Oct 252023
 

Alberto Durán Sánchez

Cristina Calleja Rodríguez

 

INTRODUCCIÓN

En el estudio “Muros apiarios en el parque natural del Tajo internacional” de Isidro García Barriga se recogen aquellas construcciones de muros apiarios bañadas por el río Tajo. Estas construcciones son más numerosas en esta zona debido a las condiciones especiales que rodean las más de 45.000 hectáreas analizadas, que incluyen las siguientes poblaciones: Zarza la Mayor, Alcántara, Piedras Albas, Cedillo, Carbajo, Herrera de Alcántara, Santiago de Alcántara, Valencia de Alcántara, Brozas, Carbajo, Herreruela, Membrío y Salorino.

No obstante, dicho estudio no recoge las construcciones de muros apiarios de otras poblaciones cercanas al río Tajo pese a la proximidad al mismo. A pesar de la influencia menor de estas construcciones, por la distancia al propio río, se incluyen en el presente estudio aquellas construcciones de muros apiarios ubicadas en el término municipal de Mata de Alcántara. Así mismo, para complementar el estudio, no sólo se analizan los muros, si no también los corrales y puestos de colmenas. Este tipo de construcciones fueron de mayor relevancia en esta zona que los propios muros apiarios. No obstante, la tradición oral sólo ha traído el conocimiento de muy pocos de ellos a nuestros días.

 

FUENTES UTILIZADAS

En el presente escrito se han utilizado fuentes escritas, gráficas, así como información recogida de la tradición oral.

Fuentes escritas:

Catastro de la Ensenada: Los datos de esta fuente nos llegan desde mediados del siglo XVIII. Es la primera fuente escrita referente a los muros apiarios que nos llega de la población de Mata de Alcántara. En respuesta a la pregunta 19 del catastro se indica que los puestos de colmenas son 120 y respecto a los 4 muros de la localidad, pertenecientes a vecinos de Alcántara, no pueden dar el número de las colmenas dentro pero consideran que cada dos colmenas por lo regular dan en cada año un enjambre que vale 12 reales y cada una la consideran da 3 reales de miel y otro tanto de cera.

Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura:  este documento de finales del siglo XVIII recopila la información recabada en las villas, pueblos y aldeas de la provincia extremeña. En lo que se refiere a muros colmeneros de Mata de Alcántara, se indica que existen entre 3 y 5 muros de vecinos de Alcántara, donde se cría y saca enjambres por abril y mayo, que se alimentan de hierbas del campo. No obstante, no se da información adicional al respecto.

Fuentes gráficas: en la cartografía moderna que aparece a principios del siglo XX por el Instituto Geográfico y Catastral desde 1926, no se observa ninguna referencia a los muros colmeneros dentro del municipio de Mata de Alcántara.

Fuentes orales: las fuentes escritas y gráficas consultadas son bastante imprecisas en lo referente a los muros, asientos o corrales de abejas del municipio de Mata de Alcántara, no permitiendo ubicar los 3-5 muros mencionados a finales del siglo XVIII. Es posible que todos o gran parte de ellos se encuentren desaparecidos en la actualidad. La realización de la presente catalogación ha sido posible gracias a la existencia de las siguientes fuentes orales: Milagros Hernández, Domingo Durán Salgado, Domingo Durán Luján, Bibiano Sánchez Parro y algunos dueños y arrendatarios de fincas particulares.

 

USO, FUNCIÓN Y LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA

En el estudio mencionado anteriormente[1] se menciona la posible importación de los muros apiarios para la producción en su interior de cera y miel de la cultura celta, aunque existen otras teorías que los relacionan con la reconquista por parte de pueblos del norte, donde existían muros tipo cortín (muro elevado, reducidas dimensiones de la puerta y voladizo de remate) para evitar la entrada de osos en el interior del recinto apiario.

En Mata de Alcántara se han localizado un total de 8 muros apiarios de esta tipología, 1 posible muro, y ha llegado por vía oral, el conocimiento de un décimo muro ya desaparecido. No obstante, mediante vía oral ha llegado también el conocimiento de otro tipo de estructuras, no analizadas en dicho estudio, y sí incorporadas a la presente catalogación, que en el interior de corrales y también en asientos de colmenas se producía miel, siendo estas opciones las más utilizadas en el municipio.

Imagen 1. Ubicación muros, corrales y asientos de colmenas

En las fuentes escritas se menciona que en esta zona los ladrones de miel eran provenientes de una de las poblaciones cercanas al municipio, más concretamente de Ceclavín, coincidente la zona norte del municipio con la existencia de más muros apiarios y en cambio, en los puntos más cercanos al municipio están más relacionados con los corrales. Los puestos de colmenas se solían ubicar en fincas particulares, no aisladas como la mayoría de muros, y eran vigilados por los propios dueños. Concretamente, en el municipio sólo se han localizado tres muros no aislados e incluidos dentro de una finca: Caraciolo, Bocanegra y Cumbre III.

Prácticamente todas las construcciones analizadas se encuentran en estado de abandono, salvo Caraciolo, actualmente reutilizado para uso ganadero. Algunos fueron reutilizados también como ganaderos como Bocanegra, Naverrino, con restos de zahurdas en su interior, o algunos corrales.

 

CARACTERÍSTICAS CONSTRUCTIVAS

En este apartado se describen las características constructivas de los muros apiarios ya que los corrales no tienen ninguna característica constructiva específica que diferencie a los que producían miel de los que se dedicaban a otras funciones salvo la existencia de bancales.

Todos los muros analizados presentan forma ovalada salvo el de Cumbre III, totalmente redondo.

Las medidas de los muros rondan en su gran mayoría entre los 2 y 3 m de altura, con una altura media de 2,5 m, aunque en Naverrino se conserva una altura máxima de 1,5 m y Cumbre 3 tiene una altura máxima de 1,2 m.

Imagen 2. Detalle de restos de muros de corrales y muros apiarios

El muro de Caraciolo se estrecha considerablemente en la parte superior, en la que recientemente se han colocado tejas y sólo se ha localizado alero en el muro de cumbre 2. El alero o el estrechamiento del muro se utilizaba para dificultar el acceso al interior del recinto. En esta zona concretamente para evitar el robo de miel del interior por parte de la población cercana de Ceclavín.

Imagen 3. Detalle de estrechamiento superior y alero

No se han encontrado restos de colmenas de corcho en el interior de ninguno de los muros apiarios analizados.

No obstante, sí se han conservado algunos bancales, utilizados para la colocación de las colmenas de corcho en el interior de algunos muros tales como: Arropalma, Bocanegra, Rui Páez, Cumbre 2 y Pimiento Molido, un 50% de las construcciones.

Imagen 4. Detalle de restos de bancales de muros y corrales

La gran mayoría de las construcciones están hechas únicamente en granito con muros entre los 50 y 60 cm de grosor principalmente. Incorporan pizarra: Arropalma, Rui Paéz y Cumbre 2. Un total del 30% de los muros. Algunos de ellos incorporan también madera o ladrillo en la zona de la apertura de las puertas.

Finalmente, se observa que en la mayoría de construcciones que conserva la apertura de la puerta, y que ésta no ha sido modificada para uso ganadero, en el cual se ha ensanchado, es de pequeñas dimensiones.

Imagen 5. Detalle de puertas de muros y corrales

 

ESTADO DE CONSERVACIÓN Y POSIBILIDADES DE RECUPERACIÓN

A partir de la década de los 50[2] del siglo XX, la progresiva mecanización del campo, emigración, mejoras en comunicaciones, entre otros factores, conllevaron la progresiva desaparición, abandono y deterioro de los muros de esta zona así como del resto de muros del Tajo Internacional.

De todas las construcciones analizadas, sólo la de Caraciolo se encuentra en buen estado de conservación, ya que el propietario de la finca particular lo ha restaurado y lo destina a uso ganadero. La gran mayoría se encuentran en un estado regular de conservación, con la parte inferior del muro, la que queda en la parte baja del desnivel, caída, incluso varios de ellos se encuentran cubiertos de vegetación, sobre todo los corrales y con acceso complicado. Desaparecidos sólo se encuentra el muro de la Lancha del Colmenar y en estado irrecuperable debido a su deterioro Naverrino y Pimiento Molido.

Se podría aprovechar el buen estado de conservación de Caraciolo, en acuerdo con su dueño, para muestra etnográfica de cómo se producía miel antaño en el Municipio.

 

FICHA TÉCNICA

1-MURO DE ARROPALMA

Referencias históricas: La tradición oral de Mata de Alcántara la reconoce con el nombre de “Muro” la zona donde se ubica. No obstante, se añade la denominación de Arropalma por hallarse al lado del arroyo con el mismo nombre y para diferenciarlo del resto de muros catalogados.

Localización geográfica: Término municipal: Mata de Alcántara

Nombre del Paraje: Muro

Zona de protección: reserva biosfera y Natura 2000

Coordenadas: 39º43’22’’N; 6º49’15’’W

Descripción: se trata de un antiguo muro colmenero, edificación ovalada con paredes construidas en pizarra (de 2.4 m de altura en la parte más elevada y 60 cm de grosor) y una superficie aproximada de 525 m2. La mayor parte de los muros se encuentra en buen estado salvo la zona anexa al arroyo, donde la altura de los muros tiene una altura máxima de 1 m. Está situado en pendiente. Se aprecian bancales artificiales, en mal estado de conservación. No se localiza la puerta por la densa vegetación en el interior. Se intuye entrada desde el arroyo. En las proximidades del arroyo de Arropalma y de los corrales de la población.

Funciones: actualmente abandonado. Históricamente, refugio de colmenas para la producción de miel y cera.

Estado de conservación: Regular, es necesaria una intervención a medio plazo para evitar el deterioro progresivo de la construcción.

Accesibilidad: Regular, desde la población, camino de Casancabo, camino de servidumbre hasta una cuadrilla larga que llega hasta el arroyo Arropalma, desde el cual por un pontón se accedía al Muro.

Características del paisaje: Construido al lado del arroyo de Arropalma, en pendiente, aprovechando en su parte superior un pizarral y haciendo varios bancales con pequeñas paredes de sujeción hasta la parte inferior sobre terreno pizarroso. Vegetación interior: chumberas, higueras, escobas, olivos y zarzamoras.  Vegetación alrededor: mismas especies mezclados con escobas, retamas, tomillos, pastos de gramíneas y leguminosas, galaperos y árboles frutales de las huertas inmediatas.

Propiedad: privada

 

2-MURO DE NAVERRINO

Imagen 6. Detalle zahurdas muro de Naverrino

 

Referencias históricas: La tradición oral de Mata de Alcántara la reconoce con el nombre de “Muro Naverrino” al encontrarse en el interior de ese paraje.

Localización geográfica: Término municipal: Mata de Alcántara

Nombre del Paraje: Naverrino

Zona de protección: espacio ZEPA

Coordenadas: 39º41’58’’N; 6º47’27’’W

Descripción: se trata de un antiguo muro colmenero, edificación ovalada con paredes construidas en granito (de 1.5 m de altura en la parte más elevada y 60 cm de grosor) y una superficie aproximada de 206 m2. Perdido, reutilizado como zahurda. Está situado en pendiente y el interior está vacío. Orientado al suroeste

Funciones: actualmente abandonado. Su ultimo uso fue de corraleja, ya que se construyeron zahurdas en su interior para uso ganadero. Se ha reaprovechado parte de la construcción para extraer piedra para otras edificaciones más modernas. Históricamente, refugio de colmenas para la producción de miel y cera.

Estado de conservación: En ruinas, elemento prácticamente irrecuperable en su estado original

Características del paisaje: Construido en la cuenca del arroyo del Corredor, en el Paraje del Naverrino, sobre una pequeña pendiente, en terreno granítico, de grano medio, y próximo a zonas de barro y fusión. Actualmente predomina la encina, los pastos de gramíneas y leguminosas y las escobas, propio de zona adehesada.

Accesibilidad: Regular, desde la carretera CC-113 se localiza a 750 m por una pista secundaria.

Propiedad: privada

 

3-MURO DE BOCANEGRA

Imagen 7. Vista general del muro de Bocanegra

 

Referencias históricas: La tradición oral de Mata de Alcántara la reconoce con el nombre de “Muro de Bocanegra” al encontrarse en el interior de dicha finca.

Localización geográfica: Término municipal: Mata de Alcántara

Nombre del Paraje: Bocanegra

Zona de protección: reserva biosfera y Natura 2000

Coordenadas: 39º43’57’’N, 6º45’51’’W

Descripción: se trata de un antiguo muro colmenero, edificación ovalada con paredes construidas en granito (de 3m de altura en la parte más elevada desde el interior y de 2 m desde el exterior y 55 cm de grosor) y una superficie aproximada de 240 m2. Roto en la parte superior para reutilización a partir de 1938, según inscripción, para hacer unos establos para el ganado. Está situado en pendiente. Se distinguen 3 bancales, el superior roto por la construcción ganadera ubicada en el interior del muro. Dispone de dos puertas, una orientada al sur y otra al oeste, posiblemente modificadas para el uso de ganado. Sus tamaños son: 1,40 m x 0,70 m y 1,90 m x 2,40 m. Además de granito se observa ladrillo en la parte de las puertas. Orientado al suroeste

Funciones: actualmente abandonado. Históricamente, refugio de colmenas para la producción de miel y cera y posteriormente uso ganadero.

Estado de conservación: Regular, es necesaria una intervención a medio plazo para evitar el deterioro progresivo de la construcción.

Características del paisaje: Construido en la Cuenca del Arroyo de las Viñas, en pendiente, sobre el terreno granítico de grano grueso y blando. En la zona abunda el olivar, entremezclado con encinas, almendros, cornicabras y algunos árboles frutales, pastos de gramíneas y leguminosas, monte bajo formado por retamas, escobas, tomillo y lavanda. En otros tiempos el cultivo más abundante de la zona era el del viñedo.

Accesibilidad: Acceso desde camino natural del Tajo, dirección Garrovillas de Alconétar, pasando por dehesa de Mata de Alcántara y camino de Naharro, dirección pista del Pintor y camino de servidumbre hacia el cercado de Bocanegra.

Propiedad: privada

 

4-MURO DE CARACIOLO

Referencias históricas: La tradición oral de Mata de Alcántara la reconoce con el nombre de “Muro de Caraciolo” al encontrarse en el interior de dicha finca.

Localización geográfica: Término municipal: Mata de Alcántara

Nombre del Paraje: Caraciolo

Zona de protección: Reserva de la Biosfera, Red Natura 2000

Coordenadas: 39º43º34’’N; 6º46’27’’W

Descripción: se trata de un antiguo muro colmenero, que no se encuentra aislado si no que forma parte de una finca que incluye casa, construcciones ganaderas y también un bujío. Es una edificación ovalada con paredes construidas en granito, piedra seca y cal, (de 2,60 m de altura en la parte más elevada desde el interior y 60 cm de grosor) y una superficie aproximada de 204 m2. Está situado en pendiente. No se distinguen bancales. Dispone de una puerta metálica, posiblemente ensanchada posteriormente para uso ganadero, de 2,10 m x 2,10 m. El muro acaba en forma piramidal con teja de protección en la parte superior. Dispone de construcción ganadera adosada en el interior. Orientado al sureste.

Funciones: Uso ganadero. Históricamente, refugio de colmenas para la producción de miel y cera y posteriormente uso ganadero.

Estado de conservación: Bueno, restaurado recientemente.

Características del paisaje: Construido en la cuenca de un pequeño arroyo tributario de la ribera de la Mata. Se encuentra en una pequeña pendiente, en terreno granítico de grano grueso y blando. Predomina el olivar entremezclado con encinas, retamas, escobas, pastos de gramíneas y leguminosas, tomillo, lavanda, entre otros. Otrora el cultivo predominante fue el viñedo.

Accesibilidad: Camino Natural del Tajo, pasando por la dehesa de la Giralda dirección Garrovillas de Alconétar, camino de Naharro, camino de servidumbre del cercado de Caraciolo.

Propiedad: privada

 

5-MURO DE RUI PÁEZ

Referencias históricas: La tradición oral de Mata de Alcántara la reconoce con el nombre de “Muro de Rupai” al encontrarse en el interior de ese paraje.

Localización geográfica: Término municipal: Mata de Alcántara

Nombre del Paraje: Rui Páez (Rupai)

Zona de protección: ZEPA

Coordenadas: 39º 41’ 54” N, 6º 48’ 54” W

Descripción: se trata de un antiguo muro colmenero, aislado. Es una edificación ovalada con paredes construidas en granito y pizarra (de 2,50 m de altura en la parte más elevada desde el interior y 2,20 m desde el exterior y 50-60 cm de grosor en función del punto de medición) y una superficie aproximada de 585 m2. Está situado en pendiente. Se aprecian restos de dos posibles bancales. Dispone de una apertura utilizada como puerta, ensanchada para posterior uso ganadero y se conserva parte de una jamba. En las proximidades se encuentra una zahúrda, un chiquero y restos de paredes de antiguas construcciones. Orientado al suroeste.

Funciones: En desuso. Históricamente, refugio de colmenas para la producción de miel y cera y posteriormente uso ganadero.

Estado de conservación: Regular, es necesaria una intervención a medio plazo para evitar el deterioro progresivo de la construcción.

Características del paisaje: Se encuentra en la zona de Rupai (Rui Páez), muy cerca del cauce del arroyo del Corredor, sobre el charco Blanco, en pequeña pendiente, sobre terreno granítico de grano medio. Actualmente predomina la encina, la escoba y los pastos de gramíneas y leguminosas, de modo adehesado. Hace siglos la dehesa perteneció al Hospital de la Piedad de Alcántara y se aprovechaba mediante el cultivo del viñedo intercalado con el encinar. Vegetación interior: olivos y encinas.

Accesibilidad: Tramo del antiguo camino de Alcántara-Garrovillas de Alconetar en finca de Rui Páez.

Propiedad: privada

 

6-MURO DE LA CUMBRE 1

Imagen 8. Vista general del muro de Cumbre I

 

Referencias históricas: La tradición oral de Mata de Alcántara la reconoce con el nombre de “Muro de La Cumbre” al encontrarse en el interior de ese paraje.

Localización geográfica: Término municipal: Mata de Alcántara

Nombre del Paraje: La Cumbre

Zona de protección: Reserva de la Biosfera, Red Natura 2000

Coordenadas: 39º42’40’’N, 6º46’00’’W

Descripción: se trata de un antiguo muro colmenero, aislado, cerca del arroyo de la Bosera. Es una edificación ovalada con paredes construidas en granito encalado (de 2,50 m de altura en la parte más elevada y 73 cm de grosor en la base, parte más ancha) y una superficie aproximada de 220 m2. Está situado en pendiente. Construcción tipo chozo o bujío anexa, prácticamente desaparecida, ennegrecida en el interior. Burancas o mechinales en el interior. Restos de puerta conservado al sur. Orientado al sureste.

Funciones: En desuso. Históricamente, refugio de colmenas para la producción de miel y cera y posteriormente uso ganadero.

Estado de conservación: Regular, es necesaria una intervención a medio plazo para evitar el deterioro progresivo de la construcción. Parte del muro inferior deteriorado.

Características del paisaje: Construido en la cuenca del arroyo de la Bosera, sobre una marcada pendiente, en terreno granítico, de grano grueso y blando, muy apropiado para el cultivo de viñedo. Actualmente predomina la encina así como los pastos de leguminosas y gramíneas. También se aprecian escobas, retamas, acebuches, almendros, tomillo y lavanda así como árboles de ribera.

Accesibilidad:  Desde Mata de Alcántara, por la dehesa de la Giralda, camino de la Cumbre, una vez en la dehesa de la Cumbre se dirige al camino de la Lobera, del cual salía una vereda que se dirigía al muro.

Propiedad: privada

 

7-MURO DE LA CUMBRE 2

Imagen 9. Vista general del muro de la cumbre 2

 

Referencias históricas: La tradición oral de Mata de Alcántara lo conoce como “Muro de la Cumbre en el Parrete”.

Localización geográfica: Término municipal: Mata de Alcántara

Nombre del Paraje: La Cumbre

Zona de protección: Reserva de la Biosfera, Red Natura 2000

Coordenadas: 39º43’10’’N, 6º46’17’’W

Descripción: se trata de un antiguo muro colmenero, aislado. Es una edificación ovalada con paredes construidas en granito y revocado, con pizarra tapada con tierra en la parte posterior a modo de alero (de 2,15 m de altura en la parte más elevada desde el exterior y 60-70 cm de grosor en función del punto de medición) y una superficie aproximada de 212,50 m2. Está situado en pendiente.  La parte inferior de la construcción ha cedido en varios puntos. Se conservan 3 bancales y se observan mechinales en el interior. En la parte de la apertura de la puerta además de pizarra se observa poste de madera. Dimensiones: 1,60 m x 0,60 m. Orientación sureste de la puerta y suroeste de la construcción.

Funciones: En desuso. Históricamente, refugio de colmenas para la producción de miel y cera y posteriormente uso ganadero.

Estado de conservación: Regular, es necesaria una intervención a medio plazo para evitar el deterioro progresivo de la construcción.

Características del paisaje: Construido en la cuenca del arroyo del Parrete, en pendiente, en terreno granítico de grano grueso y blando, apropiado para el cultivo del viñedo. Se encuentra en una dehesa en la que predomina la encina y los pastos de leguminosas y gramíneas. En este lugar en concreto también hay olivos y acebuches, entremezclados con las encinas, escobas retamas así como tomillo.

Accesibilidad: Desde Mata de Alcántara, por la dehesa de la Giralda, camino de la Cumbre, camino del Parrete, al cual se le une una vereda que se dirigía al muro.

Propiedad: privada

 

 

8-MURO DE LA CUMBRE 3

Referencias históricas: no es muy conocido ya que pertenecía a los morantes de la casera que hay en las proximidades, que eran los que le daban uso, y por su pequeño tamaño, aunque de características parecidas a los demás muros.

Localización geográfica: Término municipal: Mata de Alcántara

Nombre del Paraje: La Cumbre.

Zona de protección: Reserva de la Biosfera, Red Natura 2000.

Coordenadas: 39º42’20’’N, 6º46’35’’W

Descripción: se trata de un antiguo muro colmenero, al lado de una antigua construcción del tipo chozo con tejado a dos aguas, denominado en la zona “casera”, actualmente abandonada como vivienda pero con uso como almacén de piensos de la finca. Es una edificación redonda con paredes construidas en granito, piedra seca (de 1,20 m de altura en la parte más elevada desde el interior 50cm de grosor) y una superficie aproximada de 91,60 m2. Está situado en pendiente sobre una lancha granítica, sin cimentación. Inclinado al noroeste.

Funciones: En desuso. Históricamente, refugio de colmenas para la producción de miel y cera y posteriormente uso ganadero.

Estado de conservación: Regular, es necesaria una intervención a medio plazo para evitar el deterioro progresivo de la construcción.

Características del paisaje: Se encuentra en una lastra granítica en pendiente, orientada hacia la cuenca del arroyo de Pisapollos y dando la espalda a la cuenca del arroyo de la Bosera. El terreno es granítico, de grano grueso y blando, apropiado para el cultivo de viñedo. Actualmente predomina la encina, así como los pastos de gramíneas y leguminosas, con algunas escobas y retamas.

Accesibilidad: Desde Mata de Alcántara por la carretera hacia Garrovillas de Alconetar, pasando la ermita de San Lorenzo, la primera entrada a la izquierda, que tiene un camino que se dirige a la Casera, y en las inmediaciones se encuentra el muro.

Propiedad: privada

 

 

9-MURO DE LA LANCHA DEL COLMENAR (Desaparecido)

Antiguo muro del cual conocemos su existencia gracias a la tradición oral, se encontraba en una zona de granito inmediata a una lengua de barro, en zona de fusión, al lado del nacimiento de un pequeño arroyo afluente del Arroyo Arropalma. La vegetación actual más abundante es la encina, junto con galaperos y majuelos, escobas y pastos de gramíneas y leguminosas.

Zona de Protección: Reserva de la Biosfera, Red Natura 2000

Acceso: Pista de la Lancha Blanca, entre la Lancha Blanca y la Buitrera

Coordenadas: 39º 43’ 04” N, 6º 47’ 57” W

 

10-MURO DE PIMIENTO MOLIDO (posible)

Referencias históricas: La tradición oral de Mata de Alcántara la reconoce con el nombre de “Pimiento Molido” al encontrarse en el interior de ese paraje.

Localización geográfica: Término municipal: Mata de Alcántara

Nombre del Paraje: Pimiento Molido

Zona de protección: Reserva de la Biosfera, Red Natura 2000

Coordenadas: 39º 43’ 07” N, 6º 48’ 28” W

Descripción: se trata de los restos de un posible muro apiario. Se conserva la mitad de la circunferencia, con dos bancales en su interior que suavizan la pendiente. Altura conservada de 1,8 m y ancho de 50 a 60 cm. Tamaño círculo.

Funciones: En desuso, formando parte de lindero de otras fincas, manteniendo la forma semicircular. Históricamente, refugio de colmenas para la producción de miel y cera y posteriormente uso agrícola-ganadero.

Estado de conservación: En ruinas, elemento prácticamente irrecuperable en su estado original. Se conserva únicamente una parte del muro, reutilizado como parte de la pared de una finca.

Características del paisaje: Se trata de los restos de un posible muro apiario, en la cuenca del arroyo Arropalma, en una zona de fusión en la que predomina el barro.  En el interior hay varios olivos, siendo el arbolado principal. En los alrededores se encuentran árboles frutales de las huertas cercanas, encinas, pastos de gramíneas y leguminosas.

Accesibilidad: se puede llegar tanto por la cerca de Jaraiz, con la cual hace la pared lindero, como por la calleja de las Huertas Arriba accediendo al olivar del “Pimiento Molido”.

Propiedad: privada

 

A-CORRAL DE ARROPALMA

Imagen 10. Vista general corral Arropalma

 

Referencias históricas: La tradición oral de Mata de Alcántara la reconoce con el nombre de “Arropalma” al encontrarse en el interior de ese paraje.

Localización geográfica: Término municipal: Mata de Alcántara

Nombre del Paraje: Arropalma

Zona de protección: Reserva de la Biosfera, Red Natura 2000

Coordenadas: 39º43’22’’N, 6º49’12’’W

Descripción: se trata de los restos de un corral en el que había colmenas de abejas. La forma es irregular y se encuentra en las inmediaciones del muro de Arropalma. En el interior se encuentran varias encinas.

Funciones: En desuso, recientemente abandonado. Históricamente, refugio de colmenas para la producción de miel.

Estado de conservación: Bueno.

Características del paisaje: Las características del paisaje son las mismas que las de la zona del muro de Arropalma, por estar prácticamente al lado.

Accesibilidad: Desde de Mata de Alcántara puente del arroyo, cerro cuartillo, camino de Castañeta, cercado con mal acceso hasta el corral.

Propiedad: privada

 

B-CORRAL DE LAVADEROS

Referencias históricas: La tradición oral de Mata de Alcántara la reconoce con el nombre de “Lavaderos” al encontrarse en el interior de ese paraje.

Localización geográfica: Término municipal: Mata de Alcántara

Nombre del Paraje: Lavaderos

Zona de protección: Reserva de la Biosfera, Red Natura 2000

Coordenadas: 39º43’11’’N, 6º48’50’’W

Descripción: se trata de los restos de un corral en el que había colmenas de abejas. La forma es semicircular e irregular. La densa vegetación de su interior no permite el acceso al interior del mismo. Se conserva puerta de acceso a corral de 1,40 m x 0,70 m, de madera, y en mal estado. La altura máxima conservada del muro es de 2 m.

Chozo contiguo para guardar aperos seguramente. Las dimensiones de la puerta son de 1,30 m x 0,80 m. Tejado perdido. Altura conservada de 2 m.

Funciones: En desuso. Históricamente, refugio de colmenas para la producción de miel.

Estado de conservación: En ruinas. Gran parte del muro se encuentra perdido o en mal estado.

Características del paisaje: Se encuentra al lado del arroyo de Arropalma, a su paso por el paraje de los lavaderos. En zona granítica, muy cercana a la zona de fusión con pizarra, teniendo tantos terrenos de barro como de arena en sus alrededores. La vegetación más abundante es la encina y el olivo, con almendros, galaperos, acebuches, árboles frutales de diferentes huertas de la zona, escobas, zarzamora y algún árbol de ribera. Mencionar también los pastos de gramíneas y leguminosas, que en otros tiempos fueron zonas de siembra de secano. En el interior del corral se encuentran varias chumberas que impiden el acceso al interior.

Accesibilidad: Desde Mata de Alcántara al camino del pocito, camino de los lavaderos hasta el paraje de los lavaderos.

Propiedad: privada

 

C-CORRAL DE SANTA MARINA

Referencias históricas: La tradición oral de Mata de Alcántara la reconoce con el nombre de “Santa Maria” al encontrarse en el interior de ese paraje.

Localización geográfica: Término municipal: Mata de Alcántara

Nombre del Paraje: Santa Marina

Zona de protección: Reserva de la Biosfera, Red Natura 2000

Coordenadas: 39º43’03’’N, 6º48’42’’W

Descripción: se trata de los restos de un corral en el que había colmenas de abejas. La forma es irregular. Se conserva acceso a corral, sin puerta, 1,90 m x 1,00 m, formando un pasillo de entrada de 3 m de ancho. Puerta interior de acceso a corral de 1,4 m de ancho. En esta zona de pasillo que estuvo techado, a la izquierda se conservan dos alacenas de 36 cm x 41 cm y de 30 x 32 cm respectivamente. Altura conservada de 2 m máximo del muro. Se observan mínimo 3 bancales, uno de ellos de forma semicircular.

Funciones: En desuso. Históricamente, refugio de colmenas para la producción de miel.

Estado de conservación: Regular, es necesaria una intervención a medio plazo para evitar el deterioro progresivo de la construcción.

Características del paisaje: Se encuentra a pocos metros de la ermita de Santa Marina, sobre el arroyo Valuengo, salvando la pendiente mediante varios bancales, en los cuales hay pinos piñoneros, olivos, alcornoques, chumberas, y en los alrededores galaperos y diferentes árboles de las huertas inmediatas.

Accesibilidad: desde Mata de Alcántara por el camino de los Naranjos hacia las Huertas Arriba, a medio camino donde hay varios pinos piñoneros.

Propiedad: privada

 

D-ERMITA-MURO DE SANTAMARINA

Referencias históricas: La tradición oral de Mata de Alcántara la reconoce con el nombre de “Santa Maria” al encontrarse en el interior de ese paraje.

Localización geográfica: Término municipal: Mata de Alcántara

Nombre del Paraje: Ermita de Santa Marina

Zona de protección: Reserva de la Biosfera, Red Natura 2000

Coordenadas: 39º43’02’’N, 6º48’37’’W

Descripción: antigua ermita de época medieval reutilizada como muro de colmenas.

Funciones: En desuso. Históricamente fue ermita, último uso como refugio de colmenas para la producción de miel.

Estado de conservación: Regular, es necesaria una intervención a medio plazo para evitar el deterioro progresivo de la construcción.

Características del paisaje: Misma caracterización que el corral de Santa Marina, con olivos plantados en su interior.

Accesibilidad: desde Mata de Alcántara camino de la verquita, pasando la charca girar al camino de la izquierda, a pocos metros se accede por una cancela de un terreno privado a la ermita.

Propiedad: privada

 

AA y BB-PUESTOS O ASIENTOS DE COLMENAS DE CONCHA Y VALDEMORO

Los puestos o asientos de colmenas se ubicaban la gran mayoría en huertas. Por medio de vía oral ha llegado conocimiento hasta nuestros días de la existencia de estos dos puestos, de los cuales se conserva apenas alguna lancha o asiento.

El puesto de Concha se encuentra en la zona conocida como las Viñas, en una zona granítica, de granito blando y de grano grueso. La vegetación más abundante en la actualidad es la encina, mezclada con olivos, alcornoques, pinos piñoneros, cornicabra, escoba, jaguarzo morisco, retama, pastos de gramíneas y leguminosas. En otros tiempos, el cultivo principal de la zona fue el viñedo, junto con el olivar.

El puesto de Valdemoro se encuentra en una zona granítica de grano fino, muy cercana a la zona de fusión con la pizarra. Por lo tanto, hay tierra arenosa y de barro. La vegetación más abundante son los pastos de gramíneas y leguminosas, con escobas, retamas y algunas encinas. En otros tiempos hubo cultivo de viñedo y olivar y en los alrededores la vegetación más abundante era la encina, que estaba adehesada.

 

[1] Muros apiarios en el parque natural del Tajo internacional” de Isidro García Barriga

[2] Muros apiarios en el parque natural del Tajo internacional” de Isidro García Barriga

Nov 262022
 

Alberto Duran Sánchez

Cristina Calleja Rodríguez

 

En este trabajo se aborda la catalogación de los chozos tipo III[1] que actualmente se conservan en el Municipio de Mata de Alcántara. No se trata únicamente de un registro de los chozos como elementos individuales, si no valorando también su funcionalidad respecto el entorno en el cual se ubican.

El presente estudio forma parte de uno de mayor envergadura en el cual se ubicarán y catalogarán los chozos tipo II y tipo IV del mismo municipio, careciendo éste de chozos tipo I. En este documento se trata a este tipo de construcciones como bujíos, nombre por el que se les denomina en la zona de Mata de Alcántara y Alcántara.

El PGM[2] del Municipio de Mata de Alcántara recoge únicamente uno de los 18 bujíos analizados en el presente estudio, las Viñas, ofreciéndole protección parcial. El resto de las construcciones no son mencionadas. Se pretende que con el presente estudio se puedan incluir aquellos chozos inventariados y acelerar su protección.

La arquitectura rural en piedra seca es una de las que tienen mayor consideración en Europa. Los chozos extremeños tienen como antecedentes las cabañas de la edad de bronce tal y como constatan varias excavaciones arqueológicas como las efectuadas en el yacimiento arqueológico de Cabrerizas3 (La Cumbre, Cáceres). Es por ello por lo que hay que poner en valor este tipo de construcciones, que con su decadencia desde los años 70 y su falta de protección han ido desapareciendo.

En 2005 se aprobó la PNL[3] que exige la protección legal de los chozos de Extremadura de acuerdo con la Ley de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura e insta a la Junta de Extremadura a elaborar y aplicar planes de actuación para inventariar y restaurar estas construcciones y ponerlas en valor. Es por ello que se procede a la catalogación de los bujíos de Mata de Alcántara.

USO Y FUNCIÓN

La función a la que se destinaban los bujíos tipo III de Mata de Alcántara está fuertemente ligada a las actividades económicas de la zona, tanto ganaderas como agrícolas.

Los usos varían desde refugio para protegerse frente a las inclemencias del tiempo, en el caso de las construcciones de menor tamaño (6, 7, 8, 10, 12), a uso esporádico o temporal como vivienda de los pastores y agricultores de la zona (1, 2, 3, 4, 11, 16, 18). Algunas construcciones de pequeño tamaño como (18) fueron utilizadas como vivienda en vez de refugio, tal y como consta en las escrituras de los terrenos, dónde sólo existía bujío antes de la construcción de la vivienda y dado el interior más cuidado y menos tosco que en las construcciones empleadas como refugio. En algunos casos más alejados al núcleo de población, situados al oeste, estas construcciones se llegaron a utilizar como vivienda (15) o cocina habitual (5).  El caso (15) es el único del municipio que dispone de dos catres conservados en los que descansaban los habitantes de la construcción. Es curioso el caso particular de (9) como vivienda temporal del guarda de la charca de La Laguna y de su familia.

No se incluyen en este estudio los dos bohíos de la Dehesa, construidos en la última década, emulando las antiguas construcciones, y para usos turísticos.

De todos los bujíos analizados en el presente estudio todos se encuentran en desusos salvo (2, 9, 15 y 16), es decir, únicamente un 24 % de las construcciones no se encuentran abandonadas. Los usos actuales varían desde resguardo del ganado (2), almacén de paja (16) o actividades del Ayuntamiento orientadas al turismo (9). El caso (15) es una excepción, ya que el particular de la finca ha decidido recuperar la construcción para uso personal.

Los casos (6, 12, 17 y 18) no son los únicos casos de construcciones recientemente eliminadas o en estado de ruina en el municipio, debido a la escasa protección de éstas a través del PGM local.  Únicamente quedan recogidos en la normativa urbanística local los chozos de la Dehesa y (13), con protección parcial.

ESTUDIO TIPOLÓGICO

Materiales constructivos

La construcción de los edificios se realiza aprovechando los materiales del entorno sin llegar a ser extraídos de canteras, siendo la piedra (granito y pizarra) así como el ladrillo, los mayoritariamente utilizados en los bujíos analizados.

Las paredes están formadas por piedras de granito en los casos (1, 2, 3, 4, 5, 8, 9, 10, 11, 15, 18), mientras que en las construcciones (6, 7) están constituidas por pizarra, y sólo en los casos (12, 16, 17) por una mezcla de ambos materiales.

Por lo que respecta a las cúpulas de los bujíos, están compuestas por ladrillo (2, 3, 4, 5, 9, 11, 15, 17, 18), pizarra (1, 6, 7, 12, 18, 16) y granito (8, 10). Las construcciones más modernas, o que han sido reformadas, han sustituido las bóvedas de piedra, ya fuera pizarra o granito, por ladrillo, más liviano que los otros materiales. Aquellas construcciones más toscas y antiguas conservan la bóveda de granito, de mayor peso que la pizarra. Es curioso observar que en (8) aún se conserva ésta íntegra y que en su interior está compuesta por pizarra y granito al exterior, aunque en (10) parte ha empezado a caerse. Los bujíos con cúpula de pizarra, mejor trabajados y con menor peso que el granito, parece ser que han resistido mejor el paso del tiempo, aunque en la actualidad, la mayor parte de los chozos de esta tipología conservados en el municipio disponen de cúpula de ladrillo.

TÉCNICA CONSTRUCTIVA

La técnica constructiva que se emplea en el alzado de estas construcciones y en recintos anexos o cercas es la de mampostería en seco. Los bloques de piedra suelen presentar mayores irregularidades al exterior que al interior.

El tamaño de los bloques de las piedras suele ser de tamaño medio mezclado con bloques de menor tamaño, salvo en algunos casos particulares de construcciones más toscas en los cuales se aprecian también piedras de gran tamaño como en la horma anexa a (5) o bujíos más toscos como (8 o 10). Los dinteles y las jambas están compuestos por bloques monolíticos de gran tamaño a diferencia del resto de la construcción. Se aprecia un dintel diferenciado en la mayoría de los bohíos (1, 2, 4, 5, 7, 8, 10, 14, 15, 16) y jambas tipo bloque monolítico únicamente en (5). En (12) se deduce el uso de dintel debido a los restos encontrados alrededor del propio bujío.

La cubierta, en todos los casos es abovedada y se realiza por aproximación de hiladas de piedra o por la superposición de piedras en las construcciones más toscas (8, 10, 12). En el exterior de alguna de las construcciones, minoría en Mata de Alcántara, está cubierta por una capa de tierra y cascote o piedra, incluso ladrillo, sin ninguna fijación entre sí (7, 14, 16, 18).  Al hacer reforma, la tierra es eliminada, dejando la bóveda a la vista.

Al final de la cúpula, dónde se intercalan normalmente piedras más planas y pequeñas, en la mayoría de los casos, suele presentarse una lancha respiradero en aquellas construcciones en las que no se presenta chimenea y que de alguna forma sirvieron de vivienda, ya fuera temporal o permanente, en vez de refugio. En estos últimos casos, dado el uso de la construcción no se observa esta abertura en la culminación de la cúpula. Las aberturas, de uso para la salida de humos, al cocinarse en muchas ocasiones en el interior de la construcción, son de tipo circular (2, 3, 4, 14) o cuadradas (16). La pequeña abertura de (15), de dimensiones muy inferiores a las lanchas respiradero, es para evitar el eco en el interior del recinto. Se trata del único caso en el que se ha apreciado esta particularidad. En el caso (11) el agujero de la lancha respiradero ha sido tapado en reforma posterior.

Por último, en lo que se refiere al revoco de las paredes, éste servía para evitar un rápido deterioro de la construcción, tanto en el exterior, en las partes más expuestas, como en el interior. Normalmente se realizaba con revoco de mortero, aunque también mediante enlucido con cal en aquellas construcciones que muestran un aspecto más cuidado.  Las construcciones más toscas (6, 7, 8, 10, 12), utilizadas como refugio, no presentan esta particularidad salvo (18). La única excepción es (4).

ESTUDIO FORMAL

Planta y alzado

La planta del edificio se adapta en todos los casos analizados a la topografía del terreno en la que se ha levantado el bujío. No se aprecia en ningún caso un desnivel pronunciado.  En lo que se refiere a la tipología, en todos los casos es circular, salvo en (7, 8) donde la forma es de porción circular u ovalada en (10, 18) al haberse utilizado el cercado como parte del propio bujío o canchales ubicados en el propio terreno. En cuanto a la forma del interior se refiere, (7) es el único que es cuadrado.

Por lo que respecta a las dimensiones, los chozos extremeños suelen presentar un tamaño interior de unos 4 m. Estas construcciones se pueden clasificar[4] en grandes, a partir de un diámetro de 5 m, medianas de 3 a 5 m y pequeños de tamaño inferior. En el municipio de Mata de Alcántara se encuentran ejemplos de las tres tipologías, sin predominar ninguna de ellas sobre el resto, siendo de tamaño grande (2, 3, 5, 9, 11, 14, 15), mediano (1, 4, 13, 16) y pequeño (6, 7, 8,10, 12, 18). Se observa la relación de tamaño pequeño con aquellos cuyo uso se corresponde al de refugio, o vivienda temporal en el caso particular (18). El diámetro exterior de las construcciones analizadas varía de 2,10 m a 5,8 m, con una superficie máxima que no superaría los 26,42 m2 en ninguno de los casos, nada que ver con las características que presentan las viviendas actuales.

El suelo suele presentarse en piedra y pocos de ellos suelen tener un tratamiento especial más cuidado a excepción de (9 o 15) que han sufrido reciente reforma.

Todos los casos analizados constan de una única habitación en su interior, salvo (9), en cuyo interior hay un vano divisorio para posible uso de alacena o almacenamiento de alimentos. El resto de las construcciones, como indicado, presentan un único espacio en cuyo interior se desarrollaban las actividades de cocina y descanso. Sólo en aquellos espacios dedicados a refugio temporal, sin lancha respiradero, no se desarrollaba la actividad de cocina. El ejemplo (5) es el único dedicado en exclusiva a cocina con bancos y mesas al exterior y con otra construcción contigua utilizada para descanso.

Por lo que respecta al alzado del edificio, el cuerpo suele ser cilíndrico y la cubierta semiesférica. En el caso particular (2) es curioso observar que pese a disponer de falsa cúpula, la cubierta se dispone a dos aguas como en el caso de los bohíos más modernos denominados caseras, seguramente debido a reforma posterior. El cuerpo interior de (7) se presenta prismático mientras que su exterior, así como en (8) no es cilíndrico debido a la planta en forma de porción circular.

El grosor del muro es en todos los casos, salvo en (18) considerable. Parte del muro en (18) tiene un ancho de 0,30 m al utilizarse el canchal contiguo como soporte. En el resto de los ejemplos analizados, el ancho del muro varía entre 0,5 y 0,8 m, siendo la media entre 0,55-0,65 m. La altura del muro es poco elevada.

Como vanos se encuentran puertas y ventanas, aunque algunas construcciones carecen de ventanas (4, 6, 8, 10, 12, 14, 15). Las construcciones que carecen de esta abertura suelen ser las utilizadas como refugio, a excepción de algunos casos particulares. Es curioso observar que el bujío (15), de uso permanente, carece de ventana. La orientación preferente de las puertas es al sur coincidiendo con la orientación de mayores horas de sol. No obstante, (1) tiene la puerta orientada al norte debido a la orientación de la finca, aunque dispone de ventanas para proporcionar mayor luminosidad al interior del recinto.

El tamaño de las puertas es el adecuado para facilitar el paso de una persona, aunque en prácticamente todos los casos hay que agacharse para poder acceder al interior. El ancho de las puertas oscila entre 0,65 m y 1,00 m, mientras que la altura varía entre 0,82 m y 1,77 m. La altura media es de 1,40 mientras que el ancho medio es de 0,78 m. Los accesos más bajos son los de aquellas construcciones utilizadas como refugio.

En los casos (12 y 18) la segunda apertura hallada no se han considerado puertas al ser su ancho muy inferior al hallado en el resto de las construcciones, siendo en estos casos de 0,40 m de ancho. Es posible que estas construcciones fueran reutilizadas como zahurdas. Por lo que respecta a las ventanas, se observa que en algunas construcciones se ha aprovechado parte de las alacenas para facilitar una apertura al exterior a modo de ventana.

ELEMENTOS COMPLEMENTARIOS

Se consideran como elementos complementarios aquellos ubicados en el interior de los bujíos, aunque algunos de ellos pueden ubicarse en el exterior también. Se han clasificado en: asientos, alacenas, perchas y chimenea. Estos elementos servían para guardar y ordenar los elementos del interior de la construcción, así como para facilitar la vida cotidiana. Las perchas son aquellos elementos que sirven para colgar diferentes objetos, mientras que las alacenas, similares a las perchas, se utilizaban también para almacenar alimentos.

Las construcciones utilizadas como refugio son las más básicas, careciendo todas, prácticamente en su totalidad de cualquiera de estos elementos. Se observa en (12) restos de una alacena.

Los bancos suelen ser bloques monolíticos en granito. Se han encontrado estos elementos en (3, 4, 5, 15).

Por lo que respecta a las alacenas, se ha encontrado entre 1 y 3 unidades en aquellas construcciones utilizadas como vivienda ya fuera temporal o permanente. Las dimensiones son reducidas y solo en (9) se presenta de una división dentro del bujío como espacio adicional para el almacenaje de alimentos.

Se han encontrado perchas, argollas y elementos similares en las siguientes construcciones: 3, 4, 5.

Se han encontrado chimeneas en las construcciones: 1, 4, 5, 9, 13, 15.

Remarcar, que (15) es el único bujío en el cual se han encontrado en su interior camastros fijos como parte de la construcción y que (4) es el único en el cual se conserva escalera exterior de acceso a la cúpula de la construcción.

CONCLUSIONES

En este estudio se han inventariado los bujíos del Municipio de Mata de Alcántara para su protección, conservación y puesta en valor. La falta de protección de estas construcciones ha conllevado que varias de ellas como Fragua hayan desaparecido y que otras como Esquilina, San Sebastián, La Laguna II o Casancabo estén a punto de desaparecer.

Así mismo, se ha detectado que la inexistencia de un inventariado y de normas respecto a la conservación de estas construcciones haya conllevado a algunas reformas sin seguir una técnica constructiva similar a la de origen.

Una vez realizado el presente trabajo de catalogación, sería adecuado incluir estas construcciones en el PGM local y redactar unas normas que permitan seguir una misma línea de conservación para todas las construcciones. Así mismo, sería conveniente encontrar nuevos usos a aquellos bujíos más característicos como son La Laguna o Santa Marina, incluyéndolos en proyectos turísticos o incorporándolos a un posible centro de interpretación asociado al municipio.

FICHA TÉCNICA[5]

1-Denominado bujío de la Hoja de Jaraíz. Localizado al oeste del término municipal (39º43’22.59’’N; 6º48’36.25’’O)

Situado en terreno en la actualidad sin cultivar en el cual se había ubicado una huerta. Estado de conservación regular, con pérdida importante del revoco interior y exterior de cal. Está aislado con recinto. Abandonado. Destinado a vivienda de carácter temporal del pastor o agricultor.

Planta circular que se adapta a la topografía del terreno, cuerpo cilíndrico y cubierta semiesférica cubierta de maleza. En el interior planta circular, sección semiesférica.

Piedra granítica, mampostería en seco de bloques irregulares de tamaño pequeño y medio.  Falsa cúpula obtenida por la técnica de aproximación de hiladas de pizarra. El cierre no presenta apertura, posiblemente tapado tras reforma. Alero en lajas de pizarra. Suelo de piedra granítica. Interior y exterior con revoco de cal.

Las medidas: al exterior, alt. total 2,30 m; alt. muro 1,8 m; diám. máx. 3,75 m. Al interior, alt. total 1,90 m. Superficie 11,04 m2. Tamaño medio.

Puerta metálica de entrada al norte; medidas: 1,30 m alt. / 0,70 m anch. Termina en dintel formado por un bloque monolítico sin jambas a un lado y otro de la puerta.

Ventanas al noreste y noroeste respectivamente; medidas: 0,33 m alt. / 0,15 m anch. y 0,35 m alt. / 0,20 m anch. Orientación para la vigilancia de la finca desde el interior del recinto. Tres alacenas excavadas en el muro lateral derecho. Sin acceso para medición.

Chimenea excavada en el muro lateral derecho. El hueco presenta forma rectangular. Sin acceso para medición. La campana la constituye el propio muro que no sobresale apenas. El hogar está formado por el mismo suelo de la construcción. La forma de la boca de la chimenea acaba en prisma de 0,40 m alt. tapado por lanchas graníticas.

Recinto adosado al este, delante de la fachada lateral izquierda utilizado como gallinero. Un acceso en el lado este. Estado de conservación regular.

2-Denominado bujío de la Cerca de Jaraíz. Localizado al oeste del término municipal (39º43’04.38’’N; 56º48’24.14’’O)

Situado en finca ganadera. Estado de conservación regular con inicio de pérdida de revoco exterior de cal. Aislado. Con recinto y cerca. En uso como resguardo de ganado ovino. Destinado antiguamente a vivienda de carácter temporal del pastor o agricultor.

Planta circular que se adapta a la topografía del terreno, cuerpo cilíndrico y cubierta a dos aguas. En el interior planta circular, sección semiesférica.

Piedra granítica, mampostería en seco de bloques irregulares de tamaño medio. Falsa cúpula de ladrillo. El cierre presenta abertura de forma circular.  Alero de ladrillo. Suelo de piedra granítica. Interior y exterior con revoco de cal.

Las medidas: al exterior, alt. total 3,50 m; diám. máx. 5,6 m. Al interior, alt. total 3,50 m. Superficie 24,63 m2. Tamaño grande.

Puerta metálica de entrada al sur; medidas: 1,30 m alt. / 0,80 m anch. Sin jambas a un lado y otro de la puerta. No se aprecia dintel con el revocado exterior.

Ventanas al noreste y noroeste respectivamente; medidas: 0,50 m alt. / 0,50 m anch. y 0,50 m alt. / 0,40 m anch. Orientación para la vigilancia de la finca y camino contiguo desde el interior del recinto.

Sin elementos interiores salvo comedero para ganado.

3-Denominado bujío de Bolos. Localizado al oeste del término municipal (39º42’49.30’’N; 6º49’25.13’’O)

Situado en finca ganadera. Estado de conservación bueno. Aislado.Abandonado. Destinado a vivienda de carácter temporal del pastor o agricultor.

Planta circular que se adapta a la topografía del terreno, cuerpo cilíndrico y cubierta semiesférica. En el interior planta circular, sección semiesférica.

Piedra granítica, mampostería en seco de bloques irregulares de tamaño medio. Falsa cúpula de ladrillo. El cierre presenta abertura de forma circular. Sin alero. Suelo de piedra granítica. Interior y exterior con revoco de cal salvo interior de la cúpula.

Las medidas: al exterior, alt. total 4,00 m; diám. máx. 5,75 m. Superficie 26,00 m2. Tamaño grande.  Grosor del muro 0,65 m.

Puerta de entrada al sur; medidas: 1,60 m alt. / 0,75 m anch. Sin jambas a un lado y otro de la puerta. No se aprecia dintel.Ventana con marco de madera al norte; medidas: 0,45 m alt. / 0,45 m anch. Orientación para la vigilancia de la finca.

Tres alacenas excavadas en el muro lateral izquierdo y derecho de 0,50 m alt. / 0,45 m anch /0,25 m prof.

Bloque monolítico de ladrillo en interior derecho con lancha superior de pizarra, y en el exterior derecho de granito, utilizados como asientos.

Percha y argolla metálica en el lado interior derecho a media altura del muro utilizados para colgar enseres y atar al ganado.

Se localiza inscripción con fecha de 1923. Posible fecha de reforma.

4-Denominado bujío de Santa Marina. Localizado al oeste del término municipal (39º43’03.17’’ N; 6º48’40.52’’O)

Situado en terreno en la actualidad sin cultivar. Estado de conservación bueno. Está aislado. Con cerca. Abandonado. Destinado a vivienda de carácter temporal del pastor o agricultor.

Planta circular que se adapta a la topografía del terreno, cuerpo cilíndrico y cubierta semiesférica. En el interior planta circular, sección semiesférica. En la fachada principal, a ambos lados de la puerta engrosamiento del muro a modo de contrafuertes.

Piedra granítica, mampostería en seco de bloques irregulares de tamaño mediano y pequeño. Falsa cúpula obtenida por la técnica de aproximación de hiladas de ladrillo. El cierre presenta abertura de forma circular.  Con alero de pizarra. Suelo de piedra granítica con escalón. Sin revoco exterior ni interior salvo en la cúpula exterior mediante mortero.

Las medidas: al exterior, alt. total 3,75 m; diám. máx. 4,45 m. Al interior, alt. total 3,50 m. Acceso al interior mediante escalón. Superficie 15,55 m2. Tamaño medio. Grosor del muro 0,75 m.

Puerta de entrada al sureste; medidas: 1,72 m alt. / 1,00 m anch. Ensanche de la puerta hacia la parte inferior hasta 1,10 m anch. a modo de contrafuertes. Estructura de madera caída. Termina en dintel formado por un bloque monolítico de 0,30 m alt. / 1,10 m anch sin jambas a un lado y otro de la puerta. No dispone de ventanas en su estructura.

Una alacena excavada en el muro lateral derecho. Perchas en el lado interior derecho a media altura del muro utilizadas para colgar enseres.

Bloque monolítico de ladrillo y otro de granito en interior derecho con, utilizados como asientos.

Chimenea adosada al muro izquierdo, presenta forma rectangular. La construcción ocupa parte del recinto interior del bujío. El hogar está formado por el mismo suelo de la construcción sobre escalón de granito.

Escalera de piedra granítica adosada al muro derecho con 11 escalones desiguales para acceder a la parte superior de la cúpula.

Cerca formada por un muro adosado fachada posterior, desarrollada de oeste a este. Piedra, mampostería en seco, de bloques irregulares de tamaño medio. Delimita el espacio privado correspondiente a la finca, separando ésta de la contigua.

5-Denominado bujío de Espinosa. Localizado al este del término municipal (39º43’17.45’’N; 6º46’42.84’’O)

Situado en terreno ganadero, en zona elevada desde que la que se accede a las antiguas huertas inferiores mediante camino entre los canchales graníticos sobre los que se ubica la construcción. Estado de conservación bueno. Está aislado. Sin cerca. Abandonado. Destinado a cocina permanente del pastor o agricultor. Otras construcciones en las proximidades.

Planta circular que se adapta a la topografía del terreno, cuerpo cilíndrico y cubierta semiesférica. En el interior planta circular, sección semiesférica.

Piedra granítica, mampostería en seco de bloques irregulares de tamaño mediano y pequeño. Falsa cúpula de ladrillo. Cúpula recubierta de tejas con signos de deterioro inicial. Sin lancha respiradero. Suelo de piedra granítica del propio terreno. Con revoco de mortero interior y exterior, con inicio de pérdida en el lateral izquierdo del muro exterior. Con alero de pizarra.

Las medidas: al exterior, alt. total 2,6 m; diám. máx. 5,25 m. Superficie 21,70 m2. Tamaño grande.

Puerta de madera de entrada al sur; medidas: 1,35 m alt. / 0,70 m anch. Termina en dintel formado por un bloque monolítico de 0,30 m alt. / 1,00 m anch y dos jambas también formadas por bloque monolítico de 1,32 m alt. / 0,50 m anch.Ventana con marco de madera al oeste; medidas: 0,60 m alt. / 0,47 m anch.

Una alacena excavada en el muro lateral derecho. Perchas y estanterías distribuidas por todo el perímetro de la construcción para ubicar diferentes enseres de cocina.

Chimenea adosada al muro del fondo de 0,70 m de alto. El hueco presenta forma rectangular.  La campana la constituye el propio muro que no sobresale apenas. El hogar está formado por el mismo suelo de la construcción. La forma de la boca de la chimenea acaba en prisma de 0,45 m alt.

Bloque monolítico de granítico en el exterior izquierdo y derecho sobre piedras de menor tamaño, utilizados como asientos. Frente a la construcción, restos de lo que fuera una mesa de granito.

Restos de bohío tipo II (horma) a escasos metros del bujío en mal estado de conservación. Posible uso para uso habitacional. Planta circular de piedra granítica de mampostería en seco de piedras irregulares de tamaño grande, medio y pequeño. Altura máxima conservada de 1,70 m. Puerta sin jambas con dintel de bloque monolítico y plano. Altura puerta 1,3 m. Restos de pequeña construcción anexa a muro derecho para ganadería.

 

6-Denominado chozo de San Sebastián (roto). Localizado al oeste del término municipal (39º43’03’’N; 6º49’38’’W)

 

Situado en terreno en la actualidad sin cultivar. Estado de conservación malo. Está aislado formando parte de la cerca que rodea la finca. Abandonado. Destinado a refugio temporal ante las inclemencias del tiempo. Reutilizado como parte del muro de la finca.

Se conserva únicamente parte del muro norte. La planta sería circular y cubierta semiesférica sin apenas levantar.

Piedra de pizarra, mampostería en seco de bloques irregulares de tamaño medio y pequeño. Falsa cúpula apenas levantada obtenida por la técnica de aproximación de hiladas de pizarra. Se conserva únicamente parte incipiente en la cara norte, incluido alero de pizarra. No se aprecia revoco en el exterior ni interior.

Las medidas: al exterior, alt. total 1,20 m; Altura muro hasta inicio de bóveda de 1,00 m. Diám. máx. estimado 2,50 m. Superficie estimada 4,90 m2. Tamaño pequeño.

7-Denominado bujío de San Sebastián. Localizado al oeste del término municipal (39º43’3.12’’N; 6º49’38.78’’O)

Situado en terreno en la actualidad sin cultivar. Estado de conservación bueno. Está aislado formando parte de la cerca que rodea la finca. Abandonado. Destinado a refugio temporal ante las inclemencias del tiempo.

Planta en forma de porción circular que se adapta a la topografía del terreno, cuerpo cilíndrico y cubierta semiesférica sin apenas levantar. En el interior planta cuadrada.

Piedra de pizarra, mampostería en seco de bloques irregulares de tamaño medio y pequeño. Falsa cúpula apenas levantada obtenida por la técnica de aproximación de hiladas de pizarra. Sin apertura de lancha respiradero. Con alero de pizarra. Suelo de tierra apisonada con restos de pavimentación de lanchas de pizarra en algunos puntos de la construcción. Interior y exterior sin revoco con cúpula cubierta de tierra y restos de vegetación.

Las medidas: al exterior, alt. total 1,90 m; diám. máx. 3,00 m. Interior cuadrado. Superficie 7,07 m2. Tamaño pequeño. Grosor del muro 0,5 m.

Puerta de entrada al suroeste; medidas: 1,05 m alt. / 0,80 m ancho. Estructura de madera desaparecida. Termina en dintel formado por un bloque monolítico de 0,15 m alt. /1,10 m anch. sin jambas a uno y otro lado de la puerta. Pequeño orificio irregular a modo de ventana al oeste; medidas aproximadas: 0,15 m alt. /0,20 m anch. Orientación al camino contiguo.

Cerca formada por un muro adosado a los laterales, formando la fachada posterior del bujío parte de la cerca, desarrollada de oeste a este. Piedra, mampostería de pizarra  en seco, de bloques irregulares de tamaño medio y pequeño. Delimita el espacio privado correspondiente a la finca, separando ésta de la contigua.

8-Denominado chozo de La Hoja. Localizado al noroeste del término municipal (39º43’38’’N; 6º48’46’’O)

Situado en terreno en la actualidad sin cultivar. Estado de conservación bueno. Está aislado formando parte de la cerca que rodea la finca. Abandonado. Destinado a refugio temporal ante las inclemencias del tiempo.

Planta en forma de porción circular que se adapta a la topografía del terreno, cuerpo cilíndrico y cubierta semiesférica sin apenas levantar.

Piedra de granito, mampostería en seco de bloques irregulares de tamaño grande, medio y pequeño toscamente trabajados. Falsa cúpula apenas levantada obtenida por la técnica de superposición de piedras. Exterior, parece que presenta revoco de mortero en la parte de la cúpula de forma puntual, y granito y al interior de pizarra.

Las medidas: al exterior, alt. total 1,30 m; diám. máx. 2,20 m. Superficie 3,14 m2. Tamaño pequeño. No dispone de ventanas en su estructura.

Puerta de entrada al noreste; medidas: 0,82 m alt. /0,65 m ancho. Termina en dintel formado por bloque monolítico que forma parte del inicio de la cúpula de 0,15 m alt. /0,7 m ancho.

Cerca formada por un muro adosado a los laterales, formando la fachada posterior del bujío parte de la cerca, desarrollada de oeste a este y norte a sur. Piedra, mampostería de granito en seco, de bloques irregulares de tamaño grande y medio toscamente colocados. Delimita el espacio privado correspondiente a la finca, separando ésta de la contigua.

9-Denominado bujío La Laguna. Localizado al sur del término municipal (39º41’36.20’’N; 6º48’35,56’’O)

Situado en terreno próximo a la charca La Laguna. Estado de conservación bueno, recientemente reformado. Está aislado. Sin recinto. En uso para actividades del Ayuntamiento, posible reconversión a alojamiento rural. Destinado como vivienda permanente del guarda de la charca de La Laguna.

Planta circular que se adapta a la topografía del terreno, cuerpo cilíndrico y cubierta semiesférica. Edificio de planta rectangular adosado al muro izquierdo.

Piedra de granito, mampostería en seco de bloques de tamaño medio. Falsa cúpula obtenida por la técnica de aproximación de hiladas de ladrillo. Sin apertura de lancha respiradero. Con alero de pizarra. Suelo con lanchas de pizarra de reciente reforma, anteriormente de mortero según responsable de mantenimiento del Ayuntamiento. Interior y exterior con revoco y pintado en color blanco.

Las medidas: al exterior, alt. total 3,20 m; diám. máx. 5,80 m. Al interior, diám máx. 4,70 m.  Acceso al interior mediante doble escalón. Superficie 26,42 m2. Tamaño grande. Grosor del muro 0,60 m.

Puerta metálica de entrada al este; medidas: 1,70 m alt. / 0,80 m anch. No se aprecia dintel y jambas con el revocado exterior.  Apertura interior en el muro lateral izquierdo. Apertura posterior a la construcción del bujío para acceder a parte del edificio anexo al muro sur. Ventana con marco de madera al oeste; medidas: 0,74 m alt. / 0,37 m anch. Dos alacenas en el muro lateral derecho, una encima de la otra.

Separación del recinto interior mediante muro ubicado en el lateral izquierdo. Posible uso para almacenaje de víveres.

Chimenea excavada en el muro lateral derecho. El hueco presenta forma rectangular de 1,32 m alt. La campana la constituye el propio muro que no sobresale apenas. El hogar está formado por el mismo suelo de la construcción. La forma de la boca de la chimenea acaba en prisma de 0,80 m alt.

En la parte posterior del edificio se ubica una zahurda y dos bohíos de horma más toscos sin revoco de granito y en estado de conservación regular. En uno de ellos se localizan restos de alacena. Posibles construcciones anteriores al bujío existente para uso de cocina y habitacional respectivamente.

Se localiza inscripción con fecha de 1962 Posible fecha de reforma anterior.

10-Denominado bujío La Laguna II. Localizado al sur del término municipal (39º41’37.59’’N; 6º48’36.73’’O)

Situado en terreno próximo a la charca La Laguna, a 20 m de distancia. A 50 m del bujío nº9. Estado de conservación regular. Está aislado en zona de maleza y desnivel. Sin recinto. Abandonado. Destinado a refugio temporal ante las inclemencias del tiempo.

Planta ovalada que se adapta a la topografía del terreno, cuerpo cilíndrico y cubierta semiesférica sin apenas levantar.

Piedra de granito, mampostería en seco de bloques irregulares de tamaño grande, medio y pequeño toscamente trabajados. Falsa cúpula apenas levantada obtenida por la técnica de superposición de piedras. Pérdida de parte de la cubierta con apertura de 1,10 m. Restos de estas piedras en el interior de la construcción.  Sin revoco exterior ni interior. Suelo de tierra natural.

Las medidas: al exterior, alt. total 1,20 m; diám. máx. 2,75 m. Superficie 5,94 m2. Tamaño pequeño. No dispone de ventanas en su estructura.

Puerta de entrada al sur; medidas: 1 m alt. / 0,9 m ancho. Termina en dintel formado por bloque monolítico, que forma parte del inicio de la cúpula, apoyado en lado derecho sobre canchal de 0,15 m alt. /1,15 m ancho.

 

11-Denominado bujío Pintor del Comino. Localizado al noreste del término municipal (39º44’21.46’’ N; 6º45’35.10’’ O)

Situado en terreno ganadero. Estado de conservación bueno. Con cerca. Abandonado. Destinado como vivienda temporal del ganadero.

Planta circular que se adapta a la topografía del terreno, cuerpo cilíndrico y cubierta semiesférica. La construcción se encuentra en desnivel con un pendiente del 2,60%.

Piedra de granito, mampostería en seco de bloques irregulares de tamaño medio. Suelo sobre piedra de granito. Falsa cúpula obtenida por la técnica de aproximación de hiladas de ladrillo. Sin alero. No se ha podido acceder al interior del recinto para medir.  Exterior con revoco de cal y pintado en color blanco. Cúpula cementada con respiradero cerrado con segunda semicúpula de tamaño inferior. Inicio de la bóveda a 1,75 m al noroeste y 2,30 m al sureste.

Las medidas: al exterior, alt. total 3,00 m; diám. máx. 5,10 m. Superficie: 20,43 m2. Tamaño grande. Pequeño agujero irregular a modo de ventana al sureste. 0,26 m alt. / 0,27 m anch. Máx.

Es posible que la ventana forme parte de una alacena por las características. No se puede acceder al interior para medir. Al menos una alacena. Puerta de entrada al este; medidas: 1,60 m alt. / 0,68 m ancho. No se aprecian dintel y jambas con el revocado.

Se localiza inscripción externa con fecha de 1963. Posible fecha de reforma.

Cerca formada por un muro adosado fachada posterior, desarrollada de norte a sur. Piedra, mampostería en seco, de bloques irregulares de tamaño medio. Delimita el espacio privado correspondiente a la finca.

12-Denominado bujío Casancabo. Localizado al noroeste del término municipal (39º43’26’’N;  6º49’22’’O) (roto)

Situado en terreno en la actualidad sin cultivar. Estado de conservación malo, semiderruido. Está aislado, sin cerca.

Abandonado. Destinado a refugio temporal de mayor uso que (7, 8, 10) al disponer de alacenas. Reutilizado posteriormente como zahurda.

Planta circular que se adapta a la topografía del terreno, cuerpo cilíndrico y cubierta semiesférica, sin apenas levantar se aprecia, aunque gran parte se ha derrumbado. Sólo se conserva en la parte norte.

Piedra de pizarra con granito en los huecos de entrada, mampostería en seco de bloques irregulares de tamaño grande, medio y pequeño toscamente trabajados. Falsa cúpula apenas levantada obtenida por la técnica de superposición de piedras. Restos de estas piedras en el interior de la construcción.  Sin revoco exterior ni interior. No se aprecia la tipología de suelo por la maleza y restos de piedra de la propia construcción.

Las medidas: al exterior, alt. total conservada 1,46 m. Se estima que la altura máxima no sobrepasaría del 1,70 m. Diám. máx. 3,15 m. Grosor del muro entre 0,55 y 0,65 m. Superficie 7,80 m2. Tamaño pequeño. No dispone de ventanas en su estructura.

Puerta de entrada al sur; medidas: 0,65 m anch. En cuanto a la altura se refiere, se conserva parte del muro. Con los restos de piedras en la zona circundante se estima una altura máxima de 1,10 m.  Puerta de zahurda posterior al noroeste. Medidas: 0,72 m alt. / 0,45 m anch / 0,55 m prof.  Jambas y dintel de zahurda de granito. Se considera que también eran de este material en la entrada del bujío por los restos encontrados.

Dos alacenas excavadas en el muro lateral izquierdo al fondo. Alacena izquierda de forma irregular de 0,40 m alt. /0.31-0,40 m anch. / 0,32 m prof.  Alacena al fondo de forma irregular de 0,40 m alt. / 0,31.0,39 m anch. / 0,32 m prof.  En la altura en que finalizan las alacenas empieza la bóveda.

13-Denominado bujío de Viñas. Localizado al oeste del término municipal (39º43’02.13’’ N; 6º49’03.94’’ O)

Situado en el interior del municipio (c/Moral nº13), incorporado a construcción anexa posterior (vivienda de c/Moral nº11). Estado de conservación bueno. En desuso.

Planta circular que se adapta a la topografía del terreno, cuerpo cilíndrico y cubierta semiesférica. Actualmente adosado edificio rectangular utilizado como almacén.

Piedra de granito, mampostería en seco. Falsa cúpula obtenida por la técnica de aproximación de hiladas de ladrillo. Sin apertura de lancha respiradero. Con  doble alero de pizarra y ladrillo. Suelo con lanchas de pizarra de reciente reforma. Interior y exterior con revoco de mortero y pintado en color blanco.

Las medidas: Al interior, alt máx. 3,35 m; diám máx. 3,72 m.  Altura muro hasta inicio de bóveda de 1,90 m. Acceso al interior a través de puerta lateral derecha al bujío desde el interior del edificio anexo. Tamaño medio.

Puerta de entrada al noreste desde el interior de la vivienda anexa; medidas: 1,77 m alt. / 0,96 m anch. desde el interior del bujío y de 1,57 m alt. / 0,81 m anch. desde el exterior. No se aprecia dintel y jambas con el revocado.

Ventana orientada al sur en el muro lateral izquierdo; medidas al interior: 0,48 m alt. / 0,60 m anch. Posible uso interior como alacena. Medidas al exterior inferiores: 0,20 m alt. / 0,14 m anch.

Dos alacenas excavadas en el muro lateral izquierdo y derecho. Alacena izquierda con dos subapartados, el inferior de 0,46 m alt. /0,52 m anch. y el superior 0,31 m alt. / 0,52 m. Alacena derecha con dos subapartados también, el inferior 0,60 m alt. /0,70 m anch. y el superior 0,30 m alt. /0,68 m anch.

Chimenea excavada en el muro lateral derecho. El hueco presenta forma rectangular de 1,06 m alt. / 0,72 m anch. / 0,72 m prof.  La campana sobresale del muro, da la impresión de añadido posterior a la construcción. El hogar está formado por el mismo suelo de la construcción. La forma de la boca de la chimenea acaba en prisma.  La altura final de la boca de la chimenea coincide con la altura máxima de la cúpula.

En la parte exterior, la construcción se encuentra asentada sobre canchal con restos de antiguo pilón  en la parte derecha, reconvertido posteriormente en asiento, y en la izquierda con restos de lo que pudieron ser varios escalones (se aprecian 3 en la actualidad).

 

14-Denominado bujío Aldana. Localizado al noroeste del término municipal (39º43’52.20’’N; 6º49’05.44’’O)

Situado en terreno ganadero y agrícola. Estado de conservación bueno. Está aislado. Sin recinto. Abandonado. Destinado a vivienda de carácter temporal del pastor o agricultor.

Planta circular, que se adapta a la topografía del terreno, cuerpo cilíndrico y cubierta semiesférica. En el interior planta circular, sección semiesférica.

Piedra granítica y de pizarra, mampostería en seco de bloques irregulares de tamaño, mediano y pequeño. Falsa cúpula obtenida por la técnica de aproximación de hiladas de pizarra con mejor acabado que el bujío de Lavaderos. El cierre presenta abertura de forma circular, midiendo el radio 0,50 m aproximadamente. Esta apertura tiene forma cilíndrica, elevándose 0,30 m. Con alero de pizarra. Suelo de piedra recubierto de paja, sin escalón. Con revoco exterior e interior y encalado blanco salvo en la cúpula, tanto interior como exterior. Exterior de la cúpula cubierto de tierra, con restos de vegetación. Pérdida de tierra en la parte superior de la cúpula, observándose parte de la piedra de la cúpula. Se observan restos de ladrillo en el exterior de la cúpula, pudiéndose haber utilizado como relleno.

Las medidas: al exterior, alt. total 3,60 m; diám. máx. 5,60 m. Al interior, diám máx. 4,00 m, alt. 3,30 m, hasta inicio de lancha respiradero.  Acceso al interior a nivel sin escalones. Altura muro hasta inicio de bóveda de 1,40 m. Superficie 24,63 m2. Tamaño grande. Grosor del muro 0,80 m.

Puerta con panel metálico de entrada al sur; medidas: 1,65 m alt. / 0,65 m anch. Sin jambas, pero con dintel de bloque monolítico de 0,92 m anch y 0,10 m alt. Recientemente la puerta existente ha sido sustituida por el mencionado panel metálico.

Tres alacenas excavadas en el muro lateral izquierdo, derecho y al fondo de la construcción de forma rectangular. Alacena izquierda de 0,33 m alt. / 0,40 m anch. / 0,40 m prof. Alacena al fondo de 0,33 m alt. / 0,35 m anch. / 0,43 m prof. Alacena derecha de forma irregular de 0,30 m alt. / 0,40-0,43 m anch. / 0,37 m prof.

Se localiza inscripción interna con fecha de 1930. Posible fecha de reforma.

 

15-Denominado bujío Caraciolo. Localizado al este del término municipal (39º43’31.72’’N; 6º46’28.10’’ O)

Situado en terreno ganadero y agrícola. Estado de conservación bueno, recientemente reformado. Está aislado formando parte de la cerca que rodea la finca. En uso. Destinado anteriormente a vivienda de carácter permanente.

Planta circular, ovalada en el interior, que se adapta a la topografía del terreno, cuerpo cilíndrico y cubierta semiesférica. En el interior planta circular, sección semiesférica.

Piedra de granito, mampostería en seco de bloques irregulares de tamaño medio y pequeño. Falsa cúpula obtenida por la técnica de aproximación de hiladas de ladrillo. El cierre presenta una pequeña apertura de dimensiones circulares utilizado contra el eco en el recinto. Alero de pizarra. Suelo de lanchas de pizarra con dos escalones de acceso al interior. Cúpula cubierta de imitación de tejas en mortero, anteriormente de pizarra. Exterior con revoco de mortero e interior pintado en blanco.

Las medidas: al exterior, alt. total 2,90 m; diám máx. 5,50 m; diám. Al interior, alt. total 3,30 m; diám máx. 4 m.  Acceso al interior mediante doble escalón. Superficie 23,76 m2. Tamaño grande. Grosor medio del muro 0,65 m. No dispone de ventanas en su estructura.

Puerta metálica de entrada al este; medidas: 1,45 m alt. /0,9 m ancho. Termina en dintel de pizarra.

Dos alacenas excavadas en el muro lateral izquierdo de 0,60 m alt. / 0,45 m anch y 0,32 m alt. / 0,25 m anch. Dos alacenas excavadas en el muro lateral derecho de 0,47 m alt. / 0,50 m anch. y 0,40 m alt. / 0,20 m anch. En el muro derecho, en la parte anterior al banco corrido derecho, elemento de almacenaje de 1,10 m de alt.

Dos bancos corridos, uno a izquierda y otro a derecha utilizados como catres para descanso. Alt. 0.28 m y 2,90 m de largo aproximadamente. Huecos en la parte inferior para almacenaje.

Chimenea excavada en el muro del fondo. El hueco presenta forma rectangular de 1,30 m alt. / 1,20 m anch. / 0,80 m prof. La campana la constituye el propio muro que no sobresale apenas. El hogar está formado por el mismo suelo de la construcción con pequeño escalón. En la parte superior se ubica repisa de 1,20 m anch. /0,40 m alt. La forma de la boca de la chimenea acaba en prisma y cilindro de 0,40 m alt.

Bloque monolítico de granito (poyo) exterior izquierdo y derecho utilizados como asiento de 0,28 m alt. / 0,78 m anch. / 0,38 m prof. y 0,20 m alt. / 0,77 m anch. / 0,17 m prof.

Recinto adosado al oeste, utilizado como cuadra de animales. Semiderruido. Estado de conservación regular. Se accedería desde el mismo bujío. Acceso actualmente inexistente debido a la actual cerca.

Cerca formada por un muro adosado a los laterales, desarrollada de oeste a este. Piedra, mampostería de granito en seco, de bloques irregulares de tamaño medio y pequeño. Delimita el espacio privado correspondiente a la finca.

Fecha de edificación anterior a s. XIX acorde a escrituras del propietario actual.

16-Denominado bujío Los Lavaderos. Localizado al oeste del término municipal (39º43’12.55’’N; 6º48’44.60’’ O)

Situado en terreno agrícola. Estado de conservación bueno. Está aislado. Con cerca. En uso como almacén de paja. Destinado antiguamente a vivienda de carácter temporal del pastor o agricultor.

Planta circular que se adapta a la topografía del terreno, cuerpo cilíndrico y cubierta semiesférica. En el interior planta circular, sección semiesférica.

Piedra granítica y de pizarra, mampostería en seco de bloques irregulares de tamaño medio y pequeño. Falsa cúpula obtenida por la técnica de aproximación de hiladas de pizarra, acabado tosco. El cierre presenta abertura cuadrado, midiendo de lado 0,33 m y con profundidad de 0,50 m. Alero de pizarra. Suelo de pizarra con escalón de 0,15 m. Interior y exterior con revoco de mortero. Cúpula cubierta de tierra y restos de vegetación.

Las medidas: al exterior, alt. total 3,35 m; diám. máx. 4,2 m. Al interior, alt total 3,20 m y hasta respiradero 2,70 m y diám. 3 m. Altura muro hasta inicio de bóveda de 1,70 m. Superficie 13,85 m2. Tamaño medio.  Grosor del muro 0,60-0,80 m.

Puerta de entrada metálica al sureste; medidas: 1,65 m alt. / 0,80 m anch. Sin jambas a un lado y otro de la puerta. Dintel de 0,15 m alt. / 1,00 m anch.

Pequeño orificio irregular a modo de ventana al norte; medidas aproximadas: 0,15 m alt. /0,18 m anch. Orientación a la finca. Uso para ventilación. Se trataría de una alacena reconvertida a ventana. Profundidad muro: 0,80 m.

Una alacena excavada en el muro lateral izquierdo de 0,40 m alt. / 0,47 m anch /0,43 m prof.

Cerca formada por un muro adosado a los laterales, desarrollada de noroeste a sudeste. Piedra, mampostería en seco de granito, de bloques irregulares de tamaño medio. Delimita el espacio privado correspondiente a la finca, separando ésta de la contigua.

17-Denominado bujío Fragua

Desaparecido tras reciente reforma principios s. XXI. Situado en corral de una casa de la calle Fragua.

Disponía de planta circular, cuerpo cilíndrico y cubierta semiesférica. Piedra granito y pizarra, mampostería en seco y falsa cúpula con bóveda de ladrillo y enlucida con alero de pizarra. Pared y construcción adosadas al mismo.

18-Denominado bujío de la Esquilina. Localizado al noreste del término municipal (39º43’53.98’’N; 6º45’32.25’’O) (roto)

Situado en terreno agrícola. Estado de conservación malo. Está aislado. Sin cerca.  En desuso. Destinado antiguamente a vivienda temporal pese al reducido tamaño.

Planta ovalada que se adapta a la topografía del terreno, con desnivel, cuerpo cilíndrico y cubierta semiesférica, restos de la misma.

Piedra granítica, mampostería en seco de bloques irregulares de tamaño medio y pequeño. Falsa cúpula con hiladas de ladrillo en vertical a diferencia del resto de construcciones, conservado únicamente restos en la parte posterior de la construcción. Se desconoce tipología de suelo debido a la cantidad de cascotes acumulados.  Interior con revoco de mortero. Cúpula cubierta de tierra.

Las medidas: al exterior, alt. máx. conservada 2,00 m al oeste; inicio bóveda a 1,40 m. El diámetro interior varía de 3,10 m en la parte más ancha a 2,10 m en la más estrecha. Muro de ancho irregular de 0,30 m en la parte oeste, dónde el muro se apoya sobre un canchal a 0,50 m en el resto de la construcción. Superficie 5,12 m2. Tamaño pequeño.  Restos puerta al sureste.

Apertura al oeste de origen desconocido, de 0,40 m de ancho. Posible ventana reutilizada como acceso posterior para animales. Posible resto de alacena en el muro izquierdo a la puerta.

 

APÉNDICE FOTOGRÁFICO

Imagen 1: Detalle cúpula de pizarra. Lavaderos.

Imagen 2: Detalle cúpula de ladrillo. Cerca de Jaraiz

Imagen 3: Detalle de escalera exterior. Santa Marina.

Imagen 4: Detalle de alacena y chimenea. La Laguna

Imagen 5: Detalle de banco corrido. Caraciolo.

Imagen 6: Detalle interior. Bolos

Imagen 7: Vista bujío a dos aguas. Cerca de Jaraíz

Imagen 8: Vista general Bujío.  Aldana

Imagen 9: Vista bujío roto. Casancabo

[1] Piedras con Raíces. Revista de arquitectura vernácula. Nº14, 2006

[2] PGM Mata de Alcántara. Resolución de 28 de marzo de 2018, de la Comisión de Urbanismo

[3] Los chozos extremeños: referente histórico y recurso socio-cultural para el futuro JOSÉ LUIS MARTÍN GALINDO Presidente de ARTE

[4] A SINGULARIAI DOS CHAFURDÓNS DO VAL DE XÁLIMA. José Luís Martin Galindo

[5][5] ARQUITECTURA DE CARÁCTER AUXILIAR EMPLAZADA EN LOS TÉRMINOS MUNICIPALES DE LAS LOCALIDADES MANCHEGAS DE LA ALBERCA DEL ZÁNCARA, LA SOLANA, DAIMIEL Y EL BONILLO. América JIMÉNEZ HERNÁNDEZ, María Jesús JIMÉNEZ HERNÁNDEZ

Dic 102020
 

Alberto Durán Sánchez, Fernando Moreno Domínguez, Ricardo Villegas Moreno y Francisco Pérez Solís.

Resumen

Mediante este trabajo pretendemos dar a conocer un conjunto de 272 morteros mineros, distribuidos en distintos paneles, realizados sobre la superficie de peñas planas que se distribuyen, en su mayoría, adyacentes a la ribera de la Mata (Mata de Alcántara, Cáceres). Las características homogéneas de los mismos, de pequeñas dimensiones, forma ovalada, y que se encuentren en contextos favorables para la minería (depósitos aluviales y veta cuarcítica), sostiene su uso vinculado a la molienda mineral y no vegetal. Asimismo, queremos presentar un singular santuario rupestre protohistórico, con unas características que lo hacen diferente de la mayoría de los altares de origen indoeuropeo. De manera complementaria y añadiendo información al contexto histórico y espacial, mencionaremos otros altares inéditos, en esta ocasión más homogéneos con el resto de los recintos sacros peninsulares.

 

Introducción

Si hablamos del I Milenio a.C. en la Península Ibérica, nuestras informaciones girarán en torno a las noticias que aportaron los historiadores y geógrafos grecolatinos, así como a los resultados de las intervenciones arqueológicas, con método científico, que se han sucedido a partir del siglo XX. Si nos atuviéramos simplemente a las menciones de la antigüedad, los conocimientos que tendríamos serían pocos e imprecisos, expuestos a la interpretación de sus autores, por ello, la Arqueología es fundamental para rellenar los “vacíos” de la Historia.

Existen tres grandes áreas de influencia culturales y parcialmente étnicas que afectaron directamente al desarrollo de las poblaciones de la Península Ibérica, en especial desde el período del Bronce Final, marcando los distintos fenómenos novedosos que tendrían su desarrollo durante la Edad del Hierro. Esas conexiones tendrían un origen atlántico; tierras célticas más allá de los Pirineos; y el influjo mediterráneo. Con dependencia a la cantidad y calidad de esos contactos, las diferentes regiones marcarán sus propias características y contrastes con el resto, creándose áreas de dominios correspondientes a distintas culturas tipo, sin olvidar otras muchas derivadas (Almagro et al., 2009).

En el contexto espacial de la actual Mata de Alcántara (Cáceres), las características del poblamiento en la antigüedad vienen marcadas por el transcurso de la cuenca del río Tajo, así como por otras fronteras naturales que permitieron progresar a los pueblos que habitaron estos territorios. Debemos hacer una mención a su situación como zona articuladora de distintos territorios, tanto meseteños como de la Andalucía Occidental, beneficiándose de los posibles contactos que tuvieran con ambas zonas debido a su posición privilegiada como puente entre ellas. La personalidad de estas poblaciones estuvo estrechamente ligada a los contactos con distintos espacios desde tiempo remotos, afianzándose con el impulso que supuso el mundo mediterráneo presente mediante las rutas comerciales establecidas por las relaciones con fenicios y griegos.

Sin lugar a duda, la protohistoria ha tenido una gran repercusión e interés suscitado en el panorama nacional y el conocimiento de las sociedades prerromanas ha sido objeto de atención por parte de gobiernos autonómicos, así como del público en general, quizás en una búsqueda por entender nuestros propios orígenes, etnicidad y cultura. Mediante este trabajo de investigación pretendemos realizar nuestra aportación al marco general del conocimiento de aquellos pueblos que habitaron el Occidente de la provincia de Cáceres, desde la particularidad que representa la minería y los santuarios rupestres en tiempos protohistóricos.

De esta manera, nuestro objetivo es incidir en dos aspectos destacados para el conocimiento del pasado remoto en el entorno del término municipal de Mata de Alcántara (Fig. 1).

Figura 1. Vista general de localizaciones en el término municipal de Mata de Alcántara (Cáceres)

Por un lado, hablaremos de la espiritualidad, plasmada en piedra mediante santuarios y altares rupestres como el inédito santuario de la Casa del Roble, así como otros altares próximos. El otro aspecto hará referencia a los recursos metalogénicos de la zona, muy presente en las sociedades del final de la Edad del Bronce y la Edad del Hierro que pisaron estos suelos, sin que necesariamente esto signifique que los explotaran de una manera sumamente organizada. Si destacan dos minerales, realmente atractivos para las cronologías en que nos movemos, serían el oro y estaño, considerando que los morteros sobre peñas planas se utilizarían como un recurso técnico para su obtención (Almagro-Gorbea, 1977: 483-503).

 

Los morteros mineros de Mata de Alcántara

Hablando en términos arqueológicos, la singularidad cobra una explicación plausible cuando se tienen en consideración los contextos históricos y espaciales. La realidad es que no siempre es así y se sigue matizando en exceso la particularidad, algo que afecta directamente a temas como el que pasamos a mostrar, es decir, la explotación (a mayor y menor escala) del metal en tiempos remotos, sin evidencias de registros escritos. Hoy seguimos hallando huellas de esas actividades, pero disponemos de mayores herramientas para intentar ofrecer una interpretación aproximada a cada particularidad. Cuando hablamos del metal y su adquisición en la pre y protohistoria,

 

encontramos carencias de conocimientos en estudios cuantitativos y cualitativos, por ello es necesario abordar la temática desde múltiples registros, con la Arqueología del Paisaje como base en común (Orejas y Sánchez-Palencia, 2014: 319-223).

Para el análisis de la explotación del metal en tiempos anteriores a la presencia romana en la Península Ibérica, hay una necesidad de tener en cuenta los estudios e investigaciones desde una perspectiva diacrónica, particularmente en lugares donde ha existido una continuidad en las actividades desde la prehistoria hasta la presencia romana, incluso posterior. Dada la complejidad de este tipo de informaciones, se hace esencial poner en perspectiva territorial las situaciones particulares, al final, sin elementos que determinen una conclusión absoluta. Mediante el entendimiento del contexto de las distintas realidades grupales que existieron será viable una interpretación, al menos consistente. En última instancia, auxiliarse de manera cuantitativa con evidencias relacionadas con las actividades vinculadas al metal, favorecerá la interpretación cualitativa (Orejas et al., 1999: 263-298).

Partiendo de las premisas mencionadas, y desde el marco geológico extremeño dominado por tres grandes áreas (Zona Centro-Ibérica; Zona de Ossa-Morena; Cuencas del Guadiana y Tajo), tuvieron lugar una serie de procesos de carácter metalogénico, tanto de signo hidrotermal como metamórficos y sedimentarios, motivando que nuestra región disponga de un amplio espectro de mineralizaciones (Sánchez, 2009: 31-33). Mediante la Arqueología es posible seguir el rastro de las distintas actividades relacionadas con la minería, bien si nos referimos a estructuras (instalaciones, escombreras, escoriales…) o si lo hacemos de la huella en el paisaje (hondonada, terrenos baldíos, cauces alterados…).

Es mediante la suma de los elementos tangibles e intangibles que podemos reconstruir las distintas actividades de los grupos humanos que nos precedieron en el tiempo. Con el objetivo de realizar una aportación en este contexto, hemos creído apropiado aportar los resultados de nuestra pequeña investigación sobre los morteros realizados sobre peñas, ubicados en el término municipal de Mata de Alcántara (Cáceres), y que podríamos vincular con la extracción de mineral en tiempos pre y protohistóricos.

Durante el Bronce Final extremeño, a la continuidad cultural y material de épocas anteriores se une una nueva dinámica que impregna al sustrato indígena de nuevas corrientes llegadas desde el Atlántico y el Mediterráneo (Rodríguez y Enríquez, 2001). En consonancia con las ideas de Ignacio Pavón Soldevilla (1999), ciertas tendencias metalúrgicas atlánticas se asentarían en la actual Extremadura en base a las riquezas en oro, estaño y cobre. Otros autores como Ruiz Gálvez (1984), inciden en la importancia que adquieren en este periodo las redes de intercambio, describiéndolo como un auténtico “mercado de mineral suroccidental”.

La ligazón entre las actividades minero-metalúrgicas con la pre y protohistoria extremeña es una dinámica seguida desde los incipientes trabajos que pretendían dar una visión socioeconómica y cultural de la región, siendo complementados con las posteriores investigaciones sobre el poblamiento y los análisis arqueometalúrgicos. Si hiciéramos mención a nuestro trabajo sobre los morteros mineros de Mata de Alcántara (Cáceres), estos quedarían encuadrados dentro del ámbito territorial de las zonas metalogénicas de las Sierras Centrales-Cuenca Media del Tajo, durante el Bronce Final (Florido, 1987:64-79). Desde la perspectiva de Ignacio Pavón Soldevilla (1998):

Aun siendo muy limitado nuestro conocimiento sobre el poblamiento de esa época, en                  su momento señalamos la proximidad de poblados como los del Cofre y Virgen de la     Cabeza            a la zona metalogénica de Valencia de Alcántara-Alburquerque; del Cabezo de            Araya,             Santo Domingo, la Muralla o la Sierra del Aljibe de Aliseda a la de Piedras        Albas-  Garrovillas; o la disposición en la zona          estannífera de Cáceres-Arroyo de la    Luz de             poblados como el del Risco; en la de Albalá-Montánchez, de enclaves como el      Cerro             del Castillo de Montánchez; o de los asentamientos de Alijares y la Navilla en       el área de Almoharín. Las abundantes      estelas y los bronces que rodean dichos         yacimientos permitían suponer una red poblacional más densa aunque en parte            desconocida por la falta de prospecciones sistemáticas.

A medida que los trabajos se han ido tecnificando, los conocimientos han llevado a ampliar el espectro de las actividades mineras en           la Cuenca Media del Tajo, encontrando vinculación no solo con la Ría de Huelva, sino también con la Meseta y el Nordeste. Los centros productivos de materias primas minerales estarían vinculados con talleres manufactureros que, a su vez, serían el destino de los circuitos por donde discurrirían el metal en bruto y el origen de las rutas de los objetos transformados (Gómez y Rovira, 2001: 197-198).

Debemos tener en cuenta importantes trabajos como los realizados sobre el Cerro de San Cristóbal a cargo del grupo PRETAGU, donde se sopesa la imbricación del territorio entre sí y, a su vez, con el Suroeste tartésico (Rodríguez et al., 2014). De la misma manera, Ana M.ª Bravo Martín destaca la relación de la circulación del metal, I Milenio a.C., entre la Alta Extremadura y las zonas de la Beira Interior o el horizonte tartésico (Martín Bravo, 1998, Martín Bravo y Galán 1998). Es habitual leer el papel destacado de las actividades metalogénicas en la protohistoria peninsular, acentuando las cuencas del Tajo y Guadiana como fuente de recursos, además de ser una zona de tránsito no solo con el Sur, sino también conectando el Atlántico con el Mediterráneo por vía terrestre (Celestino (coord.) et al., 2017: 83). De esta manera, no es extraño que la importancia mineral regional fuera manifiesta, de manera habitual, por autores clásicos como Aviero (Ora Maritima) o Pseudo-Scimmo (Orbis Descriptio).

Hablamos de un espacio que estaría viviendo una nueva dinámica en clave socioeconómica, política e ideológica, donde el metal jugaría un papel muy importante permitiendo conectar, en un auténtico “sistema regional”, zonas que hasta hace poco se habían considerado marginales de las grandes redes de intercambio. Es inevitable relacionar los hallazgos de la ribera de Mata de Alcántara con estas realidades. Que no haya referencias documentales a la explotación metalogénica del lugar durante el I Milenio a.C. no enturbia el conocimiento del espacio vinculado al término municipal, acreditado por su alto valor en estaño y oro durante el Bronce Final y la Edad del Hierro (Martín Bravo, 1999; Almagro-Gorbea, 1977).

La presencia de poblamientos catalogados, muchos de ellos mostrando una riqueza en forma metálica no propia de pobladores dedicados al pastoreo y la recolección, son indicios de que nos movemos en territorios con grandes posibilidades de beneficiarse de los recursos minerales. Cabe mencionar poblados al aire libre del Bronce Final como: Cabeza Araya; Pasto Común; Castillejo; La Muralla (en especial). Poblamientos durante la I Edad del Hierro: El Periñuelo; Peñas del Castillejo; El Castillón de Abajo; Los Castillones de Araya; Pasto Común; Los Machones; Holguín; Cerro de Maripelares; Dehesa de Manzano; Lagarteras; La Atalaya; El Espadañal; La Muralla. Poblamiento durante la II Edad del Hierro: Morros de la Novillada; El Castillejo de la Orden (conocido por la aparición de la tabula alcantarensis); El Castillejo de Gutiérrez; Alconétar. Son solo algunos ejemplos de la actividad en el entorno de Mata de Alcántara (Martín Bravo, 1999).

Los morteros asociados a labores metalogénicas han sido descritos en varias publicaciones relacionados directamente con labores de machacado y el molido del mineral (Sánchez-Palencia, et al., 2018: 63-87; Rodríguez et al., 2014; González y Heras, 2009: 881-911). Esteban Márquez Triguero (1987) habla de tres etapas diferenciadas en la tecnología de los utensilios relacionados con la minería antigua: Época primitiva; Época de evolución; y Última etapa. El autor destaca la consecución de cobre y oro, desde la Edad del Bronce hasta presencia romana, mediante técnicas como la de la utilización de cazoletas fijas sobre lastras, es decir, los morteros a los que nosotros hacemos referencia. En el caso de estos, las actividades quedarían vinculadas a cauces y yacimientos próximos a los propios morteros, como destacamos en la ribera de Mata de Alcántara (Márquez, 1987, 83-93).

A lo mencionado, debemos añadir la información de trabajos de prospecciones geológicas realizadas en todo el territorio extremeño, en particular, unos estudios franceses que valoraron la viabilidad de explotar oro por los contornos, encontrando evidencias de su existencia pero no en cantidades rentables en términos macroeconómicos actuales (Claude Dumergue, 1987; Roswag, 1856). La propia mención al rio Tajo como Aurífer Tagus, algo común en la literatura latina del siglo I a.C., evidencia la presencia del mineral de oro por el cauce que moja las tierras de Mata de Alcántara (Fernández, 1971).

Remitiéndonos a toda la información recopilada, y basándonos en los elementos materiales aún presentes, pensamos que la alta concentración de poblamiento en torno a la cuenca de la ribera de la Mata de Alcántara guarda una estrecha vinculación con la capacidad metalogénica de la zona, donde encontramos muestras evidentes de la presencia de minerales como el estaño, oro…sin duda, motivadores de que hoy podamos observar tan rica presencia de carácter arqueológico. A su vez, este territorio no ha sido objeto de los estudios que su potencial merecía, posiblemente a la sombra de otras zonas muy relevantes para la arqueología existentes en la comarca del Tajo-Salor. Por ello, hemos querido mostrar una pincelada de su potencial.

Nuestra investigación ha dado como resultado el hallazgo de cuatro conjuntos principales de morteros mineros. En la finca de Coletos, existe un panel con treinta y dos morteros; en Molino Salero observamos tres paneles que albergaran unos ciento cincuenta y un morteros; en el paraje ribereño Pintor de Vaquito, con dos paneles de unos sesenta y seis morteros; y un poco más alejados de la ribera de la Mata, pero asociados a una gran veta de cuarzo que ubicamos en la Huertina Mora, con veintitrés morteros en dos paneles. En cuanto a los morteros en pequeños grupos o aislados, hemos evidenciado setenta y cinco de ellos, siempre cercanos al citado cauce matiego.

Sus características se muestran de manera homogénea: de pequeñas dimensiones, siempre ovalados, de entre 17 y 30 cm. de longitud máxima, y 1 ó 2 cm. de profundidad. El fondo está muy pulido, con huellas de molienda en posición horizontal (movimiento de vaivén). Se han constatado en las inmediaciones de estos paneles piedras molederas de cuarzo, vinculadas con las propias actividades vinculadas a machacar el mineral, y con base en la amplia bibliografía consultada.

Hemos descartado su uso alimentario doméstico motivados por la información de que disponemos donde se recalca la idea de que ser de pequeño tamaño resulta infructífero para moler cereales, leguminosas o bellotas, y estos tipos de morteros no presentarían ninguna ventaja en la molienda, es más, ralentizarían ese tipo de actividades que requieren de otras herramientas y técnicas, como morteros de mayor tamaño (mínimo 50 cm). No hemos podido constatar la presencia de poblados en las ubicaciones de estos paneles y, además, cuando hemos hallado morteros dentro de los poblados de la zona, estos son mucho más grandes, siendo exentos. Sí hay múltiples evidencias de poblamientos protohistóricos en un contexto territorial algo más amplio, destacando, por encima de todos, el poblado fortificado de La Muralla, que mantuvo una actividad continuada en el tiempo desde el Bronce Final hasta la I Edad del Hierro.

A continuación, pasaremos a describir los distintos conjuntos principales analizados para este artículo: Huertina Mora; Morteros de Coletos; Morteros de Molino Salero; Morteros de Pintor de Vaquito (Fig. 2).

Figura 2. Composición fotográfica con los morteros de las cuatro localizaciones: Huertina Mora; Morteros de Coletos; Morteros de Molino Salero; Morteros Pintor de Vaquito.

 

Huertina Mora (39º 42´ 30.04” N – Longitud 6º 49´ 16.41” W). Sito en el paraje de Mora, en la finca Huertina Mora, dista un kilómetro de la localidad cacereña de Mata de Alcántara. Destaca su proximidad al antiguo camino que unía a las poblaciones de Mata de Alcántara y Villa del Rey, en conexión con el poblado fortificado del Castillejo (Villa del Rey). El conjunto nos ofrece un panel con 23 morteros sobre una lancha de piedra plana, apenas unos centímetros sobre la cobertura vegetal. Se encuentra en una zona llana donde a pocos metros nace el Arroyo de Fuente García, tributario del Arroyo Corredor, con restos arqueológicos (grabados y pinturas rupestres, cazoletas y canales…) en un perímetro de 400 metros. A unos 310 metros hallamos una veta de cuarzo que aflora en la superficie, con una pedrera con restos de escorias a 235 metros de distancia, perfectamente vinculables con el conjunto de morteros. El crisol cerámico hallado en el lugar confirma la utilidad minera de los morteros de Huertina Mora, siendo estos, además, de las mismas características que el resto de los conjuntos que describiremos a continuación.

Morteros de Coletos (39º 43´ 53.59” N – Longitud 6º 47´ 36.67” W). Nos dirigimos al lugar y finca conocido como Coletos para hallar un total de 32 morteros sobre un panel en una lancha de piedra plana conocida como la Lancha o Lastra. Acompañando a este conjunto se encuentra una pileta de forma cuadrada, todo a apenas 38 metros del arroyo Valdelaparra. En un radio de 800 metros encontramos localizaciones tan señaladas como el altar rupestre de la Peña Carnicera, el de Lanchas Altas, o el poblado fortificado de Manchones. En una amortización de materiales romanos, se levanta una casa que mantiene visible en sus muros un lapis pedicinalis y un contrapeso, no muy alejados de un lagar de la misma época que la materia prima de la vivienda. El conjunto se ubica en una zona baja y llana cercana al arroyo, pero a salvo de sus aguas, con un cauce serpenteante y muchos depósitos aluviales naturales. El desgaste por erosión ha pasado factura a este conjunto muy expuesto a las inclemencias climáticas.

Morteros Pintor de Vaquito (39° 44′ 53.81″ N – Longitud 6° 46′ 50.53″ W; 39° 44′ 55.65″ N – Longitud 6° 46′ 49.63″ W). El Pintor de Vaquito se encuentra localizado dentro del término municipal de Alcántara, cercano a una ribera, pero en una posición elevada que a lo largo del tiempo ha sido reutilizada como cantera y zona para trillar, en base a la superficie plana de la enorme lancha en la que se encuentra el conjunto. La presencia de un molino en el tramo de la ribera correspondiente a este conjunto nos marca unas características aluviales muy similares a las encontradas en Molino Salero, un cauce que se nutre con aguas de distintos arroyos y sus sedimentos, lo que incluye los posibles minerales. El conjunto se manifiesta en cinco paneles con 66 morteros claramente definidos. El lugar no es ajeno a múltiples evidencias de carácter arqueológico que reafirman la actividad poblacional de la zona en una época protohistórica, asimismo, se encuentra en un radio de 2 kilómetros respecto al resto de conjuntos.

Morteros de Molino Salero (39º 43´ 52.32” N – 6º 46´ 22.88” W; 39° 43′ 49.67″ N – Longitud 6° 46′ 18.56″ W). El conjunto de morteros de Molino Salero es el que mayor número ha aportado a nuestra investigación con un total de 151 morteros. Se manifiesta en dos partes a ambos márgenes de la ribera de la Mata, con la presencia de dos antiguos molinos que demuestran que la ubicación no es casual y se buscaban los meandros, donde las aguas pierden fuerza, y la acumulación de tierra, fruto de las riadas y aún presentes, con el fin de obtener la materia prima mineral por medio del método de aluvión. Es una técnica que hoy en día no nos es ajena, pensando que es tremendamente eficaz en la zona durante tiempos protohistóricos.

El primer conjunto se encuentra en los terrenos conocidos como la Vizcondesa o Lastrales de la Ratona. En una pequeña elevación respecto a la ribera, no muy lejano al molino conocido como de Salero, una gran lancha divide un total de 111 morteros en cuatro paneles diferenciados (10, 11 21 y 68, y uno que aparece aislado). La segunda zona ofrece la visión de otros 40 morteros en dos paneles de 17 y 23 respectivamente. Conocido el terreno como Perona, se localiza aguas arriba del molino Salero y con restos de otro molino del que solo se conservan entalles bien marcados.

La ubicación de estos morteros en el curso de la ribera de la Mata de Alcántara no es casual, obedece a criterios prácticos garantes de cierto éxito en la búsqueda de piedras pequeñas con incrustaciones de mineral, o bien el propio bateo del oro. Puesto que todos los morteros del cauce están situados en las inmediaciones de los restos de molinos de agua de los siglos XVIII y XIX, estos no obedecen a una mera casualidad, sino que hablamos de franjas donde el cauce circula con cierta docilidad. Los riberos vierten al Tajo con fuertes pendientes, situándose los molinos en los tramos más llanos, remansos, meandros… que favorecen la acumulación de sedimentos. Son observables, a simple vista, los restos de las represas de los molinos completamente colmatadas. De esta manera, es en estos escenarios de evidente sedimentación donde se concentran los morteros, siendo anómalos en la ribera.

A modo de conclusión, justificado por la información recopilada, podemos y debemos descartar el uso alimentario o doméstico de estos morteros: su ubicación no solo es ajena al área de actividades del poblamiento del I Milenio a.C., sino que ni siquiera se encuentran dentro de los mismos. Incidimos en la homogeneidad del tamaño, pequeños, y de su estructura. La cifra de 272 morteros parece indicar lo notorio de las prácticas mineras de la zona, y a pesar de que la cultura material es muy escueta, sí podemos apoyarnos en la amplia bibliografía relacionada con las actividades metalogénicas. Sin poder precisar una cronología muy concreta, los morteros obedecen a unas características que nos llevarían a hablar de elementos protohistóricos (Bronce Final- Edad del Hierro), conjetura articulada sobre los restos de evidencias arqueológicas del espacio, con múltiples poblados fortificados y altares rupestres.

 

Singulares santuarios rupestres

Si nos hiciéramos eco de las palabras de Régis Debray (1994), la humanidad habría transitado por el tiempo en tres tipos de miradas: la mágica, la del arte y la digital. Nosotros queremos incidir en la mirada mágica, aquella que desde la prehistoria pretendía transmitir una idea de transcendencia, sacralidad (Debray, 1994, 19-35). De esta manera aparecen los santuarios, el hipervínculo entre lo terrenal y lo divino, lo espiritual, portales en la naturaleza donde se hacía factible conectar con algo superior, una huella inherente de la presencia humana así como de sus actividades. Es por ello que resulta imposible desligar estos lugares sacros de su contexto.

Si acotáramos la descripción de los santuarios rupestres al contexto peninsular, siendo estos muchos y bastante homogéneos, tendríamos que mencionar características tales como la presencia de escalones, entalles, rebajes, asientos, piletas, desagües, canalillos, plataformas elevadas; igualmente otros elementos que puede aparecer asociados como petroglifos, inscripciones, elementos votivos, etc. No somos ajenos a las dificultades de interpretación que suponen estos lugares sacros, así como lo complejo que resulta discriminarlos respecto de otros elementos antrópicos o naturales. Asimismo, la propia arqueología con carácter científico apenas comenzaba a dar sus primeros pasos en el último cuarto del siglo XX, añadido a la falta de cultura material que presentan estos contextos al margen de la propia roca trabajada.

El cambio de siglo ha representado la tecnificación de la Arqueología, y en el caso de las investigaciones sobre los elementos rupestres, los trabajos han aumentado de manera exponencial otorgándonos una base lo suficientemente sólida como para poder respaldar la mínima interpretación del lugar que aquí pretendemos mostrar, el santuario rupestre Casa del Roble (Mata de Alcántara, Cáceres). Para defender nuestra propuesta, hemos considerado referenciar otros lugares sacros rupestres, apoyados por una buena cantidad de bibliografía y muchas horas de trabajo de campo. Aun así, somos conscientes de que estamos realizando una pequeña aproximación al lugar y que será mediante futuras investigaciones que lo acabaremos de entender de una manera más amplia (características, cronología, relación con el entorno, etc.).

Podemos partir de la base de que un santuario rupestre hace referencia a una estructura en piedra que se encuentra en plena naturaleza y, a pesar de partir de un elemento natural con sus propias formas, matices, podemos observar la acción antrópica sobre la superficie pétrea con una intencionalidad más allá de lo utilitario (Pérez, 2000: 19). La disposición de ciertos elementos de factura artificial puede indicarnos la búsqueda de un sentido simbólico y sacro, una monumentalidad que huye de un propósito pragmático. Estas estructuras son creadas por individuos cognoscentes, vinculando el lugar con otros elementos, creando un entramado paisajístico complejo, nada improvisado o casual.

El santuario rupestre Casa del Roble, al igual que otras estructuras homónimas, se encuentra expuesto a las dificultades de otorgarle una cronología. Si tuviéramos en cuenta solamente la piedra, esta ha podido sufrir modificaciones o añadidos con el tiempo, por ello es importante contextualizarlo con el entorno, poblamientos, altares, y otros elementos que nos ayuden a dar un tratamiento cronológico apropiado. Lo cierto es que hay un patrón común para ubicarlos a partir del Bronce Final, pero al igual que otros elementos del I Milenio a.C., son elementos utilizados durante toda la Edad del Hierro incluso la romanización, con matices epigráficos (Delgado, 2015: 12, 13).

Cuando hablamos de estos complejos pétreos, hay que señalar que forman parte de una sacralidad dentro de un amplio entramado de lugares utilizados con un alto sentido de espiritualidad, donde los distintos cultos conllevaban sus respectivos rituales (Almagro-Gorbea, 2018: 239-242). La peculiaridad estriba en el esfuerzo por monumentalizar un lugar, donde la roca representa un mayor grado de dificultad, por tanto, más sagrado, no escatimando en cuidar los detalles tanto propios de la roca como del emplazamiento y su orientación. En cierta manera, estos enclaves se comunican con nosotros mediante un lenguaje diferente al escrito, su huella es lo que nos permite entender a las sociedades que los crearon, además de otorgarles una cronología aproximada.

Haciéndonos eco de las palabras de María Joao Delgado (2015), los santuarios rupestres de similares características siguen un patrón análogo entre ellos tanto en el lugar que suelen ubicarse, ordenación de los distintos elementos, u orientación hacia algún tipo de componente paisajístico destacado (pasos naturales, montañas, ríos…). Incluso podemos hablar de una alineación teniendo en cuanta los astros, algo cada vez más estudiado hasta el punto de existir una variante de la Arqueología especializada en la temática astronómica. No por ello quiere decir que exista una veneración universal, de hecho, es de sobra acreditada la diversidad de cultos entre los pueblos protohistóricos peninsulares (Delgado, 2015: 7-17).

Además de la evolución de elementos y la relación de los lugares con un espacio concreto, significativo para los pobladores que crearon estos elementos, hay que señalar que en un número elevado de santuarios estudiados estos aparecen vinculados a poblados concretos y en base a la importancia de los mismos. Para aquellos que no se encuentran en el interior del poblamiento, generalmente mantienen una distancia equivalente al campo de acción del propio poblamiento, si este es importante, o un espacio intermedio entre varios, sin son de menor entidad.

Si tenemos en cuenta los estudios de Ana María Martín Bravo (1999), el territorio de influencia de los poblados fortificados del I Milenio a.C., sería de entre 3 y 5 kilómetros a la redonda, según la ubicación de dicho poblamiento. En el caso del santuario Casa del Roble, es significativo que aparezca a una distancia de 3.2 kilómetros de La Muralla, un sobresaliente yacimiento con tres recintos que mantuvo una ocupación desde el Bronce Final hasta la I Edad del Hierro, erigiéndose a 353 metros de altura en la confluencia del Arroyo de Vacas con el río Tajo (Martín, 1999: 207).

Algo habitual en santuarios rupestres es el sentido de contraposición, es decir, la armonía de oposiciones complementarias (Delgado, 2015: 1102). Es un modelo que se puede manifestar teniendo en cuanta las coordenadas geográficas, pero también por el número de elementos en uno u otro lugar, formas, contraste entre lo natural y antrópico, tamaño, visibilidad, geometría… En los enclaves sacros nada es aleatorio, cualquier elemento hace referencia al tipo de culto o ritual para el que eran utilizados, algunos con implicaciones para la ritualización mediante el manejo de líquidos. De una manera general, la complejidad es asimilada como una evolución a las formas primitivas, una diacronía de utilización que mostraría la aparición de elementos epigráficos en una fase coincidente con la romanización.

Para introducir la descripción del santuario rupestre Casa del Roble, hemos creído oportuno hacer referencia a otros lugares sacros que podemos encontrar en el contexto de Mata de Alcántara (Cáceres), término municipal donde hemos desarrollado la investigación de este trabajo. Incluyendo un altar sumamente conocido, el de la Peña Carnicera, cuya magnificencia y contundente nombre no pasa desapercibido, podemos hacer referencia a otros altares inéditos que respaldarían el argumento que esgrimimos acentuando la relevancia de la zona (Fig. 3 y Fig. 4), con un poblamiento intenso que se da en especial durante la protohistoria extremeña.

Figura 3. Imágenes correspondientes a los altares rupestres de Rincones de Pata y Paula.

 Figura 4. Imágenes correspondientes a los altares rupestres de la Peña Carnicera y Huerta del Portugués.

Peña Carnicera (39° 44′ 16.00″ N – 6° 47′ 55.97″ W). Se trata de un altar rupestre enmarcado en un paraje conocido como Los Machones, cercana a un arroyo, sobre una vega, rodeada de lugares con mayor altura que invitan a observar el ritual que se realizara. Sobre una peña de gran tamaño podemos observar la acción antrópica dando forma a la escalinata mediante entalles, desde donde se accede a la zona más alta. En la parte superior de la peña encontramos una plataforma natural, plana, pero también podremos observar marcas de tallaje, destacando la pila central en forma de ojo, anexa a otra pila de menor calado. Huellas de otra época son las dos cruces talladas sobre el altar. Podemos determinar que son de distinta tipología y uso, una muy similar a las empleadas en la zona para señalar los límites jurisdiccionales, tosca, cuatro lados iguales y mayor profundidad. En cuanto a la segunda, hablaríamos de una cruz latina con una función de cristianizar el lugar, sabedores de su carácter sacro pagano.

Altar rupestre de Los Rincones de Pata (39° 43′ 7.95″ N –6° 47′ 23.47″ W). Su ubicación se corresponde con la dehesa de la Giralda, concretamente en la zona conocida como los rincones de pata. En una posición predilecta permite la visualización de un extenso terreno, incluyendo el arroyo de Arropalma y, en especial, la referenciada ribera de la Mata. Se accede a la plataforma superior mediante tres escalones trabajados, presentando piletas naturales y retocadas, así como desagües y canalillos artificiales por las diferentes caras de la peña. Podemos vislumbrar la forma ovalada de la estructura, con una orientación Norte-Sur, desde la perspectiva de los escalones.

Altar de Paula (39° 43′ 36.10″ N – 6° 46′ 46.24″ W). Situado en la zona conocida como Paula, destaca su talla sobre una peña de una considerable altura. Al igual que la Peña Carnicera, se asienta en una vega desde donde puede ser fácilmente observada. A diferencia del resto, este altar tiene una plataforma superior de pequeñas dimensiones cuyo acceso, caracoleando, se realiza mediante unos escalones, entalles (11 en total) y asideros ajustados a la forma de la peña. En la parte superior encontramos una pequeña pileta de forma rectangular.

Huerta del Portugués (39° 45′ 4.90″ N – 6° 47′ 19.04″ W). Altar rupestre que se encuentra en el Carcaboso de Amores (término municipal de Alcántara), el paraje de la Huerta del Portugués, localizado en una zona alta del espigón perteneciente a la desembocadura del arroyo de Valdelaparra en la ribera de la Mata. Cuenta con tres escalones bien trabajados, dando acceso a la parte superior donde se observa una pileta redonda tallada, franqueada por otras dos piletas anexas con la misma talla. La orientación, desde la perspectiva frontal al acceso, es de Oeste-Este. Su estado de conservación es deficiente debido a su utilización como cantera.

Altar del Mirador (39°42’25.41″ N – 6° 47′ 7.52″ W). En la dehesa de la Giralda, cercano al charco de la nave, el Mirador se erige sobre un cerro. Desde el altar es posible observar lugares tan significativos como los arroyos del Corredor y Arropalma, así como la ribera de la Mata. De menor tamaño que los anteriores, y planta alargada, presenta dos accesos. En su parte baja apreciamos un rebaje y dos entalles junto a una pileta redonda conectada a un espacio esférico. Algún entalle más y un desagüe, nos guía a la parte superior de la estructura, cuyo camino se realiza por tres escalones. Su orientación es Nordeste-Sudeste. Destaca el hallazgo de restos materiales de distintas épocas en los alrededores de la peña. El estado de conservación es deficiente, reutilizado como cantera.

Peña Mágica (39° 42′ 33.91″ N – 6° 44′ 4.24″ W). Se encuentra en la finca de Cuenquero, perteneciente al término municipal de Alcántara. Sobresale en el terreno como un posible altar solar, con múltiples evidencias de la presencia humana, aunque la peña en sí no aparezca trabajada. Dividida en tres partes, aparentemente de manera natural, muestra una cavidad central que atraviesa toda la estructura, pudiéndose observar el sol en el atardecer del equinoccio de primavera, para después desaparecer en el horizonte. En cierto modo es un momento de apenas unos minutos que podríamos definir como mágicos. En cuanto a su orientación, es evidente que hablamos de Este-Oeste.

 

Santuario rupestre Casa del Roble (39º 44´ 10.37´´ N – 6º 46´ 6.79´´ W). El santuario se encuentra ubicado en el término municipal de Mata de Alcántara, en una hondonada sin que sea perceptible su posición fuera del contexto más cercano, es decir, creado para una visualización directa. Para su análisis, lo hemos dividido en tres zonas: conjunto principal, lancha del santuario, y banco monumental (Fig. 5).

Fig 5. Dibujo general del santuario rupestre de Casa del Roble (Mata de Alcántara, Cáceres).

Entre sus características aparecen un amplio abanico de elementos característicos de los santuarios rupestres: escalones, entalles, rebajes, asientos, piletas, desagües, canalillos, cazoletas, plataformas elevadas, etc. (Fig. 6). Las particularidades son obvias en sus dos escaleras de acceso, de dispar anchura; las ondulaciones artificiales de los distintos bordes, a lo largo de todo el conjunto; sus distintivos bancos corridos redondeados, requiriendo un esfuerzo extra en relación con los asientos más clásicos de tipo indoeuropeo; sin poder olvidar las cazoletas estándar de fondo pulido, que denotan que estamos ante un enclave especial, posiblemente anterior al propio santuario.

 Figura 6. Piletas en el lado Norte del conjunto principal del santuario rupestre Casa del Roble (Mata de Alcántara, Cáceres).

La estructuración del lugar se presenta con el conjunto principal que adquiere altura progresivamente y por medio de plataformas, cuan zigurat, refleja una monumentalidad atípica. Sus dos accesos nos recuerdan algo común en los recintos sagrados de múltiples cultos, pueblos y civilizaciones, algo que no es ajeno al judaísmo, islam o cristianismo, reflejado en sus sinagogas, mezquitas o iglesias. Hay una evidente intencionalidad de separar a los hombres sagrados del resto, dos caminos diferenciados. En cuanto al acceso, llamemos sagrado, de forma laberíntica te conduce hacia la plataforma más elevada del conjunto principal, a la vez que conecta con el banco monumental, tan peculiar y que aparenta exclusividad.

El paisaje esquivo a las miradas se rompe sobre el lugar, donde toma relevancia una gran lancha de 110 metros de longitud y unos 20 metros de anchura que destaca sobre el resto del espacio, como se aprecia en las fotografías aéreas. Esta gran lancha fija su mirada hacia el centro del altar, la ceremonia, aproximadamente a 8 metros por encima del complejo principal. Por este motivo, podemos pensar que dicha lancha es parte integrante del santuario, concediendo la posibilidad de actuar como graderío o un medio para invocar/conectar con el resto del entorno natural.

Fig 7. Banco monumental del santuario rupestre Casa del Roble (Mata de Alcántara, Cáceres)

Si nos situamos en el centro del altar, hacia el Sureste (110 m. de distancia) existe un banco corrido redondeado de 8 metros de largo, con un lado cóncavo que mira, de nuevo como la gran lancha de piedra, hacia el altar (Fig. 7). Al igual que el resto del santuario, su tallado en la roca, con la misma tipología de bordes redondeados que observamos en el santuario, incluso la tonalidad de la pátina de la roca, parecen indicar que forma parte del conjunto. Elevado a 8 metros por encima del centro del altar, adquiere la categoría de predilecto para la observación del ritual que fuera llevado a cabo. Entre el centro del santuario y el banco, hay presencia de peñas con rebajes y entalladuras.

Al menos en cinco ocasiones se repite una secuencia de elementos que aportan una característica diferenciadora notable que, desconociendo su sentido completo, podemos intuir que requirió mucho trabajo en su ejecución y, por tanto, debió ser importante en el ritual de Casa del Roble. Aparece, junto a un escalón curvo, un asiento redondeado con apoyos para los brazos y lo que apreciamos como entalles. En la parte posterior de los asientos hay acanaladuras, que coinciden con la posición del cuello si la persona sentada estuviera recostada hacia atrás. Los asientos, en su conjunto, tienden a estar inclinados hacia atrás, destacando uno que presenta cuatro vanos que se ajustarían a algún tipo de estructura (postes o sujeciones), dos a la altura del cuello y dos a la altura de los brazos (Fig. 8).

Figura 8. Escaleras y asiento junto a pared en el santuario rupestre Casa del Roble (Mata de Alcántara, Cáceres).

Pero es el juego de líneas curvas de los escalones y asientos lo que da al santuario una monumentalidad y elegancia que creemos que se alejan de los patrones de diseño que se ejecutaron en los altares o santuarios conocidos, asignados al ámbito indoeuropeo (Fig. 9). No es difícil intuir otras influencias, mediterráneas, siguiendo analogías como el santuario de Sicilia, con bancos redondeados y asientos individuales enmarcados por unas volutas, estéticamente similar al santuario rupestre de Casa del Roble (Fig. 10). Las semejanzas parecen repetirse con un altar ubicado en San Vicente de Alcántara (Cáceres), donde la presencia de elementos singulares análogos puede

 

abrir una nueva perspectiva en relación con este tipo de lugares.

En su interpretación destacamos que presenta aspectos que hacen que sea un santuario muy peculiar. Su estructura y cuidados detalles se alejan de las influencias indoeuropeas clásicas que observamos en los altares habituales de la Península Ibérica. A pesar de presentar matices que podrían encuadrarse dentro de una tipología del Hierro II según algunos autores, otros hacen dudar de esa cronología. Este aspecto quedaría reforzado no solo por la múltiple presencia de formas con influencia mediterránea, sino el propio contexto espacial dominado por el que fuera un destacado poblado fortificado

Figura 9. Escaleras y asientos del santuario rupestre Casa del Roble (Mata de Alcántara, Cáceres). Vista desde el sur.

Figura 10. Banco corrido y asientos individuales en el santuario rupestre Casa del Roble (Mata de Alcántara, Cáceres).

protohistórico como es el de La Muralla (3.2 kilómetros de distancia), datado en fechas que sabemos de la existencia de un fluido contacto comercial con el Sur, hilo conductor con el tejido orientalizante.

 

Conclusión

Siendo conscientes de que el Patrimonio Arqueológico representa las huellas de la existencia del hombre, teniendo en cuenta los lugares donde se ha practicado cualquier tipo de actividad humana, sus estructuras, vestigios abandonados de cualquier índole, etc., entendemos su condición de fragilidad y vulnerabilidad ante una posible destrucción. La pérdida de cualquiera de esos vestigios es un daño irreparable, por esa razón la sociedad necesita una concienciación al respecto.

Bien es cierto que existen políticas que implican la protección de este tipo de dominio, de hecho, las podemos observar a distintos niveles (internacional, nacional, regional y local). Pero creemos que no es suficiente, ya que las realidades de los escenarios superan muchas veces a los propios textos, por ello la implicación ciudadana es esencial. Pero ¿cómo puede involucrarse la sociedad en la protección del Patrimonio Arqueológico? Pensamos que la accesibilidad a los conocimientos emanados de los restos y yacimientos es algo fundamental.

Con este trabajo hemos querido ser consecuentes con las necesidades de ir sumando piezas a ese gran puzle que es la Historia, ofreciendo a la sociedad actual un panorama mucho más amplio de los lugares donde habitan, como el término municipal de Mata de Alcántara. De esta manera, y sin poder afirmar con rotundidad la explotación sistemática de minerales en la ribera de la Mata, sí podemos intuir que así fue, a la espera de que investigaciones tecnificadas corroboren esta teoría. De cualquier modo y adicionando los nuevos altares inéditos, ponemos de manifiesto una importante población en periodos protohistóricos viviendo en una zona de riberas escarpadas de escaso o nulo potencial agropecuario, que originó un buen conjunto de monumentos.

El objetivo ha sido una aproximación coherente a los porqués de una importante población en un terreno muy adverso con unas manifestaciones religiosas que aún no entendemos del todo y que este estudio contribuya a seguir profundizando. En estos lugares podemos observar la reminiscencia de lo que fuimos, la señal pétrea de que el mundo fue otra cosa diferente a lo que es, poder y magia, sacralidad… la sensación de volver a nuestros orígenes. Haciéndonos eco de los XLIX Coloquios Históricos de Extremadura, dedicados a la figura de D. José M.ª Gabriel y Galán, esperamos que nuestra aportación despierte el mismo sentimiento que expresara el autor extremeño cuando decía: “Yo no sé qué tieni, qué tieni esta tierra de la Extremaúra, que cuantis que llegan estos emprencipios de la primavera se me poni la sangre encendía que cuasis me quema…”.

 

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