Dic 032020
 

Jesús Barbero Mateos

Maestro

Hasta una época no demasiado lejana, los historiadores consideraban que los periódicos eran un material de trabajo de escaso valor científico. Sin embargo, la historiografía más reciente utiliza las colecciones de la prensa, reflejo de la sociedad e instrumento capaz de informar y crear opinión, como fuente complementaria de primer orden[1]

 

En contra de las manifestaciones y opiniones que han venido persistiendo sobre la cerrazón social y la falta de iniciativas culturales en Extremadura, el estudio de las mismas arroja datos objetivos que permiten desmentirlas

Desde nuestra posición actual puede asumirse este postulado dada la necesidad de acudir a la prensa para poder construir la historia. Por ello es conveniente dejar constancia del catálogo de publicaciones periódicas de Serradilla para completar las fuentes hemerográficas extremeñas.

 

El fenómeno de la prensa serradillana.

El final de la centuria decimonónica supuso un enorme esfuerzo de renovación respecto de la elaboración de los estudios históricos. El proceso impregnó Serradilla coincidiendo con la creciente inquietud periodística de unos paisanos por aflorar y difundir su cultura, costumbres, historia, lengua… Consta prensa escrita esporádica desde finales del siglo XIX: “La edición de periódicos no es algo privativo de las ciudades extremeñas. Y si no, ahí está el ejemplo de la localidad cacereña de Serradilla, con trece periódicos editados entre 1.889 y 1.932, siendo el último de ellos. EL CRONISTA, un buen reflejo del quehacer periodístico y editorial de Agustín Sánchez Rodrigo».[2]

  Es considerable la importancia que alcanza la prensa en Serradilla. Por ello publicaciones periódicas editadas en la villa, De calidades periodísticas y literarias diferentes, de vida larga o brevísima, conviene analizarlas y dejar constancia de que existieron, a pesar de que no de todas se conservan ejemplares.

El Decreto de Libertad de Imprenta de 23 de Octubre de 1.868 y la Ley de Libertad de Imprenta de 20 de Mayo de 1.869 promoverían la fundación de revistas y periódicos. Pronto se incorporaría Serradilla a la aventura del periodismo, siendo el de tipo satírico su pasión inicial.

Variados fueron los motivos que movieron las sucesivas apariciones de periódicos: creación de asociaciones, inquietudes personales, propagación de proyectos, creación de estados de opinión… Pero fueron diversas las causas que decretaron su muerte: falta de liquidez, desacuerdo entre los colaboradores o la censura civil o religiosa. En ocasiones, desaparecen tras la primera salida debido a sus polémicos contenidos, como EL ABANICO. La puntual carencia de papel y el aumento de gastos hicieron peligrar la continuidad de EDUCACIÓN Y ENSEÑANZA hasta su desaparición definitiva.

También es cierto que, a veces, se incluyeron en EL CRONISTA (en los casos de la muerte de Marcelo Rivas Mateos, o del homenaje a Francisco Sanz y López), fotograbados que no dejaban de ser un lujo en aquélla época.

Lo habitual en el siglo XIX era anunciar la salida de un periódico mediante el prospecto, como presentación mientras, avanzado el siglo XX comenzó a parecer el número 0, donde se hacía una declaración de intenciones, se establecía la periodicidad y se justifica la necesidad de su existencia, como en los casos de AJS, GOOOOOOL y EL MIGAJÓN.

  En las publicaciones iniciales, mantener la periodicidad fue un ejercicio harto complicado, debido a dificultades económicas, falta de medios técnicos y desgaste de sus responsables. De ahí la irregularidad en su publicación que, por tratar temas satíricos y jocosos, padecieron la censura.

Se trató de tiradas muy cortas, muchas de ellas de un solo ejemplar manuscrito, aunque a principios del siglo XX, con más medios económicos y técnicos, EL CRONISTA aumentó la tirada y prolongó su duración.

En un repaso cronológico de cada una de estas iniciativas periodísticas que crearon la impronta del periodismo en Serradilla y en la sistematización y descripción de las características de las publicaciones y sus autores consiste este trabajo. Para ello incidiremos en las pautas de Keyser[3]. Realizaremos una ficha de cada publicación ofreciendo algunos juicios de valor que enriquezcan el trabajo para que supere la mera recopilación de datos.

 

 

Análisis de las publicaciones.

Para centrar la cuestión referente a los primeros periódicos tenemos en cuenta como circunstancia detonante la inquietud cultural de algunos vecinos de la villa, como Agustín Sánchez Rodrigo, personaje imprescindible en este estudio, que le llevó en 1.888, con tan sólo 18 años, a fundar una sociedad llamada “La Amistad”, en cuyo reglamento se recogían los derechos y obligaciones de los asociados. La base tercera rezaba así: “Esta sociedad tiene tres objetivos: conservar y formalizar la amistad, atender por todos los medios que están a nuestro alcance el fomento de nuestra ilustración y organizar expansiones culturales propias de nuestra edad”.[4] Al cobijo de la sociedad, comenzaron a surgir publicaciones tendentes a lograr sus objetivos.

 

ANDE LA BROMA. Revista cómico- satírica e instructiva.

Se trataba de una publicación manuscrita que contenía trabajos en prosa y en verso, entre ellos un buen artículo humorístico firmado con el seudónimo “Revuelta”. En sus páginas se insertó, en forma de folletín, una satírica seminovela titulada Ruptura de relaciones, donde con hábil y sutil simbolismo se sacaban a la luz lacras de las más respetables personalidades de la villa, lo que motivó que un sector del pueblo se sintiese aludido. En previsión de que aumentara la intensidad de los conflictos si continuaba y para evitar enfrentamientos, se suspendió la edición del recién nacido periódico, antes incluso, de que llegase a la totalidad del público, tal como afirmaba su impulsor[5], aunque debemos dudar que la censura lograra su objetivo. A buen seguro que el manuscrito correría la localidad e, incluso, fuera copiado por más de un vecino.

No se conservan ejemplares.

 

EL ABANICO. Semanario liberal que trata de todo.

El 15 de Agosto de 1.890 se creó el nuevo periódico, también manuscrito[6] que gozó de una vida más dilatada, hasta junio de 1.892. Se fundó el semanal por la juventud intelectual de la villa con la intención de que fuese un instrumento de relación y motivo de distracción y aprendizaje. En los primeros números se dejó vislumbrar el humor y la sátira, haciendo crecer el número de lectores de tal manera, que era imposible dar satisfacción a todos con un par de ejemplares.

La continuidad de la línea polémica de su antecesor originó polémicas y altercados provocados por los que no querían que sus vicios salieran a la luz pública, para burla de los vecinos. La línea satírica se fue suavizando, perdiendo virulencia crítica el espíritu de sus redactores, lo que redundó en su amplia aceptación por parte de todo el vecindario.

Salía el periódico todos los domingos y, dado su éxito, se ideó que hubiese una lectura pública en el local de la escuela de los niños, que llegó a ser insuficiente para albergar al público que se reunía. Tras la lectura los números pasaban de casa en casa durante toda la semana.

El Abanico llegó a ser un éxito literario. En sus columnas se escribieron muchas necedades y petulancias, pero aparecieron artículos aceptables y se probó el ingenio y la capacidad de sus redactores. Sus páginas glosaron la actualidad local y muchas de las costumbres de la época, ya desaparecidas.

Tras publicarse el último número, en Junio de 1.892, la inquietud periodística permaneció, y al año siguiente, en 1.893, El Abanico inició una segunda época en la que sólo vio la luz un número. Fracasó el intento de resurgimiento.

Según afirma Agustín Sánchez[7], “fue Heliodoro Vega alma y sostén de El Abanico. Sus crónicas hacían afluir al público a la lectura del semanario. Su gracia chispeante y su aguda sátira, la que a todos divertía”.

Sánchez reprodujo en EL CRONISTA los que consideró buenos artículos de El Abanico. Gracias a esta iniciativa se conservan algunos poemas, como el firmado por Liberato Alonso con el título El capullo y la rosa[8]:

Al respecto de esta publicación, afirmaba Celestino Vega en EL CRONISTA en Septiembre de 1.919[9]:

“            El Abanico, periódico liberal, tiene páginas de un lirismo supremo sobre política de pueblos, firmadas por Liberato Alonso, que se declaraba un verdadero romántico, con poesías de turbadora belleza, donde hay sonidos de guitarras y amadas nuestras “de negros ojos y cabellos negros”.

  Agustín Sánchez Escribió “Las Calabazas”, admirable sátira, y páginas éticas. El maestro Don Quintín Polo daba su buena voluntad y Heliodoro Vega, satírico, sabía herir las malas costumbres con el fino bisturí de su ironía con crónicas inolvidables, llenas de buen humor, que tan popular hicieron al “Papel”.

  Censurando la brutal costumbre de “Cobrar el piso”, escribió un interesante código con cuatro artículos:

  1º.- Están obligados a pagar el piso todos los forasteros que lleguen a este pueblo, e islas adyacentes, tan pronto como hayan llegado a él.

  2º.- Se considerarán mozos para cobrar el piso, todos los que tengan, por lo menos, seis pelos en el bigote, hayan arrancado la lancha de algún poyo, o sean capaces de cargarse una fanega de arena o de correr un burro en pelo.

  3º.- Para beberse un piso es necesario que haya, por lo menos 12 mozos, y sólo en el caso excepcional de no haberlos a mano, se beberá entre los que haya.

  4º.- Si alguno se negara a pagar el piso, con, de, en, por, sin, como se le diga, está obligado a chuparse las “patás” que al efecto marca la Ley.

  Dado en Villabrutanda a 21 de Enero del año maricastaño.

  Hoy todos han muerto; el romántico Liberato hace, en vez de páginas tétricas, las de un informe judicial (era el Secretario del Juzgado). Agustín Sánchez ha muerto en aquel estilo y ha renacido en este otro (haciendo EL CRONISTA), donde se trasparenta el hombre que lee diariamente El Quijote, y a Heliodoro Vega, se le llevó un día la Pálida hacia el lago del misterio.”

  La semilla había prendido en buena tierra, y todo se reduciría a dar tiempo al tiempo[10]. Con carácter casi de caseros, se escribirían al cobijo de La Amistad, varios periódicos más.

 

 

 

EL ESTUDIO.

La intención inicial era sacar una publicación semanal de distribución gratuita, aunque sólo vio la luz el primer número, también manuscrito[11]. Tras su fundación los jóvenes de La Amistad, intentaron nuevamente poner en marcha una publicación periódica, pero el éxito no les acompañó en esta ocasión. Ningún texto se conserva de El Estudio.

 

EL GRACIOSO.

Su tesón no permitió que se rindieran, apareciendo poco después El Gracioso con la misma intención y una pretendida periodicidad aleatoria. También Agustín Sánchez y La Amistad la impulsaron. Parecía cuajar cuando se imprimieron varios de sus últimos números, los primeros fueron manuscritos[12], pero finalmente desapareció. Su logro consistió en ser el primero en salir de una imprenta, la que Agustín había instalado en Serradilla en 1.905 con el objetivo de comenzar la edición de EL RAYAS. Nos encontramos ante la primera publicación serradillana del siglo XX, de cuyo contenido nada se conserva.

Aunque sin datos fehacientes, con la información disponible nos decantamos por afirmar que, a partir de El Gracioso, todas las publicaciones se imprimieron, puesto que su impulsor, Agustín Sánchez, ya disponía de una imprenta. Y ello a pesar de que en “Publicaciones Periódicas Extremeñas. 1.808-1.988”[13], se afirma que fueron manuscritos.

A buen seguro que el inquieto personaje ensayó una y otra vez la edición de una publicación periódica, hasta que, demediada la segunda década del siglo, lograría consolidar el ansiado quincenal, como se verá.

 

EL CUCO.

De nuevo Agustín Sánchez y la sociedad La Amistad promovieron su edición, cuya distribución fue gratuita, a pesar de lo cual supuso un fracaso más, a decir de su prematura muerte tras el primer número.

Teniendo en cuenta que el criterio seguido en la relación de publicaciones periódicas aportada por Agustín Sánchez debió ser el cronológico, y siendo cierto que algunos números de El Gracioso se imprimieron, podemos concluir que esto no pudo ocurrir antes de 1.905. Por ello, aunque se ha apuntado que El Cuco es finisecular, nosotros mantenemos que es posterior a 1.905 y que la tirada se hizo a imprenta.

Ningún ejemplar se conserva.

 

LA MURALLA.

Otro tanto ocurrió con La Muralla desconociéndose la periodicidad que se pretendía. Su formato era de 32×22 cm. Y tras sus páginas se encontraban los mismos personajes.

Como sucedió con La Tempestad, otro intento que corrió la misma suerte que los anteriores. Idéntico destino corrió La Chocolatera.

 

Hasta aquí hemos visto las publicaciones promovidas por la sociedad La Amistad. Ninguna de las seis, El Estudio, El Gracioso, El Cuco, La Muralla, La Tempestad y La Chocolatera superó el primer número, a pesar de que con anterioridad, Ande la Broma y El Abanico habían tenido una vida más dilatada.

Partiendo de este dato podemos afirmar que no se trató de periódicos diferentes, sino que La Amistad fue sacando a la luz boletines para expresar su opinión sobre temas de actualidad y exponer sus nuevas creaciones, cada uno de los cuales recibió el nombre del principal tema en él tratado o una alusión ficticia al mismo. Sólo así se explica la proliferación de publicaciones de tan exigua vida. A partir de La Chocolatera se produciría un punto de inflexión respecto de la edición de periódicos.

 

EL TÁBANO.

La imprenta de Sánchez llevaba años funcionando y su inquietud editorial se fue acrecentando. Así vio la luz El Tábano, la primera publicación monográfica. Más que un periódico, fue un programa publicitario de teatro, publicado a comienzos de 1.910 por el actor y autor dramático Santos Ladehesa, en el que se instaba a la concurrencia, de forma jocosa, a asistir a las funciones programadas por su compañía. El subtítulo de la publicación así lo corrobora: «Periódico socarrón, soso, latoso y patoso. El de más circulación, en Puerto Chinche, en Pulgón, Villarreal y Carcaboso».[14] Su contenido se centraba en las letras relacionadas con sus funciones[15]. Pero también aparecían loas al autos a cargo de Heliodoro Vega, Liberato Alonso, Timoteo Bermejo, Julio Rivas o el propio Agustín Sánchez, que era el impresor e incluía en un rincón publicidad del método RAYAS.

Constaba de 4 páginas en un pliego, que doblado tenía unas dimensiones de 32×22 cm., contando la edición de unos cientos de ejemplares. Aunque afirma Cajide[16] que fue el primer trabajo que se confeccionó en la imprenta, «con una “Minerva” a pedal, marca Diamante», consideramos que la afirmación no es ajustada, pues en 1.905 había sido impresa una publicación y El Tábano data de 1.910. No obstante, es posible que El Tábano fuese la primera obra salida de una máquina tipográfica nueva, o bien la primera de cierta envergadura que se había encargado a los talleres.

Según Cajide[17], “el empuje editorial de los talleres de EL CRONISTA dio lugar entre 1.916 y 1.920 a un extraordinario florecimiento de publicaciones periódicas que ayudaron a mantener vivo en Serradilla el ambiente inquieto y participativo que latía en las raíces de sus principales proyectos». Teniendo en cuenta lo arrojado en nuestro análisis , no fue EL CRONISTA el punto de arranque del periodismo local, sino la culminación de un largo proceso de ensayos editoriales.

 

EL CRONISTA. REVISTA QUINCENAL.

Corría el año 1.905 cuando el maestro Ángel Rodríguez Álvarez, creó el método Rayas. Agustín Sánchez se volcó con entusiasmo en la iniciativa, adquirió la propiedad del método y se hizo editor. Con el embrión de la editorial en marcha, el siguiente paso consistía en hacerse impresor, abriéndose así la posibilidad de realizar toda clase de trabajos tipográficos: pequeños libros, folletos, prospectos…

La progresión en el volumen de pedidos de El Rayas era muy lenta y las dificultades económicas se sucedían. Luego de tantos años de tanteos más llegó, en 1.916, el convencimiento de que el método necesitaba mayor difusión por España. Aparte de otras consideraciones de carácter cultural, este fue el verdadero motivo de la aparición de El Cronista.

El primer ejemplar salió el día 5 de Enero de 1.916 y se publicó hasta el 20 de Diciembre de 1.932. En total 407 números. Diecisiete años ininterrumpidos de periodismo a imprenta en un pueblo sin luz. Diecisiete años del más puro menester periodístico que, trascendiendo lentamente las esferas comarcales y regionales, fue leído por las más eminentes personalidades del país que, en más de una ocasión, prestaron sus plumas para dar prestigio a la publicación con sus colaboraciones: José Ramón Mélida, Director del Museo Arqueológico Nacional, el literato y erudito Rodríguez Marín, Director de la Biblioteca Nacional, Gerardo Jaime Núñez, Jefe de Sección del Archivo Histórico Nacional, el geógrafo Antonio Blázquez, director de la Real Sociedad Geográfica, Cascales Muñoz, Fidel Fita, Gabriel y Galán, José Polo Benito, Menéndez Pidal….

EL CRONISTA puso en marcha iniciativas como la creación de una biblioteca de publicaciones, abogó por el establecimiento de una granja experimental, propuso mejoras en el empleo de abonos y en la relación con los trabajadores del campo. También la creación de un sistema de comunicaciones que articulase adecuadamente la región extremeña y la comunicase con el resto de España y Portugal mediante el ferrocarril.

A nivel local desarrolló las noticias, analizó su industria, planteó la canalización del Tajo, narró historia y leyendas, se preocupó por el folklore, propuso la creación de biblioteca, archivo y museo municipales, propugnó la declaración de Monfragüe como Parque Nacional, defendió enérgicamente la construcción de un puente sobre el Tajo…, todo ello para conseguir el bien de su pueblo. Quizás todo el cúmulo de intenciones y propuestas; toda su filosofía de progreso, desarrollo y participación social, se halle encerrada en esta frase de la abundante cosecha del Director-Propietario de EL CRONISTA “Mucha instrucción, mucha unión y mucha voluntad, son los factores que, unidos por la actividad, nos darán el apetecido y excelso resultado”[18].

En el año treinta y dos, tras diecisiete años de floreciente vida, las suscripciones por toda España eran tan abundantes que, incluso, dejaban dinero libre. Y entonces desapareció. Las causas reales no están claras. Este es su último editorial, por si en sus palabras se pudiera intuir alguna que nosotros no logramos ver:

“El presente es el último número de El Cronista, cuya vida se extingue al finalizar los diez y siete años de su existencia. Después de larga, tranquila y laboriosa vida, desaparece de este mundo con la conciencia limpia y serena, sin el menor remordimiento pos su actuación.

Cúmplenos manifestar a nuestros lectores y al público en general, que esta nuestra resolución ha sido libre y espontánea, sin la menor presión moral ni material, interna ni externa, que a ello nos haya no ya obligado, ni aun siquiera inducido. Por nuestra propia voluntad y conveniencia lanzamos a la vida nuestra revista al comenzar el año diez y seis, por nuestra propia voluntad y conveniencia la suprimimos al terminar el año treinta y dos. Nadie nos indució (sic) ni animó a darle vida, a nadie acusamos de su muerte”[19].

  La primera gran aventura periodística serradillana había concluido.

 

BOLETÍN DEL ATENEO SERRADILLANO.

  En el mes de Julio de 1.918, en torno a jóvenes estudiantes de la villa, comenzó a organizarse una sociedad literaria, El Ateneo Serradillano, que, entre otros cometidos, se proponía dar conferencias, establecer biblioteca, publicar una revista y cuanto juzgasen conducente al fomento de la instrucción y la cultura[20].

  Para mejor cumplir sus propósitos, su reglamento prohibía toda clase de juegos y bebidas alcohólicas en el domicilio de la sociedad y se proponía publicar el Boletín del Ateneo.

De nuevo un inquieto grupo de jóvenes serradillanos tomó la iniciativa cultural con el propósito de ofrecer cultura al vecindario y desarrollar sus inquietudes, tomando como elemento vehicular fundamental, la publicación de una revista. El día de su inauguración, el cuatro de agosto de 1.918, se presentaron los cinco números que durante el mese de julio llevaban publicados, que incluían poesías, crónicas y pensamientos. En ese acto se leyeron algunos de los artículos recogidos en sus páginas.

  Era una revista manuscrita de gratuita distribución[21], cuyos fundadores fueron Celestino Vega Mateos, José María Vecino Martín y Martín Real, asesorados por Agustín Sánchez Rodrigo. El editor sería el propio Ateneo Serradillano. El 13 de Julio de 1.919, al celebrarse el primer aniversario de la sociedad, disertaron sobre variados temas algunos de sus miembros: Real Alonso, Vega Bermejo, Viana García, Rodrigo García o Luis Sánchez Rodrigo. Este es un extracto del discurso de Luis Sánchez al tratar sobre Cultura, civismo, juventud:

“El civismo también se manifiesta en el aumento y difusión de la cultura; sin la cual se hace imposible la regeneración de la sociedad. El civismo se demuestra prefiriendo lo nacido en nuestro suelo, a todo lo que provenga de extrañas tierra y trabajando sin descanso en el laboratorio, en la escuela, en el campo, en el taller”.

El día doce de Octubre de 1.920, con motivo de celebrarse la Fiesta de la Raza, el Ateneo sacó a la luz un boletín extraordinario. Aún se conservan, gracias a El Cronista, poemas y textos en prosa aparecidos en sus páginas.

Valga como muestra de su proyección nacional un extracto de este artículo publicado[22]:

Para los Ateneístas. SERRADILLA EN MADRID. Fui también al Archivo Histórico Nacional a visitar a D. Gerardo Jaime Núñez, Jefe de Sección en dicho Centro, quien en extremo atento y complaciente, además de enseñarme las distintas salas del inmenso Archivo, me presentó algunos datos de Plasencia y Serradilla que, por la premura de tiempo no pude detenidamente ver. En fin, no sé con que palabras deciros la inmensa satisfacción que experimentaba al convencerme, al ver por mis propios ojos en qué grado era apreciada y ensalzada allá en la Corte nuestra labor de cultura. El aplauso de los sabios sea para nosotros estimulante premio que nos anime a preservar en la obra emprendida, para bien propio y de nuestros convecinos, y mayor gloria de Serradilla.”

Comprobada queda la proyección de El Ateneo y de su Boletín. Pero finalmente el órgano de comunicación del Ateneo serradillano dejó de editarse.

 

EDUCACIÓN Y ENSEÑANZA.

La difusión del método de lectura por la escritura RAYAS, entre los profesionales docentes motivó la aparición del suplemento Educación y Enseñanza, especializado en este ámbito. El suplemento pedagógico se enviaba a los maestros e inspectores de toda España, como forma de dar a conocer EL RAYAS entre los profesionales docentes, que eran los encargados de aplicarlo en las aulas, atraerles hacia el innovador sistema y, por lo tanto, así se lo solicitarían a sus alumnos. De esta forma, intuía Agustín, aumentarían los pedidos y no faltaría el trabajo en la imprenta. En su presentación recoge: “Al inaugurar esta sección, lo hacemos con sinceridad y con el deseo de seguir contribuyendo al progreso y la cultura de nuestra región. La base de la cultura es la escuela, y el alma de la escuela, el Maestro; por ello este es el primordial elemento a quien debe darse vida y apropiado campo donde pueda ejercitar con amplitud su acción.

El maestro competente y altruista sentirá la necesidad de elevar el nivel cultural de nuestro pueblo, como único modo de lograr un medio favorable a cuanto significa ilustración y progreso. A los Maestros que así piensen, ofrecemos las columnas de esta pequeña revista, que ellos sabrán hacer grande, condensando en ella los destellos de su ciencia.

El arma que no se limpia, el óxido la corroe, la máquina que no se usa se empasta y entorpece, la gala que no se luce se apolilla, la inteligencia que se estanca en un villorrio y rutinariamente va amoldándose a pensar sólo en los intereses materiales, insensiblemente se embrutece, progresivamente va perdiendo el hábito de estudio, las buenas formas sociales y cuanto es el ser y esencia del hombre que teniendo un título académico, por dignidad y propia estimación está obligado a enaltecerle y honrarle con el constante ejercicio de su noble profesión. Este es nuestro programa. Ahora vosotros tenéis la palabra”

Para la solicitud de un ejemplar de la primera parte del método, incluía una tarjeta.

Los temas tratados versaban sobre conocimientos generales de variadas disciplinas científicas. Pronto se abrió la revista a los lectores incluyendo la sección de cartas y colaboraciones, en cuyas páginas participó un gran número de maestros. Las cuestiones didácticas y pedagógicas copaban gran parte de la revista, conjuntamente con las reivindicaciones de nuevas escuelas o de reconocimiento de personajes extremeños olvidados, como Gabriel y Galán que, poco a poco fueron haciéndose realidad.

También los asuntos laborales tuvieron su hueco: oposiciones, traslados, salarios, asociacionismo… En definitiva, un instrumento inaudito en la época, a tenor de las circunstancias educativas por las que atravesaba la sociedad extremeña.

Apareció el primer número, como suplemento al 64 de EL CRONISTA, el 20 de Agosto de 1.918. Se extendió hasta el número 81, momento en el que dejó de insertarse al ser sustituido por el Reglamento del Sindicato: «daremos pliegos del mismo en este y sucesivos números, en cambio de nuestro suplemento “Educación y Enseñanza”[23]

Tras este receso, comenzó de nuevo a incluirse en la publicación quincenal, a partir del número 113 (20 de septiembre de 1.920), hasta el 132. Por lo tanto 38 ejemplares en total. Así reza el anuncio de su reanudación… “En esta 2ª época, seguirá siendo un resumen de informaciones y notas pedagógicas prácticas y un repertorio de útiles conocimientos científicos. En Educación y Enseñanza tendrán cabida artículos sobre temas profesionales que nos envíen los Sres. Maestros, siempre que se ajusten al tamaño y carácter de esta publicación.”

Pero no corrían buenos tiempos para la prensa. Estaba en marcha la Campaña de Marruecos. Con el número 119 rezaba: “ A NUESTROS LECTORES: Por carencias de papel, que desde hace más de cuatro meses estamos esperando, dejamos hoy de publicar el suplemento EDUCACIÓN Y ENSEÑANZA, cuya publicación reanudaremos tan pronto como recibamos el papel necesario”[24]

La restricción de papel provocó esta nueva suspensión. Tras la reanudación y sin previo aviso ni justificación de las causas que lo motivaron, la publicación anexa a EL CRONISTA dejó de aparecer. En el último número se avisaba a los suscriptores: “Rogamos a aquellos de nuestros suscriptores que deseen remitirnos por giro postal el importe de la suscripción, nos avisen indicándonos el número de giro y la fecha de la imposición”.

 

Debieron pasar décadas, el casi medio siglo transcurrido durante la dictadura, hasta que, de nuevo, la inquietud cultural de un grupo de jóvenes serradillanos agrupados en torno a una sociedad, hiciera aparecer una nueva publicación.

 

A.J.S.

Su número de presentación, el cero, apareció en el mes de Junio de 1.980 y el último en el mes de Septiembre de 1.986. Setenta y tres números en total.

Su primer editorial, en la que se explicitaban los objetivos de la publicación, rezaba así: “Queridos paisanos: Hará más de un par de años, nuestros mayores pensaban que la Asociación de Jóvenes Serradillanos era un “enreo”, algo que nunca llegaría a buen puerto. Ahora, algunos los siguen pensando aún, pero otros, la mayoría, se han dado cuenta de que nosotros no somos ni pepito, ni juanito, ni jaimito, ni porras, somos la nueva generación de esta Serradilla que, hasta hace muy poco, estaba abúlica y medio muerta.

Somos los portadores de la antorcha de los valores perdidos, del dinamismo de la juventud, de las ansias de futuro, del esfuerzo constante y desinteresado.

Ahora hemos creado A.J.S., nuestro periódico. Es nuestro porque lo edita la asociación, porque es de los jóvenes, porque es el periódico de Serradilla. Con A.J.S. pretendemos tres objetivos: constatar todo lo que ataña a Serradilla; reflejar el pensamiento serradillano; y unir a nuestro pueblo, presentes y ausentes, en una misma idea, en una misma ilusión, en una misma realidad: SERRADILLA. Hasta ahora nada ha sido fácil, es más, ahora empieza lo difícil. Necesitamos tu apoyo, tu confianza y, sobre todo, tu crítica constructiva. Lo que hoy es un niño pequeño, mañana será un hombre. Lo que hoy es un conato de revista, mañana será una revista. No lo olvides.”[25]

Comenzó, pues, como órgano de difusión de la Asociación de Jóvenes Serradillanos, de cuyas siglas toma el nombre. De nuevo una sociedad juvenil es la impulsora del periódico local. Cuando la asociación se deshizo, la revista fue lo único que pervivió gracias al empeño, no sin grandes esfuerzos, de Javier Alonso Alonso, Pilar Cobos Ropero, Concepción Díaz García, Guillermo Gómez Díaz, María del Carmen Recuero Sánchez y Sacramento Rubio León, que se encargaron de irla sacando adelante. En su primera época el método de impresión fue la multicopista, mientras que a partir del número 37 (Julio de 1.983), la fotocopiadora será la encargada de imprimir los ejemplares.

Pueden considerarse tres etapas perfectamente diferenciadas en A.J.S.[26] En un primer momento se centra en la divulgación cultural y normativa (aparecen sucesivamente los artículos de la recién estrenada Constitución Española), sin que los artículos tuvieran una vinculación clara con Serradilla. La información sobre cultura general dominaba sus páginas. Posteriormente, las colaboraciones, crónicas y artículos, se encaminaron más hacia la cultura, historia, tradiciones y costumbres locales, ganando calidad y rigor respecto de los temas de la villa. Y en la última etapa, la más crítica, primaron los escritos de opinión política y social, en los que las cartas dirigidas a unos y las contestaciones de los otros engrosaban, casi todos los meses sus páginas.

Por las fechas en las que vio la luz, cumplió un importante papel en la transición política local. Sus páginas dan testimonio de las tensiones y vicisitudes vividas por los serradillanos de la recién estrenada Democracia.

Con más de seis años a sus espaldas fue, en el momento, la segunda publicación con más tiempo de edición aparecida en Serradilla, tras EL CRONISTA. No hubo justificación de las causas del cese de la edición, aunque el hartazgo de sus impulsores debió estar tras su desaparición.

 

GOOOOOOL. Semanario Deportivo de Serradilla.

La siguiente publicación trataba de forma monográfica el deporte, concretamente el Fútbol- Sala. Con una periodicidad semanal, su contenido trataba de forma exclusiva, el “I Campeonato de Fútbol- Sala Excmo. Ayuntamiento de Serradilla”. Se editaba por el Aula de Educación Compensatoria y se fotocopiaba en Plasencia, con una escasa tirada. Algunos de sus ejemplares se distribuían entre los bares y establecimientos patrocinadores de los equipos participantes, en cuyos locales pasaban de mano en mano hasta su completa lectura, mientras que otros se ponían a la venta para que, fundamentalmente los implicados y amantes del deporte estuviesen puntualmente informados del desarrollo de la competición.

Así rezaba su primer editorial: “Desde hace poco más de dos años, se está notando en Serradilla un aumento progresivo de deportistas y amantes del deporte. La razón de esta realidad hay que buscarla, sin duda, en la atención constante que nuestro Ayuntamiento presta a este tipo de actividades. Tras madurar convenientemente la idea de organizar un campeonato, pusimos nuestra intención en conocimiento del Ayuntamiento, quien se ofreció a dar el nombre al torneo y prestarnos toda la ayuda que necesitásemos.

La intención del Comité Provisional de Organización ha sido y será facilitar la práctica de este bonito deporte y hacer que todos los jóvenes serradillanos se sientan más unidos que nunca y practiquen la cortesía y la educación a través del deporte. Que la deportividad reine en todos los campos. Mucha suerte a todos y ¡¡¡Adelante!!!

Vio la luz el primer número el día 17 de Febrero de 1.986 y el último, el de Mayo del mismo año, tras once semanas ininterrumpidas ofreciendo información sobre deporte a los serradillanos y serradillanas. Esta desaparición coincidió con el final del campeonato, a cuya estela había nacido. Se constituyó en el primer semanario deportivo de la villa. Único, hasta ahora, en su clase, dentro de nuestro recorrido periodístico.

 

Cubría el acontecer que cada fin de semana se iba sucediendo con la celebración de la correspondiente jornada: cumplimiento del reglamento de competición, resultados de los partidos disputados, clasificaciones de los equipos participantes y, por supuesto, jugosos comentarios de cada uno de los encuentros, con sus incidencias más destacadas.

 

LIBRETO DE SAN AGUSTÍN.

La idea de propagar el programa de festejos de las fiestas de San Agustín, a la vez que ofrecer la posibilidad de anunciarse a los industriales de la localidad, llevó al Gobierno Municipal a editar, con motivo de las patronales fiestas de San Agustín, el libro de las fiestas.

En su portada aparecía el cartel ganador del concurso previo de carteles y en sus páginas, además del programa de festejos del año en cuestión y los saludas del Alcalde y del Concejal delegado de Festejos, fueron apareciendo artículos con un marcado carácter cultural: poesía, historia, habla serraillana… También los avances realizados por el Ayuntamiento durante el último año eran recogidos en sus páginas, como forma de eficaz información al vecindario.

Comenzó su publicación en 1.985 y con una periodicidad anual, se extendió hasta 1.994, de forma ininterrumpida. Tras un breve receso, volvió a aparecer de nuevo en 1.998, ya cuando la centuria toca a su fin. En total, 11 números, con unos mil ejemplares por tirada, que se repartieron entre los vecinos de forma gratuita. Se trataba de otra forma de entender el periodismo, en la que la institución municipal se convirtió en la editora de la revista, contando con numerosas colaboraciones.

 

ROMPEHIELOS. Proyecto Local Integrado de Serradilla.

Sería de nuevo el Aula de Educación Compensatoria, que ya formaba parte del Proyecto Local Integrado, quien emprendiese la aventura editorial con la edición de ROMPEHIELOS.

Arrancó en el curso escolar 1.988/1.989 como una actividad educativa más del programa. Sus impulsores fueron dos maestros, que con un voluntarioso grupo de alumnos y alumnas se marcaron como objetivo de la publicación, que sirviera de comunicación con programas similares de otras localidades cacereñas, con la que establecieron el intercambio de ejemplares.

Fueron tres los números editados, con una periodicidad trimestral. El primero en Noviembre de 1.988, el segundo en Febrero de 1.989 y el tercero en Mayo del mismo año. Su contenido versaba sobre difusión cultural variada, con artículos de información general, narraciones y crónicas sobre Serradilla y varias páginas de noticias locales. Cuando en Junio de 1.989 finalizó el curso académico, la publicación desapareció sin dejar más rastro.

 

LA VOZ DEL COLEGIO.

  También el Colegio Público “Santísimo Cristo de la Victoria” editó una revista. En Mayo de 1.992, con motivo de la celebración del homenaje a Agustín Sánchez Rodrigo, apareció un número extraordinario, que obtuvo el tercer premio del concurso de publicaciones escolares en convocatoria nacional, realizada por el Ministerio de Educación y Ciencia, dotado con 150.000 pesetas.

Su editorial afirmaba los objetivos de la publicación: “Con la edición de este número extraordinario de “La Voz del Colegio”, queremos rendir un homenaje a nuestro ilustre paisano Don Agustín Sánchez Rodrigo, que tanto hizo en pro de la cultura y tanto luchó por elevar el bienestar de nuestro pueblo”

El pionero del periodismo en la villa, pasaba así a ser el tema central, monográfico, de una publicación serradillana, en la que, a buen seguro, le hubiera gustado colaborar. Nuevas generaciones de serradillanos y serradillanas, jóvenes siempre, irían tomando sucesivamente el relevo, para que su villa siguiese teniendo una voz común, una voz que asegurase la transmisión del sentimiento sincero de la propia cultura.

 

EL MIGAJÓN. La Revista de Serradilla.

Impulsada inicialmente por el maestro del Aula de Alfabetización de Adultos, sacó su primer número en el mes de Diciembre de 1.990, y aún hoy, 30 años después, tenemos la fortuna de poder leer mes tras mes sus páginas.

Los seis primeros números estuvieron a cargo de un equipo de once personas que, en su mayor parte, eran parte integrante del Aula de Alfabetización de Serradilla. El número uno se distribuyó de forma gratuita entre los vecinos del pueblo. Una tirada especial a imprenta, hizo que también llegase a los emigrantes afincados en Madrid, aprovechando la asistencia a la Matanza Extremeña, organizada por la Cofradía del Santísimo Cristo de la Victoria en la capital. La finalidad era dar a conocer la publicación a todos, para que comenzasen a suscribirse las personas que estuvieran interesadas en ella.

La respuesta del público no se hizo esperar. Desde entonces ha ido incrementándose la tirada hasta alcanzar cerca de los cuatrocientos ejemplares, para los suscriptores y para los que la compran en los establecimientos colaboradores.

La ubicación inicial de la redacción se situó en dependencias del propio Ayuntamiento, para pasar, posteriormente, a ocupar la antigua estafeta de correos, sita en el número dos de la calle Blanca. El método de impresión ha sido siempre el fotocopiado, salvo la tirada especial del número uno, y el número dos, que se hizo en una imprenta de Plasencia. La experiencia no fue positiva, por la tardanza en su confección, y se decidió seguir con el fotocopiado. Así y todo, muchos de sus números salieron con la cabecera en color rojo, por disponer la fotocopiadora municipal de esta posibilidad.

La temática abordada ha ido variando con el tiempo, pasando de temas centrados en la difusión de temas culturales generales, a otros relacionados con los más variados aspectos de Serradilla: historia, folklore, noticias, poesías, economía, religiosidad, arte…

También aquel amplio equipo inicial se fue difuminando por diversas causas hasta que, desde hace un cuarto de siglo, la responsabilidad editorial corre a cargo de una sola persona, Carlos J. Martín, que además se encargó de dibujar las artísticas portadas, salvo la de algún número suelto, hasta que la fotografía se impuso, también de su mano. Le ayudan desinteresadamente algunas personas a la hora de montar, grapar, poner sellos…

Progresivamente se ha ido apreciando un notable incremento de calidad en la revista. Han ido apareciendo documentados y completos estudios sobre variados aspectos de la villa, que han hecho de EL MIGAJÓN una publicación de referencia histórica, etnográfica y de actualidad local.

En ocasiones han aparecido números extraordinarios, coincidiendo siempre en el mes de agosto, en los que se ha tratado monográficamente nuestra peculiar forma de hablar el Santísimo Cristo de la Victoria, etc., con una gran acogida.

Tras treinta años ininterrumpidos de publicación y más de 12.500 páginas impresas, EL MIGAJÓN se ha convertido en la publicación más longeva de las aparecidas en Serradilla, hasta ahora. Es deseable que tenga larga vida, aunque el escaso equipo humano hace que su salida a la calle dependa de las circunstancias personales de quien la hace posible.

Sus páginas han tenido el privilegio de narrar las vicisitudes de Serradilla en el momento de producirse un cambio de milenio, aunque es nuestro deseo que su horizonte se extienda, con mucho, más allá de esta singular fecha.

 

Conclusiones.

Una vez analizadas las publicaciones aparecidas en Serradilla desde 1.889 hasta el año 2.020, se hace necesario plantear algunas conclusiones. En primer lugar, se hace patente que el surgir paulatino de publicaciones, se ha amparado, en casi todos los casos, en un grupo de jóvenes inquietos, constituidos en sociedades de diversa índole: sociedades, ateneos, asociaciones, iniciativas educativas o institucionales.

Las excepciones vienen dadas por EL TÁBANO, que se trataba de un folleto teatral, EL CRONISTA y EDUCACIÓN Y ENSEÑANZA, cuyo objetivo inicial fue el lanzamiento de El Rayas a nivel nacional; LA VOZ DEL COLEGIO, que es la revista de la escuela y el LIBRETO DE SAN AGUSTÍN, editado por el Ayuntamiento de la Villa.

Se cumplen, por lo tanto, las premisas planteadas inicialmente, respecto de las causas y motivos que han ido dando lugar a los sucesivos periódicos. También se coincide respecto de los motivos de desaparición de los mismos: censura, falta de recursos, saturación de sus impulsores o cumplimiento de los fines para los que habían sido creados. En todo caso, en poco más de un siglo han sido diecinueve las cabeceras que han pasado por nuestras manos, con diversa periodicidad y desigual éxito, todas de enorme importancia a la hora de consultar la vida, la historia, el folklore, la poesía… serradillana. Todo un triunfo para una villa que comenzó su aventura periodística cuando aún no disponía de luz eléctrica. Es deseable que no se rompa la tendencia.

 

 

FUENTES

  • J.S. nº 0. Junio de 1.980
  • BLÁZQUEZ DE YÁNEZ, D. Historia de la Prensa Placentina. Mérida, ERE. 1.996.
  • CAJIDE LABRADOR, J.J. Historias de la Utopía. Badajoz, Carisma, 1.996.
  • CHAMORRO, V. Sin Raíces. Ed. Sánchez Rodrigo. 1.970.
  • Conferencia sobre la hemerografía. Quito. 1.961. Citado por BLÁZQUEZ DE YÁNEZ, D. en Historia de la Prensa Placentina. Mérida, ERE. 1.996.
    • MARTÍN DÍAZ C.J. «El periodismo en Serradilla» en EL MIGAJÓN nº 44. 1994.
    • MARTÍN DÍAZ, C.J. «El Tábano». En EL MIGAJÓN nº 348. Diciembre de 2019.
    • PULIDO CORDERO, M y otro. Publicaciones Periódicas Extremeñas. 1.808-1988. Badajoz. ERE. 1.994.

·         SÁIZ, MARÍA DOLORES. Historia del periodismo en España. Madrid. Alianza. AU. 1983.

  • SÁNCHEZ RODRIGO, A. “La prensa en Serradilla” en EL CRONISTA nº 1. 1.916.

 

 

 

[1] SÁIZ, MARÍA DOLORES. Historia del periodismo en España. Madrid. Alianza. AU. 1983.

[2] PULIDO CORDERO, M y otro. Publicaciones Periódicas Extremeñas. 1.808-1988. Badajoz. ERE. 1.994.

[3] KEYSER. Conferencia sobre la hemerografía. Quito. 1.961. Citado por BLÁZQUEZ DE YÁNEZ, D. en Historia de la Prensa Placentina. Mérida, ERE. 1.996.

[4] CHAMORRO, V. Sin Raíces. Plasencia. Ed. Sánchez Rodrigo. 1.970.

[5] SÁNCHEZ RODRIGO, A. “La prensa en Serradilla” en EL CRONISTA nº 1. 1.916.

[6] PULIDO CORDERO, M. y otro. Op. Cit.

[7] EL CRONISTA nº 1, enero de 1916.

[8] EL CRONISTA nº 3, febrero de 1916.

[9] EL CRONISTA. nº 1, enero de 1916.

[10] CHAMORRO, V. Sin Raíces. Op. Cit.

[11] PULIDO CORDERO, M. y otro. Op. Cit.

[12] Id.

[13] PULIDO CORDERO, M. y otro. Op. Cit.

[14] MARTÍN DÍAZ, C.J. «El Tábano». En EL MIGAJÓN nº 348. Diciembre de 2019.

[15] SÁNCHEZ RODRIGO, A. “La prensa en Serradilla” en EL CRONISTA nº 1. 5/1/1.916.

[16] CAJIDE, LABRADOR J.J. Op. Cit.

[17] SÁNCHEZ RODRIGO, A. en EL CRONISTA.

[18] Id.

[19] El Cronista nº 407. Serradilla, diciembre de 1.932.

[20] Noticias en EL CRONISTA.

[21] PULIDO CORDERO, M. y otro. Op. Cit.

[22] EL CRONISTA nº, 5 de diciembre de 1.920.

[23] EL CRONISTA nº 81. 20 de Mayo de 1.919.

[24] EL CRONISTA nº 119. 5 de diciembre de 1.920.

[25] A.J.S. nº 0. Junio de 1.980

[26] MARTÍN DÍAZ C.J. «El periodismo en Serradilla» en EL MIGAJÓN nº 44. 1994.

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