Montaña Paredes Pérez y María Antonia García Vivas.
INTRODUCCIÓN
El estudio de las torres de la ciudad cacereña que hemos analizado, es una parte a incluir dentro de de las construcciones miliares, que tan escasamente se han tratado a lo largo de la Historia del Arte y, debido a la preferencia de los monumentos religiosos por el Patrimonio Nacional, se ha prestado menor atención a su conservación por ello. Gran parte de estas construcciones aparecen ante nuestros ojos como meras ruinas, lejos del esplendor de que gozaron en su tiempo. Pese a esto, la ciudad de Cáceres posee un gran número de torres y otras construcciones militares.
¡Así!, palacios, casas fuertes, iglesias y murallas se elevan y sobresalen gracias a la presencia de sus altaneras torres.
1. TIPOLOGÍAS
Tipológicamente las torres cacereñas se pueden agrupar en torno a tres categorías: defensivas, palaciegas o de casas fuertes y de iglesias.
– Torres defensivas: Ya sean albarranas o adosadas a los lienzos de muralla, incluiremos aquí las siguientes: Bujarro, Púlpitos, Horno, Hierva, Santa Ana, Postigo, Redonda, Mochada, de los Pozos o del Gitano, reducto pentagonal Almohade, albarrana junto al Arco del Cristo y Espadero.
– Torres palaciegas o de casas fuertes: Su construcción se debe a que los diversos linajes cacereños necesitaban, como exponente de su fortaleza y dominio, dotar a sus casas con altas torres para así aumentar y asegura su defensa ante los bandos enemigos. Aparecen dispersas tanto intramuros como extramuros. A estas últimas pertenecen las siguientes: torre del Palacio de Godoy, de los Galarza y de Camarena.
En mayor número mencionaremos las torres que están dentro de la muralla: torre de la Casa del Águila (desaparecida), de Sánchez Paredes, del Comendador, de las Cigüeñas, de los Golfines de Abajo, Redonda (Palacio Carvajal), Toledo, Moctezuma, de los Golfines de Arriba, de los Plata y de los Ovando.
– Torres de iglesias: Capítulo aparte de las anteriores, mencionamos estas otras cuya función es diversa: defensiva, vigía, campanario, orientativa… Cabría citar de igual manera que las anteriores, las de fuera y las de dentro de la muralla. Extramuros: San Mateo, San Francisco Javier y Santa María. Intramuros: San Juan y Santiago.
2. MATERIALES
Teniendo en cuenta la evolución histórica que ha sufrido la ciudad de Cáceres, hay que diferencias varios tipos de materiales en la construcción de las torres según pertenezcan a una u otra época. Así se aprecian en numerosas torres, restos de fábrica romana: grandes sillares graníticos, dispuestos a soga y tizón.
En la etapa de la Reconquista, las torres quedan marcadas por el uso del mampuesto, con la pervivencia de sillares en las esquinas.
Y, por último, dominan sobre los demás materiales usados en época almohade: argamasa de color rojizo (tapial) interrumpida por mechinales.
3. MORFOLOGÍA
En cuanto a las plantas de estas construcciones dominan las cuadradas o rectangulares, aunque existen también las de planta redonda y las octogonales (Desmochada, Redonda).
La parte alta de las torres suele estar rematada por almenas (algo típico en las torres de la muralla). Las torres de los palacios, en su tiempo, también poseyeron almenaje, pero por el castigo que los Reyes Católicos impusieron a los nobles cacereños que apoyaron la causa de la Beltraneja, fueron desmochadas todas a excepción de aquellas cuyos dueños gozaron del favor regio (Torre de las Cigüeñas y del Homenaje).
Adornan estas torres matacanes salientes sobre ménsulas o canecillos y, a veces, ventanas góticas con mainel, denominadas ajimezadas.
4. ANÁLISIS INDIVIDUALIZADO DE LAS TORRES CACEREÑAS
Torre del Bujaco (o del Reloj)
Ubicada en la Plaza Mayor. Es una de las más conocidas del recinto amurallado y, asimismo, la más grande.
De estructura cúbica y planta cuadrangular, presenta al exterior esquinas de sillares y, el resto del muro es mampostería. Está coronada por un almenaje, típico de estas construcciones, a cuya altura se colocan sendos matacanes rematados en aspilleras. Bajo el matacán central y a ambos lados se disponen dos saeteras.
En la fachada principal destaca un matacán con función de tribuna, sobre cuatro ménsulas, en cuyo frontis hay esculpida una guirnalda de flores, dentro de la cual se encuentra el blasón de los Rivera. Se conoce con el nombre de Balcón de los Fueros y se cree que su función pudo ser la de elevar pendones en el nombramiento de los nuevos reyes.
Sobre restos romanos, los árabes la levantaron y por ser conquistada al mando del califa Abu Jacob (1173) recibe su nombre. Hay tras tesis al respecto mencionando como conquistador a Abu Hafs Omar, gobernador de Mérida. Además de presentar dudas respecto a su conquistador, no es eludible el problema sobre sus posibles constructores, almohades o cristianos.
Fue restaurada en el siglo XV, añadiéndosele los matacanes ya citados.
Durante el siglo XVIII peligra su conservación debido a problemas económicos. Salvada de tales infortunios, en 1820 se le añade como coronamiento un templete, a modo de espadaña, que alberga la diosa Ceres, hallada en los campos del río Salor y que hoy se encuentra en el Foro de los Balbos, sito en la Plaza Mayor. También se dispuso en el frontal de la torre un reloj a modo de torre de iglesia, de ahí que se la conozca también como Torre del Reloj.
En 1962 la torre vuelve a su estado originario, quedando las almenas, donde estaba la espadaña, reconstruidas en ladrillo diferenciándose así de las originales en piedra.
Torre de los Pupilos (o Nueva)
De planta cuadrangular está construida con sillares regulares destacando su coronamiento, ya no por el decorado típico de almenas, sino porque presenta dos curiosos matacanes en forma cilíndrica denominados “Escaraguaitas”, en cuyo centro se disponen saeteras en forma de cruz. Estos matacanes recuerdan, por su forma a los púlpitos de las iglesias, de ahí su nombre. Están decorados por tres anillos semicilíndricos o collares de bolas, visto en numerosos edificios en tiempos de los Reyes Católicos.
Esta torre presentaba otra gemela, la cual ha desaparecido y ambas flanqueaban la Puerta Nueva (hoy Arco de la Estrella), una de las cuatro puertas del recinto amurallado.
Está datada con fecha posterior a la Reconquista debido a su estilo.
En su parte alta está comunicada por un pasadizo, en forma de arco, con el palacio de los Blázquez Mayorazgo. Su finalidad era servir de balcón a los nobles que deseaban ver los espectáculos que acontecían en la Plaza Mayor. En este siglo ha sido desprovista de construcciones anejas que dificultaban su visión, cuidándose fielmente su antigua estructura.
Torre del horno
También de planta cuadrada, se diferencia de las anteriores por su material de construcción, que no es de mampostería ni sillería, sino de tapiar rojizo típico almohade, dando a esta construcción un aspecto diferente.
Presenta seis almenas por cada cara, y en sus muros se aprecian los típicos mechinales almohades, huella de las técnicas de construcción de aquella época.
Esta actual mente muy deformada debido a las sucesivas construcciones que se hicieron junto a ella.
Torre de la hierba
De estructura análoga a las anteriores. Su basamento presenta sillares romanos, siendo el resto de sus muros de la ya tan mencionada argamasa rojiza almohade. Su coronamiento tiene cinco almenas por cada cara, y en sus muros también aparecen mechinales.
No va adosada directamente a la muralla, sino que media entre ambas un muro de cortina de que la comunica.
Sobre estas dos torres (Ornó y Hierba) cree que marcaban el antiguo Corregimiento de la Villa, ha habido polémica. Así, hay autores que piensan que sus nombres aparecen trastrocados, concretamente hablamos de Fernando Bravo cuya publicación apareció en un artículo del periódico Extremadura en mayo de 1975.
Torre de Santa Ana
Está unida a la muralla por un gran muro perforado por un pasadizo.
Torre del postigo
Tres etapas históricas se suceden en esta torre, marcadas a través de sus materiales: sillares romanos sobre un castro celtibérico, y el resto en tapial almohade. Tiene cuatro almenas por cada cara, todas ellas de estructura cuadrada al igual que sus coetáneas ya citadas.
Recibe el nombre de Postigo, porque se encuentra situada al lado de la puerta de santa Ana, antiguo postigo de la muralla.
Torre redonda
Situada en la parte sureste de la muralla se encuentra una de las torres más interesantes, tanto por su forma como por su denominación, ya que impropiamente se la llama redonda, cuando en realidad su forma es octogonal.
Por su forma poligonal muestra grandes parecidos con la vecina torre de Espantaperros (Badajoz) y con las sevillanas Torre del Oro. Estas semejanzas hacen que sea posible fecharla dentro del esplendor almohade.
Su basamento es macizo, pero presenta un segundo cuerpo que tiene una sala donde se encuentra una escalera por la que se accederá su azotea.
Su remate es de tres almenas por cada lado del octógono, siendo almenas compartidas la de las esquinas.
Posee dos vanos al exterior, uno de los cuales da acceso al paseo de ronda de la muralla y comunica con la escalera que da paso a la sala.
Se conserva intacta desde su base romana hasta su remate almenado almohade.
Torre desmochada
Pareja al anterior y en el ángulo suroeste nos encontramos con otra torre de morfología similar, pero el peor estado de conservación ya que carece de almenaje.
Aún puede apreciarse parte del muro que la unía a la muralla.
Sus muros son de tapial almohade, donde los mechinales aparecen dispuestos siguiendo líneas simétricas.
Ambas torres aparecían franqueando la muralla por el lado sur, en medio de otras de las puertas del recinto amurallado (Puerta de Mérida). Puerta que en su tiempo se encontraba defendida por cuatro torres, cuyos cimientos se encuentran aún en las casas vecinas.
Torre “desconocida”
Un pequeño reducto almohade, el más meridional de la muralla, tiene forma pentagonal, cuyo nombre no aparece citado en parte alguna.
Torre de los pozos
Más que una torre es una fortificación, debido a la existencia de una barbacana pinaculada pegada a la misma.
Se piensa que formó parte del antiguo Alcázar cacereño, el cual se hallaría situado en la zona del Palacio de las Veletas, justo encima de esta torre, también denominada del Gitano o del Conde.
No posee remate, pero se supone que, al igual que las demás torres albarranas, sería almenado. Tiene terraza accesible.
Junto a la torre, apreciamos una de las entradas a un pasadizo que en tiempos comunicaba con un riachuelo, utilizado como foso de defensa de la fortificación, además de otros procedimientos defensivos usados por los almohades como son las barbacanas o muros defensivos.
Torre albarrana del Arco del Cristo
De estructura cúbica y con cuatro almenas por lado. Protegía la otra puerta de la muralla (del Río o del Cristo), que estaría flanqueada por dos de las que sólo queda está en pie.
Torre de espadero
Único resto que se mantiene de un antiguo palacio del siglo XIII-XIV. Está construida en mampostería con sillares en las esquinas. Se piensa que pudo estar edificada sobre un antiguo basamento romano.
Lo más sobresaliente es su espléndido matacán de esquina, sostenido por nueve grandes mensulones de granito. A destacar también su coqueto ajimez, encuadrado en alfiz de equipo mudéjar y dos graciosas ventanitas gemelas, separadas por mainel, elemento éste muy repetido dentro de la arquitectura palaciega cacereña.
Su cuerpo anteriormente almenado, sufrió desmoche en tiempos de lo Reyes Católicos.
Aparecer totalmente sola junto al palacio de Moctezuma, al que se le pensaba incorporar para formar parte de un Parador Nacional de Turismo.
Además de ser torre de palacio, serviría asimismo de defensa de la antigua Puerta de Socorro (otra de las cuatro puertas del recinto amurallado) a la cual se encontraría unida, cruzando esta puerta sobre el antiguo adarve hoy desaparecido.
Torre del homenaje en el palacio de los Golfines de Arriba
De las cinco torres que poseía este palacio, sólo queda esta en pie. Las otras fueron desmoche a las o destruidas en tiempo de los Reyes Católicos. Pese a esto, en las esquinas del edificio, aún pueden apreciarse los arranques de tres desmochadas torres y el matacán de una de ellas.
La del homenaje se conserva en su integridad debido a la autorización que al rey Fernando V “el Católico” concedió en 1506.
Está construida en mampuesto con esquinas de sillares regulares que, de igual manera, enmarcan los vanos góticos. Coronándola aparece un bonito almenaje, así como dos gárgolas zoomórficas en cada franco.
En sus lados exteriores aparecen grabados de los escudos de la familia: cuartelado de torres y lises, adornados con lambriques y ristre.
Torre de Los Plata
Está incluida en el Palacio del Vizconde de Rodas. Su planta es cuadrangular y sus muros están construidos con mampostería y sillares en las esquinas, disponiéndose los ya citados mechinales en el punto de unión de ambos materiales.
Destaca su matacán volado de esquina, apoyado en nueve modiones y el típico ajimez con mainel marmóreo.
La presencia de tejas dispuestas afuera de todo rigor arquitectónico en su terraza, nos indica que ésta sufriría el tan repetido desmoche, por tanto iría rematada con almenas.
Por los elementos que la definen, podemos apreciar la gran similitud que existe entre ésta y la de Espadero antes citada, lo que nos induce a pensar que sería un modelo repetido en aquellos tiempos.
Torre de la Casa del Águila
Hoy desaparecida.
Torre de Sánchez y Paredes
Sin datos.
Torre del Comendador
Forma parte del Palacio de los Ulloas, antigua Casa del Comendador de Alcuéscar, siendo ésta la parte más antigua del mismo. Ha sufrido numerosas reformas.
Es una torre cuadrada, de gran altura, con basamento de mampostería y sillería en el resto.
A diferencia de las anteriores, su parte superior no posee almenas, sino que va rematada por una balaustrada, en cuyos ángulos se disponen soportes con bolas. Aparece un balcón en la fachada principal sobre el que se disponen dos escudos (Ulloa-Carvajal) enmarcados por alfiz. Encima observamos la puerta de un cuadro con arco bilobulado, sin parteluz, sobre el que se dispone el escudo de los Ulloa, todo hecho igualmente rematado por alfiz quebrado.
En la fachada sur continúa el balcón antes citado y sobre él el blasón (Ulloa-Carvajal) y, ascendiendo, encontramos primero una saetera cristiana y después otra ventana de estructura análoga al anterior, también enmarcada en alfiz.
Torre de las Cigüeñas
Lo más interesante de esta torre es que aparece, al igual que la del Homenaje, completa debido a un privilegio concedido por los Reyes católicos a su paladín, don Diego de Cáceres Ovando, que apoyaba su causa.
Torre alta y cuadrada cuyos muros repiten los típicos materiales: van puesto y sillería las esquinas.
Salpican la torre numerosas ventanas, unas con arcos de medio punto y otras escarzanas, rompiendo así la monótona estructura vertical de la torre. Presenta una cornisa volada, apoyada en canecillos y rematada con almenas cuadradas que, anteriormente, fueron escalonadas.
Torres de los Golfines de Abajo
Cada una de las torres de este palacio, representa una etapa diferente dentro de la historia. Así, la más antigua, data de tiempos de Enrique IV, con fábrica de mampuesto y sillería en las esquinas. La existencia de dos matacanes, apoyados en tres ménsulas, nos hace pensar que el remate sería, al igual que en el resto de las torres cacereñas, almenado porqué el que hoy posee es obra posterior; formado por una “logia” con ocho arcos rebajados, dos por cada flanco, y techo hombre a cuatro aguas. Dicha “logia” aparece repetida en la Casa de los Moragas, próxima a la torre.
Gloria del plateresco cacereño, es la otra torre que sobresale del conjunto avanzando hacia la plazuela. En ella observamos dos cuerpos claramente diferenciados, separados por una moldura ricamente decorada con motivos geométricos.
El cuerpo inferior posee basamento y esquinas de sillares, siendo el resto de mampuesto. El cuerpo superior, por el contrario, es todo él de sillares muy bien escuadrados. En él hay que destacar la cartela que dice “esta es la casa de los Golfines”, todo ello rodeado por motivos decorativos: lambrequines y yelmo timbrado del escudo de dicho linaje y bajo el mismo dos hachas cruzadas. Plantean las esquinas dos medallones en alto relieve.
Recorriendo la torre y el resto de la fachada del palacio, vemos una rica crestería plateresca, formada por grifos y dragones entre flameros, lo cual prueba el gran mérito del escultor al no usar en su elaboración piedra blanda, sino granito de la propia cantera extremeña.
Torre redonda del Palacio de Carvajal
Adosada al palacio de Carvajal es de época anterior al mismo aunque la fecha exacta de su construcción se desconoce.
Se piensa que es un resto de las fortificaciones que construyeron los Fratres de Cáceres hacia 1169-1173, aunque fue transformada en el siglo XVI.
Al exterior destaca su estructura redonda construida en mampostería entre la que resaltan las típicas ventanas de tipo morisco. En su interior, la planta baja posee una capilla cubierta con bóveda semiesférica, decorada con pinturas góticas del pintor Juan Bautista Pachi.
Torre del Palacio de los Toledo-Moctezuma
Surge de este palacio junto a la vecina muralla almohade una torre maciza, pesada, construida en ladrillo y horadada en cada franco por dos vanos de arco rebajado al igual que los de la galería de ventanas de la parte superior del mismo.
Dicho torreón rematará en una cúpula redonda coronada por un pequeño capulín sostenido por seis balaustres rematado en punta y bola. Asimismo, las esquinas del cuerpo cúbico de la torre se elevan en cuatro pináculos.
Destaca en el cuerpo bajo de la torre, en uno de los ángulos, un precioso escudo esquinado, blasón partido compuesto por las armas de Carvajal-Toledo (sus constructores).
Actual mente ha sufrido una cuidadosa restauración ya que se pensó habilitar este palacio como Parador Nacional de Turismo.
Torre del Palacio de Godoy o Casa del Roco
Pertenece a la casa de Francisco de Godoy, conquistador amigo de Pizarro y Almagro.
Presenta la típica estructura que poseían los palacios hechos con el dinero de la Conquista, de los que tenemos numerosos ejemplos en Trujillo, Plasencia y otras poblaciones extremeñas.
La torre hace ángulo y en ella se observa el típico balcón de esquina de tipo manierista, con arco de medio punto a dos haces flanqueado por dos columnillas estriadas, apoyadas en pinto de tipo compuesto, sobre las que se levanta un frontón partido y encima de él un tímpano en cuyo centro se halla una figura en alto relieve. Sobre él, aparece un escudo también esquinado con el ajedrezado de los Godoy a un lado y flores de lis de los Aldana a otro. Roleos, angelotes, amorcillos, figuras antropomórficas, mitológicas y todo ello coronado por un yelmo. Constituyen una magnífica obra.
Torre de la Casa de los Trucos o de Galarza
Presenta esta casa una torre muy alta, toda ella de mampostería con esquinas de sillares. Posee azotea cubierta en la que se abre una “logia” con dos vanos en cada lado de arcos rebajados, semejante a los de otros palacios (Toledo-Moctezuma, Golfines de Abajo, etc.). En la parte inferior aparece una ventana esquinada a dos haces sostenida por mainel y con una decoración de tipo renacentista. Enmarcando el vano, se disponen dos pilastras adosadas decoradas con motivos platerescos, coronadas por jarrones y, entre ambas, un escudo sostenido por dos grifos. Bajo la ventana recorre toda la torre un gran balcón de hierro sostenido por modillones.
Torre de la Casa del Marqués de Camarena
Se alza en la esquina de la casa. Se levantó este palacio aprovechando una casa-fortaleza del siglo XV, uno de cuyos restos es esta torre hoy desmochada.
Está construida con los tan repetidos materiales: mampostería con esquina de sillares. En su lado principal presenta un matacán aspillerado apoyado en cinco grandes mensulones, horadado de saeteras.
Actual mente está en proceso de restauración.
Torre de los Duques de Abrante
El palacio de los Duques de Abrante está dotado de una enorme y macizas torre desmochada, huella de los Reyes Católicos, como tantas otras. Hoy queda tan sólo su cuerpo bajo, donde se halla el resto de un magnífico matacán, que destaca por su larga, apoyado en ocho modillones y decorados con bolas de tipo Reyes Católicos, al cual le falta la parte superior.
Torre de los Ovando
Presenta un solo cuerpo macizo, todo él de mampostería exceptuando los enmarques de los vanos. Es de estructura cuadrada, colonos de sus ángulos achaflanados.
Esta horadada por cinco vanos, tres de los cuales dan a la Plaza de Santa María. Estos aparecen superpuestos a diferentes alturas, siendo el central mayor y más ancho que los dos restantes así como el más decorado, dotado con arco mixtilíneo y moldura de entrelazo, en cuyo centro se aloja el escudo de los Ovando-Ulloa. La moldura que marca el arco son haces de columnillas adosadas, que parten de una basa y acaban configurando el arco.
La parte superior posee un remate que, a juzgar por el aspecto de su material, debe ser de época relativamente reciente, como casi todos los remates de las torres cacereñas.
Torre de San Mateo
En el extremo noroeste del templo, se haya esta torre construida por Pedro Vecino en el siglo XVIII.
Presenta tres cuerpos, siendo el inferior de ellos el más antiguo, alojando en su interior la capilla de los Ulloa, uno de lo más importantes linajes cacereños que, seguro, contribuyó a posibilitar dicha construcción.
Toda la torre aparece desprovista de ornato. Tiene esquinas de sillería siendo el resto de la obra de mampostería a excepción de las pilastras de ladrillo que se sitúan a ambos lados de los vanos del cuerpo de campanas.
Rematan la torre cuatro pináculos, uno en cada esquina, y en el centro un pequeño prisma truncado por una estructura metálica que contiene una campana y sobre la que se levanta una veleta.
Torres de San Francisco Javier (Preciosa Sangre)
La portada barroca de la misma, era delimitada por dos elevadas torres de igual estructura que, junto con el desnivel del terreno y la escalinata de la Plaza de San Jorge, parecen dar al edificio una altura desmesurada.
Al exterior, presentan un primer cuerpo con tres ventanitas a diferentes alturas que dan al cuerpo de escaleras de la torre, separado de un segundo cuerpo por unas molduras. Dicho cuerpo superior se halla horadado con vanos con arcos de medio punto embarcados en planas pilastras que corresponden al cuerpo de campanas. Remata todo el conjunto de las torres sendas pirámides que acentúan aún más la altura de las torres y del propio edificio.
Torre de Santa María
Situada a los pies del e iglesia. Su estructura de tipo cúbico presenta tres cuerpos separados por lisas molduras que interrumpen la verticalidad de la misma. En toda ella se abren pequeñas ventanas que dan al cuerpo de escaleras por donde se accede al campanario.
En el cuerpo inferior, en la esquina de la misma, se aloja la estatua de San Pedro de Alcántara que para este lugar hiciera Pérez Comendador; además de algunos vanos entre los que destaca uno de medio punto abocinado, hoy secado. Este cuerpo es obra del siglo XV, el resto terminado en 1558 por Pedro Marquina según trazas de Pedro de Ibarra.
En el cuerpo central aparecen relieves del jarrón de azucenas alusivas a la dedicación del templo, enmarcado todo hecho por cuatro amorcillos.
El cuerpo superior aloja campanas, contenidas en arcos de medio punto, bajo las cuales aparecen arquillos ciegos y una balaustrada adosada. El friso que aparece bajo la cornisa, está todo él decorado con cruces y arcos, también ciegos, y a ambos lados de los vanos que contienen las campanas, aparecen dos medallones lisos, siendo toda esta decoración típica en las obras de Pedro de Ibarra.
En la cornisa aparecen gárgolas zoomórficas, situadas en los ángulos de la torre, así como en el centro de cada cara, rematando la torre cuatro flameros sobre plinto, habitáculo donde anidan los bellos ejemplares de cigüeñas de nuestra tierra.
Torre de Santiago
De estructura cuadrilonga, está compuesta por dos cuerpos que se diferencian por sus materiales, el inferior de mampostería y el superior de sillares. En este último se sitúa el cuerpo de campanas que esta horadado al exterior por vanos dobles en dos de sus lados y por un vano en el resto, siendo todos ellos de medio punto.
La estructura que rematará torre es similar a algunas ya citadas: pináculos y gárgolas en la cornisa y una corona piramidal.
Torre de San Juan
Esta cuadrada y baja torre aparece situada en el lado del evangelio, toda ella fabricada en sillería bien labrada y estructurada en dos cuerpos con arcos de medio punto conteniendo las campanas. Todo ello aparece coronado por la típica cornisa (gárgolas y pináculos).
Fue llevada a cabo por Gabriel de Roca y Lorenzo Martín Paniagua en 1591.
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