Abr 072014
 

Ismael Montero Fernández.

1.1.      Introducción:

Entre los documentos que custodia  el archivo parroquial de Jaraicejo, destacan sin duda alguna dos manuscritos cruciales para el estudio de dicha parroquia. Por una parte, el conocido Libro de Becerro que data del año 1729 y por otra el Libro Anales de la Parroquia que comienza a escribirse por el sacerdote don Luis González Nuevo en el año 1910.

El primero, es el libro más antiguo que se conserva en la parroquia, y el único que por suerte no fue destruido tras el paso de las tropas francesas por la villa, como ocurrió con la mayoría de los legajos que componían el archivo y con la destrucción incluso de los bienes materiales del templo parroquial[1]. Dicho legajo se encuentra muy deteriorado, páginas arrancadas y muchas de ellas casi ilegibles, por lo que en el año 1910 el sacerdote don Luis González Nuevo tiene la feliz idea de crear un nuevo libro para el archivo de la parroquia, conocido como Libro Anales, en el que por una parte extrae toda la información que aporta el Libro de Becerro, y continúa además, como si de una crónica se tratase anotando en dicho libro, los acontecimientos más importantes que ocurren en la parroquia.

Dichas anotaciones son seguidas por algunos de los sacerdotes posteriores a don Luis González Nuevo, siendo la última anotación en el mismo la Visita Pastoral por parte del Obispo de Plasencia, Monseñor Amadeo Rodríguez Magro, el 22 de marzo de 2011, siendo párroco de la misma el Rvdo. Licenciado Don Sabino Díaz García.

Las aportaciones históricas que nos aporta dicho libro, son la de fundación de capellanías y Obras Pías en la Parroquia, sus fiestas, así como el inventario de sacerdotes que han atendido el culto de la misma. Y por otra parte, la evolución de la misma en pleno siglo XX, como es el caso de reformas en el templo parroquial, y la adquisición de nuevas imágenes para el culto, como se pone de manifiesto a lo largo de esta intervención.

 

  1. 2.      El libro Anales de la Parroquia.

En este apartado de la comunicación se pretende hacer una síntesis resumida del contenido principal del libro Anales de la parroquia.

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        Figura 1. Página inicial del Libro Anales de la Parroquia.

 2.1.Orígenes.

El manuscrito comienza con la localización estratégica de Jaraicejo a lo largo de la historia, respecto al paso o desfiladero de Miravete,  así como sus orígenes que se atribuyen a la Reina de Castilla Doña Urraca (1109-1126), la hija de Alfonso VI.[2]

Posteriormente habla de forma detallada de la donación por parte de Pedro Sánchez de la Cámara, quien fue el último señor seglar de la villa de Jaraicejo al Obispo de Plasencia en calidad de señorío, pero no vamos a entrar en detalle, ya que estos documentos se reflejan en la ponencia presentada en estos mismos coloquios que lleva por título Una villa Episcopal; el legado de un obispo, así como el historiador Domingo Sánchez Loro, en su obra historias Placentinas inéditas.[3]

Del paso de señorío nobiliario a eclesiástico también habla José Luis del Pino García en su obra Extremadura en las luchas políticas del siglo XV, en el que dice que el lugar fue señorializado en 1284 por Sancho IV en beneficio de Alonso Godínez. El último señor seglar de la villa, fue Pedro Sánchez, que no tuvo hijos de su mujer Sol y probablemente por ese motivo se decidió en 1294 a entregar el señorío de Jaraicejo a la Iglesia de Plasencia, a la que dejó también una barca en el río Almonte y sus pertenencias en Miajadas, El Campo y Ferruz. [4]

2.2.Hombres notables de la Parroquia.

Como hombres dignos de figurar en la antología de varones y mujeres ilustres de esta Parroquia pueden citarse:

  1. 1.      Don Pedro Sánchez de la Cámara, último señor laical de la villa que donó graciosamente su señorío al Obispado de Plasencia. [5]
  2. 2.      El Cardenal López de Carvajal y Sande.[6]
  3. 3.      Don Francisco de Carvajal, su hermano.
  4. 4.      La venerable Dª Luisa de Carvajal y Huertado de Mendoza, nacida en esta villa en 1568 y muerta en Londres en 1614 en olor de santidad cuyo cuerpo se conserva incorrupto en el Real Convento de la Encarnación de Madrid. Alma grande y generosa, que predicó en las mismas calles de la capital de Inglaterra, entre la herejía protestante. De su profundo saber místico da idea la siguiente composición:
  5. 5.      El célebre poeta de Salas (1700)
  6. 6.      Don Juan de Salas (Consejero público del Rey Carlos IV (1770).
  7. 7.      Don Antonio de Cabañas. Presbítero en 1570. Bienhechor de la Iglesia, cuyas cenizas reposan en el mausoleo de la misma erigido en memoria suya.
  8. 8.      Don Gregorio de Salas, canónigo de Plasencia, iniciador de la devoción al Sagrado Corazón  de Jesús en la Parroquia por los años 1756. [7]
  9. 9.      Don Antonio Martínez Oliva, Párroco. de la Iglesia por los años 1797 después canónico de Salamanca quien mandó lucir el interior del templo.[8]
  10. 10.  Don Juan Jiménez Moreno gran bienhechor de la Iglesia, fundador del Convento de las Religiosas Claras y de dos Capellanías para la Hija Mayor.
  11. 11.  Don Juan Labrador, discípulo y compañero del Divino Morales, pintor famoso, especialmente de flores y motivos decorativos. (1542-1600).
  12. 12.  El Sr. Pedro de Osma, eminente Boticario nacido en 1524 que sobresalió en la expedición del Perú con su hermano Hernando en 1549 realizando descubrimientos ceintíficos.
  13. 13.  Don José de Salas, hermano de don Francisco Gregorio de Salas, ya citado en el nº 8, éste gran literato y poeta, y aquel, general del ejército, decorado en la Guerra de la Independencia con la gran cruz de Carlos III. Director general del arma de caballería y subsecretario de la Guerra.
  14. 14.  Tómese como propio también al Obispo de Plasencia don Gutierre de Vargas Carvajal muerto en Jaraicejo el 27 de abril de 1559 que levantó a expensas el templo parroquial, así como la capilla del Obispo en san Andrés de Madrid (donde reposan sus cenizas).
  15. 15.  Fray Gabriel de Jesús (Carmelita). Nacido en Jaraicejo. El nombre de pila es Bernardo Román Izquierdo (libro de Bautismos V fol. 221 vuelto) Bautizado 23-5-1862.
  16. 16.  Don Juan Solano Figueroa y Altamirano (1610-1684). Nació en Jaraicejo y murió en Badajoz. (Historiador).
  17. 17.  Don Abundio García Román. Nace el 14-12-1906. Es bautizado el 19-12-1906 y muere el 30-11-1989. Es hijo de Gregorio García Rebollo y Clodoalda Román Sotelo.[9]

 

2.3.Vicarios y Sacerdotes de la Iglesia.[10]

           Es interesante a nivel de la historia de la parroquia, los sacerdotes que han formado parte de la misma, teniéndose datos desde el año 1557, fecha en la que ya estaba construida la actual parroquia, hasta el año 2011, fecha en la que el entonces párroco don Sabino Díaz García, actualiza el listado de sacerdotes de la parroquia, y al realizar dicho trabajo, he tenido a bien incluir al párroco actual.

  1. 1.      D. Alonso Robleda por los años 1557, vicario que fue de la parroquia.
  2. 2.      D. Juan de la Cerca (1602). Vicario.
  3. 3.      Licenciado D. Baltasar Velázquez (1630) ídem
  4. 4.      Don Andrés Martínez Carrrero (1640). ídem
  5. 5.      Licenciado don Diego Gutiérrez (1650) Idem
  6. 6.      Licenciado don Alonso Santos Aparicio (1660) ídem
  7. 7.      Licenciado don Juan Francés. (1665) ídem
  8. 8.      Licenciado Don Paulo García de san Martín (1669) ídem
  9. 9.      Licenciado don Francisco Jiménez Calderón (1675) ídem
  10. 10.  Licenciado don Juan Sánchez Núñez (1710) ídem
  11. 11.  Don José Navarro Recio (1723) ídem
  12. 12.  Don Fulgencio Gil, hacia 1730 Párroco
  13. 13.  Don Juan de Arce en 1770 Párroco
  14. 14.  Don Rodrigo Alonso Suárez,1775 Párroco
  15. 15.  Don Alonso Sánchez Rodríguez, 1783 Párroco
  16. 16.  Licenciado don Antonio Martínez Oliva, 1797 ídem
  17. 17.  Fray Alonso Durán de la Concepción 1798, Ecónomo
  18. 18.  Licenciado don Santiago Ramos, 1813 Párroco
  19. 19.  Don Francisco de Torres, 1820, Párroco
  20. 20.  Don Gregorio Sánchez Ortega en 1820, Párroco
  21. 21.  Don Francisco Gómez Sánchez, 1832. Párroco
  22. 22.  Don Manuel Benito de Salas, hasta 1873 Párroco
  23. 23.  Don Lucas Román de Salas, 1878, Ecónomo.[11]
  24. 24.  Licenciado Don Juan Antonio García Paniagua. 1889 Párroco
  25. 25.  Don José Muñoz Hernández, 1889, Ecónomo
  26. 26.  Don Alejo González Domínguez, 1896 Párroco
  27. 27.  Don Domingo Piñero Galindo, 1898, Coadjustor.
  28. 28.  Don Carlos Blázquez Sáncez, 1898 Ecónomo.
  29. 29.  Don Juan Gómez Ruíz, 1898 Coadjustor.
  30. 30.  Don Germán Rebollo Sáez, 1900 Coadjustor.
  31. 31.  Licenciado don Agustín Romero Romero, 1901 Párroco
  32. 32.  Don Severiano García Pérez, 1901 Coadjustor.
  33. 33.  Don Juan Jiménez Ramos, 1902 Coadjustor.
  34. 34.  Don Reyes Antón García, 1903 Coadjustor.
  35. 35.  Don Juan Antonio Ayala Valiente, 1904. Coadjustor.
  36. 36.  Don Juan Alonso Díaz, 1905 Coadjustor
  37. 37.  Don Domingo Collantes Rivero, 1905 Coadjustor.
  38. 38.  Don José Sánchez García, 1906 Párroco.
  39. 39.  Don Severiano Fernández Moreno, 1907 Párroco
  40. 40.  Don Enrique Llanes García, 1908. Párroco
  41. 41.  Don Manuel Hernández García, 1908 Coadjustor.
  42. 42.  Don Enrique Cano Moreno, 1904 Coadjustor.
  43. 43.  Don Calixto Iglesias, 1909 Párroco
  44. 44.  Don Juan González García, 1909 Coadjustor.
  45. 45.  Don Luis González Nuevo, 1910 Ecónomo
  46. 46.  Don Ubaldo Hidalgo Vicente, 1911 Coadjustor.
  47. 47.  Don Emiliano Díaz del Amparo, 1912 Coadjustor.
  48. 48.  Don Ricardo González Jiménez, 1913, Coadjustor
  49. 49.  Don Anastasio Martín Sánchez, 1915 Coadjustor.
  50. 50.  Don Luis González Nuevo, desde 1919 Párroco.[12]
  51. 51.  Don Hilario Palacios Jácome, 1922 Coadjustor
  52. 52.  Don David Matallana Polo, 1928, Coadjustor.
  53. 53.  Don Alfredo Calle Castañares, 1931. Coadjustor.
  54. 54.  Don Pedro Martín Quesada. Ecónomo 17-2-51 y Párroco desde el 24-6-54[13]
  55. 55.  Don Miguel Galeano Pérez (Ecónomo desde Enero de 1972 hasta 30-10-77)
  56. 56.  Don Primitivo Estévez Vázquez (Encargado 1-XI-77 hasta 10-10-79)
  57. 57.  Don Sabino Díaz García. (10-Octubre 1979 hasta 18-septiembre-2011)
  58. 58.  Don Roberto Hernández Castaños (18-septiembre 2011-31-agosto 2013).[14]

 

2.4.Fiestas en la parroquia.

En el Libro Anales el párroco recoge las fiestas que en su momento se celebraban y se detallan a continuación:

          La de San Antonio Abad día 17 de Enero en que se celebra misa cantada y procesión.

          Ofrenda de las Purificadas a la Virgen Nuestra Señora, día de la Purificación 2 de febrero que consiste en un coro de cinco jóvenes cantando letrillas relativas al Misterio. Penetran en la Iglesia antes del Ofertorio de la Misa Mayor y acompañan a la Imagen de la Virgen a la ceremonia del mismo, haciéndole un obsequio colectivo y comulgando en dicha Misa. [15]

          La Fiesta de san Blas, obispo y Mártir el 3 de febrero, verificándose antes de la misa cantada la bendición de cordones y siguiendo la procesión y siguiendo la Procesión y el Sto. Sacrificio.

          Traslado de la Imagen de Nuestra Señora de los Hitos a su Santuario, el 2º Domingo de Cuaresma, recitase a la tarde Vísperas y el Sto. Rosario y acompaña la Parroquia procesionalmente a la Imagen hasta las afueras de la Población, siendo conducida hasta su ermita por piadosos devotos y llevadas a hombros por vecinos que designa cada año el ayuntamiento.[16]

          Oficio de Difuntos y responsos durante toda la tarde del Domingo de Pasión. Por la mañana después de la Santa Misa, pídese de puerta en puerta la limosna de cera para el altar de las  Ánimas.[17]

          El siguiente Domingo de Ramos, prácticase en igual forma el petitorio de cera para la Cofradía Parroquial del Señor Sacramentado.

          La ceremonia del Mandato y Lavatorio de los pies a doce hermanos se celebra con intervención de la Cofradía del Señor, que está encargada de pagar el Sermón de la tarde.

          El Lunes de Pascua de Resurrección tiene lugar la Fiesta anual consistente en Misa cantada y procesión a la Virgen de los Hitos en su santuario, siendo los gastos y derechos parroquiales de cuenta del Ayuntamiento, menos la comida de los servidores de la Iglesia a cargo del señor Mayordomo de la ermita.[18]

          La fiesta de la Octava del Corpus celébrase el mismo Jueves de ella por la Hermandad del Señor con Misa Solemne de Exposición a la mañana y Vísperas, reserva y Procesión en la tarde.

          El día de la Virgen del Carmen, se celebra una Misa Cantada en su altar.

          Desde el 15 de agosto, festividad de la Patrona de la Iglesia, dan principio los ofertorios a varias imágenes, constituyéndose los Domingos sucesivos hasta el 8 de septiembre, que se celebra el postrero a favor de la Virgen de los Hitos.

A esta imagen se la restituye de nuevo a la Iglesia el segundo domingo de Agosto, procediendo del mismo modo para recibirla que se dijo arriba para llevarla al Santuario el segundo Domingo de Cuaresma.[19]

          El día 14 de septiembre Fiesta de la Exaltación de la Sta. Cruz, se canta Misa en honor de Cristo Crucificado en la Capilla del Señor de la Expiración.

          El primer Domingo de Octubre es la fiesta Mayor del Pueblo, a la Virgen del Rosario, conservándose aún la típica compañía de Cofrades que ostentan antiguas insignas y armas, obsequian y hacen la Corte de aquel día a la Madre de Dios, recordando las heróicas empresas de los Cruzados de la Patria y de la Fe y los inmensos bienes del patrocinio de María sobre España.[20]

          El tercer Domingo de todos los meses del año se celebra Misterios Solemenes en la Iglesia Conventual, con la limosna con la limosna de los Hermanos del Señor. Esta asociación sufraga la cera necesaria, así como también en las demás fiestas mayores del Santísimo Sacramento, Jueves y Viernes Santo, Corpus y Jueves de la Octava, ascensión del Señor, etc.

          El primer domingo de cada mes, se celebra el ejercicio piadoso del  Divino Corazón de Jesús a más de la Fiesta anual de San Pedro y San Pablo.

          Así mismo tiene  lugar el tercer  Domingo la función mensual a la Purísima e Inmaculada Virgen María que le dedica su congregación. [21]

 

2.5.Instituciones antiguas de la Parroquia.

 

  • §  SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE LOS HITOS.

 

Consta de las anotaciones en el Libro de Becerro hechas en 1742, que se apareció la Santísisma Virgen a una persona devota suya, sobre unas piedras de cuarzo blanco, en el sitio entre la Dehesa Boyal, Ventosillas y Curieles de este término, levantándose enseguida con las limosnas de los vecinos de la villa el templo o ermita que aún se conserva y dieron a la Imagen de la Virgen de los Hitos el nombre de Nuestra Señora de los Hitos, por el lugar de su aparición. Inmediatamente se estableció una cofradía de la Virgen que adquirió gran desarrollo, con su hermano Mayor, mayordomo constante, y un ermitaño que habitaba en la casa de la ermita que tenía contiguos un huerto y un ejido para cultivarlos.

Generalmente, en todas las ermitas existe la figura del santero o ermitaño, que son los encargados del mantenimiento de los santuarios como expresión máxima de la devoción y piedad popular. [22]

Fueron muchos los bienes que  llegó a poseer contándose entre ellos dos escrituras de censos, en crédito de 445 reales contra el Depositario de Rentas Eclesiásticas, y otro de 37 reales contra la Iglesia. Una cerca de dos fanegas de trigo, al sitio de “la fuente”, otra de dos y media al cerro, otra de cuatro fanegas en “el álamo”, 42 vacas y los demás objetos propios de culto en el santuario.[23]

El caso de la ermita de Santa María de los Hitos, pone de manifiesto, al igual que en otros santuarios de Extremadura, que principalmente la fuente de ingresos es la agricultura y la ganadería con los beneficios derivados de la explotación de la tierra.[24]

 En el año 1809, para evitar las profanaciones de los franceses, fue trasladada ocultamente la imagen a la Iglesia de Torrejón el Rubio, donde se la restituyó a esta parroquia el 28 de marzo de 1815 y luego a su ermita.

Posteriormente, el Ilmo. Laso de la Vega y Córdoba, Obispo de Plasencia, creó con estos bienes una capellanía servidera en el Convento de las Religiosas Clarisas de esta villa, de que se hará luego mención. No ha sido posible establecer fechas fijas, así de la aparición de la Virgen, como de la erección de su Santuario, si bien todos los indicios y la misma factura y orden de la obra, denotan claramente que debieron ser ejecutadas en los primeros años del siglo XVI.[25]

El párroco don Luis González Nuevo sobre la descriptiva del edificio añade:

En este santuario de regulares dimensiones y buenas paredes con una espadaña sobre la superior de mediana techumbre que sostienen tres arcos de piedra y se compone de la Iglesia de 22 x 10 metros de superficie con un solo altar y retablo de mampostería, asientos de igual clase a los lados y púlpito de madera, todo en regular estado. La Sacristía es pequeña y de techo de bóveda y lo mismo el portal o atrio que amenaza ruina. También pertenece a la ermita el egido de la virgen, una extensión de terreno de ocho fanegas con algunas encinas y tres olivos.[26]

 

 

La talla de la Virgen de los Hitos es una talla en madera policromada de la Virgen con niño en su mano derecha, sobre peana. La Virgen mira al frente y el niño posee piernas entrecruzadas y su mano izquierda en actitud de bendecir. La Virgen en su mano izquierda posee una flor que en otro tiempo portaba un báculo y a su vez de su mano pende un rosario. Según algunos historiadores, la talla está fechada a finales del siglo XV. [27]

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Figura 2. Imagen Nuestra Señora de los Hitos.

  • §  CONVENTO DE RELIGIOSAS CLARAS

 

Por el año 1600 fundó esta casa de Religiosas de la Natividad, la orden de Sta. Clara de Asís, el vecino de esta villa D. Juan Jiménez Moreno, cuyo edificio adosado al de la Iglesia por la parte S.E. aunque algo reducido, tenía excelentes condiciones, con buena capilla, regular patio terraza y fuentes que le surtían en agua en abundancia, mediante una conducción subterránea que procedía del manantial o fuente llamada del Convento; y se comunicaba por medio de corredores sobre esbeltos arcos con la Huerta que se hallaba en la parte opuesta y con el Coro Mayor de la Iglesia en que existía un trozo separado y preparado para la estancia de las Religiosas durante las grandes  Solemnidades del Templo.

El mismo fundador, acaso porque los bienes de la primitiva fundación resultaran ya insuficientes creó por testamento y codicilo dos capellanías con la obligación de la Misa conventual diaria y dos aniversarios cantados con responso y oficios por las Religiosas en las fiestas de la Asunción, san Francisco, dominica 1º de Adviento, s. Martín, S. Andrés, Sta. Catalina, S. Juan Evangelista, S. Pedro y primer Viernes de Cuaresma. Después, y por la pobreza de la Santa Casa, se fundó una nueva Capellanía con los Bienes del Santuario de los Hitos y finalmente reducidas las tres a una sola en 1830, su último capellán fue don Lucas Román de Salas hasta que exclaustradas las religiosas en 1835, la misma desamortización acabó con el convento enajenando todos sus bienes. [28]

Uno de los aspectos que no trata don Luis González en su libro, son los verdaderos orígenes del Monasterio, que fue fundado por el Obispo Vargas Carvajal, bajo la advocación de la Magdalena profesando en él las monjas de la Tercera Orden de San Francisco y fundado en el año 1530 como afirma el médico Placentino Luis de Toro[29], además de la presencia de las armas del prelado en las arcadas del antiguo claustro. Cuenta el citado médico, que el obispo Vargas Carvajal las llevó a Jaraicejo desde un convento cercano al Monasterio de Yuste para que no permanecieran en soledad. Dichas monjas parece que vienen de Jaraiz.

Don Gutierre de Vargas, siempre mostró interés por las religiosas, tanto que aparecen incluso en algunas de las cláusulas de su testamento.

Item por cuanto yo soy en cargo a una doncella que se llama Catalina de los Ángeles, que está en este monasterio de las monjas desta villa de Jaraicejo, la cual está para monja y no es profesa, mando que para su dote y sustentamiento y para que sea monja en el dicho monasterio, le den los pobres de la compañía a dicho Monasterio doscientos ducados de oro, que valen setenta y cinco mil maravedíes de los dos cuentos y ciento ochenta y tres mil maravedíes que se le libraron al hermano Hierónimo de Acosta para que cobrase en Valladolid del señor Juan de Vargas, mi hermano para ciertos efectos y los dichos doscientos ducados son para este y más y aliende desto, para el dicho efecto de dote, le mando un olivar cercado, que yo tengo en el término desta villa, y demás desto y todo esto haga el dicho monasterio con la dicha doncella para que sea monja en él y porque deste dicho olivar tenía hecha donación a don Francisco de Carvajal, revoco la dicha donación en cuanto a esto haga esto por bueno y no hable en ello pues de tan poca cosa y para una obra tan pía.

Item mando que por cuanto yo hice sacar cierta hacienda de las monjas de la Magdalena a Alonso Ruíz, vecino y regidor de Trujillo y se remató en él hasta en cantidad de setecientos ocho mil maravedíes y estos dineros de los tengo librados en el hermano Hierónimo de Acosta de la Compañía de Jesús para que los dé a las monjas para comprar censos con que se mantengan. [30]

De nada serviría al prelado tenerlas en cuenta en su testamento, ya que tras la muerte del prelado, pasan al convento del Monasterio de las Monjas Jerónimas de Trujillo como recoge Tena Fernández en su libro, en el que hacen la petición al obispo don Pedro Ponce de León, ya que son pocas y la mayoría de ellas están enfermas. Dicha petición el 18 de agosto de 1570. La Priora y Religiosa del Monasterio de esta Casa de la Magdalena a V.S. decimos: que por haberse muerto algunas Religiosas de ella y estar otras enfermas e impedidas por la edad; de las pocas que han quedado que somos nueve, no hay número bastante para hacer los oficios así en el coro como en dicho convento por lo cual sentimos gran desconsuelo. [31]

 

  • §  ERMITA DEL CONVENTO DE LA VICIOSA

En el desierto del convento de San Juan de Recoletos de san Agustín de la Viciosa, fundó una ermita bajo la advocación de la Virgen Santísima, el Sr. Baltasar Velázquez, la cual la cual había de estar a cargo de aquellos religiosos, dotada con quince mil maravedíes y señalando la obligación de dos misas el viernes y sábado de cada semana con responso. Además, una vez al año, la comunidad debía ir en procesión a la misma y celebrar misa cantada, data de 1630 años.[32]

  • ·         COFRADÍA DE LA SANTA CARIDAD

En el año 1591, Don Juan de Baños, don Juan de la Cerca y otros señores sacerdotes y varios vecinos por consejo del padre Gaspar de Bustamante, religioso de la Compañía de Jesús de la Residencia de la Ciudad de Plasencia, que había sido predicador de Cuaresma de la Parroquia en aquel año, fundaron una cofradía a favor de los menesterosos y de los enfermos con el nombre de cofradía de la Santa Caridad, dándoles las ordenanzas para su debido régimen y gobierno. El antiguo libro de Becerro enumeras las grandes riquezas que llegó a reunir por donaciones y legados, de todo lo cual no queda sino tan libre y escaso recuerdo.

  • ·         COFRADÍA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Por el mismo tiempo que la anterior, se estableció la Cofradía del Santísimo Sacramento que todavía perdura después de varios siglos para el culto de la Divina Eucaristía. De aquella de su primer época, sólo queda la noticia de los bienes que en gran número poseía, rentas, heredades y censos dentro y fuera de la parroquia, los cuales desaparecieron por completo. [33]

  • ·         COFRADÍA DE LA SANTA VERA CRUZ

A mediados del siglo XVI se estableció esta cofradía de la Vera Cruz para hacer disciplina en el día de Jueves Santo y los demás cultos que declaraban sus ordenanzas. Poseía una Bula canónica de Indulgencia y las imágenes de Jesús Crucificado, del Resucitado, Cristo arrodillado y de Simón Cirineo y llegó a adquirir muchas riquezas.[34]

  • ·         DOTES PARA HUÉRFANAS.

 

Consta que fueron fundadas en los siglos XVI y XVIII varías memorias y obras pías para dotes de jóvenes huérfanas o pobres y entre ellas las siguientes.

1ª de Francisco Villalobos en 1592

2ª de Pedro de Salas año de 1648

3ª de Baltasar Velázquez en 1651

4ª de Diego Calderón en 1649

Todas ellas fueron retribuidas con exceso y espléndidamente servidas de donde resultaron incalculables beneficios a favor de las doncellas cristianas, huérfanas y necesitadas. [35]

2.6.Capellanías y memorias.

 

  1. 3.      Capellanía fundada por Juan Francés de 114 Misas, año 1550.
  2. 4.      Capellanía fundada por Alonso Calero en Guatemala con las Misas de sus rentas en el año 1554.
  3. 5.      Ídem por el vicario Alonso Robledo el año 1557 con cargo de 12 misas.
  4. 6.      Ídem con 156 misas por Francisco don Gil en el año 1558.
  5. 7.      Ídem por don Antonio Cabañas, presbítero de ésta, para una misa todos los viernes en 1580.
  6. 8.      Ídem de 104 misas por el padre Juan de Rodas, el mismo año 1580.
  7. 9.      Ídem por Bartolomé y Fernán Blanco de 9 misas por semana en 1559.
  8. 10.  Ídem de 12 misas por Hernando Moreno en el año 1590.
  9. 11.  Memoria para cera de la Cofradía del Santísimo por García Durán en 1590.
  10. 12.  Capellanía de María López con varias misas en 1575.
  11. 13.  Ídem por Francisco de Villalobos de 104 misas en 1592.
  12. 14.  Ídem por Esencia Martín, varías misas en 1593
  13. 15.  Ídem de Fabián Trigoso 2 misas en 1558.
  14. 16.  Memoria de García Izquierdo, 12 misas en 1574.
  15. 17.  Capellanía por Bartolomé Sevillano con 5 misas en el año 1601.
  16. 18.  Ídem por Diego Sastre con 38 misas en 1603.
  17. 19.  Ídem por Ana Rodríguez de 56 misas el 1605.
  18. 20.  Memoria de 29 misas por el Señor Francisco Moreno el año 1606.
  19. 21.  Capellanía por Diego González de 104 misas el año 1607.
  20. 22.  Ídem por Catalina Martín y Juan de Osma el 1606.
  21. 23.  Ídem de Baltasar Velázquez por las ánimas con las misas que permitía la renta en 1606.
  22. 24.  Idem y memoria por el mismo de 3 misas por semana una de ellas por la conversión de Judas.
  23. 25.  Capellanía y memoria de Diego Martín Valero con varias misas en 1612.
  24. 26.  Capellanía por Diego Jiménez Calderón con carga de 202 misas en 1610.
  25. 27.  Memoria de Francisco Villalobos para dos hachas de seis libras de cera blanca con que alumbrar al señor en su procesión y Viáticos el año 1617.
  26. 28.  Ídem de Juan Moreno, 30 misas el 1617
  27. 29.  Memoria y Capellanía de los Apóstoles por Bartolomé Sánchez en 1619.
  28. 30.  Capellanía por el Reverendo Francisco Jiménez Calderón con 20 misas en 1625.
  29. 31.  Memoria por Fernando Rebollo. 5 misas el 1625
  30. 32.  Capellanía de Pedro de Salas. 74 misas el 1643.
  31. 33.  Ídem por el mismo, 12 Misas en 1647
  32. 34.  Ídem por Inés González. 104 misas y 100 reales más cada año a favor de sor Juana de San Pedro Monja del Convento de la Concepción de Mérida, el año 1637.
  33. 35.  Ídem por el Licenciado Lázaro Martín. 6 misas y aniversario en el año de 1645.
  34. 36.  Ídem por Beatriz Gómez, 13 misas en 1602.
  35. 37.  Ídem de María Traba, 6 misas en 1648.
  36. 38.  Memoria por el Licenciado Francisco Cabras con 24 misas y 2 arrobas de aceite para lámpara del señor en 1650.
  37. 39.  Ídem por María Gómez del 1638.
  38. 40.  Capellanía de Marcos de Trujillo con 30 Misas en 1650
  39. 41.  Ídem por María González con varias misas.
  40. 42.  Ídem por Leonor Álvarez con 30 misas.
  41. 43.  Ídem por Catalina Gutiérrez, varias misas dichas en el convento en 1650.
  42. 44.  Ídem por el señor Francisco Jiménez Calderón de 52 misas en 1651.
  43. 45.  Memoria de Álvaro Pérez. Varias misas en 1651.
  44. 46.  Ídem por Andrés Izquierdo e Isabel López para las Benditas Ánimas en 1652
  45. 47.  Ídem de Isabel López con 3 misas en 1655.
  46. 48.  Patronato de Legos y memoria de 74 misas por Andrés Izquierdo en 1660.
  47. 49.  Dos Capellanías por Juan Flores Cruceño a favor de las ánimas en 1663.
  48. 50.  Capellanía por el Sargento Mayor don Leonardo Perla en 1665.
  49. 51.  Ídem de don Juan Felipe Valero. 40 misas en 1665.
  50. 52.  Ídem por Felipe Zamora.
  51. 53.  Vínculo por Andrés Izquierdo. 2 misas en 1660.
  52. 54.  Capellanía del Licenciado Alonso Aparicio en 1662.
  53. 55.  Dos Capellanías del licenciado don Juan Sevillano con las misas de su renta en 1673.
  54. 56.  Capellanía por el Señor don Juan García de san Martín, cura de san Andrés de la ciudad de Trujillo con 50 misas en 1706.
  55. 57.  Vínculo por el Licenciado Juan Felipe Valero, presbítero con 10 misas en 1779.
  56. 58.  Capellanía de Juan de Salas de Martín y su esposa con las Misas que desde su fundación en 1710.
  57. 59.  Memoria del señor Baltasar Velázquez de dos hachas para alumbrar al señor de 12 aniversarios, salve en las fiestas de la Virgen y limosnas a la Cofradía de la Caridad.
  58. 60.  Vínculo por don Gregorio de Salas para decir una misa cantada a san Gregorio y la fiesta anual perpetua al Sagrado Corazón de Jesús en 1750.
  59. 61.  Memoria por María de Marcos para una misa anual con diáconos a la Virgen del Carmen. 1733 [36]
  60. 62.  Vínculo de Juan Francés por las Ánimas en 1687.
  61. 63.  Capellanía de Gonzalo Dávila. 50 misas el 1634.
  62. 64.  Ídem de García Alonso de Paredes.
  63. 65.  Ídem del Licenciado Alonso García.
  64. 66.  Ídem de Bartolomé Sanz Alcalde. 100 misas.
  65. 67.  Ídem de Alonso Téllez, 30 misas.
  66. 68.  Ídem de Francisco Santos.
  67. 69.  Vínculo por Andrés Izquierdo Palomo de 30 misas.
  68. 70.  Memoria de Francisca Fernández con 14 misas.
  69. 71.  Ídem de Polonia Rodríguez con 60.
  70. 72.  Ídem de Bartolomé Rebollo con 78.[37]

 

2.7. Arancel Parroquial

En este apartado incluimos el arancel parroquial en tiempos de don Luis González Nuevo, (comienzos del siglo XX) a título informativo.

NÚMERO

CONCEPTO

PESETAS

CÉNTIMOS

1

Limosna de misa cantada simple

3

50

2

Ídem de ídem con armonio

6

50

3

Ídem de Requiem Ordinaria

6

50

4

Derechos de una Minerva

6

50

5

Funciones Votivas con Misa y Procesión

7

50

6

Ídem ídem que tengan novena

10

50

7

Ídem de ídem con sermón

15

50

8

Bendición de la mujer post parteum

15

25

9

Derechos por una Salve Rezada

15

25

10

Ídem de ídem cantada

10

50

11

Ídem de ídem solemne

1

50

12

Acompañamiento con insignias parroquiales y canto en el cementerio

7

50

13

Parada con responso en los entierros

7

50

14

Oración en la casa del Difunto

7

50

15

Responso “libérame” cantado

7

50

16

Ídem de ídem solemne

1

50

17

Ídem “me recorderis” cantado

1

25

18

Ídem de ídem solemne

1

50

19

Ídem “in lazarum” cantado

1

20

20

Ídem “momento mei”

1

10

21

Ofertorio a cualquier advocación

2

10

Tabla 1. Arancel Parroquial.

 

2.8.            Hechos de interés en la Parroquia en el siglo XX.

En este apartado, centraremos la atención en algunos de los hechos más notables en la parroquia a lo largo del siglo XX como son los que se indican a continuación:

  • ·         El suelo parroquial.

Una de las grandes preocupaciones del sacerdote que estamos estudiando, como lo demuestran sus escritos, es el adecentamiento del interior del templo. El estado en que debe quedar la parroquia en el siglo XIX con la llegada de la Guerra de la Independencia debe ser deplorable según el mismo párroco afirma.

Todo el edificio está construido de piedra del país, ladrillo y argamasa, excepto los ábsides, arcos y ventanales que son de finísimo granito y forma un hermoso crucero de doble trazo horizontal correspondiente a las cuatro capillas del Carmen, del Santísimo Cristo, del Rosario y san José, con una sola nave de orden gótico (…). Su ornamentación y sus riquezas fueron muy notables: el Retablo Mayor de tres grandes cuerpos, obra de mérito, teniendo en el centro el grupo escultórico de la Asunción de Nuestra Señora Virgen y en derredor los Apóstoles, todos de tamaño natural y ricas colgaduras pendientes de sus muros; el Órgano monumental con mil trompetas y varios registros; altares, ropas, alhajas, todo fue robado o incendiado. La invasión francesa y las revueltas civiles y facciosas  convirtieron el templo muchas veces en cuartel, haciéndole objeto de inmundas profanaciones y estas causas primero y las leyes desamortizadoras después, coronaron su devastación y destrucción de sus bienes.  Aún hoy día, refieren los ancianos por haberlo oído de boca de sus abuelos el triste cuanto sacrílego espectáculo de ver quemar las sagradas imágenes por la soldadezca francesa en medio de la Plaza Pública contigua a la Iglesia.

Pero a pesar del esfuerzo de los enemigos y de la acción destructora del tiempo, el monumento levantado por la fe de los Carvajales sigue todavía desafiando al ímpetu de los siglos, a la manera que el famoso puente del Cardenal sobre el Río Tajo y el del Río Almonte en este término erigidos también a expensa de tan insignes varones, resisten impávidos las acometidas de las turbias e impetuosas corrientes.[38]

El suelo de la parroquia, pese a no servir ya a comienzos del siglo XX como cementerio de la misma, se encuentra  de tierra y lleno de humedades por lo que durante varios años, se va instalando el actual suelo de baldosas hidráulicas progresivamente hasta completar todo el pavimento de la misma.

En el año 1913 es necesario adecentar las gradas y parte de la capilla Mayor. Así mismo, las barandillas que ahora se encuentran pintadas de negro, estuvieron pintadas de blanco y ribetes dorados, como consta en el Libro Anales.

Como se encontrasen lucidas con tierra las frentes de los dos ángulos salientes del Presbiterio  y la gradería muy deteriorada, fue necesario responder a esta reforma, imitando los primeros con falsa cantería según el orden de la Iglesia y acomodando las gradas pintándolos con buena pintura de aceite. También fueron pintados de blanco y ribetes dorados las barandillas colocadas sobre los ángulos laterales.[39]

Es en el año 1914 cuando comienza a adecentarse el pavimento del templo.

        Una de las mayores y más urgentes necesidades del templo es el arreglo del pavimento que se encuentra en estado muy deplorable. Pero no es posible acometer de una vez obra de tanta importancia, por ello, parece de ineludible ejecución, dedicar a esto alguna cantidad todos los años y se ha juzgado el mejor el suelo de mosaicos de cemento que elevando la indicación indispensable de perseverar de la extrema humedad sin ofrecer ningún inconveniente, puede ejecutarse poco a poco, en trozos y períodos de tiempo considerable. Este año, sólo se han colocado catorce metros cuadrados sobre la grada y en la planta del presbiterio.

         También se pintaron de rojo los huecos entre el Altar Mayor y los laterales, con cenefa superior formada de baldosines.[40]

Al siguiente año, 1915, nuevamente se sigue con el pavimento del templo.

Han sido colocados en el centro de la Iglesia y a ambos lados de la línea de piedra que lo ocupa veinte y cuatro metros cuadrados de mosaicos llenando así una necesidad muy sentida.[41]

En el año 1917, se vuelve a hablar del estado del suelo por lo que se continúa su reparación.

            Encontrándose cada vez más deteriorado el suelo del templo fue preciso hacer una considerable reparación del mismo, y al efecto se renovó la parte comprendida entre las cuatro capillas laterales con argamasa mezclada con cemento.[42]

         Nuevamente, en el año 1920, se continúa con la colocación de baldosas en el interior del templo.

            Continuando la colocación del suelo de baldosas de cemento, se tendieron este año veinte y ocho metros cuadrados de dicho material en todo lo ancho de la Iglesia y a la parte superior de arriba, puertas de entrada que era el trozo que más necesitado se encontraba de reparación.[43]

         Tres años más tarde se colocan más cantidad de baldosas de mosaicos en el interior del templo.

           Se continuó la colocación de mosaicos en el pavimento del Templo, empleándose cuarenta y ocho metros cuadrados de la fábrica de los Sres. Mariño de la ciudad de Trujillo.[44]

En el año 1924, se vuelve a llevar a cabo una nueva intervención en el suelo.

          Con el decidido propósito de renovar por entero, a ser posible todo el suelo del templo, muy desigual y reducido a tierra, se emplearon en el mismo otros treinta metros cuadrados de mosaicos y cemento.[45]

      Además, del suelo del templo, en el año 1925, se colocó también el pavimento de la capilla del lado de la Epístola, dedicada a la Virgen del Rosario.

           Así mismo que se colocaron nuevos 30 metros de mosaicos en la parte superior del plano principal del Templo Parroquial, se construyó de la propia materia  el pavimento de la Capilla lateral de la Virgen del Rosario, muy necesitada ya de reparación a expensas de la mayordomía de la misma.[46]

En el año 1926, continúan las reparaciones del suelo en el interior del templo.

            Continuando la obra de recomposición del pavimento del templo parroquial, colocándose otros veinte y cinco metros de mosaicos en el tercio superior del mismo. También fue abierta la ventana del muro izquierdo superior de la Iglesia y se le puso con cristales cubiertos de papel translúcidos.

           Se colocó un suelo de mosaicos en la capilla lateral de San José, quedando así las cuatro capillas perfectamente preparadas y acondicionadas. [47]

 ·         CAPILLA DE LAS ÁNIMAS EN EL SOTOCORO

En el año 1927, se continúa adecentando la capilla de Ánimas, ubicada en el sotocoro del templo parroquial.

           En virtud del mal estado en que se encontraba el pavimento del coro bajo, destinado a capilla de ánimas y habiendo solicitado de los fieles limosnas con que subvenir a tan urgente necesidad, a expensas de las mismas, se colocó un piso de pizarra natural, en losas de treinta y cincuenta centímetros adquiridas de D. Marcos Mariño de Trujillo, habiendo quedado la capilla en excelentes condiciones de pulimiento y decencia. [48]

imagen 3

 Figura 3. Iglesia Parroquial de Jaraicejo. Fachada meridional.

  • ·         NUEVO RETABLO Y ALTAR A LA VIRGEN DEL CARMEN.

Un año a destacar para la historia de la parroquia es el año 1920, ya que se modifica una de las capillas del lado del Evangelio, concretamente, la dedicada a la Virgen del Carmen.

Según el inventario de bienes de la parroquia del 1 de octubre de 1911, en el capítulo 3 dedicado a los objetos de madera dice: nº 5 Retablo del Carmen, con su altar de mampostería, todo en buen estado.

No sabemos cómo era dicho retablo, pero probablemente se construyera a partir del siglo XIX con motivo de la desamortización del convento, ya que tras dicho retablo existían unas puertas que comunicaban la iglesia con el convento, como se puso de manifiesto en la rehabilitación de dichas capillas en agosto del año 2012. Tal vez por donde comulgasen las religiosas cuando participasen en las ceremonias Solemnes y el acceso que ellas tuvieran al interior del templo, como pone de manifiesto la existencia de una pila de agua bendita en el arco de medio punto que da acceso a la capilla de la Virgen del Carmen.

                La piadosa Señora Dª Lucila Martínez, natural de esta villa y residente en Trujillo, esposa de Don Manuel Artaloytea Sánchez, banquero, regaló a la Virgen del Carmen de la Parroquia, un precioso Altar y Retablo construido por el Ebanista D. Santos Muriel, pintado de nogalina, barnizado y dorado con una hornacina central y otros dos tronos laterales para otras tantas imágenes, credencias y tarima. Todo hecho con arte y buen gusto. Costeó así mismo la citada señora la restauración completa de la Capilla de la Virgen, la pintó de color rojo y colocó un piso de baldosas de cemento.

 imagen 4

 Figura 4. Capillas del lado del Evangelio.

                  Su inauguración se celebró solemnísimamente, habiendo venido el Reverendo Padre Fray Gabriel de Jesús, Carmelita descalzo de la residencia de Madrid, natural de la Parroquia, quien ensalzó la maternal Piedad de la Reina del Carmelo, obteniendo grandes frutos espirituales de comuniones y actos de virtudes en obsequio y de su Bendita y Poderosa Madre. Esta fecha del día 6 de Junio, perdurará para siempre en el ánimo de los incontables devotos de la Santísima Virgen del Carmen. [49]

Dicho retablo se mantuvo hasta los años ochenta del pasado siglo en que fue desmotado y arrinconado en una de las habitaciones que existen en la torre de la iglesia. Sólo se mantuvo la tarima y el altar, colocándose sobre el mismo, el retablo barroco que se encontraba en la capilla mayor, para albergar a la imagen de la Virgen de los Hitos durante su estancia en el templo parroquial. La imagen de la Virgen del Carmen fue trasladada a una hornacina pétrea en la capilla del Stmo. Cristo de la Expiración, hasta su nueva ubicación en octubre de 2012, en que se ha recuperado una parte del retablo donado en el año 1920 para colocar dicha talla entre las dos capillas.

 ·         ADQUISISCIÓN DE NUEVAS IMÁGENES.

 1.      Imagen de Nuestra Señora de la Asunción.

                  Carecía la parroquia de imagen de su celestial Patrona, y a llenar este vacío acudió la piadosa generosidad de D. Miguel Calvo Blanco, vecino de Plasencia quien donó a la Iglesia una bellísima y artística imagen de la Asunción de Nuestra Señora, procedente de la Casa “Arte Cristiano” de Olot. De cartón-madera 1.50 m de altura clase superior, a la memoria de su esposa difunta doña María Guadalupe de la Cámara y Solís. Su precio de coste ascendió a la cantidad de mil doscientas cincuenta pesetas.

                  Dicha imagen fue bendecida con bendición Solemne por delegación del Exmo. Prelado Diocesano, el Domingo anterior al 15 de Agosto, Fiesta del Soberano Misterio de la Virgen Santísima e inagurado su culto en esta última fecha con gran gozo y entusiasmo de la feligresía. El Señor Obispo concedió a todos sus diocesanos cincuenta días de Indulgencia por cada Rosario y asistencia a la Salve Sabatina, que quedó desde entonces establecida en la Parroquia.[50]

 

  1. 2.      Imagen de Jesús Nazareno.

En el año 1945 se adquieren para la parroquia las imágenes de Jesús Nazareno y de san José, que vienen a sustituir a las antiguas existentes de madera, que algunos de los vecinos mayores de la villa, aún las recuerdan. La antigua imagen de Jesús Nazareno es la que estuvo a un lado del altar de las ánimas en el sotocoro de la iglesia. En el inventario de bienes, que el párroco hace el 1 de octubre de 1911, dice sobre dicha imagen. Núm 9. Jesús Nazareno para vestir de 1 metro en mal estado.

         Han sido adquiridas en aportaciones en una sucesión por la feligresía, procedente de la Casa de Arte Cristiano de Olot (Gerona) y por intermedio de D. José Espuig, residente en Jérica (Castellón), dos imágenes de Jesús Nazareno y San José respectivamente. Son esculturas que tanto por su perfección artística como por su función religiosa acreditada a la Casa Constructora. Fueron bendecidas solemnemente el día 20 de diciembre de este año e inmediatamente expuestas a la veneración de los fieles. Su coste ascendió a dos mil ochocientas cincuenta y dos pesetas.[51]

  1. 3.      Imagen de la Virgen Dolorosa.

Al siguiente año, 1946, se adquiere para la parroquia en los mismos talleres una nueva imagen de la Virgen Dolorosa, que viene a sustituir a una antigua talla de vestir, de la que algunos de sus mantos aún se conservan en la parroquia.

              A expensas de los donativos de los feligreses, fue adquirida para la Parroquia y después bendecida canónicamente, la Devota Imagen de la Virgen Santísima en su Soledad, por un importe total de 1690 pesetas. Es obra notable de la Casa “Arte Cristiano” de Olot. (Gerona).[52]

  1. 4.      Artístico Vía-Crucis.

Del mismo taller que las imágenes anteriormente señaladas proviene el actual Vía Crucis, que fue adquirido en el año 1942 y restaurado el pasado año 2012.

        Grandísima era la necesidad que tenía la Parroquia de un Vía Crucis que tanto importa para practicar ese santo y nunca bien ponderado ejercicio de piedad cristiana, y reconociéndolo así, tres Señoras devotas de la Pasión del Señor, Dª Filomena Regodón, Dª María del Pilar Solís y Dª Pilar Artaloytia, adquirieron conjuntamente de los talleres de la casa “Arte Cristiano” de Olot, un hermoso Vía Crucis en sus catorce cuadros, de cartón madera, con figuras en relieve, en la cantidad de novecientas pesetas e hicieron graciosa donación del mismo a la Iglesia. Que luego bendecido e inagurado el propio día del Viernes Santo del presente año.[53]

  1. 5.      Niño Jesús de Praga y Santa Teresa de Ávila.

           El Rvdo. P. Fray Gabriel de Jesús, Carmelita Descalzo de la Residencia en Madrid, natural de esta villa, hizo donación de una preciosa Imagen del Smo. Niño Jesús de Praga a esta Parroquia, la cual es de talla de cartón madera y mide cincuenta centímetros de altura.

          Por recomendación del mismo religioso el Rvdo. P. Superior de Carmelitas de Toledo, cedió  gratuitamente a la Iglesia la devota imagen de la Sta. Madre Teresa de Jesús, tallada en madera de metro y medio de altura, y aunque ya vieja escultura de algún mérito y en buen estado de conservación.[54]

  • ·         Piezas de orfebrería de interés en el inventario:
  1. 1.      Custodias procesionales.

Entre las custodias que se conservan en la Parroquia destacan dos. La más antigua de ellas está fechada en el año 1591.  Se trata de una custodia grande de diez libras de peso, aproximadamente cinceladas y repujadas, del orden corintio, con cuatro columnas en el cuerpo principal que lleva el viril y a la parte inferior cuatro campanillas, sobre esta lleva otro segundo cuerpo conteniendo una imagen de la Virgen y una cruz por remate. Toda ella es de plata finísima y fue donada en el citado año según reza la inscripción de su pie. [55]

          La otra custodia que se conserva en la parroquia es de metal dorado, donada en el año 1928 por doña Ángela Tóvar vecina de Torrecillas.  Se trata de una obra de escaso mérito artístico pero que era necesario incluir en este inventario.[56]

  1. 2.      Cálices.

          Entre los cálices que aún se conservan en la parroquia destaca el más ostentoso de todos que es el denominado cáliz rico, del siglo XVI, donado por el Obispo Vargas Carvajal en el siglo XVI. Muestra de ello, es la presencia de su escudo episcopal cincelado en la base del cáliz.

        Existen otros tres cálices de plata pertenecientes al siglo XVIII. El mayor de los tres, hace juego con uno de los copones que se conserva. Este es liso, con sencillo listel en su copa y presenta marcas en el pie: León de Córdoba, 172 MAX y RIVA.

        Otro de ellos es un cáliz de plata en su color con subcopa sobredorada. Es liso, con marcas en la peana: león rampante con columna, MAEROI y un tercero frustro.[57]

         El tercero es de la misma época pero de menor tamaño. Los dos últimos han sido nuevamente bañados en marzo del 2013 ya que se encontraban bastante deteriorados.

  1. 3.      Copones.

       En cuanto a los copones se conservan solamente dos. Uno de ellos es de gran tamaño perteneciente al primer cuarto del siglo XVIII que hace juego con uno de los cálices. Es de plata en su color, liso, con cruz sobre la tapa; en la parte interna del pie presenta las marcas: MAX/MAS invertidas, león rampante de córdoba y …JVAN.

        El otro copón plateado, es de menor tamaño y fue adquirido por la parroquia en el año 1924, ya que según el párroco era muy necesario para parroquia.[58]

  1. 3.      Conclusiones finales.

Destaca la importancia del trabajo llevado a cabo por el párroco de ese momento don Luis González Nuevo, ya que se muestra preocupado por la historia de la villa. Recopila en su Libro Anales, todos los testimonios históricos que en su momento se conservaban, así como una continuidad en el tiempo en el que él fue párroco de Jaraicejo.

Se trata por tanto de un interesante legajo para el estudio de la parroquia en el pasado sobre todo, en el análisis de instituciones, cofradías, hermandades y capellanías y a lo largo del siglo XX con las nuevas adquisiciones para la misma y las modificaciones llevadas a cabo en la fábrica de la misma.

  1. 4.      Bibliografía y fuentes.

 

  • ·         Archivo Parroquial de Jaraicejo. Libro Anales de la Parroquia.
  • ·         Archivo Parroquial de Jaraicejo. Libro de Becerro.
  • ·         Archivo Catedral de Plasencia. Legajo 282, exp 12.
  • ·         Ruíz Mateos, A. Pérez Monzón, O. Pérez Carrasco, Fco. J. Frontón Simón, I.M. Arte y religiosidad popular. Las ermitas en la Baja Extremadura. (Siglos XV y XVI). Diputación Provincial de Badajoz, 1995.
  • ·         Del Pino García, José Luis. Extremadura en las luchas políticas del siglo XV. Colección Historia. Diputación Provincial de Badajoz, 1991.
  • ·         Claude Gerbet, Marie. La nobleza en la Corona de Castilla. Sus estructuras sociales en Extremadura. (1454-1516). Institución Cultural “El Brocense”. 1989
  • ·         Montero Fernández, Ismael. Una villa episcopal. El legado de un obispo. Actas Coloquios Históricos de Extremadura. Año 2005.
  • ·         Domingo Sánchez Loro. Historias Placentinas inéditas. Institución Cultural el Brocense. Cáceres, 1993.
  • ·         Del Pino García, J. Luis. Extremadura en las luchas políticas del siglo XV. Diputación Provincial de Badajoz. 1991
  • ·         Calvo Fernández, Vicente. El cardenal Bernardino de Carvajal y traducción latina de Luforico Vartema. 2000. Revista Cuadernos de Filología clásica. Estudios latinos. Universidad Complutense de Madrid.
  • ·         Andrés Ordax, Salvador y otros. Inventario Artístico de Cáceres y su provincia. Tomo II Partidos Judiciales de Garrovillas, Montánchez y Trujillo. Ministerio de Cultura, 1989.
  • ·         Luis de Toro. Descripción de la ciudad y obispado de Plasencia. Madrid 1967.
  • ·         Tena Fernández, Juan. Trujillo Histórico y Monumental. Trujillo, 1988.

[1]El Libro de Becerro, ya muy deteriorado e ilegible apenas y que fue el único de su clase que se libró de la hoguera, donde fueron pasto de las llamas la mayor parte de los escritos del Archivo Parroquial el año 1809, merced al vandalismo de los soldados napoleónicos. Libro Anales de la Parroquia. Páginas 1 y 2.

 

[2] Libro Anales de la Parroquia. Folio 4.

[3] Domingo Sánchez Loro. Historias Placentinas inéditas. Institución Cultural el Brocense. Cáceres, 1993.

[4] Del Pino García, J. Luis. Extremadura en las luchas políticas del siglo XV. Diputación Provincial de Badajoz. 1991. Páginas 102-103.

[5] Fue Secretario del Rey Sancho el Bravo y casó con doña Sol, comprando la villa a don Alonso Godinez que la poseyó por consentimiento de la ciudad de Plasencia a la que pertenecía. Dejándola por herencia a don Domingo II y el IX de los Obispos de Plasencia y así consta en el escrito de 11 de julio de 1296 y carta Real que existe en el archivo de la propia catedral.

[6] Fue Obispo de Plasencia entre el 1521-1523, y tío del célebre obispo don Gutierre de Vargas Carvajal. Calvo Fernández, Vicente. El cardenal Bernardino de Carvajal y traducción latina de Luforico Vartema. 2000. Revista Cuadernos de Filología clásica. Estudios latinos. Universidad Complutense de Madrid.

[7] Su sepultura se encuentra en el pasillo central de la Iglesia junto a la tarima donde se ubica actualmente el Altar Mayor.

[8] Consta de una inscripción en esgrafiado en el muro del Coro Mayor donde dice: SE LUCIO ESTA I/GLESIA AÑO 1795/ SIENDO CURA Y VICARIO/EL SEÑOR DON ANTONIO

MARTÍNEZ OLIVA.

[9] Libro Anales de la Parroquia. Folios 9 y 10.

[10] Libro Anales de la Parroquia. Folios 11 y 12.

[11]  Este sacerdote además fue el último capellán del convento de las Clarisas en la villa.

[12] Muere en Jaraicejo el 11 de febrero de 1951.

[13] Muere en Jaraicejo el 5 de diciembre de 1971.

[14] El nombre del párroco actual no está recogido en el inventario de sacerdotes de la parroquia, a fecha de realización de este trabajo,  ya que como se comenta anteriormente, la última anotación en dicho libro consta de la visita pastoral del Obispo de Plasencia el 22 de marzo de 2011 y mis consultas de este libro para llevar a cabo el trabajo fueron realizadas en junio de 2011 por lo que aún no había tomado posesión de la parroquia.

[15] En la actualidad acceden al interior del templo por la puerta septentrional, en el momento que el sacerdote finaliza la proclamación del Evangelio. Cuentan los mayores que dicha tradición de celebrar en Jaraicejo dicha fiesta llegó de la parroquia de Monroy, donde tradicionalmente también se celebra dicho acto.

[16] Era tradición que la talla de la Virgen la portaran en su traslado a la ermita los quintos designados por el ayuntamiento. Debido al descenso de población en la villa en los años recientes, el traslado procesional se lleva a cabo en la tarde de Domingo de Ramos debido a la mayor afluencia de público.

[17] Dicho altar se encontraba actualmente en desuso, siendo el lienzo colocado en la capilla de la Virgen del Carmen en la rehabilitación que se llevó a cabo en agosto de 2012.

[18] La figura del mayordomo en la actualidad no existe, pero se conserva la tradición de celebrar misa solemne en la ermita el Lunes de Pascua, con procesión alrededor de la ermita y puja de andas para entrar la talla de la Virgen.

[19] La fecha en la que regresa dicha imagen a la parroquia se conserva en la actualidad, el domingo más próximo al 15 de Agosto. Se celebra el rezo del Santo Rosario en su ermita, y tras el rezo del rosario sale procesionalmente hacia la villa, donde es recibida por gran parte de la feligresía y por el párroco a la Iglesia. Al llegar, se celebra la tradicional puja de andas y a continuación se celebra una Eucaristía en la parroquia.

[20] En los años setenta del pasado siglo, siendo párroco don Miguel Galeano, se trasladan de fecha las fiestas en honor a la Virgen del Rosario al 15 de Agosto, festividad de la Asunción de la Virgen. Posteriormente, en los años 90, la asociación de Pensionistas de la localidad, decide recuperar dicha tradición de celebrar las fiestas en octubre, y en la actualidad se celebran tanto en agosto como en octubre.

[21] Libro Anales de la Parroquia. Folios 27-29.

[22] Ruíz Mateos, Aurora y otros. Las ermitas en la Baja Extremadura. (Siglos XV-XVI). Diputación Provincial de Badajoz. 1995. Página 175

[23]No se conserva el libro de cuentas de la Cofradía de la Virgen de los Hitos, pero los escasos datos que nos han llegado hasta nuestros días sobre sus bienes dotales, y el empleo en el siglo XVIII de sus mismos por parte del obispo de Plasencia Laso de la Vega y Córdoba, con la creación de la capellanía a favor del convento de las religiosas clarisas, instauradas en el que fue antiguo cenobio de las franciscanas, podemos concluir que estamos ante  la cofradía más rica e importante de las que existieron en la villa.

[24] Ruíz Mateos, Aurora. o.c. página 140

[25]Libro Anales de la Parroquia. Páginas 13 y 14.

[26] Libro Anales de la Parroquia. Folio 34. Inventario de bienes. Número 2. Ermita de Nuestra Señora de los Hitos.

[27] Andrés Ordax, Salvador y otros. Inventario Artístico de Cáceres y su provincia. Tomo II. Partidos Judiciales de Garrovillas, Montánchez y Trujillo. Ministerio de Cultura. Año 1989.

[28] Libro Anales de la Parroquia. Folio 14 y 15.

[29] Luis de Toro. Descripción de la ciudad y obispado de Plasencia. Madrid 1967.

[30] Archivo Catedral de Plasencia. Legajo 282, exp 12. Testamento del Señor don Gutierre de Vargas Carvajal. Obispo de Plasencia, otorgado en Jaraicejo el día 22 de abril de 1559, codicilo día 26 del mismo mes y año. La copia que se encuentra en el archivo de la catedral de Plasencia es la copia que en su día hiciera Benavides Checa.

[31] Tena Fernández, Juan. Trujillo, Histórico y Monumental. p. 386. Trujillo, 1988.

[32] Libro Anales de la Parroquia. Folio 16. También en esa misma página del Libro Anales de la Parroquia, se hace referencia a otros edificios notables en la villa como son el Hospital de san Lázaro y el Pósito de trigo.

[33]  Libro de Anales de la Parroquia. Folio 17. De ambas cofradías, tanto la del Santísimo Sacramento como de la Caridad, en el Libro de Becerro se encuentra un detallado inventario de bienes de la misma, que merece sin duda alguna un estudio aparte de esta comunicación.

[34] Libro Anales de la Parroquia. Folio 18. Entre los bienes que adquirió la cofradía de la Vera Cruz destacan diecinueve escrituras de Censos Corrientes en el término municipal. Entre las imágenes que poseía la cofradía,  en caso de conservarse alguna de ellas, podría ser la talla barroca del Stmo. Cristo de la Expiración, en la capilla de su nombre en el lado del Evangelio, ya que es la única talla de Jesús Crucificado que se conserva en la parroquia.

[35] Libro Anales de la Parroquia. Folio 19.

[36] Este dato es de suma importancia para la parroquia, ya que pone de manifiesto la existencia en el año 1733 de la imagen de la Virgen del Carmen en la Parroquia, ya que ha sido una talla que siempre ha creado controversia y opiniones dispares, ya que algunos historiadores se refieren a ella como Virgen de los Desamparados por sus facciones.

[37] Libro Anales de la Parroquia. Páginas 20-23. Además de las que recoge el sacerdote don Luis González Nuevo en su Libro Anales, dice que mandan además otras treinta y cinco memorias piadosas de menor importancia establecidas durante todo el siglo XVIII, pero que por no tener especial interés, dejan de anotarse en el presente índice.

 

[38] Libro Anales de la Parroquia. Folios 7 y 8.

[39] Libro Anales de la Parroquia. Folio 49.

[40] Libro Anales de la Parroquia. Folio 51.

[41] Libro Anales de la Parroquia. Página 52.

[42] Libro Anales de la Parroquia. Página 54.

[43] Libro Anales de la Parroquia. Página 58.

[44] Libro Anales de la Parroquia. Página 61.

[45] Libro Anales de la Parroquia. Página 62.

[46] Libro Anales de la Parroquia. Página 63.

 

[47] Libro Anales de la Parroquia. Página 64.

[48] Libro Anales de la Parroquia. Página 65.

[49] Libro Anales de la Parroquia. Página 57.

[50] Libro Anales de la Parroquia. Página 76.

[51] Libro Anales de la Parroquia. Página 79

[52] Libro Anales de la Parroquia. Página 80

[53] Libro Anales de la Parroquia. Página 76.

[54] Libro Anales de la Parroquia. Página 59.

[55] Libro Anales de la Parroquia. Página 45.

[56]  Libro Anales de la Parroquia. Página 66. La piadosa señora doña Ángela Tovar vecina de Torrecillas, hizo donación a la Parroquia de una nueva custodia de bronce dorado artística, una casulla y accesorios de color blanco y una capa pluvial blanca de que se hallaba muy necesitada la Iglesia. El generoso cargo de tan virtuosa Dama, bien merece ser estampado para perpetuo recuerdo y gratitud cumplida.

[57] Inventario artístico de Cáceres y su provincia. Tomo II. Junta de Extremadura. Página 261.

[58]  Libro Anales de la Parroquia. Página 62. se ha hecho la adquisición de un nuevo copón de plata Meneses para el Sagrario que había gran necesidad, una sobrepelliz y dos cíngulos de hilo.

Oct 012010
 

Ismael Montero Fernández.

1.    INTRODUCCIÓN.- El arte Románico, se puede entender como la primera forma de expresión artística europea, ligada estrechamente al cristianismo. En este tipo de arte, está presente la influencia de las culturas anteriores, como es el caso de la influen- cia bizantina o paleocristina entre otras. El nombre “románico” se le atribuye a la aparición de las lenguas romances.

En España, la difusión del arte Románico, va a cobrar cierto realce entorno al Camino de Santiago considerándose en ciertas ocasiones como el “arte de los caminos”.

El románico presenta tres fases cronológicas:

  •  Primer Románico (1000-1075). En este románico aún naciente comienzan a destacar las bóvedas de cañón y los arcos fajones.
  • Segundo Románico (1075-1150). En esta época se desarrollan las tribunas (triforios) y los cruceros.
  • Tercer Románico (segunda mitad del siglo XII). Este tipo va a ser el que va a predominar en la mitad sur de la Península, ya que estos territorios van a ser los que más tarde se reconquistarían. En el caso específico que nos ata- ñe en esta ponencia, Extremadura, el románico que vamos a observar pertenece siempre a este último período.
  •  El arte Románico, va a quedar definido por una serie de elementos decorativos que le van a conferir unas señas de identidad propias como son la presen- cia de arco de medio punto, las bóvedas de cañón y arista, ábsides semicircula- res (generalmente tres, aunque a veces se encuentran hasta cinco), planta de cruz latina, capiteles decorados con motivos humanos y vegetales, presencia de contrafuertes muy desarrollados y arquivoltas y el testero de la cabecera siempre mira a oriente.

2. LA RECONQUISTA EN EXTREMADURA.

El románico en Extremadura, al igual que en la mitad sur de España, llega- rá con cierto retraso ya que estos territorios no comienzan a reconquistarse hasta el siglo XII. Coria, sería la primera ciudad extremeña en ser reconquistada, en 1142. Plasencia se fundaría en 1186, con una doble finalidad, proteger la fronte- ra frente a León y eliminar un vacío entre las tierras pobladas del reino y seño- río de Fernando Rodríguez el castellano quien recibió una herencia ilegal de Alfonso VIII. Cáceres no se conquistaría hasta 1230 y Trujillo en 1232.

Entre 1213 y 1230, aparecen en la zona leonesa trece nuevas poblaciones. Hay fortalezas como Galisteo, que se convertiría pronto en una zona amurallada y defensiva.1

Es por ello, por lo que el románico en Extremadura, llega en un momento tardío, no siendon muchos los restos de este estilo que se observan en la región. Por ello, el objetivo principal de esta comunicación es llevar a cabo un recorrido por los restos románicos que han perviven en nuestra arquitectura.

3. ARQUITECTURA ROMÁNICA EN EXTREMADURA.

3.1.  Iglesia Parroquial Nuestra Señora del Buen Varón. Hoyos

En esta localidad de la Sierra de Gata, destaca el típico entramado rural de la zona, con calles estrechas e irregulares. Cabe destacar, que Hoyos fue lugar de descanso de los obispos de Coria, diócesis a la que pertenece2.

Entre los edificios más destacados está la Iglesia de Nuestra Señora del Buen Varón, donde nos encontramos la portada de los pies de mediados del siglo XIII, de estilo tardo románico, formada por un arco de medio punto con tres reentrantes que forman las archivoltas sobre columnas de fuste cilíndrico y figuras en los capiteles de tosca labra con decoración floral en jambas, arquivol- tas e impostas, con flores de seis y ocho pétalos y espigas de trigo en las arquivoltas del interior. Los capiteles llevan decoración geométrica floral, en las jambas exteriores, se incluyen dos figuras: la de la izquierda no se puede iden- tificar y la de la derecha es un personaje que representa a San Pablo.3

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También en el muro, por encima de la arcada se ven como restos de caneci- llos y figuras románicas, una de ellas de Sirena, igualmente tosca.

El resto del edificio pertenece a los siglos XV y XVI.

3.2.  Ábside de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción (Galisteo)

Esta población se encuentra cercana a Plasencia, aunque pertenece a la Diócesis de Coria-Cáceres. Su fundación se le atribuye a Alfonso IX.

El conjunto urbano de Galisteo, presenta una singular muralla de la época cristiana, carente de torres. Junto a una de sus puertas, la oriental, se encuentra la Iglesia de Nuestra Sra. De la Asunción. Dicho templo, en sus orígenes tardo románico, sufrió una primera modificación en el siglo XV, al sustituirse la nave mudéjar por otra gótica. En el siglo XVI, se amplia la iglesia al añadirse tres tramos hacia el norte y se dispone del actual presbiterio.

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Se sabe que la población ya estaba fundada en 1277. El templo parroquial presenta una orientación norte-sur. Presenta tres naves con el mismo número de tramos con desiguales proporciones. Los dos tramos de los pies se cubren con bóveda de crucería, mientras que el tercero tiene cubierta mudéjar de madera. La irregularidad de la orientación y la estructura del edificio responden a las ampliaciones que debieron realizarse en el siglo XVI. Se conserva aún su pres- biterio de lo que fue su templo primitivo, con orientación este-oeste. Se trata del ábside mudéjar de la segunda mitad del siglo XIII con forma semicilíndrica y formado por dos registros de arcos superpuestos que van sobre una base de cantos rodados similares a los que existen en la muralla que rodea a la población.4

En cada registro, se disponen 12 arcos ciegos superpuestos. Los de la primera banda son de medio punto doblado, mientras que en la segunda son simples, de medio punto, con una leve tendencia al apuntamiento; los tramos están separados por una hilera de ladrillos colocados verticalmente.

El ábside se remata con una banda de ladrillos dispuestos de canto, descan- sando la cubierta directamente sobre el muro. En él se abren tres ventanas, una de ellas en el eje del mismo y las otras dos simétricamente, en el cuarto arco las tres están en el registro superior. En el lado de la epístola aún se conserva parte del tramo recto que precede al ábside.

Su interior se articula en dos tramos. El primero con bóveda de medio cañón y el segundo semicircular con cuarto de esfera. Hoy es una capilla parroquial dedicada al Santísimo.

3.3.  Iglesia Parroquial de Santiago (Medellín).

Tras la reconquista de la población, los templos que primeramente se cons- truyeron fueron la Ermita de Santa María del Castillo, en el interior del Castillo y la Iglesia de Santiago. La primera, fue destruida tras las contiendas francesas, quedando en la actualidad sólo algunos restos de columnas y del muro. En este año 2010, se ha intentado recuperar el culto a la Virgen del Castillo.

En cuanto a la antigua parroquia de Santiago, poseyó la calidad de ser Iglesia archipresbiteral, de uno del partido de Medellín, dentro de la Diócesis de Plasencia.

En cuanto a la construcción del edificio, comienza en el segundo tercio del siglo XIII, aunque sufre una importante remodelación a principios del siglo XVII. En este templo, se mantiene viva la tradición románica castellana, pero con las innovaciones del nuevo arte gótico naciente.

El presbiterio posee planta semicircular, cuya construcción se efectúa con correcta sillería bien escuadrada y con tratamiento regular de los sillares e hiladas. Liso interiormente, la parte exterior se halla animada con unas finas semicolumnas adosadas que coinciden con los nervios que refuerzan la bóveda de cuarto de esfera con que se cubre el ábside.

Se trata de un conjunto de una curiosa combinación de soluciones arquitectónicas de tradición románica y novedad gótica.

En el interior y exterior de este ábside se observan algunas marcas de cantero.

La nave es de planta única, tenía cuatro tramos rectangulares en disposición transversal, separadas por arcos diafragma apuntados, sobre los cuales abría una armadura de madera y el tejado.

Los vanos del edificio original, no se sabe cómo eran, salvo la ventana del ábside que aún se conserva. Es un nicho practicado en la pared, que en el exte- rior se ilumina con una pequeña abertura tetralobulada.

Ya a finales del siglo XV o comienzos del XVI, se construye la portada del mediodía, organizada sobre arquivoltas de medio punto, con ligera inflexión cono- pial. Encima hay un cuadrúpedo, quizás el « caballo agachado » de Santiago.5

En el siglo XVII, durante los años 1645-1652, está al cargo de esta parro- quia don Juan Solano de Figueroa y Altamirano, historiador de Medellín, produciéndose en el templo una profunda innovación barroca, cubriéndose la nave con fajones de medio punto, en ladrillo y bóveda en medio cañón con lunetos. Esta reforma se hizo manteniendo los arcos góticos precedentes, de modo que seguían manteniendo el tejado, y la bóveda se construyó por debajo de aquellos. Antes de restaurar el edificio como centro de interpretación de la localidad, la ruina que presentaba el edificio, nos permitía observar la superposición.

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La que fue iglesia arciprestal de Santiago, fue la peor parada en cuanto a los templos existentes en Medellín, ya que padeció destrozos importantes durante la Guerra de la Independencia en 1809. El culto en dicha parroquia se suprimió en 1896, pasando su feligresía a la Parroquia de Santa Cecilia.

El retablo mayor, era un bello conjunto de arquitectura plateresca, fechado en torno a 1550-1560, fue trasladado a la Capilla del Santísimo Cristo de las Misericordias, en la Parroquia de San Martín, desaparecido durante la Guerra Civil Española.

3.4.  Iglesia Parroquial de San Martín (Medellín)

La antigua Parroquia de San Martín, se encuentra en la ladera oeste del Castillo. La época en la que comienza su construcción, es similar a la de la Iglesia de Santiago.

Este templo se levanta en el segundo tercio del siglo XIII, sobre unas ruinas romanas. De su construcción primitiva, solamente se mantiene el ábside y la portada del lado de la epístola. El ábside es de planta semicircular, con un tramo recto precedente. Está construido con sillería de correcta estereotomía, en hiladas regulares, y el tramo anterior se cubre con bóveda de cañón apuntado, separado por un arco de la misma sección de cuarto de esfera absidal, trazado con hiladas concéntricas. Arrancan estos abovedamientos de una moldura que corre por la parte superior del muro. Solo una estrecha ventana abocinada, rematada en medio punto, ocupando disposición central, ilumina escasamente el recinto. Al exterior ofrece un sobrio volumen semicilíndrico, animado por la ventana articulada con un recorte de su silueta con sección oblicua, percibiéndose un ligero apuntamiento en su remate. Unos canecillos cúbicos sin decoración, soportan el alero6.

No se sabe cual era la morfología original de la cabecera, aparte de este ábside. Se piensa que podría haber sido un triple ábside. Pudiendo tener el templo forma de T, definida por una nave y un crucero que daba paso a una capilla mayor, mientras que a los lados se abrían dos capillas pequeñas flanqueando a la central, según tipo conocido en los templos tardo románicos castellanos.

Aún existe una pequeña puerta en la derecha del ábside central de arco apuntado que podría comunicar el ábside central con el que se supone de la derecha.

La suposición de que tuviera planta en forma de T, explica fácilmente que en el extremo izquierdo del crucero se abriera la capilla bautismal que hoy se conserva.

El último elemento protogótico que existe en el templo, es la portada del lado de la epístola, que es algo posterior al ábside, pero comparte la sencillez con el mismo. Se trata de una portada abocinada, con tres arquivoltas apunta- das, sin más decoración que la que le confiere su baquetonado primitivo. También con sobriedad que se conciben las jambas, que tan solo se animan con unas hendiduras verticales que dan claroscuro a su superficie, mientras los capiteles muestran una decoración vegetal tratada con cierto esquematismo y plenitud. Un sencillo alfiz enmarca el arco exterior alineándose a los lados con la jamba exterior.

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A finales del siglo XVI, a instancias del obispo de Plasencia don Pedro Ponce de León, se construye la sacristía y durante el siglo XVII el templo sufre una profunda remodelación, al igual que ocurría con el de Santiago.

3.5.  Parroquia de Santa María de Almocóvar (Alcántara)

La villa de Alcántara, fue definitivamente reconquistada en 1213, y entregada por Alfonso IX a la Orden de Calatrava. Posteriormente dicha orden cedió el lugar a la de San Julián del Pereiro, trasladando su sede a Alcántara y cambiando su denominación por la de Orden de Alcántara.

La Iglesia de Santa María de Almocóvar, en sus orígenes fue el lugar de enterramiento para los caballeros de la Orden.

El templo original fue románico, construido con sillería. Contaba con tres naves separadas por cuatro arcos con pilares cruciformes. La central era más ancha y alta que las laterales y estaban cubiertas con techos de madera. Las naves laterales remataban en muros rectos, mientras que la central lo hacía en presbiterio formado por dos tramos rectos y remate semicircular, estos últimos separados por arcos fajones y rematados por bóveda.

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Existen tres puertas de entrada, que hoy se mantienen y la torre de los pies, en el lado de la Epístola, que nos ha llegado en su mayor parte.

De la fábrica original se conserva la caja de los muros de las naves, así como las portadas, a través de ello, se puede observar que se trataba de una magnífica obra, de amplias proporciones y con buen tratamiento en su ejecución.

Durante los años finales del siglo XVI y primer tercio del XVII, se producen reformas y ampliaciones constructivas. Es en esa época cuando se construye la actual sacristía, la ampliación de la capilla mayor y la transformación de la nave del templo, convirtiéndose en una sola con tres tramos cubiertos por medio cañón con lunetos. A esta época corresponden también la construcción del coro y la parte superior de la torre.7

La fachada de los pies, es un buen ejemplo de protogótico extremeño. El muro del hastial está formado por regulares sillares graníticos y remata a dos vertientes. Por la disposición de algunos elementos en la fachada se deduce cómo sería en su interior, como son los dos estribos que marcan la situación de las arquerías que forman las tres naves. Las laterales estaban iluminadas por unas ventanitas que hoy se conservan tapiadas; son abocinadas, con arcos de medio punto que se apoyan en impostas acanaladas bajo las que se encuentran columnillas con capitales decorados por elementos vegetales. La nave principal está marcada por su portada; es saliente y acodillada con arco de medio punto. Entre las jambas baquetonadas se encuentran columnas decoradas con elementos vegetales, las arquivoltas llevan decoración de puntas de diamante, baquetones y arquillos ciegos túmidos; sobre la portada se encuentra un gran óculo algo abocinado ornamentado con baquetones.

Las portadas que se abren en los muros laterales del templo son algo más sencillas, pero siguen las líneas generales de las de los pies.

La situada en el muro sur, está también algo adelantada al muro, es acodillada con baquetones en los ángulos de las jambas, que rematan en sencilla imposta moldurada y acanalada sobre la que se apoyan las arquivoltas que están decoradas a excepción de la exterior que lleva puntas de diamante, por la com- binación de molduras cóncavas y convexas8.

La puerta del lado del evangelio es bastante más sencilla, compuesta por un arco apuntado en cuyo intradós aparece la decoración de puntas de diamante. Apoya el arco en imposta moldurada que va sobre jamba lisa. En el remate de ambos muros se conservan gárgolas con elementos vegetales, animales y cabe- zas humanas.

3.6.  Basílica de Santa Eulalia (Mérida)

La cabecera presenta una estructura de tres ábsides semicirculares hacia el interior y planos en las fachadas.

La ciudad de Mérida fue reconquistada en el siglo XIII por Alfonso IX, y a partir de ahí comienza la reconstrucción del templo dedicado a la mártir. Presenta planta basilical, con tres naves, siendo la central más espaciosa que las laterales, y un crucero sin prolongación externa, como solía hacerse en los templos hispano-visigodos.

El estilo románico en esta construcción, presenta peculiaridades propias. En el paramento sur, se abre comunicado con el crucero, una portada abocinada con arco de herradura y arquivoltas que siguen esta misma forma. Estas descan san sobre columnitas cuyos capiteles se conforman muy rudimentariamente a base de hojas esquemáticas. La puerta está enmarcada por dos contrafuertes y un tejaroz con canecillos simples y sin decoración. La totalidad del paramento finaliza asimismo en una cornisa con canecillos semejantes a los anteriores, pero ornamentados con hojas de estilo similar a los capiteles de las jambas de las puertas. Internamente, las dos puertas que dan acceso a los ábsides laterales, son también románicas, y formadas por arcos de herradura. La del lado del evangelio, se conserva totalmente completa, con un adorno de lóbulos tallados de modo muy irregular sobre la rosca del arco, y con dos columnitas cuyos capiteles vuelven a presentar dicha irregularidad, y la del lado de la Epístola sólo conserva los arranques del momento, sobre lo que se rehízo una puerta posterior.9

Seguramente las bóvedas de cañón que cubren los primeros tramos de los ábsides laterales (en el ábside central es ligeramente apuntada), y la bóveda del horno que cubre el tramo final en los tres ábsides pertenecen también a esta etapa final de reconstrucción.

3.7.  Plasencia

Plasencia, es fundada por Alfonso VIII en el segundo tercio del siglo XII. Ya en el siglo XIII, son varios los obispos de Plasencia que desempeñarán funciones decisivas en las compañías de la reconquista, como es la destacada figura del obispo don Adán (1232-1264), que participaría en la reconquista de otras ciudades extremeñas como Trujillo.

La ciudad de Plasencia es uno de los lugares extremeños con mayor número de restos románicos de Extremadura. El templo Románico por excelencia es su Catedral de Santa María, conocida popularmente como “catedral vieja”, aunque destacan otros edificios como la que fue Iglesia de la Magdalena, la desamortizada Iglesia de San Juan, la Casa de los Monroy, o las Parroquias del Salvador y san Nicolás. En este apartado dedicado a Plasencia centraremos nuestra atención en algunos de estos edificios.10

3.7.1.  Catedral de Santa María de Plasencia

La catedral, es el edificio más sobresaliente de la ciudad, teniendo la peculiaridad de existir en Plasencia dos medias catedrales, ya que a medida que se iba construyendo la conocida como « nueva » se iba destruyendo la « vieja ».

Se supone que el comienzo de la construcción de la catedral, se lleva a cabo a raiz de la constitución del episcopado, a finales del siglo XII o comienzos del siglo XIII, momento al que corresponden algunas partes como la fachada de los pies o la sala capitular, en donde se cree que pudo intervenir el maestro Gil de Cislar. Bien por interrupción de las obras o más probablemente por la renovación del edificio, se trabaja en las naves de la catedral durante el siglo XIV, en que actúa el maestro Remondo, al que siguen Diego Díaz y Juan Pérez, así como el maestro Juan Francés, cuya intervención debió ser notable.

A finales del siglo XIV y primera mitad del siglo XV se siguió edificando en otras partes, como en la construcción de una sólida torre, aún conservada y en la modificación o ampliación del claustro. En este trabajaron los maestros Asoyte, Juan Martín y Pedro Ximénez, fundamentalmente en tiempos del obispo don Gonzalo de Santa María que gobernó la diócesis entre 1425 y 1446, siendo el claustro el nexo entre las dos catedrales y caracterizado por una yux- taposición de estilos románico y gótico.11

Según los apuntes de J.M. Barrio, el 26 de marzo de 1438, se celebró la primera procesión solemne por su claustro, por lo que es de suponer que las obras abrían concluído.

Las obras de la nueva catedral no comenzarían hasta finales del siglo XV, concretamente en el año 1498, siendo obispo don Gutierre Álvarez de Toledo.

Portada: La portada es románica, de principios del siglo XIII, a la que se accede por una escalinata de piedra. En el frontispicio, labrada en piedra, la Anunciación de la Virgen, de un románico sencillísimo y encantador. Por encima del rosetón, un ángel postrado ante la Virgen.

La portada es de medio punto y presenta seis arquivoltas que descansan so- bre columnas románicas. Los capiteles llevan decoración vegetal. En las aristas existen decoración de puntas de diamante.

Interior: La parte que aún se conserva es muy notable, siendo un intere- sante ejemplo de transición del románico al gótico. Del románico conserva los pilares de la columnas y los capiteles, y del gótico, los arcos apuntados y los ventanales.

Fue una bellísima catedral, y aún es fácil imaginársela completa, con su crucero, ábside y, tal vez la girola, al estilo de las iglesias cistercienses, amplios ventaneles y rosetones góticos del crucero que inundaban la alegría a todo el templo.

Aquel templo le pareció poca cosa al Cabildo, dada la importancia de la Diócesis y de la Ciudad, y a finales del siglo XV comienza a derribarse para edificar sobre el mismo lugar la Catedral Nueva, desapareciendo el crucero, ábside, capillas adyacentes y portadas laterales.

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Claustro: Pertenece al mismo estilo que la catedral vieja, siendo otro ejemplo de transición del románico al gótico. El románico se pude apreciar en las columnas y capiteles y el gótico en los arcos y bóvedas de crucería.

Es rectangular, aunque muy diverso en cada una de las cuatro partes o tra- mos. El primer tramo tiene cinco arcadas, el segundo y tercero tres cada uno, de distinta anchura y el cuarto tiene cuatro arcadas.

3.7.2.  Iglesia de El Salvador

Al igual que la parroquia de san Nicolás también aparece citada en el Fuero de la Ciuidad, del siglo XIII.

El exterior del templo es de mampostería y sillería, observándose dos alturas, ya que el cuerpo de la nave pertenece a una etapa constructiva posterior que la cabecera.

En los muros laterales se abren portadas, una sencilla en el lado del evangelio y otra gótica en el lado de la Epístola, con arquivoltas apuntadas sin decoración, sobre capiteles con hojas simétricas y un alfiz que la enmarca totalmente. Un óculo sobre la puerta y una ventana de medio punto peraltada y abocinada, a la izquierda, completan los vanos de la fachada que se orienta hacia el sur.

La cabecera, en su origen medieval fue un triple ábside, conserva en el exterior una estructura irregular; parte del ábside central, más un cuerpo sobresaliente con tramos rectos formando una desigual geometría no existiendo ábside en el lado del evangelio, ya que probablemente este se derribó para construir la actual sacristía. En el lado de la Epístola, sí se observa desde el interior el ábsi- de, ya que exteriormente está la torre.

En el exterior, se observa una capilla cuadrada con los tres muros exteriores surcados por dos grandes contrafuertes por lado y un cuerpo superior hexagonal. Tanto la capilla como la torre llevan canecillos en la cornisa. La torre tiene tres cuerpos separados por molduras, abriéndose en el superior dobles ventanas peraltadas con campanas.

El interior es una amplia nave de tres tramos cubiertos por bóveda de ladrillo con lunetos y divididos por pilastras de cantería y arcos del mismo material en medio punto.

La nave está separada de la cabecera por muros transversales y arco toral apuntado sobre pilastras.12

3.7.3.  Iglesia de San Nicolás

En el templo parroquial de san Nicolás, se observa claramente la trasición del estilo románico al gótico. Este templo ya aparecía en el Fuero de Plasencia de 1247.

La fábrica del templo es de sillería y mampostería. El ábside es de tres lados con ventanales góticos, y en el exterior se observa adosado a los muros la construcción de sendas sacristías que corresponden a época posterior. Las portadas se encuentran en el norte y en el sur del templo, presentando ambas arqui- voltas apuntadas y alfiz, la del norte luce decoración en los capiteles, jambas y arco central, de flores tetralobuladas, palmetas, cabezas humanas y aguiluchos. La del sur, más sencilla, lleva acanaladuras con las jambas y hojas en los capi- teles, como es propio del románico de transición.

La torre, situada en el lado norte del templo, junto a la cabecera, no tiene comunicación con la Iglesia. Presenta cuatro cuerpos de mampostería y sillares en las esquinas; en el bajo hay una pequeña puerta de arco apuntado con dovelas y escalones de acceso. El último tramo tiene ventanas de medio punto con columas de estilo románico que probablemente pertenecen a principios del siglo XIII.

El interior es de una nave de gran anchura, dividida en tres tramos, cabecera más estrecha, con un tramo recto y capilla mayor con bóvedas de cañón apuntado y bóvedas de crucería.

Los tramos de la nave están separados por arcos fajones apuntados sobre pilares con columnas adosadas, con basas decoradas con garras de animales. Los capiteles tienen distinta ornamentación. El primero del lado del evangelio se adorna tan solo con hojas contrapuestas, y el segundo con un león y monstruos afrontados con alas y colas de serpientes. Del lado de la epístola el primer capitel manifiesta leones y fantásticos cuadrúpedos alados, y el segundo es ornamental de tallos serpenteantes.

La capilla mayor, más estrecha y de inferior altura, está separada por un ar- co apuntado de cantería, y sobre él aparece una ventana en arco de medio punto. Es de dos tramos, con los muros de sillería y cuatro pilares que tienen capiteles trancopiramidales sin decoración. El primer tramo está cubierto por bóveda de cañón con sillares de granito. A los lados de este espacio se abren dos capillas comunicadas también con las naves laterales.13

3.8.  Iglesia de Santa María del Castillo (Alburquerque)

Alburquerque, fue reconquistada en 1166 bajo el reinado de Fernando II. En el año 1200 fue repoblada por Alonso Téllez de Meneses, con españoles y portugueses, siendo más tarde señores de la villa Alonso Sánchez que era hijo del rey don Dionís de Portugal y Teresa Meneses.

Es a estas personas a las que se les debe la erección del castillo y de las murallas, ya en el último cuarto del siglo XIII, según consta en el epígrafe y documentos.

En el interior del castillo, y como una dependencia más del mismo, se encuentra la Iglesia de Santa María del Castillo, de planta rectangular y tres naves. Está construida con sillarejo, aunque los contrafuertes llevan sillares de pequeño tamaño. Los elementos estructurales corresponden a dos períodos estilísticos y cronológicos: románico tardío y gótico. Sus dimensiones están en consonancia con su función del templo específica para los moradores del castillo.14

Está construido con sillarejo, aunque aparecen sillares en los contrafuertes. Los elementos constructivos, coinciden con la construcción original en 1276 y con reformas llevadas a cabo a mediados del siglo XV.

El costado del evangelio forma parte del lienzo exterior de la fortaleza y no ofrece ningún vano. El lateral de la epístola presenta tres contrafuertes, dos enmarcan la portada de accedo y el otro se sitúa en la inflexión del presbiterio. La portada es de sillería, con vano en arco apuntado y sin elementos decorativos.

El espacio interior se articula mediante sólidos pilares cruciformes de los que arrancan los arcos de medio punto que separan los tramos. Las bóvedas de las tres naves son de cañón; también idéntico abovedamiento presenta el primer tramo del presbiterio, mientras que el segundo, más moderno se resuelve con bóveda de crucería. No hay elementos decorativos en el interior, sólo una elemental imposta actuando como capitel en los pilares. Esa desnudez ornamental, unida a la tenue iluminación produce un efecto de gran sencillez y austeridad.

3.9. Ermita de Santiago (Alburquerque)

Ya en el año 1793, Tomás López en su obra Estremadura afirma de la existencia de esa ermita que está abandonada.

La ermita está formada por una nave central y dos laterales que la flan- quean. La nave central está rematada por un ábside semicircular . La nave cen- tral, más ancha que las laterales, También en los laterales existían habitaciones, hoy muy perdidas. La puerta principal se abría al sur directamente desde la nave central.

El interior del ábside se remata con bóveda de cuarto de esfera, cuyo radio es inferior a la planta del ábside, lo que provoca una diferencia de superficie hacia la embocadura del ábside, resuelta con una imposición de hiladas a modo de impostas que servirían para hacer la transición de un diámetro a otro.

En cuanto a los materiales de la obra, con los que se construyen los muros de la iglesia son sillería de granito, lajas de pizarra y ladrillo.

Aún se conservan cuatro de las portadas originales que poseyó el templo. Dos en el lado sur, una en el muro norte y la otra en el muro oeste. Las jambas se aparejan con sillares de granito reutilizados. Se trataba de arcos muy rebajados, no presentando ninguna de las jambas mochetas para trancas, lo que apunta la inexistencia de cierres de madera.

La ventana del ábside es cuadrangular y abocinada, por bloques rectos de sillería. En los frontones de los testeros oriental y occidental se abren cuerpos de luces integrados por tres vanos; el central más ancho, con jambas a base de piezas de granito del que se desconoce su altura total y su remate, y los otros dos, uno a cada lado, óculos cuya cara exterior se compone de dos piezas semicirculares de granito.

Por último las ventanas de forma rectangular y de remate perdido se enfrentan a los extremos septentrionales de ambos testeros para iluminar la nave de ese lado.15

 3.10.  Iglesia de Santa María la Mayor. Trujillo

La ciudad de Trujillo es reconquistada en el año 1232, por las tropas cristianas. A partir de ese momento se convierte la antigua mezquita árabe en Iglesia cristiana, bajo la advocación de Santa María la Mayor.

Por lo tanto, el templo original sería una obra tardorrománica del último tercio del siglo XIII, y reformado durante los siglos XV y XVI, siendo en ese siglo en el que se modela el aspecto definitivo del interior de la iglesia.

Del primitivo templo destaca la antigua torre-campanario románica. Esta formada por una serie de cuerpos superpuestos; el inferior es el más elevado es macizo, y encima van otros tres con sus lados aliviados por vanos de medio punto de progresiva ilustración arquitectónica donde se albergarían las campanas. Una sencilla cornisa separa cada uno de los cuerpos campanario, cuyas esquinas están reforzadas por columnillas. Remata el conjunto una cornisa volada sobre canecillos.16

Otro elemento románico a tener en cuenta en el templo de Santa María la Mayor es la antigua pila bautismal románica, ya que en el año 1542, Francisco García remodeló la Capilla Bautismal y la antigua pila románica de un solo cuerpo, quedó depositada a los pies del templo, junto a la puerta de los pies del templo. En ella aparece esculpido el peral de la orden de san Julián del Pereiro.17

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3.11.  Iglesia Parroquial de San Martín (Trujillo)

En el año 1440, ya aparece citado el templo parroquial de san Martín. Es un templo de pequeñas dimensiones en el que se produce una profunda remodelación en el siglo XV pero sobre todo en el XVI.

Se cita el año 1546 como fecha en la que se concluye el campanario y pila bautismal que se situaría debajo, pero en el exterior de la torre, aún se puede apreciar a media altura, los resto de un arco de medio punto, concretamente a la mitad, que pudiera haber sido uno de los vanos donde se albergan las campanas, bien de la torre primitiva o tal vez que el campanario se proyectara hasta esa altura.

En el interior del templo no se observa ningún elemento románico, salvo la talla de la imagen de la Coronada de la que nos ocuparemos en el apartado de dedicado a imaginería y la pila bautismal con decoración románica procedente de la antigua parroquia de Santiago.

3.12.  Ermita de la Coronada (Trujillo)

Dicha ermita, se encuentra a unos kilómetros de Trujillo, su construcción se atribuye al maestro Gil de Cuellar, el mismo que intervino en la construcción de la sala capitular de la catedral de Plasencia.

La ermita, según indica un epígrafe, fue construida en 1274. Perteneció a la antigua Parroquia de Santiago de Trujillo. Se encuentra en un lamentable estado de ruina. Es de una sola nave, con cinco tramos que debieron cubrirse con cubierta de madera. En la cabecera tiene un ábside semicircular,cubierta con bóveda de paños, que des- cansan sobre seis nervios, los cuales arrancan en ménsulas y se unen en claves que lleva la M de María. Presenta un camarín de época posterior.

La portada de los pies, tiene arco de medio punto que se adorna con una pequeña fila de dobles bolas y diamantes alternando con otra de zig-zag. En la clave se muestran en altorelieve dos cabezas humanas. Encima se alinean unos canecillos que efigian el central una cabeza humana y los demás animales.18

4. IMAGINERÍA

En este apartado centraremos la atención en dos tallas que guardan relación con el estilo estudiado. La imagen de la Virgen de Guadalupe del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe de Trujillo y la Imagen de Nuestra Señora de la Coronada (Trujillo). Hemos encontrado alguna imagen más como es el caso de Nuestra Señora de la Luz, que se conserva en el convento de San Francisco de Trujillo o la Virgen del Buen Varón de Hoyos, pero hemos acordado no incluirlas ya que los rasgos que presentan son más puramente góticos que románicos.

4.1.  Virgen de Guadalupe

A partir del siglo X, van a existir imágenes pintadas en tonalidades oscuras o a veces se utilizaban materiales de ese color para tallarlas. En otras ocasiones, las imágenes adquirían ese color negro, debido a que algunas de ellas se recubrían de plata, para evitar que los fieles se llevaran trozos de madera.image017

Sin embargo, algunos artesanos utilizaban ese color para tallar sus imágenes inspirándose en las diosas de la prehistoria, como era el caso de adoración a losmeteoritos, o tal vez, teniendo en cuenta el libro del Cantar de los Cantares, que dice refiriéndose a la Reina de Saba: Negra soy, pero hermosas Hijas de Jerusalén, como las tiendas de Quedar, cual los pabellones de Salomón, no reparéis en que soy morena, pues me he tostado del Sol19.

La imagen de la Virgen de Guadalupe, es un típico ejemplo de imagen románica. Mide 59 cm y pesa aproximadamente unos 4 kg. Esta vestida con túnica de color oliva y vueltas bermellón. El sobrecuello es imitando al hilo, puños de la manga dorado y el manto de color ocre-marrón. Tiene una toca de color blanco. Como decoración en sus vestiduras, cuatro flores tetralobuladas, dos en el pecho y la otra debajo  de  su  mano  derecha,  símbolo  de  sutriple virginidad, y la cuarta en la parte inferior de su túnica símbolo de su poder celestial. Está entronizada en la cátedra con el niño sentado en su regazo, y mide 23 cm.20 El niño tiene un libro cerrado en la mano izquierda y con la dere- cha bendiciendo, esta mano es de plata y fue realizada en el siglo XVI. La ima- gen del niño está menos lograda que la de la madre.

En cuanto a la mirada de la Virgen, esta se dirige hacia delante, siendo serena y lejana. Se trata de una talla de la Virgen con el niño fechable en la se- gunda mitad del siglo XII.

4.2.  Virgen de la Coronada

La imagen de nuestra Señora de la Coronada, proviene de la ermita del mismo nombre a 10 km de Trujillo, de la que ya hemos hablado anteriormente. Al destruirse la ermita, esta talla pasó a la Iglesia de Santiago, y tras su intervención, se venera en una hornacina pétrea en el muro del evangelio de la parroquial de san Martín. image019La talla aparece sedente en el trono decorado con molduras y elementos curvilíneos. La imagen sostiene en la mano derecha una alcachofa y en la izquierda a su hijo. El niño está sentado sobre la rodilla derecha de su madre, pero parece girarse con suavidad, típico en las esculturas tardo románicas, ofreciendo cierto realismo.

El niño lleva corona mayestática, como es propio de la imaginería arcaica, sujeta el Libro de los Siete Sellos, aludiendo a la segunda veni- da apocalíptica y esta en actitud de bendecir. La túnica del niño es marrón con los bocamangas, ribetes del cuello y corona dorada. Las policromías de la cara son de la intervención de 1979. Los pies desnudos.

La talla de María viste túnica de color marfil con adornos de color rojizo. El manto lleva flores tetralobuladas cuyos pliegues son muy rígidos, de enorme influencia románica y pies puntiagudos calzados.

Se trata de una talla de la Virgen con el niño fechable en la primera mitad del siglo XIII, con gran vinculación a la Orden del Temple, como lo es también la imagen de Nuestra Señora de Monfragüe.21

image001

Extremadura: la historia. Fernando Sánchez Marroyo y otros. Cáceres, 1994.

2  Parra Iglesias, F. M. Un rincón extremeño, Coria. Cáceres, 1984.

Monumentos artísiticos de Extremadura. Salvador Andrés Ordax y otros Badajoz, 1995 . p. 359 La fotografía de la Iglesia Parroquial de Hoyos está tomada de la página web http://manuel77.wordpress.com

El Mudéjar en Extremadura. Pilar Mogollón Cano-Cortés. Salamanca, 1987

Testimonios Artísticos de Medellín (Extremadura). S. Andrés Ordax y otros. Salamanca, 1985

Testimonios Artísticos de Medellín (Extremadura). S. Andrés Ordax y otros. Salamanca, 1985

El templo románico de Nuestra Señora de Almocóvar (Alcántara). Revista Norba Arte, nº 5, 1984

Patrimonio Histórico de Extremadura: Edad Media y Renacimiento. Madrid, 1990

Restos de la época visigoda en la Iglesia de Santa Eulalia de Mérida. Actas del Segundo Congre- so de Arqueología medieval española. 1987.

10  Historia y Anales de la Ciudad y Obispado de Plasencia. Fray A. Fernández. Madrid, 1952

11  Monumentos artísiticos de Extremadura. Salvador Andrés Ordax y otros Badajoz, 1995 . p. 505

12  Monumentos artísiticos de Extremadura. Salvador Andrés Ordax y otros Badajoz, 1995 . p. 516- 517

13  Monumentos artísiticos de Extremadura. Salvador Andrés Ordax y otros Badajoz, 1995 . p. 512

14  Extremadura artística. Los monumentos histórico-artísticos de la provincia de Badajoz. Covarsí, A. 1933

15  El enigma de una iglesia: la ermita de Santiago de Alburquerque (Badajoz). Caballero Zolera, L y Arce, F. Revista Norba Arte. Volumen XXV. Año 2005.

16   El patrimonio artístico de Trujillo (Extremadura). Salvador Andrés Ordax y Fco. Javier Pizarro Gómez. Salamanca, 1987.

17  Santa María la Mayor. Revista Senderos de Extremadura. José Antonio Ramos Rubio.

18  Un arquitecto del siglo XIII en Extremadura: el maestro Gil de Cuellar. Revista Varia de Arte

19   Conferencia Las Vírgenes Negras del Temple por Francisco A. J. Mata Hernández. Oficial y Caballero de  la O.S.M.T.H. Cofrade de la Hermandad de la Vera Cruz de Jerez de los Caballeros. 8 Abril 2006. Jerez de los Caballeros.

20   Esta exhaustiva descripción de la imagen de la Virgen de Guadalupe, puede encontrarse en www.diomedes.com/guadpresentacion.htm , así como la fotografía de la talla de la Virgen de Guadalupe.

21  Ramos Rubio, J.A. Escultura Medieval en Trujillo. Coloquios Históricos de Extremadura,  Trujillo septiembre 2005.

Oct 012008
 

Ismael Montero Fernández.

“Esta ciudad que no se borra de la mente, es como un armazón o retícula en cuyas casillas cada uno puede disponer las cosas que quiere recordar”.

Ítalo Calvino. Las ciudades invisibles

  1. INTRODUCCIÓN

En primer lugar, agradecer mi presencia como ponente un año más, a la di- rectiva de estos Coloquios Históricos de Extremadura, y a su vez, felicitarles por la gran iniciativa que han tenido, en dedicar estas jornadas históricas al trascendental acontecimiento que estamos celebrando en este 2008, en multitud de congresos, exposiciones, seminarios y actividades diversas: el comienzo de la Guerra de la Independencia. Conflicto bélico, en el que en numerosas ocasio- nes, va a ser protagonista el territorio extremeño.

Preparando un trabajo de investigación para estos Coloquios Históricos, re- lacionado con los bienes patrimoniales de Jerez de los Caballeros, y viendo cómo emigraban las últimas religiosas de clausura que quedaban en la ciudad, clausurándose su convento, y junto a ellas salían también todos sus bienes mue- bles, consideré oportuno centrar mi atención en el Convento de Nuestra Señora de Gracia, no sólo con el fin de rendir el justo y merecido homenaje al último cenobio de clausura que quedaba en la ciudad, sino de concienciarnos, cómo

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Oct 012005
 

Ismael Montero Fernández.
ÍNDICE

  1. Introducción.
  2. Vargas Carvajal. Una vida de anécdota.
  3. La huella del prelado en arquitectura.
  4. La ciudad de Plasencia: (Catedral de Santa María, Palacio Episcopal, Colegio de la Compañía de Jesús, Iglesia de San Martín y Hospital de Doña Gracia).
  5. El término de Plasencia: Serrejón, Almaraz y Malpartida de Plasencia.
  6. Vicaría del Valle y la transierra. (Valdestillas y Jarilla).
  7. Vicaría de Jaraicejo: Jaraicejo, Romangordo, la Piñuela e Higuera.
  8. Vicaría de Medellín: Santa Cecilia (Medellín), Guareña y Cristina.
  9. Arciprestazgo de Trujillo: San Martín, Santa María la Mayor y Santo Domingo (Trujillo), Garciaz, Berzocana, Zorita, Escorial y Orellana la Nueva.
  10. Vicaría de la Vera y Campo Arañuelo: Tejeda de Tetar, Villanueva de la Vera, Robledillo de la Vera, Aldeanueva de la Vera, San Miguel de Jaraíz de la Vera, Gargüera, Navalmoral de la Mata y Almaraz.
  11. La retabilística en tiempos del Obispo Vargas Carvajal.
  12. Su recuerdo también en piezas de orfebrería.
  13. Agradecimientos.

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“La apariencia estética de un edificio depende de dos elementos: belleza y ornato. Belleza: la armonía y concordia de todas las partes, logrando de Tal modo que no sea posible agregar ni quitar nada, ni efectuar cambio Sin disminuir su valor. El Ornato es una especie de brillo adicional y Perfeccionamiento de la belleza. La belleza es algo encarnado que cabe Considerar como propio, innato e infuso en el todo, en tanto que el ornato Es algo agregado y adherido, más que propio e innato”. Rafael Alberti. “Los Diez Libros de Arquitectura”.

 

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Oct 012005
 

Ismael Montero Fernández.

1. Presentación y un recuerdo a El Quijote.

Doy las gracias al centro de iniciativas turísticas de Trujillo, en especial a Mª Teresa Pérez Zubizarreta, por haberme animado a participar en esta edición de los Coloquios Históricos Extremeños celebrados en Trujillo. Una ciudad que perteneció a Castilla, protagonista sin duda alguna, de grandes acontecimientos históricos, señalando por su importancia crucial para su historia, el papel de los linajes de los Añascos, Altamiranos y Bejaranos, que van a servir de antesala al paso de una villa medieval a ciudad renacentista. Una ciudad que quería pertenecer a la corona pero que no quería estar con los nobles, reflejándose este hecho en los reinados de Enrique IV y los Reyes Católicos con la Guerra de Sucesión. En esta época es de hacer notar la figura de Luis de Chavés, gran aliado de Isabel y de Fernando, el cual, convertiría su casa en Corte Real.

Eran amplios, los territorios que pertenecían a Trujillo para la explotación del concejo, llegando por el norte a villas como Torrejón El Rubio o Jaraicejo, principal escenario de esta ponencia y por el sur hasta el río Búrdalo. Debido a su gran extensión, hizo convertirse esta ciudad en cabeza de partido y como afirma la dra. Fernández Daza, fue la primera capital extremeña, siendo capital de la Santa Hermandad, reuniendo bajo su jurisdicción más pueblos que ninguna otra ciudad de la región.

Esta ciudad forma parte de una de las diócesis más importantes y ricas de España. La diócesis placentina, abarcando amplios territorios de Norte a Sur a lo largo de casi 300 km de diócesis., lugares que políticamente se ubican en regiones geográficas distintas como Béjar que pertenece a Salamanca, la que fue villa episcopal de Jaraicejo, o Trujillo, donde el cardenal don Juan de Carvajal vería la luz por primera vez, por poner algunos ejemplos cacereños, y por último, llega hasta pueblos de Badajoz como Mengabril, Medellín y Guareña.

Este año, es también un año en el que continuamente se están celebrando actos que conmemoran el cuarto Centenario de El Quijote. Yo antes de centrar mi atención en un personaje y en unos acontecimientos no tan conocidos como El Quijote, quiero detenerme muy brevemente, no en la alusión a Persiles y Seguismunda al Palacio de Juan Pizarro Orellana de Trujillo, tampoco en ninguna de sus aventuras, sino en esa parte de un libro que todos al abrirlo, es la que pasamos desapercibidos, pero para el autor es la que escribe con más cariño. En el caso del Quijote, nada más abrirlo, nos encontramos con la dedicatoria que Cervantes hace al VI Duque de Béjar, D. Alfonso Diego de Zúñiga, tal vez buscando un mescenas para su obra.

Al Duque de Béjar, Marqués de Gibraleón. Conde de Benalcazar y Bañares, Vizconde de la Puebla de Alcocer, Señor de las villas de Capilla, Curiel y Burguillos.

En fe del buen acogimiento y honra que hace Vuestra Excelencia a toda suerte de libros, como príncipe tan inclinado a favorecer las buenas artes, mayormente las que por su nobleza no se abaten al servicio y granjerías del vulgo, he determinado de sacar a luz al Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, al abrigo del larísimo nombre de Vuestra Excelencia, a quien, con el acatamiento que debo a tanta grandeza, suplico le reciba agradablemente en su protección, para que a su sombra, aunque desnudo de aquel precioso ornamento de elegancia y erudición de que suelen andar vestidas las obras que se componen en las casas de los hombres que saben, o se parecen seguramente en el juicio de algunos que, conteniéndose en los límites de su ignorancia, suelen condenar con más rigor y menos justicia los trabajos ajenos; que, poniendo los ojos la prudencia de Vuestra Excelencia en mi buen deseo, fío que no desdeñará la cortedad de tan humilde servicio.

Parece ser, que este señor, que fue duque de Béjar desde 1601 al 1619, cuando en 1605, Cervantes le dedica su gran obra, no le dio la menor importancia, en tan gentil delicadeza, hecho que le hizo a Cervantes sentirse molesto y no volverle a mencionar en sus obras.

Se ha dicho, que tal indiferencia ducal, se debió a la mala información dada por el sacerdote de la casa, a quién Cervantes, representa en la segunda parte de la obra, en los capítulos XXI y XXII como la “Bella Cazadora”.

Es de gran importancia para Extremadura el hecho de que Cervantes dedicara su atención al duque de Béjar, ya que Béjar, perteneciente actualmente a Salamanca, marcó un buen papel en los Concejos de Extremadura, lo que le llevaría igual que a Trujillo, su mantenimiento de realengo hasta el siglo XIV. El origen de la Casa de Zúñiga en Béjar y su tierra, fue el cambio que hizo Enrique III por Frías en 1396, a Diego López de Zúñiga. Es su nieto don Álvaro de Zúñiga quien obtuvo el título de Duque de Béjar en 1485.

Grande de España, II Conde de Plasencia y señor de las villas de Ayamonte, Burguillos y Gibraleón. Estos dos últimos títulos son mencionados en la citada dedicatoria de El Quijote. Gibraleón, en la provincia de Huelva, perteneció desde 1401 a los Pérez de Guzman que enlazándose con los Zúñiga, pasaría al ducado de Béjar. La familia Zúñiga, va a lograr que el emperador Carlos I les elevase sobre Gibraleón de señorío a marquesado. Este municipio, pertenecería a la jurisdicción de los duques de Béjar, hasta el 1835, fecha en la que el real decreto firmado y promulgado por la reina regente Mª Cristina, aboliera el régimen señorial.

Burguillos del Cerro, en la provincia de Badajoz, si era uno de los lugares que ese ducado ocupó en Extremadura. Esa villa, es perteneciente desde 1229, a la Orden del Temple quedándola incluida dentro del bailiato templario de Jerez de los Caballeros. Extinguiéndose en el 1312 esta Orden, pasaría a Señorío, por el que discurrirían diversas titularidades, hasta que llegó a don Diego López de Zúñiga, señor de la casa de Béjar, en cuya demarcación estaría hasta el siglo XIX.

Sobre otro de los señoríos del Duque de Béjar es Puebla de Alcocer, en Badajoz. Se tiene constancia de que el Duque, tendría allí su Casa de Misericordia, construida para curar a los criados de su casa.

Otra localidad extremeña que se hace mención en El Quijote, es la localidad de Capilla, perteneciendo ésta también a la orden del Temple, pasando en 1309 a la Orden de Alcántara. Es a finales del siglo XIV cuando pasa a la Casa de Béjar, comprada por don Diego López de Zúñiga al camarero del rey por 280 000 maravedíes.

Tras este breve recuerdo en el que Cervantes alude a un ducado cuya extensión fue muy amplia y de gran importancia para Extremadura, centraré mi atención en una villa, que tuvo la particularidad de ser villa episcopal, especialmente en la figura de un personaje que llegó incluso a comprar a la Hacienda Real, las rentas que tenían en aquel señorío, un obispo cuyo prelado, favorecería tanto a aquella como él diría “mi querida villa de Jaraicejo”y quedaría marcado para siempre en aquel lugar. Un hombre de gran iniciativa artística construyendo bajo su episcopado gran cantidad de iglesias, edificios de gran interés que hoy, tras casi 450 años que terminase tan notable prelado podemos seguir viendo en sus construcciones, las armas de ese gran obispo constructor, constructor de tierra y de mar, ya que hay que resaltar, la importancia que tuvo este obispo en la construcción de barcos en el Norte de España para llevar a cabo una serie de expediciones cuyos objetivos no quedan bien definidos. Ese personaje al que me refiero es la figura de don Gutierre Vargas Carvajal, quien gobernó la diócesis placentina durante 35 años, siendo obispo con tan sólo 18 años.

Para poder llevar a cabo esta ponencia he intentado distinguir tres partes en la misma. Una primera parte en la que brevemente se explica y argumenta con algunos documentos existentes, el paso de esa villa de manos de Pedro Sánchez de la Cámara, último señor seglar de la villa de Jaraicejo al obispado de Plasencia, siendo este hecho de suma importancia para la historia de esa villa, una segunda parte en la que se habla del obispo Vargas Carvajal y el legado que deja en su villa y por último, si no me escasea el tiempo, quiero hablarles de una serie de expediciones promovidas por don Gutierre que van ligadas a un conjunto de pleitos. Mi último paréntesis antes de arrancar, es para dedicar esta ponencia a un buen AMIGO, quien siguió conmigo de cerca parte de estas investigaciones, a Ignacio Colomer Utrera.

2. De Pedro Sánchez al Obispado de Plasencia.

La ciudad de Plasencia, fundada por Alfonso VIII para el placer de Dios y de los hombres, (placeat Deo e hominibus) ,fue una de las poblaciones más distinguidas en el período de la reconquista. Era una ciudad que su fundador, le había concedido fuero particular, señalando, extensos límites y la hizo señora de considerable número de villas y de lugares. Durante la reconquista, van a cobrar especial protagonismo por tierras de Plasencia, los golfines cuyas fechorías serían inquietantes ya que aprovechaban las disenciones en la familia real a la sucesión de la corona y la ocupación de los Reyes en la reconquista para actuar por cuenta propia sobre estos territorios.

Existían en esa época caballeros que no estaban sujetos a un señorío en particular, ni a comendador ni orden. Se encargaban del sostén y del amparo de la tierra, defendiéndola con uñas y dientes, con haciendas y con vidas como algo propio, gobernando la tierra placentina, con plena autonomía y sin trabas.

Ya en 1280, existía en Jaraicejo una fortaleza importantísima y muy codiciada debido a su importancia estratégica y defensiva. En ella, van a fijar su residencia más de una vez los golfines y como afirmó Domingo Sánchez Loro, el poder de los reyes y magnates era impotente ante aquellas pequeñas hordas, devastadoras del país y terror de los caminantes.

En 1285, el rey Sancho IV apodado como “el bravo”, estando en Segovia, donó el lugar de Jaraicejo a Gonzalo Godínez, su escribano en Plasencia y a su mujer doña Mayor con motivo de premiar así su fiel y esforzado esfuerzo en los servicios prestados a él y a su padre. Los deseos del rey en ese privilegio de concesión de este lugar a Gonzalo Godínez eran sobre todo combatir contra los golfines y que no abandonasen dicho sitio por temor a estos. Deja también este lugar con las normas establecidas para que lo posean sus hijos “por juro heredad” para siempre jamás. También, en este privilegio se ven por primera vez los límites originales de esa villa. Ese privilegio, está fechado en Segovia el viernes 28 de diciembre de 1294 y dice así:

Sepan cuantos esta carta vieren y oyeren, como nos, don Sancho, por la gracia de Dios rey de Castilla, de Toledo, de León, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén y del Algarbe, por hacer bien y merced a Gonzalo Godínez, nuestro escribano, y a doña Sol su mujer, y por servicio que nos hizo él y hace, dámosle Xafarizejo con todo su término que se conoce y se determina por estos mojones, que aquí están dichos: El primer mojón es los Hitos, como vierten las aguas a Alpont.
Y el otro mojón es el Rostro de la Xara de los hitos.
Y en su derecho, el arroyo ayuso, como da en Alpont, en la pesquera de don Sebastián.
Y el Alpont arriba, como da en los casares de Paulos y en la Mesa.
Y en su derecho de la mesa, como da en el arroyo de la vid.
Y en el arroyo ayuso, como da en los casares de Fellechoso
Y en su derecho de los casares, como da do nasce el arroyo de las Celadiellas.
Y en su derecho, como da a las Cabezuelas.
Y de las cabezuelas, como da en el carrascal de la dehesa como la de los Hitos.
Y démoselo con sus términos, con sus montes y con sus fuentes, con ríos con pastos, con dehesas y con entradas y salidas y con todos sus derechos y todas sus pertenencias, cuantas ha este lugar y debe haber.
Y mandamos que los que son allí agora poblados y vinieren allí a repoblar de aquí en adelante, que sean sus vasallos y los pueblen a cual fuero ellos quisieren.
Y otorgamosles que lo hayan libre y quito, por juro de heredad para siempre jamás, ellos y sus hijos y sus nietos y cuantos dello vinieren, que lo suyo hubieren de heredar, para dar y vender y empeñar y vender y enagenar y para hacer dello y en ello todo lo que quisieren, como de lo suyo mesmo; y en tal manera que no lo puedan vender, ni dar, ni enagenar a iglesia ni a orden, ni a hombre de religión, sin nuestro mandato.
Y defendemos que ninguno no sea osado de ir en contra esta carta, para quebrantarla, ni para menguarla en ninguna cosa.
Y cualquier que lo hiciere, habrá nuestra ira y pecharnos ha en coto mil maravedíes de la moneda nueva; y a Gonzalo Godínez y a doña Sol, los sobredichos o quien lo suyo heredase, el daño doblado.
Y porque esto sea firme y estable, mandamos sellar esta carta con nuestro sello de plomo.
Hecha en Segovia, viernes, 28 días andados del mes de diciembre, era de 1284 años,
Yo, Roy Martínez, la hice escribir por mandato del rey, en el año primero que el rey sobredicho reinó.

El manuscrito original se conserva en el palacio episcopal de Plasencia, tiene 20 renglones y el estado de conservación es bueno. Mide 28 cm de alto y otros 28 cm de ancho. El sello de plomo ha desaparecido.

Gonzalo Godínez y Doña Mayor tuvieron dos hijos, Gonzalo y Alonso. El primogénito y su padre, mueren en menos de cuatro años, convirtiéndose en señora de Jaraicejo doña Mayor. Muy triste por la pérdida en un periodo de tiempo muy breve a su hijo y a su marido, se marcha a Zamora donde vivían sus familiares y desde allí otorga poder ante Ferrand Ibáñez a Alfonso Godínez, su hijo para vender lo que tenía en Plasencia y particularmente en Jaraicejo. El presente documento está fechado en Zamora el 12 de Julio de 1298 y dice lo siguiente:

Sepan cuantos esta carta vieren, que yo doña Mayor, mujer de don Rodino,que fue, doy poder a vos Alfonso Godínez, mío hijo que vos podados vender todos cuantos heredamientos yo he en Plasencia y en su término.
Y señaladamente vos doy poder, que podades vender todo cuanto yo he en Zaferezejo, que yo heredé de mío hijo Gonzalo Godínez y que me dio este rey don Sancho.
Y todo aquello que vos hiciéredes, o aquel que vos enviáredes a vender estos heredamientos sobredichos o empeñarlos o arrendarlos, si fuere menester, yo lo cato y lo otorgo y lo he por firme. Y estaré por ello a todo tiempo, así como si yo mesma lo faciese y lo dijese, estando presente. Y prometo en no venir contra ello en ningún tiempo.
Y, si contra ello quisiere venir, que no me lo valga.
Y para que esto sea firme y no venga en duda, yo, la sobredicha doña Mayor, rogué a Ferrand Ibáñez, escribano del rey y su notario publico en Zamora, que mandase hacer esta carta y pusiese en ella su signo.

Gonzalo Godínez, su hijo, vende la villa de Jaraicejo por 10.000 maravedíes a Pedro Sánchez de la Cámara, con previo permiso de su madre y del rey don Sancho.

Pedro Sánchez, de la cámara del rey don Sancho y su escribano, de brillante historia política y militar en los reinados de Sancho el Bravo y Fernando el Emplazado, se va a encargar de repoblar Jaraicejo y de poner a los temibles golfines en una precipitada fuga.. El 6 de diciembre de 1288, el rey Sancho IV, le otorga numerosos beneficios “por hacer bien y merced a los de Jaraicejo”como era la exención de pago de portazgo, peaje y ronda que a hasta ahora no disfrutaban.

La misión de todos estos privilegios eran debidos a premiar la generosidad de esa gente por vivir en lugares peligrosos y también debido a que éste IV y último señor seglar de la villa de Jaraicejo, consiguió erradicar el bandolerismo y hacer de Jaraicejo un lugar apacible. El monarca, progresivamente, le va a ir dando a Jaraicejo diversos privilegios llegando a ser un lugar libre de impuestos. Pedro Sánchez conseguiría la amistad y el reconocimiento por parte del Rey Sancho IV y del Consejo de Plasencia.

La escritura de venta se otorga en Villanueva de Haro el 31 de Julio de 1288 ante Ferrand Ibáñez y dice así:

Sepan cuantos esta carta vieren, como yo, Alfonso Godínez, hombre del rey, por poder de mi madre doña mayor me dio según dice una preocupación que es de yuso escrita en esta carta, otorgo que vendo a vos, Pedro Sánchez de la Cámaras, escribano desde mesmo señor, Xaharicejo, aldea que es en el término de Plasencia, que el rey hubo dado a Gonzalo Godínez, mío hermano y después de su fin que heredó dél doña Mayor, con otorgamiento del rey.
Y véndovoslo con prados, con pastos, con dehesas, con fuentes y con todos su términos y sus pertenencias, y con todos los otros sus derechos, y con entradas y salidas, así como le pertenece en todas partes, según que doña Mayor lo tenía hasta aquí.

Pedro Sánchez se había casado con Doña Sol, no tenían descendientes y tras ser señores de muchas heredades, pero la repentina muerte de doña Sol causó en su esposo tan profunda amargura y tan extraña resolución que sin abandonar por entonces el servicio del rey, hizo donación de todos sus bienes que poseían al obispo de Plasencia con ciertos cargos de misas contenidos en la donación que fue en tiempo del obispo DomingoII, el 11 de Julio de 1296. La villa de Jaraicejo la posee el obispo, por composición hecha entre el cabildo y el obispo . El cabildo posee las dehesas, tierras y heredades.

Dícenle todos los días ocho misas: cuatro por cuenta del obispo y las otras cuatro por cuenta del cabildo.

También, la víspera de la Asunción, vigilia y misa solemne por don Pedro Sánchez de la Cámara, la que es por cuenta del obispo.

Y se da a todo el clero y dependientes de la iglesia velas amarillas.

Y se ofrenda pan cocido y vino

El cabildo celebra, la víspera de la Asunción, igual sufragio con velas y ofrendas por doña Sol, mujer de don Pedro.

De la escritura de la donación de Plasencia al Obispado Placentino, sólo mencionaré aunque me gustaría leerla entera, aquellas partes que resalto en negrita porque son las de más importancia en esta ponencia.

En el nombre de Dios, Padre e Hijo y Espíritu Santo, que son tres personas y un Dios, ante quien habemos de venir en cuerpos y almas el día del juicio, y recibir galardón y pena, cada uno según sus merecimientos; y en el nombre de la Virgen Santa María, su madre que es abogada ante él por nos, los pecadores; y de toda su corte celestial, ángeles, arcángeles, patriarcas, profetas, mártires, confesores, vírgenes y de todos los santos.

Catando yo, Pedro Sánchez, de la cámara de nuestro señor el muy alto y muy alto noble rey don Sancho, y a su merced, los muchos bienes y las muchas mercedes que el nuestro señor Jesucristo me hizo hasta el día de hoy y me hace agora, siendo muy pecador y muy errado en el su servicio y en no seguir los sus mandamientos tan cumplidamente como era menester, lo uno entendiéndolo y lo otro no lo entiendo como debía; y por ende, por le dar gracias dello, según la flaqueza de mi poco entendimiento; ca, por darle aquellas gracias y loores que debía por ello, ni lo podría en el mi corazón amar, ni por la mi lengua resonar.

Y entendiendo que la vida de los hombres en este mundo es poca y que nos hemos llegado cada día a jornadas contadas, al consumimiento del cuerpo, que es llamada muerte; y que no habemos al de llevar deste mundo, sino el bien que hiciéramos y lo que diéremos por amor de Dios, ca, según dice una palabra, que lo que es dado por amor de Dios, no es pues emprestado, para recibir ende gaardón.

Y, otrosí, catando cuánto bien y cuántas crianzas y cuantas limosnas y cuánta hechura hicieron en mí nuestros señores el rey don Sancho y la reina doña María, su mujer,

Y, otrosí, parando mientes en cómo me vino mucho bien y mucha honra de doña Sol, mi mujer, con quien yo fui casado, que fue hija de Gonzalo Pérez de Plasencia,y en cómo me dio todo en cuanto ella había, de que finqué yo muy bien heredado.

Y por todas estas cosas que dihas son y por cada una de las y porque yo soy muy pecador.

Y, otrosí, catando muy bien cuantos bienes y cuántas honras yo recibí de la muy santa iglesia de Santa María, de Plasencia, que es la iglesia catedral de sta ciudad sobredicha, y del obispo y del deán y del cabildo desta mema iglesia; y porque esta iglesia sea mejor heredada.

Por ello,a servicio de Dios, quiero yo, Pedro Sánchez, el dicho, que sepan todos cuantos esta carta vieren, así los que agora son como los que serán decaí en adelante, que doy al mucho honrado obispo don Domingo, que es allí agora, y a los otros que serán allí obispos de aquí en adelante, y al deán y al cabildo desta misma iglesia los que agora son y para los que serán de aquí en adelante, para siempre jamás, el mío lugar de Zaharisejo, que es en término de Plasencia, con las casas y la torre que yo allí he, y con su cortijo y con sus vasallos que son allí agora poblados, y con los que poblaren de aquí en adelante, para siempre jamás el mío lugar de Zaharisejo, que es en término de Plasencia, con las casas y la torre que yo allí he, y con sus cortijos y sus vasallos que son allí agora poblados,y con los que poblaren de aquí en adelante, y con sus términos, y con todas sus heredades labradas y por labrar, y con sus dehesas, y con fuentes y ríos de agua corrientes y no corrientes, y con viñas, y con huertos, y con el molino que he en el Almonte, y con la barca que tengo en este mismo río, con todas sus pertenencias, y con todas sus entradas y sus salidas, cuantas ha este lugar y debe haber, según que lo compré a Alonso Godínez, que me lo vendió por su madre doña Mayor, y según que lo yo tengo privilegiado.(…)

Que el lugar de Zaharisejo, que se lo entreguen luego con la heredad que yo allí labro, y con todo lo dicho que yo he en el lugar, y con la barca, y con el molino, salvo ende las casas y la torre de allí del lugar, que yo hice, y la viña y el majuelo y la huerta y la heredad de las Celadiellas, así la que labraba Gonzalo Pérez, mío suegro, como lo que era de Ibáñez Lasaro, de la cual yo di a él buen cambio. Y salvo ende, otrosí, la mi dehesa, en que anda el mío ganado, que tiene arrendada de mí Gomes Ibáñez, de Plasencia, que es en este mismo término, que retengo todo para mí, que lo tenga en mi vida, y que lo labre y que me aproveche dello,y que no lo pueda vender ni enajenar. Y después de la mi vida, de que yo finare, que finque todo el obispo y al deán y al cabildo libre quito, con cuantos bueyes yo labrare allí a la sazón que yo finare.(…)

Y todo esto que dicho es, les doy en tal manera que el lugar y la cerca del cortijo de Zaharisejo, que lo mantengan siempre muy bien, y que lo labren, y que lo enderecen en guisa, porque seno yerme; y las casa y la torre, eso mismo, de que fueran tenedores dello.

Y que, agora ni de aquí adelante, no tomen allí por vecino ni por morador a ningún pechero de Plasencia ni de Trujiello ni de sus términos.

Y otrosí, a los que son allí poblados y a los que poblaren de aquí en adelante, que los mantengan siempre en el Fuero de las Leyes, y que los nunca muden a otro fuero; y que hayan alcaldes y juez, cada añeros, aquellos que ellos escogieren entre sí; y que los mantengan siempre en aquellas posturas que han conmigo, de lo que me habían a dar y pechar según dice la mi carta, que tienen en esta razón, sellada con mío sello pendiente de cera; y el obispo y el deán y el cabildo, que se la otorgasen y se la confirmen luego con su carta, y que los nunca pasen contra ella, ni les echen otro pecho.

Y si, por ventura, los de Zaharisejo quisieren que les partan el término en algún tiempo, que les den partidores que los partan, cuales escogieren los del lugar, y aquellos que selos partan todo bien y cumplidamente; salvo ende aquello que yo labro allí agora y lo que tengo, que es dehesa de hacer libre y quita del obispo y del deán y del cabildo, en que los del lugar no han de partir ninguna cosa, salvo ende que les dejen labrar y pacer allí, así como se lo agora yo dejo. (…)

En tal manera que yo y doña Sol que es ya finada, que hayamos para remisión de nuestros pecados, de nos y de nuestros padres y de nuestras madres, parte en todas las oraciones y en los bienes que se hicieren y se dijeren en la iglesia de Santa María, que dicha es, así en los matines, como en las misas, como en todo lo al, que se dijere y se rezare a prima y a tercia y a las vísperas y a las completas y a todas las otras horas, y quesean tenidos el obispo y el deán y el cabildo de nos encomendar cada día.

Y otrosí, que por esta donación que les yo hago, que tenga en esta iglesia de Santa María ocho capellanes perpetuales, que digan para siempre jamás, en esta guisa.(…).

Y que diga el uno misa por vida y por salud de los muy nobles y muy honrados el rey don Sancho y la reina doña María, su mujer, y del infante don Fernando, su hijo, que son nuestros señores; y después de la su vida, que diga aquel capellán otrosí misa de Réquiem cada día por las sus almas, en remisión de los pecados, para siempre jamás: y esto y por conocimiento del bien y de la gracia que en mí hicieron.

Y los otros tres capellanes, que digan cada día misas por el alma de mi padre y de mi madre, y por el alma de doña Sol, de su padre y de su madre; ypor mi vida y por mi salud, y porque me guarde nuestro señor Dios de mala tribulación en este mundo, en tanto como en él viviere. Y la una misa de estas tres que sea de Sancta María; y la otra de Sancti Spiritus, y la última de Réquiem.

Y de que yo finare, que los otros cuatro capellanes y estos tres dicho son, que comiencen luego a decir las misas de todas, parte de Réquiem por las almas de mi padre y de mi madre, y pore la mi alma, y por el alma de doña Sol y de su padre y de su madre, para siempre jamás.

Y que los cuatro capellanes, que han luego decir las misas, del día de Santa María de agosto en adelante, así como dicho es.

Y después que yo finare, todos ocho que en cada día, que hagan oración pública, a las misas que dijeren por el rey don Sancho y por la reina doña María, su mujer, y por el infante don Fernando, su hijo, y por mi padre y por mi madre y por mí y doña Sol y por su padre y por su madre, porque el nuestro señor Dios nos haga merced a las almas.

Y que en saliendo de decir cada uno su misa, que vayan a hacer oración con la cruz y con el agua bendita sobre la fuesa de doña Sol, para siempre jamás, por las almas que de stos dichos son y por la suya della .(…)

Y que si alguna de las ocho misas no se dijere algunos días o algún tiempo, por ser entredicha la iglesia de Santa María o por dolencia de los capellanes, que el obispo, el deán y el cabildo, los que agora son y todos los que serán de aquí en adelante, que sean tenidos de las hacer decir, antes que salga el año, sobre el cargo de sus almas.(…)

Y, otrosí, que el obispo y el deán y el cabildo, todos en uno y cada uno dellos por sí, que sean tenido de hacer al clérigo y a los clérigos que cantaren y dijeren misas en las iglesias de Zaharisejo, que todos los días del mundo, que en cada misa que dijeren que hagan oración pública por mí y por mi alma, y por el alma de doña Sol, y por las almas de nuestros padres y de nuestras madres; y , de que salieren de decir la misa cada uno de ellos, que salga con la cruz y con el agua bendita a hacer oración sobre un lugar de allí, que hagan señal de la nuestra fosa, porque Dios nos haga merced a las almas.(…)

Y desto que dicho es, que les doy yo de ellos, que nunca sean poderosos de lo vender, ni de lo cambiar, ni de lo enagenar, ni de lo malmeter, en ningún tiempo por ninguna manera, mas que siempre sean tenidos de lo mantener y de lo labrar y de lo enderezar y d elo defender, de todo aquel o aquellos que lo quisieren embargar o contrallar por cualquier razón, así como defendieren lo al ,que ellos y la iglesia han; y aquello que harían por defender lo al, que eso mismo hagan por defender esto.

Y desto todo que dicho es, que hagan ordenamiento y establecimiento el obispo y el deán y el cabildo en la iglesia de Plasencia y en la de Zaharicejo, que agora allí es hecha, o en otras algunas si se hicieren allí de aquí en adelante, porque este ordenamiento y este establecimiento sea hecho y sabido y firme y durable, para siempre jamás, y que nunca se pueda deshacer, ni mudar, en tanto como el mundo durare. (…).

Yo, Pedro Sánchez de la Cámara, otorgo todo cuanto en esta carta dice.

El documento original se conserva en el Palacio Episcopal, mide 61 cm de alto por 54 cm de ancho.

En esta carta se puede ver que la primitiva iglesia de Jaraicejo, ya estaba construida en 1294 y además se tenía proyectada la construcción de más de una iglesia en dicho lugar, “cantaren y dejeren misas en las iglesias de Xaharicejo”, cosa que no se ha encontrado en ningún otro documento que lo apruebe.

Comenzaba así una nueva época para esta villa, cuyos pobladores debían obedecer a su nuevo señor, el obispo de Plasencia. El rey Sancho IV, el 10 de Octubre de 1294, confirma la donación de Jaraicejo en Quintadueñas, dotándole aun de nuevos privilegios y diciendo a los de Jaraicejo, que reconozcan al obispo, deán y cabildo de Plasencia como a sus nuevos dueños.

Esta donación de Pedro Sánchez tuvo importantes efectos en Plasencia, ya que se van a intensificar el número de servidores en la catedral de Plasencia, al dotarla de ocho nuevo capellanes, más los cultos solemnes impuestos por el obispo y cabildo en sufragio de su alma y de la de sus familiares, pero por otro lado, en Jaraicejo, van a surgir gran cantidad de pleitos y diferencias entre el obispo, deán, cabildo de Plasencia, los concejos, los otros señoríos particulares, los freyres comendadores y otros potentados. El otro punto a resaltar en esta donación, fue que la diócesis de Plasencia, al ser una de las más extensas y de las que tenían rentas más cuantiosas de España ya sea por el señorío que donó Pedro Sánchez de la Cámara.

El hecho de que se instaurara en Jaraicejo como señor al obispo placentino, daba ocasión a vanidades y ostentaciones frente a los señores de horca y cuchillo. Por otro lado señalar que el rey don Sancho IV no quería tener problemas con la iglesia ya que siempre había prohibido, una y otra vez, que Jaraicejo pudiera darse, cambiarse o venderse a gente de la Iglesia o a las órdenes militares o de religión y sin embargo Pedro Sánchez cae dentro de esa prohibición real. El rey, autoriza esa donación y se desdice de lo dicho tal vez para evitar el peligro de que la donación fuera contradicha.

Todos esos sufragios, y misas por Pedro Sánchez de la Cámara, su esposa y familiares se celebrarían hasta la llegada de la desamortización, y a partir de entonces ya no se celebrarían más sufragios y misas por su alma.

De todos los obispos placentinos que son señores de Jaraicejo hasta la abolición de los señoríos destaca la figura de don Gutierre Vargas Carvajal, quien va a invertir grandes cantidades de dinero de su hacienda en remodelar y dotar la villa de edificios notable y de una iglesia muy principal como diría, por eso, en esta segunda parte de la ponencia, me voy a dedicar a hablar del obispo Vargas Carvajal y de su legado en esta villa.

3. El obispo Vargas Carvajal y su villa de Jaraicejo.

Nacía en Madrid en 1506, don Gutierre Vargas Carvajal, quien con tan sólo dieciocho años, estaría al frente de una de las diócesis más importantes de España, la diócesis placentina, cuyo prelado duraría durante treinta y cinco años (1524-1559).

Hijo de un gran cortesano de los Reyes Católicos. Tesorero y consejero de Carlos I y Felipe I (el hermoso), don Francisco de Vargas, quien también había sido corregidor de Guipúzcoa y alcayde de Trujillo y Marbella. Su madre, doña Inés de Carvajal y Camargo, hija del II Conde de Torrejón el Rubio, don Francisco López de Carvajal y hermana de don Bernardino López de Carvajal y Sande, cardenal de la Santa Cruz de Jerusalén, de Ostia y obispo de varias diócesis españolas como Astorga, Badajoz y Plasencia, la que sería su diócesis desde 1521 al 1523.

A los trece años, por ciertos favores que le hizo a su padre el rey Carlos I, fue canónigo de la catedral de Toledo en la Abadía de San Vicente en 1519. A los dieciséis, fue abad en Santa Leocadia, también en Toledo y posteriormente abad comendatorio del Monasterio Benedictino de San Juan de Corias en Asturias, renunciando a este cargo en 1553 a cambio de una pensión vitalicia de ochocientos ducados.

Al parecer, su llegada a la diócesis no va a ser bien recibida para algunos, llegándose incluso a decir, que su padre, el licenciado Vargas, lo que buscaba era acaparar honores y beneficios a favor de su hijo, ya que al tener gran amistad con el emperador don Carlos, quería despojar al cardenal D. Bernardino de la mitra placentina para dársela a su hijo, pero pensando que podría ser un fracaso, esperaría a que muriera el cardenal en 1523 para llevar a cabo este proyecto.

Por otro lado, algunos historiadores, sin documentos que lo acrediten, se atrevieron a decir que don Bernardino, renunció al Obispado de Plasencia a favor de su sobrino, don Gutierre, otros que se lo dejó como herencia y testamento, llegando a sostener que don Gutierre Vargas Carvajal, fue nombrado Obispo Coadjustor por su tío para asegurar este su sucesión.

Era don Gutierre de semblante agraciado, ojos grandes, de buen entendimiento y juicio y más valiente que docto. No fue un hombre letrado, pero sí entendía bien el latín y oía cánones. En 1526 por mandato del Emperador, el cuerpo de Felipe I hasta darle sepultura en Granada. Fue una persona carente de escrúpulos, llegando a la silla placentina como ya comenté anteriormente por las influencias que tenía su padre. Se consagró en un principio a la vida de cortesano y caballero.

Su personalidad fue muy debatida ya que llevó ese tipo de vida durante treinta años, considerándolo como un achaque de los grandes de la Tierra cuando se introducen motivos humanos en motivos sacerdotales, malgastando las rentas de la Iglesia y avasallando la dignidad de la religión a los desordenados excesos de vanidad. Tuvo un hijo un año antes de ser elegido obispo de Plasencia en un tropiezo con una dama noble toledana llamada María o Magdalena de Mendoza. Aparece en unos pleitos de la Real Chancillería de Valladolid y dice que en 1559 era alférez en Madrid. Su nombre era don Francisco de Carvajal y Vargas y este fue el padre de la mística poetisa y misionera doña Luisa de Carvajal y Mendoza. No se sabe quien criaría a ese hijo, pero lo que si sabemos es que había sido legitimado en 1546 por Bula del Papa Paulo III, aunque su padre no le reconoció hasta el 6 de febrero de 1559, dejando en su poder muchos bienes, rentas y otras cosas de oro, plata aderezos. También le dejó un juro de almojarifazgo en la ciudad de Sevilla y en Jaraicejo, le dejó las alcabalas de la villa y una casa que es la que probablemente fuera la primitiva casa episcopal de Jaraicejo, construida durante el prelado de don Juan de Carvajal y don Bernardino seguramente la reformase en su episcopado, por lo que puede verse en su fachada el escudo de ese águila con las alas exployadas, igual que el que se conserva en la Casa del Águila de Cáceres y representa al linaje de los Sande, al que pertenecía don Bernardino por la parte materna.

Con esto, daba don Gutierre por cumplidas sus obligaciones con su hijo, ya que en su testamento dejó por heredera universal a su hermana Leonor Vargas Carvajal, por Patrono del Colegio de Plasencia del que me ocupo más adelante, a su primo don Francisco de Carvajal y por patrono de la capilla de San Andrés, a su primo don Francisco de Carvajal. El último dato que se puede aportar acerca de este hijo de don Gutierre, es que en 1566 vivía en Jaraicejo, probablemente viviría de las rentas de las alcabalas de la villa y que posteriormente se trasladaría como corregidor a León.

La obra que nos dejó don Gutierre fue ingente, ya que en esta etapa se introducen las nuevas formas renacentistas en Extremadura, mezclándose con el gótico anterior, donde se forma un amalgama en el que predominan las sólidas y prácticas estructuras del viejo estilo medieval pero cubiertas con la fina película del ornamento clasicista, que enjaeza portadas, molduras, hornacinas, etc, etc. A él entre otros ejemplos se deben las reformas en la Iglesia de San Martín de Trujillo, la construcción del coro en Santa María la Mayor de esta misma ciudad, los templos de Berzocana, Guareña, Miajadas, Oliva de Plasencia, Tejada de Tietar, Villanueva y Robledillo de la Vera, Gargüera, Zorita, Escorial, San Andrés en Navalmoral de la Mata, Higuera, Malpartida de Plasencia, Saucedilla, el retablo plateresco de la iglesia de Madrigalejo hacia 1550, La Piñuela, (en ruinas junto a las Casas de Miravete), Garciaz, la Iglesia de Santa Cecilia de Medellín que quedó inconclusa, los trabajos realizados en la fábrica catedralicia de Plasencia, los cuales fueron muy notables ya que en su mandato se levantó la fachada norte y meridional, encontrándose en ambas fachadas sus escudos en la septentrional, se puede ver además un busto de don Gutierre. En las crucerías de los pies también se pudo ver su heráldica, volteada durante su prelatura tal vez por las malas relaciones que tenía este obispo con su cabildo de Plasencia. Fundó en Plasencia en 1555, el colegio de la Compañía de Jesús, lo que más tarde pasó a ser Hospicio, en la Iglesia de Santa Ana y San Vicente Mártir, labrando y edificando la casa y todo el edificio con la huerta, colocando en dicho edificio y en varios sitios el escudo de los Carvajales.

En ese Colegio de la Compañía de Jesús, estuvo y fue visitado por San Francisco de Borja, quien haría reformar un tanto las costumbres del obispo con sus exhortaciones, ya que no fue al principio tan timorato como después, y todo ello le llevó a poseer conductas que estuvieran con más enarmonía dentro de su calidad episcopal. Ese Colegio de la Compañía de Jesús, llegó a tener cuatro cátedras de gramática y cuatro de retórica.

Sobre ese Colegio de los Jesuitas, el médico placentino Luis de Toro en el siglo XVI, afirmaba que ese Colegio levantado por don Gutierre, aparte de hacerlo elegante y muy hermoso, procuró decorarle y enriquecerle con gran cantidad de dinero y rentas anuales. Este palacio sustenta a varones sumos, no solo de integridad de costumbres sino también de ingenio y necesario para todos asuntos y ministerios de esta ciudad ya que no sólo forman, ayudan, y preparan admirablemente a los niños desde la más temprana edad con la mejor educación de costumbres y vida, sino también en la enseñanza de las primeras letras.

La preocupación por ese colegio, le acompañó a don Gutierre hasta el día antes de la muerte, fecha en la que nombró patrono de ese colegio, como ya mencioné anteriormente, a su primo hermano don Francisco de Carvajal, cuarto señor de Torrejón el Rubio y de la Oliva.

De don Gutierre, debemos destacar también su participación en el Concilio de Trento (1545-1563), y presidió también el cismático Concilio de Pisa.

El Concilio de Trento le marcaría profundamente a don Gutierre, ya que el obispo tuvo una conversión espectacular tras participar en dicho Concilio.

El padre Bartolomé de Alcázar lo dice así:

“Asistió por los años 1546 y 1551 en el Concilio de Trento, donde vio y admiró a los Padres Lainez y Salmerón, y supo de otros Prelados los frutos insignes que hacía la nueva religión de la Compañía de Jesús en la Iglesia. Cobrola grande afición y porque su cabildo le había movido pleito para obligarle a llevar misioneros a su obispado, donde había gran falta de doctrina, y estaba a riesgo de ser vencido por su propio desaire; vuelto ya del Concilio, determinó satisfacer esta obligación, descargándose de ella en el celo y cuidado de los Padres de la Compañía. Pipiolos a San Ignacio y a San Francisco de Borja, y ofreció dotar un Colegio en Plasencia con una Renta muy competente”.

La tarea de transformación espiritual del Obispo, se vio apoyada por el esfuerzo solidario en la caridad y en la fe de todos los del Colegio jesuita de Plasencia. San Francisco de Borja les ordenó que durante un mes aplicasen sus oraciones, ayunos y penitencias por don Gutierre. Pasado este tiempo, este hizo confesión general “con resolución de mudar enteramente la vida”, y mandó publicar por toda la diócesis que cuantos se consideren agraviados de su persona o familia, acudiesen a él para repararles. Luego reformó la constitución de su casa, que integrada por seglares, pasaría a serlo por eclesiásticos.

También pacificó las relaciones con el cabildo, deterioradas por infinitos pleitos desde su toma de posesión, enviando misioneros por toda la diócesis para remediar el abandono espiritual que existía.

Pero sin duda alguna, uno de los proyectos más importantes de don Gutierre, sería el que llevase a cabo en su señorío de Jaraicejo, donde residiría largas temporadas. Allí haría de la iglesia un templo muy principal, construirá su Palacio Episcopal y también llevaría a cabo la construcción de otros edificios de interés, así como el adecentamiento de las calles más principales.

Como comenté en la primera parte de esta ponencia, se sabe, que la primera iglesia ya existía en 1284, se sabe que esa iglesia era de una sola nave y que sobre ella se construyó la actual.

Tras la llegada de don Gutierre a la sede placentina, y al ir favoreciendo tanto a esta villa, se construyó el magnífico templo de La Asunción de Nuestra Señora de la Junciana, según la tradición de que la virgen se apareciera sobre unos juncos sobre la portada del mediodía de dicha iglesia.

Su construcción entra dentro del segundo cuarto del XVI, está construida de mampostería, pizarra que era muy abundante en esa zona y los sillares, portadas, contafuertes y ventanas son de granito, traído del cercano berrocal trujillano. Se encargaría de las obras el maestro trujillano Sancho de Cabrera. Es gótica, con notable influencia renacentista.

Sus muros son lisos y ellos marcan su estructura interna a través de contrafuertes. En el interior se encuentran encalados y pintados imitando sillares y se encuentran algunas inscripciones en su interior.

En el lado del evangelio, sobre la puerta de entrada, hay una inscripción que dice así:

SE LUCIO ESTA I/GLESIA AÑO 1795/ SIENDO CURA Y VICARIO/EL SEÑOR DON ANTONIO MARTÍNEZ OLIVA.

Existe otra sobre las capillas del lado del evangelio, esta es una cruz de nudos latina rodeada por la siguiente inscripción:

ESTA SEÑAL DE LA CRUZ SERA VISTA EN EL CIELO QUANDO EL SEÑOR DE LA LUZ VINIERE A JUZGARNOS.

En cuanto a las ventanas, hay tres en cada lateral, son góticas, formadas por arcos de medio punto abocinados, formados por dovelas de triple moldura. Las ventanas en primer lugar poseerían vidrieras multicolores con motivos religiosos, luego estuvieron tapiadas y en 1975, se instalaron las actuales ventanas.

Las portadas, son tres las que posee el templo, una a cada lado y la tercera a los pies, de estilo renacentista. Siguen las líneas trazadas por Sancho de Cabrera. Están formadas por un arco de medio punto, rosca labrada y limitadas por columnas de fuste liso y capitel clásico que descansan sobre pilastras cajeadas a modo de podios. En las enjutas aparecen las armas del obispo Vargas Carvajal, quien como ya mencioné antes fue el promotor de dicha obra y quien corrió con todos los gastos de esta construcción. Culminan las portadas con un frontón triangular plano, que alberga una hornacina con venera, en la que se repite la estructura compositiva de la portada. A los lados del frontón, sobre esas columnas adosadas se elevan candeleros.

Lo que sí cambia en cada portada es la advocación de la Virgen que está en cada hornacina. La de la portada Norte, lleva la imagen de los Desamparados o de la Merced, redentora de cautivos. Precedió esta portada un pórtico de un solo arco sobre el que discurría un corredor que comunicaba el convento con el coro Mayor, hecho no muy usual, el de comunicar un convento con la Iglesia parroquial, ya que el convento poseía su propia capilla oratorio. No se sabe el porqué desapareció ese pórtico, pero lo que si se puede asegurar, es que fue posterior al 1868, ya que en esa fecha según el libro de cuentas de la parroquia, se realizaron obras en ese soportal, además de tapiar la puerta que comunicaba el convento con la iglesia a través del coro. El único vestigio que queda es el arranque en la pared del convento.

La portada de los pies posee una imagen de la Inmaculada Concepción en su hornacina. Esta portada fue tapiada en señal de luto perpetuo en 1580, cuando se detuvo aquí, el cortejo fúnebre de la Reina doña Ana de Austria, que falleció en el convento de Santa Ana de Badajoz y se dirigía al Monasterio del Escorial de Madrid, pasando una noche en la villa de Jaraicejo como fin de jornada, donde se celebraron las respectivas honras fúnebres y tras la salida del cortejo hacia Madrid, se tapió dicha puerta, permaneciendo en la actualidad en tal estado.

La portada meridional, alberga una imagen de la Virgen con el Niño, y está precedida de un pórtico formado por dos arcos de medio punto finamente labrados, apoyados los laterales en ménsulas y su parte central sobre una columna de orden compuesto en cuyo capitel se puede observar el escudo del obispo Vargas Carvajal. En la enjuta central, una pequeña hornacina vacía y no se sabe que imagen correspondería, tal vez fuese la de la Asunción, cuya advocación es la titular de la parroquia. En las ejustas laterales, se encuentran rodeados de guirnaldas, los escudos Vargas y Carvajal, uno en cada lado.

Sobre este pórtico, discurre la galería renacentista que unía el Palacio Episcopal con la tribuna del Obispo mediante el arco que existe en los pies de la Iglesia. Esa galería posee cuatro ventanas adinteladas con pretil y balaustrada de granito.

En cuanto a la nave, es de amplias dimensiones. Según Madoz, mide 42 metros de largo, 17 de ancho y 25 de altura. Está formada por tres tramos, separados por arcos apuntados que arrancan de pequeñas ménsulas con acantos, ovas y puntas que a su vez, se apoyan en la cornisa que recorre todos los muros.

Se cubre con bóveda de crucería, con terceletes y combados. Los nervios son de granito. En la clave central, el símbolo mariano del jarrón con las azucenas, y en la de los pies, el gorro de los jesuitas, como recuerdo a la traída Compañía de Jesús a Plasencia por don Gutierre.

En la parte superior de la nave se halla el presbiterio, de forma ochavada y cubierto por bóveda de crucería, repitiéndose en los paños del ochavo, los escudos del promotor de la obra, esgrafiados en blanco y negro.

El tramo de la nave que limita con la cabecera, tiene a cada lado dos capillas, con arcos de medio punto cubiertos con bóveda de crucería con terceletes, que viendo la planta de la iglesia, adopta la forma de crucero.

Sobre las capillas del lado de la epístola, se halla la tribuna del Obispo o Coro menor, abierto a la nave mediante arcos de granito sostenidos por una gruesa pilastra. Cubierto por bóveda de crucería con terceletes y en las claves se ven las armas de don Gutierre. Por un lado comunica con la antigua sacristía y por otro lado comunica con la galería renacentista y a través del primer arco exterior con el Palacio Episcopal. Recibe la luz a través de un óculo formado por dovelas bien labradas, por marcado abocinamiento, marcando círculos concéntricos.

La impresionante pila bautismal, de la primera mitad del siglo XVI, es otro de los elementos arquitectónicos más importantes del templo. Está formada por una gruesa peana cilíndrica y por una copa semiesférica y gallonada, en la que se encuentra esculpido el escudo de Carvajal bajo capelo episcopal, todo el conjunto policromado.

El púlpito, es de la misma obra que el templo y se accede a él desde la capilla de los Carvajales, en la que se pueden ver todavía la transición de estilos, en la que mueren los nervios que conducían al cierre de la capilla por arcos ojivales, dando lugar a arcos de medio punto puramente renacentistas. Tiene forma octogonal recto y caras cajeadas, casi piramidal. Todo ello de granito y de nuevo se puede ver en él las armas episcopales de don Gutierre.

El Coro Mayor, se halla a los pies del templo y es la última parte que se construiría. Es de gran altura y está formado por tres arcos de medio punto sostenidos por pilares. En la parte superior, se conserva una inscripción que dice:

ESTA OBRA SE ACA/BO AÑO 1588. SY/ENDO BYCARIO / EL BLLe. IVAN DE/LAZERCA Y MA/YORDOMO XPO / VAL GARZYA / EL BYEIO. LAUS DEO.

Este bachiller, Juan de la Cerca, natural de Berzocana, fue cura rector y vicario de Jaraicejo, desde finales del siglo XVI hasta 1610. Por lo tanto, esa fecha corresponde con la conclusión del coro. El coro estuvo incomunicado con la Iglesia. Cuando se construyó, las que accedían a él eran las monjas del convento y tras su cierre, en 1726, el segundo arco exterior que fue remodelado y haciendo en él una especie de mirador para las monjas de dicho convento, pasó nuevamente a comunicarse con el palacio episcopal. La escalera para acceder a él por el interior del templo, no se construyó hasta 1912.

En la tribuna del órgano, pueden verse las grapas con las que estuvo sujeto el monumental órgano barroco que poseyó esta iglesia y que las contiendas francesas quemaron junto a las sagradas imágenes. Por eso, y por ser las imágenes que se conservan en el templo, posterior a la época en que se construyó, no mencionaré nada de ellas. Del siglo XVI, se conservan solamente una custodia procesional y un cáliz rico en cuya base pueden verses los escudos de don Gutierre.

El actual retablo Mayor, carece de valor artístico, ya que está formado por piezas de acarreo de los años 40. Recientemente el actual párroco, don Sabino Díaz García, ha mandado restaurarlo y pintarlo.

Sobre las imágenes que poseyó esta parroquia y sobre el recuerdo del retablo, reproduzco lo que escribía en 1910 el párroco de dicha Iglesia:

Su ornamentación y sus riquezas fueron muy notables: el Retablo Mayor de tres grandes cuerpos, obra de mérito, teniendo en el centro el grupo escultórico de la Asunción de la Sra. Virgen y en derredor los Apóstoles, todos de tamaño natural; ricas colgaduras pendientes de sus muros; el órgano monumental, altares, ropas ,alhajas, todo fue robado e incendiado.

La invasión francesa y las revueltas civiles y faciosas convirtieron el templo, muchas veces en cuartel, haciéndole objeto de inmundas profanaciones.

Y estas causas primero, y las leyes desamortizadoras después, coronaron su devastación y destruyeron sus bienes. Aún hoy día, refieren los ancianos, por haberlo oído de boca de sus abuelos, el triste cuanto sacrílego espectáculo de ver quemar las sagradas imágenes por la soldadesca francesa en medio de la plaza pública.

Para concluir con el templo parroquial, me queda comentar el mausoleo que se encuentra en el muro del lado del evangelio. El sepulcro es de construcción de granito bien labrada. Consta de arcosolio y cama. En el primero un arco de medio punto, formado por once dovelas adornadas con cabeza de querubín, sostenido por pilastras cajeadas de capitel compuesto, también con cabeza de ángel y ovas. Está rematado con un entablamiento de doble moldura y bolas herrerianas. En la cama, lápida de granito, labrada con doble cruz y epitafio. Contiene los restos del presbítero de Jaraicejo, don Antonio Cabañas, fallecido en 1576.

La traza del sepulcro es similar a la hallada en el sepulcro de la capilla de los Vargas Pizarro en el convento de la Concepción Jerónima de Trujillo, por lo que su auditoria se le podría atribuir a Cabrera. Ahora bien, existe una parte que no cuadra en este mausoleo. Sobre el sepulcro, se ve un esgrafiado de dos dragones que sostienen un escudo que resulta un tanto peculiar en ese lugar. El escudo está partido: en la parte izquierda, se hallan las armas pontificias; tiara papal, que representa la autoridad del pontífice como papa, obispo y rey sobre dos llaves en sotuer que representan el poder de Cristo dado a San Pedro y a sus sucesores. En la parte derecha se encuentra la banda de sable, que es Carvajal. Si nos fijamos y hacemos caso a la fecha que aparece como terminación de ese mausoleo, el prelado de los obispos Carvajales ya había acabado, entonces podría pensarse que la persona que mandase construir ese suntuoso sepulcro, debía ser alguien que quería recordar a algún prelado placentino que estuviera muy vinculado a Roma y otra pista que nos da el esgrafiado, es que sobre el escudo existe un águila con las alas exployadas, como ya comenté era ese el linaje de los Sande, tratándose sin duda alguna del Cardenal don Bernardino López de Carvajal y Sande quien estuvo a punto de ocupar la silla de San Pedro. Por otro lado, según López en 1798, afirmaba que en dicha iglesia existía un escudo de don Bernardino y se debería tratar de este. La última conclusión que saco de este mausoleo, es que en ella está enterrado un sacerdote que tuvo cierta importancia social, porque un sacerdote normal no tenía una capilla funeraria de esta envergadura, y de hecho, se tiene constancia que este señor allí enterrado fue consiliario en Roma, quien mandaría construir esa capilla y colocaría las armas papales por dos motivos: uno en recuerdo de don Bernardino y el otro podría ser para recordar que él también estuvo vinculado con Roma. Cosa muy inusual como ya dije antes porque las armas pontificias, la única persona que las lleva en su escudo es el Papa.

Hasta ahora, me he limitado a comentar el majestuoso templo que construyó don Gutierre en Jaraicejo. Cabe destacar de esta Iglesia que allí también se vivieron acontecimientos importantes para la historia de Plasencia, como es el importante Sínodo diocesano que organizó y presidió don Gutierre en 1534, usando como aula de sesiones durante los quince días que duró, “la yglesia de Santa María, casi terminada”. Organizar este Sínodo su Iglesia de Jaraicejo no fue tarea fácil ya que dos días después de que principara la Asamblea, los representantes clericales impugnan la pretensión de que el Sínodo se trasladara a Plasencia, como deseaban algunos de los convocados que no habían acudido a Jaraicejo, pero se calificó esta villa como lugar oportuno y convenible al estar sitiado en el centro de la diócesis, diciendo los que estaban allí presentes que estaban en el lugar acordado y determinado.

Evidentemente, no hubo traslado de la Sede a pesar del deseo de la clerecía y cabildo de Plasencia, quedándose ubicada el aula de sesiones en “la yglesia de Santa María, de la dicha villa de Jaraicejo”.

En este Sínodo, se imponen una serie de normas tomadas del Concilio XI toledano en torno de los sinodales de quienes el obispo demanda “mucho estudio y atención en guardarlo”. Se prohíben las palabras indiscretas y las tumultuosas disensiones y se repudian las risas y las vanas habladurías. La inobservancia entrañaba la expulsión y excomunión del culpable. Con lo que respecta a la indumentaria, se exige a los sinodales que acudan vestidos con sobrepelliz. (Vestidura blanca de lienzo fino que llevan sobre la sotana los clérigos).

Probablemente, el sermón del Sínodo debería ser un momento litúrgico estelar, pero es cierto, que las referencias trasmitidas en los textos sinodales, por otros lados concisas, evidencian la abundancia de lugares comunes, nula especificidad del discurso y escasa dimensión pastoral.

De Jaraicejo, lo que si se sabe es que participaron vecinos de Plasencia, Béjar, Medellín y Miajadas. La voz del laicado de esta villa hizo oír inmediatamente concluida la asamblea impugnando una serie de constituciones que extendían perjuicios a sus derechos.

De este Sínodo, escribe don Gutierre en 1541 unas constituciones sinodales guardadas en la Biblioteca Nacional, porque otra preocupación de este Obispo fue la de crear archivos en todas las parroquias según Fray Alonso Fernández, ya que don Gutierre quería tener un exquisito cuidado en conservar los antiguos documentos.

Allí, en 1545, el mismo don Gutierre y el maestro cantero Sancho de Cabrera, “concertados e avenidos”, firman aquí el contrato sobre la construcción de una nueva iglesia en Garciaz, siguiendo el modelo de la de Jaraicejo.

“En la villa de Xaharaicejo a treynta días del mes de enero, año del Señor de mill e quinientos e cuarenta e cinco años, (…)

Nos, don Gutierre de Carvajal, Obispo de Plasencia, (…) Dezimos que damos a hazer a vos, Sancho de Cabrera, maestro de cantería, vezino de Trugillo, la yglesia del señor Santiago del lugar de Garciaz, (…)

Esta a de tener tres puertas: la una alospies, (…). An de ser muy bien hechas todas tres, e de ancho y alto de las puertas de la yglesia de Xaharizejo”.

Por último, señalar de esta parroquia que en la segunda mitad del siglo XVI, fue ascendida a la categoría de Vicaría, como queda reflejado en la “Memoria de Pilas y vecinos de la ciudad de Plasencia”, el 24 de abril de 1559. Ese privilegio de ser vicaría lo poseyó hasta el 1993, que es la fecha en que la diócesis se distribuyó en catorce arciprestazgos, pasando a pertenecer a un nuevo arciprestazgo, que sería el de Casatejada.

No sólo la iglesia nos dejo don Gutierre en ese bello paraje, también construyó otros edificios que resaltaré muy brevemente y serían los siguientes:

El Palacio Episcopal: Ya comente, que dicho Palacio, fue construido a los pies del templo por don Gutierre Vargas Carvajal para su residencia en esta villa donde pasaba largas temporadas. Se comunicaba con la Iglesia Parroquial a través de la galería Renacentista que comunicaba la iglesia y dicho Palacio por el arco exterior. En este lugar se van a desarrollar importantes acontecimientos de la vida de ese obispo, como son los ejercicios espirituales que le recomendaron que hiciese los Padres de la Compañía de Jesús, aquí recibiría también a San Francisco de Borja. Según Luis de Toro, ese Palacio Episcopal que fue uno de los edificios de feliz recuerdo que nos dejó don Gutierre, lo aumentó su sucesor, el inquisidor Ponce de León, quien moriría aquí también el 17 de Enero de 1573.

Tras su muerte, los criados del obispo ocuparían dicho palacio durante algún tiempo, como así lo atestigua un documento hallado en el archivo histórico provincial de Cáceres del fondo de Vicente Paredes Guillén. Su fecha es del 18 de Enero de ese mismo año, un día después de la muerte del Obispo Ponce de León y está escrito por Baltasar García, escribano de dicho Obispo quien el 17 de Enero le otorga testamento cerrado ante él.

Este palacio episcopal queda arruinado durante la guerra de Sucesión así como otros de los edificios notables de la villa.

Según la respuesta de este ayuntamiento a la V.R.A.E.: “ai un palacio correspondiente a la dignidad episcopal queestá arruinado y sereconoce habersido de buena arquitectura.

Campomanes, en su viaje a Extremadura escribió: Que el Palacio Episcopal se halla arruinado y sus fagmentos son de la propia arquitectura de las Casas Consistoriales.

La última referencia que se conoce de ese palacio, es que en 1798, estuvo en manos de los Condes de Santiesteban, según López y dice así: los Condes de Santiesteban conservan oi las ruinas de un sumptuoso palacio de los Obispos de Plasencia.

Del suntuoso palacio se conservan restos de los gruesos muros, arcos, bóvedas, la portada que fue de granito, adornándose la entrada con dos piedras de granito a modo de flameros, sobre pilastras cajeadas, de idéntica factura a los del templo.

Hospital de San Lázaro: Fue construido a mediados del XVI por don Gutierre Vargas Carvajal bajo el patrocinio de San Lázaro cuya finalidad era atender a los mendigos y transeúntes que pasaban por dicha villa.

Convento de la Magdalena: Según el médico placentino Luis de Toro, cerca del Monasterio de Yuste, existía un convento de monjas de la tercera orden de San Francisco, llamado de Santa Magdalena y don Gutierre para que no permanecieran en soledad, las trasladó aunque ellas no querían a Jaraicejo en el año de 1530. la obra de construcción del convento fue una Obra Pía de don Francisco Villalobos, perteneciente a una destacada familia local.

Existe un hecho extraño aquí y es que estas monjas profesaban como franciscanas, pero tras la muerte de don Gutierre, cuando son trasladadas al monasterio de las jerónimas de Trujillo, pasan a profesar en la Orden de San Jerónimo. La conclusión que se puede sacar de esto es que primeramente fueron jerónimas, y al trasladarlas don Gutierre a Jaraicejo pasarían como franciscanas, ya que en la carta repetición del traslado que se conserva en el archivo del convento de las jerónimas de Trujillo, estas monjas reivindican la pertenencia a su primera orden que sería la de las jerónima, y también para que no se perdiese el título y nombre de esa casa. Por eso, desde ese momento el convento de la concepción Jerónima de Trujillo, pasaría a denominarse de Santa María de la Concepción y de la Magdalena.

Años más tarde, el bachiller don Juan Jiménez Moreno, fundo tras su regreso de Indias un monasterio de religiosas a sus expensas conocido como Nuestra Señora de la Natividad, de orden de Santa Clara de Asís. Las fundadoras vinieron de Belvís y no se sabe cuantas vinieron. Se fundaron capellanías a expensas de este convento, llegando a ser uno de los más ricos de la diócesis, pero sin saber el motivo, en torno a 1828, el obispo Lasso de la Vega clausuró dicho convento y repartió a las monjas en los conventos de la misma orden de Trujillo, Plasencia y Serradilla, según Madoz.

El edificio está adosado al templo parroquial. La portada principal es de granito formada por un arco carpanel con marcado abocinamiento y arquivoltas que se apoyan en finas columnas sobre bases apilastradas, rematadas por artísticos capiteles muy bien labrados y en el frontal una hornacina vacía que probablemente poseería una imagen de Santa Magdalena, bajo su advocación se hallaba este convento. En su fachada se pueden ver las ventanas que ocupaban las habitaciones, dispuestas en varias plantas. En la reciente restauración del edificio para otros fines, apareció de nuevo el escudo de don Gutierre, pero esta vez en el claustro del convento.

Para finalizar este apartado, quiero recordar un edificio que hoy es desconocido para la mayoría y que en su día fue un órgano importante en esta villa. Me estoy refiriendo a la Casa del Santo Oficio de Jaraicejo, este órgano judicial creado en la Edad Media cuya misión era localizar, procesar y sentenciar a los herejes. El cargo de inquisidor era dado, principalmente a las órdenes mendicantes, franciscanas y dominicas, aunque esta última era la más abundante. El Papa, encargaba a los dominicos que predicaran el evangelio y limpiar las regiones llenas de herejes.

En España, aunque las tácticas empleadas para acabar con los herejes eran similares a la del resto de los países, el Papa, renuncia a su supervisión, dejando ésta a favor de la nobleza, siendo por tanto un instrumento en manos del Estado, más que en manos de la Iglesia, aunque los dominicos, debido a que poseían una mayor preparación teológica, rechazaban las ambiciones mundanas y, según Ignacio Colomer, era una sociedad muy hostil y cerrada a las demás órdenes, especialmente a las militares, siendo por ello, siempre funcionarios del Santo Oficio.

Los tribunales estaban formados por dos jueces letrados y un teólogo, tenían el trato de Señoría y debían vestir traje eclesiástico. Había un fiscal acusador y un juez de bienes que tasaba las posesiones confiscadas a los acusados. Los asistía un número de personal auxiliar que cumplía diversas funciones; entre ellos, los más importantes para la historia fueron los notarios, que escribían todas las preguntas y respuestas hechas a los presuntos herejes y que hoy son muy valiosos documentos, inclusive anotaban las declaraciones hechas cuando el acusado era sometido a tortura.

La jurisdicción del tribunal abarcaba todas las posesiones españolas, las sedes que se fueron creando a lo largo de su actuación fueron: Sevilla, Córdoba, Ciudad Real, Toledo, Cuenca, Murcia, Valladolid, Santiago, Logroño, Granada, Llerena, Zaragoza, Barcelona, Valencia, Baleares, Jaén, Canarias, y en América: Méjico, Lima y Cartagena de Indias; en Italia en Cerdeña y en Sicilia. El tribunal de Ciudad Real fue trasladado con el tiempo a Madrid.

Los castigos y sentencias para los que confesaban o eran declarados culpables se pronunciaban en una ceremonia pública. Los castigos podían ser desde una peregrinación, cargar con una cruz, o confiscarles una propiedad o encarcelamiento.

No hace mucho tiempo, en una casa de la calle Talavera, de dicha villa, se quitó el encalado que cubría el dintel de la puerta de un salón, apareciendo un bello escudo de las armas del Santo Oficio, que es la cruz latina que simboliza la autoridad eclesiástica. En el granito no se pueden ver los colores, pero se dice que esta cruz está pintada de verde y simboliza la esperanza de la salvación eterna sobre los herejes reconocidos por la iglesia católica. A la derecha de la cruz se encuentra una palma o ramo de olivo cuyo significado es la paz y a la izquierda un cuchillo o puñal que representa la justicia sobre los herejes condenados. Debajo de ese escudo se encuentra la cruz de los predicadores que era a la orden a la que quedaba sujeto dicho tribunal.

Dentro de ese salón, se descubrió también un frontal de azulejos donde volvemos a ver de nuevo las armas del Santo Oficio donde si se aprecia el color de la cruz verde al que me refería anteriormente.

En la parte inferior se pueden observar la cruz de los predicadores, rodeada del rosario ya que fue esta orden la que lo fundase, y debajo de esto, los nombres de dos personas que estuvieron vinculadas en esta villa al Santo Oficio.

PAVLO SUAREZ SEREJON
ANA DE SALAS

Toda la región dependía del tribunal establecido en Llerena, de cuyos funcionarios, los más abundantes van a ser el grupo de los “familiares del Santo Oficio”, especie de policía religiosa.

Un ejemplo, donde se pueden ver a personas de esta villa relacionadas con el Santo Oficio, aunque existen varios, es en las declaraciones que tuvieron que hacer varios vecinos en 1652 y 1653 para completar el expediente de “limpieza de Sangre” como así se llamaba del arcipreste de Medellín, don Juan Solano de Figueroa, natural de esta villa. Los nombres de las familias que estuvieron vinculadas al Santo Oficio en esta villa, quedan vedadas en esta ponencia, porque lo que importa de aquí es que en dicho lugar existió esta institución.

En esta villa, existieron moriscos. Según un censo de 1594 de la Inquisición de Llerena, están censadas cuatro personas que tendrían una aljama en Jaraicejo. No se sabe si serían expulsados de esta villa o reconvirtieron al cristianismo.

Como instrumento de tortura, estaba la garrucha que estaba encima del ayuntamiento de esta villa.

El Santo Oficio se suprime definitivamente tras las Cortes de Cádiz en 1812, aunque según la respuesta nº 30 del V.R.A.E. se dice que “en esta villa no hay dependientes de la Inquisición que sean de numero ni gozen fuero”. Con esto, se puede concluir que en el 1791, ya no existía allí dicha institución, quedando como recuerdo del Santo Oficio en dicha villa, una curiosa ventana de esquina y los dos escudos en el interior de la casa.

4. La construcción de barcos en el norte de España y las expediciones organizadas por don Gutierre.

Vizcaya tenía fama de tener uno de los mejores entornos para la construcción de buques, debido a que poseía los medios para dichas construcciones. Tanto Esteban Gómez (1523) como García Jofré de Loaísa (1525) buscaron el Maluco o Zipango, la Mar del Sur, con naos construidas en Vizcaya, y el buen resultado que dieron convenció a don Gutierre para repetir astilleros, métodos y materiales.

Esta parte de la vida de don Gutierre se va a desarrollar entre 1536 y 1539. El objetivo por el cual se llega a proponer una expedición a Las Indias y obtener una gobernación para su hermano Francisco Camargo, no están muy definidos. Lo que si hay que tener en cuenta, es que el Obispo centró todas sus ambiciones en este objetivo. La inversión seguramente sería ingente, ya que contrataron ocho naos de buen porte y se almacenaron pertrechos, armas y provisiones para una numerosa expedición colonizadora que se dirigiría a las Indias, al sur de la gobernación del río de la Plata, aunque parece que había otros objetivos tapados, más ambiciosos.

Los límites de la gobernación del Estrecho fueron más o menos lo que hoy consideramos la Patagonia; tanto la chilena como la argentina.

El objetivo primario era la expedición a Las Indias pero el historiador Gonzalo Fernandez de Oviedo, se atrevió a decir que a donde se dirigían era a Maluco:

En aquel tiempo de mil quinientos treinta y nueve se aparejaba otra armada que llevaba por capitán al capitán Camargo, hermano de don Gutierre de Vargas, obispo de Plasencia, muy bien preveída, de hermosa gente y artillería y municiones y de todo lo necesario para ir a la Epiceria por el Estrecho de Magallanes y otros dicen que para ir a China.

Gómara, que parece ser que está casado con Catalina hermana de don Gutierre, añadió que “otros españoles que han buscado la Epiceria que otro año envió allá ciertas naos Don Gutierre Vargas Carvajal, obispo de Plasencia, por amor y consejo de don Antonio, su cuñado y pensando en enriquecer más que a otros; pero también se perdieron sin llegar a ellos, aunque una nao de aquella pasó el estrecho de Magallanes y aportó a Arequipa y fue la primera que dio certidumbre de la costa que hay en aquel estrecho hasta Arequipa de Perú.

Existen pleitos en la Chancillería de Valladolid, que demuestran que los buques se copiaron de los de García Jofré de Loaísa y que sus características, marineros, de pequeño puntal y escasa bodega buscaban la buena navegación, adecuada para el descubrimiento, más que la capacidad de transporte idónea para el comercio o la colonización.

En El libro Viejo de la Fundación de Guatemala(1934) de Torres Mendoza, parece ser que en una carta escrita desde Santiago de Guatemala al Rey, el 12 de Mayo de 1536, parece predecir el intento de don Gutierre a esas exploraciones por inducción de su cuñado.Dice así:

Haciéndose en estos reinos seis o siete naos gruesas bien artilladas, en que viniesen hasta setecientos hombres en ellas y que estas con su capitán viniesen por el estrecho de Magallanes, hasta pasar en alguna isla o tierra firme de la costa de la otra costa de la Epicería, que mejor disposición tuviese en esta mar desta parte del estrecho acá y que allí quedasen e inbiesen a esta Casa desta Nueva España e provincias algunas de ellas que llevasen cantidad de caballos, pues para aquel tiempo los habrá en corta abundancia y otros dos mil hombres que para este afecto, fuesen venidos a esta tierra, de donde también se llevarían algunos bastimentos de refresco y algunos navíos y con todo esto fuese adonde viesen las otras naos y de allí se concertasen de enviar y descubrir por diversos rumbos y vientos las islas de La Epiceria y del Maluco, a buscar todo lo que en esta Mar está por descubrir y con la nueva de lo que hallasen, podrían volver a esta tierra según es larga la costa della siempre querrán volver, lo podrán hacer, especialmente que por esta mar dentro della reinan los vientos sures y de esta manera se podrá tomar muy de hecho esta sorpresa y sacar della tan buen fruto como la calidad lo requiere.

Desde el Estrecho hay muy buena navegación a Poniente, por lo que es la vía adecuada para descubrir los mares australes y sus prometedoras islas, aprovechando los vientos y corrientes dominantes y favorables. Pedro de Alvarado, el otro cuñado de don Gutierre, moriría antes de que comenzase dicha expedición hacia la Epiceria. Don Gutierre, se va a dar cuenta de que poco a poco, su flota va a ir menguando de ocho, a seis, cinco y finalmente un navío, que sí llegó a explorar las costas del mar del Sur.

Por otro lado, en 1535, llega a la Corte la noticia de la muerte del capitán Simón Alcazaba, quien consiguiendo la llegada de dos buques a la Costa Patagónica donde desembarcó, fue víctima de un motín y tras su muerte en 1535, sus buques se dirigieron a Santo Domingo, llegando sólo uno, capitaneado por un tesorero, Juan de Mori, que denunció los crímenes en un memorial.

Como dije antes, tras llegar estas noticias a la Corte en otoño de 1535, se empezarían a proponer nuevos candidatos para la sucesión de Alcazaba y serían Hernando de Soto, Rodrigo de Ordoñez y Pizarro. Fue la candidatura, apradinada por don Gutierre Vargas Carvajal para su hermano Francisco de Camargo la que siguió hacia delante.

Antes de firmarse las capitulaciones ya estaba don Gutierre contratando los buques; firmó cuatro naos con un portugalujo, el coronel Ochoa de Salazar. Otros cuatro fueron contratados con un armador llamado Lope de Luzarra. Salazar subcontrató uno en Castro Urdiales y Luzarra sólo le entregó dos.

Aunque con retraso, en verano de 1538, seis hermosas, bien pertrechadas y artilladas naos estaban dispuestas para realizar la travesía a Sevilla, donde se completaría el armamento, se cargarían, se recogerían a sus tripulantes y partirían hacia el Estrecho.

La flota de don Gutierre estaba muy bien artillada y por ello debía ser muy arriesgado atacarla, sin embargo existe constancia sin saber el motivo de que una de las naos se perdió en la travesía a Sevilla, quedándose don Francisco de Camargo con cinco naos desde finales de 1538 listas en el puerto de las Muelas de Sevilla.. Existe una escritura Sevillana que corrobora este dato y que también incluyo en esta ponencia aunque por problemas de tiempo no puedo leerla. Se conserva en el archivo de Protocolos de Sevilla, Oficio Primero y es del 1539 S/N. La trascripción ha sido llevada a cabo por Doña Concepción Hidalgo de Cisneros:

Sepan cuantos esta carta de poder vieren como yo, el comendador francisco de Ribera, capitán general de la Armada del Ylustrísimo sennor el obispo de Plazencia, estante al presente en la en en esta ciudad de Sevilla, por el mismo, en su nombre del dicho sennor obispo, e por virtud del (poder) que de su sennoria tengo, otorgo e conozco por mi e en el nombre que do e otorgo todo mi poder complido, libre e llanero e bastante, segund que lo he e tengo derecho mas debe valer, a Sebastián del Hoyo Billota, estante en esta dicha ciudad specialmente para que pueda tener en su poder e guarda e cargo administración (tachado: 5 naos)tres naos grandes e dos galeones quel sennor obispo tiene en el río Guadalquivir desa dicha ciudad segund que le estan entregadas por fe de pedro Morales escribano de sus magnestades e del armada del dicho señor obispo, para que dellas haga lo que por el dicho sennor obispo ostra por su sennoria le fuese mandado; otrosí,para que pueda por mí y por dicho nombre vender e ben/da ciertos masteles e fustilla e botas que yo por mi e en el dicho nombre tengo en las ataracanas desta dicha ciudad a las personas e por los precios de maravedis que mas por ello pudiera haber e fallar…… concerniente como en razón de cualquier pleytos e negocios moidos e por mover, tocantes e epertenecientes a la dicha armadadel dicho sennor obispo que agora va al Mar/del Sur, al estrecho de Magallanes, lo ottorgo e do al dicho Sebastián del Hoyo e a dichos sostitutos, que para enjuiciar fiziere con todas sus yncidencias e dependencias anexidades e conexidades fago e otorgo avidos e por aver segund (roto) su sennoria reverendisima los tiene obligados por el dicho (borrado). Fecha la carta en Sevilla en las casas de la merced de la morada del dicho comendador Francisco de Ribera, domingo, veinte dias del mes de Julio anno del nacimiento de nuestro Salvador Jesu Christo de mill quinientos treinta y nueve annos, e lo firmo de su nombre.

Don Gutierre, negoció con los funcionarios de La Corte, con los astilleros, los diferentes suministradores, los comerciantes y financieros, los carpinteros, cosmógrafos, marinos, arqueadores de naos, con muy escasa ayuda: un omnipresente comendador de Calatrava llamado Francisco de Ribera, un vecino de Illescas (Toledo) llamado Hernando de Rivadeneira y una pléyade de criados de Jaraicejo, que al ser estas tierras de secano, van a estar poco relacionadas con los temas navales.

Al final aparece Francisco Falero, hermano del socio de Magallanes, Ruy, y un juez de los Grados de Sevilla, llamado Iñigo de Argüello, que había sido corregidor de Vizcaya en los años referidos.

Existen gran cantidad de pleitos de la Chacillería de Valladolid que atañen a don Gutierre o a su familia, a las posesiones del obispado de Plasencia o al ejercicio de sus poderes jurisdiccionales. Los dos contratistas fundamentales van a ser el coronel Ochoa de Salazar y Lope Ibáñez de Luzarra comprometiéndose a realizar cada uno de ellos una serie de naos y botarlas a la ría de Bilbao. Ambos contrratos darían lugar a una serie de pleitos, los de Salazar no son directos con el obispo, sino que responden a asuntos marginales y tampoco quedaron como amigos. Existe otro pleito que acredita que una de las naos fue realizada en Castro Urdiales por Manuel de Otañez, llevaba el nombre de Santa Lucia y el precio de su remolque hasta Portugalete no convenció al obispo. Era consecuencia del incumplimiento de otra sentenia del corregidor de Las Cuatro Villas de la Costa, don Antonio de Sylva, de 14 de enero de 1538, que dirimía las diferencias entre los tres interesados, don Gutierre, Otañez y Salazar. Por último, un juicio con Diego López Gallo y consortes burgaleses trató de limitar los precios de unos mástiles y otros suministros traídos de Flandes para esta flota.

Como ya mencioné anteriormente, don Gutierre sufre un gran perjuicio con el fracaso de la expedición y la pérdida de prácticamente todas las naves. Este hecho, se sumaba al reciente cierre de las cuentas de la Tesorería de su padre con La Corona, que tardaron en liquidarse más de quince años.

La familia Vargas Carvajal perdió en estas liquidaciones la propiedad de una inmensa finca madrileña: La Casa de Campo, que fue cedida en donación de pago al rey en 1540.

En el archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Sala de Vizcaya, legajo 829/7 se encuentra la escritura otorgada por el coronel Ochoa de Salazar donde se describe todo el procedimiento referente a la construcción de esas naos que don Gutierre le encarga. Esa escritura es presentada en el pleito en 22 de septiembre de 1539. En Jaraicejo, a 15 de marzo de 1539, en presencia de García de Madrid, escribano público de dicha villa, por Gutierre de Carvajal, señor de de esta villa, se presentó una Provisión Real de 5 de octubre de 1538 por la que se daba licencia para sacar traslado de obligación.

Las naos, del obispo don Gutierre, se sabe que abandonaron el Guadalquivir a principios de septiembre de 1539 y que navegaron hasta la costa Patagónica, a donde arribaron en enero de 1540. Tres o cuatro naves, se perdieron en el Atlántico antes de ingresar al Estrecho de Magallanes y una regresó a la isla de Santo Tomé, en Guinea al mando del capitán Alvarado.

Se sabe también que el 17 de julio de 1541 llegó a Lisboa una nao portuguesa que se la había encontrado un corresponsal, Cristóbal Rayzen. Una de las naos si llega ala desembocadura del Estrecho y bajo una cruz dejó un mensaje. A partir de ese momento existen varias opiniones según los distintos historiadores, yo me quedaría con las conclusiones de Pedro José Dermis en una revista de los derroteros del Mar del Sur donde dice que debe reconocerse el esfuerzo descubridor del buque del obispo don Gutierre que consiguió traspasar el estrecho de Magallanes llegando a Perú y a Panamá. Es indiscutible que navegaron al albur de las tormentas, pero que también fueron capaces de restablecer su propio rumbo, que sondearon al sur y norte del estrecho, que bautizaron aquellos accidentes geográficos que representaban un interés para la navegación, que arrumbaron la nao a su objetivo primario, el límite de la gobernación a Pedro Mendoza, hacia el 37º sur, exploraron la región y después escaparon a tierra de cristianos, a la gobernación de Pizarro, habiendo constancia de que la nao estuvo primero en Quilea y Arequipa, y que después fue a Lima e incluso a Panamá. Geográficamente, hubo una exploración de hasta entonces desconocida: Arauco, los canales y las costas adyacentes al estrecho de Magallanes.

Una vez comentadas estas expediciones cuyo promotor era don Gutierre, nos trasladamos de nuevo al Palacio Episcopal de Jaraicejo, donde vamos a concluir con la vida de este gran mecenas y príncipe constructor. Allí va a pasar los últimos días de su vida el obispo Vargas Carvajal, donde aquejado por el mal de gota que padecía, es asistido espiritualmente durante muchos días en su postrera enfermedad por el Padre Martín Gutiérrez, quien fue el primer cura rector de ese colegio de los jesuitas de Plasencia fundado por el propio don Gutierre. Se dice que tuvo todo su juicio hasta el punto de expirar, pidiendo a los Padres de la Compañía que con él estaban que le ayudasen a morir, no queriendo oír otras cosas que las de su alma y el nombre de Jesús y de María. Otorgaría testamento en Jaraicejo el 23 de Abril de 1559, entregando su alma a Dios, cuatro días más tarde de otorgar testamento. Sus restos fueron trasladados primeramente a Torrejón el Rubio, señoría de su primo don Francisco de Carvajal, al que había encomendado el patronazgo del Colegio de la Compañía de Plasencia, estando allí su cuerpo durante un año, hasta que fue trasladado a la famosa Capilla del Obispo en la iglesia de San Andrés de Madrid, que fue construida entre 1520 y 1535, por su padre Francisco de Carvajal y por el propio don Gutierre para contener en un principio el cuerpo incorrupto de San Isidro y que por desavenencias allí surgidas, pasaría después a ser capilla funeraria de los Vargas.

La explicación de no ser llevado a Plasencia puede ser explicada por las difíciles relaciones que tuvo siempre con su Cabildo, pero sus restos podrían haber descansado para siempre bajo las bóvedas de su verdadera nao terrenal, su nao eclesial de Jaraicejo, y si esto no se llevó a cabo, probablemente fuese por el deseo de su primo, al que le unían lazos afectivos muy fuertes, de honrarle personalmente hasta que fuera colocado en su destino final.

Terminaba así el periplo de máximo esplendor para aquella villa, que cuyo obispo tanto había hecho por ella, a pesar de los enfrentamientos y pleitos que tenía a veces con los vecinos. Me despido con una cláusula del testamento de don Gutierre en la que hace referencia a su querida villa..

Item digo que por cuanto yo he tenido particular cuidado de acrecentar la villa de Jaraicejo, y de hacer de ella una villa muy princpal, y una plaza, y unas calles, y empedrarlas, y de hecho otros edificios públicos; y todo esto he gastado de mi hacienda, y no he habido conocimiento de parte de los vecinos desta villa, antes me han puesto muchos pleitos sobre una huerta y ciertas casa que hice; quiero y es mi voluntad que si se siguieran dichos pleitos, se está a las resultas, y no siguiéndolos y consintiendo a lo que está hecho, pues es en su provecho, es mi voluntad que no se cobre cosa alguna, porque yo les hago de todo ello gracia e donaçion.

ANEXO

5. Apéndice fotográfico.

img1Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Fachada Meridional.

img2Detalle del Escudo del Obispo Vargas Carvajal en el capitel de la columna.

img3Portada de los pies y arco pasadizo.

img4Interior del templo.

img5Planta de la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora.

img6Detalle de la Bóveda.

img7Pila Bautismal Siglo XVI.

img8Púlpito en el que se aprecia el escudo de d. Gutierre.

img9Puerta principal del Convento de la Magdalena. S. XVI

img10Puerta de la Merced. Iglesia Parroquial. S. XVI

img11Mausoleo en el interior de la Iglesia. Siglo XVI.

img12Detalle del escudo que corona el mausoleo.

img13Ventana de Esquina de la Antigua Casa del Santo Oficio.

img14

Escudo de la Inquisición de Jaraicejo.

img15

Frontal de azulejos con las armas del Santo Oficio.
(Casa del Santo Oficio).

Bibliografía:

  • Historias Placentinas inéditas. Domingo Sánchez Loro. Cáceres, 1993.
  • El discutido Extremeño Cardenal Carvajal. Teodoro Fernández Sánchez. Diputación Provincial de Cáceres, 1986.
  • El Obispo Don Gutierre de Vargas, un madrileño del Renacimiento. Caja de Madrid, Madrid 1994.
  • Historia General Naval de las Indias, Gonzalo Fernández de Oviedo, Madrid, Ediciones atlas, 1992.
  • Las siete centurias de la ciudad de Alfonso VIII. Alejandro Matías Gil. Asociación cultural de Plasencia Pedro de Trejo. Biblioteca placentina.
  • Extremadura en los relatos de viajeros de habla inglesa (1760-1910) Jesús A. Marín Calvario. Diputación de Badajoz, departamento de publicaciones, 2002
  • Viajes a Extremadura. Antonio Ponz.
  • Estado de Capilla. José Muñoz Rubio. Grafisur, 1985
  • Viaje de Campomanes a Extremadura, Rodríguez Amaya E. Badajoz, 1984
  • Garciaz y su término parroquial. Francisco García Serrano, Zaragoza, 1971
  • El fuero de Plasencia. José Benavides Checa. Roma 1986.
  • Introducción a las guerras del Emperador Carlos V. Sociedad estatal para la conmemoración del Centenario, Madrid 2000.
  • Libro Viejo de la Fundación de Guatemala, Biblioteca de Goathemala, 1934.
  • Descripción de la ciudad y obispado de Plasencia. Luis de Toro, Madrid 1967.
  • Del Suceso de las tres naos del obispo de Plasencia, que envió al Perú por el Estrecho de Magallanes. Antonio de Herrera, Editorial Complutense, Madrid 1991.
  • Estudio Histórico sobre la Patagonia y Tierra del Fuego, Leigpig, F.A. Brockhaus, 1993
  • Diccionario autobiográfico de conquistadores y pobladores de Nueva España, Imprenta El Adelantado de Segovia, Madrid, 1923
  • Tres hijos de Madrid, tesoreros del emperador Carlos V. Madrid, Instituto de estudios madrileños, 1960.
  • Los pleitos sobre los buques y pertrechos están archivados en : Sala de Vizcaya Legajo 829-7, legajo 1257-18 (caja 2836) y los pleitos familiares están en la Escribanía de Fernando Alonso, cajas 627-4 y 1413-6
  • Archivo General de Indias, Chile 165, folio 37 vuelto.
  • Archivo Histórico Municipal de Trujillo. Anales de la Santa Iglesia Catedral. No se ve la fecha, pero sí la persona que lo escribió, Francisco Rodríguez Escobar, contable del Obispo de Plasencia, correspondiente al prelado de Pedro González Acebedo, por lo tanto estaría escrito entre 1595 y 1609.
  • Archivo de la Catedral de Plasencia. Legajo 10-751.
  • Diccionario geográfico estadístico de la Historia de España y sus posesiones de ultramar. Madoz, 1830
  • Archivo Histórico provincial de Cáceres. Interrogatorio de la Real Audiencia
  • Archivo General de Simancas, 1494, folios 56-63.
  • Archivo Parroquial de Jaraicejo (A.P.J.) Libro de finados año 1801.
  • A.P.J. Libro de Cuenta. Año 1868.
  • A.P.J. Luis González Nuevo, Anales de la Parroquia. 1910
  • A.H.P.C. Catastro del Marques de la Ensenada.
  • A.H.P.C. Sección clero. Caja 131/56 Año 1556.

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