Valeriano Gutiérrez Macías.
Fervoroso el que os habla de Extremadura y sus figuras esclarecidas, se honra en colaborar en estos Coloquios Históricos con una comunicación sobre el Capitán General de la Armada José Solano Bote, natural de Zorita, villa contigua a estos pagos, del secarral cacereño.
La Alta Extremadura, aunque geográficamente es una parcela del interior, siempre tuvo vocación marinera, como lo demostró en La Conquista y en cuántas ocasiones se le han presentado. Buen ejemplo de ello es el del marino José Solano Bote (de 1726-1806).
Solano Bote se distinguió muy pronto, al ser elegido, nada más acabar sus estudios preparatorios como guardiamarina, para acompañar al insigne Jorge Juan y a otros oficiales en sus viajes por Europa, con la finalidad de conocer el estado de los progresos científicos de la náutica. Estuvo destinado en América para acordar con los portugueses la línea de demarcación al norte del río Marañón. Mandó el navío “Rayo” y fue Capitán General de Venezuela. Durante su mandato limpió la costa de Caracas de contrabandistas. Después pasó con el mismo cargo a la isla de Santo Domingo (1770). Fue jefe de la escuadra en 1779 y sobresalió en la nueva guerra contra Inglaterra. Destinado otra vez a América en 1880 para proteger, al mando de una escuadra, las comunicaciones con Las Antillas. Estuvo designado para el mando de apostadero de La Habana. Ascendió a Teniente General en el año 1782. Al terminar la contienda, fue premiado por sus servicios con el título de Marqués de Socorro. Cuando regresó a España le hicieron Consejero de Estado. Todavía, anota Olimpia Bergué, influyó en el mando de nuevas escuadras, en la conclusión del tratado de paz con Inglaterra. En 1796, nuevamente zarpó de Cádiz al mando de la flota de América y ocasionó serios daños a barcos y establecimientos ingleses.
Las memorias del Capitán General Solano Bote, que se hallan en el palacio de Monsalud de la ciudad de Almendralejo, esperan que hallan espíritus generosos que se preocupen de su publicación. Entonces será el momento de saber de todos los trabajos que llevó a cabo el glorioso marino y los secretos de su quehacer científico que tanto interesa conocer dada su preparación y talento.
También podrá desvelarse con el estudio exhaustivo de las memorias de Solano Bote, una parte de la historia de España relativa a la época en que vivió, y que podría servir para desentrañar otros muchos piélagos de ignorancia sobre los hechos acaecidos en aquellos tiempos turbulentos y dinámicos, pues algunos de ellos fueron protagonizados por él mismo, o fue testigo directo de los sucesos.
Fervoroso el que os habla de Extremadura y sus figuras esclarecidas, se honra en colaborar en estos Coloquios Históricos con una comunicación sobre el Capitán General de la Armada José Solano Bote, natural de Zorita, villa contigua a estos pagos, del secarral cacereño.
La Alta Extremadura, aunque geográficamente es una parcela del interior, siempre tuvo vocación marinera, como lo demostró en La Conquista y en cuántas ocasiones se le han presentado. Buen ejemplo de ello es el del marino José Solano Bote (de 1726-1806).
Solano Bote se distinguió muy pronto, al ser elegido, nada más acabar sus estudios preparatorios como guardiamarina, para acompañar al insigne Jorge Juan y a otros oficiales en sus viajes por Europa, con la finalidad de conocer el estado de los progresos científicos de la náutica. Estuvo destinado en América para acordar con los portugueses la línea de demarcación al norte del río Marañón. Mandó el navío “Rayo” y fue Capitán General de Venezuela. Durante su mandato limpió la costa de Caracas de contrabandistas. Después pasó con el mismo cargo a la isla de Santo Domingo (1770). Fue jefe de la escuadra en 1779 y sobresalió en la nueva guerra contra Inglaterra. Destinado otra vez a América en 1880 para proteger, al mando de una escuadra, las comunicaciones con Las Antillas. Estuvo designado para el mando de apostadero de La Habana. Ascendió a Teniente General en el año 1782. Al terminar la contienda, fue premiado por sus servicios con el título de Marqués de Socorro. Cuando regresó a España le hicieron Consejero de Estado. Todavía, anota Olimpia Bergué, influyó en el mando de nuevas escuadras, en la conclusión del tratado de paz con Inglaterra. En 1796, nuevamente zarpó de Cádiz al mando de la flota de América y ocasionó serios daños a barcos y establecimientos ingleses.
Las memorias del Capitán General Solano Bote, que se hallan en el palacio de Monsalud de la ciudad de Almendralejo, esperan que hallan espíritus generosos que se preocupen de su publicación. Entonces será el momento de saber de todos los trabajos que llevó a cabo el glorioso marino y los secretos de su quehacer científico que tanto interesa conocer dada su preparación y talento.
También podrá desvelarse con el estudio exhaustivo de las memorias de Solano Bote, una parte de la historia de España relativa a la época en que vivió, y que podría servir para desentrañar otros muchos piélagos de ignorancia sobre los hechos acaecidos en aquellos tiempos turbulentos y dinámicos, pues algunos de ellos fueron protagonizados por él mismo, o fue testigo directo de los sucesos.