Nov 152024
 

 

Álvaro Vázquez Cabrera   

 

 Resumen

 

            El objetivo de esta investigación es analizar la información generada por Valencia de Alcántara a la Real Audiencia de Extremadura, constituyendo una de las fuentes de este trabajo, siendo complementada con la consulta de los libros parroquiales, protocolos notariales y documentación municipal conservada en diferentes archivos.

Aprovechamos estas líneas para agradecer a doña María del Carmen Fuentes Nogales, directora del Archivo Diocesano de Coria Cáceres, por su buen trato, cercanía, amabilidad y disposición.

Con toda esta documentación, nos podemos acercar a la realidad socioeconómica, urbanística y poblacional de esta villa fronteriza en estos momentos entre el Antiguo Régimen y el estado constitucional.

 

            INTRODUCCIÓN

 

            Valencia de Alcántara, por calidad de plaza fuerte fronteriza, tuvo siempre destaque y primacía en el oeste de la provincia cacereña, siendo villa y cabeza de su propia Encomienda, con su propio concejo y priorato desde su conquista, a los musulmanes en 1221, aglutinando poblaciones que eran de su jurisdicción desde la Edad Media[1]. Estos lugares y aldeas son Santiago de Carbajo (la actual Santiago de Alcántara) y San Vicente de Alcántara; así como otros territorios[2]. Finalmente, la capitalidad de partido le llegó en 1822, aunque pocos años después vio reducido su término cuando se desliga una de sus antiguas aldeas, San Vicente, para pasar a formar parte del partido de Alburquerque, en la provincia de Badajoz. Además, territorios históricos como las Encomiendas de Mayorga y Piedrabuena también se desligaron para formar parte de la actual provincia de Badajoz. Por tanto, los municipios que integran el partido judicial de la villa valenciana son Membrío, Salorino, Herreruela, Cedillo, Carbajo, Santiago de Alcántara y Herrera de Alcántara.

En 1829 la Real Audiencia de Extremadura, como institución civil más destacada de la provincia, realizó un programa con el objetivo de tener un conocimiento profundo y exacto del territorio. La manera de llevarlo a cabo fue mediante la elaboración de un informe e interrogatorio incluyendo un vecindario de cada una de las ciudades y villas extremeñas.

 

  1. LA POBLACIÓN

 

            El padrón de 1829[3] de Valencia de Alcántara expresa el recuento en vecinos y en habitantes, dando un total de 1216 unidades familiares y 4917 almas con un gobernador militar y político, el coronel de caballería D. Juan de Amarilla, lo que la convierte en la quinta población con más habitantes de la provincia de Cáceres y en el vigésimo núcleo de Extremadura por tamaño de población[4].

El aumento demográfico experimentado desde la Baja Edad Media hasta mediados del siglo XVII, se detiene tras el estallido de la Guerra de Restauración portuguesa, donde la villa de Valencia de Alcántara va a sufrir numerosos ataques, viendo la población como las murallas y el castillo-fortaleza van a sufrir daños hasta el definitivo asedio, por parte de las tropas portuguesas, el 24 de junio de 1664[5]. Esa ocupación portuguesa en la villa valenciana será de tan solo cuatro años, hasta 1668 que tras la firma, el 13 de febrero, del Tratado de Lisboa[6], en el convento de San Eloy de la ciudad lisboeta, se reconocía la independencia de Portugal con respecto a la corona española. Por tanto, Valencia de Alcántara, así como otras localidades extremeñas fueron devueltas a la soberanía española.

Lógicamente, la segunda mitad del siglo XVII viene marcado por un descenso, muy amplio, de la población, y que va a tardar en recuperarse, puesto que ya a finales de la siguiente centuria la villa va a contar con 920 vecinos. Es decir, de llegar a 1550 vecinos antes de la Guerra de Restauración a tener la mitad 150 años después[7]. Ya en el Ochocientos, la tendencia es al alza, al igual que en la primera mitad del siglo XIX supera la media provincial, donde ocupa el tercer lugar por detrás de la capital de provincia y Trujillo, y la regional.

 

Cuadro 1. Evolución de la población absoluta (1528-1900)[8]

AÑO VECINOS HABITANTES
1528 800 2720
1557 1335 4539
1571 1100 3740
1584 1291 4389
1591 1279 4348
1631 1243 4226
1640 1550 5270
1681 702 2387
1753 828 2815
1787 1018 3460
1791 920 3128
1813 962 3271
1821 5872
1829 4917
1846 6026
1857[9] 6966
1860 6880
1877 7795
1887 8230
1897 9276
1900 9417

 

 

El coeficiente multiplicador que hemos aplicado, a los datos de los siglos XVI-XVIII, para convertir vecinos a habitantes ha sido de 3,4, aunque hay autores que consideran que el coeficiente estaría situado en 3,8%[10], aunque el propio censo de 1829 infiere un 4,04%.

 

Cuadro 2. Evolución de la población absoluta de Valencia de Alcántara, en nº de habitantes

El censo de 1829 indica los cabeza de familia, en su mayoría hombres (158 son mujeres), pero sin mencionar cuántas personas conforman dichas familias; por lo que no podemos conocer la estructura familiar ni tampoco su estado civil (tan solo el número de viudas, que asciende a 145 viudas y tan solo un viudo, algo que nos llama, poderosamente, la atención). Este número de viudas nos permite conocer cuántas familias son monoparentales, mientras que como mínimo hay 18 solteros, ya que son el número de eclesiásticos existentes en la villa.

Según nuestra consulta de los libros parroquiales de las dos iglesias de la villa, en 1829 se bautizaron 233 niños y niñas (lo que supone una tasa de 47 por mil), se celebraron 38 matrimonios (tasa de nupcialidad del 7,7 por mil) y se dio sepultura a 190 fallecidos (tasa de mortalidad del 39 por mil). Estos datos son elevados en comparación con las extremeñas de ese mismo año que aluden al 44 por mil la natalidad y 36 por mil la mortalidad, resultando el mismo crecimiento vegetativo del 8 por mil[11].

 

Cuadro 3. Movimiento natural de la población (1825-1833)

AÑO BAUTISMOS[12] MATRIMONIOS[13] DEFUNCIONES[14]
1825 155 29 253
1826 127 40 200
1827 128 31 207
1828 124 51 161
1829 233 38 190
1830 193 31 191
1831 224 31 251
1832 162 45 235
1833 178 28 263

 

La diferencia entre nacimientos y defunciones explica ese ritmo de crecimiento de la población en este periodo, superior a la media, aunque no es descartable que la inmigración aportase algunos efectivos. Son los libros matrimoniales los que constituyen la única fuente disponible para aproximarnos al fenómeno de la movilidad espacial, ya que en las partidas se registra la naturaleza de los contrayentes y la de sus progenitores. Los matrimonios celebrados, en 1829, en Valencia de Alcántara son 38; un número de enlaces tan solo superado por los 51 casos de un año antes, los 45 de 1832 y los 40 del año 1826. En estos 38 matrimonios, intervienen 76 cónyuges y 152 progenitores (en la mayoría de los casos se anota los padres aunque sea un matrimonio de segundas nupcias, siendo hasta 21 casos donde alguno de los contrayentes eran viudos), registrando, así, que 27 contrayentes son naturales de otras poblaciones (35,5%, con 14 hombres procedentes de fuera de la villa y 13 mujeres foráneas). Lógicamente, la mayoría eran vecinos de la localidad, pero antes del casamiento estaban afincados o vivían con sus padres; siendo sus lugares de procedencia localidades pertenecientes al Partido Judicial de Valencia de Alcántara como Membrío, Salorino, Carbajo, Santiago, San Vicente; otras villas como Brozas y el Casar, otras del vecino reino de Portugal (con 8 casos) o lugares más lejanos como Aragón o Granada (con tan solo un caso, ambas).

En cuanto a la estacionalidad de los enlaces matrimoniales, observamos que los meses preferidos por los habitantes de la villa son febrero (con 8 casos), septiembre y octubre (con 5 cada uno), mientras los que menos son los meses de abril, julio y noviembre (con tan solo un caso cada uno).

En las siguientes tablas aportamos los datos, tanto totales, como por parroquias.

 

Cuadro 4. Matrimonios celebrados en 1829 en la Iglesia de Rocamador

MESES Nº CASAMIENTOS (ROCAMADOR)
Enero 3
Febrero 6
Marzo 2
Abril 1
Mayo 2
Junio 2
Julio 0
Agosto 1
Septiembre 2
Octubre 2
Noviembre 0
Diciembre 1
Total 22

 

Cuadro 5. Matrimonios celebrados en 1829 en la Iglesia de la Encarnación

MESES Nº CASAMIENTOS (ENCARNACIÓN)
Enero 1
Febrero 2
Marzo 2
Abril 0
Mayo 0
Junio 0
Julio 1
Agosto 1
Septiembre 3
Octubre 3
Noviembre 1
Diciembre 2
Total 16

 

Cuadro 6. Matrimonios totales en 1829 en Valencia de Alcántara

MESES Nº CASAMIENTOS TOTALES
Enero 4
Febrero 8
Marzo 4
Abril 1
Mayo 2
Junio 2
Julio 1
Agosto 2
Septiembre 5
Octubre 5
Noviembre 1
Diciembre 3
Total 38

 

Por lo que respecta a los libros de difuntos, estos nos proporcionan gran información sobre la realidad social de la población. Destaca, en primer lugar, la elevada mortalidad de párvulos (menores de siete años y que en los libros parroquiales se registra así), la mitad o más de la mitad de los difuntos anotados, en ambas iglesias, son niños y niñas con muy poca edad. La estacionalidad de las defunciones viene marcada por la siguiente realidad: mientras que la mortalidad de adultos crece en agosto y en los meses de invierno, la de párvulos predomina a finales de verano (agosto y septiembre) y en invierno.

Esta elevada mortalidad infantil puede atribuirse a factores relacionados con el trabajo de la mujer campesina, su alimentación y la debilidad congénita con la que nacían muchos niños y niñas. A esto hay que añadir el peligro que se corría en meses de verano hasta bien entrado el invierno a causa de la deficiente calidad de las aguas y los alimentos, sobre todo en meses secos y calurosos. En cuanto a los meses con bajas temperaturas, el aseo, la higiene doméstica y el cuidado de la madre del recién nacido era menor si ella estaba dedicada a trabajar en las tareas agrícolas.

Otra variable es la esperanza de vida, donde los párrocos anotan en los libros parroquiales la edad de los difuntos. En el caso de 1829 en las dos iglesias de Valencia de Alcántara, incluyen la edad de 179 de los 190 fallecidos adultos. La persona con más edad que falleció en 1829 es una mujer de 84 años[15].

            Tras analizar la variable de la mortalidad, presentamos tres tablas con la información consultada en archivo, tanto de las dos parroquias como los números totales.

 

Cuadro 7. Mortalidad en 1829 en la Iglesia de Rocamador

MESES Nº difuntos Adultos Párvulos % párvulos Pobres
Enero 22 8 14 63,64 4
Febrero 6 3 3 50 2
Marzo 9 5 4 44,44 3
Abril 6 3 3 50 2
Mayo 4 4 0 0 3
Junio 4 3 1 25 1
Julio 5 3 2 40 0
Agosto 17 8 9 52,94 4
Septiembre 12 3 9 75 0
Octubre 8 3 5 62,5 1
Noviembre 13 9 4 30,77 4
Diciembre 13 7 6 46,15 5
Total 119 59 60 50,42 29

 

Cuadro 8. Mortalidad en 1829 en la Iglesia de la Encarnación

MESES Nº difuntos Adultos Párvulos % párvulos Pobres
Enero 4 3 1 25 3
Febrero 6 3 3 50 3
Marzo 5 3 2 40 3
Abril 7 4 3 42,86 3
Mayo 1 1 0 0 1
Junio 2 1 1 50 1
Julio 4 3 1 25 1
Agosto 7 4 3 42,86 4
Septiembre 9 4 5 55,56 4
Octubre 5 2 3 60 0
Noviembre 10 2 8 80 1
Diciembre 11 3 8 72,73 3
Totales 71 33 38 53,52 27

 

Cuadro 9. Mortalidad total en 1829 en Valencia de Alcántara

MESES Nº difuntos Adultos Párvulos % párvulos Pobres
Enero 26 11 15 57,69 7
Febrero 12 6 6 50 5
Marzo 14 8 6 42,86 6
Abril 13 7 6 46,15 5
Mayo 5 5 0 0 4
Junio 6 4 2 33,33 2
Julio 9 6 3 33,33 1
Agosto 24 12 12 50 8
Septiembre 21 7 14 66,67 4
Octubre 13 5 8 61,54 1
Noviembre 23 11 12 52,17 5
Diciembre 24 10 14 58,33 8
Totales 190 92 98 51,58 56

 

Otro elemento que vamos a destacar es el del número de pobres recogidos entre los difuntos, siendo un total de 56, 28 hombres y 28 mujeres. El párroco anotaba en sus libros expresiones como “no testó”, “no testó por ser pobre”, “pobre”, “no testa por no tener de qué”, “pobre de solemnidad” y/o “no quedó misas por ser pobre”. También una muerte repentina, una imposibilidad física y la falta de recursos explican el no poder otorgar dichas personas sus últimas voluntades. Estos pobres eran acogidos, en su mayoría, por el hospital de la villa[16], recibiendo un entierro de caridad por parte de la Hermandad Eclesiástica.

            Vamos a finalizar el análisis de las variables con el crecimiento vegetativo, entre el número de nacimientos y el de defunciones. Las cifras que nos ofrece la documentación para los años consultados, previos y posteriores a 1829, son de un crecimiento vegetativo negativo.

            En la siguiente tabla aportamos los datos, tanto de bautismos como de defunciones y observamos que tan solo en el año 1829 superan los nacimientos a las defunciones de manera holgada, y también el año siguiente pero por un caso, aunque hay que recordar que los registros de los primeros años analizados se han perdido, por lo que seguramente las cifras serían más altas.

Por tanto, la siguiente tabla se han realizado los cálculos con los datos que hemos vaciado de los libros parroquiales, siendo los números totales, no globales.

 

Cuadro 10. Diferencia entre bautismos y defunciones en Valencia de Alcántara

AÑO BAUTISMOS DEFUNCIONES CRECIMIENTO VEGETATIVO
1825 155 253
1826 127 200
1827 128 207
1828 124 161
1829 233 190 43
1830 193 191 2
1831 224 251 -27
1832 162 235 -73
1833 178 263 -85
TOTALES 1524 1951 -427

 

  1. EL GOBIERNO DE LA VILLA

 

Ya hemos mencionado que Valencia de Alcántara, desde el momento de su conquista cristiana en 1221, se convirtió en villa, cabecera de comarca, con su propia jurisdicción, con su propio concejo y un amplio alfoz donde van a situarse distintas aldeas que dependían de ella; además de ser cabeza de Encomienda y con su propio priorato. Además, la iglesia situada anexa al castillo-fortaleza de la localidad, la Iglesia de Nuestra Señora de Rocamador, poseía el título de Arciprestazgo de la orden militar de Alcántara.

A lo largo de la Edad Media, y más concretamente a finales del siglo XV, la estructura concejil va a ser la siguiente: un Alcalde mayor, dos alcaldes, cuatro regidores, un procurador, un mayordomo y doce diputados. Además, existía las figuras del escribano, del jurado de aldeas, alguaciles, pregoneros, alcaide del castillo y/o procurador de pleitos[17].

Seguramente esa estructura pervivió hasta bien entrado el siglo XVI para aparecer, en ese momento, la figura del Gobernador de la villa.

En 1829, al frente de la villa estaba el gobernador, D. Juan de Amarilla, que era caballero de la Orden alcantarina y coronel de caballería, avecindado en la Calle de la Plaza[18]. El Concejo, como tal, estaba formado por cuatro regidores, D. Manuel Ribera, Ramón Braceros, Pedro Tobías y D. Antonio Higuero; dos diputados, Alonso Morán y D. Ramón Carballo Barbado; dos síndicos, Pedro Muñoz Melgar y José Escobar, y el secretario, D. José Santos Ramajos (que vivía en la Calle Corredera, actual Fernando Fragoso)[19]. También, pero anteriormente, hubo un alférez mayor y ocho regidurías perpetuas[20] que habían caído en desuso por desarraigo de las familias propietarias.

La lista del clero, según el conde de Canilleros, la formaban D. Cayetano Perales, D. Juan Ribera Barriga, D. Francisco Valverde, D. Martín Lozano, D. Francisco Facenda, D. Ramón Gómez, D. José Cabrera, D. Pedro Félix, D. Marcos Alegre, D. Silvestre Sandoval, D. Juan Carballo, D. Fernando Morujo, D. Juan Melara Bravo, párroco de la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, y D. Francisco Sánchez, párroco de la iglesia de Nuestra Señora de Rocamador[21]. Sin embargo, en el padrón indica la existencia de hasta 18 eclesiásticos, aunque nosotros hemos podido localizar 15 vecinos pertenecientes al clero de la villa. Son los siguientes:

 

  • Marco Alegre, que vivía en la Calle Santiago.
  • José Cabrera, que vivía en la Calle Acevedo.
  • Juan Carballo, que vivía en la Calle Gasca.
  • El Arcipreste, que desconocemos su nombre aunque debe ser D. Francisco Sánchez, vivía en la Calle San Juan.
  • Francisco Facenda, que vivía en la Calle Monjas.
  • Pedro Félix, que vivía en la Calle Escobar.
  • Ramón Gómez, que vivía en la Calle Acevedo.
  • Antonio María Gómez, que vivía en la Calle Escobar.
  • Matías Lozano, que vivía en la Calle Monjas.
  • Juan Melara, que vivía en la Calle Valverde.
  • Fernando Morujo, que vivía en la Calle Gasca.
  • Cayetano Perales, que vivía en la Calle Corredera.
  • Juan Rivera Barriga, que vivía en la Calle Corredera.
  • Silvestre Sandoval, que vivía en la Calle Santiago.
  • Francisco Valverde, que vivía en la Calle Aparicio Díaz.

 

III. GRUPOS SOCIALES

 

            Al final del padrón de 1829 se incluye un resumen en el que aparecen las profesiones y rangos sociales de los vecinos o cabezas de familia, que plasmamos en la siguiente tabla.

 

Cuadro 11. Clasificación socio-profesional de los cabezas de familia

NÚMERO %
SIN OCUPACIÓN SEÑALADA
Nobles 7 0,4
Eclesiásticos 18 1,2
Viudas 145 9,6
Pobres 51 3,4
TOTAL 221 14,6
OCUPADOS
SECTOR PRIMARIO. TOTAL 878 75,4
Jornaleros 427
Labradores[22] 415
Ganaderos 36
SECTOR SECUNDARIO. TOTAL 82 7
Molineros 16
Carpinteros 6
Sastres 9
Maestros oficiales de zapatería 18
Herreros 9
Horneros 5
Albañiles 8
Sombrereros 4
Tejedores 4
Silleros 3
SECTOR TERCIARIO. TOTAL 35 3
Estado mayor de la villa 3
Militares 10
Tenderos 9
Farmacéutico 1
Barberos 6
Médicos 2
Cirujanos 2
Albeitares 2
TOTAL OCUPADOS 1165 85,4
TOTALES 1216 100

 

Hemos de destacar que en el padrón aparecen otro militares: dentro de la Compañía de Inválidos enumeran a un capitán, un teniente y 47 sargentos, cabos y soldados; indican la existencia de una milicia urbana extinguida (con dos capitanes, un teniente y cinco subtenientes) y un batallón de Voluntarios Realistas formado por 27 jefes y oficiales, 24 sargentos y 48 cabos que gozaban de fuero.

En el recuento nos llama la atención la ausencia la población conventual, es decir, los frailes del convento de San Francisco, ubicado al sur de la villa extramuros, y las monjas clarisas del convento de Santa Clara bajo la advocación de Santa Ana, ubicado en el sector suroeste de la villa también extramuros, en lo que se conocía como el Sitio del Coso[23]. Hay que decir que en datos que hemos podido consultar de la segunda mitad de la centuria anterior, el número de monjas y monjes no superan los 40[24], tendencia que suponemos que seguiría unas décadas después.

En cuanto a la población activa y ocupada, es el sector primario el más dominante sobre los demás, destacando el número de jornaleros, con tan solo doce de diferencia con los labradores (o propietarios), si bien el porcentaje de jornaleros es algo más alto que el señalado para Extremadura en esta misma fecha[25]. Por otra parte, no podemos olvidar que no se indica el número de hijos de esos padres de familia, los cuales suponemos que debían de trabajar como jornaleros al igual que sus progenitores. Ese número de labradores va a aumentar considerablemente, ya que se pasa de tener 196, en 1787[26], a 415.

Por lo que respecta al sector secundario o artesanal, agrupa solo al 7% de la población ocupada, porcentajes muy bajos que están en consonancia con el contexto de una región desindustrializada. Dominan oficios que son imprescindibles, como zapateros, albañiles, sastres, carpinteros y herreros, u otros relacionados con el mundo agrario, tales como molineros.

Vamos a destacar, ya que nos llama la atención, la ausencia de oficios que sí existían en Valencia de Alcántara tan solo siete décadas antes. Estos oficios son plateros o herradores, por citar algunos ejemplos. Creemos que en el padrón no los indican, ya que en algunos casos de esos oficios había hasta siete vecinos que se dedicaban a ellos, por lo que en tan poco tiempo suponemos que esos oficios no desaparecerían.

Sobre el sector servicios, el padrón de 1829 indica tan solo un 3% del total de los activos. Por encima de todos, están los vecinos dedicados al comercio, con 9 tenderos. No nos indican la existencia de mesones y diferentes tipos de comerciantes y tratantes, que sabemos que habría[27], debido a su situación fronteriza, ya que jugaría un papel comercial relevante. El total de sanitarios (13, entre médicos, cirujanos, farmacéuticos, y barberos, es decir, sangradores) es mayor que medio siglo antes (con 10 vecinos dedicados al mundo sanitario).

La ausencia de información acerca de los profesionales relacionados con la administración, también es de señalar. Una localidad, cabecera de comarca, presentaba un aparato administrativo y burocrático de importancia. Ejemplo claro es la existencia, a mediados del siglo XVIII y muy cercano al padrón que estamos analizando, de abogados, escribanos, oficiales de pluma, notarios, procuradores y administradores y arrendadores de todo tipo[28]. Otro de los oficios que no aparecen, y que lógicamente debería, es el correspondiente a la figura del maestro. Unas décadas antes, la villa contaba con dos maestros de primeras letras, por lo que la situación no podría haber cambiado en esta centuria[29].

En la villa estaban establecidos en 1829 dos escribanos, que eran José María Francisco de Hevia[30] y Miguel Genaro de Rubio[31]. Hemos consultado las escrituras de los numerosos protocolos notariales que se conservan de Valencia de Alcántara, agrupando los documentos en varias categorías. En el año que nos ocupa, destacan los apoderamientos y las escrituras de fianza, seguido de las actuaciones relacionadas con el mercado inmobiliario y las ventas. Nos puede sorprender el número escaso de actividad testamentaria en una población con una elevada mortalidad (190 casos en tan solo un año, aunque hay que destacar que el 51,6% del total son párvulos), lo que se puede justificar porque la mayoría de los fallecidos no tendrían muchos recursos a la hora de testamentar.

En cuanto a los dos notarios existentes en la localidad, será Miguel Genero Rubio el que tenga más actividad protocolaria. Este escribano va a confeccionar 31 documentos en el año, mientras que el otro notario, José María Francisco de Hevia, protocolarizó 23 escrituras. El tipo de documentos efectuados son los siguientes: 7 testamentos, 15 fianzas, 18 poderes, 1 censo, 10 escrituras de venta y otras 3 escrituras de otro tipo; sumando un total de 54 escrituras protocolarizadas.

            Finalmente, el padrón trata a vecinos con el “don”, con un total de 96 vecinos, de los que 90 son hombres y 6 mujeres. Todos los eclesiásticos, además de los nobles, los militares, el escribano del ayuntamiento y los profesionales sanitarios, lo llevan. Esta distinción, antes, era exclusivo para los estamentos privilegiados, se ha extendido, a profesionales liberales.

 

  1. CONFIGURACIÓN URBANA

 

La villa de Valencia de Alcántara se organizaba en 27 calles, según el padrón, lo que no quiere decir que no hubiese más arterias, ya que aparecen agrupadas aquellas vías que están dentro del antiguo recinto amurallado medieval[32]. Además, una de las particularidades que presenta la localidad cacereña es la existencia de una serie de pedanías, pertenecientes al Concejo valenciano. Es lo que se conoce como la Campiña de Valencia de Alcántara, con las siguientes pedanías: Las Huertas de Cansa, San Pedro de los Majarretes, Las Casiñas, Jola, Aceña de la Borrega, Alcorneo, La Fontañera, Las Lanchuelas y El Pino. En el padrón de 1829 aparece El Pino, Jola, La Aceña (que denomina “Borrega” tan solo), Las Huertas (que indica como “Cansa”), Las Lanchuelas y Fuente Oscura. Esta última, a mediados del siglo XX, todavía contaba con un número importante de pobladores, hoy día prácticamente abandonada.

En la siguiente tabla indicamos el nombre de las calles que aparecen en el padrón, con el número total de vecinos y su nombre actual, si es que ha cambiado.

 

Cuadro 12. Callejero citado en el padrón

CALLES Nº DE VECINOS NOMBRE ACTUAL
Plaza 21 Plaza de la Constitución
Corredera 37 Fernando Fragoso
Marco 38 Fernando Fragoso
Brecha 17 Luis Rivera
Bolvedana 26 Bolvedana
Cortizada 74 Cortizada
Pozo Concejo 34 Luis Rivera
Juan Durán 33 Juan Durán
Nueva 18 Marqués de la Conquista
Patio 14 Patio
Aparicio Díaz 22 Aparicio Díaz
Valverde 53 Valverde
Entrecasas 45 Entrecasas
Monjas 65 San Bartolomé
Acevedo 41 Duquesa de la Victoria
Escobar 51 Alfacar
Dueñas 56 Dueñas
Adro 25 Rocamador
Santa María 24 Santa María
San Juan 37 San Juan
Toro 42 Toro
Santiago 46 Santiago
Pulga 15 San Pedro
Bordalo 33 Bordalo
Caballeros 29 Caballero
Pocito 14 Pocito
Gasca 27 Gasca

 

Ahora hacemos recuento de vecinos de la campiña valenciana: El Pino: 63 vecinos, Jola: 28 vecinos, (Aceña de la) Borrega: 48 vecinos, (Las Huertas de) Cansa: 62 vecinos, (Las) Lanchuelas: 35 vecinos, Fuente oscura: 43 vecinos.

El padrón no nos proporciona información de cuáles son los oficios a los que se dedican los vecinos, como sí pasa en el alistamiento de 1795, pero podemos extrapolar algunos datos de un documento a otro, por haber pasado tan solo tres décadas, aunque no podemos afirmar esta realidad. En 1795 observamos una mayor ocupación del sector primario y el secundario en calles periféricas, mientras que la ocupación laboral propia del sector terciario se encuentra en zonas más céntricas de la localidad. De este modo, encontramos vecinos que se ocupan de las labores del campo, en todas las calles, aunque predomina su número en calles como Bordalo, Bolvedana, Cortizada, Pozo Concejo, Juan Durán, Aparicio Díaz o Entrecasas; es decir, vías situadas en el lado oeste de la villa intramuros. Vecinos dedicados al sector secundario se disponen en barrios periféricos, también, aunque barberos y tenderos prestan sus servicios en calles céntricas. Por su parte, las personas que se dedican a puestos relacionado con la administración del Concejo y la nobleza, vivían en calles más céntricas, como la Calle de la Plaza, Corredera, Santa María o San Juan.

En la siguiente tabla vemos la evolución del número de vecinos entre 1795 y 1829, donde han experimentado un crecimiento en el número de vecinos de todo el vecindario salvo en cinco calles (Brecha, Entrecasas, Bordalo, Pocito y Gasca). Calles que no aparecen en la documentación analizada y sabemos de su existencia por esas fechas, son las calles Medina, Travesía de San Juan, Travesía de Gasca y Liorna. La primera de ellas es una travesía de la Calle Dueñas aunque hay momentos en que se confunden entre ambas[33], la segunda discurre por las traseras del ayuntamiento nuevo (para diferenciar del ayuntamiento viejo que será la Casa de la Gobernación, tiempo después) y que en el pasado se le llamó Juan Correa (en la Edad Media) o Alfolí (por estar en ella el almacén de la sal desde principios del siglo XVI). La Travesía de Gasca discurre por un lateral de la calle Gasca y se la denominó, desde el siglo XVII, calle Otero; mientras que la calle Liorna se encuentra en un lateral de la calle Monjas, por donde discurría el lienzo suroeste de la muralla, cercano al convento de monjas clarisas. Esta calle fue demolida durante la Guerra de Restauración portuguesa, reconstruyéndose tras el conflicto y cambiando su denominación de calle de los Mesones al de Liorna a mediados del siglo XVIII[34].

 

Cuadro 13. Número de vecinos, por calles, entre 1795 y 1829

CALLES 1795 1829
Plaza 13 21
Corredera 30 37
Marco 27 38
Brecha 21 17
Bolvedana 22 26
Cortizada 54 74
Pozo Concejo 24 34
Juan Durán 30 33
Nueva 11 18
Patio 9 14
Aparicio Díaz 16 22
Valverde 52 53
Entrecasas 52 45
Monjas 55 65
Acevedo 40 41
Escobar 39 51
Dueñas 45 56
Adro 23 25
Santa María 12 24
San Juan 31 37
Toro 36 42
Santiago 44 46
Pulga 11 15
Bordalo 43 33
Caballeros 20 29
Pocito 15 14
Gasca 30 27
Huertas 100

 

Tras analizar la configuración urbana y el callejero de la villa, haremos un repaso de los nombres y apellidos de los cabeza de familia.

 

Cuadro 14. Nombres de hombre en 1829 en Valencia de Alcántara

Agustín: 3 Alberto: 1 Alejandro: 5 Alonso: 23 Álvaro: 2 Álvaro Evaristo: 1
Ambrosio: 1 Andrés: 10 Aniceto: 1 Antolín: 2 Antonio: 86 Antonio Bartolomé: 1
Antonio María: 3 Aquilino: 1 Baltasar: 2 Bartolomé: 3 Benito: 2 Bernardo: 1
Borja: 1 Bruno: 1 Candelo: 1 Cándido: 2 Carlos: 1 Casimiro: 2
Cayetano: 1 Celedonio: 1 Cipriano: 1 Ciriaco: 1 Claro: 1 Clemente: 1
Cristóbal: 1 Custodio: 1 Diego: 23 Diego Ángel: 2 Dionisio: 4 Domingo: 24
Doroteo: 1 Enrique: 1 Esteban: 5 Eugenio: 2 Eusebio: 3 Facundo: 2
Feliciano: 3 Felipe: 4 Félix: 3 Fermín: 3 Fernando: 19 Fernando Antonio: 1
Francisco: 100 Francisco Elías: 1 Francisco María: 1 Francisco Pilar: 1 Frutos: 1 Gabriel: 1
Genaro: 4 Gregorio: 7 Hermenegildo: 1 Hilario: 1 Hipólito: 1 Ignacio: 6
Inocente: 2 Isidoro: 3 Isidro: 1 Jacinto: 7 Jerónimo: 2 Joaquín: 23
Jorge: 1 José: 94 José Alejandro: 1 José Bernardo: 1 José Joaquín: 2 José Pedro: 2
Juan: 117 Juan Antonio: 6 Juan Ángel: 2 Juan Clemente: 1 Juande: 1 Juan Luis: 1
Juan Manuel: 1 Juan Pedro: 9 Julián: 4 Justo: 3 León: 3 Leonardo: 1
Lorenzo: 3 Lucas: 1 Luciano: 1 Lucio: 2 Luis: 13 Manuel: 102
Manuel Antonio: 1 Marcelino: 4 Marcelo: 4 Marco: 1 Marcos: 2 Martín: 2
Mateo: 9 Matías: 4 Miguel: 12 Nicodemo: 1 Nicolás: 2 Pablo: 4
Patricio: 1 Pedro: 82 Pedro Ciriaco: 1 Pedro Santos: 1 Pío: 2 Policarpo: 1
Polonio: 1 Rafael: 1 Ramón: 9 Regino: 1 Román: 9 Romualdo: 1
Roque: 1 Rufino: 1 Salvador: 1 Santiago: 6 Santos: 6 Sebastián: 5
Severiano: 1 Silverio: 1 Silvestre: 4 Simón: 6 Sinforoso: 1 Teodoro: 3
Tiburcio: 1 Tomás: 13 Toribio: 1 Valentín: 4 Venancio: 1 Vicente: 13
Vitorino: 3 Zacarías: 1

 

Cuadro 15. Nombres de mujer en 1829 en Valencia de Alcántara

Agustina: 3 Ana: 2 Ana María: 2 Andrea: 2 Antonia: 4 Aquilina: 1 Bárbara: 1
Benita: 1 Bernarda: 1 Brígida: 2 Carmen: 1 Casimira: 1 Catalina: 6 Dorotea: 2
Eugenia: 1 Eustaquia: 1 Fernanda: 1 Francisca: 5 Gabriela: 1 Guadalupe: 1 Ignacia: 1
Inés: 6 Isabel: 11 Isidora: 1 Jacinta: 1 Josefa: 5 Juana: 7 Juliana: 2
Lucía: 1 Luisa: 1 Magdalena: 1 Marcelina: 1 María: 43 María Antonia: 2 María del Carmen: 1
María Cruz: 1 María Genara: 1 María Teresa: 1 Margarita: 1 Martina: 2 Mónica: 2 Narcisa: 1
Petra: 5 Petra María: 1 Petronila: 1 Pilar: 3 Polonia: 1 Quiteria: 1 Ramona: 1
Rosa: 2 Santas: 3 Teresa: 11 Valentina: 1 Vicenta: 2 Victoria: 1

 

Cuadro 16. Apellidos de los vecinos en 1829 en Valencia de Alcántara

Amarilla: 1 Abreu: 1 Acenso: 2 Acosta: 1 Ahumada: 1 Alegre: 7 Alejos: 1
Alfonso: 3 Almeda: 4 Alves: 2 Ambrosio: 1 Andrés: 1 Anselmo: 1 Antúnez: 3
Araujo: 3 Arcón: 1 Argelino: 1 Ariza: 1 Arnau: 2 Ávila: 1 Avilés: 3
Azareño: 4 Bagullo: 8 Balbarrón: 2 Balderas: 1 Banca: 1 Barba: 1 Barbado: 2
Bárbara: 1 Barquero: 3 Barradas: 1 Barrantes: 1 Barriento: 2 Barrientos: 4 Barriga: 6
Barrio: 1 Barroso: 3 Bas: 7 Batalla: 7 Bautista: 1 Beatriz: 1 Bejarano: 5
Bello: 2 Benavides: 1 Bergas: 2 Bermejo: 3 Bernal: 1 Berrocal: 15 Blanco: 1
Bodega: 1 Bodes: 5 Borques: 1 Borrega: 2 Braceros: 2 Bravo: 14 Britos: 3
Bueno: 1 Bullizo: 1 Burelo: 1 Cabezas: 1 Cabrera: 8 Cachazo: 1 Caldera: 1
Calla: 1 Calonge: 2 Cámara: 1 Camello: 1 Camiñas: 1 Campomayor: 1 Campos: 1
Canchozo: 1 Candelos: 3 Canillas: 1 Cansado: 1 Cantero: 17 Cantos: 1 Cañas: 1
Capellán: 1 Capistrano: 1 Carbaja: 1 Carballo: 15 Carbón: 1 Cardoso: 1 Carmona: 5
Carpallo: 2 Carpio: 1 Carrapiso: 3 Carrasco: 4 Carreta: 1 Carrillo: 16 Carrión: 2
Carrizo: 1 Casco: 2 Casquero: 1 Castaño: 3 Castellano: 1 Castrillo: 1 Cebada: 4
Cebollo: 1 Cedilla: 1 Cedillo: 2 Ceferino: 1 Ceres: 1 Cervera: 2 Chamizo: 2
Chaparro: 4 Chavero: 5 Chaves: 1 Chimenea: 4 Cid: 1 Claros: 3 Clemente: 1
Climaco: 5 Coca: 1 Cogote: 1 Coitiño: 1 Conde: 6 Constanzo: 5 Corado: 1
Corchado: 5 Cordero: 6 Coria: 2 Coriano: 1 Correa: 9 Costa: 9 Costano: 2
Cotrina: 1 Cruz: 5 Cumbreño: 3 Cuñales: 6 Custodio: 1 Daza: 8 Delgado: 3
Díaz: 2 Diego: 1 Díez: 1 Digón: 1 Dorado: 5 Duarte: 1 Durán: 10
Duro: 1 Encarnación: 1 Encinal: 1 Enrique: 3 Escobar: 4 Escudero: 13 Espaldona: 1
Esperanza: 2 Esquinas: 1 Estelles: 1 Estrada: 2 Eugenio: 1 Ezequiel: 1 Facenda: 5
Fariñas: 4 Felices: 5 Félix: 1 Fernández: 18 Ferrera: 1 Fidalgo: 1 Flores: 1
Fonte: 1 Fragoso: 9 Gabino: 2 Galano: 2 Galavis: 3 Gallarosa: 1 Galván: 1
Gama: 3 Ganchozo: 2 Garatusa: 1 García: 4 Garrido: 4 Gaspar: 2 Getrero: 1
Gil: 2 Gilo: 15 Giraldo: 2 Gómez: 8 González: 21 Gordillo: 2 Gordo: 2
Grajales: 1 Granado: 3 Grande: 2 Guapo: 3 Guerra: 1 Guerrero: 3 Guevara: 1
Gugo: 1 Guillén: 3 Guilleno: 1 Guzmán: 1 Hernández: 2 Higuero: 12 Hoces: 2
Honrado: 1 Hortelano: 1 Huete: 2 Isla: 2 Jacinto: 1 Jerónimo: 1 Jiménez: 4
Joaquín: 5 Jose: 2 Juana: 1 Jugo: 1 Julián: 1 Labrador: 1 Lacón: 1
Lela: 1 Liberata: 1 Lindo: 1 Llagas: 2 Loiro: 1 López: 7 Lorenzo: 2
Lorino: 1 Losada: 1 Loustau: 1 Lozano: 5 Lozoya: 1 Luna: 1 Machado: 1
Magallanes: 2 Magalles: 1 Magariño: 2 Magro: 3 Malato: 8 Mangan: 1 Marega: 1
Margullón: 1 Marqués: 7 Martín: 4 Martínez: 8 Mateos: 3 Matías: 1 Matos: 1
Maya: 4 Mayoral: 3 Medina: 2 Melara: 4 Melgar: 2 Melón: 1 Menarro: 4
Méndez: 3 Mendo: 1 Mendoza: 3 Miguelo: 1 Mimoso: 7 Mogena: 7 Mogollón: 1
Molano: 1 Morán: 7 Morato: 9 Moreno: 11 Morgado: 7 Morro: 3 Morujo: 4
Mota: 1 Mousiño: 1 Muñoz: 9 Murillo: 2 Nacio: 5 Nafria: 1 Narciso: 1
Nevado: 9 Nieto: 3 Nieves: 4 Niso: 1 Noguero: 1 Núñez: 5 Olivenza: 3
Olivera: 1 Orduña: 1 Oreja: 1 Ortega: 2 Ortés: 4 Pacheco: 2 Padero: 1
Pajares: 1 Pajero: 1 Panadero: 3 Paniagua: 12 Paredes: 1 Pasan: 3 Patricio: 1
Payo: 2 Peguero: 1 Peinado: 2 Penis: 1 Peñaranda: 9 Pequeño: 1 Perales: 1
Perdido: 4 Perera: 10 Picado: 4 Pimal: 1 Pineda: 1 Pinteado: 1 Piris: 18
Pirón: 1 Pirongo: 1 Pizarro: 1 Plaza: 1 Pola: 1 Porrón: 1 Preciado: 1
Pulga: 1 Pulido: 4 Rabazo: 1 Ramajo: 4 Ramas: 1 Ramilo: 1 Ramos: 4
Ranchel: 1 Raposo: 2 Redondo: 3 Reguero: 1 Reja: 2 Remedios: 4 Remigio: 3
Revidiego: 1 Rey: 1 Reyes: 5 Rivas: 1 Rivera: 13 Rivero: 3 Robledo: 2
Rocha: 1 Rocho: 1 Rodríguez: 19 Rojo: 1 Roldán: 1 Rolo: 1 Romano: 1
Romero: 6 Romo: 1 Roque: 2 Rosa: 6 Rosado: 4 Rubiales: 2 Rubio: 6
Ruiz: 1 Sabino: 1 Sabio: 1 Salgado: 3 Salguero: 4 Salpico: 2 Salvado: 2
Samino: 3 Sánchez: 4 Sandoval: 3 Santano: 2 Santiago: 1 Santos: 3 Sarabia: 1
Seco: 6 Sedas: 5 Segovia: 1 Segura: 2 Semedo: 2 Sena: 1 Serafín: 1
Sereno: 4 Serrano: 5 Sevilla: 3 Sierra: 1 Siervo: 1 Silleros: 1 Silva: 6
Silverio: 1 Simón: 3 Solano: 1 Soledad: 1 Solís: 1 Soto: 1 Sualler: 1
Suárez: 2 Tabares: 3 Tagales: 1 Talego: 1 Taramas: 1 Tarriño: 1 Tejedor: 1
Tejela: 1 Temudo: 1 Teomiro: 1 Tercero: 1 Terrollo: 1 Timoteo: 1 Tobías: 3
Tonón: 1 Tonono: 1 Toresano: 1 Tornero: 1 Torrado: 1 Torre: 1 Torres: 3
Urrea: 1 Valencia: 1 Valle: 3 Valverde: 6 Vaquero: 3 Varelo: 1 Vasco: 2
Vázquez: 1 Vega: 3 Velo: 7 Ventosa: 1 Ventura: 1 Ventus: 1 Verdejo: 6
Veredas: 1 Vicho: 2 Viciosa: 1 Vidal: 6 Viegas: 3 Vilela: 1 Viles: 2
Villegas: 1 Vinagre: 1 Viola: 1 Virón: 5 Vital: 4 Vivas: 7 Vizcaya: 1
Ylisis: 1 Zamora: 6

 

BIBLIOGRAFÍA

 

ANDRÉS ORDAX, Salvador, “El castillo de la encomienda de Piedrabuena (Badajoz) de la Orden de Alcántara”, I Simposio sobre Castillos de la Raya entre Portugal y             España, 1984, pp. 7-28.

 

AZUAR MARTÍNEZ, Antonio, “Resumen Histórico de Valencia”, El Curioso    Averiguador, febrero 1908, nº 4.

 

 

BLANCO CARRASCO, José Pablo, Demografía, familia y sociedad en la          Extremadura moderna, 1500-1860, Universidad de Extremadura, 1999.

 

BOHÓRQUEZ JIMÉNEZ, Domingo, Ordenanzas del Concejo de Valencia de    Alcántara, Institución Cultural “El Brocense”, Cáceres, 1982.

 

CORCHERO CERRÓN, José Manuel, “El origen de los nombres de las calles y su        relación con el desarrollo urbano en una villa medieval: Valencia de Alcántara”, XXX       Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 1996, pp. 103-106.

 

DIÉGUEZ LUENGO, Elías, “Valencia de Alcántara en 1681”, Guía de Ferias y             Fiestas San Bartolomé, Ayuntamiento de Valencia de Alcántara, agosto 1965.

 

ESCOBAR PRIETO, Eugenio, “El castillo de Piedrabuena”, Revista de Extremadura,    Tomo X, Badajoz, 1908, pp. 490-500 y 547-554.

 

MUÑOZ DE SAN PEDRO, Miguel, “Extremadura en 1829 (datos de sus partidos y     localidades). Conclusión”, Revista de Estudios Extremeños, Tomo XX, Nº 1, 1964, pp.             5-52.

 

RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, Ángel, Cáceres: población y comportamientos         demográficos en el siglo XVI, Cáceres, 1977.

 

VÁZQUEZ CABRERA, Álvaro, “Valencia de Alcántara a mediados del siglo XVIII.   Una villa fronteriza según el Catastro de Ensenada (1753)”, Revista de Estudios           Extremeños, Tomo LXXVI, Nº III, 2020, pp. 977-1009.

 

VÁZQUEZ CABRERA, Álvaro, “Alfonso IX de León y Extremadura”, LII Coloquios             Históricos de Extremadura, Trujillo, 2023.

 

VÁZQUEZ CABRERA, Álvaro, “Valencia de Alcántara durante el siglo XVII. Desde la Guerra de Restauración portuguesa a final de siglo”, Boletín de la Real Academia     de Extremadura de las Letras y las Artes, Tomo XXXI, 2023, pp. 339-389.

 

VÁZQUEZ CABRERA, Álvaro, “Valencia de Alcántara durante la Guerra de    Sucesión Española”, III Jornadas de Historia Militar de Extremadura, Asociación   Histórico-Militar Alfonso IX, Badajoz, 2024.

 

ANEXO FOTOGRÁFICO

 

 Fig. 1. Calles resaltadas que aparecen en el padrón de 1829

 

 

 [1]En la documentación aparece como “Valencia y su tierra”. Álvaro VÁZQUEZ CABRERA, “Alfonso IX de León y Extremadura”, LII Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 2023.

[2]Territorios cercanos a la Encomienda de Herrera, Esparragal y su castillo, Mayorga y Piedrabuena. Estas dos últimas eran Encomiendas desde finales del siglo XIII y principios del siglo XIV, dentro de la jurisdicción de Valencia de Alcántara. BULARIO DE ALCÁNTARA, pp. 107-109. Antonio NAVAREÑO MATEOS, Arquitectura y arquitectos en el siglo XVI en Extremadura, Universidad de Extremadura, 1994, pp. 173-181. Eugenio ESCOBAR PRIETO, “El castillo de Piedrabuena”, Revista de Extremadura, Tomo X, Badajoz, 1908, pp. 490-500 y 547-554. Salvador ANDRÉS ORDAX, “El castillo de la encomienda de Piedrabuena (Badajoz) de la Orden de Alcántara”, I Simposio sobre Castillos de la Raya entre Portugal y España, 1984, pp. 7-28

[3]Archivo Histórico Provincial de Cáceres (en adelante, AHPCC), Real Audiencia, lg. 372, carp. 22.

[4]Según los datos recogidos por el profesor Blanco Carrasco. Vid. José Pablo BLANCO CARRASCO, Demografía, familia y sociedad en la Extremadura moderna, 1500-1860, Universidad de Extremadura, 1999, pp. 459-468.

[5]El conflicto armado, así como sus consecuencias lo hemos trabajado. Vid. Álvaro VÁZQUEZ CABRERA, “Valencia de Alcántara durante el siglo XVII. Desde la Guerra de Restauración portuguesa a final de siglo”, Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, Tomo XXXI, 2023, pp. 339-389.

[6]Archivo Histórico Nacional (en adelante, AHN), ESTADO, 2809, Exp. 1.

[7]Álvaro VÁZQUEZ CABRERA, “Valencia de Alcántara a mediados del siglo XVIII. Una villa fronteriza según el Catastro de Ensenada (1753)”, Revista de Estudios Extremeños, Tomo LXXVI, Nº III, 2020, pp. 977-1009.

[8]Los datos poblacionales han sido extraídos de varias fuentes: Censo de Pecheros (1528), Censo de los Millones (1591), Censo de la Sal (1631), Catastro de Ensenada (1753), Censo de Floridablanca (1787) e Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura (1791). Para los datos de 1640, tomanos los datos de un Pedimento en forma de Memorial elevado a la Corona en 1677 por la Villa de Valencia de Alcántara. Para los datos de 1681, utilizamos un Vecindario, con fines defensivos, custodiado en el archivo particular de la familia Peñaranda, ubicado en Valencia de Alcántara. Los datos del siglo XIX son propios de los diferentes censos de población elaborados. Antonio AZUAR MARTÍNEZ, “Resumen Histórico de Valencia”, El Curioso Averiguador, febrero 1908, nº 4, p. 74. Archivo de José de Viu (propiedad Familia Peñaranda), en adelante APP, Vezindario de la villa de Valencia, Legajo de Executorias, Provisiones, Facultades, fol. 152-193. Elías DIÉGUEZ LUENGO, “Valencia de Alcántara en 1681”, Guía de Ferias y Fiestas San Bartolomé, Ayuntamiento de Valencia de Alcántara, agosto 1965. Parte de los datos ya los trabajamos y recogimos. Álvaro Vázquez Cabrera, “Valencia de Alcántara a mediados…ob. cit. pp. 995-997. Censo de 1857, Madrid, 1858, p. 172. Censo de 1860, Madrid, 1863, p. 140. Censo de 1877, Madrid, Tomo I, 1883, p. 140. Censo de 1887, Madrid, Tomo I, 1891, p. 152. Censo de 1897, Madrid, 1899, p. 68. Censo de 1900, Madrid, Tomo I, 1902, p. 68.

[9]El Censo de 1857 aparece El Pino, una pedanía de Valencia, ya que en aquellos años tenía ayuntamiento propio, con 2215 habitantes. Cuatro años después ya estaba, de nuevo, agregado a la localidad. Por tanto, hemos indicado el total de habitantes de Valencia (4751) y los de El Pino (2215) unidos.

[10]Ángel RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, Cáceres: población y comportamientos demográficos en el siglo XVI, Cáceres, 1977, p. 225. José Pablo BLANCO CARRASCO, “Demografía…ob. cit. pp. 64-65.

[11]José Pablo BLANCO CARRASCO, “Demografía…ob. cit. p. 155.

[12]Archivo Diocesano Coria-Cáceres (en adelante ADC-CC), Libro VIII de Bautismos, Iglesia de Nuestra Señora de Rocamador, 1821-1834. ADC-CC, Libro V de Bautismos, Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, 1816-1829. este último libro no se conserva, en la actualidad.

[13]ADC-CC, Libro III de Casados, Iglesia de Nuestra Señora de Rocamador, 1815-1834. ADC-CC, Libro III de Casados, Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, 1819-1852.

[14]ADC-CC, Libro III de Difuntos, Iglesia de Nuestra Señora de Rocamador, 1803-1825. ADC-CC, Libro IV de Difuntos, Iglesia de Nuestra Señora de Rocamador, 1825-1834. ADC-CC, Libro III de Difuntos, Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, 1802-1839.

[15]ADC-CC, Libro IV de Difuntos, Iglesia de Nuestra Señora de Rocamador, 1829, fol. 48r.

[16]Se trata del Hospital de la Misericordia, ubicado en la antigua calle Corredera (actual Fernando Fragoso), atendido por la cofradía de Nuestra Señora de Valbón, para más tarde hacerlo la cofradía de la Misericordia. Su origen se remonta al siglo XVI siendo arruinado y quemado en la Guerra de Sucesión española, para ser reconstruido en 1719. Jesús MARTÍN DOMÍNGUEZ, Valencia de Alcántara desde Rocamador, Ayuntamiento de Valencia de Alcántara, Valencia de Alcántara, 1996, p. 103.

[17]Los cargos concejiles se detallan en el título 21 de las ordenanzas medievales, elaboradas por el propio Concejo y aprobadas por el maestre D. Juan de Zúñiga el día 5 de agosto de 1489. Ordenanzas municipales, título 21, fls. 86-92. Domingo BOHÓRQUEZ JIMÉNEZ, Ordenanzas del Concejo de Valencia de Alcántara, Institución Cultural “El Brocense”, Cáceres, 1982, pp. 236-248.

[18]Al ocupar el cargo de Gobernador de la villa, vivía en la Casa de la Gobernación. Edificio ubicado al oeste de la plaza mayor de la localidad cuyo primer uso fue el de ayuntamiento para, posteriormente, pasar a principios del siglo XVI a utilizarse como Casa del Gobernador por haberse construido un nuevo ayuntamiento.

[19]Archivo Municipal de Valencia de Alcántara (en adelante, AMVA), Actas de Sesiones, leg. 1, 1829, fls. 3-4.

[20]En 1795 la villa contaba con cinco Regidores Perpetuos. AMVA, Sección de Quintas y Reemplazos, 1795, “Alistamiento General de nº de vecinos del estado general, nobles y privilegiados, mozos sujetos al sorteo como los esento. 1795”, s/f.

[21]Miguel MUÑOZ DE SAN PEDRO, “Extremadura en 1829 (datos de sus partidos y localidades). Conclusión”, Revista de Estudios Extremeños, Tomo XX, Nº 1, 1964, p. 41.

[22]El padrón diferencia labradores de dos a tres yuntas y labradores de una a dos yuntas (85 en el primer caso y 330 en el segundo caso).

[23]En época medieval las plazas mayores de las localidades se cerraban y se utilizaban como plazas de toros. En el caso de Valencia de Alcántara, tanto la plaza mayor como la explanada enfrente del Convento de Santa Clara, fueron utilizadas como plazas de toros, desde la Edad Media hasta el siglo XIX, momento en el que se construyó la actual plaza de toros, en el año 1883.

[24]En 1753 había 31 monjes franciscanos y 19 monjas clarisas, en 1787 había 39 monjes y 18 monjas, y en 1791 había 26 monjes y 13 monjas. Álvaro VÁZQUEZ CABRERA, “Valencia de Alcántara a mediados…ob. cit. p. 1003.

[25]En Valencia de Alcántara, sobre el total de vecinos, tenemos un 35,1% de jornaleros y un 34,1% de labradores; mientras que para Extremadura sería 34,6% de jornaleros y 34,29% de labradores, aunque es posible que en ese recuento se haya incluido los ganaderos. José Pablo BLANCO CARRASCO, “Demografía…ob. cit. p. 325.

[26]Censo de 1787 Floridablanca, Madrid, 1787. Edición del Instituto Nacional de Estadística, Madrid, 1986.

[27]Está documentado la existencia de mesones desde finales del siglo XV, siendo muchos de ellos destruidos durante la Guerra de Sucesión Española, pero alguno de ellos fue reconstruido tras el conflicto bélico. Álvaro VÁZQUEZ CABRERA, “Valencia de Alcántara durante la Guerra de Sucesión Española”, III Jornadas de Historia Militar de Extremadura, Asociación Histórico-Militar Alfonso IX, Badajoz, 2024.

[28]En 1753, la villa de Valencia de Alcántara contaba con dos abogados, tres escribanos, cuatro oficiales de pluma, cuatro notarios, cuatro procuradores y ocho administradores y arrendadores. Álvaro VÁZQUEZ CABRERA, “Valencia de Alcántara a mediados… ob. cit. pp. 991-993.

[29]En 1753, Valencia de Alcántara contaba con dos maestros de primeras letras y en 1795 contaba con un maestro de primeras letras y dos maestros más, que desconocemos sus especialidades. Además, en en alistamiento se menciona la existencia de tres colegios de primeras letras, dos para chicas y uno para chicos.

[30]AHPCC, escribanía de José María Francisco de Hevia, lg. 1222, 1829.

[31]AHPCC, escribanía de Miguel Genaro de Rubio, lg. 3308, 1829.

[32]En el alistamiento de 1795 aparecen las mismas calles, a las que hay que sumar tan solo una: la calle Huertas, situada en el flanco oeste de la villa, extramuros, paralela a la calle Pozo Concejo (Luis Rivera, en la actualidad).

[33]Se denomina “Callita de Medina” en una escritura de censo de 1747. En 1795 hay una escritura que confunden ambas calles. José Manuel CORCHERO CERRÓN, “El origen de los nombres de las calles y su relación con el desarrollo urbano en una villa medieval: Valencia de Alcántara”, XXX Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 1996, p. 104. Archivo Histórico Provincial de Cáceres (en adelante AHPCC), Protocolos Notariales de Valencia de Alcántara, Caja 2577, 1795, fol. 78.

[34]AHPCC, Protocolos notariales de Valencia de Alcántara, Caja 1908, 1748, fol. 221.

Nov 142024
 

 

 

Soledad Ucedo Villa

 

Extremadura en los años 1873 y 1874, sufrió con dureza la inestabilidad política, social y económica que se estaba viviendo en España, que ocasionó se proclamara la I República. Dicha inestabilidad se iniciaba por el año 1860, cuando tenía que reinar Isabel II, pero como era una niña, regentó su madre María Cristina, que representaba un régimen constitucional y su gobierno fue atacado por los carlistas y progresistas, ocasionando conflictos bélicos que le obligó a entregar el gobierno a los moderados, pero no solucionó, ni mejoró la situación por lo que se obligó a declarar mayoría de edad, a los 13 años, a Isabel, que dio el poder a los moderados sin éxito, así es que los progresistas buscaron rey para España. Prim impuso a Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia que supuso un descontento para el pueblo, hasta tal punto que Prim fue asesinado antes que llegara Amadeo a España. Éste aquí reinó desde el 1871 a 1873. El nuevo rey puso de su parte cuanto pudo por restablecer el orden, pero atacado por los republicanos, carlistas y alfonsinos, abdicó después de dos años intensos de esfuerzo por el bien de España, según algún historiador, más por agotamiento que por la propia fuerza política de los republicanos. Se disuelven las Cortes y se proclama la I República que duró apenas dos años. [1] En concreto, las Cortes proclaman la I República el 11 de febrero de 1873, cuya forma de gobierno fue una República Federal y finaliza en diciembre de 1874, se cumple este 2024, 150 años, acontecimiento histórico que acogen los Coloquios Históricos de Extremadura para dedicar su LIII edición.

Fig. Nº 1

República significa democracia, laicismo, descentralización, cultura cívica frente a la militar y aspiraciones sociales de las clases populares frente el dominio de las clases medias y altas.

El corto período de tiempo que duró fue como consecuencias de contar con cinco presidentes en tan poco tiempo.

 

CUADRO Nº1 PRESIDENTES I REPÚBLICA

          AÑO       PRESIDENTE DEL PODER EJECUTIVO

 

        1873

 

                Estanislao Figueras
        1873

 

                Francisco Pi y Margall
        1873

 

                Nicolás Salmerón
     1873/1874

 

                Emilio Castelar
         1874

 

                Francisco Serrano

 

Esta situación ocasionó la debilidad del régimen que no logró estabilizarse, ni siquiera constitucionalizó y además fue acentuada por el aislamiento internacional. Tan solo Estados Unidos, Costa Rica, Guatemala y Suiza reconocieron la República. Por lo que concierne a otras potencias, éstas lo miraron con recelo invencible.

El primer gobierno de Estanislao tuvo que afrontar un déficit presupuestario de 566 millones de pesetas; 153 millones en deudas de pago inmediato y 32 millones por cubrirlas. La situación económica ocasionó un aumento de paro entre jornaleros y obreros, desembocando, sin más remedio, en huelgas, marchas, concentraciones de protesta y ocupación de tierras abandonadas.

Ante esta situación, aumenta también el problema del campo extremeño y se producen manifestaciones generalizadas de ocupación de tierras. La I República tuvo como proyecto remediar la situación e inició una reforma agraria que calmara las agitaciones campesinas. Pretendieron modificar la legislación desamortizadora evitando la venta de bienes del Estado y facultando a los jornaleros el acceso a la propiedad por censo reservativo. Pero la brevedad del período republicano impidió que fructificase el intento, a pesar que la idea era buena para beneficio de los agricultores extremeños. [2]

El ministro de gobernación, Francisco Pi y Margall, intentó restablecer el orden y en una reunión manifestó que sería conveniente convocar elecciones, pero no era posible por el clima de violencia imperante lo que ocasionaría más desavenencias, incompatibles con la firma de este ministro, el día 14 de febrero, de la Circular del Ministerio de la Gobernación que decía de forma literal: “Orden, libertad y justicia, tal es el lema de la República”.

Nada más comenzar la I República, 18 de febrero de 1873, los republicanos abolieron Las Quintas, sistema de rendimiento forzoso de jóvenes para el ejército de España no remunerado, vigente desde mitad del siglo XVIII, que tantas veces habían intentado eliminar durante el sexenio democrático, que comenzó en 1868 hasta el 1874. Acontecimiento que en Extremadura, se pensaba, podría ser beneficio para los jóvenes, por ejemplo, en Navalmoral de la Mata con el alcalde Ángel Custodio Oliva López, los chicos, que hubieran cumplido 20 años en enero, podrían ser soldados voluntarios durante tres años retribuidos con 2 ptas diarias, así tuvieron la esperanza de mejorar su situación económica, pero no tuvo la aceptación que se pensaba, ni en España, ni en Extremadura, a pesar que la cantidad era superior al salario de un jornalero agrícola.  Era tal la expectativa que hasta se oían coplas:

                                         Si la República

                                         viene

                                         no habrá Quintas

                                         en España

                                         Por eso hasta

                                         la Virgen

                                         se hace republicana.

 

A nivel nacional ofertaron 48.000 plazas y sólo se cubrieron 10.000 con lo que fue un fracaso y en muchos municipios extremeños, como Navalmoral de la Mata, nunca llegaron a ponerse en marcha.[3]

Siguen las movilizaciones y el 24 de febrero se enfrentan en el Congreso de los diputados de Madrid los radicales y republicanos.

Fig. Nº 2

Ante tantas revueltas, el 23 de abril se intentó un golpe de Estado dirigido por los radicales, pero fracasó y se convirtió en un golpe de Estado republicano. Pi disuelve la Comisión Permanente cuestionada por los republicanos federales moderados encabezados por Emilio Castelar y Nicolás Salmerón  y convocan elecciones a Cortes Constituyentes, cuyos comicios tuvieron lugar los días 10,11,12 y 13 de mayo de 1873 rebajando la edad de votar de 25 a 21 años, con el fin de asegurar votos para los republicanos federales porque los jóvenes eran los que más simpatizaban este régimen, así los republicanos federales obtuvieron 343 escaños y 31 escaños, el resto de fuerzas políticas. Con el resultado continuaban los republicanos federales, pero siempre con dificultades.

Hay que decir, que además de los cinco presidentes en tan poco tiempo, tuvieron lugar tres conflictos simultáneos que también entorpecieron el avance de la República:

  • La guerra de los diez años cubana.
  • La tercera guerra carlista.
  • La sublevación cantonal.

 

El cantonalismo, sistema político que aspiraba a dividir el Estado en cantones. Se trataba de establecer una serie de ciudades independientes que se federarían libremente, al estilo de las polis griegas, ciudades-estados independientes surgidas desde el siglo VII a. C y denominadas sinecismo, que significa “juntar las casas” o “habitantes estar juntos”. Esta rebelión, a primero de julio de 1873, obliga a dimitir a Pi y Margall y el 18 de julio de dicho año, las Cortes eligen a Nicolás Salmerón como tercer presidente de la República Española, durando su mandato sólo dos meses, que gobierna como sucesor presidente del Poder ejecutivo, Emilio Castelar desde el 7 de septiembre hasta el 3 de enero de 1874, que finaliza la rebelión cantonal.

En concreto, la Rebelión cantonal o Revolución cantonal fue una insurrección que tuvo lugar durante la Primera República española entre julio de 1873 y enero de 1874, seis meses. Sus dirigentes fueron en muchos casos los republicanos federales «intransigentes», que querían instaurar inmediatamente la República Federal sin esperar a que las Cortes Constituyentes elaboraran y aprobaran la nueva Constitución Federal; esta posición defendían los sectores «centrista» y «moderado» del Partido Republicano Federal (también conocidos en su conjunto como «benevolentes» por oposición a los «intransigentes»), pero los «intransigentes» dudaban de su compromiso con La Federal.  En realidad, fue un fenómeno de la pequeña burguesía, que además tuvo una gran influencia sobre el naciente movimiento obrero y constituyó un precedente para el anarquismo en España, ya que su objetivo, como hemos dicho, era establecer una serie de ciudades o confederaciones de ciudades (cantones) independientes que se federarían libremente, por lo tanto esta rebelión cantonal fue considerada como un movimiento separatista. Los primeros cantones se formaron en Cartagena, el 12 de julio tras la retirada de los federales intransigentes de las Cortes el 1 de julio y se extendió enseguida por otras regiones como Valencia, Murcia y Andalucía.

Por entonces, tanto Salmerón como Emilio Castelar no eran partidarios de la formación de cantones y se dedicaron durante todo el tiempo de su mandato a detenerlo sin éxito, ya que se extendió muy rápido por muchas regiones españolas. [4]

Extremadura al igual que en el resto de España vio una solución a las dificultades esta insurrección y el 23 de julio de dicho año en Hervás, Plasencia y Coria se intentó la formación de cantones, justificando su creación, al igual que en otros municipio, como Andalucía, diciendo que no se trataba de hacer la revolución social, ni atentar contra los intereses económicos, ni inculcar los sentimientos morales o religiosos,… sino tratar de fundar el derecho a la libertad y, ante todo, afirmar el orden y el respeto. Citamos algunos objetivos comunes a toda sublevación:

*  Sustituir todo tipo de autoridades gubernativas o jurisdiccionales.

* Abolir impuestos especialmente impopulares.

* Secularizar las propiedades de la Iglesia y hacer reformas sociales favorables a la gran masa de desposeídos que no tenían otro bien que su fuerza de trabajo.

* Indultar por delitos políticos.

* Hacer desaparecer el ejército regular y sustituirlo por tropas milicianas.

* Crear juntas y comités de salud pública locales, como órganos de gobierno de naturaleza popular.[5]

 

La formación de estos cantones extremeños, se publicó en el periódico “El Cantón Extremeño”, en cuyas páginas se animaba a la creación del cantón ligado a Lusitania y se instaba a los lectores a tomar las armas, de ser necesario, para defender los ideales, ya que, los republicanos extremeños no escribieron su historia, para rastrearla es preciso acercarse a la prensa periódica que gran parte no se conserva y lo poco que encontramos son referencias aisladas. Los dos periódicos republicanos fueron: “El Faro del Pueblo” y “El Cantón Extremeño”, que pasamos a analizar.

Fig. Nº 3

EL FARO DEL PUEBLO, periódico que se publicó en la primera etapa de su existencia, entre los años 1870 y 1874. Fundado por Juan Guillén Barroeta, regente de imprenta y presidente del comité republicano cacereño, que en un principio se le conoció con el título de El Faro de Cáceres. Con el cambio de nombre hubo un parón en su publicación, pero se reanuda en abril de 1871 con el nuevo nombre “El Faro del Pueblo”. Salía miércoles y sábados de cada semana, y finalmente, solo los sábados. Aunque el periódico estaba dedicado a la propaganda y defensa de los principios republicanos, no desatendió los temas provinciales, ni los literarios, de aquí su campaña en contra de la supresión de la Audiencia de Cáceres, asunto de gran trascendencia para la ciudad. [6].

Fig. Nº 4

 

DESCRIPCIÓN HEMEROGRÁFICA

Subtítulo: DIARIO POLÍTICO DE CÁCERES /PERIÓDICO REPUBLICANO FEDERAL DE CÁCERES

Periodicidad: diario / 2 veces a la semana / semanal

Fecha de inicio: 07/1870

Fecha de cese: 10/1874

Localidad de edición: Cáceres

Formato: 430×320 mms. 4 p. 3 c.

Difusión: provincial

Suscripción: Suscripción mensual: 4 reales

RESPONSABLES Y COLABORADORES

 

Colaboradores

 Barrantes y Moreno, Vicente
 Concha y Cano, Antonio María
 Díaz y Pérez, Nicolás
García García, Luisa Beatriz
González Hernández, Juan
González Villa-Amil, Antonio
 Paredes Guillén, Vicente
Rubio Gil de Roda, Manuel
Verdugo y Barbadillo, José

 

Redactor
Becerra y Ladrón de Guevara, Juan

 

Editor
 Guillén Barroeta, Juan

 

Director
 Guillén Barroeta, Juan

 

Administrador
Jiménez Rodríguez, Nicolás María

 

FONDOS

Achivo y Biblioteca del Monasterio de Guadalupe

Biblioteca Pública de Cáceres, Antonio Rodríguez-Moñino y María Brey
 Enlace a la publicación

Biblioteca de Extremadura

 

IMPRENTA

 IMPRENTA DE D. NICOLÁS M. JIMÉNEZ

Fig. Nº 5

EL CANTÓN EXTREMEÑO, periódico fundado por Juan González Hernández (1826-1871) periodista y político español. Nacido en Plasencia en 1826, fundó los periódicos extremeños “El Valle”,1855, “La Gaceta Agrícola”, 1867 y además colaboró en “El Regenerador Extremeño” y “El Faro del Pueblo”. En Madrid fue redactor o colaborador de “El Municipio Soberano”, “La Democracia” y “La Voz del Pueblo”. Diputado a Cortes durante una temporada.

Desde el 1869 “El Cantón Extremeño” fue director y propietario Evaristo Pinto Sánchez.

En 1873 se declaró periódico republicano federal. Sufrió dificultades, interrupciones y cambios de título a causa de la censura; el tesón de Pinto Sánchez y el apoyo de sus suscriptores, fueron las únicas ayudas económicas con que se contaba, lo que permitió su permanencia. En un principio publicó dos números semanales; en 1870 era semanal. Ocupaban sus páginas la información doctrinal, cuestiones de la actualidad política, comentarios sobre la actividad política de los comités republicanos de Cáceres, temas de ámbito nacional, provincial y local, algunos poemas, sueltos y publicidad. Contó con colaboradores reconocidos por sus «ideas avanzadas» y reconocimiento profesional y cultural.

DESCRIPCIÓN HEMEROGRÁFICA
Subtítulo: PERIÓDICO REPUBLICANO FEDERAL Y DE INTERESES MATERIALES DE PLASENCIA
Periodicidad: diaria

Fecha de inicio: 07/1869

Fecha de cese: 1879

Localidad de edición: Plasencia

Formato: 430×310 mms. 4 págs. 3 cols.

Difusión: comarcal

Precio: 0.25 ptas.

Suscripción: Suscripción mensual: 0.50 ptas.

RESPONSABLES Y COLABORADORES

Colaboradores
Becerra y Ladrón de Guevara, Juan
 Díaz y Pérez, Nicolás
 García García, Luisa Beatriz
 García Monje y Jiménez, Godofredo
 García Mora, José
 Ginar de la Rosa, Rafael
 Hernández Arias, Antonio
 Matías Gil y Domínguez, Alejandro
Paredes Guillén, Vicente
 San José Herreros, Mariano

 

Redactores
 González Hernández, Juan
 Gutiérrez Muñiz, Ramón
Sánchez Jiménez, Tomás

 

Editor
 Pinto Sánchez, Evaristo

 

Director
Pinto Sánchez, Evaristo    [7]

 

CUADRO Nº2. CIUDAD CANTÓN EN MUNICIPIOS CACEREÑOS

 

MUNICIPIOS     TIEMPO PERSONAS ACONTECIMIENTO
 

PLASENCIA

 

 

23 julio 1873 hasta 3 de enero 1874

(Seis meses)

Evaristo Pinto Sánchez.

Urbano González Serrano.

Periódico;” El Cantón Extremeño”. Alcalde.

Alumno de Salmerón

 

HERVÁS

 

 

 

 

23 julio 1873 hasta 3 de enero 1874

(Seis meses)

 

Tomás González Sánchez

 

Traslado de los juzgados de Granadilla a Hervás

 

 

CORIA

 

 

 

23 julio 1873 hasta 3 de enero 1874

(Seis meses)

 

Laureano García Camisón Domínguez

Diputado en el Congreso en diez ocasiones, elegido siempre por los distritos de Hoyos y Coria.

Durante la Primera República Española, se constituyó  la ciudad placentina Cantón en el transcurso de la revolución cantonal, favoreció su formación la influencia de Urbano González Serrano, nacido en Navalmoral de la Mata (1848-1904) fue catedrático en el Instituto San Isidro de Madrid en 1873. Se integró en ambientes republicanos, discípulo de Nicolás Salmerón, que le llegó a sustituir en la cátedra de Metafísica en la Universidad Central de Madrid, y con ideas cantonalistas escribió algunos artículos y participó en la redacción del periódico “El Cantón Extremeño” que dirigía Evaristo Pinto Sánchez.

Fig. Nº 6

Con la formación del cantón en Plasencia hay que hablar de Evaristo Pinto Sánchez, muy ligado al periódico “El Cantón de Extremadura”, como venimos diciendo, periódico de intereses materiales y literarios, que se distinguió por su carácter librepensador, lo que le acarreó las censuras y críticas de Pedro Casas y Souto (1826-1906) natural de Orense y obispo de la diócesis placentina desde la época de la I República. Obispo que fallece en Plasencia y está enterrado en la catedral en la sepultura situada frente al altar de la Asunción en cuya lápida figura el epitafio: “Martillo del liberalismo”, ya que es como se le conocía en la ciudad, tanto, que el día de su fallecimiento se publicó en el diario “El Liberal” de forma literal el texto: “…su celebridad no provenía del saber, sino de la intransigencia con los liberales…”

Evaristo Pinto Sánchez nació en Cabezuela del Valle en 1843 y fallece en Plasencia en 1917. Tipógrafo, impresor, periodista y publicista español.

Se educó en la ciudad de Plasencia y estudió humanidades en Salamanca. Más adelante se dedicó en Madrid al arte tipográfico, hacia el que mostraba gran predilección, y logró establecerse con una imprenta en Plasencia en 1862. Su afición a los estudios políticos y sociales, la amistad que le unió con el diputado Juan González Hernández y la educación y prácticas liberales de su padre, médico en Plasencia, le inclinaron hacia posiciones demócratas. En 1863 se dio a conocer como secretario del comité democrático de Plasencia por los trabajos que prestara a la organización de su partido en los pueblos de la derecha del Tajo.

En 1865 era editor de “La Gaceta Agrícola” que, con El Boletín de Noticias de la misma, dirigía Juan González Hernández, placentino y diputado en el Congreso de los Diputados, escaño que obtuvo por el distrito de Plasencia y que perdió tras su fallecimiento. Dicha publicación terminó por la prisión de éste y la de Pinto Sánchez, en agosto de 1867, cuando fue transportado junto con su padre y otros liberales de Plasencia a Cádiz, con destino a las islas Marianas, aunque esto no llegó a efectuarse. Estuvieron presos por algunos meses en el castillo de San Sebastián. ​ En abril de 1869 fundó con el mismo González Hernández el periódico republicano federal “ El Demócrata”, que al siguiente mes cambiaron este título por el de “El Cantón Extremeño”, el cual administró y en cuya redacción también tomó gran parte, quedando al frente del mismo el 2 de octubre de 1870, en cuyo número publicó un artículo que fue denunciado, y condenado por el juez a 10 años de destierro, así como 10 000 reales de multa, pero continuó el sostenimiento y la dirección del periódico, que dejó en 1873.

Alcalde presidente del Ayuntamiento de Plasencia desde el 11 de febrero de 1873 hasta el 3 enero de 1874, que finaliza la sublevación cantonal. Se pretendía reivindicar la capitalidad sobre la provincia de Cáceres, rechazada anteriormente y que no se consiguió tampoco en este periodo reivindicativo.

Al finalizar la república fue nombrado concejal y escribió un Folleto – Memoria, que finalizó en 1880, sobre estudios sociales haciendo un análisis de la clase obrera placentina. La obra se la dedicó a Nicolás Salmerón y el prólogo lo realizó Urbano González Serrano.[8].

 

            Fig. Nº 7

 

Que Hervás se acogiera a la Revolución Cantonal, no es de extrañar, ya que, en años anteriores, había tenido experiencias separatistas. Por el año 1816 forma parte del ducado de Béjar, por tanto, pertenece a la provincia de Salamanca. En este momento al municipio de Hervás le interesa desde el punto de vista económico depender de Béjar por la fábrica de paños que prosperó muy rápido. Eugenio Larruga dice un siglo antes: “… Hervás ya tenía quince telares en los que se tejían paños y bayetas de buena calidad y para cuyo sostenimiento se emplearon novecientas noventa y ocho arrobas de lana…”

Es evidente que los telares de Hervás rendían muy bien con lo que consideraron que podían independizarse de Béjar y trabajar libremente, para ello, dada la proximidad a Plasencia, les interesaba formar parte de la provincia de Cáceres, se solicitó y fue concedida poco tiempo después, en 1833, junto con Baños de Montemayor y La Garganta, que ambos municipios pertenecían también a la provincia de Salamanca. Estas concesiones constaron noventa y nueve mil reales, dinero que se pagó en dos plazos. En primer lugar, se abonaron cuarenta mil y el segundo fueron cincuenta y nueve mil. A cada vecino le costó 7500 maravedíes.

En 1868 se produce la revolución que se conoce por la del 68, la cual afectó a la villa de Hervás. Hervás tenía solicitado el traslado de cabeza de partido de Granadilla a ésta desde hacía unos veinte años. Los informes para el traslado eran favorables, pero sin llevarlos a ejecución. Con motivo de esta revolución, el pueblo de Hervás invitó a los pueblos de Granadilla a que entregasen el juzgado, y sin gran oposición y con el apoyo de Tomás González Sánchez, natural de Hervás (1825-1879) y desde su cargo en 1873 de Relator-Secretario y Magistrado de Audiencia en Madrid, logró el traslado, el 26 de junio de 1873, del juzgado de primera instrucción de Granadilla a Hervás, lo que supuso ser partido judicial trasladando el juzgado y el registro de la propiedad a este municipio, en el momento del inicio de la sublevación cantonal.

Fig. Nº 8

Tomás González Sánchez, prestó servicios particulares durante toda su vida en beneficio de los vecinos de su pueblo natal, sus paisanos, agradecidos, le homenajean poniendo su nombre a una calle de Hervás y su busto en el Ayuntamiento.

Fig. Nº 9

A finales de este siglo, Hervás sigue progresando y señalamos aquí la llegada del ferrocarril. En aquel momento, este medio de transporte, era sinónimo de progreso porque extendía puentes en los parajes más inaccesibles, perforaba túneles en las grandes montañas y llevaba sus vías desde la ciudad a los más alejados lugares. En el diseño del trazado Hervás hace valer su preponderancia industrial y oferta a la compañía el regalo de los terrenos por el que discurriría la vía para que el ferrocarril pasase por esta villa, aunque tenga que desviarse de su ruta natural haciendo una gran curva. La compañía lo aceptó y se hizo el trazado y la estación en Hervás configurando de manera importante su estructura productiva y urbana.

Otro avance en el año 1895 llegaría la Luz eléctrica a Hervás, mucho antes que en varias capitales de provincia, dos publicaciones El Ecol y El Ariete, una imprenta, luego otro periódico El Ambrot .Como muestra evidente de la bonanza y el desarrollo que adquirió esta villa en el siglo XIX vemos el surgimiento de una pequeña burguesía local, generalmente enfrentada a una masa proletaria industrial que, a través de sus reivindicaciones, estos movimientos obreros llegaron a convertirse en los precursores a nivel nacional de la defensa de los derechos sociales.[9]

 

Coria durante el sexenio democrático o revolucionario, 1868- 1874, fue consciente de la inestabilidad que se estaba viviendo en España por las causas que venimos diciendo en la comunicación, y estuvo muy pendiente de la evolución que iba tomando la situación por lo que se preocupó de la incautación o toma de posesión del Archivo de la catedral. El gobierno tomó medidas con el fin de proteger de la destrucción y venta del patrimonio nacional, en especial en los documentos guardados en los archivos de la iglesia y colegios, acogiéndose a un Decreto firmado en Madrid, por el ministro de Fomento. Con lo que convocó el alcalde de Coria una reunión inmediata con el presidente del cabildo catedralicio, cuya convocatoria se adjunta.

 

Reunidos el Deán de la catedral con la corporación municipal y pese al tirantez que existía entre el ayuntamiento y el cabildo catedralicio, por discrepar en ideas, se llega a un acuerdo de custodiar los documentos para su conservación, lográndolo en buen estado, durante todo este tiempo conflictivo.

Las dos instituciones durante este periodo unen fuerzas para aliviar la problemática, podemos citar la coordinación entre ambas cuando el asesinato del general Prim antes de que Amadeo de Saboya se hiciera cargo de la corona de España. Se reunieron de forma inmediata para protegerse [10].

Fig. Nº 10

 

Otra preocupación del municipio de Coria a lo largo de la historia es la conservación de la muralla romana, que con el mismo esfuerzo se mantuvo en buenas condiciones como patrimonio cultural.

Se declara cantón en Coria, como ciudad independiente que se federaría libremente, durante el tiempo que duro la insurrección cantonal.

Podemos citar en esta etapa en Coria a Laureano García Camisón Domínguez (1836 – 1910) médico y político español. Natural de Villanueva de la Sierra, estudió en Cáceres y Salamanca filosofía y medicina. Estuvo destinado como sanitario militar en Alicante y presenció los sucesos cantonales de Cartagena. Fue diputado a Cortes siempre por los distritos de la provincia de Cáceres. Político, formó parte del congreso en diez ocasiones, siendo elegido en todas ellas por el distrito de Hoyos y Coria.

Vinculado a Coria compró el palacio de los Duques de Alba de estilo gótico y renacentista. El palacio consta de una casa señorial con dos patios góticos y un jardín mirador renacentista. Como anécdota, decimos que Laureano no tuvo hijos y heredó dicho palacio su sobrino Rafael Sánchez Mazas, padre de Rafael Sánchez Ferlosio, escritor y premio Cervantes en el año 2004. Le unió gran amistad con Alfonso XII, al que, a pesar de su gran esfuerzo, no pudo curar su enfermedad de tuberculosis por la vida desordenada que éste llevaba y fallece joven, con tan solo 27 años.

La rebelión cantonal fue un fracaso y finalizó el 12 de enero de 1874 en Cartagena, donde inició, aunque en otros municipios se dio por terminada el día tres de enero. fue considerada como un movimiento «separatista» por el Gobierno de Emilio Castelar, una percepción compartida por las clases medias y altas, que resultó imposible recomponer el partido, el tiempo que duró abrió un enfrentamiento devastador y la decepción se apoderó de muchos republicanos, hasta tal punto que algunos sectores abandonaron el federalismo. La historiografía actual destaca que la rebelión únicamente buscaba reformar la estructura del Estado, sin querer en ningún momento romper la unidad de España por lo que tanto habían luchado los Reyes Católicos en el siglo XV. [11]

 

El tres de enero de 1874 se puso fin a la República Federal con el golpe de Estado del general Pavía e iniciándose la República Unitaria bajo la dictadura del general Serrano, líder del conservador Partido Constitucional, gobernando hasta el 29 de diciembre de 1874 cuando Martínez Campo disuelve las Cortes e inicia en Sagunto la restauración de la monarquía,  proclamando rey a Alfonso XII, hijo de Isabel II, la nación, deseosa de paz y cansada de tantos fracasos políticos, reconoció y aceptó al nuevo rey, que desembarcó en Barcelona el 14 de enero de 1875. [12]

 

FUENTES Y WEBGRAFÍA

 

[1] Víctor Chamorro. Érase una vez Extremadura…Sanmar Artes Gráficas, S.L. p. 357

[2] Aproximación a la historia de la agricultura en Extremadura Siglos XXVIII Y XIX. José Antonio Hernández y Francisco Pulido García. p. 238, 239 y 240

[3] Los Antecedentes Moralos Republicanos en el S. XIX. Domingo Quijada González. Apartados 3.4/ 4/ 4.1 y 5. Edita Asociación Cultural Coloquios Históricos de Extremadura 1994.

[4] Espasa Calpe, S.A. Madrid 1923. Enciclopedia Universal ilustrada. Tomo L y XI. p. 1056, 1057 y 1058. 278,279.

[5] https://revolucioncantonaldotnet.wordpress.com

[6] Crónica de Badajoz, 18 de abril de 1871, p.2

[7] Publicaciones periódicas extremeñas. sepuex.unex.es – el cantón- extremeño- 397

[8] m.wikipedia.org. Biografía Evaristo Pinto.

[9] trasuntosdehervas.blogspot.com

[10] Alejandro Valiente Lourtau, Breve historia de Coria. Primera edición Exmo. Ayuntamiento de Coria. p 115,118 y 119.

[11] Espasa Calpe, S.A. Enciclopedia Universal Ilustrada. Tomo XI  p.280

[12] Juan Blasco Cea. Historia 4º. Editorial Bruño p. 160

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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José Antonio Sánchez de la Calle

           

1.- INTRODUCCIÓN. ORÍGENES

 

En 1941 varios jóvenes estudiantes, movidos por inquietudes culturales, fundaron lo que denominaron como “Grupo de Estudios Placentinos”. Años más tarde, en 1949, el nombre se cambió por el de “Seminario Placentino de Estudios Extremeños Pedro de Trejo”, que  dependía orgánicamente del Seminario del mismo nombre que, por entonces, se ubicaba en la Universidad de Salamanca. Posteriormente, en abril de 1954 casi treinta personas organizaron una Junta General Constitutiva, dando lugar a la actual Asociación Cultural Placentina  “Pedro de Trejo”, cuya Junta Directiva quedó compuesta de la siguiente manera: Manuel Díaz (Presidente), Jesús Durán (Vicepresidente), Cándido García Barragán (Secretario), Julián Hornero Noriega (Vicesecretario), Martín Castiñeira Martín (Tesorero), y Teodoro Vallinoto Pizarro y Francisco Alonso Alonso (como Vocales).[1]

 

La asociación perseguía el fomento, la difusión y la extensión de la cultura, las artes, la instrucción y la educación en Plasencia y su comarca. Asimismo, pretendía defender las obras de arte y los intereses en general de la ciudad, para lo cual se disponía a realizar una labor de difusión y propaganda de los variados aspectos de la misma. Estudiaba la historia, la arqueología, los monumentos, la geografía, el folklore, la economía, la sociedad y todos aquellos elementos que pudieran enaltecer y potenciar el desarrollo de la comarca. No en vano, el lema de la Asociación Cultural era “Sembrando inquietudes”.

 

Los gestores acordaron la constitución de dos seminarios: el de “Estudios Placentinos, y el de “Estudios Extremeños”. Como consecuencia se multiplicaron las actividades centradas en conferencias, coloquios y charlas; la edición de revistas de Ferias, Semana Santa y Navidad; y la publicación de numerosos folletos, carteles y tarjetas navideñas; exposiciones de  pintura y fotografías; convocatorias de certámenes literarios; las numerosas excursiones regionales, nacionales e internacionales; y, entre otros, la celebración de torneos de ajedrez. Especial mención merece la organización en Plasencia del “III Congreso de Estudios Extremeños”, durante mayo de 1970. Y la elaboración de un Catálogo Monumental de la Ciudad.[2]  

Durante las primeras décadas la actividad de la Asociación fue muy dinámica, potenciada por el constante aumento de socios, su participación, y la entrega del Presidente y Vicepresidente. De hecho, durante la conmemoración de las Bodas de Plata (1954-1979), se creó un boletín informativo llamado La Voz de Mayorga, publicación que se distribuiría gratuitamente. La revista, con un formato de 20 X 30 cms., y escrita a máquina, mostraba en la primera página el título y un escudo de la Asociación con un castillo flanqueado por un pino y un castaño (del escudo de Plasencia), bajo una estrella; y con el lema en la parte inferior, bajo unas ramas entrecruzadas “Sembrando Inquietudes”.[3]

 

Pero a finales de los años setenta y principios de los ochenta el colectivo cultural pasó por una importante crisis: el número de socios se redujo sensiblemente y los problemas económicos hicieron mella en la dinámica del mismo.[4] El principal problema, de índole económica, estribaba en el hecho de que los ingresos de la Asociación no eran suficientes para cubrir los gastos de la misma… ni aun contando con la subvención del ayuntamiento, lo que suponía mantenerse en un simple nivel de “supervivencia”. Y es que las cuotas establecidas desde 22 años antes (de 15 pesetas al mes/180 al año), no se habían actualizado. Esa falta de liquidez se traducía en una evidente reducción de actividades, que era criticada por algunos miembros como “pasividad” por parte de los responsables. La Junta propuso aumentar la aportación a 200 pts. al mes…aunque por las numerosas quejas, se dejó en 100.

 

Las actividades de la Asociación fueron decayendo paulatinamente, hasta el punto en que prácticamente desaparecieron. La pérdida del local de la Plazuela del Salvador donde desde hacía mucho tiempo se realizaban las reuniones, charlas, conferencias y coloquios y se tenía ubicada la biblioteca, provocó un importante quebranto en la dinámica del grupo. Los problemas personales que habían afectado a buena parte de los miembros de la Junta Directiva, impidieron retomar la actividad en condiciones normales. Y el movimiento de contestación que se había producido por parte de algunos socios en las reuniones habituales, en el sentido de exigir un cambio de liderazgo, contribuyeron a enrarecer aún más una situación ya inestable. A partir del cambio del mobiliario, libros y demás utensilios a un local de la calle Peñas, las actividades de la Asociación no volvieron a ser tan prolíficas como lo habían sido anteriormente. La propia Junta Directiva cambió en varias ocasiones sus cargos, entre 1980 y 1987.[5]

 

2.- DIRECTIVA Y ACTIVIDADES CULTURALES  

 

El 14 de diciembre de 2004, tuvo lugar en el Salón de Actos de la Asociación, una sesión para tratar la penosa situación en la que se encontraba la misma, debido a los diferentes fallecimientos de socios, enfermedades, etc., y la imposibilidad de continuar con las diferentes actividades culturales que, paulatinamente, habían ido desapareciendo. Al procederse a la votación para el nombramiento de diferentes cargos, la mayor parte de los propuestos declinaron aceptar los mismos, por lo que se decidió posponerlo para la siguiente Asamblea General. Por unanimidad se aprobó que todos los socios presentes, (diez), se constituían en Junta Gestora Transitoria, durante dos meses, hasta la Asamblea del 14 de febrero de 2005.[6]

De ella salió la decisión de no disolverla, y se creó una comisión gestora para ver la manera de reflotarla. El día 14 de febrero de 2005, se constituye una nueva directiva, que prácticamente tiene que partir de cero, pues casi todos los socios habían dejado de abonar las cuotas, habían fallecido o se habían dado de baja. Los diferentes cargos responsables se entregaron a una intensa labor contactando con los socios, actualizando las listas, poniendo al día los recibos y recuperando antiguas y nuevas actividades culturales. Desde entonces se multiplicaron las actuaciones: tertulias abiertas, conferencias, programas de radio y televisión, presentación de libros, creación de una página web y un blog, visitas guiadas por la ciudad y el entorno, etc. Y como guinda, la instauración anual del “Premio de Investigación Histórica”, y el Galardón “Torre de Ambroz”.[7]

 

En la citada Asamblea General, salieron elegidos por votación los siguientes miembros de la Junta: Presidente, Francisco de Jesús Valverde Luengo; Vicepresidente, Jesús Durán Sánchez; Secretario, Daniel Monje Martín; Vicesecretario, Luis Martín Hernández; Tesorero, Alejandro Portalatín García; y como Vocales, Jesús Barrón Rodríguez, y Pedro Luna Reina. El 3 de mayo de 2006 se celebró otra Asamblea General Ordinaría en el Aula de Cultura.[8] Allí se expuso que los socios Abilio García y José Antonio Hernández habían fallecido; y el Tesorero Alejandro Portalatín y el Secretario, Daniel Monje se encontraban enfermos, por lo que cesaron en sus respectivos cargos fueron sustituidos por, respectivamente, Alfonso Párraga y José Antonio Sánchez de la Calle. La situación económica cambió, de los 342 euros que existían en febrero de 2005, a los 1.454 de diciembre del mismo año. El presupuesto para 2006 era de 1.881 euros.

 

Entre las actividades que se realizaron durante 2005 estaban las 6 convocatorias de prensa (de las que se realizaron 4), la presentación del libro Las Ordenanzas Municipales de la Ciudad de Plasencia, de Gloria Lora Serrano, el intento de crear un Premio de Historia, contactando con Caja Duero, la creación de una página web, y el intento de comprar o cambiar la sede de la calle Peñas por otra de la familia Neria, que no fructificó. Cabe destacar también las dos “Tertulias abiertas” centradas en Plasencia en 1756, y en el obispo Pedro Casas y Souto. Por último, se repartieron los carnets a los nuevos socios.

A finales de abril de 2007, y ante el considerable trabajo que suponía el resurgimiento de la Asociación para algunos cargos, se decidió convertir la Asamblea Ordinaria en Extraordinaria, y se modificaron algunos puntos del estatuto para aumentar el número de vocales. La nueva configuración aportó tres nuevos responsables: Tesorero, Juan Carlos López Duque (el anterior Tesorero, Alfonso Párraga, había dimitido), y vocales: José Luis Hernández de Arribas y José Antonio Pajuelo Jiménez. Hubo un cierto desencuentro a la hora de considerar el cambio de “Ordinaria por Extraordinaria”, por lo que se continuó como la original. El secretario informó de la actualización de la base de datos de los socios: 43 se habían dado de baja, y tras sumar las nuevas altas, se alcanzaban los 105 integrantes. La confirmación de los citados cargos se produjo en la reunión extraordinaria del 4 de julio.

Las actividades culturales de 2006 contabilizaron diez “Tertulias Abiertas”, numerosas charlas radiofónicas que se celebraban los martes, la inauguración de la página web, las diferentes presentaciones de libros y la recepción de numerosos ejemplares para la Biblioteca de la Asociación. Por último, Francisco Serrano (socio y Comisario de la Exposición  “Hombres y mujeres que han hecho ciudad”, celebrada en San Francisco), se ofreció, como arquitecto para elaborar un estudio de rehabilitación o apuntalamiento del edificio de la sede.

En la reunión de trabajo celebrada el 30 de octubre de 2007 se decide apoyar el proyecto “Cáceres 2016”; solicitar del Ayuntamiento informaciones sobre el antiguo Hospital de la Merced, las Hermanas de la Sagrada Familia, y el desaparecido mosaico de San Martín; la petición de ayuda económica a Obras Sociales de Caja Extremadura para cartelería publicitaria de la Asociación; y presentar las facturas con las que justificar al Ayuntamiento la subvención de 2.000 euros concedidos (pero todavía no cobrados del mismo).

El trabajo del Tesorero acabó rindiendo sus frutos, y exponía a finales del ejercicio de 2007, que las rentas de la Asociación estaban exentas de pagar el Impuesto de Sociedades, ya que se manejaban cantidades inferiores a los 100.000 euros, y como se reflejaba en los estatutos fundacionales, los ingresos procedían de las cuotas de los socios, las subvenciones oficiales, y las donaciones de Instituciones o particulares. Las entidades financieras que colaboraban eran Caja Duero y Caja de Extremadura. Los 4.000 euros de la primera, al comienzo del ejercicio contable, bajaron a los 3.555. Los 3.682 euros de principios de año, de la segunda, se redujeron a 503 a finales.

En 2008 se presentaron las cuentas de gastos del Primer Premio de Investigación Histórica “Pedro de Trejo” en su primera edición de 2007, por un total de 5.122,90 euros.[9]  Por su parte, el presupuesto para el ejercicio de 2008 era de 5.020,93 euros de Caja Duero y Caja Extremadura; pendiente de ingreso de la aportación de Caja Duero de 4.000 euros por el coste del premio para la edición de 2008. En total, los ingresos ascendían, pues, a 9.020,93 euros. Mientras que los gastos totalizaban 8.122,00 euros, lo que daba un remanente de 908,93 euros.

En febrero de 2008, según se estipulaba en la convocatoria, se devuelven cuatro de los cinco trabajos presentados al I Premio…excepto el ganador cuyos ejemplares permanecieron en la sede. También se puso de manifiesto por parte del socio Luis Martín que en el almacén de su antiguo negocio se habían encontrado dos cajas con libros, revistas, fotografías y diversa documentación perteneciente a la Asociación. Posteriormente se expusieron las próximas actividades a realizar, como las tertulias “La Plasencia de 1408. La fundación del convento de San Jerónimo de Yuste”, y “La Guerra de la Independencia en Plasencia en 1808”. En esta sesión, el Secretario, J. A. Sánchez de la Calle, expuso que, por razones de índole laboral, ponía su cargo a disposición de la Asociación, si bien permanecería hasta encontrar un sustituto.

En marzo del mismo año se produjeron diferentes cambios: La Secretaría quedaría a cargo de José Luis Hernández de Arribas; la Tesorería, para Juan Carlos López Duque; y vocales Mª Montaña Domínguez, Esther Sánchez Calle, José Antonio Pajuelo Jiménez y Pedro Luna Reina. En ese mismo mes se hacía hincapié en la popularidad del blog “La Ventana de La Voz de Mayorga”, en el que se incluían diversas biografías de personajes placentinos. Se hace mención del fallecimiento de los socios Daniel Monge, Jesús Barrón, Teodoro Vallinoto y Emilio Ovejero.

Entre abril y mayo de 2008 se llevó a cabo el acto de homenaje a los héroes y mártires de la Guerra de Independencia promovido por la Asociación. Se propuso, asimismo, para la Medalla de Extremadura, a Bartolomé Gil Santacruz; un homenaje al que fue durante muchos años, presidente de la A. C. P. “Pedro de Trejo”, Manuel Díaz López; y la creación de un monumento a Sefarad en el Berrocal. En el capítulo de Presupuestos para el año 2009 se incluían  9.233,92 euros de ingresos, y el mismo importe de gastos.[10]

A principios de febrero de 2009, los cargos de Presidente, Vicepresidente (ocupado temporalmente por Luis Martín Hernández), Secretaría, y Tesorería seguían ocupados por las mismas personas. En cuanto a los vocales, eran estos: Pedro Luna Reina, José Antonio Sánchez de la Calle, Montaña Domínguez Carrero, Esther Sánchez Calle y José Antonio Pajuelo Jiménez. La Asociación solicitaba, como cada año, mil quinientos euros de subvención para cartelería a la Obra Social de Caja de Extremadura; cinco mil euros para la IIIª Edición del Premio de Divulgación Histórica Caja Duero; y una ayuda dirigida a la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura, para la publicación del ganador de la IIª edición del citado premio, en el año anterior, “La Guerrilla Patriótica en Plasencia y su Tierra”, de Fernando Flores del Manzano. Entre los actos culturales realizados en este año, destaca la presentación del libro Los alumbrados, de Víctor Chamorro; la digitalización de la revista La Voz de Mayorga; y la realización de treinta tertulias radiofónicas realizadas a través de la Cadena SER. De hecho, a partir de enero, se graban en televisión las “Tertulias Abiertas”, y se emiten a través de la televisión local Vía Plata. En junio, la Dirección de Promoción Cultural de la Junta de Extremadura concedió 3.000 euros para el proyecto de Programa Radiofónico “La Voz de Mayorga”.

A mediados de septiembre de 2009 se realizó una reunión monográfica centrada en la “Declaración del Año Jubilar Berzocaniego” (en honor a San  Fulgencio y Santa Florentina, patronos de la ciudad), ofreciéndose al Obispado y la Diócesis para la realización de eventos culturales relacionados con el mismo; e informando de la celebración de una tertulia dedicada a los citados santos a finales de septiembre. También se solicitaba al Ayuntamiento que facilitara personal y medios para el traslado de la biblioteca de la Sede en la calle Las Peñas, 12 a otro lugar para preservarla de su posible deterioro. Y, por último, el presidente solicitaba a la alcaldesa Elia María Blanco, información sobre las diferentes piezas arqueológicas del antiguo museo municipal de la ciudad, otras encontradas en la zona de la iglesia de la Magdalena y las de la Plaza Mayor. Terminaba demandando a la regidora una copia del Legado Paredes que se ubicaba en Cáceres.

Entre las actividades culturales realizadas en 2009, destacan las siguientes “Tertulias Abiertas”: “Plasencia, Monfragüe y Trujillo, patrimonio de la Humanidad”, “Aniversario de la fundación de la Asociación”, “El Valle del Jerte y el cerezo en flor” (moderada por Jesús Martín Fraile), “Los santos patronos de la diócesis de Plasencia” (por Francisco González Cuesta), “Fotohistoria de Plasencia” y “Ruta de Gastón Bertier” (por José. A. Pajuelo y Pedro Luna), “Plasencia en llamas, 1931-1939” (por Antonio Sánchez-Marín Enciso; “Las bajadas de la Virgen del Puerto y la Catedral Dorada” (por María Antonia Rivera); “Timoteo Pérez Rubio” (por José Luis Hernández de Arribas; “La Semana Santa Placentina” (por Antonio Sánchez-Mora Sañudo), “Plasencia, patrimonio de la Humanidad” (por Elia María Blanco). Además, estaban las presentaciones de libros Plasencia, 1936-1939, de José María Sánchez Torreño; y Vidas al milímetro en la cárcel de Tenerife, de Miguel Ángel Sáez de Miera, entre otros.

En este año la Asociación se encontraba muy incardinada en la vida cultural placentina, como la demuestra la variada correspondencia entre la misma y entidades bancarias, el ayuntamiento, la diócesis y otras sociedades. Es el caso de las Jornadas “Rehabilita 2010”, “Yuste, 2008”, la celebración del “75 Aniversario del Colegio Público Santiago Ramón y Cajal”, la solicitud de medallas de Extremadura para diferentes protagonistas extremeños, el uso continuo del antiguo Aula de Cultura y el Salón del Artesonado de Las Claras, etc.

En Asamblea General Extraordinaria de 24 de abril de 2010, se produce la renovación de los cargos. La presidencia permanece en manos de Francisco Valverde Luengo; la Vicepresidencia, en Juan Carlos López Duque; la Tesorería, en Mª Antonia Rivera Castro, la Secretaría, en Fernando Serrano San Pedro (por dimisión de José Luis Hernández Arriba); la Vicesecretaría, para Isabel López Herrero; y para Vocales: Mª Montaña Domínguez Carrero, Esther Sánchez Calle, Juan Antonio Pajuelo Jiménez y Pedro Luna Reina. El presupuesto económico se fijaba en unos ingresos de 13.520 euros; y unos gastos de 6.672,76.

Entre los proyectos que se barajaban para 2010 estaban las siguientes Tertulias Abiertas: “Génesis, historia y rehabilitación del convento de San Vicente Ferrer, hoy Parador de Turismo” ; “Hijos ilustres de Cabezuela del Valle”; Centenario de la muerte del “Cura Mora”; “Pórtico al centenario del nacimiento de Manuel García Matos”; “Asociación Cultural Placentina Pedro de Trejo, 65 años Sembrando Inquietudes”; “Últimas actuaciones de rehabilitación y recuperación del Patrimonio en Plasencia”; y “La labor desarrollada por la Fundación Academia Europea de Yuste”. También se exponían algunas presentaciones de libros, como el de Pilar Galán, de varios manuales de autoayuda de Jesús Jdsl. En abril se nombró Socia de Honor a la profesora Gloria Lora Serrano; y se convocó el 4º Premio de Investigación Histórica.

En la primavera de 2011 se produjo otra renovación de cargos, quedando como Presidente y Vicepresidente en manos de las mismas personas del año anterior; pero la Secretaría fue para José Antonio Pajuelo Jiménez, y la Vicesecretaría para José Gutiérrez Delgado; y se añadió otro vocal: Julián Gutiérrez Delgado, al que se sumaría posteriormente Pedro Plaza García. También se acordó que el recién creado premio “Torres de Ambroz”, fuera doble: para una persona de reconocido prestigio, y para alguna institución que llevara con su interés al realce de la ciudad. El primero (curso 2011-2012) fue para Manuel Díaz López (antiguo presidente de la Asociación), y para el Centro de Iniciativas Turísticas.

Durante el curso 2011-2012, hubo 48 programas radiofónicos sobre la Prehistoria en Plasencia, la fundación de la ciudad, sus rincones ocultos, la antigua cañería, los Fueros, la Catedral, la Virgen de La Pardala, La Fortaleza y la Muralla, los judíos, las mesnadas, la iconografía navideña, la fiesta de la pandereta, la Casa del Escudo, la ciudad en 1912, el obispo Jarrín y Moro-Polo Benito, etc. Se presentó el libro El Valle de Ambroz en Extremadura, de Luis Fernando Sáenz de Miera y Pastor. Hubo siete Tertulias Abiertas: “El reencuentro con la cera perdida. Los fundadores de Bassam”, por José Luis Blanco; “Plasencia en los libros de viajes y guías históricos turistas”, por Mercedes Orantos Sánchez-Rodrigo; “Plasencia-Monfragüe-Trujillo. Paisajes Mediterráneos”, por Fernando Pizarro García; “Iconografía de la Navidad”, por José Antonio Pajuelo Jiménez; “La Plasencia que conoció García Matos y el origen de los Coros Extremeños”, por Fernando Flores del Manzano; “El rey Ramiro II el Grande y la batalla de Simancas”, por José María Manuel García Osuna; y “La Sábana Santa de Turín”, por Ignacio Dols Juste. Y en el apartado de otras actividades: “Conferencia CIT Plasencia oculta”; “Visitas guiadas a la cañería antigua de la ciudad”; a “La Catedral y la ciudad con los padres Agustinos”; y a “Las necrópolis de la ciudad”. Además de los programas para Vía Plata Televisión, recopilación y digitalización de libros y fotografías, y la actualización del blog “La Voz de Mayorga”. En junio se publicita la convocatoria del V Premio de Investigación Histórica.

En mayo de 2012, con la misma Junta Directiva, se ponía de manifiesto la antigua reivindicación de la Asociación: la búsqueda de un local diferente donde ubicar la sede, debido al considerable grado de deterioro del de la calle Las Peñas, 12. También se solicitaba al Ayuntamiento la disposición para hacerse cargo de las instalaciones de “La Magdalena”.

Durante el curso 2012-2013, se hicieron las tertulias: “Mozárabes, bereberes en la Sierra de Gata. Su industria”; “Galardones Pedro de Trejo”; “El aceite y el vino en la Sierra de Gata”; “Personajes placentinos” (Jesús Vicente Cano); “El Campo Arañuelo”; “Los Ibores. Comarca de La Jara”; “Caminos de Guadalupe”; “Ferias y fiestas de Plasencia”; “Despoblados, mitos y leyendas extremeñas”; “San Juan Evangelista”; “La Sábana Santa de Turín. La Sindone”; “Accidentes marítimos. Del Titanic al Costa Concordia”; “La fotografía en el siglo XX”; “El monasterio de San Vicente Ferrer de Plasencia: análisis histórico-artístico”; y “La Plasencia social y solidaria”. En los programas radiofónicos se habló del Martes Mayor, el V Centenario del Puente Nuevo, la Virgen de la Salud, los frutos del otoño en el Norte de Extremadura, “El Día de los Difuntos en Extremadura”, los molinos en el Norte extremeño, el folklore del noviazgo,  del matrimonio y del embarazo. En el apartado de otras actividades tendrían cabida: ponencias sobre el escudo, el pendón y la bandera de Plasencia; la Plasencia de 1974; la presentación de los libro Por los albores del toreo a pie, de Gonzalo Santoja Gómez;  Los orígenes de la medicina preventiva y social en España; y El niño que resucitó entre los muertos, de Alfonso Martínez; visita guiada a Valcorchero; y  la entrega de galardones “Torre de Ambroz”. En total hubo 8 tertulias, 5 conferencias, 37 programas radiofónicos, y 4 presentaciones de libros.

Las continuas quejas de la Asociación sobre el mal estado del edificio que le servía de sede, se vieron atendidas y el Ayuntamiento le cedió, temporalmente, un local situado en la calle Sor Valentina Mirón. La primera reunión de la Junta Directiva tuvo lugar el 2 de enero de 2014.[11] Las actividades culturales que se llevaron a cabo es este curso académico fueron las siguientes. En cuanto a programas radiofónicos, se trataron los temas de la “Historia y origen de la Fala”, “Historia y origen del Cottolengo”, “Gabriel y Galán”, “El Piornal y la fiesta de San Roque”, “Madre Matilde y Eladio Mozas Santamera”, “Cuevas de los Ibores y el camino de Puertollano”, “Cáparra y la Vía de la Plata”, “Alfonso VIII y su entrada en la ciudad”, “Mafalda, nacida en Plasencia”, “La Biblioteca y la Sede de la Asociación”, “Los Ramos”, “El Cristo de Serradilla”, “Núñez de Balboa”, “San Pedro de Alcántara”, “El agua mineromedicinal en el término de Plasencia”, “Los judíos”, “Carlos V, Yuste y Jeromín”, “La ruta del Emperador”, “Mirabel”, “El Museo Pecharomán”, “La fiesta del Árbol”, “Malpartida de Plasencia”, “El Palacio de Abadía”, “Museo de la Cárcel Real en Coria”, “El Torno y Tío Picote”, y “El Gordo”.

En cuanto a la presentación de libros, destaca el de Viaje a un país imaginario, de Manuela García Calleja; Plasencia en mi memoria, de Carmen García Rosado; La pasión de Balboa, de Rosa López Casero; y El Libro Verde, de Marciano Martín Manuel.

En las visitadas guiadas tuvieron cabida las de la Ermita de la Salud, la Magdalena, y el Palacio del Marqués de Mirabel; y la “Ruta de los Molinos”, que se realizó junto a la Universidad Popular. Las conferencias se centraron en “El mundo del trabajo y su reflejo documental”, por Esther Sánchez Calle; “Recuerdos visuales extremeños”, y “La Semana Sana y la Historia”, por J. A. Pajuelo y Pedro Luna; “Balboa y sus aliados los indios Kunas…y mis encuentros con los indios”, por Tomás Calvo Buezas; “La Biblioteca de Extremadura. Fondos bibliográficos de Plasencia”, por Joaquín González Manzanares; “Accidentes marítimos”, por Fernando Plaza Montero, “La Biblioteca de temas y autores extremeños de F. de Jesús Valverde”, y “La Cofradía del Niño Dios de Galisteo”, por el mismo autor; “Cáparra más allá de la Arqueología, por Julio Esteban Ortega”; “Andanzas de Don Miguel de Unamuno por tierras extremeñas”, por Pablo García Castillo. También se presentó, junto con el autor del mismo, Juan Ramón Valverde, el cómic “Vida de Alfonso VIII, fundador de la ciudad de Plasencia”

En septiembre se inició el curso 2014-2015, durante el cual (mayo de 2015, la Tesorera María Antonia Rivera Castro presentó su dimisión por motivos personales, solicitando continuar como vocal. El puesto fue ocupado por Francisco Morales Ortiz. También se incluyó, como vocal, a José María Sánchez Torreño

Las actividades culturales sufrieron un cambio a partir de este curso. De hecho, las sesiones radiofónicas se redujeron sensiblemente, y versaron sobre “El Cancho de las Tres Cruces”, “El Castillo de San Martín de Trevejo”, “Las patronas de Cabezuela y Malpartida de Plasencia”, “El Monasterio de Guadalupe y Enrique IV de Castilla”, y “Las Campanas de la catedral”. Hubo, asimismo seis presentaciones de libros: Plasencia en el reinado de Alfonso XIII; Entre la anécdota y el olvido, El Gran Capitán; Mujeres de las cerezas; un cómic sobre la Vida de Alfonso VIII, fundador de la ciudad de Plasencia; e Investigación sobre la adolescencia de la Liga Española de la Educación. Las Tertulias Abiertas, por su parte, contabilizaron cuatro actos: “Conferencia en el C.I.T.”, “La muerte del gran rey Alfonso VIII de Castilla”, “Cargos y oficios de gobierno en el ayuntamiento de Plasencia”, y “Plasencia en la Escuela. Sus calles, monumentos y plazas”.

La Asociación participó directa o indirectamente con 6 comunicaciones, 3 programas de Educación en la Escuela, una exposición de Pintura, un trabajo de investigación, y tres actividades sociales; así como con la intervención de diferentes Premios, la Fiesta de la Pandereta y la entrega de Galardones. En este curso se presentó la convocatoria de la VIII Edición del Premio de Investigación Histórica.

El curso 2015-2016 fue testigo de diversas actuaciones: 4 Tertulias Abiertas, una comunicación (junto con la Universidad Popular), 3 presentaciones de libros, 2 programas de Educación en la Escuela, siete conferencias en Galisteo, y dos en el C.I.T., una visita guiada y, entre otros, el homenaje a Vicente Paredes. Por su parte, los responsables del mantenimiento del blog, expusieron que la página había tenido casi 33.000 visitas. Por último, se incluían diferentes actividades de investigación, fotográficas, archivísticas, colaboraciones con otras universidades, con “Los Lunes Investiga”, y con la Federación Extremadura Histórica. En el apartado de “Salidas para Estudios Arqueológicos” (28 en total), se visitó Valdeíñigo, Pasarón de la Vera, Santa Ana, Cáparra y fincas adyacentes, Barrado-Torremenga, Jarandilla, Oliva de Plasencia, paraje de grullas, Hoyos-San Martín de Trevejo-Valverde, Malpartida de Plasencia, Casas del Castañar y Casar de Cáceres-Casa Diocesana, palacios…. En cuanto a los nueve estudios realizados en la ciudad, tres lo fueron en la parroquia de El Salvador, dos en la de San Martín, otros dos en la de San Nicolás, y otro par en la UNED. Por último, algunos integrantes de la Asociación realizaron labores de estudios en archivos particulares (6 en Mirabel), y dos en el Diocesano.

Durante el curso 2017-2018, quedó vacante la Secretaría acabó recayendo en Inés María Rodríguez Díaz, como se pone de manifiesto por el presidente, dándole la bienvenida. En Junio de 2017 ya aparecía como tal, junto con otros vocales: Francisco Morales Díaz, Julián Gutiérrez Delgado y José Carlos Fernández Sánchez¸a los que habría que añadir: María Antonia Rivera, José María Sánchez Torreño, y Esther Sánchez Calle. Por estas fechas se produjo en pequeño cisma por el cual, los socios Pedro Luna Reina y José Antonio Pajuelo Jiménez se apartaron paulatinamente de la Asociación, constituyendo una especie de “Grupo de Trabajo” independiente, y llevándose con ellos la titularidad del blog “La Voz de Mayorga”. Mientras que en la Asociación se crea otro blog, se establecen también diferentes canales de YouTube, IVOX, etc.

En estas reuniones de junio, se siguió tratando con el Ayuntamiento la posibilidad de continuar en el mismo local municipal cedido, con la posibilidad de obtener el ábside del Hospital de la Cruz en la Puerta del Sol, o en el Molino de la bajada de San Lázaro. La secretaría municipal seguía estudiando si la casa propiedad de la Asociación pasaba al ayuntamiento en régimen de donación, permuta o usufructo.

Las actividades culturales realizadas durante el curso académico contabilizaron las siguientes Tertulias Abiertas: “Una década del Premio de Investigación y Divulgación Histórica “Pedro de Trejo””; “El convento placentino de San Ildefonso: Centenario del coronel Villalva y homenaje a Domingo Sánchez Loro”; “Eugenio Escobar Prieto en la bibliografía extremeña”; “Monseñor Felipe Duque Sánchez. Retrato en 6 estampas”; “Adolfo Maíllo García, maestro pedagogo, escritor… extremeño”; y “De paseo por la Historia. Una década del Premio de Investigación Histórica Pedro de Trejo”. En el apartado de Conferencias: “X Aniversario del Parque de Esculturas de El Berrocal (2005/2008)”; “Un patrocinador extremeño de las artes en el siglo de las luces”; “¡Hasta aquí hemos llegado!”, “Salvemos el templo romano de Jarilla”; y “Hablamos español”. En la presentación de libros: El secreto de Norman, de José Antonio Hernández Jiménez; Mis cartas a Antonio Machado, de J. M. Sánchez Torreño; Los galgos del Papa; Guerra Civil y represión en el Norte de Extremadura; Religión y Escuela. La guerra de nunca acabar (1812-1939); La llama azul; El dios de la lámpara; y 22 héroes cacereños. Korba-Darsa, 1924. En febrero se realizó la convocatoria de la XI Edición del Premio de Investigación.

Como P. Luna y J. A. Pajuelo se habían alejado de sus labores en la Asociación, y ante las reiteradas negativas a facilitar las claves para el uso de “La voz de Mayorga”, que hasta 2018 fue el blog de la misma, los socios José Carlos Fernández y José María Sánchez Torreño se encargaron de disponer en las redes sociales la información digital referida a la misma. En mayo de 2018 aparecen las primeras entradas del nuevo blog al que se continuó denominando “La voz de Mayorga” aunque con otra dirección web, añadiendo al nombre de “lavozdemayorga”, la palabra ‘oficial’ por ser este el blog de la asociación.[12] Por entonces también funcionaba ya el canal de la ACP en IVOOX, siendo la primera emisión (subida el 28/09/17), la relativa al X Premio de Investigación Histórica.[13]

Para abril y mayo de 2018 se programaron estas actividades: Conferencia de Rocío García sobre Godoy; la presentación de los libros A los extremeños que nos pasa por estar donde estamos; la presentación de una novela de Marciano de Hervás; y la entrega de galardones “Torres de Ambroz”.

El curso 2018-2019 no refleja cambios en los componentes de la Junta Directiva, y se decide realizar las Tertulias Abiertas, sobre “Don Manuel Díaz López”, moderadas por Francisco Valverde y Gumersindo Martín; “40 años de Extremadura en la encrucijada, visión de Adolfo Maíllo”; “El Tren en Plasencia”; “Francisca de Oviedo y Palacios, la placentina que llevó el Cristo a Serradilla”; “García Matos flamencólogo”; “35 años de la Cadena SER en el Norte de Extremadura”; y “150 años del Colegio La Constancia”. También se realizan unas conferencias sobre “Los restos del Emperador Carlos”, por Rodolfo Orantos; y sobre “Imágenes en movimiento del San Calixto de los años 60”, a cargo de Alfonso Párraga Sánchez; una mesa redonda sobre “El pasado, presente y futuro de Valcorchero”, por José Carlos Fernández Sánchez; y la presentación del libro La niña de la cucharilla, de Francisco Javier Santiago; y dos nuevos libros de Tomás Calvo Buezas. Para el primer trimestre de 2019 se programa una conferencia sobre Vidal Gil Tirado, “Justicia Roja”; una Tertulia Abierta en torno a “Un educador en las Hurdes”, por Alejandro Arroyo blanco; y tres conferencias: “Origen, caminos y sueños: Francisca”, por María Fe García Rapero, “El Flamenco”, por Juan Esteban, y “La Mesta”, por José Carlos Fernández.

En enero de 2019 se toma la decisión de comenzar las publicaciones de los Premios de Investigación, uno al año, y cuyos gastos correrían a cargo del Ayuntamiento. También destacan algunas noticias como el nombramiento de Hijo Predilecto al presidente de la Asociación Francisco de Jesús Valverde. En abril, se produce un intento de dimisión de José María Sánchez Torreño, por la gran cantidad de trabajos que tenía que atender y ciertas críticas que debía soportar. Aunque, ante el apoyo incondicional de la Junta siguió trabajando con el Blog de la Asociación, la renuncia fue definitiva en la sesión del 11 de junio.

El curso 2019-2020 contempla los mismos dirigentes, y con una programación basada en la presentación del libro de Fernando Flores del Manzano, República, siempre república; la Tertulia Abierta a cargo de Germán Corcho sobre “Escudos de Plasencia”; y las conferencias de Carlos Zamora sobre “Antonio María Concha y Cano. Un noble placentino”; “El sepulcro de Valverde”, por José Carlos Fernández; y otra sobre “El Colegio Alfonso VIII”. También se propuso al socio Gumersindo Martín como “Abuelo Mayorga”, y a la Vocal Esther Sánchez Calle, Cronista Oficial de Plasencia, como candidata a los premios San Fulgencio. En noviembre se produce el hermanamiento con la Fundación Concha de Navalmoral de la Mata.

En la segunda parte del curso, el primer semestre de 2020, se proyecta la presentación del libro de Francisco García Lucas La Heráldica de Plasencia; el de otro arquitecto placentino afincado en Sevilla, Francisco Vázquez Uriarte; y el de Feliciano Correa Gamero, Espuelas, hoces y cuchillos, sobre la Extremadura del siglo XIX. En febrero del mismo año, se trata con el ayuntamiento el tema de la permuta de la antigua sede con la nueva en la calle Sor Valentina Mirón, y el secretario y el arquitecto municipal informan que hay que tasar la propiedad de la calle Las Peñas, 12 para poder decidir.

Las actividades propuestas a partir de febrero hasta junio incluían la Tertulia “Viaje a las Hurdes”, por F. Valverde y J. C. López Duque; y la presentación de los libros: José Giral, su vida y su tiempo en la España del siglo XX”, de Julián Chaves Palacios;  el anteriormente citado de Feliciano Correa; y El futuro sin los jóvenes.

A partir de aquí se produce un “vacío” debido a la pandemia del virus Covid-19, hasta la reunión del 23 de junio, donde someramente se expone que hasta septiembre no podría programarse ninguna actividad. En estos meses se produjo el fallecimiento del socio Fernando Flores del Manzano; y la entrega, en otoño en el Parador Nacional, del XIII Premio de Investigación Histórica, con todos los asistentes cubiertos por mascarillas. En noviembre se retoma el tema del cambio de la sede, y el ayuntamiento propone que la Asociación done la propiedad a cambio de la cesión en uso de la sede actual por un periodo de 6 años, que se iría renovando sucesivamente.[14] También se sistematiza el sistema de subvención del Premio de Investigación, a través de las pequeñas aportaciones económicas de seis empresas placentinas

Las siguientes actuaciones de la Asociación, escasas debido al latente peligro de contagio, se limitaron al tema de la permuta de sedes, entrega de premios y galardones, reuniones con el Ayuntamiento y con la Junta de Extremadura. En mayo ya se debatía en las reuniones de la Asociación que “Las Edades del Hombre” deberían celebrarse en Plasencia en 2022. Durante la última reunión del curso, en junio, acordó la presentación de dos libros: Reflexiones al aire, de Fernando Sainz de Miera, y Vida de Carpo, de Teófilo Magdaleno.

El curso 2021-2022, se acuerda pedir la Medalla de Extremadura para Fernando Flores del Manzano, a título póstumo; solicitar audiencia con el alcalde para el tema de las permutas. A finales de octubre tuvo lugar la presentación de uno de los libros de J. Mª Sánchez Torreño; y el nombramiento de J. C. López Duque como “Abuelo Mayorga 2021”. A partir de noviembre se retoman las actividades de años anteriores con la conferencia titulada “Mis viajes a Santiago del Nuevo Extremo, capital de Extremadura”, por F. Valverde; y la charla y proyección fotográfica de “La Plasencia de ayer y de hoy”, a cargo del Vicepresidente J. C. López Duque.

Durante el primer semestre de 2022 se realizaron las siguientes actividades: Conferencia sobre la figura de Alfonso X el Sabio (de Esther Sánchez  Calle); sobre los “50 años de PLACEAT”; “Placentinos ilustres”, (de Feliciano Robles); y otra del senador y catedrático Francisco Javier de Lucas Martín (retransmitida por los socios José Carlos Fernández y Francisco Ortiz). En cuanto a la presentación de libros, destaca Historia del Maquis en España, de Julián Chaves; Arcas de tres llaves, de Esther Sánchez; y la Biografía de Agustín de Córdoba.

El curso 2022-2023, se abre con los parabienes que se le dan a J. C. López Duque, por haber sido nombrado Cronista Oficial de Cabezuela del Valle (sustituyendo a Fernando Flores del Manzano). Además, se trabajó sobre temas relacionados con la longeva permuta de la sede, la comarcalización de Extremadura, y el 300 Aniversario de la Virgen de la Salud. Entre las actividades culturales hay que mencionar la presentación del libro de Sebastián González Caballero, Granadilla; y Desde la Torre de Lucía, cuarenta y dos años después, de Francisco Valverde.

En enero de 2023 sale a la luz un plano que se dibujó en 1930, muy detallado, sobre Plasencia, por Domingo Márquez Sánchez; se toma contacto con la presidenta de la Cofradía Virgen del Puerto para colaborar en la celebración de los 300 años de la construcción del Santuario; se apoyó unánimemente que la Casa del Deán fuera declarada Bien de Interés Cultural; y se presentó el Libro Azul, de PLACEAT.

A finales de mayo la Asociación se ocupa de la gestión del cuadro que representa el plano de Plasencia en 1930; y se hace un desayuno de despedida de Félix Lobo Iglesias, que fue director del Parador durante muchos años, por la amabilidad que tuvo siempre con la Asociación, y haciéndole Socio de Honor de la misma.

Los últimos datos de que disponemos están centrados en los últimos meses de 2023 (primera parte del curso académico 2023-2024). El principal punto del nuevo curso estuvo centrado en la renovación de la Junta Directiva. El único candidato a la Presidencia fue elegido por unanimidad, Juan Carlos López Duque. El resto de la Junta quedó así: Presidente de Honor, Francisco de Jesús Valverde Luengo; Vicepresidentas, María Antonia Rivera y Esther Sánchez Calle; Tesorero, Francisco Ortiz; Encargado de Redes Sociales, José Carlos Fernández; Encargado de las relaciones con todos los estamentos culturales y afiliación, Jairo Jiménez Rodríguez; Secretaria, Inés María Rodríguez Díaz; y como Vocales: Julián Gutiérrez Delgado, y Nuria López Martín.

Las actividades culturales contaron con la presentación de los libros Carlismo, milicia y diplomacia, de Juan Pedro Recio Cuesta, y La transición política en Extremadura, de Feliciano Correa También se acordó contactar con el nuevo director del Parador (Pau Arbona) para intentar poder contar con su apoyo a la Asociación. Y se hace especial hincapié en la necesidad de captar nuevos socios; así como potenciar e incrementar las Tertulias Abiertas, muy disminuidas desde la pandemia, a lo que se ofrecen Esther Sánchez y Mercedes Orantos para tratar el tema de “La Virgen de la Salud”.

En la actualidad, la Asociación sigue con vida y con unas interesantes actividades culturales, que deseamos tengan una destacada proyección en el futuro.[15]

 

 

 

3.- PUBLICACIONES Y GALARDONES

 

En este apartado tienen cabida los premios de Investigación y Divulgación Histórica “Pedro de Trejo”; así como los Galardones otorgados a personajes e instituciones que destacaron en su trabajo por la defensa de los intereses de la ciudad (“Torre del Ambroz”). Ya se ha hecho mención, a lo largo de las páginas anteriores, del origen, las convocatorias, y algunas obras ganadoras que consiguieron convertirse en publicaciones. Ahora es el momento de detallar las mismas.

En la primavera de 2007 se convocó el I Premio de Investigación sobre Plasencia y su Tierra, que contaría con el patrocinio de Caja Duero y ascendía a 4.000 euros. Además de la dotación económica se anunció que llevaría aparejada la edición por la propia Asociación, del trabajo ganador, dentro de la colección “Biblioteca Placentina La voz de Mayorga”. Los trabajos tendrían una extensión de entre 50 y 150 páginas, que versarían sobre cualquier tema relacionado con la historia de esta ciudad y su tierra, vista a través de la naturaleza, literatura, comercio, turismo, folclore, historia, geografía, arte, economía o sociedad. Los originales se entregarían o remitirían por triplicado, con el sistema de lema y plica, dirigidos a la sede, ubicada en la calle Las Peñas, 12. El plazo expiraba el 30 de septiembre. El jurado estaría compuesto por tres personas de reconocido prestigio en el mundo de la cultura, y premiaría a uno sólo trabajo con 3.000 euros, con la posibilidad de que el premio podría ser declarado desierto o concederse “ex aequo”. El jurado estuvo compuesto por los catedráticos Gloria Lora Serrano (Universidad de Sevilla), Juan García Pérez y Francisco Sánchez Lomba (Universidad de Extremadura). El fallo se hizo en enero de 2008, la víspera de San Fulgencio, y el ganador fue Gustavo Iván González Garrido, con Los poblados de la Edad de Hierro de la Alta Extremadura. La arqueología prehistórica en la cuenca cacereña del Tajo (Siglos VII a. C. a II d. C.), un tema relacionado con la tesis doctoral que por entonces estaba elaborando.

 

La IIª Edición se convocó en la primavera de 2008. El jurado estuvo compuesto por Gloria Lora (Universidad de Sevilla), Antonio Pajuelo (doctor en Derecho), y José Ramos Domingo (profesor de Periodismo y Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca). El ganador, en esta ocasión, fue Fernando Flores del Manzano, con La guerrilla patriótica en Plasencia y su partido (1800-1814). El protagonista no pudo estar presente en la entrega del premio. Además, se dieron dos menciones de honor a los trabajos “La ermita de la bella flor de Oliva de Plasencia”, y “Pastoral y anatema en la Plasencia del siglo XIX”. Tanto en la primera edición, como en la segunda, estuvieron presentes la alcaldesa, Elia María blanco, la concejala de Cultura, Flor Prieto, la directiva de la Asociación, y los representantes de Caja Duero, Francisco Aragón y José María Asenjo.

 

El 26 de febrero de 2009 se convoca la IIIª Edición, que fue resuelta el 15 de enero de 2010, por un jurado compuesto por Gloria Lora Serrano, el profesor Fernando Flores del Manzano, y el Subdelegado del Gobierno de Salamanca, Jesús Málaga Guerrero, recayendo el premio en Marciano Martín Manuel (más conocido como Marciano de Hervás), por su obra Abraham Zacuto. Astrólogo de don Juan de Zúñiga. La IVª, convocada en mayo del mismo año, se resolvió en enero de 2011 por un Jurado formado por Gloria Lora Serrano, Antonio Ventura Díaz (expresidente de la Asamblea de Extremadura), y el historiador Marciano Martín Manuel. Se alzó con el triunfo Daniel Leno González, En esta ocasión se presentaron tres trabajos. Cabe destacar, asimismo que, a partir de ahora se sistematiza la presencia de Gloria Lora Serrano en el Jurado de cada Edición, otro personaje de reconocido prestigio en el mundo de la cultura, y el ganador de la Edición del año anterior.

 

El 20 de junio de 2011 la Asociación Cultural Placentina (en adelante ACP) y Caja Duero anunciaron la convocatoria del V Premio. En diciembre se anunció que se habían presentado seis trabajos; y el jurado, compuesto por Gloria Lora Serrano, Gonzalo Santonja Gómez-Ajero, y el profesor y ganador de la pasada Edición Isidoro Fernández Millán, denominaron a Francisco Vicente Calle Calle, por su Aproximación a la iconografía de la Catedral Vieja de Plasencia: los capiteles de las naves.

 

La VIª Edición (2012) seguía siendo financia con 3.000 euros por la Banca CEISS (antigua Caja España-Caja Duero), pero además se solicitaba al Ayuntamiento que se encargara de publicar la obra ganadora de cada convocatoria. En esta ocasión se presentaron doce trabajos de: Alemania, Holanda, además de placentinos y de otras partes de España. El jurado, compuesto por Gloria Lora Serrano, Tomás Calvo Buezas y Jesús Manuel López Martín falló en María Estela González de la Granja y Felicísimo García Barriga, por El Monasterio de San Vicente Ferrer de Plasencia: análisis histórico artístico. Esta sexta edición coincidió con la creación de los galardones “Torre de Ambroz” en su primera edición, que se entregaron en el mes de abril de 2012, correspondiendo a Manuel Díaz López (expresidente de la ACP durante décadas), y al C.I.T. (Centro de Iniciativas y Turismo).

 

En mayo de 2013 se hace pública la siguiente convocatoria, bajo el patrocinio económico de CEISS. El jurado, compuesto por Gloria Lora Serrano, Francisco Vicente Calle Calle y Felicísimo García Barriga, puso de manifiesto la gran calidad de los trabajos (cinco) presentados y el dificilísimo trabajo del jurado, decantándose por Julio Esteban Ortega y su  Cáparra, más allá de la arqueología. Los premios eran entregados en el transcurso de una cena en el Parador Nacional, donde se otorgaba el Diploma y el cheque al ganador. En ocasiones el premio se entregaba en Las Claras, otras veces en el Parador, y en alguna ocasión en la Sala de la calle Verdugo (antiguo Aula de Cultura). Por su parte, los galardonados con la “Torre del Ambroz”, fueron el sacerdote e historiador Francisco González Cuesta, y la entidad financiera Caja Duero.

 

Seis trabajos se presentaron a la VIIIª Edición (2014), fallándose el premio el 23 de enero en la Sala Capitular del Parador. La decisión del los miembros del Jurado, Gloria Lora Serrano, Julio Esteban Ortega y el profesor Sebastián Redero San Román, se inclinó por Isidoro Fernández Millán, con su obra Cargos y oficios en el Ayuntamiento de Plasencia (1700-1800). En esta ocasión, las “Torres del Ambroz” fueron adjudicadas a la profesora universitaria Gloria Lora Serrano y al Colegio “Las Josefinas”, de Plasencia.

 

La IXª Edición, de 2015, ya no contó con el apoyo económico de CEISS, por lo que en vez de convocarlo en enero, se hizo en julio. El 22 de enero de 2016 los miembros del Jurado (Gloria Lora Serrano, Isidoro Fernández Millán y el profesor e historiador Fernando Ayala Vicente, otorgaron el triunfo a Cristina Erquiaga Martínez, por Los intelectuales en las Hurdes a comienzos del siglo XX: una cuestión nacional. Y Felicísimo García Barriga, por Hacer trato a pérdida y ganancia. Compañías de negocios en la Plasencia de los primeros tiempos modernos. El 23 de febrero se presentaba el libro de Isidoro Fernández Millán, premiado en la anterior edición, titulado Cargos y oficios en el Ayuntamiento de Plasencia (1700-1800). Los premios “Torres” fueron, en este año, para el sacerdote Rafael Prieto Ramírez, y para El Aula Literaria “José Antonio Gabriel y Galán”.

 

También la décima convocatoria se hizo en verano; y se presentaron 6 trabajos al  Jurado (compuesto por Gloria Lora Serrano, la Rectorada de la UNED de Plasencia, Consuelo Boticario Boticario y Cristina Erquiaga Martínez), Como la CEISS dejó de financiar el premio, la IX y la X edición se hizo a partir de un convenio establecido por la mediación del alcalde entre la Asociación y el recién creado Círculo Empresarial Placentino. El fallo tuvo lugar en el Parador el 20 de enero de 2017, y correspondió a Carlos Martín Hernández, por su obra Paredes Guillén, 1840-1916. Su lugar en la arqueología extremeña. El acto de la entrega del premio se celebró en el Centro Cultural Las Claras el 23 de febrero, y al mismo asistió el presidente del Círculo, Eugenio Hernández, quien se comprometió a mantener el mecenazgo de la XII Convocatoria.[16] Las “Torres fueron para Fernando Flores del Manzano y el IES “Gabriel y Galán” de Plasencia.

 

Desde la duodécima edición, el coste de la misma se repartió entre “Distribuciones Dyesco”, “Electro y Termo Mercantil”, “Librería El Tintero”, “Desguaces Hierros Díaz, Restaurante La Isla”, y Construcciones PRONOEX”. En las siguientes ediciones se añadiría “Hotel Los Álamos”, que se mantendrían como mecenas hasta la XVII edición, de 2023. La de 2017 (XI), tuvo por ganador Fermín Marín, consu obra La Mesta y Plasencia y su Tierra. La de 2018 (XII), le fue otorgada por el Jurado a Felicísimo García Barriga, por su trabajo Plasencia y su tierra en los primeros Tiempos Modernos. En la siguiente (XIII), correspondiente a la convocatoria de 2019 y cuyo fallo se produjo en 2020, se presentaron cinco trabajos, y el Jurado, compuesto por Gloria Lora, Felicísimo Barriga y Alfonso Párraga, otorgó el galardón a  Antonio Sánchez de la Calle, por su obra Las revistas dePlasencia. Siglos XIX-XXI. El premio se hizo entrega con unos meses de retraso (en noviembre de 2020), por la pandemia del Covid-19, en el Parador de Turismo, con todos los asistentes cubiertos por máscaras. Las “Torres” de estas tres ediciones (2018, 2019 y 2020), correspondieron a Jesús de Castro García, Francisco Alonso Alonso y José Julián Barriga Bravo, en la modalidad individual. En la colectiva se otorgaron al Parador Nacional de Turismo, al Complejo Cultural Santa Ana, y al Colegio de San Calixto.

 

En 2020 se convocó la decimocuarta edición, los miembros del Jurado (Gloria Lora, Laura Tirado, como directora del Museo Etnográfico, y José Antonio Sánchez de la Calle, profesor, historiador y ganador del año precedente, otorgaron el premio, en 2021) a  Francisco Vicente Calle Calle, por La Catedral Vieja de Plasencia: iconografía de las bóvedas. En ese mismo año se convocó el decimoquinto premio, que se falló e hizo entrega del mismo en 2022, por un Jurado formado por Gloria Lora, Esther Sánchez Calle, (Cronista Oficial de Plasencia), y Francisco de Jesús Valverde Luengo (Presidente de la ACP); y que recayó en Marciano Martín Manuel (conocido como “Marciano de Hervás”), por su obra La madroña y el Peropalo. La décimosexta edición contó con un Jurado compuesto por Gloria Lora, Juan García Pérez (catedrático de la Universidad de Extremadura), y el investigador del pueblo judío Marciano Martín Manuel. El premio se lo llevó la Inspectora de Educación e historiadora, Luisa Clemente Fuentes, por La atención expósita en la ciudad de Plasencia: desde el poder eclesial al estatal (primera mitad del siglo XIX). Y la última edición (XVII), convocada en 2023, y cuyo Jurado estaba integrado por Gloria Lora, Esther Sánchez, y Luisa Clemente Fuentes, fue para José Antonio Sánchez de la Calle.

 

Los galardones “Torre del Ambroz” correspondieron (años 2020, 2021, 2022 y 2023, pero entregados al año siguiente), a Víctor Chamorro, Álvaro Valverde, Fernando Pizarro, y María Antonia Rivera Castro, en la modalidad individual. Mientras que en el ámbito colectivo fueron para la Unión de Cofradías de Semana, el Círculo de Empresarios Placentinos, PLACEAT, y la Devoción de Nuestra Señora de la Salud.

 

 

            4.- CONCLUSIÓN

 

Aunque con otro nombre, la Asociación “Pedro de Trejo” ha sobrevivido desde 1941, la friolera de 83 años. Y si nada lo impide, es muy posible que pueda alcanzar un siglo de vida. Por ella han pasado cientos de personas con importantes inquietudes culturales por la Ciudad del Jerte y sus Comarcas, además de su interés por la región extremeña y otros eventos de carácter nacional, e incluso internacional. Son ya varias generaciones las que han integrado sus componentes, como directivos, vocales, socios o simpatizantes. Desde sus filas se han realizados infinidad de excursiones, conferencias, tertulias, presentaciones de libros, ediciones de diferentes revistas y, desde hace diecisiete años, la constitución de una interesantísima Biblioteca placentina y extremeña, cuyos autores se basan en el rigor, la ciencia, la seriedad y la profesionalidad.

 

 

La marcha de la ACP pasó por momentos delicados, especialmente en el tránsito del siglo XX al XXI, donde casi nadie apostaba por su supervivencia. Sin embargo, una nueva “hornada” de socios, preocupados por hacerla resurgir, consiguieron llevarla a unos niveles difícilmente alcanzables. En estos 83 años de vida, me permito destacar la labor de tres presidentes cuyos nombres merecen consignarse en letras de molde (sin desmerecer la de otros anteriores). El primero, Manuel Díaz López, que con sus casi cuarenta años de dirección, supo llevar la organización con mano firme y certera, aunque al final se produjera la decadencia por los motivos expuestos anteriormente en este trabajo. Francisco de Jesús Valverde Luengo, que a lo largo de casi veinte años supo insuflar un nuevo aire a la Asociación. Y Juan Carlos López Duque, quien desde hace un año encarna la continuidad y la marcha ascendente de la misma. Ellos representan el pasado, el presente y el futuro de esta longeva “Comunidad Cultural”, que nació, vive y permanecerá “Sembrando Inquietudes”.

 

APÉNDICE FOTOGRÁFICO

  

1.- Antiguo emblema de la ACP

 

2.- Nuevo emblema de la ACP

 

3.- Junta Directiva de la ACP años 50-60

 

4.- Directiva de la ACP 2008

5.- Convocatoria Premio de Investigación Histórica P. de T.

 

6.- Fallo del Premio Torre de Ambroz

 

7.- Manuel Díaz López

 

8.- Francisco de Jesús Valverde Luengo

9.- Juan Carlos López Duque

 

 

[1] SÁNCHEZ DE LA CALLE, JOSÉ ANTONIO. Las Revistas de Plasencia (siglos XIX-XXI). Plasencia, 2020. Asociación Cultural Placentina “Pedro de Trejo”, Plasencia, 2021, págs. 100-111.

[2] VALVERDE LUENGO, FRANCISCO DE JESÚS. “Veinticinco (Asociación Cultural Placentina “Pedro de Trejo”. En Alminar, Revista de Cultura de la Institución “Pedro de Valencia” y el Periódico Hoy, número 10. Pág. 26. Entre las actividades, organismos, instituciones y actos en los que participó, la Asociación se relacionó o intervino en los Congresos Históricos Extremeños, el Colectivo Alimoche, la Asociación de Caballeros del Monasterio de Yuste, el Seminario Diocesano, la Asociación Hispania Nostra, la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales, el Ayuntamiento de Plasencia, la Diócesis placentina, Cáritas Diocesana, las diversas Asociaciones de Vecinos, el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros de Plasencia, la Real Academia de Extremadura, la Asociación Cultural San Gil de Béjar, las diversas Consejerías de la Junta de Extremadura, la Comisión Provincial de Bienes Inmuebles de Interés Histórico-Artístico, el Club Taurino Placentino, la Sección Filatélica, la Diputación Provincial, los diarios Extremadura y Hoy, la Asociación Española de Amigos de los Castillos, la Academia Vélez de Guevara de Écija, la Asociación Cultural Rodrigo Alemán, la Escuela de Bellas Artes del Complejo Cultural Santa María, la Asociación Española de Críticos de Arte, la Institución Cultural Santa Ana de Almendralejo, el Cuartel de la Constancia y el posterior Centro de Instrucción de Reclutas de Plasencia, los diferentes colegios e institutos de enseñanza de la ciudad, la Escuela de Piragüismo, la Asociación Amigos en Marcha, la Cofradía de Nuestra Señora del Puerto de Madrid, la compañía Tabacalera, Exfilme 90, la Asociación La Serrana, la Real Academia de las Letras y las Artes de Extremadura, el periódico local Dos Semanas, la Asociación de Amigos de Don Benito, la Universidad de Extremadura, la Caja de Ahorros de Salamanca, la Asociación Placentina Coordinadora del Carnaval, la Plataforma Ciudadana de Plasencia, el VIII Centenario de la fundación de Plasencia y el de la erección de su Diócesis, la UNED de Plasencia, la Devoción de Nuestra Señora de la Salud de Plasencia, el Conservatorio de Música “García Matos”, la Escuela de Danza Extremeña, Radio Nacional de España en Plasencia, el Aula Médica Placentina, la Asociación “As-Hurdes”, la Hermandad de Donantes de Sangre “Virgen del Puerto”,  el Patronato de la Casa Museo “Gabriel y Galán”, el Hogar del Pensionista,  la Confederación de Cámaras de Comercio de España, ADENEX, la Asociación Amigos del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, la Asociación de Amigos del Valle del Jerte, las diversas cofradías de Semana Santa de Plasencia, la Fundación Xavier de Salas de Trujillo, la Asociación de Amigos del Prado, la Editora Regional de Extremadura y la Cofradía de la Virgen del Puerto.

[3] Durante los primeros diez números (a lo largo de 1980), el diseño fue plenamente artesanal, y los ejemplares eran confeccionados a multicopista en la trastienda de una juguetería y compaginados alrededor de una mesa en la Asociación, con el trabajo de todos los directivos, agrupando folios, y grapando el cuadernillo. A partir del número 5, junio de 1980, hasta el número 20, febrero de 1982, el encabezamiento, con el título y el escudo, venía ya con un diseño de imprenta, cuyo título aparecía con el color rosa-rojizo, pero todavía se mantenía la confección a base de máquina de escribir. En la siguiente etapa, la revista se confecciona en Madrid, en una imprenta “rápida” de la Puerta del Sol, lo que permitía publicar alguna fotografía y ofrecer una mayor amenidad y grafismo a los socios. Desde el número 21, y gracias a los ingresos generados por la publicidad que en sus páginas se insertaba, la edición se realiza por la Impresora APROSUBA II Minusval II, una institución benéfica que en Don Benito mantenía unas instalaciones de ayuda a disminuidos físicos y mentales. La cuarta y última etapa arranca desde el número 67 (abril de 1987) al 97, y en ella los ejemplares se imprimen en VIMAR, una imprenta de Plasencia, destacando el diseño de la portada (título blanco sobre fondo rojo, frente a antiguo rojo sobre blanco).

[4] Un socio del colectivo, Secretario de la Directiva, reflejando la gravedad del abandono de numerosos integrantes de la Asociación, escribía una composición poética en octavas titulada Todos se Marchan, que decía así: ¡Qué pocos vamos quedando, / cuando tanta gente fuimos! / Cuántos se han ido marchando / hacia su postrer destino / y nos dejaron llorando / en la mitad del camino / desesperados, luchando, con nuestro privado sino, / ¡Qué pocos vamos quedando, / cuando tanta gente fuimos! / Mas, los que vamos quedando / tenemos algo divino / que nos dejaron de herencia / aquellos que ya se han ido: / Su cordialidad y jovialidad / con amigos y vecinos. / ¡Qué pocos vamos quedando, /cuando tanta gente fuimos!

 

[5] La Junta Directiva de la Asociación estaba compuesta en enero de 1980 por las siguientes personas: Presidente: Manuel Díez López; Vicepresidente, José Luís García Martín; Secretario, Gumersindo Martín Hernández; Vicesecretario, Manuel Domínguez Gunilla; Vocales, José Luis Castiñeira Martín y Guillermo Clemente Alonso, y Censores de Cuentas, Luis Martín Hernández, Francisco Herrera y Nicolás Ovejero Granados. En diciembre de 1981, tras nuevas elecciones, la Directiva queda conformada por el mismo presidente, como Vicepresidente, Gumersindo Martín Hernández; Secretario, Martín Castiñeira Martín; y el resto del equipo lo componían Manuel Domínguez Gunilla, José Luis Castiñeira Martín, Guillermo Clemente Alonso y Luis Martín Hernández. Tres años más tarde, en 1984, fue elegido Vicepresidente, Jesús Durán Sánchez. De hecho, en la segunda mitad de 1987, de los seis socios que iniciaron el proyecto original, sólo tres seguían perteneciendo a la Asociación: Manuel Díez López, Cándido García Barrado y Emilio Muñoz Pérez (estos dos últimos fuera de Plasencia). Fernando de la Cámara Rocha ya había muerto, y los otros dos (Crispín de la Calle Martín y Dionisio Pereira Fernández) habían abandonado la Asociación. (4)  A mediados de 1988 los miembros de la presidencia eran los mismos, aunque los dos vocales eran Manuel Domínguez Gunilla y Eusebio Fraguas López. Dos años más tarde, permanecían el mismo Presidente y Vicepresidente; el Secretario General era Álvaro Espinosa Gómez; el Tesorero, Martín Castiñeira Martín; el Vicesecretario, Eusebio Fraguas López; y los Vocales, Luis Martín Hernández y Manuel Domínguez Gunilla; los dos Censores de Cuentas eran Francisco Herrera Rodríguez y Luis Masa Remedios. Véase La Voz de Mayorga. Boletín Informativo de la Asociación Cultural Placentina “Pedro de Trejo”, números 70 y 78, de julio de 1987 y de junio-julio de 1988.

[6] Los asistentes eran: Guillermo Clemente, Jesús Durán Sánchez, Alejandro Portalatín García, Juan Sánchez Huerte, Jesús Barrón Rodríguez, Francisco de Jesús Valverde Luengo, Pedro Luna Reina, Silvestre Domínguez Martín, Luis Martín Hernández y Gumersindo Martín Hernández.

 

[7] Para ver diferentes datos de este apartado, véase el artículo de SÁNCHEZ DE LA CALLE, JOSÉ ANTONIO y LEONATO GONZÁLEZ, Mª ROSARIO. “La Voz de Mayorga. Tres lustros de Historia en la ciudad del Jerte”. En XXX Coloquios Históricos de Extremadura, 2001, págs. 533-576. Véase también, SÁNCHEZ TORREÑO, JOSÉ MARÍA, “Premio “Pedro de Trejo”. Una década de su historia”. En Memoria Histórica de Plasencia y las Comarcas. Año 2018, págs. 259-280.

[8] En ese momento el Aula de Cultura acogía la sede del  Ateneo Ciudad de Plasencia, y anterior  Salón Cultural de la Caja de Ahorros de Extremadura).

[9] El deslinde de gastos fue el siguiente: Premio (cheque entregado al ganador): 3.000 euros; Jurado (reunión para la votación: 439,55 euros; Jurado (gastos noche anterior): 130 euros;  Jurado (Gastos viajes y dietas): 702,60 euros; Tarjetas telefónicas: 10 euros; Material de embalaje: 36,36 euros; Correo: 67,50 euros; y Cena de entrega y Hotel Jurado: 740,92 euros.

[10] El dinero en Caja Extremadura, 1.833,92; en cuenta de Caja Duero, 4.000; en ingresos en el año 2009, 2.500; y la aportación de Caja Extremadura, 900. En cuanto a los gastos: Premio de Investigación y Divulgación, 3.003 euros; en Gastos relacionados con el premio, 2.000; en Gestión de recibos y cobro, 300; en Seguro de la Sede, 250; en Electricidad, 150; en agua y basura, 125; en Sección de fotografía, 1.000; en Sección de Visual e Informática, 1.000; en conexión Internet, 500; y en Gastos varios e imprevistos, 1.010.

 

[11] Durante el curso 2013-2014, el presupuesto que se manejó era de 6.700 euros. El saldo existente a finales de 2013 en Caja Duero-Caja España era de 1.376,74 euros; el de Caja Extremadura, 2.241,92.

[12] Véase página web  http://lavozdemayorgaoficial.blogspot.com

[13] Véase dirección del canal: https://www.ivoox.com/pedro%20de%20trejo_sw_2_1.html

 

[14] El Tesorero informaba que las cuentas de 2020 y 2021 estaban muy “saneadas” debido a la falta de actividades por la pandemia.

[15] Doy las gracias a la Junta Directiva, representada por su actual Presidente, Juan Carlos López Duque, por haberme permitido trabajar con las Actas de la Asociación, para la realización de este trabajo. He consultado esta documentación desde 2004 hasta la primera parte del curso 2023-2024. También quedo agradecido por las numerosas conversaciones que he mantenido con José María Sánchez Torreño, Juan Carlos López Duque, y Francisco de Jesús Valverde Luengo.

[16] El Círculo Empresarial Plasentino había nacido con la connivencia de 41 empresas en enero de 207, para dinamizar, defender y promocionar a las empresas y la economía de la zona norte de la provincia de Cáceres. La presidencia recaía en Eugenio Hernández, la Vicepresidencia, en Antonio Macedo, la Tesorería y el Secretariado, en José Miguel Carrero, y como Vocales: Antonio Manuel Gutiérrez y Miguel Ángel Rodilla. La primera actividad fue el mecenazgo de  del X Premio de Investigación Histórica “Pedro de Trejo”). Véase J. M. S. Torrreño. Op. Cit. pág.279-280.

 

Nov 132024
 

 

Manuel Jesús Ruiz Moreno

 

  1. INTRODUCCIÓN.

El “hacha de armas” es el nombre que recibe un instrumento militar usado ampliamente durante el siglo XIV y XV en Europa, como arma de guerra en las batallas  y en los duelos a pie.

Pocas hachas de armas se han conservado, físicamente, pero su representación escultórica y pictórica es muy frecuente durante el siglo XV. En este trabajo se realizará un estudio sobre su morfología, utilización y razón de su presencia en la pintura de la tabla de la Resurrección del Señor en el retablo de la iglesia de Santa María “la Mayor” en Trujillo.

 

  Imagen 1. Tabla de la Resurrección, de la Iglesia de Santa María la Mayor (Trujillo), con detalle del soldado armado con el hacha de armas. Fotografía propiedad del autor.

  1. EL AUTOR DEL RETABLO.

 

El retablo de la iglesia de Santa María La Mayor, de Trujillo (Cáceres) fue atribuido, por José Ramón Mélida en 1915, al pintor salmantino Fernando Gallego. En palabras de M.ª del Mar Lozano Bartolozzi, Catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Extremadura: “Fernando Gallego es considerado por la crítica historiográfica como uno de los principales españoles de la segunda mitad del ‘400[1]. Para Sanz Fernández, Fernando Gallego es uno de los artistas castellanos que más brilla con luz propia en lo que al “nuevo arte” se refiere, es decir el estilo hispano-flamenco de finales del XV. Fernando Gallego había trabajado anteriormente en las Catedrales de Plasencia, Coria y Zamora, antes de abordar el trabajo de Trujillo [2]. Pero anota que aunque Fernando Gallego debió ser la mano que diseñó y llevó la dirección del conjunto, no pintó todas las tablas, ya que se observa trabajos de varios artistas en las tablas de este retablo [3]. Sanz Fernández nos desvela también, que en esta obra puede descubrirse la mano del maestro Bartomeus, conocido también como el pintor de las Armaduras o de los Rostros Siniestros[4]. Para Pilar Silva Maroto, es bastante posible que ambos maestros pintores: Fernando y Bartolomé, se repartieran en plano de igualdad las pinturas de los retablos de Ciudad Rodrigo y Trujillo, pero en su opinión, al observar los trabajos efectuados en la tablas de Trujillo, el papel principal debió corresponder a Fernando Gallego y su taller[5]

En cuanto a las fuentes de las que bebió Gallego para inspirarse a la hora de llevar a cabo su trabajo, Sanz Fernández opina, que sus dibujos están muy influidos por los artistas de origen nórdico y neerlandés, con una libre imitación de las obras que debió conocer a través de grabados, tapices y pinturas que fueron llegando a las manos de la nobleza castellana, sobre todo a Salamanca, y su entorno cercano [6]. Ramos Rubio anota que, aunque algunos autores le hacen ser discípulo de Durero, el opina que no fue así, y que su aprendizaje va más en la linea de otros pintores que le precedieron como Nicolás Francés, Jorge Ingles y Nicolás Florentino[7].

 

            III.      LA TABLA N.º 4 DEL RETABLO MAYOR DE LA IGLESIA DE SANTA MARÍA (TRUJILLO)

 

La tabla n.º 4 (según la ordenación de Sanz Fernández), corresponde con la pintura dedicada a la Resurrección del Señor. El retablo completo comprendía: siete tablas dedicadas a la Pasión, trece a la vida de la Virgen, más seis tablas en las que se representaban a los cuatro evangelistas y dos padres de la iglesia.

Opina Sanz Fernández que el tema de esta tabla de la Resurrección, al igual que las otras tablas del mismo asunto existentes en los retablos de Ciudad Rodrigo (1480-1488) y Zamora (1490-1494?), pintadas por el taller de Fernando Gallego, está influido por el grabado de Martín Shongauer. La tabla del Altar Mayor de Santa María es fechada por Sanz Fernández a partir de 1490, mientras que Ramos Rubio establece una horquilla desde 1475 a 1480 para su realización[8]. Esta obra es, en gran medida, del propio Fernando Gallego, junto con un colaborador de su taller, el primero, se haría cargo de la composición y del dibujo, y el segundo del modelado y la terminación a color [9].

Por el contrario, la tabla del Altar Mayor de la Catedral de Zamora, hoy en Arcenillas (Zamora), se debe a principalmente a un colaborador del taller de Gallego, y la del Altar Mayor de la Catedral de Ciudad Rodrigo es atribuida al Maestro Bartolomé (no confundir con Bartolomé Bermejo). En todas ellas la figura de Cristo Resucitado ocupa el centro de la pintura, respondiendo al modelo supra sepulcrum (de pie sobre el sepulcro), variando la posición del grabado base, de Shogauer, que le sitúa como uno pede extra sepulcrum, es decir, con un pie fuera del sepulcro [10]. Los soldados que vigilan el sepulcro no van vestidos de romanos, sino que son representados con el equipo militar del ultimo cuarto del siglo XV [11].

Entre estos soldados, al lado derecho del observador se muestra uno, con armadura del siglo XV, celada con visera levantada, bavera, peto metálico encima de una cota de malla, brazales metálicos, manoplas de las llamadas de reloj de arena, con rodeletes protegiendo la cara externa de la mano, quijotes, rodilleras y grebas metálicas, pero sin escarpines, sobre todo se cubre con un manto rojo anudado en la parte delantera por una serie de cordones.  Como armas solo se observa que porta un hacha de armas.

 

  1. ¿QUÉ ES UN HACHA DE ARMAS?.

El hacha de armas puede ser considerado como la versión medieval de un arma de asalto moderna.  Nació como respuesta al incremento defensivo que proporcionaban las placas metálicas en los combatientes del siglo XIV, desplazando en su función ofensiva a la espada y convirtiéndose en el arma propia del caballero, con la que demostraba su destreza y valor [12].

Ewart Oakeshott en “The archaeology of weapon” menciona que el hacha, aunque en un principio había sido rechazado por los guerreros continentales como arma principal de su panoplia, entre los siglos IX y X, siguió usándose por los sajones y escandinavos [13]. Siendo de la opinión que las hachas de armas (pole-axe) era simplemente hachas enastadas descendiente de las hachas de corte vikingas [14].

John Waldman es de la misma opinión y piensa que este arma proviene del hacha danesa de hoja ancha de la alta Edad Media, y que este arma evolucionó hacia el hacha de armas (pole-axe) siendo alrededor de 1400 cuando empieza a ser un arma característica del campo de batalla europeo [15].

Para intentar describir este arma podemos consultar en la wikipedia, en la que en el momento de escribirse esta comunicación, encontraremos una entrada como “hacha de armas”, pero describe una arma diferente a la que estamos estudiando. Definiéndola como la versión militar de las tradicionales hachas de leñador, pero añadiendo que “en su versión de hacha de guerra, además de la hoja principal tiene uno o dos “petos” (púas, pinchos, picos) adicionales, colocados en el opuesto de la cuchilla y otras veces lo tiene además en la parte superior del asta y sirve para estoquear”.

 

 Imagen 2. Hacha de armas, según la definición de Wikipedia. En realidad sería un battle – axe (hacha de batalla). Fotografía propiedad del autor

Profundizando en busca del arma de nuestro estudio, también en wikipedia, veremos que existe otra entrada: “hacha de petos”, que en esta ocasión si es similar a la de nuestro trabajo. Y la define así: “Un hacha de petos o hacha larga de armas era un hacha larga de a dos manos, con cabeza armada de distintos petos (cuchillas, púas y mazas opuestas a la hoja, afiladas o sin afilar), normalmente modulares, cuya asta está ferrada (refuerzos metálicos sobre la vara) y que posee una especie de rodela sobre el tercer y último tercio para proteger y sujetar la mano de asir. La usaban los infantes de a pie entre los siglos XIV y XVI, sobre todo en Francia, para duelos y justas, así como esgrima”.

Esta denominación (hacha de petos), ha sido elegida por el autor de dicho enlace, ante la dificultad de nombrarla en castellano: “… he escogido de petos, porque hace referencia a la complejidad de sus cabezas armadas, para referirse a la poll-axe, en lugar de otros términos más genéricos o que ya son empleados comúnmente[16]. Dando el significado de petos a las parte de la cabeza opuesta al hacha, pudiendo ser “cuchillas, púas y mazas opuestas a la hoja, afiladas o sin afilar”.

Pero si buscamos el uso de la palabra “petos”, veremos que es empleada normalmente con otros significados. Hernando Garrido nos indica que la falx vineatoria o potatera romana, consistía en una podón, dotada de ecuris, es decir una pequeña hachuela en la zona opuesta a la hoja, que servía para atacar las partes duras de las vides, conjunto que habitualmente se denomina “podadera con peto[17]. Es decir el “peto” es el hacha. Del mismo parecer es González Ferrero, quien recoge el término “peto” para la “pequeña hacha de la podadera”. Aunque también anota que en Zamora se utiliza el vocablo “peto” para denominar al “pico o martillo del azadón[18]. Luego la denominación “hacha de petos” para el “hacha de armas” sería correcta, pero un tanto forzada, a nuestro parecer.

 

 Imagen 3. Podadera con peto. Imagen románica de la iglesia de la Asunción de Duratón (Segovia).

Podemos buscar también otras definiciones del término “hacha de armas” en el “Vocabulario militar castellano”, de Gago-Jover, se indica que era: “especie de hacha, que por un lado tenía una cuchilla de forma trapezoidal con el filo paralelo al mango, y por el otro una cabeza de martillo. Se utilizaba para desarmar al enemigo, rompiéndoles las armas que lo defendían[19].

En el Diccionario militar de Hevia se recoge el término hacha de armas como: “Instrumento ó arma de mano, que se usaba antiguamente en la guerra, de la misma hechura y forma que el hacha de cortar leña , y servia en los combates de tierra para desarmar al enemigo, rompiéndole las armas que le defendían el cuerpo. La hacha de armas por un lado tenia la forma de un cuño, y por el otro la de un martillo con punta e media luna, y su mango las mas veces era de hierro[20].

Carlo Calizzano en su estudio sobre las armas blancas cita la “bárbola” como arma utilizada por la infantería medieval, que constaba de una “segur” o hacha, en un lado, y un martillo en el otro, prolongándose en la parte superior del asta con una larga púa para realizar estocadas [21], en una clara descripción de lo que entendemos actualmente por un hacha de armas.

Mas comedida es la descripción recogida por la Historia del Léxico militar en el español aúreo de López Vallejo, quien define el término como: “Hacha o herramienta constituida por una cuchilla maciza de filo algo curvo y un ojo donde se pone el asta, empleada en la guerra para destruir las armas defensivas del enemigo”.

Según las definiciones anteriores podemos definir de forma básica que el “hacha de armas” es un arma de asta cuya cabeza tiene en un lado un hacha, y a su espalda un martillo, a lo que añadiremos mas detalles de su morfología en los apartados siguientes.

 

  1. EL TÉRMINO “HACHA DE ARMAS” EN LAS CRÓNICAS CASTELLANAS

El término “hacha de armas”, según Francisco de Lanuza deriva de la voz “facha de armas”, con la que era conocida en los primeros momentos de la Edad Media [22].

Con esa denominación “facha de armas” aparece en los apéndices de la Crónica de D. Álvaro de Luna, que llevan por título “Seguro de Tordesillas del Conde de Haro, Don Pedro Fernández de Velasco”, en el capítulo XI que trata “De la entrada del Infante (D. Enrique), e de como fue recibido, e de lo que dixeron al Rey (de Navarra), e de lo  que el Rey les respondió”, se refiere que en el palacio del rey, en Tordesillas, hacían guardia gentes de armas a ambos lados del corredor “todos armados salvo las armaduras de cabeza, con sus fachas de armas en las manos”. Fachas de armas que también aparecen mencionadas en el inventario de 1478 de los bienes de Álvaro de Estúñiga, duque de Arévalo y conde de Plasencia: “cuatro fachas de armas, una facha de armas luenga, un hacha de mano”[23]. Así como en las Crónicas de los reyes de Castilla donde se dice que en la conquista de Loxa por los Reyes Católicos,  en 1486, Fernando fue acompañado por un Conde de Inglaterra, conocido como el Conde de Escalas, que estaba en Castilla por aquel tiempo “para servir a Dios y facer guerra a los moros con trescientos hombres artilleros e flecheros muy esforzados”. Al intentar poner los castellanos su real (campamento) cerca de la población que iba a ser asediada, los moros salieron para impedirlo atacando a las fuerzas cristianas, “e como el Conde de Escalas vido la pelea, dijo, que pues la pelea estaba trabada y los moros se defendían, que quería pelear a uso de su tierra y descabalgó del caballo armado en blanco, y con una espada ceñida, e una hacha de armas en las manos, y con una cuadrilla de los suyos, así mismo armados de blanco con sus hachas, se lanzó delante de todos en los moros, y con viril y esforzado corazón, dando golpes en unos y otros, matando y derribando, que ni le faltó corazon ni fuerza”. De esta manera consiguieron hacer huir a los moros, “murieron muchos moros en esta entrada, e algunos cristianos, e fue herido el Conde inglés de una pedrada, que le quebraron un diente; e murieron tres o quatro hombres de los suyos[24].

 

 Imagen 4.  Dibujo basado en una escultura de un caballero con hacha de armas del sepulcro del infante Alfonso. Cartuja de Miraflores. Obra de Gil de Siloe de finales del siglo XV. Propiedad de Lucía Mateos Ruiz

Recoge López Vallejo que la facha de armas es mencionada en la obra “Historia Melosina”, anónimo de las últimas décadas del siglo XV: “Falso el golpe del gigante & saltó del otro costado & le dio tan grad golpe de su espada sobre la manga del hacha de armas que la partió en dos partes”. Así como en la Honra militar de Urrea (1566), y en el Compendio de disciplina militar de Mosquera (1596) [25].

Aunque también es cierto que en muchas ocasiones se utilizaba solo el término “acha”, como así aparece en las “Letras de batalla” que se enviaron Francí Desvall y Joan de Boixadors en 1428, en las que se desafían con una batalla a ultranza y utilizarían como armas ofensivas: “lança ab acha, spases, dague” (lanza, acha, espada, daga) [26]. O incluso el término “atxas” (hachas), como en la batalla entre los castellanos Sancho de Saravia y Pedro de Sant Sthevan, en 1469 [27]. Sabemos que el término atxa se refiere a un hacha de armas, por la mención de Pedro Maza en 1424 que dice: “una atxa , cascuna ab destral, martell e daga”, es decir un hacha con destral (hoja del hacha) martell (martillo) y daga (el pico del asta) [28]. Misma definición que nos da Pere de Rous en 1439 cuando define el arma con el que se enfrentará con Felip Boyl: Les atxes “deven ésser de forma de martell dret a una part (martillo de un parte ) e daga en mig (y daga en medio) e destrall a la parte altra (y hacha a la otra parte)” [29]

 

 Imagen 5.  Dibujo basado en una miniatura de los libros miniados del Monasterio de Guadalupe (Cáceres). Del M.G. Cantoral 5. Beso de Judas y Prendimiento de Cristo (s.XV). Se observa un guardia con un turbante en la cabeza portando un hacha de armas. Propiedad de Lucía Mateos Ruiz

 

  1. HACHA DE ARMAS Y POLEAXE

En Inglaterra el hacha de armas era conocida con el término “poleaxe”, siendo denominada en Alemania como “fussstreitaxt”, “ascia da fante” en Italia, y “hache de piaton” en Francia. Steven Planchin, apunta que también fue conocida como “hacha noble[30].

Una de las primeras referencias que tenemos sobre este arma es en una crónica que cita a Ricardo I, y a Geoffrey Chaucer, en 1386, y en la que aparece con el término “poll-ax[31]. Sobre esta variación de denominaciones: pole-axe y poll-axe, Daniel Howard nos indica que el problema de estas imprecisiones se debe al cambio de significado de las palabras empleadas, para definir este arma, a través de los siglos. Según su entender, las palabras “pole” y “poll” no son sinónimas, pole se refiere al asta, pole-axe sería un hacha con asta o hacha enastada. Mientras que poll hace referencia a la cabeza del arma. Además, puntualiza que el término “hammer” ha modificado su uso desde la Edad Media, en aquellos momentos “hammer” era el vocablo utilizado para designar al pico puntiagudo, mientras que el martillo era conocido por  la palabra “poll”, y por  ello la denominación “poll-axe” hace referencia en exclusividad a un hacha con un martillo a su espalda. De este modo el arma con un martillo y un pico se denominaría como un “poll–hammer”, lo que en castellano se conoce como “martillo de guerra”   [32].

A este respecto Hugh Knight opina que el término “poll-axe” no es el nombre dado a un solo tipo de armas, sino que abarca varios modelos, entre los cuales podemos diferenciar tres tipos principales: aquellos que enfrentan en la cabeza del arma un hacha y un martillo; un hacha y un pico; y aquellas con un pico y un martillo. Todas ellas con una punta en la parte superior de la cabeza [33].

 Imagen 6. Dibujo en el que se representa un caballero con equipo de finales del siglo XIV con un hacha de armas en las manos. A su derecha detalle de una reproducción de la cabeza de un hacha de armas.  Propiedad del autor

Esta diferenciación de variables no es del todo compartida por todos los investigadores. Sydney Anglo, por ejemplo, en “The Martial Arts of Renaissance Europe” solo distingue dos tipos principales de pole-axe: las que portan como arma principal un hacha, siendo equilibrado por un martillo, un pico o un gancho; y los que llevan un martillo y en su parte opuesta un pico [34].

Esa primera división en la que aparece el hacha, balanceada por un martillo o un pico de halcón es lo que Mario Troso denomina “ascia da fante” (hacha de infante) [35]

De igual opinión que Anglo es Christopher Gravett, en “El auge de los Tudor”, quien  indica que los pole-axe o “ravensbill” tenía dos variantes: una combinaba una punta de lanza con la hoja de un hacha y un martillo detrás, y la otra un un pico y un martillo a su espalda [36]. Por el contrario Laking apunta que el “ravynbill” era un modelo del hacha de armas pero con un asta más corta [37]. Variantes también contempladas por Van Dijk, quien define el hacha de armas (poll-axe) como un arma de asta, de longitud similar a la altura del hombre que la esgrime, y en la que se pueden distinguir tres elementos principales en su cabeza: una hoja de hacha o un pico, un martillo a su espalda y una punta en su vértice [38].

Para englobar todos los tipos de estas armas, Tsouriadis propone denomimarlas como “axe-hammers” (hachas-martillo) [39].

 

  1. HACHA DE ARMAS Y BEC DE FAUCON

Inicialmente cada variación de este arma tenía su nombre propio, por un lado estaba la combinación de hacha y martillo conocida como “poll-axe” o “hache”, y por otra, el arma que tiene su cabeza armada con un pico y un martillo a su espalda que recibe el nombre de “becq de faucon” en francés; “raven´s beak” en inglés [40]; “fubstreithammer” en alemán [41]; y “pico de halcón”o “pico de cuervo” en castellano, según anota Martín de Riquer [42]. Añadimos también que Clive Thomas en su estudio sobre los martillos de guerra los denomina “footman´s hammers” (martillos de hombre a pie) [43].

En ocasiones el “bec de faucon”, también podía recibir el nombre de “bec de corbin” (pico de cuervo) en función de la forma del extremo de ese elemento ofensivo [44]. Siendo más alargada e inclinada el faucon, a modo del pico de un halcón, y más pequeño y recto el de cuervo, como el del ave que sirve para denominarle [45].

 

 Imagen 7. Recreacionista del Grupo Fronteros de Extremadura (Rodrigo Ruiz Domínguez) mostrando equipo de principios del siglo XV, portando un becq de faucon.  A su izquierda se muestra la cabeza de un becq de faucon diseñado por el Grupo de Recreación Fronteros de Extremadura y construido por el herrero David Sánchez Torres. Propiedad del autor

Pero encontramos un problema a esta diferenciación de términos en un manual francés, anónimo, del siglo XV, titulado: “ La Doctrine et l’industrie du noble jeu de la hache et la maniere de battaillier“ y conocido  abreviadamente como “Le Jeu de la Hache” (el Juego del Hacha), que trata sobre la utilización de este arma, la palabra juego se refiere no solo a su práctica como ocio, sino  abarca a todo el arte de la esgrima con este arma[46]. Según podemos leer en sus instrucciones, pues carece de imágenes, menciona técnicas con el martillo (mail), y con el pico (bec-de-faucon), pero no con ningún elemento de filo, luego según la opinión de algunos estudiosos del tema, como Sydney Anglo, el manual “Le jeu de la Hache” versaría sobre un arma que carecería de hacha, lo que sería un “pole-hammer” o un bec de faucon (pico de halcón), y que el término francés “hache” habría pasado, como el de “poll-axe” a describir un conjunto de armas similares con cabeza de hacha, martillo o pico en sus distintas posibilidades de combinación binaria. De esta forma, y según la opinión de F. Cognot el bec de faucon, en esta época, sería considerado como un Hache [47]. Y así aparece, esta vez si en imágenes, con forma de pico de cuervo en los manuales: “Fio di Bartagia” de Fiore de Liberi (s.XV), denominándolo “l´Azza”; en “De arte Gladiatoia Dimicandi” de Filippo Vadi, nombrándolo como “Azza o Mazzapicchio”; en el “Fechtbuchs” de Hans Talhoffer (1467) en la que la nombra como “Axt”o “Agst”; o el tratado de Collectanea: The Arms, Armour and Fighting Techniques of a Fifteenth-Century Soldier de Pedro del Monte que la menciona como “Aza”. Y para que no haya dudas entre el nombre y el dibujo, Pedro del Monte define su “aza” como una arma de asta “algo más alta que un hombre, en la que la parte superior tiene una punta robusta, y en la cabeza muestra un martillo romo en un parte y en la otra uno afilado” Sugiriendo que además debería llevar otra punta en el final del asta, ya que ese extremo se usa a menudo en los combates [48].

En todos estos tratados se denomina este arma como “hacha” (o términos similares), cuando en realidad se observa claramente que las armas de los caballeros que se muestran en los tratados tienen un “bec de faucon”.

Esta conclusión no es compartida por C. Raynaud, para quien el término “hache” y “bec de faucon” no llegaron a ser sinónimos, ni suelen identificar al mismo arma en su denominación en las fuentes e inconografías francesas, por lo que según su opinión, aunque no sea mencionada el hacha en este manual, el arma si tendría una hoja de hacha [49]. Raynaud apoya su teoría  en los textos del cronista Olivier de la Marche, quien recoge el término “taillant” (nombre dado a la hoja afilada de hacha) en el duelo que mantuvieron Jacques de Lalain y un caballero inglés en 1448 [50]. Y en los textos que describen el enfrentamiento entre el caballero portugués asentando en la Castilla de Juan II, Juan de Merlo, y el borgoñón Pierre de Beauffremont, señor de Charny, relatadas por los cronistas borgoñonés Enguerrand de Mostrelet y Jean Lefèvre, señor de Saint-Remy en 1435 [51]. Especificando que cuando se presentó Merlo en la justa a pie, los caballeros que acompañaban al señor de Charny protestaron porque llevaba un “becq de faucon” en lugar de un “hacha”, con la que se había fijado el desafío, “y que les parecía que había una gran diferencia[52].

Este dilema podría acabar según Dupuis y Deluz, al aceptar que ambas armas tuvieron una denominación distinta, por lo menos en Francia, hasta mediados del siglo XV, momento en el cual en una horquilla de tiempo entre 1460 y 1485 ambas tipologías pudieron ser asimiladas por el término “hache”, lo que indicaría que el tratado “Le Jeu de la Hache” se habría escrito en el tercer cuarto del siglo XV [53]. Conforme con esta afirmación tendríamos la descripción de Boffillo de Judice en 1575 que nos dice: “la atxa (hacha) haurá martel rodon (martillo redondo) lo broch de falcó (pico de halcón)…” [54].

Es decir, el término “poll-axe” pasó a denominar a todos los tipos de este arma en los cronistas británicos, indistintamente de las combinaciones de elementos que mostrasen. Y del mismo modo sucedió con el término “hache” en los países francófonos, y los que denominaban a este arma con este término o derivado, como fue el caso de los reinos peninsulares ibéricos. En Portugal también eran conocidas como “achas de armas” o “fachas[55].

Pero para apurar más el tema, tenemos un “albarán” (1447), esto es un documento que se mandaban entre dos caballeros para retarse en un combate clandestino a muerte, a escondidas de todos y a espaldas de la justicia, donde los adversarios: Gómez de Figueroa  y Bernat de Vilarig, se retan de la siguiente manera: “E porque dilación entre nosotros sea scusada, vos diviso luego las armas: arnés de combatir a pie, selada fransesa con gorgal de malla, sin cara e sin bavera, spada d´armas e dagua, facha d´armas con pico e macet, lança de mano con fierro de Milán[56]. Esto es, menciona un facha de armas cuando en realidad se está refiriendo a un “becq de faucon”, al especificar que tiene que llevar pico y macet (martillo), en una fecha anterior a la señalada por Dupuis y Deluz.

 

  1. HACHA DE PICO DE HALCÓN, ¿ALCÓN?

Hevia en su Diccionario militar define el “alcón” o “halcón”: “ como una arma de asta, lo mismo que el pico de cuervo”. La redacción no nos permite precisar demasiado pero podemos pensar que con esta descripción está hablando de dos armas similares, o con algún elemento igual, pero que no se trata del mismo arma. Y podemos pensar que ese elemento es un pico. Si fueran dos nombres sinónimos para nombrar el mismo arma  debería haberse expresado de igual manera que con la otra acepción que recoge de este vocablo: “Pieza de artillería que caído en completo desuso, y que también se ha llamado falcon”. Para profundizar un poco más en la posible identificación de este arma, acudiremos a la definición que Hevia hace, un poco más adelante, en su diccionario, para describir el “pico de cuervo”. Y nos dice que es: “arma blanca enastada a manera de un hacha de armas, teniendo por el lado opuesto un pico o gancho de hierro, con el que procuraba desmontar al enemigo y matarle sin defensa. Esta arma la usaba la infantería contra la caballería”. No dice nada del elemento ofensivo que tendría al otro lado de la cabeza del arma, pero dado las descripciones que tenemos sobre el pico de cuervo en otros idiomas (Bec de Corbin) suponemos que lo que debería llevar a la espalda del pico era un martillo. De este modo podemos interpretar que Hevia está reconociendo que el hacha de armas y el pico de cuervo tienen algunos elementos comunes pero no son el mismo arma. Es decir tienen el martillo en común, pero mientras el hacha tiene a la espalda del martillo, una hoja cortante, el pico tiene un gancho de hierro. Y si finalizamos buscando en este diccionario la definición de “hacha de armas” nos dice: “las hachas de armas por un lado tenía la forma de un cuño, y por el otro la de un martillo con punta o media luna[57]. Si  deducimos por cuño, un sello para marcar, podemos pensar que esa parte de la cabeza del asta tendría forma de cabeza de martillo, y a su espalda podríamos encontrar dos variantes o un martillo con punta, esto es un pico, o una media luna. Suponemos que cuando dice “media luna” se refiere a la hoja en media luna de un hacha, y para ello nos apoyamos en la definición de “hacha de armas” que ofrece Leguina en su Glosario, quien dice que: “A comienzos del siglo XIV se empezaron a forjar los hierros del hacha, de tal suerte que llevaban una punta aguda en el extremo inferior de la media luna” [58]. Lo que llamaríamos un “hacha barbada”.

Ello nos lleva a plantearnos que en el momento en que escribió Hevia su Diccionario, el término de “pico de cuervo” estaba claro (martillo y pico), pero el de “hacha de armas” comprendía al igual que el vocablo inglés “poleaxe” a las hachas y a los picos, los dos con el martillo opuestos a ellos en la cabeza del arma.

Estas dos definiciones de “alcón” y “pico de cuervo” son recogidas por Leguina en su Glosario para sintetizarlas en una sola. En referencia al témino “alcón” dice lo siguiente: “es un arma blanca enastada, similar a un “Pico de cuervo” a manera de hacha de armas pero teniendo por la lado opuesto un pico o gancho de hierro, con el que procuraban desmontar al enemigo y matarle sin defensa. Su uso principal era de los infantes contra la caballería”. Añadiendo que el hacha de armas también es conocida como “Bárbola”.

Todo ello nos induce a pensar en el tercer tipo de este tipo de armas, comprendido en el término “poll-axe” y que sería la combinación de un pico y un hacha. Arma que recibirían también el nombre genérico de “acha” pero que podrían ser designado de forma particular como “alcón” o “Halcón” en castellano y del que hay algunas representaciones pictóricas en la miniatura que refleja el combate entre sir John Astley y Felipe de Boyl, en 1442, en Londrés. Ilustración contemporánea a los hechos, en los que se observa al valenciano con su cota de armas cuarteladas de bueyes y castillos [59], portando un hacha (con hacha y pico a su espalda) mientras que su oponente porta un hacha con hoja (de hacha) y martillo. Estos dos tipos de armas son denominadas de igual forma, en los Anales de Inglaterra de John Sotw de 1603, como “axe”. Pero Martín de Riquer comenta que en esa ilustración podemos observar como era “una atxa de bec de falcó[60]. Es decir un arma con hoja de filo (hacha) y a su espalda un pico de halcón y cuya denominación recogemos para identificar este arma.

 

 Imagen 8. Recreacionista del Grupo Fronteros de Extremadura (Rodrigo Ruiz Domínguez) mostrando equipo de mediados del siglo XV, portando un hacha de pico de halcón.  A su derecha se muestra la cabeza de un hacha de pico de halcón. Propiedad del autor.

Ejemplos de este arma podemos encontrarlo en la miniatura de las Ordenances of Chivalry, (s.XV), en la que se muestra un caballero preparándose para un duelo judicial y se observa un “hacha”, de hoja de hacha y pico. Así como en la miniatura del combate de Jean de Saintré y Messire Enguerrand de la novela “The Romance of Jean de Saintré” de Antoine de La Sale (1470), propiedad actual del British Libary Board, f 46v. En ella se muestra a ambos contendientes esgrimiendo hachas con hojas afiladas y pico a su espalda [61]. A este tipo de armas en Alemania las denominaban “mordaxt” (hacha de la muerte o hacha homicida) [62].

Sería este arma la que en ocasiones refieren las crónicas en algunos desafíos, porque tendría la hoja del hacha pero no el martillo, como ocurrió en el combate entre Jacques de Lalain y Diego de Guzmán en Valladolid en 1448, en el que las hachas y las espadas fueron llevadas a presencia de los jueces para ser examinadas antes del encuentro, y estos terminaron que “la hache de Diego étoit de al engin, et qu´elle nétoit pass telle comme ès chapitres étoit contenu” (el hacha de Diego estaba mal diseñada, y que no era tal y como estaban contenidos aquellos capítulos), y se le dió otra [63].

Sobre este arma tenemos varios ejemplos pictóricos: uno, en una pintura mural de la iglesia parroquial de Sant María de Arbas, Gordaliza del Pino (León), en el que se aprecia el retrato de un caballero difunto. Se trata de Fernando Pérez, hijo de don Pedro Ansurez y de la condesda doña Eilo, que murió siendo alférez del rey, en la guerra, peleando contra los moros, en la segunda mitad del siglo XV. La imagen muestra al difunto con un armés completo y como arma principal porta un hacha de armas de la variante hacha y pico [64]. Otro ejemplo es recogido por Ada Bruhn de Hoffmeyer, en su estudio “Arms & Armour in Spain II”. La citada investigadora indica que en  la puerta del relicario del Real Monasterio Cisterciense de Nuestra Señora de la Piedra se puede observar un poleaxe con cabeza de hacha y gancho, que Horffmeyer identifica como un tipo especial de alabarda. Relicario que fue mandado labrar por por el Abad D. Martín Ponce y que se concluyó a finales del siglo XIV. La inscripción que aparece en los bordes superior e inferior e las puertas dice que: “”et depositum anno MCCCXC”, es decir fue pintado en el año de 1390 [65].

 

 Imagen 9. Dibujos basados en los originales, a la izquierda retrato de Fernando Pérez, a la derecha imagen del caballero mostrado en el relicario de Nuestra Señora de la Piedra. Propiedad de Lucía Mateos Ruiz.

 

  1. ELEMENTOS DEL HACHA DE ARMAS

Para Anglo, además de los elementos ofensivos que se situaban en la cabeza del arma (hacha, martillo y pico), podían también observar dos picos: uno en la parte superior del asta (dague) y otra en la inferior (dagre dessoubs)[66]. Pico inferior que también confirma Lowe, quien recogiendo un comentario de Pedro del Monte, añade que el hacha debe tener un pico en la cola (queue) (extremo interior del asta), porque era muy útil en los enfrentamientos [67]. Este hecho podemos verlo en el combate entre Jacques de Lalaing y Diego de Guzmán (1448) en el que el livre des faits de Jacques de Lalaing nos dice que: “Sir Jacques de Lalaine, tomando medida del fervor de su adversario levantó la cola de su hacha desde el suelo y asestó tres golpes, uno tras otro, a través de la mira del casco de Diego, de tal manera que lo hirió en tres puntos de su rostro[68]. Es por ello por lo que Lowe opina que pese a que las hachas de armas tienen unos elementos ofensivos en la cabeza (hacha, martillo, pico) tan dañinos, es más rápido de utilizar la daga, tanto de la cabeza como de la cola del asta, con ataques de estocada, a modo de lanza [69]

Según Anglo, la intersección de la cabeza y el asta era conocido como La croix, y a la cabeza del arma se fijaba al asta mediante dos pernos piramidales, que sobresalían de la cabeza hasta tal punto que podían utilizarse como picos transversales adicionales llamados “la croisée”. Otra parte de este arma que solía utilizarse para el combate era la “demy hache”, zona central del asta situada entre los agarres de las dos manos que la empuñan, y que para Anglo solía utilizarse para empujar y bloquear al contrario o su arma, de una forma parecida a la esgrima con las técnicas de media espada con espadas largas o de mano y media.

La mayoría de las astas de las hachas de armas (poll-axes) eran rectangulares con las esquinas recortadas, para darle mayor resistencia contra los impactos que debían de sufrir en los combates [70]

Como muchas otras armas de asta, Anglo afirma que de la cabeza se prolongarían una serie de férulas metálicas con el fin de proteger el arma contra los impactos de corte. También en ocasiones encontramos los “rondelle”, que eran unos anillos que se fijaban perpendicularmente al asta para evitar que los tajos del rival resbalasen hasta la mano del que portaba dicho arma. Aunque éstos no siempre eran efectivos, en la novela de  The Romance of Jean de Saintré, se describe el combate entre Saintré y Enguerrand, y se dice que Messire Enguerrand sufrió un golpe de la hoja de hacha de su contrincante, con tanta fuerza que ni siquiera  el rondelle pudo evitar que sus dedos quedaran magullados y entumecidos [71]

El filo del hacha podía ser recto o en forma de media luna convexa, y el martillo que se le oponía, variaba de forma, desde una gran superficie rectangular, plana o acanalada, hasta una bola con el extremo plano. En ocasiones, de dicha superficie salía una pequeña púa que aumentaba la fuerza del impacto del arma, al utilizarla como martillo [72]. En algunas hachas, los vértices del martillo se prolongaban de tal forma que sobresaían tres o cuatro puntas largas y afiladas, sobre todo a partir del siglo XVI [73].

 

  1.      HACHA DE ARMAS Y ALABARDAS

Ugo Barlozzetti y Sandro Matteoni, en su Atlas Ilustrado de las Armas Blancas, nos dicen que cuando el hombre comenzó a fijar un cuchillo u hoja metálica en un asta, en la misma dirección, dio como resultado un arma nueva que conocemos como lanza. Pero que cuando esta hoja se fijó en un ángulo de 90º, con respecto al asta, nació la alabarda [74]. Según esta definición, todas las armas que estamos estudiando estarían dentro del grupo de las alabardas.

Históricamente la palabra alabarda proviene del término alemán halm y bart/baerd. “Halm2 hace referencia al asta larga, y “bart” a un hacha de hoja grande [75].

 

 Imagen 10. En la imagen se aprecian tres tipos de alabardas. Propiedad del autor.

Kelly Devries y Robert Douglas Smith nos indican que desde finales del siglo XIII empezaron a aparecer en los teatros bélicos europeos un nuevo tipo de arma cuya cabeza tenía una hoja ancha con una púa que sobresalía de su parte superior, es decir una combinación de hacha y lanza, esta cabeza se aseguraba al asta con unas lengüetas de hierro que permitían fijarla con menor peligro de rotura del asta. Este primer diseño fue evolucionando hasta adoptar un conjunto formado por un hacha, una punta de lanza en el extremo superior del asta y un gancho o pico a la espalda del hacha [76]. La forma del filo de las hachas fue modificándose en función de su uso, así las alabardas de bordes rectos eran empleadas mayoritariamente en las batallas para golpear con ellas, mientras que las que tenían el borde cóncavo eran preferidas para ser esgrimidas por los guardias personales, ya que permitían controlar el arma del oponente, e infringir daños principalmente con la punta del arma, por ello portaban una espiga de mayor longitud que las de filo recto [77].

Visto lo anterior, podríamos pensar que el hacha de armas pudiera ser una variante de las alabardas, porque tiene elementos comunes, y así parece pensarlo George Snook en su estudio sobre la alabarda [78], y Tom Lewis en su publicación “Medieval Military y Combat[79], pero en opinión de Van Dijk, aunque dichas armas puedan tener una forma similar difieren en que mientras la cabeza de la alabarda esta construida, generalmente, de una sola pieza de metal, formando el hacha el gancho y la punta, todo en la misma plancha de metal, en el hacha de armas había por lo menos dos piezas distintas que encajaban para construir la cabeza del arma, siendo los tornillos de fijación pernos afilados que permitían herir con el arma por sus laterales también.

Además las albardas siempre tenían un pico o un gancho a la espalda del hacha, mientras que las hachas de armas, podían tener un martillo [80]. Por último señalar que el hacha de la alabarda solía tener un mayor tamaño que la de las hachas de armas, y por último citar que mientras las hachas de armas solían tener una longitud que oscilaba entre 1,50 m. y 2 m., la alabarda solía sobrepasar esta longitud [81].

 

VII.     USO DEL HACHA DE ARMAS

Hugh Knight indica que la parte del martillo, no era lisa, sino que tenía unos salientes similares a los coroneles de las lanzas de justas, de cortesía [82]. Para Jason Smith el motivo de estos salientes pudiera ser para evitar que el arma se deslizara de la superficie de la armadura, dándole agarre para aumentar el impacto del golpe [83]. Según el mismo autor, en las batallas, las hojas de hacha podían ser muy efectivas para cortar las puntas de las armas de asta contrarias [84]. Pero en duelos y combates entre hombres totalmente blindados, opina Hugh Knight  debía de utilizarse preferentemente el martillo, pues la hoja del hacha tendría poco o nulo efecto sobre las armaduras, mientras que el golpe del martillo podía ser muy efectivo [85]. En la novela de Joanot Martorell, “Tirant lo blanc”, el autor describe un duelo en el que el protagonista, Tirant, combate con un contrincante con hachas, “tomó el hacha con las dos manos y con el martillo le dio tal golpe en el baciente que le contrubó, y vio con gran pena no se podía mantener de pie” (el adversario). Esta parte del arma liberaría tal cantidad de energía en el impacto, que en opinión de la profesora Silke Grabherr, investigadora del Instituto de Medicina Forense de Lausana, Suiza, aunque la armadura amortiguase parte de la misma, una fracción importante se transmitiría directamente al cuerpo con consecuencias tales como romper huesos. En el caso de un impacto en las costillas, y en especiales circunstancias, si se golpea directamente sobre el corazón podía causar una commotio cordis, es decir, una conmoción que puede provocar un paro cardíaco repentino. Si el golpe se dirigía hacia la cabeza protegida por un casco, el impacto podía romper el cuello, noquearlo o causarle una conmoción cerebral que podía ocasionar una pérdida del conocimiento. Pues según la citada doctora a pesar de estar protegido por un casco y su respectiva crespina acolchada, podría ser muy frecuente que a consecuencia del golpe se produjese una hemorragia interna en la cabeza con un fatal desenlace.

 

VIII.   HACHA DE ARMAS EN EL ARTE PICTÓRICO, ESCULTÓRICO Y EN LOS MUSEOS

Encontramos múltiples representaciones de “hachas de armas” en España, como botón de muestra señalemos las existentes en un miniado del libro 6 titulado “OFFICIUM VIGILAE ET NATIVITATIS DOMINI, SANCTI STEPHANI ET SANCTI JOANNIS EVANGELISTAE”, custodiado en el Real Monasterio de Guadalupe, en el que se muestra una escena del beso de Judas (Fol 35 r), fechada en la primera mitad del siglo XV, observándose claramente un hacha de armas del tipo hacha y martillo, junto con una hoja de estoquear en la punta del asta. También aparece en la obra Resurrección de Jaime Serra, obra fechada alrededor de 1361, en manos de un guardia adormilado al pie del sepulcro de Cristo, del mismo tipo que la anteriormente mencionada. Así como en la tabla del Calvario de Ramón Solá, en la Catedral de Gerona, fechada a mediados del siglo XV[86].

Algunos ejemplares fisicos de hacha de armas (hacha y martillo) puede observarse en el  Wallace Collection (A926) con hoja de hacha recta, y con hoja de media luna convexa (A925) [87]. Del mismo tipo, pero con un pequeño pico en el martillo, modelo similar al que aparece en el cuadro estudiado, tenemos un ejemplar en el Royal Armouries de Leeds (VII.1542) [88]. De los becq de faucon (pico y martillo), podemos encontrar un ejemplar en el Metropolitan Museum of Art (14.25.465) [89]. Mientras que del modelo hacha con pico de halcón existe un ejemplar en la Colletion Mr Godfrey Williams [90].

 

  1. LA RAZÓN DEL HACHA DE ARMAS EN LA TABLA DEL RETABLO

Según el estudio de Rosa Alcoy, “San Jorge y la princesa”, ya desde el siglo XIV las hachas de armas, van ocupando un lugar preferente en los retablos que representan la Pasión y la Resurrección de Cristo [91]. Siendo ejemplo de ello el retablo de la Resurrección de Jaume Serra, pintado en 1381 para el Santo Sepulcro de Zaragoza. Del mismo modo aparece frecuentemente en la representación de imágenes de San Jorge, sustituyendo a la espada o la lanza como arma del santo. Para Rosa Alcoy la espada había simbolizado la derrota y muerte del dragón, y era representada en las manos del héroe, tanto en la lucha a pie o a caballo, pero en los casos en que se representa la figura de San Jorge de forma estática, substraida de la dinámica del combate “el hacha caballaresca añade seguridad y elegancia al que posa después de haber vencido[92].

Esa es también, la razón de que el “hacha de armas” se presente en las manos de los guardias que velan el sepulcro de Cristo, en las representaciones pictóricas. Pues aunque también puede observarse, este arma, en imágenes que describen duelos y batallas, sigue siendo mayoritario su representación en figuras vigilantes [93]. Con ella, el protagonista que la porta expresa el deseo de autor, de que pese a estar en ese momento, en el bando ganador del suceso, como es el San Jorge sobre el dragón vencido o los soldados que guardan el sepulcro de Cristo, debe mantener la vigilancia y no “bajar la guardia ni aun después de consumada la victoria[94].

 

 

 

 

 

[1]             SANZ FERNÁNDEZ, Francisco. Fernando Gallego y su taller en el altar mayor de Santa María La Mayor de Trujillo (Cáceres) Ca. 1490.

[2]             Ibid. p. 35

[3]             Ibid. p. 42

[4]             Ibid. p. 115

[5]             SILVA MAROTO, Pilar. Fernando Gallego. Caja Duero. Salamanca 2004

[6]             SANZ FERNÁNDEZ, Francisco. Fernando Gallego y su taller en el altar mayor de Santa María La Mayor de Trujillo (Cáceres) Ca. 1490. p. 161

[7]             RAMOS RUBIO, José Antonio. Estudio Histórico y Artístico de la Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor de Trujillo. Cáceres, 1990. p, 66

[8]             RAMOS RUBIO, José Antonio. Inventario de pintura medieval den la diócesis de Plasencia. Instituto Cultura el Brocense. 2009. p 67

[9]             SANZ FERNÁNDEZ, Francisco. Fernando Gallego y su taller en el altar mayor de Santa María La Mayor de Trujillo (Cáceres) Ca. 1490. p. 206

[10]           Ibid. p. 161

[11]           RAMOS RUBIO, José Antonio. El Retablo Mayor de la Iglesia Parroquial de Santa María de Trujillo. 2007. p 22

[12]           PRICE, Brian R. The Poleaxe. The changing face of warfare. Medieval Warfare, Vol.5 No. 3               Theme: Triumph for the Yorkists (2015) p. 36

[13]           OAKESHOTT, Ewart. European Weapon and Armour: From the Renaissance to the Industrial           Revolution. Boydell Press. 2012. p. 257.

[14]           Ibid p. 259

[15]           WALDMAN, John. Hafred Weapons in Medieval Renaissance Europa. Brill. 2005. p. 82 y ss

[16]           https://es.wikipedia.org/wiki/Hacha_de_petos

[17]           HERNANDO GARRIDO, José Luis. Estampas del mundo rural: la imagen del campesino en el arte   románico hispano. Poder y seducción de la imagen románica. Fundación Santa María La Real.         2005

[18]           GONZALEZ FERRRERO, Juan Carlos. Léxico vitivinícola tradicional de la D.O Toro. 2016   p. 604

[19]           GAGO-JOVER, F. Vocabulario militar castellano (siglos XII-XV) Universidad de Granada 2002.          p.212.

[20]           HEVIA, D. (1857). Diccionario general militar de voces antiguas y modernas, Madrid, Imprenta y   estereotipia de M. Rivadeneyra

[21]           CALIZZANO, Carlo. Gran Libro de las Armas Blancas. Editorial De Vechi. 1994. p. 129

[22]           LANUZA CANO, Francisco. El ejército en tiempo de los Reyes Católicos. Madrid MCMLIII. p. 56

[23]           LORA SERRANO, Gloria. La Organización de la defensa militar de un estado señorial y el                 potencial bélico de un noble a mediados del siglo XV. Historia. Instituciones. Documentos. n.º                18. 1991. p.317

[24]           ROSELL, Cayetano. Crónicas de los reyes de Catilla: desde don Alfonso el el Sabio, hasta los          católicos don Fernado y doña Isabel. Tomo 70. Capítulo LXXIX  De como el Rey tomo a Loxa e              Illora. 1878. p. 662

[25]           LÓPEZ VALLEJO, M.ª Ángleles. Historia del léxico militar en el español aúreo: la conquista de          Granada, el conflicto hispano-italiano y las guerras de Flandes. Granada 2008

[26]           RIQUER, Martin de. El caballero Francí Desvalls. Caballeros medievales y sus armas. UNED. 1999   p. 54

[27]           RIQUER, Martin de. Batalla ente dos castellanos en el Born de Bacelona en el año 1469.                 Caballeros medievales y sus armas. UNED. 1999  p. 140

[28]           RIQUER, Martín de. L´Arnès del cavaller. Armes i armadures catalanes medievals. La Magrana.        2011. p. 387

[29]           Ibid p. 388

[30]           PLANCHIN, Steven. La hache noble. l´art de la voie. Histoire et culture des arts martiaux. n.º 26,    diciembre 2015. p. 20

[31]           WALDMAN, John. Hafted Weapons in Medieval Renaissance Europe. Brill. Leiden Boston 2005.    p 155

[32]           HOWARD, Daniel. http://myarmoury.com/talk/viewtopic.32552.html. Forum Index > Historical    Arms Talk > Pollaxes/Poleaxes in use by knights?

[33]           KNIGHT, Hugh. The play of the axe: Medieval pollaxe combat. 2009 p. 6

[34]           ANGLO, S. The Martial Arts of Renaissance Europe. Yael University Press. 2000. p. 152 y ss.

[35]           TROSO, Mario. Le Armi in Asta delle Fanterie Europee (1000-1500) Instituto Geográfico   Agostini. 1988. p. 42

[36]           GRAVETT, Christopher. El auge de los Tudor. Osprey Publishing. 2011. p. 27

[37]           LAKING, Sir Guy Francis. A Record of European Armour and Arms .Throug Seven Centuries. VOL     III, 1920. p.95

[38]           Casper J. Van Dijk (2020) A New Halberd Typology (1500-1800): Based on

                the Collection of the National Military Museum, The Netherlands, Arms & Armour, 17:1, 1-26,

[39]           TZOURIADIS, Iason-Eleftherios. The Typology and Use of Stall Weapons in Western Europe c.          1400- c. 1550.  the University of Ledds, Institute for Medieval Studies. May 2017. p. 226-40

[40]           RAMSEY, Syed. Tools of War. History of weapons in medieval times. Alpha Edictons 2016. p. 81

[41]           STÖRMER, Michael. Die Rüstkammer. Ein Kompendium mittelalterlicher Nahkampfwaffen.               DragonSys 2003. p 61

[42]           RÍQUER, Martín de. Vida Caballeresca en la España del siglo XV. Real Academia Española.               Madrid 1965 p. 38

[43]           THOMAS, Clive, The war hammer in western Europe from the High Middle Ages to the      Renaissance. London Park Lane Arms Fair. The Spring 2015

[44]           GORONOV, Alexi. Sportlight: The Medieval Poelaxe. http://myarmoury.com/feature_spot_poleaxe.html

[45]           STONE, George Cameron. A Glossary of the construction, decoration and use of arms and armor   in all countries and in all time. Dover Publications. 1999. p. 109

[46]           Olivier Dupuis y Vincent Deluz. Le Jeu de la Hache: A Critical edition and dating discussion. Acta Periodica Duellatorum, Scholarly section, articles

[47]           COGNOT, Fabrice L’armement médiéval: les armes blanches dans les collections                 bourguignonnes. Xe -XVe siècles, pp.586–89.

[48]           Jacob Henry Deacon y Iason – Eleftherios Tzouriadis. Reaching Excellence: Staff Weapon              Typologies, Contexts, and Fighting Tecniques in Tthe Collectanea of Pietro Monte. Acta                Periodica Duellatorum 7 (1) 2019. p. 237

[49]           LE COULTRE, Anne-Caroline.  The typological debates around Le Jeu de la Hache        (BnF MS Français 1996) and their stakes for HEMA practice .  Acta Periodica          Duellatorum, Conference Proceedings p, 99

[50]           ANGLO, Sydney.  Le Jeu de la Hache A Fifteenth-Century Treatise on the Techniqueof Chivalric    Axe Combat.  Archaeologia , Volume 109 , 1991 , pp. 113 – 128

[51]           RÍQUER, Martín de. Vida Caballeresca en la España del siglo XV. Real Academia Española.               Madrid 1965 p. 38

[52]           Chronique de Jean le Févre. Seigneur de Saint-Rémy. Tomo II.  p. 319

[53]           Olivier Dupuis y Vincent Deluz. Le Jeu de la Hache: A Critical edition and dating discussion. Acta Periodica Duellatorum, Scholarly section, articles

[54]           RIQUER, Martín de. L´Arnès del cavaller. Armes i armadures catalanes medievals. La Magrana.        2011. p. 393

[55]           GOUVEIA MONTEIRO, Joao. Aljubarrota 1385. A Batalha Real. Tribuna 2003. p.75

[56]           RIQUER, Martin de. El caballero Bernat de Vilarig. Caballeros medievales y sus armas. UNED.          1999. p. 83

[57]           HEVIA, D. (1857), Diccionario general militar de voces antiguas y modernas, Madrid, Imprenta y   estereotipia de M. Rivadeneyra.

[58]           PÉREZ DE GUZMÁN Y GALLO, Juan. Glosario de voces de Armería por D. Enrique de Leguina,         Barón de la Vega de Hoz.  Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2008

[59]           RIQUER, Martín de. El combate imaginario. Las cartas de batalla de Joanet Martorell. Barral           Editores. 1972 p. 122

[60]           Ibid p.393

[61]           LA SALE, Antoine de. Jean de Saintré. A late medieval education in love and chivalry. PENN           2014. p. 86

[62]           STÖRMER, Michael. Die Rüstkammer. Ein Kompendium mittelalterlicher Nahkampfwaffen.             DragonSys 2003. p 61

[63]           RIQUER, Martin de. Andanzas del caballero borgoñón Jacques de Lalaing por los reinos de            España y la empresa del brazalete. El caballero Francí Desvalls. Caballeros medievales y sus           armas. UNED. 1999. p. 67

[64]           RUIZ MORENO, Manuel Jesús. Olmedo 1445. Armas, equipo y técticas de combate en la batalla     final de la Guerra Civil castellana de 1437 – 1445. Ediciones Almena 2021. p. 13

[65]           HOFFMEYER, Ada Bruch.  Arms & Armour in Spain II. Instituto de Estudios sobre Armas                Antiguas. Madrid 1982.  p. 210

[66]           ANGLO, S. The Martial Arts of Renaissance Europe. Yael University Press. 2000. p. 152 y ss.

[67]           LOWE, Eric. The use of medival weapondry. AEON 2020. p. 206

[68]           STAHULJAK, Zrinka. Plot Summary of the Book of the Deeds of Jacques de Lalaing. A knight for     the ages. Jacques de Lalaing and the art of chivalry. 2018. p.25

[69]           LOWE, Erik. The use of medieval weapondry. AEON 2020. p 203 y ss

[70]           KNIGHT, Hugh T. The play of the axe: Medieval pollaxe combat. 2009. p. 8

[71]           LA SALE, Antoine de. Jean de Saintré. A late medieval education in love and chivalry. PENN            2014. p. 86

[72]           TZOURIADIS, Iason-Eleftherios. The Typology and Use of Stall Weapons in Western Europe c.          1400- c. 1550.  the University of Leddes, Instute for Medieval Studies. May 2017. p. 226-40

[73]           GORONOV, Alexi. Sportlight: The Medieval Poelaxe.   http://myarmoury.com/feature_spot_poleaxe.html

[74]           Ugo Barlozzetti y Sandro Matteoni. Atlas Ilustrado de las Armas Blancas. Susaeta. 2011. p. 22

[75]           VAN DIJK, Casper J. A New Halberd Typology (1500-1800) . Arms & Armour 17:1

[76]           Kelly Devries y Robert Douglas Smith. Medieval Military Technology. University of Toronto            Press  2012. p. 28

[77]           WALDMAN, John. Hafred Weapons in Medieval Renaissance Europa. Brill. 2005. p. 82 y ss

[78]           SNOOK, George. The Halberd and other european polarms. 1300 – 1560. Museum Restoration     Service. 1998. p. 22

[79]           LEWIS, Tom. Medival Military Combat. CASEMATE 2021. p. 79

[80]           VAN DIJK, Casper J. A New Halberd Typology (1500-1800) . Arms & Armour 17:1

[81]           DONDI, Giorgio. Armi in Asta Europee. Roberto Chiaramonte Editore. 2005

[82]           KNIGHT, Hugh. The play of the axe: Medieval pollaxe combat. 2009 p. 7

[83]           SMITH,  Jason. Burgundian Poelaxe. The noble art of chivalric axe combat. Freelance Academy      Press. 2020. p. 13

[84]           KNIGHT, Hugh. The play of the axe: Medieval pollaxe combat. 2009 p. 8

[85]           KNIGHT, Hugh. The play of the axe: Medieval pollaxe combat. 2009 p. 7

[86]           EGUIGUREN, Jaime. Ramón Solá II. Cristo varón de dolores, la Virgen y San Juan Evangelista            www.jaimeeguiguren.com    p. 16

[87]           Wallace Collection Catalogues. European Arms and Armour Vol II. 1962. p. 441

[88]           GORONOV, Alexi. Sportlight: The Medieval Poelaxe. http://myarmoury.com/feature_spot_poleaxe.html

[89]           Ibid

[90]           LAKING, Sir Guy Francis. A Record of European Armour and Arms .Throug Seven Centuries. VOL     III, 1920. p.98

[91]           ALCOY I PEDROS, Rosa. San Jorge y la Princesa. Diálogos de la pintura del siglo XV en Cataluña y Aragón. Universitat de Barcelona. 2004. p. 27

[92]           Ibid p. 63

[93]           Ibid p.69

[94]           Ibid p. 70

Nov 122024
 

 Manuel Ruiz Durán

 

Resumen: Este estudio quiere ser una aproximación a los orígenes sociales y caritativos que tienen todas las cofradías desde su origen y en especial la cofradía de Santiago Apóstol, Santo Entierro de Cristo y Virgen de las Lágrimas, cuya misión era la de enterrar a los pobres, transeúntes, peregrinos de nuestra la ciudad. La figura clave de nuestro trabajo tiene como punto de partida a don Vicente Estévalez, obispo de Badajoz, (1341-1347).

Palabras Claves: Santiago Apóstol, Santo Entierro de Cristo y Virgen de las Lágrimas, cofradías, acción social y caritativa, Vicente Estévalez, Obispo de Badajoz.

Abstract: This study wants to be an approach to the social and charitable origins that all the brotherhoods have since their origin and especially the brotherhood of Santiago Apóstol, Santo Entierro de Cristo y Virgen de las Lágrimas, whose mission was to bury the poor, passers-by , pilgrims of our city. The key figure of our work has as its starting point Don Vicente Estévalez, bishop of Badajoz, (1341-1347).

 

Keywords: Santiago Apóstol, Holy Burial of Christ and Virgin of Tears, brotherhoods, social and charitable action, Vicente Estévalez, Bishop of Badajoz.

 

 

 

Cuando termine de publicar mi primer libro[1] sobre la cofradía del señor Santiago Apóstol, del Santo Entierro de Cristo y Nuestra Señora de las Lágrimas, muchas preguntas que se hacen los cofrades quedaron respondidas y los vacíos en el tiempo empezaron a encontrar sus fechas y lugares, con sus personajes y avatares históricos que la fueron configurando.

Con este artículo quiero dar respuesta a uno de los interrogantes que no hallaron la luz en su primer estudio y que tras la perseverancia de nuestra hermana mayor actual, doña María del Carmen Gutiérrez Aldaba y su párroco, el que lo escribe, quieren llegar al posible origen de la función social (acción caritativa) de nuestra cofradía, ya que en su dimensión religiosa y litúrgica la encontramos en los misterios de Cristo y de la Virgen que portan, desde tiempo inmemorial, nuestros pasos, el Viernes Santo, a las 5 de la tarde, tras el Vía Crucis, los oficios y el auto sacramental del Descendimiento de Cristo.

1.- Año de 1341. Don Vicente Estévalez, obispo electo de Badajoz (1341-1347)

1.1.- Familia

Pocos son los datos familiares que encontramos de nuestro Obispo don Vicente. De él sabemos que perteneció a una familia noble de Aragón[2]  que posiblemente llegó a nuestra tierra pacense después de la reconquista por Alfonso IX de la ciudad de Badajoz en 1230. Lo encontramos escrito con dos variantes, Estévanez o Estébanez, y nos da dos datos importantes de su vida: fue obispo de Badajoz por el año 1341 y se halló, con el rey don Alfonso, el onceno de Castilla, en la batalla de Algeciras.

No conocemos el nombre de sus padres, pero si sabemos que tuvieron 7 hijos, como lo recogen los textos del Corpus Medievales[3], pero sin saber el orden de nacimiento. En el siglo XV nos encontramos con los que pudieran ser los sobrinos del Obispo y a partir de este momento, el apellido se difumina.

 

Godino Estébanez[4]. 1318, agosto, 24. Badajoz. Carta de donación (traslado.) El canónigo Godino Estébanez da al Cabildo, en los Fresnos de Olivenza, unas casas con corral, viñas, molinos, sesegas, unas caballerías de tierra y una casa en el castillo con carga de dos aniversarios cada año el día de Santa Águeda.

Constanza Estébanez[5]. 1332, mayo, 10. Badajoz. Carta de compraventa. Carta de venta otorgada por Constanza Estévanez y su hija Teresa a Berenguela González, de unas casas en la colación de San Juan.

 

Vicente Estévanez[6]. 1341, enero, 31. Badajoz. Elección episcopal. Testimonio de la elección que el Cabildo hizo de don Vicente Estévanez, canónigo de la Iglesia pacense de San Juan. En 1349, se nos dice que tiene mayordomo que se llama Juan Tohan Ferrandes[7].

 

Vasco Estévanez[8]. Hizo gran carrera eclesiástica en nuestra Catedral. En 1352,  nos narran las crónicas que era canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Badajoz.

En 1356, Olivenza, 19 de enero. Tiene el cargo de Chantre.

En 1361, abril, 16. Campomayor (Portugal). Tenemos el testimonio de una carta de excomunión y de cómo fue leída en la iglesia de Campomayor por el obispo don Juan contra el deán Fernando Sánchez, los arcedianos Vasco Estévanez y don Ramón, el tesorero Alonso Anes y otros canónigos y beneficiados de la Iglesia de Badajoz.

 

Lagua Estévanez[9]. 1361, agosto, 13. Monte Maior (Portugal). Carta de aforamiento de Domingos Meigo y su mujer Lagua Estevanez, vecinos de Monte Maior, por los días de su vida, a Domingos Martínez Farpalo la mitad de un lagar de aceite, con sus aparejos, por un canon de diez doblas anuales.

 

Vicencio Estébanez[10]. En 1362, Badajoz a 9 de junio,  se le nombra diciendo que su oficio es Maestre Escuela.

 

Martín Estébanez[11]. 1366, 27 de septiembre. Se le cita como Abogado en Badajoz en una sentencia judicial por los terrazgos del trigo que sembró y cogió en sus dos caballerías de tierra en las testas de doña Mayor, en la ribera de Valdesevilla.

 

En 1422, el 18 de agosto en Badajoz[12],  se nombra a don Blasco Estévanez Gordillo, en una sentencia judicial que da Fernando de Burguillos, alcalde de Badajoz, a su favor.

 

1436, octubre, 18. Badajoz[13]. Carta de donación que el arcediano de Jerez, don Luis Estébanez, hizo al Cabildo de unas casas situadas cerca de la puerta del Apéndiz, que antes fueron de Leonor Gómez.

 

1468, septiembre, 23. Badajoz[14]. Carta de compraventa otorgada por doña Constanza Estébanez de Medina de la parte de la heredad del Rincón que compró el canónigo Alonso González.

 

1470, octubre, 9. Badajoz[15]. Carta de compraventa, otorgada por el canónigo don Vasco Estébanez de Medina, por la que vende su parte de la heredad del Rincón del Medio al canónigo Moreno González.

 

1477, noviembre, 8. Badajoz[16]. Testamento de doña Constanza Estébanez en el que deja al Cabildo la heredad del Rincón de Caya, con carga de una capellanía perpetua o tres aniversarios en los días de Pascua de Resurrección, San Juan y Navidad.

 

 

1.2.- Obispo electo de Badajoz

 

Varias son las fuentes que nos hablan de la elección de don Vicente como obispo electo pacense.

 

El 31 de enero de 1341[17] es elegido,[18] para suceder a don Fernando Ramírez de Ágreda, el canónigo de Badajoz don Vicente Estevánez, según consta en el documento de original latino[19], en traducción de la época, nos ha conservado Solano[20]. Al día siguiente, 1 de febrero, otorgó poder a favor del tesorero García Pérez para que proceda a presentarlo en la curia.

La elección[21] de don Vicente Estébanez nos lleva a tiempos antiguos en que la elección episcopal era un fenómeno social que atañían tanto a clérigos, laicos y que debe ser refrendada por ambos. Por supuesto, la gestión pertenece a los canónigos, pero las frases explicativas de la misma, la presencia de la figura del notario del rey y la firma como testigos de los ciudadanos nos hablan de un procedimiento también de aceptación laica. La premura del tiempo electoral puede ser debida a presentar la lección de uno de los suyos como algo consumado. Pero no fue así. En tanto que don Vicente parece contar con la aprobación real,  no lo parece con la papal, pues no hay noticias de que Roma diera su aprobación ni consagrar a don Vicente. Éste, sin embargo, se presenta y firma privilegios como obispo electo y como buen servidor del rey: el 15 de marzo de 1343 acompañó Alfonso XI en el cerco de Algeciras junto con otros clérigos, a su costa y llevando abundantes hombres.

Lo conocemos presente junto al rey Alfonso XI hasta julio de 1348 en que es posible que falleciera sin ser consagrado, posiblemente por la misma peste.

 

 

Pero el historiador Kurth[22] matiza: Es una pena que, sobre un obispo que nos revela tanto sobre todo los obispos como categoría, sepamos tan poco sobre su vida en concreto. Para empezar, no consta que fuera confirmado por el Papa. No puedo saber si esto se debe a algún vacío documental o si realmente no fue aceptada su elección. Lo que es indudable es que en las escasas veces que aparece en la documentación de la cancillería real, jamás se le adjunta el adjetivo electo, señal de que al menos para la corte real, era obispo de pleno derecho.

 

Y el cronista[23] de la ciudad de Badajoz, don Alberto, comenta del Obispo: … Entre ellos cabe recordar por sus actuaciones en el ámbito eclesiástico y también por su trabajo en beneficio y defensa de la ciudad a … don Vicente Estebánez.

 

Le sucede don Juan García Palomeque, nombrado el 25 de mayo de 1349 por Clemente VI.

 

1.3.- Acta de toma de posesión

 

 

Documento 4 / carpeta V. Línea 14-22[24].

 

En el nombre de Dios, amén. En el año 1341 del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, habiendo recorrido don Fernando, obispo que fuera de Badajoz, de buena memoria, el camino que corresponde a toda carne y una vez que su cuerpo fuera depositado en sepultura eclesiástica, don Beltrán, deán de la dicha iglesia, y don Juan García, Arcediano de Jerez, y Miguel Sánchez, chantre, y García Pérez, tesorero, y otros canónigos pacense es de la dicha iglesia, se hicieron todos presentes este día, a saber, el miércoles 30 de enero, con prolongación de los siguientes, para celebrar la elección del futuro obispo, haciendo que los ausentes fueran convocados dentro de un término, tal como se dice ser lo usual en relación a estos asuntos, por cierta carta sellada con el sello del dicho cabildo y robo morada con los propios nombres de estos. Concurriendo al cabildo pacense en tal término todos los que debieron, quisieron y pudieron estar presentes sin dificultad alguna, cuyos nombres quedan recogido más abajo, el dicho deán por propia iniciativa y por mandato de todos y cada uno de los del mismo cabildo, … y los que se encontraran en situación de excomulgados o suspendidos y a los que estuvieren en situación de entredicho … no debieran estar en el asunto mismo de la elección y así salieran y marcharán del cabildo.  y porque la hora era ya tarde, el dicho decano por iniciativa propia y la de los otros prolongó el dicho término establecido hasta el día de mañana, que será jueves, último día del citado mes. Yo Beltrán, deán, Gómez arcediano pacense, Juan arcediano de Jerez, Miguel Sánchez, chantres, García, tesorero, Egidio Martínez canónigo pacense, pascasio Pérez, canónigo pacense, Vicente Estebánez, Martín Gómez, Martín de Egidio, canónigo, Fernando Sánchez, canónigo.

 

Líneas 24-28.

En el nombre de Dios, amén. Viernes, 1 de febrero. Reunidos nosotros, el deán y el cabildo, en la Iglesia nombrada, hacemos, constituimos y mandamos a García Pérez, tesorero de la dicha Iglesia pacense, presente y receptor de tal mandato, como Procurador nuestro y especial mensajero para que presente a don Vicente Estebánez, canónigo pacense, la elección del mismo, celebrada canónicamente, para el cargo de obispo de Badajoz y para rogarle suplicante y encarecidamente que debe comunicar su asentimiento a la misma lección, prometiendo por nuestra parte que hemos de tener perpetuamente por rato y firme cuanto fue ejecutado por el mismo Procurador en relación a lo expuesto a cualquier cosa de lo expuesto. Dado en el día y lugar.

 

Líneas 30-34.

En el nombre de Dios, amén. Miércoles, último día del mes de enero. Reunidos a primera hora del alba nosotros, el deán y cabildo citados, en la ante dicha iglesia, en el lugar en que se acostumbra celebrar las elecciones, y celebrada allí mismo solemnemente misa del espíritu Santo he invocado humildemente su gracia, precedida declaración externa y no mediando ningún otro discurso, espontánea y súbitamente, todos con unanimidad, némine discrepante, convenimos en Vicente Estebánez, canónigo de nuestra corporación, y la elegimos sin dudar bajo una sola voz y un solo espíritu por obispo y pastor, nuestro y de la Iglesia pacense, y una vez elegido el mismo, con altavoz y cantando solemne el Te Deum Laudamus, le entronízamos en la cátedra episcopal, siguiendo la costumbre de la referida Iglesia.

 

Líneas 39-40.

Yo, Vicente Estebánez, canónigo pacense, por no querer oponerme a la voluntad divina, con ciento para honor de la indivisa Trinidad, de la gloriosa virgen María y del bienaventurado Juan Bautista, en cuyo nombre está edificada la basílica pacense, si bien contra mi voluntad, en la elección que ha recaído en mí, solemnemente celebrada en la dicha iglesia de Badajoz.

 

El profesor Kurth[25] hace dos anotaciones importantes a este documento. Por un lado, destaca la importancia del ceremonial tal y como se deduce del texto de la toma de posesión. Y por otro lado, destaca la relación de la elección del obispo por parte del rey y la elección del obispo por parte de los canónigos (antes comentado).

 

1.4.- Decisiones pastorales

 

De sus decisiones[26] pastorales, en el gobierno de la Diócesis, nos han llegado tres, siendo la última la que trae a colación este artículo y a la que le dedicaremos un capítulo diferenciador.

 

1.- Estuvo presente en el cerco de Algeciras[27] en 1343, junto con las tropas de la ciudad.

 

2.- Don Vicente actuó como un verdadero obispo y en su pontificado ejerció la disciplina en su diócesis. En fecha imprecisa dictó sentencia de excomunión contra el aposentador del Rey por una disputa de propiedades.[28] Obligó a Fernando Yánez de Fefoyos, que era nada menos que el alcalde mayor del rey en Badajoz, a restituir a la catedral los bienes en Nogales y dos caballerías en Bardocas que tenía usurpadas, imponiéndole censuras espirituales, que el interesado solicita que se levanten al hacer la restitución.

 

3.- Tenemos asimismo una noticia que nos proporciona Solano y que merece la pena destacarse por el poco juego que normalmente tienen en el relato las creencias y rasgos de religiosidad populares, representadas en este caso por la más estricta ortodoxia en la constitución de la cofradía de la concepción de Nuestra Señora. El obispo consagró un altar[29] en 1744 y celebró misa en él, situado en la parroquia de San Andrés, durante 30 días seguidos ante el fervor del pueblo. El fuero de la cofradía se redactó cuando este obispo ya era difunto, pero se le reconoce su labor al edificarla y hacer su altar.

 

 

2.- Constitución de la Cofradía de la Concepción de Nuestra Señora[30]

 

En 1344 el obispo electo don Vicente Estébanez consagró[31] en la parroquia de San Andrés un altar dedicado a la Inmaculada Concepción de María. Algo después de su muerte, aunque sin que sepamos la fecha precisa, se constituye una cofradía con la misma advocación, parece (e insisto en el uso del verbo parecer) que vinculado a la mencionada parroquia de San Andrés. Esta cofradía fundó, no se sabe en qué fecha, un hospital originariamente conocido como el de San Andrés y posteriormente con el nombre de la Concepción, que sería el más antiguo conocido de la ciudad.

 

Se trataba de una cofradía asistencial[32], con su hospital para enfermos, dotado de suficiente renta, una fiesta solemne el 15 de agosto, y el día propio de la Concepción, según nos dice, el 8 de diciembre. Aunque Solano de Figueroa[33], dando poca importancia, sólo registra algunos capítulos de la misma. Debemos señalar en primer lugar la atención a los difuntos, que cobra especial valor en unos años tan desgraciados coincidiendo con las hambrunas debidas a las pésimas cosechas y a la peste negra, sin duda presente cuando las ordenanzas (hoy llamadas estatutos) se redactan:

-Velar con candelas al fallecido;

-cavar la tierra hasta 12 estos de tierra virgen cada cofradía varón para sepultar;

-asistir al entierro oír a la oración al hospital, so pena de ciertas multas;

-traer los cadáveres de los cofrades fallecidos a menos de un día de distancia entre ida y vuelta;

-amortajado de los bienes de la cofradía a los que no tuvieren para ello;

-prohibición a las viudas de ir a la vela, seguramente por las tentaciones de la noche.

 

En una cofradía abierta a hombres y mujeres y especialmente a matrimonios, porque se pide al soltero que entrase a formar parte de ella, que haga oficio de casado.

La viuda que casarse antes de un año o emigrar en, parece una costumbre habitual, pague de fecha 20 maravedíes.

En suma, una cofradía marcada por la dureza de los tiempos, que exige una solidaridad efectiva entre sus miembros y que mantiene un hospital para los desposeídos.

 

 

 

2.1.- Nacimiento de las cofradías de la Inmaculada

 

La primera cofradía castellana de inspiración Inmaculista[34] fue fundada por Fernando III en 1250 y las primeras aragonesas y catalanas datan del mediados del siglo XIV. Su proliferación no llegó hasta el siglo XVI y su esplendor se registra en el siglo XVII, con el apoyo particular de los Borbones españoles. Por ello no sería de extrañar que la familia noble Estévelez, de origen aragonés, tuviera ya esta preocupación eclesial y la pudiera poner en práctica cuando uno de sus hijos llega a ser obispo en nuestra diócesis.

En el citado artículo, don Fermín, hace una relación de las fundaciones más antiguas de esta cofradía, entre las que se encuentra la catedral de Gerona en 1330, la de Badajoz, erigida también en la catedral[35] por el obispo Estebánez hacia 1351 y en el pueblo de Llerena, en la provincia de Badajoz, hacia el año 1468.

Y la finalidad de esta cofradía era clara, en lo que se refiere a la Corona de Castilla:

-Tributar culto en honor del misterio

-asistir y consolar a los sentenciados;

-recoger y enterrar sus cadáveres, así como también lo de los transeúntes y peregrinos.

En lo referente a la Corona de Aragón, el culto en honor del misterio se matiza en La Sagrada y pura concepción de la Madonna santa María, virgen y Madre Gloriosa.

Con el paso de los años, en el siglo XV, con la influencia de los Reyes Católicos las cofradías dan un giro destacándose sobre todo por sus actos de culto y la creación de hospitales con un carácter profundamente caritativo y asistencial.

Y en el siglo XVI nos encontramos ya con las llamadas Cofradía y Hospital de la Caridad y la Piedad. Prueba de ello lo tenemos en el hospital de Valencia cuya cofradía fue aprobada por el arzobispo San Juan de Ribera el 8 de enero de 1574, según las crónicas del lugar. Un bastaría con recordar como en Badajoz, la cofradía de Nuestra Señora de la Concepción de los mozos solteros, fue fundada en 1556, agrupada como su mismo nombre indica, a los hombres que todavía no habían contraído matrimonio y unido, eso sí, a la ayuda de los enfermos pobres que se encontraban en el hospital.

 

En el libro de hermandades y cofradías[36] para la ciudad de Badajoz, se nos da una clave para entender el camino del presente y futuro de esta Cofradía. Inspirada y nacida de los altos fines de caridad y amor al prójimo, a esta cofradía se le debe la fundación de un hospital asistencial aprobado por el prelado pacense don Pedro Sarmiento, que era hijo de los Condes de Ribadeo y Salinas y capellán de los Reyes Católicos y Carlos V. El hospital se fundó en 1525, firmando el obispo la donación de dicha cofradía. En 1526, el 30 de junio, el hospital es regido ya por la cofradía de la Santa Vera cruz y sabemos que, en 1770, por un trabajo realizado por el Conde de Aranda, presidente del Real Supremo Consejo de Castilla, la hermandad tenía su sede en la parroquia de San Andrés, siendo su mayordomo don Juan Silvestre.

 

 

2.2.- Estatutos de la cofradía de Santiago Apóstol, Nuestra Señora de las Lágrimas y Santo entierro de Cristo.

 

Tomando como punto de partida el párrafo anterior, y el contexto del mismo, no sabemos exactamente cuando se produce el traspaso, de esta preocupación social y pastoral de enterrar a los difuntos y celebrar el culto debido, de la cofradía fundada y erigida por don Vicente Estébelez a nuestra cofradía, sita en el Castillo, en la Iglesia parroquial de Santiago Apóstol, donde se encontraba la hermandad del Santo Entierro de Cristo y la Virgen de las Lágrimas.

Para dar un poco de luz a lo que venimos diciendo y constatar ese paso de una cofradía a otra (que pudo darse a mediados del siglo XVI, entre la fundación del hospital  por parte de don Pedro Sarmiento, obispo, y las primeras constituciones actualizadas de la cofradía de Santiago Apóstol en 1604) y que no se perdiera la preocupación socio-caritativa de nuestro obispo don Vicente, traigo las distintas Constituciones o Estatutos, que ha tenido la cofradía del Señor Santiago Apóstol, Virgen de la Lágrimas y Santo Entierro de Cristo, a lo largo de los siglos[37].

 

2.2.1.- De la Cofradía de Santiago Apóstol (1septiembre de 1604)

 

El 15 de enero de 1800 se firma la petición para la aprobación de los estatutos de la Cofradía.  En los Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz[38] podemos acceder a una copia literal de uno de los documentos más antiguos que poseemos de la Cofradía: las Constituciones o Estatutos de la Cofradía de Santiago Apóstol.

Dice así en su folio 1 vto.: [39]Pedro Manuel de Paula, en nombre y en virtud del poder que en debida forma presento a D. Juan Tamayo, vecino de esta ciudad y mayordomo de la cofradía del Apóstol Santiago que se venera en esta ermita del castillo, intramuros de aquella población” y recuerda líneas más abajo, el estatuto, su origen y la aprobación de las primeras y antiguas constituciones “de mil seiscientos cuatro para el mejor gobierno de la cofradía”. Prosigue en el folio 3, comienzan a relatarse “las constituciones y ordenanzas de la cofradía del Señor Santiago” con copia literal de los estatutos de 1 de septiembre de 1604[40], como luego se afirma en el folio 6 por el señor licenciado Mateo Conejo Provisor General del obispado de esta ciudad: “Ante mi Sebastián Martínez concuerdan literalmente lo que aquí dice con las constituciones exhibidas por el mayordomo de la cofradía de Santiago” y firma  el secretario de la hermandad diciendo, “en fe de lo cual, yo Francisco Gerónimo Vázquez Díaz … en esta ciudad de Badajoz, doy el presente que signo y firmo en ella a veinte y dos de enero de mil ochocientos. Recibí Juan Tamayo = Francisco Gerónimo Vázquez Díaz”.

Constituciones…

5.- Sobre Mayordomos y Regidores:

Tiene la obligación de “acudir a los entierros de los hermanos difuntos Sombrereros, Sirguero, Baquero y de sus mujeres e hijos… solteros”.

Pagarán “un real para cera a la dicha Cofradía” cualquiera que faltase a cualquier entierro sino “está ocupado con legítima causa”. Y la obligación de cobrar es del mayordomo.

6.- Elección de Junta de gobierno y obligaciones:

“Ordenamos que por las ánimas de cualquier cofrade difunto se digan tres misas, una cantada y dos rezadas… y lo mismo por su mujer y no por sus hijos”.

7.- Enterramientos de todos los difuntos, sin excepción (protocolo):

“Llevarán cuatro blandones o hachas” y si el cofrade es pobre, “que sea a costa de la hermandad”. También pagará la hermandad “los enterradores y el paño de los enterradores”.

El mayordomo tiene que “nombrar los regidores y diputados cada mes, que tengan cuidado de hacer decir las misas, los domingos y fiestas”.

“En la ciudad de Badajoz a principio del mes de septiembre de mil seiscientos cuatro”.[41]

 

            2.2.2.- Actualizaciones[42] de los estatutos de 1800, en la comunidad de los Remedios

Podemos considerar que con esta acta[43] estamos ante una actualización, en algunos puntos concretos, de los estatutos de 1800. Hemos llegado a la nueva sede, a un nuevo lugar y necesitamos actualizarnos. Por ello, nos encontramos una serie de acuerdos con la comunidad de los Remedios para los entierros, con la comunidad misma y las obligaciones entre convento y hermandad.

 

Se acuerda:

Por causa de “la decadencia de los tiempos y circunstancias de la guerra” no es posible continuar con los acuerdos de “mil setecientos ochenta y nueve” (1789) sobre la mortaja y los enterramientos que tenía la hermandad en otro lugar. Por ello deben sentarse de nuevo y poner nuevas condiciones y acuerdos:

 

Obligación de la comunidad.

La obligación de la comunidad es asistir a los entierros de los hermanos, que mueran con responso cantado en la casa del cadáver por “veinte y ocho reales” con la obligación de” la hermandad de asistir con otro responso en la casa del hermano y ha de dar, la cofradía, dos reales por la misa rezada que se daría en la hora del entierro”.

También se realizará una vigilia del oficio de difunto y una misa de cuerpo presente y se pagará, de limosna, como los entierros de los demás hermanos.

Cuando muera un hermano, “inmediatamente que se le avise, han de hacer la señal de doble y lo mismo a la hora de su entierro, rezándole una vigilia por una vez y un responso”.

Y la “asistencia a la procesión del santo entierro y al sermón del descendimiento, todo por la limosna de cien reales”.

Cuando el entierro sea de un transeúnte, peregrino o pobre de la ciudad, la cofradía pagará la limosna establecida por la misa.

 

2.2.3.- Acta del 18 de septiembre 1814, en el convento de san Francisco

 

El acta[44] gira sobre los acuerdos nuevos en temas de enterramientos de los hermanos de esta cofradía.

La “nueva contrata hecha con el convento de religiosos de S. Gabriel es cuarenta y dos reales en las mismas circunstancias que antes, que se pagaban veinte y ocho” (como aparece en el acta del 2 de septiembre de este año) , y se pasa de seis reales anuales a pagar ocho reales anuales. Existe una diferencia y una aclaración. La primera es la de poner cirios, que antes no se decía nada y la aclaración es que cuando “llegue a morir un hermano, no tuviese que pagar más que los pobres, al sepulturero y el nicho”.

Y todo esto comenzará a ejecutarse “el día de Santiago de mil ochocientos quince”. Este tiempo que falta es para avisar a los hermanos de este nuevo acuerdo.

 

2.2.4.- Acta del 6 de agosto de 1815

 

Tras elegir al hermano mayor, éste reconoce  el trastorno que ha sufrido la hermandad y en palabras textuales, “ya que había principiado arreglar el trastorno tan grande que había sufrido esta hermandad por la entrada de los enemigos en esta plaza”.

Se acuerda:

Ante el trabajo tan grande que tienen los hermanos mayores en “sus cobranzas y demás asistencias” se da facultad para ampliar en uno, dos o tres hombres para que les ayuden en cuanto necesiten.

Ante los gastos extraordinarios que están suponiendo los entierros, y poniendo un ejemplo de “la entrada de un hermano por la cantidad de cuarenta reales y tener que enterrarle a su mujer a los ochos días de su entrada, sufriendo esta hermandad en ésto un perjuicio considerable, a evitarlo dijeron”: no se admitirá entierro alguno que no haya de pagar por entrada cien reales, pechas anuales que le corresponda a cada uno. Si esto ocurre con los hermanos de Hacha de la Virgen y del Señor, las cargas de estos es de media fanega de trigo anual, renovando su hacha y quedando libres de pechas. Lo mismo ocurrirá con los que llevan al Señor, la Virgen y el palio, que deberán contribuir con lo de costumbre.

Verificar en menos de tres días si un difunto que su familia dice ser hermano, lo es en verdad, ya que si no lo es, la hermandad no está obligada en nada con él, pero si se verifica que es hermano, “se entregará al Padre capellán sesenta y cinco reales para que invierta en quince misas por el bien de su alma y que esto mismo se ha de ejecutar con el que se encuentra ausente”. Si no es hermano de la cofradía, la hermandad correrá con los gastos mínimos.

Este acta reconoce la existencia de nuestra cofradía, de manera explícita, desde antes de 1640 cuando dice: “acuerdan también se le de entrada gratuitamente a Manuel Barreros Ruiz y se le exonere de pechas hasta que llegue a la edad de veinte años, por su asistencia a los entierros  y demás ocupaciones que se ofrecen en esta hermandad, igualmente por los méritos que tienen contraídos su padre, y los que hicieron su bisabuelo, abuelos y tíos, pues desde el año mil seiscientos cuarenta hasta el presente todos han sido hermanos mayores y diputados de ella”.

Y en el libro de asientos[45], cuando se anota a su nieta Vicenta Ruiz a edad de nueve años, vuelve a recordarnos los méritos de esta familia, “desde el principio al siglo 1600”.

 

2.2.5.- Acta[46] del 29 de julio 1816

 

Esta acta recoge las funciones del Muñidor:

Debe asistir a todos los entierros de los hermanos parar llevar el estandarte, vara o lo que necesiten los hermanos mayores; como a las novenas, meditaciones, procesiones y demás fiestas de la Hermandad.

No deberá recoger la cobranza ni en trigo ni de maravedíes, ya que se le dará el 10% de lo que se recoja.

Estas funciones quedan recogidas también en el libro de asientos[47].

Reconquista de esta plaza por el ejército británico”. Esta batalla ha provocado en la hermandad pérdidas de los libros de cuentas y asientos, lo que provoca un desorden a la hora de los entierros. El mayordomo pide que se arregle cuanto antes.

 

 

 

2.2.6.- Acta[48] del 16 de enero de 1831

           

Reunidos en la celda del R.P.F. Francisco Bayón Campomanes, predicador general y Guardián del convento de N.P.S. Francisco, con la Junta de Gobierno de este año en curso, acordaron:

Nombrar una comisión para verificar la entrega del estado de cuentas del anterior mayordomo D. José Barrero, y la entrega del inventario hasta el momento de la salida del convento de los Remedios de la ciudad de Badajoz, que se encuentra en su poder.

Se pone de manifiesto que la falta de pago de pechas ha provocado que la Hermandad carezca de fondos, para pagar los entierros de los hermanos  y pobres que fallecen.

Se acuerda que los hermanos que “fallezcan en lo que resta de año hasta el día de san Miguel, veinte y nueve de septiembre del mismo, debiendo cinco años de pechas se les entierra por la cofradía si las pagaron anticipadamente… pero en que pasando cinco años la deuda, no se les entierre a no ser que el descubierto importe, como el entierro, se satisfaga íntegramente antes de verificarlo. Y que desde el día de san Miguel en adelante no se entierre en los mismos términos dichos a los que deban tres años arriba”.

Veamos algunos ejemplos de hermanos[49].

 

 

Antonio García, el feo y — Marín 1799     No. No paga, ni entierro 6 reales Brazo derecho delante del Señor 2 abril 1821

 

Diego Falcato y Francisca Toral 1802       X   10 mayo 1830

Sin entierro 16 marzo 1825

 

Juan lobo y Lucia Amienes 1815 40 reales   No paga no entierro 10 reales Andilla 3ª derecha del Señor El. 21 abril 1826

 

2.2.7.- Acta[50] del 11 de diciembre de 1870. Nuevos estatutos

 

12.- Los cuatro regidores[51], “tomarán la relación con arreglo al número de votos en la elección”. Sus funciones serán sustituir “al mayordomo en ausencias, enfermedades y falta del mismo siendo los que la dirigirán y conservarán el buen orden, compostura y marcha de los asistentes”.

Y si algún hermano enferma de gravedad “lo visitarán acompañado del párroco en los actos cristianos… y si hubiese de administrar el Santo Viático, concurrirán todos los hermanos… así como también en su entierro, si falleciera”.

13.- Si un hermano fallece “en los treinta días primeros, siguientes al entierro del cofrade, se celebrará por el descanso de su alma, en la iglesia que se haya establecido la cofradía una misa rezada que costeará la hermandad y a la que asistirán los hermanos y parientes” finalizando con el responso correspondiente. Y en la “primera junta después del entierro… se hará conmemoración de él rezando un padre nuestro”.

14.- El lugar de las Juntas será “en la Iglesia donde se haya establecida la Hermandad o en su sacristía” y en caso de que sea de urgencia, se hará por citación del Hermano Mayor en su casa o donde el “Regidor que le restituye, determine”.

Cuando el entierro sea de un pobre de la ciudad, la cofradía pagará la limosna establecida por la misa.

 

El acta queda firmada el 11 de diciembre de 1870, por el secretario Fernando Bernáldez y el mayordomo Carlos de Combes.

 

Con todo lo expuesto y sus nuevos estatutos actualizados, nos sitúanos en las puertas de lo que es nuestra Cofradía en la actualidad, pero con cambios importantes. La Hermandad pasa a llamarse Cofradía del Santo Entierro, Nuestra Señora de las Lágrimas y Santiago Apóstol, quedando el nombre del apóstol al final. Ha desaparecido acción pastoral de los enterramientos de los hermanos, transeúntes, peregrinos y pobres de la ciudad  y nacen nuevas necesidades caritativas con la nueva sede canónica, en la actual parroquia de Santa María la Real y con los nuevos tiempos del S. XX.

 

 

 

Bibliografía

 

 

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Mira Ceballos, Esteban, Hermandades y Cofradías en Badajoz a finales de la edad moderna, Junta de Extremadura, consejería de cultura, Badajoz 2002.

Nicolás-Minué Sánchez, Andres J, Familias Nobles de Aragón, fuentes históricas aragonesas, nº 84, Institución Fernando el católico, Diputación de Zaragoza, 2018.

Ruiz Durán, Manuel, Sal de tu casa a la que yo te mostraré, Hermandad del Señor Santiago Apóstol, Santo Entierro de Cristo y nuestra Señora de las Lágrimas: de intramuros a santa María la Real (S. Agustín), 1800-1904, Ba-000615, 2021.

Solano de Figueroa, Historia Eclesiástica de la ciudad de Badajoz, edición 1929-1935, I parte, tomo IV.

 

 

[1] Ruiz Durán, Manuel, Sal de tu casa a la que te mostraré. Hermandad del señor Santiago Apóstol, Santo Entierro de Cristo y Nuestra Señora de las Lágrimas: de intramuros a Santa María la Real (San Agustín) 1800-1904, DEP. LEG. Ba-000615-2021.

[2] Andrés J. Nicolás-Minué Sánchez, Familias Nobles de Aragón, fuentes históricas aragonesas, nº 84, Institución Fernando el católico, Diputación de Zaragoza, 2018, p. 257.

[3] Fernández Fernández, José Manuel y Rodríguez Ortiz, Paulo Jorge, coordinador general y traducción de textos latinos: Tejada Vizuete, Francisco, separata del volumen V de las memorias de la Real Academia de Extremadura de las letras y las artes, Trujillo 2002.

[4] Id. p.564 y 635.

[5] Id. p 615.

[6] Id. p. 622.

[7] Id. p. 640.

[8] Id. pp. 652, 665 y 710.

[9] Id. p.709.

[10] Id. p.733.

[11] Id. p. 739.

[12] López, López Teodoro A. y Pérez Martín, Tomás, El Archivo de la Santa Iglesia Catedral de Badajoz, fundación C.B. 2022, p.112.

[13] Id. p. 114.

[14] Id. p. 116.

[15] Id. p. 115.

[16] Id. p. 117.

[17] Lozano Rubio, Tirso, Historia de Badajoz, Apéndices a la historia del Dr. Mateos, tomo II, edición facsímil Fundación CB, Badajoz 2017, p. 420. Nos habla de nuestro obispo pacense, en el periodo mozárabe, durante el año 1342, un año después que el resto de los autores citados.

[18] Camacho Macías, Aquilino, Anotaciones críticas al Episcopologio Pacense en “Actas del V quinto congreso de estudios extremeños”, I, Badajoz 1975, página 29.

[19] ACBa pergamino V nº 4 publicado en Tejada/Fernández/Rodrígues 2002, pp. 622ss.

[20] Solano de Figueroa, historia, historia eclesiástica de la ciudad de Badajoz, edición 1929-1935, I parte, t IV.

[21] Biblioteca de Autores Cristianos, el obispado de Badajoz en los siglos XIII – XV, pp.  787-789.

[22] Kurth, Wikkian S., obispos medievales de Badajoz, editorial regional de Extremadura, colección estudio, Mérida 2019, p. 86.

[23] González Rodríguez, Alberto, historia de Badajoz, Universitas editorial, Badajoz 1999, página 186.

[24] Fernández Fernandes, José Manuel y Rodrigues Ortiz, Paulo Jorge, coordinador general y traducción de textos latinos: Tejada Vizuete, Francisco, separata del volumen V de las memorias de la Real Academia de Extremadura de las letras y las artes, Trujillo 2002, página 627-629.

[25] Kurth, Wikkian S., obispos medievales de Badajoz, editorial regional de Extremadura, colección estudio, Mérida 2019, página 84-88.

[26] Kurth, Wikkian S., obispos medievales de Badajoz, editorial regional de Extremadura, colección estudio, Mérida 2019, página 88.

[27] Cerda y Rico, 1789, p. 168. Este detalle no está en la edición de Diego Catalán de la crónica (Catalán 1976),

[28] ACBa, pergaminoVI, nº 2, publicado en Tejada/Fernández/Rodrigues 2002, pp. 676ss,

[29] Kurtz, 2005, ver cita en el libro pag. 203

[30] Biblioteca de Autores Cristianos, El obispado de Badajoz en los siglos XIII – XV, pp.  787-789.

[31] Kurtz, Willian S. retrato de una ciudad, Badajoz en el siglo XVI, según los libros de hacienda de la cofradía y hospital de la Concepción, tomo I, Badajoz 2006, pp.24-26.127.

[32] Con su obra de misericordia, “enterrar a los difuntos”.

[33] Solano de Figueroa, Historia Eclesiástica de la ciudad de Badajoz, edición 1929-1935, I parte, t IV, pp.403ss.

[34] Labarga García, Fermín, El posicionamiento inmaculista de las cofradías españolas, Instituto de historia de la Iglesia, Universidad de Navarra, Pamplona 2004. Un

[35] El autor del citado artículo, junto con el profesor Kurtz en su artículo Retrato de una ciudad, ponen su erección canónica en la Catedral de Badajoz y no en San Andrés en el año 1344, como antes habíamos dicho.

[36] Agrupación de Hermandades y Cofradías, Hermandades y Cofradías de la ciudad de Badajoz. Más de 500 años de Historia, Diputación de Badajoz, 2013, pp. 167-168.

[37] Ruiz Durán, Manuel, Sal de tu casa a la que yo te mostraré, Hermandad del Señor Santiago Apóstol, Santo Entierro de Cristo y nuestra Señora de las Lágrimas: de intramuros a santa María la Real (S. Agustín), 1800-1904, Ba-000615, 2021.

[38] Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz, Fondo parroquial, caja 36 (libro de hermandades).

[39] Ruiz Durán, Manuel, Sal de tu casa… p. 23-27.

[40] Pensamos que la cofradía existe anterior a esta fecha, pero nos limitamos a lo documentado. D. Esteban Mira Caballos, en su libro, Hermandades y Cofradías en Badajoz a finales de la edad moderna, junta de Extremadura, consejería de cultura, Badajoz 2002, pag.110-112, recoge un documento del Archivo Histórico Nacional, Consejos 7091, N.8, donde se dice: “Yo, don José Jaramillo Melilla, que vive en esta ciudad, como mayordomo de esta cofradía de Señor Santiago, patrono y defensor de España, que se sirve en su ermita, en el castillo de esta plaza, la cual cofradía fue aprobada el trece de agosto del año pasado de 1604 por el Señor licenciado Mateo Canseco, provisor vicario general que fue de este obispado, por el ilustrísimo señor don Andrés Fernández de Córdoba, obispo que fue de él, con la cual aprobación se acudió a nuestro muy Santo padre Clemente octavo, el cual expidió un breve apostólico, aprobando la dicha cofradía en 5 de enero de 1605, concediendo muchas indulgencias y gracias tanto para en vida como para la hora de la muerte a los cofrades que fueren de ella. Y fue admitida como hermandad a la Iglesia lateranense, como miembro de la misma, para participar de todas las gracias concedidas a ella. Y la referida cofradía tiene la obligación todos los Viernes Santo del año de sacar la procesión del Santo Entierro de Cristo, antecediendo sermón y el paso lastimoso del Descendimiento a la Voz del predicador en la que lleva las insignias de la pasión de su Divina Majestad y que le acompaña su Santísima Madre con el título de las Lágrimas”.

[41] Este documento, en donde se encuentran las constituciones, contiene seis folios más, en los que se expone el epistolario de aprobación entre el Ordinario del lugar, el Real y Supremo Consejo de Castilla y el mayordomo y secretario de la hermandad. La aprobación final fue el 2 de noviembre de 1802. Es aquí donde tiene capital importancia la figura de D. Carlos Witte y Pau, antes citado.

[42] Ruiz Durán, Manuel, Sal de tu casa… pp. 30-33

[43] Véase libro de acuerdos de la Cofradía del Señor Santiago Apóstol, Nuestra Señora de las Lágrimas y Santo Entierro de Cristo desde 9 de junio de 1814 a 11 de abril 1841.

[44] Condición que se cumple cuando se van al convento de S. Francisco, Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz, Fondo parroquial, libro de acuerdos, fol. 38.

[45] Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz, Fondo parroquial, Libro de asientos, fol. 15.

[46] Ruiz Durán, Manuel, Sal de tu casa …, p.35.

[47] Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz, Fondo parroquial, Libro de asientos, fol. 27.

[48] Ruiz Durán, Manuel, Sal de tu casa…, p.43.

[49] Id. 51,53 y 57

[50] Id. p.101-102.

[51] Archivo Cofradía del Señor Santiago Apóstol, Nuestra Señora de las Lágrimas y Santo Entierro de Cristo, Libro 1º de actas, p. 3 vto.

Nov 122024
 

Manuel Rubio Andrada

Dedicatoria.

A mi familia por el interés que han puesto en que realizara este trabajo.

Introducción

El grabado que traemos a estudio se encuentra en el término de Talarrubias; su mayor proximidad a Casas de D. Pedro comunica cierta dificultad en su denominación cuyo nombre debe ser “Grabado de Talarrubias II” por predominar el nombre del término sobre la distancia. En el año 2021 presentamos en estos Coloquios, el que debe denominarse Talarrubias I; un conjunto de grabados realizados en las proximidades del molino Pacha, cuya fábrica se encuentra normalmente sumergida en la margen contraria del río Guadiana, no lejos de estos; sus contenidos son muy distintos[1].

Localización

Este grabado, como hemos apuntado, se localiza en el término de Talarrubias (Badajoz); muy próximo al punto geográfico determinado por las coordenadas: latitud 39º 06´ 24.94´´ y longitud 5º 16´ 16.58´´.

Para visitarlo hay que partir de Casas de D. Pedro, trasladarse por la carretera de Talarrubias hasta el canal de la Dehesa  y ascender en dirección a la presa hasta cruzar una línea de alta tensión; marchemos un km más y a la derecha se ofrece un aparcamiento y puerta de acceso a un camino que conduce al cercano río Guadiana, el grabado se encuentra en las inmediaciones de su margen derecha.

Otra posibilidad aunque queda muy alejado,  es ascender el río por la margen mencionada hasta el punto señalado.

El soporte

Lámina 1.- Localización de la roca que sirve de soporte

La roca que se eligió para hacer esta realización es de pizarra dura, de color gris, tiene 2.13 m de largo y 1.05 m de ancho (Lám. 1).

La naturaleza la dotó de una superficie bien acabada, alisada y en doble plano, a dos aguas; la cara norte es la más alejada del río, se ofrece lisa y cortada  por racheados naturales que determinan diferentes superficies bien limitadas, aprovechadas para realizar  dibujos de varios temas; la opuesta, la sur, no se utilizó por la dificultad que presentan media docena “pilotes” verticales que allí se alzan; algo más altos impiden la ejecución al presentar truncadas sus pequeñas superficies superiores -por lo general de 1 dm2-.

Catálogo de líneas y figuras

Nos hemos decidido por enumerar la mayoría de trazos, a pesar de que su lectura debe resultar un trabajo demasiado denso. La ortodoxia del estudio arqueológico parece exigir esa descripción por muy numerosa que sea. Si queremos tener unas conclusiones que nos permitan avanzar en los conocimientos de los contenidos de estos grabados difícilmente nuestro cerebro podrá producir conclusiones con ausencia parcial de datos.

Lámina 2.- El soporte con los puntos, líneas y estructuras

Para describir las formas con cierta claridad se hace preciso fijar la posición del observador, en nuestro caso lo hacemos dando la frente al río, al sur.

Una vez posicionados hemos determinado un conjunto único al formado por el total de las figuras; estas claramente se distribuyeron en tres superficies alineadas de este a oeste; en cada una de ellas la naturaleza determinó “planos” claramente limitados que fueron ocupados por las realizaciones así distribuidas en subconjuntos a, b, c (Lám. 2).

 

Lámina 3.- Subconjunto a1. Cruciforme y estructuras

Subconjunto a.

Subconjunto a1. (Lám. 3).

Ocupa el espacio situado más a la izquierda de la fotografía nº 2: en él hemos reseñado seis figuras.

Fg. 1.  Está situada en la parte superior del subconjunto. Es una zona de contractes, luz-sombra, en la que se dan la mayoría de las circunstancias lumínicas  negativas añadiendo parcialmente el color grisáceo de la roca.

Se trata de una estructura cuadrada con sus medianas, estas determinan cuatro cuadrados iguales, en cada uno de ellos se indicó una diagonal, la que se extiende desde el vértice superior derecho hasta el vértice inferior izquierdo.

Esta figura y la siguiente solo son visibles con mucha luminosidad y aumento.

Fig. 2. Corresponde a una dudosa forma de aspa.

Fig. 3. Se situó en el extremo inferior izquierdo de este subconjunto y corresponde a un cruciforme de brazos algo irregulares.

Fig. 4. Es una estructura múltiple. Se situó a la derecha de la Fig 3.

Esta estructura múltiple ofrece en su centro superior un cruciforme griego, de brazos iguales.

A la izquierda presenta tres estructuras adosadas por sus lados supriores y ligeramente rectangulares. En la parte inferior, igualmente adosada pero en el lado derecho se añadió otra algo mayor y en disposición semejante. A partir de aquí hay otras dos semejantes cambiando la dirección de los trazados hacia la parte superior derecha unos 45º. Aun nuestro autor aprovechó la línea de base para completarla con un triángulo con su mediana más horizontal.

Fig. 5. Corresponde a un par de líneas paralelas e inclinadas ligeramente a la izquierda.

Fig. 6. Es un grupo de tres líneas aparentemente con escasa relación entre ellas.

Fig. 7. En la parte superior derecha, fue realizada una línea inclinada a esa misma parte e inmediata a ella un ángulo de unos 45º con abertura a la derecha. Aún puede observarse a la derecha una línea quebrada formada con cinco segmentos.

Lámina 4. Subconjuntos a2, a3 y a4

Subconjunto a2 (Lám. 4).

Fig. 1. Denominamos así a una serie de estructuras adosadas y a un intenso piqueteado entre los que afloran pequeños restos de otros trazos.

La primera de estas formas está en la parte superior izquierda, se trazó un rectángulo con sus diagonales; en la mitad derecha de su lado inferior  se adosó otra forma semejante aunque algo más pequeña; esta se encuentra ya invadida inferiormente por un intenso piqueteado lo que indica la posterior realización de estos.

Continúan otros restos lineales en la zona cubierta de punteados.

Fig. 2. Corresponde a un cruciforme griego semejante al descrito en el Sc. a1, en igual posición vertical y bien señalado.

Fig. 3. Muy próximas bajo el cruciforme 2 y a su izquierda, en posición inclinada se trazaron tres estructuras; las dos primeras adosadas. La parte superior del primero corta levemente al cruciforme. Próximo al inferior de ellas hay otro semejante en posición vertical.

Fig. 4. Corresponde a un antropomorfo esquemático echado, está limitado a su derecha por un piqueteado no muy denso y otros tres tracitos.

Fig. 5. Esta figura se situó en la parte superior del subconjunto a2. Está formada por un corto número de estructura aparentemente inacabadas.

Fig. 6. Corresponde a un trazo inclinado hacia la derecha situado inmediato a los trazos anteriores.

Fig. 7. Unos centímetros a la derecha se observan tres pequeñas líneas paralelas de tendencia horizontal.

Fig. 8. En la parte superior de este conjunto hay un nuevo rectángulo con sus mal trazadas mediatrices.

Fig. 9. Inmediatamente bajo la forma anterior se realizó un triángulo isósceles cortado por un segmento cerca de su ángulo izquierdo.

Fig. 10. Inferiormente se remató con un doble triangular y como base de este hay dos paralelas muy próximas que contienen tres pequeñas estructuras adosadas de manera poco visibles.

Sco a3. (Lám. 4).

En la parte inferior central hay dos pequeñas superficies a menor altura y divididas por un racheado de la roca.

Fig. 1. La de la izquierda posee en esa parte una estructura ligeramente rectangular con sus diagonales; un pequeño trazo corta la línea inferior por su centro.

Sco a4. (Lám. 4).

Inmediato a la derecha hay un curioso subconjunto formado por un par de figuras.

Fig. 1. La primera por la izquierda perteneció a una forma rectangular, superiormente continúa la forma poco marcada.

Fig. 2. A la derecha de la forma rectangular hay un piqueteado y más allá se representó un antropomorfo de forma esquemática y tendencia horizontal; así  representado induce a suponer correctamente la representación de un difunto.

Lámina 5. Subconjunto a5. Estructuras quilliformes Sc a5. (Ver Lám. 10).

En la parte superior de este espacio hay una ruptura que sirve de límite; también el lado derecho, el izquierdo y la parte inferior se encuentran acotados de la misma manera.

En general podemos decir que se trata de un espacio central, de tendencia rectangular horizontal, bien acotado y poseedor de figuras perfectamente grabadas.

En la parte que da al río Guadiana -el sur-,  en la opuesta -norte- y al oeste hay espacios intermedios entre las figuras centrales y los límites naturales; en ellos se grabó más difusamente, sin apenas relieve. Aparentemente los temas en ellos realizados nos han llegado mucho más confusos por lo que los describimos solo parcialmente.

Fig. 1. Sobre ellas destaca una pequeña superficie que presenta unas diminutas formas poligonales rectangulares lateralmente adosadas y algo irregulares.

Fig. 2. En la parte inferior derecha de la anterior figura se aprovechó una pequeña superficie de forma rectangular para realizar diversas líneas en V, /, poco visibles y de aspecto inacabado.

Fig. 3. En la parte izquierda se trazó muy tenuemente una estructura inacabada.

Fig. 4. Bajo ella e inmediatamente a la derecha hay una estructura con sus diagonales bien marcadas.

Fig. 5. Ya puestos en la parte central se observa con claridad una compleja figura cuyas partes sin duda se relacionan y complementan; se situó bajo un racheado natural que superiormente las limita y como hemos insinuado, otro la acota en la parte inferior.

Su parte superior derecha comienza con dos estructuras con un pequeño espacio entre ellas; son de tendencia cuadrada con sus diagonales -cruces griegas- bien realizadas. Una tercera se adoso en el lado inferior derecho; en esta se realizaron no muy acertadamente sus mediatrices; la mayor de ellas se prolongó más allá del contorno terminando en  forma picuda con la prolongación del lado inferior.

Las dos primeras estructuras mencionadas prolongaron sus lados igualmente en curva hacia la izquierda hasta cortarse consiguiendo dos formas de gruesas quillas.

En el espacio formado en la forma picuda superior se realizó un cruciforme griego, de cuyo centro se desprendieron inferiormente dos curvas semejantes; la parte inferior de estos dos trazos curvilíneos se encuentra cortado por un nuevo trazo construyéndose con él un triángulo en clara forma de alabarda enmangada y reforzada centralmente.

Fig. 6. Inmediato en la parte inferior izquierda de la forma de alabarda, hay un cuadrado con sus diagonales -cruz griega-; uno de sus brazos se prolongó levemente hasta el vértice correspondiente de la forma triangular indicada.

Fig. 7. Continuando hacia abajo hay un racheado punteado de tendencia horizontal que limita el espacio por este lado con claridad. Bajo él, la Fig. 7 corresponde a una estructura con sus mediatrices y una diagonal; en su zona central se formó un cuadrado con un destacable bitriangular en su centro.

Fig. 8. Un nuevo racheado se extiende bajo la figura anterior; bajo él, se observa con claridad, una forma rectangular en posición vertical formando con sus diagonales otro bitriangular.

Fig. 9  Esta figura nos ha llegado muy tenuemente. Se realizó a la izquierda de la anterior y bajo ella. Corresponde a varias estructuras rectangulares, en posición horizontal; una en la parte superior con sus no bien trazadas diagonales de aspecto caótico. Dos inferiores están adosadas, la de la derecha mal conseguida.

Subconjunto b

Lámina 6. Subconjunto b. Estructuras con alabarda inferiormente adosada. (Ver Lám. 11)

El espacio que se utilizó para realizar el subconjunto b está muy bien limitado y ocupa la parte central del soporte (Lám. 6). Intermitentemente tiene piqueteados aparentemente desordenados.

Fig 1. Se situó en la parte superior izquierda del subconjunto; sus trazos nos han llegado poco definidos no obstante se puede observar con aumento una pequeña forma rectangular cuadriculada.

Fig 2. Esta forma se situó a la derecha, bajo la anterior; está formada por una estructura de tendencia cuadrada y con sus dos mediatrices bien marcadas; a su derecha hay otra de tendencia rectangular con sus diagonales y la mediatriz de tendencia vertical.

Fig 3. Se trata de otra estructura en posición vertical, algo menor que la anterior, con sus diagonales bien marcadas; el vértice inferior derecho está inserto en la cazoleta figura 4.

Fig 4. Corresponde a una cazoleta adosada a la forma anterior.

Fig 5. Superiormente, muy próximas, hay seis estructuras. Las cuatro primeras están completas; de ellas las centrales tienden a ser de mayor tamaño; como hemos indicado, las dos primeras son de diferente tamaño y  están adosadas; parecida disposición se observa en la tercera y cuarta aunque la unión es  en la parte inferior. Concatenada a la cuarta por la derecha se trazaron las dos últimas, la primera de estas carece de diagonales y la  segunda de mediatrices.

Fig 6 y Fig 7. Estas formas ocupan un espacio bajo la parte inferior izquierda de la anterior; incluye varios trazos rectos poco señalados, entre ellos, bien visible aunque con escaso relieve, hay una forma triangular, la número siete, que corresponde a una  alabarda reforzada con nervio central, se adosó inferiormente a la segunda estructura de la figura número 5.

Fig 8. Corresponde a una pequeña estructura rectangular  con sus mediatrices bien señaladas, en los cuatro espacios así determinados se acompañaron de unos punteados bastante regulares; se situó a la izquierda de la forma de alabarda.

Fig 9. Está situada más a la izquierda y se corresponde con varios trazos inclinados de aspecto inconexo.

Fig 10. Bajo las formas anteriores se trazó una nueva estructura en la que se destacó con intensidad un bitriangular formado por las diagonales, en escaso relieve se distinguen el resto de sus líneas.

Fig 11. Situada a la derecha, en el extremo más alto del subconjunto, hay una forma rectangular cuidadosamente dividida en 13 – 15 líneas, muy próximas; concluye en la zona más confusa del extremo derecho de la figura 6.

Fig 12. Bajo las formas anteriores hay una mal trazada nueva estructura rectangular en la que solamente se aprecia una  diagonal. Bajo esta inacabada forma hay varios trazos lineales de tendencia paralela horizontal.

Fig 13. Inmediatamente por la parte inferior,  aparece una estructura cuyas diagonales se marcaron con tres trazos paralelos muy próximos y con un solo trazo sus mediatrices. A su derecha hay otra forma de terminación picuda  y apariencia inacabada.

Fig 14. Recibe este número una compleja figura formada esencialmente por una estructura cuadrada y completa situada a la izquierda e inmediata bajo las anteriores, es la mayor y está bien ejecutada; una segunda se adosó al lado izquierdo, más pequeña apenas pasa la mitad de la anterior, tiene mal trazada la mediatriz vertical y no mucho mejor la horizontal; en el cuarto inferior izquierdo se trazaron las diagonales del cuadrado allí formado. La línea inferior que sirve de base a estas dos figuras es también el lado superior de otras tres estructuras de difícil precisión.

Fig 15. La forma un grupo de pequeños trazos lineales -seis o siete- de distribución y acabado aparentemente caprichosos.

Fig 16. En la parte inferior izquierda de la figura 14 se realizaron las diagonales de un inacabado rectángulo. Adosado a su lado inferior se encuentra el lado menor de otro más pequeño. Esta zona es de difícil visión debido a la falta de profundidad de los trazos.

 

Lámina 7. Subconjunto c. Espacio superior

Subconjunto c. (Lám. 7)

Fig 1. Próxima a la parte superior del soporte, hay pequeña  superficie que se ocupó con el trazado de diversos cuadriláteros, de tendencia cuadrada y aspecto descuidado.

Fig 2. Ya en la parte superior se realizó una forma rectangular reticular, bien dividida en cuadrículas, inacabadas o no visibles en sus extremos superior derecho e inferior izquierdo. Más a la derecha hay una estructura rectangular con una de sus mediatrices algo desviadas.

Fig 3. El repertorio continúa algo inferiormente a la izquierda, allí presenta dos estructuras más; sus laterales derecho e izquierdo casi imperceptibles hacen resaltar los bitriangulares centrales formados por las cuatro diagonales.

Fig 4.  Bajo la forma descrita hay otra en ángulo agudo que pertenece a una estructura inacabada y muy tenue en la mayoría de sus trazos.

Fig 5.  Muy cerca, a la derecha, hay dos paralelas cuyos extremos  izquierdos se unen para formar ángulo agudo; entre las paralelas se  trazaron tres estructuras, la central presenta sus diagonales con un doble trazado muy próximo; la estructura siguiente por la derecha está poco definida; finalmente la de la izquierda se acabó con trazos rectos aunque en forma picuda.

Fig 6. Esta pequeña figura consta de una forma rectangular casi perdida en la que se apuntaron sus mediatrices horizontales destacando una forma bitriangular lateralmente adornada con dos tracitos -mediatrices apuntadas-. En la parte superior hay un corto número de rectas y puntuaciones de acabado poco preciso..

Fig 7. Inmediata a la derecha hay una estructura con bien trazadas diagonales, una de estas se realizó mediante tres líneas, paralelas y muy próximas; la figura se prolongó a la derecha en sus línea superior hasta un cercano racheado, el espacio interior que determina se completó con una cuadrícula inacabada y algo inclinada a la izquierda.

Fig 8. A la izquierda hay formas rectangulares irregulares, dentro de ellas, en la parte inferior se observan un pequeño haz formado por cuatro radiales; bajo él fue realizada una pequeña cuadrícula. Sobre ellos, en su lado derecho se realizó una bien trazada cruz griega.

Fig 9. A la izquierda, muy próxima, hay una estructura de tendencia cuadrada, con el lado inferior elevado hacia la izquierda y con sus mal trazadas mediatrices, la central inclinada.

Fig 10. Bajo las formas anteriores se trazaron varias líneas de formas inconexas y un tanto abigarradas.

Singularidades

Denominamos así a unas de figuras que presentan alguna particularidad lo que les  hace destacar del resto.

Aspas y cruces griegas

Hemos mencionado las primeras al describir el subconjuntos a1 y las segundas en este mismo subconjunto y en los a2 y a5. Tanto cruces griegas como aspas pueden tener diversos contenidos, aquí las destacamos por su posible sacralidad, dada la posibilidad de ser ambas formas el resultado de un proceso de abstracción ejercido sobre los estelares de ocho o más radios, de tal manera que, sin perder totalmente su forma radial, por supresión, han pasado a poseer una expresión más simple: solamente cuatro radios, los mínimos para hacer posible su reconocimiento esquemático como perteneciente a un antiguo estelar[2].

Cruces, armas y cuadriláteros se dan separadamente con excelente claridad como ejemplo evolutivo intermedio en el conjunto I del río Tejadilla V[3].

Lám 8.- Cruciforme y antropomorfo

 

  Lám 9.- Estructura y antropomorfo

Antropomorfos (Lám 8 y Lám 9)

Hay en nuestro grabado unos antropomorfos esquemáticos en posición echada que indican la presencia sospechosa de al menos dos difuntos. El primero se localiza en el Sc. a2. Fig. 4. Muy próximo por la izquierda hay un bien trazado cruciforme de brazos iguales -cruz griega- y numerosas estructuras que los rodean junto a otros trazos. La ejecución del antropomorfo tiene en su derecha piqueteos y líneas que imposibilitan su segura definición por ese lado.

Mayor claridad  presenta el posible difunto dibujado en el Sc a4 Fig. 2. Su terminación izquierda coincide con un fuerte piqueteado que destruyó parcialmente la estructura rectangular allí realizada con marcada mediatriz semidestruída. La relación entre ambas formas parece necesaria aunque sus contenidos como veremos se nos escapan.

La presencia de este tipo de esquemas representativos de  personas en determinada posición, está extendida tanto en la cercana Zepa como en otros lugares más alejados siempre en esos ambientes de comienzos de la Edad del Bronce. Según su posición vertical o echada, las acercamos como vivas, muertas o  vivas después de morir.

Hemos atribuido a la mayoría de las estructuras una función de balsas sagradas, esto nos acerca a sospechar la narración de un naufragio en el que hay un difunto sin función concreta conocida anterior al suceso. En la secuencia  “la balsa” estaba útil pero no sabemos si el personaje estaba vivo o si la ”balsa” en la narrativa portaba un difunto mencionando el protagonista de un ritual fúnebre. Esperemos ocasión más propicia para profundizar en la dirección que ahora se nos ha marcado.

Lám. 10.- Estructura con doble quilla o catamarán

Estructuras. (Lám 10)

Como se ha mencionado, las estructuras con sus diagonales son formas que desde tiempos muy tempranos[4] han existido y perdurado hasta nuestros días, menos frecuente es la presencia de mediatrices laterales en forma de cruz; hoy son visibles en barandas de pequeños puentes o lugares que precisan soportes reforzados; se utilizan como refuerzo y decoración. En nuestro trabajo hemos descubierto que en tiempos pasados tuvieron al menos otro contenido: el sacro.

Debido a su tendencia monográfica en este grabado, estas formas y las cuestiones que representan, nos parecen  indicios de una  fijación mental, un tanto obsesiva. No ocurre lo mismo en los grabados de la margen izquierda del río, cuya presencia dentro de conjuntos tiende a ser ocasional, como un tema más de los que allí se expusieron y desde luego no el más claro ni numeroso.

Tomando como sospecha el artículo de Díaz Montesano[5],  extendemos el contenido de nave sacra a las numerosas estructuras cuadriláteras de nuestro grabado, desprovistas de diagonales y mediatrices.

El grupo de formas que componen la figura 5, del subconjunto b, de la lámina 6, a nuestro entender, hace referencia explicativa, a esa doble composición. Los trazos de ocho radiales internos son una cosa y el límite exterior de cuatro lados otra. Esta duplicidad determina un doble contenido: el estelar y la balsa astral ambos de carácter sacro.

La presencia de formas de quilla en tres estructuras del subconjunto a5, figura 5, son huellas que apuntan con pocas dudas sobre su función como nave o barco.

El motivo -la forma de quilla- se repite una vez en los grabados de la cercana Zepa de la Serena, aunque con mayor rudeza, sencillez y menor definición temática, sin recurrir a las estructuras grupales que ahora tratamos, concretamente se encuentran en el término de Puebla de Alcocer, en el arroyo del valle de Casatejada[6].

Lám. 11.- Alabarda

Alabardas. (Lám 11)

La ausencia de otras armas claramente definitorias de cronologías, hacen de las formas de alabardas un claro elemento definidor de las mismas. Las dudas que en otros conjuntos pueden surgir por un dudoso trazado demasiado esquemático aquí no se da, ya que la una posee la forma ligeramente cóncava de sus dos lados y el refuerzo central, elementos realistas e importantes para saber qué tipo de armas son; la otra es más abstracta, se realizó entre varias figuras lineales que completan la figura 5 del subconjunto a5 en una situación a nuestro juicio extraordinaria para acercarla al mundo estelar, es decir al mundo sacro de su época: va a bordo del “catamarán” y directamente unida a un cruciforme de brazos iguales.

Los apogeos del tiempo presencial de alabardas como las representadas, son coincidentes en muchas ocasiones, con los de mayor expansión del vaso campaniforme por lo que se pueden situar estas formas en tiempos cercanos a esos recipientes: en general en la primera mitad del segundo milenio a. C[7].

Lám. 12.- Cazoleta y estructura

Cazoleta. (Lám. 12)

Otra particularidad nos la proporciona la cazoleta y su estructura adherida. La primera es una figura intrusiva en el conjunto no así la segunda; su acabado es algo descuidado y tosco, sin pulir y con dudas a la hora de realizar el trazado circular, algo deformado al destruir la esquina inferior derecha de la estructura a la que se superpuso; indica cierta precipitación e inexperiencia en la ejecución de este tipo de formas.

La escasa invasión de las dos formas entre ellas, denota la necesidad del autor de acercarnos a la posición vital entre ambas figuras; esta relación nos parece parecida o semejante a la matrimonial sin poder precisar más. En cualquier caso se pone de manifiesto una acusada comunicación entre las dos figuras que podría corresponder a un amistoso entendimiento entre un estelar -por ejemplo el Sol o un planeta- y un tipo determinado de barca astral -la forma rectangular-.

Lám. 13.- Reticular

Reticulares. (Lám. 13)

El subconjunto c nos ofrece en su figura 2, una forma rectangular cuidadosamente cuadriculada. El cuadrante superior derecho está semiperdido por resalte del soporte, no obstante la  pervivencia de una barra permite reconstruir la figura por ese lado; al opuesto se adhirió una cuadrícula cuyas líneas no son del todo coincidentes con las anteriores dejándose inacabada la parte inferior, es decir el reticular no se realizó con una sola figura y sí adosando pequeñas cuadrículas, unas al lado de otras.

La presencia de este tipo de reticulares en no pocos conjuntos de parecido ambiente, tanto en las proximidades del río Guadiana como en la provincia de Cáceres, denota una importante función cuyo contenido nos resulta por el momento demasiado problemático para ser abordado en este trabajo. En nuestra opinión necesitan un estudio monográfico independiente dadas las variables características que a veces presenta según el lugar y el grupo de formas a las que acompaña: dicho signo pudiera tener el mismo o al menos parecido contenido que las estructuras que ahora presentamos.

El autor

Si observamos detenidamente las disposiciones de los numerosos trazos que componen este grabado llegaremos a admitir que quién lo realizó fue una persona muy dotada para  la manualidad.

Su razonamiento no se movía al mismo nivel pues los temas que señala son elaborados con bases predominantemente imaginativas resultando puras elucubraciones.

De una u otra forma los contenidos que guarda deberían temporalmente estar extendidos en el ambiente social en el que se movía y de los que él autor participó e intentó eternizar esas creencias con una expresión duradera, casi eterna: los grabados.

Lo probable es que esas narraciones no fueran creadas por él, al menos en su totalidad, si debemos admitir que era ferviente partícipe y difusor de iguales o semejantes ideas y creencias.

Poco importa que fuera hombre o mujer, él o ella fueron representantes de fuertes creencias y estuvieron dispuestos a trasmitirlas de buena manera, para ello necesitaron un largo tiempo… el que duró los meticulosos  movimientos en vaivén hasta conseguir realizar una tras otra todas las figuras representadas.

En resumen, por lo expuesto sabemos que  el autor fue una persona en general bien dotada; amante de la Literatura y sabedor de numerosos relatos idealistas, muy crédula y muy celosa proselitista de su cultura llena de inacabables fantasias.

Conclusiones

El ajetreo de las estructuras… bien juntas, bien separadas, ora completas, ora sin diagonales; las cruces griegas fuertemente grabadas surgiendo entre variados trazados, claros e independientes; la misteriosa cazoleta; las dos alabardas, la adherida a la parte inferior de una estructura completa y la testimonial viajera a bordo de la valsa-catamarán… no caben dudas, mediante todos estos signos se nos están proponiendo  narraciones sobre diversos temas; estos eran variados aunque dentro de la unidad que apuntan las numerosas repeticiones de algunas figuras. Es entre los contenidos de estos relatos donde discurría la vida de nuestro autor.

Dadas las características personales apuntadas podemos afirmar que las disparatadas creencias en las que se movía tuvieron plena asimilación en su vivir cotidiano. Los disparates que les movía no les hizo enloquecer, antes bien, su forma de realizar denota por lo menos una buena estabilidad de carácter.

Como acabamos de indicar, balsas y cruces se repiten en los argumentos distribuidos en los diferentes subconjuntos; eran los protagonistas de los numerosos relatos literarios que se nos envió.

Ello nos lleva a afirmar que el conjunto de Talarrubias II es una pequeña biblioteca sobre variados temas relacionados con el cosmos, todos ellos piden argumentos que reclaman el inicio, el desarrollo… y también un final.

Lo probable es que se trate de viajes interplanetarios, moviéndose posiblemente sobre desconocidos fluidos,

No se puede eludir ese medio “etereo”, pues dichos relatos necesariamente reclaman donde moverse -algo parecido al mar celeste de la mitología egipcia-.

Pero en nuestro grabado como en otros muchos, este medio no se expresa en los dibujos, no se concreta; ello es debido a que su conocimiento era una suposición generalizada, axiomatizada: si dibujamos un barco implicamos en él al agua, no tenemos necesidad de su dibujo.

Generalmente la mayoría de estos relatos completaban con explicaciones acientíficas numerosos sucesos entonces por estudiar racionalmente. Los temas versarían sobre la metalurgia, el mundo planetario, la muerte… así, las alabardas serían transportadas en balsas sacras por el mar celeste, desde el planeta… tradicionalmente se atribuye a Venus el organizador, como lugar de partida, compañero de viaje… aunque naturalmente no hay nada que lo testimonie más allá de las líneas y figuras enumeradas u otras semejantes.

Es evidente que a cada superficie bien limitada de la roca le corresponde una temática, en parte igual y en parte diferente. Así las alabardas vienen acompañadas en un caso de cuatro barcos-estructuras ocupados por formas estelares de ocho puntas: el otro relato ocupa igualmente un espacio bien acotado, nos ofrece una triada “familiar” a bordo de naves con afiladas quillas. Ocurre de forma parecida con los temas fúnebres que se nos muestran, los cruciformes etc. cada uno en su espacio, bien precisado.

No mayor claridad encontramos al averiguar quién era el destinatario de la deseada carga tan fielmente guardada. Parece necesaria la presencia en algunos argumentos de al menos un personaje receptor e intermediario entre los compradores de armas -alabardas- y el supuesto planeta Venus o sus enviados -lo terrenal y lo sacro-. Él o ella sería el principio del fin de un largo viaje  donde caben toda serie de narraciones y aventuras.

Ese personaje aparece aunque de forma poco definida y clara; se adivina más que se observa; él es intermediario en otros subconjuntos.

De manera informal lo atribuimos a los bitriangulares. Esta forma fue utilizada con mayor claridad para realizar los personajes con esa función comercial en otros grabados de temática parecida entre ellos los del Cándalo y Puerto del Gamo[8] de ellos hemos tomado esta mención.

Para terminar señalamos como no todo era gozosa aventura viajera, algunos argumentos narran malos funcionamientos o se determinó que acabaran mal, lo que parece evidente por el piqueteado que sufren algunas figuras: indudable símbolo del deseo de destruir.


[1] RUBIO ANDRADA, Manuel (2021):  El molino Pacha: los grabados (Talarrubias, Badajoz).

[2]  RUBIO ANDRADA, Manuel y PASTOR GONZÁLEZ, Vicente (1999):  Grabado del  Cándalo. XXVIII Coloquios de Extremadura. Trujillo . Pág.  578 y 583.

[3] RUBIO ANDRADA, Manuel y PASTOR GONZÁLEZ, Vicente ((2000): Los grabados prehistóricos del río Tejadilla, Madroñera, Garciaz  y Aldeacentenera (Cáceres). XXIX C.H. de E. Pág. 486 y ss.

[4] CARRASCO RUS, Javier L.; PACHÓN ROMERO, Juan A. y GÁMIZ JIMÉNEZ, Jesús (2012): Las cerámicas neolíticas pintadas en Andalucía y sus contextos arqueológicos. ANTIQVITAS –Nº 24 ( pp 17-70). M.H.M.) Priego, Córdoba.

Academia de la Historia https://www.rah.es>conjunto-campaniforme-de-ciempozuelo

Museo Arqueológico Regional https://marpa.madrid>las-primerasa-sociedades-productoras

[5] DÍAZ-MONTESANO, Georges (2018): ¿Confirmación epigráfica del origen prehistórico hispánico BALSA?. Atlantibg. Com>bloc>confirmación-epigrafica-del-origen-prehistorico-hispanico-BALSA

[6] Coordinadores: COLLADO GIRARDO, Hipólito y GARCÍA HARRANZ, José Julio: Op. Cit., Pag 121, Fig. 240.

[7] DURÁN PÉREZ, Isabel (2016-2017): La orfebrería campaniforme de la Submeseta Norte Española: Expresión de una élite social. Grado en Historia. Universidad de Valladolid. .   https://uvadoc.uva.es>TFG_F_2017_63

Artecreaes.wordpress.com/2020/10/31/vaso-campaniforme/

[8] RUBIO ANDRADA, Manuel (2023):  Apuntes sobre el comercio primitivo en Logrosán: Los antropomorfos con cascos liriformes. LII Coloquios Históricos de Extremadra. Trujillo. Pág. 627 y ss.

Nov 112024
 

Miguel Ángel Rodríguez Plaza

 

Esta gesta donde tuvieron bastante protagonismo soldados extremeños, en el verano de 1924, se cumple este año su centenario. Intento recordar la hazaña desde la perspectiva del único medio que se tenía entonces para su difusión, la prensa.

Por mucha rapidez con que quisieran los periodistas transmitir noticias, siempre eran sesgadas por falta de información completa, a veces sin verificación, que llegaba incluso a producir confusión de la realidad en algunos momentos. Interesaba poner cuanto antes en mano de los lectores las noticias, teniendo en cuenta las horas de cierre de la redacción de periódicos, por lo que en ocasiones las prisas, hacían que el redactor las moldease un poco a su criterio, así como los titulares, llegando el caso que en periódico del día siguiente fuera diferente en algún sentido.

En el caso que nos concierne, los sucesos ocurren en Marruecos, zona del rio Lau.  Estamos en 1924, las noticias se difunden desde Ceuta por medio telefónico y telegráfico a la redacción de distintos periódicos de la península, principalmente el ABC, La Vanguardia, El noticiero, Extremadura, El Eco de la Mañana y Blanco y Negro. Las narraciones van a girar sobre jóvenes que, arrancados de sus casas y familia, lucharon y sufrieron en aquellas tierras marroquís, donde muchos, demasiados, a lo largo de las contiendas perdieron la vida.

Hagamos una pequeña reseña como antecedentes.

El 27 de noviembre de 1912, tras complejas negociaciones en las que intervienen Francia, Gran Bretaña y Alemania en la Conferencia de Algeciras, se firma el acuerdo franco-español sobre el régimen de protectorado y que ambos países acuerdan sobre el territorio de lo que hoy es el actual Marruecos. A España se adjudicó el establecimiento de un protectorado al norte que permitía unir la influencia de Ceuta y Melilla. El acuerdo fue ratificado por el sultán el 14 de mayo de 1913[1].

La parte correspondiente a España estaba dominada por las montañas del Rif, gran cordillera de tierra caliza, espacios abruptos generalmente y con rutas y caminos muy primitivos, poco favorecedores para operaciones militares. Francia se encargaba de la mayor parte del territorio, siendo la suya precisamente la más fértil, al ser regada por ríos que descienden del sistema montañoso del Rif y Atlas. A su vez, la más pacífica al estar controlada por el Sultán y su gobierno.

Para un dominio del territorio, en 1913 además del envío de importantes refuerzos desde la península, se intentaban pactos con cabilas que unas veces eran enemigas, otras afines y en ocasiones enfrentadas entre ellas mismas. Pero en general, siempre se encontró con la resistencia de la mayor parte de los marroquíes que se oponen a la ocupación, sobre todo los rifeños, de los que tenemos triste memoria de cuando fueron liderados por Abd-el-Krim.

Desde esta época hasta las postrimerías del desembarco de Alhucemas, siempre fue el territorio un constante campo bélico.

Aunque los acontecimientos a narrar, suceden en el año 1924, aún están cerca los recuerdos de los calamitosos desastres de 1921, que tan caro se pagó en vidas humanas, debido a los graves errores cometidos en esa época en cuanto a estrategia militar, en la que se llevó a cabo extender y dividir las fuerzas en posiciones mal emplazadas, costoso abastecer y además difícil de defender por lo complicado de la orografía de la zona. Monte Abarran (1 de junio), Igueriben (se la considera ya perdida el 20 de julio), Annual (22 de julio), Zeluan (3 de agosto), Monte Arruit (9 de agosto), fueron sucumbiendo unas tras otras.

Ríos de tinta dieron lugar para escribir sobre los hechos, pero mayor fue el río de sangre por la carnicería de los moros.

La paulatina contraofensiva que se realiza desde Melilla, hace que se vaya recuperando el terreno perdido.

Un acontecimiento trascendente tuvo lugar el 13 de septiembre de 1923: el golpe de estado del General Primo de Rivera, ratificado el 17 de ese mes en calidad de Dictador Militar. Este, toma las riendas con firme voluntad para solucionar, entre otras cosas, el endémico problema del protectorado.

A medida que cronológicamente voy a referir las noticias que llegaban, manifestaré sobre Kobba-Darsa[2], un paralelismo entre lo citado en la prensa y la realidad contractada documentalmente.

ABC 3 de julio 2024.

La cabecera del artículo: La acción de España en Marruecos. Las bajas del combate en Cobba Darsa.

Lo abrupto del terreno y la aislada situación de los dos puestos fortificados de Cobba-Darsa y Hoj, establecidos en el desfiladero del Lau, han impedido hasta ahora llegar hasta ellos, forzando la tenaz resistencia de harqueños que se colocaron de improviso en posiciones muy ventajosas. Para conseguirlo se forman dos columnas, que mandarán o dirigirán los Generales Serrano y Brun con la misión de limpiar de enemigos las laderas de dicho desfiladero y restablecer sus comunicaciones con la base.

Continúa el artículo con una lista de bajas de las tropas de las columnas de socorro. Los periódicos LA CORRESPONDENCIA y LA EPOCA, de la misma fecha, citan semejantes referencias de dichas bajas habidas en las fuerzas de socorro y sobre el dominio de la zona.

EL IMPARCIAL 4 de julio 2024.

El comunicado de anoche dice así: Zona occidental. – No ha habido novedad, continuando las tropas estacionadas en los lugares en que se encuentran. Aviación bombardeó Yemáa del Uarrak, Cheruda y alrededores de Kobba Darsa y blocao del Hoj, quemando aduares de Uarrak y batiendo concentración de inmediaciones Cudia Majfora y Cheruda.

En otro aparatado del mismo artículo: Ceuta. Anoche, a las diez llegó a este puerto, procedente de Uad-Lau, el vapor España nº 5, tayendo a bordo heridos pertenecientes a distintos Cuerpos.

La mayoría de estas bajas fueron ocasionadas al llevar ayer el convoy de Uad-Lau a Cobba-Darsa.

Para comprender el motivo de esta situación, radica en que la política nacional se pone al servicio de la guerra y ganar ésta se convierte en finalidad, circunstancia que llegaría a su fin el 10 de julio de 1927 con la pacificación definitiva de la zona de protectorado. Pero para ello hubo que pasar por situaciones bélicas comprometidas e importantes. La idea que prevaleció era hacer un repliegue de las fuerzas a la línea conocida de Primo de Rivera o Línea Estella para mejor seguridad, abandonando las posiciones interiores con mayor peligro de ser atacadas. Se reduce así el perímetro a defender y desde la retaguardia se puede ir desarmando por completo a las cabilas de territorio insumiso y de dudosas actuaciones, dominando de esta forma el protectorado desde esta nueva línea defensiva.

LA CORRESPONDENCIA MILITAR 4 de julio 1924, cita idéntica noticias.

ABC 5 de julio 1924.

Respecto a las tropas de socorro:

El día fue muy fatigoso para nuestros soldados, pues a las asperezas o, mejor dicho, fragosidades del terreno, que excede a cuanto pueda imaginarse, se unió el calor sofocante propio de la estación, y dejó agotado al ganado, sin conseguir vencer el ánimo de nuestra valiente tropa, cada día mas de manifiesto.

La aviación cooperó con todo su material a la acción de las tropas, bombardeando ambas márgenes del rio Lau y alrededores de la posición Cobba Darsa: prestó auxilio de correo, de transporte, de medicamentos y de enlace con el mando.

LA CORRESPONDENCIA MILITAR 6 de julio 1924.

Las escuadrillas intervinieron también valientemente, bajando los aviadores a escasa altura para ametrallar a la jarca. Victima de su arrojo temerario, han muerto en este día dos valientes aviadores: el suboficial Pina y el teniente Bonet. Sin duda recibieron disparos del enemigo, bien el motor, bien el piloto. Violentamente cayó el pájaro herido en las inmediaciones de Cobba Darsa, muriendo cubiertos de gloria los dos aviadores.

Al respecto de esas bajas de los pilotos, una exacta descripción se contiene entre la documentación correspondiente de estos hechos en el Archivo General Militar de Madrid, sección de documentación varia, procedente del Fondo África, Jefatura Superior de las Fuerzas Militares de Marruecos. De ella entresacamos los siguientes datos.

Al observarse importantes grupos de enemigos, se dio conocimiento al jefe de sector, que ordenó volasen aviones sobre la posición y bombardearan los alrededores. Así lo hicieron, sobre las 17 horas realizándolo durante unos sesenta minutos. La escuadrilla formada por cuatro aviones fue recibida por el enemigo con descargas, dando de esta forma descanso a los defensores mientras atraían el fuego de los sitiadores. No cabe duda de la importancia de este medio para ataque y abastecimiento desde el aire, teniendo en cuenta la precariedad de la aeronáutica en esa época y ser un blanco fácil.

Al marchar la escuadrilla, observaron la llegada de un solo avión, este aparato era tripulado por el sargento Julio Pina García y como observador el Teniente Manuel Bonet Ulled. Una vez arrojadas las bombas, descendió su vuelo para ametrallar al enemigo parapetado en trincheras y cuevas, siendo derribado. El avión cayó cercano a las alambradas, pero en situación de no poder ser visto desde la posición. El golpe en tierra fue violento.

Uno de los oficiales de la posición, pidió voluntarios para salir en socorro, presentándose un soldado telegrafista. Cuando ambos llegaron nada pudieron hacer, ni siquiera recoger los cadáveres ya que los cuerpos estaban prácticamente debajo de los amasijos del aparato. Arrecia el fuego enemigo y deben retirarse. Desde Tisgarin, posición cercana, con la que se comunica telefónicamente, dicen ver multitud de moros alrededor del aparato al que incendian.

La aviación tuvo bastante importancia en el apoyo a la posición de Kobba-Darsa, ya que, ante la dramática situación del cerco, además del gasto de munición, la escasez de alimento, lo más importante era la falta de agua, por lo que desde esos precarios aviones hubo de lanzarles barras de hielo, que no caían en las proximidades dando lugar a una lucha entre moros y soldados para llegar a esa provisión. Recordemos que el último abastecimiento para 8 días se realizó el 26 de junio, habiendo en la posición solamente dos bidones de agua, insuficiente para un número de unos treinta defensores.

En una de las ocasiones,  de los paquetes arrojados por la aviación, solo se recogió uno de hielo[3], otro quedó en la alambrada siendo motivo de enconada lucha por recuperarlo tanto la fuerza de la posición como el enemigo, resultando un soldado más herido y dos muertos de los atacantes.

El jefe de la posición agradece por telegrama el servicio aéreo, pero manifiesta que la barra de hielo recogida alivia algo, pero no resuelve la situación que sigue siendo apurada, pues al no haber agua, no se come.

Aprovecho que respecto al día 6 no hay referencia específica de Kobba-Darsa en la prensa, si, como es manifiesto todos estos días, noticias respecto al territorio en confrontación, haré una reseña de lo que era la posición que tratamos.

Estaba este puesto situado en una loma cónica de 218 m. cercana al cauce del río Lau, separada de la costa unos nueves kilómetros. La situación geográfica de este río, que desemboca en la costa del mar Mediterráneo hacia el sur de Ceuta, está localizada entre dos poblaciones importantes, Tetuán al norte y Xauen (o Xexauen) al sur. El desfiladero de este cauce tiene una extensión de unos 20 Km, es un camino de montaña cubierto de maleza y recorre el río un valle alrededor de unos 70 Km de longitud. Se les abastecía a través de convoyes y en su momento se relevaba el personal. Aunque era punto dominante, el acceso a ella era comprometido al tenerse que transitar por caminos y barrancos, muy dados para las emboscadas y por tanto posiciones fáciles de acosar e incluso aniquilar.

Consistía la posición en un pequeño cerco de piedra, en su interior dos tiendas de campaña, tipo cónica, rodeado de un precario foso y todo su alrededor cercado de varias vueltas de estratégica alambrada.

 

ABC 7 de julio 1924.

La cabecera de la información llega con estos titulares:

Nuestras tropas entran triunfalmente te en Kobba darsa y cargan a la bayoneta al grito de ¡Viva España!

Ruptura del cerco de Kobba Darsa.

La Hoja Oficial de hoy publica el siguiente despacho, recibido a las doce de la noche última:

De la zona occidental participa que a las diez y seis horas diez minutos entraron en Kobba Darsa las primeras fuerzas de la columna del general Serrano, que fortificará una posición al Sur de la ya referida, habiendo comenzado el repliegue a su vivac a la hora que telegrafía.

En otro despacho:

La columna ha superado aún su comportamiento en el último combate. El momento de llegar a la posición coincide con una carga a la bayoneta de toda la línea que se lanzó sobre el enemigo gritando ¡Viva España!

Entre otras de los liberadores y las líneas adyacentes:

Los heridos han entrado en el hospital sonriendo orgullosos de mostrar sus ropas empapadas de sangre y alabando las peripecias de la lucha.

Y respecto a los defensores:

Mañana recibiremos en esta posición a los defensores de Kobba Darsa con los honores que merece su heroísmo.

En otra columna del mismo periódico leemos lo siguiente:

La columna de Uad Lau, que opera estos días en dicho sector, y que continúa el vivaque junto a la posición de Tisigarín, efectuó en el día de ayer un nuevo ataque al enemigo tan impetuoso como brillante. El movimiento se inició en las primeras horas de la tarde, entrando las valientes tropas españolasen la posición de Kobba Darsa y levantando el duro asedio que el enemigo le había puesto. Los heroicos defensores mantuvieron estoicismo incomparable durante el angustioso cerco de la numerosa harca. Así han de ser conceptuados el puñado de valientes perteneciente al regimiento del Serrallo mandado por dos oficiales, al hacerse acreedores, por su heroico comportamiento, al agradecimiento de la Patria. Se desconocen detalles del glorioso combate, que proporciona un día más de gloria a España y su Ejército.

Reincide el mismo periódico ABC y en la misma página de esa fecha con la cabecera, Detalles de la operación de Kobba Darsa.

En la Presidencia facilitaron a última hora de la tarde, la siguente nota:

Ayer a las cinco de la tarde, fue llamado a conferencia el presidente del Directorio por el general en jefe, que le comunicó la brillante toma, por la columna del general Serrano de la posición de Kobba darsa, la cual llevaba siete días asediada por enemigo numeroso y fuertemente parapetado. Un asalto general a la loma, donde la posición está enclavada, determinó la retirada del enemigoy la ocupación del fuerte, en que según noticias confusas, pues la comunicación radiográfica que existe es imperfecta, una mitad de la guarnición había sido muerta o herida. La columna de ataque sufrió menos de cien bajas, el enemigo dejó muertos y heridos en nuestro poder, próximos al fuerte liberado. Faltan nombres y detalles por la razón antedicha.

Como puede leerse en esta última noticia, la precipitación de dar la noticia, aporta la inexactitud respecto a muertos. No los hubo y los heridos fueron de poca importancia.

Los periódicos lógicamente no dan todas las noticias de las que tiene conocimiento el mando. El dato que voy a narrar sobre las dificultades para la liberación de la posición la podemos leer en uno de los telegramas del General en Jefe al presidente del Directorio, dándole novedades[4]:

Anoche fue atacada con gran intensidad la posición de Coba Darsa llegando el enemigo hasta su alambrada, siendo rechazado por la guarnición pero impidiendo el hacer aguada en la misma y teniendo en ella un oficial y trece heridos de cuarenta que constituyen guarnición de posición citada. En su visita Comandante General me ha propuesto hacer una operación de limitado objetivo para el racionamiento de Coba Darsa y evacuación bajas.

 

EL IMPARCIAL y LA CORRESPONDENCIA MILITAR de la misma fecha, citan lo mismo.

Para tener un concepto claro de este contexto, ponemos al alcance del lector que la posición de Kobba-Darsa estuvo defendida por unos treinta y nueve militares, 22 eran de la provincia de Cáceres. Todos, excepto los tres telegrafistas, eran procedentes del Regimiento de Infantería Serrallo nº 69 ubicado en Ceuta y al frente de ellos dos tenientes de infantería.

El mando superior debió establecer que las compañías del regimiento estuvieran compuestas por alto número de tropa procedente de una misma provincia, o al menos como en este caso, en las posiciones de significado peligro, agrupar soldados de proximidad geográfica.

La rapidez con que se comunica a los distintos periódicos las noticias, vía telefónica o telegráfica sobre los partícipes defensores, hace que nombres, apellidos y localidad de origen, sean un poco confusas. Para no hacer repetitiva lo que la prensa citaba y la realidad, me he permitido reflejarlo de forma real tras detenidas investigaciones. Fueron los siguientes:

Teniente de Infantería Francisco Pueyo Ayneto.

Teniente de Infantería Augusto Gil de Vergara Leyva.

Sargento de Infantería Antonio Alonso López (Lorca, Murcia).

Cabo Gerardo Polo Ibarrolla (Provincia de Madrid).

Cabo Julián Pla France (Murillo, Provincia de Navarra).

Cabo Juan Arroyo Cortijo (Provincia de Madrid).

Corneta Francisco Cabeza Fernández (Provincia de Granada).

Soldado Teodoro Olivares González (VALVERDE DE LA VERA, CC.).

Idem. Juan Loro Maeso (ZORITA, CC.).

Idem. Juan Hoyas Avila (MADROÑERA, CC.).

Idem. Pedro Palomino García (ZARZA DE MONTÁNCHEZ, CC.).

Idem. Pedro Martín Barrado (VILLAMESIAS, CC.).

Idem. Alfonso Loro Gutiérrez (MIAJADAS, CC.).

Idem. Rufo Marín Duran (HINOJAL, CC.).

Idem. Miguel Tejada Suita (CAÑAMERO, CC.)[5].

Idem. Nemesio Borrallo Nieto (ESCURIAL, CC.).

Idem. Juan Pérez Lozano (ZORITA, CC.).

Idem. Sabino Periañez Martín (TALAVAN, CC.).

Idem. Manuel Cruz Cadena (TORREMOCHA, CC.).

Idem. Saturnino Ceballos Rueda (PLASENZUELA, CC.).

Idem. Remigio Suero Solano (HUERTA DE ÁNIMAS, CC.).

Idem. Luís Doroteo Jiménez Gómez (HUERTA DE ÁNIMAS, CC.).

Idem. Rafael González Burgueño (GARROVILLAS, CC.).

Idem. Sebastian Marcelo González (BOTIJA, CC.).

Idem. Modesto García Tejada (BOTIJA, CC.).

Idem. Vicente Bonilla Silveira (ALÍA, CC.)[6].

Idem. Juan Sojo Carranza (MADRIGALEJO, CC.).

Idem. Lorenzo Jiménez Felipe (MADRIGALEJO, CC.).

Idem. Juan Giménez Méndez (ARROYOMOLINO DE MONTÁNCHEZ, CC.).

Idem Casiano Alegre Cosme ( Daimiel Ciudad Real).

Idem. Antonio Reyes Cantero (Provincia de Santander).

Idem. Celestino Fernández García (Provincia de Lugo).

Idem. Juan Pérez Ortiz (Provincia de Huelva).

Idem. Agustín Calasanz Dueso (Provincia de Huesca).

Idem. Antonio Torrijos García (Provincia de Zaragoza).

Idem. Gregorio Redondo Guerrero (Provincia de Ciudad Real).

Idem. Aurelio Pineda Espineira.

Idem. Trifón Granada Expósito.

Idem. Francisco Iglesias Paredes.

Cabo telegrafista Pedro Giner Briet (Barcelona).

Soldado de 2ª telegrafista, Primitivo Salomón Desajo (Provincia de Santander).

Idem. Obrero de línea, Cesáreo Novoa Saiz (Provincia de Gerona).

Solo debía haber un jefe al mando de la posición, el hecho de haber dos, en que el día del relevo no pudo abandonar esta por las serias dificultades.

ABC 8 de julio 1924.

La Medalla Militar a los Héroes de Kobba Darsa y la Laureada para el Jefe.

Terminado el Consejo de Directorio, volvió a conversar con los periodistas el marqués de Estella.

Aún dura-dijo-la conferencia con el alto comisario. Ha confirmado los hechos gloriosísimos de la columna que manda el general Serrano, y nos ha dicho que la otra, o sea la mandada por el general Grund, continúa en sus posiciones.

Hoy no se ha combatido. Apreciado el valor de la guarnición de Kobba Darsa, el general en jefe ha concedido la medalla militar a los supervivientes y ha ordenado que se abra juicio contradictorio para otorgar la laureada al jefe de la posición.

Con el tiempo, efectivamente, se abrió el juicio contradictorio y a pesar de aquella sacrificada resistencia, no les fue concedida la mencionada laureada.

EL IMPARCIAL 8 de julio 1924.

Emanando la noticia del mismo sitio, prácticamente pone lo mismo, lo que ocurre que en una cabecera señala el mismo error precipitado sobre fallecidos:

Liberación de Cobba Darsa.

Sus defensores, de los cuales cayeron muertos o heridos la mitad, han resistido heroicamente durante siete días el asedio enemigo.

Más tarde en otras líneas ya aclara un poco sobre las bajas.

…en donde ha habido 19 herido de los 37 individuos de tropa y uno de los oficiales, el jefe teniente D: Augusto Gil de Vergara, no grave…

LA CORRESPONDENCIA MILITAR 8 de julio 1924.

Las noticias son idénticas, pero he de reseñar una que solo aporta dicho periódico:

Amplios detalles de la operación de Kobba Darsa.

Como se rompió el cerco.

Desde que llegó de Melilla el general Serrano situó su puesto de mando en la posición llamada Tisgarin, próxima a Kobba Darsa y desde ella mandó la operación del día 4.

Ayer, domingo, el teniente coronel Franco, después de saludar al comandante general, señor Bermúdez de Castro en Uad-Lau, se trasladó a Tisgarin, donde se unió al general Serrano y planearon el avance definitivo para pasar el río Lau y romper el cerco que el enemigo tenía puesto a Kobba Darsa.

…planeada la operación a una hora no acostumbrada, el enemigo fue sorprendido grandemente. Los Regulare4s de Larache y Ceuta, mandados por el teniente coronel Álvarez Arenas, comandante Peña y el capitán Montaner, avanzaron hacia la izquierda, cruzando el rio Lau, yendo a ocupar el poblado con un apoyo tan franco y decidido del batallón de Vizcaya, mandadas por el teniente coronel Escolano, que llamó poderosamente la atención del Mando.

Apenas se dio cuenta el enemigo de esta maniobra, se dispuso a luchar abriendo violento fuego sobre nuestras valerosas tropas, que con rapidez y entusiasmo sin límite seguían su avance.

El comandante Valcazar, con su bandera, coronaba el alto monte de la derecha para proteger este flanco; y mientras tanto, saliendo Franco del pie de Tisgarin con la bandera del comandante Puig y la mehalla montada, se lanzaba con rapidez, bajo una lluvia de balas, a rodear en zis zag el rio Lau y escalar las primeras estribaciones de Kobba Darsa.

El último asalto hasta Kobba Darsalo dieron el tercio y la mahala montada del teniente coronel Molina, quedando roto el cerco de la posición.

La entrada en Kobba Darsa.

A las cuatro y veinte entraba un cabo de la mahala en la posición de Kobba Darsa, seguido de un legionario que gritaba: ¡Viva España! y llevaba en alto una botella de coñac y la cantimplora con agua. Detrás entraron el teniente Cirujeda, de Regulares de Ceuta y un alférez de la Legión a los que siguieron las demás fuerzas con el convoy el cual fue muy tiroteado por el enemigo que se batía en retirada…

Lo que cuentan los heroicos defensores del asedio.

A Tisgari, en donde escribo estas notas, han sido traídos esta noche del domingo, para llevarlos mañana lunes, a Uad Lau, y me cuentan los detalles de los penosos días del asedio, que empezó el día 26 de junio por el levantamiento de las cabilas y la llegada de las jarcas del Rif.

Entonces los oficiales dispusieron acortar la ración de agua a medio vasito, y tres días antes de romper el cerco del enemigo no guisaban nada por no gastar agua. Los oficiales dispusieron también que se aprovecharan las municiones y no se disparara sino sobre seguro, manteniendo fuego seguro con el enemigo.

De noche dormía la mitad sobre el parapeto, y la otra mitad vigilaba disparando continuamente cohetes luminosos para evitar sorpresas, teniendo prontas las granadas de mano y los fusiles.

Es tal la euforia tras esta victoria en la zona y la liberación de la posición, que se ve reflejado prácticamente en toda la prensa nacional y respecto a Cáceres, en los periódicos locales.

EL NOTICIARIO EXTREMEÑO 8 julio 1924.

Algunos indígenas han contado varios de los episodios, como es el entusiasmo que reinaba entre los asediados, quienes a pesar de no tener material quirúrgico tropezar con muchos inconvenientes para la práctica de las curas han peleado con gran entusiasmo y heroísmo dando evidentes pruebas de abnegación.

ABC 9 julio 1924.

La épica jornada, que ha culminado con la ruptura del apretado cerco que una numerosa y bien atrincherada harca pusiera a la débil posición de Kobba Darsa, ha servido para añadir nuevo y glorioso fasto al heroico historial de la infantería española.

…Disponíase de escasas municiones en la posición, y el teniente Sr. Gil de Vergara recomendó que solo se disparase sobre seguro, cuando el enemigo se acercara. Durante la noche, mientras parte de la guarnición dormía al pie del parapeto, la otra mitad vigilaba al enemigo por medio de cohetes luminosos, pronta las armas para la defensa.

EL IMPARCIAL 9 julio 1924.

Repite lo mismo que LA CORRESPONDENCIA MILITAR de día anterior. Leemos un añadido en una de sus columnas:

En Cobba Darsa se celebró una revista de la tropa por el alto comisario, a quien acompañó su Estado Mayor. El alto comisario estuvo en el campo en la que vivaquean las columnas que operaron para romper el cerco.

La pequeña guarnición defensora de la posición cercana fue felicitadísima por el general en jefe, que elogió su bravura y sublime espíritu de abnegación en la defensa.

Acto seguido los defensores desfilaron gallardamente ante el alto comisario entre los vítores y aplausos de sus compañeros de armas.

LA CORRESPONDENCIA 9 de julio 1924.

Trata en una de sus columnas sobre el expuesto trabajo de la aviación en el cerco.

… Desde sus guaridas acechaban a los aviadores para impedir a todo trance que auxiliaran a Kobba Darsa.

En sucesivas evoluciones los aviones dejaron caer barras de hielo y alimentos; pero, por el reducido perímetro del puesto militar, caían fuera y a bastante distancia.

Con ello no solamente se desesperaban nuestros aviadores y no recibían el deseado auxilio los sitiados, sino que el enemigo aprovechando la noche, salía de sus trincheras y se apoderaba de aquellos efectos.

En la prensa local de la capital cacereña, sin saber en absoluto que la mayoría de los defensores eran de la provincia, ya participaba con resúmenes de los acontecimientos,

 EXTREMADURA y NOTICIARIO EXTREMEÑO 9 de julio 1924.

Añado algunos datos de entrelineas.

Toda la guarnición de Koba Darsa elogia grandemente el comportamiento del cabo telegrafista Pedro Giner que para mantener la comunicación heliográfica con la columna de Uan Laud tuvo que aguantar un fuego intenso sin desistir ni titubear un momento en el cumplimiento del deber.

Por este comportamiento le han sido puesto los galones de sargento en el mismo campo, por orden del comandante general.

…El teniente señor Gil de Vargas curaba a los heridos con las bolsas de curación que tenía cada uno. Este teniente…se lamentaba de no haber tenido tabaco, y ello les obligó a fumar café molido.

…Carecían de agua los nuestros hasta tal punto que diariamente solo se repartía a cada soldado tres vasos.

Después llegose a consumir este elemento, quedando reducidos a medio vaso la cantidad que podían beber cada uno de los sitiados.

…Se elogia la valentía del teniente coronel Sr. Franco, quien en instante de mayor peligro pasó en rio en medio de una verdadera lluvia de balas, ocupando después las primeras posiciones de Koba Darsa.

ABC 11 julio 1924.

A bordo del transporte Almirante Lobo llegaron ayer, procedente de Uad Lau, los defensores y libertadores de la posición de la posición de Kobba Darsa…a pesar del imponente calor todo Ceuta acudió a tributarles homenaje de admiración y cariño.

El alcalde …Saludo a los héroes que han sabido escribir esta página gloriosa en la historia del regimiento ¡Viva España!

El coronel del Serrallo abrazó a todos los defensores de la posición en medio de atronadores aplausos.

LA CORRESPONDENCIA MILITAR 11 de julio 1924.

Prácticamente los textos son similares. Añado respecto a la llegada a Ceuta:

En las calles por las que atravesaban las tropas fueron vitoreadas con frenesí cayendo sobre ellos una verdadera lluvia de flores arrojadas a cestos desde los balcones de las casas. El público en su afán de abrazar a los soldados invadió en tropel el cuartel en el que se aloja el regimiento Serrallo…

EXTREAMDURA 12 de julio 1924.

Se conoce un triste episodio ocurrido en Ceuta a uno de los heroicos soldados que tan tenazmente defendieron la posición de Koba Darsa.

Cuando desembarcaron los héroes en aquella ciudad, le fue entregada una carta a uno de ellos, llamado Marcelo González y natural de Botija…pero apena llevaba leidas unas líneas pudo advertirse en su semblante una mortal congoja…le anunciaban que su madre había fallecido repentinamente hacía pocos días.

ABC 15 de julio 1924.

Por los héroes de Kobba Darsa.

Se ha celebrado el banquete popular de 400 comensales como homenaje a los oficiales y soldados del Regimiento del Serrallo e ingenieros que defendieron la posición de Kobba Darsa.

El acto se celebró en los jardines de San Sebastián, organizado por el Casino Africano.

…Seguidamente procediose a la entrega de regalos que hace el Ayuntamiento, entregando el alcalde dos medallas militares concedidas por el Gobierno a los oficiales señores Gil de Vergara y Pueyo, a los tres sargentos del Serrallo y uno de ingenieros, ascendidos, cien pesetas a cada uno, y a los 33 soldados del Serrallo, seis regulares y dos ingenieros, 50 pesetas.

EL NOTICIARIO EXTREMEÑO 18 de julio 1924.

Koba Darsa ha de pasar a la Historia de España como un acontecimiento tan memorable como el sitio de Zaragoza, Nadie muestre su extrañeza ante información tan categórica y rotunda…

ABC y EL IMPARCIAL 19 julio 1924.

Algeciras. El Ayuntamiento obsequia esta noche con un vino de honor a los valientes defensores de Kobba Darsa…Al efectuarse esta mañana la brillante entrada en esta de los heroicos soldados, fue muy emocionante su paso ante el hospital Militar desde cuyas ventanas les aclamaron con entusiasmo los heridos recién llegados de Africa.

La mayoría de los valerosos soldados son de la provincia de Cáceres, y el alcalde ha telegrafiado a los pueblos de cada uno anunciando su llegada.

ABC 20 julio 1924.

Córdoba. En el correo de esta tarde pasaron, procedentes de Algeciras, con dirección a Madrid, los héroes de Kobba Darsa, que marchan para disfrutar un mes de licencia que se les ha concedido en premio a su valor.

En la estación les esperaban, además de las autoridades, numeroso público, comisiones de los Cuerpos y la Banda Municipal. Allí se les sirvió una espléndida merienda costeada por el Ayuntamiento…

EXTREMADURA 20 julio 1924.

AL PUEBLO DE CACERES. Don Juan Muñoz y Fernandez de Soria, Alcalde Presidente del Excelentísimo Ayuntamiento de esta capital.

HAGO SABER: Que el día de mañana, en el tren de las doce, llegarán a esta ciudad los héroes de KOBBA DARSA, soldados del Regimiento del Serrallo, hijos de nuestra provincia, esperando del pueblo de Cáceres, que tantas veces ha dado pruebas de amor y patriotismo, concurra a esperarlos a la estación férrea, rindiendo así un tributo de admiración y justicia a esos valientes que por la Patria y honor militar supieron defender la posición y cumplieron con valentía sus obligaciones militares , poniendo a altura insuperable el nombre de esta provincia.

No duda que el recibimiento ha de ser entusiasta como se merecen esos soldados.

En el mismo diario leemos una introducción al respecto en una columna firmada por N. Rodríguez-Arias.

Muy señor mio: Me permito transcribirle el telegrama que acabo de recibir del Jefe encargado del Despacho del Regimiento del Serrallo nº 69, por si se digna publicarlo en ese periódico de su digna dirección, por tratarse de los defensores de la posición de Koba Darsa y pertenecer estos a la provincia:

“Tropa guarnición Koba Darsa pertenecen 22 individuos esa provincia de los cuales marchan hoy con permiso 19 quedando tres que lo harán      tan pronto lo permitan estado de salud”.

Prosigue con un largo artículo de exaltación hacia esta gesta y los soldados. Quien esto firma es el Gobernador Militar, coronel del Regimiento Segovia 75.

NOTICIARIO EXTREMEÑO 20 julio1924.

…En el día de hoy saldrán para Cáceres, donde son naturales estos heroicos soldados, proyectándose un grandioso recibimiento…Proyectase también cantar una salve en acción de gracias en el santuario de la Virgen de la Montaña.

Como anécdota, manifestar que, concretamente uno de los soldados de Madrigalejo, Lorenz Jiménez Felipe, al pasar por la estación de Villanueva, prefirió bajarse e ir andando hasta su pueblo y estar con la familia.

Es a partir de este día cuando la prensa cacereña hace partícipe a los lectores de muchos detalles contado por los soldados.

EXTREMADURA 22 de julio 1924.

Con el titular: GLORIA A LOS HEROES, un momento sublime, viene una extensa disertación sin firma donde se ensalza a estos soldados.

…Los diarios locales y <El Adarve> han reseñado extensa y sentidamente la brillante acogida que se dispensó a los héroes, y como autoridades y pueblo rivalizaron en demostrar su admiración y cariño a los bravos muchachos.

…Fue en Torremocha donde el vecindario entero acudió a recibir a uno de los héroes, hijo del pueblo. Y cuando aquella enorme masa, luego de recorrer unos metros acudió a la iglesia para oir un solemne Te Deum…

Así eran de unánime los recibimientos en los pueblos de donde eran naturales estos soldados.

EXTREMADURA 23 de julio 1924.

 Se aprobaron las cuentas de los gastos originados con motivo del recibimiento   tributado a los héroes de Koba-Darsa.

Efectivamente el Ayuntamiento contribuyó con 180 pesetas a repartir para estos soldados como obsequio de socorro. El libro de Actas de la Comisión Municipal Permanente del Ayuntamiento cacereño en sesión celebrada el 22 de julio, nos refleja, además de la aportación económica, el nombre y apellido de cada uno de los que fueron recibidos, por lo que vemos solo llegaron 12:

Vicente Bonilla (de Alía).

Sabino Periañez (de Talaván).

Saturnino Ceballos (de Plasenzuela).

Remigio Suero (de Huerta de Ánima).

Manuel Cruz (de Torremocha).

Sebastián Marcelo (de Botija).

Pedro Palomino (de Zarza de Montánchez).

Juan Hoyas (de Madroñera).

Celestino Fernández (provincia de Lugo).

Rufino Marín (de Hinojal).

Rafael González (de Garrovillas).

Teodoro Olivares (Valverde de la Vera).

Rafael González Burgueño cuenta a uno de los reporteros del periódico local respecto a una vivencia del día 12 de junio.

Hicimos en escuadra una salida de la posición para reparar la línea; pero el fuego del enemigo era tan intenso que tuvimos que internarnos en un matorral. Fuerzas nuestras que venían a protegernos, creyendo que los del matorral eran enemigos, abre sobre el mismo un fuego horroroso, y aquí nos tiene usted entre dos fuegos infernales hasta que se deshizo el error.

Desde Torremocha. A las tres y media de la tarde de ayer, llegó a este pueblo uno  de los héroes de Koba-Darsa llamado Manuel Cruz Cadena, natural de esta villa.

Venía en el hermosísimo coche automóvil del excelentísimo señor Conde de la Camorra, quien dando cuenta de una elocuente prueba de altruismo, se ofreció para traerle hasta las puertas de su casa.

…salieron a esperarle las autoridades locales y el vecindario en masa, que al repique general de campanas se congregó en la plaza del Santísimo Cristo del Humilladero, en cuya ermita se cantó un solemne Te Deum en acción de gracias.

…se inició una suscripción a favor del heroico solado, encabezándola el Señor Conde de la Camorra con 50 pesetas.

              EXTREMADURA 24 de julio 1924.

Es una crónica de Vicente Calvo desde Alía.

Un héroe de Koba-Darsa. Entusiasta recibimiento.

A las seis de la tarde de hoy ha llegado a este pueblo uno de los héroes extremeños de Koba-Darsa, Vicente Bonilla Silveira…Esperaban en la carretera al valiente soldado las autoridades civiles y militares e inmenso gentío que con entusiasmo delirante vitoreaban a su paisano…

El corresponsal de Garrovillas, alude el recibimiento del su soldado y paisano Rafael González.

Desde el apeadero vino en automóvil del abogado y propietario don Felipe Durán Fernández. En el sitio de la Glorieta esperaba el pueblo en masa con todas las autoridades…

En el transcurso de los datos que aporta al corresponsal, entresaco algunos.

Los primeros tiros sonaron por el 12 de junio, Estábamos en el río Lau lavando la ropa, uno de Hinojal, dos de Trujillo y yo, cuando, ¡pan! ¡pan!: se oyen unos disparos, y las balas que silban muy cerca de nosotros. Bajo una lluvia de balas cruzamos la vega y ganamos la pendiente en cuya cima está Koba Darsa. Milagrosamente entramos en la posición sanos y salvo.

…Los moros estaban a muy pocos metros de la alambrada. Con frecuencia oíamos que decían:<Paisa entregar fusila y trotar Tetuán; si nó, cortar cabeza y quemar>.

  No para en detalles.

Las peores horas las pasamos el día 4. Por las lomas lejanas aparecieron las columnas de auxilio. Nuestro heliógrafo funcionaba mal. Porque se habían roto los espejos. De pronto las columnas maniobran en retirada. Ya podrá usted suponer nuestro estado de ánimo. No obstante, el telegrafista bajo el fuego enemigo, no deja de arreglar los espejos, y nosotros combatimos desesperadamente la avalancha envalentonada. Por fin, las columnas maniobran en avance, y lo demás ya lo saben ustedes; combates terribles, y el abrazo intimo de los camaradas locos de entusiasmo.

 EXTREMADURA 26 de julio 1924.

De Cañamero. La llegada de Miguel Tejeda Sinta, uno de los defensores de Koba-Darsa, ha constituido en esta villa un acontecimiento, al descender del auto en que venía acompañado del señor delegado gubernativo, el Señor teniente de la Guardia Civil y de la comisión que fue a esperarle… después se organizó el desfile  a la Casa Consistorial donde nuestro alcalde dio la bienvenida al héroe y propuso al pueblo se le hiciese un homenaje práctico que le permitiese vivir el mes de permiso sin tener que ganar el jornal con que mantenerse…

              EXTREMADURA 1 de agosto 1924.

Desde Zarza de Montanchez.

Día de júbilo y franca alegría, fue para este pueblo el 24 de los corrientes, en que se celebró el homenaje de admiración y cariño que este pueblo ha tributado a su paisano Pedro palomino…

La crónica que aporta este periódico, es larga y muy patriótica. Cita igualmente que se abre una suscripción popular que recaudó fondos para mencionado soldado, obteniendo 106 pesetas.

 EL NOTICIERO 5 de agosto 1924.

El soldado Juan Hoyas al corresponsal le cuenta, entre otros datos de las peripecias del asedio:

…sed tan inmensa de no poder comer…

Un detalle a resaltar, fue la que tuvo el dueño del restaurante La Sultana, Edmundo Cordero. Los invitó a comer el día del recibimiento popular en Cáceres. La carta fue la siguiente:

Entremeses: salchichón, jamón y lomo.

Sopa de jamón con huevos.

Merluza frita.

Bistec con ensalada.

Postre variado, pasteles.

Vino de Rioja, champan y Habanos.

(Me imagino lo que les pasaría por la mente al recordar las fatigas del pobre rancho durante el asedio)

He puesto mucho énfasis en este trabajo de recuerdo y homenaje a los jóvenes soldados cacereños, no solo por cumplirse el centenario de su gesta, si no por algo que tiene que ver también con los Coloquios Históricos. Fue precisamente a través del VI Coloquios Históricos Extremeños celebrado en Trujillo (Cáceres) en el año 1976, donde Lorenzo Rodríguez Amores[7] presenta una ponencia con referencias al acontecimiento. Lo hace con el título de Cobba-Darsa: una gesta extremeña en Africa. Toponimias rurales[8]. Lo original de la ponencia fue presentar, además, un testimonio vivo. Participó acompañado de un superviviente de los conocidos como héroes de Kobba-Darsa 52 años después de los hechos. Ese veterano soldado era Lorenzo Jiménez Felipe, natural de Madrigalejo, vecindad del conferenciante, pueblo de la provincia de Cáceres, región de donde eran oriundos la mayoría de los soldados participantes en el acontecimiento bélico que tratamos.

Que Madrigalejo tenga una calle dedicada a este evento militar, se debe justamente a la propuesta de dicho historiador de la localidad Rodríguez Amores. Con el restablecimiento de la democracia, cuando se cambian los nombres de las vías que tuvieron que ver con el anterior régimen, esa calle estaba dedicada a Calvo Sotelo y puesto que iba a ser variada la nominación, siendo alcalde de la localidad Agustín Gallego Chillón, tuvo la sensibilidad de acceder a que fuera así denominada en recuerdo de aquel episodio, al ser naturales de dicho pueblo los soldados Juan Sojo Carranza y Lorenzo Jiménez Felipe, ambos formando parte de aquel grupo de héroes.

Para terminar, mencionar que el primer pueblo que tuvo dedicada una calle a estos héroes, fue otra población cacereña, Pozuelo de Zarzón allá en 1925. Por último, decir que, en el museo militar del Palacio de las Cigüeñas de Cáceres, en una vitrina, se conservan fotografías de componentes de esta gesta y una Medalla Militar de uno de ellos que gentilmente me donó la familia.

No puedo terminar este trabajo sin hacer mención de la merecedora distinción:

Por R.O.C. de 12 de julio (D.O. nº 156 del 13 de julio de 1924) se les concede la Medalla Militar a la guarnición de Kobba-Darsa, constituida por los dos oficiales y treinta y siete individuos de tropa:

                                                          RECOMPENSAS

Circular. Conforme a lo propuesto por el General Jefe del Ejército de España en África en 8 del mes actual, y de acuerdo con el Directorio Militar, se concede, por resolución de esta fecha la medalla Militar a la guarnición de Koba-Darsa (Ceuta), constituida por dos oficiales y 37 individuos de tropa del Regimiento de Infantería Serrallo núm. 69, por su notorio y distinguido comportamiento en los días que duró el reciente asedio a dicha posición, soportando con gallardía toda clase de privaciones y fatigas y sufriendo estoicamente el incesante fuego del enemigo que causó 18 heridos en tan reducido número de defensores.

         12 de julio de 1924

           Señor.

                                               El General encargado del despacho.

                                                      DUQUE DE TETUAN

 

APÉNDICE FOTOGRÁFICO

Grupo con algunos de los héroes (Archivo de ABC. Fotógrafo Costa)

 

  FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

ARCHIVOS

Archivo General Militar de Madrid.

Archivo General Militar de Segovia.

Archivo Militar de Guadalajara.

Archivo Municipal de Cáceres.

Archivo provincial de la Diputación de Cáceres.

Hemeroteca Municipal de Madrid.

 

HEMEROTECA

A.B.C.

Revista Blanco y Negro.

Diario Extremadura (Cáceres).

Diario El Noticiero extremeño (Badajoz).

Diario El Noticiero (Cáceres).

Periódico El Adarve.

Diario de Córdoba.

Diario El Imparcial.

Diario La Vanguardia.

Periódico La Correspondencia Militar.

Revista de Tropas Coloniales.

Mundo gráfico.

Mundo nuevo.

 

BIBLIOGRAFÍA

BALFOUR, Sebastian. Abrazo mortal. De la guerra colonial a la guerra civil en España y Marruecos (1909-1939). Traducción de Inés Balaustegui. Ediciones Península. Barcelona 2002.

CAPDEVILLE, Angelita. Cancionero de Cáceres y su provincia. Diputación Provincial de Cáceres. 1969.

GIL, Bonifacio. Cancionero popular de quintos y soldados. Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica. Madrid 2002.

MARTIN, Miguel. El colonialismo español en Marruecos. Ruedo Ibérico. Paris 1973.

MOLA, Emilio. Dar Akobba. Página de sangre, de dolor y de gloria. Madrid 1977.

RODRIGUEZ PLAZA, Miguel Ángel. 22 héroes cacereños. Kobba-Darsa 1924. Institución Cultural EL BROCENSE. Diputación de Cáceres 2017.

SERVICIO HISTÓRICO MILITAR.  Repollés de Zallas, Julio. García Arguz, Arturo. Coloma Domínguez, Rafael. Angulo Rodríguez. Moreno Sáez, Cayetano. Benavides Mateo, Domingo. Historia de las Campañas de Marruecos. Tomo 4. (Novena parte). Madrid 1981.

SERVICIO HISTÓRICO MILITAR. Galería militar contemporánea. Tomo VI La Real y Militar Orden de San Fernando. Segunda parte. Campaña Española en África (1893-1958). Madrid 1980.

VILLALOBOS, Federico. El sueño colonial. Ediciones Ariel. S.A. Barcelona 2004.

VVAA. Atlas ilustrado de las Guerras de Marruecos 1859-1926. SUSAETA EDICIONES, S.A.-Obra colectiva. Madrid, 2012.

VVAA. Estela. Monografía de Historia Militar de España. Volumen 1. Fundación Cultural Istolacio.. Editorial Fajardo el Bravo S.L. Murcia 2010.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

[1] La conclusión del protectorado fue el 7 de abril de 1956.

[2] Lo vamos a ver escrito de distintas formas: Kobba-Darsa, Cobba-Darsa, Coba-Darsa.

 

[3] Disponemos de un radiograma que la aviación lleva en su vuelo, 49 barras de hielo, 8 sacos con 6 botes de leche condensada cada uno, 10 sacos con 10 raciones de pan de hospital cada uno y 4 paquetes de curación, por lo que sospecho que no sólo el avituallamiento era para Kobba-Darsa.

[4] Archivo General Militar Madrid. Fondo África. Jefatura Superior de las Fuerzas Militares de Marruecos. Leg. 48 Carp. 30.

[5] Aunque en toda documentación que se dispone se cita Cañamero, en realidad nació en Deleitosa.

[6] EL IMPARCIAL 15 abril 1925. Muere por el disparo de un soldado embriagado cuando prestaba servicio de orden público. Está enterrado en el cementerio de Ceuta.

[7] Lorenzo Rodríguez Amores (1923-2009), veterinario de profesión, natural de Madrigalejo (Cáceres), localidad con la que estuvo muy comprometido culturalmente, publicó interesantes artículos, entre ellos, los relacionados con el fallecimiento del rey Fernando el Católico en dicha población.

[8] En el archivo de la sede de dichos coloquios no se conserva el original. Su hija Guadalupe Rodríguez, licenciada en Historia, ha tenido el amable gesto de facilitármelo.

 

 

Nov 102024
 

 

Guadalupe Rodríguez Cerezo.

 

INTRODUCCIÓN

En los LIII COLOQUIOS HISTÓRICOS DE EXTREMADURA, dedicados en esta ocasión a Extremadura durante la I República en el 150 aniversario (1874-2024), la comunicación que presentamos aborda cómo se vivió en la localidad de Madrigalejo el año 1873, desde que fue proclamada la República el 11 de febrero hasta el golpe de Pavía del 3 de enero de 1874, según los datos que se desprenden de las actas de sesiones del Ayuntamiento.

Hay poco de política nacional y mucho del gobierno doméstico que debe gestionar una corporación, pues en realidad, el día a día de los vecinos es la verdadera y auténtica competencia del mundo municipal. Pero sí es cierto que los asuntos nacionales se dejaron sentir de alguna manera, especialmente con la presencia de la partida carlista de Sabariegos, que ocupó la preocupación de los ediles los últimos días de agosto y primeros de septiembre de 1873.

Entre los graves los problemas que se vivieron durante la I República en su corto espacio de vigencia, estuvo la de hacer frente a tres conflictos armados: La Guerra de Cuba o guerra de los Diez Años, la Tercera Guerra Carlista y la Rebelión Cantonal. Si los enfrentamientos independentistas de la Guerra de los Diez Años se desarrollaron en territorio cubano y la Revolución Cantonal tuvo más incidencia en aquellos lugares donde las ideas republicano-federales tenían mayor arraigo, la última conflagración carlista sí afectó a Extremadura y, de su incidencia en la localidad de Madrigalejo, encontramos reflejo en sus actas municipales.

 

  1. SITUACIÓN POLÍTICA DEL SIGLO XIX

España vivió en el siglo XIX una de las etapas más convulsas de su Historia. Se acababa el Antiguo Régimen y las ideas reformistas se iban abriendo paso. Se enfrentaban dos conceptos distintos de ver el orden social. Por una parte, estaban los defensores de la monarquía tradicional, a favor de que siguieran vigentes los privilegios del Rey, de los fueros y de la Iglesia. Por otra parte, se encontraban los movimientos liberales, que propugnaban unas reformas políticas de calado, en el marco de las constituciones. Estas dos visiones contrapuestas dieron lugar a un conflicto armado enquistado en buena parte del siglo XIX (las guerras carlistas), así como el surgimiento de movimientos revolucionarios.

Las Guerras Carlistas

El detonante de la I Guerra Carlista fue la disputa al trono generado tras la muerte de Fernando VII. Este monarca, de conocidas veleidades a lo largo de su mandato, en 1830, justo antes de nacer su hija Isabel, había promulgado la Pragmática Sanción, con la que abolía la Ley Sálica que había aprobado Felipe V y que, en la sucesión, daba prioridad a los varones, incluso de ramas laterales, frente a las mujeres. Inmediatamente después de nacer la infanta Isabel, esta fue proclamada Princesa de Asturias. Cuando en otoño de 1832, Fernando VII cayó gravemente enfermo, los partidarios de su hermano, el infante Carlos María Isidro de Borbón, consiguieron que el Rey derogara la Pragmática Sanción y restableciera la Ley Sálica. Pero en un periodo de recuperación antes de que falleciera el 29 de septiembre de 1833, Fernando VII volvió a implantar la Pragmática Sanción. En estas circunstancias, como la Princesa de Asturias era menor de edad, asumió la regencia, en nombre de su hija, la Reina María Cristina de Borbón. Sin embargo, el infante Carlos María Isidro consideró que el restablecimiento de la Pragmática Sanción había sido ilegal porque él había nacido estando en vigor la Ley Sálica y que, siendo hermano del Rey (rama directa), había adquirido el derecho sucesorio frente a una posible hija de Fernando VII, por lo que empezó a disputar el trono a su sobrina con las armas.

De una parte, se enfrentaron los seguidores del infante Carlos María Isidro de Borbón, llamados carlistas, que aglutinaba a los partidarios del absolutismo monárquico y cuyo lema era “Dios, Patria y Rey”. Y de otra, los liberales, en los que se apoyaba el gobierno de la regencia y, por tanto, también llamados isabelinos o cristinos. Este conflicto estuvo latente en la mayor parte de la centuria decimonónica, pero de una manera palpable se manifestó en las tres Guerras Carlistas:

-1ª Guerra Carlista (1833-1840)

-2ª Guerra Carlista (1846-1849)

-3ª Guerra Carlista (1872-1876)

Si el pretendiente al trono en la primera insurrección carlista fue Carlos María Isidro de Borbón, en las dos siguientes fueron respectivamente Carlos Luis de Borbón y Braganza (Conde de Montemolín) y Carlos de Borbón y Austria-Este.

Inestabilidad política.

Durante el siglo XIX, se fueron sucediendo gobiernos de distinto signo. Si en la monarquía de Fernando VII hubo bandazos tan significativos como el Sexenio Absolutista, el Trienio Liberal y la Década Ominosa, con las regencias de Mª Cristina, Espartero y la mayoría de edad de Isabel II, también se fueron sucediendo gobiernos liberales, moderados y progresistas, así como revoluciones y pronunciamientos.

Fiel reflejo de esta inestabilidad política fueron las seis constituciones que estuvieron en vigor a la largo de esta centuria: La Constitución de Cádiz, el Estatuto Real de 1834 y las constituciones de 1837, 1845, 1869 y 1876[1]. Todas ellas rechazaban que la soberanía estuviera en manos del Rey, pero también que lo estuviera en el pueblo. En las constituciones de 1812, 1837 y 1869, la soberanía recaía en la Nación, como ente abstracto; mientras que en el Estatuto Real de 1834 y en las constituciones de 1845 y 1876, la soberanía residía en el Rey y en las Cortes, limitándose así las competencias y prerrogativas de la monarquía por la Constitución[2]. Aunque se redactaron sendas constituciones en 1856 y en 1873, estas nunca llegaron a entrar en vigor.

La Revolución de 1868, llamada “La Gloriosa”, terminó con el exilio de Isabel II y el comienzo del Sexenio Democrático (1868-1874). Mientras se redactaba la Constitución de 1869 y se buscaba un nuevo rey para España, asumió la regencia Francisco Serrano. Amadeo I de Saboya tomó posesión de la monarquía española el 2 de enero de 1871 y, durante los dos años en los que fue Rey de España, se sucedieron seis gabinetes de gobierno, que no pudieron hacer frente a los graves problemas que arrastraba la nación. Tras la renuncia al trono de Amadeo de Saboya el 11 de febrero de 1873, las Cortes proclamaron ese mismo día la República.

Tampoco trajo la República la estabilidad política. De hecho, en los once primeros meses, hubo cuatro presidentes del poder ejecutivo: Estanislao Figueras, Francisco Pi y Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar. Con el golpe de estado de Pavía el 3 de enero de 1874, se puso al frente del gobierno al general Francisco Serrano y comenzó la segunda etapa de la República, periodo también llamado “República Unitaria” o “Dictadura de Serrano”, Dictadura y República que terminó con otro pronunciamiento, el de Martínez Campos en Sagunto en diciembre de 1874 y la restauración de la monarquía Borbónica en la figura de Alfonso XII.

 

  1. MADRIGALEJO EN 1873

Si la República fue proclamada el 11 de febrero de 1873, en el municipio de Madrigalejo encontramos la referencia al nuevo orden establecido, en el libro de actas, en la sesión del día 16 de febrero de 1873, cinco jornadas después de haber sucedidos los hechos, en donde se dice:

…se les dio cuenta con su lectura de los Boletines Oficiales extraordinarios recibidos en la semana última, por las cuales se comunica por el Excmo. Sr. Ministro de la Gobernación, que las Cortes acaban de leer la renuncia de S.M. el Rey, quedando enterada la Representación Nacional de tal acontecimiento, como también, que la misma acaba de elegir el poder ejecutivo de la República, nombrando Presidente a D. Estanislao Figueras,

Ministro de Estado, a D. Emilio Castelar

De Gracia y Justicia, a D. Nicolás Salmerón y Alonso

De Hacienda, a D. José Echegaray

De Guerra, a D. José Fernández de Córdova[3]

De Marina, a D. José Berenguer

De Gobernación, D. Francisco Pi y Margall

De Fomento, D. Manuel Becerra

De Ultramar, D. Francisco Salmerón y Alonso

Enterada la corporación, siendo su mayoría republicana, se adhiere al actual orden de cosas, ofreciendo todo su apoyo a la Asamblea Nacional.[4]

 

La corporación municipal estaba formada por el alcalde, D. Juan Mansilla y los concejales, D. Juan Félix Ciudad, D. Andrés Mateos Cuesta, D. Pedro Arroyo, D. José Sánchez Moreno, D. Marcelino González, D. Domingo Cabanillas y D. Manuel Fortuna Gómez, siendo el secretario D. Antonio Fernández Villarejo. Nos dice el libro de actas que la mayoría de los componentes de la Corporación eran republicanos, por lo que no hubo ninguna traba al conocer la noticia del cambio de régimen y, tras apoyar el nuevo orden y a la Asamblea Nacional, continuó la sesión con los asuntos municipales que debían resolver.

A lo largo de 1873, el gobierno municipal continuó ocupándose de las cuestiones ordinarias que generaba el día a día de la vida cotidiana de los vecinos y de la localidad. En este sentido las sesiones se ocupaban con gran periodicidad de los asuntos agroganaderos y comunales, de peticiones y reclamaciones de los vecinos sobre terrenos cercanos a sus propiedades, del alistamiento de los quintos y de los temas económicos, como los presupuestos, la recaudación y una deuda requerida por la provincia que venía de atrás y que dio mucho de sí.

Algunos datos sobre la localidad en ese momento

En la sesión del día 4 de mayo[5], respondiendo a la circular Nº39 sobre aprovechamientos forestales, inserta en el boletín del 4 de abril, se detalla:

  • Que el municipio cuenta con los terrenos comunales del Concejil y la Dehesa Boyal, también llamada del Monte.
  • Que tanto el concejil como la Dehesa del Monte están exceptuados de ser vendidos por ser de aprovechamiento común.
  • Que, según el último censo, el municipio cuenta con 417 vecinos.
  • Que la cabaña ganadera asciende a:

Clase de ganado              de labor                  Consumo             Granjería

Vacuno                            220                                                        100

Caballar                           120                                                         20

Asnal                               160

De lana                                                               600                    7000

De cerda                                                             200                    1200

  • Que el Concejil no produce porque el aprovechamiento es comunal y que la Dehesa del Monte da como producto el arrendamiento de bellota y pasto.
  • Que no hay productos sobrantes ni lo bastante para cubrir las necesidades del pueblo y de labor, pero que atendiendo a las del municipio acuerdan tenga lugar los aprovechamientos de montanera y pastos de la expresada dehesa denominada del Monte, sujetándose los aprovechamientos a las costumbres establecidas en esta localidad, o sea el arriendo de bellota desde 29 de septiembre hasta el 30 de diciembre inmediato, y el arriendo de yerbas desde el dicho día 29 hasta el día 31 de marzo siguiente, haciéndose este aprovechamiento solo como mil cabezas lanares.

 

También conocemos la extensión de la población en aquel tiempo, según la reorganización de distritos y colegios electorales acordada en la sesión del Ayuntamiento del 31 de diciembre de 1872[6]. Al primer distrito, con un solo colegio electoral en la Audiencia, corresponderían las calles del Río, Palomar, Tabla, Plaza, San Gregorio, Portugalejo y San Juan. El segundo distrito estaría compuesto por dos colegios electorales: Iglesia y Ermita. Al primer colegio electoral (Iglesia), corresponderían algunas casas de las calles de la Iglesia y del Llanejo, y las calles Mesones y Santa María. Al segundo colegio electoral (Ermita), pertenecerían las calles Fuente Nueva y Hondonada, así como las restantes casas de las calles de la Iglesia y del Llanejo.

Por entonces, se llamaba Plaza al espacio más amplio de lo que hoy es la Plaza de España, hacia donde se abre la puerta principal de la iglesia. La plaza pública era el centro cívico y religioso, aquí estaban situadas las casas consistoriales y la iglesia parroquial, era el lugar donde se desarrollaba el mercado y desde donde el pregonero emitía los bandos municipales.

La población se extendía longitudinalmente en sentido paralelo al transcurrir del río Ruecas, distribuyéndose las casas a lo largo de lo que durante siglos fue el camino real, que circulaba a través de las calles Mesones (hoy Luisa Fortuna), Plaza y San Gregorio (Gallego Fortuna en la actualidad). Desde este eje longitudinal, salían (y salen) las calles Santa María, del Río y Tabla, unidas estas dos últimas por la calle del Palomar en sentido transversal. La zona descrita es la más cercana al río. Al otro lado del eje, estarían situadas las calles Portugalejo (perpendicular a San Gregorio) y del Llanejo, que saldría de la calle Mesones. En aquel tiempo, se llamaba Llanejo a las calles que hoy corresponden a Gabriel y Galán, Zurbarán y plaza del Llanejo. Además, la calle de la Iglesia comprendía la parte de la Plaza de España que da al sur y su prolongación en la actual calle Núñez de Balboa. Y, por último, de la parte que entonces era calle de la Iglesia y hoy es Plaza de España, salía (y sale) la calle San Juan, en sentido perpendicular al eje longitudinal que conformaba el pueblo, hasta la ermita y su continuación por la calle Fuente Nueva, que hoy sería la calle Héroes de Cobba-Darsa y primeras casas de la calle Nueva. Es lo que entonces conformaba la población y lo que constituye la parte más antigua de la localidad.

También sabemos, por la salida en pública subasta de la conducción de la correspondencia pública, que el correo era recogido diariamente en Zorita, a donde se desplazaba el encargado cabalgando en una caballería mayor[7]. Por este medio llegaban los boletines oficiales que eran leídos periódicamente en las sesiones de plenos del Ayuntamiento.

Relación Iglesia/Estado

Con la Revolución Gloriosa de 1868 y la aprobación de la Constitución de 1869, que era marcadamente anticlerical, las relaciones Iglesia/Estado entraron en conflicto. Cuando fue proclamada la Primera República, los republicanos, en su afán de modernizar el país, tenían tres objetivos principales: la República, la descentralización y la separación Iglesia/Estado[8]. En base a este nuevo orden de cosas, encontramos que, en la sesión de plenos del 1 de junio de 1873, se da cuenta de una circular del gobierno de la provincia que dice:

Que para llevar a cabo diversos fines que interesan al Estado en sus relaciones con la Iglesia, los Ayuntamientos de esta provincia darán cuenta a este Gobierno, con la brevedad y exactitud posibles, de todos los edificios consagrados al culto, mandando los Señores Alcaldes proceder a su tasación en las respectivas localidades, exceptuando solamente aquellos que pertenecieren a Patronatos y patrimonio particular.[9]

Una vez enterada la corporación, por unanimidad acuerdan dar cumplimiento a la orden en todas sus partes, poniéndose en contacto con el cura párroco, a fin de que franquee las llaves de la Hermita para que por los Maestros Alarifes de este pueblo se tasen la Iglesia y la Hermita, únicos edificios que existen en esta localidad[10].

Elecciones

Para las elecciones de Diputados a Cortes, convocadas para los días 10, 11, 12 y 13 de mayo, en sesión extraordinaria del 3 de mayo, se nombran los presidentes de las mesas electorales:

En el colegio de la Audiencia, se nombra presidente al Alcalde, D. Juan Mansilla; en el colegio de la Iglesia, al segundo Alcalde, D. Andrés Mateos, y en el colegio de la Ermita, al regidor D. Marcelino González.[11]

En sesión extraordinaria del día 10 de julio, se dio cuenta de la Ley de 24 de junio de 1873 sobre renovación total de los Ayuntamientos y Diputaciones. Se convoca a elecciones a los Ayuntamientos los días 12, 13, 14 y 15 de julio en un solo colegio. Acordaron por unanimidad obedecerla en todas sus partes según se previene y que dicha elección se verifique en la Casa audiencia. También acordaron nombrar como presidente de la única mesa al Sr. Alcalde, D. Juan Mansilla. [12]

Quienes salieran elegidos en aquellas elecciones municipales no llegaron a tomar posesión, pues, en sesión ordinaria del 24 de agosto, se dio lectura a una comunicación del Gobernador de la Provincia en la que se decía:

En una de las facultades que me están conferidas, he tenido a bien suspender la toma de posesión de su Ayuntamiento recientemente elegido hasta nueva orden, deviendo como todos los individuos de ese Municipio continuar en sus puestos y conservar el orden bajo su más estrecha responsabilidad personal, dándonos inmediatamente aviso de haber recibido esta orden y haberla cumplimentado en todas sus partes.[13]

La corporación acuerda por unanimidad dar cumplimiento a la orden y obedecerla en todas sus partes[14]. Esa misma corporación sigue al frente del ayuntamiento en los meses sucesivos. En el acta de ese día, no se dice por qué se suspende la toma de posesión del Ayuntamiento, aunque podemos intuir que fue debida a incursiones carlistas había sufrido la localidad, según se desprende en la alusión al acta de este día en el desarrollo de la sesión celebrada en 10 de septiembre, y que se verá más adelante[15].

 

  1. EL CARLISMO EN MADRIGALEJO

El anticlericalismo que se manifestaba en el ambiente republicano tras la Revolución Gloriosa del 68 favoreció que muchos católicos se decantaran por unas posiciones católico-monárquicas y abrazaran la causa carlista. Hasta ese momento, el movimiento carlista iba languideciendo, había quedado reducido a algunas zonas donde se había enquistado (como las provincias vascas o Navarra). Las nuevas ideas revolucionarias fueron la excusa para que los partidarios del autoproclamado Carlos VII (Carlos de Borbón y Austria-Este) vieran como único recurso el alzamiento de las armas, aunque, tras algunos enfrentamientos que estuvieron mal organizados, el movimiento militar fue perdiendo fuelle. Sin embargo, la proclamación de la Primera República supuso una polarización de la sociedad española y muchos políticos y militares que anteriormente habían pertenecido al bando isabelino se fueron posicionaron del lado carlista frente a los republicanos y la guerra se generalizó por todo el territorio nacional.[16]

Antes de adentrarnos en las incursiones de partidas carlistas en 1873, veremos que los habitantes de Madrigalejo no tenían buenos recuerdos de los carlistas por hechos ocurridos en otras ocasiones.

Hechos ocurridos en la 1ª Guerra Carlista

En general, los vecinos de esta localidad no simpatizaban en absoluto con la causa carlista, como buena parte de las zonas rurales. Hay que tener en cuenta que la lucha carlista se organizaba en guerra de guerrillas, a través de las llamadas “partidas”, que estaban formadas por grupos de guerrilleros. Estas partidas realizaban escaramuzas de muy diversa índole y, bajo el pretexto de recaudar avituallamientos, entraban en los pueblos indefensos, saqueándolos y despojando a los labradores de sus cosechas[17]. Y no conformándose con ello, infringían toda clase de atropellos y vejaciones a la población.

La primera noticia que conocemos de la presencia cartistas en la población, está relacionada con el enfrentamiento entre las tropas isabelinas y la partida de Donato en Madrigalejo, donde fue abatida por la columna del general Soler el 9 de enero de 1838[18].

Casi un año[19] después, el 31 de diciembre, no fueron ya las tropas del ejército, sino los mismos vecinos los que tuvieron que defenderse ante la irrupción de la llamada banda de los “Palillos”, que tenían su radio de acción en la Mancha y que entraron en Extremadura a hacer de las suyas. Esta partida, que contaba con 200 hombres a caballo, después de no haber encontrado oposición en Almagro y en Talarrubias, entraron en Madrigalejo, donde les estaban esperando los vecinos con sus viejas armas para defenderse, haciéndose fuertes un grupo de ellos en la iglesia. Los carlistas ocuparon aquel día una tercera parte de la población. Y como venganza por la resistencia que encontraron, antes de retirarse, dejaron doce muertos, numerosas casas quemadas, saquearon las que pudieron y quemaron buena parte de los enseres del Ayuntamiento, entre los que se cuentan numerosos documentos del archivo municipal.

En el Archivo Parroquial, está recogida la referencia al oficio general de difuntos de diez de los fallecidos, con una misa cantada que tuvo lugar el primero de enero de 1839 y que fue oficiado por el franciscano fray Crispín Aynat, quien entonces ejercía de párroco en Madrigalejo. Los difuntos fueron los siguientes:

-José Rodríguez, viudo de Librana Puerto.

-Juan Fernández, marido de Mª Jerónima Liviano.

-Francisco González, conjunta persona de Catalina Moreno.

-Luisa Arroba, mujer de Andrés Romero.

-María Fernández, conjunta persona de Francisco Sojo.

-Gregorio Arnaz, conjunta persona de Mª Bera, natural de Caravaca de la Cruz, reino de Murcia y vecino de Llerena.

-Andrés Moreno, marido de Francisca Canchalejo, natural y vecino de Orellana la Vieja.

-Mª Jimeno, viuda de Juan Francisco, natural y vecina de Navalvillar de Pela.

-Vicente Canal, marido de Josefa, y natural y vecino de Orellanita.

-Antonio Tapias, natural y vecino de Villanueva de la Serena.[20]

 

Por tradición familiar como tatarabuela de mi padre, sabemos que una de las fallecidas aquel día, María Fernández -esposa de Francisco Sojo- fue abordada por los guerrilleros carlistas, a la que hicieron una serie de preguntas y no contestó, no porque no quisiera hacerlo, sino porque era totalmente sorda. El hecho de no colaborar, le costó la vida a esta buena mujer.[21]

3ª Guerra Carlista

Nada resaltable sabemos de la 2ª Guerra Carlista en la localidad de Madrigalejo, mientras que, sobre la tercera, tenemos algunas noticias, tanto llegadas por transmisión oral, como a través de documentos. Los carlistas, en esta 3ª guerra, siguieron practicando el sistema de guerra de guerrillas, incordiando a través de partidas, con ataques por sorpresa y rápidas retiradas. Es el caso que nos ha llegado a través de la tradición oral: un grupo de vecinos entraron en el pueblo a caballo, a todo galope, dando voz de alarma porque se habían topado con una cuadrilla carlista. Aquellos vecinos a caballo se metieron en la iglesia con la cabalgadura incluida, para hacerles frente desde su interior. Aquello no tuvo mayor recorrido, aunque sí provocó el enfado del cura rector, D. Matías Pazos, cuyas simpatías por el carlismo no disimulaba. Una vez desalojado el templo, el sacerdote volvió a bendecir la iglesia, como si de una inauguración se tratase[22].

También se nos ha transmitido por la tradición oral que el jefe de una de esas partidas, llamado Fuentes, entró sin problemas en Madrigalejo y se acomodó en una silla en medio de la plaza, sin saber que había gente armada en la misma torre. Desde allí salió una bala que mató a Fuentes. El autor del disparo fue el joven Francisco Fortuna Cuevas que, al ver el peligro que corría, salió huyendo hacia el monte de las Majuelas, donde trató de pasar desapercibido de sus perseguidores subiéndose a una encina, cosa que no logró porque su perro no se separó un momento de su dueño. No conocemos cómo terminó el joven Fortuna, aunque bien pudo resolverse con alguna suculenta suma de dinero, porque su padre era una persona con recursos.[23]

Sobre los sucesos carlistas ocurridos en 1873, la tradición oral está avalada por las fuentes documentales[24]. No sabemos exactamente cuándo tuvieron lugar las incursiones carlistas en la localidad, aunque podemos intuir que la amenaza ya era evidente a mediados del mes de agosto, cuando se recibió un comunicado del Gobernador Civil de la Provincia, con fecha de 21 de agosto, estableciendo pautas para la defensa[25].

Ya en la sesión del pleno de 31 de agosto, se dice que el pueblo había sido sorprendido por una partida carlista, que había exigido la cantidad de diez mil reales, aunque solo pudieron llevarse de las arcas municipales tres mil, según el recibo presentado. Precisamente el 17 de agosto aparece reflejado el cobro de la liquidación de la tercera parte del 80% de propios y su entrada en depositaría, ascendiendo la cantidad a 7.657 reales con 72 céntimos[26]. Es decir, encontraron dinero en la caja.

Conocemos más datos a partir de la sesión extraordinaria del día 10 de septiembre. En ella, se expresa la posición del alcalde, que dice así:

En atención a las graves circunstancias en que se halla el país en general y en este pueblo en particular, en donde existe a no dudarlo un poco de conspiración carlista, y mediante a que desde que penetró en este pueblo la partida Carlista mandada por Sabariegos, el Alcalde y los tenientes han trabajado incesantemente vigilando día y noche para impedir una nueva sorpresa, que era necesario procurar establecer un sistema de vigilancia bien ordenado, en el cual debían turnar todos los concejales, según conviene y debe ser, y seguir también el espíritu de la comunicación del Sr. Gobernador civil de la provincia, fecha veintiuno de agosto último.[27]

Las propuestas del Gobernador civil eran que cada concejal ocupara el puesto que se le hubiera sido asignado y que se estableciera una patrulla de vigilancia día y noche, muy particularmente desde la puesta hasta la salida del sol[28]. Y siguiendo el espíritu de la autoridad provincial, el Ayuntamiento acordó que:

…se formalice la patrulla y continúe el servicio de retenes establecido, obligando a prestar este servicio personalmente a todos los individuos domiciliados en esta población y que sean aptos para ello, facultando al Sr. Alcalde para que disponga lo que crea conveniente para el desempeño del servicio ya expresado.[29]

Estos documentos nos hablan de la presencia e incursión de facciones carlistas en la zona y en la localidad de Madrigalejo. También se habla de un poco de conspiración en el país en general y en este pueblo en particular. ¿Hasta qué punto se sufrió en esta ocasión más allá de la sorpresa, de la intimidación y de la expoliación de los recursos de las arcas municipales? Y al hablar de conspiración en este pueblo en particular ¿se está refiriendo a las simpatías que pudiera haber entre algunos vecinos a la causa carlista? Aunque los componentes de la corporación municipal fueran, en su mayoría, de ideología republicana, y aunque se mantuviera aún vivo el recuerdo de atrocidades pasadas cometidas por facciones carlistas, tampoco hay que descartar simpatías carlistas entre los vecinos, especialmente desde que se había producido la polarización de la sociedad y el anticlericalismo.

Teniendo en cuenta que no podía haber una tropa gubernamental en cada núcleo poblado y que las partidas podían entrar en cualquier población, había que organizarse para su defensa. Frente del estado de alerta se había facultado al Sr. alcalde, D. Juan Mansilla, siguiendo todas las propuestas del Gobernador civil. Así, lo primero era comenzar por una vigilancia bien organizada en turnos por “todos” los concejales, tanto de día como de noche, poniendo mayor cuidado en las horas nocturnas. El servicio de vigilancia se organizaba en patrullas y retenes, obligándose a prestar el servicio a todos los vecinos de la localidad que fueran aptos para llevarlo a cabo, teniendo en cuenta que faltaban los mozos de reemplazo, haciendo el servicio militar lejos, allá donde les hubiese correspondido.

También la tradición oral nos ayuda a conocer cómo afrontaba la población este tipo de escaramuzas de las partidas. Es el caso del grupo de vecinos que entraron a caballo alertando de que se habían topado con una cuadrilla carlista, sin duda sería un grupo de reconocimiento, encargado de vigilar los alrededores ante posibles amenazas. Era el estado de alarma en el que se encontraba la población.

Una vez que los guerrilleros hubieran entrado en el pueblo y a falta de un lugar fortificado, el edificio que reunía las mejores condiciones para resistir un rápido ataque, era sin duda el templo parroquial, pese a las protestas del párroco, como hemos visto que se utilizó en alguna ocasión anterior. La población se escondía donde podía. Sabemos por la tradición oral que uno de aquellos escondites fue entre la paja en los pajares, pero los guerrilleros conocían todas las tretas y pinchaban con las horcas entre la paja por si hubiera alguien allí escondido[30].

Vicente Sabariegos Sánchez

Se dice en el acta de la sesión del 10 de septiembre que la partida carlista que había entrado en Madrigalejo estaba mandada por Sabariegos. Fue este un militar español muy comprometido con la causa carlista desde el principio. Había nacido en Pidrabuena (Ciudad Real) en 1810. En la Primera Guerra Carlista, formó parte de la partida de su suegro, Manuel Adame el “Locho”, allá por 1833. Combatió en los ejércitos del Norte, de la Mancha y de Aragón y Valencia, llegando al grado de coronel mayor del Regimiento de Tiradores de la Mancha. No aceptó el Abrazo de Vergara (1839) y se unió a las tropas de Ramón Cabrera hasta que, en 1840, se retiraron a Francia. Estuvo exiliado en Londres y en Portugal. En la Segunda Guerra Carlista, en 1848, ascendido a brigadier por el pretendiente Carlos VI, entró desde Portugal como comandante general de la Mancha, donde estuvo organizando las partidas guerrilleras. Ese mismo año, herido y derrotado, regresó a Portugal, donde permaneció hasta 1858, momento en que regresó a España. Participó también en el alzamiento fallido del 1869 desde la Mancha y, con el fracaso de la insurrección, volvió a huir a Portugal. En la Tercera Guerra Carlista, estuvo al frente de las provincias de Extremadura en 1872; después fue nombrado comandante general de Galicia, donde no obtuvo buenos resultados y, tras la última derrota en mayo de 1873, se refugió en Portugal, desde donde regresó poco después para ponerse al frente de los batallones de la Mancha, Extremadura y Andalucía.[31]

Fue en ese momento cuando se produjo la incursión de Sabariegos en Madrigalejo, buscando recursos con los que financiarse. Después de aquellos días, finales de verano y comienzos del otoño, Sabariegos mantuvo algunos enfrentamientos con las tropas liberales, el último de los cuales fue en Retamosa frente a la Guardia Civil, en el que, a pesar, de salir victorioso, murió en combate el 6 de noviembre y fue enterrado en la vecina localidad de Deleitosa.[32]

 

  1. CONCLUSIÓN

La proclamación de la I República en Madrigalejo, aparentemente no trajo ningún cambio en la gobernación de su Ayuntamiento, más allá de su adhesión al nuevo orden de cosas y el manifiesto apoyo a la Asamblea Nacional, no solo por acatar el orden establecido, sino también por ser la mayoría de la corporación de ideas republicanas. La vida municipal continuó tratando los asuntos domésticos del día a día.

En esta localidad, se recibía con periodicidad regular los boletines oficiales, a través de los cuales estaban enterados de la legalidad vigente. Aquellos boletines se leían en las sesiones de pleno (en numerosas ocasiones era el único punto del orden del día), como también eran leídas las comunicaciones del Gobernador civil de la Provincia, a las que siempre acordaban darles cumplimiento y obedecerlas.

La política y los problemas del nuevo régimen, de alguna manera, también se hicieron notar en la municipalidad. Como ejemplo, hemos visto el mandato de tasación de los edificios de culto para llevar a efecto la separación Iglesia/Estado, o las incursiones de las partidas carlistas en la zona, con todo el estado de alarma que aquello suponía, así como las convocatorias a elecciones, tanto municipales como para diputados a Cortes.

En definitiva, aquel año de la proclamación de la Primera República, los vecinos de la localidad de Madrigalejo, según se desprende de las actas de sesiones de plenos del Ayuntamiento, continuaron con sus quehaceres habituales del día a día, con excepciones debidas a las convocatorias electorales y al sobresalto que debió suponer la entrada de la partida carlista de Sabariegos en la población.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

J.P. RECIO CUESTA. “Carlismo y guerras carlistas en la Baja Extremadura”. Actas XVI Jornadas de Historia de Fuente de Cantos. Fuente de Cantos, 2016. (Págs. 13-42)

  1. RODRÍGUEZ AMORES. Crónicas lugareñas. Madrigalejo. Tecnigraf S.A. Badajoz, 2008.
  2. VARELA SUANZES: “La Construcción del Estado en la España del siglo XIX. Una perspectiva constitucional”. https://revistasonline.inap.es/index.php/CDP/article/view/527/582

 

FUENTES

ARCHIVO MUNICIPAL DE MADRIGALEJO

ARCHIVO PARROQUIAL DE MADRIGALEJO

TRADICIÓN ORAL

 

WEBGRAFÍA

https://es.wikipedia.org/wiki/Guerras_carlistas

https://es.wikipedia.org/wiki/Regencia_de_Mar%C3%ADa_Cristina_de_Borb%C3%B3n

https://repositori.udl.cat/server/api/core/bitstreams/13d5ab01-3ddd-4e53-8003-c855f4da3eb0/content

https://es.wikipedia.org/wiki/Vicente_Sabariegos

https://dbe.rah.es/biografias/5528/vicente-sabariegos-sanchez

 

 

 

 

 

 

[1] J. VARELA SUANZES: “La Construcción del Estado en la España del siglo XIX. Una perspectiva constitucional”. https://revistasonline.inap.es/index.php/CDP/article/view/527/582 (Pág. 71).

[2] Ibidem, pág. 72.

[3] Se equivocaron al transcribirlo en el acta. En realidad, el ministro de la Guerra de la Primera República fue Fernando Fernández de Córdoba.

[4] Archivo Municipal de Madrigalejo (A.M.M.). Sig. 17-14. 16 de febrero de 1873.

[5] (A.M.M.) Sig. 17-14. 4 de mayo de 1873

[6] (A.M.M.) Sig. 17-14. 31 de diciembre de 1872

[7] (A.M.M.) Sig. 17-14. 20 de julio de 1873

[8] Guillermo TIERNO RÍOS. “Relaciones entre la Iglesia Católica y el Estado Español (1868-1978). https://repositori.udl.cat/server/api/core/bitstreams/13d5ab01-3ddd-4e53-8003-c855f4da3eb0/content

[9] (A.M.M.) Sig. 17-14. 1 de junio de 1873.

[10] Ibidem.

[11] (A.M.M.) Sig. 17-14. 3 de mayo de 1873.

[12] (A.M.M.) Sig. 17-14. 10 de julio de 1873.

[13] (A.M.M.) Sig. 17-14. 24 de agosto de 1873.

[14] Ibidem.

[15] (A.M.M.) Sig. 17-14. 10 de septiembre de 1873.

[16] https://es.wikipedia.org/wiki/Guerras_carlistas

[17] L. RODRÍGUEZ AMORES. Crónicas lugareñas. Madrigalejo. Tecnigraf S.A. Badajoz, 2008. Pág. 441.

[18] Ibidem, pág. 442, con referencia a A. PILARA: Historia de la Guerra Civil y de los partidos liberal y carlista, hasta la regencia de Espartero. Segunda Edición. Imprenta y Librería Universal. Madrid, 1869.

[19] L. RODRÍGUEZ AMORES. Crónicas lugareñas. Madrigalejo. Op.cit. pág. 443.

[20] ARCHIVO PARROQUIAL DE MADRIGALEJO. Libro de Difuntos nº3

[21] L. RODRÍGUEZ AMORES. Crónicas lugareñas. Madrigalejo. Op.cit. pág. 443. María Fernández y Francisco Sojo eran también los bisabuelos del beato Francisco Cástor Sojo López.

[22] Ibidem, pág.444.

[23] Ibidem.

[24] Ibidem. // (A.M.M.) Sig. 17-14. 31 de agosto y 10 de septiembre de 1873.

[25] (A.M.M.) Sig. 17-14. 10 de septiembre de 1873.

[26] (A.M.M.) Sig. 17-14. 17 de agosto de 1873.

[27](A.M.M.) Sig. 17-14. 10 de septiembre de 1873.

[28] Ibidem.

[29] Ibidem.

[30] Nuestro convecino Juan Moreno Sojo habla de que cuando peinaban a su abuela para hacerle el moño, contaba la historia de la cicatriz que tenía en la cabeza: fueron los carlistas cuando entraron en el pueblo; ella se escondió en el pajar y una horca manejada por un miliciano le rozó la cabeza.

[31] https://es.wikipedia.org/wiki/Vicente_Sabariegos . https://dbe.rah.es/biografias/5528/vicente-sabariegos-sanchez

[32] Ibidem. Y L. RODRÍGUEZ AMORES. Crónicas Lugalreñas. Madrigalejo… Op.Cit., págs. 444 y 445.

Nov 092024
 

 

José Antonio Ramos Rubio

 

Uno de los signos distintivos que nos han motivado a realizar este trabajo ha sido el desarrollo de una visión integradora entre el pasado y el presente, en aras de preservar nuestras tradiciones y nuestras obras artísticas con una vocación plural y afirmativa.

 

En este sentido, llevamos a cabo desde hace años una labor incesante de trabajo de campo, que en muchos casos ha dado lugar con nuestras publicaciones a importantes logros en la recuperación de nuestro legado histórico y artístico. Por ello, la firme voluntad por presentar al público en general, y al trujillano en particular, las joyas de su pasado es el que preside esta publicación en la que aparecen consignadas piezas histórico-artísticas que han desaparecido o que han sido recuperadas. Un catálogo monumental de imágenes y obras estudiadas para conocer de cerca y divulgar el conocimiento público de algunas obras significativas de Trujillo que han conformado nuestra identidad, y algunas han podido ser recuperadas por unos u otros cauces en un deseo generalizado por potenciar el patrimonio cultural extremeño.

 

Este trabajo es un documento fundamental para el conocimiento del pasado, a la vez que representa un símbolo de todo lo que podemos hacer cuando la cultura expresa una razón de ser en beneficio del público.

 

Se conservan obras de arte importantes en casas particulares pero silenciadas. En este trabajo damos a conocer aquellas obras (epígrafes romanos, inscripciones hebreas y árabes, escultura, pintura) que no están catalogadas en el patrimonio artístico e histórico de la ciudad de Trujillo y que en su día pertenecieron a él. Por diversas circunstancias se encuentran en manos privadas o en el callejero ciudadano, fuera de su contexto originario. Nuestro interés no es otro que el de publicar un catálogo monumental para que quede constancia de la existencia de estas obras artísticas para la posteridad. Por supuesto, contando con el beneplácito y los permisos oportunos de los propietarios de estas obras. A lo largo de mi vida como investigador he dado a conocer varias obras artísticas que estaban desaparecidas. Una de ellas, es la tabla de La Cruficixión del Maestro de Palanquinos que formó parte de las tablas del retablo mayor de la iglesia de Santa María de Trujillo. Concretamente, en 1992 conseguimos recuperar para el patrimonio artístico de la iglesia de Santa María la Mayor de Trujillo el cuadro del Maestro de Palanquinos que di a conocer y publiqué en 1992[1]. Se encontraba en la vivienda particular de la familia O´Mullony de Trujillo y al vender la obra en pública subasta en Galería Durán de Madrid, don José María Pérez de Herrasti, bajo su patrocinio, la adquirió y donó a la iglesia. Consiguiendo recuperar allí una gran pieza artística del siglo XV que había estado ubicada en el retablo mayor de la citada iglesia.

I.- Símbolo fálico en el rollo jurisdiccional

El rollo o picota fue levantado en 1497 y su primitivo emplazamiento fue la Plaza Mayor, donde además de testimoniar la calidad realenga de la ciudad, servía para la ejecución de la justicia y para otros servicios del mercado, pues en él se colocaban las medidas oficiales del trigo, la cebada, la cal, la sal… etc.

 

Desconocemos en cambio el nombre del artista que lo diseñó. No obstante, su autor habrá que buscarlo entre los maestros canteros activos durante finales del siglo XV en Trujillo: Alonso Veren, Hernando Davales, Diego de Nodera, Juan Méndez, Alonso Blasco… y particularmente Reduan de Piedrahita, alarife moro, a quien por aquellos años el concejo trujillano confió obras de cierta calidad, como la capilla del Caño o el puente sobre el Tamuja.

 

El rollo fue trasladado el 29 de julio de 1548 al paseo de la Encarnación o del Mercadillo, hasta que el concejo recibió las protestas del prior de la Encarnación, fray Felipe de Meneses y sería trasladado el 7 de enero de 1566 a la plaza del Campillo, donde se encuentra en la actualidad. El maestro cantero Antonio de Solís fue el encargado de realizar la obra, recibiendo 56 ducados. Sería reparado en 1864 por Juan Lozano, maestro alarife de la ciudad.

 

El rollo se levanta sobre un graderío circular tallado en sillares graníticos. Un podio cuadrangular sirve de base a una construcción de lados cóncavos con columnas adosadas en sus esquinas, enlazando en la zona superior mediante molduras conopiales. El rollo es un ejemplar gótico. Precisamente en el podio cuadrangular es donde se encuentra el símbolo fálico. (foto 1)

 

A media altura de cada columna hay una ménsula y en uno de los fustes el águila de San Juan con el escudo de los monarcas católicos. Corona el pilar un pináculo piramidal con la cruz de Santiago.

 

Símbolos fálicos hemos encontrado labrados en sillares romanos en Mérida (en el puente romano, en el acueducto de Los Milagros y en la zona arqueológica de La Morería) y en otros lugares de la geografía española. En Roma eran símbolos de fertilidad, de prosperidad y de protección, de larga tradición en el mundo agrario. El símbolo fálico en un sillar trujillano es una piedra de acarreo de alguna de las construcciones romanas que durante la Edad Media sirvieron de «cantera» para la construcción de otras obras civiles, lamentablemente tan solo nos han llegado escasos restos de la presencia romana en Turgalium: epígrafes romanos, parte de la muralla, el arco de la Coria y las dos torres cuadrangulares del arco de Santiago, dos terracotas y un busto que representa a Julio César.

II.- Terracotas romanas

 

En colección particular de don Jesús Blanco presentamos dos terracotas romanas (foto 2) que fueron encontradas en las obras llevadas a cabo en los 80 del siglo XX en la calle de Poniente de la iglesia de Santa María la Mayor (villa medieval), junto a otros restos de sillares.

 

Están realizadas en arcilla. Este tipo de  terracotas que presentan ornamentos, tocados y actitudes religiosas, son propias del mundo pre-romano, y darán lugar más adelante, en época romana, a manifestaciones de un estilo provincial que, sin embargo, presentan un claro signo de romanización, como lo observamos en estas y otras terracotas semejantes encontradas en otros lugares. Al intentar establecer una cronología tenemos que tener en cuenta los aspectos técnicos o estilísticos. De esta manera, si partimos de un análisis pormenorizado podemos situarlas entre los siglos I a. C. y I d. C. Los orígenes de las terracotas femeninas se remontan al Próximo Oriente. Le siguen las deidades acampanadas del mundo minoico de Creta[2] y numerosos ejemplos en la cultura micénica[3]. Estas representaciones, que muestran en su mayoría un carácter esquemático, sobreviven a la caída de estas grandes civilizaciones, y perduran en los períodos geométrico y submicénico hasta el siglo VI a. C[4]. Es en esta época, cuando podemos quizá hablar de una manifestación semejante a la que se está produciendo en la Península con la cultura ibérica, caracterizada por la sencillez y el descuido en su realización. Y si nos preguntamos acerca del modo en que estas producciones pasaron al resto del Occidente, podemos presentar entre otros, la vieja teoría de Vilaseca[5], quien opina que fueron los fenicios los que condujeron su expansión mediterránea[6].

III.- Busto romano

 

En el convento de M.M. Jerónimas se hallaba un busto romano en mármol del año 30 a. C. que representaba a Julio César. Fue localizado por los miembros de la Casa de Santiago en los años 80 del siglo XX en el patio del citado convento (foto 3).

Presenta características faciales muy específicas que se mezclan con los rasgos idealizados. Julio César, hombre político, militar y escritor (100-44 a.C.), transformó profundamente el estado republicano de Roma, preparando a su hijo adoptivo César Augusto el camino para la revolución del sistema político que llevó al establecimiento del imperio romano.

IV.- Inscripciones musulmanas

 

 

El estudio de los restos romanos en Trujillo ha estado condicionado a los restos de sillares que componen la muralla trujillana así como a los restos epigráficos localizados en la misma y en la comarca trujillana. El interés que ha suscitado la Antigüedad romana de Trujillo se ha limitado al estudio de las inscripciones romanas encontradas.

Aquí vamos a tratar aquellas que se encuentran en colección particular y que gracias a su recuperación y protección han sido conservadas.

 

Inscripciones en el Palacio de Chaves Mendoza

 

En el Palacio de Chaves Mendoza u Hospital de la Concepción, edificio que está próximo a la puerta de San Andrés, situada en el  frente meridional de la muralla, se conservan varias inscripciones romanas procedentes de la finca Aldehuela de Mordazo en el patio claustrado de este edificio. Bien es cierto que ya fueron dadas a conocer por Carlos Callejo Serrano en 1975, precisamente en los V Coloquios Históricos de Extremadura[7], aunque no se publicó el trabajo ni dejó constancia del mismo, pero queremos perseverar en ellas para la posteridad, ya que el objetivo de este trabajo es catalogar aquellas obras artísticas “muebles” para su puesta en valor.

 

1) Ara de granito.- Tiene unas dimensiones de  90 × 35 × 22

 

Lib(ero) et Liber(ae) Q(Quinti) / ex voto (AE). El culto a Liber y Libera, se concentra exclusivamente en Lusitania y más concretamente en territorio de Trujillo[8]. Por el tipo de letra fechamos este ara votiva a mediados del siglo I d. C[9].

 

2) Estela de granito de forma rectangular. Procede de la necrópolis romana de la Aldehuela de Mordazo. Tiene unas dimensiones de 136 × 41 × 21.

 

L(uci) lib(ertus) Primigeniusa / an(norum) L h(ic) s(itus) e(st) /sorores/

et Calliope/ f(aciendum) c(uraverunt)

 

Por la fórmula funeraria se desecharía en la primera mitad del siglo I d. C[10].

 

 

3) Fragmento perteneciente a la parte inferior de una estela de granito. Procede de la necrópolis de Aldehuela de Mordazo. Dimensiones: 45 × 41 × 19.

 

h(ic) s(itus) e(st) s(it) t(ibi) t(erra) l(evis) / Petronia/ Marcella/ patri f(aciendum) c(uravit).

 

Por la fórmula funeraria se desecharía en la segunda mitad del siglo I[11].

 

4) Fragmento de estela de granito decorada con un creciente lunar en la cabecera. El texto va incluido dentro de una cartela. Dimensiones: 60 × 45 × 21. Se encuentra muy mal estado de conservación, solamente puede leerse P(ublius) S…T..[12].

 

 

5) Fragmento de estela de granito, coronada por una especie de frontón en forma de arco rebajado decorado con un creciente lunar y volutas laterales con dos círculos gravados. Procede de la necrópolis romana de la Aldehuela de Mordazo. Dimensiones: 50 × 37 × 15.

 

Phoebillus L(uci) At(i) Ho(norati) ser(vus) an(norum) XXVII h(ic) s(itus) e(st) s(it) t(ibi) t(erra) l(evis) Venusta.

 

El gentilicio del dueño es Attius, y Phoebillus es el nombre de un esclavo. En cuanto a Venusta se trata de un cognomen muy frecuente en Hispania[13]. Fechable a principios del siglo II.

 

Estas aras o epígrafes romanos fueron traídos desde la finca de Aldehuela de Mordazo en la primera mitad del siglo XX por el Marqués de Albayda para su conservación. El marqués fue el que se hizo cargo de todos los gastos que exigía el sostenimiento del Hospital Municipal, ubicado en este solar. El palacio en la actualidad se encuentra en manos privadas, cuyo propietario es Alfonso Higuero.

 

Inscripción en barbacana del castillo

 

En una barbacana del castillo aún se encuentra un epígrafe romano que publicamos hace seis años en la revista Conímbriga de la Facultad de Letras de la Universidad de Coimbra[14]. Se trata de un bloque de granito claro del lugar correspondiente a la parte de la cabecera de una estela funeraria, en la que se puede leer: MARCV[S] [I]VLIVS + — .

 

La inscripción corresponde al epitafio de Marcus Iulius, cuyo cognomen – si lo llevaba – se ha perdido. Quizá estaría indicado a continuación del gentilicio y el trazo final de la segunda línea corresponda a la inicial del mismo, aunque es más probable que en esta posición fuera la filiación del homenajeado. A destacar que el praenomen no vaya abreviado, lo cual es poco frecuente. El nomen gentile Iulius es, con mucho, el más ampliamente documentado en esta zona y rivaliza con el de Norbanus en el número de testimonios. La fundación cesariana de la colonia Norba Caesarina como principal centro romanizador de la zona, la extensión de su territorio hacia Turgalium, así como la ampliación del ager emeritensis tras la creación de la praefectura Turgaliensis en época de Augusto, serán determinantes en la implantación del citado gentilicio en esta parte de la Lusitania. Se fecharía a finales del siglo I o en el II d. C., por el tipo de letra irregular que suele acompañar a las inscripciones de la zona sin la dedicatoria a los dioses Manes.

 

Inscripción romana en convento de M.M. Jerónimas

 

Encontramos una placa de mármol rota en un lateral en el patio del convento de religiosas Jerónimas de Trujillo, representa un acto evergético por parte de Marcius con motivo de la erección de un triclinium asociado a un recinto sagrado. Marcius debió ser un personaje destacado en Turgalium. Es obra del siglo II d. C. Puede leerse: at fanum B(ellonae) / Marcius Va(..) / triclinem si(lice)[15].

 

Ara de granito en vivienda de doña Blanca Salón:

 

En la vivienda de doña Blanca Salón se encuentra un ara de granito localizada en el antiguo huerto del convento de religiosas franciscanas de San Francisco “El Real”, correspondiente a la segunda mitad del siglo II.

 

Publicada por Pérez Holguín y don Julio Esteban en su Corpus[16], en la que se lee: Genio / turg(alensium) /L (ucius) Crusi /nus Pr/imigen/ius /v(otum s(olvit). Esta inscripción es uno de los pocos testimonios de culto al Genius documentado en la epigrafía provincial. Según Esteban es probable que tras el teónimo Genius se esconda el nombre de alguna divinidad del tipo Bandia[17].

V.- Lápida hebrea

 

La Diputación de Cáceres llevó a cabo un proyecto de excavaciones arqueológicas en el año 2019 en un tramo de la calle Santa Beatriz de Silva. Se trata de una ejecución que quedó pendiente en 2015, debido a que se encontraron huesos al lado de lo que fue la iglesia del convento, ahora reconvertida en un espacio del Parador Nacional de Turismo. Producto de ese trabajo aparecieron quince tumbas antropomorfas Altomedievales (a partir de la segunda mitad del siglo XIII, correspondientes a la colación de la extinta iglesia de San Clemente, teniendo en cuenta que se construye el templo a raíz de la reconquista cristiana de 1233. Tumbas de las mismas características que las existentes en la iglesia de San Martín de la ciudad. Las tumbas excavadas en la roca constituyen uno de los vestigios arqueológicos más abundantes en la Península Ibérica, con hallazgos que se extienden desde Cataluña hasta Andalucía, aunque quedan al margen determinadas zonas del Norte Cantábrico. Estas tumbas están excavadas en afloramientos graníticos sirviendo directamente como depósito del cadáver.

Considerando que se trata de tumbas características del medievalismo y la consideración de incluirlas en el período medieval. Hemos de destacar que a partir del siglo IV es frecuente la alternancia de ritos que conducen a cambios estructurales, a modificar el rito de la inhumación.

No parece que tuvieran encaje para la losa de cubierta, aunque algunas, al aplanar la superficie de la roca para posteriormente labrar la sepultura den la impresión de  tenerla. La orientación de las mismas se acerca bastante al rito cristiano que sería la cabeza al Oeste y los pies al Este, aunque en este caso el eje que siguen es Suroeste–Noroeste, realmente sobre el terreno parece que fueron excavadas siguiendo la misma orientación que tiene la iglesia a la que están anexas.

 

 

VI.- Lápida árabe

 

Esta interesante lápida árabe (foto 4) se encuentra en colección particular, procedente de las obras realizadas en 1999 con motivo de la construcción de la fábrica Navidul[18].

 

Trujillo ha proporcionado interesantes lápidas romanas y árabes. A esta riqueza epigráfica de la ciudad extremeña podemos añadir ahora esta lápida árabe de mármol. Está rota y solamente se ha conservado su parte superior, probablemente un tercio o un cuarto del total. Los bordes están dañados, así como la superficie correspondiente a la última línea conservada. Sus medidas son: altura, 52 cm.; ancho, 62 cm., grosor 9,2 cm.

 

La inscripción está tallada de realce en letras cúficas, enmarcada por una bordura que simula una puerta con arco circular que se estrecha para alcanzar los pilotes verticales. El arco, a su vez, está enmarcado por arriba con otra bordura recta rematada con un friso de almenas típicas de la arquitectura islámica. Este tipo de puerta tiene su antecedente en la puerta de la biblioteca de la mezquita mayor de Cairuán y está imitada en la portada del patio de la mezquita de Meditat al-Zahra de Córdoba; un ejemplo muy conocido de arco circular es el de la Puerta Elvira de Granada. Los dos vanos que quedan entre el arco y la bordura recta se han rellenado con sendos florones en cuyos extremos inferiores hay un círculo. Dentro ya de la inscripción, para rellenar espacios vacíos hay tres florones o especies de flores de lis muy desiguales y mal hechos, resultando evidente que el marmolista, o quien le encargó el trabajo, sentía un cierto horror vacui. Los florones son los habituales en vigas y decoraciones califales. Traducción: 1- En el nombre de Dios 2-el Clemente, el Misericordioso. Y bendiga 3- Dios a Mahoma y a su parentela y 4- a sus Compañeros todos …. Con sólo este piadoso inicio, común a infinidad de escritos musulmanes, no es posible dilucidar si se trata de un epitafio o de una lápida conmemorativa de la construcción de algún edificio público, palacio o mezquita. De tratarse de un epitafio, lo más probable es que siguiera un “y falleció Fulano hijo de Zutano el día tal del mes tal del año tal” con probable intercalación de fórmulas piadosas para el difunto y sus amigos o parientes si la piedra daba espacio para ello. Si fuera una lápida conmemorativa nos daría el nombre del responsable con los elogios correspondientes y nos indicaría la fecha y los fines del edificio o del acontecimiento que se quiere resaltar. También cabe la posibilidad de un adorno de pared, posiblemente cerca del mihrab de una mezquita.

 

El hecho de que la lápida sea de mármol y la escritura cúfica, así como de que esté adornada con molduras de arco, rosetones y almenas, permite suponer que se hizo probablemente durante el principio de la taifa del reino de Badajoz, al cual pertenecía Trujillo, todavía con los gustos suntuarios del Califato.

 

Una interesante inscripción hebrea se encuentra en Casa Casco[19]  era propiedad de las hermanas Martínez Jaraíz.

Casa de Casco aparece reflejada en el mapa de finales del siglo XVIII del Partido de Trujillo conservado en el Archivo Histórico Provincial de Cáceres[20]. Resulta interesante los testimonios del geógrafo Tomás López como son sus escritos así como los mapas publicados en la segunda mitad del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX. En este sentido, destacamos su Mapa de la provincia de Extremadura fechado en 1766[21]. En él quedan reflejadas varias casas como La Matilla, Magasquilla, Casa de Casco y El Carrascal, a las que tenemos que añadir la casa fuerte de Casillas[22]. Esta casa perteneció en el primer decenio del siglo XVI a los herederos de Juan Casco, al que hemos vinculado con el conquistador trujillano Francisco Pizarro, del que mucho se ha estipulado acerca de su nacimiento, uno de los personajes que más gloria ha dado a su patria natal. Son varias las versiones sobre su nacimiento.

 

La familia materna pertenecía al arrabal de Huertas, que no tuvo iglesia propia hasta el siglo XVI, en que se construyó la parroquia de Santo Domingo[23]. Francisca González vivió con sus padres Juan Mateos y María Alonso, labradores, en el arrabal de Huertas[24], pero cuando Francisco vino al mundo, el padre había fallecido y María Alonso se había casado con un tal Juan Casco, que vivía en el arrabal de San Miguel[25]. Es muy interesante la instrucción seguida en Trujillo sobre la información, en virtud de Real Cédula despachada en Toledo el 1 de junio de 1529 por frey Pedro Alonso, de la Orden de Santiago, para preparar el expediente de ingreso de Francisco Pizarro en la citada Orden[26]. Se preguntó a doce testigos contemporáneos a él, aportando todos ellos datos interesantes sobre el conquistador y sus familiares, pues habían conocido su ascendencia. Todos coincidieron en que su madre era Francisca González, hija de honrados pecheros, y que su padre perteneció a la hidalguía trujillana[27]. Sobre el nacimiento y nuestra teoría acerca de haberlo sido en el arrabal de San Miguel, los datos fundamentales para ello los facilita la Información de 1529 en tres declaraciones: Alonso García Torres dice: “este testigo estuvo presente quando nascio…quel dicho francisco piçarro es natural desta cibdad de Trujillo”. Inés Alonso “la Barragana”, viuda de Juan García, presenció el nacimiento y nos ofrece otra importante aclaración con su manifestación: “esta testigo le vido nacer. oyo decir a la dicha maria alonso que la dicha francisca gonçalez madre del dicho capitan francisco piçarro hera su hija e juan mateos su primero marido”. Antón Zamorano puntualiza que el conquistador “avia nacido en casa de uno que se llamava  juan casco[28]. El nombre de Juan Casco, revelado por el testigo, junto con las manifestaciones sobre su segundo matrimonio de María Alonso, son el punto de partida para el esclarecimiento de la casa en la que pudo haber nacido el conquistador del imperio Inca. Los caballeros Casco eran muy antiguos en Trujillo, militaban por el bando de los Añascos, habían sido los regidores del Ayuntamiento, tenían su casa establecida en el último cuarto del siglo XV en el arrabal de San Miguel. Son hidalgos de tercera fila, pero de primera en su arrabal, donde viven en la calle Tintoreros (que pertenecía a dicho arrabal)[29], junto a la ermita de San Miguel. A lo largo de los siglos esta familia estaría muy vinculada al monasterio de religiosas dominicas de San Miguel y Santa Isabel, ubicado en los inicios del siglo XVI aprovechando la ermita existente como iglesia conventual.

Pueden concluir nuestros argumentos considerando que Francisco Pizarro nació en Trujillo en 1478, en la casa de su madre Francisca González y del matrimonio que contrajo con Juan Casco, en la calle Tintoreros o teñidores de paños (“casa de uno que sé llamava Juan Casco[30]), perteneciente al arrabal de San Miguel y pudo bautizarse en la iglesia de dicho barrio. La iglesia o ermita[31] de San Miguel tenía testero a la plazuela y entrada lateral por el lado de la Epístola, vale decir, por la calle Tintoreros. El altar mayor quedaba en la misma esquina izquierda de la acera de Juan Casco. De hecho, las distintas generaciones de los Casco están sepultadas en la iglesia conventual de San Miguel, y que fueron los constructores de la casa residencial “Casa de Casco”.

Esta lápida hebrea de ”Casa Casco”, también conocida como “La Alameda”[32], es un bloque de piedra de 177 cm de alto, 76 cm de ancho y 20,5 de fondo, en el que puede leerse: R. Yshq n. hb/ny/wb (“Rabí Isaac ben Hab”). Esta lápida –quizá del siglo XIV- fue encontrada en un riachuelo cercano.

VIII.- Estatua orante de Iván Calderón de Tapia

 

Es obra renacentista de mármol. Se encontraba emplazado en el único enterramiento que se conserva en el altar mayor de la iglesia con inscripción y blasón nobiliario: “S. DE IVAN CAL/DERON DE TAPIA /Q AIA GLORIA / I DE FRANCISCA / (escudo)/XIMENEZ MONTEJO SU MUGER / Q LA MANDO PO/NER”. Esta escultura fue vendida en 1960 a un anticuario de Palma de Mallorca para poder pagar las obras realizadas por el arquitecto Miguel López-Pedraza en el convento. Aún se encuentra en la tienda del anticuario en Palma de Mallorca[33].

IX.- Escultura en mármol de la Virgen

En Trujillo aún quedan varias capillas callejeras: emplazada el Cañón de la Cárcel donde hubo una pintura de la Virgen de la Victoria ejecutada en 1575 por Muriel Solano[34], que ha desaparecido; en la calle de Afuera donde se dio culto a una imagen de Nuestra Señora de mármol (foto 7) que actualmente conserva la familia que vive en la casa en cuya fachada está la hornacina (la que está en la hornacina es una copia)[35] o la capilla que hubo en la calle de Sillería, de la que no queda rastro alguno. Retablos callejeros que unían la plaza mayor con la villa.

 

X.- Las obras pictóricas de la ermita de San Juan de los Prados

 

Sabemos de la existencia de la ermita de San Juan desde principios del siglo XVI, ubicada en unos prados que se extendían desde la actual ermita de San Lázaro hasta donde estaba el Humilladero, justo donde se construyó en el siglo XVIII la ermita de Santa Ana.

 

Tenemos constancia documental de la ermita de San Juan de los Prados cuando se preparaba una corralá en los Prados de San Juan y se celebraban corridas de toros coincidiendo con las fiestas de San Juan[36] cerca de la ermita. Estos festejos se habían comenzado a celebrar en el espacio placero, extramuros, que en el siglo XVI se completó con la construcción de palacios y casonas, para convertirse en una de las mejores plazas del reino, especialmente apta para los festejos, ferias, etc.

 

Hemos localizado en una vivienda de Trujillo[37] los óleos sobre lienzo que proceden de la ermita de San Juan de los Prados: San Juan, último tercio del siglo XVIII (foto 10); una Dolorosa, último tercio del siglo XVIII;  San Pedro, siglo XVIII ; un Ecce Homo, del siglo XVIII; el Buen Pastor, siglo XVIII . Un San Miguel Arcángel, obra del siglo XVII, San Juan Evangelista (siglo XVIII) .

 

En esta ermita se veneraban una imagen de San Juan y otra de San Gregorio, ambas desaparecidas. La procesión con la imagen de San Juan tenía lugar el día 24 de junio, pero llegó a adquirir mayor importancia la de San Gregorio, que era considerada como procesión “fija” en el Procesionario del siglo XVI[38]. San Gregorio tenía en la ciudad una singular devoción como abogado de las cosechas, fertilidad de los campos y prosperidad de la ganadería, y al que en 1582 hizo voto de ir la ciudad con su consejo en procesión desde la iglesia de Santa María la Mayor a la ermita de los Prados de San Juan, en la que levantó un altar a este Santo Obispo de Ostia, y en cuyo día se corrían toros y se celebraban festejos[39].

 

En la Edad Media fueron muy frecuentes las pestes, que se interpretaban como castigo de Dios. Se acudía a los santos para obtener su protección y hasta se les asignaba la protección de alguna peste especial, como a San Gregorio, a quien se acudía como abogado contra la langosta. Entró muy joven en la Orden de San Benito, en el monasterio de San Cosme y San Damián de Roma. Ya desde su noviciado brilló por su ciencia y su virtud. Todos auguraban que llenaría de gran honor la Orden benedictina. Los rápidos progresos que hizo le merecieron el concepto de docto y de santo. Murió el abad de San Cosme y San Damián, y todos eligieron a Gregorio como su sucesor. En vano él se excusó, pero los monjes, convencidos de las cualidades de Gregorio, insistieron en la elección hasta conseguirlo. Desempeñó el cargo con tanto celo, prudencia y suavidad que pronto la disciplina monástica brilló, debido a sus sabias exhortaciones, a sus muchas virtudes y a sus edificantes ejemplos. Pronto cundió su fama por Roma. El Papa Juan XVIII le pidió una más estrecha colaboración, y lo nombró cardenal y obispo de Ostia, una diócesis de Roma, para la que designaba personas de mucha confianza y consejo. Le encomendó además el cuidado de la biblioteca apostólica, cargo que desempeñó con acierto y sabiduría. Cuando así brillaba en Roma San Gregorio, ocurrió en España una terrible plaga de langosta, que asoló totalmente las provincias de Navarra y la Rioja. Acudieron al Papa a pedirle socorro. Era tal su confianza en Gregorio que no dudó en enviarle a España para que aliviase la desesperada situación. Gregorio recorrió las zonas devastadas por la langosta, consolando y predicando. Organizó ayunos y rogativas públicas, exhortaba con palabras de fuego a la conversión para que Dios se apiadase de ellos. La plaga desapareció. Le acompañaba Santo Domingo de la Calzada. Los cinco años que habían durado sus grandes sacrificios e incesantes fatigas, debilitaron totalmente su salud. Cayó enfermo de gravedad y se retiró a Logroño. Recibió los últimos sacramentos y fijando los ojos en el cielo, fue a descansar en los brazos del Padre Celestial en el año 1048. Los escritos de la época nos dicen que los sagrados restos de Gregorio fueron trasladados prodigiosamente a Peñalba, en Navarra, donde los fieles seguían acudiendo para pedir al santo protección y auxilio, sobre todo en las plagas de langosta. Lo tenían por especial abogado contra este contagio. La ermita de San Juan de los Prados ha desaparecido, no se conserva ningún resto de ella.

 

Existieron en Trujillo dos imágenes de San Gregorio. Una de ellas se encargó para las Casas Consistoriales. Es la imagen de San Gregorio que actualmente se encuentra en las dependencias del Ayuntamiento. Fue tallada por el escultor trujillano Juanes de la Fuente en el año 1582[40], y fue pintada y dorada por el pintor Muriel Solano[41].

 

Gran importancia tuvo la veneración a este Santo en Trujillo, una ciudad dedicada esencialmente a la actividad agrícola y ganadera. De hecho, esta imagen se ubicó en el altar de las Casas Consistoriales o antiguo Ayuntamiento, junto a la imagen de San Andrés, que fue patrón de la ciudad, obra realizada en el año 1595 por el escultor placentino Pedro de Mata, en el lugar donde se decidieron y aprobaron los asuntos más importantes que concernían a la ciudad tal o pueden constatar Libros Capitulares[42].

 

Según el Procesionario del siglo XVI, la procesión de San Gregorio tenía lugar el día 9 de mayo, votada por el Cabildo y el Clero de la Ciudad en el año 1582, salía de la iglesia de Santa María y discurría hacia la Plaza pasando por las calles del Peso de la Harina, de los Toros y Nueva hasta la ermita de San Juan de los Prados, donde estaba el Altar a San Gregorio (como ya hemos indicado), pasando por la ermita de San Lázaro. Al finalizar la misa, regresaba a la parroquia de Santa María pasando por las calles de los Herreros, Carnicerías y Plaza Mayor, asistiendo las Cofradías con sus insignias y pendones.

 

Por lo tanto, existió otra imagen de San Gregorio en la propia ermita de San Juan de los Prados[43], que era muy venerada por el gremio de labradores, contribuyendo también a su culto y al cuidado de la propia ermita con importantes limosnas el Concejo[44]. Por un Inventario que está en el Protocolo del escribano Juan de Santiago Madrigal, sabemos que en esta ermita había en el año 1598 los siguientes bienes muebles: dos imágenes de bulto, una de San Juan, puesto en un retablo de madera, y la otra de San Gregorio en sus altares. Otra imagen de Nuestra Señora, vestida. Otra imagen de bulto pequeña de San Juan con el cordero a los pies. Otra de San Juan Evangelista pintado en un lienzo. Una Verónica y otra tabla de la Magdalena[45].

 

Un santero se encargaba del cuidado de la ermita. Concretamente, el 25 octubre del año 1602, obsequió el Concejo con una capa al santero, agradeciendo de sus desvelos por el cuidado y ornato de la ermita. En el mes de junio del año 1603, el Ayuntamiento pagaba 12 reales por unas puertas que se pusieron en la ermita. Cerca de la misma había un pozo. El Concejo, el 15 noviembre del año 1604 comisionó a Diego de Saz Carrasco que se case el pozo por ser peligroso[46].

 

Desconocemos el lugar exacto en el que estuvo ubicada la remita. No obstante, en los prados de San Juan existen dos pozos, distante uno de otro escasamente 100 m, al lado de uno de estos pozos estuvo ubicada la ermita, justo en el camino antiguo de Sevilla, el que se dirige hacia la ermita de Santa Ana. En el año 1709, en un Libro Capitular del Concejo, un acuerdo dice literalmente: «El Ayuntamiento dona a la cofradía del Hospital de la Caridad dos casas del aceite y tarazana que servían para la fábrica del cáñamo y están en el prado de San Juan frente a la ermita, casi arruinadas, que en ellas hay algunos materiales de madera, teja y piedra que puede servir para reparar la Casa de Comedias, que era aquella propiedad de dicha cofradía del Hospital de la Caridad«[47].

 

Esta ermita desapareció con la invasión francesa del año 1809, según un acuerdo del Concejo con fecha 13 mayo 1825 se dice lo siguiente: “Atendiendo a que se han consumido crecidas cantidades en la extinción de langosta sin que sea bastante para votar la, se acuerda que todo vecino sin distinción presente medio celemín de langostas en el corral de la ermita destruida de San Juan a las cinco de la tarde”[48].

 

En el año 1868, todavía existían ruinas de la ermita de San Juan, ya que el día 28 diciembre, se dio cuenta de una solicitud de Lucas Acedo, en representación de la cofradía de las ánimas, pretendiendo que se le devuelvan los documentos que otra instancia en que solicitaba la inscripción de la ermita y corral de San Juan a nombre de dicha cofradía[49].

 

 

En la colección particular de la familia Gartton, en el palacio de Piedras Albas de Trujillo, en las paredes del salón principal cuelgan dos tapices de la primera mitad del siglo XVIII.

 

TAPIZ 1º.- El primero de los tapices recoge la muerte de Saúl y su escudero, tal y como aparece descrita en el Libro primero de Samuel (31, 1-6): «Los Filisteos libraron batalla con Israel y los israelitas huyeron ante los Filisteos y cayeron heridos de muerte, en el monte Gélboe. Los Filisteos persiguieron a Saúl y a sus hijos y mataron a Jonatán, a Abinadab y a Melquisúa, hijos de Saúl. El peso del combate cayó sobre Saúl. Lo descubrieron los arqueros y fue muy herido por ellos. Entonces dijo Saúl a su escudero: -Desenvaina tu espada y traspásame con ella, no sea que vengan esos incircuncisos y se burlen de mí-. Pero su escudero no quiso, pues tenía gran miedo. Entonces Saúl cogió su espada y se dejó caer sobre ella. Cuando vio el escudero que Saúl había muerto, se echó él también sobre su espada y murió con él. Y así murieron juntos el mismo día Saúl, sus tres hijos y su escudero»[50] No lleva firma ni fecha.

 

El artista se ha preocupado más de la decoración que de la composición, más de la riqueza del color que de la claridad compositiva. En la capa del personaje que está suicidándose en primer término, aparece bordado su nombre que lo identifica: SAVL. Su cuerpo destaca sobre el resto de los personajes que aparecen en escena. El acentuado sentido tridimensional se observa en las piernas que avanzan, el movimiento deslizante de caída y el brazo que retrocede. En segundo término está su escudero, clavándose la espada en el pecho, y, al fondo, el fragor de la lucha, en donde la profundidad se expresa con un gran despliegue de medios. Todo tiende a la unidad total, al vértigo de la acción.  Las figuras carecen de acusados contrastes de luz y sombra. El artista muestra preferencia por los tonos claros y por una entonación delicada y unitaria, aunque se preocupa por la perspectiva y por un fuerte realismo. El color y el dibujo, el fondo y los personajes se subordinan a un noble efecto decorativo. El artista se ha interesado por el movimiento, los escorzos y el análisis del cuerpo humano, con criterio de anatomista. Se ha utilizado la técnica del alto lizo, con los hilos de la urdidumbre en sentido vertical. La bordura está decorada con motivos vegetales.

 

Este asunto del suicidio es muy semejante a un emblema que recoge Alciato, pero no debe confundirse con él. En este otro caso, no se refiere a un personaje bíblico sino a Bruto. El gran leit motiv de la mentalidad renacentista fue la Fortuna, a la que Alciato dedicó algunos emblemas. A veces, la Fortuna vuelve la espalda a la Virtud, como se significa en el emblema 119, Fortuna virtutem superans (la Fortuna vence a la Virtud). Así el grabado presenta a Bruto, uno de los asesinos de César, que, viendo muerto a su compañero del triunvirato Casio, y que no podía escapar de ser vencido o muerto o caer prisionero, y antes de huir pidió a su soldado Straton que le ayudase a suicidarse[51].

 

Diego López al explicar la moralidad nos dice que «no puede aver mayor cobardía que matarse un hombre a sí mismo, porque ninguna cosa ay más fácil, pero es de hombre pusilánime, y es muy grande argumento de floxedad y mal consejo«[52].

 

TAPIZ 2º .- El segundo de los tapices que vamos a estudiar, de contenido mitológico, lleva bordada en hilo de oro de la fecha: 1744, en el lateral derecho. El asunto que nos ofrece está recogido literalmente de La Eneida de Virgilio, en concreto se trata del momento de la llegada de Dido y Eneas a la construcción de Cartago[53].

 

En este tapiz los problemas de ambientación y composición se multiplican. Entre los personajes que se agrupan en primer término, está Eneas que se maravilla de la mole de edificios. En segundo término, unos tienden los muros y alzan la ciudadela, otros van rodando a mano enormes piedras. Mientras se ofrecen tales maravillas ante los ojos del troyano Eneas, llega la reina Dido, radiante de belleza, acompañada por un grupo de jóvenes que la van dando escolta. El artista ha representado íntegro el texto recogido de La Eneida, con una composición compleja y acertada, un correcto dibujo y unas excelentes cualidades en el uso del color. El tapicero ha optado por la técnica del bajo lizo, en la que el telar está dispuesto en un plano casi horizontal, de modo que ha tenido que trabajar inclinado sobre el telar. Este procedimiento es más económico y más rápido de trabajar que el utilizado en el anterior tapiz. La bordura es muy ancha y está decorada con motivos vegetales. Estos tapices del Palacio de Piedras Albas de Trujillo se han constituido en émulo de la pintura, con la ventaja de no producir reflejos y aportar una calidad suntuaria.

 

XI.- Nuestra Señora dormida

 

El convento de La Merced de Trujillo tiene un importante valor histórico-artístico, fue fundado en 1594 por Francisca Pizarro Yupanqui, hija del conquistador del Perú y hermana del último emperador inca. Conserva valores arquitectónicos notables como las hermosas portadas, y el amplio claustro de estilo herreriano. En la que fuera vivienda practicada en las dependencias del convento aún se conserva la imagen pétrea de Nuestra Señora, obra del siglo XVII.

 

Fueron varias las casas y conventos que los agustinos tuvieron en la provincia cacereña hasta 1835, tiempo de la desamortización. Hubo un monasterio y colegio en Jarandilla, conventos en La Viciosa (Deleitosa), en Santa Cruz de la Sierra y en Valdefuentes. Una enfermería en Trujillo anexa a la ermita de San Judas y, la enorme trascendencia que tuvieron los Agustinos en la fundación de la ermita de Santa María de los Hitos en Jaraicejo.

 

Fray Antonio Rubio Zamorano, del hábito de San Juan, párroco de la iglesia de la Vera Cruz de Trujillo, fundó una ermita en la plazuela de San Clemente, contigua a su casa, con licencia del señor obispo dada en 31 de marzo de 1745 con su capellanía cedió dicha ermita y casa para enfermería de los frailes agustinos de Santa Cruz de la Sierra, Valdefuentes y La Viciosa (Deleitosa)[54], el día 30 de marzo de 1749[55]. La enfermería de los agustinos, sita en la calle Garciaz lindaba con la fábrica de la ermita.

 

En el Protocolo de José Cecilio Bernet puede leerse una escritura de posesión del vínculo que fundó fray Antonio Rubio Zamorano, con fecha 17 de julio de 1827, a favor del monje proceso y sacerdote del monasterio de Guadalupe, fray Antonio lobo Flores, natural de Trujillo el hijo de Vicente lobo y de Manuela Flores, como legítimo sucesor en dicho vínculo, con bienes vinculados a una vivienda la plazuela de San Judas, lindera por otra parte del mismo vínculo que habitaba Félix secos y por la debajo con la calle que se dirige a la plazuela de Quiroga. Según el acta capitular del 15 de enero de 1819, el Consejo dio un memorial de Manuel Blanco, vecino de esta ciudad en que solicita licencia para construir una casa en la rinconada contigua a la ermita de San Judas, y se dio comisión los señores  don Agustín Atocha hilo José Flores para que reconociendo el terreno y no causando perjuicio ni deformidad al aspecto público concedieran al interesado, en nombre de este ayuntamiento, la licencia que pretende o en otro caso se la nieguen[56].

 

La ermita de San Judas debió de servir casi exclusivamente para uso en enfermería de los Agustinos, ya que no existe ningún fondo documental que se refiera a la realización de actos religiosos en la misma. La invasión francesa destrozó la ermita de San Judas en el año 1808. Actualmente es una vivienda particular. Aún se conservan testimonios arqueológicos en algunas viviendas de la primera mitad del siglo XVI, arcos conopiales, sillerías y un aljibe, así como restos del siglo XVII correspondientes a la Enfermeria de los Agustinos Recoletos.

 

Las imágenes que recibían culto en la ermita eran las de San Judas, San Ramón, San Antonio y un niño Jesús de talla, un crucificado de ébano, una imagen de Nuestra Señora (Inmaculada )[57] y una imagen de San Juan. También destacamos un Crucifijo de marfil, otro de bronce, varios cuadros al óleo con las representaciones de San Agustín, Santo Tomás, San Pedro, San José y San Juan. Había en la ermita tres altares.

 

 

Imagen de Santa Teresa de Jesús

En colección particular de don Francisco Pérez Solís, se conserva la imagen de Santa Teresa de Jesús, obra del siglo XIX, que perteneció al Convento de Santa Clara de Trujillo. Fue regalada por las religiosas a la tía de Francisco Pérez. Desde el punto de vista artístico no tiene mucha importancia, pero desde el punto de vista histórico si, a pesar de que tienen más de 100 años. En Trujillo siempre se ha creído que el fundador de la Archicofradía de la santa fue el sacerdote don Fulgencio Fernández. Según nos describe el historiador don Juan Tena: “No fue don Fulgencio Fernández quien erigió canónicamente la Archicofradía de las Hijas de María y la de Santa Teresa de Jesús en la iglesia del convento de Santa clara, aunque siempre fueron objeto de su predilección apostólica”[58]. Según Tena: “He retrasado en estos días la documentación oficial de la fundación de dichas cofradías en Santa Clara. Fue ello obra del santo y sabio misionero apostólico don José María Barbero, natural de Hervás, de venerada y agradecida recordación en muchos pueblos de la diócesis la Argentina y especialmente en Trujillo. Causa emoción de la firma de don Enrique de Ossó, cuyo proceso de beatificación está incoado, secretario y fundación en Tortosa de la Archidiócesis Primaria de Jóvenes Católicas de María Inmaculada y de las Teresianas, agregando la del convento de Santa Clara, a la por él erigida con autorización apostólica en la iglesia de San Antonio de Tortosa el 21 de noviembre de 1877, pues fue una de las primeras Archicofradías de España, la de Trujillo, enriquecida con singulares privilegios como consta en el documento que tengo a la vista (se refiere al Reglamento y Oraciones de Visita de Enrique de Ossó), que también conserva don Francisco Perez[59].

 

 

En la tienda de Antigüedades de Trujillo, sita en Ronda de la Piedad, se encuentra este cuadro pintado por Antonio Picazo. Tiene gran valor simbólico e histórico, ya que Antonio Picazo pintó varios cuadros de la Virgen de la Victoria; este es el cuadro que pintó en 1881 con ocasión de las Fiestas en honor de la Patrona del citado año.

La festividad de Ntra. Sra. de la Victoria, Patrona de Trujillo, tenía lugar en la iglesia de San Martín, y era celebrada con modestidad. Pero, en el mes de octubre del año 1881, siendo Alcalde don Miguel Núñez Castilla, las fiestas adquirieron un nuevo impulso. El Himno «Salve» que tanto nos emociona en esa noche maravillosa del sábado, fue cantado por primera vez ante un cuadro de Ntra. Sra. en su castillo que fue pintado por el artista local don Antonio Picazo y fue colocado en una de las puertas de los portales de la carne (ahora es la puerta del centro de la Plaza de Mercado). El autor de la música del Himno fue el sacristán de la iglesia de San Martín don José Iglesias, y el autor de la letra el maestro don Joaquín Cuadrado. El festejo popular consistió en correr un toro de cuerda por las calles de nuestra ciudad (el correr al toro enmaromado se mantuvo hasta el año 1892). Desde entonces, se comenzó a celebrar el último domingo de Octubre con gran pompa[60].

 

 

La Cruz de los Caídos.

 

Por encargo del Ayuntamiento, el maestro de cantería don Francisco Carrasco, talló un monolito en piedra en forma piramidal truncada, rematado en una bola coronada por una cruz, correspondiente a la Cruz de los Caídos que se colocó bajo la torre del reloj en la fachada o atrio de la iglesia de San Martín en 1939, con la siguiente inscripción: “España vencedora del Comunismo en la Cruzada que levantó este día, busca la paz del Imperio por la Unidad, por la Grandeza, por la Libertad, en el signo de Franco, Caudillo. ¡¡Arriba España!!! XVII-XVIII-XIX 1936” .

 

Fue retirada con motivo del Cincuentenario de la Coronación Canónica de la Virgen de la Victoria y puesta en su lugar un monumento conmemorativo de dicho evento en el año 2003. Don Duarte Pinto Coelho, la recogió y actualmente se encuentra depositada en el jardín del palacio Chaves Mendoza u Hospital de la Concepción, propiedad de don Alfonso Higuero.

 

 

Otras obras artísticas.

 

Por último destacar un escudo de la Inquisición situado en la farmacia de la calle San Miguel (solamente se conservan dos escudos del Tribunal Inquisitorial en Trujillo, el citado y otro existente en una fachada de la calle de San Pedro de la ciudad de Trujillo –. Los escudos de la Ciudad más antiguos se encuentran en la portada de la iglesia conventual de San Pedro y otro que localicé hace algunos años en los sótanos del Palacio Municipal y que actualmente se encuentra en el patio del citado palacio. Damos a conocer otro escudo que se encuentra en un local particular en la calle Sillerías, además de un escudo de los Bejarano en propiedad particular de la familia Colina, en la calle Encarnación.

 

1] RAMOS RUBIO, J. A: «La Crucifixión, una obra inédita del Maestro de Palanquinos». Archivo Español de Arte, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, núm. 258, Madrid, 1992, pp. 227-231.

[2] HIGGINS, R: Catalogue of terracottus in the department of Greek and Roman Antiquities British Museum.

Oxford. 1970, 9-10.

[3] TREUIL, R., DARCQUE, P., POUSART, J. C. TOCHAIS, G; Les civilizations 6géennes du NColithique et de 1’Age du Bronze: 516-520. Nouvelle Clio.1989.

[4] MOUARD-BESQUESS: Les terres cuites grecques. Presses Universitaires de Frunce: 1963, 44.

[5] VILASECA, S: Dos figuritas de barro del poblado ibérico de Serra de 1’Espada de Capsanes, provincia de Tarragona. II CASE, 1947, 264.

[6] FERNÁNDEZ DÍAZ, A: “Sobre unas terracotas romanas del museo del Alcoy”, Recerques del Museu DÁlcoi, 7 (1998). 184-185.

[7] CALLEJO SERRANO, C: «Las inscripciones turgalenses de Aldehuela de Mordazo», V Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 1975, 8-9; BELTRÁN, M: «Aportaciones a la epigrafía y arqueología romana de Cáceres «, Caesaraugusta, 39 – 40 , 1976, número 58,85 y 86.

[8] FERNÁNDEZ, J.M y REDONDO RODRÍGUEZ, J. A: «Liber Pater et Libera: nuevo hallazgo en Zurita», AEFE 8, 1985, 70 y 71.

[9] ESTEBAN ORTEGA, J: Corpus de inscripciones latinas de Cáceres. Tomo II, Cáceres, 2012,  p. 227

[10] ESTEBAN ORTEGA, op. cit., pp. 235 y 236; CALLEJO SERRANO, C: Diario Extremadura, 28 de mayo de 1975 (CPILC, 579).

[11] CALLEJO SERRANO, op. cit., 1975,9 (CPILC 733); BELTRÁN, op. cit., 1976, número 25,  46 y 47; ESTEBAN ORTEGA, op. cit., p. 262.

[12] ESTEBAN ORTEGA, J y REDONDO RODRÍGUEZ, J. A: «Epigrafía inédita en Ibahernando, Puerto de Santa Cruz, Trujillo y Villamesías», 2011.

[13] ESTEBAN ORTEGA, op. cit., 235.

[14] ESTEBAN ORTEGA, J y RAMOS RUBIO, J. A: “Fragmento de inscripción romana en la barbacana del Castillo de Trujillo”, (Conventus Emeritensis) en Ficheiro Epigráfico, suplemento de Conímbriga, núm. 173, Facultad de letras de la Universidad de Coimbra. Coimbra, 2018,  p. 1-5.

[15] ESTEBAN ORTEGA, J: Corpus de Inscripciones Latinas de Cáceres, Turgalium, Cáceres, 2012, p. 224.

[16] ESTEBAN ORTEGA, op. cit., 2012, p. 228 y 229; PÉREZ HOLGUÍN, J: Manuscrito de Trujillo.

[17] ESTEBAN, 229.

[18] Véase nuestro trabajo RAMOS RUBIO, J. A y DÍAZ ESTEBAN, F: “Nueva lápida árabe de Trujillo”. Anaquel de Estudios Árabes de la Universidad Complutense de Madrid, vol. 16, Madrid, 2005, pp. 201-204.

[19] Descubiertas por José Antonio Ramos y publicadas por DÍAZ ESTEBAN, F: “Inscripciones árabes y hebreas de Trujillo”, Actas del Congreso Trujillo Medieval, Trujillo, Real Academia de Extremadura, 2002, p. 27-40; DÍAZ ESTEBAN, F: “Dos nuevas inscripciones árabes de Trujillo y relectura de una tercera”, Homenaje al Prof. Daría Cabanelas, Granada, Universidad de Granada, 1987, II, pág. 171-181.

[20]Archivo Histórico Provincial de Cáceres. Sección Mapas, nº 6 (sacado de: Real Audiencia, Legajo 13, expediente 17). Mapa del Partido de Trujillo.

[21]Servicio Geográfico del Ejército. Cartoteca Histórica. Mapas de Extremadura, nº 151. Mapa de la provincia de Extremadura dedicado al Excmo. S. D. Pedro de Alcántara, Pimentel, Henrriquez, Luna, Osorio, Guzman, Toledo y Silva, Hurtado de Mendoza, Marqués de Tavara, Conde de Saldaña, de Villada, y Duque de Lerma & c. Grande de España de primera clase, y Gentil-hombre de Camara de S. M. con exercicio. Para la formacion de este se ha tenido presente el Mapa manuscrito de D. Luis Joseph Velazquez; el de Maestre de Campo, D. Luis Venegas; y nuevamente sujeto a las memorias remitidas por los naturales, y a las Observaciones Astronomicas. Dividido en sus Obispados, y Partidos. Por D. Thomas Lopez. 1766.

[22]Mapa de la Provincia de Extremadura, Tomás López 1766 (Servicio Geográfico del Ejército. Cartoteca Histórica. Mapas de Extremadura, nº 151)

[23] Los arquitectos trujillanos Alonso Becerra y Francisco Becerra, padre e hijo, suscriben el contrato de la obra de la iglesia en 1566, bajo el pontificado diocesano de don Pedro Ponce de León (1560-1573). Contrato entre los maestros Alonso y Francisco Becerra, padre e hijo, de un lado; y, por otro, el mayordomo de la parroquia de Santo Domingo D. Pedro Martínez Calero (Archivo de Protocolos de Trujillo. Pedro de Carmona, 1566-1567. Leg. 10, fol. 55.). El contrato fue reformado en noviembre de l567, pero sólo afectó al pago; inicialmente se había acordado a plazos y en el nuevo contrato se acordó realizarlo a jornales. Solís, 1973, pp. 29-32.

[24] ORELLANA PIZARRO Y PÉREZ-ALOE, A. de: Francisco Pizarro, Santander, 1928.p. 12.

[25]         LOCKHART, J: Spanish Peru, 1532-1560. A Colonial Society, Madison. 1968. Los de Cajamarca. Un estudio social y biográfico de los primeros conquistadores de Perú, 2 volúmenes, Lima. 1972, p. 150; BALLESTEROS GAIBROIS, M: Francisco Pizarro, Madrid. 1986, p. 12.

[26] Expediente clasificado con el número 6524, fue publicado por PORRAS, R: Información sobre el linaje de Francisco Pizarro, Badajoz 1951.

[27] Todos los testigos coincidieron en la respuesta, por ejemplo, la testigo de ochenta años Inés García, viuda de Juan de Macinos contestó “conoscio a gonçalo piçarro padre del dicho francisco piçarro e a hernando alonso piçarro padre del dicho francisco piçarro e a hernando alonso piçarro e a Isabel Rodríguez su padre e madre e aguelos del dicho francisco piçarro e esta testigo los vido todo el tiempo que se acuerda que heran avidos e tenidos cada uno por si onvres e personas hijos dalgos e en tal posesion los vido estar y heran avidos e tenidos comúnmente en la dicha cibdad de Trujillo…conoscio a francisca gonçalez madre del dicho francisco piçarro e asy mismo conoscio a juan mateos e a maria alonso, su muger aguelos del dicho francisco piçarro y que hera muy horrada gente porque esta testigo los converso mucho y heran avidos e tenidos e conmunmente reputados por xpianos viejos”. Información sobre el linaje…. Véanse los estudios de BUSTO DUTHURBURU, A. del: “La familia materna y la casa natal de Francisco Pizarro”, en sobretiro de la Revista de la Universidad Católica del Perú 8, nueva serie, pp. 95-106, 1980. Francisco Pizarro y Trujillo de Extremadura, Lima. 1983.

[28] Esta aportación es la más interesante para nuestra hipótesis pues era el único de los testigos que sobrevivía a todos en 1529, ofreciéndonos valiosas noticias sobre el nacimiento de Pizarro. El afirmó que “avía nascido en casa de uno que se llamava juan casco”. El documento que las contiene, signado con el número 6524, está en el Archivo de Órdenes Militares, Repartimiento de Santiago, en la sección de Manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid, y su título es: Información sobre el hábito de Santiago para Francisco Pizarro. Probanza que va de la ciudad de Trujillo al Concejo de la Orden, sobre la genealogía del capitán don Francisco Pizarro.

[29] A finales del siglo XIX aún vivían familias con el apellido Casco en la calle Tintoreros, concretamente Antonia Casco, en una casa que curiosamente lindaba por la zona trasera con el Monasterio de San Miguel. NARANJO ALONSO, C: Trujillo y su tierra. Ed. Sánchez Rodrigo, Serradilla, 1929.

[30] Información de limpieza,…declaración de Antón Zamorano.

[31] Antes del Concilio de Trento un niño podía ser cristiano en cualquier catedral, iglesia, capilla, santuario o ermita, en cualquier lugar sagrado. Fue el Concilio quien ordenó que, preferentemente, debería bautizárseles en un templo parroquial cabeza de collación y, además, dejarse constancia escrita de la filiación del bautizado para asentarla en un libro de bautizos.

[32] Curiosamente se conoce en el vulgo popular este paraje como “Valle del judío”.

[33] Ya di a conocer esta obra en el libro RAMOS RUBIO, J. A: Estudio sobre los conventos de la T.O.R.F. de Trujillo (Monasterios de San Francisco el Real y San Pedro), Cáceres, 1991, p. 72.

[34] También pintó y doró la imagen de San Gregorio para las Casas Consistoriales que realizara Juanes de la Fuente en 1582. Libramiento, 6 diciembre de 1582: “en este día se mandaron librar a Juanes de la Fuente, diez ducados para la  fechura de una imagen de San Gregorio que fizo para la sala del Ayuntamiento”. Archivo Municipal de Trujillo. “El 6 mayo de 1583 mandaron librar a Muriel Solano, pintor, 14 ducados porque pintó y duró la imagen de San Gregorio para la capilla del Ayuntamiento”. Libramiento. Archivo Municipal de Trujillo. La imagen de San Gregorio se conserva actualmente en secretaría del Ayuntamiento trujillano.

[35] Conservada por doña Mercedes Pulido.

[36] Archivo Municipal de Trujillo, leg. 64, 15 y 16vº, junio y julio de 1504.

[37] Propiedad de don Javi Redondo y Marisa Fernández.

[38] Vid. RAMOS RUBIO, J. A y CILLÁN CILLÁN, F: Procesionario de Trujillo del siglo XVI, Iberprint, Montijo, 2011. Trabajo basado en el Procesionario del siglo XVI, Archivo Municipal de Trujillo.

[39] TENA FERNÁNDEZ, J: Trujillo, histórico y monumental. Gráficas Alicante, 1967, 365.

[40] Libramiento, 6 diciembre de 1582: “en este día se mandaron librar a Juanes de la Fuente, diez ducados para la fechura de una imagen de San Gregorio que fizo para la sala del Ayuntamiento”. Archivo Municipal de Trujillo.

[41]“El 6 mayo de 1583 mandaron librar a Muriel Solano, pintor, 14 ducados porque pintó y duró la imagen de San Gregorio para la capilla del Ayuntamiento”. Libramiento. Archivo Municipal de Trujillo.

[42] Legajo 1-3-1- Archivo Municipal de Trujillo.

[43] La ermita se construye el año 1572, que es la primera referencia que encontramos en las actas del Concejo. El 18 abril de 1572, el Concejo mandó librar veinticuatro ducados para la obra de la ermita de San Juan, y el 27 junio de 1575, el propio Concejo entregaba diez mil maravedíes para tejar la iglesia, finalizando las obras el 27 junio de 1578. Cit. Tena, 1967, 552.

[44] Libro Capitular del Concejo, 1709. Archivo Municipal de Trujillo.

[45] Protocolo del escribano Juan de Santiago Madrigal. Archivo de Protocolos de Trujillo, 1598.

[46] Tena, 1967, 552.

[47] Véase TENA FERNÁNDEZ, 1967, 553.

[48] Incluso en el año 1868, todavía existían restos de los muros de esta ermita, pues el 28 diciembre del año 1868 en una sesión municipal se da cuenta de una solicitud de Lucas Acedo, en representación de la Cofradía de Ánimas, pretendiendo que se devuelvan los documentos en que se solicitaba la inscripción de la ermita y corral de San Juan a nombre de dicha Cofradía, había unido, así como se le franqueará certificación del acuerdo en que el ayuntamiento lo había resulto, y el ayuntamiento acordó según se solicita por este interesado. TENA, 1967, 553.  En la actualidad, ya no quedan restos de la ermita.

[49] Sesión municipal del 28 de diciembre de 1868. Archivo Municipal de Trujillo.

[50]La Santa Biblia, texto bajo la dirección de Evaristo Martín Nieto, ediciones Paulinas, 16ª ed., Madrid, 1972. Libro 1 de Samuel, 31, 1-6. pp. 340-341.

[51]«Sobre la punta de su espada,/ con atrevido acento echó un gemido/ Diciendo, O Fortaleza desdichada,/ No más que palabrera ¿por qué aora/ Sigues a la fortuna mandadora?». SEBASTIAN LOPEZ, S: Emblemas. Alciato. Akal, Madrid, 1985, pp. 156-158.

[52]LOPEZ, D: Plutarco: Brutus, p. 51.

[53]VIRGILIO: Eneida, libro 1, pp. 153-157 (facs. Gredos, 1992).

 

 

[54] El convento de San Juan Bautista, conocido como convento de la Viciosa (nombre que proviene por el valle que le rodea, por la magnífica vegetación que allí crecía era llamado El Vicioso), además en el Interrogatorio de la Real Audiencia se especifica claramente: “En el término de esta villa a distanzia de una legua se halla un combento de Agustinos Recoletos, su nombre San Juan de la Penitenzia en el Balle de la Viziosa, de cuya fundazion, yndibiduos y rentas dara razon el reberendo padre prior de el”.  Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura de 1791.

Fue fundado en el año 1559 por fray Pedro de Alcántara, a expensas de don Fernando Álvarez de Toledo y Figueroa, II Conde de Deleitosa.

[55] Documento propiedad de los legajos de don Federico Acedo.

[56] TENA FERNÁNDEZ, 1967, 126.

[57] Las imágenes de la Inmaculada y San Antonio han sido custodiadas por doña Elvira Andrada y don Antonio García. Ahora se conservan en las viviendas de sus herederos.

[58] TENA FERNÁNDEZ, 1967, op. cit., p. 235.

[59] Libros de Actas y de Registros de los Cofrades y junta directiva de las Hijas de María y Santa Teresa de Jesús.

[60] Véase nuestro trabajo RAMOS RUBIO, J. A: Trujillo Costumbrista, 1870-1970. Cáceres, 1993.

 

 

 

 

 

Nov 082024
 

 

Dra. Guadalupe Pérez Ortiz

Dña. Sonia López Ortiz

Dr. Francisco González Lozano

Dña. Rocío Pérez Ortiz

 

 

Resumen:

 Son múltiples los estudios que se llevan a cabo gracias a la producción y conservación de documentos dentro en el seno la Iglesia Católica, y son esos mismos documentos los que permiten poder profundizar en el objeto de estudio, el Orden sacerdotal. Dentro de nuestra institución hay que destacar la riqueza de los Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz, en los que se custodia la memoria histórica escrita de la Iglesia en la provincia de Badajoz; es a través de esta documentación como se puede elaborar una profunda investigación biográfica, siguiendo la trayectoria del ordenando, desde sus orígenes, su estancia en el seminario, etc.

Son pues archivos como éste el punto central en la historia de las instituciones, convirtiéndose en prioridad con la mirada puesta en el futuro de los mismos.

 

Palabras clave: orden sacerdotal, archivo eclesiástico, diócesis, seminario.

 

  1. Introducción

La compleja estructura institucional que presenta la Iglesia Católica, prácticamente desde sus inicios, la hace ser considerada una de las entidades más significativas en cuanto a la producción y conservación de documentos, los cuales resultan de suma importancia para la confección de múltiples análisis. No sólo hacemos referencia a aspectos puramente eclesiásticos, sino también a otros que nos permiten examinar asuntos de carácter político, económico, educativo, cultural o social.

En base a ello, nos proponemos en el siguiente trabajo exponer, con un ejemplo, la riqueza de uno de ellos: los Archivos Eclesiásticos de Mérida–Badajoz. Nos centraremos en identificar y analizar la documentación que procede de uno de los procesos más importantes para la Iglesia católica, como es el Sacramento del Orden sacerdotal.

En consecuencia, los objetivos que perseguimos quedarían estructurados de la siguiente forma: analizar histórica, institucional y funcionalmente los Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz, en especial su fondo diocesano; identificar y examinar documentalmente lo hallado, fijándonos especialmente en los expedientes personales, relacionándolos con otras series documentales ubicadas en el archivo; y, por último, exponer posibles líneas de investigación que pueden tomar como punto de partida la documentación objeto de este estudio.

Por todo ello, se han empleado los siguientes recursos metodológicos: la descripción histórica del sacramento del Orden sacerdotal; el análisis institucional, como estrategia de trabajo esencial para la clasificación y descripción documental; las técnicas archivísticas propiamente dichas, como elemento neurálgico para la identificación documental; y, el análisis histórico del conjunto para establecer una guía de contenidos del fondo analizado.

 

  1. Breve aproximación al sacramento del Orden sacerdotal

El origen del sacramento del Orden sacerdotal de la Iglesia católica está íntimamente vinculado al modo de vida de Jesucristo, a su misión y la institución de la propia Iglesia. Cristo es el sumo sacerdote[1], del cual brotan los signos sacramentales que se han transmitido lo largo de los siglos. Así, el Nuevo Testamento identifica a Jesucristo como sacerdote que se ofrece a si mimo por la salvación del mundo, siendo Cabeza y Pastor de la humanidad.

Los Apóstoles, escogidos por el mismo Cristo en su vida terrena, fueron enviados como pastores al resto del pueblo de Israel para apacentar el rebaño de Dios[2]. En el transcurso de los siguientes años, esos mismos discípulos instituyeron a otros para que siguieran cumpliendo su misión, perpetuando así el mandato de Cristo de instituyendo otros obispos, sacerdotes y diáconos[3]. Ya desde los inicios del cristianismo se puede observar una alta preocupación por la educación de aquellos que habían sido elegidos para ejercer el ministerio sacerdotal; la instrucción moral, litúrgica y disciplinar vertebraban las claves educativas de los candidatos[4]. Aun no siendo igual el proceso formativo de los futuros sacerdotes, sí se constatan varios grados o escalas que vertebraban el ministerio. Fabio, obispo de Antioquía en el año 251, escribía una carta al papa Cornelio detallándole la existencia de obispos, presbíteros, diáconos, subdiáconos, acólitos, exorcistas, lectores y ostiarios[5]. De éstos, cuatro se consideraban órdenes menores por no ser sacramentos, sino condiciones o ministerios previos al sacerdocio pleno (ostiario, lector, exorcista y acólito[6]) y tres superiores (subdiaconado, diaconado y sacerdocio[7]). Con la aparición del monacato de la Edad media, se añade la tonsura, como un ritual que simbolizaba el desprendimiento del mundo y la dedicación exclusiva a Dios.

Tras el Edicto de Milán, en el año 313, se establecen escuelas catequéticas orientadas a formar específicamente a los que serían elegidos como maestros y sacerdotes. En esta misma línea formativa se pronunciarían los concilios de Nicea (325), Constantinopla (381), Éfeso (431) o Calcedonia (451).

Tras la caída del Imperio romano y la exclusividad eclesial en la formación a todos los niveles, emergieron numerosas propuestas para llenar de contenido la específica educación de los candidatos a las sagradas órdenes. Serán, entonces, los concilios los que decidan la uniforme y legítima formación, así como los contenidos que habrían de ser asumidos. Entre estos destaca el II Concilio de Toledo, celebrado el año 627, en el que se detallaba un programa formativo para los futuros sacerdotes: tras recibir la tonsura, habrían de ser instruidos en Sagrada Teología bajo la inspección del obispo, quien habría de preocuparse por la recta voluntad de los candidatos. Tras recibir las órdenes menores, accedería al subdiaconado a la edad de 20 años, y superados los 25 podría recibir, por la imposición de manos del obispo, las sagradas órdenes del presbiterado[8].

Aquellas incipientes escuelas que surgieron para catequizar a todos los cristianos, y de modo particular a los futuros sacerdotes, tomaron un nuevo rumbo en el siglo VIII, emergiendo las llamadas escuelas episcopales. Se establecía una regla de vida en común y un itinerario educativo para asegurar la recta intención de los candidatos. Significativo será el I concilio de Aquisgrán, en el año 816, en el que se indicaba la necesidad de cuidar con el mayor desvelo posible la instrucción de los niños y jóvenes, fomentando la vida espiritual y el conocimiento de la Sagrada Escritura. La extensión de estas escuelas derivó en un aprovechamiento para el fomento de la cultura, no solo para los propios candidatos, sino para el resto de niños con inquietudes. Carlomagno invitaba a los obispos a abrir escuelas donde los niños aprendieran a leer, escribir y conocer las disciplinas eclesiásticas[9].

Un notable impulso académico surgió a partir del siglo XII, a la sombra de las catedrales, donde se mandaba observar la pobreza, el celibato, la vida en la caridad y la formación teológica. En este contexto de saber universal y propagación de la cultura, nacía la universidad como corporación de maestros que cultivaban la Filosofía, las Artes, la Medicina, el Derecho y la Teología. Aquellas escuelas catedralicias no tenían cabida en el ámbito universitario, pues su misión no era solo académica, sino vital, llamada a formar en virtudes junto al conocimiento eclesiástico. Pero de las recién nacidas universidades saldría el “alto clero” que iría destinado a las catedrales para ejercer como canónigos y a los distintos centros de Teología para enseñar posteriormente en los centros formativos de las diócesis.

Para fomentar la educación específica de los clérigos se crearon colegios universitarios y clericales, cuyo fin era la formación en doctrina y virtudes de los candidatos. Ciertamente estos colegios clericales no dieron respuesta contundente a la necesaria formación de los futuros pastores de la Iglesia católica; las razones halladas fueron diversas: secularización, disipación de la vida en común, relajación de las costumbres, falta de motivación… Existieron notables excepciones como el fundado por San Juan de Ribera (colegio del Corpus Christi) que centraron sus esfuerzos en una verdadera y profunda espiritualidad de los clérigos.

La necesidad detectada por los papas en un contexto de ruptura eclesial con el nacimiento del protestantismo, llevó a la institución del Seminario conciliar como respuesta a la formación firme en doctrina, vida y espiritualidad de los candidatos al sacerdocio[10].

Cuatro etapas vertebran el devenir histórico de esta nueva institución eclesial: en la primera destacamos su lenta implementación en las diócesis, especialmente en las españolas, debido a razones de pobreza de las mismas, a los numerosos cambios de los titulares que regían las diócesis o a la falta de interés por los mismos[11]. Con el advenimiento de los Borbones a España, en el siglo XVIII, se produce un salto cualitativo en las directrices de los seminarios conciliares, puesto que se pusieron al servicio de la monarquía y extendieron las ideas y principios de la Corona. La posterior Ilustración fomentaría un clero bien preparado a nivel académico a la par que se dejaba la formación universitaria al Estado, incluida la de los seminarios.

Las relaciones Iglesia-Estado cambiaron notablemente en el siglo XIX; la dimensión secular del Estado reclamaba tomar las riendas de los centros formativos del futuro clero por parte de los obispos. Aparecen así nuevas directrices y líneas educativas para estos centros que habían sido abandonados, durante décadas, y se habían alejado de la finalidad para la que fueron creados.

El Concilio Vaticano II (1962-1965) marcó las actuales directrices de la formación sacerdotal, dedicando parte de su reflexión al ser, quehacer y vivir del presbítero y, por extensión del seminarista[12]. Presbiterorum ordinis y Optatam totius fueron los dos decretos emanados de este universal concilio y que trató específicamente la vida del sacerdote y la formación de los seminaristas. Será Pablo VI quien reconducía los ministerios laicales tras el Concilio Vaticano II. Así desparecían la tonsura y las órdenes menores de ostiario y exorcista, del mismo modo el subdiaconado. En esta nueva normativa permanecerían dos ministerios laicales: lector y acólito[13].

Posteriormente el papa Juan Pablo II promulgó la Exhortación Apostólica postsinodal Pastores dabo vobis sobre la formación de los sacerdotes en la situación actual. El 8 de diciembre de 2016 se promulgó la última Ratio fundamentalis institutionis sacerdotales, por la que la Iglesia universal organizaba la formación de los candidatos al sacerdocio. Estas directrices fueron adaptadas por la Conferencia episcopal española[14].

Esta síntesis histórica nos muestra la vital importancia que en los veinte siglos de existencia ha mostrado la Iglesia católica hacia sus candidatos a las Sagradas Órdenes. La educación del futuro clero ha ocupado los desvelos de los papas y obispos en su devenir histórico. No es de extrañar la abundantísima documentación existente, así como la generada por las instituciones dedicadas a la formación de los seminaristas. En sus archivos particulares, así como en los diocesanos, podremos encontrar información relevante para numerosas investigaciones que solo pueden extraerse de ellos, pues fueron punto de referencia a nivel educativo durante siglos.

 

  1. Aproximación a los Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz: fondo diocesano y expedientes de órdenes sacerdotales

Los Archivos Eclesiásticos de Mérida–Badajoz son los responsables de custodiar la memoria histórica escrita de la Iglesia Católica en la provincia de Badajoz. Se constituyen por cinco grandes fondos: diocesano, capitular, parroquial, Orden de Alcántara y Orden de Santiago, cuya documentación permite la realización de variadas investigaciones de muy diversa índole: genealogía, demografía, sociología, teología, arte, economía, educación, piedad popular, etc.; desde aproximadamente el siglo XIII hasta el siglo XX.

El origen de estos archivos está directamente ligado a la reestructuración del Obispado de Badajoz en el año 1255, a manos de Fray Pedro Pérez, su primer obispo. No obstante, no se produciría su constitución hasta el siglo XVI, con la aprobación de las cláusulas establecidas en el Concilio de Trento, en las que se determina la obligatoriedad de estancia del obispo en la diócesis asignada. Este hecho conlleva a registrar toda la documentación que se produciría como consecuencia de sus funciones y a custodiarla en un único lugar, evitando la dispersión documental que se había producido hasta la fecha.

El cronista pacense Alberto González Rodríguez nos indica que su localización originaria es desconocida, pero hasta donde tenemos constancia sabemos que se ubicaba en el interior del Palacio Episcopal, en el denominado “Almacén del Rey”. Este lugar fue consolidado en 1380 como sede episcopal, tras haber sido donado por el rey Juan I de Castilla a la Iglesia, durante el obispado de don Fernando Suárez de Figueroa (1379-1398)[15]. En esta sede se mantuvo hasta 1705; cuando, durante la Guerra de Sucesión, la explosión de un polvorín en el Palacio Episcopal reduce a cenizas numerosos legajos y daña la estructura del edificio[16]. Ante esta grave situación, el obispo Marín de Rodezno (1681-1706) manda trasladar el archivo a extramuros, alojándose este y el obispado en un nuevo edificio situado en la calle que unía el entonces Campo de San Francisco con el de San Juan, donado por doña Ana Márquez de Negrete al obispo. La información relativa a estos hechos se conserva en un expediente de la época, donde el archivero don Matías Sutil relata los acontecimientos como fiel testigo de ellos[17].

“Licenciado provisor mando q[u]e se esponga por el archivero de esta audiencia el testimonio q[u]e se espide y q[u]e en el presente informe q[u]e así mismo se espide se lleven a firmar los autos para que se haga justicia. Luego lo notifiqué a Matias Sutil.  / (Fol. 38 v.)  En cump[limient]o del auto y teniendo pre[sen]te lo que se pide por d[o]ña Mensía de Arguello y Guzmán viuda de d[o]n Fernando de Ulloa en su pedimento de este día lo que puedo informar es que antes del sitio que padeció en el año de mil set[ezient]os y cinco estava el archivo en el de los papeles de este tribunal en el Palazio de los Il[ustrisi]mos se[ño]res obispos én él castillo de esta ciu[da]d  y por haber caido una bomba en el y quemados y perdidos diferentes legajos dio providencia el Il[ustrisi]mo Se[ño]r obispo d[o]n Juan Marín de Rodezno que / (Fol. 39) entonces lo hera de este obispado se mudase a su palazio obispal que esta junto al Campo de San Fran[cis]co de esta ciu[da]d cuios papeles  fueron aiudados para mi y Antonio Gomez Fabra que entonces hera archivero y haviéndose puesto en orden en este palazio en un quarto bajo de toda custodia y de estado en la misma todo el tiempo que fue dignísima autoridad de este obispado el Il[ustrisi]mo se[ño]r d[o]n  Fran[cis]co Valero y Losa arzobispo que tambien fue de Toledo haviendo en dicho obispado el Il[ustrisi]mo d[o]n  Pedro Franco de Lebanto y a pocos años de estar en este palazio y su obispado mando desocuoar el quarto que estaba hecho archivo y habiéndose mudado todos los papeles a otro quarto y estado sin orden ni composición se llevaron los papeles al quarto alto donde oy permanecen se esperimento que con la humedad / (Fol. 39 v.)  del suelo se hizieron cenizas más de trescientos pleitos antiguos y modernos quedándose pegados y podridos al suelo, de suerte que no se pudo de d[ic]hos pleitos perdidos y podridos sacar de ellos mas que cenizas que se amasavan entre las manos y haviéndose puesto en d[ic]ho quarto alto no se a podido contestar en mas de diez años q[u]e paso con lo referido a aquel orden antiguo que tenian los papeles padeciendo total confusión y por Henero de este año los que havia en este, antiguos y modernos que heran muchos en cantidad se llevaron a dicho archivo con la voluntad de los señores Reyes y Principe e Infantes de España los quales se han puesto en el mismo. B[adajo]z, diziembre veinte y dos de mil sete[zient]tos y veinte y nueve. Juan Mesía Molano”.

 

AEME-BA. Fondo Diocesano. Leg. 16, nº 400

 

De igual modo, el archivo estuvo influido por diversos acontecimientos históricos que sucedieron a lo largo de la historia española. Ejemplo de ello son la Revolución Francesa y la toma de la provincia de Badajoz, producida en los primeros meses del año 1811. Hecho que provocaría importantes pérdidas documentales, debido a los asaltos ocasionados al archivo. En segundo lugar, haremos alusión a la Guerra Civil Española, con la que se produjeron deterioros en la documentación en un intento de salvaguardarla ante los infortunios de la guerra. Asimismo, el archivo sufrió cuatro traslados que influyeron notablemente en la conservación de los expedientes que fueron expuestos a cuatro mudanzas en un breve intervalo de tiempo hasta su ubicación en la Casa del Cordón.

En el año 2006, con el nombramiento como arzobispo de don Santiago García Aracil y su interés de custodiar y difundir el patrimonio documental e histórico, se mandó unificar los fondos catedralicios, diocesanos y de las órdenes militares (Santiago y Alcántara) en una misma entidad, creando así los Archivos Eclesiásticos de Mérida–Badajoz. En el año 2011–2012, se unieron en depósito los fondos parroquiales, quedando constituida la entidad tal y como la conocemos hoy.

En líneas generales podemos decir que los fondos pertenecientes a la Orden de Santiago y la Orden de Alcántara permanecen como fondos cerrados. Fueron concluidos con la desaparición de las órdenes militares en el siglo XIX. Por el contrario, los ya nombrados Fondo Capitular, Diocesano y Parroquial siguen recibiendo documentos. Cada año se produce un proceso de traslado de fondos a estas instalaciones siguiendo un calendario establecido.

Los Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz están compuestos en la actualidad por aproximadamente 7000 legajos, de los cuales alrededor de 6000 (unos 3500 pertenecientes al fondo antiguo y unos 2500 al fondo moderno) se encuentran en las instalaciones de la calle Obispo San Juan de Ribera (concentrado el fondo antiguo en el nº 13 de la misma y el moderno en el nº 2), mientras que el resto permanece en las dependencias de la institución.

Al tener como estudio una de las series documentales que conforman los fondos diocesanos, resulta necesario exponer unas líneas generales que contextualicen brevemente dicho fondo.

Tomando como referencia el Diccionario del Patrimonio Cultural de la Iglesia[18], se define archivo diocesano, como el archivo encargado de conservar con orden los documentos y escrituras correspondientes a los asuntos diocesanos.

Los archivos diocesanos custodian la documentación generada por el obispo y su curia en el desarrollo de sus diversas competencias. Su origen se sitúa hacia el siglo XVI, estrechamente ligada a las cláusulas Tridentinas, en las que se dispone la observancia obligatoria de residencia de los obispos en las diócesis asignadas. Hasta dicho momento, la documentación diocesana era ubicada junto al fondo catedralicio, como consecuencia de que el obispo formaba parte del cabildo y de la inexistencia de archivos específicos. Su tardío nacimiento, ya bien entrado el siglo XVI, y las dificultades hasta su consolidación no han impedido que los archivos episcopales se destaquen por su volumen y riqueza documental.

Los fondos diocesanos, como pueden entender, son de suma importancia dentro de los Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz tanto por su volumen y cronología, como por sus variados contenidos. Una muestra de esta relevancia es el estudio que estamos presentando.

Se integran de un amplio volumen de expedientes que hasta la fecha están en periodo de inventariado y catalogación. Podemos hablar, a grandes rasgos de más de 2000 cajas archivadoras, por el momento, dado que al ser un fondo vivo va aumentando con las trasferencias documentales que periódicamente establece el calendario de nuestro archivo.

Para su utilización nos ayudamos de un fichero elaborado a principios del siglo XX por el archivero del momento Fernando Castón. Dicho fichero se organiza por poblaciones y dentro de ellas por “secciones”, así podemos encontrar documentación referida a iglesias, conventos, ermitas, expedientes matrimoniales, expedientes de órdenes, capellanías, obras pías, civil, criminal, etc. Este fichero una gran ayuda para el quehacer diario de la entidad pero no nos ofrece una total garantía (muchas fichas se han descolocado de su lugar primitivo, otras han desaparecido), ni un acceso fácil para los investigadores dado que al no estar informatizadas obliga a que la consulta deba hacerse en el archivo.

En la actualidad se está trabajando en un proceso de inventariado y catalogación de dichos fondos. Por el momento se ha revisado toda la documentación y en estos momentos estamos desarrollando tareas de inventariado y catalogación que darán como resultado el inventario y cuadro de clasificación del fondo episcopal.

El cuadro de clasificación marco para este tipo de entidades refleja la complejidad de estas instituciones y las múltiples relaciones que se establecen dentro y fuera de ellas. De este modo, suele quedar constituido en tres secciones: administración, gobierno y justicia, que se subdividen en diversas subsecciones y series documentales.

Los contenidos fundamentales que podemos extraer de este tipo de archivos y que serán base de posibles investigaciones históricas son:

 

  • Cuestiones económicas: las cuestiones de índole económico aparecen debidamente representadas en los cuadros de clasificación de este tipo de archivos por varias secciones y series documentales.

 

  • Encontraremos una rica y abundante documentación para el estudio de los diezmos y primicias. En el contexto cristiano la palabra diezmo se entendía por la décima parte de los frutos que provienen de los campos, prados, viñas árboles y animales (productos, no dinero). Las primicias eran la primera parte de los frutos o ganados que ofrecían los judíos a Dios. El estudio de estos contenidos nos ayudará a entender la significación de un fenómeno extendido en otras épocas y que encuentra en estos archivos un importante respaldo documental.

 

  • En segundo término, aunque no por ello menos importante, en relación con contenidos económicos, son los censos. En líneas generales, podemos decir que dentro de la economía agraria de España las tierras estaban gravadas por una serie de rentas que se llamaban censos. Éstos, pagados en especie, sirvieron de sustento tanto a la monarquía como a la Iglesia. La importancia de los censos para la Iglesia es directamente proporcional al volumen de documentos conservados en sus archivos, dado que la Iglesia, a lo largo de los tiempos, fue beneficiada por muchos de ellos.

 

  • Demográficas: Las cuestiones demográficas encuentran sustento documental en los llamados padrones parroquiales, que en cierto modo pueden ser comparados con listas censales a nivel civil. El interés de estos contenidos no deriva tanto de la parte eclesiástica, sino más bien de su vertiente sociológica y demográfica, dado que el estudio de esta documentación permitirá a los investigadores analizar la distribución poblacional a nivel de iglesias en las diócesis españolas.

 

  • Arte: Los archivos diocesanos se destacan como fuentes documentales para el estudio del arte. El archivo episcopal custodia documentación artística de diversas entidades, especialmente cofradías y hermandades, que al tratarse de entidades menores tenían obligación de presentar al obispado documentación sobre sus bienes patrimoniales y artísticos, la cual era incluida como parte de sus fondos archivísticos.

 

  • Contenidos testimoniales: Los contenidos probatorios o testimoniales que aportan fundamentalmente las dispensas y anulaciones matrimoniales en archivos diocesanos adquieren un valor importante, dado que son exclusivos de este tipo de archivos.

 

Al margen del valor histórico que puedan aportar, condicionados en todo caso por la preservación del honor e intimidad de las personas, estos contenidos son garantía real de la participación de individuos en dichos procesos.

Dentro de este importante fondo es donde se ubican los expedientes de órdenes sacerdotales, en concreto dentro del cuadro de clasificación de estos archivos en el apartado relativo a la secretaría general.

 

 

  1. Documentación sobre órdenes sacerdotales en los Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz

A continuación, procederemos a identificar una de las series más representativas y solicitadas del fondo diocesano: los expedientes de órdenes sacerdotales. En un total de 88 cajas, se conservan 3369 expedientes de cada sacerdote que fue ordenado desde los años 1600 a 1980[19]. Estos documentos, de considerable valor histórico, resultan esenciales a la hora de elaborar investigaciones biográficas, pues nos permiten seguir la trayectoria del ordenando desde su estancia en el seminario y evaluar su comportamiento en la localidad donde residía por los informes de conducta elaborados por los curas responsables de la zona; investigaciones genealógicas, por la presencia de la partida bautismal; e investigaciones demográficas, a través de la extrapolación de los datos, para poder ejecutar análisis centrados en el nivel de instrucción religiosa en un determinado período y lugar, entre otros.

Por ende, comenzaremos nuestro análisis identificando, por un lado, el número de cajas– expedientes que podemos encontrar en los depósitos del archivo:

 

Tabla 1. Expedientes de órdenes sacerdotales

EXPEDIENTES DE ÓRDENES SACERDOTALES FECHAS EXTREMAS LOCALIZACIÓN
Caja 1 1600 – 1668 Exp. 1 – 107
Caja 2 1669 – 1679 Exp. 1 – 186
Caja 3 1693 – 1699 Exp. 1 – 84
Caja 4 1680 – 1693 Exp. 1 – 85
Caja 5 1696 – 1708 Exp. 1 – 75
Caja 6 1708 – 1729 Exp. 1 – 28
Caja 7 1731 – 1733 Exp. 1 – 32
Caja 8 1730 Exp. 1 – 36
Caja 9 1730 Exp. 1 – 35
Caja 10 1730 Exp 1 – 25
Caja 11 1730 Exp. 1 – 25
Caja 12 1751 – 1770 Exp. 1 – 75
Caja 13 1771 – 1784 Exp. 1 – 64
Caja 14 1785 – 1788 Exp. 1 – 43
Caja 15 1789 – 1792 Exp. 1 – 56
Caja 16 1793 Exp. 1 – 51
Caja 17 1794 Exp. 1 – 59
Caja 18 1795 Exp. 1 -53
Caja 19 1795 Exp. 1 – 72
Caja 20 1796 – 1799 Exp. 1 – 52
Caja 21 1800 – 1811 Exp. 1 – 73
Caja 22 1812 – 1816 Exp. 1 – 94
Caja 23 1816 – 1818 Exp. 1 – 49
Caja 24 1819 – 1824 Exp. 1 – 86
Caja 25 1824 – 1828 Exp. 1 – 69
Caja 26 1829 – 1830 Exp. 1 – 51
Caja 27 1831 Exp. 1 – 37
Caja 28 1832 – 1833 Exp. 1 – 60
Caja 29 1834 -1839 Exp. 1 – 33
Caja 30 1840 – 1845 Exp. 1 – 27
Caja 31 1841 – 1847 Exp. 1 – 37
Caja 32 1853 – 1854 Exp. 1 – 176
Caja 33 1847 – 1853 Exp. 1 – 54
Caja 34 1855 – 1856 Exp. 1 – 194
Caja 35 1857 – 1858 Exp. 1 – 119
Caja 36 1858 – 1859 Exp. 1 – 17
Caja 37 1860-1862 Exp. 1-21
Caja 38 1860-1862 Exp. 1-9
Caja 39 1863 Exp. 1-35
Caja 40 1863 Exp. 1-2
Caja 41 1864-1865 Exp. 1-18
Caja 42 1866-1867 Exp. 1-101
Caja 43 1868 Exp. 1-2
Caja 44 1869-1871 Exp.1-23
Caja 45 1872-1873 Exp. 1-9
Caja 46 1874-1877 Exp. 1-9
Caja 47 1877 – 1878 Exp. 1 – 18
Caja 48 1879 – 1881 Exp. 1 – 21
Caja 49 1881 – 1882 Exp. 1 – 5
Caja 50 1883 – 1884 Exp. 1 – 4
Caja 51 1884 – 1885 Exp. 1 – 8
Caja 52 1886 – 1888 Exp. 1 – 5
Caja 53 1888 – 1889 Exp. 1 – 8
Caja 54 1890 – 1891 Exp. 1 – 5
Caja 55 1891 Exp. 1 -2
Caja 56 1892 Exp. 1
Caja 57 1892 Exp. 1
Caja 58 1893 Exp. 1
Caja 59 1893 Exp. 1 – 6
Caja 60 1894 Exp. 1 – 36
Caja 61 1895 Exp. 1 -17
Caja 62 1896 Exp. 1 – 42
Caja 63 1897 – 1898 Exp. 1 – 10
Caja 64 1897 – 1899 Exp. 1 – 32
Caja 65 1900 – 1901 Exp. 1 – 61
Caja 66 1902 – 1904 Exp. 1 – 13
Caja 67 1905 Exp. 1 – 5
Caja 68 1906 Exp. 1 – 67
Caja 69 1906 Exp. 1 – 2
Caja 70 1907 Exp. 1 – 7
Caja 71 1907 – 1908 Exp. 1 – 20
Caja 72 1909 – 1911 Exp. 1 – 11
Caja 73 1912 – 1913 Exp. 1 – 7
Caja 74 1915 – 1917 Exp. 1 – 15
Caja 75 1914 Exp. 1 – 4
Caja 76 1918 – 1920 Exp. 1 – 17
Caja 77 1921 – 1922 Exp. 1 – 11
Caja 78 1921 – 1922 Exp. 1 – 8
Caja 79 1923 Exp. 1 – 15
Caja 80 1924 – 1925 Exp. 1 – 26
Caja 81 1926 – 1937 Exp. 1 – 36
Caja 82 1931 – 1942 Exp. 1 – 50
Caja 83 1943 – 1947 Exp. 1 – 29
Caja 84 1948  1949 Exp. 1 – 21
Caja 85 1950 – 1954 Exp. 1 – 26
Caja 86 1954 -1961 Exp. 1 – 33
Caja 87 1960 – 2003 Exp. 1 – 28
Caja 88 1866 – 1902 Libro de órdenes

 

Como podemos apreciar, los expedientes se encuentran debidamente inventariados y clasificados. Además, para mejorar su localización, hemos realizado un instrumento onomástico que permite, tanto al investigador como al archivero, localizar rápidamente a cada uno de los ordenados y vincularlo con otras series documentales como los expedientes de beneficio curados (concurso, oposición, colación, permuta, renuncia, nombramiento, incardinación y excardinación), las congruas, los expedientes de jubilación o las estadísticas del clero, permitiendo completar las diversas investigaciones centradas en el personal eclesiástico.

No obstante, debido a la amplitud que presenta el documento, en el presente estudio centraremos nuestro objetivo en realizar un análisis cronológico y tipográfico, con el fin de analizar el número de sacerdotes que se ordenaban por siglo, así como las diferentes órdenes pertenecientes a otras congregaciones que hemos encontrado en los fondos y que pueden resultar interesantes al investigador. Finalmente, concluiremos el capítulo mostrando un ejemplo de expediente de orden sacerdotal, con el propósito de manifestar la evolución en la carrera profesional del sacerdote (una misma persona podía presentarse a diferentes grados y ascender en su carrera profesional) y las diferentes posibilidades de investigación que permite su estudio.

 

Tabla 2. Número de órdenes sacerdotales por año

Cronología Nº órdenes sacerdotales
1600 – 1699 469
1700 – 1799 824
1800 – 1899 4720
1900 – 1980 1567
2002 – 2003 1
TOTAL 7581

 

Como podemos observar en la tabla, existe una notable diferencia en el número de ordenamientos. Durante el siglo XVI, el número de ordenados no resultaría muy significativo, contando con un total de 469 personas dedicadas al sacerdocio. No obstante, con el transcurso del tiempo, su número aumentaría, siendo considerable el siglo XIX con 4720 órdenes. A pesar de encontrarnos en un período caracterizado por la desamortización (1798 – 1856), las consecuencias producidas por las diversas guerras (guerra de la Independencia, guerras Carlistas, etc.)  y las secuelas procedentes de ellas; el número de sacerdotes es notablemente alto. Esto puede atribuirse a un nivel más alto de religiosidad y devoción entre la población. Durante las centurias analizadas, la fe religiosa desempeñaba un papel central en la vida de los feligreses, lo que fomentaba una mayor inclinación hacia las vocaciones eclesiásticas, contribuyendo al aumento paulatino de las órdenes sacerdotales. Sin embargo, este acontecimiento se reduciría con el paso del tiempo, obteniendo como resultado 1567 ordenaciones durante el siglo XX y, que seguramente ha ido decreciendo paulatinamente durante el siglo XXI.

Tras su contextualización cronológica, procederemos a identificar otras órdenes que custodian los archivos:

 

Tabla 3. Otras órdenes sacerdotales

Orden sacerdotal Fechas extremas Número de expedientes
Congregación de Misioneros del Inmaculado Corazón de María 1926 – 1969 681
Orden de San Francisco 1926 – 1968 84
Orden de Carmelitas 1942 – 1966 27
Orden de Jesuitas 1928 – 1965 5
Orden Hospitalaria San Juan de Dios 1963 – 1969 4
Orden de Dominicos 1964 – 1966 2
TOTAL 803

 

En los fondos diocesanos de los Archivos Eclesiásticos de Mérida – Badajoz podemos encontrar 803 expedientes de diferentes órdenes pertenecientes al siglo XX como la Congregación de Misioneros del Inmaculado Corazón de María (681 sacerdotes), Orden de San Francisco (84) o las Carmelitas (27). A pesar de su escaso número, su estudio nos permite trazar investigaciones sobre las diversas congregaciones que existieron en la archidiócesis y que se encuentran ubicadas y accesibles en los depósitos. Por último analizaremos un expediente de orden sacerdotal. Para ello, hemos elegido a don José Velardos Parejo (1869-1932), antiguo vicario general, administrador del erario diocesano, deán de la Catedral de Badajoz, gobernador eclesiástico en sede vacante y notable profesor en el Seminario San Atón de Badajoz.

Ilustración 1. D. José Velardos Parejo

En los archivos, podemos encontrar cuatro expedientes de órdenes de José Velardos, durante los años 1891, 1892 y 1893. El primero de ellos correspondería con las sagradas órdenes que se produjeron por las témporas de adviento en 1891, donde se presentó al grado de primera tonsura. Seguidamente, en el año 1892, optó durante las sagradas órdenes de témporas de cuaresma al rango de diácono y subdiácono. Y, por último, en el año 1893, durante las témporas de Pentecostés, se ordenó como presbítero. Si analizamos el contenido de los expedientes, todos ellos presentan la partida de bautismo, el certificado de buena conducta del candidato por parte del Seminario y la parroquia a la que pertenecía por su localidad natal, en nuestro caso La Haba; y la solicitud que realiza el interesado al Obispo para poder presentarse a la oposición. Y, para poder ascender de rango, debía presentar la misma documentación. [20]

Ilustración 2. Solicitud de José Velardos Parejo para acceder a las órdenes

Ilustración 3. Certificado de buena conducta del Seminario

 

  1. Líneas de investigación

 

Tras la exposición de la documentación que custodia el fondo diocesano de los Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz en relación a las órdenes sacerdotales, es de obligada necesidad esbozar unas breves líneas sobre las posibles investigaciones que se podrían llevar a cabo a partir de su análisis:

 

  • En primer lugar, es factible la realización de estudios biográficos, especialmente interesante serían los de aquellos sacerdotes que tuvieron alguna repercusión en el panorama eclesiástico, pero también político, cultural o educativo.

 

  • Por otro lado, son significativos los “mapas espirituales” que podrían trazarse tomando como punto de partida los datos que nos aportan esta documentación. Su análisis nos permitiría observar épocas que podrían considerarse de mayor espiritualidad y épocas más alejadas de esta máxima. Asimismo, se puede analizar la influencia de la Iglesia católica en la sociedad, debido al número de sacerdotes enviados a las poblaciones.

 

  • Asimismo, la documentación identificada es importante para el estudio del proceso propio de la carrera eclesiástica. Gracias a las series relacionadas, cabe la posibilidad de estudiar al individuo durante todo el recorrido que realiza hasta obtener el cargo eclesiástico. Su análisis, permite conocer el proceso que se efectúa a la hora de la obtención de plazas, interesante para la realización de estudios con enfoques educativos y laborales.

 

  • Y, de manera adyacente, dicha documentación permite estudiar como diferentes procesos civiles, sirvan de ejemplo guerras o disposiciones civiles, influyen de forma directa en el número de hombres que orientaban su vida a la carrera eclesiástica, en definitiva, condicionan el propio devenir de la Iglesia.

 

  1. Conclusiones

 

Finalmente, las conclusiones obtenidas podrían resumirse de la siguiente forma:

 

  • La importancia de los archivos de la Iglesia como responsables de la salvaguarda de un notable patrimonio documental. Y, que como hemos podido demostrar en este estudio y en otros publicados anteriormente, el análisis de sus fondos es fundamental para la elaboración de otros de carácter, biográfico, demográfico y social.

 

  • La importancia de los expedientes de órdenes sacerdotales para la consecución de un mapa espiritual en la baja Extremadura, así como para el trazado de biografías, y genealógicas, que tomen como punto de partida los datos que dicho expedientes aportan.

 

  • Remarcamos la importancia de algunos de estos contenidos, dado su carácter único y testimonial y por ello, la necesidad inminente de que en todos los archivos que componen la Iglesia católica se efectúen sin más dilación tareas de ordenación, inventariado y clasificación de fondos que, no sólo pongan a la luz documentación hasta la fecha inédita, sino que eviten su destrucción, es decir, la lapidación de la historia eclesiástica española.

 

  • En particular, resaltamos la rica documentación custodiada en los Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz.

Bibliografía

 

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VERGARA CIORDIA, J. y RODRÍGUEZ SEDANO, A. “Devenir institucional de la formación sacerdotal hasta el Concilio de Trento”, Revista de Estudios Extremeños, 70 (2014), pp. 511-552.

[1] Heb 4,15-15; 8,1.

[2] Son numerosas las citas bíblicas que sustentan el mandato misionero apostólico y la institución del sacramento del orden sacerdotal: Mt 10,6; Jn 21, 15-17; 1 Cor 5,7. Estos textos muestran la intención del mismo Jesús de que aquellos discípulos continuaran su misión sacerdotal.

[3] Un tratado sistemático sobre el ministerio sacerdotal, su desarrollo histórico y lo concerniente a la dimensión eclesial y pastoral que ejercen podemos encontrarlo en PONCE CUÉLLAR, M. Llamados a servir. Teología del sacerdocio ministerial. Madrid: Herder, 2001.

[4] Cfr. DENZINGER, E. Enchiridion Symbolorum definitonium et declarationum de rebus fidei et morum.  Barcelona, 1991.

[5]Ibíd., 45.

[6] El ostiario era el guardián del templo que, mediante el sonido de la campana, llamaba a los fieles a las celebraciones. El acólito podía portar las luces dentro de la iglesia y presentar el pan y el vino al sacerdote. El exorcista podía imponer las manos sobre los posesos del demonio, así como recitar las oraciones propias del ritual de exorcismo.

[7] El subdiácono podía repartir la Sagrada Comunión entre los fieles. El diácono administraba los sacramentos del Bautismo y Matrimonio. El sacerdocio, que incluía al presbítero y al obispo, podía presidir el resto de los sacramentos de la Iglesia.

[8] Cfr. ORLANDIS ROVIRA, J. Historia de los concilios de la España romana y visigoda. Pamplona: Eunsa, 1986.

[9] Un detallado recorrido histórico de los primeros quince siglos de formación sacerdotal lo encontramos en VERGARA CIORDIA, J. y RODRÍGUEZ SEDANO, A. “Devenir institucional de la formación sacerdotal hasta el Concilio de Trento”, Revista de Estudios Extremeños, 70 (2014), pp. 511-552.

[10] La sesión 23 del Concilio de Trento instituía el seminario conciliar para aquellos niños y jóvenes que, desde temprana edad, manifestaran su inquietud a recibir las sagradas órdenes.

[11] Podemos leer el esbozo histórico de las diferentes etapas en VERGARA CIORDIA, J. y COMELLA GUTIÉRRERZ, B. “El seminario conciliar en las relaciones Iglesia-Estado en España desde Trento al Concilio Vaticano II”,Revista de Estudios Extremeños, 70 (2014), pp. 553-596.

[12] Véase Presbiterorum Ordinis en CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II: CONSTITUCIONES, DECRETOS, DECLARACIOENS. Madrid: B.A.C. Minor, 1996; CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA. La formación sacerdotal permanente. Madrid: EDICE, 2004; SCHILLEBEECKX, E. La misión de la Iglesia. Salamanca: Sígueme, 1971.

[13] Cfr. PABLO VI. “Ministeria quaedam”, Acta Apostolica Sedis, 3572-3588. 15, agosto 1972.

[14] Cfr. CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA. Plan de formación sacerdotal. Normas y orientaciones para la iglesia en España. Formar pastores misioneros. 2019.

[15] Cf. González Rodríguez, A.Historia de Badajoz. Badajoz: Universitas, 1999, pp. 189-190.

[16]Cf. Asociación de Archiveros de la Iglesia, “Aportación del director del Archivo Diocesano don Eladio Méndez Venegas”,Guía de los Archivos de la Iglesia en España (2000); Pérez Ortiz, G. Documentación conventual en el Archivo Diocesano de Mérida, Badajoz: confección de un sistema de información histórica (localización, análisis documental y gestión automatizada). Badajoz: Universidad de Extremadura. Servicio de Publicaciones, 2006, pp. 74-75.

[17] Cf. Leg. 16, nº 400 (Fondo Diocesano). Pérez Ortiz, G. y Vivas Moreno, A. “Documentación sobre conventos agustinos en el Archivo Diocesano de Mérida-Badajoz (siglos XVI-XIX)”,Recollectio: annuarium historicum augustinianum, 31-32(2008-2009), pp. 191-227.

[18]Iguacen Borau, D. Diccionario del Patrimonio Cultural de la Iglesia. Madrid: Encuentro, 1991, p. 140.

[19] Contamos con un expediente del año 2002-2003 de D. Francisco Manuel Pacheco Carvello. Al tratarse de un único documento, hemos finalizado la cronología en el año 1980, encontrándose los posteriores en el fondo diocesano intermedio ubicado en los archivos del Obispado de Badajoz.

[20] Podemos encontrar los expedientes de don José Velardos Parejo en el Comp.21.B Cent.1, caja 55 (exp.2), caja 56 (exp.1), caja 57 (exp.1) y caja 59 (exp.4).

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