Oct 011978
 

Juan José Pastor Serrano.

SOBRE LA FAMILIA, VIDA DE S. FULGENCIO Y FLORENTINA, PATRONOS DE LA DIÓCESIS DE PLASENCIA

Probablemente el siglo VI sea el mas importante de la historia de España en la época visigoda tanto en su aspecto político como en el religioso. Y precisamente en este siglo se desarrollan las vidas de la familia más importante de la época a la que pertenecen nuestros Santos.

Con una hija de Teodorico el grande, Teodora -según Alonso Fernández en Anales e historia de la Diócesis de Plasencia- se casa Severiano, joven de importante familia hispano-romana de Cartagena. Por sus grandes cualidades se convierte pronto en una personalidad civil y militar de la Cartaginense siendo gobernador de Cartagena -según M. Pidal III,99-, llave de África y Primada de España.

Este matrimonio debió celebrarse poco antes del 520, pues en esta fecha nace su hijo mayor Leandro.

Pudo plantearse el problema religioso. El era católico y ella arriana, aunque sólo fuera por obligación civil. El hecho es que en la familia solo hay que señalar la sucesiva aparición de sus cinco hijos, Leandro, Teodosia, Florentina, Fulgencio e Isidoro, nombres que brillan en el más hermoso cielo de la Iglesia y de España por su ejecutoria difícil y ejemplar.

Según la costumbre de la época estos jóvenes se educaron en los mejores cenobios del sur de España y Toledo. Aunque su talante natural y su mucha inteligencia los ayudaron a comprender lo que entonces se sabía y superarlo con sus decisivas aportaciones.

Para entender mejor esta familia digamos algo sobre Teodosia. En el frontal del altar de las imágenes del templete de los santos Fulgencio y Florentina en la Iglesia de Berzocana se representa en azulejos talaveranos, S. Leandro, S. Isidoro, Stª Teodosia y S. Hermenegildo. -Martín de Turs en Historia Francesa T.IV, c XXV, pag.l29 -dice: que difunta la primera esposa, Leovigildo se casa con Brunequilda, teniendo dos hijos de la primera esposa- y en Historia de España de M. Pidal T III, pag.99 -Leovigildo caso primero con Teodosia, Hija de Severiano gobernador de la Cartaginense y hermana de S. Leandro, Florentina, Fulgencio e Isidoro-. Y en verdad dos cosas tenía Teodosia para uno que aspirara muy alto, el entronque con la realeza goda y el prestigio de un padre en lo político y lo militar, y quizá una tercera muy importante para el, que casándose con la hija mayor cortaba el paso a las posibles aspiraciones del padre.

Este matrimonio debió realizarse mientras la disputa de Atanagildo y Agila por el poder. Conseguido esto Leovigildo se dedica a conseguir el poder, primero ayudado por Liuva, Dux de La Narbonense y después presentarse como rey de España el 569.

Lo que es cierto según -E.A Thomson en Los godos en España- que Leovigildo una de las primeras leyes que dio fue la de abolir la prohibición de celebrar matrimonios entre Godos y Romanos, castigado en el código de Alarico con pena capital. Así su Matrimonio con Teodesia no era ilegal. Pero esta muere pronto quedando dos hijos, Hermenegildo mártir de la Fe católica y Recaredo que proclamó como rey de España la unidad de la Fe católica en el III concilio de Toledo.

Del padre, no sabemos si murió defendiendo Cartagena -M Pidal III,449- ante la entrada de los bizantinos mandados por Liberio el 554.o en una de las revueltas del sur contra Liuva. Lo que sabemos es que su importancia política y su fidelidad a la causa española, fue al parecer, lo que hizo que la familia se refugiara en Sevilla a la caída de Cartagena en manos del emperador de Constantinopla.

Este destierro será para la familia un día de luto, pero la madre debió encontrar en la ciudad del Betis grandes consuelos espirituales y aún la verdadera Fe. Muchas veces -dice Leandro- preguntábala yo que volviésemos a nuestra patria, y ella sabiendo que había salido de allí por voluntad de Dios decía que no quería volver a verla, y añadía llorando amargamente: «El destierro me hizo conocer a Dios, moriré desterrada; donde a Dios conocí allí estará mi sepulcro. -H. Es: M. Pidal III,449-

Estos acontecimientos pesaron en el animo de esta familia consiguiendo unirlos más en la fe. Muertos los padres Leandro se encarga de la formación de sus hermanos menores Florentina, Fulgencio e Isidoro.

El año 572 por apoyar a Hermenegildo en la disputa contra su padre Leovigildo fueron desterrados con otros Obispos Leandro y Fulgencio que se ampararon en Cartagena dominada por los bizantinos, donde conservaban parte de su hacienda y el prestigio de sus padres y el suyo propios -M. Pidal III.99- y P. Flores T V pag 200.

De este destierro Leandro vuelve el 589 pues preside el III Concilio de Toledo, siendo Obispo de Ecija entonces Pegaso-Códice Lucense T III. Pag.90?

Fulgencio no debió volver entonces, y aquí debemos enmarcar el problema tan controvertido de si Fulgencio fue o no Obispo de Cartagena, que la tradición y los breviarios nos dan como afirmativo y el Cardenal Belluga defendió.

D. Vicente de la Fuente en su Historia de España, Eclesiástica T.II nos dice: El 523, a la muerte de Celso Obispo de Toledo le sucede el célebre Montano, reconocido como Metropolitano sólo por la parte Occidental de la Cartaginense. Por lo cual Cartagena siguió siendo la Metropolitana en manos de los bizantinos.

Nada se sabe de esa época en Cartagena, sólo que los obispos eran independientes de Toledo. Por eso es difícil la certeza de sí Fulgencio es Obispo allí o no, aunque la importancia de esta familia, y el conocimiento de Fulgencio en particular, pues fue mandado por Leandro, siendo joven a organizar la hacienda familiar, no hacen imposible tal evento y se explicaría el no volver de allí hasta que quedó vacante Ecija y se traslada a ella de Obispo.

En la época del destierro y siendo Obispo de Ecija, como conocedor de las lenguas más corrientes entonces, se distinguió el parecer por sus escritos de teología y Sda. escritura. Parece suyo el libro de las Etimologías según Juan Bolando y otros.

Un manuscrito que hay en el archivo de Berzocana sobre la identificación de Fulgencio Astigitano y Fulgencio Ruspense habla del libro de la Confesión que publica Mayo Menando y que después de copiado al comenzar Fulgencio Obispo, dice: Esta confesión debe ser de uno de los dos celebérrimos Fulgacios o del Fulgencio Obispo Ruspense en África o del Fulgencio Obispo Astigitano de España, hermano de Leandro y S. Isidoro, de momento no se qué decir. El manuscrito esta en la Biblioteca Corbeiense.

Probablemente por la influencia de Constantinopla en Cartagena y por su inteligencia y carácter bondadoso Fulgencio acomete en Ecija la reforma tan necesaria, de la vida religiosa.

Notas de su gobierno parece ser que fueron la ayuda a los necesitados la formación del clero, evitar el absentismo de las parroquias, restablecer el celibato y delimitar jurídicamente la Diócesis como se ve en el II Concilio de Sevilla por el litigio de unas parroquias entre Fulgencio Astigitano y Honorio de Córdoba. Desconociéndose la resolución.

Como Obispo de Ecija consta que participó en el Decreto de Gundemaro el 610 y también en el Concilio II de Sevilla año de 619. Debió morir no mucho después, en Ecija, y trasladado después a Sevilla con su hermana Florentina.

De florentina diremos que nace por el año 550 en Cartagena. Probablemente cuando sus dos hermanos van al destierro, ella se queda con su hermano Isidoro mas joven, y ordenado este de Sacerdote, Florentina ingresa como monja de S. Benito en Sevilla.

Debió vivir en varios cenobios en los que su austera vida, su virtud y su sabiduría consiguieron de ella una personalidad dentro de la Orden.

Es nombrada superiora y abadesa, y según sus aguiógrafos llegó a dirigir hasta 40 cenobios, siendo su centro, según parece el Monasterio de Santa Maria del Valle en Ecija. -P. Flores-

En sus deseos de perfeccionamiento y para ayudar a sus hermanas en religión pide a su hermano Leandro una regla de vida y éste la dedica su regla con el título de «Del desprecio del mundo y de la institución de las Vírgenes». También a Isidoro le pide algo sobre los judíos e Isidoro la obsequia con » De la Fe Católica contra los Judíos».

Pero ante las grandes responsabilidades Florentina necesitaba un consejero más cerca y lo consiguió al encargarse de la Diócesis de Ecija Fulgencio, venido de Cartagena.

Ambos estarían unidos ya hasta el fin de su vida. Florentina muere en Ecija y es trasladada después a la Iglesia de S. Vicente en Sevilla.

Juan José Pastor 1978

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