Oct 272023
 

Marciano Martín Manuel

 

Las sociedades gremiales y el estatuto de limpieza, c. 1578

 

Las comunidades rurales extremeñas estaban compartimentadas en dos estados sociales: el hijosdalgo de ejecutoria o notorio, que había adquirido un título de nobleza y estaba exento de los gravámenes fiscales, y el estado llano o general, sujeto a las cargas tributarias, que formaban la comunidad de los pecheros[1]. Ambos estados se distribuyeron los oficios de regimiento y gestionaron los bienes propios y comunes de los concejos. En Hervás, no se aplicó dicho sistema porque únicamente gozaban del privilegio de hidalguía los hermanos Alonso y Diego Hernández Hidalgo. La familia había pleiteado el reconocimiento de su hidalguía de ejecutoria contra el concejo en el tribunal de los alcaldes de hijosdalgo de Valladolid, cuya carta de privilegio obtuvieron en 1554. Gil Hernández del Castillo procedía de Béjar. Su padre Alonso Hernández Hidalgo el viejo se trasladó a Hervás. Pero no tuvieron representación política en el concejo. En ese tiempo estaba dirigido por dos alcaldes, dos jurados, oficiales y hombres buenos[2]. Los cristianos nuevos desempeñaron labores de segundo orden, como procurador general, oficial y apoderado, pero no regentaron la alcaldía de primer voto y la escribanía, en poder de los labradores cristianos viejos.

Hervás pertenecía a la diócesis de Plasencia y estaba sujeta a la autoridad de la casa de Béjar, la familia Zúñiga. La aldea distaba tres leguas de Béjar, con el puerto de Baños a mitad de camino, que en temporada de invierno, la nieve aislaba la aldea paralizando la administración de la justicia. En 1562, la duquesa Teresa de Zúñiga y Guzmán (1533-1565) visitó el señorío para poner coto a las arbitrariedades de los alcaldes y los funcionarios de la administración civil, y también para reformar la conducta desviada de los parroquianos que incumplían los preceptos morales y las normas de la doctrina de la Iglesia de Trento[3]. A propuesta del concejo de Hervás, la duquesa Teresa de Zúñiga otorgó licencia a los alcaldes de la aldea para que pudiesen juzgar las causas civiles siempre que no rebasasen los cuatrocientos maravedís y así agilizar los trámites burocráticos que dificultaban sobremanera la economía de los menesterosos y viudas[4].

Hervás emprendió reformas en la vía pública, pero necesitaba la aprobación de la casa de Béjar para desarrollar su programa. A petición del concejo, el duque Francisco II de Zúñiga y Sotomayor (1565-1591) dictó una provisión, el 26 de abril de 1569[5],

para que se hiziese un relox en el dicho lugar […] y asimismo para hazer una puente de piedra donde ora la ay de madera por donde se pasa el río, que es en el camino que va desta villa a entrar en el dicho lugar, por ser peligrosa y por los reparos que cada un año tiene necesidad.

El concejo celebró una asamblea en el cementerio de la iglesia de Santa María[6], el 4 de enero de 1570, presidida por los alcaldes Juan Hernández Castellano y Alonso Martín, Juan Hernández y Marcos Hernández, regidores o jurados, y un grupo de vecinos, entre otros, los cristianos nuevos Juan Muñoz, Pedro Muñoz y Alonso Sánchez, de profesión tejedor, y Francisco Muñoz del Cura, Juan Muñoz y Francisco Muñoz, domiciliado en la calle del Collado. El concejo apoderó al cristiano nuevo Alonso Sánchez, hijo de Juan Sánchez, procurador general, para que llevase a cabo las gestiones. Para la financiación del proyecto, el corregidor de Béjar, García Porras, autorizó a los alcaldes, el 16 de abril, practicar dos entresacas de madera en el monte castañar gallego, en 1570 y 1571, la venta de «la castaña del dicho monte desde el arroyo las choças hasta la garganta andrés», y los nogales del concejo que no tuviesen ninguna utilidad pública. En el mandamiento de 6 de julio, el corregidor de Béjar ordenó que se colocase el reloj en la torre. Fijó en el mes de octubre el último plazo.

El concejo tuvo que nombrar un nuevo procurador general. El cargo había quedado vacante. Felipe II había confiado al arzobispo de Sevilla y al duque Francisco II de Zúñiga y Sotomayor la recepción de la princesa Ana de Austria que viajaba desde Génova hasta el puerto de Laredo. El 8 de agosto, el duque de Béjar había emprendido el viaje para el recibimiento, el besamanos y la presentación de títulos[7]. En el séquito ducal viajó el cristiano nuevo Alonso Sánchez: «está en servicio en la jornada que siendo nuestro señor servido a de hazer a la çibdad de Génova por la reyna nuestra señora e no puede este dicho conçejo estar sin procurador».

El 4 de agosto, el concejo, reunido en el cementerio de la iglesia, nombró procurador general a Francisco Muñoz Chamorro, cristiano viejo. Entre los testigos figuraron Gaspar de Tortoles y Francisco Flores Tostado. Al día siguiente se celebró otro concejo, con la asistencia de los cristianos nuevos Juan Muñoz y Mingo Gómez, vecino de la Plaza, Pedro Muñoz y Alonso Sánchez, domiciliado en la calle Corredera, el tejedor Pedro Muñoz, morador en la calle del Corral, Alonso Gómez de Pedro Gómez y Juan Blasco. El concejo propuso que se hiciese un repartimiento por pecho entre los vecinos en sustitución de la entresaca del monte castañar. El corregidor anuló la disposición y el concejo presentó una demanda en grado de apelación en la chancillería de Valladolid contra los autos y mandamientos del duque, que había ordenado que se cumpliera su provisión en noviembre.

La minoría conversa, que se había formado como consecuencia del edicto de expulsión de los judíos en 1492, era una comunidad con una solvencia económica más crecida que la de los cristianos viejos, además, controlaba el comercio, el textil y las recaudaciones fiscales. Sin embargo, estaba fuera del tablero político por sus orígenes religiosos. Hacia 1578, los cristianos nuevos de tercera generación solicitaron al duque Francisco II de Zúñiga y Sotomayor formar parte del engranaje político. Su petición avivó el sentimiento xenófobo de los cristianos viejos ortodoxos que presionaron al noble para que no modificase el régimen de gobierno municipal[8]:

Todos los offiçios de este lugar los tenían siempre los labradores sin que los lençeros [cristianos nuevos] fuesen admitidos a ellos, hasta que por importunaçión que hiçieron a Su Excelençia les admitieron a la mitad de offiçios abrá ochenta años.

Fiel a la política anticonversa que caracterizó a la casa de los Zúñiga y Sotomayor, el duque de Béjar Francisco II suscribió un nuevo modelo de gobierno en el que dio juego a la minoría conversa, con algunas condiciones. Dividió Hervás en dos comunidades sociales, los gremios, articuladas en función de sus actividades laborales y antiguas creencias religiosas. En una orilla situó el gremio mercader formado por los lenceros, tratantes y oficiales. Y en el otro extremo, el gremio labrador compuesto por los campesinos, agricultores, ganaderos, arrieros y pastores, vulnerando las leyes del reino que solamente admitían hijosdalgo y pecheros. A finales de diciembre concluía la legislatura política y los gremios corporativos renovaban a sus representantes en el concejo. Primeramente tenía lugar el «nombramiento de los oficiales del concejo». Cada gremio designaba dos candidatos para el cargo de alcalde y otros dos para el oficio de regidor. El procurador general del concejo era de carácter rotatorio[9]. Los políticos cesantes no podían tener lazos de sangre dentro del cuarto grado. Tampoco podían presentarse a la reelección durante los próximos cuatro años[10].

El estado labrador se identificó con los cristianos viejos y el gremio mercader con los cristianos nuevos. El señor de Béjar impuso un estatuto de limpieza de sangre segregatorio similar al que aplicó Felipe II en el ayuntamiento de Toledo en 1566[11]. Previamente al nombramiento de los oficios, los candidatos de la bancada mercader debían someterse a un examen genealógico. Con licencia del corregidor de Béjar, el concejo formaba una comisión integrada por un alcalde cristiano viejo, el mayordomo y el escribano, que inspeccionaba el grado de pureza de los padres y los cuatro abuelos del candidato, que llamaban «los cuatro costados». Solamente, el gremio mercader debía someterse a las pruebas expurgatorias. Los hijos y nietos de los cristianos nuevos castigados por el Santo Oficio con el sambenito penitencial, que habían heredado de sus ancestros, estaban inhabilitados para ejercer la carrera política. El concejo enviaba el nombramiento de los oficios al duque, que vivía en su palacio de Béjar, Sevilla o Madrid, para que eligiese un alcalde y un regidor por cada gremio, cuyo acto se llamaba las «elecciones municipales». La casa de los Zúñiga determinó que los labradores tuviesen la primera autoridad en el orden protocolario de los oficios de justicia, asientos de la iglesia, actos públicos y desfiles procesionales, porque era el gremio «más beneméritos y christianos biejos que los mercaderes». De este modo, los labradores tuvieron la mayoría absoluta y los mercaderes quedaron relegados en una situación de inferioridad. Como consecuencia del estatuto, las comunidades gremiales formaron sus propios barrios, el mercader convirtió el barrio de arriba en su núcleo residencial, y los labradores cristianos viejos en el barrio de abajo (que el ayuntamiento factura como barrio judío)[12].

¿Cómo burlaron el estatuto de sangre los cristianos nuevos de tercera generación? En la rueda de los interrogatorios filtraron testigos de su alcurnia que cometieron perjurio sobre su identidad cristiana y su limpieza, de esta forma burlaron las reglas del juego. En las elecciones municipales de 1588, el zapatero Juan Muñoz, nieto de judío relajado por línea de varón, y Juan Gómez, sacristán[13], nieto de judío quemado por línea de varón, fueron elegidos alcalde y regidor por el gremio mercader. Varios cristianos viejos, escudados en el anonimato, denunciaron a los inquisidores de Llerena sus antecedentes penales[14].

El problema revistió la misma gravedad con los cristianos nuevos de Cabezuela del Valle, pero con otras concomitancias[15]. El corregimiento de Plasencia dividió a la comunidad cabezueleña en dos estados gremiales: los labradores cristianos viejos y los manteleros cristianos nuevos, pero no impuso el estatuto de limpieza, tampoco se formaron barrios gremiales. En el concejo de Medellín (Badajoz), diócesis de Plasencia, los cristianos nuevos afrontaron un problema similar. En 1588 litigaron contra los cristianos viejos por la concesión de la mitad de las varas de justicia. El converso Antonio de Ribera ironizó a la justicia: «bueno fuera que si Jesuchristo baxara del çielo no pudiera ser alcalde»[16].

He de glosar que aplico el término cristiano nuevo a los descendientes de judío de primera, segunda y tercera generación, al margen de que tuvieran o no delitos en la Inquisición, o hubiesen heredado el sambenito penitencial. Y el étimo mercader, en Hervás, y mantelero, en Cabezuela del Valle, al cristiano nuevo de origen judío, desde la cuarta generación, que, a tenor de las leyes del reino, era cristiano viejo por los cuatro costados, pero el labriego xenófobo continuó proyectando la identidad judía de su antepasados sobre su familia. El término mercader desapareció de los protocolos notariales de Hervás poco después de la extinción de las sociedades gremiales, en el ocaso del siglo XVII, pero en la memoria de transmisión oral permaneció la separación gremial y la formación de los barrios.

En Hervás y en Cabezuela del Valle, el estatuto de sangre abonó el discurso del odio contra los cristianos nuevos. También lo experimentaron los judeoconversos de Béjar, pero con otras connotaciones menos gravosas para su comunidad. La formación de los gremios y el estatuto discriminatorio rompieron la convivencia y la estabilidad de la aldea. Las desafecciones políticas entre los bandos saltaron a la palestra y al menor desencuentro disparaban la ballesta de la imprecación y acababan en los tribunales de justicia. En ocasiones, las partes implicadas, por mediación de terceros, solventaban la querella con la retractación de la injuria y la palma del perdón. Perro de Alba y perro judío eran las expresiones ofensivas más comunes contra los mercaderes de Hervás, los manteleros de Cabezuela del Valle y los cristianos nuevos de Béjar. A petición del concejo hervasense, el duque Francisco III de Zúñiga y Sotomayor (1591-1601) promulgó, el 29 de agosto de 1592[17],

que las quistiones y cossas que subçedieren en el dicho lugar siendo los tales negoçios que se ofreçieren por palabras livianas, y no queriéndolo la parte agraviada seguir sobre ello su justiçia puedan los alcaldes del dicho lugar sobre lo susodicho soltar libremente a los que estubieren pressos, para averlos de rremitir a la cárçel pública desta dicha villa, no se aviendo hecho ynformaçión sobre ello, y aviéndose, se rremita la dicha ymformaçión a la justiçia desta dicha villa con el presso o pressos que ovieren delinquido.

Conforme transcurrieron las décadas, los alcaldes y los regidores mercaderes se percataron de que eran los invitados de piedra del sistema político y apenas contaban para la gestión municipal. La alcaldía de primer voto, que era quien tenía la última palabra, estaba en manos de los cristianos viejos. A la vista de los hechos, los políticos mercaderes, una vez que tomaban posesión del cargo, se ausentaban de la aldea y cargaban todo el peso de los oficios de regimiento sobre los labradores. El gremio labrador puso en conocimiento del corregidor de Béjar el absentismo político de los mercaderes para que pusiera remedio[18]:

algunos luego que reçiben las varas que açetan el dicho ofiçio se ausentan del dicho lugar y se van con sus mercaderías por todo el reyno y no buelven al dicho lugar a usar el dicho ofiçio dende a quatro o seys meses, y el ottro alcalde de los labradores por la mayor parte asiste en el dicho conçejo, o lleva todo el trabajo del año y asimismo los regidores, acudiendo los que quedan a llevar las cargas del dicho conçejo y a cumplir las faltas que los ausentes hazen.

El estatuto político discriminatorio relegó a los cristianos nuevos a una escala social inferior y acentuó la radicalización de los gremios corporativos ralentizando el proceso de asimilación de los mercaderes. Las cofradías labradoras ortodoxas del Sacramento, San Juan Bautista de la Penitencia y Ánimas del Purgatorio acoplaron el filtro segregatorio que enviscó las relaciones políticas y sociales de 1588 a 1675, los años de mayor conflictividad. Los mercaderes se reagruparon en la cofradía de Nuestra Señora de la Asunción, que refundaron en 1604, y articularon unas nuevas constituciones, algunas de cuyas reglas rememoraban las ordenanzas comunales medievales de Castilla[19]. La hermandad de la Asunción se comportó como una institución autóctona y solidaria con sus correligionarios. Los mercaderes sustentaron sus intereses económicos con el privilegio real del textil concedido por Felipe III para vender lienzos en Madrid en 1615, e incrementaron su debilitada demografía estrechando los vínculos matrimoniales con los correligionarios de la comarca. Pero se mostraron refractarios con el campesino.

En el ecuador del siglo XVII, las familias mercaderes con poder adquisitivo que se hallaban en pleno proceso de asimilación en la cultura cristiana, arroparon sus linajes con los hábitos eclesiales: canónigo, cura rector, presbítero, beneficiado y capellán; asumieron la dirección de la iglesia parroquial de Santa María desde 1624[20]; patrocinaron la fabricación de imágenes religiosas, como el Cristo del Socorro en 1638; y fundaron el convento de los religiosos trinitarios descalzos en 1654. La abolición del estatuto de sangre en la hermandad del Sacramento en 1644, y en el concejo en 1661, fue contestada por los labradores cristianos viejos con el grafiti del sambenito contra el cura párroco de Santa María y sus familiares en 1675, y la publicación del libelo difamatorio con las genealogías judías de los lenceros, vecinos del barrio de arriba, en 1671, para que Hervás no olvidase sus raíces. En este conflictivo contexto histórico se incentivaron las donaciones de bienes por los mercaderes, y por algunos labradores, a la iglesia parroquial de Santa María (Fig. 1).

Fig. 1. Fachada de la iglesia de Santa María de Hervás, s. XVI.

 

Donaciones mercaderes en el siglo XVII

En el inventario de los bienes de la iglesia parroquial de Santa María realizado el 6 de octubre de 1659 por el cura rector mercader Gabriel Sánchez Gómez, custodiados por el sacristán Agustín Rojo, desglosó los ornamentos del sagrario del altar mayor destinados al servicio del Sacramento, la cruz grande de plata donada por Hernando Chirinos, que tenía en préstamo la cofradía de Nuestra Señora del Rosario, cálices, piezas de seda, aras, corporales y palios para los corporales, casullas, ternos, capas de coro, mangas de cruz, palias para la puerta del sagrario, frontales, alfombras, paños del facistol, materiales de lienzo, albas, amitos, cíngulos y cortinas[21].

Asimismo, el cura párroco registró una serie de objetos litúrgicos, como la custodia del Sacramento, la cruz grande de plata, el incensario, la naveta y la salvilla, que se hallaban en poder del mayordomo de la iglesia.

Parte del vestuario de los clérigos y otros objetos de culto se hallaba en mal estado de conservación. Había bandas de tafetán con puntas rotas y viejas, corporales viejos, un terno de damasco blanco con cenefas bordadas viejas, una manga de terciopelo negro que utilizaban en los servicios fúnebres, muy vieja y rozada, una alfombra quebrada y otra vieja e inservible. Y al paño morado del facistol de madera viejo le faltaba el forro.

A un libro que empleaban los sacerdotes en la misa dominical le faltaban hojas. El hijo de Nicolás Sánchez había maltratado el libro que utilizaban los clérigos de Santa María para oficiar las vísperas de Adviento y de Navidad hasta la cuaresma, pero había reparado el daño.

Conforme los mercaderes se integraban en la jerarquía de la iglesia diocesana y demolían los estatutos vejatorios en las cofradías ortodoxas de San Juan Bautista de la Penitencia y del Sacramento, manifestaron su adhesión inquebrantable con el magisterio católico a través del patrocinio de imágenes y la donación de ornamentos litúrgicos y de vestuarios para los clérigos a la iglesia parroquial, incrementando el legado patrimonial eclesiástico.

Verbigracia, Juan Gómez, el primer canónigo mercader hervasense de la catedral de Plasencia, dadivó a la iglesia un frontal de tela blanca y tafetán bermejo al altar de la virgen del Rosario y cinco frontales de tafetán colorados.

El clérigo Alonso Gil de Aguilar regaló varios sobrecálices para cubrir los cálices de la cofradía del Sacramento, una salvilla de plata sobredorada, una palia de puntas de plata sobre tafetán para la puerta del sagrario del altar mayor, y un pendón de damasco colorado para administrar el viático a los enfermos, en pago por el vestuario de damasco bermejo que había tomado para su uso personal.

La mujer de Pedro Gómez entregó una limosna que la parroquia destinó para confeccionar un alba para la imagen del Cristo del Socorro.

María López Burgalés, fundadora del convento de los religiosos trinitarios descalzos, obsequió a la parroquia una muceta de damasco para administrar el viático a los enfermos. Su hijo Bernardo López de Hontiveros donó un cofrecito para depositar el Sacramento el día de Jueves Santo, y su mujer María Fernández (o Hernández) del Castillo, una cama blanca de seda con puntas para el Sacramento y un frontal de damasco.

Diego Muñoz el Indiano regaló dos coronas de plata a la virgen del Rosario y su mujer María Hernández de Losada una hoja de hechura de caimán.

El pendón de damasco donado por el clérigo Juan Gil de Aguilar para el servicio de la extremaunción y los candelabros de plata obsequiados a Nuestra Señora de las Angustias por el mecenas de la industria textil Juan López del Castillo[22], cierran el capítulo de las donaciones mercaderes a la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción de Aguas Vivas, cuyo sobrenombre recibió en el siglo XVII.

Solamente figuraron en los registros eclesiales dos cristianos viejos. El tafetán entregado por Andrés del Río para colgar en las festividades religiosas y una banda de tafetán colorada con puntas de oro que ofreció Francisco Díaz del Campo por una misa de ánima.

En cuanto al patrimonio de los altares, capillas e imágenes, el cura párroco Gabriel Sánchez Gómez desglosó el siguiente inventario:

En el Altar maior ay una imagen grande de nuestra señora.

En el altar del rossario está la imagen del rossario = otra imagen portátil de nuestra señora para las procesiones = una imagen de san Martín = otra de san blas =

Otra imagen de nuestra señora de las Angustias en su altar con su manto negro [Añadido posterior: con san Antonio con el niño en las manos.]

En el altar del santo nombre de Jessús está la imagen del niño Jessús, y otro niño Jesús portátil para las processiones = una imagen de san Juan = otra de nuestra señora del Carmen.

El santo christo del socorro está en su altar.

En la sacristía está un quadro del santo christo de orensse = un quadro viejo del descendimiento de la cruz = una imagen de nuestra señora pintada en tabla pequeña = un espejo viejo. [Añadido posterior: otra imagen de santa catalina, un santo christo en su sepulcro, un eçce homo en su caja con su christo crucificado.]

En el altar de abajo está un santo christo de bulto pequeño en su caxa, esta imagen es de la cofradía de la Veracruz.

Presidían los cuatro altares de la peana de madera: la virgen del Rosario, el Dulce Nombre de Jesús, el cristo del Socorro y la Vera Cruz. Se hallaba la peana en un lateral de la nave de la iglesia, entre el púlpito de hierro, que construyó el cerrajero placentino Juan Gutiérrez, en enero de 1621[23], y el coro de madera de 1622[24], con el facistol y el órgano, en mal estado de conservación en 1668. El púlpito y el coro fueron demolidos en la reforma de la década de los sesenta del siglo XX.

A modo de glosa, el inventario de los altares, capillas e imágenes de la iglesia parroquial realizado en 1716 mantuvo la estructura de la peana de madera, pero introdujo nuevas imágenes[25]:

En el Altar Maior la Ymagen de nuestra Señora de Aguas bibas a un lado con su niño en los brazos Y Al otro lado la Ymagen de nuestro Redemptor Crucificado.

Mas en el Altar de nuestra Señora del Rosario ai la dicha Ymagen con su niño en los Brazos Y otra Ymagen pequeñita con su niño en los brazos y a los dos lados San Martín y San Blas.

Y las otra [sic] Ymagen de nuestra Señora de las Angustias con su hijo en los Brazos y a los lados dos Ymágenes la una de San Pedro de Alcántara y la otra de San Antonio de Padua con el niño Jesús en los Brazos.

Más en la capilla de nuestra Señora de las Angustias dos Ymágenes de Christo nuestro Señor la una con la cruz a cuesta, y la otra atado a la columna ambas metidas en sus caxas.

Más en el Altar del Dulce nombre de Jhesús están el niño Jhesús, San Juan, nuestra Señora del Carmen Y otra echura de un niño Jhesús pequeña.

Más en el Altar del Santísimo Christo del socorro está su Imagen.

Más en el Altar de la vera cruz ai una ymagen de Christo crucificado otra en el sepulcro y Santa lucía y san Marcos.

Durante el período de mayor convulsión social, la iglesia parroquial incrementó sus bienes materiales con las donaciones colectivas realizadas por un grupo de labradores y mercaderes a través de las zuizas, (o suizas), también llamadas soldadescas[26]. Un grupo de vecinos, preferentemente de ideología afín, efectuaba una colecta económica que entregaba a la iglesia parroquial para financiar la construcción de un altar, o de una imagen, o comprar ajuar para adornar los altares, los santorales, o el vestuario de los sacerdotes. Los donantes alardeaban en formación militar por el interior de la iglesia, con su correspondiente graduación, capitán, maestro de campo, alférez, sargento, cabo y soldado, a la usanza de los tercios de infantería suizos, y entregaban la dádiva a la iglesia en un acto solemne que realizan un día de fiesta religiosa.

En 1616, los mercaderes lenceros, en agradecimiento por la concesión por Felipe III del privilegio real, donaron un palio de brocado rojo de seis varas, valorado en más de seiscientos reales, a la virgen del Rosario y al Sacramento para lucirlo en las procesiones. Capitaneó la suiza Juan López de Hontiveros, futuro mercader de lonja, Diego López intervino como maese de campo, Diego Sánchez en el rol de alférez, Juan Gil de Aguilar con la graduación de cabo, los sargentos Antonio Sánchez y Hernán López y los soldados Juan Barrios y Domingo Blasco[27].

El 6 de junio 1623, veinticuatro cristianos viejos recaudaron mil reales para una suiza benéfica que destinaron a la virgen del Rosario[28]. El 19 de junio, onomástica de los patronos san Gervasio y san Protasio, treinta y dos labradores y mercaderes formaron una compañía militar que aparejó mil quinientos reales, que invirtieron en comprar una tapicería y colgaduras para engalanar la escenografía de las fiestas patronales del Rosario y del Corpus[29]. El 6 de julio, cincuenta mercaderes y labradores capitaneados por Diego Muñoz, alcalde por el gremio mercader, que pagó una limosna equivalente a cuatro soldados, el maese de campo Francisco Sánchez de la Corredera, que tributó el precio de tres soldados, el alférez Pedro Hernández Montemayor abonó la cifra de dos soldados, los sargentos (labradores) Alonso Gil Hidalgo y Juan Gómez de Cuevas, familiar del Santo Oficio, Francisco Cano, Domingo Gómez y Alonso Sánchez (mercaderes), pagaron por un soldado y medio, el cabo de escuadra Juan Muñoz Cerero y sus hijos Fuste Sánchez y Juan Muñoz, un soldado y medio, y los soldados Andrés Gómez de la Corredera, Alonso Sánchez de Juan Sánchez, Francisco Sánchez de Miguel Sánchez, Antonio López, Antón Muñoz, Juan Cano (mercaderes), Francisco Hernández de la Corredera y Diego de Arcilla (labradores) y otros quince soldados, entregaron a la iglesia parroquial cuatro mil cuatrocientos reales para financiar las andas de plata del Sacramento[30].

El 24 de junio de 1637, diecisiete mercaderes decidieron organizar «una zuiza de fiesta y regozijo» en honor de la virgen del Rosario, el 2 de julio, consistente en dos cajas de tambores y una bandera. Formaron la escuadra el capitán Antonio García, el alférez, Fustes Sánchez, el maestro de campo Pedro Gómez, los sargentos Alonso Sánchez de Alonso Sánchez y Francisco Sánchez de Ana Sánchez, tres cabos y siete soldados[31].

El 28 de junio de 1638, treinta y tres mercaderes comandados por el lencero Juan López Ibáñez, mientras aguardaban el paso del duque Alonso II de Zúñiga en la encrucijada de Las Cañadas, acordaron patrocinar la construcción de la talla del cristo del Socorro, cuyo coste no sobrepasaría los doscientos ducados[32].

La capilla de san Bartolomé, que patrocinó el clérigo Juan Bajo en 1522, fue reformada en 1636. La imagen fue inhumada en 1685[33]:

por cuanto en la iglesia deste lugar ai una echura de vusto de san Bartolomé y otra que por lo antigua mala fábrica y proporción están indecentes y sin la veneración que se les debe, mandó su merced se entierren en lugar decente.

La virgen del Rosario, patrona de los mercaderes, y el Sacramento, orla de los labradores, fueron las mayores agraciadas por las donaciones de los mercaderes asimilados.

A finales de diciembre de 1653, dos meses después del fallecimiento de Juan López de Hontiveros, su viuda María López Burgalés manifestó su deseo de patrocinar un convento de religiosos de la orden de descalzos de la Santísima Trinidad redención de cautivos cristianos. La creyente mercader instituyó la obra piadosa por «el vien espiritual que dello se [a]segura así a los vezinos dél como a los de la comarca con el exemplo y doctrina de tan santa religión». Encomendó la edificación de su convento «en serbicio de Dios nuestro Señor y en bien de nuestras almas y de nuestros descendientes y en auxilio y lustre de nuestro linaje»[34]. (Fig. 2). La benefactora redimió del purgatorio las almas de sus abuelos Alonso Muñoz de Aguilar y María Sánchez la Gorda, cristianos nuevos de tercera generación. Testificaron la donación su criado Juan García, Francisco Bardón y Juan Díaz de Apodaca, de Madrid, y los padres trinitarios fray Gaspar de Jesús, ministro general de la orden de trinitarios descalzos, fray Diego de la Madre de Dios y fray Leandro del Santísimo Sacramento, definidores generales, y fray Juan del Santísimo Sacramento.

La iglesia contaba con «un dosel pequeñito de cama azul, es para acer el portal del nacimiento la nochebuena». Una tradición popular, con el repertorio de los villancicos y la misa del gallo, que conserva la localidad.

Los curas y beneficiados utilizaron ropajes del vestuario parroquial para distintos usos. Así, en la inhumación del sacerdote mercader Juan Muñoz de Aguilar, la parroquia permitió que utilizase una casulla vieja en el sudario. Y en el deceso del presbítero Francisco Gil de Aguilar se empleó otra casulla.

En el ecuador del siglo XVII, las familias Aguilar y Sánchez Gómez controlaban la dirección de la iglesia parroquial, y los López de Hontiveros y Castillo la manufactura textil.

Entre los utensilios propiedad de la iglesia, había un instrumento de hierro para fabricar las obleas o formas consagradas que administraban en la comunión. En el segundo cuerpo de la torre de la iglesia había tres campanas, dos grandes y una pequeña, y una campanita «en el texado para tañer aver a Dios». También se sirvieron los clérigos de Santa María de una cruz de latón vieja que utilizaban en los funerales de los niños. Y había una campanita para el servicio del altar mayor y otras dos pequeñitas, una de ellas sin badajo.

En el capítulo de los libros de oraciones, el cura párroco de Santa María anotó cinco misales viejos, tres misales nuevos, uno de los cuales se llevó el vicario general de la diócesis de Plasencia para repararlo, dos manuales, y cuatro libros grandes de canturía por punto, uno para el oficio de las vísperas de Adviento y de Navidad hasta la cuaresma, otro libro grande para las vísperas de la dominica, con el oficio de difuntos, desde pascua florida hasta adviento, otro libro para las vísperas de los santos y algunas festividades, el libro que utilizaban los sacerdotes en las misas dominicales y un libro forrado en pergamino para los oficios de la Semana Santa.

En los utensilios de madera catalogaron cinco estanterías para depositar los misales durante los oficios divinos, el facistol para cantar la epístola y el evangelio en las misas de los diáconos, un candelabro de madera en el que colocaban el cirio pascual, varios cofrecitos para preservar el Sacramento el Jueves Santo, y el tenebrario para colocar las velas.

En la iglesia había doce bancos de maderas que estaba reservados para los hombres solteros, tres bancos con respaldo, uno de ellos junto al altar mayor y los otros dos en la capilla mayor, o en la sacristía. En el banco del altar mayor se sentaban las autoridades del concejo, según establecía el orden protocolario (Fig. 2).

Fig. 2. Retablo de la capilla de Nuestra Señora de las Angustias, s. XVIII, hoy, altar mayor de la iglesia de Santa María.

Por último, la parroquia registró dos calderos para el agua bendita y una bacía.

 

 

 

Apéndice. Documento 1

APH, «Libro antiguo de la fábrica de la iglesia (1653-1720)», Inventario de bienes 1659, fols. 1-9[35].

 

[Fol. 1] En el lugar de herbás, diócessis de Plasencia en seis días del mes de otubre de mill y seiscientos y cinquenta y nuebe años, su merced el señor licenciado Gabriel sánchez, cura rector de la parroquial de este dicho lugar, izo imbentario de los bienes y ornamentos que tiene la dicha iglesia para que agustín Roxo, sacristán della, los tenga en fiel custodia y guardia para cada y quando le sean pedidos, el qual imbentario se izo en la forma siguiente = y de él se izo cargo dicho sacristán, excepto la custodia del santíssimo sacramento; cruz grande; incensario; y nabeta y salbilla, lo qual está en poder del maiordomo; como ba anotado a la margen de lo qual no se ace cargo. [En el margen de la derecha: la salbilla se consumió en los dos cálices nuebos que se tiene.]

 

Cossas del sagrario para el servicio del santissimo sacramento =

[En el margen de la izquierda: maiordomo.] Primeramente una custodia labrada de plata con su cruz y crucifixo ilegible para poner el santíssimo sacramento quando se celebra su fiesta.=

[En el margen de la izquierda: maiordomo.] Más una cruz grande de plata (con su manzana labrada) de imaginería con su crucifixo de bulto a una parte y a la otra una imagen de nuestra señora.

[En el margen de la izquierda: maiordomo.] Un incensario de plata, rico grande, con sus cadenillas de plata =

[En el margen de la izquierda: maiordomo.] Más una nabeta de plata con su cucharilla =

[fol. 1 v.] [En el margen de la izquierda: maiordomo.] Más una salvilla de plata sobredorada que dio Alonso Gil[36]. [En el margen de la derecha: Esta se consumió para aderezar dos cálizes, que se izieron nuebos, año 65, siendo cura el señor gabriel sánchez.] [En el margen de la izquierda: ojo.] Y se advierte que destas cinco piezas anotadas a la margen no se le ace cargo al sacristán, porque están en poder del maiordomo de la iglessia.

Iten un relicario de plata dorado de buen tamaño en que está el santíssimo sacramento.

Más una caxita de plata pequeña dentro del sagrario, para que dé el santíssimo sacramento mientras se da a los enfermos.

Más unas crismeras de plata que son tres vasos, las dos pegadas en un palo de plata para el santo olio y chrisma, y otra para el olio de los enfermos, con sus tapaderas y cruz =

Más una cruz de plata mediana que es por dentro de madera con su crucifixo; es para la manga negra de difuntos.

Más una fuentecilla, o salvilla pequeña de plata para las vinageras, está en la iglessia =

Un vaso de plata para dar labatorio a los seglares quando comulgan =

Mas quatro pares de vinageras de plata.

Dos cucharitas de plata para las vinageras, digo para llebar el agua en el cáliz, están torbadas en los purificadores =

Más otras dos pares la unas con tapaderas y todo lo demás sin tapaderas.

 

Cálices.

  1. Un cáliz de plata sobredorado con su patena.
  2. Mas dos cálices de plata llanos con sus patenas.

3 Más tres cálices de plata pequeños y de poca plata y antiguos, y el más pequeño es [en el margen de la izquierda: 6 cálices] [fol. 2] de la capellanía de  juan bajo = son seis los cálices en todo.

 

Cosas de seda.

Un pabellón de tela azul con que se cubre el santíssimo sacramento.

Otro de tela blanca para el mismo efeto.

Otro de cama blanca con puntas, diole doña maría del castillo[37].

[En el margen izquierdo: 32 son los sobrecálices.] Beinte sobrecálices, viejos y nuebos, para cubrir los cálices, de tafetán = dio alonso gil algunos de ellos.

Un dosel pequeñito de cama azul, es para acer el portal del nacimiento la nochebuena.

Más quatro bandas de tafetán, la una verde con rapacetos de plata falsa, la otra morada con puntas mui rotas y biejas, que no son de provecho, otra colorada con unas puntillas malas y biejas, otra negra.

Más otra colorada con puntas de oro diola francisco díaz del campo por una misa que se le dijo = [En el margen de la derecha: esta colorada y se consumió.]

 

Aras.

[En el margen de la izquierda: quebróse una.] Siete aras: las cinco está insertas en los altares; otra está en el sagrario, otra está suelta para llebar a las ermitas.

Más dos nuebas de las hermitas.

 

[fol. .] Corporales.

Los corporales son beinte y cinco, con el que está en el sagrario y todos viejos = ai nuebos y viejos 30 con el que está en el sagrario y todos con sus palios.

Palias de corporales.

Diez palias para los corporales.

 

Casulias.

Una casulla de damasco blanco con zenefa de imaginería sobre vaso colorado.

Otra casulia de tela parda falsa bordada la cenefa de falsso.

Dos casulias verdes de damasco.

Dos casulias pagiza de damasco con zenefa de imaginería.

Dos casulias moradas, la una de damasco y la otra de terciopelo con imaginería la zenefa y esta no tiene estola ni manipulo, que se consumió.

Una casulia de raso negro de ramos, con galón de plata.

Más cinco casulias de chamelote de diversos colores que se compraron de don manuel con galoncillo de plata.

Son quince casulias las de seda hasta aquí=

Más otra casulia que se izo del frontal maior de tela del altar maior como refiere la partida de frontales =

 

Ternos

Un terno de damasco blanco, con zenefas bordadas y biejas, que se entiende una casulia y dos dalmáticas =

Otro terno con damasco negro con zenefas de brocatel, que se entiende casulia y dalmáticas =

Otro terno de tela rico, que se entiende casulia [fol. ] y dalmáticas =

Quatro casulias mui biejas que no pueden serbir y, las dos de terciopelo y las otras de catatufa = [En el margen de la derecha:] llevó una el liçençiado françisco gil quando se sortearon = y llebó otra el liçençiado juan muñoz quando se enterró =

Cinco casullas de damasquillo colorado falso, que sirven de ordinario =

 

Capas de coro =

Una capa  de damasco colorada y bordada vieja =

Otra capa de damasco blanca y bordada.

Otra capa de terciopelo negro de difuntos.

Otra capa de damasco morada.

Mangas de cruz.

Una manga bordada sobre terciopelo colorado; está esta mui bieja y lo bordado está destruido.

Una manga de terciopelo negro para los entierros, también es mui bieja y rozada.

 

Palias para la puerta del sagrario.

[En el margen de la izquierda: Son ocho palias las que ai.] Quatro palias que se ponen a la puerta del sagrario, la una de primavera con una cruz en hilo de plata falsa i está esta bieja =

Otra colorada de raso, con el santíssimo y dos Ángeles bordados de seda a los lados.

Otra de puntas de plata sobre tafetán que dio Alonso gil.

Otra de raso negro con una cruz de biejo apegada en ella.

 

[fol. ] Frontales.

[En el margen de la izquierda: un frontal blanco de tela para el altar maior.] Un frontal de tela azul de flores entero para el Altar maior = De este se izo una casulia y en su lugar se puso el blanco de la tela.

Otro de terciopelo colorado con sus frontaleras sembradas de cortaduras de colores, del altar maior.

Otro de damasco blanco con sus frontaleras para el Altar maior.

Otro de damasco morado entero para el altar maior.

Otro frontal de brocatel verde con frontaleras de brocatel coloradas para el altar maior =

[En el margen de la izquierda: los frontales están en vastidores escepto este de raso verde con caracolillos que sirve al santo christo de abaxo =] Otro frontal de raso verde con caracolillo negro sirve al santo christo de abajo.

Dos frontales de tela azul falssa enteros, estos están puestos al altar de nuestra señora de el rossario y al del santo nombre de jesús.

Más otro frontal de tela blanca /entero/ para el altar del rossario diole el señor canónigo Juan gómez.

Un frontal de damasco morado entero para el altar de las angustias.

Un frontal de tela rico y entero para el niño Jesús.

Otro de tela parda falsa sembrado de algunas bordaduras, es para el altar de las Angustias= es entero.

Dos frontales de brocatel colorados y enteros son el uno para el santo christo del socorro y el otro es para las angustias.

[En el margen de la izquierda: este no tiene frontalera y no está en bastidor y sirve en …] Mas dos frontales de damasco blancos con frontaleras coloradas = y otros dos de damasco colorado, el uno no tiene frontaleras y el otro la tiene coloradas = estos quatro frontales son de los altares de abajo y están viejos.

[En el margen de la izquierda: este no está en bastidor y no sirve por ser mui viejo.] Otro de rasso blanco mui biejo, con frontaleras sembradas de cortaduras, este es para el altar maior.

[En el margen de la izquierda: Más otro frontal de tela para el Santo christo.] Más cinco frontales de tafetán colorados que dio el liçençiado [fol. ] Juan Gómez canónigo de la santa iglesia de plasencia, están … diolos años 1660.

Más otro frontal de damasco que dio doña María de el castillo muger de don Bernardo lópez de hontiberos el año 1661 =

 

Alfombras.

Una  alfombra, esta se partió por medio y está en dos pedazos.

Más otra alfombra pequeña =están mui biejas, tanto que no pueden servir =

 

Imagines [sic] =

En el Altar maior ay una imagen grande de nuestra señora.

En el altar del rossario está la imagen del rossario = otra imagen portátil de nuestra señora para las procesiones = una imagen de san Martín = otra de san blas =

Otra imagen de nuestra señora de las Angustias en su altar con su manto negro [Añadido posterior: con san Antonio con el niño en las manos.]

En el altar del santo nombre de Jessús está la imagen del niño Jessús, y otro niño Jesús portátil para las processiones = una imagen de san Juan = otra de nuestra señora del Carmen.

El santo christo del socorro está en su altar.

En la sacristía está un quadro del santo christo de orensse = un quadro viejo del descendimiento de la cruz = [En el margen derecho: este se consumió], una imagen de nuestra señora pintada en tabla pequeña = un espejo viejo. [Añadido posterior: otra imagen de santa catalina, un santo christo en su sepulcro, un eçce homo en su caja con su christo crucificado.]

En el altar de abajo está un santo christo de bulto pequeño en su caxa, esta imagen es de la cofradía de la Veracruz.

 

[fol. 6v.] Paños de facistores [sic].

Un paño de tafetán colorado tiene alrededor una lista de tafetán verde.

Otro paño de damasco blanco con listas de amarillo.

Otro paño de tafetán de colores de granada.

Otro paño de tripa morado viejo, fáltale el forro por ser mui antiguo.

Otro paño del terno rico.

 

Cosas de liezo [sic].

Un paño de lienzo para limpiarse las manos los sacerdotes, está mui biejo, solía estar puesto a la fuente de la sacristía.

Tres sobrepellices [nuebos] para los señores curas y beneficiados.

Tres sobrepelizes [sic] viejas, están mui remendadas y mui malas.

[En el margen de la izquierda: Consumióse una en aderezar las … año 63 = otra consumióse en  aderezar el retablo de las angustias quando se doró.]

Quatro sobrepelices [sic] de lienzo mui biejas son para los muchachos.

[En el margen de la izquierda: Consumióse la una en aderezos.] Dos sobrepelizes [sic] de lienzo para el sacristán son mui biejas.

Diez pañitos de mano para limpiarse los saçerdotes quando dicen missa, algunos están biejos.

[En el margen de la izquierda: Consumióse un mantel del altar mayor en el altar de san Agustín quando se doró = son 31.] Más treinta y dos tablas de manteles, las quatro para el altar maior; y las demás para los otros altares del socorro y Angustias.

[En el margen de la izquierda: Más otra tabla para el altar mayor y otra para el santo christo, digo que son treinta y tres por todas año de 69 =]

Y para la credencia algunos de ellos tienen puntas.

 

[fol. 7.] Albas.

[En el margen de la izquierda: Llevó una el licenciado.] Tres albas nuebas con puntas, y nueve viejas y remendadas.

Más otra alba de lienzo = con trece casullas no son más de doce =

[En el margen de la izquierda: ojo] Más un alba que se hizo de un poco de lienco con la limosna a el santo christo quando se dio y fue la mujer de Pedro Gómez.

No son más doce albas porque llevó una el licenciado francisco gil =

[En el margen de la izquierda: Ojo.] De estas se consumió otra en adereçar las demás año de 68 son once por todas, más se consumió otra año de 70 =

Hiçiéronse tres con puntas, ai por todas doçe albas = 12.

 

Amitos =

[En el margen de la izquierda: llevó una el licenciado Gil. Otro en aderezar sobrepellices se consumió, son ocho amitos.] Diez amitos viejos y nuebos [Añadido posterior: consumióse uno en aderezos.]

 

Cíngulos =

Quatro cíngulos buenos = [Añadido posterior: consumióse uno, más cinco son nuebos = no son más de 8 =]

 

Cortinas.

En el altar de el santo christo del socorro ay dos cortinas la una de tafetán morado y la otra alvelillo blanco =

En el altar del nombre de jessús ay un guardapolvo de angeo.

En el altar mayor ai otro de angeo.

En el altar del rossario otro de angeo biejo.

El de las Angustias ay una cortina de tafetán morado, y otra de velillo blanco.

[fol. 7v.] Un palio de damasco mui biejo para llebar el santísimo Sacramento a los enfermos.

Una muceta pequeña de damasco colorado para administrar el santísimo sacramento a los enfermos, no tierre forro =

Otra muceta que dio doña maría lópez burgalés para el mismo intento es de damasco raso =

Un pendoncito pequeño mui biejo de damasco con su cruz de plata pequeñita.

[Añadido posterior: Un pendón que dio el licenciado Gil  en pago de el bestuario que llebó es de damasco colorado es pequeño para sacramentar los enfermos.]

 

Lámparas.

Cinco lámparas de plata que están en los cinco altares de la iglesia.

 

Paños de púlpito.

Un paño de púlpito de brocatel morado para quaresma y adviento.

Otro paño de púlpito de tafetán de granada, amarillo y colorado.

En espejo Un cofrecito para las pastillas suele estar en los caxones de la sacristía.

Un paño de tela, digo de lana pesada con flecos de oro =

 

Cosas de metal.

Un ierro de acer ostias.

Una bacía.

Dos calderos para el agua bendita.

Tres campanas en la torre, dos grandes y una pequeña.

Una campanita en el texado para tañer aver a Dios.

[fol. 8.] [En el margen de la izquierda: Consumióse para la canpana.] y una cruz de latón vieja, es la que se lleba a enterrar los niños. [En el margen de la derecha: La manguita que tenía se consumió en aderezar la ropa año 67.]

Una campanita para el altar mayor.

Más dos pequeñitas, están sin badajo en el cajón de los frontales.

 

Tafetanes =

Más nuebe tafetanes de granada coloradas y amarillas que se cuelgan en las festividades, y están viejao y remendados. [En el margen de la derecha: consumióse en aderezar los demás año 67, andrés de el río = quedan ocho tafetanes.]

Dos faroles viejos y mui malos para llebar la santa unción a los enfermos.

Un paño negro para llebar las andas está biejo y roto, y mui maltratado.

Una ropa de paño negra para el sacristán, está mui bieja.

 

Libros y missales =

Cinco missales viejos.

Tres missales nuebos. [En el margen de la derecha: llebóse uno el señor vicario para aderezarle y no le … quarto los viejos =]

Dos manuales viejos.

Quatro libros grandes de canturía por punto, uno para oficiar las vísperas de adviento y navidad hasta la quaresma, fáltanle algunas ojas que le quitó … ijo de nicolás sánchez.

[fol. 8v.] Otro libro grande de canturía para oficiar vísperas dominicales, con el oficio de difuntos, al fin, que sirve desde pasqua florida asta el adviento, fáltale dos fojas = otro libro para oficiar vísperas de santos, el qual tiene algunas festividades, y al fin tiene el común de vísperas de santos.

Otro libro para oficiar las missas dominicales, fáltale muchas ojas y está satifecho este daño a la iglessía.

Más un libro aforrado en pergamino para el oficio de la semana santa, es en papel y anda en los caxones de la sacristía.

 

Cosas de madera.

Cinco estantes en que se ponen los missales para decir missa.

Un retril para oficiar missa y vísperas.

Un facistol para cantar la epístola y evangelio en las missas de diáconos.

Un candelabro de madera para el cirio pasqual está en la tribuna.

La madera para el monumento, está en la tribuna.

Doce bancos en que sse sientan los ombres solteros, y tres bancos de rrespaldo el uno está junto al altar mayor y los otros dos en la capilla mayor, o en la sacristía.

Un cofrecito en que se pone el santísimo Sacramento el juebes santo, está en colgado [fol. 9] en la sacristía = Otro cofrecito que dio Don Bernardo lópez para el mismo intento = este está en casa del maiordomo y no se le ace cargo al sacristan de el. [En el margen de la derecha: maiordomo].

Un tenebrario para poner belas, pónese en el candelero del cirio pasqual.

 

De todos los quales dichos bienes contenidos en este imbentario que es fecho en seis de otubre años de 1659 yo Agustín Roxo sacristán de la parroquial de este lugar de erbás, digo que me doi por entregado, excepto la custodia del santísimo sacramento, cruz grande, incenssario y nabeta y el plato = [En el margen de la derecha: este se consumió en hacer dos cálices nuebos] zaumado, y el cofrecito para el monumento, lo qual está en poder de el maiordomo y dello no me ago cargo, como consta en el principio y cabeza de dicho imbentario y lo firmé, dicho día, mes y año ut scripto [Rubricado.] Gabriel Sánchez. Agustín Roxo, sacristán.

 

* La cruz de plata que tiene la cofradía del Rossario es de la iglesia diola ernando de chirinos y tiénela emprestada a la dicha cofradía =

 

 

Documento 2

 

APH, «Libro antiguo de la fábrica de la iglesia (1653-1720)», Inventario de bienes, noviembre, 1716, fols. 77-78.

 

[fol 77.] Imágenes

En el Altar Maior la Ymagen de nuestra Señora de Aguas bibas a un lado con su niño en los brazos Y Al otro lado la Ymagen de nuestro Redemptor Crucificado.

Mas en el Altar de nuestra Señora del Rosario ai la dicha Ymagen con su niño en los Brazos Y otra Ymagen pequeñita con su niño en los brazos y a los dos lados San Martín y San Blas.

Y las otra [sic] Ymagen de nuestra Señora de las Angustias con su hijo en los Brazos y a los lados dos Ymágenes la una de San Pedro de Alcántara y la otra de San Antonio de Padua con el niño Jesús en los Brazos.

[fol. 77 v.] Más en la capilla de nuestra Señora de las Angustias dos Ymágenes de Christo nuestro Señor la una con la cruz a cuesta, y la otra atado a la columna ambas metidas en sus caxas.

Más en el Altar del Dulce nombre de Jhesús están el niño Jhesús, San Juan, nuestra Señora del Carmen Y otra echura de un niño Jhesús pequeña.

Más en el Altar del Santísimo Christo del socorro está su Imagen.

Más en el Altar de la vera cruz ai una ymagen de Christo crucificado otra en el sepulcro y Santa lucía y san Marcos.

Más en la Sacristía un ecce homo de Pasta con su cortina y caxa.

Más en la Sacristía un quadro de nuestro Señor en el sepulcro, otro de nuestra Señora de la Soledad, otro de San Pedro, otro de la Muerte y dos espejos medianos.

Más en la Yglesia un quadro de nuestra Señora de la Concepción, otro de nuestra Señora de Belén con los Marcos dorados, otro de nuestra Señora de la Soledad, otro del Santísimo Christo de Orense, otro de nuestra Señora del Puerto, otros [fol. 78] dos quadros de San Nicolás y una lámina de nuestra Señora del Populo.

Mas cinco cartones donde está la Gloria y el credo.

Y otros cinco donde está el evangelio de San Juan.

[1] Véase mi libro Historia del Antijudaísmo en la Alta Extremadura. II. Judíos, labradores y mercaderes de Hervás, Hervás: Libros del Lagar, 2023.

[2] AHPS, Prtlos, leg. 635, «Poder del conçejo de Hervás, 6 marzo 1575», fol. 133.

[3] AHN, Osuna, C. 224, D. 39; ed. Antonio Martín Lázaro, «Documentos geográficos-históricos», BM, 8, núm. 181, 1 julio 1924, pp. 9-11.

[4] AMH, leg. 31, carp. 22; ed. Alberto Muro Castillo, Hervás, de Lugar a Villa: Un capítulo de la historia de nuestro derecho público local, Cáceres: Universidad de Extremadura, 2002, pp. 103-104.

[5] ARCHV, Pleitos Civiles. Taboada, Olvidados, leg. 79, expte. 36; y AHPS, Prtlos, leg. 635, «Poder del conçejo de Hervás, 6 marzo 1575», fol. 133.

[6] Las asambleas municipales se realizaban bajo el arco de la torre de la iglesia y en el atrio de la iglesia hasta la construcción de la sede del ayuntamiento en la segunda mitad del siglo XVI, cuyo edificio se rehabilitó como cárcel, llamada «la casa de la perrera», destruida en el pórtico del siglo XXI. Sobre el solar se construyó el bloque de manzana de la calle Subida al Cabildo, número 1.

[7] Anastasio Rojo Vega, Documentos sobre los seis primeros duques de Béjar, Valladolid: Universidad de Valladolid 2008, pp. 114-117.

[8] Información de los cristianos viejos a la duquesa Teresa Sarmiento, en marzo de 1672, en AHN, Osuna, C. 267, D. 62, «Labradores 1648».

[9] AHN, Osuna, D. 267, D. 63. Se conservan listas de los nombramientos de los oficios, pero sin establecer diferencias entre las comunidades gremiales, en AMH, «Actas Municipales 1654», fol. 16v, y «Actas Municipales 1656».

[10] Véanse las consecuencias del estatuto en mi comunicación «El Libro Verde: paradigma del movimiento anticonverso en la diócesis de Plasencia en el siglo XVII», Memoria Histórica de Plasencia y de Las Comarcas 2022, XVIII, Universidad Popular, Excmo. Ayuntamiento de Plasencia, pp. 175-103.

[11] Juan Blázquez Miguel, Toledot. Historia del Toledo judío, Madrid 1989, p. 191.

[12] Véase mi trabajo, «La judería de Hervás (Cáceres): historia de una invención», XLII Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo: Asociación Cultural Coloquios Históricos de Extremadura, 2014, pp. 255-283.

[13] Nació en 1545, su nieto Juan Gómez fue canónigo de la catedral de Plasencia (1623-1670), sus biznietos, Diego Sán­chez Gómez, mayordomo de la catedral de Plasencia (1658-1670), Diego Sánchez de León, recaudador del marqués de Montemayor, Francisco Ro­dríguez de Viga, arcediano de Béjar (1665), Jerónimo de Viga, oidor del consejo Real de Guatemala (1664-1680), y Diego Antonio de Viga, fiscal oidor de la Au­diencia de Manila (1676-1689); y su rebiznieto Diego Sánchez Zúñiga, chantre de la catedral.

[14] AHN, Inquisición, leg. 1988, núm. 25, fol. 6bis.

[15] Véase mi libro, Historia del Antijudaísmo en la Alta Extremadura. I. La madroña y el Peropalo, Plasencia: Asociación Cultural Placentina «Pedro de Trejo», 2022.

[16] AHN, Inquisición, leg. 1988, núm. 25, fol. 2v.

[17] AMH, leg. 31, carp. 26.

[18] AMH, leg. 31, carp. 25.

20 Gabriel Gómez fue el primer sacerdote mercader que dirigió la iglesia parroquial de Santa María, de 1624 a 1646; le sucedieron su primo Francisco Gil de Aguilar (1646-1647), Francisco López de Hontiveros (1647-1654), Gabriel Sánchez Gómez (1659-1678), Juan Muñoz de Aguilar el joven (1678-1683), Luis Sánchez (1687-1707), Tomás Sánchez Muñoz (1712-1720), Diego Sánchez Muñoz (1720), Juan Francisco de Aguilar (1720-1722) y Jerónimo Sánchez (1732-1762), comisario del Santo Oficio.

21] Véase el desglose del inventario en el apéndice Documento 1.

[22] Véase mi texto, «La fábrica de paños finos de Juan López del Castillo, Hervás 1716», L Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo: Asociación Cultural Coloquios Históricos de Extremadura, 2021, pp. 461-485.

[23] AHPCC, PN, leg. 2390, «Contrato de la obra del púlpito de la iglesia entre el señor cura y Juan Gutiérrez».

[24] AHPCC, PN, leg. 2391, Escritura de 6 octubre de 1622.

[25] Véase apéndice Documento 2; las mayúsculas figuran en el original.

[26] «Soldadesca, ó compañia formada, á imitacion de la Milicia, como suele hacerse festivamente en los Pueblos: y porque regularmente van armados con chuzos, ó picas, como los Zuizos, ó Suizos, le dieron este nombre […] Habiendose mandado á todos los Oficios saliessen en zuiza, y soldadesca, con Capitanes, banderas, caxas, y arcabuces, solo se reservaron las Artes del dibuxo», Diccionario de Autoridades, V, Madrid 1737, pp. 572-573, edición facsímil de la Real Academia Española, Madrid: Editorial Gredos, 2002; la cursiva en el original.

[27] Los mercaderes firmaron el acuerdo notarial en Madrid, el 5 de mayo de 1615, en AHPCC, PN, leg. 2385, «Da poder Juan López a Bartolomé López en rrazón de la zuyza, julio».

[28] AHPCC, PN, leg. 2392, «Conttrato de la zuyza, 6 junio 1623».

[29] AHPCC, PN, leg. 2392, «Zuiza de la colgadura, 19 junio 1623».

[30] AHPCC, PN, leg. 2392, «Conttrato de la zuiza para las andas del Santísimo Sacramento, 6 julio 1623».

[31] AHPCC, PN, leg. 2398, «Conttrato de la zuiza, 24 junio 1637».

[32] AHPCC, PN, leg. 2399, «Zuiza, 28 junio 1638».

[33] APH, «Libro antiguo de la fábrica de la iglesia, 1657-1720», visita de 2 de marzo de 1685.

[34] AHPM, Prtlos, leg, 7223, 12 diciembre 1653, s. f.

[35] En junio de 2023 acudí al archivo parroquial para revisar el inventario en el libro de fábrica de la iglesia de 1654-1720, pero que no hallé, por lo que no he podido anotar debidamente las foliaciones y corregir los defectos de la primera transcripción, que he realizado con las fotocopias que conservo. Las tachaduras figuran en el original. Los puntos suspensivos indican texto ilegible.

[36] La tachadura se realizó en una fecha posterior; el cura párroco y el mayordomo revisaron el inventario en 1660, 1661, 1663, 1665, 1667 y 1670 y eliminaron el vestuario o las piezas que se habían consumidos.

[37] María Fernández (o Hernández) del Castillo, esposa de Bernardo López de Hontiveros.

Dic 012022
 

Marciano Martín Manuel

 

Vicente Paredes Guillén (Gargüera, Cáceres, 1840-Plasencia, Cáceres, 1916) ejerció como arquitecto e historiador, participó en la fundación de la Revista de Extremadura y realizó investigaciones sobre temas relacionados con la arqueología[1]. También se interesó por la biografía de personajes ilustres, especialmente del área de la diócesis de Plasencia. Así, en 1899, armó el árbol genealógico del dramaturgo placentino Michael de Carvajal sustentado en los «comprobantes», como llamó a las fuentes documentales del testamento de su hija Rufina de Carvajal, las cartas de pagos dotales, las escrituras censales y el libro becerro de la parroquia de San Martín[2].

En 1901-1905 abordó la construcción de las genealogías de Miguel de Cervantes y de su mujer Catalina Palacios Salazar y Vozmediano, sustentado en los «documentos de mi archivo, que comprueban el contenido de las casillas del árbol genealógico»: pleitos por la posesión de capellanías, cartas dotales, testamentos, partidas de bautismos y defunciones, mayorazgos, cartas de venta y de obligación, capitulaciones matrimoniales, escrituras de concordia y particiones de bienes[3].

Historiadores, ensayistas y folcloristas extremeños mostraron especial interés por el movimiento filosefardita que había impulsado en España el encuentro de las tropas del general O´Donnell, en febrero de 1860, con los sefardíes de Tetuán, los descendientes de los judíos expulsados de España. Romero y Espinosa, Hernández de Soto[4], Matías Gil, Barrantes, Martín Santibáñez, Díaz y Pérez, Paredes, Escobar Prieto, Hurtado, Legendre, Roso de Luna y López Prudencio, entre otros, coquetearon con distinta mirada, la cultura hebrea, con dispares resultados[5]. En 1886, Paredes realizó un estudio sobre la influencia de la etimología hebrea en la toponimia hurdana. Como consecuencia del edicto de expulsión de los judíos de 1492, reflexionó Paredes, los judíos se refugiaron en Las Hurdes, cuya idea tomó prestada de Martín Santibáñez, donde escondieron el tesoro del segundo templo de Jerusalén que sus descendientes habían traído a la Mérida romana en tiempo de los emperadores Vespasiano y Tito. Del tesoro jerosolimitano emanaba el rocambolesco origen judío de algunos nombres de los pueblos hurdanos. Así, el étimo hebraico «gaz» significaría «tesoro», que aplicado a las localidades de Las Hurdes devendría en[6]

el Gazco, nombre de una alquería, significa el tesoro, Pesga, pie del tesoro, Marchagaz, camino del tesoro, río Jurdán, el que lava. El tesoro del templo de Jerusalem se llamaba Gazofilacio según Josefo.

La etimología hebraica transcendió a otros topónimos extremeños. Según Paredes, Zorita procedía «de la voz hebrea “zahorah”, que significa la blanca. Esta pudo ser la Lenciana del itinerario, que significa también blanca, y está en el camino antiguo». Badajoz «se llamó por los árabes Bathaljus, nombre derivado del hebreo “gbat” que, según Josefo, significa valle, y de “djevel”, que equivale a monte, por todo lo que Badajoz vale tanto como Monte del Valle».

Con motivo de la celebración del IV Centenario de Colón, el duque de la Victoria solicitó a Alfredo Mateos datos biográficos del navegante, que trasladó a Paredes[7]. En 1903, el autor rastreó noticias en el Diccionario Geográfico, de Pascual Madoz, que había inspirado a la guía inglesa Viajero de España, de Brodsharo; y en los Apuntes para la Historia general de Plasencia, del capellán José María Barrios Rufo, pero no investigó en las fuentes documentales de archivo, como hizo con la genealogía del dramaturgo Carvajal. Al hilo de sus indagaciones, Paredes lanzó la teoría de que los padres de Colón vivían en Plasencia y se trasladaron a Génova en 1442, cuando la ciudad pasó a manos de los Zúñiga, señores de Béjar. Colón era de ascendencia hebrea. Nada menos que nieto del célebre judío burgalés Salomó ha-Leví, de cristiano Pablo de Santa María, cuyo hijo gobernó la diócesis de Plasencia[8]. Enumeró las ocho causas en las que sustentaba la sospecha del judaísmo de Colón[9]:

¿Por qué causas pueden sospecharse que Colón fuera nieto del judío converso D. Pablo, Obispo de Cartagena?

1.ª Por lo que indica el cuidado que tuvieron él, sus hijos y sus hermanos, en ocultar los nombres de sus padres.

2.ª Por el significado oculto de su antefirma y la necesidad que se supone tuvo de ocultar su verdadero apellido.

3.ª Porque era muy instruido en los sagrados textos hebraicos.

4.ª Porque todo lo quería en nombre de Santa María.

5.ª Porque quería ayudar al rey de España á conquistar á Jesusalén ó conquistarla él; pero juntando el dinero para ello en Génova.

6.ª  Porque decía que no era él el primer Almirante en su familia.

7.ª Por su personalidad física y moral.

8.ª Porque siendo de raza judía, hijo de un cristiano de Plasencia, tienen fácil explicación sus obras y pensamientos.

Después de desarrollar cada uno de los postulados, el genealogista Paredes llegó a la siguiente conclusión[10]:

Bien se comprende que la sangre de un Monroy Almaraz, mezclada á la de un judío endeble de cuerpo, de color trigueño, apocado de ánimo para la guerra, fino de entendimiento, astuto y codicioso para el comercio, doblado en sus intenciones, nos diera un hombre como nos describe á Colón en su físico y como no lo pudo explicar Castelar en lo moral, sin tener estos supuestos antecedentes en cuenta, al querer hacer su retrato; pero si los hubiera tenido nos hubiera dado la razón de sus cualidades contradictorias.

Sus aventuradas teorías fueron muy criticadas por los historiadores coetáneos. En 1922, Abelardo Merino Álvarez desestimó sus hipótesis, especialmente, la vinculación de Colón con la hermana de Samuel ha-Leví[11].

Paredes mostró interés por el conocimiento de la historia y la cultura judías. En 1887 encargó unos apuntes sobre la historia de Hervás al maestro de niños Agustín Manzano Calzado. El hervasense le envió sus notas, sin ningún fundamento científico, que publicó Paredes en la Revista de Extremadura[12]:

Otra calle de la población antigua conserva el nombre de calle de la Sinagoga, lo que prueba que en ella habría un templo judaico para los individuos de esa raza que habitaren en el pueblo, debiendo ser en gran número a juzgar por el dicho antiguo que aún se conserva En Hervás, judíos los más. Desde el castillo parte otra calle que separa el pueblo en dos mitades, nueva y vieja, y a la parte opuesta una plazoleta llamada Cantón del Centiñera, donde es creíble hubiese un centinela, que en unión del que habría en el castillo, estuviesen destinados a impedir el trato de los judíos con los cristianos.

Paredes rubricó la teoría de Manzano Calzado sobre la sinagoga y añadió al corpus judaico la calle del Rabilero, de la que no se tenía ninguna noticia en la tradición oral y literaria, porque pensaba que Rabilero era una evolución etimológica de rabí[13]:

Estuve en el barrio del Ravilero (sic) y en la calle de la Sinagoga, cuyos nombres indican que pertenecía este barrio a los judíos, el cual es muy interesante para conocer cómo eran las casas que decía el historiador de los RRCC Bernáldes (sic), que olían a judío como ellos, porque sus alimentos sin grasa les daba un olor repugnante que transmitían a sus viviendas.

El falso apunte de Paredes sobre la judería de la calle del Rabilero, con el resabio del hedor judaico, fue el pilar sobre el que se sustentó la invención de la judería, en 1907, auspiciada por Mélida, Hurtado, Muñoz de San Pedro… y la Red de Juderías «Caminos de Sefarad»[14].

En 1904, Paredes publicó en capítulos, en la Revista de Extremadura, la historia de los Zúñiga, con el componente histórico de la comunidad judía. No inventó calles ni juderías en Plasencia, porque se documentó en los libros de actas del cabildo catedralicio placentino, cartas de ventas y arrendamientos. Pero no consultó los documentos originales, sino un traslado notarial del siglo XIX, que contenía numerosos errores en la trascripción de los antropónimos hebreos. Así escribió «Indacaces» por «Yudá Caçés», «Ab Bueno» por «Çid Bueno», «Eburdellín» por «Yuçé Medellín», «Yusef Molio» por «Josef Molho», «Zafines Capa» por «Çag Escapa», «Salomon Aleen Habibe» por «Salomón Abenhavive», «Huyo Daza» por «Haim Daza», «Yufada Daza» por «Yuçé Daza», «Albe ha e Abrahan Chieo ó Chuo» por «Albelia e Abraham Chico»[15]. No obstante, no esparció ninguna opinión desviada, ni comentario desatinado, como había realizado con el Rabilero de Hervás.

En 1909, Paredes armó el árbol genealógico del gramático Elio Antonio de Nebrija[16]. Su tercer hijo sembró raíces en Plasencia. Sus fuentes documentales procedían de los archivos: testamentos, capellanías, memorias pías, escrituras censales, fundaciones de mayorazgos, libros de actas parroquiales de bautismos y defunciones, poderes notariales, cartas de compra de casas y un apunte de Nicolás Antonio. El genealogista Paredes reservó un espacio para los judíos placentinos[17]:

No dice el buen licenciado D. Agustín Antonio de Lebrija el motivo de venir D. Francisco de Lebrija Solís y Maldonado á vivir á Plasencia; yo no lo sé, pero me lo presumo: allá, por cuando expulsaron á los judíos de Plasencia, fue encargado de conducirlos el Capitán Floriano que vivía en la calle de la Tea de esta ciudad, en la casa de las Solísas Maldonadas, que quizás fuesen tías de D. Francisco, en cuya averiguación no nos hemos de ocupar ahora, pues será más pertinente el que veamos que la familia del Obispo Ulloa, que tenía en Plasencia, no olvidaba mucho á la del Obispo que estaba en Indias.

En 1916, Paredes prosiguió con sus estudios genealógicos. En el último año de su vida se ocupó del linaje del cristiano nuevo bejarano don Francés de Zúñiga, cuyo trabajo quedó inédito. En veinticuatro cuartillas manuscritas a lapicero enumeradas pergeñó la genealogía de don Francés de Zúñiga, con algunas correcciones, como correspondía a un borrador[18].

Los historiadores nacionales y extranjeros empezaron a mostrar interés por la vida del autor de la Crónica del emperador Carlos V a finales del siglo XVIII[19]. El desconocimiento de su vida propició las primeras conjeturas sobre sus orígenes. Mayans y Siscar vinculó su nacimiento en Navarra[20]: «Bufonada es el dicho del bufón, truhán o juglar que de todo se chancea i con todos, como el célebre don Francés de Navarra en tiempo de Carlos Quinto, cuyo estilo es bufonesco, truhanesco o juglaresco». En 1850, Ferdinand Wolf inauguró el estudio crítico de la Crónica sustentado en el manuscrito 5.945 de Viena[21], pero no añadió datos biográficos. Cinco años después, Adolfo de Castro publicó una reseña en la edición defectuosa de la Crónica, editada por Pascual de Gayangos[22]. En 1909, A. Morel-Fatio y H. Léonardon interpretaron que la mención a Navarra por Mayans y Siscar emanaba del origen natal de don Francés, o también podía anunciar el origen navarro de los Zúñiga. Expusieron una tercera razón, la familia Zúñiga era originaria de Viamonte, incorrección de Beaumont[23]. Nicolás Antonio no aportó datos[24].

Ese mismo año, Juan Menéndez Pidal exhumó cinco cartas inéditas custodiadas en la Biblioteca de Santa Cruz de Valladolid, con una glosa sobre los ancestros del bejarano[25]: «Se ignora quienes fueron los padres de don Francés». Sin embargo, coligió erróneamente, por su particular hermenéutica de las escrituras[26]: «Gracias á este rasgo humorístico sabemos que la madre de don Francés, oriunda de Guernica, era natural de Leiva (Logroño) y cabe conjeturar fundadamente que el pueblo del padre, y acaso el del propio truhán fue Zúñiga, en Navarra, y de ahí el sobrenombre ó apellido que usó». Menéndez Pidal apuntó la extracción judía del escritor[27]:

en cuando a limpieza de sangre está averiguado que procedía de conversos. Él mismo, con donosura sin igual, declara en diferentes ocasiones su ascendencia judía; fundado en ella se intitula «Duque de Jerusalem por derecha sucesión, Conde de los mares de Galilea y Tiberiades, Señor de las Tribus de Robén y Judá»; pone como blasón de su escudo, «a la mano izquierda un roel colorado» a guisa que los mardoqueos antiguos traían», y dice que es privilegio de los de su raza vestir de viaje papahígo y de rúa muceta, aludiendo a disposiciones legales referentes a las divisas que los judíos debían de usar en la ropa exterior para distinguirlos de los cristianos.

Don Francés de Zúñiga conocía las leyes discriminatorias de los apartamientos judíos promulgados por las Cortes de Toledo en 1480, que se aplicaron en Plasencia, Cabezuela del Valle y Jaraíz de la Vera, lugares de la diócesis de Plasencia, y en la villa de Granadilla y Abadía, de la casa de Alba, en 1488, así como la imposición de la rodela bermeja en la ropa de los judíos para distinguirles en su ley y hábito, la alegoría del roel colorado que parodió don Francés de Zúñiga[28]. El escritor mencionó a los hermanos de su mujer Isabel de la Serna: Álvaro, Alonso, Juanico y Simón y una tía Teresa Gómez que moraba en Béjar[29], cristianos viejos de pura cepa.

En 1909, Morel-Fatio y Léonardon tuvieron acceso al texto de Menéndez Pidal cuando su artículo se hallaba en galeradas. En un pos escrito refrendaron el origen navarro del escritor, pero desestimaron la ascendencia hebrea de don Francés de Zúñiga por la inconsistencia de la mención a «la herida en el prepucio»[30], la circuncisión que le practicaron en su nacimiento.

Paredes consultó el artículo de Morel-Fatio y Léonardon. Su obra le pareció «muy rica en datos biográficos; pero escasa de noticias referentes a la persona del bufón», por cuya causa decidió fabricar el árbol genealógico del escritor y se lo envió a los autores[31], que no lo tuvieron en cuenta: «Llevado de mi intención de esclarecer este asunto, perteneciente a mi patria, les remito el escrito siguiente rehecho por los apuntes que conservo. Creo que discrepara poco del primitivo, del cual no he vuelto á tener noticia á causa de no serles útil para lo que se proponian».

El bejarano Nicomedes Martín Mateos facilitó a Paredes un extracto del testamento de don Francés y de la fundación del vínculo del mayorazgo, que trasladó en su trabajo con algunos errores[32]: «D. Francés de Zúñiga (1) fundó mayorazgo con facultad Real en el año 1532 ante Bernardino Ortiz escribano de Béjar»[33].

Del archivo de la casa del Marqués de Mirabel[34] procedía el vínculo de Cristóbal Gutiérrez de Contreras, de 4 de setiembre de 1513 y de Diego de la Fuente Trejo, de 19 de mayo de 1577. Tomó otros datos en el testamento de Juan Gómez Pasajero, hijo de Hernando Álvarez del Barco y de Isabel Gómez, de Ávila, redactado en Plasencia el 30 de diciembre de 1536, en las escribanías de Plasencia, y en un archivo parroquial que no mencionó.

Sobre el judaísmo de don Francés de Zúñiga, objeto de controversia entre los escritores de su época, Paredes conjeturó[35]:

La sospecha de D. Juan Menéndez Pidal de que D. Francés de Zúñiga perteneciera a una familia de judíos conversos, espresada en la posdadata (sic) al escrito de Morel Fatio, nos hace dilatar nuestra investigación a más de lo necesario por aprobar la genealogía de D. Francés. A esta sospecha no encontramos pueda dar lugar más que la pretenición que hace Hernán Gutiérres al fundador el Mayorazgo / en Plasencia 18 Febr 1522 ante Sevastián Gutiérres escribano / del apellido Contreras de su mujer: llama / este fundador / a la sucesión del mayorazgo, después de la de su hijo D. Cristóbal (62) y su muger Dª Isabel de Avalos ([36]) y descendientes, que fueron: D. Bernardino de Barrientos ( ) hijo de D. Cristóbal (62) y su mujer, Dª Isabel de Avalos, ( ) padres de D. Antonio Barrantes, que casó con Dª Beatriz de Sosa; padres de Isabel Gutiérres de Barrientos muger de D. Fernando Gómez ( ); padres de Fernando Antonio Góme de Carvajal, marido de Dª Francisca Trejo y Mendoza.

Paredes no descartó el posible vínculo judío de don Francés de Zúñiga[37]:

La sospecha de D. Juan Menéndez Pidal de que D. Francés de Zúñiga (1) fuera de familia de judíos conversos, también podría tener algún fundamento en la cuantía de valores que Hernando Gutiérrez, v[ecino] de Plasencia (41) y su mujer Inés Contreras (44) trajeron a esta ciudad y su tierra para emplearla en dotales de mayorazgo que fundaron su hijo Cristóbal Gutiérre de Contreras pero no podemos fiarnos mucho de no ser arrastrados por la nueva corriente de investigación de los méritos de los conversos, por la que yo he sido llevado haciendo, como he querido hacer de familias de conversos, a Colon, Lebrija o Nebrija y otros; presa yo, quizá de una obsesión peculiar de los hombres de estos nuestros tiempos.

 

El cuantioso patrimonio del escritor bejarano fue la causa de la sospecha de judaísmo. Paredes reconoció que había sido rehén de la moda que arrasaba en los historiadores por atribuir identidad judía o conversa a todos los escritores, dramaturgos e intelectuales extremeños[38], que conllevó a las judaizaciones de las biografías de Colón y Nebrija. Ahora tocaba el verso contrario. Paredes puso en solfa la limpieza de sangre del hijo de Nebrija, al que emparentó con el escritor bejarano, cristiano viejo, a través de los descendientes placentinos de la rama materna de Nebrija[39]:

De este sabio maestro Nebrija o Lebrija, ya en otros trabajos nos hemos ocupado de su limpieza de sangre, muy dudosa, y dificultosa de provarla para que su hijo Marcelo entrase en la orden de Alcántara. Esta probanca le obliga a señalar como pueblo de su naturaleza a Lebrija y hacer una bellísima descripción de ella; siendo así que no fue de allí más que maestro de latín, luego que volvió de Italia.

Sigamos con la madre de D. Francés que en algo hace relación a la de Marcelo, hijo del Maestro Lebrija o Lebrija, pues entre descendientes de circuncisos andan estas genealogías; y el Maestro Antonio de Nebrija como los antepasados de D. Francés (1) sirvieron en la casa de los Zúñigas al últi[mo] Maestre de Alcántara D. Juan de Zúñiga, hijo de D. Álvaro de Zúñiga y Dª Leonor Pimentel, condes de Plasencia; de quien fue Nebrija, o Lebrija profesor de Latín: cosa en que tantos judíos eran empleados o protegidos como dijimos en nuestros Zúñigas Señores de Plasencia[40].

Para venir en conocimiento de la mujer de Don Francés tenemos que ir al testamento y escrituras de fundaciones de un indiano estravagante, Juan Gómez, alias Pasajero (32).

Sobre la presunción judaica de los ancestros de Colón, Paredes resaltó en los postulados (primera y segunda causa), «el cuidado que tuvieron él, sus hijos y sus hermanos, en ocultar los nombres de sus padres [… y] la necesidad que se supone tuvo de ocultar su verdadero apellido». Pero no aplicó la misma argumentación en la genealogía de don Francés de Zúñiga y le impostó, para no caer de nuevo en el vicio de la judaización de los personajes ilustres, una paternidad cristiana: el maestrescuela placentino Íñigo de Zúñiga.

En 1940, Ángel González Palencia arrojó luz sobre la esposa cristiana de don Francés de Zúñiga y sus descendientes, basado en una copia deficiente del testamento[41], y en la ejecutoria del pleito entre Miguel de Trejo y Alonso Tiri Hernández Zúñiga Trejo de la Fuente[42], pero no aportó datos sobre la enigmática identidad del progenitor. En el llamamiento en la sucesión del vínculo del mayorazgo nombró en tercer lugar a su hermano Gómez de Santisteban, cristiano nuevo, y a sus hijos. El titular del mayorazgo debía tomar el linaje Zúñiga, de esta manera ennoblecía la rama cristiana de su familia y solapaba su estirpe judaica, como efectuó el judeoconverso acaudalado Juan López de Hontiveros con la fundación de su mayorazgo en 1648, mecenas fundador con su mujer María López Burgalés del convento de los religiosos trinitarios descalzos de Hervás[43], cuyos últimos poseedores del vínculo, los López de Hontiveros, vivieron en Béjar.

Marcel Bataillon[44] resaltó las raíces hebreas y el placer de don Francés por «bromear con el tema de su propia ascendencia judaica y con el de los conversos del mismo origen que se tratan unos a otros de judíos, aunque él, por cómica antífrasis, diga (en vez de «judíos») «asturianos o vizcaínos», como bromeó el poeta satírico Antón de Montoro, «el ropero de Córdoba», con su ascendencia hebrea.

Diane Pamp de Avalle-Arce incidió en la jactancia del truhán de su condición de converso y la mención al rito de la circuncisión, que practicaron algunos cristianos nuevos de tercera generación de la diócesis de Plasencia: «No se sabe quiénes fueron los padres de don Francés, ni cuándo nació éste, ni dónde, al menos con absoluta seguridad. Se puede conjeturar que los padres de don Francés ya habían muerto hacia 1520, época en que en ciertas cartas festivas don Francés menciona a su hijo y a su mujer, pero no a sus padres»[45]. Admitió su condición de converso, refrendada, entre otros pasajes de la Crónica, por la cita de la «herida en el prepucio»[46]. También resaltó el oficio de sastre: «De sastre remendón de Béjar, el futuro don Francés pasó a ser “hombre de placer” de don Álvaro de Zúñiga»[47]. Sastres, zapateros, tejedores y mercaderes fueron las actividades labores predominantes de los cristianos nuevos del señorío de Béjar. Diane Pamp redundó en la condición de converso del padre del escritor y publicó por primera vez la firma manuscrita del bufón renacentista[48].

El truhán mencionó a su padre converso en la epístola que envió a Antonio de Leyva[49]: «Acuérdaseme que siendo muchacho me decía mi padre, que no quería honra, por no sostenerla, y paréceme que no lo dejó a bobo». Esa falta de honra de la que carecía el cristiano nuevo don Francés de Zúñiga y manchó el honor de los hidalgos de ejecutoria cuando tuvo la osadía de comprar el oficio de alguacil de la villa y tierra de Béjar, que monopolizaban los hidalgos xenófobos de ejecutoria, pocos meses antes de su deceso[50]. Después de su muerte, la duquesa María de Zúñiga y Pimentel, presionada por los hidalgos de ejecutoria, expidió una provisión, el 5 de junio de 1532, ordenando que la «vara de alguacilazgo desta dicha villa de Béjar y su tierra no se arrienden, y que anden en personas honrradas de conciencia hidalgos que la sirvieron y sigan bien y como deben»[51]. Don Francés de Zúñiga era propietario de un mayorazgo, pero no era una «persona honrada de conciencia de hidalgo», porque era descendiente de judío.

En la epístola al marqués de Pescara, don Francés de Zúñiga hizo la segunda mención al progenitor[52]: «un padre que yo perdí, como era un desesperado, las cosas de Dios tenía tan delante los ojos, que a la hora de la muerte nunca le pudieron hacer decir el Credo». Para el cristiano nuevo de tercera generación Pedro Muñoz, tejedor de Hervás, «balía más el çapato de su padre que la crisma»[53], en alusión al sacramento del bautismo. Juan Muñoz, converso hervasense de tercera generación, fue juzgado a título póstumo por el tribunal de la Inquisición de Llerena, porque en la hora postrera apostató del sacramento de la extremaunción: «cuando murió no quería besar el Cristo y dava boçes», como efectuó, probablemente, el padre converso de don Francés de Zúñiga[54].

Ceferino García Martínez secundó la línea de investigación de Diane Pamp[55]: «no se sabe quiénes fueron los padres de don Francés, ni cuando nació éste, ni dónde, al menos con absoluta seguridad», y compartió la idea de la falsedad del apellido Zúñiga, resaltando, con buen juicio, que el uso del apellido materno de la Serna, de raíz cristiana «¿no parece clara en todos sus escritos la intención de ocultar su verdadero patronímico?»[56].

José Antonio Sánchez Paso comulgó con la naturaleza judía de don Francés[57]: «Partamos del hecho, ampliamente debatido, de que el bufón y falso cronista de Carlos V nació bajo la estirpe hebrea en tiempos en que ésta aún habitaba suelos hispanos». Hizo una segunda referencia: «A pesar de lo oscuro de su origen sabemos que nació judío y que el apellido le debió venir de su bautismo cristiano»[58]. Continuó con la tesis[59]:

Todo lo que pueda decirse hoy por hoy sobre sus ascendientes es moverse en terreno de la más absoluta conjetura, puesto que no conservamos, o al menos no conocemos, ningún documento referente a sus antepasados. Solo podemos atenernos a las oscuras alusiones que nos ofrecen la Crónica y el «Epistolario». Hay por parte del bufón un afán ocultista respecto a su pasado bastante evidente, hasta el punto de que casi todo lo que sabemos sobre lo que fue su vida antes de llegar a la corte nos ha llegado por otras fuentes, no por su pluma.

Las escasas y veladas referencias a sus padres y antepasados apuntan por lo general hacia un mismo hecho: su ascendencia judía. Orígenes hebreos de los que se mofará ampliamente en sus escritos y que en ningún momento niega, más bien al contrario: tiene cierto regusto en recalcarlo, seguramente porque era tan evidente que no tenía forma de distanciarse de esa marca que no fuera mediante la burla.

Y concluyó: «Nada, pues, se puede extraer de todo esto que no sea ratificar lo ya conjeturado por D. Pamp: que sus padres murieron hacia 1520 más o menos y que sus ascendientes son de raza hebrea. Cómo se llamaban sus padres, quiénes eran, de dónde y a qué se dedicaban, resultan en definitiva incógnitas hoy por desvelar todavía»[60].

Sánchez Paso enumeró las inconsecuencias por los historiadores del nombre y lugar de nacimiento de don Francés de Zúñiga en la conferencia dictada en 2014, y afirmó, sustentado en las fuentes de archivo, que era parroquiano de la iglesia de Santa María[61]:

No conocemos con rigor su fecha de nacimiento, puesto que en el momento en que lo hizo no existían todavía libros de bautismos en las parroquias, aunque también hubiera sido inútil esa fuente de haber estado disponible, puesto que nació judío algunos años antes de la expulsión de España de esta comunidad religiosa. Pero las fechas de su boda, las de sus hijos o las de nacimiento de sus nietos -ya cristianos- y otras referencias vitales hacen conjeturable que naciera en torno a 1480, año arriba o año abajo».

Y reiteró[62]:

Nació, como ya hemos dicho, hacia 1480 dentro de la comunidad judía de Béjar, cuya familia -de cuyos miembros nos habla ocasionalmente- debió de ser una de las que se quedaron en el momento del edicto de expulsión en 1492, siendo él niño. Aunque converso, son numerosas las alusiones y bromas que hace respecto  su pasado hebreo sin que le tiemble la voz al hacerlo, siendo como era en aquellos inmediatos años un asunto tabú que sus congéneres procuraban ocultar a toda costa […] De su padre quizá heredada el oficio de sastre que ejerció en su juventud un oficio muy propio de judíos, antes de que su gracejo o cualquier otra circunstancia le llevara a entrar como criado en la casa ducal bejarana, en condición de bufón…

Marie Claude Gerbert[63], José Manuel López Martín[64] y José Luis Majada Neila[65] han tratado aspectos de la biografía del placentino Íñigo de Zúñiga, pero ninguno ha vinculado al maestresala con el cristiano nuevo don Francés de Zúñiga. ¿Quién fue el promotor del bulo?

El 6 y 21 de abril de 1751, el duque de Béjar Joaquín de Zúñiga solicitó a sus contadores Ignacio de Béjar y Joseph de Tapia que investigaran en el posible vínculo de sangre de su linaje con don Francés de Zúñiga, para hacerse acreedor de la titularidad de su mayorazgo. En 1492, el duque de Béjar Álvaro II expropió todos los bienes muebles y raíces a los judíos exiliados de Béjar y Hervás, contrariando las disposiciones del edicto de expulsión, que les permitió vender sus bienes o cederlos a terceras personas. La nobleza española presionó a la Corona para que legalizara la cesión de los bienes y deudas que habían expropiado por la fuerza a los judíos exiliados, en compensación por la pérdida de población. Álvaro II recibió el privilegio real de donación el 9 de enero de 1495[66]. Su esposa la duquesa María de Zúñiga y Pimentel donó casas de los judíos expatriados a «algunos criados y a otros sugestos, entre los quales fue uno D. Francés de Zúñiga, hijo de D. Iñigo que lo fue de la casa aunque ilegitimo, el qual hizo maiorazgo para sí y sus deszendientes lexitimos». El duque Joaquín solicitó a sus contadores que comprobaran el engarce de su casa con el ilegítimo Íñigo de Zúñiga y su presunto hijo el escritor bejarano[67]. El 24 de abril, los contadores informaron al duque de Béjar que habían hallado «con bastantes nullidad además de no probar parentesco alguno ni aun visos de similitud alguna por apellido u otra connotación pues aún tratto y amistad con la familia no se prueba»[68]. No obstante, los contadores otorgaron el beneficio de la duda sobre la paternidad[69]:

que el Don francés de Zúñiga fundador fuese hijo de Iñigo y estte descendiente de la Casa de Véxar se justifica por una executoria que el año de 1618 ganó de su nobleza en la Chancillería de Valladolid en el oficio del escribano de cámara Matheo de Barçena, para cuia probanza en una de las preguntas del ynterrogatorio se evidencia, pues dice que a toda su ascendencia hasta el Iñigo de Zúñiga los trataban los señores como a tales parientes assi en darles assiento como en otros acttos propios de partes y por esta parte ya ai derecho conocido.

Don Francés de Zúñiga ironizó en su Crónica sobre su linaje y procedencia nobiliaria: «por honrrado me tengo en venir de los Çúñiga»[70]. En el siglo XVI, los señores de la casa de Béjar, especialmente la estirpe xenófoba de los Zúñiga y Sotomayor, nunca contemplaron con buenos ojos que sus vasallos usaran sus apellidos. Francisco III de Zúñiga y Sotomayor (1591–1601) puso coto a la inveterada costumbre[71]:

Algunos que sirvieron en la Casa y tuvieron cartas de los señores de ella con igual tratamiento ignorando esta costumbre, y llenándose de vanidad han presumido sus descendientes ser verdaderos partes usando los apellidos de Çúñiga y Sotomayor; por eso hay tantos, y lo quieren persuadir y justificar con las mismas cartas, entre los no instruidos en esta costumbre que çesó en esta casa en tiempo del señor duque don Francisco 3º.

En el siglo XVIII, la casa de Béjar pretendía entroncarse con la familia del truhán. En la segunda pieza de las dos que componían el pleito de 1618, Antonio de la Fuente Trejo, padre de la actual poseedora, informó que Gaspar de Zúñiga debía pagarle los alimentos como sucesor inmediato en el mayorazgo, «cuios llamamientos son a los descendientes de Álvaro de Zúñiga, hijo del fundador y en falta destos Alonso Gómez de Santisteban su hermano». Pero no citaron al presunto padre. Los contadores reconocieron al duque «que estaba probado el parentesco. Pero sin embargo destto, quedamos haziendo diligencias haber si hallamos el entronque expezifico, aunque será dificultoso, porque los libros de bapttismo, casados y velados de estas yglesias son poco antiguos»[72]. El duque Joaquín de Zúñiga no había perdido la esperanza de «tener derecho a él, por parentesco con el fundador, o como dueño de los mostrencos»[73]. Pero lo cierto es que no prosperó su reclamación. Los contadores no pudieron mostrar la rama genealógica específica con don Francés de Zúñiga y con su falso padre, el maestresala Íñigo de Zúñiga, porque no existía. Era un bulo que había lanzado el duque Joaquín.

Así quedó la historia hasta que, en 2016, Rivadeneyra Prieto, que está realizando una encomiástica labor de investigación sobre la vida, el patrimonio, el mayorazgo y los descendientes de don Francés de Zúñiga[74], repescó el borrador inédito de Paredes[75]:

El único estudio genealógico de los ancestros de don Francés de Zúñiga fue el realizado alrededor de 1915 por el placentino Vicente Paredes Guillén (1840-1916), arquitecto, arqueólogo y académico de la Historia, cuando contaba con unos 75 años. Aunque la investigación no llegó a publicarse, sus exhaustivos y minuciosos apuntes relativos a nuestro personaje forman parte hoy de su legado custodiado en el Archivo Histórico Provincial de Cáceres.

Rivadeneyra resaltó que «la documentación recabada para este estudio sin duda debió obtenerla a partir de su trabajo en los archivos judiciales y notarial de Plasencia -cuya intervención resultó clave para que estos se conservaran- así como el municipal y el diocesano de la ciudad»[76]. En puridad, no hubo ningún sustento documental en el trabajo de Paredes relacionado con la paternidad del escritor. Rivadeneyra prosiguió[77]:

Por otra parte los árboles genealógicos señalan que el progenitor de nuestro protagonista fue Íñigo de Zúñiga, «padre de don Francés, que fue maestresala de don Álvaro de Zúñiga, conde de Plasencia y Béjar y primer teniente de regidor del ayuntamiento de Plasencia[78]»; y que su madre se llamaba Catalina Gutiérres de Contreras, mujer natural de Ávila, de la que hace constar a su padre, el placentino Fernando Gutiérres, que fundó mayorazgo a principios del siglo XV. Si los estudios de Vicente Paredes no están errados el padre de don Francés ocupó puestos relevantes en los organigramas de poder de la ciudad cacereña bajo el auspicio del primer duque de Béjar, algo que, en mayor o menor medida, se repetiría en sus descendientes a lo largo de las generaciones y los siglos.

Rivadeneyra ha documentado la estirpe cristiana de los padres y abuelos de la esposa de don Francés de Zúñiga y de sus descendientes directos hasta la época actual. Paredes se detuvo en la séptima generación, María Trejo Zúñiga de la Fuente (1685-1771), pero alteró los apellidos, María de Zúñiga y Trejo. ¿Cómo es posible que con toda la copiosa documentación de archivo y bibliográfica que ha manejado por Rivadeneyra, haya tenido que recurrir a Paredes, que tenía menos conocimientos genealógicos que él, para averiguar la presunta identidad del padre de don Francés? En El mayorazgo de don Francés de Zúñiga, Rivadeneyra reiteró, con cierto recelo, en una glosa a pie de página: «Es de suponer que Paredes Guillén manejara documentación y fuentes que nosotros ignoramos y que solo un profundo estudio de los archivos placentinos y de los de la Chancillería de Valladolid nos permitirá sacar a la luz»[79]. Paredes documentó la extracción cristiana de la rama de la mujer de don Francés de Zúñiga, pero nunca citó la fuente de su presunto padre, el maestresala Íñigo de Zúñiga, porque era fruto de su invención. Íñigo de Zúñiga desarrolló su vida mayoritariamente en Plasencia; por consiguiente, era previsible que su presunto vástago don Francés de Zúñiga, nacido en Béjar, en algún momento de su vida hubiera residido con su familia en la ciudad del Jerte.

Sánchez Paso ha seguido la inconsecuencia de Rivadeneyra y ha dado un giro radical a sus trabajos de investigación: «Su padre ahora sabemos que con rigor documental se llamaba Íñigo de Zúñiga y era maestresala de la casa ducal; su madre, Catalina Gutiérrez de Contreras. Del padre cabe alguna sospecha de que fuera hijo ilegítimo del anterior duque bejarano»[80]. Más adelante expuso: «El abuelo materno de don Francés, Fernando Gutiérrez, a su vez había fundado mayorazgo en Plasencia a principios del siglo XV. Según las fuentes de Rivadeneyra, los datos son tan abundantes que incluso tenemos noticia de que una prima de don Francés casó con un hijo de Elio Antonio de Nebrija»[81]. Sánchez Paso citó mal a Rivadeneyra. Fue Paredes el autor del texto de escaso «rigor documental».

En definitiva, seguimos mareando la perdiz sobre la identidad del progenitor de don Francés de Zúñiga que, desde luego, no era el maestresala placentino Íñigo de Zúñiga, pero si un judío convertido al cristianismo, probablemente, en 1492. Si nos atenemos a las palabras que escribió don Francés de Zúñiga en la Crónica burlesca, su padre fue un mal cristiano, como casi todos los judeoconversos de primera generación del señorío de Béjar, no así su hijo, que se comportó como un judío asimilado que marcó distancias con el foco judeoconverso que residía en las calles Barrionuevo, Parrillas y Mayor de Pardiñas. Don Francés de Zúñiga vivió en la casa de la actual calle 29 de Agosto, en el barrio de Santa María[82], alejado del ruido converso, engalanado con la honra de un mayorazgo que redimió su sangre judía y las de sus descendientes en el cristianismo. Y en su hora postrera, el buen converso donó a su parroquia, la iglesia de Santa María de Béjar, «una ropa morisca de oro y seda que yo tengo para que della se haga una capa processional para la dicha yglesia»[83]. El cabildo de clérigos de Béjar conmemoraba todos los años, por el mes de noviembre, en la festividad de san Andrés, una «misa en Santa María por devoción de don Francés de Stúñiga, el bienhechor del Cabildo»[84].

Glosa: Esperemos que los consejeros áulicos del Museo Judío «David Melul» de Béjar no descabalguen del altar de la historia al célebre cristiano nuevo bejarano don Francés de Zúñiga, el cual merece mayor atención y tratamiento histórico en los paneles informativos, como el sabio rabino Hayyim ben Musa[85].

 

APENDICE DOCUMENTAL

 

Se respetado la grafía, acentuación, mayúsculas y faltas de ortografía.

 

Documento 1

 

AHPCC, Legado Vicente Paredes, ES.10037, leg. 110, núm. 79.

[Sello del Archivo Histórico Provincial-Cáceres]

 

 

Don Frances de Zúñiga

Bufón del Emperador Carlos V

 

[fol. 1] Con «La crónica escandalosa  de un bufon de tiempos de Carlos Quinto», ocuparon Morel Fatio y H. Leonardon 27 pag. del tomo XI nº 4 de Obre-Dibre de 1909 del Bulletin Hispanique de Bordeaux.

Como obra de ellos es muy rica en datos biográficos; pero escasa de noticias referentes á la persona del bufon. Yo deseo contribuir con la que pueda á dar mas valor á su precioso trabajo.

Llevado de mi intención de esclarecer este asunto, perteneciente a mi patria, les remiti el escrito siguiente rehecho por los apuntes que conservo. Creo que discrepara poco del primitivo, del cual no he vuelto á tener noticia á causa de no serles útil para lo que se proponian.

[fol. 2] Don Frances de Zúñiga (Nº 1) del árbol genealógico adjunto, fué hijo de Iñigo de Zuñiga (Nº 2) y de Catalina Gutierres de Contrera (3), hija esta, de Hernan Gutierres (41) y de su mujer Ines de Contrera (47); nieta de Juan Gutierres (40) y de su mujer.

  1. Iñigo de Zúñiga (2), padre de D. Frances (1), fue maestresala de D. Alvaro de Zúñiga conde de Plasencia y Bejar; según consta por un informe que dio D. Franco Carvajal de Montoya á su señor el Marques de Miravel [sic], de lo que resultaba de los documentos del archivo de su casa en el año 1611, referente á los primeros y últimos tenedores o tenientes de los oficios de regidores perpetuos del ayuntamiento de Plasencia pertenecientes á su mayorazgo del Marques de Mirabel.
[fol. 3] –Este informe le dio obligado por un pleito que el Marques tuvo con el Ayuntamiento sobre si los tenientes de los 15 regimientos que el Marques tenia en propiedad amayorazgados, habían de salir o no de la sala de sesiones cuando se tratasen asuntos del Marques.

El primer teniente de oficio de regidor perpetuo del ayuntamiento /de Plasencia/, que menciona D. Franco Carvajal Montoya fue el de D. Iñigo de Zúñiga (2) maestresala del conde de Plasencia D. Alvaro de Zuñiga, ahora (año 1611) dice, le tiene Franco de Trejo Toledo. No se sabe si D. Iñigo asistiría á muchos sesiones del Ayuntamiento, o regimiento, de Plasencia, pues faltan las citas anteriores á las del año 1462. En las siguientes figura Francisco Marquina que le sucedió en la maes[fol. 4]salía del conde D. Alvaro.

  1. Iñigo de Zuñiga (2), maestresala de D. Alvaro de Zuñiga, casó con Dª Catalina Gutierre de Contreras (3) hija, como sus hermanas Isabel (46) y Maria (45), de Hernan Gutierres (41) y de Ines Contreras (44) y nieta de Juan Gutierres (40) y de su mujer.
  2. Frances de Zuñiga (1) fundó mayorazgo con facultad Real en el año 1532 ante Bernardino Ortiz escribano de Bejar[86]. Este mayorazgo consiste en unas casas, prados, huertas y otras rentas que pasan de 500 ducados y tienen mucho perdido, en dicha villa, en Medina del Campo, Pacual Grande y otros pueblos, segun una nota de letra de D. Nicomedes Martin Mateos, vecino de Bejar[87], juez cesante autor en el siglo pasado de las [fol. 5] 26 cartas al Señor marques de Valde Gama, en contestacion á los 26 capitulos de su ensay[o] sobre sobre [sic] el catolicismo, el liberalismo /y el socialismo/, que hizo muchas investigaciones de capellanias, vinculos y otras fundaciones especialidado [sic] en su profesion.
[En el margen de la izquierda:] Valladolid imprenta de D. Geronimo Marcos Gallego 1859.

Casó D. Frances de Zúñiga (1) con Dª Isabel de la Serna (5), hermana de Savina Alvarez (55) vecina de Avila muger de Alvaro de Espinosa, hijas las dos de Fulano Alvarez del Barco (42), hermano de Fernando Alvarez del Barco (33), de las cuales el (42) /Alvarez del Barco/ casó con Fulana de la Serna (43) y el (33) /Ferdo Alvarez del Barco/ con Isabel Gomes (34), vecina como su marido de Avila, hija de Gome Arroyo (35) y Fulana Gomez (36), vnos y naturs de Avila.

Llamó D. Frances de Zuñiga (1) a la posesion de su mayorazgo, en primer lugar a su hijo D. Alvaro de Zuñiga de la Serna (6), primero llamado y primer posehedor, que casó [fol. 6] con  […] [fol. 7]cedo de Paz y Villagutierres (22), los cuales juraron el mayorazgo, y fue su hijo D. Baltasar de Zuñiga Salcedo de Paz (23) que tambien le gozó y murio sin sucesion.

El hijo tercero de D. Cristóbal de Zuñiga (9) fue D. Alvaro de Zuñiga y Monroy (12).

– El cuarto hijo D. Antonio de Zuñiga Serna y Narvaez (13), caso con Dª Maria de Araoz (19) y fueron padres de D. Gaspar de Zúñiga Narvaez (24), que fue el quinto que disfrutó el mayorazgo por muerte de D. Baltasar de Zuñiga Salcedo de Paz (23), que murió sin sucesion. Casó este D. Gaspar (22), con Dª Franca Peralta (25) primera muger y con Dª Maria Maldonado (26) segunda mujer, y no tuvo de ellas sucesion.

– La quinta hija de D. Cristobal (10) fue Dª Paulina de Zuñiga Monroy (14), caso con D. Antonio de la[88] [fol. 8] Fuente Trejo y Contreras (20), hermano de Maria de Contreras ( ), mujer de Franco de Camargo, ( ) y de Andres de la Fuente ( ) hijo natural del padre de los tres, que lo fue Diego de la Fuente Trejo (27) fundador de un vinculo en 19 de Mayo de 1577 ante Juan escribano de Bejar. Este vinculo con la agregacion que le hizo su nieto Diego (27) estaban sobre una huerta castañares, parte de una dehesilla y otras propiedades, que valian cosa de doscientos ducados. Este D. Diego de la Fuente (27) caso primero con Maria Gomez (39) y la segunda vez con Maria de Contreras (45). Fueron sus hijos: y de su primera muger, Helvira Hernandez muger de Pedro Gonzalez Bazan y Catalina Muñoz de la Fuente religiosa. Fueron sus hijos de la segunda Maria Contreras (45), que caso con Francisco de Camargo ([89]), y Antonio de la Fuente Trejo [fol. 9] Contreras (20), hijo de Diego de la Fuente Trejo (61), fundador en 1577, y de su segunda mujer Maria Contreras (45); nieto de Pedro de Trejo (47) vno de Plasencia y de su mujer Isabel Gutierres de Contreras (46); viznieto de Hernan Gutierres (41) y de su mujer Ines de Contreras (44), los cuales en 21 de Fbro de 1522, en Cespedosa, ante Diego Guerta, escribano, los dichos, Hernan Gutierrez (41), vecino de Plasencia por si y en nombre de su mujer Ines de Contreras (44), hicieron donacion de cuantiosos bienes en mayorazgo a su /hijo/ Cristobal Gutierrez de Contreras (52) con facultad real, dada en Valladolid en 4 de Sbre de 1513, y con poder de su muger (44) de 18 de Fbro de 1522 ante Sevastian Gutierres escribano de Plasencia. Segun noticias del archivo del Marques de Mirabel, hice sus llamamientos al goce del Mayorazgo con la condición de llamarse de primer sobrenombre Gutierres.

[fol. 10] Los dotales consisten en censos compuestos sobre varia [sic] dehesas y rentas de yervas que sumaban 109504 maravedis y participaciones en dehesas, tales: como 1/3 y 1/6 en la dehesa Bazagona, dieciseis caballerias en la dehesa de Torre de Paniagua, una parte en la dehesa de Salvador, las casas de canteria que fueron de su padre Juan Gutierres que son junto al canton de la calle del Rey.

Desta Paula de Zuñiga y Monroy (74)[90] quinta hija de D. Cristobal de Zuñiga y Serna (10) y de su marido D. Antonio de la Fuente Trejo y Contreras (20) fue hijo Dn Diego de la Fuente Zuñiga Trejo y Monroy (27) vno de Bejar bautizado en la parroquia de esta ciudad en 18 de Nbre de 1581 en Bejar, que caso con Antonio de Salinas (28) de la que no tubo sucesion, fundó otro vinculo que agrego al que gozo de D. Frances (1) por muerte de D. Gaspar de Zuñiga Narvaez (10). Antonia de Salinas hermana de Juana Juana de Salinas (59), monja en el convento [fol. 11] de la Anunciacion de Bejar, eran hijas de Isabel Gomez (55) y Juan de Salinas, (63); nietas de Juan Gomez Arroyo, alias Pasajero, (32) del que luego diremos; viznieta de Fernando Alvarez del Barco (33), hijo de Fulano Alvarez y Fulana Gonzalez, vecinos de Gomez Arroyo (35) y Fulana Gomez (36), naturales y vnos de Avila y de su muger Isabel Gomez (34), hija de Juan Gomez Arroyo (35) y Fulana Gomez (36), naturales y vnos de Avila.

Este D. Diego de la Fuente (27), que no tuvo sucesion en su mujer, Antonia de Salinas (25), la tuvo en Francisca Gutierres ( ) su criada, con la que despues caso y tuvieron por hijos á Paula de la Fuente y Zuñiga y Trejo (64), que no tuvo sucesion y a D. Antonio de Fuente Zúñiga y Trejo (29), que caso al morir con su criada, en la que tuvo por hija a Maria de Zuñiga y Trejo y Monroy (31) actual posehedora, que caso con D. Fernando Flores Tortoles (31) [fol. 12] y no tuvieron sucesion

– El sexto hijo de D. Cristobal de Zuñiga (9) fué Da Ana de Monroy de Zuñiga (15).

– El séptimo hijo fue D. Bautista Daza y Zuñiga (16).

– El octavo hijo fue D. Gabriel de Zúñiga y la Serna (17).

La sospecha de D. Juan Menendez Pidal de que D. Frances de Zuñiga perteneciera á una familia de judios conversos, espresada en la posdadata [sic] al escrito de Morel Fatio, nos hace dilatar nuestra [fol. 13] investigacion a mas de lo necesario por aprobar la genealogia de D. Frances. A esta sospecha no encontramos pueda dar lugar mas que la pretenicion que hace Hernan Gutierres al fundador el Mayorazgo /en Plasencia 18 Febr 1522 ante Sevastian Gutierres escribano/ del apellido Contreras de su mujer: llama /este fundador/ a la sucesion del mayorazgo, despues de la de su hijo D. Cristobal (62) y su muger Dª Isabel de Avalos ( ) y descendientes, que fueron: D. Bernardino de Barrientos ( ) hijo de D. Cristobal (62) y su mujer, Dª Isabel de Avalos, ( ) padres de D. Antonio Barrantes, que casó con Dª Beatriz de Sosa; padres de Isabel Gutierres de Barrientos mujer de D. Fernando Gomez ( ); padres de Fernando Antonio Gome de Carvajal, marido de Dª Francisca Trejo y Mendoza.

Llama el fundador Hernan Gutierres, a falta de descendencia de su hijo D. Cristobal (62) a [fol. 14] D. Salvador Gutierres de Contreras; chantre de Coria y despues de él y sus descendientes le suceda Juan Gutierres, ( ) hijo de mi Hernan Gutierre (41) y á la falta de este mi hijo, que venga al goce de este mayorazgo el hijo ó nieto, o otro descendiente mayor que viniere ó dependiere de Isabel Gutierres de Contreras (46) muger de Pedro de Trejo (47) vno de Plasencia, casado con la dicha Isabel Gutierre de Contreras (46), hija del fundador y su muger; hermana de Catalina de Contreras (3) madre de D. Frances (1). Este Pedro de Trejo vno de Plasencia (47) y su mujer Isabel Gutierre de Contreras (48) tuvieron una hija llamada Ines de Trejo Contreras (48) que caso con el licenciado Francisco de Lebrija regidor de Plasencia (49), hijo este de Franco de Lebrija tercer hijo del gramatico Elio Antonio de Lebrija y de su mujer Dª Juana Gomez.

[fol. 15] De este sabio maestro Nebrija ó Lebrija, ya en otros trabajos nos hemos ocupado de su limpieza de sangre, muy dudosa, y dificultosa de provarla para que su hijo Marcelo entrase en la orden de Alcantara. Esta probanca le obliga á señalar como pueblo de su naturaleza a Lebrija y hacer una bellisima descripcion de ella; siendo asi que no fué de allí mas que maestro de latin, luego que volvio de Italia.

Sigamos con la madre de D. Frances que en algo hace relacion á la de Marcelo, hijo del Maestro Lebrija ó Lebrija, pues entre descendientes de circuncisos andan estas genealogias; y el Maestro Antonio de Nebrija como los antepasados de D. Frances (1) sirvieron [fol. 16] en la casa de los Zuñigas al ultimo Maestre de Alcantara D. Juan de Zuñiga, hijo de D. Alvaro de Zuñiga y Dª Leonor Pimentel, condes de Plasencia; de quien fue Nebrija, o Lebrija, profesor de Latin: casa en que tantos judios eran empleados o protegidos como dijimos en nuestros Zúñigas Señores de Plasencia[91].

Para venir en conocimiento de la mujer de Don Frances tenemos que ir al testamento y escrituras de fundaciones de un indiano estravagante, Juan Gomez, alias Pasajero (32): este era hijo de Hernando Alvarez del Barco (33) y de Isabel Gomez su muger, vecinos de Avila; vino de Indias y testó en 30 de Dbre de 1536 ante Andres Garcia escribano de Plalencia [sic].

En su testamento fundo una capellania servidera [fol. 17] en la capilla que mando construir para su enterramiento en el hospital de la Merced extramuros de Plasencia. La capilla, dice, «ha de tener, asi como el sepulcro, un letrero que diga quién la mando hacer. A este sepulcro han de traer mi cuerpo despues que este acabado, el cual ha de ser de Canteria, de alto hasta la altura del pecho, con mis escudos, y una figura de hombre de mi estatura de alabastro tendida encima».

Este sarcófago, con mis escudos y letrero, le arrancó del hospital y le puso de pila en una fuente de la Plaza mayor un alcalde codicioso; y en el año 1914, cuando hicieron el nuevo hacueducto de hierro, le llevaron al Palacio episcopal.

Nombró Juan Gomez (33) testamentarios á Juan de Paz vno de Plasencia y á Pedro de Ornates vno de Bejar [sin foliar]

 

Juan Gutierres

con

Hernan Gutierre

con

Ines de Contreras

 

[fol. 18] y por sus herederos á Gomez Alvarez (54), Isabel Gomez (55) y Teresa Gomez (56), sus hijos, que los hubo en Loaisa, india, siendo soltero y ella tambien.

En 7 de Enero de 1537, ante Andres Garcia, escribano de Plasencia, hizo un codicilo y en 28 de Marzo; en Bejar, ante Francisco de Bejar, escribano hizo otro: mando á la muger ( ) que fue de su tio Gomez Arroyo (66), vecino de Plasencia, seis ducados y otros seis á su hija (37) casada en Plasencia con Francisco de Villalva Cogollos ( ).

Dispone que se mande avisar a la madre del Obispo de la ciudad de Santiago de Guatelamala, Don Francisco Marroquin, la cual vive en Berlanga, que /venga a/ recoger de su poder 781 ducados y una cedula de la Casa de Contratacion [fol. 19] de Sevilla, de 200 ducados, y una esclava india de dicho señor.

Manda a Alonso Gomez (38) su tio, fraile de San Francisco ( ), y a Isabel Gomez (34), su madre, 800 ducados, y a Mencia Alvarez (39) su hermana, casada con Diego de la Fuente (20) vno de Bejar, le dé su madre 400 ducados de los 800 y los otros 400 sean para Rodrigo del Barco (52) y Gomez Arroyo (53) hijos de ella y hermanos suyo.

Manda á Gomez Alvarez (54), su hijo, mil ducados de oro, que se pongan á renta para alimentarse y estudiar, y si quiere ser sacerdote que goce la capellania.

Manda á Teresa Gomez (56) e Isabel Gome (55) sus hijas, hermanas del dicho Gomez Alvarez (54), de los 76676 mrs de renta de juros que tiene, á cada [fol. 20] uno 20000 y si murieren se hereden unos a otros, y si de ellos no quedase sucesion haga en la villa de Bejar Pedro de Orantes[92] ( ), vno de la villa de Bejar, mi albacea, un hospital del que Orantes sea patrono, prohibiendo la intervencion del Obispo, y en caso de que quiera intervenir hayan este capital las monja que en Bejar se dicen de Nuestra Señora, la mitad, y la otra mitad el hospital que esta en la Villa de Abajo y el que esta detras de la Iglesia de Sn Salvador de dicha villa de Bejar.

Dispone le tomen las cuentas a sus albaceas y dice que para el cumplimiento de su testamento tiene los vienes siguientes: los juros dichos, un esclavo Loro que se llama Pedro y una esclava [fol. 21] Lora, que se llama Magdalena, y un esclavo indio que se dice Perico con mi nombre en los rostros.

En el codicilo que otorgó en Bejar dispone que el capellan primero de la que funda en Plasencia, sea su primo Alvaro de la Serna (59) vicario en Bejar, y que su hija Teresa (56) y la hermana de el testador Maria[93] Alvares (39) recivan 150 ducados.

Ya que vemos mencionado en este testamento a este presvitero Alvaro de la Serna (59), primo del  testador, nos apartaremos de el /testamento/, dejandolo á los estudios de los curiosos y genealogista, por que ya podemos remontarnos a los abuelos comunes del testador y de Dª Isabel de la Serna (5) mujer del Bufon de Carlos V, D. Frances de Zúñiga (1).

Veamoslo: Fernando Alvarez del Barco (33) [fol. 22] vno de Avila, padre del Indiano, Juan Gomez Arroyo, alias Pasajero (32), el fundador y testador de que nos hemos ocupado, tenia un hermano apellidado Alvarez del Barco (42), que casó con una fulana de la Serna (43) del cual fue hijo Alvaro de la Serna (59) hermano de Sabina Alvarez (58), vecina de Avila, que casó con Alvaro de Espinosa (4) y de Isabel de la Serna (5), muger de D. Frances de Zuñiga y Contreras, y por lo tanto: Dª Isabel de la Serna (5), Dª Savina Alvarez (58) y D. Alvaro de la Serna (59) eran hermanos entre si y primos hermanos de Juan Gomez Arroyo, alias Pasajero (32) y en conclusion: D. Frances de Zuñiga y Contreras, Bufon de emperador Carlos V (1) fué natural de Bejar, hijo de Iñigo de Zuñiga (2) maestresala del Duque de Bejar, y de su muger Catalina de Contreras (3) natural de Avila [fol. 23] el cual caso con Dª Isabel de la Serna (5) que como sus hermanas serian vecina de Avila.

La sospecha de D. Juan Menendez Pidal de que D. Frances de Zuñiga (1) fuera de familia de judios conversos, tambien podria tener algun fundamento en la cuantia de valores que Hernan Gutierrez, vno de Plasencia (41) y su mujer Ines Contreras (44) trajeron a esta ciudad y su tierra para emplearla en dotales de Mayorazgo que fundaron su hijo Cristóbal Gutierre de Contreras; pero no podemos fiarnos mucho de no ser arrastrados por la nueva corriente de investigacion de los meritos de los conversos, por la que yo he sido llevado haciendo, como he querido hacer de familias de conversos, á Colon, Lebrija ó Nebrija y otros; presa yo, quiza de una obsesion peculiar de los hombres de estos nuestros tiempos.

 

Documento 2

 

Relación de los familiares incluidos en el árbol genealógico

AHPCC, Legado Vicente Paredes, ES.10037, leg. 110, núm. 81.

 

Nos.                                                              18 – Dª Maria Hernandez Herrera

1 – D. Frances                                             19 – Maria de Araoz

2 – D. Iñigo de Zuñiga                               20 – Antonio de la Fuente Trejo

3 – Dª Catalina Contrera                             21 – Dª Antonia Bernda de Zuñiga

4 – Gomez de Santisteban                          22 – D. Franco Salzedo de Paz

5 – Dª Isabel de la Serna                             23 – D. Baltasar de Zuña Salcedo

6 – Alvaro de Zuñiga y La Serna                24 – D. Gaspar de Zuñiga

7 – Dª Maria Daza y Narvaez                     25 – Dª Franca Peralta

8 – Dª Maria de Zuñiga de la Serna                        26 – Dª Maria Maldonado

9 – Pedro de Santander                               27 – D. Diego de la Fuente Trejo Monroy

10 – Cristobal de Zuñiga y la Serna            28 – Antonia de Salinas

1011 – Gaspar de Zuñiga y la Serna             29 –  Antonio de la Fuente Trejo Zuñiga y        Monroy[94]

11 – Baltasar de Zuñiga Narvaez

12 – D. Alvaro de Zuñiga                           30 – Dª Maria de Zuñiga Trejo

13 – Antonio de Zuñiga Serna y Narvaez  31 – D. Fernando Flores Tortoles

14 – Dª Paula de Zuñiga Monroy               32 – Juan Gomez Arroyo alias

15 – Dª Ana de Monroy y Zuñiga              33 – Hernando Alvarez del Barco

16 – Bautista Daza de Zuñiga                    34 – Isabel Gomez

17 – Gabriel de Zuñiga y la Serna              35 – Gomez Arroyo

36 – Fulana Gomez

37 –Fulano

38 – Fray Alonso Gomez

 

39 – Mencia Alvarez Gomez                      60 – Dª Isabel de Monroy

40 – Juan Gutierrez                                     61 – D. Diego de la Fuente Trejo

41 – Hernan Gutierrez                                62 – Cristobal Gutierres de Contreras

42 – Fulano Alvarez                                               63 –  Juan de Salinas

43 –Fulana de la Serna                                64 – Paula de Zuñiga [y Monroy]

44 – Ines de Contreras                                65 – Isabel Avalos

45 – Maria Gutierrez de Contreras             66 – Gomez Arroyo

46 – Isabel Gutierrez de Contreras

47 – Pedro de Trejo

48 – Ines de Trejo

49 – Franco de Lebrija

50 – Fulano Alvarez del Barco

51 – Fulana Gonzalez

52 – Rodrigo del Barco

53 – Gomez de Arroyo

54 – Gomez Alvarez Arroyo

55 – Isabel Gomez

56 – Teresa Gomez Arroyo religiosa

57 – Juana de Salinas monja

58 – Sabina Alvarez

59 – Alvaro de la Serna

 

Apéndice fotográfico

Imagen 1. Árbol genealógico de don Francés de Zúñiga

@ AHPCC. Legado Vicente Paredes, ES 10.037, leg. 110, núms. 79-80.

Imagen 2. Árbol genealógico de los descendientes de don Francés de Zúñiga

@ AHPCC. Legado Vicente Paredes, ES 10.037, leg. 110, núms. 79-80.

 

[1] Véanse Catálogo (1916-2016) Vicente Paredes y el patrimonio cultural de Extremadura. Exposición y Conferencias. Centenario de la muerte de Vicente Paredes Guillén, Biblioteca Pública del Estado en Cáceres A. Rodríguez-Moñino/M. Brey, Badajoz 2017; y María de la Montaña Domínguez Carrero, Vicente Paredes Guillén Biografía, Cáceres: Institución Cultural «El Brocense», 2016. Mi agradecimiento a Jonás Sánchez Pedrero, bibliotecario de Hervás, por su ayuda en la localización de los libros a través del préstamo interbibliotecario; y a Pedro Pino por su labor en el tratamiento fotográfico.

[2] «Micael de Carvajal, el Trágico», Revista de Extremadura [=RE], I, noviembre 1899, pp. 366-372.

[3] «Datos para los Cervantistas», RE, III, marco y abril 1901, pp. 125-127 y 529-534; «Genealogías de Miguel de Cervantes Saavedra y Dª Catalina Palacios Salazar y Vozmediano, su mujer», RE, VII, mayo 1905, pp. 209-237.

[4] El Folk–Lore Frexnense y Bético–Extremeño. Órgano temporal de las Sociedades de este nombre 1883–1884, Fregenal, red. facsímil, Badajoz-Sevilla: Diputación de Badajoz-Fundación Antonio Machado de Sevilla, 1987.

[5] Véanse mis textos, «El judío imaginario en la narrativa y la historiografía extremeñas: de la década moderada a la Restauración (1844-1923)», Memoria Histórica de Plasencia y Comarcas XVI, edición 2018, Plasencia 2018, pp. 103–120; «El judío imaginario en la historia y la literatura de Extremadura 1855-1927», Memoria Histórica de Plasencia y Comarcas 2019, Plasencia 2019, pp. 161-178; y «La historiografía judía al servicio del integrismo católico: Eugenio Escobar Prieto, 1916–1917», XLVII Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo 2018, pp. 271-294.

[6] Origen del nombre de Extremadura, el de los antiguos y modernos de sus comarcas, ciudades, villas, pueblos y ríos: situación de sus antiguas poblaciones y caminos, Plasencia 1886, pp. 52, 54, 60 y 78-79; las negritas en el original.

[7] «¿Colón extremeño? Informe al Sr. Duque de la Victoria D. Cipriano Segundo Montesino», RE, V, enero 1903, pp. 4-12, y febrero pp. 49-60, publicado en el Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones, I, 1903, núm. 10, octubre, pp. 123-125, y núm. 11, noviembre pp. 149-151.

[8] «¿Colón extremeño?, p. 53.

[9] «¿Colón extremeño?, p. 49.

[10] «¿Colón extremeño?, p. 60.

[11] «El problema de la patria de Colón», Real Sociedad Geográfica, Madrid 1922, pp. 34-44.

[12] Vicente Paredes, «Hervás», RE, IX, marzo 1907, pp. 97–106: 99.

[13] Vicente Paredes, «Hervás», p. 105.

[14] Véanse mis artículos «La invención de la tradición: leyendas apócrifas sobre los judíos de Hervás», Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, 52, Madrid 1997, pp. 171-203; «La judería de Hervás (Cáceres): historia de una invención», XLII Coloquios Históricos de Extremadura, Cáceres 2014, pp. 255–283.

[15] ACP. ACC, «Libro primero viejo: 1399-1453», fols. 105-105v, las erratas en «Traslado auténtico de Actas Capitulares de los años de 1399 hasta el de 1453», fols. 272v-274, cuyo texto consultó Paredes, «Los Zúñigas, señores de Plasencia», RE, VI, septiembre 1904, p. 397, y diciembre 1907, pp. 556-558.

[16] «Descendientes del Maestro Lebrija», Revista de Extremadura, XI, agosto 1909, pp. 337-346.

[17] «Descendientes del Maestro Lebrija», pp. 342-343.

[18] AHPCC. Legado Vicente Paredes [=LVP], ES 10.037, leg. 110, núms. 79-80. He acentuado las palabras y corregido los acentos. Véase el Apéndice documental.

[19] He consultado los manuscritos de la BNM. Ms. 1723, Historia del muy noble señor esforçado cavallero Don [añadido a pluma: Francés] Francisco de çúñiga, criado y muy probado y bien quisto historiador del Emperador y Rey N. S. Dirigida  a su sacra Magestad. Ms. 1838, Coronica de mano del donosisimo Don françesillo agudo decidor de el emperador Carlos quinto en la qual escribe muchas cosas suyas y algunas acaezidas en españa y en las Comunidades= Contiene graciosos y subtiles dichos y apodos a grandes a prelados y señores particulares= Es lection exquisita y gustosa y de apaçibles ratos=. Ms. 2638, Coronyca del muy nombrado don frances de çuñiga. Ms. 7392 Historia del muy noble y esforçado cavallero el conde don francés de çúñiga criado y muy bien quisto predicador del rey nuestro señor dirigida a su çesárea magestad. Ms. 7468, Cronica de don francesillo. Ms. 8322, Historia del muy señor y esforçado cavallero Don francés de çúñiga criado y muy servidor y bien quisto predicador historiador del Rey Nuestro Señor Dirigida  a su C; C. M. Ms. 18269, Chronica del emperador Carlos V por Don Francés de Zuñiga truhan del mismo Emperador [Sello en rojo con la leyenda: Pascual de Gayangos].

[20] Gregorio Mayans i Siscar, Rhetorica, Valencia: Herederos de Gerónimo Conejos 1752, libro V, cap. IV, consultado en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

[21] «Ueber den Hofnarren Kaiser Karl´s V gennant El Conde don Francés de Zúñiga und seine Chronik», Sitzungsberichte der Kaiserlichen Akademie der Wissenschaften. Philosophisch-historische Classe, Bd. II, Heft I, (junio 1850), pp. 21-63, que no he consultado.

[22] «Crónica de don Francesillo de Zúñiga, criado privado, bienquisto y predicador del Emperador Carlos V, dirigida á Su Majestad por el mismo Don Francés», Curiosidades bibliográficas, BAE, XXXVI, Madrid 1855 ed. Pascual de Gayangos, pp. 9-62, corresponde al texto de BNM. Ms. 18269.

[23] «La “Chronique scandaleuse” d´un buffon du temps de Charles-Quint», Bulletin Hispanique, XI, Bordeaux 1909, pp. 370-396.

[24] Biblioteca Hispana Nova, I, p. 501.

[25] «Don Francesillo de Zúñiga bufón de Carlos V. Cartas inéditas», Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 20, Madrid 1909, pp. 182-200; y «Don Francesillo de Zúñiga bufón de Carlos V. Cartas inéditas (Conclusión)», 21, 1909, pp. 72-95.

[26] «Don Francesillo de Zúñiga bufón de Carlos V. Cartas inéditas», pp. 182-200: 184-185.

[27] «Don Francesillo de Zúñiga», 20, pp. 185-186.

[28] Véase mi ensayo La madroña y el Peropalo, Plasencia: Asociación Cultural Placentina «Pedro de Trejo», 2022, pp. 24-27.

[29] «Don Francesillo de Zúñiga bufón de Carlos V», p. 186.

[30] Menéndez Pidal, «Don Francesillo de Zúñiga», p. 185, tomó de «Crónica de don Francesillo de Zúñiga» [Curiosidades bibliográficas], p. 56: «y estando durmiendo, un puerco montes [montés] medio rabioso, herido, se soltó de la enramada y pasó por donde estaba este mi agüelo adormido, y el puerco, con la rabia de la muerte, no sabiendo lo que hacía, lo comió el prepucio».

[31] LVP, fol. 1.

[32] LVP, fol. 2.

[33] Fundó el mayorazgo el 21 de octubre de 1522 y redactó el testamento en 1532, una copia del testamento en AHN. Consejos Suprimidos, leg. 37.8000, núm. 5866.

[34] LVP, fol. 4.

[35] LVP, fols. 12-13.

[36] Paredes elaboró una lista numerada de los familiares, como puede consultarse en el apéndice, tenia previsto poner el número correspondiente en los paréntesis vacíos.

[37] LVP, fol. 23.

[38] Cien años después, el furor paroxístico por lo judío ha creado las falsas juderías de Acebo, Casar de Palomero, Hervás, Valencia de Alcántara y Valverde la Vera, y la sinagoga de Valencia de Alcántara financiada por la Junta de Extremadura, convirtiendo la provincia de Cáceres en una feria de atracciones turísticas, véase mi artículo «La instrumentalización de la “arquitectura judía” en la Historia de Cáceres», Felipe Lorenzana de la Puente y Francisco Mateos Ascacibar (coords.), Instrumentalización del arte a lo largo de la Historia. XXI Jornadas de Historia en Llerena, Llerena 2022, pp. 95-113.

[39] LVP, fols. 15-16.

[40] Los Zúñigas, señores de Plasencia, Cáceres 1903; editado en capítulos en la RE, 5-11, 1903-1909.

[41] El testamento en A. González Palencia, Mayorazgos españoles, Madrid 1929, fols. 62-64, reproducido parcialmente por el autor en «El mayorazgo», pp. 45-51.

[42] «El mayorazgo de don Francés de Zúñiga», Revista de la Universidad de Madrid, 1, 1940, pp. 14-20; y Del “Lazarillo” a Quevedo. Estudios Históricos-Literarios, Madrid 1946, pp. 41-51: 44-45; la ejecutoria en AHN. Consejos Suprimidos, leg. 37.8000, núm. 5866; el testamento en A. González Palencia, Mayorazgos españoles, Madrid 1929, fols. 62-64.

[43] Marciano Martín Manuel, La capa de Elías, Sevilla 2015, p. 225.

[44] Picaros y picaresca. La pícara Justina, Madrid 1969, pp. 37, 160-161, 192-195.

[45] Diane Pamp de Avalle-Arce, Crónica burlesca del emperador Carlos V, Madrid 1981, p. 38.

[46] Crónica burlesca, pp. 39-40.

[47] Crónica burlesca, pp. 42 y 48.

[48] Crónica burlesca, p. 179.

[49] «Crónica de don Francesillo de Zúñiga» [Curiosidades bibliográficas], p. 60.

[50] El 18 de octubre de 1531 fue nombrado alguacil, AHN. Osuna, C. 219, D. 120, fol. 2.

[51] AHN. Osuna, C. 220, D. 69, fol. 3.

[52] «Crónica de don Francesillo de Zúñiga» [Curiosidades bibliográficas], p. 58.

[53] AHN. Inquisición, leg. 1988, expte. 25, fol. 9.

[54] AHN. Inquisición, leg. 1988, expte. 25, fol. 6.

[55] Béjar en su historia libro tercero, Salamanca: Librería Cervantes, 1993, p. 103.

[56] Béjar en su historia libro tercero, p. 109.

[57] Crónica burlesca del Emperador Carlos V, Salamanca: Universidad de Salamanca, 1989, p. 12.

[58] Crónica burlesca del Emperador Carlos V, p. 13.

[59] Crónica burlesca del Emperador Carlos V, pp. 15-16.

[60] Crónica burlesca del Emperador Carlos, p. 17.

[61] Fortunas y adversidades de don Francés de Zúñiga, Béjar: Centro de Estudios Bejaranos, 2014, p. 12.

[62] Fortunas y adversidades, pp. 13-14.

[63] La noblesse dans le royaume de Castille. Étude sur ses structures sociales en Estrémadure de 1454 à 1516, Paris 1979, pp. 334 y 343.

[64] Paisaje Urbano de Plasencia en los siglos XV y XVI. Badajoz: Asamblea de Extremadura, 1993.

[65] Historia de Béjar (1209-1868), Salamanca 1998.

[66] AHN. Osuna, C. 218, D. 26.

[67] AHN. Osuna, C. 262, D. 161, fols. 1-3 y 4, citado por Óscar Rivadeneyra, El mayorazgo de don Francés de Zúñiga. Historia de una estirpe bejarana, Salamanca 2021, pp. 117-118.

[68] AHN. Osuna, C. 262, D. 161, fol. 5.

[69] AHN. Osuna, C. 262, D. 161, fol. 5v.

[70] Menéndez Pidal, «Don Francesillo de Zúñiga» 21, p. 84.

[71] AHN. Osuna, C. 219, D. 24; brevete escrito por el archivero fray Liciniano Sáez.

[72] AHN. Osuna, C. 262, D. 161, fol. 5v.

[73] AHN. Osuna, C. 262, D. 161, fol. 7.

[74] Véanse sus trabajos, «Patrimonio y mayorazgo de don Francés de Zúñiga y Narváez», Estudios Bejaranos, 19, (2015), pp. 67-92; «Reconstrucción histórica del ala oriental de la Plaza Mayor de Béjar», Estudios Bejaranos, 21, (2017), pp. 147-166; «Las alhajas principales de don Francés de Zúñiga: Navarredonda, las solariegas y el vergel junto a Santa María», Estudios Bejaranos, 22, 2018, pp. 9-42.

[75] «Documentación relativa a la vida del cronista Don Francés de Zúñiga y breve historia de “la casa de los escudos”», Estudios Bejaranos, 20, Béjar: Centro de Estudios Bejaranos, 2016, pp. 123-143: 123-124.

[76] «Documentación relativa a la vida del cronista », p. 124.

[77] Rivadeneyra, «Documentación relativa a la vida del cronista», pp. 124-125.

[78] El subrayado en LVP, fols. 2-3.

[79] El mayorazgo de don Francés de Zúñiga, p. 119.

[80] «Sobre la conversión de don Francés de Zúñiga», Iberia Judaica Asociación Hispana de Estudios Hebraicos, vol. XIV, 2022, pp. 43-51: 47.

[81] Ibidem, p. 48.

[82] ARCHV. Pergamino, caja 83, 2 (1561), fol. 10v; cit. Rivadeneyra Prieto, «Patrimonio y mayorazgo», pp. 75-77.

[83] ARCHV. Pergamino, caja 83, 2 (1561), fol. 4v.

[84] González Palencia, Del «Lazarillo» a Quevedo, p. 44; y Juan Carlos Aguilar Gómez y María del Carmen Martín Martín, Aproximación a la Historia medieval de Béjar, Salamanca: Diputación de Salamanca 1989, p. 82.

[85] Véanse en Autores hebreos de Béjar. Iberia Judaica, vol. XIV, Madrid 2022, Moisés Orfali, «Carta del sabio rabino rabí Hayyim ben Musa», pp. 53-77, y Carlos del Valle R., «Hayyim ibn Musa. Libro del “escudo y Lanza”», pp. 79-126.

[86] Paredes consultó el testamento redactado por don Francés en la escribanía de Bernardino Ortiz, el 2 de febrero de 1532, la fecha que cita es la fundación del mayorazgo en 1522.

[87] Las notas pudo extraerlas del testamento en AHN. Consejos Suprimidos, leg. 37.8000, núm. 5866.

[88] Borrado «de la Fuente Trejo (20)».

[89] Borrado el número.

[90] El número correcto es «64».

[91] Vicente Paredes, Los Zúñigas, señores de Plasencia, Cáceres 1903; editado en capítulos en la Revista de Extremadura, 5-11, 1903-1909.

[92] Hidalgo cristiano viejo.

[93] Mencia Alvarez Gómez, en el fol. 25

[94] En fol. 11, Antonio de Fuente Zúñiga y Trejo.

Nov 292021
 

Marciano Martín Manuel

 

A Rícar Fournón

 

 

El mercader Juan López del Castillo, 1663–1724

Juan López del Castillo nació en Hervás[1] en 1663. El párroco Gabriel Sánchez le administró el bautismo, el 25 de noviembre. Fue su padrino el mercader Pedro Gómez[2]. Sus padres Francisco López del Castillo y María Sánchez Pascua procedían de una familia de cristianos nuevos asimilados. Dos de sus hermanos vistieron el hábito de la orden de los religiosos franciscanos: fray Antonio López y fray Francisco López. Sus cuatro hermanas desposaron, María Sánchez Pascua con Gerónimo Velasco, Ana Sánchez con Bernardo Sánchez Pulido, Teresa Sánchez con Bernardo López de Hontiveros y Catalina Sánchez con Juan Velasco, que enviudó y casó en segundas nupcias con María Sánchez la Gila, viuda de Juan Gómez Arias, el 7 de enero de 1696. Algunos enlaces fueron dispensados por la iglesia en el tercero o cuarto grado de parentesco.

Juan López del Castillo desposó con Josefa López del Castillo, el 7 de noviembre de 1686. Vivieron en la Plaza de la Corredera, cuya casa lindaba con la Ventura de Béjar, la de Francisco Gómez del Castillo y la calleja del Robledo (hoy, Braulio Navas), y a las espaldas con la huerta del presbítero Juan López de Hontiveros. En la calle de la Cruz (hoy, Plazuela de Hernán Cortés), en el cantón del portal de la virgen destruido por el Ayuntamiento en 1855, construyó una casa bodega con vasijas y viga lagareña.

Su hija Josefa López del Castillo falleció en 1706. El trinitario fray Diego de Jesús María persuadió a su esposa Josefa López del Castillo para que inhumase los restos mortales en el convento de los trinitarios. Pero el progenitor ordenó la celebración de las exequias fúnebres en la parroquia de Santa María. Su hija había fallecido ab intestato y la decisión le correspondía a él como cabeza de familia. Fray Antonio López, tío de la difunta, predicador y vicario del convento de monjas de Zarzoso, ofició la ceremonia. El padre fray Domingo de la Madre de Dios denunció los hechos al vicario de Béjar y excomulgó al bachiller Luis Sánchez y a los licenciados Juan López de Hontiveros y Joseph Barrios, cura y beneficiados de la parroquia de Santa María. Los sacerdotes apelaron al provisor y vicario general de Plasencia y ordenó «quittar, alzar y suspender las zensuras y multa» a los sacerdotes y a Juan López del Castillo[3]. Detrás del conflicto reverberó la pugna de los sacerdotes mercaderes, que controlaban la parroquia de Santa María, aliados con los franciscanos del convento de la Biemparada de Abadía, contra el convento de los religiosos trinitarios descalzos, regido por los frailes cristianos viejos.

El matrimonio tuvo cuatro hijas. María y Teresa López del Castillo profesaron en el convento de monjas de Portaceli de la villa de Zarzoso. Juana López del Castillo casó con Pedro Muñoz de Aguilar, el 8 de febrero de 1711. Otra Josefa López del Castillo[4] desposó con Pedro de Arce Soto y Quiñones, de Abadía, el 27 de febrero de 1723, viudo de Melchora de Málaga. Su primogénito Juan López del Castillo se fugó del domicilio en dos ocasiones y se refugió en Ávila y Plasencia, pero sus cuñados le trajeron a Hervás. Poco después recibió el hábito de clérigo de menores órdenes. Su padre le reservó, por vía de mejora dotal, ciento veinte mil reales si se ordenaba de clérigo de epístola, treinta mil en efectivo, el resto en la casa y huerta de la Plaza de la Corredera, pinturas, alhajas, plata labrada y tierras. Pero al joven Juan López del Castillo no le atraía la Iglesia y contrajo matrimonio con María Hernández de la Cruz, en febrero de 1727. Su cuñado Pedro de Arce le reclamó por la vía judicial sesenta mil reales, la mitad de la mejora de dote, porque había renunciado a los hábitos eclesiales.

Los restos mortales de Juan López del Castillo fueron inhumados con el sudario de la religión de San Francisco en la parroquia de Aguas Vivas, en la sepultura de su hija Josefa López, o donde los albaceas considerasen oportuno[5]. Ordenó distribuir el día de su funeral cuatro fanegas de pan cocido y cien reales de vellón entre los pobres que, en el testamento de 1712, redujo a tres fanegas y suprimió el caudal[6]. Los dos días siguientes al deceso solemnizarían una misa de difunto en la iglesia y los religiosos trinitarios descalzos acudirían «a las puertas de las casas de nuestra morada a cantar el responso», por cuyo oficio recibirían cuatro reales cada uno. En el testamento de 1712 estatuyó una misa cantada con diáconos y oficio de tres lecciones con responso cantado a las puertas de su morada y misas rezadas los siete días comprendidos desde el día del funeral hasta el cabo de año, con la asistencia de todos los sacerdotes de la parroquia y ocho religiosos.

Reservó un traje de luto a «doze pobres de vestido entero interior y esterior menos capa, y que dichos vestidos sean de paño ordinario y que dichos pobres vaian al acompañamiento y asistan a los divinos ofizios, llebando cada uno de dichos pobres su hacha enzendida, las quales an de arder mientras se zelebran los divinos ofizios en los dichos días de entierro y último de la dicha novena». Consistía el luto en una «camissa, jubón de jerguilla o de paño pardo, enguarina [anguarina], calzones, polaynas y montera de dicho paño pardo ordinario y con su valona y zapatos, y es nuestra voluntad que los dichos pobres lleben nuestros cuerpos a enterrar» con una vela de cuarterón. Sufragó quinientas misas por su alma. Ciento cincuenta en el convento trinitario, cien en el colegio de la Biemparada, su hermano fray Francisco López celebraría cincuenta, otras cincuenta su sobrino fray Bernardo López de Hontiveros, veinticinco el padre fray Juan Antonio Gil, del convento de Santo Domingo, y las ciento veinticinco restantes los sacerdotes de la iglesia de Santa María.

Juan López del Castillo instituyó una capellanía de treinta misas rezadas en el altar del Rosario de la iglesia de Santa María, en 1717, que manumitió con una viña en el Rebollar de seis peonadas, un viña en Val de los Abades de siete peonadas, una viña de tres peonadas en el Regajo de Val de los Abades (el Regajo), una huerta de árboles frutales en Santihervás de dos yugadas, y dos castañarejos en Pedregoso de veintiséis pies de castaños[7]. Nombró capellán a su sobrino Gerónimo Sánchez, hijo de Bernardo Sánchez y Ana Sánchez, cura párroco y comisario del Santo Oficio[8]. Fueron testigos Francisco Gómez Arias, Antonio Gil y Alonso Sánchez de León, de Cabezuela del Valle. Tras la renuncia a la capellanía por el comisario del Santo Oficio, opositaron el presbítero beneficiado Juan Francisco de Aguilar y Villalobos, hijo de Pedro Muñoz de Aguilar y de Juana López del Castillo, que se alzó con la institución, y Bernardo Lumeras del Castillo.

El mercader Juan López del Castillo estaba plenamente integrado en la cultura cristiana, como el resto de sus familiares. En el albor del siglo XVIII, no tenía ningún sentido hablar de cristianos nuevos o judeoconversos. Todos eran cristianos viejos. No obstante, en su ritual funerario reverberaron ecos muy distorsionados de algunas tradiciones hebraicas, que los asimilados mantuvieron, a duras penas, no por práctica de judaísmo, sino por costumbre y tradición familiar. El hábito de san Francisco había disfrazado la mortaja de lienzo nuevo; las siete misas solaparon los siete días preceptivos del funeral (la shivá), que encubrieron con la novena de misas; la plegaria del responso tuvo la misma importancia que el rezo del kadish Iatom[9], como el cabo de año y la lámpara encendida. Estos ceremoniales se extinguieron en el albor del siglo XVIII como consecuencia de la reinserción de los mercaderes en la cultura cristiana.

Juan López del Castillo era el hombre más acaudalado de Hervás. Legó a su esposa Josefa López «unas manilleras de aljófar grueso, ttres sortijas de diamanttes y esmeraldas, unas arracadas de diamanttes, una cruz de oro y diamanttes, con su collar de que esttá pendientte, guarnezido de aljófar grueso, un par de pendienttes de aljófar grueso, y doze platillas y quattro ttrincheros de platta». A su hija Josefa López del Castillo le donó, como mejora de dote, un molino de pan con castaños. A María Sánchez Pascua, trescientos reales y un traje de luto: basquiña, jubón y mantellina de bayeta fina. Teresa y Ana Sánchez Pascua y Antonia Gabriel, esposa de Francisco Gómez del Castillo, también recibieron un luto. Y el escribano Francisco Gil, «un luto de vayeta fina que será de capa, enguarina y calzones». Y sus albaceas, su primo Fernando García de Granada, canónigo de Plasencia, el presbítero Joseph Barrios y su cuñado Juan Velasco. Sus hermanas monjas María y Teresa recibieron doscientos reales y un cerdo de ocho arrobas. Y las imágenes de la virgen de las Angustias y el Cristo del Perdón dos candelabros de plata de dieciséis onzas de peso.

El mercader asimilado compró una familiatura del Santo Oficio, el 14 de junio de 1695[10]. Del cuello colgaba una fulgurante cadena de oro con una venera con los emblemas de la Inquisición y un lazo con diamantes y turquesas, que heredó su hija Josefa López del Castillo y legó a su hija Josefa Quiñones López del Castillo, esposa de Francisco Alonso Lumeras. Fue alcalde de primer voto en 1706, 1710 y 1721. En diciembre de 1718, el mercader presidió el comité municipal que presentó al duque Juan Manuel II las condiciones para que la pedanía de Hervás se desagregase del partido de Béjar como villa eximida con jurisdicción ordinaria[11]. Juan Manuel II persuadió a los mercaderes con la exención para tratar de mitigar otros conflictos, como el nombramiento de un teniente de corregidor en Hervás, pero finalmente el duque mudó de parecer y Hervás continuó amarrada a la casa de Béjar hasta la conclusión de las guerras napoleónicas.

La fábrica de paños finos y ordinarios

Los cristianos nuevos obtuvieron un privilegio de Felipe IV, en 1616, que les permitió comerciar por las plazas, calles y mesones de Madrid como gremio autónomo, con el nombre de manteleros de Hervás, con los mercaderes de la calle de Toledo y los de la calle de las Postas. Juan López del Castillo, empadronado en la renta del gremio de la lencería, amasó una considerable fortuna durante la conflagración bélica que entronizó a los Borbones. El 30 de diciembre de 1716, los mercaderes Francisco Sánchez, Francisco García Borrego, Gabriel Barbero, Francisco Gómez del Castillo, Gerónimo Gil y Bernardo Sánchez Parra, repartidor de la rama de los manteleros, negociaron con los administradores del gremio de la lencería de la calle de las Postas, en la capilla de Nuestra Señora de la Trinidad del convento de San Felipe el Real de Madrid, un depósito de diez mil doscientos reales, mil setecientos por lencero, por la inscripción en la renta de la alcabala del viento de lienzos. Los lenceros madrileños rechazaron el depósito de los hervasenses. No obstante, el Consejo de Castilla ratificó sus privilegios comerciales, que habían sido refrendados en 1702, y permitió el ingreso en la renta de la lencería desde el 1 de enero de 1717[12].

En julio de 1716, Diego de Béjar y Castro anunció al duque de Béjar que Juan López del Castillo deseaba poner en planta una fábrica especializada en la producción de paños finos y ordinarios[13]. El 18 de julio, el duque Juan Manuel II expidió tres decretos que incentivaron su actividad empresarial: exención de alcabalas durante diez años, autorización para talar los castaños y robles que necesitase para la construcción de la fábrica y el nombramiento de su cuñado Juan Velasco como superintendente general[14]. Sus cuñados cooperaron en sus negocios. A Gerónimo Velasco le quedaba pocos años de vida.

Juan López del Castillo canalizó la producción y los canales de distribución a través de sociedades comerciales. En abril fundó una empresa mercantil con Juan Salinas, fabricante de paños, y su cuñado Juan Velasco en las labores de la administración. Desembolsó veintiún mil reales. En agosto estableció otra compañía con Antonio García Borrego vinculada con la fábrica de paños ordinarios durante diez años. El empresario aportó trece mil quinientos reales y el administrador se encargó de proveer lanas, vender paños y facilitar la caballería. Efectuarían el primer balance coincidiendo con el corte de la lana. En diciembre firmó otro contrato con Antonio García Borrego, como administrador, y el maestro fabricante de paños finos y tintorero bejarano Juan Gómez Guzmán, avalado por su mujer Manuela Bueno del Águila. Financió la operación con diecinueve mil quinientos reales. Los materiales de pruebas de las tinturas correrían por cuenta de la fábrica[15]. En marzo de 1719 formó otra sociedad lencera con cuatro vecinos de El Guijo de Granadilla, señorío de la casa de Alba, con una inversión de nueve mil reales.

Ese mismo año, el duque Juan Manuel II extendió un decreto de exención de alcabalas a los tejedores Bernardo y Manuel González Cariñano, Bernardo y Gerónimo Neila, Gerónimo García Colmenar y Juan López del Castillo durante cuatro y diez años respectivamente[16]. Los privilegios fiscales incentivaron la producción pañera. Con licencia del duque, Juan López del Castillo construyó una tenería y un tinte con dos calderas para teñir paños en una casa próxima al puente del Mediano (Fuente Chiquita).

Juan López del Castillo taló indiscriminadamente nogales del concejo para extraer de las raíces el tanino que necesitaba para procesar el teñido de las lanas. Los alcaldes Francisco Sánchez y Alonso Bastos y los regidores Francisco Sánchez del Río y Antonio Sánchez Muñoz le sancionaron con cuarenta reales, el 23 de marzo de 1718, pero Juan Manuel II condonó el delito ecológico. No había que poner trabas al desarrollo empresarial privado. Asimismo, la casa de Béjar decretó la obligatoriedad del trabajo en las labores agrícolas o en la fábrica de Juan López del Castillo. Ordenó a los alcaldes que le enviaran la lista de la gente ociosa y vagabunda[17].

Fabricantes flamencos contratados por Teresa Sarmiento y María Alberta de Castro establecieron una fábrica de paños finos en Béjar hacia 1691 Hasta entonces predominaba la producción de paños de bayeta. El duque de Béjar asignó franquicias especiales a los fabricantes «y también a muchos particulares vezinos deste villa y tierra». El 29 de octubre, Juan Manuel II intimidó a los fabricantes defraudadores de Hacienda con la retirada de los privilegios fiscales[18].

En 1718, Juan Manuel II autorizó la construcción de una fábrica de paños en Béjar, con un coste de cuarenta mil reales. Informó al Ayuntamiento de Hervás, el 28 de octubre, que si invertía diez mil reales obtendrían exenciones fiscales[19]. Cardadores, tejedores, tundidores y oficiales de la fábrica de paños finos de Béjar reglamentaron las primeras ordenanzas, que estructuraron en siete capítulos, el 1 de enero de 1718[20]:

 

Capítulos que se han de guardar, y observar para la conservación, y aumento de la Fábrica de Paños finos que se va estableciendo en la Villa de Béxar, con la experiencia, que desde el día que principió hasta aora se ha reconocido es en esta forma: Y se proponen a Su Excelencia, para que los apruebe, y siendo su voluntad, mande se observen, y practiquen en la referida Fábrica desde primero de Enero de este presente año de mil setecientos y diez y ocho.

  1. Lo primero, que reconociéndose que los Oficiales, assí de Cardadores, Texedores y Tundidores, y demás personas que se ocupan en dicha Fábrica, sin algún motivo sino el de su propia voluntad, y con libertad, estando en casa de su Fabricante se muda a otro Obrador en perjuizio grave de su Amo, y consiguientemente de la cosa que fabrica: Se previene que el dicho Oficial no lo pueda hazer, sin especial consentimiento, o cédula del dicho su Amo, con pena, que no siendo con esta circunstancia, incurra el dicho Oficial, por la primera vez en mil maravedís; y el que le recibiere sin dicha circunstancia, en seis mil maravedís; y debaxo de esta misma pena aya de bolver dicho Oficial al obrador donde estaba; con advertencia, que el dicho Oficial no tenga motivo justo, el que ha de juzgar el Juez Privativo, Superintendente de esta Fábrica, que se nombrare al arbitrio del Duque mi Señor.
  2. Iten, se debe observar, y guardar por los Fabricantes de dichos Paños finos, todos los precios de Oficiales, que han corrido hasta aora de veinte años a esta parte, que son los siguientes: Una vara de paño texido, veinte y ocho cuartos a entrambos Texedores; y siendo treinteno, treinta quartos. Al Tundidor, siendo de color, tres reales por cada vara, y siendo blanco, tres reales y medio. Al Cardador del Potro, siendo de color, o mezcla, se le ha de dar de cada buelta de cardado quatro maravedís por libra. De cada madeja de cardado e hilado de bervi[21], a diez quartos, y diez y seis maravedís cada madexa de trama. Con pena de que si el tal Fabricante, por atraer a los Oficiales, o por otro cualquier motivo, alterase los dichos precios en la menor cantidad, incurra en diez mil maravedís la primera vez, y en la segunda, duplicada; por la tercera, perdido todo lo que tocasse a su Fábrica, aplicado por terceras partes, Juez, Denunciador, y gastos de la Fábrica.

III. Iten, que aya de aver dos Veedores Maestros, uno de texer, y otro de tundir, que se han de nombrar por los Fabricantes, a elección del Duque mi Señor, los quales, con assistencia del dicho Juez Privativo, han de reconocer todos los paños de todos los Fabricantes que ay, y huviere; y hallándolos con aquella perfección que se requiere, se les ayan de sellar con las Armas de la Casa de Béxar; con advertencia, de que el Paño que hallaren dichos Veedores con falta de texido, multen a los tales Oficiales Texedores en el trabajo de todo aquel paño, que trabajaron mal, cuya multa sea, las dos partes para el dueño del paño, y las otras dos por mitad, para el Juez, y Veedores; y en esta misma pena incurran los Tundidores debaxo de la misma circunstancia.

  1. Iten, ha de ser obligación de dichos Veedores, poner a los dichos paños sello, según su calidad, que estas han de ser veinte y seiseno, veinte ocheno, treinteno, y de ay arriba; y el que no fuere de estas tres classes de paño, no se les ha de echar el sello, para que se entienda, no ser legítimo desta Fábrica.
  2. Iten, que los dichos Veedores puedan entrar francamente en casa de los Fabricantes a reconocer los texidos, y tundidos; y si alguno se lo impidiere, cayga en pena de dos mil maravedís aplicados por mitad, Juez y Denunciador.
  3. Iten, con condición que el Duque mi Señor aya de nombrar Juez Privativo, que conozca en todas las causas, assí Civiles, como Criminales de todas las personas que se ocuparen en dicha Fábrica, o con la jurisdicción que Su Excelencia gustare; y que a este le ayan de obedecer los Ministros inferiores de la Audiencia, y el Alcayde de la Cárcel de esta Villa en la misma forma que al Corregidor.

VII. Iten, que todos los Aprendices de dichos Oficios, que huvieren cumplido con sus Amos, según los ajustes que hizieren, que son tres años hayan de ser aprobados, y examinados por dichos Veedores; y de otra forma no puedan poner Tienda, ni trabajar por Oficial, pena de que si lo hizieren, incurran por la primera vez en mil maravedís, aplicados por mitad, Juez y Veedor.

Y para la observancia de los dichos Capítulos, y cada uno de ellos todos los Fabricantes que al presente ay, en nombre de los demás que huviere suplicamos rendidamente al Duque mi señor (Dios le guarde) los apruebe, y mande guardar, poniendo un tanto de ellos en las Casas del Ayuntamiento de esta Villa, y antes mandarlos publicar en la Plaza, y sitios acostumbrados, para que vengan a noticia de todos, y no puedan alegar ignorancia.

Y así mismo esperamos de la grandeza de Su Excelencia el patrocinio, y amparo en la súplica, que se ha de hazer a su Magestad (que Dios guarde) para que respecto de tener oy esta Fábrica existentes veinte y dos telares, y los que se esperan aumentar, conceda aquellos privilegios, y franquizias, que su Real benignidad tiene dados a las otras Fábricas de España, como assimismo que se les conceda Real aprobación de una Provissión de su Magestad, en que fue servido exonerar a todos los dichos Fabricantes, Oficiales y demás dependientes de dicha Fábrica, de ser quintados, ni repartirles Utensilios, ni echarles alojamientos, ni cargas Concegiles, la qual se mandó observar, y guardar por el Excmo. señor Marqués de Bedmar, primer Ministro de la Guerra.

 

Las ordenanzas de la fábrica de Béjar reglamentaron el establecimiento de Juan López del Castillo. A rebujo de la fábrica se constituyeron nuevas sociedades textiles en Hervás, escrituradas ante notario, generalmente de carácter familiar, que incrementaron la manufactura y el comercio. Francisco García de Pedro patrocinó una compañía lencera con diez mil reales. Su hijo Tomás trabajó como criado y Juan Rodríguez en la administración y comercialización, con el reparto de los beneficios o pérdidas, dos tercios para el socio capitalista y un tercio para el administrador. Melchor de Anaya, Bernardo Sánchez Pulido, Alonso Gil y Joseph Gómez del Castillo formaron otra sociedad lencera. Joseph Sánchez, Joseph Gómez del Castillo Tostado, Bernardo Gómez Arias y Gerónimo Gil renovaron las licencias en el gremio de la lencería de la villa de Madrid en 1719 y 1720[22].

Los paños de Béjar se abrieron camino en el mercado madrileño con el mecenazgo de Juan Manuel II. El Real Decreto de la Junta de Comercio de 20 de julio de 1720 autorizó a los fabricantes bejaranos a la comercialización del producto al por mayor y al por menor en la lonja de los paños de la calle de Toledo, convenientemente sellados y con una retribución fiscal del ocho por ciento. Los fabricantes flamencos mostraron su pericia en el manejo de las hilaturas y la tejeduría, pero carecían de la experiencia comercial de los mercaderes hervasenses[23]. A propuesta del duque de Béjar, los bejaranos recurrieron al superintendente Juan Velasco, que delegó la factoría de la lonja de paños en Juan de Llanos y Mazorra, de 1722 a 1727. El gremio de los mercaderes de paños de Madrid entorpeció la distribución del tejido bejarano, como hicieron con los lienzos hervasenses en la segunda mitad del siglo XVII. Trataron de desalojarles de la corte, pero la Junta de Comercio refrendó el privilegio de la fábrica de Béjar, en mayo de 1723. Por entonces, la villa acarició la idea de formar una asociación gremial que aglutinara la producción textil de Béjar y regulara los mecanismos de distribución, pero no era un proyecto fácil debido a las disensiones entre los fabricantes forasteros flamencos y los nativos bejaranos[24].

En 1722, Juan López del Castillo se deshizo de la tienda que había abierto en Madrid con Eugenio Vidales, mercader de lencería, en 1709. El hervasense había desembolsado treinta y seis mil reales y obtuvo un beneficio de cuatro mil. Juan López del Castillo formó otra sociedad lencera con Bernardo Gómez Arias. Francisco Gómez Caballero, hijo de Francisco Gómez Caballero y de María González, de Cabezuela del Valle, criado de Juan López del Castillo, se fugó con las mercancías que le había confiado el empresario para venderlas por los lugares de Extremadura. Su yerno Pedro Muñoz Aguilar indagó en el robo de las mercancías[25].

Al calor de la fábrica de Juan López del Castillo nacieron nuevos obradores. El 31 de mayo de 1723, Francisco Muñoz de Montemayor, veedor de la casa de Béjar, solicitó licencia al duque Juan Manuel II para instalar cuatro telares especializados en la elaboración de paños finos, al estilo de los de Juan López del Castillo, con un capital de veinticuatro mil reales y una exención tributaria de seis años. Participaron en la sociedad Bernardo Gómez Arias, que dirigió la administración de los telares, Francisco Sánchez Caballero y Francisco Gil, cuya producción facturaron en Madrid. Ese mismo mes, el duque de Béjar extendió franquicias fiscales a Tomás García, Francisco López y Joseph Gómez durante cuatro años. La fabricación de los paños finos tenía que ajustarse «al estilo y establezimiento de las otras semejantes que se mantiene por flamencos y naturales en mi villa de Béjar y por Juan López en mi lugar de hervás»[26].

El año del deceso de Juan López del Castillo, 1724, Bernardo Gómez Arias, con el que había montado una sociedad, finiquitó con su viuda Josefa López del Castillo dos mil ochocientos setenta y ocho reales de una partida de lanas y otras deudas. Basilio, Claudio y Francisco González Comendador, de Puerto de Béjar, pagaron a la viuda cuatro mil novecientos reales[27].

 

Las Ordenanzas de 1724

El fabricante bejarano Juan Téllez Meneses y el flamenco Pedro Blondeaut (otras grafías, Blandeut, Blondeau, Blondó), en representación de las dos familias que operaban en la villa, y con la asistencia del fiscal, redactaron unas ordenanzas, articuladas en veintiséis capítulos, que regularon la «fábrica de paños finos de maestros flamencos que hizo conduzir y traer [el duque] a su costa y expensas para su erección con la agregación de los naturales». En puridad, era una ampliación de las disposiciones de 1718. La Junta de Comercio remitió las ordenanzas a la villa, el 31 de mayo de 1724. El 29 de junio, el corregidor Pablo Alonso Chacón ordenó pregonarlas en la plaza Mayor. Concurrieron numerosos fabricantes maestros, oficiales y aprendices de la fábrica bejarana[28].

Las ordenanzas regularon también la fábrica de Juan López del Castillo. Los fabriles de Béjar y Hervás recibieron de Luis I el título de Real y estaban sometidas a la jurisdicción de la Junta de Comercio, facultada para legislar en las causas y materias relacionadas con el oficio[29]. En Béjar establecieron la sede en la Casa del Arte. Dos oficiales veedores, uno de la familia de los flamencos y otro de los bejaranos, examinaban y certificaban la calidad del paño dos veces por semana: miércoles y sábados. La comunidad textil se constituyó en una sociedad gremial, con una junta directiva formada por los fabricantes, maestros y veedores, presidida por el juez conservador y la asistencia de un escribano. Disponía de un fondo común para la defensa de los derechos e intereses de la fábrica. Los fabricantes independientes estaban exentos de los privilegios fiscales. Estableció la sanción máxima en cuatro reales de plata, que se repartirían equitativamente los veedores y la tesorería de la Casa del Arte. Los artesanos que instalasen nuevos telares abonarían ciento veinte reales por los derechos de la licencia, cuya concesión se reservaba la casa de Béjar. Los oficiales extranjeros debían someterse a un examen por los veedores, previo pago de treinta reales. El arca de los caudales tenía dos llaves, que custodiaban los veedores, y un libro de cuentas con los asientos de entradas y salidas. Un sello identificaba el paño de la fábrica, para evitar imitaciones, y los fabricantes podían confiscar los paños fraudulentos.

La casa de los Zúñiga introdujo en el señorío de Béjar la industria del paño fino, al estilo inglés, y desarrolló la manufactura pañera y tinturas en las aldeas de la tierra. Ciertamente, Juan Manuel II se prodigó por su obra de mecenazgo. Facilitó préstamos bancarios para construir telares de paños y adquirir lanas, extendió franquicias en las alcabalas, financió el salario de los maestros flamencos y de los oficiales que formaban a los aprendices nativos, los bataneros y los tintoreros que experimentaron con los colores, «expecialmentte el azul y el grana», aplicó el impuesto del tres por ciento en las ventas de paños finos, y el uso de la marca de una contraguía en los paños expedida por la contaduría mayor o el juez de rentas, que impedía el registro de los falsos fabricantes y las evasiones fiscales. La financiación de la industria textil, según los datos ofrecidos por la casa de Béjar, rebasó los ochenta mil ducados. El señor de Béjar solicitó crear una compañía con un fondo de reservas para subvenir el abastecimiento de lanas, el 23 de julio de 1727[30].

 

Juan Cortes, maestro tintorero, 1732–1743

A la muerte del artífice del textil funcionaban en Hervás dos telares anchos que apenas trabajaban por falta de materiales. Posiblemente, el superintendente Juan Velasco dirigió la fábrica en este lapso. El 29 de octubre de 1729, Juan Manuel II apadrinó el establecimiento de una fábrica de paños finos por tejedores irlandeses católicos en Hervás. Josefa López del Castillo pondría a su disposición los telares de su marido, el batán y las dos calderas de tinturas. El Ayuntamiento apoquinaría el alquiler de la vivienda a cambio de franquicias a los pañeros. Juan Velasco era el alcalde de primer voto y Gerónimo Gil del Maestro regidor[31]. Los industriales del textil controlaron las riendas del Ayuntamiento durante los siglos XVIII y XIX[32].

Bernardo Gómez Arias clausuró su telar de paños finos en octubre de 1730, informaron los fabricantes Luis Alonso de Lumeras y Vicente Pérez[33]. Las negociaciones del duque de Béjar con los fabricantes irlandeses no se habían cerrado. En mayo de 1731, Juan Manuel II tenía en su agenda restablecer la frágil producción pañera de Hervás, «por las buenas consequencias que de ello resultará a todos esos mis vasallos», y negociaba la contratación de un especialista, «Juan Cortés, que como sabéis, es un grande fabricante y tinturero, que serbirá de director de esa fábrica, y también contribuyré con todas las probidencias mías proporcionadas, a que se logre la venta de los paños que trabajéis»[34]. Francisco Montemayor comunicó al Ayuntamiento, el 10 de diciembre, que el duque Juan Manuel II anticiparía tres mil reales «a un fabricante estranxero que pasa a ese lugar a establezer una fábrica de paños finos como los que se fabrican en Ynglaterra y olanda, cosa que considera ser muy útil a ese pueblo». El concejo restituirá el empréstito en tres plazos, a razón de mil reales por año, a partir de 1732, por cuenta de las alcabalas que la aldea contribuía a la casa de Béjar[35].

Juan Cortés ultimaba los preparativos, el 23 de mayo de 1732. Había trabajado, sin mucho éxito, en los telares de paños finos y bayetas de Salamanca. El fabricante tenía plenos poderes y los instrumentos precisos para construir nuevos obradores. Pero necesitaba capital para contratar los servicios de ocho profesionales que vivían en la Corte. Y solicitó la concesión del uso de la caldera Villafranca, libre de alcabalas, durante tres años, «para introducir en Béjar los colores finos que harán los paños de más crédito y más vendibles». A principios del siglo XVIII, Juan Manuel II incorporó en el cuarto de la tina, la caldera mediana Villafranca, que tomó el nombre del lugar donde la había comprado, próximo a Piedrahíta. Juan Cortés exigió a la casa de Béjar que «para obrar questiones con los fabricantes se ha de serbir V. E. de pribar que para los tintes no puedan juntarse dos, ni tres, solo si un particular tubiese por sy por teñiir una calderada, la pueda hacer por poder por este modo adelantar la fábrica de Herbás». Cuatro días después, Juan Manuel II le otorgó[36]

 

el goce de la caldera que llaman de Villafranca por los tres años y en las circunstancias que dice en quanto a los fabricantes, obligándose él a pagar las lanas que no sacare bien teñidas conforme a las muestras que le dieren, tomando razón de este mi Decreto en mi Contaduría mayor de Béjar amparándole en la posesión y buen uso de él y así lo tendrán entendido.

 

En setiembre, Bernardo Domínguez recibió de sus padres Francisco Domínguez y  María González, por cuenta de la legítima, trescientos ochenta reales por el tiempo que había residido en una casa de la familia, y por la instrucción recibida del «ofizio de tejedor de lienzos, y en un telar con su canillero para él y en la renta de un año de dicho telar»[37].

Juan Cortés se puso al frente de la fábrica de paños finos, el 1 de enero de 1733, y Francisco Montemayor actuó como superintendente. El empresario se comprometió a instalar una fábrica de paños finos de primera y segunda suerte[38], y dos telares, uno especializado en la elaboración de paños de primera suerte y otro en paños de segunda, marcados con sus plomos en un extremo del tejido, la inscripción de las armas que propusiese Juan Manuel II y la leyenda «Hervás Juan Cortés». El duque le concedió tres mil reales que le entregaron los capitulares del Ayuntamiento por cuenta de las alcabalas. Si permanecía ocho años al frente de la fábrica le condonaría dos mil reales. La franquicia comprendía la producción de aceite, jabón, tinturas y otros productos vinculados con la fábrica[39].

Los maestros y oficiales extranjeros flamencos tenían que acreditar que eran «Christianos Chatólicos Romanos por ser el ánimo e yntenzión de su excelencia, el amparar a los fieles exttranjeros espulsos de sus países por profesar de nuestra santa fee chattólica». La discriminación racial de los conversos y la xenofobia de los puritanos hidalgos cristianos viejos transcendió a los talleres bejaranos. Sebastián de Potestad se mostró intransigente con la supuesta herejía de los holandeses. El duque de Béjar, consumado maestro en el arte de los conflictos interreligiosos, le consoló[40]:

 

No te aflijas ni tomes tan a pechos el que el holandés manifieste o dé a entender si es o no herege, pues desta causa nadie puede conocer della que no sea el Inquisidor general que tenemos en estos reinos, y así aquiétate porque en esto me haces creer tu y los demás la poca afición que tenéis a los extranjeros, con que si este faltase el día de mañana, enviaría yo catorce familias de franceses católicos apostólicos romanos que les enseñen a ustedes, que en las demás naciones del mundo hay santos y santas como en España, que si por accidente dicha familia fuere protestante, que lo dudo, mejor será que con el buen trato y la caridad ganemos a esa oveja perdida para el cielo, que con hipocresías y jactanciosa soberbia llenándolos de baldones los horrorizemos y se vayan envueltos en sus errores, y finalmente el gusto de Dios es atraer sus ovejas al aprisco, no entregarlas al lobo. Dios te guarde. El Duque.

 

La Junta de Comercio concedió prerrogativas fiscales, exención de los oficios del Ayuntamiento, levas, quintas, reclutamientos y alojamientos de soldados a los maestros y oficiales comprometidos con la instrucción de los aprendices hervasenses.

Juan Cortés obtuvo grandes beneficios con el tinte de la caldera, pero, con la opulencia y el éxito comercial le crecieron los vicios y desvaneció las buenas costumbres. Juan Manuel II le reprendió y apartó de la administración de la fábrica, por su impericia con las finanzas, relegado a las cuestiones técnicas. En febrero de 1734, el duque de Béjar nombró a Francisco Sánchez de Nicolás director y administrador general de los telares. Francisco Sánchez y su esposa Beatriz Josefa Prieto hipotecaron su casa de la calle Larga (Relator González), una caballeriza en la Plaza de la Corredera, esquina con la calleja del Robledo, una huerta en el Mediano, otra en la Cerecilla y una viña en la Hoya. Sus suegros Francisco Gómez del Castillo Tostado y Josefa Sánchez avalaron al nuevo director con una viña en Val de los Abades y otra en la Cabeza[41]. Los obradores textiles no necesitaban mucha lana fina, pero el duque de Béjar no disponía en su pila de suficiente material y mandó a Sebastián de Potestad que se surtirse en la casa del duque del Infantado, que gozaba de buen precio. En 1730, para suministrar lana a la fábrica de Béjar, el duque había previsto comprar dos mil cabezas de ganado lanar en tierra de Cameros, invernarían en las dehesas de Extremadura y pastarían en el estío en la serranía de la villa y tierra[42]. En diciembre de 1733, Juan Manuel II encargó a Miguel de Béjar el abastecimiento de lanas a la fábrica de Hervás para que no decayera su ritmo de producción. El duque proveería tijeras, cardas y prensa de bronce procedentes de la fábrica de Guadalajara, y recordó a los fabricantes la obligación de abonar las contribuciones fiscales.

Brígida Cortés, natural de Dublín, esposa de Juan Cortés, testó el 9 de mayo de 1734. Confesó ser sumamente pobre y nombró heredera universal a su madre María Li, en caso de deceso, designó a su esposo[43].

Los telares artesanos incrementaron la producción. Sebastián de Potestad remitió a Béjar dos paños negros pendientes del acabado de prensa, de cuarenta y tres y de treinta y nueve varas y media, otro de treinta y cinco varas y media, un paño de color ceniza acabado de treinta y cinco varias media, y una pieza de paño negro de catorce varas pendiente de prensa, a la que había cortado tela para pagar a los acreedores. Quedaban pendientes de envío un paño negro y dos musgos. El transportista recibió siete reales. La fábrica de Hervás producía paños para el duque de Béjar y para Juan Cortés, el 27 de enero de 1735.

Juan Cortés expidió seis paños a Béjar, el 19 de marzo. Cuatro de primera suerte, a razón de cuarenta y dos reales el paño, y dos de segunda, a veintinueve reales la pieza, incluido el transporte y el descuento de doce reales del maestro que había teñido uno de los tejidos. El beneficio de los seis paños resultó mil trescientos cuarenta reales. Cortés recibió seiscientos setenta reales. La fábrica invirtió veinte mil reales, incluido dos mil en materiales. De las cincuenta arrobas y media que almacenaba, utilizó veintiocho arrobas de lana en cinco paños. Había previsto incrementar la manufactura con otros cuatro telares nuevos, pero necesitaba veinte mil reales y Juan Cortés no encontraba inversores ni socios capitalistas. Los nuevos telares beneficiarían a la aldea, según la casa de Béjar[44],

 

por dos motivos, el uno porque aprenden los naturales, y el otro porque se acomodan a ganar algunos pobres en manipularlo, y esta fábrica de paños dice Cortés será la de mayor crédito que aya, y que estando existentes dichos quatro telares, podrán tener utilidad en cada un año 12.000 reales, y que en quatro años puede después de aumentar la fábrica, y si V. no las quisiere proseguir, bolbería a su caudal y quedar la fábrica existente con el caudal de oy.

 

Juan Manuel II, como socio capitalista, ordenó hacer inventario y tasación de los telares, pertrechos, materiales y lanas de su propiedad, el 23 de marzo. El duque buscaba un inversor extranjero que se hiciese cargo de la fábrica, o en su defecto, que mantuviese la instalación, siempre que no registrase pérdidas[45].

Por entonces entró en escena Luis Alonso Lumeras. Procedía de Salamanca[46]. En agosto 1735, la duquesa le concedió un empréstito de nueve mil reales para establecer «una fábrica de paños finos de Inglaterra de primera y segunda suertte», al estilo de la de Juan Cortés, en la que incluyó los pertrechos e instrumentos, que reintegrará en seis plazos anuales de mil quinientos reales. El matrimonio hipotecó una casa en la calle Abajo y otra en la calle del Moral y se acogió a las exenciones fiscales. Luis Alonso Lumeras debía poner en funcionamiento cuatro telares corrientes a finales de 1736, cinco al año siguiente y otros seis al cabo de seis años. Avaló la fianza Francisco del Valle. Juan Cortés se comprometió a instruirle en los oficios de tintorero y tejedor.

Juan Cortés y Luis Alonso Lumeras fundaron una compañía. Juan Cortés se responsabilizó del teñido de las lanas y la tundidura[47]. Francisco Sánchez de Nicolás se ocupó de la dirección de la fábrica. Pese a la escasez de la lana encarriló la producción[48]. El duque de Béjar tenía en gran estima la fábrica. Había previsto invertir dos mil reales para la manutención de las niñas escolares que aprendían a hilar con las maestras, y un fondo fijo de seis mil reales «para mantener esta recién nacida fábrica de Hervás, cuia importancia la tengo por la maior de mi casa como la experiencia lo acreditará». Paula Senten, mujer del flamenco Juan Tiri, recibió cincuenta ducados anuales de la casa de Béjar por enseñar a hilar a las niñas en el torno, el 28 de mayo de 1718, de cuya actividad se benefició la fábrica de Béjar. En 1730, el duque de Béjar envió una instructora al colegio de niñas de Cantagallo, aldea bejarana, que enseñó «a hilar al torno que es mejor que rueca para las servilletas y porque las niñas de este Colegio son de ocho o nueve años y aprenderán a la perfección por no estar acostumbradas a la rueca». Encomendó a Vicente Tapia y a Bernardo Muñoz que inspeccionasen los trabajos para la fábrica de mantelería y que no mezclasen churras con lana limpia. Construyó dos tornos para hilar lino[49].

A finales de 1735 funcionaban cinco obradores que fabricaban paños de primera calidad y dos talleres de segunda, cuya producción se expedía en Madrid. Hervás todavía mantenía el mercado de la Corte. Francisco Sánchez de Nicolás comerciaba con Julián Tiní, genovés, mercader de lonja cerrada. Vicente Pérez vendió paños de lienzos al administrador de la renta de tabaco de la Peraleda. Y Francisco Gómez de Joseph y su mujer Ana López abonaron a Alonso Gil de Francisco quinientos noventa y siete reales por la venta de lienzos[50].

La fábrica textil estaba en proceso de expansión. Juan Cortés propuso al Ayuntamiento la creación de una feria anual para promocionar los productos de la tierra. Solicitó una gratificación extraordinaria de tres mil reales para ayuda de gastos de viajes y un préstamo de seis mil reales, que pagaría en cinco plazos. Si no conseguía poner en funcionamiento la feria, no recibiría la gratificación[51].

La formación de los operarios nativos de Hervás fue un capitulo esencial en la historia textil. En abril de 1735, Juan Cortés contrató a Francisco Sánchez, hijo de Francisco Sánchez de Nicolás, como oficial carpintero, con un salario de tres reales por cada día de trabajo durante dos años, que prorrogó por otros dos años en 1740[52]. Fabricó telares, tornos, tijeras de tundidor con los plomos, bancos y otros instrumentos. Entre los testigos del contrato estuvo el tundidor bejarano Juan Sánchez de las Matas. Juan Cortés contrató al maestro francés Daniel Cullin para que adiestrara en el oficio de tundidor al hervasense Francisco Llanos, sobrino de Gerónimo  Sánchez de Joseph, desde diciembre de 1736 hasta enero de 1741. El aprendiz trabajaría el primer mes sin recibir salario. El primer año percibiría dos reales, el segundo, dos reales y medio, y los dos años restantes, tres reales diarios abonados al final de la semana. Los días que Juan Cortés destinase al aprendiz a otros trabajos le pagaría el salario de su bolsillo. Si los días de fiesta el aprendiz decidía enramar, vender o prensar los paños, lo haría sin recibir estipendio.

Fabricantes flamencos adiestraron a hervasenses. Guillermo Colin (¿Cullin?), maestro tejedor de la fábrica de Juan Cortés y de Luis Alonso Lumeras, enseñó el oficio de tejedor de paños finos a Gerónimo García Colmenar[53] durante tres años y medio, en 1737. El futuro fabricante de paños finos recibió de salario «la quartta parte de lo que valiere la texedura de cada paño que el dicho maestro texiere con el dicho aprendiz». En 1742, Antonio Rubek, maestro tundidor de paños finos, instruyó a Joseph Hernández de la Calleja. El aprendiz recibió durante tres años,

 

cattorze quartos por cada día de los que ttravaxare el primer año: y diez y seis quarttos por cada día de los ttravajare el segundo año: y el ttercer año diez y ocho quarttos por cada día de los que travaxare y al fin de los dichos ttres años le a de dar paño fino nezesario para chupa y calzón.

 

El futuro oficial tundidor se comprometió a realizar las veladas según costumbre. Su madre Ana García y Joseph Llanos abonarían al maestro seis reales por cada día de absentismo laboral[54].

Francisco Sánchez de Nicolás demoró las cuentas de la fábrica con el pretexto de que estaba terminando varias piezas. Juan Manuel II ordenó que se dataran los paños en su estado actual, ya fuesen en jerga, batán, o carda. En julio de 1736, los contadores informaron a la casa ducal que los fabricantes bejaranos necesitaban otra caldera para teñir lanas. No era suficiente con el tinte del duque. En caso contrario acudirían al de Hervás, o al de El Barco de Ávila. La casa de Béjar solicitó a los fabricantes de Hervás que presentasen las licencias de los tintes y batanes. Solo permitió el uso de la caldera y el tinte con los colores autorizados a Juan López del Castillo. Con licencia de la duquesa Mariana de Borja, Luis Alonso Lumeras construyó un batán y una caldera para teñir lanas en el «sittio del puentte de Zentiñera que travaxa con agua del río Ambroz, distta deste lugar medio quartto de legua, y dentro de él, un tintte para teñir paños finos con dos calderas, una buena y otra viexa, me sirvo dél para la maniobra de una fávrica»[55].

Se crearon nuevos consorcios lenceros. En 1737, Alonso Gil de Francisco formó una compañía mercantil especializada en la producción y comercio de lienzos con Juan Sánchez Zúñiga de Francisco, Bernardo Gómez del Castillo y su mujer María Muñoz. Alonso Gil participó con quince mil reales. Los dos socios se ocuparon de la administración y la venta de las mercancías y repartieron las pérdidas o ganancias al cincuenta por ciento. En julio de 1738, Melchor González de Anaya invirtió 8.219 reales en una sociedad, con su yerno Juan Sánchez Zúñiga de Francisco, dedicada al «tratto de lienzos y de otros jéneros». Los socios podían hacer balance cuando lo estimaran conveniente, para conocer el estado de las finanzas[56].

Con motivo del viaje que Juan Cortés realizó a Madrid, elaboró una relación exhaustiva de los bienes que transfería temporalmente a su socio Luis Alonso Lumeras, en octubre de 1737[57]:

 

Primeramente quattrozienttos y ochenta y dos reales y veinte y siette maravedís que de ganancias y otras quenttas que an ttenido enttre las dichas dos parttes asta oy día de la fecha dixeron aver sido alcanzado el dicho luis a favor del dicho Juan Corttés     482–27

Ytten a recivido el dicho Luis del dicho Juan Corttés tres mil y ochenta y dos reales en que enttran seis arrovas de gramas [granzas?]                                               3.082

Ytt seiscienttos y veintte y cinco carttones apreciados en mill ochozientos y ochenta y cinco reales                                                                                                        1.885

Ytt seis pares de lanzaderas a quarentta y quattro reales el par que ymporttan dozientas y sesentta y quattro reales                                                                       264

Ytt dos escobettas apreciadas en quarentta y ocho reales                              48

Ytt zinzo pares de cardillas de Ynglaterra a veintte reales el par zien reales 100

Ytt una arrova de estaño (¿) en cientto y veintte y cinco reales                     125

Ytt treintta y ocho reales que el dicho Juan Corttés pagó por el dicho Luis a un franzés                                                                                                  38

Yten, zinco mill y ochozientos reales que pagó el dicho Juan Corttés a Don Anttonio Sánchez de Rivera de Béxar por quentta de la lana que se le compró para \la fávrica de la/ compañía.                                                                               5.800

Ytt mill y quattrozientos reales que pagó Alonso Santtos vecino de Baños en quentta de la lana que se le compró para la fávrica de la dicha compañía                      1.400

Ytt quatrozzientos y cinquenta reales que pagó el dicho Juan Corttés a Don Pedro [de Arce y] Quiñones y sus criados vecinos de este dicho lugar en quentta de lana para dicha Fávrica                                                                                                450

Ytt quattrozientos reales que pagó a Francisco Marttín Manjarres vecino de Baldesanxil en quentta de la lana que se le compró para dicha Compañía           400

Ytt cientto y veintte y cinco reales de una arrova de Christal                        121

Que ttodas las dichas parttidas ymporttan cattorze mill zientto y noventa y nuebe reales y siette maravedís                                                                14.199–27

 

Juan Cortés recibió cuatrocientos reales de Luis Alonso Lumeras por los derechos del uso del tinte y batán durante los próximos siete años. El salario del batanero correría por cuenta de ambos.

En 1743, Francisco González del Puerto compró a Alonso Gil de Francisco, por ochocientos reales, la mitad de la casa de la tenería sita en la calle del Puente (hoy, Abajo). Lindaba con el río Ambroz, el camino del Mediano y la otra mitad de la tenería que pertenecía a los herederos de Juan López del Castillo[58]. Juan Cortés regresó a Hervás y se incorporó a la fábrica, pero la empresa quebró en 1743. Dejó en funcionamiento doce telares de paños finos, tres telares de paños ordinario y un abanico de deudas. De la relación de los acreedores, del género y de los pertrechos embargados para hacer frente a las deudas dio noticia Eugenio Larruga[59]:

Joseph Gómez del Castillo confiscó un telar de paños sin astilla, una lanzadera y un potro de cardar.

Juan López de Diego tenía en su taller un torno y un aspa valorado en ciento sesenta y ocho reales que le adeudaba el empresario.

En el obrador del puente del Mediano había dos telares corrientes de paños, uno pequeño de sarguetas y una lanzadera, que decomisó Luis García Borrego; un telar desarmado al que le faltaban piezas; y un lizo con su astilla veintiocheno y perchada.

En la casa del fabricante Francisco Sánchez había un canillero.

Manuel Rosa confiscó nueve tornos y un aspa en compensación por los trescientos cuatro reales que debía a su mujer por el trabajo de hilazas y el ejercicio de maestra de hilanderas.

En el obrador de la calle del Moral había un telar de paños corriente sin lanzadera y un urdidor.

En la casa de Juan Cortés, dos potros de cardar, un cajón de perchar y abarcador, tres cajas de bayarte, siete libras de lana en blanco, cardadas y sin cardar, treinta y un roeles, cuatro ruedas de aro para tornos y treinta y una madejas de colores de seis libras y media.

Una romanilla pequeña, cuatro husos nuevos de tornos y colorantes: dos libras de palo de brasil[60] y dos de campeche[61].

Vicente Pérez retuvo dos potros de cardar.

En la casa de Francisco Rodríguez había cuatro tornos y un aspa.

Joseph Sánchez Caballero de Andrés confiscó veinte roeles con la lanza de diversos colores, dos peines con sus astillas y dos madejas.

En la casa de Bernardo Gómez Arias[62] había un paño de cuarenta y cuatro varas en jerga (tela gruesa y tosca de lana o cáñamo), veintidós varas de paño azul oscuro, una escobeta larga vieja, ciento noventa y ocho pares y medio de palmares armadas, una mesa de pinzar y un banco de tundir.

En el cuarto de Mateo el inglés, un banco de tundir.

Y en el sitio del Robledo, la tercera parte de un tendedero viejo que se utilizaba para enjugar y enramar los paños.

Fernando Flores, presbítero de Baños de Montemayor, como garantía del cobro de un crédito, mandó embargar un paño fino de once ramos del telar de Juan Cortés, que había «empezado a ttexer, era blanco tosttado de dichos colores, para teñirle de negro». El corregidor de Béjar nombró a Luis Alonso Lumeras depositario del paño, pero no se ejecutó el embargo, del «ttelar le llevaron a expiniar en casa de francisco Muñoz Amador». Por la noche, con asistencia del escribano Joseph Téllez, lo sacaron del edificio, pero el alcalde Diego Benítez retuvo el paño para ajustar una cuenta pendiente[63].

 

Luis Alonso Lumeras, etapa de transición

Tras el fracaso de Juan Cortés, Luis Alonso Lumeras emergió como director de la fábrica de paños finos. Mantuvo la infraestructura del pionero hervasense y del británico y continuó con el proceso de profesionalización de los oficiales nativo. En 1744, los fabricantes consumieron en la producción pañera novecientas noventa y ocho arrobas de lanas de las clases veintena, dieciochena y catorcena[64]. Juan Sánchez de las Matas, maestro tundidor, adiestró en el oficio al hervasense Juan Doñoro, hijo de Isabel Sánchez y del difunto Francisco Doñoro. El aprendiz recibió de salario el primer año dos reales y medio diarios en la fábrica de Luis Alonso Lumeras, tres reales los dos años siguientes. Comenzó el 1 de enero de 1745. Si por alguna circunstancia el maestro tundidor bejarano enfermase, o se ausentase, le sustituiría Polo Moreno. Manuel Poza avaló el contrato de aprendizaje[65].

La Plaza de la Corredera emergió como el centro neurálgico de la aldea, residencia de los fabricantes de paños, con las prolongaciones de la calle Larga y la de la Cruz. Juan López del Castillo hijo moraba con su mujer María Hernández de la Cruz y con sus hijos en la Plaza de la Corredera, en la casa de sus padres. En la vivienda había un patio con una caballeriza, un lagar con un pilón, una bodega y una frondosa huerta a las espaldas. De su progenitor heredó también una casa en el rincón de la calle de la Cruz de cuatro varas de fachada y doce de fondo, otra casa en la misma calle con lagares, pilones, viga lagareña y bodega que hacía de sobre madre mil quinientos cántaros en diferentes vasijas. En la calle de la Fragua (Pizarro), el matrimonio tenía una vivienda con lagares, pilones y una bodega que almacenaba mil quinientos cántaros de vino, propincua con una calleja.

Los fabricantes del textil formaron la burguesía y la clase media, cuyo poderío económico y social soldaron con alianzas matrimoniales. Bernardo Alonso Lumeras, hijo de Luis Alonso Lumeras y Josefa Muñoz Amador, casó con Florentina López del Castillo, el 14 de setiembre de 1749. Y Manuel Neila, hijo de Gerónimo Neila y Josefa Sánchez Zúñiga, con Felipa López del Castillo, el 11 de julio de 1756[66]. Los linajes Castillo, Amador, Lumeras y Neila velaron por sus intereses familiares.

María Hernández de la Cruz, viuda, compartía con sus tres hijos la tenería del puente, un cuarto alto, de siete varas de frente por nueve de fondo, y el huerto en el que sembraba hortalizas que regaba con agua del pago de Vallejuelo. Lindaba con la mitad de la tenería de Francisco González del Puerto, la regadera de los molinos y el camino público. María Hernández de la Cruz era propietaria también de

 

otra casa tintte para teñir lanas de paños finos, que está pro indivisa con los dichos mis hijos y el dicho Bernardo Lumeras al sitio del mediano, término deste lugar, tiene su escaldero, y tiene dos calderas la una mayor que aze quatro paños, y la otra dos, linda al levante con la regadera norte con el dicho digo con el mediano y mediodía con dicho río \de frontis trece varas y de fondo ocho/.

 

En la vereda del Ambroz compartió con su cuñado Bernardo Lumeras un molino de pan de una piedra y una rueda, lindaba con la casa del tinte; una casa batán en el sitio de los Labrados, de ocho varas de frente por diecinueve de fondo, en cuyas dependencias había una rueda y una pila; y el prado de los Labrados, de una peonada de siega[67]. Algunos establecimientos fabriles albergaban un huerto. Las familias Castillo, Lumeras y Neila hicieron partición de las propiedades. Manuel Neila heredó la viga lagareña y la caldera pequeña, y Bernardo Lumeras el batán de la Solanilla con una rueda impulsada con el agua del Ambroz, los pradillos y la caldera grande.

Juan López del Castillo hijo se vio involucrado en una operación de contrabando de tabaco. Alonso Hernández y Juan del Valle compraron una partida de tabaco en Talavera de la Reina y fueron detenidos en Plasencia por un oficial de la justicia. Juan del Valle se dio a la fuga y la justicia embargó dos caballerías que pertenecían a Juan López del Castillo. El empresario apoderó a su pariente el fraile Bernardo López de Hontiveros, procurador del convento dominico de San Vicente de Plasencia, para que defendiera su inocencia en el corregimiento de Plasencia[68].

Juan López del Castillo hijo se aprovisionó de lanas en Tornavacas. Compró a Francisco Domínguez doscientas ochenta arrobas, a razón de cincuenta y cinco reales y cuartillo de vellón la arroba, que importaron quince mil cuatrocientos seis reales en 1745. El mismo precio que había concertado el bejarano Diego Hernández Medina, pero le hizo un descuento y fijó la venta en trescientos sesenta y tres reales. El precio de la lana fluctuaba constantemente. En setiembre del año siguiente, Juan López del Castillo pagó a Francisco Domínguez, diecinueve mil cuatrocientos cincuenta reales por una partida de trescientas noventa y seis arrobas y veintitrés libras y media de lana. Su apoderado Lucas García Álvarez debía entregarle la lana saneada «limpia de agujetta y cascarria». Juan López del Castillo satisfizo el dinero en paños musgos de su obrador. Le entregó seis piezas el 20 de octubre, ocho el día de pascua de Resurrección de 1747 y el resto el 20 de octubre, a veintitrés reales la vara[69].

La industria textil expandió su campo de operaciones con la construcción de nuevos establecimientos. Con licencia de la casa de Béjar, Joseph Gómez del Castillo[70] construyó en el río Ambroz, en 1750, una presa y

 

una casa batán para abatanar los paños al sitio de el Lomito que se compone de dos pisones, cajón i una rueda para el manejo de los dos pisones, los que anclan con el agua de la rivera de el lugar, tiene de frente onze baras i de fondo diez y media, linda a el lebante con dicha rivera, poniente norte mediodía con ejidos de este concejo, de el que me sirvo para abatanar los paños de la fábrica de este lugar i si lo arrendase baldría a el año ciento i zinquenta reales.

 

El Ayuntamiento facilitó al empresario cuatro hileras de castaño y robles del monte público. Una crecida del Ambroz destrozó el batán. El textil hervasense atravesaba otra de sus habituales crisis. Con permiso del duque Joaquín, el fabricante lo transformó en un molino harinero en 1753.

Los mercaderes asimilados no solo dieron hijos a la Iglesia. También se involucraron activamente con las misiones evangélicas en la difusión de la doctrina cristiana. Era el comportamiento tradicional en las familias integradas[71]. Dos hijos de Joseph Gómez del Castillo profesaban las órdenes religiosas, un capellán ordenado y el «otro relixioso jesuita este se a ido inspirado de Dios a convertir ynfieles». Fray Joseph Neila, hijo del fabricante Gerónimo Neila y María García, era religioso de la orden de Santo Domingo. El sacerdote Juan López de Hontiveros era hermano de Juan López de Hontiveros, de Josefa Sánchez[72].

En fin, Juan López del Castillo construyó la primera fábrica con dos telares de paños finos en 1716, con dispares resultados. Le sucedió su cuñado el superintendente Juan Velasco, que continuó con la política empresarial, bajo la supervisión de Francisco Muñoz Montemayor, veedor de la casa de Béjar de 1724 a 1731. Juan Cortes sentó las bases de la industria lanera, innovó en el proceso de las tinturas finas, incrementó el nivel de producción y creó puestos de trabajos. Tintoreros, tundidores y tejedores instruyeron a los hervasenses en la fabricación del paño al estilo inglés. Le sucedió en la dirección Luis Alonso Lumeras.

 

 

Hervás, junio-agosto de 2021

[1] Aldea del señorío de Béjar desde mediados del siglo XIII, propiedad de los Zúñiga desde 1396 hasta la extinción de los señoríos jurisdiccionales en la segunda década del siglo XIX.

[2]  APH [=Archivo Parroquial de Hervás], Libro de bautismos y matrimonios núm. 3, fol. 63v.

[3] ADP [=Archivo Diocesano de Plasencia], Arciprestazgo de Hervás, caja 251.

[4] En 1752, Josefa López del Castillo había enviudado y vivía con tres hijos, Josef, de 27 años, Miguel, de 20, y Josefa Quiñones, era dueña de la casa de la Plaza de la Corredera, tenía otra casa pro indivisa con Juan Manuel de Quiñones, que lindaba con la de Juan López de Hontiveros, una casa en la calle del Moral, que lindaba con la de Luis Lumeras, huertas y prados en el Orillar, Patillos [Cañadas], Cabeza y Santihervás, Archivo Histórico de Salamanca [=AHPS], Catastro de Ensenada, leg. 2954, fols. 706–718.

[5] Archivo Histórico de Cáceres [=AHPCC], Prtlos, leg. 921, «Testamento 4 febrero 1710», leg. 922, «Testamento 17 octubre 1712», y leg. 924, «Testamento 7 marzo 1724».

[6] Su hija Juana López del Castillo, viuda de Pedro Muñoz de Aguilar, distribuyó dos fanegas de pan cocido en las puertas de su casa, el 10 de setiembre de 1744, en APH, «Libro de difuntos 1729–1774», fol. 135.

[7] AHPCC, Prtlos, leg. 923, «Fundazión 29 diciembre 1717»; APH, Fundación de capellanías, fols. 418–422v; y ADP, Capellanías, cajas 431 y 441.

[8] Patrocinó el dorado del retablo del altar mayor, en 1782, pasto de las llamas por el fuego intencionado de 31 de marzo de 1936. Se conserva su lápida epigráfica con las armas de la Inquisición en el rincón de la izquierda de la capilla de la virgen de las Angustias.

[9] Plegaria de duelo que recita el primogénito judío, o la persona que está de duelo, y también en el aniversario del fallecimiento.

[10] Archivo Histórico Nacional [=AHN], Inquisición, libro 640, 6 octubre 1693, y libro 640, 14 junio 1695.

[11] AMH, Actas municipales 1718, fols. 31–32.

[12] Archivo Municipal de Hervás [=AMH], leg. 594, carp. 5; y Archivo Histórico de Madrid [=AHM], leg. 15360, fol. 86.

[13] AHN, Osuna, C. 267, D. 126, fol. 9v.

[14] AMH, Actas municipales 1716, fols. 5–8v y 20, y Actas municipales 1717, fol. 9.

[15] AHPCC, Prtlos., leg. 923, Obligación 29 agosto y 15 diciembre 1718.

[16] AMH, Actas municipales 1717, fols. 9 y 23v–24.

[17] AMH, Actas municipales 1718, fols. 5–9 y 15.

[18] AHN, Osuna, C. 259, D. 175, fol. 9.

[19] AMH, Actas municipales 1718, fol. 24.

[20] AHN, Osuna, C. 258, D. 54, fols. 4–5; editado por MARTÍN LÁZARO, Antonio, «La fábrica de paños de Béjar (Documentos para su historia)», Béjar en Madrid [=BM], X, núm. 221, 30 enero 1926, p. 20. Es un folleto impreso. He respetado la grafía.

[21] El paño berbís se elaboraba con lanas de cardado e hilado corriente.

[22] AMH, Actas municipales 1718, fols. 5–15 y 29; y AHPCC, leg. 923, Compañía, 10 junio 1720; y Carta de obligación, 1 diciembre 1720.

[23]  ROS MASSANA, Rosa, «Migraciones artesanas, política señorial y cambios en la especialización productiva en la industria lanera de Béjar, 1691–1782», Studia Historica. Historia Moderna, 14, 1996, pp. 191–205.

[24] AHPCC, Prtlos, leg. 923, s. f.; y Archivo de la Villa de Madrid, Secretaría, Sección 2, leg. 242, núm. 1; ROS MASSANA, Rosa, La industria textil lanera de Béjar (16801850). La formación de un enclave industrial, Junta de Castilla y León, Valladolid 1999, pp.164–169.

[25] AHM, leg. 15512, fols. 15–16, «Poder para obligar en 3 de Abril de 1722»; y AHPCC, Prtlos, leg. 923, «Poder 3 de Abril de 1722», leg. 924, «Poder diciembre 1723», y «Obligazión 17 setiembre 1724».

[26] AHN, Osuna, C. 267, D. 130, fols. 2–3v.

[27] AHPCC, Prtlos, leg. 925, «Obligazión 12 henero 1728».

[28] AHN, Osuna, C. 259, D. 178, fols. 3–25; edit. MARTÍN LÁZARO, «La fábrica de paños de Béjar», BM, X, núm. 225, 27 febrero 1926, pp. 23–24.

[29] ROS MASSANA, Rosa, La industria lanera de Béjar a mediados del siglo XVIII, Salamanca: Centro de Estudios Salmantinos, 1993, pp. 59–64; y BUENO AGUADO, Cristino, Del obrador a la fábrica. Vicisitudes de los centros textiles no catalanes: Béjar, Alcoy, Segovia, Cuenca y Guadalajara, Béjar 1973, que no lo he consultado.

[30] AHN, Osuna, C. 259, D. 186, fols. 2–3v.

[31] AMH, Actas municipales 1729, fols. 11–13.

[32] Véanse las consecuencias de la polarización política, económica y social en mi artículo, «Los ecos de La Gloriosa bejarana en el norte de Extremadura», La Revolución de 1868 en Béjar, Actas de las Jornadas Universitarias celebradas en Béjar, 26–28 de septiembre de 2018, Salamanca 2020, pp. 85–120.

[33] AHN, Osuna, C. 264, D. 132.

[34] AMH, Actas municipales 1731, fols. 14–14v.

[35] AMH, Actas municipales 1731, fols. 32–32v.

[36] AHN, Osuna, C. 267, D. 133, el documento original quedó en poder del inglés. MUÑOZ GARCÍA, Juan, «El Duque de Béjar, Don Juan Manuel II fundó la fábrica de Paños de Béjar», RFFH, 1954, pp. 16–19, atribuyó erróneamente a Juan Cortés la construcción de la primera fábrica.

[37] AHPCC, Prtlos, leg. 926, «Carta de pago septiembre 1732».

[38] La fábrica textil de Béjar producía paños finos de dos suertes, que se distinguían por el número de hilos. El de primera suerte comprendía a partir del 30eno, y el de segunda, el 26eno y el 28eno.

[39] AHPCC, Prtlos, leg. 926, «Carta de pago septiembre 1732».

[40] AHN, Osuna, C. 258, edit. MARTÍN LÁZARO, Antonio, «La fábrica de paños de Béjar», BM, X, núms. 231 y 232, 10 y 17 de abril 1926, p. 30; he añadido algunas comas.

[41] AHN, Osuna, C. 267, D. 136, fols. 6–8v; AMH, Actas municipales 1733, fols. 8–10v; y AHPCC, Prtlos, leg. 926, «Obligación y fianza 23 mayo 1734».

[42] AMH, Actas municipales 1730, fols. 19–20v.

[43] AHPCC, Prtlos, leg. 926, «Testamento 9 mayo 1734».

[44] AHN, Osuna, C. 267, D. 146–151, fols. 4–12; y D. 152, fol. 2.

[45] AHN, Osuna, C. 267, D. 145, fols. 2–2v.

[46] Luis Alonso Lumeras, hijo de Domingo Alonso Lumeras y Cristina, de Astorga, casó con Josefa Muñoz Sánchez, hija de Francisco Muñoz Amador (los Amador procedían de Béjar) y Catalina Sánchez, el 3 de octubre de 1720.  Francisco Muñoz de Amador, hijo de Ana Sánchez y Juan Muñoz Amador, y nieto de Juan Muñoz Amador y Ana Sánchez Pulido, casó el 12 de octubre de 1692 con Catalina Sánchez, hija de Ángela Sánchez y Francisco Gómez. Las genealogías proceden de los libros de bautismo y matrimonio del Archivo Parroquial de Hervás. Mi agradecimiento al ex párroco don Francisco González y al actual don Ismael Pastor González.

[47] AHPCC, Prtlos, leg. 927, «20 agosto 1735»; y AHN, Osuna, C. 267, D. 141, fols. 8–10.

[48] AHN, Osuna, C. 267, D. 138–144, fols. 2–11.

[49] AHN, Osuna, C. 258; cit. MARTÍN LÁZARO, «La fábrica de paños de Béjar», BM, X, núm. 231, 10 abril 1926, p. 30.

[50] AHPCC, Prtlos, leg. 927, «Obligazión 21 septiembre 1735», y «Poder 19 mayo 1735».

[51] AMH, Actas municipales 1735, fols. 37–37v.

AHPCC, Prtlos, leg. 927, «Fianza 20 agosto 1735», «Combenio 27 octubre 1736», y leg. 928, «Obligazión 26 octubre 1737».

[52] AHPCC, Prtlos, leg. 927, «Compañía 24 julio 1737», y leg. 930, «Fianza 20 marzo 1740».

[53] Hijo de Gerónimo García Colmenar y de María López (nieto de Juan Martín Santos y de María del Villar, su segunda mujer), casó el 6 de febrero de 1752 con Ana Sánchez, hija de José Pulido y María del Castillo.

[54] AHPCC, Prtlos, leg. 930, «Fianza 20 marzo 1740», y «Obligazión 15 julio 1742».

[55] AHN, Osuna, C. 267, D. 157, fols. 2–3v; y AHPS, Catastro de Ensenada, leg. 2954, fol. 579.

[56] AHPCC, Prtlos, leg. 928, «Compañía, 6 y 16 enero 1737», y «Compañía 22 julio 1738».

[57] AHPCC, Prtlos, leg. 927, «Recivo, 24 octubre 1737».

[58] AHPCC, Prtlos, leg. 931, «Ventta 24 henero 1743».

[59] Memorias políticas y económicas sobre los frutos, comercios, fábricas y minas de España, XXXV, Madrid 1785, pp. 90–93; un breve resumen en NEILA GÓMEZ, Joaquín, GÓMEZ GARCÍA, Carlos Javier, LUMERAS AMADOR, Javier, y ANTÚNEZ GARCÍA, Teresa, «Historia del tejido en Hervás», Revista de Ferias y Fiestas de Hervás [=RFFH] 1981.

[60] Árbol de las leguminosas cuya madera es el palo de brasil, de color encarnado, que se utilizaba para el afeite.

[61] El palo de campeche, haematoxylum campechianum, es un árbol de la familia de las leguminosas utilizado en la fabricación del tinte negro.

[62] Hijo de Francisco Gómez Arias (nieto de Gaspar Gómez Arias y de Catalina Muñoz) y de Catalina Gómez o Sánchez, casó el 25 de setiembre de 1700 con Ana Gil, de Diego Gil y Catalina Sacristán, de Villamayor.

[63] AHPCC, Prtlos, leg. 931, «Poder 25 noviembre 1744».

[64] En 1743, el duque de Béjar estableció la alcabala del paño en el cuatro por ciento, en AHN, Osuna, C. 259, D. 186, fols. 2–3v.

[65] AHPCC, Prtlos, leg. 931, «19 Diziembre [1745]».

[66] AHPS, Catastro de Ensenada, leg. 2954, fols. 135–137; y AHPCC, Prtlos, leg. 933, «Combenio 12 noviembre 1756», fol. 138.

[67] AHPS, Catastro de Ensenada, leg. 2954, fols. 847–852.

[68] AHPCC, Prtlos, leg. 925, «Poder 1731».

[69] AHPCC, Prtlos, leg. 931, Tenería 19 diciembre 1745, «Obligazión 24 agosto 1745», y «Obligazión 3 agosto 1746».

[70] Hijo de Diego Gómez del Castillo (nieto de Pedro Gómez y María García) y María Sánchez (hija de María la Buchana y Alonso García), casó el 26 de enero de 1716 con Manuela González del Castillo, hija de Teresa González del Castillo (y nieta de Alonso Sánchez Cano y María González del Castillo) y Andrés Sánchez (hijo de Martín Sánchez y Catalina Rodríguez).

[71] AMH, Actas municipales 1750, fol. 9, y 1751, fol. 10; y AHN, Osuna, C. 267, D. 166–168, fols. 5–7.

[72] APH, Libro de difuntos, 1729–1774, fols. 255 y 268.

Ene 042018
 

Marciano Martín Manuel[1]

 

INTROITO

Para José Sánchez-Matas González[2], «en marzo de 1936 los rojos quemaron el altar mayor de la parroquia de Santa María». Ventura Ginarte González también se hizo eco de «la quema del altar de Santa María en la parroquia de la iglesia y la desaparición del sagrario»[3]. Francisco Moriche Mateos ha publicado una nueva versión procedente de las fuentes orales[4]:

 

Por un lado, vecinos de derechas afirman que varios jóvenes izquierdistas, ayudados por uno de ellos que había sido monaguillo y conocía la forma de acceder al recinto con la puerta principal cerrada, prendieron fuego dentro del templo, robaron el sagrario con el cáliz sacramental, se marcharon por donde habían entrado y bebieron vino con el cáliz en alguna taberna del pueblo.

La otra versión, sostenida por vecinos de izquierdas, dice que varios derechistas obligaron bajo amenazas a algunos jóvenes a iniciar el incendio, para conseguir, culpando de ello a simpatizantes del Frente Popular, provocar una radicalización de los enfrentamientos entre ambos bandos.

Carecemos de pruebas definitivas para afirmar o descartar una u otra versión del suceso. En cualquier caso, anotamos que es la primera de ellas la más difundida, aunque varios vecinos consultados respaldan la segunda, basándose en conversaciones mantenidas en su momento con algunos de los izquierdistas acusados de incendio, como el apodado Canore, y alguna charla lejana en el tiempo con Tío Castilla, dueño de la taberna donde presuntamente se bebió vino con el cáliz robado y que negó tajantemente tal hecho. También para respaldar esta segunda versión se alude a la confesión supuestamente realizada por el vecino Tomás Chinín antes de morir, en el sentido de que él mismo y otros jóvenes fueron obligados a confesarse a sí mismos y acusar a otros de la responsabilidad del incendio. Significativo en extremo resulta también el hecho de que el cáliz robado finalmente apareciese, tiempo después, en manos de uno de los más significados personajes del régimen franquista en Hervás.

 

¿Cómo era la situación política y social en la Hervás republicana de 1936? ¿Y qué nos revelan las fuentes documentales de archivo sobre el controvertido incendio?

 

LA ENSEÑANZA LAICA Y RELIGIOSA

El Frente Popular [FP] controló el ayuntamiento tras las elecciones a Cortes del 16 de febrero de 1936. No obstante, Eduardo Silva Gregorio, de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), de Gil Robles, fue el candidato más votado, con 1194 sufragios. José Giral Pereira, de Unión Republicana, obtuvo 766[5]. El gobernador civil del FP, Miguel Canales, repuso a los cuatro concejales de izquierdas que habían sido depurados por el gobernador radical Miguel Ferrero Pardo en 1934. No obstante, al hilo de la política caciquil de su predecesor, el gobernador del FP destituyó a los cinco concejales de derechas elegidos en las elecciones municipales de 1931: Matías Álvarez Benavides (Republicano Independiente), Vicente Cid Gómez–Rodulfo y Quintín Hernández Martín (Liga Agraria), Primitivo Martín Sánchez y Tomás Sánchez Hoyos (Radical). Y designó concejales interinos a Patricio Ferreira Mártil, Anastasio Martín Marín y Julio González Muñoz (Izquierda Republicana) y los socialistas Luis García Holgado, presidente de la Agrupación, Eustaquio Oliva Cerro, Guillermo Herrero Herrero y Adrián Pérez Castellano. Ángel Barrios Pérez recuperó la alcaldía que había obtenido en las elecciones de 1931.

La coalición republicana del FP abordó el tema de la enseñanza laica, gratuita y obligatoria, como había prometido Luis García Holgado al electorado en el mitin del 5 de febrero[6]; ratificó el acuerdo de construcción del grupo escolar, constaría de doce aulas, seis para niños y seis para niñas, un comedor escolar, casa del conserje, inspección médico y museo[7]; y concertó la adquisición de un solar a Benedicto Hernández Herrero, en la Plaza de González Fiori, tasado en doce mil pesetas.

La coalición republicana y socialista había retirado los símbolos religiosos de las escuelas públicas, secularizado el cementerio municipal e inhabilitado el movimiento católico del Círculo Tradicionalista, en 1932[8]. Las calles eran un hervidero de rumores. Al sacerdote Benito Herrero le habían llegado noticias de la inminente clausura de la Escuela Dominical por el FP. El director espiritual se anticipó a los hechos y cursó una epístola al teniente de alcalde, Luis García Holgado, el día 5, del siguiente tenor:

 

Sr. Don Luis Garcia Holgado.

Presente: Muy Sr. mío: Han llegado a mis rumores de que Vd. trabaja para impedir el funcionamiento de la Escuela Dominical, creyendo «sin duda mal informado» que estamos fuera de la Ley.

Yo siempre [he sido] respetuoso con la Autoridad y obediente a las Leyes, jamás he trabajado ni me he desenvuelto al margen de la Ley.

Las Escuelas Dominicales, dicho por los Inspectores no están sujetas a las Leyes del Magisterio, puesto que se trata de dos horas cada semana. Además, yo entiendo que toda Asociación dentro de sus respectivos locales, puede dedicarse a instruir a sus asociados, proporcionarles algún recreo etc; y creo que Vd. sabrá que estamos aprobados por el Gobierno Civil, y por consiguiente dentro de la Ley de Asociaciones.

Además, para mayor garantía, sepa Vd. que tenemos de directora de nuestra Asociación a Doña Julia Comendador que es Maestra Nacional, retirada en su casa. Y en fin que dicho local es de propiedad particular como la casa que Vd. habita.

Perdone que me haya anticipado a darle estos datos para que proceda en todo con conocimiento de causa. Si a pesar de todo se nos atropella, esperaremos tranquilamente y nos defenderemos con todos los medios legales. De Vd. attento.- Benito Herrero. Rubricado.

 

Luis García Holgado, zaherido por el tono acre del director espiritual, expidió una misiva al gobernador civil de Cáceres, con una copia de la carta, en la que le informaba[9]:

 

Excmo Sr.

En esta localidad, funciona, una llamada «Escuela Dominical» que regenta o dirije un sacerdote, tratandose de darlo viso de legalidad, con la adscrición a ese funcionamiento de una Maestra Nacional, sin ejercicio. El funcionamiento de esa Escuela Dominical, en el aspecto cultural, como todas las de su clase es nulo. En el aspecto político–social, máxime en esta nueva etapa del rescate de la República, es ocasión y sitio de reunión donde estravaxandose de la función peculiar que debiera tener, se alienta el deseo de fracaso de los nuevos rumbos del régimen, dando ocasión a discusiones dentro y fuera del recinto que ocupa que producen desasosiego público.

A probar ello de manera indubitada y con toda la prudencia y eficacia, que la experiencia pasada indica observar a toda Autoridad Gubernativa, se encaminaba el que informa y he ahí que la desaprensiva conducta del Director o pretendido Director, de ese Centro de reunión, nos da la certidumbre de lo que es en si, dirigiendose a esta Alcaldia en la carta adjunta, cuyo contesto descubre harto claramente, el fin de ese Centro Dominical.

Por lo consignado que es cierto, y la actitud de reto, de esa cominicación epistolar que se me ha dirigido, me hace estimar de urgente necesidad y asi se lo ruego y encomiendo a V. E. de que tal Centro que no cumple ninguna misión social útil, sino de aliento cierto a la reacción sea clausurado siquiera provisionalmente, hasta que comprobados cuantos extremos sean precisos se decrete la clausura definitiva.

Asi lo espera merecer de V. E. en bien de la tranquilidad pública y régimen Republicano.

 

La Constitución de 1931 consideró a las confesiones religiosas como asociaciones, vetó el ejercicio de la enseñanza a las comunidades religiosas y la disolución de las instituciones que, a tenor de sus actividades, constituyesen un peligro para la seguridad del Estado. Juventud Católica, rama femenina y masculina, había tramitado los requisitos necesarios en el gobierno civil para funcionar como asociación, en mayo de 1933[10].

En los plenos municipales de los días 11 y 18 de marzo, el alcalde Ángel Barrios abordó el tema de la escuela laica y la supresión de la enseñanza por las órdenes religiosas. En su opinión resultaba «verdaderamente lamentable que en un régimen republicano, y en los cuatro años de vigencia de nuestra ley fundamental, no hayan sido cumplidos totalmente precepto de tanta importancia como el laicismo en la enseñanza pública y sigan por este motivo recibiendo enseñanza religiosa en colegios, niños y niñas pertenecientes a un Estado laico». Se refería al colegio de monjas josefinas trinitarias que levantaba sus muros en el número 11 de la calle Centiñera. Ángel Barrios moraba en el número 14, con su compañera Encarnación Gómez Pérez, 37 años, y su hermana soltera Dolores Barrios Pérez, 37 años. El alcalde socialista consideró que había que abordar con la mayor diligencia posible «la creación de dos escuelas de párvulos, una para niñas y otra para niños, con objeto de que reciban en ellas la enseñanza laica los niños que hasta ahora asisten a colegios religiosos»[11].

Entre tanto, Luis García Holgado estimó que las reuniones de Acción Católica en la Escuela Dominical eran una tapadera para conspirar contra la paz y el orden de la República, por lo que decidió, a tenor del artículo 26 de la Constitución, candar las puertas al centro católico. La alcaldía solicitó la clausura al gobernador civil, el día 17 de marzo[12]:

 

Negociado: Orden publico.

En esta localidad vienen funcionando las Asociaciones denominada «Juventud Católica Femenina» y «Juventud Católica Masculina» en el Edificio llamado de la Escuela Dominical, Plaza de Don Faustino Castellano, desplegando sus Directivos y afiliados una actividad o actuacion provocativa, celebrando reuniones clandestinas, admitiendo a elementos extraños a la misma, con los que se confabulan, propalando rumores en desprestigio del régimen que al trascender al publico producen protextas, acaecidas con reiteracion.

El jueves ultimo dia 12 de marzo fue sorprendida por los Agentes de mi autoridad y Teniente de la Guardia Civil una de tales reuniones clandestinas encontrando en el local de la Juventud Católica Femenina sobre 50 mujeres y menores de edad, contestando a la indagatoria de los Agentes con evasivas y manifestando que seguirian haciendo las reuniones.

Esta Alcaldía ve manifiesto peligro para el sosiego publico, en la continuacion del funcionamiento de esas Asociaciones, porque no solamente concurren diaria y frecuentemente los afiliados a las mismas si no que también lo hacen los tradicionalistas y fascistas de la localidad, resultando un centro de expansion de la reaccion.

Entiende pues, que procede y seria una medida saludable para la tranquilidad publica la clausura de esos Centros, por las causas apuntadas.

Le saluda atentamente. Hervas 17 de Marzo de 1936.

 

Juventud Católica masculina no se quedó de brazos cruzados. Ese mismo día, a las siete y media de la tarde, el jefe interino de la guardia municipal, Marino Colmenar Castellano, vicepresidente de la Agrupación Socialista, tuvo que «disolver varios grupos que habían formado los individuos de la Juventud Católica en la Plaza de los Capitanes Galán y García Hernández [Plaza de la Corredera], con el propósito de impedir la clausura de la Escuela Dominical, ocurriendo algunos incidentes los cuales fueron resueltos sin novedad». El inspector de la zona de Primera Enseñanza, Eduardo Málaga, vecino de La Granja, dio fe de «la irregularidad en el funcionamiento de la Escuela Dominical», -no señaló en qué consistía la irregularidad-, y tramitó la orden de clausura al gobernador civil. Las mujeres obreras y sirvientas católicas recibirían la enseñanza laica y gratuita «en las escuelas nacionales por las maestras nacionales de aquella villa»[13], que se habían ofrecido voluntarias, a propuesta del consejo local de Primera Enseñanza[14].

A las 19,30 de la tarde del día 23 de marzo, el cabo Florencio Pizarro y los guardias municipales Maximino Rubio, José Fraile, Julián Calderas, Emilio Muñoz y Alejandro Salgado entraron en la Escuela Dominical, por la calle de la Fábrica [Plazuela de Hernán Cortés] número 33, y procedieron «al reconocimiento y clausura de dicho centro en virtud de orden del alcalde de esta villa don Ángel Barrios Pérez, el que se llevó a efecto dando por resultado negativo». El sacerdote Benito Herrero confesó a Ventura Ginarte González[15] que los policías municipales «registraron la Escuela Dominical, y me quisieron llevar a la cárcel, pero no encontraron razones». Los agentes del orden público precintaron la puerta con «unas tiras de papel en cuyos extremos quedan estampados la firma del cabo Florencio Pizarro, quedando clausurada en la misma forma la puerta de entrada que tiene referido local por la Plaza de D. Faustino Castellano número treinta y cinco». Firmaron el enterado, el cabo Florencio, los presidentes de los centros de Juventud Católica, Flora Muñoz y Conrado Hernández, y los testigos Antonio Romero Sánchez y Fulgencio González Majadas[16]. La coalición del FP barrió de la vida republicana la labor docente de la Escuela Dominical, en consonancia con el programa laicista del ayuntamiento y la Constitución republicana, pero también barrió la actividad cultural del centro, autorizada por las leyes.

Parafraseando a Gerald Brenan, el laberinto republicano hervasense se desarrolló en una atmósfera de enfrentamiento ideológico y crispación social, con un sinfín de problemas, como la oleada anticlerical de la izquierda contra los movimientos sociales de la iglesia católica, con el telón de fondo de la enseñanza laica; el control por los socialistas de las redes clientelares sindicales de la Casa del Pueblo; el desencanto del movimiento anarcosindicalista con la UGT, impaciente por consumar una revolución social y una reforma agraria que nunca llegarían; y las vendettas laborales de los patronos–concejales de derechas que no estaban dispuestos a transigir con un reparto más equilibrado en los beneficios del capital. El desconocimiento por los patronos–concejales del espíritu solidario del movimiento obrero y de sus justas reivindicaciones salariales, les llevó a la convicción de que los trabajadores eran unos rojos asalariados al servicio de Moscú. Y, a su vez, la fobia acendrada del proletariado hacia los patronos–concejales de las fábricas textiles y del mueble les llevó al convencimiento de que eran fascistas.

Eran las dos orillas de la Hervás republicana del treinta y seis: el carca y el rojo.

En este intrincado laberinto de pasiones sociales y pulsiones ideológicas, el altar mayor de la iglesia parroquial de Santa María de Aguas Vivas fue pasto de las llamas en la noche del domingo de Ramos de 29 al lunes 30 de marzo, inicio de la semana santa.

 

SUMARIO NÚMERO 43 DE 1936 POR INCENDIO

El lunes día 30 de marzo, el alcalde socialista Ángel Barrios cursó un telegrama al gobernador civil de la provincia, a las 12 de la mañana, con una noticia escueta del incendio:

 

Participo a V. E. según me comunica sereno municipal noche pasada sobre 12,30 observo incendio en Iglesia Santa María siendo extinguido vecindario hubo necesidad destruir altar mayor para evitar propagacion le saluda.

 

Una hora después, el teniente de línea Román Muñoz Muñoz le comunicó el suceso del siniestro y la sustracción del dinero de los cepillos limosneros:

 

Noche ultima sobre una madrugada fue advertido por un sereno municipal incendio Iglesia Santa Maria esta localidad acudiendo vecindario en masa que consiguio con fuerza y autoridades extinguir fuego no quemandose más que altar mayor y sin menor daño resto altares e iglesia se supone que fuego sea intencionado y se inicio detrás dicho altar mayor ignorándose forma practicado gestiones union Juzgado apareciendo después violentados los cepillos Iglesia no ocurrieron incidentes y existe tranquilidad correo detalles.

 

Como anunció en su telegrama, el teniente Román Muñoz envió el atestado de los hechos por correo, ampliando el resultado de las investigaciones[17]:

 

Como ampliación a mi telegrama de hoy sobre incendio en la Iglesia de Santa María de esta localidad, ocurrido en la noche última, tengo el honor de participar a V. E. que poco antes de la una de la madrugada, advirtió el sereno municipal Francisco Flóres Gómez dicho incendio e inmediatamente lo comunicó a sus compañeros, dando la voz de alarma; presentándose con toda rapidez el Oficial que suscribe con la fuerza de esta residencia, autoridades locales y numeroso vecindario, principalmente de la clase obrera, que trabajó con gran decisión y sin reparar en peligros, dirigidos por el que suscribe y demás autoridades, consiguiendo que a las tres de la madrugada quedara completamente sofocado el siniestro y que éste se redujera al altar mayor, sin que sufrieran el menor daño, ni el resto de la Iglesia, ni los demás altares existentes en ella, sin desgracias ni incidentes personales.

El siniestro se inició detrás de dicho altar mayor, no advirtiéndose indicio alguno de que se haya producido con ningún líquido ni materia inflamable, como lo demuestra el hecho de que unas columnas que había en la parte anterior del altar, no han sufrido los efectos del fuego, aunque tuvieron que tirarse al suelo para evitar se propagara a ellos el incendio de la parte posterior, suponiéndose que de haberse empleado gasolina u otro combustible incendiario, dichas columnas hubieran también ardido.

Hasta la fecha, no se ha podido esclarecer si el fuego ha sido casual ó intencionado y en este caso, quien o quienes hayan podido producirlo, pues ni en las puertas del templo, ventanas, tejados ni paredes, existe señal alguna de violencia, aunque se sospecha sea intencionado, por haberse iniciado por detrás del altar mayor, donde según referencia del Cura Párroco, no había luces ni corriente eléctrica y sí solo una lamparilla de aceite delante del lado derecho del altar, que no se cree produjera el fuego, pero que de haberlo producido casualmente, hubiera prendido primero en la parte de delante del altar y no en la de detrás.

A pesar de no existir las señales de violencia aludidas, a última hora de la madrugada manifestó el Párroco D. José Rodríguez Trinidad, que una hermana suya que habita en su compañía y fué de las primeras personas que acudieron al fuego, había observado que la puerta de la sacristía que dá a unos corrales y comunica con el templo, estaba abierta cuando ella llegó, extremo éste que no se ha confirmado, pues los serenos y otros vecinos que llegaron los primeros y abrieron la puerta principal de la Iglésia, no advirtieron que estuviera abierta la de la sacristía, ni tampoco saben que dicha Señora, que fué al templo en unión de ellos, hallara abierta la puerta de referencia, la cual tiene un pequeño cerrojo que se cierra por dentro, habiéndose comprobado que si ese cerrojo hubiera estado bien echado, no es posible abrir la puerta sin violencia, cuya violencia no se advierte en lo más mínimo; y solo se explicaría que la puerta habia sido abierta por fuera, en el caso de que el cerrojo se dejara sin echar ó se hiciera deficientemente.

De madrugada y después de sofocado totalmente el fuego, se advirtió que dos cepillos limosneros del templo, cerrados con candados pequeños, estaban violentados, pareciendo que los candados se habian hecho saltar con un crucifijo de metal de uno de los altares y cuyo crucifijo estaba doblado, pero en dichos cepillos no habia cantidad alguna y se cree que fueron violentados cuando la Iglésia estaba invadida por los que acudían al siniestro.

También manifiesta dicho Párroco que no ha sido hallado el copón del altar siniestrado, que es de plata lisa valorado en unas cien pesetas aproximadamente, ignorando si con el fuego ha podido derretirse o desaparecido entre los escombros del altar, ó ha sido sustraido.

Tanto por el que suscribe, como por la fuerza a sus órdenes, de acuerdo y en cooperación con el Juzgado de Instrucción, que instruye diligencias, Alcalde y demás autoridades, se practican activas gestiones para el esclarecimiento del hecho, que apasiona los ánimos de este vecindario divididos con encono por cuestiones políticas y sociales y que mutuamente se achacan la culpabilidad de lo ocurrido, sin aportar dato ni indicio alguno conducente a su esclarecimiento; siguiéndose por toda la fuerza dichas gestiones, de cuyo resultado, caso de ser favorable, daría cuenta inmediata a su respetable autoridad; siendo el estado de ánimo del vecindario algo excitado, aunque hasta la fecha existe tranquilidad.

 

A su vez, el gobernador civil informó del siniestro al ministro de Gobernación, Amós Salvador Carreras[18]:

 

Alcalde de Hervás con esta fecha me telegrafía lo siguiente. Participo a VE según me comunica sereno municipal en la noche pasada sobre 12,30 y 1 observó incendio en Iglesia Santa María de esta Villa siendo extinguido por vecindario. Resultó quemado altar mayor y resto iglesia y altares menor daño. No hubo incidentes de ninguna clase y la tranquilidad es completa. Lo traslado VE su conocimiento y a fin de que se sirva informarme sobre el particular. Le saluda.

 

Y le envió una copia del oficio del teniente de la Guardia Civil, el 1 de abril. Victoriano Cazás Herrero, juez municipal y sustituto del juez de Primera Instancia e Instrucción del partido de Hervás durante su ausencia, pidió al alcalde socialista, el 30 de marzo, que dos agentes municipales acompañasen al sargento de la guardia civil, Ángel Vaz–Romero, «para llevar a cabo un minucioso registro en los escombros que han quedado del altar y retablo mayor siniestrados en el templo de Santa María de Aguas Vivas, a fin de hallar y ocupar el copón o restos del mismo que se guardaba en el sagrario del altar aludido». Se acababa de incoar el sumario número 43 de 1936 por incendio de la iglesia parroquial de Santa María.

Mientras el juez instructor se aplicaba en las diligencias sumariales, la maestra María Dolores Jiménez Pulido entraba en el retrete de las escuelas nacionales, hoy Hospedería «Valle del Ambroz», y se encontró con una inscripción en la pared escrita a dos manos. El primer rótulo, redactado con lápiz color grosella, decía: «Viva Acción Popular». El segundo, con lápiz color encarnado, añadía: «Y muera doña Lola que es una tía puta». Acción Popular estaba vinculada al Partido Regional Agrario, el partido de los terratenientes, la burguesía y el ejército. Tras el alzamiento militar de 1936, Acción Popular y los agrarios nutrieron las filas de Falange.

La maestra María Dolores Jiménez formaba parte del grupo pedagógico progresista inspirado en la Institución Libre de Enseñanza como instrumento de transformación educativo de la sociedad, cuya metodología no era del aprecio de la derecha católica. El jefe de orden público Marino Colmenar realizó pruebas caligráficas a «varios niños y niñas de distintas escuelas teniendo la sospecha de que pudieran ser uno de los niños de la escuela de don Emiliano Rodríguez». Las autoridades municipales y educativas encontraron similitudes con la caligrafía de Publio Vega Hernández, de doce años, y de Antonio Cano Santos, de catorce, que negaron la autoría. El niño Juan Colmenar informó al sargento Ángel Vaz que había prestado un lápiz encarnado a Publio, similar al de la inscripción. La maestra Aurelia Rodríguez, de ideología conservadora, tenía un lápiz color grosella, «que es de suponer que utilizaron los niños, sin su consentimiento, en dichas inscripciones». El consejo local escolar pidió a las autoridades municipales que abriera una investigación[19].

El sábado día 4, el alcalde accidental Luis García Holgado notificó a don Hipólito Prieto Pérez, párroco de San Juan Bautista, la circular número 1269 del gobernador civil Miguel Canales, que prohibía taxativamente celebrar las procesiones de semana santa en todos los pueblos de la provincia de Cáceres[20].

El domingo día 5 se había producido una reyerta en el exterior de la taberna de Cirilo García entre las familias Majada y Joaquín Lomo, jornalero de la UGT. Cuatro personas resultaron heridas con armas blancas. Los tres informes oficiales redactados por personas de diferentes ideologías políticas nos ofrecen su visión particular de los hechos, que expongo para que cada cual, acorde con su conciencia, o su ideología, pueda formular el veredicto de su historia. Son las miradas poliédricas del laberinto republicano hervasense.

El teniente de línea Román Muñoz Muñoz, trabajador infatigable al servicio de la república española, y no de los intereses de los partidos políticos y los sindicatos, envió un informe detallado al gobernador civil[21]:

 

Como a las 21 horas de la noche ultima, fue requerido por el Jefe de la Policia Municipal de esta Villa, el auxilio de la fuerza porque a consecuencia de una reyerta ocurrida momentos antes entre varios individuos, de la que habian resultado 6 heridos, estaban los ánimos del vecindario bastante excitados y pudieran surgir nuevas cuestiones.

Seguidamente, salió el Oficial que suscribe con el Sargento Comandante del Puesto de esta Cabecera D. Angel Vaz Romero Mateos y una pareja del mismo, que en unión del Alcalde y Agentes Municipales lograron disolver los grupos, sin que ocurrieran nuevos incidentes; y auxiliaron al Juzgado de Instrucción, que tambien se presentó prontamente, y que comenzó a instruir las correspondientes diligencias; de cuya reyerta resultaron los heridos siguientes:

Gregorio Majada Gómez, de 23 años, herida incisa en región torácica posterior derecha, penetrante en el tórax, grave.

Pedro Majada Gómez, de 19 años, hermano del anterior, herida incisa en la región escrotal izquierda, pronóstico reservado.

Joaquín Lomo Garcia, de 26 años, herida incisa en región infra–umbical, pronóstico reservado.

Julián Calzado Barbero, de 36 años, herida incisa, en región glútea derecha, leve.

Cándido Majadas Sánchez, padre de los dos primeros, erosiones y contusiones en la región torácica lateral derecha y lateral del cuello, leve.

Catalina Gómez, esposa del anterior, contusión en región torácica lateral izquierda, leve.

Las heridas de los 4 primeros todas de arma blanca, y las de los ultimos de golpes; y como los tres primeros se consideran los principales autores y culpables de lo sucedido, quedaron detenidos en sus respectivos domicilios a disposición del Sr. Juez de Instrucción.

La reyerta tuvo lugar sobre las 20,30 horas, en la calle «Relator González» de esta localidad; y de las averiguaciones practicadas por la fuerza, resulta que a dicha hora se hallaban en la taberna de Cirilo Garcia, entre otros, un grupo formado por los vecinos Joaquín Lomo García (a) Cancho, Francisco Barros Valle, Abilio Gonzalez y Cipriano Sanchez y otro grupo que formaban Cándido Majada Sanchez con dos de sus hijos llamados Gregorio y Pedro Majada Gómez; ambos grupos de distinta filiación política y con resentimientos anteriores por parte del apodado «Cancho» y la familia del Cándido Majada, derivados de sus diferencias políticas, sin que en la taberna, cuyo dueño es de filiación derechista, como así mismo el Cándido Majada e hijos, tuvieran discusión ni mediara palabra alguna, saliendo primeramente de la misma, el apodado «Cancho» con sus compañeros, haciéndolo después los dos hijos del Cándido Majada, que se encontraron próximo a la puerta de la taberna al Joaquín Lomo Garcia (a) Cancho y otro mas; y sin que haya podido aclararse de quien partió la agresión, pues los hijos del Cándido dicen que fue del apodado «Cancho» y éste asegura con sus acompañantes que la agresión partió de los anteriores, el resultado es que el Joaquín Lomo y los dos hijos de Cándido se agredieron mutuamente, resultando los tres con las heridas al principio expresadas, culpándose de ellas, los hermanos Majada, al Joaquín Lomo y éste de la que él padece, al Gregorio Majada, extremos que los tres niegan.

Inmediatamente de iniciarse la reyerta, se aglomeraron multitud de personas, principalmente de los concurrentes a otros establecimientos de bebidas próximos al lugar de la ocurrencia, que en vez de apaciguar los ánimos, los excitaban mas, guiados por rivalidades políticas, originándose una riña tumultuaria, de la que resultaron heridos el citado Cándido Majada y su esposa que acudieron en auxilio de sus hijos y además otro vecino llamado Julián Calzado Barbero, los tres con las heridas antes referidas, sin que este último tomara parte en la reyerta al principio mencionada, ni se hallar presente, sinó que acudió al advertir el tumulto y afirma que ignora quién pudo herirle, pues a poco de llegar al sitio del suceso, se dirigieron a él sus convecinos Abilio Gonzalez y Cipriano Sanchez, con otros que no recuerda quienes le dijeron «a la cárcel» y estando en discusión con ellos, fué cuando le hirieron por la espalda; negando aquellos que ellos le dijeran fuera a la carcel, ni que discutieran con él, así como que sepan quien le produjera la herida leve que padece.

En cuanto a las armas blancas con que se han producido las lesiones, no han podido ser intervenidas, pues los heridos que aparecen culpables, no tenían ninguna en su poder y niegan haber sido ellos los autores de las que sufren sus contrarios; y del oportuno reconocimiento hecho en el sitio del suceso, no hué hallada arma alguna.

El Oficial que suscribe con la fuerza a sus órdenes continua las gestiones y auxiliando al Juzgado para el total esclarecimiento de lo ocurrido.

 

El socialista Luis García Holgado, destacado por su beligerante actitud anticlerical, en su labor como alcalde por enfermedad del titular Ángel Barrios, comunicó al gobernador civil[22]:

 

Tengo el honor de comunicar a V. E. los siguientes

H E C H O S   S U C E D I D O S,

En la noche del domingo día 5 del actual se encontraba en el establecimiento de bebidas [de] Cirilo García el afiliado a la Sociedad obrera del campo UGT Joaquín Lomo Garcia y observó que entraban un padre y tres hijos llamado el padre Cándido Majadas Sanchez y los hijos Gregorio, Pedro y Victoriano Majadas Sanchez, que el primero notó que de una manera velada y cuchicheando entre ellos lo observaba por lo que temiendo por los antecedentes de los anteriores alguna agresión salió a la calle.

Seguidamente el padre y los hijos citados salieron tambien y el padre le arrancó una cayada de la mano y el hijo llamado Pedro intentó agredirlo repetidas veces lo que no pudo ser por haber hurtado el cuerpo a los golpes. Que en este revuelo dos vecinas de ésta Villa sujetaron al Joaquín y entonces el Pedro con una navaja le dió un golpe en el vientre diciendole: Toma eso, cabrón y que entonces haciendo un esfuerzo violento se deshizo de los que le sujetaban echando a correr a fin de que no, lo mataran y a buscar al Médico para que le curara puesto que se sentia herido. Este presenta una herida de pronostico reservado en el vientre.

Después que sucedió esto parece que hubo un tumulto y que cuando se deshizo resultaron heridos el hijo del Candido llamado Victoriano con una puñalada en un costado penetrante que según el forense interesa la pleura y no sabe si el pulmón. Estado grave.

Otro de los heridos tambien hijo del Candido y llamado Pedro tambien resultó con una herida en la ingle poco penetrante y tambien de navaja. Estado pronostico reservado.

En éste tumulto parece que intentó apaciguar los ánimos el empleado Municipal sepulturero de este Ayuntamiento que se encontraba en el establecimiento de bebidas y sin saber por quién resultó con una herida de navaja en la nalga derecha bastante penetrante. Pronóstico reservado.

El primer herido, o sea Joaquin Lomo, dice que le hirió el Pedro Majadas.

El Victoriano Majadas dice que le hirió el Joaquin Lomo.

El Sepulturero Municipal dice que no sabe quien le hirió y,

El Pedro Majadas dice que le hirió Pedro Rey Valle.

Esto Excmo. Señor es el relato escueto según los informes que tiene esta Alcaldía.

 

Antecedentes de éstos hechos.

Días despues de las elecciones pasada, los hermanos Majadas tuvieron una discusión y amenazaron (pues se trata de elementos de Acción Catolica y de los mas procaces del pueblo), al tal Joaquin Lomo. El establecimiento donde se originó el principio de los hechos es propiedad de Cirilo Garcia Mahillo hermano politico del coadjutor de ésta Villa don Benito Herrero Director inspirador y todo de las Juventudes Catolicas y tradicionalistas. Un hijo del citado dueño es uno de los elementos fascistas catolicos de mas consideración en éste pueblo.

En éste establecimiento hace aproximadamente un més se originó tambien por un elemento de derechas de los pagados por ésas derechas, el atentado a un agente de mi autoridad queriendo matarlo con un cuchillo, asunto en el cual intervino el Juez de Instrucción y que se ha celebrado el juicio hace unos dias habiendo sido condenado el autor de la agresión Pedro Barragán a dos años y cuatro meses.

También en éste establecimiento el pregonero de ésta Alejandro Hernandez venia dando mitines y conferencias fascistas y hablando mal de las Autoridades legalmente constituidas por lo que está suspenso de empleo y sueldo y se le sigue Expediente.

Otros muchos datos se pudieran dar de sucesos de esos y actitudes que se han tomado en muchos de estos establecimientos; desde luego es el punto de reunión de todos los elementos de derechas activos y casi todos ellos protegidos por elementos patronales y de derecha de ésta población y dónde indudablemente se traman todas las cuestiones politicas que alteran la paz de éste pueblo.

En todo este asunto interviene el Juzgado de 1ª instancia.

Esto Excmo. Señor, como a V. E. se le alcanzará no por la ya sucedido sino por lo que pueda ocurrir, puesto que los ánimos no están lo suficientemente calmados debe dar motivo de una medida de V. E. y que esta Alcaldía se atreve a porponer:

Primero: La clausura del establecimiento citado donde han emanado los hechos.

Segundo. Un intervención de agentes de su autoridad para la busca y registro de armas puesto que aunque ayer no se usaron los de fuego tenemos casi la seguridad que en poder de éstos elementos y otros parecidos las hay.

No obstante, V. E. con su mas elevado criterio resolverá.

 

Tres años después, el 30 de octubre de 1939, el alcalde de la comisión gestora del Movimiento Nacional, ofreció su relato al juez de Primera Instancia[23]:

 

Cumpliendo con lo interesado por V. E. en su atenta comunicación fecha 27 del actual, dimanante de la causa número 22 de 1936, por Atentado, tengo el honor de informarle que Pedro Sánchez Barragan, de esta naturaleza y vecindad casado y mayor de edad, ha observado buena conducta político–social, habiendo sido contrario a las ideas marxistas y no habiendo estado afiliado a ninguna sociedad dependiente de la extinguida Casa del pueblo, por cuya causa fué perseguido.

En cuanto a la naturaleza y circunstancia de los hechos que dieron origen a la causa que se siguió a referido Pedro Sánchez Barragan en ese Juzgado con el número 22 de 1936, de las averiguaciones practicadas resulta: Que el 23 de Febrero de 1936 se encontraba [el] citado Pedro Sánchez Barragan en unión de Cecilio Amador, Parson Sánchez y Miguel Yuste, todos los cuales habian votado en las elecciones del 16 de Febrero de 1936 la candidatura de derechas, y habian defendido este ideal en el Establecimiento de bebidas de Cirilo García Mahillo, también de filiación derechista, presentándose en referido establecimiento Santiago Aceras y Patricio Ferreira, ambos destacados elementos izquierdista de esta villa, pues el primero de estos dos se encuentra cumpliendo condena de treinta años impuesta por el Tribunal Militar por tratar de resistir a las fuerzas que declararon en esta villa el Estado de Guerra el 21 de Julio de 1936, y el segundo fue designado Concejal del funesto Frente Popular con fecha 29 del mismo mes de Febrero por su destacado izquierdismo; que al poco tiempo de estar en el extablecimiento el Santiago Aceras provocó a los cuatro relacionados al principio por el motivo de ser derechistas, lo cual dió origen a que el Pedro Sánchez Barragan le contestara tratando de defenderse, entrando en aquel momento un Guardia Municipal y el Jefe de Municipales, llamado Marino Colmenar, significado elemento extremista (que se encuentra en situación de desaparecido[24]) y amenazando el Guardia Municipal con una carabina y el Marino con una pistola al Pedro Sánchez Barragan, lo trataron de detener, siguiéndose el procedimiento por atentado. Que el referido Santiago Aceras en expresado sumario fué también procesado por el mismo hecho pero en el acto del juicio fue absuelto, y en cambio el Pedro Sánchez Barragan fué condenado.

Por Dios, España y su Revolución Nacional-Sindicalista.

 

El día 17 de abril, Félix García Matos y Luis García Serrano, representantes de los centros de Juventud masculina de Acción Católica de la diócesis de Plasencia, comunicaron al gobernador civil su malestar por la actitud persecutoria de las autoridades republicanas con los centros católicos, con una leve glosa sobre el incendio de la iglesia parroquial[25]:

 

[…] Desde que allí se fundó la Juventud Católica, cuenta con la antipatía natural de los que equivocadamente juzgan que la Acción Católica se mezcla en la política de los partidos, sin atender a que ella tiene solo como fín el formar corazones y ganarlos nada más que para Cristo. Los beneficios que redundan a la sociedad y a los individuos de esta reevangelización que pretendemos, no es necesario que se los encarezcamos a V. E.

Con estos antecedentes, nada tiene de particular que en cuanto ha habido ocasión, se hayan manifestado los elementos adversos con actos que bien se pueden calificar de persecutorios.

Primeramente y por mandato del Sr. Alcalde y con el pretexto de ciertos infundios, se les hizo un registro en el Centro social con resultados totalmente negativos y favorables al buen concepto de aquella J. C., lo cual no impidió que fuese clausurado, paralizando así toda actuación de nuestros jóvenes en su vida cultural y formativa, que era lo que se pretendía. Más no contentos con esto se les hace objeto constante de mofa y hostilidad hasta llegar a la agresión. El Domingo dia 5 del presente més han resultado heridos dos jóvenes de A. C. y maltratada la madre [de] ellos en una reyerta provocada por sus adversarios. Todo esto se realiza con la mayor impunidad y complacencia de las autoridades locales, no dudando en denunciar ante V. E. al jefe de los municipales del pueblo como uno de los instigadores; y también que mucha culpa de la subversión de los animos la tiene un grupo de individuos de Bejar que bajan todos los Domingos de propaganda. Coincidiendo con la presencia de estos, se realizó el intento de quemar el dia 29 pasado una Iglesia en donde no ardio mas que el retablo y el altar mayor por que acudió prontamente el vecindario.

Delata todo esto, señor, una situación peligrosa que solo la imposición de la autoridad de V. E. y vuestra certera intervención pacificadora, puede resolver con bién para todos.

Nosotros rogamos a V. E. que restablezca la Justicia devolviendo a aquella Juventud Católica su libertad de actuación dentro de las leyes, con la apertura del Centro y el permiso para seguir desenvolviendo su labor, probadamente cultural y benéfica y sin contacto alguno con la política. El acta que levantaron con motivo de la clausura, és elocuente en este punto.

Rogamos encarecidamente a V. E. que haga sentir su influencia para contener desmanes y encauzar la actuación de las autoridades a fin de que no se produzcan confusiones ni nuevos hechos como los que denunciamos.

 

En la biblioteca de la Casa del Pueblo había dos ejemplares del libro Incendios de conventos. Posiblemente se refería al volumen Incendios de conventos en España y supresión de misiones y colegios españoles en Ultramar, de Luis G. Alonso Getino, Madrid 1932. Casi todos los ejemplares procedían de la biblioteca particular que Luis García Holgado donó a la Casa del Pueblo antes de su traslado a Cáceres, destinado como jefe de correos[26].

Entre tanto, la comisión provincial arbitral de la revisión de despidos por represalias políticas, en virtud del decreto del Ministerio de Trabajo, Sanidad y Previsión de 29 de febrero de 1936, instó a la readmisión e indemnización laboral de los treinta y cuatro obreros del sindicato de la industria textil y las ocho obreras de la sociedad La Aurora del Progreso, que habían sido despedidos de la fábrica de tejidos del ex concejal agrario don Vicente Cid Gómez–Rodulfo Sánchez–Matas, por su participación en la huelga revolucionaria de octubre de 1934. De la fábrica del mueble del ex concejal Matías Álvarez Benavides habían despedido a ocho obreros, y de la de Vicente Castellano Sánchez, presidente del partido radical, a cuatro. El artículo 91 de la ley de contrato de trabajo consideraba que el abandono del puesto de trabajo con motivo de huelga no rompía el vínculo jurídico laboral. Por consiguiente, los empresarios estaban obligados a la readmisión de los trabajadores.

Ante las reticencias del fabricante del textil, el sábado día 17 de abril Ángel Barrios dictó una orden de registro en la casa del industrial, en la Avenida de la República, hoy, Paseo de la Estación. El sargento Ángel Vaz–Romero y el guardia civil Dionisio Encinas Carrasco, en presencia de los testigos Marino Colmenar Castellano, jefe de policía, y Miguel Gómez Rodríguez, registraron la vivienda y el vehículo, «por si en él se encontraran armas o documentos fascistas». Su padre, Eduardo Cid Sánchez-Matas, propietario del inmueble, no opuso resistencia. También cachearon a la servidumbre. El registro duró treinta minutos, sin resultados satisfactorios, según informó el teniente Román Muñoz Muñoz. Ángel Barrios comunicó al gobernador civil que había ordenado la detención de «Vicente Cid de filiacion fascista por negarse a dejar cachear ni registrar su automóvil por los citados agentes». El industrial ingresó en la prisión del partido por desobediencia a los agentes municipales, sumario número 54 de 1936[27]. Ángel Matas, jefe de prisión, filtró al alcalde que la autoridad judicial tenía previsto liberar al reo porque no había cargos en su contra. Ángel Barrios comunicó al gobernador civil las circunstancias que habían concurrido en su detención, la gravedad de sus manifestaciones y «la resistencia al cumplimiento de toda orden o disposición gubernativa». Se refería a la no readmisión de los obreros despedidos de su fábrica. El juez de Instrucción ordenó la liberación del empresario, el día 20, a las 20,30 horas[28]. Ángel Barrios expresó su malestar porque en años anteriores, por circunstancias parecidas, se encerraba a una persona por tiempo indefinido. La coalición republicana del FP quedó desacreditada ante los obreros. Al día siguiente, las minorías de Izquierda Republicana y socialista presentaron la dimisión al gobernador civil, que no admitió porque estaban en periodo electoral. Las elecciones municipales habían sido convocadas para el día 12 de abril, pero fueron suspendidas por la conflictividad social[29].

Por otra parte, los sindicatos obreros de la Casa del Pueblo habían reivindicado, sin éxito, la entrega de tierras a las comunidades campesinas y la devolución de las fincas a los arrendatarios desahuciados por los patronos. Ante la pasividad del gobierno central entró en liza el Sindicato Único de Oficios Varios, órgano de la CNT, el 21 de abril. En la comisión organizadora estaban Saturio Mártil, Carlos Sánchez, Heliodoro Sánchez, secretario, Plácido Neila Castaño y Ladislao García. Otros militantes eran Constantino Neila Bueso[30], Clemente Simón Mansilla, Víctor Téllez Lices, Joaquín y Enrique Lomo García[31]. Pedro Morante asumió la presidencia. Algunos afiliados eran obreros desencantados de política cicatera de la UGT, como Ladislao García, presidente del sindicato agrario en 1932[32]. La CNT contaba con 89 afilados en junio. Trasladó la sede a la calle Abajo número 12[33].

La CNT, un proyecto ideológico que estaba próximo al comunismo libertario, entró en pugna con la Casa del Pueblo por el control del movimiento obrero[34]. La crisis del proletariado, acentuada por el desempleo forzoso y la falta de tierras de cultivo, aceleró la petición de la reforma agraria. El jefe del Servicio Técnico de Reforma Agraria no había acudido al socorro del campesino, que había solicitado en reiteradas ocasiones revisar las praderas susceptibles de roturación y de asentamientos. Eduardo Silva Gregorio había transformado en prados sus huertas de regadío y había dejado otras tierras en barbecho para lesionar el trabajo bracero en sus fincas[35]. Tampoco pudo remediar el paro obrero el ayuntamiento del FP. Los fondos de la décima, que cotizaban forzosamente los industriales para ayudar a paliar el paro, eran muy escasos y el temporal de lluvias puso la guinda al campo. Un intento de ocupación de fincas rústicas había sido abortado en Granadilla, en diciembre de 1933. En 1935 la dirección de Montes estudiaba la ordenación del monte número seis del castañar gallego, el tercero en riqueza de España, para remediar el paro obrero. El campesino del Ambroz entró en acción. Treinta y dos yunteros de Valdelamatanza roturaron la finca La Mina, en Baños de Montemayor, propiedad de Eduardo Silva, el 20 de abril. Otros campesinos de Baños de Montemayor intimidaron con roturar La Barranca, pero gobierno civil ordenó el desalojo. Cuatro días después, cuarenta y siete campesinos roturaron con yuntas y herramientas de labor la finca La Auditoria, de Víctor Comendador Masides, en Aldeanueva del Camino, pero fueron desalojados por la guardia civil[36]. En junio, la CNT exigió al ayuntamiento del FP que ejecutase la ley de laboreo de fincas urbanas y declarase «de utilidad social» las fincas Los Barreños y el Lomo, de Eduardo Silva y otros propietarios de derechas administradas por los medieros[37]. Ante la impotencia por no poder solventar los problemas laborales del campesinado, la coalición del FP presentó de nuevo su dimisión, el 2 de mayo, pero tampoco fue aceptada.

Entre tanto, el día 21 de abril, el maestro Emiliano Rodríguez solicitó al ayuntamiento del FP la apertura del mingitorio de las niñas porque estaba fuera de la investigación judicial. Gloria Pérez, presidenta accidental de Juventud Católica femenina, y Conrado Hernández, presidente de la sección masculina, solicitaron la reapertura de la Escuela Dominical, el día 17 de junio. El alcalde accidental Anastasio Martín Marín respondió, dos días después, que el centro había sido clausurado «como medida de precaución para evitar choques y desmanes públicos», las circunstancias políticas que determinaron su cierre no habían desaparecido, y les remitió al gobernador civil[38].

En la manifestación del primero de mayo, las fuerzas de asalto incautaron una pistola vieja y descargada a Emigdio Regidor Belloso, de Baños de Montemayor. El alcalde de Baños de Montemayor, Gonzalo Gómez, pidió al homónimo de Hervás que intercediera ante el juez de instrucción para que lo pusiese en libertad[39]. En la otra orilla, el policía municipal Alejandro Hernández Sánchez fue expedientado por apología del fascismo y desacato al jefe municipal; el agente Víctor García Sánchez fue enjuiciado por desobediencia al alcalde republicano; y Antonio Castellano, José Campos y Domingo Acera, por alteraciones del orden público y alardes fascistas en el salón de bailes del café Artesanos, sito en la calle Braulio Navas.

El ayuntamiento del FP había reactivado el proyecto de construcción del centro escolar, la colonia y la escuela de párvulos en los meses de marzo y abril[40]. Por otra parte, el inspector provincial de Primera Enseñanza y el alcalde Ángel Barrios abordaron el tema de la escuela laica y la supresión de la enseñanza católica en el colegio de la orden religiosa. El ayuntamiento republicano financió la creación de dos escuelas de párvulos para acoger a los niños de la escuela de las monjas josefinas trinitarias, que entrarían en funcionamiento en 1937. El Estado republicano subvencionó la construcción de las escuelas nacionales con 204.000 pesetas, publicado en La Gaceta de Madrid de junio de 1936.

El día 18 de julio, mientras las tropas golpistas del general Yagüe enfilaban hacia Sevilla, el ayuntamiento del FP transfirió a Diputación de Cáceres el proyecto de la colonia escolar. Como no disponía de recursos económicos, la corporación municipal cedió el solar de los Campillares[41]. Este fue el último acuerdo del ayuntamiento republicano.

 

REAPERTURA DEL SUMARIO NÚMERO 43 DE 1936

José Puente Ruiz, teniente coronel del Batallón de Ametralladoras número 7 de Plasencia, declaró el estado de guerra en la ciudad del Jerte el 19 de julio. En Hervás, los republicanos trataron de defender con escaso armamento la legitimidad de la República. Ángel Pérez Neila me ofreció su versión de los hechos, mientras se efectuaba el escrutinio de las elecciones municipales de 1983, en el colegio Santísimo Cristo de la Salud[42]:

 

Los primeros momentos de la guerra no eran muy tranquilizadores, según los partes y noticias que por la radio facilitaba el gobierno. Los altos cargos de organizaciones, sindicatos, ayuntamientos y Guardia Civil se reúnen el 19 de julio por la noche y ordenan que se haga una severa vigilancia por la población y las carreteras. No hay órdenes de arresto. El pueblo está tranquilo. Llegan noticias de que el cuartel de Plasencia se ha sublevado y ha cubierto sus objetivos, como el de Béjar. Ciertos dirigentes, con el teniente de la Guardia Civil, hacen gestiones para conseguir armamento en Plasencia, pero no se lo dan. Nos limitamos a esperar, hasta que llegaron las fuerzas sublevadas de Plasencia y nos rendimos.

 

Las tropas nacionales, comandadas por el capitán de infantería de las fuerzas sublevadas y el sargento de la Guardia Civil, Ángel Vaz–Romero Mateos, proclamaron en la Plaza de Abasto «el nuevo Estado español», el día 21 de julio[43]. El teniente Román Muñoz Muñoz desapareció de escena. Las tropas de ocupación destituyeron al ayuntamiento del FP y nombraron alcalde presidente a Eduardo Cortés Amores, a las 19 horas, «en pro de los anhelos de España sobre redención de los humildes, respeto a los inalienables derechos individuales». Ese mismo día ingresaron en la prisión del partido, Marino Colmenar, jefe de policía, Miguel Ibero, presidente de la Casa del Pueblo, Marcos Castellano Ciprián, presidente del sindicato obreros panaderos de la CNT, Benito Bastos, Guillermo Herrero Herrero, Julián Hernández y Gregorio Gómez Hernández. Antonio López Valle, tesorero de la CNT, se había dado a la fuga. La Junta Auxiliar del Gobierno Civil se estableció en la Escuela Dominical. Militantes de Juventud masculina de Acción Católica se enrolaron voluntarios el 19 de julio en la 1ª Centuria de la 1ª Bandera de la Falange de Castilla. Hubo siete fallecidos, según confesó el sacerdote Benito Herrero[44].

El día 9 de agosto, el teniente Salvador Solórzano, de la comandancia de Casar de Palomero, jefe de las fuerzas nacionales concentradas en Hervás, puso a disposición del juez de Instrucción del partido de Hervás a Jesús Sánchez Ibáñez alias el Artillero, Felipe García Sánchez, Plácido Neila Castaño, Marcelino Málaga Ordoñez, Esteban Sánchez Trinidad, Tomás Ordoñez Hinjos alias Chinin, Marciano García Sánchez y Valeriano Téllez Lices, como «autores y cómplices del incendio intencionado ocurrido en la Iglesia Parroquial de este pueblo en la noche del 30 al 31 de marzo» de 1936[45]. Pelayo González Sánchez, comandante de la Guardia Civil de Aldeanueva del Camino, cuya fuerza había sido concentrada en Hervás, entregó al secretario judicial un atestado con los nombres de los ocho participantes en el incendio, que habían ingresado en la perrera[46]. Todavía no habían detenido a Máximo Hernández Gil.

Los agentes municipales Pablo Gil y Cipriano Hernández –presidente del sindicato campesino El Porvenir del Obrero en 1922–, a petición del juez de Instrucción, practicaron un reconocimiento exhaustivo en el tejado de la escuela nacional de niños, en la calle Braulio Navas, el día 14. Buscaban «una palmatoria de metal dorada corriente, tamaño pequeño, con un cabo de vela», que habían sustraído de la iglesia parroquial la noche del incendio. Las pesquisas resultaron infructuosas[47]. Un informe intituló el sumario: «Incendio»; otro: «Contra el libre ejercicio del culto y otros».

El juez instructor del Batallón de Ametralladoras número 2 de Plasencia solicitó al alcalde de la comisión gestora municipal informes de la conducta moral, pública y privada de Esteban Sánchez Trinidad, de Ciudad Rodrigo (Salamanca), 33 años, padre de tres hijos, alpargatero; y los hermanos Felipe y Marciano García Sánchez, de Portaje (Cáceres), de 28 y 23 años, alpargateros.

El juez interino Victoriano Cazás Herrero requirió al alcalde que le informara de la conducta de Marcelino Málaga Ordóñez, soltero, 19 años; Tomás Ordóñez Hinjos, soltero, 33 años; Jesús Sánchez Ibáñez, soltero, 21 años; Plácido Neila Castaño, soltero, 20 años; Valeriano Téllez Lices, soltero, 25 años; y Máximo Hernández Gil, soltero, 28 años, naturales y vecinos de Hervás.

El teniente Salvador Solórzano había detenido a Jesús Sánchez Ibáñez alias el Artillero, Félix Sánchez García alias Viena y Serapio Valle Castellano alias Cachena, el día 8 de agosto, incriminados en el robo de dinamita, detonadores, pólvora y cartuchos de caza en la casa de Jaime Martín Herrero, sumario número 80 de 1936. A petición del comandante militar juez instructor de Plasencia, la alcaldía remitió nuevos informes de la conducta moral y la filiación política de Jesús Sánchez Ibáñez alias Franklin Lincon, Félix Sánchez García y Serapio Valle Castellano, ebanista, el 8 de septiembre[48]:

 

[…] Que Jesús Sánchez Ibañes (a) Artillero; Felix Sánchez Garcia (a) Viena, y Serapio Valle Castellano, constantemente han observado mala conducta por todos conceptos, por sus ideas extremistas, disolventes y peligrosas, reuniéndose siempre con las peores compañías.

El Jesús Sánchez está procesado tambien como uno de los autores del incendio ocurrido en la Iglesia de Santa Maria de esta villa en 30 de Marzo último. Por otra parte este individuo después de proclamado el Estado de Guerra en esta localidad, huyó al campo, donde fué detenido.

La filiación politica de los tres, es la de dirigentes de las juventudes socialistas, o mejor dicho comunistas[49] […]

Todos los dias que mediaron desde que se inició el movimiento patriotico militar hasta que se declaró en esta el Estado de Guerra, se vió a los tres individuos en actitud provocativa y capitaneando grupos de ideas extremistas.

 

Condenados por consejo de guerra a la pena capital, Jesús y Serapio fueron ejecutados en el campo de tiro de Plasencia, el 12 de diciembre de 1936. También Félix Sánchez García, pero desconozco la fecha[50].

Paralelamente se produjeron terribles paseos a manos de grupos falangistas armados de los pueblos vecinos. En el paseo del día 12 de septiembre perdieron vilmente la vida en Puerto de Béjar: José Álvarez Martín, militante de la Casa del Pueblo, y Porfirio Neila Bueso, militante de El Porvenir del Obrero y miembro de la policía rural. El día 13 fueron paseados en el mismo lugar: Marino Colmenar[51], vicepresidente del PSOE y vicepresidente de la Casa del Pueblo; Antonio Gallardo Matas, secretario del PSOE y de la Casa del Pueblo; Miguel Ibero Alonso, concejal del PSOE y presidente de la Casa del Pueblo; y Bernabé Majadas Sánchez, vocal de la Casa Pueblo. Todos tenían en común su vinculación con la Casa del Pueblo. También fueron víctimas del paseo abyecto: Germán Fernández alias Cinalobas (26 de julio), Nicomedes Blanco Valle, concejal socialista (5 de agosto), Valeriano Moreno López (20 de agosto), Pedro Rey Valle (31 de agosto), Pablo Hernández Neila (agosto?), Germán Fernández Peña (1 de septiembre) y Luis García Holgado, presidente del PSOE y vocal de la Casa del Pueblo (21 de septiembre)[52].

La corporación nacional reactivó el proyecto de construcción de la colonia escolar, en enero de 1937. Benedicto Hernández refrendó la venta del solar en las mismas condiciones económicas. El catolicismo retornó a las escuelas públicas como religión oficial y el crucifijo fue repuesto en las aulas, el 1 de septiembre de 1936[53]. El día 16 de octubre, el comité gestor del bando nacional otorgó cinco mil pesetas a la iglesia parroquial para reconstruir el retablo del altar mayor siniestrado, como «protesta contra el sacrilegio y vandálico atentado que se cometió en dicha parroquia por las hordas marxistas y encarna el criterio hidalgo del nuevo Estado acudiendo solícito a todo lo que represente tradición y catolicismo»[54]. El alcalde Eduardo Cortés Amores entregó los fondos al obispo de Plasencia, depositados en la Caja de Ahorros, en diciembre de 1937, pero sólo podía manejarlos el vicario. El deseo de la comisión gestora no era otro que «contribuir a que desapareciera la huella marxista de nuestra querida parroquia»[55].

El día 11 de mayo de 1938 el presidente de la Audiencia Provincial de Cáceres reclamó a Victoriano Cazás, juez interino, el traslado a la cárcel de Cáceres de los presos Esteban Sánchez Trinidad, Tomás Ordóñez Iglesias, Valeriano Téllez Lices y Máximo Hernández Gil, encartados en la causa número 43 de 1936 por incendio. El carcelero Ángel Matas entregó los presos a la comandancia de la Guardia Civil, el día 20. El jefe de prisiones de Plasencia, Atilano Gil, hizo lo propio con Plácido Neila Castaño, pero no con Marcelino Málaga Ordóñez, que había sido destinado a la prisión central de Cuéllar, el día 16, con otros cuarenta y seis detenidos, entre ellos, los hervasenses Urbano Santos Díaz, Alejandro García Zúñiga, Francisco Ciprián Sánchez y Ángel Pérez Neila, condenados por consejo de guerra. El recluso Marcelino Málaga Ordóñez fue enviado a la prisión provincial de Cáceres, el día 25 de mayo. El transporte del preso se efectuó «por ferrocarril con arreglo a las condiciones del contrato entre el Estado y las compañías ferroviarias», como era habitual en estos casos. Se había fijado el juicio oral en la Audiencia Provincial de Cáceres, el 7 de junio[56]. Marciano García Sánchez se hallaba en libertad provisional. Prestaba sus servicios como soldado en el ejército en el Regimiento de Infantería Argel número 27, 7º Batallón, 3ª Compañía, Estafeta de Compañía número 41[57].

En diciembre, la Audiencia Provincial de Cáceres separó del cuerpo al juez municipal Victoriano Cazás Herrero. Había sido secretario del partido radical de Lerroux en 1933 y concejal interino por designación directa del gobernador civil en 1934, presentó su dimisión el 27 de diciembre para incorporarse al cargo de juez municipal el 1 de enero de 1935[58]. Eduardo Martín, juez interino tras la destitución de Victoriano Cazás, solicitó al alcalde, el 23 de mayo de 1939, una terna de personas identificadas con la política de la nueva España, para desempeñar los oficios de juez municipal y juez municipal suplente, «cuidando muy mucho de que ninguna de ellas haya pertenecido a ningún partido de los que integraban el maldito Frente Popular ni que hubieran tenido concomitancias con los mismos». El juez interino requirió otra terna de hombres leales con el nuevo régimen para elegir a los fiscales municipal y suplente con las mismas condiciones ideológicas que el anterior. Fue designado juez propietario Plácido Lanzos Herrero, miembro de la gestora municipal y alcalde radical en 1934, y jueces suplentes Eduardo Martín Sánchez, que ejercía como juez interino, y José Barbero Neila. Jaime Martín Herrero fue nominado fiscal propietario, y Ramón Sánchez Vicente y Eugenio Rubio Herrero, fiscales suplentes. Finalmente Jaime Martín Herrero desempeñó el cargo de juez interino[59].

La Audiencia Provincial de Cáceres dictó sentencia el día 30 de marzo, declarada firme por auto de 10 de abril de 1939[60]. El juez interino Jaime Martín envió al alcalde un traslado del expediente de ejecución de la sentencia, efectuada por Nicomedes González Cañardo, secretario judicial, el día 8 de septiembre, para que lo archivase en la alcaldía. Esta fue la letra oficial de la sentencia[61]:

 

Don Nicomedes González Cañardo, Abogado, Secretario Judicial del Juzgado de Instrucción de esta Villa y su Partido.

Doy fe: Que en la causa seguida en este Juzgado con el nº 43 de 1936, por incendio, contra Placido Neila Castaño, natural y vecino de Hervás, hijo de Teodoro y de Juana, de veintidós años de edad, de estado soltero, de oficio jornalero, con instrucción, sin antecedentes penales de mala conducta; Marcelino Málaga Ordóñez, natural y vecino de Hervás, hijo de Cipriano y de Florentina, de veintiún años de edad, soltero, alpargatero, con instrucción sin antecedentes penales de mala conducta; Esteban Sánchez Trinidad, natural de Ciudad Rodrigo y vecino de Hervás, hijo de Antonio y Manuela, de treinta y cinco años de edad, casado, alpargatero, con instrucción sin antecedentes penales de mala conducta; Tomás Ordóñez Iglesias, natural y vecino de Hervás, hijo de Rosario y Petra, de treinta y cinco años de edad, soltero, jornalero sin instrucción sin antecedentes penales de mala conducta; Valeriano Téllez Lices, natural y vecino de Hervás, hijo de Delfín y Rosario, de veintisiete años de edad, soltero, jornalero sin instrucción con antecedentes penales de mala conducta; y Máximo Hernández Gil, natural y vecino de Hervás, hijo de Vicente y Primitiva, de treinta años de edad, soltero, jornalero sin instrucción sin antecedentes penales de mala conducta; la Audiencia Provincial de Cáceres dictó sentencia con fecha 30 de marzo último, declarada firme por auto de 10 de abril siguiente condenando a Placido Neila Castaño como autor de un delito de robo a la pena de cuatro años, dos meses y un día de presidio menor, accesorias de suspensión de todo cargo ó profesión oficio y derecho de sufragio durante el tiempo de la condena y como autor también de un delito de incendio a la pena de diez y seis años, ocho meses y un día de reclusión menor, accesorias de inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena; a los procesados Marcelino Málaga Ordóñez y Esteban Sánchez Trinidad como autores de un delito de robo a la pena cada uno de ellos de cuatro años, dos meses y un día de presidio menor y como autores también de un delito de incendio a cada uno de ellos la pena de diez y seis años, ocho meses y un día de reclusión menor y las mismas accesorias que al anterior; al también procesado Tomás Ordóñez como autor de un delito de robo a la pena de cuatro años, dos meses y un día de presidio menor accesorias de suspensión de todo cargo, profesión, oficio y derecho de sufragio durante el tiempo de la condena y como autor de un delito de escarnio a la Religión, a la de cuatro meses de arresto mayor accesorias de suspensión de todo cargo y del derecho de sufragio durante el tiempo de la condena y multa de quinientas pesetas que hará efectivas a los quince días de ser firme esta sentencia, sufriendo de no hacerlo así treinta días de arresto subsidiario al procesado Valeriano Téllez Lices como autor de un delito de robo a la pena de seis años de presidio menor; accesorias de suspensión de todo cargo, profesión, oficio y derecho de sufragio durante en tiempo de la condena al procesado Máximo Hernández Gil como encubridor de un delito de robo a la pena de doscientas cincuenta pesetas de multa que hará efectivas a los quince días de la firmeza de esta sentencia, sufriendo de no hacerlo así diez y seis días de arresto subsidiario y como autor de un delito de escarnio a la religión a la pena de cuatro meses mayor accesorias de suspensión de todo cargo y del derecho del sufragio durante el tiempo de la condena y quinientas pesetas de multa que hará efectivas a los quince días de ser firme esta sentencia sufriéndola de no hacerlo así treinta días de arresto subsidiario; a que indemnicen al representante de la Iglesia Parroquial en cinco pesetas los procesados Tomás Ordóñez, Valeriano Téllez y Máximo Hernández, a los procesados Marcelino Málaga, Placido Neila y Esteban Sánchez a la misma representación de la Iglesia, en la cantidad de cien mil pesetas y a todos los procesados al pago cada uno de ellos de la novena parte de las costas procesales, declarando de oficio el resto de los mismos.

Y para que conste cumpliendo lo mandado expido el presente que firmo en Hervás a ocho de Septiembre de mil novecientos treinta y nueve. Año de la Victoria.

 

El auto judicial señaló cuatro tipificaciones de delito. Incendio: Plácido Neila, Marcelino Málaga y Esteban Sánchez. Robo (no especifica si se trataba del cáliz, del dinero de los limosneros, o de ambas cosas): Plácido Neila, Marcelino Málaga, Esteban Sánchez, Tomás Ordóñez y Valeriano Téllez. Escarnio a la religión (beber vino en el cáliz en la taberna del tío Castilla): Tomás Ordóñez y Máximo Hernández. Y encubrimiento de robo: Máximo Hernández. En el expediente figuraban seis procesados: Placido Neila Castaño, Marcelino Málaga Ordóñez, Esteban Sánchez Trinidad, Tomás Ordóñez Iglesias, Valeriano Téllez Lices y Máximo Hernández Gil.

Faltaban tres personas. Jesús Sánchez Ibáñez el Artillero había sido fusilado. Marciano García Sánchez se encontraba combatiendo en las filas del ejército nacional. Entró en prisión poco después. A primeros de julio de 1943, el director de la prisión central de Burgos solicitó informes para otorgarle la libertad condicional, pero el alcalde Manuel Álvarez Pérez dictaminó «que, a juicio de esta Alcaldía no deben serle concedidos al mismo, los beneficios de libertad condicional, en atención a los desfavorables antecedentes político-sociales que tiene»[62]. Felipe García Sánchez alias Maquinista, presidente de Juventudes Socialistas[63], había sido fusilado en Plasencia por consejo de guerra[64].

En este punto de la historia, es menester recurrir al texto de F. Moriche Mateos porque ha recabado testimonios orales de testigos de oídas, -que no identifica-, los cuales mantuvieron conversaciones con Marcelino Málaga Ordóñez y tío Castilla, así como «la confesión supuestamente realizada por el vecino Tomás Chinín antes de morir». Son testimonios orales imprescindibles para abordar la ardua y compleja labor de exégesis del problema histórico, del laberinto republicano hervasense, que no siempre coinciden con las fuentes documentales de archivos y la sentencia pronunciada por la Audiencia Provincial, controlada, dicho sea de paso, por las fuerzas nacionales de ocupación.

A Máximo Hernández Gil, según F. Moriche Mateos[65], «el Juzgado de Instrucción de Hervás lo condenó por los delitos de “robo, incendio y escarnio a la religión”. Fue uno de los cuatro acusados de quemar la Iglesia de Santa María y hacer desaparecer el sagrario». La Audiencia Provincial de Cáceres lo condenó por los delitos de escarnio y encubrimiento de robo, pero no lo involucró en el incendio. No era el sagrario lo que había desaparecido de la iglesia parroquial, como aventuraron V. Ginarte González[66] y F. Moriche Mateos[67], sino el cáliz. Máximo Hernández Gil ingresó en prisión el 30 de mayo de 1938 y fue liberado el 30 de marzo de 1939[68].

De Tomás Ordóñez alias Chinín, F. Moriche Materos[69] notificó que «fue acusado de la quema de la iglesia. Confesó, tras ser brutalmente agredido, que lo habían hecho él mismo y otros tres hervasenses: Canore, Artillero y Tatito». Sin embargo, la Audiencia Provincial de Cáceres incriminó como autores del incendio a Plácido Neila, Esteban Sánchez y Marcelino Málaga. El Artillero no fue juzgado. Tomás Ordóñez fue acusado de robo y de escarnio, pero no de incendio.

Marcelino Málaga Ordóñez y Gonzalo Blázquez Hernández tenían pendiente un juicio verbal de faltas en mayo de 1936. El juzgado de Instrucción solicitó un certificado de sus bienes, el 23 de mayo, que resultó negativa. Marcelino Málaga Ordóñez cumplió condena en las penitenciarías de Cáceres y de Cuéllar por diversos delitos. Le denegaron la libertad condicional en febrero de 1947[70].

Valeriano Téllez Lices fue incriminado únicamente como autor del delito de robo. Tenía antecedentes de mala conducta. Valeriano Téllez, Tomás Ordóñez y Máximo Hernández habían cumplido cinco días de arresto menor en la prisión preventiva del partido judicial, el día 26 de mayo de 1931, «en juicio verbal de faltas por falta de respeto y desobediencia leve al señor alcalde» Ángel Barrios[71]. Y en 1932, Valeriano Téllez Lices había sido procesado por hurto por la Audiencia Provincial de Cáceres, condenado a dos años de presidio mayor, cuatro meses y un día[72].

La narrativa de F. Moriche Mateos coincide con el auto jurídico a la hora de señalar que a Plácido Neila Castaño «la Audiencia de Cáceres le condenó, el 27 de mayo de 1939, por los delitos de incendio (16 años de prisión) y robo (4 años de prisión)». Pero hay una ligera disonancia en la fecha. La sentencia fue dictada en firme por auto de 10 de abril. Quizá, el 27 de mayo, Plácido Neila Castaño recibió la notificación de la sentencia del juzgado. El reo cumplía condena en la cárcel vieja de Cáceres en marzo de 1940[73].

 

RECAPITULACIÓN

El incendio provocado del altar mayor de la iglesia parroquial de Santa María durante el gobierno municipal de la coalición de las minorías republicanas del FP, en el que participaron nueve personas de ideologías de izquierdas, se desarrolló dentro de la campaña de persecución por el laicismo anticlerical beligerante local contra las instituciones y los centros sociales de la iglesia católica (Círculo Tradicionalista, Acción Católica y Escuela Dominical), y la resistencia del catolicismo conservador a la pérdida de sus privilegios ancestrales que identificaba al Estado con la Iglesia Católica.

Apéndice fotográfico

Fot 1. Retablo y altar de la iglesia de Santa María de Aguas Vivas, Hervás (Cáceres)

Fot 2. Fé del Secretario Judicial del Juzgado de Instrucción de Hervás (Cáceres)

 

Bibliografía

[1] Mi agradecimiento a Sebastián Caballero González, archivero municipal, al ayuntamiento de Hervás, por sus sugerencias.

[2] «Para gloria del municipio», Ferias y Fiestas de Hervás [=FFH] 1951, pp. 64–65.

[3] Hervás: su historia, su tierra, su gente, Madrid 1991, p. 51.

[4] Represión, silencio y olvido. Memoria Histórica de Hervás y el Alto Ambroz, Badajoz 2008, pp. 64–65.

[5] Archivo Municipal de Hervás [=AMH], leg. [=legajo] 50, carp. [=carpeta] 2, 16 febrero 1936.

[6] AMH, leg. 50, carp. 2.

[7] AMH, «Actas municipales 1936», fols. 16v, 28, 40, 53v y 56v.

[8] Véanse mis ensayos «La iglesia católica en Hervás durante el bienio republicano–socialista, 1931–1933», XLI Coloquios Históricos de Extremadura, Badajoz 2013, pp. 431–452; y «La educación en Hervás (Cáceres) durante la dictadura de Primo de Rivera y la Segunda República», XLIII Coloquios Históricos de Extremadura, Badajoz 2015, pp. 369-393.

[9] Las cartas en AMH, leg. 50, carp. 2; transcribo los errores ortográficos de los autores.

[10] AMH, leg. 50, carp. 2, 15 marzo 1936; y leg. 629, carp. 2.

[11] AMH, «Actas municipales 1936», fols. 22v–23 y 37v; y leg. 54, carp. 4.

[12] AMH, leg. 50, carp. 2, 17 marzo 1936.

[13] Archivo Histórico Provincial de Cáceres [=AHPCC], Gobierno Civil, caja 4031 «Hervás 1936»; y AMH, C. L. 37 «Actas municipales 1936», fol. 29v.

[14] AMH, «Actas municipales 1936», fol. 29v.

[15] «50 años al servicio de su pueblo», FFH, 1976, pp. 23–27.

[16] AMH, leg. 621, carp. 8.

[17] Los telegramas y atestado en AHPCC, Gobierno Civil, caja 1282 «Abril 1936».

[18] AHPCC, Gobierno Civil, caja 1282 «Abril 1936».

[19] AHPCC, Gobierno Civil, caja 1282 «Abril 1936»; y AMH, leg. 50, carp. 2.

[20] AMH, leg. 50, carp. 2.

[21] AHPCC, Gobierno Civil, caja 1282 «Abril 1936»; y AMH, leg. 50, carp. 1.

[22] AHPCC, Gobierno Civil, caja 1282 «Abril 1936».

[23] AMH, leg. 53, carp. 2.

[24] Había sido paseado por falangistas el 13 de septiembre de 1936.

[25] AHPCC, Gobierno Civil, caja 1282 «Abril 1936».

[26] Así lo expresa F. MORICHE MATEOS Represión, silencio y olvido p. 78.

[27] AMH, leg. 50, carp. 2, 17, 18 y 20 abril.

[28] AHPCC, Gobierno Civil, caja 4031 «Hervás 1936»; y caja 430, núm. 171.

[29] AHPCC, Gobierno Civil, caja 4031 «Hervás 1936».

[30] AMH, leg. 51, carp. 1, en el informe enviado por la alcaldía al capitán del regimiento de Infantería de Argel número 27 notificó que tenía filiación comunista y de la CNT; los informes de la alcaldía de Hervás sobre la filiación política de los reos no siempre son fiables, no diferencia al socialista del comunista.

[31] AMH, leg. 132, carp. 4 «Relación del personal de esta villa de Hervás, que se encuentra movilizado, 27 diciembre 1938».

[32] La huelga de campesinos de 1932 propició el cierre del sindicato obrero de la UGT que dirigía Ladislao García, al que acusaron de dejarse influenciar por la CNT, y fue apartado de la dirección.

[33] AHPCC, Gobierno Civil, caja 4301«Hervás 1936».

[34] Véanse mis trabajos «La revolución de octubre de 1934 en Hervás (Cáceres), Actas de las III Jornadas de Historias Locales de Extremadura, Garrovillas de Alconétar (Cáceres) 2013; y «La huelga general de los trabajadores de la tierra de Hervás, junio de 1934», Memoria Histórica de Plasencia y las Comarcas 2013, Universidad Popular de Plasencia, Plasencia 2013, pp. 53-61.

[35] AHPCC, Gobierno Civil, caja 2805, expte. 5.

[36] AHPCC, Gobierno Civil, caja 1282 «Abril 1936».

[37] AMH, leg. 50, carp. 2, 16 y 17 junio 1936.

[38] AMH, leg. 50, carp. 2, 30 marzo, 17, 18 y 20 abril, y 17 y 19 junio 1936.

[39] AMH, leg. 50, carp. 2, 7 mayo 1936.

[40] AMH, «Actas municipales 1936», fols. 28v y 34.

[41] AMH, «Actas municipales 1936», fols. 37–37v, 40–41v y 53v–56v y 91; leg. 50, carp. 2, 14, 17 mayo y 18 julio 1936; y leg. 56, carp. 5, 1943.

[42] «Habla el alcalde», La Corredera, junio 1983, pp. 20–21.

[43] AMH, «Actas municipales 1936», fol. 11v.

[44] AHPCC, Gobierno Civil, caja 4031 «Hervás 1942».

[45] AHPCC, Gobierno Civil, caja 1283 «Agosto 1936».

[46] AMH, leg. 50, carp. 1,

[47] AHPCC, Gobierno Civil, caja 1283 «Agosto 1936»; y AMH, leg. 50, carp. 1.

[48] Los datos en AMH, leg. 50, carp. 1, días 9, 14, 15, 18, 20, 21 agosto y 8 septiembre 1936.

[49] En Hervás no existía el partido comunista. Jesús era de la CNT; de Félix y Serapio desconozco su filiación.

[50] F. MORICHE MATEOS Represión, silencio y olvido, no cita su fusilamiento.

[51] F. MORICHE MATEOS Represión, silencio y olvido p. 80, refiere que el jefe de orden público se encontraba huido en el monte, (estaba en la cárcel), y su familiar, el juez municipal Victoriano Cazás, le hizo llegar el mensaje de que podía bajar al pueblo sin problemas. Con motivo de un viaje a la capital, los falangistas le sacaron de la perrera y lo pasearon en Puerto de Béjar.

[52] J. CHAVES PALACIOS, La represión en la provincia de Cáceres durante la guerra civil (1936-1939), Universidad de Extremadura, Salamanca 1995, reimpresión Salamanca 1996, pp. 113–116, y F. MORICHE MATEOS Represión, silencio y olvido pp. 74-87. Clemente Simón Mansilla no fue fusilado en 1937, como sugiere F. MORICHE MATEOS en p. 163; estaba con vida el 26 de noviembre de 1947, en AMH, leg. 57, carp. 3. Otros datos de los fusilados en AMH, leg. 63, carp. 2.

[53] AHPCC, Gobierno Civil, caja 4031 «Hervás 1936».

[54] AMH, «Actas municipales 1936», fols. 5 y 11v.

[55] AMH, leg. 51, carp. 3, 18, 20 y 22 diciembre 1937.

[56] AHPCC, Gobierno Civil, caja 4031 núms. 135 y 165 «Hervás 1938».

[57] AMH, leg. 591, carp. 5, 4 agosto 1938.

[58] AMH, «Actas municipales 1935», fol. 12.

[59] AHPCC, Gobierno Civil, caja 4031 «Hervás 1938»; y AMH, leg. 53, carp. 4.

[60] Una referencia del proceso en AHPCC, JIH, caja 236 libro registros (1928-1969).

[61] AMH, leg. 595, carp. 2, Autos judiciales, núm. 52.

[62] AHPCC, Gobierno Civil, caja 4031 «Hervás 1943»; y AMH, leg. 56, carp. 4, 14 y 17 julio 1943.

[63] Doroteo González Muñoz era vicepresidente, Gerardo Barbero García, secretario, Ángel Pérez Neila, vicesecretario, y Enrique Regidor Castaño, tesorero, en AMH, leg. 50, carp. 2.

[64] F. MORICHE MATEOS Represión, silencio y olvido p. 85.

[65] Represión, silencio y olvido p. 96, lo llama Máximo Barragán Hernández alias Tatito.

[66] Hervás: su historia, su tierra, su gente p. 51.

[67] Represión, silencio y olvido p. 64.

[68] AMH, leg. 591, carp. 5, 3 y 4 agosto 1938; y leg. 53, carp. 2, 26 julio 1939.

[69] Represión, silencio y olvido p. 98.

[70] AMH, leg. 50, carp. 2; el informe del alcalde le identificó con la C.N.T., en AMH, leg. 596, carp. 2.

[71] AMH, leg. 618, carp. 5; y leg. 595, carp. 2.

[72] AMH, leg. 595, carp. 2.

[73] F. MORICHE MATEOS Represión, silencio y olvido p. 89; y AMH, leg. 54, carp. 1.

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