Oct 011999
 

Teodoro Soria Hernández.

Universidad Complutense

LEYENDAS Y MITOS
Puesto que las leyendas son obra no de memoria, como lo son en gran parte las tradiciones históricas, ni de razón sino de imaginación es natural que todo mitólogo deba dirigirse con preferencia a los que estudian la imaginación, esto es, a los psicólogos.

Aquí es interesante notar que la escuela psicológica ahora muy en boga, la asociada a los nombres de Freud y Jung, consagra una atención considerable a los mitos y trata de explicar su génesis.

Hasta aquí cualquiera puede asentir. Pero más allá la aprobación general de un esfuerzo en lo que puede ser un campo fecundo, yo en cuanto al primero no puedo ir.

Hasta ahora, aún concediendo la verdad de muchas afirmaciones sostenidas por la escuela psicoanalítica respecto de la estructura del espíritu humano no he podido encontrar en sus escritos una sola explicación de algún mito o algún detalle de algún mito que parezca aún remotamente posible o capaz de contar en el desarrollo de la historia como nosotros la tenemos. Por eso me contento con la mención de sus métodos sin entrar de lleno en su examen.

Nosotros podemos dividir las leyendas, según lo que por ahora es casi tradicional, en tres clases. Tenemos primeramente el mito propiamente dicho respecto del cual son necesarias algunas palabras explicativas. El hombre frente al mundo que le rodea no puede evitar las reacciones al medio ambiente de algún modo. Además de acciones corporales ya prácticamente útiles como romper pedernales, arar el campo y hacer locomotoras o que pretendían ser prácticamente útiles como las diferentes operaciones de magia, el hombre tiene francos dos procesos mentales respecto del mundo. Puede razonar sobre el mundo y los objetos que contiene o puede dejar a su imaginación jugar sobre ellos.

Hablando con toda dureza y con toda amplitud, el más civilizado, el más apto ya para razonar ya, si no, para actuar, no es el que razona sino el que imagina.

Tomemos como ejemplo el fenómeno de la lluvia. Un hombre puede ocuparse en recoger el agua de lluvia en una cisterna o en un estanque. Puede construir un pluviómetro y observar la cantidad de lluvia que ha caído y la estación del año en que fue más abundante y de estas y otras observaciones teorizar sobre las causas de la lluvia. Podemos llamar a estos procedimientos ciencia aplicada y pura respectivamente.

Así, especialmente, si él es un salvaje, puede obrar mágicamente con la intención de hacer llover con abundancia o detener del todo la lluvia. Está siendo por la intención práctica una especie de hermana bastarda de la ciencia aplicada. Pero ahí es posible una tercera clase de actividades.

Un poeta u otro artista puede dejar a la lluvia inspirarle en su producción y así dar el mundo en una obra buena o mala a la lluvia. Una pintura tal como «Lluvia, vapor y velocidad» de Turner o una preciosa fantasía sobre el verdor traído a la tierra por un aguacero. Pero la imaginación del artista tiene asimismo una mediatez humana, a saber, la menos controlada pero igualmente viva la imaginación del hacedor o creador de mitos.

El no trata de exponer razonablemente las causas de la lluvia ni está particularmente constreñido a hacer una pintura artística de ella. Intenta tal vez visualizar el proceso entero, con la imaginación por supuesto, trabaja en cuadro, si queremos usar la expresión favorita de los psicólogos, en símbolos.

El resultado de esta visualización puede ser un cuadro mental tal como un ser o seres que echan de recipientes agua sobre la tierra. La naturaleza de estos seres y de este depósito vaciará enormemente y el mito puede ser algo que vaya de lo entero, grotesco, absurdo a lo muy bello, lo mismo que un cuadro hecho por un pintor civilizado puede ser bueno o malo, pero en la pintura imaginativa de algún niño lo será seguramente.

Ahora bien, el mito se da la mano con la ciencia, para ello ofrece una especie de causa para la caída de la lluvia. Preguntado por qué llueve, científico y creador de mitos, igualmente pueden dar una respuesta. El primero responde: «A causa de tales y tales condiciones atmosféricas» y puede dar prueba de su aserto, más o menos convincente según que es mejor o peor científico. El creador de mitos puede contestar: «Porque Zeus arroja agua del cielo». «Porque Yahveh ha abierto las ventanas en el firmamento». «Porque los ángeles han echado agua en una gran tina en el cielo que tiene agujeros en su hondón».

A cualquiera que ha tratado con chicos preguntones puede serle natural que en muchos casos este género de respuestas sería satisfactorio. Da una razón y el espíritu de los oyentes no está lo bastante desarrollado para averiguar si es la verdadera razón.

Vemos, pues, que los mitos en el sentido propuesto son formas un tanto primitivas de los procesos mentales que, ulteriormente desarrollados, nos dan el arte y la ciencia. El más activo es el que podemos denominar proceso artístico o imaginativo, o visual, intuitivo.

Esta consideración nos autoriza ampliamente para proponer una cuestión que a menudo surge, a saber: ¿Creyó en Grecia, por ejemplo, el creador de mitos en sus mitos? Lo absurdo de ella se evidenciará si la transferimos a una esfera más alta y preguntamos: ¿Miguel Angel creyó en su Moisés o Sivinburne en su Atalanta en Calidón? Sin duda, Miguel Angel creyó que había habido un hombre llamado Moisés que hizo las cosas por él referidas en el Pentateuco. Sivinburne indudablemente creyó que ahí hubiera existido una doncella Cazadora llamada Atalanta. Pero éstos son procesos intelectuales que nada tienen que ver con la estatua o el poema.

Así con el hombre que primeramente pensó en el trueno y el rayo como causado por Zeus que lanzaba un celestial dardo. Probablemente sería más cierto decir que lo imaginó que él lo creyó o no lo creyó. Es verdad, sin embargo, que muchos pueblos han aceptado su imaginación como razón suficiente de una tormenta estruendosa mientras otros con el tiempo se hicieron escépticos, es decir, pusieron en ejercicio su razón tan bien como la imaginación. Percibieron que otras causas eran aquí posibles y encontraron motivos para preferir una u otra de ellas.

Podemos definir, pues, el mito propiamente dicho como «el resultado del trabajo de una imaginación ingenua sobre los hechos de la experiencia». Como en una gran proporción estos hechos son fenómenos naturales se sigue que el mito natural es el género común. Como la imaginación comúnmente es fijada en su curso por un objeto que aparece admirable o misterioso he ahí por qué, en realidad, una cantidad muy grande de mitos el género denominado etiológico, relacionado, esto es, con las causas de toda clase de cosas, desde el aparente movimiento de los cuerpos celestes hasta el perfil del collado vecino o el origen de una costumbre local. En este último caso el mito a menudo explica que tienda a ser una historia y ello nos lleva a la inmediata forma de leyenda.

El nombre «saga», en el origen simplemente una palabra escandinava que significa cuento, historia, es dado emplear comúnmente para las leyendas que se relacionan con acontecimientos históricos. Para ejemplos vulgares del moderno rincón rural. Si una narración popular atribuye la formación de un collado de particular configuración al demonio esto es un mito puro y simple. Pero si se dice que una antigua construcción térrea ha sido hecha por Julio César, esto, si no es debido a un anticuario local, es, tal vez, saga y puede contener un germen de hecho histórico.

Esto es, la construcción térrea puede ser realmente parte de un campamento romano y hemos de sustituir «Julio César» por «un oficial romano desconocido». Las excavaciones nos pueden proporcionar el hallazgo, si no del nombre del oficial romano y su categoría, al menos su fecha y así pasamos de la saga a la historia. Hay ejemplos de fragmentos de historias real que son conservados en un extraordinario espacio de tiempo en leyendas de aldeanos.

Pocos hay tan bien preparados como para ser capaces de ver acontecimiento alguno completamente leyendo según es exteriormente, dentro de ello algo que solamente existe en su propia fantasía. Y esto se aplica mucho más fuertemente a los acontecimientos que no son percibidos sino recordados y sobre todo a los que no son recordados sino relatados por otra persona.

TRANSMISION DE HISTORIAS
Una historia transmitida de padre a hijo es rápidamente alterada de dos modos: detalles reales son olvidados y pormenores irreales son añadidos. Estas adiciones, siendo imaginarias, son casi invariablemente de un género pintoresco atractivo para el narrador y para el oyente o para ambos. Igualmente hallan ambos detalles tales como fechas, pormenores geográficos, excepto los de una localidad bien conocida que son generalmente tenidos por interesantes, cifras exactas de toda especie, hechos económicos y los hechos y dichos del pueblo bajo.

La narración homérica de la guerra de Troya es uno de los mejores ejemplos posibles. La guerra fue un hecho perfectamente real. Muy verosímilmente fue motivada por rivalidades comerciales. Parece haber consistido en un bloqueo por parte de los aqueos de la ciudadela de Ilión, recuérdese a Hisaarlick, y en la interrupción de las comunicaciones de Troya con las regiones vecinas. Aparentemente terminó por el agotamiento económico y militar de los troyanos que llevó consigo el sometimiento de las ciudades con ellos aliadas y por último la caída de Ilión.

En Homero la causa de la guerra es el rapto de Helena por Paris y factores decisivos son la personal intervención de dioses diversos a la vez que las sobresalientes proezas de los numerosos y heroicos jefes de los que el más destacado es Aquiles.

De la rivalidad comercial nada vemos en toda la obra, del desgaste de los recursos troyanos solamente se adivinan unas cuantas notas y de los pormenores de la táctica y estrategia de ambos ejércitos prácticamente nada se dice. El resultado es, a costa de la historia, el más grande y fascinador poema épico jamás escrito, la Ilíada, que es el producto de un genio de primera calidad que encontró una buena saga a propósito para construir el poema.

NARRACION DE CUENTOS
Queda otra forma de leyenda, el cuento. La palabra alemana «Märchen» encaja mejor que la más aproximada inglesa equivalente a cuento de hadas porque no siempre trata de hadas o seres sobrenaturales de algún género. Difiere de los últimos en una particularidad importante. Ambos pretenden exigir, si no exactamente creencia, al menos un asentimiento imaginativo y su punto de mira es a menudo hallar o recordar una verdad. El cuento apunta mejor al entendimiento. Cuenta sin motivo alguno. No recuerda acontecimientos históricos o semihistóricos. No necesita conformarse a los pensamientos de los oyentes por la probabilidad. Es un relato puro y simple y pretende ser nada más.

Este breve esbozo de clasificación de las leyendas debe bastar. Sin embargo es de notar que algunos relatos dados pueden combinar dos de estas formas y hasta las tres. Por ejemplo el cuento de Heracles probablemente empezó por una saga, un relato fantástico de las aventuras de un hombre real.

Se combinó en fecha temprana con elementos de mito etiológico. Así, la existencia de ciertas fuentes termales fue explicada por el mito de que ellas brotaron de la tierra para proporcionarse Heracles un baño caliente después de algunos de sus trabajos y cierto sacrificio antiguo en el monte Eta fue establecido para conmemorar la muerte del héroe. Del mismo modo algún elemento de cuento se entreveró acá y allá. Por ejemplo, Heracles igual que otros aventureros camina a buscar la marmita de oro de las Hespérides.

Otro punto y muy importante de recordar en el caso de los mitos griegos es la manera como reflejan el carácter nacional. Los griegos son sensatos, altamente espirituales, de cabeza clara, amantes de la belleza y optimistas. De ahí que sus leyendas están casi sin excepción libres de oscuridad, de salvajes apoteosis. Las caras horribles que contienen las tradiciones populares de pueblos menos dotados y felices. Igualmente los monstruos no son muy feos o toscos ni sus fantasmas y demonios son espantosos. Sus héroes, de ordinario, pueden estar afligidos pero no desolados. A veces son abatidos por el hado adverso, no morbosamente abrumados. Tropiezan con extraordinarias aventuras pero en ellas haya una cierta dosis de moderación que corre a través de sus hazañas poco probables. Como para los dioses y otros tipos sobrenaturales han glorificado hombres y mujeres que permanecen extremadamente humanos y en todos nada irracional ni groseramente falso en sus relaciones.

Los cuentos en que se dan elementos salvajes y repulsivos tienden a relegarlos a último término o a ser modificados.

En resumen, el manejo de los mitos aparecería aun por griegos iletrados muestra del espíritu expresado en dos en dos famosas afirmaciones de renombrados poetas.«Por quien han sido hechas todas las cosas amables para la humanidad presta su brillo para lograr todavía que lo increíble parezca creíble muy a menudo». «Si yo trato en falsedad de tal manera que pueda persuadir los oídos de los que escuchan».

LA MITOLOGIA DEL TIEMPO
En Las Suplicantes(524-26)Esquilo dice: Rey de reyes, el más santo de los santos, el más perfecto de los perfectos, bienaventurado Zeus. De los Titanes los más importantes personajes son Cronos, Tiempo y su consorte Rea o Raya. La primera de esta venerables figuras míticas es con toda probabilidad un dios pregriego pues el intento de dar a su nombre una etimología griega ha fracasado hasta ahora.

Tuvo algún culto en los tiempos clásicos. Un festival de alguna importancia las «cronia». Se sabe que es conocido haber existido tal festival solamente en tres lugares: Atenas, Rodas y Tebas. Era un festejo de la siega. Sabemos que en tal acontecimiento todas las distinciones sociales se abolían durante su celebración. Amos y criados asistían juntos a banquetes, rito común de tales fiestas. Tenemos alguna razón para suponer que le era ofrecido a Zeus ocasionalmente un sacrificio humano que en Grecia en cierto modo se acusa un rito primitivo.

Las raras representaciones de Zeus en el arte le representan como un viejo majestuoso pero afligido empuñando un objeto curvo tradicionalmente interpretado como el cuchillo con el que hirió a Urano pero que seguramente, teniendo en cuenta el tiempo de su fiesta, puede ser la hoz de segar. Los griegos le identificaron con frecuencia con una divinidad extranjera nada amable como Moloch. Para los teóricos romanos era idéntico a Saturno un espíritu tal vez insignificante de la sementera. La común asociación con el agricultor parece ser solamente un punto de contacto.

Bajo su autoridad según una leyenda tan antigua como Hesíodo todo era inocente felicidad. Se vivía una vida larga y virtuosa, sin trabajo, contienda ni necesidad, sin leyes. Todo se tenía en común y se vivía con seguridad en medio de la gran abundancia de toda clase de productos que la tierra daba espontáneamente. En suma, era la edad de oro, Saturnia regia, «o epi cronos bios». Pero otro grupo de leyendas y por cierto muy antiguo presenta a Cronos con una luz mucho menos satisfactoria.

GE Y URANOS
Ge y Uranos le habían advertido que sería destronado por uno de sus propios hijos, por esto él los engullía tan pronto como nacían. Pero Rea cuando le dio a luz al hijo más joven, Zeus, le ocultó lejos y dio al padre una piedra en su lugar fajada con un pañal. Así Zeus llegó a la madurez y pronto empleó sus fuerzas contra su padre Uranos.

Zeus puso en libertad a algunos de sus hermanos de padre que habían sido aprisionados en el Tártaro incluso a los Cíclopes que se armaron con truenos y centellas al volver a su libertad. Los Hecatóngiros, Briaérios y el resto que mostraron formidable ayuda en la batalla que siguió. Estigia con su cría se pusieron de su lado. Durante diez años, trabada la guerra, Zeus y sus aliados estuvieron luchando desde el Monte Olimpo. Los titanes bajo las órdenes de Cronos, menos Prometeo y Teonis, desde el Monte Ortis. La tierra y hasta el Tártaro se conmovieron con el fragor y estruendo de los inmortales guerreros. Al final los Titanes dieron paso ante los rayos de Zeus y la lluvia de enormes rocas lanzadas por los Hecatóngiros. Los aprisionaron entonces en el Tártaro menos a los que estuvieron de parte de Zeus y Atlas cuya prodigiosa fuerza se empleó en sostener el cielo. La prisión fue guardada por los Hecatóngiros. Así corrió el original relato. Pero tal vez porque los Titanes no desaparecieron del culto parece haberse sentido que su castigo y prisión no fueron eternos. Píndaro precisamente dice que Zeus libertó a los Titanes y Esquilo en la Trilogía Prometeo parece no sólo haberlos introducido liberados como testimonio de la libertad de Prometeo de su roca sino también haber representado a Zeus volviéndose más suave con la creciente experiencia del mando.

Precisamente lo que yace en el fondo de la leyenda es un punto discutido. Según algunos mitólogos es un mito natural, una lucha entre los poderes de la naturaleza devastadores y los más benignos. Otros prefieren ver en ello una vaga evocación de la victoria del culto Olímpico llevado por los griegos invasores sobre las más antigua religión de los pueblos prehelénicos. Personalmente considero las dos opiniones en cierta medida justas.

Parece muy razonable suponer que la invasión y la conquista reflejaran en un relato de tal especie cuando recordamos cuán regularmente los dioses de los antiguos pueblos en la esfera clásica y fuera de ella se les ha supuesto actualmente tomar parte en las guerras de sus adoradores y participar en sus victorias o derrota. Pero de otra parte la figuración y de una batalla es tan evocadora de terremotos o erupciones volcánicas que hace creer no sea la semejanza meramente accidental.

FENOMENOS VOLCÁNICOS
Los griegos tuvieron en todas las épocas buenas ocasiones de observar tales fenómenos en su propia parte del mundo. Para no hablar del Asia Menor la isla de Santorini, antiguamente llamada Thera y las islas que están próximas se sabe que estuvieron en estado de actividad más o menos intensa desde la segunda centuria antes de Cristo al año 1866 de lo cual se puede deducir con alguna base que fueran todavía muy activas en los tiempos en que esta leyenda puede suponerse haberse formado. Muchos otros signos de actividad volcánica han sido también notados en la antigüedad y por los modernos observadores en varias partes del Mar Egeo.

Los autores posteriores nada tuvieron que decir de la suerte de Cronos después de su derrota. En conformidad con la idea de que él era rey de la Edad de Oro algunos mitólogos comenzaron muy temprano a hacerle Señor de las Islas de los bienaventurados, Plutarco tiene un relato extremadamente pintoresco según el cual hay una isla sagrada cerca de Bretaña, esto es, en el extremo del mundo conocido, donde Cronos duerme con sus secuaces en torno y Anarcos constantemente vigila. Finalmente hermeneutas y racionalistas presentaron a Cronos como habiendo sido un gran dios del Oeste, cuya historia surgió en Italia por hacerle buscar refugio en el Lacio de la persecución de Zeus donde fundó una ciudad, Saturnia, en el futuro emplazamiento de Roma y dio a la región su nombre de su ocultación en él.

REA Y ZEUS
Tal vez puede sugerirse que la rebelión de Cronos contra Uranos es puramente un doblete de la lucha entre Cronos y Zeus. Sin embargo, esta preeminencia del hijo más joven apunta a una antigua existencia en Grecia de la costumbre por la que el hijo más joven es el heredero, Jünger Recht, Borrough English, es dudoso. Es de notar que para Homero Zeus es el hijo primogénito.(Il,XV,165,187).

MADRE
Rea, hermosa y esposa de Cronos, es una figura pero un poco vaga no muy frecuentemente adorada bajo este nombre particular. En un considerable número de lugares, sin embargo, hallamos un culto a otro que pueden ser llamados suyos. A parte de su común identificación con la gran diosa Anatolia Cibeles, constantemente le hallamos prácticamente indiscernible de Ge y además mezclada con un antiquísimo y extensamente adorado poder, la Madre, que, si no es el mismo, la Tierra, al menos tiene estrechas relaciones con las diosas-tierra. Desde los tiempos cretenses en adelante, en Grecia y Asia Menor encontramos su simpática y majestuosa figura bajo toda clase de nombres, unas veces asociada con un dios, otras con otro. Es preciso no suponer temerariamente que todos los pueblos del mundo griego y regiones vecinas tuvieron en otro tiempo un culto común como quiera que sea. Mejor es el supuesto de que todos ellos desarrollaron una común concepción, a saber, que existía un poder divino cuya principal característica era una fertilidad inagotable semejante en una amplísima escala a la de una mujer.

Un concepto tal pudo e hizo dirigirles por lo menos a tres resultados. Pudo hacer florecer la bella idea que persiste hasta nuestros días de un poder sobrehumano tierno y simpático como una madre. Pudo por una exageración indebida en la idea de la fertilidad física dar origen a prácticas aberrantes e inmorales como las de Melita en Babilonia y aquí y allá igualmente entre los griegos las formas indecentes del culto tributado a Afrodita. Oficialmente pudo producir una especie de dogma fruto de reflexión y ensayo de sistematización el de que todos o los más de los dioses tuvieron una particular diosa por madre. En su forma propia y en su conjunción con Cibeles es preeminente Rea. Ella se sitúa con toda decisión del lado de sus hijos mejor que del de su marido. Se ha pensado que su posición como consorte de Cronos es debida simplemente al hecho de que en la leyenda cretense ella es la madre del dios que los griegos identificaron con su Zeus. De nuevo aquí un error debe evitarse. No tenemos derecho para decir que Rea o la Madre Montaña o cualquier nombre que prefiramos emplear para esta antigua diosa era la única deidad o simplemente la única diosa adoptada en la Creta Minoana.

Lo que podemos decir además que es un dios terrestre es que aquí tenía mucha preeminencia. De leyenda, aparte de los relatos de las diosas orientales con las que ha sido identificada. tiene poco, sin embargo, pero este poco probablemente muy antiguo .Su engaño a Cronos nos ha sido ya referido, sus hijos, según Hesíodo, fueron Hestia, Demeter, Hera, Hades, Poseidón y por último Zeus.

CRETA Y EL CULTO DE ZEUS
Respecto del lugar de nacimiento de Zeus corrieron dos versiones en la antigüedad. Una, con toda probabilidad la más antigua, según la cual había nacido en Creta, la otra, también muy antigua, colocaba el gran acontecimiento en Arcadia, el hogar de las viejas tradiciones. En Roma, fue identificada Rea con Ops, la diosa de la abundancia. En el culto, sin embargo, Saturno tuvo por pareja a Lua, siendo Ops pareja de Consus.

Como ojeada a la historia de Creta puede hacerse mención de una curiosísima tradición recordada por Boyos en Antoninus Liberalis. La caverna que había sido el escenario del nacimiento cada año despedía abundante fuego, cuando hervía la sangre del nacimiento de Zeus. Parece probable como propone Nilsson que el niño divino adorado en Creta nacía, y probablemente moría, todos los años. Esta caverna era, sin duda, un antiguo lugar sagrado y el mismo pasaje cuenta cómo unos ladrones que quisieron robar la miel de las sagradas abejas que aquí se criaban fueron convertidos en pájaros por su impiedad siéndoles perdonada la vida por Zeus porque allí no podía derramarse sangre. La identificación de Rea con las diosas de Anatolia dieron ocasión a pensar en el nacimiento de Zeus y situarle en algún punto del Asia Menor.

FILIRA. MUJER DE CRONOS
Rea no fue la sola mujer de Cronos aunque solamente ella es representada como su esposa. Filira tuvo de él al Centauro Quirón que es por tanto llamado Filirida en numerosos pasajes. Le colocó en Tesalia mientras le buscaba Zeus, según Higino, y el cuerpo de doble forma de su hijo era contado por la leyenda como habiéndole Cronos convertido en un caballo ya para disfrazarle porque Rea le sorprendió ya porque Filira se convirtió en yegua para escapar de él.

Filira se ofendió mucho con el cuerpo de su hijo y pidió que se le cambiara en otra forma y por eso Zeus le convirtió en un tilo, en griego «filira».

El intentar algo más que un esbozo de Zeus es imposible. Muchos pueblos tienen una figura divina, Júpiter en Italia, Dyans en la India, Tin en los pueblos germánicos, que más o menos se corresponden con él. La significación radical de su nombre es probablemente la de «brillante» y es el dios del firmamento o mejor de los fenómenos del firmamento o, más exactamente, de los de la atmósfera. Sus funciones primarias parecen estar relacionadas con la lluvia y con la vuelta de la primavera. También se le caracteriza con el trueno y el rayo. De aquí se asoció también con aquello que depende asimismo ampliamente con la fertilidad del suelo aunque este no es un aspecto muy preeminente de su culto y naturaleza. De todo esto da testimonio una larga serie de títulos tales como Ombrios y Helios, llovedor, urios, el que envía vientos favorables, Astrapeos, relampagueante, Bronton, tonante, Georgos, labrador y otros más. Fue tan extensamente venerado que escasamente hay un sector en la naturaleza de la actividad humana con el que no tenga alguna conexión. Está estrechamente unido con la vida política. En Homero los reyes derivan de él su autoridad y un antiguo título suyo es el de Polieus, el de la ciudad. Primitivamente era representado como interesado en los asuntos morales y de Homero en adelante tan firmemente establecido como el dios supremo que nos sentimos sorprendidos al encontrar su nombre usado por filósofos de tendencia monoteísta como prácticamente equivalente a dios por excelencia. Otros autores que no van hasta ahí, sin embargo, están dispuestos a extender sus funciones hasta incluir, por ejemplo, las de Hades que es «otro Zeus» o «Zeus del mundo inferior», «katactomos» en dichos pasajes. Aunque sus mitos incluyen muchas cosas que son primitivas y grotescas o tardías y frívolas nunca pierde del todo su majestad y es representado constantemente en el arte como una figura majestuosa, un hombre vigoroso en la plenitud de la vida, en pies o sentado de cintura abajo, elevando un cetro o el rayo-trueno o ambas cosas y atendido por su familiar, el águila. Asi, mismo es frecuentemente representado en la literatura y en el arte igualmente como asociado a la encina, árbol señalado no sólo por su belleza, majestad y larga vida por sus hechos manifiestos, a saber, que en la antigüedad crecía por doquier y no menos en las regiones donde Zeus fue venerado muy frecuentemente tales como Dodona y Arcadia y que es a menudo atacado por el rayo como cuentan los antiguos y las modernas estadísticas forestales atestiguan.

RAYO TONANTE Y EGIDA
Dos importantes atributos de Zeus son el rayo tonante y la égida. Del primero sólo hay necesidad de decir que la explicación universal antes que las modernas investigaciones hicieran conocer el verdadero carácter de los fenómenos eléctricos del efecto destructor del rayo era que con el relámpago caía una especie de proyectil pesado y puntiagudo. En el arte griego es mostrado de ordinario como un objeto bicónico a menudo unido a él un relámpago convencional y a veces también alas. La égida es descrita por varios autores de Homero en adelante como una prenda orlada o una pieza de armadura, probablemente con el tiempo un escudo o coselete. En las manos de Zeus o empleada por él, es no sólo una poderosa defensa sino un arma llena de poder mágico cuando blandida ante el enemigo le llenaba de terror. Siendo usada por el dios del trueno no es de extrañar que haya sido interpretado muchas veces como una nube tormentosa, la nube del trueno.

Pero la mera significación del nombre le deriva «aigis» que simplemente significa piel de cabra, «nebris» significa una piel de cierva. En su origen este misterioso objeto no es más que un manto hecho del cuero de una cabra con el pelo forma una orla. Justamente una prenda así es usada en estos tiempos por los campesinos griegos y sin duda cubrieron a muchos antiguos objetos de culto de madera o de piedra que pretendía representar a Zeus pues el vestido de estatuas es muy frecuente en Grecia.

Como era de cuero resistente serviría al que lo llevaba como una defensa contra los golpes del enemigo. Siendo empleado por un gran dios la égida o cota de piel de cabra de Zeus estaría llena de su divina fuerza o maná y por eso podría, cuando especialmente lo usaba él o su hija favorita Atena, el mismo obrar maravillas.

Una vez nacido fue llevado a Creta, según los que no sitúan allí su lugar de nacimiento, y escondido en una caverna en Lictos, según el relato cretense había nacido en una caverna del monte Ida o del Monte Dicte, donde fue cuidado por las divinidades locales.

La nutrición le fue prestada por la cabra Amaltea, también por abejas que le llevaban su miel y su llanto era ahogado por la bulliciosa guardia de los Curetes. Hasta que aquí tenemos una evidente interpretación del ritual cretense. Modernas excavaciones arqueológicas han encontrado algunas capillas en cavernas y el estilo de su ajuar muestra muy claramente que son de fecha minoana. Los curetes parecen ser de origen Minoano ya que se ha indicado que un niño divino era un objeto preeminente del culto cretense. Dejando este estrato prehelénico pasamos a la leyenda definidamente griega.

Creció Zeus y llegó a la madurez. Esto no es cretense pues su divino niño seguía siendo niño. Habiendo derribado a Cronos tuvo que arreglar tres asuntos importantes: dividir el universo conquistado entre él y sus hermanos, procurarse esposa y fijar sus relaciones con los hombres.

PLENITUD DE ZEUS
El primero de estos negocios fue arreglado breve y amigablemente: Zeus, Poseidón y Hades echaron suertes para las tres partes principales del patrimonio hereditario, cielo, mar mundo inferior, manteniendo en común el Olimpo y la tierra. La ausencia aquí de alguna noción de primogenitura la exclusión de las hermanas de la división y la retención de una especie de equivalente honroso del hogar paternal y el terreno en derredor están completamente en acuerdo con las primitivas leyes europeas primitivas. No es preciso que dudemos en apurar la comparación por cuanto Cronos no se suponía que hubiera muerto siendo tan inmortal como sus hijos. Su posición y verdaderamente la de los dioses ancianos en general es exactamente la del padre anciano de un jefe homérico, Laertes por ejemplo en la Odisea que se ha retirado de la administración activa de su reino o baronía. Como podía esperarse de la época de la leyenda los caracteres precisamente proceden como tal vez los griegos primitivos.

El resultado del sorteo fue que Zeus tuvo el cielo, Poseidón el mar y Hades las regiones infernales.

Las nupcias de Zeus, como quiera que sea, son asunto muy complicado. Ya hemos visto como el Padre Cielo se casó con la Madre Tierra y que no sólo en la tradición griega sino con la fantasía de muchísimos pueblos.

Ahora Zeus es enfáticamente el Dios cielo. Es natural por tanto que se uniera a diosas-tierra o de alguna manera a diosas relacionadas con la fertilidad. De aquí el hallarle consorte de Demeter, Perséfone, Semele y Hera. Pero una vez unido, en varias leyendas locales, con diosas diversas como las dichas, el resultado del intento de relacionar estas leyendas ,y tales intentos se hicieron claramente muy pronto, debió ser o el ser representado como polígamo o el pensarle como de una completa infidelidad a la reina legítima. La primera solución era imposible pues los mismos griegos fueron siempre monógamos y naturalmente representaron a sus dioses teniendo una conducta semejante. La última estaba más en consonancia en armonía con sus propias ideas que toleraban tales irregularidades y daban a los hijos habidos de ellas un hogar reconocido aunque subordinado en la familia.

De aquí Zeus es siempre representado como teniendo una esposa, Hera generalmente, pero como padre de numerosos hijos ilegítimos que, si eran hijos de diosas, adquirían también el rango de inmortales mientras que, si sus padres eran mujeres mortales su posición aunque exaltada no era divina.

Las numerosas uniones con mortales se explican fácilmente en unos casos por el supuesto probable de que las mujeres en cuestión eran diosas olvidadas lo como se les llama técnicamente «disminuidas», en la mayoría como particularizaciones de la pretensión general de las viejas casas reales de ser «vástagos» de Zeus y el deseo de las familias menos ilustres de proporcionarse un alto linaje al precio de una unión.

Explicaciones semejantes valen bien para muchas genealogías que retrotraen no hasta el mismo Zeus sino hasta algún otro dios olímpico.

Igualmente así un cierto número de uniones de dioses con matrimonio con parientes en primer grado, enteramente hijos o hermanas. Esto nunca fue practicado en la sociedad griega y debemos explicar tales casos suponiendo que la relación entre un dios y una diosa era explicada por algunos como la de padre e hija, hermano o hermana, por otros como la de marido y mujer. Los antiguos hacían notar esta anomalía y se mostraban confusos por ello en tiempos posteriores.

METIS, CONSORTE DE ZEUS
En Hesíodo la primera consorte de Zeus fue Metis, sabiduría, buen consejo, pero ésta fue una peligrosa unión pues Metis estaba destinada a dar a luz primero a Atena y entonces un dios quien mandaría a los dioses.

Zeus por esto tomó precauciones de tragársela antes de su nacimiento de Atena que a su debido tiempo nació de su cabeza de su padre. Sencillamente tenemos aquí una rarísima continuación del antiguo y salvaje mito de la deglución unido con lo que parece ser una especie de alegoría. El dios principal tiene siempre la ciencia con él. La estrecha conexión de Zeus y Atena es debido probablemente a causas históricas.

El dios principal de los invasores debió de llegar a alguna clase de condiciones con la diosa Minoana Micénica poderosa y bien arraigada. El no puede ser su esposo puesto que ella como el resto de su linaje no tiene consorte o uno insignificante. Por eso debía ser su padre. Pero puede tener madre pues esto la subordinaría a alguna otra diosa tal como Hera o Persefone y ella es en alto grado demasiado importante para esto. De aquí su milagroso nacimiento que se representa si pudiéramos tan sólo establecer los detalles, un capítulo interesante de la primitiva diplomacia y política eclesiástica.

Su esposa siguiente fue Temis, esto es, el cielo casado con la tierra. La descendencia fue apropiada, las estaciones, Horai, las Moriai.

Después vino Eurínome que como Metis representada por Hesíodo como hija de Océanos y Tetis. Sus hijas fueron las Carites, muy familiares en Inglaterra, en su traducción latina de su nombre, las Gracias, Gratiae.

Una unión muy importante fue la de Zeus y Demeter que de nuevo nos da al cielo desposándose no exactamente con la Tierra sino al Grano. La prole de este matrimonio fue Core, de otro modo conocida como Perséfone.

ATENA
Aquí hay otro relato que es de origen órfico. Refiriéndose originalmente a algún extraviado mito tracio o frigio. Zeus amaba a su hija Perséfone y finalmente se unió a ella en forma de serpiente o dragón. Dió a luz un niño maravilloso Zagreus, identificado recta o torcidamente con Dionisos, al que acometieron los Titanes inducidos por Hera celosa. Seduciéndolos con baratijas de diversas clases, incluso con un espejo, consintieron en matarle y entonces le despidieron y devoraron. Atena, entonces, ideó salvar la cabeza que llevó a Zeus. Este se la tragó y destruyó a los Titanes con sus rayos. De sus cenizas brotaron los hombres que por esto son en parte divinos pues los Titanes habían comido a Zagreo antes de ser destruidos y en parte perversos merced a la perversidad de los Titanes. Zeus habiéndose tragado la cabeza de su hijo pudo engendrarle otra vez a su tiempo en Semnele. Este rarísimo cuento parece deber algo a la leyenda de Zeus y Metis pero los detalles contradicen la normal tradición griega en cada fase notablemente en la unión de Perséfone a Zeus y no a Hades en la cruda doctrina del pecado original en la historia del origen del hombre y en todo el papel jugado por los Titanes.

Ha sido bien probado que debe relacionarse con varias deidades del ritual Dionisíaco u Orfico que entró en Grecia por el siglo VII o VI y desde entonces siguió existiendo hasta la caída del paganismo con más o menos poderosa influencia pero nunca enteramente incorporado a la ciencia o culto indígenas. La siguiente consorte después de Demeter fue Nenmosine, Memoria. De ella nacieron las nueve musas. Esto no parece más que alegoría,por la divina ayuda la memoria produce las artes y los oficios.

Luego viene Leto, madre de Apolo y Artemis. Finalmente Zeus se unió a Hera. En Homero no es su última sino su primera elección y su intimidad comenzó antes de la caída de Cronos. Esto es bastante natural en un poeta cuyos héroes principales son grandes reyes de Argos y de Micenas y sus vasallos.

HERA
Por cuanto Hera es desde tiempo inmemorial la gran diosa de Argos, inmediato a la cual las ruinas de su templo son todavía visibles. Es evidente que cuando los Aqueos invasores llegaron hasta allí pronto comprobaron que el culto indígena era demasiado fuerte para ser menospreciado aun en el caso de hacerlo así y por esto le dieron al fin y a pesar de todo pasó en su propio culto con el reconocimiento de la diosa principal Argiva como divina pareja de su propio dios principal. La genealogía ya dada que hace a Hera así mismo hermana de Zeus puede muy bien representar otro intento de combinar los dos cultos.

Según Hesíodo los hijos de la divina pareja fueron tres: Hebe, Ares y Elitia, Eilesthigia. El primero y el último de estos son hijos muy propios de una diosa íntimamente relacionada con la vida de las mujeres, siendo respectivamente las divinidades de la doncellez, de la lozanía y de la maternidad. Es de ser notado sin embargo que ambas son relativamente insignificantes. Ambas diosas aparecen en el culto especialmente Ilitia no tiene mucha mitología. Hebe difícilmente puede decirse verdaderamente que tenga alguna exceptuada la que es representada desposando a Heracles después que fué elevado al rango divino en su muerte. Ilitia tiene una curiosa leyenda de si misma que corre como sigue.

OLIMPIA Y ELEATAS
En Olimpia en una cierta ocasión se temía un ataque de parte de los Arcadianos. Como los Eleatas salieran en orden de batalla contra ellos una mujer repentinamente pareció llevando un un chico que presentó como propio y que en sueño había sido advertida que se entregara a los Eleatas por aliado. Los jefes eleatas en vista de ello colocaron al nene desnudo en la vanguardia del ejército y cuando los Arcadianos avanzaron el chico de repente se convirtió en serpiente. Con esto los invasores retrocedieron con pánico y los Eleatas los persiguieron. La serpiente desapareció en la Tierra, un templo fué erigido en el sitio y después rindieron honores divinos al niño bajo el nombre de Sosípolis, salvador de la ciudad y a Ilitia por la razón de que había echado al mundo al pequeño.

Parece un poco dudoso que Ilitia con su nombre no griego y su supuesto origen cretense aparezca en este mito como la divina nodriza de un niño divino completamente en el modelo cretense. Para los romanos Ilitia en el equivalente de Lucina o Juno Lucina diosa del alumbramiento. Como maravilla contraria al nacimiento de Atena de la cabeza de Zeus, Hera dió a luz a Hefestos sin padre. El y Ares serán considerados por ahora es de notar que la prole de Zeus y Hera forma un total de cinco de los cuales cuatro no están originariamente relacionados con sus padres pues Ares posiblemente es un intruso de Tracia, Hefestos ciertamente es oriental, Atena es una gran diosa independiente originariamente no relacionada con el Zeus helénico y con toda probabilidad en modo alguno subordinado a Hera, Hebe es poco más que un vástago de Hera, Ilitia es prehelénica y así, como Atena, puede no tener que ver nada con Zeus. Hay una consorte de Zeus muy probablemente la más antigua de todas que Hesíodo omite en su lista llamada Dione. Conoce, es cierto, su nombre pero sólo como una Oceánida y en ninguna parte dice cosa alguna sobre su matrimonio con Zeus. Pero Homero ha oído hablar de ella como madre de Afrodita que es invariablemente hija de Zeus en sus poemas por esto debió de conocer la unión entre Zeus y Dione.

ZEUS Y DIOPNE
Otras autoridades muéstrannos que Diopne es algo más importante que podría imaginarse por la escasa mención hecha de ella en los poetas mejor conocidos. Su nombre simplemente es el fenómeno femenino de Zeus. En Dodona pero escasamente al alguna parte más fué regularmente adorada la divina pareja. Puesto que sabemos que Zeus fué adorado juntamente con la Tierra en Dodona no parece inverosímil conjeturar el que era una diosa tierra pero contra Estrabón en los tiempos anteriores antiguos y contra Farnelle en los tiempos modernos que me inclino a pensar que se lo que fuese su naturaleza ella fué importada a Grecia como Zeus mismo y debe su insignificancia al hecho de que aparte de este culto muy viejo en un rincón retirado del mundo griego fue desplazado de la conciencia religiosa de los griegos por la figura dominante de Hera. En cualquier caso su relación con Afrodita nunca se reflejó en el culto y es una figura tan vaguísima que a menudo es confundida con su hija mejor conocida.

No en el catálogo hesiosídico de las esposas de Zeus sino en otra parte en la Teogonía en el famoso himno homérico Hermes en los descubiertos Ihncnentai de Sóflocles es mencionada Maya, hija de Atlas. Era una de las Pléyades. Las otras eran Taigeta, Electra, Alción, Aseterope. Celeno y Merope. Zeus la visitaba en secreto en lo profundo de la noche cuando Hera estaba durmiendo en el Monte Cilene de Arcadia. Dió a luz a Hermes.

Habiendo destronado a Cronos Zeus de ningún modo estuvo sin disputas y rivalidades para destronarle. Estas vienen principalmente aparte de la rebelión de los Gigantes de su propia familia y d ellos hombres. Los primeros parece que hicieron un serio intento para dominarle y atarle. Fué salvado por Tetis que envió a Bonareos en su ayuda.

HERA Y POSEIDON
Los tres conspiradores fueron Hera, Atena y Poseidón. Es notable que las dos primeras son presentadas constantemente en la Ilíada como críticos no muy cordiales de todo lo que Zeus dice o hace mientras Poseidón ayuda a los griegos contra, a voluntad de su gran padre. Puede ser que esto sea en último término debido a la identificación de Zeus con algún dios troyano pero parece completamente como probable que la rivalidad con las diosas en alguna manera incorpore una débil memoria de que ellos no eran originariamente de la misma nación que Zeus. Es, no obstante, muy inseguro fundar teorías de cuyo alcance en episodios de tal suerte de la poesía especialmente como Atenas es en general mostrada en relaciones muy amigables con su padre y en nada parece que una permanente hostilidad entre él y Poseidón puede ser trazada.

Pero el hombre encuentra un campeón wure según algunos relatos fué creador en la persona de Prometeo es previsor, el Tiotaán. Fué tarea de este semidiós hacer al hombre en primer lugar de arcilla el lugar en que lo hizo es Panopea, un par de millas de Queronea de Beocia era mostrado al curioso en tiempos históricos al mismo tiempo con algunas piedras remanente petrificado de la arcilla que había sobrado y cuando le hubo hecho Atena le infundió vida a la estatua. Por esto naturalmente favoreció y apoyó su propia creación. Zeus tenía poco amor a la humanidad en este tiempo y les oprimió entre otras aflicciones privándoles del fuego. Prometeo fué a rescatarlo. El robo robó el fuego del cielo o de la fragua de Hefestos. La primera es la versión más común pero la otra es tan vieja como Esquilo. Le llevó a la tierra en un seco medular tallo del hinojo. La planta es llamada ferula communis. Le enseñó también toda clase de artes y de ciencia elevándole así de su brutal condición. Así al menos es presentado el asunto en la historia clásica corriente. Es obvio que esto está en pugna con el mito de la Edad de Oro no pueden ponerse de acuerdo solo incurriendo reconocimiento que una especie de degradación había tenido lugar.

PROMETEO
Ello es de hecho en parte al menos, el resultado de una primitiva reflexión. Prometeo aparece como una especie de héroe cultural divino e inventor, conocidísima figura de folklore que siempre responde al problema: ¿Cómo hemos adquirido tal o cual costumbre o materia de conocimiento?, nombrando una persona humana o divina que la descubrió o le dió principio.

El hurto del fuego atrajo sobre Prometeo la cólera de Zeus cuyos hostiles designios hacia los hombres en Esquilo ha intentado destruirlos totalmente habrán sido así frustrados. Tuvo ya una razón decisiva para aborrecer al Titán que poseía el fatal secreto del matrimonio de Tetis y además según una vieja y claramente popular conseja que le había engañado afrentosamente como sigue.

Habiéndose acordado que los hombres sacrificaran a los dioses y partieran la víctima con ellos surgió el problema sobre qué parte sería para los hombres y que parte para los dioses. Prometeo fué llamado para que arbitrase. Mató un buey, le partió y separó la carne y las entrañas de los huesos. Los últimos los envolvió en manteca y con el cuero hizo un lío. El resto lo metió en el estómago. Zeus al darle a escoger solamente tomó la parte de manteca que atraía la mirada y se puso furioso al encontrar que había obtenido solamente unos pocos huesos. De aquí el que los hombres sacrifiquen poco o nada de su mejores alimentos a los Olímpico y se los coman ellos mismos en el Banquete del sacrificio.

Zeus preparó la venganza y por esto procuró que fuese creada una mujer para que arrastrara a Prometeo a la ruina. Hefestos la formó de arcilla húmeda. Atena le dió vida y la vistió. Las Carites y Peizo, el espíritu de la Persuasión, la engalanaron con flores. Afrodita le dió la belleza y encanto y finalmente Hermes la enseñó toda clase de engaños y perfidias. Esta amable calamidad fué envidiada no a Prometeo mismo sino a su hermano Epimniteo, reflexión, que muy fácilmente fue engañado y la aceptó. A pesar de las imperiosas advertencias de su hermano de que no hiciera condonaciones de Zeus.

Ella llevó consigo un jarrón que contenía toda clase de males y enfermedades le abrió y todos ellos salieron quedando en el fondo sólo la esperanza. De esta mujer que se llamó Pandora ,todo regalos, porque todos los distintos dioses contribuyeron a su creación viene la raza de la mujeres que ha perjudicado a los hombres siempre después.

Finalmente Zeus tomó medidas severas para someter a Prometeo. Hefestos acompañado por Cratos y Bia, la fuerza y la violencia, hijos de la Estipe, transportaron al Titán a una montaña solitaria del Cáucaso y le encadenaron a una roca. Diariamente un águila visitaba y desgarraba su hígado. El hígado todas las noches se regeneraba haciéndose así la tortura infinita. Así estuvo en agonía durante largo tiempo probablemente en la intención de los narradores primitivos para siempre. Pero el relato corriente fué libertado por Herakles que erraba por el Cáucaso en busca de manzanas de las Hespérides.

Parece haber una doble versión de la leyenda aquí pues se dice así que finalmente se rindió y reveló el secreto del niño fatal de Tetis a tiempo para impedir a Zeus de casarle. El relato clásico generalmente armonizó los dos. Prometeo se había rendido y Herakles obró bajo la dirección de Zeus o con su consentimiento.

En cuanto a lo que Prometeo era originariamente aparecería ser un antiguo dios del fuego nativo de Grecia a juzgar por su nombre cuyo culto pronto quedó relegado a último término por el oriental. Pero bien pronto naturalizado fue el culto a Hefestos. Esto armonizaría muy bien con el hecho de ser representado en alguna extensión como rivales siendo Hefestos en una variante robado por Prometeo y así mismo actuado como verdugo de éste. En tiempos históricos fué todavía Prometeo adorado y venerado aquí y allá algunas veces con carreras de antorchas mientras uno o dos lugares pretendían poseer su sepultura esto es degeneraba en un héroe como ocurrió a algunas divinidades menores.

Como la conseja es muy popular fué tratada por una larga serie de escritores tiene más inmediatamente desde Hesíodo en adelante es de esperar que existieran, muchas variantes.

Así los padres de Prometeo son normalmente Iapeto y Climene o Ge, Temis, pero varios escritores más o menos oscuros dieron como su padre Eurimedonte, un gigante, o Uranos y como madre Asia o Asopis. Su mujer es llamada de diversas maneras.

PANDORA
Según un relato se supone hesiódico se casó después de todo con Pandora y Decalión fué su hijo. Otros nombres dados por varias autoridades son Celeno, presumiblemente no la Harpìa, perra, Climene, Asia. Aquí otra vez el mismo nombre sale en dos diferentes generaciones por alguna razón perdida es asociado con un personaje mítico que es llamado ya su madre ya su mujer, Prinea, Hesione y Axiotea, esta última parece debido a una real conexión en el culto con los Cabiros, algunos de cuyos nombres comienzan con las sílabas ascio. La localidad de su castigo es distinta en los distintos autores pero de ordinario es en alguna parte del Cáucaso.

Finalmente aparece un relato tardío en el sentido de crear a los hombres en segundo término. Después del diluvio huyó con una antorcha de fuego celeste y dió vida a las piedras arrojadas por Decalión y Perra.

TIERRA
Ahora la Tierra comenzó a producir seres monstruosos y enormes, los Gigantes, para luchar con la nueva raza de dioses. Respecto del origen de estos seres vagos y formidables es aventurado ser demasiado dogmáticos pero poco más o menos puede notarse que son continuamente representados como prisioneros después de su derrota bajo o una u otra de las regiones volcánicas conocidas de los griegos.

TIFEUS
Así Tifeus donde quiera que exactamente pueda estar los tiempos posteriores la identificaron con la isla volcánica Inarima no lejos de Nápoles. Es además de notar que Tifeus en cierto modo no es siempre un desvalido prisionero allí pues engendra en Equidna su repugnante prole. Por esto no iremos muy descaminados si los consideramos siendo no exactamente personificaciones de las fuerzas volcánicas y otros fenómenos formidables de la naturaleza como espíritus de vieja concepción supuestos ser responsables de tales cosas. Su naturaleza en la pura tradición griega es mejor violenta que positivamente perversa. Los teólogos griegos no conocieron el diablo.

Además es de notar que un gran número de los Gigantes propios tienen nombres bien griegos como Agnos, el agreste, Fetos, Ión, el veloz, Hipólito, desatador de caballos, probablemente Picador o Cochero, Efialto, en alguna parte el genio de la pesadilla. Como asimismo sus funciones se sobrepone algo a las de los Titanes podemos igualmente llegar hasta llamarles una especie de equivalentes griegos de a estas deidades prehelénicas con esta diferencia que los últimos parecen haber sido en algún tiempo venerados como figuras mitológicas. Lo que puede ser llamado la leyenda ortodoxa de ellos es el que nacieron de la Tierra cuando las gotas de la sangre de la mutilación de Uranos cayó sobre ellas. De aquí son llamados a menudo Gegeneis, esto es, nacidos d ella Tierra.

En verdad, encontramos relatos algunos de los cuales muy primitivos en los que los Gigantes, ya bajo este nombre, ya bajo el de Gegeneis son hombres rústicos y salvajes algo semejantes a los Cíclopes a quienes en cierto modo se parecen por su naturaleza.

GIGANTES
Esto es verdad de los Gigantes en Homero, de los Gegeneis en Apolonio de Rodas, que de ordinario se inspiran en viejas y buenas fuentes para sus narraciones .Esto parece ser una muestra de su antiguo racionalismo. Racionalización que por necesidad no impide nuestra adhesión a la anterior interpretación de los Gigantes como espíritus de fuerzas naturales agrestes, no necesariamente siempre volcánicas, pues los griegos no distinguieron en todo momento muy agudamente entre éstas y otros fenómenos sorprendentes y no como, por ejemplo, representando un relato exagerado de algunos pueblos salvajes y atrasados encontrados en alguna parte durante los viajes hechos por los Aqueos u otras razas por el interior de la península griega.

Estos Gigantes fueron empujados por su madre, a atacar a los dioses sea con el deseo de vengar a Uranos, motivo inconsistente viendo que ella se dispuso a revolverse contra él, se para vengar algún insulto o injusticia hechos a ellos mismos más tarde.

Tenemos en la mitología al uso tres distintos intentos: primero, la Gigantomaquia propia, segundo, el ataque de Tifeus y tercero, en atentado de los Aloades.

Del primero no encontramos ningún relato detallado en algún autor cuyas obras se conserven más viejo que Píndaro, aunque es posible que algún pasaje perdido de Hesíodo pueda haber tratado de ello y haya alusiones en Jenófanes y en la Batracomiomaquia, poema de incierta pero claramente primitiva fecha que parodia a Homero. Heracles interviene combatiendo de parte de los dioses y venerando al formidable giganteAlcioneo. El escenario de la contienda fué Flegra; la mayor parte de la versiones de esta historia están contestes sobre este punto pero como puede esperarse no todas son tan explícitas al señalar donde esta Flegra. Propiamente parece ser un distrito del istmo de Tracia. Pero el nombre de los Campos Flegreos cerca del Vesubio todavía da testimonio del deseo de los primitivos colonos griegos en Italia de llevar con ellos el famoso mito.

LOS GIGANTES Y APOLODORO
Otras localidades son igualmente nombradas. Entre las muchísimas versiones tenemos la de Apolodoro, la continuación del suceso fué como sigue. Los Gigantes eran de un cuerpo formidable y monstruoso en parte humano pero de tamaño enorme y con serpientes por pies, en este detalle coinciden la mayor parte de los relatos. Además la Tierra hizo crecer una cierta planta que les haría totalmente invencibles e igualmente sin ella no podrían ser derrotados por los dioses solos sino únicamente por la combinación de dioses con un mortal. Zeus sin embargo tomó medidas para conjurar el peligro enganchando a su hijo Herackes como aliado e impidiendo al Sol, a la luna y a la Aurora mostrar el lugar de la hierba mágica que él mismo recogió. Así hubo los más desesperada batalla pues los Gigantes avanzaron lanzando enormes rocas y antorchas hechas de robles enteros. Los dioses por su parte realizaron prodigios de valor de fuerza y habilidad que la imaginación de los diversos poetas detallaron con la extensión considerable.

Por fin los Gigantes fueron derrotados y aplastados siendo algunos enterrados bajo islas. Enterrados por ejemplo bajo Socilia que Atena arrojó sobre él, mientras Polibotes fué sumergido por Poseidón bajo un enorme bloque desprendido de Cos, que formó el islote volcánico de Nisera.

La Tierra, sin embargo, encontró medios para producir nuevos cataclismos pues dió a luz un monstruo más prodigioso Tifón o Tifeo. En la descripción de esta criatura extraordinaria los poetas a partir de Hesíodo han derrochado mucho ingenio lo más fundamental seguramente es de Oriente y no griego. Según Hesíodo era hijo de Tierra y Tártaro. Robustas eran sus manos y llenas de trabajos, infatigables sus pies de dios poderoso. Asimismo de sus hombros salían las cien cabezas de una serpiente un terrible dragón que se relamía con lenguas negras y de debajo de las cejas o los ojos en las monstruosas cabezas despedían fuego. De todas las pavorosas cabezas salía una voz de sonido como un toro que muge indomable de fuerza y soberbio de voz ya como el ladrido de cachorros, una maravilla de oír ya con silbidos que hasta las altas colinas repercutían. Luego sigue una elocuente descripción de cómo Zeus se levantó en su majestad contra él lanzándole sus truenos y rayos hasta que el universo entero se estremeció y llenó de espanto poniendo a Tifeo en llamas y reduciéndole a la impotencia después de lo cual le arrojó al Tártaro. No llegó a matarle siendo tan inmortal como su gran vencedor y vivió para ser padre de los vientos menos el Sur y el Oeste, Notos y Zéfiros, que son suaves brisas y de origen divino.

TIFON
Pero había otra historia todavía muy verosímilmente antigua y que contenía fuertes reminiscencias de salvajismo y por tanto del atrasado Oriente, no del progresivo Occidente. Según esta versión la batalla no se decidió tan sencillamente. Tifón como se le llama especialmente en esta variante, no fué puesto en fuga por Zeus sino que lo metarfoseó cuando llegó al Monte Casión en las costas de Siria. Atacando a Zeus le quitó sus espada, una especie de hoz o cimitarra, la misma arma con que Cronos venció a Uranos y Perseo a la Gorgona sin duda como antiguo ritual. Con ella le cortó los tendones de manos y pies .Así imposibilitado Zeus fué llevado por su rival a la caverna Corician, en Coliciano la caverna del mismo nombre en el Parnaso y los tendones fueron luego guardados por un monstruo llamado Delfico mitad serpiente y mitad mujer. Hermes y Egipan, sin embargo, los sustrajeron por detrás según Nonnos. Cadmos disfrazado de pastor distrajo la atención de Tifón con su silbido. Zeus subió al cielo en un carro alado recogió sus truenos y persiguió a Tifón hasta el Monte Nisa. Aquí las Mairas le hicieron comer alimento de mortales que naturalmente no era su adecuado régimen y le debilitaron. Todavía resistió valiente, emerge y tan furiosa hizo una estancia en Tracia que el Monte Hemos, en el Macizo Balcánico, tomó nombre de la sangre, aima, que allí derramó. No hay que desorientarse con el último pormenor, es parte del intento natural de los griegos occidentales de tener localizada la famosa leyenda en su propio territorio. El resto tiene toda la apariencia de ser antiguo y la geografía indica lo que podíamos conjeturar que es Anatolia.

Otro relato de esta gran contienda es atribuida falsamente a Píndaro pues es claramente un relato tardío de los etiólogos. Los dioses cogieron tanto miedo a Tifón que huyeron a Egipto y allí se disfrazaron de animales diversos. Zeus de morueco, Apolo de cuervo, Dionisos de chivo, Hera de vaca, Artemis de gata, Afrodita de pez, y Hermes de ibis. Claramente esto no es más que el más disparatado de todos los intentos de explicación como Ammón identificado con Zeus tiene cuernos de carnero, el cuervo está consagrado a Apolo, el chivo a Dionisos, que a veces tuvo la forma de chivo, Hator identificada con Hera tenía el cuerpo de una vaca y Hera misma es llamada tradicionalmente Boopis, la de ojos de vaca, La Atargatis Siria que fué identificada con Afrodita y probablemente es referida a ella tiene consagrado el pez en el santuario y Tot identificado con Hermes tiene cabeza de Ibis. Las identificaciones son en muchos casos viejas, tan viejas en algunos casos como el siglo V antes de Cristo. Tifón mismo el tradicional griego equivalente del egipcio Set el enemigo de Osiris.

En cuanto al origen de esta monstruosa figura salvo que es oriental, mejor que griega, estamos completamente a oscuras. La etimología de su nombre s muy insegura. Su asociación con los vientos sugiere que es el genio del viento de alguna manera él mismo, que cuadraría muy bien a su fuerza monstruosa y violenta así como a la grotesca variedad de ruidos que, según Hesíodo, era capaz de producir. Es de recordar que en figuras como ésta, que no tienen lugar en el culto, la imaginación tiene mucho más libre juego que en la descripción de un dios cuyas actividades suponía su correspondencia con plegarias y sacrificios al mismo tiempo con la forma de culto pensaba en agradarle tendía a estabilizar sus mitos, bien que en gran medida le originaba. Tifón no tuvo templos, ni ritual, ni estatuas que honrar y por eso la fantasía del poeta y del artista estaba completamente suelta. Como en el caso de los Gigantes y Titanes las imágenes claramente deben algo a los fenómenos volcánicos. Merece la pena notar que una teoría primitiva y extendida creía subterráneos a los vientos con la producción de erupciones y terremotos.

Por último debemos mencionar a los Aliodas, Otos y Efialtes. Su historia está muy bien relatada en la palabras de Ulises de Homero: «Y ví a Ifimedea esposa de Aleo, que dijo que Poseidó hació con ella y así parió dos hijos que fueron de vida corta. Feuron los mas latos de todos los que la tioerra fértil crió y los mejores hasta aquíque a continuación edel famoso Orión. Tenían nueve años de edad y su grosor era de nueve xcodos mientras su estatura de nueva brazas. Y ellos dos amenazaron levantar el estruendo de una furiosa guerra sencillamente contra los dioses del Olimpo. Se propuseieron colocar el monte Osa sobre el Olimpo y encima del Osa el monte Pelión con sus ondulantes bosques y así los cielos podrían ser escalados y lo hubieran realizado si hubieran alcanzado las dimensiones de su total desarrrollo. Pero el hijo de Zeus que parió Leto la de los rubios bucles destruyó a entrambos antes que el plumón floreciera bajo sus sienes u y sus mejillas fueran cubiertas por el vello de una barbamoza». Hasta aquí Homero. Otro fragmento de su leyenda de la Ilíada.«Sufrió Ares cuando Otos y el potente Efialtes hijo de Aleo le ataron con fuerte ligadura y fué encerrado treinta meses en una vaso de bronce. Y entonces Ares, el insaciable de pela hubiera irremediablemente crecido pero su madrastra la rubia Eritea habló de ello a Hermnes y sacó a Ares cuando ya estaba totalmente abatido pues los duros ataderos le pudieron». Los relatos homéricos dados por autores más tardíos difícilmente son otra cosa que explicaciones y desarrollos de estos dos pasajes que deban a su independiente claridad y que a la imaginación de meros comentarios no es fácil decir.

POSEIDON
Primero en cuanto a la reunión de su madre con Poseidón corrieron dos relatos. Según el uno ella estaba enamorada del dios y acostumbraba a ir todos los días a la playa y derramar agua en su regazo hasta que a la larga él la visitó. Según el otro relato su amor era el dios fluvial Enipeo y Poseidón la sedujo tomando su figura. Todavía otra versión los hace hijos de la Tierra no de Ifimediadea. El motivo de su desavenencia con los dioses fué que ellos deseaban casarse con Hera y Artemos por su especial rencor contra Ares el que éste había matado a Adonis. Esta es seguramente una variante. Su muerte fué debida a Artemis tanto como a Apolo o a Artemis sólo en algunos variantes una cierva o Artemis en figura de ésta corrió entre ellas, ambas la tiraban y cada una tocaba a la otra. Llegaron al Tártaro y allí fueron atadas con serpientes a una columna de espaldas el uno al otro mientras algún otro castigo parece asimismo haberles sido infligido. El deteriorado texto de Higinio nos impide conocer cuál fuera ese castigo. Estos autores tardíos nos dan la curiosa información de que la medida del crecimiento de los monstruosos hermanos nueve dedos por mes o unos siete pies, medida inglesa por año o que su crecimiento anual era una braza de alto y un codo de grosor.

Hay como quiera que sea, un grupo de leyendas que son más interesantes que estos fantásticos detalles y sirven para arrojar alguna luz sobre el posible origen de los Aloades. Según una tradición tan antigua al menos en parte como Hesíodo, aparecen como seres benéficos fundadores de ciudades y creadores del culto las musas. El campo de sus actividades varía. Actúan en Tesalia y Beocia, van a Naxos a rescatar a su madre y hermanos que habían sido secuestrados y son venerados como héroes en Naxos. Se contaba asimismo que había sido enterrado en Creta. Ifomedia fué venerada en Milasa y en Caria. Aquí tenemos dioses no rebeldes contra el cielo ni trastornadores del orden establecido en el universo sino mejor una especie de héroes culturales o dioses.

Tal vez es digno de recordar que Ifimedia y su hermana Pancratis son representadas como siendo niñeras de Dionisos que proporciona un enlace con la isla de Naxos en donde el culto de esta deidad floreció. Como Naxos es asimismo un lugar del culto a la Gran Madre bajo la forma de Afrodita Ariadna puede ser que Uifimedea, Gran Reina, sea la Gran Madre en una de sus muchas formas Esto ciertamente se explicaría por la versión que hace a los Aloades hijos de la Tierra y por el relato que dice que su madre fué venerada en Caria en donde se esperarcía el culto de una diosa Anatolia.

Los Aloades como los Titanes puede razonablemente suponérseles viejos dioses y yo me inclinaría a ver una indicación de ellos en la identidad de nombre entre uno de ellos y el genio de la pesadilla, Afitialtes, Ephialtes, Epielales, Epiheles. Es bien conocido que los dioses de una religión más antigua son a menudo genios de otra nueva y esto es ocasionalmente verdad entre los tolerantes griegos. El nombre puede ser bien interpretado como guerrero valiente, a la letra que el que salta sobre su enemigo O puede asimismo descender a significar un incubo diablillo d la pesadilla que salta como decimos se posa sobre el pecho de los durmientes desordenados.

Como una mirada a los textos indicados en las notas mostrará suficientemente los Titanes, los Gigantes, los Aloades, y Tifón son a menudo confundidos por nuestros autores en especial los más recientes. Tifeo y Efialtes aparecen como nombres de Gigantes y los Gigantes no pocas veces se dice haber superpuesto montañas para alcanzar a los dioses. Parejamente los Hecatongiros a veces se han agregado a esta confusión a pesar de su habitual actitud amistosa para con Zeus.

La ulterior mitología de Zeus concierne principalmente a sus intervenciones en favor o en contra de dioses particulares o seres humanos. Aparte de los filósofos que tratan de la naturaleza de Dios o de os dioses griegos Zeus sobresales especialmente en las obras de Esquilo el más grande de teólogo de los poetas griegos.

La primera cosa que señalar en conexión con la grandes leyendas heroicas que forman los cielos es una que parece muy natural ahora que el doctor Nilsson ha tenido la sagacidad de referirse a ella. Todo lo de ellas a excepción del cuento de Ulises que no es verdadera saga sino una Marchen son elementos de saga incorporados, están estrechamente unidos con lugares minoanos mivcenicos.

Los originales Argonautas son Minios de la Micenica Arcomenes. Los relatos de Troyta tienen un final de su acción en Argos y Esparta, el otro en Hissarlik y os de estos tres son lugares clásicos de descubrimientos micénicos. Heracles es señor de Tirinto una de las viejas ciudades mkicénicas. Minos ha dado su nomnbre a la antigua civilización de Ctreyta. Teseo juega su herlico papel en la Stenas Micénica. El jabalí de Calidón fué cazado en una región todavía no explorada por los arqueólogos pero se sabe que hubo aquí cerámica mivcenica y nadie se sorprendería si el palacio del rey Oineus pudiera alumbrar y revelar el típico Megaron Micénico o el mar informe plano de un palacio cretense.

Que Minos existió realmente es probable que nunca lo sepamos ni siquiera si la palabra es un nombre propio o un título. Para los griegos fue un gran rey de Creta en remotos tiempos y según la general creencia tan justo como poderoso si bien la versión ateniense hace de él un cruel tirano. Desde que ella dice que derrotó a los ateniense y les impuso tributo podíamos descontarlo. Pero bueno o malo justo o injusto el relato de sus orígenes es como sigue. Agenor rey de Tiro tiene una hermosa hija, Europa, que Zeus amaba. Para seducirla tomó la forma de un magnífico toro blanco que jugó tan gentilmente en torno a Europa que al fin ella montó otro juego en su lomo sobre el cual la llevó a la costa y a nado la pasó después a Creta. Aquí ella dió a luz a su divino consorte los hermosos vástagos Minos y Radamantos, algunos añaden a Sarpedóninos llegó a ser rey de Creta y su hermanos fueron desposeídos según una leyenda.

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