Manuel Rubio Andrada y Francisco Javier Rubio Andrada.
1. Definición
Entendemos por sepulturas antropomorfas los volúmenes que intentan conseguir la semejanza del cuerpo humano mediante el vaciado de la roca bien sea esta de granito, pizarra, mármol etc. Las que ahora estudiamos lo fueron en granito y solamente recuerdan esa forma por la cabecera y una ligera mayor amplitud en ese mismo lado. Las razones económicas, sentimentales etc que hicieron alojar dos cuerpos en un solo sepulcro determinaría por ampliar la parte inferior correspondiente a los pies.
Estos volúmenes fueron logrados posiblemente con la utilización del cincel y la maceta o martillo y aunque sus formas prismática tienden a la rectangularidad, en la mayoría de las ocasiones hay una ligera diferencia de unos 5 cm. Por lo general su volumen se acerca a los 0,315 cm3.
2. Localización
El pequeño espacio en el que se realizaron muchos monumentos acarrea serios problemas de localización a la hora de ser visitados tras una noticia divulgativa. La posible falta de precisión de las coordenadas facilitadas por el divulgador o la difícil interpretación en la realidad del visitante acarrea serios trastornos que impiden el conocimiento, al menos con prontitud, de muchos monumentos por la característica señalada al comienzo.
Por otra parte la exacta localización que pueda ofrecernos un GPS, vía satélite, por lo general no está al alcance del aficionado medio.
Para subsanar en lo posible estas carencias abordamos los problemas de la localización en tres aspectos: a) facilitando las coordenadas geográficas siempre que lo juzguemos conveniente; b) incluyendo un croquis de la zona en el que aparecen señaladas las sepulturas; con las lindes más importantes tales como callejas, cordeles y límites de propiedades rurales existentes en el mapa 1/25000, a esta red hemos añadido, sin exactitud en la escala, los límites de propiedades menores no existentes en el mapa mencionado y finalmente en el aspecto c) nos ayudamos de la palabra escrita para precisar algo más su situación.
3. Metodología
Nuestro trabajo no pretende recoger el catálogo de todas las sepulturas, es decir ser exhaustivo, pero si recoger un buen número de ellas lo suficientemente amplio para realizar deducciones bastante fiables. Por razones de facilidad en la exposición hemos dividido en diferentes zonas aquellas superficies del berrocal en las que hemos observado sepulturas; hacemos una corta descripción de su paisaje y enumeramos los restos arqueológicos que hemos observado con las características a nuestro entender más notorias.
Las sepulturas van precedidas de una letra, que corresponde a su zona, seguida del dígito de su enumeración, ello nos sirve para localizarlas en los croquis que ofrecemos al comienzo de cada estudio. Suele continuar un orden basado en el topónimo predominante, con él intentamos precisar su situación. El orden en la enumeración por lo general sigue el de la lecto-escritura, de arriba a abajo y de izquierda a derecha; en algunas ocasiones hemos debido de prescindir de este sistema ya que la minúscula parcelación del terreno nos restaba claridad recurriendo en estos casos –zonas E, F y G- a su situación real con respecto a lindes, vías etc.
4. Zonas
ZONA A
Es ésta una zona periférica situada en la parte NW del berrocal. Puede visitarse marchando por la calleja que desde Huertas de Ánima comunicaba varias fincas, La Casita entre ellas, y además sirve de deslinde a las cercas de Doña Juana y Casillas de los Núñez. Debemos de situarnos al final del berrocal en los comienzos de la finca de La Casita.
Las sepulturas de la cerca del Peral
A-1. Peral I.- El punto geográfico que ocupan esta próximo al formado con una latitud de 39º 31´ 39´´ y de longitud 5º 54´ 18´´ del mapa 1/25000, hoja número 679-IV, denominada Aldea de Trujillo (actualmente del Obispo). En la terminación de la calleja por el N se abre un ancho portón que da entrada a la finca. Próxima por el NE se observan los restos de una zahúrda; puestos en su esquina NW y caminando 38 pasos en sentido N encontrareis un conjunto de tres sepulturas.
Su orientación es idéntica en las tres. Denominamos Peral I a la situada más al N; se realizó a ras del suelo y nos ha llegado inacabada. No se observan trazos que denoten su preparación para tener moldura superior externa, ni siquiera presenta indicios de alisamiento, igual cuestión ocurre con la cabecera que, como ahora se verá, debería ir al S que es la parte más ancha. El hueco que nos ha llegado tiene de largo 1,82 m; su ancho mayor es de 0,40 m y la profundidad en la parte N, la más profunda es de 0,14 m. A medida que el hueco se extiende hacia el S la profundidad disminuye quedando únicamente señalado su límite en esa parte.
A-2. Peral II.- Se localiza 5 pasos hacia el S del primer sepulcro de este conjunto. El largo de este sepulcro es de 1,92 m, su ancho oscila entre 0,47 – 0,45 m y la profundidad máxima es de 0,40 m en la parte S. Hacia el N hay un rebaje paulatino de la profundidad de apariencia más tosca, habiéndose practicado un rústico desagüe superior en el NW. Posee una cabecera bastante centrada y algo asimétrica en el lado S cuyo largo es 0,05 m, el ancho 0,20 m y 0,25 m de profundidad; presenta un parcial alisado superior; la altura externa de este monumento es de 1,44 – 1,33 m. Este segundo monumento tiene un rachón en su parte SE que no altera la forma del sepulcro.
A-3. Peral III.- Se localiza 3 pasos al SE del segundo sepulcro y se eligió de soporte una roca cuya altura está en torno a 1 m; este soporte se redondeó al N y W para evitar algo su tosquedad. Superiormente no presenta moldura pero sí un alisamiento. En él se apuntó una amplia cabecera al lado S.
Internamente presenta tendencia oval con una longitud máxima de 1,95 m; el ancho oscila entre 0,48 y 0,43 m y la profundidad esta en 0,41 y 0,22 m. En este sentido se observa, como en la sepultura anterior, un paulatino rebaje de hacia el N desde la parte central y el mismo tipo de desagüe que en la anterior. Este monumento tiene grandes rachones en su parte E aunque los grandes fragmentos no se han separado ni decompuesto las formas.
Las sepulturas de la cerca de la Costera
Se sitúa al E de la anterior, el terreno es semejante; falta la fuente mencionada por lo que la sequedad es mayor y también la acción antrópica del hombre, hay restos más esporádicos de canteras y de prospecciones mineras.
A-4. La Costera I. El punto geográfico donde se realizó está muy próximo al determinado con una longitud de 5º 54´ 22´´ y latitud de 39º 31´ 42 ´´ del mapa 1/25000, denominado Aldea de Trujillo, hoja nº 679-IV.
Aunque se encuentra muy tapado por un alto escobar, éste no es muy extenso. Tiene fácil localización ya que se encuentra a 9 – 10 pasos de la pared que sirve de linde entre la finca de la Costera y una cerca de ella adherida en su extremo NW llamada del Peral. Justo al N de la charca de está última cerca y cruza la pared lindera mencionada un único “cancho”, la medida en pasos, siempre hacia el N, se debe hacer desde esa roca.
Está marcadamente orientada al N – S. Tiene la sepultura de largo máximo 1,82 m; el ancho va desde 0,63 m en la parte mayor, la S, a 0,555 m en la menor; está algo colmatada de tierra y diferentes restos por lo que solamente ofrece una profundidad de 0,30 m. El monumento presenta una gran rotura en la parte central del lado E. Internamente presenta un buen labrado hecho con pulcra rectitud por ello llama la atención tanto el trazado de la cabecera, que mide 0,27 m de ancho, 0,05 m de largo y 0,20 m de profundidad pero que se realizó en el N, el lado menor, generalmente reservado a la parte inferior del cuerpo como el trazado marcadamente asimétrico de la misma a 0,10 m del lado izquierdo y 0,13 m del derecho. No presenta moldura pero si un marcado alisamiento superior.
A-5. La Costera II. Para visitar este monumento hemos de caminar desde La Costera I 150 pasos 80º – 90º hacia el E, podemos fijarnos en una superficie próxima y algo elevada hacia el lugar mencionado. Esta sepultura está construida solamente en sus comienzos, podemos deducir que se seleccionó un bloque de granito tendente a la forma prismática, se desbastó hasta lograr unas superficies bastante lisas sobre todo la parte superior y las caras E y W.
Tiene el bloque de largo 2,33 m, mide de ancho máximo hacia la parte N 0,90 m y 0,46 m la parte S y de alto mide 0,58 m. Su orientación es N – S.
La cara superior del bloque tiene perfectamente visible tres trazos labrados: uno ocupa el lado E, otro el W y el tercero se extiende por todo el lado N. Las dos primeras solamente están esbozadas, la del lado N es más profunda lo que apunta a un vaciado exterior de la reoca para lograr un prisma externo o tal vez quería lograr una moldura en la parte superior; de cualquier modo el ancho del volumen en la parte S, solamente 0,46 m, le impidió proseguir su obra antes de comenzar a conseguir el hueco central. Externamente se desbastó hasta lograr unas superficies bastante lisas sobre todo la parte superior y caras E y W.
Las sepulturas de la finca de La Casita
Los monumentos que contiene se observan al final de la calleja de Casillas en una extraña penetración que tiene la finca mencionada en la finca de Casillas.
A-6 y 7. Casita I y II.
Dada su proximidad de 10 o 15 m, tanto un sepulcro como el otro, les situamos en el mismo punto geográfico determinado por unas longitud de 5º 54´ 20´´ y latitud de 39º 31´ 46´´ en el mapa 1/25000 denominado Aldea de Trujillo, nº 679-IV.
La tumba situada más al N, Casitas I, tiene una orientación de 10º al NE-190º SW y Calleja de Casillas II está orientada a 90º E y 270º W. Mide de largo máximo 1,54 m, siempre medidas interiores, 0,59 m de ancho y 0,23 m de profundidad.
Actualmente no presenta acabado superior con moldura u otro ornamento e interiormente carece de cabecera marcada. Su interior debió retocarse para conseguir una forma marcadamente tronco piramidal rectangular; posteriormente se debieron abrir superiormente sus lados y rebajarse posteriormente su altura dada la forma y escasa profundidad que muestra. Una rotura en el lado N nos impide conocer exactamente su longitud. El soporte que se eligió fue exteriormente trabajado para lograr algo de redondeo.
El otro sepulcro, Casitas II, está orientado a 90º E y 270º W. presenta unas medidas de 1,38 m de largo, 0,50 cm de ancho y solamente 0,20 m de profundidad y como su antecesor presenta interiormente una forma ligeramente oval. La parte que da al W está rota lo que impide conocer su longitud con exactitud aunque se observa el inicio de la curvatura del lado W, ello nos acerca a las medidas dadas. En el E hay claros indicios de haberse intentado realizar un tosco desagüe tanto por el interior como por la parte exterior estando rebajada la altura por esta parte. Externamente el lado superior está alisado aunque carece de moldura.
YACIMIENTOS CERCANOS A LA ZONA A DE SEPULTURAS
La zona A presenta diferentes restos del pasado propios de una población poco estable y escasa. Nos han dejado unos restos cuyas construcciones son de carácter agroganadera, , minero y si hubo población humana establecida, esta debió ocupar pequeñas superficies y realizadas con materiales pobres y escasos cuyo arrasamiento es total.
Otros elementos fundamentales de la acción antrópica destacables son: los restos de un pequeño chozo de horma en el E. Inmediata una zahúrda, ya mencionada, con 26 cochineras perfectamente levantadas y cubiertas por aproximación de hiladas, se ubica en la mitad de la falda opuesta al cerro de los Hinojos, hacia el E. Para alimentar a este ganado, su limpieza etc, es necesario una determinada cantidad de agua que debía ofrecer una fuente natural, casi anegada por zarzas, situada unos 100 m bajo la charca actual de la finca; no descartamos algún otro manantial hoy completamente cubierto.
Otro tipo explotación debió ser la extracción de granitos de pequeñas canteras por toda la superficie, en especial hacia el NE. Finalmente señalamos las pequeñas explotaciones mineras en cortas y superficiales labores de escasísima entidad que en zanjas, ya casi colmatadas, también pueden observarse.
A parte de lo mencionado destaca por su potencia el del cerro del Hinojo. Su situación geográfica en el mapa mencionado es determinada por una longitud de 5º 54´ 21´´ y de latitud 39º 31´ 40´´. Se halla unos 90 pasos 340º al NW de la sepultura denominada Casitas I, fuera ya del terreno granítico. Ocupa un cerrete con amplias vistas al W y la potencia de sus restos llega en el lugar de mayor acumulación a los 3 m, la extensión está en torno a 1 ha. En la superficie arada para las faenas agrícolas se observan numerosos sillares parcialmente labrados, restos de cerámica de uso común, sin decoración, muy fragmentados, con ausencia casi total de los fragmentos identificativos del tipo de recipiente, bordes, asientos, asas etc. Lo que indica un “peinado” del lugar. Entre esos restos y aunque escasos hay algunos fragmentos de tegulas. En la parte alta, casi oculto por los restos de vegetación, hay un tosco tambor cilíndrico cuyo largo es de 1,60 m y su diámetro 0,30 m. Su datación de época romana ofrece pocas dudas.
ZONA B
Sepulturas Zona B
Geográficamente la mayoría de los sepulcros de esta zona se localizan inmediatos al punto determinado por una latitud de 39º 31´ 03´´ y longitud de 5º 54´16´´ del mapa 1/25000, hoja nº 679-IV denominada Aldea de Trujillo -hoy del Obispo-. Dada la proximidad no mencionaremos localizaciones particulares; el punto mencionado corresponde a los restos de un chozo de horma que desde una leve colina central, parece presidir el cercano entorno.
La zona ocupa un espacio inmediato a la charca de Casillas de los Nuñez, exactamente en el cerro de la península central que presenta la margen derecha del pantano. Es pues inmediata a la parte SW de la zona A.
La charca, en forma de cuerno, fue construida para utilizar el agua embalsada como fuerza motriz en la molturación de tres molinos; superada esta función se recurrió al regadío de una pequeña parte de la finca. Tampoco este tipo de agricultura se sigue practicando en el lugar, por lo que desciende escasos metros de nivel salvo en épocas de prolongada sequía o que otros imprevistos lo motiven. Existen los restos de una pequeña presa destruida en su centro y en ella un pequeño molino hoy sumergido en el extremo del ”cuerno” situado más al SE.
El paisaje de las inmediaciones del pantano está totalmente desforestado y el suelo, de naturaleza muy arenosa y gruesa, ofrece una cubierta de pastos más bien pobre aunque no tanto como habríamos de suponer al ver sus escasos nutrientes. Excepcionalmente en las inmediaciones del agua, la hierba crece incluso en el estío.
Una fuente natural, hoy sumergida, se sitúa cerca de la punta NE de la forma de cuerno irregular que tiene el embalse; próxima a unas rocas redondeadas y de buen tamaño que se ofrecen en la orilla N.
El sepulcro localizado en la finca Doña Juana
Esta finca se encuentra al E de Casillas y linda al N con las del Peral y la Costera. El terreno está igualmente desforestado y por toda ella discurre un pequeño regato que va a dar a la charca cerca de la mencionada fuente y formando la punta del “cuerno situado al NE. Su explotación actual es de carácter ganadero especialmente ovino y bovino.
B-1. Doña Juana I.- El punto geográfico que determina la situación de este monumento está cerca del determinado por una longitud de 5º 54´ 20´´ y 39º 31 ´ 25´´ de latitud de la hoja señalada.
Para conocerle hemos de situarnos en la calleja que sirve de separación entre las fincas de Casillas y Doña Juana, a la altura del segundo arroyo -el situado más al N- que cruzando la calleja desde Doña Juana desemboca muy próximo a la charca de Casillas.
Situándonos de cara al N, apreciaremos como el muro de la derecha monta un grupo de rocas; marchemos allí y crucemos el muro; después caminemos 100 pasos en dirección 30º E y estaremos en el precioso monumento realizado sin duda con mucha delicadeza que casi no ha sido alterado por el tiempo.
Su orientación es de 20º N – 200º S. El hueco interior de este monumento mide de largo 1,84 m, su ancho oscila entre 0,50 y 0,42 m y su profundidad es de 0,37 m. Tiene la cabecera orientada al N y situada en el ancho mayor, es de forma prismática cuya base inferior es un pequeño trapecio sutilmente redondeado; mide de largo 0,16 m, 0,30 m de ancho y 0,30 m de profundidad. Externamente en la parte superior posee una moldura en relieve de 0,20 m de ancho y 0,10 m de alto.
La roca que sirve de soporte posee algunos retoques tendentes a ser redondeada y en la parte S destaca un pequeño escalón que facilita la subida a la parte superior ya que la roca está elevada de la actual superficie en torno a 1,50 m, o quizás sería destinado a tener otra función.
Las sepulturas de la finca de Casilla de los Nuñez
B-2-3-4 y 5. Casillas I-II-III y IV.- Las tres primeras se construyeron muy próximas y, aunque están sumergidas, se localizan marchando del chozo 280-290 pasos en sentido NE 45º, es justo la dirección de la fuente que está a mayor distancia. La IV está solamente a 180 pasos en el mismo sentido. Dada la circunstancia mencionada anteriormente no podemos ofrecer con claridad las fotografías que son de una o de otra ya que nos ha sido imposible comprobar fotografías de años pasados, por esta circunstancia las acompañamos de una interrogación en el catálogo fotográfico. Ninguna presenta moldura superior.
B-2. Casillas I.- Esta sepultura es la situada más al E y solamente es visible su parte SW ya que está parcialmente colmatada por la arena. Los restos que se pueden observar tienen de largo 1,10 m y de ancho 0,5 m; su profundidad alcanza los 0,42 m. Su disposición aproximada es NE-SW prestando una cuidada cabecera hacia el SW. Actualmente está realizada a escasa altura del suelo.
B-3. Casillas II.- Se realizó tres pasos hacia el SW de la I; debido a la invasión de la arena únicamente es visible la parte lateral SE en su ángulo SW. La orientación es también próxima al NE-SW. Lo que se observa de ella tiene de largo 1,4 m, el ancho en torno a los 0,5 m y de profundidad 0,23 m.
B-4. Casillas III.– Está a un paso en la misma dirección SW en sentido próximo al NW-SE, presenta cabecera bien marcada en el SE. Su longitud es de 1,8 m, el ancho en torno a 0,5 m y por estar parcialmente colmatada de arena presenta 0,2 m de profundidad.
B-5. Casillas IV.- Se halla en la misma dirección pero, como ya se ha mencionado, más cerca del chozo. Su sentido aproximadamente sobrepasa los 45º NE no llegando a los 270º W. La parte más ancha se situó en el SW y está colmatada de arena por lo que ignoramos su profundidad y si posee cabecera. La longitud que nos ha llegado es de 1,68 m, y el ancho 0,50 m.
B-6. Casillas V.- Esta nueva sepultura se halla en un emplazamiento situado 70 – 80 pasos hacia el S de la horma del chozo que nos está sirviendo de referencia. Tiene una orientación N-S y como las demás de esta zona las paredes son rectas. Mide de largo 1,94 m; su ancho oscila entre 0,49 y 0,35 m, no podemos ofrecer su profundidad por estar bellamente colmatada por un plantón de césped natural. No posee moldura superior pero unos decímetros al N tiene un fuerte grabado paralelo al lado N; se realizó en U y tiene de largo 0,32 m, su profundidad es de 0,07 m y 0,13 m de ancho. Tal vez tenga como finalidad desviar el agua que de la parte superior de aquella parte de la roca pudiera acceder al interior del sepulcro.
B-7. Casillas VI.- Este sepulcro se encuentra a 127 pasos del chozo de referencia, algo más al SW, en un espolón que hacia el S emite la península central. Tiene una orientación de 80º NE – 260º SW; es de paredes rectas, alisada en toda la parte superior de la roca que le sirvió de soporte, actualmente está escasamente elevada del suelo. Tiene una longitud de 1,9 m, su ancho es de 0,59 – 0,56 m y su profundidad es de 0,32 m estando algo colmatada por restos de naturaleza vegetal. Presenta cabecera al E profundizando por lo general 4 o 5 cm. Su lado SE es recto y el NE es algo convexo al exterior.
B-8 Casilla VII.- Esta sepultura se interrumpió en sus comienzos. Se realizó muy cerca de la pequeña presa construida sobre el arroyo del canalizo, pasada ésta en su margen derecha a no más de diez pasos.
Tiene una orientación N-S; su longitud máxima es de 1,66 m, el ancho oscila entre 0,49 y 0,53 m y la profundidad alcanza solamente los 0,14 m. El volumen conseguido posee un desagüe producido por una rotura -voluntaria o no-, en el ángulo del NE, es también el lateral más estrecho de la roca. La altura del soporte es de unos 2 m por el W y ronda el ras del suelo por el E y N. No presenta indicios de cabecera ni ornato superior.
B-9. Casilla VIII.- Un último sepulcro tuvimos la suerte de localizar, algo retirado de la mayoría entre 700 y 1000 m, hacia el SE pasado el cuernos de la charca. Se localiza exactamente a unos 100 pasos en sentido S del ángulo que hace la pequeña y antigua presa hacia esa misma parte. Ocupa una pequeña mesetilla por donde cruza el deslinde de espino que sirve de separación a dos de las partes en que hoy está dividida esta finca ocupando una roca de granito situada a tres pasos W. El sepulcro está actualmente al nivel del suelo y se halla colmatado por tierra y diversos materiales; un alisamiento de la roca hacia el N despertó nuestra curiosidad.
Tras un limpiado superficial podemos incluir su orientación: 280º W – 100º E; posee una marcada cabecera hacia el E y otra anómala, circular en el W y aparentemente desviada hacia el lado S. Tiene de longitud máxima 1,81 m y de ancho mayor 0,51 m
YACIMIENTOS CERCANOS A LA ZONA B DE SEPULTURAS
En la pequeña costana que da a poniente el cerro del chozo, entre los dos grupos de tumbas mencionados en esta zona, hay una elevación ataludada como de un metro de alta; una observación más atenta nos hará ver grandes piedras que constituyen los restos de muros. Caminando hacia la orilla del pantano, si tenemos la suerte de que este haya bajado algo de su nivel habitual, observaremos gran número de cerámicas fragmentadas entre las que se observan bastantes tegulas.
Principalmente me llamó la atención una pequeña maza de granito pulido (fig 1-IV) y un elevado número de cerámicas (Fig 1).
Entre estas la mayoría son de pasta y factura común, serían el grupo I; en él hay un conjunto I-a, de gruesas paredes y buen diámetro pertenecientes a grandes recipientes de almacenaje tal como las tinajas de lagar, granero etc, cuyo uso a través del tiempo, aunque con altibajos, ha correspondido a formas muy semejantes y por esto poco pueden aportar cronológicamente razón por la que no las representamos.
El resto de las comunes, conjunto I-b, presenta paredes más finas; en él podemos hacer dos grupos: al primero, I-b-1, pertenecen los recipientes de boca mas ancha que el cuerpo, cuya función es preferentemente realizar lavados, ensaladas, fritos o incluso la misma limpieza corporal, serían tipos semejantes a las actuales fuentes, jofainas, baños o ensaladeras; el segundo, grupo I-b-2, está constituido por recipientes de boca más estrecha que el resto de las paredes -ollas- y generalmente están destinados al almacenaje o cocción de alimentos. Llama la atención el número de fragmentos pertenecientes a diferentes fuentes 8 y solamente 6 muestran las ollas cuestión inversa a lo habitual en este tipo de yacimientos. Al menos los platos o fuentes I-b-1-3 y I-b-1-8 tienen representación formal, junto a las formas de ollas, en las excavaciones realizadas en los restos romanos de Alconetar (Caballero, 1970).
Está representado por un pequeño número de fragmentos el grupo II, pertenecen a recipientes de fina pasta, rosácea muy clara, bastante delgados… pero que nos ha llegado en un estado deplorable de conservación. Una de ellas (Fig 1, II-1) mantiene restos de su decoración y apunta alguna variedad de sigillata. En el conjuntoIII no están ausentes tampoco las ánforas o dolium (Fig 1, III-1 y 2), recipientes generalmente destinados al almacenaje o al traslado para el comercio de líquidos -vino y aceite- o sólidos, cereal, leguminosas e incluso ciertas conservas. Presentan pastas ocre claro con anchas paredes y buena cocción; sus formas aunque variadas son por lo general cilíndricas, acompañadas de dos anchas asas; presentan la característica de un fondo puntiagudo, apropiado para esperar el embarque en la arena de la playa o ser sostenidos con piedras, basar etc (Fig 2). Otra función de estas ánforas es el ser utilizadas como lugar de enterramiento mediante su división en dos partes el difunto era depositado en su interior, tal y como se observa en determinadas necrópolis (Almagro, 1995).
También vimos fragmentos de escoria de fundición, una pizarra pirogenada ,totalmente extraña al lugar, un pequeño núcleo amorfo de silex, una pesa de telar mediana y otro trozo de mineral de color rojizo.
No considerando necesario mostrar más relaciones dado el elevado número de indicios antes señalados, estos nos permiten sacar conclusiones incluso a pesar de no existir estratigrafía. Todo ello nos conduce a afirmar que se trata de los restos de una explotación rural romana sin intentar perfilar más detalladamente la cronología de ésta.
ZONA C
Podemos localizar esta zona al N de la casa de la finca Torreaguda, lindera por el N con el río Marinejo y con otra finca, hoy dividida, que se denomina el Barranco; ocupa la margen izquierda del río. El terreno situado más al S de éste está formado por granitos y el de su margen derecha por diferentes tipos de pizarra; es pues una zona de contacto entre ambos sistemas geológicos; en ella existe una fuente natural que sin duda es un importante fundamento para el asentamiento humano.
La vegetación en estas dos parte es bien diferente: el terreno de la margen derecha está desforestado y habitualmente ha sido terreno de labor aunque actualmente está dedicado a pastizal; por el contrario el terreno de la margen izquierda es plenamente encinar escasamente arreglado ofreciendo carrascas junto a otras xerófilas por doquier en espacios que a veces, hace difícil el paso. Se dedica principalmente a pastoreo de ovejas. Existe un terreno algo más privilegiado al N del palacio de Torreaguda que por su bien probada calidad se dedicó a huerta y recreo; actualmente es un descuidado olivar.
C-1 Torreaguda I. El punto geográfico donde se encuentra está muy próximo al obtenido con una latitud de 39º 31´ 35´´ y una longitud de 5º 51´29´´, mapa 1/25000, hoja nº 679-IV, denominada Aldea de Trujillo -del Obispo-.
La sepultura se localiza en la calleja que desde la finca comunal La Dehesilla se dirigía a diversas dehesas como Torreaguda, El Barranco, D. Lucas, Burdallo…(ver mapa 1/25000). Este camino no pasaba delante de la casa de Torreaguda y partían de ella dos cortos ramales uno al NW y otro situado más al NE. Saliendo del palacio de la citada finca por el ramal situado más al NW, debemos continuar al llegar al camino hacia nuestra izquierda 30 – 35 pasos hasta llegar a la sepultura.
Este sepulcro se realizó sobre una roca de granito a 1,06 m de altura y actualmente está semicolmatado de diferentes restos especialmente huesos de animales. Tiene una orientación NW – SE. Le corresponde una profundidad próxima a los 0,37 m; su largo máximo es 1,675 m y mínima, sin las dos cabeceras, de 1,365 m; el ancho máximo por el centro es de 0,55 m, por el NW tiene 0,52 m y por el SE 0,485 m. Contiene dos cabeceras bien realizadas de las cuales la del NW ha sido levemente rebajada en su parte superior para permitir evacuar algo del interior.
Presenta un buen alisado superior con ancha moldura hacia el SW de 0,14 m de ancha y 0,12 m de alta.
YACIMIENTOS CERANOS AL GRUPO DE SEPULTURAS C
Pasado a la margen derecha del río Marinejo, se halla la finca de El Barranco, hoy dividida en diversas partes, tomemos la situada más al W; justo en el lindero parte un cercado de piedra en esa dirección, hoy casi derruido, en él se observan grandes sillares y en un próximo pasado había depositado en la pared un sarcófago de granito, bastante bien conservado. Actualmente falta de este lugar; en torno a ese muro semiderruido, más bien hacia el N, existen los restos de un buen yacimiento, de 1 ha aproximadamente de superficie, que arrojan un considerable número de tegulas y cerámicas comunes romanas. Hoy es difícil observar cualquier tipo de restos ya que al no roturarse el terreno se depositan anualmente varios centímetros de pastizal ya que su consumo por el ganado en esa parte de la finca es mínimo. A título anecdótico, debo señalar que esta pequeña información la recibí por primera vez, en el mismo lugar, por D. Juan Tena en uno de los largos paseos escolares que tan gustosamente nos organizaba.
ZONA D
El paisaje de esta zona continúa siendo granítico, con algunos grandes bolos muy redondeados hacia el S inmediato. La vegetación arbustiva es escasa, más bien testimonial, y nada copiosa cómo vimos ocurría en las ligeras umbrías de las zonas de Torreaguda y La Costera; es también menos arenosa que las inmediaciones de la charca de Casillas. Siguen los aprovechamientos ganaderos de bovino en terrenos de escasa profundidad propios de finos y tempranos pastizales junto acompañados de las naturales plantas xerófilas.
Situamos estos sepulcros en el interior del berrocal; esta zona como las siguientes ocupan una parte del nacimiento del arroyo denominado del Canalizo, al menos en esta parte alta, y contribuye a llenar en buena medida la charca de Casillas donde describimos las zonas A y B. Pueden localizarse al NW de la charca denominada Nápoles en la parte izquierda de la carretera de Plasencia ya pasada la barriada de Huertas de Ánimas. En la zona que ahora estudiamos he localizado dos sepulcros: sin concluir el uno y en sus últimos vestigios el otro.
D-1 Canalizó I.- Esta sepultura está próxima al punto geográfico determinado con una longitud de 5º 53´ 09´´ y latitud de 39º 29´59´´ del mapa 1/25000, hoja 705-II, denominada Trujillo, edición 1966 del Instituto Geográfico Nacional. Puede visitarse machando a la cerca del Canalizo -ver croquis- y situados en el extremo NW de la casa hemos de caminar 250 – 260 pasos 330º NW. Se encuentra entre dos rocas algo altas, bastante escondida, por lo que pasa desapercibida en el paisaje inmediato por esto no es fácil su hallazgo.
Esta tumba presenta una orientación N-S y tiene perdidos tres de sus lados, del cuarto solamente nos llegó un trozo de la parte S donde se ubicaba una bien trazada cabecera aunque aparenta estar desviada hacia el SE. Por los restos que perduran podemos saber que su longitud se acercaba a 1,70 m, el ancho rondaría los 0,45 m y la altura del resto del lado conservado mide 0,28 m.
La tendencia a conseguir externamente un aspecto prismático rectangular es evidente, ello le acercaría a los sarcófagos que denotan una mayor perfección técnica y por lo tanto solían de pertenecer a personas de mayor posición social. Si el monumento es o no un sarcófago no lo hemos averiguado por no saber si termina la parte inferior inmediatamente o si continúa la roca.
D-2 Pilitas I.- Se localiza al SW de la anterior de la que dista más de 1 km. Hay que trasladarse a la finca del mismo nombre a la que se llega por una calleja situada al final de la mencionada charca de Nápoles. Tomemos la segunda desviación a la derecha y continuad hasta un cruce de caminos. La puerta que se ubica al SW es la de la cita da finca. Debemos continuar el camino que marcha en ese mismo sentido y que comunica con otra denominada La Breñilla. Pasada una serie de grandes bolos a la izquierda, poco antes de salir de La Pilita, a mano derecha y muy próxima al camino encontrareis este monumento sin dificultad.
El paisaje es más abierto, la desforestación más acusada, el terreno es nuevamente más arenoso, continúa el pastizal escaseando bastante cualquier otro tipo de vegetación. Igualmente continúa el mismo tipo de producción ganadera.
El punto geográfico donde se encuentra está muy cercano al formado con una latitud de39º 29´ 36´´y de longitud 5º 53´ 38´´ en la misma hoja del mapa antes mencionado.
Esta sepultura tiene una orientación de 50º NE – 230º SW. En su ejecución solamente se profundizó 0,04 m y está rota en su parte SW. Lo que de él se conserva tiene una longitud de 1,14 m, el ancho interior es de 0,56 m, La roca que le sirve de soporte mide de largo 1,70 m y 0,78 m el ancho mayor y el alto máximo exterior es de 0,43 m.
YACIMIENTOS CERCANOS AL GRUPO DE SEPULTURAS D
La cerca lindera al S con la del Canalizo es Las Herraeras,, por lo general ocupa ligeramente una mayor altitud. En un altozano próximo a la tumba -unos 400 m- y fácilmente localizable situándose en el ángulo NW de la casa de esta nueva finca y caminando 39 pasos en sentido 340º NW se encuentran restos. El pequeño yacimiento está muy arrasados y tienden a ofrecer una forma triangular rectangular con abertura al NW; en él no se observan restos cerámicos pero en una pila próxima, inmediata, realizada en una roca que se eleva unos 0,50 m en el W, alguien fue depositando restos cerámicos hasta casi colmatarla; esta mide de diámetro 0,42 m y tiene forma de cono invertido de paredes curvas, aspecto bastante singular en este tipo de recipientes. La cerámicas que contiene suponemos que proceden del yacimiento inmediato que alguien ha ido almacenando en el mismo con cierta delicadeza para evitar su extravío. Esas cerámicas son por lo general bastante gruesas, toscas, faltando elementos definitorios del tipo de vasijas; entre ellas hay varios fragmentos de tégulas lo que al menos nos permite incluirle en época romana. Es posible unir estos restos con el sepulcro de Pilitas I de la manera habitual que lo estamos haciendo aunque la distancia es de poco más de 1 km o tal vez se relacionara con otro asentamiento más cercano que por ahora nos es desconocido.
ZONA E
Esta zona está situada en un espacio no muy alejado del anterior, hacia el W, una vez cruzada la carretera de Trujillo-Plasencia. Del cordel de ganados que en dirección al puerto de Miravete cruza de N a S todo el E de la barriada de Huertas de Ánima parte un ramal en dirección de la Aldea del Obispo. La mayoría de las calles que apuntan hacia el N en Huertas lo hacen a ese ramal y dos de ellas se prolongan en dirección a las fincas de Torreaguda, El Barranco y en general a varias más situadas en ese sentido; pronto se unen, en una plazoleta donde se localiza a la izquierda el pequeño charco de la tía Rentera. La zona objeto de nuestro estudio se sitúa entre la carretera de Plasencia y la calleja más al E de Torreaguda.
El encinar es bastante numeroso aunque muy irregular, el pastizal temprano y fino propicia esencialmente la cría de ganado bovino y ovino. Existen en la mayoría de las pequeñas fincas norias o pozos cuyos orígenes de algunos pudo ser una fuente natural ya que la zona es muy húmeda excepto en pleno estío. La parcelación es extremadamente pequeña y debido a esto no nos ha sido posible averiguar el nombre de algunas cercas ya que sencillamente no lo poseen. Toda esta zona es conocida en Huertas de Ánima como “cerca de la Mora” sin que exista un lugar definido para él, recurrimos pues a este topónimo, tan peculiar, para enumerar nuestras sepulturas a las que posiblemente haga referencia..
E-1 La Mora I.- Tomando la calleja, ramal W, que nos llevaría a la finca de Torreaguda, debemos entrar a la primera cerca de la parte derecha, hay unas rocas algo destacables hacia su límite S, en ellas se encuentra, algo elevada, la primera sepultura que enumeramos en esta zona.
Tiene una orientación 60º NE – 240º SW; posee dos cabeceras. Su longitud es de 1,73 m; el ancho oscila entre 0,55 m y 0,47 m y la profundidad mayor es de 0,37 m; llama la atención la mayor altura de la parte SW, 0,15 m más que la NE. No posee moldura superior aunque si un pequeño alisado.
E-2 La Mora II.- Continuemos por la calleja que traíamos unos pasos más y encontraremos a la izquierda una bien conservada sepultura, aunque plena de inmundicias. Está próxima al punto geográfico determinado por una longitud de 5º 52´ 45´´ y una latitud de 39º 29´30 ´´. Este punto ha de servirnos de referencia para las demás sepulturas de esta zona.
Fue realizada a ras del suelo. Tiene una orientación próxima a 20º NE – 200º SW; se realizó con dos cabeceras, bien trazadas; su longitud es de 2 m y el ancho oscila entre 0,68 y 0,62 m y la profundidad ronda los 0,30 m. No presenta moldura superior aunque si un pequeño alisamiento. A penas destaca del suelo.
E-3 La Mora III.- La pequeña cerca que la posee es la segunda propiedad de la parte izquierda de este ramal; se accede a ella por una pequeña verja de hierro que abre hacia la calleja. Es un bello cercado, plano, de tendencia rectangular; la sepultura ocupa la única roca que se eleva levemente en su centro.
Su orientación 90º E- 270º W es muy definida y tiene dos cabeceras claramente indicadas. Mide de largo 1,80 m y su ancho oscila entre 0,50 y 0,56 m; la profundidad es de 0,34 m. Superiormente no tiene moldura aunque presenta algún alisamiento.
E-4 La Mora IV.- Situados nuevamente en la calleja debemos continuar hacia el N; pronto esta vía dobla hacia la derecha ofreciendo, en ese mismo lado, una puerta que da entrada a otra propiedad. Las rocas inmediatas ofrecen “majanos” formados por piedras de pequeño tamaño y amontonadas con cierto orden en su base, entre ellas hay numerosos fragmentos de cerámicas correspondiente en su mayoría a tejas curvas, grandes recipientes y algunas tegulas. El sepulcro está a 69 pasos al E de la puerta e inmediato al “majano” de mayor altura.
Actualmente se encuentra a ras de tierra y ha sido colmatado con el mismo tipo de rocas y tierra hasta 5 cm del borde. Tiene una orientación de 70º NE – 250º SW; su longitud de 1,66 m; el ancho es de 0,51 m y la profundidad nos resulta desconocida. Igualmente no sabemos si tiene cabecera, pues como antes se dijo, su volumen está ocupado por los fragmentos de roca. Superiormente no presenta moldura pero si está algo alisado.
E-5 La Mora V.- Continuamos por la calleja hasta desembocar en el segundo ramal que conduce a las fincas citadas de Torreaguda, El Barranco etc. En el cruce, justo enfrente, acaba o parte un deslinde, algo elevado y hacia el E; en la propiedad de la izquierda, muy cercana al vértice del ángulo que forman las dos paredes, se localiza este sepulcro.
Realizado en una roca de 0,50 m de altura, presenta una orientación de 10º NE – 100º SW; su longitud es de 1,79 m; el ancho oscila llamativamente entre 0,54 m y 26,5 m y la profundidad es de 0,35 m. Tiene cabecera poco señalada en la parte más ancha, el NE; en esta parte se realizó una pequeña moldura de unos 0,12 m de ancha e igualmente observamos ciertos rebajes de la roca al E y NW
E-6 La Mora VI.- Volvemos en dirección a Huertas de Ánimas por este nuevo ramal situado más al E. Hacia la mitad del mismo se divisa a nuestra derecha una humilde edificación a la que se accede por un corto camino tras franquear una puerta. Marchemos por él y muy pronto a la derecha observaremos una roca rodondeada en forma de hongo aunque ovalada.
Tiene una altura de 1,15 m: tiene un estrangulamiento a 0,50 m del suelo, realizado con tosquedad, se observan las diferentes señales de cuñas, sin duda se ha intentado arrancar la parte superior. Si nos acercamos veremos su interior.
Esta nueva tumba tiene una orientación de 45º NE – 225º SW. La longitud oscila raramente, desde los 1.81 m que ofrece la parte W los 1,94 m que tiene la E; también es muy variable el ancho que va desde 0,61 m en el S a 0,33 m en el N; la profundidad es de 0,45 m. Presenta dos cabecera realizadas por paulatino rebaje de los laterales quedando estos de forma cóncava en su parte central interior; siguen una larga curva mientras que en sus zonas centrales se consiguió un pequeño escalón de 0,05 m; superiormente las líneas de los lados resultan algo convexas hacia el W. Superiormente presenta un alisado bastante simple.
Externamente presenta una rotura considerable en el lado W que afecta al depósito y otra más pequeña al S que no llegó al interior.
E-7 y 8 La Mora VII y VIII.- Continuemos hacia la pequeña casa de inestable construcción. Muy próximas hacia el W se ven dos nuevas sepulturas. LlamamosLa Mora VII a la que está más cercana al edificio y fue realizada a ras del suelo. Presenta una orientación 340º NW – 160º SE. Su longitud es de 2,11 m y el ancho o,60 – 0,70 m; la profundidad es más normal, está en torno a los 0,38 m. Es la de mayor volumen de las estudiadas.
Presenta doble cabecera, realizadas, como en La Mora VI por rebaje de los laterales mayores quedando estos cóncavos hacia su parte central igualmente trazados son los dos pequeños escalones que centralmente las completan; sus paredes también son algo cóncavas al E. Tiene alisado superior completado con una moldura de unos 0,13 m de ancho y 0,05 m de alta en el N y llega solamente a 0,20 m en el NW. Externamente se intentó conseguir una forma prismática mediante simbólicos rebajes de la roca sobre todo por el E, S y SW.
La Mora VIII corresponde en realidad a los restos de un sepulcro violentamente tratado. Está situado un metro al SW del anterior en una roca que sobrepasa el metro de altura. Su orientación está próxima a 135º SE – 315º NW. Su longitud se aproximaría a 1,85 m no pudiendo precisar otras características por estar rota en grandes fragmentos. No parecía tener moldura ni alisamiento superior.
YACIMIENTOS CERCANOS A LA ZONA E DE SEPULTURAS
Ya hemos mencionado como en los amontonamientos de piedra se observan restos de materiales que, en su mayoría pueden ser recientes, no obstante entre ellos se encuentran escasos fragmentos de tégulas romanas, de los que también hemos encontrado entre las piedras de las paredes de las lindes sobre todo en la zona señalada en el gráfico.
Incrustada en la pared de la calleja situada más a poniente hay una roca del mismo material que contiene al menos doce cazoletas.
ZONA F
Esta zona está poco separada de las dos anteriores -entre 500 y 1000 m-, distancia que, aunque corta, suponemos marcaba dos pequeños núcleos poblacionales diferentes y también lo aprovechamos por indudables razones de comodidad en la exposición.
No hemos encontrado un topónimo adecuado para estas cercas que nos pudiera servir en la nomenclatura y recurrimos a la edificación de un pajar en cuyas inmediaciones se encuentran diseminadas las tumbas. El punto geográfico de esta construcción está muy próximo al formado por las coordenadas: longitud 5º 52´ 20´´ y latitud 39º 29´ 43´´, mapa 1/25000, hoja nº 705-II denominado Trujillo. Edición 1996 del Instituto Geográfico Nacional.
El terreno que las rodea es de suave berrocal muy desforestado actualmente dedicado a pastos suaves y tempranos con cría de ganado vacuno y bovino. No existen en las inmediaciones terrenos húmedos, ni pozos o fuentes naturales que no se agoten en el estío aunque si lo están algo más distantes -zonas de La Mora o La Dehesilla-.
Pueden visitarse con facilidad partiendo de la sepultura denominada Mora V. Situados en el muro de deslinde entre las fincas marcharemos hacia el E hasta alcanzar unas rocas de cierta altura donde el lindero dobla al N; justo en el primer ángulo se avista de frente y cercano el mencionado pajar a unos 50 m.
F-1 Dehesilla I. Este sepulcro se encuentra en la finca comunal de Trujillo; se localiza caminando desde el pajar 230 pasos en sentido N-NE y franqueando el muro de separación de las propiedades. Se escogió una roca de unos 0,60 m de altura, redondeada e irregular que ocupa el espacio central de una pequeña mesetilla. Su estado de conservación es excelente.
Tiene una orientación de 45º NE-225º SW. Mide de largo1,97 m; su ancho oscila entre 0,63 m en el SW, donde se realizó con mucha perfección la cabecera, y 0,45 m en el NE; la profundidad está en torno a los 0,31 m.
Externamente en la parte superior de su borde, presenta una moldura de forma trapezoidal con un ancho superior de 0,10 m y 0,17 m en la parte inferior; su altura es oscilante según el nivel de la roca aunque por termino medio está en los 0,14 m.
F-2 Pajar I. La mencionada construcción nos sirve para aplicar la nomenclatura en el resto de los monumentos de esta zona. Esta tumba se sitúa 17 pasos al NE de la edificación. En este caso la roca que le sirve de soporte ocupa una suave costana hacia el N y solamente se eleva del suelo por ese lado un par de decímetros.
Tiene una orientación N-S con una cabecera bien realizada al N. Su largo es de 1,86 m y el ancho oscila entre 0,49 en la cabecera y 0,47 en el lado opuesto que es redondeado; la profundidad es de 0,30 m.
Superiormente tiene una moldura de 0.10 m de ancha por lo general pero de pequeña e irregular altura.
F-3 Pajar II. Este sepulcro está a 25 pasos de la construcción -pajar- en dirección SE-S pasada una pared caída. La roca está elevada a algo más del metro del suelo y tiene algún material en su interior. Su orientación es 90º E – 270º W.
Actualmente mide de larga 1,65 m, está roto el lado más ancho que suele corresponder a la cabecera, el E, está medida oscila entre 0,45 m y 0,40 m, su profundidad es de 0,40 m y el lado que da al SW se realizó convexo. No posee molduras ni siquiera aparenta tener alisamiento o desbaste superior.
F-4 Pajar III. Este nuevo monumento se localiza 90 pasos al S- SW del pajar. Tiene cerca una pared que sirve de deslinde hacia ese mismo lado. La roca que la soporta se eleva del suelo 0,40 m. Su orientación es 110º E – 280º W.
El hueco del sepulcro tiene de largo 1,94 m; su ancho oscila entre 0,56 y 0,46 m y la profundidad es de 0,39 m. Posee doble cabecera. Una sencilla moldura de 0,12 m de ancha y entre 0,15 y 0,27 de alta limita todo su contorno superior.
El hueco está colmatado hacia su mitad por pequeñas rocas y numerosos fragmentos de cerámica gruesa, con numerosos degrasantes de buen tamaño, casi siempre de cuarzo y correspondientes a paredes de grandes recipientes de almacén.
YACIMIENTOS CERCANOS A LA ZONA F DE SEPULTURAS
No hemos localizado restos de edificaciones en sus inmediaciones que presentaran alguna personalidad aunque no son extraños los fragmentos de grandes recipientes generalmente dedicados a almacén de diversos productos. Pueden localizarse entre los amojonamientos de piedras, en el suelo y sobre todo, como ya se ha mencionado, en el interior del sepulcro Pajar III . La ausencia entre ellos de restos pertenecientes a bordes, asientos, asas etc, nos lleva a suponer que esta zona ya ha sido “peinada” en alguna ocasión anterior.
ZONA G
Para acometer el estudio de esta zona periférica del NE del berrocal hemos de marchar desde la barriada de Belén por la carretera que conduce a la de Torrecilla – Aldeacentenera. Poco antes de llegar al río Marinejo, justo al terminar los granitos, cruza una calleja que limitaba y comunicaba toda la zona de contacto del batolito por esa parte. Tomemos el ramal de la derecha; actualmente es el camino indicado para visitar la casa – palacio de Palacio Viejo. Pasado poco más de 1 Km la calleja se encuentra que viene de la Dehesilla -finca comunal-, es el antiguo camino desde Trujillo a Garciaz, con grandes tramos ya perdidos. Doblemos hacia la ciudad -el W- brevemente y observemos como a nuestra izquierda, pasada una puerta de hierro y alambres, continúa la calleja que traíamos. Dejemos el coche y marchemos a ella. La cerca berrocaleña de la derecha se denomina de Santa Rosa y en ella se encuentran las dos sepulturas que estudiamos. Pronto avistaremos cerca de la pared de la derecha los cuatro muros de una escasa construcción; poco antes de llegar a ellos, en una pequeña vaguada, hay una charca de cortas dimensiones y próximos, a la derecha del arroyo que la colma destaca un grupo de rocas, entre ellas se distingue con facilidad un sepulcro.
La cerca de Santa Rosa se encuentra totalmente desforestada siendo el pastizal para aprovechamiento del ganado lo predominante. En las proximidades del río Marinejo -zona de contacto- existen al menos tres fuentes naturales y el mismo río ofrece algún charco con agua incluso en los veranos más secos. Por lo general hoy están cubiertas de zarzas o se han acondicionado como charcas para abrevadero del ganado.
G-1. Santa Rosa I.– Situamos este sepulcro en el punto geográfico obtenido por una latitud de 39º 28´ 41´´ y longitud de 5º 49´ 06´´ en el mapa 1/25000, nº 706-I, denominado Madroñera y editado por el Instituto Geográfico Nacional en el año 1996.
Es fácil de visitar si partimos de los muros de la pequeña edificación mencionada que se encuentra muy cerca del muro W de la calleja. Si partimos de su esquina NW y caminamos 80 pasos en ese mismo sentido encontraremos las rocas ya avistadas desde la calleja y mencionadas.
Esta sepultura se realzó a 1,30 m de altura; tiene una orientación muy próxima a 45º NE y 225º SW. Su forma presenta una marcada forma convexa hacia el W lo que indica que el constructor la hizo desde el E, sin apenas variar su posición. Su longitud es de 1,90 m; el ancho oscila entre 0,55 m del SW y 0,50 del NE; la profundidad en general es de 0,42 m. Tiene doble cabecera Más profunda en el SW que en el NE.
Externamente posee una moldura superior que presenta una altura entre 0,20 y 0,30 m y de ancha 0,12 m. Su estado de conservación es excelente.
G-2. Santa Rosa II.- Esta tumba se construyó algo más al SW. El punto geográfico se localiza en la misma hoja del mapa con una latitud de39º 28´ 37´´ y de longitud 5º 49´ 01´´.
Para visitarla debemos continuar por la calleja que traíamos en el límite del berrocal. Pronto avistaremos los cuatro paredones de otra construcción en completo desuso. Marchemos a su muro W. Caminemos 320 pasos en sentido NW 320º, con facilidad veremos el sepulcro en el centro de una corta llanura sin que apenas sobresalga del suelo.
La orientación de esta sepultura está muy próxima al N-S. Su largo es de1,92 ; el ancho por el centro es de 0,50 m para disminuir por los dos extremos en forma curva entre 0,05 y 0,08 m; la profundidad ronda los 0,39 m, su parte S a sufrido un rebaje de la roca hasta quedarla en 0,26 m. Posee dos cabeceras, bien apuntada la del N y algo más difusa la del S. Esta parcialmente colmatada de pequeñas piedras sin que se observe entre ellas cerámicas u otro objetos.
Superiormente presenta un buen alisado, en el N y el NE se rebajó externamente la roca consiguiendo una moldura de 0,15 – 0,16 m de alta y 0,12 de ancha.
YACIMIENTOS CERCANOS AL TIPO DE SEPULTURAS G
Por el momento en esta zona no hemos encontrado restos significativos de estructuras habitacionales de relieve y con personalidad suficiente para definir una época. Hay que reseñar la existencia de buen número de amontonamientos de piedras, generalmente de pequeño tamaño, situados preferentemente entre ambas sepulturas, -ambos pajares-; en ellos la presencia de cerámicas es muy corta y está integrada por fragmentos gruesos y atípicos que poco nos aportan.
ZONA H
La zona H ocupa un espacio algo polémico debido a la localización en él o no del antiguo convento eremitorio franciscano de Nuestra Señora de la Luz.
El arroyo de La Luz es uno de los dos de más entidad que forman el pequeño río del Marinejo. Ese arroyo parte del interior del berrocal y se dirige en sentido E para torcer bruscamente hacia el N una vez dejado el batolito trujillano. Tiene la misma sequedad que otros semejantes pero poco antes de dejar los granitos ocupa un pequeño espacio de húmedo de unas pocas hectáreas de superficie; aunque muy atenuada el agua está presente en ella todo el verano y el resto del año sorprende por su buen caudal, tanto que la calleja que traíamos para visitar la zona G hubo de ser dotada de un rústico pero bien construido puente par vadearle.
La zona en general está casi desforestada por completo aunque no faltan la presencia de encinas y demás arbustos serófilos; en el espacio húmedo cercano al cauce, el pastizal alcanza buena altura y abundan los sauces, nombre que recibe la cerca que contiene este habitat y donde se realizaron los dos sepulcros que estudiamos en la zona H. Hacia el centro hay un buen cuidado pajar.
En la nomenclatura hemos preferido el nombre del arroyo por los antecedentes históricos que tiene.
H-1. Luz I.- Se situó en el punto geográfico determinado por una latitud de 39º 27´53´´ y por una longitud de 5º 49´06´´ en la mima hoja del mapa 1/25000, nº706-I denominada Madroñera.
Fue realizado en una roca relativamente alta -1,32 m, unas decenas de pasos hacia el W del pajar y muy próxima al muro de la calleja paralela al antiguo camino de Madroñera.
Tiene una orientación de 20º NE y 200º SW; su longitud es de 1,85 m, el ancho máximo es de 0,51 m, en la parte central y una profundidad de 0,55 m. Se realizó con dos cabeceras levemente marcadas. Superiormente no posee molduras aunque si un alisamiento de la superficie.
Llama la atención, como en otros ejemplares, la forma curva, excesivamente convexa hacia el NE.
H-2. Luz II.- Este nuevo sepulcro se encuentra muy cercano, a unos pasos, hacia el SE del Luz I y ocupa una roca de 1 m de altura estando parcialmente cubierto por un zarzal hacia el N y muy deteriorado hacia el W.
Su orientación es de 280º NW – 100º SE. Los restos que nos han llegado tienen una longitud de 1,40 m, presentan un ancho máximo de0,50 m y la profundidad es 0,40 m. Presenta una cabecera en el SE y superiormente no tiene ni moldura ni apenas se observan alisados.
RESTOS ARQUEOLÓGICOS CERCANOS A LA ZONA H
La cerca de Los Sauces es cruzada de W a E por el Arroyo La Luz, en su rincón NE ofrece restos completamente arrasados que hacia la parte que da al arroyo presenta una potencia de 2,60 m, no ocurre lo mismo en la parte de la calleja que está a ras de tierra. Los restos que sin duda guarda esta elevación no son muy extensos y debieron ser anteriores al trazado de la calleja ya que los restos de muro se introducen en ella un par de metros estrechándola hasta que finalizan. No obstante ni en las paredes de la calleja ni en la superficie hemos observado restos de cerámica característicos de alguna época.
ZONA I
La superficie que ocupa esta zona es inmediata por el SE de la zona anterior. Se extiende en torno a la casa-palacio medieval del Carneril. El paisaje continúa siendo desarbolado con algunas encinas testimoniales en medio del pastizal temprano y fino -propio del berrocal-; la ganadería es su recurso predominante.
Existe en plena calleja una excelente fuente natural que no se agota ni los veranos de mayor rigor de la cual se abastecía el palacio en sus mejores años; de ella mana un pequeño regato que llena una charca inmediata acondicionada para beber el ganado.
I-1. Cucharera I.- Corresponde esta denominación a un doble sepulcro ya que comparten uno de los lados longitudinales. Se realizó en el punto geográfico determinado en el mapa 1/25000 por una latitud de 39º 27´35´´ y longitud de 5º 49´32´´. La hoja es la misma que venimos utilizando en el estudio de las zona G y H.
Para visitar este monumento hemos de tomar la calleja del Carneril, situada en la carretera de Trujillo a Guadalupe en el extremo del berrocal a la derecha -es continuación interrumpida de la que traíamos desde el camino de Palacio Viejo-. Poco antes de llegar a la casa-palacio del Carneril atraviesa una calleja que es el antiguo camino de Madroñera. Situados en dirección a esta ciudad, a nuestra derecha se extiende la finca de la Cucharera, en su esquinazo del NE, muy próxima a una puerta de acceso, se encuentra este monumento tan singular, que, por desgracia nos ha llegado bastante deteriorado.
Tienen una orientación NW 340º – SE 160º. Tienen una longitud externa de 2,27 m. Por no ser completamente iguales ofrecemos también la longitud de los volúmenes interiores conservados; la sepultura situada más al S mide 2,07 m y 2,05 m la contigua hacia el N. El ancho exterior es de 1,70 m y también difieren sus anchos internos que se sitúan en 0,57 m y 0,60 m. La profundidad roza los 0,45 m. El lado que comparten tiene de ancho 0,24 y en todo su contorno se labró la roca para conseguir unas paredes de unos 0,12 m, ciertamente esbeltas pero frágiles.
YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS LOCALIZADOS EN LAS INMEDIACIONES DE LA ZONA I
No hemos encontrado restos en las inmediaciones aunque sí hay vestigios romanos algo distantes -2,250 km-, hacia el E, en las proximidades de la cota 507, de la llanura externa al berrocal -latitud 39º 38´ 01´´ y longitud 5º 48´ 10´´, mapa 1/25000 en la hoja que manejamos para esta zona.
ZONA J
Dejamos el E y nos acercamos a las tierras algo más caldeadas del S. Esta zona se sitúa en la finca de La Viña, en su parte S donde el berrocal acaba, poco antes de llagar al río Magasca.
El terreno es semejante a los mencionados, quizás algo más arbolado de encinas; los granitos ocupan mayores volúmenes que por el E y el escobar más tupido. Semejante es también el aprovechamiento económico. Existe una excelente fuente natural en las proximidades del río Magasca en su margen derecha frente a la desembocadura del arroyo Mordazos y en torno a ella un humedal algo más amplio que el del arroyo de la Luz.
Para visitar el único sepulcro que nos ha llegado debemos marchar por el cordel que tras dejar la vieja ermita de Santa Ana se dirige por el río Magasca hacia el S. La finca de La Viña se extiende por toda la parte derecha poco después de dejar el cruce con la autovía de Extremadura; poco antes de llagar al río existe una puerta que comunica mediante un camino, con otra entrada de la misma finca situada en el W de la misma finca, cerca de la autovía y a una altura semejante. Tomemos este camino y a 400 pasos de la puerta cercana a la autovía debemos serpararnos hacia el berrocal 20 pasos;allí se encuentra este maltratado monumento.
J-1. La Viña I.- Se localiza en torno al punto geográfico determinado por una latitud de 39º 25´ 34´´ y longitud de 5º 52´ 34´´ del mapa 1/25000, hoja nº 705-II denominada Trujillo. Instituto Geográfico Nacional, edición de 1996.
Este monumento no se encuentra en su posición primitiva ya que con las obras de la autovía fue caprichosamente arrancado de su ubicación primitiva, estaba unos m más al N y en otra posición; también fue desprendida por efectos de la máquina parte del espacio superior derecho lo que ha traído una perdida de profundidad por ese lado.
Actualmente tiene una orientación de 350º NW – 170º SE. Su longitud es de 1,85 m; el ancho mayor de 0,58 m está en el NW y el menor de43,5 m en el SE. Tiene dos cabeceras y presenta una altura sobre el suelo de unos 0,43 m. No posee moldura pero si está la superficie superior bien alisada.
YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS CERCANOS A LA ZONA J
Existe un yacimiento romano de cierta extensión a menos de 500 m, en la margen derecha del arroyo Mordazos, poco antes de desembocar este en el río Magasca, En él se observan restos de cerámica características y en la década de 1970 – 80 aparecieron numerosas inscripciones publicadas por Miguel Beltrán Lloris y que los antiguos dueños de la finca se negaron a entregar al museo provincial. En sus manos deben haberse perdido o al menos no están en su lugar. Posteriormente hace un par de años existieron señales en el yacimiento de haber sido expoliado mediante detectores de metales.
ANEXO
ZONA K
Posteriormente a la presentación del trabajo que estudia las sepulturas anteriores hemos tenido la suerte de localizar por varios fuentes de información, otros cinco sepulcros que hemos dividido en tres zonas las cuales añadimos en este anexo por no alterar la organización del trabajo.
Esta es la Zona situada más al N del berrocal del berrocal. Se localiza cerca del esquinazo NW de la denominada cerca Redondon pero es difícil dar con ella dada la fragosidad de la humbría donde se halla. Su situación no está lejos del cordel, calculamos a unos 300 pasos y a unos 800 del muro lindero por el N. Nos fue anunciada por D. Miguel Villa Palacios quien nos acompañó a su localización.
La sepultura de la cerca de Redondo
A-I. Redondo 1.- El punto geográfico que ocupa está próximo al determinado por las coordenadas: latitud 39º 32´15 ´´ y longitud 5º 53´20´´ del mapa 1/25000, hoja 679-IV denominado Aldea de Trujillo (Aldea del Obispo); edición 1996.
Se realizó sobre una roca de 1,48 m de alta; su orientación es de 70º NE-E y 250º SW-W. Tiene doble cabecera, muy anchas y superficiales.Su largo interior máximo es 1,85 m; el ancho mayor es de 0,55 m y la profundidad es de 0,41 m. El plano superior fue rebajado cerca de la esquina NW y presenta un tosco orificio en el centro del fondo de la parte SW-W. Aunque muy irregular presenta una moldura cuyo ancho está en torno a los 19 cm.
Hacia el SE de esta tumba se observan algunos restos de construcciones de escasa personalidad y pobre apariencia. No hemos localizado en las proximidades ningún manantial de agua.
ZONA L
Agradecemos a los dueños de la finca y a D. Tomás Sánchez Mateos las facilidades dadas para la localización de este pequeño grupo de sepulturas.
Se encuentran situadas en la finca denominada la Breña, cerca de los límites del berrocal en su caída hacia el E. La primera no presenta grandes dificultades de localización como veremos en cambio la segunda presenta mayor problema debido a la abundancia y densidad de granito con formas poco significativas en sus inmediaciones.
Las sepulturas de La Breña
L-1. La Breña I.- Su situación está próxima al puntogeográfico de terminado por una latitud de 39º 39´ 40 ´´ y una longitud de 5º 54´10´´ del mapa 1/25000, hoja 705-II, denominada Trujillo, Instituto Geográfico Nacional, Edición 1996. Su localización es fácil, como ya hemos dicho, pues se sitúa en el lado derecho del camino que sube desde la casa de la finca hacia la parte superior, está muy próxima a una de las torretas de alta tensión, la tercera de la finca contando desde el N, justo en el lugar de cruzarse el tendido con el camino.
Se realizó en una roca de granito de unos 0,60 m de alta de forma prismática de esquinas reondeadas. Su orientación es muy próxima al N-S. Posee doble cabecera inferiormente sin concluir, parece mejor acabada la de la parte S; el ancho interior oscila entre los 0,50 m del S y los 0,46 m del N; el largo mayor es de 1,80 m y su profundidad es muy significativa ya que tiene su máximo al S con 0,26 m y al N solamente tiene 0,13 m lo que nos confirma su estado inacabado. Esta sepultura se encuentra desbastada en su parte externa, excepto una corta superficie inferior del lado W; se dejaron unos laterales de solo 0,10 m de anchos. También es evidente una rotura de unos decímetros de extensión en el lateral superior del lado E.
Se trata de la construcción de un sarcófago que fue abandonado en el lugar de su construcción por rotura del mismo en un momento tardío de su vaciado.
L-2. La Breña II.- Algo más difícil resulta precisar la situación geográfica de esta segunda pieza como ya se insinuó. Aproximadamente el punto geográfico se encuentra determinado, en el mismo mapa, por una latitud de 39º 29´53´´ y una longitud de 5º 54´ 06´´.
Igualmente que la sepultura anterior presenta externamente una clara tendencia a la forma prismática, bien labrada hasta los 0,20 m de la parte superior e inferiormente a esta medida apenas si está desbastada. El vaciado interior de la roca ha determinado unos laterales de 0,10-0,12 m de ancho, como en el caso anterior un ancho más bien escaso; hay una gran rotura en el lateral superior W acompañada de un profundo racheado que divide en sentido transversal a este monumento. La orientación de esta nueva sepultura es de de 70º NE-E y 250º NW-W. Presenta cabeceras inconclusas en sus partes inferiores; su ancho interior oscila entre 0,52 m y 0,38 m; el largo máximo interior es de 1,54 m y la profundidad máxima es de 0,38 m y el ancho oscila entre los 0,52 y 0,38 m.
Por lo mencionado podemos afirmar que se trata de otro sepulcro inconcluso, abandonado posiblemente por rotura de una de sus estrechas paredes. Parece que esta costana fue una cantera para realizar numerosas excreciones de granito con vistas a la construcción, una de ellas fue, sin duda, esta parcela del suceso funerario.
ZONA LL
Esta zona está cercana al barrio de Huertas de Ánimas. Se localiza en la salida NW en la calleja que, paralela a la carretera de Plasencia, parte hacia la finca comunal de la Dehesilla, a la izquierda, sentido N y poco antes de cruzar el cordel.
Las sepulturas de la cerca del Pozo
Ll-1 Pozo I.- La roca soporte se localiza en una pequeña solana que, cerca de su pared N, tiene la cerca señalada en el mapa, la segunda antes de llegar al cordel y a unos 30 pasos del lindero con la calleja. No podemos decir que el volumen logrado en esta roca de granito sea una sepultura, al menos no lo es de manera totalmente concluida.
Su localización geográfica está muy próxima al punto determinado por las siguientes coordenadas: latitud 39º 29´25´´ y longitud 5º 52´50´´ de la hoja 705-II, denominada Trujillo y editada en 1996 por el Instituto Geográfico Nacional.
Orientada claramente de E a W, externamente no presenta regularidad aunque hay un inicio de alisamiento superior y una alteración granulosa en el ángulo SW superior. El volumen logrado tiene de largo 1,62 m, su ancho es de 0,63 m y la profundidad oscila entre los 0,32 m de la parte N y los 0,16 m del S; el hecho de no contar con cabecera y su escasa profundidad nos inclina a pensar que no se llegó a utilizar por alguna causa que desconocemos o que tal vez su realización no obedeció a ninguna finalidad funeraria.
Ll-2 Pozo II.- No creemos oportuno dar la situación geográfica de Pozo I y Pozo II dada su proximidad al anterior. Debemos torcer a nuestra izquierda, una vez pasada una pequeña puerta que hacia el W tiene esta cerca; divisaremos muy cerca, en el centro de la pared que se dirige al S un pozo, con su arbolito, y bajo el la inconfundible forma prismática de esquinas redondeadas de un bien cuidado sarcófago.
Se construyó en granito y presenta una altura exterior de 0,73 m. Su orientación actual es muy próxima al N-S magnético. Presenta en la parte N y S dos pequeñas roturas en la parte superior que han sido reparadas cuidadosamente con cemento. Posee una sola cabecera al N y es bastante acusada la forma poligonal del cuerpo. La longitud máxima externa es de 2,10 y la interior de 1,75 m; su ancho exterior máximo es de 0,87 m y 0,54 m en el interior y su profundidad ronda los 0,38 m. Por lo general el ancho de la pared es 0,17 m. Este monumento debió de ser reubicado cerca del pozo para darle una finalidad diferente a la funeraria; aunque no hemos buscado con minuciosidad en sus proximidades, no hemos localizado otros restos que los que enunciamos al hablar de la zona de La Mora, inmediata por el N.
RELACIONES
Nuestro trabajo quedaría algo incompleto si silenciásemos los trabajos de J. A, Ramos Rubio sobre este mismo tema. En el primero (Ramos, 1998) posee un breve contenido con el que se pretende realizar una breve reseña periodística con el fin de acercar al tema a sus posibles lectores. En el segundo (Ramos, 2002) añade poco a lo ya expuesto en su anterior trabajo introduciendo localizaciones poco claras y generalizando en los datos lo que comunica escasa precisión.
CONCLUSIONES
Por lo expuesto se deduce que cada tumba tiene su gestación. Se comenzarían con la elección del lugar, que ni en su orientación ni soporte hay uniformidad ya que unas fueron realizadas algo apartadas, centradas en pequeñas llanuras, cual es el caso de La Mora III y La Dehesilla I; para otras se eligió un soporte algo elevado en una suave solana -Doña Juana I-; pero la mayoría no parece que sus realizadores tuviesen estos sentimientos poéticos para su última morada y escogieron unas rocas normales incluso inapropiadas a nuestro parecer para este tipo de monumentos. Los primeros pasos debían comenzar por el trazado rectangular que ocuparía el vaciado representado en La Costera II; estas primeras andaduras posiblemente no se realizaron en todas, ya que algunas están conseguidas de manera bastante irregular e incluso se observa el abandono por error en sus primeros cálculos –La Costera II-.
No sabemos si los autores serían profesionales desde luego sí tenían pericia en el manejo de las herramientas; la mano de algunos se ve en más de una tumba generalmente de la misma zona o de zonas próximas ya que presentan unas características personales que les denota pues dejaron a veces su forma inconfundible de operar. Hay unas que presentan paredes ligeramente curvas hacia uno de los lados como traducción de la falta de movilidad del cantero en el trabajo utilizando el cuerpo y las manos, en buena medida, como si fueran un compás -La Mora VI y VII; Santa Rosa I y La Luz I.; En otras ocasiones el trazado de la cabecera se realiza de forma partícular e idéntica en un par de tumbas –La Mora VI y VII-. Otras denotan un olvido que se soluciona finalmente de forma precipitada y de mala manera –Costera I-; otras un añadido –Casilla VIII-.
Una vez concluido el sepulcro el vaciado de la piedra realiza plenamente su función, esto es recibir el cadáver o los cadáveres, comenzando a ser también parte del recuerdo del personaje. Después se sellaría la tumba de forma que como veremos nos resulta poco conocida y sería recordada diariamente por sus allegados que morarían allí mismo a unos metros, ello denota posiblemente unos lutos rigurosos con una memoria duradera del difunto alimentada diariamente por la presencia de su tumba y posiblemente algún ritual que de momento deconocemos.
Decíamos que un problema por resolver es el sellado final de estas tumbas. En algunas resulta fácil descartar el empleo de una losa rectangular ya que carecen del adecuado alisamiento y nivelación superior, en otras su disposición parece acercarse más a esa forma de cubierta. No obstante la ausencia en ellas o en sus inmediaciones de fragmentos de rocas bien labradas, de forma prismática, que destacarían en el entorno por su regularidad; añadamos que tampoco esos restos materiales aparecen entre las edificaciones asociadas a los viejos poblamientos inmediatos tales como chozos, zahurdas, pajares etc todo esto nos aconseja de momento desechar esa modalidad de acabado.
La tumba denominada Casillas VIII presenta unos materiales asociados singulares dentro del panorama local que estudiamos. Estos están formados por pequeñas piedras -granitos y un corto número de pizarras planas, tierra y fragmentos de cerámica, en su mayoría toscos, gruesos, correspondientes a paredes de grandes objetos: tanto recipientes de almacén como tejones; entre ellos no se observan tégulas. Sobre todos estos materiales, en el exterior de la parte superior, una piedra irregular, de buen tamaño -la moverían dos o tres hombres- se apoya fijamente de parte a parte en ambos laterales. Es posible que el resto de la superficie de la parte superior estuviese completado con otras rocas semejantes; bien acuñadas con otra menores y tierra formarían un pequeño túmulo y completarían la función del sellado.
Finalmente hay que hablar de su desaparición. Las explotaciones, sus caseríos, casi siempre humildes, y las tumbas fueron abandonadas; las alimañas con mayor o menor inteligencia carroñearon a su antojo. Comenzó su imparable declive hacia otra cosa cerca ya de la nada del no ser lo que otro quiso que fuera, del recuerdo humano, ya tan lejano. Unas arrancadas, esperan en algún museo; otras fueron destruidas inmersas en el odio religioso contra “el moro”; a otras se las buscó una nueva utilidad como pilas para apacentar al ganado o darles de beber…la mayoría están intactas, duermen el sueño de los justos esperando una maquinaria pesada que las triture, despedace y aplaste. Este peligro, próximo, fue el último motivo que nos llevó a conservar su memoria a través de estos Coloquios.
Creemos que todos estos sepulcros pertenecen a una misma tipología (González, 1990): se intentó conseguir un vaciado prismático de tendencia rectangular y se consiguió un acabado con variaciones e irregularidades propias más bien de la indiosincracia del cantero. En ellos se traza por lo general una parte unos centímetros más ancha que la otra -en una ocasión esta diferencia es acusada por tratarse de una tumba individual –La Mora V-; en la parte más ancha se realiza la cabecera pero en la mayoría se realizan dos cabeceras opuestas y en ocasiones la segunda con graves irregularidades –Casilla VIII y Costera I-. Finalmente son numerosos los que se adornan simbólicamente con una recta moldura en su intento de acercarse a los sarcófagos prismáticos rectangulares; otros se alisan y en algunos se queda la roca como está.
Cronológicamente nuestro trabajo deja pocas dudas sobre la utilización de la mayoría de estas tumbas en época romana debido a la cercanía de los yacimientos con los que las hemos relacionado. Posiblemente en una época imperial tardía, cuando la ruralización fue más acusada.
Nos llama la atención el minifundismo agropecuario de carácter familiar que parecen traducir el estudio somero de estas zonas aunque no descartamos otras actividades; su posible pobreza representada en los escasos y pobres materiales observados aunque ignoramos muchas otras características del mismo que nos gustaría conocer y que debería afirmarse con la excavación de algunos.
Como más probable su desaparición sería debida a la imposibilidad de continuar con el tipo de economía que tuviesen, quizas debido a una época de inestabilidad continuada propia de los finales del Imperio Romano, muy cercanas ya a la época de las invasiones o a otra razón que nos resulta desconocida.
Otro aspecto a tener en cuenta es su corto número con relación a cada yacimiento lo que indica que la relación economía-creencia que motivo la realización de estos monumentos en este medio duró poco tiempo -pensamos que no más de medio siglo- y que los individuos que la utilizaron fueron pocos, debieron ser grupos familiares, pues no se comprende bien la imposición minoritaria de la presencia diaria de sus enterramientos a los demás individuos del poblamiento y que estos lo toleraran de buen grado.
Cabe señalar la presencia de otro corto número de yacimientos romanos, en apariencia externa semejante, que no parece que dieron sepultura a sus difuntos de la misma manera ya que, en sus inmediaciones no aparecen este tipo de tumbas.
BIBLIOGRAFÍA
- Almagro Gorbea, Martín (1995): Las necrópolis de Ampurias. Barcelona, vol II
- Caballero Zoreda, Luis (1970): Alconetar en la Vía de la Plata, Garrovillas (Cáceres). E. A. E. Nº 70. Madrid.
- González Cordero, Antonio (1990): Los sepulcros escavados en la roca de la provincia de Cáceres. Jornadas Internacionales: Los visigodos y su mundo. Arqueología, Paleontología y Etnografía, nº 4. Madriod.
- Ramos Rubio, José Antonio (1998): Tumbas altomedievales en Trujillo. Revista de fiestas de La Piedad. Trujillo (Cáceres).
(2002): Tumbas antropomorfas en Trujillo. Alcántara, 57. Diputación de Cáceres.
DOCUMENTACIÓN GRÁFICA:
ZONA A |
Peral I |
Peral II |
Peral III |
Costera I |
Costera I I |
La Casita I |
La Casita II |
ZONA B |
Doña Juana I |
¿Casilla I? |
¿Casilla II? |
¿Casilla III? |
¿Casilla IV? |
Casilla V |
CasillaVI |
CasillaVII |
CasillaVIII
ZONA C |
Torreaguda |
Pilitas I |
ZONA D
Canalizo I |
ZONA E |
Mora I |
Mora II |
Mora III |
Mora IV |
Mora V |
Mora VI |
Mora VII |
Mora VIII |
ZONA F |
Pajar I |
Pajar II |
Pajar III |
Dehesilla I |
ZONA G |
Santa Rosa |
Santa Rosa I-a |
Santa Rosa II |
ZONA H |
Ángeles I |
Los Ángeles II |
ZONA I
Carneril I y II |
ZONA J |
ZONA K |
LaViña I |
Redondo I |
ZONA L |
Breña I |
Breña II |
ZONA LL
Pozo II |