Nov 252013
 

 Francisco Javier Rubio Muñoz.

Licenciado en Historia. Universidad de Salamanca.

  1. 1.      Introducción

En este trabajo abordaremos el estudio de un sector concreto de la población universitaria, el de los estudiantes manteístas de la nación de Extremadura. Esta tipología de estudiantes, es decir, aquellos no adscritos a ningún colegio (sólo portaban el “manteo” o capa), era la más numerosa en el cómputo global de la matrícula en el Estudio Salmantino.

Unido a ello, nuestra investigación tratará de rellenar lo que consideramos un vacío historiográfico, puesto que llevaremos a cabo un análisis cuantitativo y cualitativo de dicha nación en donde, además, identidad y paisanaje van estrechamente ligados. La agrupación de estudiantes en la Universidad de Salamanca bajo la denominación de nación de Extremadura se remonta a la época medieval, y se ha escapado al análisis de los historiadores sobre los orígenes de la región. Por esta razón, el objeto de estudio en sí resulta novedoso debido a la escasez de trabajos sobre naciones estudiantiles en la época Moderna, los cuales, en el caso de Extremadura, eran inexistentes hasta la fecha.

En lo que respecta al espacio y tiempo elegidos, qué duda cabe que la decana Universidad de Salamanca fue uno de los centros educativos superiores más importantes durante buena parte de la modernidad española. La importancia de sus estudios jurídicos, entre otros factores, hizo que el número de matriculados a lo largo del siglo XVI no dejase de crecer hasta casi el final de la centuria. Esta época, denominada como clásica, es la del mayor florecimiento del estudio salmantino.[1]

Por otra parte, Extremadura, territorio del cual procede el colectivo de estudiantes en el que se centrará nuestra investigación. El término Extremadura ha sido objeto de numerosas discusiones acerca de su etimología y territorio al que alude.[2] Según el “Libro de los millones” (1591) Extremadura estaba dividida administrativamente en dos provincias dependientes de Salamanca: la provincia de Trujillo y la de León de la Orden de Santiago[3].

No obstante, en los libros de matrícula no se tenía en cuenta la adscripción administrativa para los estudiantes, sino la diocesana, las cuales no eran coincidentes. Así, hemos entendido que la nación de Extremadura se componía de aquellos individuos que procedían de alguna de las tres diócesis extremeñas (Badajoz, Coria y Plasencia) y los que, aun perteneciendo en el siglo XVI a Nullius diocesis o jurisdicción militar, provenían de territorios que finalmente fueron incluidos en alguna de esas tres diócesis.[4]

A parte de nuestra vinculación personal con esta área, ciertamente los extremeños conformaban una de las poblaciones universitarias más numerosas de la Universidad salmantina. Así, sobresale el hecho de que al alcanzar los inicios del siglo XVII, la nación extremeña iba muy pareja a la de Castilla la Nueva en cuanto a contingente de estudiantes manteístas, concretamente en cuarto lugar y con unas cifras que estribaban entre el 8 y el 10% de la matrícula.[5]

 

1.1  Fuentes y metodología

En lo referente a las fuentes, nuestro trabajo se centra en las fuentes documentales de la época, ubicadas en el Archivo de la Universidad de Salamanca. Los libros de matrícula serán la fuente básica sobre la que cimentaremos nuestra investigación, ya que poseen una continuidad bastante uniforme en el tiempo, siendo por tanto seriable. En ellos quedaban inscritos todo el que ingresaban en la universidad, que además debían presentarse en persona y hacer juramento de obediencia al rector.[6]

Efectuados por el secretario, curso a curso dejan constancia del día de matriculación, nombre y grupo al que cada individuo pertenecía (doctores, licenciados, nobles, colegiales, extravagantes y manteístas). Se iniciaban el día de San Martín y se cerraban la víspera del mismo día en el año siguiente. Para nuestra investigación es crucial al ofrecer datos cuantitativos aproximados sobre los estudiantes, distribuidos según los estudios realizados (Cánones, Leyes, Teología, Medicina, Artes y Gramática), la población y la diócesis extremeña a la que pertenecían: Badajoz, Coria, Plasencia o, en su caso, Nullius diocesis. A pesar de que las limitaciones que ofrece esta fuente son grandes, (en la mayoría de los casos tan sólo aparece el nombre, el lugar de origen y la diócesis) en ocasiones muestran lazos de parentesco, oficios, edad, tipo o curso de estudios.[7] Así mismo, nos proporciona información sobre las votaciones de cátedra, puesto que durante las mismas se paralizaba la matrícula.[8]

No obstante, la problemática de los libros de matrícula radica en que por lo general los datos son parcos sobre todo para averiguar su adscripción social. Además, estamos ante unas cifras muy aproximadas, razón de lo cual debemos tratarlas con precaución, teniendo en cuenta diversos factores como las omisiones y equivocaciones causadas por el descuido de escribanos o alumnos, duplicaciones, matrículas falsas, tachaduras y enmiendas, etc.[9]

En cuanto a aspectos metodológicos, pasaremos por varias fases hasta llegar a la conclusión de nuestra investigación. En un primer nivel, el de la obtención de información, nos permitirá documentarnos acerca de lo que ya se ha escrito sobre el tema y realizaremos un estado de la cuestión en el que quedarán reflejados los distintos estudios y enfoques. En un segundo nivel, efectuaremos el trabajo de archivo mediante un estudio de índole cuantitativa para conocer de una forma aproximada el número de estudiantes extremeños durante el último cuarto del siglo XVI. Con estos datos pretendemos estudiar la procedencia, distribución y evolución de este colectivo a lo largo de la denominada época clásica del Estudio Salmantino, teniendo siempre en cuenta la exclusión de los estudiantes colegiales en cuanto a la tipología, y el binomio diócesis/Nullius diocesis para la procedencia.

Para la obtención de la información se han realizado calas en los libros de matrículas de los cursos 1574-75, 1584-85 y 1594-95, metodología habitual en este tipo de trabajos sobre población estudiantil.[10] De este modo, hemos escogido sólo los matriculados manteístas procedentes de alguna de las cuatro áreas diocesanas mencionadas. Esto nos servirá para llegar al objetivo de nuestra investigación: reflexionar acerca de las solidaridades regionales en el caso de los estudiantes extremeños, sacando a relucir atisbos de una identidad extremeña que parten del análisis de la nación universitaria como grupo diferenciable de otros.

 

1.2  Estado de la cuestión.

Son numerosas las obras que abordan el estudio de los estudiantes en el contexto de las Universidades Hispánicas. La obra clásica de Kagan sentó las bases de la investigación sobre la Historia de las Universidades, con un apartado dedicado a los estudiantes que ofrece una serie de cifras sacadas de los libros de matrículas y que han sido matizadas.[11] Tras esta obra pionera, como señala Rodríguez-San Pedro, han surgido durante los años ochenta bastantes trabajos sobre demografía académica que tratan aspectos muy variados a nivel social, económico, cultural… En todos ellos el recuento de estudiantes era la base sobre la que partir, y, al estilo de Kagan, la historiografía posterior pasó de seleccionar figuras célebres a incorporar el contingente de matriculados a sus investigaciones sobre la historia de la Universidad. Como señala Margarita Torremocha, “la calidad fue sustituida por la cantidad”.[12]

En esta línea, Mariano Peset de forma concisa examina los límites y opciones que permite el recuento estudiantil.[13] El propio Peset señala en el citado artículo una selección de obras sobre el estudio de la población estudiantil en diversas Universidades Hispánicas. A éste, junto con el artículo de Margarita Torremocha, nos remitimos por parecernos los más apropiados para este sucinto estado de la cuestión.[14] Sin embargo denotamos una carencia de obras acerca de las naciones estudiantiles. En un marco amplio, Hilde de Rider-Symoes, basándose en la obra de Pearl Kibre que es una de las primeras que tratan el tema, realiza un breve recorrido comparando las diversas naciones universitarias en la Edad Moderna.[15]

Investigaciones más concretas son las de Pascual Tamburri, que hace un estudio sobre la nación de Indias en la Universidad de Bolonia, a través de la cual hubo un flujo de estudiantes juristas americanos.[16] Para la Universidad de Salamanca, Ángel Marcos realiza sus investigaciones en el área lusa, tanto de portugueses como de brasileños. [17] También el profesor Rodríguez-San Pedro ha realizado diversos trabajos basados en muestreos sobre algunas procedencias geográficas de los estudiantes en la Edad Moderna, en concreto sobre la nación de Vizcaya, Valencia y la Corona de Aragón[18]. Del mismo modo Juan Luis Polo se centra en los estudiantes manteístas salmantinos durante la primera mitad del siglo XVIII, momento en el que la Universidad está en decadencia.[19]

Por último, contamos con un único artículo dedicado exclusivamente a los extremeños en la Universidad de Salamanca, aunque se reduce a una semblanza sobre personajes ilustres que pasaron por Estudio salmantino.[20]

 

 

  1. 2.      Las naciones de estudiantes en la Universidad de Salamanca.

Desde el siglo XIII la península Ibérica asiste al surgimiento de los Estudios Generales, entre ellos el de Salamanca, que sigue el modelo corporativo boloñés. Sin embargo, al tratarse de una fundación real y al verse influenciada por las directrices papales, en el Estudio salmantino se dio una situación intermedia en donde los poderes entran en tensión a la vez que hay una búsqueda de equilibrio.

Dentro de este modelo universitario, las naciones surgen como corporaciones de estudiantes de carácter solidario según vínculos geográfico-sociales. Éstas anclan sus raíces en el Medioevo ligadas al carácter universalista de los Estudios que van naciendo, y sobre todo a la fundación de colegios “nacionales” que incorporaban a alumnos de una procedencia determinada, normalmente la de su fundador, como es el caso del Colegio de Españoles de Bolonia. Aunque siempre conservaron el carácter solidario para con sus integrantes, las naciones van perdiendo poder y autonomía a finales del siglo XVI y comienzos del XVII en favor de las facultades.[21]  En el ámbito universitario, el término de nación no ha de confundirse con el concepto contemporáneo.[22]

Dicho esto, siguiendo el esquema de Tamburri, consideramos que las naciones de estudiantes tienen tres campos de actuación: con sus integrantes, como elemento de poder en la organización de la Universidad y frente a otras naciones.[23] Sin embargo, creemos que hay un cuarto lugar en donde las naciones actúan: los lugares de origen de los estudiantes que la componen. Como veremos más adelante, entre otros factores (proximidad o lejanía, economía…) las naciones universitarias, con su respaldo asistencial y representativo actuarían como elementos atrayentes de estudiantes en potencia, cosa que aumentaba cuando alguno de sus integrantes ocupaba un puesto relevante en la universidad.

En primer lugar, es indudable que el paisanaje era un punto fundamental en la configuración de estas solidaridades regionales, por tanto, la vida de éstas era paralela a la de la universidad y a la de los estudiantes que la conformaban. De este modo, cuando un estudiante salía de su hogar necesitaba hacer frente a un mundo nuevo, y la mejor manera de hacerlo era uniéndose a otros que, o bien se hallaban en su misma situación, o habían pasado por ella antes. Lógicamente, la sociabilidad era más fácil con aquellos que procedían de una misma zona, y poseían unas costumbres y unos rasgos idiomáticos o culturales similares.

Las naciones de estudiantes poseían una organización determinada, con una serie de personas dedicadas a la gestión de todo lo referente a sus integrantes. Además contaban con una ordenación jurídica, libros de registro,… así como vinculaciones a una iglesia o convento destinado a ser el lugar de reunión. En el caso de la nación de Extremadura, no está claro el lugar de encuentro; posiblemente se trataría del convento de San Agustín.[24]

En segundo lugar, las naciones tenían una finalidad muy importante en el gobierno de la Universidad. Según el modelo boloñés, el esquema de poder lo encabezaba el rector (estudiante elegido a votación) junto con sus consiliarios, también estudiantes. En este punto las naciones son esenciales, puesto que de cada una de ellas salía por votación un consiliario según su adscripción a las mismas, y además era elegido anualmente. En total se elegían cuatro consiliarios de las diócesis del Reino de León y otros cuatro de Castilla, de una forma representativa y no respondiendo a la proporción de estudiantes de cada nación. [25]

Ante la elección que anualmente se realizaba del rector y consiliarios o ante las oposiciones de cátedra había pactos y rivalidades entre las diversas naciones según la procedencia, familiaridad,… de cada consiliario, de forma que el momento de plasmar el vítor o señal de obtención de la cátedra del aspirante en cuestión en alguna de las paredes de los edificios universitarios era uno de los momentos más conflictivos.[26] En estas banderías jugaba un papel muy importante la cuestión del paisanaje por encima a veces de otros aspectos sociales o económicos, y en el caso del grupo extremeño, que firmaba con una “E” coronada, se mantenía gran confrontación con la nación de Vizcaya.[27]  

  1. 3.      Matrícula y cifras

Echando una mirada hacia el panorama de las tres universidades mayores (Salamanca, Valladolid y Alcalá), comprobamos un crecimiento de las matrículas universitarias durante la segunda mitad del quinientos, de modo que para el último cuarto de esa centuria se podría hablar de “revolución educativa” al menos para las principales universidades hispánicas.[28] Para el caso de Alcalá tendría sus cotas máximas entre 1570 y 1580, superando los 3200 matriculados, mientras que Valladolid tuvo su auge hacia finales de los ochenta, con cifras en torno a los 1300 matriculados.[29] En el caso de Salamanca, también se observa este máximo hacia los años centrales de la década de 1580 con más de 7300 matriculados, aunque nuestro recuento matiza las anteriores cifras aportadas por Cubas, Alejo Montes, Kagan o Vidal y Díaz.[30]

Los estudiantes de las diócesis de Badajoz, Coria y Plasencia, dentro de las tres grandes Universidades Hispánicas presentan un mayor porcentaje en la matrícula de Salamanca que en el resto de las mismas, en donde su presencia puede considerarse marginal.[31] Precisamente en el Estudio salmantino durante el curso 1574-75 hay, según nuestros datos, un 5,4% de extremeños en las aulas salmantinas, cifras que aumentan hasta el 6,9 % si tenemos en cuenta los que figuran como Nullius diocesis. Estas cifras se ven incrementadas en el curso 1594-95, llegando al 8,4% sin incluir a los mencionados y al 9,3% con ellos.[32]

Atendiendo a la división en estudios, el análisis de cifras corrobora la atracción de Salamanca como primera universidad entre las hispánicas, debido, entre otras razones, a su tradición jurista. Aunque en mucha menor medida, también predominan los estudios de leyes en Valladolid, frente a la importancia de la facultad de Artes en Alcalá.[33]

 

3.1  La nación de Extremadura en la Universidad de Salamanca (I): cuantificación[34]

La Universidad de Salamanca lidera en este momento el número de matriculados en la península Ibérica. Así lo corroboran el total de 5908 estudiantes que se matricularon en el primero de los cursos citados, número que aumenta hasta llegar a los 7308 del curso 1584-85, momento de máximos, y que desciende a 6199 en el curso que cierra nuestra análisis. De estas cantidades, el porcentaje de manteístas gira en torno al 90 % del total de la matrícula.

En cuanto a lugares de origen de los matriculados, según los estudios realizados por Rodríguez San Pedro basándose en cifras de Alejo Montes, o Noemí Cubas, la Universidad de Salamanca sería la que incorpora mayor número de alumnos procedentes de otras regiones de la Monarquía Hispánica y del exterior hasta el decreto de Felipe II.[35] Sin embargo, hay un claro predominio de estudiantes de la mitad norte de la Corona de Castilla. Para el curso 1584-85, los estudiantes de Castilla la Vieja-León son los más numerosos, con más de un 40%, seguidos de Castilla la Nueva (13%), Portugal (12 %), Extremadura (8%), Territorios Vasco-navarros y riojanos (7,5%), Andalucía (5%), Galicia (5%), Reino de Aragón (2,2%), Asturias (2,1%) y Murcia (0,8 %). Estas proporciones contradicen lo manifestado por Kagan, para quien Extremadura “contribuía relativamente con pocos estudiantes”. [36] Los territorios diocesanos que más estudiantes aportan serían, para el citado curso, Salamanca, con 921 matrículas (casi el 15 %), Toledo (476 matrículas y 7,5 %), Calahorra (311) y Burgos (308), con cifras cercanas al 5%. Seguidamente, Ávila, Zamora, Cuenca, Astorga, Plasencia y Palencia en torno a doscientos matriculados cada una (3%).[37]

En este tipo de estudios, un elemento a tener en cuenta en la computación del número total de estudiantes es el de las duplicaciones. Nosotros hemos hecho lo propio con los muestreos exhaustivos que hemos realizado para la nación de Extremadura, para después aplicarlo a las cifras globales del curso 1584-85.[38]

El peso de Extremadura en la matrícula salmantina supone, con 407 estudiantes, el 7,7% de los matriculados para mediados de la década de los setenta. A diferencia del total de matrículas salmantinas que observa el máximo en el curso 1584-85 y desciende a mediados de los noventa, el contingente extremeño no dejará de crecer en los decenios siguientes, aumentando en 543 y un 8,2% de la matrícula para 1585, y 576 y un 10,3% para diez años después.[39] Sin embargo, Badajoz es la única diócesis que, aun aumentando su población estudiantil, no lo hace al mismo ritmo que el resto de diócesis y disminuye su proporción en relación a la matrícula total y de manteístas a mediados de los ochenta del siglo XVI.[40]

Si echamos un vistazo al número de estudiantes de Badajoz, Coria, Plasencia y los territorios de Nullius diocesis, encontramos que Plasencia es la diócesis que más estudiantes aporta, con gran crecimiento entre los cursos 1574-75 y 1594-95 (pasa de 129 a 203 estudiantes) y el 35 % del total de la nación extremeña. No obstante, en el curso 1574-75, a pesar de que la diócesis placentina va muy igualada a Coria, ésta última está en primera posición (32% de los extremeños y 131 estudiantes). Mismamente Coria es la segunda diócesis que más estudiantes envía para el periodo, un 30% del contingente de Extremadura, seguida de los territorios de órdenes militares (21 % y entre 87 y 120 estudiantes), que son los únicos que descienden sus cifras en el último curso analizado. Por último, iría Badajoz, con un 14 % de la nación y entre 61 y 81 estudiantes.[41]

 

3.2  La nación de Extremadura en la Universidad de Salamanca (II): facultades

 Debido a la importancia que la Monarquía Hispánica otorgó a los estudios jurídicos como uno de los pilares en el que apoyaba su compleja maquinaria, la Universidad de Salamanca se convirtió en el principal centro de formación de juristas que pasaban después hacia la burocracia del Estado moderno y la Iglesia. Desde el principio los monarcas se apoyaron en un cuerpo de letrados que basaban su formación en los estudios de derecho. Esta burocracia administrativa articulaba una red clientelar en donde las influencias y los lazos de solidaridad de diversos tipos venían a ser parte esencial de la columna vertebral que articulaba la institución monárquica. En el ámbito eclesial, por otra parte, el derecho canónico y la Teología fueron establecidos por las disposiciones tridentinas como condición sine quae non para la formación del clero y para conseguir las más altas dignidades eclesiásticas.[42]

A parte de los estudios en leyes, la Universidad de Salamanca tenía un elenco de facultades de las que Teología se destacaba sobre el resto, además de otros estudios como los de Gramática y Retórica, Filosofía, Medicina y algunos que aparecen de forma intermitente, caso de Matemáticas. En cuanto a cátedras, Rodríguez-San Pedro habla de 26 cátedras vitalicias o de propiedad, y alrededor de 30 temporales o cursatorias para 1590. Cánones se alzaba con 6 y 4 respectivamente, seguidas de Leyes (4 de propiedad y 6 cursatorias); Teología, con 3 vitalicias y 3 temporales; Medicina (4 y 3 respectivamente); Gramática con 2 de cada tipo; Griego, con 3 cursatorias; y por último las cátedras de propiedad de Lenguas, Retórica, Matemáticas-Astrología y Música.[43]

Los estudios en Cánones, como ya vimos en la comparativa con Valladolid y Alcalá, focalizan la asistencia de los manteístas, con porcentajes que varían entre el 46 y el 52% de los estudios. En segundo lugar, la facultad de Gramática presenta para los cursos 1574-75 y 1584-85  mayores cifras que el resto, en torno al 20%, si bien ésta desciende bruscamente sus efectivos al final de la centuria (7,5%) a favor de los artistas, relacionado con dificultades en la estructuración de sus estudios. Estos problemas se vinculan a la especialización y parcelación de disciplinas en la Universidad desde el segundo tercio siglo XVI cuando Teología, Derecho y Medicina y Artes aparecen como estudios totalmente independientes de la labor de los gramáticos, y éstos ven reducido cada vez más su campo de actuación a la Gramática propiamente dicha (latín), Retórica y Griego.[44]  La facultad de Artes, por su parte, ocupa el tercer puesto con proporciones de entre el 11 y el 14 % de la matrícula, seguidos de los legistas que tienen un peso en la matrícula de entre el 8 y casi el 12%. Los teólogos se mantienen con cifras entre el 8 y el 10%, y por último, los estudios en Medicina (2-4 %).[45]

Por diócesis según las facultades, para el curso 1584-85, en Cánones destaca Toledo con casi 300 matrículas, seguido de Salamanca y Burgos con más de 200 cada una. A continuación  Calahorra, Palencia, Cuenca, y Plasencia entre otras (100-150). En el caso de Gramática, Salamanca predomina con cerca de las 400 matrículas igual que en Artes, con  más de 150. En lo que respecta a los legistas, Toledo vuelve a superar a Salamanca, con 53 y 40 matrículas respectivamente. Los estudios de Teología atraen a los salmantinos principalmente (79 matrículas) seguidos de los calagurritanos con casi 40. Por último, los estudiantes de Medicina provienen igualmente de la diócesis de Salamanca (33 matrículas) y Toledo entre otras, con 10 matriculados.[46]

Ante la relevancia del Estudio salmantino y su variedad de estudios, y dada la proximidad de las diócesis de Coria y Plasencia, que reunían en torno al 65% de los extremeños matriculados, es lógico que la presencia extremeña fuera notable, en donde además encontraban el apoyo de una nación. El peso de la nación de Extremadura en la facultad de Cánones se mantiene elevado, pasando del 7,9 % hasta prácticamente el 11% hacia 1595. Sin embargo, la mayor representatividad la encontramos en el curso 1574-75 en Leyes (10%); Retórica (20%) y Artes (10%) en el curso 1584-85, y Matemáticas y Medicina con un 18 y 14,7% respectivamente para el último de los cursos. Contingentes de extremeños superiores al 7% se dan en Artes en el primer corte; Leyes, Gramática y Medicina en los años centrales de la década de los 80, y Leyes, Artes y Teología para 1594-95.[47]

Cánones, en las diócesis extremeñas, ocupa la mayor proporción de estudiantes (34-60% en cada diócesis). Plasencia ostenta el número mayor de canonistas, (53-56% de sus estudiantes) entre los 68 y los 111 individuos. Seguidamente irían los gramáticos, que, superando el 16 % (entre 20 y 30 alumnos), continúan con la misma tendencia general de descenso para las postrimerías del siglo, concretamente hasta un 3%. Artes, a continuación, ocupa el tercer puesto (11-15%), seguida de Teología y Leyes, que van muy igualadas en cuanto a número de placentinos (del 5 al 11 %). Las disposiciones tridentinas favorecieron un auge del número de estudiantes teólogos hacia 1595, con 24 alumnos (12 %). En el caso de otros estudios como Medicina, Retórica o Matemáticas son opciones secundarias, observándose un aumento hasta el 6% de los médicos también a finales de siglo que podría estar relacionado con los prestigiosos estudios de la escuela de medicina del Monasterio de Guadalupe, los cuales daban una formación primaria que debía completarse en Salamanca. [48]

Aunque para el curso 1594-95 todos los territorios aumentan en Cánones, en proporción Coria llega a sobrepasar a Plasencia rozando el 60 %, un incremento con respecto a al curso 1574-75 de casi el doble de estudiantes en esa facultad. En lo que respecta a Gramática y Retórica, los caurienses son los más numerosos de los extremeños en todos los cursos, (24-30%), acusándose al final de la centuria la citada regresión hasta un 9%; pero incluso aquí tienen mayores proporciones que el resto. En el caso de los retóricos Coria es una de las diócesis a nivel global con mayor presencia. Esto puede ser explicable por la presencia de El Brocense, que en esos años es profesor en dicha facultad y posiblemente, como veremos, tendría gran capacidad de atracción. Por otro lado, Leyes también es una facultad bastante demandada, aunque sus cifras descienden del 20 % a aproximadamente la mitad hacia 1584-85. Artes también sufre un acusado descenso final llegando a un 6%. Teología se mantiene en torno al 3-5% de los matriculados; aquí no parece que incidieran las directrices de Trento. Medicina y Matemáticas, igual que en Plasencia, tampoco son estudios muy solicitados.[49]

Como contraste, los territorios de Nullius diocesis y Badajoz son, debido en parte a su lejanía con la Universidad de Salamanca y su proximidad a las recién fundadas  Universidades de Sevilla (1505) o Granada (1531), los lugares que aportan menos al contingente estudiantil. Los territorios de órdenes militares aportan mayores estudiantes en Cánones, entre 46 y 66 individuos (55%) y Artes, en torno al 20. Para 1574-75, Leyes, con un 19%, era la segunda facultad que acogía a mayor número de estudiantes, aunque después irá pareja a los estudios de Teología (6-10%). Gramática, empero, no tenían demasiada capacidad de atracción para este alumnado: a finales del siglo XVI no encontramos ni uno sólo. En cambio, Medicina concentraba en esos años casi igual peso que Leyes y Teología (10%).[50]

Por último, Badajoz es la diócesis que menos estudiantes envía a Salamanca, con un predominio en la tríada Cánones-Leyes-Artes que suponen entre el 80 y cerca del 90 % de los matriculados de esta circunscripción. En ella, los canonistas disminuyen en proporción durante la época de máximo crecimiento de la matrícula global. Leyes y Artes van bastante igualados, (10 y el 18%). De cerca le siguen los gramáticos (10-15%) que aminoran su presencia en el curos 1594-95 como ocurría en las otras de diócesis. Teología y Medicina son los estudios con menor número de alumnos de la diócesis pacense, entre el 4 y el 7%, aunque los primeros aumentan durante la última etapa analizada hasta el 12 %, siendo la segunda opción, junto con Artes, tras la facultad de Cánones.[51]

3.3  La nación de Extremadura en la Universidad de Salamanca (III): procedencia geográfica y social

Una vez examinados los contingentes de estudiantes extremeños se hace necesaria una aproximación a sus lugares de origen. La historiografía ha considerado que, excluyendo los ámbitos plenamente rurales en donde estaban ausentes las preocupaciones culturales, la Universidad atraería más al medio urbano que el rural.[52] En nuestro trabajo corroboramos esta premisa, dado que ciudades como Plasencia, Cáceres o Trujillo son las que más estudiantes envían. En ello, el apoyo de la nación de Extremadura era indispensable, pero también la presencia de figuras notables que funcionan como polos de atracción en sus lugares de procedencia. Todo ello lo comprobaremos a través de los libros de matrículas, aunque antes analizaremos unos prolegómenos de partida.

Como ya vimos, la Universidad es uno de los resortes de la Monarquía Hispánica en tanto que abastece de letrados al aparato burocrático que se pone en marcha con el surgimiento de los Estados modernos. Esto suponía una forma de promoción social, la llamada “promoción por las letras” a través de las disciplinas jurídicas, puesto que la Teología se ligaba al ámbito de la Iglesia, la Medicina requería gran especialización y las Artes estaban consideradas como estudios menores o de tránsito hacia otras facultades.[53]

Así pues, el ingreso en la Universidad obedecía previamente a diversos factores. Entre ellos cabría destacar, en primer lugar razones socio-económicas. Matricularse en la Universidad de Salamanca no resultaba aparentemente costoso.[54] Sin embargo, el mero hecho de trasladarse a una ciudad distinta encarecía el precio de los estudios, y dependiendo del estatus, los vínculos o la suerte, había diversas formas de mantenerse en una ciudad universitaria como Salamanca. Los estudiantes más pobres intentaban sobrevivir mediante algunas de las becas que otorgaban los colegios, o por medio de la protección eclesial, también como sirvientes de un estudiante adinerado, etc.[55] A continuación había un nivel superior de hidalgos con pocos recursos, hijos de labradores notables o profesionales urbanos que seguían el camino de sus progenitores. También existían vagos, pícaros o vagabundos que intentaban probar suerte entre el mundo estudiantil como forma de mejorar su situación.[56] Paralelamente había sistemas como el del pupilaje, por medio del cual un bachiller se encargaba de varios estudiantes a los que mantenía y hospedaba, además de asistirles en cuestiones educativas. Sin embargo, este tipo de alojamiento no resultaba demasiado barato.[57] Por último, un número muy reducido de nobles y caballeros estaba presente en los estudios superiores, normalmente segundones que pretendían subir en el escalafón social.

Ligado a las razones económicas, estaban las razones intelectuales. Como señala Kagan, “aunque había acusadas diferencias de riqueza y cultura dentro de esta minoría, ésta representaba a los miembros más cultivados de la sociedad, una parte de los cuales había recibido también educación latina”.[58] Esto indica que lógicamente sólo los más pudientes se podían permitir una educación de primeras letras en los lugares de origen, requisito previo para iniciarse en los estudios universitarios. Además el latín era otro de los conocimientos básicos necesarios antes de entrar en la Universidad, que en la mayoría de los casos únicamente se adquiría en un medio urbano. En contraposición, el analfabetismo era general en las zonas rurales, y sólo los núcleos más nutridos o las ciudades pequeñas había un pequeño sector de instruidos. A su vez, también aquellos que poseían ya una cierta formación confiaban en la Universidad como forma de aspirar a una posición más elevada. [59]

De cualquier forma, aparte de otros requisitos como la limpieza de sangre, hemos de tener claro que también las razones geográficas son relevantes, y en nuestro caso centran uno de los criterios que hemos utilizado para escoger el contingente estudiantil extremeño: el paisanaje. Como hemos visto, la proximidad espacial, aunque no es determinante, influye notablemente en aquellas diócesis más cercanas. A su vez, el hecho de pertenecer a una de las cofradías de estudiantes facilitaba el acceso a una red de vínculos que partían desde la propia Universidad hasta los lugares de origen y viceversa, a la par de proporcionar algunos privilegios frente a estudiantes de otras naciones. Esta forma de confraternizar daba auxilio y apoyo al estudiante en caso de necesidad una vez que llegaba a la Universidad, pero antes de ello parentelas, amistades y paisanos que confluían después en la nación ya habían tomado parte en la decisión del estudiante en potencia para escoger una universidad determinada, en este caso Salamanca.

Mismamente esos vínculos, que se forjaban tanto en el seno de los núcleos de residencia habitual, como en la propia ciudad universitaria, se entrelazaban en las naciones, las cuales los impulsaban, renovaban y ampliaban hacia los tres niveles que mencionamos al principio (en la propia nación, en el gobierno de la universidad y con respecto a otras naciones). Estos niveles podrían considerarse como internos, dado que sus límites se circunscriben al funcionamiento del Estudio.

En nuestra investigación querríamos quedar esbozado un cuarto nivel de influencia de las naciones estudiantiles: su irradiación sobre las áreas de procedencia, nivel que podría considerarse externo si lo comparamos con los otros tres. Sin embargo, no lo sería tanto si tenemos en cuenta que dichos influjos constituirían uno de los eslabones para que la cadena de atracción hacia la universidad volviera a funcionar de nuevo. Es decir, aparte de la existencia en sí de la propia nación, el hecho de que alguno de sus integrantes allegados o conocidos desempeñase algún puesto relevante, ora en lo académico, ora en la administración o gobierno de la universidad, era un elemento que tenía un “efecto llamada” sobre los jóvenes que estaban en disposición de iniciar sus estudios superiores.

Pongamos un ejemplo que creemos bastante representativo de lo explicado hasta ahora. Francisco Sánchez de las Brozas, “El Brocense”, fue un reconocido humanista y traductor de su tiempo. El Brocense se hizo con la propiedad de la cátedra de Retórica de dicha Universidad en 1573, al igual que la de Griego desde 1576, siendo profesor de ambas hasta su jubilación en 1593.[60] Ambos estudios iban ligados, como ya vimos, a los de Gramática, y precisamente los años que está ejerciendo el Brocense en esta facultad, la diócesis de Coria es la que presenta en ella mayor número y proporción de estudiantes de la nación de Extremadura, y en el caso de Retórica, una de las diócesis que más estudiantes aporta (más del 18 % de la matrícula total) para el curso 1584-85. Pero aun más, el núcleo de Brozas, donde había nacido el Brocense, es uno de los que más estudiantes envía de las cuatro áreas estudiadas hasta ese curso: la tercera durante 1574-75 (19 estudiantes), aumentando hasta 24 individuos para 1584-85. Como vemos, la capacidad de atracción de el Brocense era notoria.

Dicho esto, se hace indispensable el estudio de los estudiantes de la nación de Extremadura según los núcleos de origen, para lo cual hemos contrastado los datos obtenidos de la matrícula universitaria del curso 1594-95, hito de estudiantes de la nación de Extremadura, con los censos y recuentos de población de la época: el llamado “Libro de los millones” de 1591-94 y el “Censo de los obispos de Castilla” de 1587,  ambos recogidos por Tomás González en el siglo XIX.[61]

Para ese momento, hemos encontrado datos de las poblaciones de origen de 540 de los 576 estudiantes, teniendo tan sólo 4 sin identificar. Así las cosas, los individuos identificados se reparten en un total de 117 núcleos, como se observa en la figura 19.[62] Parece ser que, de forma general, predominan los núcleos de 500 vecinos o menos, con 74 de las 117 poblaciones (63%), y de forma específica los núcleos de entre 200 y 500 vecinos, con cerca de la mitad de todos los que tenemos datos (44%). En contraste, las poblaciones superiores a esa vecindad tienen mayor peso en la salida de estudiantes (69% del contingente y 376 estudiantes). Destacan, con proporciones superiores al 30 % del contingente estudiantil, los lugares de entre 500 y 1000 vecinos, seguidos por los núcleos de entre 200 y 500 (25%) y a continuación los mayores de 1500 vecinos (23%). Queda claro, por otro lado, lo afirmado al principio: las áreas rurales de escasa población (menores de 200 vecinos), aunque ocupan un 20% del total de procedencias, apenas envían estudiantes; tan sólo el 6%.[63]

 En esta distribución, las diócesis de Plasencia y Coria están empatadas en cuanto a núcleos que envían más estudiantes a la Universidad de Salamanca, con 36 cada una, si bien Plasencia envía ligeramente más estudiantes que la diócesis cauriense (174 frente a 172). A continuación, los territorios de Nullius diocesis envían 114 estudiantes de 31 procedencias distintas, y por último, Badajoz, con 14 núcleos de los que salen 80 estudiantes.[64]

Viendo detenidamente cada área según la figura 21, parece ser que en la diócesis de Plasencia predominan claramente los núcleos de menos de 500 vecinos, con un peso del 78%. Precisamente el contingente estudiantil proviene sobre todo de núcleos mayores de 200 habitantes (58 individuos), aunque los núcleos de un tamaño considerable (más de 1000 vecinos) envían el mayor porcentaje de estudiantes (59% y 102 efectivos). Sin embargo, las poblaciones de entre 1000 y 1500 vecinos se hallan ausentes. Gran parte de ese contingente lo envían las ciudades más pobladas de la diócesis, Trujillo, Béjar y Plasencia, pero se sale de la norma Cabezuela del Valle, que siendo un núcleo rural bastante poco poblado, (230 vecinos) también envía un número alto de individuos.[65]

Para el caso de Coria, ocurre algo similar a la diócesis de Plasencia: en la distribución de núcleos los más pequeños tienen una mayor proporción, un 70%, pero son los que menos estudiantes expulsan, un 30% (49 individuos). Por el contrario, los 7 núcleos de entre 500 y 1000 vecinos envían un 35 % de los estudiantes. Finalmente, el peso de estudiantes se lo llevan poblaciones más grandes, de más de 1000 vecinos, con el hito en la ciudad de Cáceres, que aporta 40 estudiantes, esto es, un 23% del total de la diócesis. Otros enclaves significativos son: Coria, con 15 estudiantes, Brozas (14), Ceclavín (13) o Garrovillas (12).[66]

Los territorios extremeños de Nullius diocesis, pertenecientes a la jurisdicción de las órdenes de Alcántara y Santiago, matizan el predominio en las otras diócesis de las procedencias con pocos vecinos, dándose en este área casi un empate entre los lugares con menos de 500 vecinos (51%) y los superiores a esa cifra (49%). No ocurre lo mismo, no obstante, con el número de estudiantes, los cuales salen mayormente (un 74%) de poblaciones de entre 500 y 1500 vecinos, concretamente 84 de los 114 estudiantes identificados. Los cuatro núcleos más grandes vuelven a aportar el mayor contingente, el 32 % de los estudiantes: Mérida y Llerena, con 19 y 11 estudiantes respectivamente.[67]

Por último, la diócesis de Badajoz es la que menos está representada en la nación de Extremadura con tan sólo 80 estudiantes repartidos principalmente entre sus cuatros poblaciones mayores: Badajoz, ciudad extremeña más poblada con 2805 vecinos y el 29% de los estudiantes (29); Alburquerque, Fregenal y Jerez de los Caballeros (24%), con un total de 19 entre las tres ciudades. Continúan predominando la relación entre la abundancia de núcleos pequeños (36%) que envían pocos estudiantes, en total 14, un 17% de la diócesis. De forma parecida a la diócesis de Plasencia, hay escasez de núcleos de entre 1000 y 1500 vecinos, tan sólo uno, Zafra, que envía 6 estudiantes.[68]

En resumen, a la luz de los datos, parece ser que hay dos grandes focos, Cáceres y Trujillo, que constantemente envían estudiantes. Les siguen las sedes episcopales Plasencia, Badajoz y Coria, así como Béjar, y un sector de poblaciones intermedias que se diseminan por la geografía extremeña (Brozas, Mérida, Llerena…). En torno a ellos se concentran un rosario de pequeños núcleos que están bajo su influencia y que aportan un número reducido de alumnos. Estos se ubican en los Valles del Jerte y Tiétar y las Vegas de Coria en el tercio norte, mientras que en la zona centro, la penillanura Trujillano-Cacereña, sobre todo la Tierra de Trujillo es la que alberga más procedencias. Por último, en el tercio sur, destaca la franja situada entre Tierra de Barros y el campo de Zafra con los núcleos de Jerez, Fregenal y Zafra.

Apuntados los aspectos geográficos, y en otro orden de cosas, intentaremos aproximarnos a alguno de los pocos aspectos sociales que nos dejan entrever las matrículas. Así, hemos de destacar uno que nos da una ligera idea de un grupo que establece una diferenciación con el resto de matriculados. Se trata de aquellos que aparecen inscritos con el título de “don”, particularidad que en principio indicaba un nivel bajo de hidalguía, que en el caso de los universitarios solía circunscribirse a segundones, aunque hay que tomarlo con precaución debido a los abusos que en la época se hacían al respecto.[69] Como indica Cadenas y Vicent, es necesario el cotejo de numerosa documentación en donde se indique dicha titulación, siendo ésta una de las pruebas que demostrarían que la anteposición del “don” es símbolo de un estatus nobiliario y no una impostura.[70]

En nuestro caso, aunque tenemos en cuenta esas consideraciones, resulta una tarea casi imposible identificar la veracidad de todo aquel título de “don” que nos encontramos en las matrículas, puesto que tendríamos que cotejarlo al menos con las fuentes parroquiales, cuestión que podría llevarnos años en hallar respuesta. A pesar de que, como indica Alemán Illán, el título de “don” podía reflejarse en los escritos debido a los propios notarios que lo intitularían por razones de amistad o relación profesional, sí que es cierto, como veremos en el caso de Trujillo, que normalmente suele ir acompañando a estudiantes con apellidos notablemente conocidos en los lugares de origen por su condición hidalga o noble.[71] Por esta razón, y ante la falta de otras fuentes para contrastarlo, daremos por válidos los títulos de “don” que aparecen en los libros de matrícula, al menos a efectos de cuantificación, en los que hemos de tener en cuenta las duplicaciones.

Para la nación de Extremadura, los titulados de “don” aparecen sobre todo en las facultades jurídicas y proceden de todas las diócesis. De forma general, suelen ser de 1 a 5 estudiantes canonistas principalmente, y en menor número, legistas. A éstos le siguen, de manera secundaria los “dones” de artes y gramática. Sin embargo, el caso de Plasencia en el curso 1584-85, con 12 estudiantes hidalgos, es llamativo puesto que esta diócesis acumula el mismo número de individuos de esa condición que el resto de diócesis juntas para ese curso.[72]

En el curso 1574-75 los porcentajes de “don” se mueven entre el 1,15 % de la matrícula de Nullius diocesis y el 3,81 % de los matriculados procedentes de Coria. Estas proporciones se elevan durante los años centrales de la década de los ochenta, ascendiendo al 6,31 % en el citado caso de Plasencia, seguida de Badajoz (5,8%) y los territorios de Nullius diocesis, con un 3,3%. Por último, en el curso 1594-95, Coria, con 7 titulados de “don” encabeza a las diócesis extremeñas (4,19%), a la que le sigue Badajoz y Plasencia con un 3,7 y un 2,46%, y sin hallar, empero, ninguno de esa condición bajo jurisdicción de las órdenes militares.[73]

Estas cifras indican que la mayoría de los estudiantes manteístas de la nación de Extremadura suelen provenir de un estrato social más bajo que el analizado, si bien no siempre es indicativo de falta de recursos porque, como señalamos, estudiar en una universidad no estaba al alcance de todos. Excepción a esto lo conforman hidalgos de la baja nobleza de algunas familias notables extremeñas, dentro de los cuales vamos a ver los procedentes de las dos diócesis que más aportan: Plasencia y Coria.

Al residir familias de la nobleza en ciudades como Plasencia, Trujillo, Cáceres o Béjar lógicamente no sale de la normalidad que sean las procedencias donde más titulados de “don” encontramos. Así, apellidos como Barahona, Paniagua o Solís son bastante conocidos en el círculo de la nobleza local para el caso de Plasencia, o Figueroa, Zúñiga…para el caso de Béjar. Lo mismo ocurre con las familias Altamirano, Loayssa, Escobar, Tapia, Paredes, Pizarro,… linajes que eran notables en el caso trujillano. En lo que respecta a Cáceres, apellidos como Golfín, Ovando, Portocarrero, Andrada, o Becerra atestiguan que, por norma general, el uso del título de “don” no estaba ajeno a fundamentos del linaje.

Otro aspecto que a veces muestran los libros de matrícula y que demostraría la veracidad de los presentados como hidalgos sería la aparición de hermanos o presuntamente familiares que se matriculan conjuntamente. El apoyo familiar en este sentido es importante, ya que resulta más llevadero enfrentarse a las novedades que resultan de estudiar en una ciudad universitaria lejos del seno familiar cuando se unen dos individuos en la misma situación.[74]

  1. 4.      La Tierra de Trujillo

Lo que denominamos como Tierra de Trujillo, según la división administrativa del siglo XVI, estaba situada dentro de la llamada también Provincia de Trujillo, comprendiendo ésta la mayor parte del actual territorio extremeño. Como ya vimos, junto a la Provincia de León de la Orden de Santiago formó la provincia de Extremadura en 1653.[75] La Tierra de Trujillo, según los censos consultados para la realización de este trabajo, comprendía los siguientes núcleos: Trujillo, Garciaz, Berzocana, Cañamero, Herguijuela, La Zarza (Conquista de la Sierra), Zorita, Logrosán, Navalvillar, Acedera, Madrigalejo, Alcollarín, El Campo (Campo Lugar), Abertura, Escurial, Santa Cruz de la Sierra, Robledillo de Trujillo, Orellana. La Cumbre, El Puerto de Santa Cruz, Ibahernando, Retamosa, Plasenzuela, Aldea el Pastor (Santa Ana) y Búrdalo (Villamesías).[76] Limitaba al norte con la Tierra de Plasencia, al oeste con la de Cáceres y el partido de Montánchez de la Orden de Santiago, al sur, con Medellín y con el partido de Magacela de la Orden de Alcántara, y al este con la Tierra de Talavera y el Señorío de Alcocer.[77]

En el contexto general de las diócesis y de la nación de Extremadura, Trujillo es una de las ciudades que más estudiantes aporta en todos los cursos, entre 30 y 35 según los libros de matrículas. En este sentido, durante el curso 1574-75 lidera a las diócesis extremeñas junto con Cáceres (38 estudiantes), mientras que diez años más tarde lo hace junto a Plasencia (39 estudiantes frente a los 35 de Trujillo), superando a Cáceres en contingente estudiantil. Sin embargo, a finales de la centuria, Plasencia decae hasta los 16 estudiantes a la vez que sube Cáceres hasta los 40, mientras que Trujillo sigue manteniéndose con 30 efectivos.

Si echamos un vistazo a las facultades que más demanda tienen entre los estudiantes procedentes de la Tierra de Trujillo durante el curso 1594-95, Cánones es la primera, con una proporción del 47%. Los canonistas proceden sobre todo de Trujillo (17 estudiantes), seguido de Berzocana, Cañamero y Santa Cruz de la Sierra con dos estudiantes cada una. A continuación, los artistas son los más numerosos, con un 20 % y un total de 11 matriculados trujillanos, destacando de nuevo la ciudad, con 8 estudiantes, seguida, con uno, de La Cumbre, Madrigalejo y Orellana. En tercer lugar destacan, igualados al 11% de la Tierra de Trujillo, los estudios de Leyes y Gramática, que atraen en total a 12 individuos. Son predominantemente legistas los trujillanos (5 estudiantes), mientras que también se destacan entre los gramáticos (3 estudiantes) junto a los procedentes de Berzocana (2), Garciaz, Alcollarín, el Puerto de Santa Cruz y Santa Cruz de la Sierra, con uno cada uno. En el caso de Teología, encontramos sólo a tres estudiantes de Trujillo, mientras que en Retórica sólo encontramos uno de dicha ciudad, y otro de Berzocana cursando Medicina.[78]

En el caso de la nación de Extremadura, Trujillo y su tierra estaban ampliamente representadas en la Universidad de Salamanca, puesto que, como se puede ver en la figura 25, de los 25 núcleos citados antes, encontramos estudiantes de 19 de ellos en el último cuarto del siglo XVI.[79] Se trata de núcleos de menos de 1000 vecinos, a excepción de Trujillo que superaba los 1500 vecinos. Entre ellos continúa la tónica vista para la generalidad de las diócesis extremeñas: la mayor parte de núcleos son pequeños, no llegando a sobrepasar los 800 vecinos para el caso de los tres mayores de los que tenemos datos aparte de Trujillo (Logrosán, Garciaz y Berzocana), mientras que el resto tiene entre 150 y 400 vecinos. Sin embargo, todos estos lugares no envían apenas entre un 25 y un 34 % de los estudiantes de la Tierra de Trujillo para el periodo 1574-1585. [80]

No obstante, a mediados de la década de los noventa del siglo XVI esta tendencia cambia: Trujillo, que antes enviaba contingentes de entre el 66 y el 75 % de los estudiantes, ahora se va a ver superada por la suma del resto de poblaciones menores de 1000 vecinos, si bien es por la mínima: 31 estudiantes frente a 30 que tiene la ciudad (51 y 49%).[81]

 

  1. 5.      Un estudiante trujillano de “don”: Luis de Tapia Paredes.

En un intento al acercamiento a la adscripción social de los estudiantes ya dijimos más arriba el caso de los titulados de “don”. A modo de epílogo, nos gustaría fijarnos en un estudiante de Trujillo que aparece matriculado en la Universidad de Salamanca y cuya trayectoria posterior dio como resultado una “mejora del estado por las letras”. Hablamos de Luis de Paredes, que aparece matriculado en el curso 1584-85, junto a su presunto hermano Bernardino de Tapia.[82] No hay ninguna mención en el libro de sus lazos de parentesco, pero el hecho de que aparezcan matriculados uno seguido del otro hace que intuyamos que podrían tratarse de los hermanos de Esteban de Tapia, autor de un interesante manuscrito sobre la historia de Trujillo y su heráldica.[83] Todos eran hijos de Gonzalo de Tapia, señor de Plasenzuela, Guijos y Avililla, y María de Paredes, nieta de Diego García de Paredes, el afamado militar de las guerras de Italia.[84]

De Bernardino de Tapia apenas sabemos que, de tratarse del personaje que consideramos, era el segundón de la familia y heredero, según Muñoz de San Pedro, del mayorazgo de los Paredes, ya que su hermano Esteban era el primogénito y le correspondía el de los Tapia. Desconocemos la fecha del fallecimiento de Bernardino, pero lo hizo sin descendencia, y el tercero de los hermanos, Luis, heredó dicho mayorazgo, reuniendo bastante patrimonio.[85]

Luis de Tapia Paredes, que según el conde de Canilleros firmaba también como Luis de Paredes, nació después de 1560 (su hermano mayor Esteban nace sobre esa fecha), y cursó estudios juristas en Salamanca, llegando posteriormente a ser alcalde de Casa y Corte y Consejero de Castilla e Indias.[86] Según la crónica de la orden de Alcántara, Luis de Paredes fue “colegial del Mayor del Arzobispo, Oidor de Sevilla y de Valladolid, Alcalde de Casa y Corte, del Consejo de Indias, y hoy de el Real de Castilla. Casó con D. Aldonza de Esquivel y Guzmán, natural de la ciudad de Sevilla”.[87] El hecho de fuera colegial podría parecer que nuestro Luis de Paredes era otro, ya que se encuentra matriculado entre los manteístas. Sin embargo encontramos en una obra coetánea a él la siguiente referencia:

“[…]Don Luis de Paredes, Licenciado por la Universidad de Salamanca, año de mil y quinientos noventa y seis, y el del noventa y ocho entró en el Colegio mayor del Arçobispo de la sobredicha Universidad, donde a pocos días le encomendaron la oposición de las Cátedras de Cánones, y el de seiscientos y diez y seis fue promovido por Oydor de Valladolid, y el de diez y ocho fue proveydo por Alcalde de Casa y Corte […].[88]

Por tanto, fue colegial dos años después de licenciarse (1596). Aunque las coincidencias son bastante altas, aparece matriculado en 1585, más de diez años antes de licenciarse, tiempo que podría parecer algo excesivo, aunque no mucho, para realizar sus estudios, barajando la posibilidad de una interrupción temporal o que simplemente se tomó algo más de tiempo del habitual.

De cualquier modo, el trujillano Luis de Paredes llegó a ocupar una posición muy elevada en la administración de Felipe III y Felipe IV. Su paso por las aulas salmantinas cursando estudios como manteísta en Cánones era algo bastante habitual para aquellos hidalgos segundones que querían conseguir un estatus más alto a través de una formación jurídica para pasar a las filas de burócratas de la Monarquía Hispánica. Dado que él en principio no era heredero de ninguno de los mayorazgos, es entendible su inclinación hacia las letras, aunque después la fortuna hizo que, al fallecer su hermano Bernardino, heredase un mayorazgo más grande que el de los Tapia, detentado por su otro hermano Esteban.

Durante su etapa de colegial, hasta 1606, conocería al futuro Conde-Duque de Olivares, como confirman algunas de sus cartas conservadas, y en 1618, Luis de Paredes desempeña el cargo de Consejero y Alcalde de Casa y Corte. Después de 1626, durante su etapa en el Consejo de Indias, se preocupó de reunir una serie de documentos sobre dicho Consejo hallados posteriormente en el Archivo del Conde de Canilleros, como el propio Muñoz de San Pedro indica en uno de sus artículos sobre Luis de Paredes.[89]

 

  1. 6.      Conclusiones

Los lazos de solidaridad regional juegan un papel primordial en las relaciones sociales en el momento en que un estudiante sale de su ámbito habitual. Es por ello por lo que creemos que existe una noción, aunque difusa, de identidad extremeña, al igual que la había en relación a otras procedencias geográficas dentro y fuera del ámbito peninsular. Así, se referiría no sólo al ámbito geográfico, sino también a sus habitantes, con unas características y rasgos comunes (idiosincrasia, comportamientos, peculiaridades lingüísticas, etc).

En este sentido, la existencia de las naciones respondería, entre otras razones, a una necesidad primigenia de subsistencia en un medio extraño, a lo que se suma la intención de aunar esfuerzos para alcanzar puestos de relevancia mediante los diversos cauces representativos de la universidad. A través de dichos lazos de paisanaje se ponían en contacto individuos que habían experimentado la situación de ser estudiante en sus carnes o en la de sus familiares y conocidos, o bien estaban en una situación de partida similar a la del novato. Las naciones funcionarían como polo de atracción de estudiantes de la misma procedencia, posible causa, entre otras ya apuntadas, de que un individuo se decantase por Salamanca.

En el caso de la nación de Extremadura, la tendencia en el aporte de estudiantes es constante, sin cambios bruscos, al menos, hasta la peste de 1595. De forma local se denota un aumento significativo en ciertos núcleos, a la vez que otros descienden considerablemente su representación. Esto puede ligarse, como hemos visto, a razones de paisanaje, pero en este punto, se abre el abanico de posibilidades.

Así, la mejora por las letras hizo que numerosos individuos encontrasen una vía hacia el incremento de su prestigio y poder social. Para ello, lógicamente había que destinar un dinero, que dependía de los recursos de cada futuro estudiante. Amén de otras posibilidades, fue cada vez más frecuente donar ciertos fondos para que algún familiar o allegado pudiera licenciarse en Salamanca, mostrando otra vez la preferencia de esta Universidad. Es el caso del trujillano Fray Jerónimo de Loaysa, arzobispo de Lima, que dejó un dinero para que su pariente Gutierre Espadero Paredes estudiase en Salamanca.[90]

Como hemos visto, el campo de estudio de las naciones es muy amplio, de modo que el objetivo para futuras investigaciones ha de aprovechar las cifras para analizar otros niveles posibles de relación entre Universidad y naciones de estudiantes.

 

Apéndice[1]

 

AÑOS

Matriculados

Manteístas

Manteístas de la nación de Extremadura

%

%

% manteístas

%total

1574-75

5908

100

5313

89,92

407

7,66

6,88

1584-85

7308

100

6603

90,35

543

8,22

7,43

1594-95

6199

100

5569

89,83

576

10,34

9,29

Figura 1. Evolución general de la matrícula. (1574-95)

Figuras 2 y 3. Evolución general de la matrícula de manteístas y de la nación de Extremadura (1574-95)

Fig 2Fig 3

 

Figura 4. Contingentes totales y manteístas de la nación de Extremadura (totales y porcentajes).

DIÓCESIS

1574-75

1584-85

1594-95

Totales

% total

% mant.

% extr.

Totales

% total

% mant

% extr.

Totales

% total

% mant

% extr.

Badajoz

61

1,03

1,14

14,9

68

0,94

1,04

12,7

81

1,3

1,45

14

Coria

131

2,21

2,46

32,1

164

2,24

2,48

30,2

177

2,85

3,17

30,7

Plasencia

128

2,16

2,4

31,4

191

2,59

2,87

35

203

3,27

3,64

35,24

Nullius diocesis

87

1,47

1,63

21,4

120

1,64

1,81

22

115

1,85

2,06

20

Total

407

6,88

7,66

100

543

7,43

8,22

100

576

9,29

10,34

100

 

Figuras 5 a 9. Evolución general según diócesis de la nación de Extremadura (número de alumnos y porcentajes).

 Fig 5

Fig 6

Fig 7

Fig 8

Fig 9

 Figura 10. Evolución general de los estudiantes manteístas y de la nación de Extremadura según estudios (totales y porcentajes).

 

ESTUDIOS

1574-75

 

1584-85

1594-95

Manteístas (total) Manteístas Extremadura Manteístas  (total) Manteístas  Extremadura Manteístas  (total) Manteístas  Extremadura

%

% total

% estudios

%

% total

% estudios

%

% total % estudios
Cánones

2449

46,09

194

3,65

7,92

3068

46,46

257

3,89

9,37

2943

52,84

320

5,74

10,87

Leyes

634

11,93

65

1,22

10,25

577

8,73

47

0,71

8,14

555

9,96

62

1,11

11,17

Teología

525

9,88

24

0,45

4,57

528

7,99

32

0,48

6,06

595

10,68

54

0,96

9,07

Medicina

129

2,42

11

0,2

8,52

201

3,04

15

0,22

7,46

230

4,13

34

0,61

14,78

Artes

621

11,68

49

0,92

7,89

863

13,05

87

1,31

10,08

818

14,68

80

1,43

9,77

Gramática

955

17,97

64

1,2

6,7

1351

20,46

102

1,54

7,54

417

7,48

24

0,43

5,75

Retórica

0

0

0

0

0

15

0,22

3

0,04

20

0

0

0

0

0

Matemáticas

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

11

0,19

2

0,03

18,18

Total

5313

100

407

7,66

6603

100

543

8,22

5569

100

 576

10,34

Figuras 11 a 13. Evolución general de los estudiantes manteístas según estudios (porcentajes).[2]

 Fig 11

Fig 12

Fig 13

 

Figura 14. Evolución de las diócesis extremeñas según estudios: totales y porcentajes según diócesis.

CURSO 1574-75

CURSO 1584-85

CURSO 1594-95

ESTUDIOS

BADAJOZ

CORIA

PLASENCIA

NULLIUS D

BADAJOZ

CORIA

PLASENCIA

NULLIUS D

BADAJOZ

CORIA

PLASENCIA

NULLIUS D

Total

%

Total

%

Total

%

Total

%

Total

%

Total

%

Total

%

Total

%

Total

%

Total

%

Total

%

Total

%

Canonistas

29

47

51

39

68

53

46

53

30

43

55

34

107

56

66

55

47

58

99

59

111

55

63

55

Legistas

11

18

26

20

11

9

17

19

10

15

18

11

9

5

10

8

8

10

24

15

19

9

11

10

Teólogos

4

7

4

3

11

9

5

6

5

7

9

5

11

6

7

6

10

12

9

5

24

12

11

10

Médicos

3

5

3

2

2

1

3

3

3

4

6

4

2

1

4

3

3

4

9

5

12

6

10

9

Artistas

8

13

15

12

14

11

12

14

11

16

27

16

29

15

19

16

10

12

10

6

30

15

20

16

Gramáticos

6

10

32

24

22

17

4

5

10

15

47

29

31

16

14

12

3

4

15

9

6

3

0

0

Retóricos

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

2

1

1

1

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

Matemáticos

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

1

1

1

1

0

0

Total

61

131

128

87

69

164

190

120

81

167

203

115

 

  Figuras 15 a 18. Evolución de las diócesis extremeñas según estudios (número de alumnos).

Fig 15    Fig 16

Fig 17   Fig 18

Figuras 19 y 20. Distribución geográfica de los estudiantes manteístas de la nación de Extremadura: cursos 1574-95 (19) y curso 1594-95 (20).

 Fig 19 Fig 20

Figuras 21, 22 y 23. Núcleos extremeños que envían estudiantes a Salamanca (en vecinos) y estudiantes. Curso 1594-95 (totales y  porcentajes). .                                                                                                                                                                                                                                               

1594-95 Badajoz       Coria       Plasencia       Nullius D.      
Vecinos Núcleos % Estud. % Núcleos % Estud. % Núcleos % Estud. % Núcleos % Estud. % Total núc. % Total est. %
<100

0

0

0

0

1

3

1

1

1

3

3

2

0

0

0

0

2

2

4

1

100-200

0

0

0

0

9

25

13

8

9

25

11

6

2

6

2

2

20

17

26

5

200-500

5

36

14

17

15

42

35

20

18

50

58

33

14

45

27

24

52

44

134

25

500-1000

4

29

18

22

7

19

60

35

6

17

56

32

11

36

48

42

28

24

182

34

1000-1500

1

7

6

8

3

8

23

13

0

0

0

0

4

13

37

32

8

7

66

12

1500-2000

3

21

19

24

1

3

40

23

2

5

46

27

0

0

0

0

6

5

105

19

>2000

1

7

23

29

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

1

1

23

4

Total

14

 

80

 

36

 

172

 

36

 

174

 

31

 

114

 

117

 

540

 

 

Fig 22 Fig 23

 

Figura 24. Titulados de «don», cursos 1574-1595 (totales y porcentajes, entre paréntesis cifra real tras restar las duplicaciones)

 

1574-75                                                                            1584-85 1594-95
ESTUDIOS BADAJOZ CORIA PLASENCIA NULLIUS D. BADAJOZ CORIA PLASENCIA NULLIUS D. BADAJOZ CORIA PLASENCIA NULLIUS D.
CÁNONES

2

2

1

1

1

1

11

2

3

4

4(3)

0

LEYES

0

4 (3)

1

0

1

3

1

0

0

2

1

0

ARTES

0

0

0

0

2

0

0

2

0

2

0

0

GRAMÁTICA

0

0

1

0

2 (0)

0

0

0

0

0

0

0

TOTAL

2

6 (5)

3

1

6 (4)

4

12

4

3

7

4

0

% sobre total dióc

3,28

3,81

2,34

1,15

5,8

2,43

6,31

3,3

3,7

4,19

1,97

0

 

 Figuras 25, 26 y 27. La Tierra de Trujillo (mapa), y distribución según facultades de la Tierra y la ciudad de Trujillo (porcentajes).

 Fig 25

Fig 26 Fig 27

 

Fiura 28. Núcleos de la Tierra de Trujillo que envían estudiantes a Salamanca (vecinos) y estudiantes. Cursos 1574-95(totales y porcentajes).

 

1574-75       1584-85     1594-95    
Vecinos Núcleos % Estudiantes % Núcleos % Estudiantes % Núcleos % Estudiantes %
<100

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

100-200

1

11

1

3

2

22

3

6

3

33

4

7

200-500

3

33

5

11

2

22

6

11

2

23

7

11

500-1000

4

45

5

11

4

45

9

17

3

33

20

33

1000-1500

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

1500-2000

1

11

33

75

1

11

35

66

1

11

30

49

>2000

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

Total

9

 

44

 

9

 

53

 

9

 

61

 

 

 

 


[1] Fuente: todos los elementos gráficos que aparecen en el apéndice son de elaboración propia con los datos obtenidos de los libros de matrícula del Archivo de la Universidad de Salamanca (AUSA, Libros de matrículas, años 1574/75; 1584/85 y 1594/95. AUSA 294, 302 y 308). Para el caso de los mapas, nos hemos basado en ALDEA VAQUERO, Quintín, (et alii). Diccionario de Historia Eclesiástica de España (5 vols.). Madrid: Instituto Enrique Flórez, 1972-87. Para cuestiones de núcleos de población y vecindarios, los datos del “Libro de los millones” y “Censo de los obispos”. En GONZÁLEZ, Tomás. Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla… pp. 79-83, 197-198, 237-239, 353-358 y 363-364. [Fecha de consulta: 5 julio 2012]. Disponible en <http://bib.cervantesvirtual.com /historia/CarlosV/censo1.shtml>

[2] C: Cánones; L: Leyes; G: Gramática; A: Artes; T: Teología; M: Medicina; R: Retórica; Mat: Matemáticas.

 


[1] En cifras, los estudiantes matriculados estribaron entre 5000 y 7000 en la segunda mitad del siglo XVI. En RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. “La Universidad de Salamanca, evolución y declive de un modelo clásico”. Studia Histórica. Historia moderna, IX. Salamanca, Ed. Universidad de Salamanca, 1991, p. 17

[2]MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo. “Extremadura, origen del nombre y formación de las dos provincias.” [online] Anuario de la Facultad de Derecho de Cáceres, nº2, 1983, pp. 59-119[Fecha de consulta: 1 julio 2012] Disponible en <http://www.paseovirtual.net/biblioteca/Ft/extremo1.pdf>; PALACIOS MARTÍN, Bonifacio. “Sobre el origen del nombre de Extremadura. Estudio historiográfico de la etimología duriense”. [online] Revista de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense, nº 4, 1989, pp. 409-423. [Fecha de consulta: 1 julio 2012]. Disponible en < http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=128955>.

[3] GONZÁLEZ, Tomás. “Provincia de Trujillo” y “Provincia de León de la Orden de Santiago”. En Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVI. [online]. Madrid: Imprenta real, 1829, pp. 79-83. [Fecha de consulta: 5 julio 2012]. Disponible en <http://bib.cervantesvirtual.com/historia/CarlosV/censo1.shtml> Habría que esperar hasta mediados del siglo XVII para que seis ciudades extremeñas (Badajoz, Mérida, Trujillo, Cáceres, Alcántara y Plasencia) alcanzasen el voto en Cortes y el distrito territorial de Extremadura se independizase del de Salamanca. En MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo. “Extremadura, origen del nombre… pp. 82-85.

[4] Hemos excluido el señorío de Belalcázar al pertenecer a territorios de Nullius diócesis que actualmente corresponden a la diócesis de Córdoba, y otros que, aun estando en la actual región de Extremadura, pertenecen a la archidiócesis de Toledo.

[5] RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES, Luis Enrique. “Universidad de la Monarquía Católica Católica, 1555-1700”. En RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES, Luis Enrique, POLO RODRÍGUEZ, Juan Luis (coords.) Historia de la Universidad de Salamanca, vol. I, Trayectoria y vinculaciones. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 2002, p 115. Las ocho naciones de estudiantes eran: Galicia, Portugal, Campos, Vizcaya, Extremadura, La Mancha, Andalucía y Aragón. En RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. “La nación de Vizcaya en las Universidades de Castilla. Siglos XVI-XVIII”. Revista de Historia Moderna. Anales de la Universidad de Alicante,20. Alicante, Universidad de Alicante, 2002, p. 51.

[6] ALEJO MONTES, Francisco Javier. La Universidad de Salamanca bajo Felipe II. Valladolid: Junta de Castilla y León, 1998, p. 227.

[7] Valgan de ejemplos: “Don Pedro de Barahona, natural de Plasençia. Don Íñigo de Barahona, su hermano”: Libro de matrículas. 1584-85. AUSA 302, fol. 49 r. “Juan Garçía Fernández, natural de Trujillo, diócesis de Plasençia. Clérigo presbítero”. Libro de matrículas. 1584-85. AUSA 302, fol 61 v. “Don Diego de Ulloa Porcallo, natural de Cáçeres, diócesis de Coria, menor de 14 años. Lógico” Libro de matrículas. 1594-95. AUSA 308, fol. 134 r. “Don Gonzalo de las Cassas, natural de Truxillo, diócesis de Plasençia.2º año.”

[8] “Vacose la catreda de Filosofía Natural de propiedad por muerte del maestro Enrique Hernández, oy miércoles a dos días del mes de henero de mil e quinientos y ochenta e cinco años, a la hora de las ocho de la mañana y los estudiantes que se matricularon después de la vacatura son los siguientes […]” Libro de matrículas. 1584-85. AUSA 302, fol. 112 v.

[9] Por ejemplo “Alonso Martínez, digo, Alonso Nidos del Estoque, natural de Alburquerque, diócesis de Badajoz” Libro de matrículas. Curso 1574-75. AUSA 294, fol. 49.v

[10] KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad en la España Moderna. Madrid, Technos, 1981, pp. 281-305; RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. La Universidad Salamantina del Barroco, periodo 1598-1625. Vol. III. Aspectos sociales y apéndice documental. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca; Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Salamanca, 1986, pp. 280 y ss;

[11] KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad… pp. 219- 239 y 281-305.

[12] TORREMOCHA HERNÁNDEZ, Margarita. “Los estudiantes universitarios en la Edad Moderna: líneas de investigación”. Miscelánea Alfonso IX, 2011. Ejemplar dedicado a “Historiografía y líneas de investigación en Historia de las Universidades: Europa mediterránea e Iberoamérica”. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 2012, pp. 219-241.

[13] PESET, Mariano. “Historia cuantitativa y población…  pp. 21-31

[14] Ibidem, p. 15-21; TORREMOCHA HERNÁNDEZ, Margarita. “Los estudiantes universitarios… pp. 224.

[15] KIBRE, Pearl. The Nations in the Mediaeval Universities. Cambridge: Mediaeval Academy of America, 1948. Citado por RIDDER-SYMOES, Hilde de. “Administración y recursos”. En Historia de la Universidad en Europa… pp.163-170. En estas páginas Ridder-Symoes también realiza una breve recopilación de obras sobre naciones en las Universidades europeas.

[16] TAMBURRI, Pascual. “La nación de las Indias en la Universidad de Bolonia (siglos XVI-XIX). Raíces medievales de la cultura hispano-americana”. Espacio, Tiempo y Forma, Serie IV, Hª Moderna, nº 13, 2000, p. 344.

[17] MARCOS DE DIOS, Ángel. Estudiantes de Brasil en la Universidad de Salamanca durante los siglos XVI y XVII”. Revista de Historia, nº 105. Sao Paulo, 1976, pp.215-230. Portugueses na Universidade de Salamanca (1550-1580). Salamanca: Luso-Española de Ediciones, 2005. Del mismo autor, “Estudiantes de Brasil en la Universidad de Salamanca durante los siglos XVI y XVII”. Revista de Historia, nº 105. Sao Paulo, 1976, pp. 215-230.

[18] RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. “Declive y regionalización de la matrícula salmantina de los siglos XVII y XVIII. Aproximación descriptiva”. Studia Historica. Historia Moderna, vol 3, VIII, 1985, pp. 143-162. Del mismo autor, “La corona de Aragón en la Universidad de Salamanca: siglos XVII y XVIII”. Aulas y saberes.VI Congreso Internacional de Historia de las Universidades Hispánicas (Valencia, diciembre 1999). Vol II. Valencia, Universidad de Valencia, 2003, pp. 399-417; RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique y POLO RODRÍGUEZ, Juan Luis “Valencianos en Salamanca”. En Historia de la Universidad de Valencia. Vol II: La universidad Ilustrada. Valencia, Unversidad de Valencia, 2000, pp. 309-317.

[19] POLO RODRÍGUEZ, Juan Luis. “Estudiantes manteístas salmantinos en la Universidad de Salamanca de la primera mitad del siglo XVIII”. Studia Historica. Historia Moderna, nº 9. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 1991, pp. 23-42. Véase también, POLO RODRÍGUEZ, Juan Luis. La universidad salmantina del Antiguo Régimen (1700-1750). Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 1995. También destaca CUBAS MARTÍN, Noemí. “Procedencia geográfica de los estudiantes de la Universidad de Salamanca (curso 1584-85). Tablas estadísticas. En Miscelánea Alfonso IX, 2000 (Ejemplar dedicado a la Universidad Contemporánea). Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 2000, pp. 231-240

[20] MIGUEL, Luis R. “Los extremeños en la Universidad de Salamanca” [en línea]. Revista de Extremadura. Órgano de las comisiones de monumentos de las dos provincias. Historia, ciencia, artes y literatura, nº 9. Cáceres: Librería de Jiménez, 1900. [Fecha de consulta, 3 febrero 2012]. Disponible en <http://prensahistorica.mcu.es/es/publicaciones/numeros_por_mes.cmd?anyo=1900&idPublicacion=3672>

[21] RIDDER-SYMOES, Hilde de. “Administración y recursos”. En Historia de la Universidad… pp.168.

[22]Hemos tomado de Hobsbawm la definición de nación contemporánea como “conjunto de personas suficientemente nutridas cuyos miembros consideran que pertenecen a una <<nación>> [la cual] no es una entidad primaria ni invariable. Pertenece exclusivamente a un período concreto y reciente desde el punto de vista histórico”. Véase, al respecto HOBSBAWN, Eric. Naciones y nacionalismo desde 1780. Barcelona: Crítica, 2004, pp. 13-18.

[23] TAMBURRI, Pascual. “La nación de las Indias en la Universidad… p. 343

[24] A falta de estudios sobre la documentación sobre dicho convento, llama la atención la relación con éste de la duquesa de Béjar y de Plasencia, María de Zúñiga, la cual en 1533 otorgó testamento y “mandó que en la Universidad de Salamanca se edificase un Colegio […] de la Orden de los Hermitaños de San Agustín […] y púsose la advocación de San Guillermo” HERRERA, Tomás de. Historia del conuento de San Agustín de Salamanca, Madrid: Imprenta de Gregorio Rodríguez, 1652. Citado por VIÑAS ROMÁN, Teófilo. “Convento de San Agustín y Colegio de San Guillermo”. FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Manuel; ROBLES CARCEDO, Laureano y RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique (eds.) Historia de la Universidad de Salamanca. Vol I, Historia y proyecciones. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 1989, pp. 385-386.

[25] GARCÍA y GARCÍA, Antonio. “Consolidaciones del siglo XV”. En RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES, Luis Enrique, POLO RODRÍGUEZ, Juan Luis (coords.) Historia de la Universidad de Salamanca, vol. I, Trayectoria  y vinculaciones. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 2002, p.42. Véase también  RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES, Luis Enrique. “Universidad de la Monarquía Católica… p 100.

[26] LA FUENTE, Vicente de. Historia de las Universidades, colegios y demás establecimientos de la enseñanza en España. Madrid: Viuda e hija de Fuentenebro, 1881, vol. III, pp.90-91. Citado por RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. La Universidad Salamantina del Barroco…  p. 441.

[27] Se hallan testimonios al respecto en el diario de Girolamo da Sommaia: “Succese in Scuola la mattina una gran mistia tra Extremenni, et Biscaini, i biscaini ne dettero” (3-XII-1603). Citado por RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. La Universidad Salamantina del Barroco…  p. 444.  Así mismo, el propio Rodríguez-San Pedro reproduce la declaración sobre una de estas peleas ante las oposiciones a la cátedra de Código en 1611, la cual que quedó plasmada en los libros de procesos de cátedras: “[…] yendo la nación de Extremadura […] se encontraron con la nación de Vizcaya en San Benito, llevando una nación y otra armas, y allí se acuchillaron y encontraron defendiendo cada uno a su nación”. En RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. “La nación de Vizcaya… pp.  56-60. El mismo historiador, junto con Ángel Weruaga, hace un interesante análisis de los vítores durante la Edad Moderna en RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique, y WERUAGA PRIETO, Ángel. Elogios Triunfales: origen  y significado de los vítores universitarios salmantinos (ss. XV-XVIII). Salamanca: Universidad Pontificia de Salamanca, 2011.

[28] KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad… p 29.

[29] Ibidem… pp.  295 y 298.

[30] Véase apéndice, nº 1 y 2. Para el curso 1584-85, el profesor Alejo Montes cifra en 6938 el número total de matriculados; Kagan 6633 (periodo 1585-1590), y Vidal y Díaz, 6778. Noemí Cubas, por su parte, realiza el recuento de los estudiantes manteístas y obtiene 6301 matrículas, mientras que nosotros contamos un total de 6603. En ALEJO MONTES, Francisco Javier. La Universidad de Salamanca… p.233. KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad… p. 293; TORREMOCHA HERNÁNDEZ, Margarita. “Los estudiantes, los estudios y los grados”. En Historia de la Universidad de Valladolid. Valladolid: Servicio de publicaciones de la Universidad de Valladolid, 1989, p. 90; VIDAL Y DÍAZ, Alejandro. Memoria histórica… p. 383; CUBAS MARTÍN, Noemí. “Procedencia geográfica de los estudiantes… p. 231.

[31] Según Kagan, los extremeños en Alcalá hacia mediados del siglo XVI representaban en torno al 1,4% de la matrícula, descendiendo al 0,5% a principios del siglo XVII. Cifras muy similares presenta el mismo historiador para los estudiantes de Extremadura en Valladolid: 1,2 % en 1570 y un descenso al 0,6% en 1620, cantidades exiguas si las comparamos con Salamanca. Hemos de decir que a la hora de establecer comparaciones con los datos de Kagan y Cubas no tendremos en cuenta los estudiantes de Nullius diocesis de la nación de Extremadura, dado que ambos los introducen bajo la misma denominación genérica sin tener en cuenta la adscripción a dicha nación. KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad… p. 285 y 29.

[32] Véase apéndice, figuras 1 y 4.

[33] KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad… p. 295 y 298. Para Salamanca, véase apéndice, nº 5.

[34] El análisis que proponemos de la nación de Extremadura dentro del Estudio salmantino se basa, como ya señalamos, en la información obtenida de los libros de matrículas del archivo de la Universidad de Salamanca. Para ello hemos tenido en cuenta los estudiantes manteístas del periodo 1574-1595 según calas decenales en los cursos 1574-75, 1584-85 y 1594-95, (Archivo de la Universidad de Salamanca. Libros de matrícula, AUSA 294, 302 y 308 respectivamente). Recordemos que parte de estos y otros fondos se hallan digitalizados en la dirección URL  <http://ausa.usal.es/ausa.html>.

[35] Por ese decreto Felipe II intenta cerrar las fronteras hispanas a la salida de universitarios hacia el exterior. En De los Estudios de las universidades y su reforma. Ley I. Prohibición de pasar los naturales de estos reynos a estudiar en Universidades fuera de ellos.” [online]. Novísima Recopilación de las leyes de España. Tomo IV, Libro VIII, Título IV, Ley I. Madrid: 1805, p. 21.  [Fecha de consulta, 20 julio 2012] Disponible en< http://books.google.es/books?id=N3BFAAAAcAAJ&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false>

[36] KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad… p. 225.

[37] RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES, Luis Enrique. “Universidad de la Monarquía Católica… p. 115-117; CUBAS MARTÍN, Noemí. “Procedencia geográfica de los estudiantes… pp. 231.

[38]Para el caso de Extremadura obtenemos los siguientes coeficientes. Curso 1574-75: 5,4% de duplicaciones. (de 407 individuos se descendería hasta los 385 estudiantes reales, es decir, los que verdaderamente pasaron por las aulas salmantinas durante ese curso y no los que figuran en el registro de matrículas (que contiene los duplicados). Curso 1584-85: 7,18% y 504 estudiantes reales sobre 543 matriculados. Curso 1594-95: 5,5%, pasando de 576 matriculados a 544 en cifras reales. Matrícula global del curso 1584-85: 6,22 % aplicable al total, que pasaría de 7308 matriculados a 6750 estudiantes reales. No obstante, en el análisis de cifras a lo largo del trabajo, no hemos tenido en cuenta las duplicaciones.

[39] Véase apéndice, figuras 1, 2 y 3.

[40] Véase apéndice, figura 4.

[41] Véase apéndice, figuras 4, 5, 6, 7, 8 y 9.

[42] CARABIAS TORRES, Ana María. “Salamanca, académica palanca… pp. 25 y ss; HERNÁNDEZ VICENTE, Severiano. “Juristas y estudiantes de derecho de la Universidad de Salamanca (siglos XVI-XVIII)”. En TORRIJANO, Eugenia, et alii (coords.) El derecho y los juristas en Salamanca (siglos XVI-XX): en memoria de Francisco Tomás y Valiente. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 2004, pp. 249-264.

[43] SAN PEDRO, Luis Enrique. “La nación de Vizcaya… p. 37.

[44] CODOÑER MERINO, Carmen. “Las humanidades en Latín”. En RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES, Luis Enrique, POLO RODRÍGUEZ, Juan Luis (coords.) Historia de la Universidad de Salamanca, vol. III.2 Saberes y confluencias. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 2006, pp. 747 y ss.

[45] Véase apéndice, figuras 10, 11, 12 y 13. Estos datos contrastan con el predominio que Rodríguez- San Pedro con datos de Alejo Montes da a Teología sobre Gramáticos y Artistas. RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES, Luis Enrique. “Universidad de la Monarquía Católica… p. 114

[46] CUBAS MARTÍN, Noemí. “Procedencia geográfica de los estudiantes… pp.232- 239.

[47] Véase apéndice, figura 10.

[48] Véase apéndice, figuras 14 Y 15.

[49] Véase apéndice, figuras 14 y 16

[50] Véase apéndice, figuras 14 y 17

[51] Véase apéndice, figuras 14 y 18

[52] RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. La Universidad Salamantina del Barroco…  p. 19; KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad… p. 223.

[53] RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. La Universidad Salmatina… p. 23.

[54] Según los estatutos de 1561, los matriculados en Gramática pagaban 3 maravedíes; los estudiantes ordinarios y graduados, 5 y 7 respectivamente, y los nobles, 17 maravedíes. En ESPERABÉ DE ARTEAGA, Enrique. Historia pragmática e interna de la Universidad de Salamanca. Salamanca, 1914. Tomo I, La Universidad de Salamanca y los Reyes, p. 311. Citado por KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad… pp.  234.

[55] Para ilustrar la protección de los estudiantes por parte de la Iglesia, valga de ejemplo: “Juan Mateos, natural de Plasençia, mozo de coro” Libro de matrículas. 1584-85. AUSA 302, fol. 146 r.

[56] RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. “Vida estudiantil cotidiana en la Salamanca de la Edad Moderna”. En Miscelánea Alfonso IX, 2001. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 2001, p. 74.

[57] Ibidem, p. 78. Véase también, del mismo autor, “Pupilajes, gobernaciones y casas de estudiantes en Salamanca (1590-1630).” En Studia Histórica. Historia Moderna, vol. I, nº 3. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 1983, pp. 185-210.

[58] KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad… p.  236.

[59]Francisco Rodríguez, clérigo presbítero, bachiller teólogo, natural de Alburquerque, diócesis de Badajoz” Libro de matrículas. 1584-85. AUSA 302, fol. 103 r.

[60] CHAPARRO GÓMEZ, César. “Francisco Sánchez de las Brozas”. Personajes extremeños. Mérida: “HOY”. Diario de Extremadura CMESA, 1996, pp. 5 y 8.

[61] GONZÁLEZ, Tomás. Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVI. [online]. Madrid: Imprenta real, 1829, pp. 79-83, 197-198, 237-239, 353-358 y 363-364  [Fecha de consulta: 5 julio 2012]. Disponible en <http://bib.cervantesvirtual.com/historia/CarlosV/censo1.shtml> Somos conscientes de que el segundo de los recuentos no resulta demasiado fiable, pero dado que nuestra intención no es otra que la de aproximarnos al tamaño de los núcleos de forma referencial, hemos optado por utilizarlo de manera complementaria cuando no había datos en el “Libro de los millones”. También hemos excluido aquellos núcleos cuyo vecindario aparecía en cifras conjuntas a otros lugares.

[62] Véase apéndice, figura 19.

[63] Véase apéndice, figuras 21, 22 y 23

[64] Véase apéndice, figura 21

[65] Véase apéndice, figuras 20, 21.

[66] Ibidem.

[67] Idem.

[68] Idem.

[69] RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. La Universidad Salamantina del Barroco…  p. 256 y ss.

[70] CADENAS Y VICENT, Vicente. “El empleo del don en los documentos hasta el siglo XVIII y su presunción de calificación nobiliaria”. [online] Hidalguía, nº 86, 1968, pp. 9-12. [Fecha de consulta 26 julio 2012]. Disponible en < http://books.google.es/books?id=R2BO2eKS1YoC&printsec=frontcover&dq=CUADERNOS

+DE+DOCTRINA+NOBILIARIA+3.+A%C3%B1o+1971&source=bl&ots=b7Z3wI2e7c&sig=9515uG93rRcHqjy275W3MCIluzk&hl=es&sa=X&ei=0dMrUNDoDI26hAeRkIC4BQ&ved=0CDQQ6AEwAA#v=onepage&q=CUADERNOS%20DE%20DOCTRINA%20NOBILIARIA%203.%20A%C3%B1o%201971&f=false>

[71] ALEMÁN ILLÁN, Anastasio. “La muerte en la sociedad murciana a finales del Antiguo Régimen: un estudio cuantitativo de testamentos”. [online] Contrastes. Revista de Historia Moderna. Universidad de Murcia, vol, 3-4, 1987-88. Murcia: Universida de Murcia, 1988, p. 14.[Fecha de consulta 26 julio 2012]. Disponible en < http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=112420>

[72] Véase apéndice, figura 24.

[73] Ibídem.

[74] “Don Pedro de Barahona, natural de Plasencia.” “Don Íñigo de Barahona, su hermano”. Libro de matrículas. 1584-85. AUSA 302, fol. 49 r; “Don Rodrigo de Llerena, natural de Llerena del maestrazgo de Santiago, digo don Rodrigo de Portillo, natural de Llerena, del maestrazgo de Santiago”. “Don Francisco de Ribero, su hermano, natural de Llerena, del maestrazgo de Santiago”. Libro de matrículas. 1584-85. AUSA 302, fol. 74 v; “Don Baltasar de Tobar, natural de Badajoz, gramático”. “Don Juan de Alvarado de Tobar, su hermano, natural de Badajoz, gramático”. Libro de matrículas. 1584-85. AUSA 302, fol. 121 v.

[75] MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo. “Extremadura, origen del nombre… pp. 82-85

[76] GONZÁLEZ, Tomás. “Provincia de Trujillo” y “”Corregimientos de Plasencia y Trujilo”. En Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVI. [online]. Madrid: Imprenta real, 1829, pp. 79-80 y 364. [Fecha de consulta: 5 julio 2012]. Disponible en <http://bib.cervantesvirtual.com/historia/CarlosV/censo1.shtml>

[77] MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo. “Extremadura, origen del nombre… pp. 87. Véase apéndice, figura nº 25.

[78] Véase apéndice, figuras nº 26 y 27.

[79] Véase apéndice, figura nº 25. Aunque figuran en el mapa, no hemos hallado datos de población en los censos consultados de La Cumbre, Orellana, Puerto de Santa Cruz, Retamosa y Villamesías, por lo que los excluiremos de nuestro cómputo.

[80] Véase apéndice, figura nº 28

[81] Ibidem.

[82] “Don Bernardino de Tapia, vecino e natural de Truxillo, diócesis de Plasencia”. “Don Luis de Paredes, natural de Truxillo, del dicho obispado”. Libro de matrículas. 1584-85. AUSA 302, fol. 175 v.

[83] MUÑOZ DE SAN PEDRO, Miguel. Crónicas Trujillanas del siglo XVI. Manuscritos de Diego y Alonso de Hinojosa, Juan de Chaves y Esteban de Tapia”. Cáceres: Biblioteca pública y Archivo Histórico de Cáceres, 1952.

[84] Ibidem, p. XXXI.

[85] Idem, p. XXXIII. No tenemos referencia de que Bernardino estudiase en Salamanca, por lo que posiblemente podría tratarse de algún otro pariente de su linaje debido, como dijimos, a su aparición conjunta en la matrícula.

[86] MUÑOZ DE SAN PEDRO, Miguel. “Un extremeño en la Corte de los Austrias (documentos inéditos sobre don Rodrigo de Calderón, el Conde Duque de Olivares y el Conde de Villamedina). Revista de Estudios Extremeños, vol. II, nº 4, 1946. Pp. 381

[87] “Descendencia de Alonso de Sotomayor y Chaves”. [online] En TORRES Y TAPIA, Alonso de. Crónica de la orden de Alcántara, Tomo II. Madrid: Imprenta de Gabriel Ramírez, 1763. p. 336. [Fecha de consulta 28 julio 2012]. Disponible en < https://play.google.com/books/reader?id=B9L9XTL575MC&printsec=frontcover&

output=reader&authuser=0&hl=es&pg=GBS.PP5> Una referencia similar la encontramos en TAMAYO VARGAS, Tomás. Diego García de Paredes. Relación breve de su tiempo. [online] Madrid, 1621, p. 140-141. [Fecha de consulta 28 julio 2012]. Disponible en <https://play.google.com/books/reader?id=bSANaSfbgOQC&

printsec=frontcover&output=reader&authuser=0&hl=es&pg=GBS.PP24>

[88] LÓPEZ DE HARO, Alonso. Nobiliario genealógico de los reyes y títulos de España. [online] Volumen 1. Madrid: Imprenta Real de Luis Sánchez, 1622, p. 418. [Fecha de consulta 28 julio 2012] Disponible en <https://play.google.com/books/reader?id=Vs0WAAAAQAAJ&printsec=frontcover&output=reader&authuser=0&hl=es&pg=GBS.PP5>

[89] MUÑOZ DE SAN PEDRO, Miguel. “Un extremeño en la Corte… pp. 383 y 380. Rodríguez Moñino se encargó, allá por los años 50, de realizar un catálogo sobre dicha documentación al cual no hemos tenido acceso. RODRÍGUEZ MOÑINO, Antonio. Catálogo de la colección Tapia y Paredes (memoriales al Consejo de Indias: 1626-1630). Descripción bibliográfica de de 430 rarísimos impresos y manuscritos. Madrid: Maestre, 1953.

[90] Agradecemos a la profesora Sánchez Rubio que nos facilitase este dato que ilustra las múltiples direcciones de los vínculos entre la Universidad de Salamanca y los lugares de origen de la nación de Extremadura. TESTÓN, Isabel y SÁNCHEZ RUBIO, Rocío. Aunque no hacía nada por mí, su sombra llegaba hasta acá. Solidaridades y redes relacionales en la familia castellana del siglo XVI: Los Espadero-Paredes de Extremadura. En BARBAZZA, M.C. y HEUSCH, C. Familles, pouvoirs, solidarités. Domaine méditerranéen et hispano-américan (XVe-XXe siècles). Universidad de Montpellier, 2002, pp.  35-64

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