
pañuelo para el bolsillo.
La vara de San José
La vara de San José
todos los años florece;
la vergüenza de los hombres
se ha perdido y no aparece.
GARGANTA LA OLLA
Cuna de la garrida moza que tiene por sobrenombre “La serrana de la Vera”, que en la historia hecha leyenda, presenta también su folklore, con la famosa danza de “Las Italianas” y canciones de quintos:
Ya se van los quintos, madre,
ya se va mi corazón,
ya se van los que tiraban
chinitas a mi balcón
(Estribillo:
Si te toca te aguantas,
que te tienes que ir,
que tu madre no tiene
para librarte a ti.
Si te toca te aguantas,
que te tienes que ir.
Mi morena tiene pena,
porque soy “quinto” de hogaño.
Yo le digo a mi morena
que pronto pasan tres años.
Si te toca te aguantas,
que te tienes que ir,
que tu madre no tiene
para librarte a ti.
Si te toca te aguantas
que te tienes que ir .
Esta calle la rondan los mozos,
los que se van a la guerra,
voluntarios y forzosos.
Esta calle la rondan los mozos…
Si te toca te aguantas,
que te tienes que ir,
que tu madre no tiene
para librarte a ti.
Si te toca te aguantas
que te tienes que ir.
Caminito de la fuente,
las mozas llorando van.
Se dicen unas a otras.
“Mi novio también se va”
(Al estribillo)
A tu puerta puse un guindo
y a ventana un cerezo.
Por cada guinda, un abrazo;
Por cada cereza, un beso.
(Al estribillo)
JERTE
En la población de Jerte – enclavada en el maravilloso valle de Plasencia, que lleva a evocar la estampa oriental de los cerezos en flor – se baila la “Jota del Jerte”. He aquí una copla que dice lo que son las jerteñas:
Vale más una jerteña
con una cintita al pelo
que toda la serranía
vestida de terciopelo.
ABERTURA
En esta localidad, próxima a Trujillo, cuna de la Conquista, se ponían los quintos en el Ayuntamiento. Estaban esperando el sorteo que empezaba a las nueve en punto de la mañana. De aquí la canción:
¡Qué ganas tengo que lleguen
las nueve de la mañana,
para saber si mi suerte
ha sido buena o mala!
Acostumbraban a poner dos cántaros del fino cobre de Guadalupe. En uno iban las papeletas con los nombres y en el otro los números. Cantaban, tanto los nombres como los números, dos niños, y el alguacil o “El voz pública”, como se llamaba allí, daba a conocer dichos nombres y números. Aludiendo a esto, había una copla que decía:
Mete la mano, chiquillo,
en ese cántaro nuevo
y sácame el número uno
que me vaya de este pueblo.
¡Qué ocurrencia de quintos!
Somos los “quintos” de hogaño
y verán los fanfarrones
que nos sobra valentía
y tenemos pantalones.
Todos temen a Melilla
como si en Melilla hubiera
algún león encantado
que a los hombres comiera.
Las mocitas de este pueblo
son pocas y bailan bien
y en llegando a la costura,
ninguna sabe coser.
Esta copla iba muy en contra de la realidad.
Esta es la “Calle Real”,
la de las mozas garridas,
que tienen sal por arrobas
y que son muy pretendidas.
La pandereta del “quinto”
no lleva oro ni plata;
lleva el aro de una criba
con piel de perro y sonajas.
Uno de los quintos abertureños cantó en la calle del domicilio de su amada:
¡Adiós, “Calle de la Huerta”,
cuánto por ti he paseado,
y lo que yo pasearía
si no fuera a ser soldado!
La copla hizo fortuna entonces y en años siguientes, pues con sólo variar el nombre de calles, iba sirviendo para todo “quinto”, enamorado de reemplazos posteriores.
Alguna vez se dio el caso de que, entre los “quintos” sorteados ya y los que se sortearían después, no reinó el buen compañerismo. Ello lo justifican las dos coplas que figuran a continuación. Cantaron los no sorteados:
Los “quintos” son los que cantan,
que los “sextos” ya no valen;
pues van las calles arriba
sin decir adiós a nadie.
Y cantaron los aludidos:
Estos “quintos” no son “quintos”,
que son niños por criar;
pues rompen las panderetas
por no saberlas tocar.
Casi todas estas coplas fueron acompañadas por estribillo. Había varios, pero es oportuna su omisión, porque en ellos anduvo muy libertina la picaresca de manos del Diablo.
VILLAMESÍAS
Los de Villamesías solían cantar en las rondas de quintos:
Esta noche, si Dios quiere,
me tengo que divertir
con permiso del alcalde
y de la Guardia Civi.
Aquí se ve el respeto que tenían a las autoridades y sus agentes, en sentido un tanto irónico. Pero hay que añadir que las canciones no adolecían de sus notas picarescas. Los quintos de las fechas evocadas había días que constituían la máxima autoridad de hecho. Cometían toda clase de excesos. Volteaban carros, cogían pollos y gallinas, en fin, par qué seguir. Después, el alcalde los sancionaba con arreglos de calles y caminos o imponiéndoles multas que pagaban los padres.
IBHERNANDO
Debemos al comandante Honorífico de Artillería, Antonio Cartagena Martínez, parte de la letra del folklore de su pueblo natal, Ibahernando, que incluimos seguidamente:
Bien sé que estás acostada,
pero, dormidita no,
yo sé que estarás diciendo:
Ese que canta es mi amor.
Por una calle me voy,
por la otra doy la vuelta,
la que quiera ser mi novia
que deje la puerta abierta.
A lerén, lerén, lechuga,
a lerén, lerén, cogollo.
Se ha muerto mi delirio,
madre, cómprame otro.
¡Qué contenta está la novia,
porque estrena cama nueva;
más contento estará el novio
que se va acostar en ella.
La madrina es una rosa
y el padrino es un clavel,
la novia es un espejo
y el novio se mira en él.
Viva la novia y el novio
y el cura que los casó,
y padrino y la madrina
y que viva también yo.
HERGUIJUELA
Cuando las guerras Carlistas se cantaba en la localidad, por las mozas:
Ojos que te vieron dil
por aquel camino llano,
¿cuándo te verán venil
con el canuto en la mano?
MONTEHERMOSO
En Montehermoso, de la parcela cacereña, capitalidad del traje típico regional que se distingue por el famoso sombrero, promontorio de borlas, se cantan en todas las fiestas de la localidad y, principalmente, el día del Patrono, San Bartolomé, 24 de agosto, por los mozos, rondas con letras algunas muy picarescas. Vamos a incluir una que nos ha facilitado Juan Clemente Quijada, monterhermoseño de ley y capitán del Cuerpo de Oficinas Militares:
Cuando yo era chiquinino
me arruyaban las mozuelas,
y ahora que soy mayorcito,
juyen de mí como ciervas.
Hacemos la salvedad de que la terminación INO distingue a los hipocorísticos cariñosos de la tierra parda.
¿Me quieres, Costilla?
-Te quiero, Costal.
-Dame las manos
y vamos a bailar.
Ya se van los “quintos”, madre,
ya se van los buenos mozos,
ya queda la plaza llena
de tuertos y legañosos.
Claramente alude a los que no van a la prestación del honroso servicio militar.
PUERTO DE SANTA CRUZ
En Santa Cruz hay un árbol,
en El Puerto caen las hojas
y en el pueblo de Ibahernando
están las mejores mozas.
¿Me quieres, Talega?
-Te quiero, Costal.
-Pos conmigo esta noche
te vas a acostal.
TORREJONCILLO
Pueblo industrial, famoso por sus antiguos telares y la fiesta de “La envamisá”, se canta:
El novio le dio a la novia
la mano por la gatera;
pero no pudo saberse
lo que el novio le dio a ella.
NAVALMORAL DE LA MATA
Esta localidad es una de las más bellas puertas de entrada en la alta Extremadura. A ella corresponde esta nota folklórica, que es un elogio de las bellas moralitas:
¿Con qué lavas la cara
que la tienes tan bonita?.
-Me lavo con agua clara
de la fuente de la ermita.
VIANDAR DE LA VERA
El Sargento Mutilado Permanente, Bonifacio Miranda, nos dice algo popular de su pueblo natal; el segundo en altitud de la fértil comarca cacereña de La Vera:
Viandar, parar y andar,
la merienda adelante
y no atrás.
Sin duda alguna para evitar la sustracción.
VILLANUEVA DE LA VERA
En el desarrollo de la fiesta del “Pero-Palo”, declarada de Interés Turístico, las mozas y los mozos, ataviados con el típico indumento, cantan:
Ese que llaman “Reviste”
y por nombre Pero-Palo,
ha salido en la sentencia
que tiene que ser quemado
a eso del tercer día.
COMARCA DE LA SIBERIA EXTREMEÑA
En la provincia de Badajoz existe la comarca denominada “La Liberia Extremeña”, a la que pertenecen estas rondas:
Por esta calle abajo
va una gallina,
con la cola a la rastra,
la muy cochina.
Catalina María Márquez,
¿cómo has tenido el valor
a casarte con Juan Lanas
estando en el mundo yo?.
Por la calle abajo
van tres ratones;
uno va haciendo media
y el otro calzones.
Y el otro lleva la cesta
de los botones.
A la comarca citada pertenecen estas estrofas, que denotan los exacerbacismos y rivalidad entre pueblos vecinos:
El castillo de Herrera
se está jundiendo;
una pulga y un piojo
los están sosteniendo
En Peloches, no hagas noche,
en Herrera, las que quieras,
en Fuenlabrada de los Montes,
las semanitas enteras.
SIRUELA
Por la curiosidad que presentan, vamos a incluir una expresión relacionada con la forma en que pretendían a las mozas, antiguamente, en Siruela, de la provincia de Badajoz:
¿Me quieres, Mantuda?
Te quiero, Estropajo.
-Pues ya está hecho el ajo.
El diálogo de la manifestación amorosa no puede ser más rudo y expresivo.
VILLANUEVA DE LA SERNA
En la populosa Villanueva de la Serena, también de la Baja Extremadura, cuando existía Caja de Recluta, al incorporarse los quintos, cantaban:
Al entrar en Villanueva
lo primero que se ve,
la Caja de Recluta
y el Teniente Coronel.
ESPARRAGOSA
En encomio de las mozas de Esparrgosa, se cantaba esta copla:
Las mozas de Esparragosa
tienen todas tanta maña
que hasta el agua de la fuente
la toman con una caña.
DON BENITO
Esta apacible y próspera ciudad de la provincia de Badajoz, a través del muy aplaudido “Grupo Caramancho”, ha resucitado mucho de su antiguo folklore. De allí son estas canciones de quintos:
Ya se van los quintos, madre;
ya se va mi corazón,
ya se va quien me tiraba
chinitas en mi balcón.
(Estribillo)
Si te toca te aguantas
que te tienes que ir,
que tu madre no tiene
para librarte a ti,
para librarte a ti,
para librarte a ti…
Si te toca te aguantas
que te tienes que ir.
Las madres son las que lloran,
que las novias no lo sienten.
Les quedan cuatro chavales
y con ellos se divierten.
Al estribillo
A ti te ha tocao el uno
y a tu compañero el dos.
¡Qué suerte tan desgraciá
que habéis tenío los dos!
Al estribillo
Esta es la calle del aire,
la calle del remolino,
donde se remolinea
tu corazón con el mío.
Al estribillo
Un pie tengo en el umbral
y otro tengo en el tejado.
Mira si por tu cariño,
vivo yo espatarracao.
Al estribillo
Frecuente también era este otro estribillo:
Acabarse la paja,
morirse el burro
y caerse el pesebre
todo fue uno;
fue todo uno, niña,
fue todo uno,
acabarse la paja
y morirse el burro.
OLIVENZA
Ciudad de la provincia de Badajoz, a dos kilómetros de Portugal. La razón fundamental de su existencia está en que el rey don Dionis de Portugal, en 1.306, ordenó edificar un castillo y una ciudadela, que pasaron a la Corona de España en la llamada “Guerra de las Naranjas”. Tiene magníficos monumentos, como la fabulosa iglesia de Santa María del Castillo y Santa María Magdalena, y el Hospital de la Misericordia. Olivenza fue hace poco declarada Conjunto Monumental Histórico – Artístico. Su gastronomía es muy rica, requiriendo especial mención el “Bollo podre”, “Las quesadas” y la “Técula Méluca”, de fórmula casi misteriosa, arcano aún por descifrar, pues nadie ha podido ni siquiera imitar esta maravillosa muestra de la repostería extremeña.
A las luchas y vicisitudes de Olivenza se debe la siguiente canción.
Las chicas de Olivenza
no son como las demás:
son hijas de España
y nietas de Portugal.
Las oliventinas muestran la belleza de la mujer lusitana y el salero y la gracia de la mujer española.
Del folklore oliventino es la siguiente estrofa:
Anda diciendo tu madre
que tiene un olivar;
el olivar que tú tienes
es que te quieres casar.
PLASENCIA
Plasencia, llamada por sobrenombre “La Perla del Jerte”, sede episcopal, “Grata a Dios y a los hombres”, tiene también un rico y variado folklore, del que, a continuación ofrecemos una muestra.
LOS QUINTOS DE HOGAÑO
(Canción de ronda de los coros de Plasencia)
Dicen que no hay morenas por los rincones,
morenas hay que roban los corazones.
-Traime, majico, un peine,
de esus que en Madre vendin;
azuli, colorau, pajusu y verdi.
-Adios, cariñosita, quitapesaris,
que me voy a la guerra
y tú no lo sabis,
por unas malas lenguas
y malas voluntadis.
La ronda va por la calli
la ronda va por la calli,
no va ningún andalú,
que todos son extremeñus
y llevan la sal de Jesús.
Hola, resalá y olé,
lleva la sal de Jesús.
Desde que te vi, morena,
me van a matar,
me tiene a mí
malitu en la cama
desde que te vi.
GARROVILLAS DE ALCONETAR
En la villa de Garrovillas de Alconetar, después de las ferias de San Mateo, mozos y mozas se reúnen y hasta la Navidad cantan, entre otras, esta estrofa
Mi suegra, la novelera,
no encuentra nuera a su gusto;
que haga una de madera
y luego le coja el fruto.
BADAJOZ
Transcribamos a continuación una copla geográfica badajocense:
Una niña bonita
se tragó, se tragó;
Montijo y La Puebla,
Talavera y Lobón.
Y si no la sujetan
se traga a Badajoz,
el cuartel de la Bomba,
con artilleros y tó…
PAREMIOLOGÍA
Es muy curiosa la paremiología extremeña, y, como toda, goza de la fuerza, “porque, en pocas palabras y de un modo atractivo, expresan generalmente la verdad, ofrecen un consejo o reflejan una experiencia que resulta valiosa”. Un verdadero haz podríamos formar. Vayan algunas muestras.
“Primero están los dientes/, después el tragadero”.
“A los viajeros les quita Dios el dormir,/ pero no les quita el gruñir”.
“Alos viejos les quita Dios el mascar, / pero no les quita el tragar”.
“El que habla mal de la pera/ comer quiere de ella”.
“El tiempo que viene a su tiempo/ es buen tiempo”.
“El que en la juventud se come la sardina/ en la vejez caga las espinas”.
“El que a mi casa no viene/ de la suya me desecha”.
“Ahí va la loba,/ con el tocino en la boca” (indica la hora de comer entre los que cogen aceitunas o “apañadores”, en los olivares, y que anuncian en voz alta).
“El que quiere comer de la olla ajena/ que tenga la suya sin tapadera”.
“No comer por haber comido/ nada perdido”.
“Por San Antón / pares son” (Las perdices, que se aparecen).
“Por San Antón/ toda ave pon”.
“Entre San Sebastián y Los Mártires/ no salgas de casa aunque de pan no te jartes”.
“Tú lo que quieres es peer en botija, para que retumbe”. (Alude a quién fanfarronea, que no quiere pasar inadvertido, que a toda costa quiere que se le oiga)
DICHOS
Son muchísimos los que podríamos agavillar y tienen su encanto. He aquí los que damos a conocer a los lectores:
“Por Navidad/ muchos a Guadalupe van/ pero luego van los que van”.
“Ruin con ruin/ así se casan en Dueñas”.
“El tamborilero de Bodonal/ que tacando, tocando/ se le olvidó tocar”.
“Si tienes un hijo conde o desea ser duque/ mételo a fraile en Guadalupe” (El real y secular monasterio mariano extremeño, uno de los principales templos de la cristiandad).
“Si quieres matar a un fraile/ quítale la siesta y échale de comer tarde”. (Los frailes se levantan muy temprano y llevan el horario a rajatabla).
“O por fraile o por hermano/ todo el mundo franciscano”.
Estos saberes, estos sentires, estas canciones, proverbios y dichos, salidos de lo más hondo de la entraña del pueblo, del pueblo más sincero, han recorrido el mundo entero, desde la tórrida y húmeda manigua cubana hasta la jungla filipina, desde las heladas tierras centroeuropeas, hasta los resecos desiertos africanos, siempre en boca de soldados, de soldados y misioneros.
Y han dejado algo de ellos en aquellas tierras, han dejado parte del alma y, a veces, frecuentemente, la vida. Pero con ello han inspirado y moldeado, a lo largo del tiempo, el folklore de otras regiones, de otros países, pues la huella del hombre auténtico, en nuestro caso el soldado, es imperecedera.
BIBLIOGRAFÍA
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