Feb 272014
 

Alonso José Corrales Gaitán.  

En homenaje a  Luis Chamizo,

 Poeta Extremeño, en el primer

 centenario   de  su  nacencia

 (1.894 – 1.994) 

         En el mes de enero del año 1.993, salía a la luz mi libro relativo a un tema que a pesar de estar latente en Cáceres ciudad y en otras muchas localidades extremeñas, no había sido tocado en profundidad hasta el momento por ningún investigador. Por primera vez se descubría al lector una serie de construcciones que han permanecido durante siglos ocultas a los ojos humanos: mazmorras, aljibes, galerías, etc…

 

 

         Las investigaciones las había iniciado años atrás, concretamente en la primavera del año de 1.986 como consecuencia de haber encontrado diversas menciones del pasadizo por el cual se reconquistó Cáceres en el año 1.229, iniciándose así para mi un interés (que aun hoy me dura) por este apasionante tema, el cual he sabido contagiar a familiares y amigos, que en definitiva son mis primeros colaboradores a la hora de descender bajo el suelo de mi milenaria ciudad natal.

 

 

         Hasta este preciso instante he estudiado mas de una treintena de estas construcciones solamente existentes en Cáceres, así mismo he llevado mis investigaciones a las localidades de Plasencia, Hervás, Alcántara, Coria, Trujillo, Badajoz, Mérida, así como a determinadas de la vecina Portugal.

 

 

         Dada la limitación lógica que debe tener esta comunicación, voy a tratar en ella solamente determinados casos, que para mi son los más representativos de todos los que hasta el momento conozco.

 

 

 

         Construcciones aquí tratadas:

 

– Palacio de los Gaitán. (A).

– Palacio de los Mayoralgos. (B).

– Oratorio / Enfermería / Convento de S.         Pedro de Alcántara. (C).

– Palacio Episcopal. (D).

– Ermita de la Magdalena. (E).

– S.I.Concatedral de Sta. María La Mayor. (F).

 

 

 

A.-  En la actualidad se la conoce como Casa-Solar de los Aldanas. Está situada en la cuesta del mismo apellido, cerca del templo de San Mateo y unida a la casa de los Sandes o del Aguila.

     La historia nos dice que Rodrigo Alvarez de Aldana vino a Cáceres en el siglo XIV, casando con Doña Inés Fernández de la Cámara y Sotomayor comprando a Don Alfón Pérez Gaitán (regidor del Ayuntamiento), la casa en que vivía, quedando así constituido el solar de los Aldanas.

     En el actual siglo sufre este edificio todo tipo de castigos: primero y durante varios años se encontró sumido en un total abandono, para pasar a convertirse en vivienda, volvió a cerrarse la parte baja por algún tiempo para seguidamente ser transformada en restaurante. Era el final de la década de los años ochenta. Pero curiosamente durante todo este tiempo, la zona existente debajo de la planta baja, lo que podemos denominar el sótano, permaneció invariable durante al menos una centuria.

     No es hasta el 16 de Enero de 1.991 cuando pude acceder por primera vez a estas construcciones subterráneas, habiendo empleado con anterioridad unos quince días en sacar con una motobomba los miles de litros de agua que inundaban esta zona. Después de descender por media docena de escalones observé dos pisos muy diferenciados y separados por un pequeño muro de albañilería. En primer término y a mano derecha según se desciende, me encontré con dos habitaciones, una al lado de la otra. La primera más pequeña y baja. La segunda es bastante más espaciosa y en dos de sus laterales conserva unos pollos de mampostería, así como ciertos orificios en la pared y argollas metálicas. En la planta baja observé una amplia zona que parecía un enorme depósito de agua, hecho en la propia roca y con pequeñas cavidades (al parecer realizadas por la mano humana), al frente un muro que fue levantado no hace muchos años para separar ésta de la zona subterránea de la denominada popularmente como Casa del Aguila. Pero continuando a mano derecha de este enorme depósito, es decir, prácticamente debajo de las dos habitaciones anteriormente descritas, localicé lo que parecían ser dos entradas de pasadizos con dirección a la Casa del Mono, con una inclinación de unos sesenta grados.

 

     A los pocos días pude realizar una segunda y tercera visita a aquel lugar y más detenidamente estudiar cada una de las zonas de tan peculiar construcción. Encontré huesos que posteriormente me indicaron que son de asno, cordero y gato, así como pequeños fragmentos de barro y cristal. Acompañado por un colaborador (mi cuñado), nos introducimos en las supuestas entradas a las galerías que iban dirección a la Casa del Mono, después de un incómodo recorrido a los pocos metros nos vimos obligados a interrumpir nuestro «paseo», ya que un derrumbamiento nos impidió continuar. La humedad era considerable lo cual nos dificultaba la respiración. No hay que olvidar que esta construcción permanece prácticamente todo el año inundado por el agua que emana de las dos cavidades hechas en el suelo de esta estancia, así como por varias filtraciones del pozo que existe en las proximidades.

     Unos dos años después dos colaboradores bajaron al pozo del antiguamente denominado Museo del Mono, hoy biblioteca Alonso Zamora Vicente, localizando tal y como era de esperar, lo que quedaba de una antigua comunicación subterránea con los palacios de los alrededores que llevaban dos direcciones: una hacia el palacio de los Aldanas o Gaitán y otra hacia la Facultad, para muy posiblemente salir del recinto amurallado a los pies de la Torre del Horno (siglo XII); desgraciadamente y como consecuencia de las toneladas de escombros vertidas dentro del pozo cuando se realizó la restauración del edificio en su última fase (principio de los ochenta), dificultaron notablemente el poder recorre la totalidad del pozo y por consiguiente las comunicaciones subterráneas.

 

B.-  En julio de 1.988 y acompañado por varios colaboradores (según invitación hecha por los entonces dueños de dicho palacio), accedimos al patio interior donde se nos enseñó lo que aquella familia había considerado en los últimos cien años como el brocal de un pozo en desuso, lo que había motivado que se vertiese en él gran cantidad de desperdicios. Hecho el oportuno estudio llegamos a nuestra particular opinión de que aquello no había sido nunca un pozo, motivo por el que solicitamos de sus dueños el permiso necesario para intentar vaciar todo lo allí encontrado.

     Después de un mes de agotador trabajo en el que siete personas ayudadas por varios cubos, palas y cogedores, sacamos una nada despreciable cantidad de escombros y desperdicios, vertiendo posteriormente varios miles de litros de agua, lo que facilitó el acceso a aquella estancia en el mes de Septiembre del mismo año.

     Varias fueron las personas que pudieron descender unos tres metros por debajo del suelo actual, entre los que desgraciadamente no puedo incluirme por mi peso y altura (no podemos olvidar que se bajaba a los voluntarios a pulso con una cuerda de alpinismo). Estos primeros afortunados se encontraron en una habitación de unos siete metros de largo por cuatro de ancho y casi tres de altura, con el techo de medio cañón a ladrillo descubierto.

 

     En estas condiciones se realizaron al menos media docena de visitas, efectuando las correspondientes mediciones, así como no pocas fotografías, al tiempo que se seguía trabajando en el vaciado de la habitación hasta llagar a sacar el 50 % de su contenido.

     En el mes de Septiembre encontramos otro acceso a mencionada habitación, también por el techo, encontrando otro orificio a unos tres metros de distancia del primero y ligeramente más pequeño que aquel; lo realmente curioso es que se encuentra exactamente debajo del muro que divide el patio en dos distintas alturas. Lo que vino a demostrar que los accesos a la estancia subterránea tenían por lo menos entre doscientos y trescientos años de antigüedad.

     Desgraciadamente nos vimos obligados a abandonar la tarea de investigación a medias por la llegada de las primeras lluvias en el mes de Septiembre.

     No fué hasta el verano del año 1.990 cuando pudimos volver al Palacio de los Mayoralgos. Por el nuevo acceso pude bajar a la estancia descubierta en 1.988 junto con un colaborador y una escala. Tras un minucioso estudio descubrimos grandes fragmentos del lucido primitivo de la mencionada estancia, un zócalo pintado de color rojo oscuro, y la existencia de unos toscos restos de dibujos que representaban figuras humanas y grandes ojos.

     Al extremo contrario del primer acceso, localizamos lo que consideramos escalones, que podían llevar a otra u otras habitaciones situadas debajo de ésta y que su ubicación podría muy bien estar bajo los Adarves, es decir, saliendo del recinto amurallado. No podemos olvidar que este Palacio fué levantado en el siglo XIV sobre doce viviendas que ocupaban aquel terreno, lo que nos da a pensar que esta habitación subterránea es parte de una de aquellas viviendas, con sus correspondientes tomas de aire.

     Por desgracia para nosotros en el verano de 1.992 es vendido el Palacio, lo que nos impidió llevar a término nuestra investigaciones.

 

C.-  Después del fracaso de dos intentonas, logré acceder en el mes de Julio de 1.991, y gracias a la atención de los obreros que allí estaban en aquel momento trabajando, a este edificio religioso en sus orígenes y que está situado frente a la Audiencia Territorial de Extremadura.

     Por encima de todos los tejados de esta zona que aparecen ahogar a este noble edificio, sobresale la cúpula de una capilla desconocida para la gran mayoría de los cacereños. Una vez dentro del patio descubrimos restos de aquellas edificaciones inauguradas el 5 de Agosto del año del Señor de 1.718, sobre un terreno donado por Don Juan Sánchez Digán, según testamento realizado en 1.668, edificio donde residieron durante muchos años la Comunidad de Franciscanos Descalzos que existió en Cáceres, lo que provocó abundantes enfrentamientos entre las distintas órdenes religiosas establecidas en esta ciudad, teniendo incluso que intervenir el propio Obispado.

 

     A pesar de acceder a mencionado edificio en una época en el que estaba lleno de andamios, ladrillos y escombros, así como todo tipo de muebles repartidos por habitaciones y pasillos, además de la Capilla, (debido a las profundas obras de rehabilitación que allí se estaban realizando), pudimos apreciar la gran belleza que debió tener en los primeros tiempos de su construcción, hoy desgraciadamente profundamente transformado.

     Lo que me llamó profundamente la atención fue el descubrir que lo que hoy es simplemente un pasillo, localizado bajo la capilla, ha permanecido inexplicablemente, durante los últimos cincuenta años, oculto (Galería subterránea), en medio del cual se descubrió un pozo que según nuestras notas se comunica con un amplio aljibe por donde a su vez se podría acceder al Palacio de Justicia, antiguo Hospital de la Piedad (siglo XVII). En esta primera visita se estudió la posibilidad de descender a mencionado pozo para poder localizar mencionado lugar, tarea que se abandonó para mejor ocasión.

     De igual modo localicé y visité estancias que habiendo permanecido ocultas o disimuladas en los últimos años, ahora transformadas, en sus orígenes iban a ser utilizadas para muy distintos fines: trasteros, leñera, despensa, etc. pero que fueros hechas como depósitos de cadáveres, o lugar donde tener a los enfermos incurables. Todas estas pruebas y otras descubiertas posteriormente, vienen a darnos la razón de que debajo del actual suelo existen dependencias que no han sido restauradas por no aumentar los gastos de las obras.

     En el verano de 1.992 intenté realizar una segunda visita a este edificio pero las religiosas propietarias del mismo no me autorizaron a ello y menos con cámara fotográfica.

     Queremos pensar que tal vez en la próxima rehabilitación los propietarios de este antiguo Convento se decidan a profundizar más en los cimientos y así poder encontrarnos con elementos muy interesantes para estudiar las construcciones ocultas cacereñas.

 

D.-  En este edificio he encontrado dos tipos de construcciones ocultas muy distintos; la primera se refiera a un gran aljibe que en sus orígenes ocupaba todo el actual patio y por el cual se accedía por una ventana  a una pequeña estancia, que fue construida hace bastante tiempo para que en caso de inminente peligro poder esconder todo aquello que se considerase de valor.

     El Obispo Galarza llegó a ver dicho aljibe en su práctica totalidad y el investigador local Don Miguel A. Ortí Belmonte le dedicó no poco tiempo para su localización exacta y posterior estudio.

     Cuando el Obispo Don Manuel Llopis Iborra realiza las obras de acondicionamiento en dicho Palacio, vuelve a salir a la luz este aljibe, pero el tema es rápidamente olvidado por considerara muy costoso su arreglo y manutención.

 

 

 

 

     Es muy posible que si estudiásemos detalladamente este Palacio, nos encontraríamos con restos de numerosas construcciones de muy variados tipos. La primera obra de edificación se remonta al año 1.261, cuando se construyen las por entonces denominadas «Casas Episcopales». En 1.418 nuevas obras de remodelación llevadas a cabo bajo la dirección del entonces Obispo de nuestra Diócesis, Fray García de Castronuño, que construye gran parte del edificio que hoy podemos apreciar, produciéndose en 1.544 nuevas e importantes obras, añadiéndose al Palacio el terreno de casas colindantes.

     La otra construcción subterránea localizada en este Palacio es un pasadizo que fue descubierto hace unos veinte años, y que según la información, llegaba hasta el Palacio de Galarza o casa de los Trucos (pasadizo), situado en la Plaza de la Concepción. En sus primeros metros fue visitado por un sacerdote hoy fallecido, manifestando que se encontraba en muy buen estado de conservación a pesar del elevado grado de humedad allí reinante.

     Existe, no obstante, otra información respecto a este pasadizo que dice lo siguiente: «Al realizarse unas obras en la Plaza Mayor, en las proximidades a la Torre de Bujaco (siglo XII), se cortó un pasadizo que unía el Palacio Episcopal con la casa de los Trucos, encontrando así mismo otro que debe ser el que llega hasta el conocido Paseo Alto» (según declaraciones del investigador cacerense del siglo XVIII Don Simón Benito Boxoyo).

     La llamada popularmente Casa de los Trucos fue comprada por el Obispo de Coria Don García de Galarza a la familia Dávila, quienes la habían adquirido a los Cohen, hebreos, cuando estos fueros expulsados por los Reyes Católicos de toda España en el año 1.492, siendo residencia aquel Palacio del insigne rabino cacereño Sargas Cohen.

     Se da la curiosa circunstancia que fue este Cohen un gran entusiasta  del mundo subterráneo de Cáceres, llegando a visitar algunas de estas construcciones, incluso a crear algunas, principalmente en casa de sus hermanos de raza, así como en su propia casa. Siendo incluso uno de sus descendientes quién se aventuró a realizar un plano de toda esta red pensando tal vez en que con el tiempo podrían llegar a ser estas peculiares construcciones tan importantes como los propios edificios que las ocultaban.

 

E.-  Hoy no existe en Cáceres ningún edificio con este nombre. La fábrica así llamada fue construida en el siglo XIII por Don Fernán Pérez Gallego, Maestre de la Orden de Alcántara, siendo nombrado en aquel lugar y en acto solemnísimo en 1.335 Don Gonzalo Martínez Oviedo como nuevo Maestre. El terreno que dicha ermita ocupaba es el que hoy tiene el jardín, el cementerio y parte del propio Convento de San Pablo, ubicado en la zona más alta del recinto amurallado de Cáceres, cerca de la Iglesia de San Mateo.

     Estuvo abierta al culto hasta mediados del siglo XIV, en el que se igualó el terreno y se construyó el beaterio y posterior convento anteriormente mencionado.

     En los años cuarenta un matrimonio que tuvo al cuidado el jardín del mencionado Cenobio de religiosas, aprovechando la enorme sequía que hacía días sufría Cáceres, y observando que el pozo no tenía ni gota de agua decidieron bajar en busca de monedas, para lo cual fabricaron una rudimentaria escalera de palos, pero apenas llegaron a la mitad de la misma cuando el jardinero observó que allí abajo existía comunicación entre varias habitaciones, y al carecer de luz, contactaron con el Director del Museo Provincial (Sr. Ortí Belmonte), posponiendo para mejor ocasión la visita, la cual se realizó a la semana siguiente, bajando un total de tres personas, descubrieron dos habitaciones que aún contenían en sus paredes los símbolos de los primeros cristianos; las cubiertas de las estancias eran de medio cañón. Se encontraron restos de columnas y capiteles, así como dos monedas y un puñal.

     Ya en la década de los años sesenta las propias religiosas, como consecuencia de ciertos arreglos de albañilería realizados en el jardín, vieron en varias ocasiones habitaciones con arcos y algunas columnas. Con posterioridad se han vertido toneladas de tierra por aquel lugar para así poder plantar gran variedad de flores y árboles, lo que ha transformado notablemente el jardín.

F.-  En lo referente a este templo habría que hablar largo y tendido, pues en los años que llevo estudiándolo (desde el verano de 1.984) he descubierto infinidad de motivos para llenar gran número de folios: enterramientos antiquísimos, zonas huecas, escaleras tapiadas, pinturas casi desaparecidas, etc… En esta ocasión tan solo hago referencia  a lo que desde el momento de su descubrimiento se ha bautizado como cripta del Cristo Negro.

     En el hoy lejano verano del año 1.989 y como consecuencia de haberse partido la losa que cubría la entrada de la cripta de los enterramientos existentes en el suelo de la capilla de los Blázquez de mencionado Templo, entre el Altar Mayor y la Sacristía Mayor (hoy convertida en museo), fui llamado por el entonces Obispo Don Jesús Domínguez Gómez a fin de que descendiese allí para ver lo que había en dicho lugar a los pies de la Imagen de un Crucificado del siglo XIV conocido popularmente como Cristo Negro.

     Entre Agosto y Septiembre realizamos tres bajadas a una habitación de algo más de 170 cm  de alta por poco más de ancha y unos tres metros de larga. Allí estaban los huesos de al menos siete personas, adultos, que aunque en un principio creímos se trataban de antiguos miembros de la Hermandad, posteriores investigaciones demostraron que eran restos de las familias nobles cacerenses: Blázquez, Ovando y otras, cuyos escudos aparecen en los laterales de la capilla. También encontré en aquel mismo lugar, suelas de sandalias, clavos, maderas de las cajas, pequeños pedazos de telas de las ropas y un rudimentario cordón. Tras minucioso estudio observamos en siguientes visitas, que el suelo de la mencionada cripta era artificial, es decir, que no era el autentico ya que se encontraba relleno de tierra. Por estas mismas fechas antiguos sirvientes me informan del pasadizo que los Ovando construyeron en el siglo XVI-XVII entre el Palacio de su propiedad, (hoy de los descendientes del Conde de Canilleros) y este Templo. Hasta este preciso momento no ha sido aun localizado. Creemos como más lógico, que de existir verdaderamente este pasadizo, que sale de la leñera de mencionado edificio hasta el Templo, lo lógico sería que se comunicase con la Capilla que fue construida por dicha familia y que han poseído durante siglos. Para respaldar esta afirmación hubiese bastado con haber vaciado el suelo de la cripta, pero la inesperada enfermedad del Sr. Obispo y su posterior fallecimiento provocó unos repentinos trabajos de albañilería para acoger a quien en vida fue Don Jesús Domínguez Gómez, Obispo de la Diócesis de Coria-Cáceres, al aldo de los otros siete restos humanos que gozan de tan espacial lugar de enterramiento.

     Pero no quisiera finalizar este rápido repaso a un tema tan interesante en nuestra ciudad, sin referirme brevemente a la que considero la galería modelo de cuantas conozco en Cáceres, es la galería por donde se reconquistó la ciudad en el año 1.229 y que los cacereños bautizaron como Galería de la Victoria y que fue descubierta en marzo de 1.942 por el entonces Director del Museo Provincial de Cáceres, D. Miguel A. Ortí Belmonte, gracias a los datos recopilados durante años por Don Juan Sanguino Michel y Don Publio Hurtado Pérez, dos investigadores locales que dedicaros muchos momentos de sus vidas a su localización, como consecuencia del inesperado hundimiento del muro sur del jardín de dicho edificio. Se descubrió una escalera de caracol, así como una muy pronunciada rampa debido al gran desnivel existente entre la entrada y la dirección de la galería llegando a recorrer un tramo de algo más de doce metros. La salida de mencionado túnel se descubre a bastante distancia del Museo, concretamente en la muralla, a los pies de la denominada Torre del Gitano (siglo XII), salida que en los últimos treinta años se encontraba disimulada por la existencia de una casa. Aparece con estos vestigios perfectamente determinada la galería de la Victoria, siendo romana en la entrada, y árabe y cristiana en el resto. Esta antiquísima construcción por la que entraron las tropas de Alfonso IX para reconquistar la ciudad, tiene bóveda de cañón. En la actualidad y como consecuencia de las innumerables e incontroladas construcciones que se han realizado sobre el terreno por el que transcurre la galería, es muy posible que la inmensa mayoría de la misma haya sido destruida, salvo el tramo que se encuentra bajo el museo y en las proximidades de la mencionada torre.

     Es mi particular opinión que con un mínimo esfuerzo económico llevado a cabo por nuestras autoridades podríamos recuperas y mantener un gran número de estas construcciones, contando con la inestimable colaboración de los propios profesionales responsables de la rehabilitación de estos edificios, para lo cual a su vez sería necesaria la información que pudiesen aportar los dueños de estos, así como los estudiosos del tema.

 

         Evidentemente el presente estudio no finaliza aquí, ni mucho menos, pues existen infinidad de construcciones ocultas por mi estudiadas y que están repartidas por prácticamente toda la ciudad monumental de Cáceres y alrededores, así como por toda la provincia. A las que deberíamos sumar aquellas que nosotros aún no conocemos y que sin duda también deben ser una cantidad considerable.

 

 

         Sirvan de claro ejemplo de lo que estamos diciendo las construcciones ocultas registradas en los lugares que seguidamente relaciono:

 

– Palacio de los Toledo-Moctezuma.

– Casona de la Duquesa de Fernán Núñez o Casa del Tesoro.

– Convento de la Compañía de Jesús.

– Cámara de Comercio e Industria.

– Palacio de Rodrigo de Ovando.

– Palacio de Ulloa.

– Palacio de la Duquesa de Valencia.

– Casa del Sol

– Casona de Don Gonzalo de Ulloa Ramírez de Aros.

– Palacio de los Sandes (del Aguila).

– Gobierno Militar.

– Excma. Diputación Provincial.

– Golfines de Abajo.

– Golfines de Arriba.

– Proximidades del Santuario de la Montaña. etc…

 

 

         Pudiendo continuar con lo que nosotros denominamos zonas huecas, tales como: El Calerizo; calle de San Francisco el Real; Plazuela de la Concepción; calle Pizarro; Calle Torremochada; Rivera del Marco; etc…

 

 

 

Alonso José Corrales Gaitán.

Feb 172014
 

Miguel Alba Calzado. 

 Los gremios surgen  en la edad Media europea como fórmula asociativa en la defensa de los intereses corporativos del sector menestral. El sistema pretendía garantizar la autonomía de los oficios artesanos frente al férreo control ejercido por los estamentos privilegiados de la sociedad feudal. La necesidad de protección les conducirá a organizarse y solicitar la tutela de la monarquía[1], que encontrará en los gremios una forma de afianzar el poder regio en las ciudades y villas. Esta idea está contenida en la elección del término gremio para designar el fenómeno. Sebastián de Covarrubias[2], en su diccionario publicado en 1611, ofrece la siguiente definición lexicográfica del término:

      «Vale lo mesmo que el regazo (…). Por traslación llamamos gremio el amparo y refugio del que acoge a otro y le favorece (…)»

 

      El sistema gremial tuvo una rápida expansión por todo Occidente. En la Península se divulgará de forma desigual entre los reinos cristianos; así, al lado del desarrollo temprano y de sólido arraigo en los territorios de la Corona Aragonesa, en Castilla las reticencias de monarcas como Alfonso X a su implantación, retrasarán la presencia de los gremios hasta finales del Medievo. El fenómeno tampoco permanecerá ajeno en tierras musulmanas de Al-Andalus[3]. En cuanto a Extremadura, la circunstancia especialmente beligerante que padecerá este territorio durante la Reconquista, coincidiendo con los empujes de almorávides y almohades, actuará de freno en la expansión demográfica y económica de los núcleos urbanos cristianos redundando en una escasa presencia de colectivos artesanos. Por otra parte, integrada la zona oeste de conquista leonesa en la Corona de Castilla, seguirá la tónica general de los reyes castellanos en no favorecer la constitución de gremios. Habrá que esperar al Período Moderno para que alcancen alguna importancia, aunque en el territorio extremeño su participación cabe calificarla de muy modesta, sin llegar a desarrollarse de forma unitaria.

 

      En la Europa del pleno Medievo, inmersos en una sociedad predominantemente rural, los gremios surgirán de forma espontánea en aquellas ciudades con cierta densidad demográfica y con una actividad artesanal precedente y notable. El sistema gremial es en sus orígenes un fenómeno urbano y mantiene con la urbe una relación simbiótica. La ciudad, amén de otras funciones como la defensiva y la religiosa, es compendio de taller y mercado. Los gremios suministran todo tipo de manufacturas esenciales para el desarrollo normal de la vida cotidiana, en tanto que el crecimiento de la población favorecerá el progreso del sector menestral. En gran medida asumieron el papel de vertebradores de la economía urbana, promotores y beneficiarios a un tiempo del resurgimiento de las ciudades medievales. Participaron también en la estructuración del urbanismo, dando lugar a numerosos topónimos que perviven aún en el callejero del casco antiguo de muchas localidades[4]. Su influencia económica no quedaba circunscrita sólo al marco urbano, también al territorio circundante diseminado en hábitat disperso o concentrado en aldeas y pueblos, que a su vez abastecían de alimentos a las urbes. Toda ciudad aspiraba a la autosuficiencia o, en su defecto, a compensar las carencias con un ágil comercio. El disponer de una surtida actividad artesanal contribuía a cumplir este propósito, a la par que significaba prosperidad y progreso.

 

      Pero lo que había nacido para escapar del rígido panorama feudal reproducirá formas de aquél como el hermetismo social y la fuerte jerarquización (maestros, oficiales y aprendices). Se legitimará un control del funcionamiento de las profesiones artesanas mediante ordenanzas encaminadas a regular su actividad, pero tendió a transformarse en un recurso para homogeneizar su ejercicio y fijarlo:

 

      «Todos los trabajadores estaban incluidos en algún gremio o collegium. No solamente les estaba prohibido cambiar de gremio, sino que ni siquiera podían abandonar la ciudad (…)»

 

      «Había cofradías que tenían prohibido enseñara el oficio a quienes no fueran descendientes de antiguos cofrades, con lo cual nadie ajeno al grupo podía entrar a desempeñar esa profesión.»[5]

 

      El funcionamiento del sector menestral ejercido en monopolio entrañaba el riesgo de dejar a la población a merced de los intereses de los agremiados. Para delimitar sus atribuciones y en beneficio del común, el concejo cuidará con celo de hacer cumplir las Ordenanzas y actualizará sus contenidos. A menudo se anticiparán a imponer condiciones, legisladas en los fueros de las ciudades o villas recién fundadas o en los núcleos repoblados tras la Reconquista -como Plasencia y Cáceres respectivamente-. Estas normas tienen por objeto «la defensa del consumidor», al tiempo que otorgan disposiciones ventajosas para asegurar el funcionamiento normal de los oficios y atraer a artesanos y mercaderes.

 

      «La forma de los ladriellos ay en luengo palmo et medio et en ancho I palmo et en gruesso dos dedos et sean bien cochos, et si ante de anno se desfizieren por crudo, el maestro peche. Viendo el millar de los ladriellos por Imr, et non mas. Et si alguno este pleyto quebrantar peche X mrs. al querelloso. El maestro que al dia establecido ladriellos e teias non pagar, delas dobladas.» Art. 649 del Fuero de Plasencia.»[6]

 

      En el caso de los olleros -o alfareros-, entre otros cometidos, el municipio establecerá los precios, disposiciones para delimitar el lugar de extracción de arcilla y del acopio de leña, regulará la actividad, por ejemplo, fijando las horas permitidas para cocer o controlando la calidad y las cabidas de los recipientes. El incumplimiento de las Ordenanzas era sancionado con multas de diferente cuantía según el tipo de falta reprendada. Para ello existía la figura del veedor, representante por oficio del municipio, encargado de inspeccionar la producción y la venta y de velar por el cumplimiento de las normas.

 

      Aunque el origen de los gremios es medieval en la forma y el contenido, las condiciones venían esbozadas desde la Antigüedad merced a tres rasgos básicos coincidentes en que se estructura la producción artesana:

 

      1º. La existencia de varios niveles profesionales dentro de cada taller. Maestro, oficiales y aprendices constituían la plantilla de trabajadores de un obrador, si bien el régimen esclavista conllevaba otros matices en el funcionamiento interno de las officinae  contrarios a la movilidad. Pese a los cambios acaecidos en las  ciudades desde la caída del Imperio, en la Hispania visigótica se dará el mantenimiento del orden jerárquico profesional, como así consta en una ley de tiempos de Recesvinto. Esta regulación es reflejo de una realidad económica presente en núcleos como Mérida que, al contrario de otras muchas urbes coetáneas europeas, disfrutará de una próspera actividad artesanal durante los siglos VI y VII.

 

      2º. La producción permanecerá ligada esencialmente al núcleo familiar cuyas artes se perpetuarán con la transmisión de la tradición a las generaciones venideras. En este sentido, el edicto de Justiniano en el siglo VI, que obligaba a los hijos a seguir la condición profesional del padre, no hará más que fijar por escrito un comportamiento que tradicionalmente ya se daba en el sector menestral.

 

      3º. La concentración de talleres de un mismo ramo ocupando una misma zona de la ciudad conferirá una conciencia de entidad diferenciada a cada sector artesanal agrupados en calles o barriadas de producción especializada, circunstancia que contribuirá al posterior asociacionismo medieval. Además de en el mercado, en las ciudades romanas se comercializaban también las manufacturas allí donde se producían, de tal manera que la población sabía a qué parte de la urbe debía dirigirse si necesitaba un determinado artículo[7]. Marcial para situarnos espacialmente en una zona de la Roma alto imperial recurre a este hecho[8]:

 

      «(…) al comienzo de la calle Suburra (…) en donde muchos zapateros están frente por frente del barrio de los alfareros.»

 

      En el entramado urbano de la ciudad portuaria de Ostia se constata la agrupación de locales comerciales (tabernae) a cargo de «empresarios» dedicados a un mismo ramo en torno a plazas porticadas. Organizados en collegia, costearon la construcción de sus propios templos dedicados a divinidades que propiciaran el éxito de sus negocios. De este modo la organización por sectores de ocupación repercute en el ámbito de lo económico, social y religioso, llegando, inclusive, a manifestar aspiraciones de tipo político. En las pintadas callejeras de Pompeya ha quedado plasmado el espíritu corporativo de los diferentes oficios al proponer candidatos a las elecciones municipales con el convencimiento de que favorecían su actividad laboral[9].

      No obstante hay que apuntar la posibilidad de que la concentración de talleres y locales de venta e incluso los dos puntos (1º y 2º)  a los que antes se hizo referencia sean rasgos consustanciales al sistema productivo artesanal presente en los núcleos urbanos previos a la Revolución Industrial; es decir, que sean una respuesta elemental, dada por sociedades que han alcanzado un determinado grado de civilización y que, por lo tanto, compartirían diferentes culturas en ámbitos geográficos también distintos. Sin posibilidad de conexión aculturativa, es, por ejemplo, la realidad con que se encuentra Hernán Cortés en Tenochtitlán, artesanos y vendedores reunidos por sectores en barriadas controladas por veedores:

 

      «Cada género de mercaduría se vende en su calle, sin que entremetan mercaduría ninguna, y en esto tienen mucho orden.»

      – Segunda relación de la Conquista de México[10]

 

      Las corporaciones gremiales rebasarán el Medievo proyectándose con éxito a lo largo del Período Moderno. Las artesanías sustentarán el sistema productivo de manufacturas del Antiguo Régimen, de hecho, será durante esta etapa cuando los gremios ostenten mayor fuerza. El sistema se implantará en las ciudades coloniales de América. Pero también será en el transcurso del Antiguo Régimen cuando se pongan de manifiesto las carencias del modelo y empiece a dar muestras de agotamiento.

      Las críticas a su fracaso se centran en el ejercicio del monopolio, en las rígidas reglamentaciones que lo regularon, en el conservadurismo -raíz misma de la tradición- extremo en todos los órdenes, en la incapacidad de asimilar los cambios técnicos, en la escasa competitividad, en la homogénea y rutinaria oferta de manufacturas, etc., sin que falten acusaciones de corruptelas y de conflictos internos e intergremiales y entre éstos y el municipio[11].

      Los gremios serán un lastre en la economía española del siglo XVII, inmersa en una crisis general durante el reinado de los últimos Austrias. En el siglo XVIII  el anacronismo se hará cada vez más patente, aferrado todavía a la comodidad de un estadio anquilosado de precapitalismo antagónico a la liberalización del trabajo. La Corona Borbónica, en sus esfuerzos por modernizar España y dinamizar la economía, será consciente del obstáculo que significan los gremios y de la conveniencia de desmontar el caduco sistema productivo para dar paso a las nuevas fórmulas que ya se estaban implantando en otros estados europeos. Su preocupación se pone de manifiesto al querer censarlos e interesarse por su correcto funcionamiento. Tras los informes del Catastro de Ensenada se vuelva a hacer hincapié en el Interrogatorio de la Real Audiencia de 1791, cuyo punto tercero es bastante explícito en este sentido:

 

      «III. Qué vecindario tiene cada pueblo, su aplicación y oficios, el número de cada clase: si forman gremio con ordenanzas o no: si hacen exámenes para el ingreso, y su costo (…), si en los oficiales, o jornaleros se advierte abuso en el modo, u horas de trabajo, y el precio corriente de sus jornales.»

 

      El sistema gremial se convertirá en blanco de los ataques de los ilustrados que denunciarán el estado general de estancamiento que padecen y les responsabilizarán de actuar de freno al progreso. En Francia serán prohibidos al proclamarse la Revolución. En España probablemente los gremios hubieran  desaparecido languideciendo poco a poco hasta extinguirse por incapacidad de competir con la nueva industria, pero será en las Cortes de Cádiz donde los liberales se apresuren a desarticularlos. Con todo, algunos restaurarán su influencia a la vuelta de Fernando VII hasta ser definitivamente derogados en 1833.

      Pese al acoso sufrido a finales del Período Moderno y su arrumbamiento definitivo en la Contemporaneidad, pervivirán algunos aspectos de su funcionamiento refugiados en la actividad artesanal. La desaparición de los gremios como sistema asociativo no implicó el fin de la producción artesana, porque será precisamente su tecnología rudimentaria, su nula dependencia de materias primas del exterior y su oferta de artículos básicos para la comunidad lo que le seguirá confiriendo validez en el medio rural.

      Como ya hemos apuntado, la incidencia de los gremios en Extremadura no tuvo un carácter uniforme. Por regla general todos los núcleos de población con un número superior a 200 vecinos contaban con alguna actividad artesanal, sin embargo pocas localidades disponían de un colectivo del mismo ramo lo suficiente numeroso para constituir un gremio y, en aquellas poblaciones donde los había, hay que atribuirlo más a la idoneidad de la zona para la producción de un determinado artículo que al existencia de una economía boyante, heterogéneamente «industrializada». Así, es frecuente hallar localidades especializadas en un determinado género que, por contra, son deficientes en otras artesanías básicas.

      En el Antiguo Régimen, el sector alfarero estuvo ampliamente representado en ciudades como Plasencia, Trujillo y Mérida. En tanto que en núcleos como Cáceres y Badajoz la presencia de olleros fue casi siempre exigua y deficitaria. Algunos centros de ámbito rural reputados por sus barros fueron: Montehermoso, Torrejoncillo, Hornachos, Magacela y Castuera. Muchos otros pueblos disponían de alfarerías pero exclusivamente para el consumo local y todo lo más para abastecer a alguna población del entorno. Localidades como Fregenal de la Sierra y Olivenza tuvieron también una actividad importante en este ramo, aunque entonces pertenecían a Sevilla y al reino de Portugal respectivamente.

      Pero, sin lugar a dudas, los centros eminentemente alfareros de la región fueron Arroyo de la Luz, entonces denominado «del Puerco» y Salvatierra, topónimo al que con posterioridad se le añadió «de los barros» para subrayar su vocación. En estas localidades gran parte de la población estuvo vinculada de una u otra forma al oficio. Alfareros, jornaleros en el desempeño de tareas auxiliares, acarreadores y arrieros conformaban un conglomerado socio-económico centrado en un solo ejercicio menestral. Los dos centros produjeron todo tipo de obra en basto, pero por lo que merecieron especial distinción fue por las excepcionales calidades de sus barros en dos tipos de obra: la de fuego en Arroyo y la de agua en Salvatierra. De entre estos dos centros, Salvatierra fue en los siglos pasados -y es en la actualidad- el más destacado de los pueblos alfareros extremeños y probablemente, en su género, el más importante del Reino. Durante el Antiguo Régimen será el único núcleo alfarero extremeño que abastecerá asiduamente a otros muchos puntos de España.

      Sin embargo, hasta el momento no disponemos de documentos escritos o arqueológicos que prueben la existencia en Extremadura de talleres de loza fina pintada semejantes a los de Puente del Arzobispo, Talavera, Manises, Paterna, Sevilla o Málaga, aunque en el Antiguo Régimen hubo intenciones de instalarlos en Trujillo, proyecto que no llegó a realizarse, y aunque en Plasencia don Luis de Toro, en 1574, alabe las excelencias de las lozas locales, de «adornos dorados», cuestión que esperamos tratar en otra ocasión. Las minoritarias clases pudientes demandaban lozas finas para sus vajillas y demás recipientes domésticos que eran traídas mediante arrieros a través de una maltrecha red viaria.

      En el siglo XVI, aprovechando la prosperidad coyuntural, se producirá el mayor auge del gremio alfarero en el Período Moderno, pero al igual que en la alfarería pocos productos de otros ramos traspasarán los límites de la Región. En el siguiente siglo, varias circunstancias históricas impedirían el pleno desarrollo del sistema gremial como la expulsión de los moriscos, vinculados tradicionalmente a estos oficios, cuyo vacío nunca llegó a llenarse, la larga guerra de desgaste con Portugal, que tendrá por escenario el territorio extremeño, la situación general de penuria económica, el fenómeno de la emigración a América y el aislamiento provocado por la situación periférica marcarán profundamente a la Región y las secuelas se arrastrarán a lo largo de los siglos venideros.

      Conocemos, de acuerdo con las respuestas al Interrogatorio de la Real Audiencia, la ausencia generalizada de organización gremial en la provincia de Extremadura en los inicios del reinado de Carlos IV. Salvo alguna excepción como es el gremio textil de Berlanga, el resto del panorama productivo se limita a una modesta actividad artesana que suplirá entonces -y mucho después- la carencia de industria fabril. En lo referente a la alfarería es importante señalar que ningún centro extremeño tiene constituido gremio a finales del siglo XVIII. Los ilustrados tendrán presente la distinción de la fábrica como unidad de producción mayor frente al sistema menestral asociado de ordinario a la producción familiar. Sirva de ejemplo el expediente de Magacela (1791) en el que se informa en el punto tercero de: «Alfareros de obra vasta doze», para en el punto onceavo añadir: «En esta villa no hay fabricas (…) y no pensamos haia fondos para establezerlas aunque fueran muy útiles.»[12]

      No obstante, prosperará la ambigüedad del término y Madoz[13] en 1841 cita varias alfarerías extremeñas empleando el término de fábricas. También durante el siglo XX funcionarán con el título de fábricas talleres en Mérida, Plasencia, Arroyomolinos de Montánchez, Guareña, Talarrubias y Fregenal, aunque el sistema de producción haya sido hasta su clausura -en la década de los ochenta- genuinamente artesanal en todos ellos.

      Alejados de los incipientes focos de industrialización el fenómeno no sólo no desaparecerá sino que además las artesanías siguieron desempeñando un papel importante en la economía extremeña.

      Industria y artesanía tomarán caminos divergentes. La incompatibilidad de ambos sistemas se pondrá de manifiesto con la desaparición progresiva de las artesanías allí donde tienen acceso los productos fabriles. Debido a esta carencia, Extremadura mantendrá una rica muestra, en calidad y variedad, de oficios artesanos en los dos últimos siglos. La revolución siguiente, la de los transportes, se hará notar incidiendo en primer lugar en las ciudades -también en las de tradición agropecuaria como son las extremeñas- y después en el medio rural, último refugio en que se había mantenido su vigencia. Con todo, hay que señalar que en lo que a localidades alfareras se refiere en la década de los ochenta de este siglo aún continuaban veinte centros[14] en funcionamiento (un total de ochenta y tres alfarerías), dedicados a la producción de cacharros en basto, si bien muy hostigados por la crisis. Localidades como Salvatierra, Mérida, Cabeza del Buey o Arroyo se sirvieron del ferrocarril -con anterioridad a la Guerra Civil-, alcanzando precisamente en este siglo el mayor auge de producción y ventas de su historia.

      La alfarería, como tantos otros oficios menestrales, está cimentada en la tradición[15]. La razón de la persistencia es comprensible si consideramos que el sistema gremial se basaba en la repetición de fórmulas. Exentos de las normas gremiales que habían encorsetado el oficio y haciendo uso de la libertad de trabajo, los alfareros mantuvieron rasgos que habían proporcionado operatividad al sector.

El resultado cabe atribuirlo a una experiencia selectiva antes que a la reproducción de conductas enraizadas por simple inercia. Desde el vacío gremial registrado en la segunda mitad del siglo XVIII hasta la crisis del oficio acaecida en el transcurso de la década de 1960, muchos han sido los cambios que han desfigurado el viejo sistema, pero algunos rasgos se han infiltrado y mantenido en el registro etnográfico. Son persistencias compartidas en algunos casos por diversos núcleos extremeños, otras se han mantenido en un solo centro y ciertas pautas gremiales subsisten transformadas. Destacaremos las siguientes:

 

      1. Persistencia en el emplazamiento de los obradores reunidos en una parte concreta de la localidad. Las alfarerías se hallaban agrupadas tradicionalmente en la periferia de las poblaciones a causa de dos motivos fundamentales: por razones de seguridad, debido a la posibilidad de incendios que accidentalmente pudiesen ocasionar los hornos y para evitar molestias al vecindario provocadas por las densas humaredas características de la fase inicial de cocción. Al lado de éstas, hay otras razones para la elección de una zona concreta del extrarradio que explican la concentración de las alfarerías en una calle o en una barriada como son: la proximidad al agua (recurso imprescindible), la necesidad de acortar distancias a los barreros o el hecho de disponer de instalaciones comunales, a las que hay que añadir el mantenimiento de una conciencia de grupo profesional reforzada por razones de parentesco. El crecimiento urbanístico tenderá a absorberlas ocasionando el desplazamiento de las alfarerías hacia nuevas zonas periféricas. Tales movimientos de convierten en un claro indicio de la evolución demográfica de la localidad. Por ello, excepcionalmente coinciden las áreas productivas alfareras del Antiguo Régimen con las del presente siglo y, a su vez, aquéllas con las medievales. En una veintena de centros se ha documentado esta premisa, pero destacaremos dos circunstancias singulares: en Monesterio, el único alfar de loza basta estuvo integrado en la calle de los ladrilleros y tejeros, oficios, en cierto modo, afines en la materia. En Salvatierra, donde cerca de ochenta alfarerías estaban en activo en 1930, la distribución se extendía por la mayor parte de las calles del pueblo, ya fuesen más o menos céntricas o periféricas.

 

      2. Persistencia en el disfrute del colectivo alfarero de una serie de derechos relativos a la extracción de materia prima del mismo lugar. Generalmente se mantienen los barreros desde tiempo inmemorial y de forma gratuita y, sólo en ocasiones, los lugares para abastecerse de agua y de leña, como por ejemplo en Oliva de Mérida. Así ocurre en Ceclavín, Ahigal, Plasencia, Montehermoso, Talaván, Torrejoncillo, Arroyo de la Luz, Salvatierra, Fregenal, Berlanga y Cabeza del Buey. Dos casos dignos de reseñarse son los de Casatejada y Trujillo. En Casatejada, por estar sujetos los alfareros al pago de una cuota simbólica denominada montaratía generación tras generación. En Trujillo, por existir una antigua cláusula que asegura el suministro de arcilla de una finca particular denominada Mordazo, debido a la calidad superior del barro de este lugar. En el supuesto de que el terreno cambiase de dueño, el nuevo proletario se comprometía a respetar el derecho de los alfareros a aprovechar el subsuelo de la finca en tanto que el podrá disponer a voluntad del uso y aprovechamiento de la tierra de cultivo.

 

      3. Persistencia de conductas como las de realizar tareas en grupo. Las labores que daban ocasión para reunirse varios alfareros de diferentes talleres eran la extracción de tierra, ir a por leña y esporádicamente la comercialización exterior de la obra con caballerías o carros. Sirvan de ejemplo para ilustrarlo centros como Talaván, Arroyo de la Luz, Talarrubias, Oliva de Mérida, Salvatierra y Berlanga. Este comportamiento es signo evidente de las buenas relaciones entre artesanos, relaciones que por lo común tendieron a enturbiarse conforme se intensificó la crisis del oficio con la caída de la demanda.

 

      4. Persistencias en la utilización de instalaciones comunales -o del mismo solar para emplazarlas- para el desenvolvimiento del proceso técnico. El ejemplo que mejor lo ilustra son los hornos comunales de Arroyo de la Luz y de Trujillo, ubicados en las calles del Rollo y Margarita Iturralde respectivamente, en los que había que concertar día para cocer, y en los pozos abiertos o lagunas de la Oliva de Mérida. También dispusieron de un horno de uso colectivo Magacela, Talaván y Zarza la Mayor. Con respecto al agua, en Trujillo, Mérida y la mencionada Oliva, las construcciones de batir y colar el barro, aun siendo de uso particular, se hallaban en el mismo terreno, muy próximas entre sí. Particularmente en Trujillo donde las balsas están dispuestas en batería y adosadas las unas a las otras, con una canalización que las flanquea por donde se surtían de agua.

 

      5. Persistencia en la organización de un estatus diferenciado. Al frente el maestro, responsable del control de todo el proceso de elaboración; los oficiales, trabajadores asalariados y especializados en tareas concretas, y los aprendices que, a cambio de iniciarse en las artes del oficio, contribuían apoyando en tareas auxiliares sin percibir jornal. Esta triple categoría existía hasta hace pocos años en todos los centros alfareros extremeños y se cumplía fuese o no el taller familiar. Trabas de tipo legal y administrativo han hecho desaparecer la figura del joven aprendiz. La exención del trabajo físico a los niños físico a los niños, la escolarización hasta los dieciséis años, la obligatoriedad de dar de alta en la Seguridad Social a cualquier empleado y del pago de un salario mínimo, junto a la situación general de crisis en el oficio, son factores que han contribuido a su desaparición.

 

      6. Persistencia del núcleo familiar como base productiva. Padre e hijos asumen el papel de maestro y oficiales respectivamente. Los lazos de respeto filial son reforzados por el respeto a la jerarquía profesional y viceversa. Cualquier taller podía contar entre sus miembros con oficiales contratados y aprendices acogidos que no pertenecieran a la familia, pero éstos casos eran los menos habituales,  siendo lo más frecuente que los componentes fueran de la familia nuclear o en su defecto de la familia extensa. El oficio se transmitía de generación en generación, de padres a algunos hijos varones entre los cuales el primogénito normalmente se convertía en alfarero sin opción. Este patrón de conducta heredado vinculará el oficio a determinadas familias, que no aceptarán aprendices fuera de ella como medida de protección (aprendiz hoy, competidor mañana). Casi la totalidad de los alfareros extremeños lo son por tradición familiar, por dedicarse a ello la familia «desde siempre», «de toda la vida» -son las contestaciones más usuales al respecto-. El oficio queda limitado a determinados apellidos y además es corriente hallar matrimonios de alfarero con hija de alfarero, lo que no sitúa ante casos de endogamia profesional, quizás propiciada por poseer las familias la misma consideración económico-social o sencillamente a consecuencia del mayor contacto desde la infancia por vivir en la misma calle, por amistad entre familias, etc. Los casos documentados pertenecen a Salvatierra, Arroyo, Montehermoso y Berlanga. En centros como Quintana, Guijo y Monesterio ocurre de igual forma, pero los alfareros son originarios de Salvatierra.

 

      7. Persistencia en no alterar el rol que se establece por sexos. La liberación del trabajo no significó la incorporación reconocida de la mujer al proceso productivo alfarero a excepción de tareas «eminentemente femeninas» como la decoración. Un maestro que sólo tuviese hijas quedaría sin descendientes en el oficio y la herencia profesional terminaría con él. La conducta estaba tan arraigada que desde la mentalidad de hace tan sólo veinte años ninguna hija hubiera siquiera reclamado la posibilidad de aprender y más impensable aún habría sido que la propuesta hubiera partido del padre. La figura de la mujer alfarera es inexistente en la región extremeña, del mismo modo que nunca hubo hombres bruñidores en Salvatierra.

 

      8. Persistencia en mantener un control de calidad que el maestro se considera en la obligación de hacer. La mayor parte de los artesanos separan la obra correctamente realizada de aquella que presenta algún defecto aunque éste sea mínimo, como puede ser el que la vasija no tenga una coloración uniforme tras la cocción. Las piezas que antaño habría sido arrojadas al testar, en cumplimiento de un estricto control de calidad gremial, son almacenadas a parte y comercializadas a mitad o a una cuarta parte de su precio entre la clientela más humilde, pero la selección se sigue produciendo.

 

      9. Persistencia en la consideración del justiprecio, basado en la idea de que los objetos poseen un valor tasativo que no es más ni menos que el que deben tener. Para hacer cumplir esta norma «ético-comercial», a falta de gremios que lo regulen, en el Antiguo Régimen era normal que los municipios se ocupasen de actualizar las tasas de precios «razonables». Sin embargo, la liberalización de los precios no trajo la especulación incontrolada, sino que las tarifas tendieron a seguir siendo constantes con leves alteraciones a largo plazo. Esta estabilidad explica la costumbre de la gran mayoría de los alfareros de nombrar a los recipientes del mismo tipo pero de distinto tamaño por su precio para distinguirlos entre sí: barril de a ocho, de a gorda, de perra chica, de real y medio, etc. Inclusive tales denominaciones se transmitían a la generación siguiente hasta ser nuevamente actualizada la nomenclatura. Desde mediados de los años sesenta, los precios, aunque bajos, comienzan a fluctuar a un ritmo sin precedentes para equiparse al costo de la vida, pero los nombres en función a su importe se han mantenido. En Arroyo de la Luz pervive la más arcaica de estas nomenclaturas fundamentada desde época gremial en un sistema de contabilidad que tiene a la moneda del maravedí como base. Al margen de las pervivencias en el lenguaje, la idea del justiprecio siguió siendo válida aplicada a las manufacturas esenciales, como las que proporcionaban los alfareros a la comunidad. La tendencia, siempre que fue posible, estuvo dirigida a consensuar los precios. Precios bajos en consonancia con el poder adquisitivo de la población rural. En los últimos años ha podido observarse la aparición de una doble categoría de precios: una para el vecindario, fiel al justiprecio tradicional, y la otra es la que se aplica al forastero o al turista que es algo más alta. Se justifica el incremento con los argumentos de que «la gente de fuera no compra para usar sino para decorar» (y lo decorativo siempre ha sido más caro que lo utilitario), «conceden más valor a las piezas y por lo tanto valen más» y porque «justo es que pague algo más el que bien lo gana»; en cierto modo no deja de ser una manera de adaptar el justiprecio.

 

      10. Persistencia en la celebración de la festividad anual de las Santas Justa y Rufina, patronas del gremio alfarero. En Salvatierra, en plena vigencia y en Arroyo de la Luz, hasta hace pocos años, el 19 de Julio se celebraba el día de las mártires protectoras del oficio. La jornada era, y es, de obligado descanso laboral. Por la mañana se oficiaban varios actos religiosos como la misa, la bendición a la puerta de cada alfar y una procesión con las imágenes de las Santas que recorría las calles donde se emplazaban los talleres. Hay que tener en cuenta que los gremios en su origen tuvieron un marcado carácter religioso y antes que gremios se denominaron cofradías  y hermandades[16]. A medio día la solemnidad de los actos religiosos daba paso a otros típicamente lúdicos que fomentaban la convivencia entre los alfareros y las familias de éstos.

 

      11. Persistencia en conservar el régimen de mutualidad. Los gremios estaban  inspirados en el principio cristiano de socorrer a quien lo necesitase dentro de la hermandad de oficio. En casos de invalidez, enfermedad, penuria económica, fallecimiento del maestro y desamparo de la familia, accidente que destruyese el taller, etc., los agremiados estaban obligados a prestar ayuda a cualquiera de sus miembros. Este servicio solidario continuó prestándose regularmente en Salvatierra hasta finales de la década de los años sesenta de este siglo. Con tal fin se pagaba una cuota anual para disponer de fondos.

 

      Por último, resulta significativo que el término gremio lo utilicen los alfareros para referirse, de forma restringida, a los compañeros de oficio en aquellas localidades donde los talleres han sido hasta hace poco tiempo numerosos y, con una visión más global, para nombrar el colectivo del mismo ramo independientemente del centro al que pertenezcan. Por lo demás, el concepto, para los alfareros, está vacío del sentido original. Las pervivencias son también extensibles al proceso técnico y a la obra resultante, aunque ello no quiere decir en modo alguno que se hayan conservado inmutables, en estado fósil. Los cambios son continuos, asimilados y transmitidos por la tradición. Documentar las transformaciones producidas en la cultura material y en el proceso de elaboración sólo puede hacerse desde una óptica de análisis etnoarqueológico.

 

 

 

RESUMEN

 

      En el Medievo se produce la asociación de artesanos de un mismo ramo en torno a hermandades o cofradía: son los gremios. Este sistema organizativo prolongará su existencia a lo largo del Antiguo Régimen y desaparecerá con aquél. Pero el fin de los gremios no arrastró la producción artesana que mantuvo su vigencia en aquellas zonas alejadas de los focos de la nueva industria. El marcado carácter agropecuario de Extremadura prorrogó el mantenimiento del sector menestral ocupado en el suministro de manufacturas básicas para la comunidad rural. Es por ello por lo que la Región dispone de tan rico patrimonio etnográfico en cuanto a oficios artesanos se refiere, pese a su progresiva desarticulación en los últimos treinta años. Tras hacer un repaso por el fenómeno gremial y centrados en la alfarería tradicional extremeña, se trata de reconocer algunos rasgos heredados y transmitidos por la tradición propios del viejo sistema gremial e incluso anteriores a éste.



     [1]Sirva de muestra el caso que recoge Antonio Rubio sobre un contencioso iniciado por menestrales contra los señores regidores de la villa de Cáceres por prevaricación en las licencias para aprovechamiento de leñas, puesto en conocimiento de los Reyes Católicos. Finalmente,

                «los Reyes ordenaron que en lo sucesivo se permitiese a olleros y tintoreros cortar la leña necesaria para su industria y que para los demás se guardase la ordenanza, hecha para regular el aprovechamiento de leña en los montes comunales.»

Antonio Rubio Rojas, Cáceres. Resumen de la historia local,  Tomo I (desde lo orígenes al año 1598), Cáceres, 1986, pág. 87.

     [2]Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la Lengua Castellana o Española,  Alcalá de Henares, 1611. Edición de Martín Riquer, Barcelona, Alta Fulla, 1993. S. V.: gremio.

     [3]«Artesanos y comerciantes se asociaban en gremios, a cuyo frente se hallaba un síndico nombrado por la administración y responsable de la honradez de los agremiados, que se agrupaban en calles por oficios o junto a los mercados, extendiéndose éstos alrededor de las mezquitas.»

Luis M. LLubiá, Cerámica Medieval española,  Barcelona, Labor, 1973, pág. 45.

     [4]La ciudad de Plasencia ha conservado un buen número de topónimos que recuerdan la antigua dedicación profesional de sus vecinos: Calle Zapaterías, de los Quesos, Curtidores, Bataneros, Podadores, Barrerías, etc. Como también existen en Trujillo la calle Tintoreros, Herreros, etc.

     [5]AAVV, Nueva Historia de España. Los reinos cristianos en la Alta Edad Media, tomo VII, Madrid, Edaf, 1980, pág. 71.

     [6]Eloísa Ramírez Vaquero, El fuero de Plasencia.  Estudio histórico y edición crítica del texto, Vol. I, Mérida, Editora Regional, 1987.

     [7]En Mérida los últimos hallazgos arqueológicos van dirigidos en este sentido, a juzgar por la localización de la zona alfarera.

     [8]Marco Valerio Marcial, Epigramas completos y libro de los espectáculos, Barcelona, Iberia, 1976. (Traducción, prólogo y notas de José Torrens Béjar)

     [9]Robert Etienne, La vida cotidiana en Pompeya,  Madrid, Ediciones Temas de Hoy, 1992. Vid. Capítulo IV, «Fiebre electoral», pp. 123-151.

     [10]Hernán Cortés, Cartas de la conquista de México, Madrid, Sarpe, 1987, pág. 51.

     [11]C. Laorden y otros, La artesanía en la sociedad actual, Barcelona, Salvat, 1982, pág. 9.

     [12]Interrogatorio de la Real Audiencia (1791), Expediente de Magacela, Archivo Histórico Provincial de Cáceres.

     [13]Pascual Madoz, Diccionario geográfico, estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Tomo III, Madrid, 1846.

     [14]H. Velasco, Guía de la artesanía extremeña, Madrid, Dirección General de Industrias alimentarias y diversas, 1980.

     [15]Remitimos a las observaciones que sobre la tradición expusimos en «Pervivencia de un rasgo de cultura material en la frontera luso-extremeña: el enchinado», Revista de Extremadura, nº 7, 1992.

     [16]AAVV, Nueva historia de España…, pág. 71: «Si bien la finalidad primera de estas cofradías o hermandades fue la mutua protección y las manifestaciones religiosas de sus miembros, pronto evolucionaron hacia la ordenación de las actividades económicas.»

Oct 122013
 

 Manuel Rubio Andrada.

         Dentro del numeroso repertorio que la pintura esquemática ofrece en la provincia de Cáceres, los temas cinegéticos cuentan con escasa pero significativas representaciones; al hacer esta relación no he tenido en cuenta un corto número de conjuntos en los que el tema venatorio aparece poco claro o confuso bien por la mala conservación de las pinturas o por que el autor no atinó a hacernos comprensible la escena. Las que os presento pueden considerarse del todo afortunadas por estar informadas de algunos aspectos naturalistas que permiten comprenderlas, al menos, parcialmente.

 

            He concretado el espacio provincial preferentemente por razones económicas y de tiempo pues un estudio minucioso y directo de las pinturas en una superficie mayor, al exigir sucesivas visitas, reclama una inversión de tiempo y dinero que, por ser bienes colectivos, reclaman acciones de las Instituciones de la Comunidad coherentes con su valoración. Quede claro que la abundancia de pinturas en la provincia de Badajoz exige un esfuerzo colectivo mayor.

 

            Las escenas cinegéticas plenas son poco numerosas en la pintura esquemática y si exceptuamos la fase naturalista dinámica, tal aseveración puede añadirse al resto de las realizaciones prehistóricas. Para que el tema sea tratado íntegramente es necesario que muestre protagonistas y antagonistas de la acción que, de hecho, es siempre variada; cazadores y reses son términos en oposición; entre ellos, hoy como ayer, se verifica un drama, éste tiene feliz final si el animal es capturado o abatido pero se convierte en poco menos que tragedia cuando a tantas sensaciones como lleva su acecho le sucede un mortal desenlace para el hombre. La función venatoria duraría buena parte del día e incluso serían varios, localización de los animales, selección de los más apropiados, y astuto traslado al lugar elegido con anterioridad por el hombre para su abatimiento. Los primitivos autores de estas pinturas, como sus vecinos del Levante, realizaron una instantánea estática de ese delicado y larguísimo proceso que, en los cacereños, ofrecía una mayor duración y especialización pues no bastaba con acechar los abrevaderos o en batida ya que, al desconocer el empleo del arco y la flecha – al menos no fueron representados -, la captura era mucho más compleja.

 

VALLE DEL RÍO RUECAS, CAÑAMERO

SIERRA DE LA MADRASTA, CONJUNTO DE LA PEDRERA DEL JOYU

lÁMINA I Ruecas MADRASTA II a Pedrera del Joyu

Lámina I.- Escena cinegética de la Pedrera del Joyu, valle del río Ruecas.

            El primer conjunto que os propongo (Láqm 1), está situado en el punto determinado por las coordenadas: latitud 39º 25´ 45´´ y longitud 1º 43´ 40´´ del meridiano de Madrid, hoja nº 707 denominada Logrosán, 1ª edición 1963.

             Se localiza en la margen izquierda del alto valle del río Ruecas, cerca de la curva hacia su nacimiento y ocupa un ligero saliente de cuarcitas en media ladera.

             La serranía de altura ofrece su interminable jaral, tupido y salpicado a veces por alguna encina; abajo, en el río las aguas purísimas y continuas dibujan una serpiente verde intenso: la alameda encerraba el río en su intimidad repartiendo una vida diferente, fresca e intensa, sobre todo en el estío, que se prolongaba en la penillanura hasta poco más allá de Logrosán. Con esta breve descripción he intentado mostraros su paisaje, como se desprende muy apto para la caza mayor; los venados encontrarían en estas rinconadas agua abundante, comida tierna y verde en la estrecha pero larguísima alameda, libertad y refugio en el jaral.

             El lugar se conoce como «Pedrera del Joyu» en la ladera W de la sierra de la Madrastra; fue descubierta por D. Juan Gil y D. Gracinao Bau en 1972; el grupo se situó en la parte S siendo necesario doblar un pequeño saliente rocoso para observarle; fue seleccionada una cuarcita, algo escondida, a unos 2 m de altura; su superficie  muy lisa presenta una tonalidad variable que va desde el blanco por la izquierda hasta el pardo rojizo; un racheado parece determinar la escena por esa parte. Su trazo es más bien fino y el colorido es rojo claro.

             En la derecha hay cuatro ancorados simples, bastante rígidos, y colocados de forma decreciente – nº 1,2,3 y 4-  que limitan la composición por este lado y parecen cerrar la cacería con relativa pasividad; el más superior parece inclinarse suavemente hacia otro más pequeño – nº. 5- al que coge de la mano prolongando su derecha.

             En la parte superior, hacia la izquierda, hay otro grupo de ancoriformes de ejecución y distribución algo más variada. La núm. 6 está muy deteriorado y se realizó con trazo algo más grueso, parece tener un corto tronco o tal vez su terminación inferior esté perdida. muy próxima hacia la izquierda se ve otra forma parecida, la. núm. 7, que fue realizada superiormente con bastante rectitud; en el extremo inferior del tronco se apuntaron tímidamente las extremidades inferiores y el sexo; destaca la extremidad superior derecha por estar visiblemente  alargada parece indicar con ello que nuestro cazador portaba un objeto, posiblemente una estaca. Descendiendo hacia el centro de la composición aparecen unas formas confusas por deterioradas, entre ellas hay dos líneas angulares en opuestos radicales que quizás estuvieron unidos superiormente, números 8 y 9. Continúa hacia la izquierda un nuevo ancorado simple de trazo mucho más grueso, con largo tronco y extremidades superiores, visiblemente inclinado hacia la izquierda – en general todas las figuras de este conjunto tienen esa tendencia – corresponde a la núm. 10.

             En la parte inferior del tronco de la núm.. 10 comienza la bella cornamenta de un venado logrado con bastante finura y algunos detalles naturalistas, núm. 11, es evidente su estatismo y una proporcionalidad disminuida con respecto a los hombres; las astas poseen al menos cuatro o cinco puntas – aunque ya maduro no es pues un animal de trofeo-; es la figura núm 12. Acompaña la parte posterior del animal, a la altura de sus cuartos traseros aunque se situó algo más bajo, la núm. 13, que corresponde  a la parte posterior de otro cuadrúpedo de menor tamaño que el ciervo, es perfectamente visible las extremidades posteriores el tronco y la cola, larga y erecta, típica de un cánido. La número 14 ocupa la parte central e inferior del panel y pertenece a otro cánido de tamaño algo mayor. Un personaje ancorado, de tronco muy alargado camina tras el venado e inmediatamente sobre los perros, es la número 15. Todavía pueden observarse a la derecha de esta figura unos emborronamientos que prefiero no describir por su contorno impreciso.

 

            Dada la disposición de los elementos que concurren en esta composición es fácil distinguir un grupo humano formado por largos ancoriformes, muy estáticos, que cierran la composición por el lado derecho. Continúa otra pequeña serie colocada con mayor libertad en la parte superior; en el personaje representado en la núm. 7 llama la atención la prolongación de su brazo derecho que posibilita suponer portaba un objeto de cierta contundencia y el trazado rectilíneo de su cintura escapular que muestra una conformación atlética; debajo de él, muy próximo a la cornamenta del ciervo un ancoriforme de mayor grosor u redondez que los demás indica también una mayor fortaleza; la 12 desvía la trayectoria del ciervo hacia la figura musculosa. Los perros contribuyen desde el otro lado a dirigir al animal por el camino previsto. Nada más se nos mostró en esta instantánea fiel reflejo de los instantes previos a la posible captura del venado. Se hace necesario, con estos mismos elementos y su disposición suponer el movimiento y su secuencia siguiente. La figura musculosa número 10 agarraría la cornamenta del venado; la núm. 15 intentaría derribar al animal agarrándole por la cola y ayudándose de los perros que, atacando los fuertes tendones de la parte baja inutilizarían para la marcha los cuartos traseros. La parte central de la cuadrilla llegaría pronto y entre ellos la atlética número 7 intentaría asestar los golpes finales en la nuca del animal. Finalmente aparecerían los batidores del fondo que habían empujado la res hacia su fatídico rincón. Sin duda el viento venía de esta parte y todos celebrarían la caza que, por esta vez debió tener feliz desenlace; ello motivó su pintura.

 

VALLE DEL RIO RUECAS, CAÑAMERO

CANCHO DE LA BURRA

Figura 2

Lámina II.- Cancho de la Burra, valle del río Ruecas, Cañamero (Cáceres).

            El segundo conjunto, Lám núm II, se encuentra situado unos 2 Km más hacia el S. en la margen derecha del mismo río y más o menos sobre la misma altura; se denomina popularmente como Cancho de la Burra. El crestón rocoso se alza a media ladera en una pradera desforestada de cómoda pendiente. La panorámica del valle es pura delicia.

             La textura de las cuarcitas es muy quebrada ocasionando pequeñas superficies marrones sobre las que se pintaron varios pequeños conjuntos de diferentes temáticas entre las que destacan en estilo naturalista estático dos pequeños cuadrúpedos – un venado y un alce – (Lám 3 y 4).

Figura 3      Figura 4

Láminas III y IV.- Venado y alce del Cancho de la Burra, valle del río Ruecas, Cañamero (Cáceres).

              El abrigo ofrece una cómoda visera hacia el E, distribuyéndose los paneles en dos zonas bien delimitadas por un saliente rocoso. El que ahora nos ocupa está a la izquierda del más central y como a metro y medio de altura; fue realizado en color rojo y trazo medio ocupando dos superficies contiguas.

             La número 1 es un doble ancorado de apuntada cabeza, largo y quebrado tronco, sexuado; las extremidades más bien pequeñas, arqueadas las superiores y más angulares las inferiores. La número 2 se situó algo más abajo a la derecha, es un ancorado simple realizado con rectitud la cintura escapular, acéfalo. Inmediatamente encima de la núm 2 se realizó la núm. 3; es otro ancorado de tipología simple de largos brazos y corto tronco, la figura es portadora en ambas manos de dos útiles cuyo contenido real se nos escapa aunque por la temática del grupo deben ser artilugios elementales. La número 4 fue dibujada inmediatamente encima de la 3 y corresponde a un cánido realizado con gran precisión y abundantes detalles naturalistas; se realizó el tronco con una línea de tendencia horizontal, algo elevada en la parte izquierda y estilizada en su terminación derecha; se indicó la cabeza con puntiagudas orejas, enveladas y ligeramente apuntadas hacia adelante, su cola corta y erecta; las extremidades lanzadas con suavidad expectante, la figura comunica una sensación naturalistas que ayuda a entender la composición. Delante del perro hay restos de pintura que denotan la existencia de otra figura, la número 5, entre los  pocos restos que quedan se aprecian algunos rasgos – cuerno derecho, terminación superior del izquierdo, rabo y algún fragmento de patas delanteras -, esto nos permite intuir la reconstrucción figurada de una cabra corriendo en sentido opuesto al de los personajes. una superficie contigua por la derecha muestra, con parecida factura, otros dos ancoradas simples, los números 6 y 7. Así, la representación de esta partida de caza queda perfectamente completada.

             Si hacemos una comparación con el anterior conjunto se evidencia en él la ausencia del grupo que situado en la parte superior izquierda fue denominado como batidores, por ello parece que la intención del autor, en este nuevo episodio, es concentrar la exposición en un plano más próximo a la captura que, en este caso parece tratarse de una formidable cabra acosada por un perro de notables dimensiones que se le acerca por la parte trasera izquierda. El grupo humano le corta la marcha, en especial el ancorado de larguísimas proporciones correspondiente a la figura 1; el racheado que limita esta composición por arriba e izquierda debe corresponderse con algún accidente geográfico que imposibilita la carrera por allí; de tal manera que el animal se nos ofrece arrinconado, sin otra salida que el lugar donde está el pequeño grupo humano; normalmente el perro comenzará mordiendo los tendones de las patas traseras para imposibilitar la marcha; tras esta operación el personaje núm. 1 iniciará la carrera con el animal ya herido facilitando nuevas agresiones del perro; el ancorado número 3, algo más grueso y semejante al número 10 del conjunto anterior, debe ser quien se acerque al animal con más contundencia y ayudado de los útiles que porta en sus manos seguirá la captura quizás procurando no inutilizarlo más; si se destinaba a la posible domesticación o acabaría inmediatamente si la finalidad era el consumo.

TÉRMINO DE BERZOCANA

RISQUILLO DE PAULINO

            Este conjunto (Lám V), está no excesivamente lejos de los anteriores aunque es necesario desplazarse hacia el NW y pasar la barrera montañosa de las Sábanas en dirección de Berzocana en cuyo término municipal se encuentra. Puede localizarse en la misma hoja del mapa 1/50000 y tiene de coordenadas latitud 39º 25´50´´, longitud 1º 45´, meridiano de Madrid.

 Figura 5

Lámina V.- Risquillo de Paulino, Berzocana (Cáceres).

           Para visitar este conjunto se puede partir de la población de Cañamero tomando la carretera que va a Berzocana. Poco antes de llegar al cruce de Solana – como un par de Km. – , hay a mano izquierda unas buena explanada; dejad aquí el vehículo y ascended por la parte opuesta hasta los primeros crestones que emergen a mitad de la ladera. Si queréis eludir las jaras debéis ascender más bien hacia la derecha; han de bastar 15 o 20 minutos.

 

            Llegados a la base del crestoncillo veréis con facilidad las pinturas en una superficie bastante lisa a la izquierda del abrigo. Esto se extiende hacia S. en plena solana de un pequeño valle deforestado y muy apto para la agricultura, en sus laderas el jaral lo invade casi todo, la masa arbórea está compuesta principalmente por robles, encinas, castaños y pinos, hacia poniente se extienden los recios robledales del viejo Alfoz trujillano; algún rabilargo nos gruñe desde los rebollos, más allá un milano caza entre los pinos… la fauna es pues más bien escasa.

 

            El extenso panel que aquí menciono, fue estudiado por A. González Cordero en le R.A. nº 143, insistiendo en la representación de manos con falanges mutiladas cuestión tan sorpresiva que domina otras pormenorizaciones. Para el tema que nos ocupa tiene especial interés la descripción de uno de los conjuntos claramente separado de los demás. Ocupa la parte central derecha del gran panel.

 

            Las figuras fueron pintadas en color rojo de variadas tonalidades y grosor. Al comenzar por la parte superior se observa una gruesa barra alargada y ligeramente inclinada hacia la derecha, núm 1, la línea parece terminar inferiormente con dos tracitos decreciendo su grosor hacia esa parte; fue pintada de rojo claro. Muy próximos a su derecha se ven dos pectiniformes, números. 2 y 3; ambos parecen querer confluir en su centro inclinando levemente hacia abajo el trazo superior correspondiente al tronco; el número 2 tiene cuatro apéndices rectos y decrecientes hacia la derecha y cinco el número 3 siendo ligeramente ondulados e igualmente decrecientes hacia el centro. Cerca de su extremo inferior hay seis puntuaciones, las núm.4, que se extienden horizontalmente bajo la anterior figura y prolongándose hacia la izquierda hasta el comienzo de la número 5. Esta se compone de un fino reticular sujeto en su parte izquierda por una especial raqueta formada por un trazo vertical acabado superiormente en horquilla; de aquí sale hacia la derecha un fino tracito; hacia la parte media del mismo vástago central hay otro más grueso visiblemente ondulado; el reticulado de este especialísimo artilugio termina inferiormente en forma de embudo; aun posee esta figura un tracito realizado en la parte derecha de la línea central. Inmediatamente está la número 6 que corresponde a un arquito con finísimo filamentos centrales. A la izquierda hay un manchón y puntuaciones aparentemente desordenadas y muy desvaídos, son la  7. Muy en el centro y bajo el eje sustentador del reticular aparece la núm. 8 que corresponde a la huella de una mano profundamente mutilada – la tercera del panel – , falta totalmente el dedo pulgar, las falanges terminales del anular y meñique. La extensión de la representación de manos visiblemente mutiladas – solo las dos falanges terminales de sus pulgares – a otro conjunto cercano de este mismo panel ayuda a su identificación como tal.

 

 Hay a su derecha tres tracitos verticales que hemos numerado con el 9. En la izquierda la  núm. 10 corresponde a la forma de un antropomorfo doblemente ancorado. Bajo él, a su izquierda otro semejante, el núm. 11, su ejecución es algo más esbelta. Completa el grupo de antropomorfos la número 12 que se situó unos 25 cm. más abajo, a la izquierda, es un ancorado simple acéfalo, realizado con un trazo grueso y de mayor tamaño de los anteriores. Bajo él una serie de puntuaciones bastante desordenadas constituyen la número 13. La 14 es un nuevo pectiforme, se dibujó en color algo más oscuro, bastante centrado, en la parte baja, en clara correspondencia con la vertical realizada desde el punto de unión de los troncos de los pectiformes 2 y 3, la punta baja del embudo reticular y el extremo izquierdo del tronco de este pectiniforme; su trazo horizontal correspondiente al tronco es bastante grueso y rectilíneo aunque visiblemente inclinado hacia la parte baja de la izquierda; de él se desprende cinco tracitos perpendiculares, paralelos y algo ondulados; el central es de mayor tamaño. Entre esta figura y el antropomorfo número 11 hay un manchón que numero con el 15,

 

            Entre las formas de este conjunto destaca tanto como la mano mutilada, el curioso objeto portador de una red; la herramienta parece destinada a capturar vivo algún tipo de animal. Interpreto el trazado de los pectiniformes superiores como una representación inconcreta de alguno de los grandes animales mamíferos que integran la caza mayor; por su disposición los  dos parecen dispuestos a luchar a testarazos, cosa natural entre algunos machos de esas especies. El otro pectiniforme se situó al otro lado de la red, de tal manera que marchando en línea recta de un grupo a otro los animales tropezarían con ella; lo probable es que se trate de un «reclamo» hembra en celo. El grupo humano, situado en la parte baja izquierda, parece colocado a cierta distancia, excepto el representado por la mutilación que aparece también como protagonista de primer orden observando y controlando la partida; la serie de puntuaciones número 4 debe indicar las huellas del camino hacia la red que llevaría el animal número 3 y la serie número 7 las que llevaría el grupo humano. De esta manera se realizaría la casa mediante red.

 

            Me pregunté si ello sería posible y explique el tema a conocedores de la materia, cazadores con experiencia de campo, y contestaron afirmativamente siempre y cuando se realizase en un lugar adecuado, previamente preparado al cual deben hacer mención las fig. número 6 y número 

 ABRIGO DEL CASTILLO DE MONFRAGÜE

TORREJÓN EL RUBIO

             Debemos trasladarnos al Parque de Monfragüe, en el término municipal de Torrejón el Rubio; localizándose en la hoja nº 651 del mismo mapa; tiene de latitud 39º 45´35´´ y de longitud 2º 21´47´´.

             Para visitar este lugar tomaremos la carretera Trujillo-Plasencia, pasada la población de Torrejón, a unos 10 Km., se separa a la derecha una estrecha carretera en dirección al picacho donde se encuentran los restos del castillo, al llegar a una pequeña explanada se deja el vehículo allí mismo en la base de las cuarcitas se abre la cueva que esta protegida con una verja de hierro.

             El abrigo tiene forma de pirámide triangular irregular, con el vértice superior en la parte interna. Las superficies utilizadas para pintar se encuentran en el lado izquierdo de ellas, el conjunto que ahora estudiaremos (Lám VI), se encuentra en la parte más externa, coincidiendo con el enrejado y como a metro y medio de altura.

Figura 6

Lámina VI.- Conjunto del abrigo del Santuario. P. N. de Monfragüe, Torrejón el Rubio (Cáceres).

             El conjunto que presentamos, fue realizado en color rojo y trazo de grosor alternante; se encuentra muy desvaído. La número 1 corresponde a un zoomorfo situado a la izquierda del grupo y nos muestra unas astas apaladas, ligeramente picudas en sus extremos superiores; la cabeza mira hacia la derecha con el hocico alzado y las prominencias orbitales bien marcadas; el tronco fue pintado largo y estrecho, lineal; de él salen inferiormente seis trazos alargados y paralelos; carece de apéndice anal por impedirlo un racheado de tal manera que el animal se pintó arrinconado. A la derecha de la terminación superior se dibujó un manchón en la misma tonalidad, número 2. Inmediatamente por la derecha hay una serie de finas líneas de tendencia vertical y paralelas, núm. 3. En la parte inferior derecha de esta serie de líneas se observa la número 4; corresponde a un antropomorfo invertido, la cabeza pequeña con picuda nariz dirige su mirada hacia la parte opuesta del animal, continua hacia arriba un tronco fusiforme; las extremidades inferiores cortas, angulares y de apariencia rudimentaria, en la derecha un par de ganchudos muñones parecen indicar algunos dedos; se trata de una figura masculina cayendo. a su lado derecho, tras un manchón, aparece el perfil de un nuevo antropomorfo, número 5; su cabeza solamente apuntada; las extremidades superiores en gruesa cruz; el tronco grueso presenta un voluminoso saliente a la altura del pecho; remata la figura dos extremidades inferiores, angulares, cortas y elementales. Muy cerca de la primera extremidad del animal y bajo su cabeza se dibujaron con gran fineza y cuidado dos figuras más, corresponde al número 6 a una forma de horca o rastrillo de ocho dientes con mango reforzado. La número 7 fue realizada con trazo mucho más cuidado y algo más oscuro, es la forma de un hacha enmangada.

 

            Por la forma de sus patas el zoomorfo número 1 parece corresponder a la representación de un gamo macho; la presencia de seis extremidades en vez de cuatro es cuestión que hace mención a la escasa valoración de este elemento y en general del factor cuantitativo en la mente del autor, al menos sobre este tipo de aspectos – la misma cuestión ocurría en un pectiniforme del risquillo de Paulino y se repite en algunas figuras realizadas por niños de 4 o 5 años en una etapa prelógica del desarrollo intelectual -, representan las extremidades de un animal, sin indicar mayor precisión. Como ya indiqué es evidente una posición de caída en el antropomorfo número 4; las líneas entre las que se pintó deben indicar la trayectoria, naturalmente de arriba abajo. La núm 5 corresponde por su marcado pecho a una mujer, que, por su disposición, parece huir. Las números 6 y 7 hacen mención a las armas del despeñado. La núm.. 6 debe corresponder a una gran horca o rastrillo semejante a las que hoy se utilizan colectivamente en algunas fiestas taurinas populares del área del NW de Extremadura y la zona limítrofe con Portugal; lo extraño es que fuera utilizado por un solo individuo; la núm. 7 corresponde a un hacha atada a un mango, su material debió de ser lítico pues en el caso que fuera metálica se habría utilizado con toda seguridad el arco y la flecha en la captura.

 

            El momento representado es posterior al encuentro entre el hombre y la res, el desenlace debió ser funesto para el cazador no así para su acompañante que tuvo tiempo para correr y contárnoslo de esta manera tan simple y precisa.

 CONCLUSIONES

             La escasez de conjuntos presentados constituye una expresión poco propicia para extraer conclusiones definitivas, aunque señalan  el sentido en el que otros trabajos de investigación puedan moverse. Por esto las conclusiones han de quedar supeditadas a los descubrimientos de otros trabajos venideros.

             No resulta difícil encontrar realizaciones con quien relacionar los conjuntos compuestos con antropomorfos ancorados pues a lo largo del tiempo y del espacio se utilizó con profusión; ello nos llevaría a realizar un estudio basado en estas formas cuestión que veo innecesaria en este estudio que, como vengo indicando, a de basarse preferentemente en la temática cinegética.

             Aparentemente no conozco paralelismos con quien relacionar estos temas. La pintura naturalista levantisca ofrece una clara ausencia de estos conjuntos representativos de formas elementales de caza, sin emplear el arco y la flecha. Están bien informadas en ellas los grandes animales propios del proceso venatorio pero, en mi opinión las pruebas de su captura son escasa por no decir nulas; en fases siguientes el arco y la flecha aparece ya como arma asociada a cuantas escenas de caza se representaron.. Igualmente está ausente el tema en el resto de la pintura esquemática, en ella las cuestiones idolátricas, cuantitativas, armamentístiscas… se suceden sin interrupción. En el N, el valle salmantino del río Batuecas tiene representaciones faunísticas que indican indirectamente alguna motivación cinegética pero muy alejadas del desarrollo de una cacería en toda regla como nos muestran los conjuntos cacereños.

 

            Estos nos ofrecen la visión de una actividad colectivista, propia de una sociedad cazadora compuesta posiblemente por pequeños grupos. En ellos cada individuo o conjunto de individuos tiene una especialización determinada por sus condiciones naturales; unos baten, otros detiene al animal, otro le corta el camino con una pirueta, otros lo acosan con perros. Es curioso observar como en los dos primeros conjuntos, los autores o autor plasmó en la figuras alguna particularidad individual, los corredores aparecen finos y alargados, los musculosos son figuras rechonchas… Cuando en esta actividad, necesariamente colectiva y especializada, hace su aparición la individualidad, posiblemente inflamada con la prepotencia infantil que da el poseer un arma o un artilugio, el resultado es nefasto para el cazador; esta cuestión hemos visto se plasmó en Monfragüe con bastante realismo.

 

            Entrar a fijar una cronología precisa de estos conjuntos es tarea por el momento precipitada; si es posible señalar la ausencia en ellos de los arqueros como cazadores individuales al rececho del animal o bien como partidas al ojeo; esta cuestión  sitúa nuestros conjuntos en fases inmediatamente postpaleolíticas, en un Epipaleolítico o en un temprano Neolítico (1). En el sentido de su evidente antigüedad habla la mutilación de la mano, más visible a la derecha del gran panel del abrigo de Paulino, Barzocana (Cáceres), y que está presente entre las realizaciones paleolíticas de Maltravieso, Cáceres; El Castillo, Santander; Gargas, Alto Pirineos, Francia. otro dato a tener en cuenta sobre su antigüedad es la pequeña representación naturalistas del alce, figura número 4, en un saliente superior de la parte central del cancho de la Burra, en Cañamero; el alce es animal del clima frío, difícil de explicar su existencia en las Villuercas sin una mayor aproximación a los tiempos de la última glaciación,. Intento cimentar con estos datos, de indudable interés, el carácter primitivo, aparentemente autóctono de estos conjuntos esquemáticos incluso acompañados de formas abstractas – ausencia de cuerna, múltiples patas – , propio del esquema mental de un individuo inserto en sociedades prelógicas.

 

            Todas estas cuestiones nos conducen inevitablemente por su temática a situar los comienzos del esquematismo antes de la fase 4 de la pintura naturalista levantina (2) y con ello creo que nos aleja cada vez más de pensar que las realizaciones con ese estilo fueron exclusivamente un fenómeno importado del próximo Oriente traído por colonos metalúrgicos del Calcolítico.

 

            Para finalizar hay que preguntarse que ocurrió artísticamente en el área peninsular dominada por el esquematismo cuando hizo su aparición el arco y la flecha pero ello parece tema propio para realizar otro estudio de mayor envergadura.

 

 

 

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

 

(1)  Arias González L. y Jiménez González C.; Puntas de flecha líticas en le Calcolítico Ibérico. R.A. nº 113 Madrid.

 

(2) Beltrán Martínez, A.: El Arte Rupestre del levante español. Encuentro Ediciones, Madrid 1982, pag 82

 

 

 

 

Oct 011994
 

Francisco Rivero.

Cronista Oficial de Las Brozas

JUSTIFICACION

Cuenta la villa de Las Brozas con un hijo predilecto y notable de la escena española. Se trata del gran actor cómico Casimiro Ortas y Rodríguez, nacido el 1 de mayo de 1880, de manera casual, en esta localidad cacereña, y muerto, como un artista, en las tablas del Teatro Borrás, de Barcelona, el 10 de marzo de 1947.

¿Pero qué ocurrió a lo largo de esos 67 años intensos y exitosos de su vida artística? Eso es lo que intento descubrir a todos a lo largo de esta pequeña biografía.

Los comienzos de este trabajo nacen de una larga noche de insomnio en un invierno cualquiera. Al no poder conciliar el sueño, me levanté y me puse a releer el libro de Eugenio Escobar Prieto «Los hijos ilustres de la villa de Brozas», en cuya segunda edición intervino don Miguel Muñoz de San Pedro, Conde de Canilleros, quien sumó varios nombres más a la primera edición, entre ellos el de Casimiro Ortas.

Eran tan escasas las noticias que traía y algún que otro dato equivocado, de acuerdo a mis por entonces pequeñas investigaciones, que decidí estudiar profundamente la vida de este importantísimo actor cómico entre los años de 1910 a 1935 y que paseó el nombre de Las Brozas por toda la geografía española y americana.

Sé, y tengo buena referencia de ello, que Casimiro Ortas no tiene buena prensa entre los brocenses. Lo sé porque, según me contaron muchos paisanos de los que le conocieron, él que se decía un enamorado de su pueblo natal, sólo quería aprovecharse en los últimos años de su vida, cuando se vio solo y abandonado, además de arruinado. Pero todo ello no quita a Ortas que hubiera sido el gran actor del sainete, del género chico y de la comedia humorística española. Fue un hombre que hoy está en la cumbre, en la historia, junto a los grandes del teatro español.

Muchas han sido las fuentes consultadas, muchos los actores hoy consagrados, y antes principiantes con Casimiro Ortas, con los que ha hablado. Cada uno me dio su punto de vista, su opinión, acerca de nuestro artista. Una palabra común le define: Maestro,

Recuerdo a Antonio Garisa cuando actuaba en Palma de Mallorca que el hombre se quedó sin cenar por atenderme entre función y función. «Y todo porque don Casimiro fue mi maestro», me dijo.

«Don Casimiro…»así hablaban todos de él. El respeto, la veneración, el recuerdo les estremecía. Era recordar sus comienzos. Hoy, como ya he dicho, todos estos actores y actrices están consagrados y son primeras figuras de la escena de nuestro país.

AGRADECIMIENTOS

Con estas sencillas palabras quiero agradecer a alcaldes, periodistas, críticos de teatro, actores, actrices, directores, propietarios de salas teatrales sus molestias e interés por hacerme llegar algún nuevo dato, más o menos extenso, acerca de la vida y actuaciones de Casimiro Ortas.

Sin embargo sólo quiero resaltar un nombre, el de Maruja García Alonso, su cuñada y excelente actriz. Ella ha sido la persona que más datos me ha podido aportar para completar la biografía. Buena parte de las ilustraciones proceden de su extenso archivo. Por todo ello, muchas gracias, Maruja.

EL NACIMIENTO EN LAS BROZAS

Eran las cuatro y media de la tarde del primero de mayo de 1880 cuando vino al mundo en la casa que hace el número 2 de la Plaza Nacional (hoy Plaza Príncipe de Asturias), en Las Brozas (Cáceres) el que, con el tiempo sería uno de los principales protagonistas de la escena española: Casimiro Eduardo de la Concepción Ortas y Rodríguez.

PARTIDA DE NACIMIENTO DE CASIMIRO ORTAS

En el folio 92, número 66 de Libro de Registros de Nacimientos, correspondiente a los años 1879-1881, archivado en el Juzgado de Paz de Las Brozas se puede ver la partida de nacimiento de nacimiento de Casimiro Ortas y Rodríguez. Dice así:

«En la villa de Brozas y siendo las diez de la mañana del día tres de mayo de mil ochocientos ochenta, ante D. Félix Berjano Sánchez, Juez Municipal Suplente en ejercicio por indisposición del propietario y D. Patrocinio Hervás y Corchado, suplente del secretario, compareció D. Casimiro Ortas, natural de Olivenza, Provincia de Badajoz, mayor de edad, casado, profesión actor dramático y domiciliado en el pueblo de… (no figura) de que se insertara en el Registro Civil un niño, y al efecto como padre del niño declaró:

Que dicho niño nació en la casa que accidentalmente habita en esta villa en la Plaza Nacional, número dos, el día 1º de Mayo a las cuatro y media de la tarde.

Que es hijo legítimo del declarante y de su mujer Dolores Pascasia Rodríguez Ríos, natural de Cala, provincia de Sevilla, mayor de edad, dedicada a las ocupaciones de su sexo y domiciliada en la de su marido.

Que es nieto por línea paterna de don Francisco Ortas, natural de Noya, provincia de Santiago de Galicia, hoy difunto, y de doña Antonia Navarro, natural de Badajoz, término municipal de ídem, dedicada a las ocupaciones de su sexo y por línea materna de D. Manuel Cayetano Rodríguez, natural de Cáceres, hoy difunto, y Dª Marcelina Ríos, natural de Málaga, término municipal de ídem. Provincia de ídem, mayor de edad, viuda, dedicada a las ocupaciones de su sexo y domiciliada en el de su naturaleza.

Que al expresado niño se le había puesto por nombre Casimiro Eduardo de la Concepción Ortas y Rodríguez.

Todo lo cual presenciaron como testigos Simón Pacheco y Victorio Hurtado, mayores de edad, casado y soltero, respectivamente y domiciliados en esta villa.

Leída íntegramente la presente acta descripción a las personas que deben suscribirla se estampó en ella el sello del Juzgado Municipal y la firmaron el señor Juez y los testigos y el compareciente y lo certifico.

Firman: Félix Berjano, Casimiro Ortas, Simón Pacheco y Victorio Hurtado.»

Lo primero que se observa es que el hecho de que Casimiro Ortas naciera en Brozas fue una pura causalidad, ya que su madre le dio a luz mientras la compañía de su marido se encontraba trabajando en esta localidad cacereña. Los más viejos del lugar de Las Brozas cuentan que la parturienta fue asistida en esta casa particular y que tuvo que quedarse a descansar un par de días, mientras que el padre marchaba a Alcántara, ya que la empresa de teatro tenía función en el pueblo cercano.

Otra observación es consecuencia de la vida nómada de los artistas de entonces: cada uno de los ascendientes había nacido en una población distinta.

Casimirín fue bautizado en la monumental parroquia de Santa María la Mayor, hoy declarada Bien de Interés Cultural el 8 de mayo y fueron sus padrinos su tío materno Eduardo Rodríguez Ríos, natural de Osuna (Sevilla) y Concepción Alberto, oriunda de Olivenza.

LA NIÑEZ

Cuenta Serafín Adame Martínez en un artículo publicado en la revista «Blanco y Negro» de 1926, bajo el título de «Cuando los maestros eran noveles» que «la niñez de Ortas no tiene ninguna nota sobresaliente. Actor de grata memoria, su padre; dedicada a las faenas domésticas la madre, Casimiro creció hecho un diablillo, como un «chavea» más de los que pululan por las márgenes del Guadalquivir, pues fue Sevilla donde pasó los primeros años de su infancia. Hasta que un día acordaron sus progenitores que el niño tenía ya edad de estudiar el bachillerato, y con tal objeto a Madrid lo mandaron».

«¿Para qué voy a decir que Casimiro era un buen estudiante…?. Aun vive -sea ello por muchos años- algunos de los catedráticos que en las aulas madrileñas le sufrieron, y ellos no me dejarían mentir, aunque tal fuera mi propósito. Forzoso es confesar que no se distinguía por su aplicación ni por su afición desmedida a los libros de texto; asistía, eso sí, a la mayoría de las clases, pero su espíritu estaba tan ausente de ellas que era como si dejase transcurrir el tiempo en el billar de cualquiera de los cafés cercanos».

«Es que aquellas horas Casimiro soñaba; el quería ser actor; llevaba en la sangre la afición a la vida nómada, alegre y pintoresca de la gente de la farándula y se sentía invadido por el veneno de los aplausos. Del estudio sólo le agradaba el de los papeles de las zarzuelas, y su carrera predilecta era la de primer actor. Verdaderamente no se puede negar que aquel pequeño vago tenía instinto certero del porvenir que le estaba reservado en la comunidad de comediantes».

«Llegaron los exámenes -¿vamos a preguntar cómo se libró de sus penosos trances ni qué resultado logró con ellos?-, y después las vacaciones, que Casimiro aprovechó para unirse con su padre que recorría en una de sus numerosas «tournées» por las provincias norteñas. Vista otra vez de cerca; con sus inquietudes y satisfacciones, con esa especie de montaña rusa aquella existencia tentó con mayor fuerza al mal aprendiz de bachiller y solicitó de su padre que le dejase «trabajar».

LA JUVENTUD

Por otra parte, J. López Pinillos, que firmaba bajo el seudónimo de «Parmeno» entrevistó a nuestro biografiado hacia 1920. La entrevista la publicó la editorial Pueyo, de Madrid, en un libro titulado «Los favoritos de la multitud. Cómo se conquista la notoriedad».

En ella, Ortas se expresaba diciendo sobre su juventud: «Mi padre no quería que fuese cómico, y me puso a estudiar el Bachillerato, «Casimirín», a ver si te tragas toda la Medicina del mundo y descubres un microbio nuevo, y juntas millones, y hasta te erigen estatuas. Me gustaría, «Casimirín». Y el deseo paternal me conquistó, y, entusiasmado, soñé algunas noches con el «microbio Ortas», que vivía en la sangre y que era más pequeño que una vaca. Pero como no se me ocurría coger los textos más que cuando me faltaban pesetas, y como las últimas pesetas que había gastado procedían de la pignoración de los libros, pues no podía estudiar y me conformaba con añadirles carnes y cuernos a mi extraordinario microbio. En cambio, me daba unos atracones de comedias, zarzuelas y sainetes… ¡Lo que yo he llorado en el paraíso del Teatro Español y lo que me he reído en los del Lara y Apolo!… Y una vez me fui a pasar las vacaciones con mi padre que dirigía una compañía, y le rogué que me permitiera trabajar. «Papaíto», ¿sabes que eso de los microbios es una perdición?… Se han descubierto tantos que no se encuentra ni uno para un remedio, y si me dedico a su persecución, voy a volverme loco y a dejarte mal encima. ¿Por qué no me das un papel?

«PARA EL TEATRO NO SIRVES»

Fueron muchas las súplicas de Casimiro a su padre para que le dejara estrenarse en el arte de Talía. Tenía, por entonces, Ortas unos 16 años. Eran los últimos días del verano de 1896 y se encontraba la compañía de su padre ampliando su estancia por tierras de Cataluña, concretamente en el Teatro Principal de Sabadell. Las vacaciones tocaban a su fin y Casimiro tenía que volver a su «microbio». Don Casimiro, por ver si su hijo servía para esto, le dejó hacer.

Lo cuenta el propio Ortas: «Y se anunció «La caza del oso», poniendo en el reparto a Casimiro Ortas (hijo) y llegó el terrible instante, y Casimiro Ortas (hijo), que hacía de dependiente de una tienda, entró en el escenario, cariñosamente empujado por el traspunte, y se quedó… ciego, sordo y mundo. No oía al apuntador. No veía a los sabadellenses y no podía hablar. Mi padre, desde la primera caja, hacía lo imposible para infundirme ánimos: «¡Pero, Casimirín, hijo, rompe!… ¡Ten valor!». Y yo, alelado. «¡Pero huye siquiera, Casimirín, que te van a tirar cosas! Y yo, sin moverme, levanté el codo… Recuerdo que cuando me sacaron de escena, unos sabadellenses decían: Uh, uh, uh» y otros se reían. Y recuerdo que, al caer en los brazos de mi padre, vomité el papelito entero y pleno. «¿Ves, papá?… ¿No me lo sé como un papagayo?». Y mi padre: «Entonces, ¿por qué no lo has dicho? Y yo: «Por el microbio. Porque se me vino a la imaginación el microbio. Porque me parece que lo voy a descubrir». Y me abrazó mi padre, y me dijo: «Pues dale gracias a Dios, ya que para esto no sirves». Los actores estuvieron conmigo muy generosos: «Anda p’a casa galán, que vas muy bien». «Lo mismo me pudo ocurrir a mí». Y yo, aquella noche, soñé que el descubrimiento del microbio Ortas, que no era como una vaca, sino como un elefante, me valía una estatua ecuestre en la Puerta del Sol».

«Lo que pasó -escribió Serafín Adame- fue que por poco queman el teatro los enfurecidos espectadores; la gritá formidable, el pateo estruendoso dio la razón al director de la compañía, y -¿cómo sería?- quitó las ilusiones al principiante. Cuando entró en su cuarto no preguntaba como la fracasada artista de «Las estrellas»: «¿Pero es que no he gustado…?», sino que como aquel otro personaje de Arniches, que él habría de crear años después, sollozó: «¡Ay, padre de mi alma, qué mal he quedado…!».

«Tenía Ortas por aquel entonces sus buenos 16 años; era, por consiguiente, un hombrecito, y reflexionó como tal. había que pensar en el mañana y que labrarse un porvenir; aquel pateo -el más grande de su vida- le decía claramente que en teatro no podía soñar, como no fuera para vender caramelos en los descansos; y decidió estudiar igual que el que más para terminar pronto el Bachillerato y seguir luego cualquier carrera. Aquel curso asombró a todos el cambio radical que en el que fuera deplorable estudiante se había operado».

SU SEGUNDA OPORTUNIDAD

«Ahora que al llegar el verano… Junto a los actores nuevamente renació su afición a interpretar zarzuelas; el descalabro anterior se le había olvidado por completo; y, aunque sólo fuese una noche y por bromas, quería probar fortuna otra vez, que en lo hondo de su alma quedaba sin contestación una pregunta: «¿Seré yo tan malo como dicen…?».

Su segunda oportunidad, tras la temporada de un intenso estudio, la tuvo en Cádiz en el papel de Melindres en «El cabo primero». Había estado rogándoselo al padre durante mucho tiempo. Estudió el papel. Se estuvo repitiendo durante ocho días que ahora hablaba en el teatro y al final… habló. Había expectación por el estreno del jovencísimo actor. Todos sabían lo de Sabadell. Estaban de uñas, pero fue tal el éxito de Casimirín que nadie se creía que pudiera ser el mismo del verano anterior. El público aplaudió a rabiar. Su padre le abrazó y le dijo: «¡Has hecho tú ese Melindres. Ya has descubierto el microbio Ortas!». Desde aquel mismo momento le autorizó a dejar sus posibles estudios de Medicina.

LA DEFINITIVA

En Sevilla, donde era idolatrado el excelente actor Cerbón, se presentó en el teatro Cervantes en el papel del soldado de «La Trapera». Le aplaudieron de una forma que no pudo olvidar. En Sevilla, su Seviyiya, como la llamaría años más tarde, trabajó y estudio muchísimo. Había nacido un actor.

Y así, con trabajo y esfuerzo, se convirtió en primera figura del teatro español. Escritores tan reconocidos de la comedia como el inventor del astracán, Pedro Muñoz Seca, o el sainetista Carlos Arniches escribieron pensando en él como primera figura. Con el tiempo, Casimiro Ortas llegó a ser en los años 30 en el teatro lo que en los años 50 ó 60 supusieron Pepe Isbert o Paco Martínez Soria. Alumnos suyos han sido Francisco Melgares, Alfonso del Real, el cineasta Juan de Orduña y Antonio Garisa, el cual me reveló que los actores le tenían tan gran respecto que siempre le llamaban don Casimiro.

Su primera representación profesional la hizo en el Teatro de la Comedia de Madrid, con una compañía que eran todas celebridades de la época, como la Pretel, la Miralles, la bellísima Fernández Molina, con Riquelme, Pinedo y Orejón; en total 32 primeras figuras. Claro que así llegaba a perder el teatro hasta ¡1.000 pesetas diarias! de las de entonces.

No pudo seguir en Madrid porque no le contrataron como primera figura, que era lo que él quería, pero en una variedad que no era la suya, principalmente dedicado y volcado en el género chico: la zarzuela y el sainete, pues era un gran tenor cómico.

Posteriormente se dedicó a la comedia y llegó a fundar su propia compañía.

El 11 de marzo de 1914, una nueva empresa, compuesta por Enrique Chicote (actor) y José Vila (sastre de actores y actrices), se hace con el Teatro Apolo. Hicieron lo imposible por levantarlo. Para ello contrataron al actor que se había hecho ya con los favores del público: Casimiro Ortas. Era en palabras de Chispero, «un actor que daba la cara ante el público». El debut de Ortas en la catedral del género chico fue con la obra «El último chulo», un sainete de Carlos Arniches y Celso Lucio, con música del maestro Vicente Lleó, compositor de la música de la zarzuela «La corte del faraón».

A Ortas le ayudaba en su papel cómico su oronda barriga, sus cortitos brazos, su estatura y su talento, al que él llamaba la buena voluntad, además de sus caracterizaciones e imitaciones que conseguía como nadie.

En la obra «La tabla de salvación», donde interpretaba a un dependiente, tenía que pavonearse, enfadarse. Se le ocurrió comprar dos pavos. Se los llevó a su casa. Los dio de comer y los vio discutir, enfadarse, cascarse las liendres. Todo ello le llevó a imitarlos en el teatro. Era su bufonada.

La primera obra que Casimiro Ortas estrenó de Carlos Arniches fue «El amigo Melquíades o por la boca muere el pez». Era un sainete de costumbres madrileñas, en un acto, dividido en tres cuadros, con música de los maestros Joaquín Valverde y José Serrano Simeón. La obra, que estaba dedicada a Antonio Illán, fue estrenada en el teatro Apolo, de Madrid, en la noche del 14 de mayo de 1914. Ortas hizo el papel de Avelino y la acción se desarrollaba en el Madrid de entonces, próximo a la ribera del Manzanares, en la Puerta de Hierro.

Carlos Arniches dedicó «La flor del barrio» a Casimiro Ortas con el siguiente texto: «Al gran actor y queridísimo amigo Casimiro Ortas. Con toda admiración. Madrid, 1 de julio de 1919». El estreno había tenido lugar el día 30 de mayo en el Apolo, se trataba de un sainete lírico de costumbres madrileñas. La música fue compuesta por Calleja y Foglietti. En esta obra, Ortas intervino como protagonista en el papel de Saturiano y también lo hizo su primera esposa, Carmen Sobejano, como doña Visita.

La primera obra que Ortas puso en escena de Muñoz Seca fue el entremés en prosa «Sanjuán y Sampedro, estrenado en la Fiesta del Entremés, celebrada en el Casino de Autores de Madrid, la noche del 16 de abril de 1920. Sólo había tres actores: Primitiva: Rosario Leonís; Sampedro: Casimiro Ortas y Sanjuán, el actor apellidado Mauri. Ortas hace el papel de Hugo Sampedro, un joven elegante de Cuenca, muy simpático y novio de Primitiva que hace lo imposible por entrar en la compañía de teatro de Sanjuán.

Casimiro Ortas no conoció su pueblo natal hasta que tuvo 46 años. Así lo definió el mismo en la revista «Blanco y Negro»: Brozas: villa limpia, y grande, y luminosa de la provincia de Cáceres. 4.700 buenas personas. Produce cereales, vino, aceite, frutas, hortalizas y… primeros actores cómicos».

En enero de 1929 se informaba que se iba a hacer un homenaje a Casimiro Ortas y que unos 500 vecinos firmaron un escrito para que se le diera una calle, la que antes se llamaba Rejas y que se pusiera allí una placa. Curiosamente esta placa no se sabe dónde está, pero el autor de esta biografía sugiere que el Ayuntamiento, apoyado por una serie de instituciones culturales hiciera otro homenaje a Ortas y colocara una placa en la casa donde nació, en la actual Plaza del Príncipe de Asturias, nº 2. Sería un atractivo más para el pueblo. Incluso sugeriría adquirir la casa que se le donó y montar allí el Museo «Casimiro Ortas».

Casimiro Ortas murió en la madrugada del lunes 10 de marzo de 1947 en Barcelona, cuando trabajaba en el Teatro Borrás, en la compañía de Paco Melgares, su discípulo, quien compadecido del maestro le dio trabajo. La obra que iban a reponer el miércoles próximo al de su muerte (12 de marzo) sería la titulada «Militares y paisanos».

Un último ruego a todos. La biografía aún no está completa. En otros Coloquios Históricos de Extremadura hablaremos de sus triunfos, sus viajes a América, su amistad con el rey Alfonso XIII, su ingreso en la masonería, sus películas, etc. Todavía se pueden aportar más datos, corregir algún error, descubrir algo nuevo. Por todo ello, ruego que si alguien sabe más sobre Casimiro Ortas y desea hacérmelo conocer se lo agradecería infinitamente. Muchas gracias.

Oct 011994
 

Resúmenes 1994

Alba Calzado, Miguel.

En el pasado, Trujillo fue un importante centro alfarero que abasteció al Sureste de la Alta Extremadura. Hoy representa el oficio un único alfar que se mantiene fiel a la factura tradicional: El consumo de barros locales, elaborados en un proceso completamente manual, el modelado con torno de pie, la cocción en horno de leña y el mantenimiento de una amplia gama de obra utilitaria avalan esta categoría.

En esta comunicación se tratará de las diferentes fases que precisa la elaboración de una vasija en Trujillo, proceso que se inicia con el acopio de arcilla en el barrero y concluye en la cocción.

ANDRADA AGUILAR, Luis
ROMANCE DE LA TORRE DE ALICIA (Leyenda trujillana del siglo XIV)

EL LUGAR Y SU ENTORNO

Era el Truxillo de antaño (metidos ya en la Edad Media) atalaya inexpugnable, fortificación de piedra.
Encinares y chaparros, escobas, esparragueras, madroñales, zarzamoras, laureles y membrilleras…
brezos, tomillos, hinojos, peñascales y chumberas, higueras y vides locas dan verdor a sus laderas.

De caza toda la especie abundan en él loberas, osos hay que lo visitan desde la cercana sierra.
Halcones y gavilanes, buitres, milanos, cornejas, cernícalos y palomas, gorriones, moscaretas…
salamandras, sabandijas, lagartones y culebras conviven con otras faunas en esta pequeña selva.

Romanas calzadas suben por entre tantas malezas y serpenteando avanzan hasta llegar a sus puertas.
Del recinto amurallado ‘ yedra, cipreses, palmeras, palacios, templos y torres con sus nidos de cigüeñas,
artísticos ventanales orlan empinadas cuestas que acaban en el castillo capitel de tanta piedra.

Una torre, la de Alicia,pasó por siempre a la historia, ella escribió con su sangre
en las piedras su INMEMORIAM.

¡CHÓCALA, PAISANO!

Carta abierta al poeta tinajero de Guareña, Luis Chamizo, 1921

Mi buen amigo Chamizo:
¡Chócala, chócala…
pero con fuerza…!
que quiero como paisano
darte franca enhorabuena
por tu libro publicao

EL MIAJON DE LOS CASTUOS

En el que bien claro muestras
los nuestros j’ondos sentires
y que tie de nuestra tierra.

La savia*.. la savia j’uerte
que tu pluvia toma recia
d’estos campos… d’estas gentes…
generantes… pa las cencías,
pero que sienten mu j’ondo…
pero que quieren… de veras,
cargas de bien y nobleza,
y que mu alto… mu alto
y mu serio, piensan.

ARROYO MATEOS, Juan Francisco
GLORÍA INMENSA QUE PUEDE RECONQUISTAR PLASENCIA

Se trata de un trabajo de investigación que tiene por eje un decreto vaticano de la Sda. Congregación de Ritos fechado el 8 de octubre de 1650, por el que se concedía al entonces obispo placentino Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Diego Arce y Reinoso que la Fiesta Litúrgica de los Santos Mártires de Flasencia, San Epitacio y San Basileo, se celebrara en lo sucesivo el día 23 de mayo de cada año, pero no sólo en la Diócesis placentina, sino además en toda España, según también da cuenta de esto el Martirologio Romano, si se consulta referida fecha del Mes de las Flores y la pequeña biografía que ya, en el año 1862, ofrecía el P. Juan Croisset en su magna obra EL AÑO CRISTIANO.

BAZAGA IBAÑEZ, José Manuel  
ALGUNAS NOTICIAS SOBRE LA DISTRIBUCIÓN DE AGUAS EN TRUJILLO

Si ya se conocen bastantes detalles sobre la captación y conducción de aguas en Trujillo, ahora se dice algunas otras cosas sobre la distribución en el casco urbano hasta su inauguración oficial en 1899.

BLANCO CARRASCO, José Pablo
EL CAMPO Y EL CAMPESINADO EXTREMEÑO A FINALES DEL ANTIGUO RÉGIMEN

La ponencia que presentamos a continuación tiene por título EL CAMPO Y EL CAMPESINADO EXTREMEÑO A FINALES DEL ANTIGUO RÉGIMEN, y en resumen quiere ser reflejo de las condiciones de vida y desarrollo de los campesinos extremeños en los años finales

ESTADO DEL ARCHIVO

Los fondos del Archivo Parroquial de Cabeza la Vaca, A.P.C.V. se encontraban repartidos entre el despacho del párroco y la sacristía. El despacho parroquial albergaba, junto con la biblioteca propiedad del cura, los libros de bautismo, matrimonios, defunciones, confirmaciones, actas y fábrica; y en la sacristía se encontraban por un lado, en un armario empotrado, libros rituales y otros varios, y por otra parte, en un viejo armario de madera, boletines eclesiásticos y legajos atados con cuerdas y cintas que actuando como cordones por su envejecimiento cortaban la documentación.

Sorprende el volumen de la documentación, sobre todo pensando que ésta desapareció casi por completo en algunos pueblos de Extremadura en la guerra del 36. Sorprende también ver cómo la documentación escasamente respondía a las pobres noticias que ilustra-ban las cartelas, cuando éstas aparecían, excepto para el caso de los expedientes matrimoniales, que efectivamente se ajustaban a las indicaciones, aunque los legajos contenían un cúmulo documental que en la mayoría de las ocasiones ni siquiera respetaba el más elemental orden cronológico. De una parte el abandono, de otra el desorden, y cómo no mencionar las huellas que algún investigador dejó en forma de manchas de tinta y cruces señalando lo que le interesaba.

CASADO VELARDE, Purificación
TRIGUEROS MUÑOZ, Ángel

POETIZAR EL MUNDO. POESÍA Y REALIDAD EN LA OBRA DE LUÍS CHAMIZO

Luis Chamizo se ha propuesto con su obra poetizar el mundo, que es tanto como decir penetrar en la entraña, en el miajón, de todo cuanto compone ese mundo: mujeres, hombres, paisaje. La elección de su poetizar viene marcada por el uso de la palabra dialectal, enraizada en el alma de la colectividad.

Chamizo se fija en la vida, entre la tierra y el cielo, para poner al descubierto, por medio de la poesía, aquello que Antonio Machado llamaba la «honda palpitación del espíritu».

Toda su obra está escrita en este sentido, para descubrir la voluntad de ser de lo que vive, aquello que Nietzsche entendía como voluntad de poder. La poesía hace un recorrido entonces por el pasado, presente y futuro. Revive la tradición y se enfrenta al destino. El tiempo ayuda a comprender esta visión que en Chamizo acaba siendo catártica. Visión profétíca para devolver la dignidad al hombre y la memoria perdida a las cosas.

LA CONSTRUCCIÓN DE LA PALABRA EN LA POESÍA DE LUIS CHAMIZO. SENTIDO Y SIGNIFICADO

Estudiar la obra de un escritor es adentrarse por los caminos de lo que ve, o ha visto, y de lo que piensa, o ha pensado; y de lo que, como resultado de lo anterior, dice, o ha dicho, esto es, la palabra. La palabra, hablada o escrita, es creadora, devastadoramente lúcida y mágica. Aviso de lo que puede llegar a ser o es.

Luis Chamizo es consciente del inmenso poder de su palabra. De la palabra justa y adecuada, que por lo mismo ni sobra ni pone. Una palabra que aúna, como ninguna, sentido y sonido, fuerza y ternura;

llena de oralidad, popular y telúrica. Que evita ser ella misma para ser el yo del poeta y el yo de los otros: La palabra auténtica que penetra en el mundo, en el ser de todo cuanto existe.

La poesía de Chamizo, construida con esta palabra se extiende ante esta voluntad de comunicación entre lo que se razona y lo que se intuye. Nace así un decir poético que nace del mismo corazón.

CÁRDENAS BENITEZ, Mª del Pilar
EL BLASÓN Y EL LINAJE DE FRANCISCO PIZARRO

Nos encontramos hoy aquí para hablar de D. Francisco Pizarro, conquistador del Perú/ el Marqués Gobernador. Pero no hemos venido a narrar descubrimientos y conquistas/ penalidades y fatigas o grandes hazañas heroicas, no. Queremos dedicar nuestras breves palabras a describir los escudos de armas que, en diversos momentos de su vida/ le fueron concedidos a nuestro protagonista.

Ciudades amuralladas, fieros leones, pacíficas ovejas, imaginarios grifos y, cómo no, cabezas de indios y divisas reales pasaron a formar parte de las armas del gran conquistador del Perú, sin olvidar las pertenecientes a su linaje paterno: El pino, los dos osos empinados y las lascas de pizarra a sus pies.

Así, prescindiremos de hablar de su nacimiento y sus orígenes, de su aprendizaje como Capitán y Teniente de Gobernador, en las islas y en tierra firme. Igualmente, vamos a dejar de lado los heroicos episodios de las islas del Gallo y de Puna y los conflictos surgidos con Diego de Almagro, centrándonos en la descripción de sus emblemas heráldicos y el porqué de los mismos.

CARRASCO MONTERO, Gregorio
LOS «SAGURDONES» DE VILLAMIEL

Es posible que tal nombre, usado igualmente en otros pueblos de la Sierra de Gata, lo mismo que zahurdón usado en otras partes, ninguno de los dos aparece en el Diccionario, sean resultantes de alguna raíz especial y cercana y que ambos sirven para designar esas peculiares construcciones, que sin salir de la provincia cacereña reciben otros nombres bohios-bujios, casas redondas y chafurdós en el enclave lingüístico de la misma Sierra de Gata.

Algún experto en filología debería estudiar las raíces de los mismos para tener argumentos en pro o en contra del origen «celta» de referidas edificaciones. Nos limitamos a exponer las observaciones de campo realizadas sobre más de medio centenar, de los más de doscientos existentes en el término de Villamiel, aportando conclusiones e hipótesis de índole social, religiosa, ganadera, etc., ya que se han usado hasta nuestros días y sabemos muy poco de ellos.

CORRALES GAITAN, Alonso J.
CÁCERES: SUS CONSTRUCCIONES OCULTAS

Es este un tema que ha saltado a la actualidad a principios del año 1993 con la aparición de un libro bajo este título, primer trabajo serio que hace referencia a unas construcciones que durante siglos fueron hechas y utilizadas en esta ciudad, y que sin embargo los propietarios de palacios y edificios medievales hicieron para múltiples fines.

Las construcciones ocultas tienen gran importancia en el barroco

CILLAN CILLAN, Francisco
DATOS PARA UN ESTUDIO DEMOGRÁFICO DE UNA VILLA DE LA JURISDICCIÓN DE TRUJILLO

Con el presente trabajo intento dar a conocer las variaciones demográficas de Puerto de Santa Cruz en el Antiguo Régimen, deteniéndome en las variables que incidieron sobre aquellas sociedades y en los últimos censos elaborados en el siglo XVIII, comparándolos con la explosión demográfica del siglo XIX. He utilizado para ello tanto los libros Sacramentales de Bautismo, Matrimonio y Defunción del archivo de la parroquia, como los censos de la época.

No es un trabajo exhaustivo, pero sí una muestra de la evolución demográfica de una villa de la jurisdicción de Trujillo.

Aquí puede faltar algo, repasar con los originales

COTILLA VACA, Marcelino
CRITICA HISTÓRICA Y REGENERACIÓN DE ESPAÑA EN LA POESÍA DE CAROLINA CORONADO

través de un profundo análisis de la realidad española que le ha tocado vivir, opuesta radicalmente a la Edad de Oro del Imperio Español, y desde su puesto privilegiado de esposa de diplomático norteamericano, Carolina critica en su poesía los males de una patria decaída y que camina hacia la desintegración. Presente en los conflictos políticos de la España del medio siglo, comprende que la regeneración del país debe pasar por un nuevo imperialismo, que olvide los desastres de Cuba y Filipinas; por una unión con Portugal; una vuelta al catolicismo; así como por una mayor tolerancia para la mujer española.

SENTIMIENTO PATRIÓTICO Y SUSTRATO HISTÓRICO ESPAÑOL EN LOS VERSOS DE CAROLINA CORONADO

Carolina, a través de sus versos, especifica un sentimiento de hija para con su patria. Y no sólo al llamar a España madre en repetidas ocasiones, sino además al encamar esa idea de la nacionalidad en la cabeza visible de la madre reina. Al mismo tiempo su poesía tiene siempre muy presente todo el poso histórico de pueblos y conformación de regiones de España: Lo romano, lo godo, lo moro, lo cristiano-castellano, lo lusitano y lo extremeño forman ese compuesto indisoluble de su propia personalidad, con el telón de fondo en un paisaje vivido y recreado desde su infancia y en oposición a esas potencias europeas que intentan barrer de la esfera política a nuestro país.

DOMÍNGUEZ MORENO, José María
ANÁLISIS ETNOHISTORICO DE LA LEYENDA DE LA VIRGEN DE GUADALUPE

El trabajo que en esta ocasión presentamos a los XXIII Coloquios Históricos de Extremadura tiene como meta el estudio de la leyenda de la Virgen de Guadalupe, concretamente la que se refiere al período que va desde sus orígenes a la supuesta ocultación de la imagen en los montes de Las Villuercas. Para una mayor comprensión lo dividimos en tres apartados. En el primero de ellos desglosamos las fuentes, es decir los códices y manuscritos que refieren la legendaria historia de Nuestra Señora de Guadalupe. El más antiguo de los códices conservados parece datar de los primeros años del XV, lo que significa que fue escrito un siglo después del hallazgo de la imagen. Se trata del C-48 B, que se custodia en el Archivo Histórico Nacional. Los posteriores códices que se guardan en el Archivo del Monasterio beben literalmente de esta fuente, y otro tanto sucede con las «obras» de los primeros historiadores guadalupanos, que surgen obedeciendo a las decisiones capitulares de 1459 y de 1501. De entre estos últimos destacamos a Fray Diego de Écija, que en el «Libro de la Ynvención» recoge todo cuanto hasta ese momento se conocía acerca de la leyenda de la Virgen de Guadalupe. En él se mezclan los viejos escritos, la tradición oral y, posiblemente, algunas adiciones salidas de su magín.

En el segundo apartado copiamos la crónica tal y como se refleja en el Códice 1 del Archivo del Monasterio, al ser éste de una gran riqueza expositiva y confundirse su versión con la del citado C-48 B. En el apartado tercero tienen cabida nuestras propias interpretaciones. Partimos de la base de que las crónicas y los códices están cuajados de ciertos aconteceres históricos que pretenden dar a la leyenda gua-dalupana una impronta de autenticidad. Sin embargo, conforme profundizamos en su estudio se constata que los hechos reales únicamente coexisten como un revestimiento de lo que se manifiesta como historia mítica, lo que los lleva a situar el análisis de lo simbólico como el punto más sobresaliente de este estudio. Ello no significa que de ninguna de las maneras descuidemos otros aspectos.

FERNANDEZ SÁNCHEZ, Teodoro
RECTOROLÓGIO DE SANTA MARÍA (CONCATEDRAL) DE CÁCERES

La jerarquía jurisdiccional de la Iglesia está formada esencialmente por tres anillos: Papa, Obispo, Párroco. Existen además otros elementos complementarios en el complejo eclesial.

El más cercano al pueblo creyente es el párroco que inicia, cultiva y cierra el peregrinar cristiano de sus feligreses. De la cuna al sepulcro.

La misión del Párroco se parece a la de una madre heroica, pendiente siempre de sus hijos en todas las etapas y momentos de su vida, en la trinchera más dura y peligrosa del alma.

El Rectorológio pretende recordar y agradecer el trabajo de aquellos luchadores infatigables que estuvieron siempre en la brecha junto al dolor del nacer, junto al placer de vivir y en el esperanzado instante del morir de cada uno de sus feligreses.

A tanta labor callada, constante, sin límites de horario, sacrificio y peligros, dedico este Rectorologio.

Son 37 los Curas-Rectores que gobernaron y guiaron la feligresía de Santa María la Mayor de Cáceres, hoy Concatedral de la Diócesis de Coria-Cáceres.

A ellos nuestro homenaje de gratitud cristiana.

LAS VÍRGENES NEGRAS

El tema de las Vírgenes Negras es de fuerte actualidad. Para el arte y la historia mitológica es apasionante.

Pero la crítica rigurosa no lo considera maduro para presentarlo concluso con seguridad metodológica y científica. Por esto se deja abierta una grieta en favor de cuantos quieran discrepar, imaginar y polemizar. Aunque por mi parte rechazo la polémica y admito y respeto las opiniones contrarias.

Mi intención es sólo ilustrar y deleitar, como diría Tirso de Molina.

Esta aportación modesta puede enriquecer la historia de la iconografía mariana y a la vez la crítica histórico-artística en honor de la figura central de este pequeño estudio: La Virgen y Madre de Dios, Santa María.

Me limito a presentar unos materiales o elementos de estudio para rendirla un cariñoso homenaje. Confío en que la Señora nos ayude.

GARCÍA DE GUADIANA DEL ALCÁZAR, Fco. José
TRUJILLO DISTRITO ELECTORAL (1858-1879)

Elecciones en 1844

En este año se realizaron elecciones a Diputados por el sistema territorial de provincias. Entre los Diputados electos por la de Cáceres se encuentra, el residente en Trujillo, D. Antonio Pérez Aloe, casado con la trujillana D.a Lucía Elias y Serrano Nogales. Formó parte de la comisión de individuos que debía acompañar a Isabel II a la entrada y salida del Palacio del Senado en el acto inaugural de la legislatura. También formó parte de la comisión del Congreso que debía felicitar a la reina por entrar en su quinto mes de embarazo.

Elecciones en 1857

Siendo Trujillo Distrito electoral fue elegido Diputado D. Jacinto de Orellana Pizarro y Díaz, Marqués de la Conquista. Durante la legislatura formó parte de la comisión que redactó el dictamen del ferrocarril a Malpartida de Plasencia.

Elecciones en 1858

Convocados por el Ministerio 0’Donnell el 20 de septiembre, se realizan el 31 de octubre. Tienen lugar bajo la Ley electoral de 1846, que divide España en tantos Distritos electorales como Diputados han de formar la Cámara, las listas electorales se forman por el sistema censitario y se incluyen en ellas a los varones mayores de 25 años y que satisfagan una contribución mínima de 400 reales anuales.

El Distrito de Trujillo está formado por tres secciones:

Sección 1a: Trujillo. Sección 2a: Logrosán. Sección 3a: Miajadas.

Relación de localidades que componen cada sección. Por Trujillo se presentan dos candidatos: Por los liberales, D. Vicente Hernández Sánchez, y por los conservadores el Marqués de la

Conquista, que gana las elecciones.

Cuadro de detalle de los resultados por día y sección:

Sección de Miajadas, participación del 72%. Sección de Logrosán, participación del 56%. Sección de Trujillo, participación del 53%.

Breve perfil biográfico del Marqués de la Conquista.

GUTIERREZ MACIAS, Valeriano
LUIS CHAMIZO TRIGUEROS 1894-1994

LÓPEZ Y LÓPEZ, Teodoro Agustín
LA ARCHIDIÓCESIS DE MERIDA-BADAJOZ, ENSAMBLADURA DE SEDES EPISCOPALES Y DIÓCESIS PRIORALES

El primero de mayo de 1978 se celebraba la Primera Convivencia Eclesial Extremeña en Guadalupe presidida por sus Obispos, en que se proponían tres objetivos: Creación de la Provincia eclesiástica, integración de territorios extremeños en las diócesis de la Región- Guadalupe- y una nueva diócesis en Badajoz. (Est. de la CEEX tít. III. n.° 2.). Al año siguiente la Conferencia Episcopal Española expresaba un dictamen favorable en la Asamblea plenaria sobre la creación de una nueva provincia eclesiástica que tendría el título de EMERITENSIS-PACENSIS y comprendería las diócesis de Badajoz y también la otras diócesis extremeñas de Coria-Cáceres y Plasencia. Desde principio aparecía un proyecto: Archidiócesis, sí; diócesis, no.

Ahora esperamos con fruición la lectura de la Bula en Mérida el 12 del próximo octubre. Por tanto, al presentar el proceso evolutivo de la nueva sede metropolitana vemos la sucesión de dos Iglesias locales, que se unen en la presente denominación. Bicéfala por su con-catedralidad, calidad que constituye a una iglesia en dignidad de catedral, pero unida con otra y con un solo capítulo de canónigos para las dos. En concreto, se emplaza en los templos de S. Juan Bautista y de Santa María, respectivamente.

PRIMERO, la rica tradición gloriosa de la Provincia Lusitana con su capitalidad en Emérita. Un episcopologio que arranca al menos desde mitad del siglo III hasta su desaparición en el siglo VII con la invasión árabe. Cuna de mártires en la persecución de Diocleciano e iglesia de santos confesores en la época visigoda ante el arrianismo.

LOZANO RAMOS, José
ESCUDOS EXTERIORES O HERÁLDICA POR PLAZAS Y CALLES EN TRUJILLO

En principio, este trabajo es un compendio de tres trabajos:

El 1.° es éste que trata de escudos exteriores.
2.° Escudos interiores.
3.° Lectura de escudos catalogados en Trujillo, escudos no encontrados y escudos no catalogados.

Todo ello importante terminar dicho trabajo.

Aunque parece son temas diferentes, sin el estudio de estos tres temas últimos no se podría conocer los dos temas anteriores. En primer lugar presento este año el primer tema Escudos exteriores o Heráldica por Plazas y calles de Trujillo.

Como trabajo o estudio de este tipo nunca parece acabar y más cuando se descubren escudos nuevos o de trasiego puestos en nuevos sitios o devueltos a su antiguo sitio, todo ello importante para la historia de este tema.

Para que se den una idea de este primer tema o trabajo a título de estadística les diré que contiene:

Escudos catalogados diferentes, 82.

Escudos catalogados dudosos, 3.

Escudos sin catalogar, 3.

Total de escudos exteriores, 341.

Escudos más representados: Pizarro, 43. Orellanas, 22. Chávez, 21. Carvajal, 19. Vargas, 14. Bejaranos, 14. Calderón, 14. Sotomayor, 14. Ciudad Trujillo, 12.

Fotos trabajo principal, 180. Fotos reproducidos trabajos copia, 96. Fotos antiguos Coloquios 1975,100. TOTAL, 370. Fotos que componen el trabajo: Fotos trabajo principal, 180. Fotos repetidas 2.° trabajo o copia, 96. Fotos Coloquios 1975,100. Total: 376.

MARTÍN BELTRAN, Mercedes
CORTÉS Y EL TRAZADO DE MÉXICO SOBRE LA ANTIGUA TECNOCHITLIANTL

Cortés y la reconstrucción de México sobre la antigua Tecnochitliantl. Situación nuevos trazados. Industrias, calles y edificaciones que darían nueva visión de la ciudad. Sustituyen antiguos templos y pirámides por estilo de la antigua Europa. Normas y planificaciones con ayuda de un soldado muy importante en su trabajo, Alonso García Bravo, que pone su ingenio y saber a tal proyecto.

MARTÍN JIMÉNEZ, Marcela
LOS NEGROS CARIBES DE TRUJILLO. DEPTO. DE COLON, HONDURAS, C.A.

Creo que con esta cuarta ponencia sobre los negros caribes de Trujillo completo el estudio de esta ciudad que, en recuerdo a nuestro Trujillo extremeño, lleva su mismo nombre.

Me faltaba hablar de la historia de esta etnia, los negros traídos de África Occidental y que han formado parte de la historia que se entronca con la nuestra.

Han guardado sus costumbres y se ve claramente su arraigo desde su yo africano que no ha podido ser apartado de ellos.

Nos van a extrañar su forma de reaccionar ante las cosas de la vida más cotidianas, pero para ellos es importantísimo revivir fórmulas milenarias.

En la actualidad siguen viviendo cosas de las aquí expuestas, han sido y están siendo testigos fieles de su cultura ancestral.

MARTÍN NIETO, Serafín
EL RETABLO MAYOR DE LA IGLESIA DE SAN ESTEBAN DE TORREQUEMADA Y SUS ARTÍFICES

A partir de mediados del siglo XVI, una vez acometidas las obras de reformas de las fábricas parroquiales de Cáceres y sus aldeas, se acometieron, alentados la mayoría de las veces por los obispos, la renovación de los retablos mayores. En ocasiones, por escasez de recursos, las obras permanecieron paralizadas durante largos años. Este es el caso del retablo mayor de la iglesia parroquial de San Esteban de Torrequemada. Concertado primeramente, en 1595, con Diego García Maderuelo, su ejecución no se emprendió hasta 1623 por los hermanos Francisco y Juan Hernández Mostazo.

El retablo de Torrequemada es un claro exponente del quehacer de unos artistas locales, que, como tantos otros existentes en Cáceres a finales del siglo XVI y comienzos del XVII, además de continuar el oficio aprendido en el seno familiar, lo perfeccionaron en contacto con los artistas foráneos venidos a la Tierra de Cáceres. Aunque modestos, supieron satisfacer la fuerte demanda de las diversas iglesias y cofradías locales.

LA IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA DE CÁCERES. ALGUNAS ETAPAS CONSTRUCTIVAS

La iglesia de San Juan Bautista es una de las cuatro parroquias históricas de la entonces villa de Cáceres. El templo, gótico de finales del XIV, apenas ha sufrido modificaciones en su Fábrica, al haber sido la más pobre de todas. Sin embargo, sus feligreses se sintieron muy vinculados a ella y gracias a su generosidad se pudieron acometer varias de las mejoras existentes y embellecer su noble arquitectura de granito con bienes muebles e imágenes.

No pretendemos hacer una historia exhaustiva de esta iglesia, sino simplemente ofrecer algunas fases de su configuración actual.

MONTAÑA CONCHIÑA, Juan Luis de la
NOTAS PARA LA REPOBLACIÓN Y ORGANIZACIÓN DEL TERRITORIO EN EL VALLE DEL GUADIANA. BADAJOZ EN EL SIGLO XIII

La rápida ocupación cristiana del valle del Guadiana a mediados del siglo XIII sentó las bases de importantes y profundos cambios. Por de pronto el más evidente es el traspaso del dominio de la tierra hasta entonces en poder de los musulmanes. En sólo una década las avanzadillas cristianas encabezadas por la iniciativa de la Corona, Nobleza y órdenes militares, consiguieron recuperar un territorio de alrededor de 41.000 kilómetros cuadrados. Este rápido movimiento en la ocupación militar del espacio fue importante porque de él se van a derivar ciertas características reflejadas en la posterior ocupación, por otra parte, propias de este sector de la frontera.

Un aspecto muy interesante a estudiar dentro del proceso de repoblación y ocupación medieval del espacio es el que atañe a la diversidad señorial participante en dicho proceso de ocupación. La Extremadura medieval como espacio fronterizo se vio fuertemente afectada por el movimiento de apropiación feudal del espacio. En conjunto, sin olvidar otros elementos, son aspectos significativos por que en el caso extremeño contribuyen a clarificar o establecer distintas zonas en las que la ocupación y organización del territorio presentan diferencias interesantes de ser estudiadas por su transcendencia en el conjunto de la actividad repobladora y socioeconómica.

A ello hay que unirle otro dato de suma importancia, la despoblación de la zona no es a priori tan grande como algunos autores han señalado con insistencia. La realidad pudiera ser bien distinta, no podemos descartar la existencia de grupos de pobladores locales que permanecieron al frente de sus explotaciones aún con la llegada de los invasores. En contraposición con esta última idea es interesante resaltar un hecho que va a marcar la evolución socioeconómica del área de estudio avanzado el siglo XIII, en plena actividad repobladora y tras el hipotético asentamiento de pobladores, comienzan a proliferar noticias que apuntan hacia la despoblación y el abandono de tierras.

MORENO MORALES, Marcelino
UN EJEMPLO DE LA TRANSHUMANCIA EN EL SIGLO XVII EN EXTREMADURA: SALVATIERRA DE SANTIAGO

La transhumancia es un fenómeno que tuvo gran importancia en siglos anteriores, actualmente se intenta recuperar mediante el Proyecto 2001 a la vez que por parte del Gobierno existe interés por las vías pecuarias, y así existe una ley sobre ello en proyecto. La presente comunicación pretende mostrar algunos ejemplos de cómo ganados procedentes del Norte (La Rioja, Segovia o Avila) venían hacia Extremadura para el invernadero, concretamente en Salvatierra de Santiago existen posturas sobre la hierba de la Dehesa Boyal y otras tierras entre los años 1672 y 1683, además de saber el origen de los ganados y ganaderos también aparecen las condiciones de esas posturas, generalmente de privilegio para los ganados transhumantes, muchos de ellos de miembros del Concejo de la Mesta.

LEONESISMOS Y ANDALUCISMOS EN EL LÉXICO DE SALVATIERRA DE SANTIAGO

En el léxico de Salvatierra de Santiago pueden apreciarse términos que no existen o no suelen utilizarse en castellano convencional, algunos de ellos parecen tener su origen en el dialecto leonés y otros en el andaluz; estos influjos pueden deberse a motivos históricos y también a otros de ámbito geográfico. El uso de estos leonesismos y andalucismos suele ser alternativo con términos sinónimos empleados en castellano, aunque dependiendo de casos concretos se empleen más o menos los dialectalismos. Se expone el significado de los términos utilizados y un ejemplo (frase) de su empleo, palabras como: achiperres, estrébedes, doblado o misto.

MURO CASTILLO, Matilde
PÉREZ-ZUBIZARRETA SÁNCHEZ, Mª Teresa

DOS IMÁGENES DE SAN BLAS EN EL CONVENTO DE SANTA CLARA DE TRUJILLO

La extendida devoción a San Blas en Extremadura (es el patrón de Cáceres y su advocación marca el tiempo de llegada de las cigüeñas a los campanarios y torres de la región) nos ha hecho rijamos en las dos tallas que alberga en clausura el Convento de Santa Clara de Trujillo, provenientes del antiguo convento de religiosas, hoy transformado en Parador de Turismo.

Dado el deterioro de la más antigua, es posible que la siguiente fuera realizada como sustitución de la anterior, ya que las medidas son prácticamente idénticas y su destino fue indudablemente el de la devoción popular en alguna capilla de altar, al aparecer los santos sobre peanas, ya que en la ciudad de Trujillo no aparece ninguna iglesia ni ermita con la advocación del Santo, conservándose no obstante la costumbre de la bendición de los cordones de San Blas, que aun hoy confeccionan las religiosas para combatir los males de garganta.

En la presente ponencia hemos querido poner de relieve tanto el aspecto artístico de las dos obras estudiadas, como el costumbrista, utilizando para ello documentos hasta ahora nunca estudiados como el Libro de Cuentas del Convento correspondiente a los años 1600 a 1648, que hemos transcrito para el estudio, y todos los documentos que obran en poder de las religiosas, que podrán generar un estudio más general de los objetos artísticos que en el convento aún se conservan.

MURO CASTILLO, Alberto
ORDENANZAS DE BAÑOS DE MONTEMAYOR

El origen de este estudio parte de un documento inédito, fechado en 1572, encontrado en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, concretamente en la sección de Osuna. Este suceso no nos ha de extrañar dado que aun cuando la Villa de Baños adopta el apellido de Montemayor, no se trata de un lugar que perteneciera en exclusiva al Marqués de dicho topónimo, sino que por lo complejo de su ubicación pertenecía también a los Duques de Béjar, que posteriormente y por diversos avatares de los que depara la historia acabaron por unificarse en el Ducado de Osuna, legatario de tan importante fondo documental; es decir, sobre Baños de Montemayor no sólo recae la consabida doble jurisdicción en lo religioso, o más concretamente en lo referente a su distribución en diócesis, perteneciendo la mitad del pueblo a la de Coria y la otra mitad a la de Plasencia, aunque la primera de ellas en la actualidad no tenga parroquia abierta al culto, distribución que se realizó tomando como eje la vía de comunicación conocida como Ruta de la Plata, lo que motivó que al atravesar ésta la localidad, partiéndola por su eje, fuera dividida como hemos apuntado en lo que a diócesis se refiere. Hemos de suponer que algo parecido ocurriría con la administración y jurisdicción señorial, entre los marqueses y duques antes referidos.

Son estas características lo que hacen de Baños de Montemayor un difícil modelo y ejemplo de administración, tanto eclesiástica como municipal, y aún más un peculiar modelo de convivencia en la administración de dos señoríos que compiten por el poder en una determinada zona difícil de enclavar entre lo que hoy conocemos como Extremadura y Castilla-León.

OLMEDO ALONSO, Ángel
ALGUNAS NOTAS SOBRE EL ANARQUISMO EN EXTREMADURA

Desde sus inicios hasta principios del S. XX

Dentro de la historia social de Extremadura hay un apartado que apenas ha sido estudiado, el referente a las sociedades obreras de influencia anarquista. Queremos con esta comunicación realizar un acercamiento al estudio de las organizaciones libertarias que han existido en Extremadura. Pese a la opinión generalizada, las organizaciones obreras de tendencia socialista no siempre fueron mayoritarias en Extremadura. En los primeros momentos, cuando empiezan a tomar cuerpo las organizaciones obreras, serán las de origen anarquista las que cuenten con un mayor grado de organización.

PAULE RUBIO, Angel
DISTRIBUCION DE AGUAS EN LA CIUDAD DE TRUJILLO

PASTOR SERRANO, Juan José
LOS JUDÍOS EN ESPAÑA

Los primeros judíos llegaron a la Península con motivo del florecimiento del comercio e importante flota de Salomón, que recalaba en puertos mediterráneos, quedándose judíos en la Península para ordenar el comercio, centrándose especialmente en Andalucía y Extremadura.

Con los romanos, los judíos de la Península, que eran bastantes, adquieren la ciudadanía romana y sufrieron los vaivenes de los Césares, hasta que el reconocimiento del cristianismo les relega en el ámbito romano con algunas persecuciones en esta época.

Pero fueron los visigodos los que se enfrentaron totalmente a los judíos de la Península.

Aunque ellos decían estaban en la Península mucho antes de la presencia de Jesucristo y que no sabían lo que allí pasó, lo cierto es que el Rey Sisebuto, el 613, para asegurar la unidad religiosa, ordenó la conversión de todos los judíos o los expulsaría, muchos se convirtieron, otros conservaron su fe. Lo mismo pasó en Europa llegando a reducirse en el siglo VII a medio millón en toda Europa.

En casi todas partes los judíos promocionaban la agricultura, que les hubiera permitido enraizarse en cada país, pero se les obligó a una segregación que les hizo dedicarse al comercio, segregación que ellos habían comenzado en la época romana para defensa de su fe religiosa. (Ricardo de la Cierva – El tercer templo – E. Planeta).

El profesor Luis Suárez, primer medievalista español después de Sánchez Albornoz, y conocedor profundo de la historia y realidad judía en todas las épocas, expone que: El problema judío, uno de los más importantes en las postrimerías del reino de Toledo, se planteaba ahora (IV Concilio de Toledo, año 633), con toda su crudeza… La insistencia de las leyes contra los judíos, es una buena prueba de que no se cumplían o de que se aplicaban.

PELEGRI PEDROSA, Luis Vicente
EXTREMEÑOS EN EL ALTO CLERO INDIANO DEL SIGLO XVII

La extensa documentación generada por los Juzgados de Bienes de Difuntos, encargados de tramitar desde las Indias los capitales de los emigrantes allí difuntos pero con herederos en España, constituye una fuente (en Archivo General de Indias) apropiada por su riqueza para conocer tanto el entorno social como la vida material de los españoles emigrados a aquellas tierras. Estos dos aspectos son los que intentamos analizar a través de cuatro expedientes que nos acercan a

los niveles de vida de cuatro extremeños, altas dignidades en la iglesia indiana del siglo XVII.

PERFIL BIOGRÁFICO DE LOS ECLESIÁSTICOS

Los eclesiásticos, de cuyos capitales nos ocupamos, procedían de diversos puntos de Extremadura y ejercieron sus beneficios en distintos puntos de la geografía americana. Se trata del canónigo de Quito, García de Valencia, natural de Llerena; del chantre de Guadalajara, Francisco Martínez Tinoco, natural de Segura de León; del arcediano de Santa Cruz, D. Andrés Suárez Moreno, natural de Valverde, y del arzobispo de Santa Fe de Bogotá, D. Pedro Ordóñez y Flores, natural de Brozas. Este último es el que presenta una biografía más conocida, fue el cuarto arzobispo de Santa Fe. El brócense D. Pedro Ordóñez Flores sucedió en la tiara a Bernardo.

PÉREZ MARTÍN, Mª Narcisa
DETERMINAMOS HISTÓRICOS Y ESTRANGULAMIENTOS EN EL DESARROLLO DEL SECTOR AGRARIO EN LA COMARCA DE ALCÁNTARA

La comunicación que aquí presentamos es un estudio de la evolución en período contemporáneo que ha sufrido el sector agrario en la Comarca de Alcántara, integrada en la actualidad por diez municipios: Acehuche, Alcántara, Brozas, Ceclavín, Garrovillas, Mata de Alcántara, Navas del Madroño, Piedras Albas, Villa del Rey y Zarza la Mayor. Creemos justificadamente que el deterioro y abandono que sufre hoy en día el campo extremeño está basado en el peso de la herencia histórica. La evolución que han sufrido tanto la estructura de las explotaciones como la propiedad a lo largo de los dos últimos siglos explican el deterioro e inadaptación que en la actualidad aqueja al empresariado extremeño. Nuestro empeño está fundamentalmente en conocer los orígenes, la evolución y las claves que determinan sus problemas raíces y de este modo desentrañarlos y conseguir plantear soluciones reales.

Nos hemos centrado principalmente en la evolución que recopilamos de los cuatro Censos Agrarios, el de 1962, 1972,1982 y el de 1989. De ellos y del contacto personal con el territorio determinamos finalmente la situación de la Comarca y con ello los problemas estructurales que la definen.

VIABILIDAD DEL TURISMO RURAL EN EXTREMADURA

La comunicación que presentamos es un avance de un estudio mucho más amplio que engloba todos los aspectos y elementos que definen al Turismo Rural, y las posibilidades que puede tener de éxito en Extremadura. Como estudio integrado comprende un conocimiento de la demanda pasada y la evolución actual en esta variedad turística, sus necesidades, gustos, situación económica del turista medio, etc. La cuantificación y estacionalidad, así como las características estructurales del visitante medio que pasa por nuestra región, para en función de ese conocimiento determinar la porción que viene buscando a nuestra comunidad autónoma un contacto con la naturaleza, con las tradiciones, el folclore, etc.

Por otra parte pretendemos determinar qué se puede ofertar en Extremadura. Partíamos de un estudio y cuantificación de la oferta hotelera actual y a través de ella llegamos a la conclusión de las diferencias que existen en Turismo Rural, agroturismo, o turismo verde. Determinamos a la vez diez áreas con más de 170 municipios muy aptos para la práctica de Turismo Rural, por contar con un potencial medioambiental de gran importancia. Este atractivo ecológico se acompaña además de unas costumbres, una historia, una arquitectura popular y unas señas de identidad que hacen de estos espacios de montaña verdaderas reservas turísticas, faltas todavía de los medios suficientes para poner en marcha una actividad, que si se lleva a cabo en concordancia con el medio, puede reactivar la economía de las áreas más deprimidas actualmente en nuestra región.

QUIJADA GONZÁLEZ, Domingo
LOS ORÍGENES DEL REPUBLICANISMO EN NAVALMORAL DE LA MATA

Comienza el siglo XX y Navalmoral alcanzará los 5.000 habitantes con rapidez. Es el núcleo comarcal en todos los aspectos y se ve favorecido por las comunicaciones, especialmente por el ferrocarril; surgiendo una pequeña burguesía, formada por comerciantes e industriales cultos y emprendedores, que pretenden llevar a cabo la revolución burguesa que la Restauración Borbónica no ha conseguido con el sistema de alternancia.

En 1904 fallece el Sabio Extremeño, Urbano González Serrano, más conocido como filósofo que como político, que fue la llama que iluminó y alentó el republicanismo moralo. Un pueblo que lo adoraba, representado por un racimo de comerciantes comprometidos con solucionar los males de España, toma el relevo desde el mismo momento de su muerte (no restándole protagonismo antes).

Al año siguiente ganan las Elecciones Municipales y comienzan a gobernar, dirigidos por la batuta de Agustín Marcos Nieto (aunque todos los conocían como Amamie). El Caciquismo y la Monarquía los apartó en 1907, en contra de la decisión popular. Volverán dos años después y sólo la Dictadura los pudo callar, retomando con bríos en la 2.a República (alcanzan 11 de los 13 sillones municipales). Otra Dictadura y la muerte puso punto y final.

RIVERO, Francisco
CASIMIRO ORTAS, MAESTRO DE ACTORES

El actor Casimiro Ortas nació en Brozas en 1880, cuando la compañía de su padre se encontraba trabajando en este pueblo cacereño. A la edad de 16 años quiso despuntar como actor y después de ser un fantasioso estudiante que quería descubrir un microbio al que quería poner de nombre Ortas y que era más grande que una vaca, estrena su primer papel en Sabadell, con tan mala fortuna que le gritan y le patean.

Con el tiempo fue el actor cómico más solicitado de toda España y recorrió varias veces América. Pedro Muñoz Seca, Carlos Amiches, los hermanos Álvarez Quintero y muchísimos otros autores de primera línea escribían obras exclusivamente para él.

En enero de 1929 se informaba que se iba a hacer un homenaje a Casimiro Ortas y que unos 500 vecinos firmaron un escrito para que se le diera una calle, la que antes se llamaba Rejas y que se pusiera allí una placa. Curiosamente esta placa no se sabe dónde está, pero el autor de esta biografía sugiere que el Ayuntamiento, apoyado por una serie de instituciones culturales/ hiciera otro homenaje a Ortas y colocara una placa en la casa donde nació, en la actual Plaza del Príncipe de Asturias, n.° 2. Sería un atractivo más para el pueblo. Incluso su geriría adquirir la casa que se le donó y montar allí el Museo Casimiro Ortas.

Un último ruego a todos. La biografía aún no está completa. En otros Coloquios Históricos de Extremadura hablaremos de sus triunfos, sus viajes a América, su amistad con el rey Alfonso XIII, su ingreso en la masonería, sus películas, etc. Todavía se pueden aportar más datos, corregir algún error, descubrir algo nuevo. Por todo ello, ruego que si alguien sabe más sobre Casimiro Ortas y desea hacérmelo conocer se lo agradecería infinitamente. Muchas gracias.

RUBIO ANDRADA, Manuel
REFLEXIONES EN TORNO A CUATRO ESCENAS DE CONTENIDO CINEGÉTICO REPRESENTADAS EN LA PINTURA RUPESTRE ESQUEMÁTICA DE LA PROVINCIA DE CÁCERES

Entre el numeroso repertorio del esquematismo prehistórico cacereño selecciono los conjuntos de temática cinegética. Estos son considerados como una precisa instantánea de un largo proceso colectivo; no siempre terminaba bien y su existencia hace posible adentrarnos en su conocimiento.

Indico que, la ausencia de ellos del arco y la flecha como arma contundente que revolucionó los métodos de caza tendiendo a su individualización, sitúa su ejecución en fechas muy anteriores a las que generalmente se vienen aceptando.

SÁNCHEZ MARTÍN, José Manuel
EL PAPEL DEL CLIMA EN EXTREMADURA

Extremadura es una zona basada en una economía interna eminententemente agrícola, por lo que un fracaso en esta rama de actividad tiene graves repercusiones en todos los aspectos económicos que se refieren a esta Comunidad Autónoma.

Debido a este motivo, nos hemos propuesto efectuar algunas reflexiones sobre el particular, con el único objetivo de contribuir a la generación de una actitud crítica entre todas las partes implicadas, ya sean agricultores o políticos, cuya misión fundamental es promover el desarrollo de la agricultura, como uno de los motores básicos para el crecimiento sostenido de la región, sin necesidad de estar concentrado en determinados lugares, como ocurre con la precaria industria que existe.

Para ello analizamos la situación actual de la agricultura en Extremadura, las causas que provocan el fracaso de la misma y, por último propondremos las soluciones más coherentes que se nos ocurren tras un profundo análisis de la misma.

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español e incluso es llevado a Hispanoamérica, siendo transportado a Portugal e Italia.

Durante siglos se conocieron con los títulos de galerías del amor y del aguado, por ser utilizadas fundamentalmente para que los enamorados de una manera discreta se viesen, y en las ciudades amuralladas poder salir de noche y sin ser vistos para coger agua.

En Cáceres existe una amplia red de construcciones ocultas de muy distintas finalidades y orígenes que ahora están siendo descubiertas y estudiadas.

EL SISTEMA NODAL CONFORMADO POR LAS COMUNICACIONES EN LA PROVINCIA DE BADAJOZ

En la actualidad el sistema nodal que conforman las comunicaciones y, en general, el resto de equipamientos básicos es relativamen te débil, ya que tan sólo unos cuantos núcleos pueden encuadrarse en la tipología de nodos de primer orden.

A esta circunstancia adversa debe unirse otra que empeora aún más la situación, se trata de la concentración que poseen estos nodos principales, perjudicándose incluso entre ellos, al coincidir áreas de influencia en las zonas próximas.

Sin embargo, el problema principal radica en la desarticulación que existe en buena parte del territorio, ya que los nodos primarios están concentrados y, se crea una nueva dicotomía, la diferencia entre el norte y el sur, entre los ricos y los pobres.

SORIA SÁNCHEZ; Valentín
ENUMERACIÓN DE OBISPOS DE PLASENCIA

Diócesis creada en 1190, tres años después de la derrota de los Cruzados en Tierra Santa. Bricio (1190-1214), Domingo de Béjar, Adán de Béjar, Simón Jimeno, García, Pedro, Maestro Pedro, Domingo, Domingo, Juan Alonso, Diego, Benito, Domingo, Domingo, Rodrigo Ruy Pedro, Juan (canciller de la reina María), Juan Jimeno, Simón, Benito, Bartolomé, Benito, Andrés, Sancho de Béjar, Nicolás, Pedro Cárdenas, Fray Juan Guerra, Benito, Martín, Pedro Hernández Soria, Vicente Arias Balboa, Gonzalo López Zúñiga, Gutierre de Toledo, Benedicto de Guy de Lote de Perusyo, auditor de la Rota Romana y administrador de Plasencia, García de San Miguel, Pedro de Villalobos, Obispo de Berito, Pedro de Montemolín, obispo de Marruecos, García Bayón de Carvajal dominico obispo de Laodicea, García de Sahagún (20, VIII, 1507, en Valladolid de la orden de la Merced obispo de Berito, vendixo e consagró las iglesia de Santa Isabel) Miguel de Ar-viter dominico obispo Bajanense, tal vez Marcos arzobispo de Alta-mira en Armenia, Sancho Díaz de Trujillo, obispo de Marruecos, Juan Castillo, obispo de Cuba, Juan Pérez de Espinosa, obispo de Chile, Fracisco Pacheco obispo de Mur, Luis Camargo obispo de Centuria, Francisco Rocho de Villagutierre Chumacero obispo de Troya, Alonso García Losada, obispo de Constantina (La Motte obispo de Badajoz fue obispo de Berito), Antonio Carrillo Mayoral, Cipriano Sánchez Várela, Martín Peña/ Cipriano Juárez/ José Avila Cuevas Lamas, Bernardo Conde Corral, Gregorio María López Zaragoza, Pedro Casas Souto, Francisco Jarrin Moro, Manuel Torres, Ángel Regueras, Justo Rivas, Feliciano Rocha Pizarro, Juan Pedro Zarranz Pueyo, Antonio Vilaplana Molina, Jesús Domínguez, Santiago Martínez Acebes, Ciríaco Benavente Mateos, Carlos López Hernández.

INSCRIPCIONES DE EXTREMADURA

Trujillo:GENIO/TVRG(ALENSI)0/L(VCIVS)CRVSI/NVSPR/ IMIGEN/IVS/V(OTVM)S(OLVIT)2.M(ARCO)MVN/ATIOMV/ NTIA(NO)/AN(NORVM). Jarandilla:CAESARmBERIO/ Robledillo de Trujillo: AN(NORVM)LV/H(IC)S(rTVSEST)S(IT) T(IBI)T(ERRA)L(EVIS).2.LVBACV/SBV(TI)/F(ILIVS) A(NNORVM)H(IC)S(ITVS).3.EQVALIVA/PECVNI(AE)CI/ PVMCABV/R(E)NIF(ILIVS)(FECIT). Valencia del Ventoso: D(IS) VENERIA/ANN(ORVM)LXXIII/S(IT)T(IBI)T(ERRA)L(EVIS) M(ANIBVS)S(ACRVM)/CAMVLLIA/M(ARCI)L(IBERTA) CAMVLLIAPRIMVLA/MATERD(E)S(VO)F(EClT).Plasenzuela:

C(A)IVS(SEVEVS)/(I)OVIVOTV/MSOLVIT/LIBENSA(NIMO). Talavera: SATVRA/BAIVSAN/SILON.2.DM/MARO LV/ PERCFOANXXXIII/MARIVS/CASTRENSES/FRATRESDSVO. Talaverilla: CACOTVRI(FlLl)/TANCINVSLIB(ERTVS) PAT(RONO)/P(ONENDVM)C(VRAV1T). Arroyomolinos Montánchez: NASANN(ORVM)/X VniH(IC)S(ITVS)E(ST)S(IT) T(IBI)T(ERRA)L(EVIS)MATER/ETPATER/DESVOF(ACIENDVM) C(URAVERVNT) Salamanca: BOVTIA/BOVTIF/ANNXL/HSSTL. Olivenza: C.CIVLIVS/FRONTO/VITVLAE/BMDS. P.Brozas: CI-LIVS/CAENONIS/F(ILP/S)APVLVS/EAECO/V(OTVM) S(OLVIT)L(IBENS)M(ERrTO). 2.T ONCETA/BOVTIF(ILIA) T(ERRA)MAT/RIL(IBENS)A(NIMO)V(OTVM)S(OLVIT) 3.APOLLVSEA(E)/COSALA(EI)/VSR(Vn)F(ILIVS)/A(RAM)

P(OSVIT). Tejeda: VOTVM/FECITLIB(ENTER)SELAISDVIL(LI) /DVLIVS/IVLIVS. Abertura: ELEATAN/NCINIF(ILIA)/H(IC) S(ITA)E(ST)S(IT)T(IBI)T(ERRA)L(EVIS). 2 D(IS)M(ANIBVS) S(ACRVM)/OSCIA.3.L(VCIVS)POMON(I)VSMODE(S)/TVSAN (NORVM)XX/XVI CS(ITVS)ES(T) /S(IT)T(IBI)T(ERRA)L(EVIS) / FI(LIVS)FAQ(CIENDVM)QV(RAVIT). Villar Pedroso: ES T. BAVX.ET.FA. Villamiel:(A)LBINVS/NT.2.AYM/(ET)LIVIV/ VINIACAM/PEGIEN/SISETVAL/SENI. 3. MATERN/VSTAM(CI) NIF(ILIVS)AN(N) (0)7R(VM)XXVH(IC)SITVSEST. Orellana:

CERERI/L(VCLVS)IVL./iyS. Fregenal: MART/SACHE/XHES.

Mérida: D(IS)M(ANIBVS)S(ACRVM)/

MARTIALISOCLATIF(ILIVS)/COBLELCVSANN(ORVM)XXXVI/

H(IC)S(ITVS)(EST)S(IT)T(IBI)T(ERRA)L(EVIS)/PETREIAMARCE

LLAVXOR/FECIT2.D(IS)M(ANIBUS)S(ACRVM)/FLAVIAE/ELP

IDV/BENMERENTI/MAR(ITAE)C(ORNELIVS)VRBICVS.

San Vicente Alcántara: LVCIVS/IVLIVS/AFER.

VÁZQUEZ, Luis, O. de M.
LA PRIMERA MUJER DE HERNANDO PIZARRO, ISABEL MERCADO, Y SU HIJA FRANCISCA PIZARRO MERCADO

Trabajo basado en un par de documentos en los que aparecen las firmas de doña Isabel Mercado (2-3-1598) y de su hija. Se prueba, pues, definitivamente, que la «primera mujer» de Hernando Pizarro vivía cuando éste se casó con su sobrina, y muchos años después monja en el Convento de San Francisco el Real de Trujillo.

Preciso la edad de Hernando, cuando se va al nuevo mundo, cuando regresa y cuando se casa con doña Francisca Pizarro Yupanqui. Discuto si hubo o no «verdadero matrimonio», por «promesa» -válida antes de Trento- inclinándome, con razones, por la ausencia de matrimonio con Isabel Mercado, aunque luego -para lograr los hábitos de Santiago y Calatrava- sus nietos hicieran valer dicha «supuesta promesa». Pero el Papa no podía autorizar el matrimonio con su sobrina, si existiera «antes» matrimonio válido. Además supondría, por parte de Hernando, un acto de «falta de fidelidad a su promesa seria», lo que parece improbable. En el «pleito familiar de 1742» existen muy fundadas razones para afirmar la «no existencia de matrimonio previo» al de la ilustre mestiza.

Isabel Mercado, al aceptar el ingreso y la reclusión por vida, en el convento de monjas de San Francisco el Real, hace un enorme «sacrificio». Y este acto es sincero a lo largo de su vida. Merece destacarse a esta mujer trujillana, ensombrecida por su homónima del Perú.

Oct 011994
 

José Manuel Bazaga Ibáñez.

Todos sabemos algo de como, quien y de donde se abastece nuestra Ciudad del agua que consumimos. Ahora quisiera dar a conocer algunas noticias que, no por nuevas, si por curiosas, puede que interese a los que quieran saber algún detalle más sobre el particular, y ello porque ahora he podido tener en mis manos la “Memoria sobre la distribución de aguas en la ciudad de Trujillo y Arrabal de Animas”, que redactaron los señores D. Agustín Solís y Don Prudencio Fernández de la Pelilla, en Octubre de 1898, así como las reseñas de las actas de las sesiones celebradas por el Ayuntamiento, en el periodo comprendido entre la aprobación del acuerdo tomado para la realización de las obras y su terminación en junio de 1899

Todos conocemos que el primitivo proyecto de la captación y conducción de aguas, lo realizó el Ingeniero Don Manuel Pardo, en 1976, pero pasan 23 años para que se inicien las obras. Quizzes seta demur Fe motivate poor la flat de numerario del Ayuntamiento para su realización y no otras causas, como por entonces se rumoreara entre los vecinos, que ansiaban disfrutar de este servicio. Aprovechando la circunstancia de haber sido entregado por el Gobierno 5 láminas de Deuda Pública, que tenia depositadas el Ayuntamiento, y que rentaban al 3,5% la cantidad de 926.000 ptas. propició la realización del proyecto, y siendo Alcalde de la Ciudad Don Modesto Crespo se sacan a subasta las obras adjudicándose a los Sres. Guerrica y Compañía. que presidía Don Facundo Guerrica y Echevarria, no sin antes haber realizado exhaustivos estudios y comprobaciones una Comisión nombrada por el Ayuntamiento y compuesta por los señores Pineda, Ingeniero Militar y Profesor del Colegio Preparatorio Militar, de nuestra Ciudad, Sr. Berthier, Ingeniero de la Academias de Paris, Soubiron, Ayudante del Cuerpo de Caminos y Sr. Civantos, Ingeniero Agrónomo, los cuales confirmaron después de minuciosos trabajos, y a pesar del estiaje excepcional que se venia sufriendo aquel año, que los cálculos realizado por el Sr. Pardo eran exactos, y por tanto asegurada en todo tiempo la existencia de aguas suficientes para las necesidades de la población. Se aseguraban la aportación de 25 litros por segundo dando para el consumo de la población 180 litros por día y habitante, después que se aprobara una variante en la conducción, que acortando el recorrido aumentaba los 15 litros segundo, inicialmente comprobados, a los 25 como se ha dicho, además de este aumento de caudal se abarata el coste económico a casi la mitad de lo primitivamente consignado en el proyecto primitivo. Se calculaba la población de Trujillo, y Arrabal de Huertas de Animas, en aquel entonces en 12.000 almas con lo que los 25 litros/segundo aseguraban recibir agua suficiente para las necesidades, dejando todavía un buen margen para disfrutar en el futuro de este bien, como se ha podido comprobar.

Al tratar de los medios adoptados para llevar a cabo el proyecto se consideraron las dos posibilidades generalmente utilizadas: una ceder por determinado número de años la explotación de las aguas a la Empresa Constructora que realizase las obras, quedando al finalizar este periodo en beneficio del Ayuntamiento. El segundo, que fue el que se adoptó al tratar el tema, consideraba que el beneficio que lógicamente habría de llevar la Constructora, quedase en las arcas municipales minorando el coste de la inversión, en beneficio de la población, al obtenerse el agua más económicamente.

Las obras aprobadas, que serian realizada directamente por el Ayuntamiento trujillano, se presupuestaron en 1.619.536 ptas. De las que 1.250.000 ptas. se pagarían por certificaciones de obras, hasta su terminación, el resto de 369.536 Ptas. se abonarían a la Constructora en 25 años, con un interés del 5% anual. A este importe habría que aumentar 20.000 ptas. que tenían que pagarse por las expropiaciones del terreno por donde discurrirían las conducciones.

Si en aquellos tiempo el Ayuntamiento tuvo que hacer grandes desembolsos, en una serie de obras de verdadera utilidad para la población: Colegio Preparatorio Militar, Depósito de Sementales, Mercado municipal y otras, también se presentaba la oportunidad de contar con medios económicos suficientes para llevar a cabo el abastecimiento de aguas potables; las Láminas del Estado, que solo producían el 3,5%, a más de otras 250.000 Ptas. que tenían en la Caja General de Depósitos, de las que también podrían disponerse mediante el oportuno expediente.

Adjudicadas las obras a los nombrados Sres. Guerrica y Echevarria, el Ayuntamiento fue atendiendo las certificaciones de obras a medida que estas se iban realizando. Como se ha dicho al importe del Presupuesto de las obras 1.619.536,24 Ptas. en que se adjudicó el remate, habría de incrementarse en el coste de las expropiaciones del terreno en que se hiciera la conducción, una zona de 5 metros de ancha, si bien este capitulo se aminoró su coste por las cesiones gratuitas, que hicieron algunos propietarios de los terrenos, entre los que pueden destacarse la Marquesa de Santa Marta, en su finca Tagarnillar de Abajo, D. Manuel y Doña Manuela Artaloytia, que ceden sin remuneración su parte en la dehesa de Los Caballos, el Marqués de Lorenzana, en su fincas de Valdeposadas y Suerte de Escabrajillo, entre otros, aunque no faltaron los que quisieron aprovecharse de la necesidad de paso por su propiedades, exigiendo cantidades o condicionando el paso de las tuberías, con ánimo de beneficiarse de ello.

La conducción recorre 47.540 metros de los que 23.910 metros eran obra de fábrica y 23.629 de tuberías de hierro, haciéndose además puentes de cantería en el paso de los ríos Garciaz y Berzocana y tres túneles de 381. 110 y 74 metros, para terminar en un doble depósito construido en la Plaza de Santa Maria, capaz de contener 2.487 metros cúbicos de aguas.

Realizadas las obras de conducción y ya el agua en las afueras de la población se hicieron los estudios precisos para distribuir las aguas al vecindarios. Se encargaron de estos trabajos los Ingenieros D. Rafael Fernández Shaw y D. Eugenio Mancy, que levantaron el plano de población y señalaron las cinco grandes arterias por donde se distribuiría el agua y también donde se emplazarían las fuentes públicas para que el vecindario se beneficiase del preciado elemento. Estos grandes ramales discurrirían por las calles Tiendas, García de Paredes, Sillería, Hernando Pizarro, Afuera.

Fue aprobado y se determinó el recorrido para llevar el agua al Arrabal de Huertas de Animas.

A la vez que se iban instalando las tuberías de hierro por las calles se fue repasando el alcantarillado que existía, encargándose de las obras Francisco Valiente Fernández, licitador en la subasta celebrada a este fin, después de anular la primera concesión, ya que el adjudicatario no presentó la cédula personal dentro del plazo señalado.

Las obras de conducción, importantes, tanto por el montante económico, como por las dificultades materiales que hubo que vencer, también presentaron algún que otro problema laboral, ya que los obreros se quejaban de que a los trujillanos no se les contrataba y se detectaron algunas irregularidades en la construcción, pues en la revisión que se hacia de las obras y de los materiales empleados, pudo apreciarse que estos no eran los convenidos, sustituyéndoles por otros más económicos, en ventaja de la Constructora. Las actas de las sesiones municipales recogieron algunas de estas quejas y trataron de solucionarlas y de hecho lo hicieron nombrando al Ingeniero D. Luis Canalejas, para la inspección de las obras, siendo sustituido más tarde, por renuncia de éste a D. Rafael Fernández Shaw, que ya intervino en estas obras anteriormente.

El Ayuntamiento tampoco se libró de acusaciones y denuncias del vecindario y de la oposición municipal, pues se le atribuyó que estaba destinando fondos presupuestado para estas obras a fines distintos y el Alcalde fue duramente criticado.

En marzo de 1899, por R.O. fue nombrado Alcalde de la Ciudad, D. Emilio Martínez Montero, anteriormente Concejal del Ayuntamiento y bajo su mandato las obras recibieron un fuerte impulso, pudiéndose considerarse al Sr. Martínez, el verdadero autor del remate de las obras, dejando tan importante realización en beneficio de los trujillanos y de la que todavía estamos disfrutando, a pesar de casi los 100 años transcurridos.

Para adelantar el disfrute de las aguas se construyeron 14 fuentes públicas en Trujillo, una de ellas en la Plaza Mayor ,4 en Huertas de Animas , pudiendo ofrecer en este momento a la población el consumo domiciliario, asignándose en principio 50 litros diarios por habitante y consumo máximo y se señalan los siguientes precios.

¼ m3. Día ………… 3,75 Ptas. mes
1/2 m3. ……………. 7,50 Ptas. mes
1 m3. ………………. 15 Ptas. mes
2 m3. ………………. 22,50 Ptas. mes

En Mayo de 1899, se acuerda por el Ayuntamiento la concesión de aguas al Arrabal de Huertas de Magdalena.

Como mera anécdota citaremos que los primeros abonados para el consumo domiciliario fueron los Sres. D. José Díaz Quijano, D. Dioclecio Mediavilla, D. Antonio García Toribio y D. José García de la Cruz.

El abastecimiento de aguas en Trujillo fue inaugurado oficialmente en Trujillo, al día 1 de junio de 1899, día lluvioso, en el que Ayuntamiento y vecindario se reunieron ante la fuente que se había instalado en la Plaza Mayor y por el Arcipreste D. José Díaz Pulido, fueron bendecidas las instalaciones trasladándose después Corporación e invitados al Ayuntamiento, donde fue servido un sencillo refrigerio.

Oct 011994
 

Angel Olmedo Alonso.

Licenciado en Geografía e Historia por la UNEX

1. LOS PRIMEROS PASOS ORGANIZATIVOS.

El movimiento libertario en Extremadura ha sido muy poco estudiado. Es cierto que los datos son escasos y que parece que la presencia de los socialistas era mayoritaria. Hemos, sin embargo, de hacer algunas precisiones. Existe material interesante sobre este movimiento que poco a poco va saliendo a la luz pública y que sin duda servirá para conocerlo un poco mejor y llenar algunas lagunas.

Desde los primeros momentos en los que llegan a España las ideas del Internacionalismo Obrero contamos con la presencia de sociedades adscritas en Extremadura. Estas sociedades pertenecían a la F.R.E.[1] (Federación de la Región Española), sección española de la A.I.T. (Asociación Internacional de los Trabajadores).

Como señala Merinero Martín[2], los lentos cambios que se produjeron en la segunda mitad del siglo XIX posibilitaron el desarrollo del movimiento obrero asociativo:

“La libertad de asociación y reunión dio la posibilidad a las nuevas ideologías que se iban forjando en España, y a los existentes, a poder resurgir. Surgen así, y van a ser temidas y problemáticas las primeras asociaciones o federaciones republicanas y las primeras asociaciones obreras por influencia de la 1ª Internacional”.

La llegada de Giuseppe Fanelli [3] a España portando las ideas de la Asociación Internacional de los Trabajadores (A.I.T.) y de la Alianza de la Democracia Socialista (de tendencia bakuninista) marcará el desarrollo del movimiento obrero peninsular a partir de 1868. La Alianza de la Democracia Socialista se proclamaba colectivista, federalista y anarquista.

Dentro de la A.I.T. convivieron durante algún tiempo tendencias diferentes. Dos de ellas se mostrarían como las más combativas, la marxista y la antiautoritaria o bakuninista. El enfrentamiento interno llevó a la ruptura, quedando cada sección nacional de la AIT a merced de las posturas de sus máximos dirigentes.

La temprana presencia de la tendencia bakuninista o anarquista en España, con la creación de numerosas secciones locales dio una ventaja inicial organizativa muy importante a este sector obrero.

1.1. UN PRECURSOR EXTREMEÑO.

Uno de los primeros extremeños conocidos que fuera miembro de la AIT y de la Alianza de la Democracia Socialista fue Agustín Cervantes del Castillo[4]. Nacido en Llerena (Badajoz) en 1840, estudió Derecho y Filosofía y Letras en Madrid. De escasos recursos económicos, tuvo que buscarse la vida para finalizar sus estudios. Ejerció el cargo de profesor titular de Retórica y Poética en el Instituto de Cáceres y después fue funcionario del Gobierno Civil. Posteriormente se trasladó a Córdoba donde entró en contacto con los Internacionalistas de Madrid. Junto con Rafael Suárez, José Navarro y Francisco Barrado constituyeron la sección de Oficios Varios y más tarde la Federación Local de Córdoba. Todos ellos eran miembros de la Alianza.

Su vida transcurrió de forma bastante azarosa. Se casó con una joven de elevada posición social. Su militancia en el balbuceante asociacionismo obrero le acarreó numerosos enfrentamientos con las estructuras sociales dominantes e incluso con los sectores republicanos. Su posición ideológica coincidía poco con los cánones sociales que se suponían a una persona de su posición.

Agustín Cervantes escribió acerca de cuestiones sociales. Uno de sus trabajos lleva el título de “Tres discursos socialistas sobre la propiedad y la herencia”. Su obra fue calurosamente recomendada por el periódico anarquista “El Condenado”. Durante el curso 1873-74, en pleno período de represión contra los internacionalistas por parte del gobierno de Castelar, se desató una campaña contra él por su postura librepensadora.

Al finalizar el curso permutó su cátedra y volvió a Extremadura donde murió poco después.

1.2. EL PROCESO ORGANIZATIVO EN LA REGIONAL EXTREMEÑA

La Internacional en España se organizaba desde las secciones de los diferentes oficios que formaban las federaciones locales en cada pueblo o ciudad. Estas, unidas mediante pactos federales, a su vez formaban las federaciones comarcales. Todas las federaciones comarcales formaban la Federación Regional Española. Existía una Comisión Federal, organismo creado a nivel estatal como aglutinador de todas las secciones de la Internacional en España. Sus funciones eran meramente las de coordinadora entre las secciones que conformaban las diferentes regiones.

Aunque de forma muy lenta, también en Extremadura comienzan unos primeros intentos de organización. Desde fecha temprana surgen sociedades obreras en Extremadura que mantienen contactos con la Federación. Francisco Mora[5] menciona la existencia de una sociedad obrera en Cañaveral (Cáceres) en el año 1869, que era miembro de la A.I.T.

Este mismo autor señala para el Congreso celebrado en Valencia en 1870 la existencia de 12 federaciones locales, con 45 secciones de oficio, 3.000 miembros cotizando y 2.000 sin cotizar a nivel nacional. Entre las federaciones en constitución señalaba las de Montehermoso (Cáceres) y Cabeza del Buey (Badajoz). Entre septiembre y diciembre aparecen adhesiones individuales de Calzadilla de los Barros (Badajoz)

En el Congreso de la F.R.E., iniciado el 25 de diciembre de 1872 en Córdoba estuvo presente una delegación extremeña. La FRE contaba con 101 federaciones locales y 332 secciones de oficios. En este Congreso se consumó la ruptura con la minoría partidaria de la línea marxista, que había formado el 7 de julio de este mismo año la Nueva Federación Madrileña, núcleo inicial del Partido Socialista.

En el congreso de Zaragoza de 1872 se dividió la estructura organizativa de la Internacional en cuatro zonas: Norte, Sur, Este, Oeste. Según Mora[6], en el informe sobre direcciones de las federaciones locales y secciones de oficio de que constaba la Federación al 10 de febrero de 1872, había 70 secciones y 100 en constitución.

En la Comarca del Oeste aparecían como constituidas, entre otras, las de Plasencia (cuyo contacto era Francisco Iglesias Santiago), Calzadilla de los Barros (Badajoz, su contacto era Manuel Lozano). Entre las que estaban en constitución se encontraban las de Badajoz (con Antonio López, hijo, como responsable), Montehermoso, de nuevo aparece Plasencia, en esta ocasión con otro contacto, Antonio Rodríguez de Alfaro; en Cabeza del Buey el contacto era Miguel Pimental y Donaire; para Cañaveral, el contacto era Felipe Boticario.

En la circular[7] a todas las federaciones locales y secciones de la Región Española de la federación Barcelonesa, del 17 de marzo de 1873, aparecía Plasencia, con una sección y seis miembros. En otra lista de este mismo año aparecía en la Comarca del Oeste los nombres de Cáceres, Badajoz, La Morera (Badajoz), y Plasencia junto a Salamanca, León y Zamora.

En otra circular[8] de 1873, de 29 de septiembre, ante la suspensión de garantías constitucionales, se recomendaba a las organizaciones que continuaran sus actividades, y si eran prohibidas y sus locales cerrados, que protestaran. Entre las direcciones a que fue enviada aparecen las siguientes de Extremadura: Fuente del Maestre, Villalba de los Barros y Aceuchal.

1.3. LAS DIFICULTADES DE LA ORGANIZACION

Estas primeras asociaciones arrastraban una difícil existencia, el radicalismo de su mensaje en la sociedad decimonónica y la prohibición gubernamental. No obstante, las constantes crisis de subsistencias, que de forma periódica afectaban a los campesinos extremeños, favorecía la protesta. Esta se manifestaba unas veces en forma de motines, otras mediante la ocupación de tierras, la destrucción de cercados o el incendio de cosechas y talas de árboles. La aparición de estas sociedades vino a dar cuerpo doctrinal y organizativo a lo que hasta entonces eran expresiones espontáneas del malestar obrero.

La F.R.E. vivió un período de clandestinidad entre los años 1874-1881 debido a la prohibición gubernamental tras la Restauración Borbónica, no obstante la creciente organización obrera se mantuvo. En el Congreso Regional clandestino, celebrado en junio de 1874 aparecen las siguientes localidades en la Comarca del Oeste[9]:

“Aceuchal, La Morera, Candelario, Béjar, Fuente del Maestre, León, Navas del Madroño, Plasencia, Santa Marta de los Barros, Trujillo, Villalba de los Barros. En total 11 federaciones con 11 secciones. En constitución aparecían las de Cañaveral, La Calzada, Cabeza del Buey, Casas del Monte, Montehermoso, Peñaranda de Bracamonte y Zamora”.

En una circular del Comité Federal de este mismo año se explicaba la forma de mantener los locales abiertos, a pesar de la represión. Para ello se recomendaba el cambio de estatutos[10] de las sociedades obreras.

En 1875 al acentuarse la represión se decidió cambiar los congresos por conferencias comarcales, mucho más fáciles de convocar y más operativos por ser grupos menores. Las comarcas en que quedó dividida fueron: Cataluña, Valencia, Murcia, Andalucía del este, Andalucía del oeste, Extremadura, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja y Aragón.

En una memoria[11] de 1876-77 sobre la organización territorial se afirmaba que a Cataluña la representaban 13 Federaciones locales, a Levante 4, a Andalucía del Este 10, a Andalucía del Oeste 21 y a Extremadura 14. Entre estas estaban las de Badajoz, Plasencia y Trujillo. Estos primeros momentos fueron difíciles y se centraron sobre todo en el desarrollo de los conceptos ideológicos y organizativos. En las conferencias de 1876-77 se mantenían en sus conclusiones la confianza en una revolución social, y con la finalidad de ir preparando su llegada se tomaron diversos acuerdos. La organización y la creación de los comités de acción revolucionaria tuvieron gran importancia en este período para los internacionalistas, su finalidad era establecer los principios anarco-colectivistas según el acuerdo XVII de las conferencias de 1876.

Las Federaciones y secciones con las que mantenía relaciones la Comisión Federal de 1877 en Extremadura eran:

“Secciones de Oficios Varios de Aceuchal, Badajoz, Fuente del Maestre, Nogales, Santa María de los Barros, Villalba de los Barros, Plasencia, Trujillo, Almaraz y Brozas. Todas estas secciones formaban la Federación Comarcal de Extremadura”[12] .

Hasta 1881 fue un período de gran represión anti-internacionalista que diezmó los cuadros de militantes y debilitó la organización. En este año la F.R.E. se autodisolvió, pero con la subida al poder de Sagasta se inició una mayor libertad de asociación y volvió a reorganizarse el movimiento libertario bajo el nombre de Federación de Trabajadores de la Región Española (F.T.R.E.), que se proclamó heredero de la FRE y anarco-colectivista, aunque con un tono más moderado.

A pesar de los altibajos, la organización obrera anarquista había logrado extenderse ampliamente. En el Congreso de la FTRE de Sevilla en el verano de 1882 contaba con 57.934 afiliados en 663 secciones y 218 localidades. La otra gran rama de la organización obrera crecía de forma más lenta. El Partido Socialista, fundado en 1879, contaba un año después con 16 secciones a nivel nacional y en 1890, con 23 secciones; en 1894 contaba ya con 42. Por su parte la Unión General de Trabajadores (U.G.T.) tenía 27 secciones y 3.355 afiliados en la fecha de su fundación, en 1890 contaba con 36 secciones y 3.896 afiliados. En 1893 contaba con 110 secciones y 8.848 afiliados[13] .

La extensión de la organización llevaba aparejada una mayor actividad reivindicativa, aunque no siempre se llevaba a buen término. En 1883 la Revista Social[14]recogía la noticia según la cual en Villanueva de la Serena existían entre los agricultores hasta 80 dispuestos a organizarse, pero se produjo el arresto de 19 de ellos y desapareció el núcleo organizador. La táctica gubernamental para acabar con este intento de organización fue acusar a este grupo de estar relacionado con la temida “Mano Negra[15] ” andaluza. En 1887, según datos de Ricardo Mella, existían 25.800 anarquistas activos y 53.400 simpatizantes. En Extremadura cifraba el número de 200 a 400 entre militantes y simpatizantes.

Además de las dificultades organizativas también las continuas disputas por cuestiones ideológicas contribuían a dificultar la organización obrera. Es en estos años cuando se inició, dentro del anarquismo, el debate entre los anarco-colectivistas y los comunistas libertarios. Mientras los colectivistas proclamaban que cada uno debía recibir en la sociedad futura según el trabajo que aportara a la sociedad, los segundos seguían la corriente kropotkiniana de «a cada uno según sus necesidades, de cada uno según sus fuerzas», cada uno debía aportar lo que buenamente pudiera y recibir lo que necesitara. Tras un largo debate los comunistas libertarios acabaron imponiéndose, aunque esto no significó la desaparición de los colectivistas.

1.4. LA ORGANIZACION LIBERTARIA A PRINCIPIOS DE SIGLO EN EXTREMADURA.

A finales del XIX surgió en la ciudad de Badajoz un grupo anarquista que celebraba conferencias periódicas. Más tarde surgió la sociedad obrera “Germinal”, que publicaba el periódico “El Obrero”. Este periódico tuvo una gran influencia en la ciudad a principios de siglo. Conocemos su existencia a través de los periódicos de la época, especialmente el republicano-progresista “La Coalición”. En opinión de “La Coalición” [16] la sociedad obrera “Germinal” se reclamaba heredera de las teorías de los revolucionarios como Babeuf, Blanchi, Saint Simón, Blanc, Proudhon y Bakunin.

Aunque desde los primeros momentos ciertas tendencias republicanas estaban muy cerca de las anarquistas, sus relaciones no estarán exentas de enfrentamientos. Así se observa una cierta simpatía[17] por parte de los republicanos hacia esta sociedad que estamos viendo, pero también hubo importantes roces.

Especial repercusión tendrá en la prensa la negativa de esta sociedad obrera a apoyar a los republicanos en las elecciones. Parece que en un artículo publicado en “El Obrero”, órgano de la sociedad obrera Germinal, titulado “Que se vea claro” se desmentía su posible apoyo a los republicanos. Los republicanos de “La Coalición[18]” replicaron con otro artículo titulado “Para claros, nosotros”, en el que defendían que contaban con el apoyo obrero. De esta polémica se hizo eco el periódico “Nuevo Diario de Badajoz” quien recogía bajo el título “El meeting de ayer[19] ”:

“Se pretendió levantar el espíritu de la clase obrera a favor de la causa republicana, y quedó de manifiesto que los obreros no están dispuestos a servir de cascabel a los que aspiran a la representación popular en el Municipio (…)”

“No consiguieron su objeto los republicanos, y sólo sirvió el acto realizado ayer para patentizar que la Sociedad Germinal obrera no es partidaria de acudir a las urnas.”

A pesar de la existencia de pequeños núcleos, parece que hasta principios del siglo XX no comienza la reorganización de los grupos libertarios extremeños. Según Manuel Buenacasa, historiador del movimiento obrero y militante de la C.N.T.

“El intento más serio que conozco en la región extremeña se realizó en 1904 hallándome en Fuente del Maestre. Aunque ignorante de las cuestiones sociales, pues era yo muy joven, recuerdo que entre los grandes terratenientes y ganaderos de cerdos había gran pánico a causa de las continuas exigencias de los jornaleros”[20].

En 1907, del 21 al 24 de noviembre se constituyó la Federación Regional Extremeña de Sociedades Obreras en Mérida[21]. Las conclusiones aprobadas en la reunión recuerdan a las adoptadas por aquel entonces por el órgano de expresión de los trabajadores catalanes “Solidaridad Obrera”[22].

“Pero luego leí en Solidaridad Obrera de Barcelona (1907) que en Extremadura existía una Federación Regional con las ideas y las aspiraciones de la vieja Federación Regional Española”.

“A la Federación Extremeña pertenecían sociedades de trabajadores de varios pueblos entre los que se encontraban las de Fregenal, Don Benito, Mérida, Fuente del Maestre, Villafranca, Montijo, Higuera la Real, Zahínos, Jerez de los Caballeros, Almendral, Llerena, Arroyo, Encinasola (en la provincia de Huelva), Barcarrota, Fuentes, Torre de Miguel Sesmero y Azuaga.”

En 1908 se celebró un Congreso en Azuaga[23], donde se acordó adherirse a la Federación Regional Catalana de Solidaridad Obrera y junto a los obreros agrícolas de la región valenciana, federaciones locales de La Coruña, Zaragoza y otras toma cuerpo la idea de crear un organismo obrero revolucionario. En este congreso estuvieron representadas sociedades obreras de:

“Mérida, Fregenal, Zahínos, Fuentes de León, Montijo, Higuera la Real, Jerez de los Caballeros, Llerena, Azuaga, Arroyo de San Serván, Almendral, Torre de Miguel Sesmero, Encinasola, Don Benito y Barcarrota”.

El Consejo de Solidaridad Obrera de Cataluña convocó un Congreso en 1910 a nivel de todo el Estado español en el que nació la Confederación Nacional del Trabajo (C.N.T.). Se pasaba así de las antiguas organizaciones de resistencia al capital al sindicalismo revolucionario.

1.5. PRINCIPALES ZONAS DE INFLUENCIA ANARQUISTA

Podemos distinguir dos grandes polos de difusión de las ideas libertarias en Extremadura dentro del presente siglo. Por un lado la influencia madrileña se manifiesta a través de Navalmoral de la Mata [24] y toda su comarca hasta Plasencia y sus alrededores. En el norte de Cáceres tenemos que señalar la existencia de otro polo importante, el que desde la vecina localidad de Béjar se extendía por el Valle del Ambroz, especialmente Hervás y Aldeanueva del Camino.

En Hervás también existía desde hacia siglos un enclave de la industria textil. La cercanía entre estas localidades y las afinidades industriales permitirían la extensión de las ideas organizativas sindicalistas.

De esta forma algunos núcleos aislados de obreros más o menos organizados, pero seguros de contar con un importante apoyo llevaron a cabo numerosos intentos por modificar su situación social. En algunos casos recurriendo a acciones espectaculares.

En el turbulento año de 1917, una ola de intentos revolucionarios se extendió por todo el país. El acicate que supuso el triunfo de la Revolución Rusa quedó patente en el reforzamiento de la línea revolucionaria dentro del movimiento obrero español. Así nos encontramos con algunas noticias de prensa que hacen referencia a algunos intentos de expropiación revolucionaria como el que sucedió en Valdeobispo (Cáceres), cuyos obreros ocuparon algunas dehesas, negando la propiedad a sus dueños y originando algunos sucesos violentos.

En la prensa viene recogido como el “Cantón anarquista de Valdeobispo”[25]. No obstante el término “anarquista” se utilizaba con un carácter meramente genérico.

Otro importante núcleo de donde parte la influencia anarquista hacia Extremadura es Andalucía a través de los pueblos del sur de Badajoz. No debemos olvidar que Sevilla fue siempre uno de los bastiones del anarcosindicalismo ibérico. La influencia sevillana está ampliamente documentada. A los contactos normales entre los sindicatos, hay que unir los contactos establecidos a través del intercambio de trabajadores asalariados en faenas del campo, especialmente la recolección y el desplazamiento temporal para trabajar en la ciudad de Sevilla.

Fue igualmente importante el papel de notorios militantes libertarios andaluces desterrados a estas tierras. Es el caso del incansable propagandista andaluz, ya señalado anteriormente, Sánchez Rosa, zapatero y fundador de escuelas libertarias. También hay que destacar al doctor Pedro Vallina, conocido como el médico de los pobres. Ambos fueron desterrados en 1919 a la Siberia Extremeña junto con Roque García y un tal Chacón. Sánchez Rosa quedó en Herrera del Duque, los dos últimos en los pueblos cercanos, mientras Vallina fue conducido a Fuenlabrada de los Montes. En sus memorias el doctor Vallina afirmaba que:

“Toda aquella zona estaba dormida, despertó espléndidamente bajo la influencia de nuestras ideas, Castilblanco de los Montes entre otros”[26] .

Toda esta zona, que linda con la provincia de Ciudad Real, tenía un potente movimiento obrero en las zonas mineras, especialmente en Almadén donde era notoria la influencia de la C.N.T. En 1921 es de nuevo desterrado el doctor Vallina a Extremadura. Poco antes de la sublevación del 17-18 de julio de 1936 se encontraba este personaje en el extremo norte de la provincia de Badajoz. Dice en sus memorias que el pueblo más importante de la comarca era Siruela[27], de donde irradiaba su propaganda a una extensa zona que comenzaba en Cabeza del Buey y acababa en los límites de las provincias de Cáceres y Toledo, con una prolongación hasta las minas de Almadén.

En momentos de debilidad de la organización extremeña, los sindicatos de la provincia de Badajoz formaban junto con los andaluces la Regional de Andalucía-Extremadura. Por su parte, los sindicatos de Cáceres, al pertenecer sus núcleos más importantes al entorno de Navalmoral de la Mata[28] , se integraban en la Regional Centro, a la que pertenecía también Madrid.

En el verano de 1923 se reunió en Valencia un Pleno secreto de la C.N.T. en el que se acordó que ante la inminencia de un golpe de estado, el Comité Nacional de esta organización se trasladase a Sevilla y fuese su Secretario General Manuel Adame, que asistía al Pleno en la delegación de Andalucía-Extremadura. Con la dictadura del General Primo de Rivera, los anarcosindicalistas perdieron gran parte de su influencia y estructuras organizativas al ser declarada ilegal la central sindical.

La prohibición de la C.N.T. obligó a sus militantes a pasar a la clandestinidad y mantener unas mínimas estructuras sindicales y a otros a refugiarse en asociaciones obreras con otros nombres o a integrarse en asociaciones socialistas (U.G.T.) que mantuvieron su legalidad durante el periodo de la dictadura de Primo de Rivera. Esto permitía a sus militantes seguir en cierto modo en activo hasta que llegaran tiempos mejores. En muchos casos existían “Centros Obreros” donde convivían las diferentes tendencias obreras[29].

Esta actuación, que ya se había puesto en práctica en etapas anteriores con las organizaciones de la F.R.E y la F.T.R.E, explicaría la rápida reorganización que se llevó a cabo en los primeros momentos de la República, cuando las circunstancias políticas permitieron una mayor libertad sindical.

Tras la caída de la dictadura, comenzó una rápida reorganización libertaria en la que casi nadie confiaba. La zona del sur de Badajoz tuvo gran actividad[30]. Los sindicatos de la C.N.T. se desarrollaron en Fregenal de la Sierra, Jerez de los Caballeros, Fuente de Cantos, Usagre, Bienvenida, Llerena, Campillo de Llerena, Guareña, Quintana, Berlanga, Malpartida de la Serena, Malcocinado, Don Benito, Villanueva de la Serena, Mérida[31].

En la provincia de Cáceres la influencia cenetista se extendió desde Navalmoral de la Mata a Jarandilla, Peraleda de la Mata, Hervás, Aldeanueva del Camino, Oliva de Plasencia, Talayuela, Pasarón de la Vera[32] , Valdehúncar y otras localidades[33] .


NOTAS:

[1] Nettlau, M. La Première Internacionale en Espagne (1868-1888). D. Reidel Publishing Company Dordrecht-Holland, 1969. Afirma este autor sobre el origen de esta organización: “Por la estadística enviada por Anselmo Lorenzo a la Conferencia de Londres, en septiembre de 1871, se deduce que la Federación Española se constituyó definitivamente el 1 de septiembre de 1870”. pág. 85.

[2] MERINERO MARTIN, Mª J. “Los Tiempos actuales”. Historia de Extremadura. Tomo IV. Ed. Universitas-Consejería de Educación y Cultura. 1985. pág. 891.

[3] De origen italiano, fue enviado a España por Bakunin en 1869 para difundir el pensamiento de la Internacional y el de la Alianza para la Democracia Socialista. Para estos primeros momentos de organización internacionalista puede verse la obra de unos de los que más contribuyeron a ello. Lorenzo, Anselmo. El proletariado militante. Madrid, Ed. Alianza. 1974. También desde un punto de vista histórico puede consultarse la obra de Termes, J. Anarquismo y sindicalismo en España. La I Internacional, (1864-1881). Barcelona, Ed. Ariel. 1972.

[4] Abad de Santillán, D. Historia del movimiento obrero español. Madrid, Éd. Zero. 1968. También NETTLAU, M. op. cit. pág. 164. Tomo I. Aparece aquí una mención de este personaje.

[5] Mora, Francisco. Historia del Socialismo Obrero Español. Madrid, 1906. pág. 61.

[6] Mora, Francisco. Historia… op. cit. Madrid, 1906. pág. 93.

[7] Nettlau, M. Op. Cit. pág. 163.

[8] Nettlau, M. Op. Cit. pág. 222.

[9] Nettlau, M. Op. Cit. pág. 254.

[10] Esta táctica fue utilizada en numerosas ocasiones por las sociedades obreras anarquistas para mantener vivas sus organizaciones y esperar, mientras duraba la persecución, tiempos mejores. Así sucedió en Navalmoral de la Mata con la Federación Obrera (integrada en la C.N.T.), pero que tenía una denominación y unos estatutos propios. Hemos estudiados sus estatutos de 1920, que son los que presentan de nuevo para su legalización en 1930. Durante la dictadura de Primo de Rivera mantuvo en los primeros años vida semi-legal. Hay una petición 7-II-1924 del Delegado Gubernativo al Gobernador para autorizar o no una reunión de esta sociedad. Finalmente se concedió únicamente para revisión de cuentas, elección de cargos y otros asuntos menores. Al contar con una denominación de “Federación Obrera”, dificultaba la ilegalización de esta sociedad cuando era ilegalizada la CNT, pudiendo, en algunos casos, mantener su vida orgánica.

[11] Nettlau, M. Op. Cit. pág. 276.

[12] Abad de Santillán. Op. Cit. pág. 379.

[13] Cifras recogidas de la obra de Tuñón de Lara. El movimiento obrero en la Historia de España. Madrid, Ed. Sarpe. 1986. pág. 257. Tomo I.

[14] Revista Social, Madrid. Surgió el 11 de junio de 1881. Los números en que está recogido fueron los del 15, 22 y 29 de marzo. Otros periódicos, en este caso los extremeños “El Diario”, órgano de los republicanos-federales, y “La Crónica” recogían este incidente. Parece ser que un numeroso grupo de jornaleros se negaba a trabajar si no recibían el salario acordado en la reunión de su sociedad obrera.

[15] Al parecer poco tiempo antes habían sido detenidos en Olivenza varias personas procedentes de Andalucía con propaganda internacionalista. Pecellín, M. publicó un artículo en la Revista Alminar, nº 46, junio de 1983, sobre la posible existencia de la Mano Negra en Extremadura. En este artículo llegaba a la conclusión de todo fue un montaje para impedir el desarrollo de la incipiente organización obrera.

[16] “A ‘El Obrero’, cuestiones sociológicas”. Periódico “La Coalición”. 26-junio de 1901.

[17] Existe afinidad ideológica en algunos puntos, no olvidemos que el republicano-federal PI Y MARGALL será el traductor y divulgador de las ideas federalistas de PROUDHON en España. En los primeros momentos muchos anarquistas procedían de esta corriente republicana.

[18] Periódico “La Coalición”, 18-XI-1901.

[19] Periódico “Nuevo Diario” de Badajoz, 2-XI-1901.

[20] Buenacasa, M. El Movimiento Obrero Español. Madrid. Ed. Júcar. Ed. Amigos del autor. 1978. pág. 181.

[21] Buenacasa, M. Op. Cit.

[22] Solidaridad Obrera fue en principio un periódico en torno al cual se organizaron los trabajadores anarquistas barceloneses, posteriormente se convirtió en organización obrera catalana para dar paso a la C.N.T. en 1910. Becarud y Lapouge. Los anarquistas españoles. Barcelona, Ed. Anagrama. 1972.

[23] Buenacasa, M. Op. Cit.

[24] Navalmoral de la Mata fue uno de los más importantes núcleos anarquistas en Extremadura. Desde esta localidad irradiaba la propaganda libertaria por toda la comarca. Al menos desde principios de siglo existió una Federación Obrera, integrada en la C.N.T. La organización anarcosindicalista en Navalmoral se mostró muy activa. A.H.P.C. Sección Estatutos.

[25] Chamorro, Víctor. Historia de Extremadura. Valladolid. 1983. pág. 322. Tomo IV.

[26] Vallina, Pedro. Mis Memorias. Méjico. Ed. Tierra y Libertad. 1971.

[27] En esta zona aún hay personas que tienen como “mote” o apodo los de la CNT. (Recogido fuentes orales de la misma localidad).

[28] Además de éste sindicato existieron otros organismos anarquistas como el Ateneo antes mencionado o la FAI. Gómez Casas, J. Historia de la F.A.I.Madrid, Ed. Zero. 1977, señala la presencia de representantes de Navalmoral, Jarandilla y Plasencia en un Pleno Nacional de esta organización en febrero de 1936.

[29] Pachón Núñez, Olegario. “Cuando regresé a Bienvenida (proclamada la República) me encontré con la Casa del Pueblo constituida (…) Sin pérdida de tiempo me puse en contacto con mis numerosos amigos y constituimos un grupo confederal dentro de la Casa del Pueblo, al que denominamos “Los esclavos se rebelan”. Poco después organizamos las Juventudes Libertarias y absorbimos inmediatamente a las Juventudes Socialistas”.

Recogido de su obra: Recuerdos y consideraciones de los tiempos heroicos. Testimonio de un extremeño. Barcelona. Ed. del autor. 1975. pág. 14.

[30] Pachón Núñez, O. En la correspondencia con él mantenida aportaba, en cuanto a la importancia de algunas sociedades, los siguientes datos: “Teníamos sindicatos de la C.N.T. tan importantes como el de Fuente de Cantos, con más de 1.000 afiliados, Bienvenida, con 200 afiliados, Fregenal de la Sierra, con 500 afiliados, Azuaga con 400 afiliados, que además en este pueblo sacábamos un periódico titulado “El Amigo del Pueblo”. En Mérida teníamos también un sindicato bastante importante que la mayoría eran ferroviarios. También teníamos organización confederal en Jerez de los Caballeros, Peñalsordo, Guareña, Villanueva de la Serena, Usagre, Almendralejo. En otros pueblos existían grupos anarquistas como en Llerena, que constituían además secciones ferroviarias de la C.N.T.”. Carta de fecha 22-IX-1988.

[31] Díaz de Entresotos, B. Seis meses de anarquía en Extremadura. Cáceres. Ed. Extremadura, 1937. Fue este hombre recaudador de Impuestos de Derechos Reales y Registrador de la Propiedad en diferentes localidades. Menciona en su obra la importante presencia tanto de la F.A.I. como de la C.N.T. en Mérida. Al parecer esta última tenía su local en una calle cercana al Ayuntamiento. Desde un punto de vista muy conservador y partidario del bando franquista señalaba la importante actividad que se detectaba en este sindicato. Señalaba que se escuchaban continuos cánticos revolucionarios y se observaba una incesante entrada de hombres y mujeres en el local de este sindicato. pág. 60 y 112.

[32] En muchas ocasiones aparecen bajo la denominación de Sindicato Unico o Federación Obrera, como en este caso de la localidad de Pasarón. A.H.P.C. Sección Estatutos.

[33] Para conocer algunas de las actuaciones reivindicativas y revolucionarias protagonizadas por las organizaciones anarquistas en la provincia de Cáceres pueden consultarse las obras de F. Sánchez Marroyo. “Las organizaciones obreras en Extremadura durante la II República”. Investigaciones Históricas, 10 (1990) pp. 123-164. García Pérez. Estructura agraria y conflictos campesinos en la provincia de Cáceres durante la II República. Institución Cultural “El Brocense”. Cáceres, 1982.

Oct 011994
 

Marcelino Moreno Morales.

Siempre se ha considerado al extremeño como un dialecto o habla de transición, lo que ha dado lugar a varias influencias en el desarrollo y posterior forma de su léxico. Veamos a continuación el caso de Salvatierra de Santiago, donde pueden apreciarse ejemplos de andalucismos y aragonesismos, todo ello quizás se deba a motivos históricos, fue tierra fronteriza entre León y Castilla, y geográficos, está situada esta población en el centro de Extremadura, y por tanto recibiría influencias tanto del Norte como del Sur.

Acto seguido se ofrecen los ejemplos en cuestión, con la siguiente metodología: primero se ofrece el significado de la palabra en cuestión en Salvatierra, se compara con el que ofrece el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua y el Diccionario de Uso del Español de María Moliner, y en su caso con elDiccionario Extremeño de Antonio Viudas.

LEONESISMOS

Achiperres

SS. : Cacharros, trastos viejos.
V.: trastos viejos e inútiles.
– ¿Dónde tienes los achiperres?

Amargoso, -a

SS.: amargo, -a.
DRAE.: amargo, que amarga.
– Me gusta el café amargoso.

Caraba

SS.: compañía, charla, tertulia. “Dar caraba” es “hacer compañía”, “dar conversación”, como derivado puede aparecer Carabero: “el que da caraba”. Se dice de las personas e incluso de los perros.
V.: conversación, charla, tertulia.
DRAE: conversación, jolgorio, broma. Propio de Extremadura, León y Salamanca.
– Voy a darte caraba un rato.

Estrébedes

SS.: aro o triángulo con tres o cuatro patas, que sirve para poner al fuego sartenes, cazuelas, calderos, etc.
V.: trébedes.
DRAE.: trébede.
– Pon la sartén en las estrébedes para que se caliente el aceite.

Fínfano

SS.: mosquito de patas muy largas que suele picar en las noches de verano, y por extensión cualquier mosquito.
V.: mosquito.
– Anoche me picó un fínfano.

Grancias

SS.: “granzas”: residuos de paja larga y gruesa que quedan del trigo y cebada cuando se avientan y criban. El rasgo leonés estriba en la epéntesis de la -y- (granc-i-as)- Caso paralelo sería el de Escombrios en lugar de “escombros”.
– Recoge las grancias de la era. Voy a tirar los escombrios.

Lamber

SS.: lamer. Es leonesismo por la no reducción del grupo -mb- a -m-, lo que ha ocurrido en castellano “lamer”.
– Se dice al perro: no me lambas.

Lampuzo Lampucero.

SS.: curioso. //Goloso.
– Que gato más lampucero (goloso), siempre en la cocina.
– Que lampuzo (curioso) eres, te metes en todo.

Perrino.

SS.: ejemplo del diminutivo -ino, casi el único que se usa en Salvatierra, también admite valor afectivo: “penina”. El diminutivo -in, se utiliza únicamente en nombres propios: “Alfredín, Juanín, Benitín…”

Sacho

SS.: azada.
V.: aparece “zacho”.
MM.: azada, pero con el matiz de poco frecuente.

Así pues, el influjo leonés aparece en el léxico, pero también en otros aspectos de la lengua de Salvatierra, como la fonología o morfología.

ANDALUCISMOS

Doblado

SS.: piso superior de la casa donde se guarda el grano, y los utensilios viejos o en desuso, además de los productos de la matanza.
V.: piso superior de la casa donde se guarda la chacina y el grano.
DRAE.: desván. Voz propia de Andalucía.
– Sube al doblao a por trigo.

Escupidera

SS.: orinal.
DRAE.: orinal. Propio de Andalucía, aunque se usa también en Chile, Ecuador, Argentina y Uruguay.
– Voy a orinar en la escupidera.

Frijón

SS.: judía. Frijones blancos y verdes son judías blancas y verdes respectivamente.
V.: alubia.
DRAE.: aparece “frejol” con significado de “judía”.
– Hoy comemos frijones con chorizo.

Lasca

SS.: rodaja. Lonja.
DRAE.: cosa larga, ancha y poco gruesa que se corta de otra. Es propia de Andalucía.
– Dame una lasca de chorizo.

Misto

SS.: cerilla.
V.: cerilla.
– Dame un misto para encender la lumbre.

Orilla

SS.: tiempo atmosférico.
V.: estado atmosférico del tiempo.
DRAE.: se trata de un andalucismo.
– Hoy hace muy mala orilla.

Puño

SS.: puñetazo.
DRAE.: golpe dado con la mano cerrada. Antiguo, pero usado aún en América.
– Cómo te dé un puño te vas a enterar.

Por otra parte todos estos términos suelen tener sinónimos en el uso normal de la lengua en Salvatierra, prevaleciendo en el uso cotidiano unos sobre otros. Así tenemos:

  • Achiperres predomina sobre trastes trastos.
  • Amargoso ha sido relegado por el uso de amargo.
  • Caraba se emplea por igual junto a compaña compañía.
  • Estrébedes es de uso único.
  • Fínfano predomina sobre mosquito.
  • Grancias es de uso único.
  • Lamber uso casi único frente al castellano lamer.
  • Lampuzo y Lampucero con el sentido de “curioso” alternan con términos como alcuzo, excusao, escullero, curioso. Y con el sentido de “goloso” es esta forma la predominante.
  • Perrino, el sufijo -ino es el usado mayoritariamente.
  • Sacho es de uso casi único.
  • Doblao es también forma única en cuanto al uso.
  • Escupidera alterna con bacinilla, vica y orinal. Se utiliza generalmente escupidera, bacinilla y vica es empleado por personas mayores y muy pocas personas utilizan el término orinal.
  • Frijón alterna con judía aunque con tendencia decreciente.
  • Lasca predomina sobre lonja o loncha, rodaja apenas se usa.
  • Misto de uso igual a cerilla.
  • Orilla con un uso predominate sobre tiempo.
  • Puño relegado por la forma puñetazo.

Podemos apreciar como el uso y empleo de algunos de estos términos está tan arraigado en la conciencia del hablante salvaterreño que es difícil que puedan desaparecer bajo la presión del castellano convencional, aunque otras palabras ya van perdiendo terreno.

Oct 011994
 

Marcelino Moreno Morales.

La importancia que tuvo la trashumancia en siglos pasados es bien conocida por todos, en la presente comunicación expondré algunos datos de la trashumancia en Salvatierra de Santiago durante el siglo XVII, concretamente entre 1672 y 1683. Por Salvatierra, mejor dicho, por su casco urbano discurre un Cordel de Ganados que une Mérida con Trujillo, aunque en los últimos años ha estado muy poco utilizado, el año pasado y este de 1994 han pasado por él las ovejas del Proyecto 2001, que pretende recuperar Cañadas, Cordeles y Veredas.

Los datos que se exponen a continuación están sacados del Archivo Municipal de Salvatierra de Santiago, escaso pero con documentos de interés. En la transcripción he modernizado la grafía.

Consta la presente comunicación de dos apartados, en el primero se presentan ejemplos de la procedencia de ganados y ganaderos trashumantes y en el segundo dos ejemplos de las condiciones en que se hacían las posturas sobre los pastos, los ganados trashumantes pasaban el invierno en estas tierras.

I. PROCEDENCIA DE LOS GANADOS Y GANADEROS TRASHUMANTES.

  • 1672: “…Fernando García Mendoza vecino de la villa de Montánchez, en virtud del poder que tiene de Juan Sanz, Hermano del Honrado Concejo de la Mesta y vecino de Val de Sant Pedro, jurisdicción de la ciudad de Segovia…” (En la actualidad aparece “Torre de Val de San Pedro” en la provincia de Segovia)
  • 1673, 19 de Septiembre: “…comparece Diego de la Riba Serrano, vecino de la Villa de Hortigosa, obispado de Calahorra…Hace postura para la yerba de la dehesa boyal para el invernadero hasta el 1 de Abril…” (Actualmente “Ortigosa” en La Rioja).
  • 1674, 24 de Octubre: “…comparece Diego Martínez Serrano, vecino que dice ser de Torre de Cameros, obispado de Calahorra…” (En la actualidad “Torrecilla de Cameros” en La Rioja.
  • 1676, 12 de Octubre: “…comparece Francisco Izquierdo, vecino de la Villa de Nieva de Cameros, en el obispado de Calahorra…” (En la actualidad “Nieva de Cameros” en La Rioja).
  • 1676, 25 de Octubre: “comparece Diego Martínez Serrano, vecino de la Villa de Hortigosa, en el obispado de Calahorra de la Calzada…”(Actualmente “Ortigosa” en La Rioja).
  • 1677, 9 de Octubre: “…comparece Simón Sánchez, vecino del Lugar de Hoyoquesero, jurisdicción de la ciudad de Ávila…” (Esta localidad recibe el nombre ahora de “Hoyacasero” y pertenece a la provincia de Ávila).
  • 1679, 27 de Septiembre: “…comparece Gregorio Pérez, vecino de la Villa de Almarça de Cameros, en el obispado de Calahorra de la Calzada…”(Ahora “Almansa de Cameros” en La Rioja).
  • 1681, 2 de Noviembre: “comparece Pedro Domínguez Serrano, vecino de la Villa de Muro de Cameros, obispado de Calahorra y la Calzada…”(Hoy día “Muro de Cameros” en La Rioja).
  • 1682, 1 de Noviembre: “…comparece Pedro Fernández Mayoral Serrano, vecino que dijo ser del Lugar de Tabanera del Monte, jurisdicción de la ciudad de Segovia…” (No he podido localizar actualmente esta población)
  • 1683, 9 de Noviembre: “…comparece Martín García Serrano, vecino de la Villa de Montemediano en el obispado de Calahorra y la Calzada…”(No he podido localizar esta población en la actualidad).

Puede apreciarse como la mayoría de los ganados vienen de La Rioja, en concreto del Valle de Cameros, que en la actualidad sigue siendo eminentemente ganadero, recuérdese el reportaje que sobre los pastores de este lugar emitió la serie de Televisión Española “Loa Trabajos y los Días”. Así de los diez ejemplos expuestos, siete de los ganaderos provenían de los que actualmente sería La Rioja (cuatro de ellos del Valle de Cameros), dos de la provincia de Segovia y uno de Ávila.

II. CONDICIONES DE LAS POSTURAS PARA EL INVERNADERO

A continuación paso a exponer dos ejemplos de las condiciones en que se hacían las posturas sobre hierbas para el invierno.

A)

  • 1671: “…Fernando García de Mendoza, vecino de la Villa de Montánchez, parezco ante Vuesa Merced y digo que por estarme bien en virtud del poder que tengo de Juan Sanz, Hermano del Honrado Concejo de la Mesta, vecino de Val de Sant Pedro, jurisdicción de la ciudad de Segovia. Hago postura en la hierba de la Dehesa Boyal de esta villa, para el invernadero entrada del setenta y dos y salida del setenta y tres, también del Prado y Dehesilla, y pastarla con los ganados lanares de dicho Juan Sanz, en la forma , calidades, precios y condiciones siguientes:”
    1. “…Que tengo que pagar por dicha hierba, siendo yo el principal obligado para ello, 5.000 reales de vellón, los 800 cuando se me pidieren y los 4.200 para el 22 de Mayo venidero de dicho setenta y tres, en esta villa y poder el administrador de sus propios, y hacer para ello el seguro necesario”.
    2. “…Que el ganado de la boyada ha de andar y pastar a diente con el lanío en la Dehesa Boyal y Prado, y no en la Dehesilla, habiendo de estar en dicha tierra pastando, dicho ganado lanío hasta primero de Abril de dicho setenta y tres.”
    3. “…Que si se entrare arando la tierra del Prado, ha de ser a 20 de Marzo y la Dehesilla a 6, y no de otra forma, y en caso de que el Prado no se haya de arar, sino solamente la Dehesilla, sea a 15 de Marzo.”
    4. “…Que si se hubiere de entrar algún ganado de cerda a comer bellota en el monte de dicha Dehesa y tierra, ha de ser ensortijado, por el daño que hacen de lo contrario, y que el que se hallare en otra forma tenga la pena que ordinariamente suele tener y Vuesa Merced tiene prevista.”
    5. “…Que dichas tierras y dehesas quedan cerradas desde el día de San Miguel de este año en adelante y que en ellas no pueda entrar más que el ganado de la boyada, en la forma que va referida y el que se apresare tenga la pena de los acotados de esta villa.”
    6. “…Que la leña para el albergue y abrigo de los pastores y chozo, ha de correr su corte y formalidad en la que ha corrido otros años y como Vuesas Mercedes lo han observado y constara en otras posturas.”
    7. “…Con estas condiciones, precio, y calidades de pago, hago dicha postura y así mismo dispongo la hierba de la Hoja del Bermejal que está de rastrojo, en precio de 440 reales, en caso de excusarse para el ganado de Cofradías, se entienda ha de ser cerrada.”
      “Y pido y suplico a Vuesa Merced me admita dichas posturas que estoy puesto a cumplir con sus calidades y hacer seguro a satisfacción de Vuesa Merced.”
      “En Salvatierra de Santiago a cinco días del mes de Septiembre de 1672”

B)

  • 1676: “En la villa de Salvatierra de Santiago a dos días del mes de Octubre de 1676. Ante sus Mercedes Dionisio García de Cáceres, Alcalde por su Magestad y el estado noble, Fernando Mateo, Alcalde así mismo por el estado llano; Bartolomé García de Cáceres y Francisco Mateos Terrones, Regidores de este Concejo, y de mi el presente escribano y testigos, paresció Francisco Izquierdo, vecino de la villa de Nieva de Cameros en el obispado de Calahorra, en virtud de poder que mostró de Diego Fernández Velasco, Fernando Velasco Villanueva, Domingo Fernández Marcos y Francisco del Molino, compañeros y vecinos de ella…, y dijo que por estarle bien hacía e hizo postura en la hierba de la Dehesa Boyal de esta villa de Salvatierra, que ha de gozar con sus ganados laníos serranos merinos y churros, desde el día del remate si en el se hiciere de este presente año y salida de primero de Abril del setenta y siete, a diente con el ganado vacuno de esta dicha villa, con las condiciones siguientes”:
    1. “…Que han de poder andar la granillera y pastando a diente el ganado de cerda hasta ocho días antes de San Andrés de este año.”
    2. “…Que se ha de poder hacer el obligado de la carnicería a diente con dicho ganado noventa cabezas, sin que por ellos pague cosa alguna.”
    3. “…Que dicho Francisco Izquierdo y sus partes no puedan meter más de novecientas cabezas de ganado lanío y cabrío en dicha Dehesa y Prado, y si los metiere se les pueda penar este Concejo y cargar respectivamente como quisiere.”
    4. “…Que los cochinos se han de ensortijar y que el que no lo estuviere tenga de pena ocho maravedíes, conforme a las ordenanzas y acuerdos. Y pasado dicho día de San Andrés sea cerrado dicho Prado y Dehesa a dichos ganados, excepto el vacuno y ganado de carnicería, y los que entraren más tengan pena conforme a las ordenanzas y acuerdos de esta villa y tierra.”
    5. “…Que puedan traer tres cabalgaduras mayores y no más en dicha Dehesa.”
    6. “…Que de las partes más cómodas y menos perjudiciales puedan cortar madera para los chozos, y un ramo de menos gordor para leña, y si más leña se cortase sea con su pena conforme a derecho.”

De los aquí expuesto, podemos sacar varias conclusiones:

  1. El período de tiempo en que están aquí los ganados trashumantes es el “invernadero”, desde Octubre al uno de Abril, para luego con la llegada del calor ir hacia su región de origen en el Norte, donde sí hay pastos frescos.
  2. Los que disfrutan de la hierba son ganados laníos o lanares trashumantes (de miembros del Concejo de la Mesta) y muy escasas veces de vecinos de Salvatierra, únicamente se guardan algunos pastos para los ganados de las Cofradías, en Salvatierra la más poderosa es la del Rosario.Por tanto el privilegio de los ganados trashumantes es claro.
  3. Se permite la entrada de otro tipo de ganado de la villa, así el de cerda, eso sí anillado para que no dañe la hierba y por un tiempo limitado. Al que se le da algo más de ventaja es al de la boyada y al de la carnicería, quizás por ser imprescindible para el abasto de carne.
  4. Incluso se permite cortar leña a los pastores, cuando este era un tema muy controlado, pues la conservación del monte era sumamente importante.
  5. Vemos pues, como la Mesta tiene una gran influencia en la ganadería de la época, por no decir el monopolio, haciendo que predomine el ganado lanar sobre los otros o sobre la agricultura.
  6. Por otra parte, es de suponer que no vendrían mal a las arcas del Concejo el dinero que se pagaba por los pastos de invierno.
Oct 011994
 

Juan Luis de la Montaña Conchiña.

Introducción

La rápida ocupación cristiana del valle del Guadiana a mediados del siglo XIII sentó las bases de importantes y profundos cambios. Por de pronto el más evidente es el traspaso del dominio de la tierra hasta entonces en poder de los musulmanes. En sólo una década las avanzadillas cristianas encabezadas por la iniciativa de la Corona, Nobleza y órdenes militares, consiguieron recuperar un territorio de alrededor de 41.000 kilómetros cuadrados. Este rápido movimiento en la ocupación militar del espacio fue importante porque de él se van a derivar ciertas características reflejadas en la posterior ocupación, por otra parte propias de este sector de la frontera.

Un aspecto muy interesante a estudiar dentro del proceso de repoblación y ocupación medieval del espacio, es el que atañe a la diversidad señorial participante en dicho proceso de ocupación. La Extremadura medieval como espacio fronterizo se vio fuertemente afectada por el movimiento de apropiación feudal del espacio. En conjunto, sin olvidar otros elementos, son aspectos significativos por que en el caso extremeño contribuyen a clarificar o establecer distintas zonas en las que la ocupación y organización del territorio presentan diferencias interesantes de ser estudiadas por su transcendencia en el conjunto de la actividad repobladora y socioeconómica.

A ello hay que unirle otro dato de suma importancia, la despoblación de la zona no es a priori tan grande como algunos autores han señalado con insistencia. La realidad pudiera ser bien distinta, no podemos descartar la existencia de grupos de pobladores locales que permanecieron al frente de sus explotaciones aún con la llegada de los invasores. En contraposición con esta última idea es interesante resaltar un hecho que va a marcar la evolución socioeconómica del área de estudio avanzado el siglo XIII, en plena actividad repobladora y tras el hipotético asentamiento de pobladores, comienzan a proliferar noticias que apuntan hacia la despoblación y el abandono de tierras.

En segundo lugar, con este importante dato sobre la permanencia poblacional es fácil pensar en el alto grado de organización y ocupación del terrazgo. Las noticias al respecto también son interesantes. Esta previa organización facilitó a las entidades señoriales la conformación de sus dominios jurisdiccionales y a los pobladores continuar con el ritmo económico establecido con anterioridad. Aún así, las diferentes formas de ocupar y organizar el espacio dieron también diferentes resultados. Las estructuras socioeconómicas establecidas sufrieron evoluciones distintas reflejadas primero, en el contingente poblacional, independiente o no de su variante jurisdiccional, pero sobre todo contribuyeron en la creación de ciertos comportamientos sociales desiguales.

Repoblación y adquisición de la tierra.

La conquista de Mérida y Badajoz en 1230 rompió la estructura defensiva organizada por los musulmanes. La caída de las dos capitales más importantes del sector occidental de la frontera musulmana terminó por inclinar las fuerzas a favor de los cristianos. Prueba de ello es que los conquistadores sólo necesitaron 17 años para hacerse de un territorio de alrededor de los 41.000 Km. cuadrados. En ello participaron dos elementos para ser tenidos en cuenta, la debilidad de la población, acrecentada con las campañas de mediados del siglo XII, y de la estructura defensiva[1].

En la ocupación de esta extensa zona colaboraron continuadamente las órdenes militares muy activas en esta región desde la segunda mitad del siglo XII. Su intensa participación puede relacionarse con el relajamiento de la presencia real en la conquista de nuevos territorios. Cierto, las posibilidades de acceder directamente a las tierras de la rica Andalucía desviaron la atención de la Corona sobre otras a las que con anterioridad les había prestado especial atención. La única labor repobladora emprendida por la Corona en Badajoz fue la creación de la capital del mismo nombre y el concejo de Medellín. El reinado de Fernando III coincidió precisamente con la conquista del resto de lugares del valle del Guadiana y el acceso a Andalucía. Este monarca sólo estuvo presente en la conquista de algunos castillos, Medellín, Benquerencia, Capilla, es decir el sector más oriental y próximo a la Meseta, el sector centro y suroccidental quedó en manos de las órdenes de Santiago y Temple[2].

Los primeros lugares que la Orden de Santiago incorporó a sus dominios fueron Mérida y Montánchez. Ambos lugares se delimitaron rápidamente con respecto a sus vecinos y a su vez fueron dotados de fueros, Mérida lo recibió en 1235 y Montánchez sólo un año después. Esto no es más que el prolegómeno de lo que a partir de estas fechas va a ocurrir. En 1235 recibieron Hornachos, Alanje en 1243 y Reina en 1246 con lo que dibujaron gran parte de la primigenia estructura administrativa (Provincia de León). Alejada la frontera y fruto de la actividad repobladora centraron sus esfuerzos en la zona próxima a Sierra Morena, es aquí donde la Orden se hizo de lugares de la importancia de Montemolín en 1248, y fomentaron la repoblación de otros significativos como los de La Puebla (Puebla del Prior) en 1257, Segura de León y Puebla de la Reina en 1274, Usagre, y Llerena, este último se convertirá con posterioridad en el centro más importante de la Orden en el sector sur de sus dominios[3].

Son también conocidas las donaciones de lugares a la Orden de Alcántara que desde los primeros pasos de su asentamiento en esta zona rivalizaría con los Templarios por controlar el sector más oriental de la región, zona de predominio ganadero en la que el poblamiento existente era menor y estaba más localizado. Aunque la conformación de sus dominios en lo que se daría en llamar partido de la Serena tuvo unos inicios titubeantes, tras las adquisiciones de Zalamea, Magacela y Benquerencia entre 1240-1241, la situación se estabilizó. Con posterioridad recibieron los lugares de Alcocer, castillo que perderían a manos de Toledo en la misma centuria, Capilla, Garlitos, Siruela y Almorchón.

Por otra parte, el realengo representado en Badajoz, pues de Medellín no tenemos apenas noticias hasta finales de la Edad Media cuando se señorializa, mantuvo un ritmo de organización territorial a la par que el de las órdenes militares, aunque los resultados fueron distintos. Ocupada en 1230 y posiblemente dotada de fueros por la misma fecha, curiosamente las primeras noticias que tenemos de la puesta en marcha de la ciudad no arrancan hasta mediados de siglo, lo mismo ocurre con la creación de la diócesis. La primera delimitación de términos que conocemos de la ciudad data de 1253 y sólo se conoce gracias a las reiteradas intenciones del concejo de Sevilla por quedar claramente delimitadas las distintas zonas de expansión[4].

A partir de estas fechas el concejo pacense iniciaba la ardua labor de estimulación y repoblación del enorme término que le había sido adjudicado. El territorio aparece ya organizado a través del clásico modelo villa-aldeas en el que a su vez el espacio agrario también ha sufrido importantes cambios. Son mencionadas algunas aldeas/iglesias dependientes de la Seo cercana a la propia ciudad, y en especial los castillos ubicados en sus extremos de los que las órdenes del Temple y Santiago ya habían dado buena cuenta, a saber: Jerez de los Caballeros, Burguillos, Alconchel[5]. A pesar de las primeras desmembraciones realizadas en fechas tan tempranas el poblamiento del término adquirió claros visos de organización de modo que a mediados de siglo las referencias a lugares contrastan con las del posible repartimiento de heredades que los sesmeros de la ciudad habían realizado seguramente poco después de la conquista. Aún así, las noticias de una deficiente población proliferan en la documentación y se suceden durante los siglos XIII y XIV.

La conformación jurisdiccional. Primeros pasos en la organización del territorio.

A pesar de que la conquista y primeros intentos repobladores del valle del Guadiana se realizan unísonamente, es preciso señalar que tras esta aparente sincronía repobladora se esconde una realidad hasta cierto punto diferente. Los datos que se conservan apuntan claramente en esta dirección. No deja de ser sintomático que tras la conquista de los dos centros urbanos más importantes, Mérida y Badajoz, las noticias de la actividad repobladora, como las delimitaciones territoriales -primer paso para la efectividad de la autoridad señorial y del asentamiento poblacional- la dotación de fueros y otras circunstancias heredadas de la etapa inmediatamente anterior, correspondan por entero a las órdenes militares, especialmentela de Santiago. La primeras noticias datan de poco después de su adquisición, concretamente de 1230 y 1231[6], en ambos documentos se comprueba el interés de la Orden por clarificar la posesión del lugar y los derechos señoriales.

Para empezar hay que tener en cuenta una serie de elementos característicos de esta zona que la van a diferenciar de la cuenca del Tajo y en cierto modo marcará las pautas de un ritmo de crecimiento distinto. La presunta rapidez con la que se organiza el territorio viene dada por la intervención de determinados componentes que dibujan un paisaje inicial ciertamente interesante. El primero de ellos es el grado de organización territorial impreso por los musulmanes. A este respecto se han conservado numerosas noticias en los documentos que permiten afirmar, aunque no con toda la rotundidad que deseáramos, que gran parte de los límites establecidos entre las distintas villas y castillos fueron heredados directamente de los musulmanes, es decir, existía una clara predisposición por parte de los ocupantes al reaprovechamiento de la organización anterior válida a los efectos y necesidades ahora planteadas, que no respondía más que a los deseos de acelerar el asentamiento de pobladores y la explotación de la tierra. Podemos citar algunos caso, como el de Hornachos: “… dono vobis, & concedo villam que dicitur Fornachos cum montibus, fontibus, rivis, aquis, pratris, pascuis, vineis, terris cultis, & incultis, arboribus, & cum omnibus terminis suis, quos habeat tempore sarracenorum… ”, u otros más evidentes como el de Montemolín: “… con montes, con fuentes, con aguas, con prados, con rios, con pastos, con arboles, e con olivares, e con heredad de labor, e con montazgos, e con portazgos, e con todos los derechos que estos logares hovieron en tiempo de moros … ”[7].

La confirmación llega si recabamos información en las fuentes musulmanas en las que se contienen noticias sobre las zonas de Mérida y Badajoz como áreas de población regular y vida económica estable[8]. Sólo en esta zona se encontraban los núcleos más importantes del sector occidental de la frontera, y sólo en ellos el cúmulo de población y desarrollo podía conferirles ciertas funciones típicamente urbanas, entre ellas las de la organización del territorio[9]. Las noticias conservadas en crónicas y documentos apoyan seriamente la probabilidad de permanencia de cierta población original. Por citar algún ejemplo, en la Crónica General de Alfonso X se conserva un pasaje que referido a la zona de Badajoz trasluce lo que bien pudiera haber sido una constante en gran parte de los territorios ocupados en un periodo de tiempo tan breve: “… los moros que moraban y aún, veyendo creçer el poder de los cristianos et que ellos no podían allí fincar, a menos de perder quanto avían et los cuerpos, et con todo esto queriéndose ellos fincar en sus tierras et en sus logares, diéronse al rey don Fernando por bevir en paz et seer amparados, et fezieron sus posturas con él de los tributos et de los pechos que le diesen cada año, et reçibieronle por rey et por su sennor, et él a ellos por vasallos … ”[10].

Poseemos noticias de otra índole que apuntan en la misma dirección. Parece constatable la persistencia de la población musulmana y especialmente judía -mejor considerada por los cristianos-. Los datos sobre población judía son importantes ya en el siglo XIII. Se han conservado del reinado de Sancho IV algunos repartimientos de pechos realizados en las aljamas extremeñas entre las que destacan las relativas al antiguo reino de Badajoz. A través de ellas se conoce la existencia de importantes juderías en la propia ciudad de Badajoz, Mérida, Fregenal y Jerez de los Caballeros, además de las existentes en Medellín y Capilla[11].

Si tenemos en cuenta estas características añadidas al territorio pacense es fácil comprender la rapidez con la que se organiza durante el siglo XIII[12]. A poco de concluirse la conquista de los últimos reductos musulmanes, comienzan a realizarse las primeras delimitaciones de términos. Entre ellas se encuentran las establecidas con su rival en tierras pacenses, la Orden de Alcántara. La delimitación más importante es la que se realiza entre los lugares de Magacela, Hornachos, Reina y Benquerencia en 1240, luego se va a repetir en 1254[13], importante porque estaban demarcando claramente los límites de expansión de ambas órdenes. El siguiente establecimiento territorial se realizó entre las órdenes de Alcántara y el Temple por los lugares de Capilla, Almorchón y Benquerencia, sin lugar a dudas altamente conflictivo por la preeminencia de determinados intereses señoriales concretados en esta zona: los ricos pastos y la trashumancia ganadera[14]. Esta Orden señaló sus términos con el concejo de Medellín en 1259 y con el de Toledo por el lugar de Puebla de Alcocer en 1262[15]. En un segundo momento, correspondiente al último tercio del siglo XIII, las concreciones territoriales santiaguistas se ubicaron en la zona más alejada de la “capital” en estos momentos, Mérida. Son significativas las delimitaciones de lugares como Segura de León, villa vecina de los lugares de Montemolín y Reina incorporados a los dominios en la etapa de conquista, y Valencia del Ventoso en estos momentos perteneciente a los templarios[16].

Este movimiento territorial de cara a otras jurisdicciones competentes, responde lógicamente a un interés señorial por concretar las zonas en las que van a ejercer su poder, pero debemos señalar que esta concreción no se habría realizado si la orden careciera de determinados mecanismos de organización, por otro lado puestos muy pronto en práctica. A la par que se delimitaron jurisdicciones señoriales, como las vistas con otras homónimas militares, estos mismos lugares -dada la escasez del elemento urbano- sirvieron para concretar las unidades administrativas básicas: las encomiendas. La red de encomiendas comienza a gestarse de forma unísona a las delimitaciones territoriales de otra índole. Las primeras encomiendas aglutinadoras del poblamiento fueron aquellas que por su localización, emplazamiento, importancia de la población y del terrazgo agrario, se erigieron como sólidas candidatas. Estas características son observables con claridad ya a mediados del siglo XIII en lugares de la importancia de Montánchez, Mérida, Hornachos, Montemolín, Segura de León, Usagre, Llerena, casi todos ellos son detentadores de un elemento caracterizador y diferenciador del resto de lugares, todos poseían cartas de poblamiento y fueros que facilitaron el asentamiento de la población[17].

En el realengo, la organización del territorio presenta características distintas aunque comparta los mismos elementos citados. La existencia de un único centro político desde el que se va a organizar la vida del término, confiere un carácter local en el que su evolución terminará por mostrar las deficiencias en las que se verá inmerso. La repoblación de Badajoz no deja de ser llamativa si tenemos en cuenta ciertas fechas. Conquistada al unísono que Mérida fue dotada de un amplio territorio en el que las delimitaciones de términos locales y la pervivencia de cierta organización musulmana debieron contribuir, al igual que en la zona santiaguista, a acelerar el proceso de asentamiento de la población.

En cambio, las primeras noticias que poseemos no se registran hasta bien entrado el siglo XIII, concretamente a partir de 1255 y provenientes de las constituciones sinodiales de la iglesia pacense. A través de ellas se puede deducir que el grado de organización del territorio concejil parece elevado, se conservan noticias que apuntan lo dicho, especialmente en lo que se refiere al funcionamiento del concejo. En un documento de 1255, en el que el concejo de Badajoz hacía donación al obispo y cabildo de las villas de Uguela y Campomayor se señala la labor organizativa: “… que otrosi entregamos a la dicha nuestra eglesia el nuestro Resio, que diçen Valdesolaz, con todo el heredamiento, que yaçe y vago fuera de los moiones de los heredamientos partidos e moionados por nuestros sesmeros… ”[18].

Territorio y población. Rasgos evolutivos.

Tras este somero e ilustrativo panorama de repoblación y organización territorial se esconden realidades muy a tener en cuenta por cuanto ya desde mediados del siglo XIII marcan ciertas diferencias. El asentamiento de pobladores tras la organización territorial es un hecho ya constatado por otros estudiosos del tema, pero que conviene rastrear desde sus orígenes porque abriga el comienzo de ciertos comportamientos socioeconómicos que van a conferir un ritmo de desarrollo distinto en zonas en las que no son determinantes, por ejemplo, condicionantes de carácter físico, suelos, relieves, etc.

Tanto en el realengo como en los territorios de órdenes el asentamiento de la población es un hecho paralelo al de la conformación jurisdiccional y administrativa, es decir, al mismo tiempo que se delimitan los términos señoriales y concejiles se está procediendo a la fijación de los pobladores a la tierra. Este primer proceso por simple que parezca no es menos importante. Estamos hablando de dos formas de organizar el territorio. En el realengo la forma predominante es la que representa una determinada villa o ciudad a la que se convierte en cabeza política y desde la que se procede a la organización y explotación del territorio de ella dependiente; en el caso de las órdenes militares la fragmentación del territorio confiere un carácter que supera el ámbito estrictamente local del realengo[19]. La unidad básica que representa la encomienda imprime un ritmo de repoblación y crecimiento económico tan diverso como el número de éstas, un dato que puede confirmar la eficacia de este sistema de organización territorial es que en torno a 1260 los dominios santiaguistas están prácticamente consolidados y se conservan numerosas noticias sobre las primeras actividades roturadoras[20].

El asentamiento de la población en zonas fronterizas se realizó a través de una carta de población o fuero en el que se contenían los elementos necesarios para regular la vida socioeconómica y jurídica del lugar. La Orden de Santiago hizo uso efectivo de estos ordenamientos para asentar sus pobladores. Así, dio fueros a la villa de Montánchez, similar al de Cáceres en algunos de sus aspectos, Mérida, quizás el más importante por cuanto refleja la verdadera relación de la Orden con sus vasallos, Usagre, lugar al que se dio el fuero de Cáceres con las variantes necesarias que regulaban la gestión señorial, Llerena también usó el mismo fuero[21]; Segura de León y Puebla del Prior fueron dotados de cartas pueblas muy interesantes a pesar de la brevedad de sus contenidos, y Montemolín que gozó del fuero de Sevilla dado en 1282. Esta entrega de fueros se complementó con los continuos deseos de la orden de ver aumentar sus vasallos, para ello puso en marcha determinadas medidas, como la confirmada en 1275, por la que todos aquellos miembros de la Orden que lo desearan podían fundar pueblas y lugares.

En todos ellos podemos encontrar noticias referentes a las exenciones concedidas al conjunto de los pobladores que residan en algún lugar de la Orden, las exenciones se extienden por un periodo de diez años y se contemplan especialmente en lugares como Montemolín, lugar al que se le confirmó el fuero en 1311. Otro caso bien conocido es el fuero de Zalamea, en esta carta los pobladores venidos de otras partes que no fueran de sus propios territorios gozaban de la misma exención, otro tanto ocurre en lugares como Capilla[22]. De esta forma, y sin olvidar la existencia de suelos más aptos para la agricultura y otras prácticas económicas, como la ganadería, se puede entender no sólo la rápida organización territorial sino la creciente fijación de pobladores al suelo. La organización del terrazgo agrario en algunos lugares santiaguistas confirma en cierto sentido el éxito de las medidas tomadas.

Estas mismas condiciones -o quizás más ventajosas- fueron las que encontraron los pobladores que comenzaron su nueva andadura en tierras del concejo de Badajoz. Aunque las primeras noticias no arrancan hasta 1255, la organización del mismo se había estado realizando con cierta seguridad. La imagen que presenta Badajoz a mediados del siglo XIII es la de una nueva ciudad en plena actividad organizadora, en la que la pervivencia de antiguos pobladores y la llegada de otros nuevos permitió mantener viva cierta actividad económica como se demuestra a tenor de los numerosos lugares aldeas o pequeñas alquerías distribuidas por gran parte de su término[23].

Aunque las noticias sobre la concesión del fuero son confusas y sólo se ha conservado una pequeña parte de su articulado, es fácil imaginar que la carta foral debía ser similar a las otorgadas a otros concejos extremeños. El asentamiento de pobladores debió ser un hecho cierto incluso tenemos noticias de sus procedencias, llegaron de Béjar, Salamanca, Galicia, el Algarve, Plasencia y otros lugares. Pero es igual de factible pensar que gran parte de la población pacense distribuida por sus términos fueron los rescoldos de la anterior ocupación.

Al igual que en tierras santiaguistas el medio físico se presentaba idóneo para el rápido desarrollo de las actividades agrarias apoyado en la infraestructura dejada por los musulmanes[24]. Así, entre 1255-1256 y fechas posteriores la actuación de los sexmeros del concejo había culminado. La repartición de heredades, o al menos la delimitación de gran parte de ellas se había realizado, como así lo atestiguan algunos documentos de 1265 en el que Alfonso X confirmaba la partición de las heredades prohibiendo que pasasen a manos de órdenes[25].

Pero la realidad bien pudiera ser distinta. A pesar de que la imagen inicial que se desprende de estas noticias y otras muchas llegadas hasta nosotros, es la de una ciudad y tierra activa y paulatinamente poblada, las noticias sobre las dificultades para mantener la población llegan por partida doble. Por un lado, es posible que la llegada de pobladores cristianos se viera truncada en el último tercio del siglo XIII, entre otras cuestiones por la propia crisis demográfica del reino de Castilla y la conquista de Andalucía. Lo más importante es que esta escasa afluencia de población quizás se vio acompañada de un abandono de tierras por parte de aquellos pobladores víctimas del endurecimiento de las condiciones sociales.

En relación con este último aspecto, las dificultades para la repoblación de la ciudad y término de Badajoz vienen motivadas no sólo por la afluencia o marcha de la población, sino por la prevalencia de aspectos fundamentales ya señalados por otros autores: el inicio de ciertas transformaciones políticas generadas en el seno del concejo, órgano rector del amplio término, que con el consentimiento de la Corona tuvo su máxima expresión en un movimiento de apropiación de tierras por parte de determinados grupos. Esta cuestión nos remite irremediablemente a un tema de especial delicadeza como es el del régimen señorial de la propiedad de la tierra cuyos orígenes y diferencias pueden rastrearse desde la época de repoblación.

Para desarrollar este aspecto tenemos que revisar brevemente los distintos usos señoriales de repartición de la tierra reflejados en las cartas de poblamiento y fueros. Tanto en tierras de órdenes como en el realengo el asentamiento de la población era precedido de un repartimiento de la tierra en heredades a las que el poblador tenía acceso directo tras el consentimiento del concejo. El nuevo poblador de esta forma se convertía en propietario de la heredad que le tocara en suerte. Conocemos sólo un tanto de los repartimientos santiaguistas realizados, suponemos, según consta en el fuero dado a la villa de Mérida en 1235. Este se realizó en dos momentos uno primero en el que se entregaron tierras a todos aquellos venidos (o ya residentes), y otro que se realizaría conforme concurrieran nuevos contingentes. Una cuestión importante que no debemos dejar pasar es que las zonas de aprovechamiento comunal imprescindibles para el desarrollo de la vida campesina, la Orden se reservaba las dos terceras partes, aunque, también hay que señalarlo, esta apropiación señorial del territorio fuera a priori importante y decisivo en el desarrollo de la economía campesina, conforme crecía la población muchas de estas zonas reservadas por la mesa maestral fueron entregadas a petición de los concejos en beneficio y potenciación de las actividades económicas de los pobladores[26].

En el concejo de Badajoz debió ocurrir algo similar. La llegada de pobladores fue precedida de un repartimiento de la tierra. El asentamiento de los pobladores en sus respectivas heredades los convertía en propietarios de pleno derecho, aunque sujetos a ciertas condiciones que prefijaban la autoridad señorial sobre la tierra, estas heredades no se podían vender a gentes ajenas al concejo, es decir, órdenes militares o religiosos, lo cual parecía ser práctica frecuente a tenor de las noticias conservadas. Lo más interesante es que los espacios comunales quedaban sujetos al control de los concejos, espacios en los que los vecinos encontraban un complemento fundamental para sus delicadas economías.

Esta rápida panorámica del proceso de asentamiento y reparto de la tierra, nos es fundamental para entender el cambio que se había puesto en marcha. En la tierra realenga se produce una alteración en las estructuras iniciales que afecta no sólo a la consecución de heredades en propiedad sino al aprovechamiento de los espacios comunales. En general las dificultades para la población se agravaron tremendamente, traducidas no sólo en la incapacidad de aumentar sus efectivos sino en conservar los existentes, todo lo contrario de lo que ocurre en las tierras de órdenes militares en las que el crecimiento poblacional parece ser más lento -a pesar de que no se conservan suficientes noticias hasta el periodo bajomedieval- pero mucho más consistente[27].

La documentación conservada contiene numerosos ejemplos todos ellos muy interesantes porque dan luz a un asunto de la transcendencia del que se nos plantea. Las dificultades para repoblar la ciudad y el término de Badajoz se van a prolongar durante todo el siglo XIII y se agudizarán en el siglo siguiente. Efectivamente, en este problema de vacío poblacional no podemos olvidar un conjunto de elementos que contribuyen en la explicación del fenómeno. Por un lado, la cercanía de la frontera portuguesa, aún tierra de nadie no ofrecía expectativas demasiado halagüeñas para la población sobre todo si tenemos en cuenta los intereses de los portugueses sobre las tierras próximas al Guadiana; tampoco debió contribuir en la fijación de la población la competencia que encontraron con otros jurisdicciones en la lucha por la conquista y ocupación del espacio y los numerosos pleitos resultantes de esta actividad. Es posible que sin olvidar estas dos premisas la realidad que marca el problema de la tierra deba mirarse desde la perspectiva relacionada con el control al acceso de la propiedad de la tierra.

Las noticias sobre el problema de falta de tierras, la ocupación de espacios comunales y la huida de pobladores a otras jurisdicciones no sólo aparecen unidas sino que son abundantes si no olvidamos la temprana andadura por la que atravesaba la zona. La confirmación de este hecho la recogemos en 1277, fecha en la que según un documento otorgado por Alfonso X la gente huía a tierras de ordenes o al reino de Portugal lo que redundaba en un despoblamiento y desmejoramiento de la tierra: “… que se despoblaba la villa y el termino de Badajoz, que se iban los pobladores a Portugal y a las villas de las ordenes y a otras partes porque vos (los cogedores de los pechos) non les queredes guardar las cartas que les yo di al concejo y a los pobladores … ”. La situación no sólo debió continuar así, sino que se agravó a finales de la centuria, cuando Sancho IV ante las peticiones del concejo tuvo que mejorar las condiciones para el asentamiento de población prolongando las exenciones de pechos por periodos de diez años[28].

A primera vista, estos documentos encierran realidades duras y constantes a lo largo de los siglos medievales. Si al escaso número de simples campesinos no vinculados al oficio de la guerra le unimos la posibilidad de que ciertos sectores sí vinculados a ella comenzaron a conforman importantes patrimonios territoriales a costa de las heredades que habían quedado vacantes, tropezamos con la cuestión base del problema de la tierra íntimamente relacionada con el vacío poblacional en Badajoz. Aquí no podemos argumentar elementos de carácter físico porque en conjunto no son relevantes -además nos remitimos a las fuentes árabes ya citadas-, la explotación y organización del territorio fue puesta en marcha por los musulmanes y el número de pequeños asentamientos indican una realidad contraria.

Autores como José Luis Martín han señalado que el problema real de Badajoz y su despoblación es la falta de campesinos pecheros y sobre todo la dificultad de éstos para adquirir heredades en propiedad, y esto es plenamente cierto[29]. En un documento de mayo de 1277 se confirma lo que señalamos. Según se desprende determinados personajes consiguieron heredades de dos formas, la primera cuando “fue la villa parada”, es decir, conquistada y repartida, y la segunda a través de la compra ante lo que parece ser la imposibilidad de sus ocupantes de explotarlas. Pero el problema de la escasez no queda ahí. Otros puntos a tener en cuenta son las pretensiones mantenidas por estos grupos vinculados a la guerra hacia los espacios comunales o simplemente no ocupados. La usurpación de heredades vacantes y comunales redundaría primero en la conformación de amplias extensiones adehesadas dedicadas a las prácticas ganaderas[30], y segundo, y quizás más importante, es que la falta de tierras impedía la posibilidad de crecimiento de los campesinos pecheros que además vieron recortados sus derechos sobre los espacios comunales“… por tal punto que los encinales y los alcornocales y las riberas y las piedras para sus aceñas y las cartas tales ficasen y quitas para el concejo; y por razon de quellas cartas que las toman y les embargan todas estas cosas sobredichas y no les quieren dejar usar dellas asi como usaban antes… ”[31]. Sancho IV llamaba la atención sobre la posesión ilegal de heredades y posibles prácticas usurpadoras mandando hacer una pesquisa entre todos aquellos que habían conseguido mayor número de propiedades especialmente si eran compradas.

Por tanto, a la dificultad inicial del concejo de Badajoz por poblar la villa y término lógicamente por la escasa afluencia de población, hay que unirle las desfavorables condiciones que se generaron con el transcurso de los años para el asentamiento del campesinado en general. Este problema agravado en el siglo XIV debido a las guerras con Portugal y la Peste de mediados de siglo, infirieron un desarrollo peculiar al crecimiento de la zona así como potenciaron la práctica de ciertas actividades económicas propias del conjunto de la Transierra extremeña.

Por último, esta perentoria despoblación del término pacense explica una doble cuestión decisiva en su posterior desarrollo, por un lado el movimiento de apropiación de lugares por parte de las ordenes militares, especialmente de aquellos ubicados en la zona más alejada en la que la autoridad concejil era menor, esto es al sur y en torno a la ribera del Guadajira, tan favorable para el desarrollo de actividades agrarias; la segunda cuestión es la desmembración y señorialización de una parte del término a manos de personajes residentes tanto en la ciudad de Badajoz como personajes próximos a la corona.

Las usurpaciones de lugares por parte de la orden de Santiago coinciden precisamente con el aumento de las noticias sobre la despoblación del territorio. Primero fueron los castillos de la banda sur, próximos a Sierra Morena, zona de relativa despoblación y quizás de escaso interés para el concejo pacense. En un segundo momento de apropiaciones, los santiaguistas y templarios “… poblaron de nuevo a Olivença e a Taliga e a Villanueva et a los Santos et a la aldea de Don Febrero et a la Solana et a la aldea de los Cavalleros et al Çaraço en logares de nuestro termino que nos tomaron por fuerça… ”[32]. Poco después estos lugares fueron reintegrados a la tutela del concejo no sin numerosas controversias de índole jurisdiccional en especial las relacionadas con la autoridad diocesana que el obispo a través de sus delegados se apresuró a definir.

Otro momento interesante dentro de este proceso de desmembración del término de Badajoz es el que protagonizan los continuos beneficios y donaciones que los reyes, con el consentimiento del concejo o no, realizaron en tierras y lugares que se habían visto envueltos en las luchas de términos. Son bastantes los lugares enajenados al concejo que pasaron a manos de eclesiásticos y seglares. Las primeras donaciones conocidas son las que hicieron al obispo de Badajoz, tras consejo real, de los lugares de Uguela y Campomayor, a los que el obispo, pese a la despoblación de la ciudad donde residía, de inmediato dotó de fueros para fomentar su desarrollo. Luego le tocó el turno a Villalba (de los Barros) en la que Sancho IV donó seis caballerías de heredad a Vicente Godínez, poco después, en 1289, el mismo rey concedía a su camarero mayor Juan Mathé la merced de hacer villa su lugar de Villalba de don Falcón[33]. Las aldeas de Zafra, Falconera y los Santos se vieron envueltas en la misma disyuntiva. Tras los tremendos escándalos mantenidos con la orden de Santiago por la posesión de estos lugares, en 1290 y según nos informa un documento emitido por la cancillería real habían sido nuevamente enajenadas al concejo, ahora pertenecían a don Juan Alfonso de Alburquerque[34].

Conclusiones

Tras estas breves líneas sobre la repoblación del valle del Guadiana podemos destacar una serie de ideas fundamentales para entender en el posterior desarrollo de la zona. Primero debemos señalar que la ocupación es rápida si la comparamos con la realizada en la alta Extremadura, la persistencia de la línea de frontera condicionó fuertemente el poblamiento de la cuenca del Tajo. Por el contrario la ocupación de la actual provincia pacense fue mucho más rápida pero también de resultados desiguales a tenor de las noticias que señalan la existencia de una amplia labor roturadora y la persistencia de pobladores.

El sector occidental, correspondiente a la actual comarca de Los Montes estuvo prácticamente despoblada durante todo el siglo XIII, no debemos olvidar que gran arte de esta actual comarca constituían los extremos del concejo de Toledo y los intereses por poblar la zona no se dejaron ver claros hasta finales del siglo XIII. La Serena constituye un espacio a caballo entre la zona centro-occidental y la Comarca de los Montes, en ésta podemos observar la existencia de un poblamiento estrictamente militar reducido y muy localizado, aquí entran en juego determinados aspectos como la deficiente repoblación de la zona, cuestión nada ajena al resto de la región, pero sobre todo la prevalencia de intereses señoriales como la práctica extensiva de la ganadería.

De distinta forma se presenta el panorama para la citada área centro-occidental correspondiente a los dominios santiaguistas y al concejo de Badajoz. En origen ambos participan de las mismas ventajas: existencia de un espacio roturado y con ciertas dosis de organización, pero sobre todo cuentan con la persistencia de contingentes poblacionales de distinto signo. Partiendo de esta doble realidad la repoblación y paralela organización del territorio que imprimen las distintas entidades señoriales confieren desiguales ritmos de conformación y crecimiento. El rasgo más evidente de todos ellos no es sólo la rapidez con la que se organiza y compartimenta el territorio sino las facilidades dadas al conjunto de la población con la intención de fomentar su definitivo asentamiento. En otras palabras, los resultados exitosos o no de las medidas tomadas en el proceso de repoblación pueden medirse por la fijación de los pobladores al suelo.

Aquí es donde podemos encontrar ciertas diferencias achacables a una serie de cuestiones, primero y más evidente al distinto modo de organizar el territorio, la organización en encomiendas confiere cierta agilidad al ritmo de crecimiento que imponen los señores sobre su territorio, en el realengo hemos visto que las condiciones de desarrollo son distintas y no tan ventajosas como en un principio se ha pensado; segundo, a la distinta presión que ejerce el centro rector sobre el resto de su término, el excesivo alejamiento del centro y las condiciones de dependencia a las que se ven sujetas la mayoría de los lugares son decisivos; por último, a la especial política desarrollada por los señores y grupos de privilegiados en la apropiación del espacio fundamentalmente agrario en consonancia con el cúmulo de intereses opuestos a los de la mayoría de la población campesina.


NOTAS:

[1] Julián Clemente Ramos: “La Extremadura almohade (1142-1248). Organización defensiva y sociedad”, Anuario de Estudios Medievales, 23 (en prensa).

[2] José Luis del Pino y otros: Historia de la Baja Extremadura, Badajoz, 1986, pág. 686

[3] Daniel Rodríguez Blanco: La Orden de Santiago en Extremadura (siglos XIV-XV), Badajoz, 1985, pág. 60. Bernabé Chaves: Apuntamiento legal sobre el dominio solar que por expresas donaciones pertenecen a la orden militar de Santiago en todos sus pueblos, (reimp) Barcelona, 1974, págs. 38-39. Ya en el siglo XIII los términos jurisdiccionales de la Orden quedaron definitivamente establecidos.

[4] Manuel González Jiménez: Diplomatario Andaluz de Alfonso X, Sevilla, 1991, doc 80.

[5] Antonio Francisco Aguado de Córdoba: Bullarium Equestris Ordini S. Iacobi, Madrid, 1719, págs. 193-194.

[6] ibidem, págs. 32-33 y 148-149.

[7] Ibidem, págs. 163-164. Julio González: Reinado y diplomas de Fernando III, Córdoba, 1986, Vol. III, doc. 763.

[8] José Luis Martín Martín y Mª Dolores García Oliva: “Los tiempos medievales”, en Historia de Extremadura, Badajoz, 1985, pág. 254.

[9] Mª Ángeles Pérez: Fuentes árabes de Extremadura, Salamanca, 1992, pág. 37. “Parte del término de Badajoz yaze al poniente de Cordova. E la cibdat de Badajoz ha muchos terminos e muy buenos de sementeras, de los mejores que ha en Espana. E otrosy es muy conplida tierra de vinas e muchas, e ha la mejor tierra de crianças que omne sepa en ningunas tierras… ”.

[10] Alfonso X: Primera Crónica General, Edc. de Ramón Menéndez Pidal, Madrid, 1955, pág. 736. Miguel Ángel Ladero Quesada: Fiscalidad real en Castilla, Madrid, 1993. pág. 76. En las cuentas de los años señalados se alude genéricamente a comunidades mudéjares extremeñas, pero sin precisar la cuantía de su pecho: Badajoz, Moura, Serpa, Valencia, Hornachos, Magacela, Benquerencia y los otros lugares de las Órdenes. El Libro de 1292 se limita a señalar la cuantía del pecho de la aljama de los moros de Badajoz -100 mrs, de la moneda nueva- y a añadir varios más de comunidades mudéjares que no pechaban con anterioridad. La Orden de Alcántara alcanzaba un privilegio el 4 de octubre de 1285 en el que conseguía en beneficio propio la exención de pechos reales a los moros de Alcántara, Magacela y Benquerencia.

[11] Archivo Histórico Nacional, Sección Osuna, leg. 351-2.

[12] Señalado ya por Emilio Cabrera: “Del Tajo a Sierra Morena”, en Organización social del espacio en la España medieval. La Corona de Castilla, Barcelona, 1985, pág. 142. Aunque sólo apunta una remota posibilidad de permanencia de población. La existencia de grandes juderías distribuidas por el conjunto del territorio confirman lo que decimos, lo mismo podemos decir de la permanencia de comunidades mudéjares.

[13] Alonso de Torres y Tapia: Crónica de la Orden de Alcántara, Madrid, 1763, T.1, Vol. II, pág. 297; y 232-233.

[14] La importancia de los pastos de esta zona viene confirmada por la presencia de ganados trashumantes desde etapas anteriores, concretamente desde 1193. Ignacio José Ortega y Cotes: Bullarium de la Orden de Calatrava, Madrid, 1761, págs. 29-30.

[15] A.H.N., Secc. Osuna, carpeta 11, nº 10.

[16] Antonio F. Aguado de Córdoba: Bullarium de la Orden… ob. cit, pág. 266.

[17] El asentamiento de la población desde luego se llevó a efecto con cierta rapidez, tampoco debemos olvidar la existencia de importantes comunidades judías y mudéjares.

[18] Francisco Santos Coco: “Documentos del archivo catedral de Badajoz”, Revista de Estudios Extremeños, Badajoz, (1934), págs. 423-425.

[19] Ángel Bernal Estévez: “La historia medieval local: Metodología para la diversidad”, Fuentes y métodos para la historia local, Zamora, 1991, 81-87.

[20] Por ejemplo, podemos citar algunos casos como por ejemplo la villa de Llerena, este lugar aparecido en torno a 1241 no tenía apenas importancia, en el siglo siguiente se constituye como uno de los lugares más poblados e importante del sector meridional de la Orden. Muestras de las actividades roturadoras se conservan en la Puebla de Juan Fernández en el río Palomas, en cuya delimitación se observan conjuntos de campos y viñedos perfectamente organizados y deslindados.

[21] Establecimiento y leyes de la Orden de Santiago. Copilación de las leyes capitulares de la Orden de la Cavallería de Santiago del Spada, Madrid, 1605, pág. 125. “Otrosi, es nos dichos, y querellado, que en el fuero de Caceres, que se usa en la villa de Llerena y en otras villa y lugares de nuestra Orden … … ”

[22] A.H.N., secc. Osuna, leg. 172, nº 9.

[23] Véase mapa 1.

[24] Son numerosas las menciones de aceñas, huertas, molinos, canales y otros elementos que denotan la existencia de un espacio agrario altamente organizado. Ha sido señalado por Esteban Rodríguez Amaya: “La tierra en Badajoz desde 1230 a 1500”, Revista de Estudios Extremeños, Badajoz, (1952), pág. 26. José Luis Martín Martín: Los tiempos … ob. cit, pág. 305.

[25] Memorial Histórico Español, Madrid, 1861, doc. de 1265. Coincide en el tiempo aproximado de reparto con lo señalado por Antonio Floriano para la villa de Cáceres.

[26] Son numerosos los bienes comunales entregados a las distintas poblaciones, los bienes de propios no existen porque redundan en perjuicio del colectivo campesino, Daniel Rodríguez Blanco: La Orden de Santiago… , ob. cit, págs. 231-232.

[27] Sirva como dato orientativo el número de aldeas registradas en los siglos XIII y XIV. Mientras que Badajoz cuenta en el siglo XIII con 33 lugares, de los que 11 fueron señorializados y otros tantos despoblados, la Orden de Santiago sólo cuenta con los lugares cabeza de encomiendas, en total 20. En el siglo XIV para Badajoz sólo se recuentan 6 lugares mientras que en territorio santiaguista la cantidad de lugares es duplicada, en total 12.

[28] Tomás González: Colección de privilegios, franquezas, exenciones y fueros concedidos a varios pueblos y corporaciones de la Corona de Castilla, Madrid, 1829, T. VI, doc. 123. A.H.N., sección Códices, nº 1182b, Ascensio de Morales: Confirmación de privilegios de Badajoz. Copia autorizada de Instrumentos y Privilegios de la iglesia de Badajoz, Madrid, 1753-1754, “… por facer bien et mercet al conçeio de la ciudat de Badaioz et por se poblar mejor la villa et las aldeas del termino, mando que todos aquellos que y venieren poblar daqui adelante assi de Portugal como de tierra de las Ordenes commo de los otros logares que nos son mios posteros quesean escusados del da que se y fiçieren vezinos fasta en diez annos conplidos de todo pecho et de todo pedido et de todo servido et de toda ayuda et de martiniega et de ffonsado et de ffonsadera et de toda fazendera et de otro pecho qualquier … salvo de la moneda forera de siete en siete annos… ”.

[29] José Luis Martín Martín: Los tiempos … ob. cit, pág. 306.

[30] Francisco Santos Coco: “Documentos del … ”, art. cit., nº, (1929), pp. 262-263.

[31] Esteban Rodríguez Amaya: “La tierra en Badajoz … ”, art. cit, pág. 51

[32] ibidem, pág. 17.

[33] Real Academia de la Historia, Colección Salazar, M-5 fols. 24v, y 98v – 99r;

[34] Mercedes Gaibrois: Cuentas y gastos del rey Don Sancho de Castilla, Madrid, 1930, pág. 39-40.

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