Sep 292023
 

 Teodoro Martín Martín

 

  1. I) INTRODUCCIÓN

 

Después del trabajo que llevé a cabo en el año 2022, para conmemorar el Primer Centenario de la Visita del Rey Alfonso XIII a las Hurdes, y que se titulaba Documentos para un Viaje, sentí la necesidad de profundizar más sobre aquel tema y para ello encontré un terreno abonado en el estudio y peculiaridades de la revista Las Hurdes. Ésta apareció en el año 1904 y dejó de existir en 1908. Fue la expresión mediática de la  asociación filantrópica La Esperanza de las Hurdes, creada en el año 1903.

Se trataba de una publicación paternalista, católica y regeneracionista, editada y concebida fuera del territorio hurdano. Sus creadores e inspiradores fueron Francisco Jarrín Moro, magistral de la catedral de Salamanca y José Polo Benito, entonces sacerdote en la ciudad del Tormes. Se enmarcaba pues en la dinámica de la acción social católica, que tenía sus orígenes en la encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII. Fue la primera publicación periódica que con este nombre surgió en el siglo XX.

A ésta le siguió con la misma denominación otra que tuvo vitalidad de 1926 a 1928, editada en Cáceres y subtitulada Revista Quincenal Católica Ilustrada. Aceptaba la censura eclesiástica y tuvo un talante más religioso. Tras la misma estaba el obispo de Coria, Pedro Segura Sáez. Una tercera publicación con igual denominación y hecha por hurdanos fue la que se editó de 1985 a 1988, con un perfil más reivindicativo y progresista. Su director fue Casto Iglesias Duarte. Ya terminada la centuria pasada, en 1999 apareció la última de que tenemos noticias, dirigida por Jerónimo Roncero Domínguez, también concebida por hurdanos y de carácter conservacionista y ecologista.

Vinculados a estas publicaciones se halla la celebración de tres Congresos Nacionales de Hurdanófilos. El primero celebrado en Plasencia  en junio de  1908, el segundo que tuvo lugar en 1988 en Casares de Las Hurdes y el tercero, en diciembre de 2006, en Caminomorisco. En ellos se trataba de poner en común aquellas experiencias, conocimientos y propuestas que sirvieran para resolver los graves problemas de dicha comarca, centrados en los temas de educación, sanidad y comunicaciones. Combatiendo a la vez los grandes prejuicios y leyendas que a lo largo de la Historia se fueron inventando.

El estudio de la primera publicación que tuvo la comarca, la de 1904 a 1908, es pues nuestro objetivo. Para ello hemos establecido una serie de apartados en los que analizaremos, tras la obligada introducción, la estructura de la revista y su formato.  Después nos detendremos en los contenidos de la misma, haciendo mención a los autores de artículos, temas de los mismos, textos poéticos y en prosa más relevantes, así como los principales debates que surgieron en la publicación. Otros aspectos noticiables en la revista, como las secciones Nuestras Noticias y Notas Bibliográficas cierran el trabajo que no excluye una coda conclusiva.

Hemos detectado ejemplares completos de Las Hurdes en los siguientes centros de documentación: Biblioteca Nacional de España Madrid, Real Academia de la Historia, Biblioteca Estatal de Cáceres, en el Centro Universitario Santa Ana de Almendralejo y en el Centro de Documentación de Las  Hurdes en Pinofranqueado. La bibliografía que hemos utilizado, además de la propia publicación, es la siguiente:

-Benito Bejarano, Sergio (2020): La Esperanza de Las Hurdes. Indie. Torrelavega.

-Blanco Belmonte, M. Rafael (1911): Por la España Desconocida. La Ilustración Española y Americana Madrid.

Crónica del Primer Congreso Nacional de Hurdanófilos (1908), 14 y 15 de Junio de 1908 Plasencia.

-Flores del Manzano, Fernando (2013): La acción social de la Iglesia Placentina. Pontificados de F. Jarrín y A. Reguera. Editorial Cultura Cristiana Plasencia.

-González Castro, José, Crotóntilo, (1908): Las Hurdes una solución que se impone. Revista Extremadura, Volumen XX Cáceres.

Legendre, Mauricio (2006): Las Hurdes. Estudio de Geografía Humana. Editora Regional de Extremadura Badajoz.

La Liga Hurdana (1917): Texto de Juan Pérez, nuevo presidente de la misma. El Noticiero Cáceres.

-M. Anónimo (1922): La acción social del clero en Las Hurdes. Revista Católica de Cuestiones Sociales nº 331, año XXVIII julio, Madrid.

-Martín Martín, Teodoro (2022): Documentos para un viaje. XII Jornadas Históricas de Almendralejo y Tierra de Barros, Almendralejo.

-Ortega Cantero, Nicolás (2022): Marañón y las Hurdes. La Comisión Científica y el Viaje de Alfonso XIII. Nº extraordinario del Boletín de la Real Sociedad Geográfica. Madrid.

Pleito de la Esperanza de Las Hurdes (1909) Plasencia.

Revista Extremadura. Editada en Cáceres de 1899 a 1911. De carácter regeneracionista.

-Rodríguez Masa, Juan Carlos (2020) .Pan de trigo y pan de ideas. Las limosnas que un poeta reclamó y un obispo consiguió. Actas de los XLIV Coloquios Históricos de Extremadura Trujillo.

-Sánchez Granjel Santander, Mercedes (2003): Las Hurdes el país de la leyenda, entre el discurso ilustrado  y el viaje de Alfonso XIII. Ed. Milenio Lérida.

-Valenzuela Rubio, Manuel (2022): Las Hurdes en las décadas iniciales del siglo XX. Entre la filantropía y el regeneracionismo. Nº extraordinario del Boletín de la Real Sociedad Geográfica Madrid.

 

  1. II) ESTRUCTURA DE LA REVISTA

 

En este capítulo aludiremos al formato de la publicación, así como otras peculiaridades que nos ayudaran después a comprender mejor los contenidos y temas que se insertan en aquella. Es lo que podríamos denominar el continente de Las Hurdes. Distinguiremos las siguientes partes:

  1. a) La portada. Ésta varía según los números editados:

+En el número 1, del 22 de febrero de 1904, en la zona superior aparece en grandes caracteres el título de la publicación y el subtítulo de Revista mensual ilustrada. No tiene foto o grabado, pero sí un marco florido. En la zona media de dicha portada aparece el nombre de su fundador y patrocinador Jacinto Orellana y Pizarro, marqués de Albaida, y a continuación la nota: se publica el 22 de cada mes en cuadernos de 22 páginas.

+Las portadas del 2 al 26 tienen esta configuración: arriba el título de Las Hurdes, debajo Revista mensual ilustrada. En el centro y sobre una foto de paisaje el nombre del fundador ya citado. En la parte inferior la fecha y número de la publicación. El grabado es una composición que consta de una población con gentes andando, montes con pastores y ganado de cabras, rio con puente, bueyes conduciendo un carro y campesino en una tierra trabajando con yunta. En la parte inferior de la mencionada ilustración se insertan a su derecha las letras A y J unidas y a su izquierda Rocafull y Cª.

+La portada de los números 27 al 52 es la misma que las anteriores. Pero cambia la foto. Ahora aparece una figura femenina de pie, portando en su mano derecha una pluma para escribir y en la izquierda una gavilla de espigas de trigo, que sujeta con el brazo a su pecho y entre los dedos de ese brazo sostiene una cruz. El fondo de la figura es un campo con flores y frutales, en lontananza montañas y destacando una espadaña con campanas. Lo firma J. Diez, profesor de dibujo en el Instituto General y Técnico de Salamanca. En la parte baja de la portada es donde aparece ahora Revista mensual ilustrada, la fecha y el número. El nombre del fundador Jacinto Orellana se ha trasladado a la zona superior de la primera página con texto. El encuadre de estos números es el característico de las publicaciones de comienzos del siglo XX.

  1. b) La contraportada varía según los números. Suele utilizarse este espacio para señalar la lista de colaboradores, corresponsales y sus poblaciones; o bien publicidad. A veces no tiene contenidos aparece en blanco. Por lo tanto en el sentido tradicional de estas publicaciones no hay índice ni nota referencial en la contraportada.
  2. c) Índice y paginación. El primero suele aparecer en la página 2 indicando el autor, título y página en la que se inicia el artículo o nota. A este sumario se añade el título de los grabados que se intercalan dentro o entre los artículos. Las páginas 3 y 4 son de publicidad en ciertos números. En otros comienzan directamente los contenidos a partir de la 3ª. Antes de las colaboraciones se suele señalar el año fecha y nº del ejemplar y en rótulo: Las Hurdes, Revista mensual ilustrada, más el director F. Jarrín.

Respecto al nº de páginas, estas varían; suelen situarse entre las 22 y las 33 páginas dependiendo de la cantidad de artículos y su extensión. Todo ello sin contar la publicidad y portadas. La paginación de los nº 1 al 23 (febrero 1904-diciembre de 1905) es seguida y asciende a 260 páginas. Del nº 24 al 35 (enero-diciembre 1906) son 280: del 36 al 47 (enero-diciembre 1907) consta de 285 y del 48 al 52 (enero-mayo 1908) 95 páginas. Entiendo que esta distribución tiene por objeto hacer coleccionables por años la propia revista. Su formato físico es 215×145 mms. De media tiene la publicación unas 25 páginas.

  1. d) Periodicidad. Ésta es mensual, suele aparecer los días 22 de cada mes, algunas veces el 20 otras el 23, salvo cuando algún mes recupera el mes en que no aparecido. Así sucede en noviembre de 1905 en que aparecen uno el 7 y otro el 22, recuperando el no publicado en setiembre anterior. En este mes de 1906 surge uno el 3 y otro el 22, recuperando el mes de agosto. El de mayo de 1907 se adelanta al día 12. El último que apareció, abril y mayo de 1908, es conjunto y no señala día.
  2. e) Idioma. La revista preferentemente utiliza la lengua castellana, si bien en algunas poesías y en diálogos entre naturales de artículos costumbristas es habitual el empleo de expresiones en el dialecto o habla extremeños.
  3. f) Número de años y títulos que se editaron. Como se ha señalado anteriormente Las Hurdes vieron la luz de febrero de 1904 a mayo de 1908. Se publicaron en total 52 números a lo largo de cinco años. El total de páginas fue de 920 sin contar publicidad ni portadas.
  4. g) Precio de la publicación. Éste se mantuvo constante. La suscripción anual ascendía a 3 pesetas, el número suelto 0,25 céntimos y el abono para el extranjero 4 francos.
  5. h) Editorial. No existía línea editorial específica en el sentido de apartado concreto de la publicación. No obstante la misma se define como promotora de tres grandes objetivos para la comarca o “tierruca”, término utilizado con asiduidad. Aquellos son: iglesias, escuelas y caminos. La mayor parte de los artículos abrazan estos contenidos o metas. El propósito de la publicación no era otro que desmitificar las leyendas hurdanas, dar a conocer la realidad y cara al futuro obtener recursos humanos y económicos para redimir a sus habitantes de su marginación y ostracismo.
  6. i) Directorio. Su director fue Francisco Jarrín y el principal redactor José Polo Benito. Éste sustituyó al primero al frente de la revista cuando aquel fue nombrado obispo de Plasencia a partir del nº 35. La secretaría y administración estuvo al principio en la calle Carvajal 5 de Salamanca, luego pasó a Juan del Rey 8. Igualmente en la citada ciudad y su imprenta Calatrava, a cargo de L. Rodríguez, estuvo la impresión de los números 1 al 39. La redacción estuvo en la calle Azucena 4 de la mencionada ciudad castellana.

Pero a partir de mayo de 1907, nº 40, la redacción y administración se trasladaron al palacio episcopal de Plasencia, siendo Bernardo Jarrín, mayordomo del obispo, su responsable. La impresión también se trasladó a la ciudad del Jerte. Primeramente el nº  40 en La Minerva a cargo de L. González, Los números  41 al 47 en la imprenta viuda de Sagrera y los números 48 al 52 en la imprenta Ramos. El fundador y patrocinador fue el aristócrata de origen extremeño Jacinto Orellana y Pizarro, marqués de Albaida y de la Conquista, senador y mecenas.

  1. j) Artículos. Son la parte medular de la revista; no hay orden temático o de otra índole en su confección. Suelen tener entre 5 y 8 colaboraciones por número, con una extensión de 2 a 4 páginas cada uno de ellos. Pueden ser narrativos, novelados o bien poesías. Los temas y autores ya los señalaremos en otros apartados. Los hay de actualidad o de saludo, que suelen ocupar las primeras páginas. Al final se inserta la sección Nuestras Noticias sobre La Esperanza de Las Hurdes y otras cuestiones afines. Además de los trabajos que se insertan hallamos fotografías o grabados referidos a personajes o paisajes jurdanos o relacionados con los artículos. Las fotos de los últimos números, a partir del 28, son del renombrado fotógrafo salmantino Venancio Gombau.
  2. k) Publicidad. Después de ésta suele aparecer la lista de colaboradores y corresponsales de la publicación en las zonas donde tuvo más difusión, sobre todo Salamanca, Extremadura y Madrid. Así mismo advertencias a los socios y suscriptores. La pauta publicitaria se caracteriza por su vinculación con Salamanca en los años 1904 a 1907. En este último año ya aparecen anuncios de la provincia de Cáceres. En los 12 primeros no existe publicidad, tampoco en el 48, no se la razón de porqué eso fue así. El tipo de empresas anunciantes fue: pensión para estudiantes, liceo escolar, taller de construcción, librería, colegio o fábrica de harinas en Salamanca. Las referidas a Cáceres fueron: el colegio de El Salvador y una farmacia en Plasencia, más un taller religioso en Navalmoral de la Mata. Estos anuncios publicitarios podían ocupar una página entera o media.

 

III) ANÁLISIS DE LOS CONTENIDOS

 

La revista Las Hurdes, como bien señala recientemente un autor, “era el eco de la sociedad Esperanza de las Hurdes y portaestandarte de su progreso” (Ortega Cantero, 2022, 178). Ambas fueron propuestas por un destacado grupo de católicos salmantinos. “El sello religioso marcó las diversas medidas puestas en marcha durante la primera década del siglo XX. Así ocurrió con la fundación en 1903 de la Esperanza de Las Hurdes, sociedad creada por Jarrín con la finalidad de recaudar fondos y canalizarlos hacia las Hurdes en forma de ayudas sociales y mejoras de la zona. Una interesante faceta de la Esperanza de Las Hurdes fue su sistema de financiación, en el que se combinaban la aportación de los socios con la obtención de una subvención del Ministerio de Fomento de 20.000 pesetas anuales” (Valenzuela Rubio, 2022, 62). La sociedad se disolvió en 1917. Las causas que lo motivaron y la creación de la Liga Hurdana, pueden leerse en el texto de Juan Pérez, presidente de la nueva asociación, cuya acta fundacional y reglamento se insertan en el folleto titulado La Liga Hurdana. Imprenta de El Noticiero de Cáceres 1917. También en el libro El Pleito de la Esperanza de las Hurdes. Plasencia 1909.

Sobre la revista que nos ocupa continua diciendo este destacado profesor de la Universidad Autónoma de Madrid: “La Esperanza de las Hurdes llevó a cabo una activa labor de difusión de sus planteamientos y actuaciones a través de la revista Las Hurdes (1904-1908), sufragada por Jacinto Orellana, marqués de Albaida. Otro gran hito de propaganda de la Esperanza fue la celebración del Congreso Nacional de Hurdanófilos, celebrado en Plasencia en 1908, que contó con el apoyo del Instituto de Reformas Sociales, personalizado en Segismundo Moret” (Valenzuela Rubio, 2022, 62).

Estas palabras sitúan a nuestra publicación dentro de un contexto histórico y conforme a unos planteamientos ideológicos que van a estar presentes a lo largo de los cinco años que la revista subsistió. Ello lo podemos vislumbrar más claramente en los diversos apartados de este capítulo que pasamos a considerar.

  1. A) Autores. Si por algo se caracteriza una publicación es por el sello que le imprimen sus protagonistas, incluyendo en los mismos a su dirección, redacción y colaboradores. De éstos unos 60 autores hemos contabilizado a lo largo de los cinco años. Los que más publicaron fueron: José Polo Benito, sacerdote salmantino con cargos después en Plasencia y Toledo (44 artículos); Francisco Jarrín, chantre de la catedral de Salamanca y luego obispo de Plasencia (35); Julián Mancebo Martín, sacerdote de La Alberca (29); Jacinto Vázquez de Parga, director del Museo de Salamanca (25);Eugenio Escobar Prieto, deán de la catedral de Plasencia (17); Gumersindo Santos Diego, poeta y doctor en Derecho Canónico por Salamanca (16); Tomás Gómez, secretario del Ayuntamiento de Caminomorisco (10); Crotóntilo, médico rural en varios pueblos de la provincia de Cáceres (5); Julián Castro Bajo, poeta y párroco de Cabezabellosa (4). Con tres hallamos al poeta José Mª Gabriel y Galán, Pablo Hernández, párroco de Pinofranqueado, Constancio Bernardo de Quirós del Instituto de Reformas Sociales y creador de la sociedad de alpinismo Peñalara, Juan Domínguez Berrueta, catedrático en el Instituto de Salamanca, Romualdo Martín Santibáñez, secretario de ayuntamiento y notario, más otros tres. Con dos colaboraciones destacan el doctor Ángel Pulido, el director del Instituto de Cáceres Manuel Castillo, el Conde de Retamoso delegado regio de pósitos, el párroco de La Alberca Ciriaco Iglesias Garrido, los ingenieros Eduardo Argentí y Víctor Sánchez, L. Rodríguez Miguel catedrático de la Universidad de Salamanca, el sacerdote Crisanto Pedraza y Teodoro Sánchez. El resto con un artículo, hasta 60, son colaboradores de distintas provincias: los obispos Peris Mencheta y el padre Cámara, el académico Juan Catalina García y el catedrático de la Universidad salmantina Pedro Dorado Montero, entre otros.

Como podemos comprobar un amplio abanico de escritores y personalidades marcados por su pertenencia al ámbito católico y regeneracionista. Hallamos desde obispos a delegados regios, pasando por médicos, canónigos, poetas, párrocos, catedráticos de institutos y universidades, ingenieros, cronistas o historiadores, secretarios de ayuntamientos y un largo etcétera. Si hay un paraguas que les protege y les guía es la acción social católica y su preocupación por sustraer a la comarca de su situación de postración, miseria y aislamiento.

  1. B) Temas y géneros. Éstos son muy variados, tanto las temáticas como los géneros literarios en que se expresan. Vamos a agruparlos en materias y citaremos los artículos más destacados.

+Cartas: De los obispos de Coria y Salamanca, Ministro de Estado, y las tituladas: a S. M. Alfonso XIII o Albricias.

+Educación: Fiesta escolar, de instrucción hurdana, el principio del fin, las Hurdes y la Universidad de Salamanca, a la cartera ministerial, nuestras escuelas, nueva escuela en las Hurdes, contestación obligada.

+Poesías en castellano y en habla extremeña (varias).

+Sobre la Esperanza de las Hurdes: Sociedad un balance, de nuestra obra, nada de asaltos, juntas generales.

+Gratitud: Honremos a Gabriel y Galán, nuestros amigos, pro patria, palabras sinceras, el gobierno de las Hurdes.

+Historia: Juan Porras y Atienza, las Hurdes en la Historia, doscientos años, regionalismo hurdano, un poco de Historia, las Hurdes nunca fueron salvajes, regionalismo honrado, Las Hurdes, La Unión Extremeña.

+Geografía: Correo de las Hurdes, ¿dónde están las Hurdes?, paisajes hurdanos, concejos hurdanos, las Batuecas y las Hurdes, impresiones de un viaje, un proyecto, valle y convento de las Batuecas, a cerca de las Hurdes, la tierra y el hombre, más sobre el territorio jurdano.

+Biografía: Peris Mencheta, rasgos, Gasset en la Batuecas, obras y hombres: el doctor Bide.

+Religión: Viático en las Hurdes, sacerdote hurdano, el Cristu del Pino, los franciscanos en las Hurdes, los jesuitas en las Hurdes, impresiones hurdanas, el obispo electo de Plasencia.

+Costumbres: El pilu, contrastes, nuestra fiesta, el monaguillo de Vegas, los amores de mi guía, retazos de una historia, por sorpresa, el cotorro de las tiendas, lo que son los hurdanos, la lucera, el volcán, el bichu, diálogos hurdanos, del dia-gosto, invenciones del trust, una boda en Nuñomoral.

+Etnología: Consideraciones sobre las Hurdes, páginas de sangre, la tía Candela, mi interviú con un hurdano, respuesta obligada, juicios ajenos, el país de las brujas, mendicidad hurdana, la Diputación y las nodrizas hurdanas, farmacopea hurdana, las menderas, el mal de ojo.

+Economía y Sociedad: Minas en las Hurdes, colonias agrícolas penitenciarias, la mayor miseria, el porvenir de las Hurdes, carta abierta, la carretera de las Hurdes, el ferrocarril de la Vera, luz eléctrica, pósitos en las Hurdes.

+Periodismo: Las Hurdes y la prensa, al quinto, la campaña hurdana.

+Viajes: De mi viaje a las Hurdes, uno más, notas de un viaje, por las Hurdes, ¡a las Hurdes!, de mi viaje a Cáceres, impresiones de un viaje.

+Lengua: Yo escribo Jurdes.

+Comunicaciones: Carretera del Estado, carretera de La Alberca a Plasencia.

+Medicina: Las Jurdes, la Medicina en las Hurdes, unidad de acción.

+Congreso de Hurdanófilos: ¿Congreso de hurdanófilos? una idea, a nuestros lectores, carta abierta a Crotóntilo, tengo la palabra, mi opinión, por los hurdanos, del Congreso de Hurdanófilos, más adhesiones, nuestro congreso, sobre el Congreso, carta abierta, proyecto de cuestionario para el Congreso, Congreso Nacional a favor de las Hurdes.

Como podemos ver los títulos, temas, género y materias de los artículos son muy variados. Abordan a mí entender todas las cuestiones que en el primer decenio del siglo XX preocupaban a los hombres que tenían como norte la redención de los habitantes de aquella comarca. Existen colaboraciones más o menos logradas, en un estilo y formato corto. Los artículos no sobrepasan por lo general las dos o tres páginas. El contenido de los mismos trataremos de exponerlo en el siguiente apartado, que manifiesta en textos poéticos o en prosa lo que embargaba a sus autores. Por razones de espacio utilizaremos sólo algunas muestras. Tras los textos citamos el autor, número y año de la revista.

  1. C) Textos más significativos:

1) Poéticos.

Aplicando a las Hurdes una copla conocida en El Escorial, “Salieron de este canto/ cuatro reyes y un santo”. (Jarrín, I, 1904).

El poema de La jurdana termina así: “Por la cuesta del terrucho pizarroso/va bajando la paupérrima jurdana/con miserias en el alma y en el cuerpo,/ con el hijo medio imbécil a la espalda./ Yo les pido dos limosnas para ellos/ a los hijos de mi patria:/ ¡pan de trigo para el hambre de sus cuerpos!/ ¡pan de ideas para el hambre de sus almas!” (Gabriel y Galán, II, 1904).

Del mismo autor y correspondiente a un poema de 60 versos inédito, en nº XIV de 1905, se insertan los siguientes: “Basta, pues, de introducción/ que hay mucho que agradecer/y no quiere el corazón/más tiempo en vano perder”.

De Santos Diego, XXII, 1905, son estos versos: “No es la sierra, no es la sierra/quien ahoga, quien encierra/a los míseros jurdanos/en la estéril oquedad de sus montañas/ ¡son los hombres, sus hermanos/sus hermanos sin entrañas!”.

“El que en estas tierras/quiera prosperar, /en cabras y colmenas/debe trabajar.” (Mancebo, XXXII. 1906).

Aforismo popular: “en guerras y amor es lo primero/el dinero, el dinero y el dinero”. (Polo Benito, XXXIII, 1906).

La poesía titulada Creo en Dios concluye con estos dos versos: “¡Creo en Dios y que hay ángeles y santos, /y porque vos sois un ángel y una santa!” (Castro Bajo, XLIV, 1907).

Jarrín describiendo el valle y convento de Los Ángeles, XLIX, 1908. “Sólo quedan memorias funerales/donde vagaron sombras de alto ejemplo/la cascada de la Meancera/donde sólo reina el silencio”.

2) Textos en prosa.

Califica a la Esperanza de Las Hurdes “gran cruzada de la caridad” (Polo Benito, II 1904).

“Las Hurdes son un laberinto montañoso a vista de pájaro” (Jarrín, III, 1904).

“Las Hurdes son un baldón para España” (Mancebo, III, 1904).

“Los paisajes hurdanos son majestuosos como la naturaleza” (Polo Benito, III, 1904).

“Hay 44 alquerías en los cinco concejos” (Jarrín, IV, 1904).

“Las Hurdes son verdadera Suiza en miniatura” (Vázquez de Parga, V, 1904).

Los sacerdotes hurdanos son, ”héroes oscuros del catolicismo” (Polo Benito, V, 1904).

Mancebo, V, 1904, vincula la dehesa de las Jurdes al ducado de Alba, a través de la Comunidad de Villa y Tierra de Granadilla.

Los ríos de las Hurdes son: Batuecas, Ladrillar, Jurdano, Fragoso, Esparabán, Ovejuela y Los Ángeles (Vázquez de Parga, VI, 1904).

“En las Hurdes no he escuchado más que lamentos y gemidos. ¡Vergüenza tremenda para la España del siglo XX!” (Anna Seé, X, 1904).

“El valle de las Batuecas es el más profundo, áspero y solitario del país. No tiene más cuerpo de población que la familia del arrendatario que cultiva la huerta y terrenos del ex convento” (Vázquez de Parga, X, 1904).

(Mancebo, XII, 1905)  Citando a Fígaro: “Tras el polvo de la diligencia va la civilización”.

“El donostiarra jesuita padre Abarizqueta visitó la comarca durante más de 10 años en el siglo XVIII” (Escobar Prieto, XV, 1905).

Por las deudas que se tenían con los maestros y nodrizas hurdanos “no sería extraño que los jurdanos, armados de hoz como los obreros de Jerez, llegaran hasta Cáceres y pidieran cuentas a la Diputación” (Polo Benito, XVI, 1905).

Llaman los hurdanos a Jarrín “nuestro padre. El único que nos ayuda sin pedirnos el voto” (Manuel Castillo, XVII ,1905).

Alude al contrato enfitéutico que otorgó La Alberca a los moradores de Nuñomoral y Caminomorisco y sus alquerías en 1531. Debían pagar anualmente 7.500 maravadis y 75 pares de perdices, con 18 condiciones desfavorables para los jurdanos. Ello originó pleitos continuos con La Alberca hasta el fin de los señoríos  en el siglo XIX. (Escobar Prieto, XVIII, 1905).

“En las Hurdes hay lobos de distintas razas, pero los más insaciables y carnívoros son los bípedos. Están en la propia tierra, al acecho de la carnaza” (Tomás Gómez, XVIII, 1905).

Los verdaderos pobladores de las Hurdes fueron vecinos de La Alberca y las visitas a aquel territorio fueron positivas para la dehesa hurdana al evitar rozas e incendios innecesarios (Mancebo, XXI, 1905).

Los agentes poderosos de la degeneración de estos valles hurdanos son: la naturaleza eruptiva del suelo que le hace estéril, su relieve tan abrupto y complicado, más el agente tóxico del bocio y el cretinismo originado por el agua que mana. (Bernardo de Quirós, XXVI, 1906).

La Esperanza de las Hurdes lleva a la comarca “la dulce civilización cristiana” (Ibáñez Marín, XXIX, 1906).

“Una cosa es predicar y otra dar trigo. Hay que españolizar las Hurdes, nobilísima cruzada. Son hombres de fe profunda y caridad inagotable” (Iglesias Garrido, XXXI, 1906).

Favorable al Congreso de Hurdanófilos, propuesto por Crotóntilo, añade: “hay que hacer que los españoles todos se encuentren con el problema hurdano hasta en la sopa” (Santos Diego, XXXIV, 1906).

Favorable a la asamblea de hurdanófilos dice: “hay que remediar las tristezas hurdanas, hablando alto y en público a las autoridades” (Conde de Retamoso, XXXVII, 1907).

“Las iglesias, escuelas, caminos y puentes no se hacen con discursos. Lo que hace falta es dinero, apoyo del poder central. Confío poquísimo en los congresos españoles, sin embargo iré si lo vota la mayoría” (Iglesias Garrido, XXXVIII, 1907).

Sobre el Congreso, “una reunión de  hombres por amor, por amistad, hacia otros semejantes suyos, es algo bueno” (Domínguez Berrueta, XXXIX, 1907).

“En las Hurdes se da una medicina popular, empírica, casi siempre irracional. Es necesario instituir plazas de médicos y una farmacia de la que dependerían dos botiquines a cargo de los médicos” (Crotóntilo, XLIII, 1907).

Víctor Sánchez, en el nº XLV del año 1907, propone en carta abierta al director de la Revista un proyecto de tres saltos de agua de los que se obtendrían 600 caballos de energía eléctrica. Este mismo autor, en el nº XLVIII del año 1908, propone constituir la Sociedad La Eléctrica de las Hurdes, que se ha creado con acciones de caridad, la que se ofrece a la participación de los que lo deseen.

Jarrín en el número LI y LII, 1908, da noticia de la concesión de 50.000 pesetas para el Pósito de las Hurdes.

La redacción de la Revista en este último número de 1908, dice que el Congreso de hurdanófilos, que se reunirá en Plasencia los días 14 y 15 de junio de 1908, va “a laborar por la patria. Ni políticos ni sectarismos de color. Logrado el Pósito de préstamos, los hurdanos piden escuelas, médicos y vías de comunicación”. Cita además los temas del Congreso.

 

 

 

 

  1. IV) INFORMACIÓN Y DEBATES

 

Si por algo se caracterizó la revista Las Hurdes a lo largo de su existencia fue por proporcionar la más amplia información sobre las leyendas y el pasado de la comarca, el lamentado estado de su presente y el futuro que, gracias a la labor de la Esperanza llevaba a cabo, confiaban que fuera prometedor. O al menos diferente a la situación de marginación, miseria y aislamiento en que se encontraba.

Por lo anterior podemos deducir que el carácter informativo y concienciador estuvo en el norte de la publicación. Ello se deduce de los temas y títulos que señalamos anteriormente y que subrayan este matiz de transformación y sensibilización sobre la historia y el presente de las Hurdes. El enfoque de esa acción se impregnó de la filosofía social que caracterizó a la política eclesial en el terreno de la dinámica social. Unos la calificaban como paternalista, otros de trabajo social y caritativo. Creo que ambos determinantes fueron compatibles y ajustados a lo que representó nuestro periódico mensual.

Además de los propios artículos se insertaba una sección denominada Nuestras Noticias, al final de algunos números. No apareció en los de febrero, marzo y abril de 1904, pero sí en el número 4, con el título de Documentos Importantes. En el nº 5 aparece con el de Noticias de la Esperanza. Pero a partir del 6, julio del mismo año, ya rige la denominación Nuestras Noticias. No en todos; por ejemplo, no consta la sección en el 16, 21, 25, 44, 46, 47, 48, 51 y 52. La extensión de cada una de estas noticias no excedía los dos párrafos. El formato era un dato y su brevísimo comentario.

Los temas que se incluyen en la sección son del estilo de: visitas pastorales de obispos, franceses en las Hurdes, ecos en la prensa nacional de los temas hurdanos, nombramientos de chantre, vicarios, obispos, gobernadores civiles, maestros de escuelas, visitas a la Diputación, entrevistas de hurdanos con Alfonso XIII, pésame por fallecimientos, regalos de libros a bibliotecas escolares o de objetos litúrgicos a parroquias, pagas a maestros y nodrizas, regalos varios, sobre proyectos de puentes y carreteras, juntas generales de la Esperanza, exámenes o fiestas escolares, colaboración de Gombau con la revista, nuevas iglesias, parroquias, escuelas o cementerios, avances y adhesiones al congreso, subvenciones del Ministerio o de la Diputación Provincial, etc.

Sólo hemos hallado en el nº 37, de 22 de febrero de 1907, una sección denominada Notas Bibliográficas. En ella lo que se hacía era una breve recensión o comentario de distintos libros de tema preferentemente religioso. Sus títulos fueron: Verdades de Teología Pastoral de J. Fogues, Epítome Histórico de Mérida de J. J. González y Gómez de Soto, más de José Polo Benito su  opúsculo Feminismo Social y la Inmigración en Béjar. No hubo más comentarios bibliográficos en los demás números de la revista que comentamos.

Las Hurdes no eludió los debates en sus páginas. Aunque en notas a pie de página de los mismos se advertía no compartir las tesis expuestas por los polemizantes. A pesar de ello nunca rehusó incorporar aquellas colaboraciones que resultaran de interés para los lectores. Yo centraría en cuatro los asuntos en los cuales las diatribas se manifestaron en uno u otro sentido y en sendos artículos.

El primero fue el de la situación de pobreza de las Hurdes  y sus causas. Se dieron interpretaciones varias sobre las razones del aislamiento, el carácter y pasividad de los hurdanos, la conformación geomorfológica y climática de la comarca, etc. Tampoco se impidió dar cabida a las tesis del abandonismo o de la  redención in situ de la  población existente.

Un segundo tema de debate, que exigió muchos artículos, fue el de la Historia de las Hurdes y su relación con los pueblos limítrofes. Aquí adquirieron un gran protagonismo, y costó bastantes artículos, a dos colaboradores en concreto: Eugenio Escobar Prieto, canónigo y deán de la catedral de Plasencia y en el lado opuesto Julián Mancebo Martín, sacerdote y erudito de La Alberca. Éste defendía el carácter positivo y civilizador que tuvo la dependencia de las dehesas, luego pueblos y alquerías de las Hurdes, de la citada población salmantina. Subrayaba que la visita de los albercanos a la comarca en cuestión ayudó a su desenvolvimiento y a que los montes no fueran pasto de los incendios ni de roturaciones abusivas. En cambio el deán Escobar culpaba a La Alberca del atraso jurdano por la “colonización” que de ellos ejerció la citada población. Ambos se apoyaban en documentos históricos, haciendo lecturas o interpretaciones diferentes o sopesando más unos textos que otros.

El tercero llenó las páginas de la publicación en forma de ruegos, críticas o noticias en las cuales se ponía de manifiesto el abandono e insolidaridad de los poderes públicos. Ya fuera el gobierno central de Madrid  o los regionales, en especial la Diputación Provincial de Cáceres. Todo ello hasta que ésta cambió de actitud, y tomando conciencia de la realidad  se decide a colaborar, pagando a maestros y nodrizas, o implicándose en la subvención de carreteras, escuelas o botiquines médicos. Los diputados nacionales del partido de Hoyos, del que dependían las Hurdes, también recibieron palmas o aplausos según se posicionaran sobre la cuestión.

El cuarto tema, que se expresó en los números de la revista de los años 1907 y 1908, fue el de la celebración del Congreso Nacional de Hurdanófilos. El promotor y primero que lo sugirió el 23 de octubre de 1906, nº 33, fue Crotóntilo, entonces médico en Mirabel. Tituló su artículo: ¿Congreso de Hurdanófilos? Una Idea. Siguiendo las sugerencias dadas por Bernardo de Quirós de que las causas  del cretinismo y otras desgracias en las alquerías profundas era el terreno, propugnó que había que hacer algo más que lo que venía haciendo la Esperanza. Además de la prensa, dice, es preciso celebrar una asamblea que elabore unas conclusiones y las lleve al gobierno nacional. Al principio la idea resultó extraña, muchos de los colaboradores se mostraron en contra, pero a lo largo de los dos últimos años de la publicación la propuesta fue madurando y aceptada la celebración del evento, que tuvo lugar al mes siguiente de que saliera el último ejemplar de Las Hurdes. En junio de 1908 y en la ciudad de Plasencia.

 

  1. V) A MODO DE CODA

 

En páginas precedentes creemos haber diseccionado los principales órganos anatómicos de la revista Las Hurdes, entendiendo por tales: los dirigentes de la misma, sus redactores, autores y colaboradores, principios que  la inspiraron y los debates que en aquellos surgieron. Igualmente los temas básicos abordados, géneros literarios  y disciplinas científicas a ellas vinculados. Algunos rasgos de la vida y dinámica de la publicación, lo que llamaríamos su fisiología o funcionamiento, creemos que también han sido abordados en los capítulos anteriores.

Sólo nos resta valorar lo que representó este órgano de expresión de la Esperanza de las Hurdes a lo largo de los casi cinco años en que existió. Ello nos parece que es mejor exponerlo con las palabras de uno de los contemporáneos de Jarrín y Polo Benito. Nos estamos refiriendo a Marcos Rafael Blanco Belmonte y su libro Por la España Desconocida. Notas de una excursión a La Alberca, las Jurdes, Batuecas y Peña de Francia. Madrid 1911, con fotos de Venancio Gombau. Dice el referido autor en lo concerniente a nuestra revista.

“Dos palabras compendiaban el programa de la revista Las Hurdes: Cultura y Civilización. Atractiva, simpática, interesantísima, con revelación de un mundo ignorado, la revista Las Hurdes luchó bravamente por el cumplimiento de su programa, pero no halló en España eco y resonancia proporcionada a sus fines. La revista en su redacción y en su confección, fue un acierto periodístico. El Sr. Jarrín dio a conocer en ella a una bellísima serie de artículos refiriendo las impresiones de sus visitas a los pueblecitos que formaban los cinco concejos jurdanos. Polo Benito alternó, con la descripción de hechos y costumbres de la comarca, crónicas en las que su fogosa indignación estallaba en anatemas, contra los que desoían sistemáticamente las reclamaciones hechas en nombre de 6.000 españoles olvidados de su patria”(Blanco Belmonte, 1911, 63).

Más adelante el mismo autor continuaba diciendo. “Al entrar en el quinto año de su existencia dejó de publicare la revista. Su última campaña dio por resultado la celebración del Congreso Nacional de Hurdanófilos. A la historia de la revista, como a los Anales del Congreso, quedó unido el nombre de su célebre colaborador artístico Venancio Gombau. Por las mismas fechas la Esperanza de las Hurdes obtuvo del gobierno, por mediación del Comisario Regio, Conde de Retamoso, la donación de 50.000 pesetas como capital inicial para  la creación de un Pósito de la Tierra” (Blanco Belmonte, 1911, 71).

Este pósito cumplía la función  de caja rural, mediante la cual concedía préstamos sin interés a los socios labradores, siempre que estos cumplieran determinados requisitos que figuraban en sus estatutos aprobados en 1907. Con esta creación del pósito se liberaba a la Esperanza de una de sus funciones sociales, que era el préstamo a los jurdanos de determinadas cantidades en función de los fondos existentes en dicha sociedad benefactora. Sin ninguna duda nuestra publicación y la asociación que la patrocinó, cumplió uno de los hitos más destacados y significativos en pro de la redención de la comarca de las Hurdes, situada en el norte de la actual Extremadura.

Desearía concluir este trabajo con una reflexión que me surge a propósito de la historia jurdana y tras la lectura del libro de David Graeber y David Wengrow El Amanecer de Todo. Coincido con ellos manifestando que la Historia no se mueve linealmente ni progresa de forma constante. Existen múltiples opciones y conviven realidades muy distintas. Por tanto la historia lineal no resuelve la comprensión del pasado humano; constatamos un fresco mucho más complejo, contradictorio, plural y fascinante del pasado. Tenemos que plantearnos muchas dudas sobre los relatos oficiales ya consolidados. Estas ideas fueron para mí un estímulo para acercarme a las Hurdes y sus leyendas.

 

  1. VI) APÉNDICES

 

Por último incluimos las portadas de la revista Las Hurdes número 27 y número 1.

 

 

 

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