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EL GRABADO RUPESTRE DEL MOLINILLO. UN PANEL DE HUEVOS MÁGICOS. CASAS DE D. PEDRO (BADAJOZ)

Posted on 27 noviembre, 202529 noviembre, 2025

Manuel Rubio Andrada

Resumen: Este grabado es conocido por numerosos aficionados y profesionales de la Arqueología sin embargo no ha sido publicado, sin duda presenta dificultades. De las numerosas figuras que contiene la mayoría se utilizan en otros grabados de temática semejante, otras son novedosas e incluso sus contenidos distorsionan de lo habitual. Para ellas pido un silencio respetuoso en vez de la burla que naturalmente asoma al contemplar lo disparatado que se contempla.

Dedicatoria: A mi familia que se movilizó para ayudarme en los viajes exploratorios.

Introducción

Las noticias de estos grabados nos llegaron a través de un vídeo emitido por Canal Extremadura el 14 de enero del año 2024[1]. Anteriormente fueron dadas a conocer el 13 de octubre del año 2018 en unas Jornadas Europeas del Patrimonio en Extremadura. En dichas Jornadas se notificó su hallazgo en mayo de 2016. El nombre del descubridor se nos facilita de forma poco clara, en el mencionado vídeo de la nota 1, nos parece decir Jesús Campano.

Por fin dimos con los grabados el 16-11-2024.

Su distribución, en ocasiones un tanto abigarrada, nos ha dificultado la exposición y en ocasiones hace difícil su seguimiento. En otros momentos es la claridad de la ejecución lo que prevalece; la descripción y visión de los grupos con las figuras creemos que han quedado suficientemente claras y comprensibles con el tema que tratamos: los huevos mágicos.

LOCALIZACIÓN

Para visitarlos hay que partir de Casas de don Pedro en dirección de Talarrubias. Antes de llegar al puente sobre el Guadiana hay que girar a la derecha recién pasado el   canal de Las Dehesas para situarse en la vía de servicio que allí aguarda.

Tengamos máxima prudencia en las restricciones que con lleva su utilización.

Ya en ella, dejado a nuestra derecha el primer puente sobre el canal, pronto surge a la izquierda una calleja, bastante bien conservada, descendamos por ella hasta encontrar a nuestra izquierda dos puertas muy próximas. La segunda da acceso al cercado sin otro cerramiento ni  refuerzo que una humilde angarilla…, desde allí miremos al cauce del arroyo. En la margen que llevamos, la derecha, ya cerca del cauce se divisan pizarras grises, negruzcas, planas, tendentes a la horizontalidad. Sobre ellas se trazaron numerosas líneas y figuras a las que poco a poco intentaremos estudiar.

La roca soporte mide unos 8 m de largo y de ancho máximo 1.75 m y marca un desnivel hacia el arroyo que  facilita los numerosos movimientos de vaivén por abrasión necesarios para su realización. El suelo se halla sobre 1 metro más bajo.

Aclaradas estas  cuestiones estamos en disposición de acercarnos un poco más a lo allí realizado (Lám 1).

 

CATÁLOGO DE FIGURAS Y COMENTARIOS

 

CONNJUNTO 1

Con las formas realizadas formamos un todo o conjunto general (Cg.) que dividimos en varios capítulos o subconjuntos (Sc.); generalmente están separados por racheados que determinan con claridad  espacios y contenidos diferentes.

Lámina 1. Orientación de la roca soporte con el desnivel del NW y situación en ella del conjunto general (Cg.) y los subconjuntos (Sc.)

 

SUBCONJUNTO 1 (Lám 2)

Lámina 2. Subconjunto 1. La figura 1 corresponde a una estructura reticular y la 2 a una forma ovoide con estructura reticular inacabada e inscrita

Este subconjunto se situó en una zona quebradiza y  de fácil resalte, no obstante la profundidad de las líneas les hacen inconfundibles.

La estructura rectangular -Fig 1- tiene unos 15 cm de alto y algo menor es su ancho. Las cuatro líneas interiores de tendencia vertical, tienden a confluir en la parte inferior, en esa disposición son acompañadas por el lateral derecho del acotamiento.

Bajo ella hacia su derecha se situó la figura 2. Es una perfecta forma ovoidea ocupada en su interior con otra pequeña estructura rectangular ajedrezada formada por tres trazos de tendencia horizontal que ocupan la longitud del huevo; perpendiculares a estas se realizaron otras dos en su mitad derecha.

Se trata de una relación de dependencia original: en ella se narra  el nacimiento de una estructura formada en una forma de huevo.

Una asociación parecida se observa en la Lám. 9, Sc. 3, Fig. 2c., en ese nuevo caso se trata de una estructura triangular con quilla y cinco cuadernas.

En el caso que nos ocupa estas dos figuras diferentes deben tener alguna característica en común que les faculta para tener ambas ese mismo nacimiento.

 

SUBCONJUNTO 2 (Lám. 3)

 Lámina 3. Subconjunto 2

El subconjunto 2 ocupa la parte central derecha de la roca que estudiamos. El espacio se encuentra profusamente grabado de estructuras por lo general con uno de sus vértices acabado en forma aguda, de quilla: son los denominados trineos.

Con el fin de obtener mayor claridad, enumeramos primeramente la lámina 4 que es un detalle de la número 3: corresponden a las formas que ocupan el espacio contiguo superior que está limitado por un racheado paralelo y de tendencia vertical: corresponde a las fig 1a, 1b y 1c.

Las dos primeras formas son ovoides rematadas por formas de alabardas reforzadas en uno de sus extremos.

Volvamos nuevamente a la Lámina 3. En ella las figuras 2, 3 y 4 están limitadas por los mismos racheados naturales y se situaron inferiormente.

 

Lámina 4. Subconjunto 2. Detalle. Figura 1a, 1b y 1c. Se trata de una composición de formas globulares y alabardas reforzadas.

La Fig. 2 corresponde a una pequeña estructura rectangular con quilla y cuadernas.

Bajo ella la número 3 es una estructura triangular, bien realizada, presenta forma de barco con su quilla y cuadernas. Tiene adherida en el lateral superior de la parte de popa otra semejante bastante más pequeña. Tal proximidad puede señalar algún tipo de relación.

La Fig. 4 fue realizada en el espacio contiguo por la izquierda, unos diez centímetro bajo la anterior y en disposición semejante aunque su proa nos ha llegado poco afilada.

Con el mismo fin de lograr mejor conocimiento, vamos ahora a la lámina 5 que es otro detalle de la parte superior de la lámina 3.

 Lámina 5.- Subconjunto 2. Detalle. Estructura rectangular y figuras de confusa relación

Pasado el racheado de la derecha encontramos de forma inmediata en la zona central la figura 5. Mide unos 10 centímetros de alto, se trata de una estructura rectangular de trazo fino, en posición vertical, con sus diagonales y una mediatriz;  carece del lado derecho: en su centro destaca como bitriangular. Una de las diagonales se prolongó externamente hacia la parte superior derecha: es la figura 6.

Continúa una zona de realización confusa: corresponde la número 7 a un pequeño reticular adherido a la parte izquierda del trazo anterior. Hay dos angulares  en el extremo superior de la prolongación de la diagonal, uno de ellos, el de la derecha, parece representar la hoja de un puñalón; el otro, concatenado a él se corresponden con una forma de alabarda: son las figuras número 8 y 9.

Inferiormente a las formas anteriores hay un trazo: la figura 10. En su parte superior se observan distintas líneas de tendencia a formar una estructura rectangular bastante irregular que corresponden a la figura 11. Inferiormente, de manera horizontal, hay una línea, figura 12, que forma un ángulo agudo con la 10.

Bajo la forma anterior, adherida a un racheado, está la figura 13 que corresponde a un reticular rectangular formado por numerosos trazos.

Lámina 6. Sc. 2. Fig 14. Detalle. Forma oval

 La lámina 6 es otro detalle de la lámina número 3. En ella se puede observar muy próxima por abajo la figura 14, corresponde a un oval con su abertura inferior; está en posesión de una forma triangular de alabarda.

Sigamos nuevamente en la Lámina 3.

A la derecha de las formas anteriores y no lejos de ellas, encontramos un reticular rectangular de unos 15 cm de largo y 5 cm de ancho con quilla y  numerosas cuadernas formadas por  pequeños trazos que la cortan perpendicularmente: es la figura 15.

La figura número 16 presenta dos formas adosadas a una gran estructura triangular de aproximadamente unos 45 cm de larga y 6 cm de ancha; ésta no posee línea central y termina de forma aguda a la izquierda, con un solo trazo formando la quilla; cerca de esta  terminación se hizo una forma acampanada atravesada de arriba abajo por la quilla; con dificultad en su extremo se observa una forma ovoide.

La figura 17 es una estructura semejante, en igual disposición aunque algo más pequeña. En esta ocasión, la denominada “quilla” porta una estructura rectangular.

En la parte superior de este espacio hay otro de forma triangular, bien limitado pero de superficie muy cuarteada. En él se realizó con bastante cuidado y soltura una estructura, no sabemos si angular o triangular por ruptura de la roca, en cualquier caso presenta bien trazada la quilla y las cuadernas: es la Fig. 18.

Láminas 7 Y 8. Subconjunto número 3

 Lámina 7. Sbc. 3

  Lámina 8. Sbc 3. Detalle. Fig 1

 

La fig 1 de este subconjunto (Lám. 8) se situó en un espacio alargado y bien limitado de la parte inferior izquierda ocupado por una tonalidad rosácea. Corresponde a una figura oval cortada superiormente por un diámetro cerca de su centro; como abertura exterior se trazó un ángulo del que sale una pequeña estructura rectangular horizontal, muy remarcada.

Lámina 9. Suc 3. Detalle. Fig 2. (2a, 2b y 2c)

La figura 2 del subconjunto 3 (Lám. 9), está claramente compuesta por tres formas.

La 2a corresponde a un oval, cuyo eje vertical mide en torno a los 5 centímetros y 4 el  horizontal; en la parte superior, la más aguda, simula tener una abertura mediante un ángulo en el que se incluye la Fig. 2b.

Esta corresponde a un perfecto embudo circular que en apariencia deja ver su contenido: se corresponde con la forma esquemática de una planta.

La Fig. 2c está superpuesta al embudo de forma inmediata, la compone una estructura triangular con quilla central; el ángulo inferior correspondiente a la popa, se apoya directamente en la parte superior del embudo mencionado indicando una relación entre ellas.

Volviendo a la lámina 7.

La figura con el número tres se situó en la parte superior del espacio que nos ocupa y la componen tres formas. La 3a corresponde a  un espacio triangular, con cuadernas y quilla en su extremo inferior. Adosada en la parte superior está la 3b, es de forma semejante aunque sin cuadernas y de menor tamaño. Finalmente la 3c es una forma incompleta de huevo con abertura inferior triangular y adosado superiormente en el mismo lugar que las dos figuras anteriores.

Seguimos la descripción de figuras en la misma lámina 7; la número 4 se situó inferiormente. Es una estructura de ejecución fina pero algo descuidada alargada en posición tendente a la horizontalidad, se reforzó con  catorce cuadernas y termina por el extremo izquierdo en forma de larga quilla; en el extremo opuesto se realizó una forma triangular con su mediana, de manera más tenue,  prolongando esta exteriormente hasta cortar la última cuaderna formando una cruz con las mediatrices.

Bajo este mismo lado se realizó la figura 5 que corresponde a una estructura en forma de escalera de seis peldaños y dispuesta de forma inclinada superiormente a la derecha. A su lado izquierdo y centralmente bajo la figura 4 se trazó otra forma semejante de cinco peldaños, Fig 6. Continuamos hacia la izquierda hasta encontrar la forma angular número 7, fue conseguida con dos paralelas muy próximas. Continuando hacia la izquierda, cerca del extremo de la figura 4, observamos muy tenuemente, una nueva forma oval, Fig. 8. Puede observarse alguna figura más o completarse las descritas aunque el mal estado de la roca condiciona su correcta observación.

Lámina 10. Subconjunto número 4. 

Lámina 10. Sbc. 4. Formas oval y alabarda sin refuerzo central

Este grabado se situó en un espacio contiguo por la derecha, en una zona de superficie muy cuarteada. Consta de dos figuras concatenadas. La número 1 se situó superiormente y representa el perfecto perfil de un huevo cuyos ejes miden aproximadamente 7 y 5 cm. Bajo él está la número 2, es una incompleta forma triangular y puede representar una alabarda sin refuerzo central.

 SUBCONJUNTO NÚMERO 5. (Lám.11)

Lámina 11.- Subconjunto número 5

Dejado el lanchón que sirve de soporte a los dibujos anteriores debemos trasladarnos unos pasos en sentido a la corriente del río, es decir hacia el SE.

La superficie que ofrece la roca fue muy poco aprovechada, es lisa y clara. Los trazos poco profundos hacen apenas visible las figuras.

La número 1 es un reticular incompleto por un resalte que tiene la roca en su parte izquierda; lo forman una serie de cuadrículas compuestas por cinco líneas paralelas, equidistantes, otras cinco semejantes las cortan de manera perpendicular formando la cuadrícula.

La figura 2 se hizo superiormente a unos centímetros; con cierta profundidad hay una decena de tracitos de unos 5 centímetros de alto, muy próximos; algunos pueden apuntar formas literales.

 

SUBCONJUNTO NÚMERO 6 (Lám. 12)

 Lámina 12. Subconjunto número 6

Este subconjunto (Lám. 12) se realizó muy próximo a la derecha -siempre dando la cara al río-. La figura 1 está poco señalada y se situó en la parte central del soporte en una zona muy saltada que alcanza la parte derecha de la figura. Esta tiene forma globular, abierta por su parte inferior, el recipiente mantiene formas de apariencia natural en su interior.

Unos 13 centímetros bajo esa figura está la número 2, corresponde a una estructura triangular con quilla central y dividida por cuatro cuadernas. Mide unos 18 centímetros de largo no llegando a los 10 centímetros de ancho.

 

SUBCONJUNTO NÚMERO 7 (Lám 13)

Lámina 13. Subconjunto número 7. Cazoleta central

Este subconjunto se realizó con estilo lineal abstracto, en ellos la sustitución de las formas de los objetos por líneas es tan acentuada que por lo general impide cualquier reconocimiento más allá de la cantidad y el tamaño.

Este estilo se dio igualmente en la pintura rupestre, como referente puede observarse en varios conjuntos del panel denominado “Cancho del Reloj”[2].

Un conjunto grabado con características semejantes también se puede observar entre los numerosos del río Tejadilla (Conjunto Tejadilla XI)[3]. Sea lo que fuere no estamos en condiciones de añadir mucho más a lo allí expuesto.

 Lámina 14. Subconjunto número 7. Detalle

Si creemos necesario reseñar la inclusión de una figura muy desvaída, parcialmente radiada situada en la parte central inferior de este conjunto; entre los grabados más parecidos encontramos los de Vegas de Coria (Cáceres)[4] sin embargo son varias las proposiciones que nos surgen.

Con mayor certeza se observa su parte inferior, donde son visibles al menos cuatro radios con su arco circular y una recta que tiende a unir sus extremos; esporádicamente surgen otros restos… quizás puedan considerarse partes  de un todo que no se llegó a concluir y  poco más podemos añadir (Lám. 14).

Centralmente, con respecto a la cazoleta y su entorno cercano, es evidente que se respetó lo que había grabado; se añadió el nuevo artilugio en el espacio que quedaba debajo, pero aparentemente con escaso ajuste temático.

 RELACIONES

Estructuras geométricas poligonales

En nuestro grabado se hicieron diferentes grupos de estructuras geométricas. Uno lo integran todas las estructuras poligonales triangulares representadas por las figuras 16 y 17 del subconjunto 2, (Lám. 3) y por la figura número 4 del subconjunto 3, (Lám. 7); el otro grupo lo forman las más cortas, menos agudas, de quillas  menos desarrolladas representadas por la figura 2 del subconjunto 6, en la Lám. 12 y por la número 3 del subconjunto 2 en (Lám. 3).

Semejantes a ellas están presentes en algunos paneles de pinturas rupestres y fue H. Breuil quien les dio el nombre de trineos. Las mencionó así, al observarlas en uno de los conjuntos de los Buitres de Peñalsordo (Capilla, Badajoz), el citado grupo poseía carros con y sin ruedas (bastidores), estos últimos algo apartados y los denominó “trineos”: Esta cuestión, a nuestro juicio, es difícil de mantener.

Ellos son muy semejantes a las estructuras más cortas que ahora hemos tratado[5].

También mencionada por Breuil hay otra figura muy parecida a las estructuras triangulares alargadas, se halla en la sierra de Cordonero, Puerto Palacios (Ciudad Real)[6].

Igualmente las relacionamos con el abrigo del Zarzal 2, cerro de las Moriscas, en la sierra de Tiros, Helechal (Badajoz)[7].

El hallazgo de una inscripción prerromana presidiendo la parte superior de este último panel hizo surgir una nueva visión para nuestras estructuras: pasaban a ser balsas con unas  características especiales, no tenían remos ni velas pero en los relatos debían tener capacidad de movimiento. El hecho de no poseer remos o haberlos de modo presencial, es algo muy común en las representaciones de barcas sagradas de la antigua mitología egipcia, se suponía su existencia como en otras obras se representa un barco y no el agua en la que está inmerso, simplemente se supone su existencia[8].

Tras lo dicho somos partidarios de afirmar con rotundidad que los trazos que componen estas figuras evocan objetos naviformes. El hecho de no poseer velas ni remos es debido a realizarse en perspectivas aéreas y propulsadas en un fluido igualmente ideal.

Como antes mencionábamos, estas cuestiónes ya fueron apuntadas por Díaz Montesano al relacionar las estructuras que nos ocupan con la inscripción prerromana que las preside en la que pone balsas[9].

En cuanto a las relaciones que podamos establecer con los grabados de la margen izquierda del río Guadiana, hay que señalar su escasez entre el amplio número de formas que posee y en general son sencillas y poco relevantes.

Hay al menos un par de excepciones dignas de mención, lo constituyen los paneles del grabado de Las Romeras, en Esparragosa de Lares (Badajoz) donde se realizaron con indudable protagonismo[10]. Los dos conjuntos representados tienen en común un piqueteado disperso en ambas superficies lo cual evoca otros donde se tienen por representaciones de gotas de agua en el mar celeste[11]. También la presencia de estructuras ajedrezadas evocan ese ambiente cósmico en el que las balsas o naves están inmersas y tendrían su particular protagonismo.

En el grabado que ahora estudiamos, las suponemos con fundamento, que podrían tener un protagonismo de carácter ideal, mágico, por ser objetos-personajes de diversas narraciones literarias tal como respira el ambiente que crean el resto de las formas a las que acompañan.

Junto a las estructuras triangulares mencionadas está la excepcional presencia de una estructura rectangular -la número 5 del subconjunto 2-, completada con las rectas interiores -diagonales y mediatrices-; presenta su lado derecho abierto hacia arriba a manera de portón. En su espacio inmediato los trazos se presentan bastante desordenados alternando formas conocidas con otras más ignotas y anárquicas. Entre las reconocibles están una estructura cuadriculada, la posible hoja de un puñalón y el perfil de una estructura triangular naviforme. La singularidad de esta figura contracta con el numeroso protagonismo de las más de treinta formas semejantes operativas en el cercano grabado de Talarrubias 2.

Terminamos este apartado subrayando los dos grupos que hacemos de las estructuras geométricas triangulares, ambos pueden corresponderse con los dos sexos que habitualmente informan las antiguas religiones.

Hemos tratado en pasados estudios de estas y de otras relaciones que esperamos completar en un trabajo algo más específico. Creemos que las líneas anteriores son suficientes para introducir las estructuras cuadriculadas en el tema sacro como formas muy duraderas con ese matiz.

Armas

Como en el grabado que estudiamos el año 2024 la presencia de dibujos de alabarda es escasa aunque si suficientes para ser un dato valioso para acercarnos con certeza a la cronología de estos grabados. Valga como ejemplo la forma de alabarda sin refuerzo central -las más primitivas-, que se puede observar en la figura 2 del subconjunto 4, (Lám. 10). Las damos una fecha amplia pero propicia para su ejecución -primera mitad del segundo milenio- fecha extensible a todo el grabado[12].

 Figuras ovales 

Esta forma no posee paralelismos en los grabados que conocemos. El hecho de escoger la forma oval en momento bien preciso de la eclosión es muy especial. Sin se observa con atención, en la acción que se dibujó no hay ruptura de cáscara…lo que se dibujó en realidad fueron partos.

Los representados no parecen ser la forma de huevos de avestruz, mayores y más redondeados; con pocas dudas la forma más alargada les acerca a las gallináceas

Una como otra son poco aptas para el vuelo o al menos no es el vuelo su fuerte.

Su fácil domesticación y el prolífero nacimiento de estas aves son cualidades que les distingue; ello fue transmutado a unos objetos a los que se hace nacer ovíparamente. Pero al modo humano. Acción de difícil “ensamblaje”.

En realidad son grandes despropósitos  que fueron ideados por su autor para dar forzadas soluciones a unos argumentos ideales.

La fantasía, en relatos más tradicionales venía utilizando el viaje cósmico desde un lugar concreto del firmamento. Venía utilizando este viaje para explicar el origen de la existencia de algunos objetos preferentemente: las alabardas.

Ahora se trata de dar un paso más se pide no ya el viaje sino un hecho anterior: el nacimiento de esos objetos. Seriamente los perfiles de huevo puedan ser abstracciones cuyos contenidos, más allá de la fácil domesticidad, se nos escapa. Serían semejantes al agua bautismal que hace renacer un hombre nuevo, el cristiano; o el compás y la escuadra en el mundo masónico.

Así pues no creemos que sea una respuesta jocosa a tanta alocada fantasía sobre la metalurgia.

 

CONCLUSIONES

Las numerosas figuras que componen este panel se encuentran claramente repartidas en varios subconjuntos.

Es el nacimiento lo que parece primar en estos relatos tan novedosamente expresados aunque sin olvidar los viajes sacros cuestión que se palpa en el ambiente a través de las numerosas figuras.

En definitiva comparando los contenidos de ambos grupos -Talarrubias 2 y Casas de D. Antonio 1- vemos como el paralelismo de algunas figuras es evidente; otras no se utilizaron y hay formas completamente nuevas.

Con esa mezcla  de presencias y ausencias de figuras, se realizaron los relatos que presentan partes tradicionales y en otras más novedosas con la participación de nuevos elementos. Es  ineludible en el primero los viajes siderales por el mar celeste, menos concretos en Casas de D. Pedro cuyo protagonismo lo ocupan variados nacimientos. Es aquí donde entran las formas ovales como complementos decisivo de los relatos de nacencias.

En estos, la mayoría de los subconjuntos se comportan como cartel publicitario, anunciadores de una narración literaria que nos resulta algo jocosa pero que no tenía por qué serlo. Otras veces los argumentos se desbordan y se expresan totalmente o parte de los mismos cuyos contenidos se entrevé en la numerosa presencia de balsas astrales de diversa tipificación.

Finalizamos volviendo a poner de relieve la presencia de huevos en este grabado. Se atribuye a los fenicios la introducción de la gallina en nuestra península y salvo que sean representaciones de huevos pertenecientes a desconocidos y legendarios “dragones”. Esto modifica la cronología de su presencia, ya que los dibujos coetáneos de formas de alabardas nos obliga a aceptar su presencia  en una época muy anterior a la fenicia. O bien que la presencia comercial de estos había comenzado mucho antes “calentando las cabezas” con los relatos de misteriosos viajes siderales en los que los avispados intermediarios, portadores, de una u otra forma de las codiciadas armas, harían su “agosto”.

 

 

 

 

 

 

 

 

[1] El patrimonio de Casas de Don Pedro_De grabados prehistóricos a un búnker de la Guerra Civil_Canal Extremadura_file

[2] RUBIO ANDRADA, Manuel (2023): Apuntes sobre el comercio primitivo en Logrosán: los antropomorfos con cascos liriformes. LII Coloquios Históricos de Extremadura Pág. 619 ss.

[3] RUBIO ANDRADA, Manuel y PASTOR GONZÁLEZ, Vicente (2000): Los grabados prehistóricos  del río Tejadilla, Madroñera, Garciaz y Aldeacentenera (Cáceres). XXIX Coloquios Históricos de Extremadura Pág. 477 ss.

[4] SEVILLANO SAN JOSÉ, Mª del Carmen (1991): Grabados rupestres en la comarca de las Hurdes (Cáceres). Salamanca. Pág 88 y ss.

[5]BREUIL H. (1917): Le char et le traineau dans l’Art rupestre d’Extrèmadure. TERRA PORTUGUESA, nº 15 et 16. Lisbonne.

[6] CABALLERO KLINK, Alfonso (1983): La pintura rupestre esqueática de la vertiente septentrional de Sierra Morena (Ciudad Real) y su contexto arqueológico. Láminas. Plano 61. Puerto Palacios – Panel 2 – Cordoneros.

[7] MARTÍNEZ PERELLÓ, Mª Isabel (1998): La pintura rupestre esquemática en Extremadura sudoccidental. U.N.E.X.  Cap. V , Fig. 276.

[8] ESCACENA CARRASCO, J. L. y FLORES DELGADO, M. Sobre el Calcolítico Ibérico. El cu¡iervo como barca celeste. Pág 57. Papiro de la princesa Nesitanebtenhu, saterdotisa de Amón Ra, 1000 a. C..

[9][9] DÍAZ MONTESANO, Georgeos (2018): ¿Confirmación epigráfica del origen prehistórico del hispánico BALSA?.  Atlantis ng.com

[10] COLLADO GERARDO, Hipólito y GARCÍA ARRANZ, José Julio (2007): Corpus de Arte Rupestre en Extremadura. Vol. II. Arte Rupestre en la Zepa de la Serena. Pag. 200.

[11] ESCACENA CARRASCO, José Luis (2015): Cielos fosilizados. QUAD. PREH. ARQ.  CAST. 33. Pág. 52

[12] DURÁN PÉREZ, Isabel (2016 – 2017): La orfebrería campaniforme de la Submeseta Norte Española: Expresión de una élite social. Grado en Historia. Universidad de Valladolid. https//uvadoc.uva.es>TFG F 2017 63

 

Artecreaes.wordpress.com/2020/10/31/vaso-campaniforme

 

 

 

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