Francisco Rivero Domínguez. 1. INTRODUCCIÓN “Un día, en plena Guerra de la Independencia, un joven broceño, Manuel Amado Corchado, se encuentra, allá por 1811, a la salida de misa mayor de la iglesia de SantaMaría de Brozas al general jefe de la caballería inglesa, Sir Guillermo Erskine. Éste le pregunta al muchacho si es británico, pues por su aspecto lo parece. El joven lecontesta perfectamente en su idioma y se sor- prende que se hable el inglés en un pueblecito de Extremadura. Don Guillermo no sabía que el mozo había estudiado en Plasencia,además, portugués, fran- cés, italiano y alemán. Al saberlo el jefe de las tropas británicas en la Península Ibérica, Lord Wellington, le nombró su intérprete personal con el grado de capitán. Con el tiempo, este joven seordenó diácono en Portalegre (Portugal) y tomó el hábito de la orden dominica, siendo un gran predicador y un prestigioso escritor reli- gioso. Su breve biografía fue escrita en1901 por el deán de la catedral de Pla- sencia, Eugenio Escobar Prieto, y publicada en el libro “Hijos Ilustres de la Villa de Brozas”, sin que hasta la fecha se haya estudiado sufigura. En esta ponencia conoceremos sus obras, editadas en Madrid y conserva- das en las bibliotecas más prestigiosas del país. El padre Manuel Amado, una verdadera figura dela Iglesia Católica del siglo XIX, fue nombrado teólogo consultor del Sacro Colegio, por el papa Gregorio XVI, murió como ecónomo de la parroquia de Santa María en lacercana Garrovillas de Alconétar el 24 de septiembre de 1846”. Esta historia comienza en una salida de la misa mayor del templo parroquia de Santa María de Las Brozas, uno de losa grandes templos de la diócesis de Coria Cáceres,construido en los siglos XVI y XVII bajo el mandato del arqui- tecto Pedro de Ibarra, maestro de obras de la Orden Militar de Alcántara. Pues bien, un día de 1811,a la salida de la iglesia, un inglés, el general Guillermo Erskine, (1770 – 1813) segundo Barón de Erskine of Torrie se acerca a un joven broceño unos 15años y le pregunta si es inglés, debido a la fisonomía de su cara. Éste le contesta correctamente en la lengua del extranjero pues se asombra de que en un pueblo de la lejanaExtremadura alguien hable con flui- dez la lengua de Shakespeare. El joven es Manuel Amado Corchado, un brocense, que se dedicó durante años a estudiar en Plasencia, gracias a la ayuda de una monja tía suya. Había nacido en 1796 enLas Brozas, pero a los ocho años, su tía quiso darle estudios y lo metió en el colegio dominico de San Vicente Ferrer en Plasencia, fundado por doña Leonor de Pimentel, comopromesa porque San Vicente había curado a su hijo Juan de Zúñiga, que con el tiempo sería el último maestre de la Orden Militar de Alcántara y cardenal de Sevilla. Estudió en estecolegio que era una verdadera universidad. Eugenio Escobar Prieto dice de él: “Los frailes de San Vicente de Plasencia, sin presumir de sabios, daban una enseñanza másamplia y sólida que muchas de nuestras universidades. Prueba de ello nos lo ofrece el padre Amado, quien estudió aquí de 1804 a 1809, quien aparte de los estudios clásicosse perfeccionó en el griego y aprendió portugués, inglés, francés, ale- mán e italiano”. Con el tiempo el joven aprendería además latín, caldeo y hebreo. El hecho de conocer bien los idiomas hizo que Erskine se lo recomendara a su jefe el Duque deWellington. Según los historiadores ingleses. Erskine se suicidó en Lisboa en 1813, arrojándose por una ventana por sus fracasos en diversas bata- llas durante la Guerra de laIndependencia, pero el que les habla ha localizado su lápida se encuentra en el castillo de Brozas, por lo que es probable que sus restos se encuentren enterrados en esta localidad cacereña. …