Francisco Rivero.
Era el 25 septiembre del Año del Señor de 1513, cuando un extremeño, Vasco Núñez de Balboa descubrió el Mar del Sur, conocido hoy en todo el mundo como Océano Pacífico, el segundo hecho histórico más importante, tras la llegada de los europeos al Nuevo Mundo. El pasado 16 de noviembre de 2012 se abría en Cádiz la Conferencia Iberoamericana de Jefes de Estado, con asistencia, entre otros del actual presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, a quien acompañaba su esposa, Marta Linares, quien visitó el pueblo natal del conquistador y obtuvo de la Diputación Provincial de Badajoz una réplica de la pila bautismal de Vasco Núñez de Balboa, según me indicó Juan Pedro Plaza Carabantes, gerente del Patronato Provincial de Turismo.
Había nacido Vasco Núñez de Balboa en Jerez de los Caballeros… Templarios, esa preciosa población del sur de la provincia de Badajoz, que tanta historia muestra y atesora. Sobresale esta villa extremeña, de origen templario, por el perfil de sus cuatro torres Santa María de la Encarnación, San Miguel Arcángel, San Bartolomé y Santa Catalina. Cuenta con un recinto amurallado, con seis puertas, una fortaleza y una alcazaba; más de veinte edificios religiosos, entre conventos, hospitales y ermitas y numerosos palacios y casas señoriales.
De jovencito, Vasco Núñez de Balboa fue paje de Pedro Portocarrero, que fuera alcalde de Jerez y consejero de la reina Juana la Loca y del emperador Carlos V, además de Señor de Villanueva del Fresno, cuyo título lo ostenta hoy una señora que se llama: María del Rosario Cayetana Paloma Alfonsa Victoria Eugenia Fernanda Teresa Francisca de Paula Lourdes Antonia Josefa Fausta Rita Castor Dorotea Santa Esperanza Fitz-James Stuart y de Silva Falcó y Gurtubay, más conocida como Cayetana, la Duquesa de Alba.
Pues bien, Pedro Portocarrero, que vivía en la localidad onubense de Moguer, era además sordo y era conocido como el Sordo Señor de Moguer. Con él, nuestro biografiado, Vasco Núñez de Balboa, que tenía un nombre de pila un tanto raro en la Extremadura de entonces como en la región Galicia de donde eran originaria su familia, aprendió a leer y el manejo de las armas, de tanta importancia en aquellos rudos tiempos.
Con 25 años el joven Vasco Núñez de Balboa oyendo las gestas que los paisanos extremeños habían hecho por el Nuevo Mundo, se enrola en la expedición de Rodrigo de Bastidas, que salió en el mes de octubre del año 1500 del puerto de Cádiz, con dos naves, el bergantín “San Antón” y el chinchorro “Santa María de Gracia”.
Con Rodrigo de Bastidas estuvo también el geógrafo Juan de la Cosa, quien fue su piloto mayor y que ya participara con Colón en sus dos primeros viajes. Con el tiempo, de la Cosa trabajó en el Puerto de Santa María en el primer mapa del nuevo continente, que se conserva en el Museo Naval de Madrid, junto al actual Ayuntamiento, en Cibeles, incluso da nombre a Venezuela por un antiguo poblado indio, que después daría nombre a todo el país.
No tenía malos comienzos nuestro paisano Núñez de Balboa. Bastidas ya en esa expedición pasó por la denominada Isla Verde, hoy la isla de Granada, una pequeñísima república caribeña, y de allí, tras pasar la Isla de los Gigantes (hoy Aruba) llega hasta la bahía de Santa Marta, hoy una bellísima ciudad colombiana, al borde del anchísimo río Magdalena, avistándolo el 1 de abril de 1501. Pasa por el golfo de Barú, donde se sitúa la ciudad de Cartagena de Indias, hoy Patrimonio de la Humanidad por su buen cuidado casco antiguo, llegando hasta los golfos de Urabá y Darién, ya en la actual nación de Panamá. Recorren la Isla de Pinos y la costa hasta el Puerto del Escribano, lugar aún desconocido. Este viaje le valdría muchísimo en su experiencia futura como un gran capitán, descubridor y conquistador de la tierra panameña.
Pero los barcos de esta expedición estaban carcomidos por la enfermedad de la broma, por lo que Rodrigo de Bastidas decide retornar a la isla de la Hispaniola, hacia Santo Domingo, tras pasar por Santiago (hoy la isla de Jamaica) y la región de Jaragua, situada al oeste de la isla dominicana, hoy en la República de Haití, llegando a la capital con oro, esmeraldas y perlas. Pese a todo, el juez pesquisidor de la isla, Francisco de Bobadilla, le incauta este tesoro y lo encarcela. El mandato de Bobadilla duró desde el 23 de agosto de 1500 hasta el 15 de abril de 1502.
En esta expedición de Bastidas, Vasco Núñez de Balboa ganó bastante dinero y se fue a tierras más tranquilas en 1502. Ese año, mi paisano Nicolás de Ovando, nacido en la villa cacereña de Las Brozas se hacía cargo de la Gobernación de las Indias, por orden de los Reyes Católicos. Antes había sido comendador de Lares, el pueblo pacense de Esparragosa de Lares, de la Orden Militar de Alcántara, donde naciera en el siglo XX el cantante Pablo Guerrero, cuyo principal tema fue “Que tiene que llover a cántaros”, canción que con otras muchas suya interpretó en el Olimpia de París.
EL MANDATO DE OVANDO
Nicolás de Ovando había sido nombrado gobernador de la Hispaniola, Indias y Tierra Firme el 3 de septiembre de 1501, cuando era comendador de Lares, para sustituir a Francisco de Bobadilla, por su mala gestión, quien había mandado prender a Cristóbal Colón y a sus hermanos Diego y Bartoloméy les había mandado a Castilla encadenados e incautados todos sus bienes. Los Reyes Católicos confían en la buena gobernación que Ovando había hecho al frente de la Orden Militar de Alcántara y le piden que reestablezca los bienes y tierras de los Colón y todos sus títulos, con la única intención de mantenerlo alejado de la isla de la Hispaniola.
El viaje de Ovando fue el más importante hasta entonces de los que habían salido desde la Península hasta los nuevos territorios, ya que la flota la formaban 32 barcos y más de 2.500 personas. Junto a Nicolás de Ovando se alistaron personas que hoy forman parte de la historia de España, como Bartolomé de las Casa, Francisco Pizarro, Juan Ponce de León, entre otros y doce franciscanos, comenzando la cristianización de los indios taínos. También iba a haber ido en este viaje un primo de Francisco Pizarro, Hernán Cortés, pero un asunto de faldas le retuvo en Sevilla.
El trayecto oceánico comenzó el 13 de febrero de 1502 en Sanlúcar de Barrameda y estaba al frente el capitán Antonio Torres, quien ya había estado con Cristóbal Colón en su segundo viaje, El mandato del brocense duró desde el 15 de agosto de 1502 hasta el 9 de julio de 1509, siendo entonces sustituido por Diego Colón, hijo del descubridor, quien fue a la Hispaniola junto a su esposaMaría de Toledo, sobrina del Duque de Alba.
Los Reyes pidieron también a Ovando que hiciera retornar al juez pesquisidor a Castilla en la flota de vuelta. Así lo hizo Ovando, pero con tan mala fortuna que la flota de regreso a España fue sorprendida por un fuerte huracán de las Antillas mayores y en el naufragio perdieron la vida Francisco de Bobadilla; el almirante, Antonio Torres, y el piloto Pedro Alonso Niño, así como el cacique taíno Guarionex, jefe de Maguá, (hoy ciudad dominicana de La Vega), que estaba siendo deportado a Castilla, pues había hecho la guerra a los españoles y había sido encarcelado hacía dos años. Sí llegaron a España, entre otros, Juan de la Cosa y Rodrigo de Bastidas, quienes al entregar parte del tesoro que llevaban a la reina Isabel, se volvió a interesar por los temas del Nuevo Mundo.También se salvó la carabela “Aguja”, irónicamente el barco más débil de la escuadra y el que llevaba los bienes de Colón.
Este huracán no sólo hundió la flota sino que arrasó la isla de la Hispaniola y la capital, Santo Domingo, aposentada en unos barracones cubiertos con hojas de palmera en la orilla izquierda del río Ozama desde 1496. Ese año de 1502 Ovando ordenó que la ciudad fuera trasladada al margen derecho del Ozama y se construyera al estilo castellano; es decir, a base de piedra. Muchos de sus monumentos, casonas y palacios que aún se conservan en el interior de la ciudad de Santo Domingo son de piedra y está declarada por su antigüedad, ciudad Patrimonio de la Humanidad.
FUNDACIÓN DE CIUDADES
Hasta 1502, año en que llegó Núñez de Balboa a la Hispaniola, ya se habían fundado un total de ocho ciudades. La primera de ellas fue el Fuerte de Navidad, fundada en lo que hoy es Haití en 1492 y desaparecida, como también desaparecieron tres más: La Isabela, Santo Tomás y La Magdalena, las tres fundadas en 1494 en territorio de la República Dominicana. Al año siguiente, se crearon dos más: Santiago de los Caballeros y Bonao, que subsisten en la actualidad. Y al siguiente, en 1496, Santo Domingo, destruida en el huracán de 1502 y refundada ese año en la margen opuesta del río Ozama, como ya se ha dicho, así como la Fortaleza Ozama, el edificio de Santo Domingo más antiguo de América, con aspecto de castillo medieval, y que se puede visitar como uno de sus atractivos del patrimonio histórico artístico de la ciudad.
En 1500 surgió en Venezuela la población de Nuevo Cádiz, también hoy desaparecida y dos años más tarde, también en Tierra Firme (Venezuela), Santa Cruz, de la que no quedan restos.
Ese año de 1502 se habían creado en lo que hoy es Dominicana las poblaciones de Puerto Plata y Santa Cruz de Hicayagua, posteriormente Santa Cruz de El Seibo y hoy El Seibo, ciudades que aún persisten en la actualidad.
En 1503 hubo cinco fundaciones, dos en Haití (Hincha y Santa María de la Vera Paz, ésta desaparecida) y dos en República Dominicana (San Juan de la Maguana y Salvaleón de Higüey), más una quinta en Panamá, Santa María de Belén, también desaparecida.
SALVATIERRA DE LA SABANA
En la práctica, el mandato de Ovando no iba más allá de la actual República Dominicana y Haití. Núñez de Balboa se aposentó en el año 1504 en Salvatierra de la Sabana, situada la zona oeste de la isla la Hispaniola, en el actual Haití, junto a Diego Velázquez de Cuéllar, suegro de otro gran conquistador, Hernán Cortés. Esteban Mira Caballos cuentaque el gobernador Ovando iba distribuyendo a sus hombres por las ciudades que iban fundando con el fin de controlar políticamente todos los territorios isleños. Así en Salvatierra de la Sabana, fundada por Diego Velázquez, estuvieron Vasco Núñez de Balboa, Bartolomé Becerra, Pedro Romero, Alonso de Galisteo y Martín de Cáceres, todos ellos miembros de su equipo al que llamaban los antiguos colonos “los garrovillanos” por su influencia ante el jefe.
El padre Bartolomé de las Casas, que conoció en persona a Vasco Núñez de Balboa, le retrata en su libro: “Este Vasco Núñez era uno de los que muchas deudas debía, vecino del postrero pueblo desta isla, al Occidente, llamado Salvatierra de la Sabana, donde tenía indios de repartimiento, natural de Badajoz. Era mancebo de hasta treinta y cinco o pocos más años, bien alto y dispuesto de cuerpo, y buenos miembros y fierezas y gentil gesto de hombre muy entendido y para sufrir mucho trabajo. Este había venido a la Tierra Firme, cuando vino a descubrir y rescatar Bastidas…”
Diego Velázquez procedía de una familia noble de la ciudad de Cuéllar. Su familia ya había servido durante generaciones a los reyes de Castilla. Él viajó ya con Colón en su segundo viaje a América y en tiempos de Ovando fue su lugarteniente. Durante el mandato del gobernador Diego Colón, éste le envió a la isla Juana, hoy isla de Cuba, a conquistarla, primero como adelantado y después como gobernador.
La población Salvatierra de la Sabana es hoy conocida como la ciudad de les Cayes. Además en 1504 también se crearon en Haití otra población que aún pervive: Fort Liberté, y otras dos en República Dominicana: Ázua de Compostela y Bánica.
Velázquez fundó numerosas ciudades por orden de Ovando. En La Hispaniola fueron las poblaciones de Villanueva de Yáquimo, San Juan de la Maguana, Ázua de Compostela, Salvatierra de la Sabana, Santa María de la Vera Paz y Bánica; y en Cuba, bajo el mandato del siguiente gobernador Diego Colón, las ciudades de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, San Salvador de Bayamo, Santiago de Cuba, Santísima Trinidad, Santa María de Puerto Príncipe, Sancti Spíritus, San Cristóbal de la Habana y San Juan de los Remedios.
El nombre de Salvatierra de la Sabana significa tierra salvada de las aguas. Pasados los siglos, sería destrozada por dos grandes huracanes, el primero el 5 de septiembre de 1781 y otro el 16 de septiembre de 1788. Con el tiempo fue la ciudad de Les Cayes (Los Cayos). Esta ciudad era antes de la última revolución haitiana un lugar tranquilo, al suroeste de San Domingo, donde no se daban las grandes tensiones que se producían en la capital o en el norte de la isla.
LA CIUDAD DE LES CAYES
Hoy es una gran zona turística de la República de Haití, por la diversidad de sus paisajes, clima templado y la riqueza de su patrimonio histórico artístico y de naturaleza. Comencemos a conocer estas tierras por su naturaleza porque eso ha cambiado poco en los últimos 500 años.
Una guía turística nos habla de sus bellezas naturales, destacan sus hermosas playas, como la llamada Jelly, que es la más grande del país, con un precioso banco de arena blanca, situado entre el mar y la tierra, con agua dulce en sus cercanías, como la tiene la playa de “Pointe”, con dos bellísimas cascadas yun tranquilo y hermoso mar azul.
En esta zona del sudeste de Haití se halla el pico más alto de la República, el PicMacaya, de 2.410 metros de altura, donde en una espesa vegetación, con agradable paisajes, habitan raras especies de aves en peligro de extinción y hoy convertido en uno de los dos Parques Nacionales del país, protegido con inversiones de la Unión Europea.
LA HISPANOLA EN TIEMPOS DE BALBOA
Y vemos qué ocurrió en esta isla en esos nueve años en el que el gobernador Ovando y Balboa convivieron en la isla de la Hispaniola.
Ya se ha dicho que durante los primeros años de la gobernación de Ovando, éste repartió a sus hombres por todos los territorios indígenas dela isla. En el año de 1502, elañode su llegada, mandó a Juan de Esquivel, con 400 hombres a conquistar y a repoblar el cacicazgo de Higüey, donde funda la villa de Santa Cruz de Hicayagua, posteriormente Santa Cruz de El Seibo y hoy El Seibo, en la República Dominicana. También al añosiguiente, Esquivel fundó una fortaleza en Higüey, dentro de ese mismo cacicazgo, y que dos años más tarde se convierte en la ciudad de Salvaleón de Higüey, colaborando en ello Juan Ponce de León – que este año se conmemora el quinto centenario de su llegada a la península de La Florida- y de Juan de Villarroel.
Mientras tanto Ovando ordena a Diego Velázquez, fundar una ciudad en el cacicazgo de la Maguana, quien el 24 de junio crea San Juan de la Maguana, muy cerca de la capital del reino taíno.Ayudaron en esta fundación Alonso de Sotomayor, Juan Pérez, Antonio de Herrera, Alonso Ramos, Jerónimo de Herrera, Juan Pizarro, Diego de Aldana y Alonso de Monroy.
La idea del gobernador era ir distribuyendo a sus hombres por la isla, como ya se ha dicho, por eso ahora su plan era conquistar el oeste, lo que hoy forma la nación de Haití. Allí volvió a enviar a su hombre de confianza, Diego Velázquez.
Este año de 1503 es importante para los colonos de la isla, entre ellos Balboa, ya que la Reina Isabel forma el 20 de diciembre una Real Provisión por la que da permiso para crear las encomiendas, a través de las cuales los españoles recibían indios para trabajar en sus posesiones, o bien los indios de las tribus caribes apresados en guerras justas contra ellos.
Ese mismo año el gobernador Ovando manda dos expediciones al oeste de la isla de la Hispaniola para terminar de pacificarla. La primera al mando de Rodrigo de Mexía, quien crea La ciudad de Lares de Guabá o Guahabá, recordando el nombre de la extremeña Esparragosa de Lares de donde era comendador. Esta ciudad fue destruida y con el tiempo, en 1704, refundada por inmigrantes canarios se convirtió en la dominicana Nuestra Señora de la Concepción de Hincha. (Hoy es Hincha, en el centro de Haití, de unos 100.000 habitantes).
A su vez Diego Velázquez funda Santa María de la Vera Paz, al oeste del lago de Xaragua, hoy renombrado lago Saumatre y al este de la capital del país: Puerto Príncipe. La ciudad fundada por Velázquez desapareció pronto, en 1518. En este cacicazgo fue donde se dio la matanza de Xaragua, donde el gobernador mando hacer una masacre de los indios levantiscos, mientras sus hijos fueron recogidos por los dominicos y enseñados en las artes, las letras castellanas y la religión católica. Entre estos niños estaba el indio Huarocuya, de tan sólo 7 años, pero que con el tiempo fue un jefe indio llamado Enriquillo, y que hoy da nombre al gran lago dominicano.
Toda esta parte de la isla se pacifica, solo quedan algunos indios revolucionarios en la isla de la Gonave, mientras se sigue fundando ciudades. Así Rodrigo Mejía de Trillo fundó en 1504 Puerto Real, y después denominada Bayajá, hoy Fort Liberté al norte de Haití; muy cerca de la frontera con República Dominicana, mientras que Diego Velázquez- el gran fundador- crearía Ázua de Compostela, hoy se quedó sólo con el nombre de Ázua, ciudad que fue derruida pro un terremoto el 16 de octubre de 1751 y que hoy cuenta con 250.000 habitantes.
Una curiosidad, al año siguiente comienza a circular en la Hispaniola la moneda el real de a ocho, al que llaman también peso fuerte o peso duro; de ahí que los hispanoamericanos tengan como monedas el peso y nosotros a ciertas monedas le llamábamos el duro: Esta moneda comenzó a circular por el Nuevo Mundo en 1505 hasta el año 1857 que también circulaba en los Estadios Unidos, al que llamaban el dólar español. Fue la moneda más internacional que nunca ha tenido España.
También en 1505 se funda por Rodrigo Mejía de Trillo otra ciudad. En esta ocasión es La Buenaventura, en lo que fuera una ciudad indígena de Cotuy, en el centro de la Hispaniola; hoy es la capital del mismo nombre de la provincia dominicana de Sánchez Ramírez. Cotuí es un nombre taíno.
Este mismo año se fundó, en una zona taína, Montecristi por Nicolás de Ovando a orillas del río Jacaguay tres décadas más tarde Juan de Bolaños. Crearon esta nueva ciudad unos 60 colonos procedentes de Canarias y la llamaron San Fernando de Montecristi, pero fue destruida a principios del siglo XVII. Hoy cuenta con más de 110.000 habitantes.
Ese año hubo un acontecimiento importante para la formación de los hijos de los colonos: Se crea en Santo Domingo la escuela de la Española, el primer colegio de América.
En 1507 Ovando mandó concluir a uno de sus comandantes, Cristóbal de Tapia, las obras de la Torre de Ozama, lugar que fue durante cuatro años más la sede de la gobernaduría del Nuevo Mundo, hasta que Diego Colón comenzó a levantar el Palacio de Colón, palacio que aún se conserva. La Fortaleza Ozama pasa a ser hoy uno de los principales monumentos de la ciudad Patrimonio de la Humanidad que es Santo Domingo.
Para entonces la población indígena taína había sufrido un importante descenso debido a la gran mortalidad causada por los trabajos que les obligaban los españoles y también por las bacterias que aportaron los colonos y trajeron nuevas enfermedades a una población local que hasta entonces no la tenían. La población pasó de los 500.000 tainos en 1492 a poco más de 60.000 en 1507.
En 1508 hubo un nuevo paso para la colonización de otros territorios en Tierra Firme. Así el rey Fernando de Aragón concedió, como regente del Reino de Castilla, dos nuevas gobernaciones a Alonso de Ojeda y a Diego de Nicuesa, que tanta importancia tendría en la vida personal de Vasco Núñez de Balboa.
ESCUDOS REALES
El 7 de diciembre de 1508, la reina Juana la Loca concede a las quince ciudades ya fundadas en la isla de la Española sus escudos: Diez en lo que es hoy República Dominicana y cinco en Haití. Son estas: Santo Domingo, Concepción de las Vega, que recibe también el título de ciudad; Santiago, Bonao, La Buenaventura, Puerto Plata, San Juan de la Maguana, Compostela de Ázua, Salvaleón de Higüey y Santa Cruz de Icayagu. Las cinco de Haití son; Salvatierra de la Sabana, Puerto Real, Santa María de la Vera Paz, Villanueva de Yáquimo y Lares de Guabá
Mientras tanto, el gobernador Ovando mandó fundar en Santo Domingo el primer monasterio de América. Por eso a Santo Domingo la denominan la ciudad primada de América. Se trata del monasterio de San Francisco.
Como la isla estaba ya pacificada, Ovando se dedica a explorar los territorios colindantes. Así ordena al piloto Andrés Morales a que circunnavegue la isla con el fin de reconocerla por completo y realice las cartas náuticas. Lo mismo haría el navegante gallego Sebastián de Ocampo con el cercano territorio de lo que es hoy la isla de Cuba y entonces llamaron isla Juana en honor a la reina. Como es tan larga, no sabían si era isla o tierra firme. Lo hizo con dos barcos y su viaje duró dos años durante 1508 y 1509. De este viaje se ha hecho recientemente un documental firmado por una cineasta cubana.
Por otra parte, Juan Ponce de León, teniente de la villa de Salvaleón de Higüey, salió hacia el este para reconocer la isla de Borinquén, hoy Puerto Rico con sólo 60 hombres, Fundó la ciudad de Cáparra, donde aún se conservan los restos de su casa. Fue muy bien recibido por el cacique Agüeybaná, que llegó con él a Santo Domingo para ser recibido por el gobernador Ovando. Al año siguiente, le nombra el primero de mayo gobernador de la isla de San Juan Bautista (Puerto Rico).
El 9 de julio de 1509 llega a la isla el nuevo gobernador, Diego Colón, en compañía de sus tíos Bartolomé y Diego y así concluye la gestión de Nicolás de Ovando.
LA AGRICULTURA Y GANADERIA EN LA HISPANIOLA
Mientras tanto Vasco Núñez de Balboa se dedica a sus tareas agrícolas y ganaderas en la zona oeste de la isla, en Salvatierra de la Sabana, donde es encomendero, donde trabaja con sus indios en lo que conoce, criando ganado vacuno y porcino, recordando sus tiempos de estancia en Extremadura.
Lorenzo López y Justo del Rio estudiaron la ganadería vacuna en la isla de la Española durante el siglo XVI. En su estudio, ambos profesores de la Universidad Complutense indican que “la ganadería en la Española tuvo una considerable importancia social y económica desde los primeros momentos de la colonización debido al decrecimiento aurífero, que ya se vio entre los años 1508 y 1510, antes de que se implantase el cultivo del azúcar”.
Según el historiador dominicano Frank Moya Pons en su obra “La española en el siglo XVI”, “sólo permanecieron en la isla aquellos que tenían propiedades efectivas: fincas, ganados e indios”. Pero como el caso de nuestro biografiado, Balboa al arruinarse no tenía nada de ello , por lo que tuvo que abandonar la isla de manera precipitada.
Cuentan López y del Río que “las décadas de 1510 y 1520, el incremento del vacuno y la despoblación insular fueron dos fenómenos que terminaron con la desaparición del mercado interior y el derrumbe de los precios de la carne. Los precios bajaron a costas tan reducidas que los criadores ya no ganaban ni para pagar a los vaqueros y pastores,quedando los ganados sin guarda y haciéndose monteses”.
EL FINAL DE SU ESTANCIA EN LA HISPANIOLA
Como soldado, Núñez de Balboa, a las órdenes del gobernador, pacificó la zona de indios y por eso recibió tierras y también indios para trabajar en ellas, pero no debía ser un buen agricultor ni negociante y se endeudó. Cuenta la historia que como extremeño se dedicó a la cría de cerdos, pero debió de salirle mal el negocio, por lo que a los pocos añostuvo que abandonar el lugar escondido en un barco que salía desde Santo Domingo, como polizón, en un barril, y acompañado por su perro Leoncico, que por entonces era un arma contra los indios. Estamos ya en 1509 cuando huye en el barco del bachiller Martín Fernández de Enciso, y tras acercarse a la zona panameña del Darién funda allí la ciudad de Santa María del Darién y es nombrado alcalde de la misma, pero esa ya es… otra historia antes de su gran descubrimiento en Panamá: La Mar del Sur-
MIS EXPERIENCIAS PERSONALES EN PANAMÁ
Y algunas experiencias vitales que este viajero ha tenido por esta zona de América han sido ricas y variadas, como entrevistar en Mallorca –donde residí doce años- al general Omar Torrijos, por entonces presidente de Panamá, o realizar una visita a los indios Kuna, el lugar donde murió nuestro paisano, en la actual provincia de San Andrés, a donde me desplacé en una pequeña avioneta desde el aeropuerto de Panamá hasta el pequeño aeródromo de los kuna, situado en el continente y muy cerca de una islita-ciudad. A la vuelta, una gran tormenta tropical amenazaba la pequeñísima avioneta mientras, a medio metro de mí, el fuerte aguacero impactaba sobre el parabrisas de la aeronave haciéndola bambolear. Los indios kuna han sido muy bien estudiados por el catedrático de Antropología de Iberoamérica Tomás Calvo Buezas, natural deTornavacas, de los que ha escrito el libro “Los Kuna”.
Otra interesante experiencia fue con los indios Emberá, situados en la zona del Canal, adonde me trasladé un lluvioso día en una barca, que no tenía nada que envidiar a la que use hace unos años para estar con los indios de la zona selvática de Venezuela para ir a conocer el Salto Ángel, la catarata más alta del mundo con 940 metros de caída libre.
El día que fui a ver a los emberá, estaba lluvioso, un par de horas bajo un continuo cielo abierto, tanto que toda la jornada se empleó en unas compras de artesanía local, una comida típica debajo de una de las chozas y una buena charla con el chamán de la tribu.
Los días selváticos de Panamá concluyeron en el Canal. Tuve la suerte de estar detrás de un barco Panamax, que son aquellos barcos que de gran tonelaje que son capaces de traspasar las esclusas. Su tamaño es tan enorme que fui incapaz de hacerle una fotografía de tan cerca que estaba. No entraba en el ángulo de la máquina de fotos. Sin embargo tuve esa gran experiencia desde lejos, desde las tierras de los emberá.
Para terminar, dos apuntes: Miguel de la Quadra Salcedo, con el que uno de mis hijos realizó la Ruta Quetzal por México, va llevar a jóvenes de España y América por Panamá y Jerez de los Caballeros, lugar donde ha sido restaurada recientemente con dinero de aquel país hermano la pila bautismal donde se cristianó Vasco Núñez de Balboa.
Por otra parte, una sugerencia le hice en su día a la presidenta del Hogar Extremeño, Maruja Sánchez, y es que en desagravio de la mala situación en la que se encuentra la estatua de Núñez de Balboa en la Ciudad Universitaria, junto al Museo de América, sería muy interesante que los extremeños le lleváramos una corona de laurel ante el monumento y homenajeemos a uno de los más grandes personajes de la historia de Extremadura, España y América.
Y como prueba de mi visita por el Canal de Panamá y en agradecimiento a su interés, les dejo esta imagen con un buen amigo, Félix Arévalo, secretario general de la Asociación Nacional de Agencias de Viajes, gran prohombre del turismo español, en el barco que nos llevó por las aguas que navegara nuestro ilustre paisano, el jerezano Vasco Núñez de Balboa.