José Antonio Ramos Rubio
Oscar de San Macario Sánchez
Almoharín es una población de la provincia de Cáceres, situada a 39° 10′ 35» de latitud norte y a 6° 2′ 34» de longitud oeste. El término municipal está flanqueado al este por el curso del río Búrdalo, en dirección noreste-suroeste y los arroyos de Sopetrán, Saltillo o el regato de los Parrales; al sur por las vegas del Guadiana, hay una pujante zona agrícola, atravesada por una red de canales y acequias que arrancan de los embalses de Orellana y del Zújar y, distribuyen la preciada agua por sus fértiles vegas, que ha experimentado un importante crecimiento económico con la puesta en marcha del Plan Badajoz; al oeste por la meseta adehesada de Arroyomolinos de Montánchez, al noroeste por la Sierra de Montánchez (1000 m), al norte por la Sierra de la Zarza, Cancho Blanco (940 m) y San Cristóbal (845 m), con un terreno montañoso, y al suroeste nos encontramos con las sierras de Don José y La Parrilla, dependientes de las estribaciones orientales de la Sierras de San Pedro.
En una llanura, a 7 km de la localidad de Almoharin,se encuentra la ermita dedicada a la advocacion de Nuestra Señora de Sopetrán. En dicho paraje se han localizado restos arqueológicos de época romana, paraje ocupado por los astures lacienses, como denotan varios epígrafes[1], sillares y tégulas, cuando se ha llevado a cabo la restauración de la casa del santero entre los años 1859 y 1860; en 1992 se encontró un ánfora romana del siglo II d. Cristo, cuando se realizó la cimentación de los servicios públicos en el recinto del santuario, confirmándose que existió una villa romana. Nuestra Señora de Sopetránes la patrona de la cercana localidad de Almoharín. Un dato a tener en cuenta es que aquí se encuentra el punto cero del mapa de la región de Extremadura.
A pocos metros del núcleo de la población se documentó un bronce de la ceca de la ciudad ibera de Bolskan (actual ciudad de Huesca), la ceca que acuñó el mayor volumen de monedas de toda Hispania durante los siglos II y I a. C. con la representación de una cabeza masculina con jinete lancero, Pegaso y caballo galopando[2], así como el yacimiento arqueológico de La Malena, donde se han localizado contrapesos de una almazara romana[3].
Durante unas obras realizadas el mes de junio del año 1991, junto al cuartel, para ubicar una residencia de mayores, se destruyó parte de la cimentación de una «villae» romana posiblemente un asentamiento agrícola que abarcaba unos 250 m², entre los restos localizados se documentó un molino redondo que se utilizaba para moler el cereal, así como diversos fragmentos de «doliae», recipientes de gran tamaño, para el almacenamiento de los cereales, así como restos de cerámica del tipo sigillata hispánica, de primeros del siglo I llegando hasta el siglo IV, así como sepulturas halladas en la zona de La Vega y campo de fútbol, destacando una tumba realizada con lajas de mármol, cubierta por un bloque de granito, en cuyo interior se encontraron los esqueletos de un hombre y una mujer, en posición fetal, y fragmentos de una botella y una copa de vidrio, del siglo II de nuestra Era[4].
Son pocos los datos existentes sobre la ermita de Nuestra Señora de Sopetrán, ya lo decía don Juan José González, sacerdote de finales del siglo XIX: «Siento que las noticias acerca de nuestra Virgen de Sopetrán son escasas y deficientes, y por tanto me es imposible aportar los datos que desearía para formar con ellos brillante historia; he vuelto ha indagar de acá y allá; y lo poco encontrado procuro presentarlo cuidadoso orden«[5].
Aún quedan restos en la ermita actual de la segunda mitad del siglo XV, cuando fue construida la ermita, aunque domina en la obra el estilo barroco popular del siglo XVIII. Anexa a la hospedería, ala que se accede mediante puerta adintelada que presenta en el dintel el símbolo grabado de las llaves del cristianismo o papales (San Pedro), hubo una capilla, a modo de eremitorio que debió construirse en la primera mitad del siglo XV, aún se conservan las dependencias, de reducidas dimensiones, y la puerta de entrada a la misma, con arco de medio punto rodeado de pometeados. Según opinión fidedigna del Dr. Mayoral Cortés, el culto a Nuestra Señora de Sopetrán, patrona de Almoharín, surgió a finales del siglo XV y ya existía una ermita dedicada a su culto[6].
Según una venerable tradición, que no se corresponde en absoluto con las características estilísticas y psicológicas de la ermita, ni con el proceso de reconquista de este sector de la región extremeña, de acuerdo con las crónicas cristianas que hacen referencia a un hecho acontecido no en Almoharín sino en Hita (Guadalajara), en el siglo XI el Príncipe árabe Alí-Maimón, ya bautizado como Petrán tras la aparición de la Virgen en una higuera, acude a Roma siendo Pontífice León IX y recibe enseñanzas en la fe cristiana hasta la muerte del Papa en el año 1054. Después de regresar y establecerse en el lugar del milagro, en el Valle de Solanillos, cerca de la Villa de Hita (Guadalajara), recibe noticias de que su padre Al-Mamún, Rey moro de Toledo, le está buscando para castigarle por su osadía al haber permitido la liberación de los cautivos cristianos capturados en los Altos de Barahona y haber renegado de su fe islámica. Petrán reúne a una partida de hombres de armas de su antiguo grupo de guerreros y abandona el santo lugar, busca refugio en tierras más seguras y se dirige hacia Extremadura. Encuentra el lugar más idóneo para esperar a que se calme su padre, en las cercanías de Almoharín, a una legua, casi seis kilómetros de esta antigua población árabe, entre los restos ya despoblados de un antiguo asentamiento. Aprovecha las ruinas de una antigua mezquita y allí decide crear un lugar de devoción a la Virgen de Sopetrán. Los cristianos mozárabes de Almoharín acaban encontrando un lugar de oración y escuchan maravillados los relatos de Petrán. De ahí su respeto por Nuestra Señora y la tradición que perdura hasta el tiempo presente.
En una serie pictórica que se conserva en el presbiterio de la ermita de Almoharín se recoge que el Infante vivió en este Santuario 16 años y murió en el de 1070, siendo sepultado al pie de la higuera donde se le apareció la Virgen. El vocablo de Sopetrán vendría de la contracción del topónimo Solanillos y del Infante Petrán.
No obstante, en honor a la verdad, no existen datos documentales acerca de los orígenes de la primera capilla o eremitorio existente en paraje del término municipal de Almoharín (Cáceres) y que diera nombre a una advocación tan lignaria. Tampoco podemos conjeturar la posibilidad de que algún monje benedictino procedente del Monasterio de Santa María de Sopetrán de la localidad de Torre del Burgo, el término municipal de Hita (Guadalajara), llegase hasta este lugar y que estableciera el culto a Nuestra Señora. Hay que tener en cuenta que el monasterio benedictino tuvo sus orígenes en el siglo VII, aunque la estructura actual date del período románico. También es importante tener en cuenta la fecha 1372, cuando tuvo lugar la fundación por parte del arzobispo de Toledo Gómez Manrique, que decidió entregar aquel lugar a la Orden de San Benito, para que lo reédificara y cuidara. fue entonces cuando se lleva a cabo una propagación helenística de estos primeros monjes por algunos lugares de España, recibiendo los favores y regalos de reyes y magnates. Hemos de tener en cuenta que en los libros de visitas de la Orden de Santiago no se hace referencia alguna al nombre de «Sopetrán», cuando encargan al entallador emeritense Pedro de Requena una imagen de la Virgen, no se menciona la palabra «Sopetrán» (en 1556), sino “Nuestra Señora”. Consideramos, más bien, que existió una capilla en el siglo XIV. La orden santiaguista encargó la construcción de la ermita en la segunda mitad del siglo XV, anexa a la capilla primitiva, bajo la advocación de Santa María. En el primer decenio del siglo XIX algún devoto procedente de la Villa de Hita (Guadalajara) se estableció en Almoharín y trajo el culto a Nuestra Señora de Sopetrán, pintándose los cuadros que ornamentan el presbiterio en el año 1806, fecha -igualmente- en la que se lleva a cabo una serie de restauraciones en la ermita, como la construcción de la puerta del Evangelio. El monasterio benedictino de Hita tiene un origen mítico[7], si bien los primeros datos históricos hacen referencia a una fortaleza árabe Sopetrán, palabra cuyo origen etimológico está compuesta por el sufijo latino “sub” (bajo) y “petran” (piedra) y eso es lo que fue Sopetrán en sus orígenes: un lugar “bajo piedra”, cuartel general del caudillo beréber Al-Wahid sublevado en el 768 contra el califa Abd el-Rahman I[8].
Volviendo al estudio de la ermita de Almoharín. Se accede al interior de la ermita actual mediante dos puertas. La del lado oeste tiene arco carpanel, con decoración a base de rosetas y mascarones humanos, obra del primer decenio del siglo XVI. La del lado del Evangelio es sencilla, adintelada, presentando la inscripción sobre el vano de entrada: «SE PVSO ESTA PORTAL Y ADAS D ABLA. D 1806». Casi unida a la puerta del Poniente, hay una ventana, en cuya parte superior se lee: «FEBro. 14 DE 1731».
La casa del Santero dista de la mitad 14 m, y su fachada principal mira al norte. En el año 1859 se reedificó esta casa, concluyéndose la nueva en el año 1860, siendo mayordomo de la virgen el presbítero don domingo Martín Núñez. Con este motivo ya se empezaron a realizar excavaciones en el solar de la casa en el paraje cercano, encontrándose sepulcros y otras obras subterráneas así como inscripciones romanas, ánforas de barro, y otros objetos antiguos.
Tanto por el lado oeste como el del norte, se accede al interior mediante un porche corrido con arcos de medio punto sobre columnas toscanas. Este portal ya existía a principios del siglo XVI, según consta en la descripción que realizaron los visitadores de la orden santiaguista, según recoge Victorino Mayoral[9].
La ermita tiene una nave rectangular (17,50 m x 6,95 m) dividida en tres tramos separados por arcos de medio punto rebajados y cubiertos con bóveda de medio cañón con lunetos. Un arco triunfal separa la nave del presbiterio, que se cubre con cúpula semiesférica sobre pechinas. Y un airoso camarín cuadrado adosado al muro oriental cubierto con cúpulas semisférica sobre pechinas.
En el presbiterio, hay cuatro óleos sobre lienzo firmados por Tomás Hidalgo en 1806. Representan episodios –a los que aludimos anteriormente- del príncipe Ali Maimón, hijo del rey moro de Toledo y hermano de Santa Casilda, cada una de las ocho escenas representadas, de luchas, milagros y apariciones de la Virgen, están relatadas en unas cartelas laterales[10]. Este príncipe moro vivió en tiempos del rey Fernando I de León (1066-1072), «Dejó Fernando sus reinos divididos en tres hijos y dos hijas que tuvo: a don Sancho el mayor de los varones, Castilla; a don Alfonso, León; a don García, Galicia; y a doña Urraca y doña Elvira las ciudades de Zamora y Toro. Contradijo don Sancho esta división, origen de muchos daños; pues en muriendo la reina doña Sancha su madre, cuyo respeto le detenía, quitó el reino de Galicia a don García, a quien prendió año mil y setenta; y acometiendo a don Alfonso, vencido y preso, le forzó a entrar en religión, de donde huyó a Toledo, y quitando a doña Elvira su herencia, y ciudad de Toro, puso cerco sobre Zamora, donde fue muerto a traición por Bellido de Olfos en cuatro de octubre de mil y setenta y dos años, y llevado por los castellanos a sepultar en San Salvador de Oña. Luis del Mármol cuidadoso coronista de las cosas de los moros dice que por este tiempo Ali Maimon, rey de Toledo, rompiendo las treguas que tenía con el rey don Sancho de Castilla cercó la ciudad de Segovia, y dándosele a partido la destruyó y asoló toda»[11].
El orden cronológico está bien marcado en los cuadros por una inscripción que en línea horizontales divide en dos partes iguales, a excepción del último, en que una serie de estrellitas constituye la línea divisoria del mismo. Éstos cuadros, son exactamente iguales, así como los marcos, tienen de longitud 2 m y 15 cm x 258 cm de ancho; los marcos tienen 23 cm.
Cada uno de los lienzos tiene una leyenda dentro de un medallón alado, expresiva del hecho que representa la pintura. En la cartela superior de uno de los lienzos dice (literalmente): «EL EJERCITO MORO GOVERNADO POR EL INFANTE, HACE ALTO CERCA DE LA VILLA DE HITA EN EL VALLE DE SOLANILLOS DONDE SIENDO SIEMPRE LOS TRISTES CAVTIVOS EL TEMPLERO DE LAS IMPIEDADES MAOMETANAS PIDEN EN SV CORACON EL ALIVIO POR MEDIO DE LA REYNA DE LOS ANGELES».
En el centro, donde separa una leyenda de otra: TOMAS HIDALGO ME FECIT; AÑO 1806; SIENDO CURA PÁRROCO EL DR. D. (continua en el siguiente) MANUEL PACHECO Y COMAN, Y ALCALDES ORDINARIOS, LOS SRES. ALONSO CHAMORRO Y GONZALO BRONCANO, Y REGIDOR CELEDONIO JARA Y POR SÍNDICO GONZALO GARCÍA GIL Y MAYORDOMO JUAN ALVAREZ ARAUJO.
En la cartela del lienzo inferior dice (literalmente): «ACORDANDOSE LOS CRISTIANOS QUE EN AQUEL SITIO VBO TEMPLO DEDICADO A MARIA SANTISSIMA IMPLORARON SV FAVOR I LA CELESTIAL PRINCESA VAJO DEL CIELO A VNA HIGUERA TAN LLENA DE RESPLANDOR QUE A SV VISITA QUEDARON LOS MOROS ADORMECIDOS I ALGVNOS CIEGOS I ENTRE ELLOS EL INFANTE LOS IZO CAVTIVOS».
En el segundo cuadro, se lee: «HABIENDO SALIDO EL REY D. FERNANDO EL MAGNO CONTRA EL REY DE SEVILLA POR TENER PACES CON ALMENON REY DE TOLEDO, ESTE MOVIO LA GUERRA, ENVIANDO HACIA SEVILLA UN EJERCITO A TALAR LOS CAMPOS DE PARAHONA, Y POR CAUDILLO SU HIJO DE EDAD DE TREINTA AÑOS, EN EL DE 1050».
«EL INFANTE ALI MAIMON TIENE DIFERENTES ENCUENTROS EN QUE SALE VENZEDOR. TALALES LOS CAMPOS I QUEMALES LAS MIESES I CON INFINITOS DESPOJOS I GRAN NUMERO DE CAVTIVOS MARCHA A TOLEDO TAN GVSTOSO COMO AFLIXIDOS LOS MISEROS CRISTIANOS DESPOSEIDOS DE TODO VIEN».
En el tercer cuadro, se lee: «AUNQUE CIEGO, ILUSTRADO EL INFANTE DE ESTA SOBERANA LUZ, DIJO: ¿MARÍA, QUÉ QUIERES DE MÍ?… QUE NO PERSIGAS A MIS HIJOS, RESPONDIÓ LA VIRGEN, Y QUE TE BAUTICES. ¿y QUIÉN LO HA DE HACER? RESPONDIÓ: YO, DIJO MARÍA; Y TOMANDO LA MANO LO LLEVÓ A UN POZO DONDE LE BAUTIZO POR SU MANO,Y PÚSELE PEDRO POR NOMBRE, Y AL PUNTO COBRÓ LA VISTA; MÁNDOLE IR A rOMA PARA QUE EL PAPA LE INSTRUYESE».
«LLEGA A ROMA EL INFANTE, Y EN ELLA LE ESPERABA EL PONTIFICE, QUE TUVO REVELACION DEL SUCESO; ENTEROLO EN LA FE Y SEÑALOLE UNA COMO HERMITA DONDE VIDIO CON SUS COMPAÑEROS HASTA QUE MUERTO LEON IX EL AÑO 1054 VINO A ESPAÑA Y FUNDO LOS SANTUARIOS DE SOPETRAN».
En el cuarto cuadro, el lienzo superior, se lee (literalmente): «DESPVES EL INFANTE VINO DE ROMA FVNDO EL SANTUARIO DE SOLANILLOS EN EL TERMINO DE ALMOHARIN POR MANDATO DONDE LA VIRGEN EN EL SITIO EN QUE FVE VISTA I TUVO EN EL VN PIE DE EXERCITO ATESTIGVALO ASEGVRAN VESTIGIOS Y SEÑALES».
En lacartela del lienzo inferior dice (literalmente): «VIVIO EL INFANTE EN ESTE SANTVARIO 16 AÑOS. MVRIO EN EL DE 1070. FVE SEPVLTADO AL PIE DE LA HIGVERA DONDE SE APARECIO LA VIRGEN VIENCeVIDO DE CASILDA SV HERMANA SACANDOLA DE LA ZETA PARA EL NUMERO DE SUS SANTAS».
Si seguimos fielmente la leyenda, de manera categórica, se afirma en estos cuadros que el año 1054 vino de Roma a España el infante y fundó los santuarios de Sopetrán. De modo más concreto se lee que después, fundó el dicho infante el santuario de Solanillos y éste, término de Almoharín, por mandato de la Virgen en el sitio de la Mezquita. Podemos concluir, si seguimos fiel al texto, que Alí Maymón vino a este sitio de la Mezquita (dehesa); que fundó Santuario de Sopetrán, de Almoharín, dividió este santuario 16 años, muriendo en el año 1070, y que fue trasladado su cuerpo desde aquí ante Sopetrán de Hita, donde fue sepultado el que leyera donde se apareció la Virgen[12]. Son lienzos que nos determinarían una tradición transmitida de generación en generación. Bien es cierto que la ermita se encuentra en el límite de la dehesa llamada «Mezquita», que fue propiedad del Duque de Frías.
No obstante, no ratificamos en las aclaraciones que hemos realizado con anterioridad: que existió una capilla en el siglo XIV. La orden santiaguista encargó la construcción de la ermita en la segunda mitad del siglo XV, anexa a la capilla primitiva, bajo la advocación de Santa María. En el primer decenio del siglo XIX algún devoto procedente de la Villa de Hita (Guadalajara) se estableció en Almoharín y trajo el culto a Nuestra Señora de Sopetrán, pintándose los cuadros que ornamentan el presbiterio en el año 1806, fecha -igualmente- en la que se lleva a cabo una serie de restauraciones en la ermita, como la construcción de la puerta del Evangelio.
Volviendo a la ermita, preside el presbiterio un retablo mayor dorado, obra del siglo XVIII. Consta de banco, cuerpo en cinco calles y remate, ornamentado con tallos y hojas carnosas; en la hornacina central se venera la imagen policromada de la Virgen de Sopetrán, patrona de Almorahín, obra en madera policromada y estofada, realizada en la segunda mitad del siglo XVI, la imagen sostiene al Niño con la mano izquierda mientras que con la derecha sostiene un canastillo de frutas[13]. Existió una imagen anterior -presumiblemente gótica- que recibió culto como Patrona de Almoharín y cuya efectividad se realizaría posiblemente el día de la Asuncion[14] y que recoge la descripción que hace el visitador de la Orden de Santiago en el año 1550. En la visita realizada en el año 1556 se encarga una nueva talla de la imagen de la Virgen de Sopetrán de bulto y un tabernáculo que se ponga con sus puertas. La imagen fue realizada por Pedro de Requena, que tenía taller establecido en Mérida[15], entallador que tuvo una importante actividad en Andalucía. La imagen actual fue restaurada en el Taller de Romero de Torre en Córdoba entre los años 1920 y 1925, en el transcurso de la misma le enderezaron la cabeza y le retocaron el rostro; la última restauración se efectuó en 1958. Las ordenanzas de la Cofradía de Nuestra Señora de Sopetrán fueron aprobadas por el señor provisor eclesiástico a Mérida en el año 1737[16].
Entre los documentos pertenecientes a la Cofradía de Nuestra Señora destaca una antigua estampa que se conserva en la que figuran la virgen sobre una higuera, con el niño en el brazo izquierdo y el distrito de frutas en el derecho; junto al tronco del higuera, al izquierdo del observador, dos hombres en actitud suplicante depositando a los pies de la Virgen, grillos y cadenas, por allí esparcidos; y a la derecha otros dos, tendidos en tierra, llenos de espanto, con alfanjes sacados de sus vainas y tirados en el suelo. Bajo la imagen hay una inscripción que dice literalmente: «Vº. Rº. de Nª. Sª. de Sopetran, que se venera en su ermita, término desta villa de Almoharin. Sácala a luz Dn. Bartolomé Caro de Zaea Rexor. perpetuo y Aguacil mayor del Campo de la Ciudad de Carmona, quien la dedica al Caballero D. Miguel Donayre y Solís, aº 1714«. Lo que indica claramente que por aquel tiempo, año 1714, se veneraba a la Virgen de Sopetrán, la imagen ejecutada en la segunda mitad del siglo XVI.
En las cuatro esquinas de la cúpula de la ermita hay pinturas al fresco con la representación de los cuatro evangelistas con sus atributos, obra popular del siglo XIX y que han sido restaurados recientemente. Detrás del retablo se encuentra el camarín. En este espacio se conserva un cuadro pintado por José Pérez Lázaro y la misma representación nos la ofrece en otro cuadro de formato menor en la hospedería del santuario, con firma del autor y que retrata a don Jacinto Jaraiz, magistrado, entregando un poema a la Virgen de Sopetrán, según una cartela en la que puede leerse: «EL EXCMO. SR. D. JACINTO JARAIZ FERNANDEZ MAGISTRADO DEL TRIBUNAL SUPREMO AUTOR DE EL POEMA DE LA VIRGEN DE SOPETRAN OFRECIENDOSELO A LA EXCELSA PATRONA DE ALMOHARIN, 1924»[17]. Fueron varias las canciones y poemas que recogió el magistrado del Tribunal Supremo, don Jacinto Jaraíz Fernández, a principios del siglo pasado, canciones de niños y niñas y romances de labradores y pastores dando las gracias a la Virgen por favores recibidos.
En la sacristía hay un artístico lavatorio de granito del siglo XVI. Destacamos dos esculturas en madera policromada de Jesús crucificado, ambas obra del siglo XVIII. Desde la sacristía, mediante un corredor o pasillo, y tras subir una escalera de piedra de ocho gradas llegamos al camarín de la Virgen. En el pasillo que conduce al camarín hay un imagen en madera policromada que representa a San Bartolomé, obra del siglo XVIII y la imagen artística de Santa Ana con la Virgen niña. el camarín está formado por un cuadrado perfecto que mide por todos sus lados 3 m y 57 cm. Este, así como la media naranja que constituye su parte superior, fueron pintados al óleo en el año 1886.
En el lado del Evangelio destaca un retablo barroco dorado, obra del siglo XVIII, de un solo cuerpo como hornacina en la que se encuentra una imagen moderna de San Antón, patrón de los animales, acompañado de un cerdito, su símbolo parlante. Y remata el retablo, una tabla pictórica con la representación de la Presentación de la Virgen en el templo y el epígrafe: «SE DORO ESTE RETABLO SIENDO MAYORDOMO FRANCISCO IGNACIO LOPEZ. AÑO DE 1799». Este retablo fue realizado para la imagen policromada de Santa Ana, obra del siglo XVIII, que se encuentra actualmente en el pasillo de acceso al camarín y que hemos mencionado anteriormente. Próximo a este retablo hay un púlpito de granito, que tiene en uno de sus paneles la cruz de Santiago y la fecha: 1819.
En el lado de la Epístola hay un retablo barroco dorado de un cuerpo y remate, obra del siglo XVIII. En la hornacina central se venera una imagen moderna de San Isidro labrador con ángel y bueyes. El retablo está rematado por una tabla pictórica con la representación de Jesús atado a la columna, obra del siglo XVIII.El coro se encuentra a los pies, con arco rebajado en el frente.
Aún se conservan algunos cuadros exvotosen la ermita. Hay tres que representan prodigios cobrados por mediación de Nuestra Señora en favor de sus protegidos. El primero es un cuadro en papel cañamazo, picado, en cuyo centro está colocada la imagen de la Virgen de Sopetrán y por debajo una leyenda que dice: «Habiendo caído gravemente enfermo la niña Dionisia Cámara y Gómez, su tía Dionisio Gómez la ofreció muy de veras a la Virgen Santísima de Sopetrán, y colocar su imagen en un cuadro, por haber recobrado su salud«.
Otro es una fotografía de Nuestra Señora de tamaño regular, forma grupo con la Virgen con niño, y junto a estas fotografías se lee: «Antonio Pedrero, de edad de seis años, estando enfermo gravemente desahuciado del médico de esta villa, su madre Tomasa del Prado se ofreció a la Virgen de Sopetrán en la noche del 15 de amanecer el 16 agosto 1863, y desde entonces principió el niño a ir recobrando su salud«.
Entre estos dos hay un cuadro de lienzo de 80 cm de largo por 72 de ancho. Representa un hombre de edad vestido del antiguo estilo del país, esto es con chaquete calzón corto, de rodillas ante la imagen de la Virgen bajo cuya peana serie de la siguiente inscripción: «Jph Jaraiz, vesº. de la Bª de Almoarin de edad de 60 años a estado gravemte enfermo, y en los 9 de marzo del pres.te se hinchó todo su cuerpo y bientre de suerte q. de modo q. se aogaba. De sav.do de medicos y ziru.nos ofreciose mui de beras a Nra. Sra. de Sopetran y de pintar su imagen en el dia 22 de Julio desde a.º de 1785 desde el sintio alibio y se halla totalmente sano«.
Han desaparecido algunas de las imágenes que se veneraban en esta ermita y que conocemos gracias a las investigaciones llevadas a cabo por Victorino Mayoral y que recoge la descripción que realizaron los visitadores entre 1498 y 1500, según la misma, la Iglesia eran una sola nave, de piedra compuesta, tejado de madera tosca y teja. El altar mayor había tres imágenes de madera de Nuestra Señora, Santa Lucía y Santo Domingo, y mencionan la existencia de cinco capillas. El altar mayor había un marco de cantería, atravesado por una viga en la que estaba un crucifijo y dos imágenes[18].
APÉNDICE FOTOGRÁFICO
Lám 1. Ermita de Sopetrán
Lám 2. Ánfora romana, siglo II d. C.
Lám 3. Epígrafe romano encontrado en el recinto del santuario
Lám 4. Entrada a la primitiva ermita
Lám 5. Óleo sobre lienzo, Tomás Hidalgo, 1806
Lám 6. Óleo sobre lienzo, Hidalgo, 1806
Lám 7. Óleo sobre lienzo, Tomás Hidalgo, 1806
Lám 8. Óleo sobre lienzo, Hidalgo, 1806
Lám 9. Retablo mayor, siglo XVIII
Lám 10. Nuestra Señora de Sopetrán, segunda mitad del siglo XVI
Lám 11 Devotos y sacerdotes ante la imagen de la Virgen, 1934
Bibliografía
Andrés Ordax, et allí: Inventario artístico de Cáceres y su provincia, tomo II, Madrid, 1990.
Carrasco Vázquez, J: «La fundación del monasterio de Nuestra Señora de Sopetrán a la vista de un documento conservado en el Archivo Histórico Nacional: una puesta al día». Revista de Estudios de Guadalajara, Nº. 24, 1997, pp. 25-40.
González y Gómez, J. J: Estudio histórico descriptivo de la Santísima Virgen María que con el título de Sopetrán se venera en su ermita de la villa de Almoharín y monografía de dicha villa. Sevilla, 1898.
Jaraíz Fernández, J: El poema de la Virgen de Sopetrán y otras poesías religiosas. Tip. Sobrino de B. Peña, Trujillo, 1924.
Mayoral Cortés, V: Almoharín en la historia. Un pueblo de Extremadura. Muñoz Moya, Almoharín, 2010.
Río-Miranda, J, Iglesias Domínguez, M. G: ”Nuevas aportaciones a la epigrafía y arqueología de Cáceres”, Ahigal 21, 2005, 4-5.
Río-Miranda, J, Revista Cultural BIGC Valdeobispo, 2ª época, nº 14/1992.
[1] Estela de granito, con remate semicircular y rota por abajo. Como decoración tiene un creciente lunar con apéndices colgantes, como formando una especie de copa. Dabajo, por su reutilización, tiene un canal profundo que, partiendo del lateral izquierdo, en la que puede leerse: P(ublius) • Lupius / Bassus / an(norum) • XXX. Río-Miranda, 2005, 4.
[2]Río-Miranda, 1992.
[3] Mayoral, 2010, 25.
[4] Mayoral Cortés, 2010, 23 y 24.
[5] González y Gómez, 1898, 3. No existe un documento los archivos parroquiales ni en el municipal que los de luz para descubrir la fecha de su origen, ni el más pequeño indicio siquiera que pudiera servir de apoyo y guía en el descubrimiento de la época en que se comenzó a dar culto a la Virgen de Sopetrán, Ibidem, 21.
[6]Mayoral, 2010, 71. Según ha investigado en los Libros de Visitas de la Orden de Santiago. Libros de Visitas de la Orden de Santiago. Archivo Histórico Nacional. Sección de Ordenes Militares.
[7] Según las investigaciones de don Jesús Carrasco en el Archivo Histórico Nacional, sección Osuna, legajo 1671, se encuentra un libro bajo el título Relación breve de la fundación del monasterio de Nuestra Señora de Sopetrán y que ya había sido publicado por Criado del Val en su Historia de Hita y su arcipreste, Madrid, 1976, 196. Carrasco Vázquez, 1997, 24.
[8] Carrasco Vázquez, 1997, 27.
[9] Mayoral, op. cit., 73.
[10] Andrés Ordax, et allí, 1990, 101.
[11] Capítulo XIII de la Historia de la Insigne Ciudad de Segovia. Manuscrito. Cortes de los antiguos reinos de León y Castilla.
[12] González y Gómez, 1898, 34. Tambien certifica este hecho Tirso Lozano, en su obra sobre Historia de Montáchez, 1894 (reed. 1996).
[13]Sitúa «en el altar una imagen de Nuestra Señora de bulto metida en una caja de madera pintada«. Vid. Mayoral Cortés, 2010, 73.
[14] Según recoge el capítulo III de los Estatutos aprobados el día 17 de enero de 1737: «Ordenamos y mandamos que el día de la Asunción de Nuestra Señora, en el cual hay jubileo para todos los hermanos».
[15] Mayoral Cortés, 2021, 74.
[16] Las antiguas constituciones fueron abolidas y aprobadas otras nuevas para su mejor observancia en el año 1737.
[17] El poema está publicado: El poema de la Virgen de Sopetrán y otras poesías religiosas, por Jacinto Jaraíz Fernández. Editorial: Tip. Sobrino de B. Peña, Trujillo, 1924.
[18] Mayoral, 2010, 72.