Oct 012003
 

Manuel Rubio Andrada y María Teresa Pérez-Zubizarreta Sánchez.

Agradecemos a las Sras. Martínez Jaraíz las facilidades que nos han dado para realizar este estudio.

GENERALIDADES Y LOCALIZACIÓN

Hace unos 40 años, esta bella herramienta fue encontrada por D. Ezequiel Mayordomo Alvarado empleado en la finca Casacascos quién gentilmente la regaló a las propietarias de la finca en cuya casa de Trujillo se exhibe adecuadamente.

La citada propiedad está situada hacia el W de Trujillo en una zona de contacto entre el batolito granítico y las tierras pizarrosas paleozoicas de la penillanura; de S a N es cruzada suavemente por el río Magasca. Este terreno se presenta con pequeñas colinas muy onduladas que por lo general basculan hacia el cauce del río. Posee una excelente fuente natural de agua en la parte N del palacio. Una pequeña explotación minera, quizás de casiterita, a cielo abierto y de escasa entidad, se localiza en la margen derecha del Magasca e inmediato al mismo, cerca de las lindes de la finca con el Torruco, el mapa geológico no la menciona y como veremos es uno de los lugares de posible hallazgo de la pieza.

Existen varias versiones no coincidentes con el lugar exacto de su hallazgo; primeramente D. Ezequiel nos indicó el cerro de las Esparragueras, frente al molino, en la margen opuesta del río, añadiéndonos que posteriormente habían excavado sin encontrar nada, visitado este lugar solamente apreciamos un pequeño fragmento de pizarra gris oscuro, estrecha, que indudablemente poseía un orificio del que quedaba un cuarto de círculo. Posteriormente me indicó que había confundido el lugar, señalándome otro, un vallecillo de la cercana finca del Torruco inmediato a la antigua mina, lugar situado algo más alejado y al NE, mi nuevo reconocimiento del sitio, mucho más impreciso no añadió nada nuevo. Finalmente una de las propietarias me indicó que el hallazgo había ocurrido en el lecho del río.

En cualquier caso es bastante evidente su hallazgo en la zona N de la finca, en lugar no muy alejado de la casa, en un radio de no más de 2 km.

DESCRIPCIÓN

El hacha tiene de largo 21,6 cm, 7 cm de ancho máximo y 3,7 cm de grueso, es de secciones oval y en forma de trapecio, su talón redondeado nos llegó algo deteriorado; el filo en la base mayor, está perfectamente logrado en ambos lados, no tiene señales de uso. Se realizó en una roca metamórfica –cuarzo común- muy dura de color blanco con numerosas betas que van de los tonos rojizos al pardo oscuro; fragmentos de este tipo de roca, de variados tamaños, con superficies muy irregulares, son relativamente abundantes en toda esta zona (lám I).

hachaLa superficie presenta escasas irregularidades, especialmente grande es un hueco natural tendente a la forma cúbica de 0,80 cm de lado que aparece situado en uno de los laterales. Está perfectamente pulida ofreciendo una cara menos convexa que la otra, hecho que hemos encontrado en otras herramientas semejantes de la comarca aunque logradas en materiales más comunes.

EL ENTORNO ARQUEOLÓGICO

Esta pieza, es al menos de época Calcolítica, y se nos muestra aislada en el medio donde se halló de otros restos de ese periodo o anteriores aunque es también cierto que no se ha prospectado ni siquiera superficialmente las colinas de este terreno. Cerca de la fuente cercana a la parte N del palacio se encuentran grabados de triple recinto. En el palacio hay depositada una inscripción hebrea hallada fuera de su contexto original, concretamente en el canal del principal molino, cerca de la embocadura. Fuera de contexto aparecieron las dos estelas decoradas del SW en la finca del Carneril lindera con Casacascos hacia el SW y depositadas en el Museo Arqueológico Provincial y publicado su estudio por M. Beltrán. En la citada finca hay al menos un pequeño yacimiento romano y en la falda W de la finca del Torruco hay otro yacimiento de la misma época y de extensión parecida aunque aparentemente poco tengan que ver estas reseñas con nuestra pieza.

RELACIONES Y CRONOLOGÍA

En la bibliografía consultada, una treintena de pequeñas memorias de monumentos funerarios megalíticos extremeños, no hemos encontrado herramientas de este material, aunque si de su forma y tamaño. Observamos una azuela mucho más pequeña semejante en todo a ésta posiblemente hallada en la finca de Vallispedros, al S de Torrecilla de la Tiesa, hoy está perdida; ambas son supervivientes de ese mundo dolménico que señala como posibilidad más reciente el Calcolítico pero que lo probable es que sean de épocas anteriores y que, además, por la naturaleza de la roca y su perfecto acabado prometen serias grandezas de sus primitivos poseedores dentro del contexto en el que vivieron. Pero debemos reconocer que se nos resisten a presentar otros datos que los pequeños poblamientos Calcolíticos del SE de nuestro berrocal semejantes en muchos aspectos a los de los batolitos de Plasenzuela y Malpartida de Cáceres, los tres parcialmente estudiados.

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