Nov 122024
 

Manuel Rubio Andrada

Dedicatoria.

A mi familia por el interés que han puesto en que realizara este trabajo.

Introducción

El grabado que traemos a estudio se encuentra en el término de Talarrubias; su mayor proximidad a Casas de D. Pedro comunica cierta dificultad en su denominación cuyo nombre debe ser “Grabado de Talarrubias II” por predominar el nombre del término sobre la distancia. En el año 2021 presentamos en estos Coloquios, el que debe denominarse Talarrubias I; un conjunto de grabados realizados en las proximidades del molino Pacha, cuya fábrica se encuentra normalmente sumergida en la margen contraria del río Guadiana, no lejos de estos; sus contenidos son muy distintos[1].

Localización

Este grabado, como hemos apuntado, se localiza en el término de Talarrubias (Badajoz); muy próximo al punto geográfico determinado por las coordenadas: latitud 39º 06´ 24.94´´ y longitud 5º 16´ 16.58´´.

Para visitarlo hay que partir de Casas de D. Pedro, trasladarse por la carretera de Talarrubias hasta el canal de la Dehesa  y ascender en dirección a la presa hasta cruzar una línea de alta tensión; marchemos un km más y a la derecha se ofrece un aparcamiento y puerta de acceso a un camino que conduce al cercano río Guadiana, el grabado se encuentra en las inmediaciones de su margen derecha.

Otra posibilidad aunque queda muy alejado,  es ascender el río por la margen mencionada hasta el punto señalado.

El soporte

Lámina 1.- Localización de la roca que sirve de soporte

La roca que se eligió para hacer esta realización es de pizarra dura, de color gris, tiene 2.13 m de largo y 1.05 m de ancho (Lám. 1).

La naturaleza la dotó de una superficie bien acabada, alisada y en doble plano, a dos aguas; la cara norte es la más alejada del río, se ofrece lisa y cortada  por racheados naturales que determinan diferentes superficies bien limitadas, aprovechadas para realizar  dibujos de varios temas; la opuesta, la sur, no se utilizó por la dificultad que presentan media docena “pilotes” verticales que allí se alzan; algo más altos impiden la ejecución al presentar truncadas sus pequeñas superficies superiores -por lo general de 1 dm2-.

Catálogo de líneas y figuras

Nos hemos decidido por enumerar la mayoría de trazos, a pesar de que su lectura debe resultar un trabajo demasiado denso. La ortodoxia del estudio arqueológico parece exigir esa descripción por muy numerosa que sea. Si queremos tener unas conclusiones que nos permitan avanzar en los conocimientos de los contenidos de estos grabados difícilmente nuestro cerebro podrá producir conclusiones con ausencia parcial de datos.

Lámina 2.- El soporte con los puntos, líneas y estructuras

Para describir las formas con cierta claridad se hace preciso fijar la posición del observador, en nuestro caso lo hacemos dando la frente al río, al sur.

Una vez posicionados hemos determinado un conjunto único al formado por el total de las figuras; estas claramente se distribuyeron en tres superficies alineadas de este a oeste; en cada una de ellas la naturaleza determinó “planos” claramente limitados que fueron ocupados por las realizaciones así distribuidas en subconjuntos a, b, c (Lám. 2).

 

Lámina 3.- Subconjunto a1. Cruciforme y estructuras

Subconjunto a.

Subconjunto a1. (Lám. 3).

Ocupa el espacio situado más a la izquierda de la fotografía nº 2: en él hemos reseñado seis figuras.

Fg. 1.  Está situada en la parte superior del subconjunto. Es una zona de contractes, luz-sombra, en la que se dan la mayoría de las circunstancias lumínicas  negativas añadiendo parcialmente el color grisáceo de la roca.

Se trata de una estructura cuadrada con sus medianas, estas determinan cuatro cuadrados iguales, en cada uno de ellos se indicó una diagonal, la que se extiende desde el vértice superior derecho hasta el vértice inferior izquierdo.

Esta figura y la siguiente solo son visibles con mucha luminosidad y aumento.

Fig. 2. Corresponde a una dudosa forma de aspa.

Fig. 3. Se situó en el extremo inferior izquierdo de este subconjunto y corresponde a un cruciforme de brazos algo irregulares.

Fig. 4. Es una estructura múltiple. Se situó a la derecha de la Fig 3.

Esta estructura múltiple ofrece en su centro superior un cruciforme griego, de brazos iguales.

A la izquierda presenta tres estructuras adosadas por sus lados supriores y ligeramente rectangulares. En la parte inferior, igualmente adosada pero en el lado derecho se añadió otra algo mayor y en disposición semejante. A partir de aquí hay otras dos semejantes cambiando la dirección de los trazados hacia la parte superior derecha unos 45º. Aun nuestro autor aprovechó la línea de base para completarla con un triángulo con su mediana más horizontal.

Fig. 5. Corresponde a un par de líneas paralelas e inclinadas ligeramente a la izquierda.

Fig. 6. Es un grupo de tres líneas aparentemente con escasa relación entre ellas.

Fig. 7. En la parte superior derecha, fue realizada una línea inclinada a esa misma parte e inmediata a ella un ángulo de unos 45º con abertura a la derecha. Aún puede observarse a la derecha una línea quebrada formada con cinco segmentos.

Lámina 4. Subconjuntos a2, a3 y a4

Subconjunto a2 (Lám. 4).

Fig. 1. Denominamos así a una serie de estructuras adosadas y a un intenso piqueteado entre los que afloran pequeños restos de otros trazos.

La primera de estas formas está en la parte superior izquierda, se trazó un rectángulo con sus diagonales; en la mitad derecha de su lado inferior  se adosó otra forma semejante aunque algo más pequeña; esta se encuentra ya invadida inferiormente por un intenso piqueteado lo que indica la posterior realización de estos.

Continúan otros restos lineales en la zona cubierta de punteados.

Fig. 2. Corresponde a un cruciforme griego semejante al descrito en el Sc. a1, en igual posición vertical y bien señalado.

Fig. 3. Muy próximas bajo el cruciforme 2 y a su izquierda, en posición inclinada se trazaron tres estructuras; las dos primeras adosadas. La parte superior del primero corta levemente al cruciforme. Próximo al inferior de ellas hay otro semejante en posición vertical.

Fig. 4. Corresponde a un antropomorfo esquemático echado, está limitado a su derecha por un piqueteado no muy denso y otros tres tracitos.

Fig. 5. Esta figura se situó en la parte superior del subconjunto a2. Está formada por un corto número de estructura aparentemente inacabadas.

Fig. 6. Corresponde a un trazo inclinado hacia la derecha situado inmediato a los trazos anteriores.

Fig. 7. Unos centímetros a la derecha se observan tres pequeñas líneas paralelas de tendencia horizontal.

Fig. 8. En la parte superior de este conjunto hay un nuevo rectángulo con sus mal trazadas mediatrices.

Fig. 9. Inmediatamente bajo la forma anterior se realizó un triángulo isósceles cortado por un segmento cerca de su ángulo izquierdo.

Fig. 10. Inferiormente se remató con un doble triangular y como base de este hay dos paralelas muy próximas que contienen tres pequeñas estructuras adosadas de manera poco visibles.

Sco a3. (Lám. 4).

En la parte inferior central hay dos pequeñas superficies a menor altura y divididas por un racheado de la roca.

Fig. 1. La de la izquierda posee en esa parte una estructura ligeramente rectangular con sus diagonales; un pequeño trazo corta la línea inferior por su centro.

Sco a4. (Lám. 4).

Inmediato a la derecha hay un curioso subconjunto formado por un par de figuras.

Fig. 1. La primera por la izquierda perteneció a una forma rectangular, superiormente continúa la forma poco marcada.

Fig. 2. A la derecha de la forma rectangular hay un piqueteado y más allá se representó un antropomorfo de forma esquemática y tendencia horizontal; así  representado induce a suponer correctamente la representación de un difunto.

Lámina 5. Subconjunto a5. Estructuras quilliformes Sc a5. (Ver Lám. 10).

En la parte superior de este espacio hay una ruptura que sirve de límite; también el lado derecho, el izquierdo y la parte inferior se encuentran acotados de la misma manera.

En general podemos decir que se trata de un espacio central, de tendencia rectangular horizontal, bien acotado y poseedor de figuras perfectamente grabadas.

En la parte que da al río Guadiana -el sur-,  en la opuesta -norte- y al oeste hay espacios intermedios entre las figuras centrales y los límites naturales; en ellos se grabó más difusamente, sin apenas relieve. Aparentemente los temas en ellos realizados nos han llegado mucho más confusos por lo que los describimos solo parcialmente.

Fig. 1. Sobre ellas destaca una pequeña superficie que presenta unas diminutas formas poligonales rectangulares lateralmente adosadas y algo irregulares.

Fig. 2. En la parte inferior derecha de la anterior figura se aprovechó una pequeña superficie de forma rectangular para realizar diversas líneas en V, /, poco visibles y de aspecto inacabado.

Fig. 3. En la parte izquierda se trazó muy tenuemente una estructura inacabada.

Fig. 4. Bajo ella e inmediatamente a la derecha hay una estructura con sus diagonales bien marcadas.

Fig. 5. Ya puestos en la parte central se observa con claridad una compleja figura cuyas partes sin duda se relacionan y complementan; se situó bajo un racheado natural que superiormente las limita y como hemos insinuado, otro la acota en la parte inferior.

Su parte superior derecha comienza con dos estructuras con un pequeño espacio entre ellas; son de tendencia cuadrada con sus diagonales -cruces griegas- bien realizadas. Una tercera se adoso en el lado inferior derecho; en esta se realizaron no muy acertadamente sus mediatrices; la mayor de ellas se prolongó más allá del contorno terminando en  forma picuda con la prolongación del lado inferior.

Las dos primeras estructuras mencionadas prolongaron sus lados igualmente en curva hacia la izquierda hasta cortarse consiguiendo dos formas de gruesas quillas.

En el espacio formado en la forma picuda superior se realizó un cruciforme griego, de cuyo centro se desprendieron inferiormente dos curvas semejantes; la parte inferior de estos dos trazos curvilíneos se encuentra cortado por un nuevo trazo construyéndose con él un triángulo en clara forma de alabarda enmangada y reforzada centralmente.

Fig. 6. Inmediato en la parte inferior izquierda de la forma de alabarda, hay un cuadrado con sus diagonales -cruz griega-; uno de sus brazos se prolongó levemente hasta el vértice correspondiente de la forma triangular indicada.

Fig. 7. Continuando hacia abajo hay un racheado punteado de tendencia horizontal que limita el espacio por este lado con claridad. Bajo él, la Fig. 7 corresponde a una estructura con sus mediatrices y una diagonal; en su zona central se formó un cuadrado con un destacable bitriangular en su centro.

Fig. 8. Un nuevo racheado se extiende bajo la figura anterior; bajo él, se observa con claridad, una forma rectangular en posición vertical formando con sus diagonales otro bitriangular.

Fig. 9  Esta figura nos ha llegado muy tenuemente. Se realizó a la izquierda de la anterior y bajo ella. Corresponde a varias estructuras rectangulares, en posición horizontal; una en la parte superior con sus no bien trazadas diagonales de aspecto caótico. Dos inferiores están adosadas, la de la derecha mal conseguida.

Subconjunto b

Lámina 6. Subconjunto b. Estructuras con alabarda inferiormente adosada. (Ver Lám. 11)

El espacio que se utilizó para realizar el subconjunto b está muy bien limitado y ocupa la parte central del soporte (Lám. 6). Intermitentemente tiene piqueteados aparentemente desordenados.

Fig 1. Se situó en la parte superior izquierda del subconjunto; sus trazos nos han llegado poco definidos no obstante se puede observar con aumento una pequeña forma rectangular cuadriculada.

Fig 2. Esta forma se situó a la derecha, bajo la anterior; está formada por una estructura de tendencia cuadrada y con sus dos mediatrices bien marcadas; a su derecha hay otra de tendencia rectangular con sus diagonales y la mediatriz de tendencia vertical.

Fig 3. Se trata de otra estructura en posición vertical, algo menor que la anterior, con sus diagonales bien marcadas; el vértice inferior derecho está inserto en la cazoleta figura 4.

Fig 4. Corresponde a una cazoleta adosada a la forma anterior.

Fig 5. Superiormente, muy próximas, hay seis estructuras. Las cuatro primeras están completas; de ellas las centrales tienden a ser de mayor tamaño; como hemos indicado, las dos primeras son de diferente tamaño y  están adosadas; parecida disposición se observa en la tercera y cuarta aunque la unión es  en la parte inferior. Concatenada a la cuarta por la derecha se trazaron las dos últimas, la primera de estas carece de diagonales y la  segunda de mediatrices.

Fig 6 y Fig 7. Estas formas ocupan un espacio bajo la parte inferior izquierda de la anterior; incluye varios trazos rectos poco señalados, entre ellos, bien visible aunque con escaso relieve, hay una forma triangular, la número siete, que corresponde a una  alabarda reforzada con nervio central, se adosó inferiormente a la segunda estructura de la figura número 5.

Fig 8. Corresponde a una pequeña estructura rectangular  con sus mediatrices bien señaladas, en los cuatro espacios así determinados se acompañaron de unos punteados bastante regulares; se situó a la izquierda de la forma de alabarda.

Fig 9. Está situada más a la izquierda y se corresponde con varios trazos inclinados de aspecto inconexo.

Fig 10. Bajo las formas anteriores se trazó una nueva estructura en la que se destacó con intensidad un bitriangular formado por las diagonales, en escaso relieve se distinguen el resto de sus líneas.

Fig 11. Situada a la derecha, en el extremo más alto del subconjunto, hay una forma rectangular cuidadosamente dividida en 13 – 15 líneas, muy próximas; concluye en la zona más confusa del extremo derecho de la figura 6.

Fig 12. Bajo las formas anteriores hay una mal trazada nueva estructura rectangular en la que solamente se aprecia una  diagonal. Bajo esta inacabada forma hay varios trazos lineales de tendencia paralela horizontal.

Fig 13. Inmediatamente por la parte inferior,  aparece una estructura cuyas diagonales se marcaron con tres trazos paralelos muy próximos y con un solo trazo sus mediatrices. A su derecha hay otra forma de terminación picuda  y apariencia inacabada.

Fig 14. Recibe este número una compleja figura formada esencialmente por una estructura cuadrada y completa situada a la izquierda e inmediata bajo las anteriores, es la mayor y está bien ejecutada; una segunda se adosó al lado izquierdo, más pequeña apenas pasa la mitad de la anterior, tiene mal trazada la mediatriz vertical y no mucho mejor la horizontal; en el cuarto inferior izquierdo se trazaron las diagonales del cuadrado allí formado. La línea inferior que sirve de base a estas dos figuras es también el lado superior de otras tres estructuras de difícil precisión.

Fig 15. La forma un grupo de pequeños trazos lineales -seis o siete- de distribución y acabado aparentemente caprichosos.

Fig 16. En la parte inferior izquierda de la figura 14 se realizaron las diagonales de un inacabado rectángulo. Adosado a su lado inferior se encuentra el lado menor de otro más pequeño. Esta zona es de difícil visión debido a la falta de profundidad de los trazos.

 

Lámina 7. Subconjunto c. Espacio superior

Subconjunto c. (Lám. 7)

Fig 1. Próxima a la parte superior del soporte, hay pequeña  superficie que se ocupó con el trazado de diversos cuadriláteros, de tendencia cuadrada y aspecto descuidado.

Fig 2. Ya en la parte superior se realizó una forma rectangular reticular, bien dividida en cuadrículas, inacabadas o no visibles en sus extremos superior derecho e inferior izquierdo. Más a la derecha hay una estructura rectangular con una de sus mediatrices algo desviadas.

Fig 3. El repertorio continúa algo inferiormente a la izquierda, allí presenta dos estructuras más; sus laterales derecho e izquierdo casi imperceptibles hacen resaltar los bitriangulares centrales formados por las cuatro diagonales.

Fig 4.  Bajo la forma descrita hay otra en ángulo agudo que pertenece a una estructura inacabada y muy tenue en la mayoría de sus trazos.

Fig 5.  Muy cerca, a la derecha, hay dos paralelas cuyos extremos  izquierdos se unen para formar ángulo agudo; entre las paralelas se  trazaron tres estructuras, la central presenta sus diagonales con un doble trazado muy próximo; la estructura siguiente por la derecha está poco definida; finalmente la de la izquierda se acabó con trazos rectos aunque en forma picuda.

Fig 6. Esta pequeña figura consta de una forma rectangular casi perdida en la que se apuntaron sus mediatrices horizontales destacando una forma bitriangular lateralmente adornada con dos tracitos -mediatrices apuntadas-. En la parte superior hay un corto número de rectas y puntuaciones de acabado poco preciso..

Fig 7. Inmediata a la derecha hay una estructura con bien trazadas diagonales, una de estas se realizó mediante tres líneas, paralelas y muy próximas; la figura se prolongó a la derecha en sus línea superior hasta un cercano racheado, el espacio interior que determina se completó con una cuadrícula inacabada y algo inclinada a la izquierda.

Fig 8. A la izquierda hay formas rectangulares irregulares, dentro de ellas, en la parte inferior se observan un pequeño haz formado por cuatro radiales; bajo él fue realizada una pequeña cuadrícula. Sobre ellos, en su lado derecho se realizó una bien trazada cruz griega.

Fig 9. A la izquierda, muy próxima, hay una estructura de tendencia cuadrada, con el lado inferior elevado hacia la izquierda y con sus mal trazadas mediatrices, la central inclinada.

Fig 10. Bajo las formas anteriores se trazaron varias líneas de formas inconexas y un tanto abigarradas.

Singularidades

Denominamos así a unas de figuras que presentan alguna particularidad lo que les  hace destacar del resto.

Aspas y cruces griegas

Hemos mencionado las primeras al describir el subconjuntos a1 y las segundas en este mismo subconjunto y en los a2 y a5. Tanto cruces griegas como aspas pueden tener diversos contenidos, aquí las destacamos por su posible sacralidad, dada la posibilidad de ser ambas formas el resultado de un proceso de abstracción ejercido sobre los estelares de ocho o más radios, de tal manera que, sin perder totalmente su forma radial, por supresión, han pasado a poseer una expresión más simple: solamente cuatro radios, los mínimos para hacer posible su reconocimiento esquemático como perteneciente a un antiguo estelar[2].

Cruces, armas y cuadriláteros se dan separadamente con excelente claridad como ejemplo evolutivo intermedio en el conjunto I del río Tejadilla V[3].

Lám 8.- Cruciforme y antropomorfo

 

  Lám 9.- Estructura y antropomorfo

Antropomorfos (Lám 8 y Lám 9)

Hay en nuestro grabado unos antropomorfos esquemáticos en posición echada que indican la presencia sospechosa de al menos dos difuntos. El primero se localiza en el Sc. a2. Fig. 4. Muy próximo por la izquierda hay un bien trazado cruciforme de brazos iguales -cruz griega- y numerosas estructuras que los rodean junto a otros trazos. La ejecución del antropomorfo tiene en su derecha piqueteos y líneas que imposibilitan su segura definición por ese lado.

Mayor claridad  presenta el posible difunto dibujado en el Sc a4 Fig. 2. Su terminación izquierda coincide con un fuerte piqueteado que destruyó parcialmente la estructura rectangular allí realizada con marcada mediatriz semidestruída. La relación entre ambas formas parece necesaria aunque sus contenidos como veremos se nos escapan.

La presencia de este tipo de esquemas representativos de  personas en determinada posición, está extendida tanto en la cercana Zepa como en otros lugares más alejados siempre en esos ambientes de comienzos de la Edad del Bronce. Según su posición vertical o echada, las acercamos como vivas, muertas o  vivas después de morir.

Hemos atribuido a la mayoría de las estructuras una función de balsas sagradas, esto nos acerca a sospechar la narración de un naufragio en el que hay un difunto sin función concreta conocida anterior al suceso. En la secuencia  “la balsa” estaba útil pero no sabemos si el personaje estaba vivo o si la ”balsa” en la narrativa portaba un difunto mencionando el protagonista de un ritual fúnebre. Esperemos ocasión más propicia para profundizar en la dirección que ahora se nos ha marcado.

Lám. 10.- Estructura con doble quilla o catamarán

Estructuras. (Lám 10)

Como se ha mencionado, las estructuras con sus diagonales son formas que desde tiempos muy tempranos[4] han existido y perdurado hasta nuestros días, menos frecuente es la presencia de mediatrices laterales en forma de cruz; hoy son visibles en barandas de pequeños puentes o lugares que precisan soportes reforzados; se utilizan como refuerzo y decoración. En nuestro trabajo hemos descubierto que en tiempos pasados tuvieron al menos otro contenido: el sacro.

Debido a su tendencia monográfica en este grabado, estas formas y las cuestiones que representan, nos parecen  indicios de una  fijación mental, un tanto obsesiva. No ocurre lo mismo en los grabados de la margen izquierda del río, cuya presencia dentro de conjuntos tiende a ser ocasional, como un tema más de los que allí se expusieron y desde luego no el más claro ni numeroso.

Tomando como sospecha el artículo de Díaz Montesano[5],  extendemos el contenido de nave sacra a las numerosas estructuras cuadriláteras de nuestro grabado, desprovistas de diagonales y mediatrices.

El grupo de formas que componen la figura 5, del subconjunto b, de la lámina 6, a nuestro entender, hace referencia explicativa, a esa doble composición. Los trazos de ocho radiales internos son una cosa y el límite exterior de cuatro lados otra. Esta duplicidad determina un doble contenido: el estelar y la balsa astral ambos de carácter sacro.

La presencia de formas de quilla en tres estructuras del subconjunto a5, figura 5, son huellas que apuntan con pocas dudas sobre su función como nave o barco.

El motivo -la forma de quilla- se repite una vez en los grabados de la cercana Zepa de la Serena, aunque con mayor rudeza, sencillez y menor definición temática, sin recurrir a las estructuras grupales que ahora tratamos, concretamente se encuentran en el término de Puebla de Alcocer, en el arroyo del valle de Casatejada[6].

Lám. 11.- Alabarda

Alabardas. (Lám 11)

La ausencia de otras armas claramente definitorias de cronologías, hacen de las formas de alabardas un claro elemento definidor de las mismas. Las dudas que en otros conjuntos pueden surgir por un dudoso trazado demasiado esquemático aquí no se da, ya que la una posee la forma ligeramente cóncava de sus dos lados y el refuerzo central, elementos realistas e importantes para saber qué tipo de armas son; la otra es más abstracta, se realizó entre varias figuras lineales que completan la figura 5 del subconjunto a5 en una situación a nuestro juicio extraordinaria para acercarla al mundo estelar, es decir al mundo sacro de su época: va a bordo del “catamarán” y directamente unida a un cruciforme de brazos iguales.

Los apogeos del tiempo presencial de alabardas como las representadas, son coincidentes en muchas ocasiones, con los de mayor expansión del vaso campaniforme por lo que se pueden situar estas formas en tiempos cercanos a esos recipientes: en general en la primera mitad del segundo milenio a. C[7].

Lám. 12.- Cazoleta y estructura

Cazoleta. (Lám. 12)

Otra particularidad nos la proporciona la cazoleta y su estructura adherida. La primera es una figura intrusiva en el conjunto no así la segunda; su acabado es algo descuidado y tosco, sin pulir y con dudas a la hora de realizar el trazado circular, algo deformado al destruir la esquina inferior derecha de la estructura a la que se superpuso; indica cierta precipitación e inexperiencia en la ejecución de este tipo de formas.

La escasa invasión de las dos formas entre ellas, denota la necesidad del autor de acercarnos a la posición vital entre ambas figuras; esta relación nos parece parecida o semejante a la matrimonial sin poder precisar más. En cualquier caso se pone de manifiesto una acusada comunicación entre las dos figuras que podría corresponder a un amistoso entendimiento entre un estelar -por ejemplo el Sol o un planeta- y un tipo determinado de barca astral -la forma rectangular-.

Lám. 13.- Retícular

Reticulares. (Lam 13)

El subconjunto c nos ofrece en su figura 2, una forma rectangular cuidadosamente cuadriculada. El cuadrante superior derecho está semiperdido por resalte del soporte, no obstante la  pervivencia de una barra permite reconstruir la figura por ese lado; al opuesto se adhirió una cuadrícula cuyas líneas no son del todo coincidentes con las anteriores dejándose inacabada la parte inferior, es decir el reticular no se realizó con una sola figura y sí adosando pequeñas cuadrículas, unas al lado de otras.

La presencia de este tipo de reticulares en no pocos conjuntos de parecido ambiente, tanto en las proximidades del río Guadiana como en la provincia de Cáceres, denota una importante función cuyo contenido nos resulta por el momento demasiado problemático para ser abordado en este trabajo. En nuestra opinión necesitan un estudio monográfico independiente dadas las variables características que a veces presenta según el lugar y el grupo de formas a las que acompaña: dicho signo pudiera tener el mismo o al menos parecido contenido que las estructuras que ahora presentamos.

El autor

Si observamos detenidamente las disposiciones de los numerosos trazos que componen este grabado llegaremos a admitir que quién lo realizó fue una persona muy dotada para  la manualidad.

Su razonamiento no se movía al mismo nivel pues los temas que señala son elaborados con bases predominantemente imaginativas resultando puras elucubraciones.

De una u otra forma los contenidos que guarda deberían temporalmente estar extendidos en el ambiente social en el que se movía y de los que él autor participó e intentó eternizar esas creencias con una expresión duradera, casi eterna: los grabados.

Lo probable es que esas narraciones no fueran creadas por él, al menos en su totalidad, si debemos admitir que era ferviente partícipe y difusor de iguales o semejantes ideas y creencias.

Poco importa que fuera hombre o mujer, él o ella fueron representantes de fuertes creencias y estuvieron dispuestos a trasmitirlas de buena manera, para ello necesitaron un largo tiempo… el que duró los meticulosos  movimientos en vaivén hasta conseguir realizar una tras otra todas las figuras representadas.

En resumen, por lo expuesto sabemos que  el autor fue una persona en general bien dotada; amante de la Literatura y sabedor de numerosos relatos idealistas, muy crédula y muy celosa proselitista de su cultura llena de inacabables fantasias.

Conclusiones

El ajetreo de las estructuras… bien juntas, bien separadas, ora completas, ora sin diagonales; las cruces griegas fuertemente grabadas surgiendo entre variados trazados, claros e independientes; la misteriosa cazoleta; las dos alabardas, la adherida a la parte inferior de una estructura completa y la testimonial viajera a bordo de la valsa-catamarán… no caben dudas, mediante todos estos signos se nos están proponiendo  narraciones sobre diversos temas; estos eran variados aunque dentro de la unidad que apuntan las numerosas repeticiones de algunas figuras. Es entre los contenidos de estos relatos donde discurría la vida de nuestro autor.

Dadas las características personales apuntadas podemos afirmar que las disparatadas creencias en las que se movía tuvieron plena asimilación en su vivir cotidiano. Los disparates que les movía no les hizo enloquecer, antes bien, su forma de realizar denota por lo menos una buena estabilidad de carácter.

Como acabamos de indicar, balsas y cruces se repiten en los argumentos distribuidos en los diferentes subconjuntos; eran los protagonistas de los numerosos relatos literarios que se nos envió.

Ello nos lleva a afirmar que el conjunto de Talarrubias II es una pequeña biblioteca sobre variados temas relacionados con el cosmos, todos ellos piden argumentos que reclaman el inicio, el desarrollo… y también un final.

Lo probable es que se trate de viajes interplanetarios, moviéndose posiblemente sobre desconocidos fluidos,

No se puede eludir ese medio “etereo”, pues dichos relatos necesariamente reclaman donde moverse -algo parecido al mar celeste de la mitología egipcia-.

Pero en nuestro grabado como en otros muchos, este medio no se expresa en los dibujos, no se concreta; ello es debido a que su conocimiento era una suposición generalizada, axiomatizada: si dibujamos un barco implicamos en él al agua, no tenemos necesidad de su dibujo.

Generalmente la mayoría de estos relatos completaban con explicaciones acientíficas numerosos sucesos entonces por estudiar racionalmente. Los temas versarían sobre la metalurgia, el mundo planetario, la muerte… así, las alabardas serían transportadas en balsas sacras por el mar celeste, desde el planeta… tradicionalmente se atribuye a Venus el organizador, como lugar de partida, compañero de viaje… aunque naturalmente no hay nada que lo testimonie más allá de las líneas y figuras enumeradas u otras semejantes.

Es evidente que a cada superficie bien limitada de la roca le corresponde una temática, en parte igual y en parte diferente. Así las alabardas vienen acompañadas en un caso de cuatro barcos-estructuras ocupados por formas estelares de ocho puntas: el otro relato ocupa igualmente un espacio bien acotado, nos ofrece una triada “familiar” a bordo de naves con afiladas quillas. Ocurre de forma parecida con los temas fúnebres que se nos muestran, los cruciformes etc. cada uno en su espacio, bien precisado.

No mayor claridad encontramos al averiguar quién era el destinatario de la deseada carga tan fielmente guardada. Parece necesaria la presencia en algunos argumentos de al menos un personaje receptor e intermediario entre los compradores de armas -alabardas- y el supuesto planeta Venus o sus enviados -lo terrenal y lo sacro-. Él o ella sería el principio del fin de un largo viaje  donde caben toda serie de narraciones y aventuras.

Ese personaje aparece aunque de forma poco definida y clara; se adivina más que se observa; él es intermediario en otros subconjuntos.

De manera informal lo atribuimos a los bitriangulares. Esta forma fue utilizada con mayor claridad para realizar los personajes con esa función comercial en otros grabados de temática parecida entre ellos los del Cándalo y Puerto del Gamo[8] de ellos hemos tomado esta mención.

Para terminar señalamos como no todo era gozosa aventura viajera, algunos argumentos narran malos funcionamientos o se determinó que acabaran mal, lo que parece evidente por el piqueteado que sufren algunas figuras: indudable símbolo del deseo de destruir.


[1] RUBIO ANDRADA, Manuel (2021):  El molino Pacha: los grabados (Talarrubias, Badajoz).

[2]  RUBIO ANDRADA, Manuel y PASTOR GONZÁLEZ, Vicente (1999):  Grabado del  Cándalo. XXVIII Coloquios de Extremadura. Trujillo . Pág.  578 y 583.

[3] RUBIO ANDRADA, Manuel y PASTOR GONZÁLEZ, Vicente ((2000): Los grabados prehistóricos del río Tejadilla, Madroñera, Garciaz  y Aldeacentenera (Cáceres). XXIX C.H. de E. Pág. 486 y ss.

[4] CARRASCO RUS, Javier L.; PACHÓN ROMERO, Juan A. y GÁMIZ JIMÉNEZ, Jesús (2012): Las cerámicas neolíticas pintadas en Andalucía y sus contextos arqueológicos. ANTIQVITAS –Nº 24 ( pp 17-70). M.H.M.) Priego, Córdoba.

Academia de la Historia https://www.rah.es>conjunto-campaniforme-de-ciempozuelo

Museo Arqueológico Regional https://marpa.madrid>las-primerasa-sociedades-productoras

[5] DÍAZ-MONTESANO, Georges (2018): ¿Confirmación epigráfica del origen prehistórico hispánico BALSA?. Atlantibg. Com>bloc>confirmación-epigrafica-del-origen-prehistorico-hispanico-BALSA

[6] Coordinadores: COLLADO GIRARDO, Hipólito y GARCÍA HARRANZ, José Julio: Op. Cit., Pag 121, Fig. 240.

[7] DURÁN PÉREZ, Isabel (2016-2017): La orfebrería campaniforme de la Submeseta Norte Española: Expresión de una élite social. Grado en Historia. Universidad de Valladolid. .   https://uvadoc.uva.es>TFG_F_2017_63

Artecreaes.wordpress.com/2020/10/31/vaso-campaniforme/

[8] RUBIO ANDRADA, Manuel (2023):  Apuntes sobre el comercio primitivo en Logrosán: Los antropomorfos con cascos liriformes. LII Coloquios Históricos de Extremadra. Trujillo. Pág. 627 y ss.

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