Jul 192013
 

Gregorio Carrasco Montero.

1.  DE COFRADÍAS A MAYORDOMÍAS… MEMORIAS DE UN MONAGUILLO

Con el Santoral en la mano, manejando mejor los datos, tenemos que plegarnos ante la religiosidad popular instalada en el corazón de la sociedad.

En la evolución de todo ello mucho han tenido que ver las Cofradias. Entre nosotros, extendida por todas partes, especialmente arrancaron desde la Edad Media.

A veces algunos miembros de algunas de ellas intentaron sostener costumbres que no encajaban bien con movimientos, doctrinales y apostólicos impulsados por la Santa Madre Iglesia. Pero no es hoy objetivo de nuestra comunicación a los Coloquios Históricos. Si afirmar que a esa Iglesia le ha preocupado porque desde siempre ha existido la religiosidad popular que han tratado de acaparar las cofradías.

Ni los más puritanos luchando contra las desviaciones, que también existen, han podido con ellas. Ni con las costumbres y tradiciones, que por estar encarnadas, vive el pueblo

S.S Pablo VI dejó normas y criterios para poner las cosas en su sitio en la Exhortación Apostólica MARIALIS CULTUS. Ya antes habían tratado diversas facetas del mismo tema Pio XII, Concilio Vaticano II. No dejó de hacerlo tampoco Juan Pablo II.

Todos los implicados, especialmente directivos de Cofradías, deberían de estudiarlas. Con prudencia, sin cejar en ello, tratar de impulsar a todos a vivir evangélicamente el culto que tratan de promover. Será así una buena pieza encajada en la misión de esa misma Religiosidad Popular. Es anunciar El Reino de Dios e invitar a la Conversión.

2. DE TRADICIONES Y COSTUMBRES QUE SUPERVIVEN DE ALGUNA MANERA

Trato de recordar aquello que hace siete décadas viví y que sea ido perdiendo o variando. Algunas han desaparecido y otras, con retoques aún se agarran a las devociones populares para sostenerse. Por eso traigo en esta comunicación lo que conservo en la memoria de aquella etapa que hace décadas quedó atrás. Y deseo queden consignados elementos y costumbres nacidos y desarrollados en el seno de cofradías y han mantenido sus sucedáneos las mayordomías.

Por supuesto que me voy a referir a las que recuerdo y viví, de una u otra forma, en la parroquia de Santa María de Villamiel, en la que fui monaguillo. Pueblo y parroquia están situados en plena Sierra de Gata, de la provincia cacereña.

Siguiendo el calendario narraremos aquello que se conserva y lo que, por diversas razones, ha desaparecido sin meternos en otras valoraciones.

En un pueblo que en el siglo XVII, andaba y no llegaba, a los 2.000 habitantes, tener y sostener una docena de cofradías que desarrollaran sus fines no era tarea fácil.

La vida cultual de las mismas era floja. Los fines concretos de cada una de ellas o no se cumplían, o lo hacían de forma lánguida, mortecina.

Con tales circunstancias pensamos que alguien, tales como hermanos mayores, párrocos, o comisiones acudieron al Sr. Obispo diocesano, que entonces lo era el de Ciudad Rodrigo. Lo fueron hasta 1958 en el que se reajustaron los límites de varias diócesis. ¡Con lo que está costando hacer lo mismo con la franja extremeña de Toledo. Sobre todo Guadalupe!

3. EL OBISPO QUE LAS ANULÓ

Es, por tanto, por la jurisdicción canónica que ejercita el que anula la vigencia de dichas cofradías que no cumplían con los fines a que se habían com- prometido con la erección canónica de las mismas.

En estas circunstancias aparece en la historia cofradiera de Villamiel su Obispo, Ilmo. Sr. Dn. Cayetano Cuadrillero y Mota.

Hombre y pastor de grandes obras en una diócesis pequeña. Debería ser propenso a exigir el cumplimiento de aquello a lo que se habían comprometido los solicitantes de la aprobación de los estatutos de las cofradías con fines concretos. Buenas pinceladas para un retrato de este obispo las da el M.I.Sr. Dn. Mateo Hernández Vegas en su obra Ciudad Rodrigo, la Catedral y la Ciudad, capítulo XXIII, tomo segundo.

Volvemos a Villamiel. Llegándole por la vía que fuere: Revisión de libros en Visita Pastoral, especialmente, contactos y diálogos con los Hermanos Mayores de las Cofradías, estado de cuentas de las mismas, optó por anular canó-icamente casi todas. Entre otras: Dulcísimo Nombre de Jesús, San Pedro Celestino, patrón de la Villa, Santísima Trinidad, San Antonio de Padua, Santa María Magdalena, titular de la parroquia, Virgen del Rosario, San Marcos.

Parece ser que el Sr. Cuadrillero y Mota salvó de la barrida la de las Animas Benditas, Vera Cruz y Santísimo Sacramento. De ésta se ha celebrado el Cuarto Centenario de su existencia. A lo largo del tiempo se fueron autoanulándose o quitadas por algún eclesiástico y quedando de aquella época tan sólo la Cofradía de la Minerva del Santísimo Sacramento de Villamiel. Como hemos indicado antes acaba de celebrar, con todas las bendiciones del Obispo Mons. Dn. Francisco Cerro Chaves que, además, ha publicado una bella Carta Pastoral sobre la Eucaristía con tal motivo.

4. MAYORDOMIAS

El mismo obispo mirobrigense, Cuadrillero y Mota, dio paso a las Mayordomías con las que se pudieran sostener el espíritu, en alguna forma, de las Cofradías que suprimió por decreto.

En principio tales mayordomías tienen un sentido muy amplio. Significan cosas que superan la etimología que pueden ofrecernos diccionarios y especialistas. ¿Qué tenemos que decir nosotros de ellas?.

A)  Para las anuladas quedaba la posibilidad de las Mayordomías.

B)   Popularmente lo de Mayordomías se traduce por el verbo servir a tal santo o tal santa. Ampliaremos esto.

C)  Se es mayordomo, o se sirve normalmente durante un año. O más según la promesa hecha de varios años.

D)   Hay, para ello que ponerse en contacto con el cura párroco para inscribirse como mayordomos. Algunas mayordomías, en algunas etapas tienen lista de espera.

E)     Cuando se terminan las fiestas, el Sr. Párroco hace entrega de varas y cruces con las que los mayordomos presiden y están en los actos cultuales o piadosos en honor del santo.

F)     Los mayordomos se comprometen a la limpieza de ermitas, altares, de ropas si son imágenes vestidas.

G)   Sin que sea obligatorio suelen ofrecer los mayordomos el conocido con el nombre de Refresco. Se invita por los mayordomos.

H)  Muy pronto debieron desaparecer las Mayordomías: De la titular de la Parroquia de Santa María Magdalena, San Marcos, Espíritu Santo, Virgen del Rosario, etc.

Una de las últimas mayordomías desaparecidas es la del Dulcísimo Nombre de Jesús y se han cumplido también más de 50 años del finiquito de todo lo relacionado con lo de las Animas Benditas. Hablaremos de ello y aportaremos los datos orales y también algunos escritos.

Como mayordomías son y se conservan relativamente pujantes las de San Pedro Celestino, patrón canónico del pueblo, Virgen de la Piedad, patrona también de la Villa de Villamiel, San Antonio de Padua.

Con otro ritual destaca y se conserva la única Cofradía de las existentes en el S. XVII; la de la Minerva del Santísimo Sacramento de Villamiel.

Diremos, resumido, lo que recordamos y vivimos de ellas. Parte rozando los ritos, parte narrando costumbres y detalles de sus fiestas.

5. SIGUIENDO EL CALENDARIO

Con ese orden que marca el calendario litúrgico recogemos elementos que se unían a la fiesta religiosa. Se iniciaba el dicho año litúrgico.

) Mayordomía del Dulcísimo Nombre de Jesús.

A esta mayordomía se comprometieron miembros de la familia Simón. Transmitido este apellido por vía femenina ha ido desapareciendo o por vía matrimonial, se unió a varios miembros de la familia Bacas: Dn. Julio Bacas, Dn. Gregorio Bacas, Dª Pura Bacas. Sólo quedaban tres hermanas solteras, ocupando las tres la casa paterna y ostentando el referido apellido Simón. Al desaparecer los Simones y lo mismo los Bacas, con esto desapareció la Mayordomía del Dulcísimo Nombre de Jesús.

Los mayordomos se comprometían a costear los actos litúrgicos, tamboril, cohetes, preparar las andas con la tallita del Niño Jesús para la procesión. La procesión tenía lugar antes de comenzar la misa solemne que celebraba y cantaba todo el pueblo, la llamada Misa de Angelis, en latín. Terminada la Santa Misa tenía lugar la costumbre que ahora, según me han informado oralmente, se ha trasladado a la Solemnidad del Domingo de Ramos. Los niños con sus ramitos de laurel, visitaban a sus padrinos y familiares cercanos. Correspondían unos y otros colocando en las ramitas roscas bañadas, otros dulces y, por lo menos una paga para gastar en la fiesta.

Hoy la tallita del Niño Jesús anda de acá para allá sin encontrar su sitio. No hay procesión y se ha perdido la costumbre antes indicada. Posiblemente los niños villamelanos ignorantes ellos y sus familias de los strenae, sin devoción alguna a la diosa Strenía estaban sosteniendo una costumbre pagana.

2º) Mayordomía de San Pedro Celestino.(10 de Mayo)

Como en las demás mayordomías los titulares de cada año deben cuidar de la talla. Aunque la tal, es vestida con ropajes y atributos pontificales. Tan solo tiene policromadas las siguientes partes: pies, manos y cabeza. Las vestiduras son pontificales, sotana, roquete, estola, capa pluvial. Lleva objetos como Cruz Patriarcal, tiara, pectoral. Los mayordomos cuidan de todo ello. Cuando llegan las fiestas preparan la sagrada imagen y ellos asisten a los diversos actos con las varas y cruces de mayordomía. Terminadas las fiestas se hace entrega de todo lo reseñado a los nuevos mayordomos. No tienen, fuera del refresco, ninguna tradición especial que reseñar. La elección de este santo como patrono de la Villa debió ser noticia en diócesis mirobtigense. Nos apoyamos para esta afirmación en lo que pidieron tanto el obispo que aprueba los estatutos de la Cofradía de San Pedro Celestino, como su inmediato sucesor. Ya hemos hecho referencia a ellos en otras ocasiones y con otros motivos.

Quiso pertenecer a la Cofradía que aprobaba del elegido Patrono de Villamiel de forma sorprendente, encabezando, por expreso deseo, la lista de cofrades y para cumplir las cargas de la misma. Así está inscrito en el Libro de Cofrades.

“El Ilustrísimo y Rm Sr., El S.D. Fº Manuel de Zúñiga Sotomayor Mendoza, Obispo de Zd. Rº, primero Cofrade de esta Cofradía por ser su voluntad”.

Su sucesor mostró los mismos deseos y el que estaba emparentado con San Pedro de Alcántara y Santa Teresa de Jesús, gran apóstol del Corazón de Jesús, quiso, lo mismo que su antecesor ingresar en referida cofradía. Su inscripción en el Libro de Cofrades está redactada de forma parecida:

“Ylmo y Rmº Sr., el Sr. Dn Fray Gregorio Téllez, Obispo de Zd. Rº pidió y mandó se asentase por Cofrade del Sr. San Pº que hize en diez y ocho días del mes de abril de 1.723”. (Libro de Cofrades).

3º) Mayordomía de San Antonio de Padua. (13 de Junio).

La carga de popularidad que soportó desde siempre el Santo Portugués ha quedado plasmada en multitud de elementos y tradiciones que irrumpen plenamente en la tan traída y llevada religiosidad popular.

Lo que conocí y recuerdo de la fiesta de San Antonio de Padua.

Primeramente recuerdo las andas en las que se procesionaba la imagen del santo del santo y que debe haber desaparecido. Eran unas andas con perfil de jaula. Dentro de la cual se colocaba la imagen semi arrobado o semi arrodillado sobre nube contemplando al Niño Jesús que sostenía en sus brazos. Del techo de la misma colgaba algún pajarito. Todo el mundo sabe de romances y cantos de pajaritos con los que se recuerdan milagros y acontecimientos achacados al santo tan popular.

El pueblo materializaba así algo que estaba en la conciencia del mismo. Los pocos atentos a estas sensibilidades sencillas, pero piadosas, han acabado con muchas de ellas que recordaban situaciones y acontecimientos de la vida de tan singular seguidor de Francisco de Asís.

Loa mayordomos durante el año desarrollaban los mismos compromisos que los de otras mayordomías.

Desde que comencé mis estudios no he vuelto a asistir a ninguna fiesta en su honor. Narro los recuerdos. Creo que algunos ya no se tienen por diversas circunstancias. La emigración se lleva buena dosis.

Letra y música no se perdieron y se sigue cantando coplas alabando a este santo al que muchos llaman casamentero.

En mi etapa niño monaguillo después de terminada la misa solemne, en la calle cercana al templa parroquial y denominada antiguamente calle de Las Huertas, se tenía la carrera de sacos.

Especialmente jóvenes y algunos hombres maduros concursaban. Los que querían participar se introducían en un saco que se ceñía bien a la cintura con una cuerda o cinturón. Dada la señal se iniciaba la carrera hacia la meta. En un saco solo se puede avanzar dando saltos. Muchos perdían el ritmo y caían por los suelos provocando las risas de todos, especialmente la de los muchachos. El primero que llegaba recibía el premio. No recuerdo si era en metálico o en especie y si lo ofrecían los mayordomos. Todo estaba amenizado por el tamborilero local, clarinete, etc.

Luego venía el que ofrecían los mayordomos. No era obligatorio y dependía de circunstancias que se diera en la familia de los mayordomos: muerte reciente de algún miembro, enfermedad, ausentes que llegaban para cumplir la promesa, etc.

Todavía quedaba alego para la tarde. Era la carrera de caballos o carrera del gallo.

Se tenía por la tarde. Terminado el Santo Rosario y el último día de la novena la gente, al son del tamboril y la flauta del ti Magro, trasladaba a los entornos del pilar conocido como la Sorda.

Desde el patio de las escuelas se tendía una soga por encima de la llamada carretera, entonces empedrada, y a ese extremo se fijaba bien atado en un cabrio. Antes, por entre las patas del gallo se había metido la referida soga que un experto maneja por el otro extremo cuando ya corrían los jinetes tratando ce coger al gallo. Se movía, se levantaba y los caballistas se quedaban sin alcanzarlo.

Poco a poco pasaba el tiempo repitiendo las carreras hasta que el que manejaba el extremo lo dejaba casi quieto y el jinete más veloz lo cogía. Con ello se terminaba la carrera de gallos del día de San Antonio, amigo de los animales como su padre San Francisco.

Solían comerlo los amigos del jinete que había cogido dicho gallo.

4º) Mayordomía de la Virgen de la Piedad (21 de noviembre)

Yo diría que es la mayordomía de más sacrificio y espiritualidad. Lo primero porque la imagen de vestir, tiene su ermita de grandes proporciones, con frecuentes cultos en ella, etc. Todo lo cual exige lavar metales, ordenar bancos, limpiar piso, etc.

Lo segundo porque además lo indicado en la fecha correspondiente se traslada procesionalmente la imagen desde su ermita al templo parroquial para iniciar la novena de preparación para su fiesta el día 21 de noviembre, litúrgicamente Presentación de la Santísima Virgen. Tiene cada día diversos actos. Lo demás como hemos apuntado en otras mayordomías. Tiene de especial que el día 22 se hace otra fiesta, popularmente la Piedad Chica. Es petición y encargo de una  persona o familia y por la tarde, cuando se devuelve la Sagrada Imagen a su ermita, se despide con el canto popular de la salve.

Seguidamente se entregan varas y cruces a los mayordomos que comprometen para el año siguiente.

Ánimas benditas.

Nunca conocí mayordomía. Aunque en otros foros y ocasiones lo he dado a conocer no quiero dejar de decir algo del culto que se tenía a los difuntos y que lo hemos visto desaparecer con nuestros propios ojos.

Imagino ahora que si no tenía mayordomía animaría los cultos la misma parroquia.

Lo primero que creo debo indicar, es que Las Ánimas tenían una ermita.

Una miniatura de ermita, pero ermita. Nuestros antepasados aprovecharon el espacio que quedaba entre dos contrafuertes y con piedras labradas cerraron el hueco. En el centro del paramento tenía practicada la entrada a la pequeñísima ermita. Entrada que se cerraba con una puerta, la mitad de la cual era una celosía que permitía desde fuera contemplar el también pequeño retablo de que estaba dotado el pequeño recinto.

No recuerdo si en el retablito había talla. Más bien me inclino por alguna pintura como he podido ver en diversos lugares.

Durante todos los días del año se renovaban las lámparas de aceite, especialmente familiares de difuntos recientes. Con frecuencia en la calle dos familiares o vecinos hablan y se los oye lo que en Villamiel era común: “voy a atizar las lámparas de la ánimas”. También acompañada la recitación de algunos “Pater Noster” y algún responsorio que no he podido encontrar.

Lo que recuerdo y tocante a la devoción popular es lo siguiente: el Día de Difuntos comenzaba el novenario de las Benditas Almas del Purgatorio con buena concurrencia. Se rezaba el rosario en el templo parroquial al que la pequeña ermita estaba adosada. Los asistentes con lámparas encendidas, entre ellas también había antiguos faroles, que se trasladaban a la entrada de la ermita. El párroco, sacristán y algún monaguillo entraba en el reducido recinto. Me imagino que cantarían algunos responsos y se finalizaba cada día de la novena.

De todo eso hoy no queda nada. Nada de extraño que se doliera de ello Pablo VI y quisiera iluminar comportamientos colaterales de la Marialis Cultos. La puerta de entrada se ha tapiado y el tan referido pequeño recinto ha quedado convertido en un pequeño y revuelto almacén.

No obstante, quiero copiar lo que ha quedado grabado en dos granitos. Seguramente algún cura beneficiado de la parroquia o tal vez algún clérigo nativo, mandaron grabar lo que seguidamente copiamos, para que escrito en la piedra gritase a todo transeúnte lo que suena a conejos de Qohélet, reflexiones de Jorge Manrique ante la muerte. Siempre ecos, literatura y avisos de novísimos.

Reproducimos los textos y respetamos la grafía escrita con el cincel en las piedras villamelanas:

HAZ AQUELLO                                        NO AI COSSA

QUE QUISIERAS                                     QUE MÁS DISPARATE

ABER HECHO                                          QUE DORMIR

QUANDO MUERAS                                SOBRE LA MUERTE

En vertical y en la del lado de izquierda está el apellido GALBAN, existente aún en la villa. En la derecha está la fecha indicativa de finales del S. XVII.

No hemos conocido, ni encontrado nada de mayordomías de Virgen del Rosario, Santa María Magdalena, Santísima Trinidad, Vera Cruz, San Marcos.

Oct 012010
 

Gregorio Carrasco Montero.

Son recientísimos varios terremotos, tsunamis, impresionantes deslizamientos de tierras, aguas sin control que se han llevado arrastrados cientos de miles de personas, ganados, edificios quedando detrás destrucción, desolación, muer- te, Apocalipsis… Estos y otros fenómenos descolocan a estudiosos, técnicos y otros entendidos.

Los medios de comunicación no han sobredimensionado los dramáticos hechos de Haití. Quizá por las antiguas conexiones históricas lo que ocurrió allí ha llegado con más viveza y frecuencia que las consecuencias –igualmente dramáticas– ocurridas en otras latitudes.

Sabemos por esos mismos medios que lo eclesiástico quedó en Haití arra- sado en gran parte: Arzobispado y muerto su titular; seminario y muerte de la mayor parte de seminaristas; templos parroquiales y catedrales, etc. De lo ante- rior muchos potentes medios han llevado por todo el mundo noticias de dramas y muertes. De otros tan solo noticias sueltas, lo mismo que anuncios y datos para mover y promover soluciones adecuadas. Después se silencian a sus correspondientes audiencias.

Lisboa, “capital de aquel reyno de Portugal”, dio nombre al terremoto que se ensañó con lo existente en la zona urbana de aquel ya lejano 1755. Esta clase de accidentes sísmicos ni tienen ni respetan fronteras establecidas por los hombres y las naciones.

Por eso el terremoto lisboeta penetró en España y también hizo daño. Las fuerzas telúricas desatadas y con fuerza llegaron a la capital de la diócesis cauriense e hizo de las suyas en torre, en parte de las bóvedas y en varias dependencias catedralicias. Murieron bastantes personas, que aquel día de Todos los  Santos se disponían a escuchar el canto solemne del Evangelio del Día Uno de Noviembre de 1755.

A pesar de las obras de saneamiento y restauración, rápidamente emprendidas, y otras posteriores, la S. I. Catedral de Coria no ha dejado de presentar problemas en diversas piezas de la misma, más o menos amenazantes para el edificio. Gestiones para salvarla, muchas. Ayudas para realizarlas conseguidas, pocas.

1. COMIENZO DE UN CAMINO FECHAS Y PERFILES QUE PRESENTA LA PERSONALIDAD DEL OBISPO GARCÍA ÁLVARO

Nos proponemos, en la medida de lo posible, acoplar ordenadamente datos, fechas ya gestos que resaltan la personalidad del Obispo a quien le tocó la misión de apoyar e impulsar al Ilmo. Cabildo Catedral para ponerse, con todo, con todos los medios a su alcance, a la recuperación del templo catedralicio cuya torre y otras partes del mismo se habían venido abajo además de las que amena- zaban con seguir el mismo camino de ruina cono las ya caídas.

1.1.  Perfil humano

Advertimos que fechas y datos se pueden repetir en este trabajo por el sentido que queremos darle, girando en torno al repetido seismo luso.

Cuatro años antes del brutal acontecimiento había llegado a la diócesis cauriense un nuevo obispo, procedente de tierras y catedral seguntina. El episcopologio de la ciudad del Alagón lo presenta así: “D. Juan II José García Álvaro. Nació en el pueblo de Budia, de la diócesis seguntina el 27 de agosto de 1.701”1.

La transcripción de su partida bautismal aporta algunos elementos que nos presentan personajes y situaciones humano sociales de los progenitores del Obispo de Coria en cuestión. La partida remitida empieza con lo que debería ser nota marginal. Empieza así:

“Juan Joseph, hijo de Juan García, Obispo de Coria.

En la Iglesia Parroquial de San Pedro de la Villa de Budia oi domingo veinte y un dias del mes de Agosto de mil setecientos y un año; yo Don Diego Ronquillo Caballero del horden de San Juan Comendador de Pazos y Vailío, de las nueve Villas, de lizenzia del Señor Cura Bautizé Solemnemente a Juan Joseph, hijo de Don Juan Garzía y Doña Juan Albaro, sus padres, de lexitimo matrimonio, y vecinos naturales de este dicha Villa, y nació este niño lunes que se contaron quinze de dicho mes a las tres de la tarde; fue su compadre el Comisario Don Diego Martínez y lo firmo

El Caballero del orden de San Juan, Rodrigo Ronquillo”.

Reseñamos, después de la copia literal de la partida sacramental del Bautismo, lo que llamamos fechas episcopales, tomadas casi todas de nuestro epis- copologio cauriense cacereño.

  1. El día 21 de marzo de 1750 comunicación personal al Cabildo Catedral dándole cuenta de haber sido presentado parea obispo de la diócesis de Coria.
  2. Tomó posesión por poder el 17 de julio de 1750.
  3. Entrada solemne en la capital y catedral diocesanas el 30 de abril de 1751.
  4. No mucho tiempo después tuvo lugar el tremendo terremoto de Lisboa, llegando a su sede fuertes sacudidas.
  5. Murió el 13 de diciembre de 17832.

De este prelado se puede decir ya en este momento “que se desprendió en vida de todo para darlo al hospital de San Nicolás de Bari, en Coria. Por su testamento sabemos que le hizo donación de todo lo que poseía. Así le entregó alhajas, muebles propios, la librería, coche y mulas, etc. Fueron rigurosas sus penitencias, le cubrieron de llagas cilicios y disciplinas que acompañaban al rezo del Santo Rosario.

En una de las Laudes –tuvo dos en la catedral- se dice que con derecho se le llamó padre de los pobres. Con lo recogido queda bien enmarcado su perfil humano-espiritual.

Volvamos a las fechas episcopales y otros datos. Lo primero que tenemos que resaltat es el desconocimiento que en aquel entonces existía de la Escala de Riter, de otros medidores de intensidad para aplicar a los seismos, volcanes y otros fenómenos. Tampoco se ha conseguido prevenir para poder evitar destrucciones sin número, tantos miles de muertos como en Lisboa y en tantos otros lugares.

Nos permitimos por ello, aquí y en este momento algunos datos y cifras de los que se divulgaron a consecuencia de dicho terremoto de Lisboa. Infinidad de edificios civiles y religiosos de citada ciudad hasta bien rebasada la frontera hispano lusa. La Catedral de Coria entre otros.

En aquella capital murieron 10.000 personas; destruida la mayor parte de la misma. Razón por la que se llamó desde el principio Terremoto de Lisboa. El epicentro se situó entre las islas Azores y las Canarias.

Los técnicos, leyendo y releyendo escritos y crónicas sostienen que fue un maremoto.

Fuentes portuguesas han concluido que fue tan intenso que dos terceras partes del caserío capitalino; de 40 de sus iglesias 16 se derrumbaron totalmente. Y el resto de edificios civiles y religiosos que no se vinieron abajo quedaron muy tocados3.

1.2.  Perfil intelectual

El Episcopologio Cauriense ha recogido datos que nos ayudan a intentar descubrir este perfil intelectual. Varios son los de su vida estudiantil, cargos , oposiciones realizadas, etc. Pero todo esto tiene un íter. Así fue becario del Colegio de Teólogos de Málaga. Continúo las obras de su antecesor y dotó de Constituciones el previsor obispo D. Juan Alonso de Moscoso.

García Álvaro se hallaba en febrero de 1722 en Alcalá de Henares para licenciarse en Leyes. Lo mismo hizo con ambos derechos, civil y canónico, en septiembre del mismo año. Tal bagaje parece indicar que se trataba de un estudioso y universitario de largo alcance.4 Obtenidas las Licenciaturas sabemos que las ejercita en el mismo Alcalá de Henares como Teniente Vicario de 1725 a 1730.

Sin fecha conocida vuelve a su tierra seguntina para posesionarse de la Canonjía Doctoral, una de las que exigía duras oposiciones. Lo cual le supuso opositar y ganar por puntuación indicada canonjía.

La carencia de fechas y actas se debe al expolio llevado a cabo por los franceses en la   Guerra de la   Independencia, según quedó indicado arriba

.Como en otros momentos se acabó, como en otros archivos, como raíces históricas y patrimonio cultural.

En la misma página 153 del Episcopologio Cauriense está esta apuntación que ayuda a conocer más su perfil intelectual: “ Protegió la enseñanza y su obra pedagógica muy notable, añade el autor, no ha sido reconocida. Consiguió que el Colegio de los Jesuitas, abandonado por la expulsión de la Compañía se destinara a la enseñanza llevando a este local el Colegio de San Pedro, al que dotó de unas Constituciones y Reglamentos que son un adelanto pedagógico para aquella época y merece un estudio detenido5.

No lo perdió de vista ni de sus preocupaciones pastorales y docentes, a pesar del terremoto, y por eso el 15 de febrero de 1769 daba cuenta al Cabildo de Coria “ que el Gobierno del Rey ordenaba que el Seminario se estableciera en el Colegio de la Compañía en Cáceres, con arreglo a las Constituciones del Colegio de Sigüenza, como había dispuesto su fundador el Obispo Galarza. Se opu- so a las reclamaciones del Cabildo y ordenó el traslado a Cáceres.6

1.3.  Perfil espiritual

Situaciones, normas que fue dictando, etc. pueden acercarnos y penetrar, al menos un tanto, en su personalidad espiritual. Las actas capitulares de la época del seísmo reflejan decisiones que conducen a descubrir este perfil.

El M. I. Sr. D- Faustino Martínez Vázquez, Archivero del Archivo Catedralicio de Coria, las ha estudiado exhaustivamente. Textos literales, deducciones y reflexiones, etc. las ha quedado plasmadas en el quinto volumen de la Colección “Temas Caurienses” titulado: “ El Terremoto de Lisboa y la Catedral de Coria”. (Vicisitudes del Cabildo. 1755 – 1759).

La preocupación espiritual de un obispo tremendamente afectado, como todo el vecindario de Coria, por la destrucción de buena parte del edificio catedralicio, por los muertos en el mismo edificio sacro, por los heridos graves y menos graves, causados por el duro seísmo, se muestra, no cabe duda, in dichas actas.

Antes de que veamos, incluso copiemos algunos fragmentos, hay que afirmar, que compartió con los fieles el mismo nerviosismo que provocó el terremoto y sus replicas. Por encima de todo ello estuvo el espíritu de un pastor diocesano que atiende lo uno sin dejar lo otro.

El párrafo que tomamos de citada obra creemos que lo manifiesta:

“Cabildo Extraordinario en Casa del Deán

Esa misma noche el Deán convocó a Cabildo Extraordinario en su propia casa. El Deán, Dn. Miguel Fernández Merino, hecha memoria del fatal suceso y ruina originada por el terremoto de este día, dijo que el Señor Obispo, verbalmente le había dicho que se celebrasen los Divinos Oficios Catedralicios en la Iglesia de las religiosas de esta ciudad – Convento de la Madre de Dios -. Y que es necesario consultar con expertos el reparo de la Iglesia y la custodia de las alhajas que están bajo las ruinas por hallarse expuestas a saqueo”. Primero la alabanza al Señor. Luego lo que conlleva obras, recuperaciones, etc.

Nuevo dato en el Cabildo Ordinario del día 13 de noviembre: “El Señor Deán dijo que su Ilma. Le había expuesto este deseo, que se celebre una misa de Acción de Gracias por haberse dignado su Divina Majestad hallarse Sacramentado entre las ruinas de su Capilla sin lesión, ni impresión aún de polvo de las Especies Sacramentales.7

Nos haríamos interminables porque son muchísimos los rasgos que sacan desde dentro hacía fuera su profunda devoción eucarística y la alabanza al Señor que pretende. Traemos, por ello, del mismo libro un párrafo trascrito del acta capitular del Cabildo Espiritual del día 9 de febrero de 1756. Dice así: “Los Señores Diputados hicieron presente a S. Ilma. Sobre que se apoyase la bóveda del Crucero y permitiese las obras que fuesen necesarias para la Igle- sia. S. Ilma. Respondió que aún no era ocasión oportuna para disponer el apoyo de la bóveda hasta que se señalase sitio para celebrar los Divinos Oficios”.

Vemos por este pequeño párrafo del Obispo Álvaro García que lo que verdaderamente le preocupaba era un lugar digno y lo más seguro posible para vivir en plenitud los Divinos Oficios”.

Su devoción a las Reliquias de los Santos, como veremos, puede ser una manifestación de lo mismo.

1.5. Perfil de la religiosidad popular

García Álvaro debió ser un Obispo hiperactivo, pero no precipitado en sus apreciaciones y decisiones.

Sin  duda, fuertemente influido por la práctica devocional de la Edad Media a las Reliquias, dio los pasos que resumimos, para intensificarla y crear espacios dignos de ellas. Como Obispo de Coria dejó marcada su Catedral con el correspondiente sello de una muy buena Capilla de las Reliquias. Elemento éste que promocionaba dicha devoción.

Sí puso todo su empeño en la recuperación de la Catedral, sumamente herida en su estructura, no se quedó tan solo en animar al cabildo y fieles de la diócesis con  palabras. Fue delante con su propio ejemplo. Así a la capilla aludida hay que sumar las siguientes piezas del templo catedralicio, que realizó y costeó de sus rentas, a las que tenía derecho: Construcción del Baptisterio; re- cuperación total de la capilla de San Pedro de Verona que se había venido totalmente abajo con el seísmo luso y que reordenó para dedicarla a la ya citada Capilla de las Reliquias de la tan maltrecha Catedral de Coria. Las obras de esta capilla se iniciaron en 1.783; presupuesto para realizar el nuevo órgano de 33.000 reales que tan solo dieron para ejecutar el arco de piedra en el que iría situado el órgano deseado por García Álvaro. El importe del mismo lo haría efectivo su segundo sucesor, el fusilado por los franceses en Hoyos (Cáceres), Obispo Álvarez de Castro.

Para atisbar la devoción de aquel prelado por las reliquias y captar aspectos de este subrecinto y otros aspectos históricos de Coria y su Catedral al bien detallado estudio de la Capilla de las Reliquias, tanto de la enumeración de sus contenidos como descripción de los mismos llevado a cabo por el Ilmo. Sr. Deán de la S. I. Catedral de Plasencia D. Eugenio Escobar Prieto, que antes había sido capitular de la de Coria y había ostentado varios cargos en su Obispado.8

Antes de terminar, y en este momento de la comunicación, me gustaría introducir y quedar flotando la siguiente pregunta: ¿Estaría convencido el obispo Juan José Álvaro García de la presencia en la Catedral Cauriense de la que sería gran reliquia: el Mantel de la Sagrada Cena?

Detrás de esta interrogante se podrían descolgar otras muchas. Sólo añadi- mos una: ¿La colocación de tales y tantas reliquias y relicarios realizados en oro, plata, caoba, ébano y otras materias ricas no tendrían algo que ver con ello? Tal vez.

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1 El Episcopologio Cauriense llama Badia al pueblo natal y da como fecha de su nacimiento el 21 de agosto de 1.700. Según el libro de Bautismos nació el 21 de agosto, pero de 1.701. Datos del Sr. Párroco actual d Hilario Téllez.

2 Otras fechas rastreadas han sido imposibles porque según me informa el M.I.Ss. D. Felipe Peces, Archivero catedralicio de Sigüenza, los libros de toma de posesión de prebendados dan un salto de 1.730 a 1.756. La francesada se encargó de hacer también esta laguna.

3  Datos tomados de El Terremoto de Lisboa y la Catedral de Coria, por el Canónigo Archivero D. Faustino Martínez Vázquez. Colección Temas Caurienses.

4  Episcopologio Cauriense, pág. 153.

5 O. C. Pág. 153.

6 O.C. pág.153

7 El Terremoto de Lisboa y la Catedral de Coria. Pág. 30.

Oct 012009
 

Gregorio Carrasco Montero

  1. 1.  INTRODUCCIÓN

Lo hemos oído multitud de veces a laicos y eclesiásticos que señalan o critican la carencia de Medios de Comunicación Social. Y de los pocos existentes, su mala utilización. Hay bastante verdad en tales críticas y lamentaciones. Sin embargo, son muchos los que tendrían que hacer por ello un verdadero y detenido examen de conciencia.

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Oct 012008
 

Gregório Carrasco Montero.

El título es expresión de las variadas formas y grafías con que se ha desig- nado uno de los montes de más altura de la Extremadura septentrional compar- tido con la Comunidad Castellano-Leonesa. Concretamente con la provincia de Salamanca.

Leíamos nuestra comunicación en los XXXIX Coloquios Históricos de Ex- tremadura en Trujillo dedicada a un  hombre enviado a atender espiritualmente a un pueblo pobre, carne de emigración masiva en los años cincuenta. Hacia Brasil unos y hacia Francia la mayoría.

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Oct 012007
 

Gregorio Carrasco Montero.

Introducción.

Se desarrolla la XXXVI edición de los Coloquios Históricos de Extremadura. Me incorporé a los mismos hace 29 años, en la VIII edición. He aportado, pues, veintinueve comunicaciones variadas. En aquella, ya lejana ocasión, presentaba, a instancias del M. I. Sr. Dr. D. Francisco Fernández Serrano, a un extremeño del S. XVI, Antonio Sánchez Cabañas, primer historiador dela bella e histórica ciudad de Ciudad Rodrigo. Era algo de lo que aquel extremeño hizo por esa ciudad charra.

 

Hace varios años que traigo a estos Coloquios de Extremadura, bien coloquiados en esta ciudad de Trujillo, figuras que están necesitando estudios más extensos que los que podamos presentar en estas ocasiones coloquiales. Algunos trujillanos me han animado a traer a estas personas cuyas trayectorias o estudios no son especialmente conocidos y a veces fueron decisivos en movimientos sociales, fundaciones, reivindicadores de la  restauración del Monasterio de Guadalupe, etc.

 

Quizá algún día, cuando aumente las publicaciones de los diversos Coloquios, alguien, picado previamente por la curiosidad se decida a una  investigación a fondo de estos hombres y mujeres y puedan presentarnos a esas desconocidas u olvidadas  figuras en  toda su dimensión.

 

II  Raíces del Admirador.

 

Presentamos en esta ocasión, como reza el título, a un charro admirador de la bella comarca del norte cacereño, Sierra de Gata. Me han movido a realizar y presentar esta comunicación el interés, la admiración, el cariño sobre la misma y que se nota en muchos escritos inéditos. Destaco sobre todo los cuatro cuadernos apaisados y que él titula JÁLAMA.

 

¿De quién se trata? La documentación que empieza a recoger los datos de la pequeña historia de cada cual: partida de nacimiento en el juzgado, partida sacramental del bautismo en la parroquia, la de defunción en   ambos registros, así como certificados del Sr. Canciller Secretario del Obispado de Ciudad Rodrigo dan pie a pergeñar algo, al menos, de su personalidad.

 

Su ascendencia paterna es portuguesa según lo delata su primer apellido. Efectivamente, su abuelo paterno, José de Sousa, era natural de Mallasorda, Reino de Portugal, lo confirma. Había contraído matrimonio canónico en Castillejo Martín Viejo con Demetria Díaz, natural del pueblo anteriormente citado, de la provincia de Salamanca.

 

La declaración del nacimiento de su hijo ante el juez de paz, que hizo como padre, se presenta a sí mismo como ejerciente de “administrante y sangrador” en Alamedilla (Salamanca), donde nació nuestro D. Samuel Sousa Bustillo. Se inscribió como hijo de Juan de Sousa y Manuela Bustillo. Este matrimonio se ha acercado más, por razones profesionales, a la frontera portuguesa o raya que pasó su abuelo paterno para casarse en España.

 

Este abuelo por línea paterna practica la misma profesión de “administrante-sangrador” y estaba domiciliado para ello en Villasbuenas de Gata (Cáceres) ¿No pasaría el niño Samuel temporadas con sus abuelos paternos en la villa de Villasbuenas de Gata? Sin duda que sí. Desde allí y en desplazamientos con su abuelo contemplaría la Almenara de Gata, el más cercano castillo de San Juan de Máscoras en Santibáñez el Alto. Todo quedaría grabado en sus retinas y mente. Con seguridad lo llevaría a otros pueblos de la comarca y contemplaría otros castillos, templos y otros edificios con más empaque que los que pudo ver en Alamedilla y en Castillejo Martín Viejo y otros de  las zonas de Ituero, Azaba y Argañán. Otro tanto ocurriría con los picachos como Jálama, la Jañona, la Golosa, etc. sobrepasando todos los 1.000 m. de altura.

 

 

III Venciendo la soledad del cura rural.

 

Sea como fuere el adolescente Samuel Sousa Bustillo empieza los estudios de la carrera sacerdotal en el Seminario Conciliar de San Cayetano de Ciudad Rodrigo. Concluirían con la ordenación de presbítero teniendo lugar el 12 de junio de 1.897, a los veinticuatro años de edad. Ignoramos el cargo o cargos que desempeñara antes de mayo de 1.902. Tampoco, por falta de tiempo, no hemos consultado el libro de calificaciones obtenidas por Sousa Bustillo en las diversas etapas de su formación intelectual: Latín, Humanidades, Filosofía, Teología y Cánones, como entonces se decía. Las creemos buenas o muy buenas. Lo demuestra que tan solo cinco años después de su conclusión se presentó al convocado concurso general a curatos de la diócesis de Ciudad Rodrigo.

 

Cumplidos todos los requisitos se posesionó en propiedad de una de las parroquias de más habitantes de la diócesis mirobrigense como era la parroquia de Santiago el Mayor de El Payo. Lo de los habitantes era muy mirado entonces. Y lo de la propiedad también. E

Ésta en el nuevo Código de Derecho Canónico no se contempla de la misma forma.

 

Allí de desenvolvió con su bagaje intelectual a cuestas y los proyectos pastorales de aquellas kalendas en el corazón, sin duda, desde el 10 de mayo de 1.902 hasta el 29 de diciembre de 1.941. Cuarenta y uno de su existencia dedicada a las gentes  de aquella parroquia.

 

En los seminarios los formadores siempre advertían, como elemento de formación, de los peligros que podían acarrear la soledad sacerdotal. Especialmente en los ambientes rurales que eran los que mayormente se daban en  la diócesis referida. Por la psicología y circunstancias de los pueblos: sin luz eléctrica, sin comunicaciones, muchos de aquellos en la época carentes de las carreteras de tierra, técnicamente caminos vecinales.

 

Era el caso que encontró Sousa Bustillo a su llegada en algún caballo y sus pocos muebles en un par de carros de vacas. No tuvo camino vecinal hasta bien entrado y avanzado el s. XX y que él vio realizar.

También, es verdad, que los mismos formadores eclesiásticos orientaban para defenderse y no caer en esos peligros. Unos medios eran de orden espiritual, otros de orden pastoral y un tercer grupo de orden intelectual. Es decir, exhortando a que se cultivaran intelectual y culturalmente. Lo mismo exhortaban, sigue siendo válido ahora, a compartir con algún compañero cercano dificultades y problemas y ayudarse mutuamente a resolverlos. Incluso a compartir los éxitos si los había.

 

No es de esta ocasión y lugar averiguar cómo vivó esa autodefensa y espiritualidad D. Samuel. Sí fijarme y consignar aquí su derivación intelectual e histórica utilizando su misma producción histórico literaria que sigue  inédita.

 

 

IV  Dos anécdotas reveladoras.

 

Quiero referir dos anécdotas que a mí me contaron. Creo que reflejan un tanto, por lo menos, su personalidad humana y espiritual.

 

A.- Dieciséis años después de su toma de posesión llegó con toda agresividad la llamada y conocida popularmente gripe de 1.918. Por los libros de defunción de las parroquias se puede comprobar lo de agresividad aplicada a dicha gripe.

 

Muchos murieron en su parroquia de El Payo. Se ha comentado que con los derechos arancelarios que le proporcionó la gripe célebre por la mortandad que causó hasta hablarse también de ella como verdadera peste, D. Samuel compró una huerta que el ingenio popular bautizó como la “Huerta de la Epidemia”. Hombre observador, ingenioso y de buen gusto, a pesar de la pobreza y el atraso, hizo de la huerta dicha un lugar de paseo y retiro.

 

Me gusta imaginar y pensar que este párroco se hizo un lugar más pobre y, por supuesto,  sin la fama que en su tiempo tuvo La Flecha de Fr. Luis de León por aquello de la escondida vida…

 

Esta huerta la adquirió pensando en la persona que le atendía. Este pequeño predio y todas sus pertenencias, incluidas las literarias, se las dejó a ella. ¡Cómo se alegraría cuando le llegó la trombosis que le incapacitó en gran parte y le condenó a la silla!

 

B.-   Esta segunda es dura. A mi juicio, sin embargo, reaccionó como sacerdote y pastor que cuida de todos los que le han confiado y pretendía ayudar especialmente en momentos difíciles como fueron para muchos tanto en los preámbulos como en el desarrollo de la infausta guerra civil.

 

Pues un profesional del pueblo le llevó a su despacho parroquial una lista, confeccionada por autoridades locales y otros profesionales, de los que iban a ser “mareados” diciéndole: Mira la lista a ver si te parece que falta alguno. Después de leerla y releerla  le contestó al que se había personado en la casa parroquial creyendo que tenía más confianza “creo que falta uno”. Se calló. A la pregunta del profesional personada en su despacho que quién era le respondió: “El que falta eres tú”. Allí no murió nadie. Las relaciones tuvieron punto final y no por él.

 

Presentación de sus cuadernos

 

Cuatro titulados Jálama.

 

Hasta 14 se hallan en manos de su actual poseedor. Alguno carece ya de la primera página. En general están bien conservados. La enumeración que él mismo hizo corresponde a la materia que trata. O al lugar que estudia.

 

Cuatro dedica a la montaña mágica de la Sierra de Gata en Cáceres. Recoge los nombres de la misma que han llegado hasta nosotros. El actual en castellano es Jálama y  que él utilizó. Los pueblos de  la Fala: San Martín de Trevejo, Eljas y Valverde del Fresno conservan y usan el nombre árabe o Xálima. Añadimos lo que él no conoció. En algunas piezas epigráficas se grabó el de Salamati. Se cree que fue una diosa a la que se tributó culto en esta destacada montaña.

 

Cuaderno nº 1 de Jálama.

 

Empezamos diciendo que conoce perfectamente este altísimo picacho. Tanto lo que es territorio de la provincia charra como lo que pertenece por partida doble a la provincia cacereña. Con bastantes metros de altura.

 

Afirma que es Monte Hermoso porque el significado de Xálima es “pecho hermoso de mujer cuya figura tiene el dicho monte”.

 

Describe, narra y cuenta sus contenidos de fauna, minerales, restos de templos, acuíferos, jornadas cinegéticas, hallazgos de fósiles, anécdotas, sucesos, habla de cabras y cabreros, caza del jabalí.

 

Aconseja una ascensión nocturna para contemplar el espectáculo del amanecer en la misma cúspide mirando por el norte a Castilla y por el sur y el oeste valles y pueblos de Extremadura.

 

Yo tengo que destacar la facilidad y fluidez con que lo hace. Adoba con citas acontecimientos, la posesión de algún establecimiento con nombres de políticos, obispos, literatos, ingenieros, etc. Así aparecen en sus cuadernos Albiñana, Pereda con sus Peñas Arriba, Vázquez de Mella, Lerroux, cardenal Almaraz y otros muchos. Lo cual quiere decir que estaba al día  a pesar de las limitaciones: sin luz eléctrica, radio, y que buscaba por  toda la zona informaciones, visitó personalmente los pueblos, ruinas como las del convento eremitorio de Ntra. Sra. de los Ángeles que señalara San Francisco de Asís para que allí se hiciera tal eremitorio. Enumera ríos, otros montes y cuando lo hace del Picoto añade: “a doscientos metros de este monte, hacia el oeste están labradas artísticamente, en piedras naturales y planas, a flor del suelo, los escudos de España y Portugal, señal de la frontera de ambas naciones, la que debiera desaparecer para hacer una nación peninsular. Potente y próspera, según deseos del gran pensador Vázquez de Mella.

 

Este verano la prensa hablada y escrita se ha ocupado del tema y se trasluce que en Portugal existe un movimiento de intelectuales que estudian, hablan y escriben de tal asunto..

 

Seguidamente D. Samuel consigna en ese cuaderno otra curiosidad, que los lejanos y quizá hasta los cércanos la ignoran.

 

“Próximamente –de los escudos nacionales- está la piedra que sirvió de mesa a cuatro obispos en la que estando sentados cada cual en su jurisdicción comieron y conversaron amigablemente. A saber: el de Ciudad Rodrigo y el de Coria, o sea, el Prior Mitrado de la Orden de Alcántara (españoles) y el de Guarda y Viçeu (portugueses)”.

 

Visitaba los archivos parroquiales y así en sus cuadernos aparecen datos que él divulgaba. Ser un investigador nato y oidor atento de hechos y leyendas lo demuestra al hablar de Casar de Palomero: “Los de este pueblo, donde escribo, en cuyo archivo hay muchas partidas en las que consta que los moribundos dejaban ordenado que se les dijesen misas a la Santa Cruz del Casar”. Y había, y hay, muchos kilómetros desde El Payo al Casar de Palomero. Sumémosle los medios de comunicación de entonces y la proliferación de algo más de medio siglo para acá.

 

Pasó muchas horas observando en y desde él. Se ven en “más de 30 leguas de Extremadura, Castilla y Portugal” diversidad de accidentes orográficos. Hace una curiosa división. Lo que se ve a la parte sur, este y oeste lo llama regiones y distingue cinco. Lo de la parte norte no llama regiónes sino cuencas, exceptuando lo que se llama El Rebollar que se considera región.

 

Primera región. Se encuentra dentro de Portugal y es la llamada Sierra de la Estrella o Serra da Estrela. Segunda región. Limita con la anterior y es la llamada Sierra de Gata. La estudiará ampliamente. Tercera región. La visitó y de ella da abundantes datos y son las conocidas Hurdes o Jurdes. Cuarta región. Empieza con el monte de 1.723 m. y denominado de la Peña de Francia y la región se denomina Sierra de Francia. Quinta región. La Bejarana.

 

Todo eso se puede ver. Él además visitó en gran parte. Recogió datos de todo tipo y que exigen otra comunicación.

 

Cuaderno nº 2 de Jálama. Continúa en el mismo tono que el primero. En él podemos descubrir esta curiosidad. Enumeró, después de haberlos recorrido, los puertos antiguos  de la región de Sierra de Gata. Comunicaban ambas partes de la Vetónica, o sea Extremadura y Castilla. De algunos dice que eran verdaderas veredas de cabras. Hoy algunos se han convertido en carreteras o se han abandonado totalmente. Sólo sirven para senderismo.

 

La comunicación entre ambas comunidades, en el lenguaje actual, se hacía por 10 puntos geográficos. Buscando siempre, aunque a veces no se conseguía, lo que facilitaba la orografía. Son, con todo,  los siguientes: 1) El de Valverde del, Fresno. 2) El de Eljas, 3) El de San Martín de Trevejo. Se fundía con el anterior en Santa Clara. 4) El de Villamiel, conocido también por el puerto del Hocino. 5) El de Acebo, que se une con el de Villamiel por la mina Blanquita. 6) Otro de Acebo, llamado el de la Ventosa. 7) El de Perales o Puerto Blanco. 8) El de Gata, que desemboca en el desfiladero de Jartín. 9) El dificilísimo de escalar de Descargamaría. 10) El de Robledillo de Gata. Según acostumbra salpicando sus descripciones con elementos históricos o incluso humanos que él captó visual o auditivamente.

 

En tiempos de recuperación de los distintos Caminos de Santiago no debo dejar de referenciar lo que él dejó escrito: “En estos desfiladeros había ermitas construidas por iniciativa de los frailes de los conventos cercanos de pueblos limítrofes, ora para su refugio en temporales de nieve y lluvia, durantes sus viajes apostólicos; ora para amparo de los transeúntes, a los que se les suministraba techo, lumbre, alguna nuez, higo paso y el cuscurro de pan por los ermitaños ejercitando la caridad”. Todas sufrieron el abandono y han desaparecido.  Sólo queda la de Blas en Gata.

 

A aquellos edificios sucedieron los llamados ventorros. Se pagaba todo añadiendo “y hasta el pelo los burros  los además pagan también veinte céntimos de estaca”. Aquellas ermitas y estos ventorros “fueron testigos mudos del paso de los peregrinos para cumplir votos visitando el sepulcro del Apóstol Santiago”. “Término de la jornada del paso de la cordillera era la Hospedería instalada en la iglesia de Robleda (Salamanca) de la que se conserva todavía el atrio cubierto, y del exterior que era cercado con paredes defensivas, no hay más que la puerta de entrada”.

 

Después de haber estudiado a Jálama tiene en el 2º Cuaderno este título: Breve Reseña Geográfica, Histórica y Estadística de los Pueblos de la Sierra de Gata. Son 19 pueblos “que a continuación describiré e historiaré”, añade. Señala el nombre del pueblo y situación geográfica, topografía urbana, clima, producciones, industrias, la ganadería, el comercio, historia, personajes ilustres, hacendados principales, carácter e sus habitantes. Con esta estructura describe e  historia cada pueblo.

 

Comienza con Valverde del Fresno en este segundo cuaderno Jálama. Sigue Eljas. A continuación estudia Navasfrías y Genestosa éste ya despoblado y ambos de la provincia de Salamanca Los estudia aquí por deferencia a los que pertenecieron a la Orden Militar de Caballería de Alcántara y Encomienda de Eljas. Concluye el segundo cuaderno Jálama iniciando el estudio de San Martín de Trevejo que sigue en el tercero. Continúa en el mismo cuaderno con el estudio de Villamiel y Trevejo, en la antigüedad Trebejo. Tras él tiene sitio Cilleros en el cuarto y último cuaderno de Jálama.

 

Con Salvaleón y Milana hace lo mismo que con la Genestosa que ya vimos. Despoblados desde mucho tiempo atrás fueron encomiendas. Continúa con el estudio de Acebo. Y hace larga alusión a la Cervigona, primera centralita eléctrica que dio luz a ocho pueblos de la misma Sierra de Gata.

 

Viene seguidamente el pueblo que asumió en sí mismo el nombre de toda la comarca, Gata. Con el estudio de esta villa finalizan los Cuadernos Jálama. Queda incompleto el estudio de dicha villa. Habría un quinto cuaderno que, o no pudo escribirlo o se ha perdido. Por ello faltan los estudios de los pueblos siguientes: Cadalso, Descargamaría, Hoyos, Perales del Puerto, Robledillo de Gata, Santibáñez el Alto y Villasbuenas de Gata.

 

Dos cuadernos a  los que él mismo  titula: Pasatiempos de un mal poeta. A uno de ellos falta la primera página; en la que iba el título.

 

 

Y el primero lo inicia la narración en verso de una subida a Jálama. Vuelve a notarse su admiración por Extremadura. Otro poema es “Fabula: La Zorra y la Gazapa”. Se trata de la caza natural de la zorra para alimentar a su descendencia con gazapos y otros animales. Tiene, como fábula, las oportunas consecuencias moralizantes. También con dosis moralistas escribe el poema “Rosita la Bella”: Otros son: “Paráfrasis del Ave María”, “La romería”; Epigrama:“El Cura y el Zafio”; termina este primer cuaderno con el poema “La Nevada”.

 

El  Nº 2 de Pasatiempos de un mal Poeta lo comienza con el poema titulado “Carta al Amigo”. Siguen: “¡Pago el invento!”;  “La Fiesta de Aldea”; “Día de campo”; “El Viático”; “El Típico Rebollar”; “El Ciego de Perales”; “El envío para Azabeño”; “¡Campesinos!”.

 

Cuadros de Tipos y Costumbres. Son otros dos cuadernos de D. Samuel Sousa Bustillo. En la primera página del primer cuaderno la titula de esta manera:“Cuadros de Tipos y Costumbres y Paisajes”Introducción.  En ésta  explica que lo que pretende hacer es describir hombres modestos. De los héroes se ocupan bien cortadas plumas. Narrar sus vidas y costumbres para que los conozcan los que nunca los vieron.

 

Cuadro nº 1, “Los loberos”  y Cuadro nº 2, “Los Intelectuales de Aldea…También Pescan”. Este sigue en el Cuaderno Dos con el mismo título en portada que el primero. Cuadro nº 3, en verso, “Los Cabrerillos del Rebollar”. Cuadro nº 4 “La Caza del Jabalí”. Con él termina dichos cuadros.

 

Otros dos cuadernos apaisados de Anécdotas. En el primero encontramos las siguientes, sólo títulos, ya que sería excesivamente prolijo para este trabajo. Analizarlas sería para otro tipo de estudios.

 

Comienza con “¡Dicen que me divierto!”. Dos: “Si el cura era Agudo el Obispo no era Lerdo”. Tres: “El Cura que cayó de Ala  y Volvió a Volar”. Cuatro: “El Cura Renovador de Costumbres”. Cinco: “El Santo Cristo y el Encierro” Seis: “Con las Hijas de María no sirven precauciones”. Siete: “¡La Ciudad y el Campo no se conocen!”. Subtítulo: “O en qué se conoce el pánico de los señoritos”. En el segundo cuaderno encontramos la anécdota 8: “Argumento decisivo”. Anécdota 9: “Caso Nuevo de Moral”. La 10 la titula así: “La Procesión da unas Vueltas”. Anécdota 11: “Anverso y Reverso”. Subtítulo: “El cura casamentero y el que no sabe de eso”. Con esta terminan las anécdotas.

 

En estos cuadernos salen varias veces Extremadura, la Sierra, curas de esta tierra que confirman lo que he dicho sobre su admiración.

 

De caza también  entendía.

 

Un cuaderno vertical, sin tapas, no sabemos en qué compartimento literario lo colocaría, tiene un largo trabajo. Lo dedica a la caza y lo titula: “La Caza del Jabalí”.  Sin duda que tiene presente Peñas Arriba. Aunque allí fuese otra caza. Pero allí donde vivió y en su monte, tantas veces repetido, caía en su tiempo nieve de lo lindo. Por eso  terminado el trabajo con el que abre el cuaderno añade otro sobre la caza del mismo animal pero con este añadido: “Caza del Jabalí en un Día de Nieve”,

 

Otro cuaderno de D, Samuel sin tapa con el título de su contenido. Además le faltan primeras páginas. Las que han quedado son versos; de la que debió ser primera pieza sólo son 14 versos y en son de consejos, terminando: “que el enemigo del hombre,/ es el hombre su enemigo”.

Completo está el poema “¿Cómo se da gusto?”. Sigue “El Jilguero”. Lo arriba afirmado lo versifica él: “Sentado en la huerta/ debajo de un pino estaba, cuando/ vi un pajarito,/ que revoloteaba/ buscando su nido…”  “La Siesta en el Río”. “El Voto del Cazador”. “Vida y Muerte del Tío Pedro”. “Semblanza”. “Ardiente Declaración y Despecho”. “Las Bravas del Rebollar”. “Pedrosín”.  Con este romance, versificando historia y portazgo, el pueblo que fue y ya no existe y mil datos de la naturaleza y de las personas que entonces trabajaban como dehesa lo que fue término municipal del pueblo arrasado, etc. termina este cuaderno sin título.

 

La enfermedad, sin duda, iba menoscabando su capacidad intelectual y sin darse cuenta repite algunos trabajos. Así ocurre con el cuaderno que yo enumero como 14.

 

A pesar de estos fallos y algún otro, incluso ortográfico, estuvo hasta el final cultivándose, observando y transmitiendo a sus Cuadernos reflexiones y conclusiones. Sus páginas han quedado  sembradas de datos históricos y humanos, de enseñanzas descubiertas por él en la misma naturaleza. Como hombre de fe y sacerdote orienta a la alabanza al Creador. Da lecciones en sus Cuadernos de estar al día de descubrimiento arqueológicos, acontecimientos sociales y políticos. Los califica con las sensaciones del momento. Y no suele equivocarse. ¡Ah! Y algún año se pasó las vacaciones de estudiante en pueblo extremeño. Admiró a Extremadura y recorrió la Sierra de Gata.

 

 

Gregorio Carrasco Montero.

Oct 012006
 

Gregorio Carrasco Montero.

Comenzaría diciendo, afirmando será mejor, que las necesidades espirituales de un grupo aislado en la sierra y las inquietudes apostólicas de un neosacerdote con sus flamantes doctorado en Sagrada Teología y licenciatura en Derecho Canónico hicieron posible una sencilla ermita dedicada a la Divina Pastora en la Sierra de Eljas.

Dentro de unos meses se cumplirá su primer centenario y el mentor de la misma sumaría ciento treinta y algunos años por las mismas fechas. Queremos adelantarnos para destacar algunos elementos y circunstancias determinantes de su erección donde está, objetivos pretendidos, intervinientes en ello, etc.

UBICACIÓN Y CONFINES

Referida ermita está situada en la llamada Sierra de Eljas. Al otro extremo, a poniente, en una plataforma de peñascos multiformes y barrancos sin número, se ancló la Villa de Eljas, que da nombre a tal Sierra.

En los altos más pronunciados de la misma sobresalen las conocidas como Torres de Hernán Centeno. No son, por desgracia, otra cosa que la ruinas del Castillo de Rapapelo. En él tuvo refugio y dominio el celebérrimo mirobrigense Fernán Centeno, el Travieso. Desde el mismo dirigió escaramuzas, golpes de mano y asaltos por toda la Sierra de Gata, bien rentabilizadas, como hacían en aquellos tiempos de vaivenes los señores feudales y los de las encomiendas a finales del S. XV.

Un insigne peraliego, D. Gervasio Velo y Nieto, académico correspondiente de la Real de la Historia y de las de Bellas Artes y Ciencias Históricas, escribió en 1.958 un extenso e interesante trabajo que tituló “Hernán Centeno, El Travieso”. Lo subtituló: “Señor del Castillo de Rapapelo en Sierra de Gata.

Algunos autores se apoyan en datos, no confirmados, que recoge el Ilmo. Y Rvdmo. D. Antonio de Guevara, cronista de Carlos I y Obispo de Mondoñedo. Habla en algunas de sus cartas de que Fernán Centeno y otros más, a quienes el cronista obispo metió en este paquete, “fueron tyranos y rebeldes”. Basándose en esta y otras frases del mismo Guevara historiadores como Publio Hurtado, Daniel Berjano y algunos más lo colmaron de adjetivos mucho más gruesos según Velo y Nieto.

Intenta este autor, yo creo que lo consigue, refutar documentalmente el desdoro que sobre el Señor de Rapapelo han derramado los historiadores nominados y otros no citados. Sin embargo, esa fama de Hernán Centeno ha calado tanto en las gentes de la comarca que el paladín mirobrigense sigue considerado de tan dudosa conducta que historiadores locales y los cultos de los pueblos cercanos continúan considerándolo como “tyrano y salteador” pero muy “valiente y temido”, Publio Hurtado, sobre todo, con sus dudas y reticencias señala que “otros lo tienen por sujeto de gran pro, muy querido y recompensado por los Reyes Católicos” a quienes sirvió fielmente.[1]

Valga como arrepentimiento del Sr. Publio Hurtado. Al menos como manifestación de sus posibles dudas.

Continuemos después de esta digresión con D. Gervasio Velo y Nieto, que bien merecido se lo tiene por su amor a la Sierra y Villa de Eljas. Ignoro si pudo publicar el libro que preparaba con el título: La Villa, Castillo y Encomienda de Eljas. La muerte le alcanzó entonces.

Lo que el Sr. de Rapapelo no pudo hacer lo realizó su defensor y serragatino enamorado de la comarca, visitar la ermita y rezar ante la Divina Pastora.

Por el noreste, por donde más se estrecha el término municipal de Eljas se acercan, hasta limitarse entre sí, dos comunidades autónomas: Castilla-León y Extremadura. Aquella se asoma como si pretendiera bajar a nuestros hondos valles y ésta se empina como si pretendiera entrar en las llanuras charras. Los límites se hacen efectivos en los aledaños del Puerto de Santa Clara, envuelto en tradiciones y leyendas. Cuatro pueblos con sus correspondientes actas catastrales certifican que El Payo -que ha perdido la segunda parte de su nombre “de Valencia de Flores” y debería recuperarse- y Navasfrías que perteneció a la Orden Militar de Caballería de Alcántara, provincia de Salamanca (Castilla. León) y Eljas con San Martín de Trevejo, Provincia de Cáceres (Comunidad de Extremadura) son los que limitan entre sí.

La barrera natural entre ambas comunidades políticas está formada por colosales canchales, pedruscos sueltos y barruecos de diversos tamaños y figuras que ha ido consiguiendo la erosión de los siglos y lajas sacadas a cuajo por las descargas eléctricas de impresionantes tormentas. La Rivera de San Martín de Trevejo, sede del Comendador del Castillo de Trevejo, delimita gran parte de kilómetros entre uno y otro pueblo desde el noreste, mediodía y poniente.

Así como la Sierra en bastantes kilómetros cuadrados es dura y áspera, poca vegetación, abundantes matorrales enanos, cuanto más desciende y se acercan los límites de ambos municipios aparecen huertos, algunas praderas, se multiplican los bancales de olivos salpicados de higueras y otros frutales y viñedos. Diríamos que la ermita separa la parte más enriscada y hosca de la Sierra y la otra que se hace más suave y policromada en su descenso hacia el valle, que igualmente comparten los dichos pueblos.

Allí dominando un poblado diseminado de casa, tenadas y corrales “perfectamente integrados en el paisaje”, según la guía de Sierra de Gata[2], este sencillo santuario mariano invita a acudir en peregrinación personal o comunitaria para suplicar allí a María, tu Madre y la mía, en la advocación de tan bíblicas raíces, Divina Pastora.

OBJETIVOS PRETENDIDOS

Sencillamente, y con lenguaje de este momento, evangelizar al contingente humano que habitaba la ladera descrita de la Sierra de Eljas. Por los minifundios apuntados y la Sierra abierta unos cabreros se habían decidido, desde tiempos inmemoriales, a instalarse allí con algunas manadas de cabras facilitándoles practicar el viejo proverbio de “que la cabra siempre tira al monte”. También se ayudaban para trasladarse o cargar los productos con miembros de los grupos caballar o mular. La belleza con que movían su silueta las cabras y el equilibrio de que hacen gala estos animales le permitía andar por los canchales hasta llegar a las hojas de zarzas o hierbas nacidas en los humedales que propician los enormes peñascales, por cuyas hendiduras emergían en las superficies ocres.

Por conversaciones con el actual párroco D. José Luis Borrezo, que ha tenido que echar el cerrojo a aquel grupo y al que volveremos a referirnos, y con otras personas mayores del mismo Eljas, se puede calcular aquella población, dada la alta natalidad de entonces, en un centenar de personas las allí existentes, agarradas también ellas al modo de vida que les permitía la misma Sierra de Eljas.

La subsistencia, más mal que bien, la tenían en los productos de huertas que atendían y regaban las mujeres, con la venta de leche y cabritos, huevos que por ser de campo tenían fácil venta o intercambio. Aunque las carencias son patentes sabían adaptarse a malvivir en aquella norteña sierra cacereña. Lo demás de sus vidas todo a la baja: lo cultural, atención sanitaria, etc. La Iglesia, como veremos, se propuso dar alguna solución y queremos intuir que desde el viejo eremitorio ocupado por los Menores, aunque no tuviesen la ermita, practicarían alguna clase de evangelización al estar cerca el eremitorio de las majadas de la Sierra de Eljas.

La exclaustración cortó una larga existencia eremítica y apostólica en la comarca gateña de los franciscanos. La venta del cenobio por decretos desamortizadores acabaron para siempre con los Menores, sus latines, liturgias, silencios y acogidas a los que buscaban confesión, diálogo, paz…

Después de ventas, a mi parecer un tanto rocambolescas, del vacío convento de San Miguel vuelve a manos eclesiásticas. Puede iluminar el itinerario recorrido para que volviese a dominio de la iglesia una carta del Sr. Registrador de la Propiedad de Hoyos. Contesta a título particular el 31 de enero de 1894 al “Rvdo. P. José Aparicio, San Martín de Trevejo”.

El convento se inscribió, dice la carta, la primera vez el 28 de mayo de 1894 a favor de D. Indalecio López Vidal por título de herencia de D. Pedro Vidal Hernández.

La segunda se hizo, según la misma carta, el 1 de octubre de 1897 a favor de D. Marcos Marcelino del Rivero y Campos por compra al anterior titular. D. Marcos Marcelino era un canónigo leonés. ¿Qué hacía por tierras alto cacereñas? Quizás la siguiente inscripción lo explique.

La inscripción tercera, termina el Sr. Registrador, se hizo el 18 de octubre de 1902 a favor del Ilmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de Filipópolis y A. Apostólico de Ciudad Rodrigo, siempre pequeña diócesis y siempre amenazada de desaparición. Quedó suprimida como diócesis y agregada a la de Salamanca el 10 de junio de 1.867. Después de múltiples gestiones dirigidas por un Diputado a Cortes de Ciudad Rodrigo, D. Luis Sánchez Arjona. El Gobierno Español y la Nunciatura en España acuerdan dar dos pasos importantes:

  1. Segregar de nuevo de Salamanca la pequeña diócesis mirobrigense.
  2. Crear en ella y con ella la Administración Apostólica de su nombre.

Todo esto se hacía público el 25 de noviembre de 1.884, diecisiete años después[3]. El Papa León XIII nombró con carácter episcopal al titular de Filipópolis y A. Apostólico de Ciudad Rodrigo.

Don José Tomás de Mazarrasa y Riva, así se llamaba este primer A. Apostólico de Ciudad Rodrigo, era natural de Setién (Santander). Después de ejercitarse ministerialmente en su diócesis fue canónigo de León y rector de su seminario. Sin duda que el canónigo leonés y el A. Apostólico se conocían de León. Podemos preguntar ¿las acciones del Sr. Canónigo D. Marcos Marcelino del Rivero y Campos no estarían respaldadas por el Dr. Mazarrasa para no levantar sospechas?

La tercera inscripción del Convento habla de “título de compra del anterior que lo era D. Marcos Marcelino, quien vendió el Convento y huerta del mismo juntamente”.

Repetiremos esta frase, por razón de años: Oímos a personas, sobre todo eclesiásticos, por ejemplo, al párroco de mi pueblo que lo era antes de inscribirse en el Registro de la Propiedad. La tercera fue en 1.902 y el aludido párroco había tomado posesión de párroco propietario en 1.892. ¿Qué oímos? Que el Convento se había comprado y regalado a la Mitra de Ciudad Rodrigo. Bien del Obispo que regentase la diócesis independiente del obispado.

Otro canónigo, éste mirobrigense, D. Mateo Hernández Vegas en su obra “La Catedral y la Ciudad” dice textualmente que “Mazarrasa y Riva restauró el Convento de San Martín de Trevejo, que entregó a los capuchinos[4]. ¿Por qué personaliza? Si hubiera sido regalado a la diócesis serían otros los trámites.

La Historia de las Diócesis Españolas de la B.A.C. insiste en lo mismo pero con más detalles: “En San Martín de Trevejo se instalaron los P.P. Capuchinos en 1.900 en el antiguo convento de franciscanos, que previamente había sido restaurado por el Canónigo Penitenciario de León D. Marcelino Rivero para establecer allí la Congregación de Operarios Cristianos en 1.895. Al fracasar este intento, Mazarrasa adquirió el edificio para casa de los capuchinos que se ocuparían también de las misiones populares[5].

LOS CAPUCHINOS

Estos religiosos vinieron con todas las bendiciones del A. Apostólico, Sr. Mazarrasa. Habían surgido y se habían aprobado como tercera rama franciscana por tensiones existentes entre conventuales y observantes. Sus deseos de reforma eran para volver a la antigua observancia. El plan de sus reformas lo aprobó Clemente VII[6].

Pasados los anticlericales años de exclaustración, robos, destierros y muertes los obispos se aprestaron a poner en marcha en sus respectivas diócesis todas las fuerzas que encontraban para el plan de choque evangelizador.

Así las cosas llegaron a esta comarca un puñado de los llamados, por su intento de volver a la barba y capucha, capuchinos. Las necesidades espirituales las percibirían pronto, Por delante de la portería conventual pasaban en ascenso o descenso, a pie o en mulo, muchos de los que vivían en la Sierra. Algún hermano subiría hasta allí. Contactaron y conocieron el problema.

Es verdad que ellos no tenían jurisdicción. Era y es término municipal de Eljas y correspondía a su párroco tomar decisiones. Dado el nombramiento otorgado al Dr. Obregón, el párroco estaría mal y moriría por entonces. Casi seguro que con todas las licencias asistirían y administrarían los últimos auxilios a algunos enfermos. No sabemos de contactos. Comenzarían la vida conventual organizada en 1.901 y el apostolado de misiones por la comarca y diócesis.

ILMO. MONS. DR. D. EUSEBIO OBREGÓN BAILE

Entre tanto en los comienzos del siglo XX en Villamiel, de la misma Sierra de Gata y provincia de Cáceres, un joven villamelano estrenaba su sacerdocio y colgaría en casa de sus padres las orlas de los conseguidos títulos académicos de Doctorado en Sagrada Teología y Licenciado en Derecho Canónico.

Ojeando los libros del Archivo Parroquial de Sta. Mª Magdalena del mismo Villamiel, en el libro 12 de bautizados firma la segunda partida del recién abierto libro D. Eusebio Obregón como coadjutor de la parroquia.

Sin embargo, en la certificación expedida y firmada por el actual Canciller Secretario de Cámara de Ciudad Rodrigo, M. I. Sr. D. Santiago Alonso, dice que repasado el Libro de Nombramientos no aparece el de coadjutor de Villamiel. No podemos poner en duda el nombramiento al estar cerca de un año firmando como tal coadjutor. Posiblemente fue un nombramiento oral esperando otro.

Antes de adentrarnos en el tema, del que creemos fue pieza importante, si no protagonista, debemos preguntarnos ¿quién es el Ilmo. Mons. Dr. D. Eusebio Obregón Baile?

A.- En el orden humano. Él, por célibe, y su hermano D. Sergio Obregón Baile, que murió sin descendencia, ponen punto final en Villamiel al apellido de los Hidalgos de Sangre de los Obregones de este pueblo. La Real Chancillería de Valladolid dictó sentencia y aprobó su Ejecutoria de Nobleza que pudimos leer siendo estudiante. Un ejemplar digno de estar bien guardado en vitrina artística por su preciosa encuadernación, limpios folios de pergamino y nítida escritura, además del valor jurídico que tuvo en su tiempo.

Del tronco familiar de los Obregones villamelanos hubo varones, que en siglos pasados, contrajeron matrimonio en Valverde del Fresno y Cilleros, donde en la actualidad sigue vigente dicho apellido.

Continúa gritando su hidalguía en la casa nº 6 de la calle

Colón el bonito escudo de armas que tenían. Creemos que debió ser un ático sobre la cornisa el que lo resaltaba. Tratada la pared cuando éramos niños hoy tenemos que dar gracias se haya conservado. Bien trabajada la piedra del mismo, con sabor gótico, sigue protegiendo la muestra heráldica realizada en perfecta laja de pizarra y que de la misma pregona en la parte inferior con la caprichosa grafía usual de aquellos siglos “Armas de los Obregones”.

Fueron hidalgos, no venidos a menos, sino distinguidos propietarios. En estos últimos se dio la circunstancia de que al morir primero D. Sergio Obregón todas las propiedades se acumularon en la persona de Mons. D. Eusebio Obregón: casas, olivares, cercados, viñas, huertas, ganados, etc.

B.- D. Eusebio Sacerdote. El rol de sus cargos le presentan como un sacerdote del que podían fiarse sus superiores. Los que le conocimos mayor en los últimos años de su existencia coincidiríamos en su sencillez y humildad. De voz gangosa y tirando a apagada no le permitía ser un hombre brillante. Con ello la generosidad que practicaba le acercaban más al ideal evangélico.

A la hora de inscribirse su partida de defunción en el libro nº 9 de Defunciones de la parroquia de Sta. Mª. Magdalena, Fol. 17 el sacerdote lo había captado y en contra de lo que se estila en tales libros, como regente de Villamiel escribió y rubricó el 23 de septiembre de 1962 diciendo de él cosas como éstas: “Arcipreste de la S. I. C. de Ciudad Rodrigo, Prelado Doméstico de S.S., natural de Villamiel, vida ejemplarísima sacerdotal, a lo que cabe añadir una delicadeza especial con esta parroquia a la que donó en vida la actual casa parroquial, c/ Soledad, 3; varias fincas[7]. También donó a la parroquia para las actividades y reuniones de la Acción Católica un amplio centro. Algo que me temo no sepan valorar el pueblo y sus dirigentes, Una placa puesta en el mismo se ha rotulado con la siguiente inscripción que me parece peligrosa: Fundación Cecilio Pérez, Salón Social. La preside siempre el Señor Alcalde del signo que sea y no es una fundación religiosa.

“Dos becas al seminario de esta diócesis de las que pueden beneficiarse dos jóvenes de Villamiel”. “Se enterró en su panteón y asistieron representaciones del Ilmo. Cabildo Catedral de Ciudad Rodrigo, de aquel seminario diocesano, del que fue 35 años Rector, del clero de la misma diócesis y de pueblos”.

Aunque nos alarguemos, a este respecto hay que referenciar algo que ha repercutido en beneficio de la diócesis mirobrigense.

Se dijo entonces que había quedado fundadas 11 becas para el mismo seminario. De su propio peculio le hizo un pabellón.

En su rectorado hay un dato entrañable, no siempre perfectamente conocido y valorado. En los años de la posguerra, años de hambre se llamaron, D. Eusebio Obregón hacía en taxi un viaje o dos todos los meses a su pueblo y a pesar de ser artículo intervenido llevaba para su seminario un par de cántaros de su aceite. Las huertas de su propiedad las tenía dadas a medias para su explotación y lo que a él le correspondía de la producción: patatas, garbanzos, alubias, frutas, etc. era para el seminario totalmente gratis.

Otras limosnas que sabemos que existieron, aunque desconozcamos su naturaleza, gozan de todo el sentido de la máxima evangélica de Jesús: Que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, así tu limosna quedará en secreto…

Presentamos el listado de sus cargos y ministerios. Durante casi un año ejercitándose como coadjutor de su pueblo recibe el nombramiento de cura ecónomo de Eljas el 17 de noviembre de 1906.

Párroco de San Felices de los Gallegos (Salamanca) el 22 de abril de 1912. Desde su llegada a esta localidad en la que existe un monasterio de contemplativas de Agustinas Recoletas tuvo nombramiento de confesor ordinario de las mismas. Llama la atención porque con tan pocos años de sacerdocio los obispos no solían confiar ese ministerio a los jóvenes sacerdote, lo que habla muy bien del Dr. Obregón.

En junio de 1918 es nombrado Vice-Rector del Seminario Diocesano de Ciudad Rodrigo y el 2 de julio de 1923 Rector del mismo centro hasta septiembre de 1951.

Juez prosinodal lo fue el 10 de abril de 1920 y prácticamente lo fue hasta el final de su existencia.

Ganadas las oposiciones correspondientes es nombrado el 30 de abril de 1927 canónigo Prefecto de Ceremonias de la S. I. C. de Ciudad Rodrigo.

El 26 de mayo de 1951 tomó posesión de una canonjía de las llamadas Dignidades, en concreto de la Dignidad de Arcipreste en la misma Catedral.

Junto a todo esto, para reconocimiento de lo narrado, el Excmo. Sr. D. Jesús Enciso Viana promovió un homenaje del seminario y clero de la diócesis a su figura y a su quehacer. Sumó otro título cuando el Dr. Enciso Viana le entregó con un abrazo la bula pontificia que le nombraba Prelado Doméstico de S. S. con título de Monseñor y derecho a usar sotana, fajín y birreta colorados.

ERMITA DE LA DIVINA PASTORA

Pocas precisiones hemos hallado y es notable la carencia de datos. Quizás ha contribuido a ello el carácter sencillo -¿tímido?- del Dr. Obregón. Es un edificio sin pretensiones artísticas, paredes de mampostería, techumbre de madera, hornacina practicada en el muro de modo que al abrir la única puerta, de poniente, la mirada encuentre de golpe la talla de la Madre de Jesús bajo la advocación de la Divina Pastora.

Adelantamos lo que es cierto, lo que hemos oído personalmente, las imprecisiones de la poca documentación a la que hemos podido acceder.

Y cierto es que D. Eusebio Obregón se hizo cargo de la parroquia casi recién estrenado su sacerdocio, joven, universitario. Y lo concibo lleno de inquietudes. Allí, al otro extremo del término municipal, hay un centenar de personas que no tienen enseñanza de ningún tipo.

Habría contactos epistolares y normativas entre el obispo y el joven sacerdote junto con los capuchinos que habían llegado antes al recuperado eremitorio de sus hermanos de la rama de los Menores. No podemos dudarlo ¡Cómo se iba a erigir un lugar de culto sin permiso del Obispo A. Apostólico! ¿Dónde está esa documentación? Seguimos insistiendo en lo afirmado por el Sr. Secretario de Cámara. “No aparece ningún dato relativo a la ermita ni en el Boletín ni en ninguna carpeta”.

Oímos a sacerdotes, alguno muy mayor y cercano al Dr. Obregón, como D. Agustín Hernández Peral que llegó de párroco a Villamiel en 1.892 y permaneció como tal sesenta y tantos años y nuestro villamelano ya era seminarista mayor, que la obra de tan repetida ermita la había costeado él. Lo expuesto arriba tiene la suficiente fuerza para aceptarlo como muy creíble.

Tampoco resuelve otro sacerdote, posterior en edad pero cercano, el párroco de EL Payo, D. Samuel Sousa Bustillo, que poseía una gran cultura. Recorrió los pueblos de Sierra de Gata, recogió datos de todo tipo y los dejó en unos cuadernos manuscritos que tituló ¡Jálama! Tampoco a este sacerdote de la diócesis mirobrigense se le escapó dejarnos algo sobre la ermita. Habla de las que existen en la Villa y dice: “otra de la Divina Pastora, que parece blanca paloma posada en la mitad de la vertiente de la cordillera, en dirección al desfiladero de Santa Clara y a unos cuatro kilómetros del pueblo”.

“Esta fue construida hace unos treinta años, por iniciativa del celoso Ecónomo, en aquel tiempo, D. Eusebio Obregón, hoy Rector del Seminario de Ciudad Rodrigo – (lo que ya hemos indicado)- y los Rvdos. P.P. Capuchinos del Convento de San Martín de Trevejo -(lo que parece tomado de la crónica anónima a la que aludiremos después)- y con limosnas de vecinos de ambos pueblos se edificó”.

Explica después las razones de su construcción que hemos narrado en el apartado de Objetivos Pretendidos[8]

Escribiendo de los edificios de Eljas con cierto interés Florentino Parra Iglesias se expresa así: “Y, por último, la Ermita de la Divina Pastora, de construcción moderna y situada en pleno corazón de la Sierra… A principios de este siglo (el XX ya que su autor publico en 1.993) el cura de Eljas D. Eusebio Obregón de acuerdo con los franciscanos (eran capuchinos) la levantó” No casa bien con lo ya dicho de sus limosnas generosas[9].

No sé si es suficiente tachar de imprecisión lo que la Guía de Sierra de Gata en su página 47 afirma: “La Ermita de la Divina Pastora se alzó en el s. XVIII; una bonita imagen de la Virgen preside la cabecera”[10].

Nadie, en cambio, ha destacado la colaboración de la que no dudo prestaron aquellas gentes de la Sierra y algún otro vecino. Habitual era entre nosotros, y allí también, acarrear hasta el píe de obra la piedra para la mampostería que se edificaría, ir al buscar al pueblo más cercano las arrobas de cal para la argamasa, las vigas para la techumbre, teja para cubrir la misma techumbre, etc. Todo esto y más lo harían los mismos cabreros. Aceptaría también la oferta de la madera necesaria hecha y resaltada de D. Nicolás M. de Ojesto. Pero, ¿y el metálico para pagar jornales de albañiles y peones? ¿Y para liquidar importes de cal, tejas, trabajos de carpintería, etc.? De esto nadie dice nada y ahí es, como en tantas acciones, donde actuaba el Dr. Obregón con su generosidad y su silencio.

Los documentos a los que hemos podido llegar, y la frase del Sr. Secretario de Cámara del Obispado de Ciudad Rodrigo: “No aparece ningún dato relativo a la ermita ni en el Boletín, ni en ninguna carpeta”. Por tanto no sabemos de proyectos, de permisos oficiales escritos y sellados, relación de colectas o limosnas. Igualmente el párroco actual, y yo mismo, no hemos encontrado nada en los libros existentes en la parroquia ni en los integrados en el archivo diocesano. Casa todo ello muy bien con el carácter de D. Eusebio Obregón.

Por eso resulta chocante la redacción de una crónica anónima, que escapó a la revisión del Sr. Secretario y que aparece en el nº 16 del año XXIII del Boletín Eclesiástico del Obispado de Ciudad Rodrigo.

Con talante de tipo triunfalista y en la que el que tiene la jurisdicción es citado una sola vez y como si fuera un convidado de piedra, todo lo hicieron los capuchinos y el párroco de San Martín de Trevejo.

La citada crónica tiene cinco párrafos que analizamos seguidamente. Indica uno la fecha de inauguración de una capilla en la Sierra de Eljas, de la diócesis de Ciudad Rodrigo y provincia de Cáceres.

En el segundo hay una expresión de halago y dice: “Se ha puesto bajo la advocación de la Divina Pastora, puesto que es para que oigan misa y se instruyan cristianamente las familias de los cabreros que viven diseminados en dicha Sierra”. Todos los que estén un poco informados de órdenes religiosas saben que los capuchinos en todos sus conventos tienen esta advocación a la que tributan un culto especial. Con otra cualquiera –ahora quizás hubiera sido la Virgen de Fátima- se puede decir misa y ofrecer instrucción cristina a todos los participantes.

Por el tercer párrafo vemos “que bendijo la Capilla el P. Guardián de lo P. P. Capuchinos de San Martín de Trevejo y predicó en la función de la mañana, y el Párroco de San Martín de Trevejo en la de la tarde, llenando ambos cumplidamente su misión”. (Lo de la predicación es comprensible, pues, como ya quedó dicho su poca voz y gangosa, sin megafonía en aquellos momentos y en un espacio abierto ya que dentro no se cabía, sería él mismo quien invitara a predicar. Nada se dice y resulta sospechoso.

He insistido en lo de costear la obra con sus personales medios porque igualmente se ha hecho con que “la talla era regalo de los P.P. Capuchinos y que eran ellos los que se habían ofrecido a decir misa en la Capilla y atender a la instrucción religiosa y demás necesidades espirituales de aquellos pobres cabreros”. A pesar de ello la jurisdicción del párroco de Eljas estaba salvaguardada, porque bautizos, bodas, entierros se han realizado en el pueblo e iglesia parroquial de Eljas. Esos mismos cabreros tenían que desplazarse hasta la Villa para en su Ayuntamiento dar de alta cabezas de ganado, guías para desplazamientos con el ganado, etc.

Sabemos por el cuarto párrafo que el acontecimiento tuvo “Realce y solemnidad extraordinaria la fiesta”. A ello contribuyeron los Hermanos Terciarios de San Francisco de los pueblos de San Martín, Eljas, Villamiel y Valverde que fueron en peregrinación a la nueva capilla, uniéndoseles otros muchos fieles de varios pueblos inmediatos. Una frase nos trae la única alusión al joven Ecónomo de Eljas. Lo alude de esta guisa: “Esta peregrinación fue promovida por los activos y celosos señores Párrocos de San Martín y Ecónomo de Eljas, ayudados por los P.P. Capuchinos”. Sinceramente nos parece muy poco por razón de jurisdicción y de juventud del Dr. Obregón, que le haría verdaderamente activo. Más parece que el que tiene la jurisdicción de la Sierra de Eljas es el Párroco de San Martín de Trevejo. Pero no hemos hallado credenciales a su favor en ningún sentido.

Finalmente, en el quinto párrafo, el autor de la anónima crónica insiste en las contribuciones, que no aparecen por ninguna parte, para realizar la obra de la capilla. Sin citar nombres ni apellidos, ni cantidades de ningún contribuyente encontramos estos: “Excmo. e Ilmo. Sr. Obispo (q.e.p.d.) que fue el iniciador de ella y no la vio realizada”. Cosa rara ante la afirmación del Sr. Secretario de Cámara “que no existen datos en ninguna carpeta”.Sigue citando: “el Ilmo. Sr. Vicario Capitular” y algunas otras personas caritativas, y ¡sorpresa con nombre, apellido muy conocido en la zona y título, de San Martín de Trevejo!, Excmo. Sr. D. Nicolás M. de Ojesto, que donó las maderas para la Capilla.

La oferta de este señor totalmente posible y aceptada. Era dueño, como lo sigue siendo uno de sus herederos, de la mayor finca de castaños maderables de toda la Sierra de Gata. Esta finca de maderas está separada tan solo por la Rivera de San Martín de Trevejo a cuyas aguas se unen la de la pequeña Verdera, que nace al lado de la ermita.

Si aceptamos la crónica tal cual se vendría abajo lo que siempre oímos a varios eclesiásticos y preguntamos en su momento a personas de Eljas que asistieron a su bendición e inauguración. Eran jovencitos en 1.907.

Ahí queda eso. No resolveremos nada. Hay que añadir que los obispos mirobrigenses, una vez realizada la obra, se preocuparon del pequeño santuario mariano de la Sierra de Eljas irradiase espiritualidad mariana además de entre los residentes en la comarca serragatina.

El Dr. D. Ramón Barberá y Boada, obispo titular de Antedón y A. Apostólico de Ciudad Rodrigo, según certificó el Lic. D. Perfecto Sánchez, Secretario, “concedió 50 días de indulgencias a los que con corazón contrito rezaren una Salve o cualquiera otra oración aprobada por la Iglesia, ante la imagen de la Divina Pastora”. Firmó este A. Apostólico la concesión de Indulgencias en Ciudad Rodrigo el 23 de marzo de 1910.

El último de que tenemos noticia que concedió Indulgencias es del Excmo. Sr. D. Jesús Enciso Viana. Este reunió en su persona los dos títulos: Administrador Apostólico y en su pontificado se recuperó el título de diócesis que se le había quitado a la pequeña diócesis mirobrigense. Por tanto este gran escriturista pudo usar el título de obispo de Ciudad Rodrigo.

La ermita la visitó personalmente, a caballo, no existía carretera entonces, el 27 de octubre de 1.954, Año Mariano extendido a toda la cristiandad por S. S. Pío XII con motivo del Primer Centenario de la Definición Dogmática de la Inmaculada Concepción de la Virgen por Pío IX.

Por esa razón el Dr. Enciso Viana visitó los santuarios marianos y aprovechaba la ocasión para hablar de María a los fieles. En la Divina Pastora dice el mismo obispo “a los que vivían aquí”, en la Sierra Eljana.

Este obispo que posteriormente fue titular de Mallorca, donde murió, decía también: “hemos concedido 100 días de Indulgencias a los que en adelante entren en esta ermita y recen una Salve a la Santísima Virgen”

Y EN EL 2.007, PRIMER CENTENARIO

Quiero hacer patente en este momento mi gozo personal. Me lo produce el constatar que tres presbíteros villamelanos hemos servido a la parroquia de la Asunción de la Villa de Eljas durante el s. XX y ya uno los comienzos del XXI.

Una vez edificada la ermita algo hicimos los tres por el culto y con el culto tributado a la Madre de Dios bajo el título de la Divina Pastora.

El primero en llegar fue el Dr. Obregón que, junto con la ermita han sido tratados en esta comunicación, y que apenas rebasado el primer lustro del s. XX fue destinado a Eljas. Salió para nuevo cargo y villa antes de completar los 6 años entre los lagarteiros. Hemos visto anteriormente algunos datos y rasgos de su biografía que no vamos a reiterar.

Muchos años después, en septiembre de 1.958, llegó el que suscribe a la parroquia de la Asunción de Eljas con el título de Regente, puesto que el párroco propietario estaba, con licencia episcopal, conservando la propiedad, en la diócesis de Huelva.

Pasado poco más de un año el Obispo de Coria-Cáceres, Mons. Llopis Ivorra, anunció el que sería el último concurso oposición a curatos, era la expresión. Hubo que dedicar tiempo al estudio. En relación con la ermita de tan bonita advocación no pude hacer mucho al tener que partir de Eljas por haber sido agraciado con la propiedad de otra parroquia de la que tomé posesión el 24 de agosto de 1.962.

En los cuatro años de mi permanencia continuaban otros religiosos, los P.P. Claretianos, celebrándoles la misa y catequizando. Lo mismo, años antes, habían hecho los P.P. Jesuitas portugueses que, expulsados de su patria por su República Portuguesa, vinieron con sus estudiantes al Convento de San Martín de Trevejo, hasta que nuestra República les hizo abandonar el Convento y nuestra Patria. Jesuitas y Claretianos tuvieron en San Miguel sus correspondientes Escuelas Apostólica para sus estudiantes.

Bien es verdad que los P. P. Capuchinos tenían su propio estilo. Actuaban en los pueblos de la comarca con sus Terciarios organizando actos que congregaban en la Sierra a cientos de personas. Figura destacada y conocidísima fue el capuchino P. Anselmo de Jalón.

No estuvieron mucho tiempo los P. P. Capuchinos y decayeron las actividades de los Terciarios. Creo que no están vigentes en ningún pueblo de la comarca gateña. Aquí, y a esto también, sit transit gloria mundi.

Apenas visité detenidamente la ermita caí en la cuenta que había que hacer reparaciones, Comencé a hacer gestiones y recuerdo que conseguí del llamado Banco del C. de Jesús, cuyas acciones divulgaba la Revista del Mensajero del C. de Jesús, 25.000 ptas. Ayudaban a iglesias pobres para la adquisición de vasos sagrados decentes, libros y ropas litúrgicas, etc. La cantidad concedida a favor de la ermita quedó en manos de mi sucesor y con las que yo quería acometer el arreglo del tejado.

Dado lo indicado me limité en lo pastoral a actuar en algún acto que respondiera a encargos. Pero sobre todo en acompañar a los feligreses de Eljas y de otros pueblos en la romería que celebrábamos el IV domingo de Pascua también conocido como Domingo del Buen Pastor. Asociada María a los planes de tal Pastor Ella Divina Pastora. Aunque ya hacía muchos años que los Capuchinos habían dejado este rincón de la Sierra de Gata quedaron buena semilla y la asistencia a la romería siempre ha sido abundante.

El relevo por otro sacerdote de Villamiel en esta tercera ocasión fue acto seguido. Antes de terminar agosto, por paisanaje y amistad, le daba la posesión de su propiedad al Rvdo. D. José Luis Borrezo Baile. Los tres hemos tenido que ver con este último apellido, pero el firmante lo perdió al ser transmitido por vía femenina quedando paralizado en su abuela materna. Allí sigue sin volver la vista para atrás ha hecho 44 activos años sin cruzarse de brazos, D. José Luis Borrezo.

Con esas condiciones y montón de años él quedará marcado su sello especial al culto tributado a la Divina Pastora e incluso a la misma fábrica del pequeño –pero con especial encanto- santuario mariano serragatino en los límites de dos provincias y dos comunidades. De una y otra parte acuden.

Lo primero porque vencidas las dificultades orográficas con un sencillo camino vecinal se traslada en vehículo al templo parroquial de Eljas, donde a la reiterada advocación se honra con solemne novenario y frecuentes visitas todos los años.

También por las mejoras en la ermita primitiva. Recinto sencillo, de mampostería, de 6 metros de largo por 4´30 de anchura, suelo de cal, entrada por poniente y arco de medio punto de piedra labrada como lo es el de la hornacina que tiene un pobre transparente para dejar pasar la luz pero que no ha llegado a ser camarín.

La voluminosa talla, más bien conjunto, a mi juicio del s. XVII. La Virgen es la figura central del conjunto tocada con sombrero de campo, de pastora. Cuatro ovejas y corderos a izquierda y derecha de la misma. Con la mano derecha toca a una de la ovejas postradas y con la izquierda sostiene al Niño Jesús que tiende su mano izquierda hacia otra de las reses.

Durante estos 44 años, 38 del s. XX y 6 ya del s. XXI, el perímetro de la ermita ha sido muy tratado. Se ha puesto losas de granito en el piso y se ha alzado un zócalo como de un metro de altura y del mismo material, que sin perder su primitiva sencillez le da un cierto empaque.

Ha seguido recreando esta ermita. La ha amplificado con un clásico porche de 4 metros de longitud por 5´50 de ancho. Perfectamente encajado en el entorno por techumbre de maderas apoyadas en cuatro columnillas de piedra de la que tanto abunda en la Sierra del Eljas. Los lados y el frente han sido cerrados por sencillas verjas de hierro.

Las reformas y ampliaciones de dicha ermita de la Divina Pastora están, en este caso, perfectamente recogidas y detalladamente reflejadas en los libros parroquiales. Las traemos a colación para ver o imaginar lo realizado. Con ello se ha contribuido a engrandecer la sencilla y humilde ermita.

En el tiempo que el tercer sacerdote de Villamiel ha regido la parroquia de Eljas se ha rehecho todo el tejado ya que azotado por los aires de altura y los violentos aguaceros con repentinos e intensos chaparrones siempre se mojaba el interior y necesita una especial atención y en él se han invertido 927.776 pts.

En el adecentamiento del piso con losas de granito y del mismo material se ha hecho un zócalo de un metro de altura para evitar humedades se ha gastado la cantidad de 548.100 pts.

Le ermita se ha enriquecido y ampliado con el porche ya descrito por un importe de 293.750 pts. El total en pesetas, moneda de uso cuando se ejecutaron estas obras, es de 1. 769.626 pts. La devoción y el culto, privado y comunitario, en estos tiempos de secularización, ha aumentado y no disminuido. Pedimos a la Divina Pastora que le dé luz y fuerzas para organizar una gran celebración del Primer Centenario de esta ermita que sabe de la pobreza de sus gentes, de lágrimas, súplicas y promesas. Que todo sea para entonar otra vez en la montaña el Magnificat porque el Señor sigue haciendo cosas grandes. Y que todos los lagarteiros das Ellas repitan como los cabreros de la Sierra después de un ligero incidente de vuelta de una restauración cuando la cargaron sobre sus hombros y comenzaron por el camino de cabras a escalar para dejarla en la ermita se dijeron: “yan es nossa”. Eso, que sea más nuestra sobre todo por la imitación de la Pastora.


NOTAS:

[1] Nota 21 en H. Centeno, el Travieso de G. Velo y Nieto, pág. 19 de su Estudio.

[2] Editada por la Asociación para el Desarrollo Integral de Sierra de Gata, Adisgata 1996 pág 153.

[3] Hernández Vegas. La catedral de Ciudad Rodrigo. Tomo II, 1ª Ed. Pág. 404.

[4] Hernández Vegas. Idem, págs. 404 y s.s.

[5] Historia de las Diócesis Españolas de B.A.C. Madrid. Tomo 18, pág. 521.

[6] Bernardino Llorca, S. J. M. de Historia Eclesiástica. E. Labor 1951. Pág. 493.

[7] Una viña cuyo vino se utilizara en todas las misas que se celebren en Villamiel. Olivar para mantener la lámpara del Santísimo encendida. Lo que sobrara de ambos productos era y es para el párroco. Una huerta que fue expropiada por el trazado de la carretera de Trevejo.-Nota explicativa del autor.

[8] Rvdo. D. Samuel Sousa Bustillo. Cuaderno nº 2 de ¡Jálama!. Sin paginar.

[9] Florentino Parra Iglesias. “En el confín de la Sierra de Gata”. Pág. 100. Cáceres, 1993.

[10] Guía de la Sierra de Gata. Edita ADISGATA, Asociación para el Desarrollo Integral de la Sierra de Gata, pág. 47. Año 1.996.

Oct 012005
 

Gregorio Carrasco Montero.

La usura una situación generalizada. Y, ante todo, declaración de intenciones No pretendo es estos folios hacer un estudio exhaustivo de esa situación generalizada. Ni de todas las clases de luchas orientadas contra la carcoma aquella que atacaba a la sociedad. Más activa en los estratos más bajos de la misma.

Siempre afectaba a los que podían responder con algo A los que no, se les conocía con una palabra extraída de la liturgia y normas de protocolo, se les conocía como pobres de solemnidad.

Una idea aproximada de la situación la tendríamos con tan solo escuchar a los que aún sobreviven de aquel naufragio social. Existen todavía hombres y mujeres de setenta y tantos años a los noventa y tantos, poseedores de mentes despejadas y memorias bien conservadas que podrían dar pelos y señales de documentos que se firmaban y testigos que se imponían. Buscándolos aún se puede dar con ellos. Después oír, entre algunas lágrimas y muchos suspiros, sus testimonios recorriendo su propia familia o la de los vecinos.

¡Cuantas familias se vieron despojadas de joyas heredadas, enseres y propiedades incapaces de devolver préstamos y de pagar réditos! Sucesivamente iban perdiendo ganados, tierras, resistiéndose a quedarse sin la propia vivienda, dándose situaciones verdaderamente dolorosas y desoladoras.

Algo habría que hacer para taponar la sangría de familias que, unas a mediados de mes y otras a finales, acudían a los préstamos y enfrentarse a la epidemia del ganado, sequía o langosta -entonces no se fumigaba- que privaban de la cosecha soñada y esperada.

Algo habría que hacer porque las necesidades eran acuciantes. Se trataba de resolver entre dos luces, expresión muy rural, pero muy ajustada a la realidad y nunca mejor dicha y ap1icada a los pueblos del S. XIX y buena parte del XX.

A esa hora se acudía a casa del prestamista. El peticionario llegaba entre asustado y respetuoso, rara gratitud sabiéndose chupado de sangres y sudores. Con el prestamista estaban esperando los testigos señalados por el mismo. El peticionario previamente había hablado con el amo del dinero. Era cuestión de firmar un documento redactado por él, claro está. Especialmente se hacía referencia a los bienes con que se respondía por la cantidad recibida. Esa misma tarde noche empezaba, casi siempre, a pagar deudas: simientes, herrero, herrador, carretero, médico, barbero, etc.

Algo habría que hacer. Y nacieron las Cajas de Ahorro y Montes de Piedad en casi todas las diócesis. Lo mismo que las Cajas Rurales y Sindicatos Católicos Agrarios.

LOS OUE LA CREARON E IMPULSARON EN CACERES

Advertimos de nuevo que tampoco pretendemos seguir y detalladamente todos los pasos dados para que nacieran tales instituciones. Ni presentar biográficamente a todos los intervinientes. No nos hemos propuesto hacer un trabajo que nos llevaría muchos folios y no son el estilo de los Coloquios. Tratamos de conectar con aspectos positivos del momento y rechazar olvidos buscados y lo negativo con que se ha tratado el tema.

Entre los intervinientes, por supuesto, existen figuras más destacadas. Consecuentemente polarizan más la fama. Eso no quiere decir que todos los colaboradores en poner en marcha una institución con tales características no tengan su propio y personal mérito.

ECLESIÁSTICOS Y CIVILES

En la biografía “León Leal”, de Dª Felisa Leal García y Dª Pilar Bacas Leal, hija y nieta respectivamente del biografiado, nos ponen en camino cuando escriben:

“La caja de Ahorros, organizada por la Junta Local de la Liga Católica, -fundada por la diócesis en 1.903- comenzó como entidad en la que se fomentaba el Ahorro”[1] -Añaden: “Las Cajas de Ahorros se crearon con una finalidad eminentemente social. La de Cáceres, además, un instrumento de la Acción Social Católica para desarrollar su actuación social.”[2]

La repetición de Católica ya sea por razón de la Liga, ya por la Acción Social, está reclamando un eclesiástico, total e intensamente preocupado por los explotados a quienes tiene que pastorear y defender, sacar de las necesidades que pueda y que por todo ello estaba dispuesto a poner bases porque algo habría que hacer. Y quería que estuviese bien asentado.

Como en tantas facetas y ocasiones los Estados hicieron poco. O más bien nada. Luchar contra la usura desde sus leyes era otro Bla… Bla… Bla… Sin operatividad y menos eficacia. Andando los años, eso sí, se aprovecharon de lo hecho por hombres de Iglesia. Se han amparado tras el verbo regular. Si no les va bien con ese suelen utilizar otros más violentos como desamortizar, intervenir, gestionar, y otros de esa jerga intervensionista.

Si, dentro de la génesis de estas instituciones con marchamo religioso están los Mandamientos de la Ley de Dios. Sobre todo el Amar al Prójimo y el No Robarás. Y ¡ay! Lo que cuesta a esta sociedad que presume tanto de ONGs acercarse al ser humano tan desprotegido para ayudarlo y no para esquilmarlo. El cumplimiento de esos mandamientos no es tan solo un acto personal e íntimo. Es algo que tiene y trae siempre implicaciones sociales. La misma sociedad notará en sus propios entresijos si se cumplen o no.

Tuvimos la suerte de tener en aquella etapa un eclesiástico que no se quedó sólo en tronar contra el pecado de usura. Lleno de amor supo y quiso dar cancha a los laicos e impulsarlos para que los económicamente débiles tuviesen ayudas con las que sacar a flote familias, ganados, ahorrar algo o lo más posible, que nunca seria mucho, y hacer frente a otras eventualidades de enfermedad, sequías, fuegos, etc.

¿QUIEN FUE UN TAL ECLESIÁSTICO?

Un obispo venido de Levante. En la práctica fue, como hoy se gusta repetir, un hombre que se encarnó en la tierra que le confiaron para pastorear como heredero y sucesor de los apóstoles.

Llegado a Poniente se topó con ese y otros problemas que fue resolviendo. Al menos intentándolo con auténtico celo.

Se llamó D. Ramón Peris Mencheta, Obispo de Coria, en Extremadura. Había nacido apenas comenzada la segunda mitad del S. XIX. Desempeñaba la Dignidad de Arcipreste de la S. 1. Metropolitana de Valencia cuando fue propuesto Obispo de Coria. Llegó a la diócesis, una vez ordenado, el 16 de septiembre de 1.894. Más de una vez se ha escrito de este prelado que supo rodearse acertadamente de hombres con valores religiosos, conocedores de la historia extremeña, buenas plumas, preparados en economía y al día del Movimiento Social. El, sin frases cortadas al estilo de hoy, supo poner los valores e ilusiones de todos al servicio del Evangelio en la diócesis cauriense. Entre sus asesores y colaboradores los había, como en fácil de entender, sacerdotes. Sin embargo, el Obispo llegado de Levante, supo captarse muy bien a los que en la actualidad llamamos laicos.

Con Escobar Prieto, Fogués y Cogollos, Barrantes, Castor Amin, Gaspar, Reyes Huertas, etc., comenzó una campaña a nivel nacional para salvar el Santuario Guadalupano que amenazaba ruina por los cuatro costados después del saqueo sacrílego, acciones destructoras y olvidos imperdonables. Gracias a su entrega y a la de aquellos laicos y eclesiásticos que le acompañaban en cualquier acción a emprender se movilizaron también otras autoridades civiles, militares y eclesiásticas. Por cierto, Toledo, estuvo bastante ajeno a este movimiento extremeño de recuperación de la Santa Casa. Pero dejemos ahora este tema y reconduzcámonos al que nos ocupa en estos Coloquios 2.005.

El Problema Social, conocido como Cuestión Social, estaba en su época de Obispo cauriense en toda su ebullición. Lógicamente le preocupaba. Pláticas y predicaciones, circulares y pastorales aparecen frecuentemente en el Boletín Oficial del Obispado. No sólo para alertar al estilo del Profeta Ezequiel, sino que promueve con ello y da pasos en la formación social de los sacerdotes y de los seglares.

Así se publicó en varias entregas en el órgano de comunicación diocesano un largo y excelente trabajo titulado “El Problema Social y el Clero Católico”. Recordatorio y formativo era entonces para los curas de la diócesis. Estaba escrito por un laico, abogado brillante, economista ilustre, católico comprometido, buena pluma y oratoria convincente…

Adelantemos que era, y de él hablaremos más, D. León Leal. Este, en sus “Ráfagas, en la XXIV, dedicada a la Imprenta Álvarez en Cáceres y en un párrafo titulado Periódicos que allí se editaron certifica lo que vengo diciendo[3] con estas palabras: “Allí se tiró también la Acción Social que por los primeros años del presente siglo (XX) fundé como órgano de las Corporaciones Católico-Obreras de la diócesis con la bendición y aliento del Obispo Doctor Peris Mencheta y dirigí hasta que la cedí a Reyes Huertas, etc.”. Éste último otro que se unió a los grupos.

Preocupado este obispo y buen pastor de una diócesis pobre, de las estrecheces que sufrían muchos de sus fieles que, a parte de los llamados pobres de solemnidad engrosaban los denominados labradores (casi nunca eran propietarios de las tierras que araban) y ganaderos cuyos ganados tenían que pastar en tierras arrendadas, anima a los sacerdotes a buscar laicos con qué fundar, para ayudarlos, las Cajas Rurales de Crédito Agrícola, Sindicatos de Crédito Agrícola y otras instituciones con fines en la misma dirección de ayuda y promoción.

Adoctrinaba, como hemos resaltado, con sendas pastorales y circulares de su propia cosecha y haciendo publicar en el Boletín del Obispado todo lo que juzgaba oportuno para sus sacerdotes. En 1.910 se dirigió a fieles y sacerdotes con dos pastorales sobre “Sentido Cristiano y el Sentido Político Cristiano”

Muchas cosas y noticias podrían alargar esta comunicación haciendo recuerdo y justicia a este buen obispo. En el haber de su pontificado hay un buen puñado de efemérides realizadas a favor de la diócesis y de Extremadura. Ni la diócesis, ni el Real Monasterio de Guadalupe, ni El Palancar, ni la Caja de Ahorros, ni Extremadura han sabido, podido o querido resaltar, como se merece este gran prelado cauriense, siervo fiel y padre de todos los diocesanos, especialmente de lo que pasaban más apuros; de los pobres todos.

EL LAICO CACEREÑO FUE Y SE LLAMÓ LEÓN LEAL RAMOS

Ya citado anteriormente con el eclesiástico principal que le apoyaba. No pretendemos una biografía. Ni siquiera elemental. Tan solo referir algunos datos. Sobre todo queremos resaltar la dedicación, con las dotes de que estaba adornado, al servicio de la diócesis mirando a Dios y ayudando a los hombres, colaborando en muchos campos de la acción pastoral directamente con el pastor de la diócesis, y con las instituciones religiosas, sociales y caritativas.

Sus pasos familiares, estudiantiles, profesionales, etc. los pueden ver en la biografía que publicaron, muy ajustada a la realidad, aunque la hayan realizado su hija y su nieta que ya citamos. Es verdad que en ella se nota a lo largo de sus capítulos el cariño, ternura y nostalgia de aquella familia que fue, en distintas grados, la de ellas. Recogemos y recordamos datos y escenas que ¡ojalá! moviesen a buscar y leer la que creemos es buena biografía.

El biografiado nació en la cacereñísima plaza de los Golfines el 11 de abril de 1881. Dos días después le llevaron a las aguas bautismales en la parroquia e Iglesia Arciprestal de Cáceres entonces, y hoy S. I. Concatedral. Sería un bautizado, como sus hermanos, cuidadosamente cultivados en la vida cristiana. Gran parte tuvo en ello el clarividente pedagogo que fue su padre y también la madre, hecha entrega y testimonio. Sí, sus padres fueron los primeros transmisores de la fe.

Otro tanto diríamos que ocurrió con su responsabilidad en los estudios, trabajo intelectual, profesional y apostólico. Debido a ello, sin duda, consiguió en todos sus estudios y niveles un expediente excepcional copando premios de cursos, licenciatura y doctorado.

Su vocación es clara, el Derecho. Con la Leyes y la formación religiosa trabaja incansable y apostólicamente en las Cuestiones Sociales respondiendo a las llamadas hechas por dos grandes papas del pontificado moderno como lo fueron León XIII con su Encíclica Rerum Novarum y Pío XI con la suya, Quadragésimo Anno.

Habría que dedicarles tiempo a estudiarlas y desmenuzarlas teniendo presente a las clases más zarandeadas de la sociedad, especialmente la extremeña con miles de braceros, de larguísimos meses de paro, sin industria, latifundios en posesión de absentistas, monocultivo en gran parte. Más variados en el norte de la región pero con estructura, desarrollo y cultivo de minifundios.

Llamó poderosamente la atención, según la prensa charra, su primera intervención en la Academia de Santo Tomás de Aquino, situada en San Esteban de los P. P. Dominicos de Salamanca. En aquella disertación desarrolló ampliamente el tema del “Préstamo Mutuo”. Le valió ser elegido por unanimidad Vicepresidente de dicha Academia, cargo el más importante que podía ostentar un estudiante.

Hombre comunicador por naturaleza, llevó a la primera sesión el proyecto de la revista estudiantil “El Estímulo”. Revista no sólo para las colaboraciones de los estudiantes sino que en ella escribieron también catedráticos de las distintas Facultades Universitarias. Él lo hacía igualmente en otras revistas y periódicos sobre la Enseñanza Laica y Alcoholismo.

Sus biógrafos escriben el siguiente párrafo revelador a la par que sintetizan su amplia personalidad y facetas: “El año 1.904 fue algo así como la explosión de su vida. Comienza su vida familiar propia, su vida profesional, las andaduras por sus campos sociales y religiosos, sus tareas de luchador por la justicia social”.[4]

Por su formación cristiana se siente obligado a participar en asociaciones que llevan a ejercitar la caridad en visitas y limosnas a los pobres, enfermos, etc. Allí donde hubiera un problema de pan, de vivienda, etc., estaban los miembros de las Conferencias de San Vicente de Paúl ya directamente, ya en organismos resolviendo lo posible.

CAJA DE AHORROS Y MONTE DE PIEDAD

Recorriendo la citada biografía y adentrándonos en sus Ráfagas descubrimos que se metió de lleno en el estudio para fundamentar y extender la urdimbre de la llamada Caja de Ahorros y Monte de Piedad. Emergió ésta, según referí ya, para hacer frente al mal grave de la usura. Por eso no sorprende que tuviese un fondo cristiano y que D. León da a entender en artículos y Ráfagas. E indica además que era uno de los laicos cercanos al Prelado que vino de Levante con ideas claras y ganas de luchar contra los males que atenazaban a sus diocesanos de Coria, aunque la sede de la Caja sería Cáceres.

Sintonizaba perfectamente con los jesuitas que dedicaban todos sus esfuerzos al Apostolado Social y trabajaban denodadamente por abrir pasos e implantar los Sindicatos Católicos Agrarios.

Por los Boletines del Obispado de la época de Mons. Peris Mencheta se detecta la presencia del joven abogado en pueblos importantes de la diócesis en actos de propaganda y formación para poner en marcha los citados sindicatos.

Un jesuita tan destacado en estas lídes, P. Antonio Vicent, S. J. Le hizo de inmediato presidente de la Obra del Consejo de las Corporaciones Católicas Obreras.

Al publicar su tesis doctoral que versó sobre “El Contrato de Trabajo”, premio extraordinario, se escribió de él en revistas de dentro y de fuera. Baste este juicio:

“El Sr. Leal Ramos es uno de los escritores más competentes en Materia Social”.

DETALLES E INTIMIDADES

En torno al hecho fundamental, solemne y legal, se dan infinidad de detalles íntimos. Creo conveniente y necesario destacar algunos de ellos. Su hija Felisa Leal García me cuenta algunos. Por ejemplo las reuniones que se tenían, con la mirada puesta en la fundación, en la rebotica de Castel. Farmacia y apellidos archiconocidos en Cáceres y provincia. Allí coincidían hombres ilusionados con hacer el bien para Cáceres provincia y para Cáceres capital. En esa rebotica se matizaban los artículos del reglamento para que la institución y funcionamiento estuviesen bien fundamentados y lo hacían antes de las convocatorias serias. Daría gusto asistir a unas reuniones parecidas. Cada cual en plena libertad y respeto imperante aportaban ideas, etc.

Añade D. León que se formaron dos parejas de visitadores -postuladores de casa en casa-. Una la componía el Secretario de la Junta Local de Cáceres de la Liga Católica, D. Casto Ibarlucea y Jiménez Mogollón. La otra el mismo D. León y el sacerdote D. Francisco Polo.

Nos podíamos hacer esta pregunta ante los grandes edificios, palacio restaurado, multitud de oficinas abiertas, expansión en otras provincias, nueva denominación, etc. ¿Cuántos de sus funcionarios actuales sabrían darnos noticias de este presbítero que se encuentra entre postuladores y fundadores? Seguramente que se aplicó o se aplicaría las palabras de Juan el Bautista: “Conviene que ella crezca y yo mengüe”.

La inmensa mayoría de sus usufructuarios ignora ante el volumen (desconozco el manejo del diccionario económico) de dineros y operaciones actuales que el capital reunido, después de tantas visitas, fue de 19.395 pesetas. Con este capital fundacional comenzó aquella jovencísima Caja la lucha contra la usura. Muchos cacereños, por caridad, suscribieron acciones de 25 pesetas, sin intereses. Se devolverían cuando la Caja pudiese y fuese oportuno.

Otro acto gratísimo lo protagonizó S. M. Alfonso XIII, y tuvo lugar en la primera visita que realizó a Cáceres y en le trayecto de Badajoz a Cáceres. Es indicativo que el Obispo Peris Mencheta estaba comprometido totalmente con la Caja por su papel de pastor, como guía de la Liga Católica y que era notorio en la ciudad.

La anécdota, además de reveladora muestra que a S. M. el Rey se le había informado. Decidió colaborar y comunica al periodista Peris Mencheta, fundador de la agencia que llevó sus apellidos, “que se complacía en hacer una aportación de 1000 pesetas para lo que era palpitante aspiración de Cáceres de tener una Caja de Ahorros y Monte de Piedad”.

El periodista Peris Mencheta, que integraba el séquito regio, lleno de alegría, comunicó de inmediato el donativo real telegrafiando a su hermano, D. Ramón Peris Mencheta, obispo de Coria. Como es natural el obispo dio publicidad al donativo que tuvo el efecto de ser ejemplo. Muchos acudieron enseguida a entregar el suyo o a suscribir acciones. Con ello no se tardó mucho en poner los caudales reunidos al servicio de los cacereños capitalinos y provincianos.

El anecdotario de D. León cosechado durante los muchos años en los que fue director, y lo fue desde el nacimiento de la institución, sería abultadísimo.

Su hija Felisa nos cuenta este detalle y precisión. Aunque el Monte de Piedad tenía acceso directo e independiente de la Caja en cuyo edificio vivía también la familia, un domingo, cuando comían; se presentó una señora: D. León, si pudiera desempeñarme (el objeto que fuera) que se le olvidó a mi marido venir ayer… D. León cogió las llaves del Monte de Piedad y atendió amablemente a la señora. Luego continuó la comida.

Así entendían el servicio entonces y más si era en un Monte de Piedad. Las cosas han cambiado mucho.

Cuando se han dado los pasos correspondientes en los ministerios y se ha aprobado el reglamento con la Real Orden y se clasifica como “institución de beneficencia particular la Caja de Ahorros y el Monte de Piedad fundada por la Liga Católica” el primero, lleno de alegría y deseando que empiece a trabajar con los más necesitados es el Prelado, el que designa los seis consejeros. Entre ellos nombra por parte de la diócesis a D. León Leal.

Nada de extraño cuando en su diario D. León con palabras de este estilo, aunque no puedo ofrecer la cita completa y literal. Pero es demostrativa del alma de este obispo. El obispo se dirige a los obreros presentes en un acto de inauguración y les dice:

“Hoy hace tres años, una de las primeras cosas que me propuse, fue daros a vosotros, obreros, un local mejor, más amplio, más decoroso. Hoy felizmente ha llegado el cumpliros mi palabra. Aquí tenéis vuestra casa, la casa del pueblo. Os vengo a hacer donación de la misma, con el fin de que vayáis sabiendo tener casa, con el fin de que muy pronto seáis vosotros y únicamente vosotros los que la manejéis y la acrecentéis.

No vengo a pediros nada, ni tampoco os quiero humillar aceptando vuestra gratitud. Lo que quiero de vosotros es a vosotros mismos”. (Del diario de D. León, aún no publicado).

Si los laicos, consecuentes con su bautismo, colaboraran en cualquier área apostólica y lucharan con verdadero espíritu evangélico, otros gallos cantarían.


NOTAS:

[1] “León Leal”, pág. 58. Felisa Leal García y Pilar Bacas Leal. Salamanca 1.997. Diputación de Cáceres y Caja de Extremadura.

[2] Idem. Pág 59.

[3] “Ráfagas”. León Leal Ramos, págs. 54-55. Cáceres 1.960. Talleres Gráficos de librería Cervantes. Salamanca

[4] “LEÓN LEAL’, PÁG. 50. Felisa Leal García y Pilar Bacas Leal. Dip. Provincial de Cáceres y CAJA EXTREMADURA.

Oct 012004
 

Gregorio Carrasco Montero.

Canónigo Archivero

Hasta tres nombres recibe el que atraviesa de sur a norte la diócesis:

  1. Camino Primitivo;
  2. Camino Mozárabe;
  3. Vía de la Plata. El más popularizado.

¿Pasa alguno más por nuestro territorio diocesano?

Ha pasado más de la mitad del primer Año Xacobeo del Tercer milenio. Reportajes y estudios se han hecho, publicado y visionado de los diversos caminos que van al Sepulcro del Hijo del Trueno. La palma, por reiteración, la tiene el conocido y enfatizado Camino Francés. Se habla de tal forma de él que se da, o se adquiere con la lectura de ellos, la sensación de que es el único. Muchos por ello van hasta Roncesvalles para iniciarlo.

Sin embargo, existen otros. ¿Por qué no es el de la Dalmacia? De él hablaremos ampliamente. Otros también poseen nombres propios: Camino Portugués, Camino del Mar…

Auténtico camino es el que hace cada persona con las condiciones señaladas en documentos oficiales (Bulas, Breves, Exhortaciones Apostólicas, Cartas Pastorales, predicaciones del Pastor de la Iglesia Local de Santiago de Compostela). Entonces da lo mismo que se camine en soledad y por donde sea, ya que se hace, según el poeta, «camino al andar» aunque esto no sea plenamente verdad. Cristo mismo se ha hecho Camino y sin él no existe el otro. La Historia nos recuerda los que lo han pisado y, en cierto modo, nos lo han allanado.

Así Mons. Barrio ha señalado las exigencias del auténtico Camino: «Ponerse en marcha por una motivación comprometida con la fe, manifestando públicamente la herencia del Apóstol Santiago, la misma en la que se inició en Palestina, la misma de Jesús de Nazaret, es decir, que todo ser humano puede ser feliz». Si con esa motivación se emprende la marcha desde cualquier rincón del mundo hasta llegar a la meta ése será un verdadero Camino. El mismo Sr. Arzobispo supone: «búsqueda, esfuerzo, reconciliación por la Gran Perdonanza».[1]

Ha insistido a peregrinos de todas las nacionalidades en las Homilías de las de las Misas del Peregrino que se comprometan a ser apóstoles «en una sociedad enferma». En ello está la esencia de la peregrinación. Se hace auténtico Camino para llegar a la meta del cambio decidido.

No es camino, ni peregrinación lo que trivializan algunos medios de comunicación. Observar desde fuera al que avanza cansinamente, utilizando caminos sin etiquetar para más soledad y silencio, más oración y contemplación, y luego contarlo con frases acibaradas no es justo. Tampoco describir con entrecomillados de este cariz: «por los innumerables beneficios, se entiende que de orden sobrenatural, que lograrán al concluir la peregrinación». Hay columnistas constantemente proclives a retintines sobre lo religioso. Se debe respeto a la persona que lleva dentro cada peregrino.

Es verdad, no se puede negar, que los Xacobeos desde el s. IX hasta hoy, con sus épocas esplendorosas o decadentes, depositaron ansias de cambios, por ende de esperanza, en los caminos que pasaron y pasan tanto solitarios como en grupos. Estos y aquellos copiaron y se llevaron de lo que vieron, oyeron y gustaron en sus caminos. Muchas cosas se han asimilado, en una y otra dirección, hasta llegar a estar el Xacobeo en la Web.

PERSONAJES Y SENDEROS

Si el camino no existe y «se hace al andar» y el campo no tiene puertas, existieron andantes de todo tipo con variadísimas motivaciones: conocer otras tierras, tratar con otras gentes, buscar soluciones a problemas, aprovecharse de lo que pudieran, vivir del cuento y hasta del engaño… Existieron gentes, advenedizas o arraigadas, junto a los Caminos. Con trabajo y total dedicación su objetivo fue facilitarlos lo más posible: levantaron puentes, alguno hasta gótico, construyeron hospitales, pusieron a punto albergues que utilizaran los que habían soportado el cansancio del día y cualquier eventualidad.

Lo apuntado se dio especialmente en el Camino Francés. Nombres y realidades dan fe de ello. El Camino Primitivo, llamado también Camino Mozárabe y más popularmente Vía de la Plata soportó la prolongada invasión-devastación que imposibilita ahora la localización de obras existentes antes y después del descubrimiento del sepulcro que pudieran usar los peregrinantes.

BIFURCACIÓN DE LA VÍA DE LA PLATA

Mientras la Vía de la Plata sigue buscando Astorga nos detenemos en el Tajo. Estamos convencidos que en Alconétar nació la Vía de la Dalmacia. Llevaba a dos cabeceras de diócesis. Primeramente a una de las diócesis más antiguas de España, Coria y clave estratégica para los romanos, que le hicieron puente y la encerraron en una muralla de su sello. Era lógico que la dotaran de buena vía de acceso y que la misma facilitara la intercomunicación.

Por eso y por Sierra de Gata llevaba a otra también antigua y lo mismo que la anterior sufragánea de Mérida, ya que según afirma el primer historiador mirobrigense, el cacereño Antonio Sánchez Cabañas, era Caliabria romana.

Este apunte que traemos ahora puede servirnos para ver la Dalmacia como vía de peregrinos. Antes de llegar al río Águeda –Ágata- queda a la derecha la iglesia parroquial de Robleda. Conserva ésta, rodeando la parte primitiva del templo, un sencillo atrio cubierto y con suelo que dicen tenían las antiguas posadas y algunos claustros conventuales. En este pueblo salmantino, pequeños y mayores, decían invariablemente «que allí se quedaban los peregrinos». Hay que tener presente esto. Por allí pasaba la Dalmacia por la que caminaban peregrinos que se desviaban en Alconétar y los de Coria y otros que contaremos..

LA EUROPA DEL SEPULCRO

Para algunos historiadores Europa comenzó en la Navidad del 800 coronándose Emperador Carlomagno. El 813 el Monje Pelayo encontró el olvidado sepulcro del Hijo del Zebedeo. Y se hizo noticia convulsionándose aquella Europa del s. IX. La que sufría invasiones de lombardos, turingios, bárbaros, bretones, etc. Contra ellos luchó Carlomagno que les había plantado cara desde el 778. Le coronó y le nombró Emperador de Occidente el Papa León III. Usó para la coronación la corona de hierro de los reyes longobardos. Corona de leyenda o leyenda de la corona que cuenta se hizo con los clavos de la Cruz de Cristo.

España, entre tanto, estaba en gran parte invadida por árabes. Carlomagno previó el peligro que amenazaba a Europa con la cercanía islamista invasora de tierras hispánicas. Se aventuró el emperador en una expedición guerrera fracasando debido a la coalición vasco-gascona. Su idea era clara y firme: Fundar el Imperio Romano Germánico de la Europa Occidental, fundamentado en el cristianismo. Y ahora, resistiéndose unos, rechazando abiertamente otros, no quieren los políticos oir hablar de las Raíces Cristianas de Europa. Cabría preguntarse ¿qué consecuencias hubiese tenido entre nosotros si no hubiera fracasado la expedición?.

Largos años oiría el Emperador cosas y sucesos relacionados con el Apóstol. Fue testigo del paso constante de gentes que desde toda Europa caminaban al Sepulcro.

Un esfuerzo imaginativo nos aproximará al revulsivo ideológico, cultural, artístico, gastronómico, folklórico, etc. que iba de unas a otras con los peregrinos.

Por todo ello revestido de la dignidad imperial impulsó ampliamente la cultura. Creó la Escuela Palatina frecuentándola él mismo, sus hijos y dignatarios de la Corte. Característicos de esta etapa imperial fueron los famosos códices miniados divulgados e imitados en los monasterios europeos.

TRASIEGO CULTURAL

El trasiego realizado en y por la maraña de caminos europeos ¿cuántas ideologías, gustos artísticos, sabores gastronómicos, innovaciones musicales con la propagación de nuevos instrumentos, etc, etc. fueron llevados y traídos? ¿Quién podría enumerar y valorar lo que los peregrinos introdujeron en España y los que volvían se llevaron de aquí a otros pueblos de Europa?. ¿Quién se acuerda de los hijos del Císter, que además de introducir su característico gótico crearon viñedos y enseñaron a elaborar vinos?

Sin duda lo ilumina Goethe con la frase tan usada en periódicos y revistas este año: «Europa nació peregrinando por los caminos de Santiago». Caminos por los que libremente circulaban no sólo peregrinos sino juglares, santos, pícaros, mujeres del temple de Eteria, poetas, reyes, mendigos, salteadores, gente baja, clérigos, etc. Todos portadores de aventuras de uno u otro signo, gérmenes y fundamentos de Europa.

Los inicios de la Ruta Jacobea contenía ya savia cultural. Paralelamente emergen, se integran y practican realidades y valores humanos y espirituales. En el Camino se eliminan diferencias políticas y raciales porque madura la fe que conduce al compromiso evangélico de la caridad viviendo la solidaridad cristiana con auténtica fraternidad.

Aparecieron primeras catequesis figurativas en las piedras del románico. Pretendían con horrendas y bruscas imágenes que ese estilo legó al Camino para presentar lo horroroso del pecado, fealdad de los vicios, gritándonos desde puertas y cornisas hacia dónde conduce la práctica de ellos. Quería trasmitir a todo peregrino en las ermitas, templos parroquiales y monacales y en catedrales que Dios está muy cerca del que le busca. Muchísimos emprendían el Camino azuzados por la carencia de «algo», ausencia de paz en sus vidas, buscando la protección del Padre, encontrar experiencias que facilitaban las penumbras de esos templos. Luego el gótico con la luz que traía ofreció, también en el Camino otros horizontes.

Y EN EXTREMADURA… ¿QUÉ?

De lo anterior, en esta tierra saqueada y apaleada y dominada sólo contamos con reliquias maltratadas. No precisamente de la época dorada del románico y de las catequesis más brillantes. Así ocurrió con el genuino gótico que nos llega tardío. Se impuso en el Camino por la eficiencia de Cluny, Cister, etc. que no llegaron aquí. ¿Suenan algo estos monjes en Extremadura? Los peregrinos veían subir columnas y naves; cómo colocaban en sus ventanales y ojivas ornamentadas plomo y vidrio en las catedrales en trabajo o conclusas: Burgos, León y otras que traen salmo y mensaje. Casi es tangible la fe, la belleza de la piedra tallada con mimo, la presencia actuante del amor de Dios al hombre y de éste, siempre peregrino de rutas hacia Dios. Los nuestros no pudieron ver esa evolución en su tierra.

No es que aquella Europa fuera idílicamente cristiana. Ni practicante ciega de las Bienaventuranzas. Detecta muchos males. Pero se puso en camino para conseguir la «gran perdonanza». También muchos regresaban a sus casas y vidas con decisiones tomadas y proyectos de mejoramiento. Los peregrinos, en general, se movían religiosa y cristianamente. Con mayor o menor motivación seguían pautas de concilios de siglos atrás que pretendían encauzar la vida eclesiástica y hasta la civil. El Sr. Arzobispo de Santiago y el Sr. Presidente de la Xunta Gallega coinciden en que se trata de recuperar el sentido y esplendor que tuvo el Camino durante los siglos XII al XVII. La negativa acción de la Ilustración influyó en el decaimiento de la Ruta Jacobea. Y alertan de que la peregrinación no es tan solo una celebración histórica, que tiene y mucha historia. Es esencial y fundamentalmente un hecho religioso: celebración de la fe y de la penitencia, de salmos y oraciones sálmicas, de aislamiento y silencio, meditación y contemplación, hasta llegar al Sepulcro. Eso existió. Se trató de revivir en las etapas más bajas, que las ha tenido, desde que el monje Pelayo encontró el Sepulcro y el devoto obispo Teodomiro lo reconoció y ambos ayudados por los reyes asturianos lo publicaron por doquier. Lo demás es consecuencia de aquel acontecimiento.

Los ojos de hoy y exigencias de la cultura del ocio han llevado a algunos a bautizar el Camino como «primera ruta turística de la humanidad». No se puede desnudar al Camino de sus intimidades espirituales. Ha alertado Mons. Barrio del peligro de hacer simplemente una lectura secularizada de la realidad jacobea. La peregrinación a Santiago es lugar de Perdonanza y Gracia. Foco luminoso.

LO QUE HAY EN LOS CAMINOS

Con curiosidad he devorado reportajes y otros escritos. Aportan detalles históricos, arquitectónicos, religiosos, leyendas y tradiciones de los caminos. Dan un sesgo especial al francés. De los otros, sobre todo de el de la Vía de la Plata, rememoran noticias tópicas. Que si la Vía de la Plata unía Mérida con Astorga, que los que iban por el Camino Primitivo en Astorga se fundían con el Francés y así perdía su personalidad, acuden a la soledad de la dehesa extremeña y hasta hablan de los patas negras. Algunos se paran en Cáceres por eso de ciudad medieval, patrimonio de la humanidad. No muchos han recordado que en ella nació la Orden Miliar de Santiago. No aclara que sus mentores -hasta que metió la mano Gelmírez- se llamaron y fueron Fratres de Cáceres y empezaron su andadura en la parroquia de Santiago de los Caballeros.

Algunos citan motivos y pueblos con el sobrenombre del Camino. Otro tanto han hecho con la Calzada. Pues, yo al menos, no encontré ni una alusión a Aldeanueva del Camino de la diócesis de Coria-Cáceres. Lo mismo con Calzada de Béjar que fue de la diócesis hasta 1958.

Extremadura no tuvo en relación con el Camino y Calzada nombres de especiales resonancias, ni leyendas… Perdón por la reiteración. Pero es así. ¿En qué Leyre extremeño podríamos situar la leyenda del Abad Virila y el canto del ruiseñor? ¿Dónde encontrar un complejo de Colegiata, Hospital, Abadía, etc. como Roncesvalles? Algo se coció pronto con el paso permanente de gentes. Surgieron las Procesiones de los Cruceros de Roncesvalles, producto de las Cofradías Medievales, que nacieron casi con la fundación de Roncesvalles por los años 1.132. Pronto descubrieron la urgencia de crear un hospital para acoger a peregrinos lastimados por la dureza de las caminatas. Nuestros hospitales, de ellos hablaremos más tarde, ¿de cuándo son?

A cuenta de acontecimientos perturbadores de la paz y el orden de la Procesión de los Cruceros Teobaldo II se vio precisado a escribirles por la reacción que tuvieron estos Cruceros a causa del castigo impuesto por el senescal. Se la dirige a todos como «Rey de Navarra, de Champaña, de Bria, Conde Palatino, a todos los devotos de la Virgen de Roncesvalles»… «Así mismo no contribuyáis más que con lo que vosotros y vuestros antepasados acostumbráis a socorrer a la caridad que se hace en el hospital de Roncesvalles». Todo esto a la sombra de la Colegiata de Santa María de Roncesvalles. Es lo mismo que decir de la Iglesia. No utiliza el Rey la fórmula «nuestro Hospital.[2]

NO TIENEN POR QUÉ ENFRENTARSE

Lo que es la esencia del Camino y lo que genera él mismo. Aquí se ha presentado así: «A lo largo de la historia han sido cantidades de seres humanos que se dirigieron al Finis Terrae con espíritu de oración y sacrificio. Muchos se han purificado y acrecentado su fe y no puede olvidarse su dimensión espiritual». El Papa pide «no desfigurar la identidad del Camino de Santiago». De esta forma lo comunicaba y presentaba el Arzobispo de Santiago de Compostela.

La Ruta Jacobea no tiene exclusivas. Todas sus etapas han sido de todos y para todos. El Camino depende de la intencionalidad y objetivo que anida en el corazón del que se pone en marcha. Por eso los hay que, aunque andan unos cuantos tramos, más o menos históricos, no hacen nunca el Camino. Carecen de aquello y sólo van a lo que sale y mucho por snobismo.

Puestos a recoger y citar nombres no acabaríamos. También van los santos de todos los siglos: S. Evermaro de Frigia (s. IX), S. Simón de Armenia (s. X),S. Genadio de Astorga (s. X),S. Guillermo de Vercelli (s. XI), S. Pelayo de Arlanza (s. XI), S. Adelmo (s. XI), S. Juan de Ortega (XII), Sta. Paulina (s. XII), Sta. Matilde de Inglaterra y Alemania (s.XII), S. Morando, Sta. Bona de Pisa, S. Alberto, S. Francisco de Asís, Sto. Domingo de Guzmán, S. Fernando Rey, Beato Raimundo Lulio (s.XIII), Beato Ángel de Gualdo, Sta. Brígida de Suecia, Sta. Isabel de Portugal(s. XIV), S. Bernardino de Siena, S.Vicente Ferrer (s. XV),S. Juan de Dios, Sto. Toribio de Mogroviejo (s. XVI).[3] Además de otros de tiempos más modernos habría que citar al ya Beato Juan XXIII, que llegó siendo Cardenal Roncalli.

Al sepulcro llegaron reyes Alfonsos y -Fernandos de León y Castilla, Sancho II de Portugal, Luis VII de Francia, Juan de Brienne de Jerusalén, Conde de Castilla Fernán González y otros. Sí, muchos de toda condición humana y social lo recorrieron después de un obispo, Godescalco, uno de los peregrinos perfectamente documentados y el primero de los pastores que llegó al Sepulcro.

Ahora muchos, por la secularización galopante y crisis religiosa imperante, hacen senderismo, turismo, que no Camino, pues, olvidan o desconocen el «carácter específicamente religioso que le es propio e inherente desde sus remotos orígenes». Otro enfoque es «olvidar, tergiversar, desvirtuar, y adulterar la esencia que ha tenido desde el comienzo», se llegara por donde se llegara al Sepulcro. Más aún. «La esencia de la peregrinación es la Conversión al Dios Vivo a través del encuentro en Jesucristo».

Con esos presupuestos pronto peregrinaron gentes de todas las capas sociales. Llegaron con sus cargas de conciencia hasta este año compostelano, 118 desde que Calixto II lo concediera en 1.122 para cada año que el 25 de julio sea domingo. Todos estos, con sus cuerpos y sus almas, con acontecimientos y exageraciones inevitables, dieron ocasión a historias y leyendas bien amalgamadas. Dicen, además, que todo esto fomentó la idea de España.

CUATRO MIL PERSONAS

Lo afirman los medios. Y son los que han hecho el Camino por tierras extremeñas en el primer semestre de 2004 por la Vía de la Plata, que recorre nuestra diócesis de sur a norte.

Cantidad de piezas que forman el rico patrimonio español son de carácter religioso o creado con ese sentido. Se gestaron en los primeros siglos de la Peregrinación uniéndose a lo que nos legaron las culturas romana y visigótica. Lo salvado de la devastación causada por la invasión musulmana (714) y lo realizado después de la invención del Sepulcro. Tras tantos siglos muchos presentan signos de descomposición. Algunas comunidades, firmado el Plan de Catedrales, han emprendido, en casos la restauración y en otros casos la recuperación.

Comentaristas y reporteros, demasiados generosos, comparan el esfuerzo actual de restauración de edificios religiosos con el ya lejano momento de la construcción de catedrales, abadías, monasterios, ermitas, etc. Más generosos y exigentes había que ser con el tratamiento al castellano, brote nobilísimo del monasterio de Suso.

Tampoco -¡qué le vamos hacer!- en esto tenemos nombres rutilantes que hayan entrado con fuerza y eco en la historia del Camino. Al Camino deben sus resonancias puertos y desfiladeros: Somport y Roncesvalles; monasterios y templos: Irache, Leyre, San Juan de la Peña -Panteón de Reyes y relicario que fue del Santo Grial-, Santa María de Eunate, etc.

Tenemos en la región y diócesis tres nombres, por lo menos, para la misma ruta: Camino Primitivo, Camino Mozárabe, Vía de la Plata. Aunque poco, también algunos hablan del Camino del Sur. Dentro de la diócesis tendría que estar mucho más estudiado lo relativo a la Basílica Visigótica de Santa Lucía del Trampal: ¿Quiénes dieron culto en ella? ¿Estaba siendo la clave central de algún monasterio visigótico? ¿Qué clase de templo era el dedicado a Santiago que estaba más avanzado que la basílica, dirección Mérida-Cáceres, por tanto cerca dela calzada romana? ¿Para qué se había levando allí?

Tampoco y siguiendo al cronista general de la Orden Benedictina, P. Yepes, se ha investigado mucho sobre el monasterio benedictino que supervivió -¿cuánto tiempo?- en la Sierra y Encomienda de Araya. Digamos lo mismo de los capiteles visigóticos de la Iglesia gótica con elementos renacentistas y barrocos de Santa María de la Asunción de Brozas.¿Proceden de referido cenobio? ¿Tiene alguna viabilidad lo que dice algún historiador de que se levantó sobre otra basílica visigótica?

Poco, igualmente, se ha hecho sobre Alconétar. ¿Se bifurcaba aquí la Vía de la Plata que seguía su curso por el Puerto de los Castaños y se originaba la Calzada de la Dalmacia? La invasión árabe del 714 acabaría con la basílica visigótica que hubiera como templo y cátedra del obispo de Coria. O convertida en mezquita. Histórica y pastoralmente se interrumpió el desarrollo de la diócesis. Sólo tras la reconquista total de Coria en 1.142 se empiezan a tener datos.

Por otro puerto, que el lenguaje popular adjudica mal, ya que no es el Puerto de Perales -es término de Acebo- sino Perales del Puerto seguía hasta Ciudad Rodrigo.

Continuando con Alconétar tenemos que consignar que se permitió embalsar las aguas de la Presa de Alcántara imposibilitando las excavaciones de la basílica paleocristiana de este lugar. ¿Qué hubiera significado en el futuro Camino este templo? Hay que notar la supervivencia, conservada en agua, de la Torre de Floripes, que tiene leyenda, aunque no sea del Camino.

Desde el 714, o poco más, los que campearon libremente fueron Almanzor y sus jefes y colaboradores. ¿No pasarían por nuestras tierras de la Lusitania las campanas de Santiago que depositó en Córdoba como auténticos trofeos? Las campanas que llegaron a la ciudad andaluza llegaron a hombros de cristianos. El regreso con la reconquista lo hicieron hasta Santiago a hombros de moros.

Muchos cristianos, digan lo que digan de la convivencia en paz, abandonaron pueblos y ciudades. Emigraron, como casi siempre, a tierras del norte. Lo mismo el estamento eclesiástico. A obispos del sur se le asignaron parroquias en Oviedo. Los que se quedaron entre los árabes son los que podrían peregrinar y de ahí el nombre de Camino Mozárabe. Sobre todo después de 1.212. Monesterio abre por el sur los 300 Kms. De la Vía de la Plata que por Extremadura los recorre y que acaban en Baños de Montemayor por el norte.

PROGRESANDO LA RECONQUISTA

Emérita Augusta había sido reconquistada ante que Fernando III, el Santo, liberase Córdoba, Jaén, Sevilla. Aumentó el movimiento de peregrinos. Mérida, sin embargo, siguió sin recuperar su condición de sede arzobispal. El eficiente obispo Gelmírez para Santiago y Galicia, escamoteó norma y mandato pontificio reiterado de restituir y restaurar las sedes existentes en las tierras que se iban reconquistando. Con Mérida nunca se hizo. Ni siquiera quedó en simple obispado. Esa situación fue causa de carencias y limitaciones y divisiones en Extremadura. Se perdió la unidad, una verdadera conciencia regional, se disgregaron las numerosas sufragáneas varias de las cuales estaban en el actual Portugal. Nos atrevemos a preguntar, ¿qué habría ocurrido con la unidad peninsular de no ocurrir la invasión agarena?

En medio de esa amalgama de situaciones religiosas, históricas, sociales se desarrollan los movimientos peregrinantes, más numerosos y activos desde la frontera francesa, al Sepulcro descubierto en el 813 en el monte Libradón.

UN SANTO POR NUESTRO CAMINO

Se impone hacer mención de un caminante excepcional y santo de primera magnitud, Francisco de Asís. Crónicas franciscanas, tradiciones locales e historiadores lo aseguran y sitúan al mismo en Sierra de Gata. Venía de Marruecos y usó el Camino Mozárabe. ¿Dónde lo inició? La Vía de la Plata era cual autopista. Algunos la derivan del árabe Bal-lalta, igual a vía ancha. Numerosos tramos existen aún. Y algunos, sin duda, pisó el Santo. Andanzas en Sierra de Gata y su más larga estancia en Ciudad Rodrigo, capital de diócesis cuyos límites con Coria-Cáceres son comunes en muchos kilómetros. En algún momento Francisco abandonó el Camino Primitivo. Tampoco lo sabemos. Repetimos que el Camino es el que cada uno hace ajustado a los principios antiguos y siempre nuevos, pues, no existe camino sin Cristo.

Regresamos a Alconétar. Personalmente creo que fue en este lugar donde abandonó la Vía de la Plata. Siguió su peregrinación por la Vía de la Dalmacia que por Coria conducía a Ciudad Rodrigo, trayecto rebautizado más modernamente «Ciudad-Rodrigo Puente de Guadancil». Usaría el puente romano del s. II, entonces completo y en pie, pues, se calcula su destrucción en 1.228 para parar las acometidas reconquistadoras de Alfonso IX. El Santo de Asís se detuvo más de dos meses en Ciudad Rodrigo en 1.214 lo que supone que caminó entre las gentes de Tarik, pues la Reconquista se había parado antes de llegar al Tajo.

Iba a pie y tenía libertad par elegir unos u otros senderos. Y alguna razón, pues, se desvió a la izquierda de tan repetida Vía de la Plata. Visitó, con toda seguridad, la ciudad episcopal cauriense, aunque no tengamos testimonios como en Ciudad Rodrigo. Quizás informado, buscó los pueblos de Valdárrago que perpetúan la tradición de su presencia. Y búsqueda del lugar apropiado para edificar, pobremente, el eremitorio de Ntra. Sra. de los Ángeles. Desde Santiago enviaría con esa encomienda a un canónigo, que renunció. Encandilado con el estilo de vida que llevaba el Poverello.

Se trataba del M. I. Sr. D. Clemente Paterna. Orientado por el de Asís, no sólo renunció a la canonjía sino que puso sus bienes al servicio de los pobres y se vino a lo intrincado y fragoso de los confines de la Sierra de Gata y Hurdes.

En una ermita, entre Descargamaría y Robledillo de Gata, vistió el sayal de la Tercera Orden de Penitencia. Él quiere más soledad y deja la ermita a las que fundarían el Convento de Sancti Spíritus de Valdárrago internándose en lo más sinuoso de la sierra, Se preparó una cueva en la que apenas cabía y con ello inició el silencio, soledad, oración, ayunos y otras privaciones de su vida penitencial.

Algún tiempo antes de morir este penitente, Fray Francisco envió frailes italianos que levantaron un pobre eremitorio de Ntra. Sra. de los Ángeles, el mismo título que el de la Porciúncula, cerca de la cascada de unos cuatrocientos metros de altura y conocida entre los naturales como «Chorro Meancera»[4]

Pero al otro extremo de la misma Sierra de Gata, más cercano de la frontera lusa

Se ha dicho también que estuvo. El hecho es que varios pueblos serragatinos tenían su convento franciscano de hombres o mujeres: San Martín de Trevejo, Villamiel, Hoyos, Gata, Robledillo de Gata. Villamiel tenía dos conventos en el s. XVI. Uno de monjas terceras franciscanas, situado en el monte Montcalvo -más bien Montalbo- llamado de Santiago de las Dueñas. Su ubicación, lejos del pueblo, llevó a sus moradoras a pedir que las trasladasen a otro. Petición atendida en 1.528 por el Visitador General de la Orden y repoblándolo con frailes. Otro monasterio de la Tercera Orden Regular era el de Santa María de los Llanos. Como consecuencia de los Decretos Conciliares de Trento que suprimían los conventos de monjas en descampado desapareció.

Los frailes de Santiago de Montalbo, observantes, con el mismo nombre abandonaron y se trasladaron al lugar del Acebo. Este convento con el nombre de Santiago, primero de las Dueñas ya que en 1517 era un convento de renombre[5] y después de los Observantes con el mismo titular, Santiago, lo creemos dato importante e indicativo de circunstancias relacionadas con el Apóstol y con el Camino.

Los pueblos de la Sierra de Gata tenían sus calzadas que llamaban puertos, ya que la meseta tiene más altura y que en comparación con las genuinas romanas serían algo así como caminos vecinales. La orografía de la comarca forzó a cada pueblo, para librarse del aislamiento, nunca totalmente conseguido, a trazarse y ejecutar su correspondiente puerto y hasta hace poco cuidarlos con mimo. La mayor parte de ellos terminaban fundiéndose en la Dalmacia para llegar a Ciudad Rodrigo con la que tenían relaciones comerciales, especialmente con la uva y aceituna y sus derivados y mercados ganaderos.

Así Valverde del Fresno por Navasfrías lo hacía en El Bodón; Eljas y San Martín de Trevejo, individuales inicialmente, se unían en el punto llamado Santa Clara y faldeando la parte norte de Xálima entraban en la Dalamacia en Perosín. Sorprende que la unión de ambos pueblos fuese en ese lugar comúnmente llamado Puerto de Santa Clara. La toponimia siempre tiene una causa: acontecimiento, hecho natural, leyenda, etc. Un poco más hacia a la derecha del punto de fusión de los puertos de ambos pueblos existieron –hoy no sé si seguirán existiendo- restos de una ermita. Y, no puedo citar por estar fuera de donde habitualmente trabajo, algún autor habla de que por esas latitudes vivieron su vida consagrada las Señoras Pobres, que de esa forma se llamaron las Clarisas hasta que se canonizó Santa Clara de Asís.

Villamiel tuvo el conocido Puerto del Hocino. Corta la más abrupta cara sur de Jálama hasta unirse a la Dalmacia en la finca de Carvajales, término de El Payo, donde existió un parador de buenas dimensiones.

Perales del Puerto siempre estuvo pegado a la vía romana. Acebo y Gata, Villasbuenas y Torre de D. Miguel uniéndose al de Gata alcanzarían después la Dalmacia. Descargamaría y Robledillo de Gata, cada pueblo con el suyo, llegaban a Ciudad Rodrigo por Sahugo y Martiago y salvando el río Águeda.

¿Por cuál de ellos recaló en esa ciudad Fray Francisco de Asís? Lo ignoramos. Por cualquiera de ellos encontraría bellísimos paisajes, fuentes, zigzagueantes regatos, ríos, cielos limpios en los que navegaban sol y luna que lo invitaban a alabar al autor de tan maravillosa naturaleza.

Este Hermano Universal destacó entre los que llegaron al Sepulcro y despertaba por doquier admiración por el estilo de vida que vivía y el anuncio que hacía del Evangelio. Muchos que oyeron y vieron iniciaron el camino de la conversión.

AUSENCIAS Y LIMITACIONES.

Tampoco tenemos personajes que dejaran, antes o después, su arte destacado, música, ni versificador celebrado como Gonzalo de Berceo… Mientras nuestras tierras seguían ocupadas o envueltas en las tensiones de batallas y asedios reconquistadores, otras, especialmente las del Duero para arriba, estaban viviendo etapas de mucha creatividad: música que alababa a Dios en los monasterios; éstos se multiplicaron por el norte y Castilla, León y Galicia; igual ocurría con las catedrales que subían con la influencia de la arquitectura cisterciense. Los que transitaron en aquellos años por el Camino Francés habían podido observar la evolución y se pasa del bien aplomado románico al elevado, estilizado y vertical del gótico o la nueva visión de lo gótico renacentista. Otro tanto ocurría en los talleres de escultura en los que varían las formas. Se desarrollan, con las aportaciones de los que llegan, el folklore y la gastronomía. Son múltiples las atenciones a los peregrinos resolviéndose las dificultades hidrográficas con puentes hasta góticos. Se perfilan actuaciones de auténticas obras de misericordia en albergues y hospitales. Esas actuaciones físicas ofrecidas y practicadas tuvieron tal dosis de caridad en algunos creyentes que nos dieron santos como San Juan de Ortega, Santo Domingo de la Calzada y otros.

No queda otro remedio que reconocer que nuestras catedrales no sobresalen en el conjunto de las españolas; fue desapareciendo el monacato que había comenzado muy bien. Y no llegaron ni clunyacienses, cistercienses, premostratenses… Los hospitales, en algunas partes llamados de peregrinos, son un poco tardíos. Todo giraba en estas latitudes en torno a la Reconquista y su final. Pero enseguida se desviarían actividad y responsabilidad al Nuevo Mundo. Muchos extremeños marcharían allá deseando mejorar su situación. Este éxodo y la Mesta que vino con prisas y sus peculiares leyes y privilegios no fueron propicios a que los de la Lusitania se recuperaran y revindicaran. Parece que ha sido siempre nuestro sino.

SEGUIMOS COMPARANDO.

La psicología de los peregrinos es plural. Las circunstancias del Camino son cambiantes. La gente peregrina pregunta y busca núcleos urbanos, lugares de espiritualidad, centros de atención sanitaria, facilidades de aprovisionamiento, etc. Caminos, pueblos, calzadas y senderos secundarios estaban bien y sacrificadamente aprovechados. Sobre todo en años compostelanos. A veces las vías estaban mal cuidadas, se tropezaba con corrientes fluviales no fáciles de vadear. Ante esto algunos que ya hemos citado sintieron urgencias interiores para hacer viables caminos y ríos, facilitar lugares de descanso y curas, conservar puentes o levantar nuevos. Por su trabajo aumentaron los albergues, aparecieron grandes hospitales, locales que facilitaban la oración y sacramentos ermitas en los campos, templos parroquiales -Frómista, Sta. María de Eunate- y otros muchos.

Volvamos los ojos a lo nuestro. Sólo restos del románico. Alguna portada en Alcántara, Hoyos; canecillos pegados a alguna cornisa que se deshace como en el mismo Alcántara, concatedral de Cáceres y poco más. Recuerdos vivos, por unas o por otras razones y que genuinamente perteneciesen al Camino no han quedado, que sepamos. En esto, como en otros elementos, la invasión y larga permanencia agarena suspendió, prácticamente acabó, con la rica vida visigótica que había tenido un maravilloso periodo de eficaz y amplia expansión.

Nuestra provincia y diócesis puede exhibir restos visigóticos en templos parroquiales y ermitas: Casas de Millán, Ibahernando, Basílica de Alcuéscar, ermita de Santa Olalla, buenos capiteles en Santa María de la Asunción de Brozas, etc.

Una primera conclusión es que a pesar de las dificultades existió el Camino de Santiago por la Vía de la Plata o por la Vía de la Dalmacia. En segundo lugar es que hay que atender a los restos arqueológicos, topónimos, advocaciones, leyendas, tradiciones y otras circunstancias que por lo menos nos dejen imaginar.

Revisamos el nomenclátor de la diócesis Cauriense buscando las parroquias que tienen a este Hijo del Trueno como titular. En algunos casos se nota la influencia de la Orden de Santiago. Pero opino que la mayoría son por devoción o por influjo del Camino o Caminos que surcaron el territorio de nuestra diócesis: Tenemos las siguientes: Santiago de los Caballeros de Cáceres, Santiago de Carcaboso, Santiago de Coria, Santiago de Estorninos, Santiago de Marchagaz, Santiago de Pozuelo de Zarzón, Santiago de Salvatierra de Santiago, Santiago de Santiago del Campo, Santiago de Santibáñez el Bajo y Santiago de Villa del Rey. Con estas precisiones: Uno lo tiene como el nombre del pueblo y al mismo como titular de la parroquia –Santiago del Campo-, otro lo tiene como nombre del pueblo y no es titular de la parroquia -Santiago de Alcántara-. Unos más y otros menos pero relativamente cercanos a la Vía de la Plata y alguno muy cercano a la frontera. Españoles y portugueses en la conversación ordinaria la llaman la Raya.

También he visto el listado de la pequeña diócesis de Ciudad Rodrigo muy relacionada con Portugal y tiene siete dedicadas al mismo Apóstol y muy arrimadas a la frontera lusa. ¿Qué está indicando esto? ¿Hubo un Camino con total impronta hispano-portuguesa? Con más tiempo tendríamos que haber revisado los correspondientes a Badajoz, Huelva, Salamanca, Zamora y León.

Otras influencias las imponían las mismas vías. Los que han hecho al Camino cayeron en la cuenta que muchos pueblos y entidades hicieron sus apellidos del Camino y la Calzada: Rabanal del Camino, Virgen del Camino, Santo Domingo de la Calzada, Espinosa del Camino, Rabé de la Calzada, Hornillo del Camino. Boadilla del Camino, Calzadilla de la Cueza, San Nicolás del Real Camino, Trobajo del Camino, Bercianos del Real Camino, San Miguel del Camino, San Martín del Camino, Tabacal del Camino.

La diócesis tiene Aldeanueva del Camino. Ni se cita. Discutieron los feudales. Uno para que fuera Calzada de Montemayor. Otro para que nominara Casas de Béjar. Por fin convinieron que el mismo núcleo quedara en Calzada de Béjar que fue de la diócesis hasta 1958.

Indicamos en su momento que buen número de peregrinos dejaban los caminos oficiales. Lo hacían para caminar en soledad, buscar lugares de oración y recogimiento, contemplar claustros o monasterios en construcción o terminados y que impulsados por Cluny se construían en parajes estratégicos. Igualmente lo hacían atraídos por nombres de resonancias mitológicas, líricas e históricas; montes y ríos, tradiciones y leyendas. Monasterio emblemático es el de Irache, principios del s. X. Hemos de reconocerlo. No existen entre nosotros nombres con la carga sentimental e histórica que estos que seguidamente citamos: Nájera, Najerilla, Oja, Santa María la Real, Santo Domingo de la Calzada, Santo Domingo de Silos, Suso, Montes de Oca, Sierra de la Demanda, Belorado y otros cercanos o algo más retirados del eje del Camino. Si, buscaban esos y otros monasterios porque ya circulaban escritos e interpretaciones de Sicardo, Obispo de Cremona, sobre los claustros.

Para él, con más o menos arte, los claustros tiene cuatro lados de los cuales el 1º) representa el desprecio de sí mismo; el 2º) desprecio del mundo; el 3º) representa el amor al prójimo y el 4º) el Amor a Dios.

Algunos de esos claustros expresan figurativamente tales afirmaciones. Las llamativas iconografías en capiteles y ojivas están proyectadas con inteligencia catequética y realizadas con maestría refinadas en entalladores inspirados.

Una gran mayoría entraba a visitar la Iglesia de San Juan de Ortega en Burgos levantada por el mismo santo cumpliendo una promesa. En la capilla de San Nicolás contemplaban a la protagonista de una bonita leyenda del Camino «El Rayo de la Anunciación «. En el s. XII la construyó el Santo Juan de Ortega y en ella, dicen, que se alean bellísimamente dos cosas: a) la precisión astronómica; b) sutileza teológica. Dicen también que en los dos equinoccios del año (21 de marzo, primavera) y (22 de septiembre, otoño), un rayo de sol penetra el templo proyectando su luz en el capitel de la Anunciación de la Virgen. Y remata la leyenda afirmando que nunca se expresó ni explicó tan bella y simplemente el dogma de la Inmaculada.

Sigue el obispo cremonense: «Cada lado tiene su hilera de columnas, ya que el desprecio de sí mismo tiene como consecuencia la humillación de la mente, la aflicción, la humildad de la palabra, siendo la paciencia base de todas las columnas.

Historiadores y arqueólogos creen que la basílica de Santa Lucía del Trampal presidía la vida de un monasterio de época visigótica. No tiene razón de ser una pieza así en descampado. ¿ Cómo sería su claustro si es que lo tuvo? El de Idhana de Velha, en Portugal, son un conglomerado de celdas al lado oeste aunque pegando a la basílica.

No olvidar que más allá de la de Alcuéscar, hacía la Vía de la Plata, existe una ermita dedicada al Sr. Santiago. Si conociéramos la fecha de su erección daría muchas luces par este tema.

De todas formas si las tierras emeritenses despiden la Vía con una Nava de Santiago las cacereñas saludaban a los peregrinos que llegaban del sur con esa avanzadilla de la ermita aludida y siguiendo encontrarían a Santiago de Bencali. Hay que observar que cercanas a las carreteras de Cáceres a Mérida y a Badajoz y acercándose a la ciudad existen diversas edificaciones sugerentes: Santa Olalla, San Benito, monasterio visigótico y hospedería -¿hasta cuando su actividad?- Y otros reutilizados, de índole civil y militar, con claro sentido de defensa de caminos.

Dado lo pragmáticos que eran los romanos a la hora de planificar redes viarias y proyectos hidrográficos no se contentaría sólo con poner miliarios.

Las largas distancias en Extremadura hacen suponer que habría lugares de descanso y protección en el Camino Mozárabe.

La horda agarena estabilizada muchos siglos en la Lusitania y Bética acabaría con muchas edificaciones o se las apropiaría para otros fines. El hecho es que poco nos ha llegado. Elementos sueltos y trabajos arqueológicos podrían ayudar a recomponer el cañamazo religioso extremeño. Es verdad que con aguas pasadas no muelen los molinos, pero ayudan a descubrir el curso que llevaron.

HACIA CORIA POR TIERRAS DE LA ENCAMISÁ.

Seguimos sobre la base de las pocas noticias llegadas a nosotros, en la diócesis, del Camino del Apóstol. La relevancia de la Vía de la Plata le valió la identificación con el Camino de peregrinación. Casi en exclusiva. A lo mejor era de esa forma. No todos, sin embargo lo ven así. Buen Camino era el que resultaba de la bifurcación en Alconétar e iniciándose desde el Puente de Guadancil la Dalmacia. Pasando el pequeño puerto protegido por el Castillo de Portezuelo y sobre todo a partir del s.XVI los peregrinos que fueran por esta vía se interesarían por la devoción, tradición y leyenda de la Encamisá. Más o menos, sería una primera etapa a la ciudad episcopal Cauriense.

Reanudada la marcha por Moraleja a Perales donde la Vía se hace puerto y por ser largo y escarpado culminada la ascensión y entrando en la provincia salmantina ¿no sería un albergue lo que después evolucionó y se agrandó y se llamó el Parador, hoy totalmente en ruinas, de Carvajales?… Coronada la ascensión del Puerto se penetraba en los límites de otra diócesis visigótica, si como dice el historiador Sánchez Cabañas (1530), Ciudad Rodrigo fue la antigua Caliabria y llegaría a Salamanca, ambas sufragáneas de Mérida. Dada la poca rigurosidad y la indefinición de las fronteras preguntamos ¿no habría algún camino hispano portugués que fuese hacia Galicia con entradas y salidas, ya por tramos portugueses, ya por tramos españoles? De Ciudad Rodrigo ¿no saldría alguna otra vía para Guarda con la que siempre ha mantenido estupendas relaciones?

OTRAS Y DISTINTAS CALZADAS

Son datos y preguntas: El sorprendente Puente de Alcántara, el mejor del Imperio Romano que se mantiene en pie, ¿no estaría exigiendo por sí mismo una buena calzada que facilitase la unión entre un punto de partida importante y otro de llegada no menos importante? Además de tener otras conexiones. ¿No dice nada otro gran puente, eclipsado por la majestuosidad del alcantarino, a pocos kms. de él, situado para unir España por Piedras Albas con Portugal por Segura? Y que la calzada llevaría al tampoco lejano y que daba acceso sobre el Río Ponsul a otra sufragánea emeritense como era Idhana a Velha.

Ante el puente de Julio Cayo Lácer algunos hacían derivar una conexión que atravesaba la Vía de la Plata desde las proximidades de los campamentos de Cáceres. No se ha insistido mucho. Han sido historiadores y arqueólogos lusos y algún español los que han investigado. Producto de ello son sus hipótesis e indicaciones. De Córdoba partía una vía que por Castuera llegaba a Medellín. Dejando atrás los pueblos de las Torres cacereñas cruzaba la Vía de la Plata unos Kms. más abajo de Cáceres. Aproximadamente por las ermitas y edificios antes aludidos. Dejando después a la derecha Malpartida de Cáceres rozaba los aledaños de Arroyo de la Luz y se metía por las llanuras de Brozas surcadas por el Río Jumadiel con su derruido puente pero manifiestos los sillares romanos que lo sostuvieron, y proseguía hasta el repetido Puente de Alcántara. Por los puentes antes reseñados sobre los ríos Eljas y Ponsul llega a la ciudad de Egitania –actualIdhana a Velha- y luego hasta el Puerto de Cale (Oporto) y Brácara (Braga).

Los trazados romanos fueron realizados con visión comercial y militar al mismo tiempo: Pero como en el mismísimo palacio imperial tampoco pudo impedir que por estas vías llegara el anuncio del Reino. Y formar parte del camino llamado Portugués para terminar como todos en el Sepulcro del Apóstol. La diagonal desde Córdoba a Oporto hacía más corto el Camino para desde allí por Tuy llegar a Santiago. Es cuestión de mirar el mapa peninsular.

HOSPITALES Y VIEIRAS

Muchos pueblos tenían hospitales. Más o menos elegante el edificio en poblaciones de importancia. Humilde edificio en las pequeñas. Pero no eran en ningún caso ni aproximación al hospital actual. «Eran pequeños edificios que tenían las poblaciones para albergar a enfermos pobres y peregrinos», afirma Dª María del Carmen Fuentes Nogales[6] que ha estudiado el de los Caballeros de Cáceres, clara alusión a Santiago. Situado en las cercanías de la Puerta de Mérida, pero intramuros de Cáceres. El sentido apuntado es el que tuvo su fundador. Demuestra, por otra parte, que el Camino era activo porque activa era la Vía de la Plata y la que cruzaba y venía desde Córdoba.

Otra referencia que aporto aquí, con nombres incluidos, es el Hospital de Santiago de Brozas, situado en la calle de Santiago. Tan punto de referencia era Santiago en esa Villa que la puerta del medio día de la iglesia de Sta. María de la Asunción se llama puerta de Santiago. Ignoro si el Santiago de la calle lo tomó del hospital o viceversa. Debió ser un edificio importante a juzgar por lo que ha sobrevivido del mismo, la capilla, reutilizada sucesivamente para diversos fines. Creemos que es un aporte relacionado con la vía a la que nos estamos refiriendo.

EN LA SIERRA DE GATA

En la bella comarca serragatina conocemos tres celebraciones que atestiguan la gran importancia adquirida por el Hijo del Zebedeo en ella. Todo viene relacionado con el Sepulcro, aquí como en toda España.

Tenía gran celebración en Cilleros, comparable con la del patrón del pueblo que es S. Blas. Según mis indagaciones existía en su templo parroquial buena talla del Apóstol Santiago. Se procesionaba el día 25 de julio, solemnidad del mismo.

La talla parece que desapareció hace ya algunos años, quemada, por estar carcomida. Como la religiosidad popular necesita materializar la sencilla devoción de las gentes al carecer de imagen y faltar la procesión ha decaído.

Mejor suerte ha tenido la de la Villa de Gata. A Santiago allí se considera el patrón popular, Es masiva la asistencia a la procesión por las empinadas calles con la imagen del Sr. Santiago y lo mismo a la misa celebrada en el artístico templo parroquial que posee dicha villa.

Al otro extremo de la misma Sierra de Gata y más cerca de la frontera portuguesa se encuentra Villamiel. Relacionados con Santiago ofrecemos algunos datos y argumentos.

Según el Lic. D. Domingo Domené: «en el cerro de Montcalvo –creemos que ese nombre es corrupción de Montalbo, monte blanco- se había fundado en fecha imprecisa un convento de monjas terceras franciscanas, llamado Santiago de las Dueñas»[7].

Las mismas monjas, como indicamos anteriormente, pasados los años pidieron ser trasladadas de convento porque el de Santiago estaba totalmente en descampado. Acepto, favorablemente, la petición el Visitador General de la Orden Franciscana y procedió al traslado en 1528. A dicho convento llevó frailes de la Tercera Orden de San Francisco. Por diversas razones se abandonó este convento. Los frailes, con el mismo nombre de Santiago, hicieron convento en el lugar del Acebo[8].

La titular de la parroquia es Santa María Magdalena. Según el mismo autor «en su honor se celebraban las ferias de julio en el s. XVII». Y no como ahora que «por ignorancia están dedicadas a Santiago, santo que no tiene ninguna imagen»[9].

Mi opinión varía un tanto en esto.

  1. La fiesta de Santa María Magdalena decayó litúrgicamente y hoy de ella sólo se tiene lo que se denomina «memoria obligatoria». De Santiago en cambio, con imagen o sin ella, conserva la máxima importancia litúrgica que se conoce como «solemnidad» y así ha llegado hasta nosotros.
  2. No tengo claro que no tuviese imagen. En la llamada «sala honda» de la torre, desde un ventanal interior, en la escalera de caracol, que llevaba al cuerpo de las campanas, contemplamos de niños muchísimas veces, sin que podamos concretar 8 ó 10 imágenes de talla y que con motivo de unas obras realizadas en el templo parroquial se vendieron. De esto hará unos cincuenta años. Allí podría haber alguna imagen de Santiago.
  3. Y siendo la fiesta o memoria litúrgica de Santa María Magdalena el 22 de julio y la solemnidad de Santiago el 25 del mismo mes bien podrían haberse iniciado las ferias y demás festejos el día de la santa y concluirse el día del santo.
  4. El hecho es que lo de Santiago sigue y lo de Santa María Magdalena la gente no cae en la cuenta si el párroco de turno no lo avisa. El que suscribe, efectivamente, nunca vio la procesión del santo y tampoco de la santa, que tiene buena talla en lo más alto y central del retablo.

Desde tiempo inmemorial en Villamiel se han venido celebrando los toros en Santiago. Mejor antes que ahora. Y hay que ver lo que significan los toros en una fiesta. Que se lo pregunten a los taurómacos y taurófilos. Es de antropología. Ver a los mozos arreando el ganado bravo con caballos y distribuyendo para las capeas de la mañana y la que precedía al toreo y muerte del toro o toros de la tarde, pues digo que ver a aquellos mozos era alegría popular. Ellos sabían que alegraban a sus vecinos y de los pueblos comarcanos. Sabían que eran parte integrante de una gran fiesta. Nos llevaría muy lejos con la mitología, antropología, religiosidad popular…

Otro dato que, a más de uno, le puede resultar baladí, pero que a mi juicio hay que valorarlo desde la celebración litúrgica. En una fiesta y para ella se suele usar la mejor ropa litúrgica que posee la parroquia. Pues bien, la mejor casulla que posee la Parroquia de Santa María Magdalena es una casulla roja, muy cercana a las del XVI, no hace mucho restaurada. Según la ordenación litúrgica el rojo lo usan los celebrantes en las memorias, fiestas y solemnidades de los Mártires. En todo lo de Santa María Magdalena sólo se usa el blanco de santa mujer. El patrón canónicamente erigido de este pueblo es el Papa que renunció al pontificado, Celestino V, o Pedro Celestino entra en el grupo denominado de los Pastores y se usa el blanco y no el rojo. No vemos más razón que esa casulla roja, de categoría, era para celebrar la gran solemnidad del Patrón de España, mártir como los demás apóstoles del Señor.

Acebo con su convento franciscano trasladado de Villamiel, pero conservando como titular a Santiago, Gata con sus solemnes fiestas en honor del mismo y Villamiel con los hemos reflexionado despiden terrenos y sierras de Extremadura y nos saludan otra vez con Santiago en el primer pueblo salmantino, El Payo, que perdió sus preciosos apellidos de Valencia de Flores, y que más cercano a la frontera tiene por titular al glorioso apóstol de su sencillo templo parroquial.

Son datos sueltos. De más o menos valor. Pero que pueden aumentar y fundamentarse más y más. No se puede despreciar la toponimia, tradiciones o leyendas que a veces nos hacen esbozar una sonrisa en un mundo tan tecnificado.

No quisiera concluir sin manifestar lo que en mis retinas de niño quedó grabado. También en Villamiel teníamos hospital. El hospital estudiado por Dª María del Carmen Fuentes Nogales y que citamos arriba. Ignoro si estaba dedicado a alguien o tenía nombre. Siempre se llamaba simplemente el hospital. Mandados por el párroco D. Agustín Hernández varios muchachos acompañamos a un peregrino al hospital. Venía con su sombrero y vieira en él. Bordón y calabaza. Era pobre el edificio pero acogía a los peregrinos, que vete tú a saber por qué se desviaban hasta estos pueblos nada destacados en los jaleados caminos. O ¿era por alguna razón que se nos escapa ahora?

Fue la primera vez que yo vi a un peregrino y las vieiras o veneras.


NOTAS:

[1] Carta Pastoral del Arzobispo de Santiago en el Año Santo Compostelano 2004. Mons. D. Julián Barrio y Barrio, Arzobispo de Santiago de Compostela que abrió la Puerta Santa del primer Xacobeo del Tercer Milenio 2004.

[2] Artículo de Javier Navarro que afirma que la carta se conserva en pergamino, fecha del 15.II.1.266, en el Archivo de la Colegiata. Alguien me facilitó dicho artículo pero sin concretar dónde se ha publicado.

[3] Elenco tomado de Documentos Alfa y Omega, 21.

[4] Eugenio Escobar Prieto «Reseña Histórica de los Conventos Fundados en la Diócesis de Coria». Separata del B.O. del Obispado, págs. 4-5.

[5] Domingo Domené, Villamiel: 1610-2010, IV Centenario de la Cofradía del Santísimo Sacramento, pág. 16. Edición no venal.

[6] Mª del Carmen Fuentes Nogales: «Hospital de los Caballeros (Cáceres) fundado por Diego García de Ulloa, el Rico. Memoria Eclesiae, págs. 339-348.

[7] Domingo Domené «Villamiel:1610-2010. IV Centenario de la Cofradía del Santísimo Sacramento», pág. 16 (No venal).

[8] Idem pág. 16

[9] Idem pág. 19.

Oct 012003
 

Gregorio Carrasco Montero.

AQUELLOS PASTORES TAMBIÉN TENÍAN PROGRAMAS

Estamos en tiempos de vendavales desatados y fuertes corrientes subterráneas de anticlericalismos envenenados en medios de comunicación. A veces se dan hechos ciertos. No más que en otros segmentos de la sociedad. Aunque ¡eso sí! los abultan cuando se trata de clérigos.

En otras ocasiones, y van siendo muchas, se vuelven a levantar tinglados de antiguas farsas sobre meras sospechas o calumnias. De todo ello siempre queda algo. Sin embargo, el tema no es reciente. El S. XIX estuvo, especialmente en la segunda mitad, bastante revuelto en materias, injusticias y tendencias del mismo cariz.

Suerte tuvo la diócesis cauriense al ser pastoreada por pastores de talla, eminentemente pastores prácticos y llegando a la raíz de los males.

Uno de ellos Fray Pedro Núñez Pernía. Había nacido en Benavente (Zamora) el 1 de agosto de 1810, siendo sus progenitores los Marqueses de los Salados. Ingresó y profesó en el celebérrimo monasterio de San Juan de Sahagún. Exclaustraciones y desamortizaciones deshicieron la floreciente comunidad. Como en otros casos se perpetró un desastre espiritual, un asesinato artístico y una destrucción histórica y cultural.

El monje Fray Pedro – nunca dejó de usar el Fray – se encuadró en la diócesis vallisoletana iniciando en ella su trabajo pastoral en el mundo rural castellano. Más tarde, y sucesivamente, ocupó sillas corales en las catedrales de Menorca, Barcelona, Toledo, silla abacial de la Colegiata de Jerez de la Frontera. Volvió a Toledo como Dignidad de Arcediano en la Catedral Primada.

Elegido obispo de Coria el 24 de septiembre de 1868 llegaría a la sede el 13 de marzo de 1869. Fray Pedro, ya en la diócesis, vivió la situación de acoso a la Iglesia. Sintió como propios los ataques y agresiones morales contra Pío IX. Sufrió las consecuencias en España de la Revolución de 1868, que se llevó por delante a Isabel II.

Iluminó al pueblo con pastorales sobre el jubileo proclamado por aquel papa y con otras, anunció el gran acontecimiento del Concilio Vaticano I al que asistiría, no obstante sus achaques.

Otras muchas pastorales fueron orientadoras de mentes y conciencias animando a sacerdotes y cristianos, conocedores y sufridores de los ataques al Papa y a la Santa Madre Iglesia.

Otro obispo de esta época, aunque de cortísimo pontificado, pero santo y eficaz, dejó marca, memoria y perfume de santidad, Beato Marcelo Spínola. Por unas u otras razones había que prestar atención al mundo de la enseñanza. Y aportó ayuda y remedio al deficiente y caótico tema, por aquel entonces, fundando las Esclavas Concepcionistas en la capital diocesana.

Otro pontificado que marcó a los sacerdotes y por ellos al pueblo, por largo y práctico, fue el del Excmo. D. Ramón Peris Mencheta, 1894 -1920. Pontificado reivindicador porque hasta él llegaron, con efectos retardados, problemas y desaguisados de todo tipo originados por las repetidas exclaustraciones y desamortizaciones: El Palancar, Real Monasterio de Guadalupe.

Ante la situación social de la mayoría de sus fieles, atrapados en la usura reinante, especialmente en los pueblos, con otros laicos católicos fundó la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Cáceres. Estimuló a los sacerdotes para crear un los pueblos los Sindicatos Católicos Obreros, etc.

Todo eso, y muchas cosas más, no fue óbice para desarrollar una auténtica y amplísima labor religiosa con los seminaristas, sacerdotes y laicos. Divulgó en la diócesis la Devoción al Corazón de Jesús, Eucaristía para intensificar la comunión frecuente, etc…

Así, por las semillas sembradas, la diócesis pudo contar con un póquer de ases envidiables, preparadísimos, entregados al estudio y a la pastoral del momento, cultivando muchos de ellos la poesía, historia, oratoria de altos vuelos, música, etc. Sería interminable la lista y sólo aportamos algunos nombres: Santiago Gaspar, Escobar Prieto, Simón Herrera, Cruz López, Rocha Pizarro, etc.

ESTE ERA UNO DE ELLOS

En Arroyo del Puerco – aún no se había cambiado el genitivo de pertenencia – nació un futuro seminarista y sacerdote llamado Carlos Mercedes Barriga Barriga, el 24 de septiembre de 1854, día de la Merced.

Por entonces, aproximadamente dos años, regía la diócesis cauriense el obispo iniciador de la publicación del Boletín Eclesiástico del Obispado, Excmo. D. Antonio María Sánchez Cid y Carrascal. En dicho boletín, desde seminarista, aparecía frecuentemente el nombre de este arroyano: por las notas de su brillante expediente académico, por las ordenaciones recibidas, premios obtenidos, destinos desempeñados, etc.

Las que podíamos llamar investigaciones de campo que sobre él realizamos en su villa natal han sido pocas. No viven familiares ni personas que contactaran con ellos. Las poquísimas noticias gozan de total imprecisión. Por cierto, pude oír de un profesor jubilado que en dicha villa la mayoría no sabían quien era D. Carlos, pues, habrían quitado ya la rotulación de la calle a él dedicada. Serían avatares de la política y no de los valores que poseyera este presbítero arroyano. Hasta el punto de ser conocido como el cura sabio. Apelativo y calle demuestran que sus paisanos de entonces sí lo sabían y lo valoraban rindiéndole con ambas cosas un homenaje.

ALGUNOS PASOS DE DON CARLOS

Sin pretender con este trabajo una biografía del sacerdote, objeto del mismo, ofrecemos algunos pasos dados por él y eficaces acciones realizadas.

Desde que empiezan su función los seminarios acordados en el Concilio de Trento, de ahí que se hayan conocido como tridentinos, para la formación de los futuros sacerdotes, lo ordinario era ingresar en ellos entre los 10 y 12 años. Iniciaban estudios de Latín y Humanidades exigidos en la Ratio Studiorum, igual o muy parecida en todos ellos.

En el de Coria estaría nuestro arroyano con otros muchachos de la diócesis. Destacaría pronto en las clases. Su expediente académico lo certifica. En estos centros en los que la disciplina era básica junto con la formación espiritual, humana e intelectual hacían surgir hombres muy bien cultivados y completos. La formación la impulsaban obispos imprimiendo cada uno un determinado estilo. En el largo camino quedaban algunos. Por la formación recibida triunfaban en la sociedad y en cargo civiles. Otros llegaban a la cima de la carrera eclesiástica. Ordenados de sacerdotes servían a la diócesis en los puestos confiados. En esos tajos de actuación ministerial aparecían, y siguen apareciendo, hombres de enorme personalidad y entrega a favor de la sociedad. En la inmensa mayoría de los casos sin reconocimiento por parte de los pueblos a los que sirvieron.

D. Carlos Mercedes Barriga Barriga, “hijo de Vicente Barriga Gómez y Lorenza Barriga Tejado, que fue bautizado en la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. María de la Asunción, única de esta villa de Arroyo del Puerco el 27 del mes de septiembre 1854”. Ese día nació para Dios el que físicamente lo había hecho ya el día 24 del mismo mes y año, día de Ntra. Sra. de la Merced. Según las notas que hemos podido ver en los boletines eclesiásticos del obispado a los 23 años, cumplidos los requisitos exigidos, comenzaba a dar pasos hacia el sacerdocio.

Los anuncios de órdenes y pequeñas crónicas de las administradas con relación nominal de los que las habían recibido presentan bastantes equivocaciones y erratas de bulto, como señalar en los días 23y 24 de septiembre las témporas de cuaresma. Creemos que serían 23 y 24 de marzo, tiempo de cuaresma, de 1877 cuando Carlos Mercedes recibió la llamada Primera Clerical Tonsura y las conocidas, hasta después del Concilio Vaticano II, como Órdenes Menores. Le fueron administradas en el oratorio del Palacio Episcopal de Coria por el obispo Fray Pedro Núñez Pernía.

Según las crónicas aludidas recibió todas las Órdenes Sagradas en el mismo año 1877. El Subdiaconado ha sido eliminado y a las Menores se les llama, simplemente, Ministerios después de la reforma litúrgica llevada a cabo por el Concilio citado.

Dejando a un lado el lío de fechas y témporas, que sólo se podría resolver teniendo acceso a los expedientes de Ordenes, aunque esto no suponga nada en contrario de su personalidad.

Destaca su preocupación por aplicar sufragios por los sacerdotes difuntos, ingresando de inmediato en la Hermandad de Sufragios, creada y existente en la diócesis. Cada sacerdote se comprometía a aplicar una misa por el difunto.

NOTICIAS DE D. CARLOS EN OTRA VILLA QUE LE CAUTIVÓ

Indicamos ya que no pretendemos hacer una biografía. Y menos exhaustiva. Sólo dejar constancia en estos XXXII Coloquios Históricos de Extremadura de la existencia de un sacerdote extremeño, que desde le ejercicio de su ministerio y compartiendo los bienes espirituales e intelectuales de que había sido dotado, hizo bien a la economía de labradores y jornaleros, a la cultura, a los pobres, a las almas…

Dª. Ascensión Vivas Salgado, hija del que fuera joven amanuense del cura que vivía en permanente estado de ceguera, D. Martín Vivas Chaparro, me ha facilitado datos y noticias referidos por su padre en multitud de ocasiones, así como fotografía del dicho sacerdote. De todo ello hacemos tres apartados con numerados comentarios.

A) Gran Orador Sagrado

  1. El primer comentario que consigno tiene referencia a la Virgen de la Montaña. Era en su época, cuando la imagen de indicada advocación no descendía desde su santuario todos los años, él era predicador habitual del novenario en la hoy Concatedral de Santa María y en aquellos años Iglesia Arciprestal de Cáceres.
    Un abuelo de la informante le trasladaba en caballo desde Las Brozas hasta Cáceres. Por inquietudes sociales estaba muy unido a la familia Leal hospedándose en casa de D. León Leal, o la del hermano de éste, D. Fernando Leal. Al terminar el novenario el abuelo Juan Vivas Marchena volvía a Cáceres para acompañarlo en el regreso a la villa brocense.
  2. Buen improvisador, como se deduce de lo siguiente, aunque la informante no haya podido concretarme datos para este comentario. Ante la llegada de un personaje –¿quién? ¿para qué?– en el Ayuntamiento de Brozas se ha organizado un acto. Imagino, que ya para la respuesta, ya para ambientación, se necesitaba alguien –¿falló el que estuviera designado?– y se buscó al cura ciego. Se encontraba de paseo por la ermita de la Soledad. Se lo comunican allí y durante el trayecto hasta la Casa Consistorial fue preparando su improvisación. Según ha oído mi informante llamó poderosamente la atención el discurso de D. Carlos.

B) Sacerdote comprometido con el Mundo Rural (Aunque no estuviera institucionalizado el Apostolado Rural).

1º) Acción Social

Habría que haber conocido la situación real de ese mundo que formaban los hombres del campo y el no menos complejo de la ganadería. Entonces no existían ayudas estatales, menos Comunitarias, a olivos, vacas y otras especies vegetales y ganaderas.

Eran tiempos del obispo D. Ramón Peris Mencheta. A mi juicio el más comprometido con esta tierra durante el S. XX y por eso el más reivindicador de todo lo extremeño.

Los que hemos vivido los coletazos de los cincuenta y década completa de los sesenta hasta comenzar las obras de la construcción del pantano de Alcántara, con que se produjeron, por centenares, los desertores del arado, podemos imaginar un poco las situaciones anteriores.

En medio de las vicisitudes de indicadas situaciones, muy negativas, el cura ciego, el cura sabio hizo en Las Brozas una campaña, de persona a persona, tratando de convencer a los labradores, ganaderos y adláteres de los beneficios que les aportaría la fundación de un Sindicato Católico de Crédito Agrícola. Meta a la que consiguió llegar. En crónica que puede leerse en el Boletín Oficial del Obispado páginas 102 -104 del tomo 1907 -1908, se dice, entre otras cosas: “Muy de aplaudir es, el entusiasmo con que la villa de Brozas ha acogido las indicaciones y trabajos del Sacerdote de aquel pueblo, D. Carlos Barriga y sus cooperadores para la fundación de esta Sociedad de la que con el favor de Dios tantos provechos se esperan”. “Bien por Brozas ¡y viva el Sindicato Católico de Crédito Agrícola de Brozas! que es muy de desear encuentre en esta diócesis muchos pueblos en los que se establezca”.

A continuación de la citada crónica, en el mismo Boletín aparece una carta dirigida al Obispo Peris Mencheta de los párrocos de ambas parroquias en la que se encuentra este siguiente párrafo: “Al dar a V.E. cuenta de tan grato suceso, que sin duda alguna ha de contribuir al desarrollo moral y material de este pueblo rogamos a V.E.I. se digne bendecir esta obra y con especialidad a D. Carlos Barriga, principal iniciador y organizador, el que nos encarga encarecidamente hagamos presente a V.E. que si él no escribe directamente a V.E. es por falta de vista y que tenga V.E. esta por suya. B. E.A.P. de V.E.I. sus humildes súbditos: Ángel Perianes Olmedo – Avelino Sánchez Bermejo. Párroco de Santa María el primero y de los Mártires el segundo.

2º) Ayuda moral: Consejos y orientaciones

Su labor diaria, el boca a boca pastoral, aprovechando visitas a los enfermos, encuentros en las calles, sembrando semillas en la academia que dirigió, buscando y trayendo conferenciantes, etc, todo servía para crear inquietudes. Así cristalizaron las obras reseñadas. Además como veremos más largamente en el siguiente apartado, aunque ya lo hemos apuntado, con el deseo de alumbrar nuevos horizontes en los jóvenes, a pesar de esa ceguera, tantas veces repetida, fundó una academia. Nos gustaría tener más datos para saber de su funcionamiento y frutos de la misma.

C) Su Vasta Cultura la Compartía con EL PUEBLO

Creo que es el momento oportuno de indicar el por qué de la presencia en Brozas de este sacerdote arroyano de nacimiento y brocense de deseo. Y es sorprendente que tenga que añadir que las desconozco. Lo cierto es que cuando definitivamente perdió la vista estableció su residencia en la Villa de la Encomienda Mayor. ¿Fue en ella donde tuvo su primer servicio a la diócesis? ¿Se vino a este pueblo al ir perdiendo progresivamente la vista? Ciertamente fue ilustre profesor del seminario varios años. Sea de ello lo que fuere, tenemos esto:

1º) El 16 de julio de 1880, en el Boletín Eclesiástico del Obispado, Nº 248, pág. 468, aparece la aprobación de las Constituciones del Cabildo Eclesiástico de Brozas. Estos cabildos, en esta villa y en otras de la jurisdicción, fueron establecidos por la Orden de Alcántara. Esa aprobación ¿fue intento de que superviviera después de ejecución de la Bula Quo Gravius que anulaba las Órdenes Militares?

D. Carlos fue miembro de dicho Cabildo cuya elección e ingreso encontramos en el libro 6 del mismo, Fol. 256 vto. y que sintetizamos, pero seguimos preguntándonos por qué él estaba ya allí, ¿poseyó alguna capellanía o algo parecido? A la pregunta, o preguntas, aportamos, de momento:

2º) En el libro 6º, Fol. 256 Vto., al margen, dice: “Entrada del Presbítero D. Carlos Barriga y Barriga en el Cavildo (sic.), y otros particulares”.

Sigue el acta del 7 de mayo de 1899 de la que entresacamos y entrecomillamos algunas cosas de las reseñadas. “D. Ángel Perianes Olmedo, presidente del Cavildo (sic.), expuso la necesidad de dar entrada en el Cavildo a D. Carlos”. ¿Razón? Los pocos capitulares existentes en las fechas referidas.

Expresa dicho presidente “ que siempre que dicho señor aceptara gustoso el cargo; eliminándole de pagar cuota de entrada que nuestras ordenanzas exigen; y de dejar las utilidades del medio año en beneficio de la Corporación para cobrar sus herederos después de su fallecimiento; fue aceptado todo por unanimidad; rogando al señor D. Carlos que aceptara dicho cargo con atención a las razones expuestas y para el culto a Dios, teniendo el gusto los señores Capitulares de oír la conformidad de indicado señor, dándole por ello las gracias, tomando posesión en el mismo acto con la solemnidad acostumbrada”.

Lo que sí podemos aducir es lo que él mismo dice en el Prólogo que, personalmente dictó, para el libro “Hijos Ilustres de la Villa de Brozas”, que se ha repetido en las tres ediciones del libro anteriormente citado y fechado el 12 de mayo de 1901. La cita, a mi juicio, es reveladora: “La gratitud de que a este pueblo soy deudor por las inequívocas muestras de respeto y consideración con que me han honrado y el tierno afecto que le profeso, encendieron en mí el deseo de contribuir a su mejoramiento en la medida de mis escasas fuerzas y afectos, aproveché cuantas ocasiones oportunas se me ofrecieron para verter desde el púlpito y en mis conversaciones particulares ideas encaminadas al fomento del bienestar moral y material de la población…”. Por ello lo primero que hizo:

1º) Fundar una academia y dirigirla.

Señala él la decadencia de la villa brocense iniciada cuando concluía la primera mitad del S.XIX. Lo constató y denunció razonadamente como lo expresó en el referido prólogo. Esto se está palpando en la actualidad, aunque en la segunda y tercera edición se recojan las siguientes palabras del Sr. Conde de Canilleros, que en la práctica daba como ciertas sus ensoñaciones: “El prólogo que D. Carlos Barriga puso a la primera edición de este libro, triste es reconocerlo, era francamente derrotista. Brozas aparece en sus páginas decadente, hundido, sin posibles horizontes de prosperidad y cultura. Tras las descripciones de tono sombrío sobre un presente angustioso y un porvenir sin esperanzas, coloca estos comentarios: “Tal es en nuestros días la poco envidiable situación de esta infortunada villa, antes tan rica y floreciente. Nada queda de su pasada grandeza”. A esto apostilla el Sr. Conde: “yo no puedo compartir su criterio, ni puede compartirlo nadie que conozca esta localidad, cuyo nombre sigue pronunciándose hoy con admiración y respeto”.

El que suscribe lo comparte en toda su extensión. Refutar lo que dice el Sr. Canilleros me daría suficiente materia para hacer un libro como el de los Hijos Ilustres de Brozas. Baste, para terminar, decir que hoy tiene menos de la mitad de la población existente cuando vivía el cura ciego y el mismo Sr. Conde. ¿De cultura?… pues ni siquiera se le ha concedido centro de la ESO. ¿Qué diría ahora D. Miguel Muñoz de San Pedro?

El cura ciego, que no erró en su análisis de la situación, quiso poner remedio y creyó que era bueno compartir sus conocimientos. No sé cómo sería la experiencia de lo que todos llamaron academia. Si sólo actuaba él o con la ayuda de algún profesional de la enseñanza. Lo que sí he comprobado es que la existencia de citada academia la relacionan y siempre con el cura ciego. ¿Qué amplitud tuvo? Lo ignoro. Ni han podido informarme. Imagino que sería preparación de muchachos para ir a Cáceres a examinarse del grado, como entonces se decía.

2º) Se le debe la publicación de los “Hijos Ilustres de Brozas”.

La tercera edición del mismo ha salido en 1.995. El cura sabio, ciego como estaba, conocedor del elenco de hombres ilustres, nacidos y salidos de este pueblo, movió los hilos que pudo para que se diesen a conocer. Para ello:

  1. Se presentó, dice D. Carlos, “en las Casas Consistoriales” el 27 de enero de 1.896, cuando se celebraba una sesión ordinaria. Pretendía que calles y plazas se rotulasen con los nombres de tales hijos, que los tenía en gran número la dicha Villa de Las Brozas.
  2. Debió exponerlo con tal ardor que los ediles, además, acuerdan: a) que deben figurar todos los ilustres nombres en el salón de sesiones; b) adquirir retratos de Frey Nicolás de Obando y de Francisco Sánchez de Las Brozas. El Brocense; c) colocar una lápida de mármol en la casa natal del Catedrático de Salamanca; d) añade que se le ocurrió una idea felicísima al Jurisconsulto y Regidor Síndico, D. Martín López y era que se escribiese un libro que recogiese las más amplias biografías posibles de los ilustres hijo, para que las pudiesen conocer todos los brocenses.
  3. Como consecuencia de todo lo anterior el cura ciego se encargó de gestionar, en nombre de la Corporación, que lo llevase a término el Ilmo. Sr. D. Eugenio Escobar Prieto, que había sido Dignidad de Arcipreste de la Catedral de Coria y era en aquel momento Deán de la Catedral Placentina. Este sacerdote e historiador aceptó complacido por la gran amistad que le unía al tan repetido cura ciego.

AL CURA CIEGO LE LLEGÓ LA MUERTE

En el mismo libro 6º se encuentran varias actas que recogen los cargos desempeñados, a pesar de la ceguera que le limitaba. Y, claro está, recoge su muerte ocurrida en kalendas en las que se hinchaban, cada vez más, las campañas anticlericales que, incluso iban oliendo a pólvora.

Del acta capitular tomamos lo siguiente; “falleció a las 8 de la mañana del día 10 de julio del año 1931, el presbítero agregado a la de Sta. María, D. Carlos Barriga y Barriga, a los 77 años de edad. Se le hicieron los funerales que dispone el acuerdo del Cabildo y se encargaron a los Sres. Capitulares del Cabildo las cuatro misas que disponen las Ordenanzas”.

Además de lo referido en el acta capitular sobre la muerte y obligaciones que deberían cumplir los otros capitulares hallamos en el Boletín Oficial del Obispado la siguiente preciosa nota necrológica. Se encuentra y puede verse en el Tomo 28, años 1931-1932 del referido Boletín.

Necrología.- El día 10 del pasado julio, en el pueblo de Brozas, vivero de hombres ilustres, entregó su alma a Dios confortado con los Santos Sacramentos y habiendo recibido la B. A. el venerable sacerdote D. Carlos Barriga. ¡Descanse en la paz del Señor! Era figura de relieve en el Clero cauriense por su vasta ilustración y por sus virtudes que Dios quiso acrisolar en la resignación que sobrellevó la ceguera que padeció muchos años. Fue profesor doctísimo del Seminario, y sus discípulos le recuerdan con veneración y estima profunda. Trabajó, no obstante la ceguera, con denodado ahínco por la cuestión social en Brozas, de arte que mereció la Medalla del Trabajo y recibió un cariñoso homenaje. ¡Dios nuestro Señor habrá premiado los trabajos de su siervo fiel!, pero por si necesitase de nuestros sufragios, elevemos al Señor una plegaria.

Pertenecía a la Hermandad de Sufragios y tenía cumplida las cargas, por lo que se aplicará la Misa de Reglamento”.

Punto Final – Terminamos estos apuntes y noticias y no quisiéramos concluir con una jeremiada, Pero sí con manifestación triste. ¿No son merecedores estos sacerdotes, en Las Brozas, de algo que perpetuase sus trabajos, por la Corporación, ya que ésta lo suplicó al cura ciego? Al autor de los Hijos Ilustres de Brozas se le pagó su trabajo de historiador con una pluma de plata. Poco me parece, aunque, tal vez fuera mucho entonces. Al primero, cura ciego, cura sabio, que sepamos, con nada. Poseo fotografía del mismo. Bien, porque nunca es tarde si la dicha es buena, podía hacerse un busto y rendirle buen homenaje por bien merecido. Casi siempre el olvido de sus vidas es pago reservado a los sacerdotes más entregados en el silencio, buscando el bien de las ovejas que le mandaron pastorear.

Oct 012002
 

Gregorio Carrasco Montero.

INTRODUCCIÓN

Abundante es la literatura existente sobre la Orden de la Cruz Verdelisada sobre conventuales, escenas bélicas, maestres y priores, claveros famosos o rebeldes, maestros mayores y arquitectos de monumentales obras, etc.

No ocurre lo mismo con las freilas de referida orden.

Dentro del territorio de la misma existieron tan solo dos conventos. El de Sancti Spíritus en Alcántara y el de San Pedro en la Encomienda Mayor de Las Brozas. De éste trataremos en la presente edición de los Coloquios.

Comparando las nuestras con las freilas de otras órdenes y las noticias que de éstas nos han llegado el balance se desnivela en contra de las nuestras. De hecho uno-Sancti Spíritus- desapareció con motivo de la Guerra de la Independencia (1809). El de San Pedro de Las Brozas acabó algo más tarde a causa de la Desamortización.

Estas freiras, salidas de la nobleza y de estilo contemplativo, eran conocidas como Comendadoras. Sabemos de Comendadoras del Espíritu Santo, francesas de origen; Comendadoras de San Juan de Jerusalén; Comendadoras del Santo Sepulcro; Canonesas Regulares de San Agustín, se les conoce también con este ampuloso título: Comendadoras de la Sagrada Orden Militar y Pontificia del Santo Sepulcro.

De todas las referidas se han hecho estudios monográficos, más o menos amplios e interesantes, pero tan solo conozco breves y esporádicas noticias de nuestras Comendadoras.

El Diccionario de Historia Eclesiástica de España recoge en el tomo primero monografías interesantes de las citadas órdenes. Sólo en el tercer tomo, de pasada, página 1813, trae estas brevísimas noticias de la rama femenina de la Orden de Alcántara:

“Dos conventos de freires (Alcántara y Magacela) y dos de monjas (Sancti Spíritus de Alcántara, fundado el 31-VIII-1518 y abandonado en 1809 y San Pedro de Brozas”.[1]

COMENDADORAS DE LAS BROZAS

Revisado detenidamente el epígrafe COMENDADORAS en dicho Diccionario, página 472 ni siquiera se citan las Comendadoras. Ni tampoco alude a ellas el redactor del trabajo dedicado a la diócesis de Coria-Cáceres en la página 622 del mismo.

A- NOMBRES CON QUE SE LES NOMBRA

Tienen varios títulos o nombres en diversos documentos.

La documentación existente en el archivo, podríamos llamarlo central, del conventual de San Benito, empezó a deteriorarse con los robos y destrucciones llevadas a cabo por los franceses con ocasión de la Guerra de la Independencia, de muchísimos documentos. Aumentaron los destrozos con los decretos desamortizadores que propiciaron el cierre de multitud de conventos y la pérdida de mucho patrimonio que hoy lamentamos.

La primera República, 1873, eliminó las órdenes militares. Tuvo, creemos, una indefinida y etérea restauración en 1874. Acabaron definitivamente sus vidas de esplendor y grandeza en la República de 1931. Lo que escapó de la francesada arramblando con contenidos o deshaciendo archivos, tanto de humildes parroquias como los conventuales, cayeron en el saqueo desamortizador. Cierto es que con este motivo algunos documentos y libros se salvaron, aunque ahora se encuentren en archivos civiles.

De los nombres que aparecen en los documentos llegados hasta nosotros recordamos éstos:

  • Convento de Comendadoras del Señor San Pedro.
  • Convento de Señoras Caballeras del Hábito y Caballería de Alcántara.
  • Convento de Comendadoras de la Orden de Alcántara.

B- FUNDADOR

Dentro del organigrama de cargos y preferencias de la Orden existían cuatro resaltadas dignidades con el siguiente orden:

  • Gran Maestre,
  • Prior,
  • Sacristán Mayor.
  • Comendador Mayor.

Destacados brocenses coparon tres de ellas por la misma época, años arriba o abajo. Documentalmente sabemos que Comendador Mayor fue Frey Nicolás de Ovando. Antes lo había sido de la Encomienda de Lares. Que los Reyes Católicos lo eligieron para integrar el grupo formador del Príncipe Juan. Con nombramiento expedido y firmada en Granada el 3 de Septiembre de 1501 los mismos Reyes lo enviaron como primer Gobernador General de Indias.

Las Brozas, con su enorme término municipal, entonces más que ahora, fue siempre la Encomienda Mayor de la Orden y en la que nació Ovando en 1451. Simultáneamente gozó de las rentas de las Encomiendas de Belvís y Navarra.

Comendador Mayor de su villa natal pero freire célibe residía en el Sacro Convento de San Benito, siempre que se lo permitían los encargos de la Orden o de los Reyes; impulsó obras en San Benito.

Otra de las dignidades, tercera en el rango, la ostentaba y ejercitaba otro brocense. Se trataba de Frey Don Pedro Gutiérrez Flores o Flórez.

A esta dignidad se unía el título de Capellán de Honor de Carlos V y Felipe II. Su prestigio personal se manifiesta por el hecho de haber sido elegido secretario de varios capítulos generales de la Orden. En la práctica era el que marcaba la dinámica de ellos.

Frey Don Pedro, hombre espiritual, se presentó en la ciudad Imperial de Toledo donde se celebraba el capítulo general de 1570 pidiendo él mismo licencia para fundar un convento de Comendadoras de la Orden de Alcántara en su pueblo. Licencia que se le concedió el día 10 de Marzo de 1570. Ocho años más tarde otorgaba testamento dejando casi todos sus bienes para construir el convento y procurando su subsistencia.

El amor a su cuna le inclinó a asignar una pensión que se entregaría a un clérigo con residencia en Las Brozas para que enseñase la doctrina cristiana a las gentes, sin distinción de edades.

Por la condición de Sacristán Mayor se relacionó con las Comendadoras de Sancti Spíritus. Viendo el estilo de vida en que viven, ritmo de la liturgia cisterciense que practican y traída de tierras castellanas se sintió impulsado a dotar al pueblo que le vio nacer de un monasterio contemplativo de la Orden como el ya existente en Alcántara.

Frey Pedro de Escobar fue otro brocense, coetáneo con el anterior, que ocupó el Priorato de la Orden, segunda dignidad de la misma. Ambos, Prior y Sacristán, fueron testamentarios del más antiguo en la Orden y de más años, Frey Nicolás de Ovando.

C- LARGO CAMINO DE LA FUNDACION

La copia llegada hasta nuestros días, hecha por alguna de las moradoras del referido convento, creemos debió hacerse pronto, quizá en la primera década de 1600, que encontramos en el Archivo Histórico Provincial de Cáceres comienza así:

“FUNDACION de este SACRO Y REAL COMBEMTO DEL SEÑOR SAN Pedro, de SEÑORAS del HABITO Y ORDEN de ALCANTARA en virtud de REAL ZEDULA, expedida en TOLEDO, 10 de mayo 1561, conzedida a Dom Frey Pedro GURIERREZ, SACRISTAN MAYOR de la ORDEN Y CABALLERIA DE ALCANTARA, su FUNDADOR.”

La burocracia funcionaba ya entonces y bien. La cédula otorgada de viva voz en 1561 habría de pasar primero por el capítulo definitorio de la Orden tenido también en la ciudad de Toledo.

Pero sólo “el año 1570 el Señor Phelipe 2º, con acuerdo de ese capítulo, dio licencia a Don Pedro Gutiérrez Flores, capellán de su Magestad, Sacristán Mayor de la Orden y natural de la Villa de Brozas, religioso de crecidas conveniencias, de poder comprar cualesquiera bienes o rentas para fundaciones de obras pias en dicha Villa de Brozas, como fuese su voluntad y le pareciese más conveniente para el servicio de Dios Nuestro Señor”.

“Consta de Providencia firmada de su Magestad y refrendada de su secretario Francisco de Grazo, su fecha en Toledo a díez de Maio de dicho año, que se guarda en el archivo de dicho convento”.

La cita, tomada del traslado o copia que existió en el convento brocense hasta la desastrosa Desamortización, se encuentra ahora, como indicado quedó, en el Archivo Histórico Provincial de Cáceres.

D- REMEMBRANZA DEL HUMANISMO Y HUMANISTAS

Cuando Frey Pedro gestiona la fundación del convento de las Caballeras en Las Brozas hacía tiempo que Elio Antonio de Nebrija había publicado la primera Gramática de la Lengua Castellana. Y superada la larga enfermedad que sufrió en la casa de su hijo mayor, Frey Marcelo de Nebrija, delirando frecuentemente por dejar “imperfectos su Arte y Diccionario”, según testimonia El Brocense[2]. Y, por supuesto había muerto, aunque todavía se respiraba en dicha Villa el perfume humanista y cristiano que dejó a la posteridad en sentencias grabadas en mármoles y granitos.

Fue, sin duda, en una de esas varias estancias que pasó en la Villa de la Encomienda Mayor.

La razón de la presencia de los nebrisenses en Las Brozas se debe a la merced del Gran Maestre, D. Juan de Zúñiga y Pimentel, último Maestre de la Orden y luego Cardenal Arzobispo de Sevilla, que agradecido al gramático por las lecciones de él recibidas le dio a su hijo el hábito alcantarino y posesión de la Encomienda de La Puebla.

Hemos señalado en otras ocasiones la confusión existente con esta Encomienda en varios autores. Algunos no se explican la presencia de Frey Marcelo en las Brozas siendo, como era, Comendador de la Puebla. Otros, sin más, lo hacen Comendador Mayor, que nunca lo fue. Algunos más no son capaces de localizarla. La Luz, creemos, se nos hizo con las indicaciones de un viejo empleado municipal encargado del negociado de fincas rústicas. Aclaró que antiguamente se le llamaba La Puebla. Sin saber por qué, hace también muchos años, había pasado al plural y se empezó a escribir Las Pueblas. Además, La Puebla en la época de los nebrisenses, según los historiadores, estaba despoblada, razón por la cual se quedó a vivir en Las Brozas en cuyo término está indicada encomienda.

Frey Marcelo de Nebrija levantó igualmente el bien ornamentado humilladero de El Buen Jesús. Sin duda del gramático son las sentencias humanistas y cristianas que dejó grabadas en mármoles y granitos. Pensamos que algunas copiadas o refundidas son las que hemos podido ver y leer en dinteles del mismo convento. ¿La dejó escrita para el futuro convento? …De estos estilos varios: Por tu honra pon la vida y estas dos, honra y vida, por tu Dios.

La fachada Norte: entrada a la capilla, portería, etc., era contigua a las allí llamadas “Casas de Nebrija”. De norte a sur dos calles paralelas con resonancias históricas y líricas, delimitan la Fábrica, huerta, cementerio y otras dependencias, todo lo cual se aproxima a los siete mil metros cuadrados. Aldeahuela se llama una de ellas y es la más lírica, desde su nombre y en la que nació y vivió su niñez el retórico Francisco Sánchez de Las Brozas, El Brocense. Quizá de niño pudo extasiarse contemplando desde su casa la torre del homenaje del Castillo y escuchando algunas veces, ya metido en conocimientos del latín, los salmos de vísperas y la misa tridentina en la inmediata ermita de Santa Bárbara. Y al romper el día oyendo las carretas que salían para cargar de mieses y llevarlas a la Nava para la trilla. Todo daba a la calle Aldehuela toques de lirismo en aquellos tiempos.

La del este se llamó calle de Santiago por el hospital, uno más, con el nombre del Apóstol como titular y dedicado a acoger, especialmente a peregrinos, que aquí deberían concluir jornada para curar heridas y aliviar cansancios antes de penetrar en Portugal. Se conserva aún la capilla pero nada del Hospital, aunque ésta puede indicar el empaque que tendría.

Quizás existieron otras pragmáticas razones para la ubicación elegida del convento. Se pudo buscar la protección, en alguna emergencia, de los centinelas y cuerpo de guardia del castillo tan cercano y ante las tensiones vividas entre España y Portugal dadas las cercanías fronterizas.

O tal vez porque pretendieron y buscaron la más fácil atención espiritual y cultual que les podrían prestar los Clérigos de la Cofradía de San Pedro, conocida también como Cabildo de Presbíteros de San Pedro, cuyos miembros desarrollaban esas funciones en la cercanísima Catedralina de Santa María, así denominada por el clero mayor de la diócesis a causa del empaque y elegancia arquitectónica que posee. Con la capilla de San Pedro, pegada al presbiterio de la Catedralina, tuvieron mucho que ver los Gutiérrez Flores, familia a la que perteneció el fundador del convento de San Pedro de las Señoras Caballeras de Alcántara.

Desaparecidas las esculturas y columnas de mármol que la ornamentaban, contemplamos doloridos esta fachada en la que se había conjugado elementos tan frecuentes como el mármol y granito, leyendas grabadas y estatuas, heráldica y otros símbolos. Casi todo se perdió con los decretos y las leyes desamortizadoras, ventas a la baja y abandonos a l alza; trasgresiones de otro tipo,-albañilería sin control y avispados anticuarios aprovechados-, poniendo los restos del naufragio desamortizados a buen recaudo por cuatro pesetas. Los 6.798 metros cuadrados se estrecha por el sur en cuyo límite se conservan aún unos cuantos metros de muro que cerraban la huerta conventual. La visión del mismo impulsa a imaginar….Otros muchos metros se derribaron y reutilizaron para casas y corrales.

E- COMIENZOS DEL REAL CONVENTO DE SAN PEDRO

El proceso de la fundación se alargó demasiado. Se puso punto final en 1594, gracias al mandato del Sr. Phelipe 2º. Llegaron desde Alcántara para iniciar la vida contemplativa:

  • Abadesa: Doña Isabel Gutiérrez Flórez. ¿familiar del fundador?
  • Priora: Doña Cathalina Zevallos.
  • Portera: Doña Cathalina de Aldana y Barco.
  • Cantora y Sacristana: Doña María de Paredes Ulloa.

Apellidos refrendados todos ellos con profusiones heráldicas en Alcántara y las Brozas. Recorrieron los 16 Kms. Que separan, y unen al mismo tiempo, ambas villas. Saliendo del convento de Sancti Spíritus dicho uno de Abril de 1594 mandadas ir por el Rey Phelipe LL y por el Prior del Sacaro Convento de San Benito de Alcántara, Don Pedro Antonio Barrantes, a quién vino comisión para dicho fin y acto, como consta a la letra del libro de su fundación original, folio 1º.

¿Dónde habrá ido a parar el libro aludido? La cita, como otras, las hemos tomado de la copia de que hablaremos más.

Llegaron postulantes según cuenta el libro de toma de hábitos a señoras, se llamaban así, tanto por escrito como coloqialmente, a las Comendadoras de apellidos aristocráticos e históricos del momento español, del nuevo mundo, acercándose otro futuro a la Orcen acabada la Reconquista e incluso futuro distinto del Priorato de la Cruz verdelisada de Alcántara. Así recibieron a Doña Francisca de Ovando, doña Teresa de Figueroa,….

La desgracia se cebó en las fundadoras muriendo en el Convento de San Pedro tres de las cuatro que vinieron del de Sancti Spíritus. Por eso el día 1 de febrero de 1605 llegaron a Las Brozas otras tres mandadas por el Rey. No en vano era Real Convento. En esta ocasión reforzaron a la única superviviente de las fundadoras las siguientes:

  • Abadesa: Doña María de Oviedo Perero.
  • Priora: Doña Anna de Aldana.
  • Portera: Doña Teresa del Barco.

Además, de por la razón indicada, se añade que porque al presente haver pocas religiosas en este convento. Y también porque se pidió en el consexo, de parte del convento que viniessen estas dichas religiosas y estuvieron seis años, nueve meses y seís días en este convento y por haver ya monjas suficientes para los oficios, se bolvieron a su convento por mandato de su Magestad, el año 1611, a 16 días del mes de Octubre.

Poco a poco, después de las dificultades iniciales y revés de las fallecidas, se estabilizó la fundación. Sus miembros todos guardan y observan la regla de Nuestro Padre San Benito y usos del Cister.

Vestían de esta forma: El ávito es blanco con escapulario negro y en el sobre pecho el ávito de Alcántara y velo de seda negro, y en los actos de comunidad, de choro, Processiones y otros semejantes usan del manto capitular o cogulla, con su cruz grande de Alcántara en el pecho.

F- RAICES Y SORPRESAS

Las monjas de Las Brozas quisieron tener sus raíces al alcance de la mano en su propio archivo y copiaron lo más importante de la fundación de Sancti Spíritus, pues de él, como ha quedado indicado, salieron las fundadoras. La copia realizada ofrece importantes datos de los que tomamos algunos ahora, aunque toda la copia la añadimos como apéndice de la fundación de S. Spíritus. La llevaron a cabo por mandato del Emperador Carlos V monjas del Convento de las Huelgas de Valladolid fundado éste por la Reyna Dña María, muger del Rey D. Sancho el 2º.

Encontramos en la referida copia sorpresas referentes a Fray Pedro de Alcántara. ¿Cuándo se haría esta copia para el archivo del convento brocense?… En esa copia abiertamente se habla de Pedro de Alcántara del que se dice santo y glorioso, sin ni siquiera haber sido beatificado, como ocurrió en Arroyo de la Luz donde al testar un matrimonio se instituye una manda para dos misas en onor del Señor San Pedro de Alcántara[3]. Testamento otorgado 25 años antes de la canonización. Con todos estos elementos nos inclinamos por situar la copia en los primeros años de la centuria del seiscientos. Empezando a ser activa la fundación del convento en 1594 y muriendo el santo en 1562 ya habían pasado treinta y dos y la fama de santidad antes de morir se había expandido enormemente. La beatificación tuvo lugar el 18 de abril de 1622. Vemos esa preocupación desde la narración de la génesis del convento alcantarino de Sancti Spíritus.

Las Comendadoras Alcantarinas se fundaron a petición de la Cofradía del Hospital de Sancti Spíritus adoptando aquellas su titularidad. Los cofrades quisieron un convento de la Orden de Alcántara para que pudieran ingresar las hijas de los cofrades primero y después otras.

Consiguieron bula del Papa León Décimo. Se comisionó y envió el día 1 de agosto de 1520 a solicitarlo en la Corte de la Majestad Imperial, nada menos que a uncofrade de Sancti Spíritus llamado Juan de Zanavria, tío carnal del glorioso santo, San pedro de Alcántara, hermano de María Villela de Zanavria, su madre.

Particular privilegio exigió la Cofradía. En Sancti Spíritus se reservaron diez y ocho plazas para hijas de cofrades. Además era especial su dote, pues, éstas sólo tenían que aportar 150 maravedís y una cama de ropa. Las otras monjas, no hijas de cofrades, tenían una dote de 100 ducados.

Al referirnos el ingreso de una hija de su tío carnal, Juan, lo recuerda de este modo: Y la primera religiosa que entró, como hija de Cofrade, sin más dote que el arriba dicho de las diez y ocho, que tomaron en un mismo día el ávito fue María Zanavria Argüello, prima hermana del Señor San Pedro de Alcántara, hija del referido Juan Zanavria por haver sido Comisario de la Cofradía para la fundación y haver traido de Valladolid las fundadoras.

A la monja que hiciera la copia para el archivo del Real Convento de San Pedro de Las Brozas se le nota que le interesaba destacar parentescos y santidad del santo hijo de Alcántara.

Tanto en Alcántara como en Las Brozas las Comendadoras vivían clausura rigurosa. Solo podían entrar las señoras de fuera, apunta la copia, a la sala que está entre la primera Puerta Reglar y la Claustral. Imposible identificarlas hoy.

La licencia del Emperador Carlos V para fundar el convento de Sancti Spíritus de Alcántara se expidió en Zaragoza del 30 de Agosto de 1518.

Otra mano concluye: Concuerda con el original que se remitió al Dr. D. Bernardino Francos Baldés, del ávito de Santiago, del gremio y claustro de la Universidad de Salamanca, cathedrático de Prima, jubilado en la Facultad de Leyes y escritor de las Ordenes Militares.

Frey Juan de Ovando y Solís. Rúbricado


NOTAS:

[1] Diccionario de Historia Eclesiástica de España .Tomo III. Instituto Enriquez Flórez. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid 1973.

[2] Hijos Ilustres de la Villa de Brozas, pág.96. Segunda Edición. Publicaciones del Ayuntamiento de Las Brozas.

[3] Archivo Parroquial de la Asunción de Arroyo de la Luz. Legajo VII. Documento 4

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