Marcela Martín Jiménez.
Trujillo, Departamento de Colón, HONDURAS, C.A.
Al coincidir el V centenario del descubrimiento de América, con la celebración de estos XXI Coloquios Históricos de Extremadura, he querido aportar estos (humildes) datos de como se formó la Iglesia en Honduras, Centro América. Nos cabe el honor de ser Trujillo, la ciudad donde se dijo la primera Misa de tierra firma y donde se fundó la primera sede episcopal de toda Honduras.
Al desarrollar la ponencia podremos adentrarnos en una serie de sucesos, viviremos por unos momentos la historia a la que asistieron más de un extremeño que en realidad no sabemos que parte le correspondió protagonizar pero que de cualquier modo lo que se dice y se cuenta es historia hecha por ellos.
Tu Tuviste Trujillo el honor
que pusieran en ti, el pie al desembarcar
una nueva tierra, tierra siempre en flor
donde la primera Misa todos pudieron escuchar.
Tu forjaste la evangelización
acogiste la sede episcopal
abarcando gran extensión
con pocos medios pero con tesón, que era lo principal.
Tenían tus antiguos moradores
sus dioses particulares
del río, del monte, la quebrada o de los cazadores.
Decían que los nativos eran ignorantes
porque no sabían lo que sabían los descubridores
pero de sus tierras, ellos eran indiscutidos señores.
Marcela Martín
Trujillo del departamento de Colón. Primera Sede Episcopal.
La religión indígena.
A finales del siglo XV y principios del XVI, había dos grandes grupos culturales, pertenecientes a las culturas mesoamericanas. Sedentarios agrícolas, (Valle del Ulúa), eran los mayas, con sus variantes Chortis, Chontales, o Chol y los Lencas, menos evolucionados, que eran los Cares y Cerquines. Aún hay otra cultura seminómada y cazadora, de origen sudamericano son culturas como de bosque tropical, solos Jicaques y Payas, Matagalpas, Sumos y Misquitos. Ademas había algún enclave comercial mejicano azteca, cerca de Trujillo.
Había dos tipos de religiosidad, la maya unida a categoría espacio temporales, (a los cultivos, al clima, a los árboles, a las montañas), con una función más evolucionada de sus sacerdotes y ritos mas elaborados. Las culturas del bosque tropical estaban mas unidas al chamanismo, es decir giraba alrededor del sacerdote hechicero que pretende tener relaciones con los espíritus, buenos o malos, e influir sobre ellos, puede curar enfermedades y producirlas. Tenían menos dioses y sus ritos eran sencillos. Para los españoles controlar a estos les fue relativamente fácil. La base de la religiosidad hondureña podemos decir que estuvo en los grupos sedentarios entre los que se formó, al contacto con el cristianismo.
La religiosidad maya era politeísta, creían en una pareja de dioses a los que ayudaban otros dioses a los que también habían dado origen. La pareja y sus dioses ayudantes generalmente estaban lejos del campesino maya que se entregaba al culto de los dioses más cercanos a sus actividades directas. Dios de la lluvia, de los ríos, del maíz, de la caza, de la pesca, de los árboles y de la selva. Toda la naturaleza era divina. En la actualidad se conserva una oración para antes de desbrozar el bosque para sembrar el maíz, y en la que se aprecia lo dicho de la tierra divinizada.
«¡Oh Dios, padre mío, madre mía, señor de los montes y los valles, espíritu de la selva, trátame bien!. Voy a hacer como siempre he hecho. Voy a hacerte mi ofrenda para que sepas que voy a molestar tu corazón. Permítelo. Voy a mancillarte (destruir tu belleza), a labrarte para poder vivir. Permite que ningún animal me persiga, que no me pique ninguna serpiente, ningún alacrán, ninguna avispa. No permitas que me caiga encima un árbol, ni que me corte hacha ni machete. Con todo mi corazón voy a labrarte».
El maíz es con su divinidad correspondiente otro de los elementos fundamentales de la religiosidad del campesino maya, Decían a sus hijos que los dioses tras varios intentos habían conseguido hacer un hombre de maíz. Según E. Thompson, Bartolomé de las Casas, cuenta como el primer alimento del niño maya es un atole hecho de la primera cosecha de maíz. De esa misma cosecha se guardaban granos para que el niño, llegada la edad de producir los sembrara en su primera milpa y ofrecerá el producto a los dioses. El dios maíz enseña al campesino al sufrimiento, es dios de pasividad. Las circunstancias ambientales etc. le hacen sufrir y el campesino ha de ayudarlo, ruega por la lluvia, le defiende de los animales, erradica las malas hierbas. El maíz a cambio lo alimenta a él y a su familia. Cada uno depende del otro y de la dependencia nace el amor.
También es importante tener en cuenta los conceptos de donación de los dioses y la retribución y agradecimiento por parte de los hombres. Las fiestas y ritos a veces se hacían como pago por adelantado a los favores esperados de los dioses. El ayuno, la abstinencia sexual, hacerse heridas voluntariamente, peregrinaciones a lugares de culto (cuevas) eran frecuentes, y todo ello hacia del espíritu de sacrificio (algo que le cueste a uno personalmente). Había el dios de la bebida alcohólica. Dios de la alegría, etc.
Los Lencas tenían su peculiar aspecto religioso según indica Antonio Herrera en su «Historia General de los Hechos de los Castellanos». Nos cuenta el politeísmo con caras de animales, tigres … etc., y el tipo de sacerdocio cercano al chamanismo: «hombres viejos, desnudos, que hacían áspera vida, con el cabello muy largo y trenzado alrededor de la cabeza», a los que se pedía consejo «en caso de guerra, justicia, casamiento y otras necesidades». Tiene importancia los sueños. Tiene cierto relieve el nagualato, costumbre muy arraigada entre los indios, hablar con los ríos, piedras y montes. Los aojos, el temor a ciertas personas también es importante. Se nos revela muy fuerte la religión de la naturaleza.
En todo esto los conquistadores tendían a ver ritos y costumbres perversas creadas por los demonios.
La conquista.
Fue muy irregular. Fue escenario no solo de guerras entre los españoles e indígenas, sino de luchas, asesinatos y conspiraciones entre los primeros españoles. Gil González mata a Cristóbal de Olid.
Cristóbal Méndez asesina a Sancho Herrera y es a su vez asesinado por los partidarios de Andrés de Cereceda. Diego López Salcedo y Cereceda se destacan por su crueldad con los indios.
Muchos indios fueron sacados de Honduras como esclavos, y hubo zonas de despoblación inicial, los mismos gobernadores sacaban barcadas de sus pueblos vendiéndolos en el puerto de Trujillo.
Inicios de la Iglesia hondureña.
Los comienzos de la Iglesia hondureña tuvo el mismo desorden que la época. No existía una Iglesia constituida, sino clérigos. alguno de ellos con unas características de aventureros que acompañaban a los españoles y eventualmente predicaban a los indios.
La primera Misa de Honduras en tierra firme fue celebrada en las playas de la actual Trujillo, el domingo 14 de Agosto de 1502 por el P. Alejandro (Capellán).
En 1525, con Cortés desembarcaron dos franciscanos y predican a los indígenas. El clero permanente era escaso, sin pasar de cuatro o cinco, hasta la llegada de Pedraza como Obispo.
En 1529 aparece en Trujillo como acompañante de Diego López Salcedo, el P. Juan Habela, que aparece en una lista como dueño de esclavos indios traídos desde León, (Nicaragua). Este P. Juan Habela administraba la iglesia de Trujillo y apoyó a Cereceda y participó indirectamente de la muerte de Cristóbal Méndez. En 1536 aparece de nuevo en el repartimiento de encomiendas hecho en Puerto Caballos por Pedro de Alvarado. En este reparto le tocaron los pueblos de Chumbazina y Chiquilar y Tascoava y Aplaca, que son el Valle de Cura, con todos sus señores e indios de los citados pueblos. Con él figuraba otro clérigo que se dice Juan Habela, citado por el licenciado Cerrato, presidente de la Audiencia de Guatemala, en carta de 1549, en la que habla del pleito entre el Oidor Herrera y el clérigo Habela, disputando la propiedad de una mina muy rica y una cuadrilla de negros.
Hay una gran desorganización eclesial, la Corona determina construir una Iglesia en esos lugares remotos o «loca profunda» como menciona a Honduras el obispo Zumárraga en el decreto de erección de la diócesis de México. Según el obispo Manuel Francisco Vélez, la diócesis de Honduras fue creada por el Papa Clemente VII en 1527. No se le dio sede fija, pero el 6 de septiembre de 1531 se concreta su enclave en la ciudad de Trujillo. El 18 de Agosto de 1532, en Cédula real se nombra a Fr. Alonso Guzmán Gobernador de la Provincia de Higueras y Cabo de Honduras, se le menciona que «su santidad, a petición nuestra, ha hecho gracia del obispado de dicha provincia a vos, el reverendo padre don fray Alonso de Guzmán, de la Orden de San Jerónimo». Nunca llegó a Honduras fray Alonso de Guzmán, solo media en el conflicto de intereses surgidos entre las provincias de Honduras y Nicaragua. Desde sus nombramiento al nombramiento de Cristóbal Pedraza se ha afirmado que hubo otro obispo, fray Juan de Talavera que tampoco llegó a Honduras. Se dice que tanto fray Juan de Talavera como fray Alonso de Guzmán eran la misma persona, eran Jerónimos los dos y en la misma época priores del Convento del Pardo. Lo creen así M. Vélez y el historiador Reina Valenzuela.
Sin sede fija primero, sin obispo además, los gobernadores dirigían la Iglesia, con la esclavitud que esto suponía.
En 1526 Diego López Salcedo pregunta desde Honduras sobre cuando debe bautizarse a los indios. Se hacía eco de una discusión en la que los frailes dominicos llevaban la iniciativa, decían unos que debían bautizar inmediatamente, otros que no si no lo pedían y otros que aunque lo pidiesen si no supiesen primero el pater nóster y el ave Maria y el Credo, y salve regina, y los mandamientos y artículos de la fe, y lo demás que todo cristiano debe saber. En el fondo estaba en discusión si el bautismo era un método de hacer vasallos del rey o de manifestar la conversión al cristianismo, aunque se pudieran dar diversos argumentos de corte teológico por cada parte. L idea española de cristiandad y de conquista empujaba más a una evangelización por decreto que a una predicación libre de la fe, como pedían la mayor parte de los religiosos. Pero aún entre estos había también toda una serie de discusiones.
El descubrimiento de insospechadas culturas y de gran número de gente en un nuevo continente significó no sólo un desafío político o cultural, sino también religioso. Coincidía además con una etapa de la Iglesia en la que la creatividad y el debate estaban muy presentes (tiempo de la Reforma y Contrarreforma).
La ignorancia y la resistencia a la fe eran dos argumentos básicos que justificaban la conquista: enseñar era un deber de los civilizados y erradicar la idolatría hacía «lícita y santa la fuerza».
Las Casas dice que los indios no son ignorantes y tienen, donde se ha predicado pacíficamente, un «admirable aprovechamiento…» En cuánto a los sacrificios humanos; responde Las Casas, «más han sacrificado los españoles a su diosa muy amada y adorada de ellos, la codicia».
Dentro de la misma Iglesia se daban distintas posturas en la catequesis y evangelización. Mientras que casi todos los misioneros y clérigos coincidían en la necesidad de predicar el Evangelio en las lenguas indígenas, e incluso editar catecismos en las mismas lenguas, no todos coincidían a la hora de analizar la religión de los indígenas. Mientras muchos veían en los dioses de los indígenas a verdaderas estampas de diversos demonios, otros apreciaban el cierto conocimiento de Dios que se manifestaba en las diversas religiones de los indios.
El Obispo Pedraza, primer Obispo de Honduras Trujillo. Cristóbal Pedraza nació en Sevilla a finales del siglo XV. en el puerto que pronto seria el nudo principal de comunicación con el nuevo mundo. En 1533 ocupa la posición de chantre en la catedral de México. En este tiempo le toca hacer de mediador entre Hernán Cortés y Nuño de Guzmán, pariente de Pedraza, y a la sazón presidente de la Primera Audiencia de la Nueva España. Posteriormente viaja a España, 1536 y es nombrado al año siguiente Protector de los indios de las Higueras y Cabo de Honduras. En primer lugar pidió ampliar facultades para castigar, como protector de indios, a todos los que vendieran a los indígenas como esclavos o los compraran. Siendo el protector, también un evangelizador, exponía ante el rey que «no con matarlos y robarlos, robándoles las mujeres e hijos y venderlos y llevárselos a tierras extrañas» vendrán los indios a la paz y la religión. «Y quien de esta manera dice que los dichos naturales han de venir de paz y a conocimiento de Dios, no es cristiano ni siente bien de la fe». Pedraza pide para viaje y para comprar ornamentos, misales y otros objetos de culto. El mismo Pedraza se acusa de pedir dinero, aunque la tarea encomendada era imposible realizarla sin un mínimo de recursos económicos. La corona nunca fue generosa con la Iglesia de Honduras.
En 1538 Pedraza llega a Honduras, cuando se estaba dando en el país la más fuerte de las sublevaciones indígenas. Le recibieron muy bien pero pronto tuvo problemas. El adelantado Montejo que en un primer momento lo alaba empieza a tener con él desavenencias. De carácter fuerte, Pedraza entra en confrontación con los conquistadores que le responden con las mismas armas.
A principios de 1540 Pedraza regresa a España, donde es nombrado obispo de Trujillo. En España estuvo 5 años y despliega una relativa amplia actividad en beneficio de Honduras. En 1541 aparece como gestor de un contrato por el que se envían a Honduras «trescientas piezas de esclavos, los dos tercios de machos y un tercio de hembras, de edades comprendidas entre los quince y los treinta y cinco años». Pedraza caía así, como muchos otros defensores de los indígenas, en el error de propiciar la importación de esclavos negros para América con la esperanza de que mitigaría la explotación de los naturales. Pasado el tiempo comprendieron el error aunque no querían aceptarlo pues lo que les guiaba era un deseo grande de proteger a los indios.
En 1545 regresa a Honduras, acompañado por cuatro clérigos conseguidos en su estancia en España y a los que se agregan cuatro más en Santo Domingo, así, con un contingente de ocho clérigos, entre los que estaba su pariente Juan Verdugo, completa al llegar a su diócesis el número de quince, empezando su primera labor organizativa.
Con motivo de organizarse tarda Pedraza en llegar a Gracias donde le esperaban los obispos Marroquín y Bartolomé de Las Casas para consagrar al electo obispo de León (Nicaragua), el dominico fray Antonio de Valdivieso. Este retraso fuerza al obispo Las Casas a proferir juicios desagradables contra Pedraza. Cuando se juntan al fin los cuatro obispos centroamericanos, comparten su vida llena de amargura, nace entre ellos la idea de presentar quejas y exigencias. Pedraza, comparte con menor protagonismo, muchos de los puntos de vista de los obispos dominicos en las polémicas que surgen.
Desde la ciudad de Gracias, Pedraza escribe carta el 9 de Noviembre de 1545 donde da cuenta del único de sus problemas económicos. Durante la ausencia de Pedraza, Montejo había cobrado los diezmos, con el pretexto de ayudar económicamente a algunos curas. Pedraza se encontraba, nada más llegar, sin recursos. Al mismo tiempo los oficiales de la gobernación seguía reclamando para ellos el cobro de los diezmos, y ser ellos quienes ayudaran a curas y sacristanes.
La Iglesia se encontraba desmantelada económicamente, sin construcciones adecuadas, sin ornamentos en las Iglesias. El fruto de los diezmos cobrados no se veía por ninguna parte. Con razón Pedraza podía reclamar los diezmos desde 1539. Esto no le ayudaba en sus relaciones con las autoridades. Para mayor preocupación del Obispo, sus sacerdotes empiezan a exigir un pago adecuado a las dificultades que ofrecía la tierra. Poco a poco empiezan a abandonarle y solo se conoce a Alfonso Mejía que más tarde sería canónigo quien le sigue fielmente.
Los mercedarios dejan su puesto en 1549 y en 1550 el presidente de la Audiencia, ya en Guatemala, informa a la corona que en «el obispado de Honduras no hay sino tres clérigos y un fraile que no bautizan ni doctrinan indios». El Obispo que en su tiempo de protector de los indios se sentía optimista y narraba con orgullo de pionero su subida a «lo alto de la sierra sin tener allí, camino ni vereda… cortando ramas y árboles con machetes y con hachas, se siente ahora agotado y se da cuenta con amargura de las dificultades de su trabajo». Recuerda la vida de los obispos de España, no se parece esto en nada porque a caballo, a pie con el lodo hasta medios muslos y descalzos, muchas veces subiendo hasta el cielo o bajando hasta los abismos de la tierra es el purgatorio y el infierno.
Cuenta el obispo Pedraza a cabo de su vejez, que a veces se hallaba medio muerto al pie de un árbol, casi sin sentido por eso el recuerdo de los Obispos de Castilla cuando andando en su litera, durmiendo en poblado cada noche en buena cama de cuatro colchones y paseándose por la Corte, visitando las ventas y monasterios o haciendo ejercicio, podían venir a Honduras y verán que ejercicio ir de montaña en montaña, de sierra en sierra, de quebrada en quebrada, de río en río, de ciénaga y mosquitero en mosquitero.
En 1550 se ve calumniado como administrador, Pedraza se revuelve y reacciona con justa cólera llamando «demonios» a quienes tales cosas dicen de él, «porque, Dios sea loado, yo nací para dar, y no para robar ni tomar nada de nadie; y por eso no tengo hoy un pan que comer y vivo en la pobreza». En esta fecha del informe a la corona, el limite de la paciencia del anciano obispo llega a su fin. «Su Majestad el rey, en vez de hacernos mercedes (….) a los pobres obispos de estas partes, nos han quitado el nombre de obispos que teníamos y nos ha dado nombres de ladrones y robadores». Entre otras cosas le sigue diciendo: «mis letras le son a Vuestra Majestad aborrecibles y fastidiosas». Como podemos ver el estilo del buen obispo era de tal libertad que estaba cerca de la falta de respeto.
La edad, los sufrimientos y el fuerte trabajo, doblegaron al fin al obispo pionero de Honduras, mientras viajaba a Guatemala. Su vida está llena de viajes y aventuras, contradicciones y fracasos nos revela lo que era la situación de Honduras y las grandes dificultades para establecer la Iglesia local y una opción evangélica por los pobres, los indios.
Intento de construir la Iglesia.
Con 15 sacerdotes organiza su diócesis y crea el cabildo, dando cabida en él a varios de los sacerdotes que estaban en Honduras cuando él llegó, y la impresión general es la de haberse ganado la simpatía de los habitantes de Trujillo. Da solemnidad a la liturgia y hay quien dice que parece que está en España. Pedraza emprende visita pastoral a su diócesis y tarda un año y medio en ese cometido explicando como lo ha vivido él. Conoce las dificultades físicas de la diócesis, lo despoblado de la tierra implicaba ayunos y sueños a la intemperie. Lo agreste y montañoso exigía grandes esfuerzos físicos. Pero él no se arredra y viaja para realizar sus visitas.
Cuando visita a los españoles sus visitas es la denuncia de sus pecados, de no guardar fiestas ni domingos, comer carne cuando es abstinencia, vivir amancebados etc. Pero cuando visita a los indios las preocupaciones son otras, allí el proceso de evangelización, enseñar la doctrina para llegar al bautismo. La predicación a los indígenas es a través de intérpretes y en lengua nahuatl.
Juicios sobre Pedraza.
- López Cerrato (Audiencia de Guatemala) reconoce que era «algo aspero», pero «muy buen prelado», «remiso en el castigo a los clérigos».
- Montejo que le conoció 10 años antes de que Cerrato llegara a la Audiencia de Guatemala, es tal vez el que da un juicio más negativo cuando aún solo era el Protector de los indios.
- Las Casas hace un juicio negativo y esto influye incluso en los historiadores. Pero lo cierto que cuando Pedraza va a Gracias, se llevan bien y Las Casas cambia su opinión.
Lo cierto es que el juicio sobre Pedraza es pasado el tiempo como persona apasionada y de muy buena voluntad. Aprender de sus errores, imitar su coraje, sigue siendo un programa aún en nuestros días.
BIBLIOGRAFIA: LA IGLESIA EN HONDURAS.
- Panorama histórico de la Iglesia en Honduras. José María Tojeira. S. J. (sacerdote jesuita).
- Historia y Religión de los Mayas. J. Eric S. Thompson. siglo XXI.
- Honduras Maya Federico Lunardi.
- Historia de las Ideas en Centro América Constantino Láscaris.
- Historia eclesiástica de honduras J. Reina Valenzuela.
- Memoria del Licenciado Pedraza 1537 1538.
- El Padre Las Casas y la defensa de los Indios Marcel Bataillon y André Saint Lu. Ed. Ariel
DICCIONARIO ENCICLOPEDICO ESPASA.
MESOAMERICANAS= Nombre con que se designa a América central. Antillas y México que en el tiempo de la conquista española formaban un área cultural muy delimitada.
ATOLE= Muy usado en América, bebida hecha con maíz cocido, molido y desleido en agua del que se quitan las partes gruesas con un dezazo y hervido hasta darlo consistencia.
MILPA= tierra destinada a cultivar el maíz (América Central).
ENCOMIENDAS= dignidad dotada de renta. Diccionario Popular de la Lengua Castellana. Madrid 1845 D. Prudencio J. de Vega.
La Ponencia del año pasado fue un exponer la ciudad de Trujillo de Honduras C.A.