Oct 242023
 

 

Ángel Trigueros Muñoz**

José Ángel Calero Carretero *

Concha González Caballero**

 

 

*Asociación Histórica de Almendralejo

**Profesores del IES Santiago Apóstol

 

 

LA FOTOGRAFÍA COMO PATRIMONIO HISTÓRICO Y FUENTE DE INFORMACIÓN

La aparición de la fotografía a mediados del siglo XIX, y sus precedentes el heliograbado y el daguerrotipo, significó una revolución técnica en la reproducción de imágenes, pues permitía captar la realidad tal como se mostraba ante los ojos del espectador, antes dominio de otras artes, como la pintura, el relieve, la escultura, el grabado, etc. La fotografía supuso, por tanto, por un lado un gran avance técnico en una época de gran desarrollo tecnológico y por otro, se convirtió en testimonio y narración visual, como medio de comunicación, contribuyendo así a la memoria de las sociedades pues, desde entonces, las imágenes captadas se han convertido en un documento de información imprescindible, con su particular carga de subjetividad.

La fotografía tiene que ver con el uso de las imágenes y, en este sentido, con la comunicación y la representación. La historia de la humanidad se puede escribir, verbalizar oralmente y también visualizar en imágenes. Desde la mirada de nuestros antepasados en las cavernas paleolíticas hasta el uso actual en este modelo que venimos llamando, ya hace tiempo, “sociedad de consumo” y “cultura de masas”, pasando por la pintura, la escultura, los grafitos, los tatuajes, el cine, la fotografía, la publicidad, el cómic, etc., las imágenes son y serán un recurso universal para satisfacer nuestra necesidad de ver y mirar.

Mediante la fotografía no solo se captan imágenes, algunos dirían atrapan, sino que igualmente se construye una crónica de lo retratado, sea esto lo que fuere. Decía Susan Sontag que “hay algo depredador en la acción de hacer una foto. Fotografiar personas es violarlas, pues se las ve como jamás se ven a sí mismas, se las conoce como nunca pueden conocerse; transforma a las personas en objetos que pueden ser poseídos simbólicamente[1]. Es conocido el recelo de algunos pueblos indios a ser fotografiados[2]. Sea lo uno o lo otro, o ninguno, lo cierto es que fotografiar es, de alguna manera, “atrapar” un instante en el tiempo, de personas, objetos y relaciones.

Las imágenes, sean fotográficas o no, también influyen decisivamente a quien las contempla, cualquiera que sea la dirección que resulte de ello, como señala Debray: “Ya tranquilicen o solivianten, maravillen o embrujen, ya sean manuales o mecánicas, fijas, animadas, en blanco y negro, en colores, mudas, hablantes, es un hecho comprobado desde hace varias decenas de miles de años que las imágenes generan acción y reacción[3].  En Eco[4], como en Roland Barthes[5], la obra es algo abierto que completa un observador activo. En este sentido, cada época, dígase también tiempo histórico, país, cultura, generación, sociedad, familia, individuo, tiene y tendrá su propio discurso de la imagen y otro tanto sucederá con su lectura visual[6].

Como cualquier otro bien material o inmaterial de relevancia, la fotografía cumple una doble consideración por su significado, a saber, como patrimonio y como fuente histórica. El aspecto patrimonial viene determinado por su valor de legado e interés para la posteridad de las sociedades humanas, y esto en su dimensión nacional[7], regional[8] y, para nuestro propósito, también educativa[9]. Es por tanto un bien a preservar, organizar y difundir[10]. El aspecto documental nos aporta información relevante con la que poder reconstruir la historia, en general, y la historia de las instituciones educativas, objeto del presente artículo.

A pesar de lo dicho, la fotografía no se agota como patrimonio o documento histórico sino que amplía su discurso y sirve a otras disciplinas, abriendo así el campo a otros conocimientos[11], incluido el educativo, como venimos señalando. La fotografía también cumple otras funciones, cuando se usa como herramienta de análisis para captar realidades que llevarán a un estudio posterior más detenido, como es el caso de la geografía, la arqueología, fotogrametría, patrimonio, aérea, medicina —recuérdense los trabajos pioneros de Cajal[12]—, etc. En estos casos, la fotografía no es tanto documental como un instrumento más al servicio del trabajo científico, siendo medio y no fin. Pero ahora nos proponemos apuntar, más específicamente y sin agotar el tema, a su valor como fuente histórica para el estudio de las instituciones escolares.

La fotografía supone, pues, una fuente de información de gran utilidad para estudiar nuestro pasado más reciente. La consideración de la imagen y específicamente de la fotografía como fuente de información del pasado, sin olvidar los fines transversales que se puedan desprender de su propia naturaleza, como emocionales, lúdicos, ilustrativos, etc., es fundamental para reconocerla como fuente histórica[13]. Y esto es así teniendo en cuenta que, hasta hace poco, los investigadores tenían reticencia para usarla como fuente de información, en favor de las fuentes escritas, arqueológicas, orales, etc[14].

El pasado, como señala el historiador Jorge Lozano, no es algo dado que podamos aprehender empíricamente mediante percepción directa, sino que el investigador “solo puede observar los restos que desea investigar[15]. Por tanto, como cualquier otra fuente que decidamos utilizar, la imagen y la imagen fotográfica, se constituyen, como apunta Peter Burke, en documentos de los que extraer información y, por tanto, se consideran como fuentes para la historia[16]. El valor documental de la imagen fotográfica está en la información que nos aporta. Cada imagen fotográfica es un universo de situaciones constituidas por las personas, los objetos y las relaciones que determinan un ambiente único donde lo mostrado permanece más allá del tiempo en que se fotografió: la indumentaria, la moda, los gestos, los grupos sociales, los espacios, los ambientes, etc. De esta manera, la información de lo visual también ha contribuido a ampliar el campo de intereses de los historiadores, pues ampliado el volumen de fuentes disponibles también lo ha hecho el de estudios a abordar.

“Más o menos durante la última generación; los historiadores han ampliado considerablemente sus intereses, hasta incluir en ellos no sólo los acontecimientos políticos, las tendencias económicas y las estructuras sociales, sino también la historia de las mentalidades, la historia de la vida cotidiana, la historia de la cultura material, la historia del cuerpo, etc. No habrían podido llevar a cabo sus investigaciones sobre estos campos relativamente nuevos, si se hubieran limitado a las fuentes tradicionales, como, por ejemplo, los documentos oficiales producidos por las administraciones y conservados en sus archivos. Por ese motivo, cada vez más a menudo se están utilizando distintos tipos de documentación, entre los cuales, junto a los textos literarios y los testimonios orales, también las imágenes ocupan un lugar”[17].

En España son fundamentales los trabajos de Bernardo Riego[18], Mario Pedro Díaz Barrado[19], Beatriz de las Heras[20] y Antonio Pantoja Chaves[21], entre otros[22], para establecer la fotografía como recurso documental, con un enfoque histórico[23], con todas sus posibilidades y limitaciones. Como documento para el estudio de la historia, la fotografía será, pues, una fuente primaria para el investigador que, a su vez, se servirá y complementará de otras fuentes para el estudio del pasado[24] (Tabla 1).

PRIMARIAS Materiales Restos arqueológicos. Utensilios y herramientas. Máquinas. Vestidos y objetos de ornamentación. Vehículos de transporte. Armas, etc.
Escritas Documentos jurídicos. Textos oficiales. Memorias. Crónicas. Censos. Artículos de prensa. Registros parroquiales. Cartas. Diarios privados. Textos literarios, etc.
Iconográficas Fotografías. Grabados. Arte en general. Ilustraciones. Carteles. Caricaturas, etc.
Audiovisuales Películas. Documentales. Reportajes. Anuncios, etc.
Orales Entrevistas. Programas de radio. Canciones. Cuentos, etc.
SECUNDARIAS Libros, revistas, periódicos, etc.

 

Tabla 1.  Clasificación de las fuentes históricas.

 

LA HISTORIA DE LA FOTOGRAFÍA

Nos proponemos ahora realizar un breve, pero necesario, repaso por la historia de la fotografía, dando a conocer algunos trabajos imprescindibles que han tomado la fotografía como objeto de estudio para conocer el pasado en sus diferentes modalidades. Todos estos estudios varían en interés dependiendo del propósito que le haya asignado el investigador, pero tienen en común que presentan a la fotografía como un valioso documento portador de información. Este material fotográfico recopilado ha contribuido sobremanera a su recuperación y puesta en valor, y ha servido para reconstruir el pasado, fin último de toda fuente histórica, aunque, como decimos, el tratamiento y el resultado hayan sido muy desiguales. Por otro lado, mucho material fotográfico espera aún en archivos particulares o públicos su momento para el estudioso de turno.

Como ha señalado Bernardo Riego, la bibliografía fotográfica es abundante ya sea “en relación con el Arte, la Filosofía, la Historia o la Comunicación” y esto es así porque  “ancla sus raíces en una larga tradición de autosuficiencia del propio mundo de la fotografía, y no deja de ser un reflejo más de la propia difusión de la tecnología fotográfica que supo desde los primeros tiempos adaptarse y dar respuestas a muchas necesidades y en muy diversos campos[25].

Afortunadamente, son ya muchos los trabajos dedicados en España y en Extremadura a la historia de la fotografía y muchos también los que se han dedicado a fotógrafos. Todavía hay mucho por hacer en este sentido, especialmente en los ámbitos locales y regionales, donde la publicación de estudios sobre fotografía y fotógrafos es muy desigual por localidades, provincias y comunidades. Se han publicado muchos trabajos fotográficos, como recopilación de fotografías locales, pero son en comparación pocos los estudios sobre estas colecciones locales y los respectivos análisis que se puedan desprender de dichas fotografías: autores, historia, contenidos, metodología,  etc. En general se han publicado como muestrarios de imágenes del ayer sin un aparato crítico, analítico o metodológico. Aún así, son trabajos fundamentales desde un punto de vista de recuperación y recopilación en la preservación de estas imágenes.

En el ámbito nacional, hace tiempo que contamos con notables investigaciones en la historia de la fotografía. Por citar los más destacados, tenemos a Marie-Loup Sougez[26], Lee Fontanella[27], Miguel Ángel Yáñez Polo[28], Publio López Mondéjar[29], Isidoro Coloma Martín[30], Isabel Ortega y Gerardo F. Kurtz Schaefer[31], Juan Miguel Sánchez Vigil[32], Joan Fontcuberta[33], Carmelo Vega[34]; a estos hay que añadir, el creciente interés de la universidad y de instituciones públicas y privadas por el hecho fotográfico desde las perspectivas de sus diferentes especialidades de conocimiento[35].

Para el caso extremeño, contamos con trabajos destacables, aunque aún queda mucho por hacer. Es numerosa la cantidad de estudios locales que ya existen, como decíamos, con una intención recopilatoria y son muchos los municipios extremeños que ya cuentan con libros que recogen abundantemente fotografías antiguas de sus localidades, o las utilizan para ilustrar algún libro o revista. Esta vocación refleja el interés por mostrar la identidad de cada uno de los lugares retratados, que muestran un pasado más o menos cercano que se evoca con imágenes, muchas de ellas organizadas por temas: costumbres, folclore, familias, personajes oficios, etc. La procedencia de estas fotografías suele corresponder a colecciones privadas, las recogidas de la prensa y las obtenidas de libros dedicados a la historia y el patrimonio de la localidad. Sin embargo, como decíamos también, son escasos los trabajos publicados con un aparato crítico o los que utilizan la fotografía como fuente de información para llevar a cabo estudios de más hondura. Pero también hemos de decir que esta búsqueda de la identidad local que se hace también regional es, sin duda, el primer paso a trabajos posteriores de mayor envergadura.

Dentro de estos trabajos que se han ocupado de hacer la historia de la fotografía en Extremadura son fundamentales los de Matilde Muro Castillo[36], quizá los primeros estudios completos sobre la historia fotográfica extremeña. La Junta de Extremadura publicó en 1992 un conjunto de imágenes de diferentes localidades extremeñas que tienen a la fotografía como primera protagonista[37]. Otros intentos de rescatar el patrimonio fotográfico extremeño emanan del Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (MEIAC), a través de sus exposiciones[38]. Hay también otras iniciativas particulares que provienen de editoriales con una preocupación por el legado fotográfico español, como la editorial El Viso[39], con trabajos sobre fotógrafos que recorren la geografía española incluida Extremadura. Así mismo, tenemos el caso de la editorial Amberley[40] que se ha especializado en libros de fotografías por localidades, entre las cuales hay varias extremeñas, como es el caso de Plasencia[41], Guadalupe[42], Coria[43], Mérida[44], Montánchez[45], Cáceres[46], Navalmoral de la Mata[47], Trujillo[48], Badajoz[49] y la propia Extremadura[50].

Uno de los estudios, aunque centrado casi en su totalidad en la ciudad de Cáceres, es el del que fuera su cronista, Juan Ramón Marchena Pérez[51], aunque presentado como una historia de la fotografía en Extremadura. También contamos ya con trabajos específicos que usan la fotografía, no como un catálogo de imágenes, sino como una fuente de información a partir de la cual elaborar un estudio. Este es el caso de Penélope Rubio Montano que, aplicando una metodología y crítica exhaustiva de investigación, nos habla de los oficios de Los Santos de Maimona[52]. Aunque, quizá, de menor entidad pero igualmente interesante, es la publicación de la Asociación Cultural de Amigos de Salvatierra que recopila un importante volumen de fotografías de la localidad tratando de reconstruir la vida del pueblo del último siglo[53]. Por citar un trabajo más específico, en la línea descriptiva y de catalogación, tenemos el trabajo sobre las fotografías antiguas del Museo Nacional de Arte Romano[54].

En Almendralejo, por concluir en el contexto espacial de nuestro trabajo, contamos con estudios que recogen fotografías específicas de la localidad, es el caso de Manuel Rubio Díaz[55] con varios libros con fotografía locales, el periódico Extremadura que publica en 1992 un suplemento dedicado a fotos de Almendralejo y en 2015 el grupo Mordistritus[56] sacó a la luz una selección de fotografías[57] del archivo personal de Manolo del Castillo, fotógrafo almendralejense.

 

LAS FOTOGRAFÍAS DEL IES SANTIAGO APÓSTOL COMO FUENTE PARA EL CONOCIMIENTO DE LA INSTITUCIÓN ESCOLAR

Ya destacamos en un trabajo anterior[58], del que este es continuación, dedicado al Archivo Fotográfico del IES Santiago Apóstol de Almendralejo, el valor de la fotografía para el conocimiento de los contextos educativos. Ya dijimos entonces que esta fotografía es “testimonio en forma de imágenes del acontecer diario de la comunidad escolar en sus muchas facetas[59]. El mantenimiento y preservación de este material, como patrimonio educativo, por un lado, y fuente de información, por otro, deja constancia de lo que podríamos llamar la “dimensión histórica de la institución”. Y esto junto a otros materiales, como actas de claustro, expedientes del alumnado, material escolar, etc., que permitirían al investigador “reconstruir la historia de la educación en sus diferentes aspectos: metodologías, agrupamientos, recursos, actividades, docencia, alumnado, etc.[60]. Ejemplos de este interés investigador hacia la fotografía escolar lo encontramos en María del Mar del Pozo Andrés[61] y Antonio Pantoja Chaves[62].

El IES Santiago Apóstol fue fundado como Instituto Laboral en Almendralejo por Decreto de 30 de junio de 1950[63], mediante el cual se creaban los primeros quince Institutos Laborales de España, comenzando a funcionar como Centro de Enseñanza Media y Profesional en diciembre de 1950. Durante veinticinco años fue el único centro de enseñanza secundaria de la zona, lo que le hizo constituirse, además, en un motor de desarrollo social y cultural para la ciudad de Almendralejo y la comarca de Tierra de Barros[64], entendiéndose a partir de su funcionamiento con una cierta “misión” popular[65]. Desde sus inicios se llevó a cabo una intensa actividad fotográfica que llega al día de hoy con el objetivo principal de documentar las diferentes actividades de la vida de la institución.

Las imágenes de su Archivo Fotográfico corresponden a un conjunto de fotografías que se conservan en el IES Santiago Apóstol de Almendralejo en formato digital, pues raramente se han impreso en papel salvo los años iniciales, y estas están prácticamente perdidas salvo las que se consiguieron recuperar con motivo de la celebración de su cincuenta aniversario[66] en el año 2000. Las primeras fotografías datan del curso académico 1950-51 con la creación del centro educativo y continúan hasta nuestros días, como un medio de certificar con imágenes las actividades de la vida educativa. A este conjunto podemos llamarlo, pues, como fondo, archivo o colección fotográfica y forma parte del patrimonio educativo[67] del centro. Las imágenes conservadas van, por tanto, desde el año 1950 hasta el presente. Las fotografías de mayor antigüedad, cuya cronología podemos considerar entre 1950 y 1965, han sido recuperadas gracias a profesores jubilados, antiguos alumnos, familias o entresacadas de las primeras publicaciones del centro. Queda por rastrear en hemerotecas en publicaciones de la época donde a buen seguro encontraríamos unas cuantas más. Estas fotografías están en blanco y negro, y son especialmente relevantes para reconstruir la historia de aquellos primeros años. Sin embargo, es nuestro propósito considerar a todo el conjunto fotográfico desde su inicio hasta el presente, como venimos diciendo, como ejemplo de fuente de información para la historia del centro.

Las fotografías están aún en fase de catalogación, teniendo en cuenta dos criterios principales de clasificación: uno cronológico y otro temático. En el criterio cronológico la organización se establece obedeciendo a aspectos tan básicos como es la organización por cursos académicos y dentro de cada curso por actividad realizada. Esto nos permite una primera clasificación que nos ayuda a tener localizadas y datadas casi todas las fotografías. El criterio temático es algo más complejo, teniendo en cuenta que una misma fotografía puede adscribirse a una actividad, pero a varios temas. Estos temas ya fueron establecidos en el trabajo citado[68]. En ningún caso son temas cerrados, se pueden establecer otros, ampliando o reduciendo su número o proponiendo matices para dichos campos.

  1. a) El edificio. Está formado por el conjunto de imágenes correspondientes a la edificación iniciada en 1953 y finalizada en 1956, obra del arquitecto madrileño Manuel Fisac Serna (1913-2006). Estas imágenes son una fuente de información fundamental para reconstruir la vida del edificio y su evolución, junto a las sucesivas reformas y ampliaciones. Son notables las diferencias que encontramos en este desarrollo diacrónico a partir de una estructura básica y las sucesivas reformas, ampliaciones, reorganizaciones, que nos dan una idea de las transformaciones a lo largo del tiempo así como las explicaciones que nos permiten entender la historia del edificio.
  2. b) Las enseñanzas y su evolución. Como recoge la RAE en una de sus acepciones, la enseñanza es la “transmisión de conocimientos, ideas, experiencias, habilidades o hábitos a una persona que no los tiene”. Aunque pueda parecer una definición precaria, si la comparamos con otras emanadas de las directrices educativas, nos vale para expresar el valor de la educación como transmisión y elaboración de conocimiento. Desde este punto de vista, estas imágenes presentan la práctica educativa en diferentes acciones que reflejan el acto educativo de las materias, concretadas en aspectos como las metodologías, las actividades, los recursos empleados, los espacios utilizados, etc., hasta dónde la imagen muestre con sus propias limitaciones. Estas fotografías muestran, por tanto, aspectos relacionados con la práctica de la enseñanza propios de la institución educativa.
  3. c) El profesorado y el alumnado. Hemos querido destacar un conjunto de imágenes que muestran al profesorado y al alumnado en el acto mismo de la actividad educativa. La enseñanza es un acto de comunicación profesional entre personas que comparten el hecho educativo y que necesita de un encuentro que podemos llamar transmisor, de descubrimiento y construcción, y que hoy llamaríamos de acuerdo a la última ley educativa·”situación de aprendizaje”[69]. Estas imágenes son instantáneas en las que aparecen los docentes en relación con sus alumnos, cualesquiera que sea el espacio donde se dé este proceso de enseñanza-aprendizaje.
  4. d) El alumnado. En estas fotografías el centro de interés no recae en el proceso de enseñanza y aprendizaje sino en los alumnos recogidos de manera individual o grupal en situaciones que no son de aprendizaje, tales como imágenes de agrupaciones, grupos aula, etc.
  5. e) El personal no docente. Estas fotografías, de fácil identificación, pero escasas en número en comparación con el resto, muestra al grupo de profesionales que dependen de la Secretaría, estos son: el personal de administración, auxiliares y cuidadores, conserjes, ordenanzas y personal de limpieza, y también cuidadores y educador social.
  6. f) Asociación de Madres y Padres. Estas imágenes están formadas por la representación, principalmente padres y madres, pero también abuelos, hermanos, etc.
  7. g) Actividades complementarias y extraescolares. Las primeras se refieren a las actividades que se desarrollan dentro de los currículos de las distintas materias, son obligatorias, evaluables y están dentro del horario escolar. Las segundas complementan el currículo y se desarrollan en horario extraescolar.
  8. d) Otros temas. Sin agotar otras propuestas, en este apartado incluiríamos todos aquellos temas no tratados en los anteriores, como profesorado, festividades, biblioteca, radio escolar, protocolo, publicaciones, jubilaciones y homenajes, jornadas, premios, etc.

 

PROPUESTAS DE TRABAJO CON LA FOTOGRAFÍA ESCOLAR

Queremos ahora proponer las líneas de trabajo, o fases si las entendemos como pasos a seguir, con la fotografía escolar como fuente de información histórica. Algunas de estas líneas de trabajo se están desarrollando en la actualidad con la colección de fotografías que constituyen el Archivo Fotográfico del IES Santiago Apóstol de Almendralejo, especialmente con las fotografías que consideremos más antiguas. Todas estas propuestas cumplen los objetivos de mostrar la colección como una fuente de información y conocimiento para los investigadores de la cultura escolar, recordando la naturaleza histórica de cualquier institución, incluida esta y preservar este legado para la comunidad educativa y las generaciones futuras. Entendemos que estas líneas de trabajo son complementarias, es decir, son, como se ha dicho, fases en las que cada una de las cuales sucede a la otra. En cualquier caso, cada una de ellas puede constituirse como un trabajo independiente, como veremos, pero insistimos en mostrarlas como secuencias de un trabajo histórico.

Primera línea: Mantener y organizar el fondo fotográfico. La primera de todas es, sin duda, mantener, preservar y aumentar el fondo fotográfico, La colección de fotografías, de existir esta, como en el caso que nos ocupa del IES Santiago Apóstol, constituye la memoria visual de la historia del centro. Es necesario dar a este fondo de imágenes el valor que le corresponde y establecer las condiciones para su preservación. Las fotografías que han llegado a nosotros son fruto del interés de aquellos que vieron con claridad que las imágenes constituían un valor añadido de la historia del centro. Sin ellas la historia de la institución sería más deficitaria.

El acrecentamiento de esta colección debe ser, por tanto, una tarea fundamental. Una colección nunca está cerrada, antes al contrario, está sujeta a nuevas incorporaciones que amplíen el fondo existente y enriquezcan la historia visual de la comunidad a la que están referenciadas. En esta secuencia cronológica de la que venimos hablando, que comienza con la creación del Instituto Santiago Apóstol en la década de los años cincuenta, hay periodos más abundantes en cuanto a la presencia de fotografías y años en los que por diversos motivos el material visual es más escaso o incluso ausente. Sabemos, por ejemplo, de hechos escolares sucedidos de los que no tenemos referencias visuales y, en otros casos al contrario, hemos conocido el desarrollo de alguna actividad gracias a un testimonio visual[70]. Este aumento de los fondos fotográficos puede darse a través de muchas vías: consulta de la prensa local de la época, estudios de investigadores del municipio, antiguos alumnos[71], fotografías privadas de docentes, madres y padres de alumnos que ocasionalmente pudieran haber tomado imágenes, coleccionistas de material visual y, sin agotar la nómina, fotógrafos de la localidad.

Segunda línea:  Catalogación de las imágenes. En otra línea de trabajo, complementaria de la anterior en esta secuencia de trabajo que venimos señalando, se pretende crear un catálogo de imágenes siguiendo la idea de otros investigadores, como es el caso de Antonio Pantoja Chaves[72]. Este estudioso de la fotografía escolar propone la creación de una base de imágenes fotográficas escolares. Para la realización de este catálogo, Chaves propone, basándose en otros autores y casos[73], la creación de una ficha de la imagen en la que aparecerían los diferentes campos adscritos a cada imagen.

  • Número de registro o referencia: número que se le asigna en el catálogo.
  • Tipo de imagen: fotografía, diapositiva, cristal, grabado, negativo, postal, prensa, etc.
  • Fecha: año o curso escolar que se recoge en la imagen, exacto o aproximado.
  • Procedencia: pertenencia de la imagen, en este caso, fotógrafo profesional, prensa, docentes, familias, el propio centro, publicación.
  • Datos técnicos: como formato, color, conservación, etc.
  • Autoría: Esta puede variar desde el anonimato hasta ser responsabilidad fotógrafo, ya sea profesional, por cuenta de algún medio de comunicación, hasta docente, familiar o alumno.
  • Lugar: se trata del ámbito espacial que aparece en la fotografía.
  • Tema: circunscrito a la información principal que aporta la imagen.
  • Palabras clave: términos que refieren otros aspectos del contenido de la fotografía además del principal.
  • Personajes: personas físicas que aparecen.
  • Mobiliario: lo referimos al conjunto de muebles que se muestran, incluidos los instrumentos pedagógicos.
  • Descripción: relativo al contenido e información complementaria.
  • Imagen: la que aparece en la propia fotografía, negativo o diapositiva.
  • Observaciones: todas aquellas que sean necesarias para completar la información de la imagen.

Esta base de datos informatizada no solo permitirá la organización de dicho banco de imágenes, sino también se constituirá como una herramienta fundamental de trabajo para el investigador[74]. Todos estos campos permiten la visualización de las imágenes desde diferentes variables, de tal manera que cada imagen queda adscrita a una serie de conceptos claves que facilitan su localización. Por ejemplo, si buscamos las veces que aparece un docente en el conjunto total de la colección, o cuántas imágenes tratan de temas deportivos, o qué otras muestran actividades de música, cuáles son excursiones al extranjero, en qué fotografías se ven prácticas de aula, cuáles muestran procesos de aprendizajes, en cuántas aparecen aspectos del edificio, o en otras qué material escolar, etc.

Presentamos a continuación un ejemplo de catalogación utilizando para ello una imagen de los primeros años del instituto. Se trata de una fotografía de los profesores que en el año 1956, catorce en total, impartían clases en el Instituto Laboral de Almendralejo. La fotografía está realizada en el vestíbulo principal de acceso al Instituto, delante del despacho del director.

 

FICHA CATÁLOGO
N.º Registro Por determinar. Tipo de imagen Fotografía.
Fecha 1956. Procedencia Particular.
Datos técnicos Blanco y negro, soporte digital.
Autoría Guillermo Amador (docente) Lugar Vestíbulo de secretaría.
Tema Claustro de profesores.
Palabras clave Profesores, claustro, indumentaria.
Personajes De izquierda a derecha y de arriba abajo: Guillermo Amador Rodríguez, Juan Maraña Frutos, Gabriel de las Casas Pulido, María Buiza Campos, Salustiano Álvarez Martínez, José Manuel Azcárraga Alabau, Juan de Dios Antolín Siffredi, Leopoldo García Morera, Leandro Díaz Galindo, Luis Cordero Píriz, Matilde Martínez Pérez, Tomás de la Hera y Martínez de Pinillos, Felipe García Lencero y Carlos Llamas Flores.
Mobiliario
Descripción Claustro de profesores delante del actual espacio de administración del instituto. En el centro don Tomás de la Hera y Martínez de Pinillos, director  y profesor de Química. Los profesores con indumentaria de la época, en traje y corbata, las profesoras con vestido clásico y elegante..
Imagen
Observaciones Intención de transmitir a la comunidad educativa y social el cuerpo de profesores de la institución.

 

Tercera línea. Decodificación de la imagen. El valor documental de la fotografía, como ya quedó dicho, permite trabajar con este fondo testimonial como una fuente para que los investigadores de la cultura escolar pueden aprovechar las imágenes como una fuente más con la que escribir la historia de la educación y sus prácticas. Este sentido localista y contemporáneo que proporciona la fotografía en general y escolar en particular, permitirá al investigador de la educación abrir nuevos espacios de comprensión del hecho educativo. El uso de la imagen es sin duda un complemento fundamental que aportará más comprensión si la estudiamos con este valor de documento, con su correspondiente crítica heurística y lectura iconográfica.

Como apunta del María del Mar Pozo Andrés, “para poder elevar el status científico de los estudios visuales es necesario utilizar una metodología de análisis consolidada y bien experimentada[75]. Por tanto, una parte importante de este trabajo tiene que ver con “trabajar con la fotografía”, es decir, con el uso de la fotografía como fuente de información. Como dice Peter Burke: “En los próximos años será interesante comprobar cómo unos historiadores de una generación que se ha visto expuesta a los ordenadores y a la televisión prácticamente desde su nacimiento y que siempre ha vivido en un mundo saturado de imágenes, se sitúa ante los testimonios visuales del pasado[76].

En esta fase aplicamos la metodología necesaria para decodificar la imagen que necesariamente deberá seguir unos pasos. Para el historiador que se sirve de la imagen, sea fotográfica o no, es necesario igualmente aplicar el mismo procedimiento de metodología histórica[77] que se emplea con otras fuentes[78], así la interpretación vendrá precedida de aspectos analíticos con preguntas concretas como: qué se muestra, cómo se muestra, dónde, por qué, para qué, contexto histórico, autoría, motivación, a quién iba dirigida, etc.

Afortunadamente, ya hay numerosos estudios, algunos de los cuales ya se han mencionado en este trabajo, que hacen propuestas novedosas para estudiar la fotografía con enfoques transversales y multidisciplinarios, donde la perspectiva histórica se completa con otros aspectos, como los mencionados al inicio de este artículo, antropológicos, sociológicos, etc. Por poner un ejemplo de metodología, mencionamos las ideas de Antonio Rodríguez de las Heras, pionero en el trabajo con la imagen como fuente de información. Su planteamiento pasa por aspectos como, la observación y el análisis, la datación y contextualización, su relación con otras imágenes, la asociación de significados presentes en la fotografía y, finalmente, su valor de representación y de comunicación[79].  Todo aquello que hace considerar a la imagen, como señala Beatriz de las Heras, como un “documento histórico portador de múltiples significados[80], pero limitando la sobreinterpretación con el objetivo de no deformar su sentido original[81]. Esta misma investigadora, para un estudio más metódico, nos proporciona los pasos necesarios para encarar este análisis de crítica fotográfica, que tendrá que contar, al menos, con los siguientes puntos, que aquí solo mencionamos: heurístico, del proceso, técnico, iconográfico, iconológico y de estudio global[82].

En la imagen que nos está sirviendo de ejemplo, los profesores del instituto Santiago Apóstol de 1956, el análisis tendría en cuenta estos aspectos mencionados. El año de realización de la fotografía, el contexto espacial, la descripción individual de los integrantes, la agrupación significativa de cada uno de los fotografiados, el número de profesores y profesoras, las relaciones interpersonales, las jerarquías evidentes, los diferentes planos, los gestos y las posturas, las miradas, la forma de vestir, los valores que se desprenden, el objetivo de la imagen y la intencionalidad de la misma, entre otros.

Cuarta línea. La construcción del discurso histórico. A partir de las fases anteriores, ahora nos proponemos completar nuestra investigación teniendo en cuenta cuál haya sido nuestra propuesta o hipótesis inicial. Se necesita ahora también la consulta de otros materiales determinantes para la investigación, muchos de ellos presentes en el archivo documental[83] del instituto o presentes en otras fuentes y lugares, incluyendo las orales a las que podemos acceder aún hoy en día. La materialización de este discurso histórico dependerá de la propuesta o hipótesis inicial de nuestra investigación y se construirá con toda la información obtenida que nos ha precedido, teniendo en cuenta la ayuda de otras disciplinas auxiliares, como “Comunicación Visual afrontada desde la Semiótica, la Filosofía de la Imagen, la Sociología de la Comunicación, o la Psicología de la Percepción, entre otras[84].

Siguiendo con el ejemplo de nuestra fotografía elegida, los profesores del año 1956, y teniendo a esta imagen como referencia, podemos ahora continuar con nuestra investigación histórica y completar y desarrollar los aspectos de nuestro estudio, que pudieran aumentar el conocimiento sobre los docentes que constituyeron el claustro inicial del IES Santiago Apóstol. Este trabajo se construirá, pues, sobre la trayectoria personal y profesional de estos docentes, sobre sus lugares de orígenes, sobre su formación académica y sus estudios posteriores, la entrada y salida de la institución educativa, las amistades que se tejieron entre ellos, sus publicaciones, sus inquietudes y necesidades, su relación con el instituto y la población, y la evolución posterior de cada uno. Cada docente se puede estudiar de manera individual y posteriormente configurarlo dentro del cuerpo de profesores y, en un sentido más amplio, en el conjunto de la comunidad educativa,buscando sentido dentro del ecosistema comunitario, con asuntos como el alumnado y sus familias, proyección social, intereses extraacadémicos o labores no educativas. Otro tanto podría decirse para el papel que desempeñó el instituto como motor de iniciativas de desarrollo no solo educativo, sino también cultural, económico, profesional, industrial, etc.[85].

La imagen seleccionada ha servido de ejemplo y muestra, solo a manera de esbozo, para trazar todo este amplio recorrido de descubrimiento sobre una institución educativa en particular, y, en este caso, sobre los primeros docentes que estuvieron al frente del centro en los primeros y decisivos años de su fundación. Por tanto, cada una de las fotografías que constituyen el Archivo Fotográfico del IES Santiago Apóstol es portadora de valiosa información. Pero como todo conocimiento científico, el conocimiento que se construya será provisorio y el inicio de investigaciones posteriores arrojarán más información sobre el instituto en cualesquiera de los temas que se planteen.

Proponemos ahora algunos temas más como ejemplos de posibles investigaciones históricas sobre la cultura escolar, cuyos ejes centrales serían los temas propuestos en el apartado anterior, pero considerando la gran variedad de intereses que puede plantear el investigador de la cultura escolar. Los acompañamos de imágenes como muestra de esta reconstrucción histórica que enseñamos a través de la fotografía.

La evolución del edificio en sus muchas facetas, como los aspectos estructurales, cambios significativos en el modelo organizativo, distribución orgánica de sus elementos, reformas, ampliaciones, etc, como muestran las imágenes aéreas de los años 1967 y 2001 (Fig. 1 y 2).

1 2

Figuras 1 y 2. El IES Santiago Apóstol, en 1967 y 2001.

Los cambios en las enseñanzas y su evolución en aspectos tales como los objetivos, los contenidos, los espacios y los tiempos, la metodología, los recursos didácticos, los materiales[86], los modelos organizativos, etc. (Fig, 3 y 4).

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Figuras. 3 y 4. Alumno en el aula de mecanizado, en 1960, y globo aerostático con el profesor don Juan de Dios Antolín, en 1965.

La naturaleza cambiante de las relaciones entre profesorado y alumnado en sus muchas variables dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, así como las actitudes de uno y otro colectivo, el ambiente con sus jerarquías,  las actitudes, etc. (Fig. 5 y 6).

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Figuras.5 y 6. Don Tomás de la Hera en una clase sobre aceites y don Eulogio Pérez en el aula de carpintería, en 1962.

Los alumnos en sus diferentes agrupaciones, tales como imágenes de promociones, de orlas, en diferentes espacios y que nos permitan conocer las formas de posar ante la cámara, distribución de los alumnos en la imagen, ambiente en general, lugar de la fotografía, escenografía elegida, motivo de la agrupación, etc. (Fig. 7 y 8).

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Figuras 7 y 8. Promociones de alumnos en los años 1957 y 1958.

 Las actividades complementarias, extraescolares y otras diversas acciones que muestran diferentes momentos de la vida de un centro de enseñanza en sus muchas facetas y variables, como quedó dicho, como profesorado en actitudes no docentes, festividades, biblioteca, radio escolar, protocolo, publicaciones, jubilaciones y homenajes, jornadas, premios, etc. (Fig. 9 y 10).

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Fig 9 y 10. Excursión a Mérida, en 1953, y visita de doña Pilar Primo de Rivera, en 1953.

Es evidente que la nómina de asuntos a tratar es amplia y obedecerá a las propuestas de la investigación que se pretenda llevar a cabo. Cada fotografía escolar en sí misma tiene un alto valor informativo como testimonio del pasado, el uso de las conservadas en el archivo del instituto enriquecerá cualquier investigación, y esto de manera aislada o junto a otras fuentes que complementen el estudio que se quiera llevar a cabo.

 

CONCLUSIÓN

En el presente estudio hemos querido principalmente poner en valor el uso de la fotografía escolar como fuente para el estudio de las instituciones escolares. Dejamos para futuros trabajos un desarrollo más completo de algunas de estas imágenes, pues nuestro objetivo ha sido principalmente señalar y trazar un recorrido básico con el que abordar cualquier investigación con la fotografía como fuente de información del pasado.

Hemos establecido cuatro fases en el desarrollo de nuestro trabajo, a saber, primero, mantener y organizar el fondo fotográfico, segundo, catalogación de las imágenes a través de una ficha catalográfica con diferentes categorías creando una banco de imágenes, tercero, descodificación de la imagen para extraer de ella información relevante y, finalmente, construcción del discurso histórico y desarrollo de nuestra investigación, con el auxilio y complemento de otras fuentes.

En estudios anteriores, ya mencionados, pusimos el interés de estas fotografías como patrimonio histórico-educativo. En el presente, hemos querido destacar el valor testimonial e informativo como fuente para el estudio de los centros educativos y, por tanto, como una documentación indispensable para su conocimiento.

No cabe duda del valor de estos materiales fotográficos si queremos ahondar en nuestro pasado escolar a través de estos testimonios visuales. Desde aquí animamos a su conservación así como a su estudio para un mejor conocimiento de la historia de nuestros centros educativos y también como un vínculo entre el pasado y el presente, como reconocimiento a los que nos precedieron y un proyecto de futuro para preservar esta memoria para las generaciones venideras

[1] SONTAG, Susan. Sobre la fotografía, Barcelona, Alfaguara, 1977, p. 31.

[2] Véase, por ejemplo, este artículo de BAYONA ESCAT, Eugenia, “Sobre cámaras y prohibiciones: fotografía y turismo en Los Altos de Chiapas (México)”, Gazeta de Antropología, 3 (1), 2015.

[3] DEBRAY, Régis. Vida y muerte de la imagen. Historia de la mirada en Occidente, Barcelona, Paidós, 1994, p. 15.

[4] ECO, Umberto. Obra abierta, Barcelona, Planeta-De Agostini, 1992.

[5] Aunque Roland Barthes evolucionó en su idea del impacto de la imagen sobre el observador, en general podemos decir que en su obra siempre hay esa insistencia de que el receptor completa lo observado, intelectual y emocionalmente: BARTHES, Roland. Lo obvio y lo obtuso: Imágenes, gestos, voces, Barcelona, Paidós; 1986; La cámara lúcida. Nota sobre la fotografía, Barcelona, Paidós, 2009.

[6] Siendo mucho lo recorrido, todavía le queda a la teoría de la recepción mucho que decir sobre cómo recibimos, como espectadores, nuestra realidad y a buen seguro que habrá que recurrir a varias disciplinas para dar cuenta de ello, ponemos por caso la psicología, la pedagogía, la antropología, sociología, la fenomenología, la hermenéutica, y tener en cuenta aspectos tales como la educación familiar, la ideología, la edad generacional, el momento histórico, el país, etc.

[7] Ley Patrimonio Histórico Español de 1985 (artículo 47.2):  Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, Boletín Oficial del Estado, núm. 155, de 29 de junio de 1985, Madrid. Disponible en: https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1985-12534.

[8] Ley de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura (artículo 1.2.):  Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, Boletín Oficial del Estado, núm. 155, de 29 de junio de 1985, Madrid. Disponible en: https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1985-12534.  Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, Diario Oficial de Extremadura, núm. 59, de 22 de mayo de 1999, Mérida. Disponible en: https://www.boe.es/eli/es-ex/l/1999/03/29/2/con.

[9] RABAZAS ROMERO, T. y RAMOS ZAMORA, S., “Patrimonio histórico-educativo de España. Museología y museografía”, en RUIZ BERRIO, J. (ed.), El patrimonio histórico-educativo, pp. 169-200., citado de COLLELLDEMONT, E., Diccionario de pedagogía, 2009.

[10] CARRIÓN GÚTIEZ, Alejandro (coord.)., Plan Nacional de Conservación del Patrimonio Fotográfico, Ministerio de Educación y Deporte, 2015. Disponible en: file:///C:/Users/Usuario/Downloads/11-maquetado-patrimonio-fotografico.pdf.

[11] Entre otros trabajos pueden verse los siguientes: FREUND, Gisèle. La fotografía como documento social, (1.ª ed. en francés, 1974), Barcelona, Gustavo Gili, 2017; LARA LÓPEZ, Emilio Luis. “La Fotografía Como Documento histórico-artístico y etnográfico: Una Epistemología”, Revista de antropología experimental, N.º 5, Universidad de Jaén, 2005, pp. 1-28; NARANJO, Juan (Edic.). Fotografía, antropología y colonialismo (1845-2006), Barcelona, Gustavo Gili, 2006; LARA LÓPEZ, Emilio Luis (2003), La religiosidad popular pasionista contemporánea (Jaén, 1859-1978): una historia a través de la fotografía como fuente documental, Jaén, Instituto de Estudios Giennenses, 2004; LARA LÓPEZ, Emilio Luis y MARTÍNEZ HERNÁNDEZ, María José. “Historiar con imágenes: un ensamblaje metodológico a través de las duraciones históricas. El Santo Rostro como fuente documental visual”, Elucidario. Seminario bio-bibliográfico Manuel Caballero Venzalá, N.º 1, 2006, pp. 333-352; LARA LÓPEZ, Emilio Luis. “El historiador y la fotografía: una relación antropológica”, Fotocinema: revista científica de cine y fotografía, N.º 10 (Enero), 2015 (Ejemplar dedicado a: MIRADAS CONVERGENTES: la fotografía y sus interpretaciones en Humanidades y Ciencias Sociales.), pp. 75-99; RUBIANO MONTANO, Penélope. Sistema de información histórica para el análisis de los oficios de los Santos de Maimona a través de la fotografía: desde principios del s. XX hasta la democracia, Tesis doctoral dirigida por Agustín Vivas Moreno (dir. tes.), María Victoria Nuño Moral (codir. tes.). Universidad de Extremadura, 2017; ROMERO SANTAMARÍA, Alfredo. “Etnografía: interpretación de materiales gráficos”, en Estado actual de los estudios sobre Aragón. Actas de las quintas jornadas celebradas en Zaragoza del 15 al 18 de diciembre de 1982, 1984, pp. 251-285; BAYOD CAÑAMERO, Alberto. La fotografía y su reflejo social. Belmonte (1860-1940), Asociación Cultural “Amigos del Mezquín”, Belmonte, 544 Pág. + 1 CD, 2009; MUÑOZ, J. “De la fotografía social a la fotografía antropológica: un intercambio metodológico”, en Segunda Muestra Internacional de Cine, Vídeo y Fotografía. El Mediterráneo, Imagen y Reflexión, Working Papers, N.º 3, 1999, pp. 149-160; CASTILLO RAMÍREZ, Guillermo. “La fotografía como registro antropológico. Aproximaciones, alcances y limitaciones de la imagen fotográfica como fuente y representación de la otredad”, Margen N° 77, 2015; Cerdá Pugnaire, J. A., Lara Martín-Portugués, I. y Pérez Ortega, M. U. “Imagen de la mujer giennense en la obra fotográfica del Dr. Cerdá y Rico”, en  El Toro de Caña, Revista de Cultura Tradicional de la Provincia de Jaén, N.º 6, 2001, pp.. 151-216; MADRID, Juan Carlos de la y GARCÍA RODRÍGUEZ, Alfonso. Fotografía, industria y trabajo: José Zamora Montero (1874-1953), Gijón: Trea, 2019, este último es un estudio de la sociedad, el trabajo y los trabajadores entre dos siglos, XIX y XX, basado en la colección de fotografías de José Zamora Montero, capataz de minas de la Real Compañía Asturiana.

[12] Su libro La fotografía de los colores, fue paradigmático en este campo.

[13] Sin entrar en asuntos de debate historiográfico (Véase Popper, Althusser y Thompson), baste para este artículo considerar como fuente histórica la definición clásica y amplia de Topolski, que la define como “aquella que abarca todas las fuentes del conocimiento histórico (directas o indirectas), es decir, toda la información sobre el pasado humano, donde quiera que se encuentre esa información, junto con los modos de transmitir esa información (canales de información)”. En TOPOLSKY, Jerzy, Metodología de la historia, Madrid, Cátedra, 1985, p. 300.

[14] En su publicación del año 1986, todavía se quejaba el historiador Gonzalo Menéndez Pidal del poco uso que los historiadores hacían de las imágenes para reconstruir el pasado: “Solo en raras ocasiones el historiador actual cobra conciencia de que hay sustanciales relatos históricos que han llegado a nosotros en forma no escrita […]. Pero esa historia que nuestros antepasados nos dejaron contadas en imágenes, las más de las veces ha perdido para nosotros su valor, porque nos hemos vuelto sordos a ella […].  A pesar de lo dicho, muchos son hoy los historiadores que apenas comprenden el valor documental que para la Historia tienen las imágenes. Y esto sucede en un tiempo donde la masa de las gentes recibe más información gráfica que nunca a través de la prensa, los libros, la televisión y el cine. Tal vez esto mismo produce en los eruditos de formación decimonónica una violenta reacción que les lleva a mostrar decidido desprecio por la imagen”.  En: MENÉNDEZ PIDAL, Gonzalo. La España del siglo XIII leída en imágenes, Madrid, Real Academia de la Historia, 1986, pp. 7 y 11.

[15] LOZANO, Jorge. El discurso histórico, Madrid, Alianza, 1986, p. 60.

[16] Para un completo planteamiento de la imagen y de la fotografía como fuente para la historia, véase el magnífico trabajo de BURKE, Peter. (2001). Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico, Barcelona, Crítica. Otro magnífico trabajo de carácter plural es: DÍAZ BARRADO, Mario Pedro (Coord.). Las edades de la mirada, Cáceres, Universidad de Extremadura, Instituto de Ciencias de la Educación, 1996.

[17] BURKE, Peter. op. cit., p. 11.

[18] RIEGO AMÉZAGA, Bernardo. “La veracidad fotográfica y sus límites imaginarios: análisis de los mitos visuales y tecnológicos del objeto fotográfico”, Kalathos: Revista del seminario de arqueología y etnología turolense, N.º 9-10, 1989-1990, pp. 287-312; “De la Fotohistoria a la Historia con la Fotografía”, en Fotografía y métodos históricos, 1994, pp. 11-37; “La historiografía española y los debates sobre la Fotografía como fuente histórica”, Ayer, N.º 24, 1996 (Ejemplar dedicado a: Imagen e historia), pp. 91-112; “La Mirada Fotográfica en el Tiempo: una propuesta para su interpretación histórica”, en Las edades de la mirada, DÍAZ BARRADO, Mario Pedro (ed.). Universidad de Extremadura, 1996, pp. 215-236; “Una intersección de interpretaciones sobre fotografía: entre la disparidad epistemológica y la diversidad de aproximaciones”, Ayer, N.º 96, 2014, pp. 185-199; “La historia de la fotografía ante un nuevo tiempo cultural. Reflexiones para un encuentro interdisciplinar, Fotocinema: revista científica de cine y fotografía, N.º 10, 2015 (Ejemplar dedicado a: Miradas convergentes: la fotografía y sus interpretaciones en Humanidades y Ciencias Sociales.), pp. 9-25; “Las imágenes como fenómeno cultural: una necesaria mirada en etapas para abordar los retos actuales”, Historia y Memoria de la Educación, 10, 2019, pp.17-49.

[19] DÍAZ BARRADO, Mario Pedro: “Imagen e Historia”, Ayer, (coord. Díaz Barrado), N.º 24, AHC, Madrid, Marcial Pons, 1996; “La imagen en el tiempo: el uso de las fuentes visuales en Historia”, Historia Actual Online, N.º 29, 2012, pp. 141-162; “Una visión de España en el siglo XX: instantes fotográficos para construir la memoria”, Berceo N.º 149, 2005, pp. 87-108; “Historia del Tiempo Presente y nuevos soportes para la información”, Cuadernos de historia contemporánea, N.º 20, 1998, pp. 41-60; “Historia y fotografía: la memoria en imágenes”, Historia, antropología y fuentes orales, N.º 19, 1998 (Ejemplar dedicado a: Más allá de la imagen), pp. 23-46; “La fotografía y los nuevos soportes para la información: del instante al proceso”, Las edades de la mirada (coord. por Mario Pedro Díaz Barrado), 1996, pp. 191-214; “Historia del Tiempo Presente y nuevos soportes para la información”, Cuadernos de Historia Contemporánea, N.º 20, 1998, pp. 41-60 (edición electrónica); Mirar el pasado: Imagen y relato en la era digital, Cáceres, Universidad de Extremadura, 2019.

[20] HERAS HERRERO, Beatriz de las: “Testimoniando con imágenes. La fotografía en el estudio de la historia”, Fotocinema: revista científica de cine y fotografía, N.º 10, 2015 (Ejemplar dedicado a: Miradas convergentes: la fotografía y sus interpretaciones en Humanidades y Ciencias Sociales.), pp. 27-55; “Fotografiando el presente, conservando historia. La fotografía como fuente de memoria para el estudio de la historia. Aporte metodológico”, Tiempo presente. Revista de Historia, N.º 3, 2015, pp. 9-22; “Lo visual como fuente de la Historia de Nuestro Tiempo: carteles, fotografía y cine documental en el estudio de la Guerra Civil Española”, Novísima: II Congreso Internacional de Historia de Nuestro Tiempo, Carlos Navajas Zubeldía, Diego Iturriaga Barco (coord.), 2010, pp. 175-188; “La fotografía como fuente de estudio histórico”, Ayeres en discusión: temas clave de Historia Contemporánea hoy, María Encarna Nicolás Marín, Carmen González Martínez (coord.) 2008, p. 131; “Historia e Imagen. La fotografía y el cine como herramientas de trabajo para el historiador”, Una ventana indiscreta: la historia desde el cine, 2008, pp. 65-78; El testimonio de las imágenes: fotografía e historia, Madrid, El Boalo Creaciones Vincent Gabrielle, 2012; El fotógrafo como testigo de la historia. Su retrato en la pantalla, (coord. por Beatriz DE LAS HERAS HERRERO), Madrid, Ocho y Medio, 2014.

[21] PANTOJA CHAVES, Antonio: “Las fuentes de la memoria: la fotografía como documento histórico”, Ayeres en discusión: temas clave de Historia Contemporánea hoy, María Encarna Nicolás Marín, Carmen González Martínez (coords.), Murcia, Universidad de Murcia, 2008, pp. 123-129; “El valor documental de la fotografía digital. Función del archivo fotográfico”, Quintas Jornadas Imagen, Cultura y Tecnología: (celebradas durante los días 3, 4 y 5 de julio de 2006). María Pilar Amador Carretero, Jesús Robledano Arillo, María del Rosario Ruiz Franco (coords.), 2007, pp. 193-202; “La imagen como escritura. El discurso visual para la historia”, Norba: Revista de historia, N.º 20, 2007, pp. 185-208; LÓPEZ MONDÉJAR, Publio. La fotografía como fuente de memoria, Madrid, Discurso de ingreso, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 2008.

[22] Por señalar algunos más: PÉREZ PUYAL, Alberto. “La fotografía: ¿documento histórico fiable?”, Actas del II Congreso de Historia Local de Aragón: Nuevas tendencias historiográficas e historia local en España, 1999, Miguel Ángel Ruiz Carnicer y Carmen Frías Corredor (coords.), 2001, pp. 499-514; MOREIRO GONZÁLEZ, José Antonio y BOLAÑOS MEJÍAS, María del Carmen. “La fotografía, fuente de información histórica”, Revista del Instituto Brasileño de Información en Ciencia y Tecnología, Ci.Inf., Brasília, DF, v. 45 N.º 1, 2016, pp.194-206; GARCÍA CASTRO, Álvaro. “La fotografía como fuente histórica”, Primer Seminario de Historia regional, local y municipal, San Joaquín, Estado Carabobo (Venezuela), 1995; BAYOD CAMARERO, Alberto. “La fotografía histórica como fuente de información documental”, Curso de Técnicas de investigación en patrimonio inmaterial, celebrado en Daroca los días 11 y 12 de diciembre de 2010, Libérica: Revista digital del Centro de Estudios del Jiloca, N.º 2, 2011; PÉREZ MONFORT, R. “Fotografía e historia: aproximaciones a las posibilidades de la fotografía como fuente documental”, en Cuicuilco. Revista de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, volumen 5, núm. 13, 1998; SOUGEZ, Mª. L. “La fotografía como documento histórico”, en Historia 16, núm. 181, 1991,  pp. 204-207.

[23] En este sentido, ver ARÓSTEGUI, Julio. La investigación histórica: teoría y método, Crítica, Barcelona, 2001.

[24] Cuadro de clasificación confeccionado a partir de https://educahistoria.com/la-fuentes-historicas/.

[25] Dos trabajos fundamentales son: RIEGO AMÉZAGA, Bernardo. “La historiografía española y los debates sobre la Fotografía como fuente histórica”, op. cit.; y VEGA DE LA ROSA, Carmelo. “Buscando modelos: La historia de la fotografía en España 1981-2006”, Revista Latente: Revista de Historia y Estética del Audiovisual, N.º 5, 2007, pp. 27-56.

[26] SOUGEZ, Marie-Loup publicó un trabajo pionero en 1981 con una apartado dedicado a la historia de la fotografía en España: Historia de la fotografía, Madrid, Cátedra, 1981. Un estudio más reciente del que ella fue coordinadora es: Historia general de la fotografía, Madrid, Cátedra, 2007. Otro trabajo fundamental es su Diccionario de historia de la fotografía, Madrid, Cátedra, 2003.

[27] FONTANELLA, Lee. La historia de la fotografía en España. Desde sus orígenes hasta 1900, Madrid, El Viso, 1981.

[28] A Miguel Ángel Yáñez Polo, profesor e investigador de la fotografía, especialmente de la sevillana, debemos, entre otros, el primer congreso de historia de la fotografía en España celebrado en Sevilla en 1986. Un trabajo desigual organizado por comunidades: YAÑEZ POLO, Miguel Angel; ORTIZ LARA, Luis y HOLGADO BRENES, (Eds.), José: Historia de la fotografía española, 1839-1986, Actas del I Congreso de Historia de la Fotografía Española, Sevilla, Sociedad de Historia de la Fotografía Española, 1986. Con diferentes artículos de historia y metodología, el trabajo también incluye un importante censo nacional de fotógrafos desde 1839 a 1986. Y uno de los primeros intentos de historia de la fotografía española: Historia de la Fotografía Española Contemporánea 1950-1986, Sevilla, Caja de Ahorros San Fernando, 1986.

[29] Publio LÓPEZ MONDÉJAR tiene una amplia  bibliografía sobre la historia de la fotografía española. Cabe destacar entre sus trabajos su monumental, Historia de la fotografía en España: fotografía y sociedad, desde sus orígenes hasta el siglo XXI, Barcelona, Lunwerg, 2005, anteriormente publicada en tres libros con el título genérico de Las fuentes de la memoria, fotografía y sociedad en España.

[30] COLOMA MARTÍN, Isidoro. La forma fotográfica. A propósito de la fotografía española desde 1839 hasta 1939, Málaga, Universidad de Málaga, 1986.

[31] Seguimos aquí la cronología de Bernardo Riego en obra citada y recogemos este trabajo también pionero con el que la Biblioteca Nacional en 1989, con motivo de los 150 años del nacimiento de la fotografía, llevó a cabo esta exposición de sus fondos fotográficos: ORTEGA GARCÍA, Isabel y KURTZ SCHAEFER, Gerardo F. (coord.). 150 años de fotografía en la Biblioteca Nacional: guía-inventario de los fondos fotográficos de la Biblioteca Nacional, Madrid, El Viso, 1989.

[32] SÁNCHEZ VIGIL, Juan Miguel (coord.) La fotografía en España. De los orígenes al siglo XXI, Summa Artis, XLVII, Espasa Calpe, Madrid, 2001. Con textos de Juan Miguel Sánchez Vigil, Gerardo F. Kurtz, Joan Fontcuberta, Isabel Ortega.

[33] FONTCUBERTA, Joan. Historias de la fotografía española. Escritos 1977-2004, Jorge Ribalta (ed.), Barcelona, Gustavo Gili, 2008.

[34] Más reciente es el trabajo de VEGA, Carmelo: Fotografía en España (1835-2015). Historia, tendencias, estéticas, (Manuales Arte Cátedra), Madrid, Cátedra, 2017.

[35] Siguiendo de nuevo a RIEGO AMÉZAGA, Bernardo. “La historiografía española y los debates sobre la fotografía como fuente histórica”, op. cit., p. 103: “Una de las características más evidentes de la década es la lenta pero continua penetración de la Fotografía en los departamentos universitarios nacionales, especialmente en los de Bellas Artes y Ciencias de la Información, en menor medida en Historia del Arte y escasamente en Historia Contemporánea. La vía ha sido la lectura de tesis doctorales, algunos cursos de doctorado y cursos especializados de verano. Asimismo es constatable el interés de algunas instituciones públicas en la catalogación, conservación y difusión de su patrimonio fotográfico y se observa un punto de no retorno en el sentido de concebir a las imágenes fotográficas como un producto cultural socialmente aceptado. Asimismo algunos encuentros de carácter nacional, como las Jornadas «Antoni Varés» sobre «Imagen e Investigación Histórica» propiciadas desde el Ayuntamiento de Girona desde 1990 con carácter bianual, han marcado nuevas pautas al englobar la Fotografía como uno más de los problemas de la imagen ante la Historia. El seminario permanente sobre Historia y Fotografía organizado en la Universidad Carlos III de Madrid impulsado por Antonio Rodríguez de las Heras y Carlos Serrano augura que la Fotografía va a convertirse por fin en un tema de estudio que interesará a los historiadores profesionales”.

[36] Su primer trabajo, compuesto junto a Mª Teresa PÉREZ ZUBIZARRETA, fruto de una exposición en el Palacio de San Carlos en 1986, fue sobre Trujillo: La memoria quieta. La fotografía en Trujillo hasta 1936, Barcelona, César Viguera Editor, 1987. Otros posteriores son: “La fotografía en Extremadura. Tránsito del siglo XIX al XX”, Revista de Estudios Extremeños, Vol. 55, N.º 1, 1999 (Ejemplar dedicado a: El tránsito del siglo XIX al XX en Extremadura), págs. 137-168; el más importante en cuanto a contenido y selección de material fue el que surgió de la exposición que sobre fotografía se llevó a cabo en el MEIAC (Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo): La fotografía en Extremadura (1847-1951), Badajoz, Editora Regional de Extremadura, 2000; un último trabajo es: Fotografía en Extremadura hasta 1951, Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2009.

A Matilde Muro debemos el registro de una amplia nómina de fotógrafos por, de y en Extremadura. Extranjeros que trabajan por encargo o de manera particular Charles Clifford y el Conde de Lipa fotografían para Isabel II. Otros lo hacen de manera particular como Jean LAURENT que en su L’Espagne et le Portugal au point de vue artistique, monumental et pittoresque, Catalogue, Madrid y París, 1872. Ruth Mathilda Anderson Hispanic Society. New York, con un enfoque antropológico, folclórico y etnológico. Robert Capa, David Seymour, Gerda Taro, René Bru, Hans Namuth, George Reisner, en la Guerra Civil española. Eugene Smith, posguerra con sus trabajos sobre Deleitosa. Extremeños profesionales: Francisco Capdeville, Gustavo Hurtado Muro y Julián Perate Barroeta sobre la ciudad de Cáceres; Marcial Bocconi en Mérida (Mélida y Macías) y luego de la Barrera; Hermenegildo Diéguez en Navalmoral de la Mata; Julián Campomanes y Garrorena y luego Antonio Pessini en Badajoz. Extremeños fotografía documental: Karpint en Coria, Guerra de Trujillo, José Díez de Plasencia, Cabalgante de Olivenza; en torno al Museo Nacional Arte Romano: Bocconi, Páez, José Díez Fernández, Ciarán, Claudio Murtra, Abelardo y Manuel de la Barrera. Aficionados: Arturo Cerdá y Rico, Dionisio Martínez (Badajoz), Tomás Martín Gil (fundador de la revista Alcántara y foto Tesoro de Aliseda), Emilio Herreros, Tomás Pulido Pulido, Narciso Pérez Zubizarreta (Trujillo), Narciso Martínez Gutiérrez o Santiago Martínez Núñez. A los que tenemos que añadir, entre otros, los del Castillo en Almendralejo.

[37] JUNTA DE EXTREMADURA. Reflejos de la Memoria. 1850-1934. Imágenes de Extremadura, Mérida, Junta de Extremadura, 1992.

[38] Como la ya mencionada, con texto de Matilde Muro Castillo, La fotografía en Extremadura…, con un carácter general. En otras ocasiones se ha tratado de estudios específicos, como el dedicado a Ruth Matilda Anderson, la fotógrafa estadounidense que en la década de los años 20 realizó varios viajes a España contratada por la Hispanic Society, entre ellos a Extremadura: LENAGHAN, Patrick. En tierras de Extremadura: las fotos de Ruth Matilda Anderson para la Hispanic Society. New York de Badajoz, The Hispanic Society of America e Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporánea, 2004.

[39] Tenemos, por ejemplo, los trabajos de Lee Fontanella sobre Charles Clifford en cuyo fondo fotográfico aparecen localidades extremeñas: FONTANELLA, Lee, et al., Charles Clifford: fotógrafo de la España de Isabel II, España. Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales, Ediciones El Viso, 1996; FONTANELLA, Lee, Clifford en España. Un fotógrafo en la corte de Isabel II, Madrid, El Viso, 1999.

[40] Esta editorial trabaja, desde su serie A través de tiempo, y como ellos mismos señalan en su página web,  “un acercamiento visual a la historia local y especializada” y lo hacen a través de un fondo de libros “que comparan el pasado y el presente de una localidad a través de imágenes captadas desde el mismo ángulo, pero con muchos años, a veces con más de un siglo, de diferencia”. En: http://www.edicionesamberley.com/index.html.

[41] SÁNCHEZ DE LA CALLE, José Antonio. Plasencia, el placer del recuerdo, Madrid, Ediciones Amberley, 2010.

[42] GUTIÉRREZ MARCOS, María del Rosario. Guadalupe evocada, Madrid, Ediciones Amberley, 2010.

[43] LÓPEZ CASERO, Rosa María. Coria (1860-1960), Madrid, Ediciones Amberley, 2010.

[44] RABANAL SANTANDER, José. Mérida, perfiles del pasado, Madrid, Ediciones Amberley, 2009.

[45] JIMÉNEZ GÓMEZ, Hilario. Montánchez. Otros tiempos, otras gentes, Madrid, Ediciones Amberley, 2009.

[46] RAMOS RUBIO, José Antonio. Cáceres. Retrato y paisaje (1860-1960), Madrid, Ediciones Amberley, 2009 y Cáceres, Ciudad inmemorial, Madrid, Ediciones Amberley, 2009.

[47] GUTIÉRREZ MARCOS, María del Rosario. Navalmoral de la Mata en el recuerdo, Madrid, Ediciones Amberley, 2009.

[48] RAMOS RUBIO, José Antonio y Pérez Zubizarreta, María Teresa. Trujillo. Mirada atrás I y II, Madrid, Ediciones Amberley, 2009.

[49] RABANAL SANTANDER, José. Badajoz. Momentos del ayer, Madrid, Ediciones Amberley, 2009.

[50] RAMOS RUBIO, José Antonio. Patrimonio extremeño, olvidado y recuperado, Madrid, Ediciones Amberley, 2010.

[51] MARCHENA PÉREZ, Juan Ramón. “Historia de la fotografía en Extremadura”, en la obra ya citada de  YÁÑEZ POLO, Miguel Angel; ORTIZ LARA, Luis y HOLGADO BRENES,  (Eds.), José. Historia de la fotografía española, 1839-1986, pp. 195-201. A Marchena también debemos su libro de fotografías sobre Cáceres: Cáceres en el pasado. Una historia en imágenes, 1867-1963, Cáceres, Industrias Gráficas Caro, 1983.

[52] Una novedosa tesis doctoral que utiliza la fotografía para estudiar los oficios de esta localidad pacense: RUBIO MONTANO, Penélope. Sistema de información histórica para el análisis de los oficios de los Santos de Maimona a través de la fotografía: desde principios del s. XX hasta la democracia, (Tesis doctoral), Universidad de Extremadura, Cáceres, 2017.

[53] Asociación Cultural de Amigos de Salvatierra. Memoria de Salvatierra de los Barros. Imágenes y costumbres: 1890-1960, Salvatierra de los Barros, 2007.

[54] BARRERO MARTÍN, Nova; MURCIANO CALLES, José María; y VELÁZQUEZ JIMÉNEZ, Agustín. Catálogo del Archivo de Fotografía Antigua del Museo Nacional de Arte Romano, Badajoz, Fundación de Estudios Romanos, 2014.

[55] RUBIO DÍAZ, Manuel. Paseando por el Almendralejo del siglo XX, Badajoz, Impresores de Almendralejo, 2018.

[56] Grupo de jóvenes creadores del mundo de la poesía, la literatura, la ilustración y la fotografía que bajo este nombre editaron un fanzine que llegó a publicar cuatro números.

[57] TRIGO, Cecilio J.; MARTÍN CAMÓN, Arturo; y GORDO, Juan Francisco. Adoquines del ayer, Badajoz, Editora Regional de Extremadura, Mordistritus, 2015.

[58] GONZÁLEZ CABALLERO, Concha; TRIGUEROS MUÑOZ, Ángel y CALERO CARRETERO, José Ángel: “El Archivo Fotográfico del IES Santiago Apóstol de Almendralejo”, X Jornadas de Historia de Almendralejo y Tierra de Barros. Almendralejo y Tierra de Barros en el primer tercio del Siglo XX (1898-1931) / coord. por Juan Diego Carmona Barrero, Matilde Tribiño García, Almendralejo, 2020, pp. 205-230.

[59] Ibídem, p. 209.

[60] Ibídem, p. 209.

[61] POZO ANDRÉS, María del Mar del y RABAZAS ROMERO, Teresa. “Las imágenes fotográficas como fuente para el estudio de la cultura escolar: precisiones conceptuales y metodológicas”, Revista de ciencias de la educación: Órgano del Instituto Calasanz de Ciencias de la Educación, N.º 231-232, 2012 (Ejemplar dedicado a: Pensar y sentir la escuela: I jornadas de patrimonio histórico educativo), pp. 401-416. POZO ANDRÉS, María del Mar del. “Imágenes e historia de la educación: construcción, reconstrucción y representación de las prácticas escolares en el aula”, Historia de la educación: Revista interuniversitaria, N.º 25, 2006, pp. 291-315.

[62] PANTOJA CHAVES, Antonio. “La fotografía escolar como fuente para la investigación educativa. La fototeca Digital Escolar de Extremadura”, Educació i Història: Revista d’Història de l’Educació, Societat d’Història de l’Educació dels Països de Llengua Catalana, N.º 28 (juliol-desembre, 2016), pp. 229-254,

[63] TRIGUEROS MUÑOZ, Ángel. “La fundación y el nombre del IES Santiago Apóstol de Almendralejo. BOE de 1950 y 1954 y Libro de Actas de Claustro 1954”. El Navegante, N.º 1, 2005. pp. 93-95.

[64] GARCÍA MUÑOZ, Tomás. “Apuntes históricos del Instituto Santiago Apóstol”, en IES Santiago Apóstol 1950-2000. Cincuenta Aniversario, edición de CALERO CARRETERO, José Ángel y GARCÍA MUÑOZ, Tomás, Almendralejo, 2005, pp. 26-27.

[65] Hasta tuvo una revista que se llegó a llamar “Misión de la Tierra de Barros” de edición propia, cuyo primer número es de febrero de 1953, con este sentido de dinamización cultural del entorno.

[66] IES Santiago Apóstol 1950-2000. Cincuenta Aniversario, edición de CALERO CARRETERO, José Ángel y GARCÍA MUÑOZ, Tomás, Almendralejo, 2005.

[67] GONZÁLEZ CABALLERO, Concha; TRIGUEROS MUÑOZ, Ángel y CALERO CARRETERO, José Ángel. “El patrimonio histórico-educativo del IES Santiago Apóstol de Almendralejo”, XI Jornadas de Historia de Almendralejo y Tierra de Barros. Arte en Almendralejo y Tierra de Barros en los siglos XVI y XVII / coord. por Juan Diego Carmona Barrero, Matilde Tribiño García, Almendralejo, 2021, pp.. 221-258

[68] GONZÁLEZ CABALLERO, Concha; TRIGUEROS MUÑOZ, Ángel y CALERO CARRETERO, José Ángel: “El Archivo Fotográfico del IES Santiago Apóstol de Almendralejo”, art. cit, pp. 205-230.

[69] “Situaciones de aprendizaje: situaciones y actividades que implican el despliegue por parte del alumnado de actuaciones asociadas a competencias clave y competencias específicas y que contribuyen a la adquisición y desarrollo de las mismas”. En Real Decreto 217/2022, de 29 de marzo, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Secundaria Obligatoria. Boletín Oficial del Estado, 76, de 30 de marzo de 2022, 1-198.

 

[70] En el curso escolar 2018/19 encontramos unas diapositivas con imágenes de una maqueta del edificio del instituto realizada en los años ochenta de la que no teníamos noticia alguna. Una investigación posterior nos permitió descubrir la cronología de realización de la misma y las circunstancias de su realización.

[71] En este sentido, está haciendo una labor encomiable la Asociación de Antiguos Alumnos de la 6.ª Promoción, del por entonces Instituto Laboral, hoy Santiago Apóstol, entre cuyas actividades podemos destacar la edición de una revista en pequeño formato (cuatro números a día de hoy), la programación de charlas con antiguos profesores y las reuniones regulares para seguir hablando de su instituto. La última actividad, llevada a cabo en el mes de junio de 2022, ha sido invitar a un antiguo profesor del centro, Felipe Zancón, en la actualidad residente en Sevilla.

[72] PANTOJA CHAVES, Antonio. “La fotografía escolar como fuente para la investigación educativa. La Fototeca Digital Escolar de Extremadura”, Educació i Història: Revista d’Història de l’Educació, Núm. 28 (juliol-desembre, 2016), pp. 248 y ss.

[73] El propio autor menciona los siguientes trabajos, ibídem, pp. 249 y 250: HERNÁNDEZ RABILLERO, Luisa María; SÁNCHEZ BALMASEDA, María Isabel; y TERCERO FERNÁNDEZ, Ana Belén. “La vida universitaria documentada: la fototeca digital de la universidad de Castilla la Mancha (Ciudad Real, España)”, Actas de las XI Jornadas de Gestión de la Información. Madrid: SEDIC, 2009 (ref. en pp. 255-265). IBÁÑEZ GONZÁLEZ, Raquel; LÓPEZ MONJÓN, Juan Pedro; SÁNCHEZ LUQUE, María; VILLALÓN HERRERA, Rosa Mª. “El archivo fotográfico en la Unidad de Tratamiento Archivístico y Documentación (UTAD) del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC”, XI Jornadas de Gestión de la Información: Servicios polivalentes, confluencia entre profesionales de archivo, biblioteca y documentación, Madrid, 2009, PP. 225-236.. VALLE GASTAMIZA, Félix. “El análisis documental de la fotografía”, Manual de Documentación Fotográfica. Madrid, Editorial Síntesis, 1999, pp.113-133 (ref. en pp. 126-129).

[74] Una base de imágenes creadas a través del programa «FileMaker Pro 5» de gestión de bases de datos de carácter documental.  Ibídem, p. 251, sin excluir otros programas similares que ofrezcan el mismo servicio o la propia Consejería de Educación nos facilitase un programa en línea, como se hace para el catálogo de las bibliotecas escolares con Abiesweb.

[75] DEL POZO ANDRÉS, María del Mar. op. cit., p. 304.

[76] BURKE, Peter. op. cit, p. 16.

[77] Un esquema básico de investigación histórica sería: elección del tema de investigación, formulación de hipótesis,  búsqueda y selección de fuentes, análisis de dichas fuentes, establecimiento de la información e interpretación de la información obtenida, lo que llamamos la síntesis histórica.

[78] Ante cualquier fuente del pasado siempre tendremos la mirada científica del historiador y aplicaremos dos criterios básicos y fundamentales, como son el de autenticidad y el de fiabilidad, a partir de los cuales podamos reconocer el valor real de la propia fuente y su valor histórico para reconstruir el pasado.

[79] RODRÍGUEZ DE LAS HERAS, Antonio. “Metodología para el análisis de la fotografía histórica”, Espacio, Tiempo y Forma, Serie V, Historia Contemporánea, T. 21, 2009, pp. 19-35.

[80] DE LA HERAS HERRERO, Beatriz, “Fotografiando el presente, conservando historia”, op. cit., p. 10.

[81] Ibídem, p. 9.

[82] Ibídem, pp. 12-14.

[83] De la misma manera que creemos necesaria la materialización de un archivo fotográfico en los centros escolares, también es de interés tener uno que albergue todos aquellos fondos documentales que pueden constituirse, en un sentido más amplio, como archivo del centro: expedientes del alumnado, entradas y salidas del profesorados, actas de claustro general y departamental, informes de prensa, discursos, etc.

[84] DE LA HERAS HERRERO, Beatriz, “Fotografiando el presente, conservando historia”, op. cit., p. 9.

[85] En este sentido ha llevado a cabo una esmerada investigación Miguel Ángel Amador Fernández, para quien su trabajo es un intento de“recuperar mediante varias fotografías la fuente de valores inagotable que para varias generaciones de alumnos de esta localidad de Almendralejo supuso este claustro de profesores. Todos ellos con sus virtudes ─muchas─ y con sus limitaciones ─pocas─. Ejemplo, sin duda, de convivencia interprofesional; todos formados en los difíciles años de la postguerra civil española. Estas fotografías representan la ilusión y el proyecto de futuro de un grupo de doce hombres y dos mujeres que dieron lo mejor de sí mismos por la sociedad almendralejense en las décadas de los cincuenta, sesenta, setenta y ochenta del pasado siglo XX”. En AMADOR FERNÁNDEZ, Miguel Ángel. “Memoria de una fotografía: el claustro de profesores del Instituto Laboral «Santiago Apóstol» de Almendralejo (1956)”, VII Jornadas de Historia de Almendralejo y Tierra de Barros. La Enseñanza en Tierra de Barros:, 2016, pp. 107-118.

[86] Muchos de ellos se conservan hoy en día y constituyen el patrimonio educativo del centro, que ya abordamos en una publicación citada: GONZÁLEZ CABALLERO, Concha; TRIGUEROS MUÑOZ, Ángel y CALERO CARRETERO, José Ángel. “El patrimonio histórico-educativo del IES Santiago Apóstol de Almendralejo”. art. cit, pp. 205-230.

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