José Antonio Sánchez de la Calle y María del Rosario Leonato González.
1.- INTRODUCCIÓN
El grado de desarrollo de una comunidad se mide, entre otros, por su nivel cultural, que está muy relacionado con la edición y producción de libros, revistas y material impreso. Parece lógico, por tanto, que la imprenta placentina sea objeto de una atención especial que, hasta el momento, no había tenido. Y ello sin menospreciar las aportaciones de Francisco Fernández Serrano1, y otros eruditos relacionados con la prensa, como Joaquín Rosado Munilla2, Germán Seller de Paz3, Tomás Nogales y Mercedes Pulido,4 Diego Blázquez de Yáñez5, o José Antonio Sánchez de la Calle 5-b. Pero es que, además de estas razones, soy un enamorado de los libros; un bibliófilo, que valora los escritos por su contenido, forma, rareza o valor material. Y esos artesanos, profesionales, impresores que permitieron a nuestra ciudad destacar en el ámbito regional durante siglos, constituye el tema de este trabajo, que pretende dar a conocer, al menos de forma somera, parcial y resumida, a los responsables de esos talleres y sus principales publicaciones que vieron la luz en Plasencia desde finales del siglo XVIII hasta la actualidad; y que contribuyeron a formar un importante patrimonio cultural.
Esto ha sido un trabajo de historia centrado en dos ámbitos diferentes: la historia de archivo, y la historia oral. De la primera soy el único responsable; de la segunda, debo profundo agradecimientos a buena parte de los impresores vivos placentinos; a un enamorado de la historia local y regional (Pedro Luna); y a un buen amigo de la familia, Manuel Muñoz Palomino, por su asesoramiento y búsqueda de documentación 6.
2.- EL ORIGEN DE LA IMPRENTA EN EXTREMADURA
Las primeras publicaciones extremeñas estuvieron muy relacionadas con la Iglesia, las instituciones religiosas o las sedes episcopales, lo que demuestra la estrecha relación que existía entre el mundo eclesiástico y las manifestaciones culturales. En este sentido destacan Coria y su Blasón General y Nobleza del Universo(1489), del gallego Pedro Gracia Dei. Guadalupe y Mérida, con su Abito y armadura espiritual (1544-45), de Diego Cabranes, y editado por Francisco Díaz Romano, originario de Guadalupe. Trujillo y su Apología de la destreza de armas, de Juan Fernando Pizarro Y Badajoz y sus Ordenanzas de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Badajoz, ya en el siglo XVIII (1767). También en el siglo ilustrado aparecen Llerena y Plasencia; aunque Cáceres debería esperar al siglo XIX para sacar su primera obra en 1822, el Semanario Patriótico.
3.- LA HISTORIA DE LA IMPRENTA EN PLASENCIA
3. 1.- La imprenta de José Cordero y el primer libro editado en Plasencia. Estaba situada en el Rincón de San Nicolás, y su responsable, José cordero, era un clérigo en 1795, pero como no terminó la carrera eclesiástica se dedicó a la impresión. Posteriormente se trasladó a la calle de Coria. En esta imprenta salió la que hasta el momento se creía primer libro en la ciudad, Instrucción de Cazadores, de José Varona, en 17987. Pero últimamente se ha descubierto que Ramón Máximo Spartal 8 tradujo del francés otra obra relacionada con los viajes de Gulliver en tres tomos. Uno de ellos salió en 1800, otro en 1798, y se desconoce la fecha del segundo. Estos datos cuestionan la primacía de Instrucción… Además, J. Varona y R. M. Spartal se conocían, pues el primero fue apoderado del segundo. Las primeras obras que salieron del taller, además de las ya mencionadas, fueron impresos jurídicos, varios impresos sobre estancias de militares en el Hospital de Santa María, anuncios de feria de mayo, la Aurora Patriótica. En 1827 todavía funcionaba y hasta entonces tenemos 12 obras fichadas, resumidas y clasificadas.
3. 2.- Imprenta de los Ramos: Entre 1827 y 1832 la imprenta pasó a Manuel Ramos Collazos, quien fue un gran colaborador del Marqués de Mirabel. En los libros que se publicaron en 1834 se hacía constar de que esta imprenta era la única que existía en la ciudad. Hay 15 libros fichados de la Imprenta de Manuel Ramos entre 1832 y 1858; y 6 con el nombre de Imprenta de Ramos, entre 1845 y 1855, lo que significa que unas veces se ponía el nombre completo del dueño, y otras sólo el apellido.
Manuel Ramos Collazos se casó con Antonia Pis, cuya familia procedía de Oviedo, dando lugar a la famosa saga de libreros de los «Pis», cuyo establecimiento estaba situado en la Plaza Mayor. A la muerte del dueño, en 1859, el taller se trasladó a la calle del Marqués de Mirabel, número 29, duplicado. Hubo unos años en que los libros tenían un pie de imprenta diferente: Viuda de Ramos en 1860; Hermanos Ramos (Isidra y Felipe), en 1861, y Menores de Ramos en 1862. Su hijo, Felipe, continuó con el negocio familiar, porque en 1887 las publicaciones tenían su firma; y sus hijos, Manuel y Ángel, heredaron el negocio hasta principios del siglo XX, en que desapareciera la relación de la familia con el trabajo (en torno a 1913-15).
A nombre de su viuda sólo aparece un libro; al de Menores de Ramos, o de los Hermanos Ramos, cinco ejemplares; y al de Felipe Ramos, otros tres; y a sus hijos Manuel y Ángel, seis y tres, respectivamente. Además de estas treinta y nueve obras, el negocio familiar publicó El Mosquito (1869), El Tío Lilailas (1869), elBoletín Eclesiástico del Obispado de Plasencia (1862-1869), El Noticiero (1887), El Dardo (1899). La imprenta tenía la sede en la calle del Rey (Marqués de la Constancia, 24).
Existió otra imprenta, denominada Ramos y León, que tuvo su sede durante los años ochenta en la calle Valdegamas, 6; y posteriormente se trasladó a la calle del Rey, 23. Además de los 4 libros de que tenemos constancia, El Eco Lusitano (1880), La Voz de Plasencia (1883), El Norte de Extremadura (1881), y El Ateneo Placentino (1883). Hubo otro periódico, El Látigo, que se publicó durante una temporada en esta imprenta, si bien posteriormente se elaboró en la de Evaristo Pinto Sánchez.
3. 3.- Imprenta de Evaristo Pinto Sánchez: Las sucesivas direcciones que tuvo esta imprenta fueron las siguientes: Rincón de San Esteban, 10, calle de Trujillo, 12, y calle de Santa Ana, 28. Tuvo un socio, Juan González, que murió durante el incendio de una casa situada en la Plaza mayor a finales del siglo XIX. Una de las publicaciones más populares fue el periódico El Demócrata, (1869), que poco después cambió de nombre y pasó a titularse El Cantón Extremeño (1869-1879). Desde entonces, hasta 1884 desaparece la publicación; pero en esta fecha renace con el nombre de El Extremeño, que tuvo una vida activa hasta 1896. Otros periódicos que vieron la luz en este taller fueron los siguientes: La Gaceta Agrícola (1867); el Boletín de Noticias de la Gaceta Agrícola (1868) y La Situación(1869). El Látigo, se realizó en la imprenta de E. Pinto (18885), aunque posteriormente pasó a imprimirse en la de Ramos y León. En 1888 aparecía El Diluvio, en 1890 La Defensa de la Verdad, en 1898 La Crónica de Plasencia, y en 1899 El Nieto de Mayorga.
Este taller editó bajo dos denominaciones: la del titular, «Evaristo Pinto Sánchez» y la de «El Cantón Extremeño». En el estudio de un corpus de casi mil seiscientos libros relacionados con Plasencia, se han detectado 15 obras. E. Pinto fue autor de una obra titulada Datos Biográficos de Don Mansá Esperabé Lozano. Rector que fue de la Universidad de Salamanca, pero curiosamente no se editó en su imprenta, sino en La Minerva, situada en la calle de Santa Ana número 6, lo que permite suponer que, al estar ubicada en la misma calle del taller (Santa Ana, 28), podría ser la misma.
3. 4.- Imprenta de los Hontiveros: Con el nombre de Hontiveros aparecen dos hermanos: José y Gregorio. El primero de ellos, tuvo su imprenta en la calle de los Quesos, 3 (1888); posteriormente en la calle del Marqués de Mirabel, 6; luego en la Plaza Mayor, (actual farmacia de «Doña Vicenta»); y por último, en 1927, en la calle del Marqués de la Constancia, 19. En este taller se confeccionó El Centinela (1888). Por su parte, Gregorio situó la suya en la calle del Marqués de la Constancia, 13, donde se elaboró El Relámpago desde 1892. La edición de libros en los talleres de José y Gregorio refleja que el primero fue el más prolífico, pues contamos con trece obras entre 1885 y 1930; mientras que del segundo únicamente tenemos tres (entre 1889 y 1904). Entre 1928 y 1934 se han fichado 2 ejemplares, con el nombre de I. Hontiveros, lo que parece indicar que los talleres llegaron a fusionarse. También merecen destacarse algunas revistas, como las de feria de 1926 y 1927, en la calle Marqués de la Constancia, 19. Por último, conocemos la existencia de un libro escrito por José Hontiveros, titulado A la subida al cielo de nuestros tres queridos hijos, publicado en Plasencia, en 1887. El autor lo elabora usando las numerosas cartas que recibió a raíz de la muerte de sus tres hijos durante la epidemia de sarampión que sufrió Plasencia durante el verano de 1887.
3. 5.- Imprenta de Generoso Montero: Los talleres se encontraban en la calle Hernán Cortés (Quesos), 4; pero más tarde se trasladaron al número 1 de la misma calle; y el último cambio ubicó la sede en la Plaza Mayor (antigua Plaza de la Reina María Victoria, 20).
G. Montero murió durante la feria de 1935, y el negocio tuvo que ser llevado por algunos de sus seis hijos: Generoso (el hijo mayor), José Montero Neria (Que llegó a ser Secretario General de Sindicatos) y Cecilia. Cuando los herederos decidieron dejar el negocio, la imprenta fue traspasada a los empleados; es decir, a los padres de los que luego fundarían Sapar: Saavedra Señorán Pulido, Pablo Baños, y Amador Calatayud, que se trasladaron a la calle de Zapatería, cambiando la denominación a I. Montero. Pablo y Saavedra murieron, y Amador Calayatud se trasladó a Barcelona, pidiendo su parte en la liquidación; pero el negocio quedó en manos de los hijos de los primeros, a los que se unió Angel Carrero. A la muerte de éste último, su hijo entró en el negocio. Al final sólo quedaron los hijos de Carrero y de Baños, con el taller colindante a la Imprenta Padilla, de Doroteo Merino.
A lo largo de más de cuarenta años este taller sacó a la luz pública diferentes periódicos, como La Derecha del Tajo (1894), El Lío (1895), El Dardo (1899),Plasencia Artística (1902); El Cruzado Extremeño (1903), El Eco Extremeño (1906); La Opinión (1914), La Región (1915), Las Noticias (1917), El Regional (1952 y 1979), Ortus (1935), Plasencia (1936) y Victoria (1936). En cuanto a impresos, merece citarse uno que causó una importante controversia en la opinión pública placentina: A Nuestros Electores y Habitantes en General, con motivo de la destitución de varios concejales por el Gobernador de la Provincia el 10 de septiembre de 1932. El caso del famoso periódico El Regional merece un comentario aparte. Los primeros ejemplares salieron a la calle el 30 de noviembre de 1907, y pudieron llegar hasta 1914, dirigido por su fundador, José Polo Benito, y editado en la Imprenta de Ramos. La segunda etapa se inició en marzo de 1920 y duró hasta 1936, con la redacción y administración en la calle del Marqués de la Constancia, 31, y editado por la imprenta de Mariano de San José. El primer número de su tercera época salió el 1 de enero de 1952, con la Dirección en la Plaza de España, 5, y la edición en Imprenta Montero, hasta diciembre de 1979. Desde el 8 de enero de 1980 el periódico se publica por Editorial Extremadura, S. A., con domicilio en Cáceres; y tras varias etapas de vaivenes económicos, dejó de salir el 25 de diciembre de 1984.
Se tienen fichados 35 libros; y el Boletín Oficial del Obispado de Plasencia (que había sido editado durante buena parte del siglo XIX por la imprenta de los Ramos); y varias revistas de feria, entre las que destacan la de 1945, y las encargadas entre 1956 y 1958 por la A.C. «Pedro de Trejo»; y también la de Semana Santa de 1947.
3. 6.- Imprenta de Sagrera-Mariano San José: J. Sagrera tenía su imprenta en la confluencia de las calles La Tea y Vidrieras, al lado del actual restaurante «Rincón Extremeño»; y tenía amistad con otro impresor, Mariano de San José, quien poseía el taller muy cerca del anterior. Éste último era natural de Valladolid, y vino a Plasencia como Alcaide de la cárcel, aunque también era tipógrafo. Al morir Sagrera, su viuda siguió con el negocio. Posteriormente contrajo matrimonio con M. de San José y acabaron uniendo los talleres. Las publicaciones periódicas que salieran de la mano de Sagrera y su viuda fueron La Nueva Unión (1907), El Guasón (1911); y la Revista Hurdes, en su primera época (1904-1907). 6 libros salieron de sus prensas. La prensa que salió de los talleres de M. de San José fue:Ave de Paso (1918), El Liberal Extremeño (1919), La Crónica (1920), y El Regional (1920-1936). Un total de 3 libros salieron de sus talleres.
3. 7.- La Minerva Extremeña y Placentina; Imprenta de Plasencia, Comercial Placentina y La Moderna: Es posible que con el nombre de Minerva Extremeña no llegara a existir taller en la ciudad9. Tampoco los eruditos locales tienen noticia de su existencia; por lo que, caso de haber abierto, debió llevar una vida bastante breve. La única publicación de la que hasta ahora nos queda constancia salida de La Minerva Placentina, que se ubicaba en la calle de Santa Ana, 6, es la de La Nueva Unión, que se había editado anteriormente en la Viuda de Sagrera. Salió en julio de 1907. Sólo consta un libro publicado. Con respecto a la Imprenta de Plasencia y la Comercial de Plasencia, es posible que ambas fueran las mismas. De lo que sí estamos seguros es de que en la segunda se publicó desde 1903 hasta 1907 La Unión, cuya dirección y administración estaban en la calle del Marqués de Mirabel, 29, y posteriormente se trasladó a la calle Santa Ana, 6. De La Moderna tampoco tenemos información sobre libros, revistas ni periódicos, aunque podría dedicarse solo a la publicidad, lo que nos induce a pensar en un posible error, pues donde sí existió una con este nombre fue en la capital cacereña.
3. 8.- Imprenta de L. Núñez, I. de Víctor Escalente, El Extremeño y La Extremeña: En 1895 funcionaba este taller, de donde salieron periódicos como El Eco de Plasencia, El Cantón de Plasencia (1895), El Correo Placentino (1901), y tan sólo un libro. La imprenta de Víctor Escalante Pérez estaba situada en la plazuela de San Martín número 17, planta baja. A lo largo de su andadura, salieron publicaciones como La Bandera Regional, que tuvo dos épocas (1897-1898, y 1899). Además, llevó a cabo la impresión de folletos publicitarios y programas conmemorativos y festivos, como el Programa General de los Grandes Festejos en el Tercer Centenario del Quijote, que se celebraron en la ciudad durante los días 6 y 7 de mayo de 1905. Sólo salió un libro de sus talleres, en 1905. En el mismo taller, pero bajo el nombre de Imprenta La Extremeña, apareció La Aurora (1903) y La Luz Verde (1907), No se han localizado libros elaborados en estos talleres, aunque hay 6 publicados por la Imprenta El Extremeño.
3. 9.- Imprenta de Plasencia Artística, Imprenta Placentina, Comercial Placentina y de Luis Heras: Pocos datos tenemos relacionados con Plasencia Artística, si bien sabemos que estaba a cargo de R. Acebes, se encargaba de imprimir una publicación periódica que salía los días 10, 20 y 30 de cada mes, y tenía su sede en la calle del Marqués de la Constancia, número 23. El número 6 de Plasencia Artística, Revista Decenal Ilustrada de Ciencias, Artes y Literatura, Leyendas, Tradiciones y Crónicas Decenales, correspondiente al 6 de mayo de 1902, aparecía como del año I. La suscripción mensual valía 60 céntimos y poseía bastante publicidad. Con respecto a la Imprenta Placentina y Comercial Placentina, algunas personas de cierta edad se inclinan por identificar ambas, si bien no son capaces de ubicarlas en el paisaje placentino. Aunque hasta el momento no disponemos de datos para avalar esta presunción, lo cierto es que las fechas de las publicaciones periódicas difieren algo en el tiempo. Por ejemplo, sabemos que la imprenta Placentina funcionaba en el año 1896, que tenía su sede en la calle de Cervantes, 10, y que fue la predecesora de la de Luis Heras. También tenemos constancia de que en 1931 se trasladó a la calle del Obispo Laso ya con el nombre de Imprenta Heras. Los primeros ejemplares que salieron de sus rotativos fueron El Boletín Médico Farmacéutico Extremeño, en 1896, dirigidos por el farmacéutico placentino Joaquín Rosado Munilla. También salieron El Liberal (1904), y las dos ediciones de la Guía de la Ciudad de Plasencia, por un placentino (1905-1906), también por J. Rosado10.
En Comercial Placentina, ubicada en la calle del Obispo Laso, 26, salió el periódico Avances (1931-1934 y 1934-1936), que se cambió en Avance («Órgano de la Casa del Pueblo del Partido Socialista de Plasencia»). También se editaron algunas revistas, como la de Semana Santa de 1930. Pero antes de funcionar con este nombre, aparecería como Imprenta Placentina y luego Comercial Placentina, y estaba situada en la calle de Cervantes numero 1011. De hecho, la revista de Semana Santa de 1930, aparece como impresa en la Comercial Placentina, perteneciente a Luis Heras González, cuyo domicilio estaba en la calle Cervantes 10. Posteriormente fue trasladada, en 1931, a la calle del Obispo Laso (de Trujillo), en la esquina de enfrente del actual Palacio de Justicia, donde permaneció durante setenta años. El hecho de que en su imprenta se publicara desde 1931 hasta 1936 prensa de carácter liberal, le granjeó serios problemas durante la guerra civil. Se publicaron seis libros y dos guías. En 2003 se trasladó a un local cerca del Cañón de la Salud, al final de la misma calle, mientras se realizaban los trabajos para modernizar el local en el que siempre estuvo.
3. 10.- Imprenta La Victoria: Julián Pérez Bravo había trabajado de joven en la oficina de los talleres de José Hontiveros, pero al regreso del servicio militar no readmitido, y formó sociedad con Maíllo en la «Banca Gamonal», hasta que quebró. El padre de Julián había sido sargento en Guinea, y cuando regresó a la península trajo unos ahorros que empleó para que su hijo y Pablo pudieran establecerse por su cuenta. En 1928 ambos socios inauguraron la imprenta «La Victoria» (cuyo nombre procede de la marca de una máquina que se utilizaba en impresión), en la calle de Valdegamas. Sanguino ponía la experiencia de impresor, y Julián el dinero. Pero a los seis meses, Pablo se fue por su cuenta para fundar otra imprenta. Los trabajadores que desarrollaron su actividad desde los años treinta fueron numerosos, y hasta principios del presente siglo hubo dos «generaciones». No en vano «La Victoria» ha sido y sigue siendo una de las más prestigiosas de mayor volumen de facturación de la ciudad 12.
Los talleres comenzaron su andadura con una máquina de mano alemana, conocida como «La Victoria»; si bien posteriormente se introdujo la primera automática por corriente eléctrica que llegó a Extremadura, la «Zeus», fabricada en Lepzig (también Alemania), que utilizaba aire, y constaba de dos cuerpos que podían ser manejados en caso de necesidad en forma manual. Posteriormente se adquirió una máquina más grande, la «Plana de Impresión Tipográfica»; seguida de otra con las mismas características marca «Heildelberg»; y de una guillotina germana de marca «Krausser». El paso de los años contempló la llegada de una máquina de Aspas con la tecnología Offset Tipográfica, que también hacía estampación en oro; acompañada de otra con las mismas características de la marca «GTO». Por último, con la llegada de la informática, la empresa adquirió ordenadores Mackintosch, dos escáneres preimpresión en color, y otro material de apoyo13.
Las buenas relaciones de la familia del impresor con el clero placentino, facilitó la edición de numerosos trabajos para el obispado y el seminario, como la revista anual Mi Seminario, El Sembrador y La Patria Chica. También se hicieron numerosas ediciones de estampas religiosas; y el primer catecismo que sustituyó al famoso Ripalda, del que se sacaron millones de ejemplares para todas las diócesis del país. Ellos fueron los encargados de realizar la cartelería, invitaciones, publicidad, folletos y catálogos del popular Salón de Pintura de Otoño; los Otoños Musicales de la Diputación Provincial de Cáceres; la revista Plaza de Toros; y numerosas revistas de Semana Santa en Plasencia, y algunas de ferias para pueblos de las comarcas cercanas. Asimismo durante los años cincuenta trabajaron imprimiendo enormes cantidades de ejemplares para la empresa Malagón, anclada en Ciudad Real, donde tenía su sede el flan «Más a mí». Y un sin fin de otras revistas a lo largo de estos casi 75 años de vida.14. Los libros publicados desde 1928 hasta principios del siglo XXI ascienden, hasta el momento a 88.
3. 11.- La Imprenta Sanguino: Pablo Sanguino Liberal vino a Plasencia procedente de Badajoz en 1926, y estuvo trabajando con José Hontiveros en la calle del Rey. Es posible que el tipo de acuerdo al que llegaran, en el que el dinero lo ponía unilateralmente por un socio, condicionara la posterior disolución de acuerdo, una vez que el taller se había nutrido de profesionales de renombre. Seis meses después, Sanguino se independizó y puso taller por su cuenta, con la sede en la calle Hernán Cortés-11, en el local que hoy día está ocupado por la librería Mayorga. Aunque era un auténtico artista en su género, a Pablo le gustaba disfrutar de la vida en el más amplio sentido de la palabra. Tuvo dos matrimonio y una separación. El negocio funcionaba muy bien, pero las consecuencias de la guerra civil, el encarecimiento del papel, la imposibilidad de conseguirlo y la falta de capital, provocó unos momentos muy delicados en el negocio.
En 1941 la Imprenta Sanguino, después de pasar por momentos críticos, cambió su nombre a Sanguino Sucesora, y fue adquirida por Dolores Franco Merino, esposa de Vicente Sandoval Merchante y madre de Ildefonso, el actual dueño. Vicente poseía una situación económica saneada, por lo que se hizo con el control de los talleres y, para no desaprovechar el buen nombre que tenía el negocio, cambió la denominación a Sanguino Sucesora. Aunque el verdadero responsable fue Sandoval, Pablo Sanguino se quedó de gerente-jefe de taller. En 1952 cambió el nombre por Gráficas Sandoval, el que aún perdura. A la muerte de Pablo Sanguino, la relación de su hijo José Luis con Ildefonso (quien se encargaba de la oficina, no de la imprenta) se hizo tensa por diferencia de caracteres, y el primero abandonó el trabajo 15.
José Luis abrió un negocio con el nombre de Librería Papelería Sanguino, en la calle de Valdegamas, 16, donde se vendía material de oficina escolar, plumas estilográficas, bastidores-lienzos, paletas-pinceles, caballetes y pinturas. En las revistas de feria aparecía ya en 1951. Estaba situada junto a la antigua panadería Yuste (INPANSA), y elaboraba impresos con una máquina de mano, marca «Boston», con la que hacía pequeños trabajos, que luego fue sustituida por un artilugio automático. Paulatinamente fue desplazando la atención a la librería y se fue metiendo de lleno en la imprenta, donde Doroteo Merino, que había sido despedido de Sandoval, trabajaba de manera temporal.
Después de casarse, J. L. Sanguino, estuvo trabajando unos meses con la empresa MAESPA (Manipulados Especiales de Papel), cuya sede estuvo en la Avenida de la Vera, y luego en la travesía de los Arcos de San Antón, 39. Como su dueño pretendía ampliar el negocio y en Plasencia no tenía posibilidades, decidió vendérselo a José Luis y él se trasladó a Cataluña. Aunque en 1969 la empresa funcionaba como independiente, entre 1975 y 1976 se hizo cargo de ella Sanguino, con toda la maquinaria y una interesante cartera de clientes. Luego se pudo hacer con la matrícula de un taller que había cerrado en Fuente de Cantos, y con esta licencia pudo abrir una imprenta en la calle Eulogio González, 19, con el nombre de Sanguino-Offset, donde ha permanecido hasta el año 2003. En esos momentos, el dueño pasó por una seria enfermedad y cerró el negocio, sin que su sucesor, Pablo, sintiera atracción por continuar la tradición familiar.
La primera imprenta estaba en las calles Bailén, 1 y Berrozana, 2; y las revistas que han salido de estos talleres han gozado siempre de un gran prestigio, iniciándose su publicación en el año 1926. Entre ellas, por la calidad y estilo de su elaboración, pueden citarse las de feria de 1944 a 1950, que fue el período en el que el jefe de taller y compositor y realizador de las mismas era Pablo. Posteriormente, habría que esperar a los años setenta y noventa para presenciar una segunda y tercera «oleada» de publicaciones anuales procedentes de otras maquinarias. Las revistas de contenido taurino se localizan a principios de los años ochenta; y las de Semana Santa en los años sesenta.
Otras publicaciones fueron: Despunte, Revista Informativa de la Asociación de Cultivadores de Tabaco (1987-1988), El Norte de Extremadura (sólo en la primavera de 1993), Mirador, Publicación Gratuita de la Asociación de Vecinos Miralvalle para el Barrio (tres números entre 1987 y 1999); y algunas de tipo deportivo, como Campeonatos de España de Pesca, 30 Segundos, y Revista de Baloncesto, una publicación que nació en 1993. En 1996 salió Plasencia entre valle; y un año más tarde se publicaba la Guía Turístico-Comercial de la Zona Centro. Por último, se publicaron un total de 30 libros.
3. 12.- La Imprenta Gabriel y Galán: Este negocio abrió sus puertas hace unos sesenta años, en la calle de Talavera, con el nombre de Librería Gabriel y Galán, aunque poseía una pequeña máquina de mano para imprimir. El primer dueño fue Juan Gabriel y Galán (procurador), hijo del famoso poeta J. Mª Gabriel y Galán, y se dedicaba sobre todo a imprimir y publicar la obra de su padre. En 1951 se trasladó a la calle Hernán Cortés, 6 (frente a la librería Sandoval), junto a lo que hoy en día es el Bar Cáparra; y luego se ubicó en la calle de Maldonado, 8. La primera constancia de ese cambio aparece en una revista de Feria de 1966. El inicial propietario se trasladó a Cáceres, y traspasó el taller a Félix García Mateos, quien estuvo asociado a Antonio Sañudo Muñoz, Jefe Local del Movimiento, quien acabaría trasladándose a Tarragona, donde murió a finales de los ochenta. Por entonces prestaban sus servicios dos trabajadores (Manolo y un maquinista, llamado ¿Manrique?, además del dueño, Félix. Actualmente la lleva su hijo Ricardo García, y cuenta con dos trabajadores.
Junto con Sandoval editaron la Revista de la Asociación Cultural Placentina «Pedro de Trejo», que salió de manera semestral desde noviembre de 1954 hasta la feria de 1973. De manera independiente imprimieron numerosas revistas de feria, entre las que destacan las de 1947, de 1951 a 1961, 1966, 1986 y 1989. Los encargados de ilustrar las portadas eran Miguel Cantero Mozos y Ricardo; y entre los directores artísticos y literarios destacaban Juan Gabriel y Galán, Félix García Mateos y Antonio Sánchez Paredes. Las revistas de toros, por su parte, están representadas por Plaza de Toros de Plasencia, algunas ediciones del Club Taurino Placentino, la Semana Taurina, y algunas informaciones relacionadas con el mundo de los toros en el Martes Mayor. De Navidad, se encargaron de sacar dos revistas, correspondientes a los años 1954 y 1955 (la primera en colaboración con Gráficas Sandoval, y con clichés cedidos por la Editorial Sánchez Rodrigo).
Desde 1952 se publicó A. R. S. Revista Trimestral Reverendas. Hijas de María Madre de la Iglesia 16. A finales de los ochenta surgió la revista Amigos en Marcha; y también se publicaron algunas revistas de los Campeonatos de España de Agua Dulce (2002 y 2003); y programas de festejos en honor a la Patrona la Inmaculada Concepción (años ochenta), para el Regimiento de Infantería Órdenes Militares número 37. Entre los libros que se han podido fichar se cuentan seis ejemplares.
3. 13- Imprenta Garcilaso: Baldomero Laso entró a trabajar en 1950 en la imprenta de Sandoval, que por entonces todavía se llamaba Sanguino Sucesora. Allí permaneció cerca de ocho años, por lo que fue testigo del cambio de nombre de los talleres desde 1952 a Gráficas Sandoval, y del reajuste laboral que se llevó a cabo en torno a 1958, siendo él uno de los primeros despedidos. Luego trabajó de representante en otras actividades comerciales; y desde principios del año 1960 ya estaba instalado, formando una Comunidad de Bienes, con Vicente García. Tomando la primera sílaba del primer apellido de cada socio (Garci-Laso), formaron el nombre del negocio emulando el del célebre poeta español del siglo XVII, Garcilaso de la Vega. La primera sede estuvo en la travesía del Sol, 6 (frente al Bar Royal). Cuando se quedó sólo, Baldomero contrató a Julián Paniagua, un joven que estudió por la noche y, tras terminar su carrera en Badajoz, terminó ordenándose sacerdote. Poco antes, V. García, al no funcionar la sociedad, se marchó y fundó la imprenta Vimar.
Desde finales de los sesenta y principios de los setenta se produjo el cambio a la calle Bravo-16 (posteriormente Vinagras)17, El negocio contó con otro trabajador durante unos tres años, Dionisio, que tuvo que darse de baja por enfermedad. Actualmente, después de jubilarse B. Laso, la imprenta Garcilaso sigue desarrollando su actividad, aunque a nombre de Álvaro Laso, su hijo, y con la concurrencia de un trabajador, Javier Muñoz Martín.
Los trabajos que se realizaban consistían en revistas de ferias, papeletas de las primeras elecciones democráticas en la provincia de Cáceres (junto con la Imprenta La Victoria), boletos de la suerte para los bares, y material de oficinas y empresas. Entre sus clientes figuraban la Viuda de Ángel Lucio y el Matadero de Mérida (CARCESA), etc. En una primera época contaron con una máquina Fuji Plana; posteriormente con una Minerva Barcino de marca Hildeberg, con letras de plomo (fundición de tipo movible); y la última adquisición fue una GTO, Offset. Entre las revistas de feria tenemos fichadas las de Plasencia de 1966 y la de Almendralejo de 1968; la Revista Trimestral RR. Hijas de María Madre de la Iglesia (A.R.S.) (1967); algunas de las fiestas patronales de San Miguel de Tejeda de Tiétar (1975); varios programas sobre el Martes Mayor de Plasencia (1985-1989); algunos del Concurso Hípico Nacional (1967); y el Convenio Colectivo de los Trabajadores de la Región de París durante varios años(1974) 18. Se tienen fichados un total de 15 libros.
3. 14.- Imprenta Vimar: Esta imprenta está situada en la avenida de Calvo Sotelo, 41. Su nacimiento data del año 1971-72, y el nombre tiene su origen en la composición del nombre del dueño y su mujer: Vicente García Sánchez y María Rodríguez Corredor. El dueño entró a trabajar a los 14 años en la imprenta de Generoso Montero, donde conoció a la que en el futuro sería su mujer. Allí se formó hasta que volvió del ejército. Y también prestó sus servicios en el taller de Sandoval (desde 1953 a 1961), donde conoció a Baldomero Laso y Doroteo Merino. Desde 1960-61 Vicente formó sociedad con Laso, dando lugar a la imprenta Garcilaso; pero el tandem no funcionó y durante un tiempo trabajó con Sanguino, desde 1970 a 1971. Aunque D. Merino se jubiló en la imprenta Padilla, teniendo en cuenta la gran amistad que le unía con la familia de Vicente, presta su asesoramiento en Vimar desde el fallecimiento del dueño en 1996.
En la actualidad el negocio está dirigido por las dos hijas: Gema y Mª Rosario García Rodríguez, que cuentan con una máquina Minerva (comprada a José Luis Sanguino), y apenas publican libros, dedicándose sobre todo al papel de oficina. Desde el año 1978 hasta 1981 el negocio se cambió cien metros más arriba, donde ahora funciona el servicio de recaudación provincial, mientras duraron las obras para acondicionar el edificio en el que funciona ahora la maquinaria. En estos talleres se publicó el boletín de La Voz de Mayorga,desde1987 hasta 1991; el Boletín Eclesiástico del Obispado de Plasencia, durante un tiempo; y algunas revistas de las Fiestas del Barrio San Juan (1989). Publicaron un total de 6 libros.
3. 15.- Imprenta Padilla: El origen de Padilla proviene de un grupo de trabajadores que fueron despedidos de la imprenta Sandoval: Vicente García, Angel Carrero, y Doroteo Merino. Formaron una sociedad por poco tiempo, pues A. Carrero se marchó a Sapar (junto con Pablo Baños y Saavedra Señorán Pulido); Vicente García formó, tras un tiempo a las órdenes de Sanguino, estuvo en la sociedad de la Imprenta Garcilaso, y por fin terminó fundando Vimar. Y Doroteo Merino, por su parte, terminó jubilándose en la imprenta Padilla.
El negocio de D. Merino tenía su sede en la calle de las Moreras, 23. Al jubilarse (1983-84), el dueño de la casa donde estaba el taller le pidió que abandonara el local, por lo que pasó a la imprenta Vimar, donde actualmente ayuda en las tareas a las hermanas Rosario y Gema, hijas de su compañero y amigo Vicente García Sánchez. La actividad de este impresor se limitó, en los años en que tuvo su imprenta propia, a la confección de papelería para oficina, publicidad, propaganda, impresor, sobres y tarjetas de visita. La mayor parte de las revistas de feria que salieron de esta imprenta estaban encargadas por la Asociación Cultural «Pedro de Trejo», como las de 1963, 1964, 1965, 1966, 1969, 1970, 1971, 1973, 1974 y 1975. Las portadas de las mismas eran obra de Durán, Medina, Valverde, Montero o Cantero, que se encargaban de dibujarlas. En los últimos años colaboraba también la plumilla de Jaime J. Jiménez y Pincel. Además, aquí se elaboraba la revista de la Asociación de Antiguos Alumnos de San Calixto (mensual). No se publicó ningún libro.
3. 16.- Imprenta Poblador e Imprenta San Pedro: El responsable de esta imprenta era Isidro Poblador, una persona que prestó sus servicios en Sandoval y, posteriormente en SAPAR. Problemas personales, laborales y una cierta adición, le llevó al suicidio. Su viuda, de Robledillo de Trujillo, vendió el negocio a Francisco Blanco, que era empleado de Isidro cuando todavía vivía. Con él trabajó también desde los años setenta, Víctor Guillén, quien posteriormente pasó a formar sociedad junto con Ángel y Manolo en Gráficas de Plasencia, Sociedad Cooperativa. Los talleres estaban situados en la calle de San Pedro, pero posteriormente se ubicaron en la calle del Chantre, 11. Un total de 7 libros hemos contabilizado como impresos en este taller, relacionados con las cooperativas del Valle del Jerte, de Arroyomolinos de la Vera y Malpartida de Plasencia; también se editaron calendarios deportivos y algunas poesías. Desde el cambio de local, F. Blanco, (que en su día prestó sus servicios durante un tiempo en la Editorial Sánchez Rodrigo, y luego en Sandoval), dirige el negocio, junto con su hijo. Se dedica al material de oficina, publicidad y encuadernación. No se conoce libro alguno que haya salido de esta imprenta 19.
3. 17.- Ediciones Gráficas Plasencia, Sociedad Limitada: Al cerrar la editorial Sánchez Rodrigo, un grupo de antiguos trabajadores constituyó una sociedad, quedándose con buena parte de la maquinaria, papelería y material de la antigua editora. Se trasladaron a la carretera de Cáceres, 42, en una amplia nave donde se imprimen calendarios, material de oficina, impresos, y revistas de feria, toros y fiestas. Los socios eran Víctor Guillén Salgado, Ángel Martín Flores, y los hermanos Manuel y José Antonio Martín Real. Ángel, antes de entrar en Sánchez Rodrigo, realizó su aprendizaje con Sanguino; Manolo entró directamente en la editorial a los catorce años; Víctor, por su parte, prestó servicios en la Imprenta Poblador. Y José Antonio, al poco tiempo de funcionar la empresa, la abandonó para fundar Plasencia Diseño Gráfico, S. L. En Ediciones Gráficas Plasencia, se imprimió Dos Semanas (1990-1992), las revistas de feria de 1991 y 1992, los carteles de toros, y la revista Por Verónicas, una publicación editada por el Club Taurino «Juan Mora » de Plasencia. También se publicaron 8 libros en sus talleres.
3. 18.- Imprenta Sandoval: El origen de esta imprenta se remonta al acuerdo por el cual Julián Pérez Bravo y Pablo Sanguino Liberal crearon La Victoria. Sin embargo, poco después Pablo se separó y fundó otro taller, con su apellido. A Vicente Sandoval le sonrió la fortuna durante la guerra y la posguerra, lo que le permitió hacerse con la propiedad y la dirección de la imprenta de P. Sanguino, aunque éste último siguió como gerente-jefe del negocio. En 1941 se cambió la denominación por Sanguino, Sucesora, y quedó a nombre de la mujer de Vicente Sandoval Merchante, Dolores Franco Merino, madre del actual dueño, Ildefonso; y por fin, en 1952 apareció el nombre que todavía hoy presenta: Gráficas Sandoval. A la muerte de Vicente, su hijo y el de Pablo tuvieron momentos de tirantez por diferencia de caracteres, lo que provocó la independencia del segundo. Se trata de unos talleres dotados con moderna maquinaria y un equipo de profesionales altamente cualificados, lo que les permite dedicarse a todo tipo de producción: cartas, sobres, propaganda, libros, etc. Buena parte de los libros que se han publicado en la ciudad en los últimos años han visto la luz en esta firma. Hasta la fecha tenemos fichados un total de 60 ejemplares 20.
Desde mediados de los años cincuenta comenzaron a imprimirse revistas de feria. Pero las que más destacan son las de Semana Santa, pues desde 1992, de manera invariable, se encarga de imprimir una revista editada por la Cofradía de la Soledad y Santo Sepulcro. Son revistas lujosamente presentadas, de gran formato, y con numerosos artículos de fondo, redactados por personajes del mundo de la cultura, la iglesia, la historia, etc. Carecemos de suficiente información sobre las publicaciones periódicas, aunque sabemos que los dos primeros números de Ateneos de Extremadura, Revista Cultural, se elaboraron en sus talleres.
3. 19.- Sapar: Hasta hace unos años era una Sociedad Cooperativa, pero posteriormente cambió a una Sociedad Limitada. El núcleo de esta imprenta estuvo en la de Generoso Montero. A la muerte de este famoso impresor, y tras dirigirla por un tiempo dos de sus hijos (Cecilia y José), decidieron traspasarla a tres trabajadores: Saavedra Señorán Pulido, Pablo Baños y Amador Calatayud, quienes cambiaron los talleres a la calle de Zapatería (Marqués de Mirabel), frente al actual Cuartel de la Policía Nacional, con el nombre de Imprenta Montero, aprovechando la fama del antiguo impresor. Posteriormente decidieron clausurar el negocio y abrir uno nuevo con el nombre de SAPAR, cuyas letras coincidían con la primera del nombre de cada uno de los asociados: S (Saavedra), A (Ángel Carrero Quijada), P (Pablo), A (Amador), y R (Rufino Isidro Poblador), colocándola en la esquina de la calle Morenas, 25, al lado de la imprenta de Doroteo Merino; si bien al final se ubicó en el número 15. Poco después, A. Calatayud dejó la sociedad y se trasladó a Barcelona, e I. Poblador se trasladó a la imprenta de su mismo nombre, en la calle de San Pedro. Tanto Saavedra como Pablo procedían de la imprenta Montero; y A. Carrero y D. Merino, de Sandoval.
A la muerte de los tres socios que quedaban, sus respectivos hijos (Juan Antonio Señorán Manzano, Pablo Baños Rivero y Ángel Carrero) continuaron con el negocio, pero éste último pidió su parte después 14 años de trabajo y se fue en 2000, por lo que sólo quedan Juan Antonio y Pablo. Aquí se elaboraban unos magníficos carteles para las corridas de toros; y se imprimió El Regional, que duró hasta diciembre de 1984; una Revista Deportiva; y se hacía el Boletín Oficial del Obispado, hasta que posteriormente se hizo cargo la imprenta La Victoria y Vimar. Últimamente sólo se trabaja en albaranes, facturas, sobres, tarjetas, y material de oficina. Entre su maquinaria cuentan con una Heidelberg, Tipografía de Aspa; otra Heidelberg GTO Offset; y cortadoras, grapadoras y separadoras 21. Sólo se publicó un libro.
3. 20.- Plasencia Diseño Gráfico, S. L. En 1992 tres socios decidieron fundar un negocio de impresión con el nombre de Plasencia Diseño Gráfico S. L., en la calle de Castilla, s/n: José Antonio Martín Real (que procedía de la extinta Editorial Sánchez Rodrigo), Juan Manuel Jiménez Castelló (que prestaba servicio en la empresa Renault de la ciudad), y Jesús Martín (que trabajaba en la oficina central de Caja Extremadura). El personal con el que contaban se nutría de dos maquinistas procedentes de la imprenta «La Victoria», (uno de los cuales era Manuel); Pedro Arroyo, que antes había trabajado en Gráficas Plasencia; Pilar, y otro más hasta llegar a los cinco componentes. Sin embargo, a lo largo del verano de 1992 hubo dificultades financieras y una cierta falta de sintonía entre algunos de los socios, por lo que a finales del citado año y principios de 1993, el administrador J. A. Martín y uno de los socios, J. M. Jiménez Castelló, decidieron vender sus respectivas participaciones al miembro restante y a su mujer «Berni», a nombre de los cuales quedó definitivamente el negocio.
Entre las revistas que se imprimieron destacan El Cotillo, la guía Plasencia, ¡Acércate!, Feria de 1994, Ap Arte, Anacusia, Pymecón, la Revista Internacional de Estudios Económicos y Empresariales (desde el número 10), Carpe Diem, La Voz Juvenil, el Anuario de Monfragüe, y el Boletín Informativo del Colegio Santísima Trinidad («Josefinas»). Doce libros han sido fichados como procedentes de sus talleres.
3. 21.- Imprenta Sánchez Rodrigo: El fundador de esta imprenta nació en Serradilla en 1870, en el seno de una familia de labradores acomodados. Desde muy temprano fue un personaje que mostró una fuerte inquietud por la cultura, fundando la revista El Cronista y el Ateneo Serradillano, con su correspondiente Boletín. Del mismo pueblo era natural Ángel Rodríguez Álvarez, un maestro que, junto con su hermano, desarrollaron el popular método «Rayas», para la enseñanza de la Lectura y de la Escritura. El modelo pedagógico funcionó y alcanzó gran difusión en las escuelas españolas e hispanoamericanas. A principios del siglo XX, en 1905, Agustín Sánchez empleó toda su fortuna en la adquisición del citado método; pero murió arruinado en 1933, sin poder contemplar el éxito del famoso método, cuyos mejores años fueron desde los cuarenta hasta los sesenta 21.
La Editorial Sánchez Rodrigo fue trasladada en 1946 a Plasencia, a un local de la calle de las Claras, (actual Pub «Blues Mary»), donde se guardaba la moderna maquinaria. En sus mejores tiempos (años setenta) llegaron a trabajar en torno a cuarenta empleados, aunque a mediados de los ochenta la empresa quedó reducida al edificio que hoy ocupa la Delegación de Hacienda, con tan sólo siete personas, entre los que se contaban los tres hermanos Martín Real (Manuel, José Antonio y otra joven), Ángel, Pedro y Jacinto. El cierre de esta editorial plantea numerosas controversias, aunque el común denominador de las personas consultadas coincide en que el negocio, que funcionaba bien durante decenios, no fue debidamente atendido a partir de finales de los setenta y principios de los ochenta. Es posible que La clausura se produjera en torno al año 1986, según testimonios de sus trabajadores. De hecho, los últimos libros de los que se tiene constancia proceden de 1984. Algunos de los que salieron fundaron otros talleres, como Ediciones Gráficas Plasencia, S. Coop. Ltda., y Plasencia Diseño Gráfico, S. L 22.
Fue una empresa que se dedicó sobre todo al trabajo editorial de los libros, aunque también tocó otros ámbitos impresores, como las revistas de Navidad, de Feria y de toros, las dedicadas al Valle del Jerte; las del Centro de Iniciativas Turísticas, de las Fiestas del Barrio de San Juan, y algunas encargadas por los pueblos de alrededor, como la del Cristo de Tornavacas, de 1979. Se tienen fichados 240 libros diferentes; pero sin contar el elevado número de reediciones que de algunas obras se hizo.
3. 22- La Constancia: El Regimiento de Infantería Órdenes Militares número 37 tenía su sede en el enorme edificio que fue concebido como Colegio del Marqués de la Constancia a finales del siglo XIX y principios del XX. Allí comenzó a funcionar, después de la guerra civil, una imprenta, conocida como «Tipografía Regimiento de Infantería Órdenes Militares número 37 de Plasencia», dirigida por el Teniente Coronel Algarra, el alma de la publicación. En ella se elaboraban los boletines internos, las órdenes del día y una revista llamada: Descanso23. Desconocemos el inicio y el final de la citada publicación, aunque contaba con una Minerva Barcino, que se la vendió Baldomero Garcilaso, cuando éste compró la máquina alemana Heidelberg. No se conocen ningún libro publicado por la misma.
3. 23.- Maespa: La empresa Maespa (Manipulación Especial de Papel) tuvo su primera sede en la Avenida de la Vera, y posteriormente se trasladó a la travesía de los Arcos de San Antón, 39. El responsable se llamaba Benito, y tuvo algún tipo de relación comercial con un tal Arroyo. El dueño pretendía ampliar el negocio, pero aquí no encontraba posibilidades, por lo que terminó vendiéndoselo a José Luis Sanguino, y él se fue a Barcelona. Está comprobado, (por el pie de imprenta de una revista de ferias), que en 1951 ya funcionaban sus talleres; así como por la publicidad insertada en la revista de la Asociación «Pedro de Trejo» Plasencia, Navidad de 1954. Lo que no está tan claro es el año de cierre. Sabemos, sin embargo que en 1969 todavía funcionaba de manera independiente, aunque entre los años 1975 y 1976 fue adquirida por Sanguino. Sólo tenemos constancia de la publicación de un libro.
3. 24.- R. & C. Servicio Gráficos, S. L.: En 1993, después de abandonar Plasencia Diseño Gráfico, S. L., y Gráficas de Plasencia, José Antonio Martín Real fundó una nueva imprenta de efímera vida, localizada en la carretera de Montehermoso. Contó con un empleado, que salió de Plasencia Diseño Gráfico y prestó sus servicios durante tres o cuatro meses, para la elaboración de guías comerciales. La denominación de R & C, recogía posiblemente las letras iniciales de Real y Charo, apellidos y nombre del dueño y su mujer, respectivamente. Debía de funcionar en la primavera del citado año, porque en el número 1 de El Norte de Extremadura, fechado en mayo, venía anunciado su negocio, como imprenta, papelería, regalos, folletos, catálogos, revistas, libros e impresos en general. A pesar del poco tiempo que permanecieron abiertos sus talleres, se imprimieron algunas revistas, como Plasencia Magazine, la Revista de Ferias de 1993, y La Unión, de la Asociación de Vecinos de San Miguel. No conocemos la fecha exacta del cierre, pero una vez que éste se produjo, el dueño quedó sumamente endeudado con los proveedores, bancos y organismos oficiales. No publicó ningún libro.
4. – CONCLUSIONES
Desde finales del siglo XVIII hasta el presente la ciudad ha contado con 35 imprentas, de las que hoy en día funcionan diez: Vimar, Gabriel y Galán, San Pedro, Heras, Garcilaso, Sapar, La Victoria, Sandoval, Plasencia Diseño Gráfico y Gráficas Plasencia, de las cuales sólo las cuatro últimas imprimen libros. Atendiendo a los ejemplares fichados, un total de 580 libros han sido impresos a lo largo de esos dos siglos largos, lo que representa algo más de la tercera parte del corpus que tenemos trabajado (1560 libros).
Durante el siglo XIX los talleres de Plasencia fueron prácticamente los únicos que atendieron la demanda del Norte de Extremadura, pues las imprentas de Coria, Serradilla, Jaraíz y Navalmoral o no existían entonces, o su producción era insignificante. A partir de principios del XX aparece tímidamente la competencia en Navalmoral (1905); Serradilla (1910); Coria (en la segunda mitad de la centuria, aunque existió la imprenta Montero en 1886); y Jaraíz (Imprenta La Verata en los años sesenta). Esto significa que las imprentas placentinas han sido las responsables de la difusión de libros, artículos y revistas en buena parte de la geografía regional, llegando incluso a trabajar en el ámbito nacional. Destaca la Editorial Sánchez Rodrigo por el volumen de producción (240), especialmente motivado por el triunfo del método «Rayas»; seguida de La Victoria (88), y Sandoval (60). En casi todos los talleres se ha ido produciendo un proceso de modernización tecnológica que les ha llevado a la utilización de maquinaria tipo Offset y tecnología digital; si bien en algunas persiste todavía la utilización de herramientas «clásicas».
Merece destacar el elevado número de revistas que se imprimen para consumo local o foráneo; aunque cada vez se hacen más encargos en imprentas foráneas, extendiéndose la costumbre de no colocar el pié de imprenta para no revelar el origen, evitar el pago de ciertos impuestos, o conseguir reducir los costes («Publisher» en Navalmoral; las dos «Romero» en Jaraíz de la Vera, o en «Carro» de Coria).
Las revistas de Feria, Semana Santa, Toros, Navidad y Martes Mayor, alcanzaron un nivel de virtuosismo admirable en las décadas comprendidas entre los cuarenta y los sesenta; destacando asimismo por la calidad de sus artículos. Desde los años setenta asistimos a un declive en las ideas, hay falta de imaginación, y se reduce el contenido en cantidad y calidad de los artículos. Los ochenta y noventa son testigos de sistemáticas repeticiones de otras revistas publicadas entre los años cuarenta y sesenta, lo cual refleja una crisis de creatividad. Sólo se mantienen en cierto grado algunas revistas de Semana Santa, si bien tienden a repetirse esquemas como la historia de las diferentes cofradías.
A pesar de ello, la abundante producción compuesta por libros, periódicos, revistas y folletos, frutos del saber, el gusto estético y la habilidad de los impresores placentinos, constituyen elementos valiosos e imprescindibles de la comunicación humana. Es un orgullo pertenecer a una ciudad que ha colocado el listón del mundo de la imprenta tan elevado, dejando muestras que constituyen hitos en el mundo del libro y de las revistas.
NOTAS:
1 FERNÁNDEZ SERRANO, FRANCISCO. «La imprenta en Plasencia hasta la muerte de Fernando VII». En Revista de Estudios Extremeños. Badajoz, Diput. Prov. de Badajoz, 1950, número 3-4, págs. 601-655
2 ROSADO MUNILLA, JOAQUÍN. «La prensa periódica placentina. Apuntes para su historia». En Guía de la Ciudad de Plasencia por un placentino. Año 1905. Plasencia, 1905. Imprenta Placentina, págs. 41-54
3 SELLERS DE PAZ, GERMÁN. La prensa cacereña y su época (1810-1990). Cáceres, 1990. Institución Cultural «El Brocense». Excma. Diputación Provincial de Cáceres, 679 págs. 21 X 28 cms.
4 PULIDO CORDERO, MERCEDES Y NOGALES FLORES, TOMÁS. Publicaciones periódicas extremeñas, 1808-1988. Badajoz, 1989. Depart. de Publicacs. de la Diput. de Badajoz, 481 págs. 17 X 24 cms
5 BLÁZQUEZ DE YÁÑEZ, DIEGO. Historia de la Prensa Placentina. 2 Tomos. Mérida, 1996. Editora Regional Extremeña. Junta de Extremadura. Consejería de Cultura y Patrimonio, 967 págs. 15 X 21 cms
5-b SÁNCHEZ DE LA CALLE, JOSÉ ANTONIO. «Patrimonio Bibliográfico de Plasencia. Las Revistas del Siglo XX». En XXXI Coloquios Históricos de Extremadura. Trujillo, 2003. Centro de Iniciativas y Turismo, págs. 435-481. Del mismo autor, pero en colaboración con LEONATO GONZÁLEZ, MARIA DEL ROSARIO: «La «Voz de Mayorga», tres lustros de historia en la ciudad del Jerte». En XXX Coloquios Históricos de Extremadura. Trujillo, 2002. Centro de Iniciativas Turísticas, págs. 533-575. Y también «Aproximación a la bibliografía de Plasencia. Hacia la elaboración de un catálogo bibliográfico». En XXXII Coloquios Históricos de Extremadura. Trujillo, 2003. Centro de Iniciativas Turísticas, págs. 501-523.
6 Debo agradecer públicamente el tiempo, la disponibilidad, y la deferencia que han tenido personas como Baldomero Laso, Julián Pérez, Félix García, Gema y Rosario García, Doroteo Merino, Víctor Guillén, Ángel Martín Flores, Manuel Martín Real, Ildefonso Sandoval, Juan Antonio Señorán, Pablo Baños Rivero, Jesús Martín y su mujer «Berni», y Tomás Heras.. Y de manera especial Manuel Muñoz y Pedro Luna.
7 VARONA Y VARGAS, JOSÉ. Instrucción de cazadores. Por Joseph Varona y Vargas, Regidor Perpetuo de la ciudad de Plasencia. Facsímil de la primera edición (Plasencia, 1798). Badajoz, 1976. Institución Cultural «Pedro de Valencia», 138 pág.. 10,5 X 17 cms
8 MÁXIMO SPARTAL, RAMÓN. Viajes del Capitán Lemuel Gulliver a diversos países remotos. 3 vols. Plasencia, 179…1800; 2º tomo, 179 págs.; 3º tomo, 211 págs., 10 X 14,5 cms.
9 Probablemente, los datos que ofrece Germán Sellers de Paz puedan estar equivocados y hacer referencia a un establecimiento cacereño. Lo prueba el hecho de que no hemos encontrado (al menos hasta el momento), ninguna publicación, folleto, publicidad ni libro con este pie de imprenta en Plasencia.
10 Hay algunos especialistas que sostienen que llegó a editarse la de 1907, pero si fue así, hasta el momento no se ha localizado.
11 No está suficientemente claro, pero según D. Merino, el impresor más antiguo de la ciudad (85 años), L. Heras compró el negocio a Mariano de San José, para quien trabajaba antes de independizarse, quien antes había unido su imprenta con la de la viuda de Sagrera. Sin embargo, hay datos que no concuerdan con esta teoría, pues la localización de estos últimos talleres se situaba en la confluencia de la calle La Tea con la de Vidrieras. Y los de Luis Heras, se ubicaban en la calle de Cervantes. Es posible que antes de ser traspasada a Heras, los esposos trasladaran el negocio a la citada calle de los Quesos.
12 Los trabajadores que desarrollaron su actividad desde los años treinta fueron los siguientes: Julián Andaluz Solís (cajista), Luis Cruz Sobrino (maquinista); Marcos González (cajista y cuñado de Angel Corcho, trabajador durante mucho tiempo en el Sindicatos); Inocente Amaro Martín (un excelente cajista); Félix Castellano Juan (cajista y maquinista); Rafael Hernández Gutiérrez (controlador de la primera máquina «La Victoria» conque contó el taller, también árbitro de fútbol durante los años cuarenta, y conocido como «El sordo»); Miguel Hernández Aguilar (cajista-maquinista, un auténtico artista, de técnica exquisita); Pedro Hernández Cano (tío de Jesús Gómez Hernández); Antonio Fernández (maquinista, que terminó en Navalmoral, antes de fallecer). También hubo un trabajador que duró muy poco ¿Gonzalo?. El manipulado del material se realizaba en un local que la imprenta tenía en la calle Padilla, 5.
13 Una segunda generación de trabajadores estuvo formada por Jesús Gómez Hernández (manipulador y sobrino de Pedro Hernández Cano), Jesús Escobero Pérez (primo de Julián hijo), Manuel Hermoso Bordallo; Julio Colombo Masa (es el más antiguo de los trabajadores que actualmente se han quedado con el negocio, tras la jubilación del jefe); Francisco Timón Alonso (ordenadores, composición); Honorio Hernández Quijada (maquinista); y José Luis Martín Flores (compañero de Manolo, el de Gráficas de Plasencia). Estos últimos cuatro operarios fueron los que se quedaron la empresa al jubilarse Julián Pérez, convirtiendo la empresa en una Sociedad Cooperativa y denominándola «Honticomar», que corresponden a la unión de Honorio (Hon), Timón (Ti), Colombo (Co) y Martín (Mar). Junto a ellos hay dos empleados que son José Luis Marcos Corchado (sobrino de Angel Corchado); y Franklin Darío, un ecuatoriano polivalente en cuanto a rendimiento laboral.
14 En el apartado dedicado a las revistas sobresalen las de Ferias de 1941, 1944, 1945, 1951, 1975, 1985, 1987 y 2002; y las de Semana Santa de 1959, 1970, 1972, 1976 y 1989. Durante la década de los sesenta y parte de los setenta se celebraron en Plasencia trece ediciones de los Festivales de España, patrocinados por el Ministerio de Información y Turismo, cuyas actividades fueron recogidas en sendas revistas tituladas Festivales de España en Plasencia, que recogía el programa de actuaciones, horario, precios, localidades, y biografía e historia de los principales componentes del espectáculo. La edición de estas publicaciones contaba con un importante valedor, Arturo Requejo. Por último, también se editaron la Revista de Estudios Económicos y Empresariales, la Revista de Investigación Universitaria, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de Plasencia, el Aula Literaria José Antonio Gabriel y Galán,
15 En esta época se produjeron unos reajustes de personal, y salieron de los talleres Vicente García, Doroteo Merino y Angel Carrero que formaron Sapar. Posteriormente, Vicente se asocia con Baldomero Laso, formando Garcilaso; quedándose Ángel y Doroteo en la imprenta; aunque luego el segundo forma la imprenta Padilla, y el primero se queda en Sapar.
16 Esta revista vio la luz coincidiendo con la Coronación (abril) de la Virgen del Puerto, Patrona de la ciudad de Plasencia. Salía trimestralmente y su directora era Doña Rosario del Río. La Congregación de la Madre Matilde (conocidas popularmente como las «Azules»), tenían su sede en la calle de Monroy, 20. Desconocemos hasta cuando se publicó, pues el último número del que tenemos constancia es el 50, de. Abril-Junio de 1965. Aunque el 57, de Enero-Marzo de 1967 ya lo sacó Garcilaso.
17 En ese local había estado antes la Cooperativa de Consumidores fundada por Don José, conocido como el «Cura comunista», de la H.O.A.C.; y antes, la Sastrería «Larios».
18 En Imprenta Garcilaso se publicaba el famoso Catálogo de libros que la Editorial Sánchez Rodrigo ofrecía al público, pero sin que apareciese el nombre de Baldomero, sino el de la citada editorial. Durante muchos años se encargó también de imprimir la Orden del Día del Regimiento Órdenes Militares Número 37, por tener el Ejército constantes problemas con su propia imprenta; así como ciertas conmemoraciones de la festividad de la Inmaculada Concepción en el Cuartel.
19 A pesar de la insistencia del autor, no ha sido posible entrevistar a Francisco Blanco, pues las diferentes ocasiones en que se le he intentado, no ha sido posible por diversas ocupaciones; por lo que he creído conveniente no continuar con mi pretensión, a riesgo de parecer molesto. Ha sido, junto con J. L. Sanguino (seriamente enfermo), el único impresor a quien no he podido entrevistar.
20 En la misma imprenta trabajaban Marino Barbero (primo hermano del que luego llegaría a ser famoso juez del Tribunal Constitucional, con el mismo nombre), y Mario Gil. Ambos emigraron a Cali (Colombia). También prestaban servicio otros trabajadores, que a en la segunda mitad de los años cincuenta (1956-58) fueron despedidos: Angel Carrero, Doroteo Merino, y dos «peques»: Pedro Gómez y Baldomero Laso. La expulsión se produjo por una «reconversión», ante las dificultades económicas por las que atravesaba la empresa, y no poder hacer efectiva la nómina. Posteriormente, la dirección tomó contacto con Hidroeléctrica Española, empresa implicada en la construcción de la Central Nuclear de Almaraz, y llegó a unos suculentos acuerdos para trabajarla en régimen de casi exclusividad; lo que permitió volver a coger nuevo personal. Pero ninguno de los que habían sido despedidos fueron readmitidos, porque ya habían tenido tiempo de instalarse por su cuenta. El negocio tenía un almacén de manipulado en papelería, donde trabajaban cuatro chicas (entre ellas Petra Sandoval, Josefa Montero y Rosa); la imprenta, en la calle de Berrozanas, 1; y la Papelería-Librería, en la calle Bailén, 2.
21 Como exposición conservan restaurada una impresora manual que procede de la Imprenta Montero y, antes, de la de Generoso Montero
21 Su inquietud cultural le llevó a convertirse en escritor, siendo el autor de los siguientes libros de marcado carácter antropológico: Un año de vida serradillana, Apuntes para la historia de un pueblo, y Folklore serradillano.
22 La asociación de G. Sánchez-Rodrigo, con Orantos, arquitecto municipal, y el exdirector del Faro de Vigo, (traído expresamente de Galicia para organizar y gestionar un proyecto que los tres socios tenían en mente) no funcionó. Se trataba de adelantarse en la impresión de millones de libros (en Pinto, Madrid) de la reforma educativa a mediados de los ochenta que planeaba el P.S.O.E. (la L.O.G.S.E.). El problema fue que los gestores jugaron con una información que creyeron definitiva, pero lo cierto es que el Ministerio de Educación retrasó y cambió los criterios pedagógicos de los manuales, lo que hizo inútiles los cientos de miles de libros que se habían impreso. Las deudas hicieron que el Juzgado subastase buena parte del material para pagar a los acreedores.
23 Tenía un tamaño de 15 X 21 cms y, basándonos en el examen de los números 376 (5-VI-1949) y 423 (5-VI-1950), contaba con unas 20 páginas, con artículos relacionados lógicamente con el ámbito militar y otros centrados en diferentes aspectos de la ciudad del Jerte, como los jardines, los programas de las fiestas cercanas, algunos consejos prácticos, poesías, entretenimientos, sección de humor, y páginas de fotografías.