Feb 262014
 

Roberto C. Montañez Pereira. 

“ No me importa, por mi, que mis palabras caigan una vez más en el vacío. Aunque eso implicare un desaire o un desprecio para mi, yo hablaría porque quiero a mi pueblo y no quiero ser de esos muchos que en tertulias y cafés censuran indignados los desaciertos de los Alcaldes, Ayuntamientos, particulares, y comisiones, y no hacen más que esa labor negativa, de censura, , que a ellos por su pasividad, les cuadra mejor que a cuantos, si no aciertan, arriman al menos el hombro”[1]

 En este repaso por la trayectoria vital e ideológica de León Leal Ramos vamos a separar con evidentes intenciones didácticas  y clarificadoras tres aspectos fundamentales que yuxtapuestos e interrelacionados nos ofrecen un perfil completo de lo que su figura ha significado y representado para Cáceres durante este siglo. Estos tres campos en los que hemos creído conveniente detenernos de manera pormenorizada son : 1/  Su contexto histórico, es decir, el entorno social que cautiva su sensibilidad humanitaria y el trasfondo ideológico en el que se desenvuelve su pensamiento 2/ Algunos apuntes biográficos que nos permiten acercarnos más directamente a su personalidad y finalmente 3/ Su obra, en donde canaliza todo su pensamiento y las ideas que tan vehementemente defendía.

1. Su contexto histórico

A comienzos de la presente centuria un problema hasta entonces desconocido acaparaba el centro de atención de la opinión pública y sembraba el desasosiego en los medios sociales más acomodados: la “cuestión social del campo”. Con esta definición imprecisa y ambigua se hacía referencia al deterioro permanente y continuado del campesinado extremeño que el fuerte impacto del proceso desamortizador había generalizado. En efecto, el proceso seguido en la subasta y venta de los cuantiosos patrimonios rústicos que salieron al mercado según las periódicas disposiciones emanadas por gobiernos de impronta liberal   marginó a la inmensa mayoría de la población, cuyo escaso nivel de renta les impedía pujar de manera competitiva. El resultado final no fue otro que la fuerte concentración de la propiedad y el absentismo de  los titulares de mayor calibre,  miembros de casas nobiliares y de la burguesía financiera y mercantil oriunda de la capital del reino. La tercera y más importante consecuencia de la Desamortización que nos permite concretar el perfil del campesinado extremeño y la merma progresiva de su nivel de vida serían las disposiciones que amparaban la enajenación de los patrimonios concejiles de los municipios ( tierras comunales, bienes de propios, dehesas boyales etc..). Nos estamos refiriendo a la polémica aplicación del Decreto Madoz de 1 de Mayo de 1.855, de gran aplicación en Extremadura y consecuencias sociales de primer orden, en especial para aquellas zonas en las que predominaba esta modalidad posesoria.

La proyección social que contempla este fenómeno se debe a que éstos inmuebles cumplían una labor benéfica particularmente significativa para el alivio de las crisis agrarias en el medio rural, es decir, se definían por su funcionalidad social.

Las dehesas Boyales, espacios adehesados de explotación ganadera reportaba beneficios particulares, sin embargo, constituían un ejemplo de lo antedicho en el momento en el que su explotación pasaba a ser colectiva  siendo de gran beneficio para el vecindario en época de carestía y penuria económica. En estas situaciones, un cuarto de la misma se destinaba a labor parcelándolo entre todos los vecinos del municipio a cambio de un pequeño canon. En resumen, estos espacios permitían, con mayor o menor garantía, un acceso masivo a la tierra y una salida honrosa para las economías campesinas en momentos de gran aflicción. La enajenación de estos patrimonios rústicos, su concentración para uso estrictamente pecuario y las frecuentes usurpaciones en los que quedaron indemnes alejaron a una gran masa de campesinos del terrazgo, degradándolos de status en la estructura social rural para terminar como simples braceros desheredados. La paulatina introducción de las relaciones sociales y laborales enarboladas por la lógica capitalista cuyo ideario básico se resumía en la obtención del máximo beneficio y la mínima inversión consagró la separación entre una sociedad de clases cada vez más polarizada presta a reactualizar de forma virulenta y generalizada las viejas prácticas de insubordinación rural. Estas nuevas formas se tradujeron en la degradación súbita y profunda de las condiciones de vida de las clases más humildes cuyo resultado más  vergonzante y dramático fueron la explotación en el trabajo de mujeres y niños cuya contratación resultaba más rentable por cuanto su remuneración suponía la mitad de los honorarios del varón, la precariedad de los salarios, cuya cuantía impedía la satisfacción de las necesidades vitales más perentorias,  las deplorables condiciones de trabajo y  la insalubre habitabilidad de las viviendas obreras. Estas funestas consecuencias  tenían que estar necesariamente en contra del sistema de valores morales vigentes en la sociedad de la Restauración que abanderaba la Iglesia y motivaba las críticas de la oposición política de signo republicano y talante demócrata.

Sin embargo, el detonante final para una abierta toma de partido y posicionamiento se produjo a raíz de la extensión de los nuevos credos redentores de las clases humildes que partían de nuevas doctrinas políticas formuladas en el siglo XIX: anarquismo y socialismo. El temor a que estas ideas destructoras del orden social ganaran terreno en los ámbitos obreros determinó la implicación de los dos puntales del sistema sociopolítico en el tema: El Estado, como celoso guardián de la ortodoxia social,  a través de la fundación de la Comisión de Reformas Sociales en 1.883 y la Iglesia, como autoridad rectora en el plano de la mentalidad y el esquema de valores.

Particularmente para nuestra exposición nos interesa la acción de ésta última porque será en su seno y desde su filosofía e inspiración donde realiza su labor social y canaliza su sensibilidad cristiana  nuestro protagonista.

El inicio de la respuesta y de la implicación directa de la Iglesia en los candentes temas de actualidad social tiene una efeméride concreta, la promulgación por parte del papa León XIII de la Encíclica Rerum Novarum en 1.891 en la que resume los ideales que alientan la intervención eclesiástica  en esta materia y cuyos rasgos fundamentales son: el sentido cristiano y la dimensión social de la riqueza, aspecto que contraviene y condena las ideas del capitalismo liberal basada en el lucro. En este sentido, se apuesta por el concepto de justicia social cimentado en las idea del amor fraternal, eje de las relaciones laborales para la Iglesia,  de cuya aplicación se derivará la paz, la concordia y la reconciliación entre las clases sociales. Defendiendo en todo momento el carácter sagrado de la propiedad privada, pilar del orden social, la Iglesia establece un claro límite moral en su disfrute. Así, cuando la riqueza se convierte en ostentación  se desvirtúa la moral cristiana ya que la fastuosidad de unos pocos contrasta con la mezquindad de muchos. En definitiva, el deber del propietario termina en el hambre de su vecino desarraigado que exige su caridad benevolente como modelo de conducta socialmente justa y moralmente elevada. Las caridad social se convierte en el instrumento idóneo de la Iglesia para conjurar cualquier amenaza externa y paliar las desigualdades y los desajustes sociales. A la postre, esta concepción no sería más que una solución parcial destinada a aliviar peligrosas contingencias en un marco que admitía escasas novedades y pequeños cambios. Con todo, la postura de la Iglesia se basaba de manera ingenua pero ilusionante en la evolución, diseñada desde los sectores dirigentes de la sociedad, aprovechando los márgenes legales y morales adecuados frente a la estrategia contundente de la revolución social predicada por los nuevos profetas libertarios y socialistas.

 

En este momento de encrucijada, de encuentro y yuxtaposición entre tradición y modernidad doctrinal aparece descollante la insigne figura de León Leal Ramos, una de las personalidades más emblemáticas de la sociedad cacereña del siglo XX, personaje cuya singularidad  proviene de su admiración y reconocimiento generalizado desde todos los ámbitos sociales, por encima de posiciones partidistas y diferencias ideológicas[2]. Si bien no  pretendemos enmarcar este somero estudio sobre su vida, obra y significación en una hagiografía inflamatoria de dudosa rigurosidad histórica, resulta incontrovertible la enorme relevancia de su figura de apostolado social laico en la andadura histórica cacereña durante los últimos cien años si tenemos en cuenta que la inmensa mayoría de las conquistas y las mejoras sociales que se articulan en la provincia parten bien de su ámbito de decisión o tienen en él su fuente de inspiración.

 

2. Algunos retazos biográficos

 

 El cacereño León Leal Ramos nace el 11 de Abril de 1.881, en el seno de una familia acomodada de clase media. De su padre, dedicado a la enseñanza, hereda su especial sentido didáctico, su claridad expositiva y su locuacidad. Estas virtudes pronto se revelarán desde su infancia y primera juventud y darán forma a un joven inquieto y vivaz que desarrolla tempranamente desde su etapa estudiantil  una honda preocupación social que sería su estandarte y vocación durante toda su vida. Con 15 año finaliza sus estudios de enseñanza media y marcha a la Universidad de Salamanca para estudiar Derecho, carrera que finaliza brillantemente en 1.902, siendo distinguido con la obtención del premio extraordinario de Licenciatura. El mundo de la judicatura pronto se convertirá para el inquieto cacereño en el instrumento adecuado para materializar las ideas reformistas que en materia social va madurando . Durante su estancia en Madrid, convertida en este momento en hervidero de ideas regeneracionistas, a donde acude con la intención de doctorarse, cobra protagonismo entre los círculos reformistas de ideas católicas  y se revela como audaz cultivador del pasatiempo intelectual de la época, “el arbitrismo” . Su verbo fácil y su riqueza de ideas le catapultan a foros de debates y a encuentros académicos en los que expone las líneas maestras de su pensamiento social, cuyo epicentro radica en la inexistencia de instituciones de crédito y la descapitalización del medio rural[3].

A su vuelta a Cáceres, circunscribe sus actividades sociales en la esfera del catolicismo social merced a su cargo de Presidente del Consejo Diocesano de las Corporaciones Católico-obreras, bendecida por las autoridades eclesiásticas y nacida bajo los auspicios de destacadas personalidades de la vida social cacereña bajo una clara inclinación paternalista.

Es en este momento cuando se afianza la amistad que había trabado ya en Salamanca con el periodista itinerante Manuel Sánchez Asensio, quien por aquel entonces representaba la voz más contundente  del círculo de la intelectualidad católica cacereña y se le reconocía por su habilidad para generar hondas polémicas en su seno.

Años más tarde, cuando rememoraba su trayectoria vital desde su lúcida senectud en aquellos breves artículos autobiográficos aparecidos en el Diario “ Extremadura” bajo la denominación genérica de “Ráfagas” , evocaba estos momentos de profunda militancia católica y advertía como el  intransigente pensamiento de Sánchez Asensio, de  claras inclinaciones integristas le enajenaba el apoyo de sus correligionarios y le sumía en profundas dificultades  económicas. Sin embargo, la impronta de Asensio estuvo patente en la faceta propagandística y publicistíca de León Leal y bajo su consejo adquirió conciencia  de la importancia de los medios de comunicación para la difusión de su pensamiento.[4]

 En este sentido, considerando como prioritaria la divulgación del ideario católico en materia social funda la publicación “ La Acción Social”, órgano de expresión del Consejo Diocesano de Acción Católica, en la que difundió sus ideas renovadoras y comprometidas con la acción social hasta el cese de su publicación en 1.909.

Su ingreso en el mundo de la judicatura ensanchó notablemente sus horizontes reformadores en materia social ya que desde su cargo de abogado  fiscal en la Audiencia Territorial  conocía de primera mano los entresijos, motivaciones y consecuencias de la dimensión delictiva en el mundo rural y su directa imbricación con la cuestión social, a cuya solución pronto dedicó sus desvelos. En efecto, protagonista directo de varios procesos incoados en la Audiencia Territorial de Extremadura por hurto de frutos y cargas de leña, pronto se percató de que el predominio y la extremada frecuencia de los atentados contra la propiedad  en Cáceres escapaban de los patrones etiológicos más habituales que conducían a las prácticas delictivas y advertía la naturaleza social de las mismas. Así, serían las estrecheces de las clases humildes en el medio rural, tradicionalmente alejado del marco de actuación benéfico-asistencial, y su permanente ausencia de capacidad adquisitiva las que en última instancia empujarían a estos sujetos a realizar este tipo de actividades “ en cuya casi totalidad pudiera y debiera apreciarse al menos la atenuante de necesidad que ya va siendo estimada con frecuencia por la Sala de lo criminal de aquella Audiencia” .[5]

Durante estos años León Leal alternó sus obligaciones profesionales con su pasión vocacional por el análisis de las realidades sociales circundantes, apoyando, cuando no dirigiendo cualquier iniciativa que redundara en el mejoramiento moral y material de sus conciudadanos. A estos fines desplegó una intensa labor propagandística de su pensamiento cristiano, impartiendo conferencias, publicando artículos y en definitiva encabezando el movimiento de renovación cristiana en la ciudad cacereña que tuviera un contenido social. En esa labor, su optimismo contagioso, su ilusión desbordante y en suma su crédito como analista social le granjearon el reconocimiento de la clase dirigente, la misma a la que trataba de comprometer y concienciar en la resolución de estas cuestiones. Consecuente con su idea de que la teoría debía materializarse en acciones concretas, intentó ponerla en práctica con la colaboración de la autoridad y los miembros más honorables de la vida municipal cacereña , de la inestimable colaboración de su amigo, el citado Manuel Sánchez Asensio junto al esfuerzo del Secretario de la Junta Local de la Liga Catolica,  Casto Ibarlucea El esfuerzo conjunto bajo la batuta de León Leal cristalizó en la ejecución del más destacado proyecto ansiado por el abogado cacereño, la fundación de la primera institución de crédito basada en los ideales benéficos  de armonía social postulados por la Iglesia. De esta manera, el 19 de Marzo de 1.906, coincidiendo con la celebración del patrono de Cáceres, San Jorge, se inauguraba la Caja de Ahorros y Monte de Piedad  bajo el patrocinio de la Liga Católica de la ciudad.[6]

El nacimiento de este organismo representaba la respuesta de todos aquellos que venían denunciando la práctica inhumana de la usura desproporcionada y sus perversos efectos sobre las clases menos favorecidas, obligadas a recabar sus servicios ante la ausencia de entidades de crédito adecuadas a sus ingresos. Habida cuenta del importante papel social desempeñado por esta institución benéfica, fueron numerosas las personalidades de la vida cacereña las que se implicaron en el proyecto y contribuyeron bien mediante donativos o participando directamente en su capital social como accionistas[7]. El capital inicial con el que disponía para comenzar sus operaciones era de 19.395 pesetas, de las cuales 1.000 habían sido donadas por Alfonso XIII en ocasión de su visita a Cáceres.

Tras su fundación, la Caja  de Ahorros desempeñó un importante papel capitalizador   en la vida de los cacereños tal y como mostraría la contabilidad de su primer ejercicio económico, que concluiría con la apertura de 334 libretas de ahorro que sumaban 33.249 pesetas y los nimios beneficios obtenidos daban cumplida cuenta de la misión asistencial y caritativa de la institución. La Memoria de la Caja de Ahorros publicada en 1.910 ratificaba esta tendencia e insistía en que se estaban implantando los hábitos de ahorro y previsión como válvulas de escape para conjurar las posibles contingencias e imprevistos. Pero también reseñaba el aumento de la  inversión, dando así una utilidad real al dinero en lugar de dedicarlo a fines improductivos o poco provechosos. El número de imposiciones reflejaba plenamente la extensión de estas virtudes tal y como muestra el incremento de sus depósitos en relación con las imposiciones de pequeña cuantía que se habían triplicado en un año toda vez que el grueso de los beneficiarios eran pequeños ahorradores. También aumentaron notablemente el resto de imposiciones de mayor relieve. Por lo que se refiere al Monte de Piedad, éste constituía un órgano de especial funcionalidad social  en momentos de precariedad y donde la caridad, como instrumento de solidaridad, era llevada a sus últimos extremos. Por esta razón este servicio era el más utilizado por las capas sociales más desfavorecidas. El aumento sensible de los empeños de efectos materiales, fundamentalmente ropa, sobre alhajas y otros objetos valiosos nos sitúa en la desgarradora realidad de las condiciones de vida de las clases bajas, obligadas a empeñar objetos de escaso valor ( por lo general no excedían de cinco pesetas) para salvar sus apuros más perentorios[8].

Hasta ahí el alcance social tan importante de esta institución crediticia de  carácter benéfico diseñada e inspirada por León Leal Ramos.

Su labor de propagandista de las excelencias del ahorro y de la previsión como soluciones destinadas a acabar con la usura, el principal mal que aquejaba a las clases menesterosas, encontraba otra base argumental en los beneficios que ambos pilares traerían como fuentes de riqueza material y dignidad moral. Siguiendo esta línea de actuación, tuvo una participación notable en la fundación del Instituto Nacional de Previsión ( 1.910). En 1.911, como reconocimiento a su profundo activismo tras lograr la apertura de 11.000 libretas- pensión fue condecorado con la Medalla de Plata de la Previsión por dicho organismo. No fue ésta la única muestra de favor personal que recibió. Su talante honesto y comprometido le valió la fervorosa adhesión de sus conciudadanos y la respetabilidad de aquellos que no creían en su función social. En cualquier caso su figura pública  no dejaba a nadie indiferente y pronto se convertiría en referente emblemático de la vida cacereña durante la primera mitad del siglo XX, ligado a sus avatares y problemas.

En 1.921, a su cargo de Director Gerente de la Caja de Ahorros de Cáceres sumó el de consejero delegado de la nueva institución de crédito de ámbito regional, la Caja Extremeña de Previsión Social.

Durante todos estos años no dejó de concurrir allí dónde se abordaban temas sociales, ya se tratase de foros regionales o encuentros nacionales para impartir conferencias y compartir disertaciones, manteniendo en todo momento la coherencia  doctrinal que había sostenido siempre, quizás algo tamizada por los vertiginosos cambios económicos, sociales y culturales que tuvo que presenciar a lo largo de su dilatada andadura vital y cuyas aportaciones en el plano de la mentalidad o en la escala de valores le hacían adoptar una postura más crítica, combativa y finalmente, integrista.

Al final de su intensa vida, liberado de sus responsabilidades oficiales y retirado de la vida pública, adoptó una actitud de paciente recapitulación de lo vivido, ensimismándose  en sus recuerdos y vivencias pero alejándose del modelo convencional del simple repaso autobiográfico y de la erudición de pretensiones historicistas para ofrecer un relato impresionista trazado de pequeñas estampas intrahistóricas, autodenominadas genéricamente “Ráfagas” en las que contemplar bajo su prisma el pálpito vital de su ciudad, Cáceres, a lo largo de medio siglo. En sus “Ráfagas”, aparecidas primero en el Diario “Extremadura”  y compendiadas más tarde en una publicación como homenaje póstumo a su memoria, este perspicaz observador de la realidad, como le apostilla Antonio Floriano en el Prólogo, retrata en clave realista personas, calles, sentimientos, anhelos, costumbres, emociones, todo el microcosmos cacereño con el hilo argumental de sus evocaciones más personales. Éstas sólo aparecen sublimes y solemnes tras el convencimiento de quien tan sólo tiene por certeza el paso del tiempo, el pasado por toda identidad. Este momento anuncia la llegada del merecido tributo y en el caso de León Leal, éste es de incuestionable realidad y es que a estas alturas  había atesorado multitud de muestras de deferencia y gratitud (Medalla de Oro de la Previsión en 1.946, Medalla de Oro de la Mutualidad Escolar al año siguiente, Medalla del Mérito en el Ahorro etc..) Pero sin duda el mayor reconocimiento a su labor de apostolado social y de  lucha por la causa de los humildes desde la óptica católica le llegó en forma de Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo otorgada en el Consejo de Ministros celebrado el 23 Agosto de 1.957.

Murió el 6 de Febrero de 1.959, tras permanecer 46 años al frente de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Cáceres.

 

3. Su obra y pensamiento

 

A lo largo de su dilatada existencia y trayectoria profesional al frente de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad, León Leal tuvo tiempo para convertirse en el más activo propagandista del catolicismo social en Cáceres. En este sentido no sorprende lo fecundo de su producción escrita, que comprende todo tipo intervenciones como conferenciante, articulista etc..Sin embargo, como hizo notar Sánchez Marroyo, en vida no publicó un solo libro y tan sólo a raíz de su muerte se recopilaron sus trabajos anteriores para su edición libraria[9]. Nos estamos refiriendo a dos publicaciones que siguiendo en la línea de homenajes que se habían iniciado antes de su fallecimiento, sintetizaban lo más granado de su obra y aislaban sus objetivos e intenciones. Ya hemos hecho alusión a la recopilación de sus pequeños artículos de carácter vivencial, sus “ráfagas” evocadoras de tiempos pretéritos, aparecidas en 1.960. De menor carga emotiva pero de mayor interés de cara al análisis de su pensamiento social, resulta de gran transcendencia la selección de sus artículos , discursos e intervenciones publicada en 1.959 bajo el título Temas sociales, jurídicos y religiosos, cuya importancia reside precisamente en el carácter antológico que se imprime en la obra. Ésta presenta a mi juicio dos notas de gran interés: por un lado nos permite conocer de manera secuenciada su línea argumental y discursiva. En suma, nos permite navegar por el denso universo ideológico de su pensamiento  para determinar sus discontinuidades y sus permanencias en el tiempo. Por otro lado, este intento de sistematizar su producción en un único volumen nos permite acercarnos a textos que de otra manera habrían sido de muy difícil localización y por lo tanto consulta, ya que fueron recogidos en publicaciones especializadas, aspecto que habría motivado la ingente búsqueda del material hemerográfico en pos de la mayor rigurosidad analítica para la mejor comprensión de su obra.

En el prólogo de este último libro, obra de una insigne figura del movimiento social-católico, Severiano Aznar, se hace inventario de la totalidad de su producción para a partir del mismo dictaminar las líneas básicas de los contenidos temáticos que presidieron su labor publicista y divulgativa. A grandes rasgos podemos establecer cuatro grandes campos temáticos los abordados por León Leal, elementos todos ellos perfectamente incardinados dentro de su proyecto católico de redención social: 1/ la acción social católica y el movimiento asociativo en el medio rural 2/ el crédito agrícola como garantía de previsión social 3/ la crítica hacia el sistema de propiedad con el fin de que su reforma redundara en la mejora de las condiciones de vida de las clases campesinas y 4/ su peculiar visión del “regionalismo” extremeño

 

El primer núcleo temático fue el que más tempranamente ocupó a León Leal ya que capitalizó la serie de artículos que éste escribió en la Revista Católica de Cuestiones Sociales todavía durante su estancia en Madrid. En este momento participa de la irrupción del movimiento católico social liderado por el Padre Vicent, cuyos postulados eran el fiel reflejo del nuevo espíritu de compromiso social que la Iglesia quería infundir entre sus fieles y que encontró en la Encíclica del Pontífice Luis XIII Rerum Novarum

 ( 1.891) su modelo de referencia. Los pilares fundamentales sobre los que se asentaba esta nueva doctrina eran la consecución de la justicia social en las relaciones humanas y laborales. En síntesis se lanzaba una doctrina alternativa a los dos modelos socioeconómicos en pugna, capitalismo y socialismo surgida, de la censura de ambas propuestas y en el propósito de conciliarlas. La citada Encíclica condenaba contundentemente los abusos del capital frente a las clases menesterosas y la explotación de la pobreza ajena a fin de obtener pingües beneficios de forma lucrativa.

Por otra parte anatematizaba al socialismo  juzgándolo como doctrina materialista y atea que perseguía la transformación revolucionaria del orden social  mediante la lucha de clases y la ruptura de la unidad familiar, célula esencial de la convivencia social.

Pero lo más destacado del nuevo talante impulsado por León XIII era el activismo y la responsabilidad de la comunidad eclesiástica respecto a los desventurados, culpabilizando especialmente a las clases acomodadas del estado de aflicción y miseria de los oprimidos. Denunció la postura acomodaticia de estas clases despreocupadas y les avino del peligro de subversión social que se vislumbraba en el horizonte de no mediar reforma alguna que pusiese coto a tales desigualdades. 

Su marco de actuación excedía la habitual desmovilización de las masas, que habían ido cayendo en la abulia y la resignación más desesperanzadora , caldo de cultivo de las nuevas liturgias redentoras de corte socialistas, que por aquel entonces habían encontrado evidentes vías de penetración por las fisuras abiertas en el edificio social de las sociedades occidentales. El temor a que las masas descristianizadas abrazaran las nuevas ideas constituyó un estímulo para la nueva labor reformadora desde el seno de la Iglesia. Ésta, obligada a tomar partido en el rápido proceso de descomposición social que se cernía sobre los otrora sólidos pilares de la estructura social, plasmó su propio modelo de respuesta ante la cuestión social abogando por la fundación de instituciones sindicales en el medio rural, el más necesitado de soluciones para que buscasen las vías de conciliación entre los sectores sociales contrapuestos con el fin de alcanzar el restablecimiento de la paz social . Para esta doble misión: implicarse en las necesidades de los fieles y arbitrar medidas tendentes a su bienestar material y por otra parte, “recristianizar” a las masas y conjurar cualquier amenaza de contagio de las nuevas doctrinas socialistas se hacía necesario la participación activa de todos los representantes eclesiásticos, tanto laicos como seglares. En definitiva se persigue la implicación y el compromiso de todos los estamentos de la Iglesia con el fin de articular mecanismos que perpetúen los cauces de armonía social propios de la sociedad cristiana; para que se apliquen los preceptos de la Iglesia en las relaciones entre patronos y obreros con el fin de que se relajen las diferencias entre el capital y el trabajo. En este sentido, se muestra especialmente crítico con el capitalismo y su modelo de relaciones sociales que conduce al campesinado a la explotación más ignominiosa. La lógica de esta realidad ha hecho que anatematice estas prácticas económicas basadas en el individualismo económico, en el beneficio del capital frente al beneficio del trabajo, juzgando amoral el desarrollo desbordado de aquel. En resumen, para León Leal, la Iglesia debería convertirse en refugio y sostén de las masas desarraigadas.

Para él, los pilares fundamentales del edificio social que deberían arraigar en toda obra social serían: la justicia social y la caridad desinteresada, instrumentos capaces de socavar la humanidad doliente y oprimida[10]. Corresponde a los sacerdotes, miembros de la Iglesia más cercanos a los problemas de sus feligreses, esta ingente labor de apostolado social con el fin de proporcionar las soluciones y remedios más adecuados para mejorar su suerte.  

La clave de este proceso de movilización  la hallamos en la organización asociativa y en la creación de órganos de difusión propagandística de los nuevos ideales. A estos propósitos responde la Acción Social Católica, cuya expresión en Cáceres la encontramos en la Liga Católica. Desde las página de su órgano de expresión “ La acción social”, publicación que él dirigía continuaría en su labor publicista de las bondades del societarismo de signo católico. Con estas palabras sintetizaba el ideal de apostolado social de la Iglesia “ ..ha de estar preparado el párroco rural para defender a los labradores contra toda suerte de injusticias, ha de estar el sacerdote de la ciudad a fin de amparar a los obreros contra los abusos de los amos y patronos, hasta ha de estarlo, decíais, el capellán de monjas, recordando el ejemplo de aquellos que han sabido organizar entre los educados pobres de los conventos de religiosas, hermosísimas asociaciones, obras de cristianización, que serán defensa y pan de esas infelices niñas cuando sean mujeres obreras y madres de familia”.[11]

En este momento, el pensamiento de León Leal todavía no se encuentra plenamente definido sino que se enriquece constantemente a partir de su formación y se nutre de manera mimética de los escritos teóricos de los reformistas sociales que tan en boga circulaban entre la intelectualidad católica de la época. Todavía su pluma no ha adquirido la originalidad discursiva que le caracterizaría más tarde pero ya era un encendido orador en cuanto abordaba la temática de las cuestiones sociales.

El contraste entre las soluciones teóricas y la realidad social daría una dimensión más práctica e incisiva a su pensamiento. En este momento entiende que la falta de capitalización en el campo cacereño es la causa última que explica el estado de postración económica y miseria social que vive la región. La falta de liquidez casi permanente que siembra el desasosiego entre las clases campesinas se ve aumentada y amplificada por la tupida red de prestamistas usureros que abundan por pueblos y ciudades de la geografía extremeña  a los que se ven obligados a recurrir en momentos de carestía para poder hacer frente al pago de las elevadas rentas de los arrendamientos o para satisfacer las deudas que mantienen con tenderos etc.. Esta situación conduce directamente  a la depauperación de estas frágiles gentes.

La única solución que se impone para terminar con este calamitoso estado de cosas pasa por dotar de instituciones de crédito a estos campesinos pobres. Sin embargo para el adalid de la acción social cacereña la naturaleza de éstas instituciones difería notablemente del marco habitual de actuación de las entidades financieras. Así,  estos organismos crediticios estarían inspirados en principios benéficos y caritativos mediando en las operaciones un ínfimo interés e incluso la fianza apalabrada frente al préstamo hipotecario impuesto por las entidades lucrativas. Por lo tanto, había que diseñar todo un entramado de instituciones especiales de crédito adecuadas a la naturaleza social de sus beneficiarios y acordes con los principios humanitarios y doctrinales de sus inspiradores. Nace así el concepto de crédito agrícola especialmente concebido para surtir de capitales el anquilosado agro extremeño, necesitado de inversiones que mejorasen sus sistemas productivos con vistas a racionalizar los cultivos e introducir mejores rendimientos. Sólo garantizando la optimización de los recursos podría lograrse la estabilidad de los colonos en los arrendamientos y afianzarse la pequeña explotación unifamiliar, disminuyendo de este modo la población asalariada, la más necesitada.

Este ambicioso proyecto heredaba los fines asistenciales de los Pósitos, las viejas instituciones del pasado encargadas del préstamo de semillas, grano o el reparto de pan en momento de crisis de subsistencias. Estas se encontraban en franca decadencia y no respondían ya a las necesidades de abastecimiento de la población ni a las operaciones capitalizadoras que la moderna agricultura exigía. Para León Leal había que resucitar el espíritu benéfico que animó durante siglos el funcionamiento de los Pósitos y aplicarlos a las nuevas instituciones de crédito.[12]

Sin embargo, no fue fácil la introducción de estas nuevas ideas de financiación en el medio rural, tradicionalmente reacio a las innovaciones y preso en su esquema mental de las viejas prácticas y costumbres, aun cuando éstas  eran profundamente dañinas para el campesinado Con estos precedentes, León Leal tiene el acierto y la gran visión de anteponer la difusión de las ventajas de las Cajas Rurales de crédito a su implantación estéril. Había que realizar toda una campaña proselitista  que introdujera a los desconfiados labradores en las excelencias de las operaciones de crédito en condiciones ventajosas que defendía la Iglesia como medio más conveniente para desterrar la plaga de la usura, cuya práctica diezmaba la nómina de campesinos independientes.

Esta labor difusora estaría encabezada por los representantes del clero rural, principal referente para las clases bajas dentro de una línea de actuación claramente paternalista que perseguía el control de las masas campesinas. Sin embargo en el pequeño universo local, la autoridad moral del párroco, modelo de virtud era incuestionable e indiscutible y sobre estos pilares se levantaba su poder espiritual , su papel rector de la comunidad rural. Con estas palabras lo entendía León Leal: “ padre amoroso de todos los desheredados y honrados trabajadores de su feligresía, celoso guardador de las buenas costumbres y constante anatematizador y perseguidor de toda clase de vicios y pecados, entre otros, el detestable de la usura. Es quien mejor puede tomar la iniciativa para la organización de las antes estudiadas Cajas Rurales”.[13]

En definitiva, se encomendaba la labor divulgadora del crédito agrícola al párroco para que llevara este nuevo evangelio de regeneración social  hacia los labradores desesperados. Para ello debería servirse de los instrumentos de la asociación y la cooperación cristiana, desde los cuales ahondar en la consecución de los propios fines eclesiales de tipo espiritual.

Los rasgos más notable de este tipo de entidades eran contemplados por León Leal en seis puntos esenciales:

1/ Simplificación de las operaciones de crédito ya que el exceso de requisitos formales y trabas burocráticas alejan al campesino temeroso y desconfiado.

2/ la naturaleza social de la entidad impediría tasar los préstamos con elevados tipos de interés. Así pues los réditos serían meramente testimoniales.

3/ Las condiciones del préstamo deberían ajustarse a la dinámica vital de los campesinos a los que va dirigido para poder cumplir así la misión benefactora de este tipo de entidades. Teniendo en cuenta que los principales beneficiarios eran los pequeños agricultores, sus plazos de reembolso serían variables y de larga duración puesto que su capacidad adquisitiva dependía del resultado de las cosechas. Así pues, estas entidades darían condiciones flexibles de pago mediante amortizaciones parciales y prorrogas en los plazos, con el fin de no agobiar al colono o no forzar su endeudamiento y ruina.

4/ Consignaba León Leal las dificultades de financiación de unas entidades que no perseguían el enriquecimiento sino el auxilio social. La naturaleza de estos fines limitaba sobremanera su disponibilidad financiera de sus exiguos fondos. Esto hacía que se racionalizase notablemente la concesión de préstamos y que la Junta Administradora encargada de su gestión estableciera  escrupulosos mecanismos de control para evitar la malversación o la multiplicación de las operaciones de crédito de manera desvirtuada y arbitraria con respecto a los objetivos que autorizaban su  destino final . Había que infundir temor en la utilización del crédito, entenderlo como una medida de urgencia, en ningún caso como solución habitual.

5/ Concesión de préstamos a labradores necesitados de numerario. Los criterios fundamentales que regulaban su concesión serían: la solvencia económica del prestatario, su probada honradez y su responsabilidad moral . De ellos se valoraban más éstos últimos, es decir la calidad humana del individuo  por encima de sus recursos económicos. Esto hacía que en numerosas ocasiones bastara la fianza de la palabra para concertar los préstamos .

6/ La institución de crédito agrícola debería  tener un ámbito local, ya que el pueblo es el marco donde se desarrolla la cotidianidad y las vicisitudes de estos individuos y es el escenario dónde es fácil consignar su dedicación o laboriosidad, donde atesoran sus recursos, dónde ejercitan su moralidad  y dónde lloran sus quejas. Esta circunstancia hace que sea fácil fiscalizar la función social del préstamo y por lo tanto su utilidad.

Desde sus profundas convicciones religiosas, León Leal reconoce que el crédito como solución económica tiene otra dimensión moral y espiritual, en el sentido de proporcionar una virtud moderadora, un sentido de la responsabilidad cimentado en el ahorro y la previsión social. Es necesario conjugar los intereses morales con los intereses materiales, el capital con el trabajo, la propiedad con la utilidad pública o social y la libertad individual con las atribuciones propias del Estado.

El ahorro, cima del pensamiento lealiano constituye el nexo de unión entre el crédito como fórmula del mejoramiento material de los desposeídos y la previsión contra las contingencias. Ambas vertientes forman la columna vertebral de las instituciones que bajo la aureola de preocupación social  contribuyen a la creación de riqueza y a la vez como mecanismo de defensa ante el infortunio. Este pensamiento, lejos de ser banal y baladí supone la primera piedra, el embrión de la moderna concepción de Seguridad Social pues las inversiones sociales realizadas desde sus fondos contribuyen a tejer toda una trama de actividades preventivas o asistenciales que complementan la estricta función aseguradora o crediticia ( sanidad, cultura, educación) .

Pero además no podemos obviar la dimensión moral e instructiva que para León Leal lleva aparejado el ahorro. Así , esta virtud tendría una función moralizadora y reparadora de molestos vicios y nocivas costumbres ejercitando la austeridad como patrón de conducta y eliminando el peligro de la debilidad de la voluntad que conduce al despilfarro.

Por su falta de lucro y espíritu social las Cajas de Ahorro fomentarían la previsión y el ahorro, favoreciendo a los pequeños ahorradores que amasan insignificantes fortunas en las que cimentan sus proyectos e ilusiones, infravalorados y desatendidos por cualquier otra entidades de crédito. El ideal social que preside estas instituciones de crédito popular sería la salvaguarda de los pobres ante las eventualidades funestas que tuvieran que afrontar ya que las Cajas contarían con órganos subsidiarios al objeto de instruir al ciudadano en la responsabilidad social de la previsión. 

Para León Leal, las Cajas de Ahorros  Benéficas  constituían un factor estable de Seguridad Social que la sociedad tenía que favorecer y el Estado amparar mediante la concesión de ventajas impositivas con el fin de eliminar las trabas que impidieran el ejercicio autónomo de su labor social. Entendía que la acción aislada de instituciones de crédito social no eran eficaces y avisaba de la necesidad de articular un Plan de Seguridad Social en el que tuvieran cabida y coordinaran sus acciones todas las instituciones de Previsión Social existentes en colaboración con organismos subsidiarios y especializados como las Mutualidades Escolares y otros cotos sociales de previsión infantil. Esta coordinación no sólo debería revestir un carácter nacional sino que consciente de la validez universal de la previsión abogaba por el hermanamiento internacional entre todas las Cajas Benéficas de Ahorro con el fin de lograr la completa extensión de los cauces de la Seguridad Social[14].

El elemento que aporta estabilidad a las sociedades pues irradia los valores que ésta necesita para lograr la armonía social no es otro que la Educación, otro de los grandes vectores que ocupa la producción intelectual de León Leal.

La Educación ante todo ha de ser concebida como un instrumento de solidaridad para la expansión de lo valores cristianos. El magisterio requiere de una orientación cristiana basada en la transmisión de los principios de austeridad y caridad  para que éstos puedan ser entendidos  como vías por dónde canalizar la sensibilización hacia los temas de índole social. La escuela ha de ser  la institución destinada a detentar el peso de la responsabilidad moral de los hombres del futuro en tanto receptores de un mensaje de paz y de justicia social .

Para León Leal, la paz no solamente se consigue con el progreso material ni con la multiplicación de las riquezas sino que debe contemplarse de manera paralela y simétrica con la riqueza moral y de espíritu, ambas dimensiones estarían indisolublemente relacionadas y sería  cometido de la escuela primaria el sostenimiento de esta filosofía.

Precisamente, es el convencimiento de la abismal separación entre ambas facetas la que motiva la intransigencia del propagandista católico cuando aborda este tema. Su preocupación excesiva por la desmoralización de las masas reviste caracteres pseudoapocalípticos en sus escritos insistiendo en el peligro de cataclismo social, de desintegración social que se abate sobre la sociedad desvalorizada  que es preciso y necesario conjurar desde las aulas[15].

Podemos sintetizar sus principales conclusiones acerca del mundo educativo concretando los problemas que atenazan a la sociedad y las soluciones educativas por las que se decanta:

Entre los primeros podemos destacar:

1/ Denuncia  de la sociedad materialista, frívola y hedonista, causa de la desmoralización de las costumbres.

2/ Condena del dinero y la vida fácil que degenera en sed ilimitada de placeres y vicios, fuentes de desordenes sociales.

A partir de la interpretación de estos problemas sociales enumera una serie de soluciones tendentes a remediar este estado de cosas y que corresponden a la escuela poner en práctica para desterrar la superficialidad que según él parece imponerse como hábito social. Entre las soluciones propuestas destacamos:

1/ Acción coordinada de los tres pilares fundamentales de la sociedad en sus respectivos ámbitos de actuación para conjurar la “descristianización” social y su consecuencia, el egoísmo materialista: Iglesia, familia y escuela. En cualquier caso entiende que las medidas profilácticas han de venir por la vía de la educación desconfiando de la efectividad de cualquier actitud cohercitiva de represión estatal.

2/ Actuación de la educación a modo de antibiótico que regenere la salud del cuerpo social. Para ello corresponde a la Iglesia su proyección sobre las conciencias, “inyectando” su código normativo y sus elementos de definición doctrinal constitutivos: caridad, austeridad, justicia social etc..

 La cruzada que abandera frente a la “descristianización” considera necesario poner en juego todos los resortes pedagógicos con el fin de purificar los valores e inmunizar el sistema social del contagio de peligrosas tendencias materialistas.

 A es te fin establece la triple implicación de las unidades básicas sobre las que descansa la sociedad: sacerdote, maestro y padre de familia para la búsqueda conjunta  de remedios a los males sociales, siempre bajo la tutela del Estado.

Entre las soluciones que postula como las más óptimas y cercanas al pensamiento eclesiástico destacan:

1/ Potenciación de las virtudes morales defendidas por la Iglesia: moderación, austeridad y elegancia espiritual. En estos principios hallamos dos de las dimensiones más significativas de su pensamiento: el ahorro, entendido como la expresión económica de la contención, de la autolimitación voluntaria y la previsión, entendida como manifestación de cordura y responsabilidad en la administración de los bienes.

2/ Fomento de la asociación como instrumento de sociabilidad en la escuela. En este campo se situarían las Mutualidades Escolares y otros organismos de previsión destinados a la infancia[16]. En definitiva se pretendía vencer y superar el modelo de educación individualista, entendida como coto de librepensamiento.

 

A este segundo punto destinó León Leal gran parte de sus esfuerzos, potenciando el papel de las Mutualidades Escolares, asociación mutualista de niños, quienes mediante una pequeña cotización semanal o mensual proporcionarían a sus asociados asistencia médico-sanitaria y farmacéutica en caso de necesidad y enfermedad, gastos funerarios y un seguro de vida en caso de fallecimiento, una dote para la mayoría de edad y una pensión de retiro para la vejez.

Con la fundación de estas instituciones se pretendía infundir desde edades tempranas los hábitos de ahorro y previsión, garantías del desarrollo social, para evitar los problemas de desabastecimiento u otras contingencias que aumentarían la pobreza de los menesterosos. Para ello reclamaba  el concurso de las autoridades y del Ministerio De Instrucción Pública con el fin de que no infravaloraran estas instituciones y no cayeran en la indiferencia. También se quejaba lacónicamente León Leal de la actitud mezquina de los que tan sólo ven en las Mutualidades escolares oportunidades de negocio en la venta de seguros desconsiderando su finalidad social en el sentido de fomentar el ahorro y la previsión: “ es de prever que a la obra mutualista  de la previsión escolar no escatimen cooperación los mejor educados  y más versados en cuestiones prácticas de previsión, lo cual ya sería un positivo bien por cuanto representaría  un eficaz, un valioso concurso que había de arrastrar el de otras personas prestigiosas para el fomento y desarrollo de las Mutualidades Escolares”.[17]  

Uno de los temas más candentes durante las tres primeras décadas del siglo fue el problema social del campo, del que también León Leal no pudo sustraerse, como representante cualificado del catolicismo social, y se pronunció exponiendo sus opiniones y análisis. Partía el abogado cacereño de una realidad incuestionable, la extreme pobreza en la que desarrollaban sus vidas grandes masas de población en la provincia de Cáceres llamando la atención sobre la falta de desarrollo orgánico que la inanición provocaba en sus habitantes: “ ¿ Y sabeis señores  porqué está aquella raza tan empobrecida y tiene tan pocas resistencias orgánicas?. Pues sencillamente porque no come, porque no gana para comer”.[18] Con estas duras palabras resumía la calamitosa situación e la mayor parte de los pueblos de la provincia. Entendía que la causa principal del estado de miseria endémica se acentuaba por el desequilibrio en el reparto de la propiedad, que estaba excesivamente atesorada en pocas manos y además deficientemente explotada. Advertía la fractura social entre acaudalados y desheredados como el peligro más grave para la estabilidad social y reclamaba reformas urgentes que atacaran de raíz el gran mal con el que se enfrentaba la agricultura extremeña: la injusta distribución de la propiedad que derivaba en su excesiva concentración con grandes superficies y el absentismo y la indolencia de los propietarios con respecto a la administración de sus explotaciones.

En esta senda, hacía una feroz crítica de las condiciones impuestas en los arrendamientos de tierras, en especial consideraba especialmente sangrantes las clausulas leoninas que depauperaban a los colonos, obligándolos al endeudamiento, la ruina y finalmente su proletarización como simples asalariados agrícolas.

Para mejorar la suerte de los labradores exigía la realización de un paquete de reformas que otorgasen estabilidad y garantizasen solvencia al arrendatario. Entre estas figuraban la rebaja de los elevados precios de los arriendos, la prohibición de las prácticas de subarriendo y la mayor equidad en las condiciones de concertación. Sin embargo León Leal fue más allá de estas simples medidas reformistas al juzgarlas insuficientes. Entendía que la situación social del campo solamente era transformable a partir de la modificación integral del sistema de propiedad. Sin cuestionar la validez de la propiedad privada  abogaba por la limitación de la misma o su expropiación por utilidad social en el caso de aquellos predios incultos, infraexplotados o de rendimientos insuficientes.

Partidario de la explotación colectiva de las propiedades expropiadas, reconocía, no obstante, las dificultades que este tipo de titularidad suponía para su conservación y adecuada puesta en cultivo ya que la experiencia había mostrado como la multiplicación de pequeños propietarios y la pequeña unidad de explotación familiar frecuentemente derivaban en el endeudamiento y finalmente la enajenación para pasar a engrosar el gran patrimonio rústico de los grandes terratenientes. En cualquier caso, la línea de pensamiento que en esta materia sigue León Leal sigue las directrices generales trazadas desde la Iglesia consistentes en defender el acceso masivo de campesinado a la tierra, aunque en todo momento se deja entrever la audacia del abogado cacereño en la claridad expositiva y la contundencia argumental con la que defiende el alcance y naturaleza de la reforma que debe protagonizar el Estado y que afecta de lleno a los propietarios para armonizar los intereses públicos y privados con el fin de que se resuelva la cuestión social, facilitando trabajo y por otra  parte garantizando un cultivo adecuado resolviendo la cuestión agraria: “ La reforma tiene que ser gradual, metódica, reflexiva y a la vez de una gran elasticidad “.[19]

Finalmente, el último gran bloque temático abordado en el pensamiento de León Leal es el relativo al “regionalismo” extremeño, de tal forma que a su condición de “propagandista católico-social” sumó su vocación de “propagandista regional”.

En todo caso, León Leal, aborda el tema de manera poco profunda y esporádica, fundamentalmente como parte consustancial en los capítulos de agradecimientos en sus conferencias o como prólogo y epílogo de algún escrito en el que busca deliberadamente la comunión con el auditorio o lector en la sublimación de valores reconocidos como positivos por ambas partes y en el intento de encontrar el contrapeso adecuado en la transcendente dimensión espiritual frente al carácter técnico o excesivamente teórico de sus escritos sobre temas económicos y sociales.

Esta circunstancia hace que, lejos de los proyectos programáticos que abanderan las más insignes figuras del regionalismo extremeño, como Elviro de Berdeguer, Juan Luis Cordero o López Prudencio, León Leal tan sólo exprese los ideales más profundos de su sensibilidad extremeña y que sus escritos estén vacíos de contenido político. Así pues, en sentido estricto, no debemos ver en León Leal un activista político de regionalismo sino a un católico militante comprometido con la riqueza y el progreso material y espiritual de su pueblo. Es este sentimiento de enorme afectividad el que preside sus discursos inflados de retórica enfatizadora  de la “ raza” extremeña y el que le hace adherirse a la causa encabezada por las personalidades antes mencionadas.

El único momento en la producción lealiana en el que  pudo manifestar de forma clara y monográfica sus ideales respecto a la región extremeña fue durante la celebración de  los Juegos Florales y la jornada de afirmación regional e Iberoamericana acaecida en Mérida el día  8 de Diciembre de 1.923. En aquella ocasión  si hacemos caso a las crónicas de la época, León Leal entusiasmó a los asistentes con su elocuencia habitual y encandiló a las masas con sus grandes dotes de encendido orador.[20]

A continuación enumeramos los puntos esenciales en los que se desglosa el pensamiento de León Leal en lo relativo a la conciencia extremeña:

1/  Tesis espiritual del “regionalismo” extremeño. Frente a la exaltación de temas políticos y a la elaboración de programas de acción gubernamental de la intelectualidad extremeñista,   el padre de la acción social cacereña  pone su mirada en los valores espirituales que impregnan la psicología colectiva del pueblo extremeño. Sin embargo encuentra  su punto de conexión con aquellos en el sentimiento colectivo integrador en la realidad doliente y en la conciencia de abandono y zozobra en la que está inmersa la región aunque silenciando la crítica hacia la inhibición de los poderes públicos de ámbito nacional, tan en boga en los círculos regionalistas más progresistas.

2/ Necesidad de despertar la adormecida conciencia regional como paso previo a la formulación de reivindicaciones de contenido político. Para el abogado cacereño, la madurez espiritual ha de preceder por lógica a cualquier sentimiento de cohesión regional para una vez robustecida la personalidad y la peculiaridad de Extremadura exigir niveles competenciales en los que ejercer su autonomía. Sólo por añadidura de lo antedicho se alcanzará el progreso material de la región.

3/ Denuncia del caciquismo como obstructora de la conciencia regional. En efecto, el entramado del “clientelismo político” se muestra abiertamente perjudicial en tanto que la acción de sus representantes no parte del amor a Extremadura, controla el régimen de la administración local y lo coloca al servicio de las directrices emanadas desde los partidos de ámbito central, de acuerdo a  los intereses de una camarilla política en vez de las demandas generales del pueblo.

4/ Exaltación de la “raza” extremeña a través de una fecunda campaña de exaltación “patriótica” en la que se compendien los elementos de identidad regional que cohesionan el cuerpo social  En este sentido se aboga por la recuperación de sus raíces históricas y la difusión global de su patrimonio cultural mediante la búsqueda en el pasado de los rasgos que conforman su peculiar personalidad. A este objetivo obedeció la labor publicista de los más doctos y letrados intelectuales comprometidos con Extremadura cuyas aportaciones engrandecieron los blasones regionales. Entre las iniciativas tomadas para el conocimiento de la cultura regional descolla la fundación del Centro de Estudios Extremeños patrocinado por López Prudencio.

5/ Valoración y preeminencia  de las iniciativas internas de progreso regional frente a las ideas impuestas por el poder central, que parten del desconocimiento del medio social y económico en el que se aplican.

6/ Exaltación de las viejas glorias y los grandes prohombres de la región extremeña, tomados como marcos de referencia en los que identificarse. León Leal demuestra sus dotes para la alegoría y la asociación e ideas estableciendo una comparación entre los conquistadores gloriosos de tiempos pasados y los propagandistas regionales prestos a conquistar la redención social del pueblo y luchar por la mejora de las condiciones de vida de las gentes extremeñas.

7 Compatibilidad entre el ideal de engrandecimiento de Extremadura y el amor a la totalidad de las tierras de España. Se persigue la consonancia intrínseca entre ambos aspectos partiendo de una relación de fraternidad que se extiende mediante lazos históricos de solidaridad y un legado cultural común  con las tierras de Portugal e Iberoamérica, entendida esta última como proyección continental del solar extremeño.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

RESUMEN

LEON LEAL RAMOS ( 1.881- 1959):

UNA VIDA ENTREGADA AL APOSTOLADO SOCIAL

 

 La presente ponencia pretende ser una retrospectiva crítica de la figura de León Leal Ramos ( 1.881- 1959), personaje destacado en la historia cacereña durante la primera mitad del siglo XX. Su transcendencia histórica derivaría del importante papel que desempeñó en la provincia altoextremeña en su lucha por la mejora humana y material de las clases sociales más humildes. Desde sus hondas convicciones religiosas como activo propagandista del movimiento de Acción Social, León Leal personifica todos los proyectos de redención social desde diversos frentes temáticos y planos de la realidad.

El objetivo de este estudio no es otro que la sistematización de las líneas generales de su pensamiento social a partir del análisis de la prolífica y fecunda producción intelectual que dejó su vocación divulgadora de los problemas sociales a lo largo de cinco décadas de intensa dedicación al apostolado social. Sus trabajos, revisten la mayor de las veces un solemne tono de denuncia amarga y desgarrada que deja entrever una luz para la esperanza Su espíritu generoso, optimista y vivaz, unido a su enorme voluntad de trabajo le permitió diseñar desde una óptica religiosa diversas soluciones sociales que comprendían desde medidas de índole socioeconómica como la fundación y expansión de instituciones de crédito popular ( Cajas de ahorro) o la transformación del sistema de propiedad rústica con vistas a una distribución equitativa de la riqueza ,hasta medidas de alcance moral , la potenciación de la educación como instrumento de regeneración social.          

 

    

 

 

 

 

              

 

 

 

  

 

 

 

 


[1] Palabras de León Leal recogidas en el artículo “En la asociación está el remedio” firmado por Juan de Extremadura en el  Semanario El Bloque. Periódico Liberal 12 de Marzo de 1.919.

[2] Sirva como botón de muestra de la admiración que despertaba su figura en la capital cacereña el hecho de que a la edad de  tan sólo 35 años fuese declarado hijo predilecto de la ciudad en sesión plenaria celebrada por el consistorio de Cáceres el 20 de Octubre de 1.916 ante la insistencia de los vecinos.

[3] Publica su primer artículo en la Revista “ Estímulos” que versaba sobre los terribles efectos de los prestamistas usurarios en el campo.

[4] Leal Ramos, León: Ráfagas. Cáceres, 1.960.

[5] Leal Ramos, León: El problema social de la tierra en Extremadura. Cáceres, 1.921 p 7.

[6] La importancia transcendente que tuvo para la ciudad la fundación de la primera entidad de ahorro y previsión social, los valores  que la Iglesia trataba de infundir como pilares de la regeneración social constituyeron una oportunidad ideal para la propaganda de la labor social eclesiástica de la ciudad a tenor de la pompa y el ritual adoptado en las celebraciones inaugurales. El acto se abrió en la Concatedral de Santa María con el oficio religioso del Prelado de la Diócesis de Coria- Cáceres Ramón Peris Mencheta, quien ostentaba el cargo de Presidente honorífico de la nueva institución. A continuación, la celebración se llevó al Ayuntamiento de la ciudad . Allí  intervinieron  León Leal , quien  dio lectura a una Memoria sobre la institución y el Obispo, quien dijo unas breves palabras de agradecimiento a los accionistas y alos donantes caritativos. El acto concluyó con la apertura de domicilio social de la institución y con la entrega simbólica de la primera libreta de ahorro a nombre del niño más pobre nacido en ese día.

[7] La práctica totalidad de personalidades de renombre en la ciudad encabezados por los miembros de la Junta Local Católica con el Conde de Canilleros a la cabeza y seguidos por políticos como el alcalde cacereño Juan Muñoz Fernández de Soria y miembros de las clases acomodadas contribuyeron como accionistas a la capitalización de este organismos. El número de accionistas  iniciales era 97 y el precio de la acción 25 pesetas. En lo concerniente a su gestión y administración, su Consejo de Administración estaba presidido por el Obispo de la Diócesis de Coria- Cáceres Peris Mencheta, en calidad de Presidente honorífico. El presidente en funciones era desempeñado por José Miguel Mayoralgo y Ovando, político “maurista” cacereño. Las figuras más relevantes y representantes de las clases medias acomodadas

 ( medicos, abogados etc..) copaban los puestos de vocales. Para León Leal se reservó una dedicación más técnica y funcional  acorde con su conocimiento excelso en materia de previsión social se le nombró Director Gerente de la Caja tras haber sido Consejero durante algunos años.

[8] Memoria del ejercicio económico de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Cáceres. 1.909. Publicada en El Adarve 2-3 Marzo de 1.910.

[9] Sánchez Marroyo, F: Sindicalismo agrario y movimiento obrero. ( Cáceres 1.906- 1.920 ). Cáceres. Obra cultural de la Caja de ahorros y Monte de Piedad de Cáceres, 1.979 p 96.

[10] Aun reconociendo en el ejercicio de la caridad la principal herramienta del cristiano para alcanzar la justicia social, ésta sola se muestra insuficiente y pos sí sola es incapaz de resolver la cuestión social. El mismo caso sucede con la resignación como remedio para aliviar los males de los desheredados, reverso de la moneda patrimonializado por las clases humildes. Para León Leal la resignación no es quietud ni fatalismo sino conciencia serena que busca soluciones sosegadas a los problemas. De esta manera apuesta por la acción firme y decidida pero responsable y cabal de las clases humildes en contraposición con la estrategia de la convulsión como solución defendida desde los movimientos de índole socialista llevados por la desesperación irracional.

[11] Leal Ramos, León: Hacia los humildes ( Breves Consideraciones  sobre el Apostolado Social de la Iglesia). Conferencia impartida en el Exmo Ayuntamiento de Cáceres. 7 de Noviembre de 1.915. Cáceres, 1.915 pp 5-6.

[12] León Leal no abogaba directamente por la sustitución de los Pósitos, sino que pretendía su continuidad desde una revisión profunda de sus funciones y objetivos así como una transformación integral en su administración. Establecía tres medidas esenciales:

1/ Necesidad de adecuarse a las nuevas demandas de capital, ampliando sus operaciones merced a su buen funcionamiento, alejando a los elementos de la administración caciquil, principales responsables de su decadencia por los abusos cometidos en su gestión y la frecuente apropiación de sus fondos para usos de corrupción municipal

2/ Garantizar la administración modélica de los Pósitos, evitando la confusión competencial de lo público y lo privado, causa primera de su pérdida de funcionalidad social.

3/ Capacidad de maniobra para poder combatir con garantías las crisis agrarias y dejando paso en todo caso a las instituciones de crédito agrícola más capacitadas para estos fines.

Leal Ramos, L: “ La Usura, los Pósitos y el crédito agrícola”. Revista de Extremadura. Vol VII. 1.905.

[13] Leal Ramos, León: Íbid, p 475.

[14] Leal Ramos, León: El ahorro  y las Cajas de ahorro benéficas, factores de la Seguridad Social. Comunicación presentada al Primer Congreso Iberoamericano de Seguridad Social de Madrid. Mayo de 1.951. Madrid, Imprenta Juan Pueyo, 1.951.

[15] Leal Ramos, León: Labor social de la Escuela primaria y el maestro ( austeridad, previsión y ahorro. Caridad y justicia social). Conferencia dada en la XLVI Semana de Orientación Pedagógica organizada por el S.E.M. y celebrada en Cáceres del 10 al 15 de Diciembre de 1.951. Madrid. Gráficas Ibérica, 1.951.

[16] Consciente de la eficacia de las instituciones de previsión social para la educación y el progreso social ,

el Estado , a través del Ministerio de Instrucción Pública incentivó la constitución de las Mutualidades Escolares, mediante la concesión de facilidades como la exención del pago de impuestos , la financiación de los gastos originados por su regularización burocrática, la edición de material informativo y propagandístico y otorgando todo tipo de bonificaciones.

El R.D 7 de Julio de 1.911 se reguló el funcionamiento de estos organismos y según el Reglamento de 11 de Mayo de1.912 estas asociaciones se constituirían con arreglo a la Ley de asociaciones de 30 e junio de 1.887 con los siguientes fines:

1/ Finalidad fundamental del ahorro y la Previsión en la escuela

2/ Constitución de dotes infantiles

3/ formación de pensiones de retiro para la vejez

4/ realización de cualquier obra de interés social ( seguros de enfermedad, cantinas escolares, colonias y viajes escolares, obras antialcohólicas, obras de higiene social etc..)

[17] Leal Ramos, León: La Mutualidad Escolar. Su influencia en la educación y progreso social. Cáceres,        Pp 10-11.

[18] Leal Ramos, León: El problema social de la tierra en la Provincia de Cáceres. Madrid, 1.921 p 6.

[19] Leal Ramos, León: Íbid, p 59.

[20] Así definía un periodista la intervención en los Juegos Florales de Mérida : “ Los aplausos suscitados por las palabras del Sr. Leal Ramos no eran sólo el merecido premio que un auditorio culto otorga a la belleza retórica. Significaba que el orador consiguió evocar el sentimiento regional de los extremeños y ondearlo como bandera de afirmación patriótica..”. Juegos Florales de Afirmación Regional e Iberoamericana celebrados en Mérida el 8 de Diciembre de 1.923. Mérida, 1.923 pp 55-56.

Feb 202014
 

Javier Godoy Barrado.

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

La reciente constitución de la asociación “Amigos de Santa María”, cuyo objetivo principal es la recuperación paulatina del esplendor artístico que se merece esta iglesia parroquial de Trujillo, como mero órgano asesor de su párroco en la tarea de adecentamiento y ornato de la misma, me llevó a  emprender el estudio de sus “Libros de Fábrica”, con el fin de documentar todas las obras retablísticas, pictóricas y escultóricas que tuvo y las que aún conserva, lugar original de cada una de ellas y cambios que han sufrido de sitio a lo largo de su historia.

 Con este estudio, además de su rico contenido documental, se pretende contar con un elemento de juicio y actuación en futuras obras de recuperación de patrimonio artístico para Santa María. A un lado he dejado otros aspectos, como la orfebrería, ornamentos, etc, cuestiones de un estudio más completo, con categoría de tesis. Queda abierto su contenido a posibles y nuevas investigaciones que pudieran surgir para su engrandecimiento y perfección.

Para la mayor gloria de Dios y de la parroquia de Santa María, he realizado este estudio pormenorizado, tratando altar por altar, a la manera de guía,  para uso y consulta de investigadores y fieles que lo deseen.

 INTRODUCCIÓN HISTÓRICO-ARTÍSTICA 

Tras la Reconquista de la Ciudad de Trujillo, acaecida el  25 de Enero de 1232, festividad de la “Conversión de San Pablo”, se inició la elevación de la parroquia matriz o madre, Santa María La Mayor.

Según es tradición, fue construida sobre la antigua y principal mezquita musulmana, aunque no existe cercioramiento arqueoológico que lo asegure, exorcizada y consagrada al culto católico por el obispo placentino D. Domingo I, bajo el título de “Nuestra Señora de la Asunción”.

Coetáneamente, surgía la parroquia de Santiago Apostol. Posteriormente fueron erigidas en el siglo XIV: San Andrés y La Vera Cruz, intramuros; extramuros, San Martín de Tours, Santo Domingo y San Clemente.

El estilo predominante en Santa María es de transición del Románico al Gótico, destacando su torre campanario original, “Torre Julia”, con tres cuerpos, de estilo románico. Las bóvedas  de las tres naves, coro, baptisterio y torre nueva, corresponden a las últimas obras realizadas a mitad del siglo XVI, en  gótico final y plateresco. En todo el conjunto de la iglesia observamos elementos románicos y góticos conjugados.

 

He de suponer que, hasta la realización del retablo de Fernando Gallego, la imágen de Nuestra Señora de la Asunción, tardorrománica o protogótica ( al igual que otras existente en Trujillo : Virgen de la Coronada, Virgen de la Luz, etc.), que trajeron consigo los reconquistadores, se ubicaría en el centro de la cabecera de la iglesia. Esta hipotética escultura, sería posteriormente sustituida por la que se describe en el primer inventario documentado de 1582, de la cual dice: “Un retablo bueno en el altar mayor dorado y pintado de quatro ordenes en lo alto y siete de ancho con su capitel dorado y una ymagen de nra. sñora. de bulto grande enel medio pintada y dorada con su niño Jesús de bulto y con su guardapolvo pintado y estrellado”.

 

Por estas característica, responde a una imagen ya del siglo XVI, de madera, la cual se vestía incluso en estas fechas, pues aparecen inventariadas vestidos y ropas de la Virgen y el Niño Jesús en este mismo inventario primero, que expondré en el capítulo de Escultura.

 

Las bases de este estudio son los siguientes inventarios, además de la lectura de todas las Cuentas anuales de los Libros de  Fábrica de Santa María, los cuales comienzan en 1559 y finalizan en 1965:

 

A. “INVENTARIO NUEVO” ( 10-XII-1582 ) – “Libro I de Fábrica” ( 1559-1583 ), folio                                                                                                    299 -.                                                                    

B. INVENTARIO DEL AÑO 1595 ( “Libro de las Rentas y escripturas de la Yglesia de                       Nra. Señora Santa María de la Ciudad de Trugillo. Año de 1595”, fol. 11 ).

 

C. “Inventario de los Ornamentos y Alaxas de la Yglesia Parroquial de S.ra S.ta Maria                    la Mayor” ( 15-Septiembre-1729 ) ( “Libro de Ynventario y Rentas de la Yglesia                            Parroq.l de S.r S.ta María. Año de 1729”, folio 76 v. ).

 

D. “Inventario de los Ornamentos y Alaxas de la Yglesia Parroquial S.ra S.ta Maria la                    Mayor” ( 20-Septiembre-1743 ) ( “Libro de Ynventario y Rentas de la Yglesia Parroq.l                   de S.r S.ta María. Año de 1729” , folio 93 ).

 

E. “Imbentario” ( 8-Henero-1756 ) – “Libro V de Fábrica” ( 1731-1755 ), folio 258 v -.

 

 

Los  Inventarios de 1582 y 1595 son muy parecidos, salvo algunas reformas que iré indicando en los capítulos correspondientes.

 

Durante el siglo XIX no aparece ningún inventario documentado en los Libros de Fábrica. La Invasión Francesa, acaecida en Trujillo el 19 de Marzo de 1809, día de San José, trajo la destrucción de innumerables obras de arte en esta Ciudad, desapareciendo casi la totalidad de los retablos y cuadros documentados hasta esas fechas. El paulatino abandono de las capillas y altares sepulcrales, pues los enterramientos dentro de las iglesias fueron prohibidos por Carlos III, y el empobrecimiento de la parroquia por la Desamortización e incuria de los tiempos, redujeron esta magnífica iglesia, como a todas las demás, a la privación artística en la que aún se encuentra.

 

Este trabajo finaliza en 1896, año en que se traladó el culto parroquial de Santa María La Mayor a la iglesia del exclaustrado y desamortizado Convento de San Francisco, donde hoy día perdura.

 

Para la mejor comprensión, he asignado un número a cada altar que trato, situándolos en la siguiente planta de la iglesia. Finalizo con la sacristía y cuatro capítulos dedicados a “Otros” (aquellas obras que no se pueden encuadrar en ningún sitio fijo de la iglesia, por falta de datos explícitos ),  “Escultura”, “Relación Cronológica de los Pintores y Escultores documentados” y un “Apéndice Documental”, para mayor ilustración del mismo.

 

 Sin título-1 copia

   1. ALTAR MAYOR ( RETABLO DE FERNANDO GALLEGO ).

  2. SEPULCRO DE HERNANDO CERVANTES Y LEONOR DE GAETE.

  3. CAPILLA DE JUAN PIZARRO Y JUANA DE HINOJOSA.

  4. CAPILLA DE DIEGO GARCÍA DE ORELLANA

  5. CAPILLA DE JUAN DE VARGAS.

  6. BAPTISTERIO.

  7. ALTAR DEL SANTÍSIMO CRISTO ( CONDE DE MIRANDA ).

  8. ALTAR DE SANTA CATALINA.

  9. ALTAR DE LOS TORRE.

10. ALTAR DE PEDRO CALDERÓN ALTAMIRANO.

11. SEPULCRO DEL CANÓNIGO GONZALO BLÁZQUEZ.

12. CAPILLA DE LOS LOAÍSAS ( SANTA ANA ).

13. CAPILLA DE LOS BARRANTE.

14. SEPULCRO DE HERNANDO ALONSO ALTAMIRANO

15. SACRISTÍA.

 1. ALTAR MAYOR ( RETABLO DE FERNANDO GALLEGO ).

 La primera referencia al retablo mayor, obra de Fernando Gallego ( h.1480 ), aparece en el “Libro I de Fábrica”, que abarca los años de 1559 a 1583, en las Cuentas rendidas el 13 de noviembre de 1560, al folio 26 v.,  refiriéndose a su limpieza:

“di a diº (= Diego) Rodriguez pintor tres mill mrs. (= maravedís) por que limpio el Retablo de nra. (= nuestra) S.a (= Señora)”.

 

En estas mismas cuentas se documenta el arreglo de una tabla del retablo mayor:

 

“di seis rsl. (= reales) a Solano pintor por q. (= que) adereço un tablero del retablo del altar maior”.

 

En el “Inventario Nuevo” ( 10-XII-1582 ) se describe, por primera vez, este retablo, con estas palabras:

 

“Un Retablo bueno en el altar mayor dorado y pintado de pinzel de quatro ordenes en lo alto y siete en ancho con su capitel dorado y una ymagen de nra. sñora de bulto grande enel medio pintada y dorada con su niño Jesús de bulto y con su guardapolvo pintado y estrellado”.

 

Aquí aparece también por primera vez documentada la imagen antigua de Nuestra Señora de la Asunción, la cual trataremos en la sección de “Escultura”.

 

En 1586 se retira la tabla central de la predela, que representaba la “Crucifixión”, como se refleja en el “Inventario Nuevo”:

 

“Una tabla que se quito del retablo del altar donde se puso el sagrario nuevo questa en el altar de Sta. Ana”

“Esta Encima del vestuario En la sacristía”  ( rubricado ).

 

En 1586 se confecciona un guardapolvo para el retablo. Así aparece en el folio 71 del “Libro II de Fábrica”( 1583-1625 ), en las Cuentas rendidas el 3 de Agosto de ese año:

 

“a fran.co (= Francisco) hrrs. (= Hernández) carpintero de concertar el guardapolvo del altar mayor y hilo quatro Rs. (= Reales) y mº (= medio)…”.

 

En el “Inventario de 1595” se describe el Retablo Mayor con las mismas palabras que en el de 1582.

 

En el siglo XVIII se realiza la segunda limpieza del retablo y el retoque de una tabla. Aparece documentada en el “Libro IV de Fábrica” ( 1691-1729 ), “Cuentas desde el 18 de Julio de 1727 al 14 de Junio de 1729”, en el  folio 355 :

 

“Mas se le hazen Buenos dozientos y ôchenta r.s que ên virtud de Decreto del Illmo. (=Ilustrísimo) S.r (= Señor) dn fray fran.co Lasso dela Vega obpo. (= obispo) de êste ôbpo. (=obispado) pago â fran.co Jorge de Nazion Portuges por limpiar êl Retablo del Altar m.or (=Mayor) de dha. (= dicha) Yg.ª (= Iglesia), â êste Dozientos y Zinq.ta (= Cincuenta) R.s por ello y â fran.co Ximenez moreno vez.no (= vecino) deesta Ziu.d (= Ciudad) Pintor y Dorador por retocar un Quadro de dho. (= dicho) retablo que êstaba mui maltratado y Pintar y dar de Colores las tablas que êstan âlos lados del Camarin de N.râ S.râ treinta R.s que uno y ôtro consto de dos rezivos y dho. Decreto y valen ———————————————————————————– 9 520—–”. 

 

En los Mandatos de la Santa Visita del año 1760 se ordena la siguiente intervención en el retablo mayor, y es de este tenor:

 

“Y mediante que las Pilastras nuevas de talla que se hallan en el altar maior a los remattes del adorno de nra. S.ra stan sin dorar sirviendo de borron a el referido adorno, m.do (=mandó)su mrd. que con la maior prontitud se hagan dorar, renovando las demas arriva para q. ste mas dezentte, dho. Altar:”.

 

Estas dos pilastras, que, observando el retablo, se ven más nuevas y algo diferentes a las demás, se renovarían por las obras de adaptación de la antigua ornacina del siglo XV para el nuevo camarín elevado en el siglo XVIII.

 

En 1770 aparece la referencia al segundo dorado del retablo mayor, en las “Cuentas desde 1º de Mayo de 1770 hasta fin de Abril del de la fecha de esta”, las cuales se rinden el 1º de Mayo de 1771, al folio 161 del “Libro VI de Fábrica” ( 1756-1774 ):

 

“Yt. (= Ítem) es Data tres mil ochoz.tos (= ochocientos) un r.s pag.do (= pagado) a Pedro Perez ochoa, y Juan Anº (= Antonio) valiente por los Matteriales p.ª (= para) dorar el retablo destta Yglesia Consta de recivo”.

 

Antonio Ponz ( 1725-1792 ), Secretario de la Real Academia de S. Fernando en el siglo XVIII, en su magna obra “Viaje de España” ( 1772-1794, 18 vols. ), nos ofrece su  particular descripción del Retablo Mayor de Santa María con estas palabras, en la cual hace referencia al  dorado anterior y otros detalles del mismo, y es de este tenor:

 

“Asi la iglesia, como el altar mayor son de gusto gótico: en este hay veinte y cinco pinturas, que tiran al estilo de Durero, y que representan Doctores, Evangelistas, y varios asuntos de la Muerte, y Pasion de Christo. Poco hace doraron este altar; y habiendo hecho un nicho para la Imágen de nuestra Señora, y otro mas abaxo para quando hay manifiesto, han logrado quitar de la vista una tercera parte de las pinturas: gran modo de pensar ! como si en trecientos años no hubiera estado la Virgen con decencia, ni el Santísimo con dignidad. No es esto lo peor, sino que han permitido retocar estas pinturas, y otras igualmente buenas en los altares de quatro capillas de la iglesia, á quien lo entienda tanto como yo, y aun ménos casi, dice el autor de esta censura, pues bien seguro es, que me hubiera abstenido de afear dichas obras.”

 

En la Invasión Francesa, acaecida en Trujillo el 19 de Marzo de 1809, desapareció la imágen antigua de Nuestra Señora de la Asunción. Es tradición  que fue escondida, unos días antes de la llegada de los franceses, por los capellanes de Santa María; pero hasta el día de hoy no sabemos nada más.

En 1814, los marqueses de Santa Marta regalaron un lienzo de grandes dimensiones, firmado por Joaquín Llop, el cual se colocó delante del retablo, ocultando el hueco del camarín y siete tablas. Este lienzo fue trasladado al hueco de la portada norte, cegada, con motivo de la adquisición de la imágen de la Asunción en 1882, que desde ese año preside el retablo.Esta imágen la trataremos en el capitulo dedicado a “Escultura”.

 

En este mismo año de 1882 se registra un  arreglo del retablo, al folio 51 v. del   “Libro X de Fábrica” ( 1852-1889 ) :

 

“Yt. trescientos ochenta y tres reales con noventa y un cent.s (= céntimos) por la tela metálica, cristales, arcayatas, tablas y cuartones para el tejado, vidrieras y arrreglar el retablo, segun relación= recibo, nº 55 ————————————————————————————————————-383/91”.

 

En 1896 se traslada el culto parroquial a la iglesia del excalustrado y desamortizado convento de San Francisco. Esta iglesia había sido utilizada ya anteriormente para dos parroquias más: San  Andrés (1836-1881 ), y Santo Domingo ( 1882-1896 ). En 1896 la de Santo Domingo pasó a ser filial de la de Santa María La Mayor, la cual continúa en nuestros días en esta iglesia de San Francisco. Varias cosas se trasladaron, entre ellas el lienzo de la Asunción de Joaquín Llop, como se refiere en el fol. 13 del “Libro XI de Fábrica” (1889-1965 ), en las Cuentas del año 1896:

 

“Traslación del organo, armonium, cuadro de la Asunción, bancos del coro alto, etc.  Recibo nº 10 ———————————————————————————————– 100”.

 

 

 

2. SEPULCRO DE HERNADO CERVANTES Y LEONOR DE GAETE.

 

Anteriormente a la construcción del sepulcro de Hernando Cervantes, existió una capilla para el sagrario. Así aparece documentado en el “Libro II de Fábrica” (1583-1625 ), al folio 30, en las Cuentas de noviembre de 1583:

 

“mas me hago cargo de dozientos mill mrs. que El lidº (= Licenciado) garçia cerbantes de gaete dio por El sitio del sagrario viejo q. Esta a la mano derecha del altar mayor pa. hazer En el su entierro y capilla”.

 

Este sagrario antiguo lo describiré en el capítulo dedicado a la “Escultura”, el cual se deshizo en 1586, según aparece reflejado en el “Inventario Nuevo” de 1582.

A partir de estas fechas se construye el sepulcro dedicado a Hernando Cervantes y Leonor de Gaete, para cuyo altar mandaron confeccionar un retablo con estas características ( Inventario Nuevo, 10-XII-1582):

 

Un retablo dorado de Sta. (= Santa) Polonia En la capilla del licenciado cervantes En el sitio dondestava el Santisismo Sacramento.

 

En el “Inventario de 1595” se le describe así:

 

“Un Retablo Pequeño dela ymagen de Santa polonia questa En la capilla del lic.do cervantes de gaete dondestava el sagrario de pinzel y dorado con su guardapolvo de anjeo con su escudo y estrellado”.

 

En los reparos que se mandan en la Santa Visita del 11 de febrero de 1729, inscrita en el “Libro de Ynventario y Rentas de la Yglesia Parroq.l de S.r  S.ta María”, se refiere este altar así:

 

En los altares de Sta. Polonia y San Antonio Abad q. dijeron ser del marqués de Sofraga…

 

En el “Inventario del 8 de Enero de 1756” se le sigue nombrando como “Altar de Santa Apolonia”.

 

A partir de estas fechas no se le vuelve a nombrar, y, tras la Invasión Francesa, aparece en su lugar la escultura de la Inmaculada Concepción. Así aparece reflejado en el Acta firmada por D. Gregorio Ildefonso Cidoncha, párroco de Santa María y Arcipreste de Trujillo, inscrita en el folio 190 del “Libro IX de Fábrica” ( 1823-1868 ), referida a la colocación de las reliquias en los altares que tuvieron culto desde entonces. Hemos de entender que muchos sepulcros y capillas perdieron su función en el siglo XIX por la prohibición de entierros en las iglesias, por Carlos III, la extinción de capellanías y el destrozo de retablos en la Invasión Francesa. Los nuevos altares que se consagran son los siguientes:

 

“…coloque las Stas. Reliquias en todas las Aras de la misma; á saber, en la del Altar Mayor dedicado á la Asunción de María Sma. (= Santísima), y en los dedicados á la Anunciación y Concepción de Nuestra Señora q.e estan á los lados del altar mayor, en el del Niño Jesus q.e esta en la Capilla al lado del Evangelio, en el del Smo. (= Santísimo) cristo y el de S. Juan q.e estan fuera de la Capilla mayor,…”

 

La capilla de los Cervantes de Gaete es de estilo renacentista, policromada, con escudo oval, que lleva un campo partido: 1º, BARRANTES ( de gules, una barra engolada de oro), cortado de CERVANTES ( de oro, dos ciervos en su color al palo; 2º, GAETE ( de azur, barra de oro cargada con otra de sable y acompañada de dos lises de oro); cortado ( de oro, una faja de azur; doble bordura, la interior, cosida de oro, con tres lises de azur, la de fuera, de gules, con aspas de oro); al timbre un yelmo con penacho, todo policromado.

 

 

 

3. CAPILLA DE JUAN PIZARRO Y JUANA DE HINOJOSA.

 

La primera referencia a esta capilla aparece en el “Inventario Nuevo” ( 10-XII-1582 ), con la siguiente descripción de su retablo:

 

“Otro retablo en la capilla de los pizarros donde estan pintadas nra. señora y sant juº (=Juan) baptista de pinzel y en una caxa una nra. señora de bulto con su niño Jesus grande y dorada”.

 

En el “Inventario de 1595” aparece un nuevo retablo en la Capilla de los Pizarro:

 

“Otro Retablo en la capilla de los piçarros dondestan Una ymagen de bulto de nra. Sª Con su niño jesus y a los lados Sant juº babtista y evanjelista de pinzel”.

 

Se refiere a las dos tablas de los “Santos Juanes”. Estas dos tablas están atribuidas por D. Carmelo Solís, sacerdote e historiador, natural de Trujillo, a un hijo de Luis de Morales “el Divino”, Hernando, por las fechas en que aparecen documentadas en los “Libros de Fábrica”.Estas dos pinturas, tras la Invasión Francesa y en 1862, se trasladaron de este lugar a la antigua Capilla de San Antonio Abad, sepulcro que trataremos a continuación. En este lugar continúan estas tablas, enmarcadas por un decimonónico retablo en pésimas condiciones, el cual mandaría hacer D. Gregorio Ildefonso Cidoncha, párroco de Santa María en esas fechas, nombrado anteriormente.

 

En los “Mandatos” que aparecen escritos al final de las Cuentas de 1643, extendidas en 1644, inscritos en el “Libro III de Fábrica” ( 1629-1692 ), al folio 83, refiriéndose a la capilla de los Pizarro, aparece lo que sigue:

 

“en cuanto a la capilla de nra. sra. de la dulzura de que es Patron don Joan Piçarro de aragon del habito de calatraba= mando su mrd. se notifique a doña Ynes pizarro de Carvajal viuda de don fran.co de vargas y aragon del avito de Alcantara. Su madre y curadora de lo nezesario Para el Ornato del dho. altar como es frontal manteles y Candeleros =”

 

En la segunda mitad del siglo XIX se le nombra como “Altar del Niño Jesús” en el Acta firmada por D. Gregrio Ildefonso Cidoncha en 1862, la cual transcribimos anteriormente. Esta escultura aparece documentada por primera vez en las cuentas de 1754, al folio 231 del Libro de Fábrica que comienza en 1731. De esta imágen trataremos en el capítulo dedicado a la Escultura.

 

 

 

4. ALTAR DE DIEGO GARCÍA DE ORELLANA

    ( O DE SAN ANTONIO ABAD, ACTUAL “SANTOS JUANES” ).

 

Pertenecía esta capilla, construída por Diego García de Orellana en 1522, al linaje Bejarano-Orellana, señores de Orellana la Nueva. Es de estilo gótico, con dos escudos de Bejarano que flanquean otro, dibujado sobre la piedra de Barrantes y Cervantes de Gaete.

 

La primera referencia a esta capilla aparece en el “Inventario Nuevo” ( 10-XII-1582 ), pero no se especifica su advocación, cuyo dato aparece posteriormente, en el “Inventario de 1595”:

 

Un rretablo por dorar y pintar en la capilla de pedro de orellana- Dorose y                                                                                                                                           pintose

En el “Inventario de 1595” ya aparece su advocación:

 

“Otro Retablo pintado y dorado de pinzel en la capilla de pº (= Pedro) de orellana dondesta la imajen de santo anton y otras ymagines”.

 

Los mandatos que aparecen al final de las cuentas de 1643, nombrados anteriormente, describen con estas palabras este altar:

 

“La capilla del S.r Sant Anton de que es Patron don Pedro de Orellana vejarano cavallero de la Orden de S.r Santiago – manda su mrd. se le notifique lo mismo”.

 

En el “Inventario del 8 de enero de 1756” se le sigue nombrando como altar de “S.n             Antón”.

 

La Santa Visita celebrada el 11 de febrero de 1729( “Libro de Ynventario y Rentas de la Yglesia Parroq.l de S.r S.ta María. Año de 1729”)  manda llevar a cabo varios reparos en las capillas, nombrando de esta manera a la de San Antón:

 

“En los altares de Sta. Polonia y San Antonio Abad q. dijeron ser del marqués de Sofraga…”.

 

En las Cuentas del 7 de Octubre de 1826 al 7 de Octubre de 1827, inscritas en el “Libro IX de Fábrica” ( 1823-1868 ), al folio 23, aparecen reformas en este altar y en el del Sagrario, que era la Capilla de Santa Ana, actualmente del Cristo del Perdón:

 

Dos mil r. Vn. (= reales vellón), satisfechos â Agustin trigo, por dorar, y pintar las dos Mesas de altar del Sagrario, y Sn Antonio Abad; Puertas de la Yglesia, y confesionarios, y demas q.e consta de dos r.vos (= recibos) q.e presento ————————————————————————————————————2.000–”.

 

El Acta firmada por D. Gregorio Ildefonso Cidoncha el 4 de octubre de 1862 nombra esta capilla con el nuevo título de altar de “S. Juan”. Se refiere al retablo de los “Santos Juanes”, nombrado anteriormente al referirme a la Capilla de Juan Pizarro. El mueble que tienen como retablo es del siglo XIX, similar al frontal de madera del Cristo del Perdón y del Altar Mayor, obra de adecentamiento que llevó a cabo D. Gregorio Ildefonso Cidoncha en 1862.

Tras la Invasión Francesa, el retablo de San Antonio Abad sería destrozado. Hoy quedan dos tablas ( que en origen eran sólo una, hoy partida en dos ) en la capilla de los Pizarro, que representan a San Antonio Abad y a Santa Lucía, dispuestas en un retablo de acarreo de piezas destrozadas en la Invasión, sobre las cuales aparece un escudo mutilado con las armas de los Bejarano, parte superior del retablo destrozado de San Antonio Abad.

 

 

 

5. CAPILLA DE JUAN DE VARGAS.

 

Magnífica y airosa capilla sepulcral mandó edificar Juan de Vargas. Una inscripción lo advierte: Capilla del Noble Linaje de los Vargas en que yace el esforzado caballero Juan de Vargas que la mandó hacer y con él los mayorazgos de sus antecesores: murió el año de 1516: acabose esta obra en el año de 1522 años”.

 

De estilo gótico, conserva varios enterramiento y las gradas donde estaba el altar. También vemos el renacimiento en dos sepulcros en la entrada, con medallones, a la manera de pretil.

 

La primera noticia sobre el retablo de esta capilla aparece en el “Inventario Nuevo” (10-XII-1582), cuya descripción se repite igual en el “Inventario de 1595”:

 

“Otro rretablo En la capilla de don diº vargas carvajal de tres hordenes pintado y muy viejo”.

Al final de las Cuentas de 1644, inscritas en el “Libro III de Fábrica” ( 1629-1692 ), en el folio 83, aparece el siguiente “Mandato” refiriéndose a esta capilla:

 

“En quanto a la capilla de los Vargas de que es Patron don joan de Vargas Conde del puerto: = que esta sin rretablo y muy yndezente. que no se dice misa en ella. mandava. y mando su mrd. se notifique ael adm.or (= administrador) o persona a cuya quenta corre la adm.on (=administración) de la hazienda del dho. conde del puerto dentro de quatro meses de la noz.on (=notificación) deste haga se Ponga Vn rretablo en la dha capilla y en el altar una ara. manteles y frontal y candeleros y lo demas nezsos. (= necesarios) para el ornato de dha. capilla y queste limpia.{ con la deçencia que se deve…”

 

El mandato se cumplió, pues en la Santa Visita del 11 de febrero de 1729 ( “Libro de Ynventario y Rentas de la Yglesia Parroq.l de S.r S.ta María. Año de 1729” ) aparece con un nuevo retablo y advocación:

 

“En el altar dela Capila de la Ssma Trinidad que dijeron ser del Conde del Puerto…”.

 

Esta capilla perteneció a los Vargas-Carvajal, Duques de San Carlos y Condes del Puerto. Hoy día no conserva nada de arte mueble.

 

Esta

 

E6. BAPTISTERIO.

 

Un baptisterio antiguo hubo en Santa María donde iba ubicada la antigua pila bautismal, que se conserva junto a la Portada de Poniente. En 1542 se labró la nueva pila plateresca, y las obras de la Torre nueva comenzaron el sábado 10 de febrero de 1543, concluyéndose a finales del siglo XVIII con el cuerpo de campanas.

En el bajo de la Torre Nueva se construyó el baptisterio, a la par que las obras del coro, cuyo artífice principal fue el famoso arquitecto trujillano Sancho de Cabrera (  1500? – 1574 ).

No hay documentada ninguna obra pictórica en el baptisterio, solamente aparece decorada la alhacena de los Santos Óleos en dos cuentas que aparecen en los Gastos del 13 de Noviembre de 1560 del “Libro I de Fábrica” ( 1559-1583 ) en los folios 49 y 50v., respectivamente:

 

“mas di a solano pintor doze rs. paraen parte de pago de la alhazena que pinto Enla yglesia ondeesta el oleo i chrisma En la pila de baptizar.”

 

“di mas a muriel solano veinteiun reales de lo q. avia de aver de pintar la alhazena deel oleo y chrisma.”

 

 

 

7. ALTAR DEL SANTÍSIMO CRISTO.

 

A la izquierda del sepulcro de Diego García de Paredes, el “Sansón de Extremadura”, en el cual nunca se ha documentado ningún retablo, tabla o cuadro en los Libros de Fábrica de Santa María, se encontraba el antiguo “Altar del Santísimo Cristo”. La primera vez que aparece documentado es en el “Inventario del 8 de enero de 1756”,con este mismo título:

 

“Altar del Ssmo. Christo”.

 

En la Santa Visita del año 1763, inscrita en el “Libro VI de Fábrica” ( 1756-1773 ), se denomina este altar de la siguiente forma:

 

“El Altar del Smo. Christo, que es propio del Exmo. (= Excelentísimo) S.or Conde de Miranda”.

 

En la Santa Visita del 16 de mayo de 1854, inscrita en el “Libro X de Fábrica” (1852-1889), al folio 175, se habla de esta imagen de la siguiente manera:

 

“…; otros cuarenta ( se refiere a días de indulgencia ) á los que lo verifiquen rezando un Padre Nuestro ó un credo ante la imagen de Jesucristo crucificado q.e se halla en uno de los Altares del lado de la Epístola.”

 

Esta imagen fue trasladada en 1862 a la antigua capilla de los Loaísa , ocupando el lugar de la imagen anterior dedicada a Santa Ana, la Virgen y el Niño, de la cual hablaremos posteriormente.

 

Tras la Invasión Francesa, fueron cambiadas de lugar algunas imágines y tablas, y se consagraron seis aras nuevas en sus respectivos altares, que , desde 1862, seguirían con culto.

En el Acta firmada por D. Gregoiro Ildefonso Cidoncha aparece reflejado este cambio, y al referirse a esta imagen lo hace así:

 

“… coloque las Stas. Reliquias en todas las aras de la misma; a saber, en la del Altar mayor…, en el del Smo. cristo y el de S. Juan q.e estan fuera de la capilla mayor,…”

 

Queda así ya demostrado que el actual “Cristo del Perdón” era una imagen que perteneció al Conde de Miranda y estuvo ubicado en el sepulcro a la izquierda del de García de Paredes desde el siglo XVII hasta 1862. Si nos fijamos en este altar, aparece en su centro un hueco donde se incrustaba la cruz de la imagen.

También queda desmontada la hipótesis de que fuera esta imagen el “Cristo de Bobadilla”, el cual se hallaba en la ermita de San Pedro de Bobadilla, dentro de la finca denominada “Quintos de Bobadilla”. Esta dehesa fue propiedad de la Parroquia de Santa María La Mayor hasta el 23 de junio de 1800, vendida al Conde de Torres Arias y Marqués de Santa Marta, en virtud del Real Decreto del 19 de septiembre de 1798 y de la Instrucción del 29 de enero de 1799.

En esta ermita se veneraba una imágen de S. Pedro, de la cual trataremos en el capítulo dedicado a “Escultura”.

Para mayor ilustración de este estudio, he encontrado la fecha del desmantelamiento de la ermita de  “San Pedro de las Bobadillas” en las “Cuentas  de 1º de mayo de 1771 hasta fin de abril de 1772”, al folio 180 v., del “Libro VI de Fábrica” ( 1756-1773 ):

 

Ytt. es Datta Doszientos diez y ôcho rr.s  v.n que tubo de costo el desmantelar la hermita de s.n Pedro y acarrear la madera y tteja como consta de Rezivo deel Maestro, yde razon individual deeste May.mo (= Mayordomo) ————————————————————- 218——

 

 

8. ALTAR DE SANTA CATALINA.

 

La primera y única vez que se nombra este altar en los Libros de Fábrica es en el “Inventario del 8 de enero de 1756”, con el título de “Sta. Catalina”, a continuación del altar que fue del Santísimo Cristo.

En este altar sepulcral no aparece ningún blasón nobiliar y corresponde a la serie de cuatro capillas góticas iguales que fueron construidas en serie, desde el Altar de los Torre hasta el de Diego García de Paredes.

Jamás se vuelve a tratar sobre este altar en los Libros de Fábrica, cuyo retablo correría la nefasta suerte que la mayoría de los demás  en la Invasión Francesa.

 

 

 

9. ALTAR DE LOS TORRE.

 

Este altar se nombra por primera vez en el “Inventario Nuevo” ( 10-XII-1582 ) con la siguiente descripción, exactamente igual a la del “Inventario de 1595”:

 

“Otro retablo de San gregorio de pinzel En la capilla de gonçalo de torres carvajal con su guardapolvo pintado”.

 

Durante el siglo XVIII se realizaron reformas en este altar. Así aparece en los folios 49 v. y 80 v del “Libro V de Fábrica” ( 1731-1755 ), y en el folio 94 v. del “Libro VI de Fábrica” (1756-1773), respectívamente; veámoslo:

 

“Cuentas desde la que se tomó en dos de sept. de 1734 hasta hoy día de la fecha”. Se rinden el 2 – XII- 1738; se firman el 9- III – 1739.

 

Yt. da en datta cien rr.es v.on y diez y seis mrs. Que pareze aver pagdo a Antonio Lindo, fran.co ( … ? ) y Antonio Martin Pintores, los cinquenta rr.es por un frontal pintado para el altar de S.r (= Señor) Gregorio, y lo resttante de otras obras y pinturas echas en dha. Yglesia consto de Recibos de dhos. Pintores y v.en (= valen) ——————————————————– 3.416—-

 

Yt. da En data Trescientos y cinquenta rr.s  v.on que parece aver Pag.do a Alvaro Garcia Maestro tallista p.r (= por) el adorno detalla que hiço y puso enel altar de S.n Gregorio quees la Capilla de D.a Juana de Torres que se mando reparar En la Ultima Visita como constta En el final dela Quenta anttez.te, constto de Recibo de dho. tallista y dha. Cant.d(= Cantidad) V.e ——————————————————————————————————————-11.900—-

 

“Cuentas desde 1º de Mayo de 1765 hasta fin de abril del mismo”. Rendidas el 8-junio-1766 ; Firmadas el 8-julio-1766.

 

Ytem es datta tres mill y quatrocientos mrs. pagados a Juan  Anttº Baliente Pintor p.r renotar el quadro de S.r S.n Gregorio y su R.vo se pres.ta (= presenta) ———————-3.400——-

 

No vuelven a aparecer, después de esta fecha, más referencias a este altar en los Libros de Fábrica. Suponemos destrozado en la Invasión Francesa. Por cima de su clave aparece el blasón de los Torre, que aún conserva parte de su policromía  original.Su definición de armas es: De azur, cinco torres de plata puestas en aspa.

 

 

 

10. ALTAR DE PEDRO CALDERÓN ALTAMIRANO.

 

Después del altar de los Torre y antes que el del Canónigo Gonzalo Blázquez, se abre el sepulcro de Pedro Calderón Altamirano. Una inscripción que recorre la parte superior así lo anuncia: “ESTA OBRA MANDO AÇER PEDRO CALDERON ALTAMIRANO FIJO DE VASCO CALDERON NIETO DE FERNANDO”.

 

La primera referencia a este altar aparece en el “Inventario Nuevo” ( 10-XII-1582 ), igual descripción que aparece en el “Inventario de 1595”:

 

“Otro rretablo de Sant leon y san lazaro en la capilla de pedro calderon altamirano con una varilla de hierro pa. el guardapolvo”.

 

En el “Inventario del 8 de enero de 1756” se registra sólamente como altar de “Sn. Leon”..

 

No hay más referencias posteriores a este altar en todos los Libros de Fábrica de Santa María.

Bajo el alfiz hay tres escudos, uno con las armas ALTAMIRANO, y los otros dos cuartelados de CALDERÓN y ALTAMIRANO.

 

 

 

 

11. SEPULCRO DEL CANÓNIGO GONZALO BLÁZQUEZ.

 

La primera referencia a este altar aparece en el “Inventario Nuevo”(10-XII-1582). En el “Inventario de 1595” también aparece con la misma y siguiente descripción:

 

“Un retablo de la salutación de nra. S.ra pintado de pinzel en la capilla del canonigo gonçalo blázquez”.

 

Esta tabla fue trasladada en 1862 al sepulcro de los Altamirano, a la derecha del Altar Mayor. En esta fecha, como ya hemos dicho en varias ocasiones, el párroco de Santa María, D. Gregorio Ildefonso Cidoncha, tras lada algunas obras de arte con la intención de ornar los altares y capillas más cercanos al Altar Mayor. Así aparece especificado en el Acta firmanda por él con fecha 4 de octubre de 1862:

 

“… coloque las S.tas Reliquias en todas las Aras de la misma; á saber, en la del Altar Mayor dedicado á la  Asunción de María S.ma; y en los dedicados á la Anunciación y Concepción de Nuestra Señora q.e estan á los lados del altar mayor…”

 

Hoy día  continúa en el altar de los Altamirano, y ha sido restaurada en el verano de 1998.

 

Sobre el alfil recorre esta inscripción: ESTE ARCO+SEPULTURA+MANDO HACER GONZALO BLAZQUEZ+CANONIGO EN LA EGLIA (= IGLESIA) DE PLASENCIA ARCIPRESTE DE TRUJILLO LA CUAL HIZO EN EL AÑO DE MILL QUATROCIENTO XL VIII”.

 

Al fondo se puede ver una especie de banco, de ladrillo y lucido, posiblemente donde iba asentada la tabla anteriormente mencionada, con la siguiente leyenda: ACABOSE A 5 DE HENERO DE I58I (posible año de la ejecución de la tabla ). Conserva aún policromías originales, y repintes del siglo XVIII. Cuatro escudos con las armas de los BLÁZQUEZ: de gules, tres fajas de oro; bordura camponada de oro y gules.

 

 

 

 

12. CAPILLA DE LOS  LOAÍSA ( O DE SANTA ANA ).

 

Se abre esta capilla al lado de la epístola, junto al sepulcro del canónigo Gonzalo Blázquez. Coronada por arco de medio punto, conserva el retablo y altar de piedra, en cuyo tímpano aparece un escudo con las armas de los  Loaísas ( cinco rosas) bajo capelo episcopal; a la derecha escudo de Loaísa partido de Figueroa.

 

No poseía esta capilla una tabla o cuadro, sino un grupo escultórico de Santa Ana, la Virgen y el Niño, la cual trataremos en el capítulo de la “Escultura”. Así lo refiere el “Inventario Nuevo” (10-XII-1582 ):

 

“Una imagen de Sancta ana de bulto grande con nra. señora y su hijo enbraços pintada y dorada en la capilla de los  loaysas”.

 

En el “Inventario del 8 de enero de 1756” se le nombra como Altar de “S.ra S.ta Ana”.

 

En 1862 se traslada la imagen del Santísimo Cristo ( hoy “Cristo del Perdón” ) de su altar original a esta capilla, cuya imagen de Santa Ana desaparecería en la Invasión Francesa. De esta forma aparece en el Acta firmada por D. Gregorio Ildefonso Cidoncha, ya  nombrada en varias ocasiones:

 

“… coloque las S.tas Reliquias en todas las Aras de la misma; á saber, …, en el del S.mo cristo y el de S. Juan q.e estan fuera de la Capilla mayor,…”

 

En esta capilla continúa esta venerada imagen, cuyo título actual es “Cristo del Perdón”, cuya Hermandad vela por su decencia y culto; imagen que se procesiona en el traslado a la iglesia de San Francisco, centro actual de las procesiones de Semana Santa, la noche del Miércoles Santo, única procesión que perdura de la zona amurallada o Villa a la zona de la Ciudad extramuros, reminiscencia de las que partían en la Edad Media desde la extinta parroquia de la Vera Cruz.

 

 

 

13. CAPILLA DE LOS BARRANTE.

 

La primera alusión al retablo de la Capilla de los Barrante aparece en el “Inventario Nuevo” (10-XII-1582 ):

 

“Yten otro rretablo junto ala sacristia enque estan pintadas las onze myll virgenes y san lorenço y otros santos es de tres ordenes en ancho y largo con su guardapolvo estrellado y pintado viejo”.  

 

Con estas mismas palabras se describe en el “Inventario de 1595”.

 

Este antiguo retablo fue sustituido por otro dedicado a “San Andrés”, el cual aparece referido en la Santa Visita del 11 de Febrero de 1729, inscrita en el “Libro de Ynventario y Rentas de la Yglesia Parroq.l de S.r S.ta María”, con estas palabras:

 

“en el altar de S.r San Andres que esta junto ala sachristia de dha. Yglesia que dijeron ser de dn. fran.co de Herrera y Loaisa…”

 

Con este título continúa apareciendo en el “Inventario del 8 de enero de 1756”: “Altar de S. Andrés”.

 

Antonio Ponz, en su “Viage de España”, en la Carta Séptima del Tomo Séptimo, al tratar sobre los retablos de Santa María, dice sobre este altar: “ Me ha parecido bueno el quadro de S. Andres colocado en su altar,…”. Hemos de suponer que este nuevo retablo sería de traza clasicista, propio del gusto neoclásico de este académico del siglo XVIII.

 

Este altar ya no aparece en la relación de nuevas aras consagradas en 1862. A partir de esta fecha perdería toda función litúrgica, cuyo cuadro de San Andrés también habría desaparecido.

 

Por esta capilla se practicó a comienzos del siglo XVI la puerta de entrada a la sacristía, cuyas obras fueron auspiciadas por el obispo de Plasencia D. Gutierre Álvarez de Toledo, cuyo escudo episcopal aparece labrado en la clave central de su bóveda estrellada. En esta capilla aparecen distintos escudos de HINOJOSA y BARRANTE.

 

 

 

14. SEPULCRO DE HERNANDO ALONSO ALTAMIRANO.

 

En este sepulcro, construido en 1526 por Hernando Alonso Altamirano, aparece documentado un retablo en el “Inventario Nuevo” ( 10-XII-1582 ) con estas palabras:

 

“Un retablo pequeño ael altar mayor quees delos altamjranos enque esta pintado el desçendimº (= Descendimiento) dela cruz”.

 

La descripción del “Inventario de 1595” es un poco más extensa:

 

“Otro Retablo pequeño al otro lado del altar mayor ques delos altamjranos Enquesta pintado y dorado el desçendim.to de la Cruz con su guardapolvo y escudo y estrellas”.

 

En el “Inventario del 8 de enero de 1756” aparece con el simple título de “Altar de Altamiranos”.

 

A este altar también se refiere Antonio Ponz  de esta manera: “Me ha parecido bueno el quadro de S. Andres colocado en su altar, y los del Descendimiento de la Cruz, y Santa Apolonia en los colaterales al mayor:…”

 

Al construirse el Camarín de la Virgen ( S. XVIII ), se retiró la segunda tabla de la izquierda de la predela del Altar Mayor, que posiblemente representara “La Flagelación”, para practicar la subida al dicho camarín; en su lugar se aprovechó esta tabla del “descendimiento”, procedente del Altar de los Altamirano.

En 1862 se traslada la tabla del Canónigo D. Gonzalo Blázquez a este sepulcro, como aparece en el Acta de las nuevas aras consagradas, firmada por D. Gregorio Ildefonso Cidoncha:

 

“… coloque las S.tas Reliquias en todas las Aras…; y en los dedicados á la Anunciación y Concepción de Nuestra Señora q.e estan á los lados del altar mayor,…”

 

En este sepulcro de los Altamirano sigue hoy esta tabla, que, como ya dije anteriormente, fue restaurada en el verano de 1998.

Se trata de un sepulcro parietal renacentista con el escudo de los ALTAMIRANO ( en campo de plata, diez roeles de azur puestos en tres palos de tres, cuatro y tres; bordura de gules, cargada con ocho aspas de plata), oval, sobre artístico pergamino, timbrado por yelmo afrontado, airón y lambrequines, policromado todo el conjunto. Una inscripción repintada sobre la antigua, dice: “RENOVOSE SIENDO EL ACTUAL POSEEDOR DE LA S. (= SEPULTURA) DON JUAN JOSE DE SOTO ALTAMIRANO, EN 2 DE DIC. DE MDCCIX”.

 

Con el sepulcro de los Altamirano finalizamos el recorrido por todos los altares históricos que tuvo Santa María La Mayor. Continuamos con la Sacristía, también ornada con retablos y cuadros a lo largo de su historia.

 

 

 

15. SACRISTÍA.

 

Varios retablos, tablas y cuadros aparecen documentados en la sacristía de Santa María a lo largo del tiempo. Vamos a exponerlos cronológicamente:

 

A. SIGLO XVI

 

Las primeras referencias aparecen en el “Inventario Nuevo” ( 10-XII-1582 ) :

 

“Una tabla pequeña portatil donde esta pintado un descendimjº (= Descendimiento) con un crucifixo encima de pinzel”.

 

Se trata de un altar portatil para decir misa fuera de la iglesia. El “Inventario de 1595” nos aclara que se encontraba guardada en la sacristía:

 

“Una tabla pequeña portatil dondesta pintado un desçencimj.to con un crucifixo ençima de pinzel questa enla sacristia”.

“Otro retablo qesta en la sacristia en questan pintados nra. señora y san pedro y san pablo”.

 

“Otro tablero mediano questa en la ssacristia en questa pintado san xpoval. (=Cristobal)”.

 

En 1586 se retiró la tabla central de la predela del Retablo Mayor, la cual representaba “La Crucifixión”, pues en su lugar se ubicó la custodia o manifestador tallada por el famoso escultor Juanes de la Fuente ( de la cual trataremos exahustivamente en el capítulo dedicado a la Escultura), y el sagrario nuevo, por motivo de los decretos del Concilio de Trento. Los retablos anteriores a estos decretos se modificaron, consecuencia del mayor culto rendido a la Eucaristía, en contra de la Reforma Protestante.

Esta tabla fue trasladada, primeramente, a la capilla de Santa Ana, e, inmediatamente, a la sacristía. Así aparece en el “Inventario Nuevo” ( 10-XII-1582 ):

 

“Una tabla que se quito del retablo del altar donde se pusso el sagrario nuevo questa en el altar de Sta. Ana.

Esta Encima del vestuario En la sacristía.”.

 

En el “Inventario de 1595” se describe de esta forma:

“Otro Retablo de pinzel ondesta Un cruçifixo que se quito del rretablo del altar mayor para poner la custodia nueva questa ençima del caxon del vestuario Enla sacristia”.

 

 

B. SIGLO XVII

 

En las “Cuentas desde Junio de 1696 a Junio de 1697”, al folio 48 del “Libro IV de Fábrica” (1691-1729 ) aparece la ejecución de un retablo para la sacristía:

 

Ytt se le hacen buenos Docientos Rs. que pago a Antonio de Roman pintor por pintar tres Cajas y un Retablo de S.n Ger.mo (= Jerónimo) que todo Sta en la sacristia.”

 

Dos cuadros se pintan a finales del siglo XVII para la sacristía. Así se refleja en las “Cuentas desde fin de junio de 1698 hasta fin de diciembre del 1699; rendidas el 2 de marzo de 1700”, al folio 107 del “Libro VI de Fábrica” ( 1691-1729 ):

 

Mas se le pasan en q.ta (= cuenta) quinientos y zinq.ta (= cincuenta) que costaron dos Cuadros grandes questan puestos en la Sacristia de dha Yglesia en loss bestuarios Uno dela zena y otro dela asumpzion de nuestra señora consto de declarazion de  dho. Maiordomo y Valen——————————————————————————————— 18.700——–”.

 

 

C. SIGLO XVIII

 

En el siglo XVIII se realizaron dos amplios, similares y prolijos inventarios de los “Ornamentos y alaxas de la Yglesia parrochial de S.ra S.ta Maria lam.or”, el primero fechado el 5 de Septiembre de 1729 y el segundo el 20 de Septiembre de 1743.

En los dos aparecen documentados los dos cuadros de la Cena y de la Asunción realizadoss a finales del siglo XVII, referidos anteriormente:

 

Inventario 1729 :

 

“Otro quadro de a quatro Baras de largo y tres de ancho con corta diferencia en q. esta pintado el Colegio Apostólico, y la noche de la cena”.

 

“otro quadro grande de tres baras de la Asump.on de nra. Señora”.

 

Inventario 1743 :

 

“otro quadro grande como de quatro varas de Ancho en que esta pintado el colegio Apostolico en la noche de la zena”.

 

“Otro Como de tres varas, de la Asumpción de N.ra S.ra

 

Entre 1757  y 1759 se realizaron composturas en los cuadros de la sacristía; así aparece en las “Cuentas desde henero de 1757”, rendidas el 31 de Agosto de 1759, al folio 33 del “Libro VI de Fábrica” ( 1756-1773 ):

 

 

“Ytten es Datta Dozientos y quarenta rr.s que valen ôcho mill ziento y sesenta mrs. pagados â Antonio Lindo, pintor por las Composturass de los quadros de la sachristia de dha. Yglesia consta se su Rezivo ——————————————————————————————————8.160——–”.

 

 

 

16. ESCULTURA.

 

 

16.1 ESCULTURA DE NUESTRA SEÑORA ( Desaparecida; entrada, sobre el                                                                                                            cepo).

 

La primera escultura documentada en los Libros de Fábrica de Santa María es una imagen pequeña de la Virgen que se encontraba a la entrada de la iglesia. Aparece en un “Mandato” de las  “Cuentas rendidas el 26 de Abril de 1566”, al folio 55 v. del “Libro I de Fábrica” ( 1559-1583 ):

 

“q. (= que) se refresque la pintura dela ymagen de nra. Sª qsta (= que está) a la entrada de la puerta en el cepo en su caxa”.

 

Esta misma escultura aparece documentada en el “Inventario Nuevo” (10-XII-1582):

 

“Una imagen de nra. señora de bulto con su niño en braços mediana y su caxa de madera todo pintado y dorado qesta ençima del cepo.”

 

Era una imagen vestida, así aparece en este mismo inventario; como ejemplo expongo un manto:

 

“Un manto de tafetan azul con rribete de tiºpelo (= terciopelo) azul que sirve ala ymagen Pequeña questa sobre el cepo”.

 

El “Inventario de 1595” la describe así:

 

“Una ymagen de nra. Sª de bulto con su niño En braços mediana questa metida en una caxa de madera pintada y dorada Ençima del cepo”.

 

 

 

16.2 NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN ( Antigua, desaparecida ).

 

En la descripción del Retablo Mayor que aparece en el “Inventario Nuevo” (10-XII-1582 ) se describe, por primera vez, esta imagen,  la cual desapareció en la Invasión Francesa. El “Inventario de 1595” la describe de la misma forma:

 

“Un retablo bueno en el altar mayor dorado y pintado de pinzel de quatro ordenes en lo alto y siete en ancho con su capitel dorado y una ymagen de nra. sñora de bulto grande enel medio pintada y dorada con su niño Jesús de bulto y con su guardapolvo pintado y estrellado.”

 

Esta imagen era ya de vestir en el siglo XVI, pues aparecen inventariadas vestiduras suyas en el “Inventario Nuevo” (10-XII-1582), bajo el epígrafe “Atavios de ymagenes”, en el folio 328 del “Libro I de Fábrica” ( 1559-1583 ); vemos algunos ejemplos:

 

“Una camisa de olanda buena labrada con hilo de oro con ocho cordones de cada pte. (=parte) del pecho y dos a la división en medio con ocho botones para cerralla de hilo de oro y seda colorada y a las espaldas otras treze cordones de la dha. lavor mas pequeñas y las mangas azubonadas con unos rramos grandes de oro a lo largo”.

 

“Una camisa del niño Jesus de olanda con su gorjal guarnecida la polainilla con un hilo               de oro”.

 

“Una delantera de nra. S.ª de Raso Encarnado picado guarnesida con dos guarniciones                de hilo de oro y plata y tres ribetes de tiºpelo (= terciopelo) blanco cortado a ferrada                   En tafetan blanco”.

 

 

16.3 SILLERÍA DE CORO ( Desaparecida ).

 

Una magnífica sillería de coro tuvo Santa María, de nogal y diecisiete asientos, destrozada en la Invasión Francesa de 1809.

Así aparece documentado en el “Inventario de 1595”, bajo el epígrafe de “Cosas de Madera”:

 

“Un coro de madera de nogal y labrado con 17 sillas con sus veneras de los mismo”.

 

Hoy día sólo se conservan tres testeros en el vestuario de la sacristía, testigo de la gloria artística que gozó otrora la Parroquia de Santa María la Mayor de Trujillo.

 

 

 

16.4 SAGRARIO ANTIGUO.

 

Junto al Altar Mayor, en el lado del evangelio, se encontraba, hasta 1586, el sagrario antiguo en un edículo. Tras el Concilio de Trento, para dar mayor culto a la Eucaristía, y en contra de la Reforma Protestante, los sagrarios o tabernáculos se comenzaron a situar en el centro de los retablos, para lo cual se tuvieron que reformar. En Santa María se retiró la tabla central de la “Crucifixión” y se situó el sagrario, junto con el manifestador, en el medio. El sagrario antiguo, descrito en el “Inventario Nuevo” (10-XII-1582 ), se retiró de su emplazamiento y se descompuso, como nos advierte este mismo inventario:

 

“Un sagrario con sus puertas doradas y un capitel y un cristo de bulto encima del dicho capitel de bulto con dos ymagines de bulto sobre dos pilares de madera dorados la una de nra. señora y la ottra de San Juan evengelista y otras ymagines pequeñas en los dichos pilares de bulto con su guardapolvo viejo”.

 

Al margen aparece la siguiente frase: deshizose el año de 1586.

 

En el “Inventario de 1595” ya no aparece este sagrario antiguo, deshecho en 1586, como hemos visto.

16.5 ANDAS DEL SANTÍSIMO ( desaparecidas ).

 

La procesión del Corpus Christi siempre se ha celebrado, desde tiempo inmemorial, desde la parroquia madre Santa María la Mayor, hasta hoy día. Para esta celebración poseía unas andas descritas en el “Inventario Nuevo” ( 10-XII-1582 ) con estas literales palabras:

 

“Unas andas de madera todas doradas para el día del corpus cristi con su capitel dorado y cinco angeles de bulto pintados y dorados con quatro horquillas de descanso”.

 

En el inventario de 1595 aparece una nota marginal junto a la descripción que dice: no son servideras por estar viejas. No tengo noticia si se confeccionaron unas nuevas o fueron restauradas alguna vez.

 

 

16.6 CUSTODIA DE JUANES DE LA FUENTE.

 

Juanes de la Fuente era el escultor oficial del Ayuntamiento en 1583. Este escultor hizo varias obras de gran calidad en Trujillo, como el San Gregorio que se encontraba en el retablo de la capilla del Ayuntamiento Viejo. También, en 1583, perfeccionó la escultura granítica de Nuestra Señora de la Victoria, esculpida en 1531 por Diego Durán.

En Santa María confeccionó la custodia o manifestador que, bastante mutilada, podemos ver en el centro del Retablo Mayor, para el cual, como ya referimos antes, fue retirada la tabla de la “Crucifixión”, en 1586.

En los Libros de Fábrica de Santa María está documentada totalmente la obra de esta custodia o manifestador, la cual exponemos a continuación.

 

En la Visita General del año 1583, inscrita en el folio 292 v. del “Libro I de Fábrica” (1559-1583) se manda su confección:

 

“que se haga la custodia de madera que queda mandada hazer a Juanes entallador”.

 

A continuación van apareciendo todos los pagos fraccionandos que se iban librando a Juanes de la Fuente, he transcrito algunos pues son muchos, hasta el finiquito que aparece en el folio 65 del “Libro de Fábrica II” ( 1583-1625 ), en las Cuentas del 3 de Agosto de 1586:

 

“Cuentas de 1º de enero de 1583”, fol. 347 v.:

 

“mas di a joaness de la fuente entallador cincuenta Rs pª parte de pago de la Custodia questa haziendo pª la iglesia que mando hazer el Il. Senor Lldo. nabas con carta de pº (= pago) en mi legajo”.

 

“Cuentas noviembre 1583, fols. 13 v., 14 v., 19, 23v., 40 v., 40 v., 40 v., 40v. respectivamente:

 

“Pague a Joanes dela fuente entallador quinientos reales pª enparte de pº dela custodia de madera q haz pª El altar mayor ay carta de pago y mandamiº (= mandamiento)”.

 

“paque a aºl (= Alonso) mjm. (= Martín) un real y mº (= medio) dela saca de la escritura E fiança pª la custodia q haze Joanes Entallador”.

 

“Pague a Joanes de la fuente Entallador çiento y cinquenta reales pº (= por) Emparte de pago dela custodia de madera q haze pª la yglia (= iglesia) ay mandamº y carta de pago”.

 

“Pague a Joanes de la fuente Entallador cien Rs pª Emparte de pº de la custodia qhaze pº El altar estava mandado sele diesen ay carta de pago”.

 

“Custodia pª el sagrario.  Pague a los tasadorres dela dha. custodia dozis. (= doscientos) y dos Rs con los quatro Rs de los drºs (= derechos) del notº (= notario) q. an deser los ciento y un rs. ques la mitad a cuenta de juanes de la fuente q. los a de tomar a q.ta delo q. se le debe de la custodia q. montan seis mill y ocho çientos y sesenta y ocho mrs.”

 

“Pague a dho. Juº dela fuente pª En q.ta de pº dela dha. custodia otros treziºs (=trescientos) R.s los quales le di luego q. se tasa ay ca. de pº (= carta de pago)”.

 

“Pague al dho. Juº de la fuente cien duºs (= ducados) En Reales. ay mandamº y ca. de pº”.

 

“Pague al dho. Juº dela fuente pª Enp.te de pº de la dha custodia con lo demas ariba contenido otros cinq.ta Rs q le di antes q la acabase ay ca. de pº”.

 

“Gastos 3- agosto-1586”:

 

“q. pague a Juº de la fuente escultor en q.ta dela custodia q hizo alayglesia ochenta Rs en dos vezes dio carta de pº”.

 

“a juº de la fuente escultor en q.ta de la custodia sesenta duºs en Rs q. fueron los q. se cobraron del may.mo de S.t mjn (= mayordomo de San Martín) del emprestado ay carta de pº”.

 

( Al margen: finiquito de la custodia

 

hize q.ta con juº dela fuente escultor de la custodia q. hizo de madera pª la yglesia y pareçe q. contados todos los mrs. q. hasta oy 4 de abril de 1587 aºs  a Reçibo desta custodia se le Restaron deviendo treynta y quatro mjll y nove aºs (= ases) y ochenta y ocho mrs. los quales le pague en Sta maria xxvi (mil) xv mrs. q. le libre en aºl solano de resto de su alce. (= alcance) y vii (mil) d mrs. q. le libre en juº piçarro carvajal de la mda. (= manda) de doña clara y i (mil) cccc lxx iiii mrs. q. le di en dinero como pareçera por la qta. y carta de pº”.

 

El “Inventario de 1595” nos proporciona la siguiente jugosa descripción de esta custodia:

 

“Una custodia dorada y estofada muy rica questa En el altar mayor dondesta el Sant.mo (= Santísimo) sacram.to (= Sacramento) con sus Columnas y chapitel es de madera con quatro angeles de bulto pequeños encima dela linterna y un xpo. (= Cristo) debulto y otro Reçuçitado y encima dela ymagen de nra. Sª una jarra grande dorada”.

 

 

16.7 NUESTRA SEÑORA DE LA DULZURA ( Desaparecida ).

 

Bajo este título se encontraba una  imagen en la hornacina central del retablo de la capilla de Juan Pizarro. Así, como vimos anteriormente, aparece en el “Inventario Nuevo” (10-XII-1582 ):

 

“Otro retablo en la capilla de los pizarros donde estan pintadas nra. señora y sant juº baptista de pinzel y en una caxa una nra. señora de bulto con su niño Jesus grande y dorada”.

 


En los “Mandatos” que aparecen al final de las Cuentas de 1643, al folio 292 del “Libro I de Fábrica” ( 1559-1583 ), al referirse a esta capilla, la describe de la siguiente forma:

 

“en cuanto a la capilla de nra. sra. de la dulzura de que es Patron don Joan Piçarro dearagon del habito de calatraba= mando su mrd. se notifique a doña Ynes pizarro de Carvajal viuda de don franco de vargas y aragon del avito de Alcantara. Su madre y curadora de lo nezesario Para el Ornato del dho. altar como es frontal manteles y Candeleros =”

 

 

16.8 SANTA ANA ( Desaparecida ).

 

En la capilla de los Loisas está documentado el grupo escultórico de Santa Ana, La virgen y el Niño. Así aparece en el “Inventario Nuevo” ( 10-XII-1582 ) y en el “Inventario de 1595”:

 

“Una imagen de Sancta ana de bulto grande con nra. señora y su hijo en braços pintada y dorada en la capilla de los Loaysas”.

 

Esta imagen desapareció en la Invasión Francesa. Al altar que ocupaba desde el siglo XVI se trasladó el “Santísimo Cristo” en 1862, cuyo título actual es “Cristo del Perdón”, donde hoy perdura.

16.9 CALVARIO ( Desaparecido ).

 

 

En el siglo XVI se confeccionó un Calvario para el Retablo Mayor. Así aparece en los gastos de las “Cuentas del 3 de agosto de 1586”,al folio 64 v. del “Libro II de Fábrica” (1583-1625):

 

“a baltasar días por un calbario q. hizo al xpo. (= Cristo) y asentarlo con las ymagines en el Retablo y un registro q. hizo pª el organo doze Rs.”

 

Este calvario fue dorado y pintado al año siguiente:

 

“a jº Ximenez pintor seis Rs. con un doblon de a ocho aºs. (= ases) q. dio el S.r don alvaro altamirano pª dorar y pintar el xpo mª y St. juº de bulto pª poner ençima del Retablo- a 3 de abril de 1587 aºs. (= años)

 

No sé la suerte que correría este calvario, posiblemente retirado al componer el testero del Retablo Mayor en el siglo XVIII, de estilo Rococó, que hoy día podemos ver encima; empero jamás se vuelve a hablar sobre él en todos los  Libros de Fábrica de Santa María La Mayor.

 

 

16.10 SANTÍSIMO CRISTO ( Actual “Cristo del Perdón” ).

 

Esta escultura, cuya documentación hemos expuesto al tratar sobre su altar , se encuentra ubicado desde 1862 en la antigua Capilla de los Loaísas, ocupando el hueco donde estuvo la imágen de Santa Ana. Su altar original, cuyas trazas nos hacen reconocerlo del siglo XVII, pertenecía al Excelentísmo Señor Conde de Miranda.

Actualmente se procesiona en el traslado que se efectúa el Miércoles Santo desde Santa María hasta la iglesia de San Francisco. Su hermandad, cuyo título es “Hermandad del Cristo del Perdón y Nuestra Señora de la  Asunción”, ha sido reconstituida en 1985.

 

 

16.11 INMACULADA CONCEPCIÓN.

 

La única vez que  se habla de esta escultura en los Libros de Fábrica es en el Acta firmada por D. Gregorio Ildefonso Cidoncha el 4 de octubre de 1862, con motivo de la consagración de altares:

 

“… coloque las  S.tas Reliquias en todas las Aras de la misma; a saber, en la del Altar Mayor dedicado á la Asunción; y en los dedicados á la Anunciación y Concepción de Nuestra  Señora q.e estan á los lados del altar mayor,…”

 

El altar al que se refiere es el de Cervantes de Gaete, sepulcro al lado del evangelio, junto al Altar Mayor.

 

AntonioPonz se refiere a esta imágen en su “Viaje de España” con estas palabras:

 

“Me ha parecido bueno el quadro de S. Andres colocado en su altar, y los del Descendimiento de la Cruz, y de Santa Apolonia en los colaterales al mayor: asimismo tiene regularidad el altar de la Concepción”.

 

Por estas palabras podemos colegir que su retablo sería de gusto clasicista. No he podido localizar, aún, el lugar en que estuvo situado este altar que nombra Ponz, en el siglo XVIII.

 

 

16.12 NIÑO JESÚS.

 

En la sacristía de la iglesia de San Francisco se encuentra, actualmente, una escultura popular del Niño Jesús, de pie y con la bola del Mundo en la mano, en posición de bendecir. Es del siglo XVIII, del cual se tiene noticia documental por primera vez en el folio 231 del “Libro V de Fábrica” ( 1731-1755 ), en la “Cuentas de tres años cumplidos en fin de septiembre del pasado de 1754”. Se refiere a una compostura de la imagen, y es de este tenor:

 

“Yt. es Data tres mil y quatro cientos mrs. pagadoss a Juan de ôlivenza, por la compostura, que hizo, enel Niño Jesús de dha. Yglesia, consta de R.vo ————– 3.400—

 

Como ya expusimos al tratar de la capilla de Juan Pizarro, este Niño Jesús aparece documentado en 1862 en la hornacina central de su retablo, sustituyendo a la imagen de Nuestra Señora de la Dulzura que ocupaba este lugar desde el siglo XVI. En fotografías antiguas hemos visto esta escultura situada dentro del manifestador de Juanes de la Fuente.

 

 

16.13 SAN PEDRO DE LAS BOBADILLAS ( Desaparecido ).

 

La parroquia de Santa María tuvo en propiedad, hasta el 23 de junio de 1800, la dehesa llamada “ de las Bobadillas”, en cuyo lugar se hallaba una ermita dedicada a San Perdro bajo el título “de las Bobadillas”. Esta imagen aparece documentada en el “Libro VI de Fábrica” (1756-1774 ), en las “Cuentas de 1º de mayo de 1771 hasta fin de abril de 1772”, al folio 180 v.:

 

Ytt. es Datta ziento veinte rr.s vn. (= reales vellón) pagados ael mismo Juan Antonio ( Valiente ) por componer la imagen desan Pedro delas Bobadillas consta desu rezivo q.e se presenta”———————————————————————————————————-120—

 

Para mayor ilustración de este trabajo, en estas mismas cuentas aparece la desaparición de esta ermita, la cual fue mandada desmantelar; en cuyo interior también se veneraba el “Cristo de las Bobadillas”, del  cual no se sabe nada hasta el momento.

Hemos de suponer que estas dos imágenes se trasladarían a  Santa María, corriendo la misma nefasta suerte que las demás durante la Invasión Francesa.

 

( al  margen: Desmantelar la Hermita de S.n Pedro )

 

Ytt. es Datta Dos zientos diez y ôcho rr.s vn. que tubo de costo el desmantelar la hermita de s.n Pedro y acarrear la madera y tteja como consta de Rezivo deel Maestro, y de razon individual deeste May.mo————————————————————————————218—–

 

 

16.14 NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN ( S. XIX ).

 

Es tradición antigua que la imágen de Nuestra Señora de la Asunción que presidía el Altar Mayor fue escondida por los capellanes de Santa María unos días antes de la Invasión Francesa, y que aún está por descubrir. Sin embargo, si nos ceñimos al  archivo parroquial, en el “Libro X de Fábrica” (1852-1889) se dice al respecto literalmente en la “Relación de la imagen de la patrona, de que se hace mención en las cuentas precedentes ( Año 1882 )”, exhaustiva descripción de los pormenores de la adquisición de esta escultura y de la fiesta en su honor al situarse en el Retablo Mayor, lo siguiente:

 

“ Es tradición, que en la invasión francesa del presente siglo desapareció la imagen de Nuestra Señora de la Asunción, patrona de la iglesia de Santa María la Mayor de esta ciudad de Trujillo, llevándose las tropas del extranjero los preciosos vestidos de su uso, algunos de los cuales se pudieron rescatar.

Desde aquella fecha quedó el camarín del altar mayor sin imagen, cuya falta se suplió en el año mil ochocientos diecisiete, segun cuentan, por el Excmo. señor marqués de Santa Marta, que donó a esta iglesia un magnífico lienzo, que, representando el misterio de la Asunción de Nuestra Señora, sse colocó en el centro del retablo mayor desde lo alto del tabernáculo hasta cubrir el escudo final de aquél, por sus dimensiones, no sólo el camarín sino siete cuadros más del retablo.

En mil ochocientos ochenta y dos se trasladó este lienzo, y hoy est´colocado con su marco en la nave del baptisterio, frente a la ventana grande de mediodía, y puesta en el camarín una imagen de talla que representa dicho misterio, estando la Virgen Santísima sentada sobre una nube, subida por dos preciosos mancebos, circuida de rayos dorados, en que están fijos tres ángeles.

Este grupo de dos metros treinta centímetros de altura, por uno y doce de ancho, es obra del religiosísimo escultor de Valencia del Cid don Modesto Pastor, encargada por el infrascrito,

 

actual cura rector de esta iglesia, costeada con los fondos de fábrica, siendo su coste nueve mil reales.”    

                                                                     Dr.  Francisco Navarro

 

Actualmente sigue esta imagen presidiendo el Altar Mayor, cuyas policromías desentonan sobremaner y afean el magnífico Retablo Mayor de Fernando Gallego. Bueno sería, en momento oportuno, fuera sustituida por otra imagen más acorde con el lugar.

 

 

 

17. OTROS.

 

Algunas obras documentadas en los Inventarios y Cuentas no aparecen ubicadas en ningún lugar o altar, a las cuales dedicamos este capítulo.

 

– “Inventario de los Ornamentos y alaxas de la Yglessia Parrochial de S.ra S.ta Maria                                    lam.º” ( 5-Septiembre-1729 ) :

 

“Un quadro pequeño de la Beronica”.

“Quatro Quadros de Armas Reales de a dos baras”.

“Otro quadro de N.ro S.or Crucificado, pintura de Sevilla de A dos baras”.

“Dos laminas Una de N.ra S.ra de Guadalupe y la otra del  Archangel San                                        Miguel”.

“Un Quadro de dos varas con su marco dorado de San Juan ante portam                                           latinam”.

 

– “Inventario de los Ornamentos y alaxas de la Yglesia Parrochial  de S.ra S.ta Maria                                    lamº” ( 20-Septiembre-1743 ) :

 

“Un quadro pequeño de la Beronica”.

“Quatro Quadros de Armas reales de a dos varas”.

“Otro quadro de a dos Varas de N.ro S.or Crucificado”.

“Dos Laminas, Una de N.ra S.ra de Guadalupe y otra del Archanguel san                             Miguel”.

“otro con marco Dorado de S.n Juan Ante portam latinam”.

 

 

 

18. RELACIÓN CRONOLÓGICA DE PINTORES, DORADORES,                                                   ENTALLADORES Y ESCULTORES DOCUMENTADOS.

 

SIGLO XVI

 

1560- Diego Rodríguez ( Limpió el retablo Mayor ).

 

1560- Francisco de escobar ( entallador ).

 

1560- Pero Gutierrez ( entallador ).

 

1560- Muriel Solano ( pintor ).

 

1583- Juanes de la  Fuente ( escultor ).

 

1586- Juan Ximénez ( pintor y dorador ).

 

1586- Baltasar Díaz ( escultor ).

 

1586- Pedro Mata ( pintor, dorador y estofador ).

 

1586- Gabriel de Miranda ( pintor ).

 

 

SIGLO XVII

 

1604- Gabriel de Miranda ( el mismo que el anterior ).

 

1617- Marín de Prado ( pintor ).

 

1624- Francisco de Cárdenas ( dorador ).

 

1696- Antonio de Román ( pintor ).

 

SIGLO XVIII

 

1727- Francisco Jorge ( Portugués, pintor, limpió el Retablo Mayor ).

 

1727- Francisco Ximenez Moreno ( Pintor y dorador, retocó una tabla del Retablo                                                                                           Mayor ).

 

1734- Antonio Lindo ( pintor ).

 

1734- Francisco  ?    ( pintor ).

 

1734- Antonio Martín ( pintor ).

 

1754- Juan de Olivenza ( compuso el Niño Jesús ).

 

1765- Juan Antonio Valiente ( pintor ).

 

1770- Pedro Pérez Ochoa ( pintor y dorador ).

 

 

SIGLO XIX

 

1804- Andrés Ochoa ( pintor ).

 

1812- Agustín Trigo ( pintor y dorador ).

 

1814- Joaquín Llop ( pintor ).

 

1829- Vicente Piñedo ( pintor )

 

1882- Modesto Pastor ( escultor, Valencia ).

 

 

 

 

19. APÉNDICE DOCUMENTAL.

 

 

* “LIBRO I DE FÁBRICA” ( 1559-1583 ).

 

– “INVENTARIO NUEVO” ( 10-XII-1582 ).

 

Extracto sobre “Ymagines y Retablos”

 

 

“Un Retablo bueno en el altar mayor dorado y pintado de pinzel de quatro ordenes en lo alto y siete en ancho con su capitel dorado y una ymagen de nra. sñora de bulto grande enel medio pintada y dorada con su niño Jesús de bulto y con su guardapolvo ìntado y estrellado”.

 

-“Un sagrario con sus puertas doradas y un capitel y un cristo de bulto encima del dicho capitel de bulto con dos ymagines de bulto sobre dos pilares de madera dorados la una de nra. señora y la ottra de San Juan evangelista y otras ymagines pequeñas en los dichos pilares de bulto con su guardapolvo viejo ( al margen: deshizose el año de 1586 )”.

 

-“Un retablo pequeño junto ael altar M.or quees delos altamiranos enque esta pintado el desçendimº dela cruz”.

 

-“Yten otro rretablo junto ala sacristia enque estan pintadas las onze myll virgenes y san  lorenço y otros santos es de tres ordenes en ancho y largo con su  guardapolvo estrellado y pintado viejo”.

 

-“Otro rretablo en la capilla de los pizarros donde estan pintadas nra. señora y Sant juº baptista de pinzel y en una caxa una nra. señora de bulto con su niño Jesus grande y dorada”.

 

-“Una tabla pequeña portatil donde esta pintado un descendimº con un crucifixo encima de pinzel”.

 

-“Un rretablo por dorar y pintar enla capilla de pedro de Orellana- Dorose y pintose”.

 

-“Una imagen de Sancta ana de bulto grande con nra. señora y su hijo enbraços pintada y dorada en la capilla de los  loaysas”.

 

-“Un retablo de la salutación de nra. S.ra pintado de pinzel en la capilla del canonigo gonçalo blazquez”.

 

-“Otro rretablo de Sant leon y san lazaro en la capilla de pedro calderon altamirano con una varilla de hierro pª el guardapolvo”.

-“Otro rretablo de san gregorio de pinzel En la capilla de gonçalo de torres carvajal con su guardapolvo pintado”.

 

-“Otro rretablo En la capilla de don diº de vargas carvajal de tres hordenes pintado y muy viejo”.

 

-“Otro retablo qesta en la sacristia en questan pintados nra. señora y san pedro y san pablo”.

 

-“Otro tablero mediano questa en la sacristia en questa pintado san  xpoval”.

 

-“Una ymagen de nra. señora de bulto con su niño en brazos mediana y su caxa de madera todo pintado y dorado questa ençima del cepo”.

 

-“Unas andas de madera todas doradas para el día del corpus cristi con su capitel dorado y cinco angeles de bulto pintados y dorados con quatro horquillas de descanso”.

 

“Año de MDLXXXIII lo mismo”.

 

“Año 1585 lo mismo”.

 

-“Una tabla que se quito del retablo del altar donde se puso el sagrario nuevo questa en el altar de S.ta Ana

Esta Encima del vestuario En la sacristia”.

 

-“Un retablo dorado de S.ta Polonia En la capilla del licenciado cervantes En el sitio dondestava el Santissimo Sacramento”.

 

 

 

* “LIBRO DE LAS RENTAS Y ESCRIPTURAS DE LA YGLESIA DE NRA.                                 SEÑORA SANTA MARIA DE LA CIUDAD DE TRUGILLO. AÑO DE 1595.”

 

-“Plata y ornamentos y los demas bienes muebles que tiene esta yglesia de santa maria                  la mayor que se ponen Por ynventario en la manera siguiente:-”.

 

Extracto sobre “Ymagines y Retablos :

 

– “Un Retablo bueno en el altar mjr dorado y Pintado de pinzel de quatro ordenes en lo alto y siete en ancho con su chapitel dorado y una ymagen de nra. Sª de bulto grande enelmº Pintada y dorada con su niño jesus de bulto y con su guardapolvo pintado y estrellado”.

 

– “Un Retablo Pequeño dela ymagen de Santa polonia questa En la capilla del lic.do cervantes de gaete dondestava el sagrario de pinzel y dorado con su guardapolvo de anjeo con su escudo y estrellado”.

 

– “Otro Retablo pequeño al otro lado del altar mayor ques delos altamjranos Enquesta pintado y dorado el desçendim.to de la Cruz con su guardapolvo y escudo y estrellas”.

 

– “ Otro Retablo junto a la sachristia Enquestan pintadas las onze myll virgenes san lazº y otros S.tos es de tres ordenes En ancho y largo”.

 

– “Otro Retablo en la capilla de los piçarros dondestan Una ymagen de bulto de nra. Sª Con su niño jesus y a los lados Sant juº babtista y evanjelista de pinzel”.

 

– “Una tabla pequeña portatil dondesta pintado un desçencimj.to con un crucifixo ençima de pinzel questa enla sacristia”.

 

– “Otro Retablo pintado y dorado de pinzel en la capilla de pº de orellana dondesta la imajen de santo anton y otras ymagines”.

 

– “Una ymagen de santa ana y nra. Sª con su hijo Enbraços de bulto pintada y dorada En la capilla de los loaisas”.

 

– “Un Retablo de la salutaçion de nra. Sª pintado de pinzel enel arco del caniº gonçalo blazquez”.

 

– Otro rretablo de san leon y sant lazaro En la capilla de pº calderon altamirº con una varilla de hierro para el guardapolvo”.

 

– “Otro Retablo de sant gregº de pinzel en la capilla de gº de torres carvajal con su guardapolvo pintado”.

 

– “Otro Retablo en la capilla de don diego de vargas carvajal de tres ordenes pintado muy viejo”.

 

– “Otro rretablo questan pintados nra. Sª y Sant Pº y Sant pablo En un altar En la sacristia viejo”.

 

– “Otro tablero mediano questa enla sacristia En questa pintado sant xpoval”.

 

– “Otro Retablo de pinzel ondesta Un cruçifixo que se quito del rretablo del altar mayor para poner la custodia nueva questa ençima del caxon del vestuario Enla sacristia”.

 

– “Una ymagen de nra. Sª de bulto con su niño En braços mediana questa metida en una caxa de madera pintada y dorada Ençima del cepo”.

 

– “Unas andas de madera doradas para el dia de corpus xpi con su chapitel dorado y çinco angeles de bulto pintados y dorados con quatro horquillas de descanso”.

 

– “Una custodia dorada y estofada muy rica questa En el altar mayor dondesta el Sant.mo sacram.to con sus Columnas y chapitel es de madera con quatro angeles de bulto pequeños encima dela linterna y un xpo debulto y otro Reçuçitado y encima dela ymagen de nra. Sª una jarra grande dorada”.

 

– “Un Relicario de madera quadrado con su pie dorado y estofado con una vidriera que cubre las santas Reliquias con sus Rotulos que dio a esta yglesia El dotor dela parra cura propio della quelo traxo de Roma Por dorar y lo doro la yglesia a su costa año de 1595”.

 

– “Esta todo/ onze de julio de 99 visitando el vicº (= vicario)”.

 

– “Un rretablo Pequeño de talla con la ymaxen de san geronimo dorado con su cortina azul que dio a la yglesia doña Catª de chaves Ermana de Gº Casco de alvarado”.

 

 

Extracto sobre “cosas de madera” :

 

– “Un coro de madera de nogal bueno y labrado con 17 sillas con sus veneras ençima de los mismo”.

 

 

 

* “LIBRO DE YNVENTARIO Y RENTAS DE LA YGLESIA PARROQ.l DE  S.r S.ta                      MARÍA”.

 

– “Inventario de los Ornamentos y alaxas de la Yglesia Parrochial de S.ra S.ta                                  Maria lamº” ( 5-Septiembre-1729 ).

 

    Extracto sobre “=Candeleros y Quadros=” :

 

-“Un quadro pequeño de la Beronica”.

 

-“Quatro Quadros de Armas Reales de a dos baras”.

 

-“Otro quadro de N.ro S.or Crucificado, pintura de Sevilla de A dos baras”.

 

-“Otro quadro de a quatro Baras de largo y tres de ancho con corta diferencia en                           q. esta pintado el Colegio Apostólico, y la noche de la cena”.

 

-“otro quadro grande de tres baras de la  Asump.on de nra. Señora”.

 

-“Dos laminas Una de N.ra S.ra de Guadalupe y la otra del Archangel San                                       Miguel”.

 

-“Un Quadro de dos  varas con su marco dorado de San Juan ante portam                                      latinam”.

 

 

 

 

 

– “Inventario de los Ornamentos y alaxas de la Yglesia Parrochial de S.ra S.ta                                  Maria lamº” ( 20-Septiembre-1743 ).

 

    Extracto sobre “=Candeleros y Quadros=” :

 

-“Un quadro pequeño de la Beronica”.

 

-“Quatro Quadros de Armas Reales de a dos varas”.

 

-“otro quadro de a dos varas de N.ro S.or Crucificado”.

 

-“Otro quadro grande como de quatro varas de Ancho en que esta pintado el                                  colegio Apostólico en la noche de la Zena”.

 

-“Otro Como de tres varas, de la Asumpción de N.ra S.ra”.

 

-“Dos   laminas, Una de N.ra S.ra de Guadalupe y otra del Archangel san                                        Miguel”.

 

-“otro con marco Dorado de S.n Juan Ante portam latinam”.

 

 

* “LIBRO  VI DE FÁBRICA” ( 1731-1756).

 

– “Imbentario ( 8-Henero-1756 ).

 

    Extracto de relación de altares :

 

– “Altar de S. Andrés”

– “Altar de Altamiranos”

– “Altar de Santa Apolonia”

– “Altar de los Pizarros”

– “S.n Antón”

– “S.ra S.ta Ana”

– “S.n Leon”

– “S.n Gregorio”

– “S.ta Catalina”

– “Ss.mo Christo”

– “Cap.lla delos vargas”

 

 

– Relación de los Libros de Fábrica :

 

LIBRO DE FÁBRICA I          ( 1559-1583 )

 

LIBRO DE FÁBRICA II         ( 1583-1625 )

 

LIBRO DE FÁBRICA III        ( 1629-1692 )

 

LIBRO DE FÁBRICA IV        ( 1691-1729 )

 

LIBRO DE FÁBRICA V          ( 1731-1755 )

 

LIBRO DE FÁBRICA VI         ( 1756-1773 )

 

LIBRO DE FÁBRICA VII        ( 1774-1793 )

 

LIBRO DE FÁBRICA VIII       ( 1794-1823 )

LIBRO DE FÁBRICA IX          ( 1823-1868 )

 

LIBRO DE FÁBRICA X            ( 1852-1889 )

 

LIBRO DE FÁBRICA XI           ( 1889-1965 )

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

 

Alvarado Cordero P., Trujillo. Guía Monumental y Heráldica, María Maestre Editorial, Cáceres, 1996.

 

Naranjo Alonso C., Trujillo, Sus Hijos y Monumentos, IIIª Edición, Espasa Calpe S.A., Madrid, 1983.

 

Ponz A., Viage de España, facsímil tiutlado Viajar por Extremadura I, Tomo 3º, Universitas Editorial, Salamanca, 1983.

 

Solís Rodríguez C., Luis de Morales, Badajoz, 1999.

 

Tena Fernández J., Trujillo Histórico y Monumental, Iª Edición, Artes Gráficas Alicante, Alicante, 1967.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ÍNDICE

                      

                                                                                                                                          PÁG        

                            

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS     …………………………………………………………………           I

 

INTRODUCCIÓN HISTÓRICO-ARTÍSTICA     ……………………………………………          I

 

  1. ALTAR MAYOR ( RETABLO DE FERNANDO GALLEGO )     ………………..      IV

  2. SEPULCRO DE HERNANDO CERVANTES Y LEONOR DE GAETE     ……      VI

  3. CAPILLA DE JUAN PIZARRO Y JUANA DE HINOJOSA     ……………………      VII

  4. ALTAR DE DIEGO GARCÍA DE ORELLANA      …………………………………….    VIII

  5. CAPILLA DE JUAN DE VARGAS     ………………………………………………………       IX

  6. BAPTISTERIO     ………………………………………………………………………………….         X

  7. ALTAR DEL SANTÍSIMO CRISTO ( CONDE DE MIRANDA )     …………….        X

  8. ALTAR DE SANTA CATALINA     …………………………………………………………      XII

  9. ALTAR DE LOS TORRE      ……………………………………………………………………      XII

10. ALTAR DE PEDRO CALDERÓN ALTAMIRANO     ………………………………..    XIII

11. SEPULCRO DEL CANÓNIGO GONZALO BLÁZQUEZ     ……………………….     XIII

12. CAPILLA DE LOS LOAÍSAS ( SANTA ANA )     …………………………………….     XIV

13. CAPILLA DE LOS BARRANTE     ………………………………………………………….     XIV

14. SEPULCRO DE HERNANDO ALONSO ALTAMIRANO     ……………………..       XV

15. SACRISTÍA     ………………………………………………………………………………………      XVI

 

16. ESCULTURA     ……………………………………………………………………………………    XVIII

 

17. OTROS     ……………………………………………………………………………………………      XXV

 

18. RELACIÓN CRONOLÓGICA DE PINTORES Y ESCULTORES     ………….     XXVI

 

19. APÉNDICE DOCUMENTAL     …………………………………………………………….   XXVIII

 

BIBLIOGRAFÍA      …………………………………………………………………………………..    XXXIII

 

 

 



 

 

TRUJIILLO,   5 DE AGOSTO DEL AÑO  2000

 

“AÑO DEL GRAN JUBILEO”

 

FESTIVIDAD DE LA DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE SANTA MARÍA LA MAYOR

 

A. M. D. G.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dic 272013
 

Francisco Rivero Domínguez.

Y Cervantes escribió en La Galatea:

 Aunque el ingenio y  elocuencia vuestra

Francisco Sánchez, se me concediera,

Por torpe me juzgara, y poco diestra

Si a querer alabaros me pusiera

 

Lengua del cielo, única y maestra

Tiene de ser la que para la carrera

De vuestras alabanza se dilate

Que hacerlo humana lengua es disparate

El Brocense en Internet

Este año de El Brocense se ha de hacer cualquier cosa con el fin de divulgar su obra. Esa es una responsabilidad de todos los broceños. Una idea de darla a conocer más es bucear en Internet, aprovechando las nuevas tecnologías de la información. De ahí que una tarde me dedicase por completo a ver qué dice Internet de nuestro personaje.

Lo primero que se me ocurrió fue entrar en el buscador www.altavista.com Una vez que entré en él, solicité, a través de la palabra “Brocense” en todos los idiomas y me dio que había encontrado 163 páginas. Rehice la búsqueda sólo en español y se redujo a 136, contando un total de 619 veces la palabra Brocense. Vi, de alguna manera, que gentes de otros idiomas estaban tratando de dar a conocer a nuestro gramático en otras lenguas. Entre ellas vi que se trataba, además del español.

Lo primero que me llamó la atención es que la primera página no trata directamente del gramático Francisco Sánchez de las Brozas, sino del embalse de abastecimiento de El Brocense, www.cotosdepesca.com/lugares/   o lo que es lo mismo, la charca de Brozas, dando cuenta al corresponsal electrónico de que se trata de una laguna de libre regulación para los pescadores y que puede capturar un máximo de 20 tencas desde el 4 de abril al último domingo de octubre.

La segunda búsqueda fue más acertada, ya que se trata de la Institución Cultural El Brocense, la institución que coordina toda la actividad cultural de la provincia desde la Diputación. www.bme.es/brocense/. Desde este artículo una sugerencia a los redactores de la entidad: Deberían explicar quien fue El Brocense, pues muchas personas de todo el mundo puede entrar a consultar y no saber quien fue el personaje que da nombre a la institución Cultural. Gracias anticipadas.

En la biografía elaborada por Osvaldo A. Rodríguez Soto sobre la vida de don Miguel de Cervantes se cita, en dos ocasiones, dentro del contexto histórico de la vida del autor de El Quijote, ocasiones a nuestro biografiado. La primera cuando 1562 publicó su trabajo “Latinae institutiones”. Y la segunda en 1574 cuando realiza los comentarios de Garcilaso de la Vega. www.cervantes.alcala.es/. Se trata del centro de estudios cervantinos de la Universidad de Alcalá. De aquí me nace una sugerencia. ¿No podría encargarse alguien de divulgar a través de Internet, la vida y obras de El Brocense?. El reto está ahí y yo me ofrezco a ayudar en lo poco que pueda aportar.

Y después viene una cita internacional. La Universidad de California  (San Diego) publicó en 1925 el libro “Francisco Sánchez, el Brocense”, cuyo autor fue el hispanista Aubrey Fitz Gerald (1882-1950), quien también escribió en 1922 un libro sobre Galicia. Esto da importancia de la obra de este pensador renacentista, nacido en un pueblo extremeño y que ha interesado a estudiosos de nuestro tiempo. La ficha bibliográfica del libro es:

Francisco Sánchez de las Brozas, Editorial: Oxford University Press, (Londres) 1925, Serie. Hispanic notes and monographs, Coeditado por Hispanic Society of America, XII páginas de comentarios y 166 de textos.

Su dirección en Internet es: www.roger.ucsd.edu/search/dbroadsides+scotla…1,-1,0,B

Historia del idioma español

La página www.el-castellano.com/evolucio.html está dedicada a la historia del idioma español, y la firma Sergio Zamora, quien en un largo artículo sobre la evolución del idioma español en los últimos cinco siglos comienza con lo siguiente. “La publicación de la primera gramática castellana de Elio Antonio de Nebrija en 1492, fecha del descubrimiento de América y de la toma de Granada por los Reyes Católicos, establece la fecha inicial de la segunda gran etapa de conformación y consolidación del idioma. A esta época pertenece el cambio de las consonantes que altera y consolida definitivamente el sistema fonológico del español”.

Continua citando a El Brocense: “Desde el punto de vista del léxico, el español adquirió una gran cantidad de neologismos, pues a estos momentos correspondió la expansión de Castilla y, por lo tanto, el contacto con otras culturas. Consiguió consolidarse como lengua dominante frente a otros dialectos peninsulares al llevarse a cabo la unidad política de Castilla y Aragón y ser el castellano la lengua de los documentos legales, de la política exterior y la que llegó a América de la mano de la gran empresa realizada por la Corona de Castilla, ya fijada en la gramática normativa de Nebrija. A partir de los primeros momentos del siglo XVI se prefirió la denominación de española para la lengua del nuevo imperio, y la preocupación de los intelectuales del momento se refleja en la enorme tarea de sistematizarla, analizarla y divulgarla. Lo demuestran la publicación del gran Diccionario de Alcalá, obra de la Universidad Complutense creada por Cisneros; la aparición de la Minerva de Francisco de las Brozas, conocido por El Brocense, que es una gramática normativa y descriptiva más moderna que la realizada por el grupo francés de Port Royal, y, a principios del siglo XVII, la publicación del Tesoro de la lengua castellana o española (1611) de Sebastián de Covarrubias, primer diccionario de la lengua, que contiene cuanta información histórica y sincrónica había disponible en el momento de su publicación”.

La “Página del idioma español”   www.el-castellano.com/index.html   fue creada en abril de 1996 con el propósito de contribuir a la preservación, unidad y pureza de nuestra lengua. Busca sumarse así a otras iniciativas dirigidas a abrir en la Internet nuevos y más amplios espacios a la comunidad de 400 millones de hispanohablantes. Es editada por Ricardo Soca, periodista uruguayo radicado en Río de Janeiro. La Página del Idioma Español y no atiende consultas, pero puedes buscar aquí mismo los foros adecuados para ello.

La biblioteca de la Universidad de Cambrigde   www.alfa.lib.cam.ac.uk tiene entre sus fondos varias obras que estudian a El Brocense. Entre ellas, las siguientes:

“Comentarios de Garcilaso de la Vega (1503-1536), y de El Brocense(1523-1600)”, Fernando de Herrera, Tamayo de Vargas y Azara.  Introducción y notas son de Antonio Gallego Morell, 699 páginas. Universidad de Granada 1966.

* El mismo libro fue editado por la Editorial Gredos. Madrid 1972.

Por otra parte, la Universidad estadounidense de Michigan  www.emich.edu/~linguist/issues  estudia la máxima obra de Francisco Sánchez, la Minerva: “ Sanchez, Francisco de las Brozas, El Brocense (1562) Minerva, seu, De causis linguae latinae commentarius. In Spanish: Minerva o la propriedad de la lengua latina. (Trabajo mencionado por Ana Teresa Pérez-Leroux).

“From Ana Teresa Perez-Leroux The only description I have read of this in regards to Romance comes from the Rennaissance grammairian Sanctius ( `El Brocense’), who believed that optional intransitives had implicit direct objects, and used the cognate object examples to make his point. I have read him in Spanish but I believed the original examples were Latin. (PC: the reference I dug up for El Brocense is included in the references section above – I hope this is the relevant work. El Brocense alias de Francisco Sánchez de las Brozas).

Se trata de un trabajo realizado en diciembre de 1998 para la Universidad de Michigan por Anthony Rodrigues Aristar  aristar@linguistlist.org

Por último, para descargar una página ligera realizada por “El Brocense”:

www.members.xoom.com/elcabezon/index2.htm.

Oct 172013
 

Manuel Rubio Andrada.

 SITUACION Y GENERALIDADES

     Este poblamiento se localiza en el mapa topográfico 1/50000, hoja 705 denominada Trujillo, 1ª edición de la Dirección general del Instituto Geográfico y Catastral de 1958. Tiene de latitud 39º 25´ 37´´ y de longitud 2º 11´ 30´´ del meridiano de Madrid.

 

        Para visitar este yacimiento hay dos caminos: uno parte por la carretera N-V en dirección al río Magasca; dando ya vistas al río parte, a la izquierda, una calleja que actualmente está en mal estado, llega a la autovía y dobla hacia el N, continuad por ella hasta la primera mesetilla de granito; allí está el poblado. Otro camino es tomar el de las ruinas de la ermita de Sta Ana; pasadas éstas, pronto llegareis a la autovía, seguid por el camino de servicio que marcha por la derecha en sentido de Mérida, justo en la terminación del berrocal se encuentra la citada mesetilla con el  poblamiento.

 

     Como en el caso de los poblados anteriores el lugar elegido es una pequeña elevación flanqueada por pequeñas formaciones de granito con amplia visión hacia el S, las partes N, E y W no presentan un panorama despejado dada la escasa altura del terreno. Tampoco están presentes los grandes bolos de granito de formas caprichosas que suelen encerrar volúmenes propicios para fijar hábitat primitivos. En sus cercanías, hacia el sur, existe la fuente natural más importante de todo el entorno, no excesivamente caudalosa pero si constante aun los años de mayor sequía.

 

     El poblamiento ocupaba una superficie pequeña que pasa poco de la hectárea; carecía de otras defensas que las naturales y desde el N era fácilmente abatible por un cerrete de altura superior; en este lugar también se excavó apareciendo algunos restos romanos hoy perdidos. Dentro del poblado, hacia el E y coincidente con la entrada actual a la derecha, existe una formación de granito de no más de 10 m de largo, otros tanto de ancho y como 1,5 m de alto que presenta en su parte superior en sentido N-S unas vetas de cuarzo acompañado de minerales, a ambos lados de éstas y en el mismo sentido hay horadadas unas zanjas de unos 50 centímetros de ancho y unos 40 centímetros de profundidad; en una de estas zanjas es evidente que el cuarzo y los minerales que le acompañan se agotó pero en la situada más hacia el W aún presenta alguna potencia. De cualquier modo este tipo de zanjas está presente en otros lugares de nuestro berrocal y casi siempre suelen coincidir con la dirección N-S.

   

     El yacimiento fue localizado al comienzo de la década de los 80. Al presentarme un cazador de la localidad unos cuantos restos líticos pulimentados, dibujé estos y me personé en las inmediaciones ya que el lugar exacto no me había sido facilitado. Pronto puse en conocimiento del hallazgo al museo provincial de Cáceres. A los pocos años hubo una excavación en la mesetilla que le sirve de soporte, fueron trazadas dos cuadrículas de 4 X 4 m en su centro-oeste, su profundidad, que rondaba los  50 cm, llegó hasta la roca; los resultados de ésta excavación, dirigida por personal de la Universidad de Extremadura y financiada por la correspondiente Consejería de la Comunidad Autónoma, no se han concretado.

 

   Años posteriores se iniciaba el trazado de la Autovía Madrid-Lisboa cuyas señalizaciones impactaban de lleno en el pequeño poblamiento, hice gestiones a través de la correspondiente Consejería sobre su posible desvío y el arqueólogo de Patrimonio me contestó en sentido positivo.  Por ésta u otras cuestiones, pasado el río Magasca y  circulando hacia Madrid se nota un desvío hacia el W.

 

       Una mañana que visitaba las inmediaciones observé que todo el poblado estaba enterrado; la mayoría de su superficie quedaba bajo varios metros de rocas y tierra producto de las necesarias nivelaciones; un pequeño espacio, cerca de donde estaba la excavación soportaba unicamente unos decímetros de escombros. Me acerqué a los obreros y capataces… cumplían ordenes. Mis cartas la Dirección General de Patrimonio sólo recibieron buenas palabras…;actualmente se encuentra cubierto por la capa de piedras y tierras antes mencionadas que, en la mayor parte del espacio, ocupa varios metros de espesor en otras solo decímetros.

 

      Bueno, me dije, si está excavado podremos saber algo, esperemos la publicación de los resultados; la espera de la publicación de los resultados de una excavación se hace eterna. Armado de paciencia pasaron  más de diez años hasta que comencé a hacer mis propias gestiones para su estudio. Me acompañé de los correspondientes permisos. Averigüe que  los materiales no se encontraban en los almacenes del museo de Cáceres como afirmaba su excavadora; según se me dijo habían aparecido en los vestuarios de un conocido equipo de fútbol de nuestra provincia y de allí fueron trasladados al museo por otro arqueólogo más celoso de su profesión.

 

   Por fin llegó el día esperado en el que, tras concertar numerosas entrevistas, me enfrentaría a una importante parte de los secretos de nuestro pasado. Todo estaba dispuesto, el laboratorio del museo a mi disposición, la caja de cartón con los restos colocada en la mesa de trabajo; al fin todo parecía comenzar a aclararse…pero la realidad fue bien diferente. Al abrir la caja aparecieron cuatro bolsas de plástico etiquetadas, dos mayores y dos francamente pequeñas que me ofrecieron de manera muy incompleta los materiales que quedaban de la excavación.

 

 

LOS MATERIALES PROCEDENTES DE LA EXCAVACIÓN

 

 LAS CERAMICAS

 

  Ya dijimos anteriormente que los materiales procedentes de la excavación no se encuentran en su totalidad depositados en los almacenes de nuestro museo provincial o al menos no parecen haber sido localizados. También hay que reseñar algún error en la enumeración de los materiales de la bolsita etiquetada Aguas Viejas 86-3/12  -se repite el número 8-, ello hace  que el resto de los objetos tengan una catalogación errónea que yo he procurado subsanar añadiendo el número correcto dentro de un paréntesis. Los materiales observados por mí años antes de la excavación, proceden de la superficie y  poseen diferente nomenclatura, ello es por coincidir las dos primeras letras A. V. de Aguas Viejas con A. V. del yacimiento del Avión. En los materiales excavados en 1986 mantengo las iniciales puestas por su excavadora pero en las presentadas por  mí llevan las iniciales AG. V..

 

    Los materiales excavados y depositados en el museo están en cuatro  bolsas de plástico; de ellas, las dos mayores tienen los fragmentos más toscos procedentes de las paredes y otras dos pequeñas guardan diversos materiales de mayor personalidad.

 

    La primera bolsa está etiquetada:  Aguas Viejas / D 3 – 2 / Nivel I que contiene 59 piezas de cerámica sin decorar pertenecientes a paredes; su color es pardo, sólo tres fragmentos son grises; tienen factura manual, la mayoría con desgrasantes de pequeño tamaño; el ancho está comprendido entre 20 mm y 6 mm y exteriormente presentan por lo general un alisado algo deficiente, en el interior parecen estar cubiertos casi todos ellos  de un pigmento de color muy oscuro. La segunda es de mediano tamaño etiquetada: Aguas Viejas / A 3 – 1 / Nivel II y contiene 166 piezas semejantes; su color predominante es el pardo, hay algunas pardo rojizo y una minoría son grises; tienen factura manual con numerosos y gruesos desgrasantes, a veces de muy grueso tamaño; su grosor oscila entre 22 y 5 mm  hay un claro predominio de cerámicas gruesas; su acabado es con mal alisado. Dos fragmentos presentan una carena muy abierta. Hay un fragmento bien bruñido por ambas caras y tres con acabado semejante aunque algo más deficiente. Algunos  presentan en la cara interior una especie de engobe negro. Una tercera bolsa, más pequeña se etiqueto con Aguas Viejas 86-4/10 piezas y tiene los materiales siguientes:

 

Ref. AV – 86/2.- Fragmento de cerámica de color pardo con algunos desgrasantes finos y en mayor número de mediano tamaño; factura manual y cocción mixta; tiene de ancho  9 y 13 mm, desconociéndose el diámetro del recipiente al que perteneció; sus caras se presentan alisadas. Es un fragmento de asiento (fig. 12).

 

Ref. AV – 86/3.- Fragmento de cerámica de color pardo al exterior y gris en el interior con algunos desgrasantes de mediano tamaño; factura manual y cocción mixta e irregular; tiene de ancho  15 a 19 mm, desconociéndose el diámetro del recipiente al que perteneció; sus caras se presentan alisadas. Es un fragmento de asa (fig. 12).

 

Ref. AV – 86/7.- Fragmento de cerámica de color gris en el interior y medio, siendo más oscuro en las caras, va acompañado de desgrasantes de pequeño tamaño; su realización fue manual y la cocción reductora aunque irregular; tiene de ancho 5 mm y aunque se desconoce el diámetro del recipiente al que pertenecía, éste debió ser grande; sus caras se terminaron de manera alisada. Es un fragmento de borde de un vaso esférico con la parte superior vuelta hacia la vertical, terminación superior esférica y algo de rebaje en la cara externa (fig. 12).

 

Ref. AV – 86/10.- Fragmento de cerámica de color pardo con muchos desgrasantes de mediano y gran tamaño; factura manual y cocción mixta; tiene de ancho 9 mm y desconocemos el diámetro del recipiente al que perteneció, posiblemente fue grande; las dos caras se presentan mal alisadas. La parte superior del borde se realizó de manera redondeada. Este fragmento perteneció posiblemente a un cuenco, vaso o plato (fig. 12).

 

Ref. AV – 86/11.- Fragmento de cerámica de color pardo con algunos desgrasantes de mediano tamaño y numerosos pequeños; factura manual y cocción mixta; tiene de ancho 6,5 mm y se desconoce el diámetro del recipiente al que perteneció; sus caras nos han llegado muy rodadas. Su terminación superior es redondeada. Posiblemente perteneció a un cuenco,  vaso o plato (fig. 12).

 

Ref. AV – 86/16.- Fragmento de cerámica de color pardo con algunos desgrasantes grandes y medianos; factura manual y cocción mixta; tiene un ancho máximo de  10-11 mm y se desconoce el diámetro del recipiente al que perteneció; sus caras se terminaron mal alisadas. La parte superior se terminó de manera redondeada. Pudo pertenecer a un cuenco, vaso o plato (fig. 12).

 

Ref. AV – 86/20.- Fragmento de cerámica de color gris y pardo con muchos desgrasantes de mediano tamaño; factura manual y cocción mixta; tiene de ancho 7 mm y el diámetro del recipiente al que perteneció nos es desconocido; sus caras nos han llegado alisadas y rodadas. Su forma no nos permite saber el tipo de recipiente al que perteneció aunque parece fue un plato, cuenco o vaso (fig 12).

 

Ref. AV – 86/23.- Fragmento de cerámica de color pardo con algún desgrasante de gran tamaño; realización manual y cocción mixta; tiene de ancho 7 mm y el recipiente al que pertenecía tenía un diámetro comprendido entre 18 y 23 cm; sus caras se terminaron de forma alisada. La parte superior del borde se terminó de forma redondeada con algo de rebaje en la parte interior. Posiblemente perteneció a un cuenco (fig. 12).

 

Ref. AV – 86/25.- Fragmento de cerámica de color pardo oscuro con abundantes desgrasantes de pequeño tamaño y algunos medianos; factura manual y cocción preferentemente reductora; tiene de ancho de 7 a 8 mm y su diámetro era grande; las caras se presentan de manera alisada. Este fragmento parece que pudo pertenecer a un vaso cuya terminación superior se realizó de manera plana acompañada de aristas laterales redondeadas y ondulantes por presentar una decoración formada por pequeños hoyuelos realizados posiblemente por ligera presión de la yema de algún dedo (fig. 12).

 

Ref. AV  – 86/35.- Fragmento de cerámica de color gris oscuro con escasos desgrasantes de mediano tamaño; factura manual y cocción reductora; su ancho oscila entre 4 y 5 mm, se desconoce el diámetro del recipiente al que perteneció; las dos caras se presentan bruñidas. El borde se realizó volviendo ligeramente hacia el exterior el último centímetro   y, rebajando un poco la cara interna, se redondeo la parte superior. Pudo pertenecer a un vaso globular u ollita de cuello apuntado (fig. 12).

 

OBJETOS LITICOS

 

   La cuarta, de pequeño tamaño, fue etiquetada: Aguas Viejas 86-3/12 piezas.

 

Ref. A-V. 86-1.- Útil de piedra, posiblemente gabro, de forma tendente a la prismática rectangular -89 X 29 X 23 mm-, está parcialmente pulimentada en una de sus caras menores (fig. 12).

 

Ref. A-V. 86-2.- Lasca de silex pardo translúcido, mide 25 X 15 X 4 mm; está denticulada en una cara del lado horizontal. Es un diente de hoz (fig. 12).

 

Ref. A-V. 86-3.- Lámina de cuarzo blanco de sección trapezoidal, mide 20 X 8 X 1,5 mm (fig. 12).

 

Ref. A-V. 86-4.- Punta de flecha de silex de color gris rosado de base ligeramente convexa, anverso y ambas aristas de los extremos laterales bien retocados. Tiene de medidas 18 X 22 X 1,5 mm (fig. 12).

 

Ref. A-V. 86-5.- Lasca de silex de color pardo y gris, curvada y de sección trapezoidal; mide 20 X 18 X 2 mm (fig. 12).

 

Ref. A-V. 86-6.- Lasca de silex de color pardo y gris. Tiene de medidas 17 X 11 X 1 (fig. 12).

 

Ref. A-V. 86-7.- Lasca de silex de color gris con tres gruesos retoques. mide 15 X 10 X 2 mm (fig. 12).

 

Ref. A-V. 86-8.- Lasca blanca, sección trapezoidal con retoques laterales por una sola cara. Tiene de medidas 15 X 10 X 2,5 mm (fig. 12).

 

Ref. A-V. 86-8 «9».- Lasca de silex de color gris, sección trapezoidal y extremos retocados por una sola cara; mide 20 X 9 X 2,5 mm (fig. 12).

 

Ref. A-V. 86-9 «10».- Lasca de cuarzo blanco en forma de punta con los extremos superiores finamente retocados por una cara. Tiene de medidas 27 X 17 X 9 (fig. 12).

 

Ref. A-V. 86-10 «11».- Lasca de cuarzo blanco, sección triangular, y forma de pequeñísima punta con algunos retoques laterales, mide 11 X 8 X 1,5 mm (fig. 12).

 

Ref. A-V. 86-11 «12».- Lámina de cuarzo blanco, sección trapezoidal y retoques laterales en una sola cara; mide 28 X 11 X 3 mm (fig. 12).

 

    fragmento de cuarcita rosa, de forma aparentemente natural, está sin nomenclatura; mide 28 X 22 X 3 mm (fig. 12).

 

 

LOS MATERIALES OBSERVADOS EN SUPERFICIE

 

LAS CERAMICAS

 

 

 

Nº 1.- Fragmento de cerámica de color pardo con numerosos desgrasantes de pequeño tamaño; factura manual y cocción preferentemente reductora; tiene de ancho 6 mm y el diámetro del recipiente al que perteneció estaba comprendido entre 20 y 30 cm; la cara interna está muy rodada y la externa alisada. La parte superior del borde se terminó levemente redondeada. El fragmento puede pertenecer a un vaso o a un cuenco (fig. 13).

 

Nº2.- Fragmento de cerámica de color pardo con escasos desgrasantes de tamaño mediano y pequeño; factura manual y cocción preferentemente reductora; tiene de ancho de 7 a 5 mm y el diámetro del recipiente al que pertenecía estaba entre 20 y 30 cm; su cara interna está bien alisada y la externa se terminó con mayor simpleza. La parte superior del borde se terminó ligeramente redondeada (fig. 13).

 

Nº 3.- Fragmento de cerámica de color pardo con algún desgrasante de gran tamaño; factura manual y cocción preferentemente reductora; tiene de ancho de 6 a 10 mm y perteneció a un recipiente cuyo diámetro estaba entre 20 y 30 cm; las dos caras se terminaron de manera alisada. El borde se realizó disminuyendo algo el espesor de la pared y volviéndola ligeramente hacia el exterior. El fragmento podría pertenecer a un vaso de paredes bastante rectas (fig. 13).

 

Nº 4.- Fragmento de cerámica de color pardo claro con escasos desgrasantes de pequeño tamaño; factura manual y cocción mixta; tiene de ancho 6-7 mm y perteneció a un recipiente cuyo diámetro estaba entre 20 y 30 cm; las dos caras se presentan alisadas. El borde se realizó disminuyendo algo la cara interna y redondeando la parte superior con un ligero hundimiento, desde 5 mm,  para indicar el borde (fig. 13).

 

Nº 5.- Fragmento de cerámica de color pardo claro con algunos desgrasantes de tamaño pequeño y mediano; factura manual y cocción mixta; tiene de ancho de 7 a 10 mm y perteneció a un recipiente cuyo diámetro estaba entre 20 y 30 cm; las dos caras se terminaron de manera alisada. El borde se realizó disminuyendo algo la cara interna y redondeando la parte superior con un ligero hundimiento desde 5 mm (fig. 13).

 

Nº 6.- Fragmento de cerámica de color pardo con numerosos desgrasantes de tamaño pequeño y algunos grandes; factura manual y cocción mixta; tiene de ancho 7 mm y el diámetro del recipiente al que pertenecía estaba entre 20 y 30 cm; sus caras se presentan alisadas. El borde se hizo disminuyendo el espesor de la pared por la parte interna y volviéndola algo al exterior; la parte superior se terminó de manera redondeada. Parece que perteneció a un vaso globular con el borde algo vuelto al exterior (fig. 13).

 

Nº 7.- Fragmento de cerámica de color pardo con algunos desgrasantes de pequeño y mediano tamaño; factura manual y cocción mixta con predominio reductor; su pared tiene de ancho 9 mm y el diámetro del recipiente al que perteneció tenía sobre 20 cm. Su cara interior se presenta mal alisada y la externa mejor acabado. El borde se realizó disminuyendo algo la parte externa y redondeando la parte superior. El recipiente al que perteneció debió ser un vaso globular; se observa a 2 mm del borde y paralelo al mismo un aro ligeramente inciso (fig. 13).

 

Nº 8.- Fragmento de cerámica de color pardo con numerosos desgrasantes de pequeño tamaño; factura manual y cocción mixta; tiene un ancho de 10 mm y perteneció a un recipiente que tenía de diámetro 22-27 cm; sus caras se presentan con un alisado muy elemental. El borde se terminó de manera afilada (fig. 13).

 

Nº 9.- Fragmento de cerámica de color gris en el interior y pardo rojizo al exterior con numerosos desgrasantes de pequeño tamaño; factura manual y cocción mixta e irregular; tiene de ancho su pared 12 mm y el diámetro del recipiente al que perteneció debía ser de unos 35 cm; la cara interna se presenta alisada y con mayor deficiencia se presenta la externa. El borde se construyó rebajando ligeramente las paredes y terminando de manera plana la parte superior; ésta se presenta decorada por sucesivas presiones digitales leves alternando con espacios libres. A 45 mm del borde presenta un  pequeño orificio realizado por abrasión cónica, tanto interna como externa (fig. 13).

 

Nº 10.- Fragmento de cerámica de color castaño con numerosos desgrasantes de mediano tamaño y algunos grandes; su factura fue manual y la cocción bastante reductora aunque irregular; tiene de ancho 11 mm y el recipiente al que perteneció tenía un ancho próximo a los 30 cm; la cara interna presenta un alisado muy irregular y la externa un acabado más deficiente. El borde se presenta con la parte superior plano y decorado con presiones digitales alternativas (fig. 13).

 

Nº 11.- Fragmento de cerámica de color pardo claro acompañado de numerosos desgrasantes de pequeño tamaño y algunos medianos; factura manual y cocción mixta aunque con predominio oxidante; tiene de ancho su pared 11 mm y el recipiente al que perteneció tenía un diámetro cercano a los 35 cm; las dos caras se presentan alisadas. El borde se realizó disminuyendo la pared a 7 mm desde 1 cm y se remató superiormente de forma redondeada. Este recipiente presenta a 1 cm del borde y paralelo al mismo, un relieve de 11 mm; este cordón de unos 2 cm de alto, tendente a la forma rectangular tiene unas incisiones verticales rectas pero irregulares situadas a 1 cm unas de otras; el cordón rectangular se unió en la parte inferior con inclinación sin duda para reforzar su posición antes de la cocción. Algo más abajo, en la cara, existe al menos una serie de puntos incisos, separados como 1 cm y siempre paralelos al borde (fig. 13).

 

Nº 12.- Fragmento de cerámica de color gris en el interior y pardo rojizo en el exterior de sus caras con numerosísimos desgrasantes de pequeño y mediano tamaño y algunos mayores; factura manual y cocción mixta e irregular; tiene de ancho 19 mm y el diámetro del recipiente al que perteneció tendría sobre 35 cm; sus dos caras se presentan deficientemente alisadas. El borde se realizó con la parte superior alisada y decorada mediante alternativas presiones dactilares; inferiormente, a unos 16 mm, se colocó un cordón paralelo al mismo y decorado con sucesivas presiones semejantes a las anteriores (fig. 13).

 

Nº 13.- Fragmento de cerámica de color pardo con algunos desgrasantes de mediano tamaño; factura manual y cocción mixta; se desconoce el ancho de la pared y el diámetro del recipiente al que perteneció; sus caras presentan un simple alisado. El fragmento es un asa en pequeño mamelón cónico de 10 mm que presenta una «espiga» cilíndrica de otros 10 mm de longitud y unos 7 mm de diámetro en la parte posterior para ser insertado en la pared del recipiente (fig. 14).

 

Nº 14.- Fragmento de cerámica de color pardo en el interior y naranja en el exterior con numerosos desgrasantes de pequeño tamaño y algunos medianos; factura manual y cocción mixta; el recipiente al que pertenecía tenía 13 mm de ancho ignorándose el diámetro del recipiente al que perteneció. Es un asa en mamelón de forma ovalada de 14 mm (fig. 14).

 

Nº 15.- Fragmento de cerámica de color pardo con numerosos desgrasantes de pequeño tamaño y algunos medianos; factura manual y cocción mixta; tiene de ancho 13 mm y se desconoce la medida del diámetro del recipiente al que pertenecía; sus caras se terminaron de manera alisada. Es un asa en mamelón oval de 13 mm, fracturado transversalmente (fig. 14).

 

Nº 16.- Fragmento de cerámica de color pardo con numerosos desgrasantes de mediano tamaño y algunos mayores; factura manual y cocción mixta; tiene de ancho 8 mm y se desconoce el diámetro del recipiente al que pertenecía. Es un asa en mamelón cónico de 15 mm (fig. 14).

 

Nº 17.- Fragmento de cerámica de color pardo con numerosos desgrasantes de mediano tamaño y algunos grandes; factura manual y cocción mixta; tiene su pared de ancho 12 mm y se desconoce el diámetro del recipiente al que perteneció; su cara interna se presenta alisada y la externa bastante descuidada. Es un asa en mamelón oval de 17mm (fig. 14).

 

Nº 18.- Fragmento de cerámica de color pardo con algunos fragmentos de mediano tamaño y bastantes grandes; factura manual y cocción mixta; su pared tiene de ancho 13 mm ignorándose el diámetro del recipiente al que perteneció; las dos caras se presentan alisadas. El fragmento es un asa en mamelón de tendencia cónica y tamaño grande; su longitud es de 28 mm (fig. 14).

 

Nº 19.- Fragmento de cerámica de color pardo con numerosos desgrasantes de pequeño tamaño y algunos medianos; factura manual y cocción mixta; el ancho de la pared es de 7 a 11 mm y el recipiente al que pertenecía tenía un diámetro bastante grande; las dos caras se presentan alisadas. El borde se realizó de forma redondeada. Este fragmento ofrece a 28 mm del borde una carena; pudo ser una fuente o un plato carenados (fig. 14).

 

Nº 20.- Fragmento de cerámica de color pardo con numerosos desgrasantes de pequeño tamaño; factura manual y cocción mixta; tiene de ancho 4-5 mm y perteneció a un recipiente cuyo diámetro era mediano; las dos caras se presentan muy bien alisadas, casi bruñidas. Este fragmento es de un recipiente fino, de uso posiblemente extraordinario y presenta una carena muy marcada. No presenta borde (fig. 14).

 

Nº 21.- Fragmento de cerámica de color pardo con numerosos desgrasantes de mediano tamaño; factura manual y cocción mixta; sus paredes tienen un ancho de 10 mm y el diámetro del recipiente al que perteneció tenía un diámetro grande; sus caras se presentan alisadas. El fragmento, sin muestra del borde, presenta una carena muy marcada (fig. 14).

 

Nº 22.- Fragmento de cerámica de color pardo; factura manual y cocción mixta; el ancho de su pared va de 8 a 12 mm y el diámetro del recipiente al que pertenecía era grande; las dos caras se presentan normalmente alisadas. El fragmento, sin muestra del borde, presenta una carena algo señalada (fig. 14).

 

Nº 23.- Fragmento de cerámica de color pardo con algunos desgrasantes de mediano tamaño; factura manual y cocción mixta; se ignoran el ancho y el diámetro del recipiente por estar fragmentado; la cara externa está alisada. Presenta una decoración en relieve conseguida por un cordón cilíndrico en el que se presionó alternativamente por dactilación; es paralelo al borde que no se conserva (fig 14).

 

 

 

 

 

OBJETOS METALICOS

 

Nº 24.- Barrita o punzón de metal con pátina verdosa, por su dureza y colorido parece tratarse de cobre arsenicado, tiene 84 mm de longitud y 3,5 mm de sección media; esta comienza en un extremo de forma cuadrada y, poco a poco, se hace circular en el centro para terminar aplanada por el otro extremo donde se encuentra fracturada (fig. 14).

 

Nº 25.- Barrita o lezna metálica, por el color de su pátina -algo más claro que el caso anterior- y su dureza posiblemente tenga mayor proporción de cobre, tiene de longitud 45 mm y 3 mm de sección. Un extremo  se ofrece aguzado, poco a poco la parte central se hace cilíndrica para terminar plana en el otro extremo (fig. 14).

 

 

OBJETOS LITICOS

 

Nº 26.- Lasca de silex de color claro, de forma trapezoidal, sin retoques; mide 11 X 10-5 X 2 mm (fig. 14).

 

Nº 27.- Fragmento de gabro, color gris verdoso perteneciente a un útil de forma prismática rectangular de 30-24 X 55 X 6-7 mm. Presenta una base bien afilada por pulimento en las dos caras desde unos 5 mm; la otra base está fragmentada de manera oblicua lo que nos impide conocer su terminación; las pequeñas caras laterales podrían haber sido ligeramente biselados (fig 14).

 

Nº 28.- Fragmento de gabro gris verdoso, perteneciente a un útil -posible cincel-, mide 93    X 39 X 15 mm. Una de sus bases inferiores presenta un buen afilado en ambas caras por pulimentación (fig. 14).

 

Nº 29.- Fragmento de gabro gris verdoso fracturado; mide 50 X 37 X 7 mm y presenta una forma de prisma triangular por fracturación de uno de sus lados; los dos menores son circulares y afilados por pulimento de una de sus caras. Este utensilio  es posiblemente un pico (fig.14).

 

Nº 30.- Hacha de gabro  gris verdoso, sección oval y talón redondeado; mide 100 X 55 X 26 mm; se afiló por pulido en ambas caras de una de sus bases (fig. 15).

 

Nº 31.- Hachita de gabro gris verdoso, tendente a la forma tronco cónica, tiene sección oval y talón redondeado; mide 45 X 26 X 18 mm y se afiló por pulimentación en ambas caras de su base mayor (fig. 15).

 

 

 

CONCLUSIONES

 

    El etiquetado del repertorio de cerámicas comunes procedentes de la excavación nos ofrece dos niveles pero su escasa tipificación poco contribuye a sacar conclusiones. Se evidencia  la escasez de cerámicas grises y abundancia de tonos pardos rojizos dando la impresión general de una buena cohesión de la pasta a pesar de su tosquedad.

 

   La bolsita que contiene diez fragmentos de cerámica más fina ofrece seis -AV-86 / 10, 11, 16, 20, 23 y 25 -fig. 12-, que, aunque pertenecen a bordes, por su pequeñez, no permite definir con claridad la forma del recipiente original; la tradición de este tipo de formas y materiales se remonta al Neolítico y pervive más puntualmente hasta épocas tardías por esto tampoco puede contribuir a fijar otros datos que la continuidad en ciertas habilidades técnicas en la construcción de recipientes y en los hábitos alimenticios y culinarios; una excepción es el fragmento AV – 86 / 25 que presenta una sencilla decoración en el remate plano del borde que, como otras decoraciones de este yacimiento, señalan más bien la época del Bronce. Los fragmentos AV-86 / 7 y 35 -fig. 12-, pertenecieron a dos recipientes cuyas formas igualmente desconocemos, posiblemente fueron ollitas,  técnicamente  presentan un excelente acabado; de ellas, la AV-86/ 35, está perfectamente bruñida; sus características no aparecen generalizadas en nuestra Comunidad hasta yacimientos de finales del Bronce aunque dicha técnica es evidente en poblados calcolíticos importantes como La Pijotilla, Zambujal, Valencina, Los Millares etc.

 

 

    Los restos de cerámicas observadas en superficie años antes de comenzar la excavación ofrecen una proporción escasa de fragmentos que puedan considerarse  útiles de consumo directo, platos, cuencos, vasos, quizás los T-AG.V./1 y 2 -fig. 13-; ello puede indicar una baja población con mucha necesidad de almacenar víveres durante bastante tiempo del año por lo menos al finalizar la vida en el poblado. Los demás  T-AG.V./3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11 y 12 -fig. 13-pertenecen a diferentes tipos de ollas de diversos tamaños, destaca por su buen volumen la número 12 que se realizó, como la mayor parte de todos los recipientes, con una pasta poco fina que presenta mucha cohesión quizás por haber alcanzado una elevada temperatura en su cocción; ésta pueda ser posiblemente una variación técnica con respecto a las cocciones de épocas anteriores. La preponderancia de este tipo de bordes de vasijas también indica un claro predominio de los recipientes de almacén sobre los de consumo cotidiano como antes señalé. Hay que añadir a todo esto los numerosos mamelones; los fragmentos de acentuadas carenas; destacar las sencillas decoraciones que adornaban los bordes de los recipientes o sus proximidades acentuándose el fenómeno en las vasijas de mayor tamaño. Todas estas últimas cuestiones son claros indicios de una modificación de las formas, y un cambio, aunque no en lo substancial, con respecto a los tiempos y calcolíticos a la vez que se nota una progresión en las formas y maneras que caracterizan la Edad del Bronce.

 

    Los objetos metálicos presentados, T/AG.V.-25 y 26 -fig. 14-, por sus características físicas parecen ser de cobre endurecido -posiblemente con arsénico- sus paralelismos con otros semejantes son fáciles de establecer siendo presentados unas veces como objetos de cobre, cual es el caso del citado dolmen de Guadalperal, Peraleda de la Mata, Cáceres ( 1) y otras como construidos de bronce como ocurre en el poblado de Alarilla, Alarilla, Guadalajara ( 2). Parece que su naturaleza dependiera , quizás demasiado sugestivamente,  de los demás materiales a los que acompañe, sobre todo los cerámicos. También están presentes en el valle medio del río Guadiana, como lezna de cobre y acompañando a materiales campaniformes es presentada en La Palacina, Alange, Badajoz ( 3). De estas cuestiones que he enumerado muy someramente se puede deducir que es un objeto que perdura largo tiempo desde el Calcolítico hasta bien entrada la Edad del Bronce. 

 

 

    Las publicaciones sobre esta Edad  parecen estar comprometidas exclusivamente con las variaciones cerámicas y la aparición del bronce, enumeran muy   puntualmente los objetos líticos que siguen siendo semejantes a los de las etapas anteriores y en ocasiones parecen mucho más arcaicos cual es el caso de La Solana del Castillo de Alange ( 4). Ello nos habla de una marcada escasez de objetos metálicos en los yacimiento de esta época en nuestra Comunidad, donde su aparición es casi excepcional y una marcada continuidad general en los medios de producción e incluso una regresión en los mismos aunque esto último parece que con carácter particular.

 

     Si se observa el número de objetos líticos tanto pulidos como tallados, tanto en superficie como en excavación y se compara con los restos cerámicos y sobre todo con el número de  vasijas que representan estos, se puede deducir que no eran escasos y sus funciones muy variadas.

 

       Su paralelismo es general con los materiales calcolíticos de las culturas con las que hemos establecido relaciones  anteriormente, no así con el cercano poblado del Avión en cuya superficie no aparece este tipo de restos; los pulimentados son especialmente semejantes en cuanto a variedad formal, tamaño, material etc. con los que ofreció el megalito de Guadalperal, Peraleda de la Mata, Cáceres, bien datado por las cerámicas campaniformes que tenía en los finales del  Calcolítico ( 5). Los materiales líticos pulidos son igualmente frecuentes en otros yacimientos de esa época de la sierra de Plasenzuela (  6) y en los Barruecos de Malpartida de Cáceres (  7) aunque la ausencia de una clara descripción de los mismos impide relacionarlos con certeza. Panorama parecido ofrecen los yacimientos de la cuenca del Guadiana medio estando presente entre otros lugares en los materiales superficiales, por tanto del Calcolítico final, de La Palacina, Alange, Badajoz, pero su falta de pormenorización acarrea la misma dificultad (  8).

 

    Los objetos líticos tallados como son la punta de flecha de base cóncava y el diente de hoz, de uso generalizado,  presentan un panorama parecido aunque se encuentran mayores descripciones y algunos dibujos en las obras citadas.

 

    Mayor escasez de materiales líticos pulidos ofrecen los yacimientos de la Edad del Bronce de nuestra Comunidad y limítrofes con nuestra zona ya que en las publicaciones existentes falta la enumeración de estos materiales tanto con lo que respecta a los poblados como a los enterramientos en cistas; testimonial parece ser en la Solana del castillo de Alange, Alange, Badajoz. Mayor perduración presentan en algunas motillas como en Los Palacios, Daimiel, Ciudad Real (  9).

 

        En cuanto a la presencia de objetos líticos en los ajuares que acompañan a los restos funerarios de las cistas la época del Bronce, la ausencia de materiales pulidos parece total aunque perduran muy individualizados los objetos en piedra tallada. Se puede decir que, a medida que nos adentramos en la época del Bronce, la industria lítica parece diluirse.

 

 

    En resumen, el poblamiento de Aguas Viejas, en sus momentos finales, ha ofrecido unos materiales pertenecientes a una pequeña población de economía diversificada -agrícolas, caza y actividades diversas-, cuyas cerámicas ofrecen variaciones formales, decorativas y técnicas con respecto a las cerámicas del Calcolítico y son propias de la Edad del Bronce aunque faltan elementos claros definitorios de las particulares de esta época. A su vez presenta un marcado continuismo con respecto a los materiales líticos e incluso metálicos, esta cuestión hace que por el momento me decante más bien por el Bronce inicial como la época de vida de este poblamiento.

 

     Con respecto al predominio de los recipientes de almacén, la ausencia de defensas y su ubicación cerca de la mejor fuente natural del entorno hay que intuir en ello una mayor sequedad en el ambiente natural con mayor dificultad en el acarreo cotidiano de provisiones que desde luego necesitaban ser conservadas durante bastante tiempo. Igualmente denota una ausencia de peligros exteriores quizás debido a un claro despoblamiento de la zona y sobre todo a la pérdida de  importancia de la ruta ruta N-S que une la cuenca media del Guadiana con la del Tajo medio y en la que desde finales del Neolítico nuestros poblamientos habrían sido un punto de referencia de cierta importancia.

APÉNDICE GRÁFICO

        Tres poblados III Fig 2  Tres poblados III Fig 1

  Tres poblados III Fig 3  Tres poblados III Fig 4

Tres poblados III Fig 5  Tres poblados III Fig 6

Tres poblados III Fig 7 Tres poblados III Fig 8

Tres poblados III Fig 9

    Tres poblados III Fig 10

  Tres poblados III Fig 11Tres poblados III fig 12

         Tres poblados III Fig 13Tres poblados III Fig 14

Tres poblados III Fig 15

BIBLIOGRAFIA

( 1) González Cordero A. y Quijada González D. (1991): Los origenes del Campo Arañuelo y La Jara cacereña y su integración en la Prehistoria regional, pág 81 ss. Ayuntamiento de Navalmoral, Cáceres.

 

( 2) Méndez Madariaga A, y Velasco Stelgrad: La muela del Alarilla. Un yacimiento de la Edad del Bronce en el valle medio del río Henares. R. A. nº 37, pág 6 ss.

 

( 3) Enríquez Navascués J. J. (1990): El Calcolítico o Edad del Cobre en la cuenca extremeña del Guadiana: Los poblados, pág 225. Museo Arqueológico Provincial de Badajoz. Publicaciones, 2.

 

( 4) Pavón Soldevilla Ignacio (1994): Aproximaciones al estudio de la Edad del Bronce en la cuenca media del Guadiana: La solana del castillo de Alange (1987), pág 101 ss. Diputación Provincial de Cáceres.

 

( 5) González Cordero A. y Quijada González D. (1991): Obr. cit.

 

( 6) González Cordero A., Castillo Castillo J. y Hernández López M. (1991): La secuencia estratigráfica en los yacimientos calcolíticos del área de Plasenzuela (Cáceres). E. A. II, pág 14. Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Extremadura. Universidad de Extremadura.

 

( 7) Sauceda Pizarro M. I. (1991): La secuencia cultural de Los Berruecos. Malpartida de Cáceres. E. A. II, pág 39. Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Extremadura. Universidad de Extremadura.

 

( 8) Enríquez Navascués J. J. (1990). Obr. cit.

 

( 9) Nájera T, Molina F., Aguayo P. y Sáez L. (1975): Excavaciones en las motillas del Azuer y los Palacios (Ciudad Real). XIV C.N.A. Vitoria 1975, pág 511.

 

                                                           Manuel Rubio Andrada                  6-6-1998

 

 

     

 

 

 

Oct 092013
 

XXIX COLOQUIOS HISTÓRICOS DE EXTREMADURA.

BARRIO MOYA, José Luis UNA COPIA DE «LA TÚNICA DE JOSÉ», DE VELÁZQUEZ, ENTRE LOS BIENES DE LA DAMA EXTREMEÑA DOÑA MANUELA DE ARGÜELLES (1972)

El 21 de agosto de 1722, don Juan de Santa María, tesorero ge­neral del arzobispo de Toledo y secretario del Tribunal de la Inquisición de la ciudad de Córdoba, declaraba su próximo enlace con doña Ma­nuela de Argüelles, ¡lustre dama extremeña, nacida en la localidad de Hornachos. Con motivo de este matrimonio doña Manuela de Argüelles hizo relación de los bienes que aportaba al mismo como dote, en­tre los que se contaban muebles, ropas y vestidos, joyas y objetos de plata, tierra en Pastrana (Guadalajara) y Valdefuentes (Cáceres), así como una pequeña pinacoteca cuya pieza más interesante era una co­pia de «La túnica de José», cuyo original, pintado por Diego Velázquez en 1630, se conserva en la actualidad en la Sala Capitular del monas­terio de El Escorial.

BAZAGA IBÁÑEZ, Manuel J. EL CONVENTO DE SAN ANTONIO DE TRUJILLO, SUS ORÍGENES Y DESAPARICIÓN

Se pretende con este pequeño trabajo dar a conocer algunas vici­situdes por las que pasó el Convento de San Antonio, hasta su desapa­rición abatido por las leyes e ideas de principios del siglo XIX. Ha sido el gran desconocido en nuestros días pese a la fama de santidad de que go­zaron en su tiempo las Religiosas acogidas en sus muros.

CALLE CALLE, Francisco Vicente EL SEPULCRO ESCULTURADO DE SANTA MARÍA DE PLASENCIA

El objeto de la presente comunicación es el estudio iconográfico e iconológico de las escenas que adornan un sepulcro medieval que se en­cuentra en el claustro de la Catedral Vieja de Plasencia. Este sepulcro fue estudiado en su día por el doctor Marcelino Sayans Castaño, quien pu­blicó sus conclusiones en un libro titulado «El sepulcro esculturado de Santa María de Plasencia». A partir de este estudio hemos intentado reinterpretar las escenas del sepulcro placentino. Las conclusiones a las que hemos llegado nos permiten decir que estamos ante un sepulcro de una gran riqueza iconográfica, que le convierte en un caso excepcional dentro del arte funerario del periodo.

CARRASCO MONTERO, Gregorio RELIGIOSIDAD POPULAR EN LAS BROZAS DE «EL BROCENSE»

Se admite como fecha del nacimiento del ilustre humanista el año 1523. Algunos fijan el 20 de julio como día de su nacimiento. Los archivos civiles no existían. El cumplimiento de los Decretos Conciliares Tridentinos relativos a los libros sacramentales no se ejecutaron ni unánimemen­te ni al mismo tiempo en todas las parroquias. No existen referencias bau­tismales de grandes santos e ilustres personajes de la mayor parte de los siglos XVI hacia atrás.

En Santa María de la Asunción, la primera y la mayor de las parro­quias de Brozas comienzan los libros de Bautismo en 1563. Doce años después se abrió el de Casados y el de Finados comenzaba sesenta y dos años más tarde. En la segunda parroquia, desgajada de la anterior y con sede en la que fue ermita de los Mártires se procedió a la apertura del libro de Bautismos en 1572, once años más tarde que en Santa María. El de Casados avanzada la siguiente centuria, pero 47 años después que el de Bautismos. Finalmente comenzaba el de Finados en 1699, ciento veintisiete años después del primero de dicha parroquia. Las cofradías son expresión, no única, más o menos organizada, de la llamada Religio­sidad Popular. Diez existieron en la villa de la Encomienda Mayor. Cree­mos que la mayoría de ellas desarrollaban sus actividades en la época de Francisco Sánchez de las Brozas, pero no contamos con los libros de es­tatutos de ellas. Los más antiguos libros conservados empiezan en 1600 y son libros de asientos, listas, acuerdos, visitas o cuentas.

Nos hubiera gustado manejarlos. En ellos se expone la naturaleza de cada cofradía, derechos y obligaciones de los miembros que se inte­gran en las mismas.

Pero hemos hecho incursiones en los que tenemos que, además de ofrecernos curiosidades de diverso tipo, son indicativos de cómo estaban metidas en la en­traña de la sociedad desde muy atrás en el tiempo: Las cofradías son de las más claras manifestaciones de la religiosidad popular. Y sin duda vivieron tal ambiente los padres y el mismo Brocense.

CORRALES GAITÁN, Alonso J. R. LOS ARCHIVOS Y EL FONDO BIBLIOGRÁFICO CACERENSE

En la actualidad a las puertas del siglo XXI, cuando la informática ha ocupado la gran parte de nuestro mundo, es necesario que realicemos una visión retrospectiva a ese amplísimo mundo por el cual se han regido la totalidad de los pueblos civilizados, es decir el fondo bibliográfico.

Aquí, en Cáceres, se conserva un elevado número de archivos y bibliotecas que en gran medida continúan prácticamente en el mismo es­tado que hace cincuenta o cien años, lo que dificulta notablemente su ma­nejo y catalogación.

La base de todo este impresionante fondo bibliográfico y docu­mental continúa en gran parte bajo la propiedad y el cuidado de particu­lares, en el mejor de los casos, y en otros ya ubicado fuera de nuestras fronteras regionales.

FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, Teodoro OBISPO, REBELDE Y MÁRTIR

Se cumplió recientemente el sexquicentenario del óbito de un gran patriota, fiel y heroico servidor de la Iglesia y defensor de la fe. Sus mor­tales reliquias descansan en el majestuoso templo catedralicio. Su nom­bre D. Ciriaco Varela, ilustre, culto y santo pastor de almas. Nació en El Escorial, 16-IX-1776, obispo de Plasencia, que murió desterrado en la provincia de Cádiz, el 13-111-1848. Toda persona está condicionada por el marco de la historia con el ambiente que la perfila en su entorno social y político, familiar, cultural y religioso. El título de este trabajo y mi sencillo estudio biográfico son ya luminosos y sugerentes: «Obispo, Rebelde y Mártir». Cada ser humano se clasifica según la escala de valores impe­rante, aplicada con justeza a sus ideas, obras y vida. Está vigente el pen­samiento del genial Águila de Hipona, que modernizó Ortega y Gasset con este enunciado archiconocido: «Yo soy yo y mis circunstancias».

No estamos inmunizados frente al clima del tiempo. Fatalmente lo respiramos, vivimos y asimilamos, aunque frenados por la sabia prudencia.

Afirman los filósofos y teólogos moralistas que las circunstancias son capaces de modificar la bondad o malicia de las acciones humanas. Sería interesante conocer el juicio de S. Pablo sobre el Vaticano II, y el de Colón sobre los viajes espaciales. Monseñor Cipriano Varela, ilustre obis­po de Plasencia, no fue un prelado de turno. Su personalidad destaca en la historia diocesana y hasta en la nación hispana. Abundaron los obispos sabios y santos, pero por lo menos los martirizados por su celo pastoral y firmeza en defensa de la Iglesia. Es digno tan insigne prelado y santo Pastor, que dio su vida por salvar a sus ovejas sin asustarle cruces, en­fermedades, cárcel, destierro y muerte. Goza de méritos suficientes para que se abra el necesario proceso diocesano y suba un día a la gloria de Bernini. La todavía reciente proximidad del sexquicentenario de su óbito es ocasión que clama por incentivar a los diocesanos placentinos a sacar del frío sueño del olvido el nombre y santa vida de D. Ciríaco Várela, re­conocer su virtud y proclamar su heroísmo de Pastor bueno que dio su vi­da con entereza admirable por su fidelidad al Evangelio, a la Iglesia y a las almas de sus diocesanos.

FLORES BAUTISTA, Juan Cándido MORENO GONZÁLEZ, Manuel LA MUERTE: HECHO Y FENÓMENO EN VALENCIA DE ALCÁNTARA (1740-1811)

La muerte en el Antiguo Régimen era un elemento importante y presente en la propia vida de los hombres, de hecho, a través del estudio que hoy los historiadores de la edad moderna hacen de la muerte se pue­den advertir, no sólo los distintos comportamientos de una variable demo­gráfica, sino también, y siempre que se utilice una base teórica y una me­todología adecuada, aspectos y actitudes de esos hombres ante la vida, en terrenos que traspasan la pura religiosidad y se internan en la historia de las mentalidades.

Teniendo en cuenta ese potencial explicativo, que podemos en­contrar en el estudio de la muerte, nosotros vamos a intentar, a lo largo de este trabajo, acercarnos un poco más a la vida y transcurrir histórico de una población extremeña fronteriza durante gran parte del siglo XVIII y los inicios del siglo XIX (exactamente desde 1740 hasta 1811), a través del estudio de la mortalidad y de las actitudes ante la muerte de los individuos que residen en ella.

Para ello, vamos a dividir nuestra exposición en dos apartados: el primero tendrá un carácter casi exclusivamente demográfico y en él pro­curaremos establecer la evolución y principales características de la va­riable mortalidad a lo largo del periodo estudiado y definir, en la medida de lo posible, los principales ciclos por los que atraviesa la población, de­teniéndonos en aquellos años en los que el incremento de los índices nos sitúan ante presuntos años críticos.

Con tal objetivo, en este primer apartado hemos consultado los li­bros de difuntos de las dos parroquias de Valencia de Alcántara, los de Ntra. Sra. de la Encarnación, contenidos en el Archivo Diocesano de Cáceres, y los de Ntra. Sra. de Rocamador que pudimos consultar en el Archivo Parroquial de dicha Parroquia.

A ello hay que añadir la consulta, en los casos que ha sido posible, de los libros de actas capitulares que existían en el Archivo Municipal de la localidad, fuente esencial en la que podremos constatar, entre otras cosas, las particularidades que el hecho fronterizo introduce en el estudio de una población de Antiguo Régimen.

FLORES OLAVE, Lucía LA PERSONALIDAD JURÍDICA DE LA MUJER EN LA EXTREMADURA MODERNA

La Moral Eclesiástica defendía un modelo de estratificación social según el cual a las mujeres correspondía efectuar funciones de apoyo efectivo al varón dentro de la familia, de producción doméstica y de repro­ducción biológica; todo ello bajo la supervisión de una indiscutible auto­ridad masculina.

Así, hablar de mujeres en la vida de la Extremadura Moderna es tratar de sus actividades en un periodo durante el cual las mujeres tenían que hacer frente a las filas de una sociedad masculina gobernada por una teología totalmente masculina y por una moral hecha por hombres para hombres.

Ya desde la infancia, la niña estaba en la misma situación de im­potencia legal que su hermano, pero su educación consistía fundamen­talmente en inculcarle el ideal femenino de pasividad y sumisión a sus pa­dres y a su futuro marido. Su matrimonio, generalmente a una edad muy temprana, significaba el dominio total por parte del marido y, en la prác­tica, la desaparición de todos sus derechos legales mientras durara el en­lace.

Dado este constante sesgo intelectual y jurídico hacia la inferiori­dad de la mujer y hacia el derecho de dominio de su marido sobre ella, es natural que la mayoría de las actividades de la mujer seglar, ligadas inevitablemente a las necesidades de la vida cotidiana, se dieran por su­puestas o se subsumieran en logros del marido. Las únicas mujeres con personalidad jurídica, caso aparte lo constituyen las religiosas, eran las viudas, éstas ejercían a menudo un auténtico poder personal y tenían in­fluencia como individuos independientes.

GARCÍA-MURGA ALCÁNTARA, Juan REFLEXIONES SOBRE UNA POLÍTICA DE MUSEOS PARA EXTREMADURA

El concepto y significado actual de la palabra museo, derivado de musa, como fuente de inspiración de las artes, se refiere especialmente al templo de la obra artística, un refugio vivo, pero no inerte, de lo que el espíritu humano es capaz de producir con la hermosura y el sentido es­tético como fin último, en un acto de plena libertad, pero desde el punto de vista de la sociedad actual, un museo es un gran almacén o archivo de cosas hermosas dentro de él, pero muchas veces innecesarias o inú­tiles fuera de ese recinto. ¿El museo es un instrumento para la acción po­lítica o cauce de vivencia cultural? Contestar de varias maneras a esta pregunta es uno de los objetivos de la presente comunicación, que pre­tende también plantear unas reflexiones sobre los museos regionales y locales, a veces ejemplares, auténticos guardianes del patrimonio histé­rico-artístico que, de no ser por su existencia, podría desaparecer desde sus manifestaciones más genuinas.

Objetivos novedosos de la política museística, que habrían de reforzarse y consolidarse, deberían ser la conservación y conocimien­to de colecciones particulares, la difusión de las obras de arte desde los primeros niveles del sistema educativo, el engrandecimiento de la Cultura, es decir, del espíritu humano, el ennoblecimiento de la Políti­ca, que es también una de las más grandes manifestaciones del espí­ritu humano.

GODOY BARRADO , Javier OBRA RETABLÍSTICA, PICTÓRICA Y ESCULTÓRICA DOCUMENTADA EN LOS LIBROS DE FÁBRICA DE SANTA MARÍA LA MAYOR DE TRUJILLO (1559-1896)

La reciente constitución de la asociación «Amigos de Santa Ma­ría» , cuyo objetivo principal es la recuperación paulatina del esplendor artístico que merece esta iglesia, me llevó a emprender el estudio de sus «Libros de Fábrica», con el fin de documentar todas las obras retablísticas, pictóricas y escultóricas que tuvo y las que aún conserva, lugar ori­ginal de cada una de ellas y cambios que han sufrido de emplazamiento a lo largo de su historia,

El presente estudio pretende ser un elemento de juicio y actuación en futuras obras de recuperación de patrimonio artístico para Santa Ma­ría, además de una fuente de rico contenido documental. A un lado he de­jado otros aspectos, como la orfebrería, ornamentos, etc.

El trabajo, a manera de guía, va recorriendo todas las capillas y al­tares sepulcrales de la iglesia, describiendo los retablos, esculturas y ad­vocaciones de cada uno de ellos y los cambios sufridos, sobre todo a par­tir de la invasión francesa, durante la cual se robaron y destrozaron mu­chas de estas obras.

La base principal de este estudio son los Inventarios de 1582, 1595,1729,1743 y 1756, además de la lectura de todas las Cuentas de los Libros de Fábrica durante el periodo 1559 a 1896, año en que se tras­lada la parroquia de Santa María La Mayor a la iglesia del exclaustrado Convento de San Francisco.

Al final del trabajo inserto una relación cronológica de pintores y es­cultores documentados, y termino con un apéndice documental de los in­ventarios mencionados anteriormente.

GONZÁLEZ GONZÁLEZ, Ana María EN NOMBRE DE LA VIDA: APROXIMACIÓN A FELIPE TRIGO Y D. H. LAWRENCE

Trabajo que se acerca a la vida y a la obra del novelista extremeño Felipe Trigo y del inglés D. H. Lawrence. Ambos han sido tachados de es­critores eróticos durante mucho tiempo y, aunque esta consideración ya ha cambiado para Lawrence y empieza a cambiar para Trigo, gracias a estudios notables y reediciones, dicha etiqueta reductora sigue ensombreciendo la obra de los dos para muchos de los que no se han acercado a leerlos directamente.

Sus biografías presentan no pocas y, en ocasiones, sorprendentes coincidencias, algunas de las cuales son abordadas aquí. Infancia rural que les permitió conocer el habla dialectal de sus regiones que luego em­plearon ambos en sus novelas para caracterizar personajes y criticar la sociedad de su tiempo. Educados esmeradamente. Devoradores de lec­turas desde su infancia y primera juventud. Profundizan en los hallazgos de los grandes novelistas franceses del S. XIX.

Pero más allá de todo eso, lo que seguramente hizo que corrieran una suerte paralela en la consideración negativa de su obra es la concep­ción semejante que tienen del arte. Para ellos la novela es la repre­sentación máxima de realidad y de la vida. Ambos reivindican a través del erotismo y de personajes femeninos la independencia de la mujer, cosa que debió molestar en su tiempo y países más que el «erotismo» con que se pretendió arrinconar sus escritos. A nuestro juicio deben ser reconsi­derados como dos escritores excepcionales y vitalistas apasionados y, sobre todo, deben ser leídos.

HIDALGO MATEOS. Antonio CARIDAD Y ASJSTENCIA EN EL ANTIGUO RÉGIMEN, LAS ORDENANZAS GENERALES DEL REAL HOSPICIO, CASA DE EXPÓSITOS, HUÉRFANOS Y ACOGIDOS DE LA CIUDAD DE BADAJOZ

El hospicio de Badajoz era el único que había en la Provincia de Ex­tremadura. Comprendía a todos los pueblos del Obispado de Badajoz, así como a los del Obispado de Coria y a los de los tres Prioratos de las Or­denes Militares de Mérida, Llerena y la Serena, bajo el título de nuestra Señora de la Piedad. En primer lugar tenía como objeto acoger, lactar y criar todos los niños expósitos así como a los pobres que comprendían los mencionados términos. Asimismo se encargaba de mantener y educar en él a todos los niños así como a los más pobres, los miserables y los desamparados. Finalmente, otro de los propósitos del mismo fue el de corregir y mantener a todos aquellos implicados en determinadas causas con la justicia, así como la de acoger a aquellos a cuyo cargo estuviera su educación, siempre y cuando en la casa Hospicio hubiera lugar sufi­ciente para habilitar determinados departamentos para ellos, así como rentas suficientes para costearlo.

IGLESIAS AUNIÓN, Pablo UN CONFLICTO COMUNAL ENTRE LA CIUDADDE MÉRIDA Y SU COMARCA: LA VILLA DE MONTIJO. SIGLOS XVI-XX

La comunicación que se presenta a estos XXIX Coloquios Histó­ricos de Extremadura bajo el título Un conflicto comunal entre la ciudad de Mérida y pueblos de su comarca: la Villa de Montijo. Siglos XVI-XX, es fruto del análisis de cinco siglos de enfrentamientos entre la ciudad de Mérida y los pueblos que configuraban su comarca, encabezados por la villa de Montijo. Iniciado en la segunda mitad del siglo XVI, logra presentar su conjunto documental, una importante parcela de lo que fue la socie­dad, el modelo económico y político de la Extremadura del Antiguo Ré­gimen.

El Pleito, alcanzó una extraordinaria importancia en el siglo XVIII, por lo que este trabajo recoge con detenimiento una visión de los dos grandes núcleos poblacionales protagonistas del pleito: la ciudad de Mé­rida y la villa de Montijo en la centuria del dieciocho.

Directamente, se realiza un recorrido por los pueblos y aldeas que configuraban la denominada Comarca Emeritense durante todo el Anti­guo Régimen, analizándose los problemas que conllevó el aprovecha­miento comunal de estas tierras y de cómo ésta, la tierra, fue durante el Antiguo Régimen, un bien tan preciado que provocó pleitos y duros en­frentamientos como el que en este estudio se analiza, el cual no se ter­minó hasta la II República.

JIMÉNEZ MATEOS. Rufino PUNTUALIZACIONES SOBRE LA VIDA Y OBRA DE FRANCISCO PIZARRO

Trabajo recopilatorio sobre la vida y obra de Francisco Pizarro con aproximaciones a la fecha de nacimiento, lugar de nacimiento, dónde y cómo se desarrolló su juventud, sus virtudes, su carácter, su constancia, su lado humano, su fe, su vida y su muerte.

Tomado de los cronistas de la época, que vivieron su conquista y de otros más recientes, que aportan luz a mi pretensión, pero especial­mente basado en dos obras.

Las «Obras Completas» de Pedro de Cieza de León y la «Historia de la conquista del Perú» de William H. Prescott.

Pedro de Cieza, vivió la conquista, fue conquistador y pisó toda la ? tierra conquistada anotando datos en directo día a día, trabajando cuando los demás descansaban…

William H. Prescott, con memoria impresionante, retenía hasta 30 páginas de memoria, con grandes defectos de visión, que no conoció la conquista y quien sólo conoció parte de las obras de Pedro de Cieza. Au­tor que tiene antipatía a los Pizarro, pero que ante Francisco, a veces se rinde ante la evidencia e incurriendo en contradicciones.

LÓPEZ LÓPEZ, Teodoro Agustín LOS TERRITORIOS PRIORALES DE LAS ÓRDENES MILITARES EN LA BAJA EXTREMADURA

Durante siete siglos la Orden de Alcántara tuvo en la comarca de la Serena los Prioratos de Magacela (Villanueva) y Zalamea, así como la Orden de Santiago de la Espada tuvo el provisorato de Llerena (Mérida, conjuntamente) en la zona sur de Badajoz y pueblos limítrofes de Cáce­res. Somos deudores culturalmente de las hazañas, que protagonizaron en la Reconquista, como el patrimonio religioso que dejaron en las tierras bajoextremeñas.

Dos periodos diferenciados se distinguen: Por un lado los siglos XIII-XV de los grandes Maestres y Priores, ocupándose del orden ju­risdiccional y espiritual, respectivamente, y por otro los siglos XVI-XIX bajo la Corona, siendo maestres los Reyes de Castilla y León hasta la ida de Isabel II, ocasión que aprovechó Pío IX para su extinción con la Bula «Quo gravius» (1873), anexionándose los pueblos a la catedral más cercana.

Digno de resaltar son las donaciones de Fernando III y Alfonso IX a las Ordenes Militares, que repueblan las tierras reconquistadas, quie­nes potencian o levantan los castillos medievales, en torno a los cuales se vasallan distintos pueblos. Son seis fortalezas: Alange, Hornachos, Mérida, Montánchez, Montemolín y Reina, que aglutinaron 74 pueblos bajo la acción santiaguista y las fortalezas alcantarinas de Magacela y Zalamea, con 14 pueblos.

Toda la historia religiosa de estas zonas se incorpora a la diócesis pacense, haciéndola cinco veces mayor, cuando se produce la anexión.

MARTÍN JIMÉNEZ, Marcela LA CAPELLANÍA DEL ARCEDIANO D. RODRIGO PÉREZ, NATURAL DE CASAR DE CÁCERES, EXTREMADURA, EN LA CIUDAD DE LOS REYES, PERÚ

El Acta de Fundación de la Capellanía del Arcediano D. Rodrigo Pérez con la que se da testimonio del cumplimiento del testamento en «pro e doctrina» de los naturales de la Ciudad de los Reyes Perú, es un valiosísimo documento recogido del original, que presento a estos XXIX Coloquios Históricos de Extremadura.

Para mí es increíble poder reunir datos extremeños y peruanos, confirmar con lo que de Casar de Cáceres estaba preparando al llegar los escritos del Perú.

MARTÍN MARTÍN. Teodoro EL CONVENTO DE SANTA CATALINA DE LA VERA A FINES DEL ANTIGUO RÉGIMEN

La presente comunicación trata de llevar a cabo el análisis de un documento de fines del Antiguo Régimen. Se trata de una serie de in­ventarios que se mandan realizar en 1821 por los funcionarios de la Junta Nacional del Crédito Público tras las leyes de exclaustración. La reforma de los conventos que se lleva a cabo en el Trienio Liberal afec­ta al Convento de los dominicos de Aldeanueva de la Vera, el cual verá expulsados sus religiosos, incautadas sus propiedades y obras de ar­te. De todo ello se hace mención en este documento cuyo original se halla en la sección conventos suprimidos del Archivo Diocesano de Plasencia.

MONTAÑÉS PEREIRA, Roberto C. LEÓN LEAL RAMOS (1881-1959): UNA VIDA ENTREGADA AL APOSTOLADO SOCIAL

La presente ponencia pretende ser una retrospectiva crítica de la figura de León Leal Ramos (1881-1959), personaje destacado en la his­toria cacereña durante la primera mitad del siglo XX. Su transcendencia histórica derivaría del importante papel que desempeñó en la provincia altoextremeña en su lucha por la mejora humana y material de las clases sociales más humildes. Desde sus hondas convicciones religiosas como activo propagandista del movimiento de Acción Social, León Leal perso­nifica todos los proyectos de redención social desde diversos frentes te­máticos y planos de la realidad.

El objetivo de este estudio no es otro que la sistematización de las líneas generales de su pensamiento social a partir del análisis de la prolífica y fecunda producción intelectual que dejó su vocación divulgadora de los problemas sociales a lo largo de cinco décadas de intensa dedicación al apostolado social. Sus trabajos revisten la mayor de las veces un solemne tono de denuncia amarga y desgarrada que deja entrever una luz para la esperanza. Su espíritu generoso, optimista y vivaz, unido a su enorme voluntad de trabajo le permitió diseñar desde una óptica religiosa diversas soluciones sociales que comprendían desde medidas de índole socioeconómica como la fundación y expansión de instituciones de cré­dito popular (Cajas de ahorro) o la transformación del sistema de propie­dad rústica con vistas a una distribución equitativa de la riqueza, hasta medidas de alcance moral, la potenciación de la educación como instru­mento de regeneración social.

MORENO MORALES, Marcelino APROXIMACIÓN ESTADÍSTICA A LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD EN UN PEQUEÑO MUNICIPIO EXTREMEÑO ENTRE 1875 Y 1880

Esta comunicación presenta datos estadísticos acerca de la mor­talidad y la morbilidad en un pequeño municipio de Extremadura (Salva­tierra de Santiago, en la provincia de Cáceres) entre los años 1875 y 1880. Podemos apreciar que la mayoría de las muertes están relaciona­das con el aparato digestivo y el respiratorio y cómo más de la mitad de defunciones corresponden a niños de menos de 10 años. Por otra parte destacan como meses con mayor número de defunciones julio y febrero, siendo la estación con más defunciones el verano. Por lo que respecta a las enfermedades que causan más muertes en cada mes es necesario destacar como en enero más de la mitad de las muertes corresponden a causas relacionadas con el aparato respiratorio. Por el contrario en julio tres cuartas partes de las muertes se relacionan con el aparato digestivo. Y en diciembre casi dos tercios de las defunciones están originadas por patologías cerebrovasculares.

Entre las causas de muerte encontramos algunas tan curiosas co­mo: Bronquitis capilar, crujo verdadero, hidrohenia cerebral, reumatismo visceral y calentura hetria, ser incompatible la vida con el medio externo,«metroperitonitis consecutiva a un aborto», «erisipela flegmonosa» de las extremidades inferiores, pústula maligna y edema pulmonar «cistitis con incuria absoluta y peritonitis», «sifilides escamosa confluyente», «eclampasia sintomática de la dentición», «enfermedad de Mugnet», quemadura extensa en la región lumboglútea, asfixia por inmersión en el agua de la fuente de beber, reblandecimiento cerebral y úlcera, fiebre in­termitente perniciosa de forma cerebral, «coqueluches», «nefritis albuminúrica y edema consecutivo», «obturación del agujero del bozal», disen­tería, «anasarca e hidrohernia cerebral», bocio exoftálico, «hidropericardia y anasarea consecutiva», cistitis del cuello.

PASTOR SERRANO, Juan José A CAISA

Un pueblu serranu, Berruecana, una caisa cun portas gordas, qui dain pasu aun patiu cun porta a derecha, una escaleira empina qui subi a sobrau dil grandi e iargu coicina. Coimedul, un ventanina jaci intrar llur a coicina desdi a calli.

A fondu jai coicina cun fugón in mediu, dus poyatas alus laus pa sentirse, separa pur arcu achatau dil coimedul.

Sabi e fugún as lloris ondi poni e calderu agarrau a aitu sobri un maeru di castañu.

II comedeul tie unus treinta metrus di Iargu e mesmu e sobrau.

Enfrenti dil patiu jai un arcu, dus asientus a ambus laus paira lus centiñeras.

Entrandu jai una saila, enfrenti un jabitaciun cun porta di robli cun liboris esquimatices, e utra jabitaciun mais chica, con ventaninas aimbas a jortu, aimbas portas eiran noblis.

A otru lau jai un esqualeira a dobli, corriu to a Caisa, perú en os refortis di as maeras del techumbri jabian figuris groitescas qui imponin a subir.

Ista caisa debiu teñir un Ordin Melitar, pur su coicina-coimedul tan grandis, pur sus asientus a entra di a caisa, e pur añeju sus portas labras; peu salir Dius Cuandu;

In esta caisa puo pasar asina; A as seis di a maiñana il Maestru se leibanta e cun sus más allegaus encargan que jagan lumbri e prepaireis il almuerzu pa lus que están en caisa, jecharcharramandusca rapiamente alumbri e truer leiña e jacer las migas e truerme un cofi enseguita e un guevu escalondrigau.

Enseguita i truen su caiballu, jiremus a curcha e jaremus algu cun lus caiballus, mintras los soldaus jarán ejercicius e i rejoyu jasta a jora di a pitanza.

A doci venís us que jai en as pueblus e comieran cun nosotrus.

PAULE RUBIO, Ángel PIEDRA DE ALTAR VISIGODA EN SANTA CRUZ DE PANÍAGUA (CÁCERES) HERÁLDICA EN VILLANUEVA DE LA SIERRA

PELEGRI PEDROSA, Luis LOS APROVECHAMIENTOS COMUNALES EN LA SERENA EN EL SIGLO XVIII

Los aprovechamientos comunales fueron esenciales en la comar­ca de la Serena a lo largo del Antiguo Régimen, sin ellos no puede enten­derse ni la distribución de la propiedad de la tierra ni la economía gana­dera. Estos aprovechamientos se distribuían en tres jurisdicciones: los bienes de propios contenidos en los respectivos términos privados de ca­da población, los baldíos comuneros, disfrutados junto a otras villas y, por último, los pastizales aprovechados en la Real Dehesa de la Serena. To­dos ellos configuraban la propiedad amortizada, o de manos muertas, que estaba excluida del mercado de la tierra e incluía a las grandes de­hesas.

El último territorio mencionado constituyó la denominada Real Dehesa de la Serena, situada en su mayoría en el terreno «estepario» de la comarca, de suelos pizarrosos y poco profundos, pero dotada de finos pastos codiciados por los ganados trashumantes. Su historia es la sínte­sis de la dialéctica entre intereses y ganados trashumantes de la Mesta y ganados riberiegos o autóctonos, y la necesidad secular de tierra y pas­to de las dieciocho villas del partido. Ambas partes se disputaban el arren­damiento que la Corona efectuaba de dicho territorio.

PÉREZ GUEDEJO. José Joaquín LAS CAMPANAS DE ALMENDRAL. SU HISTORIA

En los cuatro templos que aún están abiertos al culto en Almen­dral se conservan ocho campanas. En los libros sacramentales y en los acuerdos municipales han quedado constancia de las fundiciones de éstas, dando detalles de la cantidad de metal empleado, el costo, el fundidor, el lugar de fundición, el peso…

El lenguaje de las campanas ha sido importante en la vida de la población, parte de estos toques se han ¡do perdiendo con el paso del tiempo.

PERIÁÑEZ GÓMEZ, Rocío EL COMERCIO ESCLAVISTA EN LA BAJA EXTREMADURA DE LOS TIEMPOS MODERNOS: JEREZ DE LOS CABALLEROS

Conocemos la presencia de esclavos en la sociedad extreme­ña de los tiempos modernos gracias a algunas investigaciones que han permitido ampliar el espacio conocido sobre el tema. Con este trabajo queremos hacer una pequeña aportación en esa labor de reconstrucción del pasado analizando una de las manifestaciones del fe­nómeno esclavista: el comercio, en una ciudad extremeña, Jerez de los Caballeros.

Para este trabajo hemos aprovechado la información que nos brindan los protocolos notariales de dicha ciudad y que hemos vaciado para todo el siglo XVII, fijándonos especialmente en las escrituras de compra-venta y los poderes para vender esclavos. Estos documentos nos ofrecen una información única para conocer cuáles eran las carac­terísticas de ese tipo de actividad mercantil centrada en personas sin libertad: quiénes eran los habituales compradores y vendedores, las características de los esclavos que se venden, los precios que alcan­zan en el mercado, la repercusión de la guerra de independencia por­tuguesa en el comercio esclavista.

PRADO GARCÍA José Miguel DÍEZ-CANEDO Y LEÓN FELIPE UNIDOS POR LA VIDA, LA POESÍA Y EL DESTINO

El pacense Enrique Díez-Canedo, intelectual, poeta y crítico litera­rio eminente, tuvo una estrecha relación con el gran poeta León Felipe. El primer encuentro entre ambos se produjo en Madrid en 1929 y fue de­cisivo, especialmente para León Felipe en cuanto supuso su reconoci­miento definitivo como poeta. Para Díez-Canedo el descubrimiento del poeta añade mérito a su nutrida labor de crítico literario agudísimo, obje­tivo, cabal y generoso que supo apreciar la calidad literaria y humana por encima de las modas, conveniencias y otras razones ajenas al arte. La estimación y el aprecio mutuos como creadores y como hombres duró to­da la vida y más, como recordaremos en el caso de León Felipe, que le sobrevivió.

Crucial para la vida y la obra de ambos -y de tantos otros- serán la Guerra Civil y el exilio en México, donde volvieron a coincidir. En es­te periodo y en aquel primer encuentro en Madrid se centra este tra­bajo.

PULIDO MENDOZA, Manuel RESUMEN DE LA COMUNICACIÓN «CREACIÓN LÉXICA Y ESTÉTICA POSMODERNA EN LA OBRA LITERARIA DE MANUEL PACHECO»

Se ha señalado, recientemente, y con acierto, que la creación lé­xica es la nota predominante de la poesía de Manuel Pacheco. Cuando se nos planteó la posibilidad de realizar un trabajo acerca de esta desta­cada característica pachequiana, no era el qué y el cómo de la creación léxica de Pacheco lo que nos atraía, sino el porqué. Pacheco no crea nue­vas palabras, nunca antes leídas en poesía, por capricho o por incapaci­dad expresiva -que podría señalar algún crítico poco avispado o malicio­so-, sino como una consecuencia necesaria y coherente de su postura artística, tanto estética como ética. Es precisamente la madurez artística del badajocense la que lo lleva a esta libre experimentación vanguardista. Pacheco, con su peculiar forma de escribir a su «modo», dio ejemplo de una capacidad creativa vitalista y comprometida con el ser humano y su libertad. Pacheco demostró estar a la altura de sus tiempos y supo llevar a cabo, de forma individual, una producción literaria capaz de superar to­das sus limitaciones geográficas, políticas, económicas y de formación. Portante, se puede afirmar, sin temor a equivocarse tras una lectura aten­ta de sus libros, que la obra de Pacheco merece un lugar entre las mejores producciones de la posmodernidad literaria hispánica, con la que com­parte rasgos comunes: surrealismo, dadaísmo (la anti-poesía), vanguar­dismo expresionista (signismo), actitud iconoclasta, lúdicay naive, vita­lismo y compromiso con la libertad humana.

QUIJADA GONZÁLEZ, Domingo DON JUSTO CORCHÓN GARCÍA Y EXTREMADURA

No son muchos los datos biográficos existentes sobre este gran geógrafo, historiador (más lo primero que lo segundo, aunque no descui­dó esta última faceta) y tantos otros atributos más que le podríamos apli­car sin exagerar demasiado; dado que su continuidad familiar o genera­cional se interrumpió en este sector extremeño, pues no conocemos pa­rientes directos en esta zona que nos puedan aportar algún otro elemen­to.

De todos modos, conocemos lo fundamental: Su obra de, en y para Extremadura; que, al fin y al cabo, es lo que deseamos enjuiciar; y -tal vez- nuestros lectores u oyentes conocer (si no lo han hecho ya, algo que me extraña en el colectivo de las Ciencias Sociales extreme­ñas).

Justo Corchón termina sus estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid en el año 1941, al poco de concluir la fratricida Guerra Civil española.

Dos años después, en 1943, don Justo es nombrado -por oposi­ción- Catedrático de Geografía e Historia del Instituto de Enseñanza Me­dia de Cáceres; a donde llega y ejerce durante once años, en esa difícil época. A la vez que realiza su labor docente («con celo, competencia y entusiasta dedicación», a juicio de don Manuel de Terán), lleva a cabo otra misión (que podríamos considerar doble, aunque se complementa­ban ambas): La investigación histórica y geográfica extremeña (general o de algunos aspectos), y la realización de su tesis doctoral acerca de la comarca cacereño-toledana del Campo Arañuelo (en la que invirtió cinco años, para lo que recorrió «a pie, en bici o en coche de línea, y recalando en fondas y posadas», de acuerdo con Terán).

Una vez finalizada, lee su tesis en 1952 en la mencionada Univer­sidad de Madrid, mereciendo la calificación de «sobresaliente»; a la que conceden después el «Premio Extraordinario del Doctorado» de la Uni­versidad Central de Madrid (entre los vocales del Tribunal estaba el emi­nente geógrafo citado don Manuel Terán Álvarez, que haría el Prólogo cuando editó la obra). Su obra maestra -a juicio del anterior y de otros mu­chos-, y que sobresale sobre el resto de sus trabajos, aunque sólo sea porque constituyó el germen y la base para muchas de las posteriores, especialmente en el apartado bibliográfico.

También fue Académico correspondiente de la Real de la Historia, Socio de número de la Real Sociedad Geográfica, Secretario de la Co­misión de Monumentos de Cáceres, y otros más que ahora no recuerdo o que desconozco.

Fue becado por el Instituto Juan Sebastián Elcano, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, para poder llevar a cabo otra gran investigación (que rivaliza con la anterior): Bibliografía Geográfica Extremeña (que luego veremos). En esta obra colaboraron con él gran­des eruditos extremeños: Don Víctor García Camino, Rodríguez Moñino, Ortí Belmente, Conde de San Miguel, Vidal Box, Hernández Pacheco (E. y F.), Pulido, Martín Gil, etc.

RAMOS RUBIO, José Antonio CRÓNICA DE LA CONQUISTA DE LA VILLA Y CASTILLO DE TRUJILLO POR D. ALVARO DE LUNA

Aportaciones inéditas acerca de la toma de la villa y castillo de Trujillo por el Condestable de Castilla y Maestre de Santiago, don Álvaro de Luna, en la escena política de Castilla durante la tormentosa primera mi­tad del siglo XV.

Investigaciones recogidas de la propia «Crónica de Álvaro de Lu­na», así como de documentos del Archivo Municipal de Trujillo, de la bio­grafía del Condestable de Castilla, escrita por un familiar suyo (impresa en Milán en 1546 y en Madrid en 1784) y aportaciones de aquellos que espigaron los trazos de su extensa gloria literaria como Jorge Manrique, Quintana, Juan de Mena y Fernán Pérez del Pulgar.

Interesándonos en este estudio por la relación existente entre Tru­jillo y don Álvaro de Luna, con toda la llaneza y precisión que los textos originales merecen.

RIVERO, Francisco EL BRÓCENSE, EN EL TELETEXTO Y EN INTERNET

Y Cervantes escribió en La Galatea:

Aunque el ingenio y elocuencia vuestra Francisco Sánchez se me concediera Por torpe me juzgara, y poco diestra Si a querer alabaros me pusiera

Lengua del cielo única y maestra Tiene de ser la que para la carrera De vuestras alabanzas se dilate Que hacerlo humana lengua es disparate

¿Pero quién fue El Brocense? Francisco Sánchez nació en la vi cacereña de Las Brozas en 1523 y murió en Valladolid en 1600. Gramáticos como Ferdinan de Saussure o el norteamericano Noam Chomsky siguen sus teorías gramaticales cuatro siglos más tarde.

El Brocense se casó dos veces y tuvo 12 hijos, por lo que su vi fue entorpecida por la falta de dinero y tuvo que trabajar durísimo para alimentación de su prole. Aspiró a la cátedra de Retórica, en la Universidad de Salamanca. Fue suspendido varias veces hasta que al final lo consiguió. De padres pobres, estudió en Evora (Portugal) con sus tíos, cercanos a la corte lusa.

Fue El Brocense un hombre discutido y fanfarrón en las cosas del saber. Amaba, sobre todo, la Gramática, aunque también se interesó por las Humanidades griegas y latinas. También era aficionado a estudiar música, arqueología, cosmografía, astronomía, medicina, leyes, ciencia filosofía y también… algo de teología.

Su máxima era «Jamás estuve de acuerdo con mis maestros» Esto se lo aplicó como maestro a sus alumnos. Y tuvo serios problemas con la Inquisición. Se metió a hablar demasiado de temas teológicos y se’ envuelto en dos procesos inquisitoriales. El inquisidor Antonio de Arce hizo su retrato: «Sánchez es de ánimo libre e indócil».

No se ajustaba a las normas. En sus teorías llegó a decir cosas tan curiosas como estas: Negaba el nacimiento de Jesús en el pesebre, o que fuera circundado por Simeón.

También negaba que los Magos fuesen Reyes, que Santa Lucía se sacase los ojos, o que los teólogos supieran algo. La Inquisición repren­dió públicamente al maestro de la Universidad de Salamanca, y ahí que­dó todo. Era 1584, tras 30 años de catedrático.

En una villa tan histórica como Las Brozas, donde Antonio de Nebrija escribió parte de su Gramática Española en 1492. En una población donde nació Nicolás de Ovando, el primer gobernador español en las In­dias, y que abrió América como imperio para España. Allí, el ilustre gra­mático y pensador, Francisco Sánchez de las Brozas, debería tener un museo que honre su memoria. Ese es un reto a cumplir.

RUBIO ANDRADA, Manuel PASTOR GONZÁLEZ, Vicente LOS GRABADOS PREHISTÓRICOS DEL RÍO TEJADILLA

El valle del río Tejadilla, situado en la parte norte de la sierra de Madroñera, Cáceres, contiene una amplia serie de interesantes grabados. Ofrecemos en este trabajo su catalogación, enumeración y análisis de las técnicas de realización, la distribución en las rocas que le sirven de soporte, sus contenidos, etc., todo ello incluye claramente a los más significativos en la época del Bronce. Junto al grabado del Cándalo en Garciaz, Cáceres, presentado en la pasada edición de es­tos Coloquios, nos unen directamente con los grabados de Hurdes y el Norte de Portugal. Para la próxima edición esperamos aportar el es­tudio de los conocidos en la parte trujillana de nuestra penillanura. En cuanto a su número diremos que se diluye a medida que nos alejamos de ese periodo pudiendo decir que tanto los comienzos en el Paleolí­tico Final como los finales, ya en época histórica, son puntuales aun­que por ello no menos cierto.

SORIA BREÑA, María Ángeles SORIA SÁNCHEZ, Valentín DIVINIDADES GRIEGAS Y LATINAS EN LA EPIGRAFÍA DE EXTREMADURA

En esta investigación epigráfica vamos a enumerar las divinidades griegas y latinas en Extremadura. Escribiremos el lugar de la inscripción y el nombre solamente o la inscripción completa.

1. ADAECINA. Alcuéscar. DDS / TVRIBR / IADAEC / IRAE / CCSEV/IRVS/ALVS.CI).

2. ADAECUNA. Herguijuela (SANCTAE) / TVRIBRIGE / PPLO-RIVS / VENVSTVS / LAPOSVIT (2).

3. Herguijuela. SANCTAE/ACCRAS/TENAVITA/LISEXV/AIP (3).

4. Ataecina. Mérida. DEAE / (ATAECINAE)(4).

5. Ataecina. Mérida. DEAESANCTAE/SAC/CAELIVS/PHILINV-SALP(5).

6. DDS: Malpartida de Cáceres. DDS / POSVERVNT(6).

7. Daegina. Cáceres. SEAT/COCCEIVS/ NODESTI /AVSVS(7).

8. Daegina. Cáceres. DSTADMCTORIN/SERCS/VERAE/ALVS (8).

9. Aexo. Brozas. CILIVS/CAENONIS/FAPVLVS/EAECO/VSLM (9).

10. Brozas. CILEAFV / SCINI / FAPVLVS / EAECO / VLAS (10).

11. Brozas. QVEVITO(E)AECO / AVFCELERET / CORNELIA / FLAVIANAS / ACERDOTESAT / IVTORIOPARENT / TVIMPANTO / (NI)NIETTINE / IOSACERDOTES(COS)(11).

12. Aeco. Santiago de Alburquerque. AECO/BCRESCENS (12).

13. Aenidivo. Zorita. AENIDIVI/VARIA(C)LE / (ME)NTISF / VOTV(M)/SOLVIT(13).

14. AERBIN / CSEM / PRONVVSAVITV / SLAVS (14).

15. AIIODCINO. Baños de Montemayor. AIIOADCINO (15).

16. Angefico. Caparra. MAGILO/LGOVTIF/ARAANGEF/ICIFC (16).

17. BANDIAE/AOPOLO/SEGOLV/LVPVSTA/NCINVFALVS (17).

18. Valencia de Alcántara. APOLINI / VALERIA / APL (18).

19. Coria. ARENTIA / ARENTIO / AMRV / NAECO / SILO / MANWSLM(19).

SORIA SÁNCHEZ, Valentín CAMPO ARAÑUELO: CRUCE DE CAMINOS ALCANTARINOS. INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

Voy a dar cifras y lugares concretos quienes vivieron y pasaron por Campo Arañuelo. La calzada de Madrid a Sevilla ha sido punto de en­cuentro y de tránsito. Los puentes y barcas del Tajo y del Tiétar han servido de paso obligado de los que habitaron Navalmoral y comarca.

Hacemos una introducción para caminantes por el Campo Arañue­lo.

Comenzamos por el siglo XV. Mi recordado amigo Hipólito Amez Prieto, administrador del Monasterio Guadalupense ha publicado un in­teresante libro en Guadalupe, 1999, «La provincia de San Gabriel de la descalcez franciscana extremeña». De ahí he recogido los datos, fechas y nombres de quienes caminaron por el Campo Arañuelo.

Fueron y vinieron por los ríos, por las calzadas y se alojaron en los conventos y en las posadas que hoy son ruinas.

1453. Mayo, 28. Nace en Puebla de Alcocer Fray Juan de la Pue­bla. Hijo de los condes de Belalcázar, Alvaro de Sotomayor y Elvira Man­rique Zuñiga.

1471. Jerónimo en el Monasterio de Guadalupe.

1476. Se funda en Belalcázar un convento franciscano.

1480. En Italia, junto a Asís, en Le Carceri, vive Fray Juan de la Puebla en el eremitorio observante por concesión de Sixto IV.

1486. Llega a Belalcázar para asuntos familiares con autorización de Inocencio VIII.

VAQUERO VÁZQUEZ, José Luis PERFILES HUMANOS Y HUMANISTAS DE «EL BROCENSE»

Francisco Sánchez Flores, más conocido con el sobrenombre de El Brocense», nació en Brozas en el seno de una familia de hidalgos, en­tre los años 1523 y 1527.

Recibió sus primeras letras en su localidad natal y, cuando apenas tenía 11 años de edad, unos tíos paternos, que formaban parte de la Corte de los reyes de Portugal, se lo llevaron con ellos, primero a Evora y, más tarde, a Lisboa con el fin de tutelar su formación humanística en lenguas clásicas. Llegó un momento en el que alternó sus estudios con un puesto en la citada Corte lusitana.

De vuelta a nuestro país dejó, en contra de la voluntad de los suyos, la Corte española, porque dado su carácter difícil, díscolo, independiente e inquieto, no encajaba con la labor monótona, rutinaria y sumisa del fun­cionario real.

A sugerencias de sus familiares más cercanos que pretendían que encaminara sus pasos hacia la vida religiosa inició, sin entusiasmo, los estudios de filosofía y teología en la Universidad de Salamanca, por lo que poco tiempo después los abandonó para consagrarse de lleno al cultivo de las lenguas griega y latina, así como a la historia, retórica, poesía y otros conocimientos que tanto le atraían y le llamaban poderosamente la atención.

El conocimiento profundo de las obras de los autores clásicos le llevó a convertirse en uno de los humanistas más célebres de su tiempo, rivalizan­do en saber con Arias Montano y Luis Vives. Mucho tuvieron que ver en ello maestros y profesores del prestigio de «El Pinciano» y León Castro.

En 1554, poco tiempo después de conseguir el título de Bachiller en Artes, le nombraron suplente de la Cátedra de Prima de Retórica de la Universidad de Salamanca, impartiendo también ciases de lengua griega, lengua que dominaba a la perfección.

A partir de 1573, después de alcanzar los grados de licenciado y maestro, logra la titularidad de la Cátedra de Retórica.

A pesar de que conocía a fondo la lengua latina, fue uno de los pri­meros maestros que era partidario de impartir las clases en la lengua ver­nácula.

VÁZQUEZ FERNÁNDEZ, Luis TRES DOCUMENTOS INÉDITOS DE HERNANDO PIZARRO, UN PAR DE AÑOS DESPUÉS DE HABER SIDO LIBERADO DE SU PRISIÓN DE MEDINA (AGOSTO,OCTUBRE Y NOVIEMBRE DE 1562).

Oct 092013
 

Las Ordenanzas Generales del Real Hospicio, casa de expósitos, huérfanos y acogidos de la ciudad de Badajoz.

Por Antonio Hidalgo Mateos.

Licenciado en Historia Moderna

El Hospicio de Badajoz era el único que había en la Provincia de Extremadura. Comprendía a todos los pueblos del Obispado de Badajoz, así como a los del Obispado de Coria y a los de los tres Prioratos de las Órdenes Militares de Mérida, Llerena y la Serena, bajo el título de nuestra Señora de la Piedad. En primer lugar, tenía como objeto acoger, laclar y criar a todos los niños expósitos así como a los pobres que comprendían los mencionados términos. Así mismo se encargaba de mantener y educar en él a todos los niños, así como a los más pobres, los miserables y los desamparados. Finalmente, otro de los propósitos del mismo fue el de corregir y mantener a todos aquellos implicados en determinadas causas con la justicia, así como la de acoger a aquellos a cuyo cargo estuviera su educación, siempre y cuando en la casa Hospicio hubiera lugar suficiente para habilitar determinados departamentos para ellos, así como rentas suficientes para costearlo.

Edificio suntuoso y de gran capacidad, se edificó de tal manera que ambos sexos estuvieran separados; igualmente se le dotó de una serie de dependencias destinadas a oficinas, así como de los departamentos para la servidumbre requerida para alojar a los diferentes empleados. Estos empleados estaban repartidos en los dormitorios y refectorios requeridos para su descanso y alimento como correspondía a cada una de las oficinas de Fábrica de lana y lino, de Zapatería, de Carpintería y sastrería, así como los de las Escuela de primeras letras.

Puesto que esta fundación estaba dirigida a todos aquellos que por falta de padres conocidos, por miseria o por mala crianza carecían de alimento y de disciplina, se estipula que se tenga especial cuidado en atender estar necesidades primarias, así como «en que residan con reKogt’miento, moderación de costumbres, y santo temor de Dios, dándoles pasto espiritual Se pone especial interés en que se les procure una ocupación honesta, en función

1 Archivo Centra] del Ministerio de Hacienda. «Constituciones, ordenanzas y reglamentos del Rea! Hospicio, casa de expósitos, huérfanos, acogidos y mugeres de mal vivir de la ciudad de Badajoz, como también de los quatro agregados a él, nominados Concepción, Piedad, Cruz y Misericordia». Título I, pág. 28.

 

de sus posibilidades, empleándoles en el servicio y limpieza de la casa, así como en todas las labores necesarias, tanto en los departamentos de los oficios expresados como en las fábricas de hilados y tejidos de paños bastos, picotes, estameñas y lienzos, según el vestuario de los acogidos, dedicándolos en función de su edad, complexión física, habilidad y destreza en estas manufacturas, señalándoles alguna tarea diaria. En el caso de que las mismas no se cumplieran, podrían ser amonestados y castigados cuando por malicia o pereza se reincidiera en las faltas.

Todos los acogidos debían ser mantenidos de los fondos con los que estaba dotado el Hospicio. Los que estaban sanos con alimentos y vestuario, que moderado era el suficiente como para poder garantizar la salud en las estaciones más rigurosas; a los enfermos se les debía dar todo el alimento que fuera posible, administrándoles medicamentos de la botica según dispusiera el Médico Cirujano con el que estaba dotado el Hospicio y encargado de velar por la salud de los hospicianos. Todos los enfermos de ambos sexos que hubiera en el Real Hospicio debían de pasarse para su curación al Hospital de San Sebastián, para suyo fin se determino la agregación del mismo al Real Hospicio. Para las enfermedades ligeras e indisposiciones de los niños expósitos se nombraba, por parte del Juez Conservador, un Médico y Cirujano, al cual se de daba «una moderada gratificación», procurando que en todo momentos procedieran los mismos de los fondos del propio Hospital. En caso de que muriese alguno de los pobres, se acuerda que fuera enterrado en el cementerio o Campo Santo del Hospital de San Sebastián por el Capellán Rector, como PárnráSTTeniente y Local, asistiendo al mismo «los clérigos que quisieran exercitar esta caridad», así como los pobres del Hospicio, cuatro de los cuales llevaban el ataúd que para tal circunstancia se hubiera preparado.

Todos los individuos del Real Hospicio debían cumplir con los preceptos anuales de la confesión y la comunión en su capilla, llamando para ello a los religiosos y confesores, encargando al Rector, como Cura Local, que cuidara de la puntual observancia de esta obligación.

La caridad se ejerce dando acogimiento a los desamparados y pobres mendigos e involuntarios, pero sólo de los pueblos del distrito del Hospicio, ya que son estos los que contribuyen con las principales rentas consignadas para su manutención; por esta causa, se solicita que se tuviera especial cuidado en averiguar si son de dichos pueblos y verdaderamente desvalidos, para que pudieran ser admitidos por el Juez Conservador. Una vez verificada la procedencia de los mismos, pasarían a depender del Mayordomo y del

2 Archivo Central del Ministerio de Hacienda. «Constituciones, ordenanzas y reglamentos del Real Hospicio, casa de expósitos, huérfanos, acogidos y mugeres de mal vivir de la ciudad de Badajoz, como también de los quatro agregados a él, nominados Concepción, Piedad, Cruz y Misericordia». Título I, pág. 29.

 

Rector, para que se les asentara en los libros de entradas y salidas de los acogidos; en estos libros se va a anotar desde sus nombres y apellidos hasta sus señas personales, pasando por su patria y su estado. Sirven estos asientos de entradas y salidas, a parte de para registrar a los acogidos, para anotar los motivos y destinos para los que se justificaba la distribución de víveres y ropas.

Respecto a las ropas, las que debían de gastar los pobres debían de ser: camisa interior de lienzo basto, chupa y calzón de paños groseros, labrados en las Fábricas del Hospicio, medias de lana, o en su lugar calcetas de hilaza, zapatos ordinarios y un ropón del mismo paño pardo o de mezclilla con su valona. Para que se pudiera distinguir a los hospicianos del resto, debían llevar cosido al lado izquierdo un medallón con la efigie de nuestra Señora de la Piedad. Las mujeres podían ser vestidas con camisas del mismo lienzo, pañuelo de tela gruesa de algodón o lino, enaguas de bayeta y jubón de estameña o picote pardo, procurándoles algunas basquinas y mantillas para que salieran los días de fiesta, siempre bajo licencia del Rector y acompañadas de la Superiora o Maestra que se encargaban del cuidado de la compostura y del juicio de las mismas, para que así se viera la buena educación que recibían en el hospicio.

La lactancia de los expósitos de todos los pueblos del distrito de la Real Fundación fue el principal motivo «…que inclinó a S. Aíael socorro de estos desgraciados, dignos de privilegiada atención, expuestos a perecejrem la inclemencia, o a vivir y criarse sin educación, haciéndose infructuosos al Estaaq …f Con tal fin, cada capital debía de tener un Torno con cuerda y campanilla, en casa y sitio proporcionado por los Partidos de Badajoz, Mérida, Llerena, Villanueva de la Serena, Zafra, Alcáiífáík, Fregenal, Albuquerque y Jerez, con una distribución a corta distancia de seis leguas, todos los pueblos del distrito del mencionado Hospicio. En todas las Casas-torno se estable que debían tener los Vice-Protectores, personas que cuidaran de vestir, limpiar y buscar quien les diera el pecho, o quien les administrare otro tipo de alimentos entretanto se buscaban Amas saludables. Así mismo, para ampliar la cobertura del socorro, en las Cabezas de Partido, si hubiese, especialmente en Badajoz, se tendrían cuartos dentro de las mismas casas en los que se pudieran ocultar las mujeres embarazadas el tiempo preciso hasta el parto, guardando así todo sigilo, y precaviendo por el honor de la misma, evitando con ello los abortos o infanticidios.

En beneficio de los recién nacidos, y para que no estuvieran durante mucho tiempo expuestos a las inclemencias del tiempo, así como para dotar a las Amas encargadas de

Archivo Central del Ministerio de Hacienda. «Constituciones, ordenanzas y reglamentos del Real Hospicio, casa de expósitos, huérfanos, acogidos y mugeres de mal vivir de la ciudad de Badajoz, como también de los quatro agregados a él, nominados Concepción, Piedad, Cruz y Misericordia». Título I, pág. 31.

Cada legua castellana equivalía, aproximadamente, a unos 5 kilómetros.

 

lactarios, se procura a las mismas una limosna de cuarenta y cuatro reales. Esta cantidad estaba destinada a la compra de lienzos, y para que no fuera malversada, el Ropero por su parte debía de dar al Vice-Protector algunas docenas, y por su parte, éste al Ama de Torno cuatro o seis ropillas con el objeto de vestir a los recién nacidos. Aunque llevaran cédula en la que expresaran ser bautizados, aunque figurara su nombre, a los expósitos se les debía volver a administrar sub conditione el mencionado sacramento para asegurar así sus almas, lo cual debían hacer los párrocos gratis. Una vez bautizados eran entregados a la Ama que lo debía de laclar.

Los expósitos de Badajoz eran anotados por el Vice-Protector en el Libro que para este fin debía de haber, en el que se expresaba el día, hora y nombre que indicara, en el caso de que la llevara, la cédula de bautismo; si no la tuviera, se anotaría en el mismo libro el día del bautizo, el nombre que se le puso, las señas, con el fin de poder averiguar su identidad, asentándose también el nombres y habitación del Ama que se haría cargo de su lactancia. Cuando los expósitos correspondían al resto de las Cabezas de Partido, así como en los pueblos que estaban asignados a cada una, según la distancia a la misma, debía ser recogido con prontitud de manos de las Justicias y del párroco, para que se le suministrara el sagrado bautismo, tal y como ya se comentó, expidiendo el párroco, de forma gratuita, la partida de bautismo. Además de la partida de bautismo, el párroco debía de redactar un informe con todos los datos posibles, sobre el modo y forma en que fue hallado, remitiéndolo a la Contaduría del Hospicio, en donde se debía de hacer el asiento de todos los expósitos, con el fin de que desde la misma se giraran las libranzas necesarias para el pago de las Amas. Corresponde a las justicias locales el buscar a las mencionada Ama de cría, a ser posible desembarazadas de sus propios hijos; en el caso de que no las hubiera voluntarias, se procedería contra las que pudiendo criar no quisieran.

Las mencionadas justicias estaban obligadas a dar de los caudales de propios, con la mayor celeridad, los cuarenta y cuatro reales destinados a habilitar las primeras ropas, así como a socorrer a las Amas hasta que estuviera cumplido cada tercio, momento en el que sería librado por la Contaduría, contra el Arca, el todo o prorratas al respecto de treinta reales al mes, tal y como manda el Edicto dado en 1758 por el Intendente General del Ejército y Provincia de Extremadura, don Ramón de Larumbe, cuidando de poner al Protector caudales suficientes en cada Vice-Protector de los expósitos de los Partidos, para que pudieran pagar las libranzas. En el pago de las mismas, intervenían las justicias y los párrocos, ios cuales darían gratis las partidas de entierro que debían de legitimar el día en que concluía el pago a cada Ama.

En la ciudad de Badajoz de debían de hacer mensualmente los pagos en una oficina del Real Hospicio, a la cual concurrirían el último día de cada mes el Juez Conservador, el Contador, el Vice-Protector, el Mayordomo con dinero suficiente y el Médico Cirujano, para revisar la salud de los infantes, así como para comprobar la calidad de la leches de las

 

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nutrices. Se estipula que a cada una de ellas se le pagara treinta y tres reales para las de Badajoz, y treinta reales a las Amas de los otros pueblos de los partidos. Además se les pagaba, esto sí es a todas, cuarenta y cuatro reales a finales de año con el fin de reponer las ropillas de los niños a cargo de las Amas.

Los socorros dispensados por esta institución será ampliados también a los niños huérfanos o de madres que no pueden criarlos con la leche de su propio pecho, o no pueden pagar a Ama. Para ello se fija el número de 18 en Badajoz y 12 en el término de su partido. Previo informe de los párrocos, Médico, Cirujano y Vice-Protector de la capital, o de los Curas y Justicias de los pueblos, cuando hubiera una vacante, y previa presentación de la fe de bautismo, deberían pagar a las Amas como si fueran expósitos por los meses que les faltan para cumplir un año desde su nacimiento; ello, tal y como se constata en la documentación, afectaba a los fondos del hospicio, diminuyendo la disponibilidad de los mismos.

Una vez que los expósitos habían cumplido los seis años preceptuados que debían de estar al cargo de sus Amas, de los que durante diez y ocho meses serían de lactancia5, pasados los cuales las Justicias deberían de avisar al Protector para que el mismo diera la orden del traslado del infante hasta el Hospicio. Pero si el Juez Conservador notase algún descuido por parte de las Amas, tales como falta de educación, mala conducta o cualquier otro tipo de consideraciones, éste podría determinar que antes de los seis años de edad pasara a depender directamente del Hospicio, buscando con ello el bien del menor. También se contempla el caso de las adopciones, ya que si las Amas que lactaban y criaban a los expósitos quisieran quedarse con ellos con el fin de prohijarlos y adoptarlos, siempre que «…los maridos de las que les tengan no sean viciosos, blasfemos, ni obscenos…» y estuvieran en disposición, sobre todo económica, de poder criarles y mantenerles, por parte del Hospicio no había ningún tipo de inconveniente; eso sí, debían de asegurar su manutención y enseñanza, a costa de la familia que adoptaba, así como de algún oficio con el que se pudiera ganar la vida en el futuro, en el caso de los varones; a las hembras, llegados los quince años, se las debía de dotar con cincuenta ducados por cada cinco años.

Otro de los objetivos que movieron a la fundación del Real Hospicio fue la de dar acogida a los huérfanos y desamparados que hubiere en las ciudades, villas y lugares del distrito comprendidos en la Provincia. Para ser acogidos han de ser enviados por las justicias y los párrocos, quienes tenían que redactar un informe detallado sobre la persona para la que

5 Orden dada por S. M. el 25 de Abril de 1794, comunicada a la Junta de Gobierno del Excelentísimo Señor Duque de la Alcudia Don Manuel Godoy, su primer Secretario. Archivo Central del Ministerio de Hacienda. «Constituciones, ordenanzas y reglamentos del Real Hospicio, casa de expósitos, huérfanos, acogidos y mugeres de mal vivir de la ciudad de Badajoz, como también de los quatro agregados a él, nominados Concepción, Piedad, Cruz y Misericordia». Título I, pág. 36.

 

se solicitaba el acogimiento en el hospicio, en el que se le daría una educación cristiana, habilitándolos para el trabajo en las Fábricas y Oficios para los que fueran útiles, principalmente para aquellos que se desarrollaban en el hospicio. Por huérfanos y desamparados se entendía a los hijos de las familias más pobres, a quienes les había faltado el padre y la madre sin dejarles bienes algunos, a aquellos que sólo tenían madre, pero esta no podía alimentarles, o a aquellos otros que teniendo padre, este pasaba de los sesenta años y se encontraba imposibilitado para trabajar, bien por falta de salud, bien por tener algún defecto corporal o por que el número de hijos teniendo alguna de estar condiciones superaba el de cuatro menores.

Corría a cargo del Protector y Director el examinar los que debían de ser tenidos como verdaderos huérfanos por medio de informes solicitados a los Vice-protectores de los Partidos y a las Justicias de los pueblos a los que pertenecían los desvalidos, así como los informes de otras personas que pudieran aportar datos concretos sobre el estado, condición y procedencia de los mismos. Aquellos se encargaban de decretar la conducción de los huérfanos al Hospicio, distinguiendo en el asiento de los mismo el sexo y la clase, encargan a los Maestros y Maestras que los distribuyeran como mejor les pareciera para poder educarlos «…el primer cuidado en que se les enseñen caritativamente con amor y blandura la Doctrina Christiana por el Catecismo del Padre Ripalda, las reglas de las buenas costumbres, la moderación en todas las cosfis y por fin el santo temor de Dios, respeto a las cosas sagradas, y obediencia a los Superiores^.», pero mayor énfasis se pone en la enseñanza de las primeras letras por los Maestros de la Casa Hospicio a los niños que no tuvieran las fuerzas suficientes para dedicarlos al aprendizaje de los oficios mecánicos y de manufacturas en las fábricas de hilados y tejido de lanas que el hospicio detentaba.

Una vez los infantes habían llegado a los catorce años, se les debía procurar un

destino fuera del Hospicio para que no fueran gravosos al mismo, exceptuando a aquellos que

I -j fueran útiles en las manufacturas y las fábricas «…para que estas no tengan decadencia)…».

Aquellos que no fueran necesarios, deberían ser aplicados en las manufacturas y fábricas que hubiera en la provincia, en los astilleros y arsenales, a las fábricas de lonas y jarcias, al Real servicio o reemplazo de milicias o a la marina, si fueran aptos, a lo cual procedería el Protector cuando el número se hiciera excesivo.

6   Archivo Central del Ministerio de Hacienda. «Constituciones, ordenanzas y reglamentos del Real Hospicio, casa de expósitos, huérfanos, acogidos y mugeres de mal vivir de la ciudad de Badajoz, como también de los quatro agregados a él, nominados Concepción, Piedad, Cruz y Misericordia». Título I, pág. 38.

7   Archivo Central del Ministerio de Hacienda. «Constituciones, ordenanzas y reglamentos del Real Hospicio, casa de expósitos, huérfanos, acogidos y mugeres de mal vivir de la ciudad de Badajoz, como también de los quatro agregados a él, nominados Concepción, Piedad, Cruz y Misericordia». Título I, pág. 39.

 

Las niñas o mujeres expósitas y huérfanas debían ser educadas en la misma forma  hombres por maestras útiles, pero «…ocupándolas en las labores propias de su y.» tales como coser las ropas, hilar, hacer calcetas de hilo, medias de lana, tejer lienzos, mantelerías, tranzaderas, cordones y cosas por el estilo, entregando a la Rectora la materias por cuenta y peso, pasado la pieza a disposición del Mayordomo o a los encargados de este ramo.

Las niñas debían de permanecer en el Hospicio hasta la edad de quince años, no pudiendo abandonarlo sin el permiso del Protector si no era para casarse, dando su aprobación expresa por escrito una vez se comprobada la identidad del hombre, su honradez y que dispusiera de trabajo o de los medios necesarios para mantenerla. En tal caso, el Protector, de los fondos de la Real Casa, debía de dotarla con veinte ducados para la cama, el tablado, las sábanas, etcétera. Otro de los casos en los que podía una niña salir del hospicio era para servir en alguna casa decente a cambio de un sueldo mensual, obligando al Amo a que, en el caso de que se saliera de la casa por motivo justo, debía de dar cuenta de ella, entregándola al Rector para que la recogiera y regañara, en el caso de que lo necesitare; también se le obliga a vestirla y a alimentarla y, pasados cinco años a su servicio, la debía de dotar con cincuenta ducados, o en lo que se estipulare conveniente. En el caso de que la niña fuera devuelta al no ser/TTScesaria, por no poderla alimentar o «…por que se hubiera viciado, sin culpa del Ami¿J–‘\ ésta debía de pagar la prorrata, o lo que pudiera haber ganado en ese tiempo, rebajando lo que en ella se hubieran gastado en vestirla.

Todos los últimos lunes y martes de cada mes se debían pelar los muchachos y hombres del hospicio; los miércoles y jueves inmediatos, las mujeres del hospicio debían de registrar todos los vestidos de lana; el viernes y sábado, también las mujeres, pero ahora ayudadas por los hombres si fuera necesario, reconocían las tablas, jergones y demás ropas de las camas, procediendo a su limpieza. Los pobres del hospicio, de ambos sexos, tanto niños como adultos, estaban obligados a ponerse ropa limpia todos los domingos. En el supuesto de que en la ropería hubiera siempre bastante surtido y prevención de ropas de lana, se cuidaba expresamente que todos los meses se mudaran los calzones y demás ropa exterior para que las mujeres del hospicio la limpiaran y repararan.

s Archivo Centra] del Ministerio de Hacienda. «Constituciones, ordenanzas y reglamentos del Real Hospicio, casa de expósitos, huérfanos, acogidos y mugeres de malvivir de la ciudad de Badajoz, como también de los quatro agregados a él, nominados Concepción, Piedad, Cruz y Misericordia». Título I, pág. 39.

* Archivo Central del Ministerio de Hacienda. «Constituciones, ordenanzas y reglamentos de! Real Hospicio, casa de expósitos, huérfanos, acogidos y mugeres de mal vivir de la ciudad de Badajoz, como también de los quatro agregados a él, nominados Concepción, Piedad, Cruz y Misericordia». Título I, pág. 40.

 

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Igualmente se fijan de manera muy precisa los horarios. La hora de levantarse de los hospicianos, que era, desde primero de octubre a las seis y media de la mañana, y desde primero de mayo a las cinco y media de la mañana. Para que no se alterara el mismo y se cumpliera, se encarga a la Rectora en su Departamento y al Maestro o Mayoral en el suyo, que señalaran por semanas dos individuos, con el cargo de Despertadores, para que después de haber escuchado la hora señala de las cinco y media o las seis y media, según la época del año, cantaran en voz alta el Alabado, a cuyas voces debían de vestirse el resto de sus compañeros, tras lo cual se especifica que debían de arrodillarse para cantar el Trisagio. Le sigue el aseo, pasando todos a lavarse las manos y la cara, para después barrer y asear las habitaciones, para lo cual también se destinaban por meses o semanas lo que debían de cumplir con este servicio. A los demás se les hacía pasar a entretenerse en los patios hasta las seis o las siete de la mañana, hora en la que, previo toque, acudían a misa de comunidad, eso sí, por separación de sexos; concluida la misma seguía el desayuno, también en comunidad hasta que se hacía la señal de abrir los oficios y talleres.

Todos los primeros de cada mes debían poner limpia una sábana de las dos que tenían las camas, la igual que la almohada, y cada primer día de cada tres meses tenían que mudar, por razones de higiene, el jergón, sustituyéndolo por uno limpio. Los dormitorios, tanto los de los hombres como los de las mujeres, tenían que ser barridos todos los días, cuidando un Celador o Celadora, según los dormitorios, de que se asearan las camas y los cuartos según lo comentado. Se impide, así mismo, que en los dormitorios hubiera braseros, tanto de noche como de día, no permitiéndolo los Celadores de cada uno de los cuartos. Los celadores eran nombrados por el Rector y también debían de cuidar de que por las noches hubiera silencio, no permitiendo que los hospicianos se molestaran entre ellos; quedan como los responsables de los cuartos amonestando en primera instancia a las personas que se excedieren, y si no se enmendaran, darían parte al Rector quien imponía la pena que consideraba oportuna, y si esto no era suficiente, se daba cuenta ante el Juez Conservador. Esta Ordenanza, con el fin de que todos fueran conscientes de ella, sería leída en los respectivos refectorios los primeros domingos de cada mes.

Continuando con la reglamentación de las ordenanzas relativas a la higiene personal y de las habitaciones, los Celadores, así como los Maestros y Rectores, debían cuidar de que todos los pobres se lavaran la manos y cara a la hora señalada, así como de que las mujeres se peinaran.

Los refectorios eran barridos todos los días por las mañanas y después de comer por aquellos y aquellas que el Rector señalaba, poniendo igualmente manteles limpios todos los domingos. Tanto a la comida como a la cena de los hospicianos debía de asistir el Maestro de primeras letras, y al de las hospicianas el Rector o alguna de las Maestras; también debían de visitar ambos refectorios en las citadas ocasiones el Rector y Mayordomo, alternándose ambos para que con su presencia se guardara el debido silencio, compostura y buen modo que

 

correspondía en ese momento. El Rector disponía que en cada refectorio durante la comida un niño o niña debían de leer un libro devoto.

En todas las épocas del año los hombres entraban por las mañanas a las Escuelas y Oficinas, tanto de primeras letras como de las artes y oficios, así como las mujeres a las suyas, después del desayuno permaneciendo hasta que se tocaba a comer. Por la tarde el horario estaba fijado desde las tres de la tarde hasta las siete, desde primero de mayo hasta finales de octubre, y desde primeros de noviembre hasta finales de abril, de las dos de la tarde a las cinco.

Tanto en la Escuela de Primeras Letras como en la de Artes y Oficios, también en las escuelas de mujeres, una hora antes de comer se cantaba lodos los días «la Doctrina Christiana por el Catecismo acostumbrado del Padre Gerónimo Ripalda J.» por un niño, quien llevaba la voz cantante, mientras el resto repetía al unísono, para que de esa manera, a través de las constante reiteración, todo el mundo la aprendiera con mayor facilidad.

Siguiendo con los horario, desde el primero de noviembre hasta finales de abril se tocaba a cenar a las ocho; desde primero de mayo hasta finales de octubre a la ocho y media, rezando antes el Rosario, y cantando la Salve los sábados. En invierno, en las Escuelas de mujeres y en las de Artes y Oficios, se mantenía a todos los hospicianos al menos hora y media de asistencia velando el Santísimo Sacramento, de lo que estaban excluidos los hospicianos de primeras letras; a esta vela debían de asistir los Maestros de dichos oficios, so pena de ser multados por el Rector.

Los niños y jóvenes del hospicio, siempre que el tiempo lo permitía, salían juntos los domingos y días de fiesta por la tarde con el Rosario por la calle, cantando devotamente; después iban al campo, según lo dispusiera el Rector, acompañados del Maestro de Primeras Letras y Mayorales, los cuales cuidaban de que fueran por la calle con la debida compostura. Las niñas y mujeres jóvenes podían salir al campo aquellas tardes de los domingos que lo señalara el Rector, pero siempre acompañadas de la Redora y de una de las Maestras. En aquellas tardes de domingo que no hubiera salida al campo, se recreaban en los patios de cada Departamento a la vista y cuidado de los Celadores.

El Mayordomo debía de poner especial cuidado en que el alimento que se les daba a los hospicianos estuviera en las condiciones adecuadas, así como velar por el aseo y limpieza en la preparación del mismo. Respecto a la cantidad se regula de la manera siguiente.

10 Archivo Central del Ministerio de Hacienda. «Constituciones, ordenanzas y reglamentos del Real Hospicio, casa de expósitos, huérfanos, acogidos y mugeres de mal vivir de la ciudad de Badajoz, como también de los quairo agregados a él, nominados Concepción, Piedad, Cruz y Misericordia». Tíluio I, pág. 44.

 

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n

a)      A la Rectora se le daban doce orizas^– de carne para la ración de un día.

b)             A cada individuo» s,eis onzas y media para todo el día, contando este /ñttmero de

(12 /                                                                                                           ’13 /

libras sobre libra    y media, cantidad en que se calculaba el mondongo   /

 

c)    Para el número de ciento veinte y cinco individuos se regulaba,’y así se señala.-,’

cinco libras castellanas de tocino, así como seis cuartillos13 ,Íie garbanzos diariamente, teniendo en cuenta que, por cada uno que faltaban se incrementaba el grupo se añadía o se restaba por ración media onza de tocino y dos de garbanzos. Se previene que, si de la despensa se da la ración para algún individuo y este, por el motivo que fuera faltare del hospicio, su ración de cocido era repartida entre los demás, pero la ración de pan que le tocaba era recogida en beneficio de la casa.

d)             Los viernes se regulaba que a cada uno de los hospicianos que pasaran de los diez años, le correspondían tres onzas y media de bacalao seco. A todos aquellos menores de diez años le correspondía onza y media, a demás del garbanzo de potaje, esto para todos, que les correspondiera, o bien otro equivalente.

e)              A cada individuo que pasara de los diez años se le daban veinte onzas de pan, mientras que a los menores de esa edad sólo les correspondían diez y seis onzas repartidas en las tres comidas.

f)                 A los Maestros, Porteros, y demás hospicianos se les daban dos libras de pan para todo el día; para su distribución, así como para la del aceite necesario, se tenía presente  al   Mayordomo,  quien  se encargaba del  arreglo  y  plan en que  se distribuía la comida; así mismo se encargaba de registrar las altas y bajas de los individuos para organizar el abastecimiento del hospicio.

» Peso que consta de 16 adarmes y equivale a 287 decigramos. Es una de las 16 partes iguales del peso de la libra, y la del marco de la plata se divide en ocho ochavas.

12 Peso antiguo de Castilla, dividido en 16 onzas y equivalente a 460 gramos. En Aragón, Baleares, Cataluña y Valencia tenía 12 onzas, 17 en las Provincias Vascongadas y 20 en Galicia, y además las onzas eran desiguales, según los pueblos.

» Intestinos y panza de ¡as reses, y especialmente los del cerdo.

14       Archivo Central del Ministerio de Hacienda. «Constituciones, ordenanzas y reglamentos del Rea! Hospicio, casa de expósitos, huérfanos, acogidos y mugares de mal vivir de la ciudad de Badajoz, como también de los quatro agregados a él, nominados Concepción, Piedad, Cruz y Misericordia», Título 1, pág. 46.

15       Medida de capacidad para áridos, cuarta parte de un celemín, equivalente a  1.156 mililitros aproximadamente; como medida de líquidos, cuarta parte de una azumbre, equivalente a 504 mililitros.

 

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Para llevar una adecuada contabilidad del hospicio debía existir un libro de reparto y distribución del pan a cargo del Dependiente, quien se encargaría de anotar por días los individuos que desayunaban, los que salían y entraban a comer y a cenar, y los que quedaban para el día siguiente. Al tiempo de sacar la despensa, que seria a la puesta de sol por la tarde, debía de acudir el Dependiente con su libro y, según el número de individuos que resultare de él para el día siguiente sacar las raciones; el Mayordomo y el Rector, como su interventor, se encargaban de rubricar lo anotado en el libro. El libro concluía a final de mes, pasando a la Contaduría para que fueran comprobadas las cuentas dadas por el Mayordomo. Por su trabajo desempeñado, al Dependiente se le gratificaba a voluntad del Director de la citada contaduría.

Otro de los objetivos del Hospicio era el de corregir y castigar en él aquellos delitos que sólo exigían la reclusión temporal con el fin de que los mismos fueran encaminados en las buenas costumbres de nuevo. Pero estas personas no debían de estar mezcladas con el resto de las que allí eran educadas y acogidas, por lo que el hospicio debía de proporcionar dos Departamentos de corrección, uno de hombre y otro de mujeres, cada uno con sus respectivos Dependientes; eran responsabilidad del Protector y Director, quienes se encargaban de que en ellos se observaran las mismas reglas generales de administración, de economía y de política que en el resto del Hospicio. Los reclusos debían de ser asistidos, cuidados, tratados y atendidos como el resto de desamparados y pobres, pero para que se lograra el total arrepentimiento de los mismos y su reinserción en la sociedad, se encargaba al Rector o a otro eclesiástico regular o secular, que todos los viernes del año debían andar el Via Crucis, tras lo cual predicaban a los mismos sobre el arrepentimiento.

Además de las visitas particulares que debían de hacer todos y cada uno de los Jefes del Real Hospicio en sus respectivos Departamentos y Oficinas con el fin de velar por el cumplimiento de las obligaciones de los dependientes menores, el primer día de cada mes pasaba de oficio el Director, acompañado del Contador y de uno de los Oficiales de la Contaduría en calidad de Secretario, a visitar y reconocer todos y cada uno de los Departamentos, las Fábricas en particular, ¡as Escuelas de primeras letras, Despensas y Enfermerías, inspeccionando los hilados, tejidos y demás manufacturas; además de la inspección físicas de los diversos lugares, debían de examinar a los jóvenes en sus respectivos oficios, así como en la Doctrina Cristiana, premiando o corrigiendo según fuera conveniente a cada uno de ellos. Se debía de llevar un libro en el cual se registraba el resultado de esta visita mensual, y que debía de ser firmado por los tres visitadores.

Tras la visita, cada Maestro y Maestra debía de entregar una lista de las elaboraciones y manufacturas confeccionadas en el mes anterior por cada uno de los Departamentos y Oficinas, listas que serían archivadas en la Contaduría; estas relaciones tenían el objetivo de controlar las cuentas, en especial las dadas por el Ropero, quien debía anotar en cada una de ellas su visto bueno. Para que la Contaduría tuviera noticia justificativa de las ropas y demás elementos de los que no volvieran a servirse, y para que el Ropero y el

 

Para llevar una adecuada contabilidad del hospicio debía existir un libro de reparto y distribución del pan a cargo del Dependiente, quien se encargaría de anotar por días los individuos que desayunaban, los que salían y entraban a comer y a cenar, y los que quedaban para el día siguiente. Al tiempo de sacar la despensa, que sería a la puesta de sol por la tarde, debía de acudir el Dependiente con su libro y, según el número de individuos que resultare de él para el día siguiente sacar las raciones; el Mayordomo y el Rector, como su interventor, se encargaban de rubricar lo anotado en el libro. El libro concluía a final de mes, pasando a la Contaduría para que fueran comprobadas las cuentas dadas por el Mayordomo. Por su trabajo desempeñado, al Dependiente se le gratificaba a voluntad del Director de la citada contaduría.

Otro de los objetivos del Hospicio era el de corregir y castigar en él aquellos delitos que sólo exigían la reclusión temporal con el fin de que los mismos fueran encaminados en las buenas costumbres de nuevo. Pero estas personas no debían de estar mezcladas con el resto de las que allí eran educadas y acogidas, por lo que el hospicio debía de proporcionar dos Departamentos de corrección, uno de hombre y otro de mujeres, cada uno con sus respectivos Dependientes; eran responsabilidad del Protector y Director, quienes se encargaban de que en ellos se observaran las mismas reglas generales de administración, de economía y de política que en el resto del Hospicio. Los reclusos debían de ser asistidos, cuidados, tratados y atendidos como el resto de desamparados y pobres, pero para que se lograra el total arrepentimiento de los mismos y su reinserción en la sociedad, se encargaba al Rector o a otro eclesiástico regular o secular, que todos los viernes del año debían andar el Vía Crucis, tras lo cual predicaban a los mismos sobre el arrepentimiento.

Además de las visitas particulares que debían de hacer todos y cada uno de los Jefes del Real Hospicio en sus respectivos Departamentos y Oficinas con el fin de velar por el cumplimiento de las obligaciones de los dependientes menores, el primer día de cada mes pasaba de oficio el Director, acompañado del Contador y de uno de los Oficiales de la Contaduría en calidad de Secretario, a visitar y reconocer lodos y cada uno de los Departamentos. las Fábricas en particular, las Escuelas de primeras letras. Despensas y Enfermerías, inspeccionando los hilados, tejidos y demás manufacturas; además de la inspección físicas de los diversos lugares, debían de examinar a los jóvenes en sus respectivos oficios, así como en la Doctrina Cristiana, premiando o corrigiendo según fuera conveniente a cada uno de ellos. Se debía de llevar un libro en el cual se registraba el resultado de esta visita mensual, y que debía de ser firmado por los tres visitadores.

Tras la visita, cada Maestro y Maestra debía de entregar una lista de las elaboraciones y manufacturas confeccionadas en el mes anterior por cada uno de los Departamentos y Oficinas, listas, que serían archivadas en la Contaduría: estas relaciones tenían el objetivo de controlar las cuentas, en especial las dadas por el Ropero, quien debía anotar en cada una de ellas su visto bueno. Para que la Contaduría tuviera noticia justificativa de las ropas y demás elementos de los que no volvieran a servirse, y para que el Ropero y el

 

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Mayordomo las anotaran en la Dala, a finales de cada mes debían presentar un listado de las ropas y muebles que eran dados por inútiles; posteriormente la visita mensual inspeccionaba los listados y. si se correspondían con las existencias, se inutilizaban. En el libro de la visita de oficio eran anotados uno por uno los muebles, ropa y calzado que quedaban por inútiles, descargándose tanto el Ropero como el Mayordomo de su responsabilidad.

Otro de los fines de la fundación de este establecimiento, en virtud de la unión que tenía con los cuatro Hospitales, era el de recoger a los peregrinos y pobres caminantes, así como de costear la sepultura a los que se enterraban por misericordia, al igual que el curar y medicinar a los pobres que padecieran enfermedades y que necesitaran el remedio de unciones y medicación. Para ellos, el Administrador encargado de los hospitales debía preparar, mientras no se le ordenara otra cosa, una sala y cocina de entrada del Hospital de Concepción, inmediata al patio, para que en ella se hospedaran los infelices, por un máximo de tres días. Para el arreglo del hospital se nombra por parle del Director un Hospitalero encargado de servir de Enfermero Mayor cuando se le necesitara en las curas. Éste debería llevar un libro en el que anotar las personas que entraban y salían de la hospedería, indicando su patria, nombre y estado de las mismas, previniéndolos que para ser admitidos en el mismo debían de presentar el pasaporte, refrendado por el Caballero Corregidor para que le admitiese el Director. De ningún modo se permitía que ambos sexos estuvieran bajo el mismo techo, separando los cuartos y velando con celo por la conducta de los acogidos, a quienes se les obligaba a rezar el Rosario de María Santísima todas las noches, así como a barrer todas las mañanas sus Departamentos. Tras los tres días de descanso debían reanudar su viaje.

Para costear la sepultura de los pobres, debían presentar certificación por parte del párroco en la que se manifestara su pobreza; con el visto bueno del Director, el administrador se encargaba, de los fondos del hospicio, de correr con los gastos del entierro. Se ordena que al tiempo del entierro se abra la puerta de la iglesia del Hospital de San Sebastián para que, una vez realizados los oficios de rito por parte del párroco del mismos, se condujera al cadáver en procesión por la calle al Campo Santo.

Oct 012000
 

Valentín Soria.

Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid

En estas notas recogemos algunos detalles de arqueología extremeña. También traemos algunos descubrimientos arqueológicos recientes. Hemos ordenado por orden alfabético, Antes recurríamos a al replanteamiento cronológico. En las inscripciones hemos querido poner la inscripción íntegra tal como la hemos encontrado. Recientemente en Santander, en Santillana del Mar se expusieron algunas inscripciones. Respetamos las transcripciones que en Cantabria se nos ofrecían.

Abadía. En el jardín de Sotofermoso en Abadía, provincia de Cáceres, hay unos jardines renacentistas donde se mezclan restos romanos y restos del siglo XV.

Alconétar. Hace treinta años tuve ocasión de ver, con mi hermano Ramón, en las excavaciones a Luis Caballero Zoreda. A orillas del Tajo había una iglesia paleocristiana del siglo V, cerca hay restos de una edificación visigótica del siglo VI y al lado se encontró una espada de la Edad del bronce. Se conoce este paraje o zona de mansión romana como Torre de Fklropes. A veces sobresale de las aguas del pantano de Alcántara. La Consejería de Cultura trata de analizar el estado de conservación de todos los puentes que limitan con el antiguo camino romano o Vía de la Plata. El puente romano de Alconétar fue trasladado y hoy está a orillas del Tajo.

Alcuéscar. Junto a la basílica visigoda de Santa Lucía de Alcuéscar se construye un centro de interpretación. Cerca hace años se hallan lápidas romanas ya divulgadas.

Altobuey (Cuenca). DMS/FABIOVRBAN/ILLOVXXORMER/ENTIMEMORI/FECITANNOR(VM)/V(IXIT)XXXXX(H)ICSKITV(S). (1).

Altobuey. DMS/MINICIVS/GERMANVS/AQN(NORVM)XXV/(H)ICSITV(S)E(ST). (2).

Altobuey. M(ARCVS)FABI/VSPEN/TIVSH(IC)S(ITVS)EST. (3).

Altobuey. C(AIVS)VANDIV/SAEMILIV/H(IC)S(ITVS)E(ST). (4).

En el periódico Hoy de Badajoz del 31 de mayo de 1999 se dice que la Asociación Extremeña de detectores de metales ha indicado a la Junta de Extremadura que en Arroyo de la Luz, junto al castro de Sansueña y junto al lugar donde en Aliseda se encontraron los famosos tesoros dorados, hay una necrópolis. Manuel Iglesias, aficionado investigador de arqueología, conoce tal descubrimiento.

Atapuerca. Juan Luis de Arsuaga que ha investigado con Bermúdez de Castro y otros arqueólogos Atapuerca ha publicado El collar del neandertal en 1999.Ha estudiado un fósil de niño antecesor devorado por sus congéneres. En la sima de los Huesos de Atapuerca se han encontrado 2.800 fósiles de 32 antecesores del Neandertal. Los investigadores descubren restos humanos de la Edad del Bronce en la Cueva del Mirador. El equipo de Atapuerca encuentra la pelvis fósil de homínido mejor conservada. Estos huesos pueden datarse en 200.000 años.

Badajoz. En Hoy, Extremadura, 2, julio,11999 se afirma que han aparecido los restos del palacio árabe aftasí en el Hospital Militar. Se trata de una basa y el solado de un salón porticado del siglo XI. Hallan un arco de herradura pintado con motivos vegetales. Fernando Valdés y los demás arqueólogos despejan el ábside de la antigua catedral pacense de Santa María de 1230.

Baños de Montemayor. Pilar Armero en el periódico Hoy,13,marzo,1999,narra el descubrimiento de una terma romana en el edificio viejo del balneario de Baños de Montemayor. Había una galería de bóveda de cañón que fué restaurada por el obispo de Coria, Mons. Porras Atienza. Se conservan monedas romanas y aras votivas con inscripciones que se exponen en los salones del balneario nuevo desde 1995.

Barcarrota. El ayuntamiento de Barcarrota ha editado un folleto con fotografías de Adolfo Corrales con ilustraciones y mapas de Germán Grau y Cristina Borrego. Se localizan los dólmenes del Palacio, Rocamador, Enmedio, Lapita, Milano, Rana, San Blas, menhir Pitera, Tajeño, Hermosina, Cabezo Terrazo.

Bienvenida. Hay una piedra con epígrafe que alude a una dedicación a ATAEGINA: No se tienen más referencias de tal inscripción.

Cáceres. En el periódico Hoy,10,febrero,1999,Claudio Mateos alude al descubrimiento realizado por el geólogo Juan Gil Montes en a ribera del Marco de un miliario del siglo I antes de Cristo. Es anépígrafo. Tal vez por la otra cara empotrada podrían encontrarse letras. Detrás está el Museo Pedrilla.

Cáceres. En el periódico Extremadura, 4, junio, 1999, Toñi Escobero afirma que se creado un centro de interpretación de las Cuevas de Maltravieso. Hay una serie de manos pintadas y diferentes grabados que se están estudiando. Carlos Callejo serrano descubrió por los años 50 estas huellas del Paleolítico. Eduardo Ripoll data en 30.000 años las pinturas de Maltravieso. También anda rastreando pinturas y grabados en otras partes de Extremadura.

Cáceres. En Hoy de 30 de abril y de 18 de mayo de 1999 JJ González divulga la queja de Adenex ante el Defensor del Pueblo para que proteja la zona llamada Cáceres el Viejo. El ayuntamiento de Cáceres ha elaborado un Plan Especial de protección del yacimiento romano con vistas a las futuras construcciones.

Cáceres. El profesor de la Universidad de Extremadura. Enrique Cerrillo, ha editado un libro de ensayo arqueológico sobre las fachadas de la calle Barrionuevo. Propiamente se trata de edificios del siglo XVII. Pero esta por estudiar los restos romanos que puede haber en la zona.

Cáceres. Alfonso Callejo Carbajo en Hoy, 23, enero, 1999, proporciona datos de la ermita visigoda del Santa Eulalia, Olalla, en el Trasquilón que en su tiempo han sido analizadas por José Bueno Rocha y por María Bartoluzzi, profesora de la Universidad de Extremadura.

Cáceres, La Universidad de Extremadura en la Facultad de Obras Públicas de Cáceres ha emprendido el estudio de 2.500 obras de ingeniería civil. Máximo Cruz Sagredo profesor de la Universidad de Extremadura ha coordinado este estudio realizado por los alumnos ayudados por equipos de investigación de la Universidad Politécnica de Madrid. Se editará en papel con un CD Rom.

Campillo de Deleitosa. Antonio González Conejero y Domingo Quijada de Navalmoral de la Mata han estudiado y dibujado tres paneles de pinturas rupestres de la Cueva de las ferrerías junto a la garganta del Labradillo. (Publicación Mirador, marzo, 1999).

Cantabria. En Santillana del Mar en la Exposición de los Cántabros, en julio de 1999 he visto estas inscripciones de Cantabria. IOVIOPMA/POSFLAVS.
Otra inscripción. IOVI/SCERD/AMBNDA/NCN.
Otra inscripción. POSCCCLIIX/MVNIMENTVM/AEMILI.SEMPRONI/ELESICAINVN. ANO/XXX.MEPOS. PATE. /SVS. FLAMINVS. PIENT/ISIMO. FILIOSVO.
Otra inscripción. NERO. CLAVDIVS. DIVI. /CLAVDI. CAESAR. AVG/GER. PONT. MAX. TRIB. /POTESTATE. VII/IMP. IX. COS. IIII/AOPISORICA. M/CLXXX.
Otra inscripción. DACNOBCAE/MAR/AVRNVMERIANO/INVICPFAVGPONMAXIIMPCOSPROCOS/DDGALVAL/MAXIMI/NOPF/NOBCA.
Otra inscripción. DN/GAERIO/VALMAX/IMINOP/FNOBILIS/SIMO/CAES.

Cáparra. Durante el año 1999 han de hacerse excavaciones en Cáparra, en el circo romano de Mérida, en el campamento romano de Cáceres Viejo y en Castillejos II en la población pacense de Fuente de Cantos.

Carana, León. Dos inscripciones presentadas en Santillana del Mar en la exposición de los Cántabros en julio de 1999. DMM/PENTOVI/PETRONIV/SAMICSV/ABODFVA/ANXXH/SED. Otra inscripción. M/PENTI/BALAESIF/VADINI/ANXXX/VUAMVS.

Alcuéscar. Casas de Don Antonio. Juan Andrés Gundín en el periódico Hoy de Badajoz, 7 diciembre de 1994, ha expuesto que en la Finca de la dehesa de Santiago de Bencaliz formando parte de una puerta se halla el miliario XXVII. Hay otro como parte de una pared y otro se divisa a orillas de la carretera nacional 630.En el centro del lecho del río Ayuela que pasa por a población cacereña de Casas de Don Antonio hay otro miliario. En este pueblo hay varios miliarios que están siendo estudiados por Antonio Alvarez Rojas, arqueólogo.

Casas de Millán. Manuel Iglesias que ha estudiado la necrópolis de Botija ha entregado al alcalde de Casas de Millán(Hoy de Badajoz, 17 de abril de 1999) diversos objetos arqueológicos u n anillo de plata bronceada, tres denarios de plata, dos mitades de denarios, un cordón de plata, un pendiente de oro, una plaquita de plata. Seguramente son del siglo I antes de Cristo.

Castañar de Ibor. El ocho de abril de 1999 Miguel Angel Marcos en Hoy de Badajoz señalaba que ha salido a concurso por la Junta de Extremadura la construcción de un Centro de Interpretación de las Cuevas de Castañar de Ibor. Hay pinturas rupestres y unas salas grandiosas de estalactitas y estalagmitas.

Castro Urdiales. Cerca de la actual plaza e los toros de Castro Urdiales por casualidad se han descubierto pinturas de veinte animales y diversos signos. En el periódico El Diario Montañés(17, julio, 1999) Belén Echevarría afirma que los arqueólogos montañeses Manuel Moriote, Emilio Muñoz y Ramón Montes han estudiado un bestiario de quince bisontes, dos caballos grabados, dos cuadrúpedos indeterminados, tres trazos aislados. Ramón Montes aprecia un bisonte hembra grande. Esta cueva Aurelia era bodega. Las pinturas rupestres datan de 13.000 o 13.500 antes de Cristo. Tiene la cavidad unos cincuenta metros de largo con tres metros de altura con estalactitas y estalagmitas. El HOY de Badajoz (3, julio, 1999) a través de la agencia Colpisa alude al hallazgos de estas pinturas madgdalanienses parecidas a las de Altamira en Santillana del Mar, Lezechiki en el País Vasco, y Covadiella en Asturias. Hay pinturas en rojo y negro y varios grabados. Hay seis bisontes, un uro y tres cuadrúpedos y un par de caballos. El Abc, 3, julio, 1999, trae la referencia del Gobierno de Cantabria dando cuenta del hallazgo de pinturas y grabados rupestres magdalanienses del 16.000 años antes de Cristo al 8.500 antes de Cristo. Ramón Montes afirma que las pinturas de bisontes tienen semejanzas con los animales de las Cuevas de Altamira. El conjunto, sigue diciendo la nota, está formado por pinturas rojas (un caballo y diversas manchas o signos en las paredes de la cueva Aurelia y negras (seis bisontes, un uro, tres cuadrúpedos no identificados y dos caballos. Hay en la cueva grabados hechos a mano o con buril.

Cuacos de Yuste. En el periódico Hoy de Badajoz (30,33,95) se transcribió una nota mía sobre una piedra que ahora se conserva en el baptisterio de la parroquia regida por mi buen amigo Julio Acosta, licenciado por la Universidad de Comillas, en Cantabria. DDVIIAEL(E)G(I)O(NI)S)/(B)OVTIENAE/(A)NN.XL.BINF/HSESTTLANXX/ABINVSHESSTT/TSTLVXS(OR)ALBINVS/DFCPFEC/(E)RVNTT.

Cuena. Cantabria. TERAVG/VSTVSDIVI/PRATI/LEGIIIV/ETAGRVM/IULIOBR/IG. Ampudia. Entre Palencia y Cantabria. AVRELIORVFO/LEGIOXGEMINA/MERENTI. Peñacora, León. Entre Cantabria y León. DOVIDER/VSAMPA/RAMIFPR/INCIPISCA/NTABRORU/MHSE(S)DE/OBRIGIFP/M.

Enate, Huesca. En el Heraldo de Aragón (3, marzo, 1999) Eduardo Ramírez de Anate refiere el hallazgo de una villa romana cerca de la calzada romana. Este hallazgo está siendo estudiado por la arqueóloga María Luisa Palomar.

Garciaz. Cáceres. La pequeña iglesia de la Portera puede ser mozárabe. Igual que la iglesia visigoda de Santa Olalla.

Gulatrapa. Espinilla. Cantabria. En el periódico El Diario Montañés (27 de julio de 1999) Pilar Lorenzo afirma que en la nueva campaña arqueológica en el yacimiento Gulatrapa de la Hermandad de Campo de Suso se han a estudiar los grabados rupestres de la Hijuela en Mazandrero y el megalitismo en la zona. En los últimos cuatro años se han descubierto cuatro cámaras funerarias y más de cien piezas talladas correspondientes a la cultura neolítica. Se han encontrado puntas de flechas, carbón, ámbar, cáscaras de avellanas. Han trabajado Juan Grimal y Roser Chalet del CSIC de Barcelona.

Hurdes. Antonio González Cordero, arqueólogo de Navalmoral de la Mata ha recorrido diversas alquerías de la zona cacereña de las Hurdes ya ha vuelto a ver algunos nuevos grabados rupestres manifestando a Félix Barroso (Hoy, 2, mayo, 1999) que algunos petroglifos representan armas antiguas y que hay de época calcolítica y tardo romanos incluso visigóticos. Podría hacerse un Museo con los restos arqueológicos descubiertos estos años en Hurdes.

Jarandilla. Con motivo de las obras de restauración de la iglesia de los Templarios en Jarandilla de la Vera se ha divulgado la existencia de la representación funeraria de una luna y una estrella de seis puntas cerca de una piedra donde aparece una figura zoomorfa. Parecen restos de una lápida funeraria sin letras.

Maguilla, Badajoz. En la finca Valdezamarra una persona ha encontrado unas veinticinco tumbas expoliadas. Parece ser que se trata de enterramientos visigóticos. Se parecen estas sepulturas a las de Santa Lucía del Trampal en Alcuéscar, las de Arroyo de la Luz y las de Esparragosa de Lares. Se ha encontrado en Maguilla una extraña talla de madera. El dueño de la finca es un farmacéutico de la población cordobesa de Fuenteovejuna.

Malpartida de Cáceres. Enrique Cerrillo, Maribel Sauceda, Antonio Jiménez y Carmen Domínguez colaborarán con Eduardo Carbonell en el estudio de las pinturas y grabados encontrados en la zona de los Barruecos. Se encuentran estas cazoletas grabadas y pinturas cerca del Museo Vostell. Hace años aludía yo a este yacimiento que no había pasado desapercibido por la situación del terreno y por la abundancia de agua para unos viejos molinos abandonados.

Medellín. El arqueólogo del Patrimonio de Extremadura ,Javier Jiménez Avila, (Hoy, 21, junio, 1999), ha manifestado que Medellín en el cerro del castillo y de la iglesia con elementos pregóticos, ha sido núcleo de poblado desde el siglo VIII antes de Cristo. Mi recordado amigo Jaime Alvar en su libro Historia de España menciona a Medellín como pueblo tartésico. Por los años 1970 Martín Almagro Gorbea, anterior Director del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, excavó. Hace poco en las cercanías de la llamada playa de Medellín junto al Guadiana se encontró una copa griega. Antes se había hallado un magnífico kylis griego con inscripción bien conocido.

Mérida. Celia Herrera en Hoy de3 Badajoz,15,abril,1999,afirma que el Consejero de Cultura y Patrimonio, Francisco Muñoz, ha presidido el Consejo rector del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, manifestando que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha anunciado que se creará próximamente en Mérida un Instituto de Arqueología. Este instituto arqueológico se dedicará a la investigación científica en el campo de la arqueología y apoyará las tareas que ahora acomete el Consorcio de Mérida. Su actuación tendrá ámbito nacional porque es único en España y la intención de la Consejería de Cultura y Patrimonio es que se elabore un convenio al que se adscriban todas las instituciones que tienen que ver con la defensa y la promoción del patrimonio arqueológico incluido el Museo Nacional de Arte Romano. El Consorcio de Mérida se había creado en 1995.

Mérida. César Pequero, Extremadura de Cáceres, 2, julio, 1999, escribe que el Consorcio de Mérida obliga a desmontar la terraza de verano del puente romano. Se dice que el lugar elegido causa un impacto ambiental a varios monumentos emeritenses. En el mismo periódico se asegura que los trabajos de excavación del foro han comenzado. El valor de la subvención asciende a 5.600 millones de pesetas. En Mérida algunas constructoras prefieren pagar a arqueólogos particulares proyectos de excavación antes que esperar varios meses hasta que el Consorcio realice las catas arqueológicas correspondientes. En la Casa llamada del anfiteatro hay unas letras QVINTOSVS,PICTOR de Augusta Emérita.

Mérida. José Luis Aroca de Mérida en Hoy de Badajoz (22, abril, 1999) da cuenta del simposio celebrado sobre Visigodos y árabes en Extremadura. Luis Caballero Zoreda defiende que Santa Lucía de Alcuéscar es más mozárabe que basílica visigoda. A Extremadura llegó la cultura romana y griega que había pasado por Siria y Palestina. Eso afirmaba hace años en Mérida Antonio García Bellido, catedrático de la Universidad de Madrid en el X Congreso Arqueológico Nacional de Arqueología.

Mérida. Desde febrero a junio en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida ha habido una exposición sobre el Legado de Roma con piezas de diversas partes de España.

Monfragüe. Pablo Sánchez en el periódico Hoy de Badajoz (21 de marzo de 1999), analiza las prospecciones que Hipólito Collado y otros arqueólogos han realizado en Monfragüe una catalogación las pinturas con trazos rojos y negros sobre escenas de caza, figuras esquemáticas humanas. Habrá en Mofragüe un centro de interpretación, ha comentado Francisco Muñoz, Consejero de Cultura. Hay pinturas esquemáticas extremeñas en Maltravieso, Cáceres, en Benquerencia de la Serena, en Hornachos y Zarza de Alange, provincia de Badajoz. También hay pinturas rupestres en Segura de León, en Mérida, en Plasenzuela, en la Cueva del Peine, en la cueva de los Murciélagos, en la Sierra de las Corchuelas.

Monroy. En el Pajar del Toro hay una colección de piedras hincadas y pizarras con signos extraños. Hay alineaciones de piedras en Garciaz, Torrecilla de la Tiesa y Aldeacentenera.

Montehermoso. En junio de 1999 se han expuesto al público restos arqueológicos de Extremadura. Había cantos rodados, hachas pulimentadas, hachas del bronce, jarras, vasos decorados con grafitos, placa de bronce, hacha de hierro, ladrillo con crismón en relieve.

Navalmoral de la Mata. En la iglesia de San Andrés se ha descubierto una cruz de Malta en relieve. Antonio González Cordero ha estudiado los mosaicos romanos de Millanes a cinco kilómetros de Navalmoral de la Mata.

Navalvillar de Pela. Hay restos de arte rupestre con pinturas esquemáticas. Es famosa la procesión denominada La Encamisá con caballerías en el día de San Antón. Recuerda las procesiones con caballos y antorchas de Jarandilla y de Torrejoncillo.

Otañes, Cantabria. NEROCLAVDIVSDIVI/CLAVDICAESARAVG/GERPOMAXCTRIPOTESTATEV.

Pedredo. IMPCAESARLVC/ODOMAVRALIA/NOPIIOFELICI/INVICTOAVG.

Peñaflor. Cerca de Talaverilla, Cáceres. I.O.M.

Perth, Melbourne. Australia. En Abc, 3, julio, 1999, varias agencias de prensa han relatado el hallazgo de un músculo fosilizado de hace 380 millones de años perteneciente a un pez acorazado. Está siendo estudiado por el director del Museo de Arqueología, John Long.

Pinofranqueado. Un grupo de estudiantes y profesores de arqueología de Extremadura han recorrido en viaje de estudio el valle del Esperabán,y las alquerías de Aldehuela y Erías.

Plasencia. El historiador placentino José Luis Blanco ha estudiado la zona llamada cementerio judío. Cerca se hallan restos de extracción de canteras para sacar ruedas de molino. Pueden detallarse unas treinta tumbas hebreas. En el legajo VI, número 30 del archivo de la catedral de Plasencia se dice que se vende el osario el día 21 de mayo de 1492 de parte de los notables judíos a Diego de Jerez, deán de la catedral de Plasencia ante el notario Fernando Díaz de Soria.

Jesús Manuel López en su libro Paisaje urbano de Plasencia en los siglos XV y XVI considera que Plasencia tendría unas doscientas familias. Elisa Carolina Santos en su libro Historia medieval de Plasencia señala a Plasencia, Piedrahita, Barco de Avila, Béjar y Cabezuela como poblaciones importantes.

Quintana de la Serena. Se van a realizar excavaciones arqueológicas en Quintana de la Serena en el sitio llamado Hijo Vejo, en el túmulo protohistórico de la Mata en Campanario y en el palacio tartésico de Cancho Roano en Zalamea de la Serena.

Santíbañez el Bajo. En Manliana hay restos de molinos de mano de época romana. Algunos con detectores de metales han encontrado en Hurdes monedas de Augusto de Arcadio.

Sejos. Dos de los cinco menhires de Sejos tienen grabados rupestres. Se trata de la zona sur del parque natural Saja Besaya en Cantabria.

Soto. Cangas de Onís. MAGNE/NTIAEXCEDITANNORVV/ENTIXXV/EXDOMVD/OMINICA.

Tarragona. Inscripción presentada en Santillana del Mar en Los Cántabros en agosto de 1999. PAETINIAEPA/TERNAEPATRONA/FILAMOCENSICLVNIENS/EXGENTECANTABRO/FLAMINISPHCILAN/TONIVSMODESTVS/INTERCATEXGENTE/VACCAERVXORIPI/ENTISSICONSENTPHC/SPC.
Otra inscripción tarraconense. VILLALBA(M)CANTABER/ELGVISM/IOLVCIF/MARTI/VSALMAGNO.
Otra inscripción tarraconense. CANNIOLF/QVIRFLAVO/IVLIOBRIGENS/EXGENTECANTA/BRORVM/PROVINCIAHISOA/NIACITERIOR/OBCAVSASVTILITA/TESQVEPVBLICAS/FIDELITERETCON/STANTERDEFENSAS.

Torrejoncillo. Agustina Cantero Domínguez ha hecho un interesante estudio sobre el Museo Nacional del Traje donde se conservan unas 32.00o piezas de joyería. Resalta la influencia fenicia en las joyas extremeñas que ahora tienen vigencia en los joyeros de Torrejoncillo. Se conservan joyas en museos procedentes de Aliseda. Mérida, Monroy, Berzocana, Serradilla.

Toscana. El arqueólogo italiano Francisco Nicosia y Luciano Agostoniani de la Universidad de Perusa han estudiado la tablilla etrusca de bronce recientemente descubierta que podría descifrar los misterios de las escritura etrusca e ibérica.

Valencia de Alcántara. Abundan fósiles bilobites en la zona de la Sierra de San Pedro.

Valverde de Leganés. Hay dólmenes en Ja Mata, en la Lapilla y en el Lomo. Antonio Cid de Rivera sigue estudiando estos restos arqueológicos extremeños.

Villanueva de la Vera. En el Museo arqueológico de Cáceres se conserva una fíbula de resorte bilateral de los siglos VI-V antes de Cristo del período orientalizante encontrada en un a necrópolis recientemente excavada por la Universidad e Extremadura.

Villaverde de Liébana. Cantabria. DM/ANTESTOPARTV/INOANTESTIV/SAEMILIVSFIL/IOSVOANNOR/VMXXVME/MORIA(M)POSV/IT(A)ERACONS(VLARI)/CCCXCII.

Yecla de Yeltes. Salamanca. Ester Corredera en el Adelanto de Salamanca, 17, febrero, 1999, reseña el descubrimiento de una verraco prehistórico en las inmediaciones del castro de Yecla de Yeltes. Se publica una foto. Pesa unos quinientos kilos Pedro Luis Pérez y Manuel Santonja, director del Museo de Arqueología de Salamanca realizaron el traslado a la población. María Jesús Gutiérrez en la Tribuna de Salamanca, 17 de febrero de 1999 narra que Ricardo Martín Valls, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Salamanca asistió a este descubrimiento importante. También esta siendo estudiado este verraco por Nicolás Benet, arqueólogo territorial. Se encuentra en el ayuntamiento de Yecla de Yeltes.

Zafarraya. Granada. Luis Miguel Ariza en La Razón. 3, abril, 1999, habla de la mandíbula fósil de Zafarraya, Granada y dice que se trata de los últimos homínidos neanderthales semejantes a los de Kebara. Israel y Amud, en Palestina.

Oct 012000
 

Valentín Soria Sánchez.

Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid y licenciado en Derecho Canónico y Filosofía por la Universidad de Comillas. Cronista oficial de Jarandilla de la Vera. Cáceres.

Voy a dar cifras y lugares concretos quienes vivieron y pasaron por Campo Arañuelo. La calzada de Madrid a Sevilla ha sido punto de encuentro y de tránsito. Los puentes y barcas del Tajo y del Tiétar han servido paso obligado de los que habitaron Navalmoral y comarca.

Hacemos una introducción para caminantes por el Campo Arañuelo.

Comenzamos por el siglo XV. Mi recordado amigo Hipólito Amez Prieto, administrador del Monasterio guadalupense ha publicado un interesante libro en Guadalupe, 1999, “La provincia de San Gabriel de la descalcez franciscana extremeña”. De ahí he recogido los datos, fechas y nombres de quienes caminaron por el Campo Arañuelo.

Fueron y vinieron por los ríos, por las calzadas y se alojaron en los conventos y en las posadas que hoy son ruinas.

1453. Mayo, 28. Nace en Puebla de Alcocer Fray Juan de la Puebla. Hijo de los condes de Belalcázar, Álvaro de Sotomayor y Elvira Manrique Zúñiga.

1471. Jerónimo en el monasterio de Guadalupe.

1476. Se funda en Belalcázar un convento franciscano.

1480. En Italia, junto a Asís, en Le Carceri, vive Fray Juan de la puebla en el eremitorio observante por concesión de Sixto IV.

1486 llega a Belalcázar para asuntos familiares con autorización de Inocencio VIII.

1487, marzo, 25. Por el breve “Sacrae religionis” de Inocencio VIII puede crear la custodia de los Angeles.

1487, octubre, 12. Breve de Inocencio VIII a petición de la condesa de Belalcázar, Inés Teresa, para que envíe franciscanos de la Umbría.

Los Reyes Católicos ven al principio bien la reforma franciscana de Fray Juan de la Puebla.

1488. Funda fray Juan de la Puebla un segundo convento franciscano en Belalcázar.

1490. Funda el primer convento reformado y la custodia de los Angeles en Hornachuelos (Córdoba).

1493. Fray Juan de la Puebla funda el convento de Nuestra Señora de la Piedad en Cañaveral (Sevilla).

1493. Con el patrocinio de Teresa Enríquez funda el convento de San Jerónimo de Cazalla de la Sierra (Sevilla) con permiso pontificio.

1493, septiembre, 14. Por decreto “Iis fidelium” de Alejandro VI y el patrocinio de Fernando Alvarez de Toledo y Teresa Enríquez, condes de Jarandilla, Oropesa y Deleitosa funda Fray Juan de la Puebla en Jarandilla de la Vera, Cáceres. Fray Juan de la Puebla vive cierto tiempo en el convento extramuros de Santo Domingo junto a la ermita, que todavía se conserva y en el camino real a Guijo de Santa Bárbara a Jarandilla. Le sigue luego como primer guardián de Jarandilla Fray Juan de Guadalupe que en los dibujos aparece con la capucha alargada.

1493. Alejandro VI obligó a los reformados a aceptar los dos conventos de Belalcázar de la custodia de Santoyo y pasaron a la nueva de los Angeles.

1494. Funda Fray Juan de la Puebla el convento entre Palma y Puebla de los Infantes y Peñaflor (Sevilla). Presta obediencia toda la provincia a los Observantes.

1495. mayo, 11. En Belalcázar fallece Fray Juan de la Puebla.

1501. septiembre, 3. Isabel y Fernando cambian. Cédula d los Reyes Católicos en Ecija para que el corregidor de Trujillo encarcele a Fray Juan de Guadalupe y a los frailes que le seguían.

1501, diciembre, 8. Cédula de los Reyes Católicos rogando a los frailes del capucho la obediencia a sus prelados o que como parecieran antes sus reyes para dar cuenta de su conducta.

1502, enero, 13. Álvaro Hinojosa sucesor del fundador del convento de Trujillo firmaba la escritura del traspaso de dicho monasterio a la Provincia de Santiago de Compostela. Los comisarios enviados por el vicario provincial franciscano acompañados de los aguaciles diocesanos prendieron d los seguidores de Fray Juan de Guadalupe y de Fray Pedro Melgar de Valencia de Alcántara moradores del convento de Santo Evangelio de Villanueva del Fresno y los llevaron presos a Zafra.

Fray Juan de Guadalupe, guardián de Jarandilla, se escondió en Roma al amparo de los conventuales y Fray Pedro Melgar estipuló con el vicario provincial de Santiago de Compostela una concordia por la cual se ponía enteramente bajo su jurisdicción.

Podía vivir con otros tres compañeros en la Sierra de Santa Cruz con la complacencia de los Observantes.

1503, mayo, 6. Fray Juan de Guadalupe consigue en Roma dos breves “Cum Pridem Sanctissimus” y “Rationi congruit” en favor de Fray Juan de Guadalupe con mediación y la intercesión del cardenal protector Juliano della Rovere y Fray Angel Poncino de Valladolid y Fray Pedro Melgar.

1503. Entre 1501 y 1503 vivieron como ermitaños en la ermita del Berrocal en Belvís de Monroy Fray Martín de Valencia y Fray Xuárez cuando fueron expulsados el convento de Nuestra Señora de La Luz de Trujillo.

1504, marzo, 24. Breve de Julio II “Dudum felicis recordationis” mandaba restituirles las casas de eremitorios.

1504, junio, 119. Ante el éxito de Fray Juan de Guadalupe y Pedro de Melgar manifiesta su malestar en carta dirigida al cardenal de Trujillo Bernardino de Carvajal en Roma.

1505, Gutierre de Toledo, obispo de Plasencia, les concedió la ermita del Berrocal, en Belvís de Monroy, para morar en ella en enero de 1505.

1505, octubre, a los cincuenta y cinco años muere Fray Juan de Guadalupe en Civitela convento observante cercano a Roma.

1506, junio, 16. En el Capítulo General Julio II por el breve “Cum multae et graves” manda a los descalzos unirse a los observantes o a los conventuales.

Los capuchos por indicación de fray Pedro de Melgar en carta dirigida al ministro provincial conventual de Santiago de Compostela confirma la unidad a los conventuales.

Julio II mandó cumplir con rigor y si se agregaban a los conventuales podían mantener los eremitorios y los conventos pero no podían edificar nuevos ni recibir más conventos bajo excomunión. Ante esta decisión pontificia Fray Melgar decidió ofrecer su obediencia al ministro de Santiago.

1506, abril. Julio II expide un breve “Reformationem seraphici ordinis” para preparar el capítulo de Roma.

1506, junio, 16. Breve de Julio II “Cum multae et graves”. Fray Pedro de Melgar escribe una carta al ministro provincial de Santiago confirmando la unidad a los conventuales citando bastantes nombres. El general Reinaldo Contignola les concedió patentes de agregación.

1506, marzo, 17. Por breve Sub suavi religionis se constituye la Provincia del Santo Evangelio en Nuestra Señora de la Luz de Trujillo y el Papa pone al frente a Fray Pedro de Melgar.

1507, octubre. Un breve de Julio II confirma esta concesión diocesana.

1507. Según el historiador Luca Wadingo (XV, n.36, p.456-57) Fray Pedro de Melgar por indulto de Julio II construyó un convento para catorce frailes.

1509, enero, 27. En la concordia de Evora Fray Pedro de Melgar, Fray Juan de Argamanes, el vicario provincial de Santiago y el rey don Manuel de Portugal y se funda la Custodia portuguesa de la Piedad.

1519, junio, 22. Se crea la Provincia de San Gabriel en Extremadura con San Francisco Belvís de Monroy y diez monasterios más.

1523, octubre, 4. Fray Martín de Valencia fue nombrado custodio de la futura Custodia de Nueva España y Yucatán enviado por fray Francisco de los Angeles Quiñones para evangelizar Méjico.

He sentido la profunda emoción de estar en el convento mejicano de Huecozingo en 1995 con José Luis Santos Díez, catedrático de Derecho Canónico de Madrid y presidente de los Canonistas de España con motivo de un Congreso Internacional de Derecho Canónico en Méjico en un viaje que hicimos a Puebla de los Angeles.

1592, septiembre, 2. Bula “Pro parte carissimorum” de Alejandro VI zanjando el conflicto. Se manda que todos los conventos fundados por Fray Juan de Guadalupe y Fray Pedro Melgar se traspasen a la Provincia de Observantes de Santiago de Compostela. Manda que Fray Juan de Guadalupe y Fray Pedro de Melgar y demás frailes de su Congregación se restituyan a las provincias de su respectiva procedencia. Revocó todas las bulas y breves dados en favor de la reforma.

Fray Juan de la Puebla y Fray Juan de Guadalupe pasaron desde Jarandilla y Belvís de Monroy por Campo Arañuelo siguiendo los caminos alcantarinos.

Oct 012000
 

José Antonio Ramos Rubio.

ALDEANUEVA DE LA VERA

1.- SAN MATEO CON EL ANGEL

En la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, sobre la urna del retablo del Cristo del Sepulcro, en una capilla de la nave del Evangelio, se conserva una interesante escultura en madera policromada del evangelista San Mateo (84 x 36 x 33 cms.) con el ángel (29 cms), que es su símbolo parlante. Es obra que podemos fechar a comienzos del siglo XIV, por sus rasgos arcaizantes góticos, aunque conserva algunas reminiscencias de la estatuaria románica, muy visibles en la postura, semejante a la del Pantocrátor habitual en los tímpanos de las portadas románicas que tuvo vigencia la mayor parte del siglo XIII[1].

San Mateo se nos ofrece de pie y con el brazo derecho levantado, en cuya mano mutilada es posible que llevase una pluma. La obra se encuentra en lamentable estado de conservación. No obstante, en muy probable que en su mano izquierda, también perdida, portase un libro. El ángel, que identifica a la imagen con el evangelista San Mateo, se nos ofrece sin alas, portando una filacteria extendida[2].

Es necesario anotar que en todas las representaciones de Cristo en Majestad, éste figura solo, o rodeado de los cuatro símbolos de los Evangelistas, en algunos tímpanos góticos va acompañado por dos ángeles, pero nunca con uno solo. Por tanto, estamos ante una obra singular desde el punto de vista iconográfico. Otro aspecto que nos permite fechar la obra son las vestiduras de las imágenes, plenamente góticas, muy sueltas y plegadas de formas naturalistas góticas, así como los cabellos y barba que presentan rizos muy propios de este estilo.

Obra de gran corrección técnica, procedente de un taller foráneo, datable en los años iniciales del siglo XIV.

San Mateo y San Pablo, iglesia de Aldeanueva de la Vera

  2.- SAN PABLO

Sobre la portada de poniente de esta misma iglesia, la más sencilla y antigua de las tres puertas que permiten el acceso al interior del templo, obra de mediados del siglo XVI, se encuentra una imagen lignaria de San Pablo (60 x 26 x 25 aprox.) en mal estado de conservación, de parecidos caracteres estilísticos a la imagen anteriormente estudiada. Podemos fecharla en la primera mitad del siglo XIV.

3.- PIEDAD

En la misma iglesia parroquial, colocado en el ático de un retablo lateral, en el muro de la Epístola, se encuentra un relieve tallado en madera policromada de la Piedad o Jesús en brazos de su Madre (80 x 60 cms.). El relieve está enmarcado por un arco apuntado conopial, que a su vez inscribe un arco pentalobulado.

La Virgen está sentada sujetando el cuerpo yacente de su Hijo. Viste un manto amplio con duros pliegues que rompen en ángulos muy agudos al llegar al suelo. Es obra tosca, de mala ejecución, sobre todo el cuerpo diagonal de Cristo que es de menor tamaño si lo comparamos con el de su Madre, realizada en algún taller local. Según Montero Aparicio, es probable que este pequeño grupo formase parte del banco de algún retablo, pues era frecuente esta escena en el centro de la predella de los retablos de principios del siglo XVI[3].

No conocemos al autor de esta obra, no obstante, aparece documentado en Aldeanueva de la Vera un entallador flamenco Guillermín de Flandes, avecindado en Plasencia, que realizó un retablo para esta iglesia entre 1524 y 1527, dedicado a San Pedro, con escenas de la Pasión y Muerte de Cristo. Es posible que estaPiedad sea obra de este escultor[4].

COLLADO

VIRGEN CON LIBRO

Hasta hace dos años, se conservaba esta imagen de Ntra. Sra. (59 x 26 x 28 cms.) en una casa particular de la localidad de Collado en la comarca de la Vera. En la actualidad está en el Museo de la S.I.C. de Plasencia, por razones de seguridad y por donación de los particulares. En el pueblo era conocida esta bella efigie como Santa Marina[5].

Se nos ofrece, esta escultura en madera policromada de Ntra. Sra. de pie con un libro en la mano izquierda y, con la diestra bendice. Nos encontramos ante una representación aislada de la Virgen, una figura devocional, meditando Ntra. Sra. el libro que tiene cerrado, simbolizando las profecías que se cumplieron en Ella y en su Hijo[6].

Cubre la cabeza con un velo, simbólico de la sabiduría, permitiendo ver sus negros y largos cabellos; sobre el velo se dispone la corona mayestática de reina, adornada con unos florones formados por cinco pétalos en torno a un círculo central, que son semejantes a los que porta la efigie del Niño que lleva en sus brazos Ntra. Sra. de la Luz, sita en la iglesia de San Francisco, en Trujillo[7].

La Virgen de Collado viste túnica ceñida al cuerpo por un cinturón alto, signo de una época medieval avanzada, y manto que cae formando abundantes pliegues angulosos y geométricos, dejando ver los zapatos de punta redondeada que calza Ntra. Sra[8].

La escultura conserva la policromía original en gran parte: el manto es azul con adornos estofados (típicas cardinas góticas)[9], túnica de color jacinto mezclado con el dorado de las cardinas y flores con cinco pétalos.

Por todas estas características, consideramos que pueda tratarse de una obra de la segunda mitad del siglo XIV.

Virgen de Collado (Museo S.I.C. Plasencia)

CUACOS

MONASTERIO DE YUSTE

1.- ANTECEDENTES HISTORICOS

El monasterio de Yuste se levanta en el término municipal de la atractiva y pintoresca población de Cuacos, en la extremeña Vera de Plasencia, oculto en lo más hondo de la Sierra de Tormantos, a 660 m. de altitud, que le protege del viento del Norte.

Se integra perfectamente el monasterio y el palacio de Carlos I en una perfecta armonía con su entorno paisajístico, situados sobre la empinada falda del cerro de El Salvador (1.171 m.).

A la izquierda de esta carretera y sobre la tapia de la antigua huerta de los frailes, el viajero puede contemplar el grandioso escudo imperial, mandado hacer por Felipe II y que es obra de Fray Juan de Avila, que lleva la siguiente leyenda en su parte inferior: «EN ESTA SANTA CASA DE S. HIERONIMO DE YUSTE SE RETIRO A ACAVAR SU VIDA EL Q. TODA LA GASTO EN DEFENSA DE LA FE Y EN CONSERVACION DE LA JUSTICIA CARLOS QUINTO EMPERADOR REY DE LAS ESPAÑAS. CRISTIANISIMO, INVICTISIMO. MURIO A 21 DE SETIEMBRE DE 1558».

El monasterio, debe su fundación a unos anacoretas que los primeros años del siglo XV, durante el pontificado del obispo de Plasencia don Vicente Arias de Balboa, se asentaron en la ermita placentina de San Cristóbal, junto al puente de Trujillo. Estos monjes fueron Pedro Brañes y Domingo Castellanos.

Pero, algunos años después, apeteciendo un lugar más retirado y propicio para la contemplación y la penitencia, decidieron marcharse a un lugar más apartado, eligiendo las espesuras de la Vera. Fray Luis de Santa María en su Crónica del convento, nos cuenta cómo «en una hermosa tarde del mes de junio de 1402 estos dos ermitaños, con tosco sayal y larga barba, precedidos de un jumento portador de escasos y pobres enseres, después de una jornada de siete leguas, llegaban al oscurecer el escabroso y elevado sitio que ocupaba la ermita del Salvador».

«Sin embargo, -nos dice el aludido escritor del convento- la considerable altura a que éste se encontraba, en la ladera misma de la sierra y los augurios de algunas personas del pueblo de Cuacos, hicieron pronto temer a los ermitaños que les fuera imposible habitar la ermita del Salvador en la estación de las nieves y las aguas. Y a fin de evitar el peligro de helarse que podrían correr en las escarpadas rocas donde moraban, bajaron a inspeccionar las faldas de aquella sierra en busca de un paraje lo más próximo posible a la ermita del Salvador, donde al abrigo de los elementos pudiesen continuar su vida penitencial»[10].

En la cima de la gigantesca montaña nacen los dos arroyuelos conocidos por los nombres de Gilona y Vercelejo, si bien éste se llama «Yuste» y está en la falda de la sierra. A un escondido barranco, por medio del cual corrían las aguas cristalinas del arroyo Yuste, llegaron los ermitaños, consideraron que era un lugar propicio para instalarse. El propietario de estas tierras era Sancho Martín, con el cual se entrevistaron los ermitaños Pedro Brañes y Domingo Castellanos.

El 24 de agosto de 1402, Sancho Martín, que era vecino de Cuacos, concedió a los monjes un terreno para construir el convento, según protocolo del escribano placentino Martín Fernández. Los anacoretas escogieron la Orden de San Jerónimo, bajo la Regla de San Agustín, recibiendo Bula del Papa Benedicto XIII el 2 de julio de 1407, para llevar a cabo sus propósitos. Eligieron la falda de un cerro, próxima a los arroyos Gilona y Vercelejo o Yuste, para la edificación del monasterio. Este es pues el origen del Monasterio de Yuste[11].

El monasterio alcanzó gran fama al ser elegido por el emperador Carlos I como su última morada.

Carlos I, tras abdicar en Bruselas el 24 de octubre de 1555, decidió marcharse al monasterio de Yuste hasta el resto de sus días. Aquejado del mal de la gota y por unas fiebres malignas que cogió, falleció en Yuste a las cuatro de la madrugada, del 21 de septiembre de 1558, el último emperador del Viejo y del Nuevo Mundo[12].

2.- SILLERIA DEL CORO

Sin duda alguna, una de las obras artísticas más importante del conjunto monacal es la sillería coral, realizada a caballo entre fines del siglo XV y el primer cuarto del siglo XVI, ejecutada probablemente por discípulos del taller de Rodrigo Alemán, pues es obra de menor calidad artística si la comparamos con las sillerías de Toledo o Plasencia, magníficas obras de arte del famoso maestro flamenco[13]. El conjunto resulta atractivo desde el punto de vista de su estructura y decoración, pero la labor escultórica es tosca, si se la compara con las magníficas tallas de Rodrigo Alemán en las sillerías de Sevilla, Toledo o Plasencia. Podemos decir que los artistas de Yuste, trabajaron bajo la influencia de Rodrigo Alemán, reflejando su influjo temático aunque no su talento[14].

Consta de 33 sitiales bajos y 31 altos, a los que hemos de añadir los dos sitiales existentes en la sacristía. En el trono principal está el blasón del obispo placentino don Gutierre Alvarez de Toledo (1498-1506), que tiene suma importancia para permitirnos fechar la sillería. No obstante, existen elementos platerescos que hacen avanzar la fecha al primer cuarto de siglo XVI, como es el caso del «Hermafrodita», tema inspirado en un dibujo de Leonardo. Es, por tanto, obra comenzada en tiempos de los Reyes Católicos y finalizada en los de Carlos I.

La sillería alta presenta un doselete corrido, sobre finas columnillas. El respaldo de la central lo ocupa un relieve de San Jerónimo. Tanto en ésta como en la sillería baja los artistas han derrochado imaginación en todos los adornos y tallas, en los cuales nos podemos encontrar tanto con motivos religiosos, como también con elementos alegóricos, burlescos, de lidia de toros, de deportes y de costumbres, la mayor parte de éstos procedentes de grabados e inspirados en la literatura de la época[15].

En el centro de los dos claustros está la sacristía, que es una gran construcción rectangular cubierta con artesonado de madera y dispuesta perpendicularmente a la iglesia conventual. El facistol de madera, obra del siglo XVI, procedente del coro está en esta dependencia, así como dos sitiales de principios del siglo XVI, procedentes de la sillería coral, en los que se aprecian elementos góticos en la decoración de los tableros y el remate superior; y en los guardapolvos aparecen ya detalles renacentistas.

No es frecuente encontrarnos dos órdenes de asientos en sillerías que no sean catedralicias, aquí en Yuste sí. Ambos sitiales tienen un tablero giratorio que sirve de asiento y en la zona inferior está la misericordia con la decoración escultórica de un ciervo galopando en uno de éstos, en el otro sitial se ha perdido; en los brazos hay columnas escamadas que sostiene el dosel que remata el conjunto. En el respaldo de los sitiales hay una profusa decoración vegetal.

Cuando Mélida visitó el Monasterio de Yuste, entre los años 1914-1916, la sillería del coro no se encontraba en el Monasterio de Yuste[16], sino repartida por varias localidades. Seguidamente veremos el por qué.

Un monasterio que ha pasado por infinidad de vicisitudes desde sus inicios en 1408. También sufrieron los atropellos de la invasión francesa el 12 de agosto de 1809, quince días después de haber sido derrotados los franceses en Talavera de la Reina, una columna desarticulada del resto del grueso del ejército francés, marchó hacia Yuste. Los frailes tuvieron que abandonar el monasterio.

Gran parte del convento fue destruido por un incendio. En virtud del Decreto de septiembre de 1813, puesto en vigor por Fernando VII, se confiscaron los bienes de los monjes de Yuste, y, como los de tantos religiosos, se pondrán en pública subasta, y una gran parte de su mobiliario artístico fue repartido a las parroquias de las localidades vecinas: Cuacos (37 sillas del coro, el facistol, órgano de 22 registros y el terno de terciopelo negro con bordados, obra del siglo XVI), Garganta la Olla (19 sillas del coro, órgano con 17 registros y el relicario de alabastro con la representación de la Inmaculada, en la actualidad propiedad de la familia Curiel Merchán), Casatejada (retablo mayor) y Serrejón (cuadro del triunfo de San Mauricio, una escultura de San Jerónimo y dos altares).

El monasterio y el palacio del Emperador fueron vendidos al señor Bernardo Borja y Tarrius en 1821 por 1000 pesetas. La iglesia conventual sería adquirida por el citado señor en 1838 por la cantidad de 250 pesetas, y fue destinada a almacén de madera, utilizando el coro como secadero de capullos de gusanos de seda.

En 1857, Tarrius sacó el monasterio a subasta pública, llegando a interesarse por su compra los mismos franceses, al objeto de regalárselo a Napoleón III. Se levantó un gran revuelo en España, que lamentaba el hecho de que pudiese ir a parar a manos francesas el palacio en que vivió y murió el vencedor de Pavía. Por fin, fue adquirido por el marqués de Mirabel por 20.000 duros. El cual consiguió detener la ruina que aquejaba el edificio conventual y el palacete.

Pero, estas buenas intenciones no resultaron y el edificio se venía arruinando con el tiempo, cada vez más.

El 30 de junio de 1898, el Marqués de Mirabel después de terminar de reparar las bóvedas y el pavimento, permitió que se instalaran en el monasterio una comunidad de Terciarios Capuchinos de Ntra. Sra. de los Dolores, que abrieron la iglesia al culto y organizaron una escuela de enseñanza gratuita para los niños de los pueblos del contorno, pero abandonaron a los pocos meses el convento por su deplorable estado[17].

En el año 1941, los Marqueses de Mirabel y Duques de Montellano cedieron el edificio al Estado. Llevándose a cabo una continua tarea de restauración por parte de la Dirección General de Bellas Artes, bajo el mando del arquitecto don José Manuel González Valcárcel. Las obras fueron inauguradas por el entonces jefe del Estado, Francisco Franco, el 25 de octubre de 1958, clausurando de este modo los actos que se llevaron a cabo con motivo del IV Centenario de la muerte del Emperador Carlos I de España y V de Alemania (21 de septiembre 1558-1958) en Barcelona, Toledo y Granada[18].

Fueron traslados a Yuste todos sus bienes muebles, y entre ellos, la sillería del coro.

GARGÜERA

NTRA. SRA. CON EL NIÑO

En la Casa Parroquial de esta localidad verata, se conserva una escultura de madera policromada de Ntra. Sra. (97 x 41 x 35 cms.) con el Niño (38 cms.)[19]. Recibía culto en la iglesia parroquial bajo la advocación de Ntra. Sra. de Rocamador. Fue muy venerada entre los lugareños, recibiendo la Virgen muchos regalos, por los muchos favores que otorgaba[20].

Los orígenes a la devoción de Ntra. Sra. de Rocamador los encontramos en Francia, en el sitio llamado Roc-Amadour (Roca de Amador), departamento de Lot, cerca de Gourdon. En este lugar existe una imagen de Ntra. Sra., la cual es muy venerada. Es centro de peregrinaciones que llegaban de todos los puntos de Europa. Existe otra ermita en Francia, dedicada a esta advocación, en Camaret-sur-mer, departamento de Finisterre, en la región de Bretaña. De Francia pasó el culto a Navarra, por el frecuente trato de los navarros con los afines de Aquitania, edificándose numerosos santuarios en los que se ofrecían cultos a imágenes vetustas de Ntra. Sra. de Rocamador. Este es posiblemente el origen de varias de las imágenes que en España existen, y curiosamente, en la mayoría de los casos, en lugares por donde pasó el Camino de Santiago (Sangüesa, Estella, Tudela, Palencia)[21]. La devoción había pasado de Francia a Navarra, se extendió en el siglo XII por León a ambas Castillas y, posteriormente, al S. de la Península[22].

Se nos presenta la Virgen de Gargüera, sentada en un trono, que se alza desde una peana poligonal, decorándose los extremos con elegantes ojivas góticas. Sostiene al Niño, que está de pie, con su brazo izquierdo, mientras que adelanta la diestra para ofrecer una mano vacía al infante, seguramente llevaría una fruta esférica, lo cual es muy normal en la estatuaria medieval. Sigue la iconografía de Mater Admirabilis.

En el gótico medio se interpreta a la Virgen en Majestad, al propio tiempo que como «Odegetria», en figuras sedentes, con Jesús en pie sobre la pierna izquierda. Este tipo de la Madre Admirable, en el que se conjugan el realismo con la profundidad teológica que cimentaba el marianismo en la Baja Edad Media.

La composición es triangular, favoreciendo la altura del conjunto, adoleciendo de cierto hieratismo, muy acentuado por la inexpresividad de los rostros de Madre e Hijo. La forma del peinado, encasquetado y sujeto por un bonete, es propio del influjo flamenco.

Viste María túnica de color jacinto, con escote cuadrado, según la tipología de principios del siglo XV[23], y manto del mismo color, que cae con amplios pliegues, dejando ver los zapatos de punta redonda. El manto ha sido repintado con un color gris-azulado. Hasta su restauración, se mantenía en pequeñas zonas la policromía primitiva. El Niño viste túnica de color jacinto.

Hemos podido seguir su reciente proceso de restauración, llevado a cabo por don José Gómez y Gómez, en Trujillo, en el año 1990. La talla se encontraba muy deteriorada debido al mal trato y humedades que ha sufrido. Se pudieron comprobar múltiples roces en el respaldo, la espalda de Ntra. Sra., etc. La efigie padecía ataques de termitas con pérdida de varios fragmentos de madera. De su policromía original quedaba un 2% de su superficie, importante para orientar al restaurador a la hora de dar un nuevo estofado.

Durante la restauración, se llevó a cabo la consolidación de toda la madera, grietas y trozos saltados; reposición de fragmentos, como un dedo de la Virgen y una mano del Niño. Posteriormente, se efectuó un estucado total, dorado y, el estofado. Por último, un ligero envejecimiento de la imagen por patinado.

Es obra de un escultor anónimo de mediados del siglo XV, muy influido por los modelos flamencos que llegaban a España de la mano del comercio.

Virgen con Niño, Garguera

JARAIZ DE LA VERA

NTRA. SRA. DE LOS REMEDIOS

En la iglesia parroquial de San Miguel se conserva en el centro del retablo mayor barroco[24] una imagen en madera policromada de Ntra. Sra. (94 cms. aprox.) con el Niño (37 cms. aprox.), bajo la advocación de Virgen de los Remedios[25].

En los Libros de Cuentas de Fábrica de la iglesia parroquial de San Miguel, encontramos varias referencias a esta imagen de Ntra. Sra. con el Niño[26]. La primera nota documental la recibimos del año 1672, fecha en la cual aparecen mencionadas «una corona de plata que tiene el Niño Jesús de los Remedios y otra la Virgen»[27]. En el año 1689, volvemos a encontrar referencias documentales: «Item, dos coronas de plata, la una tiene el Niño Jesús de los Remedios y la otra la Virgen, que pesaron ambas ocho onzas. Una mantellina de terciopelo negro liso afforrado con tafetán carmesí con galón de plata fina. La dió María Sánchez Tafalla, viuda de Alonso Jaraíz para Ntra. Sra. de los Remedios»[28].

En el año 1715, aparecen inventariadas «cuatro coronas de plata. Las dos de Ntra. Sra. de los Remedios, y las otras dos del Niño Jesús que tiene en sus brazos; planas y antiguas. Las cuales están nuevas por arriba, y habiéndose pesado para ponerlas en este inventario, pesaron todas cuatro juntas veinte y tres onzas»[29]. Este mismo año, don Francisco García de Sosa, dejó en testamento «un manto a Ntra. Sra. de los Remedios que está en el altar mayor de dicha iglesia, de tela de lana fina, guarnecido con puntas de oro fino, bajo condición de que no se preste para funciones de comedias (debe de referirse a representaciones de Autos Sacramentales), ni otras públicas y profanas, y en caso de contravención se le manda a la de Ntra. Sra. de la Gracia de Santa María y se puede prestar a sus funciones a Ntra. Sra. del Rosario y del Salobrar si se necesita y cuando se ponga la primera vez se diga una misa cantada a costa de sus bienes»[30].

La Virgen está sentada sobre un elemental madero, con una postura muy rígida, propio de la estatuaria románica. Lleva en su mano derecha la fruta esférica. Es una representación de la Madre de Dios realista, asequible a toda comprensión, rica en modelado, en donde se aúna la doctrina mariológica con las auras populares. Como dato de curiosidad iconográfica hemos de advertir la disposición del cuello alto y tubular, los dedos largos, finos y torneados, cintura muy apretada por el cíngulo que ata la túnica talar de la Virgen, dejando ver los zapatos puntiagudos, elementos que hacen referencia a la Virginidad de Ntra. Sra.

La talla de María es hueca por detrás, típico de las imágenes denominadas «fernandinas», que acompañaban a los ejércitos en las campañas militares. Tiene los ojos de cristal, probablemente le fueron colocados con motivo de la restauración que sufrió la talla en el año 1759, fecha en la cual se decoró la efigie (escrita en el hombro de la Virgen)[31].

El Niño está sentado casi en el regazo de su Madre, porta la bola del mundo en su mano izquierda y, bendice con la diestra. Viste túnica talar y no lleva los pies descalzos, como la mayoría de las obras que hemos estudiado, calza zapatos puntiagudos como su Madre. El Niño está tallado sin proporciones, muy poco naturalista, pues presenta un cuerpo pequeño con unas piernas muy largas.

Los rostros de ambos nos ofrecen la sonrisa arcaica, típica del período gótico inicial, con cabellos tratados de manera muy esquemática. La Virgen está tocada con un velo, en el cual está bordada la fecha 1718[32]. Viste túnica roja y manto azul oscuro, el Niño tiene túnica color jacinto, adornada con motivos vegetales goticistas.

Por estas características consideramos que pueda tratarse de una obra de la segunda mitad del siglo XIII[33].

Ya hemos comentado en el capítulo dedicado a Cultura Medieval, cómo era frecuente las corridas de toros en las localidades pertenecientes a la Diócesis placentina. En los Libros de Cuentas encontramos abundantes referencias a funciones y a corridas de toros en honor a Ntra. Sra. de los Remedios, pues este animal era indispensable en muchos ritos festivos religiosos[34]. En Extremadura se mantiene esta tradición y, con gran fuerza en la Vera, en donde existen algunas peculiaridades, como el toro del aguardiente.

Virgen de los Remedios, Jaraìz de la Vera

PASARON DE LA VERA

1.- CRUCIFICADOS

En la sacristía de la iglesia parroquial se conservan dos tallas del Crucificado en madera policromada. Uno de éstos responde a caracteres anatómicos y tipología plenamente góticos (136 x 113 cms.). Es la imagen que recorre las calles de esta localidad verata el Viernes Santo. Es un Cristo doloroso de tres clavos, dispuesto sobre una cruz de gajos. Presenta un estudio anatómico muy marcado en los brazos y tórax, con el fin de emocionar al piadoso. Su cabeza está muy inclinada sobre el hombro derecho. Se cubre con un amplio paño de pureza, recogido en un pequeño nudo, formando pliegues angulares muy rígidos pero de forma natural, sin convencionalismos.

Obra anónima fechable en la segunda mitad del siglo XIV[35].

La otra talla del Crucificado (147 x 145 cms.) es posterior, posiblemente obra de los últimos años del siglo XV, de un artista local anónimo. Sus brazos son articulados, pues se utilizaba en la ceremonia del Descendimiento del Viernes Santo y, posteriormente salía en procesión como yacente.

Es un cuerpo inerte, ejerce el peso de su cuerpo sobre los brazos. Las piernas y el abdomen poseen un carácter más realista que el tórax y la cabeza. Ya no se montan una sobre otra, sino que se mantienen separadas uniéndose los pies para recibir el clavo. Posee facciones aún góticas, observándose todavía rasgos patéticos que dan lugar a un rostro demacrado. Pero, el paño de pureza es el característico que se utilizará en la primera mitad del siglo XVI; además, está tratado con mayor fidelidad anatómica que la talla anterior.

La Iglesia, desde el Concilio de Trullo (695), recomendaba representar a Cristo en forma humana y sufriente para hacer frente a las doctrinas monofisitas que pretendían absorber la naturaleza humana de Cristo en la divina. Su difusión en la iconografía se produce en el siglo XI, sobre todo en Oriente, mientras que en Occidente surge de forma esporádica en los manuscritos, y en las imágenes de talla se prefería representar a Cristo triunfante y vivo en la cruz[36]. La imagen de Cristo muerto encuentra acogida en Occidente desde finales del siglo XII, por la consideración que adquiere en la teología occidental, la naturaleza humana de Cristo y la valoración del sentimiento para acercarse al misterio de la redención. Además, la sociedad occidental a través de las Cruzadas toma contacto con los lugares físicos donde tuvo lugar la Pasión, recupera las sagradas reliquias y vive con emoción los sufrimientos de Cristo. Por otro lado, la Iglesia necesitaba una imagen inmediata como réplica a las doctrinas heréticas que extendían en el S. de Europa los cátaros y albigenses que afirmaban que Cristo «no podía ser contaminado por la materia: su cuerpo era aparente y por tanto no había sufrido realmente en la cruz, sino simbólicamente»[37].

Estos Cristos que hemos estudiado en Pasarón de la Vera, responden al tipo de crucifijo doloroso, que se difunde a mediados del siglo XIV, donde las señales de la Pasión están representadas con toda su crudeza.

Crucificados de Pasarón de la Vera

TEJEDA DE TIETAR

NTRA. SRA. DE LA TORRE

En la parroquia de San Miguel Arcángel, en el sotobanco del retablo mayor[38], se conserva una lignaria imagen de la Virgen María (60 x 25 x 31 cms.) con el Niño (23 cms.), bajo la advocación de Ntra. Sra. de la Torre[39].

La Virgen tuvo su ermita en la dehesa «Torre de Paniagua»[40], que está situada a 1 km. y 300 metros de la población de Tejeda, en la carretera que conduce a Bazagona desde el cruce de Vallejera, y que en la actualidad está convertida en «casa de heno».

Existió una Cofradía encargada del culto a Ntra. Sra. de la Torre, la cual poseía numerosas propiedades[41]. Aportamos una noticia importante de don Melchor Sasadre, que nos llega del año 1791, según la cual la Cofradía de Ntra. Sra. no utilizaba bien los enormes ingresos anuales que obtenían: «Quanto mejor sería aplicar las rentas de la Cofradía y Obras Pías que se malbersan y roban los mayordomos para dotación deun Maestro de niños q. formase las Costumbres de estas gentes rústicas, que desde la mas tierna edad se llenan de resabios y malas inclinaciones. Cosa es que pasma quela Cofradía denuestra Señora dela Torre tenga tantos vienes y rentas para quela Sagrada Imagen permanezca en una Mala Hermita expuesta a profanaciones frecuentes, sin culto sirbiendo la misma Hermita y casa contigua a ella de abrigo y refugio demal hechores. La Virgen agradecería mucho sela llevase ala Parroquia y que se hiciese mejor uso delos vienes demoliendo la casa y la Hermita. La debocion está reducida a irse a Embriagar unavez al año con el pretexto de Piedad y devocion a romerias de que resultan ofensas ala religion y al estado»[42].

En el año 1809, la imagen se trajo al templo parroquial, cuando hicieron su entrada en la localidad los franceses, el día de San Juan, 24 de junio, de dicho año[43]. En tiempos de Isabel II, con motivo de la ley del 2 de septiembre de 1841, se dispuso la enajenación de los bienes religiosos. Se subastó la dehesa de «Torre de Paniagua» de 1.404 fanegas, que perteneció al Cabildo de la Catedral placentina, fue adquirida en Madrid el 23 de septiembre de 1843 por don Joaquín Rodríguez Ledesma[44], en la cantidad de 300.000 reales[45].

Conserva un origen legendario, como muchas otras imágenes que ya hemos estudiado. Según los vecinos de Tejeda, esta imagen se apareció en la dehesa «Torre de Paniagua», de aquí su apelativo, lugar donde se construyó la ermita. Según la leyenda, un toro al escarbar la tierra dejó al descubierto esta talla de la Virgen, que había sido allí enterrada por los cristianos al huir de los árabes. Pero, como hemos indicado, es solo una leyenda, pues la imagen no revela tanta antigüedad.

Podemos considerarla como una de las mejores obras en su género en la región extremeña y, desde luego, la más antigua escultura exenta de la comarca de la Vera[46].

Se nos ofrece María sentada en rigurosa posición frontal, sobre un elemental escabel, sin respaldo, sujeta al Niño Jesús con la mano izquierda -éste está sentado sobre la pierna izquierda de su Madre-, y tiene vacía la diestra, posiblemente llevaba una fruta esférica. Viste túnica amplia ceñida al cuerpo con un cinturón, que cae formando amplios pliegues geométricos, dejándonos ver los zapatos de punta redondeada que calza la Virgen María. A su vez, lleva corona mayestática y, bajo ella, el velo de la sabiduría, que es tan amplio que cumple la misma función que un manto. El Niño lleva en su mano izquierda la bola del mundo, y ha perdido la mano derecha. Viste túnica talar y lleva los pies desnudos. El cabello le ha sido colocado a modo de casquete, presentando un peinado muy elemental y esquemático.

La policromía que ha tenido esta imagen hasta su reciente restauración (año 1988), no era la primitiva, fue alterada por múltiples repintes modernos. La Virgen tenía la túnica roja y el manto azul, al igual que el del Niño. Los zapatos de Madre e Hijo eran marrones, y el escabel en el que va sentada la Virgen era de color verde.

El estado de conservación de la imagen era lamentable por haber sufrido un fuerte ataque de insectos xilófagos, circunstancia que ha obligado en el proceso de restauración a realizar determinadas reparaciones para ocultar los daños. Sobre la madera apareció una preparación blanca, mal adherida por efecto del deterioro de la talla, que ha producido importantes desprendimientos de la policromía original, cubiertos posteriormente por una densa capa de estuco y pintura. Para ocultar los daños más visibles de la capa de policromía, le fue dada una pasta coloreada a base de cera. Además de los deterioros debidos al mal estado de la madera de base, presentaba otros en forma de fisuras verticales a causa de los cambios volumétricos de la madera. Aparecen varias mutilaciones, siendo las más importantes las manos derechas de Madre e Hijo. Tres de las almenas de la corona mayestática estaban rotas y reparadas con corcho y puntillas, y en la parte central presentaba un elemento metálico para fijar una corona superpuesta.

En la restauración llevada a cabo en 1988 por don Francisco Arquillo Torres, Catedrático de Restauración en Sevilla, se ha fijado la capa polícroma desprendida, se han extraído los elementos metálicos de la cabeza y la base, se ha tratado con insecticida la madera y se ha consolidado la misma, se han cerrado las grietas producidas por deformaciones de la madera, se ha reconstruido la corona siguiendo el criterio de reintegración visible y se han reconstruido las manos derechas de la Virgen y del Niño, aplicando también el criterio de reintegración visible. Además, se ha recuperado la policromía original, que se mantenía en algunas zonas de la talla, operación delicada y laboriosa (el Niño tenía túnica de color verde y Ntra. Sra. tenía un gran porcentaje de oro). El importe estimado de los trabajos de restauración ascendió a la cantidad de 525.000 ptas, subvencionada por la Diputación Provincia de Cáceres, con una duración de noventa días[47].

Por todas las características anteriormente expuestas, podemos fechar esta imagen en la segunda mitad del siglo XIII.

Virgen con Niño, Tejeda de Tiétar

VALVERDE DE LA VERA

1.- ESTATUAS YACENTES DE LOS CONDES DE NIEVA

La villa de Valverde de la Vera es «Conjunto histórico-artístico», está plagada de bellísimos rincones urbanos. La parte más alta de la localidad está coronada por las ruinas de un castillo, levantado en el siglo XIV cuando Sancho IV creó el señorío de Valverde, a base de esta villa y sus entonces aldeas anejas de Villanueva, Viandar, Talaveruela y Madrigal, en favor de su consejero el arcediano don Nuño Pérez de Monroy, y que en el siglo XV pasaría a integrarse en el condado de Nieva.

En la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de Fuentes Claras y a ambos lados del presbiterio se conservan los artísticos enterramientos góticos, con estatuas yacentes, de don Diego López de Zúñiga y de su mujer doña Leonor Niño de Portugal, condes de Nieva y señores de Valverde (1469).

Hasta llegar a la dinastía de los Condes de Nieva, hemos de remontarnos a los años finales del siglo XIII. Pues las manifestaciones artísticas condicionan la historia. Por estos años, fue fundada como villa por don Nuño Pérez de Monroy, primer señor de Valverde y sus aldeas, de Madrigal, Villanueva, Talaveruela y Viandar. Fue concedida por el rey Sancho IV, que luego confirmó su hijo Fernando IV, el día 21 de abril de 1309 (era 1347). Don Nuño Pérez de Monroy fue Abad de Santander, arcediano de Trujillo y de Campos; Canciller de la Reina doña María de Molina. Fue servidor de ésta, y de su hijo Fernando y después de su nieto Alonso XI, el que confirmó esta donación en 1378. Falleció don Nuño en Valladolid, el día 2 de agosto de 1326 (era 1364) y fue enterrado en el Hospital del Arrabal de San Juan de aquella ciudad. Hizo testamento el día 31 de julio del mismo año, ante el escribano de Valladolid, don Castellán Díez.

El segundo señor de Valverde fue Fernán Pérez de Monroy, a quien confirmó el señorío de Valverde Alonso XI, por privilegio de 28 de septiembre de 1340 (era 1378) murió en Plasencia, donde hizo testamento, en el año 1351 (era 1389) ante el escribano don Alonso García de aquella ciudad, y se enterró en San Nicolás de Plasencia, cuya iglesia fue construida por éste.

Heredó el señorío su hijo Fernán Pérez de Monroy (tercer señor de Valverde), quien casó con doña Inés Rodríguez y tuvieron tres hijas. La primera se llamó doña Estefanía Fernández de Monroy y casó con el Mariscal de Castilla, don Garci González de Herrera, señor de Arroyo del Puerco y otros lugares de Extremadura, no dejando descendencia. La segunda, doña Maria Fernández de Monroy, se casó con don Juan Rodríguez de las Varillas, natural de Salamanca, tuvieron un hijo, don Fernán Rodríguez de Monroy, del que descienden en varonía todas las Casas de los Monroyes. Este casó con doña Isabel de Almaraz, con lo que cesaron las divisiones entre las casas de los Almaraces y Monroyes, uniéndose en una sola.

A partir de entonces se inicia la dinastía de los Condes de Nieva, señores de Valverde. Al morir doña Estefanía de Monroy, esposa de don Garci González, no dejando descendencia, el Rey don Enrique II tomó para sí el Señorío de la Villa de Valverde y se lo entregó al infante don Fernando y éste se lo cedió a doña Beatriz de Portugal.

Doña Beatriz se casó con don Pedro Niño, y de este matrimonio tuvieron una hija llamada Leonor Niño de Portugal, que a su vez casó con don Diego López de Zúñiga. A la muerte de éstos en Valverde, se hizo cargo del Condado de Nueva su hijo don Pedro de Zúñiga y Niño de Portugal, III Conde de Nieva, a quien se debe la construcción de la iglesia de Ntra. Sra. de Fuentes Claras[48], donde enterró a sus padres don Diego López de Zúñiga y doña Leonor Niño de Portugal, en los laterales del presbiterio, donde se encuentran en la actualidad las estatuas yacentes de los mismos, en alabastro. Estos debieron ampliar el recinto con una torre, situada al NE. del templo, en la que aparecen sus armas esculpidas, y data de fines del siglo XV.

Como ya pudimos comprobar en el capítulo dedicado a la Cultura Medieval existía una preocupación general por la conveniente sepultura en la hora de la muerte, de modo que realmente, «despesas fazen los omnes de muchas guisas en soterrar los muertos», como aseguraba Alfonso X en la primera de sus Siete Partidas[49]. El rey Sabio establece una diferencia entre los que han de dejar sus huesos fuera de la iglesia y los que pueden enterrarse dentro, como serán todos aquellos ricos hombres que «fiziessen elgesias de nuevo o monasterios e escogiessen en ellas sus sepulturas»[50].

Las estatuas yacentes de los Condes de Nieva, se cobijan bajo sendos arcosolios de medio punto, el frontal de uno de los sepulcros se decora con el típico brocado con motivos de telas rameadas de fines del siglo XV, y con una cenefa en la zona superior a base de tallos entrelazados de origen hispano-flamenco. Las estatuas de los Condes están tendidas en un lecho en actitud de leer un libro. Dos pajes decapitados sostienen los almohadones sobre los que reposan los esposos.

El Conde don Diego lleva la cabeza cubierta con un turbante, y viste una camisa fina que desarrolla un estampado curvilíneo[51].

La mujer tiene facciones muy delicadas, lleva vestiduras lujosas con ricos borbados de fines del siglo XV, y un collar de tres vueltas en la garganta. Proceden, posiblemente, de otro emplazamiento, quizás de una cripta que existe bajo el presbiterio, de fines del siglo XV. Es probable que los dos esposos estuvieran juntos en un mismo monumento[52]. El perrito, de gran realismo, que se conserva en un lateral del sepulcro, se utilizó como ménsula sobre la cual iba el monumento, cuando se encontraba en su primitivo emplazamiento, en la cripta[53]. El perrito es un animal considerado, al igual que el león, como protector de edificios y sepulcros[54].

Estos sepulcros tuvieron unos epígrafes que identificaban a los difuntos y que, según López de Haro, rezaban: «Aquí yaze el muy noble y magnífico Señor don Diego López de Zúñiga, Conde de Nieva, Señor desta villa de Valverde, nieto del rey don Carlos de Navarra, de legítimo matrimonio, y de Diego López de Zúñiga, Iusticia Mayor de Castilla, hijo de Iñigo Arista de Zúñiga, y de la Infanta doña Iuana su muger», «Aquí yaze la muy noble Señora, de loable memoria, doña Leonor Niño, Señora desta villa de Valverde, hija de los magníficos señores don Pedro Niño, y de la Condesa doña Beatriz, su muger, bisnieta de los Reyes de Castilla, don Enrique, y don Pedro, de Portugal, todo de legítimo matrimonio. Falleció a 9 días de enero año de 69»[55].

Es una magnífica obra en su género, de autor desconocido, pero que está dentro de la corriente hispano-flamenca que dominó a España durante el último tercio del siglo XV. Son de una factura de primer orden, revelando la mano de un artista en labrar el alabastro. Precisamente, al ser una obra encargada por la nobleza nos explicamos que se recurriera a un artista de gran categoría. Su fecha de realización debemos de situarla entre 1490-1500, antes del establecimiento definitivo de las influencias renacentistas italianas en Castilla, que afectaron muy pronto a la escultura funeraria[56].

2.- NTRA. SRA. DE FUENTES CLARAS

En la iglesia parroquial se conserva una talla policromada de la Virgen (155 x 58 x 40 mtrs.) con el Niño (37 cms) bajo la advocación de Ntra. Sra. de Fuentes Claras[57]. Es la patrona de esta importante localidad verata, preside la hornacina central del retablo mayor barroco[58], alzada por seis angelotes barrocos del siglo XVIII.

La Virgen está de pie con la pierna derecha adelantada, y sostiene al Niño en sus brazos, el cual se alimenta del seno materno. Es frecuente encontrarnos esta representación de la Virgen de la Leche en imágenes góticas, como ya hemos indicado[59]. Esta imagen manifiesta un gran hieratismo y rigidez de formas, lo cual es también patente en la vestimenta: túnica talar y amplio manto envolvente, los pliegues son muy geométricos, pesados y paralelos, y poseen angulaciones de origen flamenco. Presenta un escote abierto por delate en un pequeño pico que es propio de la moda del siglo XV. Los zapatos que calza María son de punta redonda. El rostro de la Virgen ostenta unas facciones ingenuas, enmarcadas por largos y negros cabellos que le caen por los hombros. Tiene los ojos de cristal, probablemente añadidos posteriores. El Niño está desnudo, cubierto con un faldequín, conservando los ojos originales, pintados en la madera. Porta en la mano izquierda una flor de muchos pétalos.

El naturalismo clasicista del grupo prevalece sobre cualquier otra consideración. Así, el rostro de María manifiesta una serena belleza y va enmarcado por la abundante cabellera que le cae por la espalda, como ya hemos explicado, a la manera flamenca. Los amplios ropajes de la Virgen -túnica y manto- son de una exquisitez y riqueza extraordinarias, con plegados que realizaría un artífice anónimo, pero de grandes cualidades técnicas. Estos pliegues evocan las lujosas telas de Flandes, aunque carecen ya de las violentas angulaciones visibles en esculturas anteriores que hemos estudiado. Los ropajes son más acartonados y lisos. Son palpables los numerosos detalles del estilo gótico hispano-flamenco.

La policromía actual de la obra puede ser un añadido del siglo XVIII, fecha en la cual debieron de colocar a María los ojos de cristal[60]. Podemos observar la policromía original por algunos desconchones que se perciben en la talla: manto de color azul y la túnica de color jacinto. Además, estaba estofada con motivos vegetales y geométricos.

Por todas las características expresadas y por su análisis artístico y técnico, podemos decir que esta obra se labraría en los comedios del siglo XV[61].

Ntra. Sra. de Fuentes Claras y San Pedro y San Pablo. Valverde de la Vera

3.- SAN PEDRO Y SAN PABLO

En el muro del Evangelio de la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de Fuentes Claras se conservan restauradas dos imágenes que representan a los apóstoles San PedroSan Pablo (ambas miden 87 cms.), procedentes seguramente de un antiguo retablo, ambas imágenes están talladas en madera policromada[62].

San Pedro está representado con el libro en la mano derecha y las llaves en la izquierda. Estas, han sido añadidas durante la reciente restauración, pues habían desaparecido. Conserva numerosos detalles arcaizantes como el mechón de cabello enrollado en espiral sobre la frente, las vestiduras se pliegan con soltura y naturalidad a lo largo del cuerpo, ciñéndose en la cintura mediante la doblez del manto formando un abultamiento de la vestimenta triangular entre las piernas, una cenefa con un dibujo geométrico recorre todo el borde del manto.

San Pablo conserva sus atributos: el libro y la espada, ésta, también añadida en la restauración. El plegado de los paños responde al mismo tipo de imagen tardomedieval, como la de San Pedro. Ambas obras proceden del mismo retablo, como ya hemos indicado, y son producto de una misma mano anónima. El conjunto responde a una inspiración gótica tardía, muy marcada en las vestiduras y rostros de los personajes, posiblemente realizadas en los primeros años del siglo XVI, pues manifiestan caracteres renacentistas en las posturas de las efigies.

4.- SAN JUAN BAUTISTA

En una capilla del muro del Evangelio, de la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de Fuentes Claras, en mal estado de conservación existe una imagen de San Juan Bautista (97 cms.)[63].

Aparece representado con su atributo personal, el cordero que el santo sostiene ante el pecho sobre un libro. A partir del siglo XIV lleva túnica corta de piel de camello, ceñida con gruesa faja anudada por delante[64]. De cuerdo con su vida austera le vemos alto, demacrado, y con los ojos y expresión fogosa, barba larga y algo desgreñado[65]. Es obra gotizante de principios del siglo XVI.

5.- CRUCIFICADO

En la iglesia parroquial, en una capilla lateral del muro del Evangelio, los lugareños veneran una talla del Crucificado (140 x 128 cmts.), en madera policromada, bajo la advocación del «Santo Christo de la Paz», según reza en una cartela, al pie de la cruz.

Es obra de buenas proporciones, con los volúmenes corporales plenos, la cintura ligeramente marcada y un breve perizoma formando pliegues paralelos, anudado en el centro. De facciones ingenuas y serenas, enmarcadas por una larga y negra melena, que le cae por la espalda y hombros, en afilados mechones. Representa a Cristo muerto, con un rostro afilado, con barba bífida terminada en pico. Tan solo el rostro, muestra el dolor de la Pasión, sin grandes ademanes. Tiene los brazos articulados, para poder realizar con esta imagen la ceremonia del Descendimiento el Viernes Santo.

Probablemente, es obra tardomedieval de principios del siglo XVI, que mantiene rasgos muy arcaizantes, realizada por un artista anónimo local.

San Juan Bautista y Crucificado, Valverde de la Vera

VILLANUEVA DE LA VERA

En la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Concepción, en un retablo churrigueresco colateral de la Epístola, se conserva una imagen del Crucificado, en madera policromada, de buenas proporciones (117 x 112 cms.), formando parte de un Calvario, óleo sobre tabla, que le sirve de fondo (estas figuras de la Virgen y San Juan corresponden al siglo XVIII). La obra se encuentra en lamentable estado de conservación.

Con negros cabellos cuyos mechones le caen por la espalda y los hombros.

La talla del Crucificado presenta detalles anatómicos arcaizantes, góticos. No obstante, parece obra tardomedieval de principios del siglo XVI.

San Mateo y San Pablo, iglesia de Aldeanueva de la Vera


NOTAS:

[1] Cit. por primera vez en la obra de MONTERO APARICIO, D.: Arte religioso en la Vera de Plasencia. Salamanca, 1975, p. 284.

[2] Mateo, escribió el primer Evangelio. Sus atributos como Evangelista son: la pluma, el libro y un hombre alado. ROIG, F.: Iconografía de los Santos. Barcelona, 1950, p. 195.

[3] Cit. por MONTERO APARICIO, op. cit., p. 288.

[4] Cartas de pago otorgadas por el entallador flamenco Guillermín de Flandes a cuenta del retablo de San Pedro que hizo para la parroquia de Aldeanueva de la Vera. Archivo Parroquial de Aldeanueva de la Vera, 1524-1542. Cuentas de 1527. En apéndice documental. Cit. por MONTERO APARICIO, op. cit., p. 288.

[5] No se trata de la Santa citada, que el pueblo venera, pues no tiene los atributos de la virgen y mártir Santa Marina: horno encendido o tres manantiales a flor de tierra que brotaron, según la tradición, cuando fue decapitada. FERRANDO ROIG, op. cit., p. 190.

[6] TRENS, M.: Iconografía de la Virgen en el Arte Español, op. cit., p. 566. Cit. GARCIA MOGOLLON, F. J.: Esculturas de la Virgen María en la Provincia de Cáceres, op. cit., p. 76.

[7] Según el prof. GARCIA MOGOLLON, op. cit., p. 76.

[8] Los pliegues son idénticos a los de la Virgen de Santibáñez de Valcorba, que está en el Museo Diocesano de Valladolid. Estudiada por ARA GIL, J-C.:Escultura gótica en Valladolid, op. cit., pp. 143-145, lámina LXIV.

[9] La Virgen de la localidad de Plasenzuela, que aún no hemos estudiado, presenta similares adornos. GARCIA MOGOLLON, op. cit., p. 76.

[10] Véase sobre la fundación del Monasterio de Yuste las siguientes obras: ALBORAYA, D. de G.: Historia del Monasterio de Yuste. Madrid, 1906; RAMON Y FERNANDEZ OXEA, J.: «Reliquias de Yuste». A.E.A, XX. Madrid, 1947; SANCHEZ ALEGRIA, E.: La Ruta de Yuste. Barcelona, 1981; SANCHEZ LORO, D.: Historias placentinas inéditas. 3 vols. Inst. Cultural «El Brocense». Cáceres, 1982-1985; RAMOS RUBIO, J. A.: Yuste Imperial. Cuadernos Populares. ERE. Mérida (En prensa).

[11] ALBORAYA, op. cit. SANCHEZ ALEGRIA, op. cit.

[12] SANCHEZ LORO, D.: La celda de Carlos V. Cáceres, 1949; La inquietud postrimera de Carlos V. 3 vols. Publicaciones de la Jefatura Provincial del Movimiento. Cáceres, 1958.

[13] La iconografía de la sillería de Yuste puede encontrarse en RAMON Y FERNANDEZ OXEA, J.: «Reliquias de Yuste». A.E.A., vol. XX. Madrid, 1947, pp. 26-59. LUIS ARENA, H.: «Las sillerías de coro del maestro Rodrigo Alemán». B.S.A.A., tomo XXXII, Valladolid, 1966, pp. 89-123. Y alusiones en los estudios de la Dra. Mateo Gómez. y en la obra de KRAUS, D., y H.: Las sillerías góticas españolas. Madrid, 1984.

[14] Estamos de acuerdo con KRAUS, D. y H.: Sillerías góticas españolas. Madrid, 1984, p. 180. Según la Dra. Mateo Gómez: «El autor de la sillería del monasterio de Yuste estuvo influido, indudablemente, por la obra de Rodrigo Alemán en Plasencia». MATEO GOMEZ, I.: Temas profanos en la escultura gótica española. Las sillerías de coro, op. cit., p. 29.

[15] Son muy explícitos los estudios de COSSIO, J. Mª de.: «Milagros taurinos», en LOS TOROS, tratado técnico e histórico. Tomo II. Espasa-Calpe, Madrid, 1947, pp. 205-231. MELCHOR DE JOVELLANOS, G.: Espectáculos y diversiones públicas. Ed. de C. González Suárez-Llanos, ed. Anaya. Madrid, 1967. La interpretación de las escenas esculpidas en las sillerías de coro se facilita con el conocimiento de las circunstancias de la época en que fueron ejecutadas. No olvidemos la enorme influencia de la tradición clásica y oriental, así como la cultura medieval, como ya hemos estudiado en los capítulos anteriores.

[16] MELIDA ALINARI, op. cit., menciona la sillería del coro cuando escribe sobre la localidad de Cuacos, p. 105.

[17] Unamuno en su Viaje por España y Portugal, nos habla sobre el deplorable estado en el que se encontraba el Monasterio, págs. 102-105 (Salamanca, 1905).

[18] GONZALEZ VALCARCEL, J.: El Monasterio de Yuste y su restauración. Madrid, 1983.

[19] Aparece ya citada por MONTERO APARICIO, D.: Arte religioso en la Vera de Plasencia, op. cit., p. 285. Este la fecha en los años finales del siglo XV. No obstante, consideramos que es anterior, aunque de la misma centuria, por el tipo de escote cuadrado y con los extremos redondeados, además el cuello de la túnica lleva una abertura central, típico de las ropas del siglo XIII y que llamaban «orfrés». Son rasgos de arcaísmos, al los que tenemos que unir el tipo de bonete de Ntra. Sra., y la rizada cabellera que cae por la espalda, ahuecada.

[20] Podemos citar dos copones y un cáliz, fechables en el siglo XVI. Uno de ellos, tiene las marcas de la ciudad de Avila, en el pie se lee: «ESTE CALIZ DIERON FRCO. XIMENEZ I HERDO. ZIMENEZ HRNOS. A NRA. S. DE ROCAMADOR». Cit. GARCIA MOGOLLON, op. cit., p. 84.

[21] ARBEIZA Y JIMENO JURIO, T.: «Rocamador», núm. 82 de la Colección Navarra, temas de cultura. Dip. Foral de Navarra. Pamplona, 1970. ANCIL, M.: «Sangüesa, peregrinación a la Virgen de Rocamador», en Pensamiento Navarro, junio, 1954. «Imágenes de la Virgen de Rocamador en Navarra», en Pensamiento Navarro, enero 1955. Cit. HERNANDEZ GARCIA, V.: Almaraz, una villa con historia. Madrid, 1980, pp. 133-135.

[22] En 1353 existían santuarios de Nuestra Señora de Rocamador en Córdoba, Huelva (Encinasola). En la parroquia de San Lorenzo mártir, en Sevilla, en donde se venera a una imagen bajo la advocación de Ntra. Sra. de Rocamador, hay un escrito que acompaña al triduo, que se celebra en su honor, después de hablar del origen de esta devoción en Francia, se dice: «Los grandes favores que se obtenían en aquellas sagradas rocas por la intercesión de María, hizo que su devoción se propagase por Francia, fuera honrada con el rendimiento de nuestros católicos reyes; y el ínclito San Fernando, después de conquistar Sevilla, hizo colocar una copia fiel de aquella imagen en el lugar donde se venera actualmente, conservándose su devoción hasta el año 1691 en que por iniciativa de don Juan Velasco, se constituyó en Hermandad…». En Extremadura hay santuarios en Almendral, Valencia de Alcántara, Almaraz y, en Gargüera, imagen que nos ocupa.

[23] BERNIS, C.: «La moda y las imágenes góticas de la Virgen. Claves para su fechación». A.E.A., XLIII, núm. 170. Madrid, 1970, p. 205.

[24] Realizado por José de la Icera Velasco y su hermano Ventura, pues en las partidas figuran «los maestros que hacen el retablo mayor», ejecutado entre los años 1751-1753, este último año «Joseph la Icera Velasco, maestro que remató el retablo mayor de la dha. yglesia». Libro de Cuentas, núm. 5 (1715-1766). Arch. Iglesia Parroquial de San Miguel de Jaraiz. Fue dorado por Alonso Requero, entre los años 1767-1771. Libro de Cuentas, núm. 6 (1767-1814). Arch. Igl. de San Miguel de Jaraiz.

[25] En la primera mitad del siglo XIII ya contaba Jaraiz con iglesia parroquial a causa de las disposiciones del Arzobispo de Toledo, don Rodrigo Ximénez de Rada, el cual, en el año 1217, por bula del Papa Honorio III, recibió autorización para construir iglesias en las comarcas que acababan de ser conquistadas a los árabes y, entre ellas, estaba la de Jaraiz. A.H.N. Sección Códices. 987 B. fol. 192 vº. Cit. MONTERO APARICIO, op. cit., p. 335. En Apéndice Documental.

[26] Esta imagen nunca tuvo una cofradía que se encargara del culto, por ello, la documentación sobre la misma se encuentra en la parroquia de San Miguel. En Apéndice Documental exponemos todas las referencias que hemos localizado en Libros parroquiales que nos hablan de Ntra. Sra. de los Remedios.

[27] Libro de Cuentas de Fábrica, núm. 3 (1660-1704). Año 1672, f. 34. Arch. parroquial de San Miguel. Jaraiz de la Vera.

[28] Libro de Cuentas de Fábrica, núm. 3 (1660-1704). Año 1689, fol. 56. Arch. parroquial de San Miguel. Jaraiz de la Vera.

[29] Inventario (1715-1766), año 1715, f. 21. Arch. parroq. San Miguel. Jaraiz.

[30] Libro de Difuntos (1630-1777), 28 de junio de 1715, f. 206. Arch. parroq. San Miguel de Jaraiz de la Vera.

[31] En 1759 se restaura la imagen, pero no consta en ningún documento escrito, la fecha está grabada en pintura en un lateral del manto de la Virgen. La fecha es fidedigna, ya que entre los años 1751-1753, se construye el retablo mayor barroco, donde fue colocada la imagen y, desde entonces, preside el centro del mismo. Libro de Cuentas, núm. 5 (1715-1766). Arch. parroq. San Miguel. Jaraiz de la Vera.

[32] «Yo el Licenciado Baltasar Bracero, cura rector de la iglesia parroquial de San Miguel de la villa de Jaraíz, cómo Pedro de Tovar, vecino desta villa, hermano de Miguel de Tovar, difunto, vecino que fue de Cuacos, a diecinueve de enero de mil setecientos dieciocho, consta que dicho Miguel de Tovar mandó se diesen de limona a Ntra. Sra. de los Remedios doscientos reales de vellón para que se la comprara un velo». Libro de Cuentas, núm. 5 (1715-1766), f. 12. Arch. parroq. San Miguel. Jaraíz.

[33] No estamos de acuerdo con el prof. Montero Aparicio que fecha la imagen en el siglo XIV. MONTERO APARICIO, D.: Arte religioso en la Vera de Plasencia, op. cit., p. 284.

[34] «Abonense cuatro reales al Beneficiado de la función de Ntra. Sra. de los Remedios». Año 1767. Libro de Cuentas, núm. 6 (1767-1814), f. 2. «El Vicario Cura recibió cuatrocientos reales para abonar el toro de Garganta para la fiesta de Ntra. Sra. de los Remedios». «Igualmente se le abonan cuarenta reales que ha pagado en los dos años de las dos funciones que se han hecho de Ntra. Sra. de los Remedios». Año 1768. Libro de Cuentas Cit., f. 3. «Ochenta reales que costó un novillo que se había dado en limosna a la imagen de Ntra. Sra. de los Remedios». Año 1771. Libro de Cuentas Cit., f. 9.

[35] No estamos de acuerdo con Montero Aparicio que fecha esta talla a finales del siglo XIV. MONTERO APARICIO, op. cit., pp. 284.

[36] REAU, L.: Iconografía de l`art Chretien, t. II, vol. II. Presses Universitaires de la France. París, 1957, p. 447.

[37] MOXO, F. de.: «Los Cátaros». Historia 16, núm. 62, Madrid, 1981, p. 83. Cit. por ARA GIL, J-C.: «Introducción a la imaginería gótica palentina». Actas de las Jornadas sobre el gótico en la provincia de Palencia. Palencia, 1988, p. 46.

[38] Ejecutado en 1568, por los entalladores placentinos Francisco y Baltasar García, y decorado con lienzos del pintor Antonio de Cervera, en 1588. Libro de Inventario y cuentas de Fábrica, 1563-1601. Cuentas de los años 1568, 1575 y 1588. Archivo Parroquial de Tejeda.

[39] Aparece citada en el Libro de Cuentas más antiguo que se conserva en el Archivo Parroquial de Tejeda. Inventario y Libro de Cuentas de Fábrica, 1563-1601, cuentas de 1568. «Un retablo grande de talla al altar mayor nuevo por pintar y dorar de cinco órdenes las tres de ymaginería y las dos de tableros de pinzel y una custodia grande en que está el sacramento, tres ymágenes que son un crucifixo, nra. sra. de la torre, y san juan en lo alto…». Y en el inventario de 1588, ya está pintado y dorado el retablo: «Un retablo de talla grande en el altar mayor pintado y labrado con cinco órdenes las tres de ymaginéria y las dos de tableros de pinzel e una custodia grande para el Stmº. Sacramtº. las imagenes que tiene son un crucifixo, nra. sra. de la torre y mas abaxo san miguel…».

[40] Aparece mencionada por FERNANDEZ, Fr. A.: Historia y Anales de la Ciudad y Obispado de Plasencia, escrito en 1627, op. cit., pp. 35 y 36. También, en el Catastro de Ensenada, manuscrito de la villa de Texeda, 13 de febrero de 1753. Y en la correspondencia que mantuvo don Tomás López, Geógrafo Real, con el sacerdote de Tejeda don Francisco Antonio Alonso y Rodríguez en el año 1787. Aparecen citadas tres ermitas, y entre ellas, la de Ntra. Sra. de la Torre. En el «Expediente de la visita a Tejeda», 1791, también se cita a la ermita de Ntra. Sra. de la Torre. Archivo Histórico Provincial (Cáceres). Leg. 13, nº 3, fols. 5 v y 6 v.

[41] En el Libro de la Cofradía, en el año 1744 se ofrece una larga lista de heredades y olivos repartidos por todo el término de Tejeda, pertenecientes a la Cofradía de la Virgen de la Torre. Además, en el Libro de Becerro, fechado en 1769, aparecen escritas las cargas y obligaciones contraídas por la citada Cofradía, podemos citar: «Tiene la obligación de mandar decir en cada año 25 misas cantadas; y trece procesiones alrededor de la iglesia: una el día de San Agustín (28 de agosto) y las doce restantes en los cuartos domingos de cada mes, etc… Hay un Libro de Mayordomía, abierto el 8 de septiembre de 1774 en el que figuran los ingresos y gastos hasta 1833 sobre romerías, misas, reparaciones, etc.

[42] Expediente de la visita a Tejeda, 1791, leg. 13, núm. 3, fol.s 5 v y 6 v. Archivo Histórico Provincial de Cáceres.

[43] Según dejó escrito el párroco don Miguel Arjona Bravo, en 1809. Libro de Cuentas de Mayordomía, 1774-1833. Conservándose entre los años 1809-1833 el culto a la Virgen en la iglesia de Tejeda. La imagen no volvió a salir más del templo parroquial.

[44] Natural de Badajoz, residió en Madrid donde fue nombrado Procurador de su provincia en las Cortes Generales de 1836, representando a Badajoz en las Cortes. DIAZ Y PEREZ, N.: Diccionario de Extremeños Ilustres. Madrid, 1884.

[45] Archivo de la Delegación de Hacienda de Cáceres. Exp. de venta de Bienes Nacionales, leg. 2. Archivo Histórico Provincial de Cáceres. Protocolos Notariales, leg. 3.101.

[46] Esta imagen ha sido mencionada muy ligeramente por FERNANDEZ OXEA, J.R.: «Iglesias cacereñas no catalogadas». R.E.E., tomo XVI, núm. 1. Badajoz, 1960, p. 87. MONTERO APARICIO, D.: Arte religioso en la Vera de Plasencia. Salamanca, 1975, p. 283.

[47] Según consta en el Informe Técnico sobre el estado de conservación de la Virgen de la Torre, abril de 1987. Agradezco a don Demetrio González Núñez y a don Francisco Arquillo Torres, la ayuda recibida al enviarme el Informe Técnico sobre el estado de conservación y, posterior, restauración de la Virgen de la Torre, efectuada en 1988.

[48] Al no contar con noticias documentales contemporáneas, el Libro de Cuentas más antiguo data de 1583, hemos de recurrir al análisis estilístico. La iglesia se comenzaría a construir a fines del siglo XV o comienzos del XVI y hacia 1530 estarían completamente terminados el presbiterio y cuerpo del templo. En eta obra se aprovecharon elementos constructivos del siglo XIV pertenecientes al castillo. En la clave de la bóveda de crucería octopartita que cubre la capilla mayor hay un escudo de la familia Zúñiga, promotores de las obras de la iglesia.

[49] Corresponde a la Partida I, Título XIII, Ley XII. ARIAS BONET, J. A.: Primera Partida. Valladolid, 1975, p. 307 (Facsímil del Manuscrito Add. 20.787 del British Museum).

[50] Partida I, Tít. XIII, Ley XIV, pp. 306 y 307 de la ed. facsímil cit.

[51] Algunas camisas de los hombres, nada tenían que envidiar a las prendas femeninas. Tenían una tela muy fina, «con labores de deshilado, labradas las junturas e cabeçón e bocas de mangas e ruedo, de oro hilado e argentería de plata dorada». Otro ejemplo de la riqueza a que podía llegar una camisa de varón; «Se usan camisones bastillas, ya muy delgados, contra la invención de la camisa que fue hallada para dormir con ella, o por más guardar la honestidad o porque entonces no se usaban sábanas, se utilizan camisas costosamente labradas». Son descripciones de fray Hernando de Talavera. BERNIS, C.: Trajes y modas en la España de los Reyes Católicos. Tomo II. Los hombres. Madrid, 1979, pp. 10 y 11.

[52] La cripta fue descubierta en 1807. Don José Ramón y Fernández Oxea nos habla de ella en su trabajo «Iglesias cacereñas no catalogadas», en Revista de Estudios Extremeños, XVI, núm. 1. Badajoz, 1960, p. 68.

[53] A la cripta se accede por una pequeña puerta que hay en el presbiterio, de unos 120 cms. de altura, con arco conopial, de la que descienden escalones.

[54] Se conservan algunos en sepulcros de la iglesia de San Nicolás y en la iglesia conventual de Santo Domingo, en Plasencia (actualmente, ha cambiado de lugar por las obras del futuro Parador de Turismo).

[55] LOPEZ DE HARO, A.: Nobiliario Genealógico de los Reyes y Títulos de España. Vol. I, cap. XXII. Madrid, 1622, p. 565. Cit. GARCIA MOGOLLON, F.J.: Viaje Artístico por los pueblos de la Vera, op. cit., p. 294.

[56] Estamos de acuerdo con MONTERO APARICIO, D., op. cit., p. 287.

[57] Aparece citada por primera vez en el Inventario del 21 de septiembre de 1566: «…y en medio del retablo esta la ymagen de Nuestra Señora con el Niño en braços de bulto con dos angeles encima de la corona…». En el Inventario del 7 de febrero de 1625: «… y en el medio esta una imagen de bulto que llaman Nuestra Señora de Fuentes Calras con el Niño en brazos con dos angeles enzima de bulto poniendo la corona». Archivo Parroquial de Valverde de la Vera. En Apéndice Documental.

[58] Retablo churrigueresco, cuya fecha de terminación de la obra la podemos leer en la siguiente inscripción sita en el sotobanco de cantería: «HIZOSE SIENDO MAIORDOMO EL LIZDO. JOSEPH Gª CALDERON/ AÑO DE 1704/ VICTOR».

[59] TRENS, op. cit., p. 470.

[60] La policromía de la Virgen es idéntica a las de las imágenes colaterales del retablo: San José y San Joaquín, fechadas en 1715, cuyo dato nos sirve de orientación cronológica. GARCIA MOGOLLON, op. cit., p. 170.

[61] GARCIA MOGOLLON, F.J.: Imaginería medieval extremeña. Cáceres, 1987, p. 170. Erróneamente el prof. MONTERO APARICIO, op. cit., p. 315, había datado la imagen a mediados del siglo XVI.

[62] Debieron formar parte del Apostolado de uno de los retablos del templo, al que todavía alude los Inventarios efectuados el 21 de septiembre de 1566 y el 7 de febrero de 1625. MONTERO APARICIO, op. cit., p. 287. En Apéndice Documental.

[63] Encontramos referencias documentales en el Libro de Cuentas del 21 de septiembre de 1566 y el 7 de febrero de 1625. Apéndice Documental.

[64] Ya entrado el Renacimiento el cordero estará en el suelo. FERRANDO ROIG, J.: Iconografía de los Santos, op. cit., p. 156.

[65] Era primo de Jesús. Pasó la juventud en el desierto. Predicó la venida de Cristo, a quien bautizó en el Jordán cuando el Redentor comenzó la vida pública. Murió decapitado por orden de Herodes hacia el año 30. FERRANDO ROIG, op. cit., p. 156.

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