Serafín Martín Nieto.
(Continuación)
2.1. Altares e imágenes
En 1584, contaba con tres altares. El inventario de 1595 del mayordomo Francisco Sánchez Mostazo mayordomo recoge “las imágines que están en la iglesia de bulto: una Nuestra Señora grande, otra imagen de Nuestra Señora del Portal, un santo crucifixo grande, la imagen del Spíritu Santo, la imagen de San Martín” con sus coronas, y ornamentos96.
Como es natural, el principal estaba dedicado al Espíritu Santo, cuya imagen debía de formar parte del conjunto de la Santísima Trinidad, pues hay constancia documental de la confección de una capa para el Padre Eterno97. En 1584, esta imagen atesoraba una serie de exvotos en plata: un corazón grande, tres corazones pequeños, un candadito pequeño y unos ojos; además, 29 cuentas de ámbar gruesas98.
Además de esta imagen antropomorfa, de vestir99, la cofradía contaba con otra, bajo el símbolo de la Paloma, restaurada en 1612 durante la mayordomía de Diego Jiménez Pozo100, que fue reemplazada, entre 1649 y 1652, por una nueva101.
En uno de los altares laterales se veneraba a Nuestra Señora del Buen Suceso, de vestir y adornada, conforme al gusto de entonces, con un rostrillo de plata102. Los cacereños le tuvieron gran devoción. Prueba de ello, son las mandas testamentarias que recibió. En 1552, Francisca de Vita: “Yten mando que den para la ymajen de Nuestra Señora, la que está en la hermjta del Espíritu Santo una camisa delgada que yo tengo de Ruán y a la otra ymajen questá en el Humilladero del Espíritu Santo unas mangas de camisa que yo tengo”103.
Entre 1629-1630, el valor del toro que se regaló a la cofradía se empleó, junto con otras limosnas, en ropa para la Virgen104. En 1656, Andrés González Andrada le regaló una corona de plomo sobredorada; los soldados un manto azul con puntas blancas; Margarita la Portuguesa otro manto azul105. El 22 de noviembre de 1685, Juana Macotela, viuda de Domingo Álvarez Rubio, mandó dar su mejor toca a “Nuestra Señora del Buen Suçeso que está en el Espíritu Santo”106.
El 28 de marzo de 1695, Juana de Trejo, criada de don Juan Roco dispuso que “una joia de filigrana de plata columnada en oxas esmaltadas de algófar (sic) fino a Nuestra Señora de el Buen Suceso que está en la ermita de el Buen, digo del Espíritu Santo, estramuros de esta villa, la qual está enpeñada en poder de Pedro Gómez, vecino de esta villa por doce rreales. Quiero y es mi voluntad que mis testamentarios la entreguen a su maiordomo”107.
El 24 de agosto de 1699, Jerónima Gutiérrez de Silva la Cotrina declaró que había dejado en casa de Francisca Pérez, mujer de Alonso del Pozo, una cruz de ébano para que le hiciesen una peana y luego la pusieran en el altar de dicha imagen. Como no la habían hecho, a pesar de habersela reclamado varias veces, encargó al mayordomo que la recuperase108.
Una vez alejado de Cáceres el escenario bélico de la Guerra de Sucesión, las imágenes de las ermitas extramuros, que habían sido trasladadas a las parroquias, retornaron a sus altares. En 1712, el mayordomo Juan González Tomé dio un refresco a los sacerdotes “la ttarde que se llevó a Nuestra Señora desde esta villa a la hermitta”.
Entre 1712-1715, recibióse por bienhechora a Teresa de Andrada, soltera, hija del licenciado don Andrés de Andrada, abogado por haber donado sendos vestidos de raso para las dos imágenes marianas y una capa para San Martín, exceptuando las becas y capilla de la capa, cuyas hechuras también pagó.
Entre 1771-1774, el mayordomo Manuel de Diego Grande acometió la restauración de la cara y manos de esta imagen109.
En el otro, un Crucifijo. Se trata de un crucificado renacentista, de escuela castellana, muy cercano a la plástica de Juan de Juní. Tenía dos velos con los que se le cubría el rostro, uno negro y otro blanco en el inventario de 1595110; que en 1648 eran toca con anaranjadosy de tafetán azul con flecos amarillos111.
El 2 de junio de 1694, en el cabildo celebrado para la renovación de los oficiales, en el que salió elegido mayordomo Diego Conejero, por muerte de Pedro Bastonel, acordaron que “por quanto una hechura de Nuestro Señor Cruçificado que está en un altar de los de dicha hermita con el tiempo dicha efigie se a maltratado pasando cassi a yndeçenzia, se aderaçase y conpusiese quedándole colocado en dicho altar con culto y reverenzia, dispusieron con un pintor lo adereçase dándole por su travajo noventa y nueve reales de vellón por sus manos y otras cosas que de yngredientes se gastaron, como constará en quentas de cartas de pago, todo lo qual se hiço mandando el cabildo se pusiese por acuerdo por ser cosa dirijida a buen fin y santo zelo”. Su restauración, junto con la peana, importó 102 reales. Al mismo tiempo, se encargó un bastidor para el cielo de este altar112.
Lám. 15. Santísimo Cristo de la Buena Muerte.
En 1752, nuevamente. El Mayordomo Alonso Díaz de la Lastra (1751- 1753) anotó en las cuentas lo siguiente: “Ytem es data ziento y noventa reales vellón los mismos que costó el renovar el Señor Crucificado de embarnizarlo y retocarlo, en cuia cantidad se yncluien unas cortinas que se compraron de chita para cubrir el Señor. Ay recibo”113.
Entre 1767 y 1771, el mayordomo Diego Manuel de Grande encargó para él unas enaguas de tela de plata114.
En la desbandada de 1798, fue a parar al domicilio de don Faustino Gómez. En 1833, al restaurarse la cofradía, la reclamaron a su viuda doña Isabel, en cuya casa aún se encontraba, para colocarla en San Mateo en el lugar designado por el párroco: un altar de piedra en la sacristía. Pero como el capital de la cofradía consistía en las rentas depositadas en la Real Caja de Amortización y en algunos cortos censos que no se cobraban, se apeló a la devoción de los cofrades para sufragar los gastos que iban a ocasionar la recuperación de esta imagen115.
Lám. 16. En la capilla de los Saavedra de San Mateo. Foto Julián Perate.
Tras haber estado varios años en la capilla de los Saavedra, donde compartió altar con el entonces recién llegado paso de la Oración del Huerto, a comienzos del siglo XX se trasladó al ático del retablo mayor, que aún corona, donde no se puede apreciar debidamente esta estimable obra de arte.
En el portal se hallaba la de Nuestra Señora de la Encarnación, también de vestir, citada como la Virgen del Portal. Debía de contar con el arcángel San Gabriel, pues en 12 de febrero de 1606, el mayordomo Juan Delgado, por estar muy deterioradas, ordenó que se pintaran las imágenes del portal: “ordenaron y mandaron que las ymágines que están maltratadas en el portal de la ermita, se adereçen y pinten de nuevo y para ello se adereçen las paredes de todo lo neçesario que convenga atento que se están cayendo y los encalados caydos y rrobados y para ello el mayordomo procure de aver maestros pintor que lo haga y de albañilería con la mejor comodidad que pudiere; porque la dicha cofradía está pobre procure con diligencia mandando a los ofiçiales y otros cofrades pidan limosna por el pueblo para ayuda la dicha obra y pintura”116.
En 1656, la piadosa doña Inés de Vargas, mujer de don Sancho Flores Me- lón, le regaló un vestido de Francia, encarnado y blanco, con rostro, toca y man- to117.
Todos los vestidos de ambas imágenes paraban en poder de Francisca Holguín de Valverde, quien ejercía las funciones de camarera.
El 24 de noviembre de 1667, don Bernardino de Córdova y Guzmán, que había dispuesto ser enterrado en la capilla de la Encarnación del monasterio de San Francisco, mandó “se dé a Nuestra Señora questá en la ermita del Espíritu Santo de la avocaçión de la Encarnaçión un vestido para su adorno”118. Entre 1767 y 1771, se le encargó un rostrillo y una corona de latón119.
En 1595, con motivo del fallecimiento de la ermitaña Mari Gómez, se hizo inventario de los bienes muebles de la cofradía. En él figuran, además de las imágenes arriba referidas, la de un San Martín de vestir120, al que la cofradía festejaba especialmente121. La restauración que sufrió entre 1757 y 1763 importó 62 reales122. En 1774, se le retocó la pintura de las manos, báculo y peana123.
También recibió culto una imagen del Señor a la columna, como demuestra el inventario de bienes que en 1648 recibió el mayordomo Juan Jiménez Mesurado: “Más un velo de tafetán colorado del Santo Christo de la Coluna” y el mandato del visitador Bentilac de retocar su altar124. No se trata ni de la efigie que se venera actualmente en esta iglesia ni de la que en el último tercio del siglo XIX fue vendida a la Vera Cruz del Casar de Cáceres, de las que nos ocupamos en anteriores coloquios125.
En 1692, se asentó un retablo, del que no conocemos ni el autor ni la traza. No debía tratarse de obra de importancia126.
Lám. 17. Cuadro de las Ánimas que se conserva en San Mateo.
En las cuentas que, por fallecimiento del mayordomo Alonso Díaz de la Lastra (1757-1763), rindió el alcalde Miguel Alonso Huerta figuran los siguientes descargos, sin que se especifiquen más detalles: 300 reales por un retablo; 30, por colocarlo; 50, pagados a un pintor127.
El 20 de abril de 1893, el cura don Lorenzo Díaz Hernández propuso la conveniencia de erigir a costa de la cofradía en la parroquia un altar a las Ánimas para celebrar en él los sufragios por los cofrades de la sacramental. El 23 de julio, habiendo recibido ya la aprobación del obispo, acordaron encargarlo128. El pintor elegido fue Andrés Valiente. Actualmente se conserva en la capilla del Amarrado de la parroquial de San Mateo.
La ermita contó con cuadros. El más antiguo era el de Santa Águeda, restaurado a mediados del XVII por Juan Carrasco, pintor que en 1639 fue elegido alcalde de la cofradía129. En 1894, Andrés Valiente pintó dos cuadros, uno de San Pedro y otro de San Francisco, por cuyo trabajo percibió 500 reales130.
Preside hoy el presbiterio el Santo Cristo del Humilladero, trasladado aquí desde su antigua ermita cuando entró en ruinas. Imagen gótico-tardía, de comienzos del siglo XVI, de buena factura, que durante muchos años ocupó el colateral del evangelio. Resulta emocionante el relato en que Publio Hurtado narra el descubrimiento por su parte de esta imagen: “Ninguna de aquellas efigies dice nada a los ojos profanos. Yo mismo, al hacerme cargo de ellas para hilvanar este incompleto trabajo, las miré con cierta indiferencia … Mas -¡lo que puede la imaginación!- cuando a los pocos días escuché de labios de personas ancianas, que a su vez lo habían oído a sus mayores, que aquel Crucifi-ado era el devotísimo Cristo del Humilladero, volvía a la ermita, lo contemplé con religiosa curiosidad y creyendo verlo rodeado de aquellos prestigios sobrehumanos con que las pasadas generaciones le tejieron aureola inmarcesi- ble, me abismé en un piélago de piadosas reflexiones”131. Muy extendida está la errónea creencia de que era la imagen que presidía las procesiones de los disci- plinantes de la Vera Cruz.
Con anterioridad, había ocupado el altar mayor la imagen de San Isidro en un retablo neogótico procedente de la capilla del Amarrado de San Mateo, que sustituyó al cuadro de la venida del Espíritu Santo sobre el Colegio Apostólico el día de Pentecostés que pintara don Andrés Valiente en sustitución de otro anterior y más artístico que, al decir de Publio Hurtado, acabó en el convento de Santo Domingo. En la fotografía de Gabriel Llabrés, se adivina esta obra y se divisa en el colateral del lado de la epístola la imagen de vestir de Santa Rosa de Lima. Pocos años más tarde, Hurtado contempló en su lugar, por haber pasado al altar mayor, otra de Santa Ana.
En el último tramo de la nave, se halla un altar dedicado a un moderno crucifijo de serie que, durante dos décadas ha sustituido en las procesiones al original. Allí, también recibió culto durante varios años una dolorosa de vestir, de la que trataremos después, bajo la advocación de María Corredentora, que hoy se venera en el colateral del evangelio.
Foto 18. Imagen del Amarrado donada por el alférez Francisco Martìn Carrasco a la Vera Cruz
Muchos artistas locales además de los ya citados a lo largo del texto realizaron trabajos para esta cofradía: En 1577-1578 el cantero Paniagua y su hijo realizaron varias obras, por las que cobraban 5 reales diarios; el pintor Francisco Ribero retocó en 1581 la imagen del Cristo de la Buena Muerte132; en 1586, el platero Pedraza arregló la corona de plata de la Virgen del Portal133; Hernán Martín Nacarino en 1581-1582 reparó la casa de la ermitaña, al igual que una década después cuando también puso una viga de pino en el portal; en 1585- 1586, el entallador Benito Pérez realizó una cajonera de madera134; en 1590- 1591, los albañiles Luis Martín y Juan Mateos corrieron los tejados de la ermita; en 1604, el carpintero Juan Solana renovó las alfajías; en 1605, el maestro alarife Álvaro García fabricó una peana de obra para la imagen de San Martín135; al año siguiente, el albañil Francisco Martín Nacarino, otra de cantería para el Crucifijo136; en 1606, el carpintero Francisco Martín hizo unas escaleras; entre 1623 y 1625, el pintor Juan Carrasco policromó la paloma del Espíritu Santo y pintó su altar 137; entre 1653 y 1657, el carpintero Juan Sánchez Pozo hizo una alfajía para la ermita y un marco para el altar de San Martín138; en 1672, el albañil Blas Martín Nacarino cobró 373 reales “en materiales, palos, alfaxías y madera, maestro y peones, cal y arena y ofiçial de carpintería en encañar el lado de la yglesia y nave que ace açia el altar de Nuestra Señora del Buen Suçeso”139; Tomás Sevillano cobró 16 reales “por abrir la puerta que se abrió en el portal de la iglesia y de quitar unas goteras”140; en 1701, Mateo Hurones compuso la vara del mayordomo141. Entre 1784-1786, el alarife Féliz Carrasco cobró 639,16 reales por las obras que realizó en la ermita142. Otros, a causa de la brevedad de las anotaciones de los libros, permanecerán para siempre en el olvido.
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En 1950, al amparo del auge que por entonces habían adquirido los desfiles pasionistas en Cáceres, surgió una nueva cofradía, la del Santo Cristo del Humi- lladero, que, desde un principio quiso recoger la herencia de esta vieja herman- dad cacereña cuya historia, sucintamente, acabamos de relatar. La auspició el párroco de San Mateo don Santiago Gaspar Gil, gran entusiasta de la Semana Santa, al que se debe el reflotamiento de las viejas cofradías de Jesús Nazareno y la Vera Cruz, así como la incorporación de nuevos pasos a los desfiles procesionales.
Durante los primeros años, desfiló junto con la Vera Cruz. En 1958 y 1959, procesionó la imagen de Nuestra Señora del Buen Fin, dolorosa propiedad de la Vera Cruz.
Foto 19. Santísimo Cristo del Humilladero, titular de su desaparecida ermita
El 8 de febrero de 1960, el mayordomo don Narciso Sánchez Morales, militar, solicitó la autorización del obispo don Manuel Llopis Iborra para incorporar a la procesión la nueva imagen de la Virgen, de tamaño natural y revestida, realizada por el artista local Venancio Rubio Criado, quien se inspiró en la Dolorosa de Salcillo de la Cofradía murciana de Jesús.
El 8 de marzo, fue examinada por varios sacerdotes diocesanos, que no pusieron tacha; el 14, por don José Luis Turina, profesor de Dibujo del Instituto, y por don Víctor Gerardo García del Camino, director de la Casa de la Cultura, quienes no sólo no objetaron nada, sino que señalaron que movía a devoción.
En consecuencia, el 24 el obispo autorizó su adquisición, la bendición por el sacerdote director espiritual, su colocación en un lugar visible de la iglesia y su salida procesional.
Sin embargo, el párroco don Antonio Suárez Madruga se opuso. El 22 de abril de 1960, elevaba un informe al obispo a fin de que revocara el decreto de aprobación de la imagen, habida cuenta de que, como párroco, se le había obviado. A mayor abundancia, apuntaba que, si existían, eran desconocidos tanto el decreto de erección como los estatutos de la Cofradía del Espíritu Santo “que desde hace pocos años comenzó a llamarse así”, conocida también como del Cristo del Humilladero. Asimismo, señalaba que la participación de los cofrades en la vida parroquial se reducía a la procesión; que antes de crearse la parroquia, que llevaba sólo un año, “la tal llamada cofradía, dirigida por una minoría, pretendía ser como una rectora con fines poco definidos en esta numerosa y pobre barriada” y pretendía reducir a los párrocos a meros capellanes a su servicio.
Añadía que había tratado de disuadirlos de este encargo, tanto más cuanto que la cofradía no había colaborado a las obras de renovación ni a la adquisición de ornamentos y objetos litúrgicos para la recién erigida parroquia, argumentando que era pobre. Por ello, le sorprendía que acometieran esta adquisición, para la que no tenía sitio en la iglesia. Pero los cofrades no sólo no desistieron, sino que, directamente solicitaron permiso al obispo. Una vez conseguido, informaron al párroco. Aprovechando su ausencia, colocaron la imagen en la iglesia, de manera transitoria mientras la trasladaban a otro templo.
La víspera de la procesión, el cura tuvo conocimiento del decreto del obispo través de un seglar, el mayordomo, quien le “dirigió en el acto esta frase: “ahora resulta que tendrá Vd, que colocar la imagen en la Parroquia. Es decreto de S. E. Rvdma.; y las órdenes del Superior hay que acatarlas”. Con anterioridad, se había informado a la prensa y radio del nombre de la nueva imagen, María Corredenterora, y de que el párroco la bendiciría. “Ni yo he bendecido la imagen ni he asistido a la procesión”, concluiría el sacerdote.
Foto 20. Traslado a San Francisco de la imagen de María Corredentora en la mañana del Viernes Santo presidido por el párroco D. Antonio Suárez Madruga. Año 1964.
So pretexto de escasez de espacio en la parroquia para colocar las andas y de altar donde rendir culto a la nueva imagen, los cofrades se vieron obligados a gestionar con los padres salesianos la entronización de María Corredentota en uno de los altares de la iglesia de San Francisco y la organización en ella de la procesión. El 15 de marzo de 1961, el secretario Francisco Sánchez Pizarro, dando trámite al acuerdo de la “Cofradía del Santísimo Cristo del Humilladero en la Barriada del Espíritu Santo”, solicitó la preceptiva licencia episcopal, que fue concedida el 21143.El 11 de abril de 1962, el entonces mayordomo, don Antonio López- Montenegro y García-Pelayo transmitió al ordinario el deseo de los hermanos, expresado en la última reunión, de que la procesión que el año anterior había salido el Domingo de Ramos por la tarde desde San Francisco, lo hiciera nuevamente por las calles de la feligresía desde el templo parroquial del Espíritu Santo el Viernes Santo en la mañana, una vez terminada la de la madrugada con la devotísima imagen de Jesús Nazareno.
El cambio no debió de convencer, pues en otra solicitud de fecha 1 de marzo de 1963, Montenegro solicitaba que la procesión realizada en la mañana del Viernes Santo del año anterior, se trasladara a la madruga con la finalidad de que los obreros, que era la mayoría de los hermanos de carga, pudieran descansar todo el Viernes Santo. Estudiada la propuesta por la Comisión de Cultos al exterior de la Comisión Pro Semana Santa, se resolvió que recorriera las calles de la feligresía, fijando su horario entre las 23:30 horas del Jueves Santo y la 1:30 de la madrugada del Viernes Santo.
El 11, Monseñor Llopis Iborra aprobó la inclusión de esta procesión en los desfiles penitenciales de la ciudad de Cáceres144.
Desde 1960 a 1979, la imagen de María Corredentora se guardó en el convento de San Francisco. Las obras de acondicionamiento para la Institución Cultural “El Brocense” desalojaron de los altares a las efigies allí existentes. La de María Corredentora, tapada, permaneció largo tiempo en la sacristía del Espíritu Santo, donde tuve ocasión de fotografiarla.
3. APÉNDICES
3.1. Oficiales de la Cofradía.
En Cáceres era, y sigue siendo, habitual la pertenencia a varias cofradías. Por ello, no es extraño que los oficiales de esta cofradía ocuparan cargos tam- bién en otras.
3.1.1. Diputados
3.1.2. Escribanos y ermitaños
3.2. Cuentas de la Cofradía
En maravedís:
En reales:
En pesetas:
Nota: Todas aquellas fotos que no llevan reseñado el nombre del fotógrafo, son propiedad del autor de esta ponencia.
1BOXOYO, Simón Benito: Historia de Cáceres y su Patrona. Publicaciones del Departamento Provincial de Seminarios de FET y de las JONs. Cáceres, 1952. Págs. 106-107.
2 FLORIANO CUMBREÑO, Antonio C.: Documentación histórica del Archivo Municipal de Cáceres (1229-1471). Institución Cultural “El Brocense”. Cáceres, 1987. Págs. 12-13.
3 HURTADO, Publio: La Parroquia de San Mateo de Cáceres y sus agregados. Imprenta la Miner- va. Cáceres, 1918. Págs. 148-149.
4 FLORIANO CUMBREÑO, Antonio C.: Guía histórico-artística de Cáceres. 2ª edición. Diputa- ción de Cáceres, 1952. Págs. 212-213.
5 FLORIANO.: Documentación … op.cit. Págs. 89-95.
6 Ibid. Págs. 66-67.
7 ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE CÁCERES (A.H.P.Cc.). Protocolos de Pedro Delgado. Caja 3.758. El 14 de noviembre de 1600, el presbítero Baltasar Jiménez Sanguino traspasó a Juan Tejado y Elvira Rosado 5.000 maravedís de renta que disfrutaba de varios censos, entre ellos contra Pedro Gemio y su mujer Catalina González sobre unas viñas en el ejido del Garabato junto a la ermita.
8 Ibid. Protocolos de Juan González Holguín. Caja 3.832. 12 de diciembre de 1562. Testamento de María González de Carvajal, hija de Alonso de Carvajal y Catalina Espadera, nieta de Juan Espade- ro.
9 ARCHIVO DIOCESANO DE CORIA-CÁCERES. PARROQUIA DE SAN MATEO DE CÁCERES (A.D.C.-Cc.S.M.). Libro nº 89: Ermita y Cofradía del Espíritu Santo. Listas de hermanos, inventarios, cuentas, elecciones y otros. 1562-1645.
10 A.H.P.Cc. Protocolos de Martín de Colmenares. Caja 3.701. El 4 de julio de 1675, el maestro albañil Juan Sánchez declaró que el procurador Juan Pérez Escallón había mandado reparar las paredes de una cerca con olivos, que estaba arrimada a la ermita, que gozaba en prenda pretoria del también procurador Juan Durán y de su mujer Agueda Martín Nacarino. El 15, Escallón pagó a Juan Marín por haber abierto 84 hoyos para plantar olivos en la mencionada cerca.
11 Ibid. Protocolos de Juan Romero. Caja 4.257.
12 Ibid. Protocolos de Francisco Tiburcio Maderuelo. Caja 3.990. 4 de febrero de 1719. Entre los bienes que don Pedro Rol de Ovando hipotecó en una escritura de censo figura un “olivar çercado que tenemos en el exido de esta villa linde con el dicho camyno real de la Plata y con huerto de la hermita del Espíritu Santo” (Ibid. Protocolos de Juan Romero. Caja 4.248. Año 1600, Fol. 360). En 1582, el mayordomo Antón Alonso dispuso levantar unas tapias para cercarlo (A.D.C-Cc.S.M. Librio 89).
13 LODO DE MAYORALGO, José Miguel: Los Blázquez de Cáceres, los Mayoralgos y los Ovan- dos. Estudio crítico sobre su origen y genealogía (siglos XIII al XV). In Asociación Española de Estudios Genealógicos. Madrid, 1985. Pág. 145. En él se confirma también la existencia del hospital de Sancti Spíritus.
14 MAYORALGO Y LODO, José Miguel: La familia de doña Mencía de los Nidos, heroína cacereña en la conquista de Chile. Instituto de Estudios Heráldicos y Genealógicos de Extremadura. Cáceres, 1994. Pág. 113.
15 A.D.C.-Cc.S.M. Libro nº 89.
16 Por este trabajo, la cofradía le convidaba con un real.
17 A.D.C.-Cc.S.M. Libro nº 89. Era mayordomo Pedro de Vergara, quien ordenó la reparación también de todo el tejado de la iglesia.
18 Como las demás cofradías de la villa, pedía limosnas por las calles cada domingo, el Jueves y Viernes Santo; en la ermita los días de la fiesta de Pentescostés y el de San Martín. En 1579, el mayordomo abonó un real por el mandamiento que sacó del obispo para la demanda. Para ser identificado, el demandador portaba una tablilla con la imagen pintada del titular. El mayordomo Pedro de Vergara encargó su realización en 1577-1578. A comienzos del último tercio del siglo XVII, fue sustituida por una nueva bajo la mayordomía de Francisco Pérez Barquero.
19 A.D.C.-Cc.S.M. Libro nº 90. Fols. 44-45. Los beneficiados y curas percibían por las vísperas 4 reales, nada más acabar de decirlas; por la misa cantada con diáconos del día de Pascua de Pentecostés, 8. El mayordomo tenía que buscar sacerdote para el segundo y tercer día de Pascua de Pentecostés, a 2 reales, con preferencia del cura y beneficiados de San Mateo si quisieren. El último día de Pascua de Pentecostés se oficiaba misa por los cofrades difuntos, por la limosna de 6 reales. Por las 10 misas de los meses por los hermanos, abonaba 2 reales por cada una. En 1685, por falta de rentas y agobiados por las continuas reparaciones de la ermita, acordaron suspender las 12 misas de entre año. Sin embargo, al año siguiente, el visitador licenciado Juan López Higuero ordenó su celebración.
20 Ibid. Libro nº 89.
21 Ibid. Libro nº 90. Conforme a dichas ordenanzas, las cuotas, más la limosna de una libra de cera común a todos, eran las siguientes: 22 reales para los que no habían de servir; 10, para los clérigos y los que habían de servir; 12, las señoras; 10, las mujeres cuyos maridos no eran cofrades y las monjas; las mujeres de cofrades que ingresaren en vida de los maridos, 8 si fueren señores y 4 las restantes; el hijo mayor de cofrade que entrare por su difunto padre, si caballero pagaría 8 reales, si para servir, 4; el hijo segundo, durante la vida del padre, siendo para no servir 12, y para servir 8.
22 PULIDO, Tomás: Notas para la Historia de Cáceres. Institución Cultural El Brocense. Cáceres, 1991. Pág. 18. Pulido confunde ambas cofradías, haciéndolas una sola.
23 GARCÍA Y GARCÍA, Antonio y Otros: Synodicon hispanun. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid, 1990. Pág. 292.
24 A.H.P.Cc. Protocolos de Diego Pacheco. Caja 4.110.
25 GARCÍA: Synodicon … op.cit.. Págs. 292-293.
26 A.D.C.-Cc.S.M. Libro nº 89. Op. cit. En las cuentas de 1563 del mayordomo Juan de Coria ya se asienta el cargo de enterrar a los pobres que morían en el hospital de la Puerta de Mérida.
27 A.H.P.Cc. Protocolos de Antonio Gutiérrez. Caja 3.910. El 28 de marzo, tras haberlo denunciado ante los alcaldes de la Santa Hermandad, lo perdonó.
28 Ibid. Protocolos Pedro González. Caja 3.827. El 6 de octubre de 1570, Francisco Moreno revocó dicho poder por cuanto él había sido sustituido en la mayordomía por Juan de Coria (Ibid. Protocolos de Pedro de Pérez. Caja 4.120).
29 A.D.C-Cc.S.M. Libro nº 89.
30 Ibid. La pena consistía en el pago de un cuarterón de cera.
31 Ibid. Las cuentas del mayordomo Antón Alonso correspondientes a 1581-1582, reflejan el costo de la comida: 32 reales y medio de cinco arrobas de vino para la colación; 33 y medio de un carnero y cuatro borregos; 40, de dos fanegas y media de pan cocido.
32 Ibid. Para la fiesta, el mayordomo Micael Alonso Guerra, 1765-1767, compró en 30 reales unas colgaduras viejas al mayordomo de la Montaña (Ibid. libro nº 90. Fol. 266v.).
33 A.H.P.Cc. Protocolos de Tomé García Cabezalbo. Caja 3.807.
34 A.D.C-Cc.S.M. Legajo 3, doc. 10. Fol. 2v. Se trata de restos de un libro de eleción de oficiales.
35 Ibid. Libro nº 89.
36 Ibid. y en Legajo 3, doc. 10.
37 Véase nuestra ponencia presentada a los XXXVI Coloquios Históricos de Extremadura del año 2007, “El indiano cacereño Juan Vivas y la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno”.
38 A.D.C.-Cc.S.M. Libro nº 89.
39 Ibid.
40 Ibid. Libro nº 90.
41 Ibid. Libro nº 89.
42 Ibid.
43 Ibid. Libro nº 90.
44 Ibid. Libro nº 89. Fol. 200v.
45 Ibid. Fol. 225. “Y por quanto en el segundo de los mandattos de la visitta anttezedentte, se previ- no que respectto de no tener estta cofradía ordenanzas aprobadas para su régimen, se formasen e instituisen, lo que no ha ttenido efectto, mandó su Yllma que el mayordomo acttual haga junttar la cofradía y formen las ordenanzas y constittuziones que parecisen combenienttes, que pondrán en poder de el vicario de estta villa, quien las remittirá a la Secrettaría de Cámara de su Illma para su aprobazión y así lo cumplan denttro de dos meses pena de quattro ducados”.
46 Ibid. Fols. 247 y 254. En el transcurso de las visitas giradas el 3 de diciembre de 1751 y el 1 de diciembre de 1757.
47 Ibid. Libro nº 90. Fol. 201. El 26 de junio de 1889, la cofradía acordó adquirir un terno encarnado para la fiesta que se celebraba en la ermita (Ibid. Libro nº 91. Cofradía del Espíritu Santo. Actas. 1887-1903. Fols. 3 y v.).
48 Ibid. Libro nº 90. Fol. 207. Cuentas del mayordomo Ventura Durán Nacarino.
49 Ibid.
50 Ibid. Fol. 246v.
51 De las comedias, quedaron líquidos 1.292 reales.
52 A.D.C.-Cc. Parroquia de Santiago de Cáceres (Stgo.). Libro nº 96: Escrituras de la parroquia y otros.
53 A.D.C.-Cc.S.M. Libro nº 90. op. cit. Fol. 253v.
54 Ibid. Fol. 189. En las cuentas del mayordomo Diego Espada, de 1717-1719, se descargó de 12 reales “se gastaron quando se fue a pedir el trigo a los molinos para las roscas en los dos años de esta quenta” y de otros 4 “que se gastaron de anís para las roscas”.
55 Ibid. Fol. 264v. Visita de 16 de octubre de 1765.
56 Ibid. Fol. 282v.
57 Ibid. Fols. 284-299v.
58 Ibid. Fols. 302-303.
59 Ibid. Libro nº 88. Cofradía del Espíritu Santo y Sacramental. Acuerdos, asientos de hermanos y otros. 1842-1865.
60 A.D.C-Cc.Stgo. Libro nº 96.
61 A.D.C.-Cc.S.M. Libro nº 88.
62 Ibid.
63 A.D.C.-C.Stgo. Libro nº 71. : Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuetra Señora de la Misericordia. Pleito sobre el vínculo de Andrés de Andrada. 1836-1838.
64 A.D.C-Cc.Stgo. Libro nº 71.
65 A.D.C-Cc.S.M. Libro 88.
66 ARCHIVO MUNICIPAL DE CACERES. Libro de Acuerdos de 1 de enero de 1844 a 30 de diciembre de 1845. 202 / 267. Fols. 22 y 26.
67 A.D.C-Cc.S.M. Libro 88.
68 Ibid. Cofradía del Espíritu Santo. Legajo 3. doc. 17.
69 Ibid. Libro nº 90. Era mayordomo Francisco Pérez Barquero, bajo cuyo mandato se encaló la iglesia, se hizo un enrejado para que no entraran en ella las golondrinas y se encargó una nueva tablilla de la demanda.
70 Ibid. Por este concepto, el mayordomo Juan Martín Durán pagó 28 reales.
71 Ibid. Libro nº 89.
72 Ibid. Fol. 167v.
73 En las cuentas del mayordomo Genaro del Puente, de los años 1784-1786, se asienta la compra de platos de Talavera y de tinajas de Arroyo del Puerco (Ibid. Libro 90. Fols. 300-301). Las cuentas de la cofradía de la Soledad también registran numerosas compras de tinajas de agua para el servicio de los devotos que acudían al Calvario.
74 Ibid. Libro nº 89. Cuentas del mayordomo Juan Gutiérrez Michel.
75 Ibid. Libro nº 90. En 1660, Blas Martín Nacarino, albañil, percibió 41 reales y medio por el arreglo de dicho portal.
76 Asi lo narró un testigo ocular, Bartolomé Sánchez Rodríguez: “á las 10 del día, se levantó un aire tan sumamente grande que los vivientes no han conocido otro semejante, y fue Dios servido no durase más de hasta las doce y media, -que van dos horas y media-, y en este breve tiempo no quedó árbol en la Rivera que no arrancase o quebrase; y olivos muchos; y de la Zafrilla las tres partes de encinas; iglesia ni convento que no lastimase (…). Dícese que habrá de pérdida más de 30 mil reales en esta villa”. (Noticiero de Cáceres en el siglo XVII in Revista de Extremadura tomo IV. Año 1902. Pág. 532).
77 A.D.C-Cc.S.M. Libro nº 90. Ya en 1652, el mayordomo Andrada pagó 18 reales a un hombre que se ocupó tres días en plantar unos acebuches para injertar en olivos del cercado de la ermita
78 Ibid. Fols. 184v.-189 y v. Era mayordomo Diego Espada.
79 A.H.P.Cc. Protocolos de Francisco Tiburcio Maderuelo. Caja 3.990. 4 de febrero de 1719.
80 A.D.C-Cc.S.M. Libro nº 90. op. cit. Al inicio de la obra, el obispo Corcuera había colaborado con otros 125 reales con 32 maravedís.
81 Ibid. Fol. 230v. Era mayordomo Pedro de Paredes Polo. Se obtuvieron 90 reales y la obra importó 116 reales y 8 maravedís.
82 Ibid. Fol. 247. Visita del 3 de diciembre de dicho año.
83 Ibid. Fol. 251v. Era mayordomo Alonso Díaz de la Lastra. En 1752 quedaron líquidos 1.292 reales que se emplearon en lo reseñado.
84 Ibid. Fols. 261 y v.
85 Ibid. Fol. 264v. En el transcurso de la visita de 16 de octubre de 1765.
86 Ibid. Stgo. Libro nº 71.
87 Ibid. Cofradías. Cáceres. “Cuestión sobre el recogido de las rentas de la Cofradía del Espíritu Santo o Sacramental de Cáceres”.
88 Ibid. “Ynbentario de las cofradías esistentes en esta Capital formado a la yncautación de los bienes y rentas del Clero secular. 1842”.
89 Ibid. Solicitudes. 1860-1870.
90 Ibid. S. M. Cofradía del Espíritu Santo. Legajo 3. doc. 14. Cuentas de 1887-89.
91 Ibid. Solicitudes. 1860-1870.
92 A.H.P.Cc. Clero. Caja 219, expte 540. El 25 de junio de 1927, la Dirección General de Propiedades y Contribución Territoral desestimó dicha demanda, replanteada por el aludido don Faustino Criado el 4 de septiembre de 1909 porque, conforme al convenio de 1860, las reclamaciones las debía efectuar el obispo o en quien delegase.
93 A.D.C-Cc. Solicitudes.
94 SELLERS DE PAZ, Germán: Cáceres visto por un Periodista. Caja de Ahorros de Cáceres, 1981. Pág. 382.
95 A.D.C-Cc.S.M. Libro nº 90. Fol. 230v.
96 Ibid. Libro nº 90.
97 Ibid. Fol. 216v. El mayordomo Gaspar Rodríguez Conejero (1730-1734) pagó 92 reales y 20 maravedís por la tela.
98 Ibid. Libro nº 89.
99 En referido inventario de 1585, figuran como suyas ropas de damasco blanco y encarnado con sus ribetes. Todos estos enseres se guardaban en un arca. En 1583-1584, el mayordomo Pedro Hernán- dez, armero, pagó 12 maravedís a un morisco por llevar a la ermita el arca de la cofradía.
100 Ibid. “Más. Se le descargan dos reales que dio a un pintor porque adereçó la paloma del Espíri- tu Santo”.
101 Ibid. Libro nº 90. Era mayordomo Andrés de Andrada. Existe constancia de que el pintor Carrasco restauró el cuadro de Santa Águeda, por lo que es muy probable que encarnara también la nueva Paloma del Espíritu Santo.
102 Ibid. Fol. 272v. En las cuentas de 1767-1771 dadas por el mayordomo Diego Grande se incluye el importe del arreglo del rostrillo de plata de dicha imagen.
103 A.H.P.Cc. Protocolos del escribano Diego González. Caja 3.793..
104 A.D.C-Cc.S.M. Libro nº 89. op. cit.
105 Ibid. Libro nº 90.
106 A.H.P.Cc. Protocolos del escribano Gabriel Briceño de Muesas. Caja 3.584.
107 Ibid. Protocolos del escribano Juan Vega Muriel. Caja 4.439.
108 Ibid. Protocolos del Escribano Gabriel Briceño de Muesas. Caja 3.494.
109 A.D.C.-Cc.S.M. Ibid. Libro nº 90. Fol. 277.
110 Ibid. Libro nº 89. Fol. 104v.
111 Ibid. Libro nº 90.
112 Ibid. Fol. 139.
113 Ibid. Fol. 252v.
114 Ibid. Fol. 272v.
115 Ibid. Libro nº 88.
116 Ibid. Libro nº 89. op. cit.
117 Ibid. Libro nº 90. Gracias a las limosnas que pidió por las casas, encargó en Salamanca la imagen de Señor del Pardo que preside hoy el altar mayor de la parroquia de San Juan y que desfila los Miércoles Santo bajo la advocación de la Buena Muerte.
118 A.H.P.Cc. Protocolos del escribano Miguel Jiménez de Valverde. Caja 3.966.
119 A.D.C.-Cc.S.M. Libro nº 90. op. cit. Fol. 272v.
120 Ibid. Libro nº 89. op. cit. Era mayordomo Francisco Sánchez Mostazo. En el inventario de 1648, se especifica que era de gorgorán blanco con flores negras y pasamanos de plata falsa, forrada de bocací azul.
121 Ibid. Libro nº 90. Fol. 272v. El mayordomo Diego Grande, en las cuentas de 1767-1771, dio en descargo el importe de un vestido para esta imagen. Entre 1763 y 1765, el mayordomo Micael Alonso Guerra adquirió en 6 reales una cruz o pectoral para la imagen (Ibid. Fol. 261v.).
122 Ibid. Fol. 259v. Cuentas que rindió el alcalde Miguel Alonso Huerta por fallecimiento del mayordo Alonso Díaz de la Lastra.
123 Ibid. Fol. 279. El mayordomo José Llanos pagó 5 reales a un pintor por este concepto. Fol. 259v. Entre 1757 y 1763, se había restaurado. En las cuentas que dio el alcalde Miguel Alonso Huerta por fallecimiento del mayordomo Alonso Díaz de la Lastra, figura el pago de 62 reales.
124 Ibid. Fol. 201.
125 Véase nuestra ponencia presentada a los XXIV Coloquios Históricos de Extremadura del año 1995, “Tres imágenes cacereñas del Señor Amarrado a la Columna”, en el que dimos a conocer la historia de estas imágenes, a la que remitimos al lector. Recientemente, se ha visto corroborada nuestra atribución a José de Arce de la imagen sufragada por el alférez indiano Francisco Martín Carrasco, mediante el hallazgo por parte de José Luis Romero Torres del contrato, de 22 de junio de 1655, en los protocolos sevillanos.
126 A.D.C.-Cc.S.M. Libro nº 90. En las cuentas de Pedro Bastonel, relativas a 1692, aparece el pago de 40 reales por los clavos, maderas y maestros que asentaron el retablo que se puso en la ermita.
127 Ibid. Fol. 270.
128 Ibid. Libro nº 91. Cofradía del Espíritu Santo. Actas. 1887-1903. Fols. 5 y 6.
129 Ibid. Libro nº 90. Cuentas de 1649-52. Importó 68 reales.
130 Ibid. Legajo 3, doc. 17. Siendo mayordomo don Pedro García Becerra.
131 HURTADO: op.cit. Págs. 154-155.
132 A.D.C.-Cc.S.M. Libro nº 89. op. cit. Cuentas del mayordomo Francisco Martín, carpintero, quien le pagó 24 reales por este cometido.
133 Ibid. El mayordomo Juan Martín Durán le abonó 3 reales.
134 Ibid. El mayordomo Juan Martín Durán le abonó 28 reales.
135 Ibid. Cuentas del mayordomo Pedro Delgado. Cobró por su trabajo 4 reales.
136 Ibid. Fol. 146. Siendo mayordomo Juan Delgado. Importó 4 reales.
137 Ibid. A la sazón era mayordomo Francisco Pérez, quien se descargó 8 reales por este concepto.
138 Ibid. Libro nº 90. Cuentas del mayordomo Andrés de Andrada.
139 Ibid. Cuentas del mayordomo Andrés de Andrada (1659-1674).
140 Ibid. Cuentas del mayordomo Francisco Pérez Barquero (1674-1681).
141 Ibid. Fol. 153. El mayordomo Juan Sánchez Ojalvo le pagó 9 reales.
142 Ibid. Fols. 300-301.
143 Ibid Cofradías. “Adquisición y bendición de una imagen de la Virgen Dolorosa. Marzo y abril de 1960”.
144 A.D.C-Cc. Cofradías.