Dic 112016
 

 

Teodoro A. López López.

Introducción

Dos precisiones a tener en cuenta según Benedicto XVI: “Todos sabemos  cuál  es la diferencia  que hay  entre una iglesia  impregnada por la oración y una iglesia convertida en museo. Hoy nos encontramos ante el peligro de que nuestras iglesias lleguen a ser museos y que suceda con ellas  como con los museos: si no están cerrados son  desvalijados. Ya no hay  vida en  ellas. La medida de la vitalidad de la  iglesia, el grado de su apertura interna, se manifiesta  en que pueden tener sus puertas abiertas, ya que es una iglesia  impregnada por la oración. Les pido por tanto a todos, de todo corazón,  que  tomemos nuevo impulso para ello. Volvamos a recordar  aquello de lo que  siempre vive la iglesia, que el Señor sale en ella  constantemente a nuestro encuentro”[1].

En efecto, nos obliga a presentar tres aspectos: histórico, teológico, existencial, antes de entrarnos en la fábrica del templo que nos ocupa.

 

LA CATEDRAL DE SAN JUAN BAUTISTA

La vieja  capital del Reino de los Aftasíes fue reconquistada por  Alfonso IX    en torno  a la Pascua  de Pentecostés de 1230, sería   el veintidós o veintitrés  de mayo. Sin embargo, el Rey  Alfonso IX  estuvo poco  tiempo  en Badajoz  y moría  el veinticuatro de septiembre del mismo año.  No tuvo tiempo material para  establecer la  organización de una iglesia. Pronto se hicieron  las gestiones pertinentes para restablecer el Obispado de Badajoz.

Gregorio IX (1227—1241) firma con fecha  29  de octubre de 1230 dos Bulas dirigidas a Bernardo II de Compostela: una, “Gaudeamus in Domino et eius laudibus delectemur”, por la que  concede facultad de proceder  por esa  vez  constituir los cabildos y consagrar obispos de las ciudades  de Mérida y Badajoz.; otra,  “Qui celestia simul et terrena omnipotente prudentia moderat”  dando las dificultades para  resolver lo que pueda surgir al encontrar personas que  puedan asumir dichas  funciones episcopales sin caer en irregularidades  canónicas “ex defecto natalium “ o de “suspensión” para la colación del “officium”. Otra tercera del  26  de junio de 1234  vuelve  a insistir  sobre la restauración de las iglesias “aptas para tal honor pontifical”, cuyo ejecutores son los arzobispos de  Compostela y Toledo.  No consta  que  fueran ejecutadas dichas Bulas  por el Arzobispo  metropolitano D. Bernardo  II. Lógicamente resulta  imposible que  existiera una primera  catedral  sin obispo  y aún más que se titulase Santa María del Castillo.

Fray Pedro Pérez (1255-1266) fue el Primus  episcopus pacensis, quien celebró el primer sínodo  diocesano o aprobó las primeras constituciones del cabildo catedral para organizar la  vida  eclesial el  22 de marzo de 1255, aunque no se consagra como obispo hasta después del 27 de noviembre de ese mismo año.

El 28 de mayo de 1255 el  Concejo de Badajoz a  ruego de Rey Sabio  dona Uguela  y Campo  mayor y el 8 de octubre del mismo mes  concede licencia  aquellos que quisieran donar  algo a la Iglesia de Badajoz. [2]

El 15 de noviembre de 1255 Alfonso X “el Sabio “ , Rey de Castilla y León otorgó el privilegio rodado “ Por grand fabor que he de hazer  bien er merced a la Eglesia Cathedral de Badalloz  et  al cabildo de esse  mismo  logar. Otorgo y establezco  daqui  adelante  para siempre  iamas que cada uno que muere el  Obispo de la sobredicha  Eglesia (to) das las cosas   que ouiere  a la sazon que finare que  finquen saluas  et seguras   en iuro et en poder el Cabildo , et que ninguno sea osado de tomar nin forçar  nin rrobar ninguna cosa de ellas.” [3]

El Fuero de Campomayor  del 31  de mayo de 1260  [4]  tiene dos sellos pendientes: uno del obispo sin poder conocer su efigie; otro del cabildo con toda distinción de cuarteles: un Cordero con Bandera, que es divisa del Precursor de Cristo, San Juan Bautista, y debajo una concha o venera  por devoción de esta  iglesia al Patrón de España Santiago o por ser iglesia sufragánea  de  Santiago de Compostela;  y en la parte  superior de la derecha  un castillo y en la de la izquierda un León rampante. Las que son armas de la misma Ciudad, por la que se agregaron al escudo, habiéndose tomado de los Reyes de Castilla y de León. Alrededor  el rotulo: Sigilum Capituli Sedis Pacensis, rematando  con la corona real. Estas primeras  armas  se usó por muchos años, después se impuso  las segundas armas cuyo  único cuartel  lo  ocupa  el  Codero.  Por ello se conoce  que siempre  la Iglesia catedral  estuvo dedicada  a San Juan Bautista.

Otro con la insignia de la Madre de Dios, sentada con un Niño en los  brazos y alrededor  las letras: Sigilum Capituli  Pacensis. Utilizan la Iglesia de Santa María del Castillo el tiempo necesario hasta la terminación de la primera fábrica de la Catedral.  En efecto, Fray Pedro Pérez  se enterró en la Iglesia de Santa María.

 

 

  1. Templo Primitivo

Badajoz en el pontificado de D. Fernando padece una derrota  considerable, tanto que fue   necesario  que el Obispo, Deán y Cabildo,  viendo destruida su Catedral  y que los vecinos habían pasado  su domicilio dentro del Castillo, se acuerda  retirarse   a la iglesia antigua de  Santa María para celebrar  los oficios  divinos los años 1269 y 1270 [5].

La Bula de 26  de enero de 1272 del papa Gregorio señala  los límites de la catedral y las parroquias ahora y en el futuro  y evitar  discordias, que aún no han sido delimitadas  y que con el asesoramiento  de varones  prudentes  había hecho con su autoridad el obispo  según  aparece en las letras y con el sello episcopal[6].

En el  1274 aparece ya reparada la catedral de San Juan  y por  segunda vez la ocupa  el cabildo y en ella  celebra los oficios divinos,   que estas quieren decir “porque  fue  Se,  e  más honradas que las otras”.

La Concordia que hizo Frey Lorenzo Suarez con el Maestre de Alcántara  sobre la Iglesia  de  Santa María de Calatrava el  18 de julio de 1274 se lee: “Et Retenemos para  nos e la iglesia quechamam  santa maría la Bisbal quesse  tem con el almacen del Rey, con todo su çementerio y con estos derechos   babtiçar y ssoterrar todosd aquelloys quesse y mandarem soterrar: por que fue see et más  honrada  que las otras et  por queiaz hy  el obispo don  pedro nuestro antecesor y otros  ommes  bonos, et  que se  faga hy servico de dios, salvo que  nunquam  pueda  aver  feligreses”[7].

El Rey Sancho confirma los privilegios de su abuelo Fernando y de Alfonso, su padre a esta Iglesia Catedral.[8] Parece que fue consagrada  el 1276. En uno de  los pilares que separan el cuarto  del quinto tramo, empezando por la cabecera, aparecen las cruces indicativas de la consagración.  Pues  Marín de Rodezno  en 1697  al ampliarla quiso  consagrarla y el cabildo   le  dijo que “no había necesidad, pues e  consagró en antiguo” [9]

En 1279 fray Lorenzo Suárez comienza a celebrar los oficios  divinos   en el nuevo templo de San Juan Bautista, a quien ya había sido dedicado y consagrado. Los libros litúrgicos  más  antiguos que conservamos es el “Missale secundum alme Pacensis ecclesie consuetudi[10]  y “Breviarium secundum alme Pacensis ecclesie consuetudi”[11], mandados por D. Pedro González Manso que a su vez  recoge otro más antiguo de 1505 en que se celebra la Dedicación de la Santa Iglesia Catedral Pacense el 17 de septiembre[12].

Durante el siglos XIV conocemos algunas  actividades en la catedral.  “Estando D. Beltrán, deán  de la Iglesia de Badajoz y el cabildo de la dicha Iglesia todos adjuntos   a campana repicada  en su cabildo según lo que hay de uso y costumbre dentro en el coro  ante el altar mayor de San Juan hicieron cantar  misa del Espíritu Santo y acabada  dicha Misa el Arçediano Gomes Martines  dixo e rogo a los caballeros et ommes  buenos de la dicha ciudad que y estavan que se salliesen fuera dela  dicha  iglesia et le dexasen  faser  su ellección et pidiesen  a  Dios merced que  enbiase sobre ellos gracia de Spiritu Santo, por que  oy  en este día finiesen  et ellegiesen prelado que fuese  a servicio de Dios…” [13]. El año 1341 fue elegido  D. Vicente  Estévanes, pero no llegó  a ser consagrado obispo.

El 19 de agosto de 1342 el cabido escribe: “Sepan quantos  esta carta vieren commo nos el deán et el cabildo dela sé de sant Iohan de aquí  de Badaios estando ayuntados en nuestro cabildo çerca de la dicha  yglesia segund quelo  avemos de huso et costumbre, connocemos  et otorgamos que arrendamos avos Estevan Peres….”[14].

Existen dos nuevas cartas de arrendamiento: una, del año 1356 en la que  el Cabildo  en la sé  de San Juan Bautista reconoce a Ferrant Sánchez un poder[15] y otra, del año 1362 en que concede a Juan  Ferrandes Gallego la renta de unas  casas[16].

Solano de Figueroa   escribe que en 1374  se firmen las actas capitulares en el claustro de la catedral pacense[17]. Cuando el Rey D. Juan puso sitio a Yelbes y son vencidos en la batalla de Aljubarrota  (Portugal) el 1386, pasan a celebrar las horas canónicas a Santa María[18].

En el siglo XV poseemos  una carta de 20 de julio de 1410  en que refiere “que  por la destrucción y  despoblamiento de los moradores de esta ciudad, que acaeció  en las  guerras pasadas, el cabildo hubo de  desamparar la Iglesia de S. Juan, que es matriz y catedral de este obispado  y ponerse dentro del castillo,  donde no pueden ir a celebrar  los oficios divinos;  mas fue y les  es necesario  residir y decir  las horas canónicas con el pueblo  de la ciudad  dentro del castillo, en la iglesia de  Santa María, la obispal, que es muy pequeña; por lo cual que confía que en adelante  la ciudad  podrá ser poblada; y la Iglesia de San Juan tornar a ser servida del cabildo; porque no cese  el oficio divino…  por mengua de basílica conveniente, exhorta el reparo de la  Santa María;  a cuya invención primeramente fue  fundada  y traspasada   de Mezquita que era de los moros; y otorga  a todos los fieles que ayudasen  por esta obra un año de indulgencia[19].

  1. Nueva Fábrica

En el 1467, se vuelven  a recibir varios donativos para la  “Iglesia Mayor del Señor San Juan”, con los cuales  se logra que el templo  esté totalmente  terminado[20]. Incluso era normal el celebrar las reuniones de cabildo en la sacristía[21].

A principio del siglo XVI se hacen casi todas las capillas laterales del templo, el nuevo claustro, la torre  y, a mediados el coro.  

  1. Ampliación y mejora

Juan Marín de Rodezno, gran mecenas, hace grandes reformas  para dignificar la catedral.   El resumen de las  obras se recoge en una dedicatoria en la sacristía de la  capilla de la Magdalena:El Ilmo. Sr. Don Juan  Marín de Rodezno, Obispo de este Obispado, a sus expensas, mandó hacer en esta Sta. Iglesia la Capilla Mayor, Presbiterio, Colaterales, Sacristía principal con sus cajones, Oratorio, la capilla de Sta. María Magdalena con su entierro, esta Sacristía copiosamente ornamentada, el panteón y entierro de los  Señores Prelados y Prebendados, la capilla del  Santo Cristo, dos salas capitulares, Ossario, graneros, cuarto para los sacristanes, bodegas y oficinas, con otro panteón en ella; la efigie  del Sr. San Juan Bautista colocada sobre la puerta principal, el enlosado de la Iglesia, de las dos capillas y sacristías. las rejas doradas del coro, crujía, Capilla Mayor, púlpito, tribunas, puertas del Panteón, capilla de la Magdalena y  Sacristías, un palio de tela pasada con 10 varas de plata, los canceles de las tres  puertas de esta Iglesia y otras muchas obras en ella; y agradecido su cabildo, le dotó su mesa capitular la fiesta de la Magdalena y un aniversario doble el día de su fallecimiento y mandó poner esta memoria  para que sea perpetua  la de tan Magnífico Piadoso Prelado. Año de  MDCCI”[22].

 

  1. “CATEDRAL” VIENE DE CATEDRA. LA SUCESIÓN APOSTOLICA

“Catedral” viene de “cátedra”, que es el lugar desde donde el obispo (sucesor de los Apóstoles) adoctrina y evangeliza a los fieles.  De aquí que sea muy importante  descubrir el vínculo existente  entre el obispo actual y la cadena  episcopal  de sucesión  apostólica.

Iglesia emeritense

Tendremos que averiguar históricamente  cuál es la conexión  con los apóstoles y conocer concretamente  el fundamento  apostólico.  En las tierras bajo extremeñas  la conexión  está  en la sucesión apostólica de  Mérida- capital  de la Hispania Ulterior-   cuya  “sede”  conecta  con el apostolado  de  San Pedro y san Pablo  desde Roma.  Por la carta de San  Cipriano del  año 256- testimonio más antiguo  de la Iglesia en España-  ya sabemos que había una Iglesia  organizada y  jerarquizada. Continuó  como sede  metropolitana  en el siglo VI-VII con los santos obispos: Paulo, Fidel, Mausona, Inocente y Renovato.  Su catedral o sede episcopal gozó con los derechos metropolitanos del arzobispo de Mérida. La  nomina de los  21 obispos y arzobispos abalan la sucesión apostólica[23].

Iglesia mozárabe             

Son escasos los fondos  documentales  sobre la iglesia mozárabe  de Badajoz, pero poseemos datos suficientes para afirmar su existencia.

La invasión sarracena de 713 tuvo como objetivo  la conquista de Emérita Augusta, gran urbe  y emporio  de cultura  durante la época romana y visigótica.  Existen levantamientos de los cristianos emeritenses  los años 827 y 835.   La percusión cristiana  es  grande. No obstante, es Ibn Marwan  quien  funda la ciudad de Badajoz= “Al Mossassa Batalways”, como  ciudad libre  e independiente, en el cerro de la Muela, entre los años 855-875, con permiso   del emir Muhammad I.

Con la sublevación de Mérida el 862 los cristianos emeritenses con su obispo  Ariulfo  pasan a la nueva ciudad de Badajoz. Aunque   el obispo  emeritense  no asistió al  concilio  celebrado en Córdoba, después por carta  se adhiere  por la carta: “Fuera autem episcopi qui epistolis me censuerumt suis adsolvi, hi: Ariulfus, videlicet, qui concilio non adfuerat, emeritensis sedis metropolitanus episcopus etc”. 

En cuanto al episcopologio mozárabe de Badajoz sólo conocemos los nombres de Theodocutus, episcopus  Baiciense. (904-905) Julio, episcopus  de Badalioaucu  (932) y Daniel,  epitafio  encontrado (1000).

Las fuentes históricas son los documentos reales  de Ordoño II (903-904), el privilegio de Ramiro II (932)  y  el código árabe 953 de la Biblioteca Nacional, y entre las sufragáneas de Mérida a Badajoz.

Iglesia pacense

Con la restauración del obispado de Badajoz   Roma  le da el título de “pacense” que en  épocas  anteriores lo había  ostentado la ciudad de Beja (Portugal)[24]. Pero Juan Pablo II eleva al rango de categoría superior por la Bula “Universae Ecclesiae sustinentes “, el  28 de julio de 1994 a Archidiócesis  de Mérida-Badajoz  con las diócesis sufragáneas  de  Coria-Cáceres y Plasencia.  Así s e forma la Provincia eclesiástica de Extremadura[25].

Los Episcopologios de los historiadores locales Rodrigo Dosma: Discursos Patrios[26] y Juan Solano de Figueroa: Historia eclesiástica de la Ciudad y Obispado de Badajoz  [27] caen en el error  de tomar  como propio el  episcopologio pacense de Beja (Portugal) con el deseo de entroncar con los apóstoles[28].

 

III. PIEDRAS VIVAS DE LA CATEDRAL DE AYER Y HOY

La Institución que agrupa a los canónigos es el cabildo de la catedral,  entidad muy antigua, que existe en Badajoz ininterrumpidamente  desde 1255, siete veces centenaria.

Sus funciones son ser “los servidores del culto y del canto de la catedral” y “consejeros del obispo con unos derechos  de control de las mismas funciones  episcopales”.

El colectivo de los  canónigos- llamados así porque  son  unos clérigos sometidos  a unos cánones o reglas eclesiásticas  al servicio de la catedral- fue incrementando en número a medida que pasaron los años, comenzando  con 12 en Badajoz y cuatro racioneros.  Nuestros  canónicos  no eran regulares, es decir, que  no seguían la  Regla de San Agustín, sino las decretales. Por tanto, con esta normativa no se le obligaba a vivir en comunidad, así encontramos canónigos de Badajoz que vivían en su domicilio particular.

El Código v igente de Derecho Canónico de 1983 añade:  El cabildo de canónigos, catedralicio o colegial, es un colegio de sacerdotes, al que corresponde celebrar las funciones litúrgicas más solemnes en la iglesia central o en la colegiata; compete además al cabildo catedralicio cumplir aquellos oficios que el derecho o el Obispo diocesano le encomienden. Canon 503.

En estas circunstancias continúa: “Pueden también encomendarse a clérigos que no pertenezcan al cabildo  otros oficios, con los que esos clérigos ayuden a los canónigos según los estatutos”. Canon 507.

Termina diciendo que el Obispo debe conferir las canonjías tan sólo a sacerdotes que, destacando por su doctrina e integridad de vida, hayan desempeñado meritoriamente su ministerio. Canon 509§ 2.

Dignidades y Canonjías.

Las dignidades, canónigos y racioneros tienen obligación de asistir a todos los oficios religiosos y sus obligaciones aparecen en distintos estatutos, reglamentos y reglas de coro.

Las Dignidades son Deán (Decanus) o presidente del cabildo; Arcediano (Archidiáconus) se responsabiliza de los diáconos o servidores del coro y altar, uno en Badajoz y otro en Jerez de los Caballeros; Tesorero (Tesaurus) , encargado  de guardar el dinero del cabildo; Chantre (Cantor) a cuyo cargo  está el coro; Maestrescuela (magíster) es responsable de las escuelas  catedralicias y Prior es el canónigo encargado de las ermitas  y santuarios de la diócesis.

A partir del siglo XVI se crean las canonjías de oficio, a saber, Doctoral o asesor jurídico de la  institución; Magistral que es predicador del cabildo;  Penitenciario como confesor de la catedral y Lectoral  o teólogo oficial del cabildo.  Finalmente aparecen otros oficios como el secretario capitular que lleva  la correspondencia.

Según el Concordato firmado el año 1851 por Pío IX e Isabel II, y la Real Orden Real de 16 de mayo de 1852  se instituye la dignidad de Arcipreste y se suprimen  las de Tesorero, Prior y Arcediano de Jerez. También se suprimen los racioneros y medios racioneros y son sustituidos por el cuerpo de beneficiados hasta que en nuestra Iglesia Catedral  el 1987 son elevados al canonicato por voluntad expresa del Sr. Obispo, extinguiéndose dicho cuerpo. Los nuevos beneficiados desempañan los oficios de tenor, dos contra altos, tres sochantres, cuatro salmistas, organista y maestro de capilla.

También suprimen las dignidades y canonjías de oficios, quedándose tan solo la del Presidente del cabildo (can. 507, $ 1), que ha de ser elegido democráticamente  para un periodo de cuatro años y el canónigo penitenciario (can. 508, $ 1).

Los ministros inferiores los componían tres grupos: Los capellanes de coro, que ayudaban al altar y al coro y llegaron a ser una veintena.  Los capellanes perpetuos servían al coro en todas las horas  canónicas y celebraban  la misa del finado y rociaban con agua bendita  su sepultura. Tenían obligaciones particulares  y no a todos toca a un tiempo: tres  capellanes  cada semana  son de misa  de Aparador, el primero más antiguo los lunes y jueves, el segundo,  martes y viernes y el tercero miércoles y sábado. El domingo entran  dos a misas de sexta, el lunes uno  para la misa ante primam; otro  para misa ante terciam; y dos para misa ante  sextam; el resto de los días martes dos para cada una de   las anteriores misas.  Finalmente, los Capellanes cureros que no dependieron directamente de la administración del cabildo catedralicio, aunque este ejercía sobre ellos cierta supervisión por vías más o menos indirectas a modo de instancia superior. Sirven  cada día en las confesiones, aniversarios, sepulturas y  pitanzas (pequeñas limosnas  que el cabildo distribuía diariamente en comida, o en metálico a los necesitados).

Cuatro de estos el día de la  Conmemoración de los fieles  difuntos acompañan al medio racionero a Vísperas y Misa en la Iglesia de Santa María del Castillo, saliendo y viniendo procesionalmente  desde la Catedral, con capa de coro y sobrepelliz.  Otros dos  ayudan todos los días de fiestas al cura  de Santa María y en Semana Santa a oficio de tinieblas con otros cuatro.

Otros ayudantes son la capilla  musical,   cuatro clerizones,  sochantres, un sacristán mayor y otros menores,  media docena de monazillos o monaguillos quienes solicitaban las vacantes  al cabildo para su nombramiento hasta el 1967 que  es una comunidad  de consagradas quien se responsabiliza de la sacristanía. También  existían otros ayudantes como eran los mozos de coro, ofrenderos, porteros y campaneros.

  • DESDE LA FABRICA. NAVE CENTRAL Y LATERALES. CAPILLAS Y CLAUSTRO.

 

  1.  
  1. NAVE CENTRAL

CAPILLA MAYOR. PRESBITERIO   Fue edificada a finales del siglo XVII, bajo el pontificado  y mecenazgo del obispo  Marín de Rodezno.

El retablo mayor, regalo del  arzobispo de Toledo,  Francisco Valero y Losa y (1707-1715), antes obispo  de Badajoz, es obra de  importancia del barroco madrileño, debida al entallador Ginés López (1717). La imagen  de San Juan Bautista, de la misma fecha, se debe al escultor, vecino de Madrid, Juan Alonso Villabrille y Ron, mientras que la de la Inmaculada  suelen adjudicarse  a artistas  sevillanos de la época; las restantes  imágenes  son obras de  escultores  locales: Miguel Ruiz Taramas y Francisco Ruiz Amador.

LÁMPARA. La magnífica Lucerna, procedente del salón de sesiones y de las Cortes hoy colocada en la nave mayor de esta Santa  Iglesia, ha sido donada por el gobierno de S.M.  a instancias del Excmo.  Sr. D. Adelardo López de Ayala, presidente del  Congreso y diputado por la provincia en diferentes legislaturas  y que la inauguración  o estreno de la misma ha de tener lugar en la próxima  festividad del la Inmaculada Concepción de Mª Santísima, vigésimo  quinto aniversario de la definición dogmática de este Misterio. (19 de noviembre de 1879).

REJAS. El conjunto  de la rejería  se labró  a finales del siglo XVII, gracias al mecenazgo  indicado de Marín de Rodezno. Sigue  modelos del Alentejo portugués, verificados tanto en Olivenza, como  en Marvao, Elvas, Campomayor, etc.

Las rejas de la catedral datan de finales del siglo XVII. Las de la nave  central  se pusieron  en el pontificado de  Marín de Rodezno, en 1696.

Las rejas de la capilla mayor, crujía y la que cierra la sillería del coro  está hecha de sencillos hierros, muy elaborados y artísticos.  Tienen  unos balaustres esbeltos, con base, capitel y adorno de hojas en el centro; otros tienen  forma de columnas salomónicas. Los frisos de las mismas llevan  adornos circulares y en espiral forma un bello  conjunto.  La parte superior está  llena de roleos que  desarrollan un motivo ornamental muy vistoso.

Acertadamente escribió Dª Dolores Gómez-Tejedor: son a manera de gigantes  mantillas  españolas como las que llevan las mujeres en las grandes solemnidades para  realizar  belleza”

PULPITOS. Dos pulpitos sostenidos por columnas de mármol. Recordemos  una  anécdota en la catedral de  Badajoz, con  ocasión de la visita de la Isabel  II  en 1865, cuando vino a la inauguración  del  ferrocarril (1865).  Como acostumbra  su arzobispo confesor  Antonio  Mª Claret, antes  de llegar a misa la Reina predicaba desde el púlpito  y al entrar ésta por la puerta del Cordero el pueblo le aplaudió.  El Prelado levanto su diciendo: “Sólo al  Soberano se aplaude en la Iglesia”.  Después le felicito la Reina.

CRUJIA  o paso que une el Coro con la Capilla Mayor con sus puertecillas para entrar y salir, están igualmente  balaustradas y con gran cantidad de piezas forjadas con  soltura.

CORO-ORGANOS. La sillería del coro es del más puro estilo plateresco. En el 1554 el Obispo D. Francisco Navarra, deciden  quitar la sillería que había cerca  del Altar Mayor, en el tramo cuarto de la nave central, porque estaba muy deteriorada y, además, junto  con los órganos, impedían a los fieles  participar en las  ceremonias y oir bien los sermones, ya que se hallaban muy cerca del púlpito. De esta forma, habría un espacio más amplio para las celebraciones. Acuerdan  hacer la sillería “de nuevo palo” y situarlas en los   tramos  quinto y sexto de la nave  central. El autor  fue   Jerónimo de Valencia, discípulo de Berrugete en Valladolid, rogándole  que bajase el precio   que pedía, que era de 16 ducados por cada silla alta con su silla baja. Como buen conocedor  en la materia  le encargan  traer la madera  más noble para su cometido, ajustándose  el precio de 14 ducados por silla alta y baja.

El 15 de septiembre  de 1557, se reúne el cabildo  con el artista y le piden que la obra  esté terminada   el 15 de agosto de 1558, festividad de la Virgen. Le quedaban  hacer las 16 silla ultima finales, y, efectivamente , se termina en esta fecha; pero para eso tuvo que contratar a sus rivales Bernardino y Jerónimo Torres, e incluso al no menos famoso Hans de Bruselas, que afincado en Badajoz, estaba trabajando por estas tierras Esto se puede   observar  en las diferencias estilísticas en los relieves.

El total del coro fue de 51.000 reales sin  contar la albañilería.

El coro es un rectángulo  de 14,80 metros de largo por 7,80 de ancho. Es de estilo renacentista puro. Tiene  43  sillas  en el coro alto y 36 en el coro bajo. Total 79 sillas.

Santoral de los relieves

Coro del Deán Sillas El Resucitado Coro del Obispo Sillas
1 Virgen María 2 San Juan Bautista
3 San José 4 San Pedro
5 San Pablo 6 San Andrés
7 Santiago el Mayor 8 San Juan Evangelista
9 San Felipe 10 San Bartolomé
11 San Matías 12 Santo Tomás
13 San Mateo 14 San Simón
15 Santiago el Menor 16 San Judas Tadeo
17 San Lucas 18 San Bernabé
19 San Gregorio Magno 20 San Marcos
21 San Agustín 22 San Ambrosio
23 San Sebastián 24 San Jerónimo
25 Santa Catalina de Siena 26 Santa Tecla
27 San Pedro de Verona 28 San Antonio de Padua
29 San Esteban   30 San Lorenzo
312 San Blas 32 San Cristóbal
33 San Benito 34 San Roque
35 Santo Domingo de G.   36 San Francisco de Asís
37 San Miguel Arcángel 38 San Rafael Arcángel
39 San Gabriel 40 Un Ángel
41 San Basilio Magno 42 San Juan Crisóstomo
43 San Gregorio Nacianceno 44 San Víctor
45 San Felipe, diácono 46 Santa Lucía
47 Santa Catalina de Alejandría 48 Santa Margarita
49 Moisés 50 Elías

 

El órgano central, que está en el trascoro, es excepcional. Tiene tres teclados, peladier y 51 registros.  El artífice  de la caja fue Francisco  Ruíz Amador alrededor de 1727, año en que se colocó el órgano original fabricado  por el maestro José Martín Hernández, organero de Salamanca.  En 1924 se colocó el órgano que hoy se exhibe sustituyendo al original de 1727.

El órgano de la nave de Ntra. Sra. la Antigua fue fabricado en el primer tercio del s. XVIII por el mismo organero salmantino. Tiene un teclado y 14 registros Fue reconstruido el 1846  por el maestro  Benito  Baquero, vecino de Madrid. La caja es de estilo barroco clasicista.

El órgano de la nave de San Blas no tiene teclado, sólo la caja, de estilo  manierista, del s. XVII. En la crestería  Juan  Ignacio Estrada inserta en óvalos algunos bustos  tocados a la moda de la época.  Escudo de  obispo D Andrés  Fernández de Córdoba (1611).

Cripta de los canónigos. Ante la práctica centenaria de los enterramientos en la catedral para todos los fieles, lleva al Obispo Marín de Rodezno a construir una cripta para los capitulares.

Por la puerta principal del templo catedralicio se accede al panteón de los canónigos y racioneros en el trascoro, con entrada por una cancela sobre la que se coloca el escudo pontificio del fundador y una pintura del calvario, flanqueada por dos sencillos retablos con los cuadros  del Patriarca San José y los Santos Mártires Marco y Marceliano, patronos, principales y menores de la ciudad, respectivamente. Se desciende a la cripta bajo el coro a través de 35 gradas – 15  de piedra y 10 de ladrillo. La cripta fue construida el 1696 a expensas de D Juan  Marín de Rodezno. Sus medidas son: 3.53 m. de ancho x 4.70 m. de largo y 15.00 m. de alto, con una bóveda de cañón y un respiradero en el escalón del coro a comienzo de la crujía.

Preside un altar de piedra adosado a la pared, rematando dos pinturas murales decorativas y dos angelotes de tamaño natural, y un cuadro de San Mateo, apóstol y evangelista. Leyenda: Óleo sobre lienzo. Firmado Pedro Atanasio Bocanegra. 1665. Estuvo hasta el 1847 que el cura del Sagrario concedió pasara  a la capilla “en depósito” y de esta se llevó el 1912 por canónigo lectoral, D. Tirso Lozano Rubio al Museo catedralicio Hoy se encuentra  en el claustro.

Los capellanes de coro celebraban su fiesta en el panteón y lo adornaba con los “tafetanes”  del Cabildo Catedral.

No faltó el  Breve de Su Santidad sobre  indulgencia plenaria que se gana en la misma capilla y Panteón del glorioso Apóstol San Mateo desde sus primeras vísperas  hasta la puesta del sol en su día, 21 de septiembre por siete años.

A la que se añade la Bula Apostólica de Su Santidad sobre el altar  privilegiado para la capilla de San Mateo apóstol y evangelista sita debajo del coro de la Santa Iglesia Catedral

Los capitulares son  enterrados en nichos distribuidos por la parte lateral  izquierda en tres cuerpos, siendo el primero y tercero, compuesto  de cuatro hileras  o columnas  y tres filas, respectivamente y el central  de una  hilera y tres filas: Depósito de los señores prelados. (Sr. Obregón); y, por la derecha, con simétrica disposición, el depósito de los Señores Obispos es sustituido por un arco  con una pintura mural de la efigie de Cristo doliente.  En la terminación de la fila superior se lee Osario repetidamente.

Las inscripciones pintadas sobre calado, que figuran, son entre otras las siguientes:

Aquí yace Sr. D. Miguel Caldera Carnero, canónigo que fue de esta Iglesia. Falleció  el 18 de noviembre de 1737.

Aquí yace el Señor  Dn. Antonio  Bonifas, racionero entero, que fue de esta Santa Iglesia, falleció  a 19 de mayo Año 1738.

Aquí yace el S. D. Francisco Mateo Moreno Dr Canónigo de esta Santa Iglesia. Murió el día 22 de Noviembre Año de 1795.

Aquí yace el D Manuel Oliveros y Becerra que fue de esta Iglesia capitular, Maestro de Sagradas Ceremonias, medio racionero, después Dignidad de Chantre, murió 1 de enero de 1803.

 

Poco más de un siglo cumple su finalidad el Panteón catedralicio. Puesto que en el 1829 el Cabildo ordenó que se construya en el Campo Santo del Castillo un panteón para enterrar a los  capitulares y capas de coro, obra que costó 5.537 reales, abonándose  al mayordomo D. Francisco de Soto. En efecto, desde entonces  empezó a “olvidarse” el panteón de canónigos de la catedral.

No obstante se permitían algunos traslados una vez que fueron abandonados los antiguos cementerios en abril de 1845.

Además fueron inhumados otros personajes insignes,  entre los que  figuran los capitanes Daoíz y Velarde en el 1823 hasta su traslado a Madrid (Caja 37. Actas capitulares,  25  septiembre  1835, fol. 83 vto.).

 

Igualmente se pusieron y se hallarán los huesos del general Rafael Menacho y Tutlló, gobernador militar de la Plaza, cuando fue sitiada la Ciudad  por los franceses el 2 de febrero de 1811, rechazando la rendición por dos veces[29].

 

  1. Felipe de Arco Argüero, gobernador general de Badajoz durante el trienio liberal (1820-22). Murió el 13 de noviembre de 1821, en trágico accidente de caza ocurrido al caerse del caballo en la dehesa de Santa Engracia. Fue enterrado en el cementerio del Castillo, ubicado en la antigua iglesia de Ntra. Señora de la Consolación.

 

Fallece el Obispo D. Francisco  Rodríguez  de Obregón el  jueves 20 de enero de 1853, según certificación médica del Licenciado  D. Nicolás Jiménez y es sepultado el sábado siguiente después de las horas canónicas  de la mañana, como corresponde a la dignidad episcopal en el Panteón del cabildo que se halla debajo del coro. No era el uso ordinario en estos casos ya que los Prelados siempre son enterrados en las capillas laterales de la Catedral[30]. El 10 de junio de 1893 en un cabildo extraordinario se acordó poner una lápida así: “A la memoria del Ilmo.  Sr. D. Francisco Javier Obregón, obispo que fue de esta diócesis y bienhechor  de esta Iglesia. Falleció 20 de enero de 1853, consagra el Ilmo. Cabildo este modesto recuerdo, 1893”.  Esta lápida fue sustituida en la década de 1920 por el cabildo, y se conserva admirablemente[31].

SEPULTURA DE  OBISPOS Y CANONIGOS EN LAS  CAPILLAS LATERALES.

 LUGARES PERSONAJES  CARGO AÑOS
Altar de Ntra. Sra. de la Antigua D. Gil Coloma Obispo  1286
Ntra. Sra. de la Antigua D.   Rodrigo Dosma Delgado Canónigo 1599
Capilla de la Magdalena D. Juan Marín de Rodezno Obispo 1706
Capilla de la Magdalena D. Fernando Ramírez Vázquez Obispo 1890
Capilla de San Juan de Ribera D. José M ª Alcaraz y Alenda Obispo 1971
Capilla de la Inmaculada D. Francisco Gómez de la Madrid Canónigo Anónimo
Capilla de la Inmaculada D. Pedro Gómez de la Madrid Canónigo
Capilla de la Inmaculada D. Lorenzo Suarez de Figueroa Embajador ??
Capilla de la Inmaculada D. Feliz Soto Mancera Obispo 1910
Capilla de la Inmaculada D. Doroteo Fernández Fernández Obispo 1989
Capilla de Santa Bárbara D. Pedro Levanto y Vivaldo Obispo 729
Capilla de Santa Bárbara D. Alonso de Solís y Marroquín Obispo 1797
Capilla de Santa Bárbara D. Gonzalo Cabezas Altamirano Canónigo Arcediano 1541
Capilla del Sagrario D. Fr. Angel Manrique Obispo 1649
Capilla del Sagrario D. Diego Gómez de la Madrid Obispo 1601
Capilla del Sagrario D. Francisco de Lara Obispo 1675
Capilla del Sagrario D. Gabriel Ortiz Sotomayor Obispo 1640
Capilla del Sagrario D. Juan de Mesa Canónigo Solano
Capilla del Sagrario D. Juan Gil de Feria Canónigo Solano I, 1, nº 114
Capilla de Santa Teresa D. Gabriel Alvarez de Faria Obispo 1802
Capilla de Santa Teresa D. Ramón Torrijos y Gómez Obispo 1903
Capilla de Santa Teresa D. Alonso de Solís y Marroquín Obispo  17
 Altar de San Blas   D. Manuel Pérez Minayo Obispo 1779
Cripta de canónigos D. Francisco Javier Rodríguez  Obregón Obispo 1853

 

Otros obispos se enterraron   en el distrito parroquial de  la  Iglesia Santa María la Real,  en el coro de las  Carmelitas Descalzas, en Zafra y en la parroquia de Higuera de Vargas.

  1. NAVE LATERAL DEL EVANGELIO o de Ntra. Sra. De la Antigua

En 1497 fue nombrado obispo de Badajoz don Juan Rodríguez  de Fonseca, canónigo de la Catedral de Sevilla. Desde allí enviaría a Badajoz diversos presentes y, entre estos, una copia sobre la tabla  de la venerada efigie  de Ntra. Señora de la Antigua. La que ahora  contemplamos, deteriorada por completo la original, es, a su vez, copia de aquella, realizada fidedignamente en 1633 por el pintor madrileño, avecinado en Zafra, Antonio Monreal.

Tras la remodelación  de la cabeza del templo, en tiempo del obispo Marín de Rodezno, a finales del siglo XVII, ocuparía esta pintura, que da nombre al espacio de la nave, la calle central del retablo labrado entonces por el entallador zafrense Alonso Rodríguez Lucas. Se dispusieron  en las calles laterales las pinturas de la Asunción y la Inmaculada que con las del ático, se deben al excelente  pincel  de don José Guerrero, pintor  badajocense de biografía poco conocida, quien deja en los lienzos, por firma, su apellido.

CAPILLA DE LA MAGADALENA

Fue mandada   edificar para su enterramiento por el obispo Marín de Rodezno, cuando se remodela la cabecera  del templo, se cumbre  como la nueva  sacristía,  y capilla  mayor con media naranja  sobre pechinas, profusamente  adornadas éstas con temas  vegetales  en estuco.

Muy pronto se labraría el retablo de esta capilla, probablemente obra del tallador zafrense   Alonso Rodríguez Lucas, destinado a acoger un cuadro  de gran tamaño con la efigie de la Santa penitente. Esta pintura  cuelga  ahora  en los muros del claustro, sustituida  que fuera en el siglo XIX por la esplendida  versión del pintor  romántico  Antonio Esquivel, quien firma y fecha su obra en el 1833. En el  banco del retablo puede  contemplarse un retrato del obispo mecenas, sobre tablero apaisado, debido al pintor  badajocense  Manuel  de la Puente (1701).

Entre las devociones  de Marín de Rodezno  pronto destacó  la que tuviera  al Santo Cristo  del Claustro, imagen del los inicios del siglo XVI a la que la ciudad de Badajoz  profesó.   Dicha imagen, tras diversas ubicaciones, pronto  encontró acomodo definitivo en referido espacio claustral, lugar en el que Marín de Rodezno mandaba edificarle,  a sus expensas, una hermosa capilla, dotando, además,  la celebración de dos misas   (martes y viernes) al Santo Cristo.

 

 CAPILLA DE SAN JUAN DE RIBERA                                                                                  

Se conoce también  como  capilla de los Moscosos, patrono y fundadores de la misma.  Se conservan disposiciones  testamentarias  tanto de  Dª María de Vargas (1469) como de su hijo D. Suero Vázquez de Moscosos (1476), alusivas a esta fundación.

El retablo del siglo XVII y corte clasicista acogía la escena del Regreso de la  Huida  de Egipto debido al  pintor  madrileño, avecindado en Zafra, Antonio Monreal  (1633); obra que ahora cuelga en los muros del  claustro.

Con ocasión de la canonización de San Juan de Ribera, a la sazón obispo de Badajoz (1562-1568)  el retablo fue restaurado  y colocándose en el mismo la imagen del  santo, obra del valenciano  Rodilla, quien a instancia del obispo D. José María Alcaraz y Alenda, patrocinador de la obra. El escultor se inspiró para el rostro en el retrato del  Museo del Prado, que le  hiciera  a San Juan de Ribera el pintor  Luis de Morales.

Recientemente (1975)  se labraría el túmulo funerario, con esculturas en bronce  del artista sevillano Juan Abascal Fuentes, que acoge los restos mortales del obispo Alcaraz y Alenda (+1971).

San Juan de Ribera, devotísimo de la Eucaristía, alentó el esplendor de la celebración del  Corpus, tanto en la ciudad de Badajoz como  en la de Valencia, donde fundaría el  Colegio del Corpus Christi. Por armas de su escudo  episcopal quiso tomar   precisamente la custodia  eucarística.

CAPILLA DE LAS RELIQUIAS                                                                        

En 1656 el entallador  badajocense Antonio  Morgado concluía por encargo del obispo  Ángel Manrique  un retablo destinado  a albergar las reliquias de los santos que guardaba la Catedral. También labró dos preciosas urnas, insertadas en el retablo  y depositadas ahora en el Museo catedralicio. Tal retablo , al que años después (1663)  el entallador trujillano Diego Díaz Carrasco  dotaría de  puertas, justifica el título de esta capilla, que cuenta, además  con otro pequeño retablo, obra del zafrense Alonso Rodríguez Lucas (1678),  en cuyo interior  y en una urna rococó, se guardan las reliquias  de  San Julián.

El retablo principal de la capilla, ocupado que fuera por la pintura de la Degollación del Bautista (ahora en la capilla de la Inmaculada), es obra  de 1835.  Tras la llegada de la peregrina Virgen de Fátima (1947), se destinó  a acoger una imagen de este título.

CAPILLA DE LA INMACULADA                    

Esta capital ha recibido diversas denominaciones: de los Fonseca, de los  Figueroa. Se alude  en este caso a su fundador, don Lorenzo Suárez de Figueroa. En ella se encontraban, hasta el pasado  siglo, el túmulo funerario del ilustre  personaje, cuya sin par lauda  sepulcral de bronce  veneciano hacia 1500, luce ahora en los muros del claustro, y , hasta fecha  más recientes , el bellísimo relieve de la Madonna  con el  Niño, obra del  “Quatrocento” italiano atribuida a Settignano, discípulo de Donatello) (Hoy en el museo  catedralicio)

Aunque desnudo el amplio espacio, cubierto por preciosa bóveda gótica estrellada, guarda el esplendor pasado la sobria reja del mismo estilo y época (1500) y una variada muestra de azulejos de artista de mediado del siglo  XVI, recubriendo la mesa  de  altar, sobre la que se eleva   la imagen de la Inmaculada, atinada y devota versión de los primeros años de nuestro siglo. Sobre el muro frontal  cuelga una pintura de gran tamaño con el tema de la degollación  del Bautista, obra neoclásica de artista anónimo  del siglo XIX, que formaba  parte  del retablo principal de la capilla de las  reliquias.

CAPILLA DE SANTA BARBARA

Debió edificarse  en fechas próximas a la capilla que sigue, la de  don Lorenzo Suárez  de Figueroa, dada la misma traza de la  bóveda, conociéndose también por título de la Purificación. En ella disponía su enterramiento  don Gonzalo Cabezas Altamirano, arcediano de Ecija (+1541).

La devoción que el obispo Levanto  y Vivaldo tuviera  a Santa Bárbara, de la que no había altar entonces  en la Catedral, llevó a erigirle en 1723  el precioso retablo barroco, coronado por un lienzo  con la efigie de  San Mauro, el trabajo escultórico  del  retablo y la propia imagen de  Santa Bárbara  reclaman la mano del entallador y escultor  badajocense  Francisco Ruiz Amador.

Albergó esta capilla también entre sus muros,  desde fecha no documentada hasta el año 2002, el retablo gótico, sito ahora en la capilla de Santa Ana y sustituido en esta de  Santa Bárbara por modesto retablo de aquella, datado  hacia el 1833.

 

CAPILLA BAUTISMAL O CAPILLA DEL BAUTISMO

Ocupa el vano del primer  cuerpo de la torre, cubierto por preciosa bóveda de terceletes; espacio que, que, según la inscripción que luce en la capilla, se concluía  en 1523. La esplendida pila de mármol, obra de influencia portuguesa, se labra en el 1551.

Se conocía también en los pasados siglos esta capilla  con  el título de las Angustias o de las tribulaciones, debido al pequeño retablo o tríptico hispano-flamenco  que albergaba el nicho del muro lateral.  Se representa en  él  la escena de la Virgen atravesada por siete  espadas, que rematan en todos alusivos  a sus dolores, acompañada por Santa Bárbara y Santa Inés. Restaurada  recientemente esta extraordinaria obra, que fuera sustituida en el siglo pasado por una pintura del Bautismo de Jesús, debido al modesto pincel de  Diego Florindo, integra ahora los fondos  del Mueso catedralicio.

Luce en la capilla un rico frontal de azulejos  de arista de  mediados del siglo XVI y ocupa su testero, desde no lejanas fechas, un  retablo de finales del siglo XVI con la pintura de Ntra. Señora de  Sopetrán, patrona de Almoharín.

  1. NAVE LATERAL DE LA EPISTOLA o De SAN BLAS.

Al igual  que su homólogo, el de Ntra. Señora  de a Antigua, este retablo  fue hecho también en 1697 por el zafrense Alonso Rodríguez Lucas.  Tienen seis grandes  columnas  salomónicas  recargadas de racimos y hojas, con los capiteles corintios y cartela, que separan los distintos lienzos.   Se apoya un altar de  mármol.

Preside el lienzo con una pintura de gran calidad de San Blas, con báculo, capa pluvial y mitra. A su derecha una pintura de uno de sus milagros, la curación de la garganta de un joven, presentado por su madre. A la izquierda, otro lienzo con el martirio del Santo, colgado de un madero y unos garfios. En la parte superior, cuadros bien rematados; en el centro, un ángel porta guirnaldas y la palma del martirio. A ambos lados unos ángeles.

En la puertecita del sagrario, una pintura de calidad sobre lámina de cobre. Representa  a San Carlos Borromeo rezando sobre la Biblia y ante un crucifijo. Hoy no  existe.

CAPILLA DE SAN FERNANDO

Múltiples denominaciones  ha recibido esta capilla., labrada  a finales del siglo XV que debió fundar  don Antonio Sánchez de Badajoz y Figueroa, En ella se ubicaron, entre otras, las imágenes   del Santo Cristo del Claustro y actualmente acoge la imágen de  San Pedro de Alcántara (principio del siglo XVIII), permaneciendo   actualmente el cuadro- retablo de San Fernando, mediocre pintura del siglo XIX que sustituyera  (salvo que la original se encuentre debajo la que contemplamos, como ha sucedido en otras pinturas)  a la que se realizará  en 1674, siguiendo las disposiciones de la monarquía española.

En 1833 se colocaba el retablo  lateral, realizado  por badajocense  José  Sánchez, siguiendo los dictados  del Vicepresidente  de la Real Academia de San Fernando, don Miguel de Inclant Valdés. En este retablo. En cuyo ático se dispuso una pintura  con el tema de la  transverberación  de Santa  Teresa. Será  en este momento cuando se coloque en el mismo la interesante imagen de Santa Teresa, cuya procedencia  madrileña está  documentada en 1835, aunque desconocemos  quien fuera su artífice.

CAPILLA DE LA VIRGEN  (Santa Ana)

Se comenzó a construir en los primeros años  del siglo XVI, siendo patrono de la misma  el comendador  de Portezuelo, de la Orden de Alcántara,  don Gome Suárez de Figueroa. Contó con retablo del pintor  Luís de Morales, cuyas tablas hoy se hallan dispersas, una vez que pasaron a principios del siglo  pasado  a manos de los descendientes  del fundador de la capilla.

En su lugar se coloca, hacia el 1866, un modesto retablo  que acoge la imagen de Santa Ana con la Virgen Niña Dicho retablo ha sido sustituido en el año 2002  por el retablo también que  se encontraba en la capilla  de Santa Bárbara en que los autores señalan  las posible procedencia  de la Iglesia de la  antigua seo  de Santa maría del Castillo.  Sus bellas  pinturas  renacentistas de la cuarta década  de finales del siglos XVI, y, en particular, la Piedad  de la “predella” , escoltadas por las efigies de San Jerónimo y Santa Paula, acompañados respectivamente  por un cortejo de piadosos varones y mujeres, vienen a ser el más interesante e inmediato precedente  del importante  momento pictórico vivido en la ciudad  bajo el magisterio  de Luís de Morales “el divino”. Completa el esplendor de esta capilla su reja principal de mediados del siglo XVI, que rematan entre dos tenantes con las armas del fundador de la capilla con la figura del Crucificado.

Se ha colocado también sobre sus murtos  el Calvario en óleo  sobre lienzo, de finales del siglo XVII o principio del siglo XVIII, que ocultaba el maltratado Calvario del retablo, recuperado en cuanto ha sido posible.

CAPILLA DEL SAGRARIO

Ultima de las capillas construidas durante el siglo XVI, se debe su fábrica  a Gaspar Méndez  (1545), -con laudas sepulcrales, procedentes   las más de  otras  capillas-   maestro que fuera de la torre ya en su tercer grupo y artífice también de la puerta de  San Blas. Magnífica  resulta  la bóveda en dos tramos, con una rica nervadura  de combados. La solería se compone  de un buen número

El retablo que ocupa la cabecera es el que mandara fabricar para la capital mayor (1666) el obispo Jerónimo Rodríguez de Valderas, antes de la reforma de  la cabecera  del templo.  Se debe su labra al escultor, de procedencia sevillana y avecinadado en Zafra, Blas de Escobar.  Faltan del mismo las imágenes originales  del cuerpo inferior, si bien la de San Juan Bautista de la calle central, se conserva en el Museo  catedralicio.

Pinturas de singular valor cuelgan en los muros  de esta capilla. Destaca  una piedad con las  figuras  de San Juan Bautista y la Magdalena, del siglo XVII, colocada   entre  dos grandes  lienzos de discreta factura, obra  del pintor badajocense  Diego Florido (siglo XIX), con las efigies  de San Agustín y Santo Tomás de Villanueva.

CAPILLA DE LA ANUNCIACIÓN

Está ubicada  en la entrada de la nave de San Blas. Llamada también   capilla de  Santa Rita, hoy  de la penitencia  por  estar  el  confesonario del Canónigo penitenciario, quien  tiene  la jurisdicción  ordinaria de absolver los pecados reservados  al Obispo.

Fue dotada por el canónigo, fundando una capellanía.   Fue  posteriormente  la fábrica la que se responsabilizó ante el incumplimiento de sus obligaciones por los herederos.

Tiene  bóveda  de crucería sencilla y puerta de madera con 182 barrotes torneados.

El altar, cuyo frontal presenta  un lienzo  con pinturas  muy delicadas  sobre temas de la  Pasión.  Contiene  cuatro recuadros- En el superior, se  ve la Santa Faz, la columna de los azotes y el cáliz de la Pasión. En la parte inferior  un corazón atravesado  por una espada, la túnica de Cristo y un martillo, alicates  y los dados   con que los  soldados se sortearon la túnica.

Una pintura mural muy llamativa  hace de retablo, formando un baldaquino con dosel de rico terciopelo, adornado con borlones y cenefas.  Cuatro angelitos lo rodean y otros dos  sostienen en el centro un vistoso medallón. Donde está Jesús-Niño  con la Cruz junto  al río Jordán.

Preside el mural retablo un cuadro de la  Anunciación, siglo XVIII,  pintado en oleo  sobre Lienzo. La Virgen María, asombrada  y humilde, con su mano izquierda  en el pecho,  recibe el saludo del ángel, el cual  la mira fijamente con un ramo de azucenas  en la mano; el Padre  Eterno, rodeado de nubes y ángeles, la mira  se complacido.

Dos imágenes  de ángeles, con candeleros,  escoltan  el altar.  En el muro izquierdo sobre una ménsula se halla una imagen de Santa Rita de Cassia.

 

  1. CLAUSTRO

El claustro que había desde el  1364  fue ampliado  por D. Alonso Manrique de Lara  el 1520. En él están los altares para las estaciones  de las procesiones  claustrales, y dos capillas: una, dedicada  a San Atón; otra, dedicada al  Santo Crucifijo de mucha veneración y concurso de sacerdotes por ser  altar privilegiado.

Altares claustrales      

Cuatro son los altares para  hacer las estaciones procesionales en ciertas  fiestas antes de la misa conventual,  llegándose  a celebrar  hasta en cincuenta y dos  días. El orden a recorrer  era 1º Altar de  San Bartolomé, mártir, 2º Santa Bárbara, 3º San Juan Bautista. Lienzo sobre oleo. Firmado Antonio Lucenqui. Año 1804 y 4º  La Virgen con el Niño. Oleo sobre lienzo. Alonso de Mures. Badajoz  1729. En  cada uno de ellos se cantaba un responsorio, utilizándose el libro  llamado Procesionario  en cuatro  volúmenes grandes que portaban los clerizones.

LAUDA DE D. LORENZO SUAREZ DE FIGUEROA

Pasado el tiempo y desmontado el monumento  en la capilla de la Inmaculada, no encontraron restos de cadáveres. Por lo que el cabildo no tuvo escrúpulo  en que se mudara de lugar. En 1889 fue trasladado  al claustro, en el paso a la sala capitular. Hoy en el centro  del muro donde  se colocó  en noviembre de 1912, puede ser fácilmente examinada, tras unos años de haber permanecido en las salas del Museo  catedralicio. El autor de la misma  fue probablemente Alexandro Leopardi, broncista  veneciano.

Todo parece indicar que el sepulcro fue concebido en forma tumular, como sugiere  las dos piedras de bronce  conservadas.

  1. “et si havia facto far qui un archa de bronzo bella y mandato in Spagana”. P.A. Sanuto, contemporáneo y biógrafo de D. Lorenzo.
  2. El José de Santa Cruz en su crónica de la Santa provincia de San Miguel habla del “suntuoso túmulo del embajador D. Lorenzo Suarez”, y en comunicación epistolar a D. Luís de Salazar y Castro, de 29 de setiembre de 1703 D.  Alejando de Silva  Barreto, insigne   historiador pacense afirma, que “D. Lorenço Suárez está sepultado en una cama de bronze levantada del çuelo y en su lámina su efigie con una yscripción notable, cuyo cuerpo vino Toma embalsamado”
  3. Solano se limita a indicar que “en medio de la capilla en lámina de bronze está el bulto del fundador en medio relieve”

Sin que sepamos saber cuándo se descompuso el túmulo, en el siglo  XIX la lámina se hallaba colocada en el suelo, según  refiere  Carderera, y a esta circunstancias s e acogieron los canónigos para justificar si traslado al claustro con el informe pertinente de la Comisión  de Monumentos Históricos y Artísticos de Badajoz, que había protestado del cambio.

Otros niegan la presencia de restos  como el propio Justi se pregunta si el cuerpo quedó en Venecia o se perdió en el mar.  Sólo resta espera  nuevos hallazgo de  los arqueólogos.

Los canónigos justifican su traslado:

  1. El abandono en que se hallaba la capilla de la Inmaculada por parte de  los patronos.
  2. El deterioro sufrido en la lápida “que yacía en el suelo y cuyos más ricos detalles artísticos ya eran de notar visibles obstrucciones  y desgastes  de consideración causados por el polvo y el continuo roce  del pasar por  la misma.
  3. La convicción de que nunca viniesen a  esta  catedral las cenizas de aquellos históricos personales.

Por otra parte, los capitulares indican  que en el mismo emplazamiento del claustro a la lauda “ha podido  dársele colocación  vertical, cual corresponde  a su módulo, atendiéndose a la vez  por modo más eficaz y fácil a la custodia y esmerada  conservación, que su indiscutible merito proclama[32].

Inscripción: Sepulcro: don Lorenzo Suarez de Figueroa y Mendoza con Dª Isabel de Aguilar su mujer= éste en la juventud hizo según la edad=y en las armas/usó lo que convenía: fue hecho después del conseio de sus  altezas: y enviado anbaxador  diversas veces: así conformó el  exercicio  con los años: y dexa para /después esta memoria: Lo que del más succediere: Dígalo su sucesor.

El enterramiento de Dª Isabel de Aguilar  en el convento de santa Ana de Badajoz, y  no en el de  San Onofre, como expresamente indica en su testamento[33]. En la placa pequeña, ideada para uno de los costados del túmulo, y entre los balsones de los esposos, corre fragmentado, el siguiente  hexámentro latino: Sola salvs serviré Deo sunt cetera fravdes”.

Una filacteria, pendiendo del brazo izquierdo de D. Lorenzo, ostenta la siguiente leyenda: La Insignia es cuya Compagniera es mia”.

Mausoleo del General Menacho

En el ángulo izquierdo, se encuentra el mausoleo, de mármol blanco, que guarda las cenizas del General Menacho, héroe de la defensa de Badajoz  en la Guerra de la Independencia. Antes  fue inhumado en la cripta  de los  canónigos. El primer cuerpo, dos escudos de bronce, uno, con dos espadas y águila bicéfala, otro, con león rampante y tres flechas verticales. Rama de laurel y palma, símbolos a su heroicidad. El segundo cuerpo  esta una urna que contiene sus cenizas, con su correspondiente inscripción, al lado sendos leones descansan. El tercer cuerpo, el  busto del  general, con gorro y vestimentas de la  época. Detrás una  cruz de bronce  de anchos brazos.

CAPILLA DE SAN ATÓN

Junto al cuarto altar, que ha en la nave de la derecha, se encuentra la  capilla  de San Atón, llamada también de la Soledad. Y primitivamente, de San Benito, edificada  el 1520.

En el muro central hay un lienzo de la Virgen de la Soledad.  En el muro izquierdo  un retablo  barroco, de mármol portugués gris y blanco. Tres calles  y rematado con  un ático. Se elevan cuatro columnas lisas de capitel corintio.

Preside la imagen de San Atón con las insignias pontificales. A  ambos lados las pinturas de San Benito y Santo Domingo de Guzmán. En el ático  el Arcángel san Miguel derrotando a Satanás.

Junto al primer altar procesional el epitafio  con la nómina de los  sacerdotes mártires, a la sazón  Siervos de Dios, que dieron  su sangre  por confesar  a Cristo en la persecución religiosa del 1936.

CAPILLA DE CRISTO

Pero fue el obispo Marín de Rodezno quien  edificó la capilla del Santo Cristo cercana  a su antiguo altar claustral y bajo de la misma la cripta de los  capellanes, inaugurándose dos años de  después de la muerte  del gran Mecenas, el año 1708.

El retablo está compuesto de dos cuerpos y tres calles  sobre banco, presenta grandes columnas, estípites, repisas, cartelas, volutas y otros elementos decorativos. Preside  el Cristo  crucificado, de tamaño natural,  acompañados por dos ménsulas  con  la Virgen y San Juan Evangelista. En el cuerpo superior, en la calle central, también en hornacina y bajo un elegante dosel  la imagen de la  Verónica sosteniendo el lienzo con el rostro el Señor y acompañado de dos ángeles. En las calles laterales, José de  Arimatea y Nicodemo, llevando unió las escaleras de la crucifixión y el otro el martillo y tenaza. El Cristo fue  llevado  el 3 de mayo  1709. El retablo  hizo  en mayo de 1731 y el dorado dos años  después. El  tallador fue Ruiz Amador.

Por una puerta lateral abierta en el basamento del retablo del Santo Cristo por el lado del evangelio se desciende a la cripta de los capellanes  por una escalera en recodo de 25 peldaños con dos mesas (descansos) con bóvedas de aristas y la cubierta en bóveda de cañón con una ventana  a un patio interior

El vano, cuyas dimensiones  son  de 8.70 de largo por 2.90 ancho y  5.50 de alto se cierra con una bóveda de casco ligeramente convexa  sobre dos cornisas  molduradas en los muros laterales y el  suelo enladrillado en sesgo.

La cripta cumplió su  finalidad  hasta el segundo tercio del siglo  XIX, cuando se suprimen los enterramientos en las iglesias.  Hoy podemos visitar a pesar  de su defectuoso estado húmedo  y abandonado.  Una  gran cruz de madera preside los  enterramientos, cuyos epitafios que podemos leer  entre otros los siguientes:

* Aquí yaze  el Sr. D, Francisco Pérez Gragera, capellán de coro que fue de esta Santa Iglesia el día 7 de abril de 1737.

* Aquí yaze Lorenzo Ortiz de Carvajal, capellán de coro de esta Santa Iglesia santa, Falleció el día 13 de junio del año 1793.

* Aquí yaze  el Sr. D. Juan Félix Lope Gata, capellán de coro que fue de esta Santa Iglesia, natural de Jerez de los Caballeros… Falleció  a 1 de octubre de 180?.

* Aquí yaze  D. Pedro Zorrilla, Pbro., capellán de coro de esta Santa Iglesia. Falleció el 26 de noviembre de 1783.

* Aquí yaze  D. Francisco Segundo, capellán de coro de esta Santa Iglesia, falleció el 19 de septiembre de 1787.

El centro del muro central  está presidido por un Cruz  de brazos cilíndricos.  En  el muro frontal de contención se abre un respiradero con rejilla, coincidiendo   con el presbiterio.

APÉNDICE FOTOGRÁFICO

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[1]Papa Benedicto XVI. Obras Completas. Biblioteca de Autores Cristianos. Tomo XI. Teología de la Liturgia, 2012, págs. 261-262.

 

 

[2] Archivos Eclesiásticos de Mérida- Badajoz . Fondos catedralicios.  Serie pergaminos. Documento 7 y 9.

 

[3]Ibídem. Documento  1.

 

[4] Ibídem. Documento 13.

 

[5]Solano de Figueroa, Juan. Historia  Eclesiástica de la  Cuidad y  Obispado de Badajoz. Reimpresión 1929.   Iª Parte, Volumen   III  págs. 100-101

 

[6]A. C. B. Sección  III, serie  11, legajo 106 nº 2441, 1 y 2. Estas eran: la principal  Santa María del Castillo, llamada entonces la See, porque en ella se celebraba las horas canónicas, mientras las obras de  San Juan; Santa María de Calatrava o de los  Freires de la Orden de Alcántara, a dos pasos de la anterior; San Pedro y en frente Santiago, o de las Lágrimas, todas dentro del Castillo y fuera de él las  de San Lorenzo (hoy San Agustín), San Salvador (hoy antiguo convento de la Monjas Trinitarias) y San Andrés (actual Plaza de Cervantes, que luego pasa al contiguo  convento Madre de Dios en la desamortización.

 

[7] A.C.B. Serie pergaminos. Doc.2.

 

[8]Ibídem. Doc. 5

 

[9] Historia Eclesiástica de la ciudad y obispado de Badajoz, continuación de la escrita por D. Juan Solano de Figueroa, hecha por un Anónimo en el siglo XVIII. Reimpresión 1945, Tomo  1º, pág.209.

 

[10]Cromberger, Juan. Sevilla 1529. Archivo Histórico Nacional.

 

[11]Cromberger, Juan. Sevilla 1529. Biblioteca del Cabildo Primado de Toledo.

 

[12] López López, Teodoro A. Los “Propios” de los Santos en la Archidiócesis de Mérida-Badajoz, en   XXV Coloquios Históricos de Extremadura, 1996.

 

[13]A. C. B. Ibídem. Doc. 4.

 

[14]Ibídem. Doc. 6.

 

[15]Ibídem. Doc. 25.

 

[16]Ibídem.Doc. 16.

 

[17]Juan Solano de Figueroa. o. c.   Iª Parte:   Volumen   IV  págs.  64.

 

[18] Ibídem. págs  99-101

 

[19]Dosma Delgado, Rodrigo. Discursos  Patrios de la Real Ciudad de  Badajoz. Reimpresión  Badajoz  1870, pág.  154.

 

[20] Juan Solano de Figueroa. o c.   Iª Parte, Tomo III, cap. XII, parf. 1º.   Testamento  Felipa do Quintal (Matrona portuguesa, mujer de Diego Tablada, el 15 de noviembre  de 1467: Mandó  para la obra de la Iglesia Mayor de San Juan quinientos maravedíes… )

 

[21]  Ibídem,  parf.   3º.

 

[22]Inscripción dedicada al Obispo Marín de Rodezno por el cabildo catedralicio en la Catedral  en  la sacristía de la capilla de la  Magdalena.

 

[23]Libro de los Santos Padres emeritenses Marcial (¿-255). Felix (255-?). Liberio (295 después del 314). Florencio (Antes del 347 – antes del 380). Idacio (Antes del 380385). Patruino (Antes del 383 – cerca del 400). Gregorio(410420). Antonino (445449). San Paulo (530-560). San Fidel (560-571). San Masona (571-605). San Inocencio (605-antes de 616). San Renovato (antes del 616– antes de 631). Esteban I( desde cerca del 632– cerca del 637). Oroncio(desde antes de 638– hasta antes 653). Proficio (antes de 666– antes de 672). Festo (antes de 672– antes de 684). Esteban II (681685). Zenón (antes del 687– después del 688). Máximo( antes de 688– después de 693). Ariulfo (antes del 839 – después del 862) Marcial (¿-255). Félix (255-?). Liberio (295 después del 314). Florencio (Antes del 347 – antes del 380). Idacio(Antes del 380385). Patruino (Antes del 383 – cerca del 400). Gregorio(410420). Antonino (445449). San Paulo (530-560). San Fidel (560-571). San Masona (571-605). San Inocencio (605-antes de 616). San Renovato (antes del 616– antes de 631). Esteban I( desde cerca del 632– cerca del 637). Oroncio(desde antes de 638– hasta antes 653). Proficio (antes de 666– antes de 672). Festo (antes de 672– antes de 684). Esteban II (681685). Zenón (antes del 687– después del 688). Máximo( antes de 688– después de 693). Ariulfo (antes del 839 – después del 862)

 

 

[24]Pedro Pérez (1255)-(1266). Fray Lorenzo Suárez (1264)-(1286). Gil Colona (12821285). Juan de Badajoz (1286)-(1827). Fray Alonso (1287). Gil Ruíz (1290-1295). Bernardo (1300). Simón OFM (1309-1324). Bernabé (1324-1329). Juan de Morales (1329-1335, nombrado obispo de Jaén). Fernando Ramírez de Ágreda (1335-1344). Juan (1353). Alfonso Fernando de Toledo y Vargas (1353-1354). Juan García (1354-1373). Fernando Sánchez (1373-1378). Fernando Suárez de Figueroa (1379-1398). Gonzalo de Alba (1407-1408). Fray Diego de Bedán, OFM (1409-1415, nombrado obispo de Cartagena). Juan de Villalón (1415-1418). ¿? Diego de Comontes (?-1442, nombrado obispo de Cartagena). Lorenzo Súarez de Figueroa (1442-1461), hijo del maestre de Santiago. Juan de Morales O.P. (1461-1470). Fray Pedro de Silva (1471-1478). Gómez Suárez de Figueroa (1479-1485). Pedro Ximénez de Prexamo (1486-1489, nombrado obispo de Coria). Bernardino Carvajal (1489-1493, nombrado obispo de Cartagena). Juan Ruiz de Medina (1493-1495, nombrado obispo de Cartagena). Juan Rodríguez de Fonseca (1495-1499, nombrado obispo de Córdoba). Alonso Manrique (1499-1516, nombrado obispo de Córdoba). Pedro Ruiz de la Mota (1516-1520, nombrado obispo de Palencia). Bernardino de Mesa OP (1521-1524). Pedro Gómez Sarmiento (1524-1525, nombrado obispo de Palencia). Pedro González Manso (1525-1532, nombrado obispo de Osma). Jerónimo Suárez Maldonado (1532-1545). Francisco de Navarra (1545-1556). Cristóbal de Rojas y Sandoval (1556-1562, nombrado obispo de Córdoba). San Juan de Ribera (1562-1568, nombrado arzobispo de Valencia). Diego de Simancas (1568-1578, nombrado obispo de Zamora). Diego Gómez de Lamadrid O Trin (1578-1601). Andrés Fernández de Córdoba (1602-1611). Juan Beltrán de Guevara (1611-1615). Cristóbal de Lobera (1615-1618, nombrado obispo de Osma). Pedro Fernández Zorilla (1618-1627). Juan Roco Campofrío (1627-1632), nombrado obispo de Coria). Gabriel Ortiz de Sotomayor (1635). José de la Zerda (1640-1644). Ángel Manrique, O Cist. (1645-1649). Diego López de la Vega (1649-1658). Diego del Castillo (1658-+1658). Gabriel de Esparza (1659-1662). Jerónimo Rodríguez de Valderas (1662-1668, nombrado obispo de Jaén). Francisco de Rois y Mendoza, O Cist. (1668-1673). Francisco de Lara (1673). Agustín Antolinez OSA (1675-1677). Juan Herrero Jaraba (1677-1681, nombrado obispo de Plasencia). Juan Marín y Rodezno (1681-1706). Francisco Valero y Losa (1707-1715, nombrado arzobispo de Toledo). Pedro Francisco de Levanto y Vivaldo (1715-1729). Amador Merino y Malaguilla (1730-1755). Manuel Pérez Minayo (1755-1779). Santiago Palmero (1780-1781). Alfonso de Solís y Gragera (1783-1797). Gabriel Álvarez de Faria (1797-1802). Mateo Delgado y Moreno (1802-1841)(Arzobispo). Javier Rodríguez Obregón (1848-1853). Manuel García Gil (1854-1858). Diego Mariano Alguacil (1859-1861). Pantaleón Monserrat (1862-1863). Joaquín Hernández Herrero (1864-1865). Fernando Ramírez Vázquez (1865-1890). Francisco Sáenz de Urturi Crespo OFM (1891-1894). Ramón Torrijos Gómez (1894). José Hevia Campomanes OP (1903-1904). Félix Soto Mancera (1904-1910). Adolfo Pérez Muñoz (1913-1920). Ramón Pérez Rodríguez (1920-1930). José María Alcaraz y Alenda (1930-1971). Doroteo Fernández y Fernández (1971-1979). Y los arzobispos Antonio Montero Moreno (1980-1994). Santiago García Aracil, (2004-2015) y Celso Morga Iruzubieta (2015- …)   Son 85 obispo.

 

[25] López López, Teodoro A. La diócesis de Badajoz: Historia ya conclusa. Coloquios Históricos  de Extremadura. Trujillo, 2000,  págs.. 223-267.

 

[26] Rodrigo Dosma o..c. Catálogo de los Obispos. Págs 115-163.

 

[27]Juan Solano de Figueroa o.c. Parte I, nº  I y II.

 

[28](Fue Mártir. San Aristóbulo). San Sergio Paulo, año 65.  San Leonido, año  283.  Esteban. Verísimo, mártir, año 308. San Apringio,  mártir,   año 337. Dominciano, año 343. Sinderico, 367.  Isidoro I, año  384.  Poncio Paulino, año 397.  Sinderedo,  Sertorio, año 444. Severino,  año 503.  Escolano,  año 456.  Zeloso, año 477.  San Apringio, año 529. Donato, año 556.  Johano intruso,  lo introdujeron los arrianos.  San Urso, año 568.  Palmaçio, año 589.  Gabano, año 590. Lauro,  año 594.  Luçio, año 627.   Modario, año 633.  Teodoredo,  año 646.  Juan año 681.  Adeodato.  Juan,  año 681.  Benedicto, año 683.   Pedro, año  706.   San Julián, año 712.

 

 

[29]A.C.B.Caja 37. Actas capitulares 25 septiembre 1835,  fol. 83 vto.

 

 

[30]Ibídem. Caja 38 Actas capitulares, años 1846-55, fol. 79.

 

[31]Ibídem. Caja 42, Actas capitulares, Años 1892-99, fol. 14-15.

 

 

[32] Ibídem Leg. 31,  nº 4890.

 

[33]Ibídem. Leg. 209, nº 4131: “1519”.

 

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