Manuel García Cienfuegos
Cronista Oficial de Montijo y Lobón
“Luis Chorot, devoto de la impersonalidad, enamorado del anonimato que esconde sus prosas cáusticas en los seudónimos ‘El Abad Metomentodo’ y ‘El Bachiller Cantaclaro’, es un hombre feliz porque los demás lo sean; él quiere contagiar felicidad a todos los mortales. Su vivir se ha deslizado, sin graves complicaciones, en la delicia de aquella áurea mediócritas que cantó el poeta, sin más contrariedades que las inherentes a la perra condición de los hijos de Adán después de la expulsión del Paraíso. Nada de luchas por conquistar posición; nada de sinsabores por ver en peligro el bienestar.
Espíritu culto por la facilidad que el poder de su inteligencia le ofrece para adquirir cultura, jamás ha necesitado emplear esfuerzo alguno para resolver dificultades que no ha encontrado en su camino. Esto ha hecho de él un mero espectador de la vida, más bien que un actor que tome parte activa en sus luchas. En el andar de sus días, ha ido desgranando en conversaciones, en cartas, en artículos, en rimas, el comentario que le sugiere el espectáculo presente, el efecto emotivo que le produce su aparición o su contacto. A veces, risueño y burlesco; a veces, incisivo y satírico; en ocasiones, lleno de iracundia agresiva; y no faltan los casos en que un vaho intenso de afectiva ternura empapa la intensa emoción del comentario”. Consideraciones que hace José López Prudencio[1] en el prólogo de la obra del Bachiller Cantaclaro, “Hilvanes y zurcidos”[2].
El Bachiller Cantaclaro hace autocrítica de su quehacer poético: “Confieso mi pecado: Los versos que yo hago (mal rimados y, a veces, bien medidos), son anárquicos versos, que al olvido la rima y la medida relegaron”[3]. En Luis Chorot, Bachiller Cantaclaro, la musa retozona, siempre ágil y jocunda llena de optimismo en todos los campos, saltando de un género a otro y abordando los temas más dispares, en graciosas evoluciones del pensamiento y el espíritu. Más para propio recreo que sometida a exigencia o convencionalismos externos[4]. En otras de sus obras publicadas. “Los penúltimos inquilinos del Congreso”, Cantaclaro desgrana versos satíricos sobre sus señorías, diputados de las constituyentes de la II República.
Al hombre escritor, al poeta y narrador le dolieron las injusticias. Luis Chorot batalló desde sus escritos en reivindicaciones necesarias por el bien del país, de Extremadura, de la comarca, Lobón, Puebla de la Calzada y Montijo. Escribía desde Orgullópolis (Cantón de tierra holganza) con precisión, removiendo las conciencias aturdidas de sus coetáneos: “Extremadura, agoniza. La pereza, la mata. Falta actividad, porque faltan ideales. Faltan ideales, porque sobran egoísmos”.
La asignatura que le costó aprobar al Bachiller Cantaclaro fue la construcción del puente sobre el Guadiana, acercando así las poblaciones de una y otra orilla de la comarca de las Vegas Bajas. Bautizado como Puente de los Suspiros por el tiempo que tardó en construirse. Luis Chorot no cejó en sus peticiones hasta ver aprobado el proyecto. Insistió durante varios años en sus demandas, estuviese el gobierno de uno u otro color.
La memoria evoca, ahora, una fotografía tomada en el Frontón Jay-Alay de San Sebastián, ciudad en la que Chorot y su familia veraneaban, igual que hacia la Familia Real. Luis Chorot ocupó un asiento en el palco contiguo al Real. El extremeño aprovechó el momento distendido para pedirle a don Alfonso XIII que intercediera para que fuese aprobado el proyecto del Puente de los Suspiros. Alfonso XIII le anunció una confidencia: un viaje a tierras extremeñas. Era el verano de 1928.
1.- FAMILIAS CHOROT COCA
La estirpe Chorot es oriunda de Sabandia (Saboya), incardinada en la familia Chorot Boisverd; en España Chorot de Hoyos. El escudo de la familia es partido. En la parte alta tres estrellas de plata de cinco puntas, y en el inferior en campo azul, un ciervo de oro. Cuando usan casco miran de frente por descender de Jefe de Estado, por lo regular usan corona de conde[5]. En Alicante, Francisco Chorot Palatín, casó con una dama de la aristocrática familia de Hoyos. Los Chorot fueron familia distinguida y altos funcionarios del Estado, en sus monopolios del tabaco y la sal, labor que desarrollaron en Alicante, Tembleque y La Rambla. Descendiente directo de Chorot Palatín, fue Ángel Chorot Prieto, natural de Montilla (Córdoba)[6]. Cadete en la Academia Militar de Segovia, pero abandonó la disciplina castrense para ser colaborador y ayudante del Marqués de Salamanca en la Empresa de Ferrocarril Madrid-Lisboa[7], residiendo en la ciudad de Badajoz. Al final de tan importante obra, fue condecorado con la Cruz de Cristo portuguesa y del Mérito Civil española.
Ángel Chorot Prieto contrajo matrimonio con María de Coca Pizarro, en la ermita de Ntra. Señora de Barbaño, Patrona de Montijo, en 1869. El matrimonio vivió en la llamada Casa Grande[8], en la calle Altozano de Lobón. Ángel Chorot[9] alternó la administración de la hacienda heredada de sus padres políticos, Antonio de Coca Amigo y Catalina Pizarro Picón, con su hermano político Pedro de Coca Pizarro[10]; unido a sus afanes en la vida política. Fue diputado provincial por el partido conservador[11], desde 1874 hasta 1896, formando parte de las Comisiones de Fomento, Gobernación, Especial de Presupuestos, vicepresidente de la Comisión Provincial y diputado delegado del Manicomio del Carmen de Mérida[12].
Los orígenes de la familia Coca se localizan en Ciudad Real, donde tuvieron capilla-panteón en la iglesia de San Pedro. Familia muy ligada a la de Triviño, principal linaje de la capital manchega. Ganaron los Coca, Ejecutoria de Hidalguía en Ciudad Real, Puertollano, Granada, Montijo y Puebla de la Calzada (s. XVII). En esta última villa contrajo matrimonio Rodrigo de Coca Triviño con Olalla de la Huerta Barrena.
A finales del siglo XVIII, Juan de Coca Triviño y Silva, hijo de Juan de Coca Triviño y de Catalina Sánchez Silva, contrajo matrimonio con Leonor Esteban Cortesano Maza. Fue Regidor por el estado noble de la Cofradía del Santísimo Sacramento, Capitán de las milicias liberales y su más influyente político. Los hijos del matrimonio: Alonso, Juan, Bartolomé y Miguel Coca Maza, figuran como nobles en el censo de 1829.
Los cuatro hermanos Coca Maza, aparecen en los Repartimientos de la Contribución en 1852, siendo los principales contribuyentes, abanderando la oligarquía burguesa de propietarios, terratenientes y latifundistas de Puebla. Los Coca se unieron, entre otras, a las familias, Amigo, Gragera, Conejo, Bejarano, Maza, Pozo, Díez Madroñero…, ocupando cargos en el Consistorio Municipal, siendo alcaldes y regidores. Bartolomé de Coca Maza, fue diputado provincial por los moderados en 1837 y alcalde de Puebla en 1821 y 1834-1835.
Alonso de Coca Maza, hermano de Bartolomé, fue alcalde de Puebla de la Calzada. Vivió en la calle Badajoz, contrajo matrimonio con María Antonia Amigo Gragera. Para su sociedad de bienes gananciales, compraron varios predios urbanos en la calle Badajoz, colindantes donde ellos vivían, a la familia Molano, Miguel Montes y, los herederos de Juan Ardila Carretero. Sobre el solar de estas casas, su nieta, María Antonia Conejo de Coca con su esposo, Jorge Díez Madroñero López de Ayala (1848-1911), VII marqués de la Vega, construyeron el palacio[13].
Antonio de Coca y Amigo, hijo de Alonso de Coca y María Antonia Amigo Gragera, casó en la villa de Lobón con Catalina Pizarro Picón[14]. Los Pizarro y Barrena eran los herederos de la Casa Grande de Lobón, situada en la calle Altozano, descendientes de las familias Zambrano y Barrena, al contraer matrimonio el lobonero Juan Lucas Barrena Macías, familiar del Santo Oficio con Elvira Zambrano Bolaños. La hija de estos, Catalina, se unió en matrimonio con su pariente Antonio Pizarro de Luna, matrimonio que tuvo tres hijos: Pedro, Elvira y María Dolores Pizarro Barrena. Los Zambrano y Pizarro fueron familias nobles procedentes de Fuente del Maestre.
El matrimonio, Antonio de Coca Amigo y Catalina Pizarro Picón, tuvieron tres hijos. Pedro, soltero. Elvira que fue a vivir a Puebla de la Calzada por su matrimonio con Mariano Maza Bejarano[15], licenciado en derecho, dedicado a la actividad agro ganadera, y María que casó con Ángel Chorot Prieto.
Antonio de Coca Amigo fue diputado nacional[16] y provincial[17]. Tuvo un papel importante en la vida política de Lobón durante el bienio progresista, gobierno largo de la Unión Liberal, final del moderantismo y los primeros años del sexenio democrático[18]. Tras el pronunciamiento de La Gloriosa, Antonio de Coca fue elegido, el 25/X/1868, alcalde de Lobón[19]. Renovado en el cargo el 2/I/1869[20]. Logró ayudas del Gobernador de la provincia para las obras de reparación y remodelación de la Casa Consistorial.
Tras meses de una apasionada actividad política y social, Antonio de Coca, para suavizar la dureza del calor del mes de julio, decidió pasar unos días con su familia en los Baños de Fuensanta[21], balneario ubicado en Pozuelo de Calatrava (Ciudad Real), municipio de la comarca histórica del Campo de Calatrava, cercano a la villa de Almagro, donde el alcalde de Lobón encontraría la muerte. Falleció durante el fuego cruzado que tuvo con un grupo de ladrones que trataban de robar los fondos del establecimiento-balneario[22].
2.- LOS HERMANOS CHOROT DE COCA
Tras la fatídica muerte de Antonio de Coca Amigo, aún con luto, su hija María de Coca Pizarro se unió en matrimonio con Ángel Chorot Prieto. Matrimonio al que le nacieron cinco hijos: Antonio, abogado; contrajo matrimonio en Badajoz con Pilar del Rincón Marcilla. Fue miembro distinguido del Ateneo de Badajoz[23] y Jefe de la Sección Administrativa de Primera Enseñanza de Badajoz, falleció el 11 de agosto de 1922.
Luís, licenciado en Derecho, protagonista de este trabajo. Nació en Lobón el 18 de abril de 1876[24]. Contrajo matrimonio en Puebla de la Calzada, el 3 de febrero de 1899, con Magdalena Castillo Pozo[25]. Un año antes, Luis Chorot se había licenciado en Derecho en Madrid. El matrimonio Chorot Castillo vivió en Puebla de la Calzada[26]. Fue presidente de la Sociedad Casino El Ejemplo, cuyo antiguo edificio fue reformado bajo su mandato. Al iniciar su hijos estudios universitarios, la familia marchó a Madrid[27].
Joaquín Chorot de Coca, contrajo matrimonio con Remedios Cortés García. Vivió en la Casa Grande. Fue alcalde de Lobón, presidente del Sindicato Católico Agrario, de la Junta Local de Ganaderos, de la Unión Patriótica local y del Círculo Recreativo. Araceli, soltera, apasionada por la música y las tertulias culturales. Colaboró mucho con el templo parroquial. Al ser propietaria de la Casa Grande la donó al Instituto Secular Hogar de Nazaret, fundado por el sacerdote de Fuente del Maestre, Luis Zambrano Blanco.
Por último Mercedes Chorot de Coca[28], casó con su primo hermano Eduardo Maza de Coca[29]. Luis Chorot de Coca y Magdalena Castillo Pozo tuvieron cuatro hijos: Magdalena, Luis, Ángel y Juan. Luis Chorot heredó la vocación literaria de su tío Francisco Chorot Prieto, poeta y colaborador de Julián Castellanos en una obra teatral en verso, llamada “La monarquía relámpago”, fechada en 1870, dura crítica a la dinastía carlista. Se publicó en la imprenta de Tomás Alonso, calle Isabel la Católica de Madrid[30]. Antes de su marcha a Madrid, Luis Chorot alternaba el ejercicio de la abogacía con la gestión de las propiedades de la familia[31]. Fue miembro cualificado de la Agrupación de Propietarios de Fincas Rústicas de Badajoz. Intentó mostrar con una serie de argumentos que la Reforma Agraria no era lo más adecuado para Extremadura, se debe afirmar el capital no al capitalismo, y lo donado a los hijos como anticipo de legítima no debe invalidarse[32].
3.- LUIS CHOROT. REIVINDICACIONES
El diario Correo de la Mañana[33], publicaba el 16/V/1915, un artículo de Luis Chorot, que titulaba “Extremadura, agoniza. La pereza, la mata. Falta actividad porque faltan ideales. Faltan ideales, porque sobran egoísmos”. Así atizaba Luis Chorot las conciencias de los lectores del periódico que dirigía su amigo José López Prudencio. Vayamos a la materia ¿Qué muere en Extremadura?, se preguntaba Luis Chorot. Respondiendo: “Nunca estuvo más repleta de vida y más pujante, exclamará algún ricachón, solazándose en el precio escandaloso de su trigo[34]. ¡Qué inoportuno es este cronista! dirá algún político, dándoselas de protector y de influyente. Precisamente debido a mis gestiones el río Guadiana contará con algún puente más[35]. Un siglo de promesas políticas y medio siglo de orfandad inmerecida, hacen morir de tuberculosis a las dos provincias más robustas de España. Díganlo los pueblos condenados a eterna incomunicación y desamparo.
¿Cómo salir del pantano? ¿Cómo resucitar a la vida de la nación? ¿Cómo adquirir nuestro pasaporte de españoles dignos de atención? Uniéndonos todos sin desconfianzas. Para ello, lo primero es regenerarnos en el sentido de sacudir nuestra pereza. Los pueblos que quieren vivir, viven, si la constancia, la abnegación y el sacrificio se agrupan en torno a la bandera de la patria chica. ¿Hay intereses creados y caciquiles enredos que por sus pasados odios y antiguas rencillas no puedan vivir unidos? Pues a descartarlos con valentía, como lastre que estorba y dificulta el progreso y bienestar de los pueblos… No os paséis de maliciosos. Me estorba la notoriedad, como estorba a un gordo comodón la camisa almidonada. Ni soy maurista, a pesar de ser hombre de orden; ni soy datista, a pesar de ser español; ni soy poeta tradicionalista, ni me tengo que avergonzar de haber sido romanonista[36], ni tengo ama de cría republicana. No soy fulanista. Soy un modesto burgués ni perseguido de caciques ni necesitado de gobernadores; en una palabra, soy extremeño”.
Luis Chorot firmaba sus escritos con el seudónimo Bachiller Cantaclaro, pero en esta ocasión lo hace con su nombre y apellidos. He aquí el motivo: “Concluyo, firmando contra mi costumbre. Nunca puse mi cédula al pie de mis modestos escritos. Si hoy firmo no es por fatua exhibición, ni porque sepáis quién os hablo vuestro sencillo lenguaje, sino para recabar el honor de ser el primer extremeño que se avergüenza de serlo, si las cosas no varían”[37].
El Bachiller Cantaclaro, el último día de 1915, volvía a la carga desde Correo de la Mañana: “Resucitad, Donoso Cortés, Bravo Murillo, López de Ayala, Moreno Nieto y tantos otros cuyos nombres no caben en boca nacida de puros grandes. Daos prisa a levantaros de vuestras tumbas, que España se achica y Extremadura se hunde. Malditos los tiempos actuales, entregados al pastoreo abusivo y a la rudeza que nos descredita. ¡Pueblos extremeños haced algo!”[38].
A comienzos de diciembre de 1916 dirige una carta que publica Correo de la Mañana[39], a su amigo y pariente, diputado en Cortes, el emeritense Antonio Pacheco y Lerdo de Tejada[40]: “Querido amigo, porque las circunstancias lo exigen, y tu prestigioso valer lo aconseja, me veo obligado a invitarte hoy a un necesario examen de conciencia… Qué duda cabe, que los momentos actuales son momentos críticos para la regeneración, prosperidad y progreso de tu distrito y de nuestra desgraciada provincia. Todo minuto desperdiciado hoy, vale por medio siglo de inactividades, olvidos y abandonos pasados; de los que no eres, ciertamente culpable. La ocasión la pintan calva”.
La carta solicitaba al diputado su participación en la construcción de una vía de comunicación muy necesaria para el progreso de los pueblos de la comarca: “Sesenta años pacienzudamente transcurridos de hacer y deshacer estudios y trazados de campo, en la dicho carretera que uniendo la de Cáceres a Badajoz (olvidada hace tres lustros), pone en comunicación a Puebla de Obando con La Roca, a estos pueblos con Montijo, Puebla de la Calzada y Lobón, y a todos con la Tierra de Barros al finalizar en el cruce donde se une la de Almendralejo con la de Madrid a Lisboa”. Razonando el Bachiller Cantaclaro: “La justicia grita que la descrita carretera de La Roca a Montijo por Puebla de la Calzada a la de Puente del Antrín a Almendralejo en las cercanías de Lobón, debe ser urgentemente concedida y hecha, o con barcas de maroma sobre el Guadiana como fue trazada en su primer proyecto, o con puente[41], ¿por qué no?”[42]
Desde Lobón, Cantaclaro, en esta ocasión con el seudónimo L. Cobarde, denunciaba el trato que recibía el pueblo de Lobón en la entrega del servicio postal de Correos[43]. Decía “Cuatro días en diecisiete lleva Lobón sin cartas, giros, periódicos, etc. Por tanto no estaría mal que el señor Llano Valdés, gobernador civil, viera de arreglar esto, si a él le incumbe, pues de nuestro alcalde nos consta la seriedad de sus órdenes”[44].
En octubre de 1917, el Bachiller Cantaclaro escribe una carta[45] que dirige a un doctor de la ciudad. En ella manifiesta las diferencias que existen entre la ciudad de San Sebastián[46] y la capital del reino, Madrid. “Pasé este verano en San Sebastián, a donde más que el imán de sus encantos, me trajo el huir del polvo sucio y de la atmósfera impura de nuestra patria chica. En aquella bendita tierra se encuentran sobrados temas, que no son frívolas bellezas, que enamoran a los asiduos del cine panorámico. ¡Qué seriedad de vida! ¡Qué ordenado respeto! ¡Qué envidiable administración pública!… Allí la igualdad y la fraternidad son un hecho; nada llama la atención; nadie es más que nadie. La blusa del obrero honrado no pringa con mancha de origen al pulcro esmoquin del aristócrata; la lugareña y la encopetada señorona, desapercibidas pasan, conviviendo con afectuoso respeto en los innúmeros tranvías, sin adulaciones del desvalido ni desprecios del pudiente”.
Luis Chorot, a regreso de San Sebastián, estuvo en Madrid resultándole amarga la estancia, al ver cómo está la capital de España. “Tropecé con lo de siempre. El atávico obstáculo de las propiedades regionales. El hospital de desahuciados enfermos provinciano, a cargo de doctores endiosados. En cada esquina un dulcamara desaprensivo de conciencia al uso. La meca de los gitanos políticos, dedicada a poner parches mentirosos a cojeras inveteradas, para lucir como nuevos los efectos desechados de provincias en el primer mercado del chinchorreo y la zancadilla[47]. La bandera de la moralidad abandonada en mitad de la calle y arrebatada por una tribu madrugadora, escudada en la falta de carbón, para mejor andar a oscura. El pueril afán novatorio de tertulias cafeteras. El comentario chismoso para rellenar periódicos ahítos de vulgaridad. La adulación premiada. La rectitud, expiando miedosas culpas, huyendo del procaz vocerío, que a todos ensordece. La burguesía en desvencijada y amenazante mecedora los beneficios circunstanciales de la catástrofe mundial. Los borregos socialistas, ambiciosos de hierba ajena, atropellando inconscientes la propia reserva en pos de ambiciones solapadas de redentores cobardes, siempre deslumbrados por el potente reflector de alguna humana e individual conveniencia. La indisciplina social, asustando al más templado. Madrid está infestado. Madrid no conoce a España”.
Los días 27 y 28 de agosto de 1920, el Bachiller Cantaclaro, escribe desde su veraneo donostiarra un artículo que divide en dos partes con el titular: “Badajoz resurge. Nuestra provincia sacude su pereza”. Cantaclaro, en el principio de su comentario, preguntaba “¿De dónde sacará esas deducciones este cándido articulista?, dirán para sus adentros ciertos personajillos que miran a ras de suelo sin curarse de homicidas personalísimas. ¿Qué de dónde? De la imparcial elocuencia de los hechos. Maldiciente de oficio o miope de la inteligencia será quien no se haya apercibido del fenómeno”. Señalando: “Lo que nunca ha sucedido; hoy se asocian capitales, se crean Cajas Rurales y de Ahorro, en donde el dinero se coloca, haciendo desaparecer la usura, se compran máquinas de todas clases para dar impulso a la industria agrícola… Durmió Extremadura saboreando su bienestar económico y gozándose en sus glorias pasadas cerca de medio siglo, y herida en su amor propio en estos últimos años, ha corrido a bastante buena velocidad y ha sacudido su pereza y su modestia aisladora y modorra”[48].
4.- EL PUENTE DE LOBÓN, PUENTE DE LOS SUSPIROS
Fue una asignatura que le costó al Bachiller Cantaclaro, no cejando hasta aprobarla. Insistió durante varios años en sus demandas, estuviese el gobierno de uno u otro color, persistió en su petición desde comienzos del siglo XX. Los últimos años de la tercera década del siglo, fueron muy intensos para Luis Chorot. A finales de abril de 1928, el Bachiller Cantaclaro se dirigía a los lectores de Correo Extremeño[49], con el título “Una carretera y un puente. De Roma a nuestros días, Guadiana abajo”[50]. Como siempre, Chorot, era explícito en su razonada petición: “Fijaos bien, mis queridos paisanos; desde antes de Jesucristo hasta la fecha, no hay un solo puente construido en toda la llanura fertilísima que separa a Mérida de Badajoz”. Para dirigirse al paisanaje y autoridades de la comarca: “¿No os morís de vergüenza, montijanos, poblanchinos, talaveranos, loboneros, roqueños, naveños, zanganeros… Si no dais voces, si no pedís socorro en las invernadas en que el Guadiana os incomunica amenazando ahogaros, ¿cómo queréis que se os adivine desde Madrid la necesidad de vuestro puente?”.
Dos meses después, este diario informaba[51] de la visita que una comisión, presidida por el Gobernador Civil de la provincia, que había hecho al Ministro de Fomento, Conde Guadalhorce, Rafael Benjumea Burín (1876-1952), que se había interesado vivamente, prometiendo resolver con urgencia la demanda, que era la construcción de la carretera de La Roca a Lobón, con un puente. Formaron parte de la comisión los señores Suárez Somonte[52], marqués de la Frontera[53], Romero, Chorot, Conejo y otros.
En vísperas de la festividad de San José, 17/III/1929, Cantaclaro volvía de nuevo a la carga en sus reivindicaciones: “Charlas, indiscreciones, curioseos y menudencias. Sueños carreteriles. El puente de los suspiros”. Con la ironía que le caracterizaba dice: “El ministro escribe en sus memorias. Imposible demorar un minuto más la construcción de la carretera de La Roca de la Sierra a la del Puente del Antrín, por Montijo y Puebla de la Calzada[54] con puente necesario sobre el río Guadiana, en las cercanías de Lobón… Señor don Joaquín Tafur, ingeniero jefe de Obras Públicas. Badajoz. Agradecidos y encantados de tanta amabilidad. El encantado soy yo. Adiós, señores. Siempre a su disposición, amigo Benjumea”. Claro está, amable lector, concluía Cantaclaro, que todo esto ha sido un sueño. Pero gusta tanto creérselo de verdad[55].
Poco a poco las noticias iban siendo más halagüeñas. El 8 de mayo de 1929, la Comisión que gestionaba la construcción del Puente de Lobón, visitaba al ministro de Fomento en Madrid. Presidía la comisión, Luis Chorot, junto con el alcalde de Montijo, Francisco Rodriguez Cavero, y los señores Sancho Conejo, Maza y Carrión. Saliendo muy satisfechos de la reunión[56]. Un día después el diario badajocense decía “El puente sobre el río Guadiana se construirá en el trozo quinto de la carretera de La Roca de la Sierra a Montijo y Puebla de la Calzada. El ministro de Fomento tiene el propósito de sacar las obras en un plazo breve, y es de esperar que la construcción figurará entre uno de los primeros proyectos que estudie el ministro”[57].
Luis Chorot de Coca y Sancho Conejo de Coca, visitaron, a parte de la comisión creada, al ministro de Fomento, logrando que el ministro diera las órdenes oportunas para que por los señores ingenieros se proceda al rápido estudio del proyecto, que será llevado a la realidad con la mayor premura[58]. A comienzos de julio, Lino Duarte Insúa[59], publicaba una interesante carta en Correo Extremeño, sobre el ferrocarril de Fregenal de la Sierra a San Vicente de Alcántara, haciendo alusión al llamado Puente de los Suspiros: “Pronto se construirá un puente sobre el Guadiana en las proximidades de Lobón, para que la comunicación rodad del sur con el norte de la provincia pueda también hacerse sin tocar a Badajoz y dejarlo a un lado”[60].
El corresponsal de Correo Extremeño en Puebla de la Calzada, a finales de noviembre, informaba: “Hoy es esperada en esta localidad la visita de un ingeniero nombrado por el ministro de Fomento para el estudio de lo concerniente a la construcción del puente sobre el río Guadiana en las proximidades de Lobón. El citado ingeniero, que viene desde Madrid acompañado por el culto abogado y propietario -hijo de Lobón- don Luis Chorot, será recibido por nutridas representaciones de las fuerzas vivas de Puebla de la Calzada, Montijo y Lobón, a cuyo frente irán los señores alcaldes de dichos pueblos”[61]. Fue cuando los ediles de la Corporación de Lobón tomaron este acuerdo: “que durante un año, por este Ayuntamiento, se paguen dos jornaleros que podrán dedicarse a cualquiera de las operaciones o trabajos que haya que realizar, y además doscientas peonadas de carros durante el mismo año que los jornaleros para el acarreo de arena o grava”[62].
Un año después, el 30 de septiembre de 1930, Cantaclaro, contaba la situación en la que se encontraba el Puente de Lobón: “El puente de los Suspiros sería un hecho y estaría ya construyéndose, en las cercanías de Montijo, Puebla y Lobón, si el ministro de Fomento (más docto y más enterado de su oficio, que ha servido a España), no hubiera dejado el puesto, a la necesidad de roer los huesos de su honra, que el desquite y el ayuno han decretado con alboroto punible… El ingeniero a quien tocó en suerte el proyecto, el as de los ingenieros puentíferos, don César Villalba, es un incansable trabajador. Este ingeniero, orgullo de su carrera, hace bien las cosas y las hace pronto. No desconfiar. Antes de fin de año el proyecto será aprobado y entonces habrá llegado el momento de que los pueblos se impongan, por su justicia, a los que ignoran a nuestra olvidada Extremadura”[63].
César Villalba Granda realizó los proyectos de tres puentes extremeños; Villanueva de la Serena, sobre el Guadiana; el de Alarza, sobre el Tajo, hoy no visible por las aguas del embalse de Valdecañas; y el de Lobón, sobre el Guadiana[64]. Su presupuesto de ejecución material fue de 1.281.987,48 pesetas y el de contrata 1.474.285,60[65]. Los trabajos se ejecutaron en treinta y dos meses, durante los años centrales de la II República. El puente de 538 metros de longitud fue inaugurado en julio de 1935.
De Luis Chorot de Coca, alto prócer, por sus desvelos para la construcción del puente, sólo queda hoy en una placa colocada en el puente que dice “Este puente, construido por el Estado siendo ministro de Obras Públicas el Excelentísimo Señor conde de Guadalhorce por iniciativa y gestiones del preclaro extremeño, don Luis Chorot Coca a quienes los Ayuntamientos y pueblos beneficiados tributan esta imperecedera muestra de gratitud. 1948”.
5.- AFANES LITERARIOS
Luis Chorot comparte sus escritos de reivindicación y crítica con sentimientos costumbristas, como estos agradecidos versos dedicados a un Puesto de perdiz. Acudo al texto: “El campo continúa perezoso./ El aguardo va siendo fastidios;/porque el reclamo sigue silencioso,/ Entre el monte, un ratón le hace mil muecas,/ Un enjambre de abejas/ le agranda las orejas./Sigue mudo el reclamo. Pero advierte/que un perro se divierte/los montones de piedra olfateando./Otra vez el silencio… Ya, por fin,/ allá en las lejanías canta un macho/y una hembra montada en un picacho/alegre y casquivana coquetea/donde el macho la sienta y no la vea./El reclamo miedoso se levanta/y una cabra espanta/a la feliz pareja/que más y más se aleja/burlando campanillas y esquilones./He aquí las diversiones/que entusiasman a tantos cazadores/A quienes Dios castiga por traidores./¡Vaya una diversión!/Si un amigo algún día/me invitara a cazar el perdigón/difícilmente iría/y en castigo de fijo lo metía/en la cárcel diez años por guasón”[66].
El 10 de mayo de 1917, El Bachiller Cantaclaro, escribe una crónica desde Villafranca de los Barros con motivo de celebrarse el último día de la novena a Ntra. Señora de Lourdes, que Virginia Macón organizaba y costeaba anualmente. “Gran dama debe ser, decía Cantaclaro, la que se acuerda de Dios en medio de las comodidades y abundancias terrenas, patrocinando tan grandes empresas”. Luis Chorot narra que “Villafranca es un pueblo todo decoración, todo luz; pero luz de sol, luz de día; un pueblo al menos en el aspecto externo, lucido, campechano, marchoso, como diría un andaluz; un pueblo, dispuesto siempre a la perpetua fiesta; más grande que llano; aristocrático a ratos; a veces indisciplinado y democrático, con todas las bullangas sevillana de jarana y vocerío. Sus feraces campos semejan, por sus fertilidades, a las exuberantes campiñas de las selvas vírgenes americanas. Sus varias iglesias, majestuosas y atendidas con el lujo más refinado, nos da la sensación de una piedad algo supersticiosa, que intentara comprar la asistencia Divina. Entre el cementerio y la villa se alza el colegio de San José, de la Compañía de Jesús, que con sus jardines y parques atendidos y detallados, nos enseñan progreso, pese a los más enemigos que entienden, que sotana y adelanto son anti tétricos”. Luis Chorot se acomoda en la popular fonda Reverte[67], de la que dice que la amable llaneza y el ruido corren pareja, no sin antes tropezar con gitanos y mendigos profesionales, que fundan su oficio en no hacer nada y viven como los gorriones, de las migajas y abundantes y descuidadas del ajeno mantel.
Un repique de campanas de la iglesia parroquial, nos anuncia festejo grande, en la casa de Dios, cita el Bachiller, continuando “¡El predicador! El predicador sube, dicen ansiosas miradas y siseos indiscretos, dicta la crónica el Bachiller. ¿Quién es? Preguntamos. El que la sagrada cátedra ocupa, es un apóstol moderno, es un extremeño ilustre, es el docto y elocuentísimo magistral de la Catedral de Madrid, mil veces ilustrísimo señor don Enrique Vázquez Camarasa. Extremeños: ¡qué alegría!; pero qué inmensa tristeza. Reclamando así la figura de tan notable sacerdote: “Nosotros bendecimos mil veces a la suerte que nos deparó la ocasión de tal deleite. Extremeños; qué alegría; pero que inmensa tristeza. Don Enrique Vázquez Camarasa, nació en nuestra calumniada Extremadura pero a tan gran brillante hubo que hacerle el montaje en tierras extrañas. Lástima grande que nuestro palacio solariego sea tan mezquino para hospedar a la grandeza de nuestros genios”[68].
Regresamos, sigue Cantaclaro. El tren acorta su marcha. Almendralejo; la estación repleta de personas que enronquecen y aturden; entre la turba multa, una música monótona y trompetera no cesa de tocar, divisamos algunos uniformes, en sitio visible, el Ayuntamiento en pleno, miles de personas clamorean. Pensamos enseguida ¿Sabrán que viene Camarasa? ¿Habrá nacido aquí? Es la Sinfónica que llega, concluía Luis Chorot.
6.- HILVANES Y ZURCIDOS
Con este nombre se conoce una serie de ensayos poéticos de un suave y finísimo humorismo, que denota las dotes de escritor del Bachiller Cantaclaro, para vencer esa resistencia de una obra de madurez que le consagra como escritor. Luis Chorot, ha conseguido un gran éxito con la publicación de Hilvanes y Zurcidos. Así su autocrítica y nostalgias, ayes del alma, rimas becquerianas, sonatería, etc. Son dignas de mención. La obra va acompañada de un prólogo de López Prudencio y un epílogo de Ramírez Tomé[69], de la sección crítica y noticias de libros del diario ABC, 17/XI/1935.
El libro, en ciento noventa páginas, ofrece ciento veintiocho poemas que el autor divide en varios capítulos de acuerdo con la temática que presenta: 1) Naderías, quisicosas, menudencias y fruslerías. 2) Chinitas y chinatazos y ecos del ambiente. 3) Granitos de mostaza, negrescogramas y humoradas. 4) Cajón de sastre. 5) Glosario teresiano, religiosas. 6) Versos íntimos, nostalgias y ayes del alma. 7) Rimas becquerianas, 8) Sonetería. 9) Romances. El Bachiller Cantaclaro subtituló su obra “Lo que se llama perder el tiempo. Ensayos poéticos”.
“Luis Chorot es un espíritu culto, enamorado de su tierra. Sensible a todas las emociones que sugiere el caminar por el mundo. Capaz de intervenir como actor principal en el teatro de la vida, y recluido en el castillo interior de sus observaciones, con el desdén -tan patricio y tan extremeño- de quien para todo tiene una sonrisa, a veces burlona, a veces piadosa y comprensiva, por aquello de comprenderlo todo es perdonarlo todo”[70].
El Bachiller Cantaclaro, abre su poemario con una Autocrítica, de la que entresaco: “Prescindo de las reglas de retórica./He olvidado hace tiempo la poética;/si bien no hallo la moción estética/en la moda cubista y estrambótica”[71]. Compone desde la sencillez en el capítulo Naderías. “¿Visteis al sol de invierno despedirse/al morir de una tarde mustia y fría?/Tan rojo de vergüenza suele irse,/que para no ser visto mata al día”[72]. “Arar… arar… arar/esparcir la semilla y… esperar/ que cuaje la esperanza, que Dios quiera cuajar”[73]. En Chinitas y chinatazos y ecos del ambiente, Cantaclaro, va a directo a la realidad política y social que vive: “A un obrero parado de Extremadura/más harto de promesas que de provechos,/un socialista, de esos de cara dura,/que cedió sus deberes por los derechos,/ le coaccionaba el voto, argumentando/que el pobre es el que debe seguir mandando… ¡Vete ya, si no quieres que yo me pierda!/¡Lárgate ya! ¡Enchufista! Has de saber;/que aunque tú con la izquierda logres comer,/la cuchara se coge con la derecha; con la zurda se vierte, no se aprovecha./¿Sabedlo para siempre! Tened presente/que con la izquierda come muy poca gente”[74]. “¿Político y leal? No, no es creíble./Metafísicamente, es imposible./Dichosos… No reíros muy de prisa/.Porque así, os dura menos vuestra risa”[75].
En tiempos de censura. La peña del café, el Bachiller aguza su pluma: “Pide copa y café, fúmate un puro/y habla mal del Gobierno, de seguro/que toda la tertulia te acompaña./Hablar mal de Gobierno/lo mismo en el estío que en invierno/es placer delicioso y muy humano/. Pero mucho cuidado… piano… piano…/ Mira bien lo que dices/ Ojo, no te deslices/. Que a la derecha o a la izquierda mano,/puede haber un soplón,/que, vengativo, acecha la ocasión”[76]. Los desasosiegos espirituales del poeta se los expone desde su Glosario teresiano. Veamos: “Nacemos, nos divertimos/y después de que gozamos,/terrible suerte, morimos/porque es fuerza que muramos,/pues para morir nacimos”[77]. “Bendito sea mi Señor,/que da vida al que perece,/dando muerte a quien merece/ser premiado con su amor”[78].
En los versos, en el mensaje e inspiración del Bachiller Cantaclaro, siempre estuvo sus sentimientos por la tierra donde nació, Extremadura. “Quiero estar entre mi gente/Entre mi gente extremeña/perezosa, indiferente/siempre fecunda y risueña./Oh, tierra donde nací/pródiga en renunciaciones,/sepulta mis ilusiones,/Que para ti las viví”[79]. En sus delicadezas becquerianas, Cantaclaro escribe desde su romanticismo: “Podrá acabarse todo en este mundo/Todo, menos mi amor/Porque ese, ya no es mío, como tuyo/vivirá lo que yo/logré vivir en ti. Tú sabrás cuánto/Velo en tu corazón”[80]. “Soy amor puro. Soy llama ardiente/que poco a poco, matando va/Fuego invisible, que el alma siente/Ven, aunque abrases. No tardes más”[81].
De la Sonetería, que así tituló el Bachiller, desde la Improvisación, con asonantes y todo, en el cumpleaños de mi hija: “Un año más, pasó. Quién lo diría/Un año, cuya losa siento encima./El Creador de los mundos no escatima/el galopar del tiempo…, día tras días./Tú cumples uno más, con la alegría/de quien ve la ilusión que se aproxima./Y yo, miedoso, veo que la cima/alcanzo de mi vida -que no es mía-/Así lo manda Dios, ¡hija querida!/ /Este es el mundo. Por distintos modos,/le ríen o le lloran a la vida,/juventud y vejez… Más, todos, todos,/pedimos al Señor salud y suerte,/y eterna vida, pero… sin la muerte”[82].
Hago prosa los versos finales que el Bachiller Cantaclaro coloca como cierre de “Hilvanes y zurcidos”, en los que aparecen sus valores, su personalidad. “Nunca he sido yo hombre rico. Injusta fama me dieron mi caridad, mi alegría, mis amigos pedigüeños, y un sensible corazón que sabe llorar a tiempo las lástimas que en el mundo causaron malos sujetos. Nada tengo. Poco ansío. Nada envidio. Nada espero. Sin que se tome a reclamo. Cuanto diere este librejo, después de pagar los gastos de editores y libreros, con permiso de mis hijos, sirva para el paro obrero, de aquellos menesterosos que nacieron en mi pueblo o en las aldeas extremeñas que conmigo convivieron. Yo no quiero llamar mío, nada que produzca esto. ¿Qué no produce?… ¡Paciencia! De esto, tan mío nada quiero. Si alguien me lo agradeciere, lo puede pagar en rezos. Y si no me lo agradecen ni me rezan, ¡allá ellos! Quien cumple con su conciencia no mira agradecimientos. ¿Es un pan? ¿Es medio pan? Lo que sea. ¡Ni Marx, ni menos!”[83].
En el Epílogo, Alfredo Ramírez Tomé, que gozó de una saludable amistad con Luis Chorot, confirmada por su hijo Juan Chorot Castillo, Juancho, en un artículo publicado en ABC el 24/V/2004[84]; dice: “nada le arredra al Bachiller; todo lo acomete, y aún en aquellas empresas que distan de su competencia o de sus aficiones, sabe arreglárselas de modo que no hace mal papel, y aún hay ocasiones en que resulta airoso. El secreto está en que todo lo fía a su profesión, acaso anacrónica, de caballero andante. Él lo proclama así: las gentes sonríen y le dejan que persiga sus quimeras, sin recelar que va a la pelea pertrechado de dos armas terribles: un corazón generoso y vehemente, lanza ante la cual no hay resistencia posible, y una simpatía que aureola su ser, adarga en la que se embotan los dardos, por bien disparados y punzantes que fueren”[85].
7.- LOS PENÚLTIMOS INQUILINOS DEL CONGRESO
Editado por Luz y Vida, por subtítulo: “Semblanzas a la ligera al alcance de cualquiera”. Esta obra la forman versos satíricos sobre los diputados de las Constituyentes de la II República (1931-1933)[86]. En su dedicatoria o brindis dice Cantaclaro: “A los que aquel llamó burgos podridos’ (tan despectivamente maltratados, como imprudentes calumniados). ¡Pobres pueblos! ¡Qué mansos! ¡Qué sufridos! Os entregasteis a desconocidos. Aquellos que nombrasteis diputados, triunfan a costa de los engañados, trocando las promesas en olvidos. ¿Burgos podridos, el sostén de España?…. Podrido, ¿es el burlado, o el que engaña? Mostrad vuestra entereza. Ya veréis, cuan presto acaba el mal que padecéis. ¡Siempre adelante! No hay que acobardar. ¡Hurra ‘burgos podridos’! ¡A votar! Nota muy importante y necesaria, a esta dedicatoria estrafalaria. Se disolvió el Congreso tan famoso, y la izquierda insolente se fue al foso; triunfando el derechismo y mandando a paseo el enchufismo… Y votaron, votaron… y votaron… y todas las izquierdas se esfumaron. ¡Hurra burgos podridos! ¡Españoles! Seguid todos unidos”[87].
Cantaclaro faena en sus propósitos: “He aquí el tinglado de la moderna farándula, con su actores: unos -los menos- son personajes verdaderos; otros, personajearon al dictado de las de las propias afirmaciones, coreadas por la claque. Los más son personajillos y comparsas en esta tragicomedia protestada por el público burlado”[88]. Y así el Bachiller lanza sus dardos hacia personajes como Romanones, Castelar, Unamuno, Azaña, Prieto, Gil Robles, Besteiro, Lerroux, Fernando de los Ríos, Gregorio Marañón, Martínez Barrios, Sánchez Albornoz, Martínez de Velasco, Clara Campoamor, Marcelino Domingo, Largo Caballero, Ángel Ossorio, Luis Tapia, Casares Quiroga, Juan Botella Asensi, Zulueta, Rafael Salazar Alonso, Diego Hidalgo, Narciso Vázquez, Eduardo Barriobero, Jiménez Asúa, Pérez Madrigal, Vidarte, Eduardo Ortega, José Antonio Balbontín, Basilio Álvarez, Pérez Madrigal y Companys, entre otros.
7.1.- PRIMERA SERIE. Acoge “Algunos personajes de las Constituyentes de la segunda República española”. Comenzando con Romanones[89], “cazador de codornices/hombre de grandes narices/de mal olfato dispones,/perdiste las elecciones que pediste:/y después que las perdiste,/hoy a la opinión le dices/que fuiste un engañado, político fracasado”[90]. Siguiendo con don Miguel de Unamuno: “está cansado/más que cansado: hastiado/asqueado, afligido… La vida le ha enseñado/a convencer del tiempo que ha perdido./… le duele la República de Azaña”[91]. Y Gil Robles del que dice el Bachiller: “Te aclama la nación y en ti confía./Eres el hombre del día./ Que viva el líder de las causas nobles./Si la paz llega así… Viva Gil Robles”[92]. Sobre el socialista Julián Besteiro escribe que “es el único valor universal que posee el socialismo nacional”, pero en los últimos versos, Cantaclaro rectifica: “Besteiro es un sectario/y un hombre estrafalario,/que ideó travesuras a montones/dispuesto a no perder las votaciones”[93].
De Diego Martínez Barrio, escribe Chorot, “es un hombre bueno, al par que sevillano,/a quien quiere Lerroux como a un hermano./Es un Martínez más (entre otros varios)/este Martínez Barrio./Pero un Martínez de grandes condiciones/para eso de aguantar revoluciones./Debajo del mandil hay… pantalones”[94]. De Félix Gordón Ordás[95], explota Cantaclaro: “¡Ciudadanos! Abajo el caciquismo/que engendró el monarquismo/. ¡Muera el señoritismo!/conscientes ciudadanos ¡Libertad!/ Y para que os respeten, respetad./Que no quede un burgués en la nación./Camaradas, he dicho. Así es Gordón,/hombre profesional del mitineo, que alterna la ovación con el pateo”[96]. Chorot presenta a un modesto agrario, para decir que ha resultado ser un hombre extraordinario. Vayamos a los versos: “Es don José Martínez de Velasco/persona a la que nadie le hizo asco./Recto, modesto, ecuánime, educado,/listo, activo, simpático y honrado./¡Cuántos quisieran ser/lo que ha sido este hombre, sin querer!”[97].
7.2.- SEGUNDA SERIE. El autor sale al encuentro de la mujer Clara Campoamor, de la que dice: “Una abogado bella/ que en las Cortes descuella,/y en cuanto se vuelva la tortilla/ ha de ser ministrable la chiquilla… Clarita Campoamor puede casarse./Es una muchachita lista y fina,/que no perdió su esencia femenina./Le obliga su apellido a enamorarse./Si en su Campo hay Amor, debe notarse./Aunque tuvo la idea peregrina/de ir a las Cortes -sino se contamina-/saldrá de allí sin masculinizarse./Tiene buen corazón la diputado/que dicho sea de paso es abogado./Aunque sea radical republicana/y defienda el divorcio, a nadie choque/si después de casada llega a anciana/sin soltar al marido que le toque”[98].
7.3.- TERCERA SERIE. Es donde ofrece al lector: “Los Comunes. Aclarando: Bocetos al carbón en rengloncitos cortos y sencillos de algunos personajes de ocasión; o por mejor decir, personajillos”. En los versos zarandea con su crítica y sátira a Manuel Azaña, “Opinión o parecer de este hombre ¿de valer? Azaña, ¿vale? Vale, Azaña./Lo grita toda España./Este vale no es vale de valer./El vale quiere decir/adiós que te vaya bien./¿El talento de Azaña? ¡Puro cuento!/Si vale algo… no valdrá ¡un talento!”[99]. A Indalecio Prieto: “No nombro los petróleos porque no quiero que me den los óleos”[100]. De Francisco Largo Caballero: “Pues por su diplomacia y desparpajo, le nombraron ¡ministro del Trabajo!”[101]. También a Luis de Zulueta[102], “¿Zulueta? Interjección/Diputado cunero/y ministro de Estado de ocasión”[103]. A Juan Botella Asensi[104]: “Llegó a ministro (ministro lo es cualquiera),/y el pobre enloqueció de tal manera,/que no hay quien le componga su mollera./No hace más que gritar ¡Disolución!/¡Intriga! ¡Rebelión!/Qué se yo cuántas cosas. Y… un jamón/. Su locura no tiene solución”[105].
Luis Chorot se acerca a la figura de Basilio Álvarez Rodríguez[106]: “Aunque gasta sotana este hombre vivo, es un hombre capaz y progresivo. Es el Muñoz Torrero liberal/de las Constituyentes inmortales;/predica el bien y no practica el mal./Es un consuelo, en medio de los males,/tener en el Partido Radical/un defensor de eternos ideales”[107].
Así califica el Bachiller al Partido Republicano Radical: “Ese iluso partido, que algún día,/ha de trocar en bienes nuestro mal/aunque ya todo el mundo desconfía/que gobierne Lerroux, el clerical”[108]. Acercándose al paisano extremeño Diego Hidalgo[109]: “Aquí está Diego Hidalgo. Lector, ¿he dicho algo?/ Nació en Extremadura/este hijo de Los Santos,/que es un hombre de altura/¡muy cerca de dos metros de estatura!/Parece que no es uno de tantos./Destacó entre las gentes/de las Constituyentes/como autor de un proyecto meditado/de ley agraria,/que fue muy discutido y desechado/por la turba sectaria,/que la del agro ley hubo aprobado,/ruina del productor/y hambre del campesino labrador”[110]. De Juan Vidarte[111], diputado extremeño, el Bachiller le dice: “Un muchacho oportunista que se hizo socialista. Has realizado tu sueño,/a título de extremeño./Creo que no podrás quejarte./De poco tiempo a esta parte/Vi darte todo, Vidarte”[112].
7.4.- CUARTA SERIE. Que Chorot nomina “Los últimos…”. Juristas de alquiler, jenízaros y la turba multa. Abriendo el capítulo de esta guisa: “Un padre de su hijo que dijo lo que dijo y no lo dijo”, en alusión a Ángel Ossorio[113]: “De los nombres oso y río/tu nombre, Ossorio, se fragua;/de modo que hasta en el agua/haces el oso, hijo mío”[114]. Sobre Eduardo Ortega[115]: “Es del partido de la lengua larga./Está en la oposición constantemente,/izquierdista rabioso, no consiente/guardar nunca un secreto; él se encarga/de fraguar la tormenta que descarga/sobre Indalecio Prieto”[116]. Cantaclaro versa sobre el diputado socialista extremeño Narciso Vázquez Torres[117]. Un buen hombre, dice Chorot, que padece socialitis crónica, escribe de él: “Yo lo quiero con afecto sincero,/a este experto dentista,/aspirante a ingeniero,/que malgastó su vida socialista/sirviendo de cabeza al campo obrero”[118].
“Esto toca a su fin. Libre el paso que viene Balbontín”[119], escribe el Bachiller Cantaclaro: “Fue poeta católico,/madrigalesco, épico y bucólico./Hoy es semianarquista,/defensor del partido comunista./Y mañana será… fraile profeso./ No sé si es Balbontín a Va al botín”[120]. Y casi concluye Cantaclaro su obra con Los pobrecitos de la Esquerra[121]”: Entre los esquerrosos/que usaron el quórum, generosos,/está Companys[122], rojizo rabasaire[123]/que supo difamar a los caídos/y que, laireteando, logró por Sabadell/ser diputado -de los del nuevo estilo-/Allá en la Humanitat, que mejor se llamara Odiosidat/fue un escritor que supo aprovecharse/de la grey destructora/social renovadora”[124].
En el Epílogo, Luis Chorot de Coca se despide: “¡Id con viento fresco! ¡Id, benditos de vuestros estómagos! Los que fuisteis detentadores de la voluntad nacional durante un largo bienio. Los destructores de España al dictado de vuestro medro personal. ¡Id con Dios! Y, si con Dios no podéis ni queréis ir ¡que con vuestro laicismo, el diablo os lleve! Quedad solos con vuestros rencores y dejar en paz a España. ¡Ah! Si delinquisteis, los que fueseis, pagad vuestras culpas, para quedar en paz con vuestros estragos”[125].
9.- FALLECIMIENTO. SU HIJO, JUAN CHOROT CASTILLO
El 21 de diciembre de 1935 falleció, con ochenta y cuatro años, María de Coca Pizarro, madre de Luis Chorot de Coca. Un año más tarde, en los primeros y azarosos días del anuncio de una guerra entre españoles, el 21 de julio, fallecía Luis Chorot en Madrid.
El Diario HOY publicó, un año después de su fallecimiento, el 21/VII/1937, un obituario. Entre otros elogios a su persona decía: “No escribió ninguna línea que no estuviese dedicada a mejorar las condiciones de vida de Extremadura y a enaltecerla”. El Bachiller Cantaclaro dejó en su partida varias publicaciones, entre otras: “Refritos en prosa”. “Melancólicas y Románticas”. “Hilvanes y zurcidos, lo que se llama perder el tiempo, ensayos poéticos”. “Los penúltimos inquilinos del Congreso, semblanzas a la ligera al alcance de cualquiera; retratos al carbón, estampas, siluetas y caricaturas”. “Llamamiento a la concordia” (Conferencia abogando por la creación del Sindicato Católico Agrario). “El Monótono cuento de la vida” (Conferencia leída en la Asociación de la Prensa de Badajoz). “La Reforma Agraria en España” (Discurso pronunciado en el Ateneo de Madrid con motivo del primitivo proyecto de la Ley Agraria), 1932. Cuando en 1935 publica Hilvanes y zurcidos, anuncia que tiene en preparación: “Hojarascas de mi pobre huerto” (Colección de artículos periodísticos) y “Cuentos en prosa”.
El testigo de su pasión literaria fue tomado por su hijo Juan, también abogado, dramaturgo y poeta[126]. Articulista, colaborador del diario ABC, redactor de La Codorniz, desde 1952-1977[127] -donde firmaba como Juancho e Iván-, buen amigo de Antonio Mingote, Chumi Chúmez y Cela. Juan Chorot Castillo[128] fue autor teatral de las obras “X=2” y “De seis a ocho, asesinar a López”.
Vinculado a la ciudad abulense de Las Navas del Marqués y a los Festivales de esta ciudad ducal. Donde representó obras populares: Carmen, La Boheme, Aída, Rigoletto, Otelo, La verbena de la Paloma. Agua, azucarillos y aguardiente y la Venganza de don Mendo. La primera experiencia teatral en la ciudad ducal de Las Navas de la mano de Juan Chorot fue la representación de la comedia de Carlos Llopis: “Nosotros, ellas y el duende”. Heredando la afición de la marquesa de Las Navas y duquesa de Medinaceli, doña Ángela Pérez de Barradas y Bernuy.
Juan Chorot Castillo permanece en el recuerdo de la Ciudad Ducal, fue su pregonero, y un pequeño teatro lleva su nombre. No en vano fue promotor y director de la escena teatral y operística.
FUENTES CONSULTADAS
ARCHIVO MUNICIPAL DE LOBÓN (AML). Legajo 19, Carpeta 30. Legajo 30, Carpetas 17 y 21. Legajo 32, Carpeta 2. Legajo 33, Carpeta 7. Legajo 55, Carpeta 12. Legajo 86, Carpeta 7.
ARCHIVO PARROQUIA LOBÓN (APL). Libro V de Matrimonios (1828-1853). Libro XI Defunciones, (1907-1926).
ARCHIVO PARROQUIA PUEBLA DE LA CALZADA (APPC). Libro V de Casados y Velados (1876-1903)
ARCHIVO GOMÁ. Documentos de la Guerra Civil. Abril-Junio 1938. CSIC, Madrid 2016
CASTILLO GRAGERA J.: “El escritor Luis Chorot de Coca”. Diario HOY, 29/VI/1982.
CHOROT DE COCA, L.: “Los penúltimos inquilinos del Congreso. Semblanzas a la ligera al alcance de cualquiera”. Luz y Vida. Madrid, 1934. “Hilvanes y zurcidos. Lo que se llama perder el tiempo. Ensayos poéticos”. Luz y Vida. Madrid, 1935.
CORREO DE LA MAÑANA. Números: 362, 24/II/1915; 364, 26/II/1915; 412, 16/V/1915; 671, 31/XII/1915; 752, 22/III/1916; 959, 2/XII/1916; 1.048, 25/III/1917; 1.084, 10/v/1917; 1.212, 7/X/1917; 1.235, 3/XI/1917; 1.971, 14/II/1920; 2.137, 27/VIII/1920; 2.138, 28/VIII/1920; 3.240/26/VII/1924.
CORREO EXTREMEÑO, Números: 7.528, 28/IV/1928; 7.563, 21/VI/1928; 7.262, 17/III/1929; 7.265, 21/III/1929; 7.305, 8/V/1929; 7.306, 9/V/1929; 7.312, 16/V/1929; 7.348, 4/VII/1929; 7.497, 23/XI,1929; 7.758, 30/IX/1930.
DIARIO HOY. 21/VII/1937
GARCÍA ROLDÁN, A.: “La Codorniz: la sátira en el primer franquismo (1941-1966)”. Aportes, Revista de Historia Contemporánea, núm.82, año XXVIII (2, 2013).
REGISTRO CIVIL LOBÓN (RCL) Libro VI de Nacimientos (1876-1877)
REVISTA DE OBRAS PÚBLICAS (ROP), Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de España. 83, Tomo I, año 1935, núm. 2.663 y 2.664.
ROSIQUE NAVARRO, F.: “La Reforma Agraria en Badajoz durante la II República (La respuesta patronal)”. Badajoz 1988.
[1] (Badajoz 1870-1949). Fundó y dirigió Noticiero Extremeño y Correo de la Mañana. Alma del Centro de Estudios Extremeños, Cronista Oficial de Badajoz y Archivero municipal. Académico correspondiente de las Reales Academias de la Lengua y de la Historia. Crítico literario desde las columnas del diario ABC.
[2] Cf. HILVANES Y ZURCIDOS. LO QUE SE LLAMA PERDER EL TIEMPO. A manera de prólogo. Madrid 1935, pgs.11 y 12.
[3] Ibíd. Autocrítica, pg.15.
[4] Ibíd. Epílogo, pg.183.
[5] Agradezco a Cándido Chorot Ortiz de la Tabla la cesión de algunos datos de la familia Chorot.
[6] Nació el 26/V/1833. Falleció en Lobón el 2/III/1907, Cf. ARCHIVO PARROQUIA DE LOBÓN (APL). Libro XI Defunciones, años 1907-1926.
[7] Inaugurada el 8 de octubre de 1881 por los reyes de España y Portugal, Alfonso XII y Luis I.
[8] La Casa Grande tiene sus orígenes en el notable edificio que levantó el comendador santiaguista, Diego de Alvarado, tío carnal del adelantado Pedro de Alvarado. Tuvo en su fachada hasta comienzos del s. XX el escudo de los Alvarado, fue vendido a Fernando Calzadilla Maestre.
[9] Fue uno de los mayores contribuyentes de Lobón. A finales de 1882 se le asignaba una cuota de contribución de 1.575 pesetas. Cf. ARCHIVO MUNICIPAL DE LOBÓN (AML). Legajo 32, Carpeta 2. Su viuda, María de Coca Pizarro declaraba doscientas cincuenta y dos hectáreas de tierra, repartidas por la Tiesa, Valdeovejas, Arenal, Granadinos, Vega del Moral, Guapero y Valderromero. Cf. AML. Legajo 55, Carpeta 12, 16/VI/1910.
[10] De estado civil soltero, vivía en la Casa Grande. Notable hacendado y gran contribuyente. Fue alcalde de Lobón y presidente del Sindicato Católico Agrario.
[11] Había sido seguidor de Antonio de Orleans, duque de Montpensier, durante el tiempo que éste mantuvo sus pretensiones a la corona.
[12] También fue miembro de la Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País de Badajoz, desde el 20/VIII/1885.
[13] Contrajeron matrimonio en Puebla de la Calzada el 4/IX/1890 ante el cura regente, Anselmo Rabanal y Trejo. Cf. ARCHIVO PARROQUIA PUEBLA DE LA CALZADA (APPC). Libro V de Casados y Velados (1876-1903), fol. 201 vto. María Antonia, era hija de Andrés Conejo Guisado y Leonor de Coca Amigo. Nieta paterna del coronel carlista de caballería y Ayudante de Campo del Infante don Sebastián de Borbón Braganza, Sancho Conejo Bejarano y María de los Dolores Guisado Bejarano.
[14] Sus padres fueron Pedro Pizarro Barrena y María Picón Roa. Matrimonio celebrado el 20/II/1849 ante el cura ecónomo José Benito Calderón. Cf. APL, Libro V de Matrimonio, 1828-1853, fol. 79 vto.
[15] Hijo de Juan Antonio Maza y Leonor Bejarano. Su hermano, Saturnino Maza Bejarano, fue alcalde de Puebla de la Calzada, 1884-1885. Mariano Maza Bejarano, junto con sus hermanos políticos Ángel Chorot Prieto y Pedro de Coca Pizarro, herederos de un molino harinero en el río Guadiana, lo vendieron al Marqués de la Vega, que edificó el edificio y salto de Las Turbinas, junto a Lobón desde donde dio luz eléctrica a éste, Puebla de la Calzada, Montijo, Solana de los Barros y Almendralejo.
[16] Elecciones 15/I/1869. Legislatura 1869-1871. Elección parcial escrutada el 30/IV/1869. Antonio de Coca no fue admitido diputado, y en su lugar, en sesión del 25/V/1869, lo fue Gregorio García Ruiz. La limpieza de aquellas elecciones fue puesta en entredicho.
[17] En la legislatura 1854-1856. Tomó posesión el 7/IX/1954 para el período 1854-1856, por el Partido Moderado. Cesó en el cargo el 11/VIII/1856.
[18] En el Repartimiento individual de la contribución territorial de 1852 figura como el mayor contribuyente, con un líquido imponible de 4.006,32 reales. 16.024 por tierras, 2.629 por casas y 15.237 por ganadería.
[19] Cf. AML. Legajo 19, Carpeta 30.
[20] Ibíd. Legajo 30, Carpeta 21.
[21] Mandado a construir por Carlos María Isidro de Borbón, hermano de Fernando VII, edificio que fue incendiado en 1847 durante la segunda guerra carlista, y reconstruido después. Sus aguas se recomendaban en baño o bebida para el reumatismo, neurosis, neuralgias, litiasis, desarreglos menstruales etc.
[22] Información publicada en los diarios madrileños El Imparcial y La Correspondencia de España, 20 y 21 de julio de 1869. Cf. AML. Legajo 30, Carpeta 21. Sesión celebrada el 22/VII/1869, fol. 18 vto.
[23] Tuvo por compañeros atenienses a López Prudencio, Texeira, Bardají, Macías y Fernandez de Molina, junto con otros intelectuales y escritores de Badajoz. Publicó en la tipografía de Antonio Arqueros, “Carta a Josefa”. Fue como su padre miembro de la Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País de Badajoz, 14/IX/1894.
[24] REGISTRO CIVIL DE LOBÓN (RCL). Libro VI de Nacimientos (1876-1877) fol.13.
[25] APPC. Libro V de Matrimonios (1876-1903), fol. 318. Hija de Juan Castillo Burdallo, de la Roca de la Sierra, y Rosa Pozo Coca, de Puebla de la Calzada. Hermana del propietario Leopoldo Castillo Pozo, tercer mayor contribuyente de Lobón por sus propiedades agrícolas en su término, presidente del Consejo de Administración del Matadero de Mérida, casado con Filomena Amigo Conejo. Magdalena Castillo fue sobrina de Justo Castillo Burdallo, vecino de La Roca de la Sierra, diputado provincial por el Partido Liberal (1909-1913), diputado delegado en Establecimientos de Beneficencia. También fue diputado provincial, por el distrito electoral de San Vicente de Alcántara, Pedro Castillo Burdallo (1875-1882), que fue capitán de monterías. Don Antonio Covarsí, padre del pintor Adelardo Covarsí, conocido por el montero genial lo llamaba maestro.
[26] A la que llamó en sus escritos Puebla de La Gutibamba. En la casa situada en la antigua calle Puerto, hoy practicante Alfonso González. En la fachada puede verse el escudo de la familia Castillo, cuyos orígenes están en Montenegro de Cameros (Soria), insertada en el Solar de Tejada. Pedro José Castillo de Tejada y López de Tejada fue el primero que llegó a Extremadura, vivió en Cáceres dedicado al comercio. Conoció en San Vicente de Alcántara a la que fue su mujer, María Antonia Gomes de Carvalho, de familias de Portalegre (Portugal), comerciantes y agricultores de San Vicente de Alcántara. Fue alcalde-regente en San Vicente en la Guerra de la Independencia, entre otros cargos. Litigó contra el Concejo sanvicenteño por su condición de hidalgo. De San Vicente de Alcántara, sus predecesores pasaron a la villa de La Roca de la Sierra. Luis Chorot fue redimido del Servicio Militar, en aplicación al artículo 151 de la Ley de Reclutamiento y Reemplazo del Ejército de 1885, estableciéndose pagar 1.500 pesetas cuando el mozo prestaba servicio en la Península y 2.000 pesetas cuando le correspondía servir en Ultramar. En la sesión del Consistorio Municipal de Lobón, 16/X/1898, se acuerda, a petición de su padre, expedir certificación de libertad de quintas. Cf. AML Legajo 33, Carpeta 7, fols. 87 vto y 88.
[27] En la capital de España participó en las más importantes tertulias literarias, artísticas y políticas del momento. Publicando dos libros.
[28] Nació en Lobón, el 28/XI/1889. Falleció en Puebla de la Calzada el 16/II/1967.
[29] Alcalde de Puebla de la Calzada 1916-1917. Hermano de Eduardo fue Cándido Maza de Coca, que levantó el actual edificio del Ayuntamiento y las obras de reforma de la ermita de la Concepción. Ambos proyectos realizados por el arquitecto de Badajoz, Adel Pinna Casas.
[30] CASTILLO GRAGERA J.: “El escritor Luis Chorot de Coca”. En Diario HOY, 29/VI/1982, pg. 21.
[31] Participa en actos de la vida social y política. Lo leemos en Zafra con motivo de una reunión con el Marqués de la Frontera, donde interviene antes del brindis leyendo unos versos, llenos de espíritu festivo e irónico. Cf. CORREO DE LA MAÑANA, núm. 1.212, 7/X/1917, pg.1. Entre sus amistades más íntimas figura Ramón Eltoro Lalueza, capellán de honor de S.M. Participó en los homenajes a Luis Chamizo y José López Prudencio. Al fallecer en 1911 el Marqués de la Vega, el hijo menor de éste, Jorge, tuvo su consejo de familia presidido por Luis Chorot de Coca.
[32] ROSIQUE NAVARRO, F.: La Reforma Agraria en Badajoz durante la II República (La respuesta patronal). Badajoz 1988, pg.153.
[33] Considerado el periódico de mayor circulación de Extremadura. Correo de la Mañana, posteriormente, se fusionó con el Noticiero Extremeño, formando Correo Extremeño. Correo de la Mañana estuvo sostenido económicamente por Sebastián García Guerrero, conservador y maurista, fue presidente de la Diputación de Badajoz. Correo de la Mañana apareció el 26/II/1914, antesala de la I Guerra Mundial (28/VI/1914-11/XI/1918). El devenir de los años mostró su línea editorial conservadora, apoyando al Marqués de la Frontera, Francisco Marín Bertrán de Lis. Correo de la Mañana fue desde 1918 órgano provincial maurista.
[34] El artículo se publica en plena confrontación bélica de la I Guerra Mundial, donde España se mostró neutral. Neutralidad que produjo un boom económico a ciertas economías (vasca, asturiana y catalana), pero sumió, a la economía española en un círculo inflacionista sin precedentes en su historia.
[35] En alusión al Puente de Lobón, llamado Puente de los Suspiros por el tiempo que tardó en ser aprobado su proyecto. Aprobó el proyecto del puente, el ministro de Fomento, Rafael Benjumea Burín, I Conde Guadalhorce, en el gobierno de Primo de Rivera, 1925-1930. El puente fue una obsesión permanente de Luis Chorot de Coca.
[36] Seguidor del Conde de Romanones, Álvaro de Figueroa y Torres, realista en política, adscrito al liberalismo clásico y su decidida fe monárquica.
[37] CORREO DE LA MAÑANA, núm. 412, págs.1 y 2.
[38] Ibíd. núm. 671, pg.1
[39] Ibíd. núm. 959, 2/XII/1916, pg.3.
[40] Elegido por el Distrito de Mérida para las legislaturas desde 1898 hasta 1919, y desde 1914 a 1923. En ocasiones por el partido liberal y otras con los conservadores. Luis Chorot, al distrito electoral Mérida- Alburquerque, lo bautizó como “Grageronia-Amicicia”, en referencias a Alonso Gragera Maza, abogado y diputado nacional conservador, natural de Puebla de la Calzada, y Antonio María Amigo Guisado, padre político del emeritense Antonio Pacheco, que dominaban la situación política del distrito, desde su influyente familia Pacheco.
[41] En referencia al Puente de los Suspiros, Puente de Lobón.
[42] El 14/II/1920 escribe desde Puebla de la Calzada: ¡Ya tenemos carretera! Será cosa de repicar en gordo. El Bachiller Cantaclaro agradecía las gestiones al diputado Sancho Conejo de Coca, por el tramo de carretera La Roca-Montijo, incluido un puente sobre el río Alcazaba. “Poco a poco se va haciendo algo. No desmayéis, extremeños. Pedid y no callaros”. Cf. CORREO DE LA MAÑANA, núm. 1.971, pg.2. Sancho Conejo de Coca, pariente de Luis Chorot, fue elegido diputado por el distrito de Badajoz en la legislatura 1919-1920 por el Partido Maurista.
[43] Lobón tuvo desde siglos estafeta de correos, de la que dependía Puebla de la Calzada y Montijo. Los avances en las comunicaciones acabaron con la dependencia de estas dos últimas poblaciones con la primera. En la sesión municipal del 27/IX/1867 se dio cuenta que la estafeta de correos estaba en Montijo, al haberse inaugurado la línea de ferrocarril Badajoz-Ciudad Real, la cual pasaba por dicha villa. Cf. AML. Legajo 30, Carpeta 17.
[44] CORREO DE LA MAÑANA, núm. 1.048, 25/III/1917, pg.3.
[45] Ibíd. núm. 1.235, 3/XI/1917, pg.2
[46] Ciudad donde veraneaba Luis Chorot con su familia.
[47] Era presidente del Consejo de Ministros el liberal Manuel García Prieto (1859-1938).
[48] CORREO DE LA MAÑANA, núm. 2.137 y 2.138, pg. 2 y 3.
[49] Producto de la fusión entre Correo de la Mañana y Noticiero Extremeño. La nueva empresa tuvo en la dirección al escritor José López Prudencio, comenzando sus publicaciones en noviembre de 1927 y concluyendo en agosto de 1931.
[50] Cf. CORREO EXTREMEÑO, 28/IV/1928, núm. 7.528, pg.8
[51] Ibíd. 21/VI/1928, núm. 7.573, pg.1.
[52] Ignacio Suárez Somonte. Catedrático de Matemáticas. Diputado en Cortes (1920-1923 y 1927-1929) y director general de Primera Enseñanza con Primo de Rivera.
[53] Francisco María Bertrán de Lis (Madrid 1874-Badajoz 1940). Diputado nacional por Badajoz durante los años 1914-1923, y representante de actividades de la vida nacional en 1927-1929.
[54] El 26/VII/1924, Julio García Pérez, Secretario de la Comunidad de Labradores de Montijo y Secretario de una Comisión organizada, presentó en Madrid una petición para que se construyera esta carretera. Petición que fue respondida por el senador vitalicio del Reino, Vicente Alonso Martínez, trasladando al asunto al director de Agricultura e ingeniero agrónomo, José Vicente-Arche y López quien recomendó activamente a carreteras y “veremos si se puede obtener resultado satisfactorio”. Cf. CORREO DE LA MAÑANA, núm. 3.240, pg.4.
[55] Cf. CORREO EXTREMEÑO, núm. 7.262, pg.8. Cuatro días más tarde, escribía Federico Cabo Gragera, desde Puebla de la Calzada: “Necesidades de los pueblos. El Puente de los Lamentos y las barcas de Lobón. Aspiraciones legítimas de una rica comarca”, apoyando las peticiones que Luis Chorot venía haciendo. Utilizando la hilaridad en su final: “Qué es un puente? Un puente es una cosa endemoniada, que sólo sirve para que lo pida mucha gente y no se le conceda a ninguna. Es una obra insegura y puede caerse; la barca no se cae nunca, podrá irse al fondo, pero despacito, suavemente”. Cf. Ibíd. núm. 7.265, 21/III/1929, pg.3.
[56] Ibíd. núm. 7.305, pg.1.
[57] Ibíd. núm. 7.306, 9/V/1929, pg.5.
[58] Ibíd. núm. 7.312, 16/V/1929, pg. 6. La información era ofrecida desde Puebla de la Calzada por el corresponsal, Félix Expósito Ciudad.
[59] (Alburquerque, 1871-Badajoz, 1950). Escritor, Jefe de Administración de Telégrafos, Académico correspondiente de la Real de la Historia, Sevillana de Buenas Letras y Arqueológica de Portugal. Hijo predilecto de Alburquerque y su Cronista Oficial.
[60] Cf. CORREO EXTREMEÑO, núm. 7.348, 4/VII/1929, pg.8.
[61] Cf. Ibíd. núm. 7.497, 23/XI/1929, pg.6
[62] AML. Legajo 86, Carpeta 7. Sesión 25/XI/1929.
[63] Cf. CORREO EXTREMEÑO, núm. 7.758, 30/IX/1930, pg.11. César Villalba Granda pertenecía a la Jefatura de Puentes y Cimentaciones del Estado.
[64] Atrás quedaba la respuesta que dio el cura párroco de Puebla de la Calzada, el 20/VI/1798, al interrogatorio remitido por Tomás López, geógrafo de los dominios de su Majestad: “Por el camino de esta villa a la de Lobón, a poco más de media legua, tiene su corriente el río Guadiana, que cuando está crecido se pasa por una barca, cuya construcción, propiedad y derechos de portazgo pertenecen al señor de la dicha villa de Lobón”.
[65] REVISTA DE OBRAS PÚBLICAS (ROP), Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de España. 83, Tomo I, año 1935, núm. 2.663, pgs.71-75; y 2.664, pgs.81-85.
[66] CORREO DE LA MAÑANA, núm. 752, 22/III/1916, pg.1. También en su obra HILVANES Y ZURCIDOS. Imprenta Luz y Vida, Madrid 1935, pgs.80-81.
[67] Fonda que regentaban Alberto Iglesias y Carmen Ramírez. Situada en la plaza de Fernando Ceballos.
[68] CORREO DE LA MAÑANA, núm. 1.084, pg.4. Enrique Vázquez Camarasa (Almendralejo, 1880-Burdeos (Francia), 1946). Durante el asedio del Alcázar de Toledo, Vázquez Camarasa entró en la fortaleza, autorizado por el gobierno republicano, a oficiar una misa que habían solicitado los sitiados. La actuación de Vázquez Camarasa fue poco comprendida y después de aquellos acontecimientos tuvo que abandonar España, refugiándose en Francia, donde falleció. Cf. ARCHIVO GOMÁ. Documentos de la Guerra Civil. Abril-Junio 1938. CSIC, Madrid 2016, pg.78.
[69] Alfredo Ramírez Tomé, redactor Jefe de ABC. Fue iniciador de la celebración del Día de Cervantes, 23 de abril.
[70] Consideraciones que José López Prudencio hace en el prólogo de la obra de Luis Chorot.
[71] HILVANES Y ZURCIDOS, pg.15.
[72] Ibíd. Crepúsculo vespertino, pg.24
[73] Ibíd. El monótono oficio del labrador, pg.28
[74] Ibíd. Los hijos de… Marx, pg.35.
[75] Ibíd. Contradicciones, pg.67.
[76] Ibíd. En tiempo de censura. La peña del café, pg.72.
[77] Ibíd. Románticos aleteos celestiales, pg.116.
[78] Ibíd. Glosario teresiano, pg.117. Luis Chorot de Coca gozó de la amistad del obispo de Badajoz, Adolfo Pérez Muñoz (1913-1920). El obispo hizo una Visita Pastoral a la Parroquia de Lobón, alojándose en la Casa Grande, residencia de la familia Chorot. Estuvo en Lobón los días 20 y 21/II/1915. Era párroco Álvaro Martín Núñez. Cf. CORREO DE LA MAÑANA, núm. 362 y 364, 24 y 26/II/1915, pg.2.
[79] HILVANES… Cúmplase mi voluntad, pg.126.
[80] Ibíd. Rimas, pg.139.
[81] Ibíd. Parodia, pg. 141.
[82] Ibíd. Al correr de la pluma, pg.162. Dedicado a su hija Magdalena.
[83] Ibíd. Nota final. Importante, pg.178 y 179.
[84] Webgrafía: https://www.abc.es/opinion/abci-recuerdos-200405240300-9621664321644_noticia.html
[85] HILVANES. pg.182.
[86] Los resultados electorales dieron una aplastante victoria a la conjunción republicano-socialista. En ella se integraron destacados intelectuales: Unamuno, Marañón, Madariaga, Ortega y Gasset, Sánchez Román…
[87] LOS PENÚLTIMOS… pgs.5 y 6.
[88] Ibíd. pg.9.
[89] Álvaro de Figueroa y Torres (Madrid, 1863-1950). Luis Chorot de Coca, en un artículo publicado en Correo de la Mañana, 16/V/1915, manifestó no avergonzarse de haber sido seguidor del conde de Romanones.
[90] LOS PENÚLTIMOS… pg.19.
[91] Ibíd. pg.33.
[92] Ibíd. pg.45.
[93] Ibíd. pg. 47 y 48.
[94] Ibíd. pg.81.
[95] (León, 1885-Ciudad de México, 1973. Presidente del Consejo de Ministros del gobierno republicano en el exilio (París, 1951-1960). Fue veterinario. Perteneció al Partido Radical Socialista. Cofundador del Partido Unión Republicana (1934).
[96] LOS PENÚLTIMOS… pg.87.
[97] (Madrid, 1875-1936). Militante del Partido Liberal-Demócrata. Diputado en Cortes y Senador. Fundador y líder del Partido Agrario. se encargó de la cartera de Agricultura, en el Gobierno presidido por Joaquín Chapaprieta, y poco después pasó a desempeñar la cartera de Estado. LOS PENÚLTIMOS… pg.101.
[98] LOS PENÚLTIMOS… pgs.111 y 112.
[99] Ibíd. pgs.119 y 120.
[100] Ibíd. pg.129.
[101] Ibíd. pg.135.
[102] (Barcelona, 1878-Nueva York, 1964). Pedagogo, escritor, ministro y embajador de España en la Segunda República.
[103] LOS PENÚLTIMOS… pg.139. La palabra cunero, se aplica a los candidatos o diputados que son presentados por sus partidos en un distrito electoral al que no pertenecen.
[104] (Alcoy, 1884-Ciudad de México, 1942). Abogado y político. Militó en el Partico Radical Socialista, del que fue expulsado. Fundó en 1932 Izquierda Radical Socialista. Diputado en Cortes y Ministro de Justicia.
[105] LOS PENÚLTIMOS… pg.143.
[106] (Orense, 1877-La Florida, EEUU, 1943). Se ordenó sacerdote. Defensor del pueblo gallego, frente a la política de su tiempo. Fue diputado a Cortes por el Partido Republicano Radical, pero disiente de éste por su acercamiento a la Confederación Española de Derechos Autónomos (CEDA). En 1936 se presentó a las elecciones por el partido de Manuel Portela Valladares.
[107] LOS PENÚLTIMOS… pg.145.
[108] Ibíd. pg.147.
[109] Diego Hidalgo Durán (Los Santos de Maimona, 1887-Madrid, 1961). Abogado, notario y escritor. Diputado en Cortes por la provincia de Badajoz, con el Partido Republicano Radical. Fue Ministro de la Guerra.
[110] LOS PENÚLTIMOS… pgs.151 y 153.
[111] Juan Simeón Vidarte Franco-Romero (Llerena, 1902-Ciudad de México, 1976). Abogado, dirigente del PSOE. Diputado a Cortes por la provincia de Badajoz en las tres elecciones celebradas durante la II República.
[112] LOS PENÚLTIMOS… pg.167.
[113] Ángel Ossorio Gallardo (Madrid, 1873-Buenos Aires, 1946). Jurisconsulto, político y escritor. Su vida política presenta una evolución, desde un perfecto conservador, monárquico y católico hasta alinearse con posiciones republicanas e izquierdistas durante la II República. Fue embajador en Francia, Bélgica y Argentina.
[114] LOS PENÚLTIMOS… pg.173.
[115] Eduardo Ortega y Gasset (Madrid, 1882-Caracas, 1965). Periodista, jurista, diputado a Cortes por el Partido Radical Socialista, y fiscal general de la II República. Hermano de José Ortega y Gasset.
[116] LOS PENÚLTIMOS… pg.179.
[117] Narciso Vázquez Torres, (Llera, 1875-Dun Sur Meuse, Francia, 1952), Médico odontólogo. Presidente de la Diputación de Badajoz 1931-1934 y 1936. Diputado a Cortes: Elecciones 28/06/1931 Badajoz. Destacado miembro del Partido Socialista, miembro del comité nacional del PSOE hasta 1938, siéndolo también del de UGT entre 1931 y 1932. Participó activamente en la Reforma Agraria de la provincia de Badajoz.
[118] LOS PENÚLTIMOS… pg.189
[119] José Antonio Balbontín Gutiérrez (Madrid, 1893-1978). Escritor. Tras un fugaz paso por el Partido Radical Socialista, fundó el Partido Social Revolucionario, por el que fue diputado por Sevilla en las Cortes de 1931, haciéndose famoso por sus intervenciones incendiarias. Entre 1933 y 1934 pasó por el Partido Comunista.
[120] LOS PENÚLTIMOS… pg.187
[121] En referencia a Esquerra Republicana de Cataluña, fundada en 1931, partido de izquierda, democrático y catalanista. Fundado por Francesc Macià Lusà.
[122] Lluis Companys i Jover (Lérida, 1882 – Barcelona, 1940). Político y abogado, de ideología catalana y republicana. Líder de Esquerra Republicana de Cataluña, ministro de Marina en España y presidente de la Generalitat de Cataluña.
[123] El que cultiva en Cataluña la tierra según el contrato de rabassa morta; y por extensión, aparcero, colono o arrendatario de un predio rústico ajeno, en Cataluña.
[124] LOS PENÚLTIMOS… pg.195.
[125] Ibíd. pg.209.
[126] Conoció entre otros a Pedro Muñoz Seca, Jacinto Benavente, Eduardo Marquina y los hermanos Álvarez Quintero. Cf. Obituario a Juan Chorot Castillo por Álvaro Mateos López, publicado en el diario EL MUNDO, 21/VI/2006, https://www.elmundo.es/elmundo/2006/06/19/obituarios/1150678319.html
[127] Cf. GARCÍA ROLDÁN, A.: “La Codorniz: la sátira en el primer franquismo (1941-1966)”. Aportes, Revista de Historia Contemporánea, núm.82, año XXVIII (2, 2013), pg.46.
[128] Nació el 2/X/1919 en San Sebastián. Falleció el 15/VI/2006.