(LA ESPAÑA DE 1905).
Roberto C. Montañés Pereira.
Licenciado en Geografía e Historia Doctorando en Historia Contemporánea
“De no honrar hoy su nombre y su obra muy en grande, vale más que dejemos semejante empresa para los españoles del 2005. Sólo que entonces merecería España que el cuarto Centenario del QUIJOTE en vez de celebrarlo la patria lo celebrase su conquistador”
(Mariano de Cavia, La celebración del Tercer Centenario del Don Quijote p. 95)
1.- Introducción. “Post tenebras espero lucem”
En el año 2005 se conmemora el IV Centenario de una de las obras literarias más universales jamás escrita, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha ,del insigne Don Miguel de Cervantes Saavedra. Al igual que en nuestra sociedad actual tal efeméride suscita una tributación desmedida, visible tanto desde el punto de vista editorial como del impacto en los medios de comunicación, con todas las distancias posibles , la sociedad que acababa de abrazar la centuria vigésima de nuestra era también se volcaba con la significación del III Centenario, el celebrado en 1905. Pero, a diferencia del impacto mediático que impregna diversas facetas de nuestra vida cotidiana con el leitmotiv de la obra cumbre cervantina, las dimensiones del homenaje colectivo que se tributó al Quijote hace cien años fueron bastantes más modestas, menos efectistas, y sobre todo, con un claro protagonismo del mundo de la literatura y las artes. Sin embargo, ello no implica necesariamente la proliferación de manifestaciones laudatorias exclusivamente provenientes de la escena académica, sino que, aunque en menor medida, la conmemoración cervantina sufrió, o gozó, según se mire, los embates de una vicisitudes políticas complejas que se prodigaron en lecturas de muy variado calado sobre la significación que para la identidad colectiva española tenía la conmemoración cervantina.
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