Abr 302014
 

Francisco Rivero.

Era el 25 septiembre del Año del Señor de 1513, cuando un extremeño, Vasco Núñez de Balboa descubrió el Mar del Sur, conocido hoy en todo el mundo como Océano Pacífico, el segundo hecho histórico más importante, tras la llegada de los europeos al Nuevo Mundo. El pasado 16 de noviembre de 2012 se abría en Cádiz la Conferencia Iberoamericana de Jefes de Estado, con asistencia, entre otros del actual presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, a quien acompañaba su esposa, Marta Linares, quien visitó el pueblo natal del conquistador y obtuvo de la Diputación Provincial de Badajoz una réplica de la pila bautismal de Vasco Núñez de Balboa, según me indicó Juan Pedro Plaza Carabantes, gerente del Patronato Provincial de Turismo.

 

Había nacido Vasco Núñez de Balboa en Jerez de los Caballeros… Templarios, esa preciosa población del sur de la provincia de Badajoz, que tanta historia muestra y atesora. Sobresale esta villa extremeña, de origen templario, por el perfil de sus cuatro torres Santa María de la Encarnación, San Miguel Arcángel, San Bartolomé y Santa Catalina. Cuenta con un recinto amurallado, con seis puertas, una fortaleza y una alcazaba; más de veinte edificios religiosos, entre conventos, hospitales y ermitas y numerosos palacios y casas señoriales.

 

De jovencito, Vasco Núñez de Balboa fue paje de Pedro Portocarrero, que fuera alcalde de Jerez y consejero de la reina Juana la Loca y del emperador Carlos V, además de Señor de Villanueva del Fresno, cuyo título lo ostenta hoy  una señora que se llama: María del Rosario Cayetana Paloma Alfonsa Victoria Eugenia Fernanda Teresa Francisca de Paula Lourdes Antonia Josefa Fausta Rita Castor Dorotea Santa Esperanza Fitz-James Stuart y de Silva Falcó y Gurtubay, más conocida como Cayetana, la Duquesa de Alba.

 

Pues bien, Pedro Portocarrero, que vivía en la localidad onubense de Moguer, era además sordo y era conocido como el Sordo Señor de Moguer. Con él, nuestro biografiado, Vasco Núñez de Balboa, que tenía un nombre de pila un tanto raro en la Extremadura de entonces como en la región Galicia de donde eran originaria su familia, aprendió a leer y el manejo de las armas, de tanta importancia en aquellos rudos tiempos.

 

Con 25 años el joven Vasco Núñez de Balboa oyendo las gestas que los paisanos extremeños habían hecho por el Nuevo Mundo, se enrola en la expedición de Rodrigo de Bastidas, que salió en el mes de octubre del año 1500 del puerto de Cádiz, con dos naves, el bergantín “San Antón” y el chinchorro “Santa María de Gracia”.

 

Con Rodrigo de Bastidas estuvo también el geógrafo Juan de la Cosa, quien fue su piloto mayor y que ya participara con Colón en sus dos primeros viajes. Con el tiempo, de la Cosa trabajó en el Puerto de Santa María en el primer mapa del nuevo continente, que se conserva en el Museo Naval de Madrid, junto al actual Ayuntamiento, en Cibeles, incluso da nombre a Venezuela por un antiguo poblado indio, que después daría nombre a todo el país.

 

No tenía malos comienzos nuestro paisano Núñez de Balboa. Bastidas ya  en esa expedición pasó por la denominada Isla Verde, hoy la isla de Granada, una pequeñísima república caribeña, y de allí, tras pasar la Isla de los Gigantes (hoy Aruba)  llega hasta la bahía de Santa Marta, hoy una bellísima ciudad colombiana, al borde del anchísimo río Magdalena, avistándolo el 1 de abril de 1501. Pasa por el golfo de Barú, donde se sitúa la ciudad de Cartagena de Indias, hoy Patrimonio de la Humanidad por su buen cuidado casco antiguo, llegando hasta los golfos de Urabá y Darién, ya en la actual nación de Panamá. Recorren la Isla de Pinos y la costa hasta el Puerto del Escribano, lugar aún desconocido. Este viaje le valdría muchísimo en su experiencia futura como un gran capitán, descubridor y conquistador de la tierra panameña.

 

Pero los barcos de esta expedición estaban carcomidos por la enfermedad de la broma, por lo que Rodrigo de Bastidas decide retornar a la isla de la Hispaniola, hacia Santo Domingo, tras pasar por Santiago (hoy la isla de Jamaica) y la región de Jaragua, situada al oeste de la isla dominicana, hoy en la República de Haití, llegando a la capital con oro, esmeraldas y perlas. Pese a todo, el juez pesquisidor de la isla, Francisco de Bobadilla, le incauta este tesoro y lo encarcela. El mandato de Bobadilla duró desde el 23 de agosto de 1500 hasta el 15 de abril de 1502.

 

En esta expedición de Bastidas, Vasco Núñez de Balboa ganó bastante dinero y se fue a tierras más tranquilas en 1502. Ese año, mi paisano Nicolás de Ovando, nacido en la villa cacereña de Las Brozas se hacía cargo de la Gobernación de las Indias, por orden de los Reyes Católicos. Antes había sido comendador de Lares, el pueblo pacense de Esparragosa de Lares, de la Orden Militar de Alcántara, donde naciera en el siglo XX el cantante Pablo Guerrero, cuyo principal tema fue “Que tiene que llover a cántaros”, canción que con otras muchas suya interpretó en el Olimpia de París.

 

EL MANDATO DE OVANDO

 

Nicolás de Ovando había sido nombrado gobernador de la Hispaniola, Indias y Tierra Firme el 3 de septiembre de 1501, cuando era comendador de Lares, para sustituir a Francisco de Bobadilla, por su mala gestión, quien había mandado prender a Cristóbal Colón y a sus hermanos Diego y Bartoloméy les había mandado a Castilla encadenados e incautados todos sus bienes. Los Reyes Católicos confían en la buena gobernación que Ovando había hecho al frente de la Orden Militar de Alcántara y le piden que reestablezca los bienes y tierras de los Colón y todos sus títulos, con la única intención de mantenerlo alejado de la isla de la Hispaniola.

 

El viaje de Ovando fue el más importante hasta entonces de los que habían salido desde la Península hasta los nuevos territorios, ya que la flota la formaban  32 barcos y más de 2.500 personas. Junto a Nicolás de Ovando se alistaron personas que hoy forman parte de la historia de España, como Bartolomé de las Casa, Francisco Pizarro, Juan Ponce de León, entre otros y doce franciscanos, comenzando la cristianización de los indios taínos. También iba a haber ido en este viaje un primo de Francisco Pizarro, Hernán Cortés, pero un asunto de faldas le retuvo en Sevilla.

 

El trayecto oceánico comenzó el 13 de febrero de 1502 en Sanlúcar de Barrameda y estaba al frente el capitán Antonio Torres, quien ya había estado con Cristóbal Colón en su segundo viaje, El mandato del brocense duró desde el 15 de agosto de 1502 hasta el 9 de julio de 1509, siendo entonces sustituido por Diego Colón, hijo del descubridor, quien fue a la Hispaniola junto a su esposaMaría de Toledo, sobrina del Duque de Alba.

 

Los Reyes pidieron también a Ovando que hiciera retornar al juez pesquisidor a Castilla en la flota de vuelta. Así lo hizo Ovando, pero con tan mala fortuna que la flota de regreso a España fue sorprendida por un fuerte huracán de las Antillas mayores y en el naufragio perdieron la vida Francisco de Bobadilla; el almirante, Antonio Torres, y el piloto Pedro Alonso Niño, así como el cacique taíno Guarionex, jefe de Maguá, (hoy ciudad dominicana de La Vega), que estaba siendo deportado a Castilla, pues había hecho la guerra a los españoles y había sido encarcelado hacía dos años. Sí llegaron a España, entre otros, Juan de la Cosa y Rodrigo de Bastidas, quienes al entregar parte del tesoro que llevaban a la reina Isabel, se volvió a interesar por los temas del Nuevo Mundo.También se salvó la carabela “Aguja”, irónicamente el barco más débil de la escuadra y el que llevaba los bienes de Colón.

 

Este huracán no sólo hundió la flota sino que arrasó la isla de la Hispaniola y la capital, Santo Domingo, aposentada en unos barracones cubiertos con hojas de palmera en la orilla izquierda del río Ozama desde 1496. Ese año de 1502 Ovando ordenó que la ciudad fuera trasladada al margen derecho del Ozama y se construyera al estilo castellano; es decir, a base de piedra. Muchos de sus monumentos, casonas y palacios que aún se conservan en el interior de la ciudad de Santo Domingo son de piedra y está declarada por su antigüedad, ciudad Patrimonio de la Humanidad.

 

FUNDACIÓN DE CIUDADES

 

Hasta 1502, año en que llegó Núñez de Balboa a la Hispaniola, ya se habían fundado un total de ocho ciudades. La primera de ellas fue el Fuerte de Navidad, fundada en lo que hoy es Haití en 1492 y desaparecida, como también desaparecieron tres más: La Isabela, Santo Tomás y La Magdalena, las tres fundadas en 1494 en territorio de la República Dominicana. Al año siguiente, se crearon dos más: Santiago de los Caballeros y Bonao, que subsisten en la actualidad. Y al siguiente, en 1496, Santo Domingo, destruida en el huracán de 1502 y refundada ese año en la margen opuesta del río Ozama, como ya se ha dicho, así como la Fortaleza Ozama, el edificio de Santo Domingo más antiguo de América, con aspecto de castillo medieval, y que se puede visitar como uno de sus atractivos del patrimonio histórico artístico de la ciudad.

 

En 1500 surgió en Venezuela la población de Nuevo Cádiz, también hoy desaparecida y dos años más tarde, también en Tierra Firme (Venezuela), Santa Cruz, de la que no quedan restos.

 

Ese año de 1502 se habían creado en lo que hoy es Dominicana las poblaciones de Puerto Plata y Santa Cruz de Hicayagua, posteriormente Santa Cruz de El Seibo y hoy El Seibo, ciudades que aún persisten en la actualidad.

 

En 1503 hubo cinco fundaciones, dos en Haití (Hincha y Santa María de la Vera Paz, ésta desaparecida) y dos en República Dominicana (San Juan de la Maguana y Salvaleón de Higüey), más una quinta en Panamá, Santa María de Belén, también desaparecida.

 

SALVATIERRA DE LA SABANA

 

En la práctica, el mandato de Ovando no iba más allá de la actual República Dominicana y Haití. Núñez de Balboa se aposentó en el año 1504 en Salvatierra de la Sabana, situada la zona oeste de la isla la Hispaniola, en el actual Haití, junto a Diego Velázquez de Cuéllar, suegro de otro gran conquistador, Hernán Cortés. Esteban Mira Caballos cuentaque el gobernador Ovando iba distribuyendo a sus hombres por las ciudades que iban fundando con el fin de controlar políticamente todos los territorios isleños. Así en Salvatierra de la Sabana, fundada por Diego Velázquez, estuvieron Vasco Núñez de Balboa, Bartolomé Becerra, Pedro Romero, Alonso de Galisteo y Martín de Cáceres, todos ellos miembros de su equipo al que llamaban los antiguos colonos “los garrovillanos” por su influencia ante el jefe.

 

El padre Bartolomé de las Casas, que conoció en persona a Vasco Núñez de Balboa,  le retrata en su libro: “Este Vasco Núñez era uno de los que muchas deudas debía, vecino del postrero pueblo desta isla, al Occidente, llamado Salvatierra de la Sabana, donde tenía indios de repartimiento, natural de Badajoz. Era mancebo de hasta treinta y cinco o pocos más años, bien alto y dispuesto de cuerpo, y buenos miembros y fierezas y gentil gesto de hombre muy entendido y para sufrir mucho trabajo. Este había venido a la Tierra Firme, cuando vino a descubrir y rescatar Bastidas…”

 

Diego Velázquez procedía de una familia noble de la ciudad de Cuéllar. Su familia ya había servido durante generaciones a los reyes de Castilla. Él viajó ya con Colón en su segundo viaje a América y en tiempos de Ovando fue su lugarteniente. Durante el mandato del gobernador Diego Colón, éste le envió a la isla Juana, hoy isla de Cuba, a conquistarla, primero como adelantado y después como gobernador.

 

La población Salvatierra de la Sabana es hoy conocida como la ciudad de les Cayes. Además en 1504 también se crearon en Haití otra población que aún pervive: Fort Liberté, y otras dos en República Dominicana: Ázua de Compostela y Bánica.

 

Velázquez fundó numerosas ciudades por orden de Ovando. En La Hispaniola fueron  las poblaciones de Villanueva de Yáquimo, San Juan de la Maguana, Ázua de Compostela, Salvatierra de la Sabana, Santa María de la Vera Paz y Bánica; y en Cuba, bajo el mandato del siguiente gobernador Diego Colón, las ciudades de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, San Salvador de Bayamo, Santiago de Cuba, Santísima Trinidad, Santa María de Puerto Príncipe, Sancti Spíritus, San Cristóbal de la Habana y San Juan de los Remedios.

 

El nombre de Salvatierra de la Sabana significa tierra salvada de las aguas. Pasados los siglos, sería destrozada por dos grandes huracanes, el primero el 5 de septiembre de 1781 y otro el 16 de septiembre de 1788. Con el tiempo fue la ciudad de Les Cayes (Los Cayos). Esta ciudad era antes de la última revolución haitiana un lugar tranquilo, al suroeste de San Domingo, donde no se daban las grandes tensiones que se producían en la capital o en el norte de la isla.

 

LA CIUDAD DE LES CAYES

 

Hoy es una gran zona turística de la República de Haití, por la diversidad de sus paisajes,  clima templado y la riqueza de su patrimonio histórico artístico y de naturaleza. Comencemos a conocer estas tierras por su naturaleza porque eso ha cambiado poco en los últimos 500 años.

 

Una guía turística nos habla de sus bellezas naturales, destacan sus hermosas playas, como la llamada Jelly, que es la más grande del país, con un precioso banco de  arena blanca, situado entre el mar y la tierra, con agua dulce en sus cercanías, como la tiene la playa de “Pointe”, con dos bellísimas cascadas yun tranquilo y hermoso mar azul.

 

En esta zona del sudeste de Haití se halla el pico más alto de la República, el PicMacaya, de 2.410 metros de altura, donde en una espesa vegetación, con agradable paisajes, habitan raras especies de aves en peligro de extinción y hoy convertido en uno de los dos Parques Nacionales del país, protegido con inversiones de la Unión Europea.

 

LA HISPANOLA EN TIEMPOS DE BALBOA

 

Y vemos qué ocurrió en esta isla en esos nueve años en el que el gobernador Ovando y Balboa convivieron en la isla de la Hispaniola.

 

Ya se ha dicho que durante los primeros años de la gobernación de Ovando, éste repartió a sus hombres por todos los territorios indígenas dela isla. En el año de 1502, elañode su llegada, mandó a Juan  de Esquivel, con 400 hombres a conquistar y a repoblar el cacicazgo de Higüey, donde funda la villa de Santa Cruz de Hicayagua, posteriormente Santa Cruz de El Seibo y hoy El Seibo, en la República Dominicana. También al añosiguiente, Esquivel fundó una fortaleza en Higüey, dentro de ese mismo cacicazgo, y que dos años más tarde se convierte en la ciudad de Salvaleón de Higüey,  colaborando en ello Juan Ponce de León – que este año se conmemora el quinto centenario de su llegada a la península de La Florida- y de Juan de Villarroel.

 

Mientras tanto Ovando ordena a Diego Velázquez, fundar una ciudad en el cacicazgo de la Maguana, quien el 24 de junio crea San Juan de la Maguana, muy cerca de la capital del reino taíno.Ayudaron en esta fundación Alonso de Sotomayor, Juan Pérez, Antonio de Herrera, Alonso Ramos, Jerónimo de Herrera, Juan Pizarro, Diego de Aldana y Alonso de Monroy.

 

La idea del gobernador era ir distribuyendo a sus hombres por la isla, como ya se ha dicho, por eso ahora su plan era conquistar el oeste, lo que hoy forma la nación de Haití. Allí volvió a enviar a su hombre de confianza, Diego Velázquez.

 

Este año de 1503 es importante para los colonos de la isla, entre ellos Balboa, ya que la Reina Isabel forma el 20 de diciembre una Real Provisión por la que da permiso para crear las encomiendas, a través de las cuales los españoles recibían indios para trabajar en sus posesiones, o bien los indios de las tribus caribes apresados en guerras justas contra ellos.

 

Ese mismo año el gobernador Ovando manda dos expediciones al oeste de la isla de la Hispaniola para terminar de pacificarla. La primera al mando de  Rodrigo de Mexía, quien crea La ciudad de Lares de Guabá o Guahabá, recordando el nombre de la extremeña Esparragosa de Lares de donde era comendador. Esta ciudad fue destruida y con el tiempo, en 1704, refundada por inmigrantes canarios se convirtió en la dominicana Nuestra Señora de la Concepción de Hincha. (Hoy es Hincha, en el centro de Haití, de unos 100.000 habitantes).

 

A su vez Diego Velázquez funda Santa María de la Vera Paz, al oeste del lago de Xaragua, hoy renombrado lago Saumatre y al este de la capital del país: Puerto Príncipe. La ciudad fundada por Velázquez desapareció pronto, en 1518. En este cacicazgo fue donde se dio la matanza de Xaragua, donde el gobernador mando hacer una masacre de los indios levantiscos, mientras sus hijos fueron recogidos por los dominicos y enseñados en las artes, las letras castellanas y la religión católica. Entre estos niños estaba el indio  Huarocuya, de tan sólo 7 años, pero que con el tiempo fue un jefe indio llamado Enriquillo, y que hoy da nombre al gran lago dominicano.

 

Toda esta parte de la isla se pacifica, solo quedan algunos indios revolucionarios en la isla de la Gonave, mientras se sigue fundando ciudades. Así Rodrigo Mejía de Trillo fundó en 1504 Puerto Real, y después denominada Bayajá, hoy Fort Liberté al norte de Haití; muy cerca de la frontera con República Dominicana, mientras que Diego Velázquez- el gran fundador- crearía Ázua de Compostela, hoy se quedó sólo con el nombre de Ázua, ciudad que fue derruida pro un terremoto el 16 de octubre de 1751 y que hoy cuenta con 250.000 habitantes.

 

Una curiosidad, al año siguiente comienza a circular en la Hispaniola la moneda el real de a ocho, al que llaman también peso fuerte o peso duro; de ahí que los hispanoamericanos tengan como monedas el peso y nosotros a ciertas monedas le llamábamos el duro: Esta moneda comenzó a circular por el Nuevo Mundo en 1505 hasta el año 1857 que también circulaba en los Estadios Unidos, al que llamaban el dólar español. Fue la moneda más internacional que nunca ha tenido España.

 

También en 1505 se funda por Rodrigo Mejía de Trillo otra ciudad. En esta ocasión es La Buenaventura, en lo que fuera una ciudad indígena de Cotuy, en el centro de la Hispaniola; hoy es la capital del mismo nombre de la provincia dominicana de Sánchez Ramírez. Cotuí es un nombre taíno.

 

Este mismo año se fundó, en una zona taína, Montecristi por Nicolás de Ovando a orillas del río Jacaguay tres décadas más tarde Juan de Bolaños. Crearon esta nueva ciudad unos 60 colonos procedentes de Canarias y la llamaron San Fernando de Montecristi, pero fue destruida a principios del siglo XVII. Hoy cuenta con más de 110.000 habitantes.

 

Ese año hubo un acontecimiento importante para la formación de los hijos de los colonos: Se crea en Santo Domingo la escuela de la Española, el primer colegio de América.

 

En 1507 Ovando mandó concluir a uno de sus comandantes, Cristóbal de Tapia, las obras de la Torre de Ozama, lugar que fue durante cuatro años más la sede de la gobernaduría del Nuevo Mundo, hasta que Diego Colón comenzó a levantar el Palacio de Colón, palacio que aún se conserva. La Fortaleza Ozama pasa a ser hoy uno de los principales monumentos de la ciudad Patrimonio de la Humanidad que es Santo Domingo.

 

Para entonces la población indígena taína había sufrido un importante descenso debido a la gran mortalidad causada por los trabajos que les obligaban los españoles y también por las bacterias que aportaron los colonos y trajeron nuevas enfermedades a una población local que hasta entonces no la tenían. La población pasó de los 500.000 tainos en 1492 a poco más de 60.000 en 1507.

 

En 1508 hubo un nuevo paso para la colonización de otros territorios en Tierra Firme. Así el rey Fernando de Aragón concedió, como regente del Reino de Castilla, dos nuevas gobernaciones a Alonso de Ojeda y a Diego de Nicuesa, que tanta importancia tendría en la vida personal de Vasco Núñez de Balboa.

 

ESCUDOS REALES

 

El 7 de diciembre de 1508, la reina Juana la Loca concede a las quince ciudades ya fundadas en la isla de la Española sus escudos: Diez en lo que es hoy República Dominicana y cinco en Haití. Son estas: Santo Domingo, Concepción de las Vega, que recibe también el título de ciudad; Santiago, Bonao, La Buenaventura, Puerto Plata, San Juan de la Maguana, Compostela de Ázua, Salvaleón de Higüey y Santa Cruz de Icayagu. Las cinco de Haití son; Salvatierra de la Sabana, Puerto Real, Santa María de la Vera Paz, Villanueva de Yáquimo y Lares de Guabá

 

Mientras tanto, el gobernador Ovando mandó fundar en Santo Domingo el primer monasterio de América. Por eso a Santo Domingo la denominan la ciudad primada de América. Se trata del monasterio de San Francisco.

 

Como la isla estaba ya pacificada, Ovando se dedica a explorar los territorios colindantes. Así  ordena al piloto Andrés Morales a que circunnavegue la isla con el fin de reconocerla por completo y realice las cartas náuticas. Lo mismo haría el navegante gallego Sebastián de Ocampo con el cercano territorio de lo que es hoy la isla de Cuba y entonces llamaron isla Juana en honor a la reina. Como es tan larga, no sabían si era isla o tierra firme. Lo hizo con dos barcos y su viaje duró dos años durante 1508 y 1509. De este viaje se ha hecho recientemente un documental firmado por una cineasta cubana.

 

Por otra parte, Juan Ponce de León, teniente de la villa de Salvaleón de Higüey, salió hacia el este para reconocer la isla de Borinquén, hoy Puerto Rico con sólo 60 hombres, Fundó la ciudad de Cáparra, donde aún se conservan los restos de su casa. Fue muy bien recibido por el cacique Agüeybaná, que llegó con él a Santo Domingo para ser recibido por el gobernador Ovando. Al año siguiente, le nombra el primero de mayo gobernador de la isla de San Juan Bautista (Puerto Rico).

 

El 9 de julio de 1509 llega a la isla el nuevo gobernador, Diego Colón, en compañía de sus tíos Bartolomé y Diego y así concluye la gestión de Nicolás de Ovando.

 

LA AGRICULTURA Y GANADERIA EN LA HISPANIOLA

 

Mientras tanto Vasco Núñez de Balboa se dedica a sus tareas agrícolas y ganaderas en la zona oeste de la isla, en Salvatierra de la Sabana, donde es encomendero, donde trabaja con sus indios en lo que conoce, criando ganado vacuno y porcino, recordando sus tiempos de estancia en Extremadura.

 

Lorenzo López y Justo del Rio estudiaron la ganadería vacuna en la isla de la Española durante el siglo XVI. En su estudio, ambos profesores de la Universidad Complutense indican que “la ganadería en la Española tuvo una considerable importancia social y económica desde los primeros momentos de la colonización debido al decrecimiento aurífero, que ya se vio entre los años 1508 y 1510, antes de que se implantase el cultivo del azúcar”.

 

Según el historiador dominicano Frank Moya Pons en su obra “La española en el siglo XVI”, “sólo permanecieron en la isla aquellos que tenían propiedades efectivas: fincas, ganados e indios”. Pero como el caso de nuestro biografiado, Balboa al arruinarse no tenía nada de ello , por lo que tuvo que abandonar la isla de manera precipitada.

 

Cuentan López y del Río que “las décadas de 1510 y 1520, el incremento del vacuno y la despoblación insular fueron dos fenómenos que terminaron con la desaparición del mercado interior y el derrumbe de los precios de la carne. Los precios bajaron a costas tan reducidas que los criadores ya no ganaban ni para pagar a los vaqueros y pastores,quedando los ganados sin guarda y haciéndose monteses”.

 

EL FINAL DE SU ESTANCIA EN LA HISPANIOLA

 

Como soldado, Núñez de Balboa, a las órdenes del gobernador, pacificó la zona de indios y por eso recibió tierras y también indios para trabajar en ellas, pero no debía ser un buen agricultor ni negociante y se endeudó. Cuenta la historia que como extremeño se dedicó a la cría de cerdos, pero debió de salirle mal el negocio,  por lo que a los pocos añostuvo que abandonar el lugar escondido en un barco que salía desde Santo Domingo, como polizón, en un barril, y acompañado por su perro Leoncico, que por entonces era un arma contra los indios. Estamos ya en 1509 cuando huye en el barco del bachiller Martín Fernández de Enciso, y tras acercarse a la zona panameña del Darién funda allí la ciudad de Santa María del Darién y es nombrado alcalde de la misma, pero esa ya es… otra historia antes de su gran descubrimiento en Panamá: La Mar del Sur-

 

MIS EXPERIENCIAS PERSONALES EN PANAMÁ

 

Y algunas experiencias vitales que este viajero ha tenido por esta zona de América han sido ricas y variadas, como entrevistar en Mallorca –donde residí doce años- al general Omar Torrijos, por entonces presidente de Panamá, o realizar una visita a los indios Kuna, el lugar donde murió nuestro paisano, en la actual provincia de San Andrés, a donde me desplacé en una pequeña avioneta desde el aeropuerto de Panamá hasta el pequeño aeródromo de los kuna, situado en el continente y muy cerca de una islita-ciudad. A la vuelta, una gran tormenta tropical amenazaba la pequeñísima avioneta mientras, a medio metro de mí, el fuerte aguacero impactaba sobre el parabrisas de la aeronave haciéndola bambolear. Los indios kuna han sido muy bien estudiados por el catedrático de Antropología de Iberoamérica Tomás Calvo Buezas, natural deTornavacas, de los que ha escrito el libro “Los Kuna”.

 

Otra interesante experiencia fue con los indios Emberá, situados en la zona del Canal, adonde me trasladé un lluvioso día en una barca, que no tenía nada que envidiar a la que use hace unos años para estar con los indios de la zona selvática de Venezuela para ir a conocer el Salto Ángel, la catarata más alta del mundo con 940 metros de caída libre.

 

El día que fui a ver a los emberá, estaba lluvioso, un par de horas bajo un continuo cielo abierto, tanto que toda la jornada se empleó en unas compras de artesanía local, una comida típica debajo de una de las chozas y una buena charla con el chamán de la tribu.

 

Los días selváticos de Panamá concluyeron en el Canal. Tuve la suerte de estar detrás de un barco Panamax, que son aquellos barcos que de gran tonelaje que son capaces de traspasar las esclusas. Su tamaño es tan enorme que fui incapaz de hacerle una fotografía de tan cerca que estaba. No entraba en el ángulo de la máquina de fotos. Sin embargo tuve esa gran experiencia desde lejos, desde las tierras de los emberá.

 

Para terminar, dos apuntes: Miguel de la Quadra Salcedo, con el que uno de mis hijos realizó la Ruta Quetzal por México, va llevar a jóvenes de España y América por Panamá y Jerez de los Caballeros,  lugar donde ha sido restaurada recientemente con dinero de aquel país hermano la pila bautismal donde se cristianó Vasco Núñez de Balboa.

 

Por otra parte, una sugerencia le hice en su día a la presidenta del Hogar Extremeño, Maruja Sánchez, y es que en desagravio de la mala situación en la que se encuentra la estatua de Núñez de Balboa en la Ciudad Universitaria, junto al Museo de América, sería muy interesante que los extremeños le lleváramos una corona de laurel ante el monumento y homenajeemos a uno de los más grandes personajes de la historia de Extremadura, España y América.

 

Y como prueba de mi visita por el Canal  de Panamá y en agradecimiento a su interés, les dejo esta imagen con un buen amigo, Félix Arévalo, secretario general de la Asociación Nacional de Agencias de Viajes, gran prohombre del turismo español, en el barco que nos  llevó por las aguas que navegara nuestro ilustre paisano, el jerezano Vasco Núñez de Balboa.

 

Oct 012007
 

Francisco Rivero.

            La villa de Las Brozas será nombrada por la Junta de Extremadura como conjunto histórico artístico dada la categoría monumental de la población, que cuenta con dos templos, un castillo, tres conventos, así como varias ermitas, numerosos palacios y casonas solariegas con profusión de escudos de las familias  brocenses, y casas de arquitectura popular. Su trazado urbanístico se dibuja en torno a la iglesia de Santa María la Mayor, También hay que destacar la única casa que aún está en pie en España del gramático Elio Antonio de Nebrija, quien vivió en la localidad prácticamente los últimos años de su vida.

 

Las Brozas fue encomienda mayor de la orden militar de Alcántara. Su origen, que se pierde en el tiempo, puede proceder den un castro celta; por su solar pasaron también los romanos, con un puente aún muy desconocido para el gran público, y con redondas construcciones singulares en sus campos como los bohíos, “bujíos”, en terminología broceña.

 

A todo su patrimonio monumental, la villa de Las Brozas cuenta con una pléyade de hijos ilustres: Nicolás de Ovando, primer gobernador español en América; Francisco Sánchez de Las Brozas, gramático, y ya en los siglos XIX y  XX, el padre Manuel Amado, traductor de español del general inglés Arthur C. Wellesley, duque de Wellington y el actor Casimiro Ortas, maestro de actores.

 

El expediente está tramitado por la Consejería de Cultura, tras sugerirlo en su día el cronista oficial de la villa, al anterior consejero de Cultura, Francisco Muñoz; y ser aprobado por unan unanimidad por el anterior Consistorio, ahora sólo queda que el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura lo apruebe en breve y la villa de las Brozas sea el nuevo conjunto histórico artístico de la región.

 

Oct 012006
 

Francisco Rivero.

Cronista oficial de la Villa de Las Brozas (Cáceres)

La villa de Las Brozas cuenta entre sus hijos ilustres a uno de los actores más importantes de España e Hispanoamérica del siglo XX, sin que sea conocida suficientemente su vida profesional por las generaciones actuales de los brocenses. Me estoy refiriendo a Casimiro Ortas, maestro de grandes actores, ya fallecidos, como Antonio Garisa, Alfonso del Real, Rafaela Aparicio… etc.

Una breve biografía: Nació en la villa de Las Brozas el primero de mayo de 1880, en la casa de don José Domínguez, hoy en la Plaza de Príncipe de Asturias, número 2, que entonces era una pensión, pues sus padres eran actores y se encontraban de gira por Alcántara y Brozas.

Según la partida de nacimiento, que se encuentra registrada en el juzgado municipal se escribe lo siguiente: Eran las cuatro y media de la tarde del primero de mayo de 1880 cuando vino al mundo en la casa que hace el número 2 de la Plaza Nacional (hoy Plaza Príncipe de Asturias), en Las Brozas (Cáceres) el que, con el tiempo sería uno de los principales protagonistas de la escena española: Casimiro Eduardo de la Concepción Ortas y Rodríguez”

Ortas murió en Barcelona en 1947 y su cuerpo fue trasladado a Madrid para ser enterrado en el cementerio de la Almudena, donde se halla su tumba, con una lápida que dice: “Propiedad de Casimiro Ortas”.

Y en el intervalo él cuenta su vida al periodista José Góngora, quien la publica en una entrevista en la revista “Alrededor del mundo”, concretamente en el volumen 58, del 4 de febrero de 1928, y cuyo hallazgo se lo debo al mexicano don Héctor Perea, quien conoce muy bien Cáceres y su provincia.

Y paso a transcribir dicha entrevista. Cuenta el periodista que fue a su casa de Madrid, donde se encontró en el salón con dos fotografías dedicadas del rey Alfonso XIII y del príncipe de Asturias, que sería don Juan de Borbón, padre de don Juan Carlos. Como dato curioso señala que al entrar al salón hay dos fotos de tamaño natural del artista hechos en Méjico, que bien iluminados parece que es el propio Ortas en persona quien recibe al escritor.

Cuenta en la interviú el fracaso económico que tuvo en México, ya que le tocó vivir una de sus muchas revoluciones durante sus siete meses de estancia en el país azteca. Cuenta Luis Mario Moncada en su obra “Cronología de teatro en México. 1900 – 1950”, que en 1923 estuvo allí nuestro paisano. Se presenta en el teatro Principal la Compañía del teatro Apolo de Madrid, bajo la dirección de Casimiro Ortas. Durante su temporada, que se prolonga por casi siete meses, se presentan obras del género chico español.

Pero el actor lo narra de otra manera bastante diferente: “Me ocurrió lo peor después de perder a mis padres. Me quedé en la ruina más absoluta, ya que había firmado un contrato por seis meses y con la crisis de la revolución, nadie iba al teatro, por lo que me arruiné y como yo era el presidente de la Sociedad Española de Actores me vi mas obligado a pagar a mi gente todo lo que les debía, por lo que tuve que pedir un crédito personal” ¡En total eran 610.000 pesetas de las de 1923!

El periodista le pregunta por sus comienzos:

Comenzó a ser artista con su padre, concretamente en Sabadell, donde a los 15 años trabaja en la obra “La caza del oso o el tendero de comestibles”, de Federico Chueca, que se había estrenado en el Teatro Apolo el 6 de marzo de 1891 y fue la peor representación de Ortas, “un rotundo fracaso”, según sus propias palabras. Después vino “La familia es un estorbo”, un juguete cómico, adaptado del alemán por Emilio Sáez, compañero de escritura del alicantino Carlos Arniches.

Pasó por Cádiz, contratado por el empresario Barrilaro, aunque el primer papel que bordó fue Melindres de “El cabo primero”, una zarzuela de Carlos Arniches y Caballero. Fue un éxito clamoroso a los 17 años.

Al año siguiente se presentaba en el Teatro de la Comedia en Madrid y pasó después a Andalucía, su segunda tierra.

En 1919 recibió un homenaje en Brozas, aunque muchos creían por entonces que era de Olivenza, la ciudad natal de Casimiro Ortas padre.

Otras obras en las que trabajó en sus primeros comienzos fueron “La ciudad de los cármenes”, “Los niños llorones”, de Arniches, Paso y García Álvarez; una zarzuela cómica de 1908; “El último chulo”, de los compositores Tomás López Torregrosa y Joaquín Valverde “Quinito” y libreto de Carlos Arniches, donde trabajaba tan duro que usaba hasta dos trajes debido a que se rompían con facilidad.

Pero en esta larga entrevista declaró que las mejores obras líricas en las que trabajó fueron “Serafín el Pinturero”, “El Asombro de Damasco”, haciendo el papel del doctor Bhem Bhem, estrenada en 1916, y “Pepe Conde”.

Fue Carlos Arniches un verdadero apasionado del trabajo de Ortas, tanto que escribía obras en exclusiva para él, con obras como “Es mi hombre”, en el que representa a un hombre pusilánime en casa, pero que por hambre y necesidad se convierte en un chulo matón en un casino. Esta obra fue puesta en escena en 1994 por José Sazatornil, Saza” y Beatriz Bergamín, la nieta del escritor José Bergamín. O “La Venganza de la Petra”, una farsa cómica que se puso en escena en la muralla árabe de Madrid. La obra se estrenó en 1917 y Ortas fue su protagonista. Cuenta la historia de una mujer que provoca de celos a su marido cuando éste la abandona, y le hace volver junto a ella haciéndole pensar que se va suicidar por amor. Hoy sigue en cartel en el teatro de La Latina de Madrid, propiedad de Lina Morgan,

Arniches dedicó «La flor del barrio» a Casimiro Ortas con el siguiente texto: «Al gran actor y queridísimo amigo Casimiro Ortas. Con toda admiración. Madrid, 1 de julio de 1919». El estreno había tenido lugar el día 30 de mayo de 1919 en el teatro Apolo. Se trataba de un sainete lírico de costumbres madrileñas. La música fue compuesta por Calleja y Foglietti. En esta obra, Ortas intervino como protagonista en el papel de Saturiano y también lo hizo su primera esposa, Carmen Sobejano, como doña Visita.

Otros escritores que trabajaron para que Ortas se luciera fueron los Pericos: Pedro Muñoz Seca y Pedro Pérez Fernández.

Del primero tenemos, como ejemplo, “Calamar. Casi película policíaca en tres jornadas”.

De Pedro Pérez Fernández, abuelo del que fuera concejal de Sanidad de Madrid, Simón Viñals Pérez, con el alcalde José María Álvarez del Manzano, estrenó numerosas obras. Entre ellas el sainete de Muñoz Seca y Pérez Fernández “El marido de la Engracia”, en el que un periódico escribía seis aleluyas y con los que resumía la obra:

Marcelino no se sacia
De perseguir a la Engracia

Busca un hombre decidido
Que asesine a su marido

Y encuentra a un tal Cardenete
Dispuesto a matar a siete

Más la Engracia… ¡es la mujer
De Cardenote (¡¡ hay que ver!!)

Y Cardenote y la Engracia
¡firman la paz! ¡¡¡ Ay, qué gracia!!!

Y Marcelino, burlado
Se marcha por donde ha entrado.

La crítica decía de este sainete: “Todos merecían ser nombrados, pero Casimiro Ortas, el estupendo actor cómico, el glorioso karicato, el amo… hicieron las delicias del auditorio”

Otro de los hallazgos de un servidor por reconstruir la biografía de nuestro paisano Casimiro Ortas es buscar su voz. Y la encontré en la obra “El sobre verde”,con música del maestro Jacinto Guerrero y estrenada en el Teatro Victoria de Barcelona el 22 de enero de 1927, aunque se llevara al cine siendo protagonistas Tony Leblanc y Esperanza Roy. Fue pasada por TVE el 7 de mayo de 2005 en el programa “Cine de barrio”.

Sinopsis:

Fortunato es un director de escena que quiere tener una oportunidad en el mundo del teatro para dirigir su revista favorita de los años veinte llamada El sobre verde. Un día por casualidad, un empresario se fija en él y le contrata para su teatro, donde actúa una estupenda vedette, Katia Kayles, de la que Fortunato se enamora perdidamente. Sin embargo, no faltarán los que quieran hundir su número, aunque para ello haga falta atentar contra su vida.

Fisonomías de Casimiro

El colaborador de ABC Ramón López-Montenegro escribió en le revista “Blanco y Negro” número 1.785, correspondiente al 9 de agosto de 1925 un artículo titulado “Fisonomía de Casimiro Ortas” en el que muestra cómo era nuestro cómico:

Si veis a Casimiro en la calle es un señor correctísimo, bien proporcionado, altidadamente vestido, serio; nada hace sospechar a quien no lo conozca que aquel señor, horas más tarde, saldrá a escena vestido absurdamente deformado su cuerpo en una contorsión casi epiléptica, convertido todo él en un imponderable gesto cómico, de una comicidad pertubadora. Y si tuviéramos ocasión de entablar algún diálogo con aquel caballero tan correcto que encontráis en la calle, no apreciaríais en su charla nada extraordinario; una voz muy corriente, modulada con naturalidad, una prosodia perfectísima… Pero escuchadle en su farándula, observad qué distinto: es el balido de la oveja, el croar de la rana, lo que fuere., Más nadie negará que tan extravagante dicción completará el gesto cómico de Ortas.

El final

Casimiro Ortas murió en la madrugada del lunes 10 de marzo de 1947 en Barcelona, cuando trabajaba en el Teatro Borrás, en la compañía de Paco Melgares, su discípulo, quien compadecido del maestro le dio trabajo. La comedia que iban a reponer el miércoles próximo al de su muerte (12 de marzo) era «Militares y paisanos», de Emilio Mario hijo.

La última obra en la que intervino fue con «El tío catorce» el día 4 de ese mes. A la jornada siguiente se sintió enfermo y, por prescripción facultativa, guardó cama. El domingo, día 9, empeoró sensiblemente.

Hacía bastante tiempo que su salud se hallaba bastante deteriorada. En las actuaciones de la compañía de Paco Melgares se agotaba físicamente. La muerte le sobrevino por un ataque de uremia en la mañana del día 10. La uremia es un conjunto de síntomas cerebrales, respiratorios, circulatorios, digestivos, etc., producidos por la acumulación en la sangre y en los tejidos de venenos derivados del metabolismo orgánico eliminados por el riñón cuando el estado es normal.

Desde hacía algunos meses, Casimiro Ortas padecía una enfermedad, no obstante la cual había continuado trabajando, ya que su vocación -y también la falta de dinero, porqué no decirlo- no le permitía retirarse a descansar.

Por el teatro Borrás, donde se instaló la capilla ardiente, desfiló en la tarde del día del óbito numeroso público. Todos los actores y actrices de las compañías que actuaban por entonces en Barcelona depositaron flores a los pies del féretro y oraron ante el cadáver. Igualmente acudieron a rendir su último tributo a Ortas los veteranos actores barceloneses.

El cadáver sería embalsamado esa noche y, al día siguiente, el 11 de marzo, por orden del jefe nacional del Sindicato del espectáculo, fue conducido a Madrid para recibir cristiana sepultura en el cementerio de la Almudena. Los pliegos de firmas, instalados en el vestíbulo del teatro Borrás, se llenaron rápidamente. «La muerte del popular actor ha sido muy sentida en Barce­lona -escribía la agencia Cifra (actual agencia Efe), que distribuyó la noticia a toda la prensa nacional y ésta se hizo eco de ella en sus primeras páginas.

Los restos de Casimiro Ortas fueron velados aquella noche por las actrices y actores de los teatros barcelo­neses, críticos teatrales y amigos del finado.

En un ter expreso fue desde Madrid la viuda, acompañada de otros familiares, quienes se dirigieron a la capilla ardiente. En el teatro Borrás fue recibida por numerosas personas que se hallaban en el mismo y le expresaron su pésame más sentido.

A la viuda le fue entregada una carta de condolencia del gobernador civil, ofreciéndole sus respetos y poniéndose a su disposición para todo lo relacionado con el entierro. En el teatro se recibieron numerosos telegramas de pésame de toda España e infinidad de coronas y ramos de flores.

El desfile de público por la capilla ardiente fue continuo durante toda la mañana del día 11.

EL ENTIERRO

«El Sindicato Provincial del Espectáculo de Madrid pone en conocimiento de los actores residentes en la capital de España que mañana, miércoles, 12 de marzo, llegarán procedentes de Barcelona, los restos mortales del que fue gran actor Casimiro Ortas. Tanto los artistas como sus admiradores y amigos que quieran rendir el último tributo al gran artista podrán hacerlo concurriendo a las doce de la mañana a la Plaza de la Independencia, frente a la puerta del Retiro, de donde partirá el fúnebre cortejo. El Sindicato Nacional del espectáculo ha sufragado, íntegramente, los cuantiosos gastos ocasionados por el falleci­miento de Casimiro Ortas», dijo una nota de prensa.

Para apoyar su manifestación de pesar, algunas empresas cerraron sus teatros. De esta manera se le rindieron los honores que se merecía por su arte y talento.

En la sección «Actualidad gráfica», del diario ABC del 13 de mayo se puede ver la comitiva fúnebre de Casimiro Ortas en la Puerta de Alcalá, con el siguiente texto: Madrid.- El entierro del gran actor cómico Casimiro Ortas, verificado ayer, dio ocasión a una impresionante manifestación de duelo. La comitiva se organizó en la Plaza de la Independencia y siguió a la carroza fúnebre hasta la plaza de Manuel Becerra. (Foto Sanz Bermejo).

En la esquela de Ortas se podía leer: «El señor don Casimiro Ortas y Rodríguez. Actor. Hermano mayor de las Cofradías del Buen Fin y Virgen de la Palma, de Sevilla, y de Nuestra Señora del Gran Poder, de Málaga; hermano de Jesús del Gran Poder, de Sevilla, que falleció en Barcelona el día 10 de marzo de 1947, habiendo recibido los Santos Sacramentos y la bendición apostólica de Su Santidad, descanse en paz. Su viuda, doña Aurora Garcíalonso; madre política, doña María Alonso (ausente); hermanos políticos, María y José Garcíalonso (ausentes), tíos políticos, sobrinos, primos y demás parientes ruegan a sus amistades asistan a los funerales que, en sufragio de su alma se celebrarán en la parroquia de Santa Cruz, de esta capital, mañana martes, 18, a las once de la mañana. Las misas que se celebren en las iglesias de San Antonio, de Sevilla; del Carmen, de Málaga y la parroquia de Las Brozas (Cáceres), el día 25 y todos los días 10 de cada mes en la parroquia de Santa Cruz de Madrid serán aplicadas al eterno descanso de su alma. No se repartirán esquelas.

Un ruego y es que este gran actor extremeño, hijo ilustre de la Villa de Las Brozas, sea conocido por todos y se pueda publicar su biografía. Me gustaría lanzar un reto y es que el próximo año la tuviéramos aquí editada. Haríamos una gran labor por la propia cultura extremeña.

DOCUMENTACIÓN GRÁFICA

img01Foto 1.- Casimiro Ortas en el teatro

img02Foto 2.- Casimiro Ortas y su primera esposa Carmen Soberano.

img03Foto 3.- Casimiro Ortas, actor maduro

Oct 012005
 

Francisco Rivero.

Periodista. Cronista de Las Brozas (Cáceres).

«Donde se cuentan mil zarandajas tan impertinentes como necesarias al verdadero entendimiento desta grande historia». (Capítulo XXIV de la II Parte del Quijote)

Antes de nada he de confesar públicamente mi terror a enfrentarme con estas hojas en blanco, pues es un grave atrevimiento hablar y escribir de la obra maestra del genio de las letras españolas, don Miguel de Cervantes Saavedra. Pero como uno es disciplinado y además osado intenta, desde su ignorancia, escribir unas líneas.

Mi primera intención es tratar, como ya hice en tierras manchegas, la relación de don Miguel con mis tierras extremeñas, no en balde, como es de todos conocido, este ilustre escritor vino en peregrinación a las Villuercas para postrarse ante la Virgen de Guadalupe por haber sido liberado del yugo sarraceno después de su largo cautiverio en Argel, de donde fue liberado por las ayudas y limosnas conseguidas por los Padres Mercedarios.

Y a veci me preguntu que sería de esi pobri hombri mancu y adima ehcritó en aquelluh tiempuh de Mari Castaña. He buhcau en mi memoria el parla de mi tierruca ehtremeña, la de aquelluh versuh que loh mah nuevuh sabían de un poeta cahtellano llamau Gabriel y Galán cuando recitaba en ehtremeño, en sus poesías extremeñas, o bien ese mah mozu que era Luis Chamizo, el inventor del término castúo. Bien eh verdá que nusotru noh comemu la metá de lah letrah. Qué le vamu a hacel.

Pese a este “parlá extremeño”, sin olvidarse de la “fala”, que es un lenguaje arcaico que sólo se habla en tres pueblos de la Sierra de Gata, (Valverde del Fresno, Eljas y San Martín de Trevejo, donde se habla respectivamente el valverdeiro, el lagarteiro y el mañegu), los tres pueblos son limítrofes con Portugal y Salamanca y cuyas particularidades has sido estudiadas recientemente en un congreso, llegándose a la conclusión de que se trata de una reminiscencia medieval gallega del siglo XIII.

Pues bien, en Las Brozas vivió Elio Antonio de Nebrija, al amparo de su hijo Marcelo, por aquellas fechas comendador mayor de la Orden Militar de Alcántara, y residente en el castillo de la población. Por entonces al hacerse mayores las personas, iban al cuidado de su hijo y si éste era poderoso aún más. Nebrija llegó a escribir parte de su “Gramática española” en Las Brozas, texto que supuso una revolución en las letras en 1492, cuando aún se escribía el latín. En Las Brozas se cuenta de padres a hijos, que Nebrija deliraba enfermo en la cama porque creía que no iba a poder terminar su Gramática, documentado en el libro “La Minerva” de El Brocense cuando en su prólogo éste escribe lo siguiente:

“…Estaban, pues, postradas las buenas letras, cuando hace ahora cien años nuestro Antonio de Nebrija intentó castigar a estos rebeldes. Pero el mal había echado raíces tan profundas que, aun destruidos innumerables monstruos, quedaban todavía muchos por destruir. Y si él volviera otra o muchas veces, no dudo de que lo hubiese recompuesto todo con facilidad: tal era su talento. Y es que todo arte, como dice brillantemente Santo Tomás, debe cambiar, siempre que el entendimiento encuentra algo mejor. Así pues, lo que él no pudo terminar, quizás me lo dejó a mí para que lo acabara. ¿Me preguntas cómo puede ser eso? Pues porque mientras él, en mi pueblo de Brozas, donde terminaba el Diccionario y la Gramática, yacía con fiebre en casa de su hijo Marcelo, caballero de la Orden de Alcántara, se quejaba, suspirando constantemente, como le oí decir muchas veces a mi padre, de que dejaba la Gramática y el Diccionario sin acabar. Y, ¿qué me dirías si sabes que cantaba aquel mal presagio virgiliano?: «Quizás algún día salga de mis cenizas algún vengador que persiga con fuego e hierro a los ignorantes Perotos»…

Es bueno dar a conocer esto, por la importancia que tiene para el conocimiento de la literatura de nuestro país. Bien es verdad, que su gran obra la concluyó en Zalamea de la Serena, donde se encontraba la corte del último maestre de la Orden, don Juan de Zúñiga.

Sin embargo, Nebrija ha dejado en Las Brozas parte de sus estudios del nuevo idioma, lengua en la que Cervantes escribió su obra universal. Se trata de unos textos transcritos en piedra granítica en la ermita del Buen Jesús. Son pensamientos como “Por Cristo se a de poner la honrra y vida y por honrra la vida” “Conoce el tiempo y a ti mesmo”.

Francisco Sánchez de las Brozas, “El Brocense”, un humanista, profesor, catedrático de prima de Retórica y profesor de griego en la Universidad de Salamanca. Nació en mi pueblo – del que me honro en ser cronista oficial- en 1523, la villa cacereña de Las Brozas, y murió en Valladolid a las cuatro de la tarde del día 5 de diciembre de 1600 en arresto domiciliario impuesto por la Inquisición. Fue el autor de la Minerva, una gramática, cuyas teorías gramaticales aún siguen vigentes hoy en día, como lo demuestran los estudios de la gramática generativa del norteamericano Noam Chomsky, un gramático universal que ha sabido crear escuela. Desde 1955 es profesor de lenguas modernas y de lingüística general en el instituto de tecnología de Massachussets.

Chomsky nos recuerda que un lenguaje es un conjunto de frases, todas de longitud finita, y construidas con repertorio finito de elementos. Aquí se muestra el carácter generativo de la gramática, la cual, a partir de unos componentes y de sus reglas de composición, genera todas las frases de la lengua que explica.

El autor de la primera Historia de la Literatura Española, aparecida en 1849, G. Ticknor, dijo que el Brocense era el escritor más erudito de su tiempo y el inglés Aubrey F.G. Bell, autor de una sucinta biografía de Francisco Sánchez escribió en 1925 que el Brocense “encontró tiempo para ocuparse de teología, música, drama, poesía, arqueología, arquitectura, cosmografía, astronomía, medicina, leyes, ciencia y filosofía”.

Pero Cervantes fue un hombre que conoció a mi paisano Francisco Sánchez de Las Brozas(1523-1600), hombre estudioso de la lengua castellana en su obra “Minerva”, quien “elevó el castellano a categoría universal”, en palabras del que fuera director de la Real Academia Española de la Lengua, Manuel Alvar, profesor de este servidor en su carrera de Periodismo. Hoy los expertos de las lenguas, como el suizo Ferdinand de Saussure o el norteamericano Noam Chomsky siguen sus teorías gramaticales. Pues bien, don Miguel le dedica el siguiente elogio a “El Brocense” en su obra Galatea:

“Aunque el ingenio y la elocuencia vuestra,
Francisco Sánchez , se me concediera,
Por torpe me juzgara, y poco diestra,
Si a querer alabaros me pusiera,
Lengua del cielo, única y maestra,
Tiene de ser la que para la carrera
De vuestras alabanzas se dilate;
Que hacerlo humana lengua es disparate”.

Pero la verdad es que se me va el santo al cielo y dejo en el tintero lo mucho que tiene que ver don Miguel con relación a mi tierra que es lo que pretendo hablar y decir en esta ponencia sobre “esta grande historia”, donde Don Quijote reflexiona en alta voz con el joven que va a la guerra con un hatillo cargado a la espalda, concretamente en el capítulo XXIV de la segunda parte.

Cuando hablan Don Quijote y Sancho de la ermita donde piensan pasar la noche me he imaginado, mientras escribía este texto, una de las muchas ermitas que hay en Las Brozas, pero especialmente la de la Soledad, cercana a la del Buen Jesús, que fue aquella donde Nebrija dejó su impronta. Mientras mi hijo Francisco Javier toma al natural el dibujo con su carboncillo para preparar la ilustración que acompaña este texto, leo el capítulo en esta zona del campo extremeño rememorando lo que sentiría nuestro héroe en su recorrido por los campos manchegos.

Un obispo de Coria bautizó a Cervantes

Y hablando de temas religiosos, me viene también a la memoria la apertura de mi conferencia en el Congreso Nacional de Cronistas Oficiales, celebrando del 11 al 15 de octubre de 1995 y organizado por mi buen amigo Joaquín Muñoz Coronel, hombre amante de todo lo quijotesco y quijote él mismo.

La autocita dice lo siguiente: “El más insigne escritor de la lengua española, don Miguel de Cervantes y Saavedra, tuvo a lo largo de su vida y de su obra numerosos contactos con Extremadura. La primera relación de Cervantes con mi tierra fue en su bautismo, cuando don Pedro Serrano Téllez, sacerdote que le bautizaría en Alcalá de Henares, llegó a ser obispo de la diócesis de Coria (Cáceres) en agosto de 1577 y donde murió al año siguiente con fama de santo. Don Pedro está enterrado frente al altar mayor de la catedral de Coria”.

No sé si por esta circunstancia o por otra, Cervantes cuidó mucho su relación con Extremadura, incluida en sus obras. En sus escritos recoge la leyenda en “El bálsamo de Fierabrás”. Si uno viaja por la carretera nacional 630, a la altura de Garrovillas de Alconétar se cruza el río Tajo. En sus aguas remansadas por el pantano de Alcántara se halla sumergida la torre de Floripes, un castillo de origen árabe y reminiscencias templarias. En él se cuenta la leyenda de Fierabrás, el Caid árabe de la zona. Su hermana, que llevaba por nombre Floripes, se enamoró de un hermoso cristiano, Guido de Borgoña, caballero de las huestes de Carlomagno. Fue herido y sometido a prisión en el castillo. Una noche oscura, se oye un galopar de caballos. El alcaide de la fortaleza, Brutamante, recibe una cuchillada en el corazón que le asesta Floripes que iba en busca de su amado y lo libera junto al resto de los cristianos. El general musulmán echa en falta la presencia de su hermana y corre a las puertas del castillo, al que cerca. Como era difícil salir de allí, se echa en suerte quien debería escapar para avisar a Carlomagno. La suerte recae en Guido, quien a lomos de un brioso corcel escapa de las huestes enemigas, avisa a su emperador, que vence y mata a Fierabrás. Desde entonces, el alma en pena del sarraceno vaga por esos campos por la pérdida del castillo y de su hermana Floripes.

En la ciudad de los conquistadores

Miguel Cervantes venía de Portugal hacia Madrid, pasando por Badajoz, Guadalupe y Trujillo, además de Talavera. Algunos fechan el año de llegada del escritor en 1582. Cervantes pasó a Trujillo a ver a su gran amigo don Juan Pizarro Orellana, y se alojó en su casa-palacio. El visitante puede conocer hoy el palacio de este trujillano ilustre, primo del conquistador de Perú y él mismo corregidor de la ciudad peruana de Cuzco. A su regreso de América, Juan Pizarro Orellana compró la casa fuerte que poseían los Vargas y la convirtió en un palacio renacentista.

Para llegar hasta el edificio se ha de cruzar un pasadizo que sale desde la Plaza Mayor, que algunos quieren ver como la Plaza Mayor de la Hispanidad, muy cerca del Palacio de la Conquista y atravesar los juzgados, antiguas casas consistoriales. Al llegar a su fachada nos sorprende su enorme escalera, que antes decían que era una rampa por donde subían hasta el porche de entrada los caballos. La portada se halla flanqueada por dos torres, es adintelada y da cobijo al pórtico que marca un gran arco de medio punto. En su interior hay un magnífico patio, con arcos de medio punto sobre columnas con capiteles de volutas en el primer piso y con capiteles de elegantes zapatas en el segundo. En la balaustrada se disponen escudos con las armas de los Pizarro (dos osos y un pino) y Orellana (diez monedas o roeles). Por desgracia, los franceses arruinaron el edificio durante la Guerra de la Independencia. Su propietario don Jacinto Orellana, marqués de la Conquista, determinó venderlo a don Secundino Fernández de la Pelilla, pero desde los años 50 es la Casa Madre del Colegio del Sagrado Corazón y convertido en colegio femenino. La hermana Josefina, una entusiasta trujillana, lo enseña a todo visitante que pulse el timbre de la puerta de entrada.

Ya se ha dicho que esta casona de los Vargas fue transformada en palacio por Juan Pizarro de Orellana, trasladándose allí a vivir con su esposa Estefanía Pizarro de Tapia, señora de Magasquilla. Aquí les nació su hijo, el primer Marqués de la Conquista, don Fernando de Orellana, quien se casó en el castillo de la Mota (Valladolid) con Francisca Pizarro Mercado, hija a su vez de Hernando Pizarro, quien se encontraba preso en el castillo por la muerte de Diego de Almagro.

Un hijo de la nueva pareja fue Fernando Pizarro de Orellana, quien escribió el libro «Varones Ilustres de Indias» y fue nombrado comendador de Betera, de la Orden Militar de Calatrava. De esta casa paterna salieron numerosos trujillanos a la conquista de Indias, una vez que los Pizarro y los Orellana habían descubierto para España grandes extensiones de tierras.

Según todos los indicios, Cervantes llegó a escribir aquí los capítulos IV, V y VI del libro tercero de su novela póstuma «Los trabajos de Persiles y Segismunda», ya que fue muy bien acogido en la ciudad, así como muy aplaudida alguna representación, como un auto cómico, que mandó realizar en la Plaza Mayor de Trujillo. Es por todo esto por lo que precisamente se viene solicitando para Trujillo ser declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad junto a Cáceres, Mérida y Guadalupe.

Con la Morenita de las Villuercas

En su obra póstuma «Los trabajos de Persiles y Segismunda» habla por boca de sus inventados personajes, a lo largo del capítulo V del libro Tercero, el amor que sentía por la Patrona de la Hispanidad.

Miguel de Cervantes se había comprometido a peregrinar hasta Guadalupe por haber sido liberado en octubre de 1580 de las mazmorras de Orán (Argelia) por los Padres Mercedarios, tras ser apresado por corsarios turcos, como se deduce al leer el texto en el Persiles sobre la Virgen guadalupana cuando escribe: «libertad de los cautivos, lima de sus hierros, alivio de sus prisiones; la Santísima Virgen que es salud de las enfermedades, consuelo de los afligidos, madre de los huérfanos y reparo de las desgracias».

Asimismo hace una magnífica descripción del paisaje de las Villuercas cuando se apercibe el monasterio en el medio de la puebla: «en una de las dos entradas que guían al valle que forman y cierran las altísimas sierras de Guadalupe, cuando con cada paso que daban nacían en sus corazones nuevas ocasiones de admirarse; pero allí llegó la admiración a su punto cuando vieron el grande y suntuoso monasterio, cuyas murallas encierran la santísima imagen de la Emperadora de los cielos» y entrando en la basílica «donde pensaron hallar, por sus paredes pendientes por adorno, las púrpuras de Tiro, los damascos de Siria, los brocados de Milán, (los peregrinos de su novela autobiográfica) hallaron en lugar suyo muletas que dejaron los cojos, ojos de cera que dejaron los ciegos, brazos que colgaron los mancos, mortajas de que se desnudaron los muertos… Les parecía venir por el aire volando los cautivos envueltos en sus cadenas a colgarlas en las santas murallas y a los enfermos arrastrar las muletas, y a los muertos las mortajas, buscando lugar donde ponerlas porque ya en el sacro templo no cabían; tan grande es la suma que las paredes ocupan».

Cervantes estuvo en Guadalupe cuatro días «en los cuales (los caminantes) comenzaron a ver las grandezas de aquel santo monasterio; digo comenzaron porque acabarlas es imposible».

Precisamente en el monasterio se hallaba desde 1571 el fanal que perteneció a la nave capitana en la Batalla de Lepanto, en la que don Miguel perdió su brazo. Esta batalla tuvo lugar el 7 de octubre de 1571 y tras tres horas de lucha naval, los ejércitos cristianos, al mando de don Juan de Austria, «Jeromín», ganaron el combate a los turcos a cuyo frente se encontraba Alí-Bajá. Don Juan consiguió liberar a más de 12.000 presos cristianos y arrebató las lámparas de las naves musulmanas para que dieran luz en los monasterios de Guadalupe y Monserrat. Con motivo de la restauración que en 1743 hizo al monasterio extremeño Lara Churriguera, el fanal turco pasó al cupulín de la capilla de San Jerónimo, en la grandiosa sacristía guadalupense, conocida en todo el mundo por los magníficos cuadros del pintor Francisco de Zurbarán.

Pero Extremadura tiene más relación con Cervantes, a través de la figura de don Juan de Austria. No hay que olvidar que su padre, el emperador Carlos I vino a retirarse y morir al monasterio jerónimo de Yuste. Como quería ver a su hijo cerca de él, mandó que estuviera en el cercano pueblo de Cuacos, donde aún se conserva la Casa de Jeromín. La casa más bien era del mayordomo del emperador, don Luis de Quijada, al que le encomendaron que hiciera de padre del niño bastardo. Se trata de una casa noble, pero con rasgos populares. Las casas que dan a la plazuela, hoy de don Juan de Austria, son porticadas, con sus segundos pisos en voladizo

Antes de dejar el convento de Guadalupe a través de los personajes de «Los trabajos de Persiles y Segismunda», el escritor plasmó en doce octavas reales sus recuerdos de la estancia. He aquí una de ellas:

«Adornan este alcázar soberano
profundos pozos, perenales fuentes,
huertos cerrados, cuyo fruto sano
es bendición y gloria de las gentes.
Están a la siniestra y diestra mano
cipreses altos, palmas eminentes,
altos cedros, clarísimos espejos
que dan lumbre de gracia cerca y lejos».

Según el escritor Valbuena Prat, Cervantes ya tenía interés en la Virgen de Guadalupe en 1605, ya que fue este año cuando salió publicada en Sevilla una obra suya titulada «Comedia de la Soberana Virgen de Guadalupe y sus milagros y grandezas de España», obra que se reeditaría en los años 1607 y 1617. Según este estudioso, al parecer la obra fue escrita cuando Cervantes estaba preso en Orán y donde se esperaba que pudiera ser representada. Se cree que fue su compañero de cautiverio Jerónimo Ramírez quien trajo el original a España y el escritor la presentó en 1594 a un concurso literario del Ayuntamiento hispalense, certamen que no ganó y por eso la dejó en el anonimato como si tuviera vergüenza de que llevara el nombre de Miguel de Cervantes. De todas formas, los estudiosos de la obra cervantina consideran que este trabajo le pertenece.

El celoso extremeño

Quiero notar la importancia de la región extremeña en el mundo cervantino como se ve en esta novela ejemplar que trata de los amores desventurados de un viejo extremeño de 68 años -Felipe de Carrizales-, celosísimo en el trato con su niña esposa, Leonora, hasta tal punto que la encierra en vida en su lujosa casa. Pero la jovencita se deja engatusar por las buenas palabras de su ama ante las atenciones de un joven aventurero y músico, Loaysa, que buscaba su amor.

Indudablemente, que Cervantes haya elegido a un extremeño para ser el papel de hombre celoso de su esposa y ponga el apellido Loaysa, que es el mismo de uno de los más importantes conquistadores españoles, al amante de la joven, indica que don Miguel conocía perfectamente el importante papel de los extremeños en América, no en balde Carrizales llegó desde allí con dinero y al final de la obra, envía al amante a las Indias, para evitar males mayores con la joven.

El Quijote

Hay que dejar para el final la relación del Quijote con Extremadura. Precisamente en el capítulo XXXII de la primera parte de la obra más famosa de la literatura universal, en el que trata de lo que sucedió en la venta a toda la cuadrilla de Don Quijote, Cervantes habla por boca del cura sobre el libro de aventuras de la vida de Diego de Paredes que éste «fue un caballero natural de la ciudad de Trujillo, en Extremadura, valentísimo soldado, y de tantas fuerzas naturales, que detenía con un dedo una rueda de molino en la mitad de su furia, y puesto con un montante en la entrada de un puente, detuvo a todo un innumerable ejército que no pasase por ella».

Diego García de Paredes nació en Trujillo en 1466 y, debido a su extraordinaria fuerza, fue conocido con el sobrenombre de “El Sansón extremeño”. Llegó a ser compañero de batallas del Gran Capitán. Murió en Bolonia en 1530. Se cuenta una histórica leyenda que al salir su madre de Santa María la Mayor, la joya más artística de este pueblo extremeño, cuyo altar mayor tiene magníficas tallas de Gallego, García de Paredes arrancó de un cuajo la enorme pila de agua bendita para ofrecérsela a su madre. Esta pila aún se conserva a los pies del templo y asombra por su gran tamaño a todos los visitantes.

En homenaje a esta labor de promoción de esta localidad en la literatura universal, en el Ayuntamiento de Trujillo hay una lápida que textualmente dice: «A la memoria del Príncipe de los Ingenios Miguel de Cervantes, que ensalzando en su Quijote las hazañas del trujillano Diego García de Paredes inmortalizó esta histórica y heroica ciudad de Trujillo».

Cuatro Quijotes extranjeros

No quiero dejar de reflejar en estas líneas mi amor por la obra cervantina. Recuerdo que durante mi estancia en Bulgaria la televisión búlgara me entrevistó en castellano a la salida del Museo del Humor de aquel país, museo que abría una estatua ecuestre de nuestro héroe Don Quijote, y a cuya vera se hizo el trabajo periodístico. Fruto de aquella entrevista fue la petición a mi buen amigo Emilio Alexandrov, periodista y amante como su esposa, de la cultura española, donde vivieron seis años, de un Quijote en idioma búlgaro, libro que regalé a la Casa de Cervantes en Esquivias.

Años más tarde, realicé una labor similar con mi amigo Liu Wuxiong, delegado del Turismo de China en España, y nos desplazamos hasta Esquivias para conmemorar en una cena la boda de don Miguel de Cervantes con doña Catalina de Palacios y hacer entrega también de un Don Quijote en chino. Mi amigo se atrevió, por sugerencia de uno, a decir en su lengua aquello de “En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…” ¡Claro que a la gente le supo en chino!

Otro de mis singulares “Don Quijote” está escrito en polaco y un cuarto en esloveno, la primera edición en este idioma, publicado en Liubjliana en 1936 y traído desde allí por mi buen amigo Rok Klocnick, jefe de prensa de la Organización Mundial del Turismo y gran amante de nuestra tierra extremeña.

RELACIÓN DE CERVANTES CON EL BROCENSE Y EXTREMADURA

Francisco Rivero

Cervantes tiene una gran relación con Extremadura. Como cronista oficial de Las Brozas he de contar en estos coloquios, dedicados al Príncipe de las Letras Españolas, que Cervantes amaba la forma de hablar de mi paisano Francisco Sánchez de Las Brozas. Eso lo cuenta en una octava de la Galatea:

“Aunque el ingenio y la elocuencia vuestra,
Francisco Sánchez , se me concediera,
Por torpe me juzgara, y poco diestra,
Si a querer alabaros me pusiera,
Lengua del cielo, única y maestra,
Tiene de ser la que para la carrera
De vuestras alabanzas se dilate;
Que hacerlo humana lengua es disparate”.

Cervantes tuvo una intensa relación con Extremadura, no en balde vivió en Trujillo y aquí escribió, en 1582, mientras se alojaba en el palacio de don Juan Pizarro Orellana “Los trabajos de Persiles y Segismundo”. Otra interesante relación de don Miguel fue en el Monasterio de Guadalupe, dando gracias al Morenita de las Villuercas por haber sido liberado de su cárcel de Argel.

En la ponencia también se hablará, dentro del campo de la lengua española, la relación que tuvo Brozas con Elio Antonio de Nebrija, pues parte de su famosa gramática fue escrita en este pueblo cacereño, Encomienda Mayor de la Orden Militar de Alcántara, pues no en balde el ilustre gramático se hallaba bajo el patrocinio de don Juan de Zúñiga, el último Maestre de la orden alcantarina.

Oct 012004
 

Francisco Rivero.

El padre de Nicolás de Ovando, el capitán Diego de Cáceres Ovando, era muy buen amigo de los Reyes Católicos porque apoyó en la lucha de la reina Isabel contra Juana la Beltraneja. Con el tiempo mandó construir su palacio en lo que hoy es Casa de las Cigüeñas, en la parte más alta de la ciudad cacereña. Se la conoce muy bien por conservar intacta su alta torre, por la estima que los soberanos tenían hacia Diego de Ovando. En 1477, la reina Isabel jura los fueros de Cáceres ante las puertas de la ciudad. A finales del siglo XV, la villa tenía unos 2.000 vecinos, con una mesocracia agrícola y ganadera, cuyo nivel social más elevado eran los caballeros de la villa y que levantaron numerosos palacios, como los Golfines, los Ovando, los Ulloa, los Carvajal…

Los nuevos monarcas incorporaron a la Corona los maestrazgos de las órdenes militares, hicieron disminuir la autonomía municipal, crearon la Santa Inquisición, expulsaron a los judíos en 1492, conquistaron el Reino de Granada – donde estuvo Nicolás de Ovando aportando su fuerte brazo en las batallas- por lo que le conocían bien y le nombraron ayo del Príncipe don Juan, heredero de la Corona, y durante su mandato se descubre América.

Como Colón era muy buen navegante, pero poco dirigente de hombres, los españoles se le sublevan y hay un malestar en la isla de la Española, donde llega Francisco de Bobadilla, quien tampoco pudo apaciguar los nuevos territorios de las riñas que tenían entre sí los españoles. Los Reyes Católicos, que conocían la buena labor de Ovando en la administración de la Orden militar de Alcántara, como dirigente de hombres y buen creyente, le confían la gobernaduría de la isla de la Española. De ello da cuenta el memorial de Ulloa y Golfín cuando dice que la reina Isabel la Católica encargó a Ovando el cuidado del culto y reverencia de Dios, de la buena fe, el buen tratamiento de los indios y otras cosas.

Por su parte, Bartolomé de las Casas dijo de él que era: «varón prudentísimo y digno de gobernar mucha gente, pero no indios…» además de hombre de«gran autoridad, amigo de justicia… honestísimo en su persona, de codicia y avaricia muy gran enemigo, y no pareció faltarle humildad, que es esmalte de las virtudes».

La reina Isabel la Católica tenía muy clara esa finalidad primera y primordial; por eso le había encargado a Nicolás de Ovando de que «todos los indios vecinos y moradores de estas islas fuesen libres y no sujetos a servidumbre y que no fuesen molestados de algunos, sino que viviesen como vasallos libres, gobernados y conservados en justicia, como lo eran los vasallos del Reino de Castilla», además de que «diese orden cómo en nuestra santa fe católica fueran instruidos».

Nicolás de Ovando y sus encuentros reales

Nicolás de Ovando fue hijo de una pareja de nobles señores. Diego de Cáceres Ovando y de Isabel Flores, llegó a ser camarera mayor de la Reina Isabel. La razón de llamar a su padre Diego de Cáceres, fue idea de los Reyes Católicos, pues su nombre era Diego de Ovando, pero debido a la familiaridad que tenían con él le llamaban Diego el de Cáceres.

«La base original de la fortuna del Capitán Diego de Ovando de Cáceres fueron 240.000 maravedíes en juros que la Reina Isabel le otorgó como pago a su apoyo y su ayuda militar.», en palabras de la investigadora americana Ida Altman.

No hay documento alguno que diga que Nicolás de Ovando nació en 1451 en la villa de Las Brozas, pero según la tradición y por ser costumbre que las hijas fueran a parir a casa de sus madres, la familia de doña Isabel Flores residía en Las Brozas, por eso se cree que nació en el palacio de sus abuelo materno, don Rodrigo Flores de las Varillas, antes dedicado a escuelas Nuevas y hoy a otros nobles menesteres, como centro médico, biblioteca municipal sede de laboral brocense o de otras asociaciones culturales.

El escudo ovandino

El símbolo personal de Nicolás de Ovando lleva los apellidos de su padre y de su madre: Ovando, Mogollón y Flores, Gutiérrez.

El apellido Ovando, situado en el primer cuartel del blasón, es, en campo de plata, una cruz floronada de gules, angulada de cuatro veneras de lo mismo.

En el segundo cuartel está situado el apellido Flores: De azur, cinco flores de lis puestas en aspa con bordura de gules, cargada con ocho aspas de oro.

En el tercer cuartel el apellido Mogollón. En campo de oro, dos osos pasantes de sable, bordura de gules, cargada con ocho aspas de oro.

Por último, Gutiérrez: En campo de oro, un castillo de piedra cargado con cinco hojas de higuera, dos en el homenaje central y tres en el cuerpo del castillo. Las hojas de higuera son de sinoples.

Los colores

Para atender a los colores y los que son profanos en la materia de la heráldica, se dirá que la cruz floronada del apellido Ovando es con flores de lis y las cuatro veneras o conchas de peregrino son de color rojo, y el fondo de plata, es decir, de color blanco.

En cuanto al apellido Flores el azur es color azul y las flores de lis en aspa de la Cruz de San Andrés, son de color verde. Las ocho aspas de oro son de color amarillo sobre una bordura de gules (rojo). Al parecer, el rey dio estas aspas en forma de Cruz de San Andrés a los caballeros cristianos que se encontraban presentes en la batalla de Baeza, la que después sería llamada Navas de Tolosa, en el año 1212.

Los colores del apellido Mogollón son en campo de oro (amarillo) dos osos pasantes de sable (negros), con bordura de gules (rojo), cargado con ocho aspas de oro (amarillo).

Por último, el apellido Gutiérrez: En campo de oro (amarillo), un castillo de piedra (color natural del granito), cargado con cinco hojas de higuera de sinople (verde), dos en la parte superior del castillo y tres en la inferior.

Con el tiempo Ovando consiguió ser comendador mayor de la Orden Militar de Alcántara, por decisión personal de los Reyes Católico, no en balde fue uno de los diez prohombres que designaron los soberanos para educar a su hijo, el príncipe de Asturias, el príncipe Juan, quien falleció al año de casarse.

Los Reyes Católicos tenían en mucha estima a Nicolás de Ovando, debido a que lo consideraban de buena familia, por haber conocido previamente a su padre, un sincero servidor de los dos monarcas peninsulares.

Eso le hizo que fuera un hombre favorito de Fernando el Católico, aunque era más protegido de su esposa Isabel. En 1501 Ovando fue nombrado gobernador de las posesiones castellanas en las Indias Occidentales en sustitución de Francisco de Bobadilla, juez principal y comisionado real por la corona española en 1499. Bobadilla había llegado a las Indias el 23 de agosto de 1500 con dos carabelas, unos 500 hombres y 14 indios esclavos que eran devueltos a sus tierras tras ser traídos a la península por Cristóbal Colón y que los paseo por buena parte del territorio, incluido el Monasterio de Guadalupe, donde fueron bautizados.

La relación de los Reyes Católicos con Ovando fue tan buena que éste siempre le fue fiel y se lo agradecieron enviándole como su representante en las Indias. No se equivocó la reina, pues si Nicolás había puesto paz en la Orden Militar de Alcántara, al ostentar por dos veces consecutivas, el título de visitador, podría hacerlo en los convulsionados nuevos territorios. Eligieron bien los soberanos. Con él, los Reyes Católicos acababan con el régimen personalista del Almirante Cristóbal Colón y sentaban las bases para la explotación del nuevo continente. Ovando recibió el título de Fundador del Imperio Español en las Indias.

El 3 de septiembre de 1501, los Reyes Católicos nombraron cuando estaban en Granada al brocense gobernador y juez supremo de las Indias. En la flota de éste fueron, entre otros, un joven Bartolomé de las Casas, que acompañaba entonces a su padre y a su tío, y Alonso Sánchez de Carvajal, encargado de recaudar para Colón los beneficios correspondientes del comercio de las Indias y del oro.

El 13 de febrero de 1502, salió desde San Lúcar de Barrameda una gran flota con 32 barcos y 2.500 hombres. Curiosamente, al salir de una zona que cultivaba y cultiva la vid, Ovando se llevó una primera partida de vino en botas valoradas en 1.422 maravedíes. La bota es el término que se utiliza en la zona de Jerez para denominar las barricas de madera que se emplean para la crianza, su capacidad es de 500 litros.

Fue tal la estima que le tenían los Reyes Católicos por su súbdito que le guardaron ocho días de luto al notificarle que la flota había naufragado y que Nicolás había perecido en el mar. Pero no fue así, sino que en la isla de la Gomera tomó otra embarcación y el 15 de abril de ese mismo año llegó, con una parte de los navíos a la isla de la Española. El resto llegó unos quince días más tarde.

Desde entonces promovió la fundación de importantes poblaciones (entre ellas Santo Domingo en 1502, en la margen derecha del río Ozama, pues la antigua fundada en 1496 por Bartolomé Colón en la orilla izquierda del río fue destruida por un fuerte huracán caribeño que hubo sobre la isla el 2 de julio de 1502). Dotó a la ciudad de buenos edificios (Palacio de Ovando), un castillo (fortaleza Ozama, el único medieval de todo América, construida de 1503 a 1507) y un hospital (San Nicolás de Bari).

El traslado de la ciudad de la margen oriental a la occidental del río Ozama fue porque el gobernador consideraba más conveniente que aquí había una mejor comunicación con las villas del interior de la isla (La Isabela, Puerto Plata, Bonao, Salvaleón, Santa Cruz, Puerto Real, Santiago, Lares de Guahabá, Santa María de la Vera Paz, La Vega…), incluso con mejores condiciones topográficas para levantar la ciudad y contaba, además, con las canteras del promontorio de Santa Bárbara que facilitaba la extracción de piedra caliza para la construcción.

Lo primero que hizo Ovando fue pacificar la situación entre los españoles, que se habían dividido entre dos bandos: A favor de Cristóbal Colón y en contra de él, pero a favor de Francisco Roldán, un rebelde. Al mismo tiempo ordenó a Juan de Esquivel que con 400 hombres conquistara la única región rebelde que quedaba en la Española: El cacicazgo de Higüey, al este de Santo Domingo, cosa que consiguió al vencer al cacique Cotubanamá, al que condujo a la capital para que fuera juzgado y ejecutado.

Ovando recibió de los Reyes unas instrucción para que los indios que habían sido hechos esclavos y repartidos entre los españoles fueran liberados. Sin embargo escribió una carta a la reina en la que le comunicaba que los indios eran necesarios para hacer la isla productiva y que deberían trabajar para los españoles.

Las encomiendas

Isabel la Católica emitió, entonces, una orden el 20 de diciembre de 1503 -el mismo año en el que se crea la Casa de la Contratación- para autorizar al gobernador a repartir a los indios entre los españoles para trabajar en sus campos y en sus minas. A cambio, los españoles tenían que enseñarles las virtudes de la religión católica y la manera de vivir de la sociedad hispánica. Esto hizo que la isla progresara en tres frentes: Agricultura (introduciendo los cultivos procedentes de Europa), ganadería (se desarrollaron los ganados porcino, bovino, caballar y mular); y minas (creando fundiciones reales de oro).

En el memorial de Ulloa y Golfín se dice que la reina Isabel la Católica le encargó a Ovando el cuidado del culto y reverencia de Dios, de la buena fe, el buen tratamiento de los indios y otras cosas. «Entre otras cláusulas de sus instrucciones fue una muy principal y muy encargada y mandada, conviene saber que todos los indios vecinos y moradores desta isla fuesen libres y no sujetos a servidumbre, ni molestados ni agraviados de alguno, sino que viviesen como vasallos de los Reinos de Castilla, y mandándole asimismo que diese orden como en nuestra santa fe católica fuesen instruidos, y cerca deste cuidado del buen tratamiento y conversión desta gente, fue siempre la bienaventurada reina muy solícita».

Nada más llegar, nuestro paisano publicó importantes órdenes dirigidas a todos con el fin de mejorar la situación de los indios, dando prueba con ello de sus caritativos deseos y realizar cuanto antes las sugerencias dadas por la reina. «Dispensó una protección ilimitada a los religiosos, especialmente a los franciscanos de quienes era muy entusiasta, facilitándoles los medios necesarios para el desempeño de sus tareas apostólicas«, escribe su biógrafo Eugenio Escobar Prieto, que fuera deán de la Catedral de Plasencia.

Ovando escribió a la reina informándole de la situación que vio cuando llegó a la española, así como de las costumbres «inhumanas» de los aborígenes, y expresando sus temores en cuanto a la salvación de sus almas. La reina le contestó en estos términos «Por cuanto ella deseaba y pudiera decir que era obligada, y en ello no le iba menos que el alma, que los indios se convirtiesen«.

Pero como los españoles no deseaban más que enriquecerse muy pronto, al poco tiempo comenzó la extinción de los indígenas como resultado de la explotación y el trabajo excesivo que realizaban en las minas y las plantaciones, a través del sistema de la encomienda, (un derecho que otorgaba el gobernador por la autoridad real que tenía para donar indios como trabajadores a los españoles) y de la incidencia de nuevas enfermedades procedentes de Europa. De forma progresiva, los indígenas fueron sustituidos por esclavos negros.

Algunos documentos hacen referencia a la relación entre Ovando y los indios, así como el beneplácito del rey don Fernando en este particular comportamiento. En uno de esos documentos se puede leer: «Antonio de Deça, maestresala del Rey don Fernando, regidor y vecino de la ciudad de Toro, da poder al muy magnífico señor Frey Nicolás de Ovando, comendador mayor de la Orden de Alcántara y gobernador de las indias, islas y Tierra Firme del mar Océano, ausente, para que tome un «casyco» [cacique] con sus indios, de que el rey ha hecho merced al otorgante». (RAHPS. Real Archivo de Protocolos de Sevilla. Libro del año 1509. Oficio: I. Libro I. Escribanía: Mateo de la Cuadra. Folio: 45v. Fecha: 12 de enero).

En otro documento se escribe: «Rodrigo de Neyra, vecino de la villa de Alcántara, solicita y obtiene del presente escribano publico, ante el Alcalde ordinario de Sevilla, varias copias de una Cédula del Rey don Fernando, dirigida a Don Diego Colón, almirante y gobernador de las Indias, en la que le manda respete, por término de ocho meses, la tenencia de «indios naborías» que Frey Nicolás de Ovando, comendador mayor de Alcántara, tiene en la Española». (RAHPS. Libro del año: 1509. Oficio: I. Escribanía: Mateo de la Cuadra. Folio 145v. Fecha: 13 de febrero).

El profesor Juan Francisco Mora, de la universidad de Vermont escribe sobre las mujeres qne la conquista de América que «los primeros colonizadores tuvieron desde un primer momento el apoyo de las autoridades para contraer matrimonio con indígenas, como efectivamente sucedió. Las mujeres españolas, también bajo la ley, eran alentadas a casarse con indios. En una instrucción del 29 de marzo de 1503, recogida por Ots Capdequí, se lee:

Otrosi: mandamos que el dicho Nuestro Gobernador (por Ovando) e las personas que por él fueren nombradas para tener cargo de las dichas poblaciones, e ansí mismo los dichos Capellanes procuren como los dichos indios se casen con sus mujeres en la faz de la Santa Madre Iglesia; e que así mismo procure que algunos cristianos se casen con algunas mujeres indias, y las mujeres cristianas, con algunos indios (Ots, 14: 361).

Desde La Española, el nuevo gobernador administró los territorios insulares y el área conocida de Tierra Firme, impulsando la colonización. Todo esto hace que el mandato de Ovando en la Española tenga opiniones muy encontradas entre los historiadores. Para uno, fue un magnífico administrador que impulsó la creación de ciudades, especialmente con obras públicas en la capital; para otros fue un verdadero tirano, aniquilador del pueblo taíno.

Como su régimen fue muy duro, le provocó frecuentes enemistades que reclamaban su sustitución. Tras su caída en desgracia, impidió la entrada de Colón en Santo Domingo. Volvió a España en 1509, siendo su sucesor, desde julio de ese año, Diego Colón, el hijo del Almirante.

Nicolás de Ovando falleció en Sevilla en 1511 cuando presidía, por orden del rey Fernando el Católico, un capítulo de las órdenes militares. Se encuentra enterrado en la sede del conventual de San Benito de Alcántara, iglesia matriz de la Orden Militar de Alcántara.

 

Oct 012003
 

Francisco Rivero.

Cronista oficial de Las Brozas

Tras varios años de celebración por el V Centenario del nombramiento del brocense Nicolás de Ovando como gobernador en Indias, el cronista oficial de la villa de Las Brozas propone la creación el Museo de Ovando en la casa-palacio de los Flores, lugar donde se cree que nació esta figura señera de la historia española, gracias a la cual Extremadura pobló con miles de personas el Nuevo Mundo y cuyas gestas son reconocidas por el pueblo español.

El palacio de los Flores en la villa de Las Brozas ha pasado de ser las Escuelas Nuevas a ser consultorio médico, biblioteca municipal, casa de la cultura, domicilio social de diversas asociaciones broceñas, por lo que ahora se propone que se convierta., tras su restauración, en el Museo Nicolás de Ovando como homenaje a este buen gestor, gracias al cual el imperio español pudo llegar hasta las Américas.

Tras su bellísima fachada de la casa del linaje de los Flores, en la calle Ramón y Cajal. De estilo renacentista, toda ella es de sillería granítica, la piedra de la zona. La enmarcan dos columnas de una sola pieza y un friso con puntas de diamantes. En la parte posterior es digna de destacar la magnífica rejería en balcones y ventanas, cuyo trabajo la villa de Las Brozas es experta en la forja del hierro.

En el museo que se propone crear colaborarían diversas instituciones locales, provinciales, autonómicas, nacionales e internacionales, así como personas privadas. Todos pueden colaborar para llevar a cabo este magno homenaje al extremeño que fue el primer gobernador en América y que hizo que miles y miles de extremeños y españoles realizaran una proeza histórica.

Como sugerencia el nuevo museo tendría ocho salas con los siguientes contenidos que se irán desarrollando a través de esta ponencia:

SALA 1.- Las Brozas en la comarca Tajo-Salor

Centro de Interpretación de la comarca

SALA 2.- La villa de Las Brozas

Monumentos
Hijos ilustres
Fiestas
Gastronomía

SALA 3.- Nicolás de Ovando

Infancia y juventud.
Orden Militar de Alcántara
Su imagen
Su cabeza
Su espada

SALA 4.- Extremadura y España en tiempos de Ovando

Extremadura y su tiempo
España en los tiempos de los Reyes Católicos

SALA 5.- La isla de la Hispaniola

República Dominicana
Haití
Hermanamiento con Santo Domingo.
Los taínos

SALA 6.- La América de Ovando

Cuba
Puerto Rico
Jamaica
Panamá
Tierras y banderas de las repúblicas hermanas

SALA 7.- Ruta turística de Nicolás de Ovando

Cáceres
Las Brozas
Alcántara
Garrovillas de Alconétar
Provincia de Badajoz

SALA 8.- Homenajes a Ovando

Cuadro – retrato
TVE
Diputación de Cáceres
Escolares de Las Brozas
Gran Exposición
Un sello postal

Recorrido Virtual del Museo

SALA I.- La comarca Tajo-Salor

Las Brozas es un pueblo histórico y como tal ha de poner en valor lo que los siglos nos ha dado. Por eso, hemos de conseguir que sus hijos ilustres puedan servir como elementos dinamizadores de la economía a través del turismo cultural en la comarca Tajo Salor, integrada por los pueblos de Malpartida de Cáceres, Arroyo de la Luz, Casar de Cáceres, Garrovillas de Alconétar, Navas del Madroño, Las Brozas, Villa del Rey y Aliseda, creándose en este museo un Centro de Interpretación para comprender de una manera eficaz lo que supone la comarca desde los ámbitos de la geografía, la historia, de la economía y del turismo.

SALA II.- La villa de Las Brozas

Es una población de unos 2.500 habitantes, situada al oeste de la provincia de Cáceres, dedicada a la agricultura y ganadería y con numerosos monumentos, de gran interés para el visitante. Las Brozas es un pueblo histórico y como tal ha de poner en valor lo que los siglos nos han dado. Por eso, hemos de conseguir que sus hijos ilustres puedan servir como elementos dinamizadores de la economía a través del turismo cultural.

En una rápida síntesis, se informa que en la villa se pueden visitar las iglesias de Nuestra Señora de la Asunción, más conocida por la catedralina por sus bellezas artísticas y por sus dimensiones, la de los Santos Mártires, mandada erigir por los Reyes Católicos en 1495; un castillo, sede de la Encomienda Mayor de la orden Militar de Alcántara, conocido en el pueblo con el nombre popular del Palacio. Numerosos palacios y casonas. Tres conventos: El de San Francisco o de Nuestra Señora de la Luz, reconvertido ahora en un magnífico hotel de cuatro estrellas; el de San Pedro o de las Comendadoras de Alcántara, y el de Nuestra Señora del Rosario. Un total de 14 ermitas están desperdigadas por la villa, sus cercanías y en su amplio término municipal, a lo que hay que añadir un balneario de origen romano, donde acuden anualmente cientos de personas mayores a través del IMSERSO.

En esta misma tribuna de los Coloquios Históricos de Extremadura en Trujillo se ha venido hablando, desde hace años, de varios de sus hijos ilustres de Las Brozas: Francisco Sánchez de Las Brozas, el actor Casimiro Ortas y el comendador mayor de la Orden de Alcántara, Nicolás de Ovando, que estos años hace ahora 500, fue nombrado y ejercía su gobernaduría en lo que hoy son dos naciones hermanas: República Dominicana y Haití, además de ordenar la exploración de Cuba y Puerto Rico. No hemos de olvidar que durante su estancia en Santo Domingo se congregaron lo que después serían descubridores, conquistadores, colonizadores, evangelizadores de América, ampliando la idea del imperio español hacia nuevas tierras: Jamaica, Florida, México, Perú…

Las fiestas y la gastronomía de la villa

Las Brozas es un pueblo que ama y gusta de las fiestas. Comienza el año con la de su santo Patrón, San Antón Abad, el 17 de enero, con misa mayor y procesión del santo desde la parroquia hasta su ermita, a hombros de personas con capa española y una o varias carrozas engalanadas donde van los mozos y mozas que después brindarán al santo sus ofrendas a base de productos típicos de Brozas y de la región, para concluir con el típico torcimiento y destorcimiento del cordón a los sones de una canción especial para ese día.

La Feria de Abril (18, 19 y 20) es una de las ferias más importantes de Extremadura, donde se exhiben los animales que los ganaderos desean poner a la venta. Estos últimos años se complementa con actividades varias y con los “caballitos” que ponen los feriantes para diversión de los niños y jóvenes.

San Gregorio tiene su fiesta el 9 de mayo, pero el pueblo la suele celebrar el fin de semana más cercano, con el fin de que haya un mayor número de romeros, que se acerca hasta el balneario donde se ha construido una nueva ermita. La jornada comienza con una misa, seguida del almuerzo campestre y una jornada al aire libre, donde no puede faltar una verbena campera, donde acuden las personas de los pueblos de alrededor.

La Fiesta del Emigrante es de nueva implantación, en homenaje a los que tuvieron que marcharse a otras tierras para ganarse la vida y que ahora retornan unos días de descanso con sus descendientes. Suele celebrarse a mitad de agosto, con actos culturales y deportivos, así como con corridas de toros

Otra fiesta nueva, surgida a finales de los años 80 durante una velada del Festival del Teatro de Alcántara es la Fiesta de la Tenca. La finalidad era dar a conocer este pez que se cría en las charcas arenosas del oeste de la provincia de Cáceres y al mismo tiempo hacer que los “turistas” que se nos acercan y que suelen ser los propios emigrantes permanecieran más tiempo en nuestros pueblos. Por eso se celebra, de manera rotativa en un pueblo de la comarca Tajo-Salor, el último sábado del mes de agosto, con concursos de pesca y gastronómico, donde no puede faltar como elemento básico la tenca. La jornada de completa con visitas turísticas al pueblo donde se celebra ese año, exposiciones típicas de objetos producidos por las empresas de la comarca, pruebas gastronómicas, para concluir con la entrega de la Tenca de Oro a un personaje popular y famoso. La Fiesta de la Tenca celebrada en agosto de 2001 en Las Brozas tuvo como singularidad, al ser declarada por primera vez Fiesta Gastronómica de Interés Turístico.

La última gran fiesta popular de Brozas son los Toros, durante los días 8, 9 y 10 de septiembre, durante los cuales se reúnen las familias a comer y por las tardes hay toros en la plaza al estilo tradicional los toros del “jau” jau”, en el que los mozos corren a los astados en el ruedo donde hay estalanqueras y un uno romano. Para las jóvenes se suelta antes alguna que ora vaquilla, que suele dar algún que otro revolcón. Por las mañanas a las doce, las tradicionales capeas, que son gratis para todo el pueblo. Y por la noche, una gran verbena en la Plaza de Ovando

Y para concluir, brevemente, este apartado de Las Brozas destacar su típica gastronomía, empezando por las tencas, un pez que probó en la comarca el emperador Carlos V en su viaje a Portugal y que el concejo de Trujillo pidió miles ejemplares para repoblar sus charcas, como la de San Lázaro. Otro plato típico es el bobo con coles, que se come a mediodía del día de San Antón. El bobo son las costillas del cerdo embutidas en el estómago del animal y cocido con coles. Los platos se acompañan con el vino de las Viñas de brozas, situadas en las cercanías del balneario. Se cuenta que el emperador llevaba siempre consigo el vino blanco y con cuerpo, un verdadero pitarra, de este pueblo extremeño. Como postre típico destaca el tocino cielo.

SALA III.- Nicolás de Ovando

Cuentan las crónicas tomadas de la Ejecutoria de Nobleza del año 1523, que los Flores brocenses proceden de Hugo Flores, un noble que llegó de Francia y que con un hermano suyo llegó a Alcántara huyendo de no se sabe qué delito cometido. Otros estudiosos, entre ellos don Manuel Flores de Lizaur y Ortiz, indican que la familia Flores procede del reino de León, algo mucho más creíble. Esta casa con la de los Argüello son las mas rancias, preclaras y genuinas de la villa de Las Brozas.

Hugo Flores se casó con Elvira Gutiérrez de Toledo, hermana del gran maestre de la Orden de Alcántara, don Gutiérrez Gómez de Toledo. De estos nacieron Gonzalo Gutiérrez Flores y Diego Flores, éste llegó a ser freyre y comendador de Piedrabuena.

Gonzalo Gutiérrez Flores se casó en Salamanca con Isabel Rodríguez de las Varillas, con la que tuvo sólo un hijo: Rodrigo Flores de las Varillas, abuelo materno de Nicolás de Ovando. Precisamente, el matrimonio de Gonzalo e Isabel están enterrados en la iglesia de Santa María de Las Brozas, concretamente en la que fuera capilla de San Blas y posteriormente del Cristo de la Salud, también conocido como Cristo de Ovando.

Rodrigo Flores de las Varilla se casó con María Esteban Tejado de Paredes y tuvieron a: Alonso Flores, Martín Tejado, Pedro Gutiérrez, Rodrigo Flores, Juana Flores Gutiérrez, Elvira Flores, Catalina Flores e Isabel Flores, quien casó con Diego de Ovando y madre, pues, de Nicolás de Ovando.

Las armas de los Flores son, en campo de azur, cinco flores de lis de oro. La bordura de gules con ocho aspas de oro.

Tras la unión de los Flores con los Gutiérrez (Flores Gutiérrez o Gutiérrez Flores) el escudo de los Gutiérrez es el siguiente: En campo de oro, un castillo de piedra con cinco hojas de higuera, de sinople, pendientes de las almenas. Y así, sumados dan el escudo de los Flores Gutiérrez, cuyo palacio se encuentra en la calle Derecha de Las Brozas.

El apellido Ovando procede de uno de los conquistadores de la ciudad de Cáceres a los árabes. El bisabuelo de Nicolás fue Fernán Gil Mogollón, a quien sucedió Hernán Blázquez Mogollón, padre de Diego de Cáceres Ovando, quien tuvo varios descendientes, entre ellos Nicolás de Ovando.

El padre de Nicolás mandó construir su palacio en lo que hoy es Casa de las Cigüeñas, en la parte más alta de la ciudad cacereña. Se la conoce muy bien por conservar intacta su alta torre, por la estima de los Reyes Católicos hacia Diego de Ovando, quien apoyó en la lucha de la reina Isabel contra Juana la Beltraneja y después en el levantamiento de los nobles cacereños ante la Corona.

El escudo de Ovando

El apellido Ovando es, en campo de plata, una cruz floronada de gules, angulada de cuatro veneras de lo mismo, pero el símbolo personal de Nicolás de Ovando lleva los apellidos de su padre y de su madre: Ovando, Mogollón y Flores, Gutiérrez.

El apellido Ovando, situado en el primer cuartel del blasón, es, en campo de plata, una cruz floronada de gules, angulada de cuatro veneras de lo mismo.

En el segundo cuartel está situado el apellido Flores: De azur, cinco flores de lis puestas en aspa con bordura de gules, cargada con ocho aspas de oro.

En el tercer cuartel el apellido Mogollón. En campo de oro, dos osos pasantes de sable, bordura de gules, cargada con ocho aspas de oro.

Por último, Gutiérrez: En campo de oro, un castillo de piedra cargado con cinco hojas de higuera, dos en el homenaje central y tres en el cuerpo del castillo. Las hojas de higuera son de sinoples.

Para atender a los colores y los que son profanos en la materia de la heráldica, se dirá que la cruz floronada del apellido Ovando es con flores de lis y las cuatro veneras o conchas de peregrino son de color rojo, y el fondo de plata, es decir, de color blanco.

En cuanto al apellido Flores el azur es color azul y las flores de lis en aspa de la Cruz de San Andrés, son de color verde. Las ocho aspas de oro son de color amarillo sobre una bordura de gules (rojo). Al parecer, el rey dio estas aspas en forma de Cruz de San Andrés a los caballeros cristianos que se encontraban presentes en la batalla de Baeza, la que después sería llamada Navas de Tolosa, en el año 1212.

Los colores del apellido Mogollón son en campo de oro (amarillo) dos osos pasantes de sable (negros), con bordura de gules (rojo), cargado con ocho aspas de oro (amarillo).

Por último, el apellido Gutiérrez: En campo de oro (amarillo), un castillo de piedra (color natural del granito), cargado con cinco hojas de higuera de sinople (verde), dos en la parte superior del castillo y tres en la inferior.

Los escudos de Nicolás de Ovando se pueden observar en el exterior de su capilla en el conventual de San Benito de Alcántara, donde hay varios de piedra y varios de alabastro. Encima de su tumba se encuentra otro más de mármol.

Asimismo, en el que fuera palacio de Nicolás de Ovando en la calle de las Damas de Santo Domingo, la capital que él refundara en la orilla izquierda del río Ozama, en la actual República Dominicana, antigua isla de la Hispaniola, hay dos más, también de buena talla.

También debe reflejar esta sala la importancia de la Orden Militar de Alcántara, antes llamada de San Julián del Pereiro, de origen portugués, así como de Las Brozas como encomienda mayor y su castillo mayor, fortaleza que aún se conserva perfectamente. En este apartado se ha de contar la importancia de ser fraile y soldado como elemento de defensa de la fe con la oración y la espada.

Es tanta la importancia que la Orden Militar tuvo para Nicolás de Ovando que con los dineros propios mandó construir la capilla de la epístola en el conventual de San Benito de Alcántara, sede maestral de la asociación religiosa. En dicha capilla están depositados sus restos desde 1991, fecha en que se colocó en ella una placa. Esa jornada hubo una gran fiesta a la que acudieron numerosos miembros de las órdenes militares españolas, trasladando los huesos de Ovando desde la iglesia de Santa María de Almoçovar, actual templo parroquial de Alcántara, hasta la iglesia del templo de San Benito.

Sala IV.- Extremadura y España en tiempos de Ovando

En los tiempos de Ovando, la región se hallaba bajo el dominio de dos órdenes militares – Alcántara y Santiago – y territorios bajo dominio real o de nobles.

La Orden de Alcántara, que es la más nos interesa en esta ponencia, poseía dos partidos: el del propio Alcántara, con 25 encomiendas, incluida la propia sede y la Encomienda Mayor de Las Brozas y el partido de La Serena, situado al sureste de la actual región extremeña, con seis encomiendas: Castilnovo, Villanueva de la Serena, Magacela, Zalamea de la Serena, (Esparragosa de) Lares y Benquerencia.

En 1477, la reina Isabel la Católica jura los fueros de Cáceres ante las puertas de la ciudad. A finales del siglo XV, la ciudad tenía unos 2.000 vecinos, con una mesocracia agrícola y ganadera, cuyo nivel social más elevado eran los caballeros de la villa y que levantaron numerosos palacios, como los Golfines, los Ovando, los Ulloa, los Carvajal…

España en tiempos de los Reyes Católicos

En este tiempo hay grandes cambios en la Península Ibérica. El más importante de todos es la unificación de los reinos de Castilla, Aragón, Granada y Navarra, conformando el primer estado europeo. En 1469 se casa Isabel de Castilla con Fernando de Aragón, los Reyes Católicos

Los nuevos soberanos incorporan a la Corona los maestrazgos de las órdenes militares, hacen disminuir la autonomía municipal, crean la Santa Inquisición, expulsan a los judíos en 1492, conquistan el reino de Granada – donde estuvo Nicolás de Ovando- le nombran ayo del Príncipe heredero don Juan y durante su mandato se descubre América.

Durante el tiempo de Ovando en América se crea la Casa de Contratación en Sevilla; muere Isabel la Católica (25 de noviembre de 1504) y comienzan a gobernar los nuevos reyes Juana y Felipe.

SALA V.- La América de Ovando

Ovando llegó en 1502 a la isla de la Hispaniola, conformada hoy por dos naciones: República Dominicana y Haití. De aquí tiene que surgir un hermanamiento oficial con los pueblos hermanos del más allá del Océano Atlántico, así como conocer al pueblo taíno, que era el aborigen en esta zona de las islas del Mar Caribe a la llegada de Colón y durante la gobernaduría de Ovando. En este tiempo se congregó allí un grupo de hombres que después serían descubridores, conquistadores, colonizadores, evangelizadores de América, ampliando la idea del imperio español hacia nuevas tierras: Cuba, Puerto Rico, Jamaica, Panamá, Florida, México, Perú…

La isla de la Hispaniola estaba dividida, a la llegada de los españoles, en cinco cacicazgos o reinos indígenas: Marine, el noroeste; Aragua, al suroeste; Magua, al nordeste; Buey, al este, y Maguana, en el centro y sur.

Las ciudades fundadas por el gobernador

Durante los siete años que Ovando fue gobernador en América (1502-1509), en la Hispaniola se fundaron numerosas ciudades, unas en Haití y otras en la actual República Dominicana.

En el primer país se crearon: Puerto Real y Santa María de la Vera Paz, ya desaparecidas; Lares de Guaba, la actual Hincha; Salvatierra de la Sabana (Los Cayos),) y Villanueva de Yaquito (la actual ciudad de Jaquel). En República Dominicana fueron: Santo Domingo, Puerto Plata, Asúa de Compostela, Bonas, Buena Ventura. Concepción de la Vega, Coquí, Monte Cristo, Salva león de Buey, San Juan de la Maguana, Santiago de los Caballeros y Santa Cruz de Ica yagua (El Seybo)

Veamos una pequeña ficha de cada una de ellas

HAITÍ

PUERTO REAL (desaparecida)

  • Algunos dicen que en 1578 se fundó la villa de Bahaya, después de que los españoles la abandonáramos la que se denominó Puerto Real y que había sido fundada por el conquistador Rodrigo Mejía de Trillo. En 1725 se fundó la villa francesa de Bahaya, guardándose así el antiguo nombre español. Hoy conserva el nombre de Bajayá.

SANTA MARÍA DE LA VERA PAZ (desaparecida)

  • Fue fundada en 1504, muy cerca de la actual capital haitiana de Puerto Príncipe. Hoy tiene el nombre indígena de Yaguana

LARES DE GUABÁ

  • En el cacicazgo de Marién, Rodrigo Mejía de Trillo fundó Lares de Guabá, cerca de un riachuelo que llevaba ese nombre, en palabras del padre Bartolomé de las Casas. Fue el 15 de noviembre de 1504 cuando el papa Julio II creaba, mediante la Bula “Illius Fulciti praesidio”, en la isla de la Española la sede metropolitana de Yaguate, en la provincia de Jaragua, con dos sedes sufragáneas: La Vega o Maguá y Lares de Guaba. Fue nombrado obispo de esta sede el franciscano García de Padilla.

SALVATIERRA DE LA SABANA (Los Cayos)

  • Está situada cerca del Cabo Tiburón, al sudoeste de la Española. Fue fundada por Diego Velázquez, quien partió de aquí para la conquista de la isla Juana, conocida hoy como la isla de Cuba. Otro de sus principales personajes fue el descubridor del Océano Pacífico, Vasco Núñez de Balboa, quien llegó allí y fue un destacado esgrimidor, tras formar parte de la expedición descubridora del Istmo de Panamá, expedición que fue encabezada por Rodrigo de Bastidas.

VILLANUEVA DE YÁQUIMO (JACMEL)

  • Nicolás de Ovando mandó fundar a su lugarteniente Diego Velázquez la actual ciudad haitiana de Jacten, que antes se llamaba Villanueva de Yáquimo y estaba situada en el lugar y puerto del cacicazgo de Jaragua. Jacmel viene del nombre del coronel Jacamel, quien la refundó el 8 de julio de 1698. Antes tenía otros nombres como Yaquimel, cuyo nombre procedía de Jacques de Malo. Como dato curioso se puede decir que la ciudad fue la primera en estar totalmente electrificada en el Mar Caribe.

REPÚBLICA DOMINICANA

SANTO DOMINGO

  • Fundada por Bartolomé Colón en 1496, pero destrozada por un huracán en 1502 fue refundada en piedra en la orilla derecha del río Ozama por Ovando

PUERTO PLATA

  • Fue fundada en 1505, pero refundada para que pudieran salir y arribar desde allí los buques españoles. Su monumento más importante es el fuerte de San Felipe.

ÁZUA DE COMPOSTELA

  • Ovando en 1504 la fundó con el nombre de Compostela. Diego Velázquez y Hernán Cortés fueron respectivamente administrador y notario de la ciudad. En el año 1508 le fue conferido, por real privilegio, el escudo de armas.

BONAO

  • En la historia de Bonao se cuenta que en el periodo 1502 – 1509, la villa progresó mucho, pues pertenecía al comendador mayor, don Nicolás de Ovando.

LA BUENAVENTURA (Desaparecida)

  • En esta zona de la isla se hacían en tiempo de Ovando dos fundiciones de oro al año, pues sus minas estaban a pleno rendimiento.

CONCEPCIÓN DE LA VEGA

  • La villa de La Vega fue fundada entre los siglos XV y XVI y en ella se estableció el Fuerte de la Concepción, que defendía el sitio de cualquier ataque terrestre.

COTUÍ

  • Fue fundada por Rodrigo Mejía de Trillo en 1505 por orden del gobernador. El nombre de Coquí viene del cacique Coquí, subalterno de Guardones, gran cacique de Maguá, uno de los cinco de la isla. Desde 1952, es la capital de la provincia Sánchez Ramírez, que lleva ese nombre por el brigadier Juan Sánchez Ramírez y que venció a los franceses en 1808 ayudado por los criollos.

MONTE CRISTI

  • En 1506, bajo las órdenes del Comendador Fraile Nicolás de Ovando, se crea la villa de Monte Cristo, habitada por los indios taínos. Para 1533 la villa es remozada con la traída de 60 labradores desde la Madre Patria. Estos emigrantes vinieron con sus familias para dinamizar los planes colonizadores de la metrópoli.

SALVALEÓN DE HIGÜEY

  • Capital de la provincia de Altagracia. Tiene hoy unos 25.000 habitantes. Se fundó en 1505 por Juan de Esquiven. Es el lugar de la Patrona de la isla, Nuestra Señora de Altagracia.

SAN JUAN DE LA MAGUANA

  • La villa de San Juan de la Maguana fue fundada el 24 de Junio de 1504 por el adelantado capitán Diego de Velázquez, por instrucciones del Gobernador de la isla y Comendador de Lares Fraile Nicolás de Ovando.

SANTA CRUZ DE ICAYAGUA (El Seybo)

  • Fue fundada en 1506 por el conquistador de Jamaica, Juan de Esquiven, con el nombre de Santa Cruz de Ica yagua. Se encuentra a 135 kilómetros de la capital.

SANTIAGO DE LOS CABALLEROS

  • En 1504, Ovando manda que se refunde la ciudad más al norte. Se hace, en la zona de Jacagua, por los caballeros de la antigua Isabela, la ciudad que fundara Cristóbal Colón con los restos de la nao Santa María, la primera ciudad occidental en el Nuevo Continente.

SALA VI.- La expansión por América

En esta sala se propone realizar un recorrido por las tierras más cercanas a la isla de la Hispaniola, tierras que se conocieron, colonizaron y conquistaron en los años próximos a la gobernaduría de Ovando, sino mandó él mismo hacerlas reconocer. Tales naciones son: Cuba, Puerto Rico, Jamaica y Panamá, sin olvidarnos de la península de la Florida, donde según la tradición se dice que estaba la Fuente de la Eterna Juventud y que fue conquista por Juan Ponce de León. Para completar la información geográfica e histórica de estas naciones deberían colocarse en unas arquetas tierras y banderas de las repúblicas hermanas, ofrecidas en actos oficiales y protocolarios por los embajadores de esos países en sus respectivas visitas a la tierra que vio nacer a Nicolás de Ovando.

Una visita rápida a estos países con sus hechos más destacados son:

CUBA

  • El hecho más importante en la etapa de Ovando fue el bojeo de Sebastián de Ocampo; es decir la circunnavegación de la isla, pues es tan alargada – más de 1.100 kilómetros- que se consideraba que formaba parte de una tierra continental. Este hecho se produjo en 1508 Y el año siguiente el encomendero Diego Velázquez, que fue fundador de varias ciudades en la Hispaniola, comenzó la conquista de la isla de Cuba, que por entonces recibió el nombre de Juana, en honor de la hija de los Reyes Católicos, y ya reina de Castilla. Las primeras villas fundadas en Cuba fueron: Nuestra Señora de la Asunción; la villa de San Salvador de Bayamo; villa de la Santísima Trinidad; villa de Santiago; villa de Sancti Spíritus; villa de San Cristóbal; villa de Santa María de Puerto Príncipe y San Juan de los Remedios.

PUERTO RICO

  • Juan Ponce de León fue lugarteniente de Ovando. Escuchó de los indios que había mucha abundancia en la isla vecina de Boriquen (Puerto Rico), y pidió permiso para visitarla en 1508, donde descubrió muchos tesoros valiosos. Por su trabajo en ésta expedición fue nombrado Adelantado o Gobernador de Boriquen.

JAMAICA

  • Cristóbal Colón llegó a Jamaica en mayo de 1494, durante su segundo viaje al Nuevo Mundo y fue su hijo, Diego Colón, el gobernador que sustituyó a Ovando, quien la mandó conquistar a Juan de Esquivel en 1509, quien como primer gobernador de Jamaica estableció un astillero en Esquivel (hoy Old Harbour Bay), donde se acomodaron las instalaciones del puerto para la capital de la isla. Actualmente la población se llama Old Harbour Bay pero el puerto conserva el nombre de Port Esquivel.

PANAMÁ

  • En 1501 llegó a las costas de Panamá Rodrigo Galván de la Bastida, acompañado de Juan de la Cosa y Vasco Núñez de Balboa, descubridor del Océano Pacífico. Al año siguiente, Cristóbal Colón arribó a las costas de Veraguas.

SALA VII.- Ruta turística de Nicolás de Ovando

Ya se ha comentado en otro de los Coloquios Históricos de Extremadura una posible ruta turística por la ciudad de Cáceres, Las Brozas, Alcántara y Garrovillas de Alconétar, sin olvidarse la parte sur de Badajoz, donde tenía muchos territorios la Orden de Alcántara y donde se encontraba la Encomienda de Lares (hoy Esparragosa de Lares), así como Zalamea de la Serena, donde se hallaba la corte maestral don Juan de Zúñiga, último maestre de la Orden Militar de Alcántara, y donde Elio Antonio de Nebrija escribió a su amparo parte de la Gramática española. Según la historia otra parte de la gramática la escribió en Las Brozas, por ser residencia de su hijo Marcelo de Nebrija, comendador de la orden alcantarina. Esta noticia la aporta el padre del ilustre gramático Francisco Sánchez “El Brocense”

En este recorrido turístico que se desarrolla, en su tramo corto por la provincia de la Alta Extremadura se puede comenzar por la capital:

CÁCERES

  • Palacio de las Cigüeñas, casona que construyó don Diego de Cáceres Ovando para residencia familiar y que está situada en la parte alta, junto a la iglesia de San Mateo, donde se hallan las tumbas de varios Ovando.
  • En la Plaza de Santa María está el Palacio de Hernando de Ovando, hermano de Nicolás, hoy en manos de los descendientes del Conde Canilleros.
  • Por último el viajero ilustrado puede acercarse al monasterio de San Francisco, junto a la residencia sanitaria de la Seguridad Social “San Pedro de Alcántara” y sede de la Institución Cultural “El Brocense”, dependiente de la Diputación provincial. El templo del monasterio de San Francisco fue ejecutado en buena parte por doña María de Ovando para su enterramiento y el de sus descendientes.

LAS BROZAS

  • Palacio de los Flores, lugar de nacimiento de Nicolás de Ovando, ya descrito a lo largo de esta ponencia y que se convertirá en el palacio museo dedicado a este personajes de la historia española y americana.
  • Encomienda mayor, o castillo de Las Brozas, situado en la parte más alta de la población, con una torre del homenaje del siglo XIV y modificado para actividades guerreras en épocas posteriores, por Juan Bravo, arquitecto mayor de la orden alcantarina. Fue sede de la Encomienda Mayor de la citada Orden.
  • Iglesia de Santa María la Mayor, donde se hallan las tumbas de los Flores, abuelos maternos de Ovando, en lo que hoy es capilla de la Inmaculada Concepción y donde se halla la pila bautismal. Asimismo se encuentra también en la capilla de San Pedro o del sagrario está el mausoleo de Gonzalo Gutiérrez Flores, de la familia de los Flores.
  • En el mismo templo parroquial, al que los brocense le llaman la “catedralita” por sus enormes dimensiones, se halla a los pies el Cristo de Ovando, o Cristo de la Salud, que anteriormente a las modificaciones de la iglesia se encontraba en la capilla de los Flores, también llamada de San Blas.
  • En las cercanías de esta iglesia se halla el Palacio de Francisco de Lizaur, a quien Ovando nombró como su secretario particular.

ALCÁNTARA

  • La Encomienda de Belvís y Navarra, se halla en la margen derecha de la carretera de Las brozas a Alcántara, antes de llegar al vecino pueblo de Villa del Rey, antiguo Aldea del Rey. De esta palaciega construcción sólo quedan los restos de un torreón y restos de sus basamentos en los suelos de la finca.
  • El conventual de San Benito es uno de los nobles edificios de la villa de Alcántara, hoy es, en parte propiedad de la empresa Iberdrola, pudiéndose visitar todos los días con una guía turística, quien enseña también la iglesia, de propiedad municipal y donde en la nave de la epístola se halla la capilla de Ovando ysu tumba, donde se hallan los restos del comendador mayor y gobernador de las Indias

GARROVILLAS DE ALCONÉTAR

  • En este pueblo extremeño es digno de visitar su preciosa y antigua Plaza Mayor, un elemento urbanístico del siglo XV apenas modificado en centurias y donde se halla el palacio de los Condes de Alba y Aliste, dueños de extensos territorios en Extremadura. A unos 9 kilómetros se halla la ermita de Nuestra Señora de Altagracia, de donde los hermanos Trejo, de Plasencia, llevaron en un lienzo la citada imagen hasta la Hispaniola, convirtiéndose desde entonces en Patrona de la isla.

SALA VIII.- Homenajes a Ovando

A lo largo de los últimos años se han venido celebrando diversas actividades dedicadas en honor de Nicolás de Ovando, como las Jornadas Históricas de Las Brozas, organizadas por el cronista oficial de la villa, que este año 2003 tendrán lugar las terceras por épocas navideñas, con la intervención de historiadores locales y nacionales, interesados en la figura ovandina. Las primeras jornadas fueron inauguradas por el entonces presidente de la Asamblea de Extremadura, don Manuel Veiga, en presencia del retrato imaginario de la figura del gobernador, pintado por el artista brocense Germán Díaz, quien también intervino para divulgar la imagen física de nuestro homenajeado, a través de una serie de referencias del padre dominico fray Bartolomé de las Casas y de evidencias ovandinas.

Asimismo el teletexto de Televisión Española dedicó varias semanas a difundir la figura de este personaje, como lo hizo en otra ocasión con la de El Brocense. A su vez, la página Web de la Diputación de Cáceres mantiene todavía una breve biografía de nuestro personaje, cuyo texto comienza así: “Nicolás de Ovandollegó a la isla de la Española el 15 de abril de 1502, por lo que ahora se cumple el V Centenario. ¿Quién fue este personaje de tanta importancia en la corte de los Reyes Católicos?”.

El Ayuntamiento de Las Brozas colocó una placa en el Palacio de los Flores, casa natal de Nicolás de Ovando para dar a conocer el hecho a los cada vez más numerosos visitantes que tiene la villa de Brozas en un recorrido de turismo cultural, al mismo tiempo que mantiene una exposición fotográfica permanente en la Casa de Cultura

A su vez los escolares del pueblo han realizado un concurso literario sobre la vida y obra de este personaje. La Asociación de Amas de Casa “La Encina” mantiene un concurso gastronómico “Nicolás de Ovando”, con ciertas aportaciones de la cocina dominicana

Para un futuro próximo se espera desarrollar las siguientes actividades: hermanamiento de Las Brozas con Santo Domingo, capital de la República Dominicana, una gran exposición en Extremadura para dar a conocer al gran público a Nicolás de Ovando y la difusión de un sello por la Dirección general de Correos, como ya existe uno de Juan Ponce de león por los Estados Unidos de América, son olvidarse de una estatua que ya tiene diseñada el escultor villanovense que erigió la estatua de El Brocense en la plaza “Príncipe de Asturias” de Las Brozas.

Oct 012002
 

Francisco Rivero.

Desde hace años, este cronista de la villa de Las Brozas viene exponiendo en los Coloquios Históricos de Extremadura, celebrados en esta ciudad de Trujillo, diversos aspectos de la biografía del brocense Nicolás de Ovando, quien desde 1502 hasta 1509 fue el gobernador de los Reyes Católicos en la isla de la Hispaniola, que conforman hoy dos naciones hermanas: República Dominicana y Haití. Al celebrarse ahora el 500 aniversario de su llegada al Nuevo Mundo, hemos querido divulgar las labores de exploración y conquista de las nuevas tierras recién descubiertas por el Almirante Colón y puestas bajo la protección de la Corona española.

Durante estos años (1502 – 1509) numerosos personajes que hoy forman parte de la pléyade de conquistadores y descubridores españoles en el Nuevo Mundo estuvieron bajo lAs órdenes de Ovando. Mientras que en 1505, fray Hernán Suárez funda la primera escuela americana en el recién creado convento franciscano, Sebastián de Ocampo (que nació en Galicia en la segunda mitad del siglo XV y murió en 1514 en Sevilla) realizó el bojeo (circunnavegación de la isla de Cuba) de la que se creía que era una gran península de un cercano continente. A su vez, por el este su lugarteniente del gobernador español, el vallisoletano Juan Ponce de León comenzó en 1508 a descubrir y conquistar para la Corona española la isla de Borinquén, la actual Puerto Rico. Ponce de León, hombre inquieto, se desplazó con el tiempo a la península Florida, donde “descubrió” la fuente de la eterna juventud, uno de los atractivos turísticos de la ciudad de San Agustín, la ciudad más antigua de los actuales Estados Unidos de América. Jamaica, otra de las grandes Antillas, que fue descubierta por Cristóbal Colón en mayo de 1494, perro fue conquistada para España por su hijo Diego en 1509, año de la partida de Ovando de la isla de la Hispaniola y sucesor suyo en la gobernaduría del Nuevo mundo.

Ya los ingleses, al enterarse del descubrimiento de otras tierras enviaron al italiano Giovanni Gaboto (conocido en el Reino Unido como John Cabot) a reconocer algunas tierras por el Nuevo Mundo. Su expedición salió en mayo de 1497, tras tocar territorio americano el 24 de junio de ese año retornó a Inglaterra al mes siguiente. Al año siguiente volvió a las nuevas tierras en compañía de su hijo Sebastián desde la latitud de Gibraltar hacia el norte. Como en 1501 Catalina, la hija de los Reyes Católicos, se casó con el heredero del rey de Inglaterra, éste no quiso molestar a sus suegros españoles y decidió que Cabot dejara de navegar por América. Desde entonces, el hijo expedicionario, Sebastián Gaboto, puso sus conocimientos en beneficio de España.

Los barcos españoles iban y venían por el Océano Atlántico. Si bien no transportaban algo tan valioso como para ser atacados, los corsarios franceses eran el único peligro. Peralonso Niño y Cristóbal Guerra zarparon en 1499 y volvieron en 1500 sin ninguna noticia de interés. Rodrigo de Bastidas exploró el Golfo de Darién en 1500. Américo Vespucio hizo sus dos viajes exploratorios. Vicente Yáñez Pinzón y Diego de Lepes exploraron en distintos viajes la costa occidental portuguesa volviendo en el año 1500. Juan de la Cosa hizo viajes exploratorios y comerciales en 1501, 1505, 1507 y 1509. Vicente Yáñez Pinzón y Juan Díaz de Solís salieron hacia lo que hoy es Honduras y Yucatán en 1508. Ese mismo año, Sebastián de Ocampo circunnavegó Cuba. En 1509 Juan Ponce de León comienza la conquista de Puerto Rico, isla que los indios llamaron Borinquén. Juan Esquivel se establece en Jamaica por orden del segundo gobernador, sustituto de Ovando, Diego Colón. Todo era pura rutina. De tanto en tanto naufragaba algún barco, o era atacado por los franceses. En esta ocasión sólo nos vamos a fijar en dos grandes hechos: La conquista de Cuba y de Puerto Rico, para dejar para otros años la expansión por otras tierras insulares o continentales.

EL BOJEO DE CUBA

Discurría plácidamente el año 1508, cuando los Reyes Católicos solicitaron al gobernador que explorara la isla Juana, a la que hoy se le llama Cuba. El mandatario real se lo encargó al gallego Sebastián de Ocampo y según cuentan las crónicas este navegante procedió en sólo ocho meses «… a descubrir del todo la Isla de Cuba, porque hasta entonces no se sabía si era isla o tierra firme, ni hasta donde su longura llegaba, y también a ver si era tierra enjuta, porque se decía que lo más era lleno de anegadizos».

En su Historia de Las Indias, el padre Bartolomé de Las Casas, cuyo proceso de beatificación ha comenzado este año, cuenta que «uno de los navíos, o ambos, tuvieron necesidad de carena (…) entraron en el puerto que llamamos de La Habana y allí se la dieron, por lo cual se llamó aquel puerto, Puerto de Carenas».

Partió de Baracoa con dos navíos, algunos marineros y sin tropa alguna, y salió hacia el norte para llegar al Cabo de San Antonio y después de enfilar hacia el sur navegó hasta una pequeña bahía que lleva por nombre el del gobernador Ovando, al oriente. En esta ocasión sí dobló el cabo de San Antonio y dejó aclarado el hecho de ser una isla. Pero tampoco en esta ocasión se plantaron los españoles quedarse en Cuba.

Es una pena que se haya perdido el cuaderno de navegar de Sebastián de Ocampo, pues nos hubiera dado muchos datos de su bojeo por la isla de Cuba. Pese a todo se conocen algunos y los propios cubanos consideran a Ocampo como su verdadero descubridor, aunque ya navegaran por sus aguas otros, incluso el propio Almirante Colón tocó sus costas y las dejó por considerar que era el gran continente que él había pensado. Era el 27 de octubre de 1492. Dicen los cronistas que se aburrió de su litoral que no se acababa nunca, al fin y al cabo esta lista, con más de 1.000 kilómetros de longitud, es una de las mayores del mundo. Colón creyó que ya había llegado a Catay; es decir, la actual China para conseguir, por un nuevo camino, sus especias. Incluso hay documentos que perfilan la isla de Cuba en los primeros años del siglo XVI, antes de la circunnavegación de Ocampo, lo que indica que otros tal vez lo hicieron antes.

LA CIRCUNNAVEGACIÓN DE OCAMPO

Cuando Sebastián de Ocampo intentó el bojeo o circunnavegación de Cuba en el año 1508, ésta se encontraba poco poblada, con no más de 100.000 almas. Los primeros habitantes eran conocidos como Guanahatabeyes , que procedían de América del Sur, aproximadamente del río Orinoco y también por el norte proceden de la Florida y llegaron en el 3.500 antes de cristo hasta aquí en rudimentarias canoas. Después fueron dominados y desplazados por otros -que fueron los que se encontró Ocampo- como los taínos, saboneyes y otras tribus indias. Estas personas vivían cerca del mar y de los ríos, que le servían como aprovisionamiento de alimentos, además de ayudarse en la recolección de los frutos de los árboles silvestres que se criaban en las feraces tierras caribeñas, más una incipiente agricultura, según explica el doctor Ramiro Guerra en su libro de la Historia la Nación Cubana (Tomo I. Página 228)

En otros Coloquios Históricos de Extremadura, ya se ha contado la organización social de los taínos, como los habitantes con los que se encontró el brocense Nicolás de Ovando durante su estancia en la isla de la Hispaniola como gobernador. Los taínos de Cuba eran los indígenas relativamente mas avanzados, contando con elementos de organización a nivel familiar y tribal con las divisiones de funciones típicas de un jefe, soldados, agricultores, artesanos, funciones estas ultimas que realizaban tanto hombres o mujeres de la categoría social mas baja. La función de curandero la cumplía el jefe y en algunas tribus un personaje diferente con la misma categoría que la de los jefes.

Los Taínos fueron capaces de trabajar el barro, sus viviendas eran el bohío (rectangular) y el caney (circular) construidos con bambú (caña brava) y madera de palma con techos de hojas de palma (guano).Sus vestidos eran muy sencillos, ya empleaban tejidos de algodón, aunque el nudismo era frecuente por lo benigno del clima.

A pesar de que las tribus de indios Caribes, pueblo guerrero que se deformaba el cráneo y adiestraban a sus jóvenes en artes militares comenzaban a realizar visitas de saqueo a la isla, no habían llegado a establecer muchas poblaciones permanentes.

La razón del retraso de la exploración de la isla se debió a que poseía mucho menos oro que la Hispaniola, donde se encontraba aposentado desde 1502 el nuevo gobernador: Ovando.

Bien es verdad que Cuba, como ya se ha dicho, fue el segundo territorio americano descubierto por Cristóbal Colón en su primer viaje, el 27 de octubre de 1492. Los castellanos al mando del almirante arribaron en una zona del norte de la isla, actual provincia de Oriente, explorando el Puerto de Nuevitas y continuando por el norte hasta llegar a la isla de la Hispaniola.

La conquista de Cuba la realizaron a partir de 1512 Diego Velázquez, que ya estuviera con Ovando en la Española, al que le acompañó como lugarteniente Hernán Cortés, el conquistador de México.

Los nativos que habitaban en Cuba, que fue originalmente conocida como Juana y también como la Isla Grande del Caribe, no opusieron resistencia al comienzo de la conquista lo que facilitó la creación de varias villas permanentes. Entre las primeras villas que se fundaron se encuentran Baracoa (primera villa, fundada en 1512), Báyamo, Trinidad, Sancti Spiritus, La Habana y Santiago de Cuba.

Hubo reconocimientos de la isla por mar y por tierra. El hecho de que se hiciera por mar en 1508 se debió a que su enorme longitud (más de 1.000 kilómetros de punta a punta) hizo que se pensara que aquella isla, a la que Colón llamó Juana, en nombre de la hija de los Reyes Católicos, fuera una península. Más bien se creía que era todo un continente. De hecho, Ocampo navegó también por las costas de la provincia de Matanzas, situada al este de La Habana y según recogen las crónicas, actualizadas ahora por los historiadores locales.

LA FUNDACIÓN DE LA HABANA

Y en lo que es hoy La Habana, Ocampo descubrió el canal de entrada del Puerto de Carenas, donde hoy se halla la enorme fortaleza de San Carlos de la Cabaña, el Cristo de La Habana y el pintoresco poblado de Casablanca. Más al oeste los castillos del Morro y de La Punta, y luego, el Malecón habanero a todo lo largo. En la hermosa bahía de entonces desembocaban numerosos arroyos de agua dulce, que hoy bajan sucios por la contaminación. Allí, en su puerto protegido fondeó sus naves y las reparó.

La palabra Habana procede del término de territorios propiedad del cacique Habaguanex, según explicó en el periódico cubano “Granma” el 13 de noviembre de 199 el investigador Eusebio Leal Spengler en un artículo titulado “Tradición perpetua”.

Más tarde, en 1514, también estuvo por aquí Pánfilo de Narváez y ese mismo año Diego Velázquez, el lugarteniente de Ovando en la Española, fundó en la banda opuesta, cerca de Batabanó, la villa de San Cristóbal de La Habana, que no tardó en ser trasladada, junto a la desembocadura del río Almendares, y cerca del puerto que Ocampo llamó de Carenas. El primer gobernador, nombrado por Diego Velázquez con el título de teniente a guerra, fue Pedro de Barba. De aquí salió Hernán Cortés el 10 de febrero de 1519 partió para emprender la conquista de México. El 16 de noviembre de este año tuvo lugar la fundación definitiva de la villa en el Puerto de Cárenas.

MATANZAS

Las crónicas cuentan que en este territorio de la actual provincia de Matanzas, algunos náufragos españoles fueron atacados por los indios, que eran unas comunidades aborígenes pre agroalfareras. Sin embargo no fue hasta el bojeo de Ocampo cuando se descubrió para occidente la Bahía de Guanima, donde dos años más tarde; es decir, en 1510, los indios mataron a numerosos españoles, de ahí el patronímico de esta zona cubana

VARADERO

La famosa playa de Varadero también fue otro de los lugares que tocó este insigne navegante. El nombre de Varadero proviene de ser una costa arenosa de poco calado en la cual encallaban barcos llevados por la marea. El español la descubrió en 1508 durante su bojeo a la isla, y la primera mención aparece en 1540 en un mapa de Alonso de Santa Cruz.

POR LA CIUDAD DE CÁRDENAS

Algunos de esos paladines que se atrevieron a reconocer ese nuevo territorio fueron «los audaces navegantes de la metrópoli» como se puede leer en un texto sobre la historia de la ciudad cubana de Cárdenas, Andrés de Morales, Sebastián de Ocampo y Juan de Grijalba. El único que se acercó hasta estas tierras cardenenses fue el capitán Ocampo.

De alguna manera se quejan los historiadores de Cárdenas que no se les nombra en la famosa expedición del capitán Pánfilo de Narváez y de fray Bartolomé de las Casa, que fueron capaces de cruzar la isla de Cuba desde el este hacia el Oeste, pasando por los lugares hoy conocidos como Colón, Guacamaro y Matanzas.

No pudo ser hasta mediados del siglo XVI cuando se comienzan a conocer las costas cardenenses, como lo demuestran los mapas que se hicieron y que se conservan en la Sociedad Económica de Amigos del País» (Habana), fechados en 1555, 1564 y 1604 señalan con bastante perfección la punta de Hicacos, los cayos de la bahía y la misma bahía, que figura sin nombre determinado o con el de Matanzas, Hicacos y más tarde con el de Camarioca y Siguagua.

POR TIERA Y MAR DE CIENFUEGOS

Lo mismo se puede decir de Cienfuegos, una provincia industriosa, que no fue dada a conocer hasta que informó de su territorio Ocampo, aunque los lugareños puedan decir que Colón la visitó en su segundo viaje, no fue así.

Ocampo dio su apellido a un cayo interior de la bahía de Cienfuegos, donde descansó varios meses, informó al rey de España que “… este puerto que sus habitantes llaman Jagua es de los mejores y más seguros para mil naos que se puedan hallar en el mundo”. Al año siguiente, en los alrededores de la playa Rancho Luna, donde hoy está enclavado el hotel de ese nombre, se desató el primer combate entre aborígenes y españoles.

Andando el tiempo, se asentaron en paz colonos españoles en este lado de la bahía. José Díaz, en el lugar que hoy ocupa el hotel Jagua, procreó en su rancho con la hermosa y dulce india Anagueia una larga y feliz familia.

Otro español, de nombre Lope, se unió hacia 1528 con otra indígena, de la que tuvo una hija que llamaron Mari, y dio origen a la leyenda de Marilope, de la cual es símbolo la flor amarilla de intenso tono de azufre, conocida por ese nombre, típica de la región sureña donde nace silvestre en terrenos pedregosos y secos.

LA VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE

Cuenta la leyenda que la presencia de la Virgen María en la historia de Cuba y de la Iglesia se remonta al surgimiento de la primera comunidad de origen indio, nacida por la predicación de un anónimo soldado español de Sebastián de Ocampo, en 1509. Por inspiración del anónimo soldado levantaron los indios el primer templo cubano, desde el cual elevaban sus súplicas a Dios y en el que colocaron una imagen de la Virgen.

Por su parte las crónicas indican que los relatos se remontan el año 1687 e impresionan por su sencillez y belleza: «…estando una mañana la mar en calma, salieron de dicho cayo Francés para la dicha salina, antes de salir el sol, los dichos Juan y Rodrigo de Hoyos y este declarante. Embarcados en una canoa y apartados de dicho cayo Francés vieron una cosa blanca sobre la espuma del agua, que no distinguieron lo que podría ser, y acercándose más les pareció pájaro y ramas secas. Dijeron dichos indios, parece una niña, y en estos discursos, llegados reconocieron y vieron la imagen de Nuestra Señora de la Santísima Virgen con un niño Jesús en los brazos sobre una tablilla pequeña, y en dicha tablita unas letras grandes, las cuales leyó dicho Rodrigo de Hoyos, y decía: «YO SOY LA VIRGEN DE LA CARIDAD» y siendo sus vestiduras de ropaje se admiraron que no estaban mojadas, y en esto, llenos de gozo y alegría, cogiendo solo tres tercios de sal, se vinieron para el Hato de Barajauá.» La imagen de María de la Caridad fue encontrada por tres representantes de las clases más pobres y explotadas: dos indios y un negro esclavo, a quienes llena de alegría con su presencia.

PREMIO PARA EL BOJEO

Fue tal el éxito histórico del bojeo de Sebastián de Ocampo que la cubana Natasha Vázquez Ruiz realizó en 1995 un reportaje cinematográfico sobre este hecho histórico y que obtuvo el primer premio «Xanela» de vídeo, otorgado en 1996 por la Xunta de Galicia bajo el título de «Por la ruta de Sebastián de Ocampo»

Natasha Vázquez es graduada en la especialidad de Periodismo Internacional en el Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú en el año 1989.

Desde septiembre de 1989 hasta diciembre de 1990 trabajó en la emisora Radio Metropolitana, en La Habana. A partir de esa fecha labora en CHTV, el canal televisivo de la capital cubana, así como en la TV nacional. Durante este tiempo ha realizado cientos de noticias, entrevistas, reportajes, ha dirigido varios documentales y ha sido conductora o presentadora de diversos programas especiales. Algunas de sus obras han participado en muestras y festivales internacionales en España, Italia y Estados Unidos.

Pies de fotos

Foto 1.- Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, Patrona de la isla de Cuba

Foto 2.- Playa Ancón, en Trinidad, la más espectacular playa de la isla

CRONOLOGIA (1502-1509)

(Época de Ovando como gobernador de la Hispaniola)

  • 1501-2.- Rodrigo de Bastidas reconoce la costa del Darién (Istmo de Panamá) hasta el norte de Brasil.
  • 1501-2.- Expedición de Portugal con Américo Vespucci por la costa brasileña y el Atlántico sur.
  • 1502.- El almirante Cristóbal Colon en su ultimo viaje a «Las Indias» llega al Cabo Gracias a Dios, el 12 de septiembre, buscando un estrecho para pasar a la otra parte equinoccial, creyendo estar entre Malaya y Sumatra. Rodea Corn Island, la cual bautiza con el nombre de Limonares, y naufraga frente al Río Escondido, fondea en Punto del Mono, Monkey Point, pasa frente a la Bahía de San Juan del Norte sin percatarse del Río san Juan debido a la barra de la bahía y llega hasta la costa colombiana.
  • 1502.- Miguel Corte Real parte en busca de su hermano Gaspar hacia América.
  • 1502-4 Cuarto viaje de Colon, explora el litoral de América Central.
  • 1502.- Segundo viaje de Vasco da Gama a la India.
  • 1503.- Otra expedición parte en busca de los hermanos Corte Real, pero no los encuentran.
  • 1504.- Muere Isabel I «La Católica», reina de Castilla y León. Le sucede su hija Juana I «La Loca», quedando como regente el esposo de ésta Felipe «El Hermoso».
  • 1506.- Los capitanes hispanos, Juan Díaz de Solís y Vicente Yáñez Pinzón navegan a lo largo de la costa atlántica centroamericana de sur a norte buscando el estrecho entre los dos océanos. Muere el Rey Regente Felipe «El Hermoso», queda como Regente Fernando II de Aragón y Cataluña, viudo de Isabel » La Católica»
  • 1508.- Sebastián de Ocampo realiza la primera circunnavegación de Cuba.
  • 1508 .- Juan Ponce de León coloniza Puerto Rico.
  • 1508-9.- Juan Díaz de Solís y Vicente Yáñez Pinzón recorren las costas de Guatemala, Honduras y Yucatán en busca de un estrecho.

img1Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, Patrona de la isla de Cuba

img2Playa Ancón, en Trinidad, la más espectacular playa de la isla.

Oct 012001
 

Francisco Rivero.

Cronista Oficial de Las Brozas

El pasado 3 de septiembre se han cumplido los 500 años desde que los Reyes Católicos nombraran al brocense Nicolás de Ovando primer Gobernador español en la isla de la Hispaniola, lo que hoy conforman dos naciones: República Dominicana y Haití. Con él comenzó el Imperio español.

El ejercicio de su función como representante de los monarcas hispanos en América fue de siete años, ya que comenzó a ejercer en 1502 y concluyó en 1509. Durante esa temporada realizó una labor inmensa y muy agradecida por los soberanos. Para concretarla en hechos: Durante su mandato se fundaron las siguientes ciudades: Santo Domingo, Puerto Plata, San Juan de la Maguana, Azúa de Compostela, Cotuy, Salvaleón de Higüey, Concepción de la Vega, Villa Jaragua, Santa Cruz de Barahona, Jaquimo, Lares de Guahabá, Santa María de la Vera Paz (hoy Puerto Príncipe, la capital de Haití), Salvasierra y Puerto Real. Las más conocidas por los turistas españoles que ahora van de vacaciones a la República Dominicana: son Puerto Plata y Santo Domingo.

Trasladó la ciudad de Santo Domingo desde la orilla derecha del río Ozama a la izquierda, donde mandó diseñar un urbanismo que aún se conserva y construir una fortaleza, declarada monumento nacional. Es el único castillo medieval en el Nuevo Continente. Asimismo se guarda con esmero el que fuera su palacio, convertido en hostal, algo así como un parador de turismo español. Otra buena labor de Nicolás de Ovando fue poner paz entre los españoles, unos partidarios de Cristóbal Colón y otros de su sucesor, el comendador de la Orden Militar de Calatrava, Francisco de Bobadilla, pues un funcionario medio Francisco Roldán, que había viajado con Colón en su segundo viaje como proveedor de la armada y llegó a ser alcalde mayor de la primera ciudad en el Nuevo Mundo, la Isabela, se insubordinó contra el gobierno del adelantado Bartolomé Colón en ausencia del titular el almirante Cristóbal Colón. Para atraerse a Roldán y sus numerosos seguidores, el comendador Ovando les permitió en 1502 ir al oeste de la isla de Santo Domingo y fundar una villa en las cercanías del Golfo de Gonave. Esa villa fue bautizada con el nombre de Santa María de la Verapaz; actualmente es Puerto príncipe, capital de Haití.

Celebrar el V Centenario

Desde esta plataforma de los Coloquios Históricos de Extremadura, en la ciudad de Trujillo, el cronista oficial de Las Brozas sugiere que para el próximo año, con motivo del V centenario de la llegada de Ovando a América y el comienzo del imperio español, Extremadura se debería volcar con este personaje. Para ello se sugiere convocar unas jornadas de Historia de América en Las Brozas, y estudiar la relación de la Orden de Alcántara con el Nuevo Continente, así como el hermanamiento de esta villa cacereña con cualquiera de las ciudades que el brocense fundó allí

Biografía

Según Miguel Muñoz de San Pedro, Conde de Canilleros, Ovando fue de noble cuna: hijo del Capitán Diego de Cáceres e Isabel Flores, nació en 1451 en el palacio que la familia Flores poseía en Las Brozas. Este palacio aún se conserva, convertido en Casa de Cultura, centro médico, biblioteca municipal, lugar de domicilio social de distintas asociaciones locales, etc. No sería mala idea, con ayudas de todos y de las instituciones, rehabilitarlo e inaugurar allí el museo Nicolás de Ovando, el forjador de la conquista y descubrimiento de América.

Amigos de los Reyes Católicos su padre, y el mismo, los soberanos le encomendaron que fuera ayo y educador del Príncipe de Asturias, el príncipe Juan. Al morir el sucesor, Nicolás vuelve a integrarse a la Orden Militar de Alcántara, pero con el tiempo, los Reyes le confían la gobernaduría del Nuevo Mundo, donde había un peligro de enfrentamiento entre los españoles a favor de Colón y de su sustituyo, Francisco de Bobadilla.

Su labor en la Hispaniola

La labor que hizo Ovando como gobernador en la isla de la Hispaniola fue muy grande: Pacificar la región, diseñar un nuevo urbanismo para la capital, Santo Domingo, fundar numerosas ciudades y llevar consigo a más de 2.500 hombres, en 32 barcos, con aperos y semillas y asentar la población española que vivía, hasta entonces, de lo que le ofrecían los indios.

La fecha de salida de la expedición fue el 13 de febrero de 1502, llegando al nuevo mundo el 15 de abril del mismo año. No sería mala idea gestionar que para esa fecha del próximo año, Las Brozas se hermanara con algunas de las villas o ciudades que nuestro paisano fundó en esta isla. Yo sé que ya se están realizando gestiones por parte del Ayuntamiento de Las Brozas, ayudado por la Asamblea de Extremadura, con gran empuje e ilusión de los máximos responsables, el alcalde de la villa y el presidente del Parlamento regional. Igualmente, la editorial Beturia me ha encargado una biografía de nuestro paisano que espero que para esta fecha vea la luz.

Como la inmensa mayoría de las 2.500 personas eran hombres solteros, muchos de ellos comenzaron a tomar mujeres entre las indias de las tribus taínas que poblaban la isla, por lo que la interrelación humana entre los dos mundos fue un hecho sin precedente en la historia de la Humanidad.

Las obligaciones del gobernador

Pero la idea fuerza de esta ponencia es la de dar a conocer parte de la gran labor desarrollada por nuestro paisano Nicolás de Ovando como gobernador en las Indias. Según el historiador dominicano “Lorenzo Rodríguez Martínez, en su obra “Panorámica colonial de la isla Hispaniola (Siglos XV y XVI), “la forma de gobierno es la primera institución que había de establecerse, en razón de que el gobernador era el representante directo del Rey, la primera autoridad, y entre sus obligaciones estaban: El mantenimiento del orden público, el control sobre los extranjeros, disponer de todo relativo al sofocamiento de rebeliones de indios y negros esclavos, así como de los propios españoles rebeldes; expulsión de los herejes, fundación y cambio de villas y pueblos; repartos de tierras y solares; supervisión de las entradas fiscales; imponer tributos con la aprobación del Rey; repartimientos de indios, control de la venta de negros esclavos, nombramiento de funcionarios o empleados con carácter de interinos hasta que el rey los confirmara. En caso de guerra ostentaba el título de Capitán General”.

Ovando tuvo que ser duro para calmar la desunión de los españoles. Tampoco fue aceptado por la población indígena, especialmente después de haberla vencido en el campo de batalla y mandar ajusticiar a la princesa Anacaona, por su levantamiento contra la autoridad. Su labor durante los siete años de su mandato fue enorme, como veremos a continuación y cuya influencia aún se nota en el diseño de las ciudades de los dos países que conforman la isla: La República Dominicana y Haití.

De sus recién creadas ciudades salían las expediciones que descubrían nuevos territorios y colonizaban toda América, al mismo tiempo que fundaban nuevas ciudades bajo su mandato. Así Diego Velázquez fue a Cuba; Ponce de León, a Puerto Rico; Francisco Pizarro, a Perú, Hernán Cortés, a México y otros muchos descubridores y colonizadores más partieron de la Isla de la Hispaniola. También mandó bojear; es decir voltear por mar las islas de Santo Domingo y de Cuba.

De acuerdo con los recursos que tenía, implantó la agricultura y la ganadería en la isla, con especies de porcino, bovino, caballar y mular, con el fin de poder abastecer a la población española que aumentaba y a cualquier otra expedición que saliera desde la Española, así como las ciudades que se iban a fundar por todo el territorio nuevo.

Hay dos asuntos que no están suficientemente documentados. Al final de su mandato mandó levantar un mapa de la isla de la Española, y que fue el primer mapa levantado en tierras americanas, lo que convierte a nuestro protagonista, además, en un cartógrafo El otro, la relación de memorias que dice escribió a su vuelta a España en 1509, pero que unos investigadores creen que no fueron autorizadas por la Corona, por lo que nunca vieron la luz. Sería interesante encontrar dichas memorias y ver la opinión de Ovando en unos años azarosos para su vida y para el Reino de España.

Santo Domingo, cuna de América

Santo Domingo es la primera ciudad europea del Hemisferio Occidental y preserva una importante parte de su patrimonio cultural entre los muros de la llamada Ciudad Colonial que bordea el Río Ozama. En 1992, la UNESCO la declaró Ciudad Patrimonio de la Humanidad, no en balde es la ciudad que ostenta la catedral primada de América, tiene el primer monasterio, el primer hospital, la primera universidad y la primera corte de leyes del Nuevo Mundo. Conservó su nombre hasta 1936 cuando le fue cambiado por el dictador Rafael Leónidas Trujillo por el de Ciudad Trujillo. Su verdadero nombre le fue restituido en 1961 y además se le concedió el título de Cuna de América.

La ciudad, con el nombre de Nueva Isabela, fue fundada por Bartolomé Colón en 1496 en la margen oriental del río Ozama. Arrasada por un ciclón, el gobernador Ovando la mandó reconstruir en la otra orilla con casas de piedra en lugar de madera. Estuvo protegida por una muralla en sus cuatro costados, la cual fue construida entre los siglos XVI y XVII para defensa de la ciudad y control de las entradas y salidas de barcos. Diseñada con calles en forma de cuadrícula, sus monumentos y edificaciones pertenecen al estilo gótico tardío con influencia renacentista. A Ovando se debe el trazado octogonal y su diseño urbano, similar a cualquier ciudad española del siglo XV, conservándose hoy interesantes palacios, casonas e iglesias del siglo XVI. Las calles adoquinadas y las fachadas de siglos de antigüedad de la Ciudad Colonial se han convertido en lugares donde el viajero puede recrearse en pintorescos cafés y bares, pequeños hoteles y conocidos restaurantes.

El Palacio de Ovando

Dos casas solariegas construidas en el siglo XVI para ser residencias del comendador Nicolás de Ovando y de Francisco Dávila, regidor, oidor y encomendero de la corona conforman desde los años 70 un magnífico y lujoso hotel, el “Hostal Nicolás de Ovando” similar a cualquiera de nuestros prestigiosos paradores de turismo. El pasado militar de Ovando, le llevó a pensar de manera práctica, directa y sin muchos enredos. Estas características se aprecian en la arquitectura de las quince casas que mandó construir en la nueva ciudad de Santo Domingo.

Francisco Dávila llegó a la Española formando parte de la corte de funcionarios traídos por el extremeño, a los que el pueblo les llamó brocenses o garrovillanos. Como se puede ver, por entonces ya se daba el enchufismo

Alguien que vaya a Santo Domingo pensará que la residencia del gobernador fue un gran palacio, pues se equivoca. Allí se muestra el talante humilde del comendador de Lares y después comendador mayor de Alcántara, nada dado al lujo, no en balde era un freyre soldado de una Orden Militar. Lo más destacado es su fachada, donde se muestra la única ventana gótica de toda América, ventana que se puede ver en el cuadro que pintó el pintor broceño Germán Díaz en un cuadro en el que retrata al colonizador español.

La entrada al edificio, hoy convertida en recepción del hotel, es muy simple comparada con otras del centro histórico de Santo Domingo. Allí se encuentra la única imagen que yo conocía del gobernador, pero más bien parece un cuadro del siglo XVII o XVIII, por los ropajes del retratado. Las paredes son de piedra viva, las escaleras y el techo en madera preciosa y el patio de las grandes arcadas hacen que quienquiera, el entrar, se sienta enseguida en sosiego y respira la verdadera historia.

Capilla de Los Remedios

Fue mandada levantar por el regidor Francisco Dávila en los terrenos de su mayorazgo. Tiene planta de cruz latina. El brazo sur fue reconstruido recientemente. El interior se caracteriza por su sabor mudéjar, definido por su bóveda nervada de ladrillos. Caracteriza su fachada una espadaña alta, realizada también en ladrillos, un nicho vacío que probablemente acogió en su época el escudo de los Dávila y, sucesivamente, los de las otras familias ricas del Santo Domingo colonial, a las que sirvió de capilla particular. En 1970 fue restaurada totalmente.

La fortaleza Ozama

Con su genuina imagen medieval y su soberbia elevación de más de 18 metros, lo que le un aire medieval a esta zona de la ciudad dominicana, la torre del homenaje es uno de los monumentos coloniales más importantes de toda la isla. La imponente torre de piedra con su calabozo, fue construida entre 1505 y 1507, por orden del Gobernador General Frey Nicolás de Ovando, quien también escogió el estratégico lugar en que está ubicada, luego de haber tenido que abandonar la idea original de edificarla en la explanada donde se levanto después el reloj de sol. En 1990 fue declarada Patrimonio de la Humanidad.

El Hospital San Nicolás de Bari

En plena ciudad colonial se hallan las ruinas de las que fue el primer hospital de América, el San Nicolás de Bari, mandado construir por nuestro biografiado en 1503. Fue el único edificio que respetó el pirata Francis Drake cuando sitió y arrasó la ciudad. Costumbre medieval, fue iglesia y centro de salud a la vez. Su origen se debe a la actitud piadosa de una mujer que, faltándole un hospital a la nueva ciudad, ofrecía atenciones de salud a los enfermos pobres en un bohío de su propiedad.

El edificio mandado levantar por el gobernador fue de madera y paja. Tuvo que ser la Cofradía de Nuestra Señora de la Concepción la que decidiera en 1533 que había que construir un edificio más sólido. El número de enfermos que podía atender era de 60, llegando a ocupar sus salas más de 700 al año. Pese a todo, el edificio es abandonado en el siglo XVIII y a comienzos del XIX es una ruina, como se puede ver hoy tras una reja. El ciclón San Zenón de 1930 lo arrasó por completo. Sus ruinas están consolidadas y forman parte de la historia de la ciudad.

Otras obras de Ovando en Santo Domingo

La primera obra hidráulica de América, es una de las primicias más interesantes de la ciudad de Santo Domingo. Fue diseñada y llevada a cabo por el mismo frey Nicolás de Ovando, en 1502. Su función fue desaguar la zona norte – noroeste, sustituyendo la cañada que bajaba de la iglesia de San Francisco al río Ozama, actualmente son los barrios de Santa Barbara y San Antón.

Calle Las Damas

Esta calle, primera de la ciudad de Ovando y por ende la más antigua de toda la Zona Colonial, fue bautizada con el nombre de las Damas en honor a las doncellas que como damas de compañía trajo consigo al nuevo mundo, doña María de Toledo, esposa del Virrey, don Diego Colón. Se dice que la virreina pasaba las tardes desandando lentamente su empedrado, de norte a sur y de sur a norte. Sus casonas de piedras seculares albergaron vecinos de alta alcurnia, flor y nata de la nobleza y oligarquía oficial de las indias occidentales. Su primer nombre fue el de Calle del Rey, porque por ella se llegaba al Alcázar.

Parque Colón

El origen de este parque se remonta al 1502, fecha en que el gobernador general de la isla, Nicolás de Ovando, decidió darle a Santo Domingo un moderno trazado rectangular y destinó en su diseño una área de 4500 metros cuadrados para la Plaza Mayor, que ubicó al centro de la ciudad, antes de llevar su actual nombre fue parque de las Armas y Plaza de la Catedral.

Las Casas Reales

Construidas entre en el primer cuarto del siglo XVI (1500 a 1525) es una de las obras de mayor importancia del período colonial. En una sola unidad arquitectónica reúne el palacio de los gobernadores generales, o Capitanía General, y el Palacio de la Real Audiencia, o Cancillería Real. El palacio de los gobernadores, construido en mampostería y piedra de primera calidad, de expresión sobria y severa, casi militar, donde se mezclan los estilos gótico isabelino y plateresco renacentista, ocupa la parte noroeste.

FUNDACION DE OTRAS CIUDADES

Puerto Plata

Cristóbal Colón descubrió, al norte de la isla de la Española, el 12 de enero de 1493 una loma que estaba llena de nubes y la llamó Loma de Isabel Torres, pero al estar emblanquecida se la conoció como Monte Plata. Colón quería que esta zona se poblara por lo que mandó levantar muy cerca de allí la primera ciudad en América, a la que llamó Isabela, en honor de la Reina Isabel de Castilla. Hoy sólo se conservan unas ruinas históricas – un monumento nacional- que son visitadas por los turistas de la zona.

Fue en este lugar cuando en 1502, recién llegado de España, el nuevo gobernador mandó construir una ciudad a la que llamó San Felipe de Puerto Plata, que desde 1974 es un centro turístico internacional de primer orden. No fue hasta seis años más tarde cuando los Reyes Católicos le concedieron escudo, que cinco siglos más tarde sus habitantes aún conservan y muestran con orgullo. En él se ve un monte plateado en cuyas puntas superiores están grabados una F y una V, y al pie de la montaña unas ondas blancas y azules.

De mi visita por la ciudad, recuerdo que buena parte de ella está construida en casas de madera y en las afueras se conserva el Castillo de San Felipe, que es el único testigo de la ciudad del siglo XVI. Esta fortaleza fue construida de 1564 a 1577. El convento de San Pedro Mártir que estaba en pie en el momento de la segunda fundación cae en deterioro en los momentos de la ocupación haitiana.

Puerto Plata, a la que llaman “Novia del Atlántico” es una ciudad muy industriosa y comercial, llegando a estar poblada en el siglo XIX por comerciantes de España, Alemania, Inglaterra y todos los lugares de las Antillas. También hospedó a los independentistas cubanos y puertorriqueños, como Antonio Maceo y Eugenio María de Hostos. Desde su puerto salían por ferrocarril las mercancías hacia todos los lugares del país. Su vida actual discurre alrededor del parque central, donde se puede ver la Glorieta Victoriana, un quiosco bonito de 1880. Actualmente San Felipe de Puerto plata tiene unos 130.000 habitantes

San Juan de la Maguana

Esta ciudad se halla en el valle que ocupaba el cazicazgo de Maguana. El cacique más conocido fue Caonabo, un hombre fuerte que luchó contra los colonizadores españoles. (Caonabo quiere decir gran señor de la tierra).

El ingeniero Sinecio Ramírez profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y cronista oficioso de San Juan, en ausencia de un titular vacante, me indica lo siguiente sobre San Juan de la Maguana:

“Esta ciudad fue fundada por uno de los hombres de confianza del comendador Ovando, el capitán español Diego de Velázquez( luego conquistador y gobernador de Cuba), el 23 de junio de 1503 por su estratégica localización primero en el antiguo poblado o «Batey principal» del cacique Caonabo, hecho prisionero pocos meses antes por el osado capitán Alonso de Ojeda, la otra causa era, que está a medio camino entre La Nueva Isabela ( hoy Santo Domingo) y ese foco de conspiradores y sediciosos de Roldán en la ciudad de Santa María de la Verapaz, la actual Puerto Príncipe, capital de Haití).

San Juan de la Maguana era pues una escala obligada y con gente de confianza del gobierno central de la capital Insular. Hay quienes especulan que la fundación fue en 1504, pero las razones políticas de su creación se inclinan mas para 1503.

San Juan de la Maguana fue blasonada en 1508 por una real cédula, firmada en Sevilla, el 8 de noviembre se le concede un escudo de armas consistente en un águila heráldica, con el libro de los Evangelios (hay quienes creen que es el libro de los Proverbios), con cinco estrellas de fuego”.

Otra cosa que se hizo en tiempos del brocense (1502- 1509) fue llevar desde las islas canarias caña de azúcar. La sembró en los campos de la nueva villa de San Juan y se convirtió en una villa floreciente por la riqueza de su flora y la benevolencia de su clima. Los españoles poseyeron en principio cuatro «trapiches» para la explotación de la caña a los que los colonos llamaban «ingenios». El primero de estos trapiches estuvo instalado en el centro de la población.

En una de esas fincas nació Enriquillo, hijo de un cacique muerto en la matanza Jaragua, se levantó contra los españoles. Había sido educado en la nueva religión por los padres franciscanos. Fue encomendado al español Francisco de Valenzuela, dueño del caserío La Higuera, quien lo trató con bondad y dulzura. Pese al mal trato que daban los españoles a otros indios, Enriquillo se levantó en armas, simbolizando la primera gran batalla por la libertad en América, pero los españoles a hacerle firmar un tratado de paz con las fuerzas levantadas en armas, tratado que se llamó de «Barrionuevo”

Ya hacia el año 1550 la primera villa estaba casi desierta a causa de las incursiones de los llamados «negros cimarrones», quienes tomaron a San Juan, ocasionando daños en sus travesías. Estos negros cimarrones engrosaban continuamente las fuerzas de rebeldía encabezadas por Enriquillo. Finalmente, un gran terremoto puso fin a la primera villa de la Maguana, destruyéndola por completo. En las guerras de la Independencia contra los colonizadores haitianos, San Juan alcanzó el singular privilegio de servir de escenario para una derrota significativa al ejército invasor de ese país en la Batalla de Sabana de Santo Tomé escenificada el 22 de diciembre de 1855.

Jaquimo

El Padre Bartolomé de las Casas, nos dice por su parte, que «en 1504,-mandó el Comendador Mayor que se asentase y poblase allí en Xaragua una Villa, y llamóla de la Vera Paz(…), Diego de Velásquez constituyó también otra en la provincia de Heniguayagua, en la costa de la mar del sur, los indios lo llamaban Yaquino, la media sílaba breve y así llamó la Villa de Yaquino(…) Mandó ese mismo el comendador mayor edificar otra Villa treinta leguas de Xaragua y otras treinta o más de esta ciudad de Santo Domingo, entre los dos Ríos poderosos- llamados Neyba y Yaquí (Yaque), a que puso nombre San Juan de la Maguana, donde reinaba Caonabo (…). De allí, catorce leguas más hacía ésta ciudad, y veintitrés o veinticuatro de ella pobló otra que se llamó la Villa de Azua de Compostela, por un Comendador Gallego que allí estuvo antes que fuese pueblo”.

Azúa de Compostela

Con sus casas de madera colorada, esta ciudad pequeña, expresión de la cultura dominicana, todavía no tocada por la industria turística, es la puerta del sur – oeste del país.

Sus orígenes datan de 1504, cuando el gobernador español Nicolás de Ovando la fundó con el nombre de Compostela. Diego Velázquez y Hernán Cortés, ambos conquistadores, fueron respectivamente administrador y notario de la ciudad antes de empezar la conquista de territorios nuevos.

En diciembre de 1508, por real privilegio ordenado en Sevilla, le fue concedido el escudo de armas, compuesto por una estrella de plata en campo azul y, en su parte baja, ondas de plata y azul.

Destruida por un fuerte terremoto en el 1751, fue trasladada desde lo que hoy es llamado «el Pueblo Viejo» a las orillas del Río Vía. A mediados del siglo XIX, Azúa fue lugar de importantes batallas contra los haitianos (Tortuguero, Las Carreras, El Memiso, etc.); entre todos, sobresalen los combates del 19 de Marzo 1844, cuando los 2,500 soldados, hateros y monteros, que formaban el ejército de Pedro Santana enfrentaron les tropas del presidente haitiano Charles Herald. Cada día 8 de septiembre se celebra la fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes con juegos populares y actividades religiosas en honor a la patrona de la ciudad

Cotuí o Cotuy

La ciudad cabecera de la provincia Sánchez Ramírez es Cotuí, que debe su nombre a un cacique del cacicazgo de Maguá (Cacicazgo era la demarcación político – geográfica antes del 1492). Fue fundada en 1505 por orden del gobernador Nicolás de Ovando que creó la comunidad española donde estaba la comunidad indígena porque el subsuelo del ese lugar abundaba en oro y plata; acabada la explotación de las minas por los conquistadores, los cotuisanos, se fueron a otro lugar, cerca del río Yuna, donde fundaron la actual ciudad de Cotuí.

En la ciudad nació el Brigadier Juan Sánchez Ramírez que en el año 1808 al mando de un movimiento armado de criollos y españoles venció la batalla de Palo Incado contra los franceses.

Desde él es nombrada la provincia que fue constituida en el año 1952. En su territorio se encuentran guacaras (o cavernas) con importantes elementos arqueológicos de la cultura taína.

La fiesta patronal se celebra en honor de nuestra señora de Inmaculada Concepción el día 8 de Septiembre y dura nueve días.

OTRAS CIUDADES

Fundación de ciudades

Ovando fundó otras ciudades como Salvaleón de Higüey, que hoy se encuentra en la provincia de Altagracia. Nuestra Señora de Altagracia es la Patrona de la República Dominicana. La devoción a esta Virgen procede de Garrovillas de Alconétar, donde está su santuario.

Higüey, la ciudad cabecera, debe su nombre al antiguo cacicazgo que se llamaba «Guey» o «Huiou»; palabras, estas, que en el taíno, significan «sol». En el proceso de conquista y dominación de La Española, en el 1503, Juan de Esquivel, después de haber sometido a los indígenas de este cacicazgo, fundó una fortaleza la cual, en el 1506, por orden del gobernador Ovando, fue declarada Villa con el nombre de Salvaleón de Higüey. En 1508 obtuvo el Escudo de Armas por privilegio real y, aproximadamente en el 1514, recibió entre sus primeros pobladores, los hermanos españoles Alonso y Antonio de Trejo, gracias a los cuales empezó la veneración popular que ha llevado a Higüey a ser, hoy, centro mariano y el mayor lugar de culto en República Dominicana con una basílica que es una joya del arte moderno.

Otras ciudades fueron: Concepción de la Vega, en la provincia de La Vega; Villa Jaragua (en Bahoruco) y Santa Cruz de Barahona (Barahona), así como Salvasierra, Puerto Real y Lares, en la vecina isla de Puerto Rico, antes llamada Borinquén.

Sugerencias para celebrar el V Centenario

Desde esta plataforma de los Coloquios Históricos de Extremadura en Trujillo quiero lanzar una serie de ideas para conmemorar el V Centenario del nombramiento de frey Nicolás de Ovando como primer gobernador español en las Indias Occidentales.

  • Hermanamiento de Las Brozas con algún pueblo o ciudad que fundó Ovando en la República Dominicana.
  • Actividades escolares en el propio pueblo de Brozas para que los jóvenes conozcan en profundidad este hijo ilustre de la villa.
  • Concierto de la Coral Polifónica “Hilario Moreno”, de Brozas, con obras de los siglos XV y XVI en el templo parroquial de Santa María la Mayor.
  • Jornadas dedicadas a la Orden Militar de Alcántara y América y un curso de Verano de la Universidad de Extremadura.
  • Exposición de la Junta de Extremadura en la sala El brocense de Cáceres.
  • Museo permanente en las Brozas
  • Publicación de artículos en publicaciones extremeñas y nacionales (diarios y revistas), como Hoy, El periódico de Extremadura, Alcántara; revistas de turismo e historia. Programas de radio y televisión y usar Internet para difundir su obra por todo el mundo.
  • Y darlo a conocer a través de un sello postal de la Dirección General de Correos

Cronología de Ovando

  • 1451 – Nicolás de Ovando nace en Las Brozas (Cáceres).
  • 1501 – Bobadilla, primer gobernador de las Indias Occidentales, y preso por traición.
  • 1501 – Nicolás de Ovando y nombrado gobernador de las Indias.
  • 1502 – Ovando parte para La Españolacon la mayor frota de la historia, 30 barcas, 24 carabelas y 2.400 soldados.
  • 1503 – 23 de junio, fundación de San Juan de la Maguana
  • 1504 – La política agraria de Ovando garantía de la colonización de La Españolay enorme mortalidadde indígenas
  • 1508 – Ovando dibuja el primer mapa de La Española.
  • 1509 – A mortalidad indígena aumenta; el rey de España tiene que cesar a Ovando del cargo.
  • 1509 – Diego Colón es nombrado el tercer gobernador de La Española
  • 1511 – El 29 de mayo muere en Sevilla Nicolás de Ovando.
Oct 011999
 

Francisco Rivero.

Cronista Oficial de Las Brozas

Como todos sabemos, San Pedro de Alcántara, del que este año se cumplen los 500 años de su nacimiento, no es sólo patrón de la diócesis de Coria-Cáceres y co-patrono de Extremadura, sino que también lo es de la diócesis de la ciudad brasileña de Petrópolis y de toda aquella nación junto a Nuestra Señora Aparecida. Este es el argumento básico de esta ponencia, a la que hay que añadir algunas obras de arte dedicadas a nuestro santo patrón en otras partes del continente, así como los topónimos a él dedicados en aquellos extensos territorios.

San Pedro nació en Alcántara en 1499 y murió el 18 de octubre de 1562 en Arenas de San Pedro (Ávila). Fue beatificado por Gregorio XV en 1627 y canonizado por Clemente IX. Clemente X extendió su culto a la Iglesia universal en 1670.

San Pedro de Alcántara es patrón de Brasil desde 1826. La razón se debe a un deseo personal del primer emperador brasileño, Don Pedro de Alcántara, conocido como Pedro I y Pedro IV de Portugal. Prefirió dejar Brasil y abdicar en su hijo, Pedro II de Brasil (1825-1891), que tenía por nombre completo Pedro de Alcántara, Juan, Carlos, Leopoldo, Salvador, Bibiano, Francisco, Javier de Paula, Leocadio, Miguel, Gabriel, Rafael y Gonzaga. San Pedro es también patrón de la diócesis de Petrópolis junto a Nuestra Señora del Amor Divino, por la importancia que supuso para Pedro II la creación de Petrópolis como ciudad imperial.

De Pedro II se conoce que era amante de las letras y de las artes, más que de las armas y de la guerra. Durante 15 años fue educado sin la presencia de su padre, que abandonó Brasil, empujado por los brasileiros que le consideraban un portugués. Educaron al “Menino Emperador” hasta la edad de 15 años, en que le preguntaron si quería emanciparse y ser mayor de edad, a lo que el joven respondió la histórica frase “Quero já”. Reinó pacíficamente durante 58 años en un enorme y único país, que fue la herencia lusoamericana, en contra de la herencia hispanoamericana, que se fragmentó sangrientamente en numerosas repúblicas.

La ciudad de Petrópolis

La ciudad de Petrópolis está situada a unos 70 kilómetros al norte de Río de Janeiro, a una altitud de 800 metros sobre el nivel del mar. Para llegar hasta allí hay que recorrer una sinuosa y encantadora carretera que nos lleva a lo alto de la Sierra de la Estrella. Por la carretera se pueden ver deliciosas cascadas al mismo borde como pude comprobar durante mi visita hace unos 20 años.

El clima de la zona es tropical de altitud y su temperatura varía de los 14 a los 23 grados, ideal para calmar el calor pegajoso de la gran ciudad de Río, por eso fue elegida por el emperador y su familia para pasar las temporadas veraniegas y vacacionales. Hoy su población ronda los 300.000 habitantes para una superficie de 853 kilómetros cuadrados, dividida en cinco distritos: Petrópolis, Cascatinha, Itaipava, Pedro do Rio y Posse.

Los límites geográficos de su término municipal confinan con Areal San José del Valle del Río Preto, Teresópolis, Guapimirim, Magé, Duque de Caxias, Miguel Pereira, Paty do Alferes y Paraiba del Sur. En 1981, Petrópolis recibió el título de “Cidade Imperial”.

Los orígenes de Petrópolis

Vamos a ver otras informaciones importantes sobre esta singular ciudad, la única con rango imperial de todo Brasil:

En 1725, un tal Bernardo Proença concluía la ardua tarea de abrir el camino “Atalho don Caminho Novo”, que fue pagado a expensas del Gobierno. Por esta zona, bien por herencia, bien por compras a tercero se creó una enorme finca, la llamada “Corrego Seco” (“Arroyo Seco”). Fue uno de sus propietarios Manuel Vieira Afonso, quien en 1756 residió en la denominada Sierra Ácima. El 7 de abril de 1806 se inauguraba el oratorio de Santa Ana. Por esta época la zona ya comenzaba a ser frecuentada debido a la construcción de una carretera minera.

Era el año de 1822 cuando Don Pedro I realizó la primera de sus numerosas visitas a la hacienda del Padre Correa, donde hoy se encuentra el distrito de Correas. Ocho años más tarde, el emperador intentó comprar la hacienda después de haber fallecido Correa, pero sus familiares le sugieren que compre la finca vecina, llamada Corrego Seco, donde ahora está el mismo centro de Petrópolis. Estamos en el año de 1830. Sin embargo no consigue realizar su sueño: Construir en la sierra el Palacio de la Concordia, pues la abdicación del emperador al año siguiente anula el proyecto de la construcción de una residencia de verano en este lugar.

En 1837, el mayor Julio Federico Köeler, de origen alemán, y profesional del Imperial Cuerpo de Ingenieros, estaba reconstruyendo la carretera de la Sierra de la Estrella, trajo 228 colonos alemanes llegados al puerto de Río de Janeiro para trabajar en las obras de la variante de la carretera de la sierra. Entonces surgió la idea de fundar una colonia germana en esta hacienda de Corrego Seco. El Gobierno brasileño estimuló, desde entonces, la colonización extranjera.

El emperador firmó un decreto por el que el 16 de mayo de 1843 fundó definitivamente Petrópolis. En junio de 1845 llegó por primera vez un grupo de colonos a la zona que llamaban “Hunsrueck”, del Reno-Mosela. Ya eran 2.300 vecinos, de los que unos 1.200 eran niños y jóvenes menores de 18 años. Los colonos eran oficiales de buenos oficios, zapateros, carpinteros, herreros, cocineros y también músicos, pero muy pocos labradores. El 20 de mayo de 1846 el simple curato de Petrópolis recibió el título de parroquia, adscrito a la villa de Porto da Estrela. El 30 de junio de ese año se rezó la primera misa católica. Fue una misa campestre, pues no había iglesia. El oficiante fue monseñor Caetano Bedini. Asimismo, el 19 de julio, el pastor protestante Avé-Lallement celebró un oficio divino. Poco después se levantaría un pequeño oratorio. Con el tiempo se construyó una iglesia matriz con un proyecto de Köeler, que lo mismo servía para el culto católico que para el protestante.

En mayo del año siguiente, el sacerdote Francisco Antonio Weber, especialmente contratado en la diócesis de Estrasburgo, vino a realizar su misión pastoral.

Pero fue en 1848 cuando se inauguró la iglesia matriz dedicada a San Pedro de Alcántara, santo Patrono de la familia imperial y de la población. Durante el verano, Sus Majestades ocupaban el ala noble del palacio que se levantaba al mismo tiempo, e inauguraba así sus veraneos, que no era nada raro que durasen entre cuatro y seis meses. Por eso, Petrópolis es elegida residencia de verano de la corte en 1850.

Las obras continúan en la población y en su comarca y cuatro años después llega por primera vez el ferrocarril a la zona, cuando en 1854 quedó inaugurada la vía del tren Barón de Mauá, primer ferrocarril brasileño y que unió el puerto de Guia de Pacobahyba (hoy Puerto de Mauá) y las mismas faldas de la Sierra de Petrópolis.

En 1857, Petrópolis es elevada a la categoría de ciudad. Cuatro años más tarde se construye la primera carretera del país, la carretera Unión e Industria. El 12 de marzo de 1876 fue un día festivo para Petrópolis, ya que se inauguraba el Hospital de Santa Teresa, en el predio allí existente, al mismo tiempo que se celebraba el acto de colocar la primera piedra de la iglesia de San Pedro de Alcántara en el paseo del mismo nombre, terreno ya diseñado en 1843 en el plano por el urbanizador Köeler. La zona de Quitadinha estaba muy animada, incluso por la noche, ya que se habían colocado farolas iluminadas por gas.

Un nuevo templo

La idea de levantar un nuevo templo se debió a la Princesa Isabel, que se entusiasmaba por las fiestas y encuentros literarios. Se aprovechó la estancia del emperador en Europa y se encargó el proyecto a Federico Roncetti, de Roma (16 de febrero de 1877). El arquitecto presentaba un majestuoso edificio, estilo neorrenacentista, con una imponente cúpula, y de planta de cruz griega. Sin embargo fue considerado demasiado pomposo para los pobres recursos petropolitanos. Y claro no se construyó

En 1883 se inauguró el primer tren serrano de Brasil, el denominado Príncipe de Gran Pará. Al año siguiente comenzaron las obras de la nueva catedral de Petrópolis, la de San Pedro de Alcántara, que sustituyó a la primera iglesia, que se encontraba enfrente del Palacio Imperial. Esto supuso un enorme cambio para la ciudad, tanto que el obispado que tenía su sede en la capital del Estado, Niteroi, se traslada a Petrópolis en 1897 y se queda en ella hasta 1908.

Exilio del emperador

Con la proclamación de la República en 1889, el emperador y su familia fueron exiliados de Brasil. Los acontecimientos políticos que llevaron a proclamar la República y el proceso de consolidación del nuevo Gobierno no fueron tiempos propicios para la construcción del templo alcantarino. En 1904, Petrópolis se convirtió en la capital del Estado de Río de Janeiro, trasladándola desde Niteroi. Este título lo ostentó hasta 1903; es decir, sólo nueve años. Fue también en 1903 cuando se firmó el Tratado de Petrópolis, por el cual la región de Acre es anexionada a Brasil y al año siguiente, el Palacio de Río Negro se convierte en la residencia oficial de los presidentes de la República.

No fue hasta 1928 cuando se inauguró la primera autopista asfaltada del país, la denominada Rodovia Washington Luis.

Definitivamente el 5 de diciembre de 1939, en presencia del presidente de la República, el doctor Getulio Vargas, de la familia imperial y de altas autoridades civiles y militares se celebró la solemne inauguración del mausoleo imperial en la catedral y el enterramiento de los restos de Don Pedro II y de su esposa, la emperatriz Doña Teresa Cristina. El 6 de julio de 1953 eran los restos de la Princesa Isabel y de su esposo, los que se enterraron también allí, en presencia del entonces presidente de la República, general Garrastazu Médici y de altas autoridades religiosas, civiles y militares.

El 13 de abril de 1946, el Papa Pío XII promulga la bula “Pastoralis qua urgemur” por la que crea la diócesis de Petrópolis, siendo su primer obispo monseñor Manuel Pedro da Cunha Cintra, que tomó posesión el 25 de abril de 1948.

Un paseo por la ciudad

Un paseo por la ciudad, nos sugiere la visita a dos de sus grandes monumentos: El Museo Imperial, el Palacio de Quitadinha y la Catedral de San Pedro de Alcántara, sin olvidarse de los numerosos palacios y otros museos, como el de Armas y el de la Casa del Colono.

El Museo Imperial fue el antiguo palacio de verano del emperador Don Pedro II, quien lo mandó construir en 1845. Es de estilo neoclásico y tiene una interesantísima colección de objetos referentes al imperio brasileño, entre las que destacan la corona imperial, cincelada en oro y orlada con 640 brillantes de la región de Minas Gerais. Hoy también es una valiosa pinacoteca con obras de artistas brasileños y extranjeros. No hay que dejar de ver los preciosos jardines, proyectados por el paisajista francés Jean Baptiste Binot, con plantas exóticas y árboles de la flora nacional

No quiero dejar de mencionar la escultura que en yeso que de San Pedro de Alcántara se halla en el Museo Imperial, antiguo palacio del emperador. Sus dimensiones son de 1,90 metros por 0,68. Su estado de conservación es bueno. Se trata de una imagen en la que el santo se le ve de pie y de cuerpo entero, con la cabeza y el tronco ligeramente vuelto hacia la izquierda. Tiene los ojos hacia lo alto y las manos cruzadas a la altura del pecho. Tiene el hábito de los Padres Menores y los pies descalzos. La peana es rectangular y es de madera. La estatua fue restaurada para la exposición de “50 años de la creación del Museo Imperial”, inaugurada el 29 de marzo de 1990.

Quitadinha, es un palacio que albergó al casino de la ciudad hasta que fue prohibido el juego en todo el territorio nacional. Hoy se puede visitar prácticamente todos los días de la semana desde las nueve de la mañana hasta las siete de la tarde. La construcción se levantó en 1944 con un estilo normando y ocupa un área de 50.000 metros cuadrados. Tras su desaparición como casa de juego fue dividido en 440 apartamentos y vendidos a particulares, sin embargo se puede visitar las zonas comunes.

Su impresionante interior está decorado por la americana Dorothy Drape, donde el visitante podrá encontrar fuentes con juegos de agua, viveros de pájaros, espejos biselados, cristales y bronces artísticos y mármol de Cárrara. El Salón Mauá destaca por una sorprendente obra arquitectónica: Una bóveda sin sustentación ninguna, con 30 metros de altura y 50 de diámetro. En el exterior, un lago con un espejo de agua de 18.000 metros cuadrados, contornea el mapa de Brasil.

La catedral

Saliendo del Museo Imperial, basta seguir por la calle Emperatriz y subir la de Raúl de Leoni para doblar a la izquierda y llegar a la catedral de San Pedro de Alcántara, mandada levantar en 1884 por orden del emperador Don Pedro II

Enfrente del Palacio Imperial había ya una primera iglesia, pero en 1871 la asamblea Provincial aprobó la construcción de una nueva, sin embargo no fue hasta 1882 que por sugerencia del gobernador provincial, Bernardo Gaviao Peixoto se le pide al arquitecto Francisco Monteiro Caminhoa un nuevo diseño para esa iglesia que se quiere construir y que debería ser de estilo gótico. Entonces se nombra una comisión para las obras, comisión que nace en el año de 1883, integrada por más de doce personas, entre ellas Condes y Barones.

El 18 de enero comenzó a trabajar la comisión, que aprobó el proyecto al mes siguiente. El Gobierno provincial abre una cuenta especial, que encabeza la familia imperial, seguida de miembros de la comisión, la empresa que construye el ferrocarril Gran Pará y otras personalidades. Se requiere más espacio del necesario y se compra un terreno al Barón do Flamengo.

El 10 de abril comienzan las obras de aterrazamiento y aplanamiento del terreno. Se desvía el cauce de un arroyo cercano y se canaliza antes del 16 de junio y en octubre se coloca la primera piedra. No fue hasta el 18 de mayo del año siguiente, cuando en presencia de los emperadores y de sus hijas las princesas cuando se colocó la segunda piedra fundamental sobre la primera colocada ocho años antes en el altar mayor.

Tras la revolución que depuso al emperador se forma el nuevo Estado en forma republicana y no fue hasta 1901 cuando se recomienzan las obras de la catedral. Se hizo con un mausoleo dedicado al emperador magnánimo Don Pedro II. Años más tarde, en 1914, el arquitecto Héctor da Silva Costa fue convidado a estudiar el proyecto para la conclusión definitiva del templo, dentro de las disponibilidades económicas de la parroquia. La prensa comienza a interesarse por las obras eternas del nuevo templo. Alguna revista, como “Eu Ser Tudo” ironiza en mayo de 1918, ilustrando una de sus páginas con una foto de “las grandiosas ruinas de un monumento que no se construye…”. Las paredes no tenían más de dos metros de altura, el comienzo de algunos arcos, pero todo a merced del viento, el agua y la destrucción.

Concluida la Gran Guerra Mundial de 1914 a 1918, se despiertan los ánimos de las autoridades y de los ciudadanos de Petrópolis para de un nuevo ataque recomenzar las obras dejadas. Deja de construirse con granito y se empieza con argamasa de cemento. Fueron años de duro trabajo, desde 1918 a 1925.

Fue el 29 de noviembre de este último año cuando se inaugura solemnemente la nueva catedral y se la bendice. Se traslada hasta allí el Santísimo Sacramento. La vieja iglesia parroquial es demolida enseguida.

Empieza ahora una nueva tarea, la de terminarla en los detalles y en colocarle los vitrales. En 1928, monseñor Francisco Gentil Costa firmó un contrato con la firma Champigneulle de París para construir dos ventanales, vitrales que llegaron a Río de Janeiro en junio de 1933 a bordo del barco “Campana”. Era su acompañante un padre salesiano.

El templo recibió en 1929 una inyección monetaria al recibir en testamento los bienes y joyas de la baronesa de San Joaquín, protectora del templo, quien se desvelaba por los trabajos de Champigneulle y de Juan Magrou, el escultor que esculpió las estatuas del emperador para su capilla mortuoria. Ese mismo año hubo una fuerte polémica para revisar las recién concluidas obras de la catedral, especialmente la fachada, con mejoramientos técnicos por parte de los nuevos arquitectos.

A finales de año se inauguraba el altar y mausoleo de la capilla mortuoria de los emperadores, ya que nueve años antes se había aprobado traer los restos de la familia imperial de Brasil para enterrarlos en la nueva catedral de la ciudad de Petrópolis. Los despojos reales llegaron a Río de Janeiro el 4 de diciembre de 1925.

Se esperaba la ayuda del Gobierno Federal. El vicario hizo grandes esfuerzos por conseguirlos y hasta tuvo que intervenir el príncipe heredero, llamado también Pedro de Alcántara, y que fallecería en 1940, para decir públicamente que el Gobierno republicano de Brasil era indiferente ante la solicitud de construcción de una capilla funeraria en los jardines del palacio imperial.

En 1960, el entonces obispo de la diócesis comenzó una nueva campaña para rematar y concluir definitivamente las obras de la catedral dotándola de una esbelta torre que termina con una estilizada flecha, inspirada en la Santa Capilla de París, encargándosela a la firma Capua y Capua, de Río. Las obras concluyeron en septiembre de 1963. Y faltaban las campanas. Se encargaron cinco en total, con nueve tonos, a una empresa de la ciudad alemana de Passau. Las campanas fueron colocadas en diciembre de 1969 y al concluir ese año se dieron por terminadas las obras de la Catedral de Petrópolis. La mayor de todas, llamadas San Pedro de Alcántara tiene una resonancia que dura 200 segundos.

Descripción de la catedral

Se trata de un edificio construido con un estilo gótico francés del siglo XVIII a base de piedra y cantería de granito. En su interior hay obras esculpidas en mármol de Cárrara. Sus dimensiones son: 36 metros de largo por 22 de ancho. El largo del transepto es de nueve metros. La altura de la bóveda central alcanza los 19 metros y sólo diez la de las naves laterales. La altura total de la torre supera los 70 metros.

La fachada apunta al estilo gótico francés, con la enorme torre. Un rosetón también gótico se recorta en el tímpano de la enorme puerta, donde se hallan colocadas las estatuas de los cuatro evangelistas realizadas por el escultor Adán Bordignon en 1935. Más abajo, la enorme puerta de madera de 8,20 metros, metalizada, y trabajada en una madera originaria de Rusia, y realizada por los alumnos aprendices de carpinteros de la ciudad de Sao Paulo, sobre el diseño del maestro Glash Veiga. Las dos hojas de la puerta tienen un peso que supera los 2.400 kilos.

Una escultura policroma, realizada en cemento por Adán Bordignon en 1934, y que representa la Ultima Cena, da la bienvenida al visitante.

A la derecha, tras pasar la entrada principal se encuentra la Capilla Imperial, cuyo altar está trabajado en bronce, mármol y ónice. Allí están los restos mortales de D. Pedro II, Doña Teresa Cristina, representados en sendas estatuas yacentes, obras del parisino Juan Magrou. Los paneles laterales fueron decorados por el escultor León Veloso. El monumento pesa unas tres toneladas de mármol italiano de Cárrara. En la capilla también se conservan los restos de la Princesa Isabel y de su marido el Conde D’Eu, llevados allí en 1971. El trabajo fue esculpido por H. Cozzo. En la capilla hay un altar de estilo neogótico con reliquias de San Magno, Santa Aurelia y Santa Tecla, llevadas desde Roma por el cardenal Sebastián Leme. Además de una cruz de granito negro de Tijuca. Las obras fueron encargadas a la compañía Bertozzi de Sao Paulo y los ventanales fueron ejecutados por C. Alberto, de Río de Janeiro, según la orientación artística del pintor Carlos Oswald. Este fue el que se encargó de los cuadros que explican la historia del rey: “Proclamación de Don Pedro II como emperador” y “Exilio de los emperadores”.

A los pies, entre los pilares de la torre campanario, se halla el gran órgano, regalo de la señora Olga Rheingantz. Es un instrumento de 33 registros, distribuidos en tres teclados, con 2.227 tubos, que miden entre los 29 centímetros y los siete metros. En su interior hay un cableado eléctrico que supera los 15 kilómetros. Fue construido en Río de Janeiro por la firma G. Berner e instalado en la catedral en febrero de 1937.

En su interior, el templo se divide en tres naves, que sustentan cinco esbeltos pares de columnas góticas, de gran sencillez, siguiendo la estética de los templos franceses de Normandía de los siglos XII y XIII. Los ventanales son también de estilo gótico, destacando los vitrales construidos por Champigneulle en París, que destacan por sus vivos colores y claridad de diseño. El resto de los cristales fueron construidos en Sao Paulo. También sobresale el vitral de la capilla de Transepto, hoy de Nuestra Señora y antes de Santa Teresa. Es un gran ventanal realizado por Sorgenicht en 1936. Allí mismo está la Sagrada Familia esculpida en mármol de Cárrara por Jean Magrou

También de este escultor francés es la imagen de San Pedro de Alcántara, de mármol de Cárrara, de 2,80 metros y 2,5 toneladas. La estatua sigue como modelo la realizada en la iglesia de San Francisco de Bahía.

En la girola se abre la puerta de la sacristía, que está flanqueada por dos lápidas funerarias donde se hallan los restos del obispo de Niteroi Francisco Rego (1897 – 1901) y del obispo Juan Francisco Braga, de Petrópolis (1902 – 1908). En el recinto de la sacristía, normalmente cerrado, se encuentran don interesantes cuadros: “La coronación de espinas”, del fin del siglo pasado, y “Retrato de don Manuel Pedro, Obispo de Petrópolis”, de 1949.

La catedral de San Pedro de Alcántara puede ser visitada de 8 a 12 y de 14 a 18 horas, según indican los horarios actuales.

EL MUSEO DE SAN FRANCISCO DE SANTIAGO DE CHILE

La iglesia y el convento de San Francisco de Santiago de Chile son testimonios de la historia artística durante el período colonial. Su arquitectura de los siglos XVI y XVII presenta elementos que han permanecido en la arquitectura chilena tradicional, como son los techos cubiertos de tejas, los corredores y los patios interiores.

Fue en el año 1553 cuando llegaron a Santiago de Chile los primeros franciscanos, tras seguir el propósito de “fundar el convento e iglesia para la doctrina de españoles e indios”. Los franciscanos fueron la segunda orden que llegó a esta región americana, tras los mercedarios. En abril de 1554, cuando el extremeño Pedro de Valdivia ya había muerto en la batalla de Tucapel, los franciscanos se instalan en las afueras de Santiago, a orillas del río Mapocho, donde se encontraba la ermita de la Virgen del Socorro y el hospital San Juan de Dios.

En el altar mayor del templo, de estilo neoclásico, hay tallas de candelero que representan a San Francisco y a Santo Domingo y desde lo alto, preside la Virgen del Socorro, patrona del templo. Esta pequeña imagen la trajo el conquistador Pedro de Valdivia en el arzón de su silla de montar y le acompañó en su expedición conquistadora (1540).

Su historia entre mediados del siglo XVI a mediados del siglo XIX, constituye un ejemplo de la esforzada labor que debieron desarrollar por entonces los santiaguinos para mantener en pie y decorosamente sus casas, edificios públicos y religiosos.

Tanto en la iglesia como en el museo, se encuentran muchas obras de arte colonial que forman un conjunto de gran valor estético e histórico, el más importante de Chile Su colección es una síntesis del arte colonial andino. Entre las obras que alberga, se encuentran pinturas, esculturas, ebanisterías, tallas, rejerías, orfebrerías, platerías, tejidos y muebles. En pintura sobresale la Serie de la Vida de San Francisco y en escultura, las tallas quiteñas.

En 1951 la Iglesia y el Convento de San Francisco son declarados Monumento Nacional por ley de la República.

El Museo de San Francisco tiene una sala dedicada a San Pedro de Alcántara, donde se encuentra un conjunto de siete cuadros, parte de los 40 que formaban la serie sobre la vida del santo extremeño, quien vivió entre 1499 y 1562. Las obras fueron realizadas en el Cuzco, gran centro pictórico, a mediados del siglo XVII por el pintor Francisco Isidoro de Moncada. A continuación vamos a ver tres de las obras que se exponen en este interesante museo santiaguino.

1. – San Pedro de Alcántara construye iglesias.- Serie de la viuda de san Pedro de Alcántara. Obra de Francisco de Moncada. Cuzco. Oleo sobre tela, de 120 x 260 centímetros. Siglo XVIII. Obra mestiza donde se ven distintas influencias europeas sintetizadas con una ingenuidad narrativa muy particular. En la esquina izquierda del cuadro se observa una corrida de toros.

2. – San Pedro de Alcántara.- Anónimo altoperuano. Siglo XVIII. Madera policromada y vestida 154. Centímetros. Los artistas altoperuanos cuya temática es fuertemente dramática, expresan el ascetismo riguroso del santo franciscano, como se advierte en esta talla. El rostro pálido y demacrado semeja una calavera y sus manos afiladas parecen garras o raíces de árboles.

3. -Cristo.- Autor anónimo. Siglo XVIII madera tallada y policromada, de 79 centímetros. Aunque traído de la región isleña de Chiloé, descubierta en 1558 por el gobernador y Virrey de Perú García Hurtado de Mendoza. El naturalismo del Cristo pone en duda su origen isleño, ya que la imaginería chilota realizada en los siglos XVII y XVIII carece de indigenismo. Sus rostros son blancos y sus cabellos están tallados

EL CASTILLO DE SAN PEDRO DE ALCÁNTARA

El Castillo San Pedro de Alcántara, en Chile, es uno de los principales monumentos del país. La fortaleza principal pertenece al complejo defensivo que la Corona Española erigió en la desembocadura del río Valdivia en el siglo XVII. La construcción de este complejo militar respondió a la necesidad de enfrentar la amenaza que implicaban para la seguridad del Imperio Español las incursiones de piratas y corsarios, y las expediciones de las potencias rivales, Inglaterra y Francia. El carácter estratégico del lugar, punto intermedio en la ruta entre Europa y los puertos americanos del Pacífico, lo convertían en un punto neurálgico del Pacífico sur.

En 1635 se comenzó la ejecución de un ambicioso proyecto de fortificación, que comenzó por el levantamiento cartográfico del área. En 1643 el proyecto recibió un impulso definitivo, por cuanto ese año una expedición holandesa desembarcó en el litoral contiguo a la desembocadura del río Valdivia y lo ocupó temporalmente. De ahí que en 1645 el Virrey del Perú enviara una armada, dotada de un contingente de 900 hombres y de gran cantidad de materiales de construcción, con dos misiones: Refundar la ciudad de Valdivia, desolada tras el levantamiento indígena de 1598, y erigir fortificaciones en el lugar. El principal baluarte de este complejo defensivo fue la Isla de Constantino, llamada después de Mancera, en honor al Virrey, que ostentaba el título de Marqués de Mancera. La isla está situada en medio de la bahía donde desemboca el río Valdivia, y en ella se edificó el Castillo de San Pedro de Alcántara, según los planos diseñados por el ingeniero mayor de la Armada, don Constantino Vasconcelos. El Castillo, de piedra, fue armado con quince piezas de artillería, y contaba con un foso y dos torres. En su interior albergaba entre otras instalaciones una iglesia y dos conventos: uno franciscano y otro agustino.

Durante el siglo XVIII, la Corona decidió reforzar este conjunto de fortalezas, en particular el Fuerte de la Isla de Mancera. El Castillo llegó a contar con veinte cañones y un gran número de otras piezas de artillería. En su interior, albergó unas ocho construcciones de piedra y trece de madera, incluyendo un hospital y un almacén de pólvora, un aserradero, una fundición, una herrería y una maestranza donde se construían embarcaciones y carretones. El Castillo de la Isla de Mancera era protegido desde la costa continental por los Fuertes de Corral y Niebla.

ALGUNOS TOPÓNIMOS ALCANTARINOS

La población de Alcántara (Venezuela) fue fundada en 1582 por el capitán Francisco de Cáceres, que pertenecía a una rancia familia que conquistó la ciudad extremeña a los árabes en 1229

También en Venezuela hay dos poblaciones y un territorio que llevan el nombre de San Pedro de Alcántara. El territorio es conocido por el nombre de los Llanos de San Pedro, según la crónica “Historia y conquista de Venezuela”, de Oviedo y Baños.

Asimismo, los capuchinos fundaron en 1763 un pueblo de misiones que llevaba por nombre San Pedro de Alcántara.

Por último, con este mismo nombre de San Pedro de Alcántara, don Manuel Centurión, coronel y gobernador del territorio de la Guayana, mandó construir una población en 1770, a unos 12 kilómetros del río Caura y lo puso bajo el cuidado de los Padres Observantes. El pueblo era conocido en el padrón que el coronel ordenó hacer en 1775 como San Pedro de Alcántara de Caura.

Por otra parte, en Perú hay un pueblo cercano a Cuzco que se llama San Benito de Alcántara. Fue fundado por el virrey Francisco de Toledo, quien gobernó estos territorios durante 20 años (1561-1581). En este pueblo vivió doña Ana María de Loyola, nieta del inca Diego Saire, que fue ajusticiado por el virrey por ser un bandolero, según cuenta en la crónica “Noticia del Perú”, de López Caravantes.

Hay un territorio de Alcántara en la zona noroeste de Perú, cerca ya con el límite con Ecuador, lo mismo que en esa zona hay territorios que se llaman de Trujillo, de Ovando o de Cortés. Todas ellos en las cercanías de Piura.

El Lago Alcántara, conocido también como Indian Lake, está situado al norte de Canadá, y cuyas aguas alimentan el río Churchill, que desembocan en la bahía de Hudson junto a la ciudad y cabo de Churchill.

También en la lejana isla filipina de Cebú hay un nombre dedicado a Alcántara, concretamente al norte de la isla.

Obviamente, Brasil está lleno de resonancias toponímicas dedicadas a Alcántara y a San Pedro. Veamos: En la costa del nordeste de Brasil hay un pueblecito que lleva por nombre Alcántara, que pertenece al área de influencia de San Luis, una gran ciudad de cerca de 650.000 habitantes, con puerto, aeropuerto y universidad. Es la capital del Estado de Maranhao y su economía se basa en industria textiles y alimentación. Con este Alcántara se ha querido hermanar el Alcántara cacereño, pero al parecer la pobre economía del pueblecito brasileño ha impedido tal deseo. Hay dos topónimos más, uno situado hacia el centro de este enorme país y un tercero, hacia el sur, muy cerca del Lago de los Barros, hoy Lago dos Patos.

En cuanto al nombre de San Pedro de Alcántara, Brasil tiene ocho de los nueve nombres. Uno al norte, cinco en el centro y dos en el sur, ya en el límite con Uruguay. El noveno topónimo se halla hacia el centro de Santiago de Chile, antes llamado Santiago de la Nueva Extremadura.

Por último, el nombre de Garabito, que corresponde al apellido del santo se encuentra en la provincia histórica de Costa Rica. Garabito Cambito, al sur de la República Dominicana y las Charcas de Garabito en el mismo país y también al norte de Colombia.

Por último, ya que estamos de celebraciones sobre el V centenario del nacimiento de San Pedro de Alcántara, yo quiero pedir, aquí públicamente, que con motivo de celebrarse el próximo año el 4º centenario de la muerte de Francisco Sánchez de las Brozas “El Brocense”, los Coloquios Históricos de Extremadura del año 2000 se le dediquen a este pensador y filósofo extremeño, y se gire una visita de homenaje a su pueblo natal de Las Brozas, del que me honro en ser su cronista oficial. Muchas gracias.

Oct 011999
 

El hombre, sin saber cómo se inclina siempre del lado del vencido;
el infortunio le parece más bello que la victoria.

DONOSO CORTÉS. Ensayo sobre el catolicismo.

Francisco Rivero.

Cronista Oficial de Las Brozas
(Encomienda Mayor de la Orden de Alcántara)

Todos le conocemos como Donoso Cortés, pero su verdadero nombre era Juan Francisco María de la Salud Donoso Cortés, que con el tiempo sería el primer Marqués de Valdegamas. Nació el 6 de mayo de 1809 en la localidad pacense de Valle de la Serena, un pueblo situado al sur de Don Benito, en la comarca de la Serena, (algunos biógrafos consideran equivocadamente que nació en Villanueva de la Serena, me supongo que por similitud del nombre. Donoso murió en París el 5 de mayo de 1853, aunque fue enterrado en el Pabellón de Hijos Ilustres de la Sacramental de San Isidro de Madrid junto al literato extremeño Juan Meléndez Valdés, el pintor Francisco de Goya y Leandro Fernández de Moratín, autor de “El sí de las niñas”. ¿Qué ocurrió en esos 44 años de apretada y densa vida?.

Lo primero que hay que decir es que fue un político, un pensador que está de lleno en la historia de España en sus dos vertientes: La vida pública y el pensamiento. Sus ideas fueron primero liberales moderadas y después conservadoras, siguiendo la línea marcada por Gaspar Melchor de Jovellanos o Jaime Balmes y que continuaron después Antonio Cánovas del Castillo y Marcelino Menéndez Pelayo.

La razón de que Donoso naciera en la localidad del Valle se debe a que su familia, procedente de Don Benito, dejó esta población debido a los desmanes ocurridos durante la Guerra de la Independencia y se afincó en el cercano pueblo de la misma comarca. El Valle, para los que no lo conocen, está situado muy cerca de Zalamea, del que fue dependiente hasta el pasado siglo.

Su padre, don Pedro Donoso Cortés, abogado de los Reales Consejos, alcalde de Don Benito y descendiente del conquistador Hernán Cortés, y su madre doña María Elena Fernández Canedo, embarazada aún de él, tuvieron a su hijo en la cercana localidad de Valle de la Serena, muy cerca de la finca de Valdegamas, porque las tropas napoleónicas ya había ocupado la cercana población de Medellín y amenazaban con arrasar Don Benito. La familia se había ido allí con criados, familiares y amigos.

Con motivo del primer centenario de su muerte, en 1953 hubo una dura polémica entre ambos pueblos por ver y decidir en cual de los dos era el lugar del nacimiento del pensador y político. Ganó definitivamente Valle, después de publicar en una circular diversos documentos referentes a Donoso, como la partida de nacimiento, la partida de matrimonio, la defunción de su esposa y la del nacimiento y defunción de su hija.

La partida de nacimiento de Juan Donoso Cortés comienza de la siguiente manera: “En la villa de Valle, a ocho días del mes de mayo de este año de mil ochocientos nueve, yo Gaspar Matías Obrero, cura propio de la iglesia de la villa de Don Benito… bauticé y ungí al óleo y chrisma santo a Juan Francisco Manuel María de la Salud, el que nació a la hora de las cinco de la mañana del día seis de cinco mes y año…”

El bautizo tuvo lugar en la parroquia de la Purísima Concepción de Valle de la Serena. Su madre lo ofrendó a Nuestra Señora de la Salud, Patrona de la localidad, de la cual lleva el nombre y a la que Donoso profesó a lo largo de su ida una gran devoción. Pese a todo, la familia Donoso Cortés vive y reside en Don Benito, aunque el apellido es originario de Aragón. El escudo familiar de los Cortés ostenta palos de gules sobre cuartel de oro.

VALLE DE LA SERENA

Según la historia, Valle de la Serena fue fundada en el siglo XIII por el VI Maestre de la Orden de Alcántara, Frey Pedro Yáñez, que fue la máxima autoridad de los caballeros alcantarinos durante 20 años, desde 1234 hasta 1254. Fue este un hombre batallador, que ayudó a los reyes Fernando III el Santo y a su hijo Alfonso X el Sabio a reconquistar buena parte del sur y sureste peninsular. Así ayudó en la batalla de Córdoba, que cayó en manos cristianas en 126 y como castillo de dominó fueron cayendo Morón, Baena, Cabra, Zafra, etc. También llegó a reconquistar Lorca, Cartagena, incluso Alcantarilla, nombre que le puso el príncipe Alfonso al cederla a la Orden de Alcántara.

Después de la conquista de estos territorios por las tropas cristianas llega la tercera repoblación, tras la romana y musulmana. Esta será la que configure el territorio desde 1232 fecha en que el quinto maestre Fray Arias Pérez conquistó Trujillo, Zalamea de la Serena y Magacela, donde existen bellísimas fortalezas.

Los principales monumentos de Valle de la Serena son dos: El dolmen de la finca de don Damián, que está formado por una galería y una cámara circular y la iglesia parroquial de la Purísima Concepción. Se trata de una obra del siglo XVI y reconstruida en el XX. Posee una sola nave con cabecera poligonal, capillas laterales y sacristía. Del exterior destaca su torre, que está situada a los pies del templo y que sirve al mismo tiempo de fachada, similar al estilo mudéjar, tan imperante en la zona. Las puertas son muy sencillas, sobresaliendo la portada de la epístola por estar abierta entre estribos.

LA ETAPA EXTREMEÑA

Donoso vivió sus primeros años de vida de pleno en una zona rural de nuestro país, viendo los duros trabajos de los hombres y mujeres por ganarse diariamente el pan para sí y para sus hijos. Sin duda alguna, esto le debió marcar. Con el tiempo veremos como se desarrollaba la vida en esta zona de nuestra tierra. Durante esos años hubo malas cosechas, la guerra contra los franceses, falta de trabajo y una alta mortalidad.

Don Pedro Donoso hizo llevar desde Madrid a Don Benito, tras el regreso a la casa familiar, un profesor especial para su hijo Juan. A los diez años, Juanito dio por terminado sus estudios primarios, recibiendo una cuidada educación. Era tan aplicado en ella que el maestro le dijo a su padre que ya podía dar clase el alumno al profesor. A los once años marchó a Salamanca para continuar sus estudios y donde destacó en el estudio de la lógica y metafísica, pues nuestro joven era de espíritu especulativo y curioso, ya que desde siempre se interesó por la filosofía y la historia. Leía todo cuanto caía en sus manos. En 1821 ingresó en el Colegio de San Pedro de Cáceres, similar a una Universidad provincial, donde estudió Ética, Lógica y Metafísica, pus su padre pertenecía a la Sociedad Económica de Amigos del País de la Provincia de Cáceres, una entidad de ideas progresistas y liberales. Dos años más tarde toma unos días de vacaciones en el pueblo pacense de Cabeza del Buey, donde conoce al líder poético del liberalismo español Manuel José Quintana, al que le unirá una gran amistad.

Manuel José Quintana (Madrid 1772 – Madrid 1857) estudió Derecho Civil y Canónico en Salamanca. Fue discípulo del poeta extremeño Juan Meléndez Valdés y mantuvo una estrecha relación con Jovellanos. Durante la Guerra de la Independencia, tomó el lado de luchar a favor de los españoles. Fue Académico de la Española y de San Fernando. Se le procesó por la Inquisición. Durante la época absoluta de Fernando VII se le desposeyó de todos sus títulos y cargos, volviéndoseles a restaurar durante el trienio liberal (1820 – 1823. Tras la reacción absolutista de este último año se le destierra al pueblo extremeño de Cabeza del Buey donde conoce al joven Donoso Cortés. Aquí permaneció durante cinco años, hasta 1828. A la muerte de Fernando VII se le nombra prócer del reino, senador vitalicio, presidente de Instrucción Pública y ayo de la reina Isabel II, indudablemente por la influencia de Juan Donoso Cortés, que por entonces ya tenía un puesto importante en la Corte. Se trataba de un hombre de educación liberal, aunque con los años se moderó en su pensamiento.

Pero retrocedamos a los 14 años de nuestro biografiado y no adelantemos acontecimientos. A esa edad realizó en Sevilla, donde comenzó a estudiar Jurisprudencia, un trabajo sobre historia universal que asombró a sus maestros y mayores. Estamos en 1824. A la temprana edad de 19 años acabó sus estudios de Leyes. Tras sus estudios se instala en Madrid donde se pone en contacto con grandes personajes literarios y políticos, como Larra y Zorrilla, que le enriquecen en los campos del saber y de la poesía. A pesar de todo, no se desenvuelve bien en la capital de España y regresa a la casa paterna en Don Benito.

Y como aún no tenía edad para ejercer Derecho, regresa al Colegio Mayor de San Pedro de Cáceres para trabajar como profesor de la Cátedra de Estética y Literatura, todo por recomendación de su amigo y protector Manuel José Quintana. Bien es verdad que la aceptó sin mucho entusiasmo.

Veamos qué escribe el propio Donoso de este asunto: “… estos malditos oidores de Cáceres están empeñados en que yo sea catedrático de Humanidades, y yo en no serlo, porque no quiero ninguna especie de obligaciones; ya hace tres correos que el fiscal de la Audiencia escribió a mi padre sobre este asunto y no le he contestado todavía ¿Cómo le he de responder que sí, si no quiero? ¿ Y cómo le he de responder que no cuando hacen ellos más en proporcionármelo que yo en admitirlo”

Sus clases tienen muy poco éxito. A ellas acuden sólo dos alumnos y que después fue sólo uno, su amigo y discípulo Gabino Tejado, quien en los años de 1854-1855 publicará las obras completas de Donoso Cortés y una biografía de su maestro. En esa biografía escribió Gabino sobre estas clases: “Muchas veces pienso qué idea le movía o qué sentimiento le sustentaba cuando haciéndome acudir diariamente y con puntualidad al aula espaciosa donde estaba su cátedra. Me tenía sentado sobre el banco hora y media, pronunciándome un discurso didáctico del cual puede figurarse el lector lo que le alcanzaría a un chico de diez años”. Claro que Donoso no tenía más allá de los veinte.

Sus cuadernos de notas, archivados en Don Benito, hablan de que fue un hombre que gustaba de lecturas de escritores liberales: Rousseau, Maquiavelo, Voltaire, Chateaubriand, Byron. Su cultura se iba ampliando con las ideas de los grandes librepensadores.

SU BODA

Al año siguiente, en 1830 se casa con la mujer que será el único amor de su vida, doña Teresa García Carrasco. Pertenecía a una rica familia cacereña: la de García Carrasco y Gómez Benítez, que tenía negocios con su padre. También el Ayuntamiento de Valle de la Serena investigó hacia el año 1953 sobre la partida de matrimonio de Juan Donoso para esclarecer definitivamente sobre su lugar de nacimiento. La partida está tomada del archivo parroquial de la iglesia de San Juan Bautista de Cáceres, concretamente del Libro de Casados, número V, folio 328 vuelto. Allí se dice: “… En la villa de Cáceres en veinte días del mes de Enero del año mil ochocientos treinta años. Casé yo Blas Gómez Duran, cura rector de la Parroquia de San Juan Bautista de esta villa, y en la casa havitacion de la Contrayenta, a D. Juan Donoso Fernández, de estado soltero, natural de Valle de la Serena, hijo legítimo del Licenciado D. Pedro Donoso y de Dª María Elena Fernández, naturales de Don Benito, con Dª Teresa García Carrasco, …”. Ese mismo año su mujer le da una hija, María Josefa Rafaela Petra, quien muere a los 24 meses. Su vida familiar fue efímera y marcada por tristes hechos.

También en 1830, Donoso escribe su “Elegía a la duquesa de Frías” que se publicó en la “Corona fúnebre en honor de la excelentísima señora doña María de la Piedad Roca de Togores”, donde también hubo trabajos y poemas de Larra, Quintana, Estébanez Calderón y Martínez de la Rosa. Una vez más, se retira a Don Benito para ayudar a su padre en su bufete de abogado. Un certificado de don Pedro indica que trabajó desde el 1 de septiembre de 1829 hasta el 1 de octubre de 1831.

EN MADRID

Al año siguiente se instala en Madrid, donde ya había permanecido unos años antes sin que le gustara mucho el ambiente de la capital, a pesar de que contactase con los círculos literarios, artísticos y políticos. En su segunda etapa empieza a tomar parte de la política activa, apuntándose al liberalismo, oír su relación con la familia de su mujer. Se hizo conocer repentinamente en la capital, tras la publicación de su “Memoria sobre la situación actual de la monarquía”, dirigida al rey Fernando VII. En ella manifiesta ya su liberalismo conservador. Se trataba de una defensa de la monarquía y un duro ataque al realismo, donde llegaba a decir que la clase media era el sustento de la nación y también del sistema monárquico. Sin duda alguna apoyará a la reina Isabel en contra de las aspiraciones de los carlistas.

En agradecimiento, Fernando VII le nombró en 1833 oficial quinto de la Secretaría de Estado y del Despacho de Gracia y Justicia de Indias. Un gran éxito profesional para un joven de tan sólo 24 años. Se fue a vivir con su esposa a la madrileñísima calle de Atocha y sigue con sus relaciones con los poetas Larra, Lista y el extremeño José de Espronceda. Escribe el poema épico “El cerco de Zamora”. Fue miembro honorario de la Real Academia de las Buenas Letras y la Sociedad Económica de Cáceres le nombró corresponsal en Madrid. Con el tiempo alcanzaría el cargo de secretario del Gabinete de la Presidencia del Gobierno que ostentaba Mendizábal, que con el tiempo fuera el desamortizador de los bienes religiosos. Pese a todo, Donoso, como hombre católico, no quiso hacerse con los bienes desamortizados de las órdenes religiosas.

EL PERIODISTA

Es el momento en que comienza su actividad periodística con el fin de difundir sus ideas liberales en las publicaciones como “La Abeja” (1834 – 36), “El Porvenir” (1837), “El Correo Nacional” (1838), “El Piloto” (1839). Fue también colaborador de la “Revista de Madrid”, “La Época” y “La Coalición”, de Badajoz.

En esos primeros años de su vida profesional fue un sobresaliente periodista en la redacción del rotativo “El Español”, junto a Antonio Ríos Rosas y Luis González Bravo, diario que dirigía el maestro de periodistas Andrés Borrego. Este rotativo, junto a otros dos madrileños “El Mundo” y “El Eco del Comercio”, más dos oficiales “La Gaceta” y “Diario de Avisos” a los que había que sumar dos extranjeros, se llevaban, por suscripción al gabinete de lectura que poseía el primer Casino de Madrid en la antigua calle de la Visitación, esquina de la actual Plaza de Santa Ana con la calle del Príncipe, donde antiguamente había un antiguo convento de monjas donde tomó el nombre la estrecha calle. Estamos en el año de 1836. No en balde, Donoso había sido uno de los 56 socios fundadores del Casino del Príncipe (hoy Casino de Madrid, sito en la calle de Alcalá, 15), junto a personalidades de la banca, de las armas, de la política, de las letras o de la aristocracia. Nombres como el conde de Montijo, el alcalde – regidor de Madrid, el marqués de Casa Pontejos, el banquero Nazario Carriquirri, el escritor Serafín Estébanez Calderón, el político Alcalá Galiano, el duque de Rivas. Nuestro biografiado se unió a este elenco de personalidades debido a la fama que había conseguido recientemente por su “Memoria” a Fernando VII y la situación de la Monarquía.

También colaboró en la revista del Romanticismo “No me olvides”, aparecida el 7 de mayo de 1837. Su fundador fue Jacinto de Salas y Quiroga. Duró muy poco tiempo, solo hasta el 11 de febrero del año siguiente. Entre sus colaboradores estaban además de Donoso, Zorrilla, Hartzenbusch, Campoamor, etc. Allí se publicarían versos, narraciones históricas, cuentos, críticas, modas, colaboraciones diversas. Su ideario es el siguiente, en palabras de su director. “Si entendiéramos nosotros por Romanticismo esa ridícula fantasmagoría de espectros y cadalsos, esa violenta exaltación de todos los sentimientos, esa inmoral parodia del crimen y la iniquidad, esa apología de los vicios, fuéramos nosotros ciertamente los primeros que alzáramos nuestra débil voz contra tamaños abusos, contra tan manifiesto sarcasmo de la literatura. Pero sí, en nuestra creencia, es el Romanticismo un manantial de consuelo y pureza, el germen de las virtudes sociales, el paño de lágrimas que vierte el inocente, el perdón de las culpas, el lazo que debe unir a todos los seres, ¿cómo resistir al deseo de ser predicadores de tan santa doctrina, de luchara brazo partido por este dogmas de pureza?”.

En las enciclopedias se lee que Donoso fue un literato inmerso en la política en la que entre otros puestos destacados ocupó el de diputado por Cádiz en las Cortes de 1837. Donoso Cortés propugnó la vuelta al más puro sistema absolutismo monárquico – religioso, dentro del llamado neocatolicismo, Fue un orador brillante y discutido, siempre apasionado, denunció la ceguera de una sociedad que pretendía vivir de espaldas a Dios y a sus postulados. Las obras completas del escritor no aparecen publicadas hasta que se interesan por ello su hermano Manuel y su discípulo Gabino Tejado.

EL ATENEÍSTA

Donoso Cortés fue, asimismo, un destacado ateneísta, no en balde fue el primer secretario de la institución con el Duque de Rivas como primer presidente. Hoy cuelga entre sus paredes el famoso cuadro de Madrazo que todos conocemos donde se ve su figura con una banda con la señera española y en su pecho colgada una gran cruz. Del 22 de noviembre de 1836 al 21 de febrero de 1837, nuestro biografiado pronunció una serie de diez conferencias, todo un curso de Derecho Político, cuyos títulos dicen mucho de sus jóvenes e inquietas preocupaciones:

  • En la sociedad y el gobierno (22 de noviembre de 1836)
  • En la soberanía de la gente (29 de noviembre de 1836)
  • Teoría del despotismo (6 de diciembre de 1836)
  • Despotismo y su realización en la historia (20 de diciembre de 1836)
  • La identidad de los dos principios de la reacción: La soberanía de la gente y de la derecha de los reyes (3 de enero de 1837)
  • En la autoridad absoluta y limitada (10 de enero de 1837)
  • En la soberanía de la inteligencia en la historia (dos partes)
    • 24 de enero de 1837
    • 31 de enero de 1837
  • En la soberanía de la inteligencia confirmada por la autoridad de los filósofos (14 de febrero de 1837)
  • La importancia de las reformas políticas (21 de febrero de 1837).

Con estas conferencias la junta directiva del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid quería dar a conocer entra la clase culta las líneas directrices del Derecho Político español, así como la primera formulación del liberalismo francés.

Estas diez charlas han sido traducidas al inglés hace pocos años – en 1991 – por el profesor Vincent McNamara y publicada en los Estados Unidos con el fin de conocer parte del amplio pensamiento político español del siglo pasado. Es la primera vez que se hace esta traducción, lo que significa que existe una corriente de pensamiento que busca conocer con detenimiento la posición liberal española y una mayor comprensión del fermento social y político de la España del siglo XIX y, por supuesto, del XX. “Este libro – en palabras del profesor McNamara – proporciona una fuente segura de conocimientos para los cursos de la Ciencia Política, la Filosofía Política y la Historia.

Justo ese año de 1837 conseguía el acta de diputado en las Cortes por Cádiz. Poco tiempo después fue desterrado a París por el ambicioso general Baldomero Espartero (1840 – 1843) y en cuya época tuvo lugar la famosa Desamortización de Mendizabal, con el consiguiente enfado de las autoridades vaticanas. De nuevo en España, fue nombrado por la regente María Cristina director de estudios de su hija Isabel, quien como sabemos fue proclamada soberana de España a la temprana edad de trece años en 1843.

Con el tiempo, Donoso llegó a ser ministro en el Gabinete del general Ramón María de Narváez, tomando así el poder la plana mayor del partido moderado un 3 de mayo de 1844. Otro integrante del equipo ministerial fue el también extremeño Juan Bravo Murillo, que en 1850 conseguiría la presidencia del Consejo de Ministros y gracias a él cuenta Madrid con la magnífica red de aguas: el Canal de Isabel II. Más tarde, Donoso Cortés alcanzó el rango de embajador en Alemania (184) y en Francia, muriendo en París al poco tiempo de su toma de posesión, en 1853.

LIBERAL Y CONSERVADOR

Como hombre de la política se afilió primero al Partido Liberal, colaborando activamente en la regencia de María Cristina, consiguiendo el puesto de secretario particular. Este hecho hizo que la siguiera en su destierro en París. A su vuelta a España, se encargó de los estudios de la nueva reina, Isabel II. Tal vez su cambio de liberal a moderado se deba a la idea de que el liberalismo triunfante no se apoyaba en los derechos de la soberanía del pueblo y si este no le apoyaba llevaba en sí mismo una contradicción. El liberalismo imperante en la etapa de los gobiernos liberales era sólo libertad de comercio, libertad de negocio, de producción, de transportes, de precios, de márgenes de beneficio, pero el pueblo español era sólo el sufridor de tales excesos liberales, siguiendo las corrientes francesas de la Revolución: “Dejar hacer, dejar pasar”. Con el tiempo fue un hombre moderado. En la corriente de este partido estuvo dentro de la facción llamada neocatolicismo. En sus correctos escritos y con su brillante oratoria buscaba un absolutismo monárquico, de origen religioso, pero dotado de formas nuevas.

Para entender la filosofía y actuación de Donoso Cortés como hombre político hay que encuadrarle dentro del pensamiento del régimen moderado, que el profesor José María Jover lo establece en cuatro grandes apartados: La promulgación de la nueva Constitución de 1845, que sustituye a la de 1837; la centralización de la vida política española, siguiendo una idea de origen francés; el eclecticismo político y la constante oposición progresista, radicalizada en tres levantamientos: 1848, 1854 y 1868. Donoso solo vivirá el primero y con bastante miedo, como dirá su correligionario Cánovas del Castillo.

EL ECLECTICISMO

Pero veamos que es eso del eclecticismo que tanto practicó nuestro biografiado. El diccionario de la Real Academia Española lo define como “Escuela filosófica que procura conciliar las doctrinas que parecen mejores, aunque procedan de diversos sistemas”. Aunque la idea filosófica surge en Grecia, no es hasta el siglo XIX cuando el francés Víctor Cousin explica que la historia del pensamiento se mantiene con las ideas que se han ido sucediendo a lo largo de la historia. Y que la verdad se encuentra en la unión positiva de todas ellas bajo la guía concreta del sentido común, por lo que no había que excluir las ideas antiguas, sino incorporarlas a las actuales. Bien es verdad, que el eclecticismo es el pensamiento de todos los grandes filósofos y pensadores, como puede ser en este caso Donoso Cortés.

El eclecticismo entra en España de la mano de Tomás García Luna, quien en 1843 dio una conferencia en el Ateneo de Madrid con el título “Lecciones de filosofía ecléctica”, quien después publicó su obra en dos tomos. El eclecticismo duró en España hasta la llegada del krausismo, que es la corriente seguidora en Alemania y que llegó a nuestro país Julián Sanz del Río (1814-1869) y propagada por Francisco Giner de los Ríos (1839-1915), fundador de la Institución Libre de Enseñanza, que tanto aportó a la cultura española antes de la Guerra Civil.

La Revolución Francesa de 1848 tuvo un reflejo débil en España con algunos sucesos en marzo en Madrid y en mayo en Madrid y Sevilla. Los moderados se opusieron a los continuos levantamientos progresistas, lo que hizo que el general Narváez diera un viraje y promulgara una dictadura que duró nueve meses. Curiosamente, la dictadura fue defendida con un famoso discurso en el Congreso de los Diputados por Donoso Cortés. Con ello se consiguió que los gobiernos conservadores de Europa como Austria y Prusia apoyaran la monarquía de Isabel II.

Hubo un hecho trascendental en su vida: La muerte de su hermano Pedro María Vicente de Jesús a los 37 años, con una esplendorosa vida profesional dedicada al Derecho. Esto le marcó de tal manera que le produjo una gran conmoción interna. Le llevó a reflexionar y a pensar sobre el misterio del destino humano. Dejó el liberalismo; se aferró al ideal más ortodoxo católico y siguió un pensamiento similar al del filósofo y matemático catalán Jaime Balmes (1810 – 1848) y por tanto coetáneo de él. Donoso llegó a ser un gran polemista en sus arrebatados escritos. Por ellos se han interesado en todas las culturas: Pensadores alemanes, franceses, portugueses, suecos o húngaros, entre otros, han escudriñado y desmembrado su pensamiento.

En 1851 publicó su conocido “Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo”, una obra que tradujo su amigo el periodista Luis Veuillot e influyó, como ya se ha dicho, en toda Europa. Nuestro biografiado fue miembro de la Real Real Academia Española, siendo sustituido a su muerte en 1853 por el venezolano Rafael María Baralt (1810 – 1860), el primer hispanoamericano en entrar en la docta academia. Baralt estuvo empeñado en la pureza del idioma, escribió su “Diccionario de Galicismos”, reputado como muy severo. Además de filólogo, Baralt fue un inspirado poeta, prosista de alto vuelo y castizo estilo, historiador y ensayista. Murió en Madrid como ciudadano español a los siete años de tomar posesión como académico.

Después de la publicación de su gran obra, Donoso Cortés se desplaza a Berlín y a París como embajador de España. Otras obras suyas fueron: “Clasicismo y romanticismo”, “De la monarquía absoluta en España”, “Consideraciones sobre la diplomacia”.

HOMBRE ROMÁNTICO

Como hombre del Romanticismo, Donoso Cortés triunfa en su individualismo, empleándolo para expresar sus reacciones ante la sociedad o ante la naturaleza. Expresa directamente sus puntos de vista, sin que nada ni nadie se lo impida. Por supuesto, combatirá aquellas ideas en las que no crea. Pero por encima de todo busca trasmitir su mensaje al público para que le siga en sus ideas. En nuestro caso concreto, Juan Donoso Cortés buscará expresar el pensamiento tradicional español.

Ya se sabe que se exalta las ideas más tradicionalistas de la patria. En el país hay cosas buenas y muy buenas, alabando la historia propia, por lo que no es necesario acudir a ejemplos de otros países. Eso conlleva a un espíritu idealista que si no acepta la realidad ha de provocar otra que busque la perfección en los ideales propuestos. El Romanticismo en los primeros momentos fue un movimiento católico, conservador, tradicionalista. Posteriormente surgirá un Romanticismo más puro, más liberal, más revolucionario; es el Romanticismo de los suicidios, de la desesperación y de la angustia.

Claro que en este mundo del romanticismo hay veces que se dan bromas y chirigotas. Se dice que Donoso Cortes y otro escritor extremeño, José de Espronceda iban a la misma tertulia en Madrid, concretamente a la del Café del Príncipe. Mientras el primero era conservador, el segundo era liberal y revolucionario. Este último, junto al poeta romántico por excelencia, Mariano José de Larra, más conocido con el seudónimo de Fígaro, bromistas de la Partida del Trueno, pintaron por completo de otro color el coche de caballos del Duque de Alba, mientras este estaba en palacio, y el cochero esperaba dormitando en el pescante. Al salir del palacio, el duque no pudo reconocer su coche, hasta que no vio encima dormido al conductor. En una segunda ocasión, el extremeño Espronceda no tuvo otra ocurrencia que atar a un coche de caballos una cuerda y el otro extremo en el fogón metálico donde una castañera asaba sus castañas. Hay que imaginarse el estruendo y el asombro del dueño del coche, de la mujer y de los paseantes. Eran tiempos del romanticismo y… de las gamberradas. Nuestro biografiado era más modoso, no en balde figuraba en el grupo de tertulianos más tranquilo, más serio y también más conservador.

Precisamente una persona de su misma línea política como fue don Antonio Cánovas del Castillo, que fuera seis veces presidente del Consejo de Ministros habló de Donoso Cortés en una conferencia el 31 de enero de 1884 en el Ateneo de Madrid titulada “De los cursos y maestros que más han enriquecido desde la Cátedra del Ateneo la Cultura Española”. Allí explicó los temores que tenía Donoso por el liberalismo. Asimismo contó que el hombre romántico que era excitó la hilaridad del público la primera vez que habló como diputado al defender sus presupuestos ideológicos con un énfasis exagerado y extravagante. Apuntó Cánovas, que Donoso se asustó de la Revolución de 1848 en la que se quebraron hondamente todos los poderes. Creía nuestro biografiado que esta nueva corriente iba a romper la civilización cristiana de España, cuando ya el cristianismo había superado las difíciles pruebas de las luchas religiosas del siglo XVI y de la Revolución Francesa.

Claro que Cánovas era un hombre pragmático como lo demuestran las palabras pronunciadas en mayo de ese mismo año “la política es el arte de aplicar en cada época de la Historia aquella parte del ideal que las circunstancias hacen posible”. Cánovas entró en el Ateneo de Madrid con un discurso en abril de 1849 sobre “Crítica de los cartesianos”, en lugar de elegir un tema de Derecho político como hizo Cortés.

Décadas atrás, un pensador como Leopoldo Eulogio Palacios elogia a nuestro biografiado en su libro “Filosofía del saber”, publicado en 1962, como modelo de sensatez, frente a posturas que le consideran un energúmeno del pensamiento.

En nuestros días, Enrique Tierno Galván, historiador de la cultura, hombre de izquierdas y reconocidísimo y popular alcalde de Madrid desde 1979 a 1986, habló sobre Donoso en la Universidad norteamericana de Princenton diciendo que fue el personaje que introdujo en España las ideas del tradicionalismo francés y del catolicismo superficial de los literatos. Asimismo, Joaquín Ruiz Giménez, que fuera Ministro de Educación con Franco y después hombre de la oposición moderada democrática, de pensamiento cristiano, en su libro “Del ser de España”, publicado por la editorial Aguilar en 1963, escribe sobre nuestro biografiado al que considera un hombre extraordinario, pero a veces exagerado en su manera de exponer sus criterios. También trabajó sobre Donoso otro de nuestros hombres de letras, el filólogo Antonio Tovar, sobre el tema del imperio y los problemas de España. Tovar había estudiado antes las relaciones de otro extremeño, Francisco Sánchez de las Brozas y sus problemas con la Inquisición.

Fue tal la popularidad de Juan Donoso Cortés en su tiempo que el famoso príncipe de Metternich le brindó su amistad y al que le recibió con el agasajo más cumplido. En esa ocasión le dijo: “Yo soy un libro voluminoso en donde están consignados todos los grandes hechos de este siglo; cuando usted quiera, me pongo a su disposición para que me hojee desde la primera a la última hoja”. Esto lo sabemos por una carta que escribió el 1 de mayo de 1851 desde París el propio Juan Donoso a su amigo y discípulo Gabino Tejado.

Tal fue la fama y honra de Donoso en toda Europa que los grandes hombres de su tiempo querían estar cerca de él y recibir sus enseñanzas, cuando no contrastar sus ideas. Ese fue su gran mérito por el que nuestro paisano ha pasado a la historia del pensamiento europeo. Muchas gracias.

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    Ideologías y clases en la España contemporánea (1808-1871)
    Editorial Cuadernos para el Diálogo
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  • López Sancho, Lorenzo
    Crónica de Madrid
    Diario 16
    Madrid 1991
  • Luz, Pierre de
    Isabel II, Reina de España
    Editorial Juventud
    Barcelona 1962
  • McNamara, Vincent
    Defensa del Gobierno representativo
    Conferencias en la derecha política de Juan Donoso Cortés
    Prensa de Captus
    Editorial Y Transporte
    Estados Unidos 1991
  • Montero Alonso, José
    Historia del Casino de Madrid y su época
    Madrid 1971
  • Rodríguez Pulgar, María del Carmen
    El Patrimonio Histórico – Artístico de La Serena
    Ceder La Serena
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  • Romero Martínez, Vinicio
    Rafael María Baralt
    “Mis mejores amigos”
    Venezuela 1999
  • Schmitt, C
    Interpretación europea de Donoso Cortés
    Editorial Rialp
    Madrid 1950
  • Schramm, Edmundo
    Donoso Cortés. Su vida y su pensamiento
    Editora Nacional
    Madrid 1952
  • Sevilla Andrés, Diego
    Historia política de España (1800-1967)
    Editora Nacional
    Madrid 1968
  • Solé Turá, Jordi
    Constituciones y períodos constituyentes en España (1808 – 1936)
    Editorial Siglo XXI
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  • Suárez, E.
    Donoso Cortés en el pensamiento europeo del siglo XIX
    Editorial Ateneo
    Madrid 1954
  • Suárez Verdeguer, Federico
    Donoso Cortés y la fundación de
    “El Heraldo” y “El Sol”
    Eunsa Ediciones
    Madrid 1986
  • Suárez Verdeguer, Federico
    Introducción a Donoso Cortés
    Madrid 1963
  • Valverde, C.
    Presupuestos metafísicos en la filosofía social y política de Donoso Cortés
    Editorial Comillas
    Santander 1958
  • Varios
    Vida y obra de Donoso Cortés
    Siglo Ilustrado
    Madrid 1971

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