Oct 011971
 

Francisco Fernández Serrano.

Pequeñas discrepancias hay entre los dos textos titulados «Los Coloquio de Trujillo», el original, primigenio, escrito en Zaragoza y firmado el 3 de julio del presente año, y el secundario, el impreso en la revista Fiestas de su patrona la Virgen de la Victoria, ya dentro del presente mes de septiembre: observaciones, detalles, matices fueron omitidos, tal vez menos oportunos, o porque los responsables de la edición no se atrevían a compartir plenamente cierros criterios omisiones del autor del articulo.

Así fué preterido un párrafo que trataba de justificarlo explicar, el carácter religioso de estos Coloquios, afirmándose en la dirección religiosa, cuando la solemnemente anunciada primavera se comprueba que o no ha llegado, se ha transformado rápidamente en estiaje religioso a distintos niveles: estiaje de ideas, con un confusionismo desbordante; estiaje de orientaciones, quemando lo que ayer se adoraba y adorando lo que ayer se quemaba; y sobre todo estiaje de personas, que sufren trágicas consecuencias de los dos estiajes anteriores.

Algo parecido sucedió, y supongo que por idénticos motivos, con los párrafos que justificaban el carácter histórico. En su redacción primitiva se decía textualmente: «Tampoco los temas históricos gozan en nuestros días tecnológicos, muchas veces de pacotilla, de buena prensa. Tal vez, porque la historia tomada en serio, investigación del pasado grato e ingrato, no alegre y preciosista lirismo, saturado de tópicos indigestos, nos enseña demasiado, quema no pocos ídolos, que mejor sería llamar idolillos, aunque estén externamente consagrados, levanta valores soterrados, o poco izados en la sociedad circundante, y sobre todo obliga al que la cultiva honestamente a un frecuente, y casi ininterrumpido ejercicio práctico de humildad, virtud desconocida en el mundo antiguo, medio y moderno, porque consiste, frase feliz de Santa Teresa de Jesús, en andar en la verdad.- Porque la historia documentada y seria, como la religiosidad seria y aprobada, son valores eternos, independientes de las fluctuaciones de las bolsas y de las modas, se quiso matizar estos Coloquios abiertamente con dos calificativos: históricos y religiosos.

Estas afirmaciones que senté como bella teoría en la revista de las fiestas de Trujillo, me toca hoy confirmarlo, sin rubor con algunos ejemplos, como decía en su “Ejercicio de perfección y virtudes cristianas” el P. Rodríguez, maestro de la Ascética española.  Recientemente la revista “Hispania Sacra” se publicó un trabajo intitulado «0bispos Auxiliares en Plasencia, siglos XV-XX», y del mismo salieron las correspondientes separatas o folletos independientes. Cuantos leyeron con algún detenimiento aquel modesto trabaje sea por la novedad objetiva del asunto tratado, sea por la impresión subjetiva que recibieron al ponerse en contacto con figuras desconocidas, manifestaron unánimes su aprobación, y complacencia por la investigación realizada.

El obispo de Plasencia, cuya formación cultural y cuya sensibilidad artística sin hipérbole pueden colocarle en los primeros puestos del actual episcopado español, no tuvo reparos en manifestar explícitamente su complacencia, y hasta en añadir que no tenía idea de tantos personajes relacionados con nuestro episcopologio alguna vez había sospechado, o atisbado, su existencia, un tanto por casualidad. El máximo historiador de la Iglesia de España en nuestros días, el dominico padre Vicente Beltrán de Heredia calificado el días, el dominico padre Vicente Beltrán de Heredia calificaba el trabajo de interesante y sugeridor, hecho con cariño -es verdad- y espíritu de superación, que había trazado el camino a seguir en casos semejantes, que el tema da de sí, y aun merece que se continúe.

Pero ningún investigador serio puede dormirse sobre los laureles de las alabanzas que se le tributen, aunque provengan de doctores y maestros, y que hayan estos procedido con la mejor sinceridad y noble afán de justa sino que ha de otear nuevos horizontes, ahondar en el conocimiento de le temas que lo merezcan, y dar por descontado que nueva documentación y nuevos estudios pueden obligar honestamente a modificar puntos de vista sostenidos, y a rectificar las propias afirmaciones, noblemente expresadas.

En mi trabajo sobre los «0bispos Auxiliares en Plasencia, siglos XV-XX» yo había escrito «Vaya un sobresaliente en critica histórica para el curiosos párroco que saltando por encima de hablillas, fábulas, cuentos, y presunciones de pedantescos e ignorantes feligreses, supo documentarse in situ. Repasar los libros parroquiales, y desautorizar una noticia, aunque esta pudiera alagar la vanidad de parroquianos, satisfechos con una piadosa mentira».

Era la consecuencia de haber leído y copiado yo mismo del libro primero de fábrica de Escurial la siguiente nota: «La sala principal de esta casa rectoral fabricó en dicha casa el Ilmo. señor don Fray. Alonso García de Losada obispo de Constantina y cura rector de la expresada parroquia». A  esta sacerdote moderno añadió «Examinados los libros parroquiales de bautizados de esta parroquia, que alcanzan el año 1563, no he hallado más datos sobre dicho obispo que el acta de santa visita y confirmación, extendida al folio 213 del libro seguido de bautizados. En ella aparece dicho señor obispo, como gobernador del obispado de Plasencia, por el excelentísimo señor Inquisidor General, obispo de Plasencia. Referida acta de visita tiene fecha de 16 de abril de 1673; pero no he visto firma, ni partida alguna que pruebe que el mencionado obispo fuese rector de esta parroquia.»

Tan sinceras, y tajantes afirmaciones de un sacerdote moderno, y paciente investigador me permitieron  suscribir mis afirmaciones de arriba, y hasta darle un sobresaliente en critica histórica, que hoy no puedo confirmar. Escrito, y entregado a la revista «Hispania Sacra», el artículo sobre los obispos Auxiliares en Plasencia, ocasional, e inopinadamente, el 10 de octubre de 1970, visité la iglesia parroquial de Escurial, y deteniéndome una sola hora, gracias a la facilidad y colaboración, que me prestó su celoso párroco y mi buen amigo D. José Casado Ortiz, pude comprobar las noticias que yo había insertado en mi biografía del obispo benedictino García de Losada. Quise una vez más confirmar la veracidad de las afirmaciones sustentadas por el párroco escritor, repasando los libros de bautizados, y entonces surgió en mi primero la duda, después la interrogación, y al final la rectificación sobre lo que él y yo habíamos previamente escrito, y yo sólo calificado.

Ciertamente en el libro II de bautizados, no sólo en el folio 213, sino los folios 212-218 se halla consignada el acta de visita sobre  mencionado libro verificada el 17 de abril, no el 16, de 1673, que firmaron fr. Alonso obispo de Constantina, y fray Gregorio de Prado, su secretario, y todo acta de las confirmaciones conferidas por el mismo obispo los días, 15, 16, 17 y 18 de abril con la relación nominal de todos los confirmados, de los fue padrino -de los varones- el licenciado D. Juan Bozada y Hevia, cura esta villa, y madrina -de las hembras- Maior García, vecina de la misma villa.

Efectivamente desde mayo de 1672 hasta febrero de 1675 fue cura propio de la parroquia de Escurial el Licenciado JuanBouzada Hevia, a quien sustituyó algunos meses del mismo año 1675; el Licenciado Juan Borrallo Gómez.

Pero aunque no lo indicara la noticia ya publicada y mencionada, el obispo de Constantina reapareció en santa visita pastoral por Escurial el año 1677 el 11 de mayo, y entonces terminada la revisión de las partidas de bautizados nuevamente firma fray Alonso, obispo de Constantina, acompañado esta vez, no por fr. Gregorio de Prado, sino del secretario Mauro deQuinteyro.

Otra vez confirma el obispo de Constantina en la parroquia de Escurial 3 de Julio de 1677, y en la suscripción del acta reaparece no ya como secretario,  sino como notario,  el susodicho Mauro de Quinteyro.

A este Mauro de Quinteyro yo le había encontrado ya en Garciaz el año 1675, cuando en febrero visitó el prelado el libro VI de bautizados, y dos -obispo y secretario- suscribieron el acta. Aquellos días 1-18 de febrero de 1675 acompañaban enGarciaz al obispo Mauro de Quinteyro  y fr  Benito de Pazos. El mismo año, pero dentro del mes de julio andan el obispo de Constantina y Mauro de Quinteyro por el lugar del Puerto de Béjar. Allí  revisa las cuentas de la ermita de Santa Bárbara, tomadas a su mayordomo rinde las suyas Juan Muñoz de Villanueva cura rector, colector de misas, y administrador de la cofradía de la Vera Cruz.

Pero Mauro de Quinteyro es cura propio de Escurial y su iglesia parroquial a partir del 1 de agosto de 1677, cuando no había transcurrido ni siquiera un mes de la citada visita pastoral de Escurial, y continuó atendiendo a los feligreses y firmando normalmente las partidas de bautismo hasta el 10 de abril de 1697 casi veinte años completos Francisco Gómez, teniente de cura por muerte del cura propietario, con título de interino del señor obispo de Plasencia, firma por vez primera en los libros de bautizados el 16 mayo de 1697.

El intervalo existente entre noviembre-diciembre de 1675 hasta el 13 de junio de 1677 es cura propio de Escurial el obispo de Constantina, don Alonso García de Losada.

El primer testimonio de esta, que no es peregrina afirmación, se debe a Juan Borrallo, clérigo, presbítero, vecino de la villa de Escurial “por ausencia del señor obispo don fray Alonso García de Losada obispo de Constantina, y auxiliar del obispado de Plasencia, cura propio de la yglesia parrochial de esta villa, y por muerte del licenciado Juan González Corrales, cura teniente de dicha  yglesia, que el 17 de noviembre de 1675 hizo los exorcismos que nuestra madre la Yglesiamanda a Inés, hija de Martín Corral y de Juana Gómez, de la que fue su padrino Juan Carmona vecino del mismo; y testigos Francisco Fernández y Andrés Muñoz, del mismo”.

La redacción del clérigo Borrallo no está sobrada de claridad, y se presta a interpretaciones variadas, dejando en el ánimo la duda sobre si el cura propio era el obispo de Constantina o el propio cura Borrallo, por aquellas fecha, de noviembre. Pero la duda abierta queda solventada con otra partida del 25 de diciembre del mismo año 1675 escrita por Mauro deQuinteyro, presbítero licencia del ilmo. señor don fray Alonso García de Losada, obispo de Constantina y cura propio de dicha parroquial.

Con ese mismo estilo continua actuando Mauro de Quinteyro hasta mediados del año 1677, cuando el que había figurado unas veces como Notario Apostólico, y otras como secretario de Cámara del obispo de Constantina, pasa a intitularse; «cura propio de esta iglesia parroquial de la villa del Escurial» por espacio de casi 20 años.

Es posible que a la retirada, o dimisión del obispado de Plasencia, por parte del Inquisidor General D. Diego Sarmiento Valladares, el fundador del seminario diocesano de Plasencia, se agraciase con el curato de Escurial a su obispo auxiliar y gobernador, aunque la regencia efectiva durante año y medio la llevase su secretario Mauro de Quinteyro; y que al reintegrarse fr. Alonso García de Losada a su monasterio de Samos, dejase el curato que pasó en propiedad a su compañero de fatigas pastorales y sacerdote secular Mauro de Quinteyro.

Mi querido amigo y paisano D. Pedro Romero Vivas, hoy cura de Santa Amalia, pero antes párroco de Escurial, hace años me remitió una lista de sacerdotes que habían regido la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Escurial desde el año 1564 hasta el de 1966, y aunque yo no la pude utilizar en mi trabajo sobre los Obispos Auxiliares en Plasencia, por carecer del soporte documental, sí quiero repetirla hoy  para comprobar la seriedad de sus escritos.

Le mencionada lista dice lo siguiente:

D.Juan de Bauzada, párroco 1672-1676.

D.Sr. Alonso García de Losada, obispo de Constaiatina y auxiliar de Plasencia, fué párroco y tuvo 1676-1677 de regente al licenciado Mauro de Quintero.

El Licenciado Mauro de Quintero, párroco 1677-1697.

El licenciado Francisco Gómez, ecónomo 1697-1697.

El licenciado Juan Mateos Cariacedo, párroco 1697-1705.

Quedan pues, en claro la buena voluntad, pero la información deficiente, del primer redactor de las notas que fue el sacerdote D. Domingo Zamora; el acierto substancial de D. Pedro Romero Vivas, aun cuando no detallase los meses y aún los días que fue párroco de Escurial don fr. Alonso García de Losada, y cumplida mi obligación, casi penitencia, gustosamente aceptada, aunque expresamente por nadie impuesta, de rectificarme a mi mismo en la biografía del obispo de Constantina, el ultimo de los auxiliares dados hasta ahora a los obispos de Plasencia.

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