Oct 012015
 

Vicente Pastor González & María Teresa Pastor Novella.

En mayo de 2012, nuestro querido amigo Florencio Fernández Araujo nos mostró a Manuel Rubio y a mi un pequeño abrigo rocoso situado en terrenos propiedad de su familia, en el sitio conocido en su pueblo como cancho La Peña, dentro de la cerca El Lentiscar, en la Sierra de Valdelaorden, donde pudimos apreciar una interesante muestra de arte rupestre encuadrada en la zona de la pintura rupestre esquemática de la comarca de Las Villuercas.

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Oct 012006
 

Jesús Barbero Mateos (Coordinador), Mª Remedios Cuesta García, Florencio Fernández Araújo,  Isabel Fernández Bonilla,  Jesús Pablo Gómez Naharro,  Ana Victoria Mellado Cortés y  Vicente Pastor González.

AMBIENTE POLÍTICO-PROFESIONAL[1]

Asumido como está el hecho de que la Guerra Civil Española de 1.936-1.939, hizo aflorar en muchos españoles sus peores instintos, resulta conveniente concretar el papel que cada cual asumió entonces. Solo así logrará situarse con suficiente perspectiva histórica, a cada personaje en el lugar que le corresponde.

Y como está comenzando a estar asumido que la historia del magisterio es reflejo de la general del país y que este hecho se acrecienta en aquellos momentos de incertidumbre social y política, al igual que el pueblo español debió padecer tremendos sufrimientos y sacrificios a raíz del conflicto, el magisterio fue uno de los cuerpos profesionales que, en mayo medida, sufrió el ensañamiento de los levantiscos en general y, particularmente, en Extremadura.

La funcionarización de los maestros a comienzos del siglo XX, había supuesto un fuerte impulso para la escuela y para la sociedad. Las primeras décadas del siglo se habían constituido en un tiempo de avance y progreso pedagógico, didáctico, de infraestructura, materiales…, considerando los parámetros de la época.

Sin embargo, en la tercera década del siglo, atravesó momentos difíciles, cuando sufrió una tremenda represión, encarnada, sobre todo, por las depuraciones, una de las pocas acciones decididas en la política de los primeros tiempos del franquismo, en medio de una desidia administrativa general.

Tras las masivas primeras destituciones y los cadáveres de maestros fusilados por tener carné de FETE, vino el escrupuloso proceso de depuración de los más de 50.527 maestros de la época, 1.174 en la provincia de Cáceres, según la documentación obrante en el Archivo General de la Administración, de los cuales 104 ejercían en el Partido de Trujillo, que es el que ahora nos ocupa.

A grandes rasgos, el proceso tuvo esta cronología.

Antes del 30 de agosto, los alcaldes debían informar de las conductas observadas por los maestros ejercientes en su localidad. Si éstos hubiesen “(…) mostrado (…) en el ejercicio de su cargo, ideario perturbador de las conciencias infantiles, así en el aspecto patriótico como en el moral (…), los Rectores ordenarán con toda urgencia la sustitución de dichos maestros (…)”.

El día 1 de septiembre de 1.936, mediante circular del Gobierno Civil, en cumplimiento de lo establecido en la Orden de la Junta de Defensa Nacional de 19 de agosto, se estableció que “(…) próximo a empezar el curso, todos los comandantes militares, Gobernadores Civiles y comandancias de la Guardia Civil, procederán a averiguar y formar relación de los maestros nacionales clasificados por ideas socialistas, comunistas y francamente izquierdistas, a fin de ordenar su destitución (…)”.

Los Alcaldes debían comunicar antes del día 10 de septiembre, los maestros que se hubieran presentado el día uno. Por su lado, los habilitados del magisterio sólo podrían pagar a los maestros que cumpliesen con este requisito. En aquellos pueblos donde no se hubiese presentado el maestro el día primero de septiembre, el alcalde designaría a un sustituto interinamente, entre las personas tituladas de la localidad o de localidades situadas a menos de 5 kilómetros. Si no se encontraban maestros, podría nombrarse a cualquier titulado universitario, eso sí, de reconocida moralidad y patriotismo.

Con posterioridad, el decreto de 8 de noviembre de 1.936, creaba las comisiones depuradoras y la Orden de 7 de diciembre de 1.936, que señalaba las sanciones a aplicar, iban también encaminados al mismo fin. El primero establecía: “(…) la atención que merecen los problemas de la enseñanza, tan vitales para el progreso de los pueblos, quedaría esterilizada si, previamente, no se efectuase una labor depuradora en el personal que tiene a su cargo una misión tan importante como la pedagógica (…)”[2]En la segunda se contenían sanciones que iban, desde el traslado forzoso, a la separación definitiva del servicio. Pero como este proceso purificador se extendió también a los maestros “no contaminados”, al terminar la guerra, los que pudieron probar su hostilidad a la República, tuvieron que superar unos exámenes y seguir unos cursos de orientación profesional, “(…) para saturar su espíritu del contenido religioso y patriótico que informa nuestra cruzada (…)”[3].

Recién traspasado el ecuador del conflicto, la Orden de 20 de agosto de 1.938 para la provisión de Escuelas de Enseñanza Primaria, establecía que mientras durase la guerra, los maestros interinos atenderían exclusivamente las escuelas de niños y las maestras las de niñas. Pero las maestras podían atender las escuelas de párvulos y maternales[4].

Conforme fueron pasando los meses de contienda, las sanciones iban endureciéndose. La Orden de 18 de marzo de 1.939, señalaba como causa suficiente para merecer sanción, la pasividad de quienes pudiendo haber cooperado con los sublevados, no lo hicieron.

Como colofón del proceso, el gobierno rebelde aprobó una Ley el 10 de febrero de 1.939, en la que se compilaban las normas para desarrollar los procesos de depuración de los funcionarios públicos, tratando de actuar con rapidez para identificar y reintegrar a los afines y localizar y sancionar a los que “(…) contribuyeron a la subversión y prestaron asistencia a quienes por la violencia se apoderaron de los puestos de mando de la Administración (…)”.

La Disposición Adicional Segunda establecía: “La depuración del personal docente que depende del Ministerio de Educación nacional, se efectuará con arreglo a las normas especiales que al efecto se dicten”. Estas normas consolidaron la obligatoriedad depuradora para los maestros, mediante la creación de Comisiones Provinciales de depuración, supervisadas por la Comisión General Central de Depuración del Magisterio. Las comisiones provinciales solicitaban informes de los maestros en modelos normalizados, a las “personas de orden” de las localidades donde estaban ejerciendo: Guardia Civil, Alcalde, Juez, Párroco, Jefe de Falange, cabeza de familia de acreditada moralidad, etc. A partir de estos informes, las comisiones provinciales proponían la absolución, o bien, imputaban cargos y proponían las sanciones que creían más adecuadas.

A continuación trataremos de arrojar un poco de luz sobre el proceso desarrollado sobre los maestros y maestras del Partido Judicial de Trujillo, teniendo presente que la presunción de culpabilidad, era el principio rector en la tramitación de los expedientes. Las cuestiones requeridas al cumplimentar los informes, pueden agruparse en cuatro grandes bloques temáticos.

El primero referido a los datos personales.

Un segundo bloque relativo a las características profesionales de los maestros, en relación directa con su actitud política.

El tercero centrado en aspectos meramente socio-políticos.

Y en cuarto término, una cuestión abierta, en la que los informantes podían comentar e introducir cuantas informaciones estimasen de interés.

Pondremos de manifiesto las principales características de los tres primeros bloques, mientras que en el caso de las observaciones o elemento abierto, sólo reseñamos las referidas a los maestros de Trujillo ciudad, ante la imposibilidad material de incluir todos los del partido en esta comunicación.

DATOS PERSONALES

De los 104 expedientes analizados, 58 son de maestras y 46 de maestros. De ello se infiere que en el partido judicial había 12 escuelas más de niñas que de niños.

Los informantes. Se trataba de individuos que ocupaban puestos de responsabilidad política, religiosa o social, que eran requeridos por la administración para informar sobre los maestros, cumplimentando el cuestionario elaborado al efecto.

Esta función fue desempeñada, en la práctica, por cuatro estamentos a los que el régimen consideraba los pilares de la nueva sociedad: El Alcalde, el Cura, el Comandante de Puesto de la Guardia Civil y una “persona de orden” o de reconocida moralidad e intachable conducta religiosa, política y social.

La caracterización de los informantes trujillanos es la siguiente.

Los alcaldes cumplimentaron un total de 100 informes (55 de maestras y 45 de maestros); los curas, 96 (54 de maestras y 42 de maestros); la Guardia Civil rellenó 93 (51 de maestras y 42 de maestros); las personas de orden informaron en 65 ocasiones (36 de maestras y 29de maestros) y los Jefes de Falange 34 (18 de maestras y 16 de maestros).

Por lo tanto, los alcaldes firmaron el 97% de los informes, seguidos de los curas con el 93%, la Guardia Civil con el 90 %, las personas de Orden con el 62 % y, finalmente, los jefes de Falange con el 32% de los maestros informados.

graf01En el caso de Trujillo y sus aldeas, emitieron informes el alcalde, cura, guardia civil y persona de orden en el 100% de los casos. Los informantes fueron:

Para Belén: Alcalde: Santiago Blázquez Mediavilla. Cura: Juan Quesada Burgos. Guardia Civil: José Novoa Oropesa. Persona de orden: el abogado Marcelino González Haba.

Para Huertas de Ánimas: Alcalde pedáneo: Antonio Mateos Sánchez. Cura: Ambrosio Tejado. Brigada de la Guardia Civil: José Novoa Oropesa. Persona de orden: el abogado Marcelino Núñez Haba.

Para Trujillo: Alcaldes: Santiago Blázquez Mediavilla y Juan Fernández Paredes. Párroco Arcipreste de San Martín: Rafael García López. Brigadas de la Guardia Civil: José Novoa Oropesa y Francisco Núñez Cabezas. Persona de orden, el abogado Marcelino González Haba.

Naturaleza de l@s maestr@s. Otra cuestión que hemos estimado interesante analizar, ha sido la naturaleza de l@s maestr@s ejercientes en el partido, por cuanto este dato puede entender como un factor de compromiso y de relativa estabilidad laboral. Así tenemos que 103 docentes eran españoles, siendo extranjera una maestra, natural de Rosario de Santa Fe, en Argentina. 77 eran extremeñ@s (40 maestras y 37 maestros), de los cuales 72 eran de la propia provincia cacereña(38 maestras y 34 maestros) y los 5 restantes (2 maestras y 3 maestros) eran de Badajoz (2maestras y 3 maestros): Zarza de Alange, Magacela, Mérida, Villanueva de la Serena y Fregenal de la Sierra. 43 docentes eran del partido judicial de Trujillo (25 maestras y 18 maestros) y de ellos, 11 (6 maestras y 5 maestros)ejercían en la propia localidad de su nacimiento. De los procedentes de otras provincias, tenemos, tomando en consideración la geografía política actual:

20 maestr@s Castellano-Leoneses: de Zamora, 3 maestras: Benavente, Perdigón y Arcenillos. De Salamanca 11 maestr@s (8 maestras y 3 maestros): Torres Menudas, Fuentes de Béjar, Tamames, Navalmoral de Béjar, Bodón, Salamanca, Ciudad Rodrigo, Valderodrigo, Calzada de Valdunciel y Abusejo. De Valladolid, 1 maestra: Tordesillas. De Ávila, 4 maestr@s (2 maestras y 2 maestros): Narros del Castillo, Urraca Miguel, Mancera de Arriba y Losar del Barco.

4 Maestros andaluces: De Málaga, 1 maestra. De Córdoba, 1 maestro: Luque. De Granada, 1 maestro: Valor. De Cádiz, 1 maestro: Puerto de Santa Cruz. 1 maestra navarra. 1 maestra madrileña. 1 maestra argentina. 1 maestro Castellano-Manchego: De Toledo, 1 maestro: Alcañiz.

graf02En el caso de Trujillo, los 13 docentes eran españoles. 12 eran extremeñ@s, de los cuales 10 eran de la propia provincia cacereña y 2 de Badajoz: Magacela y Fregenal de la Sierra. 4 docentes eran del partido judicial de Trujillo y de ellos, 1 ejercía en la propia localidad de su nacimiento, Juan Manuel Fernández Bernal. De los procedentes de otras regiones, tan sólo tenemos 1 Castellano-Leonés: de Urraca Miguel, Ávila.

La edad. Otro aspecto a considerar es la edad de la plantilla. En este caso, 14 maestr@s (8 maestras y 6 maestros), tenían entre 20 y 25 años; 28 maestr@s (15+13), entre 26 y 30; 17 (11+6), entre 31 y 35; 12 (5+7), entre 36 y 40, 7 (3+4), entre 41 y 45; 8 (6+2), entre 46 y 50; 6 (2+4), entre 51 y 55; 5 (3+2), entre 56 y 60; 4 (2+2), entre 61 y 65 y 2 maestras con más de 65 años.

graf03En el caso de Trujillo, 1 docente tenía entre 20 y 25 años; 3, entre 31 y 35; 3 entre 36 y 40; 1 entre 41 y 45; 1 entre 46 y 50; 1 entre 51 y 55 y 2 entre 56 y 60.

El estado civil. La mayor parte de los docentes del partido estaban casados, 56 en total (26 maestras y 30 maestros). 41 estaban solteros (26 maestras y 15 maestros) y 6 eran ya viudos (5 maestras y 1 maestro). No se reseña ninguna circunstancia extraordinaria en el agrupamiento de pareja.

graf04De los docentes trujillanos, 9 eran casados, 3 solteros y 1 viudo.

Número de Hijos. También cotejamos el número de hijos de los maestros casados y viudos del partido, con indicación de cada uno de los sexos de los profesionales. En este sentido, 11 no tenían hijos; 15 tenían 1 hijo (4 maestras y 11 maestros); 14 tenían 2 (6 maestras y 8 maestros); 9 tenían 3 hijos (5 maestras y 4 maestros); 8 tenían 4 hijos (7 maestras y 1 maestro); 1 maestra tenía 5 hijos; 4 maestros tenían 6 hijos (2 maestros y 2 maestras) y 1 maestra tenía 7 hijos.

graf05En la ciudad y sus pedanías, 3 tenían 1 hijo; 2 tenían 2; 1 tenía 3 hijos; 1 tenía 4 hijos; 2 docentes tenían 6 hijos y 1 maestra tenía 7 hijos.

Queda demostrada la proporcionalidad inversa entre el mayor número de maestras con más hijos, respecto al número de maestros que tienen menos hijos.

Tiempo en la localidad. Entramos a considerar también el tiempo que los maestros llevaban en una misma localidad, para cotejar el nivel de permanencia en las escuelas. Así obtuvimos que 5 llevaban menos de 1 año (1 maestra y 4 maestros); 53 (28+25) llevaban entre 1 y cinco años; 19 (9+10), llevaban entre 6 y 10 años; 7 (5+2), llevaban entre 11 y 15 años; 8 (6+2) llevaban entre 16 y 20 años; 1 maestro llevaba entre 21 y 25 años; 2 maestras entre 26 y 30 años y 6 (4+2), llevaban más de 30 años ejerciendo en la misma localidad.

graf06En Trujillo, 7 llevaban entre 1 y 5 años, 5 docentes entre 6 y 10 años y 1 llevaba 12 años

Relaciones con la iglesia. De los maestros informados en relación con este asunto, 95 en total, 89 iban a misa con regularidad (50 maestras y 39 maestros), 4 (1 maestra y 3 maestros), no iban nunca y uno de cada sexo, iban muy poco por la iglesia, a decir de los párrocos.

graf07En la ciudad, de 12 docentes se afirma que iban a misa con asiduidad, mientras que en el caso de Marciano Curiel, hay contradicción entre el cura, que afirma que no acude a los oficios religiosos y el abogado que afirma que es un católico practicante.

Dedicación del tiempo libre. Resultaba netamente distinta la aplicación del tiempo libre para maestros y maestras. Atentos a sus principales dedicaciones:

Maestras Maestros
Ocio Pasear con sus amistades. Ir al baile. Charlar con otras maestras ejercicios cinegéticos, ocupaciones propias de casa, pasear, ir al bar a beber vino, preparar comedias, montar en bicicleta…
Laboral Labores propias de su sexo. Cuidar de los hijos. A su comercio ocupaciones provechosas, administración de sus fincas rústicas, labores del campo, atender su comercio, ejercer de Abogado, servir el despacho de farmacia de su hijo…
Educativo Formativo Enseñar religión a las niñas. Estudiar. Clases Particulares. Estudiar, dar clases particulares, en la poesía, en correcciones de enseñanza, perfeccionamiento de sus conocimientos profesionales.
Político social Acción Católica. Caridad y celo católicos. Tener reuniones con los elementos indeseables del Frente Popular. Deberes religiosos. Hacer labor antimarxista. Reunirse con las personas de orden. Nada que perjudicara la moral, religión y buen orden. Recién Casada. Prácticas piadosas y obras de caridad. Dar ejemplo. Engrandecer a la patria, enseñar instrucción militar a Falangistas y niños, asuntos sociales y conferencias tabernarias, propaganda política a favor del partido socialista, propagar ideas disolventes, dirigir la casa del pueblo, asuntos patrióticos, oponerse a todas las ideas izquierdistas, hablar de política, ayudar en la parroquia, hacer de vivo caballero ejemplar, dar buen ejemplo…

En Trujillo tenemos estos datos:

Maestras Maestros
Ocio Pasear con sus amistades, relaciones familiares Pasear con los hijos, estar con la familia, dar paseos por el campo, ir a un bar llamado Pocholo a beber vino, montar en bicicleta, aficiones filatélicas
Laboral Labores propias de su sexo, quehaceres de su casa Ejercer de abogado, en el caso de Juan Manuel Fernández Bernal.
Educativo Formativo Estudiar. Dar clases particulares. Internado de Estudiantes. Enseñanza de sus hijos.
Socio Religiosos prácticas de piedad cristiana, catequesis.

DATOS PROFESIONALES

Como ya se dijo, el cuestionario también hacía referencia a determinados aspectos relacionados con el planteamiento, desarrollo e implicación de los maestros con su profesión, impregnado de un marcado contenido socio-político, que aclarase la comunión o no del docente con el régimen en ciernes. De los aspectos abordados en el mismo, hemos extraído aquellos que nos han parecido más interesantes.

Horas dedicadas a la escuela. El primer apartado venía referido a las horas que el maestro dedicaba a la escuela, como forma de saber, indirectamente, si dedicaba su tiempo a cuestiones “poco patrióticas”. Pues bien, de 56 maestros (33 maestras y 23 maestros) se decía que dedicaban 6 horas diarias a la escuela, mientras que 47 (25 maestras y 22 maestros), dedicaban 5 horas. De 1 maestros se afirma que las horas dedicadas a la enseñanza eran “pocas”, sin aclarar cuántas.

graf08En la ciudad, 5 maestros dedicaban 6 horas diarias a la escuela, mientras que 8 docentes dedicaban 5 horas.

Juegos de los niños. Se demandaba información acerca de los juegos que se desarrollaban en la escuela con los niños, por si éstos se estaban utilizando como forma de adoctrinamiento político o de entrenamiento bélico.

En el caso de las niñas, se afirmaba que participaban en juegos propios de la edad y tradicionales de la localidad: comba, corro, alfileres, cantos. También en los alusivos al hogar, morales, patrióticos, recreativos y entretenimientos apropiados, provechosos y honestos. Finalmente, algunos paseos y ejercicios físicos inocentes, así como cánticos escolares.

En las escuelas de niños, a decir de los informantes, los maestros ponían en marcha juegos propios de la edad, relacionados con el ejercicio y el desarrollo físico. Entre ellos, los corrientes de la región: pelota, peonza, bolindres…, educación física, fútbol y gimnasia militar. También se aplicaban juegos recreativos e instructivos, denominados “legales”, así como patrióticos, desarrollados, siempre, bajo sin la dirección del maestro.

Los docentes de Trujillo aplicaban juegos propios de la edad.

Simbología política. Dos cuestiones del documento se centraban en recabar información sobre el uso de simbología política dentro de la escuela, haciendo hincapié, únicamente, en la de tendencia izquierdista.

La primera interrogaba sobre el uso en la escuela, durante el periodo republicano, del canto de la internacional. De ningún maestr@ se afirmó que lo hubiese utilizado en la escuela de su titularidad. La segunda se refería al saludo “puño en alto”. En este caso, en una escuela de niñas se había consentido, mientras que a ningún niño se había permitido emplearlo en su escuela.

En la ciudad no se había utilizado ni permitido, en ningún caso, este tipo de manifestaciones políticas en la escuela.

¿Cómo enseñaban? Finalizaba el apartado referido a las circunstancias profesionales, acarreando información sobre la implicación de cada docente con la escuela, con preguntas directas acerca de la competencia profesional y del entusiasmo y entrega aplicados en la educación. Eran 88 (51 maestras y 37 maestros), los docentes que enseñaban bien, mientras que 14 profesionales (7 y 7) lo hacían regular.

Su actitud para enseñar era positiva en 94 casos (53 maestras y 41 maestros) y su entusiasmo escaso o nulo en 10 casos (5 y 5).

graf09En Trujillo, 9 docentes enseñaban bien, 3 profesionales lo hacían regular y en el caso de Marciano Curiel, regular a decir del cura y bien a decir del abogado.

Su actitud para enseñar era positiva en 8 casos, su entusiasmo escaso o nulo en 4 ocasiones y en el caso del mismo maestro, se da nuevamente la controversia entre cura y abogado.

DATOS POLÍTICOS

El último bloque considerado y, quizás, el más significativo en relación con el objetivo último de la encuesta, que trataba de localizar e identificar, para sancionar, a los maestros izquierdistas, era el que hacía referencia a las actividades políticas y asociativas. A raíz de las respuestas de los informantes, se iniciaron procesos civiles y penales contra los maestros, trece de ellos (10 a maestros y 3 a maestras) en el partido trujillano, lo que supuso más del 10% de la plantilla que ejercía en el mismo. En todo caso, tanto el número absoluto, como el porcentaje de maestros implicados, fueron mucho más altos que el de maestras. En cuanto a las sanciones, ocurrió lo mismo. 8 maestros fueron sancionados, mientras que sólo dos maestras sufrieron castigo político.

graf10Estas sanciones consistieron en:

  • Suspensión de empleo y sueldo: 3 de 6 meses, 1 de 1 año y 1 de 2 años.
  • Suspensión de 13 meses y 1 día, 1 caso
  • Suspensión de 3 meses y 20 de inhabilitación, 1 caso.
  • Separación definitiva del servicio, 2 casos.
  • Traslado forzoso y 2 años de inhabilitación, 1 caso.

En Trujillo tan sólo Marciano Curiel sufrió la incoación de expediente disciplinario, al ser acusado injusta y tendenciosamente por el alcalde, cura y brigada. La sanción, luego rectificada y dejada sin efecto, fue de traslado forzoso, por el que fue enviado a Malpartida de Plasencia y 2 años de inhabilitación.

Los datos que dieron lugar a estos expedientes, son los que ofrecemos a continuación.

Afiliación Política.

En total 3 docentes (1 maestra y 2 maestros), fueron considerados izquierdistas.

Sin embargo, el número de docentes afiliados a partidos políticos era muy superior, en total 18 (4 maestras y 14 maestros). Los principales partidos a los que estaban afiliados eran: 6 a Acción Popular (1 maestra y 5 maestros); 3 maestras a la CEDA; 2 maestros a Falange Española y al PSOE y 1 maestro a Izquierda Republicana y al Partido Radical.

graf11De los maestros expedientados y sancionados, 4 (1 maestra y 3 maestros), ya habían sido suspendidos antes de elaborarse la encuesta y uno de ellos detenido.

A pesar de que ningún docente estaba afiliado a partido político alguno en la ciudad, Marciano Curiel fue considerado izquierdista, especulándose con su afiliación a Izquierda Republicana, extremo que no era cierto.

Ninguno de los docentes informados habían sido suspendidos ni detenidos.

Asociacionismo. La última consideración del documento va referida al carácter asociativo del magisterio del partido. 48 docentes (28 maestras y 20 maestros), estaban integrados en asociaciones de diversa índole y características múltiples.

  • 20 (9 maestras y 11 maestros), pertenecían a la Asociación Provincial del Magisterio.
  • 13 (7 maestras y 6 maestros), a la Conferencia de San Vicente de Paúl.
  • 5 (2 maestras y 3 maestros), al Culto y Clero).
  • 2 maestros a FETE-UGT.
  • 2 maestras a la de San Antonio.
  • 1 maestro a la Sociedad de Recreo.
  • 1 maestra a La Esperanza.
  • 1 maestra a Acción Católica.
  • 1 maestra a la de Caridad.
  • 1 maestra a la Pía Unión del Apostolado.
  • 1 maestra a las hijas de María.
  • 1 maestra a la Asociación Teresiana de Maestros Católicos.

Destacamos que en torno al 20% estaban afiliad@s a la Asociación Provincial del Magisterio, lo que induce a pensar el interés que manifestaba el colectivo por presentar una voz unitaria y por reclamar sindicalmente sus derechos laborales.

Las maestras superan en número a los maestros asociados, aunque en su asociacionismo destacan las agrupaciones de carácter religioso, mientras que en el caso de los maestros la tendencia es más político-profesional.

graf12En Trujillo, 9 docentes estaban integrados en asociaciones: 8, el 65 %, pertenecían a la Asociación Provincial del Magisterio, 1 a una Sociedad de Recreo y la maestra Francisca Bulnes Sánchez, a la Asociación Teresiana de Maestros Católicos. Vemos como, en torno al 70% de los docentes trujillanos pertenecían a alguna asociación, siendo la más concurrida la Asociación Provincial del Magisterio, con más del 60%.

Las observaciones más significativas realizadas en el caso de los docentes de la ciudad, son las siguientes:

ANTONIA CERRILLO ARIAS, maestra de Belén:

El Párroco: “Hija de familia cristiana práctica (sic), se vio obligada a guardar en el fondo de su alma sus ideas católicas”.

El abogado: “Va a misa no sólo los días festivos, sino también muchos días de labor. De conducta honesta y dedicada a la escuela. Hace el mes de María en la escuela con las niñas”.

HUERTAS DE ÁNIMAS

RAFAELA CASCOS LÓPEZ.

El Alcalde. “Es trabajadora y competente para su cargo”.

El párroco: “mujer piadosa”.

El abogado: “Parece buena persona. Es piadosa. Acostumbra a ir a misa no sólo los días festivos, sino también muchos días de labor. Su conducta es honesta y dedicada a la escuela. Hace el mes de María en la escuela con las niñas”.

VALENTINA FERNÁNDEZ MACAYA.

El Alcalde afirma que es competente para su cargo.

El párroco afirmaba: “Muy de derechas como todos sus hijos”.

El abogado: “Se trata de una gran maestra, de una madre modelo. Como profesional es una persona competente, trabajadora y fiel cumplidora de sus deberes. Como madre ha sabido defenderse en la vida ella sola y criar y educar a sus siete hijos, poniéndolos en condiciones de servir a la Patria. Hoy tiene a tres o cuatro varones en el frente, unos como voluntarios y otros como militares y falangistas, pero instigados por ella y mandados por ella a cumplir este santo y sagrado deber de defender España. Es además una persona piadosa y de una conducta moral intachable, tanto en su vida profesional como en su vida privada. Una maestra y una madre cristiana. Hace el mes de María en su escuela con las niñas”.

SEVERIANA ROQUE GIL.

El Alcalde: “Esta señora es trabajadora y competente para su cargo”.

El Abogado: “Esta señora, además de la asistencia a misa los días de precepto, tiene costumbre de asistir también a otros actos de culto católico, como novenas, siendo persona piadosa, al menos desde que está en Huertas de Ánimas. Es de vida honesta y recatada. Ahora hace el mes de mayo en la escuela con sus niñas”.

JUAN MANUEL FERNÁNDEZ BERNAL.

Según la persona de orden: “Se sumó al Movimiento en los primeros instantes. Ha pertenecido a las milicias nacionales y en la actualidad pertenece a F.E.T. de las J.O.N.S. como individuo de segunda línea. Es persona competente y trabajadora. De una conducta intachable, antes y después del movimiento. De buena formación religiosa y no parece haber figurado en política, en forma activa. Siempre ha votado las candidaturas de derechas. Hace con los niños el mes de María en la escuela. Es tan amante de su profesión como de su numerosa familia”.

Alcalde: “Es trabajador y competente para su cargo”.

BASILIO HERNÁNDEZ BUSTAMANTE.

El Alcalde pedáneo asevera: “este señor lo que tiene que esta un poco hanormal (SIC)”.

El Párroco “Poco equilibrado y lleno de excentricidades en su vida pública; a esa falta de equilibrio debe atribuirse en gran parte su ideario en cuestiones político-sociales”.

El Abogado, como persona de orden, apuntaba: “Es persona correcta, pero algo inestable en su vida profesional, de costumbres sanas y con sentido social y religioso de la vida. Ahora hace con sus alumnos el mes de Maria. Se sumó al Movimiento Nacional pero no pertenece a ninguna organización”.

ANDRÉS SÁNCHEZ MARCOS.

Alcalde: “Es trabajador y competente para su puesto”.

Cura: “Maestro consorte, dirigido por su mujer, Doña Rafaela Casco”.

Abogado: “Desde que regresó a continuar sus tareas escolares, después de vacaciones, pertenece a las Milicias en las que presta servicios. Es persona seria y trabajadora, dedicada por entero al servicio de su profesión. De vida honesta y familiar. Actualmente hace el mes de María con sus alumnos”.

TRUJILLO

FRANCISCA BULNES SÁNCHEZ.

La persona de orden informa: “Se trata en este caso de una maestra modelo. Es teresiana. Muy piadosa. De misa y comunión diaria, pero bien sentido. Siempre ha ido con el crucifijo en el pecho, sin temor a izquierdas ni derechas. Asiste a los cursos de Acción Católica en Santander. En la actualidad está en los que se están celebrando en Salamanca. Durante la persecución religiosa ella ha enseñado la doctrina cristiana a sus discípulas en la Parroquia como catequista. Siempre se ha manifestado en público y en privado como una mujer cristiana de pura cepa, sin temor a persecuciones. Ejerce su profesión con gran dignidad y competencia y es una mujer de una rectitud moral envidiable y bien poco corriente y, además, de un carácter inflexible. Su vida por entero está dedicada a actos de piedad cristiana y al santo ministerio de la enseñanza”.

MARCIANO CURIEL MERCHÁN.

José Novoa Oropesa, Brigada de la Guardia Civil, apuntaba: “Este señor, en unión del maestro de Huertas de la Magdalena, D. Agustín Margallo Torremocha, hoy difunto, propuso al Director de Primera Enseñanza, con motivo de una visita que hizo a esta ciudad, la supresión del colegio de los PP. Agustinos, donde reciben educación gratuita unos 150 niños, oponiéndose a tal propuesta un concejal Socialista, haciendo ver a dicho señor Director los beneficios que reporta este Colegio, en el que se facilita comida a los niños pobres”.

El Cura Rafael García López, manifestaba que, “según referencias, en cierta ocasión hubo de indicar al Inspector D. Juvenal de la Vega, la implantación integral de la Enseñanza Laica”.

El Alcalde Santiago Blázquez Mediavilla, afirmaba que “propuso a Don Juvenal de la Vega la implantación de la enseñanza laica integral”.

La persona de orden, el abogado Marcelino González Haba, se extendía en las observaciones, contradiciendo lo dicho por los otros tres informantes, en el siguiente sentido: “Este señor figura sumado al Glorioso movimiento Nacional con gran entusiasmo, desde los primeros momentos del mismo, figurando en las Milicias con el cargo de cabo. Ha sido siempre persona de derechas. En el año 1.931 votó en Madroñera con los elementos de orden, en contra de la candidatura socialista, en las elecciones municipales. Estimamos que también votó a los elementos de derechas en las Constituyentes. De igual modo creemos que lo hizo en las elecciones del año 33 y en las últimas, que ya residía en Trujillo, fue a Madroñera con otros votantes, el día de las elecciones, en un coche facilitado por las derechas, para emitir el sufragio, estimando por ello que debió votar a favor de la candidatura de derechas.

Este señor, desde el mes de abril de 1.935, que se le murió un hijo, ha hecho una vida de encierro, dedicado a la enseñanza y a la vida de familia. Hemos averiguado que antes de la expresada fecha, tenía alguna costumbre de ir en compañía de Don Jacinto Gallego, cosechero de Vinos de Madroñera, a merendar a un establecimiento de comidas y bebidas aquí en Trujillo, de cuyo establecimiento era abastecedor el señor Gallego. En dicha casa se reúnen y se reunían elementos de izquierda y de derecha a tomar una copa y a merendar. Pero desde la indicada fecha el señor Curiel no ha vuelto a poner los pies en el precitado establecimiento.

Con la delicadeza que el caso requiere, hemos podido enterarnos de que es incierto un hecho atribuido al señor Curiel, de haber solicitado del Director General de 1ª Enseñanza, en ocasión que estuvo en Trujillo, con motivo de la inauguración de los grupos escolares, la sustitución de la enseñanza religiosa. Un testigo presencial narra el caso del modo siguiente: “El Director preguntó al señor Curiel cual era el estado de la enseñanza en Trujillo, contestando éste que seguía igual, que los Padres Agustinos y las Carmelitas continuaban dando las clases”.

Nos consta de manera indudable, que el señor Curiel es un buen maestro. En el año 1.930 se le dieron las GRACIAS de Real Orden, por su meritoria labor en la escuela. En La Opinión de Trujillo, en el año 1.934, hemos leído nosotros un artículo escrito por el Párroco de Belén, Don Juan Quesada, con la siguiente dedicatoria: “A mi buen amigo y gran maestro cristiano, don Marciano Curiel”. Cuando el Excmo. Señor Obispo de la Diócesis de Plasencia hizo su visita pastoral en Trujillo, tal vez por el año 1.934, el señor Curiel figura en el acompañamiento religioso, según se puede comprobar con una fotografía que conservamos en nuestro poder.

Su conducta en el orden moral es intachable, lo mismo en lo que respecta a su vida familiar, como a su vida profesional. Hace el mes de María con sus alumnos en la escuela.

El Señor Curiel fue el encargado de hablar en la solemnísima y emocionante fiesta de la reposición del Crucifijo en la escuela, constando sus palabras insertas en el periódico citado La Opinión de Trujillo”.

CONSTANTINO JIMÉNEZ COSTURERO.

Según el abogado: “es persona religiosa de siempre; tal vez no pueda cumplir mejor por su falta de vista y por su edad, pero es hombre de orden y de derechas verdad, a los que siempre ha votado y defendido”.

PEDRO SÁNCHEZ-ARJONA VARFAS.

Alcalde: “Es adaptable a todas las circunstancias”.

Cura: “Se adapta al medio ambiente, acomodándose a todas las situaciones”.

El abogado: “Dicho señor es una persona dedicada por entero a la enseñanza. De buena formación religiosa. No sólo asiste a la santa misa los días de precepto, sino que también a los cultos católicos. Su vida es sencilla y honesta, sólo se reúne en el colegio de los Padres Agustinos de Trujillo a pasar un rato los días que no tiene clase. Ni va a casinos ni a otra clase de establecimientos de distracción. Es un buen maestro, un buen esposo y un buen padre. Su vida siempre ha sido igual, no han influido en ella las circunstancias políticas. Hace el mes de maría en la escuela”…

ANEXO

Relación y trascripción de los expedientes de maestr@s de Trujillo y sus aldeas.

Localidad Maestr@ Cargos Sanción
Belén Cerrillo Arias, Antonia No
Huertas de Ánimas Roque Gil, Severiana No
Huertas de Ánimas Sánchez Marcos, Andrés No
Huertas de Ánimas Cascos López, Rafaela No
Huertas de Ánimas Fernández Bernal, Juan Manuel No
Huertas de Ánimas Fernández Macaya, Valentina No
Huertas de Ánimas Hernández Bustamante, Basilio No
Trujillo Corcobado Melero, Mª Concepción No
Trujillo Sánchez-Arjona Varfas, Pedro No
Trujillo Bulnes Sánchez, Francisca A. No
Trujillo González Garzón, Albina No
Trujillo Jiménez Costurero, Constantino No
Trujillo Curiel Merchán, Marciano Si Suspensión 3 meses y 20 inhabilitación

BELÉN

CERRILLO ARIAS, ANTONIA.

Sin Cargos.

Informantes: Alcalde, G. Civil, Cura, Jefe de Falange y persona de orden.

Era natural de Zorita, contaba con 31 años, llevaba 2 años en la localidad, era soltera e iba a misa. Dedicaba el tiempo libre en tareas propias de su sexo.

Dedicaba 5 horas a la escuela, aplicando con los niños juegos infantiles. No cantaba la internacional ni saludaba puño en alto, enseñando bien y con entusiasmo.

No era izquierdista ni estaba afiliada a partido, asociación o sociedad alguna, ni había sido suspendida ni detenida.

El Párroco: “Hija de familia cristiana práctica (sic), se vio obligada a guardar en el fondo de su alma sus ideas católicas”.

El abogado: “Va a misa no sólo los días festivos, sino también muchos días de labor. De conducta honesta y dedicada a la escuela. Hace el mes de María en la escuela con las niñas”.

HUERTAS DE ÁNIMAS

CASCOS LÓPEZ, RAFAELA.

Sin Cargos.

Informantes: Alcalde: Antonio Mateos Sánchez. Cura: Antonio Tejado. Brigada: José Novoa Oropesa. Persona de orden: el abogado Marcelino Núñez Haba.

Era natural de Cáceres, contaba con 32 años, estaba casada, tenía 2 hijos y llevaba 7 años en la localidad. Iba a misa y dedicaba el tiempo libre a los quehaceres de su casa y a prácticas de piedad cristiana.

Dedicaba 6 horas a la escuela, aplicando con los niños juegos infantiles. No cantaba la internacional ni saludaba puño en alto, enseñando bien y con entusiasmo.

No era izquierdista ni estaba afiliada a partido o sociedad alguna, ni había sido suspendida ni detenida. Pertenecía a la Asociación Provincial del Magisterio.

El Alcalde. “Es trabajadora y competente para su cargo”.

El párroco: “mujer piadosa”.

El abogado: “Parece buena persona. Es piadosa. Acostumbra a ir a misa no sólo los días festivos, sino también muchos días de labor. Su conducta es honesta y dedicada a la escuela. Hace el mes de María en la escuela con las niñas”.

FERNÁNDEZ MACAYA, VALENTINA.

Sin Cargos.

Informantes: Alcalde: Antonio Mateos Sánchez. Cura: Antonio Tejado. Brigada: José Novoa Oropesa. Persona de orden: el abogado Marcelino Núñez Haba.

Era natural de Magacela, en la provincia de Badajoz, contaba con 49 años, estaba viuda, tenía 7 hijos y llevaba 12 años en la localidad. Iba a misa y dedicaba el tiempo libre a los quehaceres de su casa

Dedicaba 6 horas a la escuela, aplicando con los niños juegos infantiles. No cantaba la internacional ni saludaba puño en alto, enseñando bien y con entusiasmo.

No era izquierdista ni estaba afiliada a partido o sociedad alguna, ni había sido suspendida ni detenida. Pertenecía a la Asociación Provincial del Magisterio.

El Alcalde afirma que es competente para su cargo.

El párroco afirmaba: “Muy de derechas como todos sus hijos”.

El abogado: “Se trata de una gran maestra, de una madre modelo. Como profesional es una persona competente, trabajadora y fiel cumplidora de sus deberes. Como madre ha sabido defenderse en la vida ella sola y criar y educar a sus siete hijos, poniéndolos en condiciones de servir a la Patria. Hoy tiene a tres o cuatro varones en el frente, unos como voluntarios y otros como militares y falangistas, pero instigados por ella y mandados por ella a cumplir este santo y sagrado deber de defender España. Es además una persona piadosa y de una conducta moral intachable, tanto en su vida profesional como en su vida privada. Una maestra y una madre cristiana. Hace el mes de María en su escuela con las niñas”.

ROQUE GIL, SEVERIANA.

Sin Cargos.

Informantes: Alcalde: Antonio Mateos Sánchez. Cura: Antonio Tejado. Brigada: José Novoa Oropesa. Persona de orden: el abogado Marcelino Núñez Haba.

Era natural de Jaraicejo, contaba con 49 años, llevaba 2 en la localidad, era casada con dos hijos e iba a misa. Dedicaba el tiempo libre en tareas propias de su sexo.

Dedicaba 5 horas a la escuela, aplicando con los niños juegos infantiles. No cantaba la internacional ni saludaba puño en alto, enseñando regular.

No era izquierdista ni estaba afiliada a partido, asociación o sociedad alguna, ni había sido suspendida ni detenida.

El Alcalde: “Esta señora es trabajadora y competente para su cargo”.

El Abogado: “Esta señora, además de la asistencia a misa los días de precepto, tiene costumbre de asistir también a otros actos de culto católico, como novenas, siendo persona piadosa, al menos desde que está en Huertas de Ánimas. Es de vida honesta y recatada. Ahora hace el mes de mayo en la escuela con sus niñas”.

FERNÁNDEZ BERNAL, JUAN MANUEL.

Sin Cargos.

Informantes: Alcalde: Antonio Mateos Sánchez. Cura: Antonio Tejado. Brigada: José Novoa Oropesa. Persona de orden: el abogado Marcelino Núñez Haba.

Era natural de Trujillo, contaba 40 años, estaba casado y tenía 6 hijos. Llevaba 10 años en la localidad, iba a misa y dedicaba su tiempo libre a ejercer su profesión de abogado.

Dedicaba 5 horas a la escuela, aplicando con los niños juegos infantiles. No cantaba la internacional ni saludaba puño en alto, enseñando bien y con entusiasmo.

No era izquierdista ni estaba afiliado a partido o sociedad alguna. Pertenecía a dos asociaciones: la provincial del magisterio y a una asociación de Recreo. No había sido suspendido ni detenido.

Según la persona de orden: “Se sumó al Movimiento en los primeros instantes. Ha pertenecido a las milicias nacionales y en la actualidad pertenece a F.E.T. de las J.O.N.S. como individuo de segunda línea. Es persona competente y trabajadora. De una conducta intachable, antes y después del movimiento. De buena formación religiosa y no parece haber figurado en política, en forma activa. Siempre ha votado las candidaturas de derechas. Hace con los niños el mes de María en la escuela. Es tan amante de su profesión como de su numerosa familia”.

Alcalde: “Es trabajador y competente para su cargo”.

HERNÁNDEZ BUSTAMANTE, BASILIO.

Sin Cargos.

Informantes: Alcalde: Antonio Mateos Sánchez. Cura: Antonio Tejado. Brigada: José Novoa Oropesa. Persona de orden: el abogado Marcelino Núñez Haba.

Natural de Ceclavín, casado, con 36 años y 3 hijos, llevaba 10 años en la localidad, iba a misa y dedicaba el tiempo libre a pasear con sus hijos, montar en bicicleta y dar largos paseos que alterna con asistencia al casino.

Dedicaba 5 horas a la escuela, aplicando con los niños juegos infantiles. No cantaba la internacional ni saludaba puño en alto, enseñando regular y con mediano entusiasmo.

No era izquierdista ni estaba afiliado a partido o sociedad alguna. Pertenecía a la Asociación Provincial del Magisterio. No había sido suspendido ni detenido.

El Alcalde pedáneo asevera: “este señor lo que tiene que esta un poco hanormal (SIC)”.

El Párroco “Poco equilibrado y lleno de excentricidades en su vida pública; a esa falta de equilibrio debe atribuirse en gran parte su ideario en cuestiones político-sociales”.

El Abogado, como persona de orden, apuntaba: “Es persona correcta, pero algo inestable en su vida profesional, de costumbres sanas y con sentido social y religioso de la vida. Ahora hace con sus alumnos el mes de Maria. Se sumó al Movimiento Nacional pero no pertenece a ninguna organización”.

SÁNCHEZ MARCOS, ANDRÉS

Sin Cargos.

Informantes: Alcalde: Antonio Mateos Sánchez. Cura: Antonio Tejado. Brigada: José Novoa Oropesa. Persona de orden: el abogado Marcelino Núñez Haba.

Natural de Pozuelo de Zarzón, de 37 años, casado, con 1 hijo y 2 años de permanencia en la localidad, iba a misa y dedicaba el tiempo libre a su familia.

Dedicaba 5 horas a la escuela, aplicando con los niños juegos infantiles. No cantaba la internacional ni saludaba puño en alto, enseñando bien y con entusiasmo.

No era izquierdista ni estaba afiliado a partido, asociación o sociedad alguna. No había sido suspendido ni detenido.

Alcalde: “Es trabajador y competente para su puesto”.

Cura: “Maestro consorte, dirigido por su mujer, Doña Rafaela Casco”.

Abogado: “Desde que regresó a continuar sus tareas escolares, después de vacaciones, pertenece a las Milicias en las que presta servicios. Es persona seria y trabajadora, dedicada por entero al servicio de su profesión. De vida honesta y familiar. Actualmente hace el mes de María con sus alumnos”.

TRUJILLO

BULNES SÁNCHEZ, FRANCISCA A.

Sin Cargos.

Informantes: Párroco: Rafael García López. Abogado: Marcelino González Haba. Alcalde: Juan Fernández Paredes. Brigada: Francisco Núñez Cabezas.

Natural de Villamesías, de 35 años, soltera y 3 años de permanencia en la localidad, iba a misa y dedicaba el tiempo libre a la catequesis.

Dedicaba 5 horas a la escuela, aplicando con los niños juegos infantiles. No cantaba la internacional ni saludaba puño en alto, enseñando bien y con entusiasmo.

No era izquierdista ni estaba afiliada a partido o sociedad alguna. Pertenecía a la Asociación Provincial del Magisterio. No había sido suspendida ni detenida.

La persona de orden informa: “Se trata en este caso de una maestra modelo. Es teresiana. Muy piadosa. De misa y comunión diaria, pero bien sentido. Siempre ha ido con el crucifijo en el pecho, sin temor a izquierdas ni derechas. Asiste a los cursos de Acción Católica en Santander. En la actualidad está en los que se están celebrando en Salamanca. Durante la persecución religiosa ella ha enseñado la doctrina cristiana a sus discípulas en la Parroquia como catequista. Siempre se ha manifestado en público y en privado como una mujer cristiana de pura cepa, sin temor a persecuciones. Ejerce su profesión con gran dignidad y competencia y es una mujer de una rectitud moral envidiable y bien poco corriente y, además, de un carácter inflexible. Su vida por entero está dedicada a actos de piedad cristiana y al santo ministerio de la enseñanza”.

CORCOBADO MELERO, Mª CONCEPCIÓN

Sin Cargos.

Informantes: Párroco: Rafael García López. Abogado: Marcelino González Haba. Alcalde: Juan Fernández Paredes. Brigada: Francisco Núñez Cabezas.

Natural de Cáceres, de 24 años, soltera y 1 año de permanencia en la localidad, iba a misa y dedicaba el tiempo libre a pasear y estudiar.

Dedicaba 6 horas a la escuela, aplicando con los niños juegos infantiles. No cantaba la internacional ni saludaba puño en alto, enseñando bien y con entusiasmo.

No era izquierdista ni estaba afiliada a partido, asociación o sociedad alguna. No había sido suspendida ni detenida.

Tiene un informe de los profesores de la escuela Normal, por cursar 4º del plan profesional.

GONZÁLEZ GARZÓN, ALBINA

Sin Cargos.

Informantes: Párroco: Rafael García López. Abogado: Marcelino González Haba. Alcalde: Juan Fernández Paredes. Brigada: Francisco Núñez Cabezas.

Natural de Urraca Miguel, en la provincia de Ávila, de 37 años, casada, con 4 hijos y 3 años de permanencia en la localidad, iba a misa y dedicaba el tiempo libre a sus quehaceres domésticos, prácticas piadosas, relaciones familiares, pasear y estudiar. No salía apenas de casa.

Dedicaba 5 horas a la escuela, aplicando con los niños juegos infantiles. No cantaba la internacional ni saludaba puño en alto, enseñando bien y con entusiasmo.

No era izquierdista ni estaba afiliada a partido o sociedad alguna. Pertenecía a la Asociación Provincial del Magisterio. No había sido suspendida ni detenida.

CURIEL MERCHÁN, MARCIANO.

Con cargos

Informantes: Brigada de la Guardia Civil: José Novoa Oropesa. Párroco Arcipreste de San Martín: Rafael García López. Alcalde: Santiago Blázquez Mediavilla. Persona de Orden, el abogado Marcelino González Haba.

Natural de Garganta la Olla, contaba con 44 años, estaba casado, con seis hijos y llevaba 2 años en la localidad. Decía el brigada que ignoraba su religión y que no iba a misa; el cura, que iban algunos de sus hijos, pues él era católico sin practicar. El abogado lo consideraba católico practicante. Su tiempo libre lo dedicaba a pasar ratos en una taberna donde concurrían elementos izquierdistas. Tuvo un internado de estudiantes. Según el abogado, se dedicaba a la enseñanza de sus hijos, a sus aficiones filatélicas, a pasar ratos de campo y de paseo.

Dedicaba 6 horas a la escuela, aplicando juegos propios de la edad. No cantaba la internacional ni saludaba puño en alto, aunque manifestaba ideas izquierdistas, según el guardia civil. Enseñaba regular y con mediano entusiasmo. Según el abogado, enseñaba bien y con entusiasmo.

Aunque parecía no estar afiliado a partidos políticos, simpatizaba con Izquierda Republicana desde que estaba en Trujillo. No pertenecía a sociedades, aunque estaba afiliado a la Asociación Provincial del Magisterio. No había sido detenido ni suspendido.

José Novoa Oropesa, Brigada de la Guardia Civil, apuntaba: “Este señor, en unión del maestro de Huertas de la Magdalena, D. Agustín Margallo Torremocha, hoy difunto, propuso al Director de Primera Enseñanza, con motivo de una visita que hizo a esta ciudad, la supresión del colegio de los PP. Agustinos, donde reciben educación gratuita unos 150 niños, oponiéndose a tal propuesta un concejal Socialista, haciendo ver a dicho señor Director los beneficios que reporta este Colegio, en el que se facilita comida a los niños pobres”.

El Cura Rafael García López, manifestaba que, “según referencias, en cierta ocasión hubo de indicar al Inspector D. Juvenal de la Vega, la implantación integral de la Enseñanza Laica”.

El Alcalde Santiago Blázquez Mediavilla, afirmaba que “propuso a Don Juvenal de la Vega la implantación de la enseñanza laica integral”.

La persona de orden, el abogado Marcelino González Haba, se extendía en las observaciones, contradiciendo lo dicho por los otros tres informantes, en el siguiente sentido: “Este señor figura sumado al Glorioso movimiento Nacional con gran entusiasmo, desde los primeros momentos del mismo, figurando en las Milicias con el cargo de cabo. Ha sido siempre persona de derechas. En el año 1.931 votó en Madroñera con los elementos de orden, en contra de la candidatura socialista, en las elecciones municipales. Estimamos que también votó a los elementos de derechas en las Constituyentes. De igual modo creemos que lo hizo en las elecciones del año 33 y en las últimas, que ya residía en Trujillo, fue a Madroñera con otros votantes, el día de las elecciones, en un coche facilitado por las derechas, para emitir el sufragio, estimando por ello que debió votar a favor de la candidatura de derechas.

Este señor, desde el mes de abril de 1.935, que se le murió un hijo, ha hecho una vida de encierro, dedicado a la enseñanza y a la vida de familia. Hemos averiguado que antes de la expresada fecha, tenía alguna costumbre de ir en compañía de Don Jacinto Gallego, cosechero de Vinos de Madroñera, a merendar a un establecimiento de comidas y bebidas aquí en Trujillo, de cuyo establecimiento era abastecedor el señor Gallego. En dicha casa se reúnen y se reunían elementos de izquierda y de derecha a tomar una copa y a merendar. Pero desde la indicada fecha el señor Curiel no ha vuelto a poner los pies en el precitado establecimiento.

Con la delicadeza que el caso requiere, hemos podido enterarnos de que es incierto un hecho atribuido al señor Curiel, de haber solicitado del Director General de 1ª Enseñanza, en ocasión que estuvo en Trujillo, con motivo de la inauguración de los grupos escolares, la sustitución de la enseñanza religiosa. Un testigo presencial narra el caso del modo siguiente: “El Director preguntó al señor Curiel cual era el estado de la enseñanza en Trujillo, contestando éste que seguía igual, que los Padres Agustinos y las Carmelitas continuaban dando las clases”.

Nos consta de manera indudable, que el señor Curiel es un buen maestro. En el año 1.930 se le dieron las GRACIAS de Real Orden, por su meritoria labor en la escuela. En La Opinión de Trujillo, en el año 1.934, hemos leído nosotros un artículo escrito por el Párroco de Belén, Don Juan Quesada, con la siguiente dedicatoria: “A mi buen amigo y gran maestro cristiano, don Marciano Curiel”. Cuando el Excmo. Señor Obispo de la Diócesis de Plasencia hizo su visita pastoral en Trujillo, tal vez por el año 1.934, el señor Curiel figura en el acompañamiento religioso, según se puede comprobar con una fotografía que conservamos en nuestro poder.

Su conducta en el orden moral es intachable, lo mismo en lo que respecta a su vida familiar, como a su vida profesional. Hace el mes de María con sus alumnos en la escuela.

El Señor Curiel fue el encargado de hablar en la solemnísima y emocionante fiesta de la reposición del Crucifijo en la escuela, constando sus palabras insertas en el periódico citado La Opinión de Trujillo”.

JIMÉNEZ COSTURERO, CONSTANTINO.

Sin Cargos.

Informantes: Párroco: Rafael García López. Padre de familia: Marcelino González. Alcalde: Juan Fernández Paredes. Brigada: Francisco Núñez Cabezas.

Natural de Talaván, de 59 años, casado, con 1 hijo y 8 años de permanencia en la localidad, iba a misa y dedicaba el tiempo libre a pasear y asistir a un bar denominado Pocholo pasando algunos ratos bebiendo algunos vasos de vino.

Dedicaba 5 horas a la escuela, aplicando con los niños juegos infantiles. No cantaba la internacional ni saludaba puño en alto, enseñando regular y con mediano entusiasmo.

No era izquierdista ni estaba afiliado a partido o sociedad alguna. Pertenecía a la Asociación Provincial del Magisterio. No había sido suspendido ni detenido.

Según el abogado: “es persona religiosa de siempre; tal vez no pueda cumplir mejor por su falta de vista y por su edad, pero es hombre de orden y de derechas verdad, a los que siempre ha votado y defendido”.

SÁNCHEZ ARJONA, PEDRO

Sin Cargos.

Informantes: Párroco: Rafael García López. Abogado: Marcelino González Haba. Alcalde: Juan Fernández Paredes. Brigada: Francisco Núñez Cabezas.

Natural de Fregenal de la Sierra, de 60 años, casado, con 1 hijo y 9 años de permanencia en la localidad, iba a misa y dedicaba el tiempo libre a su familia.

Dedicaba 6 horas a la escuela, aplicando con los niños juegos infantiles. No cantaba la internacional ni saludaba puño en alto, enseñando bien y con mediano entusiasmo.

No era izquierdista ni estaba afiliado a partido, asociación o sociedad alguna. Pertenecía a la Asociación Provincial del Magisterio. No había sido suspendido ni detenido.

Alcalde: “Es adaptable a todas las circunstancias”.

Cura: “Se adapta al medio ambiente, acomodándose a todas las situaciones”.

El abogado: “Dicho señor es una persona dedicada por entero a la enseñanza. De buena formación religiosa. No sólo asiste a la santa misa los días de precepto, sino que también a los cultos católicos. Su vida es sencilla y honesta, sólo se reúne en el colegio de los Padres Agustinos de Trujillo a pasar un rato los días que no tiene clase. Ni va a casinos ni a otra clase de establecimientos de distracción. Es un buen maestro, un buen esposo y un buen padre. Su vida siempre ha sido igual, no han influido en ella las circunstancias políticas. Hace el mes de maría en la escuela”…

Expedientes de depuración del partido de Trujillo.

Legajo Maestr@ Localidad
32/13.303 Corcobado Melero, Mª Concepción Trujillo
32/13.250 Roque Gil, Severiana Huertas de Ánimas
32/13.250 Sánchez Marcos, Andrés Huertas de Ánimas
32/13.250 Sánchez-Arjona Varfas, Pedro Trujillo
32/13.246 Bulnes Sánchez, Francisca A. Trujillo
32/13.246 Cascos López, Rafaela Huertas de Ánimas
32/13.246 Cerrillo Arias, Antonia Belén
32/13.246 Fernández Bernal, Juan Manuel Huertas de Ánimas
32/13.246 Fernández Macaya, Valentina Huertas de Ánimas
32/13.246 González Garzón, Albina Trujillo
32/13.246 Hernández Bustamante, Basilio Huertas de Ánimas
32/13.199 Jiménez Costurero, Constantino Trujillo
32/12.452 Curiel Merchán, Marciano Trujillo

Legajos consultados para la obtención de datos relacionados con el trabajo presentado a los Coloquios históricos de 2.006:

Archivo General de la Administración

Alcalá de Henares.

Legajos: 32/13.303
32/13.246
32/13.199
32/13.452
32/13.250

img1Fiesta en la escuela pública de Trujillo. 1936.

img2;

Don Marciano Curiel Merchán con sus alumnos. Trujillo 1942.


NOTAS:

[1] La realización de este trabajo se ha hecho con la ayuda concedida por la Consejería de Educación de la Junta de Extremadura, al amparo de la Orden de 9 de junio de 2.005 (DOE de 21/6/2.005), por la que se convocan ayudas para la constitución de Grupos de Trabajo de Investigación sobre la Historia de la Educación en Extremadura. Lo que se hace constar en cumplimiento del artículo 14.2 de la citada Orden.

[2] Citado por DOMÍNGUEZ LÁZARO, M. “La escuela en Plasencia en la primera parte del siglo XX”, en Revista ALCÁNTARA 12 (septiembre-diciembre. 1.987).

[3] Orden Ministerial de 28 de diciembre de 1.939.

[4] VEGA GIL, L. “Aproximación a la Enseñanza Secundaria durante el franquismo. (1.938-1.967)”. En Historia de la Educación, revista interuniversitaria. Nº 8. 1.989. Ed. Universidad de Salamanca.

Oct 012005
 

Jesús Barbero Mateos (Coordinador), Mª Remedios Cuesta García, Florencio Fernández Araújo, Isabel Fernández Bonilla, Jesús Pablo Gómez Naharro y Vicente Pastor González.

Comenzaremos reseñando los parámetros educativos generales en España y Extremadura, ofreciendo siquiera unas pinceladas de la situación social y política de la época, para poder ubicar con mejor criterio las afirmaciones posteriores, antes de entrar a plantear los resultados de la encuesta para el partido trujillano.

Panorama nacional. Al comenzar la centuria, concretamente en 1.902, Alfonso XIII asumía la corona española, después de que su madre, la Reina María Cristina de Hasburgo, hubiese actuado de Regente desde la muerte de Alfonso XII. El país entraba en el siglo XX bajo las secuelas de la guerra contra Estados Unidos, que había concluido con la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas en 1898, completando la disolución del Imperio Español.

España tomaría Marruecos en régimen de protectorado, lo que resultaría ser una nueva fuente de fricción, hasta que estalló el conflicto. La delicada situación social y económica de la nación durante el conflicto de Marruecos, se reflejaba en una seria tensión interna. La guerra se encontraba en un estado desastroso, dando lugar a una ola de protestas por todo el país provocando los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona. Mientras tanto, España permanecería neutral en la Primera Guerra Mundial: 1914-1918.

El 13 de septiembre de 1923, el general Primo de Rivera arribó al poder mediante un golpe de Estado. Inicialmente gobernó apoyado por el ejército, a través del denominado Directorio Militar. Esta dictadura trató de resolver algunos de los múltiples problemas que asolaban el país: terminó la guerra en África, desarrolló los gobiernos locales y presentó un ambicioso programa de obras públicas. Sin embargo, el intento de volver a un gobierno constitucional, estableciendo una Asamblea Nacional consultiva, fracasó con el rechazo del borrador de la Constitución de la Monarquía Española en 1.929.

img1

Se celebrarían poco después, el 12 de abril de 1.931, elecciones municipales. En todas las grandes ciudades españolas, los candidatos que apoyaban la monarquía serían derrotados, aunque en las circunscripciones rurales los monárquicos obtuvieron suficiente poder como para asegurarse una mayoría en el conjunto de la nación. Estaba claro que en el campo los caciques tenían todavía suficiente poder para impedir unas votaciones limpia. En la noche del día siguiente a las elecciones se congregaron en las calles de Madrid grandes multitudes y Alfonso XIII se exilió, dando paso a la II República española.

En relación con la educación, la insuficiencia y deficiencia de la escuela decimonónica, empezaría a solucionarse en el siglo XX, cuando se creó el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes en 1.900, se asumió el pago de los maestros en 1.901 y se creó la Dirección General de Enseñanza Primaria en 1.911. Gran parte de la responsabilidad en este salto cualitativo, la tuvo el interés de los regeneracionistas por la educación. Aún así, a principios de siglo la educación prosiguió la tónica decadente de finales de la centuria anterior.

En las décadas de los años 20 y 30 se pretendió llevar a la práctica lo que había escrito Jovellanos en plena Ilustración: “No hay redención económica posible, sin una anterior redención intelectual”.

También los planteamientos educativos propugnados por el movimiento krausista, aunque con notable retraso, dejarían notarse en la educación nacional. Desde la perspectiva de Urbano González Serrano, se pretendía conseguir elevar el nivel moral e intelectual de los españoles, creando un hombre nuevo. Había que modernizar a los españoles a través de una pedagogía apoyada en bases científicas y racionales. Frente a una enseñanza tradicional adocenada, el krausismo pretendía un modelo progresista de educación, considerando al niño como un adulto y dejando libre a su inteligencia para alcanzar por sí misma el conocimiento y la verdad: “(…) el maestro, lo mismo que el labrador rotura y prepara su tierra, debe disipar las tinieblas de la inteligencia del alumno, emanciparla de preocupaciones, mostrarle el camino y procedimiento para hallar la verdad y habituarle a que entienda que quien la enseña y la impone, por su carácter impersonal, es la realidad misma(…)”. Afloraba, por lo tanto, la valoración de la labor de la educación y su efecto en los niños, así como de las tareas de los maestros. Ya no eran vistos como cuidadores de niños, sino como modeladores del alma, forjadores de voluntades y cultivadores de la inteligencia. Sin duda, un considerable salto cualitativo, que situaría nuestra educación en el umbral del despegue que comenzó a producirse recién entrado el nuevo siglo.

A partir de la dictadura de Primo de Rivera, política y pedagogía parecen ponerse de acuerdo en el inicio de la dignificación del maestro y de la escuela, aunque fuese en aras de la subordinación ideológica, como ocurrió durante la República y la dictadura[1]. Como consecuencia de ello se iniciaría una gran campaña de alfabetización en todo el territorio nacional, así como una nueva política de construcciones escolares, cuya medida estrella se aprobó el día 9 de julio de 1.926, al aprobar el Gobierno, mediante un Decreto-Ley, un crédito de 100 millones de pesetas para la construcción de escuelas, en un plazo de diez años.

La situación en Extremadura. En Extremadura funcionaban en 1923, 1.042 escuelas. De ellas, en Badajoz, 549 unitarias y 5 graduadas; y en Cáceres, 477 unitarias y 11 graduadas. Estas unidades atendían a una población total de 644.625 y 410.032 habitantes en cada una de las dos provincias, con una población entre 6 y 12 años de 83.367 y 56.387 respectivamente, según el censo de 1920. Por su parte la población no escolarizada hacia 1923 en Badajoz era del 54% y en Cáceres del 44%.

Seis años más tarde, en el curso académico 1928/29, al final ya de la dictadura de Primo de Rivera, existía una diferencia palpable: Badajoz 669 escuelas y Cáceres 540 escuelas. Este aumento se correspondió con la tónica nacional en el mencionado periodo. Precisamente en este intervalo temporal se produjeron nuevas construcciones escolares, comenzando la situación a mejorar de manera esperanzadora, aunque los que estudiaban en estas aulas de la escuela pública, considerada la escuela para pobres, eran los menos pobres. Rozando la tercera década del Siglo XX, comenzó una etapa de progreso para la escolarización, con el aumento del número de escuelas, creció la asistencia de alumnos.

En la provincia de Cáceres, la matrícula de los escolares avanzó de 31.028 en 1916 a 51.032 en 1929, mientras que en Badajoz en 1925 había matriculados 45.208 alumnos y en 1929 unos 64.411. Estas cifras obedecen a la escolarización total, incluyendo escuelas públicas y privadas, diurnas y de adultos.

Con estos datos pueden apuntarse dos hecho significativos: Extremadura presenta uno de los índices de analfabetismo mayores del país. Badajoz, con el 68,32% está en el lugar decimocuarto y Cáceres con un 66.10% ocupa el decimoctavo puesto (la media española era del 63% en 1.900). Por otro lado y a pesar de que los años veinte fueron una época de cambio rápido con una mejora evidente, hay pocas aulas y pocos maestros y, consecuentemente, Extremadura estaba afectada por una de las memores tasas de escolarización de España. En este panorama deben situarse los resultados de la encuesta que a continuación detallamos.

A.- Escuelas.

En relación con las escuelas, entendidas como instituciones, en las 54 analizadas, la denominación es de Escuela Nacional, si bien en 50 ocasiones ésta viene complementada con el apelativo Unitaria.

Tan sólo se hace la salvedad entre los sexos: de niños o de niñas. Solamente 4 escuelas del partido son consideradas Escuelas Nacionales Mixtas, al acoger en las mismas instalaciones y durante idénticos periodos lectivos a niños y a niñas simultáneamente, por carecer de más instalaciones educativas en la localidad: Belén, Pago de San Clemente, Santa Marta de Magasca y Aldea de Trujillo.

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De las 25 poblaciones que integran el Partido Judicial, 4 disponen de escuelas mixtas, 17 cuentan con una escuela unitaria para cada sexo y tan sólo 4 disfrutan de más de una escuela para cada uno de los sexos.

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Como elemento curioso, destacamos el hecho de que el 52% de estas escuelas, están situadas en la plaza o calle principal de las localidades. La explicación viene dada cuando constatamos que las instalaciones escolares compartían edificio con las instituciones locales: Ayuntamientos, Juzgados, Cárceles…, cuya ubicación se encuentra, generalmente, en lugar preferente de la población.

Se hace patente la plena identificación entre los términos aula escuela, pues se constata que cada una de las escuelas analizadas, tan sólo consta de un aula.

En relación con la superficie de los establecimientos, ésta oscila entre los 12 m2 de la escuela de niñas de Santa Cruz de la Sierra y los 140 m2 de la escuela de niños de Trujillo, situada en la calle Ruiz de Mendoza. La superficie media de las escuelas del partido ronda los 48 m2.

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En cuanto al volumen de aire disponible en las instalaciones, también notamos enormes diferencias. Una escuela de niñas de Trujillo situada en la calle Zurradores, cuenta con 40 m3, mientras que la de niños, situada en el ayuntamiento de la misma localidad, dispone de 1.257 m3. Por término medio el volumen de las aulas sobrepasa por poco los 188 m3.

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También pueden considerarse relevantes los datos referidos a la ventilación de los locales. La escuela en peores condiciones era una de niños de Miajadas, que no disponía de ninguna ventana, teniendo únicamente la puerta como vía de aireación. En cambio, una escuela de niños y otra de niñas en Huertas de Ánimas, tenía 12 respiraderos cada una, entre ventanas y balcones. Como media, 3 eran las ventanas que correspondían a cada escuela.

Las condiciones generales de los locales que albergaban las escuelas, los maestros apreciaban que en 22 casos, el 40%, eran muy malas, malas, deficientes, oscuras, pequeñas, irregulares… Por su parte, otras 32, el 60% reunían condiciones regulares, suficientes o buenas.

Finalmente, respecto del sostenimiento económico de la institución, ninguna de las referidas era de sostenimiento voluntario ni subvencionada. Los Municipios y el Estado eran quienes corrían con los gastos derivados de su funcionamiento: alquiler o mantenimiento de los locales, sueldos de los maestros, material, iluminación, limpieza…

B.- Edificios.

Cada una de estas escuelas se ubicaba en un edificio, cuyas condiciones vamos a ver a continuación. La propiedad de los mismos no era uniforme. 43 de ellos eran de propiedad municipal, mientras que 11 pertenecían a particulares, que los tenían alquilados a los ayuntamientos, para acoger las escuelas.

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El alquiler más alto se pagaba en Huertas de la Magdalena, 1.460 pesetas al año, mientras que el más económico era el de Pago de San Clemente, con 123 pesetas anuales. La renta media de los locales alquilados era de 513 pesetas.

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De la totalidad de edificios ocupados por las escuelas, 30 habían sido construidos expresamente como escuela, mientras que 24 locales habían debido adaptarse a tal fin, sin tener originariamente ese cometido. De los primeros que consta fecha de edificación, el más antiguo era el de Villamesías, que databa de 1.840, mientras que los más recientes habían sido edificados en 1.924: uno de niñas en Madroñera y uno de niños en Trujillo.

El edificio escolar era compartido, en el 40% de los casos, con otros servicios, instalaciones o colectivos: ayuntamiento, secretaría, cárcel, casa de maestros, juzgado, otras escuelas, teatro, vecinos particulares e, incluso, con un lagar. Tan sólo en La Cumbre, Plasenzuela, Herguijuela, Escurial, Villamesías, Torrejón el Rubio o una escuela de niños de Trujillo, el edificio escolar no estaba adosado a ningún otro.

A tenor de las apreciaciones de los maestros, 2 edificios estaban en muy malas condiciones, el de niños de Torrecillas de la Tiesa y el de la escuela mixta de Belén, 16 en malas condiciones, 17 en regular estado y tan sólo 9 presentaban buen estado de conservación y habitabilidad. Es decir, la mayor parte de los edificios dejaban mucho que desear como tales, más aún teniendo en cuenta que servían de alojamiento a los niños y niñas que acudían a la escuela.

 

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Los más calamitosos se correspondían con los edificios de particulares que estaban alquilados. Ello era debido a que en el 50% de los casos, los propietarios no atendían debidamente las reparaciones que se consideraban necesarias: suprimir escaleras, adecentar pisos polvorientos, arreglar rampas, ampliar o construir ventanas, arreglar o hacer puertas, pintar, dar otra orientación a la entrada de luz, poner cristales, hacer cielo raso, cavar zanjas para detener la humedad, y en cinco casos, directamente hacerlos nuevos.

C.- Viviendas de maestros.

Algunos maestros vivían en dependencias anejas a la propia escuela, que en la terminología de la época era la casa habitación. En otros casos, ocupaban viviendas de alquiler en la propia localidad. Ninguno de ellos se desplazaba a diario para impartir clase.

De forma concreta, 39 eran los maestros que ocupaban viviendas alquiladas en las poblaciones, con unas rentas que oscilaban entre las 85 pesetas anuales en el caso de Puerto de Santa Cruz y las 500 que pagaba un maestro de Trujillo. Por término medio la renta era de 230 pesetas anuales. Y es que en sus escuelas no existía la casa habitación.

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En general las condiciones de las viviendas eran buenas, salvo el de Puerto de Santa Cruz y el de las casas de las maestras de Miajadas. En ambas localidades la causa de esta deplorable situación era, a decir de los propios maestros, que los propietarios no atendían a su conservación y mejora.

Como curiosidades, mencionar el hecho de que la maestra de Torrecillas de la Tiesa había comprado su propia vivienda, ante la desidia municipal a la hora de facilitarle una, o el del maestro de niños de Escurial, que se quejaba de la escasa intimidad de la que disponía, “porque el corral de la casa es común para otras dos familias”.

D.- Maestros.

De los 54 maestros y maestras que ejercían en el Partido de Trujillo, 6 eran interinos, lo que supone menos del 10% y 1 maestra, la de Herguijuela, el 2% del total, era sustituta. Por lo tanto, la estabilidad de las plantillas era muy alta, cerca del 90%. 47 maestros del total tenían su plaza en propiedad.

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En relación con el salario, era distinto en el caso de los maestros y las maestras. No debe obviarse que los maestros percibían un salario extra por impartir las clases de adultos, que suponía 250 pesetas anuales, a excepción de las 412´50 de Madroñera y Huertas de Ánimas. Eran 21 los maestros cobraban entre 1500 y 2500 pesetas anuales, 19 cobraban entre 2500 y 3500, 6 entre 3500 y 4500 y otros 6 entre 4500 y 5900 pesetas.

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Profundizando en estos datos, podemos afirmar que la edad media de los maestros del partido, a decir de sus salarios, era baja. Quien menos cobraba era la maestra sustituta de Herguijuela, María García Anes, con 1.500 pesetas, a continuación los interinos y, finalmente los propietarios, en función de los años de servicio y de su situación en el escalafón. El maestro que más cobraba era Juan Pico Villarreal, maestro de niños de Trujillo, con 5900 pesetas anuales.

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En el caso de 12 maestros no se especifican los descuentos aplicados a las retribuciones brutas, que eran por dos conceptos: para el Estado y para el Fondo Pasivo. A pesar de ello, en los maestros que lo hicieron constar, estos descuentos oscilaban entre las 135 y las 593´70 pesetas anuales, en función del salario percibido.

Tan solo dos maestros dicen padecer defectos físicos, aunque éstos no les impiden desarrollar su labor. Se trata de Antonio Fernández Cabrera, maestro de niños de Villamesías, que no especifica el padecimiento y de Juan Pico Villarreal, maestro de niños de Trujillo, quien dice estar algo cojo debido al reumatismo. Una sola maestra era religiosa, Tomasa Parejo Fernández, de la escuela mixta de Pago de San Clemente.

Todos disponen del preceptivo título para el ejercicio del magisterio.

E.- Alumnos.

La población escolar total del Partido de Trujillo era de 6.133 alumnos, de los cuales 3.050 eran niños y 3.083 niñas. Sin embargo, tan sólo estaban escolarizados 4.982, aproximadamente el 70% del total de niños y niñas en edad escolar. La distribución por sexos era de 2.742 niños, lo que suponía un índice de escolarización del 80%, y 2.510 niñas, un 85% del total de niñas del partido. La asistencia media anual era de 2.582 alumnos. De ellos, 1.426 eran niños y 1.156 eran niñas.

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En definitiva, los niveles de absentismo en relación con la población escolarizada son muy elevados, poco más del 50% acude regularmente a clase.

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En atención a la escolarización real, es decir, la media de alumnos que asistía a la escuela, en relación a la población escolar total susceptible de hacerlo, el dato es mucho más escandaloso, sobrepasaba escasamente el 40%: 45% en el caso de los niños y 35% en el caso de las niñas. A lo largo del año, los meses en los que los niveles de absentismo son más altos son los siguientes, en orden decreciente: junio, julio, mayo, diciembre, noviembre y septiembre. Las causas principales del mismo son:

Agrupamiento realizado para interpretar la encuesta.[2] Causas alegadas por los maestrosdel Partido Judicial de Trujillo Nº de casos
Trabajo prematuro de los niños Dedicación a trabajos agrícolas y ganaderos
Recolección de grano, bellota o aceituna
Matanzas
Ayuda a los padres
Ayuda a las madres
Esquileo de ovejas
Trabajos en los montes
Guarda de ganado
Combatir la plaga de langosta
Guarda de viñas y melonares
Trabajos prematuros
19
11
5
3
3
2
2
1
1
1
1
TOTAL 49
Abandono de padres y autoridades Escasa preocupación de los padres
Residencia en el campo
2
1
TOTAL 3
Circunstancia de locales, climatología y distancia Excesivo calor, frío o lluvias. 6
Especificidades del Partido de Trujillo Celebración de bodas
Padecimiento de enfermedades: sarampión
Pobreza
Por los baños en ríos y charcas
2
1
1
1
TOTAL 5
Número total de causas de absentismo alegadas por los maestros 63

Los meses de mayor asistencia de niños a la escuela, se consideraban, por este orden: enero, febrero, octubre, marzo y abril. Las causas radicaban en que las ocupaciones agrícolas acarreaban menos trabajo, las tareas domésticas eran más suaves y las condiciones climáticas más favorables.

En todas las escuelas de este partido se encontraban 11 niños considerados subnormales, según la terminología de la época, aunque de ellos sabemos que 1 niño de Deleitosa era mudo, 7 niños de Santa Cruz de la Sierra sufrían retraso de inteligencia y en los casos de 1 niña de Miajadas y 1 niño y 1 niña de Jaraicejo, no se especifica el tipo de afección que padecen.

Finalmente aparecen datos relativos a la lectoescritura. Sabían leer 2.517 niños, de los cuales 1316 eran varones y 1201 eran hembras, más de las que asistían regularmente a la escuela, cifras considerables si tenemos en cuenta los índices de escolarización y asistencia que hemos reseñado. Comparativamente:

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F.- Material.

Los gastos de material necesario para el desarrollo de la tarea educativa en las escuelas, vienen divididos en la encuesta en varios apartados. Antes de entrar a analizar los datos, conviene hacer alguna salvedad.

El material necesario para el desarrollo de las clases de adultos, va aplicado a las escuelas de niños, por ser ellos los que podían acudir a esta modalidad educativa, como las clases eran nocturnas, los gastos de luz también se aplican a las escuelas masculinas, salvo un caso de escuela de niñas de Madroñera, en la que se impartían clases para las adultas.

Fijo Móvil Limpieza Calefacción Luz Adultos
NIÑOS 614´05 2440´37 794 542´34 651´56 1145´77
NIÑAS 683´9 1970´88 677 499´75 45 20
TOTAL 1.297´95 4.411´27 1.471 1.042´09 696´56 1.165´77
10.084´64

De forma gráfica representamos así los datos de gasto:

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G.- Mobiliario.

El mobiliario disponible en las escuelas del partido trujillano era escaso, monótono, insuficiente y de dudosa calidad pedagógica. Nos encontramos con el siguiente mobiliario para dar asiento a los niños: 10 bancos de 20 plazas, 52 bancos de 8 plazas, 5 bancos de 7 plazas, 80 bancos de 6 plazas, 26 bancos de 5 plazas, 89 bancos de 4 plazas, 55 bancos de 3 plazas, 172 pupitres bipersonales y 12 pupitres de 1 plaza.

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Por lo tanto el total de plazas reales, con asiento en las escuelas era de 2.038. Es decir, no había ni para cubrir las necesidades de los 2.582 alumnos que asistían regularmente a la escuela, mucho menos aún en el caso de los matriculados, 4.982, o de la totalidad de niños del partido, 6.133.

Además de ello, las condiciones en las que se encontraban estos muebles también eran lamentables. En 4 escuelas estaba en muy mal estado, en 18 sus condiciones eran malas, en 24 su estado de conservación y uso era regular y tan sólo en 14 escuelas el mobiliario se hallaba en buenas condiciones.

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pero también la variedad era escasa, aunque en las escuelas disponían de algunos de estos otros elementos: mesa y sillón para el maestro, armarios, mesas para labores, encerados, algunas sillas, mapas, crucifijos, alacenas, cuadros de pesas, carteles, alfabetos, cuerpos geométricos, retratos del Rey, cuadros de la Purísima, láminas de historia Sagrada, perchas, sillón de costura, tarimilla para brasero, brasero, badila, ropero, bancos para los más pequeños, reloj, tablero contador, esfera armilar y terrestre, máximas morales, trípode, paragüero, biombo o paralelas.

H.- Elementos higiénicos.

En relación con la orientación de las escuelas, aunque hay fachadas orientadas a casi todos los puntos cardinales: 12 al S, 10 al O, 9 al E, 7 al N, 5 al SE, 4 al NE y 4 al SO, la predominancia era al sur y al oeste, seguida del norte y el este.

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Este hecho debe estar relacionado con la intención de captar el máximo de luz, evitando condiciones extremas de frío y calor. Como prueba de ello, los maestros afirman en 34 ocasiones, que sus locales disponen de luz suficiente, mientras que otros 20 se quejan de la falta de luminosidad en los mismos.

En idéntica proporción se pronunciaron cuando eran preguntados acerca de la ventilación de los locales. En general es buena, lo cual viene complementado por el hecho de que tan sólo una escuela del partido, la de Belén, está situada en las proximidades de focos infecciosos, concretamente de aguas estancadas. Solamente las maestras de Miajadas, de Belén y una maestra de Trujillo, además de los maestros de Escurial y Deleitosa, se quejan de la humedad de sus escuelas.

Por lo tanto las condiciones higiénicas de los locales, en general, son buenas.

En cambio, los servicios higiénicos que ofrecen los locales a alumnos y maestros son extremadamente deficitarios. Tan sólo los edificios escolares de Huertas de Ánimas y dos escuelas de niñas y una de niños de Trujillo, cuentan con agua. En ninguna otra escuela del partido se dispone de tan necesario elemento. Con retrete para que alumnos y maestros puedan hacer sus necesidades, cuentan cuatro escuelas de Trujillo, dos de ellos en muy malas condiciones. Ninguna dispone de cuarto de baño.

El patio es otro importante elemento a tener en cuenta. Tan sólo las escuelas de niños de La Cumbre y Torrejón el Rubio y una de Trujillo, disponen de un pequeño patio y en ninguna de las del partido hay gimnasio, aunque se afirma lo contrario en Pago de San Clemente y un maestro de Trujillo se remite a unas parcelas colindantes con la escuela.

En lo que hace referencia a la higiene de los alumnos y la vigilancia de su estado de salud, se cumplía con la vacunación obligatoria en 45 de las 54 escuelas. En Belén llega a afirmarse que la causa de que no se cumpla con las vacunaciones, es la oposición de los padres a ellas. Las fechas de las últimas vacunaciones varía, incluso años entre unas escuelas y otras; desde 1.916 en unas ocasiones, hasta 1.924, año de realización de la encuesta. También es llamativo el hecho de que 28 maestros se quejaran del poco celo de las autoridades, en asunto tan importante como la higiene escolar

Finalmente señalar que los maestros estaban satisfechos, en general con las condiciones higiénicas de sus propias viviendas. Reseñar la salvedad de los maestros de Miajadas, Santa Ana, Villamesías y Santa Cruz de la Sierra, el maestro de Belén y el de Escurial y la maestra de Pago de San Clemente, que se quejaban de la humedad de sus propias casas.

I.- Instituciones Complementarias.

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En ninguna de las escuelas de partido se dispone de Cantina ni Ropero escolar, ni se organizan Colonias Escolares.

En Ruanes, Aldeacentenera, Madroñera, Plasenzuela, Miajadas, Huertas de Ánimas y una escuela de Trujillo, había establecidas Mutualidades Escolares. Se habían ido fundando desde 1.917 a 1.923. La acogida que tenía esta institución en las localidades era mala, salvo en Ruanes y Aldeacentenera.

Apuntaban los maestros que, a pesar de su propaganda tratando de interesar al vecindario por sus beneficios, los lugareños reaccionaban con indiferencia, sin apego y siempre con desconfianza.

En La Cumbre y Conquista de la Sierra, aunque no había Mutualidad como tal, los niños disponían desde 1.912 de libretas infantiles a capital reservado, del Instituto Nacional de Previsión. En Santa Ana la Mutualidad estaba suplida por la asociación Infantil “Amor y Caridad”, que funcionaba desde 1.922.

En las 4 escuelas trujillanas que aún carecían de ella, estaban en trámite de constitución. En el resto de localidades, ninguna de estas iniciativas había calado en el vecindario, ni en las autoridades.

J. Aspectos pedagógicos.

Los aspectos puramente educativos y pedagógicos centran este apartado del cuestionario, en el que los maestros afirman que, en el desarrollo del curso, se terminan los programas oficiales, a excepción de una escuela de niñas en Huertas de Ánimas y en las escuelas de Deleitosa, Santa Cruz de la Sierra, Torrejón el Rubio y Conquista de la Sierra.

Como causas para que no puedan finalizarse los contenidos, se apuntan la irregular asistencia de los niños, su escasa edad, la desidia de padres y autoridades, o la escasa formación académica de los maestros para impartir música, gimnasia y trabajos manuales, “porque no se lo exigía su plan de estudios”.

Solían realizar excursiones escolares, salvo en la escuela de niñas de Torrecillas de la Tiesa y en las escuelas de Escurial, Deleitosa y Trujillo. Sin embargo, algunos maestros y maestras concretan que, más que excursiones propiamente dichas, las actividades consisten en paseos por los alrededores de la escuela o localidad, apuntando el maestro de Torrecillas de la Tiesa, que estos paseos se llevan a cabo, sobre todo en otoño y primavera, cuando la bonanza climatológica es más patente.

En las escuelas de niños de Plasenzuela, Madroñera y Huertas de Ánimas, así como en las dos de Aldeacentenera, habían comenzado con la formación de unmuseo escolar. En la escuela de niños de Escurial había uno, que había sido donado por la Dirección General de Primera Enseñanza.

En Plasenzuela había comenzado a formarse una biblioteca escolar y en Madroñera usaban los niños la biblioteca particular del maestro. En Jaraicejo el maestro aseveraba que la biblioteca estaba muy anticuada. En el resto de localidades del partido trujillano no había biblioteca ni museo escolar y lo peor, ni siquiera perspectiva de que pudieran formarse.

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Ruanes y Aldeacentenera eran las únicas localidades en las que se celebraba la fiesta del árbol. Como causas principales para no hacerlo se apuntaban la apatía de las autoridades en 29 ocasiones, la inexistencia de terrenos apropiados en 10 casos y la general falta de medios en otras 4 ocasiones. Son 11 los maestros que ignoran las causas por las que la fiesta no se celebraba.

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El maestro de La Cumbre y una maestra de Miajadas afirman que en el año siguiente al que responden a la encuesta, 1.925, ya va a celebrarse por haberlo consignado el ayuntamiento en su presupuesto.

En relación con la evaluación de los alumnos, era preceptivo realizar a final de curso, una exposición de los trabajos escolares realizados durante el periodo lectivo. A pesar de esta obligatoriedad, tan sólo la mitad de los maestros, 27, celebran dicha exposición.

Se quejan los maestros de que el material científico disponible en sus escuelas es insuficiente, inadecuado y obsoleto, salvo en Aldeacentenera, Escurial, y en un aula de Madroñera y una de niños de Trujillo. Tan sólo algunos mapas, carteles, esferas…, están disponibles para apoyar la labor pedagógica del maestro.

Las causas que dificultaban la labor del maestro en la escuela, son achacables, según los propios profesionales, a la irregular asistencia de los niños a la escuela en 39 ocasiones, a los propios padres (abandono y desidia de los hijos, entorpecimiento de la labor del maestro, sacar a los niños de la escuela muy pequeños, despreocupación e indiferencia,…), en 21 ocasiones, el excesivo número de niños en 8 ocasiones, a la falta de material en 7, las malas condiciones de los locales en 6 y la desidia de las autoridades en 4 casos.

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K.- Varios.

La inspección había visitado en los últimos dos años, 1.923 y 1.924, 47 de las 54 escuelas del partido de Trujillo, de ellas, a 13 había acudido el servicio de inspección en dos ocasiones, a las demás tan sólo realizó una visita.

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En relación con la preocupación e interés de las Juntas Locales de Primera Enseñanza por la educación de los niños, estado de las escuelas, necesidades de los maestros, carencias de material…, 29 maestros afirman que lo hacen poco o nada, mientras que 19 consideran que la Junta se preocupa por la situación educativa en sus localidades. En Miajadas ni tan siquiera existía tal institución. En 6 casos, la indiferencia es la tónica dominante.

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Además de las escuelas públicas, en el partido había 37 escuelas privadas laicas, casi todas de párvulos. Además había 2 escuelas religiosas, que se encontraban en Huertas de Ánimas.

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Para finalizar, la encuesta plantea una cuestión abierta, de forma que los maestros y maestras pudieran exponer cuantas manifestaciones de interés estimaran conveniente. De esta forma sabemos, además, que:

  • Conquista de la Sierra.
    Niñas: 
    No expone nada de particular por estar en buenas relaciones con las autoridades y vecinos del pueblo.
    Niños: No expone nada de particular por estar en buenas relaciones con las autoridades y vecinos del pueblo.
  • Deleitosa.
    Niñas: 
    Adquirió la cartilla gimnástica.
  • Escurial.
    Niños: 
    En varias ocasiones acudió a la autoridad para que hiciera cumplir con la norma de asistencia diaria a la escuela, no haciendo ni caso. Lo mismo ocurrió cuando les invitó a la exposición de trabajos de 1.921. En cuanto a las clases de adultos, estos eran los datos: Había 40 matriculados, cuya asistencia era en N: 34, D: 31, E: 29, F: 21 y Mr: 8, de media, 24´6. La edad oscilaba entre 20 y 14 años, con una media de 17 años. Acudían poco a la escuela porque cultivaban lejos del pueblo y se quedaban en las dehesas. Acudían sobre todo jornaleros y artesanos. La eficacia era regular, debido a las ausencias. Adquirió la cartilla gimnástica.
  • Herguijuela.
    Niños: 
    Había 40 adultos matriculados, de entre 13 y 21 años, cuya media era de 17. La asistencia media en N: 31´69, D: 27´72, E: 15´53, F: 9 y Mr: 7. La asistencia media total era de 18. La principal causa de irregularidad en la asistencia era la dedicación agrícola y el poco deseo de aprender. Obreros del campo y artesanos eran los que más acudían. El maestro desconocía cuantos adultos asistieron a la escuela primaria, por llevar sólo diez meses. El resultado de la enseñanza se considera deficiente por la irregular asistencia. Se había adquirido la cartilla gimnástica.
  • Huertas de Ánimas.
    Niñas: 
    La maestra afirma que con 98´70 pesetas para todo tipo de material, papel y libros incluidos, no es posible facilitar gratuitamente a más de 160 niñas, el material que necesitan.
    Niñas: La maestra exige que se parta en dos el distrito, pues al haber una auxiliaria voluntaria pagada por el ayuntamiento se generaba un agravio comparativo. “O se suprime una o se crea otra, hay que luchar con las mismas armas para poderse defender”.
    Niños: El ayuntamiento debería crear nuevos grupos escolares en este arrabal, cuya necesidad es notoria. Los locales carecían hasta de retrete, lo que creaba un problema gravísimo, “sobre todo para el maestro en días de lluvia”.
    Niños: El maestro se quejaba de que con 98´70 pesetas al año para papel, pluma, tinta, pizarra, yeso, pizarrines, libros de lectura, impresos y manuscritos, prosa y verso, gramática, aritmética, geografía, historia, catecismos, etc., no le era posible facilitar gratuitamente a todos los niños el material que necesitaban.
  • Jaraicejo.
    Niños: 
    Había 40 adultos matriculados, entre los 15 y los 19 años, con una media de 17 años. La asistencia media en N: 38, D: 36, E: 35, F: 34 y Mr: 28. La principal causas de inasistencia era el poco interés. Los que más acudían eran los jornaleros agrícolas, de los que 30 acudieron a la escuela de pequeños y 20 leían bien. El resultado de la enseñanza de adultos se consideraba bueno. Se había adquirido la cartilla gimnástica.
  • La Cumbre.
    Niñas
    Hacía constar el poco celo e interés que tenían los padres por la educación e instrucción de sus hijos, importándoles muy poco la asistencia de sus hijos a la escuela.
    Niños: Si la enseñanza no llegaba al grado que debiera, era porque los padres no se ocupaban de que sus hijos asistieran a la escuela y porque algunos niños se ausentaban del pueblo en algunas temporadas. Caso de que los niños asistieran, era necesario crear otra escuela.
  • Madroñera.
    Niñas: 
    Había adquirido la cartilla gimnástica en la delegación, por mediación de su compañero maestro, Francisco Carrasco.
    Niños: había 75 adultos matriculados, entre los 12 y los 22 años, con una media de 17 años. La asistencia media en N: 70, D: 68, E: 60, F: 45 y Mr: 30. Media del curso: 54. Como principales causas se apuntaban su poca disposición y el escaso celo de los padres. Los que más acudían eran los artesanos y labradores. Había otros 60 adultos acudiendo a las clases diurnas, con un regular estado de instrucción. El resultado de la enseñanza de adultos se consideraba bueno. Se había adquirido la cartilla gimnástica.
    Niños: Había 56 adultos matriculados entre los 13 y los 21 años, con una media de 17 años. La asistencia media era en N: 41, D: 40, E: 35, F: 18 y Mr: 12. Media del curso: 30. Como principales causas se apuntaba el escaso celo de los padres y autoridades. Los que más acudían eran los zapateros, albañiles y labradores. Había adultos acudiendo a las clases diurnas, con un regular estado de instrucción. El resultado de la enseñanza de adultos se consideraba bueno. Había adquirido la cartilla gimnástica en la delegación, por mediación de su compañero maestro Francisco Carrasco.
  • Miajadas.
    Niños: 
    Era de gran necesidad la creación de dos escuelas de niñas y la construcción de locales, que reunieran condiciones para que el maestro pudiera hacer su labor. Había que tomar medidas para que la asistencia fuera obligatoria y los padres cumplieran este deber con sus hijos y de ese modo podría desaparecer el analfabetismo.
    Niños: Se necesitaba crear otras dos escuelas para cada sexo y hacer locales nuevo. Había 40 adultos matriculados, entre los 14 y los 18 años, con una media de 18 años. La asistencia media era en N: 39, D: 38, E: 35, F: 28 y Mr: 15. Media del curso: 31. Como principal causa se apunta que les atraían las diversiones y, por ello faltaban. Otras veces acababan tarde sus trabajos. Los que más acudían eran los herreros, albañiles, labradores y comerciantes. Había 15 adultos acudiendo a las clases diurnas, con un buen estado de instrucción. El resultado de la enseñanza de adultos se consideraba regular. Se había adquirido la cartilla gimnástica.
    Niñas: Era de gran necesidad la creación de dos escuelas de niñas y la construcción de locales que reunieran condiciones para que la maestra pueda hacer su labor. Había que tomar medidas para que la asistencia fuera obligatoria y los padres cumplieran este deber con sus hijas.
    Niñas: Era preciso crear escuelas con un campo grande para gimnasia y otras dependencias, que se consideraban de urgente necesidad. Las 162´20 pesetas que había para suministrar material a 138 niñas, eran del todo insuficientes.
  • Robledillo de Trujillo.
    Niñas: 
    Se demandaban nuevos locales y casas decentes para los maestros.
    Niños: El maestro hace constar que no tiene casa, vive de alquiler y paga 250 pesetas. El municipio le dio 75 pesetas el primer año y el segundo 125. Hacían falta casas de maestro y locales adecuados. Los que había no reunían condiciones pedagógicas.
  • Ruanes.
    Niñas: 
    Se inauguró un campo escolar agrícola el 13 de abril de 1.924, en un terreno de muy buena calidad cedido por el Ayuntamiento a la escuela.
  • Santa Cruz de la Sierra.
    Niñas: 
    La maestra estaba jubilada por Real Orden de 21 de febrero de1924, pendiente de su clasificación y cese definitivo.
  • Santa Marta de Magasca.
    Mixta: 
    La labor escolar se hacía muy difícil, por ser escuela mixta con más de 80 niños, además la asistencia era todo lo irregular que cabía. Los niños eran de familias pobres en su mayoría y pasaban la mayor parte del año viviendo en el campo, dedicados a carboneros, pastores, cabreros y otras tareas.
  • Torrecillas de la Tiesa.
    Niñas: 
    A La maestra y en concepto de alquiler, adeudaba el Ayuntamiento el haber de 1922 y desde esa fecha hasta el presente, sólo había cobrado los dos años últimos y en los anteriores a pequeños descuentos en consumo. No había sido suficiente para corregir esta irregularidad, la súplica hecha al Ayuntamiento en distintas ocasiones, verbalmente y por escrito.
    Niños: Deberían tomarse medidas enérgicas para obligar a los padres a que enviaran sus hijos a la escuela, como era su sagrada obligación y estaba ordenado por múltiples disposiciones. Al mismo tiempo había que prohibir terminantemente a los padres, sacar de la escuela a sus hijos antes de terminar la edad escolar de asistencia a clase, o sea, hasta los 14 años.
  • Trujillo (Belén).
    Mixta: 
    Era necesario hacer una casa de maestro capaz y abonar la gratificación a los 5 años, que el maestro había tenido que abonar por su cuenta. Debía hacerse una escuela nacional de niños y nueva escuela de niñas, por ser la existente muy mala.
  • Trujillo.
    Niñas: 
    Para estimular a los padres habría que establecer por parte del ayuntamiento el ropero escolar, para poder premiar con prendas de vestir y calzado, a las niñas que se distingan por su puntualidad y regularidad en la asistencia y premios en metálico para la adquisición de la libreta.
    Niños: El ayuntamiento debería incluir en su presupuesto una cantidad destinada a ropero escolar y libretas de ahorro, con lo que se evitaría que los niños se marchasen a las escuelas de los agustinos, donde les dan esas ventajas.
    Niños: Debería atenderse a los niños con ropero y libretas de ahorro, con el fin de premiar la puntualidad, regularidad de asistencia y aplicación.

-Conclusiones-

En definitiva, nos encontramos con que en las localidades comprendidas en el Partido Judicial de Trujillo, a comienzos de la Dictadura de Primo de Rivera, predominaba la denominada Escuela nacional Unitaria, existiendo una para cada sexo. Estas escuelas estaban situadas en lugar preferente de la localidad, por hallarse unidas a edificios públicos municipales.

Su orientación era SE y NE, para tratar de esquivar las condiciones climatológicas desfavorables.

El sostenimiento económico procedía del Estado y de los Ayuntamientos, que solían ser los propietarios de los locales que las albergaban. Los edificios eran antiguos, adosados a otros, que habían sido edificados expresamente para escuela. Su superficie era de unos 50 m2 y un volumen de aire de 200 m3, disponiendo de buena ventilación. Su estado era manifiestamente mejorable, debido a que sus titulares apenas atendían las reparaciones necesarias para su mantenimiento.

Los servicios higiénicos no existían en las escuelas. No había agua, retretes, cuartos de baño, ni siquiera patio de recreo. Se cumplía con la vacunación escolar obligatoria, a pesar de que las autoridades municipales se interesaban poco por ello.

Apenas se contaba con casa expresamente construida o habilitada para los maestros, debiendo vivir éstos en casas alquiladas en las localidades, cuya renta rondaba las 230 pesetas anuales. Estas viviendas reunían buenas condiciones de habitabilidad, según los parámetros de la época.

Por su parte los maestros, laicos y sin defectos físicos, tenían la plaza en propiedad. Los maestros implementaban su salario con el complemento que cobraban por impartir clases de adultos. Estos salarios rondaban las 2.500-3.000 pesetas anuales, mientras que en el caso de las maestras, su estipendio era sensiblemente menor.

En cuanto a los alumnos, el número de niños y niñas en el partido era parejo. Estaban matriculados siete de cada diez, mientras que tan sólo cuatro de cada diez acudían regularmente a la escuela. Los mayores niveles de absentismo se daban a finales de otoño y principios de verano, debido a la dureza climatológica, a la dedicación de los niños al trabajo, a la desidia de los padres y autoridades, celebración de bodas, baños… Cuando estas circunstancias remitían, aumentaba la afluencia de alumnos a la escuela. El número de niños que sabía leer y escribir era igual al de niños que acudían regularmente a clase: cuatro de cada diez.

El material y mobiliario eran escasos y estaban en muy malas condiciones de conservación y uso. En cada una de las 54 escuelas del partido, se invertían unas 1.900 pesetas anuales, que apenas daban para cubrir los gastos ordinarios. Así mismo, el material científico era insuficiente, inadecuado y obsoleto. La calidad pedagógica del mobiliario era muy escasa, además de ser el mismo netamente insuficiente y en un lamentable estado de conservación. En las aulas se encontraban, desde bancos de una plaza, a bancas de veinte asientos, predominando claramente los pupitres bipersonales. La paradoja se detecta cuando la totalidad de plazas disponibles se correspondía con la asistencia efectiva. Es decir, si hubiesen acudido a la escuela todos los alumnos matriculados, ésta se habría colapsado. Más aún si la escolarización hubiese sido universal.

Más deplorable aún era la situación en lo referido a instituciones complementarias. No había cantina ni ropero escolar. No se organizaban colonias escolares y las Mutualidades Escolares estaban dando sus primeros pasos, en el mejor de los casos, debido al desinterés de los padres y de las autoridades y a pesar de los esfuerzos de los maestros por constituirlas. Lo mismo ocurría con la celebración de la fiesta del árbol, de la que las autoridades municipales no se preocupaban en absoluto.

En lo referido a aspectos educativos y pedagógicos, cabe decir que se terminaban los programas oficiales en las escuelas. De vez en cuando, los maestros y maestras realizaban paseos por la localidad o sus alrededores, para acercar a los alumnos a la realidad del conocimiento. En las escuelas no había biblioteca ni museo escolar, ni perspectivas de que pudieran formarse.

A final de curso solía cumplirse con la exposición de trabajos escolares, que era preceptiva para llevar a cabo la evaluación de los alumnos y de la tarea del maestro a lo largo del curso. A este respecto cabe destacarse que la labor de los maestros era dificultada por la irregular asistencia, la irresponsabilidad de los padres, la excesiva matrícula, falta y deterioro del material, deficiencias en las instalaciones, etc.

La inspección visitaba las escuelas con una periodicidad anual. Por su parte, las Juntas Locales de Primera Enseñanza, a decir de los maestros, no se preocupaban por la educación.

Además de las escuelas públicas, en el partido existían 37 escuelas privadas de párvulos, es decir, “de cagones”, para acoger a la población infantil en sus primeros años, antes de cumplir con la edad de escolarización.

Este era el panorama educativo que presentaba el Partido Judicial de Trujillo en 1.924. con el paso del tiempo irían modificándose las sensibilidades y con ello mejorándose las condiciones educativas de la comarca, hasta llegar a la situación actual.


NOTAS:

[1] ESTEBAN, L. “Introito a la historia de la escuela”. En HISTORIA DE LA EDUCACIÓN, REVISTA INTERUNIVERSITARIA. Nº 16. 1.997. Ed. Universidad de Salamanca.

[2] CIEZA GARCÍA, J.A., “Mentalidad y educación en España en el primer tercio del siglo XX”. En HISTORIA DE LA EDUCACIÓN, REVISTA INTERUNIVERSITARIA. Ed. Universidad de Salamanca. 1.986. Pp. 299-316.

Oct 012002
 

Manuel Rubio Andrada y Vicente Pastor González. Versión  en revisión. 2014.

1. INTRODUCCIÓN. Somos conscientes del valor documental que los grabados e inscripción de este monumento poseen, de ello el esfuerzo que su estudio nos ha acarreado en un intento de transcribir al papel impreso sin perder nada que pueda desviar a otros contenidos que los que realmente presenta.

2. SITUACIÓN. Se localiza en el punto geográfico determinado por una latitud norte de 39º 12´ 52.99´´ y de longitud oeste 5º 9´ 17.62´´.

 Si se desea conocer este bello monumento hay que partir de Valdecaballeros en dirección a Castilblanco; pronto el pantano se adentra en el río Guadalupejo, crucemos el puente y continuemos ascendiendo los próximos cerros; poco antes de llegar al de Cabezuela, a poco más de 5 km de la población, un camino atraviesa, es el cordel de ganados y por él, a la derecha, continúa la antigua carretera que enfilaba el valle del Guadiana; marchemos por este lado unos 8 km hasta localizar un primer istmo, pasados uno 300 m se observan a la izquierda, muy cerca, unos paredones de construcciones en desuso, debemos dejar el automóvil y dirigirnos a ellas; nos será suficiente caminar desde allí unos 100 m cresteando en el mismo sentido que traíamos por el camino y estaremos en el monumento[1].

 3. GENERALIDADES. Este terreno está formado por tierras de escasa profundidad, estando presentes las pizarras pardas de naturaleza más bien blanda y generalmente cubiertas de líquenes grises. Parecen poco aptos para la agricultura aunque no falta la ganadería tanto ovina como bovina. El pantano inunda la mayor parte del ribero hacia el S y el W siendo posible la existencia de mejores tierras en las cercanías de los antiguos cauces de los ríos Guadiana como del Guadalupejo. Unos km más hacia el SW los imponentes crestones de cuarcita surgen en dirección próxima al N-S dejando un portillo de gran amplitud por donde el Guadiana se precipitó en sinuoso cauce hacia el comienzo de las templadas y feraces vegas del centro de la provincia de Badajoz. Las laderas de esas serranías se cubren de espeso jaral salpicado de alguna encina u otro arbolado autóctono muy apto para el caprino y sobre todo para la caza mayor.

 Al N según viene el camino, se observan las dehesas con encinar, no muy cuajado, ni cuidado, dedicadas principalmente al pastoreo y la caza; es notable a veces  el estacionamiento invernal de grullas.

4. EL ENTORNO ARQUEOLÓGICO

  El poblado de La Barca, se encuentra a poco más de 1 km de distancia hacia el SW y lo podemos visitar continuando el camino hasta su terminación en las inmediaciones del último istmo; dejado allí el vehículo hemos de buscar el cercano y último cerro donde se asienta el poblado tras un foso.

 Unos kilómetros Guadiana hacia arriba, en su margen izquierda, se encuentra el poblado del Jardal, en la finca del mismo nombre; la necrópolis asociada al mismo presenta un corto número de tumbas cuyos ajuares, aunque escasos, y características coinciden con las portuguesas del SW (Jiménez, 2001).

5. DESCRIPCIÓN DEL MONUMENTO. Están presentes los tres componentes fundamentales: túmulo, corredor y cámara. El túmulo nos ha llegado muy alterado y deteriorado ya que en décadas pasadas se realizaron bancales para la plantación de eucaliptos con posterior arranque parcial de los mismos. Todas estas vicisitudes han acarreado diversas modificaciones que tendieron a la nivelación horizontal de la superficie y dañado en parte el espacio tumular. Actualmente los restos presentan una anchura de radio variable que oscila entre 9,5 y 2,10 m. En la mayor parte de su recorrido es evidente un foso irregular, poco profundo de unos 5 m de ancho y 0,50 m de profundidad, no equidistante de los ortostatos centrales.

  El túmulo está formado por acumulación de tierra con piedras de pequeño y mediano tamaño sin que se observe en él anillos de piedras hincadas utilizadas a veces en este tipo de monumentos como refuerzo de la construcción.

  La cámara aunque algo irregular, es de marcada tendencia circular con un diámetro de unos 4 m. El anillo que la limita está formado actualmente por 13 ortostatos, otros están caídos hacia el interior y algunos faltan. Les hemos numerado dando frente al corredor desde dentro y partiendo hacia la derecha. Ha de tenerse en cuenta que la superficie del fondo es muy irregular por los restos acumulados, por ello las diferencias de altura son tan acusadas; el ancho de algunos no se enumera por estar todavía cubiertos por los restos del túmulo.

LARGO ANCHO ALTO
1 0,62 0,73
2 0,68 0,73
3 1,04 1,54
4 0,57 1,27
5 0,67 1,23
6 0,65 1,19
7 1,11 0,85
8 0,70 1,24
9 0,77 0,30 1,05
10 0,47 0,32 1,70
11 0,58 0,30 1,84
12 0,50 1,59
13 0,70 1,50

 Los tres ortostatos situados hacia el W resultaron un poco más cortos que los demás habiéndose nivelado con una pizarra estrecha y larga que nos ha llegado en su posición original como cubierta, en parte, gracias a una fuerte raíz que la sostiene, posiblemente también marca el inicio de la falsa cúpula. Los números 3 y 9 tienen cazoletas; el 4 posee una inscripción prerromana y una serie de grabados reticulares; en el 11 se realizaron unos interesantes grabados.

  Debemos señalar la oposición casi geométrica que existe entre los ortostatos que tienen grabados.

  El corredor está orientado hacia el E equinocial. Tiene de ancho 1,18 m y de largo por el interior entre 2,60 y 2,80 m pues su terminación es algo irregular; no es posible calcular la altura por estar bastante cegado. Desde el interior se observan a la derecha 6 ortostatos y en la izquierda solamente 3, todos más bajos que los del anillo de la cámara central; la diferencia del número se debe a que han excavado externamente por esa parte habiendo retirado quizás las piezas que faltan y tapando de forma descuidada con otras medianas. El final del corredor -que sería su principio-, se ve cegado con materiales procedentes del túmulo cuya elevación en esa parte ya dijimos que era mayor; esto posiblemente pueda ser debido a depositarse allí parte de la tierra extraída en los diversos expolios sufridos a través del tiempo (Fig 16).

Fig 1

6. LA INSCRIPCIÓN. Antes de comenzar su estudio y como introducción diremos que las inscripciones realizadas con alfabeto del SW tienen unas características que creemos oportuno mencionar. El escrito suele comenzar por la parte superior derecha y avanza hacia la izquierda tendiendo a seguir los renglones en espiral rectangular hacia el interior. Otra característica es la ausencia de separación entre las palabras u oraciones aunque a veces un trazo vertical las delimita. Su carácter semisilábico le hace presentar con un solo signo las sílabas oclusivas, las consonantes continuas y las vocales. Con frecuencia hay geminación de la misma vocal presente en la sílaba oclusiva (Correa, J. A. 1985). Finalmente hay que señalar el carácter funerario que se viene atribuyendo a este tipo de inscripciones repitiéndose en muchas determinadas palabras tenidas por fórmula epitafial. Gracias a esta costumbre nos ha llegado a ser conocida su escritura.

  Esta inscripción fue realizada en el interior del ortostato número 4, en su parte derecha central y ocupa un pequeño espacio rectangular de 12 cm de largo por 10 de ancho. La superficie del soporte es blanda y se exfolia con facilidad en capas muy delgadas, de cerca del milímetro de espesor. En la parte superior de esta zona del monumento hay una nivelación, ya mencionada, que actúa como pequeña visera y resguarda toda esta superficie de la erosión[2].

  Toda la superficie debió estar llena de trazos lineales distribuidos de manera muy irregular pero el plano saltó en amplios espacios que no ofrecen ya ese tipo de realizaciones; en uno de estos resaltes hay realizada, muy tenue, una inscripción que es visible en su totalidad en condiciones muy especiales de luz y humedad ambiental. Para realizar los signos no debió necesitarse un instrumento excesivamente duro ya que la pizarra aparenta ser blanda; si fue necesario que la herramienta estuviera muy afilada dada la delgadez de los trazos; ya hemos dicho que su relieve es escaso siendo difícil la observación en circunstancias normales. Consta de 24 o 25 signos cuyo ancho oscila entre 1,20 y 0,50 cm; fueron distribuidos en una línea con pauta ocasional; a los 10 cm de su comienzo, el renglón se curva durante 6 cm hacia la parte inferior para terminar con rectitud pero algo caído 8,5 cm a la derecha y, naturalmente, en sentido contrario a su comienzo. Aparentemente existe una unión entre los signos 15, 16 y 17; de estos, el 16, es el trazo recto que aparentemente los une, pero una mirada atenta y pormenorizada nos acerca a considerarle más bien un relieve natural de la roca y por ello no lo consideramos signo (Lám I, II-a, II-b, II-c y Fig 1). El autor hizo las grafías sin titubeo demostrando soltura en la realización de los trazos los cuales, en general, no fueron interrumpidos; por todo ello hemos de suponerle soltura, buen conocimiento del signario del SW y quizás una práctica habitual propia de un lapicida con cierta profesionalidad.

  En todos estos monumentos debemos suponer posibles errores caligráficos, adornos o variaciones debidas a un voluntario añadido del autor, en otras ocasiones las variaciones serían involuntarias, motivadas por el cambio direccional de la línea, alteraciones imprevistas del soporte o bien el fuerte cambio de posición de la mano del autor forzado por la imposibilidad de rotar ante la disposición vertical del soporte.

  Por el momento se encuentran en Extremadura varias inscripciones con este tipo de signos. La primera fue ofrecida por Vicente Paredes Guillén, es la situada más al N y consta de un solo signo leído como i; fue grabado sobre un canto rodado de fibrolita encontrado cerca de Plasencia (de Mello 1980). Continúa la pintada en el abrigo del Santuario de Monfragüe, su mala ejecución y conservación han hecho que nos llegue bastante confusa y deteriorada (Beltrán 1973). Algo alejada hacia el SE está la de Almoroquí descubierta por un grupo de trabajo en el que algunos de nosotros formábamos parte (Beltrán 1973; de Hoz 1993). Pasamos luego a la pequeña inscripción de Cañamero (Hernández 1972) situada aún más al SE aunque algo menos que ésta de la Barca, la cual es equidistante con la hallada en Siruela, situada al S (Otero 1974); finaliza esta serie la hallada en Capote, Higuera la Real, Badajoz (Berrocal 1982) mirando ya a sus vecinas del S portugués que es donde se encuentran la mayor concentración de estos monumentos. Finalmente completan la muestra algunos grafitos hallados en Medellín, Badajoz (Almagro 1977) y en Cancho Roano, Zalamea de la Serena, Badajoz (Jiménez 1996).

  Ofrecemos en la lámina I la inscripción y en la figura 1 presentamos su ordenación según nuestro sistema actual de escritura pero sin mudar su disposición sinestrosa. Al enfrentarnos a los contenidos de cada signo utilizaremos los signarios según creamos más conveniente. Utilizamos los de Gómez Moreno (G.M.) (Gómez 1961), el de J. de Hoz (J.H.) (de Hoz 1989) y el tercero de Virgilio Hipólito Correa (V.H.G.) (Hipólito 1996); para el alfabeto fenicio hemos consultado el ofrecido por J. de Hoz (de Hoz 1989).

  Son claramente identificables por los signarios del SW, los números 1, 2, 3, 5, 6, 7, 8, 9, 11, 13, 21, 22, 23, 24 y 25; presentan dudas de interpretación los números 10 , 16, 17 y 18; consideramos signos evolucionados los números 4, 14 y 12 y desconocidos a dicho signario los números 15, 19 y 20. Además en esta inscripción parece que no hay geminación y llama la atención la excesiva presencia de oclusivas labiales con una marcada ausencia de signos vocálicos en la parte central del texto.

  Los números 10 y 16 podrían ser tomados como separación ya que a veces se emplean con esa función. Así podría ser pues el signo anterior es terminación de palabra ya que …ikalan es semejante a la terminación…ikalen, pero una mirada atenta nos hace ver que tras el primer signo vertical, va otro claramente traducido por n y después no va una vocal como habría que esperar, -va el doble gancho-, el cual tiene muchas posibilidades de ser silábico, por lo que habría una construcción muy forzada y un poco extraña. Por todo esto parece acertado suponer al menos en este primer signo vertical su habitual contenido silábico de ba (G. M.) y con ello aceptar en él, el comienzo de una nueva palabra. Igual lectura podría ofrecer el otro vertical número 16, aunque nosotros no lo consideremos tal; éste, signo o relieve natural, se encuentra en una zona de la inscripción en la que unos no son legibles en el alfabeto del SW y carece de signos vocálicos con lo que de ser signo añadiría mayores dificultades.

  El número 17 es parecido a labial ba (de Hoz 1986) pero incluye una variación en la zona central de la línea quebrada que aquí se construyó con horizontalidad sus segmentos 1, 3 y 5. También tiene variaciones el signo número 18 que se aproxima a la s (de Hoz 1986). En cualquier caso su situación en esta parte de la frase no nos facilita su lectura.

  Los rectángulos cortados por tracitos superior e inferior, números 4 y 14, son una clara evolución del signo rectangular simple leído por bu en los tres signarios. El número 12 procede del gancho sencillo formado por un solo arco leído como bi (G.M.) y (J.H.). Precisamente estas particularidades nos hace suponer que puedan ser añadidos del autor y que representen sonidos muy parecidos o iguales a los que representan los signos de donde proceden.

  Entre los signos más desconocidos para el signario del SW podemos incluir el número 15 que semeja al celtibérico be (de Hoz 1988 b); puede considerarse también una representación deforme del e del SW. El trazo 19 señala el alfabeto neopúnico como el más próximo y el número 20 nos resulta desconocido. Ya hemos dicho que todos estos signos presentan un grado de desgaste que hace difícil su visión.

  Dividimos la inscripción de manera convencional en tres partes para seguir acometiendo su estudio con mayor facilidad (Láminas II-a-b-c). De esta manera tendríamos una primera parte que llega hasta el final de …i.ka.l.a.n, el cual va precedido de cuatro signos conocidos, formarían con muchas posibilidades n.i.e.bu.i.ka.l.a.n..

La segunda parte de la inscripción comienza con el primer signo vertical y termina en el número 20, ambos inclusive; debe ofrecer en primer lugar ba.n.; luego un evolucionado doble gancho, número 12, que podría tener un contenido cercano al del gancho simple, leído como bi en (G.M.) y con dudas por (J.H.); sigue una clara n; nuevamente un rectángulo evolucionado, leído por bu como en su primitiva representación o cercano a ella; después los signos 15 y 16 que preferimos no leer y después los signos 17, 18, 19 y 20 que ignoramos su contenido y que tampoco leemos. Su posible lectura se acercaría a ba.n.bi.n.bu.¿-?.-.¿-?.¿-?.¿-?.¿-?. Obsérvese que los signos vocálicos escasean o están ausentes y aparentemente hay un elevado número de sílabas oclusivas labiales.

  La tercera parte, convencionalmente separada, presenta la terminación i.ka.l.e.n. con un significativo cambio de a por e con respecto al primer segmento. Su lectura incompleta sería i.ka.l.e.n. En conjunto la inscripción se aproximaría a:

 1     2    3    4      5     6      7     8     9

 n    i    e   bu    i    ka    l      a    n

 10     11     12    13      14     15    16   17

 ba    n     bi     n     bu    ¿?    –    ¿?

 18    19    20    21    22   23  24   25

¿?   ¿?    ¿?     i     ka   l     e     n

  Tanto ikalan como ikalen tienen una estructura rastreable en alguna inscripción del SW como el comienzo de G.M.1, a partir también del cuarto signo hay un ipalen.

 A pesar de lo dicho hay que reconocer que las numerosas variaciones con respecto a los signos habituales en el SW, la ausencia de las frases rituales maronabe o mirnabe keonai o similares, las sucesivas repeticiones de las sílabas oclusivas labiares y la escasez de signos vocálicos en la parte central así como sus posibles conexiones con los diferentes signarios etc, hacen de nuestro monumento un caso excepcionalmente raro con respecto al resto de las inscripciones prerromanas en general y del SW en particular.

 Aunque el lugar de aparición de nuestra inscripción pueda considerarse para la cultura del SW al menos fronterizo, pensamos que esta distancia entre el foco principal no debe ser la causa principal de tales variaciones, ya que en la cercana inscripción de Siruela aparece el signario del SW bien definido y ajustado. Aquí vemos una parte central con representación de sonidos extraños al signario del SW; el lapicida parece conocer otros signarios, celtíbero como quizás apunte el signo nº15 y el neopúnico como parecen indicar el número 19. En parte, debió tener necesidad de combinarlos para lograr representar satisfactoriamente unos sonidos extraños al signario del SW y a su vez agradar a los demandantes. Así pues, la parte central de la inscripción, muy posiblemente haga referencia a palabras de origen fenopúnico lo cual se deduce de la ausencia de signos vocálicos en su construcción. Estas palabras hay que relacionarlas con algún personaje importante, de procedencia oriental, posiblemente afincados en el cercano poblamiento de la Barca.

 Forzosamente no se puede decir que la inscripción pertenezca a un rito fúnebre ya que el pequeño tamaño de los signos parece más bien hacer una referencia común, cotidiana. Pero la utilización del viejo monumento megalítico como lugar respetable, necrológicamente hablando, le añade consistencia como posibilidad de continuar siendo un lugar de enterramiento elitista. Con él perviviría su antiguo valor simbólico general, fiel representante de una vieja estructura social; reflejo de sus valores o parte de todo ello.

7. CAZOLETAS

 Las cazoletas grabadas presentan una superficie pulida, cóncava y fueron representadas formando conjuntos de dos.

 El ortostato número 3  contiene dos cazoletas situadas en el cuarto superior izquierdo de la superficie visible; de ellas, la número 1 se realizó superiormente y tiene forma elíptica, miden sus ejes 5,5 cm el vertical y 5 cm el horizontal siendo su profundidad aproximada de 1 cm; la número 2 se situó inferiormente a 7 cm y es circular, su diámetro mide 3,5 cm y la profundidad es de apenas 2 mm.

 El ortostato número 9 tiene otras dos igualmente pulidas aunque presenten peor acabado; una superior de tendencia elíptica se situó en el centro del cuarto superior derecho, tiene un eje vertical de 5,5 cm y otro horizontal de 4 cm siendo la profundidad cercana al centímetro; la más inferior fue realizada hacia el centro del ortostato quedando de ella solamente un pequeño casquete esférico.

 Es numeroso el repertorio de cazoletas realizadas en los ortostatos de dólmenes y monumentos posteriores.

Numerosa es también la representación de estas formas con una cazoleta oval destacable  casi siempre por su mayor tamaño, valga como ejemplo las realizadas en la parte E exterior al recinto del cercano poblado de La Barca, Valdecaballeros, Badajoz.

8. LOS GRABADOS LINEALES.

    Los grabados fueron realizados en dos grupos: la serie A que ocupa el ortostato número cinco y la b en el once. Enumeramos siempre de arriba abajo y de izquierda a derecha salvo que se indique lo contrario.

SERIE A. Esta primera serie de grabados se encuentra en el mismo ortostato que la inscripción.

Fueron realizados muy finamente en v aunque, en algunas formas especialmente relevantes, fueron realizadas en U, algo mayores, más concretas y  con  mayor intensidad.

Serie A Conj A-1 Dibujo

Conjunto A-1. Ocupa un plano algo más elevado situado sobre el centro de la parte superior. La superficie está bien limitada, lisa, de color claro y de forma compleja; no se utilizó en suparte inferior  (Fig 2).

Algunos trazos son de difícil visión pues la disposición del ortostato comunica mala luminosidad.

En la parte superior de este espacio se  grabaron con fuerza nueve cortos trazos, a veces dobles y siempre paralelos entre sí, aunque inclinados a la izquierda su tendencia es vertical.

Bajo ellos siete líneas inclinadas hacia la derecha ahora de tendencia horizontal; cortas y algo gruesas, fueron distribuidas paralelamente.

 En la parte media de esta composición, bajo la parte inferior de las líneas más verticales se dispuso una figura en forma de corta hoja de espada con su punta hacia el lado derecho y en la misma disposición que los trazos de tendencia horizontal a partir de la cual comienzan.

También hacia el centro del conjunto, en la parte baja de la forma de arma, casi imperceptibles, se observan varias líneas muy finas, distribuidas desordenadamente aunque a veces  forman triángulos.

Serie A Conj A-2 Dibujo Fig 3

Conjunto A-2. El soporte está bien limitado, bastante liso y tiene forma irregular. Este conjunto se realizó en la superficie contigua por la  derecha y en la parte baja, el lado izquierdo no se utilizó (Fig 3).

La parte superior de la derecha apenas ofrece un par de finos trazos, muy próximos, de tendencia vertical y cóncavos.

Este conjunto consta esencialmente de tres estelares parcialmente grabados en el límite derecho del espacio utilizado: uno se realizó hacia la zona media  central con una forma circular finamente piqueteada y deforme en su parte superior; de este círculo se desprenden cuatro trazos, los dos de la derecha son muy cortos, los de la izquierda son muy largos y unen por lo general los distintos trazos lineales de este conjunto.

Otro estelar se dibujo con una semicircunferencia, está inmediato a su derecha y bajo éste el otro, solamente  insinuado en la parte inferior. Estos últimos se realizaron en el límite de la superficie acotada.

Ambos proyectan sus radios, curvándose con suavidad, hacia la parte inferior izquierda. En todo ese espacio se trazaron numerosas líneas de distintos tamaños y generalmente de tendencia paralela con las mismas de sus posición. Hay unas de tendencia vertical, otras horizontales e inclinadas; en general, aunque algo deformes, pueden considerarse estructuras reticulares.

En este conjunto de trazos se pueden observar algunas formas triangulares y de puntas de espadas. Destacan dos: una corresponde a la representación de una alabarda reforzada con nervio central, mide 5 cm de largo y 3,6 cm de alto, fue grabada en U, en la zona media central y con mayor intensidad; la otra, muy deteriorada, corresponde a una corta forma de espada de 15 cm de larga y 2,2 cm de ancha, se dispuso horizontalmente en la parte inferior y con la punta hacia la izquierda.

Comentarios a los conjuntos de la serie A

El conjunto A-1 presenta una forma de hoja de espada y trazos, no muy grandes, de tendencia vertical y horizontal y carece de estelares.

La disposición de los trazos y el arma nos dispone a suponer, con cierto rigor, que se nos trasmitió una acción, en la cual “algo” que estaba en pie -posición tendente a la vertical-, fue cercenado por la forma de arma hasta la posición inclinada de tendencia horizontal; parece decir: algo que está vivo pasa a estar muerto por la acción de la espada.

El conjunto A-2 presenta un panorama diferente. Pueden considerarse tres grupos en torno a los tres estelares y sus campos radiales, el tercero solamente insinuado por la confluencia de sus rayos.

Otra cuestión es la introducción de una forma nueva de arma que se suma a la deteriorada figura de espada corta ya presente en el Conj A-1; se trata de una representación de alabarda con refuerzo central.

Las representaciones radiales parecen ser el motivo para realizar en sus “campus”, una serie de estructuras reticulares, no bien acabadas, pero que permiten asociar en este conjunto ambas formas -estructuras y rayos estelares-; más allá de esta correspondencia formal deben relacionar igualmente sus contenidos aunque estos se nos escapen.

La forma de alabarda se situó fuera de los dos campos radiales de los estelares, más bien al comienzo del segundo pero directamente conectada a ellos por largos trazos de tendencia vertical y paralelos que se extienden de arriba a abajo desde el primer conjunto articulando con los otros dos grupos mediante estructuras reticulares.

 En el trazado parece representado un pequeño caos en la parte izquierda inmediata inferior de la forma de alabarda cerca de la conclusión del primer trazo por ese mismo lado.

Así pues este segundo conjunto concreta la relación de determinadas armas en asuntos estelares.

Parece quedar muy lejana su acción mortífera; en realidad se nos transmitió una complicada acción de carácter general, cósmica.

Tal vez haga las siguientes referencias: una es la creencia  de los orígenes cósmicos de determinadas clases de armas metálicas -bronce-; otra a la organización cósmica, quizás con carácter ocasional, por la conjunción de determinados rayos de diferente procedencia astral formando estructuras reticulares.

SERIE B.

Fue realizada finamente y con escasa profundidad en la cara interna del ortostato nº 11. El soporte presenta una superficie lisa, blanda y fácilmente exfoliable en capas delgadas lo que ha producido resaltes de extensión importante; tiene tres racheados oblicuos hacia la izquierda en ángulo de unos 30º con la vertical, son paralelos, y de tendencia equidistantes. La roca tiene color pardo en la parte inferior, zona que ha estado más tiempo cubierta por  tierra, después pasa paulatinamente a diferentes tonalidades de gris y en la zona superior, por estar en el exterior y en contacto con el aire, ha propiciado la aparición de numerosos líquenes que la han prestado su protección. La diferencia de estas coloraciones es un buen testigo de las sucesivas grandes etapas que ha tenido la existencia de este tholos.

Los seis primeros conjuntos ofrecen trazos de apariencia desorganizada, una observación más pormenorizada nos hace ver entre ellos a determinadas formas de armas que  hemos fotografiado y dibujado mediante su escaneado con lo que su acercamiento a la realidad es importante, cuestión que creemos imprescindible en este tipo de trabajos. Las demás líneas están organizadas en formas geométricas.

En general enumeramos los conjuntos desde la parte superior izquierda hasta la inferior derecha.

Aa SERIE B Conj B-1 2014 Fig 4

 CONJUNTO B-1. Ocupa una superficie triangular  irregular de   45 cm de alto y  14 cm de ancho. El vértice más agudo apunta la parte inferior; está bien limitada por racheados naturales de la roca (Fig 4).

La superficie es lisa y clara; un resalte daña el dibujo central de un estelar o soliforme. Dividido el espacio horizontalmente en tres partes apenas se ocupó la parte inferior, la más aguda; los restos del soliforme destacan en la zona media y una serie bastante abigarradas de trazos rectos de tendencia vertical ocupan el tercio superior.

El conjunto está formado por dos tipos de formas. Una de ellas muy concreta, es el estelar cuya circunferencia central se trazó con la ayuda de  líneas rectas; son visibles en la parte superior unos 4 cm, de la parte derecha solamente tenemos un tracito de 2 cm e indica que, al menos los inicios por esta parte también son rectos; de la parte inferior derecha no nos ha llegado nada y en su izquierda hay muy desvaída una línea circular. El arco se completaría en un resalte de la roca.

Más allá de esta línea, supuesta en un buen tramo, se encuentran los radios inequívocos que reclaman el arco central. En total hemos observado trece o catorce líneas radiales cuyas medidas oscilan entre 4 y 10 cm.

El resto de las formas se situó por lo general en la parte superior del espacio. Son líneas rectas de aspecto desordenado cuyo trazo tiende a la verticalidad.

En la parte media superior se trazó una línea tendente a la horizontalidad, con ella se acotaron en sus extremos dos formas triangulares, la de la izquierda sin refuerzo central y la de la derecha más pequeña, remarcado su contorno con doble trazo lleva refuerzo. Son representaciones de alabardas. Menos precisas se observan otras.

Igualmente se dibujaron varias terminaciones lineales que se aproximan hasta cortarse en forma de hoja de cuchillo o espada y en menor cantidad puntas de flecha.

De la parte superior del estelar salen largas líneas que por sus forma y extensión aparentan ser extraños al estilo nada armamentista de la figura.

Av SERIE B Conj B-2 y B-3  2001 Fig 5

CONJUNTO B-2. Acometemos el estudio del conjunto B-2 según la fotografía obtenida en el año 2001 ya que las del año 2014 han perdido gran parte de trazos, sobre todo del estelar (Fig 5).

Ocupa una superficie contigua por la derecha; como la anterior está perfectamente acotada de forma natural. Tiene forma de rectángulo con base en uno de sus lados menores; miden 12,5 cm de ancho y 24,5 cm de alto. En este espacio rectangular se realizaron dos conjuntos de temática semejante al B-1. El espacio se presenta alisado y sin líquenes.

El conj B-2 es el situado a la izquierda, en la parte central. Está formado por un estelar con una corona en forma de elipse irregular, más recta en la parte superior que en la inferior. De ésta parten salen al menos nueve trazos rectos de tendencia radial, muy regulares los cuatro del lado derecho y anormalmente largos los de la izquierda sobre todo el penúltimo. De todos al menos seis terminan superiormente unidos en forma de hoja de cuchillo, en una ocasión se prolongaron las líneas hasta conseguir la unión muy superiormente. Los radios visibles de la parte superior estaban casi perdidos y ocupaban más bien la parte central.

 La figura solar está bajo un reticular que nos ha llegado en parte muy desvaído. Estaba formado por seis trazos bien marcados de tendencia horizontal; los trazos verticales correspondientes a esta estructura son más difíciles de precisar: uno se observa muy cerca del límite derecho de la superficie; en la parte superior derecha se observan dos restos; hay otro casi coincide con el extremo derecho de la elipse; uno más coincide con la parte superior del cuarto radio -comenzando por la derecha-. Más hacia la izquierda algunos radios se confunden con los trazos verticales de la estructura.

Aun existen otras líneas que cortan diagonalmente el conjunto posibles añadidos de tiempo impreciso sin otro sentido que el daño.

CONJUNTO B-3. Este conjunto fue realizado en la parte superior derecha de este espacio rectangular, se separó del anterior conjunto escasos centímetros. Consta de un nuevo reticular bien trazado con líneas rectas y perpendiculares  (Fig 5).

Cuatro son de tendencia horizontal, miden 5,6 – 6 – 6 y 6 c; de las cinco verticales el segundo por la izquierda mide 18 cm y se curvo superiormente hacia ese mismo lado con el fin de unirse al primero de longitud similar. Se retocaron las longitudes de estos dos trazos superiormente logrando dos terminaciones puntiagudas semejantes a las de los conjunto B-1 y B-2; una de ellas acaba más arriba que las demás.

En la parte de abajo, apenas visible, hay un estelar bajo el reticular citado. Se realizó de forma triangular, con un ángulo recto en el lado izquierdo de la parte superior,  arriba el lado mayor  mide 4,2 cm y 1,2 cm el inferior en la izquierda. El otro lado se realizó de forma cóncava uniendo ambos extremos.

Esta forma arqueada presenta cinco líneas radiadas en el lado superior de 4 – 4 – 4 – 4,8 y 3 cm; en la parte inferior vemos otros cinco de 2,5 – 0,6 – 5,3 – 2,1 y 3,1 cm; se completó este estelar con otros tres en el lado izquierdo, miden 1,5 – 1,5 y  3,6 cm.

Aprovechando los radios de la parte superior se trazó otro reticular con al menos tres líneas horizontales de unos 3 cm. Esta forma y el estelar aparecen muy desvaídos en el material fotográfico de 2001, en el año 2014 prácticamente han desaparecido.

CONJUNTO B-3 bis. Este conjunto no fue recogido en nuestro estudio de 2002. Se situó en una superficie adosada a la derecha en forma de paralelogramo irregular y para orientación del lector diremos que  tiene como base uno de sus lados menores, los diagonales. Sus ejes miden  10,5 cm y  29,5 cm (Fig 6).

Los trazos que recoge están muy desvaídos y nos permite aproximarnos a  sus contenidos. Se trata de una forma estelar en la que la corona central es visible en su parte inferior y el lado derecho; también su parte izquierda, encontramos perdida la parte superior. Son visibles por ese contorno numerosas formas de tendencia radial, seis en la parte superior, cinco en el lado izquierdo y nueve en la parte cóncava; algunas de ellas son de gran extensión.

Existen un corto número de líneas esparcidas por la superficie sin aparente sentido que, en parte no incluimos por no dificultar la observación.

CONJUNTO B-4. Fue situado inmediato a la izquierda bajo los anteriores. Ocupa una superficie de tendencia rectangular de 12,4 cm de ancho y 29,5 cm de alto. En el soporte aparece con cierta alineación con los conjuntos B-5 y B-6 (Fig 7).

Consta de dos estelares y otros trazos. El estelar superior se realizó a la izquierda y se aprovechó un resalte de la roca. Se nos representó el arco de forma muy parcial con al menos cinco largos radios que se desprenden del resalte de forma impulsiva y algo descuidada.

El otro estelar se situó en la parte baja del lado derecho, muy cerca de otra pequeña oquedad. Para trazar el arco se utilizó en la parte superior un ángulo obtuso de gran abertura y sus extremos se unieron inferiormente con un arco resultando una figura alargada.

 En todo su contorno se completo con al menos catorce trazos radiales.

En el centro de estas dos formas confluyen sus radios -serían los rayos de los dos estelares- y sobre ellos hay trazada en inclinada diagonal una indudable forma de hoja de puñalón que parece quebrar la línea de uno de los radios del estelar inferior.  Entendemos que narra quizás con mayor claridad por su simpleza, las mismas cuestiones apuntadas en los cuatro primeros conjuntos de este ortostato.

CONJUNTO B-5. Ocupa la parte central y se realizó en una superficie lisa de tendencia rectangular; tiene 36 cm de alto y 16,5 cm de ancho. Como los anteriores conjuntos está bien limitado por racheados naturales, dos de estos cortan el espacio perpendicularmente llegando a converger en la parte superior: los trazos son finos y superficiales (Fig 8).

Las formas son semejantes a las reseñadas: trazos lineales y dos estelares, más confusos y descuidados, aparentemente inacabados.

El primero ocupa la parte superior derecha al lado del racheado central;  el arco se realizó hacia la derecha en forma de triángulo con un pequeño remate cóncavo en la parte inferior izquierda, en esta corona, superiormente se trazaron al menos cuatro trazos radiales y cinco en el lado inferior.

Bajo él, a unos 10 cm hay otro estelar, muy posiblemente inacabado, nos ha llegado parte de su corona circular y algún trazo radial. Destaca en su interior una forma de arco.

En toda esta superficie se realizaron numerosos trazos, la mayoría de tendencia vertical, de ellos varios lo hacen determinando cuatro o cinco formas acuchilladas.

CONJUNTO B-6. Fue realizado en una superficie en forma de triángulo escaleno;  tiene de alto 35 cm y de ancho 13,5 cm. Es lisa aunque manchada de tonos ocres que dificultan la visión de la superficie de la roca, no obstante no parece que existan más trazos que los reseñados.

Solamente hemos visto un estelar -soliforme- en la parte superior derecha. La corona central se formó con trazos rectos, quebrados, en la parte inferior y superiormente con una línea cóncava. Para observarse debe tomarse como referencia para la corona central, una pequeña hendidura de la roca. Lo acompañan al menos diez trazos radiales visibles en los laterales y la parte inferior (Fig 9).

CONJUNTO B-7. Se realizó unos cinco centímetros bajo los anteriores, alineado con los conjuntos B-8 y B-9, es el primero de la izquierda y está muy cerca del límite del ortostato (Fig 10).

El soporte inmediato se aproxima a la forma rectangular, tiene 13 cm de ancho y 40 cm de alto. El grabado viene a ocupar aproximadamente el centro de este espacio.

La figura fue realizada con trazos el u y ligeramente más gruesos que la mayoría de los anteriores. Está compuesta en su parte superior por un rectángulo de 9 cm de largo y 4 cm de alto; el lado superior se prolongó brevemente hacia la izquierda; este rectángulo se dividió interiormente con siete trazos paralelos y equidistante –hay un octavo, más fino, entre el cuarto y el quinto.

Diez trazos de idénticas características pero sin corresponderse, fueron realizados inferiormente al rectángulo.

CONJUNTO B-8. Pronto hacia el lado derecho se encuentran los restos de otro estelar. Solamente nos han llegado restos de cinco líneas radiales del lado izquierdo (Fig  11).

CONJUNTO B-9. Continuando en esta alineación hacia la derecha se encuentra el grabado de un nuevo esteliforme (Fig 12).

El soporte es de forma menos definida aunque se acerca a la forma triangular, mide 42 cm de alto y 17 cm de ancho y la superficie es lisa.

Como hemos dicho el conjunto lo forma un único estelar que nos ha llegado completo, su trazo es ligeramente más fino.

La figura se consiguió con un ángulo próximo al recto de abertura hacia los lados derecho e inferior; sus extremos se unieron con una línea cóncava poligonal.

En el contorno de ese arco central se realizaron veintitrés trazos radiales de distintas dimensiones aunque proporcionales a la superficie central

CONJUNTO B-10.  La última línea ofrece un primer conjunto en una superficie de límites poco precisos excepto a izquierda y derecha. El conjunto está situada en la parte baja, cerca del límite del ortostato por el lado izquierdo (Fig 13).

La figura tiene el trazo impulsivo, rotundo y sin titubeos. Consta de cinco líneas de tendencia vertical; dos en el lado izquierdo de  8 cm y 11,6 cm,  la separación media entre ellas es cercana al centímetro y tienden a converger en la parte superior. Otras tres en tamaño y disposición semejante ocupan el lado derecho.

La figura se completa por trazos horizontales ligeramente cóncavos  hacia la parte superior; se distribuyeron cortando ocho a la primera por la izquierda y otras ocho lo hacen por el lado derecho prolongándose hasta cortar con menor amplitud a las tres verticales de este lado.

CONJUNTO B-11. Este nuevo conjunto se situó en la parte central algo alineado horizontalmente con el anterior. El soporte tiene forma triangular de  17 cm de largo y 37 cm de alto; presenta la superficie con diversos saltados (Fig 14).

Consta de un estelar. La corona que mostraba era de tendencia poligonal -hoy ha desaparecido-, de ella se desprenden nueve trazos radiales.

CONJUNTO B-12. Finaliza la serie de conjuntos en este ortostato una forma aparente estelar realizada en una superficie lisa, de límites poco precisos, situada a la derecha en la parte inferior (Fig 15).

Es menos visible que las formas anteriores por estar grabada con menor intensidad.

La forma muy poco visible, de corona lograda a base de trazos rectos y circulares parece tener una pequeña prolongación en la parte superior derecha, de ella salen, muy próximos, dos apretados trazos radiales. En torno al resto del arco central se trazaron   otros trece,   alguno de ellos visiblemente articulado como patas de insecto.

Comentario general a los grabados.

Para realizar los grabados de la serie B se eligió como soporte la superficie del ortostato número once que señala el norte geográfico.

En los seis primeros conjuntos de la serie B se repiten por lo general, los motivos lineales aislados y, a veces su disposición reticular; existe cierta similitud con los realizados en la serie A. El resto de los conjuntos ofrecen formas individuales de estelares y zoomorfos.

En esta nueva serie el estilo del trazado de las formas estelares es mucho más cuidado y pormenorizado; parece indicar que fueron realizados con anterioridad al resto de trazos. Por el contrario en el conjunto A-2 los estelares están más descuidados y formalmente diferentes ello nos lleva a suponer su trazado al mismo tiempo que el resto de las formas que los acompañan.

Por lo general, los estelares del Conj B, repito, se realizaron primeramente, de manera individual y en una superficie determinada, bien limitada.

Las estructuras presentes en el Conj A-2 aquí están presentes en los Conj B-2 y B-3. Si comparamos su disposición en los conjuntos B-1, B-2 y B-3 podemos afirmar que narran una evolución desde el caos lineal del B-1, al perfecto orden del B-3 pasando por un estado intermedio en el conjunto B-2, equiparable al ya comentado conjunto A-2.

El hecho de que la razón se haya impuesto en el trazado de las formas en la estructura del B-3, no quiere decir que sus contenidos sean racionales; posiblemente sean la expresión de una narración inventada “literaria” a la que se recurrió para explicar algún fenómeno físico relativo a la presencia de las armas, especialmente de bronce. De estas cuestiones se deduce que su representación aislada en determinados conjuntos debe ser simbólica e indicar contenidos en el sentido indicado.

7. RELACIONES

Los estelares más parecidos a los representados en la serie B son los motivos simbólicos utilizados en la decoración de recipientes cerámicos de época neolítica, la facilidad del trazado sobre la arcilla blanda facilitaba la realización del disco central. La descomposición del arco central – curvo- en pequeños segmentos rectos es un recurso que se utiliza aún hoy en el dibujo con ordenador. Hecha esta aclaración podemos relacionar estas formas estelares con los realizados en recipientes hallados en la cueva de la Murcielaguina (Gavilán 1991) y acompañado de una estructura en un fragmento hallado en la granadina sima del Conejo, Alhama, Granada (Carrasco 1982).

Las estructuras reticulares están presentes desde el Paleolítico; la más cercana la menciona Hipólito Collado en la cueva de la Mina en Castañar de Ibor, Cáceres (Ripoll y Collado 1996); posterior es la del Puerto del Gamo, Casar de Palomero, Cáceres (Sevillano  1991) representada como armazón fundamental de todo el conjunto. De forma independiente conjuntada con otras formas, ya con presencia de representación de armas de bronce están presentes en numerosos grabados entre los que mencionamos los de Tejadilla V-I y XII, Madroñera y Garciaz, Cáceres (Rubio 2001 b).

Sobre los trazos lineales aparentemente sin estructurar tenemos representaciones en numerosos grabados sirvan como ejemplo cercano los mencionados en el río Tejadilla o los de Santo Cebolloso en la cercana Siberia extremeña (Domínguez y Aldecoa 2007).

8. CRONOLOGÍA

Las series de cazoletas debieron ser los motivos primeramente realizados en época imprecisa del Neolítico.

Independientemente de que algunos trazos de los reseñados fueran trazados de forma esporádica, en tiempo impreciso, la mayoría parece indicarnos que se realizaron esencialmente en dos momentos  diferentes: en uno los estelares individuales y zoomorfos de la serie B; en otro las series A y B incluidas las estructuras, las representaciones de armas -sobre todo las alabardas reforzadas-.

Los estelares y zoomorfos por su semejanza con algunas decoraciones simbólicas de recipientes cerámicos las situamos en un Neolítico tardío o Calcolítico temprano; en momento posterior, en el Bronce Medio, el resto de trazos por las formas de armas representadas.  El momento final de nuestro monumento lo marca claramente la inscripción aparentemente no funeraria; debe añadirse al rico Orientalizante extremeño que tiene en la zona de Medellín; Cancho Roano, Zalamea de la Serena y La Mata en Campanario etc, sus mejores testimonios. Todos ellos superaron la segunda mitad del primer milenio a. de C.; nuestra inscripción puede ser incluso algo posterior si se tiene en cuenta que la raíz ikalen- es propia de algunos denarios.

  NOTAS (1) El descubrimiento de este monumento se debió a D. Julián Hontanilla Cendrero –La dehesa de los Guadalupes. Historia de un espacio socio-económico extremeño. Editora Regional de Extremadura. Colección Estudio 16. Mérida 2000. La noticia de su existencia nos la comunicó D. Pedro Diosdado de Cañamero, Cáceres, a quienes agradecemos su colaboración. (2) El descubrimiento de la inscripción se debió a Dª Elvira Novella del Río habitual acompañante de nuestro grupo. (3) Provisionalmente no se ofrecen varias láminas de los grabados por razones técnicas.

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APÉNDICE GRÁFICO

 

Lámina I

 Lámina I.- Inscripción del dolmen de la Barca, Valdecaballeros (Badajoz)

LáminaII-a

Lámina IIa.- Detalle de la inscripción

LáminaII-b

Lámina IIb.- Detalle de la inscripción

LáminaII-c

Lámina IIc.- Detalle de la inscripción

Ab La Barca Serie B Conj B-3bis, 4, 5, 6 Fig 6,7,8,9 

Ab La Barca Serie B Conj B-7, 8, 9, 10, 11 y 12 

 La Barca Fig 16

 LáminaIX

Conjunto B-II

LáminaX

Conjunto B-III


Oct 012001
 

Manuel Rubio Andrada y Vicente Pastor González.

RESUMEN: Este monumento nos muestra una parte racional formada por el trazado d las coordenadas geográficas N-S y E-W junto a otra literaria en la que se insinúan diversos relatos en relación con el origen de las armas metálicas. Los cambios del planeta Venus parecen estar presentes en ellos.

A. LOCALIZACIÓN Y GENERALIDADES

El grabado es conocido en la cercana población de Sta. Marta con el topónimo del Águila por creerse representado en él este rapaz; la denominación tiene escaso fundamento y se aclara simplemente viendo el monumento. Con el nombre erróneo de Valdehondas aparece en una escueta relación de grabados hecha pública en 1991, cuestión que se rectifica en otra de similares características publicada en el año 2000[1].

Este monumento se localiza en el mapa 1/50000, hoja 679 denominada Aldea de Trujillo, edición de 1963 del Instituto Geográfico y Catastral; pertenece al término municipal de Santa Marta de Magasca y tiene de latitud 39º 30´ 20´´ siendo su longitud 2º 24´15´´ del meridiano de Madrid.

Para visitarle hemos de pedir autorización a los propietarios de la citada finca. Inmediatamente al entrar en ella parte un camino a la derecha, transcurramos por él 1,5 km hasta llegar al último poste de conducción eléctrica situado en dicha propiedad. Dejado allí el vehículo marchemos 200 metros hacia el N y encontraremos el monumento entre unas peñas nada singulares.

El paisaje que le rodea está formado por unas lomas suaves, cubiertas de cuidado encinar acompañado de la flora que le caracteriza y que es propia de la dehesa extremeña en esta parte de la penillanura trujillana. La tierra tiene escasa profundidad y está salpicada de pequeñas y abundantes crestas de pizarra generalmente romas aunque a veces se conservan notablemente afiladas y orientadas con un ángulo próximo al meridiano N-S. Hacia el N el paisaje poco a poco se vuelve más abrupto; la inclinación de los cerros se acentúa cada vez más hasta formar pequeños valles cada vez más encajados. Un par de km en esa dirección corre el río Magasca en sentido E-W formando un escarpado ribero conmarcadas pendientes tanto en solanas como en umbrías; en él, entre el encinar, es fácil tropezar con notables acebuches totalmente asilvestrados; la orilla del río se encuentra salpicada por numerosos fresnos.

Así pues, este terreno no es muy apto para la agricultura debido a la escasa profundidad que en general ofrece, esta cuestión se acentúa en las cercanías del río que discurre como ya se ha mencionado, intensamente encajado. La ganadería en cambio ofrece mejores perspectivas sobre todo en forma de pastoreo. La fauna menor es muy abundante presentando ecosistemas muy completos debido en general a una buena gestión cinegética si bien en explotaciones cercanas los depredadores son perseguidos sin piedad.

La roca que sirve de soporte a este monumento es una pizarra no muy dura, de color gris; aunque no es la única que presenta una superficie bastante plana y horizontal, si destaca de las demás de su entorno por presentar un mayor truncamiento cerca de su base y por estar especialmente alisado. Su forma tiende a ser un triángulo aunque de lados muy irregulares; mide de eje N –S 1,40 cm y de E – W 1,30 cm. Muestra la superficie elevada del suelo unos 5 cm; hacia el N presenta un espacio rebajado escasamente un centímetro que hemos señalado en el dibujo con una línea de puntos. Numerosos líquenes de varias tonalidades, sobre todo grises, cubren la mayor parte su extensión (Fig. 1).

Fig 1

Figura 1.- Grabado de Valdehonduras (completo). Sta Marta de Magasca (Cáceres)

En una superficie contigua hacia el W y 7,5 cm más baja, hay grabados un escaso número de trazos. Entre estos destaca el perfil de un podomorfo inciso por abrasión y cortado a la altura del nacimiento de los dedos por un trazo igualmente realizado de 17 cm; la longitud mayor de la figura es de 15 cm y 8,5 cm es su ancho; está situado a 8,5 cm al W del extremo izquierdo de una forma de hacha.

Unos 40 cm hacia el S hay alisado otro espacio menor en una pizarra cercana, algo más elevado, 17 cm, que no presenta dibujo alguno, este espacio tiende a ser rectangular y mide 110 cm de ancho en sentido E-W y 54 cm de profundidad; es un lugar idóneo, por su comodidad, para una paciente observación del monumento dando la frente al N. El espacio es demasiado amplio para una persona, da la impresión que pudo estar concebido para dos individuos lo que puede llevarnos a atribuirle una segunda finalidad didáctica. Suponemos que posicionados en este lugar observarían e iniciarían en los contenidos simbólicos del monumento siendo éste el lugar más natural para acometer su estudio.

Los 159 trazos han sido realizados por incisión frotando la roca con alguna herramienta dura y cortante en continuos movimientos de vaivén, su profundidad oscila desde varios centímetros los más profundos hasta el milímetro los superficiales. Las cazoletas, en número de 40, presentan superficies bastante bien pulidas menos la situada más al N que se realizó muy superficialmente por piqueteado; por lo general tienen forma de casquete esférico excepto la mayor que es elíptica; la mayoría son de diferentes dimensiones tanto en diámetros como en profundidades (Lám 1).

VALDEHONDURAS Lám I

Lámina I.- Grabado de Valdehonduras (completo). Sta Marta de Magasca (Cáceres)

Todas las formas, excepto el mencionado podomorfo y los trazos esparcidos en esas superficies, las consideramos intencionalmente distribuidas en un mismo conjunto; éste se organizó al menos en tres claros subconjuntos. El subconjunto A es el situado al W y limitado del resto por una profunda línea incisa. Es fácil observar en la parte N un espacio rebajado en 1 cm; las figuras que posee tienen independencia del resto de las formas y lo denominamos subconjunto B; todavía en este se aprecia un bajo relieve en el mismo sentido ocupado por la única cazoleta realizada mediante piqueteado. Los demás signos constituyen el C; las figuras de este último, dado su abigarramiento, y por facilitar el orden en la exposición le añadimosuna letra minúscula según el cuadrante que ocupan.

Al describir los trazos damos su situación, medida, y ángulo superior aproximado con respecto al eje N-S geográfico, cuestión que no volveremos a mencionar a lo largo del trabajo.

B. CATÁLOGO

SUBCONJUNTO A

Este subconjunto se situó en la parte superior izquierda del soporte y se encuentra acotado en el N, S y W por los límites naturales de la roca y en el E por un gran trazo ligeramente curvo (Fig. 2).

FIGURA 1.- Corresponde a la línea mencionada que sirve de límite por el E con el subconjunto B; mide 97 cm y está formado por dos segmentos concatenados y ligeramente cóncavos hacia la izquierda; en general tiene una inclinación derecha de unos 35º.

FIGURA 2.- Es un trazo de 11 cm situado en la parte media superior de este espacio; se dispuso inclinado hacia la derecha en un ángulo próximo a los 45º.

FIGURA 3.- Corresponde a un trazo de 4,5 cm, situado unos 3 cm bajo el anterior y realizado en una disposición parecida aunque muy inclinado hacia la derecha.

FIGURA 4.- Es un ángulo formado por lados de 5 cm, está situado 2 cm bajo la línea anterior de la que su lado superior es paralelo; tiene una abertura aproximada de 25º – 30º. El vértice situado en la parte derecha se remató con una cazoleta muy superficial.

FIGURA 5.- Este trazo tiene 12 cm y está situado 6,5 cm a la derecha de los anteriores; se realizó formando un ángulo por la derecha muy próximo a la vertical.

FIGURA 6.- Es un trazo de 4 cm, situado 1,5 cm a la derecha de la figura anterior; se dispuso inclinado unos 40º hacia ese mismo lado.

FIGURA 7.- Mide este trazo 25 cm y se situó próximo por la derecha de los anteriores, comenzando superiormente al mismo nivel; su ángulo hacia ese mismo lado está próximo a los 35º.

Fig 2

Figura 2.- Grabado de Valdehonduras. Los conjuntos

FIGURA 8.- Esta línea mide 6,5 cm y fue realizada con un ángulo de 45º a la derecha de la parte inferior del trazo mencionado.

FIGURA 9.- Corresponde a una cazoleta pulida de 2,5 cm de diámetro y menos de 1 cm de profundidad; está situada a poco más de 1 cm de la prolongación superior de la línea 8.

FIGURA 10.- Es un trazo de 10 cm inclinado hacia la derecha con un ángulo de 60º; fue realizado a la derecha y bajo la línea 8.

FIGURAS 11 y 12.- Continuando a la derecha por la parte superior, a poca distancia de la cazoleta número 9, hay trazadas dos líneas de 3,5 cm y 4,8 cm; ambas están separadas 2 cm siendo paralelas.

FIGURA 13.- Hacia el centro de este espacio y algo más separada del resto de las formas, hay grabada una cazoleta de 8,5 cm de diámetro y 2,5 cm de profundidad, es la segunda en tamaño de todo el conjunto.

FIGURAS 14 Y 15.- Unos 3 cm bajo la cazoleta anterior se realizaron dos ángulos adyacentes; el lado común mide 3 cm y forma inferiormente a la izquierda, un ángulo unos 135º y superior de 45º; el otro lado mide 8,2 cm y es paralelo a la línea de división de este subconjunto.

FIGURA 16.- Separada unos 10 cm de estas formas centrales, hacia la parte inferior izquierda, hay grabad un cuadrilátero cuya base inferior mide 4,5 cm y 3,5 cm la superior, las líneas laterales tienen 8,5 cm. La base superior se prolongó 21 cm a la derecha y se remató en pequeña cazoleta., Para obtener la inferior se utilizó un lado de otra forma de trapecio a la que se muestra concatenada.

FIGURA 17.- Esta situada a la izquierda de este espacio y bajo la forma anterior a la que, como hemos mencionado, permanece unida. Es un trapecio cuya base inferior mide 2,3 cm y la superior tiene 7,7 cm; su altura es de 15,7 cm, está bien marcada aunque no se realizaron unos mm en los extremos; tiene esta línea una inclinación derecha de 45º que define la disposición de toda la figura; la base más pequeña, situada en la parte superior derecha, presenta forma redondeada y se prolongó inferiormente 17,5 cm. La figura nos muestra la forma de un hacha con acanaladura central o bien con nervio central de refuerzo como las alabardas propias del Bronce I, ofreciendo además un corto enmangue.

FIGURAS 18, 19, 20 Y 21.- Los tres primeros trazos miden 3 – 5,5 y 5,2 cm; se dispusieron uno bajo otro a 2 y 2,7 cm; los dos primeros tienen tendencia horizontal y el tercero no sobrepasa los 45º por la derecha. El número 21 es otro de 5,5 cm realizado a la derecha de los anteriores y unido al extremo de esta misma parte del más central con el que forma un ángulo de 90º. Los cuatro ocupan el ángulo inferior formado por el hacha y su enmangue.

FIGURA 22.- Corresponde a una forma de cazoleta de 3,5 cm y escasa profundidad situada 6 cm bajo el extremo inferior de la empuñadura del hacha.

FIGURA 23.- Este trazo mide 5 cm y se inclinó unos 60º a la izquierda; su extremo inferior parte de la zona superior de la cazoleta anterior.

FIGURA 24.- Es un trazo de 6,3 cm cuyo extremo inferior acaba en el W de la cazoleta número 22; tiene un ángulo de inclinación izquierda próximo a los 45º.

FIGURA 25, 26 Y 27.- El número 25 es un trazo de 8 cm, algo menos inclinado hacia la izquierda que los anteriores y se situó 4 cm al W de la cazoleta. De su parte media por la derecha parte en sentido superior otro, el número 26, que tiene 5,3 cm de longitud y posee una inclinación al lado contrario con ángulo de unos 45º. Ambos forman un ángulo adyacente de parecida angulación que los números 14 y 15 aunque en distinta disposición. En el extremo superior del número 25 comienza otro de 9,2 cm, el número 27, que llega hasta el extremo inferior del mango del hacha. Con el trazo 25 forma un ángulo recto de abertura inferior derecha y con el mango del hacha un adyacente semejante al descrito en primer lugarpero con la abertura de 45º en la parte inferior.

FIGURA 28.- Es un trazo de 7,6 cm, muy inclinado a la derecha y situado entre la parte inferior del filo del hacha y el vértice del ángulo recto.

FIGURA 29.- Es una línea de 6,3 cm situada unos 7 cm de la parte inferior derecha de la cazoleta número 22; su inclinación izquierda es de 60º.

FIGURAS 30, 31 Y 32.- Son tres líneas paralelas y equidistantes de 8,6 cm, situadas 2,5 cm a la derecha de esta cazoleta siendo algo menor su distancia al mango del hacha. Fueron colocadas una bajo la otra, distantes 1,5 cm e inclinadas a la derecha con un ángulo en torno a los 40º.

FIGURA 33.- Corresponde a un trazo de 6 cm situado en el extremo derecho de los anteriores y tiene una inclinación superior izquierda en ángulo próximo a 45º.

FIGURA 34.- Es un nuevo ángulo adyacente formado por un trazo de 6,3 cm que tiende a la verticalidad y otro de 12,2 cm, paralelo a la línea de separación del subconjunto siendo semejantes a los anteriores las aberturas angulares y parecida su disposición al formado por los trazos 14 y 15.

FIGURA 35.- Superiormente a 2 cm de todos estos trazos y casi perdida, hay una forma de flecha en sentido izquierdo; sus alerones miden 7,8 cm y su abertura total es de 45º; el lado inferior tiende a ocupar la posición horizontal y su vértice está próximo al mango del hacha.

SUBCONJUNTO B

Este subconjunto se situó a la derecha del gran trazo que corta el soporte en su tercio izquierdo superior. Hacia el N la superficie presenta un rebaje de 1 cm en su altura, la cuestión no pasó desapercibida para el autor que distribuyó las formas sin traspasar el límite que marca la pequeña diferencia de relieve (Fig. 2).

FIGURA 1.- Corresponde a una cazoleta de 2,5 cm de diámetro realizada muy superficialmente mediante piqueteado; se situó en la parte superior, algo alejada del resto de las formas y ocupa otro ligero bajo relieve que allí tiene el soporte.

FIGURA 2.- Esta figura está formada por dos líneas de 12 cm y 14,5 cm dispuestas en forma de cruz aspada con ángulo superior e inferior de 120º; se situó bajo la cazoleta piqueteada de la parte superior y algo a la izquierda.

FIGURA 3.- Es un trazo de 16,5 cm inclinado hacia la derecha con un ángulo superior de unos 35º; es paralelo a la parte superior de la línea de separación de los dos subconjuntos de la que está a 3 cm.

FIGURA 4.- Corresponde a una cazoleta mal conservada pero de apariencia pulida de 3 cm de diámetro y unos mm de profundidad; se situó unos 6 cm bajo la cruz anteriormente enumerada y a su izquierda.

FIGURA 5 y 6.- El primer trazo mide 29,3 cm y parte inferiormente de la cazoleta número 4 siendo paralelo al número 3 y está situado 2,5 cm a su derecha.. En su extremo inferior se inserta el número 6 que mide 10,5 cm y forma un ángulo superior de unos 15º constituyendo una forma de arpón.

FIGURAS 7 Y 8.- Son dos trazos de 8 y 4 cm formando un cerrado ángulo agudo con abertura superior derecha de 25º y situado a 3 cm de la parte derecha inferior arponada.

FIGURA 9, 10 Y 11.-La figura 9 es un largo trazo de 29 cm que comienza también en la parte central e inferior de la cazoleta 4; forma un ángulo inferior con el trazo 5 de unos 25º. El número 10 mide 7 cm que se une al anterior a 5,8 cm del extremo inferior por la parte derecha; se dispuso formando con él un ángulo de 45º. La figura 11 es una cazoleta pulida de 2 cm de diámetro y escasa profundidad situada en el extremo inferior del trazo número 9.

FIGURA 12.- Es un largo trazo de 33 cm que parte inferiormente por la derecha de la cazoleta número 4, forma un ángulo inferior con el número 9 de unos 25º. En realidad divide este espacio en dos partes.

FIGURA 13.- Es un trazo horizontal de 16,5 cm situado bajo el ángulo que forman los trazos 5 y 9 a cuya parte inferior corta a unos cm de su extremo.

FIGURA 14 Corresponde a una cazoleta de 3,5 cm de diámetro y escasos mm de profundidad; está situada a 3 cm de la parte superior derecha de la figura 12.

FIGURA 15.- Es otra pequeña cazoleta de 1,5 cm de diámetro y escasos mm de profundidad, se situó 1,5 cm por la parte central derecha del trazo número 12.

FIGURA 16.- Inferiormente, muy próximo por su derecha, hay un trazo de 6,7 cm de tendencia horizontal.

FIGURAS 17 Y 18.- Son dos trazos paralelos de 6,7 cm, situados uno bajo el otro a 2,5 cm se colocaron a 1,5 cm del extremo derecho de la figura anterior; su inclinación izquierda está próxima a los 75º.

FIGURAS 19 Y 20.- Estos dos trazos, también paralelos, se iniciaron 3 cm bajo la parte central del número 16; miden 10 y 17,2 cm y su inclinación superior es semejante a la de los anteriores siendo paralelo a los mismos.

FIGURA 21.- Este trazo mide 9 cm y se situó unos 5 cm bajo la parte central del número 20; su disposición se acerca bastante a la horizontal.

FIGURA 22.- En la parte inferior derecha de este grupo de figuras se realizaron varios ángulos en disposición adyacente; el lado superior se inclinó unos 20º a la izquierda y mide 26 cm; tiene en su parte derecha una línea de unos 14 cm que se dobló en su parte inferior hasta insertarse en el trazo mencionado. Continúa hacia abajo el primer trazo descrito torciendo ligeramente a derecha y formando el lado inferior de un ángulo; se curva suavemente en su extremo hacia la izquierda; mide 9 cm. Partiendo del vértice hacia la izquierda hay tres ángulos: el inferior formado por el lado descrito y un trazo de 8 cm, tiene unos 45º; el ángulo medio es de unos 60º y se forma con otro trazo de 11 cm; éste últimoforma con el primero un ángulo de 90º en la parte superior derecha.

SUBCONJUNTO C

Es el más extenso y ocupa la parte central del conjunto. Su límite por la parte superior es el mencionado cambio de plano del soporte; por la parte derecha e inferior los límites naturales de la roca y por la izquierda el gran trazo separador del subconjunto A. La superficie es pues de la misma naturaleza y bastante horizontal aunque no totalmente plana igual que las ya reseñada e idéntico su estado de conservación. El espacio puede considerarse dividido en cuadrantes por dos rectas profundamente grabadas que no llegan a ser perpendiculares. Esos cuadrantes los denominamos a-b-c-d y nos ayudarán a distribuir en varias zonas los numerosos trazos que guardan.

SUBCONJUNTO C-a

Se situó en la parte superior izquierda de este espacio que en la parte central continúa sin limitación (Fig. 2).

FIGURA 1, 2 Y 3.- Estas tres líneas miden 19 – 24 y 28,5 cm; tienen tendencia paralela y están inclinadas con una angulación superior hacia la derecha de unos 45º. Se situaron una al lado de otra, cerca del trazo que sirve de límite por la izquierda de este grupo. Hay que destacar el grosor y profundidad de la línea número 3.

FIGURA 4.- Esta figura corresponde a un tracito de 3 cm que tiene la línea número 2 en su parte media izquierda. Inclinado, semeja un alerón de arpón.

FIGURA 5.- Es otro semejante situado a la izquierda de la figura 3; aunque de mayor tamaño -6 cm- e inclinación, no llega a insertarse.

FIGURA 6.- Es un pequeño ángulo agudo de unos 25º, cuyos lados miden 3,2 cm y con abertura superior derecha; se situó a 2,5 cm de la línea de separación con el subconjunto A e inmediatamente bajo las formas anteriores.

FIGURA 7.- Corresponde a un trazo de 9 cm con inclinación izquierda de 45º; se situó en la parte superior izquierda del meridiano central N-S y a 2,5 cm de su extremo superior.

FIGURA 8.- En un espacio lineal algo inferior, hacia la parte central de esta zona, observamos una nueva cazoleta de 2,7 cm de diámetro.

FIGURA 9.- Inmediatamente a la derecha de la figura anterior hay un trazo de 7,5 cm inclinado hacia la derecha con un ángulo de 45º.

FIGURAS 10, 11, 12 Y 13.- Continuando un centímetro hacia la derecha, en la misma alineación, se observan cuatro trazos de tendencia paralela al eje central vertical estando separados uno de otro 2,7 cm; sus medidas son 11 – 13,5 – 15 y 24 cm; el último traspasa el paralelo central justo en su extremo derecho y continúa por debajo de esta zona donde es cortado por dos segmentos de 2,7 cm, paralelos y de tendencia horizontal. Su parte superior corta al segmento número 7.

FIGURA 14.- Es un trazo muy inclinado hacia la izquierda, casi de tendencia horizontal que mide 7,5 cm se situó cortando los trazos anteriores en su parte media.

FIGURA 15.- Corresponde a una cazoleta de 1,8 cm de diámetro situada a la izquierda y en la parte baja de esta zona.

FIGURAS 16.- Es un trazo de 18 cm grabado con mucha intensidad, se situó en la parte baja central de esta zona, su inclinación es hacia la izquierda y cercana a la horizontal. En la zona media de su parte superior izquierda, se realizó un pequeño alerón de 2,8 cm inclinado a la derecha 45º.

En la parte superior izquierda de la figura anterior se puede apreciar un corto número de trazos, por estar muy desvaídos preferimos no enumerarlos.

FIGURA 17.- Este trazo es horizontal, mide 25,5 cm y se realizó con una profundidad todavía mayor, bajo todas las formas anteriores; corresponde a un paralelo muy próximo al equinoccial que indica E –W.

SUBCONJUNTO C-b

Se encuentra situado bajo el cuadrante anterior; hemos preferido no seguir la metodología lineal y dar ahora su enumeración por existir numerosos enlaces entre los dos cuadrantes situados a la derecha del eje vertical, por esta cuestión pensamos que es mejor describir esas zonas una a continuación de otra. La relación interior de las formas que lo componen determinan una catalogación que, en determinados momentos, se aleja igualmente del orden descriptivo habitual ello es debido a la conjunción de formas que parece existir y podría referir cuestiones algo independientes (Fig. 2).

FIGURA 1.- Corresponde a una cazoleta de 4 cm de diámetro y escasa profundidad, fue situada en la parte central superior de este espacio.

FIGURA 2.- Es un tracito de 5,2 cm situado 2 cm a la derecha de la cazoleta anterior; se realizó con un ángulo superior derecho de 40º.

FIGURA 3.- Es otra cazoleta de 3,5 cm de diámetro y profundidad semejante a la número 1, fue realizada 2,3 cm a su derecha y algo más baja. De su parte inferior se desprende un trazo de 4,8 cm formando con la vertical un ángulo en la parte superior derecha de unos 40º.

FIGURA 4.- Corresponde a un trazo de 15 cm, inclinado hacia la derecha con ángulo de 45º; su zona central está realizada 1,5 cm bajo la cazoleta anterior.

FIGURA 5.- Esta figura está formada por dos ángulos adyacentes, el lado mayor mide 14,8 cm y el menor 5 cm; fueron realizados con un ángulo superior izquierdo de 45º e inferior de 135º hacia el mismo lado. Se situó 3 cm bajo la parte media inferior de la forma anterior y su extremo superior corta al trazo siguiente.

FIGURA 6.- Esta numeración corresponde a un nuevo trazo de 26 cm situado a la derecha de este espacio y con una inclinación izquierda de unos 20º.

FIGURA 7.- Es un tracito de 3,8 cm situado perpendicular a la línea anterior; la corta a 12 cm de su extremo superior.

FIGURA 8.- Es un trazo de 10,5 cm cuyos dos últimos centímetros cortan perpendicularmente a la línea número 6; está situado 4 cm bajo la figura anterior y su extremo derecho queda en el borde de la cazoleta oval.

FIGURA 9.- Corresponde a otro trazo de 5,5 cm dispuesto como el anterior y 4 cm bajo él.

FIGURA 10.- Siguiendo la línea número 6, se limitó su extremo inferior con la parte central de un trazo horizontal de 4 cm.

FIGURA 11.- Volviendo a la parte superior, a la izquierda, encontramos esta línea de 19 cm trazada con profundidad; su angulación es de 45º hacia la izquierda.

FIGURA 12.- Bajo ella, a 2 cm, hay otra paralela de 16 cm.

FIGURA 13.- Inferiormente, por la parte derecha de los trazos anteriores, hay otro más, de 13,2 cm realizado con mayor intensidad y profundidad; su inclinación izquierda es de 70º.

FIGURA 14.- El extremo superior de la forma anterior corta por la zona media de otro trazo de 14,5 cm, cuya inclinación izquierda es de 45º. Forman ángulos adyacentes.

FIGURAS 15 Y 16.- La primera de ellas mide 4,2 y 6 cm la segunda, son paralelas y verticales; su separación es de 2 cm y están situadas desde 2 cm del extremo inferior de la línea 13 en la que se insertan sus extremos superiores.

FIGURA 17.- Es una cazoleta de 2 cm de diámetro y escasa profundidad situada a 1,5 cm de la parte inferior derecha del trazo anterior.

FIGURA 18.- Es otra cazoleta de 2,7 cm de diámetro situada 1,3 cm a la izquierda de la zona media del segmento 14.

FIGURA 19.- Corresponde a dos trazos de 7 cm que forman ángulos adyacentes semejantes a los ya descritos. Como casi siempre el ángulo menor mide 45º y presenta su abertura hacia la parte superior izquierda. Están situados en la parte inferior izquierda de este cuadrante.

FIGURA 20.- Es una cazoleta de 3,8 cm de diámetro y profundidad semejante; se situó a 3 cm de la figura 19, en su parte inferior derecha.

FIGURAS 21, 22 y 23.- Son tres trazos verticales y paralelos de 8,4 – 6,2 y 6 cm; el primero por la izquierda fue realizado 4 cm a la derecha de la anterior cazoleta y la distancia entre ellos es de 1 cm.

FIGURA 24, 25 Y 26.- Estos tres segmentos fueron grabados a la derecha de los anteriores y miden 8,3 – 7,4 y 9,3 cm, El primero y el último son paralelos presentando una inclinación de unos 50º a la izquierda; el central se inclinó algo más hacia el mismo lado; su separación media es de 2,5 cm y sus extremos izquierdos se insertan en la parte media superior derecha del número 23.

FIGURA 27.- Este trazo mide 4,2 cm y su extremo derecho está a 1,5 cm del extremo del mismo lado de la línea anterior; su disposición está próxima a la horizontal.

FIGURA 28.- Corresponde a una cazoleta de 3,8 cm de diámetro y unos mm de profundidad; está situada 3,5 cm a la derecha de los trazos anteriores.

FIGURA 29.- Está formada por ángulos adyacentes cuyos lados miden 3 y 7 cm; el extremo inferior del lado pequeño corta al mayor en su parte central determinando ángulos de 45º hacia la izquierda. Los extremos superiores de estos trazos están limitados por las cazoletas números 28 y 30.

FIGURA 30.- Es una forma de pequeña cazoleta que parece solamente insinuada en el extremo superior del trazo pequeño de la figura anterior.

FIGURA 31.- Es un trazo de 5,3 cm realizado con inclinación derecha de 45º y situado en la zona media inferior del espacio de este subconjunto.

FIGURA 32.- Corresponde a un largo trazo horizontal de 23 cm situado hacia la derecha de la parte más baja de todo este subconjunto.

FIGURA 33.- Es un tracito de 2 cm realizado en la zona media inferior de la parte derecha del segmento anterior; su inclinación izquierda es de solo unos 15º.

SUBCONJUNTO C-c

Los signos que ocupan la parte derecha de este subconjunto no presentan la acusada independencia que ocurre con los enumerados anteriormente; frecuentemente se articulan e incluso invaden el espacio de otro cuadrante manteniendo curiosas intersecciones. El que ahora estudiamos ocupa el cuadrante superior derecho determinado por el meridiano y el paralelo centrales (Fig. 2).

FIGURAS 1, 2 Y 3.- Son tres trazos de 12,5 – 19,5 y 12,5 cm, sus comienzos se situaron superiormente a la izquierda, muy cerca de la línea de cambio de relieve y el espacio que ocupan proviene sin limitación desde la parte superior izquierda. Los tres son paralelos y presentan una angulación derecha próxima a los 45º, su separación interior es de 1,5 cm. El central aparenta doblar su extremo inferior hacia la cazoleta que corona el meridiano central y la parte superior parece prolongarse con uno de los lados de los adyacentes situados en el extremo derecho inferior del subconjunto B a cuyo vértice parece dirigirse; ambas cuestiones se presentan algo difusas.

FIGURA 4.- Es un ángulo agudo de abertura derecha y próximo a los 45º; su lado superior mide 14 cm y 26,5 cm el inferior que se posicionó más bajo que la horizontal y corta varios segmentos hacia la derecha.

FIGURA 5.- El ángulo anterior tiene marcada parcialmente la bisectriz con un segmento de 7,5 cm que comienza por la izquierda a 4 cm del vértice.

FIGURA 6.- En el extremo derecho del segmento anterior se realizó una pequeña cazoleta de 1,8 cm de diámetro y escasos mm de profundidad.

FIGURA 7.- En la parte superior derecha, muy cerca del límite superior, se realizó un ángulo agudo de escasa abertura hacia la parte inferior izquierda –unos 20º-; sus lados miden 7,5 cm el superior y 8 cm el inferior.

FIGURA 8.- Esta numeración pertenece a una cazoleta de 3,5 cm de diámetro y unos mm de profundidad; se situó 6 cm a la derecha de la parte superior del meridiano central.

FIGURA 9.- Corresponde a un trazo de 31 cm que comienza en la parte inferior derecha de la cazoleta anterior; se realizó con una abertura hacia el lado izquierdo, algo menor de 45º. Corta a varios trazos situados tanto en este cuadrante como en el inferior del mismo lado.

FIGURA 10.- Esta figura corresponde a un trazo de 6,5 cm, inclinado unos 45º a la derecha; su extremo inferior se situó a 6 cm de la parte superior del mismo lado de la figura anterior. Puede considerarse continuación del trazo 18.

FIGURA 11.- Es una pequeña cazoleta de 1,5 cm de diámetro y en torno al cm de profundidad. Se situó a 2,5 cm de la parte inferior derecha del trazo anterior.

FIGURA 12.- Pasado un trazo que se vertebra centralmente en la parte superior del segmento horizontal, nos encontramos un ángulo agudo de pequeños lados, miden 3 y 2,5 cm, tiene una abertura cercana a los 45º y se orientó hacia la parte superior derecha; su lado inferior es horizontal.

FIGURA 13.- Pertenece a una cazoleta de 3 cm de diámetro y unos mm de profundidad; se situó 2,3 cm bajo la figura anterior y algo a su derecha.

FIGURA 14.- Volviendo a la parte izquierda, en una alineación inferior encontramos este trazo de 12,3 cm, de tendencia horizontal y situado a 1,5 cm del meridiano central, hacia el centro de su mitad derecha.

FIGURA 15.- Es una cazoleta de 3,8 cm de diámetro y cerca del centímetro de profundidad, se situó 2,7 cm a la derecha del centro del mencionado meridiano. Remata el extremo izquierdo del paralelo que sirve de límite inferior de esta zona del subconjunto.

FIGURA 16.- Corresponde a un trazo de 5,5 cm es paralelo al eje vertical central del que dista 3,8 cm. Su extremo inferior acaba en la cazoleta número 15 y el superior en el trazo 14.

FIGURA 17.- Es otro segmento de 6,8 cm cuya parte inferior está también insertada en la misma cazoleta aunque algo más a la derecha, termina inferiormente en el trazo número 14.

FIGURA 18.- Este trazo mide 9,4 cm y se insertó, como los anteriores, cerca de la parte media derecha de la cazoleta mencionada; es la continuación inferior del trazo número 10 aunque actualmente no permanecen unidos.

FIGURA 19.- Es un largo trazo de 39 cm; su extremo izquierdo comienza en la parte derecha de la cazoleta número 15 prolongándose hacia el E. Desde esta parte los primeros 23 cm se presentan horizontalmente y realizados con intensidad y anchura; a partir de esos cm la línea se quebró ligeramente hacia arriba 16 cm más. En él se articulan varios segmentos más tanto en el cuadrante que ahora estudiamos como en el inferior.

FIGURA 20.- En la parte media superior del trazo número 19 termina inferiormente otro de 17,5 cm en posición vertical.

FIGURA 21.- Es una cazoleta de 2,5 cm de diámetro y escasa profundidad realizada en el extremo superior del trazo número 20.

FIGURA 22.- En el centro del cuadrante superior derecho de la cazoleta número 21 comienza este trazo de 13,5 cm que se dirige hacia la derecha con un ángulo superior de unos 60º.

FIGURA 23.- En el extremo derecho del trazo anterior se realizó una cazoleta de 1,8 cm de diámetro.

FIGURA 24.- Bajo la unión del trazo 22 con la cazoleta número 23, comienza otro de 14 cm; se dirige hacia el SW y forma un ángulo agudo de muy escasa abertura con el número 22.

FIGURA 25.- Corresponde a un trazo de 11,5 cm que corta al ángulo descrito a 2 cm de la cazoleta número 23. Su terminación inferior está muy próxima a la cazoleta número 27. Forma un ángulo hacia la izquierda con la vertical cercano a los 40º.

FIGURAS 26 Y 27.- Son dos cazoletas; la primera está situada a unos mm del extremo inferior del trazo anterior y mide 3 cm de diámetro. Entre ella y la número 23 se sitúa la 27 que tiene solamente de diámetro 1,7 cm, ambas tienen de profundidad unos milímetros.

FIGURA 28.- Esta numeración corresponde a una cazoleta de 2 cm de diámetro situada a la derecha de la parte central del gran segmento número 19; en ella se articulan dos trazos, uno superior y otro inferior y se flexiona ligeramente hacia la parte superior el paralelo central número 19.

FIGURA 29.- Es un segmento de 22 cm, paralelo al eje vertical e inferiormente termina en la cazoleta número 28.

FIGURA 30.- Es otra cazoleta de 4 cm de diámetro y unos mm de profundidad que remata la línea 19 en su extremo derecho.

FIGURAS 31 Y 32.- Corresponden a dos segmentos que parten del cuadrante superior derecho de la cazoleta número 30; miden 14,3 cm el superior y 5,2 cm el inferior, ambos se representaron paralelos y con tendencia horizontal.

SUBCONJUNTO C-d

El cuadrante inferior derecho del subconjunto C es el que presenta mayor abigarramiento en su ordenación, en ocasiones las figuras parece que se doblaron por varias articulaciones en un intento de ocupar un espacio demasiado reducido para todos los contenidos que en el se dispusieron mediante los signos más simples (Fig. 2).

FIGURA 1.- Corresponde a un tracito de 4 cm situado muy próximo a la parte media del eje vertical y naturalmente a su derecha. Fue realizado con un ángulo algo mayor de 45º hacia el lado derecho.

FIGURA 2.- Unos 5 cm más abajo se encuentra una pequeña cazoleta de 2 cm de diámetro y escasa profundidad.

FIGURA 3.- Continuando unos 2,5 cm a la derecha encontramos un trazo de 13,5 cm que, aunque realizado con tendencia vertical, se muestra ligeramente inclinado hacia la derecha con un ángulo de 15º. Este trazo se inserta superiormente en la parte inferior del gran trazo horizontal, muy cerca del límite izquierdo; inferiormente concluye en otro horizontal que parece dividir todo este espacio inferior excepto unos centímetros por la derecha.

FIGURA 4.- Es una cazoleta de 2 cm de diámetro y escasa profundidad, situada a 2,5 cm de la parte superior derecha del trazo anterior y a 2,9 cm del gran trazo superior.

FIGURA 5.- Es un trazo de 8 cm, paralelo al número 3 y situado 5,5 cm a su derecha. Superior e inferiormente se encuentra concatenado a otros dos de tendencia horizontal, los números 6 y 7.

FIGURA 6.- Corresponde a un segmento horizontal de 20,5 cm. Su extremo izquierdo comienza en la parte inferior del reseñado anteriormente y por la derecha se une al número 8 de este mismo grupo.

FIGURA 7.- Es otro trazo también horizontal, de 17 cm, cuyo extremo derecho comienza en la parte superior del número 5 y el izquierdo lo hace en la misma parte del número 8.

FIGURA 8.- Este trazo mide 14,4 cm y se realizó con el mismo ángulo de inclinación superior que el número 3 y 5 pero en sentido contrario. Su parte superior comienza en el extremo derecho del número 7 y la parte inferior sobrepasa el número 6 hasta insertarse en el número 24. Forma con los números 5, 6 y 7 un trapecio cuyas bases se sitúan en la parte superior e inferior.

FIGURA 9.- Corresponde a un pequeño trazo de 3 cm situado en el tercio superior derecho de la figura 5; tiene una inclinación derecha de 80º.

FIGURA 10.- Es un ángulo de 90º con abertura superior derecha y está formado por dos trazos de 10 y 11,5 cm. La parte superior del lado pequeño, el más vertical, se inserta en el eje horizontal que divide los dos cuadrantes, a 11,3 cm de su extremo izquierdo.

FIGURA 11.- Es una pequeña cazoleta de 1,5 cm de diámetro y escasa profundidad. Se encuentra situada 2 cm bajo el eje superior horizontal y a 19 cm de su extremo izquierdo.

FIGURA 12.- Es un trazo de 7 cm realizado formando un ángulo de 45º con el trazo número 8; su vértice está situado en la zona media del trazo apuntado y su abertura se situó hacia el lado superior derecho.

FIGURA 13.- De la parte inferior de la cazoleta número 28 del subconjunto superior salen tres segmentos concatenados. El primero tiene 17 cm y se realizó en sentido SE; unos 3,3 cm antes de su extremo inferior comienza otro de 20,6 cm hacia la parte izquierda y ligeramente convexo hacia esa parte; en el extremo inferior de éste comienza el tercero que es completamente recto y mide 19,7 cm formando con el trazo anterior un ángulo de 135º, su abertura es hacia la izquierda.

FIGURA 14.- Este nuevo segmento mide 7,6 cm y es continuación del número 12, da la impresión que se interrumpió por no cortar al número 13. Su extremo superior se inserta en el gran trazo horizontal que separa estos dos cuadrantes.

FIGURA 15.- En el punto de contacto anterior en la línea superior comienza otro segmento de 14,7 cm trazado hacia abajo; forma un ángulo de 30º con la vertical y su abertura es hacia el lado izquierdo.

FIGURA 16.- En la parte baja de la cazoleta que remata por la derecha el gran trazo horizontal medio, comienza una línea que se extiende hacia la parte inferior quebrada en dos segmentos. El primero mide 22,3 cm y se dispuso algo más cerrado que la paralela trazada al número 15; en su parte inferior comienza el otro segmento de 12,7 cm, éste se flexionó ligeramente hacia la izquierda hasta alcanzar la parte media del número 13 de este mismo grupo.

FIGURA 17 Y 18.- Dentro de la zona de tendencia rectangular situada en la parte central y superior de este grupo de formas hay un trazo y una cazoleta que corresponden a esta numeración. La figura 17 es un trazo de 8 cm cuya parte inferior termina en el gran trazo número 9 que desde el grupo anterior invade éste. Es perpendicular al mismo y por ello forma con él por la derecha dos ángulos rectos. El extremo superior del trazo 17 termina en la cazoleta 18 que tiene de diámetro 2,6 cm y no llega al centímetro de profundidad.

FIGURA 19.- Corresponde a una pequeña cazoleta de 2 cm de diámetro y escasa profundidad, situada a 2 cm de la unión de los trazos 8 y 12 de este mismo grupo.

FIGURA 20.- Es un trazo de 11,5 cm dispuesto en disposición próxima a la horizontal y realizado a la derecha del trazo número 8; comienza por su izquierda a 4,5 cm del extremo inferior del citado segmento.

FIGURA 21.- Inferiormente a 0,7 cm de la parte central del segmento anterior, hay una cazoleta de 1,6 cm de diámetro y escasa profundidad.

FIGURA 22.- Es un trazo 10,8 cm dispuesto verticalmente; corta a las figuras 20 y 26 de este mismo grupo. Lo hace a 1,3 cm del extremo derecho de la primera y a 1 cm secciona a la segunda.

FIGURA 23.- Es una cazoleta de 1,9 cm de diámetro y escasa profundidad situada en el extremo superior del trazo número 22.

FIGURA 24.- Corresponde a un trazo de 40 cm dispuesto horizontalmente. Comienza su extremo izquierdo en la parte inferior del segmento número 3 y termina su lado derecho algo más allá del trazo número 22.

FIGURA 25.- Es un tracito de 4,5 cm, comienza en el cuadrante derecho de la gran cazoleta oval situada en el grupo central y termina superiormente en el punto de unión común a los trazos 3 y 24 de este mismo grupo.

FIGURA 26.- Cerca de la zona media inferior de este último segmento, comienza otro de 6,9 cm que determina con el anterior dos ángulos rectos.

FIGURAS 27 Y 28.- Son dos trazos de 12,7 y 12,6 cm dispuestos con tendencia horizontal aunque claramente confluyen en su parte derecha, no siendo paralelos convergerían a unos 9 cm de los extremos de esa parte. El primero comienza su parte izquierda a 1 cm de la parte derecha de la zona media del trazo número 26 y el segundo lo hace a 3 cm de la parte inferior de la gran cazoleta oval; ambos terminan en el trazo piqueteado número 36.

FIGURAS 29, 30 Y 31.- Estos trazos miden respectivamente 24,2 – 39 y 17 cm. Los tres concluyen por la derecha en una cazoleta situada hacia el centro de este espacio inferior. Por la izquierda el número 29 lo hace en un trazo que tiene inferiormente la cazoleta oval; el número 30 corta a ese mismo segmento y se extiende por el cuadrante inferior izquierdo. Los tres forman dos ángulos adyacentes agudos en torno a los 20º.

FIGURA 32.- Corresponde a la cazoleta situada en el centro de este espacio inferior, lugar donde convergen los tres trazos anteriores por su derecha. Tiene de diámetro 2 cm y es escasa su profundidad.

FIGURA 33.- Es un trazo piqueteado de 4,5 cm de largo y 7 u 8 mm de ancho. Une la cazoleta anterior con el segmento horizontal número 24 que en parte divide este segundo cuadrante, su extremo superior termina en un espacio saltado o quizás piqueteado pero de forma irregular.

FIGURA 34.- Es un trazo de 11,3 cm situado bajo el número 31; su distancia al mencionado trazo es de 3,2 cm por la izquierda y 1,8 cm por la derecha.

FIGURA 35.- Es una cazoleta de 2,7 cm situada interiormente, en la zona media, entre los trazos 31 y 35.

FIGURA 36.- Es un trazo piqueteado de 12,5 cm de largo y 1,5 cm de ancho; une la cazoleta anterior con el trazo horizontal número 24 a 15,5 cm de su extremo izquierdo.

FIGURA 37.- Esta situada a 3 cm de la parte inferior derecha del trazo número 34. Es un pequeño ángulo agudo de unos 30º de abertura NE; sus lados miden 7,5 y 7,3 cm.

FIGURA 38.- Es un trazo de 3,8 cm, en disposición horizontal, dispuesto 3 cm a la derecha del vértice del ángulo mencionado anteriormente.

FIGURA 39.- Corresponde a un trazo de 11,2 cm paralelo al anterior y dispuesto 3 cm bajo él.

FIGURA 40.- Es un trazo de 13 cm cuyo extremo superior comienza en la parte inferior de la cazoleta número 32 se dirige hacia el SE y forma un ángulo con la vertical próximo a los 45º; su parte media superior sufre una pequeña curvatura, convexa hacia el SW.

FIGURA 41.- En la parte inferior derecha de estos últimos trazos hay otro de 21 cm, se realizó con una abertura superior hacia ese mismo lado de unos 30º. Su extremo superior está a 6,5 cm del punto más inferior del segmento anterior al que no llega a cortar.

FIGURA 42.- Es un trazo igualmente inciso de 10 cm cuyo extremo superior comienza a 7 cm del extremo derecho de la línea número 24; se realizó hacia la parte inferior izquierda con un ángulo superior de 40º terminando muy cerca del trazo número 40.

FIGURA 43.- Es una cazoleta de 2,5 cm de diámetro y está situada 2,7 cm a la derecha del extremo superior del trazo número 41.

FIGURA 44.- Es un trazo de 12,5 cm que comienza en la parte inferior de la cazoleta dirigiéndose hacia el mismo lado que el trazo anterior pero con un ángulo algo más cerrado.

FIGURA 45.- Es una cazoleta de 1,5 cm de diámetro y escasa profundidad; se situó en el extremo inferior del trazo anterior.

FIGURA 46.- Es un trazo de 3 cm que comienza en la parte inferior de la cazoleta número 45 y se dirige hacia la parte inferior derecha formando un ángulo con la vertical de unos 45º.

FIGURA 47.- Es otra cazoleta de 2 cm de diámetro y poca profundidad realizada en el extremo inferior del trazo 46.

SUBCONJUNTO C-e

Denominamos como tal al grupo de formas centrales que divide en dos, con evidente claridad, el espacio de esta parte del soporte. En cada una de ellas unos trazos horizontales situados en torno a la zona media completan la división en lo cuadrantes ya descritos. Las figuras están compuestas como es norma general en el resto del grabado por cazoletas y trazos rectos (Fig. 2).

FIGURA 1.- Es una cazoleta de 2,3 cm de diámetro y unos mm de profundidad; se situó en la zona central de la mitad superior del espacio ocupado por todo el subconjunto C. A ella parece concurrir por la parte superior el trazo C-c-2 y por la parte inferior el trazo siguiente.

FIGURA 2.- En la parte inferior de la anterior cazoleta comienza un trazo de 30 cm, su grabado alcanza varios centímetros de ancho y otros tanto de profundidad. Por su posición resulta inclinado con respecto al N magnético unos 15º a la derecha; la diferencia con el N geográfico tomado éste con los medios actuales es de 15º – 11,5º = 3,5º.

FIGURA 3.- Pertenece esta numeración a una cazoleta oval cuyos ejes miden 9 y 7 cm; se dispuso el eje mayor inclinado hacia la parte izquierda con un ángulo con respecto al meridiano central de unos 45º; éste se ensambla cerca de la terminación superior del mencionado eje por su derecha.

FIGURA 4.- Inmediato por la izquierda a la unión del trazo anterior y como continuación del eje mayor de la gran cazoleta elíptica hay un trazo de 5,5 cm que se dirige hacia la parte superior izquierda. Este trazo no forma con el gran trazo número 2 el mismo ángulo que el formado por el eje mayor de la cazoleta oval ya que éste no es continuación del mismo y se desvía ligeramente hacia la parte inferior.

FIGURA 5.- Es una cazoleta de 3,2 cm y en torno al centímetro de profundidad situada en el extremo superior del trazo número 4.

FIGURA 6.- Es un trazo de 16,5 cm que comienza en la parte inferior de la cazoleta oval y señala un ángulo hacia la izquierda de unos 35º.

SUBCONJUNTO C-f

Forman este subconjunto los signos que ocupan la parte E del grabado, teniendo como límites por la parte N, E y S los naturales de la roca mientras que por el W la acotación es menos precisa. La mitad superior es un espacio liso con escasos grabados de poco relieve mientras que la inferior la ocupan esencialmente una serie de trazos que acompañan a una cazoleta, bien marcada, que allí se realizó. En él, los trazos son escasos y están más esparcidos excepto los mencionados de la parte inferior (Fig. 2).

FIGURA 1.- Es un trazo de 13 cm situado en la parte superior, unos 4 cm a la derecha del que hace pareja por esa misma parte con el lado superior de los ángulos adyacentes del subconjunto B 6 y del que es paralelo; en su parte inferior parece que converge otro de 9,3 cm, en forma de gancho muy agudo con abertura superior, formando en realidad un ángulo.

FIGURA 2.- Corresponde a un trazo de 13,8 cm dispuesto de forma semejante al lado derecho del anterior ángulo y a 13 cm a su derecha.

FIGURA 3.- Es una línea horizontal de 9,8 cm situada 4 cm bajo el trazo anterior.

FIGURA 4.- Es otro trazo inciso de 10,5 cm, su posición tiende a la horizontal aunque ligeramente elevado por la derecha; se situó 11 cm al E del vértice de los ángulos adyacentes del subconjunto B y algo más abajo.

FIGURA 5.- Corresponde a una línea de 4,5 cm de tendencia horizontal y se situó 10 cm bajo la anterior.

FIGURA 6.- Es una pequeña cazoleta, igualmente pulida de 2 cm de diámetro y unos mm de profundidad; fue realizada 12 cm bajo la anterior figura y algo a su derecha.

FIGURA 7.- Es un trazo de 8 cm, inclinado hacia la izquierda con ángulo de 45º y situado unos 5 cm en la parte inferior izquierda de la anterior cazoleta.

FIGURA 8.- En la parte superior derecha de la cazoleta número 6, a unos centímetros, comienza el lado de unos ángulos adyacentes formado por dos rectos en la parte izquierda y uno llano en la derecha; el lado más vertical mide 2,8 cm y 3 cm el situado en el lado izquierdo que es el más horizontal.

FIGURA 9.- Es una cazoleta de 2 cm de diámetro que se realizó en la parte superior del lado más vertical de los ángulos anteriores.

FIGURA 10.- Corresponde a un trazo recto de 15 cm inclinado hacia la derecha unos 45º; se situó unos 10 cm a la derecha de la cazoleta número 6.

FIGURA 11.- Corresponde esta numeración a un trazo 15,4 cm, inclinado hacia la izquierda unos 40º y situado 6 cm a la derecha del trazo16 del subconjunto D-d

FIGURA 12.- Es un trazo de 7 cm e inclinación parecida al anterior, se situó su extremo superior 1 cm a la derecha del número anterior siendo algo menor su distancia en los extremos inferiores.

FIGURA 13.- Corresponde esta numeración a una cazoleta de 5 cm de diámetro y en torno al centímetro de profundidad; está situada 1,4 cm a la derecha del vértice que forman los segmentos inferiores del trazo que sirve de límite estos dos grupos de trazos.

FIGURAS 14, 15, 16, 17, 18 Y 19.- Estos trazos miden respectivamente 3,5 – 3,8 – 5,2 – 8 – 6,3 y 6 cm. El primero de ellos tuerce hacia la parte superior con un lado de 4 cm y formando un ángulo de unos 120º hacia la parte superior izquierda. Todos se dispusieron inclinados hacia la derecha con un ángulo próximo a los 45º, aunque solamente son paralelos los tres primeros y el espacio entre ellos es de unos 2 cm, aunque no llegan a ser equidistantes. Fueron situados a lo largo de la parte superior derecha de la cazoleta número 11 y el número 15 se unió al extremo inferior del trazo número 9 de este mismo grupo. Los números 16 y 17 se realizaron bajo ellos en disposición semejante.

En el espacio situado a la derecha de este grupo se observan un pequeño número de líneas y quizás también alguna cazoleta de trazado muy tenue y poco preciso por lo que prescindimos de su enumeración.

C. CLASIFICACIÓN, RELACIONES, CRONOLOGIA Y CONCLUSIONES

Como introducción a esta parte del estudio diremos que las conclusiones que os presentamos deben ser tenidas como provisionales debido sobre todo a la dificultad para superar nuestra falta de estudios de Astronomía elemental ya que juzgamos que nuestro saber en esta materia es quizás escaso principalmente por carecer de una bibliografía que estudie los conocimientos cósmicos de las grandes y pequeñas culturas anteriores a la greco-latina. La actualización de los contenidos en esta materia que hemos consultado parece que desechan incluso a estos; la excepción lo constituyen un escaso número de descubrimientos científicos que los griegos aportaron y que permanecen en los modernos tratados de manera testimonial, casi comouna anécdota. La utilización de aparatos como el telescopio, la brújula, etc, marcó una etapa que tiende a ignorar de manera concreta los anteriores conocimientos del Universo y los procedimientos para su estudio; en ese apartado se tiende a generalizar de manera demasiado superficial o incluso se elude el tema. Menos mal que las grandes pirámides de otras culturas están todavía en pie y sus trazados cósmicos son un buen testimonio para adentrarse en su estudio.

También estas conclusiones deben ser tenidas como parciales ya que no entramos en ellas en el estudio pormenorizado de cada trazo, cazoleta o grupo de ellos, únicamente lo hacemos en aquellos que juzgamos más importantes.

Entrando de lleno en nuestro tema relacionaremos estas cazoletas con otras existentes en zonas próximas de la provincia, zonas que denotan restos calcolíticos en sus inmediaciones: Cañamero, Logrosán, Trujillo y Malpartida de Cáceres, no conociéndose por el momento entre los poblamientos de esa época en el batolito de Plasenzuela, todas ellas serían antecesoras de las ahora estudiadas. En este orden nosotros las mencionamos al describir los poblamientos del berrocal trujillano[2]aunque las realizadas en Valdehonduras se relacionan más directamente con otras representadas en los grabados posteriores de la Edad del Bronce tales como los de la sierra de Garciaz[3] yen algunos del río Tejadilla[4].

Las trazadas en este monumento no sobrepasan el medio centenar y se han efectuado en diferentes tamaños y profundidades, independientes o en clara relación, de esto puede derivarse una variación en sus significados, no obstante habrá que suponer en todas ellas un fondo común derivado de su representación como casquete esférico; son signos naturales de puntuaciones de diferente tamaño e intensidad que encaja perfectamente de manera natural con los contenidos estelares que les venimos dando.

El subconjunto A es el situado más al W y presenta cuatro cazoletas de diferentes diámetros; la número 25 está situada inferiormente y es la mediana; la central tiene el número 13 y es la mayor de todas si exceptuamos la cazoleta elíptica, destaca también por su profundidad y sobre todo su ejecución esmerada; la número 9 es la menor de estas tres y está situada más al N; finalmente hay otra pequeña rematando el vértice del ángulo número 4.

Las que ocupan las parte mediana y superior son de realización independientes mientras que la situada inferiormente presenta el cuadrante superior izquierdo unido al extremo inferior de dos trazos no demasiado extensos. La posición de esta última cazoleta es posible que coincida con la del planeta Venus en el equinoccio de primavera del año en curso si tomamos como referencia el paralelo E-W correspondiente a la puesta de Sol de ese día. Para llegar a esta conclusión hemos visitado el monumento durante esos momentos y unos minutos después, comprobando con bastante precisión la coincidencia del paralelo E-W con el trazo C-a-17; éste apunta la puesta de nuestro astro. Poco después hizo su aparición en el firmamentoel planeta Venus; con alguna posibilidad de error, por las razones que más adelante expondremos, coincidió la posición de la cazoleta A-25 con la posición vespertina del planeta citado en su altura sobre la prolongación de ese paralelo. Pero, ¿era realmente el planeta Venus el astro que vimos?

Meses después, al acudir al monumento para intentar observar en él alguna proyección del solsticio de verano y también comprobar la posición de Venus durante esta fecha por ver si era coincidente con la posición de la cazoleta central de este subconjunto, nos vimos sorprendidos no sólo por que no encontramos ninguna proyección del Sol equinocial en el grabado sino que también el mencionado planeta no apareció. Sin duda su posición en el firmamento cambió con respecto al mismo solsticio del año pasado; ya hemos dicho que entonces brillaba con todo su esplendor hacia la altura que marca el grabado. Es posible que la cazoleta situada más al N nos indique al planeta brillando más levemente,puede que luego desapareciera para cambiar de posición en el firmamento comenzando a ser lucero de la mañana. Sin duda estos datos necesitan una mayor comprobación que esperamos realizar en años próximos cuando Venus vuelva a la posición vespertina, suceso que ocurre cada 1,6 años[5].

Otra figura significativa de este subconjunto lo constituye la forma de hacha con nervio o acanaladura central grabada con precisión inequívoca hacia la izquierda de todas estas formas. Tiene este arma un pequeño trapecio adherido en su parte W; el segmento que forma su base menor ya se dijo que se prolongó hacia la derecha. La representación de armas está muy extendida entre los grabados de diferentes tipologías propios de la Edad del Bronce; hemos establecido relaciones con todas ellas y nos conducen a fijar escasos elementos comunes de aspecto bastante superficial. Entre las estelas no podemos citar alguna que posea un hacha con el refuerzo central que caracteriza la de Valdehonduras -aspecto propio de la representación de alabardas-.Parecida cuestión ocurre al relacionarle con otros tipos de grabados de Galicia, Portugal y Hurdes.

La conjunción de figuras que nos presenta –arma y cuadrilátero- nos permite establecer referencias algo más extensas y profundas en el sentido que lo venimos haciendo a lo largo de nuestros últimos trabajos. Así pues no es extraña esta asociación en los grabados del E de la provincia de Cáceres. Preferentemente se conjunta el cuadrilátero con la alabarda, tanto con aquellas que presentan refuerzo central como con las que no lo tienen; en este aspecto se observa en los grabados del río Tejadilla V, Madroñera, Cáceres y Tejadilla X, Aldeacentenera, Cáceres; en compañía de formas de lanza lo hace en el grabado del Cándalo, Garciaz, Cáceres. Semejante relaciónse puede observar en el grabado de la Joya de Azabal II, Azabal, Cáceres[6].

También en la parte central de este subconjunto hay grabada sin apenas relieve una forma esquemática de punta de flecha; está próxima al hacha y parece bastante integrada en su grupo.

Esta breve exposición apuntala una vez más lo dicho en nuestros trabajos anteriores sobre el contenido literario de aquellos grabados. Ya decíamos allí que las diversas armas metálicas –generalmente cobre endurecido- tenían procedencia espacial; muy posiblemente se atribuirían al planeta Venus la distribución en nuestra Tierra de las armas o el metal del que ellas estaban hechas. Inspiraría ello su gran luminosidad, los misteriosos cambios de situación matutina o vespertina, las apariciones y ocultaciones espaciales, su aparente cambio de tamaño. El vehículo encargado de realizar este largo viaje sideral parece estar representado por los pequeños cuadriláteros –rectánguloso trapecios-. Estos debían ser una copia de rudimentarios vehículos de uso general -trineos-; sus esquemas muestran falta de articulación central delantera y suplirían parcialmente a los carros en el cotidiano arrastre de enseres.

El subconjunto B es el situado más al N en un débil rebaje de la roca y ocupa una superficie de 50 cm de largo por 40 cm de ancho; algo externa a él, en un bajo relieve situado a unos centímetros por la parte superior, está la única cazoleta piqueteada. Esta primera cazoleta aunque tiende a pasar desapercibida está muy próxima a la alineación que se establece entre el meridiano central y la cruz aspada -fig 2-; dicha alineación señala claramente el N geográfico, ya lo narramos al presentar la figura 2 del subconjunto C-e, recordemos que éste se expresó mediante un meridiano con un margen de error de 3,5º. Recordemos igualmente que cruces aspadas de parecida tipología a la mencionadaestaban representadas en el grabado de Tejadilla V, allí realizamos su estudio y tras establecer un corto número de relaciones le atribuimos contenidos astrales[7].

Otras cuatro cazoletas de diferente dimensión ofrece el mencionado subconjunto. Las dos situadas más al N son semejantes y de mayor tamaño; de ellas la de la derecha está independiente mientras que la de la izquierda, poco visible, ofrece en su parte inferior tres trazos: el izquierdo semeja un dardo; en el central se incluyó el alerón del dardo en la zona media del segmento; el tercer trazo desprendido de la cazoleta se extendió libremente hacia la parte izquierda inferior como acotando este pequeño grupo y una forma angular de vértice inferior les completa en el centro. Una pequeña cazoleta independiente se realizó exterior pero muy próxima a la zona central del tercer trazo y la última remata laparte inferior del segmento central. Una forma parecida encontramos en la figura B-b-8 del grabado del Cándalo, si bien los segmentos allí son de menor longitud.

También en el Cándalo se observan una serie de ángulos adyacentes que, en nuestro caso, presentan mayor abertura, extensión y número. Las vimos presentes en el subconjunto A al menos en tres ocasiones; repiten esta primera disposición en el cuadrante inferior izquierdo del subconjunto C, en ambos subconjuntos están formados por tres ángulos: el derecho de 180º, uno de 45º orientado hacia el NW y el tercero de 135º se abrió al SW. Aquí en el subconjunto B, el conjunto de ángulos es de composición más numerosa y más parecidos a los representados en otros grabados cacereños. Así, estas formas angulares se observan también entre algunos grabados de Hurdes enespecial en Puerto del Gamo, Casar de Palomero y en la Peña Raya de Huetre[8]. Parece que la utilización de estos signos y por tanto sus contenidos eran conocidos y utilizados por nuestros antepasados tanto aquí como en el norte de la provincia lo que añade una amplia intercomunicación entre ambas zonas. Nosotros, por el momento no estamos en disposición de añadir nada más sobre ellos.

La situación de este conjunto es propia para mostrarnos la alineación cósmica que determinó el meridiano N-S realizado en el siguiente subconjunto, pero parece que voluntariamente no se destacó mucho esta cuestión quizás jugando un poco con el misterio. Los segmentos B-5 y B-6 parecen hacer alusión a un tipo de arma arrojadiza que se dirige desde la cazoleta al observador –mundo cósmico al terrenal-; el B-6 se limita inferiormente añadiéndole con ello nuevos contenidos que conducen a una mayor dificultad para su comprensión, lo cierto es que toda esta parte izquierda del conjunto se encuentra invadida por unos signos que evocan con facilidad armas arrojadizas cuestión que complementa el fondoestelar tal vez encerrando un relato semejante a los actuales de Ciencia Ficción que tienen por tema invasiones de extraterrestres.

Llegamos al Subconjunto C que es el más extenso de ellos, ocupa toda la parte central y en él encontramos nuevamente cazoletas, trazos y un cuadrilátero. Las cazoletas presentan aún mayor diversificación en cuanto a tamaño, disposición y forma; aquí se representaron aisladas, adheridas a uno o varios trazos –no más de tres-, uniendo segmentos cuando estos cambian de dirección, entre secantes, nunca unidas entre sí, etc.

Especial mención merece la cazoleta oval por su tamaño y forma; hay que mencionar que este tipo de cazoletas ovales están presentes en algunos grabados de parecida tipología y siempre lo hace de manera sobresaliente; así ocurre en el grabado del collado del cerro de S. Cristóbal en Zarza de Montánchez donde se realizó en tamaño sobresaliente con 21 cm de eje mayor y 15 cm de eje menor y en compañía de una gran cazoleta esférica de 15 cm de diámetro; también encontramos otra oval ocupando el centro de otras menores en el grabado de D. Lucas, Trujillo, ambos inéditos; igualmente se observa en los ya publicados del Cándalo, Garciaz[9] yen el de la Peña Rayá en Huetre[10], todos en la provincia de Cáceres. Elíptica era la representación del aparente camino solar –órbita- realizada en el conjunto II, fig 5, del grabado de Tejadilla XII, Aldeacentenera[11]. Puede suponerse en todos ellos representan formas cósmicas singulares, muy conocidas para el autor y el mundo cultural donde se desenvolvía Sol, Luna, Tierra, el aparente camino solar, etc.

Su situación en el extremo inferior del meridiano N-S; su eje mayor no está en la línea del meridiano, que parece lo más natural, si no que forma con él un ángulo de abertura superior derecha de unos 40º. El eje se continuó solamente por la parte inferior de la cazoleta lo que nos permite observar con facilidad la dirección que apunta, dicha dirección señala directamente la gran cazoleta central del subconjunto A, provisionalmente tenida como una representación del planeta Venus vespertino, en todo su esplendor.

Los trazos que contiene este subconjunto se distribuyeron con parecida variedad, inclinándose con diferentes angulaciones tanto a la derecha como a la izquierda; no faltan los horizontales ni los verticales, hay grupos que forman paralelas y otros que confluyen formando diversos ángulos, ello nos lleva a conclusiones más imprecisas e inseguras que las referidas a las cazoletas.

Las líneas más interesantes son sin duda los centrales que, junto a un corto número, fueron grabados con intensidad y amplitud. Estos dos trazos -en realidad tres-, no son perpendiculares, como a primera vista pudiera parecer; los cuadrantes superior izquierdo e inferior derecho miden 100º, naturalmente los otros dos cuadrantes miden 80º en vez de los 90º que deberían tener si fueran perpendiculares. Ya vimos que el trazo más vertical señala una posición cercana al polo norte magnético pero desviado hacia la derecha 15º, a nuestro entender coincide con el polo norte geográfico de ahí la desviación de 15º con el punto N mencionado en las brújulas –la diferencia real entre unoy otro es de 11,5º [12]-. Es pues un meridiano real del polo geográfico terrestre pues la diferencia de cálculo de 3,5º es prácticamente inapreciable o tal vez un error nuestro.

Ya hemos dicho que para determinar el N-S el autor se orientaría por alguna alineación estelar en horas nocturnas determinadas, como se hacía en el mundo antiguo de la época, así los egipcios utilizaban una alineación con la estrella Thubam de la constelación Dragón; ella determinaba el N geográfico lo mismo que ahora lo hace nuestra estrella Polar[13]. Estos cambios son debidos al movimiento de precesión de la Tierra.

Nada quedó señalado en el grabado que nos indicara la puesta del Sol en los solsticios de verano y de invierno, condición a nuestro entender necesaria para determinar en su media, la puesta del día equinocial; en su lugar hay por la derecha una serie de angulaciones formadas por trazos y cazoletas que son las que parecen originar el trazado del paralelo central. Este marca el comienzo de la primavera o el otoño aunque unos 5º desviado hacia la parte superior.

La falta de perpendicularidad o pequeñas desviaciones que pueden encontrarse deben tener su origen en la diferencia de referentes para realizar los trazados del meridiano y el paralelo y a los medios de la época. En el primero vimos que se debía posiblemente a la utilización de una alineación interestelar; en el segundo no la hemos encontrado. Aunque parece que la referencia obligada es la solar, pudo basarse en una serie de alineaciones estelares desconocidas por nosotros. El problema de la falta de perpendicularidad entre meridianos y paralelos también nos surgiría hoy si señalamos el N-S por el magnetismo de la brújula y el E-W por la posición media solar, aunque naturalmente la angulación resultante seríaligeramente diferente.

Ambos trazos pueden constituir un sistema para orientarse y localizar básicamente objetos en el entorno y en el firmamento. Igualmente puede utilizarse como calendario estacional ya que al situarse las puestas del Sol por encima del paralelo mencionado, el calor y la ausencia de lluvia estaban próximos; por debajo serían el frío y las lluvias los que se acercaran.

No sabíamos que hubiese antecedentes de este tipo de grabados realizados sin duda con una finalidad consultiva. Pero al traducir del francés un trabajo facilitado por nuestro querido amigo Juan Gil Montes, coautor del mismo con Philippe Rossi y Guy Tamain referido al grabado del arroyo Valbellido en Cañamero, Cáceres, vimos que los autores citados llegan en su estudio a las mismas conclusiones. Siendo aquel monumento mucho más funcional, sus autores plasmaron el método que había determinado el trazado del meridiano N-S geográfico en el grabado de Valbellido y la posibilidad de concretar en el mismo un paralelo equinocial. Llegaron a parecidas conclusiones que nosotros pero 25 años antes y esto nos agradó pues al menosalguien compartía nuestras teorías. Posteriormente intentamos conocer el monumento de Cañamero pero un camino público lo cubre. Finalmente nos vamos a tomar la libertad de puntualizar sobre aquel grabado en lo referente a la falta de uniformidad circular que presenta la línea representativa del horizonte en su parte N-W y que no resolvieron en el citado estudio. Pensamos que el autor de aquel grabado dibujó el horizonte que sabía, que era el que cotidianamente estaba viendo, éste se acorta por el N-W debido a la cadena montañosa que por allí lo ocupa. La falta de excentricidad en el dibujo del horizonte obedece a que es un esquema del natural. Su realización circular en tierra es convencional; solamente en alta marel horizonte se muestra completamente circular[14] (Fig. 3).

Fig 3

Figura 3.- Grabado de Valbellido, Cañamero (Cáceres)

Mencionábamos que en el sector que estudiamos de nuestro grabado, hay una figura de trapezoide en el cuadrante inferior derecho de este subconjunto, debajo del trazo E-W; aunque algo mayor, se trata de la misma forma que acompaña al hacha y que vimos tenía representación en otros conjuntos; lo venimos tomando como un vehículo sideral, ideal, anterior al carro, posiblemente un trineo; el presente caso por el momento, no añade nada más que su catalogación. Su posición cercana a la línea equinoccial quizás nos hable de su transito por ella.

Cronológicamente hablando nuestro grabador nos ha dejado también una tarjeta de visita clara pero imprecisa por su singularidad. Se trata de la forma de hacha reforzada con nervio central o con acanaladura; en esta segunda cuestión es semejante a las hachas de mediados y finales del Bronce pero su trazado esquemático no aporta otros detalles que nos ayudaran a concretar su cronología. Su forma presenta un ligero abultamiento curvo en el talón y por ello nos inclinamos por clasificarla como un hacha de bronce algo evolucionada que puede situarse, siempre en términos generales, en el Bronce Medio o comienzos del Bronce Final, esta sería la fecha de datación de todo este grabado.

En resumen, este monumento nos muestra una parte racional formada por el trazado de las coordenadas geográficas N-S y E-W y otra literaria en la que se insinúa posiblemente diversos relatos en relación con el origen del metal con proyección de sus propias apetencias vitales en cuanto a la propiedad de armas metálicas sobre todo como objeto de ostentación. Los aparentes cambios del planeta Venus no debían estar ausentes en todo ello (Fig. 4).

Fig 4

Figura 4.- Parte central del grabado de Valdehonduras, Santa Marta (Cáceres)

Tal vez deba suponerse para comenzar a explicarnos el origen de estas cuestiones la noticia de la caída de algún meteorito de constitución metálica cerca de estas zonas cacereñas. Reflexionemos todavía un poco más: hoy denominamos siderurgia a determinadas manipulaciones del hierro, palabra que etimológicamente viene del latín sidus, -eris, estrella, constelación y del griego érgon, obra, obra de estrella[15]. ¿No hace alusión a la composición metálica de algunos meteoritos? Si se hace mención a todas estas cuestiones con toda tranquilidad cuando hablamos de siderurgia, no deberían resultarnos precipitadaso extrañas todas estas conclusiones.


BIBLIOGRAFÍA:

[1] Alvarado Gonzalo, M. y González Cordero, A. (1991): Pinturas y grabados rupestres de la provincia de Cáceres, estado de la investigación. E. A. II, pág 141. González Cordero, Antonio (2000): Grabados rupestres en Extremadura. Prologo de una investigación. Actas do 3º Congresso de Arqueología Peninsular, vol IV. Porto, pág 539.

[2] Rubio Andrada, M. (1996-2001-A,a y 2001-B,a): Tres poblamientos prehistóricos del berrocal trujillano. XXVII-XXVIII y XXIX Coloquios Históricos de Extremadura. Trujillo (Cáceres).

[3] Rubio Andrada, M. y Pastor González, V. (2001-A,b): El grabado del Cándalo, Garciaz (Cáceres). XXVIII Coloquios Históricos de Extremadura. Trujillo, Cáceres.

[4] Rubio Andrada, M. y Pastor González, V. (2001-B,b): Los grabados prehistóricos del río Tejadilla. XXIX Coloquios Históricos de Extremadura. Trujillo (Cáceres).

[5] Microsoft Corporation (1993-1999): Enciclopedia Encarta 2000, Venus (planeta), pág 1.

[6] Rubio Andrada, M. y Pastor González, V. (2001-B,b): Op. cit.

[7] Rubio Andrada, M. y Pastor González, V. (2001-B,b): Op. cit.

[8] Sevillano S. José, Mª del Carmen (1991): Grabados rupestres en la comarca de Las Hurdes (Cáceres). Ediciones Universidad de Salamanca.

[9] Rubio Andrada, M. y Pastor González, V. (2001-A, b): Op. cit.

[10] Sevillano S. José, Mª del Carmen (1991): Op. cit.

[11] Rubio Andrada, M. y Pastor González, V. (2001-B, b): Op. cit.

[12] Keppler Erhard: Sol, lunas y planetas. Biblioteca Científica Salvat. Barcelona. Pág 18.

[13] Baker, D., Hardy, D. J. (1980): Guía de Astronomía. Ediciones Omega S. A. Barcelona. Pág 106.

[14] Gil Montes, J., Rossi, P. Et Tamain G. (1974): La pierre a cupules du Val-bellido, Cañamero (provincia de Cáceres, Espagne). 99º Congreso National Sociedad de Savantes. Besançon. France. Pág 259-273.

[15] Corominas, Juan (1983): Breve diccionario etimológico de la Lengua Castellana. Editorial Gredos, Madrid.

Oct 011999
 

Manuel Rubio Andrada  y  Vicente Pastor González.

LOCALIZACION Y GENERALIDADES

Se localiza en el mapa 1/50000, hoja nº 706 denominada Madroñera, 1ª edición 1963; sus coordenadas geográficas son: 39º 22´ 10´´ de latitud y 1º 54´ 35´´ de longitud W del meridiano de Madrid.

El grabado fue descubierto a principios de l973 por uno de nosotros quien lo comunicó al Museo Provincial de Cáceres. El entonces director del museo de Cáceres, D. Miguel Beltrán Lloris -prestigioso arqueólogo-, su esposa y los autores de este trabajo visitaron posteriormente el monumento en una azarosa marcha desde la finca del Cándalo en el término de Garciaz y no muy lejos del pico Venero. El traslado del director a Zaragoza motivo la interrupción del trabajo que preparaba para su publicación.

Posteriormente D. Alfonso Naharro i Riera mandó al diario Hoy del 18-8-73 un dibujo muy incompleto acompañado de la escueta noticia de su descubrimiento.

Pasados 26 años y con el fin de acometer su estudio con mayor rigor y hacerlo público decidimos localizarlo de nuevo. Contábamos con nuestra imprecisa memoria, unas malas fotografías y un punto trazado en el mapa. Surgía el problema de su posible destrucción ya que se encuentra en una zona de lindes y cambio de vertientes habiéndose realizado posteriormente a su hallazgo pistas, cerramientos, cortafuegos etc.

Desde Logrosán, intentamos por el camino de los Valbellidos -que fue la vía empleada cuando se descubrió-; dejado el automóvil en el collado, cresteamos hacia el S llegando hasta el pico Venero -1124 m-. El monumento no aparecía aunque el punto en el mapa, sin duda, debía hacer alguna referencia; según el mismo, quedaba todavía bastante lejos y hubimos de regresar.

Posteriormente tomamos el camino que desde el Km. 34,05 de la carretera de Logrosán asciende hasta Garciaz; angosto y en mal estado, nos colocó pronto en el collado y desde allí andando hacia el E, por la cresta divisoria de aguas en dirección al citado pico. Tras hora y media de camino la roca seguía allí, intacta.

No obstante, para su visita, recomendamos tomar en el pueblo de Garciaz una pista bastante bien arreglada que parte de la entrada de la población, a la derecha, según venimos de Conquista de la Sierra. El camino asciende por la margen del río Garciaz, -al principio por la izquierda y poco después por la derecha-. Al llegar a la finca del Cándalo nos separamos hacia la izquierda; si podéis, continuad por la pista particular de la finca que asciende más allá del suave collado donde se encuentra el grabado, poco antes de comenzar las últimas rampas de acceso al pico Venero por su cara W. Una pizarra de buen tamaño, color claro y forma caprichosa fue apartada de la pista y colocada en uno de sus lados; ella puede servir de señal pues, allí mismo, a la izquierda y algo caído hacia el N hay un pequeño afloramiento de pizarras; en la base de sus comienzos se encuentra nuestro monumento.

Desde allí se divisa gran extensión de terreno tanto en la vertiente del río Tajo, hacia el N, como en la del río Guadiana hacia el S. La vertiente del Tajo ofrece una superficie elevada y descendente hacia el N en suave declive; sus materiales, generalmente paleozoicos, parecen ser continuación de la penillanura trujillano-cacereña aunque más elevados. Está ocupada principalmente por robledales pinares y castaños; en zonas más bajas y cálidas, el encinar. La vertiente del río Guadiana, tras caer bruscamente 400 m en muy pocos km., está integrada por el mismo tipo de materiales con la excepción del batolito granítico de Logrosán, ofrece el agreste jaral en la ladera inmediata y muy pronto, algo más allá, el encinar, ambos acompañados de las floras y faunas que naturalmente les corresponden.

EL GRABADO

Como se ha dicho, la roca que le sirve de soporte no está aislada si no que pertenece a un pequeño afloramiento de pizarras propias del terreno paleozoico; la dirección de sus estratos está próxima al NE-SW; superiormente terminan en agudas aristas excepto esta superficie que se encuentra truncada. La parte N de estas rocas presenta un desnivel de superficies de unos 3 m y fue cerrado con una cerca semiovalada construida con piedras de mediano tamaño y actualmente caída. La pizarra sobre la que se grabó aparentemente no presenta características especiales en cuanto a su composición pero, como se ha dicho, ofrece una superficie cortada a unos cm del suelo y perfectamente lisa e incluso en pequeños espacios ligeramente pulida. Tiene 2,30 cm de larga y 0,95 cm de ancha y parcialmente se encuentra atravesada por racheados naturales originados en su mayoría por los estratos que sin duda continuarían en la parte superior; desconocemos el origen de este corte.

No es la única pizarra de superficie plana que presenta esta serranía pero si nos parece singular en cuanto a su disposición horizontal tan cerca del suelo; la comodidad aparece como factor necesario en la ejecución del grabado ya que el tiempo de su factura no debió ser corto.

El espacio sobre el que se grabaron estos motivos está dividido por numerosos racheados tanto en dirección vertical como horizontal. Uno de estos parte la superficie en dos mitades, la de la izquierda, algo mayor, la denominamos zona A y la de la derecha zona B; en su centro el racheado presenta un hueco de tendencia oval parcialmente pulido a manera de cazoleta, sus medidas son 16 X 12 cm de ejes y unos 8 cm de profundidad.

Suponemos que nuestro autor por cuestiones de método en la ejecución tanto como nosotros en la exposición, se sirvió de la división en las dos zonas antes mencionadas, ya que ningún elemento de una de estas zonas está contenido en la otra. Cada uno de estos espacios laterales presenta otras divisiones debidas generalmente a pequeños racheados de la roca aunque en ocasiones completados por la incisión; ellos limitan unas superficies que nos ayudan a separar en subconjuntos; éstas, con los argumentos que se irán exponiendo, contribuyen a formar unas unidades compositivas de todo el conjunto, el autor, en líneas generales, creemos que también parece proponerse esta cuestión a la hora de la distribución de los motivos y con el fin de no caer en una realización de organización caótica.

Actualmente los grabados se encuentran cubiertos irregularmente por diversos líquenes de varias tonalidades. Hacia la derecha -siempre en sentido N-, la roca presenta mayor deterioro y en la parte S una ruptura impide reconocer la forma de mayor tamaño y una de las más interesantes.

Así pues, el catálogo de las figuras se ha dividido en dos conjuntos y estos a su vez en varios subconjuntos separados, como ya se ha dicho, unas veces por racheados naturales y otras por líneas incisas y en ocasiones, la realización es mixta. La exposición de la nomenclatura empleada va de izquierda a derecha comenzando por la parte superior; su denominación corresponde a una letra mayúscula A o B para los dos conjuntos, sigue una letra minúscula que denomina el subconjunto y finalmente un número completa la nomenclatura de la figura; de esta manera cualquier nuevo descubrimiento de figuras en este grabado puede añadirse sin alterar el orden de las ya estudiadas (fig.1 y 2).

 

fig1

Figura 1.- Grabado del Cándalo

La incisión por lo general es fina no pasando en general de 2 o 3 mm tanto en profundidad como en anchura, aunque hay algunas figuras que se realizaron más suavemente, otras lo fueron con mayor intensidad. Debe considerarse que este monumento como cualquier otro debe poseer trazados que tras su ejecución deberían ser borrados por causa de equívoco u otra cuestión y que por la propia naturaleza del soporte, resultaba imposible si bien en ocasiones pudo disimularse el error con la construcción de otra forma. Pensamos que el autor tenía personalidad suficiente para operar con numerosos recursos como el mencionado.

 

fig2

Figura 2.- Zonas, conjuntos y figuras del grabado del cándalo

ZONA A

Como antes se indicó, es la situada a la izquierda -sentido N-. Presenta numerosos racheados naturales tendentes a limitar formas rectangulares de tendencia vertical y no hay líneas incisas separadoras de subconjuntos.

CONJUNTO A-a

Está situado en la parte izquierda del grabado y la superficie sobre la que se realizó aparece finamente alisada (Fig. 2).

Figura A-a-1

Es un esteliforme formado por dos series de rectas perpendiculares que resultan radiales a un punto central formando 45º; los segmentos miden entre 10 y 11 cm de longitud.

CONJUNTO A-b

Ocupa una superficie rectangular situada a la derecha de la figura anterior, su forma es rectangular en sentido vertical y está limitada por racheados naturales de la roca (Fig. 2).

Figura A-b-1

Contiene una forma de flecha de 7 cm de longitud a la que se suprimió la aleta superior o bien aparece tapada por el liquen, su sentido es SE y ocupa la parte inferior de una forma rectangular perfectamente limitada por racheados naturales de la roca.

CONJUNTO A-c

Continuando hacia el lado derecho aunque algo más superiormente hay otra superficie rectangular de características parecidas a la anterior aunque algo más corta (Fig. 2)

Figura A -c-1

Es una figura circular realizada con trazo más fino y menos profundo que las demás; tiene un diámetro de 7,5 cm realizado en dirección NW-SE y está algo descompuesta en su parte superior, aquí se ofrece una línea quebrada en tres segmentos en zigzag de 4 cm, 8 cm y 6 cm; un cuarto, de 6,5 cm, parte hacia arriba del extremo inferior y es tangente a la circunferencia. En la macrofotografía aparece otro segmento de 6 cm, ya claramente externo y algo más arriba.

CONJUNTO A-d

Contigua a la parte superior derecha encontramos una superficie modificación de las formas rectangulares tendiendo a la horizontalidad; el límite inferior derecho no parece estar delimitado (Fig. 2).

Figura A-d-1

La figura 1 es una forma lanceada con nervio central, mide 14 cm de larga y 3,2 cm de ancha prolongándose su nervio central 6 cm; se situó en la parte superior en sentido izquierdo aunque algo caída hacia la izquierda

Figura A-d-2

Es otra forma semejante aunque algo mayor y de punta más marcada, mide de larga 17,6 cm y de ancha 4,5 cm; la terminación posterior del nervio tiene 8,7 cm y forma con la prolongación del anterior un ángulo próximo a los 45º; se colocó en sentido próximo al SW.

Figura A-d-3

Es otra semejante a las mencionadas pero un poco mayor; 21 cm de larga y 6,5 cm de ancha, el nervio se prolongó hacia la derecha 5 cm colocándose de forma horizontal y en sentido izquierdo.

Figura A-d-4

Es una forma rectangular de 8,8 cm de largo y 4 cm de ancho. Sobre la mitad de su longitud se trazó una línea paralela a los otros lados que lo dividió en dos mitades no exactamente iguales siendo la de la izquierda algo menor; esta figura es inferiormente tangente a la parte superior de la figura lanceada A-d-3.

Figura A-d-5

Está formada por una línea recta quebrada en cuatro segmentos de 9, 10,5 y 4 cm indicando caprichosa forma de posible inspiración sideral. La figura comienza por la izquierda en la parte superior derecha de la superficie rectangular enumerada y termina en tres diagonales que convergen en la parte superior de la punta A-d-3.

Figura A-d-6

Es una forma de arpón de 23,5 cm con un solo alerón superior y realizado en sentido W; hubo de curvarse ligeramente para no rozar una de las formas lanceadas

Figura A-d-7

Es una forma de flecha de 5,5 cm de longitud situada en sentido W; se situó inferiormente y muy próximo al arpón A-d-6.

Figura A-d-8

En el espacio situado entre las dos formas de lanzas A-d-1 y A-d-2 se trazó un pequeño segmento de unos 4 cm de longitud y algo inclinado a la izquierda.

CONJUNTO A-e

Las siguientes figuras que forman el subconjunto A-e ocupan un espacio situado bajo el anterior estando separadas del mismo en la parte derecha y superior por racheados naturales de la roca algunos ya enumerados al describir el subconjunto A-d; se completan los límites en la parte inferior e izquierda por los propios límites de la roca (Fig. 2).

Figura A-e-1

La figura que nos ocupa está situada en la parte superior izquierda del espacio descrito -bajo la forma circular-; tiene la forma de una punta de flecha de 9,5 cm de larga y se trazó en sentido inferior derecho; el ángulo que forman sus alerones está próximo a los 45º.

Figura A-e-2

Es otra forma de punta de flecha de 5,5 cm de longitud y una abertura cercana a los 90º; su lado inferior es mayor que el superior; se situó a la derecha de la e-1 aunque algo inferiormente.

Figura A-e-3

Algo inferiormente a la forma A-e-1 se observa una forma línea de 17,5 cm de longitud con alerón inferior situado a la izquierda, en la mitad del segmento que marca un sentido próximo al NW.

Figura A-e-4

Es una línea de 17 cm e inclinada hacia la izquierda que corta a la figura anterior cerca del vértice de unión de su alerón.

Figura A-e-5

Es otra línea de 43 cm situada cerca del límite superior derecho de este subconjunto; la incisión de su trazo continúa un racheado natural que la roca posee en este lado que a veces parece interrumpirse. La parte final derecha de esta línea sirvió para completar un triángulo con un racheado vertical y una línea incisa inclinada consiguiendo una forma de alabarda sin nervio central, de 13 cm de altura y 9 cm de base.

Figura A-e-6

Es otra forma de flecha realizada en la parte media de este espacio y en sentido inferior izquierdo, su longitud es de unos 8 cm.

Figura A-e-7

Rozando el extremo derecho inferior de la figura anterior hay una forma compuesta de dos perpendiculares algo desviadas de la vertical hacia el lado izquierdo; tiene 9,5 cm la mayor -tendente a la verticalidad- y 5 cm la más horizontal. En la parte superior derecha de la mayor comienza un segmento que, curvado suavemente hacia abajo, llega hasta el extremo derecho de la otra línea.

Figura A-e-8

Es una forma de arpón de 31 cm de largo con tres pares de grandes alerones laterales de 10-16, 13-19 y 8-16 cm respectivamente; su incisión es muy marcada y su sentido W. Ocupa la parte central de esta superficie.

Figura A-e-9

Es una forma de hacha trapezoidal con la base superior ligeramente convexa; tiene de alta 10 cm y de ancha 9 cm por donde correspondería al filo, situado a la izquierda, que fue trazado completamente recto. Ocupa la parte inferior derecha de este subconjunto.

Figura A-e-10

La parte inferior de este espacio se encuentra ocupado por una forma semejante a la punta y terminación exagerada de una corta y ancha espada o puñalón; hacia la derecha una ruptura de la roca nos impide observar completamente esta interesante figura. Su ancho es de 11 cm y el largo que nos ha llegado es de 33 cm.; presenta un profundo nervio central prolongado hacia la izquierda hasta la terminación de la roca. Este nervio se encuentra cortado de manera caprichosa desde su parte inferior por varios tracitos.

Figura A-e-11

Estas formas se situaron en la parte superior del nervio central de la figura A-e-10. Superiormente presenta una línea de unos 12 cm tendente a la disposición horizontal, su extremo izquierdo termina inferiormente en un corto alerón; en el otro extremo y también en la parte baja, se trazaron, con tendencia vertical, tres paralelas de unos 4 cm de longitud.

Figuras A-e-12, 13 y 14

Cerca de la gran forma arponada A-e-8, y aparentemente en torno suyo, se trazaron tres cazoletas de unos 3 cm de diámetro y unos 2 cm de profundidad, aparentemente sin simetría; dos de ellas ocupan los lados de la parte anterior y una, la número 12, la parte posterior derecha.

Figura A-e-15

Está formada por dos líneas paralelas verticales muy próximas de unos 7 cm., ambas se cortaron en su parte media por el extremo derecho de otras dos igualmente cercanas pero algo más convergentes.

CONJUNTO A-f

Ocupa una superficie situada entre el rachón en el que parece parcialmente grabada una cazoleta oval irregular de unos 16 X 12 cm de ejes y unos 8 cm de profundidad y el racheado inmediato por la izquierda que parte de una oquedad natural de la roca situada superiormente, éste no llega al límite inferior tendiendo ambos a la verticalidad y siendo paralelos determinan una superficie de tendencia rectangular más alta que larga cuya parte superior fue ocupada por un grabados. Su representación unificada con el conjunto A-e en la figura 2, obedece a la intersección de la forma inferior de hoja de puñalón o espada corta trazada en la parte inferior de los dos conjuntos unificándolos al menos parcialmente (Fig. 2).

Figura A-f-1

Es un ángulo agudo formado por lados de unos 7 cm., situado en la parte superior izquierda de la cazoleta central.

Figura A-f-2

En la parte inferior de la cazoleta central aparece trazada una forma de flecha de unos 8 cm de longitud y una abertura de 90º, su sentido es superior.

Figura A-f-3

Se situó en la parte inferior de la superficie mencionada e inmediatamente superior a la figura A-e-10 que parece representar una hoja de espada a la que corta también uno de sus radios. Es una figura semejante al estelar A-a-1 aunque trazada un poco más descuidadamente. Sus radios oscilan entre 7 y 14 cm formando ángulos desiguales aunque próximos a 45º

Figura A-f-4

Uno de los radios, el inferior derecho, de la figura anterior presenta una forma rectangular tangente trazada hacia la parte derecha cuyas dimensiones son de 10,5 cm X 4,8 cm.; esta figura se encuentra dividida en cuatro partes por dos perpendiculares que cortan a los lados en sus puntos medios; todavía presenta una pequeña línea incisa e inclinada hacia la derecha en el cuartel inferior izquierdo. La figura es igualmente tangente al mencionado radio como la forma semejante A-d-4 es a la lanceada A-d-3, siendo idénticas sus dimensiones. Fácilmente se aprecia la concepción unitaria del trazado de la figura junto al esteliforme y por ello la ejecución de éste resultó algo distorsionada.

Figura A-f-5

Inmediatamente bajo el rectángulo de la figura A-f-2 hay trazada una forma de flecha de unos 4 cm y en sentido superior izquierdo.

ZONA B

Es la situada en la parte derecha del rancheado central provisto de cazoleta; al final de esa parte la roca presenta gran deterioro en fragmentaciones de pequeñas superficies rectangulares. Tanto la superficie A como la B no fueron totalmente aprovechadas en su parte superior lo que nos lleva a pensar que, durante la mayor parte del tiempo que el autor tardó en realización del grabado, ocupó preferentemente la parte inferior -siempre en sentido N-. En esta superficie, más pequeña que la zona A, distinguimos cuatro conjuntos determinados parcialmente por unos racheados que se completaron con líneas incisas.

CONJUNTO B-a

Consideramos este conjunto el situado en la parte media superior de esta zona no presentando límites naturales en la parte inferior en donde es acotado con líneas incisas que enumeraremos a lo largo del trabajo (Fig. 2).

Figura B-a-1

Corresponde a una forma lanceada de 12 X 4,4 cm realizada con nervio central y su sentido es izquierdo inferior.

Figura B-a-2

Es otra forma lanceada semejante, de igual longitud aunque un poco más ancha, 5,5 cm acompañada también de nervio central; su sentido es derecho.

Figura B-a-3

Los nervios centrales de las figuras anteriores se prolongaron hasta representarse unidos por una línea incisa y profunda de 34 cm, dicha incisión al llegar a la figura lanceada de la derecha cambia su dirección ligeramente ascendente por la horizontal.

Figura B-a-4

Es una forma de flecha situada bajo la primera forma lanceada; su ejecución es muy cerrada y tiene 10 cm de larga, su sentido es inferior y su punta esta mal acabada y ligeramente curvada hacia la derecha.

Figuras B-a-5-6-7-8-9-10-11-12 y 13.

Son una serie de líneas incisas de las que las números 5 y 6 pueden hacer referencia a separaciones de este conjunto y el situado en la parte inferior izquierda. Las limitaciones con los conjuntos situados en la parte derecha se enumeran al describir estos. La número 5 tiene 13,5 cm y, como ya se ha dicho, sirve de límite superior a los conjuntos de ese lado; la número 6 es ligeramente curva y tiene 12,5 cm comenzando en el extremo derecho de la anterior y realiza una función semejante. Continuemos por la parte central inferior del conjunto que nos ocupa, aquí un resalte de la roca impidió realizar trazados. A la derecha, entre éste y las formas lanceadas, se realizaron una serie de líneas que hemos denominado con los número 7, de 12 cm y él 8 de 12,5 cm. Ambas forman un ángulo próximo a los 45º cuyo vértice señala la derecha, en la parte opuesta se trazaron dos paralelas que corresponden a los números 9 y 10, tienen respectivamente 7 y 8,5 cm, con su realización se construyó una forma triangular que podría corresponder a una forma de alabarda sin nervio central, La línea número 11 tiene unos 12,5 cm y se trazó superiormente cortando al eje que une las formas de lanza muy cerca de su parte media La número 12 se situó en la parte inferior del citado eje y es paralelo al mismo, tiene 7,5 cm La 13 es un pequeño trazo de un par de centímetros, aparentemente sin sentido que corta el eje lanceado muy próximo también a su parte media pero a la izquierda de la forma anterior. Por el momento nos resulta imposible averiguar el sentido de estos últimos trazos que con aparente desorden rellenan el mencionado espacio.

CONJUNTO B-b

Está situado en una superficie que se localiza en la parte media izquierda de esta segunda zona; hay un sector en su parte inferior izquierda que no se ocupó; está claramente limitado en la parte superior por las dos líneas incisas ya descritas, B-a-5 y B-a-6; mayor dificultad ofrece la descripción por el lado inferior derecho en donde parece que se completó con el trazado de otras formas (Fig. 2).

Figura B-b-1

Este número corresponde a una línea incisa horizontal de unos 10 cm de longitud que comienza en la parte inferior derecha del gran hueco central del rachón separador de las zonas A y B.

Figura B-b-2

En un punto de la línea anterior situado aproximadamente a un tercio de su parte izquierda, confluyen cuatro líneas rectas que se abren hacia la parte baja; comenzando por la izquierda sus medidas son de 8,5-10,5-13 y 6,5 cm.; forman ángulos adyacente muy agudos. El segmento tercero, comenzando por la izquierda, se prolongó 3,5 cm más arriba de la línea horizontal B-b-1 a la que corta.

Figura B-b-3

Justo en la terminación derecha de la citada línea horizontal fue trazada con marcada incisión una forma de punta de flecha de 12-15 cm, su sentido es inferior y la punta coincide con el trazado de una cazoleta.

Figura B-b-4

El alerón derecho de la punta mencionada se aprovecho para realizar otra forma de punta semejante pero en sentido contrario; tiene 27 cm de largo y su eje fue realizado algo asimétrico hacia la izquierda; su trazado es igualmente intenso. El eje central se cortó en la parte media horizontalmente con un trazo de unos 7 cm. Esta incisión parece querer remarcar la forma de flecha.

Figura B-b-5

En la terminación inferior del alerón derecho de la figura anterior se trazó una línea de 6,8 cm, inclinada hacia la derecha y cerca de su extremo izquierdo parte una línea de 3 cm que llega hasta el extremo inferior del alerón mencionado; próximo a este trazo, hay inferiormente otra paralela a ella que mide 4 cm y llega muy cerca de la línea situada inferiormente y que hemos tomado como límite parcial de este conjunto.

Figura B-b-6

Continuando la superficie por la derecha, algo superiormente vemos una serie de líneas en disposición semejante a la figura B-b-2 -tres ángulos adyacentes muy agudos-; comenzando por arriba las líneas miden 8-8,5-9,5 y 14,5 cm, en el vértice se trazó una prolongación hacia la izquierda con un segmento horizontal de 3,5 cm que llega hasta la gran flecha central.

Figura B-b-7

Es una cazoleta de 4 cm de diámetro y unos 2 cm de profundidad situada en la parte superior de este conjunto.

Figura B-b-8

El vértice de la punta de flecha B-b-3 se encuentra ocupado por una cazoleta más superficial que la anterior, tiene de diámetro 2,7 cm.

Figura B-b-9

Es una dudosa cazoleta de 1,7 cm de diámetro y escasa profundidad grabada a la izquierda, muy cerca de las formas angulares B-b-6

Figura B-b-10

El nervio central de la gran flecha B-b-4 corta inferiormente a una incisa recta de 22 cm; está muy inclinada hacia la derecha llegando por esta parte hasta las proximidades de la figura B-b-6. Esta línea puede tomarse como límite inferior de otro conjunto pero nosotros preferimos no hacerlo por la intersección de algunos elementos.

Figura B-b-11

Bajo la línea anterior se encuentra una superficie cuyo extremo inferior está muy alterado, no obstante la parte alta de la superficie ofrece ciertas posibilidades para el grabado y se ocupó con tres figuras; la que ahora nos ocupa es la primera por la izquierda y corresponde a una forma de punta de flecha de 6,5 cm de longitud en sentido inferior con alerones muy pormenorizados resultando una punta trazada con extraordinaria meticulosidad en la parte izquierda del nervio central se trazó un alerón más en el mismo sentido.

Figura B-b-12

Es otra forma de flecha de 6 cm de longitud ahora en sentido superior, fue trazada con dos pares de alerones, se situó próxima a la anterior y a su derecha.

Figura B-b-13

Corresponde a una línea de 8 cm situada a la derecha de la anterior y cerca de la misma siendo estas tres figuras paralelas

CONJUNTO B-c

La superficie que ocupa está situada en el centro derecha de esta zona e inmediato por este lado del pequeño racheado central de esta segunda zona; es como un pasillo rectangular en dirección NE-SW. Este espacio se encuentra claramente limitado y se encuentra atravesado en su parte media superior por un racheado natural ligeramente cóncavo en su parte inferior cuyas terminaciones laterales parecen prolongadas por profundas incisiones (Fig. 2).

Figura B-c-1

Corresponde a una línea de unos 10 cm situada en la parte superior del racheado; con tendencia horizontal es la línea del límite superior de este conjunto con el B-a.

Figura B-c-2

Bajo la línea anterior hay otra de unos 8,5 cm, su lado izquierdo comienza cerca de la terminación del mismo lado de la línea superior; aparentemente se trazó para lograr una forma triangular completada con el límite derecho de este conjunto. Seria la representación de una forma de alabarda sin nervio central.

Figura B-c-3 y B-c-4

Bajo el mencionado racheado central hay dos líneas muy próximas, paralelas e inclinadas hacia la izquierda por debajo de la horizontal que miden 8 cm.

Figura B-c-5

Muy cerca por debajo y en parecida disposición -ya casi horizontal-, hay otra de 9 cm; su extremo derecho acaba en una delicada punta de flecha e invade ligeramente el conjunto inmediato por ese lado.

Figura B-c-6

Continuando hacia la parte inferior se observa otro trazo de 9 cm, en disposición parecida aunque ligeramente curvada, semejante en esto a la B-a-6, sirve de límite inferior de este conjunto.

CONJUNTO B-d

Es el situado más a la derecha de la zona media. Hacia esa parte, la roca va paulatinamente deteriorándose a medida que se acerca el límite lateral. A unos 24 cm de este extremo hay un racheado de tendencia vertical aunque inclinado hacia la derecha, su parte media e inferior sirve de límite al conjunto que nos ocupa. Superiormente puede considerarse un acotamiento del conjunto B-a (Fig. 2).

Figura B-d-1

Es la línea curva de unos 40 cm ya mencionada, situada en la parte superior y el lateral izquierdo.

Figura B-d-2

En la parte superior derecha se trazó una forma rectangular de 8,5 cm de alta no pudiendo conocer el ancho por estar la roca deteriorada en esta parte; está dividida interiormente en superficies de tendencia rectangular.

Figura B-d-3

Aprovechando la línea B-d-1 se trazó cerca de su parte central una forma de triángulo isósceles de 5 cm de base y 10 cm de altura la cual también fue trazada y que corresponde al nervio central de una forma de una alabarda.

Figura B-d-4

Muy próxima por debajo y paralela a la línea inferior de la forma de alabarda hay, de uno a otro lado del conjunto, una línea profunda incisa de 10 cm de longitud.

Figura B-d-5

Bajo el racheado central se realizó otra línea inclinada de14,5 cm que compone, con las dos anteriores, una forma de alabarda con nervio central en sentido opuesto a las B-d-4 y B-d-6.

Figura B-d-6

Inferiormente el conjunto presenta otra forma triangular semejante a la B-d-3 y en el mismo sentido aunque es algo más pequeña; tiene 4 cm de base y 9 de altura, corresponde también a otra forma de alabarda evolucionada.

RELACIONES

FORMAS RADIADAS

Las figuras radiadas A-a-1 y A-f-2 posiblemente corresponden a representaciones estelares. La marcada separación de la primera a poniente y la especial preparación de la superficie que la sirve de soporte mediante un fino pulido nos lleva a pensar que su representación cósmica fue muy valorada dentro de la parcela social armamentista en que se movía el autor. La A-f-2 con un rectángulo tangente, semejante al que muestra la forma lanceada A-d-3 viene a determinar sin lugar a dudas una clara relación entre estas formas de inspiración estelar y las armamentistas.

Formas semejantes se encuentran en algunos grabados de Hurdes tales como en el Castillo I; Pinofranqueado, Cáceres (Fig. 4); en el Cancho de los Letreros, Tejeda y Segoyuela, Salamanca (Fig. 3); el Canchón, Vegas de Coria, Cáceres (Fig.4). En este último asociado a formas circulares que con otros acabados parecen representar formas de primitivas ruedas.

Hemos de señalar su ausencia generalizada en los grabados peninsulares incluidos los petroglifos gallegos, así como entre los motivos de la pintura rupestre hispana y el arte mueble, sobre todo en los recipientes cerámicos, estos últimos incluyen numerosas representaciones estelares generalmente logradas con un disco central radiado externamente que son tomadas principalmente por representaciones del Sol.

De su observación en los conjuntos anteriormente apuntados se deduce su variada y restringida representación. En efecto esteliformes formados por 8-9 radios asociados a armas aparecen en el Castillo I de Pinofranqueado pero su coetaneidad es más que dudosa, por la diferente técnica de los grabados y por la muy posterior cronología de las espadas representadas. (Fig. 4). De ejecución independiente está en el grabado de Tejeda y Sergoyuela (Fig. 3) pues el resto de los contenidos de este monumento, cruces y fechas, deben ser muy posteriores. En Vegas de Coria (Fig 4), la asociación más verosímil, en cuanto a idéntica técnica de grabado, se debe establecer, entre otros signos, con los escaleriformes. La relación que pudiera haber existido con las representaciones de ruedas, en ese monumento, por su diferente técnica, deben indicar momentos diferentes, probablemente fueron añadidas posteriormente.

Los conjuntos hurdanos más parecidos a este del Cándalo, en cuanto a repertorio de armas se refiere y en particular a presentar las mismas formas lanceadas, no poseen con claridad este tipo de relación cósmica, así ocurre en los del Puerto del Gamo, Casar de Palomero, Cáceres (Fig. 4); en el de la Hoya de Azabal, Azabal, Cáceres (Fig. 3). Si hay una relación parecida en Peña Rayá de Huetre, Cáceres (Fig.3), aunque los estelares que allí se presentan son de cinco puntas correspondientes a las diagonales de un pentágono de tendencia regular aunque carece de las formas lanceadas.

Ya hemos dicho que en el grabado del Cándalo la integración entre las figuras estelares y la representación de armas es clara y por ello su asociación en los contenidos del relato deben estar fuera de toda duda.

CIRCUNFERENCIAS

La figura circular A-c-1 se trazó con un diámetro inclinado de la vertical hacia la izquierda unos 45º. Ya se dijo que externamente presenta en la parte superior derecha unas líneas rectas formando ángulos de apariencia caprichosa que añaden determinadas características.

En general este tipo de formas circulares está muy extendida entre los grabados peninsulares sobre todo en los gallegos y en los hurdanos, pero todos ellos presentan alguna característica que les hace diferir de los demás; en el que ahora estudiamos es el diámetro interior y los angulares externos superiores lo que constituyen su singularidad dentro del repertorio.

Hemos de volver una vez más nuestra mirada a los grabados hurdanos para encontrar la mayor semejanza; es en las circunferencias grabadas del monumento de Aceitunilla, Nuñomoral, Cáceres (Fig. 3), donde parecen tener mayor semejanza, allí se asocian a triángulo y ángulo con línea, todos interiores. Otras formas circulares parecidas aparecen en el Puerto del Gamo (Fig. 4), uno situado en la parte inferior izquierda de aparente ejecución fina y bastante independiente del resto de las formas; tiene dos líneas interiores que se cortan formando ángulos de 80º y 100º; otro semejante está integrado plenamente con las demás formas que ocupan la parte superior derecha e interiormente tiene dos líneas perpendiculares que se cortan en el cuadrante inferior. Los ejecutados en Vega de Coria (Fig. 4), en su mayoría se radiaron y se aparecen acompañados de algunos estelares radiados sin círculo y en ocasiones asociados a escaleriformes. Ya se dijo que, algunas de las formas circulares de este último monumento, corresponden a representaciones de ruedas muy primitivas.

Su identificación con escudos más primitivos que los de las estelas de guerreros puede resultar por lo menos dudosa ya que en el mencionado grabado de Aceitunilla no contiene representación de armas y sí se une a estelares y escaleriformes; parecida cuestión muestra el de Vegas de Coria (Fig. 4) aunque aquí aparece la rueda como protagonista. Intuimos que quizás esta forma indica más bien el movimiento que la defensa personal; ello, y su semejanza con el disco solar, con su aparente movimiento cotidiano es claramente relacionable con la utilización de la rueda como circunstancial generador de movimiento y quizás una relación de estas cuestiones con el escudo, sobre todo por su indudable forma redondeada, lo que debió producir, a algunos individuos, una primitiva indecisión sobre su verdadera funcionalidad.

RECTANGULOS

Las figuras A-d-4, A-f-3 y B-d-2 (Fig. 2) corresponden a formas rectangulares. En ellas hemos de distinguir además del aspecto formal su disposición adosada a otra figura. En cuanto a su forma sus paralelismos son numerosos ya que este tipo de formas en sus numerosas variantes, están presentes desde el Paleolítico. Hay semejanza con algunas formas del grabado del Puerto del Gamo (Fig. 4). También dentro de la pintura esquemática se encuentran temas rectangulares parecidos especialmente entre los numerosos paneles de Nuestra Señora del Castillo, Almadén, Ciudad Real. Todos ellos son englobados en el genérico nombre de Tectiformes o Estructuras y sus significados, siempre dudosos, suelen estar en consonancia con las demás figuras a las que acompañan; entre éstas, el trineo como rústico vehiculo de arrastre es el fondo que se le atribuye en paneles donde ya aparece con claridad los esquematismos de carros. El descubrimiento por uno de nosotros, Manuel, de un nuevo grabado en Hurdes, todavía inédito, en el que se nos muestran al menos dos rectángulos, muy parecidos a los ahora estudiados, unidos a una larga cola que comienza en una forma de cometa constituyen un paso más hacia la determinación de su significado (Fig. 6).

Pero fijémonos además de su forma en su disposición. La primera lo es junto a una forma lanceada, la segunda es tangente a uno de los segmentos de una de las dos formas estelares, -la tercera representación rectangular aparece en la parte derecha del monumento y no nos interesa de momento por sus diferencias formales y disposición-. Son algunos escaleriformes los que se han presentado adosados a formas estelares, sobre todo los representados en Vega de Coria (Fig. 4) y Aceitunilla (Fig. 3). El hecho está también presente en la pintura esquemática pero en este caso las escaleras aparecen unidas a la forma solar, sirvan como ejemplo las representadas en el Canchal del Cristo, valle de las Batuecas, Salamanca[1] (Fig. 5) y en el Solapo del Águila, en el río Duratón, Segovia[2], (Fig. 5); la primera situada muy cerca de los grabados hurdanos. Ambas cuestiones, forma y situación adosada, nos sugieren un significado del que luego hablaremos con mayor extensión.

ANGULARES MULTIPLES

Denominamos así a las formas B-b-2 y B-b-6. Estas figuras están formadas por ángulos consecutivos, en ellos la idea de convergencia-divergencia es manifiesta. Únicamente se representaron en el conjunto B-b.

Solo existen paralelismos de estas formas en los grabados del N de la provincia de Cáceres por lo que hemos de deducir que ambas sociedades conocían los contenidos de estos símbolos que suponemos debían estar más cercanos de los aspectos cósmicos que del armamentístico según se deduce de sus representaciones sobre todo en el del Puerto del Gamo (Fig. 4). Allí se encuentra uno semejante; está situado entre las formas de la parte superior y asociado mediante línea a formas rectangulares, cazoleta y escaleriforme. La línea superior sobre la que se ejecutó el angular múltiple parte de una cazoleta situada a la derecha y, tras atravesar en un recurrente zigzag la zona media, acaba en una punta de forma lanceada, en la zona central de esa línea dan comienzo numerosos escaleriformes y rectangulares de aquí nuestra inclinación a darles contenidos parecidos.

La Peña Raya de Huetre (Fig. 3) conserva otros tres próximos a la parte inferior de la cazoleta central la cual parece tener un contenido heliocéntrico y que pudiera tener algún paralelismo, en este sentido, con nuestra semicazoleta central. Estos angulares se asocian en el Puerto del Gamo a otras líneas, a numerosos escaleriformes y rectangulares constituyendo una maraña de tipo reticular, a la que se asocian también cazoletas y armas -puntas de flecha y de pequeñas lanzas, aunque no poseen la prolongación lineal que tienen los del Cándalo. De lo dicho deducimos que la relación directa con armas está más difusa en los hurdanos los cuales parecen insistir más en sus contenidos astrales.

LINEAS

Existen en el Cándalo otras líneas que parecen corresponder a formas de menor categoría, quizás algunas se deban a equivocaciones, rellenos, etc. y quedan como expresiones abstractas de escaso o nulo contenido pero pueden significar rayos de luz o conceptos naturales o literarios, de cualquier forma sus contenidos se nos escapan perdidos en el tiempo y en la propia naturaleza del símbolo.

ARMAS

HACHAS

Una forma de hacha ancha y corta, de filo plano, cuyo perfil desconocemos fue trazada en la parte inferior del conjunto A-e, sus características no presentan paralelismo en la bibliografía consultada sobre este tipo de formas grabadas. Puede ser considerado como útil o como arma, en cualquier caso aquí lo incluimos en el repertorio armamentista. Su forma achatada y de filo plano parece comunicarle una cronología anterior al Bronce Final, aunque normalmente fueron armas o útiles de gran pervivencia.

LANZAS

Las cinco formas lanceadas que se representaron fueron realizadas con nervio central y son en todo semejantes a las representadas en los grabados hurdanos. Las mismas formas se encuentran presentes también en algunas estelas de guerrero (Fig. 5). Entre las primeras se encuentran las ya mencionadas del Puerto del Gamo (Fig. 4) y Hoya de Azabal (Fig. 3) ambas en el N de la provincia cacereña. En las estelas aparecen al menos en Robledillo de Trujillo, Torrejón I en la provincia de Cáceres y en la de Cabeza del Buey en la provincia de Badajoz (Fig. 5). Su presencia en estos monumentos, clasificados dentro del primer momento del segundo periodo de las estelas, es plenamente realista y no deja lugar a dudas sobre su función a pesar del aspecto vegetal u otras apariencias que parecen poseer en determinados grabados. En el Cándalo su parecido foliáceo lleva al autor a sugerirnos esos contenidos por su especial distribución, parece querer hacer alegres modificaciones que llenen de sugerencias alejadas del contenido real de estas formas e incluso parecen estar fuera del ambiente cósmico y armamentista que las rodea. Esta cuestión parece repetirse en las hurdanas pero con otras sugerencias[3]. Todo esto se ha perdido en las representadas en las estelas donde es evidente su funcionalidad y ayuda a clarificar su significado en la representación de los grabados.

PUNTAS DE FLECHAS

Es el arma más representada en este tipo de monumentos a ello contribuyó la abundancia de su utilización tanto en la caza como en las confrontaciones personales por su capacidad de actuar a distancia tras un rápido y preciso movimiento. Su abundancia es también debida a su pequeñez y con ello el menor gasto de materia prima en su realización. No se puede asegurar si su manufactura fue realizada en metal, piedra o hueso aunque es propio de ese tiempo la paulatina sustitución de otros materiales por el bronce. Numerosas y variadas son las puntas de flechas representadas, agudas, anchas, alargadas…, en ocasiones lo son muy pormenorizadas como ocurre en la figura B-b-11; otras se representaron con dobles alerones como ocurre en la B-b-12 y en ocasiones es la simplificación o la desmesura lo que prima como parece que ocurre en la A-e-3, la A-f-1 y la forma A-e-8 cuyos dibujos producen dudas sobre su verdadero contenido como armamento.

Entre las formas representadas destacan por su tamaño e intensidad de grabado B-b-3 y B-b-4 sobre todo esta última que podría pertenecer a alguna punta de venablo. En cuanto a la forma A-e-8 que fue dibujada con tres pares de alerones parece indicar una flecha sobrevalorada, superlativa y es muy posible que el autor intentara sugerir algo más que la simple expresión de un arma en la cual estaría asegurada su función a mucha mayor distancia. Al igual que las formas mencionadas B-b-8 y B-b-9 fue grabada con mayor intensidad y con tres cazoletas muy próximas lo que le añade posiblemente otros contenidos.

ALABARDAS

Estas armas grabadas con nervio central fueron realizadas en el subconjunto B-d. Aquí una vez más se jugo con racheados sugerentes para el autor consiguiendo mediante el añadido de líneas, formas triangulares que corresponde a figuras de alabardas de bronce. Otras formas triangulares parecen sugerir alabardas más primitivas como pueden ser las figuras A-e-5 y las formadas por las líneas B-a-7, 8 y 10. Una vez más hemos de mirar a los grabados hurdanos para encontrar referencias; entre estos indicamos los de Huetre (Fig. 3) y Aceña (Fig. 4); menor similitud parece haber en los del Puerto del Gamo (Fig. 4) y Azabal (Fig. 3). También entre los grabados portugueses y gallegos está extendida este tipo de formas si bien en estos últimos existen numerosas diferencias formales a la hora de su ejecución.

ESPADAS

El dibujo situado en la parte derecha inferior, figura A-e-10, posiblemente corresponda a un puñalón o corta espada con nervio marcado y prolongado como en el caso de las formas lanceadas del subconjunto B-a; de ella solamente nos ha llegado la punta con la mitad inferior de su hoja. Como en el caso de las lanzas no parece ser un arma muy evolucionada y formalmente parecen seguir viejos moldes. Ambos tipos de armas encajan perfectamente con el resto armamentista de este inventario, no se debe sospechar que sea un añadido posterior como ocurre con la mayoría de las espadas representadas en los grabados hurdanos. Su sugerente expresión formal por ampliación y prolongación del nervio central realzando con profundidad su grabado parece indicar una gran valoración para el autor. La pérdida de su dibujo en la parte correspondiente al puño imposibilita deducir su tipología con mayor claridad, en cualquier caso nos parece bastante singularizada dentro de este tipo de realizaciones.

CONCLUSIONES

Dada la naturaleza lineal abstracta, y el escaso número de este tipo de monumentos resulta imposible, por el momento, sintetizar con certeza sobre el total de contenidos que encierran; su análisis nos puede llevar a emitir alguna conclusión verdadera y opinar con diferentes márgenes de certeza sobre otros aspectos.

La primera conclusión cierta a la que nos conduce el estudio anterior es a extender la representación de este tipo de grabados hacia el SE de la provincia de Cáceres, hasta ahora estaban restringidos a la comarca de Hurdes -N de nuestra provincia- y muy puntualmente en el S de la de Salamanca. El repertorio se ve aumentado por éste y otros grabados de los términos de Torrecilla, Aldeacentenera y Garciaz, paso obligado por el N del batolito granítico de Logrosán, importante centro minero de casiteritas.

La segunda conclusión nos sirve para clasificar todas estas figuras en tres grupos:

El primer grupo está formado por las formas armamentistas.

El segundo por las estelares.

El tercero contiene todos los demás signos, en general, como ya se ha dicho, son formas lineales abstractas; a éstas las hemos denominado estructuras relacionables.

En algunos de estos grabados, a la representación parcial del cosmos, representado mediante formas que evocan sin dificultad alguna, determinadas estrellas, se intenta unir una parte muy valorada del mundo terrenal, representado por las figuras de armas, para conseguir esta unión, por fuerza imaginada, se utilizan una serie de signos que denominamos estructuras relacionables. Este intento de relacionar lo cósmico con lo terrenal, no es fácil de conseguir para el autor y, de acuerdo con la mentalidad de su cultura, recurre a dibujar varios objetos que a veces son repetitivos en varios grabados. Ellos, junto a los demás signos, pueden servir de ilustración a los relatos, sobre todo literarios, que sin duda existían y cuyos fondos tendrían como base supuestos viajes cósmicos de determinadas armas. A lo largo del repertorio que nos ofrecen todos estos grabados se observa que para solucionar la dificultad de establecer esas relaciones, nuestros autores hacen uso de numerosos signos entre los que se encuentran algunos con una clara simbología de unión natural, como los escaleriformes y otros cuyo convencionalismo nos impide determinar con mayor exactitud sus contenidos entre estos estarían las formas rectangulares adosadas al estelar A-f-3 y a la forma de lanza A-d-3, a ellas les damos significaciones de trineo, rústico vehículo que, ocasionalmente es pintado en el arte esquemático de manera parecida[4]. Mayor veracidad se encuentra si al dibujo representativo del grabado inédito de La Joya de Azabal II (Fig. 6), se le pintan las formas poligonales más representativas que encierra. Entonces a la forma de cometa y posibles trineos hay que añadirles directamente enganchada por la derecha, una choza que aparece como «bendecida» por dos potentes cazoletas, de la misma manera como las cruces cristianas señalan cierta protección del lugar donde se encuentran.

Esencialmente nuestro grabado sería la ilustración de un relato en el que uno de estos fantásticos trineos deja una estrella y se nos acercaría impulsado fantásticamente por un arma a cuya punta se sujeta. Indudablemente hay una desproporción entre los dibujos de estas dos formas, o la lanza es mayor o el trineo es de miniatura, opinamos que éste es un convencionalismo al que debemos ir acostumbrándonos si intentamos descubrir los contenidos de nuestros grabados (Fig. 6).

Es una pena que los fondos de esos relatos, en nuestra opinión propios de la Literatura, -quizás de alguna manera religiosa por su tradición calcolítica como ahora veremos,- repito, esos riquísimos fondos culturales ilustrados en nuestros grabados, muy pronto se perdieron con el consumo armamentista y de objetos de lujo manifestado en nuestras estelas en las cuales no pueden rastrearse ya, los demás grupos de símbolos.

Otra cuestión es la aparente pérdida de la religiosidad calcolítica puesta de manifiesto en los denominados ídolos -placa y presentes en una variedad de formas en la pintura esquemática, decoración en cerámicas e incluso grabados. Es indudable la existencia de un doble triangular realizado en lugar preferente en el grabado del Puerto del Gamo, Casar de Palomero, Cáceres, es precisamente en este excelente grabado donde no se representaron estelares. En la Peña Raya de Huetre aparecen ambas formas y puede suponerse en ellas un intento de sincretismo y de adecuar las viejas creencias calcolíticas con las nuevas visiones cósmicas del mundo de la metalurgia. Cada vez se observa más una sustitución de las viejas tradiciones religiosas por las creencias de las sociedades de tecnologías más avanzadas y portadoras esencialmente de un mayor desarrollo metalúrgico.

CRONOLOGIA

Algunas de las armas representadas pueden remontarse a épocas muy tempranas, hachas, algunas alabardas, puntas de flecha cuya manufactura metálica debe suponerse. En nuestra zona, sus comienzos manufacturados en bronce se sitúan en el Bronce Medio. La presencia de puntas de lanza semejantes a las grabadas en las estelas indican tiempos no anteriores al 750 a. C.[5] aunque existe algún tipo en hueso con singular parecido que se realizó en el Bronce Medio[6] y quizás derivado de alguna tipología de las puntas palmela propias de la fase Campaniforme del Calcolítico Final.

Todo ello traduce un largo periodo de utilización de algunas de las armas representadas. La ausencia en los grabados de escudos con escotadura en V y la presencia de primitivas ruedas de carro junto a esteliformes en el grabado de Vegas de Coria pero en distinta forma de ejecución (Fig. 4), ayudan a clarificar el panorama. Los primeros contribuyen a datar las estelas de guerrero en torno al s. VIII a C. y su ausencia en estos grabados posibilita datar su factura un poco antes, más cercana a los comienzos del Bronce Final. Las ruedas nos indican un tiempo posterior a los estelares.

Parecido aspecto señala la cantidad de las piezas grabadas, su número no determina con claridad que sea exclusivamente el ajuar de un guerrero como es propio de las estelas. En nuestra opinión el autor lo que intenta es mostrarnos de manera literaria el origen último de las armas metálicas o de alguna de sus cualidades aunque ya la ostentación personal, propia de las estelas, parece que se nos intenta sugerir. Poco después grabados y estelas no parecen convivir; posiblemente en un corto periodo de tiempo se suceden en un espacio relativamente próximo; recordemos que la estela de Solana de Cabañas[7], (Fig. 5) y las de Almoroquí[8], (Fig. 5) se encontraron a cortos km. del Cándalo.

Si fue una cultura que evolucionó o si fueron dos tipos de cultura que, en un principio se enfrentaron o que muy escasamente en el tiempo convivieron, no lo sabemos, lo cierto es que una sustituyó a la otra de manera bastante radical.

DOCUMENTACION GRAFICA

fig3Fig. 3

 Lam I - a Candalo

Lám I.- Vista general del grabado del Cándalo

Lam II Cándalo

Lám II.- Zona izquierda del grabado del Cándalo

Lam III Cándalo

Lám III.- Zona derecha del grabado del Cándalo

Lam IV Cándalo

Lám IV.- Zona izquierda del grabado del Cándalo; detalle.

BIBLIOGRAFIA:

[1] Breuil, H (1933-35): Les pintures rupestres schématiques de la Péninsule Ibèrique, vol. I, Lagny.

[2] Lucas Pellicer, Mª R. (1971): Pinturas rupestres del Solapo del Águila (río Duratón, Segovia).

[3] Sevillano S. José, Mª del Carmen (1991): Grabados rupestres en la comarca de las Hurdes (Cáceres). Universidad de Salamanca.
Benito del Rey, Luis y Grande del Brío, Ramón (l995): Petroglifos prehistóricos en la comarca de las Hurdes (Cáceres). Simbolismo e interpretación, Gráficas Cervantes, Salamanca.

[4] Acosta, Pilar (1968): La pintura rupestre esquemática en España. Universidad de Salamanca, Facultad de Filosofía y Letras, Salamanca, pág 93 ss.

[5] Almagro, Martín (1966): Las estelas decoradas del sudoeste peninsular. Biblioteca de Praehistorica Hispana VIII. Madrid.

[6] Fernández Ibáñez Carmelo (1996): Las puntas de flecha de hueso en la Prehistoria reciente del País Vasco y Navarra, dentro del contexto pirenaico y peninsular. En el final de la Prehistoria. Actas de la II Reunión de arte esquemático abstracto. Santander, pág. 164. Asociación Cántabra para la defensa del Patrimonio Subterráneo.

[7] Roso de Luna, Mario (1898): Lápida sepulcral de Solana de Cabañas, en el partido de Logrosán. B.R.A.H., vols XXXII y XXXIII, Madrid, pág 179-182.

[8] Beltrán Lloris, Miguel (1973): Estudios de Arqueología cacereña. Monografías arqueológicas XV. Facultad de Filosofía y Letras. Zaragoza.

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