Oct 212023
 

Carlos María Neila Muñoz

Doctor en Antropología Social y Cultural

 

1.- Introducción.

 

Tercera entrega de las investigaciones realizadas sobre los distintos alcaldes que rigieron los destinos de la ciudad de Cáceres a lo largo del siglo XX y antes de las primeras elecciones municipales democráticas celebradas el 03 de abril de 1979. La primera entrega tuvo por protagonista a Francisco Elviro Meseguer (Coloquios Históricos; 2021) y la segunda entrega fue “Cáceres (1936-1939). Personas e historias vitales” (Coloquios Históricos, 2022). En este caso es necesario reivindicar la figura de Manuel López y López con una personalidad marcadamente propia, distinta y hasta ajena al alcalde que le precedió: Alfonso Díaz de Bustamante y Quijano. He partido del siguiente interrogante: ¿López y López fue un alcalde “de transición” y “de la transición”? Los dos períodos de tiempo en los que fue regidor de Cáceres fueron cortos para llevar a cabo actividades que repercutieran de una manera “vistosa” (entre comillas) en la vida de la población, pero que dieron paso a las «Elecciones Municipales» del 25 de enero de 1976, a las «Elecciones Generales» del 11 de junio de 1977 (Legislatura Constituyente en el Congreso de los Diputados y en el Senado) y a las «Elecciones Municipales» del 03 de abril de 1979. Dedicado esta investigación a los hijos y nietos que me han dado la autorización para hacer visible a su padre y abuelo: desde Trujillo (Cáceres) a “nuestra” Extremadura. Ayer, hoy y mañana.

 

2.- Genealogía.

 

Manuel Benigno López y López nació a las 09h00 del día 13 de febrero de 1908. Sus padres eran Domingo López Fragoso, de 34 años de edad y cartero y Juana López Espadero, de 32 años de edad y sin ocupación especial.

Imagen 1: Manuel Benigno López y López en su juventud.

 

Sus abuelos paternos fueron Manuel López, difunto, natural de Palma de Mallorca y María Fragoso, natural de Arroyomolinos de Montánchez. Sus abuelos maternos fueron José López y Ramona Espadero, naturales ambos de Cáceres. Nuestro protagonista se casó el día 14 de octubre de 1933 con Josefa Cayetana Perera Bravo (Pepa) en la iglesia de Santa María.

Imagen 2: Manuel Benigno López López en su juventud

El cónyuge masculino tenía 25 años y la esposa, que nació el día 07 de agosto de 1905 en Cáceres, tenía 28 años. Era hija de Francisco Perera Vera, difunto, y de Antonia Bravo Llaser. Los abuelos paternos fueron Felipe Perera Sánchez y Vicenta Vera Galapero (naturales los dos de Cáceres) y los abuelos maternos fueron: José Bravo López y María Llaser Fernández, ambos naturales de Guareña (Badajoz).

Imagen 3: Enlace  matrimonial entre Manuel Benigno López  López  y Josefa Cayetana Perera Bravo

 

La pareja tuvo los siguientes hijos[2] por orden de nacimiento: María de los Ángeles Juana; José Manuel; María Joaquina; Santos; María Beatriz y María Antonia López Perera.

Las hermanas de Manuel Benigno López López fueron: Marina Ramona (casada con Felipe Benicio Santos Floriano Cumbreño), María África (casada con Agustín Manteca Vela) y Sabina Alejandra Apolonia (casada con Ángel Barrado Tejeda) López López[3].

 

3.- Vida municipal.

 

La última sesión semanal ordinaria celebrada por la Comisión Permanente fue el 31 de diciembre de 1975, designada con el nº 53. Presidió Díaz de Bustamante con los tenientes de alcalde: Amador Pulido Escalona, Manuel López López y Vicente Casares Muriel. Asistió el Vicerrector de Fondos Juan Francisco Esteban Porteros y el Secretario General Santos Albalá Cortijo. Entre otras cosas se acordó “[…] hacer constar en acta la más cariñosa felicitación al Primer Teniente de Alcalde Don Manuel López y López y al que fue Concejal de este Ayuntamiento durante varios años Don Antonio Civantos Sabatier, al habérseles sido concedida la Medalla de Honor de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Cáceres, premiándose con ello la meritoria labor llevada a cabo por indicados señores durante su laboriosa vida de trabajo que permanecieron en aquel Centro y hoy día se encuentran jubilados”.

Imagen 4: Jubilación de López y López en la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Cáceres.

 

El primer período de regencia municipal, comenzó con la sesión ordinaria del año 1976 que tuvo lugar el día 22 de enero. Estuvo presidido por López López y los concejales: Francisco Bonilla Fajardo, José Álvarez Ballesteros, Rafael Lasso Romero, José Ramón García García, Luisa Gómez Tejedor Chinchilla, José Mendoza Rodríguez, José Manuel Mariño Gallego, Ángel Carrasco Jiménez, Rafael Saponi Mendo, Antonio Hurtado Ricafort, Luis Aranguren García, Amador Pulido Escalona y Joaquín Silos Millán. El interventor general de fondos era Manuel Loureiro Blanco y el secretario general de la corporación Santos Albalá Cortijo.

El 25 de enero de 1976, se reunió la Junta Municipal del Censo Electoral al objeto de celebrar la sesión extraordinaria para proceder a la elección de Alcalde Presidente del Ayuntamiento presidido por Pedro Lumbreras Valiente y los vocales Juan Martínez Hurtado, Joaquín Silos Millán y Gabino Martín Machica y los señores concejales con las dos mujeres: María Luisa Gómez Tejedor Chinchilla y María Antonia Fuertes Rodríguez[4]. Ejerció como secretario Santos Albalá Cortijo. Una vez terminada la votación, fue elegido alcalde del Excmo. Ayuntamiento Alfonso Díaz de Bustamante y Quijano, por once votos.

El 1 de febrero se celebró una sesión extraordinaria, bajo la presidencia del Gobernador Civil Valentín Gutiérrez Durán, el secretario Santos Gutiérrez Durán y los concejales: Manuel López López, Francisco Bonilla Fajardo, Rafael Lasso Romero, José Ramón García García, María Luisa Gómez Tejedor Chinchilla, José Manuel Mariño Gallego, Vicente Casares Muriel, José Mendoza Rodríguez, Ángel Carrasco Jiménez, Rafael Saponi Mendo[5], Antonio Hurtado Ricafort y Juan Gil Cortés. No asistieron los concejales Luis Aranguren García (tercio de Entidades) y Amador Pulido Escalena (tercio de Entidades), con objeto de dar posesión a Alfonso Díaz de Bustamante y Quijano.

Era presidente de la Diputación Provincial Felipe Camisón Asensio, que sustituyó Daniel Serrano García.

El segundo período de la regencia municipal, comenzó de la siguiente manera con fecha 19 de abril de 1977[6], el alcalde Alfonso Díaz de Bustamante y Quijano manifestó: “Señores Concejales, compañeros y amigos. Todos sabéis con qué ilusión recibí el altísimo honor de ser nombrado Alcalde de esta Ciudad y cómo he agradecido que, posteriormente al cabo de muchos años, la Corporación me eligiera por votación. He puesto todo mi cariño y todo mi saber en el desempeño del cargo; si más no logré fue o porque no he sabido, o porque los medios eran insuficientes. Quiero aprovechar este Pleno para comunicaros oficialmente mi deseo de optar a la posibilidad de ofrecer mis servicios a la ciudad y a toda la provincia acudiendo como candidato a las ya inminentes elecciones. Por esta razón me veo precisado a presentaros mi dimisión, con inmenso dolor, pero de una manera irrevocable, ante el real decreto-ley del 18 de mayo sobre normas electorales. Os agradezco de todo corazón la colaboración desinteresada y fiel que de todos incluidos los funcionarios he recibido y en tanto la Corporación decida al respecto se hará cargo con carácter provisional de la presidencia de este Ayuntamiento el primer teniente de alcalde, mi buen y queridísimo amigo Don Manuel López López. Ni qué decir tiene que en todos los temas candentes que tiene entre manos esta Corporación tendrán mis ayudas si la precisan, pues será para mí un motivo de inmensa alegría el poder ayudar, aunque sea torpemente a esta casa mayor a la que tanto quiero. Os dejo en buenas manos ya que mañana baja nuestra Santísima Patrona a la Ciudad. Que Ella y su Divino Hijo nos ayuden y amparen a todos los cacereños”. El Ayuntamiento Pleno quedó sorprendido por esta noticia y por la inesperada renuncia y “[…] el Primer Teniente de Alcalde Sr. López y López, en nombre propio y de todos los señores Concejales, le manifiesta su profundo pesar por esta renuncia y en sentidas palabras hace constar los trabajos y sacrificios realizados en gestiones de diversas facetas durante sus catorce años al frente de esta Alcaldía, para el engrandecimiento de Cáceres”.

El día 1 de abril de 1977 se celebró en el Gran Teatro de Cáceres al Pregón de la Semana Santa de Cáceres a cargo de Carlos Murillo Bernáldez. El presentador del pregonero corrió a cargo de Francisco Carretero Bautista, que era abogado del Estado.

¿Quiénes eran los músicos contratados de la Banda de Música Municipal que, en enero de 1977, solicitaban se procediera a convocar la correspondiente oposición restringida? Pues los siguientes: José Caso Molano, Joaquín García Cuño, Pedro Gómez Espada, Ovidio Granado Calvo, Julián Ángel Grande Rubio, Manuel López Bravo, Fernando Moreno Guinea, Juan Rubio Ramos, Manuel Suárez Barquero, Antonio Luis Suárez Barquero, Pedro Candela Patón, Francisco Cortés Cilleros, Antonio Durán Borrella, Luis Miguel Fernández Gibello, Pedro García Congregado, Francisco Salgado Araujo y Manuel Salgado Luengo.

En la sesión del día 22 de abril de 1977[7], el secretario de la corporación leyó un telegrama[8] que, entre otras cosas, expresa: “De orden del Excmo. Sr. Ministro de la Gobernación le recuerdo que en caso de que tenga el propósito de presentar su candidatura a las Elecciones Generales para la constitución del Congreso de Diputados y del Senado de las Cortes Españoles convocadas por Real Decreto 679/1977 que la calificación de inelegibilidad se producirá el octavo día posterior al dieciocho de abril corrientes, es decir, a partir del veintiséis inclusive del mismo mes por el que si desea no incurrir en aquella ilegibilidad deberá convocar sesión extraordinaria de la Corporación antes de la indicada fecha. En dicha sesión formulará su renuncia al cargo para que sea aceptada por la Corporación siendo sustituido por el Teniente de Alcalde que le corresponda. […]”. En cumplimiento del texto, Díaz de Bustamante y Quijano renunció al cargo de Alcalde (ya expresado en la sesión del día 19 de abril) por tener el propósito de presentarse a las elecciones generales para la constitución del Congreso de Diputados y del Senado de las Cortes Españolas y “[…] tiene seguidamente palabras de agradecimiento para la Corporación Municipal por la valiosa colaboración que le ha prestado durante los catorce años largos que ha estado al frente de los destinos de la misma [..]. Teniendo en cuenta estas razones el Ayuntamiento Pleno acepta la renuncia del Ilmo. Sr. Don Alfonso Díaz de Bustamante y Quijano, como Alcalde del mismo y habida cuenta que no se tiene establecido el orden de precedencia del posible sustituto, se acuerda designar, para que lo sustituya, Alcalde Presidente de este Excmo. Ayuntamiento a Don Manuel López López”.

El día 24 de abril de 1977 fue consagrado en el Real Monasterio de Guadalupe de Cáceres Jesús Domínguez Gómez[9], como Obispo de la Diócesis de Coria-Cáceres. También fue nombrado Gobernador Civil de la provincia de Cáceres Luis García Tafalla[10], en el BOE nº 166, de 1 de julio de 1977[11], por Real Decreto de 1730/1977, de 11 de julio de 1977.

En la sesión del día 11 de mayo de 1977[12] y bajo la presidencia de Manuel López López, estando de interventor general de la corporación Manuel Loureiro Blanco y secretario general interino José Sánchez Escobero, con asistencia de los concejales: José Manuel Mariño Gallego, José Álvarez Ballesteros, Francisco Bonilla Fajardo, Luisa Gómez-Tejedor Chinchilla, Ángel Carrasco Jiménez, José Ramón García García, Rafael Lasso Romero, Antonio Hurtado Ricafort, Amador Pulido Escalona, María Antonia Fuertes Rodríguez, Joaquín Silos Millán, Aranguren García y Vicente Casares Muriel… López López hizo uso de la palabra y manifestó: “Señores Concejales: Antes de entrar en el Orden del día de este Pleno Extraordinario y a pesar de su carácter parece obligada cortesía dirigiros unas palabras de agradecimiento a vosotros, ya que por vuestra decisión, me cabe el honor de presidir esta Corporación. Quiero agradeceros a todos la confianza que en mí habéis depositado y sobre todo, expresaros mi gratitud porque sé que puedo contar con vuestra sincera, honesta, imprescindible y valiosa colaboración. Soy consciente de la responsabilidad que supone la honrosa carga de la Alcaldía de nuestro querido Cáceres y he de confesaros que me siento abrumado –aún no asustado- porque la misión exige aciertos y eficacia y en lograr ambas cosas he de poner toda mi voluntad y espíritu de trabajo. Si en los momentos que atravesamos, resulta difícil la labor del Alcalde, aún me ha de resultar a mí más difícil el haber llegado a ella para sustituir, por las razones de todos conocidas, a un Alcalde de la talla de Alfonso Díaz de Bustamante, y ahí están las múltiples realidades que su dilatado mandato ha proporcionado a nuestra Ciudad, a pesar de estas dificultades nuestro amor a Cáceres, y vuestra valiosa ayuda y eficaz colaboración confío poder llegar a buen puerto, con el empeño, la voluntad y la entrega que exige la coyuntura actual. Ni mi trayectoria personal y ciudadana, ni las circunstancias que rodean mi acceso a esta Alcaldía, permite ningún afán de revisionismo, ni propósitos de remover la Corporación, por un prurito de novedad. Por ello, como sabéis he creído que lo más conveniente era ratificar en sus puestos, como así lo he hecho a todos los miembros de la Comisión Permanente, puesto que se encuentran plenamente identificados con su tarea y conocen perfectamente los problemas que este Ayuntamiento tiene planteados en la actualidad. La misma línea de conducta he seguido con las Comisiones Informativas, todos continuaréis en las que actualmente estáis implicados y únicamente me he limitado a cambiar los puestos que he tenido que dejar por la diferente función que ahora me compete dentro de la Corporación. Sin perjuicio de daros cuentas detalladas de todo ello, en el primer Pleno Ordinario que celebramos, quiero anticiparos en este, que he designado como Teniente de Alcalde al que, de entre todos vosotros y por muchas razones, puedo exigir más: Ángel Carrasco Jiménez. Igualmente he designado para presidir la Comisión de Ferias y Fiestas, al primer Teniente de Alcalde Don Francisco Bonilla Fajardo, siguiendo la línea de la que ya tiene características de auténtica tradición y por último quiero también anunciaros que tomara el relevo de mi entrañable Delegación de Parques y Jardines Don Rafael Saponi Mendo. Sólo me resta ya expresaros que todo lo espero de vuestra colaboración y ayuda, así como de todos los funcionarios y obreros que integran esta Corporación Municipal y mis sincero deseos de una gestión municipal con la transparencia y participación que los tiempos demandan. Ya he dicho que las puertas del despacho del Alcalde de Cáceres están abiertas de par en par para todos vecinos, medios de comunicación social, funcionarios y, por supuesto, como no, para todos vosotros. Al solicitar la imprescindible protección Divina, por intercesión de su Bendita Madre, nuestra Patrona, termino proclamando mi fe, en la actuación de este Ayuntamiento y en el espíritu de la colaboración de todos vosotros mis queridos compañeros de Corporación”.

1977 fue un año muy importante para la normalización democrática de España. Por Real Decreto 679/1977[13], de 15 de abril, se convocaron elecciones generales a las Cortes Españolas con el objetivo de la constitución del Congreso de los Diputados y del Senado. La votación se tenía que celebrar el día 15 de junio y ese día fue especial en la historia de Cáceres, de todos los españoles. ¿Cuáles fueron los resultados? De las urnas salieron los nombres de los cinco primeros diputados cacereños en las Cortes Constitucionalistas. Fueron los siguientes:

 

  • cuatro escaños por Unión de Centro Democrático: Juan Rovira Tarazona, Manuel Bermejo Hernández, Santiago Parras Iglesias y Felipe Romero Morcillo y
  • un escaño por el Partido Socialista Obrero Español: Pablo Castellano Cardalliaguet.

 

En la sesión del 28 de junio de 1977, y en una «Moción de la Alcaldía», se expresa: “El insigne extremeño Don Antonio Hernández Gil, ha sido designado por S. M. el Rey para desempeñar el importantísimo cargo de Presidente de las Cortes Españolas […] nació en el pueblo extremeño de Puebla de Alcocer, vivió en nuestra Ciudad durante la mayor parte de su infancia y de su juventud, época en la que quedó integrado en la sociedad cacereña con lazos de indestructibles […]. Aquí fundó en la primavera de su vida la revista literaria CRISTAL, de tan imborrable recuerdo en los ambientes intelectuales cacereños. […] nos dirigimos al Excmo. Sr. Don Antonio Hernández Gil transmitiéndole el contenido del presente acuerdo como fiel expresión de nuestra admiración y de la más cordial y cariñosa felicitación, y sincero testimonio de nuestro deseo de que en el ejercicio de tan elevada misión, Dios le colme de toda suerte de venturas y de éxitos […]”.

En el apartado de la economía local. A iniciativa de Luis García Tafalla, que era gobernador civil y de Manuel López López, como alcalde, se crea el “mercado franco de los miércoles”, con apoyo de la asociación de amas de casa “Virgen de Guadalupe”. En un primer momento se montaba en el Camino Llano hasta casi la plaza de Colón. La población cacereña esperaba el día de cada semana para ir a comprar y a pasear entre los puestos: era todo un espectáculo multicultural y multilocal.

Los concejales Luisa Gómez Tejedor Chinchilla y Amador Pulido Escalona, miembros de la Comisión de Cultura del ayuntamiento, presentaron al Pleno del 19 de julio de 1977, un informe con la situación estructural de los edificios escolares de la capital, después de una visita detallada a los mismos. Fue el siguiente:

Colegio Nacional (C.N.) “Virgen de la Montaña”. Su estado general bueno. Falta blanqueo y pintar friso.

C.N. “Virgen de Guadalupe (el Madruelo)”. Se encuentra en perfecto estado en todos los aspectos. Su valla protectora le ha evitado la rotura de cristales.

C.N. “Delicias”. Su estado general es bueno. Se procede en la actualidad a cambiar sus servicios por otros nuevos. Tiene 14 cristales pequeños rotos y el primer peldaño de subida a las clases de niñas resquebrajado con peligro de romperse. El blanqueo está bien, ya que se hizo después de las vacaciones de Navidad.

C.N. de “Prácticas (masculino y femenino)”. Su estado general es bueno. En el Masculino hay seis cristales grandes rotos y las paredes de entrada a las distintas aulas están en mal estado y dos de ellas inservibles. La puerta de acceso convendría sustituirla por una metálica. Convendría blanquear.

C.N. “Hispanidad”. En perfecto estado de conservación.

Escuela del “Espíritu Santo”. Su estado es bastante bueno. Dos cristales rotos.

C.N. en Pinilla. En perfecto estado.

C.N. “Gabriel y Galán (Aldea Moret)”. En conjunto su estado es malo. Necesita un albañil, para pequeños detalles antes del blanqueo. Tiene dos cristales grandes rotos en fachada principal que facilitan el acceso al interior desde la calle y seis pequeños. Le faltan dos trozos completos de la balaustrada de cerramiento.

C.N. “XXV Años de Paz”. Quisiéramos llamar la atención sobre el estado lastimoso en que se encuentra este edificio. A pesar de tener guarda tiene fácil acceso ya que el cerramiento tiene 0,80 m. de altura en algunos lugares y en su parte posterior el terreno circundante está a mayor altura que la pared de cierre, por lo que los niños que siempre están jugando en aquella zona sientan predilección por los cristales que tienen enfrente los cuales se encuentran rotos en un 60%. Como estos cristales son grandes y por lo tanto de mucho coste, están siendo sustituidos por una chapa especial, que no se rompe, pero quitan la luz del pasillo interior por lo que se este año son sustituidos los que se encuentran averiados, por el mismo sistema, se queda el interior sin luz. Entra el agua a raudales, por su parte posterior. En este edificio se está efectuando el blanqueo, que llevará a juicio de los dos hombres que lo están efectuando, la mayor parte del verano. Estimamos, que dado el estado actual, todo cuanto gaste el Ayuntamiento en su conservación es dinero tirado, mientras no se levanten sus muros, hasta una altura prudencial. Por lo que urge una reunión con los Técnicos de la Delegación Provincial del Ministerio de Educación y Ciencia, mejor aún con el propio Delegado, para tratar de subsanar todos estos defectos y poner dicho edificio en estado decoro que cumpla sus fines de una manera eficaz. Tiene este edificio en su parte delantera un foso que se llena de agua, con frecuencia y sin acceso alguno, por lo que hay que bajar, con una soga, con peligro para el guarda que ha de poner en marcha una bomba para desalojar el líquido que allí se deposita. Las rocas que existen en el patio de recreo son, además, una mancha antiestética y un indudable peligro para la población infantil. El guarda que cuida el edificio se jubila el presente año. Cáceres, 16 de julio de 1977. Por la Comisión Amador Pulido. Luisa G. Tejedor. Rubricados”. Se acordó autorizar al alcalde para que, de manera urgente, tuviera una reunión con el Delegado del Ministerio de Educación y Ciencia para “[…] llegar a un acuerdo sobre poner en estado servibles el repetido Colegio de XXV Años de Paz”.

En la sesión del 22 de septiembre de 1977 el concejal Antonio Hurtado Ricafort dio lectura a una moción sobre la adaptación del palacio de la Generala para la Facultad de Derecho. Fueron “pequeños problemas” que iban surgiendo como en este caso y en esta ocasión, sobre la conveniencia –o no- en la adaptación exterior e interior del palacio a las necesidades infraestructurales necesarias formativas de los futuros alumnos que eligieran estos estudios. Este concejal, sin renunciar al “campus universitario”, expresaba sus dudas sobre la incidencia o no de la conservación del carácter, estilo y ambiente del Conjunto Histórico y Artístico del patrimonio material de Cáceres. Después de las explicaciones, interpretaciones y opiniones, se votó la moción de la siguiente manera: «Votan por la instalación de la Facultad de Derecho en el edificio de la Generala, ubicado en el reciento antiguo de la Ciudad Monumental, pero sin renunciar a la construcción del Campus Universitario en el lugar denominado el “Cuartillo”», once votos a favor; se abstienen los concejales Joaquín Silos Millán y Juan Gil Cortés y un voto en contra de la instalación de la Facultad de Derecho en el Palacio de la Generala el concejal. Antonio Hurtado Ricafort.

Más nombres de calles, en la sesión del día 22 de diciembre de 1977[14], se acordó designar los siguientes:

 

  • Plaza del Obispo Galarza”. La existencia entre las calles San Jorge y Parras, por haber existido en mencionado lugar el Seminario que construyó y fundó este obispo, gran mecenas de Cáceres.
  • Plaza Conde Canilleros”. “La existente donde desemboca la calle del Obispo Álvarez de Castro, donde se encuentra el Palacio Episcopal y el Palacio de Moctezuma, gran historiador, cacereño de proyección internacional, escritor que enalteció siempre el nombre de Cáceres […]”.
  • Federico Ballell”. Al pasaje particular existente entre la calles Antonio Hurtado y San Vicente de Paul, que fundó y explotó la primitiva Fábrica de Corcho y cuya urbanización ha sido llevada a cabo por sus descendientes.
  • Plaza de Bruselas”. A la actual calle de Bruselas por haber quedado la misma en una plaza al desaparecer los terraplenes que en ella existían.
  • San Cayetano y Santa Rita”. A dos calles existentes sin denominación alguna en la Barriada de Santo Vito, donde todas se denominan con nombres de santos y de santas.

 

En la sesión del pleno nº 17 de 22 de diciembre de 1977 y en el apartado de «Revisión expedientes depuración político social», Fidela Román Sánchez solicitó la revisión[15] del expediente de depuración político social incoado a su esposo Rafael Laso Jabato, Guardia Municipal. Se declaró anulados los acuerdos adoptados sobre dicha sanción y reconocer al causante 36 años, 05 meses y 14 días de servicios, desde el 18 de enero de 1934 (toma de posesión) hasta el 02 de julio de 1970 (edad reglamentaria de la jubilación forzosa). También solicitó la revisión del expediente José Luceño Congregado, Guardia Municipal. Se declaró anulados los acuerdos adoptados sobre dicha sanción y reconocer al interesante 37 años y 9 meses de servicios, desde el 16 de febrero de 1933 (toma de posesión) hasta el 16 de noviembre de 1970 (edad reglamentaria de la jubilación forzosa). En la sesión mensual ordinaria de 17 de enero de 1978 y en el apartado de “Revisión Expediente Depuración Político Social”, Teodoro Escalera González solicitó la revisión del expediente de depuración político social incoado siendo Oficial Albañil, que prestó servicios desde el día 02 de abril de 1923, hasta el día 30 de julio de 1937, en que fue separado del servicio como consecuencia de depuración político social. Se declaró anulados los acuerdos adoptados sobre dicha sanción y reconocerle 37 años, 03 meses y 01 día de servicios, desde su toma de posesión hasta la fecha en que cumplió la edad reglamentaria de la jubilación forzosa.

Sucedió el ultraje a la bandera de España y se organizó dos actos de desagravio. El primero de ellos el 27 de diciembre de 1977 entre las 19h30 y las 20h00 en la Plaza Mayor, para hacerlo coincidir con el día de la semana, hora y lugar donde fue quemada. El segundo se acordó que desde el día 23 de diciembre por la tarde hasta el día 30 ondeara la bandera nacional, junto con el Pendón de San Jorge, únicos símbolos representativos de Cáceres y de la nación, en el balcón principal del ayuntamiento.

Imagen nº 5: Manuel Benigno López López. Ayuntamiento de Cáceres.

En la sesión mensual ordinaria de 17 de enero de 1978, número 1, se incorporó como secretario general de la Corporación Roberto García de Frutos “[…] y se ofrece a todos los presentes para laborar en pro del engrandecimiento de Cáceres, a cuya empresa desde este momento se entrega con todo ardor, manifiesta que las puertas de su despacho, siempre estará abiertas para todos los señores Concejales y a los cuales reitera su ofrecimiento incondicional […]”.

Mariano Mariño Fernández fue la persona encargada de pronunciar el Pregón de la Semana Santa de este año. Juan Manuel Cuadrado Ceballos, con fecha 16 de marzo de 1978, fue el encargado de presentar a Mariano.

En la sesión mensual ordinaria celebrada por el Excmo. Ayuntamiento Pleno el día 21 de marzo de 1978, el concejal Antonio Hurtado Ricafort presentó un escrito renunciando a su cargo corporativo “[…] basado fundamentalmente en su disconformidad con acuerdos tomados por el Patronato del Pabellón Polideportivo Municipal en fecha anterior a su petición de renuncia y que a juicio de dicho señor capitular dañan la dignidad del cargo que representa y que guardan relación con desembolsos y pagos de facturas efectuados con motivo de un encuentro deportivo de balón mano […]”. El pleno acordó no estimar la renuncia del concejal en la votación de: “12 votos en pro de no estimar procedente la renuncia presentada por el Concejal Don Antonio Hurtado Ricafort, computándose además dos papeletas nulas o en blanco”.

Otro asunto conflictivo fue la Universidad Laboral. Un ministro de la época expresó la posibilidad de construir un centro en Badajoz. La Universidad Laboral de Cáceres se creó en el año 1951 por iniciativa de la Mutualidad Laboral Siderometalúrgica y recogida la idea por el Ayuntamiento, Diputación Provincial, Instituto Nacional de Previsión y demás organismos dependientes del Ministerio de Trabajo y cuyo resultado se confirmó el 04 de noviembre de 1967. Se pretendía crear la «Universidad Laboral de Extremadura en Badajoz», lejos de la «Universidad Laboral Hispanoamericana de Cáceres». El día 05 de abril de 1978 la comisión especial de concejales nombrados en el pleno del día 21, entre otras cosas, expresaron la oposición y el rechazo enérgico que dicha universidad lleve la denominación de «Extremadura» y “Que con la creación de la misma se estructuren ambas Universidades de forma que organicen en interés de Extremadura, haciendo que nuestra Universidad, sea consecuente con su denominación de “Hispanoamericana”, a fin de que en ella se fomenten y desarrollen las enseñanzas Técnicas-Agrícolas-Ganaderas y de las industrias derivadas de ellas, promocionando a la juventud –masculina y femenina- de ambas provincias extremeñas, de Hispanoamérica y de las demás regiones de España”.

En el año 1978 se celebró un partido de baloncesto femenino entre las selecciones de España y de Portugal. Cáceres fue la sede que acogió al encuentro internacional en el pabellón polideportivo municipal. López y López, como máximo mandatario, expresó unas palabras de bienvenida:

Delegado de Educación Física y Deportes de la provincia. Representantes de las Federaciones portuguesa y española de baloncesto. Mandos de la Sección Femenina.

Queridos amigos.

Quiero, en estas breves palabras de bienvenida, expresaros a todos los asistentes a este acto, la satisfacción que nos produce, tanto a mí, como a esta Corporación Municipal, el honor de vuestra visita y al mismo tiempo mostrar también nuestro agradecimiento a todos cuantos han intervenido en la organización de este encuentro internacional de baloncesto femenino entre las Selecciones de Portugal y España, por haber elegido a nuestra Ciudad para la celebración del mismo, precisamente en el escenario de nuestro Pabellón Polideportivo Municipal.

Si siempre nos resulta grato recibir en esta Casa a tantas ilustres personalidades como nos visitan, ávidos de contemplar las muchas bellezas que atesora nuestra Ciudad Monumental, mucho más ha de serlo, en la presente ocasión, en que nuestras visitantes son este plantel de chicas guapas que representando a nuestro querido país hermano Portugal y a nuestra Patria, vienen a solazarnos con este importante encuentro del noble deporte de la canasta, que esta noche han de dirimir las dos Selecciones nacionales.

Resulta reconfortante el ver que aún queden en estos tiempos, estos grupos de nuestras juventudes, dedicadas a hacer el deporte, solamente por el placer de de practicarlo.

Po ello, quiero aprovechar esta ocasión para dirigirles unas palabras de estímulo y aliento, y exhortarles para que continúen sin desmayo en la práctica de este bello deporte, aún cuando ello les reporte grandes sacrificios y esfuerzos.

Y nada más, con mi agradecimiento y el de toda la Corporación por vuestra visita, recibid nuestra más cordial bienvenida y nuestros fervientes deseos de que os resulte grata la estancia entre nosotros.

Consideraos, esta Casa, como en la vuestra y considerad que estas puertas estarán siempre abiertas de par en par, para cuantas veces queráis honrarnos con vuestra visita”.

El día 02 de marzo de 1979 se celebraron las primeras elecciones generales en España con el siguiente resultado:

 

  • UCD: Juan Rovira Tarazona, Manuel Bermejo Hernández y Faustino Muñoz García.
  • PSOE: Pablo Castellano Cadalliaguet y Eusebio Cano Pinto.

 

En la sesión extraordinaria del ayuntamiento de fecha 02 de enero de 1979, la corporación estaba integrada por: Manuel López López (alcalde). José Manuel Mariño Gallego. José Álvarez Ballesteros. Ángel Carrasco Jiménez. Juan Gil Cortés. Rafael Lasso Romero. Francisco Bonilla Fajardo. Luisa Gómez Tejedor Chinchilla. José Mendoza Rodríguez. Antonio Hurtado Ricafort. Amador Pulido Escalona y Luis Aranguren García. José Ramón García García, (justificó su no asistencia). Rafael Saponi Mendo (justificó su no asistencia) y Joaquín Silos Millán (justificó su no asistencia). Además de: Roberto García de Frutos, como secretario general de la Corporación y de Guillermo Mena Ávila, como técnico administrativo en funciones de Interventor accidental (por encontrarse de permiso oficial el interventor y el viceinterventor).

En la sesión mensual ordinaria del 20 de febrero de 1979 se comentó el cese del interventor de la Corporación Manuel Loureiro Blanco ya que fue nombrado para desarrollar el mismo puesto en el ayuntamiento de Pontevedra. López y López expresó las siguientes palabras:

[…] El de pesar y el de satisfacción. […] el vernos privado de sus asistencias, ha de producirnos una gran tristeza al representar la pérdida de un buen amigo, de un eficiente y leal colaborador en nuestras tareas edilicias. […] la noticia de su traslado debe causarnos satisfacción, puesto que este se produce a petición propia y con él ve logrado su propósito y naturales aspiraciones de volver a su tierra junto a sus padres y toda su familia. […] De todos es conocida su plena vinculación a nuestra Ciudad, y sus problemas, a los que durante este tiempo ha dedicado sus trabajos, sus afanes y desvelos con gran entusiasmo y eficacia. […] A propuesta del teniente de Alcalde Sr. Bonilla Fajardo, el Pleno del Ayuntamiento por unanimidad acuerda conceder […] un voto de gracia o mención honorífica […] con ocasión del cese de dicho funcionario en el ejercicio de su cargo […] voto de gracia que se concede en razón a los brillantes servicios durante más de cinco años prestados a esta Entidad por el referido funcionario que abonan su excelente capacitación profesional […]”.

Desempeñó la plaza vacante de interventor de fondos municipales, con efectos de 4 de abril Juan Francisco Esteban Porteros. También cesó el concejal Juan Gil Cortés para presentarse a las Elecciones Locales del día diecinueve.

Hubo denominación dos calles nuevas. Fueron las siguientes para reconocer en ambos casos los merecimientos contraídos por las personalidades homenajeadas:

 

  • Almirante Solano Bote”, a la cuarta calle transversal que partiendo de la avenida de Alemania es paralela a la calle Lima. Hasta ese momento estaba innominada.
  • Periodista Dionisio Acedo”, a la calle segunda transversal y actualmente innominada, que arrancando de la avenida de Alemania es paralela a la calle Argentina y Lima

 

Por Real Decreto de 117/1979, de 26 de enero de 1979, se convocaron Elecciones Locales[16] para la renovación de la totalidad de los miembros integrantes de todas las Corporaciones Locales. El día de la elección sería el tres de abril de mil novecientos setenta y nueve. Otro paso más en la historia reciente de Cáceres.

En el mes de enero de 1979 fue nombrado Jesús Domínguez Gómez nuevo administrador apostólico de la diócesis de Badajoz. Enseguida mucha gente creyó que era el momento concreto, determinado y decisivo para la creación de una archidiócesis extremeña.

La última sesión que presidió Manuel Benigno López López como alcalde la localidad, tuvo lugar el día 10 de abril de 1979, a las 20h30, en sesión extraordinaria celebrada en el salón de actos de la Casa Consistorial, con asistencia de, además del máximo regidor municipal, los concejales: José Manuel Mariño Gallego, Ángel Carrasco Jiménez, Francisco Bonilla Fajardo, Rafael Lasso Romero, José Ramón García García, Rafael Saponi Mendo, José Mendoza Rodríguez, Antonio Hurtado Ricafort, Amador Pulido Escalona, Joaquín Silos Millán y Luis Aranguren García, siendo convocados por Roberto García de Frutos, secretario general de la Corporación y del interventor general Juan Francisco Esteban Porteros. No asistieron a la sesión ni Luisa Gómez Tejedor Chinchilla ni José Álvarez Ballesteros, justificando sus ausencias.

Como se estaba viviendo y, además, se estaba abriendo una nueva etapa social en España, en el apartado nº 17 del acta, denominado “Etiqueta”, se hace constar: “Por el Secretario de orden de la Presidencia se da lectura a una carta del Excmo. Sr. Gobernador Civil de la provincia del siguiente tenor literal: Ilmo. Sr. Don Manuel López y López, – Alcalde = Presidente del Excmo. Ayuntamiento de Cáceres. = Querido amigo: Pronto ya la hora del relevo quiero dirigiros a ti y a la Corporación saliente, unas breves letras de agradecimiento por la ayuda que me habéis prestado y más que por ello por vuestra desinteresada dedicación a las tareas municipales, que en esta difícil etapa de transición habéis tenido que realizar. = Han sido estos últimos años una prueba decisiva que quedará como hito en la historia de España. Atacados por todas partes, acusados de todos los males que aquejan a nuestros pueblos injuriados y calumniados muchas veces habéis soportado estoicamente el transcurso del tiempo hasta el relevo definitivo en un gesto de amor a España, que sólo la Historia cuando con el reposo que den los años se escriba, juzgará lo que habría sido del país, con una deserción masiva de vosotros y hasta donde se ha llegado con una permanencia callada de vuestros lugares, sabiendo que la mayoría a nada aspirabais sino a finalizar la tarea que un día se os encomendó al servicio de España. = Es posible que esta carta, general para todos, llegue a manos de alguno que no merezca el más mínimo agradecimiento, pero estoy convencido de que si así ocurre serán las excepciones que la mayoría repudiamos y lamentamos, pero tened la seguridad de que de haberse detectado el más mínimo síntoma de inmoralidad no hubiésemos permitido que la conducta de unos empañaran la labor de todos. No obstante hay que admitir que en un gran colectivo, siempre habrá las ovejas negras que sirven de base para las críticas generalizadas hechas con intención de todos conocidas. = Personalmente lamento que en vuestras múltiples gestiones a favor de vuestro pueblo no se hayan podido satisfacer pero pensad que las necesidades son muchas y los medios muy escasos y que los pueblos tienen que concienciarse que serán los que sus vecinos quieran y para ello tendrán que coadyuvar en todos los órdenes pues, en definitiva, tanto los recursos como la participación dependen de ellos. = Hacer llegar a vuestros Concejales este mi reconocimiento y agradecimiento a su labor y olvidar los malos ratos pasados y los injustos ataques recibidos, mas fruto de revanchismo cuestiones personales y oportunismos electorales, que se razonamientos objetivos y fundamentados. = A los que os vais y según vuestra conciencia, iros con la cabeza muy alta, pues como antes digo sólo la Historia, con el transcurso del tiempo, os podrá juzgar. A los pocos que os quedáis, sólo os pido que sigáis en el camino de la honradez, la justicia y la entrega a vuestro pueblo, que en definitiva, es el servicio a la España de todos. = Un fuerte abrazo y os queda un amigo donde quiera que esté. = Luis García Tafalla.”. El acta de mencionado día continúa de la siguiente manera: “El Pleno de la Corporación tras de la lectura de la carta que antecede, acuerda por unanimidad que se exprese a la primera Autoridad de la provincia Excmo. Sr. Don Luis García Tafalla, el reconocimiento más profundo del Capítulo Municipal por el delicado gesto que ha tenido con esta municipalidad en el momento de su cese y que la compensa en gran parte de los múltiples sinsabores que como justamente reconoce el Excmo. Sr. Gobernador ha padecido a lo largo de su mandato y muy en especial en la última etapa del mismo”.

En el mismo apartado nº 17 del acta, se hace constar: “Por último se dirige el Ilmo. Sr. Don Manuel López y López, Alcalde presidente de la Corporación Municipal, a los señores que integran el Pleno, haciendo un resumen en el momento próximo de sustitución de la Corporación, de las actividades, trabajos desarrollados por la misma a lo largo de los años de su mandato, resumen que pormenorizadamente se extiende a lo más diversos campos de la actividad municipal, desde el urbanismo en cuyo tema se detiene especialmente hasta lo concerniente a la Administración del Patrimonio municipal singularmente en lo que atañe a las cesiones de terrenos de este para construcciones de Centros docentes, sin olvidar capítulos tan importantes como la Defensa del Patrimonio Artístico, la promoción de turismo y la modernización de Mercados de Abastos, en suma toda la variada gama que comprende la atención de los servicios de competencia municipal, cuya labor y actividad se resume en cifras al manifestar que durante el gobierno de la Corporación que cesa se han ejecutado obras por un importe de más de 420.000.000 de pesetas lamentándose el Ilmo. Sr. Alcalde de ciertos ataques injustificables que se han formulado a la Corporación a la que él ha pertenecido que se concretan fundamentalmente en que no formuló «Presupuesto de Liquidación de Deudas» y de que no se dio la debida participación al pueblo de la redacción del Plan General de Ordenación Urbana, argumentos que rebate con toda brillantez el Sr. López López, basándose de que en cuanto respecta a la primera tacha debía conocerse que los Presupuestos de Liquidación de Deudas se dirigían fundamentalmente a cubrir gastos dimanantes de las Empresas Municipales de Transportes de los grandes Municipios y que los Presupuestos de Liquidación de Deudas giraban especialmente sobre las extracontables, circunstancias no concurrentes en este municipio. En materia atinente a la participación popular en la redacción del Plan de Ordenación Urbana y críticas que por este concepto se elevaron al actual Ayuntamiento, expresa el Ilmo. Sr. Alcalde con todo pormenor las audiencias que se dieron que justifican sobradamente el respeto que en todo momento tuvo la Corporación en tema tan delicado para con la opinión pública según puede verse en el expediente del Plan.

            Cierra la intervención el Sr. López y López con un Capítulo de agradecimiento hacia las Autoridades Superiores en especial a los Gobernadores Civiles de esta Provincia y Delegados Provinciales de Servicios, que han venido apoyando en los últimos años los objetivos y el quehacer de la Corporación Municipal, no sin olvidar el valioso apoyo prestado por la Excma. Diputación Provincial, con su Presidente a la cabeza, extendiéndose la gratitud del Sr. López y López a los funcionarios, empleados y obreros municipales por la colaboración que vinieron prestando así como a la Prensa y demás medios de información particularmente a los que recogen diaria información municipal, terminando la intervención el Ilmo. Sr. Alcalde con un agradecimiento muy singular a los Miembros de la Corporación Municipal por la lealtad, ayuda y hombría de bien que para con él habían demostrado, lamentando que en este momento final no se hallase presente el digno compañero de Corporación fallecido Don Vicente Casares Muriel de grata recordación y deseando los mejores éxitos para la Corporación entrante con la ayuda de Dios, cerrando su intervención con las siguientes frases: «A todo el pueblo de Cáceres pido disculpa. Yo quisiera que fuera comprensivo y esta Corporación que hoy se despide. Si nuestra labor no ha sido más eficaz, se debe a circunstancias totalmente ajenas a nuestros deseos. Confiamos no haberle defraudado».

            Finalizada la exposición y despedida del Ilmo. Sr. Don Manuel López López se produce una explosión de aplausos por parte de la Corporación presente que originan una ligera emotividad en el Presidente de la misma, pasando los señores Concejales a dar un entrañable abrazo al que ha venido siendo su Alcalde”. La sesión se levantó a las veintidós horas y veinte minutos[17].

Una etapa de la vida de Cáceres y de España se cerraba. Otra etapa se abría con el futuro en la mano de nuevos dirigentes, con la incertidumbre y con el miedo en las cabezas y en los corazones de todas las cacereñas y cacereños.

No obstante, y de acuerdo con el Real Decreto 561/1979, de 16 de marzo de 1979, artículo 1º, se celebró una sesión especial, por el ayuntamiento pleno, el día 16 de abril de 1979, con la Corporación en su totalidad, asistidos por el secretario general de la misma y estando presente el interventor de fondos municipales. Se abrió la sesión a las veinte horas y treinta minutos con un único punto en el orden del día: “Con la venia de la Presidencia por el Secretario autorizante, se procedió a la lectura del acta de la sesión Extraordinaria, celebrada el primera convocatoria, por este Excmo. Ayuntamiento Pleno, el día diez del corriente mes de Abril y año, acordándose por el Pleno del Ayuntamiento, por unanimidad y en votación ordinaria aprobarlo en todas sus partes, firmándolo en prueba de ello y disponiéndose su transcripción al libro correspondiente[18].

Imagen 6: Manuel Benigno López y López en el Ayuntamiento de Cáceres

 

Luis González Cascos, elegido y nombrado alcalde de Cáceres el día 19 de abril de 1979, en sus primeras palabras, expresó: “En nombre de la nueva Corporación quiero saludar afectuosamente al grupo humano, mujeres y hombres, que trabajan en este Ayuntamiento[19].

La sesión de constitución del nuevo Ayuntamiento se celebró, en primera convocatoria, el mismo día 19, siendo las 11h00. Se reunieron en el salón de actos de las Casas Consistoriales, las siguientes personas (concejales electos) proclamados por la Junta Electoral de Zona:

 

  • Unión de Centro Democrático, 10 concejales (Agustín Ramos Guija[20], Juan José Alonso Martínez, Jaime Velázquez García[21], Manuel Leocadio Domínguez Lucero[22], Juan Gil Cortés, Antonio Abreu Tejero, Felipe Romero Morcillo, Felipe Sarró Lara, Luis González Cascos, Rafael Guerra Saavedra y Jesús María Guirao Gómez).
  • Partido Socialista Obrero Español, 9 concejales (Pablo Naranjo Porras[23], Emilio Vázquez Navedo, José Luis Torres Márquez, Emilio Rodríguez Fernández, Miguel Ángel Rubio Ramos, José Luis Machuca García, Felipe Vivas Villa, Juan A. Iglesias Marcelo y Juan Jacinto Lucas Calles).
  • Agrupación de Electores Independientes, 4 concejales (Juan Bazaga Sánchez, Luis Fernández Lozano, Carlos Murillo Bernáldez y José Blanco Rodríguez).
  • Partido Comunista de España, 2 concejales (Carlos Latas Pérez y Ángel Ugarte Zardoya[24]).

 

4.- Epílogo

 

Manuel Benigno López López falleció el día 05 de agosto de 2002 a las 18h35 en Cáceres[25].

Imagen 7: Manuel Benigno López López y Sabina Alejandra Apolonia López López (1911-1998). Hermanos.

 

Ha servido este resumen para cerrar “temporalmente” la vida de una persona, de un cacereño, al que no tuve la ocasión de conocer físicamente, pero sí lo he conocido a través de documentos analógicos y digitales y de los testimonios orales y multimedia de quienes tuvieron la oportunidad de conocer a Manuel Benigno, familiares y amigos. A todos ellos: ¡gracias! Y en especial a sus hijos María de los Ángeles Juana, Santos y María Beatriz López Perera y a su nieta Miriam López Falcón.

Imagen 8: Manuel Benigno López López y Marina Ramona López López (1902-1985): Hermanos

 

5.- Bibliografía

 

Las actas que hacen referencia a los distintos plenos o comisiones municipales, se han obtenido de los libros depositados en el Archivo Municipal de la localidad (Palacio de la Isla): 1975 y en el Archivo Administrativo del Excmo. Ayuntamiento de Cáceres (Edificio Valhondo): 1976-1979.

Corrales Gaitán, A. J. (1999): Galería de Alcaldes e Hijos Ilustres de Cáceres. Excmo. Ayuntamiento de Cáceres.

Sellers de Paz, G. (1981): Cáceres visto por un periodista. Casi 3000 años de vida en la ciudad. Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Cáceres. Cáceres.

Vaz-Romero Nieto, M. (2003). La Ciudad de Cáceres y sus Alcaldes, en el siglo XX. Excmo. Ayuntamiento. Cáceres.

 

6.- Procedencia de las imágenes

 

Galería de Alcaldes del Excmo. Ayuntamiento. Cáceres: Imagen 5.

Familia López & Floriano (María Beatriz López Perera): Imagen 1, 2, 3, 4, 6, 7 y 8.

 

[1] Mi más sincero agradecimiento a: Funcionarios y responsable del Registro Civil de Cáceres. Fernando Jiménez Berrocal (Archivo Municipal de Cáceres). Isidro Rodrigo Mazo Alegre y Mercedes García Calvo (Archivo Administrativo del Excmo. Ayuntamiento de Cáceres). Pedro Caballero Palomero (Registro Civil de Plasencia). Antonio Recio Campo (Registro Civil de Madroñera). César Nevado Pavón (Registro Civil de Torreorgaz). Vicente Blanco Conejero (Registro Civil de Coria) y Eugenio Fuentes. Hago constar que he eliminado de todas las personas el tratamiento utilizado a lo largo de esos dos períodos de tiempo, usado por cortesía, educación, respeto, apariencia, corrección… en las mujeres y en los varones con las que no se tiene confianza. En esta investigación me he introducido en sus vidas.

[2] A fecha 24 de julio de 2023 (lunes), los hijos del matrimonio López & Perera que gozan de buena salud son: María de los Ángeles Juana; Santos y María Beatriz. A los tres, y a los otros tres que ya no están con nosotros, mi más sincero agradecimiento por contribuir, de una manera u otra, a poner en valor y visualizar con palabras a Manuel Benigno López y López.

[3] Desde estas páginas mi agradecimiento a la familia de Manuel Benigno López y López, tanto en vía patrilineal como matrilineal: María Beatriz López Perera, María de los Ángeles López Perera, Santos Benítez Floriano, Germán María González Floriano y Miriam López Falcón.

[4] María Antonia Fuertes Rodríguez. Garrovillas (Cáceres), 22 enero 1925; Madrid, 23 octubre 1998. Sus padres fueron Ebodrio Alfredo Fuertes de Sancho, de 32 años, nacido en Hoyorredondo (Ávila) y Ángela Rodríguez Rebollo, de 31 años, nacida en Jaraicejo (Ávila). Ambos Maestros de Escuelas Nacionales. Mi más sincero recuerdo para Mª Antonia, alumno suyo en el primer curso en la E. U. de formación del Profesorado de EGB, en la asignatura de ‘Química’. En el primer período de prácticas en el Colegio Diocesano de Cáceres permitió que, por primera vez, llevara a mis alumnos de 8º de EGB al laboratorio de física y de química de la Facultad. ¿El motivo? Que el alumnado entrara por primera vez para realizar la práctica de la curva de ebullición del agua. Mi tutor era Ambrosio García Polo.

[5] Saponi Mendo. Cáceres, 04 febrero 1935; Cáceres, 6 diciembre 2000. Sus padres fueron: Francisco Isidoro y Felisa.

[6] Borrador del acta de la sesión mensual celebrada por el Excmo. Ayuntamiento Pleno, el día 19 de abril de 1977. Número 4.

[7] Borrador del acta de la sesión extraordinaria, celebrada por el Excmo. Ayuntamiento, el día 22 de abril de 1977. Número 5.

[8] El telegrama tiene de fecha 21 de abril de 1977 y está firmado por el Gobernador Civil accidental.

[9] Jesús Domínguez Gómez nació en la localidad de Pelas (Sevilla) el 25 de septiembre de 1931 y falleció en Cáceres el 26 de octubre de 1990.

[10] Luis García Tafalla nació en la localidad de Orihuela (Alicante) el 24 de septiembre de 1943. Contrajo matrimonio en Madrid el día 12 de septiembre de 1970 con Carmen María Botella Crespo.

[11] Página nº 15725.

[12] Borrador del acta de la sesión extraordinaria, celebrada por el Excmo. Ayuntamiento Pleno, el día 11 de mayo de 1977. Número 6.

[13] BOE nº 92 de 18 abril 1977. Página 8345.

[14] Sesión mensual ordinaria celebrada por el Excmo. Ayuntamiento Pleno el día 22 de diciembre de 1977, nº 17.

[15] Orden del Ministerio del Interior de 06 de julio de 1977, que dicta normas para la aplicación del Real Decreto 2393/1976 sobre amnistía a los funcionarios de la Administración Local.

[16] BOE nº 24 de 27 de enero de 1979. Página nº 2097.

[17] Borrador del acta de la sesión extraordinaria, celebrada en primera convocatoria por el Excmo. Ayuntamiento Pleno, el día 10 de abril de 1979. Número 7.

[18] Borrador del acta de la sesión especial, celebrada por el Excmo. Ayuntamiento Pleno, en primera convocatoria el día 16 de abril de 1979. Número 8.

[19] Borrador del acta de la sesión de constitución del nuevo Ayuntamiento, celebrada en primera convocatoria el día 19 de abril de 1979. Número 9.

[20] Ramos Guija. Casatejada (Cáceres), 21 marzo 1932; Cáceres, 21 enero 2008.

[21] Velázquez García. Fresno el Viejo (Valladolid), 1939.

[22] Domínguez Lucero. Cáceres, 18 diciembre 1946.  Tenía 66 años.

[23] Naranjo Porras. Romangordo (Cáceres), 06 julio 1914; Cáceres, 1997.

[24] Fue el primer concejal comunista de la democracia que entró en el Ayuntamiento de Cáceres en 1979.

[25] Según aparece en la certificación de fallecimiento del libro nº 00181, página nº 89 de la sección tercera del Registro Civil de Cáceres. [Consulta: 27 octubre 2022].

Oct 192023
 

MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS

Cronista Oficial de Montijo y Lobón

 

La Revista de las Españas en su número 33, mayo 1929, coincidiendo con la inauguración de la Exposición Iberoamericana expresaba que “ante la Exposición de Sevilla se acrecienta la fe en los ideales hispano americanos. Los gobiernos que fueron capaces de comprender el significado de la Exposición y se incorporaron a ella construyendo edificios permanentes, de una belleza insuperable, y lo pueblos que le dieron contenido con sus producciones artísticas, con sus industrias populares y con la vitalidad económica de sus propias riquezas, merecen ser considerados como factores de una gran civilización que se asoma al Viejo Continente desde los ventanales de España”[1].

Desde la ciudad de Buenos Aires, El Diario Español[2] consideraba que “la Exposición ha de contribuir a que se intensifiquen las relaciones de todo orden con los pueblos de América, lo que traerá consigo no solamente una mayor aproximación entre naciones ya unidas por los vínculos comunes de raza y del idioma, sino un gran intercambio comercial con estos países. Sin ello, el Certamen sería un acto lírico, de eficacia pasajera, que no es ni puede ser bastante para colmar el objetivo de la Exposición, más amplio y de anchas perspectivas. De lo expuesto se infiere que el programa de la Exposición Iberoamericana abarca tres aspectos fundamentales: Arte, Historia y Comercio”.

Pero mucho antes de estas apreciaciones, en 1909 el comandante de artillería Luis Rodríguez Caso[3] lanzó la idea de celebrar en la ciudad una exposición hispano-americana o hispano-ultramarina en términos vagos o imprecisos.

 

LOS ORÍGENES

La ciudad de Sevilla a finales del siglo XIX era una urbe enclaustrada en su recinto amurallado, que no había vivido la experiencia del ensanche como Madrid o Barcelona. Ciudad sin apenas industria, sede de la segunda corte real, la de los Montpensier desde 1850[4], sus grupos sociales subsistían en el entorno de los duques en el Palacio de San Telmo[5], integrando la real servidumbre, o bien lo hacían en la burocracia estatal y municipal, Lo que podríamos llamar el tercer estado sevillano, estaba formado por menestrales: pequeños comerciantes y artesanos, a los que se sumaba una población flotante de obreros atraídos por las ocasionales obras públicas de la ciudad, que terminaban por asentarse engrosando las filas de desempleados y marginados.

Ajena a los cambios y transformaciones industriales, no era Sevilla el escenario adecuado para un acontecimiento multitudinario como una exposición internacional, al carecer de infraestructura hotelera y al adolecer de graves problemas de insalubridad. Sin embargo, los elementos ilustrados de Sevilla sentían la necesidad de un cambio que abriera la ciudad al sur, hacia el actual barrio de Heliópolis[6].

Tras la primigenia idea del comandante Rodríguez Caso, poco a poco la idea germina en las páginas de El Liberal unos de los periódicos más influyentes de la época. La candidatura de Bilbao en esa época para la celebración de una exposición anglo-hispano-americana reactivó la conciencia de que tal empresa pertenecía a Sevilla, como enlace histórico que fue con el nuevo Mundo.

Hasta la proclamación de la Dictadura de Primo de Rivera, el papel preponderante lo asumió la Comisión Ejecutiva, integrada por vocales del Ayuntamiento y la Diputación Provincial que contaba con una Comisión Permanente. En 1911, con el apoyo explícito de Alfonso XIII se convoca el concurso para la adjudicación de la dirección de las obras. En sus bases se advierte una constante de la fase preparatoria; las dudas y rectificaciones sobre los terrenos disponibles. De las Delicias y barrio de Heliópolis. Lugares que albergarían los pabellones Tras la designación de Aníbal González Álvarez-Ossorio[7] como arquitecto de la muestra, se hace una recapitulación de los espacios que, finalmente se destinaron a la muestra[8].

Esos espacios eran el Parque de María Luisa, esa zona ajardinada donada por la infanta María Luisa Fernanda a Sevilla en 1893, se convertiría en el epicentro de la futura muestra Iberoamericana que se celebraría veinte años después. El Palacio de San Telmo, el Prado de San Sebastián, Huerta de Mariana, Paseo representativos de los países americanos[9].

 

CONTEXTO HISTÓRICO

El golpe de Estado del general Miguel Primo de Rivera (Jerez de la Frontera, 1870-Paris, 1930), el 13 de septiembre de 1923, no fue -contra lo que pudiera parecer- una nueva versión de los pronunciamientos decimonónicos. El mayor éxito del Gobierno militar de Primo de Rivera fue la solución de aquella pesadilla que era el problema de Marruecos. La resistencia de los rifeños se hundió, y su principal cabecilla, Abd-el-Krim, cayó prisionero. En enero de 1926 regresaba Primo de Rivera a la península. La pesadilla de Marruecos había terminado[10].

Una vez reconocido el golpe por el Rey, fue el Ejército como institución, no unos generales políticos, quien asumió el poder. Lo hizo, además, creando un régimen que, hasta diciembre de 1925, en que se constituyó un Directorio Civil, fue estrictamente militar y en todo momento -hasta enero de 1930 en que cayó Primo de Rivera- una Dictadura autoritaria (aunque benévola), paternalista, tecnocrática y, a su modo, regeneracionista, y condicionada, desde luego, por la propia personalidad del dictador[11]. A comienzos de 1929, la dictadura parecía consolidada, apoyada y orientada por la Unión Patriótica, partido gubernamental[12]. La labor al frente del Ministerio de Hacienda de José Calvo Sotelo, ministro estrella del general, permitió que en el haber de la dictadura figurara la creación de CAMPSA para la gestión del monopolio de petróleos y la reforma del sistema bancario, con la creación del Banco Exterior de España y del Banco de Crédito Local, así como la reforma del Banco Hipotecario. Por primera vez, el Estado abandonó en España su abstencionismo en materia económica, debiéndose reconocer que la obra de la dictadura fue ingente en inversiones en infraestructuras: carreteras, ferrocarriles, correos y telégrafos y creación en 1924 de la Compañía Telefónica Nacional de España, con la International Telephon and Telegraph (ITT) norteamericana como principal accionista, entre otros logros[13].

La dictadura fue vista como la edad dorada de la clase media española. En las obras públicas fue donde el régimen de Primo de Rivera había conseguido sus mejores logros, al calor de la bonanza económica, mejorándose y creándose nuevas y necesarias inversiones. Inversiones y reformas que, sin embargo, se vieron truncadas en sus expectativas y continuidad ante el estallido del crash bursátil de Wall Street el 24/X/1929, que derivó en la Gran Depresión, que condujo a una profunda recesión mundial, acrecentada en España por las inversiones efectuadas en la Exposición Iberoamericana de Sevilla, junto a la Exposición Internacional de Barcelona, celebrada en la montaña de Montjuic[14].

A ello también venía a sumarse un creciente descontento en las filas del Ejército antes las arbitrariedades de Primo de Rivera. Reaparecen los conflictos sociales, regresando las huelgas. Alfonso XIII, convencido de que la dictadura podía suponer un peligro para la permanencia de la Monarquía, dejó de confiar en Primo de Rivera, quien terminó dimitiendo el 30/I/1930. Alfonso XIII se apresuró a aceptarla presionado por los políticos conservadores y liberales que deseaban volver al parlamentarismo. Primo de Rivera se exilió en París, donde murió dos meses después.

 

EL ARQUITECTO ANIBAL GONZÁLEZ. LA PLAZA DE ESPAÑA

Gracias a su tenacidad, ya en 1914, el rey Alfonso XIII colocó la primera piedra de la futura Plaza de España de Sevilla. Puede decirse que Aníbal González fue el creador de un nuevo estilo, el sevillano, y de esta forma lanza al exterior la imagen renovada de una Sevilla alegre, luminosa, casi de ensueño. En la Plaza de España su lenguaje busca la inspiración en el renacimiento español, y en elementos de la arquitectura barroca romana de Bernini y Borromini: dispuesta en forma cóncava, sus brazos representan el abrazo de España a los países hispanos.

En la Plaza de América proyecta el Pabellón o Palacio de Bellas Artes o Arte Antiguo[15] el influjo es plateresco, de modelos como el palacio de Monterrey de Salamanca, mientras que el palacio Mudéjar[16] sigue la moda orientalizante de los quioscos moriscos del siglo XIX, pero también recoge la influencia de la arquitectura de los Reales Alcázares de Sevilla. Y el Pabellón Real, de marcado estilo gótico.

La Plaza de España albergó el mayor número de espacios expositivos: museo de la Industria, museo de la Historia de Sevilla, Mapa gigante en relieve de España, museos de los ministerios de Trabajo y Fomento, museo del Descubrimiento, museo del Libro, museo de la Imprenta y gran Salón de Actos.

Sin embargo, las obras de la Plaza de España fueron motivo de continuas polémicas que agotaron al arquitecto. Los continuos impagos de sus honorarios motivaron en 1926 una grave crisis al presentar su dimisión de todos sus cargos, teniendo que ser sustituido por Vicente Traver Tomás[17]. Aníbal González falleció el 30/V/1929, días después de la inauguración oficial. Sí Barcelona ha mimado a Gaudí, Sevilla ha ignorado, cuando no despreciado, la obra de Aníbal González, el creador de su proyección exterior: sólo ahora a comienzos del siglo XXI la ciudad ha cobrado conciencia de su deuda de gratitud hacia  quien fue su arquitecto[18].

 

COMISARIOS REGIOS. COLOMBÍ Y CRUZ CONDE

El Ayuntamiento hispalense vio en la Exposición el motivo que justificaba aportaciones estatales para la realización de obras que contribuirían a la mejora de la salubridad de la ciudad, financiando los ensanches imprescindibles en la Avenida de la Constitución y en el Paseo de las Delicias especialmente. Para atraer el apoyo gubernamental, en varias ocasiones, singularmente en 1919, el cabildo se comprometió a realizar una aportación equivalente a la del Estado y a asumir el déficit derivado de la Exposición. En 1929, el Estado liberó al Ayuntamiento de la asunción del déficit, pero el resto de los compromisos obligó al Ayuntamiento a entrar en una espiral de endeudamiento para recabar recursos.

En 1926 se obtuvo un préstamo por diecinueve millones del sindicato de banqueros de Barcelona y del Banco Internacional de Industria y Comercio. Pero la más grave estallaría en 1927, al concertarse una operación crediticia con el Banco de Crédito Local por un importe de cuarenta millones de pesetas, a amortizar en cincuenta años a partir del uno de enero de 1931.

Desde 1923 la figura del Comisario Regio debilitó la posición del Comité Ejecutivo que pasó a depender directamente de la Presidencia del Consejo de Ministros. Los retrasos en la ejecución de los trabajos obligaron a Primo de Rivera a tomar cartas en el asunto: en diciembre de 1925 cesó al conde Colombí[19], Comisario Regio y designó como nuevo Comisario de la Exposición a un hombre de su máxima confianza, José Cruz Conde. Hombre expeditivo, práctico y trabajador incansable. Hombre de total confianza y lealtad a Primo de Rivera. Desempeñó el cargo de alcalde de Córdoba tras la publicación del Estatuto Municipal (marzo de 1924).

En veinte meses al frente del Ayuntamiento cordobés puso en marcha numerosas obras públicas (reordenación del centro, alumbrado y acometida de aguas). Tras aquellos éxitos gestores, el dictador le encargó la Comisaría Regia de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, con motivo de la remodelación del Gobierno a finales de 1925. Entre enero de 1926 y febrero de 1929 simultaneó ese cargo con el de gobernador civil de Sevilla, mientras conservaba el control de la Unión Patriótica en Córdoba.

Cuando el Gobierno de Primo de Rivera asumió el compromiso de celebrar en Sevilla un Certamen que fuera el punto de confluencia de todas las repúblicas iberoamericanas, Portugal y EE.UU., la Dictadura se comprometió personalmente con el éxito del Certamen, y delegó en Cruz Conde la tarea de concentrar toda la energía de la ciudad sobre un único empeño: “organizar el evento con el mayor esplendor en el plazo más breve posible, recuperando el tiempo perdido”[20].

 

EL DESARROLLO DE LA EXPOSICIÓN

La inauguración de la Exposición tuvo lugar el 9/V/1929, después de seis fechas fallidas para su apertura. No fue en absoluto deseada ni buscada su coincidencia con la Exposición Internacional de Barcelona, más bien ello constituyó un perjuicio para su proyección exterior. Ni siquiera se sabía con exactitud la fecha de clausura en aquel mes de mayo, lo que da una idea de los fallos organizativos de la muestra: solo en diciembre de 1929 se concretó que el 21/VI/1930 tendría lugar por el príncipe de Asturias. La familia real permaneció en Sevilla hasta el día trece, y Alfonso XIII visitaría la ciudad en dos ocasiones más. No obstante, hasta finales de 1929 no quedaron rematadas las obras del sector sur, el más alejado y menos visitado de la Exposición.

El único Jefe de Estado que visitó la Muestra fue el de Portugal, Almirante Carmona, con motivo de la semana dedicada a ese país en octubre de 1929, y la personalidad extranjera más relevante fue Edda Mussolini, la hija del dictador italiano y futura condesa de Ciano por matrimonio con Galeazzo Ciano. Fueron fechas en las que se celebró en Madrid una sesión ordinaria de la Sociedad de Naciones, dejándose pasar la oportunidad de que hubiera tenido lugar en Sevilla, lo que hubiera supuesto un elemento publicitario de innegable eficacia[21].

Respecto al diseño de la Exposición  era innegable la perfecta ordenación de la Plaza de España, Parque de María Luisa y Plaza de América. En cambio, las restantes zonas adolecieron de un desorden en la sucesión de los pabellones, con los regionales y provinciales intercalados en la zona sur entre los internacionales lo que daba una sensación de abigarramiento y caos.

Uno de los grandes logros de la Exposición fue la celebración de la denominada Exposición de Arte Antiguo, con dos sedes: el Palacio de Bellas Artes y el Palacio Mudéjar, ambas obras de Aníbal González, situados en la Plaza de América. El Palacio de Bellas Artes acogió más de quinientas obras de pintura, de origen andaluz, así como telas procedentes de la catedral de Toledo y del Monasterio de Guadalupe. Caravaggio, Rafael, Tiziano, Velázquez, Valdés Leal, Zurbarán y Goya pudieron ser admirados por el público de la época.  Por otro lado, el Mudéjar exhibió dos mil trescientas catorce obras, principalmente de artes suntuarias, de origen andaluz y también procedente de las catedrales de Salamanca, Gerona y Oviedo, de cuya sede ovetense se llegó a trasladar la Cruz de la Victoria; esculturas, mobiliario, rejerías, cerámica, damasquinados, artesonados, cueros repujados, casullas y orfebrería eclesiástica.

El emplazamiento total comprendió doscientas hectáreas para ocho pabellones oficiales, doce regionales españoles, siete provinciales andaluces, uno municipal y trece permanentes de estados extranjeros. Los países sin pabellón propio contaron con las Galerías Comerciales como alternativa expositiva.

La gran Plaza de España[22], los tres soberbios palacios de la Plaza de América, el Gran Casino de Sevilla, el Palacio del Aceite, Pabellón de Turismo, Maquinaria, Industrias Generales, Galerías Comerciales y otras amplias edificaciones, fundieron el objetivo y fin artístico y el contenido prácticos del Certamen.

Esta es la relación[23] de los Pabellones Internacionales: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, República Dominicana, Estados Unidos, Guatemala, Méjico, Perú, Portugal, Uruguay, Venezuela, Guinea y Protectorado de Marruecos.

Pabellones Regionales: Aragón Asturias. Barcelona, Canarias, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja y León, Extremadura, Galicia, Reino de Murcia, Navarra, Valencia y Diputaciones Vascas[24]. Pabellones de las provincias andaluzas: Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla[25]. Instalaciones Oficiales: Pabellón de la Prensa, Cruz Roja, Ejército e Industrias Militares, Marina, Turismo, Algodonera, Seda y Tabaco y Stadium de la Exposición.

Destacó también, lo sigue haciendo en nuestros días, el hotel de gran lujo Alfonso XIII, junto a la Puerta de Jerez. Diseñado por los arquitectos José Espiau Muñoz[26] y Francisco Urcola Lazcanotegui[27], con influencia de estilo de la Plaza de España, y con profusión de elementos barrocos sevillanos en bronces, rejerías, artesonados y azulejos. Sigue siendo un hotel de cinco estrellas, de titularidad municipal en régimen de concesión.

Con motivo de la Exposición se celebraron importantes Congresos y Asambleas, en los que se desarrollaron temas de interés diverso, elegidos por el Gobierno español o por entidades oficiales. Destacaron los siguientes: Congreso Farmacéutico Iberoamericano, IV Congreso Internacional de Ciudades, Congreso Internacional de Oceanografía, Congreso Mariano Hispanoamericano, Congreso Internacional de Agronomía Tropical y Congreso Internacional del Café, Congreso de Emigrantes, II Congreso Nacional del Comercio Español en Ultramar, III Congreso Nacional de Historia y Geografía de América, Congreso Cultural Hispanoamericano y Congreso Bancario Iberoamericano. A las cuales hay que agregar otros dedicados a ciencias y sus aplicaciones, al turismo, cuestiones jurídicas, estudios militares, etc. etc[28].

La Iglesia de Sevilla se unió a la Exposición con la celebración del I Congreso Mariano Hispanoamericano que se celebró del 15 al 21 de mayo de 1929[29], bajo la presidencia del cardenal y arzobispo de Sevilla, don Eustaquio Ilundain Esteban[30], legado del Papa Pío XI.

 

NOTICIAS DE LA EXPOSICIÓN. CORREO EXTREMEÑO

El 24/XI/1927 el diario badajocense Correo Extremeño, hacia partícipe a los lectores de esta noticia:

“La Exposición de Sevilla, que grande y justificado interés está despertando en las Américas, va a atraer a la capital de Andalucía mucha gente de aquel continente. Sin contar con los simples curiosos, con los que no tienen intereses directos en la Exposición, se calculan que se dirigirán a Sevilla en 1929 cerca de dos millones de personas”[31].

Un mes después el mismo diario badajocense publicaba en la rotundidad de su titular, la participación de Extremadura en la Exposición: “Intereses regionales. Badajoz y Cáceres concurrirán unidas a la Exposición Iberoamericana. Los señores Sebastián García Guerrero y Rafael Durán Martín (presidentes de las Diputaciones de Badajoz y Cáceres) han conferenciado extensamente sobre este importante asunto”[32].

Don Enrique Segura Otaño[33] escribía un artículo que titulaba El pabellón de Extremadura en Sevilla. Preguntándose ¿Cómo será el pabellón extremeño en el Certamen Iberoamericano de Sevilla?, afirmando:

“Si el arquitecto tiene la fortuna de armonizar proporcionalmente estos elementos característicos de nuestra región; si acierta en las tonalidades y el aspecto de casona vieja y gloriosa, trabajada por el tiempo, donde se combinan estilos diferentes; si llega a plasmar en granito su inspiración levantina, Extremadura, tendrá en Sevilla una casa modesta, limpia, de líneas evocadoras que enseñe al visitante su pasado glorioso y su vida actual”[34].

Fueron fecha coincidentes con los preparativos para la Coronación de la Virgen de Guadalupe que la prensa de Badajoz ponía de manifiesto, pues una comisión de damas hizo entrega al presidente de la Diputación, García Guerrero, de un instancia en la que se solicitaba la cooperación de la Diputación provincial para dar mayor esplendor al homenaje que se ha de tributar a la Virgen de Guadalupe, figurando en la suscripción abierta para adquirir la corona[35].

A comienzos de julio el alcalde Badajoz, Ricardo Carapeto, informaba de la representación de Extremadura en el Comité de la Exposición formado por los comisionados García Guerrero, Carapeto, López Montenegro, Aranguren y Durán, que marcharía a Sevilla, para gestionar el sitio donde ha de construirse el pabellón extremeño, para lo cual contaban con las facilidades que les había ofrecido el gobernador de Sevilla señor Cruz Conde[36].

Un día después, Correo Extremeño apuntaba varias ideas de cómo debería ser la Casa de Extremadura que se edificaría en la Exposición Iberoamericana, apuntado que:

“Si hubiese posibilidad de que delante del palacio de Extremadura se erigiesen media docena de estatuas en bronce de sus más famosos conquistadores. Un esfuerzo más y tendría nuestro pabellón la visión de la grandeza de un pasado que tanto influjo habrá de ejercer en los hijos de las jóvenes naciones americanas que han de venir a la madre Patria con motivo de la Exposición. Todo esto habría de ser lo exterior. Dentro del pabellón, en cambio, habrá que dar la impresión de lo que hoy somos, de lo que hoy valemos. La empresa es de importancia suma; como dijo el señor García Guerrero en la Junta del Gobierno civil, hay que ir a Sevilla como corresponde al pasado y presente de la región extremeña, y nada más prometedor del éxito que la voluntad y tenacidad del señor presidente de la Diputación provincial, tan bien y con tanto entusiasmo acogidas por nuestra primera autoridad civil. ¡Todo sea por Extremadura!”[37].

Tras la reunión celebrada en Sevilla, Correo Extremeño hacia llegar a los lectores la opinión que “el Pabellón de Extremadura no puede ser otra cosa que una manifestación del alma regional en el pasado y en el presente; lo que fuimos y lo que somos”. Solicitando que:

“Cada pueblo extremeño tiene algo que llevar a esa gran manifestación regional. Cada hijo de Extremadura, está obligado a rendir honores a sus hermanos predilectos. Y por eso es preciso que surjan las iniciativas particulares, que hablen las personalidades en artes, historia, industrias, agricultura, ciencias sociales; que digan ellas cómo ha de ser ese pabellón que se proyecta construir en Sevilla, en la entrada misma del recinto de la Exposición, secundando abiertamente la acción entusiasta de las autoridades provinciales que constituyen nuestro Comité ejecutivo”[38].

En el Gobierno civil de Cáceres, un mes después, se reunieron comisiones de Cáceres y Badajoz para tratar de la construcción del pabellón. Se acordó que éste tuviera cuatro fachadas que reproducirán las de las casas más típicas extremeñas, como la de los Guzmanes, Pizarro, etc. Llevará, señalaba la nota, una artística decoración y será amueblado con lujosos muebles[39].

A finales de agosto de 1928, Francisco Higuero Bazaga[40] escribía un artículo que titulaba: Entorno a la Exposición Iberoamericana. Intereses regionales, en el que señalaba “Que la inspiración del glorioso arquitecto (director del proyecto del Pabellón extremeño) colme los deseos de estos iniciadores de la gran obra que, al perpetuar nuestro pasado, perpetuará también a esta generación moderna y consciente, llena de voluntad y amor al solar patrio”[41].

Informaba Correo Extremeño, el 1/II/1929, en portada, que la inauguración de las Exposiciones de Sevilla y Barcelona sufrirá un pequeño aplazamiento. Las causas que lo justificaba era el fallecimiento de la reina, ocurrido el 6/II/1929, doña María Cristina de Habsburgo-Lorena. Aún con esta noticia se daba a conocer las atracciones populares que acogería la Exposición:

Se sitúa a la entrada del Sector Sur de la Exposición, al comienzo de la Avenida de la Raza. Muy cerca del Pabellón de Marina y del Puente de Alfonso XIII. Un emplazamiento que ya de por sí solo es una atracción, relacionando las atracciones que se encontraban en construcción: La Montaña Rusa o ferrocarril de montaña, Warter Chute (choque de agua), Ría misteriosa, Palacio maravilloso de los Espejos, Pabellón chino destinado a dancing. Describiendo que la extensión total del Parque de Atracciones es bastante mayor que los del Luna-Park de París, y aproximadamente del Luna-Park de Berlín. Afirmándose que la Exposición de Sevilla tendrá el más moderno de los Parques de Atracciones[42].

A finales de febrero de 1929, a las puertas de la inauguración, Correo Extremeño, exponía la significación del Certamen que se preveía su inauguración el 7 de mayo:

“Es un acontecimiento artístico jamás igualado; un compendio de la Historia de España, Portugal y las Américas; y una demostración de la riqueza agrícola, industrial y comercial de las veintidós naciones que en ella participan. Este triple carácter la distingue radicalmente de cuantos acontecimientos similares se han celebrado en el mundo”[43].

A finales de marzo se notificaba que procedente de Francia había llegado a la capital hispalense la conocida escultora Anna Vaughn Hyatt Huntington (1876-1973), que ha hecho varios donativos a la Ciudad Universitaria y ha regalado una estatua del Cid[44] para la Exposición de Sevilla.

A pocos días para la inauguración de la Exposición, Correo Extremeño enfocaba un artículo de opinión hacia la importancia del turismo que ésta iba a producir para la región extremeña:

“Todo cuanto se está realizando por el Comité provincial de Badajoz, de acuerdo con el de Cáceres, hace suponer que Extremadura esté dignamente representada en la Exposición Iberoamericana de Sevilla. Siendo, a nuestro juicio, el mejor acierto realizar cuanto sea posible para dar a conocer nuestra región, de la que se tiene, generalmente, un juicio muy equivocado respecto de sus bellezas naturales y del interés histórico, arqueológico y artístico que encierra sus amplios límites, tan extensos, que iguala y aún excede el de algunas naciones”[45].

El 3 de mayo, a menos de una semana para la inauguración, el diario badajocense informaba del Programa de los diferentes actos que se iban a celebrar con motivo de la apertura del Certamen. De la inauguración del servicio exprés Sevilla-Lisboa, pasando por Badajoz. Tren que sólo llevaba asientos de primera clase y camas, incorporaba un coche mixto de primera y tercera clase, Los viajeros por 23,10 pesetas que costaba el billete de tercera clase ida y vuelta de Sevilla, podían utilizan el exprés los sábados y martes para regresar los lunes y jueves. También se informaba que la Secretaría general de Asuntos Exteriores había comunicado que quedaban suprimidos los pasaportes entre España y Portugal para los viajeros que vayan de una nación a otra en el tiempo en que estén abiertas las Exposiciones de Sevilla y Barcelona[46].

 

INAUGURACIÓN. FANTASÍA SEVILLANA DESBORDADA

Aquella esplendorosa mañana primaveral del jueves 9 de mayo, festividad de la Asunción, se celebraba en la Plaza de España de Sevilla la ceremonia inaugural de la Exposición Iberoamericana, cuyas puertas se abrían a miles de sevillanos y visitantes. Por fin, culminaba una ilusión que había tardado veinte largos años en hacerse realidad; años de esfuerzos y esperanzas para los sevillanos, pero también de indiferencias, dudas, obstáculos y pesimismo.

Pese a las trabas, la Exposición dejaba de ser una aspiración y se convertía en una realidad tangible. Emociones y alegrías envolvían a los que en el tan espléndido marco de la plaza, esa joya de Aníbal González, asistían a la apertura del magno certamen, que, como diría Luis Montoto[47] en un artículo que, sobre la inauguración, publicó en el diario La Nación de Buenos Aires, era la fantasía sevillana desbordada.

En los días previos, la ciudad se había estado preparando. Desde unos días antes de la inauguración, en el puerto y próximo al Pabellón de la Marina, estaba fondeada una reproducción de la carabela Santa María; la escoltaban una división de la Armada compuesta por los destructores Velasco, Lazaga y Alcedo, el cabeza de la flotilla Sánchez Barcáiztegui, el crucero Méndez Núñez y cinco submarinos tipo “B” y dos tipo “C”, así como una flotilla portuguesa.

El viernes 10 de mayo, el día después de la inauguración de la Exposición, los reyes de España, que habrían de quedarse en Sevilla hasta el lunes trece, se dedicaron a inaugurar y visitar detenidamente los pabellones internacionales de ocho de las naciones concurrentes, donde fueron recibidos por los correspondientes representantes diplomáticos y comisarios, así como por miembros de las respectivas colonias de residentes en España.

Por razones protocolarias, en función del papel otorgado a Portugal en la Exposición, el primer pabellón visitado fue el luso, a cuya entrada rindieron honores al monarca un destacamento de marineros del Vasco de Gama, uno de los barcos de guerra portugueses fondeados en el puerto que habían participado en la ceremonia inaugural[48].

Para anunciar el evento singular de la Exposición se eligió el Cartel Oficial, que fue encargado a un artista de la talla de Gustavo Bacarisas Podestá (Gibraltar, 1973 – Sevilla, 1971)[49]. El cartel es de una calidad difícilmente superable, por su composición, al servicio de un ibero americanismo evidente, y por un colorido original y especial[50].

 

EL PABELLÓN DE EXTREMADURA

Tras  la inauguración de la Exposición, Miguel Ángel Ortí Belmonte[51], escribía en la Revista El Monasterio de Guadalupe:

“Extremadura se presenta en esta Exposición con un Pabellón que es el conjunto de su psicología arquitectónica, visión de sus palacios, mansiones señoriales y casas fuertes, solar de conquistadores que se despobló por poblar un Nuevo Mundo, al que dio su sangre generosa y sus más preclaros hijos. ¡Viajero! Cuando contemples este Pabellón te transportarás en un viaje íntimo a la tierra extremeña, que es una de las mansiones de tus antepasados”[52].

La Guía Oficial de la Exposición informaba sobre el pabellón extremeño:

“En la avenida de Portugal de la capital hispalense y en la misma línea de los edificios de esta nación, se alza airoso el magnífico pabellón que la región extremeña ha construido con carácter permanente, habiéndosele asignado este emplazamiento, distinto al de las demás regiones españolas, en consideración a la parte tan esencial que cupo a los extremeños en la conquista y colonización de América. El carácter arquitectónico fue confiado a un arquitecto de la Exposición, Vicente Traver Tomás, que visitó las principales poblaciones de Extremadura para estudiar las características de la edificación correspondiente a la época referida. Figuran en la rotonda las estatuas de Pizarro, Cortés y Valdivia. El carácter permanente del edificio permite disponer de una exposición constante de las artes y de los productos de la región extremeña”[53].

La obra “Barógrafo de un lustro: Memoria demostrativa del avance dado por la provincia de Badajoz desde el 13/IX/1923 a igual fecha del 1928”[54], describe como las Diputaciones de Cáceres y Badajoz gestaron la participación extremeña en la Exposición:

“Ninguna región con más títulos a estar representada en el magno Certamen Iberoamericano que Extremadura, cuna de los conquistadores  Así debió estimarlo el Comité de la Exposición al invitarnos a hacer uso de este derecho, y así lo entendieron las Diputaciones extremeñas al aceptar la invitación honrosa. Quedaba, después de esto, dar realidad al propósito armonizado de una concepción brillante nuestra tradición gloriosa, contando con la escasez de tiempo y nuestros medios económicos.

La Diputación de Badajoz y Cáceres acordaron solicitar a los Ayuntamientos el uno por ciento de sus presupuestos y contribuir aquellas a la proporción necesaria para los gastos materiales del Pabellón, que se calculaban en unas doscientas mil pesetas[55]. Todos respondieron al requerimiento, y en breve se dispuso del capital para acometer el empeño. Pero no era esto todo; había que llevar a la Exposición de Sevilla algo que fuera una evocación de nuestras grandezas pasadas, algo que reflejase el espíritu del pueblo de Cortés y de Pizarro, de Valdivia, Balboa, los Sotos y Alvarado; algo que, en el corazón de Sevilla, diera al mundo entero la impresión de esta tierra de héroes donde todavía no se ha perdido el concepto del honor cívico que culminó en la entereza viril de Pedro Crespo.

Comisionado de ambas Diputaciones hizo una excursión por Extremadura el arquitecto Vicente Traver, al que acompañó en las visitas en algunos pueblos el arquitecto señor Arévalo, a fin de estudiar la arquitectura de la región, que tiene, dentro de la traza general de la arquitectura española, rasgos peculiares que le imprimen el carácter que el temperamento y el ambiente marcan también la fisonomía y a las costumbres de sus habitantes. Fruto de esta visita y del talento del autor ha sido el magnífico pabellón, del que ofrecemos al lector unas bellas vistas en los grabados que ilustran el presente libro. Ellas hablan con más elocuencia que nosotros de la severa elegancia, bellas proporciones, serenidad de líneas y riqueza de detalles del pabellón que perpetuará la hermosa Sevilla el recuerdo y el cariño de este pueblo hermano y, como ella, glorioso”.

 

ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS DEL PABELLÓN DE EXTREMADURA

Regreso a la descripción que ofreció Miguel Ángel Ortí Belmonte (Córdoba, 1891-1973), en la Revista Monasterio de Guadalupe[56]. “La fachada principal izquierda es una reproducción del palacio de los Condes de Mayoralgo en la Plaza Santa María de Cáceres. Los muros imitan la sillería granítica del original, con puerta en arco de medio punto, de hermoso dovelaje. Un alfiz de molduraje gótico sobre ménsulas encuadra todo el frente de la fachada, y dos ventanas gemelas con sus arcos de medio punto, entre los cuales se encuentra el escudo de los Ovando-Mayoralgo, y debajo, en anagrama, leyenda latina, que alude a la reconstrucción del Palacio en el siglo XVI. La fachada lateral izquierda, el primer cuerpo representa una torre desmochada del viejo Cáceres; las luchas señoriales ensangrentaron Extremadura en el siglo XV, y los Reyes Católicos le pusieron fin a Cáceres, ordenando rebajar  sus torres a los nobles por las guerras que se hacían desde ellas. Exceptuó a su capitán Diego de Cáceres Ovando, que le había prestado grandes servicios”. El arquitecto Traver Tomás combino elementos del Palacio Episcopal de Cáceres y de la Torre de los Espaderos, coronada por el escudo de Badajoz.

“El segundo cuerpo acoge una histórica puerta, pues por ella entraron victoriosas las tropas de Alfonso IX, y en ella juró Isabel la Católica los fueron y privilegios de Cáceres en 1477. Esta puerta unió a las dos poblaciones, la de extramuros y la nobleza, demoliéndose y construyéndose por obra del maestro Miguel de Lara Churriguera, el conocido Arco de la Estrella, con el templete clásico con una hornacina y la imagen en piedra de la Virgen de la Estrella.

El tercer cuerpo de la fachada reproduce la casa solariega de Gonzalo Pizarro, en Trujillo. Fue Gonzalo Pizarro uno de los más valientes guerreros del Gran Capitán en las conquistas de Italia, y fue el que engendró al héroe de la conquista del Perú, Francisco Pizarro, que al igual que su pariente Hernán Cortés, fueron grandes como guerreros, pero aún más grandes todavía son: el uno, como organizador de las tierras conquistadas, creando municipios, legislando, y el otro como propulsor de la paz, ganadero, agricultor, industrial y colono en la hacienda de Cuernavaca, en Méjico”, afirma Ortí Belmonte. Y seguía: “La casa de los Pizarro tiene la entrada por un arco apuntado, cuyo dovelaje arranca de molduras que hace de capiteles de las jambas. Sobre la puerta, el escudo de Gonzalo Pizarro, dos osos rampantes sobre un pino, con bordura de sotuer, y a la derecha el escudo de Trujillo”.

Fachada posterior. “Una de las más rancias familias cacereñas fue la de Solís Ovando; remonta su origen a la batalla de las Navas de Tolosa, poblando Cáceres con Alfonso IX. El primer cuerpo de esta fachada reproduce su casa solariega, la llamada Casa del Sol, por su escudo. La reja ha sido sustituida por una reja típica extremeña. En esta casa se ve predominante todavía el escudo mudéjar. El escudo que le concedió Alfonso VIII al Solís que concurrió a las Navas de Tolosa: un sol radiado y rodeado de ocho cabezas de lobo, rojas, en campo de oro. El lienzo de muro a continuación, reproduce parte de la tapia del Monasterio de Yuste, donde Carlos I vino a morir en uno de los rincones más bellos del mundo”.

En la fachada lateral derecha. “En el ángulo, el escudo de aquel gran monarca, memoria gráfica que mandó a erigir su hijo Felipe II. Debajo hay una lápida y en letras capitales aparece grabada la siguiente inscripción: “En esta santa casa de S. Hierónimo de Yuste se retiró a acavar sus vida, el que toda la gastó en defensa de la fe y en conservación de la justicia. Carlos V emperador rey de las Españas, cristianísimo invictísimo, murió a 21 de septiembre de 1558”. La puerta del patio de la fuente es una reproducción exacta de la del convento de Santa Clara de Zafra[57]. De uno de los patios del Pabellón se alza una torre, que es de la casa de los Golfines. En ella el escudo de los Reyes Católicos y el de los Golfines, con el emblema Fer de Fer[58]. Uno de los frentes de la torre repite el escudo de los Golfines, y en una cartela, la leyenda: Esta es la casa de Extremadura. El histórico palacio de los Golfines de Cáceres es el testimonio vivo de su historia”.

“El escudo esgrafiado de lienzo de pared es del palacio del comendador Hernando de Ovando en la Plaza de Santa María de Cáceres, pertenece a doña Leonor de Ovando Vera de Aragón, condesa de la Encina, y es del siglo XVIII. Sobre águila explayada con corona floreteada al cuello y en el pico filatelia con lema Verita Vincit, el escudo partido en cuatro cuarteles, corresponde a los apellidos Vera, Cáceres, Fajardo y Rocafull. Las arcadas de las galerías cubiertas están inspiradas en el claustro mudéjar del Monasterio de Guadalupe. Este  patio tiene una fuente gótica, reproducción de otra de la catedral de Plasencia. El brocal de la fuente es poligonal, con adornos de crucería; en una de sus caras ostenta el escudo de don Gutiérrez de Carvajal, obispo que fue de Plasencia en el siglo XVI”.

El Pabellón fue inaugurado por el rey Alfonso XIII el 30/X/1929, acompañado por los infantes Jaime, Beatriz y Cristina, además del general Primo de Rivera y otras autoridades[59]. El Pabellón acogió diferentes actos y muestras, desde exhibiciones comerciales a diferentes secciones culturales: de Bellas Artes (lienzos, orfebrería, tallas, mobiliario antiguo y una buena representación de los artistas extremeños de la época, del traje regional, prensa, libro español, documentos históricos y fotografías[60].

Adelardo Covarsí y Juan Caldera se encargaron de la coordinación para seleccionar la representación de los artistas extremeños en la Exposición, donde la temática regionalista fue la única de las opciones a mostrar, participando además Eugenio Hermoso, Antolín Romero de Tejada, José Bermudo Mateos, Fernando Moreno Márquez, Rubio Donaire, Conrado Sánchez Varona, Nicolás Megía y Felipe Checa.

El recorrido propuesto por el Pabellón, desde su entrada por el Arco de la Estrella y pasar por el Patio del Obelisco, se encontraba a la izquierda con la llamada Sala de Zurbarán, en ella se exponían pinturas y esculturas. Desde el Patio se accedía a dos galerías con vitrinas dedicadas a productos agropecuarios. La planta baja acogía una cocina con trajes populares y objetos folklóricos[61]. Junto con otro Patio conocido por el de la Fuente. Desde él, por la puerta de Santa Clara, se salía hacia el exterior. Contando también con otra salida por medio de la Puerta de Trujillo[62].

En la planta superior estaba la Sala de Morales o de los Escudos, por estar en esa estancia los escudos de los partidos judiciales de la región, junto con obras de arte moderno. Tras dejar esta sala se pasaba al Salón de la Historia, creado para acoger objetos de mayor valor histórico, como documentos y libros del período medieval y moderno, piezas arqueológicas o de arte antiguo, joyas y mapas explicativos del papel que hizo Extremadura en la conquista y colonización de América. El pasillo de entrada del Pabellón, la galería del Patio de la Fuente, la sala de recepciones, la galería alta del patio principal, el Salón de la Historia y el distribuidor de la escalera, acogieron la exposición de cuatrocientas cuatro fotografías[63]. Una gran muestra con los monumentos y pueblos de la región, enfocada a promover el turismo y completada con la edición de guías y folletos turísticos, destinados a mostrar Extremadura a los visitantes de la Exposición[64].

La ciudad de Trujillo aportó a la Exposición ocho documentos que se exhibieron en una de las vitrinas de la Sala de la Historia:

Privilegio de Carlos V concediendo mercado franco los jueves a Trujillo. Carta de la Reina Dña. Juana para que se cumpla una Real Provisión sobre empréstitos pedidos al Obispado de Plasencia. Carta de D. Juan de Austria pidiendo a Trujillo 50 jinetes para la Guerra de las Alpujarras, año 1569. Cédula de Fernando el Católico, transcribiendo a Trujillo cláusula del testamento de Isabel I sobre su enterramiento y honras, año 1504.  Carta de Carlos V al Ayuntamiento de Trujillo comunicando la muerte de Fernando el Católico. Carta de Fernando el Católico sobre repartimiento de oficios concejiles entre los Bejaranos y otros linajes, año 1478. Carta de Juan II quitando a Pedro de Zúñiga el Señorío de Trujillo, año 1441. Privilegio de Ciudad concedido a Trujillo por Juan II, año 1432[65].

La Diputación de Cáceres presentó de su Archivo Provincial un total de veinte documentos relacionados con el Real Monasterio de Guadalupe[66].

 

EL REAL MONASTERIO DE GUADALUPE EN LA EXPOSICIÓN

La presencia de la Real Casa de Santa María de Guadalupe quedaba justificada con el comentario que al respecto realizó fray Carlos Gracia Villacampa (ofm):

“Entre las notas características de la Exposición de Sevilla, la que se destaca con más fuerza es la evocación maravillosa del descubrimiento y colonización de América. De aquí que Guadalupe, tan íntimamente relacionado en aquel gesto épico de la Raza con la gran metrópoli andaluza, no podía faltar en el gran certamen hispanoamericano de Sevilla”.

Al acceder al Palacio de Bellas Artes de la Exposición, situado en la Plaza de América, y sobre una mampara de talla renacentista, se encontraba colocado el gran tapiz con el escudo del Monasterio, bordado en 1618 por fray Francisco de Sigüenza[67], y, ya, dentro del pabellón, y en la otra cara del cancel, estaba, asimismo, el tapiz que bordó en 1681 Jerónimo de la Fuente[68], bordador de Guadalupe, sobre rico paño de tisú. Una alfombra tapiz que en 1678 regaló al Monasterio la duquesa de Aveiro. Y luego en ocho vitrinas[69], documentos y objetos. En la vitrina primera, siete documentos y piezas. En la segunda catorce documentos y objetos. En la tercera doce. En la cuarta ocho. En la quinta siete. La sexta vitrina diez. En la séptima nueve. Y en la octava siete. En total setenta y cuatro[70]. Entre las piezas y documentos destacaban:

Dalmática del terno “Tanto Monta”. Su riquísimo brocado fue de un vestido de Isabel la Católica que ella misma regaló a la Virgen de Guadalupe[71]. 2) Carta de Isabel la Católica al Prior de Guadalupe, dándole cuenta de la toma de Granada, el mismo día que se conquistó la ciudad. Granada 2/I/1492. 3) Crucifijo de marfil tallado por Miguel Ángel y regalado al Monasterio por Felipe II en 1589, como coronamiento de su Escritorio, hoy Sagrario del altar mayor. 4) Busto-relicario de Santa Inés, labrado por Giraldo de Merlo[72] a principios del siglo XVII. 5) Libro Coral, escrito e iluminado en el Monasterio a mediados del siglo XV. 6) Carta de los Reyes Católicos al Corregidor de Trujillo ordenando que, conforme al privilegio que tenía el Monasterio, ningún escribano de fe ni actué en Trujillo y su tierra sin recibir el nombramiento del Prior de Guadalupe. Sevilla,  8/XII/1490. 7) Manga procesional con bordado de gusto plateresco, de mediados del siglo XVI[73]. 8) María Magdalena penitente. Talla de finales del siglo XIII. 9) Collarines del Terno rico, bordados a mediados del siglo XVI por Pero López[74], maestro de la Bordaduría del Monasterio[75]. 10) Manuscrito llamado Libro de Horas del Prior, escrito en vitela y profusamente iluminado[76]. 11) Manto de la Virgen de Guadalupe, bordado en hilo y lentejuela de oro en 1776, por fray Cosme de Barcelona, jerónimo de Guadalupe[77]. 12) Dibujos-bocetos del escultor Egas Cueman[78] para el sepulcro de los Velasco[79], construido por aquel artista (1467-1480) en la capilla Santa Ana del Monasterio. (Los tres bocetos llevan la firma de su autor)[80].

Concluyo con la apreciación que dejó impresa Miguel Ángel Ortí Belmonte sobre la impronta que debía dejar la Exposición de 1929 ante el visitante extranjero:

“Si has venido a España a visitar este Certamen, no dejes de recorrer los lugares más interesantes de Extremadura. Badajoz y Cáceres están sobre la ruta turística de Lisboa a Sevilla. Mérida, verdadera joya del arte romano, es nudo de comunicaciones para visitar pueblos y castillos y obras arquitectónicas; Alburquerque, Jerez de los Caballeros y Medellín, entre otros muy característicos, como los de la Serena, de costumbres arcaicas. Desde Mérida se llega a Cáceres, la ciudad más evocadora, por sus palacios de la Alta Extremadura, y pueden recorrerse ciudades de una emoción como Alcántara, con su majestuoso puente romano; Plasencia y Coria, relicario de arte religioso; Trujillo, cuna de los Pizarros, para llegar a Guadalupe, arca santa de la Historia de España. Si el viajero es además hijo de América del Sur, y sabe gozar las emociones de la raza conquistadora y colonizadora, sentirá una de las satisfacciones más grandes de su vida”[81].

La Exposición Iberoamericana de Sevilla, fue un certamen que miró al pasado, a un pasado glorioso más que al mundo de la técnica y la innovación tecnológica. Los promotores no ocultaron nunca ese afán de exaltación de glorias imperiales pasadas. Pero fue una Exposición Moderna al aspirar a promocionar el desarrollo turístico.

 

FUENTES CONSULTADAS

 

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LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA DE SEVILLA (1929-1930); HISTORIA DE UN EMPEÑO Y UNA ILUSIÓN. Conmemoración de los noventa años de la inauguración de la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929-1930). Real Academia de la Historia. Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado. Madrid. 2019

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[1] La Revista de las Españas se editó en Madrid entre 1926-1936, de vocación americanista. Vinculada a la Unión Iberoamericana, su primer número aparecía en 1926, durante la dictadura de Primo de Rivera, reemplazando al boletín homónimo de la organización Unión Iberoamericana, En ella participaron, por la parte española, autores como Ernesto Giménez Caballero, Benjamín Jarnés, Niceto Alcalá Zamora, Dámaso Alonso, Américo Castro, Ramón Gómez de la Serna, Ramiro de Maeztu o Ramón Pérez de Ayala, entre otros muchos. LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA DE SEVILLA (1929-1930); HISTORIA DE UN EMPEÑO Y UNA ILUSIÓN. Conmemoración de los noventa años de la inauguración de la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929-1930). Real Academia de la Historia. Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado. Madrid. 2019, p.449.

[2] Fue el principal periódico de la colectividad de inmigrantes españoles en la Argentina desde comienzos del siglo XX. Fue fundado por españoles en 1905, dirigido por Justo S. López de Gomara, prolongándose su edición los años cuarenta de aquel siglo. Sus redactores prestaron especial atención a las informaciones referentes a la madre Patria y a la colonia local. GARCÍA SEBASTIANI, M.: “Prensa e identidad de los españoles inmigrantes en la Argentina: el Diario Español de Buenos Aires en los comienzos del siglo XX”. En El Mediterráneo y América: Actas del XI Congreso de la Asociación Española de Americanistas/coord. Por J.J. Sánchez Baena y L. Provencio Garrigós, Vol. II, 2006.

[3] (1867-1927)  sevillano ejerciente, inquieto por el progreso de la ciudad, que participó muy joven en los fastos del IV Centenario del Descubrimiento de América. Fue propietario de una fábrica de vidrios y en su condición de empresario ya había participado en ferias de muestras de ámbito provincial sevillano.

[4] Dejaron multitud de huellas, no sólo en las costumbres, sino en el urbanismo y el arte. Como mecenas, los duques cedieron a la ciudad multitud de cuadros de los mejores pintores. En cuanto a la arquitectura, participaron en la restauración de numerosas iglesias y monumentos; así como fueron los impulsores del gran pulmón verde de la ciudad, el parque de María Luisa, o de edificios tan característicos como el Costurero de la Reina.

[5] Se concibió para instalar la sede del colegio-seminario de la Universidad de Mercaderes, fue Palacio Real, Seminario y en la actualidad alberga la Presidencia de la Junta de Andalucía.

[6] Barrio residencial de Sevilla, cuyo nombre significa “Ciudad del Sol” en griego. Fue proyectado por el arquitecto Fernando de Escondrillas y Luis de Alburquerque en 1929 con motivo de la Exposición Iberoamericana de Sevilla.​ Sus viviendas unifamiliares se acogen al estilo regionalista.

[7] (Sevilla, 1876-1929). Principal referente del regionalismo andaluz de principios del siglo XX. Vicepresidente del Ateneo de Sevilla. Arquitecto en jefe de las obras de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, aunque dimitió en 1926, tal vez por extenuación física y mental, o tal vez le fuera en realidad arrebatado de las manos por el dictador Miguel Primo de Rivera, quien nombró comisario regio a José Cruz Conde, sucesor de Aníbal González. Aníbal González, se inspiró en diferentes estilos, los cuales pudo incluso combinar, tratando de usar materiales tradicionales. Siempre aportó un toque personal y sevillano a todos sus edificios.

[8] LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA DE SEVILLA… Op. cit., pp. 11-12.

[9] CABRERO NIEVES, J.J.: “El Parque María Luisa y la Exposición Iberoamericana”. Prólogo. Recurso web http://exposicioniberoamericanadesevilla1929.blogspot.com/  consultado el 25/I/2023.

[10] COMELLA, J.L.: Historia de España moderna y contemporánea. Madrid, 1989, p. 364.

[11] FUSI, J.P. y PALAFOX, J.: España: 1808-1996. El desafío de la Modernidad. Madrid 1998. p. 239.

[12] CARO CANCELA, D.: “La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)”. En Historia contemporánea de España, Tomo II. Javier Paredes (coord.), Barcelona 2000, p.469.

[13] LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA DE SEVILLA (1929-1930)… Op. cit., p.10.

[14] Se celebró del 20/V/1929 hasta el 15/I/1930. Se desarrolló en una superficie de ciento dieciocho hectáreas, y tuvo un coste de ciento treinta millones de pesetas. Su objetivo era dar a conocer los adelantos tecnológicos y a la vez proyectar internacionalmente la industria catalana.

[15] Actual Museo Arqueológico de Sevilla, proyectado en 1910 dentro del primer diseño para la Exposición Iberoamericana. Se inscribe formando parte del conjunto de la Plaza de América y del Parque de María Luisa. El edificio quedó finalizado en 1919. Diseñado por Aníbal González y bautizado como Palacio del Renacimiento, fue el edificio más caro de la Plaza de América duplicando el presupuesto del Pabellón Mudéjar.

[16] En la actualidad Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla. Fue planteado como pabellón de Industrias, Manufacturas y Artes Decorativas. Finalmente, se le llamó pabellón de Arte Antiguo e Industrias Artísticas. Se trata de un edificio proyectado en 1913 y construido en 1914 por Aníbal González, autor también de los otros edificios levantados en la misma plaza de América. Es de ladrillo visto con motivos decorativos de cerámica. Por su estilo arquitectónico, fue conocido como el pabellón Mudéjar.

[17]  (Castellón de la Plana, 1888-Alicante, 1966)​ Arquitecto español titulado por la Escuela de Madrid en 1912 y activo principalmente en Sevilla. Galardonado en 1926 con la medalla de oro de la exposición de Arte Decorativo de Paris y con el Gran premio de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, fue presidente de la Asociación General de Arquitectos en 1927 teniendo un papel decisivo en la Exposición, donde realizó proyectos, entre ellos el Pabellón de Extremadura, y la supervisión artística de pabellones particulares y oficiales.

[18] LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA DE SEVILLA (1929-1930)… Op. cit., pp.13-14. Aníbal González también dejó algunas obras fuera de Sevilla y provincia. En la provincia de Badajoz, concretamente en Zafra, en la calle Gobernador núm.9, hay un inmueble proyectado por este ilustre arquitecto.

[19] Fernando Barón y Martínez Agulló (La Coruña, 1875-Sevilla, 1929). En 1915 el Ayuntamiento de Sevilla acordó nombrarlo hijo adoptivo de la ciudad como reconocimiento a su proyecto de Reforma de Sevilla ante la Exposición Iberoamericana. Entre 1922-1925 desempeñó el cargo de comisario regio de la Exposición. Presentó una moción proponiendo la ampliación del certamen para dar cabida a Brasil y Portugal que fue aceptada. Colombí sucedió al que había sido primer Comisario, el conde Urbina, Federico de Amores Ayala. LEMUS LÓPEZ, E.: “La Exposición Iberoamericana en los años de la Dictadura: las dos Comisarias Regias: Colombí y Cruz Conde (1923-1929). En Actas VI Jornadas de Andalucía y América. Escuela de Estudios Hispano-Americanos, C.S.I.C., Universidad Hispanoamericana Santa María de la Rábida, 1987, p.83.

[20] LEMUS: La Exposición Iberoamericana… Op.cit., p.88.

[21] LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA DE SEVILLA (1929-1930)… Op. cit., p.15. El número de visitantes ascendió a 811.975, según cifra Eduardo Rodríguez Bernal en su obra “La Exposición Iberoamericana de Sevilla”.

[22] Acoge en la actualidad dependencias estatales, como el Cuartel general de la Fuerza Terrestre del Ejército de Tierra, en el edificio que en tiempos albergó la Capitanía General, así como la Subdelegación del Gobierno. En 2010 se completó su restauración integral, en especial los bancos y balaustradas en azulejo, se llenó de nuevo la ría, se habilitó la circulación de barcazas y se erigió frente a la plaza un monumento al arquitecto Aníbal González Álvarez-Ossorio.

[23] Tomado del Blog “Exposición Iberoamericana de Sevilla, 1929” de Juan José Cabrero Nieves. Recurso web http://exposicioniberoamericanadesevilla1929.blogspot.com/ consultado el 25/I/2023.

[24] Los pabellones de las regiones españolas y de las provincias andaluzas, situados en la zona sur del recinto de la Exposición. De todos ellos solamente se han conservado dos vestigios, el pabellón vasco, que en la actualidad es el Centro Regional de Oncología del Hospital Duques del Infantado, y una torre del pabellón de Córdoba en la avenida Reina  Mercedes.

[25] Diseñado por Vicente Traver como Teatro-Casino de la Exposición, inaugurado con una representación “El vergonzoso en palacio” de Tirso de Molina. Es el actual Teatro Municipal Lope de Vega. Su estilo es Napoleón III o Segundo Imperio.

[26] (Sevilla 1879-1938). Desarrolló la mayor parte de su tarea profesional en su ciudad natal. Considerado uno de los principales arquitectos del estilo tradicionalista y regionalista de la primera mitad del siglo XX que se desarrolló en Sevilla.

[27] (San Sebastián, 1873-1943) Estudió la carrera de Arquitectura en Barcelona y en 1899 obtuvo el título de arquitecto. Extraordinario aficionado a la música, fue académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Proyectó el Pabellón Vasco que obtuvo el Gran Premio de la Exposición de Sevilla.

[28] LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA DE SEVILLA (1929-1930)… Op. cit., pp.91-93

[29] Uno de los aspectos destacados fue la celebración de una exposición de arte mariano en la Colegiata del Divino Salvador, en el que se exhibieron, entre magníficas muestras escultóricas de la devoción hispalense, varios pasos de palio y de gloria. Desde la prensa de Badajoz se recomendaba que en el programa de las fiestas que se celebren durante la Exposición, en el Congreso Mariano, no puede faltar el recuerdo, la visita a Guadalupe. CORREO EXTREMEÑO, núm. 7.455, 5/II/1928, p.1

[30] (Pamplona, 1862 – Sevilla, 1937). Preconizado arzobispo de Sevilla en diciembre de 1920 y creado cardenal en 1925. Afrontó las dificultades de la Sevilla de Primo de Rivera, la eclosión de hermandades, el naciente anticlericalismo, los años de la República, la persecución religiosa y el inicio de la Guerra Civil. Realizo la venta, previa autorización, del parque del palacio de San Telmo para la Exposición Iberoamericana.

[31] CORREO EXTREMEÑO, núm. 7.394, p.4. Su nacimiento fue producto de la fusión entre Correo de la Mañana y Noticiero Extremeño. La nueva empresa tuvo en la dirección al escritor José López Prudencio, comenzando sus publicaciones en noviembre de 1927 y concluyendo en agosto de 1931.

[32] Ibídem, núm.7.411, 22/XII/1921, p.1. En la época que se estudia, inserta en la Dictadura de Primo de Rivera, no existía una entidad regional única que representara igualitariamente a las dos provincias extremeñas. Por tanto la única forma que había a la hora de hacer proyectos y programas regionales pasaba por las Diputaciones Provinciales.

[33]  (Estella, Pamplona 1882- Badajoz 1975). Ensayista y escritor fecundo. Colaboró con varios periódicos de España y Portugal, entre ellos Nuevo Diario, Correo de la Mañana y Correo Extremeño. Traductor de obras lusas y cronista de los avatares de Badajoz. Firmaba en ocasiones con el seudónimo ‘Fabián Conde’. Comprometido con los movimientos culturales. Fue Presidente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País y Director de la Revista de Estudios Extremeños.

[34] CORREO EXTREMEÑO, núm. 7.625, 21/VIII/1928, p.1

[35] Ibídem, núm.7.564, 10/VI/1928, p.2. Coronada el 12/X/1928 por el cardenal y arzobispo de Toledo don Pedro Segura Sáenz, Legado Pontificio, en presencia del rey Alfonso XIII. ARÉVALO SÁNCHEZ, A.: Guadalupe, siglo XX (El primer siglo franciscano). Sevilla 2004, p.219

[36] Comisario regio de la Exposición. CORREO EXTREMEÑO, núm.7.584, 4/VII/1928, p.2.

[37] Ibídem. núm.7.585, 5/VII/1928, p.4.

[38] Ibídem. núm.7.590, 11/VII/1928, p.5.

[39] Ibídem. núm. 7.613, 7/VIII/1921, p.1.

[40] Redactor de Ecos Aldeanos, colaborador de El Brocense, Nuevo Día, Extremadura Agraria, Ara y canta y colaborador de Correo Extremeño.

[41] CORREO EXTREMEÑO, núm.7.633, 30/VIII/1928, p.4.

[42] Ibídem. núm.7.243, 23/II/1929, p.8.

[43] Ibídem. núm.7.246, 27/II/1929, p.7. Eran miembros del Comité Provincial los señores García Guerrero, Triviño, Covarsí, Carapeto, de Miguel, Alba, Federico Abarrátegui, Borrallo, Pacheco y Rodríguez Moñino. Adelardo Covarsí por Badajoz y Juan Caldera por Cáceres coordinaron los temas culturales.

[44] El Cid aparece montado en su caballo, Bavieca, en actitud triunfante. Sobre un alto pedestal de piedra de base rectangular diseño del arquitecto Vicente Traver y Tomás, autor del Pabellón de Extremadura.

[45] CORREO EXTREMEÑO, núm.7.287, 17/IV/1929, p.8.

[46] Ibídem. núm.7.301, 3/V/1929, pp.1, 2 y 4.

[47] (Sevilla, 1851-1929). Poeta y cronista de Sevilla.

 

[48] DIARIO DE LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA. Sevilla 9 de mayo de 1929 – 21/VI/ 1930. Congreso Internacional sobre la Exposición Iberoamericana. Recurso web https://www.eldiariodelaexposicion.com/post/9-de-mayo-de-1929, consultado el 26/I/2923.

[49] Nombrado académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando e hijo predilecto de Gibraltar. En 1966 recibió la Medalla de Oro del Ateneo hispalense. Su obra es fundamentalmente paisajística, en ella prevalece el denominado colorido bacarisiano y ciertos atisbos fauvistas. Abordó con maestría el retrato y la figura. Sentó las bases de un determinado estilo en la pintura sevillana de carteles y realizó los diseños de decorados y vestuario para las óperas.

[50] ICAS. INSTITUTO DE LA CULTURA Y LAS ARTES DE SEVILLA. Recurso web https://icas.sevilla.org/espacios/sahp/noticias/luz-29, consultado 20/II/2023

[51] (Córdoba, 1891-1973) Director de la Escuela de Magisterio, director del Museo de las Veletas, Cronista Oficial de Cáceres, Catedrático de Historia, Secretario de la Comisión de Monumentos de Cáceres. Académico correspondiente de las Reales Academias de la Historia, Bellas Artes de San Fernando, del Mediterráneo de Palermo y del Instituto Bouchard de Estudios Históricos Navales de Buenos Aires. Socio de Honor de la Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País de Badajoz. CORRALES GAITAN, A.J.: “D. Miguel Ángel Ortí Belmonte: Sus tres emociones históricas vividas en Cáceres”. En XXXII Coloquios Históricos de Extremadura, año 2003.

[52] ORTÍ BELMONTE, M.A.: “Extremadura en Sevilla, Descripción de los elementos arquitectónicos del Pabellón de Extremadura en la Exposición Ibero-Americana”, En Revista El Monasterio de Guadalupe, Año XIV, número 213, noviembre 1929, p.350.

[53] LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA DE SEVILLA (1929-1930)… Op. cit., p.63. El edificio se alzaba en una parcela de 890 m2, a espaldas de la Plaza de España, en un lugar privilegiado del certamen y muy alejado del resto de pabellones regionales. Cf. VALADÉS SIERRA, J.M.: “La aportación cacereña al Pabellón de Extremadura en la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929). En Revista de Estudios Extremeños, Tomo LXIX, Núm. III, 2013, p.1.818.

[54] Impreso en Madrid, Imprenta Artística Sáez Hermanos, 1929, pp. 217-218. La publicación “Barógrafo de un lustro” fue una memoria que se realizó sobre la provincia de Badajoz con motivo del 5º aniversario del gobierno de Primo de Rivera (entre 1923 y 1930). En la citada memoria se pretendió glosar los beneficios que la dictadura procuró a nuestra provincia con avances en escuelas, carreteras, ferrocarriles, saneamiento, agricultura, etc. Todo ello acompañado de fotografías de gran valor histórico. Dedicando veinte páginas a la Unión Patriótica. Sus miembros  lo conformaban conservadores, mauristas, tradicionalistas, católicos y monárquicos. El partido llegó a tener un millón de afiliados en su mejor momento, cifra nada desdeñable, pero solamente un minoría se integró por genuinas razones ideológicas.

 

[55] El diario Correo Extremeño del 31/VIII/1928, informaba que el Pleno Municipal de Almendralejo aprobaba por unanimidad contribuir con el uno por ciento del presupuesto municipal para la Exposición Iberoamericana de Sevilla. Era alcalde Francisco Montero de Espinosa y de la Barrera.

[56] ORTÍ BELMONTE: “Extremadura en Sevilla… Op.cit., pp.350-352. Siendo Extremadura uno de los territorios españoles cuya presencia era ineludible, se organizó un pabellón inspirado en los monumentos de los cascos históricos de las principales ciudades de la región.

[57] Fundado en 1428 por Gomes I Suárez de Figueroa, primer señor de Feria, y su esposa Elvira Laso de Mendoza, hermana del marqués de Santillana, con la intención de satisfacer la vocación religiosa de sus hijas Isabel y Leonor. Así, en su comienzo, el monasterio de Santa María del Valle ejemplifica el espíritu de santa Clara, pues sus primeras abadesas, de noble abolengo como ella, abandonan su privilegiado entorno para profesar y vivir en pobreza.

[58] Podría hacer honor a Fernando Golfín, quien fue escudero del infante don Fernando, o representar un símbolo de prestigio del Camarero aludiendo a sus vínculos con Fernando el Católico y con su nieto, el infante don Fernando. Cf. Recurso web https://palaciogolfinesdeabajo.com/el-palacio/historia/ Consultado el 30/I/2023.

[59] VALADÉS SIERRA: La aportación cacereña… Op.cit. p.1.823. De la visita e inauguración dejó constancia gráfica el fotógrafo Juan José Serrano (Arenas de San Pedro, 1888-Sevilla, 1975), que fue galardonado con la Medalla de Oro de la Exposición Iberoamericana de Sevilla por la cobertura fotográfica que hizo de la muestra. BRAOJOS GARRIDO, A.: “La fotografía de prensa como fuente histórica. Un modelo de referencia: la aportación sevillana”. En Imagen e Historia. Ed. Mario P. Díaz Barrado, Madrid, 1996, p.74.

[60] GALÁN FAJARDO, E.: “De la Exposición Universal de Sevilla de 1929 al siglo XXI. Tratamiento digital de la documentación expuesta por el archivo de la Diputación de Cáceres”. En Jornadas Antonio Varés, Gerona, 2002, p. 337.

[61] Tuvo repercusión en la Exposición e influencia sobre posteriores montajes del mismo tipo en Extremadura, siendo muy valorada por la Familia Real el día de su inauguración.

[62] VALADÉS SIERRA: La aportación cacereña… Op.cit. pp.1.825-1.834.

[63] Fotografías de Fernando Garrorena, F. Olivenza, Alfonso Trajano, Marcial Bocconi, Joaquín Carpintero y Vadillo de Badajoz. Y por parte de Cáceres, Javier García Téllez y Tomás Martín Gil. Trescientas nueve fotografías eran de la provincia de Badajoz y noventa y cinco de Cáceres. FLÓREZ RODRÍGUEZ, A.M.: “Trajano y sus estampas”. En Revista de Historia de las Vegas Altas, núm.5, 2013, p.38. Las de Cáceres fueron instantáneas tomadas en Alcántara, Brozas, Cáceres, Coria, Guadalupe, Plasencia, Trujillo, Valencia de Alcántara y Yuste.

[64] GALÁN FAJARDO: De la Exposición Universal de Sevilla… Op.cit. p. 337.

[65] VALADÉS SIERRA: La aportación cacereña… Op.cit. pp.1.841-1.842.

[66] Ibídem, pp.1842-1844. Entre ellos cartas dirigidas al Prior del Monasterio por Felipe V, María Luisa Gabriela de Saboya, Luis I, Fernando VI, reina Gobernadora, Carlos III y Carlos IV.

[67] Ingresó en el Monasterio en 1612 y del que se conservan obras como el Frontal de San Jerónimo, también denominado Frontal Rico.

[68] Se le atribuyen obras como el terno de color negro llamado ‘El Rico’, realizado entre 1668-1672, así como la ‘Capa Rica’ (1660-1664) confeccionada con cenefas de imaginería.

[69] GRACIA VILLACAMPA, C. (OFM): “Guadalupe en la Exposición de Sevilla”. En Revista El Monasterio de Guadalupe, año XIV, núm. 213, 1929, p.303.

[70] Veintiocho eran documentos. Especialmente cartas de los Reyes Católicos, de la reina Isabel la Católica y don Fernando el Católico. Once fueron libros corales.

[71] Se empleó un rico brocado de tres altos, con terciopelos recortados de color verde sobre fondo de oro. Constituida por numerosos remiendos para ensamblar las diferentes piezas que la componen.

[72] De origen flamenco, (cerca 1574-Toledo, 1629). Escultor. Autor de la labor escultórica del Retablo Mayor de Guadalupe. Además de los bultos funerarios de Enrique IV y su madre, María de Aragón. También labró la imagen de Santa Catalina que preside su capilla, junto con las estatuas funerarias de Dionís de Portugal y doña Juana de Castilla.

[73] Obra del guadalupense Pero López. Conocida por el nombre del Trapo viejo, una de las obras más importantes de la historia del bordado español. Consta de dos partes: el cuerpo, o parte inferior, y el cono superior. Las escenas bordadas son Epifanía, Nacimiento, Circuncisión y Asunción de la Virgen.

[74] Fue un bordador seglar, natural de la Puebla de Guadalupe, hermano de Gregorio López y del platero Alfonso López, el mozo. RUBIO CEBRIÁN, G. (OFM): Historia de Ntra. Señora de Guadalupe, Sevilla 1926, p.451.

[75] El taller de bordadura guadalupense alcanza uno de sus momentos estelares, lo que, en buena medida, se debe a la presencia del bordador Pero López y al desarrollo de técnicas de bordado con sedas y metales preciosos sobre telas donadas, técnica en la que el taller del monasterio de Guadalupe destacará tanto por la destreza de sus maestros como por la riqueza de las telas disponibles en el taller. PIZARRO GÓMEZ, F.J.: “El taller de bordado de Guadalupe”. En, Guadalupe. Siete siglos de fe y de cultura. Coord. García Rodríguez, S. Madrid. 1993, p.369.

[76] Trabajo realizado para el prior fray Nuño de Arévalo (1483-1495), que fue ejecutado en la última década del siglo XV. En su elaboración intervinieron varios iluminadores, que decoraron los doscientos folios del libro según las diversas corrientes artísticas en boga por esos años en Europa. MOGOLLÓN CANO-CORTÉS, P.: “El diurnal del Monasterio de Guadalupe y el libro iluminado de uso privado durante la Edad Media”. En Norba-Arte XX-XXI, 2000-2001. UEx, p.42

[77]Nacido en Barcelona en 1738 (nombre de pila Juan Cosme Ferrol). Muy joven llegó a Guadalupe donde trabaja como aprendiz en la bordaduría del monasterio, acabando por tomar el hábito en 1760, estando ya al frente del taller de bordados confecciona varios ornamentos, hasta que le llega la muerte en 1802. FLORIANO CUMBREÑO, A.: El bordado, Barcelona 1942, p.159. Se trata de una obra que representa perfectamente el barroquismo del bordado dieciochesco. Abandonó la imaginería para dedicarse casi exclusivamente a los temas meramente decorativos.

[78]Escultor hispano flamenco (+Toledo, 1495). Autor del sepulcro de don Gonzalo de Illescas, sexto prior del Monasterio, consejero y confesor de Juan II y obispo de Córdoba. Se le atribuye un Calvario, grupo escultórico formado por Cristo crucificado, María, San Juan y María de Salomé y, aparte María Magdalena. También San Sebastián mártir, Virgen Madre, talla sedente.

[79] Don Alonso de Velasco, condestable de Castilla y de su esposa doña Isabel de Cuadros.

[80] GRACIA VILLACAMPA: Guadalupe en la Exposición… Op.cit. pp. 304-307.

[81] ORTÍ: “Extremadura en Sevilla… Op. cit., p.352.

Oct 192023
 

Ángela López Vacas

La presencia, a veces callada, de ermitas e iglesias que salpican nuestros pueblos y ciudades son señales inequívocas de un ferviente pasado religioso, social y económico. Muchas continúan como vigías de la historia, otras han reducido su presencia limitándose a esporádicas celebraciones litúrgicas pero otras han desaparecido completamente dejando en el olvido un pasado de vida y fe. Este último caso es el sucedido con la ermita de los Santos Mártires Fabián y Sebastián de Fuente del Maestre (Badajoz). El cronista local D. Juan de la Cruz Gómez-Jara en su obra “Apuntes históricos de la villa de Fuente del Maestre en 1872” nos cuenta de primerísima mano su destrucción pues abandonada desde 1810 por la profanación y mal uso en que la dejaron las invasoras tropas francesas, quedó solo de hospedaje y refugio de buhoneros y pordioseros forasteros, hasta el año de 1862 que, por denuncia que yo pedí al arquitecto municipal Don Manuel del Villar, se mandó demoler como ruinosa[1]. Hoy una palmera ocupa su lugar sin simboliza en absoluto la importancia de esta ermita en la historia local y religiosa de Fuente del Maestre.

La escasa información que de ella se tenía fue recabada por el historiador y sacerdote Teodoro López[2] por cuyo estudio conocemos que la peste que diezmo Europa en 1348 llevó a una disposición real por la cual todos los pueblos de España debían erigir ermitas en honor a los santos Fabián y Sebastián, protectores contra las plagas. Fuente del Maestre no fue una excepción y pronto tuvo que ser levantada la ermita ya que en la visita de la Orden de Santiago de 1494 dice de ella que todo el templo paresçe ser fecho de gran antigüedad. A pesar de su localización extramuros, gozó de buenas rentas que permitieron un templo decoroso, con un retablo dorado formado por seis cuadros a pincel. En la visita de 1574 se ordenó al mayordomo de esta ermita que dé y preste a la iglesia mayor en cada año que durase la dicha fábrica las rentas de pan y dineros diversos dejando solo lo necesario para eventuales reparos. Pero sin lugar a dudas, su gran papel en la historia religiosa de Fuente del Maestre se produce cuando la ermita de los Santos Mártires Fabián y Sebastián fue usada durante medio siglo como iglesia parroquial (hasta 1587) durante la obra del crucero de la Iglesia Mayor.

Según nos dicen las visitas de la Orden de Santiago el cuerpo del templo era de piedra y ladrillo con un portal todo alrededor. De una sola nave, dividida por cuatro arcos además de su capilla mayor, circular y de mayor altura. El espacio gozaba de amplitud, coro, tres puertas de acceso en las paredes oeste, sur y norte y campanario de tres almenas con dos campanas sobre la puerta oeste. Hoy, el único vestigio de esta ermita de los Mártires que se conserva es una de estas campana que se encuentra en de la torre parroquial con una inscripción de 1782.

A pesar de su larga trayectoria cuatro veces centenaria, las fuentes históricas no son abundantes. Cierto es que aparece recogida en las visitas que la orden de Santiago realiza a la entonces villa de Fuente del Maestre que aún se conservan aunque la única documentación propia era hasta el año pasado un libro de cuentas custodiado en el Archivo Eclesiástico de Mérida-Badajoz. En el año 2022, la familia Ortiz Ponce hace entrega de un volumen proveniente de dicha ermita de los Mártires anterior al hasta entonces conocido. Este primer tomo recoge los estados contables y de administración desde el año 1699 a 1738 y, aunque parco en detalles de celebraciones, edificio y devociones, recoge de manera pormenorizada las cuentas anuales del templo realizadas por sus mayordomos para ser revisadas por los alcaldes ordinarios representantes de la nobleza y el pueblo llano quienes, junto con el cura párroco, debían aprobarlas; igualmente recoge siete inventario de bienes centrados en las heredades, papeles y escrituras de censo, así como 12 visitas realizadas por los vicarios generales mandados por el prior de la Orden Militar de Santiago. Esta documentación recuperada del olvido nos ofrece un amplio conocimiento de los asuntos financieros aunque entre líneas podemos extraer alguna información que se enlaza con la historia de Fuente del Maestre como que:

  • En 1721 la ermita de los Mártires entregó 200 reales a Pedro Rodríguez Zambrano, mayordomo de la ermita de Santa Lucía para ayudar a reedificar la ermita de Santa Lucía que está en mucha ruina.
  • En 1727 se pagó un recibo de 20 reales a Sebastián Ximénez por un cuadro que se puso en el retablo de dicha ermita. Este constructor procedente de Sevilla se encontraba en Fuente del Maestre entre los años 1722-1732 realizando el majestuoso retablo mayor de la Iglesia parroquial.

En definitiva, el trabajo que se presenta corresponde a una primera interpretación del hasta ahora inédito libro I de los Mártires que comprende desde 1699 hasta 1738, cuatro decenios que como veremos a continuación están cargados de una activa y contralada vida económica y administrativa que repercute tanto en la propia ermita como en la vida de la villa. Nos encontramos por tanto ante un libro de cuenta de fábrica de la ermita de los Mártires Fabián y Sebastián que tiene como finalidad rendir cuentas ante el visitador mandado por el prior de la Orden de Santiago en cumplimiento con la norma tridentina que legislaba una periodicidad anual. La administración económica de los recursos de la ermita durante el primer tercio del siglo XVIII viene estructurada en torno a ingresos y gastos. Para un mejor estudio de sus cuentas y alcances se ha decidido analizar los datos aportados por decenios de modo que podamos ver la evolución económica de la ermita a lo largo de este tiempo. Este estudio no podría olvidar a los mayordomos, verdaderos artífices de la vida financiera de la ahora desaparecida ermita.

  1. LOS INGRESOS DE LA ERMITA

El desglose general de los ingresos viene determinado por dos partidas que se repiten año tras año: cargo de grano y cargo de maravedíes, atestiguando así que el beneficio económico procedía de una doble vía como se puede apreciar en las siguientes tablas.

Presentación de cuentas en  los años 1700-1709 sobre los años 1699-1709 Cantidades
1.Cargo  de granos
1.1.Alcance antecedente 34 fanegas de trigo, 69 fanegas  de cebada
1.2. Tierras de siembra al sitio del Corcho Moral (Gitana) sierra de Pinos y Malosvinos 19 fanegas de trigo y 12 fanegas de cebada
1.3. Trigo y cebada vendidas 15 fanegas  de trigo y 29 y media de cebada
1.4. Diezmos/Censos 14 fanegas  de trigo, 35 fanegas de cebada/ 6 fanegas.
2. Cargo de maravedíes
2.1. Alcance del mayordomo anterior 116.016 maravedíes
2.2. Resultas de algunos deudores 2.983.440  maravedíes
2.3. Censos 1.263.971 maravedíes
2.4. Alquiler de la casa  en c/ de los Mártires y cortinal del Prado 4.902 maravedíes /  2.040 maravedíes
2.5.Diezmos y Réditos de los censos 1.783 maravedíes / 25.854 maravedíes

 

Presentación de cuentas  en los años 1710-1719 sobre los años 1709-1719 Cantidades
1.Cargo  de granos
1.1.Alcance antecedente 76 fanegas de trigo y 65 fanegas de cebada
1.2. Tierras de siembra al sitio de los Pinos, Moral, Ribera,  Pevita y Gitanita 98 fanegas de trigo y 142 fanegas de cebada
1.3. Trigo y cebada vendidos 395 fanegas de trigo y 10.075 fanegas de cebada
1.4. Censos y diezmos 35 fanegas de trigo  y  10  fanegas   de diezmos
2. Cargo de maravedíes
2.1. Alcance del mayordomo anterior 150 reales y 12.734 maravedíes
2.2. Resultas de algunos deudores 1777 reales  y  50.970  maravedíes
2.3. Censos 130 reales  y  111.879  maravedíes
2.4.Alquiler de la casa en c/ de los Mártires y cortinal 4488 maravedíes  y 68 reales respectivamente

 

Presentación de cuentas  en los años 1720-1729 sobre los años 1719-1729 Cantidades
1.Cargo  de granos
1.1.Alcance antecedente 358 fanegas de trigo y 191 fanegas de cebada
1.2. Tierras de siembra al sitio de  Los Pinos, Moral (Gitana), Malosvinos y Franquita. 211 fanegas de trigo y 99 fanegas de cebada
1.3. Trigo y cebada vendidas 220  fanegas de trigo, 76 fanegas de cebadas  y 120 reales de cebada.
1.4.Censo 28  fanegas de trigo
1.5. Diezmos 2 fanegas de trigo
2. Cargo de maravedíes
2.1. Alcance del mayordomo anterior 1.728 reales y 365 maravedíes
2.2. Resultas de algunos deudores 242 maravedíes
2.3. Censos y mandas ordinarias  2518 reales  y 18.269 maravedíes/ 26 reales  10 maravedíes
2.4.Alquiler de la casa en c/ de los Mártires y cortinal 4 reales / 136 reales y 546 maravedíes

 

 

 

Presentación de cuentas  en los años 1730-1738 sobre los años 1729-1738 Cantidades
1.Cargo  de granos
1.1.Alcance antecedente 290 fanegas de trigo y 39 fanegas de cebada
1.2. Tierras de siembra al sitio de Los Pinos, Moral, Ribera, Prado de Enríquez, Malosvinos y camino de Villafranca 53 fanegas de trigo y 49 fanegas de cebada
1.3. Trigo y cebada vendidas  99 fanegas de trigo / 95 fanegas de cebada
1.4.Censos  y diezmos personales 7 fanegas de trigo, 13 celemines
2. Cargo de maravedíes
2.1. Alcance del mayordomo anterior 2.264 reales  y 3.861 maravedíes
2.2. Resultas de algunos deudores 157 reales
2.3. Censos y mandas ordinarias 6-559 reales y  4.489 maravedíes / 836 reales
2.4. Alquiler de la casa en c/ de los Mártires y cortinal 266 reales /  102 reales
2.5. Diezmos 1.744 maravedís

 

En cuanto a los cargos por grano se nombra exclusivamente cereal de trigo y cebada procedente de las tierras propiedad de la ermita. A pesar de no conocer la extensión de estas parcelas, subyace la seguridad de que la ermita tenía considerables bienes rústicos dedicados a la agricultura en los términos denominados tierra del Moral, Sierra de Pinos, Camino de los Olivos, Pevita, Cortinal, de la Gitana, Malosvinos, tierra de la Franquita, del Corcho, del Portal y tierra del Prado. La explotación de estas parcelas se realizaba mediante un arrendamiento por parte de la ermita a agricultores locales que se perpetuaba en el tiempo ya que en la gran mayoría de las ocasiones se repiten los mismos nombres años tras años. A pesar de que la explotación de las parcelas por parte del labrador podía alargarse en el tiempo, cada año se realizaba una liquidación de cuentas entre arrendatario y mayordomo, momento en el que éste recibía la parte correspondiente de la cosecha para luego, en nombre de la ermita vender el trigo y cebada para obtener el dinero con el que se nutría la institución religiosa.

De esta forma, las tierras propiedad de la ermita suponían un verdadero beneficio económico para toda la comunidad. En primer lugar, permite el acceso al arrendamiento y/o jornales por peonadas a pequeños agricultores y jornaleros de Fuente del Maestre; en segundo lugar, la ermita obtiene unos beneficios económicos por la venta de la cosecha anual que le permitirá hacer frente a los gastos de mantenimiento y culto; y por último, reportaba ganancias al mayordomo por las gestiones realizadas como ocurrió por ejemplo a Juan Ceballos y Zúñiga de la Vera, mayordomo de la ermita de los Mártires en 1702 ya que al liquidar las cuentas en 1703 se obtiene 6 fanegas de trigo y 2 de cebada de las cuales se vende 5 de trigo y una de cebada, siendo las dos fanegas sobrantes los beneficios para él.

Junto a los beneficios obtenidos por la venta de la producción de sus bienes rústicos, la ermita posee otra constante y mayor fuente de ingreso como es el crédito a otros miembros de la comunidad así como el alquiler de bienes urbanos, lo que el tomo I de los Mártires denomina cargo de maravedíes. Estos cargos anuales son los relativos al cobro, principalmente en metálico de censos, diezmo y alquileres.

En cuanto a los censos, éstos eran un contrato de compraventa con garantía consensuado entre dos partes firmado públicamente por un notario. En nuestro caso la ermita de los Santos Mártires propietaria de terrenos vinculados pretendía rentabilizar sus propiedades sin tener que ocuparse directamente de ellos, y por otro lado, labradores modestos o baja oligarquía quienes gracias a estas parcelas vinculadas a manos muertas podían mantener su nivel de vida o hacer frente a gastos. De este modo, la ermita creaba una pensión censal que era vendida a otra persona poseedora del capital y que anualmente debía pagar el censo que podía perpetuarse en el tiempo pudiéndose heredar.

Como se aprecia en las cuatro tablas anteriores aparecen dos tipos de censos, uno ligado a los cargos en grano y otro a los cargos en maravedíes, y que corresponden con los dos tipos fundamentales de censo. El primer caso enlazado con los cargos de grano corresponde a un censo enfitéutico, es decir, supone la transmisión del dominio útil del bien inmueble por lo que lo que recibe la ermita como cobro del censo es parte de la producción en especie de la parcela; el segundo caso relacionado con el cargo en maravedíes se trata de un censo consignativo por el cual la ermita de los Mártires entrega un capital al censatario quien lo incorpora definitivamente a su patrimonio estableciendo a cambio en un inmueble de su propiedad un gravamen por tiempo perpetuo o indefinido. De este modo, la pequeña oligarquía local no estaba obligada a devolver el capital sino solamente a pagar la pensión anual establecida pudiendo redimir la finca gravada devolviendo el capital. En caso de impago, la ermita tiene derecho real sobre esa finca hasta obtener lo que le adeuda. Por señalar un ejemplo, entre los años 1927-1928 el número de censos con cargo en maravedíes oscilaba entre 17 y 19 con un valor total por año que iba desde 373 reales con 31 maravedíes hasta 319 reales con 33 maravedíes. El nombre de los pagadores se repite año tras año como los herederos de Dª María Ossorio de Bolaños con 3740 maravedíes, los herederos de Miguel Sánchez Merchán y María Cordero con 272 maravedíes, Pedro Alonso Perales con 330 maravedíes o Fernando Rodríguez de León con 102.

En referente al diezmo entendido como la décima parte del producto bruto de las cosechas que los fieles entregaban a la ermita aparece en el libro estudiado de forma puntual, siendo aplicado a algunas tierras y no todos los años. Así por ejemplo en 1727 aparece una anotación que dice que el mayordomo se hace cargo de tres fanegas de trigo, las mismas que paga el Licenciado Fernando Pérez Zambrano presbítero de Dios por la tierra que posee al sitio del Prado sin embargo no vuelve a haber noticias de este diezmo en los siguientes años. Pudiera ser que la razón se deba a que este pago del diezmo ya estaba incluido en el pago del censo y lo no habitual fuera su pago de forma aislada. A esta conclusión se llega después de leer una anotación del mismo año cuando los herederos de Zambrano Enríquez solicitan le sea rebajado el censo anual que estaba cargado sobre una tierra por valor de 1824 maravedíes y 22 maravedíes más por el diezmo que producía dicha tierra.

Finalmente, con un menor peso en las rentas pero no menos importante aparece el alquiler de casas. Por el análisis de las cuentas se aprecia la posesión de al menos dos viviendas además de la cedida al santero. En la mayoría de las ocasiones las anotaciones del libro son muy escasa y solo recoge la cuantía por el alquiler de casa sin especificar el lugar; sin embargo, en 1733 leemos 66 reales que cobró de Miguel Sánchez Conde por el alquiler de la casa que tiene dicha ermita en la calle de los Mártires o en 1729 se recoge una escritura de censo de 10 reales y medio perpetuos en cada un año sobre unas casas en la calle de los Mártires que poseen herederos de Juan Martín.

 

  1. LOS GASTOS DE LA ERMITA

En cuanto a los gastos de la ermita encontramos descargos fijos que se repiten año tras año, concentrados especialmente durante la celebración de la festividad anual de los Santos Mártires el 20 de enero. De los 38 años que recoge el libro I y, por tanto, de las 38 cuentas presentadas hemos tomado como referencia la de los años 1699, 1710, 1720 y 1730. De aquí extraemos que una partida importante de gasto iba destinada a las festividades de culto donde el mayor gasto iba destinado al colector de la parroquia de Nuestra Señora de la Candelaria quien se encargaba de recibir las contribuciones e impuestos que fue ascendiendo de 77 reales en 1699 hasta los 108 en 1730 por la presencia del párroco en las cinco festividades del año que iban acompañadas de procesiones, vísperas y misas cantadas. El sacristán también jugaba en estos momentos un papel importante ya que era el encargado de portar la cruz procesional durante las salidas procesionales recibiendo por ello en torno a 20 reales. Otro gasto que aumentaba durante las festividades era el consumo de cera que ascendía a la nada desdeñable cantidad de 38 reales. Como curiosidad decir que en las cuentas se recoge el nombre de los cereros que suministraban la cera y que son Luis Sánchez (1699 y 1720), Juan Morrón Mazón (1710) y Francisco Macías Blanco (1730). El último gasto específico corresponde a la fiesta grande de la ermita con la invitación de un predicador para el sermón en el día de los Mártires. Recibía una gratificación de entre 30 y 40 reales y aunque no conocemos sus nombres, en 1730 se recoge que la entrega se hace al vecino convento de San Francisco de donde procede el predicador.

La ermita tenía culto anual por lo que otra partida de gastos va destinada al capellán quien recibían algo más de 100 reales por decir misa los domingos y días de fiesta durante todo el año. El libro I, parco en datos, sólo nombra a dos capellanes: Miguel Sánchez Zambrano Conde (1699) y el licenciado Rodrigo Alonso Santiago (1710). Necesariamente se produce un gasto periódico de compra de aceite para la lámpara que oscilaba entre los 20 reales, lámpara que era encendida todo el año por la ermitaña quien en 1699 era Olalla López. Por el mantenimiento de la lámpara así como la asistencia a la ermita, la ermitaña recibía una remuneración que rondaba los 50 reales además de vivir en una casa propiedad de la ermita.

Otra data fija cada año era el presupuesto destinado a los aspectos legales como son la compra de un libro de cuentas para recoger todo el aspecto económico de la ermita, el derecho de visita de los visitadores de la Orden Militar de Santiago ordenado por el Prior y que se repetía con una periodicidad trienal, así como el pago de los honorarios de un notario que diera fe de las cuentas y alcances.

Finalmente, una importante aunque irregular partida de gastos tiene como fin el mantenimiento de la ermita y objetos litúrgicos. De forma recurrente se encuentran registros de entrega al carpintero por hacer un cajón, al herrero por una llave y clavos para la ermita, al cerrajero por un cerrojo y llave para el cajón y puerta del campanario, al tendero por clavos, tachuelas y alfileres o al albañil por echar unas tapias en unas casas que son de la ermita, por la compostura de una puerta para la casa de la ermitaña y una pared de la ermita. De manera más esporádica pero con un gasto significativo aparece la compra de utensilios litúrgicos como en 1699 cuando se gastó 54 reales en la compra de nueve varas y tres cuarto de lienzo para un alba cuya hechura ascendió a otros 22 reales. Pero quizás uno de los años donde se produce el mayor gasto en esta partida es en 1733 cuando se invierte en:

  • La campana que es mandada a fundir al taller que en Salvatierra de los Barros tiene el maestro fundidor de campanas Agustín de Acevedo Manrique por un precio de 990 reales. Se hacen necesarios otros 520 reales más por la hechura de 6 arrobas y 11 libras que pesó la campana vieja que se entregó, así como otros 477 reales por lo que se necesitó de más para la nueva campana. Una vez fabricada fue necesario el pago de 32 reales por llevar y traerla de Fuente del Maestre a Salvatierra, como otros 4 por subirla la campanario.
  • Casullas de damasco por las que se pagaron a un mercader de seda valenciano 170 reales así como otros 50 al maestro sastre de Zafra por las hechuras de las casullas a las que se les pusieron unos adornos por valor de 71 reales.
  • Otras adquisiciones como dos bujías de plata hechas a peso por un vecino de Zafra por un valor de 150 reales, la compra de un arca o los 45 reales que se gastó por la compra de unas flores y ramos de seda para adorno de San Sebastián.

A pesar de los numerosos gastos, la solvencia económica de la ermita de los Santos Mártires queda reflejada año tras año en las cuentas presentadas por el mayordomo. Tomando nuevamente las cuatro cuentas de referencia extraemos que en 1699 el alcance era de 9.676 maravedíes, en 1710 de 5.409 maravedíes, en 1720 de 368 reales y en 1730 de 432 reales.

 

  1. LOS MAYORDOMOS DE LA ERMITA DE LOS MÁRTIRES

En un análisis de las cuentas aparece como figura destacada el mayordomo, máximo responsable de la administración económica al ser la persona encargada de la explotación de los bienes, cobro de las rentas y control de los gastos. Toda su gestión debía quedar reflejada en libros de cuenta que después eran revisados por el párroco y alcaldes ordinarios de forma anual. Con una periodicidad de tres años, estas cuentas eran revisadas por el visitador de la Orden Santiago quien, enviado por el Prior, emitía un dictamen y expedía los mandatos necesarios. Del mayordomo se esperaban cualidades como habilidad, suficiencia, buena conciencia, con celo y cuidado en su encargo, así como de reconocida solvencia económica.

El cargo de mayordomo en la ermita de los Santos Mártires Fabián y Sebastián de Fuente del Maestre era anual sin repetir la misma persona a excepción de años muy concretos. Esta periodicidad tan corta puede venir motivada para evitar un fin lucrativo, es decir, el cargo de mayordomo va acompañado de una reputación social, de una solvencia económica pero también de unas responsabilidades fiscales que iban gratificadas con un margen de beneficio personal. Por lo tanto, la no continuidad permanente en el puesto impedía un lucrativo beneficio personal.

Hasta ahora nos hemos centrado en el papel económico de los mayordomos ya que el Libro que estamos trabajando en propiamente fiscalizador sin embargo, el mayordomo tuvo que tener un destacado papel en las cinco destacadas celebraciones religiosas anuales debiendo de ocupar un lugar notorio tanto en las procesiones como en las celebraciones litúrgicas. En dos ocasiones aparecen nombrados como mayordomos de la cofradía de los Mártires. La primera en 1710 cuando al hacer referencia de los mayordomos de años anteriores (desde 1706 a 1709) dice que en visita en esta dicha villa y reconociendo las cuentas se han tomado a los mayordomos de la cofradía de los Mártires de ella paso a …; la segunda en 1730 dice D. Bernabé de Chaves O.S. vicario perpetuo de la ciudad de Jerez de los Caballeros y su partido y vicario general de la Provincia de León, prior del convento de San Marcos de león y provincia manda a los que han sido (mayordomos) de la cofradía de los Mártires para que den cuenta.

Alcanzar la mayordomía de una cofradía como la de los Mártires que al mismo tiempo conllevaba la dirección de los bienes de la ermita donde estaba incardinada suponía tres grandes ventajas. Por un lado, suponía alcanzar gracias espirituales ya que no debemos olvidar el profundo sentimiento religioso que subyace bajo este puesto, por otro lado, y como hemos visto suponían beneficios materiales que aumentaban tanto en cuanto su gestión económica fuera más eficaz, y por último, y no menos importante, le permitía llevar a cabo una función directiva y tutelar de la sociedad siendo un modo de ejercer su dominio sobre su entorno a través del mecenazgo.

El listado completo de estos mayordomos es el siguiente:

1698-1699: Tomás de Alvarado Zambrano 1721-1722: Mateo Rodríguez Bolaños
1700-1701: Francisco de Ceballos y Zúñiga 1722-1723: Juan Zambrano Hidalgo
1701-1702: Pedro Ceballos y Zúñiga 1723-1724: Miguel de Alvarado Zambrano
1702-1703: Juan Ceballos y Zúñiga de la Vera 1724-1725: Diego Guerrero de Luna
1704-1705: Pedro Alonso Periáñez 1725-1726: Diego Quintano Silva y Figueroa
1705-1706: Francisco Pérez Enríquez 1726-1727: Francisco Sánchez Cabañas
1708-1710: Diego Quintano Silva y Figueroa 1727-1728: Pedro Rodríguez Zambrano
1711-1713: Antonio de Vargas Machuca 1728-1729: Francisco Sánchez Cabañas
1713-1714: Gómez González Alvarado 1729-1730: Diego Guerrero de Luna
1714-1715: Juan García de Soto 1730-1731: Francisco de Ceballos y Guzmán
1715-1716: Pedro de Salamanca Zambrano 1731-1733: Alonso de Bolaños Cornejo
1716-1717: Pedro García Durán 1733-1734: Alonso de Fernández Aguilar
1717-1718: Pedro Macías Galea 1734-1735: Pedro Laurencio de Ceballos
17118-1719: Francisco Jiménez Franco 1735-1736: José Varona de la Rocha
1719-1720: Alonso Martínez Zambrano 1736-1737: Juan de Bolaños Zambrano
1720-1721: Alonso García Sierra 1737-1738: Miguel Guerrero de Luna

 

 

CONCLUSIÓN

La ermita de los Santos Mártires Fabián y Sebastián de Fuente del Maestre (Badajoz) hunde sus raíces al menos al comienzo del siglo XV o finales del siglo XIV logrando su mayor esplendor en la segunda mitad del siglo XVI cuando fue usada como parroquia mientras concluían las obras de aquella. Su gestión y desarrollo estuvo siempre en manos de la Orden de Santiago, a la que perteneció durante toda su existencia ya que fue mandada derribar en 1862, diez años antes de la publicación de la bula pontificia “Quo gravius” por la cual se disolvió las órdenes militares y con ellas la diócesis de San Marcos a la que pertenecía. La escasa documentación que de la ermita se tiene se limita a las referencias que de ella se hace en las visitas generales de dicha Orden a la entonces villa de Fuente del Maestre y a la conservación de dos libros de cuentas de la ermita, el primero de ellos (1699-1738) inédito hasta ahora.

Su advocación protectora contra las epidemias tuvo que hacer de él un lugar con fuerte devoción, generando en torno a la ermita la proliferación de un arrabal extramuros. Sus numerosos censos y propiedad muestran una economía saneada lo que da a entender que la veneración a los Santos protectores no se limitaba al pueblo llano, sino que el fervor era compartido por los nobles. Conocemos las principales características arquitectónicas del edificio, sabemos de la solemne celebración de sus patronos en el mes de enero y de las cinco procesiones que se realizaban a lo largo del año además de la misa dominical pero sin lugar a dudas, la aparición de este Libro I de los Mártires nos ha permitido un detallado conocimiento sobre la vida económica de la ermita y del fundamental desempeño de la figura del mayordomo.

Quizás la información detallada de tediosas cuentas así como la ausencia de grandes hazañas y personajes ilustres ha provocado una cierta dejadez por parte de los historiadores en lo referente al estudio específico de la vida económica de ermitas o entidades religiosas menores. Olvidamos que esos números reflejan parte del sistema de propiedad de la tierra que en una zona eminentemente agrícola como es Tierra de Barros esconde la vida y supervivencia de muchas familias. En resumen, este trabajo ha querido mostrar cómo la ermita de los Santos Mártires Fabián y Sebastián ayudó al desarrollo y mantenimiento de la economía local.

En la actualidad, más de 150 años después de su destrucción sólo el nombre de la calle Mártires honra bajamente el recuerdo de la ermita extramuros más importante de Fuente del Maestre durante el comienzo de la Edad Moderna.

 

 

[1] Gómez-Jara, J. de la Cruz, Apuntes histórico-tradicionales-descriptivo de la villa de Fuente del Maestre, reimpresión de López López, T.A. Badajoz, 1987. Pág. 106.

[2] López López, T.A. Las ermitas en Fuente del Maestre, LII Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 2022.

Oct 182023
 

Esteban Mira Caballos

 

RESUMEN

La epístola que transcribimos y analizamos en este artículo fue publicada en el año 1947 por el erudito y sacerdote villanovense José V. Corraliza (1891-1983). Es una misiva que el metelinense Hernán Cortés dirigió a su tía Inés Gómez de Paz, fechada en la gran ciudad de Tenochtitlan, el 25 de octubre de 1524. Se trata de un documento de un valor extraordinario pues, aunque el extremeño escribió mucho, dejó pocas muestras de su carácter más íntimo y familiar. Por eso, merecía la pena volverlo a transcribir desde el original y releerlo, observando los detalles de un Hernán Cortés muy tierno y sensible con los suyos.

Palabras clave: Hernán Cortés, Inés Gómez de Paz, Salamanca, Medellín, México.

 

 

SUMMARY

The epistle that we transcribe and analyze in this article was published in 1947 by the Villanovense scholar and priest José V. Corraliza (1891-1983). It is a letter that Hernán Cortés addressed to his aunt Inés Gómez de Paz, dated in the great city of Tenochtitlan, on October 25, 1524. It is a document of extraordinary value because, although the man from Extremadura wrote a lot, he left few samples of its most intimate and familiar character. For this reason, it was worth transcribing it again from the original and rereading it, observing the details of a very tender and sensitive Hernán Cortés with his people.

Keywords: Hernán Cortés, Inés Gómez de Paz, Salamanca, Medellín, Mexico.

 

1.-INTRODUCCIÓN

Las nuevas tecnologías permiten acceder a muchos documentos online con las facilidades que eso supone. Ello permite revisar el original cuantas veces se desee, admitiendo un análisis paleográfico detenido. En este estudio analizamos pormenorizadamente la carta que Hernán Cortés envió a su tía Inés Gómez de Paz, desde México-Tenochtitlan, el 25 de octubre de 1524. Este documento fue dado a conocer por el americanista y sacerdote extremeño José V. Corraliza (Villanueva de la Serena, 3 de julio de 1891- Sevilla, 10 de abril de 1983). Se trató de un gran hallazgo documental, que se publicó en 1947 en la madrileña Revista de Indias, del C.S.I.C., siendo reeditada posteriormente en la Revista de Estudios Extremeños y, en fechas mucho más recientes, en un libro recopilatorio de la obra del villanovense[1].

El documento original estaba fechado y firmado por Hernán Cortés, desde México-Tenochtitlan, el 25 de octubre de 1524 y estaba en poder de Francisco Cortés, canónico de la catedral de Palencia. Del original se sacó un traslado en 1546, ante Martín Cortés, II marqués del Valle de Oaxaca. Sin embargo, la letra del documento conservado en la Biblioteca Nacional es probablemente del siglo XVIII por lo que estamos ante una copia manuscrita del traslado de 1546 y, por tanto, ni es de puño y letra del conquistador de Medellín ni tiene su firma ológrafa. En cualquier caso, se trata de un manuscrito muy singular porque es la única epístola privada en la que el conquistador metelinense Hernán Cortés muestra sus sentimientos más íntimos. De hecho, hay mucha documentación escrita de su puño y letra, pero se trata de relatos de la conquista o de documentos oficiales o judiciales. Incluso, en los últimos años han aparecido un buen número de misivas de carácter personal, pero prácticamente todas están relacionadas con la gestión de su hacienda o de los muchos pleitos en los que estuvo inmerso durante buena parte de su vida[2]. Sin embargo, apenas disponemos de cartas privadas, ni anotaciones personales, ni muchos menos de algo parecido a un diario personal. Probablemente escribió cartas a sus familiares más cercanos, como sus padres, Catalina Pizarro y Martín Cortés, su esposa, o sus primos más cercanos. Así, por ejemplo, Bernal Díaz mencionó que, después de la jornada de la Noche Triste, cuando dejó regresar a Cuba a algunos de sus hombres, aprovechó la ocasión para envió con ellos unas cartas a su mujer, Catalina Suárez, y a su cuñado Juan Núñez, contándoles las desgracias y trabajos que nos habían acaecido y cómo nos echaron de México[3]. Pero, por desgracia, la única que se ha conservado es ésta que ahora comentamos dirigida a su tía Inés.

 

2.-ANÁLISIS DE LA MISIVA

Hay que empezar diciendo que la carta objeto de este estudio, aunque no se cita expresamente, está dirigida a su tía Inés Gómez de Paz. Por la lectura de la misma se deduce que es una respuesta a una misiva previa que ella le había remitido por mediación de sus propios hijos, Rodrigo y Alonso de Paz[4]. El texto es relativamente breve porque el propio metelinense le dice a su tía que no se extendía porque su hijo, Rodrigo de Paz, que estaba con él, le daría de todo, larga cuenta[5]. Eso explicaría su concisión, pues obvia noticias de la tierra y se limita solo a expresarle sus sentimientos de afecto por la misiva recibida.

Antes de comenzar el desarrollo de su contenido hemos de destacar un detalle, el lugar y la fecha en la que está firmada, en la ciudad de Tenochtitlan, el 25 de octubre de 1524. Y digo que es importante porque la historiografía había dado por seguro que Hernán Cortés había partido a las Hibueras el 12 de octubre de ese mismo año, abandonando la antigua capital mexica[6]. A tenor de la carta debemos retrasar su fatídica y mal planeada expedición a Honduras con posterioridad a ese 25 de octubre de 1524.

En este escrito, el metelinense muestra una gran ternura hacia ella, un aspecto que ya resaltó José V. Corraliza y la historiografía posterior. Le dice a su tía que recibió tanta merced con su carta como si hubiese procedido de su madre Catalina Pizarro, pues no olvidaba las mercedes y caricias que vuestra merced me hizo en mi niñez[7]. Son sin duda unas palabras muy sentidas que nos ofrecen la visión más íntima que conocemos del extremeño. Por supuesto, disponemos de decenas de testimonios similares de emigrantes que mostraron esas mismas emociones hacia sus seres más queridos, plasmándolas en sus epístolas más personales. Por citar un solo ejemplo, Antonio de Arrién, escribió desde México a su padre, el 20 de abril de 1734 mostrando una gran añoranza por su ausencia y los cariños que gozaba a su lado[8].

Asimismo, en la carta, Hernán Cortés muestra su decepción por el hecho de que su primo Hernán Martínez, y sus hermanos no le hayan escrito nunca, ni le hayan solicitado favor alguno. De nuevo se trata de una actitud que es constante en muchísimos de los emigrantes a Indias: la añoranza por la lejanía de los seres queridos les llevan a pedir, con insistencia, que mantengan el hilo mediante la correspondencia. Así, por ejemplo, Alonso de Torres, vecino de Veracruz, escribió, en 1555, a su esposa, residente en Torrijos (Toledo), suplicándole que le escribiese con asiduidad porque padecía mucho su ausencia[9]. Por su parte Francisca Hernández, en 1572, escribía desde Panamá a su sobrina agradeciéndole su carta, pues le gustó tanto que la hubiera pesado a oro[10]. Y por exponer un último caso, Pedro de Solórzano escribió desde México a su hermano, el 9 de abril de 1582, pidiéndole que le mantuviese informado regularmente porque era el mayor regalo que tenía para estar al tanto de las cosas de España[11].

Por la decepción que muestra ante sus primos, parece que eran parientes muy cercanos con los que había tenido mucho contacto, al igual que con Inés Gómez de Paz. De hecho, a esta última le pide que les reprenda y que si no los ayudaba era por la propia culpa de sus primos, ya que no le habían querido encomendar ningún favor. Esta idea del metelinense es otra constante en personas que prosperaron en las Indias y que querían compartir lo que tenían con sus parientes y allegados[12].

Era una norma en la mayoría de los emigrantes que tejiesen redes clientelares en sus entornos más íntimos. Para la administración de los asuntos económicos o judiciales siempre se confiaba más en la parentela. Así, por ejemplo, Antonio Farfán, escribió desde México, el 4 de abril de 1576, a su hermana pidiéndole que le mandase a su sobrino que miraría por su hacienda como si fuera suya, no como los criados que tenía[13]. Hay casos emblemáticos como los de Francisco Pizarro, Hernando de Soto o el propio Hernán Cortés. Empezando por el primero se llevó a su gobernación de Nueva Castilla a todos sus hermanos varones, Hernando, Gonzalo, Juan, y a su medio hermano Francisco Martín de Alcántara, así como a un buen número de parientes y amigos de Trujillo[14]. No menos claro es el caso de Hernando de Soto que se presentó en España, con el oro de Cajamarca y con la intención de reclutar una expedición para ir a la jornada de La Florida. Según Garcilaso de la Vega acudieron caballeros de todas partes de España, y el 46, 5 por ciento de los 762 hombres reclutados eran extremeños, un porcentaje muy alto de Barcarrota, Jerez y Badajoz[15]. Y el caso de Hernán Cortés es también muy significativo pues se rodeó de una legión de parientes y de paisanos que gozaron de su confianza. De hecho, en su juicio de residencia se le acusó de ir contra las pragmáticas del reino, designando para los principales cargos a parientes, amigos y paniaguados[16]. En realidad, continuaba con una larga tradición medieval en la que disponer de conexiones familiares entre las huestes era fundamental para minimizar deslealtades y deserciones[17].

Bien es cierto que, dado que el viaje era largo y peligroso, eran los más jóvenes los que se decidían a cruzar el charco a reunirse con su afortunado pariente, mientras que las personas de más edad no se atrevían a dar el paso por miedo a no sobrevivir a la travesía[18]. Entre esas personas de confianza estuvieron sus primos carnales, hijos de Inés Gómez de Paz: dos de ellos citados en la carta, Rodrigo y Alonso de Paz, Pedro de Paz que llegó a Nueva España en 1528, y Francisco Núñez, que fue durante muchos años su apoderado en España. Asimismo, colaboraron estrechamente con él sus primos Francisco Cortés de San Buenaventura, Palacios Rubios Cortés, Juan de Ribera y Diego Hurtado de Mendoza, hijos de Juan Cortés de Monroy. Y otros parientes como Francisco de Las Casas, Blasco Hernández o Álvaro de Saavedra Cerón, así como algunos paisanos como Gonzalo de Sandoval o Alonso Hernández Portocarrero[19].

 

3.-INÉS GÓMEZ DE PAZ Y SUS HIJOS

En la epístola se alude a varios nombres propios: la destinataria, Inés Gómez de Paz, los hijos de ésta, Rodrigo y Alonso de Paz, así como a sus primos Hernán Martínez y sus hermanos y, finalmente, sale a relucir la persona que conservaba la carta, el canónico de la catedral de Palencia, Francisco Cortés.

Su tía Inés Gómez de Paz, vivía en Salamanca, y estaba desposada con Francisco Núñez de Valera, un judeoconverso originario de Trujillo, aunque se formó en Salamanca, donde se desempeñó como escribano[20]. Dado que era frecuente que las familias con ascendencia judaica emparentaran entre ellas, no podemos descartar que Inés Gómez de Paz también lo tuviera[21]. Durante la estancia de Hernán Cortés en Salamanca, vivió en casa de este matrimonio, desarrollando grandes vínculos que se prolongaron en el tiempo a través de los cinco hijos de la pareja: Hernán Núñez Valera, escribano, el licenciado Francisco Núñez y Pedro, Alonso y Rodrigo de Paz. Este último, además de regidor del cabildo de México, fue secretario y mayordomo de Cortés. Fue injustamente ejecutado en 1525 por el granadino Gonzalo de Salazar, quien, creyendo muerto a su primo, ajustició a algunos de sus más leales partidarios y saqueó sus bienes[22]. Mucho más tarde llegó a México otro de los hermanos, Pedro de Paz. Exactamente, después de haber pasado una temporada probando fortuna en La Española y en Cuba, arribó a Veracruz en 1528, cuando ya su célebre primo había zarpado rumbo a España[23]. De regreso en México Hernán Cortés lo acogió y le dio un puesto entre sus hombres de confianza. Cuando el 5 de enero de 1540 el de Medellín se embarcó para España, por segunda vez, entre sus acompañantes figuraba su primo salmantino[24]. La amistad entre Pedro de Paz y Cortés fue mucho más duradera que la que tuvo con su hermano de aquel, el licenciado Francisco Núñez. De hecho, esa buena relación se prolongó durante la vida del II marqués del Valle de Oaxaca, Martín Cortés, pues, de hecho, se desposó con Francisca Ferrer que era una de las damas de honor de su esposa[25]. En cambio, su primo Francisco Núñez fue durante muchos años su apoderado en España, exactamente hasta el 5 de marzo de 1544, en que se produjo un distanciamiento, revocándole el marqués sus poderes[26]. Este enfriamiento en la relación explicaría porqué en 1546, poco antes de su muerte, aludiese a su tía salmantina, otrora tan querida, como una fulana de Paz, sin añadir nada más al respecto. Un olvido con cierto matiz despectivo que evidencia el deterioro de las relaciones con su hijo Francisco Núñez.

 

 

4.-¿QUIÉN ERA HERNÁN MARTÍNEZ?

En su escrito cita expresamente a sus primos Hernán Martínez y a sus hermanos a los que reprocha que nunca le hubiesen escrito. Sabemos que, aunque era hijo único, tuvo una gran cantidad de primos hermanos, pues su familia era muy extensa. Y es que solamente su tío carnal, hermano de su padre, Hernando Cortés de Monroy tuvo seis vástagos. El pequeño de los varones, llamado Diego, debía tener aproximadamente la misma edad que él por lo que posiblemente tuvo una relación muy cercana con él en su infancia[27]. También tenía primos tanto en la Zarza de Alange como en esta última localidad. Así, por ejemplo, Pedro Cortés de Monroy, bautizado en La Zarza de Alange (Badajoz) el 15 de abril de 1536, se consideraba primo de Hernán Cortés cuando en octubre de 1555 se embarcó con su padre y una hermana rumbo a Chile, en el séquito del gobernador de esta demarcación, García Hurtado de Mendoza, cuarto marqués de Cañete[28]. Y, por cierto, fue un verdadero superviviente, pues tuvo una vida muy longeva, pese a luchar durante muchos años en la guerra de la Araucanía. Empezó como un simple arcabucero de a caballo y por su valentía fue ascendiendo después a capitán, sargento mayor, maestre de campo y coronel general[29]. Tuvo una amplia descendencia, que se considera una de las familias fundadoras de Chile. Y ¿de quién descendía exactamente? Pues era nieto por parte de madre de Leonor Cortés de Monroy, natural de Medellín y hermana del padre del conquistador, e hijo de María Mateos Cortés de Monroy, también natural de Medellín, y de Juan Regás, natural de La Zarza de Alange y de familia originaria de Salamanca. También de La Zarza era natural Juan Cortés de Monroy, que fue sucesivamente gobernador de Jamaica y de Veragua, y que probablemente también descendía del tronco familiar de Martín Cortés el Viejo, abuelo del conquistador metelinense[30].

Pese a la cercanía que debió tener con sus primos apellidados Martínez, no los tenemos identificados. Hay un Hernán Martínez, al parecer natural de Fregenal de la Sierra, que estuvo con el de Medellín en la expedición conquistadora, y que falleció en torno a 1520 a manos de los naturales[31]. Pero no tiene ninguna relación con la persona del mismo nombre que se alude en la misiva. Tampoco parecen tener relación alguna con otros dos miembros de su hueste, el soldado Alonso Martínez, natural de Santa Marta (Badajoz), y Rodrigo Martínez, que se desempeñó como capitán de artillería[32]. Asimismo, no parece que estos Martínez fuesen hijos de las otras dos hermanas de su padre, porque María Cortés de Monroy se desposó con Gonzalo Alonso Cortés y Leonor Cortés probablemente con un hombre apellidado Carrasco. Asimismo, conocemos un Alonso Martínez Cortés, natural de La Zarza de Alange, labrador, que obtuvo su licencia para pasar a Nueva España el 25 de agosto de 1578[33]. La Zarza es una localidad vinculada a la familia de Hernán Cortés, por lo que no podemos descartar que los primos de este fueran los Martínez Cortés de La Zarza.

Eso sí, resulta curioso que aludiese a su primo como Hernán, pero en cambió él firmó como Fernando Cortés, aunque probablemente sea una licencia del copista y que en la rúbrica pusiese Hernando Cortés que es cómo firmaba antes de ser el marqués del Valle de Oaxaca. Por aquel entonces, ignoraba el propio conquistador que pasaría a la historia con el diminutivo Hernán que él usaba para referirse a su pariente. Todavía, en 1652, en un informe sobre la naturaleza del indígena del obispo Juan de Palafox, de refería a él como Hernando Cortés[34]. La abreviación a Hernán o a Fernán la popularizó Antonio de Solís, quien publicó su Historia de la conquista de México en 1684, teniendo muchas reediciones posteriores[35].

 

5.-VALORACIÓN FINAL Y NORMAS DE TRANSCRIPCIÓN

Es importante destacar la versión más familiar e intimista de Hernán Cortés. Como todos los personajes históricos también tenía una vida privada y, como todo ser humano, buscaba el apego y el apoyo de los suyos. Asimismo, sorprende que después de tantos siglos estudiando su figura siga habiendo personas de su entorno próximo, como sus primos los Martínez de los que no sabemos prácticamente nada.

Dado el interés de esta carta me he permitido volver a transcribirla del original, corrigiendo pequeñas erratas que se le pasaron al gran investigador de José Corraliza. Antes de presentar el texto de la regla de 1570 quisiera especificar detalladamente los criterios de transcripción paleográfica que hemos adoptado. Y en este sentido, debemos decir que, aunque conocemos las principales obras metodológicas de paleografía y de tratamiento de fuentes, como las de Rafael Altamirano o Agustín Millares, hemos optado en este caso por otros criterios alternativos. En esta ocasión nos hemos inclinado más bien por seguir las directrices de transcripción de Alberto Blecua[36] en cuanto a modernización de todas las grafías y desarrollo de las abreviaturas que presenta el texto. Y todo ello lo hemos hecho reiteradamente en el texto sin advertencia previa en cada caso. Sin embargo, sí que hemos querido conservar intactas todas las construcciones gramaticales, incluso en los casos en los que hemos encontrado alguna incorrección.

Asimismo, hemos creído conveniente colocar la tilde a las palabras que les correspondía llevarlas. También hemos procedido a la revisión, y en su caso rectificación, de los signos de puntuación que presentan los originales que son escasos y, en ocasiones, inoportunos. Y para finalizar, hemos unificado a números romanos las numeraciones de los capítulos que aparecen aleatoriamente con letra o número.

Y hemos tomado la decisión de modernización del texto para favorecer su comprensión a los lectores. Presentar el texto tal cual aparecía tenía poco valor porque tampoco es un original sino una copia más o menos libre. En cambio, la modernización de las grafías tenía el gran atractivo de poder presentar el texto de forma coherente facilitando, asimismo, el acercamiento del lector a su contenido.

 

BIBLIOGRAFÍA

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Apéndice I

Carta de Hernando Cortés a su tía Inés Gómez de Paz, Ciudad de Tenochtitlan, 25 de octubre de 1524.

Rodrigo de Paz y Alonso de Paz, mis primos, me dieron una real carta de vuestra merced y por ser la primera que de vuestra merced he visto la certifico. Y recibí con ello tanta merced y holgué tanto como si de Catalina Pizarro, mi madre, fuera porque aun no tengo olvidadas las mercedes y caricias que vuestra merced me hizo en mi niñez que demás del deudo no poco me obliga a que yo mucho desee su servicio. Y para este efecto y para que vuestra merced de mi conozca, holgué mucho con la venida de mis primos en estas partes porque, a más de gozar yo de su conversación, por su carta conozca vuestra merced mi deseo. Y porque así de las cosas de estas partes como de lo que toca a sus personas de Rodrigo de Paz, que al presente se halla aquí, escribirá a vuestra merced y le dará de todo larga cuenta, y cuanto a esto en mi carta seré excusado. Solo quiero decir que vuestra merced puede estar muy sin congoja de lo que a ellos les toca porque hasta ahora sus personas están muy buena (sic) y, en tanto que yo viviere, no tendrán necesidad, no la teniendo yo.

Algo estoy quejoso y aun figúreseme que, con alguna razón, de Hernán Martínez, mi primo, y aun todos sus hermanos que nunca han querido escribirme pues no pueden alegar que no saben dónde ni con quién. Vuestra merced se lo mande reprehender pues con sus cartas me he de holgar tanto como de personas con quien tanto deudo tengo y vuestra merced, asimismo, me escriba porque de verdad holgaré con sus cartas tanto cuanto he dicho. A todos esos señores deudos míos suplico a vuestra merced mande dar mis encomiendas y les diga que por su culpa será si alguna cosa dejare yo de hacer que les convenga porque será por falta de no querérmelo encomendar. Nuestro Señor guarde y aumente la persona y casa de vuestra merced como desea. De la grande ciudad de Temistotan (sic) de esta Nueva España, a 25 de octubre de 1524. Al servicio de vuestra merced. Fernando Cortés.

Este traslado se sacó del original que en su poder tiene don Francisco Cortés, canónico de la santa iglesia de Palencia, y la corrijo yo por mi mano y está reconocida por el dicho Fernando Cortés, siendo ya Marqués del Valle, en Madrid, año de 1546 y firma el Marqués del Valle.

(Biblioteca Nacional Msc/10713, fol. 33r-33v. Se puede consultar en línea en la Biblioteca Digital Hispánica.  http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000145022&page=1

 

 

 

 

 

 

 

Apéndice II

Genealogía de Inés Gómez de Paz, tía del conquistador Hernán Cortés.

 

Francisco Núñez Valera, escribano & Inés Gómez de Paz
Pedro de Paz
Rodrigo de Paz
Licenciado Francisco Núñez
Hernán Núñez, escribano& Constanza Gómez de Paz

 

Inés Gómez de Paz

Andrea de León de Dey

Antonio de Paz
Jerónimo de Paz
Alonso de Paz

(Fuentes: Sánchez-Rodas, 2019)

 

 Imagen I, Biblioteca Nacional Msc/10713, fol. 33r.

Imagen II, Biblioteca Nacional Msc/10713, fol. 33v-34r.

 

 

[1] Corraliza, José R., «Hernando Cortés, una carta familiar», Revista de Indias n.º 30. Madrid, 1947, pp. 893-895. Revista de Estudios Extremeños, Vol. XXI, n. 1, 1965, pp. 149-193 y en Corraliza, José R., Extremadura. Villanueva de la Serena (ed. de Agustín Jiménez Benítez-Cano), Villanueva de la Serena, Asociación Cultural Torres y Tapia, 2007, pp. 221-227.

[2] Cortés, Hernán, Cartas y memoriales (edición, estudio y notas de María del Carmen Martínez), León, Junta de Castilla y León, 2003.

[3] Díaz del Castillo, Bernal, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Sopena, Madrid, 1970, p. 430.

[4] Hugh Thomas interpretó mal el encabezamiento de la carta y sostuvo que iba dirigida a los hermanos Rodrigo y Alonso de Paz. Thomas, Hugh: Quién es quién de los conquistadores. Madrid, Salvat, 2001, p. pp. 404-405.Como se puede observar en la misiva, ellos estaban junto al metelinense y lo que hicieron fue entregarle una carta de su madre lo que motivo que éste decidiese darle una breve respuesta.

[5] Véase el apéndice.

[6] Yo mismo no me percaté de este detalle y, siguiendo al resto de la historiografía, situé la salida de Tenochtitlan el 12 de octubre de 1524, algo que desmiente esta carta. Mira Caballos, Esteban: Hernán Cortés, una biografía para el siglo XXI. Barcelona, Crítica, 2021, pp. 48 y 250.

[7] Véase el apéndice.

[8] Martínez Martínez, M.ª del Carmen (ed.): Desde la otra orilla. Cartas de Indias en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid (siglos XVI-XVIII). Salamanca, Universidad de León, 2007, p. 411.

[9] Martínez, Desde la otra orilla…, Ob. Cit., pp. 162-163.

[10] Otte, Enrique: Cartas privadas de emigrantes a Indias. Jerez de la Frontera, Consejería de Cultura, 1988, p. 246.

[11] Ibídem, pp. 103-105.

[12] Martínez Martínez, M.ª del Carmen: “Inquietudes, viajes y equipajes”, Viajeras entre dos mundos, Sara Beatriz Guardia, coord., 2012, p. 47.

[13] Otte: Ob. Cit., p. 95.

[14] Pérez Miguel, Liliana: “Mujeres ricas y libres”. Mujer y poder: Inés Muñoz y las encomenderas en el Perú (s. XVI), Sevilla, Diputación Provincial, 2020, pp. 152-153.

[15] Mira Caballos, Esteban: Hernando de Soto. El conquistador de las tres américas. Badajoz, Ayuntamiento de Barcarrota, 2012, p. 63. Sánchez Rubio, Rocío: “Extremeños con Hernando de Soto en la expedición a la Florida”, en Hernando de Soto y su tiempo. Badajoz, Junta de Extremadura, 1993, p. 26.

[16] Manzo Robledo, Francisco, Yo, Hernán Cortés. El juicio de residencia, Madrid, Pliegos, 2013, p. 268.

[17] Harari, Yuval Noah, Operaciones especiales en la Edad de la Caballería, Madrid, Edaf, 2018, p. 56.

[18] Por poner algún caso concreto, María Gómez, en 1567 escribió a su marido, residente en México, reprochándole que no se hubiese ocupado de ella ni de sus tres hijos y dio que no se embarcaba a su encuentro porque soy vieja y enferma y me temo que si en camino tan largo me metiese que moriría. Sánchez Rubio, Rocío e Isabel Testón Núñez: El hilo que une. Relaciones epistolares en el Viejo y el Nuevo Mundo (Siglos XVI-XVIII). Mérida, Editora Regional de Extremadura, 1999, p. 61.

[19] Para saber más de todos estos parientes y paisanos que estuvieron en la conquista de la confederación mexica y en años posteriores véase mi obra: Hernán Cortés, una biografía para el siglo XXI. Barcelona, editorial Crítica, 2021. También puede verse a Grunberg, Bernard: Dictionnaire des Conquistadors, París, L`Harmanttan, 2001.

[20] Su hijo, el licenciado Francisco Núñez, cuando probó su hidalguía, hizo interrogatorio en Salamanca y en Trujillo. Martínez, José Luis (Comp.): Documentos Cortesianos, México, Fondo de Cultura Económica, 1990, T. IV, p. 306.

[21] Véase Sánchez-Rodas Navarro, Cristina: “Inés (Gómez) de Paz —deuda de Hernán Cortés— primera pensionista de viudedad de la Nueva Galicia de la Nueva España en 1577”, e-Revista Internacional de la Protección Social, vol. IV, n.º 1, 2019, p. 5.

[22] Relación del cabildo de México sobre lo ocurrido durante la ausencia de Hernán Cortés, 20 de febrero de 1526. AGI, Patronato 184, R. 3. Publicado en Gayangos, Pascual, Cartas y relaciones de Hernán Cortés al emperador Carlos V, París, Imprenta Central de los Ferrocarriles, París, 1866, p. 342.

[23] Thomas, Ob. Cit., p. 404.

[24] Martínez Martínez, María del Carmen, «Hernán Cortés en España (1540-1547): negocios, pleitos y familia», en El mundo de los conquistadores, Martín Ríos Saloma (ed.), Sílex, Madrid, 2015, p. 706.

[25] Thomas, Ob. Cit., p. 404.

[26] Martínez Martínez, María del Carmen, «Los amigos de Hernán Cortés», Logos hellenikós: homenaje al profesor Gaspar Morocho Gayo, J. María Nieto Ibáñez (coord.), vol. II, 2003, p. 868.

[27] Y quizás en su honor, bautizó al indio principal de Cuernavaca con el nombre de don Diego Cortés.

[28] El matrimonio formado por Juan Regás y María Mateos Cortés de Monroy tuvo al menos tres hijos: Pedro Cortés de Monroy, María Cortés de Monroy y Alonso Hernández Regás. Las partidas sacramentales fueron publicadas por el erudito local Antonio Dorado y aparecen citadas en Navarro del Castillo, Vicente, Epopeya de la raza extremeña en Indias, autoedición, Mérida, 1978, pp. 489-491. Sánchez Rubio, Rocío, La emigración extremeña al Nuevo Mundo. Exclusiones voluntarias y forzosas de un pueblo periférico en el siglo XVI, Sociedad Estatal Quinto Centenario, Mérida, 1993, pp. 786-787. Hurtado, Publio, Los extremeños en América, Gráficas Mirte, Sevilla, 1992, p. 176.

[29] Góngora Marmolejo, Alonso de, Historia de las cosas que han acaecido en el reino de Chile y de los que lo han gobernado, ed. de Miguel Donoso, Iberoamericana, Madrid, 2010, pp. 328 y 546. Véase también a Benítez Romero, Pedro David, “Correrías del zarceño Pedro Cortés de Monroy durante la conquista de Chile”, Hoy de la Zarza, 20 de octubre de 2016.

[30] Schäfer, Ernesto, El Consejo Real y Supremo de las Indias. La labor del Consejo de Indias en la administración colonial, Junta de Castilla y León, Salamanca, 2003, T. II, p. 486. Hurtado, Ob. Cit., p. 253.

[31] Grunberg : Ob. Cit., p. 317.

[32] Mira Caballos, Esteban: Hernán Cortés. El fin de una leyenda. Badajoz, Fundación Obra Pía de los Pizarro, 2010, pp. 369-370.

[33] Real cédula a los oficiales de la Casa de la Contratación, Madrid, 25 de agosto de 1578. AGI, Indiferente General 1969, L. 22, fol. 179v.

[34] Romero Galván, José Romero, “Juan de Palafox y Mendoza: de la naturaleza del indio”, en Descubrimiento, conquista e institucionalización: de la expedición al Yucatán a la consolidación de la Nueva España, T. II., Luis René Guerrero Galván y Alonso Guerrero Galván, coords. México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2022, p. 117.

[35] Mira Caballos: Hernán Cortés, Una biografía para el siglo XXI…, Ob. Cit., p. 13.

[36] Blecua, Alberto: Manual de crítica textual. Madrid, Castalia, 1983.

Oct 182023
 

Fernando Parcero Collado.

Comandante de Infantería (R).

Graduado en Historia y Máster en Historia Militar.

Cáceres, 30 de mayo de 2023.

 

  1. INTRODUCCIÓN:

Alguna vez hemos oído aquello de que Badajoz es una ciudad de cuarteles y conventos. Es cierto, la localización de la ciudad en las orillas del río Guadiana y su cercanía a la frontera más antigua de Europa, la convierten en una plaza defensiva de primer orden, dispuesta en todo momento a convertirse en punta de lanza de la defensa de la unidad territorial de España.

Un ejemplo de esta disposición, la encontramos en la heroica defensa de la ciudad protagonizada por uno de sus hijos adoptivos más ilustres, el General Menacho, a quien la Brigada “Extremadura” XI dedicó una sala museo, inaugurada el 14 de marzo de 2019, ubicada en un edificio militar emblemático de la capital pacense: el palacio de la antigua Capitanía General de Extremadura, hoy sede del Aula Militar de Cultura “Palacio de Capitanía”.

La Sala Museo Menacho es hoy día una realidad. Pero esta realidad es, desde mi punto de vista, insuficiente.

Como veremos, desde hace mucho tiempo Badajoz reclama un museo militar en el que se recoja no sólo la historia de la gesta Menacho, sino que se haga una lectura completa de lo que significó la plaza de Badajoz en el conjunto de las guerras peninsulares.

Estos días podemos leer en la prensa que el Ayuntamiento de Badajoz tiene la intención de montar un museo de la Guerra de la Independencia en las instalaciones del hornabeque que defiende la cabecera del Puente de Palmas. Debemos felicitar a las autoridades locales por esta iniciativa.

Estoy convencido de que la ciudad de Badajoz y sus ciudadanos quieren un museo militar y, también estoy convencido de que los militares de Badajoz -la Brigada “Extremadura” XI- deben ser los que impulsen la creación de dicho museo, en colaboración con el Museo del Ejército, las autoridades locales y algún actor económico que actúe como mecenas.

 

 

  1. ANTECEDENTES DE LA IDEA DE UN MUSEO MILITAR PARA BADAJOZ.

Las primeras reivindicaciones de un museo militar en la ciudad de Badajoz comenzaron a fraguarse con los estudios de Julio Cienfuegos Linares (Azuaga 1920-Badajoz 1996) quien, en el año 1971, en el marco del Aula Militar de Cultura “Cinco gaditanos para la historia”, celebrada en el Gobierno Militar de Cádiz, pronunció una conferencia que llevaba por título “El gaditano Rafael Menacho, defensor de Badajoz”.

La “Asociación de Amigos de Badajoz” se fundó en el año 1995 y, desde su creación viene reivindicando la necesidad de un museo militar en la ciudad.

En el 2003, la asociación presentó su idea al entonces jefe de la Brigada Extremadura, el general Fulgencio Coll, quien inició gestiones ante el Museo del Ejército en demanda del traslado de los restos del defensor de Badajoz, como podemos leer en esta noticia publicada por el Periódico Extremadura el día 10 de mayo de 2003.

En años posteriores, la prensa local se ha ido haciendo eco de estas reivindicaciones de forma periódica y las iniciativas partían tanto de asociaciones como de particulares. El 16 de marzo de 2010 el Periódico Extremadura publicaba un pequeño artículo de opinión titulado “La gloriosa historia militar de Badajoz”, firmado por el ingeniero de montes y periodista Manuel Martín Lobo en el que podemos leer textualmente:

 

“Y para que todo no quede en meras evocaciones, hagamos un buen museo militar en la capitanía de Badajoz, reconstruyamos el fuerte de San Cristóbal (que también podría albergar el museo militar) etc. etc. La Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País de Badajoz, de la que inmerecidamente soy socio de honor, debe implicarse en ello inmediatamente, como el Ayuntamiento, para festejar adecuadamente el Día de las Fuerzas Armadas, aprovechando éste para culminar esos y otros parecidos logros”.

 

La reivindicación de un museo militar para la ciudad también ha despertado interés en el ámbito académico universitario como podemos comprobar en el Proyecto de Fin de Carrera firmado por Carlos Bravo Gómez en 2015[1] y que se encuentra depositado en la Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla.

En aquel trabajo se planteaba la ubicación que podemos ver en la imagen y que se corresponde con la Cortina de la Trinidad y un edificio anexo construido en sus inmediaciones.

  Imagen nº 1: Proyecto para un museo militar en Badajoz. Autor Carlos Bravo Gómez.

 

  1. EL ORIGEN DE UNA ILUSIÓN.

En el año 2015, la entonces Brigada de Infantería Mecanizada “Extremadura” XI celebraba su 50 aniversario. Como proyecto estrella de la celebración de aquella efeméride, el entonces jefe de la brigada, general Francisco José Dacoba Cerviño, lanzó el reto de trasladar a Badajoz los restos de Menacho que se custodiaban en el Museo del Ejército en Toledo.

El día 20 de abril de aquel año, el “Diario Hoy” publica una noticia titulada “Las reliquias de la tumba de Menacho son encontradas en Toledo”.

Una nueva noticia en el mismo diario aparecía publicada el día 1 de mayo con el título “El Museo del Ejército de Toledo tiene los fragmentos de los huesos del general Menacho”.

Estas dos noticias, “como no podía ser de otra manera[2]”, llamaron la atención del general Dacoba que me encargó tomar contacto con el Museo del Ejército para recabar información sobre los fondos relacionados con la figura del héroe de Badajoz depositados en aquella institución y su disponibilidad para préstamo en depósito.

Siguiendo las órdenes que había recibido, programé una primera visita al Museo con la finalidad de explorar los fondos y lo que encontré fue una gran sorpresa: En un almacén del Museo me enseñaron dos bolsas de plástico selladas al vacío con un amasijo de “trapos” en su interior.

 

 Imagen nº 2: Estado de las piezas depositadas en el Museo, antes de la restauración.

 

Aquellas dos bolsas era todo lo que el Museo estaba dispuesto a ceder para su exposición en Badajoz siempre que la Brigada se comprometiera a restaurar las piezas y a custodiarlas de acuerdo con unas condiciones ambientales y de seguridad muy exigentes.

En un documento que llevaba por título “Contrato de depósito para los fondos relacionados con la figura del general Menacho”, se especificaban las condiciones bajo las que se realizaría la entrega de los fondos solicitados. En dicho documento se exigía que las salas donde se exhibirían las piezas estuvieran:

 

“…protegidas contra los riesgos de incendio, robo, exposiciones a condiciones extremas de luz, temperatura y humedad relativa, insectos, suciedad o manipulación de las piezas por personas no autorizadas o incompetentes o por el público”.

 

El mismo documento citaba los valores máximos de temperatura, humedad relativa y luminosidad bajo las que deberán exponerse los objetos solicitados:

 

“‐ Temperatura: 18 – 22 º C, sin oscilaciones.

‐ Humedad relativa: 40‐55 %, sin oscilaciones.

‐ Luminosidad: 150‐ 200 lux (pinturas).

              50 lux (soporte celulósico).

‐ Iluminación: 75 μw (microwatios) máximo”.

           

Además, se incluían una serie de prescripciones relativas a las condiciones de seguridad[3] que debía reunir el local donde se expusieran las obras.

 

  1. EL PROCESO DE RESTAURACIÓN DE LAS PIEZAS TEXTILES.

Alcanzado el compromiso de cesión de las piezas por parte del Museo del Ejército, el siguiente paso era conseguir restaurar las piezas solicitadas. Para ello, siguiendo instrucciones del personal del Museo, en el mes de abril de 2016 contactamos con dos empresas, especializadas en restauración de patrimonio, que presentaron sendos presupuestos. Se trataba de las empresas Mercedes Amézaga S.L. y ALET Restauración.

Con esta información, el general Dacoba me encargó que tomara contacto con Fundación CB para solicitar su apoyo económico. Desde el principio esta fundación se comprometió a correr con los gastos de restauración de las piezas y a colaborar con los gastos generales del proyecto de sala museo.

Conseguido el compromiso de financiación, en una carta de fecha 23 de junio de 2016, firmada por el general Dacoba, se acepta el presupuesto de restauración de las piezas textiles presentado por la empresa ALET restauración S.L.

En el presupuesto que había presentado esta empresa se describía, como sigue, el estado inicial de las piezas y los trabajos necesarios para restaurar cada una de ellas:

“BOTAS:

  • Descripción:

Botas militares de piel. Suela de cuero. Costuras desde el talón a la vista.

  • Estado de conservación:

La bota derecha está completa, de la izquierda sólo se conserva la cuña superior. Además, está última está fragmentada en algunas zonas reconociendo fragmentos sueltos en el fondo de la batea. Probablemente, en el fondo de la bota derecha se localicen restos de materia orgánica. Deshidratación, acartonamiento, exfoliaciones en piel, mucha suciedad y restos de materia orgánica. Se aprecian exfoliaciones superficiales y fragmentos totales.

  • Tratamiento propuesto.

Limpieza mecánica Sopa Cleaner  para piel, esponja de humo y esponja Wishab de baja dureza. Hidratación con adobe Renaissnce. Fijación de fragmentos sueltos con Henkel. Soporte de relleno (para dar volumen) realizado con tubión teñido y gauta de poliéster.”

Imagen nº 3: Fotografías que acompañan a la propuesta de restauración de las botas.

 

“CALZAS:

  • Descripción.

Fragmento de calza en punto (el material queda por determinar). La longitud, así como la cantidad de materia conservada aún está por determinar hasta no proceder a su desplegado.

  • Estado de conservación.

Deshidratación, decoloración, mucha suciedad incrustada, oxidación de las fibras textiles, pliegues y arrugas. Ilegibilidad actual de la pieza (hecha un burruño), fragmentada, incompleta, restos sólidos y manchas de materia orgánica, barro y tierra.

  • Tratamiento propuesto.

Limpieza, hidratación, desplegado, colocación sobre bandeja de almacenaje y exposición.

Limpieza superficial (sin eliminar manchas de materia orgánica), hidratación, alineado y desplegado. Fijación de fragmentos sueltos (por costura con hilo de seda organsin). Realización de una plancha de policarbonato celular forrado (anverso y reverso) con muletón suizo de algodón 100% y lino decatizado. Fijación por varios puntos de costura.

FAJAS

  • Descripción.

Faja 1 de sarga de seda amarilla con borlón y flocadura metálica. Faja 2 de punto con borla y flocadura de metal.

  • Estado de conservación.

Mucha suciedad incrustada (barro y tierra). Deshidratación. Oxidación de fibras. Acidificación. Arrugas y pliegues. Fragmentación. Pérdida de más del 70%. Sulfatación de hilos metálicos. Lagunas. Manchas metálicas sobre el tejido.

  • Tratamiento propuesto.

Limpieza, hidratación alineado y desplegado, consolidación de fragmentos sueltos. Realización de una bandeja de almacenaje y exposición.

Probablemente la faja 1 se tenga que consolidar sobre un soporte general de sarga de seda amarilla teñida alcanzando la longitud de la misma.

La borla y la pasamanería metálica de ambas fajas se limpiarán con tricloroetileno y esponjas de melanina. Probablemente haya que consolidarlas y fijarlas por costura (e incluso encapsularlas).

Plancha de policarbonato celular forrado (anverso y reverso) con muletón suizo de algodón 100% y lino decatizado. Fijación por varios puntos de costura.”

 

Tras los trabajos de restauración las piezas fueron instaladas en sendas bandejas para su exposición tal como podemos ver en las imágenes y fueron depositadas en el Museo del Ejército hasta su traslado definitivo a Badajoz.

 

Imagen nº 4: Bandejas soporte de fragmento de fajín, calzas de Menacho y restos de botas.

 

El museo también conservaba una caja con restos óseos atribuidos al general. Este conjunto también fue restaurado, con cargo a Fundación CB, pero su cesión para el proyecto no fue aprobada, razón por la que permanecieron en los almacenes del Alcázar de Toledo.

Imagen nº 5: Restos óseos atribuidos al general Menacho.

                     En la actualidad depositados en el Museo del Ejército en Toledo.

 

  1. LA PROPUESTA DE PLAN MUSEOGRÁFICO Y SOLICITUD DE NUEVOS

 FONDOS.

En la propuesta inicial que presentamos en primer lugar al Jefe de la Brigada y, tras su aprobación, al Museo del Ejército se proponía instalar la exposición en cuatro salas del antiguo Palacio de Capitanía General de Extremadura, situado en la Plaza López de Ayala de Badajoz. En el plano que se acompaña se puede ver la medida de las salas escogidas para albergar la exposición.

 

Imagen nº 6: Propuesta inicial de distribución de las piezas de la sala museo.

 

En el documento remitido al Museo de Toledo se proponía distribuir las piezas de acuerdo con el siguiente plan museográfico:

 

SALA 1: “LOS PROTAGONISTAS”.

Esta sala se diseñó como introducción de la exposición y en ella se proponía la instalación de infografías sobre los personajes protagonistas de la Guerra de la Independencia en Badajoz: Napoleón, el Duque de Wellington, Rafael Menacho, Jean de Dieu Soult, Willian Carr Beresford y Armand Phillipon.

Así mismo se solicitaba al Museo la cesión de las siguientes piezas de armamento pertenecientes al Ejército francés de la época:

  • Fusil reglamentario para infantería mod. 1777 con bayoneta de cubo y codillo.
  • Tercerola francesa reglamentaria para húsares mod. Año IX.
  • Carabina rayada francesa Versalles para infantería mod. 1793.
  • Pistola francesa de dragones 1777.
  • Pistola reglamentaria francesa mod. año IX.
  • Pistola reglamentaria francesa mod. año XIII.

 

SALA 2: “LOS SITIOS DE BADAJOZ”.

En la sala 2 se presentarían distintas infografías en las que se explicaran los hechos bélicos acaecidos en Badajoz durante la Guerra de la Independencia.

En cuanto a la exposición de armamento, la sala se completaría con las siguientes armas pertenecientes al ejército inglés de la época, armas que, nuevamente, se solicitaban al Museo:

  • Carabina rayada inglesa Baker con llave mod. 1803.
  • Sable bayoneta para la carabina Baker.
  • Tercerola de caballería inglesa Paget mod. 1812.
  • Pistola inglesa con llave francesa sistema “New Land Pattern”.
  • Pistola inglesa para caballería.

 

SALA 3: GENERAL RAFAEL MENACHO TUTLLÓ.

Esta sala es la principal de la exposición y en ella se proponía la instalación de una infografía con la biografía del personaje y se expondrían las piezas museísticas restauradas una vez cedida por el museo del Ejército.

  • Bandeja de las botas. (originales)
  • Bandeja de la faja. (originales)
  • Bandeja con las calzas del general Menacho. (originales)

 

También depositado en el Museo, se proponía la exposición de un retrato del general que es copia del original pintado por Manuel Roca en 1811, ambos depositados en el Museo del Ejército.

La sala se completaría con un busto en bronce y una reproducción del sable en aquellas fechas, estaban depositado en la antigua Sala Extremadura en la Base General Menacho. Además, se pretendía confeccionar una réplica del uniforme de Menacho que se expondría sobre un maniquí.

Por su parte, el coronel Eduardo García Menacho y Osset, reconocido heraldista y descendiente directo del general, cedería para la exposición un diseño del escudo heráldico del personaje. Este escudo se instalaría a modo de vidriera en una de las ventanas de esta sala.

 

SALA 4: “LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA”

En esta sala se proponía presentar el contexto general de la Guerra de Independencia, con diferentes infografías relativas a la misma.

La sala se completaría con la exposición de las siguientes piezas de armamento, pertenecientes al Ejército Español de la época, que se solicitaban al Museo del Ejército:

  • Fusil reglamentario para infantería mod. 1789.
  • Carabina española reglamentaria para artillería mod. 1789, 2ª versión.
  • Machete- bayoneta española para carabina de ingenieros.
  • Fusil español reglamentario para cazadores mod. 1790.
  • Fusil español reglamentario de infantería mod. 1801 con su bayoneta correspondiente
  • Tercerola española reglamentaria para caballería mod. 1801.
  • Fusil español de migueletes y miñones mod. 1792 con bayoneta de cubo y codillo.
  • Pistola española reglamentaria de caballería mod. 1789.
  • Pistola reglamentaria de caballería mod. 1801.

 

Una televisión, instalada en una de las paredes, presentaría una serie de videos con información relativa a la sala, así como del proceso de rehabilitación de fondos, con tres lecturas diferenciadas: para especialistas, para el público en general y para público infantil.

Para completar esta sala se proponía construir un diorama representando la escena de la muerte del general Menacho para lo que se solicitó presupuesto al artista pacense Francisco (Curro) Agudo Mangas.

Debido al elevado coste de fabricación de esta pieza, nuevamente presentamos el proyecto y su presupuesto a la Fundación CB que, desde el primer momento, aceptó financiar los trabajos de construcción del diorama.

En la secuencia de fotos que sigue podemos ver parte del proceso de construcción de dicho diorama y el resultado final.

Imagen nº 7: Secuencia de construcción del diorama.

 Fotografías cedidas por Curro Agudo Mangas.

 

El proyecto museográfico presentado fue considerado apropiado por los técnicos del Museo del Ejército. Sin embargo, la relación de piezas solicitadas fue rechazada de plano ya que la mayoría de las que figuran en la relación solicitada formaban parte de la exposición permanente del Museo.

Después de una dura negociación, los técnicos del museo presentaron una lista de piezas que podrían cederse con la condición de que la Brigada Extremadura asumiera los costes de restauración y traslado como ya hiciera con los restos de Menacho.

La propuesta de piezas remitida por esa institución incluía los siguientes elementos:

  • Espada de arriaz recto con bigotes (hoja de espada de caballería Carlos IV). Nº inv 35142.
  • Pistola inglesa Tower. Nº inv. 41189.20.
  • Pistola francesa año XIII. Nº inv. 38070.
  • Fusil inglés de infantería mod. 1793 india Pattern. Nº inv.33030.
  • Escopeta española con llave de patilla o española. Nº inv. 33096.
  • Trabuco inglés de pedernal. Nº inv. 5877.
  • Bayoneta triangular inglesa. Nº inv. 9043.
  • Bayoneta triangular inglesa. Nº inv. 90467.
  • Obús inglés. Nº inv. 3893.
  • Proyectil y fragmento de artillería procedente de Medellín. Nº inv. 26225
  • Proyectil y fragmentos (5) hallados en Badajoz. Nº inv. 26228.
  • Peto de coracero francés. Nº inv. 2300.
  • Espaldar de coracero francés. Nº inv. 23006.
  • Sable francés mod. Año XIII. Nº inv. 30033.

 

Siguiendo consejos del personal técnico del Museo, se solicitaron presupuestos a tres empresas especializadas en restauración de armamento: Empresa Alcaén Restaura, empresa Arte, Conservación y Restauración S.L. y empresa Museium Restaura C.B., que resulto la elegida para restaurar las piezas.

El proyecto de restauración estaba firmado por las restauradoras María del Carmen Gallego Rodríguez y María Isabel Martínez Zamora quienes en su propuesta de intervención informaban del estado de las armas y los trabajos a las que serían sometidas siguiendo los criterios de mínima intervención, respeto a la obra, tratamientos específicos para cada pieza, respeto a la obra en toda su integridad tanto en “aspectos formales, materiales y estructurales, distinción entre original y materiales añadidos y se asegura la reversibilidad de estos añadidos y se garantizará la estabilidad de los materiales utilizados para garantizar la no alteración del soporte original”.

Es, como puede verse, una intervención responsable que sigue los criterios recogidos en el decálogo del restaurador del Instituto del Patrimonio Cultural de España, que recoge los criterios de restauración establecidos en el marco nacional e internacional en cuanto a la garantía de preservación del patrimonio cultural.

Además de las piezas ya citadas, el Museo proponía la cesión de una colección de maniquíes vestidos con reproducciones de uniformes de la época que incluía los siguientes modelos:

UNIFORMES FRANCESES

  • Uniforme de lancero polaco de la Guardia Imperial.
  • Uniforme de invierno de Infantería Ligera.

UNIFORMES ESPAÑOLES.

  • Voluntarios de Aragón.
  • Uniforme del Real Cuerpo de Artillería.
  • Voluntarios de Madrid.

Esta colección de maniquíes se acompañaba de un informe titulado “Informe sobre los maniquís procedentes de la exposición “1808-1812: un pueblo, una nación”.

Al tratarse de reproducciones y encontrarse en muy buen estado, estas piezas no necesitarían de ninguna intervención antes de ser expuestas.

Imagen Nº 8: Colección de maniquíes cedidos por el Museo.

Fotografías realizadas por el autor en los almacenes del Alcazar.

 

  1. ¿DÓNDE? OBRAS NECESARIAS EN EL PALACIO DE CAPITANÍA.

El edificio de la Antigua Capitanía General de Extremadura, ubicado en la Plaza López de Ayala nº 1 de Badajoz está registrado en el catálogo de elementos de Interés Artístico y ambiental del Ayuntamiento de Badajoz, con el número 60541-01.

Según podemos leer en la correspondiente ficha, se trata de un edificio que

 

responde al estilo neo-clasicista imperante en la segunda mitad del siglo IXI para los edificios oficiales y dentro de la pobreza de materiales consigue un buen efecto señorial; paramento avitolado en el bajo; mirador – de obra de cristal- centrado en la portada; balcones con balaustradas de obra y remate de la fachada con frontón triangular: ménsulas decoradas con flora y cabezas y los distintivos de la armas y cuerpos del Ejército formalizan una edificación singular”.

 

Se trata de un edificio protegido y cuya restauración precisa de informes previos por parte de los técnicos municipales competentes en protección del patrimonio.

El estado en el que se encontraba el edificio al inicio del proyecto, distaba mucho de las condiciones de seguridad y conservación que exigía el Museo del Ejército para acceder a la cesión de los fondos, por lo que fue necesario realizar obras de acondicionamiento de las futuras salas de exposición.

Imagen nº 9: Estado de las salas antes de la intervención.

Colección particular del autor.

 

Las obras fueron encargadas a la empresa “Dos Manos” que presentó las correspondientes solicitudes de licencia de obras ante el Ayuntamiento de Badajoz.

Con fecha 3 de febrero de 2017 el Ayuntamiento solicita al Ministerio de Defensa la aportación de documentación complementaria que fue entregada con fecha de registro de entrada en el Ayuntamiento el día 9 de febrero del mismo año.

Una vez analizado el proyecto entregado por los técnicos competentes, el Ayuntamiento de Badajoz emitió un dictamen al respecto que tiene referencia de salida el día 3 de marzo de 2017. En dicho documento, el Ayuntamiento dictaminaba los siguiente:

“Visto el informe del Arqueólogo de la Dirección General de Bibliotecas, Museos y Patrimonio Cultura según el cual:

Se informa que la propuesta será válida sólo en el caso en que:

  • Se respeten los pavimentos originales, siendo que la propuesta de tarima sea colocada por encima de aquellos.
  • No se realicen intervención alguna en fachadas más allá de la sustitución de ventanas.
  • Se procurará que las instalaciones no afecten a parámetros y pavimentos originales, intentándose reutilizar, cuando sea posible, instalaciones actuales y cuando no, anclándose al intradós de los nuevos trasdosados”.

 

Tras los trámites burocráticos se comenzaron las obras y tras un tiempo no muy dilatado, se pudo completar la obra con resultados más que satisfactorios.

 

  1. ORDEN MINISTERIAL.

Después de un largo camino, se completaron las acciones preliminares por lo que el Museo del Ejército formalizó la cesión de las piezas seleccionadas mediante la Orden 306/04915/19 publicada en el Boletín Oficial de Defensa nº 67 de 5 de abril de 2018.

Imagen nº 10: Resolución de autorización de salida temporal de las piezas del Museo del Ejército para exhibición en el Palacio de Capitanía de Badajoz.

 

En la citada resolución se relacionaba el material cedido que era el siguiente:

 

“1. N.º INVENTARIO: ME [CE] 5372

TÍTULO: OBÚS CORTO LLAMADO DE A 5, CALIBRE 115 MM

  1. N.º INVENTARIO: ME [CE] 5877

TÍTULO: TRABUCO INGLÉS DE PEDERNAL

  1. N.º INVENTARIO: ME [CE] 19002

TÍTULO: RETRATO DEL MARISCAL DE CAMPO D. RAFAEL MENACHO Y TUTLLÓ (CÁDIZ, 1766-BADAJOZ, 1811).

  1. N.º INVENTARIO: ME [CE] 23005

TÍTULO: PETO DE CORACERO

  1. N.º INVENTARIO: ME [CE] 23006

TÍTULO: ESPALDAR DE CORACERO

  1. N.º INVENTARIO: ME [CE] 25882.01

TÍTULO: RESTOS DEL GENERAL D. RAFAEL MENACHO Y TUTLLÓ (CÁDIZ, 1766-BADAJOZ, 1811) (SOLAMENTE LAS SIGUIENTES PARTES: PANTALÓN Y BOTAS).

  1. N.º INVENTARIO: ME [CE] 26219.04

TÍTULO: BALA O PROYECTIL DE METRALLA PARA CAÑÓN

  1. N.º INVENTARIO: ME [CE] 26225

TÍTULO: PROYECTIL Y FRAGMENTO DE ARTILLERÍA HALLADOS EN MEDELLÍN

  1. N.º INVENTARIO: ME [CE] 26228

TÍTULO: PROYECTIL Y CINCO FRAGMENTOS DE ARTILLERÍA HALLADOS EN BADAJOZ

  1. N.º INVENTARIO: ME [CE] 30033

TÍTULO: ESPADA FRANCESA PARA TROPA DE CABALLERÍA DE LÍNEA, MODELO AÑO XIII

  1. N.º INVENTARIO: ME [CE] 33030

TÍTULO: FUSIL INGLÉS DE INFANTERÍA MODELO 1793 INDIAN PATTERN

  1. N.º INVENTARIO: ME [CE] 33096

TÍTULO: ESCOPETA CON LLAVE DE PATILLA O ESPAÑOLA

  1. N.º INVENTARIO: ME [CE] 35142

TÍTULO: HOJA DE ESPADA DE CABALLERÍA DEL REINADO DE CARLOS IV

  1. N.º INVENTARIO: ME [CE] 38070

TÍTULO: PISTOLA DE CABALLERÍA FRANCESA MODELO AÑO XIII

  1. N.º INVENTARIO: ME [CE] 41084

TÍTULO: FAJA DEL GENERAL D. RAFAEL MENACHO Y TUTLLÓ (CÁDIZ, 1766-BADAJOZ, 1811).

  1. N.º INVENTARIO: ME [CE] 41189.20

TÍTULO: PISTOLA INGLESA DE PEDERNAL

  1. N.º INVENTARIO: ME [CE] 90431

TÍTULO: BAYONETA DE CUBO INGLESA

  1. N.º INVENTARIO: ME [CE] 90467

TÍTULO: BAYONETA DE CUBO DE SECCIÓN TRIANGULAR PARA FUSIL INGLÉS BROWN BESS.”

 

Mi pase a la situación militar de Reserva me privó del placer de ver terminada la obra que, con tanta ilusión, había iniciado en el año 2015, a las órdenes del verdadero impulsor de este proyecto, el entonces Jefe de la Brigada “Extremadura” XI: General de D. Francisco José Dacoba Cerviño.

El relevo de mando en la Brigada y el necesario proceso de adaptación del nuevo general, retrasaron un tiempo la conclusión de la Sala Museo proyectada.

La aparición en escena de la Asociación Alfonso IX, contribuyó al necesario impulso de la idea que culminó con un magnífico proyecto museográfico que hoy podemos ver en el Palacio de la antigua Capitanía General de Badajoz.

Desde aquí mi enhorabuena por el trabajo realizado por todos los que, de una u otra manera, nos hemos visto involucrados en conseguir que uno de los más grandes personajes de la historia local sea homenajeado como se merece.

Mi agradecimiento al Coronel Eduardo García Menacho y Osset, descendiente del héroe de Badajoz y prestigioso heraldista, por su asesoramiento y por la confección del escudo heráldico del personaje; a Francisco Agudo Mangas, responsable de la realización del magnífico diorama que podemos contemplar en la sala; a Luís Sorando Muzas, prestigioso especialista en uniformología y responsable del asesoramiento histórico para la confección de la reproducción del uniforme de Menacho; a los equipos de restauración que recuperaron el esplendor de las piezas museísticas expuestas, a la empresa en buenas manos que realizó las obras de acondicionamiento de las salas a pesar de todas las dificultades técnicas y administrativas, a Curro Agudo por su grandiosa maqueta que ilustra perfectamente el momento final de nuestro héroe, y a todos los que de una u otra manera han participado en este apasionante proyecto

En la introducción de este artículo hablábamos de Badajoz como ciudad de cuarteles. También hablábamos del empeño cívico en conseguir un museo militar para la ciudad, museo que bien podría estar especializado en las guerras hispano portuguesas en las que la ciudad de Badajoz siempre jugó un papel importante.

La Sala Museo dedicada al general Menacho es importante, pero desde mi punto de vista es también insuficiente ya que, la ciudad de Badajoz se merece mucho más que eso. Las instituciones, fundaciones y asociaciones cívicas deberían aunar esfuerzos para conseguir el tan deseado museo militar en la ciudad de Badajoz.

 

[1] Se puede consultar en https://idus.us.es/handle/11441/37414

 

[2] Expresión habitualmente utilizada por el general Dacoba.

[3] Por razones obvias, no se detallan las condiciones de seguridad exigidas por el Museo del Ejército.

Oct 172023
 

Sebastián Martín Ruano.

Maestro de escuela. Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Profesor de Historia de la Educación en la UEX.

 

            Creemos que el verdadero motor del desarrollo de los pueblos es la educación. Un pueblo con un buen nivel educativo de sus habitantes crece, se desarrolla y renace en la derrota. Con este convencimiento intentamos la aproximación a los principios de la Historia la Educación de un pueblo extremeño, de un pueblo cacereño, Brozas. Desde hace muchos años nos preguntábamos por qué este pueblo había crecido, por qué tantas personalidades relevantes entre sus paisanos. Siempre pensamos, nuestra hipótesis, que tras esta tendencia había personas que se dedicaron a enseñar, buenos maestros y maestras, excelentes profesores.

¿Cuándo comenzar una Historia de la Educación en Brozas? Sería imposible señalar una fecha. Aunque el pueblo no inicia su periplo administrativo hasta el momento en que se declara villa independiente de Alcántara en 1537, los territorios en los que se asienta la localidad fueron poblados desde antiguo, unos habitantes que ya se educaban como hecho intencional. Los nuevos miembros de los pequeños clanes que habitaron el territorio habían de aprender los modos de vida que los determinaba para sustentarse en un medio ambiente hostil. Es la cultura lo que predispone al grupo a mantenerse vivo individual y colectivamente. En estos primeros tiempos no existía la escritura y la trasmisión de nuevos conocimientos era oral con carácter imitativo. Había mucho que aprender: la ecología de los animales y plantas con que se sustentaban, las técnicas de caza y de pesca, la construcción de herramientas, la preparación de las comidas, la confección de vestimentas, la recolección de vegetales, la inmanencia, el pensamiento simbólico, … El joven llegaba a adulto interiorizando lo que veía hacer a sus mayores.

La revolución neolítica, al domesticar los ecosistemas asentándose en ellos, determina una cultura mucho más compleja, con numerosos matices a interiorizar. En el territorio brocense hay huellas de este periodo. Se encuentran restos de dólmenes por el término municipal. Así como manifestaciones de la cultura castreña.  De ellos procede la importante Estela de Brozas, obra de una gran complejidad intelectual y artística. Su autor o autores debieron recibir previamente una importante formación que culminara la elaboración de su enigmático sistema de comunicación. La sedentarización que conlleva la agricultura y la domesticación de animales supone aprender técnicas más complejas: el manejo de animales, las labores de cultivo, nuevas formas de preparar los alimentos, …

La romanización supuso una verdadera revolución cultural en las tierras de la Lusitania en las que se sitúa el territorio brocense. Son frecuentes los restos romanos en los campos de Brozas.  El declive del imperio romano y el establecimiento de pueblos que proceden del norte de Europa suponen que se abandonen las grandes ciudades y se generalice el poblamiento rural. Son numerosas las villas de esta época que hay en el término municipal de la villa brocense.  La educación en el mundo romano ya adquiere características que le son propias. La formación sobrepasa el ámbito familiar y comienzan a funcionar instituciones educativas propias. La enseñanza se gradúa en niveles. En la zona de Brozas habría pequeñas escuelas, las “scuolae”, a cargo de un maestro (“magister ludi”) que enseñaba lectura, escritura (en tablillas de cera) y cálculo. Los escolares de familias pudientes se podrían desplazar a núcleos de población más importantes en los que recibir enseñanza secundaria en la escuela del “grammaticus.  En la Hispania visigoda el latín también fue la lengua vehicular de la enseñanza.

Apenas hay restos de la cultura musulmana en la población. La educación islámica está determinada por su concepción religiosa de la vida. Las escuelas coránicas se situaban en las mezquitas. También dieron los mahometanos gran importancia a la educación con centros de formación superior en las principales ciudades, destacando en ciencias como la Medicina y Filosofía. Tampoco está documentada la presencia judía en Brozas, aunque sí hay evidencias del paso por la villa de su comunidad fruto de la diáspora secular de este pueblo. En Brozas incluso se sitúa una judería. En las aljamas judías se daba una gran importancia a la formación en los primeros niveles escolares con la enseñanza sistemática de la “Torá”.

            La reconquista a los musulmanes del territorio que más tarde sería Extremadura la llevaron a cabo las huestes del reino de León en el siglo XIII. La primera referencia a la villa de Brozas se encuentra entre los documentos más antiguos de la Orden de Alcántara, institución que tanto determinó la población. En 1238 el Papa Gregorio IX hace referencia a las posesiones de la milicia: “villam de Brozas cum possessionibus et pertinentiis suis[1].

La inexistencia de fuentes específicas impide el relato de lo que sería la educación en aquella época en la aldea de Las Broças. Entonces la cultura importaba poco a unos nobles más preocupados por la guerra y la caza y a unos siervos que tenían bien interiorizado que sus hijos nacían para trabajar y servir. La alta nobleza tenía sus propios maestros en palacios y castillos, con enseñantes que se encargaban de la formación intelectual de los hijos. Las hijas tenían como única aspiración un matrimonio favorable o la situación confortable de un convento. Así, la escritura era un don que pocos poseían pero que era valioso ya que los documentos firmados daban poder de derecho.

En el siglo XIV surgen los primeros maestros seglares para asistir al común de la población. Estos enseñantes se agrupan en gremios como hacían otros artesanos y profesionales. Los propios municipios empiezan a considerar el mantenimiento de escuelas locales. En el reinado de Enrique de Castilla, hacia 1370 en Toro, se legisla una cédula que da algunos privilegios y prestigio social a los enseñantes. Nada conocemos de la educación en Brozas durante el siglo XV. Sabido es que durante la Edad Media la enseñanza elemental estuvo encomendada principalmente a la Iglesia a través de las diversas escuelas que obtenían categoría en función de su ubicación. En el caso de Brozas deberían estar asociadas a la parroquia de Santa María. A su vez van surgiendo los maestros de niños, un oficio como puede ser el de tejedor o zapatero.

Al ir creciendo la villa la propia burocracia y la dinámica social van a necesitar para su desarrollo de personas capacitadas para oficios que han de tener una formación específica: escribanos, juristas, clero, … De su preparación se encargaban las preceptorías, escuelas de carácter intermedio que formaban en cálculo elemental, lectura, escritura, humanidades y, sobre todo, Gramática Latina. Los alumnos acudían a estas clases porque buscaban una cultura que les permitiera un ascenso social que, normalmente, se enfocaba al traslado al Nuevo Mundo para la búsqueda de una vida más próspera.

El hecho más significativo que se produce en Brozas durante el siglo XVI es su declaración como localidad independiente de Alcántara en 1537 cuando Carlos I le otorga el título de villa tras el pago de 7.500 ducados de oro. A partir de su independencia la población experimenta un importante desarrollo económico y demográfico.

En el siglo XVI ya conocemos, con nombre y apellidos, personas que se dedicaban a impartir enseñanzas en Brozas[2]. Sus datos se localizan en los padrones calle hita, expedientes de Hacienda que hacen referencia a todas aquellas personas sujetas al repartimiento del impuesto de alcabalas y tercias. Es frecuente que en estas anotaciones figuren las profesiones de algunos de los contribuyentes. En el padrón de los años 1552 y 1553 es casi excepcional la indicación de la actividad de los nominados, que se ciñe a algún clérigo, herrador, ovejero, cardador, tejedor o zapatero. En el padrón del año 1561 ya encontramos el nombre concreto de personas que se dedican a la educación en la villa de Brozas. Uno es Sancho Juárez que, según el padrón calle hita de ese año, se censa como maestro de niños. El otro educador es Luis de Morales que aparece en el mismo padrón. De él se dice que tiene escuela de niños[3].

Podemos hacer referencia a la labor de aquellos maestros del siglo XVI. Sus alumnos, a partir de los seis años, aprendían a leer y escribir, operaciones matemáticas y nociones del catecismo. En aquellas “escuelas” si el niño estaba recogido para aprender a leer pagaba dos reales. Si además aprendía a escribir cuatro reales y si su objetivo era leer, escribir y contar debería abonar al maestro seis reales[4].

Un hecho acaecido en este siglo que habría de tener gran importancia en el desarrollo de la educación en Brozas fue la fundación en la villa del convento de Nuestra Señora de la Luz por padres franciscanos[5]. El convento de Brozas, de gran importancia arquitectónica e institucional, fue casa capitular de la provincia franciscana descalza de San Gabriel. Los religiosos del convento franciscano participaron activamente en la vida de la localidad. Los frailes se mantenían de las limosnas de los fieles, de las entregas que el Concejo les hacía por prestar servicios religiosos a la población y como establecimiento de enseñanza. El convento de Brozas, desde su fundación, se convirtió en importante centro educativo para novicios y vecinos de la villa, ya que los monjes “se ofrecen a enseñar Gramática a los niños”[6]. En el centro también se imparten otras materias relacionadas con la vida religiosa como Teología.

Sin lugar a dudas, en una villa de la población y la trascendencia de Brozas, por aquella época tendría que haber varias personas que se encargasen de la formación de los niños más pequeños o regentaran precepturías de latín. Un pueblo con tantos hijos ilustres debía tener un destacado cuadro docente.

Un buen ejemplo de persona con elevada formación intelectual que en su niñez se acercaría a estos enseñantes es el hijo más preclaro de la villa, Francisco Sánchez de las Brozas, El Brocense, persona de trayectoria vital muy ligada al mundo educativo. Desde la universidad de Salamanca el Brocense fue uno de los grandes humanistas españoles. Sin lugar a dudas antes de los once años en que se produjo la salida de Francisco de Brozas habría recibido las primeras enseñanzas en la villa en la que vivió sus primeros años de algún maestro de niños o preceptor del lugar. El Brocense, en su magisterio, defendió la aplicación de importantes innovaciones pedagógicas ya que se rebela contra la autoridad tradicional de los profesores, se muestra combativo contra la enseñanza memorística, rechaza el uso del latín hablado y se muestra en contra de los castigos corporales aplicados a los estudiantes que en aquella época era práctica tan frecuente y cruel llegando a los azotes públicos[7].

Durante el siglo XVI hay otros brocenses que destacan en diversos ramos del saber.  Podemos citar algunos de estos convecinos ilustres que también basaron su tarea vital en la formación que de niños recibieron en su villa natal. Así Rodrigo Sánchez, que llegó a ser catedrático en la universidad de Lisboa[8], Íñigo Argüello Carvajal que obtuvo en Salamanca la cátedra de Parima de Leyes y desempeñó hacia 1526 el cargo de rector de la universidad[9], Antonio Gómez fue un escritor conocido como uno de los jurisconsultos más notables del siglo XVI en España[10]. Asimismo aprendió en Brozas Juan Bravo, alarife que acabó como arquitecto dirigiendo importantes obras como la catedral de Coria o la Iglesia de Santa María de Brozas[11].  También hemos de señalar que en el siglo XVI recala en Brozas el gramático Antonio Elio de Nebrija ya que su hijo Marcelo era comendador de la encomienda brocense de La Puebla. En la villa escribió parte de su magna obra sobre la Gramática Española. Este erudito mostró una gran preocupación por el proceso formativo escribiendo la obra “De líberis educandis” con propuestas que se articulan en torno a qué deben hacer los niños antes de los cinco años  y las cualidades y tareas del educador[12].

El XVI puede considerarse el siglo de oro de la cultura brocense por la gran cantidad de personalidades de renombre que nacieron o se vincularon a la villa. Sin lugar a dudas tras estas vidas destacadas hubo profesionales de la enseñanza que les sirvieron los primeros conocimientos y les alentaron en la permanente búsqueda del saber.

En el siglo XVII culmina la época dorada del imperio español y se inicia su decadencia. En Brozas se notó profundamente la guerra de 1640 o guerra de Restauración que enfrentó a España con Portugal. Por el carácter fronterizo de sus tierras sufrió considerablemente los embates de la contienda. A las calamidades de la conflagración se unieron las epidemias de peste, la emigración a América y la expulsión de los moriscos. En Brozas se genera una gran crisis social, perdiendo la mitad de su población[13].

En el siglo XVII la administración educativa de la nación no estaba organizada. La acción instructiva se constreñía a lo local. Así, las escuelas de niños siguen funcionando con normalidad a lo largo del siglo en la villa de Brozas. A las clases y parroquias acudían los infantes que ya trabajaban o vagaban por las calles para instruirse en las nociones de primeras letras y cálculo elemental. Mientras tanto en las casas de familias pudientes impartían lección profesores particulares, los leccionistas.

En este tiempo se empieza a poner en marcha en España una cierta institucionalización de la profesión del magisterio. En 1642 el rey Felipe IV dicta una pragmática para agremiar a los maestros en una hermandad, la Congregación de San Casiano. Siguen también los estudios de latines en la villa de Brozas. Tras las enseñanzas de primeras letras una pequeña parte de la población pasa a las escuelas de Gramática. El currículo de estos centros se basaba principalmente en la Gramática Latina. También se enseñaba Lengua Castellana, Retórica, Poética, Historia Antigua y Filosofía Moral.[14].

Un asunto muy importante y que podría haber sido capital para el desarrollo de la educación en Brozas durante el siglo XVII fue el intento de fundación de un colegio de enseñanza regido por los padres jesuitas según mandó en su testamento Pedro Ordóñez Flores, nacido en Brozas de ilustres padres brocenses. Por su propensión a la hermandad jesuita se considera que Pedro debió formarse en algún colegio de la compañía. Profesó en la Orden de Alcántara y en 1589 fue nombrado rector del colegio que esta comunidad tenía en Salamanca. Pasó más tarde a las Indias siendo inquisidor en Lima y arzobispo de Santa Fe de Bogotá en 1611. Poco tiempo estuvo en el cargo pues falleció en 1614.

De las intenciones del Arzobispo Ordóñez sobre la fundación de un convento en Brozas es buena prueba su testamento. En un extenso documento[15], el arzobispo muestra su voluntad de fundar un colegio de la compañía de Jesús en la villa de Brozas,

“donde tengan estudios de Gramática, artes y teología e respecto de que en la provincia de Extremadura siendo tan rica y florida y de tan buenos lugares no ay más del de Plasencia que está catorce leguas de la dicha villa de Las Broças”[16].

Para la fundación deja 20.000 ducados que se aprovecharían para los estudios de Gramática, Artes, Teología y, al menos, una Lección Moral. A la fundación del colegio jesuita en Brozas se opusieron el convento de los padres franciscanos que había en la villa, otros conventos cercanos y el propio Concejo de la villa. Consideraron los ediles que en el pueblo ya había un convento de frailes franciscanos con  24 religiosos donde se “leen artes y theología en grande provecho y utilidad de los vezinos de la dicha villa y sus hijos”[17]. También se presenta la situación educativa de la población: “de muchos años a esta parte la dicha villa ha tenido y tiene un preceptor de Gramática que la enseña a los hijos de los vezinos de la dicha villa, con lo qual no es necesario el dicho colegio para enseñarla”. Por eso se pide al rey que “deniegue a la dicha compañía la licencia y facultad que pide para fundar el dicho nuevo colegio”[18].

Mientras se resolvía la licencia para el colegio, la compañía de Jesús desplazó a la localidad dos monjes que predicaron en la iglesia de Santa María y enseñaban Gramática. En 1631 el Consejo de Órdenes publica una sentencia en la que se determina la expulsión de estos jesuitas y que de ninguna forma sigan con la fundación lo que refrendó el prior de Alcántara. Sin lugar a dudas este fue un importante intento fallido de poner en marcha una institución educativa que muchos beneficios podrían haber traído a la localidad.

Otro ilustre brocense relacionado con el mundo educativo que hace parte de su periplo vital en el siglo XVII fue Francisco Cabrera Morales que nació en la villa en 1564 y murió en Roma en 1616. Por los datos extraídos en el testamento de su hermano Luis de Morales Cabrera[19], creemos  que Francisco fue hijo del maestro Luis de Morales que ya citamos. Con él Francisco aprendería sus primeras letras. Cabrera se vanagloriaba de su origen brocense y en sus publicaciones indicaba que era “hipanus y patria Brocensis”.  Fue uno de los hombres más doctos y eruditos de su tiempo en Elocuencia, Latín y Griego, cuyas lenguas explicó en la universidad de Salamanca. De la capital charra marchó Cabrera a Roma donde fue acólito del papa Clemente VIII[20].

            Durante el siglo XVIII por primera vez en España se legislaba a favor de una enseñanza primaria obligatoria aunque el campesinado seguía teniendo plenamente asumido que los hijos eran para trabajar. Para ellos la educación no era necesaria.

A principios del siglo XVIII Brozas sufre trágicamente, de nuevo, la guerra de Sucesión con los portugueses. Una pérdida muy importante para la memoria colectiva de Brozas fue la quema de sus archivos municipales en la contienda. El humo y las cenizas se llevaron buena parte de la historia de la localidad de los siglos anteriores, una formidable documentación que mucho podría hablarnos hoy sobre la educación, los tesoros del arca de las tres llaves. Tras esos luctuosos sucesos las actas de las reuniones del Concejo se conservan. Así, a partir de principios de 1700, se vuelven a elaborar protocolos que se guardan en los archivos. Desde ese momento ya se encuentran algunos documentos que hacen referencia a las escuelas de primera enseñanza de Brozas. Los legajos nos indican que los establecimientos escolares estaban bajo la tutela directa del propio Ayuntamiento. Se revela un cierto interés en el fomento de la enseñanza primaria pero la difícil situación económica que arrastra el municipio impide su implementación. Indagando en esta documentación hemos ido encontrando escritos que nos ayudan a conocer y comprender la historia de la educación de la villa de Brozas.

En el siglo XVIII los maestros de primeras letras no seguían unos estudios específicos que les formasen para el ejercicio de su profesión. Los conocimientos a dominar por los futuros docentes eran escasos: leer, escribir (mejor con buena letra) y nociones elementales de Matemáticas. A las maestras se le exigía todavía menos: vida piadosa y conocimientos de doctrina cristiana[21]. Fue Carlos III, el monarca ilustrado por excelencia, quien más se preocupó por el desarrollo de la educación en España durante el siglo XVIII. En su reinado se regulan, por una provisión de 11 de julio de 1771, los requisitos que deben reunir las personas que quisieran dedicarse al magisterio de primeras letras. En esta reglamentación se exigía a los aspirantes una presentación del ordinario eclesiástico de haber sido aprobados en la doctrina cristiana y presentar tres testigos sobre su vida, costumbre y limpieza de sangre. En los ayuntamientos se les examinaba ante un escribano y dos veedores sobre su habilidad en las artes de leer, escribir y contar, haciéndole escribir muestras de diferentes tipos de letra y resolver problemas de las cinco cuentas[22]. Esta legislación se aplicaría repetidamente en Brozas.

Los locales escolares unas veces los proporcionaba el municipio y en otras eran habitaciones de la propia casa del maestro. Hasta aquellos momentos no se puede hablar de escuelas como un espacio físico específico ya que lo más corriente era que las aulas se habilitaran en casas, pajares, soportales, ábsides de iglesias, … Así, las condiciones para la enseñanza solían ser pésimas: falta de espacio y luz, escasa salubridad, frío y calor extremos, falta de mobiliario escolar, … Los niños se incorporaban a la escuela a partir de los seis años de edad. La falta de preparación de los docentes hacía que no existiese una metodología específica de enseñanza-aprendizaje. El maestro instruía las lecciones que a él le proporcionaron en su infancia. El currículum se centraba en la enseñanza de la lectura, la escritura, el cálculo y la doctrina cristiana. El recurso más importante para el aprendizaje de la lectoescritura fue la cartilla, muchas veces el único libro que se utilizaba. Era una enseñanza memorística y repetitiva:

“Los niños apenas entran en la escuela ocupan su asiento, y allí están, casi las tres horas, deletreando o leyendo en voz alta,…Después que los niños han gastado de este modo el tiempo de su lección, pasan a darla, o por mejor decir, a repetirla delante del Maestro”[23].

Las lecciones solían completarse con la lectura de algún catecismo, como el Ripalda, que instruía en la doctrina cristiana. Si se avanzaba en la escolaridad se podría leer el Catón, máxima aspiración pedagógica de muchos escolares.

Para procurar el mantenimiento de su familia era inevitable que el maestro completase su sueldo con otro trabajo. A veces el proceso era inverso, personas que tenían otro trabajo habitual, también ejercían de maestros. Así, en Brozas  a finales del siglo, los maestros que enseñaban a los niños eran tejedores de lino[24]. De estos maestros y estas escuelas de Brozas durante el siglo XVIII vamos encontrando datos que nos informan sobre la tarea educativa en la villa:

En 1727 localizamos el primer nombre de un maestro brocense en este siglo. El 15 de marzo de ese año la sesión del Ayuntamiento acordó libren a Francisco Paniagua, maestro de niños, 200 reales de vellón por el mayordomo del Vaqueril de ese año[25].

El primero del mes de mayo de 1744 se nombró maestro de niños para enseñar primeras letras y doctrina cristiana en la villa a Joseph Pozo, vecino de ella, preceptor que había sido de Gramática. A su vez se cesa en el oficio de maestro de niños a Joseph de Oliva que había enseñado sin licencia hasta esa hora[26].

Aunque la mayoría de los maestros ejercían su oficio sin más requisito que el plácet municipal, en la documentación del siglo XVIII encontrada se constata que desde el Ayuntamiento de la villa se procuraba que los maestros que ejercieran en el pueblo cumplieran con los requisitos exigidos (maestros examinados). La licencia para el ejercicio del Magisterio la daba el clero regular y se expedía en Alcántara[27] una vez que los candidatos hubiesen pasado las correspondientes pruebas académicas. Así se pone de manifiesto en una serie de cartas que se mandan al Ayuntamiento de Brozas desde la sede prioral.

En 1744, desde el convento de Alcántara se comunica que se ha examinado a Antonio Fernández García, vecino y natural de Brozas, de las materias requeridas en doctrina cristiana, como en leer, escribir y contar en todas cinco reglas, quebrados y regla de tres. Del resultado se halló en todo muy perfecto para que pueda enseñar las primeras letras. Se comunicó a la autoridad de Brozas que puede darle licencia para que el susodicho pueda enseñar en cualquier lugar del priorato. La autoridad apostólica, Francisco Peñafiel Francisco de Amores, avisa la decisión el 11 de noviembre de 1744:

“Por el presente concedemos licencia a Antonio Fernández García natural de la villa de Brozas de mi priorato para que en ella y demás de mi priorato atento su autoridad y suficiencia que pueda usar del Ministerio de Maestro de niños para enseñarles el arte de leer escribir y contar”[28].

Unos años más tarde los maestros ya tienen asignada soldada en las arcas del Ayuntamiento. Según el Catastro de Ensenada con fecha de 11 de mayo de1753 en la villa de Brozas ejercen dos maestros de primeras letras que lo son Joseph Oliva y Manuel Cotrina y a cada uno regulan de utilidad 600 reales[29]. En la segunda mitad del siglo XVIII siguen actuando uno o varios maestros en la villa con asignación municipal. Así se refleja el primero de enero de 1794, día en que se hacen las elecciones y nombramientos de oficios de república, empleos públicos que se señalaban cada año. El alcalde mayor y capitán de guerra, regidores perpetuos y procurador síndico general, nombraron por maestro de niños a Manuel Barriga, vecino de la villa[30].

Los maestros, cuando consideraban que reunían los requisitos reglamentarios, ofrecían sus servicios presentando un memorial con sus datos personales y profesionales a los Consejos de aquellas localidades que eran de su interés. Así, el 4 de enero de 1745 en reunión de los regidores del Ayuntamiento, se trata el nombramiento de maestro de niños y procurador de causas a Lorenzo Rodrigo de la Fuente y Durán. Lorenzo era natural de la villa de Brozas y ejercía de procurador de causas en la villa de Arroyo del Puerco. En su solicitud al Consejo local suplica se le nombre maestro de niños de primeras letras y de procurador de causas de la audiencia de la villa. En su petición exige se cierren otras escuelas de niños que ya existen en la localidad pues considera que los maestros que entonces ejercen en la localidad no reúnen los requisitos exigidos. En la reunión se considera la capacidad de ser hábil Lorenzo Rodríguez de la Fuente para otros oficios, dando especial importancia a la hermosura y formalidad de sus letras, inteligencia y demás circunstancias que concurren en el susodicho. Se convino y mandó que los otros maestros de niños cerraran sus escuelas por no concurrir en ellos todas las circunstancias precisas que se hallan en Lorenzo Rodrigo de la Fuente que por este medio pueda concederse y mantener a su crecida familia[31].

La intención del maestro de cerrar las escuelas que ya estaban en funcionamiento crea un conflicto con sus titulares en el que incluso se involucran los padres. Así muchos de éstos reclaman a Juan Escandón, procurador síndico del común[32], revocar la orden por la cual se autoriza a Lorenzo de la Fuente a instalarse en la localidad como maestro de primeras letras. Consideran muy beneficioso se mantenga en ella Antonio Fernández como natural de la villa “asimismo por la mayor aplicación y celo que procura en los muchachos”[33]. El mismo Antonio Fernández García protesta enérgicamente por su expulsión del magisterio local, su medio de vida. En una larga carta se dirige al Ayuntamiento. Se presenta como maestro de primeras letras y vecino de la villa. A su favor hace una serie de alegaciones al Concejo del común:

. Que estaba enseñando a los muchachos que quedan a su cuidado y cargo con aprobación de la justicia de la villa y permiso del Ayuntamiento, tiene las licencias necesarias y aprobadas por el priorato, la que se le dio habiendo precedido el examen que se le hizo por D. Marcos Márquez de Medina, preceptor de Gramática del solar y cátedra del sacro convento de san Benito de Alcántara, por el que justifica su suficiencia en doctrina cristiana, leer, escribir, contar y las cinco reglas.

. En su escuela cursan treinta muchachos con gran satisfacción.

El maestro cierra sus alegaciones con la sugerencia de que haya en la villa dos maestros[34]. Que pudieran ejercer dos maestros de niños simultáneamente debió ser la solución salomónica adoptada por el Concejo. Así, el 25 de febrero 1747 los regidores de la villa respondieron una providencia a la villa de Alcántara en la que se pedía información sobre actividades laborales y sociales de la villa. Se informa que en Brozas  hay dos maestros de primeras letras  a quienes no  se les da salario alguno[35].

En las reseñas del siglo XVIII que hemos podido tratar son más abundantes las que se refieren a los profesores de latinidades que las concernientes a los maestros de instrucción primaria. Aquella enseñanza secundaria se seguía ejerciendo a través de los preceptores de Gramática. En las escuelas de Latinidad y Humanidades se enseñaba especialmente la Gramática Latina. Los preceptores solían ser estudiantes que no lograron concluir sus estudios universitarios o religiosos. Vulgarmente se les conocía como dómines. Quevedo hizo una genial descripción de ellos con su Dómine Cabra.

A lo largo del siglo vamos encontrando información de la situación de los preceptores de Gramática en la villa de Brozas: nombres, funciones, conflictos por sus nombramientos, …

Así, en sesión del Ayuntamiento de 20 de junio de 1705 hallamos la primera noticia de una persona que se dedica a la enseñanza media en la villa de Brozas durante el siglo XVIII. Ese día se juntaron en el Ayuntamiento de la villa el alcalde mayor, regidores perpetuos y síndico y acordaron un despacho por el que se ordenaba entregar a Juan Rodríguez Durán, preceptor de Gramática en la villa, la cantidad de 100 reales de vellón para ayuda en su tarea contra los caudales de propios[36].

En estos primeros años del siglo podemos registrar la identidad de algunos de los preceptores de la villa por los nombramientos del Ayuntamiento. En sesión municipal de 16 de agosto de 1708 se ordena al mayordomo de propios pague su sueldo al licenciado D. José de Plata, preceptor de Gramática[37].

El 28 de mayo de 1714 los regidores aprobaron un despacho por el que se acordaba se entregasen  al licenciado Pedro Patiño, preceptor de Gramática de la villa, la cantidad de 300 reales de vellón que paga el mayordomo de propios del año pasado o el presente[38].

El 8 de abril de 1715 se acuerda se libran al mismo, D. Pedro Patiño, presbítero y preceptor de Gramática de la villa, 790 reales de su salario por el mayordomo de propios. El pago se haría en dos libranzas, una de 390 y la otra de 400[39].  Este último dato al identificar a Patiño como presbítero pone de manifiesto el importante número de clérigos que ejercían la profesión de preceptor. Era consecuencia de las condiciones sociales con la que convivían los eclesiásticos y del uso habitual del latín en las ceremonias religiosas. En aquel momento había en Brozas casi un centenar de religiosos y religiosas.

El salario de los instructores no era constante y tampoco lo eran los pagadores. El 15 de enero de 1724 los regidores de la villa, estando reunidos en el Ayuntamiento, acuerdan un despacho por el que libran a Juan Muro, preceptor de Gramática, 200 reales de vellón contra el mayordomo del Vaqueril de ese año[40].

La situación económica de la villa, azotada por guerras y hambrunas, no era la más propicia para el fomento de la educación. Los preceptores consideraban que la sola aportación individual de los alumnos no les daba para subsistir. El 30 de marzo de 1726 se presenta en el Ayuntamiento memorial de Juan Muro, natural de Brozas, que oficia de preceptor de Gramática, en el que pide se sirva la villa señalarle salario para poder mantenerse. Juan Gabriel Bravo Flores, alguacil mayor perpetuo lo deniega advirtiendo que la villa estaba sumamente empeñada y no tenía con qué pagar sus deudas. Manuel de Arce, caballero ilustrado de la Orden de Alcántara, expresó que no le constaba que la villa estuviera empeñada ni que se debiera dinero, aunque se necesitaban alcabalas. Consideró que la situación no era tan mala por lo que defendía el desarrollo de la educación en la villa al considerar que era tan precisa así de primeras letras como de Gramática. Los demás caballeros se confesaron con el voto de D. Manuel de Arce y en su virtud la villa señaló 40 ducados anuales a Juan Muro en su empleo de preceptor de Gramática[41].

Juan Muro siguió ejerciendo su cargo de preceptor en la villa. Así, el 5 abril de 1729 los regidores de la villa, estando juntos en su Ayuntamiento, acordaron se librasen al mismo Juan Muro 660 reales de vellón de su salario que cumplió en marzo de ese año contra el mayordomo de propios habiéndose retrasado por  defecto de caudales[42].

El 25 de junio de 1733 se convino señalar a D. Jerónimo Calvo, preceptor de Gramática de la villa, 200 reales de vellón de su salario anual. Se da otra providencia para que desista de buscar otro oficio por el beneficio que resulta al común[43]. Se era consciente de que la dispersión de oficios perjudicaba la labor educativa.

En un interrogatorio del  25 del mes de febrero 1747 se informa de que hay un maestro de Gramática en la villa[44]. En el requerimiento de 9 de marzo de 1747 aparece el nombre de Juan Bueno como preceptor de Gramática[45].

El catastro de Ensenada de 11 de mayo de 1753 proporciona dos informaciones sobre preceptores de Gramática en la villa de Brozas. Al profesor D. Francisco Cid se le paga anualmente 22.440 maravedíes. Hay otro maestro de Gramática llamado D. Juan Salgado Cid de menores años cuya utilidad se regula en 1.000 reales de vellón[46].

El establecimiento de los nuevos preceptores en la población necesita de un proceso de acceso muy articulado similar al que habían de franquear los maestros. Los profesores eran examinados en Alcántara y luego era el Ayuntamiento de la villa quien daba licencia para establecerse. En la reunión del Ayuntamiento de 8 de octubre de 1766 se trata el tema de un preceptor de Gramática que entonces se necesitaba y se consideró el memorial presentado en el Ayuntamiento por José Pedro Herrero, vecino de Alcántara, solicitando se le confiriera plaza de preceptor de Gramática de la villa. Presentada certificación del examen librada por el prior de Alcántara dijeron los regidores que se le admitiera y permitiera abrir su estudio de Gramática en la villa. Por lo que respecta a su salario o ayuda del común no había lugar mediante no tener facultades ni caudales para ello[47].

En el convento de San Francisco se sigue realizando una importante actividad cultural y formativa que repercutía en la localidad. Así a principios de siglo XVIII desde el convento se propone poner en marcha un curso de artes que preparaba a los estudiantes coristas. Una contribución muy importante del convento franciscano a la sociedad brocense habría de ser el repetido aporte de preceptores de Gramática tan precisos en la sociedad. Una implementación que, a veces, acarrea algunos conflictos. Así, el 17 de febrero de 1794 se registra una carta dirigida al justicia y regimiento de la villa de Brozas en la que Vicente Brozas, del convento franciscano de Fuente del Maestre e hijo propio de la localidad, trata sobre la solicitud que hace el Ayuntamiento de la villa sobre la reintegración de un maestro de Gramática al convento de la Luz para enseñar a los naturales de la villa. Hace referencia a que en años pasados se pidió que otro preceptor del convento no continuase su enseñanza y solo lo hiciese un discípulo de aquél. Se propone un nuevo fraile preceptor por la utilidad de la causa pública y se pide fijar una limosna correspondiente para ayuda a la manutención del maestro[48].

 Otro pleito muy significativo que atañe a la enseñanza en la villa de Brozas a finales del siglo XVIII trata sobre la instalación en la población de un preceptor de Gramática que estaba establecido en Navas del Madroño. Su traslado obedece a que en la villa más grande encontraría condiciones económicas más ventajosas para su trabajo[49]. El pleito se inicia el 30 de junio de 1790 cuando hay una petición al Ayuntamiento de Brozas de Juan de la Cruz Serrano, residente en Navas del Madroño donde ejerce el oficio de preceptor. A instancia de los padres de alumnos de Brozas resuelve trasladar su casa a la villa con autorización del Ayuntamiento para impartir sus enseñanzas. Al empezar su tarea educativa en el pueblo recibe una notificación de Juan de Lizaur para que desista de su intención de instalarse en Brozas con amenaza de multa de 20 ducados ya que Manuel Nicasio Salgado, preceptor con oposición instalado en la villa, había denunciado al interino preceptor de las Navas porque consideraba que su llegada atentaba a la educación de los jóvenes. Juan de la Cruz suplica se le deje impartir sus enseñanzas y que le releven de la pena impuesta por el juez y pueda abrir su estudio y enseñar libremente a los estudiantes que acudan a él, por resultar en beneficio a la causa pública[50].

El 5 de julio se registra un escrito en el Ayuntamiento de los padres de alumnos de Brozas a favor del nuevo preceptor. En este comunicado los progenitores consideraban el poco adelantamiento que sus hijos consiguen en su educación con Manuel Nicasio por lo que muchos se han visto en la necesidad de separarlos del estudio, lo que no habrían hecho si conocieran adelanto en sus hijos. Estos padres solicitaron a Juan de la Cruz su traslado a la villa de Brozas. Así requiere “licencia para D. Juan de la Cruz Serrano, no tan sólo por el interés de sus hijos, sino por el que logra el común y causa pública”[51].

            Atendiendo a las peticiones de los padres el 10 de julio de 1790 el Cabildo Municipal de Brozas acordó se concediera permiso a Juan de la Cruz Serrano para que pusiera un estudio de Gramática en la villa con la condición de que en un año presentase el real título de aprobado[52]. Con su título certificado el 10 de agosto de 1791 el Cabildo Municipal de Brozas resuelve a favor de la continuidad del preceptor de Gramática interino. El Ayuntamiento acuerda admitir por preceptor de Gramática titular de la villa a D. Juan de la Cruz Serrano, haciéndole formal encargo de que se maneje con toda la acritud en la educación de sus discípulos, tanto por lo que respecta  a la latinidad cuanto para imbuirlos en las máximas cristianas y políticas[53]. Vuelve a ser una decisión salomónica, como anteriormente pasó con el pleito entre maestros, permitiendo simultáneamente el ejercicio de su profesión en la villa a dos preceptores de Gramática.

Como prueba de la importancia que por aquellos años se daba a los estudiantes señalamos que, en el sorteo de mozos para hacer el servicio militar celebrado el 10 de agosto de 1759, se consideran útiles 39 mozos e inútiles 98. En este segundo apartado se incluyen los mozos Bernardo Castellano estudiante, Pedro Agustín Tejado estudiante, Bernardo González Castellano estudiante enfermo, Joseph Joaquín Barroso estudiante de Coria, Isidoro Barriga estudiante de Coria (los estudiantes en Coria estudiaban en el seminario de esta ciudad episcopal), Juan Antonio Ambrosio estudiante[54]. La condición de estudiante servía para la exención del obligatorio servicio militar.

Una institución educativa muy importante que se desarrolló en Brozas en la segunda mitad del siglo XVIII y principios del siglo XIX fue su escuela pía de niñas[55]. La intención de las obras pías era piadosa, intentando paliar situaciones de gran pobreza que campaban en las poblaciones. Estas instituciones pías se proveían de los fondos que los particulares donaban con herencias que suponían unas rentas que habrían de mantener financieramente la institución. Algunas personas bien situadas económicamente elegían esta fórmula para llegar con la conciencia tranquila a la inmensidad de la muerte.

Consideramos que la tarea docente de la escuela pía brocense debió iniciarse a finales del siglo XVIII ya que en un informe que se presenta  al Ayuntamiento el 25 de febrero de 1747 se indica que no hay  casa de niños de la doctrina cristiana, expósitos ni obras pías[56]. Otro dato a considerar es que en 1803 comparece ante el alcalde Miguel Matías de Cáceres que indica que fue mayordomo de la Escuela Pía durante dieciocho años, lo que nos permite deducir que la institución ya funcionaba en 1785[57].

Encontramos numerosa documentación sobre esta escuela pía brocense. Si bien hay poca información sobre su labor pedagógica, lo que sería deseable, aparecen otros aspectos sobre su infraestructura y órganos responsables de la misma que tratamos por considerar que pueden ser de interés para nuestro trabajo.

La escuela pía de Brozas funcionaba regida por un patronato y un administrador. El patronato se reunía periódicamente y sus funciones eran básicamente consultivas. Sobre el administrador caía el peso del discurrir diario de la institución ya que se ocupaba de vigilar y cobrar las rentas y hacer los diferentes pagos que conllevaba el funcionamiento de la obra, entre ellos la entrega puntual del salario de las maestras.

En 1792 la escuela está en pleno funcionamiento. El 2 de marzo de ese año  el administrador, Mathias de Cáceres[58], presenta cuenta de las rentas aplicadas a la escuela en el año 1792[59] ante los compatronos (patronos) de la fundación: Pedro Lorenzo Casado de Alba, abogado de los reales consejos y alcalde mayor de la villa, frey Manuel Bravo y Ulloa, cura de la parroquia de Santa María y Manuel López Salgado, prior síndico general del común. Las cuentas e ingresos de la institución proceden de las rentas de las ermitas exentas de Nuestra Señora de Villar del Ciervo, Santa Ana y San Pedro. En un extenso y exhaustivo documento se concluye que el cargo anual de la entidad es de 647.215,5 maravedíes y la data de 326.640 con una resulta de alcance de 320.573,5 maravedíes. En este presupuesto se destinan 1.200 reales para pagar a las dos maestras de niñas a razón de 100 reales cada mes.

Las rentas para los gastos se surten de los donativos que, a lo largo del siglo XVIII, se fueron dispensando a la obra pía. Estaban vinculados a dádivas y a bienes rústicos. En el memorial de rentas que el 10 de abril de 1793 se especifican los ingresos obtenidos:

RENTAS DE NUESTRA SEÑORA DE VILLAR DEL CIERVO. Yerbas: fincas de Casatejada de Pedro Gutiérrez, Casatejada de la Morena, Pizarroso Amigos y agostadero de esta dehesa. Censos: Francisco Niso, Juan Galán Rosado, Ponciano Rino, Miguel Flores y Francisco Amado.

RENTAS DE LA ERMITA DE SANTA ANA. Yerbas: Vaqueril, Barreros, Cascajal, Rucal Menor, Casas de Lázaro, agostadero de Casas de Lázaro. Censos: Rufo Peña, Juan del Manzano, Francisco Marchena, Manuel Cotrina, Timoteo Barriga incluyendo los años 86 y 87, Domingo Bello y Juan Moreno de Navas del Madroño.

RENTAS DE LA ERMITA DE SAN PEDRO. Yerbas: Vaqueril, Manantíos, Pizarroso Copete, Patillas, Arroyo de la Brozas, agostadero de la Patilla, tierra de labor en Arroyo de la Broza y agostadero de Carrizo[60].

Las maestras que ejercían su labor pedagógica en el Antiguo Régimen arrastraban una situación económica y cultural calamitosa. Para su ejercicio no necesitaban saber leer y escribir. Bastaba con que fueran buenas cristianas y buenas esposas para poder educar en el ejemplo a sus alumnas. Aunque a los maestros que habrían de servir en las escuelas pías se les exigían, como al resto de los docentes, los requisitos que proponía la legislación, no tenemos constancia de que así se hiciera con las maestras de la escuela brocense. Así, aunque la documentación existente es fundamentalmente económica, uno de los méritos de las maestras que se repite en los legajos es su condición de viudas. Con estas aptitudes se podía conseguir el objetivo principal de la fundación que era, mediante la asistencia a la escuela, redimir a las niñas de bajo nivel económico y cultural para que en el futuro fueran buenas esposas cristianas a base de darles las nociones y oportunos ejemplos.

En los últimos años del siglo XVIII Mathias de Cáceres presenta una exhaustiva relación de las cuentas de la escuela. Se conservan numerosos recibos mensuales de los pagos a las maestras. Hay que indicar que al estar sostenidas por la obra pía, las maestras brocenses eran las mejor pagadas de la comarca[61]. Transcribimos algunos de estos documentos más significativos:

El 17 de julio de 1792 los señores compatronos de la Escuela Pía creada y fundada en esta villa para la educación y enseñanza de niñas pobres de ella, mandan a Matías Cáceres en cuyo poder están los caudales para su dotación señalado pague a Josefa Polo y María Nuño, viudas y maestras de ella, la cantidad de 200 reales de vellón por su salario de los dos meses de junio pasado y el presente que les serán abonados en sus cuentas[62].

El 3 de enero de 1793 los señores compatronos de la escuela Pía erigida y fundada en la villa para la educación y enseñanza las niñas pobres naturales de ella mandan a Mathias de Cáceres en cuyo poder existen los caudales que para  su fundación están destinados pague a Josefa Polo y María Rino, maestras de ella, la cantidad de 100 reales de vellón por el salario vencido en el mes de diciembre del ante próximo año[63].

Las cuentas de la escuela pía también servían para sufragar otros gastos de que estaban relacionados con la actividad religiosa de la villa como el novenario del Santísimo Cristo de la Inspiración, los derechos parroquiales de la misa que se cantó en dicha parroquia el tercer día de Pascua de Resurrección, los gastos y cuidado al novenario que se hizo al santísimo Cristo de la Salud por la escasez y falta de aguas que se experimentaba para las sementeras y campos, compra de cera o gastos ocasionados para la extinción de la plaga de langosta que había en el término común de la villa[64].

A pesar de su obra, la escuela pía destinada a la educación de niñas pobres no era bien aceptada por el gobierno municipal que, en numerosas ocasiones, reclama que el dinero procedente de las rentas de las ermitas se dedique a una escuela de niños, lo que, según la mentalidad dominante, habría de ser mucho más provechoso al común.

Así el  19 de diciembre de 1794 los regidores del Ayuntamiento, reunidos para conferir y tratar cosas beneficiosas al bienestar de los vecinos, consideran por la experiencia el poco fruto y menos utilidad que produce la escuela pía destinada en la villa a la enseñanza de niñas ya que nunca las alumnas pueden aspirar a más que hacer algunas bastas labores y principios de doctrina cristiana que, por la inaptitud de sus maestras, se hallan la mitad o más de las niñas aprendiendo con otras mujeres que las instruyen. Se razona que no puede el Ayuntamiento mirar con indiferencia el perjuicio que advierte; atendiendo a la decadencia y deplorable estado en que se hallan los niños de primeras letras y jóvenes que pasan a la Gramática y Latinidad por falta de maestros idóneos en tal grado que se ha visto precisado este Ayuntamiento a habilitar un artesano para la educación de los niños. Deseando en lo sucesivo proveer de remedio, el Consejo local delibera suprimir  la escuela de niñas y subrogar la renta de ésta en la de niños y jóvenes, aplicando la mitad del salario al Maestro de Primeras Letras y la otra al Preceptor  de Gramática por cuyo medio y vara se logrará de personas aptas para la enseñanza y educación tan precisa y esencial en un vecindario como el de este pueblo[65].

No debió estar de acuerdo el Consejo de Órdenes con la resolución pues de la escuela pía brocense hay noticias de su funcionamiento hasta bien entrado el siglo XIX.

El interrogatorio llevado a cabo por la Real Audiencia de Extremadura  es un magnífico instrumento para conocer la compleja realidad de los pueblos extremeños a finales del Antiguo Régimen[66]. En la edición del cuestionario publicada por la Asamblea de Extremadura en 1993 aparecen las respuestas de dos personalidades de Brozas[67]. Hemos buscado en el archivo provincial de Cáceres el conjunto de los interrogatorios que se hicieron en el pueblo, orientando la labor investigadora a los aspectos educativos que determinan nuestro estudio y que básicamente se establecen en la pregunta veintisiete del informe. Repasamos las respuestas que a esta cuestión dan seis personas de la localidad.

En la contestación que da D. José Carlos del Castillo, alcalde, y demás regidores de la villa al Interrogatorio pasado al Ayuntamiento por D. José Antonio Palacio, alcalde del crimen de la nueva real audiencia de Extremadura se comunica:

Hay un convento de religiosos franciscanos descalzos de la provincia de San Gabriel con veintiocho religiosos profesos. En este convento hay, en este momento, una escuela de teología moral para sus individuos y los seculares que quieren. En los otros dos conventos de monjas existentes en la localidad no hay enseñanza alguna.

En la villa hay una escuela de niñas fundada con aprobación del Consejo de Órdenes y se paga a las maestras de la renta de las ermitas de Nuestra Señora del Villar del Ciervo, Santa Ana y San Pedro que se mandaron extinguir. Corre a cargo su administración del alcalde mayor, del cura párroco de Santa María y del procurador síndico y se paga a la maestra por cada mes 100 reales. Hay otra de niños sin dotación que por el mismo no se tiene por útil por ser muchos aquellos a los que no pueden asistir con el celo que se requiere al maestro, de lo que proviene una gran decadencia en la enseñanza de primeras letras tan necesitadas de fomentarse por medios competentes, salariando dos maestros de calidad y satisfacción.

Hay dos estudios de Gramática cuyos preceptores se mantienen por el salario mensual de cada estudiante. Entre ambos hay 40 estudiantes. Se recomienda que sería conveniente que lo asignado a la maestra de niñas se suministrase a los maestros de primeras letras como más importantes y de común utilidad y que al preceptor de Gramática se le diese una ayuda a costa del fondo de pósito que se halla con crecidos fondos. Se firma el 28 de febrero de 1791[68].

El licenciado D. Joaquín Calderón, cura rector de la iglesia de los Santos Mártires de la villa, responde:

Hay una escuela de niños de primeras letras sin más renta que lo que contribuyen sus padres y otra de niñas dotada con las rentas de las ermitas rurales de Santa Ana, San Pedro y Nuestra Señora de Villar del Ciervo de cuya renta se llaman patronos el párroco de Santa María y Alcalde Mayor. Hay dos estudios de Gramática sin renta alguna sino solo lo que dan los padres de los estudiantes. Se firma el 2 de marzo de 1791[69].

  1. Silvestre Bravo y Ulloa, del hábito de Alcántara, cura de la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción, mayor y matriz de la villa responde:

En el convento de religiosos franciscanos de la provincia de San Gabriel se hallan en la actualidad veintiocho profesos y tres sirvientes sin premio, enseñándose en él teología moral para sus individuos y seculares que a ella quieren dedicarse.

Hay en la villa una escuela de niñas exigida con aprobación del real Consejo de las Órdenes a cuya maestra se le satisfacen los sueldos mensuales de las rentas de las ermitas de Nuestra Señora de Villar del Ciervo, Santa Ana y San Pedro mandadas adquirir del cuidado del alcalde mayor de la villa, del párroco de la iglesia de Santa María y del prior síndico y otra para niños sin alguna dotación y por lo mismo inútil por ser mucho lo que necesita ésta. Ha de fomentarse con medios y salario competente. Hay dos estudios de Gramática cuyos niños y preceptores se mantienen con el salario que les da cada estudiante. Entre ambas habrá hasta el número de 40. Se firma el 2 de marzo de 1791[70].

Juan Vicente Salgado, responde “lo poco que llego a saber y entender con la sinceridad y constante verdad” [71] escribe que hay una escuela de niños con un maestro que necesita que lo enseñen a todo. Él fue pastor de ovejas y después, cree, fue soldado e incluso ha oído que estuvo en presidio. No tiene más salario que el que le pagan los niños. Hay una o dos escuelas públicas de niñas que aprenden a coser y hacer cuatro labores poco necesarias. A estas maestras han aplicado por donación 150 ducados de los caudales de dos ermitas rurales, los que serían más bien dados a un maestro de niños que hiciese oposición y fuese examinado en concurso y se seguiría alguna utilidad pública.

Hay dos maestros de Gramática Latina sin más salario que lo que pagan mensualmente los estudiantes. De unos y otros nadie cuida[72].

Juan Jiménez Lozano, abogado de los reales Concejos, vecino de la villa de Brozas, informa que solo hay una escuela de niños con maestro aprobado que no goza de salario público. Afirma que no basta por la multitud de aquellos y son necesario dos. Sí lo cobran dos maestras de niñas con un sueldo de real y medio diario cada una, que se pagan de las rentas de las ermitas rurales profanadas según orden del Real Consejo cuya aplicación sería más importante a los niños.  Firmado el 10 de marzo de 1791[73].

Un último interrogatorio, cuyo autor no se identifica, contesta y remite los mismos datos que los entregados por el alcalde de la villa. Firma el  28 de febrero de 1791[74].

Hay bastante unanimidad en respuestas de las que podemos colegir las siguientes conclusiones sobre el estado de la educación en Brozas a finales del siglo XVIII:

. En el colegio de franciscanos de la villa hay una escuela de teología moral.

. Hay una escuela de niñas sufragada con las rentas de las ermitas rurales profanadas.

. Hay una escuela de niños con un maestro incompetente.

. Hay dos precepturías que acogen a unos 40 alumnos

. Sería recomendable que las rentas que se dedican a la escuela de niñas se empleasen en una escuela de niños bien dotada de material y de personal.

Así se desarrolló la educación en Brozas hasta finales del siglo XVIII. El siglo XIX volvería a traer una nueva guerra y las restauraciones absolutista y borbónica. También el estado liberal y la primera república. La educación avanzó notablemente. Los ayuntamientos se empiezan a hacer cargo de la educación en sus municipios. En Brozas en 1842 se acuerda la formación de una escuela elemental completa. La ley Moyano garantiza una estructura educativa en todo el Estado. En Brozas se empiezan a conocer muchos nombres de maestros y maestras. En el siglo XX la educación se democratiza y se hace universal. En el siglo XXI la educación sigue siendo la llave del futuro a nivel individual y social. En Brozas los enseñantes siguen preparando para el futuro y con ilusión a niños y niñas. Es otra historia. A tantos educadores y educadoras que configuraron Brozas dedicamos nuestro trabajo.

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

 

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Puelles, M. Lázaro, E. (1983). Política y legislación educativas. Madrid. UNED.

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[1]  Palacios Martín, B. (Dir.). (2000). Colección diplomática medieval de la Orden de Alcántara (1157? -1494). Tomo I (De los orígenes a 1454). Madrid. Fundación San Benito de Alcántara y Universidad Complutense. p. 90.

[2] Agradecer al doctor Felicísimo García Barriga la localización de estos primeros maestros brocenses.

[3] AGS. (1561).   Averiguaciones de alcabalas, padrón calle-hita de la villa de las Brozas. Expedientes de Hacienda. legajo 34.

[4] Iglesias Aunión, P. (2012)  Enseñanza e instrucción pública en la Extremadura del Antiguo Régimen. Concejo e Iglesia en la educación para la baja Extremadura: 1585-1791. Siglos XVI-XVIII. Coloquios históricos de Trujillo. http: 2012 – CHDE Trujillo

[5] Durante el siglo XVI se fundan en Brozas otros dos conventos religiosos: el de Nuestra Señora de los Remedios de monjas clarisas en 1559 y el de las monjas comendadoras de Alcántara en 1574.

 

[6] AHN. Clero Secular-Regular. leg. 1405.  Cit. en Díez González, C. (2004). Brozas y el convento de la Luz. Brozas. Afegir sl. p. 37.

[7] Martínez Cuadrado, F. (1.985). Ideas pedagógicas del Brocense. Alcántara: revista del Seminario de Estudios Cacereños. nº 6. pp.186-197.

[8] Escobar Prieto, E. (2010). Hijos ilustres de la villa de Brozas. Cuarta edición. Mérida. Asamblea de Extremadura. Ayuntamiento de Brozas. p. 91.

[9] Ibídem p. 114.

[10] Ibídem. p. 95.

[11] García Barriga, I. (2006). Juan Bravo, el hijo ilustre olvidado. Coloquios históricos de Extremadura. Trujillo. http//Juan Bravo, el Hijo Ilustre olvidado – CHDE Trujillo .

[12] Negrín Fajardo, O. (coord.). (2011). Historia de la educación española. UNED. Madrid. p. 98.

[13] García Barriga, F. (2009). Familia y sociedad en la Extremadura rural de los tiempos modernos (siglos XVI-XIX). Cáceres. Universidad de Extremadura. Editora Regional de Extremadura. Cáceres. p. 68.

 

[14] Novísima Recopilación. Lib. VIII, tít. II, ley I. Cit. en Vázquez Calvo, J.C. (2004). Historia de la Educación Pública de Extremadura en el Antiguo Régimen (siglos XVI, XVII y XVIII). Mérida. Junta de Extremadura. Consejería de Educación, Ciencia y Tecnología. p. 290.

[15] AHN. Sección Órdenes. Archivo Histórico de Toledo. Exp. 29.544.

[16] Ibídem. Exp. 29.544.

[17] Ibídem. Exp. 29.544.

 

[18] AHN. Sección de Órdenes Militares, Archivo Histórico de Toledo, Archivo judicial de la Orden de Alcántara. Sobre la última voluntad de D. Pedro Ordóñez Flores, Arzobispo de Santa Fe de Bogotá, de fundar un colegio de jesuitas en su villa natal de las Brozas. legajo 32.532.

[19] Patrimonio Nacional. (1630). Real Biblioteca. Investigadores. Testamento del licenciado Luis de Morales Cabrera, http//investigadoresrb.patrimonionacional.es/node/6855

[20] Mañas Ruiz, M. (2015). Otro ilustre brocense: el doctor Francisco de Cabrera Morales.  Alcántara: revista del Seminario de Estudios Cacereños. nº 81. p. 109.

[21] Real Cédula de 1 de septiembre de 1743. Prerrogativas de la Hermandad de San Casiano.

[22] AHN. Real Provisión de 11 de julio de 1771. Legajo nº 718 de la Sala de Gobierno del Consejo. Cit.  en Luzuriaga, L. (1918). La formación de los maestros. Cosano, Madrid. p. 124.

[23] Andauga, J. (1795). El arte de escribir por reglas y sin muestras. Imprenta Real.  Madrid. p. 67.

[24] AHPC. (1807).   sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 96. Respuesta a una encuesta. 1 de agosto.

[25] AHPC. (1727).  sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 20. Acuerdo de 15 de marzo.

[26] AHPC. (1744).  sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 35. Acuerdo de 1 de mayo.

[27] El Priorato del convento de S. Benito de Alcántara disponía de unos ejercicios específicos para sus dominios desde 1758. A.H.N. Consejos.  Leg. 13.112. Cit. en Vázquez Calvo, J.C. (2004). Historia de la Educación Pública de Extremadura en el Antiguo Régimen (siglos XVI, XVII y XVIII). Mérida. Junta de Extremadura.  Consejería de Educación, Ciencia y Tecnología. p.106.

[28] AHPC. (1744).   sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 35. Acuerdo de 11 de noviembre.

[29] Catastro de Ensenada. (1749). Brozas. http:  MINISTERIO DE CULTURA Y DEPORTE – Portal de Archivos Españoles (mcu.es)

[30] AHPC. (1794).  sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 83. Acuerdo de 1 de enero.

[31] AHPC. (1745).  sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 36. Acuerdo de 4 de enero.

[32] Juan Escandón fue un notable arquitecto que en 1730 presentó plano para la reconstrucción de la catedral de Coria. Escobar Prieto, E. (2010). Hijos ilustres de la villa de Brozas. Cuarta edición. Mérida. Asamblea de Extremadura. Ayuntamiento de Brozas. p. 181.

[33] AHPC. (1745). sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 36. Acuerdo de 1 de abril.

[34] AHPC. (1745).  sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 36. Carta.

[35] AHPC. (1747).  sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 38. Providencia. 25 de febrero.

[36] AHPC. (1705).  sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 2. Acuerdo de 20 de junio.

[37] AHPC. (1708).  sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 6. Acuerdo de 16 de agosto.

[38] AHPC. (1714).  sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 10. Acuerdo de 28 de mayo.

[39] AHPC. (1715).  sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 11. Acuerdo de 8 de abril.

[40] AHPC. (1724). sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 18. Acuerdo de 15 de enero.

[41] AHPC. (1726).   sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 19. Acuerdo de 30 de marzo.

[42] AHPC. (1729).   sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 22. Acuerdo de 5 de abril.

[43] AHPC. (1733).  sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 25. Acuerdo de 25 de junio.

[44] AHPC. (1747).   sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 38. Interrogatorio de 25 de febrero.

[45] AHPC. (1747).  sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 38. Requerimiento de 9 de marzo.

[46] Catastro de Ensenada. (1749). Brozas. http:  MINISTERIO DE CULTURA Y DEPORTE – Portal de Archivos Españoles (mcu.es) .

 

[47] AHPC. (1766).  sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 56. Acuerdo de 8 de octubre.

[48] AHPC.  (1794). Archivo Municipal de Brozas. Administración LocalLeg. 58, exp. 3.

[49] Este pleito fue tratado brevemente en el libro Vázquez Calvo, J.C. (2004). Historia de la Educación Pública de Extremadura en el Antiguo Régimen (siglos XVI, XVII y XVIII). Mérida. Junta de Extremadura.  Consejería de Educación, Ciencia y Tecnología. p.301. Por la importancia de este hecho en el actual contexto lo consideramos con mayor profundidad.

[50]AHPC. (1790).  Archivo Municipal de Brozas. Administración Local. Leg.58, exp. 3.

[51] AHPC.  (1791). Archivo Municipal de Brozas. Administración LocalLeg.58, exp. 3.

[52] AHPC.  (1791). Archivo Municipal de Brozas. Administración LocalLeg. 58. exp. 3.

[53] Ibídem.

[54] AHPC. (1759).   sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 50. Acuerdo de 10 de agosto.

[55] Las escuelas pías fue un importante movimiento educativo surgido en Italia durante el siglo XVI. La primera escuela pía fue fundada por San José de Calasanz en Roma en 1597 con la intención de educar en la doctrina cristiana y en la valoración del trabajo a los niños más humildes de la sociedad. La institución se desarrolló con gran éxito por toda Europa.

[56]AHPC. (1747).   sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 38. Interrogatorio de 25 de febrero.

[57] AHPC. (1803). sec. Municipal de Brozas. Beneficencia. Caja 51. Sobre que Miguel Matías Cáceres rinde las cuentas de la escuela pía del año que ha sido mayordomo. 25 de octubre. legajo 9.

[58] Por la documentación de la que disponemos Miguel Matías de Cáceres era un labrador pudiente de la localidad dotado de una cierta cultura y ligado a la administración local.

[59] AHPC. (1792).  sec. Municipal de Brozas. Beneficencia. Caja 51. cuentas.  2 marzo. legajo 9.

[60]  AHPC. (1793). sec. Municipal de Brozas. Beneficencia. Caja 51. Memorial de las rentas de la escuela pía que ha de cobrar Mathías Cáceres mayordomo en el año 1793. 10 de abril. legajo 6.

[61] El sueldo medio de otras maestras de la comarca en esta época era de 717 reales y 25 maravedíes. Vázquez Calvo, J.C. (2004). Historia de la Educación Pública de Extremadura en el Antiguo Régimen (siglos XVI, XVII y XVIII). Mérida.  Junta de Extremadura.  Consejería de Educación, Ciencia y Tecnología. p. 233.

[62] AHPC. (1792).  sec. Municipal de Brozas. Beneficencia. Caja 51. Recibo. 17 de julio. Legajo 6.

[63] AHPC. (1793).  sec. Municipal de Brozas. Beneficencia. Caja 51. Recibo. 3 de enero. Legajo 6.

[64] AHPC. (1796). sec. Municipal de Brozas. Beneficencia . Caja 51. Recibo. 18 de mayo. Legajo 8.

[65] AHPC. (1794).  sec. Municipal de Brozas. Libros de Actas Capitulares nº 83. Acuerdo de 19 de diciembre.

[66] Parte del Interrogatorio fue publicado por la Asamblea de Extremadura en 1.993. Rodríguez Cancho, M. Barrientos Alfageme, G. (1.993).  Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura a finales de los tiempos modernos. Partido de Alcántara. Mérida. Asamblea de Extremadura. Mérida. Brozas.

[67] Ibídem. p. 167.

[68] AHPC. (1791). Real Audiencia. nº 9. Legajos 30 y 30 bis.

[69] Ibídem.

[70] Ibídem.

[71] Ibídem.

[72] Ibídem.

[73] Ibídem.

[74] Ibídem..

 

Oct 172023
 

Ángel Paule Rubio

 

A UN OLMO SECO

Al Olmo viejo, hendido por el rayo

y en su mitad podrido,

con las lluvias de abril y el sol de mayo,

algunas hojas verdes le han salido…

                               ( continúa al final )

 

 

Los álamos fueron cantados por el poeta Virgilio y ya antes, en la Odisea, Homero nos narró la presencia de álamos en la entrada de la gruta en la que habitaba la diosa ninfa Calipso. Heracles (Hércules) llevaba una corona de hojas de álamo blanco en lugar de la  genuina de mirto. Era  tanta la veneración que se tenía a este árbol que los animales ofrecidos en sacrificio a Zeus, el dios supremo, sólo se podían incinerar con madera de álamo. Hace pensar que los álamos deben tener algún extraño poder y fascinación en todos los pueblos. Villanueva de la Sierra entre ellos.

Parece que hay una tendencia a volver a sentir y registrar en su originalidad y con su complejidad los sistemas religiosos que han sido practicados en el mundo.

El campo es amplio y los documentos numerosos. Dentro de cada campo y período buscaremos el carácter orgánico de cada acto religioso. Partiremos de un estado anterior y explicar por evolución con o sin influencias exteriores. Todas las religiones primitivas usan los mismos métodos a partir de  un determinado momento de su evolución.

Estudiar y comparar las formas más remotas de las religiones de muchos pueblos que  no se sentían emparentados desde su entrada en la prehistoria o en la protohistoria buscar un punto fijo para reconstruir los primeros indicios de sus religiones y sus funciones rituales o conceptuales, sobre sus santuarios, su altar, sus sacrificios: el umbral, la danza, el culto al árbol, a las piedras, a las aguas y hasta la mística de los números. Este  tipo de investigaciones ha de ser muy escrupuloso.

En resumen, la tendencia actual de este estudio es volver a sentir en su originalidad los sistemas religiosos practicados en el mundo. Labor difícil pero, me permito afirmar, necesaria.

Las cosmogonías son representaciones míticas que a través de una hierofanía en un tiempo hierofánico, situamos la celebración de un ritual dentro de un espacio sagrado.

El mapa heterogéneo de la Ciencia de las religiones primitivas es amplio, aparentemente diverso pero con un denominador común. Hay que esperar, que algún día se unan todos esos documentos religiosos en síntesis armoniosa formando un campo de estudio fértil y sin querellas. Reconociendo que la sabiduría del hecho religioso arcaica es materia primigenia para la explicación, unificación y esfuerzo  de los hechos.

Es verdad que actualmente la Sorbona examina anualmente la “Historia de las Religiones” pero no enseña, más bien reduce su estudio a un proceso filológico muy riguroso, en cambio por lo que afecta a la ciencia de las religiones le concede poco valor. Pretender perfilar este fenómeno mediante la fisiología, sicología, sociología, lingüística es alejarse de su carácter sagrado.

La Universidad de Salamanca impartía esta asignatura en el cuarto curso de Prehistoria en la especialidad de Prehistoria-Arqueología-Edad Antigua, en la que participé como alumno. He de notar que su enseñanza fue muy fructífera y un gran contento para los alumnos. Hoy, desgraciadamente, la especialidad ha desaparecido y sólo queda Historia sin más.

En la Prehistoria, a partir del arte Magdaleniense aparece simbolizado el árbol por un mítico rombo. Las Venus, mujeres, de amplio vientre, brazos delgados, enormes senos, de forma rómbica eran sacralizadas como representantes de la procreación o regeneración de la vida.

En Babilonia, El árbol-habitáculo de la divinidad está representado y conservado con su ritual correspondiente. En Eridu, (Mesopotamia), un árbol negro Kiskanu (árbol cósmico), plantado en un lugar sagrado, tiene destellos de lapislázuli (símbolo cósmico, cielo estrellado) brillante se extiende hacia el apsu. Es el deambulatorio de la diosa Ea, en la opulenta Eridu, su residencia, es un lugar de reposo para Bau (madre de Ea, diosa de la abundancia).

El Universo es un árbol invertido, porque sus raíces se hunden en el cielo y sus ramas se extienden sobre la tierra. Platón  afirmaba que el hombre es una planta invertida.

LA VEGETACIÓN SÍMBOLOS Y RITOS DE RENOVACIÓN

Yo sé que existe un fresno al que llaman Iggdrasil,

La copa del árbol está bañada por blancos vapores de agua,

De donde caen gotas de rocío al valle.

Se alza eternamente verde sobre la fuente de Urd.                          

Les pòemes mythlogiques de l’Edda

Este ideograma pertenece a la mitología escandinava tiene múltiples  connotaciones en otras tradiciones. Que hemos de ir recorriendo: árboles sagrados, símbolos, mitos y ritos vegetales. Nos interesa saber la función religiosa del árbol, de la vegetación o de los símbolos vegetales en la economía de lo sagrado y en la vida religiosa saber qué es lo que revela y lo que significa. Para ello hemos de buscar estructuras coherentes bajo el polimorfismo del simbolismo del árbol, esa coherencia, aparentemente dispar, puede tener una afinidad íntima  en alguno de sus contextos. ¿Tiene algo de común el rito popular del “árbol de Mayo (comienzo de la primavera) con el ideograma del árbol cósmico mesopotámico?  Para responder a esta pregunta hay que revisar un número suficiente de hechos entre los más significativos.

El conjunto piedra-árbol-altar que encabeza el texto es un microcosmos y pertenece  a los niveles más antiguos de la vida religiosa (Australia, China-India, Fenicia-Egeo).

Hay varios grupos cultos de la vegetación. Por razón de espacio omito.

Es indiscutible  que para la experiencia religiosa arcaica, el árbol representa un poder en cuanto árbol tanto como sus implicaciones cosmológicas, que, para la mentalidad arcaica, la naturaleza y el símbolo coexisten. No podemos hablar propiamente de culto al árbol. Nunca se ha adorado un árbol sólo por sí mismo, sino siempre por lo que a través de él revela, por lo que implica y por lo que significa. Bajo cualquier árbol se esconde siempre  una entidad espiritual. Para algunos investigadores el árbol sagrado mesopotámico es más bien un símbolo que un objeto de culto.

Todo árbol se convierte en objeto religioso en virtud de su poder, en virtud de lo que manifiesta y que trasciende de él, poder respaldado por una ontología cargada de fuerzas sagradas: porque es vertical, crece, pierde las hojas, pero las recupera. En él hay “Muerte” y “Resurrección”, infinitas veces. De todas ellas nace la simple contemplación mística, su sacralidad. Si hay sacralidad hay “lugar sagrado” es un microcosmos porque repite el paisaje cósmico, es un reflejo del todo. Todos los lugares sagrados son centros del mundo, están en el corazón mismo del universo.

En el mundo paleo-oriental se representa la teofanía de una divinidad de la fecundidad. El cosmos se nos revela como manifestación de las fuerzas creadoras divinas. El árbol está esquematizado en una “ficus religiosa” que nos recuerda el árbol sagrado mesopotámico.

En la iconografía egipcia el motivo es el “árbol de la vida” del que salen brazos  cargados de dones y derramando con un vaso el agua de la vida.

Esta pequeña síntesis, que como diría Calipo es un don de los dioses, espero nos sirva para introducirnos en el tema que nos ocupa.

 

La Fiesta del Árbol, su autor, tiempo y lugar a través de sus hitos o mojones señeros en el camino de la Historia.

DON RAMÓN BACAS ROXO Párroco de Villanueva de la Sierra.

No sabemos fecha, de su nacimiento, sí sabemos que fue bautizado en Cilleros en 1762, tomó posesión de la parroquia de Villanueva de la Sierra en el año 1801 y falleció en la misma Villa en 1818. Intentando conocer algo más de su vida o de sus ancestros me encuentro con una familia en Cilleros que lleva su nombre. En un homenaje a Darío Bacas Montero que vivió en la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX, ingeniero de la Armada, a través de Pilar Bacas pertenece a una familia de intelectuales. Sus hermanos Narciso y Domingo Bacas Roxo no asistieron al sepelio, sólo acudió su hermana Teresa que no se hizo cargo de su testamento. Sus padres  fueron Domingo Cordero Bacas y Teresa Roxo Mateos.

  1. Ramón fue un párroco culto. Lector del  “Semanario de agricultura y artes dirigido a los párrocos”, fundado por Carlos III para instruir al pueblo. No dudo que habría sido, a través de la Universidad de Salamanca, formado en el estudio de las religiones arcaicas, tal vez prehistóricas. De su estudio y comprensión llegó hasta él la idea que para cuidar la bondad del aire, la belleza del paisaje, el amor a la Naturaleza había que regenerarla y para ello se necesitarían más árboles, regalos que el Hacedor nos hizo, cuidarlos y, para mostrar nuestro amor, hacerle fiesta. Y así lo hizo.

El Martes de Carnaval de 1805, exhortó, mediante oficio, a su proyecto a las personas más representativas, religiosos y acaudalados. Convocó a la juventud y a los niños, acompañados de sus maestros y todos juntos encabezados por sus alcaldes Pedro Barquero y Andrés Hernández comenzaron la plantación por la Arroyada de la Fuente de la Mora y seguida por el valle del Ejido Patero, alrededor de la laguna, donde uno de ellos, álamo del Egido, se destacó en crecimiento y fue símbolo y singularidad de tantas cosas, que a través del tiempo se sucedieron.

  1. Ramón con el acetre y el aspersor bendijo las plantaciones, cumpliendo así sus verdaderos designios Para reconocimiento de la humanidad del sublime acto, voy a estampar en este documento los nombres de los pioneros de la plantación:

En el número 460 del SEMANARIO DE Agricultura y Artes del jueves 24 de Octubre de 1805.  D. Francisco Antonio Zea da la noticio de un plantío de árboles en Villa-nueva de la Sierra. Extraemos algunos pensamientos:

“La desolación de los árboles cambia enteramente la faz del mas delicioso país: substituye la aridez y la monotonía a la verdura y a las flores: destierra la alegría y la salubridad: tiene un influxo maligno en el carácter y en las ideas del pueblo: el clima se altera, se empobrecen los ríos, conductores de la prosperidad y la tierra se hace cruel y el cielo inexorable”   

Anuncia con entusiasmo y repetirlo con veneración el hermoso plantío en Villanueva de la Sierra interesando en su conservación y adelantamiento a los demás eclesiásticos y Aben-cerrajes del pueblo.

El Oficio de Don Ramón Bacas Roxo dirigido a Eclesiásticos y pudientes, a través de escribano que, tendrá un día su lugar en la historia, está concebido en estos términos:

“Señores Eclesiásticos y pudientes: Nuestra desidia y una culpable indulgencia con los que sacrifican la utilidad pública a sus intereses, han arruinado los antiguos árboles que tantas veces repararon nuestros cansancios, nos defendieron de la inclemencia del sol y de las lluvias, y dieron a nuestra respiración un ambiente fresco y saludable. Nosotros debemos  reparar esta pérdida imitando el zelo de nuestros ascendientes. La juventud ha desempeñado esta obligación por su parte, plantando un crecido número de árboles; pero aún restan sitios amenos susceptibles de estas plantas. Perfeccionemos esta obra que alabará la posteridad, vistiendo de nuevos álamos nuestros valles, fuentes y paseos, para que nuestros nietos  reposen a su sombra y nos bendigan y miremos en adelante con ceño, y con horror la pérfida mano que intentare aplicar la segur a sus troncos, o a sus ramas”

  1. Ramón intuyendo que todos los actos importantes, al final de este solemne ritual, le dio un carácter festivo. Fueron tres días de fiesta y dice textualmente “se comió carne de macho cabrío y se bebió vino tinto.” Puede muy bien significar que estos dos conceptos tuviesen en la mente de D. Ramón cierto simbolismo.

No es casualidad que esta Fiesta del Árbol tuviese lugar un Martes de Carnaval.

Lo esencial de las fiestas de la vegetación, tal como hemos podido leer y estudiar, han conservado su sentido en las tradiciones europeas y han respondido a una exposición ceremonial del árbol con la bendición del nuevo año, que empieza la vida vegetativa y el renacer de todas las primaveras.

El árbol pierde sus hojas y muere y, con esto, con su muerte (invierno)  termina el año viejo.  La muerte nos trae la vida con la renovación de sus hojas, flores y frutos, por tanto hablamos de resurrección (primavera)

Este ciclo vegetativo muerte y resurrección está extendido por toda Europa. Podríamos traer numerosos ejemplos. Por su extensión sería imposible, pero si conviene comentar alguno. En Bohemia, el Martes de Carnaval un grupo de mozos disfrazados persiguen al “rey” hasta que lo prenden, lo juzgan y lo condenan a muerte. Por ello muerte y entierro, significan la primera parte del ciclo vegetativo. Es necesaria la muerte para la vida. Y con esta la regeneración vegetativa, la primavera, la resurrección., el comienzo del año nuevo.

En Rubinga se decapita y se entierra la efigie del Carnaval después de una ceremonia burlesca, llamada “entierro del Carnaval”. Aquí se manifiesta el poder fertilizador de la “muerte”. Aparece la primavera regenerada y comienza el año nuevo

Entre los sajones de Transilvania, mientras los mozos sacan del pueblo al Invierno, las mozas preparan la venida de la Primavera, personificada por una de estas mozas.

En la mitología eslava (Bolonia 1923)  un coro de muchacha canta:

“Muerto, muerto está nuestro KOSTRUBONKO. ¡Muerto!

¡Aquel a quién queremos está muerto!

Repentinamente una de las muchachas grita. ¡Vuelto a la vida! ¡Nuestro KOSTRUBONKO ha vuelto a la vida! ¡Aquel a quien queremos ha vuelto a la vida!

(The GoldenBough)

Todo lo expuesto tiene una nota común, la celebración de un acontecimiento cósmico manejando un símbolo de la vegetación.        Una flor, un hombre vestido de ramas o una efigie se pasean ritualmente. Pierde sus ramas y flores, muere (Invierno). Se llena de hojas y resucita (primavera).

En Occidente se ha fijado el Martes de Carnaval como comienzo de la Primavera.

Don Ramón estaba muy cerca de todas esta festividades, arcaicas y primitivas, pero su ritual, mitología y simbolismo representaría para Él, la lucha de Don Carnal y doña cuaresma.

Hoy don Ramón Bacas Roxo sería un adelantado a los problemas que padecemos de un cambio climático, una atmósfera sucia, temperaturas elevadas, enfermedades, inversiones dinerarias fabulosas y, sin embargo, hay una cosa muy sencilla “Plantación de Árboles.”

Antes de entrar en el tema quisiera hace unas pequeñas anotaciones: Ángel, autor de este pequeño trabajo publicó un artículo en un periódico, en el año 1971. Llegó a manos de D. Francisco Fernández Serrano, Chantre de la Seo de Zaragoza y Académico de la Historia. Y Presidente-Fundador de los Coloquios Religiosos Históricos de Trujillo. Escribió al Ayuntamiento de Villanueva de la Sierra para que le dieran mi dirección. Cosa que hizo el Sr. Alcalde. Me escribió interesándose por mi artículo y me sugirió que le gustaría que asistiera con una ponencia a los recién nacidos coloquios. Participé con el título LA PRIMERA FIESTA DEL ÁRBOL. Año 1972. Artículo muy breve.

En el año 2005,  Coloquios XXXIV, volví a participar con el título BICENTENARIO DE LA FIESTA DEL ÁRBOL EN VILLANUEVA DE LA SIERRA (CÁCERES) 1805-2005.

 

Hoy quisiera cerrar el ciclo con nuevas aportaciones  siguiendo un hilo histórico de lo mucho que tiene de interés para Extremadura (foto nº 1).

Foto número 1

RAÍCES DEL AMOR AL ÁRBOL

Auto de Buen Gobierno- Apostar árboles.3-Febrero de 1752  Dice:

            En la Villa de Villanueva de la Sierra a 23 de Febrero de 1752 .Los señores Ignacio del Castillo y Fernando Rodríguez, alcaldes ordinarios. Juan Miguel y Pedro Manzano regidores, con asistencia de Juan Román, procurador Sindico, Domingo el escribano y acompañados de Fernando Oliveros, Alonso Román, fieles nombrados por sus mercedes para el efecto de ir  a apostar árboles en las sierra dela Hoja de los Llanos para conservación y aumento de los montes, la cual hoja se ha de laborear y sembrar en este presente año. Comenzaron sus mercedes y fieles apostando la Sierra de Monterrubio de la Nava de Cabo en la que se apostaron seis árboles nuevos. D .Francisco Miguel en su tierra apostó seis árboles. En la sierra del Sr. San Román se apostaron cuatro árboles. En la Sierra de Pedro Hernando  tres árboles nuevos. En la sierra de las Ánimas, cuatro árboles. En la sierra  de Francisco Valencia, cuatro. En la sierra  de Francisco de Valencia, cuatro. En la sierra de las Casas de San, Bartolomé, dos. En la sierra de Juan Román, tres. En la sierra de las Ánimas, cuatro. En la sierra del Sr. Cura, dos Aquí terminó el aposte de árboles en forma de monte y sierra para que los dueños de la sierra puedan rozarlas y sembrarlas.

            De sus mercedes, el que sabe, doy fe. Ante mi Eusebio Cortes Durán.

ORDENAZAS DE VILLANUEVA DE LA SIERRA. AÑO 1753.

Fueron elaboradas por el propio Concejo, no sabemos cuándo, pero si afirmamos que por “su mucha antigüedad” frase recogida del texto, vería la luz en el siglo XV-Principios del XVI. Consta de 99 ordenanzas, transcrita y comentadas por Ángel Paule y publicadas en la Revista de Estudios Extremeños. Año 2003. Tomo LIX.

Dedica a la importancia del árbol, su plantación y su conservación las ordenanzas nº 46 Licencia de Cortes para Obras. 47  Como se debe descorchar para no lastimar al árbol. Nº 48: Pesquisas de Cortes. Nº 49: Cortar en heredad propia.

Ver Ordenanzas de Villanueva de la Sierra. Año 1753. Revista de Estudios Extremeños Año 2003.

EL ACONTECER DE UN ÁRBOL A TRAVÉS  DE SU HISTORIA (1805-2023)       La Fiesta del Árbol desde su comienzo está plagada de omisiones, que sin poder averiguar las causas, sí existieron. Intentar entrar en el ¿por qué pasó? es una pregunta difícil de contestar. ¿Faltan  recuerdos ancestrales? ¿Desgana, apatía, falta de interés?

Vamos a iniciar la andadura.

26-Febrero de 1805. Por primera vez en el mundo se le hizo fiesta a un árbol. La iniciativa fue del Párroco D. Ramón Bacas Roxo. El lugar Villanueva de la Sierra (Cáceres). Su entusiasmo prendió en el corazón de los habitantes de la Villa. Sus alcaldes: Pedro Barquero y Andrés Hernández. Maestros: no tenemos sus nombres. Niños, eclesiásticos pudientes (ya relacionados). Se celebró con “ayre” de fiesta”. Se comió carne de macho cabrío y se bebió vino tinto. Lugar de plantación: Arroyada de la Fuente de la Mora y Egido- Patero.

El celebrarse  el Martes de Carnaval tiene su sentido. Final de una fiesta profana (Carnaval) y comienzo de una fiesta religiosa (Cuaresma).  Pensemos un poco sobre la erudición de D. Ramón. Sus muchas lecturas, sin duda, eran de religiones ancestrales y prehistóricas. Religiones cósmicas, variedades de hierofanías, epifanía de la vida cósmica, creación y destrucción  rítmica del universo manifestado en formas que se regeneran periódicamente en la unidad primordial. ¿Cuál es la verdadera hierofanía de Durga y de Shiva? Iniciados o creyentes. ¿Forman un todo? La vida religiosa de un pasado, presuntamente, fue analizada para ver en todo lo creado, la mano de Dios.

El cosmos está visto aquí como un árbol gigante. Así lo veía la mitología escandinava. Hay que recorrer un camino religioso: Árboles sagrados, símbolos, mitos y ritos vegetales. Los documentos recogidos son innumerables. El árbol ritual desempeña una función que va implícitamente unida al simbolismo del árbol. ¿Qué revela y que significa? Muerte y resurrección.

El título de mi ponencia: PIEDRA-ALTAR-ÁRBOL constituye un microcosmos en las capas más antiguas de la vida religiosa. De ello da fe: China-Indochina India, Fenicia – Egea y Australia.

Todo esto, si hay espacio, intentaremos desarrollar. D. Ramón lo conocía muy bien.

Rememoremos este lugar, Egido-Patero con un pequeño plano de cómo era Villanueva, donde se desarrolló la Fiesta del .Árbol en 1805.-

A partir de 1805 no tenemos documentación escrita, si  una tradición oral en el sentido que periódicamente se venía realizando la Fiesta del Árbol.

6-4-1924. Tomó posesión de la Alcaldía D. Juan Corchero Soto y cesó el 30-6-1924. En este pequeño período llevó personalmente y en compañía del Sr. Secretario de este Ayuntamiento D. Romualdo Mateos un escrito pidiendo ayuda al Presidente de la Dictadura Excmo. Sr D. Miguel Primo de Rivera para realzar la Fiesta del Árbol. El Dictador recibió de ambos este escrito en la Plaza de España en Sevilla. Posteriormente contestó por escrito en el sentido que el Gobierno no tenía presupuesto para ello.

28-Julio. 1927-Carta dirigida por el Ayuntamiento de Villanueva de la Sierra al Excmo.  Sr Ministro de Instrucción Pública. Dice así:

“Excmo. Sr.:

Gonzalo García de Casasola y Corchero en nombre y representación. Como Alcalde del Ayuntamiento y pueblo de Villanueva de la Sierra, provincia de Cáceres, ante V. E.  respetuosamente acude exponiendo: Que anterior a la Guerra de la Independencia , allá por el año 1805, unos ilustres antecesores en la representación de este Municipio, los alcalde D. Pedro Barquero y D. Andrés Hernández, inspirados sin duda por el Sr Cura Párroco, organizaron, puede asegurarse, por primera vez en el mundo no la simpática y cultural Fiesta del Árbol que llevaron a efecto en la ,localidad haciendo una gran plantación de álamos en el Valle del Ejido y arroyo de la Fuente de la Mora, fiesta, que, el ilustre botánico D. Francisco Antonio Zea, reseña  en un escrito publicado  en el Semanario d Agricultura y Artes correspondiente al 24 de Octubre de 1805 y que termina con estas palabras. ”La Fiesta a la que acudió la juventud, obtuvo el más brillante éxito. El ejemplo del párroco que se mira como el padre y el Maestro del lugar, el de un ilustrado y generoso eclesiástico y de los depositarios  de la justicia y del orden; el alboroza de la juventud, la novedad del espectáculo, las circunstancias del día (Martes de Carnaval),  las diversiones inocentes y la alegría campestre todo contribuyó a la solemnidad de aquella memorable  instalación de la Naturaleza. No paró en esto la cosa;  al día siguiente  circulose a los clérigos  y personas acaudaladas del lugar, por medio del escribano, un oficio excitándoles a que imitaran  el ejemplo que acababan de  dar los niños.”

            De lo expuesto se deduce que, antes que Sterlin- Morton  fundase en 1872 la Sociedad Norte- Americana, “Día del Árbol” ya había cristalizado y verificándose esta simpática fiesta con muchos años  de antelación en nuestra querida Patria, en un oscuro y olvidado pueblo de la Provincia de Cáceres, en Villanueva de la Sierra.

            Hoy que se procura exaltar todos los valores nacionales, todas las aportaciones al progreso y a la cultura, que tanto se prodigan los homenajes por qué no ha de hacerse  lo mismo, ¿por qué  han de ser preteridos y olvidados  unos hombres que, con exacta visión de la importancia  del árbol, allá por aquellos años en que abundaban los montes, que luego el hacha  destructora hizo desaparecer, que procuraron su fomento plantándolos por medio de los niños llevando a cabo una misión eminentemente cultural y educativa?.¡No! Sería una injusticia el olvidar a esos hombres y aún es tiempo de repararla.

            Desafía majestuoso la fuerza de los vientos, a través de los años, un árbol en el sitio del Ejido plantado en aquella histórica fecha ¿Por qué  no se  le declara  Monumento Nacional procurando su conservación por medio de una verja y colocando en él una lápida que dé a conocer a las venideras generaciones su origen?

Este pueblo confía en la ilustración y patriotismo de V. E. que en mérito de las razones expuestas, se sirva conceder:

            1º Sea declarado Monumento Nacional el árbol secular (álamo) existente en el Ejido de esta Villa.

            2º Conceder la subvención que estime V.E. procedente, dentro de las probabilidades del presupuesto, para construir una verja que proteja dicho árbol y colocar una lápida que lo conmemore.

            Gracia y Justicia a que quedará reconocido este pueblo  y en su representación el suplicante.

            Dios guarde a V.E.  muchos años.

Villa Nueva de la Sierra (Cáceres) a 28 fe Julio de 1927.

            Firmado Gonzalo García de Casasola.  (Alcalde) Ángel Rubio Machado (Secretario).

            Hay un sello que dice: Alcaldía Constitucional. Villanueva de la Sierra.

            Hay un período sin documentación hasta la creación del Servicio de Extensión Agraria en Villanueva de la Sierra. En la década 1960-1970. Se renueva la Fiesta del Árbol a través  de la recién creada Agencia. Hay actos muy interesantes en el Egido, conferencias y carteles alusivos a la  regenerada fiesta.

13-12 1957 La Emisora E.A.J. 1 Radio Barcelona con el nombre de Origen y Desarrollo de la Fiesta del Árbol transmitía el siguiente  programa por  Fray Arsenio Sánchez Puerto, de la Orden de Predicadores y D. Juan Salvatella Parelleda. A la pregunta que Fray Arsenio le hace al  Sr Salvatella. ¿Cuándo, dónde y quien instituyó la Primera Fiesta del Árbol? El Sr Salvatella responde:

”En el siglo pasado; en el mes de marzo del año 1805, en Villanueva de la Sierra, municipio de la provincia de Cáceres, a iniciativa del venerable sacerdote, del que se ignora todavía su nombre, derivando de ella, la del  Árbol Frutal y de la Agricultura, instituidas las tres fiestas en nuestro suelo patrio, que se celebran simultáneamente en 33 países entre Europa, Asia, África, América y Oceanía”

Fray Arsenio, ¿Y cómo es que las Fiestas al Árbol tienen ahora más arraigo, importancia y solemnidad que tenían antes?

Sr. Salvatella responde.

            Cada municipio las celebraba  a su manera, sin reglamentación alguna, y se tenía en olvido por mucha gente considerándola como fiesta pagana, mientras que las que se celebran ahora, tienen el carácter de cívica-religiosa, por lo que se procura que la infancia al educarle por medio del amor y cultivo al árbol, cada niño y cada niña sean perfectos cristianos y excelentes patriotas.

30-Junio 1971. Invitación de la Diputación Provincial de Barcelona al Ayuntamiento de Villanueva de la Sierra para celebrar conjuntamente La Fiesta del Árbol Forestal, la del Árbol Frutal y la de la Agricultura.

Asistió el Ayuntamiento en pleno. Formado por:

  1. Gonzalo Sánchez Simón (Alcalde), los Concejales: D. Ángel Rubio Lajas Concejal, D. Agustín Izquierdo, D. Miguel Hernández y D. Alfredo Delgado. D. Evaristo Martín (Auxiliar del Ayuntamiento). D. Pedro Prieto (Secretario). Ángel Martín                      (Párroco de Villanueva) y  D. Ángel Paule (Director del Colegio de Enseñanza).

El acto estuvo presidido por  el Vicepresidente Primero de la Corporación Sr. Torras Serrataco, acompañado por el Diputado Presidente de la Comisión de Agricultura Sr. Llobet, el Concejal D. Enrique Sarrí por el Ayuntamiento y el canónigo Doctor Gros por el  Obispado, Alcaldes de Municipios Catalanes, Maestros nacionales, numeroso clero y amigo del Árbol. En la Mesa Presidencial y en lugar destacado el Alcalde de Villanueva de la Sierra, D. Gonzalo Simón Sánchez, lugar honorífico motivado por ser esta localidad donde por primera vez en la Historia del Mundo se celebró la Fiesta del Árbol.

Conferencia emotivas  llena de sencillo amor al árbol. Pronunciada por el Sr. Salvatella. En su conferencia dijo entre otras muchas cosas, que la Diputación publicaría un libro de todos los municipios catalanes divulgando la plegaria al árbol, levantar un monolito en un lugar destacado y ya adquirido en cuyo anverso se podrá leer: Instituidor de la Fiesta del Árbol Forestal D. Ramón Bacas Roxo (Sacerdote), en Villanueva de la Sierra (Cáceres) año 1805. En el reverso dirá. “Instituidor de la Fiesta del Árbol Frutal D. Francisco Viñas Dordal (Tenor) en Moyá (Barcelona año 1904). Dar nombre a una calle en honor de su iniciador, el precitado y reverendo extremeño. Terminó el acto recitando la Plegaria de la Fiesta del Árbol Un vino de honor, para el innumerable público concentrado, coronó la obra..

Todos los periódicos catalanes dedicaron  sus portadas a este solemne evento (foto nº 2).

Foto número 2

GESTACIÓN DE UN MONUMENTO AL ÁRBOL.

La idea partió del Colegio Público “Inocencio Rubio y Modesto Durán” de Villanueva de la Sierra. Profesorado y niños, a través de clases, charlas y dibujos relativos al árbol fueron tomando forma. Merece la pena que España a través de Extremadura  en uno de sus pueblos, Villanueva de la Sierra, tenga un monumento dedicado al árbol ¿No se honrarían muchos pueblos de ser pioneros de esta fiesta? ¿Valoramos nuestra historia? Preguntas sencillas Vamos a materializarla con un monumento. ¿Cómo?

Para ello este Colegio Público os pide colaboración y ayuda.

A ti va dirigido, ya seas artista, arquitecto, ingeniero, técnico, Todos podemos aportar  algo. Veamos:

Villanueva quiere levantar un monumento al árbol “in situ” Para ello anunciamos un concurso con las siguientes bases:

  • Levantar un monumento al árbol en el material que cada uno estime.
  • Motivo: Fiesta del Árbol.
  • Dimensiones: A juicio del proyectista.
  • Formas: libre.
  • Costo: Es necesario que cada hacedor se ajuste a su proyecto.
  • No habrá compensación económica para ninguna idea.
  • La paternidad del proyecto, en principio, se patentizará al pie de monumento y en todos los documentos históricos que se levanten.
  • El plazo de presentación de proyectos será de un mes a partir de la fecha de publicación en los medios de difusión  periodísticos de Extremadura y Hoy.
  • Le fecha en que el monumento esté ultimado será el Martes de Carnaval de 1984.
  • Todos los trabajos se enviarán al Director del Colegio Público D. Ángel Paule Rubio. Villanueva de la Sierra Cáceres.
  • El jurado de selección se dará a conocer en su día (foto nº 3).

Foto número 3

 

VILLANUEVA DE LA SIERRA. (Carta)

Queridos paisanos Con la documentación adjunta os ponemos al corriente de lo que estamos realizando en nuestro pueblo. Vamos a levantar un monumento al árbol al Sitio “Delos Pozos”. Las obras se están realizando con la ayuda económica de algunos organismos oficiales y entidades bancarias junto a las aportaciones de todos los villanovenses. Esperando tu asistencia a los actos programados el día 6 de Marzo 1984, Martes de Carnaval, así como tu generosa aportación económica para que tu pueblo se conozca en España y en el mundo. Puedes hacer efectiva tu aportación en cualquiera de estas oficinas y cuentas:

Caja de Ahorros de Cáceres, Nº 330003302530-6. Caja de Ahorros de Plasencia Nº 08200002506. 2378.  Caja Rural, Nº 7001-465-9

CARTA A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN. 2-3-2984

Estimados amigos: En estos momentos  se están ultimando los preparativos para rememorar  la Fiesta del Árbol que, por primera vez en la Historia, se hizo en Villanueva de la Sierra  en un martes de Carnaval de 1805.

Hoy están ultimados los preparativos que adjunto en un dossier. El día 6 de marzo a las 12 de la mañana  tendremos el acto al que asistirán todas las autoridades Provinciales: Gobernador, Presidente de la Diputación, Consejero Provincial de Cultura, Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario, Inspección Técnica de Educación y una larga lista.

Motivo: Rememorar la Fiesta del Árbol

Cómo: Se ha construido un monolito con jardines y bancos y una placa en el monolito que dice: “Instituidor  de la Primera Fiesta del Árbol en el mundo, D. Ramón Bacas Roxo. 1805-1984”.

Colaboran: Diputación Provincial- Ayuntamiento- Vecindario- YRYDA: Dona las siguientes plantas:

300 Aligustres del Japón de seto. 350 Evónimos Puchelo, 100 Evónimos común de seto. 15 Plátanos, 13 Rosales bajos, 1 Cedro, 2 Camelias y 2 Chamaerops.

ECOM. Federación de Minusválidos de Badajoz, ha donado 4 árboles del amor

Colabora: Grupo Folklórico Regional. ICONA. Caja de Ahorros de Cáceres. Caja de Ahorros de Plasencia. Caja Rural y Banco Hispano Americano de Coria.

Medios de Comunicación que tienen anunciada su presencia: Todos los periódicos regionales. Cadena SER. Radio Extremadura. Televisión Española.

Yo quisiera que como corresponsal de la Agencia EFE, estuviéramos representados por un periodista o por ti (Su director).

FUNDADORES: Esta idea ha sido lanzada por el Colegio Público I. Rubio y M. Durán de Villanueva de la Sierra.

Un Abrazo- Ángel Paule Rubio.

CUENTA QUE RINDE LA COMISIÓN “PRO FIESTA DEL ÁRBOL” DE LOS INGRESOS Y GASTOS:

Resumen de ingresos.

Residentes  vecinos de Villanueva, aportaron                                  112.000 Pts

Villanovenses no residentes                                                              120.700  Pts

Banco Hispano-.Americano                                                                20.000 Pts

Residente en Argentina                                                                          500  Pts

Producto de ventas de llaveros                                                              42.000 Pts

Nuevos ingresos                                                                                        5.000 Pts

Caja Rural Provincial                                                                               30.000 Pts

Total ingresos……………………………….    310.200 Pts

Total Gastos                                                       501.194 Pts                                                           Déficit                                                        190.994 Pts,  cantidad que fue aportada por el Colegio Público de Villanueva de la Sierra.

NOTA. Se hace constar que únicamente figuran los pagos que ha efectuado esta Comisión. Los efectuados por el Ayuntamiento no se relacionan.

6-3-1984 REMEMORACIÓN DE LA FIESTA DEL ÁRBOL. UN MONUMENTO QUE NACIÓ  EN 1805. HOY MARTES DE CARNAVAL 1984.

Silencioso ciprés, cuya negra silueta

                                   Como un dedo gigante, nos señala una meta,

                                   Allá lejos muy lejos, palacio de bruma,

                                   Una isla de oro, una ilusión de espuma,

La sombra imperceptible de una forma querida,

Que sin cesar, persigue el alma dolorida.

                                                                                  Fray Justo Pérez de Urbel

El Árbol ha sido siempre es y será un hito, un referente, un mojón en nuestra vida.

Todo está preparado. El Egido, con su reciente monolito y parque guardan el momento de su inauguración. Llegan los sacerdotes. El pueblo acude. Alcaldes de los distintos pueblos de la Sierra de Gata hacen su presencia. La misa comienza. Merece la pena poner este  monolito y árbol al servicio de Dios y de los hombres. Concelebran D. Ángel Martín Ramos (párroco) D. Emiliano Martín, hijo de Villanueva y párroco de Villamiel y D. Andrés, Párroco de Torrecilla de los Ángeles. Una homilía en honor al árbol. Brillante. Mención especial a D. Ramón Bacas Roxo párroco de Villanueva de la Sierra en 1805 y fundador de la Fiesta del árbol, primera en el mundo.

Llega en primer lugar el Capitán de la Guardia Civil. Le sigue un coche del PMM con el Excmo. Sr. Gobernador. Otro con el Excmo. Sr. Presidente de la Diputación. Continúa con la llegada del Ingeniero Jefe de ICONA y el segundo Jefe, ingeniero de ICONA.

Saludos protocolarios.

  1.   Ángel, el párroco, vestido con ornamentos sagrados y acólitos con el acetre y el aspersorio entraron en el recinto para inaugurar y bendecir el monolito y parque. Respetuoso silencio.

La Bandera Nacional, que cubría el monolito, fue corrida por el niño Maximiliano Paniagua Hernández y la niña Inmaculada Simón Domínguez.

El árbol primero en plantarse y el que ocupa el centro de nuestra fiesta es un OLMO NEGRILLO, plantado por el Excmo. Sr. Gobernador, D. Juan Rodríguez Piquera; el Excmo. Sr. Presidente de la Diputación, D. Manuel Veiga y el Alcalde de Villanueva D. Ambrosio Paule Simón.

El segundo árbol, de Judea, plantado por el Presidente de E.C.O.M.O.D. Juan Pablo Alba López.

El tercero, también de Judea, plantado por el Excmo. Sr. Ingeniero Jefe de ICONA. D. Antonio.

El cuarto, un cedro, por el Excmo. S. D. Julio, ingeniero de ICONA.

El quinto árbol Llorón, sauce, por D. Adrián Domínguez y su hermano Anastasio  venidos  desde Barcelona para acompañarnos.

Terminada la plantación  todas las autoridades Provinciales y Locales subidas en el pódium de oradores hicieron uso de la palabra. Saludos del Sr. Alcalde a todos los visitantes.

A continuación el Sr. Director del Colegio Público, D. Ángel Paule Rubio dio una lección más “LA FIESTA DEL ÁRBOL A TRAVÉS DE LA HISTORIA”

Cerró el acto el Excmo. Sr. Gobernador, glosando la importancia del árbol. Felicitó  a los anteriores oradores.

Unas palabras finales de D. Ángel Paule en agradecimiento a D. Adrián Domínguez por su cesión llena de magnanimidad de un escudo que estaba en una  pared de un inmueble de su propiedad y medianera con la finca de D. Modesto Durán, situada en la Plaza del Pueblo El precitado escudo, leído dice así: Gótico o apuntado, y cortado. El área formada por el JEFE, está dividida en dos partes: un león rampante y un castillo. La punta inferior formada por tres girones en pico. Escudo que  ha sido enclavado en el muro del monolito.

Terminado el acto se realizaron bailes y tablas rítmicas de acuerdo con el siguiente programa: Redoble por las niñas del Colegio Público de esta Villa, Jerteña, Tabla rítmica, Poesía “Himno a la Fiesta del Árbol” y Jota de Guadalupe.

Mujeres, ataviadas con trajes regionales, servían en bandeja a todos los asistentes. Hombres servían el ponche y el vino en jarras, mientras todos, en pie, comíamos y charlábamos, sin hacer más comentarios que lo que estábamos viviendo.

Mientras esto ocurría, la comida fue amenizada por el Grupo Musical “El Canchal”

10-2-1989 Celebración de la Fiesta del Árbol. En esta localidad se instalará un monumento al árbol. Fue presidida esta fiesta por el Presidente de la Diputación, Manuel Veiga, acompañado por la Consejera de Turismo, María Emilia Manzano Pereira y Antonio Jiménez  Diputado Provincial de Cultura

“Dice Manuel Veiga:

Hace quince años existía en el Égido  un árbol inmenso que se destruyó, parece ser, por razones políticas. El árbol estaba horadado y el espacio que ocupaba  era tan amplio que en su interior se jugaban las finales de los concursos de tute, entrando en su interior dos parejas de concursantes.

En esta visita el Presidente de la Diputación y la consejera acordaron convocar un concurso para instalar un monumento al árbol en la Plaza de Villanueva de la Sierra. Se expresaron así: “La convocatoria a nivel nacional, pudiendo presentarse cualquier proyecto de monumento para realizar principalmente en hierro, bronce u hormigón. El 20 de Abril termina de presentación de ideas en el Ayuntamiento de Villanueva de la Sierra, entregándose el premio el 1 de Mayo dotado con 50.000 Pts. En el monumento en sí, la Junta y la Diputación gastarán  medio millón de pts como máximo.

12-2-1991. Martes de Carnaval, Fiesta del Árbol. El periódico HOY publica el 16 de Febrero de 1991 un artículo con el Título “VILLANUEVA DE LA SIERRA- ÁRBOL”

Se encarga la construcción de este monumento al Arquitecto madrileño D. Luis Antonio Gutiérrez Cabrero. La obra consta de tres partes (foto nº 4):

Foto número 4

 

ÁRBOL: La principal formada por una encina seca encerrada en una jaula metálica de forma prismática, sostenida por tensores para mantenerla dentro de la jaula en pie. Su tronco no llega al suelo, por tanto no está anclada en la tierra El arquitecto describe así su monumento:

 Quiero reflejar  el aspecto misterioso esotérico y mistificador del árbol, son sus palabras. Sujetada por tensores para trascender a la existencia del hombre, escindiéndose el árbol de la tierra que le acoge.

PIEDRA Un armazón de piedra del terruño, troncocónico con abertura longitudinal y de él parece manar, por la abertura, un ligero canal, simbolizando agua que, surgiendo de la roca, llega hasta al árbol.

PARED: El muro, pared de piedra, de longitud total de 5 metros por 40 cm de grosor y 120 cm de altura según mis estimaciones. Todo esto forma un triángulo. Pared piedra, un poco derruida, con un quiebro en ángulo muy abierto, me pregunto ¿No podría tener un simbolismo de cerco, recinto de un lugar sagrado?

Quiero hacer, a mi modo y posibilidades un repaso, a través de la Historia de las Religiones dentro de la Prehistoria y sus monumentos ancestrales en el campo religioso, simbólico y mítico, un estudio pararelizando este monumento: PIEDRA-ÁRBOL-ALTAR, como un microcosmos en las capas más antiguas de la vida religiosa.

ÁRBOL: No podemos hablar de “Culto al Árbol” Nunca se ha adorado a un árbol sólo por sí mismo, sino por lo que a través de él revela, por su significado. Bajo su figura se esconde siempre una entidad espiritual. El árbol mesopotámico es más bien un símbolo que un objeto de culto. Está cargado de fuerzas sagradas por su verticalidad, crece, pierde sus hojas pero se regenera. Muere y resucita.

PIEDRA: Simboliza, lo alto, el ascenso, la dureza. El hecho de ser elevado, equivale a ser la escalera que une la tierra y el cielo. La piedra deja de ser piedra y se convierte en un símbolo saturado de sacralidad.

Pared rústica arrancada de la misma tierra. Encierra un lugar sagrado, recinto. Algo que separa lo sacro de lo profano.

De la abertura de la piedra sale un pequeñito canal que excavado en la tierra llega hasta el árbol enjaulado. El agua fluye, está viva y se mueve, inspira, manifiesta poder. Hay  gran número de ritos en torno a las fuentes. El valor sagrado que tiene el agua como elemento cosmogónico.

Todo esto y, algo más, en su conjunto, forma un espacio sacro. Eso  pudiera ser lo que  nuestros ancestros verían en el monumento descrito. Como símbolo y por lo que representa tiene sentido  profundo y espiritual.

El que este monumento fuera para el vecindario nefasto, desde su primer momento, no ha podido llegar al fondo de su simbolismo y significado. Que los ecologistas manifestaran su falta de valor estético, encerrado el árbol dentro de una cárcel tiene escaso valor. Tampoco considero suficiente las habladurías del pueblo. Lo que sí sé es que el monumento, en cuestión, había sido desmantelado en el mes de Febrero del 2002, salvo la jaula y el tronco de encina que poco después pasó al olvido.

Razones que veo y he tratado de exponer que nuestro pueblo, ecologistas y políticos no intentaron buscar alguna causa o finalidad para la construcción y posterior desmantelamiento de este monumento

En Grecia, en la época minoica, el árbol cultual aparece siempre al lado de una roca

Finalizo con la visión que en su día grabó mi retina y que ha pretendido, no sé si con  acierto, rememorar con exquisito rigor y seriedad sintetizar en las siguientes  palabras:

Esa piedra del terruño arrancada a la madre tierra, da al tríptico su incalculable  valor, inmortalidad, firmeza y fortaleza. Detenido en mi exhaustiva mirada descubrí en aquel altar piedra una abertura que me recordó mis años niño, por donde entrábamos en el vientre del coloso a fumar su carcomida madera. El árbol estaba hueco, pero vivo.

24-2-2004: Fiesta del Árbol en su 199 aniversario.

PROGRAMA:

Santa Misa

Pregón sobre la Fiesta del Árbol en la plaza.

Nombramiento de Hijo predilecto de Villanueva de la Sierra a Ángel Paule Rubio.

Descubrimiento de una placa de la calle que llevará su nombre.

Plantación de Árboles.

Vino de honor para todos los asistentes.

Concurso de Carnaval.

Actuación del Grupo “Manantial Folk”.

Organiza: Ayuntamiento de Villanueva de la Sierra.

Colaboran: Junta de Extremadura, Diputación, Mancomunidad Sierra de Gata, Asociación Cultural “El Posinó” y Asociación de Mujeres “Fiesta del Árbol”

 

En esta fecha, 199 aniversario de la fiesta del Árbol aprovecha la ocasión D José Herrero Matillas para preparar el Bicentenario de la Fiesta del Árbol. Solicita ayuda e ilusión  para celebrar con  brillantez el Bicentenario 1805-2005. Pide a los villanovenses presentes y ausentes que aporten ideas, de todo tipo y manifiesta que todas serán estudiadas y atendidas por este Ayuntamiento.

8-2-2005. BICENTENARIO DE LA FIESTA DEL ÁRBOL. 1805-2005.

PROGRAMA:

Pasacalles a cargo de los tamborileros: Hermanos Rodríguez.

Santa Misa. En la Plaza.

Recibimiento de Autoridades.

Plantación de Árboles en el lugar de “Las Eras”

Actuación del Grupo Rociero de Coria en la Plaza

Aperitivo regado con vino de la Cooperativa de Sierra de Gata. Conferencia sobre la Fiesta del Árbol a cargo del Técnico de Cultura de Extremadura D. Domingo Frades.

Exposición Medio Ambiental de la Junta de Extremadura. Mercadillo Medieval

Organiza: Excmo. Ayuntamiento de Villanueva de la Sierra.

Colaboran: Fondo Europeo de Orientación y de Garantía Agrícola de la Unión Europea.

Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Excma. Diputación Provincial.

ADISGATA-Mancomunidad de Municipios de Sierra de Gata. LEDER.

Asociación de Mujeres “Fiesta del Árbol”. Asociación Cultural “Posino”. ADENEX. Caja de Extremadura. Caja Duero. INTERLUN, S.L.

JUNTA DE EXTREMADURA. Consejería de Desarrollo Rural.

20-2-2007. Martes de Carnaval, festejamos el 202 Aniversario-Plantación de 30 árboles en la zona llamada “Los Lagares”. En la Iglesia, a las cinco de la tarde el Orfeón de Cáceres, ofrece un concierto.

El Presidente de la Diputación, Juan Andrés Tovar plantó un árbol- También asistió al acto la Directora General de Estructuras Agrarias de la Junta de Extremadura Justa Núñez  Chaparro.

El Alcalde José Herrero asegura que la fiesta merece el reconocimiento de Interés Turístico por ser “el primer pueblo de todo el mundo que instituyó una fiesta para el árbol y queremos que  trascienda a nivel nacional, europeo y mundial, apostilla el edil.

El Carnaval lo organiza la Concejalía de Cultura y cuenta con la ayuda de la asociación de mujeres y la asociación cultural de la localidad.

5-2-2008. Martes de Carnaval, festejamos  el 203 aniversario. Alvaro Tejerina  recordó que antes de los actos institucionales se proceda a crear un “arboretum” en la zona de las Pilas. Se plantarán robles, melojos, alcornoques, sauces o castaños entre otras especies arbóreas. En el Calendario de actos se incluye una visita a la Magnolia de los Durán, declarado Árbol Singular por la Junta de Extremadura, siendo Alcalde Francisco Javier Simón Muñoz.

24-2-2009. Martes de Carnaval Este 204 Aniversario de la Fiesta del Árbol está cargado de actividades correspondiente a los días 21, 22, 23 y 24. Entre todas ellas hay una actividad importante: Creación del Parque de las Ausentes y en él tuvo lugar la plantación de  70 árboles en memoria de las 70 mujeres asesinadas por la violencia machista. Este “Parque de las Ausentes” está ubicado en “Las Eras” Una placa  conmemora este emotivo y sentimental acto. Se leyó un manifiesto. Asisten al acto el Presidente de la Junta de Extremadura Guillermo Fernández Vara, quien descubre el cartel del PARQUE DE LAS AUSENTES, junto al Presidente de la Diputación Juan Andrés Tovar (foto nº 5).

Foto número 5

El Acto Institucional fue la plantación de 10 árboles en el lugar de “Las Eras. Al acto asistieron las autoridades Provinciales, locales y los alcaldes de la Sierra de Gata. Comida y vino de honor para todos los asistentes.

  1. Jesús Garzón, Presidente de la Asociación del Consejo de las Mestas pronunció en la Casa de la Cultura una conferencia titulada: EL BOSQUE, POTENCIALIDADES SOCIO-ECONÓMICAS EN SIERRA DE GATA, siendo alcalde Francisco JAVIER Simón Muñoz.

17-2-2010.-Martes de Carnaval. 205 Aniversario. Francisco Javier Simón. Alcalde, dijo en una nave abarrotada de público y autoridades “Queremos para nuestra Fiesta del Árbol el Título de Fiesta de Interés Turístico Regional”. Se entregó una placa en agradecimiento a  Domingo Frades miembro de la Real Academia de las Letras Gallegas.

8-3-2011.-Martes de Carnaval. 206 Aniversario.

PROGRAMA: Misa, Plantación  en el “Parque de las Ausentes y cultura del manifiesto en recuerdo de las víctimas de Género. Saludos a las autoridades provinciales en la plaza. Aperitivos. Conferencias, en la Casa de la Cultura, impartidas por D. Ángel Rodríguez Director del Parque de Monfragüe “Más Árboles” y Andrés Rodríguez “Los peligros que amenazan la naturaleza”  RTVE transmitió los actos (foto nº 6).

Foto número 6

 

Se descubrió un monolito en la plaza conmemorando el 200 aniversario. Siendo Alcalde José Herrero (1805-2005). Asistieron al acto el Presidente de La Junta- Guillermo Fernández Vara.

El Alcalde espera que la Dirección General de Turismo otorgue este año a la Fiesta del Árbol “Fiesta de Interés Turístico Regional” (Fco. J. Simón Muñoz. Alcalde)

17-2-2015.-Martes de Carnaval.

PROGRAMA. Misa, Plantación de Árboles, Vino de Honor. Este año  2015 se celebra el 210 Aniversario con esta  programación:

Misa en recuerdo del Cabo 1º Alberto Guisado Majano fallecido en un incendio el 4 de Agosto de 2012 en la Sierra de Gata en defensa del medio ambiente y colocar una  placa  su nombre en el Colegio Público de Enseñanza.

Se impartieron conferencias por los ponentes: Ángel Paule Rubio, Álvaro Tejerina y Andrés Rodríguez. Cerró el acto el Director General de Medio Ambiente D. Enrique Julián Fuentes.

9-2-2016.- Martes de Carnaval.

PROGRAMA: Misa, Festival de Carnaval. Día Institucional 26 de Febrero 1805.

26-2-2017

PROGRAMA: Misa, Plantación de árboles.

26-2-2018.

PROGRAMA: Misa. B.O.E. en su  Decreto 103/ 2017 es considerada la Fiesta del Árbol como Bien de Interés Cultural con carácter de Bien Inmaterial.

26-2-2019

No fue Martes de Carnaval. En este día se celebró por primera vez desde el 1805-2019 el día 26-2-2019. Quedando establecida  como DÍA INSTITUCIONAL DE LA FIESTA DEL ÁRBOL el día 26 de Febrero de cada año. Hago un poco de Historia. El día 26-2-2019, Ángel Paule estaba en Villanueva de la Sierra. Oportunamente al llegar al Cruce de carreteras hay un bar. Allí se encontró con Álvaro Tejerina, Presidente de la “Asociación Árba” con un nutrido grupo de amantes de los árboles procedente de toda la Provincia cacereña. Junto a ellos TVE y el alcalde de Villanueva de la Sierra. Tejerina invitó al Sr. Paule a quedarse por considerarlo, a través de sus publicaciones, conocedor y muy amante del árbol, Prehistoriador y arqueólogo, le indicó que dijera “algo” sobre la Fiesta del Árbol en este día en el que se estaba realizando el evento por primera vez como          DÍA INSTITUCIONAL DE LA FIESTA DEL ÁRBOL 26 DE Febrero de cada año. Cosa que hizo. En este momento, todos los presentes, allí reunidos, que eran muchos, con su Presidente, Tejerina, el cual le invitó a hablar para TVE. Como era normal todo Historiador no pudo, ni debió decir otra cosa que la verdad histórica. Hizo notar que hoy no es Martes de Carnaval. He de decir y digo que en la  Historia sólo conoce la fecha “Martes de Carnaval”. Su autor el cura D. Ramón Vacas Roxo y todos sus invitados, curas de las diócesis de Plasencia y de Coria, junto a civiles acaudalados, pudientes y niños celebraron la Primera Fiesta del Árbol en el mundo un Martes de Carnaval.

El elegir D. Ramón el Martes de Carnaval, no fue cosa baladí, puesto que llevaba implícitamente  un significado. Era la antesala de la Cuaresma con significado de renovación, inquietud, nuevo año, muerte y resurrección. Sentido de hombre viejo y hombre nuevo. Significado de equilibrio y armonía. El árbol que muere se le caen las hojas (invierno) y resucita (primavera), con hojas nuevas.

Estas fueron sus palabras seguras y sinceras, históricas con fundamentos.  Todos las escucharon con  meditada atención.

Todos nos deberíamos dar un paseo por los pueblos del mundo y encontrarán gran semejanza en la historia ancestral de nuestros pueblos y no se refiere sólo a España, ¡No!  Él ha escrito mucho sobre el tema todo está publicado y lean:

¿El cambiar la fecha no será desligar el sentido primigenio, ancestral, del político? ¿Tiene otras connotaciones que  no sabemos? Preguntas que necesitan respuesta.

De este pequeño acontecer, se proyectó la película de RTVE, pero las palabras y la presencia de aquel extraño invitado no salieron en el video proyectado, no habían sido oportunas o, por carecer de sentido, la inteligencia artificial, las ignoró.

Se ha hablado y escrito mucho sobre la figura de D. Ramón Bacas Roxo. Se ha dicho cosas como si D. Ramón era un afrancesado y la Fiesta del Árbol tenía sentido de Fiesta Francesa, republicana y jacobina del Árbol de la Libertad. No tengo suficiente espacio para defender a nuestro querido D. Ramón. Su vida y obra lo dicen todo. Hombre muy culto, formado en las normas emanadas del Concilio de Trento. Cursó estudios en la Universidad de Salamanca. Amigo de D. Antonio Oliveros, Canónigo de  San Isidro de Madrid y Secretario de la Cortes de Cádiz y natural de Villanueva de la Sierra. Presentó en las Cortes de Cádiz, a discusión, una proposición “Sobre ventas de baldíos y de propios” para recaudar dinero para luchar contra los franceses. El Obispo de la Diócesis de Coria, su Obispo, por sus homilías contra los franceses, temiendo por su vida, fue acogido en Villanueva de la Sierra, junto con el obispo de Oporto, que también huía, durante dos o tres meses en casa de D. Ramón en Villanueva de la Sierra, y vuelto a Hoyos fue asesinado por los franceses que conocían sus homilías para reclutar hombres, armas y provisiones para esta sangrienta lucha. Las homilías de D. Ramón Bacas, de un contenido patriótico dirigidas a madres y esposas y de una cargada emotividad y valores, con el  Santísimo expuesto, sólo ésta, de las muchas que, exaltando los valores cristianos y patrióticos, hacía que los  hombres que iban a la guerra contra el invasor, quedaran tan  enraizados, que más que lamentos, fueron de santa alegría.

Nada de afrancesado, todo lo contrario. La Fiesta del Árbol  no fue ni afrancesada,  ni republicana, ni jacobina:

26-2-2023

PROGRAMA: Misa, Plantación de árboles, Recibimiento de Autoridades Provinciales y Regionales, Conferencias.

NUEVO MONUMENTO AL ÁRBOL (foto nº 7).

Foto número 7

Dos brazos con manos abiertas de grandes dimensiones cobijan, protegen y miman a un árbol de dimensiones similares. Su simbolismo, no me atrevo a entrar en el pensamiento de su autor, pero según mis conocimientos prehistóricos de las religiones arcaicas y primitivas  encierran las mismas enseñanzas que D. Ramón Bacas Roxo plasmó.

Llevando mi pensamiento a los ritos y símbolos de renovación vegetal en los albores de la Prehistoria y Edad Antigua, encuentro en la mitología escandinava unos hermosos versos que a nuestro árbol, de todos los tiempos, servirá de aureola y cariño:

Recuerdo los gigantes nacidos en la aurora de los tiempos,

            los que antaño me hicieron nacer.

Conozco nueve mundos, nueve dominios cubiertos por el árbol del mundo,

ese árbol de sabia estructura que se hunde hasta las entrañas de la tierra…”

…la copa del árbol  está bañada  por blancos vapores de agua,

de donde caen gotas de rocío al valle…

Les poèmes mythologiques de l’Edda

No me olvido del poema de Antonio Machado, con el que comencé esta pequeña intervención, con unos versos y que ahora quiero coronar con los versos finales del mismo autor. No son sólo para leerlos, más bien para meditarlos. Así termina el poema.

.           Olmo, quiero anotar en mi cartera

            La gracia de tu rama verdecida.

            Mi corazón espera

            También hacia la luz y, hacia la vida,

Otro milagro de la primavera.

                                               Antonio Machado

 

(foto nº 8)

 

 Foto número 8

 

                                    BIBLIOGRAFÍA

MARÍE PELT, Jean: La Historia más Bella de las Plantas.

RODRIGUEZ VILLEN, Antonio: Senderos entre árboles.

MIRCEA ELIADE.  Tratado de Historia de las Religiones.

  1. Krappe: The  Science of Folklore.
  2. O. James: Introducción a la historia de las religiones.

OVIDIO.- Colección Austral. Metamorfosis.

HOMERO. Círculo de Lectores: Ilíada y Odisea.

ABELLA, Ignacio. La Magia de los Árboles.

APUNTES UNIVERSIDAD PREHISTORIA. Historia de las Religiones Salamanca.

PAULE RUBIO, Ángel. Bicentenario de la Fiesta del Árbol.

PAULE RUBIO, Ángel. Ordenanzas Municipales de Villanueva de la Sierra.

 

 

 

Villanueva de la Sierra. Septiembre 2023

Oct 172023
 

José Antonio Ramos Rubio

Oscar de San Macario Sánchez

 

En la margen Este del río Salor entre los siglos XIII y XIV surgieron numerosos caseríos con la repoblación de las tierras cacereñas, por su aprovechamiento agroganadero y por la necesidad de protegerlas de las incursiones de los rebaños mesteños que bajaban del Reino de León.

Tras la reconquista de Cáceres acaecida en el año 1229 por Alfonso IX, rey de León, se desarrolla una labor de poblamiento por parte de las tropas cristianas de las nuevas tierras adquiridas, siendo los leoneses los principales protagonistas de la reconquista de nuestro territorio y, así mismo, en su repoblación tendrán un importante protagonismo los leoneses[1]. La conquista del actual territorio extremeño interesa no sólo por el aumento de territorio, sino también porque los pastos invernales extremeños son necesarios para el ganado trashumante[2]. Cáceres consigue un extenso territorio, segundo de España por su longitud. Esto provoca que surjan asentamientos rurales (heredamientos-aldeas) en el territorio dependiente de la villa, heredamiento que al aumentar de población dan lugar a aldeas que no tenían término municipal propio, sino que constituían una comunidad con Cáceres.

 

Comenzaron a formarse los adehesamientos –dehesas–, trazados por mandatarios de Alfonso X el Sabio, donde surgieron estos pequeños núcleos. Pero la peste, la crisis demográfica del XIV, el aislamiento y otros factores hicieron desaparecer muchas aldeas: Alpotreque, Puebla de Castellanos, Casas del Ciego, Malgarrida, Borrico, Pardo y Borriquillo. Sin embargo, el antiguo arrabal de Zamarillas perdura y aún mantiene su porte nobiliario en medio de Los Llanos, como un núcleo urbano medieval excepcional y privilegiado.

Enclavado en las cercanías del río Salor, en plena llanura trujillano-cacereña, el antiguo arrabal de Zamarrillas, cercano a Torreorgaz, fue destruido y deshabitado a comienzos del siglo XIX, quedando aún en pie vestigios de algunas de sus casas menos humildes, reconvertidas otras como cuadras o almacenes, como es el caso de la antigua parroquia del lugar, enclavada junto al camino que, partiendo por debajo del acueducto que surge de la presa de Valdesalor, llega a estas tierras.

En este antiguo arrabal, hoy despoblado, es importante unificar el conjunto de edificaciones que aún se conservan en la zona con el proceso histórico. Tras ser reconquistada en 1229 Cáceres, y ser dotada la por entonces villa con un amplísimo término municipal[3], se dispusieron sus terrenos, desde las vegas de los ríos Tamuja y Almonte al Norte, hasta las estribaciones de las Sierras de San Pedro al Sur, más para la ganadería que para la agricultura, salpicando las reses y cabezas de ganado de los nuevos habitantes, repobladores y colonos, así como nobles de Castilla que ocuparon esta comarca, los pastos y encinares propios del bosque mediterráneo que cubre la región y que bordeaban el núcleo urbano, adaptándolos en dehesas donde conjugar y combinar la explotación ganadera con la conservación del ecosistema, o eliminando por el contrario la presencia arbórea en terrenos más llanos en pro de la abundancia de fáciles pastos. El término de Cáceres era muy extenso, y se hacía necesaria la creación de estos poblados, seguramente aprovechando en ocasiones antiguos asentamientos romanos y árabes[4].

 

Ante la gran extensión del término municipal cacereño y la gran distancia que podía llegar a separar fincas y cotos con la propia urbe, se vio bien por el Concejo la fundación no sólo de aldeas en los alrededores pertenecientes a su jurisdicción pero con gobierno propio, sino también de arrabales y pedanías dependientes de la villa, así como cortijos y casas de campo que funcionaran como auténticos centros de aprovechamiento agroganadero, donde pudieran agruparse las viviendas de pastores, agricultores, braceros, jornaleros e incluso de terratenientes, todos ellos a manera de colonos a los que se les cedían porciones de terreno para su rendimiento, y así no sólo poblar, vivir y residir cerca de los centros de trabajo y lugares de explotación agroganadera, para comodidad suya y mejor administración de los mismos, sino además como eficaz medida de protección de las reses y los terrenos frente a futuras incursiones de los musulmanes del sur, cada vez menos probables pero posibles mientras Al-Ándalus siguiera existiendo, pero también de los campos frente a las ganaderías que, venidas desde tierras castellanas en su búsqueda anual de sustento, pudieran expoliar los pastos. Fundadas principalmente en la Baja Edad Media, permitía la existencia de estas aldeas y alquerías la presencia continua de población por los contornos, con especial intensidad en la zona meridional del término municipal y cercanía a las vías que comunicaban la villa con Medellín, Mérida y Badajoz, respectivamente. Mientras que algunos cortijos apenas se componían de una quinta señorial rodeada de las viviendas necesarias para sus empleados y servidores, más los inmuebles propios para la explotación ganadera y quehaceres diarios, las aldeas y algunos arrabales sin embargo llegaron a alcanzar los varios centenares de vecinos, contando entre sus calles e inmuebles destinados a viviendas y centros de trabajo también con parroquia y cementerio propio, complementándose la trama urbana y permitiendo una mayor independencia de la villa en sí.

 

El trascurrir de los años y el devenir de los hechos históricos conllevó tras la aparición y auge de aldeas y arrabales la consolidación de la gran parte de las primeras, convertidas -hoy en día- en pueblos independizados de la ciudad con el paso de los años y aumento de la población, tales como Malpartida de Cáceres, Aliseda, Aldea del Cano, Torrequemada, Sierra de Fuentes o Casar de Cáceres. Sin embargo y contrariamente las alquerías, arrabales y pedanías, a excepción del Zángano, sufrieron la paulatina marcha de sus pobladores y desaparición de sus inmuebles y términos urbanos, contando actualmente la ciudad de Cáceres con sólo tres pedanías, Valdesalor, Rincón de Ballesteros y Estación de Arroyo-Malpartida.

 

El origen histórico de las dehesas y su objeto en la tierra de Cáceres están bien recogidos en los escritos de Ulloa[5]; como ejemplo el que nos ofrece Daniel Berjano[6] sobre el «Repartimiento de tierras en Alguixuela, que hizieron á los de Cáceres los omes del Rey don Alfonso el Sabio, nombrados para ello, Era de 1316 años (1278) y en el que se dice que el Rey mandó que se diesen a los de Cáceres defesas en que pudiesen traer sus bueyes é sus ganados». También se refiere el Cronista don Antonio Floriano a este episodio describiendo los linderos de esta dehesa, que eran: «(…)partiendo con don Gonzalo y sus heredamientos (¿Zamarrillas?) (sic.), a la cumbre que parte con la Zafra (que es dehesa de Concejo), a partir con los de Aldea de Pedro Cervero (La Cervera); de allí a la Alçaza, descendiendo hasta el Salor, y el Salor arriba a buscar el mojón primero«[7].

 

1.- El arrabal de Zamarrillas

Uno de estos arrabales despoblados fue la Heredad de Zamarrillas, enclavada en plena llanura trujillano-cacereña, cerca de la localidad de Torreorgaz, que llegó a contar con 14 vecinos a principios del siglo XVII [8] que en su mayoría trabajaron para los Ovando, linaje cacereño que logró hacerse con la mayor parte de los terrenos que componían la heredad y que contó con castillo y casa fuerte en el lugar. El conjunto de la construcción es de mampostería con sillarejo y sillares en las esquinas. En la zona más elevada se alza un torreón de base cuadrada, en cuyo interior se aprecian los restos de la escalera y algunos esgrafiados en muy mal estado de conservación. Habitado hasta hace unas décadas y perteneciente a los Sanabria[9], en la que puede apreciarse sobre el portal un escudo esgrafiado mal conservado con las armas de Ovando-Ulloa. En el lateral que mira al Norte existe un blasón de granito bajo un alfiz datable en el siglo XVI con armas de Ovando, Ulloa, Mogollón y Carvajal que da fe, como después veremos, de las familias dominantes en estas tierras. Otra casa, de la que solo se conservan los muros exteriores presenta en su fachada lateral un esgrafiado apenas visible con el escudo de los Paredes[10].

 

Existió una iglesia bajo la advocación de la Virgen de la Esclarecida, donde se veneraba la imagen mariana que actualmente se encuentra en la iglesia parroquial de Santiago de Cáceres, presidiendo el retablo de las Benditas Ánimas del Purgatorio, junto a la entrada a la sacristía del templo. Se trata de una imagen gótica de la Virgen con el Niño, tallada en madera; muestra a Santa María no sólo como Madre de Dios o representación artística como Teothokos, sino además en su versión como Odegetria bizantina o aquella que presenta al mundo el verdadero camino en la figura del Niño Jesús al que porta en su brazo izquierdo. Éste porta una paloma, representación del Espíritu Santo[11] o de la paz, en clara referencia a la vida, paz y Trinidad que encarna el Niño Dios o pudiera representar el alma del pecador, que escapa al lazo de los cazadores que lo persiguen y halla cobijo en brazos de Dios[12]. Muestra la Virgen de la Esclarecida diversas mutilaciones, roturas y deterioro general con claro reflejo en el rostro de María y en la figura del Niño Jesús, sufridas posiblemente y en gran parte por el vandalismo causado por las tropas napoleónicas que supuestamente destruyeron la iglesia de la que era titular, así como por el paso de los años, el desgaste de su naturaleza de madera y el olvido y abandono que desde su mudanza a la ciudad ha venido padeciendo.

 

La imagen de la Virgen y el Niño fue tallada rompiendo con el hieratismo románico y presentando el nuevo naturalismo que surge con los ideales de la Baja Edad Media, reflejado no sólo en la humanidad y ternura que exhala María, sino en otros diversos detalles tales como los pliegues de manto y túnica, o la presentación adelantada del pie derecho de la Virgen, que viste túnica de color jacinto con escote cuadrado y manto voluminoso de color verde-púrpura estofado donde aún pueden percibirse elementos vegetales, como personaje de la realeza. Es una obra de la segunda mitad del siglo XV.

 

Volviendo al lugar de Zamarrillas, en el inventario que a comienzos del siglo XVIII, y tras la Guerra de Sucesión Española, realizó el obispo don Luis de Salcedo y Azcona sobre los bienes artísticos de la Diócesis de Coria[13], figuraba aún el templo de la Heredad de Zamarrillas en pleno uso, describiéndose el interior del monumento y relacionando las obras de arte allí guardadas, entre las que figuraba la talla de Nuestra Señora de la Esclarecida ocupando uno de los altares laterales, no ocurre así en la descripción dada sobre el enclave en 1909 por Alfredo Villegas[14], habiéndose convertido el templo en cuadra o cobertizo, por los decretos sobre desamortización que durante la primera mitad del siglo XIX sacó a la venta un grandísimo número de propiedades, terrenos y bienes eclesiásticos, tanto en uso como fuera de culto. Así es como llega a día de hoy, con transformación de su estructura inicial en pro de acoplar el edificio a sus labores y uso ganadero, pero conservando aún su ábside pentagonal realizado con fábrica de sillarejo regular del siglo XIV. El templo, en su día, se estructuraba en una nave cubierta con tres tramos de bóveda de aristas, conservándose ahora solamente los arranques y la cabecera, donde aún pueden apreciarse cuatro trompas de ladrillo sobre la que se asentaba una cúpula de media naranja. Se conservan igualmente vestigios de su atrio, levantado a los pies del templo, contando con una arquería de cinco columnas y cuatro arcos escarzanos junto a los que se abre la portada que posiblemente comunicaba el templo con el camposanto del lugar.

 

El origen histórico de las dehesas y su objeto en la tierra de Cáceres están bien recogido en los escritos de Ulloa[15]; como ejemplo citaremos el que nos ofrece Daniel Berjano[16] sobre el «Repartimiento de tierras en Alguixuela, que hizieron á los de Cáceres los omes del Rey don Alfonso el Sabio, nombrados para ello, Era de 1316 años (1278) y en el que se dice que el Rey mandó que se diesen a los de Cáceres defesas en que pudiesen traer sus bueyes é sus ganados”. También se refiere el Cronista don Antonio Floriano a este episodio describiendo los linderos de esta dehesa, que eran: «partiendo con don Gonzalo y sus heredamientos (¿Zamarrillas?) (sic.), a la cumbre que parte con la Zafra (que es dehesa de Concejo), a partir con los de Aldea de Pedro Cervero (La Cervera); de allí a la Alçaza, descendiendo hasta el Salor, y el Salor arriba a buscar el mojón primero»[17].

 

2.- Casa fuerte de La Cervera

La casa fuerte de La Cervera se encuentra próxima a la carretera N-630 que conduce de Aldea del Cano a Cáceres, en la margen derecha, frente al castillo de Mayoralgo. La casa fuerte de La Cervera data del siglo XV. Es de propiedad privada, y se usa como explotación agropecuaria y almacén

Dos casas fuertes próximas entre sí y a escasa distancia de la carretera N-630, muestran todavía el ambiente acastillado de algunos nobles cacereños de finales de la Edad Media. La primera de las casas, la más próxima a la carretera está configurada por una planta en forma de L, de aspecto macizo y cerrado. A la casa, datable a finales del siglo XV, se ha adosado una construcción moderna para los usos agrícolas de la explotación.

La segunda de las casas, la más al interior de la finca, mantiene algunos rasgos peculiares que acusan sucesivas etapas constructivas. El piso superior está muy transformado. Por el apreciable grosor de muros y el aparejo utilizado, a base de grandes sillares, se puede casi afirmar que la torre fue desmochada y que tuvo originariamente una altura mucho mayor.

Podemos fechar la casa a mediados del siglo XV. Propiedad de García de Paredes, fue derribada por Gómez Solís en la segunda mitad del XV, por lo que tuvo que pagar su coste en la segunda mitad del XV. La torre debió reconstruirse a finales del XV.

También lo árabes pasaron por aquí, y su presencia se ve claramente reflejada en los dos castillos situados en la Arguijuela, además de los restos de esta fortaleza árabe destruida. Casi desaparecida. Sólo quedan algunos vestigios. Es de acceso libre.

Del nombre que todavía conservan estas tierras próximas al municipio hay testimonio al menos desde mediados del siglo XV, cuando se cita la dehesa o aldea de Pedro Cervero.

El cuerpo contiguo obedece a diversos añadidos y ampliaciones operadas más tarde, en cambio el tercer cuerpo, en el extremo meridional, vuelve a mostrar su tipología castrense medieval con una torre, mas esbelta que la anterior pero de aspecto más moderno y frágil, pese a conservar matacanes en lo alto y aspilleras en sus muros, datable en torno a mediados del siglo XV, mientras que la que veíamos puede ser anterior.

Además, en la Cervera se conserva un pozo de grandes dimensiones cuyo brocal está cubierto con lanchas graníticas, que sin duda sirvió para dar agua a los habitantes de la aldea de Pedro Cervero, y se construyó cubriendo la abertura o boca inicial del pozo con grandes lanchas de granito.

 

 

3.- El castillo de Mayoralgo

El castillo de Mayoralgo es otro de estos baluartes defensivos que se encuentran en el río Salor. Es visible desde la carretera N-630 a escasos kilómetros al norte de la localidad, entre Aldea del Cano y Cáceres, frente a la casa fuerte de La Cervera. Esta fortaleza se eleva sobre canchales que les sirven de cimiento a algunas torres y lienzos, en parte desmoronados, pero todavía con suficientes restos para poder definir su primitiva configuración. Se encuentra bajo la protección genérica del Decreto de 22 de abril de 1949. Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español. Ley 2/99 Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura.

El castillo de Mayoralgo es uno de más antiguos que se conservan en las tierras de la ciudad de Cáceres. El linaje Mayoralgo tiene sus antecedentes en los Blázquez que llegan a la ciudad en tiempos de la Reconquista en 1229, remontándose hasta un Munió Blázquez de esos tiempos, aunque algunos identifican en un hijo de este Munió, llamado Blasco Muñoz, el primer eslabón del linaje en estas tierras. Sea como fuere, en 1282 ya figuran varios miembros de esta familia en los repartos de tierras ordenados por Sancho IV[18], y en 1320 otro Blasco Muñoz crea un mayorazgo en cuya acta fundacional cita, entre otros bienes, la torre que llaman de Blasco Muñoz en la que identificamos los antecedentes más antiguos de este castillo, construida por su padre del mismo nombre, en todo caso a comienzos del siglo XIV. Parece que este linaje pasó a llamarse después de Mayoralgo por corrupción del nombre Mayorazgo con el que se les conocía al ser el suyo el primero instituido en Cáceres.

Alzándose en el centro la torre del Homenaje, que es la parte primitiva construida durante el primer cuarto del siglo XIV, en la cual todavía se mantienen algunas de sus almenas, saeteras y restos de los matacanes que se adelantaban en lo alto. También en esta plataforma elevada están todavía en pie algunos lienzos del recinto y de dos aljibes o cisterna que aseguraban el suministro de agua en el interior.

En una plataforma situada a nivel inferior, hacia el lado de poniente, está el segundo cuerpo que actúa a modo de antemuralla, configurando un recinto que también se dotó con construcciones diversas, algunos de cuyos muros todavía persisten, aunque acusan un uso más de tipo funcional y de servicio, como caballerizas o cuadras, mientras que las actividades residenciales debían ubicarse en el cuerpo alto y principal, mucho más seguro y confortable. Es muy notable la concentración de recursos defensivos que se acumulan en este ámbito inferior, con lo cual debió resultar casi inexpugnable, pues además de contar con una puerta en recodo, con numerosas saeteras abiertas en sus flancos, lo que haría dificilísimo y peligroso el ingreso, se repetían los dispositivos en torno al patio interior, desde cuyos flancos otras tantas saeteras enfilaban y permitían el hostigamiento de posibles asaltantes; y por si esto fuera poco, también estarían al descubierto desde lo alto del cuerpo principal, dispuesto a mayor altura y desde la torre del Homenaje.

El castillo, posiblemente por su especial disposición para la defensa, quedó fuera de uso cuando desaparecieron las condiciones de inestabilidad que motivaron su construcción, momento en el que era más necesario atender a las necesidades de habitabilidad, por lo que durante el siglo XVI su actividad debe ser mínima, si no nula, construyéndose al lado una magnifica casa-palacio que solventaba mejor las necesidades residenciales que necesitaban sus moradores[19].

4.- La Arguijuela de Arriba

La estructura y configuración original del castillo es similar a su homónimo de Abajo. Todos los muros están almenados con una disposición en voladizo sobre canecillos, realzándose aún más su silueta y aspecto castrense y fuerte con las torres que se disponen en las esquinas, tres de ellas redondas y una prismática.

 

El uso del castillo responde al prestigio de un modelo que, a pesar de haber perdido sentido en esa época con el fin de la reconquista y la pacificación de los reinos hispanos unificados bajo el reinado de los Reyes Católicos, ha mantenido su vigencia y se ha convertido en un tipo muy empleado para los edificios de representación que se alzan en las nuevas tierras amayorazgadas por sus propietarios[20].

 

La construcción de éste es algo posterior al de Abajo y aunque se carece de fecha precisa parece que las obras debieron realizarse en torno a la segunda década del siglo XV, situada en las inmediaciones de la antigua calzada romana –la Vía Lata conocida posteriormente como de la Plata– para ser usada como residencia secundaria y cabeza de sus explotaciones pecuarias. La zona, muy romanizada y en el borde de la vía de la Plata, con villas que explotaban sus dehesas (cercana a varias villas romanas en las inmediaciones y a ermitas como las de Santiago de Bencáliz y Santa Olalla). Perteneciente a la familia Ovando, vinculada a la rama primogénita, la del Capitán Diego de Cáceres, quien entregó a su hijo, de igual nombre, la mitad de la Dehesa de la Arguijuela, que había recibido de su padre, y edificó allí unas casas que serían el origen del castillo. El hijo de éste, y nieto del Capitán, Diego de Ovando de Cáceres comenzó, en la década de 1510, a fortificar la construcción, junto a su mujer, Teresa Rol de la Cerda. Para la obra contrataron a Pedro de Larrea, maestro de obras de la Orden de Alcántara, aunque otros artistas, como Gabriel Pentiero, también intervinieron. En esa obra consumieron la no despreciable suma de dos mil ducados, para la cual se empeñaron y vendieron partes de la dote de su mujer. Las armas de ambos se encuentran sobre la bella portada principal de medio punto. El Castillo se organiza en torno a un gran patio central, siendo la parte más antigua de la construcción la occidental, la que mira hacia la carretera. En sus cuatro ángulos se disponen torres, cuadrangular y muy robusta la del homenaje, al mediodía, y circulares el resto, muy robustas las orientadas a oriente y más elevada y ágil la que del norte. Una garita se eleva junto a la torre del homenaje.

 

En torno al patio interior, que se levanta con un interesante sistema de crujías, se disponen las dependencias de la casa, donde destacan las hermosas bóvedas de crucería. Destacan los arcos lobulados y conopiales que se abren al exterior, las saeteras cruciformes, los canes y los intactos merlones. Ni la construcción, ni las torres poseen terraza, sino que están todas techadas con teja y cubiertas con hermosas bóvedas, algunas, incluso, estrelladas. Los propietarios del castillo fueron, entre otras dignidades, Marqueses del Reyno, en Nápoles, y condes de la Encina, a quienes sucedieron los Marqueses de Camarena la Vieja. Lo heredó de su padre García de Arce y Aponte, el famoso Marqués del Reyno, a quien tanto hemos visto en estos paseos, propietario de

múltiples posesiones, pero cuya casa favorita era ésta. Aquí tuvo su gran amor con la gitana Carmen Campos, a quien conoció en Sevilla en 1880. Vivieron juntos hasta la muerte del Marqués en 1897 y le dejó una sustanciosa renta vitalicia, que recibió de los herederos de su amante hasta su muerte acaecida en 1934. Reformó el castillo, adaptándolo a los nuevos tiempos, instalando uno de los primeros pararrayos de toda Extremadura y mandó plantar un jardín romántico, del que aún, en parte, se conservan las trazas. Como afición criaba ciervos en el parque anexo a la propiedad, en torno a un lago, en el que se mantenían en una situación de libertad hasta bien entrado el siglo XX.

La última de las acciones de guerra en que ha participado el castillo de la Arguijuela de Arriba ha sido como centro de entrenamiento de las unidades de carros de combate de la Legión Cóndor en los primeros momentos de la Guerra Civil Española.

 

La vida del Marqués, verdaderamente novelesca, sirvió a Publio Hurtado para escribir su novela El Rizo Negro, que causó verdadero furor (no exento de escándalo) en el Cáceres de la época. Del Marqués del Reyno heredó el castillo su primo hermano Gonzalo de Carvajal y Arce, IX Marqués de Camarena la Vieja.

 

A unos metros del castillo está la ermita  a la que hace referencia el Cronista de la ciudad y Académico don Miguel Ángel Orti: “Cercana al castillo de la Arguijuela Alta, se levanta una ermita, ya sin culto y altares, edificó Diego de Ovando Cáceres, el mayorazgo. En la capilla del castillo hizo un retablo que costó mil ducados, al que contribuyó Nicolás de Ovando, y en donde trabajó el divino Morales. Este retablo estuvo intacto hasta la muerte del último marqués del reino, en que, fragmentado, se distribuyeron las tablas entre los herederos. Para el culto de la iglesia al que concurrían no sólo sirvientes del castillo, sino de los alrededores, vinculó una casulla e un frontal de altibajo con su alba, manipulo y estola, un cáliz y de plata del peso dos marcos y medio y dos reales, una cruz de plata que pesó marco y medio y dos onzas, un incensario de plata que pesó dos marcos y medio y dos onzas y tres reales, dos vinajera de plata que pesaron un marco y menos dos reales, una naveta de plata que pesó marco y medio y un real, un portapaz de plata que pesó un marco y dos onzas, y toda la plata y ornamentos dichos dejó anexada e le yncluya en el mayorazgo que hizo e ynstituyó el capitán Diego de Cáceres mi señor agüelo, que es en gloria…”. Son muy interesantes los inventarios de casas domiciliarias en el siglo XVI que nos ofrece don Miguel Ángel Ortí Belmonte[21].

 

La ermita fue construida bajo la advocación de San Juan hacia 1560 por el mismo Diego de Cáceres, después de fallecida su primera esposa, en tiempo de sus segunda mujer. En el documento del Bachiller de Trevejo, se especifica que durante el segundo matrimonio de Diego de Cáceres con Francisca Jiménez se construyó la ermita la cual costó más de mil ducados, incluidos el retablo y los ornamentos necesarios[22].

 

La capilla es una construcción discreta con un atractivo pórtico elevado sobre columnas y capiteles finamente labrados. A finales del siglo XIX se llevaron a cabo obras en la ermita, concretamente el Marqués del Reino, García de Arce y Aponte,  le añade un pórtico neorrománico y se le cambia la advocación incorporándole un retablo con la Sagrada Familia. Este interesante personaje, que vivió prácticamente toda su vida en el castillo, es también el responsable de la construcción del jardín y la charca que le sirve de depósito de cabecera para el riego, así como de la cerca conocida como el Conejal, que mantuvo hasta los años setenta del pasado siglo XX una manada de ciervos e incluso hacia 1870, durante un corto espacio de tiempo, un león en cautividad.

 

Continuando con la descripción de la ermita. El pórtico, enlosado con grandes piezas de cantería, cobija la puerta de entrada a la fábrica eclesial mediante una puerta en arco de medio punto adovelado de cantería, una sencilla espadaña, que aún conserva la campana, corona el tejado en la culminación de la fachada principal. En las laterales se conservan contrafuertes que reciben los empujes de las bóvedas que cubren la nave. Las paredes interiores están encaladas, presentando nave única cubierta con bóvedas de aristas y enlosada con cantería, excepto el presbiterio que tiene hermosas baldosas de cerámica que continúan en el zócalo que rodea el altar mayor. En la entrada hay una pila de agua bendita, probablemente de la segunda mitad del siglo XVI. Vanos de medio punto permiten en los laterales la entrada de luz al interior. Un gran arco triunfal delimita la nave del altar mayor o presbiterio rectangular que se cubre con bóveda de arcos cruzados, consistente en la configuración de arcos de forma paralela. Preside el altar mayor un retablo neogótico con la escultura moderna representativa de la Sagrada Familia, de principios del siglo XX. En los laterales del altar mayor, dos óleos sobre lienzo del siglo XIX, representando a la Dolorosa y, en el lado de la Epístola a Jesús con la Cruz a cuestas.

 

Interesa señalar esta actuación, que a finales del siglo XIX se instaló en esta capilla un retablo pintado por Luis de Morales a mediados del siglo XVI cuyo destino era otro lugar, del cual todavía quedaban algunas tablas a comienzos del siglo XX, aunque ya está totalmente disgregado[23]. El académico fallecido Carmelo Solís señaló que el destino y ubicación primitiva de las tablas de Morales fue la capilla de Santa Ana de la Catedral de Badajoz, hasta la segunda mitad del siglo XIX que se trasladarían a esta capilla de la Arguijuela donde actualmente está colocado un retablo neogótico[24]. El abogado y escritor ovetense Daniel Berjano en su trabajo sobre el pintor Luis de Morales menciona ocho tablas que entre 1547 y 1550 pintó para el retablo de la iglesia de la Arguijuela de Arriba[25]. El Bachiller de Trevejo hace referencia también a cuatro de los cuadros que constituirían el conjunto total de las ocho tablas, representando el Bautismo de Cristo, la Misa de San Gregorio, un santo franciscano, y una pequeña tabla con la representación de San José enseñando a leer al Niño Jesús con Santiago Peregrino[26].

 

5.- La Arguijuela de Abajo

 

A 9 km de la capital cacereña, por la carretera de Mérida, está el castillo de la Arguijuela de Abajo y próxima a la edificación castrense se encuentra la ermita de Nuestra Señora de Gracia a quien pertenece y a la jurisdicción de la parroquia de San Mateo. Según el cronista cacereño Floriano Cumbreño, en dicho lugar en el año 1278 se estableció la primera dehesa Boyal, surgiendo un núcleo poblacional[27].

En el año 1482 los Reyes Católicos conceden Facultad Real para que Francisco de Ovando “El Viejo” pueda instituir un mayorazgo, destacando sus propiedades en la Arguijuela[28]. Este era hermano del capitán Diego de Cáceres Ovando e hijos ambos de Hernán Blázquez y Leonor Alfón de Ovando[29]. En el año 1498 Francisco de Ovando deja en su testamento información sobre su mayorazgo destacando entre otras la casa que posee en la Arguijuela[30]. La finca posee cuadras, fragua, tinado, otras dependencias agrícolas y un magnífico castillo que aunque tiene su origen en el siglo XV se llevaron a cabo distintos añadidos y reformas en los siglos siguientes[31]. Se trata de un recinto amurallado con torres de protección, dotado de matacanes, garitas, troneras y saeteras. En el siglo XVI se construyó un patio interior con galerías porticadas, destacando una galería de tradición gótica mientras que las otras dos muestran la elegancia y los detalles constructivos del Renacimiento. En distintos lugares se exhiben los blasones del linaje fundador, los Ovando-Mogollón[32]. Por lo tanto, el inmueble se configura definitivamente según su aspecto actual durante la primera mitad el siglo XVI, siendo sus propietarios sucesivos Francisco de Ovando “el Rico”, hijo del anterior, y Francisco de Ovando Mayoralgo, hijo de éste, dotándose entonces al inmueble con sus recursos torreados, matacanes, garitas, troneras y saetera, al mismo tiempo que se mejoran y amplían las dependencias residenciales, construyéndose un patio interior con galerías porticadas al gusto de los palacios urbanos.

En distintos lugares de la casa se exhiben los blasones de la familia fundadora, los Ovando-Mogollón, especialmente atractivos los escudos de la portada, tanto los pequeños que se labran en mármol como los ejemplares tallados en granito que están encima, sobre los cuales, a su vez, se eleva un característico matacán semicilíndrico con sus troneras cruciformes.

Desde antiguo cuenta este castillo con un buen número de construcciones y edificios auxiliares donde se atendían las más diversas funciones. Para las tareas de explotación agropecuaria contaba con naves, corrales, talleres, etc., todavía en servicio muchas de ellos.

La ermita  de Nuestra Señora de Gracia es una construcción de mampostería y sillarejo, en la cual se celebró culto, según tenemos documentación, desde el siglo XVI hasta finales del siglo XVIII[33]. Concretamente en la Visita de la Real Audiencia de Extremadura se la cita como dependiente de la parroquia de Aldea del Cano[34]. La información que tenemos sobre la misma se remonta a finales del siglo XV, pues consta que el propio Francisco de Ovando “El Viejo”, constructor del castillo, había dado a la cofradía de Nuestra Señora de Gracia cierta contribución[35]. En el Archivo Parroquial de la Iglesia de San Mateo de Cáceres, se encuentra una Escritura de Censo, de 1547, perteneciente a la antigua Cofradía de Nuestra Señora de Gracia[36].

Además, el Académico Mayoralgo y Lodo confirma la existencia de la ermita en el interesante estudio que realiza, afirmando que en el año 1549 su propietario Francisco de Ovando Mayoralgo mandó fabricar una campana para la ermita, al parecer, fundiendo otras dos más pequeñas que había en la capilla, encargándose de la obra del maestro campanero Juan de la Bárcena, vecino de Güemes (Cantabria)[37].

Se accede al interior de la ermita por un arco de medio punto, en el lado de la epístola, precedido por un pórtico con arcos de medio punto, sobre el cual hay una cruz y el anagrama de María. Sobre la fachada de los pies, se eleva una sencilla espadaña de mampostería. Presenta su interior una sola nave y presbiterio recto.  Se conserva en la puerta de acceso a la ermita una pila de agua bendita renacentista, presentando guirnaldas de flores y el rostro de un angelote, rodeada por un cordón.

La única nave existente está dividida en tres tramos por arcos apuntados ojivales sobre pilares cuadrangulares adosados, cubriéndose dichos tramos con bóvedas de cañón; la capilla mayor, se cubre con bóveda de crucería, se accede a la misma mediante arco de medio punto triunfal. La ermita es claramente una obra gótica, de finales del siglo XV, como denotan los arcos fajones apuntados y la decoración artística gótica en los tres tramos de la nave. En el lado del Evangelio se conserva un retablo barroco de madera sin policromar, de un cuerpo como hornacina central, estípites a los lados y decoración a base de cartelas, ángeles, tallos y telas. En el presbiterio se conserva un retablo barroco policromado de un cuerpo y ático; el cuerpo está dividido en tres calles por columnas salomónicas con racimos; en el banco, una inscripción indica la fecha de realización: 1669, y los mecenas que le encargaron: “EN 12 DE DICIEMBRE DE 1669 AÑOS MANDO EN SU TESTAMENTO HACER ESTE RETABLO DOÑA MARIA JAZINTO DE CARVAGAL PRIMERA MVGER DEL MARQVES DE CAMARENA CON EL ROTVLO QVE ESTA EN LA PEANA. IZOSE EN VIDA DE DOÑA MAGDALENA JVANA DE SOLIS I OVANDO SEGVNDA MVGER DE DICHO SEÑOR A LOS 5 AÑOS DE VIVDEZ I SE FINALIZO DE DORAR AÑO DE 1705”[38]. En la hornacina central se situaría una escultura de la Virgen con el Niño, en madera policromada, de finales del siglo XIV (en la actualidad preside la hornacina una imagen de cerámica de la Virgen del Rocío, ya que la Hermandad que hay en Cáceres tiene su sede en esta ermita); en las calles laterales, pintura sobre tabla de la misma fecha el retablo, en el lado del Evangelio se representa a San Nicolás de Bari y a Santa Bárbara; en el lado de la Epístola, a San Antonio de Padua y a María Magdalena. Y, en el ático, un cuadro con la representación de San Vicente Ferrer.

 

La obra artística a destacar es la citada imagen gótica de Nuestra Señora con el Niño[39], responde al tipo iconográfico de la “Odegetria” bizantina, la Virgen es portadora y conductora de su Hijo durante la infancia, variedad iconográfica que destaca en el siglo XIV, con la intención de humanizar el tema para hacerlo más comprensible al pueblo. Se nos ofrece vestida con túnica de color jacinto y el dorado de las ces y manto azul oscuro y zapatos de punta redondeada, mientras que el Niño que se dispone casi en el centro de la composición con una actitud rígida, lleva túnica talar marrón con estofado y tiene los pies desnudos. Porta el libro de la sabiduría divina y del mensaje evangélico en la mano izquierda y bendice con la derecha. Nuestra Señora de Gracia, tenía su sede en la ermita junto al Castillo de la Arguijuela de Abajo. En los años 80, dado que estaba muy deteriorada, fue restaurada en el taller de don Raimundo Cruz Solís, Taller de Restauraciones Artísticas Diocesano en Madrid. La cara estaba bastante perdida. Normalmente, la imagen se encuentra en la casa de don Ramón Jordán, Vizconde de Roda, en la ciudad de Cáceres, concretamente en la calle de los Condes, número 1. Se lleva a la Arguijuela de Abajo cuando se celebra algún acto. En la Iglesia de San Mateo tenía su altar, junto a los Ovando, donde ahora está la imagen de la Virgen de la Victoria patrona de Trujillo.

 

En el lado de la Epístola se conserva un retablo barroco, sin dorar, con los símbolos de la Pasión en cartelas, es el retablo que alberga la imagen de un crucificado de madera policromada (bajo la advocación del Cristo de la Expiración) del siglo XVI, con una tipología rígida y popular, restaurado en el año 1997 por doña María Antonia González Luceño, licenciada en Bellas Artes. En el año 1992 se fundó una cofradía penitencial que procesiona el Viernes Santo por la mañana al Crucificado. Es de destacar que el obispo don Juan José García Álvaro (1750-1783) concedió cuarenta días de indulgencia a aquellos fieles que rezasen ante las imágenes de la Virgen de Gracia y del Crucificado, según reza en una cartela que está en el lado del Evangelio: “El Ymº. Sp. D. JVAN JPH GARCIA ALVARO OBPO DE CORIA CONCEDIÓ 40 DIAS DE YNDVLGENCIA QVIEN REZARE VNA SALVE DELANTE D ESTA SSMA YMAGEN D. Nª. Sª. D GRACIA ROGANDO A DIOS POR LA EXTon D. Nra Sta Fee”. Y, en otra cartela: “El Ymº. Sp. D. JVAN JPH GARCIA ALVARO OBPO DE CORIA CONCEDIÓ 40 DIAS DE YNDVLGENCIA. REZANDO VN CREDO DELANTE DEL SSmo CHRISTO DE LA ESPIRACION. ROGANDO A DIOS POR LA EXALTAon D. Nra Sta FEE”.

 

La imagen del Crucificado es una impactante obra escultórica que se sostiene en tres clavos, los brazos del Cristo prácticamente son horizontales. Tiene la boca abierta, arcos supraciliares elevados, nariz aguileña, fuerte entrecejo y frente estrecha. Barba larga abierta en dos picos, tiene negra cabellera, corona de espinas, la cabeza ligeramente ladeada hacia su derecha, el cabello o formando buques entrelazados, cae por los hombros. El estudio anatómico es de gran calidad, resaltando los músculos y las venas. Por encima de la cruz del Crucificado rezan en una cartela las letras: “JESUS NAZARENUS REX IUDEORUM”. Existe otro retablo barroco en el lado del Evangelio, sin policromar, que durante siglos albergó la imagen de Ntra. Sra. del Loreto que actualmente se encuentra en el Palacio del vizconde de Roda, en Cáceres.

 

 

APÉNDICE FOTOGRÁFICO

Foto 1.- Vita aérea de la Heredad de las Zamarrillas

Foto 2.- Casa fuerte de las Cerveras

Foto 3.- Castillo de Mayoralgo

Foto 4.- Detalle de la fortaleza de Mayoralgo

Foto 5.- Castillo de las Arguijuelas de Abajo

Foto 6.- Ntra Sra de Gracia de Arguijuelas de Abajo

Foto 7.- Castillo de las Arguijuelas de Arriba

Foto 8.- Ermita de San Juan (Arguijuelas de Arriba)

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[1] GONZÁLEZ,1943, 236; DE LA MONTAÑA CONCHIÑA, 1993.

[2] CLEMENTE y DE LA MONTAÑA, 2000.

[3] Como relata Floriano al describir las lindes de la tierra de Trujillo con lade Cáceres en esta época: «uno y otro cerraban por esta parte el circuito cacerense dejándolocircunscrito a lo que habrían de ser sus términos históricos hasta la secesión de las aldeas (Sierra deFuentes, Torre de Orgaz, Torrequemada, Torremocha y Zamarrillas)» FLORIANO CUMBREÑO, 1959, 164.

[4] ZULUETA ARTALOYTIA, 1977, 80.

[5] ULLOA GOLFIN:Fueros y Privilegios de Cáceres. Sin lugar/ni fecha.  CALLEJO CARBAJO, 2001.

[6] D. Berjano Escobar, pasaje tomado de su introducción al Libro de Yerbas de Alfredo Villegas de 1909. VILLEGAS, 1909.

[7] FLORIANO CUMBREÑO, 1949; FLORIANO CUMBREÑO (Reedición, 1987, 119).

[8] En el del año 1608 figuraban 14 vecinos de Zamarrillas. RODRIGUEZ SANCHEZ, 1977, 60.

[9] NAVAREÑO MATEOS, 1999, 187.

[10] Interesante el estudio realizado por CALLEJO CARBAJO, 2001; GIBELLO, 2013.

[11] Si vemos en la paloma el símbolo del Espíritu Santo, apareciendo ésta como tal y según el Evangelio de San Mateo sobre Jesús una vez bautizado el mismo por su primo San Juan Bautista en las aguas del río Jordán (San Mateo, Capítulo 3, Versículo 16). Incluso también, símbolo de la vida según las escrituras apócrifas, concretamente en base al milagro recogido en el Evangelio de la infancia de Santo Tomás y que ejercitó el Niño Jesús al moldear varios pájaros de barro y, tras dar una palmada sobre ellos, dotarles de vida.

[12] Versículo de los Salmos: “Escapó nuestra alma como avecilla del lazo del cazador; rompióse el lazo y fuimos librados” (Salmos 124-7).  GARCIA MOGOLLON, 1987,  51.

[13] Hemos de tener también en cuenta que en la visita de la Real Audiencia de 1791 se señala que la casa fuerte y el templo están arruinados. Sección Real Audiencia, caja 643, expediente 18, fol. 1 vº. Archivo Histórico Provincial de Cáceres.

[14] VILLEGAS, 1909.

[15] ULLOA GOLFIN:Fueros y Privilegios de Cáceres. Sin lugar/ni fecha.

[16] Berjano Escobar, pasaje tomado de su introducción al Libro de Yerbas de Alfredo Villegas de 1909. VILLEGAS, 1909.

[17] FLORIANO CUMBREÑO, 1949; FLORIANO CUMBREÑO, 1987, 119.

[18] MAYORALGO, 1985, 67.

[19]NAVAREÑO MATEOS, 1998, 133.

[20] RUEDA MARQUEZ DE LA PLATA y CRUZ FRANCO, 2012, 736.

[21] ORTI BELMONTE, 1949, 28.

[22]EL BACHILLER DE TREVEJO, 1909, 535. Cit. NAVAREÑO MATEOS, 1999, 127.

[23] Vid. referencia del Inventario que nos ofrece ORTI BELMONTE, 1949, 28. Sobre el reparto de obras artísticas y bienes muebles.

[24] SOLIS RODRIGUEZ,  tomo II, 1986, 675-676.

[25] BERJANO ESCOBAR, 1918. Referencias que también obtenemos en el Inventario que nos ofrece ORTI BELMONTE, 1949, 28.

[26] EL BACHILLER DE TREVEJO, tomo XL, número CXXVI, 1909.

[27] FLORIANO CUMBREÑO, 1987, 101.

[28] MAYORALGO Y LODO, 1991, 400.

[29] HURTADO, 1927, 255.

[30] GARCIA OLIVA, 1990, 263.

[31] NAVAREÑO MATEOS, 1983, 76 y 77; NAVAREÑO MATEOS, 1999, 101-109; MOGOLLON CANO-CORTES, 1992, 16.

[32] NAVAREÑO MATEOS, 1985, 37.

[33] Interesante el estudio de investigación realizado por don Serafín Martín Nieto, 2005, 378-396; Aportaciones documentales de mediados del siglo XVI. Archivo Diocesano de Cáceres, leg. 4, doc. 17 y Archivo Provincial de Cáceres, Protocolos de Pedro de Grajos, caja 3923.

[34] MARTINEZ QUESADA, 1965, 73.

[35] PULIDO, 1980, 427; NAVAREÑO MATEOS, 1999, 108.

[36] Archivo Parroquial de la Iglesia de San Mateo de la ciudad de Cáceres, en la Caja 41 Carpeta n° 17.

[37] MAYORALGO Y LODO, 1991, 410. Contrato de 1549 en el Archivo Histórico Provincial de Cáceres ante Pedro Grajos.

[38] En su testamento fechado el 12 de diciembre de 1669, doña María Jacinto de Carvajal, primera mujer del marqués de Camarena y Señor de la Arguijuela de Abajo don Pedro Francisco de Ovando, mandó “se haga un rretablo de madera, que se entiende un hueco, adonde se ponga Nuestra Señora de Grazia, y que en la peana se ponga un rrótulo que diga: este rretablo dio María indigna esclava de la Virgen”. Protocolos de Juan Fernández Zayas, caja 3784, 1669-1679, fols. 208-211 vº. Cit. MARTIN NIETO, op. cit., 388.  Pero, sería finalmente su segunda esposa, doña Magdalena  Juana de Solís la que donó un retablo al convento de predicadores convento de Santo Domingo) y también el retablo de la ermita de la Virgen de Gracia. El prof. Martín Nieto en su trabajo de investigación nos ofrece el documento completo  localizado en Protocolos Notariales, caja 4194. Escritura inserta al comienzo de los protocolos del escribano Francisco Martín Pozo Andrade del año 1737. Archivo Histórico Provincial de Cáceres.

[39] GARCIA MOGOLLON, 1987, 40.

Oct 162023
 

Álvaro Vázquez Cabrera

 

Alfonso,  el hijo de Fernando II de León

 

            El futuro Alfonso IX, rey de León, nace en el verano de 1171, cuyos padres eran el monarca Fernando II y Urraca Alfonso de Portugal. Un matrimonio que se había contraído en irregular grado de consanguineidad y que fue disuelto[1], por este motivo, en 1175. Años después, Fernando II se casa, en segundas nupcias, con Urraca López, hermana de Diego López de Haro (señor de Vizcaya). Fruto de ese segundo matrimonio nació el infante Sancho Fernández, el principal rival para acceder al trono del reino de León.

Fernando II, que había conquistado numerosos territorios en Extremadura (Alcántara[2], Cáceres[3], Badajoz[4], el Valle del Jálama[5]…) va a fallecer el 22 de enero de 1188 en Benavente. Tras este hecho, la sucesión al trono va a ser disputada entre la viuda del rey que lucha en favor de su hijo Sancho, con el apoyo del monarca castellano Alfonso VIII, y el infante Alfonso. A esta presión castellana hay que sumar la que ejercía Sancho I de Portugal, que también apoyaba la causa de Sancho. Finalmente, Alfonso se hará con el trono apoyado por la mayor parte de la nobleza y los obispos.

Un reino, el de León, que abarcaba extensos territorios de unos 600 km de norte a sur y unos 400 de este a oeste. Esto motivó que Alfonso IX en sus primeros años de reinado no se desplazara en muchas ocasiones a Extremadura, centrándose en la capital del reino. Allí se va a celebrar las Cortes en marzo 1188, donde asistieron representantes de las ciudades, la nobleza y el alto clero. Otros lugares que fijó su interés serán Toro, Zamora (ciudad en la que nació), Astorga o Santiago de Compostela. Será en esta última ciudad donde será enterrado su padre, cumpliendo la voluntad testamentaria de Fernando II y asegurando, a su vez, el voluntarismo regio y la legitimidad sucesoria asociándola con el santuario apostólico por antonomasia. Además, será en el altar de la Catedral de Santiago donde le arman caballero, en junio de 1188.

En el periodo de tiempo entre 1191 y 1197 tiene lugar sus dos matrimonios. En 1191 va a casarse con Teresa de Portugal[6], hija de Sancho I de Portugal, pero por los mismos motivos que le sucedió a su padre con su propia madre, tuvieron que separarse en 1196. En octubre de 1197 contrae matrimonio con doña Berenguela[7], hija de Alfonso VIII de Castilla, en Valladolid. Sin embargo, en 1204 mediante la intercepción del papa Inocencio III el matrimonio será anulado, de nuevo, por ser parientes[8].

Durante su reinado, que ocupa 42 años, Alfonso IX [Fig.1] va a promulgar un gran número de textos legales con un fin integrador y con una prevalencia por imponer la justicia como mecanismo ligado a la legitimidad regia[9]. Muchas de las donaciones fernandinas fueron revocadas por su hijo, recuperando para la monarquía bienes y donaciones que se habían efectuado a iglesias, órdenes militares y nobles laicos. Pero también es cierto, que el último rey de León va a confirmar numerosas cesiones y va a promulgar otras nuevas. En definitiva, el monarca se va a hacer con el control de la situación, buscando el apoyo de la nobleza cuya soberanía era pactada y compartida.

En cuanto al objetivo de este estudio, la lucha anti-almohade no fue un problema prioritario para Alfonso IX, ya que dicha lucha contra el infiel era más un problema fronterizo con los otros vecinos reinos cristianos. Un ejemplo de esto es el ataque del califa Abu Yusuf en la batalla de Alarcos, donde el monarca leonés va a aprovechar para obtener ventajas territoriales a costa del reino castellano, incluso formalizando un pacto de alianza con el califa almohade contra el reino cristiano[10]. Viendo el papa Celestino III que el rey leonés no participó en la contienda, en Alarcos, va a excomulgarlo poniendo a todo el reino de León en entredicho.

En ese ambiente enrarecido por no participar en la contienda, donde hay que añadir que el rey de Portugal se unirá a la coalición anti-leonesa, Alfonso IX va a organizar un evento con un gran matiz propagandístico. Este es el de armarse, de nuevo, caballero, bajo la protección del Apóstol Santiago, en la catedral compostelana, con el objetivo de reivindicar y borrar, diez años después, la ceremonia que lo había convertido por primera vez en caballero, en Carrión, de manos del rey de Castilla[11]. El acto tendrá lugar en enero de 1197 que se verá como una lucha contra el papado y su cruzada contra el rey[12].

Unos años más tarde, en 1212 tendrá lugar la famosa batalla de Las Navas, donde Alfonso VIII de Castilla y numerosas tropas cristianas vencerán a las tropas musulmanas lideradas por Abu Abd Allah al-Nasir, pero sin contar de nuevo con el apoyo leonés, solo con algunos nobles del reino pero sin el respaldo del monarca, que estaba más interesado en consolidar el flanco occidental de su reino[13].

Tras la victoria cristiana en Las Navas, el régimen almohade empezó a dar síntomas de descomponerse, el rey de León va a implicarse de manera activa en la conquista de los territorios andalusíes, ya que no veía con buenos ojos que fuera el reino castellano el único beneficiario de ese derrumbamiento del poder almohade[14]. Llegará a firmar un pacto con Alfonso VIII para recibir a varias centenas caballeros que van a aglutinar a las tropas leonesas, las cuales van a consolidar la línea del Tajo mediante la ocupación de Alcántara y una primera acción en las cercanías de Cáceres (1213)[15].

En julio de 1217 tiene lugar la proclamación de su hijo Fernando, el futuro rey apodado “El Santo”, como rey de Castilla[16]. Un año después, en agosto de 1218, se firma la paz de Toro entre los dos reinos, que va a reactivar esa lucha leonesa contra el infiel. El objetivo era claro, tras tomar la ciudad de Cáceres irían hacia la línea del Guadiana e incorporar el viejo reino de Badajoz estas decisivas conquistas no van a llegar hasta los últimos años de vida del monarca, concretamente en invierno de 1230 se ocupará, de manera definitiva, plazas fuertes como Montánchez, Mérida, y la propia Badajoz, así como Elvas.

Tras llegar a la línea del Guadiana, el deseo de Alfonso IX era llegar hasta Sevilla, algo que no podrá ni conseguir ni ver, ya que será su hijo Fernando III el que lo logre, ya en noviembre de 1248[17].

Finalmente, Alfonso IX de León morirá el 24 de septiembre de 1230 en la localidad de Villanueva de Sarria, de camino a Santiago, lugar al que se dirigía para dar las gracias al Apóstol por sus victorias en el Guadiana[18].

Será en ese año cuando los dos reinos, León y Castilla, se unifiquen en uno solo bajo el reinado de Fernando III. Pero antes de eso, sabemos que Alfonso IX dejó como herederas a sus dos hijas (doña Sancha y doña Dulce) que había tenido con su primera esposa. Ambas aceptan la herencia apoyadas por varios valedores; sin embargo, los maestres de las órdenes militares se dividieron entre la candidatura de las infantas y el rey castellano Fernando[19].

Según el padre Coloma[20], la unificación de los dos reinos tuvo lugar en tierras extremeñas. Concretamente, será en Valencia de Alcántara donde se van a entrevistar las dos viudas. Doña Teresa de Portugal aceptó la propuesta de Doña Berenguela de Castilla al tercer día de reuniones entre ambas. A cambio, la reina de Castilla se comprometió en dotar a las dos infantas 30.000 doblas de oro anuales, cuyo pago procedía de la hipoteca de rentas de doce lugares. Estos compromisos fueron firmados, en Benavente, el 11 de diciembre de 1230.

 

Conquista de la Transierra

 

            Tras realizar una breve explicación de algunos acontecimientos de su largo reinado, vamos a analizar el proceso reconquistador que va a efectuar Alfonso IX en tierras extremeñas. Comenzaremos con la, denominada, transierra leonesa que comprende aquellos territorios situados en el sur del Sistema Central hasta la línea del río Alagón. Por tanto, nos centramos en el Valle del Jálama y/o Sierra de Gata.

Este territorio durante los siglos XI-XII es considerado como un desierto de población salvo algunos islotes aislados[21]. Los almohades no lo van a poblar de manera efectiva, aunque sí lo van a fortificar eficazmente. Estamos hablando de castillos, torres, atalayas o torres vigías como son Trevejo, Almenara, San Juan de Mazcoras (la actual Santibáñez el Alto), Salvaleón, Eljas, Granadilla, Santa Cruz, Palomero, Gata o Cadalso, por citar algunas[22].

Será, precisamente el río Alagón el que funcione como frontera y barrera natural que va a proteger el reino aftasí de las incursiones cristianas. En medio nos encontramos con Coria que ejerce como centro estratégico de todo este territorio, además de ser considerada como ciudad[23]. Será conquistada en 1142 por Alfonso VII[24], para ser cedida a los Templarios en 1168[25] pero que con Alfonso IX obtiene el realengo, concediendo fuero en 1227[26].

Las numerosas fortificaciones situadas en el Valle del Jálama van a ser conquistadas por Alfonso IX, en 1212, con la misma intención que tuvo su padre, Fernando II, en la expedición de 1166: llegar a Alcántara. La fortaleza de Eljas, tras su dominio, fue entregada a Coria (1259) para, posteriormente, donarla a la Orden de Alcántara (1302)[27]. La de Salvaleón, también será entregada a la orden alcantarina, dándole fuero en 1227[28]. La Almenara[29] la tomaría junto al castillo de Santibáñez, ambos muy próximos entre sí. Esta última, la de Santibáñez, domina gran parte de la sierra del norte y las vegas del sur, siendo unas cualidades y condiciones naturales que posibilitan un protagonismo dentro de ese territorio. Alfonso IX concederá esta plaza fuerte a la orden militar, al igual que todas las demás, en 1218[30]. Se le concede fuero[31] con un fin repoblador y se convertirá en una encomienda con un amplio alfoz de la que va a depender otras poblaciones y aldeas.

La toma de Alcántara y su cesión a la Orden del Pereiro

 

Tras la conquista definitiva del Valle del Jálama, el área geográfica de Alcántara va a ser el siguiente objetivo, ya que se trataba de un punto de disputa entre almohades y cristianos por la necesidad de proteger el paso del puente.

Alfonso IX llevará a la villa alcantarina una hueste de 600 caballos liderados por don Diego López y de su hijo Lope Díaz, cedida por el rey castellano Alfonso VIII[32]. El itinerario para llegar a la villa fue desde Ciudad Rodrigo, pasando por puertos como los de Acebo y el de Perales, llegando así a Coria. Desde allí, se dirige por el camino natural bordeando la orilla izquierda del río Alagón, hacia Alcántara.

Además de estas huestes, van a participar en la contienda numerosos personajes y caballeros pertenecientes a las Órdenes del Pereiro, de Santiago y del Temple[33].

Estas huestes cristianas acamparon en los alrededores del castillo: en el Cerro de las Vigas[34], en el Teso[35] y otro cerca del arroyo de la Pileta[36].

Ante tal peligro, el gobernador árabe mandó recoger las barcas de toda la comarca y avisar a las poblaciones musulmanas de Cáceres, Montánchez, Medellín, Mérida, Badajoz y Valencia (de Alcántara) para que «marchasen a toda priesa a su socorro, para assi divertir y tener a raya al exercito enemigo»[37]. A su vez, van a destruir uno de los arcos del puente romano y hundir las barcas situadas en el puente de Alcónetar para impedir que las tropas leonesas pudieran acercarse.

El cronista de la Orden, de la que seguimos su relato casi en su totalidad, nos indica que tuvo lugar una batalla en un cerro alto[38] donde los almohades se van a hacer fuertes, pero las huestes leonesas van a acometerlos, con brío y coraje, ganándoles el sitio, matando y cautivando un gran número de personas.

Esta victoria va a aminar a los cristianos, que con ayuda del hambre[39] que ya se comenzaba a sentir los habitantes que defendían la villa, van a unir todas las tropas para asediarla por dos frentes distintos. Para tal efecto, van a construir escalas y demás instrumentos necesarios para el asedio. Primero, acometieron la plaza por la actual puerta de la Villa pero atacaron, finalmente, por la puerta de Xartín sin muchas reticencias, abriendo las puertas por donde entraron los ejércitos y saquearon la población. Los defensores se instalaron en el castillo que a los pocos días tuvieron que entregar. La conquista definitiva tuvo lugar el 17 de enero de 1213, día de San Antonio Abad, cuya advocación es titular de una iglesia que se edificó tras la toma de Alcántara[40].

Muchos de los integrantes de las tropas cristianas se quedaron a vivir en la villa y poblarla. En esa conquista fueron partícipes, también, al servicio del rey de León, el maestre de la Orden del Pereiro don Benito Suárez. De la Orden de Santiago todos aquellos naturales o que tenían Encomiendas en el reino leonés, cuyo líder era don Nuño Freyle, Comendador de Santa María de la Barra. Otros partícipes de la contienda fueron los caballeros templarios, así como personas integrantes de la nobleza y «ricos ommes».

La crónica nos dice, de manera inmediata, que el rey y sus tropas tomaron la villa y el puente de Alconétar, la fortaleza de Portezuelo[41] y de camino a la ciudad de Coria, de vuelta de la conquista, tomó los castillos de Benavente y de Bernardo[42] que cedió a la Orden del Temple.

Por su parte, la villa de Alcántara será entregada a la Orden de Calatrava en 1217, en tiempos del maestre don Martín Fernández[43]. Poco tiempo después la villa[44] pasó a la Orden del Pereiro [Fig.2], cuyo núcleo principal de asentamiento estaba en las orillas del río Coa[45]. Este cambio de posesiones entre órdenes militares se va a concretar a cambio de cierta independencia en sus respectivos procesos de expansión[46].

 

Por tierras cacereñas. Intentos de conquista

 

            Otra de las expediciones para avanzar y conquistar territorios extremeños, y que tenía Alfonso IX entre ceja y ceja, va a ser la ciudad que había conquistado, un siglo antes, su padre para cederla a los caballeros de la Espada: Cáceres.

En 1218, el monarca leonés organiza una cabalgada[47], con ayuda de tropas de su hijo Fernando III de Castilla, que intimidara a los almohades. Para ello va a devastar mediante el fuego y las armas todo lo que encontró a su paso, en las cercanías de la villa. Según algunas crónicas, la ciudad no se pudo tomar por «los grandes peligros y considerarla peligrosa y poco prometedora»[48] aunque devastó árboles, viñedos y mieses[49] en un asedio que se prolongó durante un mes y medio pero que, antes de Navidad, regresaron a León.

Además de destruir campos y cosechas cercanas a Cáceres, pretendía con estos ataques reconocer el terreno y deducir si la ciudad fortificada por los almohades, con esas torres albarranas, era fácil y asequible conquistar. Por lo que va a repetir otro asedio cuatro años más tarde, en 1222.

En esta ocasión, el monarca leonés va a aglutinar tropas y caballeros de la Orden de Santiago para luchar por lo que fue su ciudad de origen. Las crónicas nos hablan de la manera que intentaron asediarla, con máquinas de guerra[50] derribando torres de defensa. Cuando estaban a punto de tomar la plaza[51] van a parar el asedio ya que el rey de Marruecos le promete grandes cantidades de dinero y riquezas. Al ver los cristianos que tenían muchas bajas en sus tropas[52], van a desistir y deciden levantar el cerco y retirarse[53]. En definitiva, estamos ante un pago de parias por parte de los almohades para que las huestes cristianas no los ataquen.

Algunos autores, como Floriano Cumbreño, consideran que hubo otras tres intentonas para tomar la plaza fuerte de Cáceres. En 1223, otra en 1225[54] y la tercera en 1226. Sin embargo, indica que no hay noticias veraces sobre si las tropas leonesas se acercaron a la ciudad, tan solo en la expedición de 1226 que fue una acción conjunta con el rey de Portugal, cuya base de operaciones fue el castillo de Alburquerque[55].

Todas las tentativas no tuvieron un buen final para las tropas cristianas, por lo que a partir de 1227 Alfonso IX empezará a preparar la campaña, que a la postre será, definitiva.

 

            Conquista del sur del Tajo, la toma de Valencia

 

            Mientras el monarca leonés Alfonso IX intentaba tomar la ciudad fuerte de Cáceres, el oeste extremeño no se había recuperado. Tan solo se había conquistado la villa de Alcántara por lo que toda la zona sur del río Tajo aún estaba bajo dominio almohade.

En esta zona destacaba por encima de todo la villa de Valencia [Fig.3] con su fortaleza[56], siendo una plaza valiosa para el monarca leonés y no olvidemos que también los portugueses la codiciaban. Por tanto, el rey Alfonso IX le concede licencia al maestre del Pereiro (y Alcántara) don García Sánchez para hacer la guerra contra los almohades[57].

Tras algunas incursiones de tanteo, el maestre junto a sus tropas van a conquistar Valencia en 1221, bajo el mandato y los pendones del reino de León[58]. El cronista, Torres y Tapia, nos menciona la conquista de esta manera:

 

«Pensaba pasar de aquella parte del río Salor a hacer la guerra a los Moros de Valencia y su partido. Todo se ordenó assi, y pasado el mes de Marzo, juntó en Alcántara un buen número de Caballos e Infantes, y partió la vuelta de aquella Villa, quiso el Cielo ayudar a sus religiosos deseos, y que muy en breve los viese cumplidos, tomandola por armas, y todas sus Aldeas y Castillos, desapoderando los Moros de ellos y echandolos de toda su tierra; y dexando buena guarnición de Soldados a regimiento de algunos de sus Freyles Caballeros, dio la vuelta a su convento de Alcántara»[59].

 

            Desde el momento de la conquista, Valencia será villa que, aunque fue conquistada por la orden militar, será cabeza de su propia Encomienda con un concejo propio y un amplio territorio donde se encontrarán aldeas y otros lugares dependientes de ella[60]. Además de ser cabeza de priorato y sede del Arciprestazgo[61]. En definitiva, estamos ante una de las villas y encomiendas más ricas de las que había conquistado la orden militar y que recibirá numerosos privilegios por parte de maestres y monarcas castellanos a lo largo de la Edad Media[62].

 

            Por fin, Cáceres

 

            A finales de 1226, el monarca se encontraba en Sabugal, desde donde va a partir hacia el norte para preparar la próxima campaña que era tomar la ciudad de Cáceres. El itinerario que va a realizar Alfonso IX es bien conocido por la historiografía: el 8 de enero de 1227 se encuentra en Ciudad Rodrigo, desde donde va a fijar los términos de San Juan de Mazcoras (Santibáñez el Alto) para ser punto de partida apoyándose en las Órdenes Militares como instrumento fundamental para alcanzar el objetivo. Tres días después está en Corujo y el 23 de ese mismo mes llega a Compostela donde va a intentar recaudar fondos para los gastos que le ocasionaba la campaña. El 6 de febrero estaba en Palas de Rey, el 10 en Lugo, el 24 en Nava del Rey, el 27 de marzo en Lugo de nuevo, el 1 de mayo en Cubillos, el 17 en Avilés y el 28 en la ciudad de Toro[63].

Será precisamente el motivo de su llegada a Compostela uno de los factores determinantes de haber fracaso en las otras intentonas de ganar la plaza de Cáceres. Es decir, esos gastos para las guerras que habían empobrecido al reino de una manera continuada en el tiempo y la búsqueda, por tanto, de caudales que va a encontrar en la ciudad compostelana. Otro factor que va a condicionar a esos fracasos será el de no tener un plan de campaña y actuar de manera improvisada según las circunstancias del momento.

En los preparativos para la contienda, Alfonso IX se va a entrevistar con el monarca castellano con el fin de obtener su colaboración en la guerra, además de que las Órdenes Militares acudieran. En febrero de 1229 se encuentra el rey en Ciudad Rodrigo y el 5 de abril lo tenemos ya ante los muros de la ciudad fortificada de Cáceres.

No tenemos datos de que cómo pudo ser el asedio, pero no debió de resistir mucho ya que, finalmente, el día 23 de abril en la festividad de San Jorge[64], cayó en poder de los cristianos de manera definitiva[65].

            Queda, por tanto, en la villa cacereña la tradición de encender hogueras en las calles y plazas para conmemorar la conquista. Unas hogueras que hacen recordar a las señales de los almohades pidiendo auxilio o, incluso, las hogueras encendidas del campamento de las tropas cristianas. Como pasa en todas las conquistas de los territorios andalusíes, queda en el poso del recuerdo relatos más o menos fantásticos y cercanos a las leyendas. En el caso cacereño, también sucede.

En el momento que las tropas de Alfonso IX acampan cerca de los muros intentando cercar la ciudad, va a enviar a una embajada para entrevistarse con el cadí árabe. En esas reuniones uno de los capitanes cristianos va a ver a una de las hijas del rey musulmán de la que se va a enamorar, siendo además correspondido por ella. Todas las noches la princesa se escapaba del alcázar por un pasadizo secreto o galería oculta, saliendo de la muralla [Fig.4] y llegando a las cercanías del campamento cristiano, cerca de la ribera del Marco. Allí, una de esas noches, el capitán le insistía la princesa de que le diera las llaves de la ciudad y, así, poder verse sin tener que escaparse de la ciudadela. Al principio, la muchacha se negaba pero, con el tiempo, finalmente accedió proporcionándole las llaves de la entrada de la galería al capitán. Este, sin miramientos, una noche entró a la ciudad junto a sus tropas hasta el alcázar, librándose cruentas batallas tanto en el palacio almohade como dentro del recinto amurallado de la ciudad, hasta que la Cáceres almohade cayó[66].

La leyenda de esta conquista añade que la princesa por traicionar a su padre y a su cultura, fue hechizada convirtiéndose en gallina que vive, de manera permanente, en el alcázar y la galería por donde ella se escapaba de la ciudad. Esta princesa recobra todos los años su aspecto de humana y recorre, de manera silenciosa y triste, las calles de la ciudad. Esa noche es, precisamente, el día de San Juan (aunque algunos otros autores han insistido que sería la misma noche de San Jorge que coincide con el día de la conquista de la ciudad)[67].

 

            Dominio del Guadiana, las tomas de Mérida y Badajoz

 

            Al conquistar, por fin, ese oppidum fortissimum como era Cáceres, Alfonso IX va a dirigir su última gran campaña hacia el río Guadiana. Desde Alba de Tormes van a partir las tropas leonesas con un fuerte ejército compuesto por caballeros de las órdenes del Temple, de Alcántara y de Santiago; a lo que hay que añadir las mesnadas de algunos obispos como los de Oviedo, León, Zamora o Coria, y sobre todo, las de Bernardo II, el arzobispo de Santiago[68]. Antes de llegar a Mérida, se apoderaron de Montánchez[69].

La campaña para sitiar la antigua ciudad romana va a comenzar el 20 de febrero de 1230 que, según Moreno de Vargas[70], se rendirá a consecuencia de un combate mientras que otros investigadores consideran que se atacó por el puente tomando la ciudad por asalto[71]. La toma de la ciudad emeritense [Fig.5] debió ser rápida, finalizando en los primeros días del mes de marzo[72].

En esas tropas cristianas tuvieron un papel destacado las huestes zamoranas [Fig.6] y la Orden de Alcántara, por lo que el monarca va a incorporar el puente romano de Mérida al escudo de la ciudad de Zamora[73], mientras que el 30 de marzo firma una carta de donación al maestre alcantarino, Arias Pérez, unas casas y bienes en la ciudad recién conquistada[74]. A pesar de las donaciones, por parte del monarca, a la orden alcantarina, finalmente la que va a asentarse y tener los derechos de la ciudad emeritense será la Orden de Santiago[75].

De manera casi inmediata, se produce una batalla cerca de Alange[76] de la que se hace eco las crónicas. Las huestes cristianas atravesaron el río Guadiana la noche del 14 de marzo, para enfrentarse en campo abierto al día siguiente. La noticia le llegó al lugarteniente y señor de Murcia,  Muhammad Ibn Hud, que llegará con sus tropas (algunos hablan de 80.000 hombres) desde Córdoba, a la zona para enfrentarse al ejército de Alfonso IX. La batalla fue sangrienta, donde los efectivos almohades sufrieron una derrota y el mismo Ibn Hud tuvo que abandonar el campo de batalla herido mientras que gran parte de sus tropas fueron masacradas durante la retirada[77]. Lucas de Tuy, en su crónica, añade a su narración ciertos tintes sacros en los que gracias a la ayuda divina (aparición de Santiago Apóstol a lomos de un corcel blanco o la aparición de San Isidoro) los cristianos van a tener éxito en su lucha contra los musulmanes[78].

La batalla de Alange tuvo unas consecuencias enormes, allanando el camino de Alfonso IX para conquistar la capital del reino aftasí, Badajoz. Las noticias que tenemos sobre la toma de la ciudad almohade más importante del occidente peninsular son escasas, ya que los cronistas de la época aportan pocos datos sobre la campaña, incluso algunos como Jiménez de Rada ni Juan de Osma la mencionan[79]. Por otra parte, tenemos el testimonio de Lucas de Tuy que sí dedica más espacio a relatar estas conquistas.

Según se desprende de los pocos testimonios que tenemos, la conquista de Badajoz tuvo que ser rápida, ya que existe un documento en la cancillería firmado el 19 de abril[80]. A pesar de esta afirmación, en crónicas se especula que la fecha exacta de la toma de la ciudad fuese el 26 de mayo, según el Cronicón Conimbricense[81], o en junio, según el Cronicón Cordubense[82]. Si fuera en junio, debería ser en los primeros días de mes ya que el día 9 tenemos a Alfonso IX en Cáceres, de camino hacia el norte empleando ya el título de Rex Legionis et Badalocii[83]. Por lo tanto, podemos negar que la toma de la ciudad fuese en los meses de mayo y de junio y sí podemos fijar como fecha exacta de la conquista de Badajoz [Fig.7] el 19 de abril de 1230, por ser el primer documento que se firma en la recién conquistada ciudad ya con ese título anteriormente citado.

Esos dos documentos firmados en Badajoz nos demuestran que Alfonso IX permaneció en la ciudad una temporada hasta que en el mes de junio está ya por tierras cacereñas (Cáceres, Galisteo, hasta que el 1 de julio se encuentra ya en Ciudad Rodrigo, para llegar un mes después a su ciudad natal). Lo más probable es que durante su estancia en la antigua capital del reino aftasí, le otorgaría fuero[84] y le concedería el título de ciudad fijando así sus términos[85]. Además, muy pronto se convertiría en obispado cuya cabeza visible sería el obispo Fray Pedro Pérez, siendo la mezquita[86] principal de la ciudad consagrada como iglesia mayor[87].

Tomada Badajoz, la expansión hacia el sur fue una realidad ocupando la Orden del  Temple territorios como Jerez[88], Burguillos[89], Fregenal[90] o Alconchel, donde el propio monarca leonés recorrió la zona ya que el 2 de junio, cerca de Zafra, dona Mérida y sus términos al arzobispo de Santiago[91].

 

            Conclusiones

 

            El largo reinado de Alfonso IX es un período continuista del de su padre Fernando II, cuya herencia otorgada va a consolidar el reino de León, fortaleciendo instituciones, repoblando y fijando sus fronteras. Su reinado se puede dividir en dos grandes períodos, divididos a su vez por la fecha de 1212. La primera parte del reinado va a caracterizarse por años de paz contra los almohades y de colaboración con ellos, pero tras la victoria de Las Navas va a dar un giro total en su política frente al Islam.

Por lo que respecta al territorio extremeño, sus primeros viajes son más para una pequeña toma de contacto por ser un territorio muy lejano de los centros de decisión, tanto a nivel político (ubicado en León) como eclesiástico (no olvidemos que la iglesia dependía de la sede metropolitana de Santiago de Compostela). Como hemos mencionado, aprovechando la victoria cristiana de 1212, el rey Alfonso IX va a protagonizar una serie de cabalgadas de manera anual, prácticamente, en suelo extremeño. Esas acciones provocarán saqueos y conquistas definitivas.

A pesar de que la historiografía ha consolidado a Alfonso IX como una persona fuerte, de aspecto formidable cuando estaba armado, valiente y algo irascible; también se le presenta como un rey menos generoso con los poderosos en contraposición a lo que fue su padre, incluso como un monarca débil y dadivoso.

Sobre sus logros conquistadores, que en este trabajo hemos analizado viendo que sus acciones fueron exitosas culminando así la conquista de gran parte de Extremadura, en parte van a ser silenciados de manera intencionada ya que las crónicas cristianas del momento son las únicas que nos pueden facilitar y ofrecer información, de primera mano, sobre estos acontecimientos.

La obra de Jiménez de Rada ensalza las acciones bélicas castellanas siendo para él, todo lo leonés negativo. Según el arzobispo, el último rey de León había cometido varios errores en sus decisiones como, por ejemplo, el dañar a su primo y suegro Alfonso VIII de Castilla en vez de atacar a los musulmanes, con los que en algún momento se alía.

En la obra del canciller de Fernando III, Juan de Osma, las acciones bélicas por parte de los reyes de León van a ser obviadas, considerando a Alfonso IX como un vasallo del monarca castellano. Además, lo considera un cruel enemigo para el rey de Castilla al firmar una coalición con los musulmanes con el único objetivo de devastar el reino de Castilla cometiendo atrocidades, poniendo impedimentos, y ser una deshonra de la religión cristiana. Este autor, va a narrar acontecimientos desarrollados en Castilla, en otros lugares de Europa y Tierra Santa antes que relatar algún acontecimiento protagonizado por el reino de León, y por supuesto, por Alfonso IX que las considera como pequeñas conquistas sin darle el valor que tienen.

Solamente será la crónica del obispo de Tuy la que ensalce, un poco, al rey de León aunque con prudencia ya que la va a elaborar en tiempos de su hijo Fernando encontrándose en un ambiente vigilado pero que aprovechará, en ocasiones, a elogiar a los reyes leoneses proyectando a Alfonso IX como un rey que nunca había sido derrotado.

En definitiva, estamos ante un rey que fue silenciado por las fuentes, en su mayoría castellanas, pero que sus acciones bélicas van a completar el proceso conquistador de los territorios andalusíes ubicados en la actual Extremadura; salvo la parte oriental de la región que culminará, tras su fallecimiento, su hijo Fernando, el futuro Fernando III el Santo, ya como rey de los dos reinos unificados.

 

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APÉNDICE FOTOGRÁFICO

Fig. 1. Alfonso IX en el Tumbo A de la Catedral de Santiago de Compostela

 

                                                       

Fig. 2. Escudo de la Orden de San Julián del Pereiro en el convento franciscano de San Pedro de los Majarretes de Valencia de Alcántara. En este convento tomó los hábitos San Pedro de Alcántara (Fotografía del autor)

Fig. 3. Torre del Homenaje y puerta principal del castillo-fortaleza de Valencia de Alcántara, a principios del siglo XX (Archivo Histórico Provincial de Cáceres)

Fig. 4. Baluarte de los Pozos  o Coracha, sector este de la muralla de la Ciudad Monumental de Cáceres (Fotografía del autor)

Fig. 5. Alcazaba de Mérida a principios del siglo XX (Maximiliano Macías, 1913)

Fig. 6. Placa conmemorativa, en Zamora, donde se alude a las conquistas de Alfonso IX en tierras extremeñas (Fotografía del autor)

Fig. 7. Azulejo conmemorando la conquista de Badajoz por Alfonso IX en 1230

[1]José MATTOSO, D. Afonso Henriques, Lisboa, Editorial Temas e Debates, 2007, p. 292.

[2]En 1166 el rey leonés la toma pero la pierde, de nuevo, en 1174. Francisco GARCÍA FITZ, Relaciones políticas y guerra: la experiencia castellano-leonesa frente al Islam. Siglos XI-XIII, Universidad de Sevilla, Sevilla, 2002, p. 118. Carlos de AYALA MARTÍNEZ, “Los obispos leoneses y las guerras santas de Fernando II”, en Homenaje al profesor Benito Ruano, Sociedad Española de Estudios Medievales, Madrid, 2010, pp. 99-194. Carlos CALLEJO SERRANO, “Barones catalanes en la reconquista de Extremadura”, Revista de Estudios Extremeños, 1986, nº 3, pp. 653-670. Julio GONZÁLEZ GONZÁLEZ, Regesta de Fernando II, CSIC, Madrid, 1943, p. 392. Carlos DE AYALA MARTÍNEZ (ed.), Libro de Privilegios de la Orden de San Juan de Jerusalén en Castilla y León (siglos XII-XV), Instituto Complutense de la Orden de Malta, Madrid, 1995, pp. 262-263. Nicolás DÍAZ Y PÉREZ, España sus monumentos y artes. Su naturaleza e historia. Extremadura (Badajoz y Cáceres), Establecimiento Tipográfico-Editorial de Daniel Cortezo y Compañía, Barcelona, 1887, p. 799.

[3]La conquista de la ciudad tuvo varios episodios. En 1142, otra en 1170 y la tercera en 1183. La segunda reconquista fue el momento que se cede la ciudad a los Fratres de la Espada (germen de la Orden de Santiago) que la perderán cuatro años después por las tropas almohades lideradas por Abu Jacob. BULARIO DE ALCÁNTARA, p. 4. Antonio FLORIANO CUMBREÑO, Estudios de Historia de Cáceres (desde los orígenes a la reconquista), Diputación Provincial de Cáceres, Oviedo, 1957, pp. 121-136.

[4]El caudillo portugués Geraldo Sempavor asaltó la ciudad en 1169 apoyado por el rey lusitano. Por su parte, Fernando II de León reacciona, llega a las puertas de la ciudad, la asedia y apresa al rey portugués y a Geraldo Sempavor. Matías Ramón MARTÍNEZ Y MARTÍNEZ, Historia del Reino de Badajoz durante la dominación musulmana, Badajoz, 1905, pp. 240-241. Manuel TERRÓN ALBARRÁN, Extremadura Musulmana, Badajoz 713-1248, Badajoz, 1991, p. 175. David PORRINAS GONZÁLEZ, “La actuación de Giraldo Sempavor al mediar el siglo XII, un estudio comparativo”, II Jornadas de Historia Medieval de Extremadura, Cáceres, 2005, pp. 179-188. Moisés CAYETANO RODRÍGUEZ, “Geraldo Sem Pavor. Un guerrero medieval en la frontera extremeño-alentejana”, Congreso Internacional de Historia y Cultura en la Frontera, 1999, pp. 1173-1185. Carlos Jesús RODRÍGUEZ CASILLAS, “Geraldo Sempavor: las hazañas de un guerrero portugués por tierras extremeñas”, XXXVIII Coloquios Históricos de Extremadura, Vol. 2, 2010, pp. 693-716.

[5]Fernando II tomará en 1166 las fortalezas de Eljas, Salvaleón, Santibáñez el Alto y Trevejo. Alonso de TORRES Y TAPIA, Crónica de la Orden de Alcántara, Madrid, Tomo I, 1763, p. 65. Publio HURTADO, Castillos, torres y casas fuertes de la provincia de Cáceres, Editora Regional de Extremadura, 1989, p. 69. Gervasio VELO Y NIETO, Castillos de Extremadura (tierra de conquistadores), Caja de Ahorros y Monte de Piedad, Madrid, 1968, p. 496.

[6]María Alegría FERNANDEZ MARQUES, Estudios sobre la Orden del Cister, Universidad de Coimbra, Coimbra. 2008, p. 62. Inés CALDERÓN MEDINA, “Las arras de doña Teresa. El tratado entre Alfonso IX y Sancho I de Portugal de 1194”, Castilla y el mundo feudal: homenaje al profesor Julio Valdeón, Vol. 2, 2009, pp. 443-456. Gregoria CAVERO DOMÍNGUEZ, “Teresa Alfonso, infanta y reina de Portugal, a través de la historiografía y las crónicas Castellanoleonesas de su época”, Fundamentos medievales de los particularismos hispánicos, 2005, pp. 411-426.

[7]H SALVADOR MARTÍNEZ, Berenguela la Grande y su época, 1180-1246, Ediciones Polifemo, Madrid, 2012. Fray Valentín DE LA CRUZ, Berenguela la Grande. Enrique I el Chico, Editorial Trea, 2006. Gonzalo MARTÍNEZ DÍEZ, Fernando III (1217-1252), Editorial La Olmeda, Burgos, 1993. Julio GONZÁLEZ GONZÁLEZ, Reinado y diplomas de Fernando III, Caja de Ahorros de Córdoba, Córdoba, 1980, 3 vols. Rafael RAMOS CERVERÓ, Berenguela Magna. Reina de Castilla y León (1180-1246), Tesis doctoral, 2016.

[8]Antonio SÁNCHEZ DE MORA, La nobleza castellana en la plena Edad Media: el linaje de Lara (ss. XI-XIII), Tesis doctoral, Universidad de Sevilla, Tomo I, 2003, pp. 232-233. Laura GARCÍA DURÁN, “La intervención de Inocencio III en la política matrimonial de Felipe Augusto de Francia y Alfonso IX de León”, Vergentis: revista de investigación de la Cátedra Internacional conjunta Inocencio III, nº 3, 2016, pp. 221-245.

[9]Estos decreta y constituciones fueron estudiadas por los profesores Fernando de Arvizu o Carlos Estepa. Vid. Fernando DE ARVIZU Y GALARRAGA, “Las Cortes de León de 1188 y sus decretos: un ensayo de crítica institucional”, El Reino de León en la alta edad media. I, Cortes, concilios y fueros, Centro de Estudios e Investigación “San Isidoro”, 1988, pp. 11-141. Carlos ESTEPA DÍEZ, “La Curia de León en 1188 y los orígenes de las Cortes”, Las Cortes de Castilla y León, 1188-1988, Vol. 1, 1990, pp. 19-40. Carlos ESTEPA DÍEZ, “Los inicios de las Cortes en el reinado de Alfonso IX (1188-1230), De las cortes históricas a los parlamentos democráticos: Castilla y León, s. XII-XXI, 2003, pp. 65-75.

[10]Rodrigo JIMÉNEZ DE RADA, Historia de los hechos de España, Edición y traducción de Juan Fernández Valverde, Alianza Editorial, Madrid, 1989, p. 184. Francisco GARCÍA FITZ, “La batalla en su contexto estratégico: a propósito de Alarcos”, Alarcos 1195: Actas del Congreso Internacional Conmemorativo del VIII centenario de la batalla de Alarcos, Universidad de Castilla-La Mancha, pp. 265-282.

[11]Julio GONZÁLEZ GONZÁLEZ, Alfonso IX, CSIC, Madrid, 1944, pp. 149-150.

[12]Carlos DE AYALA MARTÍNEZ, “Obispos, guerra santa y cruzada en los reinos de León y Castilla (s. XII)”, Cristianos y musulmanes en la Península Ibérica: la guerra, la frontera y la convivencia, XI Congreso de Estudios Medievales, León, 2009, pp. 252-256.

[13]Existe numerosa bibliografía, tanto nacional como internacional, al respecto. Por citar algunos: Bernardo JURADO GÓMEZ, “Los ejércitos contendientes en la batalla de las Navas de Tolosa”, Alcazaba: revista histórico-cultural, nº 12-13, 2012-2013, pp. 65-84. Miguel Ángel LADERO QUESADA, “1212: las Navas de Tolosa”, Nueva revista de política, cultura y arte, nº 138, 2012, pp. 175-185. Armando BESGA MARROQUÍN, “La batalla de las Navas de Tolosa. Hechos y consecuencias”, Razón española: Revista bimestral de pensamiento, nº 216, 2019, pp. 35-52. Carlos VARA THORBECK, Un burgalés, el verdadero artífice del triunfo de las Navas de Tolosa, Real Academia Burgense de Historia y Bellas Artes, 2009. Carlos VARA THORBECK, “Las Navas de Tolosa: una batalla decisiva en la historia de España”, Anuario. Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, nº 5, 2005, pp. 61-74. Este último autor presentó su tesis sobre la batalla, apoyándose en las crónicas modernas y esclareciendo el itinerario del ejército cristiano. Vid. Carlos VARA THORBECK, La batalla de Las Navas de Tolosa. Mito y realidad, Tesis doctoral, Universidad de Málaga, 1998. Por último, vamos a destacar a dos investigadores por encima de todos que cuentan con numerosos trabajos relacionados con el estudio y análisis, detallado, de la batalla acontecida en 1212. Francisco GARCÍA FITZ, Las Navas de Tolosa, Ariel, Barcelona, 2005. Francisco GARCÍA FITZ, “Las Navas de Tolosa, ¿un punto de inflexión en las dinámicas históricas peninsulares?”, 1212-1214: El trieno que hizo a Europa: XXXXVII Semana de Estudios Medievales, Estella, 2011, pp. 47-84. Francisco GARCÍA FITZ, “El año de la batalla de Las Navas de Tolosa”, 1212, un año, un reinado, un tiempo de despegue: XXIII Semana de Estudios Medievales, Nájera, 2012, pp. 171-200. Francisco GARCÍA FITZ, “Las Navas de Tolosa y el paradigma bélico medieval”, La Península Ibérica en tiempos de las Navas de Tolosa, 2014, pp. 17-52.   Francisco GARCÍA FITZ, “La batalla de las Navas de Tolosa: el impacto de un acontecimiento extraordinario”, Las Navas de Tolosa 1212-2012: miradas cruzadas, 2014, pp. 11-36. En el caso del profesor Alvira Cabrer, su tesis doctoral es sobre esta batalla. Vid. Martín ALVIRA CABRER, Guerra e ideología en la España medieval: Cultura y actitudes históricas ente el giro de principios del siglo XIII. Batallas de las Navas de Tolosa (1212) y Muret (1213), Tesis doctoral, Universidad Complutense, Madrid, 2003. Martín ALVIRA CABRER, “De Alarcos a las Navas de Tolosa: idea y realidad de los orígenes de 1212”, Alarcos, 1196: actas del Congreso Internacional Conmemorativo del VII Centenario de la Batalla de Alarcos, 1996, pp. 249-264. Martín ALVIRA CABRER, Las Navas de Tolosa, 1212: idea, liturgia y memoria de la batalla, Sílex, 2012. Martín ALVIRA CABRER, “Antes de De rebus Hispaniae. La primera versión de la batalla de Las Navas de Tolosa de Rodrigo Jiménez de Rada”, E-Spania: Revue électronique d’études hispaniques médiévales, nº 25, 2016.

[14]Algunos autores han considerado que el detenimiento de las conquistas leonesas estaba motivado por carencia de recursos materiales y humanos. María Dolores GARCÍA OLIVA, “Consideraciones sobre la estructura defensiva almohade y la expansión leonesa”, La Península en la Edad Media treinta años después: estudios dedicados a José Luis Martín, Salamanca, 2006, pp. 159-174. Francisco GARCÍA FITZ, “Relaciones políticas y guerra…ob. cit. p. 157-160.

[15]Julio GONZÁLEZ GONZÁLEZ, “Alfonso IXob. cit. pp. 150-151.

[16]Ana RODRÍGUEZ LÓPEZ, La consolidación territorial de la monarquía feudal castellana: expansión y fronteras durante el reinado de Fernando III, CSIC, 1994, p. 98.

[17]Julio GONZÁLEZ GONZÁLEZ, Las conquistas de Fernando III en Andalucía, Editorial Maxtor Librería, 2006. Carlos DE AYALA MARTÍNEZ, “La realeza en la cronística castellano-leonesa del siglo XIII: La imagen de Fernando III”, Monarquía, crónicas, archivos y cancillerías en los reinos hispano-cristianos: siglos XIII-XV, CSIC, pp. 247-276. Francisco GARCÍA FITZ, “Las huestes de Fernando III”, Archivo Hispalense: Revista histórica, literaria y artística, Tomo 77, nº 234-236, 1994, pp. 157-190. Francisco GARCÍA FITZ, “El cerco de Sevilla: reflexiones sobre la guerra de asedio en la Edad Media”, Sevilla 1248. Congreso Internacional Conmemorativo del 750 Aniversario de la Ciudad de Sevilla por Fernando III, Rey de Castilla y León, Centro de Estudios Ramón Areces, 1998, pp. 115-154. Alejandro GARCÍA SANJUAN, “La conquista de Sevilla por Fernando III (646 h/ 1248). Nuevas propuestas a través de la relectura de las fuentes árabes”, Hispania, Vol. LXXVII, nº 255, 2017, pp. 11-41.

[18]Luis CHARLO BREA (ed.), Crónica latina de los reyes de Castilla, Turnhout, 1997, p. 84. Lucas, obispo de Tuy, nos da noticia de este acontecimiento en su crónica. Chronicon mundi, Ms. 2248 del Colegio Mayor de San Bartolomé, 1237. Existe una edición facsímil de la obra. Crónica de España, por Lucas, obispo de Tuy, edición de Julio Puyol, Editorial Maxtor, 2007, p. 425. Ricardo ARCO Y GARAY, Sepulcros de la Casa Real de Castilla, CSIC, 1954, pp. 183-184. Anales Toledanos Terceros, en España Sagrada, vol. XXIII, p. 412.

[19]Alonso de TORRES Y TAPIA, “Crónica de la Orden…ob. cit. Tomo I, pp. 249-251.

[20]Luis COLOMA, Flabas de dueñas, Imprenta del Corazón de Jesús, Bilbao, 1898, pp. 10-24.

[21]José Luis MARTÍN MARTÍN, “La repoblación de la Transierra (s. XII-XII)”, Estudios dedicados a Carlos Callejo Serrano, Cáceres, 1979, pp. 477-497.

[22]Julián CLEMENTE RAMOS, Juan Luis DE LA MONTAÑA CONCHIÑA, “La Extremadura cristiana (1142-1230). Ocupación del espacio y transformaciones socioeconómicas”, Historia. Instituciones. Documentos, nº 21, 1994, p. 90.

[23]El cronista árabe Al-Idrisi indica que Coria estaba rodeada por fuertes murallas, con una excelente fortaleza, con un territorio extremadamente fértil que producía frutos en abundancia, sobre todo uvas e higos. Muhammad AL-IDRISI, Geografía de España, Traducción por Antonio Blázquez, Valencia, 1974, p. 20.

[24]La toma de la ciudad cauriense la describió, con bastante detalle Velo y Nieto. Gervasio VELO Y NIETO, Coria. Bosquejo histórico de esta ciudad y su comarca, Madrid, 1947.

[25]Fidel FITA, “Coria compostelana y templaria”, Boletín de la Real Academia de la Historia, Tomo LXII, 1912, p. 346. Antonio LÓPEZ FERREIRO, Historia de la Santa, Apostólica, Metropolitana Iglesia de Santiago de Compostela, Apéndice de documentos, Nº XXXII-XXXIX, Tomo IV, Santiago de Compostela, 1901.

[26]Gervasio VELO Y NIETO, “Coria y los Templarios: Don Fernando II de León reconquista los territorios de la antigua diócesis cauriense”, Revista de Estudios Extremeños, Tomo V, nº 3-4, 1949, p. 297.

[27]Gervasio VELO Y NIETO, “Castillos de Extremadura…ob. cit. p. 489. BULARIO DE ALCÁNTARA, pp. 129-131. Alonso de TORRES Y TAPIA, “Crónica de la Orden…ob. cit. Tomo I, p. 464.

[28]BULARIO DE ALCÁNTARA, pp. 35-36. Alonso de TORRES Y TAPIA, “Crónica de la Orden…ob. cit. Tomo I, p. 239.

[29]Alonso de TORRES Y TAPIA, “Crónica de la Orden…ob. cit. Tomo I, p. 142.

[30]Alonso de TORRES Y TAPIA, “Crónica de la Orden…ob. cit. Tomo I, p. 220.

[31]La concesión de fuero será por el maestre Don Gonzalo Martínez de Oviedo en 1338. Alonso de TORRES Y TAPIA, “Crónica de la Orden…ob. cit. Tomo II, pp. 17-18.

[32]Julio GONZÁLEZ GONZÁLEZ, “Alfonso IXob. cit. pp. 150.151. Luis CHARLO BREA (ed.), “Crónica latina…ob. cit. p. 37.

[33]Alonso de TORRES Y TAPIA, “Crónica de la Orden…ob. cit. Tomo I, p. 142. Biblioteca Nacional de España, Mss. 17.996. Noticias de Alcántara escritas por Pedro Barrantes Maldonado en 1572, recogidas y anotadas en 1722 por don Fabián de Cabrera y Barrantes. Fol. 31 vto. Con motivo del V centenario del nacimiento del cronista Pedro Barrantes Maldonado se editó la obra por parte de la Diputación Provincial de Cáceres. Dionisio Ángel MARTÍN NIETO, Bartolomé MIRANDA DÍAZ, Serafín MARTÍN NIETO, José María LÓPEZ DE ZUAZO Y ALGAR, Noticias de Alcántara: Pedro Barrantes Maldonado y sus antigüedades de la villa de Alcántara, Diputación de Cáceres, Cáceres, 2010, p. 195-197.

[34]Según el cronista Torres y Tapia, en un alto puesto antes del río Tajo, llamado en árabe como Gibel Alfarrias, situado a poniente.

[35]Se trataba de un cuartel situado al sur de la villa, llamado en árabe como Azobor de Mezeltuyn, que en época del cronista se denominaba “osario” por la presencia de enterramientos.

[36]Situado al norte, donde en la actualidad se encuentra la ermita de Santa Ana.

[37]Alonso de TORRES Y TAPIA, “Crónica de la Orden…ob. cit. Tomo I, p. 143.

[38]Ese cerro es el que se llama, hoy día, Mira de Matamoros.

[39]En las crónicas se habla de falta de lluvias y de cosechas en esos años. Enrique FLÓREZ, España sagrada: Theato geographico-histórico de la iglesia de España, Tomo XXIII, Madrid, 1767, p. 399.

[40]Alonso de TORRES Y TAPIA, “Crónica de la Orden…ob. cit. Tomo I, pp. 143-144.

[41]Conquistada en 1167 por Fernando II que se la cede a los templarios, pero es recuperada por lo almohades en 1196. Tras la conquista definitiva en 1213, Alfonso IX se la cederá esta vez a la milicia alcantarina lo que provoca un pleito entre ambas órdenes militares pero el monarca sentencia a favor de la Orden de Alcántara. BULARIO DE ALCÁNTARA, pp. 23-24. Florencio Javier GARCÍA MOGOLLÓN, Francisco Manuel SÁNCHEZ LOMBA, “Reformas del siglo XVI en el sistema defensivo de Portezuelo. Una traza de Pedro de Ibarra”, En la España medieval, nº 6, 1985, p. 499. Gervasio VELO Y NIETO, “Castillos de la Alta Extremadura: El Portezuelo”, Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, nº 55, 1951, pp. 223-243.

[42]Ambas fortalezas, dentro del término de Zarza la Mayor, formaban parte de la línea defensiva cercana a la frontera con Portugal. Estos castillos se convirtieron muy pronto en despoblados. Antonio NAVAREÑO MATEOS, Arquitectura militar de la Orden de Alcántara en Extremadura, Editora Regional de Extremadura, 1987, pp. 133-136.

[43]Alonso de TORRES Y TAPIA, “Crónica de la Orden…ob. cit. Tomo I, pp. 173-176. Julio GONZÁLEZ, “Alfonso IX…ob. cit. p. 66. Ladero Quesada fecha la cesión un año después. Manuel Fernando LADERO QUESADA, “La Orden de Alcántara en el siglo XV. Datos sobre su potencial militar, territorial, económico y demográfico”, En la España medieval, nº 2, 1982, p. 506.

[44]Se da como fecha el 16 de julio de 1218. Publio HURTADO, “Castillos, torres y casas…ob. cit. p. 23. Pedro BARRANTES MALDONADO, Noticias de Alcántara, B.N., mss. 17.996, fol. 32r. Alonso de TORRES Y TAPIA, “Crónica de la Orden…ob. cit. Tomo I, pp. 181-184.

[45]BULARIO DE ALCÁNTARA, p. 21. Luis CORRAL VAL, La Orden de Alcántara: organización institucional y vida religiosa en la Edad Media, Tesis doctoral, Universidad Complutense, 1998, p. 156.

[46]El cronista calatravo apunta a un difícil mantenimiento de tener un convento en una villa tan lejos de Calatrava. Por su parte, Torres y Tapia confirma una falta de recursos económicos y humanos para establecer un convento en pleno reino de León. Francisco RADES Y ANDRADA, Crónica de las tres Órdenes y Caballerías de Santiago, Calatrava y Alcántara, Toledo, 1572, pp. 6-7. Alonso de TORRES Y TAPIA, “Crónica de la Orden…ob. cit. Tomo I, p. 179.

[47]El papa Honorio III va a promulgar una bula de cruzada para que Alfonso IX intente conquistar la ciudadela. Demetrio MANSILLA, La documentación pontificia de Honorio III (1216-1227), Roma, Instituto Español de Estudios Eclesiásticos, 1965, pp. 414-416.

[48]Luis CHARLO BREA (ed.), “Crónica latina…ob. cit.

[49]Lucas TUY, Chronicon Mundi, traducción y estudio por Emma Falque, Turnhout, 2003, p. 96.

[50]Utilizaron, entre otras, los denominados almajaneques, que consisten en vigas oscilantes reforzadas con hierro que se golpeaban contra los muros abriendo grandes brechas en las murallas.

[51]Consiguieron derribar torres y llegar, incluso, a varios tramos del adarve y de la barbacana.

[52]Algunos autores consideran que los ejércitos cristianos sufrieron más bajas durante la retirada que en el propio asedio de Cáceres, puesto que los almohades los van a perseguir en esa retirada, matando a muchos cristianos y haciendo prisioneros. Antonio FLORIANO CUMBREÑO, “Estudios de Historia de Cáceres…ob. cit. p. 156.

[53]Anales Toledanos II

[54]Este año, según Ortí Belmonte, repiten correrías por los campos de Cáceres, arrasando viñedos, huertas y olivares. Noticia que repite Lumbreras Valiente. Miguel Ángel ORTÍ BELMONTE, “Las reconquistas de Cáceres”, Revista de Estudios Extremeños, Tomo III, nº 1-2, 1947, p. 125. Pedro LUMBRERAS VALIENTE, La Reconquista de Cáceres por Alfonso IX de León, Biblioteca Pública y Archivo Histórico de Cáceres, Cáceres, 1956, p. 44.

[55]La fortaleza y villa de Alburquerque se había tomado en 1218 que se convirtió en señorío desde el primer momento. Aurelio CABRERA GALLARDO, “De Arqueología del Arte I: el castillo de Alburquerque”, Revista de Estudios Extremeños, Tomo V, nº 2, 1931, pp. 213-221. Lino DUARTE INSÚA, Historia de Alburquerque, Badajoz, 1929.

[56]El origen de esta fortaleza es musulmana siendo, en su origen, la Torre del Homenaje una torre albarrana. Así lo confirma el hecho de dejar una guarnición tras la toma de la villa. Antonio ÁVILA VEGA, “Apuntes para la historia del castillo de Valencia de Alcántara”, I Simposio sobre Castillos de la Raya entre Portugal y España, 1984, pp. 7-28. Sobre las diferentes reformas que tuvo la fortaleza valenciana ver los trabajos de Navareño Mateos. Vid. Antonio NAVAREÑO MATEOS, “Arquitectura militar de la Orden…ob. cit. pp. 257-269. Antonio NAVAREÑO MATEOS, Arquitectura y arquitectos en el siglo XVI en Extremadura, Universidad de Extremadura, 1994, pp. 187-200.

[57]Alfonso IX le había dado a la Orden el privilegio de donarle todas las villas y castillos que conquistase a los moros en Extremadura. Alonso de TORRES Y TAPIA, “Crónica de la Orden…ob. cit. Tomo I, p. 20.

[58]En la crónica, Torres y Tapia, fecha la conquista de Valencia en 1220 aunque la historiografía posterior ha planteado, y se ha aceptado como tal, que la toma tuvo lugar un año después. Julio GONZÁLEZ GONZÁLEZ, “Alfonso IX…ob. cit. p. 195. Miguel Ángel ORTÍ BELMONTE, “Las reconquistas…ob. cit. p. 24. Domingo BOHÓRQUEZ JIMÉNEZ, Ordenanzas del Concejo de Valencia de Alcántara, Institución Cultural “El Brocense”, Cáceres, 1982, p. 15. Nicolás DÍAZ Y PEREZ, “España sus monumentos…ob. cit. p. 862.

[59]Alonso de TORRES Y TAPIA, “Crónica de la Orden…ob. cit. Tomo I, p. 223.

[60]Esas aldeas son la de Santiago y la de San Vicente. Mientras que otros lugares que dependían del Concejo de Valencia son Herrera, Esparragal, Mayorga o Piedrabuena (donde algunas de ellas fueron sedes de encomiendas).

[61]Título que fue concedida a la Iglesia de Nuestra Señora de Rocamador, junto al castillo-fortaleza de la villa. Se trataría de la iglesia que alude una bula de Gregorio IX en 1235 como “Ecclesiam Sanctae Mariae de Valencia”. BULARIO DE ALCÁNTARA, p. 43. José BUENO ROCHA, “Nuestra Señora de Rocamador: la difusión de su culto por España”, II Coloquios Histórico-Culturales del Campo Arañuelo, 1996, pp. 121-124. El proceso constructivo del templo está bien documentado. Vid. Bartolomé MIRANDA DÍAZ, “La desdichada historia constructiva de una iglesia rayana: Nuestra Señora de Rocamador de Valencia de Alcántara (siglos XVI-XVIII), Revista de Estudios Extremeños, Tomo LVIV, 2008, pp. 1429-1567.

[62]Por citar algunos, concesión de fuero y el pecho de la Martiniega en 1262, exención de impuestos durante cinco años en 1317, el privilegio de celebrar feria anual desde 1338, y así una larga lista de mercedes y privilegios, algunos nuevos y otros confirmaciones. Estos privilegios concedidos los hemos podido estudiar Vid. Álvaro VÁZQUEZ CABRERA, “El Barrio Gótico de Valencia de Alcántara a 25 años de su declaración como Conjunto Histórico-Artístico”, (en prensa).

[63]Julio GONZÁLEZ GONZÁLEZ, “Alfonso IX…ob. cit. pp. 201-202.

[64]Investigadores locales, a mediados del siglo pasado, tuvieron un debate acerca de la fecha de la conquista, ya que se planteó que la conquista de la ciudad de Cáceres fuese el 24 de junio de 1227, festividad de San Juan. Una hipótesis que se fundamentaba en noticias de autores clásicos como el padre Risco o el obispo de Tuy, además del análisis del fuero concedido por el rey. Vid. Antonio FLORIANO CUMBREÑO, “La fecha de la Conquista de Cáceres ante los documentos”, en Homenaje a don Agustín Millares Carlo, Confederación Española de Caja de Ahorros, Las Palmas de Gran Canaria, 1975, pp. 193-204. Antonio FLORIANO CUMBREÑO, Cáceres, los problemas de su reconquista y de su nombre, Oviedo, 1956. Antonio FLORIANO CUMBREÑO, La villa de Cáceres, Institución cultural El Brocense, Cáceres, 1987, pp. 59-91. Antonio FLORIANO CUMBREÑO, “Estudios de Historia de Cáceres…ob. cit. pp. 163-171. Pedro LUMBRERAS VALIENTE, “La Reconquista de Cáceres…ob. cit. pp. 63-73. Pedro LUMBRERAS VALIENTE, Los fueros municipales de Cáceres. Su derecho público, Cáceres, 1974. Pedro LUMBRERAS VALIENTE, Los fueros municipales de Cáceres. Su derecho privado, Institución cultural El Brocense, 1990.  Pedro LUMBRERAS VALIENTE, “A San Juan lo que es de San Juan y a San Jorge lo que es de San Jorge”, 1994. Derek William LOMAX, “La fecha de la reconquista de Cáceres”, Archivos Leoneses: revista de estudios y documentación de los Reinos Hispano-Occidentales, nº 66, 1979, pp. 309-320.

[65]Publio HURTADO, Ayuntamiento y familias cacerenses, Tipografía, Encuadernación y Librería de Luciano Jiménez Merino, Cáceres, 1918, pp. 22-23. Miguel Ángel ORTÍ BELMONTE, La conquista de Cáceres por Fernando II y Alfonso IX de León. Su Fuero Latino anotado, Diputación Provincial de Badajoz, 1947.

[66]La leyenda de San Jorge o, también llamada, de “La Mansaborá” ha sido recogida en numerosos estudios, donde vamos a citar varios. Javier ALCALÁ CALDERA, José RASERO MACHACÓN, Enrique BARCIA MENDO, La leyenda de San Jorge, Cáceres: tradición, historia, mitología, Ayuntamiento de Cáceres, 1998. José Manuel LÓPEZ CABALLERO, “Dragones en Extremadura: desde San Jorge hasta Juego de Tronos”, Revista de Estudios Extremeños, Vol. 74, nº 1, 2018, pp. 615-646. José Luis HINOJAL SANTOS, Historias y leyendas de la vieja villa de Cáceres, Tau Editores, 2016, pp. 148-152 y 255-257. Alonso José Román CORRALES GAITÁN, “San Jorge, protector de Cáceres”, XXXIII Coloquios Históricos de Extremadura, 2004, pp. 159-189. Javier ALCALÁ CALDERA, “Una propuesta globalizada de la leyenda de San Jorge en Cáceres”, Actas del I Seminario Internacional de Cuentos y Leyendas de España y Portugal, Editora Regional de Extremadura, Mérida, 1997, pp. 177-182.

[67]Simón BENITO BOXOYO, Noticias históricas de Cáceres y monumentos de la antigüedad que conserva, 1794. Miguel Ángel ORTÍ BELMONTE, “Las reconquistas…ob. cit. p. 129.

[68]No hay que olvidar que Santiago de Compostela consiguió, en la primera mitad del siglo XII, arrebatar a Mérida la dignidad arzobispal y metropolitana, todo ello por la petición del obispo Diego Gelmírez al papa Calixto II. Historia Compostellana, Corpus Christianorum, Continuatio Mediaevalis, LXX, edición Emma Falqué Rey, Turnhout, 1988 (edición latina). Hay una traducción al castellano de esta crónica: Historia Compostelana, traducción de Emma Falqué Rey, Madrid, 1994.

[69]Julio GONZÁLEZ GONZÁLEZ, “Alfonso IX…ob. cit. p. 207.

[70]Bernabé MORENO DE VARGAS, Historia de la ciudad de Mérida, 1633, Madrid, pp. 228.

[71]Cesáreo FERNÁNDEZ DURO, Memorias históricas de la ciudad de Zamora, su provincia y su obispado,                               Madrid, Tomo I, 1882, p. 387.

[72]Se postula que la entrada de los cristianos en Mérida tuvo lugar el 11 de marzo de 1230. Manuel TERRÓN ALBARRÁN, Historia de la Baja Extremadura: de los orígenes al final de la Edad Media, Real Academia Extremeña de las Letras y de las Artes, Badajoz, Tomo I, 1986, pp. 448-451. Derek W. LOMAX, “El Cronicón Cordubense de Fernando Salmerón”, En la España Medieval, nº 2, 1982, pp. 595-642. Ambrosio DE MORALES, Noticias históricas sacadas del Archivo de Uclés, de sus sepulcros y calenda, Madrid, Tomo II, 1793, p. 40.

[73]Además del puente, en la Puerta de Olivares, conocida hoy día como Puerta del Obispo, cerca de la Catedral, aparece una inscripción en latín donde se hace mención a las victorias de Alfonso IX en Cáceres, Montánchez, Mérida y Badajoz sobre el rey moro Abenfuit. Ramón LUELMO ALONSO, Estampas zamoranas, Imprenta de “El Correo de Zamora”, Tomo I, 1949, p. 43.

[74]Julio GONZÁLEZ GONZÁLEZ, “Alfonso IX…ob. cit. Tomo II, doc. 613, p. 823.

[75]La orden santiaguista y el arzobispo compostelano tenían derechos en Mérida. Sobre las negociaciones entre ambas partes y el repartimiento de la ciudad ver Manuel LÓPEZ FERNÁNDEZ, “Mérida cristiana. El inicio de una nueva época”, en Historia de Mérida. De los antecedentes de Augsta Emerita al fin del medievo, Tomo I, Mérida, 2018, pp. 691-716. Manuel LÓPEZ FERNÁNDEZ, “Mérida y la Orden de Santiago en las décadas centrales del siglo XIII (1231-1274), Revista de Estudios Extremeños, Tomo LXV, nº 1, 2009, 143-174. Ángel BERNAL ESTÉVEZ, Mérida capital y encomienda de la Orden de Santiago, Diputación de Badajoz, 2013. Esteban RODRÍGUEZ AMAYA, “La Sede Metropolitana Emeritense, su traslación a Compostela e intentos de restauración”, Revista de Estudios Extemeños, Tomo V, nº 3-4, 1949, pp. 493-559.

[76]Julio González antepone la batalla de Alange a la toma de Mérida, sin embargo nosotros hemos seguido el relato de la crónica de Lucas de Tuy, donde los acontecimientos serían de esta manera: asedio de Mérida, batalla de Alange (15 de marzo) y, por último, asedio de Badajoz. LUCAS DE TUY, “Chronicon mundi…ob. cit. pp. 114.

[77]Bernabé MORENO DE VARGAS, “Historia de la ciudad…ob. cit. p. 225. El cronista emeritense menciona el lugar donde aconteció la batalla como el “Valle de la Matanza”.

[78]LUCAS DE TUY, “Chronicon…ob. cit. p. 337.

[79]Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo, en su Historia de rebus Hispaniae, menciona las conquistas de Alfonso IX de manera muy fría sin entrar en detalles. Por su parte, Juan de Osma, canciller de Fernando III, en su Chronica regum Castellae, empequeñece las campañas bélicas en Alange, Mérida y Cáceres sin entrar en detalles y en tan solo una frase. La toma de Badajoz la obvia y menciona que los habitantes de Elvas huyeron abandonando el castillo. Por tanto, estamos ante dos cronistas pro-castellanos y que, en todo momento, marginan las ideas y acciones leonesas para engrandecer a las castellanas. Rodrigo JIMÉNEZ DE RADA, “Historia de los Hechos…ob. cit.  Libro VII, capítulo XXV, p. 295.

[80]Documento firmado en Badajoz en el que el rey concede a su alférez Rodrigo Fernández la villa de Friera y la tierra de Aguilar. Unos días después, el 28 de abril, firma de nuevo en Badajoz otro documento para confirmar al monasterio de Melón el coto de Teelas. Julio GONZÁLEZ GONZÁLEZ, “Alfonso IX…ob. cit. Tomo II, docs. 614-615, p. 823.

[81]Chronicon conimbricense, en España sagrada, Vol. XXIII, p. 334.

[82]Derek W. LOMAX, “El Cronicón Cordubense…ob. cit. p. 624.

[83]Alfonso IX firma un documento, en Cáceres el 9 de junio, donde manda destruir unas aceñas en Granada si es que estas le perjudican a las que poseía en sus proximidades el arzobispo de la ciudad. Julio GONZÁLEZ GONZÁLEZ, “Alfonso IX…ob. cit. Tomo II, doc. 616, p. 823.

[84]Fuero o carta puebla que se alude en documentación de la cancillería de Alfonso X en 1258. Citado en Domingo DOMENÉ SÁNCHEZ, “Fueros y privilegios del Badajoz medieval”, Revista de Estudios Extremeños, Tomo LXV, nº 1, 2009, p. 104. Tomás GONZÁLEZ, Colección de privilegios, franquezas, exenciones y fueros, concedidos a carios pueblos y corporaciones de la Corona de Castilla, Tomo VI, Madrid, 1833, pp. 113-114.

[85]José Luis MARTÍN MARTÍN, Historia de Extremadura. Tomo II: Los tiempos medievales, Badajoz, 1985, p. 296. Esteban RODRÍGUEZ AMAYA, “La tierra de Badajoz, 1230-1500”, Revista de Estudios Extremeños, Vol. VII, nº 3-4, 1951, pp. 395-497.

[86]Sobre la mezquita o las mezquitas en Badajoz existe numerosa bibliografía. Vid. Fernando VALDÉS FERNÁNDEZ, “La mezquita privada de Abd Al-Rahman Ibn Marwan al-Yilliqi en la alcazaba de Badajoz”, Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, nº 25, 2, 1999, pp. 267-290. María CRUZ VILLALÓN, “Mezquita-catedral de Badajoz”, Norba: Revista de arte, nº 12, 1992, pp. 7-28. Leopoldo TORRES BALBÁS, “La mezquita de la Alcazaba de Badajoz”, Al-Andalus, XIII, 1943, pp. 466-470. Pilar MOGOLLÓN CANO-CORTÉS, “La iglesia de Santa María la Obispal de Badajoz, símbolo de la arquitectura de control en poblaciones multiculturales”, De arte: revista de historia del arte, nº 1, 2002, pp. 41-54. María Dolores GÓMEZ TEJEDOR-CÁNOVAS, “La catedral de Badajoz”, Revista de Estudios Extremeños, Vol. 14, nº 3, 1958, pp. 533-560.

[87]Nicolás DÍAZ Y PÉREZ, “España sus monumentos…ob. cit. pp. 120-122. Este autor considera que la conquista de Badajoz tuvo lugar el 19 de marzo de 1228. Es posible que tomara el dato de Rodrigo Dosma en sus Discursos patrios de la Real Ciudad de Badajoz, publicados en Madrid en 1601. Existe otra edición, estudiada por Vicente Barrantes y publicada por la Comisión Provincial de Monumentos de Badajoz, en 1870. Julio GONZÁLEZ GONZÁLEZ, “Alfonso IX…ob. cit. Tomo I, p. 211.

[88]Matías Ramón MARTÍNEZ Y MARTÍNEZ, El libro de Jerez de los Caballeros, Sevilla, 1892, pp. 55. Manuel  TERRÓN ALBARRÁN, “Historia de la Baja Extremadura…ob. cit. p. 454. Julián GARCÍA FRANGANILLO, El memorial ajustado del pleito sobre jurisdicción en la vicaría de Jerez de los Caballeros (Badajoz), Sociedad Andaluza de Estudios Histórico-Jurídicos, Córdoba, 2009.

[89]Matías Ramón MARTÍNEZ Y MARTÍNEZ, Apuntes para un mapa topográfico-tradicional de la villa de Burguillos, Sevilla, 1884.

[90]Fregenal es concedida a la Orden del Temple por Alfonso X en 1283. Pedro RODRÍGUEZ DE CAMPOMANES, Dissertaciones históricas del Orden y Cavallería de los Templarios, Madrid, 1747, pp. 288-290.

[91]Esteban RODRÍGUEZ AMAYA, “La Sede Metropolitana Emeritense…ob. cit. doc. XII, pp. 549-550.

Oct 162023
 

 

 

 

 

 

 

Manuel Jesús Ruiz Moreno

  

  1. INTRODUCCIÓN.

Paulino García Toraño en su estudio “El rey don Pedro el Cruel y su mundo” anota que la rebelión de la nobleza castellana contra el rey don Pedro no fue tanto por el bien del reino como por sus propios intereses particulares. Recoge el testimonio del cronista López de Ayala quien expresaba que “el propio e primer movimiento (de los nobles) fue por intereses e ambición e codicia e no por buen orden ni regimiento en el reino”. Suceso que no era nuevo en la historia de España, citando los casos de rebeliones nobiliarias también durante los reinados de su abuelo Fernando IV y de su padre Alfonso XI. Pero García Toraño hace constar una particularidad del levantamiento que  se produjo ante Pedro I, y es que mientras en épocas pasadas la rebelión se produjo por un número muy limitado de nobles, en este caso fue un hecho mayoritario[1].

Fueron varios los aspectos que alegó la nobleza para intentar anular al monarca castellano. Entre ellos, el principal fue la necesidad de una conducta digna, del rey, en cuestión de su matrimonio y futura sucesión al reino. Dado que había repudiado a su legítima esposa la princesa francesa doña Blanca, tres días después de la boda. Postura que don Pedro asumió por dos motivos: el primero, que seguía viviendo amancebado con su amante María de Padilla, y el segundo, que había obtenido la confesión de la reina doña Blanca de que el reino de Francia no podía pagar la dote estipulada para su boda. Con este desprecio marcó la postura del reino de Francia, y con ello el apoyo de los franceses[2] al bastardo don Enrique, poco tiempo después[3]

Abierta la confrontación entre ambos candidatos al trono castellano, y después de una serie de cercos a las principales plazas fuertes por parte de unos y otros, tras la caída de Toledo (1355) y Toro (1356) en manos del rey Pedro I, don Enrique perdió toda esperanza de vencer y se retiró con algunos allegados a Francia, donde pasó a servicio del rey francés Juan. La enemistad con Francia y con el Papa, hacían caer al reino castellano de Pedro I en la órbita de la alianza con Inglaterra y con Navarra, cuyo rey, Carlos II, estaba preso del francés. Además, como señala Luis Suárez Fernández en su estudio sobre las guerras de Castilla y Aragón en el siglo XIV, Navarra necesitaba de los puertos castellanos de Guipúzcoa para mantener sus comunicaciones con el territorio de Normandía, del que era señor también el rey Carlos II[4].

El reino de Aragón, de Pedro IV el Ceremonioso, había mantenido una política de cautela en este enfrentamiento, observando los movimientos de las fuerzas del reino de Castilla. Los aragoneses eran conscientes del superior potencial de los castellanos, en cuanto a su mayor población y mayor riqueza. Situación de inferioridad que se fue agravando a medida que la corona catalano-aragonesa sufría una desintegración por el modelo feudal imperante, mientras Castilla iba concentrando en el rey todo el poder del estado. Por ello, la política del rey de Aragón se orientó a evitar la confrontación directa y aprovechar las dificultades internas de Castilla, provocadas por las luchas de sucesión. De tal manera que en ocasiones apoyaba a un bando y en otras al contrario. Con este fin, pretendía sacar provecho de las diferencias entre unos y otros. Esta forma de dirigir las relaciones con los castellanos comenzó con Pedro I de Aragón y se mantuvo con sus sucesores. Llegando a su máximo apogeo con el rey Pedro IV, quien no escatimó, incluso, en aliarse con el reino de Granada en contra de su vecino castellano[5].

Julio Valdeón, en su estudio Pedro I el Cruel y Enrique de Trastámara, anota que el apoyo francés que recibió Enrique II para luchar contra su hermano Pedro I, se vio fortalecido por la llegada al trono francés de Carlos V. El cuál en lucha contra los ingleses precisaba la ayuda de la flota castellana. Como Pedro I era aliado de Inglaterra, optó por apoyar a Enrique con la intención de que sustituyera al rey Pedro, y por ello envió las Compañías Blancas bajo el mando de Beltrán du Guesclin, y financiadas por Francia, la Corona de Aragón y el Pontificado. También recabó Enrique la ayuda de los castellanos exiliados en el reino de Aragón, y de otros castellanos descontentos con el brusco comportamiento que el rey Pedro tenía con ellos, tal como indica el cronista Pero López de Ayala. Con todos estos refuerzos en primavera de 1366 se dispuso a tomar el trono de Castilla[6].

El pretendiente al trono, don Enrique, entró por la frontera entre Aragón y Castilla cabalgando a lo largo del rio Ebro, asediando y tomando Calahorra. Su fácil triunfo hizo que sus fuerzas se autoconvencieran de que el rey Pedro no podría derrotarles y animado por ello se autoproclamó rey de Castilla y León el 16 de marzo de 1366, en su campamento, cercano a la población que acababan de tomar. Después de un intento infructuoso de tomar Logroño, las fuerzas del rey Enrique se dirigieron hacia Burgos, tomando otras poblaciones menores a su paso. En Burgos se encontraba el rey Pedro, que informado de las fuerzas con que venía su hermano decidió no presentar batalla, y abandonó la ciudad a su suerte, acompañado por algunos nobles de su confianza, entre ellos el cronista López de Ayala, dirigiéndose hacia Toledo. Los burgaleses, una vez huido el monarca don Pedro, enviaron una embajada al rey Enrique para negociar su rendición. Tras el acuerdo pertinente, el rey Enrique entró en la ciudad en la que fue recibido con mucho agrado por sus habitantes. Momento a partir del cual, empezó a recibir muchos emisarios de ciudades y villas, así como caballeros e hidalgos en señal de sumisión y cooperación con su causa[7]. En Burgos fue donde se celebraron los actos solemnes de la coronación oficial del nuevo rey de Castilla y León, don Enrique, el 5 de abril de 1366, en el monasterio de La Huelgas. Una vez tomado el poder y controlando la meseta norte, a decir de Valdeón, se dirigió hacia Toledo para controlar todo el resto del reino. De nuevo, don Pedro no quiso enfrentarse con su hermano y huyó a Sevilla. Don Enrique entró en Toledo, en el que se sucederían nuevos reconocimientos de personalidades y representantes que se sumaban a su causa, entre ellos el cronista Pero López de Ayala y el maestre de la orden militar de Santiago, Garcí Álvarez de Toledo. De allí, Enrique se dirigió hacia Sevilla, pero al igual que en Burgos y Toledo, el rey Pedro huyó de nuevo, en esta caso hacia Portugal, buscando su apoyo[8].

El rey portugués lo recibió con cortesía pero viendo el cariz que tomaban los acontecimientos, declinó prestar ninguna ayuda y solo le facilitó el paso a sus tierras de Galicia, que todavía le eran fieles. Las fuerzas de Enrique tomaron Sevilla sin resistencia y capturaron el tesoro real que había embarcado en una galera por el rio Guadalquivir, unos 36 quintales de oro y numerosas joyas. La mayor parte del reino se inclinaba ante la corona de Enrique, pero todavía existían partidarios del rey Pedro, que  en algunas poblaciones importantes se resistían a ceder ante el nuevo rey. Vista la situación de triunfo, el rey Enrique decidió licenciar a parte de sus fuerzas mercenarias de las Compañías Blancas, pagando sus servicios y enviándoles para sus tierras. Aconsejado por sus allegados, el rey Pedro se dirigió a pedir ayuda a Inglaterra, embarcando para Bayona y llegando en agosto de 1366, población en poder de los ingleses. Enrique aprovechó la ocasión para realizar una ofensiva contra las plazas fuertes de Galicia que apoyaban al rey Pedro. Después de unos duros enfrentamientos, Lugo, centro principal de los petristas, cayó en poder del rey Enrique. A partir de entonces, aunque se mantuvieron algunas poblaciones todavía a favor del rey Pedro, Enrique pasó a ser el rey efectivo de los reinos de Castilla y León. Y con dicho poder comenzó a reinar, aplicando el consenso, y el agradecimiento con donaciones, tanto a los nobles que le habían apoyado, como a las ciudades y villas que estaban a su favor [9].

Una vez en el territorio de la Francia controlado por los ingleses, Pedro I fue recibido por Thomas Felton, senescal de Aquitania, que le escoltó hasta Burdeos, ciudad en la que estaba el Príncipe Edurdo III, apodado el Principe negro, por el color de su armadura. Tras los acuerdos de Libourne los ingleses colaborarían en dar asistencia militar a Pedro I para luchar contra Enrique, y como pago de sus servicios además de un pago en metálico, recibirían ciertos territorios castellanos, como el señorío de Vizcaya. El rey de Navarra también se unió con los aliados castellano-ingleses, y prometió no poner impedimentos al paso de los ingleses por su reino, a cambio de una cantidad y la entrega por parte castellana de Vitoria y Logroño, a lo que había que sumar una salida al mar de su reino por Guipúzcoa[10].

En enero de 1367, diez mil combatientes veteranos de las guerras contra los franceses atravesaron el reino de Navarra en busca de las fuerzas de Enrique. Para asegurar el avance sin problemas del cuerpo expedicionario, el Principe negro envió algunas avanzadillas para reconocer el terreno, una de ellas bajo el mando de Thomas Felton [11]. Dicho grupo, a decir de Valdeón partió de Pamplona hacia Logroño. En el mes de marzo el ejército de los aliados castellano-ingleses  se encontraban jugando al gato y al ratón con las fuerzas del rey Enrique, pues sus aliados franceses, que aún quedaban en sus filas, experimentados por la eficacia de las tácticas inglesas en batalla. le aconsejaron hacer una guerra de guerrillas con un hostigamiento continuo, cerrándole el acceso desde las tierras de Burgos y la Rioja. Pero otros caballeros aconsejaban entrar en batalla cuanto antes, para evitar que empezasen a levantarse poblaciones en favor de su hermano[12].

Paulino García Toraño indica que las fuerzas de Enrique se dirigieron a los altos de Zaldiarán  y envió a un destacamento bajo el mando de su hermano don Tello, junto con el Marqués de Villena, a los que siguieron las fuerzas de Pero González de Mendoza, Pero Moñiz, maestre de Calatrava, Juan Ramírez de Arellano, el comendador de Santiago, el mariscal Audrehem, el Begue de Villaines y otros muchos caballeros para hostigar el avance de los aliados[13].

Sorprendidas las tropas de Felton, éstos se refugiaron en un otero junto a Ariñez a una legua de Vitoria, los castellanos vencieron a los ingleses, y tomaron algunos prisioneros. Tas lo cual las fuerzas de don Tello regresaron a su campamento de Zaldiarán[14].

Imagen 1 Las fuerzas de reconocimiento inglesas son vencidas en Ariñez por los hispano-franceses. Cortesía de los grupos de recreación histórica Fronteros de Extremadura y Caballeros y Damas de la Orden de Calatrava

Para Martínez Canales, lo ocurrido en Ariñez sembró la desconfianza de la superioridad militar de las tropas al servicio del rey don Pedro, por lo que el príncipe de Gales ordenó un despliegue de sus fuerzas al sur de Vitoria esperando el avance de don Enrique. Pero dicho avance no se produjo y las fuerzas petristas buscaron otro camino para llegar a Burgos[15].

Las tropas de don Enrique vigilaban estos movimientos, y pensando en cortar el avance del ejército del rey don Pedro, estableció su campamento entre Nájera y Navarrete,  en la zona del caserío de Aleson, defendiendo el puente que permitía cruzar el río Najerilla con vistas a impedir el avance sobre Burgos. Allí fue donde ambos ejércitos se encontraron[16].

 

  1. FREY MELEN SUÁREZ , CLAVERO DE ALCÁNTARA.
  2. Frey Melen Suarez es citado por Torres y Tapia en su Crónica de la Orden de Alcántara como procedente de la familia de los Sotomayor, apoyando a don Enrique desde su coronación como rey de Castilla en Burgos, siendo citado en los documentos como “Clavero de Alcántara, Tiniente de Maestre[17].

Melen Suárez aparece como Clavero bajo el maestrazgo de D. Frey Suero Martínez, nombrado maestre en 1356, como se cita en la crónica de Torres y Tapia[18].  Melen también se muestra como Clavero siendo maestre don Gutierre Gómez de Toledo, nombrado en 1362 [19]. Y de don Pedro Muñiz de Godoy, elegido como Maestre en 1366, al haber sido destituido don Martín López de Córdoba, partidario del rey don Pedro, por algunos Caballeros de la Orden, en consonancia con los requerimientos de don Enrique, Don Pedro Muñiz asumió en ese momento el maestrazgo de Alcántara, con el de Calatrava, que ya poseía[20]. Pero los alcantarinos partidarios de don Martín López protestaron ante el papa Urbano V, lo que provocó según Novoa Portela, en su trabajo Los maestres de la Orden de Alcántara durante los reinados de Alfonso XI y Pedro I, que el Papa decidiera que la Orden de Alcántara fuera administrada por el Clavero, Frey Melen Suárez, hasta que todo se aclarara. Dice la Crónica de Torres y Tapia que “No podía el Maestre cuidar por su persona del gobierno de ambos Maestrazgos, y para que asistiese al de la Orden de Alcántara nombró por su teniente a D. Melen Suarez, Clavero de ella”[21].

Don Melen Suarez es mencionado en la Colección Diplomática Medieval de la Orden de Alcántara, de Bonifacio Palacios Martín en un fragmento del Cuaderno de Cortes (7 de febrero de 1367), en el que se hace una petición para confirmar los privilegios otorgados por Alfonso XI a los alcantarinos en las Cortes de Valladolid.  La Orden quedaba protegida bajo el amparo del nuevo rey, de tal manera, que si alguien les causase algún daño o perjuicio, recibirían todo el daño y menoscabo efectuado “doblado[22].

Torres y Tapia afirma que Melen Suárez “se halló en la batalla de Naxara” y dice: El rey don Enrique (…) formó campo y ordenó su ejército, que era tambièn muy lustros y había en el muchos y muy grandes Caballeros de los Reynos de Castilla, Francia y Aragón, y entre ellos estaba don Melen Suárez, Clavero de Alcántara, con otros de ella que seguían la voz del Rey D. Enrique, la Cronica por yerro le llama Martín[23]. También  la Crónica de la Orden de Alcántara de Rades y Andrada indica que en dicha batalla se hallaron del lado del rey don Enrique el maestre don Pedro Muñiz y los suyos, entre ellos el clavero don Melen Suárez[24].

Seguramente del lado contrario podríamos encontrar al maestre de Alcántara depuesto, don Martín López de Córdoba, ya que Molina Molina, en su estudio sobre don Martín, indica que éste acompañó al monarca don Pedro al exilio para tomar parte en las negociaciones con el Príncipe Negro en Bayona, ciudad en la que, para garantizar el cumplimiento de los tratados, dejó como rehenes a su esposa y a sus hijas, junto con las del monarca[25].

  • LAS DISPOSICIONES DE AMBAS FUERZAS ENFRENTADAS

Según narra la crónica de Ayala, el rey don Enrique tenía su Real (campamento) asentado detrás del rio Najerilla, de tal manera que éste se presentaba como un obstáculo ante el posible avance de las fuerzas de rey don Pedro y su aliado el príncipe de Gales, Pero como rasgo de caballerosidad, para no contar con esta ventaja, don Enrique mandó pasar el río y se dispuso a presentar batalla en la otra orilla, con gran pesar por parte del cronista López de Ayala, por echar a perder esa ventaja ante el enemigo. Mientras tanto, las fuerzas del rey don Pedro partieron de Navarrete para entablar combate con las de don Enrique. Durante estos movimientos previos de ambas formaciones, narra Ayala que algunos jinetes, junto con las gentes de San Esteban del Puerto, con su pendón, desertaron del ejército de don Enrique y se pasaron al de don Pedro[26].

Fuller señala que los ingleses solían disponerse para los enfrentamientos en el siglo XIV de la manera siguiente: “ tres “batallas” o divisiones, dos desmontadas, al frente, con un intervalo entre ambas, y otra a retaguardia, montada o dispuesta a montar, y mantenida de reserva. Los arqueros formaban a los flancos de las dos primeras “batallas”[27].

            En la batalla de Nájera, el cronista López de Ayala comenta que las fuerzas del rey don Pedro y sus aliados se posicionaron de la siguiente manera: en la avanguarda (primera línea) a pie, venía don Juan Duque de Lancaster, hermano del Príncipe, junto con Mosen Juan Chandos, Mosen Rayul Camois, Mosen Hyugo de Caureley y “otros muchos Caballeros e Escuderos de Inglaterra e de Bretaña, que eran tres mil omes de armas, muy buenos omes, é muy usados de guerras usados de guerras”.            En su ala derecha venía el Conde de Armiñaque y otros grandes caballeros hasta dos mil lanzas (caballería pesada), y en el otro ala del Cabdal de Buch, y otros caballeros y escuderos de Guinea, Alemania y otros lugares con otros dos mil hombres de armas (caballería pesada). Detrás de los hombres a pie venía el rey don Pedro, don Jaime, rey de Nápoles, el Príncipe de Gales y el pendón del rey de Navarra, que junto al resto de caballeros sumaban tres mil lanzas (caballería pesada). Estimando el cronista Ayala, que las fuerzas aliadas del rey don Pedro, presentes en la batalla, en total serían “diez mil omes de armas, é otros tantos flecheros”, y traían en sus escudos y sobrevestas, cruces de San Jorge sobre fondo blanco[28].

La nueva táctica inglesa de hacer combatir a sus hombres de armas a pie, en un momento en el que la carga de caballería pesada seguía siendo imperante en Europa fue debida al intento de contrarrestar las derrotas que éstos habían acumulado en las batallas contra los escoceses a principios del siglo XIV. Bannockburn, en opinión de Michael Prestwich, en su estudio “El desafío a la caballería: el arco largo y la pica, 1275-1475”, fue la derrota devastadora que obligó a los ingleses a cambiar su táctica de carga con caballería pesada. Pero de acuerdo con el citado autor, este cambio no consistió únicamente en copiar la formación defensiva de los lanceros escoceses, los “schiltrom”, sino en una evolución hacia una posición defendida por los hombres de armas a pie y apoyada por los arqueros. Este sistema básico se convirtió en la forma clásica de combatir de los ingleses durante los siguientes cien años[29] .

Geoffrey Parker anota, en su “Historia de la Guerra”, que el papel de los arqueros en esta táctica tenía un papel muy importante, que consistía en el lanzamiento de una lluvia de flechas ante el avance del enemigo, fuera éste a caballo (Crecy), o a pie (Poitiers), de tal modo que enflaquecieran las filas atacantes y disminuyesen su moral antes de alcanzar las filas inglesas. Allí les esperarían los hombres de armas, bien entrenados y armados, quienes absorberían el ataque, ya debilitado previamente por los arqueros, aguantando su embestida y tomando la iniciativa[30]. En lo que denominamos en nuestro estudio El Hacha de armas en la batalla de Aljubarrota, la “táctica del Yunque y los martillos”[31].

Imagen n.º 2. Arquero recreacionista con arco largo. Fotografía propiedad del autor

Para Montgomery fue en Inglaterra el primer lugar donde se observó la primacía de las formaciones de infantes frente a las cargas de caballería, de la mano del rey Eduardo I, quien asumió el arco largo de origen galés como arma principal de apoyo de los hombres de armas ingleses. El efecto de este arco fue observado por los ingleses en las guerras contra Gales, aprendiendo que el primer movimiento de  las fuerzas antes de entrar en batalla debía ser el lanzamiento de una lluvia de flechas con el fin de destruir la cohesión del avance del enemigo[32].

En los ejércitos españoles (castellano, aragoneses, navarros y portugueses), al igual que en los franceses primaba todavía el uso de la carga de caballería pesada, para derrotar al enemigo. Pero vistas las victorias de los ingleses en Crecy (1346) y Poitiers (1356), los franceses se adaptaron al modo de combatir de los ingleses y aconsejaron al rey don Enrique que dispusiera una fuerza de hombres de armas a pie para luchar contra los ingleses, utilizando además a los jinetes (caballería ligera), que era la caballería más numerosa en las fuerzas de don Enrique, para hostigar a las tropas inglesas antes y durante la batalla, en un papel un tanto similar al de los arqueros ingleses[33].

De la disposición de las fuerzas hispano-francesas, el cronista Pedro López de Ayala, comenta que “El Rey Don Enrique ovo su consejo, é dixenrole, que pues los contrarios venían todos a pie, que era bueno tener esta ordenanza” Por lo que ordenó la disposición de sus fuerzas de la siguiente manera: de pie en la delantera, los mercenarios franceses de Beltrán Du Guesclín, junto a algunos caballeros castellanos, navarros y aragoneses, entre ellos cita a “Men Suárez, Clavero de Alcántara”, a su lado los caballeros de la orden de la Banda, portando su pendón el propio cronista López de Ayala, haciendo un total de 1.000 hombres a pie[34].

Imagen 3. Caballero de Alcántara junto a los de la Banda dispuestos en formación de linea a pie. Cortesía del grupo de recreación Fronteros de Extremadura.

En el ala izquierda se posicionaron las fuerzas a caballo de don Tello, hermano del rey, junto con los hombres de don Gómez Pérez de Porres, Prior de San Juan y otros nobles hasta sumar mil de caballo, en los quales avia muchos caballeros armados. En el ala derecha se situaron fuerzas a caballo comandadas por el don Alfonso, Marqués de Villena, don Pero Moñiz de Godoy Maestre de Calatrava, y los Comendadores mayores de Santiago, don Ferrand Osores y don Pero Ruiz de Sandoval, el número de integrantes de la misma serían según la crónica otros mil hombres, en la que iban muchos armados, es decir habría jinetes (caballería ligera)la mayoría, y hombres de armas (caballería pesada). En el grupo de en medio se situó el rey don Enrique, con el conde don Alfonso, su hijo, junto a muchos caballeros y escuderos de Castilla y de León, y muchos Ricos omes e Fijos-dalgos de Aragon, en un número de mil quinientos a caballo. Ayala afirma que en total, el ejército del rey don Enrique contaba con 4500 hombres entre los que luchaban a pie y a caballo, a los que hay que sumar algunas partidas de escuderos de pie, de las Montañas, Guipúzcoa, Vizcaya, Asturias, pero que fueron de poco provecho en la batalla, porque “toda la pelea fue en los omes de armas”[35].

Etxeberría Gallastegi, en Fazer la guerra, describe el papel de la caballería ligera (jinetes) y como había sido heredado de las luchas fronterizas contra el reino de Granada. Forma de combatir que no solo se llevaba a cabo en la Península Ibérica, también los húsares hungaros y los estradiotes venecianos combatían de igual manera. Esta caballería contaba con hombres menos armados que la pesada y no tenían entre sus misiones principale,s el entrar en un cuerpo a cuerpo con el enemigo. Su imagen habitual era la de un jinete arrojando jabalinas y hostigando al enemigo con una gran movilidad sobre el terreno. Para  Etxeberría, “la caballería ligera era relevante tanto al inicio como al final de las batallas. Sus funciones podrían resumirse en escaramucear, ocupar posiciones clave y perseguir al enemigo derrotado”. Aunque en ocasiones si podrían haber formado escuadrones mixtos, respaldando a los hombres de armas. Presumiblemente, según  Etxeberría, sería la caballería pesada la encargada de entrar en contacto con el enemigo y romper sus líneas, mientras los jinetes irían detrás para aprovechar la ruptura de las filas enemigas[36].

Arnold Blumberg, en “The jinetes”, anota que el arma característica del Jinete era la jabalina para lanzarla contra el enemigo, para ello necesitaba un uso efectivo del caballo con “la monta a la jineta” a un nivel superior al que se requería para “la monta a la brida” de la caballería pesada. El jinete solía llevar dos jabalinas, la primera se lanzaba a la mayor distancia posible contra la caballería pesada del enemigo, ataque que provocaba la inmediata carga de los hombres de armas a caballo, tras lo cual, se giraba  y en plena cabalgada de huida se daba la vuelta y asaeteaba a sus perseguidores que no esperaban esta respuesta. Contaban además con mulas de carga cerca de sus posiciones para reemplazar las jabalinas utilizadas. Para el citado autor la combinación de hombres de armas y jinetes proporcionaba una potencia de fuego de lanzamientos de jabalinas, previa al choque de la caballería pesada, lo que implicaría no solo la pérdida de algunos combatientes enemigos, sino el quebranto de su moral, y la ruptura de su formación de ataque, desorganizándolos, antes del choque con los hombres de armas propios. Por lo general, según Blumberg, la táctica de los jinetes no era tanto acercarse y cargar contra sus oponentes como el de cabalgar alrededor de sus flancos y retaguardia, acribillándolos con sus jabalinas, para luego cargar cuando su formación y cohesión se hubieran desmoronado[37].

 

  1. LA BATALLA DE NÁJERA

Dice la crónica de Ayala que los hombres de armas, a pie, de don Enrique iniciaron el avance hacia la vanguardia del duque de Láncaster y Mosen Juan Chandos. “E tan recio se juntaron los unos con los otros, que a los de la una parte, e a los de la otra cayeron las lanzas en tierra: e juntaronse cuerpos con cuerpos, e luego se comenzaron a ferir de las espadas e hachas e dagas”. Para animarse, las tropas de don Pedro y del Príncipe de Gales gritaban: ¡Guiana! ¡San Jorge!. Mientras los de don Enrique: ¡Castilla! ¡Santiago![38].

Imagen 4 Recreación enfrentamiento entre las fuerzas de don Pedro y don Enrique. Cortesía del grupo de recreación Fronteros de Extremadura.

 

Froissart dice que: «En el primer encuentro de esta batalla hubo grandes arrojamientos de lanzas y estocadas, y durante mucho tiempo estuvieron en esas situación, antes de que pudieran entrar en uno u otro lado. Allí hubo grandes hechos de armas y muchos derribados, que nunca más se levantaron”. Y sigue Froissart comentando que la mayoría sostenían las lanzas con las las dos manos y así arremetían con ellos unos con otros, y otros combatían con espadas cortas y dagas. Al principio franceses y aragoneses aguantaron muy bien y combatieron con gran valor, y los buenos caballeros de Inglaterra resistieron con gran esfuerzo[39]

Sigue narrando Ayala, que las fuerzas de vanguardia del Príncipe de Gales empezaron a retroceder, con lo que los de don Enrique pensaron que vencían y se animaron más en el combate [40].

Tom Lewis indica que los hombres de armas que luchaban a pie se dispondrían en

lineas, que serían relevadas por otras posteriores cada 10 o 15 minutos. Ya que según unas pruebas realizadas con recreacionistas, por la Universidad de Leeds, evaluando el esfuerzo que realizaban, con replicas de la indumentaria y armas que pudieron llevar los combatientes en el siglo XIV, se mostraba que los hombres que recreaban a los hombres de armas con su blindaje de chapas, gastaban el doble de energía en sus movimientos y lucha contra el contrario, que los pobremente protegidos por prendas con menos poder de resistencia a los impactos[41].

Para Tom Lewis el objetivo general de los comandantes medievales era romper la linea enemigas. Atacar al enemigo no solo de frente sino también por el costado o la retaguardia era el medio más idóneo para superar la resistencia del enemigo. Lewis indica que era común situar en la primera línea, a los combatientes más fuertemente armados y con mejores defensas de placas, con armas tales como lanzas (acortadas), espadas y escudos, y hachas de armas. Habiendo una cierta competencia entre ellos por demostrar quienes eran los más valientes. Normalmente después se encontrarían los soldados con armas de asta, tales como billhook y glaives, menos blindados, posiblemente brigantinas, gambesones y cotas de malla, lo que implicaría una mayor velocidad en el ataque y en la retirada, al abrigo de sus hombres de armas que aguantarían la respuesta de los contrarios. Algunos autores sugieren que ambas lineas: hombres de armas y combatientes con armas de asta, se podrían encontrar mezclados, pero en opinión de Lewis, esto parece poco probable, pues a parte de que se estorbarían mutuamente al manejar armas distintas con movimientos de esgrima diferentes, el enemigo atacaría prioritariamente a los combatientes peor defendidos por su blindaje, lo que implicaría su retroceso y por ello la rotura de la línea del frente[42].

Imagen 5. Combatiente armado con un billhook. Cortesía grupo de recreación Fronteros de Extremadura.

 

Froissart continúa narrando el combate“Os digo que allí fue mi señor John Chandos muy buen caballero y bajo su estandarte realizó grandes hechos de armas combatiendo a sus enemigos y retrocediendo. Una de las veces avanzó tanto que fue empujado y derribado al suelo. Sobre él calló un gran hombre castellano llamado Martín Fernández que entre los españoles tenía fama de intrépido y valiente. Trató por todos los medios de matar a mi señor John Chandos y lo tuvo debajo de él en gran calamidad. Entonces el susodicho caballero echó mano a un cuchillo que llevaba en el cinto. Lo sacó e hirió tanto al tal Martín en la espalda y en los costados que lo hirió de muerte mientras estaba sobre él, y luego lo echó a un lado”. Anota Froissart que en las filas del rey Enrique había buenas “gentes de armas”, y que estos “combatieron valientemente con lanzas, visarmas, flechas y espadas[43].

Imagen 6. Los combates cuerpo a cuerpo solían terminar con la lucha con dagas. Cortesía grupo de recreación Fronteros de Extremadura.

 

Martínez Canales, en su Nájera 1367, hace constar que debió ser utilizado este momento para que la caballería del rey don Enrique situada en los flancos atacase a sus contrarios y mantuvieran el frente, pero las fuerzas de caballería del ala izquierda del ejército hispano-francés, mandadas por don Tello, dudaron y no se incorporaban a la lucha, momento que aprovecharon las fuerzas inglesas, del mismo flanco para cargar y atacarle, y “el e los que con el estaban non los esperaron, e movieron del campo a todo romper huyendo”. Viendo la retirada de este flanco, y que no podían alcanzar a los que huían, los ingleses“tornaron sobre las espaldas de los que estaban de pie en la avanguarda del Rey Don Enrique, que peleaban con la avanguarda del Príncipe”, donde estaba el pendón de la Banda, hiriéndoles por las espaldas “e comenzaron a prisa a matar dellos[44].

En el ala derecha de don Enrique las cosas no iban mejor, Castillo Cáceres en su estudio sobre esta batalla nos indica que en el enfrenamiento entre caballerías, las fuerzas del Marqués de Villena, también fallaron, y los que no cayeron muertos o prisioneros, huyeron, por lo que los ingleses se dedicaron a atacar por la espalda a los hispano-franceses que combatían a pie, por los dos flancos, de tal manera que fueron cercados por el enemigo y nadie podía socorrerlos[45].

Imagen 7. Hombres de armas enfrentándose. Cortesía de The Medieval Things.

En la batalla de Nájera los flancos de los hombres de armas luchando a pie estaría defendido por la caballería de don Tello y del Marqués de Villena, pero al huir ambas fuerzas, los hombres de armas quedaron flanqueados por los ingleses en un movimiento de tenaza que fue su perdición.

Viendo el desarrollo de la batalla, Iain Dickie anota que, el rey don Enrique se dispuso a salvar a sus hombres de armas a pie, lanzando una carga de caballería desde su posición en la retaguardia, pero aunque lo intentó hasta tres veces, en su caballo armado de loriga, no consiguió liberarlos de las tenazas de los enemigo[46]. Ya que los arqueros ingleses, que apoyaban a las fuerzas anglo-españolas, les hicieron retroceder, al igual que a la infantería de apoyo de don Enrique, entre la cual Froissart anota la presencia de honderos: “Españoles y catalanes llevaban hondas con las que lanzaban piedras hundiendo yelmos y bacinetes. Así hirieron y mataron a muchos hombre. Hubo un gran ataque de lanzas y mucho hombres murieron y fueron derribados al suelo”. Pero después de la respuesta, por parte de los arqueros ingleses éstos también dejaron de mantener el orden y también huyeron[47].

Tom Lewis indica que aunque fueron mejorando las protecciones de los hombres de armas y de sus monturas, para hacerlas casi invulnerables a las flechas, no toda la superficie podía ser protegida. Narra como en la batalla de Poitiers, los caballeros franceses aprendieron de su derrota en Crecy, y blindaron a su caballería pesada contra los arqueros ingleses, pero éstos, al observar la poca eficacia de sus flechas contra la carga frontal de los caballos, cambiaron de posición para flanquear y disparar sobre los cuartos traseros de los caballos, que estaban menos protegidos, consiguiendo su objetivo de desbaratar la carga francesa. Aún así la carga de caballería no fue eliminada como factor a tener en cuenta durante el siglo XIV, y mantuvo un papel primordial como tropa de choque, capaz de hacer una aparición repentina, pillando desprevenidos a los enemigos, con un efecto devastador[48].

Aunque los arqueros habían reducido el dominio de la caballería pesada en los campos de batalla europeos, no lo había anulado, la efectividad de los jinetes era aun suficiente para mantenerlos como factor desequilibrador. Pese a ello, durante mucho tiempo bastó con observar que el contrario tenia arqueros para que los hombres de armas descabalgasen y se dispusieran a luchar a pie, con sus caballos situados en la retaguardia, lo suficientemente cerca para montar en caso de lanzar un contraataque de caballería pesada y perseguir a los enemigos derrotados.

Anota Froissart que la columna y la tropa que mejor y con mayor obstinación combatió, por parte de los hispano-franceses “fue la de mi señor Bertrand du Guesclin, pues allí estaban auténticas gentes de armas que combatían y se vendían con todo su leal poder, y allí se realizaron grandes hechos de armas” y continua “ al final, la columna de mi señor Bertrand du Guesclin fue destruida y murieron y fueron apresados todos los que allí estaban”[49].

 

Imagen 8. Caballero de Alcántara enfrentándose a un hombre de armas inglés. Cortesía grupo de recreación Fronteros de Extremadura.

 

El resto de las tropas de don Enrique huía en desbandada hacia la ciudad de Nájera intentando atravesar el rio, Froissart comenta que: “hubo allí gran horror y grandes efusiones de sangre, muchos muertos y muchos ahogados, pues la mayor parte saltaban al agua, que era rápida, negra y horrible, pues preferían morir ahogados que muertos con la espada”, continúa Froissart que “esta derrota fue muy grande y horrible, y sabed que sobre todo el rio hubo muchos muertos”, y que según había oído contar “en Najera se veía el agua roja de la sangre de hombres y caballos que allí murieron”[50].

La persecución llegó hasta la villa de Nájera, siendo en esta retirada muertos muchos de los hombres a caballo de don Enrique. En Nájera vieron como las fuerzas de don Pedro empezaron a rodear la ciudad, por lo que todos los que pudieron, intentaron huir de la misma. El rey Enrique tenía su caballo cansado, por lo que para evitar que fuera capturado, el escudero Ruy Fernández de Gaona, natural de la tierra de Alava, que montaba un “caballo ginete” (ligero), se lo cedió para que escapara de Nájera, camino de Soria[51].

De las tropas que luchaban a pie, Ayala comenta que fueron muertos Garci-Laso de la Vega, Suer Perez de Quiñones, y otros hombres de armas hasta alcanzar una cifra de 400. Mientras que fueron presos el propio cronista Pero López de Ayala, el Conde don Sancho, hermano del rey, Mosen Beltran de Claquin, el Mariscal de Audenehan, el Vesgue de Villaines, Juan Ramírez de Arellano, don Garcí Álvarez de Toledo, Maestre que fuera de Santiago, y Melen Suarez, Clavero de Alcańtara. De los de a caballo, el cronista menciona que fueron presos el Conde de Denia y Pero Moñiz Maestre de Calatrava[52]

En su huida, don Enrique llegó hasta Francia, donde recibió el apoyo del duque de Anjeu, hermano del rey de Francia, y tras entrevistarse con él en la villa de Aguas-muertas, pudo conseguir “piezas de moneda de oro, para venir a Castilla” a reclamar su trono. Contrató Compañías para la lucha y cabalgó hacia Castilla. En Calahorrra se le unieron algunos de sus antiguos compañeros de armas que habían luchado con él en Nájera, “y andaban por el reino de Castilla, fasta seiscientas lanzas”, entre ellos Juan Ramírez de Arellano y don Melen Suarez “Teniente lugar de Maestre de Alcántara”. Después de tomar varias ciudades como Dueñas, León y cercar Toledo, la respuesta del rey don Pedro fue clara, sea alió con el rey de Granada y atacaron las poblaciones adictas al rey don Enrique, tomando y arrasando Jaén y Úbeda. El rey don Pedro partió de Sevilla para levantar el cerco de Toledo, y en el camino se enfrentó en la villa de Montiel con las fuerzas del rey don Enrique, donde fue vencido y asesinado por don Enrique.

 

  1. FREY MELEN SUÁREZ , MAESTRE DE ALCÁNTARA.

Torres y Tapia afirma que tras la batalla de Nájera, Melen Suárez “ fue uno de los que quedaron preso”. Una vez libre, y habiendo vuelto a Castilla el rey don Enrique tras la derrota en Nájera, fue uno de los 600 hombres que le salieron a recibir, para continuar la guerra contra el rey don Pedro, estando presente al lado de don Enrique en la batalla de Montiel, en la que fue vencido y muerto el rey don Pedro I[53].

Don Melen Suárez fue elegido Maestre en 1369, según Torres y Tapia, muerto el rey don Pedro y siendo ya rey de  Castilla don Enrique. Este nombramiento fue apoyado por el nuevo rey, quien presionó la elección de tan buen servidor suyo, al haber participado, don Melen, en la guerra de sucesión contra su hermano don Pedro. Pero alguna desaveniencia debió ocurrir entre el Maestre y el nuevo rey, cuando poco tiempo después, se pasó al bando del rey don Fernando de Portugal, quien muerto el rey don Pedro, alegaba que tenía derecho al reino de Castilla y León y comenzó una guerra contra el rey don Enrique. Durante la misma el Maestre don Melen Suárez conquistó la mayor parte de las fortaleza y castillos de la frontera para beneficio del rey portugués. La Crónica de Alcántara de Rades y Andrada hace constar que al final, algunos comendadores y caballeros de la Orden se rebelaron contra su mandado y se pusieron a las órdenes del rey don Enrique, recuperando las posesiones en mando de los partidarios del rey de Portugal. Finalmente Melen Suarez tuvo que exiliarse a Portugal donde el rey le prometió el maestrazgo de la Orden de Avis, por sus servicios, según relata la Crónica de Torres y Tapia[54].

 

[1] GARCÍA TORAÑO, Paulino. El Rey don Pedro el Cruel y su mundo. Marcial Pons. Madrid 1996. p 133 y ss.

 

[2] GARCÍA TORAÑO, Paulino. Opus cit. Pág 133

 

[3] VALDEÓN, Julio. Pedro I el Cruel y Enrique de Trastámara ¿la primera guerra civil española?. Aguilar 2002. P 65 y ss.

[4] VALDEÓN, Julio. Opus cit. Pág 135 y ss.

[5] GARCÍA TORAÑO, Paulino. Opus. cit. Pág 219 y ss.

[6] VALDEÓN, Julio. Opus cit. Pág 121 ss.

[7] GARCÍA TORAÑO, Paulino. Opus cit. Pág 395.

[8] VALDEÓN, Julio. Opus cit. Pág 143 y ss.

[9] VALDEÓN, Julio. Opus cit. Pág 149 y ss.

[10] VALDEON, Julio. Opus cit. Pág 165 y ss.

[11] RUIZ MORENO, Manuel Jesús . Ariñez 1367. Almena. Madrid 2020. p 10

[12] ALDEÓN, Julio. Opus cit. Pág 169 yy ss.

[13] GARCÍA TORAÑO, Paulino. Opus cit. Pág 435 y ss.

[14] CASTILLO CÁCERES, Fernando. Análisis de una batalla: Nájera 1367. Instituto de Historiade España. Facultad de Filosofía y Letras. Buenos Aires 1991. Pág 122 y ss.

[15] MARTÍNEZ CANALES, Francisco. Nájera 1367. Una batalla internacional en la Guerra Civil Castellana. Almena. Madrid 2004. p 57 y ss

 

[16] MARTÍNEZ CANALES, Francisco. Opus cit. Pág 69.

[17] TORRES Y TAPIA, Alonso. Crónica de la Orden de Alcántara. Tomo II. Madrid 1763. p 121

[18] TORRES Y TAPIA, Alonso. Crónica de la Orden de Alcántara. Tomo II. Madrid 1763. p 92

[19] TORRES Y TAPIA, Alonso. Crónica de la Orden de Alcántara. Tomo II. Madrid 1763. p 98

[20] TORRES Y TAPIA, Alonso. Crónica de la Orden de Alcántara. Tomo II. Madrid 1763. p 120 y ss.

[21] NOVOA PORTELA, Feliciano. Los Maestres de la Orden de Alcántara durante los reinados de Alfonso XI y Pedro I, HID 29 (2002). p 333 y ss

 

[22] PALACIOS MARTÍN, Bonifacio. Colección Diplomática Medieval de la Orden de Alcántara. De los orígenes a 1454. Fundación San Benito de Alcántara. Editorial Complutense. 2000. p 462.

 

[23] TORRES Y TAPIA, Alonso. Crónica de la Orden de Alcántara. Tomo II. Madrid 1763. p 125

 

[24] RADES Y ANDRADA. Francisco. Crónica de la Orden de Alcántara. Fol 30.

 

[25] TORRES Y TAPIA, Alonso. Crónica de la Orden de Alcántara. Tomo II. Madrid 1763. p 109 y ss

 

[26] [26] LÓPEZ DE AYALA, Pedro. Crónicas de los reyes de Castilla. Crónica de rey don Pedro Tomo I. Madrid 1779. p 440 y ss

 

[27] FULLER, J.F.C. Batallas decisivas del mundo occidental. Tomo I. Ediciones Ejército. Madrid 1979. p 524

 

[28] LÓPEZ DE AYALA, Pedro. Crónicas de los reyes de Castilla. Crónica de rey don Pedro Tomo I. Madrid 1779. p 442 y ss

 

[29] PRESTWICH, M. El desafío a la caballería: el arco largo y la pica, 1275-1475. La guerra en la Edad Media. Akal 2010. p 160 y ss

 

[30] PARKER, Geoffrey. Historia de la guerra. Akal 2010. p 92 y ss

 

[31] RUIZ MORENO, Manuel Jesús. El Hacha de armas. La táctica inglesa del yunque en la batalla de Aljubarrota. Revista Aequitas, número 16, 2020 . p 102

 

[32] MONTGOMERY. Historia del Arte de la Guerra. Aguilar S.A. 1969. p 205 y ss

 

[33] RUIZ MORENO, Manuel Jesús . Ariñez 1367. Almena. Madrid 2020. p 63 y ss

 

[34] LÓPEZ DE AYALA, Pedro. Crónicas de los reyes de Castilla. Crónica de rey don Pedro Tomo I. Madrid 1779. p 442 y ss

[35] LÓPEZ DE AYALA, Pedro. Crónicas de los reyes de Castilla. Crónica de rey don Pedro Tomo I. Madrid 1779. p 443 y ss.

 

[36] ETXEBERRIA GALLASTEGI, Ekaitz. Fazer la guerra. Estrategia y táctica  militar en la Castilla  del siglo XV. CSIC, Madrid 2022. p 294 y ss

[37] BLUMBERG, A. The Jinetes. Mounted warriors of medieval Spain. Medieval warfare. Vol.III. Issue 1. A Medieval cold war in Sapin: The war of the two Peters. Karwansary Publishers. P 18 y ss.

 

[38] LÓPEZ DE AYALA, Pedro. Crónicas de los reyes de Castilla. Crónica de rey don Pedro Tomo I. Madrid 1779. p 453 y ss

 

[39] LÓPEZ DE AYALA, Pedro. Crónicas de los reyes de Castilla. Crónica de rey don Pedro Tomo I. Madrid 1779. p 454.

[41] LEWIS, Tom. Medieval military combat. Casemate 2021. p 107.

 

[42] LEWIS, Tom. Opus cit. Pág 107.

[43] AA.VV. (Victoria Cirlot y J.E. Ruiz Domenec) Crónicas de Froissart. Ediciones Siruela. Madrid 1988. p 330 y ss

 

[44] MARTÍNEZ CANALES, Francisco. Nájera 1367. Una batalla internacional en la Guerra Civil Castellana. Almena. Madrid 2004. p 74 y ss

 

[45] CASTILLO CÁCERES, Fernando. Análisis de una batalla: Nájera 1367. Instituto de Historia de España. Facultad de Filosofia y Letras. Buenos aires 1991. p 137

 

 

[46] DICKIE, Iain. Nájera, 1367. Batallas Medievales 1000-1500, Tikal . P 155 y ss.

 

[47] AA.VV. (Victoria Cirlot y J.E. Ruiz Domenec) Crónicas de Froissart. Ediciones Siruela. Madrid 1988. p 331

 

[48] LEWIS, Tom. Medieval military combat. Casemate 2021. p 68 y ss.

 

[49] AA.VV. (Victoria Cirlot y J.E. Ruiz Domenec) Crónicas de Froissart. Ediciones Siruela. Madrid 1988. p 332

 

[50] AA.VV. (Victoria Cirlot y J.E. Ruiz Domenec). Opus cit.  Pág. 334 y ss.

 

[51]MARTÍNEZ CANALES, Francisco. Nájera 1367. Una batalla internacional en la Guerra Civil Castellana. Almena. Madrid 2004. p 80 y ss

 

[52] LÓPEZ DE AYALA, Pedro. Crónicas de los reyes de Castilla. Crónica de rey don Pedro Tomo I. Madrid 1779. p 456 y ss

 

[53] TORRES Y TAPIA, Alonso. Crónica de la Orden de Alcántara. Tomo II. Madrid 1763. p 120 y ss.

[54] TORRES Y TAPIA, Alonso. Opus cit. Pág. 121 y ss.

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