Oct 012005
 

Félix Gutiérrez Rabaz.

img1

img2

 

img3

INTRODUCCIÓN

Durante el ciclo de invierno, Brozas celebra cada diecisiete de enero la festividad de San Antón Abad, Patrón de la Villa. Es normal que un pueblo agrícola y ganadero buscara en San Antón su patronazgo. Esto era una costumbre muy antigua en el mundo católico, era una manifestación de fe y ocasión de fiesta y holganza. Brozas por la extensión de su término municipal y la calidad de sus pastos, se erigió pronto en centro de la trashumancia, por ello podemos pensar que el origen de la fiesta se remontara al época de la Mesta. Se tienen noticias de la existencia de una Cofradía de San Antón en el siglo XVII (desaparecida, quizá, en el s. XIX con la Desamortización).

La fiesta tomó impulso con la llegada de don Julián, que implantó el torcido del cordón, las ofrendas, las carrozas, etc, y que después don Gregorio la consolidó.

Durante la fiesta las ceremonias principales que se realizan son: La bendición de los animales, consiguiendo simbólicamente quitarles el mal en general y protegerles contra las enfermedades, las ofrendas que le hacen al santo con productos derivados del cerdo, las donaciones de animales vivos y productos agrícolas, de esta manera por promesa o devoción tratan que sus animales o productos los protejan y se curen, y la danza o torcido del cordón.

Recrearemos la Fiesta de San Antón en la actualidad.

16 DE ENERO: LA VÍSPERA

Por la tarde se hace la última novena en honor a San Antón. Los cohetes van haciendo su aparición para anunciar que al día siguiente es la fiesta.

Una vez terminada la novena se procede a la bendición del ganado, donde los dueños con sus animales, sobre todo de compañía y mascotas se disponen para recibirla.

A continuación hombres y mujeres se preparan para portar al santo. La subida hasta la iglesia de Santa María es acompañada por fieles y devotos, de jinetes con sus caballos, de banda de música, de mujeres ataviadas con mantón de manila, y en ocasiones de gigantes y cabezudos.

Ya de vuelta en la explanada de la ermita se hace el reparto de fritos, bien con café o chocolate para todos los allí reunidos. Después de la degustación se procede a la apertura de la exposición en la casa del santo, cada año se dedica a una especialidad, tradición u oficio, permaneciendo abierta todo el día siguiente.

Una vez entrada la noche, en la zona de los caños (cercana a la ermita) y cuando se da la señal acústica, comienzan a arder las hogueras, siendo el espectáculo impresionante de luz y crujir de maderas. Hay que esperar a ver cual aguanta más tiempo en pie, y de esta manera entregar los premios.

17 DE ENERO: LA FIESTA

Por la mañana nos despierta el sonido de los cohetes, éstos avisan que hoy es el día grande de San Antón. Es hora de levantarse y preparar un desayuno consistente, se descuelga el “guardián de la matanza” (longaniza muy estrecha) se echa en la sartén y se acompaña de pan y un buen café.

La recogida de platos se hace en la ermita, comenzado temprano (antes de que empiece la misa) una o varias personas se encargan de la misma, según van llegando se toma nota del plato, de quien lo entrega y que precio tendrá de salida en la subasta. Los platos los ofrecen tanto danzantes como devotos.

Al mismo tiempo otra persona se encarga de recoger la chacina, los devotos entregan chorizos de lechón, longanizas y costilleros. Lo normal y según la tradición es entregar una pieza por cerdo sacrificado.

Sobre las once y media comienza el volteo de campanas anunciando que va a comenzar la misa en honor del santo, donde los danzantes son los protagonistas de la misma, encargándose de alguna parte de la misma, ofrendas, petición y lecturas. Una vez finalizada, comienza la procesión, el santo es portado por los danzantes o por devotos, también se dispone de un tractor engalanado para llevar a los danzantes. El recorrido es el mismo que la subida, discurriendo por la calle Santa María, Arzobispo Ordóñez, Plaza del Coso y explanada de San Antón.

A continuación los danzantes van cogiendo sus platos con los que hacer la ofrenda, la presentación se hace de cuatro en cuatro, coincidiendo con estrofas de la canción.

Acto seguido se coloca “el palo” en el centro del espacio destinado al baile y cada danzante va cogiendo la cinta que le corresponde. Al son de la música se comienzan a torcer el cordón, mientras se baila al compás poco a poco el palo va quedando cubierto por las cintas. Una vez torcido, se aguarda unos instantes bailando en el mismo lugar y se procede a destorcerlo, pero en sentido contrario. Una vez terminado, las cintas vuelven a su posición original. Es tradición que los danzantes se trasladen a la Fundación Condesa de la Encina (Asilo de Ancianos) para ofrecerles el baile a los residentes. Acto seguido se procede a la subasta de los platos ofrecidos, llevándoselo aquel que más “suba” su precio.

Al mediodía y concluida la subasta, la gente se desplaza hasta los bares para tomar los vinos, y un poco mas tarde, la comida, momento especial donde degustamos con familiares, amigos y conocidos las “coles con bobo”, consumidas en la mayoría de hogares y restaurantes de Brozas.

Las “coles con bobo” se prepara el día anterior, en una olla se ponen las coles, el “bobo” (estomago del cerdo que se llena de carne, costillas, huesos, rabos, etc.) tocino, chorizo y pizpierno. Se sirven primero las coles y después la chacina (mas conocida como la presa), se acompaña de vino de la zona o de la tierra. Para concluir esta copiosa y pesada comida, se endulza con unos fritos (coquillos) rebozados en azúcar o miel.

Por la tarde y casi sin hacer la digestión, en la explanada del santo se vuelve a torcer y destorcer el cordón. Seguidamente, se procede a la subasta de la chacina y a la rifa de los productos regalados al santo. El día grande de San Antón se cierra con una verbena popular en el local designado para ese año, de esta manera se mezcla la tradición, la costumbre, la religión y la fiesta.

LOS COMPONENTES

LA ERMITA

Situada en el barrio del mismo nombre que el Santo. El edificio es de mampostería blanqueada y remates de granito en las esquinas. Consta de una nave y tres tramos con presbiterio rectangular. Dos de ellos pueden corresponder al siglo XV, mientras que el otro y el presbiterio fueron añadidos en el siglo XVIII.

Tiene pórtico de entrada a los pies, con dos medios arcos carpaneles en los laterales y uno rebajado en el frente. La otra puerta se abre al costado, en el lado del Evangelio, con arco de medio punto de doble rosca y encuadrada en alfiz. Tiene espadaña a los pies, de mampostería y un cuerpo con arco de medio punto.

En su interior alberga las imágenes de San Francisco, San Blas, Santiago, El Cristo de Gracia y las de San Antón el Viejo y el Nuevo.

LA IMAGEN

La iconografía de San Antón se presenta con báculo en una mano, libro en la otra y cerdo a los pies (la relación entre el santo y los animales es conocida, y muy en especial con el ganado porcino), a veces con campanilla colgada del cuello o en la mano, datando la imagen de 1730.

San Antonio nació en Egipto (25?-356) ermitaño y uno de los primeros monjes de la cristiandad. Cuando era un acaudalado joven de 20 años quedó impresionado por la lectura del Evangelio durante una celebración Eucarística: «Si quieres ser perfecto, anda, vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo». Poco después vendía sus 150 yeguadas de tierra,repartió su herencia, dejó su casa y decidió darse por completo al Señor desapareciendo en la vasta soledad. Su vida pasó por un desierto, por un castillo y por último vio una montaña en la que al pie había una fuente abundante, allí construyó su última morada, cultivó su viña, regaba sus coles, hacía esteras, pasaba la noche en oración y cuando amanecía clamaba: “Oh sol, ¿por qué vienes a distraerme con tus rayos?

Pero él, que había huido de los hombres se encontraba la soledad poblada de demonios. Pasó su vida dando consejos a los que allí se acercaban: “A los que carecían de paciencia, les comparaba una bella fachada, pero saqueada por salteadores”. “A los avaros les decía que la vida del hombre es brevísima, comparada con los siglos que han de seguir”…

LA INDUMENTARIA

La indumentaria encierra gran interés por ser un aspecto importante para el conocimiento de cualquier comunidad. En esencia constituye un elemento vivo de la estética dominante, de las necesidades materiales, del sentido del pudor y de las formas de vida de cada época. Cualquier tipo de vestimenta va a estar influida por factores físicos, sociales, económicos, culturales, éticos e históricos.

El vestuario que el pueblo ha asumido como propio, con el que cada día de fiesta se engalana, tiene su raíz en la vida cotidiana de los siglos XVIII y XIX, utilizados en aquella época, por la clase media, media baja y baja. Con la llegada de la moda, y aunque solo se utiliza en las fiestas patronales o fechas puntuales, el vestuario ha sufrido grandes transformaciones.

EL VESTUARIO FEMENINO

El pololo, calzón de color blanco, de lienzo, hilo o algodón, ajustándose a la rodilla con un pasacintas y rematado con puntillas.

De lino, de lienzo, de hilo o de algodón blanco puede ser la enagua. Por la parte superior lleva unas alforzas y como remate tiras bordadas con pasacintas y puntilla de hilo.

De color blanco son las medias, pueden ser de lana o hilo, labradas o caladas.

La pieza que hace de blusa y chaquetilla se llama jubón. Está confeccionada en raso, terciopelo o satén, con botonadura central, puntillas o abalorios en cuello y puños.

El refajo, de paño, en diversos colores, los mas utilizados son el amarillo, el rojo, el verde y el granate, y los menos el blanco y el negro. Los más antiguos iban pintados en negro, con motivos florales, ahora con bordados de variados colores y formas, predominado las composiciones florales.

La faltriquera ( “faldiquera) pequeña bolsa que se ata a la cintura, con abertura central en la parte superior. La parte delantera va decorada con las iniciales de la dueña o algún elemento floral alrededor, puede ser de paño, raso o terciopelo negro, mientras que la trasera suele ser de otro color. Su función es la de guardar pertenencias.

El mandil de color negro, de raso o terciopelo, puede tener algún bordado en la parte inferior, cuando no tiene bordados se adorna con abalorios y se remata con puntilla.

La pieza de tul se coloca en el cuello, de forma cruzada en la delantera, con lo que se tapa el escote del jubón.

Por la mañana se coloca el pañuelo llamado de “cien colores” o “tres cenefas” muy vistoso por su colorido y sus dibujos.

El mantón es conocido por manila, se utiliza por la tarde, siendo la variedad muy amplia en cuanto a colorido.

El peinado más usual y popular es el moño de rosca, este se adorna con alfileres o peinas.

Para cubrir la cabeza se utiliza la mantilla o toca, confeccionada con telas ricas, terciopelos, rasos o satenes de color negro. El interior se forra de tela color rosa o celeste de esta manera se da claridad al rostro.

El cuello se adorna con la llamada gargantilla, existiendo gran variedad de modelos, siendo los antiguos los más vistosos.

Los pendientes mas utilizados son los llamados de herradura o de media luna.

Y por último se colocan los zapatos, lo normal es la utilización de tipo salón o de trabilla de color negro y en ocasiones el botín de cordones centrales.

EL VESTUARIO MASCULINO

La camisa de color blanco o rayas, de lino, algodón, lienzo o percal, con botonadura y cuello pequeño o tirilla.

De pana lisa, canutillo o paño negro es el calzón, se ajusta a la pierna por debajo de la rodilla con goma o botonadura lateral.

Las medias de color blanco, suelen ser de hilo o lana, lisas o poco caladas.

La faja en color negro o rojo (menos común) y rematada en flecos, se coloca alrededor de al cintura.

El chaleco, de color negro, el tejido es el mismo que el calzón, se abre en pico, con botones y con bolsillos.

La capa, no siempre utilizada al ser considerada pieza de lujo, esta es confeccionada en paño negro. Lo mas común era utilizar chaqueta de corte sastre y del mismo tejido que el calzón y el chaleco.

Para cubrir la cabeza se utiliza la boina de paño negro o el sombrero de fieltro negro, de ala redonda y rematado con cinta en el cincho.

Como complemento se utiliza el reloj de cadena, que se guarda en el pantalón o en el chaleco.

El calzado mas utilizado es el zapato de piel negra abotinado, la bota de media caña abotinada o con hebillas laterales.

LA COREOGRAFIA, LA DANZA Y LOS DANZANTES

La coreografía de la danza consiste en que un danzante alza la cinta y otro pasa por debajo, luego este la baja y pasa por debajo del otro que la tiene alzada, cada uno va en sentido contrario del que tiene al lado.

Se podría llegar a establecer diferencias entre baile y danza tradicional. El baile responde a una activad festiva, mientras que la danza, se compone y ordena ritualmente, necesita de una preparación y ordenación, que se somete a reglas fijas y es interpretada por danzantes preparados, siempre aliada a connotaciones religiosas y solemnizadoras de la vida del hombre y la comunidad, de ahí que sea, por lo común, la fiesta patronal de la localidad, donde el templo, la procesión y la danza se fundan en uno, de esta manera ágiles pies y brazos diseñen dibujos en el viento.

Según la tradición oral, el baile o torcido del cordón puede representar la danza del árbol “ya que los danzantes se colocan frente a un palo(el tronco) está apoyado en un soporte (las raíces) se remata con un ramo de flores (la copa) y de la parte superior del palo cuelgan cintas de colores que sujetan los danzantes (las ramas) bailan alrededor de él para dar gracias de los alimentos recibidos, de la buena cosecha obtenida, de la protección de los animales y por que no de la curación de los alimentos”.

Los danzantes, mas conocidos por los que tuercen o bailan el cordón. Lo ideal es que el grupo sea mixto y de similar edad, estando el número ideal entre catorce o dieciséis danzantes. Se disponen en círculo, cada uno sujeta la cinta que le corresponda, si el grupo es mixto se intercalan chico/chica/chico…

EL CANCIONERO

Bendición del ganado (Letra)

En esta villa de Brozas
de ilustre y noble abolengo,
brilla un sol que es nuestra fe,
creadora de un imperio.

Fe pura, santa, inmortal,
la que al solar extremeño
dio héroes como Pizarro
y el conquistador de Méjico.

La que nos dio a San Antón
por Patrón de nuestro pueblo,
La que ha llenado de luz
Al azul del firmamento.

La que en el día de hoy
hace brillar en el pecho
la llama del entusiasmo
y del amor más sincero.

Gloria a ti Santo bendito
en la tierra y en el cielo,
bendice a nuestro ganado
y protege a nuestro pueblo.

Ofrendas (Letra)

Son estas nuestras ofrendas
símbolo de devoción,
porque en ella va encerrada
la mayor prueba de amor.

Con gran alegría
todos obsequiamos
a este santo nuestro
que es justo y bueno.

A este santo nuestro
que es nuestro Patrón
gloria y alabanza
a nuestro señor.

Eres tú, Santo bendito,
sol de divina alegría,
que iluminas con tus rayos
los albores de este día.

Hay un lucero en el cielo
que brilla con gran fulgor,
es este Santo bendito,
el glorioso San Antón.

El glorioso San Antón
quiere ser siempre brocense
porque en este pueblo tiene
brocensitas que le obsequien.

Es una alegría santa,
es un gozo singular,
el corazón de este pueblo
le hace alegre palpitar.

Todo corazón brocense
que se precie de cristiano,
debe venir este día
para honrar a nuestro Santo.

Y aquí todos reunidos
elevan una oración,
pidiéndole a nuestro Santo
que nos dé su bendición.

Bendice a los labradores
y a sus campos de labor,
para que ellos te veneren
como a su Santo Patrón.

Y a los que con sus corceles
hoy desfilan ante ti
que sientan siempre en sus almas
la alegría de vivir.

Y estas jóvenes devotas,
que hoy te ciñen (tuercen) el cordón,
esperan que desde el cielo,
le otorgues tu bendición.

Ofrendas (Música)

img4

Torcido (Letra)

Con gran júbilo y contento
hoy torcemos el cordón
en honor a nuestro Santo
el glorioso San Antón.

Esta mañana temprano,
antes de salir el sol,
los pajaritos cantaban
en honor de San Antón.

Los vecinos de este pueblo,
devotos todos del Santo,
se despertaron también
con el trino de sus cantos.

La luz blanca y nacarina,
del alba cuando nacía,
canta también luciéndole
las primicias de este día.

El toque de las campanas,
con su alegre repicar,
fue la invitación del cielo
a fiesta tan singular.

Que lenguas de bronce fueron
la más ferviente oración
que brotó de nuestro pueblo
en honor de San Antón.

Todo es gozo y alegría
todo placer y contento
nuestros cantos y plegarias
forman hermoso concierto.

Este concierto sublime
que se llama Fe y amor,
es la piedad de este pueblo
de gloriosa tradición.

Nuestros gloriosos abuelos
levantaron esta Ermita
como estrella y como faro
de las noches de la vida.

Por eso todos gozosos
festejamos este día,
expresando e nuestros cantos
nuestra más pura alegría.

Destorcido

El cordón ya está torcido
al glorioso San Antón,
ahora, para destorcerlo,
pedimos tu bendición.

(se repite desde)
Esta mañana temprano,
………………………………..

Torcido (Música)

img5

Bibliografía

  • AA.VV. El folklore extremeño. Raices. Tomo I. Badajoz 1995.
  • Rubio Rojas, Antonio. Rutas Cacereñas. La de las Chimeneas. Madrid 1980.
  • Archivo. Revista Cultural Aldehuela. Brozas (Cáceres)
  • Delegación Diocesana de Medios de Comunicación Social. El Santoral. San Antonio Abad. Burgos 1980.
  • Página Web. Sembrar Digital.
  • Inventario del Patrimonio Artístico de España. Cáceres y su Provincia.
  • Marcos Arévalo, Javier. Los Animales en los Rituales Festivos.
  • Pascasio Martín Vicho. Partituras. Brozas (Cáceres).
Oct 012005
 

José María González-Haba y Guisado.

Es mi intento sacar s la superficie de 2005, cuarto centenario de la publicación de la primera parte del genial QUIJOTE y de ciento cincuenta de la declaración como dogma de fe que MARÍA fue concebida sin mancha alguna. Dos realidades inseparables y muy a tener en cuenta en el ser y en el vivir de CERVANTES»

La devoción mariana de CERVANTES está engastada en el corazón de nuestro genio que utilizó de su pluma para difundirla y vive en la esencia peregrina por los senderos del mundo.

A su lado, el recuerdo s nuestra tierra, con singulares citas a Guadalupe y Trujillo. Evocaciones a amistades, su pensamiento, etc etc. que serán objetos de mi escribir,

EL CARIÑO DE CERVANTES A MARÍA.

Si deseas conocerle, lee detenidamente su obra y atiende al testimonio de cuantos le trataron.

La raíz documental brota luego de una gravísima acusación frente a CERVANTES, en un expediente que es dirigido por Fray JUAN GIL y e1 Notario Apostólico de Argel PEDRO DE RIVERA.

En sus folios vas a ver declarar a sus compañeros de Lepanto, de la Goleta y de Túnez, camaradas de esclavitud que confirman cinco años de cautividad, que vivió siempre como católico y fiel cristiano, confesándose y comulgando en el tiempo en que estos lo usan, su ofrecimiento para tratar con renegados y volverles al redil. Se ocupaba muchas veces, dice el Sacerdote ANTONIO DE SOSA, «en componer versos en alabanza de NUESTRO SEÑOR y de su BENDITA MADRE y del SANTÍSIMO SACRAMENTO, y otras cosas santas y devotas, algunas de las cuales comunicó particularmente conmigo y se las envió para que las viese…»

Se cuenta también, que en el baño de AZAN BAJA un espacioso aposento en el que se amontonaban, a veces, centenares de cautivos, y en el que aparecía un altarcito «para que los Sacerdotes dijesen Misa, sin más imagen que un escapulario o una estampa. Los cautivos se anunciaban unos a otros para cumplir sus obligaciones y comunicarse entre ellos.

Datos que se confirman por su compañero HAEDO, y tomo de ASTRANA MARÍN («Vida ejemplar y heroica de MIGUEL DE CERVANTES», 1951, Tomo III, Pág.10 y ss.)

Al lado de todo, «la nobleza de CERVANTES, que su responsabilidad asume y la de otros para liberarles de castigos».

P. NAVARRO LEDESMA («El ingenioso hidalgo MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA», 1960, pag. 123 y 125), -con la penetración y finura que le tipifican, en frase de JULIÁN MARÍAS («CERVANTES, clave española»,1990, pag. 205), luego de recordar lo terminado de escribir, sus conversaciones con el Dr. BECERRA y el mártir Fray JORGE DEL OLIVAR, destacan la influencia de las cárceles argelinas en el ánimo de MIGUEL, ya que crearon en él una devoción varonil y profunda, una adhesión honda en la vida cristiana que no la tuvo en su militar como soldado. Nada le inspiraba tanto como la VIRGEN MARÍA. Poetas puede que le superasen en calidad técnica, pero ninguno en amar a la REINA DE LOS CIELOS.

CERVANTES Y EL AVE MARÍA

CERVANTES conocía ser esta oración la más bella, tras el PADRE NUESTRO. Cada una de sus palabras encierra un latido del corazón y un piropo de los labios al ser más bello de la creación que automáticamente asume, -Quiso ser un nuevo Arcángel GABRIEL, con su boca presta a rezarla.

Repito algunos requiebros:

De El trato de Argel:
«Lo que te ruego, alma mía,
pues el verte se me impide,
es que nunca se te olvide,
rezar el AVE MARÍA».
 (pag 45)

De Los baños de Argel:
«Tengo yo el AVE MARÍA
clavada en el corazón,
y es la estrella que me guía
en este mar de aflicción
al puerto de la alegría».
«Acude al AVE MARÍA;
verás que fuerza que tiene…»
 (pag. 99)

La influencia del AVE MARÍA, en él mundo musulmán la destaco desde una nota de F. RICO en su QUIJOTE (1998, Volumen II. pag. 589), y es así:

«El AVE MARÍA, con la supresión de MADRE DE DIOS, que se atribuye al Papa VIRGILIO, era reconocido y recitado por los musulmanes como complementario y explanación del Corán… subraya en varias veces la veneración de los musulmanes por la VIRGEN…»

CERVANTES Y EL MISTERIO DE LA INMACULADA

Se ha dicho y escrito que España madrugó para cantar la gloria de la REINA DE LOS CIELOS, especialmente en el privilegio de su INMACULADA CONCEPCIÓN. Yo voy a ir más lejos. Creo no durmió hasta conseguir la proclamaci6n dogmática. Conocer y saber que en ELLA hizo DIOS maravilla, me llevan a tal decisión.

DIOS la distinguió con un amor por encima de todas las criaturas, «con una plenitud de cantidad e inocencia que, de DIOS abajo, no se puede entender mayor, y que fuera de DIOS, ninguna inteligencia puede calcular» dice la Bula definitoria del Papa Pío IX.

El momento de poder alabar a MARÍA, se remonta al instante de la predestinación, antes del tiempo. Así lo proclama CERVANTES en el PERSILES, y lo cantó de tal manera, porque lo sentía en el alma y en el corazón lo llevaba.

La disputa sobre el dogma de la INMACULADA concepción, encerró un doble matiz. Uno interno, que arde en los arcanos, en la intimidad de cada uno. Otro, teológico, desde las posiciones vividas en el Siglo XVII, con sus respuestas positivas y negativas, entre ellas las del pueblo.

Un mal día un predicador, sermoneó que MARÍA no gozó de tal privilegio en su concepción. El pueblo se enfureció y sé manifestó en este decir:

«Aunque le pese a MOLINA
y a los frayles de REGINA,
al prior y al provincial
y al padre de los anteojos,
sacados tenga los ojos,
él colgado de un peral,
fue MARÍA concebida
sin pecado original».

La reacci6n fue tan fuerte que llega hasta Roma, dando lugar a un Breve del pontífice Paulo V, (l6l7), que prohíbe la doctrina opuesta a la INMACULADA CONCEPCIÓN.

En este punto no puedo menos que destacar la conducta de las Universidades españolas. Año de 1617. Es elegido Rector de la Universidad hispalense, D. FRANCISCO DE FONTANILLA GIL, y se conviene que todos los graduados habían de jurar y defender, en toda ocasión la CONCEPCIÓN SIN MANCHA DE LA VIRGEN MARÍA. E igual, las de Granada, Alcalá, Santiago y Toledo.

l6l8. Lo prometen las de Baeza, Úbeda y Salamanca. En esta con tres opiniones en contra tres dominicos.

l6l9. Universidad de Huesca y Oñate.

¿Y CERVANTES? Había dejado de existir sobre la tierra, pero en ella había germinado la semilla de su querer y su defensa de la INMACULADA.

ALBERTO NAVARRO («El QUIJOTE español del Siglo XVII» 1964, pag. 263,) habla de esta manera: «interesante resulta que al entrar Don QUIJOTE, nuevamente en la vida de su, época fue para intervenir en visos y auténticos problemas religiosos, mostrándose defensor del palpitante y querido dogma de la INMACULADA… Aun cuando salga ridículamente armado, aparece sosteniendo seriamente la alta y noble causa antes citada, en medio del regocijo y simpatía general.»

He aquí unas muestras:

Universidad de Sevilla. Tras su estandarte, aparece Don QUIXOTE, con esta letra escrita en una tapadera de tinaja:

«Soy Don QUIXOTE el manchego,
que aunque nacido en la Mancha,
hoy defiendo a la SIN MANCHA».

Luego su escudero, y estos versos en la espalda

«Caballeros, esso mesmo
defiendo desde mi rucio,
Y del pecado abrenuncio.»

Tras los dos como final, caballeros armados de adargas y lanzas y esta letrilla:

«Hoy se deshace un gran tuerto
porque la caballería
dice que no hay mancha en MARÍA.»

Universidad de Baeza; Don QUIJOTE, luce dos motes. Uno:

«Del Toboso DON QUIJOTE
ha venido en un solo trote
a probar que es cosa llana
que de la primera manzana
MARÍA no pagó escote».

«Hoy olvida a DULCINEA
el de la Triste Figura,
por la que es VIDA y DULZURA».

Universidad de Utrera. Don QUIJOTE, porta esta letra:

«Todo el mundo hay por cierto,
que yo, DON QUIJOTE sabio
por desfacer este agravio
y enderezar este entuerto».

«A mi me toca SANCHO, el defendella
pues soy su caballero y voto hice
de defender su virginal pureza».

(Notas extraídas de F. RODRÍGUEZ MARÍN» Estudios cervantinos» 1947, Págs. 115 y ss., ALBERTO NAVARRO, lugar citado y A. RIVAS HERNÁNDEZ -Lecturas del QUIJOTE «, 1998, pag. 71 y Stes – L. ASTRANA MARÍN, en obra citada. Tomo VI, Volumen II 1958, pgs. 479.)

Dejo discurrir el tiempo y llego a 1893, donde el querer de la INMACULADA en CERVANTES, brilla siglos más tarde en el escribir de BENIGNO PALLOL. En 1895, en su obra «Interpretación del QUIJOTE dice así: «Sólo una mujer ha tenido el privilegio de parir sin macula, siendo único resquicio por donde ha entrado la luz del cielo, en el mundo sin mezclarse con las impurezas terrestres…» Datos que tomo de la obra «Lecturas del QUIJOTE»

Maravillosas son las palabras cervantinas en e1 Rufián dichoso, que pronuncia Fray CRISTÓBAL DE LA CRUZ:

…»a la PURA,
sacrosanta, rica y bella,
que fue madre y fue doncella,
crisol de nuestra ventura;» (pag, 424)

Así aconteció en nuestro Trujillo, con la TODA PULCRA, LA SIN MANCHA, la PURÍSIMA.

Un día hablé así: «Piedras de Trujillo, que en 1555, elevasteis el Convento de la PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN. Granito de este pueblo que en 1570 fuiste convertido en el convento de SANTA MARÍA DE LA CONCEPCIÓN JERÓNIMA, con tu Virgen de piedra y que con tus Hijas marchaste a TU nueva sede. Piedras de la Lanchuela que cobijaste bajo el nombre de SANTA MARÍA DE LA CONCEPCIÓN un hospitalillo. Piedras que os conferisteis en VIRGEN DE la INMACULADA, para encerrarse en, una hornacina del Hospital allá en la Plazuela de los Descalzos…

Y el agradecimiento acá, no del pueblo a MARÏA, sino de ELLA al pueblo, cuando en la época de la exclaustración, todos los religiosos fueron expulsados, sólo aquellas recogidas bajo el nombre de la INMACULADA, fueron respetadas. MARÍA así premió a su MISTERIO. (J. Mª GONZÁLEZ-HABA Y GUISADO.«Trujillo, sinfonía en piedra a MARÍA». Comarca, nº 131, de abril de 1994.)

Y los ecos de los juramentos de nuestros concejales que tiene lugar ante la INMACULADA, con el que Corregidores y Regidores prometen defender tal misterio con la ofrenda de su sangre. Así lo recoge D. JUAN TENA FERNÁNDEZ («Trujillo, histórico y monumental» 1967, pag. 251):

«…véanse aquellos libros capitulares en cuyo primer folio Campea la laude AVE MARÍA PURÍSIMA» y los juramentos de todos sus representantes»

CERVANTES PEREGRINO MARIANO

CERVANTES, por ser hombre, homo viator, nace peregrino, y lo fue hasta el instante de morir. Peregrino, símbolo del hombre cristiano mientras vive sobre la tierra.

Tan ello es verdad, que el epitafio de Don FRANCISCO DE URBINA A CERVANTES, dice así:

«Caminante, el peregrino
CERVANTES aquí se encierra,
su cuerpo cubre la tierra,
no su nombre, que es divino…»

Este caminar-peregrino-romero se ve reflejado en los escritos cervantinos como incesante cantilena. Como si su destino fuere visitar Santuarios de MARÍA.

RODRÍGUEZ MARÍN («EL QUIJOTE», 1916, Tomo IV, pag. 457), cita a PERO JUAN DE VILLUGA, con estas expresiones: «Asímesmo puedan visitar las seys casas angelicales de NUESTRA SEÑORA… por donde quiera que andeys, NUESTRA SEÑORA DE MONSERRATE, a NUESTRA SEÑORA DEL PILLAR (sic) de Zaragoza, a NUESTRA SEÑORA DEL SAGRARIO de Toledo, o NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE y a NUESTRA SEÑORA de FRANCIA y a NUESTRA SEÑORA LABLANCA en Burgos…»

Vamos a introducirnos en Los trabajos de PERSILES y SIGISMUNDA, dejando en principio a Guadalupe, que merece por extremeña un análisis especial.

De Trujillo salieron los peregrinos, a Talavera, donde se preparaban las fiestas de la Monda, esto es las de la VIRGEN DEL PRADO, en su ermita, que a juicio de FELIPE II era la reina de las ermitas,

Pero siguieron adelante (pag. 312), sin satisfacer sus deseos. Quien esto escribe, un día se acercó a ELLA, donde leí estas impresionantes palabras escritas en un azulejo, que jamás olvidaré:

«Si deseas convertir,
tus penas en alegría,
no te olvides pecador
de saludar a MARÍA».

¡Qué fácil es ser alegre al lado de la MADRE!

Seis leguas habían caminado desde Talavera, cuando vieron a una peregrina sola, a la que interrogan cuál era su peregrinación.

Su respuesta: Voy a la gran Ciudad de Toledo a visitar la devota imagen de la VIRGEN DEL SAGRARIO, Patrona de la capital castellana, (pag.314)

Valdivieso dice de esta imagen es la primera imagen de MARÍA, adorada en el mundo. («Guía para visitar los Santuarios marianos de Castilla-La Mancha», 1995, pag. 313).

Más tarde, el destino de la peregrina era acudir a las entrañas de Sierra Morena, en las fiestas de la VIRGEN DE LA CABEZA, el último domingo de Abril, y de cuya imagen hay un cuadro muy bello en el palacio de Madrid (pag. 314)

Pasaron por Aranjuez, cuya vista por ser tiempo de primavera, en un mismo punto les puso la admiración y la alegría, sierras de agua, admiraron el concierto de jardines y la diversidad de flores.

Seguidamente pasan a Ocaña, y desde allí a Quintanar de la Orden, donde visitan a NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA y «se les alegró el alma.»

Llegan a Valencia, en la cual no quisieron entrar, siguiendo la derrota del peregrinaje, y cuando salen de Villareal de los Infantes, encuentran une zagala que les dejó admirados con esta pregunta: «¿Señores, pedirlos he o darlos he?» (pag. 360)

Más adelante, nos dirá CERVANTES, de MONSERRAT, antes de llegar a Barcelona,» al ver de lejos las santísimas montañas…que adoraron con devoción cristiana sin querer subir a elles, por no detenerse» (pag. 360).

G. SEVILLA ARROYO y A. REY HAZAS («Los trabajos de PERSILES Y SIGISMUNDA» 1999, XXXV) ponen de relieve que el hecho de no entrar en Monserrat fue a causa de haberlo hecho con anterioridad el peregrino de LOPE DE VEGA, y El PERSILES pretendía competir con la novela del FÉNIX.

Llegan a Barcelona y desde ahí a Roma.

DE QTRAS VISITAS O PEREGRINACIONES A LA VIRGEN EN LA OBRA DE CERVANTES.

Valgan estos recuerdos;

En La Gitanilla, se describe el impresionante lugar del Monasterio de la VIRGEN DE LA PEÑA DE FRANCIA. COVARRUBIAS («Tesoro de la lengua castellana o española» 1987, pag. 860) dice que la Peña de Francia es «una sierra entre Salamanca y Ciudad Rodrigo, donde cerca de los años 1490 se halló una imagen muy devota de NUESTRA SEÑORA, y en el mismo lugar se edificó una iglesia y se fundó un Monasterio de Frayles dominicos». El padre MARIANA fija el descubrimiento en 1409.

PRECIOSA, el delicioso personaje de La Gitanilla (pgs. 64/65) un día, ante la imagen de SANTA ANA, que existía en la desaparecida iglesia madrileña de SANTA MARÍA, entonó estos versos

«…madre de una HIJA
en quien quiso y pudo
DIOS mostrar grandezas
sobre el humano curso».

En otra ocasión, (pag. 70) cantó nuevamente, y de su texto entresaco estas estrofas:

«A la imagen de le vida,
a la del cielo SEÑORA,
a la que por ser humilde
las estrellas puso agora,
a la MADRE y VIRGEN junto,
a la HIJA y a la ESPOSA de DIOS…»

GONZÁLEZ DE AMEZUA Y MAYO («CERVANTES creador de la novela corta española», 1952, pag. 122) dice:

Que CERVANTES frecuentaba el Monasterio de la VIRGEN DE ATOCHA, en Madrid para visitar y venerar su famosa imagen, y lo recoge en la Adjunta elViaje al parnaso (pag.290).

N. ALONSO CORTES («Casos cervantinos que tocan a Valladolid», 1917) recoge la devoción a la VIRGEN DE SAN LLÓRENTE, citada en El casamiento engañoso (pag. 200).

En RINCONETE y CORTADILLO se encuentran estas palabras:

«RINCÓN, al entrar en una sala baja, en casa del Señor MONIPODIO, ve en la pared frontera una imagen de NUESTRA SEÑORA» (pag, 209).

En otro lugar se nomina a la VIRGEN DE LAS AGUAS que estaba ubicada en la iglesia parroquial de SAN SALVADOR (pag.219).

En El Licenciado VIDRIERA, se cuenta que éste visitó la casa de la VIRGEN DE LORETO

Los autores discuten si el visitante fue o no CERVANTES. ASTRANA Y MARÍN («Vida ejemplar y heroica de MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA», 1949, Tomo II, pgs.221 y 222) piensa que si bien tal novela esta plena de recuerdos autográficos este dato no es de aplicar a CERVANTES, ni tampoco que llevase e1 Libro «Recuerdos de NUESTRA SEÑORA», o devocionario de las horas de la VIRGEN. En sentido opuesto, esto de la asistencia de MIGUEL, sirva la cita de F. MEREGALLI («Introducción a CERVANTES», 1992, psg, 14).

La ilustre fregona recoge el recuerdo del desaparecido Monasterio de NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN

En el patio de la casa donde trabajaba CONSTANCIA, en una de sus paredes existía una imagen de NUESTRA SEÑORA, ante la cual se persignaba, santiguaba y hacía una reverencia, (pag.156)

A tal devota joven se la describe literalmente así: Ella, lo primero y principal, es devotísima de NUESTRA SEÑORA; confiesa y comulga cada mes. (pag.189).

En EL PERSILES, la bárbara RICLA, cuenta que ANTONIO, a la par que le enseñaba el español lo hacía con la ley católica. Detalla los principios de esta religión -que son los del CREDO tridentino. Al llegar a MARÍA, la siempre VIRGEN la denomina «REINA DE LOS CIELOS y de los ANGELES y NUESTRO TESORO DEL PADRE, RELICARIO DEL HIJO y AMOR DEL ESPÍRITU SANTO, amparo y refugio de pecadores» (pag. 82).

PEREGRINACIÓN A GUADALUPE Y LA PRESENCIA DE TRUJILLO.

Volvemos al PERSILES. La llegada de los «peregrinos peregrinantes» a Portugal, fue para diez días, tras los cuales se pusieron en camino de Castilla. Hasta llegar a Badajoz donde estuvieron tres días. Todo para llegar a Guadalupe, visitar a MARÍA de tal nombre.

De esta VIRGEN diré, como M. MUÑOZ DE SAN PEDRO (Extremadura, «La tierra en que nacían los dioses», 1961, pag. 525 ) que «SAN LUCAS talló la venerada imagen …oposando para él la propia VIRGEN MARÍA, antes de su glorioso tránsito; que la escultura fue a Roma donde hizo el milagro de cortar una epidemia, en tiempos del Papa SAN GREGORIO, quien la envió luego al Arzobispo de Sevilla SAN LEANDRO; que al huir los cristianos de la invasión sarracena, trajeron consigo la imagen , y la enterraron… que entre los años 1312 y 1322 a GIL CORDERO vecino de Cáceres, que apacentaba sus vacas en estos parajes y aparecióse la VIRGEN anunciándole ser aquí enterrada aquella imagen suya, la cual encontraron el Concejo y el Clero cacereños, comenzando desde entonces a recibir culto en una pequeña ermita, cerca de un riachuelo llamado Guadalupe.»

ALFONSO XI, se encomendó a esta milagrosa VIRGEN, el día 29~10-1540, fecha de la batalla del Salado. Desde entonces Guadalupe va a ser el foco mariano español a la patrona de Extremadura y a la REINA DE LA HISPANIDAD.

Doy la palabra a CERVANTES, para que él nos lleva de su mano al eje del tema:

«Apenas hubieron puesto los pies los devotos peregrinos en una de las entradas que guían al valle que forman y cierran altísimas tierras de Guadalupe, cuando con cada paso que daban, nacían en sus corazones nuevas ocasiones de admirarse; pero allí llegó la admiración a su punto cuando vieron el grande y suntuoso monasterio, cuyas murallas encierran la santísima imagen, otra vez que es libertad de los cautivos, lima de los hierros y alivio de sus pasiones; la santísima imagen, que es salud de las enfermedades, consuelo de los afligidos, madre de los huérfanos y reparo de las desgracias. Entraron en su templo y donde pensaron asilar por sus paredes pendientes por adorno, las púrpuras de Tiro, los damascos de Siria, los brocados de Milán, hallaron en lugar suyo las muletas que dejaron los cojos, los ojos de cera que dejaron los ciegos. brazos que colgaron los mancos, mortajas que se desnudaron los muertos, todos después de haber caído en el suelo de las miserias, ya vivos, ya sanos ye libres y ya contentos merced a 1a larga misericordia de la MADRE DE LAS MISERICORDIAS, que en aquél pequeño lugar hace campear a su benditísimo HIJO con el escuadrón de sus infinitas misericordias.

De tal manera hizo aprehensión estos milagrosos adornos en los corazones de los devotos peregrinos, que volvieron los ojos a todos los lados del templo, y les parecía venir volando por el aire los cautivos envueltos en sus cadenas, a colgarlas de las santas murallas, y a los enfermos arrastrar sus muletas, y a los muertos mortajas, buscando lugar donde ponerlas, porque ya en el sacro templo no cabían; tan grande es la suma que las paredes ocupan»(pag.305)

Aquí, hago un inciso, con esta interrogante ¿Estuvo CERVANTES en Guadalupe?

CERVANTES no inventa, refleja lo que antes vio, maravillas desde su genial pluma y de su portentosa memoria. He aquí un muestrario de testimonios:

La serie de detalles que entrega en su peregrinaje por Extremadura obligan a pensar con tintes de certeza, que estuvo en estos lugares en su regreso de Portugal en fechas anteriores.

El conjunto de precisiones que recoge de Trujillo, de personas y cargos no tienen otro destino que el estar preñadas sus obras, dice V. BARRANTES, precisas para completar la historia de Extremadura, a lo que me permito añadir para la vida de CERVANTES.

GONZÁLEZ DE AMEZUA y MAYO («CERVANTES creador de la novela corta española», 1952, pag, 25, nota 44) trae al recuerdo como F. RODRÍGUEZ MARÍN le manifestó que es muy posible que CERVANTES hubiere actuado en estas tierras como Comisario de Abastos.

Extremadura fue el escenario de paso para la obra La Gitanilla, y así lo afirma nuestro escritor.

J. A. CABEZAS («CERVANTES, del mito al hombre», 1967 pag. 448), repite ser autógrafas las descripciones de Lisboa, del Mesón de Badajoz, de Trujillo donde son agasajados por los PIZARROS Y ORELLANAS, del Santuario de Guadalupe, de su obra en el PERSILES.

J. TENA FERNANDEZ («Trujillo histórico y monumental», 1967 pag. 21), de manera literal dice; «MIGUEL DE CERVANTES DE SAAVEDRA estuvo en Trujillo…Quería informarse del matrimonio de su hija ISABEL CERVANTES DE SAAVEDRA con FRANCISCO SANZ DEL ÁGUILA, según unos, y al parecer de otros, cuando en 1582 caminaba de Portugal a Madrid. Se hospedó en el palacio de Don JUAN PIZARRO DE ORELLANA. A su estancia en Trujillo se refiere lo que CERVANTES cuenta en su obra póstuma…»

El P. CARLOS C. VILLACAMPA («Grandeza de Guadalupe», 1924) sostiene la visita, al igual que opinan V. BARRANTES, M. MUÑOZ DE SAN PEDRO («Extremadura. La tierra en que nacían los dioses», 1961, pag. 362) afirma tal estancia.

M. GALIANA NUÑEZ («Guía turística de TRUJILLO y Vida de PIZARRO», 1994, pag. 78), afirma la llegada a Guadalupe «a dejar las cadenas de cuando estuvo preso en Argel…había hecho una promesa s la VIRGEN DE GUADALUPE».

En nuestro criterio, la descripción literal hecha hace unos instantes es la solución positiva.

Terminado el inciso, sigamos la exposición.

Asombrados los peregrinos, no se hartaban de mirar lo que veían, ni de admirar lo que imaginaban: «y así, con devotas y cristianas muestras, hincados de rodillas, se pusieron s adorar a DIOS SACRAMENTADO y a suplicar a su SANTÍSIMA MADRE».

L. M. HERRAN («Mariología poética española», 1988, pag. 911), califica la categoría moral, humana y devota de MARÍA, de CERVANTES, así: «Ni un teólogo describiría con mayor exactitud el «iter» de una auténtica devoción que sabe escalonar la adoración al SANTÍSIMO SACRAMENTO, la petición a su MADRE a la que por atención a su imagen atendiera a sus demandas».

Anteriormente el tantas veces nominado GONZÁLEZ DE AMEZUA y MAYO (Obra Citada, pag. 115). Comentando las palabras de CERVANTES transcritas abre estas interrogantes: ¿Cabe decir más? ¿Puede hallarse prueba más patente y conmovedora de la fe profunda de CERVANTES y de su sincera religiosidad?

La categoría impresionante de la cultura mariana de CERVANTES, el brotar espontáneo de un cariño a MARÍA, el agradecimiento a lo que su ayuda fue, su amparo y esperanza me obligan a recoger literalmente esta obra maestra que llevan en sí el corazón de CERVANTES, y que sus versos entregó en su totalidad FELICIANA DE LA VOZ, pero que fue interrumpida en su interpretación, cuando llevaba entonadas cuatro estancias. Es así:

«Antes que de la mente eterna fuera
saliesen los espíritus alados,
y antes que la veloz o tarda esfera
tuviese movimientos señalados,
y antes que aquella oscuridad primera
los cabellos del sol viese dorados,
fabricó para sí DIOS una casa
de santísima, limpia y pura masa.

Los altos y fortísimos cimientos,
sobre humildad profunda se fundaron;
y mientras más a la humildad atentos,
más la fábrica regia levantaron.

Pasó la tierra, pasó el mar; los vientos
atrás como mas bajo se quedaron;
el fuego pasa, y con igual fortuna
debajo de sus pies tiene la luna,

Doy fe son los pilares, de esperanza,
los muros de esta fábrica bendita
ciñe la caridad por quien se alcanza
duración como DIOS, siempre infinita;
su recreo se aumenta en su templanza,
su prudencia, los grados facilita
del bien que ha de gozar, por la grandeza
de su mucha justicia y fortaleza.

Adornan este alcázar soberano
profundos pozos, perennales fuentes,
huertos cerrados cuyo fruto sano
es bendición y gloria de las gentes;
están a la siniestra y diestra mano
cipreses altos, palmas eminentes,
altos cedros, clarísimos espejos
que dan lumbre de gracia cerca y lejos.

El cinamomo, el plátano y la rosa
de Jericó se halla en sus jardines,
que aquella color, y aún más hermosa,
de los más abrasados querubines.

Del pecado la sombra tenebrosa,
ni llega, ni se acerca a sus confines;
todo es luz, todo es gloria, todo es cielo,
este edificio que hoy se muestra al suelo.

De SALOMÓN el templo se nos muestra
Hoy, con la perfección a DIOS posible,
donde no se oyó golpe que la diestra
mano diese a la obra convenible;
hoy, haciendo de si gloriosa muestra,
salió del sol inaccesible; la luz del
hoy nuevo resplandor ha dado al día
la clarísima estrella de MARÍA.

Antes que el sol, la estrella hoy da su lumbre;
prodigiosa señal, pero tan buena,
que sin guardar de agujeros la costumbre,
deja el alma de gozo y bienes llena.

Hoy la humildad se vio puesta en la cumbre;
hoy empezó a romperse la cadena
del hierro antiguo, y sale al mundo aquella
prudentísima ESTER, que el sol más bella.

Niña de DIOS, por nuestro bien nacida;
tierna, pero ten fuerte, que la frente,
en soberbia maldad enfurecida,
quebrantasteis de la infernal serpiente.

Brinco de DIOS, de nuestra muerte vida,
pues VOS fuisteis el medio conveniente,
que redujo a pacífica concordia
de DIOS y el hombre la mortal discordia.

La justicia y la paz hoy se han juntado
en VOS, VIRGEN SANTÍSIMA, y con gusto
e1 dulce beso de la paz se han dado,
arra y señal del venidero AUGUSTO.

Del claro amanecer, del sol sagrado
sois la primera autora; sois del justo
gloria; del pecador, firme esperanza;
de la borrasca antigua, la bonanza,
sois la paloma que al eterno fuiste
llegada desde el cielo, sois la esposa
que el sacro VERBO limpia carne distes,
por quien ADÁN la culpa fue dichosa;

Sois el brazo de DIOS, que detuviste,
de ABRAHAM la cuchilla rigurosa,
y para el sacrificio verdadero
nos distes el mansísimo cordero.

Creced, hermosa planta, y dad el fruto
presto en sazón, por quien el alma espera
cambiar en ropa rozagante el luto,
que la gran culpa le vistió primera.

De aquel inmenso y general tributo
la paga conveniente y verdadera
en VOS se ha de fraguar: creed, SEÑORA,
que sois universal remediadora.

Ya en las empíreas sacrosantas salas
el paraninfo aligero se apresta,
o casi mueve las doradas alas,
para venir con la embajada honesta;

Que el olor de virtud que de Tí exhalas,
VIRGEN bendita, sirva de recuesta,
y apremio, a que se vea en Tí muy presto
del gran poder de DIOS echado el resto».

Una síntesis poética, con imágenes y signos escriturísticos del ser y misión de MARÍA en el misterio de CRISTO y su obra.

Prescindiendo de otros aspectos, dice L. Mª HERRAN («Mariología poética española», 1988, pag. 95) nos fijamos sólo en esa anterioridad al tiempo en el que el poeta contempla la obra maestra de DIOS; MARÍA, SU MADRE.

Vamos a la derrota del viaje Badajoz-Guadalupe, en el que aparecen dos episodios: La historia de FELICIANA DE LA VOZ, que hemos ya nombrado y el episodio de Don DIEGO PARRACES.

Telegráficamente, son así:

Un caballero se acerca a los peregrinos y les entrega un recién nacido, advirtiendo no ser aún bautizado, para que sea llevado a unos amigos de Cáceres. Más tarde aparece la madre y tras ella el padre de ésta y un hermano con el fin de matar a la mujer. Por último aparece el padre de la criatura que fue quien lo trajo y entregó. ¿Razón de la persecución?, la negativa a casarse la madre con el elegido por la familia.

La otra historia sucede de esta manera; una noche, mientras duermen los peregrinos, son despertados por la llegada de un joven 53″ que solo tiene tiempo de exclamar: ¡DIOS sea conmigo! y llevaba el pecho atravesado a traición.

Escenas estas, dice CASALDUERO («Sentido y figura de los trabajos de PERSILES Y SIGISMUNDA», 1975, pags. 147} que tienen como fin, «un misterio de suspensión y al mismo tiempo un gran dinamismo que sirve para realzar el dramatismo de la vida, el dramatismo del nacimiento, de la llegada al mundo». La búsqueda de un interés sin que decaiga en ningún momento la llegada al Monasterio.

«El muerto quedó muerto», el delito sin castigo, y la libertad de los apresados por tal causa.

El caso de FELICIANA, termina ya, dentro del Santuario. Mientras ella canta, es interrumpida por sus fa miliares, pero protegida por la VIRGEN, esta resuelve el problema y así el amante va a borre su error y la felicidad impera entre todos.

CERVANTES Y TRUJILLQ

Las amistades a las que ha de entregarse el niño eran los caballeros trujillanos «D. FRANCISCO PIZARRO y el otro D. JUAN DE ORELLANA; ambos mozos, ambos ricos, ambos libres y ambos en todo extremo», dice ASTRANA MARÍN («Historia ejemplar y heroica De MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA», 1958,Tomo II, Volum. II pags. 431 y 432). De buen número de documentos consta que D. JUAN DE ORELLANA y segundo apellido PIZARRO y D. FRANCISCO PIZARRO, eran hermanos, hijos de D. FERNANDO DE ORELLANA (vecino y regidor de Trujillo en 1607) y de Dª FRANCISCA PIZARRO. ORELLANAS Y PIZARROS habían emparentado en Trujillo, donde ejercía el cargo de Alférez Mayor D. JUAN PIZARRO y era Regidor D. PEDRO DE ORELLANA BEJARANO, Señor de la Villa de Orellana de la Sierra, que tenía por hermano a D. FRANCISCO FERNANDO DE CERVANTES y DE LA CERDA, uno y otro deudos de D. DIEGO PIZARRO DE HINOJOSA.

De este parentesco de los PIZARROS y ORELLÁNAS con los CERVANTES de Extremadura, se induce que MIGUEL DE CERVANTES debió tener con ellos conocimiento y relación amistosa, y noveló sucesos reales de los mismos. Así AVALLE-ARCE (PERSILES. pag. 288), afirma ser la historia del recién nacido real. rodeada del velo de la ficción y añade que existió tal relación citando el parentesco de los CERVANTES GAETE trujillanos, con MIGUEL DE CERVANTES. Cita un documento de 16-2-1608, donde, redactado en Madrid, aparecen Don GASPAR DE GAETE, vecino de Trujillo, firmando una fianza en la que daban testimonio Don JUAN PIZARRO, Don FELIZ ARIAS y MIGUEL DE CERVANTES.

La estancia de CERVANTES en Trujillo, dice J. TENA FERNANDEZ («Trujillo histórico y monumental«, 1967, pag. 21) de manera literal; «MIGUEL DE CERVANTES DE SAAVEDRA, estuvo en Trujillo…Quería informarse del matrimonio de su hija ISABEL CERVANTES DE SAAVEDRA con FRAECISCO SANZ DEL ÁGUILA, según unos, y al parecer de otros, cuando en 1582 caminaba de Portugal a Madrid. Se hospedó en el palacio de Don JUAN PIZARRO DE ORELLANA». Estancia a la que se refiere EL PERSILES.

EL EPISODIO DEL CAUTIVO

Quiero destacar aquí, la referencia constante a MARÍA, reflejo y eco de la devoción y amor de CERVANTES y a la vez su hondo agradecimiento por su libertad luego del largo cautiverio sufrido.

Estamos ante uno de esos injertos literarios que hace nuestro genio en su obra capital, que ha sido objeto de interesantísimos análisis, el último de los que conozco es el de ARTURO PEREZ-REVERTE («Galeras, puertos y corsarios», como capítulo de la obra «La ciencia y EL QUIJOTE», 2005, pag. 40), y donde es calificado como» novela marinera».

A nosotros nos interesa otro aire, el que destaca FRANCISCO AYALA («CERVANTES y QUEVEDO», 1974, pag. 70) y en donde se lee que la vuelta del cautivo a su casa «es un hermosísimo himno mariano, expresión de una fe abierta y combatiente…»

En el Cap. XXXVII de la 1ª parte del QUIJOTE, pag. 747, en una venta, entra un pasajero, al parecer cristiano llegado de tierra mora, que tira de un burro en el que monta una mujer, de rostro cubierto. Al preguntarle quién es ella, quien la conduce afirma que se llama ZORAIDA. A esto ella, contesta enérgicamente: «No, no ZORAIDA; MARÍA, MARÍA, ZORAIDA, macange, que quiere decir no».

La verdadera historia comienza en el Cap XL.

Era ZORAIDA una mujer preciosa, hija del jefe moro AGÍ MORATO. En su casa ventanas hay que dan el patio donde permanecían los Cautivos.

Desde allí conoció a un cautivo al que envió dinero dos veces, la última acompañada de una carta. Le dice que no ha conocido caballero como él. Que siendo niña, una esclava cristiana de su padre le enseño muchas cosas de LELA MARIEN, con el encargo que fuera a tierras cristianas para verla y que la quería mucho. Ruega al cautivo que la lleve allí y sea su marido. Y si no quisiera casarse, ELLA, le daría con quien contraer matrimonio. La despedida es con estas palabras: Que LELA y ALA te cuiden.

La respuesta fue de esta guisa: Que ALA te guarde, señora mía y que LELA MARIEN, verdadera MADRE de DIOS también. Si ELLA te ha puesto en el corazón tal ida a tierras cristianas, es porque te quiere bien.

Hazme entender como poner tal deseo en acción. Haremos lo posible para que todo salga bien, hasta morir. Si quieres ser mi mujer, lo prometo como buen cristiano. ALA y MARIEN, su MADRE sean tu guarda. (I-XL/703).

Hay una segunda carta de ZORAIDA: Yo no se como dar órdenes de que nos vamos a España, ni LELA MARIEM me lo ha dicho, aunque yo se lo pregunté. Si no serás mi marido, pediré a MARIEN que te castigue. (I-XL/793).

Tras una serie de sucesos que no son de este interés, un día llegan a Vélez-Málaga, y entran en una Iglesia, para dar gracias a DIOS por la liberación, y así como ZORAIDA entró «dijo que allí había rostros que se parecían a los de LELA MARIEN».(I-XLI/822 y 823).

Los comentarios a este episodio han dividido a los comentaristas.

Los expongo brevemente:

WILLAN B. GARCÍA («Algo más sobre el episodio del cautivo», Anales Cerv. 1973 Tomo XII, pag. 120), ve como centro del episodio el amor, más la motivación capital son las ansias de conversión al cristianismo, cosa imposible en Argel. MARÍA CATERINA RUTA («ZORAIDA, los signos del silencio en un personaje cervantino» Anales cerv. 19 83, pags. 128 y 129), dice que en ZORAIDA arde el deseo de hacerse cristiana y que está enamorada del prisionero.

Respecto a la atracción hacia el cautivo, en las dos cartas insiste en su condición de caballero y su calidad. Más el castigo pesará sobre él si se negare a ser su marido, porque lo pediré a LELA MARIEN, lo cual es un signo de la vanidad de ZORAIDA.

MEREGALLI («De los tratos de Argel y Los baños de Argel», en Libro homenaje al profesor CASALDUERO, 1972, pag, 405, es más fuerte el deseo del amor que el de conversión.

MONET, Citado por MORÓN ARROYO, admite el amor, más niega la motivación religiosa.

MÁRQUEZ VILLANUEVA («Personajes y temas del QUIJOTE», 1975, pag. 116), ZORAIDA es una taimada que no se enamora del cautivo. Ve en el proyecto de boda como un negocio: La mora es fría y calculadora.

PERCAS PONSETI («CERVANTES y su concepto del arte», 1975, pag. 117, ve que ZORAIDA es una aventurera, más impulsiva que sensitiva y sin las mas elementales nociones de la moral cristiana.

Finalmente C. MORÓN ARROYO («Para entender el QUIJOTE 2005», pag 128), y con él comulgamos, ZORAIDA se enamoró del caballero aunque él no ha podido verla aún. Se enamora de su alma cristiana y de la hermosura de como ella se describe.

El cautivo lo dice de manera explícita: «por haberme hecho el cielo compañero de ZORAIDA, me parece que ninguna otra suerte me pudiera venir, por buena que fuera, que más la estimaría. La paciencia con que ZORAIDA lleva las incomodidades de la pobreza lleva consigo y el deseo que muestra tener de verse ya cristiana… me admira y me mueve a servirla todo el tiempo de mi vida». (I-XLI/824).

Desde luego el amor al cautivo cristiano está sometido a la transformación religiosa, pero eso no es extraño: «un amor cristiano lo supedita todo a la voluntad de DIOS» (pag.129).

La decisión de bautizarse y vivir como cristiana lo siente como una obligación, por haber aprendido esto al haber sido educada en el cristianismo. Y además de por la esclava, ésta se la había aparecido apoyándola para su marcha a tierras de cristianos a ver a LELA MARIEN, la VIRGEN MARÍA que la quiere mucho.

«Plega a ALA, padre mío que LELA MARIEN, que ha sido la causa de que yo sea cristiana, ELLA te consuele en tu tristeza» (I-XLI/816) por la marcha de su hija.

Este relato que he realizado, no es nada más que la conversión en novela de la representación teatral de Los baños de Argel, respondiendo a una realidad, de los versos finales de la Comedia:

«No de la imaginación,
que este trato se sacó,
que la verdad lo fraguó,
bien lexos de la ficción»
.

Con su carne CERVANTES hace literatura, quizá para que lo escrito sea siempre suyo.

Esta trascripción de la realidad en palabras es reconocida de consuno por la mayoría de la doctrina, y así OLIVER ASÍN, RODRÍGUEZ MARÍN, ASTRANA Y MARÍN…

Deliciosas manifestaciones cervantinas deseo extraer de otras obras suyas, de valor irremplazable para conocer y saber cosas de CERVANTES.

EL TRATO DE ARGEL

Cronológicamente esta es la primera de las comedias cervantinas, donde el cautivo SAAVEDRA es un trasunto de su autor y viene a ser, en palabras de MEREG-ALLI («Introducción a CERVANTES», 1992, pags. 39, 40 y 85) «un fuerte componente de devoción católica, especialmente del culto mariano».

Es también una manera de saldar CERVANTES su deuda con los Sacerdotes católicos dedicados al rescate de cautivos y testimonio vivo de su existencia.

El final de la obra recoge un paralelismo al episodio del cautivo, y el entonar un himno con la llegada de Fray JUAN GIL.

«Vuelve, VIRGEN SANTÍSIMA MARÍA,
tus ojos que dan luz y gloria al Cielo,
a los tristes que lloran noche y día
y riegan con sus lagrimas el suelo».
 (Pag.174)

Al llegar aquí nos encontramos con dos textos que recogemos (tomados de las Obras completas de CERVANTES, Aguilar 1992, pags.167 y 168) así:

«REINA de las alturas celestiales,
MADRE y MADRE DE DIOS,
VIRGEN Y MADRE,
espanto de las furias infernales,

MADRE y ESPOSA de TU mismo PADRE,
remedio universal de nuestros males».

El otro texto ya recogido, al que añadimos estos versos:

«VIRGEN BENDITA que del PADRE ETERNO
fuiste escogida para dar el FRUTO
que quebrantó las puertas del infierno
y del primer pecado quitó el luto»
. (Pag.174)

Socórrenos, BENDITA VIRGEN PÍA…
REINA de las alturas celestiales,
MADRE y MADRE DE DIOS; VIRGEN y MADRE…
MADRE Y ESPOSA DE tu MISMO PADRE;…

En VOS, VIRGEN DULCÍSIMA MARÍA,
Entre DIOS y los hombres MEDIANERA…
VIRGEN entre las Vírgenes primera;
en VOS, VIRGEN y MADRE…

O estas palabras lindísimas:

«… es que nunca se te olvida
rezar el AVE MARÍA….»
 (pag. 45)

LOS BAÑOS DE ARGEL

Recoge un episodio paralelo a los anteriores, con una evasión, y feliz término y el durísimo recuerdo de España, recogido en estas expresiones: «cual cara eres».

Si en el caso del cautivo este era el Capitán RÚIZ PÉREZ DE BIEDMA, acá es Don LOPE, SORAIDA, en ZAHARA. De esta obra se ha escrito que es un intento de rivalizar con LOPE DE VEGA.

Se recuerdan oraciones a DIOS, a MARÍA, el AVE MARÍA y la SALVE.

«¡Válgame SANTA MARÍA!
Esa SEÑORA es aquella
que ha de ser mi luz y estrella
en el mar de mi agonía».
 (pag.121)

«Ya veo, LELA MARÍA,
como en mis remedios andas».
 (pag.128)

«…júrame por MARIEM.
¡Juro por la VIRGEN PURA;
y por su HIJO también…»
 (pag.151)

LA GRAN SULTANA.

Acá hay un dato distintivo capital, en la historia de Doña CONSTANTINA DE OVIEDO, llegada a Constantinopla cautiva que enamora al Sultán AMURATES III.

Estos son los versos dedicados a MARÍA:

«VIRGEN, que el sol más bella;
MADRE DE DIOS, ¡que es toda tu alabanza;
del mar del mundo estrella,
por quien el alma alcanza
a ver de sus borrascas la bonanza!

En mi aflicción te invoco,
advierte, oh, GRAN SEÑORA!, que me anego
pues ya en las sirtes todo
del desvalido y ciego
temor, a quien el alma entrego.

La voluntad que es mía
y la puedo guardar, esa os ofrezco,
SANTÍSIMA MARÍA;
Mirad que desfallezco;
dadme SEÑORA, el bien que no merezco».
 (pag.85)

EL RUFIÁN DICHOSO

Dice J. A. CABEZAS («CERVANTES, del mito al hombre», 1967, pag. 406) que es obra inspirada en un hecho real: la vida azarosa del estudiante, pícaro y rufián sevillano CRISTÓBAL DE LUGO cuyas picardías, antes de su arrepentimiento fueron famosas.

Antes de la conversión, era devoto de la oración y de las almas en penitencia.

«Y, aunque peco de ordinario,
pienso y ello será así
dar buena cuenta de mí,
por las de aqueste Rosario».

La personalidad de CRISTÓBAL se desarrolla de manera ascendente. Así un amigo le dice:

«O se es rufián o se es santo;
mira lo que más te agrada.»
 (pag.99).

Reflexiona, y decide hacerse dominico.

«VIRGEN, que MADRE DE DIOS
fuiste por los pecadores;
ya os llaman los salteadores;
oídlos SEÑORA, VOS.»
 (pag.100)

En México toma el hábito de dominico con el nombre de Fray CRISTÓBAL DE LA CRUZ.

Su vida asombra por la observancia de las reglas y por el rigor de sus penitencias.

Un día, una mujer a punto de morir rehúsa la confesión. Fray CRISTÓBAL acude a su lado y consigue con ella este pacto: a cambio de los pecados de la enferma, el dominico ofrece todos los merecimientos de su vida religiosa, poniendo como testigos fiadores a CRISTO y a su MADRE (pag. 141).

La enferma muere confesada. Es que, como dice CERVANTES, «no hay arnés que se iguale al del Rosario». (pag. 172).

Como dice PATRICIA VARAS («El rufián dichoso; una comedia de Santos, diferente» Anales Cer. 1991, pag. 9 y ss), es una composición única en CERVANTES. Y a ello es de unir la presencia de personajes reales, cual TELLO DE SANDOVAL, y ficticios, como LAGARTIJA.

EL CABALLERO DEL VERDE GABAN

Uno de los personajes que más dudas han creado entre los cervantistas del QUIJOTE, es este Caballero, Don DIEGO DE MIRANDA.

La primera es la de su identidad» Así lo plantea G. MALDONÁDO PALMERO («¿Quien es quien en el QUIJOTE?», 2004, pag.109). Nuestro problema es muy limitado a la autodefinición que se hace cuando sienta que «soy devoto de NUESTRA SEÑORA y confío siempre en la infinita misericordia de DIOS NUESTRO SEÑOR» (II-XVI/259).

GONZÁLEZ DE AMEZUA («CERVANTES creador»… pag. 109) entiende ser ésta una expresión del propio CERVANTES, puesta en boca de su personaje.

G. MORÓN ARROYO («Para entender el QUIJOTE» pag. 162), califica a Don DIEGO como un «dechado de buen católico seglar, según los mandamientos y consejos tradicionales de la religión católica.»

EL PENSAMIENTO DE CERVANTES

Dijo AZORIN, y acertó, («Lecturas españolas» 1912) que «un autor clásico es un autor que siempre se está formando. No han escrito las obras clásicas sus autores: las va escribiendo la posteridad. No ha escrito CERVANTES el QUIJOTE…»

Tan verdad es, y lo acredita con el ejemplo de manera palpable A. RIVAS HERNÁNDEZ («Lecturas del QUIJOTE. Siglos XVII-XIX», 1998), no con palabras, y sí con las reales interpretaciones en tales espacios temporales.

G. MORÓN ARROYO («Nuevas meditaciones del QUIJOTE», 1976, pag. 15), que precisamente por ello es necesario centrar, tras la búsqueda, cual es el lugar que ocupa CERVANTES en el pensamiento español de cada época.

Una dirección de la crítica, maltrata a CERVANTES. En ella, ORTEGA Y GASSET («Meditaciones del QUIJOTE», edición de J. MARÍAS, 1984, pag. 184) tacha a CERVANTES de «hipócrita», pese a ser una «plenitud española», y en cuanto a moralidad es «el mas profano de nuestros escritores» y la moralidad «que vierte sobre sus cuentos pertenece a la heroica hipocresía ejercida por los hombres superiores del siglo XVII».

Tras él, con una diferencia de poco más de 10 años surge la obra de AMERICO CASTRO («El pensamiento de CERVANTES«, 1925), que encuadró a nuestro genial escritor en el Renacimiento italiano, interpretado por los racionalistas o desde el racionalismo del pasado. en una zona intermedia entre el determinismo y el ateísmo, precisamente por tal razón CERVANTES y DESCARTES son laicos «genialmente hipócritas» que ocultan sus obras en peregrinaciones a Loreto o vistiendo el habito de Esclavo del SANTÍSIMO SACRAMENTO.

J. MARÍAS, en los comentarios a su edición (nota de la pág. 184), afirma la no coincidencia de los dos autores nominados, ya que ORTEGA Y GASSET tiene presente sobre todo la reacción de los hombres superiores del siglo XVII, ante las presiones de ciertos grupos sociales, y de las sociedades temporales en las que vivían, el ajuste entre la situación histórica y su vocación personal, citando los casos de GALILEO y DESCARTES.

En medio de los dos pensamientos. temporalmente, SATURNINO CERREJÓN publicó un libro titulado «Anticlericarismo» que careció de seguidores y cuyo título referido a CERVANTES no merece comentario.

C, MORÓN ARROYO reacciona ante el adjetivo de hipócrita, a la vez que recuerda la rectificación posterior y limitada de A. CASTRO.

SALVADOR MUÑOZ IGLESIAS («Lo religioso en EL QUIJOTE», 1989 pág. 325), luego de repudiar la obra de CERREJÓN, que califica a CERVANTES DE furibundo anticlerical, entiende que más tarde CASTRO sustituye «hipocresía» por ironía, en los «prólogos del QUIJOTE» y afirma que en CERVANTES los misterios de la SANTÍSIMA TRINIDAD, las creencias comunes sobre la VIRGEN, JESUGRISTO, peregrinaciones, romerías no encierran burla alguna. Lo que sí criticó fueron ciertas costumbres de clérigos o laicos que se alejaban del auténtico cristianismo.

En 1972, CASTRO publica una nueva edición de su obra, en un hacer de RODRÍGUEZ PUÉRTOLAS, donde las novedades son las notas recogidas durante cuarenta y cinco años y la actualización de la biografía y que como dice ANIANO PEÑA («AMÉRICO CASTRO y su visión de España y CERVANTES» 975, pag. 207) mejor hubiera sido reeditar el texto integro.

J. AGUIRRE BELLVER («El borrador de CERVANTES», 1992, pág.33), es así de terminante; AMERICO no enjuició a CERVANTES. Lo increpa y desafía. Se empeña que CERVANTES piense como él y va en busca de un heterodoxo.- Lo peligroso de su actitud y criterio es que desvirtúa la Contrarreforma, presentándola como una mera imposición totalitaria de dogmas y mitos. Lo cierto es que recibió un a poyo popular solidísimo y dejando un amplio margen al espíritu creador.

Más aun, luego de llamar hipócrita erasmista a CERVANTES, no puede por menos de reconocer CASTRO que el Renacimiento tardó más en dar fruto en los países protestantes que en los católicos. La nueva fe cristiana se populariza y se convierte en fenómeno de masas.

En 1982, ALBAN K. FORCIONES, se enfrenta al problema con la compañía de nuevos conocimientos y los avances de la técnica literaria así como su espíritu revisionista. Al contrario que (CASTRO FORCIONES trata de alejar a CERVANTES del erasmismo.

ERASMO era un autor cristiano, pero no para la España oficial de entonces, y el libro de FORCIONES vendrá a ejercer un efecto liberalizador o catártico. Así lo que ayer era un caso de conciencia de un CERVANTES, más o menos disidente o «del otro lado», se encuentra destinado a caer como un bálsamo sobre ciertos doctores de opinión, y reducido sin más a un problema técnico.

El citado MORÓN ARROYO («Para entender el QUIJOTE», 2005, pag. 306 ) recuerda la escena de la imprenta, (II- LXII / 896), donde se imprime el libro«Luz del alma», que se ha identificado con la del dominico FELIPE DE MENESES denominada «Luz del alma cristiana», obra que según A. CASTRO, es un dato más a añadir al erasmismo de CERVANTES, pero en él, dice MORÓN ARROYO, no se percibe huella alguna que invite a ver en el texto de MENESES erasmismo alguno ni A. CASTRO da pista alguna de tal dirección.

Para BATAILLON, no hay mas que restos del erasmismo diluido. No se puede considerar erasmista a CERVANTES. Hablar de ello es una mera ilusión quijotista. «Ningún dogma, ningún culto fundamental le pone en tela de juicio, ni en el de los Santos, ni en de la VIRGEN… la fe de CERVANTES, lejos de ser la del carbonero, es una fe que se refiere al Evangelio y que está iluminada con el sentimiento de la gracia» Así escribe en ERASMO y España.

El Citado MUÑOZ IGLESIAS, (pag. 319) escribe ser necesario y deber de justicia identificar a CERVANTES con las afirmaciones católicas que hace. La fe de CERVANTES es la de RICLE,» aquella que le enseñó su marido español, la «ley católica cristiana y entre ellas «díjome grandezas de la SIEMPRE VIRGEN MARÍA, REINA DE LOS CIELOS y SEÑORA NUESTRA Y DE LOS ANGELES, TESORO DEL PADRE, RELICARIO DEL HIJO Y AMOR DEL ESPÍRITU SANTO» (PERSILES, pago 82).

RODRÍGUEZ MARIN, citado por GONZÁLEZ DE AMEZUA Y MAYO (Obra citada pags 98 y 99), recuerda el ingente número de citas cervantinas del ANTIGUO y NUEVO TESTAMENTO, prueba rotunda de la asidua lectura de los textos sagrados.

CELSO BAE2A ROMÁN («Instituciones y costumbres eclesiásticas en CERVANTES». Anales cerv. 1991, XXIX, pag. 91,) literalmente escribe que «un cúmulo de detalles de la vida y costumbres eclesiásticas,..no se deben a pura casualidad o a una observación del escritor. Sólo cabe la explicación de un CERVANTES cristiano, conocedor en la práctica de la liturgia eclesial, de los ritos y ceremonias de todos los Sacramentos; poco o nada anticlerical y más relacionado íntegramente con el clero, con la virtud conventual y seguidor de los Decretos Tridentinos sobre estos aspectos»»

CERVANTES era un cristiano practicante y difícil sería conocer cuanto dijimos sin dominarlo.

MORENO BAEZ («perfil ideológico de CERVANTES», en «SUMA CERVANTINA», 1973,) afirma que cuanto se sabe de CERVANTES es que era un profeso sincero del catolicismo. Nada hay en su vida ni en sus obras que permitan la duda de la sinceridad de sus costumbres y convicciones.

Si ellas fueron inalterables, se agudizaron en dos fases de su existencia:

En su cautiverio y en los últimos años de su vida, preparándose a bien morir.

D. ORDOÑEZ GARCÍA («El PERSILES, en el siglo XVIII», Anales cervan. 1995-7, Tomo XXXIII,) dice terminantemente: CERVANTES es paradigma de la Contrarreforma, un peregrino andante, dechado de virtudes cristianas, moralizador conforme al Concilio de Trento.

EL FINAL DEL PEREGRINAJE CERVANTINO

CERVANTES, que vivió dos veces su vida la real y la de los recuerdos cuando refleja ella en la genialidad de sus obras.

Ahora, con el pie en al estribo, como escribió, va a recordar desde sus personajes, cual RICAREDO, el de La española inglesa (pag. 280) que ante el peligro de la muerte pide «confesión y todos los Sacramentos como católico cristiano», o como DON QUIJOTE,»quiero confesarme y hacer mi testamento», (II-LXXIV / 1034). Y llegó el fin de duro peregrinar «después de recibidos todos los Sacramentos», (II-LXXIV / 1040).

Como él dijo en el prólogo de las Novelas Ejemplares, «mi edad no está ya para burlarse con la otra vida» (pag.52) Lo repite en EL PERSILES cuando dice que ayer me dieron la extremaunción y hoy escribo esta, el tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan y con todo esto llevo la vida sobre el deseo de vivir.

El DIA 18 de abril de l6l6 esto escribe: «El día 22 termina la romería, en brazos de MARÍA».

NOTAS DE INTERÉS.

PRIMERA LAS CITAS DE LAS OBRAS DE CERVANTES.

Son de esta manera:

«EL QUIJOTE», Edición de V. GAOS, 1987.

«EL PERSILES», AVALLE-ARCE, 1986.

«NOVELAS EJEMPLARES», Ediciones Cátedra.1986.

«EL RUFIAN DICHOSO», Edición de E. NAGY, 1981.

Resto de obras, F. SEVILLA ARROYO y A. REY HAZAS.

SEGUNDA De una manera general recojo citas cervantinas que hacen referencia a temas extremeños, así como la página en la que se encuentran, sirvan estos ejemplos:

Extremadura; EL QUIJOTE: 113, 389, 391, 646, 925.

LA GITANILLA Gitanilla: 88, 107, 108, 117.

Trujillo: EL QUIJOTE; 648

PERSILES: 288, 297, 304

Badajoz PERSILES: 283,287

TRATO DE ARGEL: 134

Cáceres: PERSILES: 302

Guadalupe: PERSILES: 288,304

Plasencia: CASAMIENTO ENGAÑOSO

Personajes: GARCÍA DE PAREDES: QUIJOTE, I: 645, 648, 926.

EL RUFIÁN: 7

HERNÁN CORTÉS: QUIJOTE: II: 134.

LORENZO RAMÍREZ PARNASO 43.

ANTONIO DE MONROY 43.

ANTONIO PAREDES 43.

FERNANDO BERMÚDEZ 47.

J. A VERA ZÚÑIGA 51.

CRISTÓBAL DE MESA 65.

ALONSO ACEVEDO 158.

F. SÁNCHEZ EL BRÓCENSE. GALATEA 400

B. TORRES NAHARRO 572.

J. DE ORELLANA PIZARRO PERSILES 288.

P. PIZARRO ORELLANA 288.

Vinos Descargamaría: Licenciado VIDRIERA

Peregrinaciones: Guadalupe: Casamiento engañoso 289.

Ilustre fregona 187.

Monserrat: Las dos doncellas 222.

TERCERA: Por tratarse de tema trujillano recojo estos extremos desde dos trabajos que tomo de los Anales Cervantinos:

  1. El Cardenal GASPAR DE CERVANTES Y GAETE, año de 1952, páginas 337 a 358, original de AMALIA BILLI DI SANDORNO.
  2. «Dos notas cervantinas», de la que sólo utilizaré la primera, año de 1961, páginas 247 a 252, original de JOSÉ LÓPEZ NAVIO.

Dice la escritora que todos lo que han leído si quiere una de las muchas biografías de CERVANTES saben y admiten sin duda alguna que fue un antepasado del inmortal MIGUEL el Cardenal JUAN DE CERVANTES. «Prueba de ello, el escudo de las dos ciervas en campo verde», la una que pace y la otra que duerme.» Fue Arzobispo de Burgos y se Sevilla, siendo hecho Cardenal por el Papa MARTÍN X EN 1426.

Existió otro Cardenal con el mismo apellido y escudo, el Cardenal GASPAR DE CERVANTES Y GAETE, contemporáneo de MIGUEL DE CERVANTES, nacido en Trujillo en 1511 y verdadero protector del Príncipe de los Ingenios.

Este Cardenal era hijo de FRANCISCO GAETE DE VIVERO y de MARIA ALONSO DE CERVANTES, que formaba una de las familias más ilustres y ricas de Extremadura.

San FRANCISCO DE BORJA, un día escribió a FELIPE II, diciéndole de oficio que «el Licenciado CERVANTES es hombre limpio y de mucha virtud y celo y es tenido por muy letrado».

El Cardenal trujillano, es mandado por el Papa, en 1561, al Concilio de Trento donde manifestó sabiduría, elocuencia y carácter. San PIO V le designa para la Sede Metropolitana de Tarragona. De ahí es llamado a Roma para utilizar su imparcial juicio en el proceso seguido al Arzobispo CARRANZA.

El 1570, al renovar San PIO V el Colegio cardenalicio, nombre Cardenales al trujillano junto a Monseñor JULIO ACQUAVIVA era súbdito del Rey de España, por se natural de Nápoles.

El embajador de FELIPE II en Roma, D. JUAN DE ZÚÑIGA, relata como fue a visitar al Papa para mostrar tal falta. La respuesta de su Santidad así: «No hacía Cardenales a petición de los Príncipes sino sólo por los méritos…»

Del trabajo del autor Sr. NAVIO, resulta que Don GASPAR DE GAETE CERVANTES, vecino de Trujillo solicitó permiso para pasar a las Indias. Más el Consejo exigió una fianza, en señal de regreso a España, en término de tres años.

Fiador fue Don JUAN PIZARRO, vecino de Trujillo y estante en la villa de Madrid, el día 16 de febrero de 1608. Hijo de Don FRANCISCO PIZARRO, vecino y Alférez de Trujillo. Fueron testigos Don FÉLIX ARIAS GIRÓN, MIGUEL DE CERVANTES Y Don ANDRÉS ROCHA.

Don GASPAR GAETE DE CERVANTES, «parece ser sobrino-nieto del Cardenal de Tarragona, hermano de Doña FELICIANA DE CERVANTES casada con Don PEDRO ORELLANA PIZARRO, cuyo descendientes entroncaron con los Marqueses de Sofraga».

LÓPEZ NAVIO, literalmente «se inclina a creer que es hijo del Oidor de Granada D. GARCÍA DE CERVANTES, uno de los principales herederos del Cardenal, hijo de su hermana LEONOR…»

En la Iglesia de SANTA MÁRIA, de Trujillo a finales del Siglo XVI, se construye el sepulcro dedicado a HERNANDO CERVANTES Y LEONOR DE GAETE, para cuyo altar mandaron confeccionar un retablo, escribe J. GODOY BARRADO (XXI Coloquios históricos de Extremadura», 2000, página 115/116). Sito en el presbiterio, lado del Evangelio.

Oct 012005
 

Fernando Díaz Esteban.

Sumario:

  1. La situación general:
    1. La visión optimista de Méndez Silva:
      1. España,
      2. Extremadura,
      3. Análisis.
  2. La visión pesimista de los arbitristas.
  3. Conclusión.

Cervantes da algunas pinceladas, gozosas y tristes, de la sociedad que le rodea, pero ¿cómo era su España para otros? Me ha parecido oportuno dar aquí una panorámica de cómo en el siglo XVII la veían diversos y contrapuestos autores.

I. La situación general.

En los Coloquios Históricos de Extremadura de 2002[1] presenté la situación económica de Extremadura durante el siglo XVIII como de extrema gravedad, así como los esfuerzos del cacereño Don José de Carvajal y Lancastre, Ministro de Estado de Fernando VI para mejorarla. Después suyo, diversos jefes militares de la región escribirán sus informes para atajar el agravamiento de la pobreza y la despoblación, progresivo hasta inicios del siglo XIX, exponiendo la situación a los sucesivos reyes. Igualmente, ofrecí atisbos de que en el siglo XVII ya había comenzado la decadencia económica en Extremadura: recordemos el deterioro de la agricultura por la invasión de la maleza del monte en los campos sin cultivo, la pugna de los agricultores con los ganados trashumantes de la Mesta y el abandono de las dehesas reales.

1. La visión optimista de Méndez Silva

Sin embargo, en el siglo XVII se quiere dar la impresión de que España es un país próspero y cargado de noble historia. Puede servir de ejemplo el libro de Rodrigo Méndez Silva, Población General de España[2]. Impreso en tiempos de Felipe IV, tuvo una segunda edición durante el reinado de Carlos II.

a. España

Para dar lustre al linaje español mantiene la creencia general en la época[3] de que después del Diluvio España fue poblada por Tubal, nieto de Noe y considera un timbre de honor el cristianismo de los españoles: aquí predicaron Pedro, Pablo y Santiago[4]. En la parte del libro titulada Breve Descripción de España con algunas de las grandezas y excelencias de que goza, en su capítulo primero describe los 19 reinos y provincias, que son Castilla, León, Toledo, Extremadura[5], Bética (Córdoba, Jaén, Sevilla y Granada), Aragón, Portugal, Algarbe, Navarra, Valencia, Galicia, Murcia, Vizcaya, Alaba, Guipúzcoa y Cataluña.

Es una delicia leer las bendiciones de que según su autor gozaba nuestro país: Cielo templado, abundantíssima en todo genero de ganado, quesos, mantecas, carnes sabrosíssimas: carnero, puerco, cabrito, vaca, ternera, y abundancia de cereales: mucha cevada, centeno, mijo, y sobre todo trigo….

El vino, por otra parte, es una riqueza que se exporta a Europa y a América:

Vino con que se provee Flandes, Inglaterra, Alemania, Indias Occidentales… aguardiente.

Se hace la boca agua leyendo la relación de frutas y verduras de España:

aceite, miel, cera,…excelentísimas frutas, melones de Invierno y Verano, vbas, higos, passas, almendras, melocotones, dureznos traídos de Persia, albaricoques de Armenia, membrillos de Candia, avellanas de Nápoles, guindas, cerezas…. nueces, peras, camuesas, manzanas, castañas, piñones, amacenas, aceitunas, arroz…Ciruelas, granadas, alcaparras, sandías, naranjas… cidras de Media, toronjas, limones, limas agrias, dulces, con semillas, legumbres, y verduras importantes para regalo de la vida. Y además, hierbas y flores:

Plantas aromáticas, yerbas medicinales, narcisos, violetas, açucenas, claveles, jazmines, rosas, flores de gran fragancia y recreación, otras útiles a varios vsos, como barrilla y sosa, de que se haze javón y vidrio.

De los árboles y bosques se saca:

leña, carbon y maderaje para embarcaciones.

Los aficionados a la caza y pesca de hoy suspirarán leyendo la antigua abundancia:

Caça Real, y ordinaria, javalies, osos, ciervos, corços, conejos, liebres, aves domesticas, campesinas, gallinas, capones, gansos, francolines, perdices.

Ay tambien buitres, garças, aguilas, cisnes, avecillas de agradables colores y suave musica. Preciados animalitos, ginetas rodadas, y negras, ardillas, almizcleras, fuinas, martas, vicerras, torones, y nutrias cuyos pellejos son bien estimados. Muchos estanques y lagos de pesca, fuera de la que dan sus mares….solo en el Océano Cantábrico se hallan 125 especies de pescados sabrosísimos conficionando multitud de escaveche. Riéganla mas de 150 ríos principales, clarísimos y transparentes llenos de truchas, barbos, anguilas,… con 700 puentes. Famosísimas fuentes… baños…

No podía faltar en la relación los minerales apetecidos desde la antigüedad por otras naciones:

riquísima de todos minerales… minas de açogue, açufres, estaño, plomo, açavache, alumbres, cobre, copiosas salinas, hierro, azero, de que se provee gran parte del mvundo:

La industria exportadora de los paños, lanas y sedas, que como veremos tanto preocupaba a los arbitristas del siglo, se describe aquí en pleno apogeo:

lo mismo de finos paños y lanas… importando [valiendo]cada año las que salen en ser mas de dos millones de ducados de plata, mucha seda, cuyo origen se dize traxeron los Moros, que solo en Granada, Toledo, Valencia, Cordoba y Murcia da de comer ordinariamente a vn millon de personas con su trato [elaboración y venta]… de la qual se labra riquísimas telas, brocados, la mas bordados, tafeis, terciopelos, damascos, tafetanes, rasos, terciopelos, tirelas, espolines, gorgaranes, picotes, y otras artificiosas labores. Por el mismo modo finos lienzos, de lino, que coge. Produce cañamo, algodón, que vino de la India Oriental…

Sigue la relación de lo que podíamos considerar vegetales reelaborados, y a continuación las piedras preciosas:

esparto, açafran, açucar traído de Sicilia, pez, resina, trementina, bermellón, rubia, grana, multitud de piedras preciosas, agatas, turquesas, jacintos, diamantes, esmeraldas, rubis, amatistas, calcedonias, cornerinas, granates, coral, cristales [deroca], mármoles, alabastros, jaspes…

Y las artesanías industriales:

hazese vidrio, y papel que compite con el Veneciano: finísimos barros [para cerámica], polvora: infinitas cosas que necesitan mas dellas las Provincias de Europa que ella [España] de otras…

Sobre el aspecto de los pueblos y ciudades y del ánimo de sus habitantes dice:

Sus habitaciones son en general populosisimas, y amenas: los edificios hermosos, y ricos, las gentes dispuestas, valientes, esforçadas hasta los vltimos alientos, agiles, ingeniosas en todas Artes superiores artifices,… Cria velocísimos cavallos,… mulas, machos y otros brutos…

La población llega a los 9 millones de habitantes en 30.000 poblaciones que tributan 30.000.000 de ducados. Los Duques, Marqueses, Condes y Vizcondes tienen una renta de 7.000.000. La Iglesia tiene 120.000 templos, 80.000 pilas de bautismo, 9.080 conventos de religiosos, 3.000 de monjas y 17 Tribunales del Santo Oficio. Las 7 Órdenes Militares en sus 922 Encomiendas valen 1.393.598 ducados; hay 11 Arzobispos y 55 obispos.

Después de este elogio general de España, Méndez Silva pasa al detalle de cada uno de los 19 Reinos que ha enumerado al principio. Da una descripción general de cada uno y luego describe la producción y méritos históricos de sus ciudades importantes, acompañadas de una relación de las fuentes bibliográficas o archivísticas de donde ha sacado sus datos.

b. Extremadura

En la parte de Extremadura, seguiremos igualmente satisfechos: Estuvo poblada por los Vetones, “gente Española”. Tiene siete ciudades, tres catedrales, famosas villas y lugares y las Órdenes Militares de Santiago y Alcántara. Extremadura es de las ricas y fértiles Regiones de España. Cría tan buen ganado que Juan I de Castilla permitió que se vendiera el buey del Guadiana 20 maravedíes más caro. Produce abundantemente pan, vino, azeyte, frutas, caças, aves, todo genero de legumbre, y hortaliza, aunque es algo destemplada en el calor: Sus gentes hablan la lengua Castellana, son dadas a la agricultura, algo altivas, y jactanciosas; apacibles en amistad, belicosas, fuertes y robustas. Da las diversas etimologías de la palabra Extremadura y pasa a enumerar sus ciudades.

A cada ciudad, villa y lugar le atribuye un origen, bien sea remoto por los Vetones, o los griegos, o los romanos, bien por los moros o los reconquistadores cristianos; incluso indica si la fundación es de tiempos recientes. Especula con la etimología de sus nombres, cita las fechas de sus repoblamientos, los nombres y hazañas de sus hijos ilustres (con cierta coba para los poderosos contemporáneos), sus escudos de armas, fortificaciones y situación geográfica.

Ahora a nosotros solamente nos interesa lo que Méndez dice que producen, el número de habitantes, y las instituciones religiosas, siendo digno de observarse como en casi todos los pueblos hay más de un convento y, a veces, un hospital. El dato es interesante porque una de las razones que se aducirán por los arbitristas será el excesivo número de frailes y monjas, que no tributan y contribuyen al descenso de la población.

Extractamos a Méndez:

Ciudades:

Mérida produce “mucho pan, vino, ganados, frutas, hortalizas, caças, aves y pesca: habitada de diez mil vecinos, tiene 3 parroquias, 3 conventos de frailes, 3 de monjas, un Hospital, 7 ermitas, y tiene jurisdicción sobre 14 villas y 13 aldeas; eclesiásticamente pertenece al Prior del Real convento de San Marcos de León, de la orden de Santiago y en lo seglar al Rey. Su iglesia metropolitana pasó a Santiago de Compostela a petición de Alfonso VIII.

Badajoz es plaza fuerte, habiendo sido sus murallas reedificadas en 1641 y 1642. Tiene 8 puertas, jardines, huertas, recreaciones; es fértil de pan, vino, aceite, ganados, en ellos gran trato de lanas, sabrosos quesos, aves, caças, frutas agrias, y dulces, y pesca: habitada de 2.300 vezinos… tiene 3 parroquias, 5 conventos de frailes,, 7 de monjas, 3 hospitales, 10 ermitas; haziendo mercado franco Martes de semana… Tiene jurisdicción sobre 6 aldeas. Además de hablar sobre su origen romano y moro, informa que el obispado tiene 53 pilas bautismales que le dan de renta al obispo 18.000 ducados.

Plasencia también es una ciudad fortificada con siete puertas, tiene fuentes de agua saludable, veintidós calles principales y dos mil vecinos, siete parroquias, 4 conventos de frailes, cinco de monjas, 7 ermitas, 5 hospitales, 2 colegios, 37 cofradías. Y lo mismo que las anteriores, es abundante de pan, vino, hortalizas, aves, etc. Haze dos Ferias cada año, primera dia de San Andres, 30 de Noviembre, segunda por el Corpus, y mercado franco Martes de Semana … Tiene 101 pilas bautismales que rentan al obispo 40.000 ducados.

La Vera de PlasenciaDeleitable y delicioso Valle… es sitio no solo de los mas fértiles de España, sino de toda Europa… ayres tranquilos, zefiros blandos, suave calma, y salutiferos Astros, son congruentes motivos para colocar aquí celebrados campos Eliseos, significando “lugar de vida bien venturada, habitación de los Dioses, y descanso de varones justos. Comprende 17 poblaciones que habitan cinco mil vecinos, cubierto todo de… castaños, nogales, avellanos, guindales, mançanos perales, ciruelos, limones, naranjos, limas, higos, membrillos, melocotones, duraznos, albaricoques… melones, olivares, viñas, sembrados, linares, huertas, jardines, y prados, abastece la mayor parte destos Reynos… cristalinas fuentes, copiosos arroyos llenos de sabrosas truchas; pues solo en Garganta de Valverde se pescan cada año mas de 500 arrobas… Xaraiz… veinte mil arrobas de vino, y azeite, venticinco mil fanegas de castaña… cien libras de fina seda. Cuacos, Garganta la Olla y Solana aportan 14.000 arrobas de aceite, 50.000 de vino y 70.000 fanegas de castaña. Xarandilla, 50.000 arrobas de vino y 27.000 fanegas de castaña. El Valle de Plasencia, desde el Puerto de Tornavacas, hasta la Ciudad, adornado en ambas partes de altas sierras… plantadas de frutales, regadas de risueños arroyuelos… En las orillas del Jerte, seis lugares son fecundos de miel, cera y otras comodidades.

Coria, regada por el Alagón tiene pesca, huertas y jardines, pan, vino, caza, aves y frutas. Tiene 700 vecinos, 2 parroquias, 1 convento de frailes, otro de monjas, 2 hospitales y 3 ermitas. Ferias en San Pedro, en San Andrés y en la Cruz de Mayo; mercado el Jueves. Tiene 31 pilas bautismales que rentan 26.000 ducados.

TrujilloEn lo eminente de un collado, cuya cumbre ocupa, fuerte castillo sobre peñas, yaze la Ciudad de Truxillo, con gran cosecha de pan, muchos ganados, y dellos finíssima lana, aves, caças , frutas y hortalizas; habitada de 1200 vezinos, Caballeros, Mayorazgos, y gente Noble; divididos, en seis parroquias, quatro Conventos de Frayles, seis de Monjas. Goviernanla Corregidor y Regidores, con diez y siete lugares de jurisdicción que tienen 4.300 moradores: haziendo Feria cada año primer jueves, passado quinze de May, otra veinticinco de Iulio, dia del Patron Santiago. Son sus Armas, la Imagen de Nuestra Señora con el Niño Iesus en braços, sobre los muros entre dos torres, tomòlas quando se ganó de Moros… por averse aparecido favoreciendo a los Cristianos. Fundóla Iulio Cesar, años quarenta y ocho antes de nuestra Redención, nombrándola “Turris Iulia”… Sigue diversas consideraciones sobre erróneas interpretaciones sobre la fundación de Trujillo, la Reconquista de la ciudad y las repoblaciones en 1232 y 1531. Hace el elogio del linaje de los Vargas, de los Pizarro, descendientes del Capitán en Navarra Gonzalo Pizarro y de doña Ines Yupante, hermana de Atabalipa, y de Diego García de Paredes. Finalmente recuerda que hubo una Orden militar de Trujillo, anterior a la de Alcántara.

Jerez (Xerez) de los Caballeros, como todas, es abundante de bastimentos; a los mercados de Llerena y Escalona lleva más de 50.000 caballos. Tiene 1.400 vecinos, 4 parroquias, 3 conventos de frailes, 6 de monjas y 6 ermitas; seis fuentes y en su campaña 366 y 2 aldeas; se repobló con gente de Galicia y Valle del Xerques; antiguamente se llamó Jerez de Badajoz; lo de Caballeros le vino por los Templarios. Carlos V, según dice, la elevó a ciudad.

Llerena, fértil de pan, vino, caza, etc. sobre todo ganado. Tiene 1.600 vecinos, 2 parroquias, 3 conventos de frailes, 4 de monjas; mercado franco los los Martes,donde acude tanta cantidad de pescado, que provee a gran parte de Extremadura; tiene 19 villas; depende de la provincia de León, de la Orden de Santiago; tiene tribunal de la Inquisición, mudado en 1516 a Plasencia, pero poco después volvió a Llerena. Los Pérez Correa descienden del troyano Eneas. La elevó a ciudad Felipe IV en 1640.

Medellín, fértil de pan, vino etc. tiene 800 vecinos, 4 parroquias, 1 convento de frailes, 2 de monjas, 4 ermitas, un Hospital y casa de niñas huérfanas; 10 aldeas con 2.700 vecinos en total. Feria en la Pascua de flores y el 1 de Mayo. Fundación romana, cuna de Fernando Cortés de Monroy, Marqués del Valle de Guaxaca.

Villas:

Villa de Feria, tiene dilatadas dehesas y 400 vecinos, 1 parroquia. Origen celtibérico de los Vetones; de Seria pasó a Feria.

Villa de Alburquerque: fértil de pan, vino, pesca, etc.; ganados en dilatadas dehesas, labra finos paños que provee a diversas partes; tiene 2.000 vecinos, 2 parroquias, 1 convento de frailes, 1 de monjas.

Villa y Santuario de Guadalupe: tiene 600 vecinos, abundancia de pan, vino, etc., 25 fuentes; los Jerónimos son dueños de la villa. Hay una enfermería, un Hospital para peregrinos, botica que hace de costas cada año 9.000 ducados; dos Colegios, gastando al día 1.500 raciones y por año 12.000 fanegas de trigo, 20.000 arrobas de vino, 7.000 cabezas de ganado, fuera de terneras, cabritos, y aves. Las rentas pasan de 28.000 ducados; el culto cuesta 240 marcos. Feria el 8 de Septiembre frecuentada por mercaderes.

Villa de Miravel, fértil de pan, vino regalado, etc. Tiene 350 vecinos, 1 parroquia.

Villa de Béjar: en apacible valle de su sierra cubierta de nieve que provee a varias partes de Extremadura. Caño de agua fría para beber y otro caliente para baño. Tiene grandes bosques, caza, pan, etc. Tiene 700 vecinos, 3 parroquias, 1 convento de frailes, 2 de monjas; 22 aldeas con 2.800 moradores; se despobló y Alfonso IX de Castilla la volvió a poblar.

Villa de Cáceres (todavía no era ciudad). Con mucho pan, pesca, ganados con finísima lana. Tiene 2.000 vecinos, 4 parroquias, dos conventos de frailes, 5 de monjas, buen Hospital.

Villa de Segura, llamada de León; fértil de ganados, caza y algún pan. Tiene 480 vecinos, 1 parroquia, 1 convento de frailes, 1 de monjas.

Villa de Montijo, abundante de pan, vino, ganados, etc., tiene 700 vecinos, 1 parroquia, 4 ermitas.

Villa Nueva de Barcarrota, o del Fresno, tiene abundancia de pan, ganados, grandes pastos y 500 vecinos, 2 parroquias, 1 convento de frailes.

Villa de Alcántara: fértil de pan, vino, etc.; tiene 1200 vecinos, 2 parroquias, 2 conventos de frailes y 2 de monjas. La orden militar de San Julián del Pereiro, luego llamada de Alcántara, tiene 38 encomiendas que rentan 248.114 ducados.

Villa de Talaveruela: fértil de mucho pan, ganados, etc., tiene 300 vecinos y 1 parroquia.

Villa de Zalamea de la Serena, de la Orden de Alcántara. Fértil de frutos de todo género, pan, vino, miel, legumbres y en especial ganados mayores y menores. Tiene 700 vecinos, haviendo tenido pocos años ha casi 1200 casas; tiene jurisdicción sobre las aldeas del Valle y la Higuera; un convento de franciscanos con tres cátedras de Teología Moral, Artes y Gramática; 1 monasterio de monjas, 3 ermitas, 2 hospitales; abundantes restos arqueológicos.

Villa de Belvis: en tierra montuosa, cría mucho ganado de cerda; tiene 200 vecinos, 1 parroquia, 1 convento de frailes, 2 de monjas y 5 aldeas con 600 moradores.

Villa de Almaraz, tiene dehesas con ganado, 600 vecinos, 1 parroquia.

Villa de Monroy, en tierra quebrada, produce fruta; tiene 180 vecinos y 1 parroquia.

Villa de Orellana la Vieja, fértil de pan, pesca, cría de ganado por dilatados pastos y un bosque con conejos; tiene 260 vecinos.

Villa de Fuente de Cantos: abundante de pan, ganados por muchos pastos y dehesas; tiene 600 vecinos, 1 parroquia y 1 convento de frailes.

Villa Nueva de la Serena, abundante de pan, vino y ganados. Tiene 800 vecinos, 18 pueblos; pertenece a la Orden de Alcántara; se llamó antes Aldea Nueva y de los Frailes.

Villa de Belalcázar: para unos es de Andalucía, para otros de Extremadura; produce mucho pan y ganados; tiene 1000 vecinos; pertenece a la Orden de Alcántara.

Villa de Azuaga: de la Orden de Santiago; produce pesca y abundante pan y ganados. Tiene 850 vecinos, 1 parroquia y 1 convento de frailes.

Villa de Reyna, de la Orden de Santiago, es abundante de pan, vino y cría de ganados; tiene 80 vecinos.

Villa de Zafra. Produce pan, ganados y caza; tiene 200 vecinos, 1 parroquia colegial, 2 conventos de frailes, 5 de monjas. Feria el 24 de Junio, otra en Febrero y otra el 29 de Septiembre, día de San Miguel, con mercado franco los Jueves. Abundan los mercaderes, plateros y los demás, tantos que la nombran Sevilla la Chica.

Villa de Montánchez (Montanches), de la Orden de Santiago, lugar sano y de buenas aguas, fértil de pan, vino, frutas y ganados, particularmente de cerda, adoba la mejor cecina de España. Tiene 300 vecinos y 1 parroquia.

Villa de Garrovilla, abundante de pan y vinos; tiene 100 vecinos, 1 parroquia, 2 ermitas.

Villa de Almendralejo: fertilísima en toda Extremadura, pues coge 100.000 fanegas de trigo y cebada, de que provee a varias partes; tiene 900 vecinos, 1 parroquia, 1 convento de monjas y 11 ermitas.

Villa del Arroyo de San Serván: abunda de pan, cría de ganado y pesca; tiene 450 vecinos, 1 parroquia, 6 ermitas y 1 Hospital, y los lugarejos de Perales y Cobillana.

Villa de Don Álvaro: fértil de ganados, frutas y legumbres; tiene 100 vecinos, 1 parroquia y 2 ermitas. Los privilegios que concedió don Álvaro de Luna llevaron al lugar a algunos circunvecinos.

Villa de Valverde: abundante de pan y ganados; tiene 240 vecinos, 1 parroquia y 6 ermitas.

Villa de Alange (Alhange): encomienda de Santiago, coge mucho pan y ganados; tiene 150 vecinos.

Villa Gonzalo: fértil de pan, ganado y caza; tiene 150 vecinos, 1 parroquia, 1 buen Hospital.

Villa de Almoharin: deleitosa y apacible, abundosa de pan, vino, caza y ganado; tiene 500 vecinos, 1 parroquia y 5 ermitas.

Villa de Alcuescar: con buena cosecha de pan y ganados; tiene 400 vecinos, 1 parroquia y 5 ermitas.

Villa de Salvaleón: abundante de pan y ganados, tiene 350 vecinos; de la Orden de Alcántara.

Villa de Salvatierra. Abundante de pan y ganados; tiene 400 vecinos, 1 parroquia y 1 convento de frailes. Labra copiosamente preciados barros colorados y dorados, los mas dinos de España, excepto Estremoz, y San Felices. De la orden de Alcántara.

Villa de la Puebla de la Calzada (Calçada): toda huertas y arboledas, sitio muy agradable y ameno, fértil de pan, vino, frutas, ganados y caza; tiene 300 vecinos, 1 parroquia y 3 ermitas, en la Calçada que va de Merida à Lisboa.

Villa de Lobón: abundante de pan, vino, pesca, ganados, caza y frutas; tiene 200 vecinos, 1 parroquia, 1 convento de frailes, 3 ermitas y un buen Hospital.

Villa de Granadilla: produce algo de pan, vino, aceite, ganados y mucha caza; tiene 400 vecinos.

Villa Franca: abundante de pan, vino, aceite, ganados, caza, aves y frutas, tiene 700 vecinos, 1 parroquia, 1 convento de monjas y un buen Hospital.

Villa de Hornachos: con abundancia de pan, ganados y caza; tiene 300 vecinos, 1 parroquia y 1 convento de frailes. En tiempos de los moros fue opulentísima. (Méndez silencia aquí a los moriscos, expulsados en 1609).

Lugares:

Lugar de Navaes el mas sano sitio de Extremadura, llano, fertil de pan, y ganados; con cien vecinos, y vna Parroquia; se llama también “del Membrillo”.

Lugar de Cordobilla: abundante de pan y ganados; tiene 80 vecinos y 1 parroquia.

Lugar de Mirandilla: con abundancia de pan, vino y ganados; tiene 200 vecinos, 1 parroquia y 2 ermitas; hay un caño de agua que dicen es del tiempo de los romanos.

Lugar de Carmonita: con gran cosecha de pan, ganados; tiene 30 vecinos y 1 parroquia.

Lugar de Trujillanos (Truxillanos): fértil de pan, vino, caza y ganados; tiene 50 vecinos y 1 parroquia.

c. Análisis de la lectura de Méndez.

1- FábricasNo hay referencias a fábricas concretas en Extremadura, salvo alguna alusión a la elaboración de paños de lana en Alburquerque y seda en Plasencia. Sin embargo, sí se cita elogiosamente los cacharros de fino barro producidos en la villa de Salvatierra y la cecina de Montánchez.

2- ComercioNo teniendo puertos marítimos, la salida de sus productos y su comercialización se haría por el puerto de Sevilla, pero la actividad mercantil y artesana es resaltada en Zafra, “Sevilla la Chica”, y la abundancia de mercaderes en Guadalupe. Sobre la distribución a otras partes, se cita los frutos del Valle del Jerte, los pescados de Llerena, el trigo de Almendralejo, los caballos de Jerez de los Caballeros y la nieve de Béjar.

Las Ferias que celebran muchos lugares son señalados con el día, o los días de su celebración; no se olvida de la de San Miguel en Zafra. Por otra parte, en casi todos los lugares, bien el Martes, bien el Jueves es día de mercado franco.

3- La Agricultura y la GanaderíaAbunda el pan, es decir, el trigo, y las frutas y legumbres en casi todos los sitios. En ocasiones se menciona la abundancia de pastos y dehesas para el ganado ovino y vacuno; raramente se cita al cerdo.

Los grandes propietarios son las Órdenes de Alcántara y Santiago, y también la Iglesia; a veces se dice que tal o cual lugar fue vendido por el Rey, para paliar sus estrecheces económicas, a los Nobles, (o a sus mujeres, caso de Lobón), quienes fueron aumentando sus tierras durante el siglo XVII, en el que hay un resurgir de los grandes señoríos latifundistas, mientras que el Rey se va quedando sin tierra y sin rentas.

4- El EjércitoLa dispersión territorial del Imperio español forzaba a grandes gastos militares. Méndez da de efectivos militares 224.000 infantes y 87.290 caballos; de la Guarda de Castilla hay 19 compañías y las plazas de soldados son 70.000.

La guerra iniciada en 1640 por la sublevación del Duque de Braganza trajo a Extremadura, especialmente a Badajoz, una concentración de tropas mal mandadas y peor pagadas, que constituyeron una carga para la población. La soldadesca, al no recibir sus pagas, se convertía en partidas de ladrones ocasionales imposibles de disciplinar[6]. El Ejército propio parecía convertirse así en un ejército de ocupación que vivía sobre el terreno. No hay referencias en Méndez a este problema.

5- DespoblaciónLa emigración a América, las levas militares y la entrada en los conventos para asegurarse como frailes la comida y un relativo bienestar, eran una parte del descenso de la natalidad producido por la falta de esperanzas de los jóvenes de poder mantener a una familia. No parece, sin embargo, leyendo a Méndez, que hubiera este problema, salvo en el caso de Zalamea, donde Méndez reconoce el descenso de población, y de Hornachos, de la que dice que en tiempos de Moros era opulenta, pero no menciona a los abundantes Moriscos de Hornachos, expulsados en 1609.

6- Remesas de los emigrantes conquistadoresNo hay referencias a que los que se habían ido a América y allí habían triunfado enviaran algo de dinero, oro o joyas a sus familias, aunque es evidente que la construcción de palacios, como el de los Pizarro en Trujillo, daría trabajo a parte de la población; otras donaciones, como oro, plata y piedras preciosas para los altares de las iglesias no producían riqueza local.

II. La visión pesimista de los arbitristas.

La decadencia económica y la despoblación no eran una situación aislada de Extremadura, sino la general de toda España, que, por otra parte, alcanzaba la cima de su esplendor artístico y literario (el Siglo de Oro) en el momento en que su influencia política internacional -todavía muy importante durante otro siglo más- y su poderío económico comenzaban un largo período de decadencia.

En contraste con la descripción optimista de Méndez Silva, un anónimo manuscrito satírico[7] describe la buena situación de los extranjeros en España, el que seamos la burla de Inglaterra, Francia y Holanda; la carestía general y el afán de sinecuras, todo dentro de un panorama caótico. A esta dolida descripción satírica, debemos añadir también el pesimismo de los “arbitristas” de la época, que nos pintan un panorama económico y social que no puede ser más desolador.

La palabra “arbitrista”, persona que propone remedios (arbitrios), tiene añadido un significado peyorativo por lo extravagante o ilusorio de muchas de sus propuestas. Fueron numerosos y presentaban sus soluciones cuasi milagrosas en forma de “Memoriales” generalmente dirigidos al Rey de turno. El análisis de estos “memoriales” ha llevado a los historiadores de la economía a establecer que no todos eran dislates, sino que en algunos de ellos se puede ver un descubrimiento o un atisbo de principios económicos sensatos que los economistas posteriores han aprovechado o redescubierto, de modo que merecen que se les llame “economistas” y no “arbitristas”.

Traigamos algunos ejemplos de cómo veían la situación económica de España, y por ende, de Extremadura:

1- Prosperidad antigua perdida: Prácticamente en todos hay una nostalgia por el siglo XVI como una época de prosperidad general de España asociada además a un aumento de la población:

Miguel Caxa de Leruela en su Restauración de la antigua abundancia de España[8] en contraste con la situación presente dice: “El grave peso de los tributos, es efecto de la falta de ganados porque la despoblación de los lugares y el alcance de los contribuyentes, haze que pague diez los que pagan [les tocaría pagar] ciento, y estos diez no tienen hazienda como tenían cuando auia ganados. En 1650 Francisco Martínez de Mata presenta un Memorial[9] en el que dice “Hace 80 años vivían de la seda y de la lana 200.000 personas cada una, más las del lino, etc….Hierro y madera, etc. las llevaban de España las naciones por mejor calidad y ley…[ahora] no recibe rentas Hacienda [por este concepto] y se pierde el saber hacer bien las cosas…Había familias, tiendas, oficiales, aprendices de chapinerías, borciguenerías, cuellos, calças enteras de obra, jubeteros, zapateros de lazo, ballesteros, guadameciles, pasamanos, y otros cosas… los lugares se despueblan, quedan las hijas sin casar…

Se permitió la entrada de géneros extranjeros en España, y en 1632 se estableció la venta de la recaudación de los tributos; los recaudadores miraban por su provecho y exprimían a los comerciantes. Enrique Lepin, representante de los comerciantes extranjeros que residían en Sevilla, se queja de que, contrariamente a lo que sucede ahora, antes de 1632: “Subían los baxeles cargados de mercancías hasta las puertas [de Sevilla] y bolvían a baxar con las lanas, azeytes y demas frutos de la tierra… En 1629 Peñalosa Mondragón pone de manifiesto la despoblación de España “para que meior se aduierta las causas del despueblo[10]. En 1671 Pedro Díaz Márquez escribe un Memorial[11] en el que dice “Labrador, y ganadero que fui, y pobre de solemnidad que soi y natural y vezino de la Ciudad de Villena,” y que escribe por encargo de “la Iusticia y Regimiento de dicha Ciudad, viendo en la mucha pobreza en que se hallan sus vezinos, ocasionada de esteriles años, y de abundancia de tributos executados, y de la mayor miseria que esperan con no aver sembrado por falta de agua sus campos .Y pide al Rey una moratoria en los tributos: le haga gracia de perdonarle en todos sus debitos Reales retrasados de alcavalas, y de minorarles los corrientes”. Y aprovecha para recoger las ideas que había expuesto en otro Memorial suyo titulado Fábricas Reales con citas de los arbitristas anteriores sobre el exceso de cargas fiscales y de los recaudadores, las defraudaciones, la pérdida de valor de las monedas (por cierto, no menciona la falsificación de ellas en el Extranjero[12]) y el hecho de que el Patrimonio Real está empeñado; añade la antigua abundancia de la labranza, y de la caza y recalca, como otros tratadistas, el exceso de las pompas y lujos en los vestidos. La vena arbitrista le sale al proponer que se expulse a los Turcos de Constantinopla mediante soldados con una cruz en el pecho, lo que no viene a cuento pero que sí indica un rasgo de la mentalidad de la época.

2- Fábricas paradasLa riqueza general añorada se basaba en gran parte en las fábricas, especialmente de paños, que se extendían por Castilla. Las lanas de nuestras ovejas y las sedas aquí fabricadas eran de excelente calidad, daban de comer a productores, fabricantes y comerciantes; constituían además un capítulo importante de la exportación. Pero cuando se permitió a los extranjeros traer telas de menor calidad y por tanto más baratas, las fábricas propias se fueron cerrando y el dinero que con ellas se recibía dejó de afluir. También las fábricas de lino y cáñamo acabaron arruinándose. El oro y la plata que venían de América ya no eran suficientes para pagar los inmensos gastos de los ejércitos y virreyes españoles fuera de la península y además tampoco podían ya satisfacer la demanda interna de telas y lujos, que había ahora que importar.

Algunos de los “Memoriales” tratan de paliar la falta de recursos que llegan a la hacienda para pagar todos los gastos de la maquinaria del Estado: es el caso de Dramesa Arragoces que ya al comenzar el siglo XVII, en 1605, propone algunas soluciones a los gastos del ejército y la armada[13]; la penuria trae consigo la desprotección de nuestras costas, a lo que quiere poner remedio Murcia de la Llana[14]; el clero no pagaba impuestos y Murillo Jurado se atreve a proponer que se revise el status del Clero[15]. La situación económica es tan desesperada que hasta se propone (unos años antes de 1648) que se permita volver a los “hombres de negocios” de origen judío que habían huido de la Inquisición y se habían establecido fuera de España, para que traigan sus capitales, propuesta que no llegó a cuajar[16]. Por otra parte, estos conversos que judaizaban fuera, se convertían, en connivencia con los que se habían quedado, en espías de las entradas y salidas de barcos españoles y de sus cargamentos, con perjuicio para nuestro comercio.

3- Exportación-importaciónPrecisamente este capítulo de la falta de exportaciones y la abundancia de importaciones es uno de los puntos en que más insisten los arbitristas-economistas, que se preguntan por qué han cerrado las fábricas antaño boyantes. Martínez de Mera aduce a Damián de Olivares[17] quien afirmaba “de lo que hay en las tiendas, la mitad o más se ha fabricado fuera” y él añade “tierras yermas, ventas, cortijos, mesones, huertas, hornos, casas, tiendas, ciudades enteras empobrecidas o acabadas porque les pareció más barato o mejor lo extranjero… Cuando se fabricaba en España lo que en España se consumía había población y rentas reales”; se opone así explícitamente a Alcázar Arriaza[18], quien mantenía que la causa de la pobreza era la intolerable carga de los pechos y gabelas que había que pagar; Martínez de Mera le contradice, afirmando: “no es ese el verdadero punto sino la destrucción del comercio de las Artes [fábricas y artesanías] de la patria… Los oficios y los tratos es el principal sustento de la gente que consume lo que los labradores producen. Si faltan, todo se despuebla… [los extranjeros] se llevan ropa vieja, la remiendan y tiñen y la venden por nueva… Si se prohibieran los generos extranjeros vendrían a España a fabricarlos y quedaría en España el dinero que viene de las Indias”. A esto habría que añadir el contrabando. Ya finales del siglo XVII tanto el Gobernador de Cádiz, Francisco de Velasco, como el administrador general de las Rentas Reales, Pedro Núñez de Prado se quejan de la existencia de franceses que se dedican a meter de contrabando tejidos franceses traídos en barcos genoveses[19], que se envían a las Indias y “siendo los Generos que se embarcan para Yndias de Reynos estrangeros a de ir a ella el su torno que es la plata”.

4- DespoblaciónLa despoblación debía de resultar tan visible a ojos de todos, que es un punto en el que coinciden los “Memoriales”. A menos población, menos producción, menos comercio y menos recaudación de impuestos para la Real Hacienda. La expulsión de los Moriscos en 1609 fue considerada por algunos una de sus causas. Murcia de la Llana no llega a tomar partido sobre el asunto y se limita a decir “Otros dicen que la causa es la Expulsión de los Moriscos, porque con ella se arrancó la población, y fabrica de muchas Artes”, aunque para él es evidente que la causa ha sido la importación de géneros extranjeros de más bajo precio y calidad; incluso la impresión de libros españoles se hace fuera: “Y ay en esta Corte un Frances que solicita… para que le den los libros que se auian de imprimir en España, significándoles ser mejor y mas barato. Con lo qual se lleva gran suma de dineros a Leon [Lyon] de Francia, haziendo allá poderosos a los de este Arte, y acá acabando de destruir las familias que con esso viven”.

5- Desamparo de los viejos soldados: La relativa abundancia de memoriales de antiguos soldados y generales que se ven en la miseria y piden un socorro es una estampa más de la deprimente situación económica del momento[20].

III. Conclusión

Pensando en el “pan y cebolla” del labrador Sancho Panza, siempre hambriento, la austeridad con que come el hidalgo D. Quijote, y la abundancia de la mesa de los Duques que concedieron a Sancho la ínsula Barataria, podríamos concluir que el optimismo de Méndez y el pesimismo de los arbitristas reflejan dos realidades que coexistieron, pero a lo largo del siglo XVII acabó imponiéndose la pesimista.


NOTAS:

[1] Fernando Díaz Esteban “Miscelánea de documentos sobre Extremadura en la Real Biblioteca”, XXXI Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo 2002, Centro de Iniciativas y Turismo de Trujillo, 2003, pp. 163-177.

[2] Población General de España/ Sus trofeos, Blasones, / Y Conqvistas Heroicas. / Descripciones Agradables, Grandezas naturales, / Excelencias Gloriosas, / Y Svcessos Momorables. / Con Mvchas, Y Curiosas Noticias; / Flores cogidas en el estimable Iardin de la preciosa / antigüedad, / Reales Genealogías, y Catalogos de Dignidades/ Eclesiásticas, y Seglares / Por Rodrigo Mendez Sylva, Coronista Destos Reynos: / Añadida, y enmendada por el mismo en esta vltima impresión./ Dedicado al Señor D. Fernando Valenzvela, Cavallero/ del Orden de Santiago, &c/ Año [flor con Purísima]1675./ Con Privilegio/ En Madrid, Por Roque Rico de Miranda./ A costa de Juan Martín Merinero, Mercader de Libros. Vendese en su casa, en la Puerta del Sol.Folio. La primera edición es de 1645.

[3] F. Díaz Esteban “Los Campos Elíseos y Tubal en el judaizante Miguel de Barrios”, en P.M. Piñero Ramírez (editor), Dejar hablar a los textos. Homenaje a Francisco Márquez Villanueva, Universidad de Sevilla, 2005, p.725-737, donde cito otros trabajos míos relacionados con el tema.

[4] La devoción de los peregrinos centroueropeos a Santiago puede verse en la selección de sus relatos realizada por Klaus Herbers y Robert Plötz, Caminaron a Santiago. Relatos de peregrinos al “fin del mundo”, traducción de José Reimóndez Fernández, Xunta de Galicia, 1999. Para los peregrinos pobres, había desde la Edad Media albergues y ayudas. Sus opiniones, sobre todo del País Vasco, no siempre son halagüeñas.

[5] En el siglo XVI una relación manuscrita de las provincias (en el sentido de regiones) divide a Extremadura en la Provincia de Trujillo (Cáceres y Badajoz) y la Provincia de León de la Orden de Santiago (que incluye Llerena, Jerez de Badajoz y Mérida). F. Díaz Esteban, “I. Apéndice a la Inscripción de Rabí Isaac. II. La Provincia de Trujillo en el siglo XVI”, en Actas del Congreso sobre Trujillo Desde el Barroco al Neoclasicismo2003, Real Academia de Extremadura (en prensa).

[6] Sobre la situación caótica del Ejército, véase F. Díaz Esteban, “La estancia de la última virreina de Portugal en Badajoz”, XXXII Coloquios históricos de Extramadura, Trujillo, CIT, 2003, p. 191-201.

[7] Discurso incierto q. un astrologo inga (inca) uio sobre los nuevos duendes del Retiro, Real Biblioteca de Palacio, II/1431, fol. 477.

[8] Madrid, I parte, cap. 22.

[9] Memorial en razon de la Despoblación probreza de España, y su remedio de Francisco Martínez de mata, natural de Motril… al Reyno junto en Cortes, Madrid, 8 de Noviembre de 1650. Para este y otros memoriales suyos véase Gonzalo Anes y Álvarez de Castrillón, Martínez de Mata, Madrid, 1976.

[10] Benito Peñalosa y Mondragón (O.S.B.), Libro de las cinco excelencias del español… para que meior se aduierta las causas del despueblo en España para que… se habiten, Pamplona, Carlos Labayen, 1629.

[11] Catolico Señor.I. Sol. Padre de los Pobres.II Y de todos vuestros Vassallos en general, y Pastor, Villena, 16 de Junio; el memorial anterior llamado VII Fabricas Reales se entregó el 11 de Mayo de 1671.

[12] Ya en tiempos de Felipe III, en la correspondencia que mantiene con D. Diego Sarmiento de Acuña, Conde de Gondomar, su Embajador en Londres, se habla de la falsificación holandesa de doblones. (Real Biblioteca de Palacio, II /1829).

[13] Juan Dramesa Arragoces, [Memorial para que la Real Hacienda se incremente], Valladolid?, 1605.

[14] Francisco Murcia de la Llana, Memorial para asegurar las costas del reino, s.l., s.a.

[15] Tomás Murillo Jurado, Memorial de reformacion de estados para que V. Magd. tenga muchos aumentos, ¿después de 1650?

[16] F. Díaz Esteban, El frustrado retorno de los judíos en el siglo XVII: nuevos documentos, Madrid, Real Academia de la Historia, 2004.

[17] Memorial presentado en Julio de 1620 y Octubre de 1621 por los daños que causaba la entrada de lanas y sedas fabricadas fuera.

[18] Jacinto de Alcaçar y Arriaza, Medios Políticos para el remedio vnico y vniversal de España, Madrid, 1646, y Nueua declaración… para extinguir los tributos, Madrid, 1646.

[19] Real Biblioteca de Palacio II/2841, fol. 19-33.

[20] Sirvan de ejemplo el de Enrique Benavides Bazán, hacia 1660, y el del noble García de Toledo Ossorio Marqués de Villafranca en 1645.

Oct 012005
 

Alonso J. Román Corrales Gaitán.

“Non nobis, domine, non nobis,
sed, nomine tuo da gloriam”

(Versículo del Salmo 113)

Así es como se titulaban los Caballeros de la Orden de los Templarios.

Nuestro especial interés por tan misteriosos caballeros, surge durante el año 1978 como consecuencia de la lectura de determinados artículos y publicaciones referidas a tan peculiar asociación religiosa. Pero cuando sentimos una atracción desbordante hacia aquellos caballeros de Cristo tan injustamente castigados, es a partir del año 1987 con la gratificante lectura de la obra de D. Publio Hurtado Pérez, titulada: “Castillos, torres y casas fuertes de la provincia de Cáceres”(1912), donde el autor trata de mencionada orden al referirse a los lejanos orígenes de muchos de estos castillos o fortalezas.

Tan profundamente va calando esta nueva sensación de conocer a tan concreto momento de la historia lejana de nuestra civilización, que adquirimos otras obras referidas a Cáceres capital o provincia, donde está contenida sustanciosa información al respecto de los Caballeros Templarios, como es el caso de la obra:“Castillos de la Alta Extremadura” (1953), de la que es autor D. Antonio C. Floriano Cumbreño. Al mismo tiempo vamos descubriendo a un autor nacional que nos va a describir un maravilloso mundo de arte y cultura además de historia, se trata de D. Juan García Atienza, adquiriendo la practica totalidad de su obra.

De esta manera van transcurriendo los años, mientras vamos formando una interesante biblioteca de trabajos referidos a estos caballeros de la capa blanca, llegando a sumar un centenar de publicaciones de muy diferentes autores, y limitadas prácticamente al territorio nacional, además del regional y provincial.

Con la adquisición de varias obras del historiador cacerense D. Antonio Cristino Floriano Cumbreño, conocemos la incursión de determinados caballeros templarios en campañas realizadas en la propia ciudad de Cáceres, así como la lógica posibilidad de estrecha relación entre algunos de estos militares-religiosos con los cacereños.

Tantos conocimientos llegan hasta nuestras manos, que nos vemos obligados a constituir un archivo específico de este tema, pero sin intención inicial de publicar o sacar a la luz trabajo alguno al respecto. Ello por ser consciente de la abundante literatura que cada año aparece, donde se ofrece toda una amplia información en gran medida repetitiva o a falta del oportuno respaldo documental o histórico.

En la actualidad cuando han transcurrido pocos años que hemos iniciado el siglo XXI, con el amplio y variado fondo bibliográfico particular que disponemos, decidimos iniciar este trabajo recopilatorio con la lejana posibilidad de convertirse en el futuro en una publicación sino documental o interesante, al menos peculiar o entretenida.

Para mejor hilvanar los datos que seguidamente vamos a presentar, consideramos oportuno realizar antes una recopilación de acontecimientos puntuales relacionados con la Orden del Temple en general, y así poder acceder mejor a lo ocurrido con dichos caballeros en nuestra tierra, y la notable herencia que ello ha supuesto para nosotros.

No obstante somos conscientes que aún quedan infinidad de datos y detalles por descubrir y que “disimulados” en archivos y bibliotecas privadas, esperan el momento oportuno para darse a conocer públicamente un sin fin de documentos que sin duda harán cambiar la opinión general u oficial que se tiene de Los pobres caballeros de Cristo. De hecho en los últimos veinte años se ha aclarado considerablemente mas, todo lo sucedido con relación a su persecución y desaparición, que en los últimos siglos.

Es justo reconocer que en gran medida, el orden bancario establecido en nuestros días, tiene mucho de la herencia templaria, quienes crearon un muy peculiar y novedoso sistema de pago, para impedir los robos tan de moda en un tiempo en el que se respetaban muy pocos valores humanos, teniendo en cuenta que tanto el mundo occidental como el oriental estaban sumidos en continuas guerras y epidemias. Sin olvidar que además del poder económico y financiero, los caballeros de la capa blanca nos han dejado también una notable influencia política, al menos en lo que a Europa se refiere. Y otras ciencias que durante siglos la Iglesia se ha preocupado en destruir y borrar todos sus rastros. Quizás sea esta la parte mas misteriosa de la desconocida historia de los caballeros templarios y halla sido una clara justificación para que miles de personas de todos los tiempos traten frenéticamente a cualquier precio de descubrir todos los secretos de señores tan herméticos.

Volvamos la vista atrás:

En el año 1104, Hugo I Conde de Champaña contando con 28 años de edad, permanece cuatro años en la ciudad de Jerusalén, visitando los Santos Lugares y profundizando en el estudio de cuanto aconteció en aquella amplia zona. Por su carácter abierto y amable, tiene acceso a archivos y bibliotecas privadas, pudiendo así ofrecer a ciertas órdenes una documentación e información valiosísima, de origen hebreo y musulmán principalmente. A su regreso a Francia se construye un monasterio en sus tierras nombrando a su amigo Bernardo (25 años) Abad de Claraval, alistando también a otros caballeros de diferente edad y procedencia. Mantienen una primera reunión, considerada oficial, en la cripta del Castillo de Arginy, cerca de Lyón, como único testigo un austero crucifijo.

En contra de todo lo que la gente pueda pensar, las primeras actividades o tareas que estos caballeros efectúan, no son de armas sino que se limitan a realizar varias incursiones en los subterráneos del Palacio de Salomón y mas concretamente en sus caballerizas, en la universal ciudad de Jerusalén, donde localizan kilómetros y kilómetros de galerías que son exploradas con gran minuciosidad, estableciendo allí estos nueve caballeros su cuartel general, utilizando tan amplio espacio para guardar armas y miles de libros fundamentalmente. Además de importantes cantidades de dinero y joyas.

El Concilio de Troyes, convocado por el Papa Honorio da la correspondiente autorización a la orden para comenzar su arriesgada andadura.

Inmediatamente se van cambiando los fines, esto obligados por la necesidad de dar escolta a la infinidad de peregrinos cristianos y las numerosas caravanas que de continuo son asaltadas por partidas de bandidos musulmanes en aquellas lejanas tierras bíblicas. Tan caballeresca tarea de escolta atrae a muchos caballeros cristianos con el deseo de formar parte de la orden, que comienza a ser conocida con títulos como: “Caballeros del Templo de Jerusalén o Caballeros de la capa blanca”.

Tanto éxito va alcanzando entre la Cristiandad esta organización, que sus primeros nueve fundadores deciden vincular la misma a una determinada orden religiosa para un mejor asesoramiento. En el caso de los templarios se unen a los benedictinos, es decir que en aquellos lugares donde se descubre un convento o templo dirigido por estos religiosos, muy cerca se descubren los pobres caballeros de Cristo.

Por lo cual Hugo de Champaña entrega gran parte de sus tierras en Francia a San Bernardo, iniciándose así una estrecha amistad y colaboración entre ambos que ha quedado convenientemente registrada en infinidad de documentos y publicaciones posteriores.

El 12 de junio del año 1118 es la fecha oficial de composición de una de las órdenes militares mas importante de todos los tiempos, por el número de sus miembros, el espacio geográfico que llegan a poseer y el gigantesco patrimonio que logran manejar, además de todos los conocimientos que adquieren y las enseñanzas que comparten con la iglesia y la monarquía occidental.

El año 1139 había sido para el Temple una fecha muy importante, dado que el Pontífice Inocencio II le concede su verdadera autonomía con la Bula OMNE DATUM OPTIMUM, un impresionante respaldo a los caballeros-monjes, que con el paso del tiempo es utilizado en su contra para la total destrucción.

“NOS os exhortamos, a vos y a vuestros sargentos a combatir sin desfallecimiento a los enemigos de la Cruz, y en recompensa os autorizamos a que os quedéis para vos el botín cogido a los sarracenos sin que nadie pueda revindicar una parte”. (Inocencio II. PONTF:)

Pero fue su propio éxito el que le llevó a una prematura destrucción, dada la enorme envidia que despertaron entre determinados monarcas europeos, entre otros personajes, formándose una injusta campaña internacional de total caza y muerte de la gran mayoría de sus miembros. Obligando a un amplio número de templarios a transformar su vida en otras órdenes europeas para poder sobrevivir y salvar un importante patrimonio cultural e histórico de los templarios.

A pesar de todo el odio que despertó esta inolvidable organización religiosa-militar, aún en la actualidad se siguen manteniendo en determinados gobiernos, algunas de sus particularidades políticas y muchos de sus monumentos en pie, sirven para que millones de personas sientan un notable interés por aquellos pobres caballeros de Cristo, tanto es así que cada año aparece en el mundo cerca de un centenar de libros que se refieren a esta misteriosa organización, además de existir varios grupos que defienden obsesivamente su autentica herencia histórica como caballeros templarios.

Es notorio el interés de notables investigadores y estudiosos de este tema en todo el mundo, de la continua búsqueda de elementos valiosos originariamente propiedad de estos peculiares monjes. Alejándose inexplicablemente de los conocimientos históricos y religiosos que durante décadas fueron almacenando en sus archivos, centro fundamental de su envidiable e incalculable conocimiento y sabiduría.

Hoy, con la distancia madura del tiempo, podemos afirmar categóricamente que los templarios se adelantaron notablemente a su época, aportando a aquella sociedad tan materialista toda una serie de operaciones bancarias y económicas, entre otras, que en la actualidad continúan en vigor con lógicas variaciones.

Amplia es la bibliografía referida a las zonas europeas e incluso españolas que fueron dominadas oficialmente por los templarios, pero sin embargo muy poco se conoce sobre otras zonas que sin estar dominadas por estos caballeros soportaban de alguna manera la autoridad o presión de sus miembros por proximidad o visitas esporádicas de los mismos, tal y como es el caso concreto de Cáceres.

El primer problema digno de mención surgido entre dichos caballeros y nuestra villa, surge en el siglo XIII. Los templarios asentados en la cercana fortaleza de Alconetar desde finales del siglo XII, tenían bajo su autoridad los territorios de Garrovillas, Talaván, Hinojal, Cañaveral y Santiago del Campo, además de una gran cantidad de tierras de pastos, situadas al norte del río Tajo, y muy cerca de la villa de Plasencia. Una extraordinaria extensión de tierra donde se había ido concentrando una impresionante cantidad de ganado procedente del norte, lo cual facilitaba a que los caballeros del temple miraran con verdadera envidia las tierras de la villa cristiana de Cáceres.

Motivo por el que en repetidas ocasiones invadían los pastos de Cáceres, contra lo cual los cacerense pedían continuamente al monarca sus derechos de propiedad sobre sus tierras.

Momentos especialmente delicados entre las dos partes cristianas, sin olvidarnos de que el paso obligado hacia el norte era el Puente de Alconetar, que estaba en posesión de los templarios, cuyos miembros no dudaban en cobrar a los habitantes de la villa cuantos impuestos y caprichos se les ocurrían.

Mientras los vecinos de Cáceres reaccionaban como podían, tan pronto como se enteraban que los ganados de los templarios pisaban sus dominios, enviaban a los Caballeros de la Rafala y los apresaban, en otras ocasiones para vengar alguna acción considerada injusta, se adentraban en territorio del Temple y cogían cuanto se les ponía a mano.

Tan complicadas y delicadas estaban las cosas, que varios oficiales de nuestra villa decidieron acudir al Castillo de Alconetar para así entrevistarse con el Comendador de la Orden, y tratar de solucionar los problemas existentes entre ambas partes. Pero el resultado no es el esperado, por lo cual deciden realizar un segundo intento, en esta ocasión en el propio Cáceres y la reunión se celebra el 22 de febrero del año 1253, acudiendo dos miembros por cada una de las partes implicadas:

  • Por los caballeros templarios: D. Lope Pérez y D. Miguel Navarro.
  • Por Cáceres: D. Pero Yannes y D. Xemen Sancho.

Pero tal y como ha quedado oportunamente anotado en la propia historia oficial de la orden, ninguno de estos intentos lograron acuerdo alguno, todo lo contrario ya que los caballeros templarios asentados por estos territorios eran especialmente orgullosos y lo único que verdaderamente pretendían era su propio interés.

Afortunadamente para la villa de Cáceres, la existencia y continuo crecimiento de las Ordenes de Santiago y Alcántara, fueron ahogando la propia hegemonía de los templarios, lo que obligó a que estos dejaran definitivamente Alconetar en el año 1258, y comenzaran a desplazarse hacia otras tierras menos problemáticas para su ya preocupante existencia.

Reglas o Normas templarias:

Sin lugar a dudas en el éxito de la existencia de esta sorprendente orden de caballería, jugaron un papel fundamental las leyes que fueron acordándose por los miembros fundadores de la misma. Dichas normas escritas comprendían todo un amplio abanico de condiciones, que servían para que los caballeros templarios llevasen una vida lo mas austera posible dentro de una sociedad llena de necesidades y peligros.

Es conveniente recordar que dicho documento escrito, no era algo cerrado, sino que cada vez que llegaba al cargo un nuevo Gran Maestre, por lo general aportaba alguna otra regla que pasaba a completar esa creciente relación de detalladas normas.

Así estos reglamentos llegaron a dar forma a una considerable publicación, convenientemente dividida en determinados capítulos, dependiendo de su contenido, siendo iniciada por la denominada Regla primitiva.

Lo verdaderamente sorprendente es, que una vez prohibida la existencia de la Orden del Temple, un elevado número de sus reglas “sagradas”, fueron adoptadas por un gran número de nuevas órdenes similares, que de alguna manera mostraban así una cierta admiración por la que durante varios siglos fue considerada organización maldita y traidora a la propia religión cristiana.

Se iniciaban estas normas con 72 artículos en total y 4 mandatos, que fueron redactados por Johan Michel, por indicación directa de San Bernardo, ampliándose por los extractos para quedarse en 685 artículos.

Los denominados Estatutos Jerárquicos comprendían 120 artículos.

El artículo 98 se refiere a los escoltas en época de guerra.

El artículo 101 hace referencia a los derechos del Mariscal en tiempo de contienda.

El 126 trata del aprovisionamiento de los castillos.

El 127 hace referencia a la defensa de la Vera Cruz durante la batalla.

Del 156 al 168 se dedican al equipo de campaña, la marcha y la disciplina tanto en tiempos de paz como de guerra, así como el comportamiento que debe usarse en el combate.

La última parte de la Regla comprende 488 estipulaciones de temas muy variados.

Resumiendo, de los 686 artículos tan solo 49 se refieren al aspecto bélico de los templarios y ninguno de estos últimos están en la Regla primitiva sino en las que posteriormente se fueron confeccionando.

Desgraciadamente se han conservado muy pocos manuscritos de esta orden a través del tiempo. Curzón cuando presentó su interesante trabajo en el año 1886 afirma que se conocían tres fondos documentales muy interesantes:

  1. En Roma.- Fondos de la Biblioteca del príncipe Cossino.
  2. En París.- Bibliotheque Nationale y procedente de la Biblioteca del cardenal Mazarino.
  3. En Gijón.- Procedente del Priorato de Champagne.

No obstante lo cierto es, que se ha escrito mucho y variado sobre las normas que regulaban la vida de estos caballeros que la historia ha criticado tan injustamente.

Debían vestir hábito blanco o negro según la ocasión y llevar capa blanca que era el símbolo de castidad.

Con posterioridad llevarían el distintivo, es decir una cruz en rojo en la parte izquierda.

No podían llevar prenda de abrigo de piel.

Aquellos caballeros que lo deseasen podían llevar barba, pero los cabellos cortados prácticamente al rape.

No se lavaban con demasiada frecuencia.

Estaba totalmente prohibido portar adornos plateados o dorados.

Debían oír todos los días Misa o en su defecto rezar numerosas oraciones.

Tenían que honrar a los hermanos difuntos y a los enfermos y ancianos.

Les quedaba completamente prohibido, con grandes castigos, el ser acompañados por mujeres.

A groso modo estas eran algunas de las normas mas frecuentes por las que se debían regir los caballeros templarios.

La máxima autoridad era el Maestre y por encima del cual solamente estaba Dios, sin reconocimiento hacia el monarca o el Papa.

Siguiendo por orden descendiente en la lista jerárquicamente el gran Comendador y el sargento, así hasta llegar al más humilde miembro de la misma.

Debían cuidar y tener en perfecto estado, tanto las armas como el caballo, siendo elementos fundamentales en la propia vida del caballero, así como estar preparado interiormente desde el punto religioso con el alma totalmente limpia.

Es en el año 1147 cuando se autoriza a los caballeros templarios el llevar sobre la capa, al lado izquierdo del corazón una cruz roja “a fin de que este signo les sirva de escudo ante el infiel”.

La orden tiene a su cabeza un Maestre electo, con amplios poderes, aunque está obligado a reunir el capitulo para tomar consejo de él y, a la hora de decidir, debe reunir el convento.

Todos le deben obediencia y sumisión, como a Dios mismo, estando ésta obediencia simbolizada en poseer un cofre sin cerradura.

El castigo de las faltas cometidas va desde “ligera penitencia” a la expulsión de la Orden. Es obligada la denuncia de las faltas de los hermanos.

Cada caballero tendrá tres caballos y escudero, que está encargado de su cuidado y que no podrá pelear si éste sirve “de caridad”, es decir sin remuneración.

Si se efectúa alguna donación a la Orden, de armaduras doradas o plateadas se las pintará

En el caso del fallecimiento del Maestre, sus funerales tienen carácter solemne, con gran luminaria de cirios y candelas. Durante siete días los hermanos deben rezar doscientos padrenuestros por el eterno descanso de su alma.

Es el mariscal quién está encargado de la interinidad. Convoca el capítulo, cuya composición es mal conocida aún en la actualidad.

El Capitulo es quién elige a un Gran Comendador a quién el Mariscal entrega el poder y quién fija la fecha de elección del mismo Maestre.

Y estos eran grosso modo algunos de los puntos mas significativos de todas estas variadas y detalladas reglas, que dirigieron la vida de unos miles de hombres de armas, el mejor ejercito de aquella lejana época, durante algo mas de dos siglos. Dichos documentos han llegado hasta nuestros días gracias al incansable trabajo de un muy reducido grupo de investigadores y seguidores europeos de esta peculiar orden de caballería, que el único crimen que cometió fue en convertirse en una extraordinaria organización económica y militar que hizo temblar a determinadas e inseguras monarquías occidentales.

LOS TEMPLARIOS EN CACERES

Pero en la villa de Cáceres también se dejó sentir bastante la influencia de caballeros templarios que llegaron inicialmente de paso, como es el caso de la veintena larga de los que colaboraron directamente en la Reconquista de la población, el 23 de abril de 1229, atraídos por una variada posible recompensa tanto en metálico como de grandes extensiones de tierra, en definitiva una amplia posibilidad de iniciar su vida familiar. Y es mas tarde en pleno siglo XIV siendo la orden perseguida en la práctica totalidad del territorio europeo, cuando utilizan las tierras extremeñas para pasar al vecino Portugal y establecerse principalmente bajo el cuidado de la Orden del Cristo. Corre el año 1319, es Sumo Pontífice Juan XXII, y monarca lusitano Donis o Dioni, gran defensor y protector de los templarios. Estos perseguidos caballeros transportaron interesantes documentos de sus archivos y una importante cantidad de riquezas y obras de arte, que irán utilizando para poder sobrevivir y crear nuevos asentamientos bajo otros títulos nobles. Así de una manera muy discreta no pocos de estos caballeros decidieron libremente irse quedando a vivir en nuestra tierra, llegando a enlazarse familiarmente con miembros de las mas nobles familias cacerenses y castellanas, entre otras.

“Albergaos, señores hermanos,
en nombre de Dios”.

(Con esta fórmula los escuderos de estos caballeros levantaban sus tiendas, así como los servicios de cuartel, recogiendo los alimentos necesarios así como todo lo que en nombre de Dios fuese oportuno).

Con todo este importante movimiento humano se fue concentrando en Cáceres un valioso patrimonio, hoy imposible de calcular, propio de aquellas épocas de continuo desplazamiento de caballeros cristianos implicados en conquistas y reconquistas de poblaciones de la Península Ibérica. A falta del descubrimiento de otra pista, es mas que probable que la aparición de la imagen conocida popularmente en la actualidad como Cristo Negro, sea el resultado directo o indirecto de aquella llegada de caballeros de la capa blanca, a esta por entonces villa. Solo así podríamos justificar infinidad de detalles relacionados con esta impresionante talla. Información que durante siglos ha estado perdida y no considerada de interés por los historiadores más puristas. Ello motivado por la falta de la conveniente documentación histórica, no tomando en cuenta la propia tradición oral. También es evidente la existencia de varios flecos históricos que aún en la actualidad están pendientes de resolverse oportunamente.

Nuestra población vivía en aquellos lejanos tiempos, unos notables cambios en el aspecto humano, muy difíciles de comprender en la actualidad por las particularidades del momento. No podemos olvidar que aquí en Cáceres se había fundado la Orden de los Freires o caballeros de la Espada, el día 1 de Agosto del año 1170, que con el paso del tiempo se transforma en la Orden de Santiago. Sin olvidarnos de la notable influencia que la civilización musulmana mantuvo en Cáceres, durante casi tres siglos, todo lo que sin duda repercutía en la población a través de numerosos y variados niveles.

Repaso por diferentes antiguas construcciones cacerenses:

  1. Convento de San Benito.
  2. Ermita del Espíritu Santo.
  3. Ermita de Ntra. Sra. del Salor.

Convento de San Benito:

Un papel muy importante en todo este momento histórico, y hasta ahora nada valorado, lo juega la existencia de un cenobio benedictino en las proximidades de Cáceres, que durante varios siglos desempeñó una inigualable tarea evangelizadora y devocional en todo este amplio territorio nuestro.

Levantado a unos 4 Km. de nuestro centro urbano, está en lo alto de un montículo que recibe su mismo nombre, a corta distancia de la denominada Ermita de Santa Lucía, en dirección al sur, cerca de la población minera fundada en el siglo XIX, conocida como Aldea Moret.

Dicho convento es levantado en época visigoda. Se trata de un grandioso edificio de dimensiones que se aproximan a los veinte metros de largo por catorce de ancho, con tres naves. Con media docena de estancias adosadas que dan al conjunto arquitectónico un aspecto extraordinario que en sus mejores momentos llegó a acoger a una docena de religiosos benedictinos, que dedicaban las jornadas a la oración, atender a los numerosos peregrinos que a diario llegaban hasta allí, además de trabajar en el campo. Sin olvidarnos de la magnífica biblioteca que llegó a custodiarse en dicho lugar, que llegó a sumar varios centenares de ejemplares del mas variado contenido.

Si hacemos caso a las palabras del insigne investigador y clérigo D. Simón Benito Boxoyo, referidas a los siglos XVI y XVII principalmente, toda aquella zona estaba formada por una frondosa vegetación con enormes y variados árboles, donde abundaba la caza mayor. Lo que daría a todo el conjunto el aspecto de un auténtico paraíso terrenal, ello sin olvidar la gran abundancia de agua como consecuencia de la existencia de al menos dos pozos, una gran charca y en determinadas épocas un generoso riachuelo.

En las proximidades del convento, se localiza un curioso cementerio, donde están enterrados los restos de los religiosos que pasaron por dicho lugar, además de numerosos peregrinos que allí fallecieron rodeados de una justa y merecida paz terrenal.

Gracias a la información bibliográfica que nos deja D. Tomás Pulido Pulido, sabemos de la existencia real de un retablo, con documento de contrata y hechura por parte de Francisco de Hermosa, pintor y vecino de Garrovillas, lo que ocurría en el año 1544.

También otros investigadores cacerenses como el Sr. Hurtado, Sanguino o Floriano, le dedican bastantes folios a tan maltratado edificio. Detallando su interior así como todo cuanto contenía, destacando especialmente la colección de pinturas en sus muros, de las cuales desgraciadamente nos queda en la actualidad una pequeña parte y en muy mal estado de conservación. Una inscripción en latín, varios rosetones, una imagen de San Benito, de Jesucristo, así como la estigmatización de San Francisco, son los supervivientes de un rico y desaparecido patrimonio pictórico, que los especialistas fechan en pleno siglo XVI, atribuidos con toda probabilidad a Antonio Ribera, el autor de las pinturas murales existentes en la derruida Ermita de San Jorge, situada en las inmediaciones de la carretera de Badajoz.

Correspondía este convento a la jurisdicción de la parroquia de San Mateo, ello hasta que en el siglo XIX (el 3 de junio de 1886) se abre al culto el templo de San Eugenio, construido en pleno Aldea Moret.

Durante el siglo XVIII se le habían realizado importantes arreglos en prácticamente todo el conjunto, dado el estado semiruinoso del mismo. Para lo cual se concretan los servicios de los maestros alarifes: Narciso Hurtado y Pedro González, quienes vivían aquí en Cáceres desde el año 1754. Todo el edificio se encontraba en muy mal estado, a excepción de la capilla que era ocupada por la talla de San Benito, obra del siglo XVI.

Se reparan las cubiertas, los suelos, la bóveda, se refuerza algunos de los muros, terminada toda esta operación en la que intervienen un centenar de obreros y voluntarios, se encala todo el conjunto, debiendo resultar el edificio y sus construcciones adosadas una bella estampa para cuantas personas piadosas hasta allí arriba suben.

Entre la poca documentación conservada y referida a aquellos hoy lejanas centurias, hemos conocido sobradas menciones del carácter milagroso de aquella primero ermita y posterior cenobio de San Benito, nosotros aquí transcribimos los comentarios al respecto, realizados en su día por el admirado investigador cacerense D. Publio Hurtado Pérez, y que dicen así:

“… santo de gran fama y devoción por sus milagros atraía en gran concurso de gente en romería al día de su fiesta que se celebra en primavera después de Pascua de Resurrección… había colgada junto al altar una tabla en que, bajo fe de escribano se hacía específica mención de dieciséis milagros, por virtud de los cuales, alcanzaron su salud otros tantos enfermos desahuciados, y entre ellos cuatro ademoniados. …”.

Algunos casos, recopilados en la mencionada tabla, decían lo siguiente:

“En 17 de noviembre de 1530, vino Catalina Martín, mujer de Juan García, vecina de Villar del Rey, a esta casa, sin hablar y tullida del brazo derecho y pierna derecha, cojeando y arrastrando el suelo con ella, y temiendo moverse, sanó y se le volvió su habla como de antes, y mandó libremente brazo y pierna. Hay testimonio”.

“En 29 de abril, año de 1531, vino a esta Ermita del Sr. San Benito, Ruy López Peyón, vecino de esta villa de Cáceres, a tener novenas, estando malo de calentura y ciática, y tullido, que no se podía tener y mandar, fue sano y bueno de todas sus enfermedades. Hay testimonio”,

“En 20 de marzo de 1579, vino a esta santa casa de San Benito, Pedro Martín, vecino de Trevejo, cojo y contrahecho de la pierna del lado derecho, que apenas se podía tener con ella, y teniendo novena, al posterior día estando haciendo oración al bienaventurado santo, se sintió bueno y sanó, y anduvo sin muletas, y en señal las dejó ambas en dicha ermita”.

“En 1 de Mayo de 1580, vino a esta santa ermita, Alonso Martín, natural de Cáceres…”.

Y así hasta los dieciséis casos.

Ya bien avanzado el siglo XIX, aún aparece en diferentes publicaciones y crónicas, la existencia de este peculiar edificio aislado en mitad del campo, ello a pesar que ya no tiene la atracción de siglos anteriores.

Por auto, de doce de julio de 1872, del secretario de Cámara del obispado, se aprueban las cuentas de las obras realizadas en la ermita y se establecen reglas para el alquiler y conservación de la hospedería.

Es en este mismo año cuando es definitivamente extinguida la cofradía, por falta de miembros, y se autoriza al sacerdote para que inicie los trámites necesarios para la venta de todos los objetos propiedad de la misma, tales como: ropa, alhajas, cálices, cuadros, libros, bancos, muebles, etc. Tuvieron que pasar varios años hasta poder dar por finalizada tan laboriosa tarea. Comienza así el total abandono del Convento y la desaparición de su hospedería, los religiosos benedictinos fallecen por su avanzada edad y son enterrados junto a sus centenarios muros.

Pero una de las informaciones menos conocidas, con respecto a aquella construcción, es la existencia oportunamente conservada entre sus dependencias, de una pequeña reliquia de San Benito, que fue contemplada y venerada por miles de peregrinos procedentes de muchos rincones de la geografía extremeña de aquella época.

Procedente de Jerusalén, fue traída por los religiosos, y durante algo más de dos siglos fue respetuosamente custodiada, dentro de un artístico estuche de plata, realizado exclusivamente para dicho fin. Cuando a principios del siglo XX pasan todos los enseres a la próxima Iglesia de San Eugenio, también lo hace la reliquia, quedando a la custodia personal de D. Agustín Barquero, a mediados de dicho siglo nada se sabe de la reliquia ni de su artístico estuche.

También por la misma época cuando es necesario quitar el retablo mayor para su transporte, se descubre detrás del mismo, una muy buena pintura que representa al Señor Resucitado, triunfante en ascensión gloriosa, con bandera en mano. Es de suponer que la antigüedad de la pintura es mayor que la del propio retablo, también de autor desconocido aunque de estilo similar a las anteriormente mencionadas y a las existentes en las ermitas cercanas.

Con origen en centurias posteriores, llegó hasta San Benito otra reliquia, colocada en escolpia de plata, con la inscripción de San Maximiliano, donada por persona piadosa de la villa de Cáceres para su eterna custodia en dicho lugar, y que nosotros hemos podido descubrir en la década de los años noventa del siglo XX.

Se sabe que al menos había tres imágenes consideradas grandes, por tener algo más de un metro y medio de tamaño, y eran S. Benito (siglo XVI) que es la que se conserva actualmente en la Iglesia de San Eugenio; San Donato (siglo XVII), que es mas que probable que llegase hasta allí procedente de la Ermita de Santa Olalla, y la de San Benito (XV-XVI) llamado el Viejo, que desgraciadamente encontrándose lleno de carcoma y xilófagos, y ante la imposibilidad económica de poder restaurarla, optaron por quemarla y enterrar las cenizas en lugar determinado y sin señalizar, donde según la tradición en años siguientes floreció un bello árbol.

A lo largo de la segunda mitad del siglo XX, numerosas han sido las personas que de manera discreta se han acercado hasta aquel descomunal esqueleto arquitectónico en busca de objetos de cierto valor, llegando incluso a realizar pequeñas excavaciones. Desconociendo el resultado de las mismas.

A principios del siglo XXI se han iniciado unos interesantes trabajos de rehabilitación del templo que pasará a constituirse en parroquia de la cercana urbanización. Todo bajo el auspicio de su actual propietario el Obispado de Coria-Cáceres.

Y allí en aquel lugar privilegiado, convivieron en el más estricto anonimato algunos caballeros templarios en su desplazamiento solitario hacia la vecina Portugal, siendo atendidos discretamente por los religiosos benedictinos, dejando por ello importantes limosnas, utilizadas para mantener abierto el popular convento.

De la madera a la piedra:

Con este discreto lema, se fueron asentando en Cáceres, nobles y caballeros venidos de otros reinos hispanos, incluso de lejanas tierras europeas, entre ellos los tan admirados templarios, siguiendo la mayoría de las veces determinadas devociones de Cristos, Vírgenes, o sencillos y pequeños fragmentos del Lignum Vere Crucis. Toda una aventura que fue formando el verdadero carácter histórico de los actuales ciudadanos cacerenses. Un simple pero firme sentimiento de arraigo que por aquel entonces no era muy usual, dadas las variadas riquezas que se concentraban en determinadas poblaciones, sometidas a la autoridad musulmana principalmente.

Muchos de estos nobles, base de los primeros ciudadanos cacerenses, sin confesarse abiertamente miembros de la Orden del Templo de Jerusalén, si eran fieles seguidores y defensores de dicho grupo cristiano, y emplearon todo su esfuerzo físico y material para defender la Fe Cristiana y proteger a los devotos de la misma, donde quiera que se encontrasen.

Así las cosas, y gracias principalmente al gran patrimonio que iban acumulando en conquistas y herencias iban levantando otras construcciones, que podemos calificar de peculiares en la villa de Cáceres, que gozan de extraordinarias atenciones por parte de nuestros particulares protagonistas. Ofreciendo así a las generaciones futuras un magnífico patrimonio artístico y cultural difícilmente igualable y complicado de mantener adecuadamente, aún en la actualidad. Debiendo enfrentarse en no pocos casos, con el orden gobernante para poder conservar bajo su cuidado todos estos edificios con la finalidad e importancia para el que fueron levantados.

Ermita del Espíritu Santo:

Este es el caso concreto de la Ermita del Espíritu Santo, construida a la distancia aproximada de 1 Km. del Complejo Cultural San Francisco, dirección sur.

Durante muchos años, o mejor dicho siglos, numerosos investigadores han manifestado, a la vista de su peculiar estilo arquitectónico, y dada su gran belleza, que en gran medida se ha mantenido hasta nuestros días, que en sus lejanos orígenes pudo llegar a ser una pequeña mezquita, tal y como deja constancia la propia orientación del edificio, así como algunas “causalidades”, mientras que otros investigadores defienden la postura de construcción mudéjar, ello por la existencia de elementos de este estilo que aún quedan a la vista.

Según estudios realizados por el presbítero e insigne investigador local D. Simón Benito Boxoyo, además de historiador y notable arqueólogo, esta ermita fue utilizada y sin duda arreglada por los nobles caballeros de la Orden del Temple, quienes tal y como han afirmado en distintas épocas nuestros investigadores locales, es mas que probable que se asentaran en las afueras de Cáceres. Siendo cierto que de todo esto no se conserva documentación escrita, pero sí objetos y variadas pruebas que en su día pudo estudiar el Sr. Boxoyo, entre otros.

En esta apasionada historia no podemos pasar por alto, la tradición oral que hasta hoy ha llegado, en lo referente al cementerio que existía en la proximidades del templo del Espíritu Santo, donde aparecieron distintos elementos tanto pétreos de señalización clara de al menos una veintena de enterramientos, como de otros tipos y fragmentos de variados materiales. Además de mantenerse hasta mediados del siglo XX, toda una zona próxima al edificio que nos ocupa, con el nombre de: “tierra o finca de los caballeros del Espíritu Santo”, otro título que a través de la historia ha estado estrechamente vinculado a los templarios.

Del mismo modo Boxoyo, tuvo ocasión de poder contemplar así como estudiar, las ruinas de un edificio existente en las inmediaciones de la mencionada ermita, que podría muy bien ser considerado como el lugar donde vivían los caballeros-monjes.

Varios investigadores locales del siglo XIX, localizaron en los libros de cuentas de la cofradía, asientos o anotaciones de compra de útiles propios para cocinar, así como numerosos platos y rudimentarios cubiertos, o piezas propias de las cocinas, conjunto de objetos nada lógicos para el uso de las ermitas, mas bien hace pensar que eran propias de establecimientos tales como hospederías o viviendas donde atender a un grupo de entre diez y veinte personas, establecidas de quieto en aquel lugar.

Pero en lo que verdaderamente coinciden, la mayoría de todos estos estudiosos e investigadores es, en fechar la construcción de la primitiva ermita entre principios del siglo XIII y finales del XIV.

Al igual que ocurriese con la mayoría de nuestras ermitas, en esta también existió una cofradía que se encargaba fundamentalmente en dar esplendor a todos los cultos, que se celebrasen en la misma, fundándose el 25 de marzo de año del Señor del 1493, celebrando su fiesta principal el Domingo de Pentecostés.

Y fue la propia cofradía, la encargada e 1514 de reedificar la capilla principal, dejando constancia eterna con la inscripción que se conserva dentro del templo, en el que se puede apreciar además del año de realización de la obra, el nombre de Francisco Ponce Bracero, que era el mayordomo de la cofradía por aquellos días.

En el interior está dividida en tres naves, no longitudinales sino a lo ancho, utilizándose en esta división dos arcadas de tres arcos de ladrillo, que descansan en octogonales pilares de granito. Los arcos del centro son mayores que el resto. Posee ábside de planta poligonal con bóveda de crucería de piedra. Los muros son de mampostería encalada.

Si hacemos caso a determinados datos que se pierden en la noche de los tiempos, en el suelo del templo, en la zona próxima al altar mayor aún deben estar los restos de media docena de caballeros venidos de lejanas tierras para colaborar en la definitiva reconquista de Cáceres para la causa cristiana, anónimos y aguerridos hombres que no dudaron en dormir el sueño eterno muy alejados de sus hogares y familias.

Observando detalladamente los documentos que hasta nosotros han llegado, referidos a esta antigua ermita, podemos encontrar una gran cantidad y variedad de imágenes que e han guardado o expuesto al culto, ello en sus mejores tiempos, principalmente durante el siglo XVIII, llegando a coincidir media docena de las mismas, de muy variada procedencia y estilo, cada una con su correspondiente retablo o altar, así como sus cultos y grupo de devotos, todo ello a pesar de las limitadas dimensiones del edificio que nos ocupa.

Pero como consecuencia de ser acondicionado el templo, y sus dependencias adjuntas, para hospital general de las tropas llegadas hasta aquí en la guerra entre Francia e Inglaterra, lo que, lo que ocurría en el siglo XVIII, todas las imágenes y objetos de valor fueron oportunamente evacuados de la ermita, para ser guardados en muy diferentes lugares de la ciudad, llegando a San Mateo, o San Francisco, además de otras ermitas intramuros, así como a determinadas casas particulares, patrimonio artístico que en gran número no volvió nunca mas a este templo, mientras que alguna imagen tardó varios años en hacerlo, gracias al empeño y la sensibilidad de varias personas piadosas, y determinaciones de la autoridad eclesiástica.

Tarea nada fácil, la de devolver el esplendor a ermita tan histórica, sobre la que causaron notable daño las tropas francesas en la Guerra de la Independencia, dejándola en total ruina.

Aunque consta, de que el empeño de recuperar para el culto y la devoción este templo del Espíritu Santo, fue dirigido por D. Pedro Chaves y Flores, sacerdote de San Mateo, otras personas también participaron incansablemente en tan complicada tarea, aunque sus datos no han trascendido hasta nuestros días, siendo el investigador cacerense D. Publio Hurtado Pérez, uno de los pocos que tuvieron la oportunidad de conocer los detalles documentados.

Corría el año 1833 cuando el mencionado sacerdote de San Mateo, también Vicario de la Villa, no sin poco esfuerzo, reorganiza la cofradía, que llevaba casi medio siglo sin actividad alguna, además de utilizar una importe suma de dinero para techar todo el templo, y tapar grietas en el conjunto del edificio, así como otros detalles de rehabilitación relacionados con el conjunto arquitectónico.

Y es en la segunda mitad del siglo XIX, con la reorganización del patrimonio total de dicho templo, cuando comienzan a aparecer infinidad de pequeñas historias e incluso con discretos adornos de leyenda, que hacen referencia a determinados objetos, y sus complicados recorridos hasta su definitiva ubicación.

Pero pese a las limitaciones de recursos, tanto económicos como materiales, la tarea mas complicada fue la de recuperación de objetos originales a su interior.

“A la ermita volvieron pocos, unos propios y otros extraños.

… … … y al lado de la Epístola aparece una Santa Ana, instalada en un modesto altar; y en el otro lado del Evangelio, un Cristo crucificado de mediocre factura.

Ninguna de aquellas efigies dice nada a los ojos profanos. Yo mismo, al hacerme cargo de ellas para hilvanar este incompleto trabajo, las miré con cierta indiferencia…

Mas ¡Lo que puede la imaginación!, cuando a los pocos días escuché de labios de personas ancianas, que a su vez lo habían oído a sus mayores, que aquel Crucificado era el devotísimo Cristo del Humilladero, volví a la ermita, lo contemplé con religiosa curiosidad y creyendo verlo rodeado de aquellos prestigios sobrehumanos con que las pasadas generaciones le tejieron aureola inmarcesible me abismó en un piélago de piadosas reflexiones.

Aquel Cristo solitario, desterrado de su antiguo altar, dado al olvido por la grey presente, ante el cual no se inclina una cabeza ni se reza una oración, fue el que presidió cientos de años las “procesiones de penitencia” en las noches del Jueves Santo; el que dio lugar a serias contiendas entre los caballeros de la villa por ser sus portadores; el que vio desfilar ante él miles y miles de pecadores, flagelándose cruelmente y ofreciéndole su sangre por un destello de piedad.

Yo no sé si es imagen legendaria, pero sí que fue por muchas centurias místico faro de contritos y arrepentidos”. (1913- D. Publio Hurtado Pérez).

“… retorno de sus imágenes, especialmente del Santísimo Cristo del Espíritu Santo, que albergaba en su casa la viuda de D. Faustino Gómez, Escribano de Cámara, que había sido de la Audiencia, a cuyo fin coadyuvó el obispo de Coria Don Ramón Montero, con auto de 27 de marzo del citado año 1883, en el que ordenó la recogida, pero mandando que el Cristo se llevase no a su ermita sino a la parroquia como así se hizo, colocándose por lo pronto en el altar de la sacristía, de donde algo mas tarde se mudó a la capilla de los Saavedra, y es probablemente el que hemos venerado hasta hace cuatro años bajo la advocación de Santo cristo de la Buena Muerte, denominación que responde perfectamente a los fines que le asignaban las ordenanzas de la hermandad, y ahora se encuentra en el cuerpo más alto y lugar central del retablo de la capilla de San Mateo”. (1918- D. Publio Hurtado Pérez).

Y estos son pequeños detalles, surgidos en tan antigua construcción, que nos dan una idea bastante clara, de la importancia que alcanzó en centurias pasadas, esa ermita que fue administrada por varios caballeros templarios, que sin duda gozan de una magnífica visión de futuro. Ello sin poder profundizar en el estudio del lugar elegido para levantar la ermita, sin duda un antiquísimo asentamiento humano, que puede muy bien tutearse con el que conocemos popularmente como Cueva de Maltravieso, tal y como lo demuestran los numerosos hallazgos arqueológicos, que se produjeron durante el siglo pasado.

Ya nada volvió a ser igual, ni en el exterior de esta construcción, ni en el interior.

Con la llegada del siglo XX, aquel paisaje de vedes praderas, donde abundaban miles de violetas silvestres, mezcladas con un sin fin de flores, arbustos y charcas repletas de peces y anfibios, comenzaron a desaparecer, dando paso a una serie de construcciones que aunque acompañaban a la propia ermita, destruían un entorno único, que durante siglos se desarrollo en perfecto respeto y equilibrio con la siempre inteligente naturaleza.

Y en el ambiente histórico desparecido, queda gravado el paseo silencioso de los caballeros de la capa blanca, recordando melancólicamente sus tiempos de esplendor en toda Europa, contemplando tristes aquellos documentos y objetos que les han acompañado en una rápida huida, en evitación de su detención y posterior ajusticiamiento injusto.

Hoy, aquel peculiar lugar, ofrece una imagen fría, donde se entrelazan construcciones e intereses personales que predominan por encima de una clara y justa defensa histórica difícilmente irrepetible y que a corto plazo puede llegar a olvidarse por completo.

Tenemos recopilados otros pequeños “detalles históricos”, del protagonismo claro y firme de un recudido grupo de caballeros templarios en nuestra por entonces villa de Cáceres, participando activamente en la formación de profundos cimientos históricos, además de dejar constancia de su influencia en los alrededores, aunque fuesen maquillados en otras órdenes expresamente creadas para ellos y sus seguidores.

Sin pasar por alto la silenciosa pero imparable presencia en Cáceres, al menos durante dos siglos de una decena de documentadas reliquias de muy distantes procedencias, que fueron despertando una creciente devoción entre miles de ciudadanos de la provincia y la región. Destacando especialmente el denominado Lignum Vere Crucis. Además de la existencia de otro edificio bajo el título de Hospital del Santo Espíritu, clara advocación relacionada con los templarios, que fue levantado en el siglo XIV, en cuya iglesia de una sola nave, se veneraba un rustico Crucificado traído por caballeros cristianos de tierras lejanas, y al que una gran parte de la nobleza cacerense le rendía gran y devota sumisión. Edificio tan peculiar desapareció en el siglo XIX. Dicho espacio lo ocupa en la actualidad la Sala Cultural Capitol, dependiente de Caja Duero.

Así nos desplazamos a unos 20 Km. de distancia de nuestra ciudad, y a 5 Km. de la población de Torrequemada, y después de atravesar una considerable distancia en camino entre fincas, llegamos a una hoy, magnífica construcción medieval levantada en medio de un paraje asombroso, junto al río Salor que es atravesado por un antiquísimo puente, se divisa un edificio religioso que durante siglos atrajo a miles de fieles, convencidos seguidores de anónimos caballeros que procedentes de lejanas tierras, vivieron sus últimos años en aquel pequeño paraíso terrenal.

Ermita Nuestra Señora del Salor:

Su origen se pierde en la noche de los tiempos, existiendo varios investigadores que apuntan la construcción de dicha ermita en la segunda mitad del siglo XIII, mientras que otros la fechan en pleno siglo XIV. Su mención documentada mas conocida es, en el propio Fuero de Cáceres, originario del siglo XIII.

Ciertamente aquel lugar podemos señalarlo como mágico, por la belleza de la naturaleza que la rodea, pero también por las numerosas tumbas de notable antigüedad, que cavadas en plena roca, impacientemente esperan contarnos sus historias y secretos. Además los elementos antiguos de esta peculiar ermita, nos ofrecen un amplio catálogo de vivencias humanas, surgidas en un momento muy complicado para este lugar, pero adornado con irrepetibles rezos y suplicas, al mismo tiempo que se curaban heridas físicas y espirituales de unos hombres que dedicaron la totalidad de su existencia a la defensa de la religión cristiana y de toda una serie de conocimientos difícilmente comprensibles para una gran mayoría.

El rincón para refugiarse no podía ser mejor, aislado de población alguna, y por consiguiente de miradas indiscretas, construcción rodeada de variado campo y de un amplio espacio donde realizar diferentes actividades de agricultura y cultivo, además de contar con abundante agua.

Ermita que desde sus orígenes ha pertenecido a la feligresía de la parroquia de San Mateo de Cáceres. Así en el año 1345, se fundó en dicho templo una cofradía con vigoroso estatuto de caballería y nobleza, a clara imitación de la denominada y conocida Orden de caballería de la Banda, que en el año 1332 había instituido en Burgos, el monarca Alfonso XI.

“En el nombre de Dios, amén, lunes 20 días andados del mes de Agosto, era 1383 (que es el año de nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, 1345), nos, los caballeros y escuderos de San Mateo, ordenamos e facemos cofradía, a servicio de Dios, para loor e servicio de la Virgen de Santa maría del Salor, Madre a quien nos tenemos por abogada e por señora en todos nuestros fechos. E otrosi la ordenamos a loor e servicio de San Mateo, cuyo nombre nos llevamos, etcétera… ”

Esta interesante cofradía, llevó una existencia muy rica, con notorio trabajo de apoyo a la ermita y su incansable apoyo a la rehabilitación de dicha construcción, además de sus dependencias adjuntas, hoy desaparecidas, utilizadas como hospedería y caballerizas, para un grupo de veinte personas. Desapareció en el año 1519, aplicándose sus rentas para la reedificación y aumento del espacio de la Iglesia de San Mateo.

Pasa así Ntra. Sra. del Salor a depender directamente de los vecinos de Torrequemada, quienes refundan la cofradía y reedifican la ermita en inminente peligro de destrucción, corre el año 1557, se inicia así una nueva época para este apartado lugar.

Pese al tiempo transcurrido, aún se mantiene el recuerdo de aquellos caballeros que dieron los primeros pasos para constituir este centro religioso de especiales características para muchas generaciones, y donde crearon un ambiente perfecto para el estudio y la oración sin padecer muchas molestias.

Verdadera lástima que la imagen originaria de la Virgen del Salor, no se conserve en la actualidad, ya que fue quemada por las tropas francesas. Conocemos por diferentes fuentes que era de las denominadas sedente, es decir sentada sobre un pequeño y dorado trono, de apenas medio metro de alta, y de color negro, otra peculiaridad de las imágenes relacionadas con los caballeros templarios. Con el niño Jesús en su regazo y bendiciendo con la otra mano, su antigüedad podría remontarse a la primera mitad del siglo XIII y de procedencia y autor desconocidos documentalmente.

Algún autor se ha atrevido a apuntar que los restos de dicha imagen, es decir un pequeño montón quemado de madera policromada, junto con las cenizas de otros objetos sagrados del templo, se encuentran enterrados en las proximidades de la propia ermita en espera de que unas manos piadosas la saquen a la luz, restauren y la pongan de nuevo al culto público y para devoción de los creyentes. Pero para determinados investigadores de los considerados puristas, esto son simplemente leyendas y cuentos populares, que han ido apareciendo con el paso del tiempo.

La imagen que en la actualidad se puede contemplar, es muy moderna, del siglo XX, de las denominadas de vestir, es decir de candelero, de tamaño algo mas reducido de lo habitual, atractiva a la mirada pero de escaso valor artístico, y que cuenta con diferentes vestidos y alhajas para su fiesta y cultos.

La practica totalidad del edificio reúne una serie de atractivos arquitectónicos y pictóricos que afortunadamente se han ido conservando en el transcurrir de los siglos, gracias principalmente a la total restauración que se le realizó al templo en la segunda mitad del siglo XX, volviendo incluso a rescatarse muchas de las tradiciones antiguas en su celebración y devoción, además de los actos de la propia cofradía.

Digna de especial mención son las pinturas, mejor dicho restos de pinturas murales que se conservan tanto en el interior como en el exterior, la gran mayoría atribuidas al artista Lucas Holguín.

Todas estas particularidades convierten a este lugar en mágico, en único, en un rincón especialmente sensible a sentimientos arraigados en siglos atrás y protagonizados por seres humanos que mantenían una filosofía de la vida que va más allá del mero materialismo. El asentamiento humano que allí existió con anterioridad a la construcción de la ermita, y que se remonta fácilmente a varios cientos de siglos atrás, facilita notablemente esa química para buscar en la actualidad unos instantes de oración y reflexión tan difíciles de conseguir en nuestros días.

No obstante, debemos realizar un necesario esfuerzo para sacar a la luz todos los objetos que aún deben estar enterrados en los alrededores del mencionado templo, así como la localización y estudio del cementerio y sus restos.

A grandes rasgos, estas son algunas de las notables influencias de los pobres caballeros de Cristo, en lo que a la historia de nuestra tierra cacerense se refiere, al menos estas son las mas significativas. Pero la participación de la Orden del Temple fue mucho mas allá, fue una influencia claramente política, pero también económica y por supuesto cultural, además de religiosa, con la complicación que desde el momento de su persecución oficial, debieron de actuar maquillados tras otros nuevos títulos y cargos, incluso nombres, pero siempre pensando en recuperar toda la influencia y el respeto perdidos.

No entramos aquí en la autoridad que aplicaron en diferentes poblaciones de nuestra provincia o región, ya que estos detalles históricos aparecen en infinidad de publicaciones, nosotros solamente estamos tratando la influencia directa que ejercieron en la población de Cáceres y sus dominios, hechos que aunque no son defendidos por los historiadores, por no considerarlos oficiales, está demostrado que son ciertos y que ocurrieron con mas o menos detalles.

Además es muy posible que aún se conserven en nuestra ciudad, en determinados archivos familiares, no pocos documentos de considerable antigüedad, que estén claramente relacionados con los caballeros templarios que se establecieron en nuestro suelo y que supieron enriquecerlo, a pesar de poner esto en peligro sus propias vidas.

El principio del final:

Desde el 12 de junio de 1118 en que es fundada la orden de caballería que nos ocupa, hasta el 3 de abril de 1312 en que el Papa Clemente V con su Bula VOX IN EXCELSO, en el Concilio celebrado en Vienne, se inicia una imparable e injusta caza de brujas en toda Europa, cuyo punto mas álgido es la quema del Gran Maestre de los Templarios, Jacques de Molay en la Isla de Cire, Francia, el 18 de marzo del año 1314.

Desgraciadamente tantas han sido las obras que en todo tiempo se han escrito como mero producto de la imaginación, en lugar de la investigación o documentación, que mucha fantasía se ha arrojado sobre la existencia y desaparición de los caballeros templarios.

Cierto es, que en todo este tiempo muchos puntos han quedado definitivamente aclarados sobre la destrucción innecesaria de la orden que nos ocupa, producto principalmente del mal hacer del monarca francés Felipe IV, ante el extraordinario endeudamiento que tenía con los templarios por los prestamos que les había pedido para poder hacer frente a las necesidades de su reino. Además de la fortaleza económica o financiera en toda Europa de estos, no podemos pasar por alto que tenían un fuerte y preparado ejercito compuesto por algo mas de quince mil miembros, algo no muy frecuente en aquella época, además de numerosas alianzas con otras organizaciones similares, tanto cristianas como musulmanes.

Es fácil suponer que de haber vivido algunos años mas el monarca francés referido, también hubiese terminado con la Orden de los Hospitalarios, herederos de gran parte del patrimonio físico de los templarios.

Tal y como ya hemos apuntado al inicio de este trabajo, es evidente que la creación de la Orden del Temple, viene justificada inicialmente para proteger a los peregrinos que se desplazan a Tierra Santa, para posteriormente crear un ejercito que debidamente organizado se va estableciendo en los lugares mas estratégicos para dicha defensa y mantenimiento de tierras y ganado, hasta llegar a convertirse en una perfecta organización, que supera incluso a muchos reinos de la época.

Dada la creciente inseguridad que existía tanto en tierra como en mar, con bandas numerosas y perfectamente organizadas, los templarios convertidos en verdaderos hombres de negocios, experimentan un gran auge principalmente en los Santos Lugares, lo que comienza a levantar gran envidia en variados niveles de la sociedad. Así las cosas los monarcas y los Papas comienzan a ver con recelo a este poder humano que defiende como único jefe supremo a Dios mismo. Por ello su fin va acercándose de forma rodada.

Era una de las mas firmes pretensiones del Papa Inocencio II, el convertir a estos defensores de la fe en una perfecta tropa de élite para la Santa Sede, algo que por otra parte no agradaba a ningún monarca europeo y mucho menos a Felipe IV el Hermoso, su orgulloso enemigo Dicho público enfrentamiento se mantuvo con Bonifacio VIII, Sumo Pontífice no menos absolutista que su predecesor Inocencio.

La Iglesia de Francia, está ya cansada de proveer al Estado de los subsidios, por lo que reclama la protección del Papa, el cual prohíbe inmediatamente al clero entregar nada al rey sin su autorización previa y convenientemente estudiada.

La respuesta de Felipe no se hace esperar y da la orden de paralizar las entregas de metales nobles y dinero a Roma, lo que no agrada en modo alguno a Bonifacio. Este tan valiente Prelado es detenido y encarcelado, muriendo seguidamente sumido en la miseria y enfermedad. Su sucesor, Benedicto XI, también excomulga al sacrílego monarca, antes de morir de una indigestión de higos frescos, sin duda envenenados. Así las cosas la tiara pasa a la cabeza de un francés, el Arzobispo de Burdeos, Bertrand de Got, quién toma el nombre de Clemente V. Aunque algo mas dócil que sus antecesores, no confía del todo en Felipe, al menos de momento.

Y en previsión de posibles e inesperadas complicaciones tanto de índole política como bélica, además de tratar de resguardarse las espaldas en el aspecto económico, dada la delicada situación que atraviesa Francia, propone al Papa y amigo Clemente V que fusione las ordenes del Hospital y del Temple, en una sola bajo el título de Caballeros de Jerusalén, pudiendo así colocar como nuevo maestre de esta orden a uno de sus hijos, quedando de esta manera todo bajo su control.

Pero las principales pegas, y las mas justificadas para esta tan artificial unión, proceden de los miembros de la Orden del temple, lo que desata todas las iras del monarca francés, que comienza ha hacer todas las conjeturas posibles para la total destrucción de esa asociación que tantos dolores de cabeza le está dando y de esta manera dejar de devolverle los préstamos que se ha visto obligado a pedirles a lo largo de su reinado.

Un tal Esquyus de Floirans manda un informe misterioso al rey, donde se presentan numerosos detalles que presentan a los pobres Caballeros de Cristo, como verdaderos traidores a la religión y a la corona. Datos que son escrupulosamente ampliados por Guillermo de Nogaret, lo que despierta el interés del Papa que llama a consulta al Gran Maestre, Guillermo de Molay, es el 24 de agosto de 1307, estamos ya en el principio del fin.

El 23 de septiembre, Nogaret es nombrado Canciller pues su titular, admite tener muchos escrúpulos para llevar a cabo contra la Orden.

Las pruebas oportunamente manipuladas, son presentadas principalmente por una veintena de candidatos a caballeros templarios y que fueron rechazados por diferentes motivos, por lo que todas sus acusaciones están respaldadas por una exagerada e injusta venganza.

“Visto el informe previo y digente hecho sobre los datos del rumor público por nuestro querido hermano en Cristo, Guillermo de Mogaret, Inquisidor de la perversidad herética y nombrado por la autoridad apostólica… hemos decretado que todos los miembros de la citada orden de nuestro reino sean arrestados sin excepción alguna, y detenidos como prisioneros y en espera del juicio de la Iglesia y que todos sus muebles e inmuebles sean requisados, entregados a nos y fielmente conservados”. (Fragmento de la orden de detención).

En pocos días se pasó de soltar a los que confesasen, a la autentica caza y muerte de todos los miembros sin práctica excepción, ni perdón.

Muchos historiadores, con el paso del tiempo y la aclaración de muchos de los puntos aquí tratados, admiten que algunas de estas faltas o delitos fueron realizados por determinados miembros templarios, pero que en modo alguno es justo castigar a toda la orden con lo que realizaron un puñado de ellos, aunque se tratase de varios cientos, mas si estamos hablando de una asociación que tenía cerca de veinte mil miembros. El resto, en gran medida, son acusaciones del atormentado y manipulador monarca francés.

No cabe duda que en todo este enigmático e injusto tema, jugó un papel muy importante la estrecha y poco conocida relación que los caballeros templarios tenían con Oriente, con la religión y la civilización islámica y con algunas órdenes similares a la suya, lo que les abrió un mundo del conocimiento que estaba a mano de muy pocos

“De este modo, así habrían aceptado y conocido la existencia de dos principios superiores opuestos; uno el autor de lo espiritual y del bien; el otro de la materia y del mal, que es la base de la doctrina maniquea. El denominado dios del mal, es el que rige la existencia de los seres, y quien ha dado a la tierra la virtud de hacer germinar y florecer a los árboles y a las plantas, por consiguiente al que hay que halagar, reverenciar y adorar (aquella cabeza los templarios la llamaban como hemos apuntado antes Baphomet, es muy posible que algunos religiosos incultos viesen la cabeza como una reliquia de Mahoma cubierta con un velo y colocada sobre algún trípode). Aunque lo verdaderamente cierto es, que el dios bueno es muy superior a la propia cabeza del demonio”. (Por D. Francisco Javier Martínez Rodas).

Toda una serie de variados acontecimientos políticos librados entre el monarca y el Papa, van cerrando cada vez mas el circulo sobre la cabeza de los pobres caballeros de cristo, que son perseguidos en toda Europa y arrestados para pudrirse en las cárceles mientras se van presentando testigos falsos, para seguidamente ser ajusticiados mientras gritan su inocencia.

El 2 de mayo del año 1310, la Bula AD PROVIDAR otorga los bienes del Temple a los caballeros hospitalarios, excepto los de España, reservados a la disposición de la Santa Sede que los entregará a otras órdenes que mantienen la lucha contra los sarracenos.

A pesar de todas las promesas de perdón según se reconozca la falta, varios cientos, tal vez miles de templarios son ejecutados sin ninguna benevolencia ni justicia. Por ello según nos ha dejado escrita la tradición o tal vez la leyenda, el gran Maestre Guillermo de Molay dijo ante su verdugo, que emplazaba a Clemente V y a Felipe el Hermoso, a comparecer ante la justicia de Dios, lo que ocurriría con el primero ,solamente transcurridos cuarenta días y al segundo a final de año. Uno falleció el 20 de abril, el otro el 29 de noviembre.

El eterno Tesoro Templario:

En esta extraordinaria y misteriosa historia, que considero que aún no está totalmente aclarada, pese al tiempo transcurrido desde que se produjo, existe un tema que ha servido para que miles de personas de todas las edades y culturas realicen unos incansables esfuerzos tanto físicos como mentales, para descubrir o localizar el verdadero patrimonio de los templarios, su tesoro.

Pero en este capítulo, sobre todo hay que andarse con pies de plomo pues con demasiada frecuencia la fantasía y la imaginación han agregado infinidad de datos producto de extrañas mentes que lo único que buscan es mantener al lector superficialmente entretenido y ellos sacarse algún beneficio monetario con la publicación de los mismos.

Ciertamente y de manera documental conocemos que pocas horas de comenzar las detenciones masivas de estos caballeros, salieron de Francia y mas concretamente del propio París, una cantidad incalculable de carretas y caballerías, cargadas de objetos desconocidos. Inmediatamente se comienza a apuntar que se trata de riquezas, de monedas, joyas y demás elementos que componían un incalculable tesoro que durante varios siglos fueron acumulando. Esta es la opinión generalizada de la opinión pública y muchos investigadores en gran número respaldan esta teoría. Particularmente y a la vista de cientos de libros y es posible que en gran medida esto fuese cierto, es decir que los perseguidos caballeros de la capa blanca tratasen de sacar y esconder una importante cantidad de riquezas, para así continuar viviendo en la clandestinidad o para sobornar a determinados monarcas o jerarquías y asociaciones de todo tipo.

De hecho, según los cálculos que hemos podido realizar una gran cantidad de lo sacado de sus dominios y ocultado en diferentes lugares de Europa, se refería a un impresionante archivo, biblioteca y en definitiva registro escrito de sus mas profundos conocimientos, obtenidos de sus contactos directos con otras civilizaciones principalmente.

Y este magnífico fondo documental para nosotros es mucho más valioso que cualquier otra riqueza física, ya que de él podemos obtener un conocimiento cultural e histórico, que en la actualidad no se puede conocer de ninguna otra manera pues no se conserva información semejante en ningún archivo o biblioteca conocida.

Determinados escritores de manera gratuita, se han permitido afirmar que gracias a la enorme cantidad de riquezas que los templarios sacaron y escondieron en lugares desconocidos, pudieron vivir en la abundancia e incluso alargar su existencia hasta prácticamente nuestros días. Algo que aplicando solamente la lógica, es imposible. Debían disponer de riquezas incalculables para dilatar tantos siglos su permanencia en el mundo.

Existe no obstante una teoría por otra parte no excesivamente exagerada, que apunta que a partir del siglo XIV, que es cuando se produce la caza y captura de los templarios, los supervivientes y seguidores de los mismos, emplearon fuertes sumas de dinero en señal de inversiones en importantes campañas llevadas a cabo por los países europeos en los que se asentaron, estando incluidas entre estas operaciones el propio descubrimiento de América (s. XV). Pero a partir de ese momento histórico es muy difícil sino imposible, por muy ahorradores que aquellos señores fuesen, que les quedasen restos de riquezas para poder invertir, e incluso utilizar en provecho propio. Por consiguiente es exagerado pensar que en la actualidad sus descendientes espirituales, que lo lógico es que no existan, puedan vivir con las rentas de aquel “tesoro oculto”, aunque tuviesen grandes conocimientos financieros.

En definitiva defendemos que el verdadero tesoro de los caballeros templarios es el desconocido archivo o base de datos que fueron escrupulosamente guardando en lugares especialmente protegidos y defendidos con sus vidas. El conocimiento que podía facilitarnos su estudio, aún en la actualidad sería increíble.

Nuevamente en Cáceres:

Y volviendo a la ciudad de Cáceres, debemos recordar o conocer que en muchos de los palacios o edificios históricos, en la actualidad se conservan variadas representaciones de signos y símbolos meramente templarios, sobre todo cruces, lo que nos ratifica la estrecha relación de los habitantes procedentes de otros lugares con estos caballeros, lo que se remonta al siglo XIII y XIV principalmente. Otro ejemplo claro de cuanto decimos son los elementos, mas o menos discretos, que se han descubierto en determinados enterramientos de los existentes en el interior de los templos cacerenses.

La siguiente oleada y menos numerosa se produce en la segunda mitad del siglo XIV, participando directamente en la creación de un orden institucional apropiado y la construcción de una ciudad que en la actualidad podemos contemplar dentro del recinto amurallado. Es decir que aquí en nuestra tierra se dio un claro “consentimiento” de asentamiento de determinados caballeros seguidores de este título.

Ciertamente es muy poco lo aquí apuntado referente a la influencia directa o indirecta que los Caballeros del Templo de Jerusalén, ejercieron sobre nuestra ciudad, es simplemente un apunte de su existencia. No obstante permanecemos expectantes de que en los próximos meses o quizás años, salgan a la luz documentos custodiados u olvidados en archivos y bibliotecas familiares, que sin duda arrojaran un sin fin de datos al respecto.

Por el contrario para conocer detallados datos sobre estos guerreros-monjes tanto en España como en Europa, existen en el mercado cientos de libros de muy diferentes autores mundiales que los tratan desde todos los ámbitos. También existe una amplia y variada bibliografía referida a su existencia e influencia en Extremadura.

Pero en tema tan amplio y atractivo como el que nos ocupa, no podíamos finalizar este modesta “punta de iceberg” sin mencionar a una persona que desgraciadamente ya fallecida, tuve la enorme suerte de conocer en el hoy lejano mes de mayo del año 1994, cuando era Concejal de Cultura del Ayuntamiento de la localidad cacereña de Torrequemada. Me estoy refiriendo a D. Francisco Javier Martínez Rodas, apasionado y documentado especialista del tema de los templarios en su asentamiento en aquella localidad en particular y en otros puntos de la provincia. Quién dedicó gran parte de su vida a investigar y dar forma a un completo archivo, que sirvió para enriquecer a no pocos estudiosos e interesados locales.

En la decena de conversaciones que mantuvimos en todos aquellos años, abundante fue la información que intercambiamos y curiosos datos los que nos descubrió el bueno de Paco, de hallazgos de todo tipo que él tuvo la enorme suerte de conocer gracias a los numerosos amigos y conocidos que le servían de confidentes al respecto.

Así la aparición del presente trabajo tiene mucho de justificación por perpetuar su recuerdo, su amistad, su trabajo silencioso de años, con toda seguridad si no hubiésemos conocido a tan incansable investigador no estaríamos aquí en este preciso momento compartiendo estos datos y sentimientos.

Ojalá que el archivo y las notas que tan minuciosamente guardó en vida Francisco Martínez Rodas vean algún día la luz, en forma de publicación, para general disfrute de todas las personas a las que nos interesan los Caballeros Templarios.

Mientras que todo esto ocurre, aquí en Cáceres quedan unos discretos flecos de una “consentida presencia” de aquellos valerosos y misteriosos hombres de armas, que sin duda dejaron en nuestra ciudad un considerable beneficio en varios campos, y con los que la civilización occidental tiene aún una enorme deuda histórica.

BIBLIOGRAFIA

  • Juan García Atienza. Diferentes publicaciones.
  • Jean Torniac. “De la chavalierie au secret de Temple”. (Paris.1975. Ed. Du Prince).
  • Henri de Cuerzón. «La Regle du Temple» (París 1886- Reedición 1977).
  • José Mª Bereciartua-Olarra. “La Orden de los templarios”. (Burgos- Ed. Adecua 1957).
  • Antonio C. Floriano Cumbreño. Diferentes publicaciones.
  • Publio Hurtado Pérez. “Castillos, torres y casas fuertes de la provincia de Cáceres” .1912
  • Gervasio Velo y Nieto. Diferentes publicaciones.
  • Francisco Javier Pizarro Gómez. Varios artículos y trabajos.
  • Antonio Navareño Mateos. “Castillos y fortificaciones en Extremadura”. (Mérida 1985).
  • Rafael Alarcón Herrera. Varios artículos y trabajos.
  • Francisco Javier Martínez Rodas. “Los Templarios: Monjes del Salor”.
Oct 012005
 

Gregorio Carrasco Montero.

La usura una situación generalizada. Y, ante todo, declaración de intenciones No pretendo es estos folios hacer un estudio exhaustivo de esa situación generalizada. Ni de todas las clases de luchas orientadas contra la carcoma aquella que atacaba a la sociedad. Más activa en los estratos más bajos de la misma.

Siempre afectaba a los que podían responder con algo A los que no, se les conocía con una palabra extraída de la liturgia y normas de protocolo, se les conocía como pobres de solemnidad.

Una idea aproximada de la situación la tendríamos con tan solo escuchar a los que aún sobreviven de aquel naufragio social. Existen todavía hombres y mujeres de setenta y tantos años a los noventa y tantos, poseedores de mentes despejadas y memorias bien conservadas que podrían dar pelos y señales de documentos que se firmaban y testigos que se imponían. Buscándolos aún se puede dar con ellos. Después oír, entre algunas lágrimas y muchos suspiros, sus testimonios recorriendo su propia familia o la de los vecinos.

¡Cuantas familias se vieron despojadas de joyas heredadas, enseres y propiedades incapaces de devolver préstamos y de pagar réditos! Sucesivamente iban perdiendo ganados, tierras, resistiéndose a quedarse sin la propia vivienda, dándose situaciones verdaderamente dolorosas y desoladoras.

Algo habría que hacer para taponar la sangría de familias que, unas a mediados de mes y otras a finales, acudían a los préstamos y enfrentarse a la epidemia del ganado, sequía o langosta -entonces no se fumigaba- que privaban de la cosecha soñada y esperada.

Algo habría que hacer porque las necesidades eran acuciantes. Se trataba de resolver entre dos luces, expresión muy rural, pero muy ajustada a la realidad y nunca mejor dicha y ap1icada a los pueblos del S. XIX y buena parte del XX.

A esa hora se acudía a casa del prestamista. El peticionario llegaba entre asustado y respetuoso, rara gratitud sabiéndose chupado de sangres y sudores. Con el prestamista estaban esperando los testigos señalados por el mismo. El peticionario previamente había hablado con el amo del dinero. Era cuestión de firmar un documento redactado por él, claro está. Especialmente se hacía referencia a los bienes con que se respondía por la cantidad recibida. Esa misma tarde noche empezaba, casi siempre, a pagar deudas: simientes, herrero, herrador, carretero, médico, barbero, etc.

Algo habría que hacer. Y nacieron las Cajas de Ahorro y Montes de Piedad en casi todas las diócesis. Lo mismo que las Cajas Rurales y Sindicatos Católicos Agrarios.

LOS OUE LA CREARON E IMPULSARON EN CACERES

Advertimos de nuevo que tampoco pretendemos seguir y detalladamente todos los pasos dados para que nacieran tales instituciones. Ni presentar biográficamente a todos los intervinientes. No nos hemos propuesto hacer un trabajo que nos llevaría muchos folios y no son el estilo de los Coloquios. Tratamos de conectar con aspectos positivos del momento y rechazar olvidos buscados y lo negativo con que se ha tratado el tema.

Entre los intervinientes, por supuesto, existen figuras más destacadas. Consecuentemente polarizan más la fama. Eso no quiere decir que todos los colaboradores en poner en marcha una institución con tales características no tengan su propio y personal mérito.

ECLESIÁSTICOS Y CIVILES

En la biografía “León Leal”, de Dª Felisa Leal García y Dª Pilar Bacas Leal, hija y nieta respectivamente del biografiado, nos ponen en camino cuando escriben:

“La caja de Ahorros, organizada por la Junta Local de la Liga Católica, -fundada por la diócesis en 1.903- comenzó como entidad en la que se fomentaba el Ahorro”[1] -Añaden: “Las Cajas de Ahorros se crearon con una finalidad eminentemente social. La de Cáceres, además, un instrumento de la Acción Social Católica para desarrollar su actuación social.”[2]

La repetición de Católica ya sea por razón de la Liga, ya por la Acción Social, está reclamando un eclesiástico, total e intensamente preocupado por los explotados a quienes tiene que pastorear y defender, sacar de las necesidades que pueda y que por todo ello estaba dispuesto a poner bases porque algo habría que hacer. Y quería que estuviese bien asentado.

Como en tantas facetas y ocasiones los Estados hicieron poco. O más bien nada. Luchar contra la usura desde sus leyes era otro Bla… Bla… Bla… Sin operatividad y menos eficacia. Andando los años, eso sí, se aprovecharon de lo hecho por hombres de Iglesia. Se han amparado tras el verbo regular. Si no les va bien con ese suelen utilizar otros más violentos como desamortizar, intervenir, gestionar, y otros de esa jerga intervensionista.

Si, dentro de la génesis de estas instituciones con marchamo religioso están los Mandamientos de la Ley de Dios. Sobre todo el Amar al Prójimo y el No Robarás. Y ¡ay! Lo que cuesta a esta sociedad que presume tanto de ONGs acercarse al ser humano tan desprotegido para ayudarlo y no para esquilmarlo. El cumplimiento de esos mandamientos no es tan solo un acto personal e íntimo. Es algo que tiene y trae siempre implicaciones sociales. La misma sociedad notará en sus propios entresijos si se cumplen o no.

Tuvimos la suerte de tener en aquella etapa un eclesiástico que no se quedó sólo en tronar contra el pecado de usura. Lleno de amor supo y quiso dar cancha a los laicos e impulsarlos para que los económicamente débiles tuviesen ayudas con las que sacar a flote familias, ganados, ahorrar algo o lo más posible, que nunca seria mucho, y hacer frente a otras eventualidades de enfermedad, sequías, fuegos, etc.

¿QUIEN FUE UN TAL ECLESIÁSTICO?

Un obispo venido de Levante. En la práctica fue, como hoy se gusta repetir, un hombre que se encarnó en la tierra que le confiaron para pastorear como heredero y sucesor de los apóstoles.

Llegado a Poniente se topó con ese y otros problemas que fue resolviendo. Al menos intentándolo con auténtico celo.

Se llamó D. Ramón Peris Mencheta, Obispo de Coria, en Extremadura. Había nacido apenas comenzada la segunda mitad del S. XIX. Desempeñaba la Dignidad de Arcipreste de la S. 1. Metropolitana de Valencia cuando fue propuesto Obispo de Coria. Llegó a la diócesis, una vez ordenado, el 16 de septiembre de 1.894. Más de una vez se ha escrito de este prelado que supo rodearse acertadamente de hombres con valores religiosos, conocedores de la historia extremeña, buenas plumas, preparados en economía y al día del Movimiento Social. El, sin frases cortadas al estilo de hoy, supo poner los valores e ilusiones de todos al servicio del Evangelio en la diócesis cauriense. Entre sus asesores y colaboradores los había, como en fácil de entender, sacerdotes. Sin embargo, el Obispo llegado de Levante, supo captarse muy bien a los que en la actualidad llamamos laicos.

Con Escobar Prieto, Fogués y Cogollos, Barrantes, Castor Amin, Gaspar, Reyes Huertas, etc., comenzó una campaña a nivel nacional para salvar el Santuario Guadalupano que amenazaba ruina por los cuatro costados después del saqueo sacrílego, acciones destructoras y olvidos imperdonables. Gracias a su entrega y a la de aquellos laicos y eclesiásticos que le acompañaban en cualquier acción a emprender se movilizaron también otras autoridades civiles, militares y eclesiásticas. Por cierto, Toledo, estuvo bastante ajeno a este movimiento extremeño de recuperación de la Santa Casa. Pero dejemos ahora este tema y reconduzcámonos al que nos ocupa en estos Coloquios 2.005.

El Problema Social, conocido como Cuestión Social, estaba en su época de Obispo cauriense en toda su ebullición. Lógicamente le preocupaba. Pláticas y predicaciones, circulares y pastorales aparecen frecuentemente en el Boletín Oficial del Obispado. No sólo para alertar al estilo del Profeta Ezequiel, sino que promueve con ello y da pasos en la formación social de los sacerdotes y de los seglares.

Así se publicó en varias entregas en el órgano de comunicación diocesano un largo y excelente trabajo titulado “El Problema Social y el Clero Católico”. Recordatorio y formativo era entonces para los curas de la diócesis. Estaba escrito por un laico, abogado brillante, economista ilustre, católico comprometido, buena pluma y oratoria convincente…

Adelantemos que era, y de él hablaremos más, D. León Leal. Este, en sus “Ráfagas, en la XXIV, dedicada a la Imprenta Álvarez en Cáceres y en un párrafo titulado Periódicos que allí se editaron certifica lo que vengo diciendo[3] con estas palabras: “Allí se tiró también la Acción Social que por los primeros años del presente siglo (XX) fundé como órgano de las Corporaciones Católico-Obreras de la diócesis con la bendición y aliento del Obispo Doctor Peris Mencheta y dirigí hasta que la cedí a Reyes Huertas, etc.”. Éste último otro que se unió a los grupos.

Preocupado este obispo y buen pastor de una diócesis pobre, de las estrecheces que sufrían muchos de sus fieles que, a parte de los llamados pobres de solemnidad engrosaban los denominados labradores (casi nunca eran propietarios de las tierras que araban) y ganaderos cuyos ganados tenían que pastar en tierras arrendadas, anima a los sacerdotes a buscar laicos con qué fundar, para ayudarlos, las Cajas Rurales de Crédito Agrícola, Sindicatos de Crédito Agrícola y otras instituciones con fines en la misma dirección de ayuda y promoción.

Adoctrinaba, como hemos resaltado, con sendas pastorales y circulares de su propia cosecha y haciendo publicar en el Boletín del Obispado todo lo que juzgaba oportuno para sus sacerdotes. En 1.910 se dirigió a fieles y sacerdotes con dos pastorales sobre “Sentido Cristiano y el Sentido Político Cristiano”

Muchas cosas y noticias podrían alargar esta comunicación haciendo recuerdo y justicia a este buen obispo. En el haber de su pontificado hay un buen puñado de efemérides realizadas a favor de la diócesis y de Extremadura. Ni la diócesis, ni el Real Monasterio de Guadalupe, ni El Palancar, ni la Caja de Ahorros, ni Extremadura han sabido, podido o querido resaltar, como se merece este gran prelado cauriense, siervo fiel y padre de todos los diocesanos, especialmente de lo que pasaban más apuros; de los pobres todos.

EL LAICO CACEREÑO FUE Y SE LLAMÓ LEÓN LEAL RAMOS

Ya citado anteriormente con el eclesiástico principal que le apoyaba. No pretendemos una biografía. Ni siquiera elemental. Tan solo referir algunos datos. Sobre todo queremos resaltar la dedicación, con las dotes de que estaba adornado, al servicio de la diócesis mirando a Dios y ayudando a los hombres, colaborando en muchos campos de la acción pastoral directamente con el pastor de la diócesis, y con las instituciones religiosas, sociales y caritativas.

Sus pasos familiares, estudiantiles, profesionales, etc. los pueden ver en la biografía que publicaron, muy ajustada a la realidad, aunque la hayan realizado su hija y su nieta que ya citamos. Es verdad que en ella se nota a lo largo de sus capítulos el cariño, ternura y nostalgia de aquella familia que fue, en distintas grados, la de ellas. Recogemos y recordamos datos y escenas que ¡ojalá! moviesen a buscar y leer la que creemos es buena biografía.

El biografiado nació en la cacereñísima plaza de los Golfines el 11 de abril de 1881. Dos días después le llevaron a las aguas bautismales en la parroquia e Iglesia Arciprestal de Cáceres entonces, y hoy S. I. Concatedral. Sería un bautizado, como sus hermanos, cuidadosamente cultivados en la vida cristiana. Gran parte tuvo en ello el clarividente pedagogo que fue su padre y también la madre, hecha entrega y testimonio. Sí, sus padres fueron los primeros transmisores de la fe.

Otro tanto diríamos que ocurrió con su responsabilidad en los estudios, trabajo intelectual, profesional y apostólico. Debido a ello, sin duda, consiguió en todos sus estudios y niveles un expediente excepcional copando premios de cursos, licenciatura y doctorado.

Su vocación es clara, el Derecho. Con la Leyes y la formación religiosa trabaja incansable y apostólicamente en las Cuestiones Sociales respondiendo a las llamadas hechas por dos grandes papas del pontificado moderno como lo fueron León XIII con su Encíclica Rerum Novarum y Pío XI con la suya, Quadragésimo Anno.

Habría que dedicarles tiempo a estudiarlas y desmenuzarlas teniendo presente a las clases más zarandeadas de la sociedad, especialmente la extremeña con miles de braceros, de larguísimos meses de paro, sin industria, latifundios en posesión de absentistas, monocultivo en gran parte. Más variados en el norte de la región pero con estructura, desarrollo y cultivo de minifundios.

Llamó poderosamente la atención, según la prensa charra, su primera intervención en la Academia de Santo Tomás de Aquino, situada en San Esteban de los P. P. Dominicos de Salamanca. En aquella disertación desarrolló ampliamente el tema del “Préstamo Mutuo”. Le valió ser elegido por unanimidad Vicepresidente de dicha Academia, cargo el más importante que podía ostentar un estudiante.

Hombre comunicador por naturaleza, llevó a la primera sesión el proyecto de la revista estudiantil “El Estímulo”. Revista no sólo para las colaboraciones de los estudiantes sino que en ella escribieron también catedráticos de las distintas Facultades Universitarias. Él lo hacía igualmente en otras revistas y periódicos sobre la Enseñanza Laica y Alcoholismo.

Sus biógrafos escriben el siguiente párrafo revelador a la par que sintetizan su amplia personalidad y facetas: “El año 1.904 fue algo así como la explosión de su vida. Comienza su vida familiar propia, su vida profesional, las andaduras por sus campos sociales y religiosos, sus tareas de luchador por la justicia social”.[4]

Por su formación cristiana se siente obligado a participar en asociaciones que llevan a ejercitar la caridad en visitas y limosnas a los pobres, enfermos, etc. Allí donde hubiera un problema de pan, de vivienda, etc., estaban los miembros de las Conferencias de San Vicente de Paúl ya directamente, ya en organismos resolviendo lo posible.

CAJA DE AHORROS Y MONTE DE PIEDAD

Recorriendo la citada biografía y adentrándonos en sus Ráfagas descubrimos que se metió de lleno en el estudio para fundamentar y extender la urdimbre de la llamada Caja de Ahorros y Monte de Piedad. Emergió ésta, según referí ya, para hacer frente al mal grave de la usura. Por eso no sorprende que tuviese un fondo cristiano y que D. León da a entender en artículos y Ráfagas. E indica además que era uno de los laicos cercanos al Prelado que vino de Levante con ideas claras y ganas de luchar contra los males que atenazaban a sus diocesanos de Coria, aunque la sede de la Caja sería Cáceres.

Sintonizaba perfectamente con los jesuitas que dedicaban todos sus esfuerzos al Apostolado Social y trabajaban denodadamente por abrir pasos e implantar los Sindicatos Católicos Agrarios.

Por los Boletines del Obispado de la época de Mons. Peris Mencheta se detecta la presencia del joven abogado en pueblos importantes de la diócesis en actos de propaganda y formación para poner en marcha los citados sindicatos.

Un jesuita tan destacado en estas lídes, P. Antonio Vicent, S. J. Le hizo de inmediato presidente de la Obra del Consejo de las Corporaciones Católicas Obreras.

Al publicar su tesis doctoral que versó sobre “El Contrato de Trabajo”, premio extraordinario, se escribió de él en revistas de dentro y de fuera. Baste este juicio:

“El Sr. Leal Ramos es uno de los escritores más competentes en Materia Social”.

DETALLES E INTIMIDADES

En torno al hecho fundamental, solemne y legal, se dan infinidad de detalles íntimos. Creo conveniente y necesario destacar algunos de ellos. Su hija Felisa Leal García me cuenta algunos. Por ejemplo las reuniones que se tenían, con la mirada puesta en la fundación, en la rebotica de Castel. Farmacia y apellidos archiconocidos en Cáceres y provincia. Allí coincidían hombres ilusionados con hacer el bien para Cáceres provincia y para Cáceres capital. En esa rebotica se matizaban los artículos del reglamento para que la institución y funcionamiento estuviesen bien fundamentados y lo hacían antes de las convocatorias serias. Daría gusto asistir a unas reuniones parecidas. Cada cual en plena libertad y respeto imperante aportaban ideas, etc.

Añade D. León que se formaron dos parejas de visitadores -postuladores de casa en casa-. Una la componía el Secretario de la Junta Local de Cáceres de la Liga Católica, D. Casto Ibarlucea y Jiménez Mogollón. La otra el mismo D. León y el sacerdote D. Francisco Polo.

Nos podíamos hacer esta pregunta ante los grandes edificios, palacio restaurado, multitud de oficinas abiertas, expansión en otras provincias, nueva denominación, etc. ¿Cuántos de sus funcionarios actuales sabrían darnos noticias de este presbítero que se encuentra entre postuladores y fundadores? Seguramente que se aplicó o se aplicaría las palabras de Juan el Bautista: “Conviene que ella crezca y yo mengüe”.

La inmensa mayoría de sus usufructuarios ignora ante el volumen (desconozco el manejo del diccionario económico) de dineros y operaciones actuales que el capital reunido, después de tantas visitas, fue de 19.395 pesetas. Con este capital fundacional comenzó aquella jovencísima Caja la lucha contra la usura. Muchos cacereños, por caridad, suscribieron acciones de 25 pesetas, sin intereses. Se devolverían cuando la Caja pudiese y fuese oportuno.

Otro acto gratísimo lo protagonizó S. M. Alfonso XIII, y tuvo lugar en la primera visita que realizó a Cáceres y en le trayecto de Badajoz a Cáceres. Es indicativo que el Obispo Peris Mencheta estaba comprometido totalmente con la Caja por su papel de pastor, como guía de la Liga Católica y que era notorio en la ciudad.

La anécdota, además de reveladora muestra que a S. M. el Rey se le había informado. Decidió colaborar y comunica al periodista Peris Mencheta, fundador de la agencia que llevó sus apellidos, “que se complacía en hacer una aportación de 1000 pesetas para lo que era palpitante aspiración de Cáceres de tener una Caja de Ahorros y Monte de Piedad”.

El periodista Peris Mencheta, que integraba el séquito regio, lleno de alegría, comunicó de inmediato el donativo real telegrafiando a su hermano, D. Ramón Peris Mencheta, obispo de Coria. Como es natural el obispo dio publicidad al donativo que tuvo el efecto de ser ejemplo. Muchos acudieron enseguida a entregar el suyo o a suscribir acciones. Con ello no se tardó mucho en poner los caudales reunidos al servicio de los cacereños capitalinos y provincianos.

El anecdotario de D. León cosechado durante los muchos años en los que fue director, y lo fue desde el nacimiento de la institución, sería abultadísimo.

Su hija Felisa nos cuenta este detalle y precisión. Aunque el Monte de Piedad tenía acceso directo e independiente de la Caja en cuyo edificio vivía también la familia, un domingo, cuando comían; se presentó una señora: D. León, si pudiera desempeñarme (el objeto que fuera) que se le olvidó a mi marido venir ayer… D. León cogió las llaves del Monte de Piedad y atendió amablemente a la señora. Luego continuó la comida.

Así entendían el servicio entonces y más si era en un Monte de Piedad. Las cosas han cambiado mucho.

Cuando se han dado los pasos correspondientes en los ministerios y se ha aprobado el reglamento con la Real Orden y se clasifica como “institución de beneficencia particular la Caja de Ahorros y el Monte de Piedad fundada por la Liga Católica” el primero, lleno de alegría y deseando que empiece a trabajar con los más necesitados es el Prelado, el que designa los seis consejeros. Entre ellos nombra por parte de la diócesis a D. León Leal.

Nada de extraño cuando en su diario D. León con palabras de este estilo, aunque no puedo ofrecer la cita completa y literal. Pero es demostrativa del alma de este obispo. El obispo se dirige a los obreros presentes en un acto de inauguración y les dice:

“Hoy hace tres años, una de las primeras cosas que me propuse, fue daros a vosotros, obreros, un local mejor, más amplio, más decoroso. Hoy felizmente ha llegado el cumpliros mi palabra. Aquí tenéis vuestra casa, la casa del pueblo. Os vengo a hacer donación de la misma, con el fin de que vayáis sabiendo tener casa, con el fin de que muy pronto seáis vosotros y únicamente vosotros los que la manejéis y la acrecentéis.

No vengo a pediros nada, ni tampoco os quiero humillar aceptando vuestra gratitud. Lo que quiero de vosotros es a vosotros mismos”. (Del diario de D. León, aún no publicado).

Si los laicos, consecuentes con su bautismo, colaboraran en cualquier área apostólica y lucharan con verdadero espíritu evangélico, otros gallos cantarían.


NOTAS:

[1] “León Leal”, pág. 58. Felisa Leal García y Pilar Bacas Leal. Salamanca 1.997. Diputación de Cáceres y Caja de Extremadura.

[2] Idem. Pág 59.

[3] “Ráfagas”. León Leal Ramos, págs. 54-55. Cáceres 1.960. Talleres Gráficos de librería Cervantes. Salamanca

[4] “LEÓN LEAL’, PÁG. 50. Felisa Leal García y Pilar Bacas Leal. Dip. Provincial de Cáceres y CAJA EXTREMADURA.

Oct 012005
 

Antonio Cantero Muñoz.

«Don Quijote se puso en pie, volviendo asimesmo el rostro adonde el son se oía, y vio a deshora que por un recuesto bajaban muchos hombres vestidos de blanco, a modo de disciplinantes. Era el caso que aquel año habían las nubes negado su rocío a la tierra, y por todos los lugares de aquella comarca se hacían procesiones, rogativas y disciplinas, pidiendo a Dios abriese las manos de su misericordia y les lloviese; y para este efecto, la gente de una aldea que allí junto estaba, venía en procesión a una devota ermita que en un recuesto de aquel valle había.

Don Quijote, que vio los extraños trajes de los disciplinantes, sin pasarle por la memoria las muchas veces que los había visto, se imaginó que era cosa de aventura, y que a él solo tocaba, como a caballero andante, el acometerla; y confirmóle más esta imaginación pensar en una imagen que traían, cubierta de luto, fuese alguna principal señora que llevaban por fuerza aquellos follones y descomedidos malandrines”[1].

El anterior texto sirve de introducción a esta comunicación, que forma parte de un estudio mucho más amplio, que estamos realizando sobre manifestaciones de religiosidad popular y Semana Santa en la ciudad de Trujillo, y que en parte han visto la luz pública[2]. Es escaso lo realizado hasta la fecha sobre esta temática en Extremadura en general y Trujillo en particular[3], por lo que es preciso realizar trabajos de investigación histórica, basados en los sólidos e inéditos testimonios documentales como los que hemos utilizado, que permitirá conocer con rigor científico como era tan singular celebración religiosa en esta ciudad cacereña durante la época en que fue publicado “El Quijote”, obra cumbre de Miguel de Cervantes, que como hemos visto se refiere de forma expresa a los procesiones de disciplinantes, que era una de las notas de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y Angustias.

NOTAS SOBRE EL ORIGEN DE LAS COFRADÍAS PENITENCIALES Y DE LAS PROCESIONES DE SEMANA SANTA

El contexto social de la España Moderna se caracteriza por la relevancia de la religión en todos los órdenes del devenir cotidiano, pues no se limitaba a los momentos vitales más señalados en la vida personal, como era el nacimiento, matrimonio y defunción[4]. También impregnaba lo lúdico y festivo como eran las celebraciones que se hacían en honor de la Virgen de la Victoria o algún santo, así como el Corpus Christi y Semana Santa.

A comienzos del Siglo XV, la conjunción de varias circunstancias contribuyeron al nacimiento de las primeras cofradías penitenciales y de los desfiles de Semana Santa. Destacan la disciplina pública, la práctica del Vía Crucis, el auge de la devoción y culto a la Pasión, así como que los gremios se limitaran exclusivamente a asuntos profesionales, dedicándose las cofradías a la mejora espiritual de sus miembros.

La profunda crisis que afectaba a la sociedad y a la propia Iglesia a finales de la Edad Media, coincidirá con las grandes predicaciones de masas, que se centran en los aspectos más dramáticos de la Pasión, y que se reflejaran en el ejercicio de la disciplina pública durante los días de Semana Santa, y que está muy relacionada con el dominico valenciano San Vicente Ferrer. Por tanto, no es de extrañar que desde los dos conventos de la Orden de Predicadores en Trujillo (Encarnación y San Miguel) se fomentara su práctica, al ser un medio de expiación de los pecados, lo que ya suponía un claro precedente de las procesiones de la Semana Santa.

Fray Álvaro de Córdoba, en el proceso de reforma de esta orden mendicante, fundó en 1420 en las afueras de Córdoba el convento de Escalaceli, donde instaló un Vía Crucis que se considera el primero de Europa, y desde el que extendió su práctica en razón de la dificultad de desplazarse a Tierra Santa. Se trataba de un peregrinaje de sustitución, consistente en recorrer rezando cada una de las catorce estaciones en que se dividía, en memoria de los pasos que dio Jesucristo camino del Calvario.

Asimismo, la celebración del calendario litúrgico nos hace saber de la conmemoración de la Pasión de Jesucristo, antes del nacimiento de las propias hermandades penitenciales. Como señala Sánchez Herrero, durante el Siglo XV esta celebración religiosa se limitaba para los fieles y el clero, a los actos y oficios litúrgicos que se celebran en las propias parroquias el Jueves, Viernes Santo y Domingo de Resurrección, que entonces era la primera fiesta religiosa en importancia y antigüedad. Solo más tarde se introdujeron la de Pentecostés y Navidad, así como el desarrollo del Triduo Sagrado de Semana Santa, y con la Resurrección se conmemora el paso de Cristo de la muerte a la vida, tras su pasión, crucifixión y sepultura[5].

Carmen Fernández Deza-Alvear nos aporta importantes testimonios, que acreditan el arraigo de las celebraciones religiosas pasionistas en Trujillo, a finales del siglo XV y comienzos del XVI, y que reflejan su vitalidad[6]. Así, el Jueves Santo se exponía el Santísimo Sacramento en Santa María la Mayor, y por tanto asistían los trujillanos a las indicadas celebraciones religiosas[7]. En el inventario de la Iglesia de San Martín, que esta fechado en 1497, se incluye en los ornamentos «otro de lana con la Quinta Angustia«, y entre los libros «un re-gitidor del Domingo de Ramos«[8]. Por último existía en la ciudad una cofradía cuya advocación era de la Pasión, documentada en 1503 por lo que su nacimiento es anterior, celebrando todos los viernes una misa[9], pues ese día se conmemoraba el Viernes Santo.

El Concilio de Trento fue el gran impulsor de las cofradías penitenciales y de las celebraciones pasionistas, fomentando la creación de las primeras como baluartes en defensa de la Contrarreforma y muro de contención frente a las ideas luteranas. Sin embargo podemos aportar un testimonio que nos hace saber que en Trujillo su existencia es anterior a la fecha de su finalización en 1565. Se refiere a la cofradía de la Vera Cruz, como resulta del testamento de doña Isabel Pizarro, hija de don Juan Pizarro, donde fundó una capellanía dotada con 1.000 ducados de principal en el convento de la Encarnación, y que fue otorgado en 1549[10]. En una de sus mandas pías, dispuso que acompañasen su cuerpo sin vida el cabildo mayor y menor, los moradores de los conventos de San Francisco y Santo Domingo, amén de “las cofradías desta cibdad que son la del Santísimo Sacramento y la Cruz, y Santa Caridad y Piedad, y el Rosario y San Lázaro, y le pague la limosna acostumbrada«.

Fueron tres los tipos de cofradías penitenciales que surgen en nuestro país: Vera Cruz, Jesús Nazareno y Soledad de María, siendo las notas características de esta última las siguientes: su origen temporal tuvo lugar con carácter general a partir de la segunda mitad del siglo XVI; al igual que las de Vera Cruz suelen estar vinculadas a conventos franciscanos, las de esta advocación estaban muy relacionadas con los dominicos, aunque de forma menos nítida; eran cofradías de sangre, aunque también formaban parte de la misma hermanos de luz; su hábito estaba compuesto por túnicas blancas o negras, y su acto principal era la estación de penitencia en la noche del Viernes Santo, y que era precedida por el Sermón de las Siete Palabras y la representación del Descendimiento; los titulares eran una imagen mariana con la advocación de Soledad o Soledad y Virgen de las Angustias, y la de Jesucristo muerto[11].

FUNDACIÓN DE LA COFRADÍA DE LA SOLEDAD DE TRUJILLO

A partir de ahora nos vamos a acercar a la Semana Santa de Trujillo a finales del siglo XVI y comienzos del XVII, mediante el estudio de los estatutos de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y de las Angustias y Dulce Nombre de Jesús. Este importante testimonio[12], tiene un interés que trasciende del ámbito local de Trujillo, pues es una muestra que nos permitirá conocer como eran las cofradías y hermandades durante la Edad Moderna en la alta Extremadura, que tan importante papel jugaron por entonces, pues junto a los gremios eran de los pocos fenómenos asociativos autorizados, y veremos como desempeñaban funciones que iban más allá de los aspectos exclusivamente religiosos que aparecen recogidos en el tenor literal de sus reglas, al ser al ámbito natural de las relaciones entre los trujillanos y reflejo de la estructura social del momento, así como un vehículo de ideas y costumbres populares.

La primera cuestión que nos planteamos es el momento de su nacimiento, indicando los estatutos que fueron aprobados por el obispo don Pedro González Acevedo el 18 de febrero de 1609, pero su prólogo nos hace saber que su existencia es anterior, pues fueron “enmendadas y añadidas de las ordenanças antiguas según lo que a ssido más necesario proueer como la experiencia del tiempo lo a mostrado que sea para honrra y gloria de Dios Nuestro Señor y de la Virgen Sanctissima su Madre, abogada y patrona nuestra”.

Disponemos de varios testimonios que acreditan que su existencia es anterior al año 1609, de los que vamos a exponer algunos ejemplos puntuales pero que son suficientemente ilustrativos. El primero aparece recogido en el testamento de doña Aldonza de Orellana, «beata en el monasterio de Santa María y de la Madalena, priora del dicho conuento«, otorgado el 1 de agosto de 1583. Fundó una capellanía, y pidió que cuando falleciera además de los cabildos mayor y menor, acompañasen su cuerpo sin vida la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, por lo que su existencia es anterior a la citada fecha[13]:

«Primeramente encomiendo mi ánima a Dios Nro Señor que la crió y rredimio por su preciosisima sangre y pasión y si desta enfermedad muriere mando que me entierren en la capilla deste dicho conuento y se halle presente a mi enterramiento el cabildo mayor y menor desta ciudad. Yten mando se halle a mi entierro la cofradía y hermandad de Nra Señora de la Soledad«.

De igual forma resulta de la última voluntad de Francisca Jiménez, que era la viuda de Andrés Montañez, que esta fechada el 23 de agosto de 1591, y que acordó que cuando su cuerpo fuera inhumado en la iglesia de Santa María la Mayor, estuvieran presentes los cofrades de la Soledad[14]. Otro ejemplo es el testamento de la también viuda María González, otorgado el 18 de marzo de 1594, al disponer que el día de su entierro fuera acompañado por los miembros de la hermandad de la Soledad, al formar parte de la misma[15], siendo este tipo mandas pías constantes en las declaraciones de última voluntad otorgadas por muchos trujillanos en los últimos lustros del siglo XVI[16].

La importancia del movimiento cofrade en general y las celebraciones pasionistas en particular, también resulta de la actividad del propio Ayuntamiento de Trujillo, que en el cabildo celebrado el 2 de marzo de 1598, acordó dar un donativo de cera a algunas cofradías trujillanas para los actos de Semana Santa, entre las que también se incluye la Soledad[17]: «Limosna de cera a las cofradías. Se libren en limosna a las cofradías del santísimo Sacramento y de la Cruz y de la Soledad a cada una media arroba de cera para ayuda a lo que gastan en la Semana Santa y sean a qta de la facultad de las limosnas«.

De lo expuesto hasta ahora, se acredita que la existencia la cofradía de la Soledad con anterioridad a 1609, y que la irregularidad jurídica derivada de la falta de aprobación de sus estatutos, era algo habitual en muchos lugares de nuestro país, donde este tipo de asociaciones nacían las más de las veces sin la autorización del obispo, conforme a unas normas que aprobaban sus miembros cada año. Esta anormalidad se fue subsanando poco a poco, pues siguiendo las directrices del Concilio de Trento, en los distintos sínodos diocesanos de nuestro país se fueron dictando normas sobre este particular. Así resultó en las Constituciones Sinodales del Obispado de Plasencia de de 1687, establecía como requisito para su creación, que el obispo diera su licencia y aprobara sus ordenanzas[18].

Aunque en este momento no podamos determinar con exactitud el momento exacto en que nació la cofradía, podemos aportar un valioso testimonio que acredita que ya existía el 12 de octubre de 1565, cuando le fue concedida por Benedicto XIII una Bula que permitía a sus cofrades obtener gracias e indulgencias por realizar rezos y asistir a determinados oficios espirituales, de la que existe una copia fechada en 1847 que por su importancia trascribimos[19]:

  1. “A los cofrades que rezaren veinte y cinco padres nuestros y Aves Marías con gloria patri &ª al principio y al fin; y demás de este siete padre nuestros y Aves Marías con requien eternan &ª los Domingos y días festivos; ganan veinte años de perdón y si fuesen otros días, diez años.
  2. El día de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, Resurrección, Pentecostes y demás fiestas, como también todas las festividades de Nuestra Señora, confesándose, teniendo contricción de sus pecados y rezando la corona dicha, consiguen indulgencia plenaria.
  3. Los hermanos que durante su vida rezaren todos los días la corona, sí en el artículo de la muerte, contritos y confesados, o sino pueden confesarse a lo menos dan muestras de contricción, sí de este modo muriesen, ganan la misma indulgencia plenaria.
  4. Los hermanos que a lo menos rezan tres veces en la Semana la Corona, y tienen sobre si en el artículo de la muerte invocando el Nombre de Jesús con la boca, y si esto no pueden les invocan con el corazón, gozan de la misma indulgencia.
  5. En el tiempo de Cuaresma y fuera de ella, cuando hay estaciones en Roma, consiguen rezando la dicha Corona todas las indulgencias, remisión de los pecados, por si o por sus cofrades difuntos, aplicándola por modo de sufragio, lo mismo que si personalment visitasen las Yglesias de Roma.
  6. Los hermanos que contritos y confesados rezasen la Corona, hincados de rodillas, los lunes del mes o el día de difuntos, aplicando por el ánima de algún cofrade difunto; consiguen por los méritos de Jesucristo, su Santísima Madre y de los Santos, sacarles de las penas del Purgatorio”.

Como era habitual en esa época, la cofradía de la Soledad se hermanó a la que con la que con esa advocación existía en Roma en el año 1588, obteniendo las mismas indulgencias que ésta disfrutaba[20]. De todos los datos expuestos hasta ahora, podemos afirmar sin ningún género de dudas la vitalidad y pujanza de la cofradía de la Soledad en los años finiseculares del siglo XVI, situación que en parte se explica por los muchos beneficios espirituales que obtenían sus miembros.

RAZÓN DE SER DE LA ADVOCACIÓN DE LA COFRADIA DE LA SOLEDAD Y SU VINCULACIÓN CON LA ORDEN DE PREDICADORES.

Otra cuestión que hemos de analizar es la advocación de la cofradía, pues además de Nuestra Señora de la Soledad y Angustias incluye la del Dulce Nombre de Jesús, que no es un título pasionista, a pesar de tener un carácter penitencial. Y se explica por su vinculación a los dominicos, cuyo nexo de unión se remonta al pontificado de Gregorio X (1271-1276), pues durante el II Concilio de Lyon celebrado durante 1274, se dictó una bula de desagravio con el fin de acabar con las blasfemias y juramentos proferidos contra el Dulce Nombre de Jesús[21]. Y se les encomendó que extendieran su culto a través de la predicación, monopolizando esta devoción. Por ello, en todos sus conventos existía una capilla o altar dedicado al Dulce Nombre, y es fácil deducir que desde fechas tempranas, y con anterioridad a la existencia de las procesiones de penitencia, existiría en Trujillo esta cofradía encargada de organizarle los cultos.

En muchas localidades la Orden de Predicadores aprovechó su existencia antes de crear una nueva penitencial, para estar presente en las procesiones de Semana Santa, que eran monopolizadas por los franciscanos con las de la Vera Cruz. Así ocurría en Trujillo, donde en el convento de San Francisco esta documentada su existencia por lo menos desde 1518[22]. La razón de que la del Dulce Nombre realizara la estación de penitencia en la noche del Viernes Santo, venía determinado por ser la Soledad de María la advocación pasionista mariana que corresponde al Dulce Nombre de Jesús, por existir una relación muy directa que aparece reflejada en el Evangelio de San Lucas, y deriva de la asociación de las ideas, de la soledad del Niño Jesús perdido en el Templo por tres días, y la Soledad de la Virgen a la muerte de su Hijo, hasta la Resurrección también transcurridos tres días[23].

Los hijos de Santo Domingo de Guzmán favorecieron el establecimiento en sus conventos de cofradías cuyo objeto era la veneración del Santo Sepulcro o las Cinco Llagas de Nuestro Señor Jesucristo y pues era un tema muy querido por ellos[24]. Su representación iconográfica es la de Jesucristo tras recibir la lanzada de Longinos acompañado de la Virgen y San Juan, pues esta ofensa era la Quinta Angustia o Dolor de la Virgen. Estas imágenes solían tener los brazos adaptados para participar en el Sermón del Descendimiento, y terminado era introducido en la urna funeraria para iniciar la procesión de la noche del Santo Entierro.

Podemos acreditar el arraigo de la veneración a las Cinco Llagas de Nuestro Señor Jesucristo en Trujillo, que era contemporáneo al nacimiento de esta cofradía y auge de las procesiones de Semana Santa. Así resulta del testamento de la viuda Juana González, otorgado el 28 de agosto de 1589, al disponer la celebración de cinco misas dedicadas a esta advocación[25]: «Yten mando que se digan […] zinco misas a honor y rreuerencia de las zinco llagas de mi redendtor Jesuchristo”.

El esquema que presentan las ordenanzas que vamos a analizar es el habitual en este tipo de documentos, encabezadas por un prólogo y seguido por su articulado, que lo podemos estructurar en tres partes: órganos de gobierno y administración, los cultos y funciones religiosas que organizaba, y por último las importantes funciones asistenciales que ejercitaba. Al regular el funcionamiento de la cofradía, se convertía en su derecho particular que establecía las normas a las que estaban sujetos todos los cofrades, evitándose de esta forma el recurrir a otras instancias jurídicas civiles o eclesiásticas, pues como veremos más adelante, su incumplimiento llevaba aparejado la imposición de penas.

El prólogo recoge el espíritu de las cofradías penitenciales, al expresar los fines que perseguía con su creación, refiriéndose al misterio de la Encarnación y que al igual que Jesucristo dio su vida por el género humano, los hombres debían realizar obras como la disciplina pública que fueron muy valoradas a partir del Concilio de Trento como medio de santificación[26], pues servía para poder salvar el alma de los cofrades, lavar sus pecados y ayudar a las ánimas que sufrían en el Purgatorio[27].

El artículo 1 nos hace saber que se creó en el convento de Nuestra Señora de la Encarnación, donde estaría también su sede canónica: “Primeramente Ordenamos que la dicha coffradia de la Soledad y Angustias de nuestra Señora y Sanctissimo nombre de Jesús, se sirua como desde el principio de su fundación se a seruido en la yglesia y conuento de nra señora de la Encarnación de la orden de Sancto Domingo de esta ciudad de Trujillo”.

Su ubicación no es una cuestión casual e intrascendente, pues durante el Antiguo Régimen, motivaciones de índole económica dan pie a que el estamento eclesiástico potencie al máximo todo tipo de manifestaciones de religiosidad popular. Sin embargo, fue mucho más importante su fomento por las ordenes religiosas mendicantes, como dominicos y franciscanos, que por el clero secular que estaba desmotivado en su impulso y participación activa. Esta actitud era consecuencia, de la seguridad económica que ofrecían a los eclesiásticos seculares las fábricas parroquiales, con sus ingresos más que suficientes provenientes de los diezmos que les correspondían, y las rentas de los bienes de su propiedad.

Por el contrario, en las iglesias conventuales todas las ordenes religiosas promueven la fundación de cofradías, y fomentan el fervor religioso a determinadas advocaciones con fuerte raigambre local. De esta manera, vinculan el mayor número posible de vecinos a estos templos, obteniendo recursos económicos más que suficientes para soportar los cuantiosos gastos derivados de su mantenimiento.

Nuestra afirmación no es gratuita, pues don Juan Tena Fernández nos hace saber con detalle los problemas que tuvieron que superar los mercedarios para poderse instalar en la ciudad de Trujillo, por cuanto las demás órdenes religiosas que ya estaban presentes en la ciudad, no tenían ningún interés en compartir con esta orden religiosa el dinero que por distintos conceptos les aportaban los trujillanos[28].

Fueron muchas las cofradías trujillanas fundadas en cenobios, y las penitenciales de la Vera Cruz y Soledad lo estaban respectivamente en el de franciscanos y dominicos, y la de Jesús Nazareno en la iglesia de San Lorenzo que estaba a cargo de la cofradía de la Caridad. Y todas estaban interesadas en el citado estado de cosas, pues al tener sus sedes fuera de iglesias parroquiales, eran más autónomas y menos sujetas al control de la autoridad diocesana con quien era habitual tener conflictos, sobre todo cuando intentaba imponer sus decisiones que muchas veces eran restrictivas con respecto a las tradicionales y arraigadas manifestaciones de religiosidad popular.

La especial relación entre la cofradía con los dominicos se reflejó en el artículo 26º, que se refería a la carta de hermandad firmada entre ambos, y refrendada por los padres provinciales y generales de la Orden de Predicadores, hasta el punto que cuando algún fraile muriese en el convento, lo enterraría la cofradía que además pondría la cera[29].

ÓRGANOS DE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN DE LA COFRADÍA DE LA SOLEDAD

En este apartado analizaremos lo relativo al funcionamiento de la cofradía a través de cuales eran sus órganos de gobierno, las competencias que tenían, y forma de elección de sus responsables. El artículo 2º se refiere a estos últimos comenzando por el alcalde, que la presidía y era su máxima autoridad pues «a la obediencia del qual estemos todos subjetos en los minesterios tocantes a la dicha cofradía«. En concordancia, el artículo 5º reiteraba lo dicho con respecto a las fiestas, procesiones y entierros de los hermanos, mandando que en todas las misas que se celebraran, hiciera el alcalde el primer ofrecimiento del ofertorio, estando facultado también para designar que hermanos debían portar las insignias o andas, imponiendo las correspondientes penas en caso de incumplimiento de todo lo que ordenara:

«Otrossi dixeron que por quanto esta sançta coffradia y ermandad se a elegido y fundado para seruir a Dios nro Señor y a su madre gloriosa, asistiendo al culto diuino del altar en las fiestas diputadas y procesiones, assi de diciplina que se haze el Uiernes Sançto como a las demás entre año, con insignias y cera, como assimismo para enterrar nuestros muertos y hazerles sus honrras, ordenaron que assi en estos ministerios y en qualquiera dellos como en uno y otros el tal nuestro alcalde que al presente es o fuere de aquí adelante sea preferido a los demás hermanos y se le obedezca y respecte y que en las misas que la coffradia dixere, assi en fiestas propias suyas como en particulares entre año que aya ofertorio, el dicho nuestro alcalde ofrezca primero y ninguno otro hermano se le anteponga, sopena de dos libras de cera, y si el dicho nuestro alcalde en qualquiera de los ministerios dixere o ordenare a qualquier nuestro hermano tomo salga o insignia o andas lo haga y al que fuere rebelde le pueda penar con acuerdo de los diputados hasta en media aroua de zera«.

Los demás oficiales cuya existencia precisa el artículo 2º eran los siguientes: el escribano, mayordomo del arca, mayordomo de la cera, y dos diputados. Todos formaban la junta de gobierno, que era el órgano decisorio más importante, pues entre sus competencias estaba la de fijar o modificar las ordenanzas, y elegir quien debía desempeñar esas responsabilidades.

El escribano redactaba las actas de los cabildos y daba fe de todo lo realizado, pues «ante quien pase todo lo que se ouiere de ordenar en esta coffradia«. Además era el encargado de custodiar los principales libros de la cofradía: el libro de cuentas, «en que se pongan las resultas uviere de las tales quentas la forma en que se toman en cada año como dicho es, y que lo firmen los officiales y scriuano«; y conforme al artículo 9º el de entradas, donde se anotaban los nuevos hermanos, lo que pagaba cada uno anualmente, y los oficios ofrecidos por los hermanos que fallecían; asimismo los libros de las ordenanzas y el de rentas.

El mayordomo del arca cobraría las rentas de la cofradía y tendría todos sus bienes recogidos en inventario, con cuenta y razón de todos los ingresos y gastos. El de la cera era el depositario de toda la necesaria para acudir a los oficios religiosos y entierros de los hermanos, así como otros actos en que así lo mandara el alcalde.

Los dos diputados sustituían al alcalde cuando estuviera ausente por cualquier razón, y colaboraban con él y los demás miembros de la junta de gobierno en todo lo que fuera necesario, reuniéndose con ellos cuando fuera preciso, y eran los responsables de demandar limosnas.

Conforme al artículo 3º, la elección de quienes debían ejercer estas responsabilidades tenía lugar en las vísperas del 1 de enero, que era la principal fiesta de la cofradía, siendo anual la duración de su mandato. Pero el procedimiento que se seguía comenzaba en la tarde de las vísperas de año nuevo, en la que los oficiales salientes deliberaban «que personas pueden seruir en estos officios a la cofradía el año que entra, y con más comodidad y digan su parecer sin passión de Dios y en su conciencia«, y en el caso que de los seis votos, cuatro eligieran unos oficiales determinados, esta decisión se adoptaría. Cuando hubiera empate, todos los oficiales designarían tres cofrades que participarían este proceso, proponiendo cada uno el que le pareciera más conveniente, y serían nombrados por mayoría simple de votos[30].

Tomada la decisión el escribano procedería a inscribirlos en un libro destinado al efecto, especificando cual era el oficio que habría de servir cada uno de ellos. Sin embargo el acuerdo adoptado se guardaba en secreto hasta la fiesta del Dulce Nombre de Jesús que tenía lugar el 1 de enero, pues entonces se hacían públicos la identidad de los nombrados con cierta solemnidad durante la misa que se celebraba, y a la que asistían todos los cofrades:

«nuestro scriuano les dé a los nueuamente elegidos y nombrados la paz al tiempo de la misa mayor, nombrando a cada uno el oficio que se le da, y estos tales nombrados lo cumplan y siruan sopena de media aroua de cera para los gastos de la cofradía«.

El mismo día de año nuevo, también se elegía un diputado que se encargaría de la cera, insignias y ropas de la imagen del Dulce Nombre de Jesús, y tenía la obligación de asistir a las misas que se celebraban los primeros domingos de mes, dando la cera correspondiente, que también guardaría.

Además de lo visto, la más importante facultad que gozaban los oficiales venía contemplada en el artículo 36º, por cuanto eran los únicos facultados para añadir, modificar o suprimir las ordenanzas, lo que tendría lugar al tiempo de darse las cuentas, reuniéndose los oficiales que cesaban y los recién elegidos «porque más comodamente lo puedan confferir y hazer«, y ambos decidirían lo que estimasen oportuno, recogiendo el libro de ordenanzas un ejemplo harto elocuente fechado el 3 de febrero de 1630 [31].

INGRESO EN LA COFRADÍA DE LA SOLEDAD

Una de las notas que definía a la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y Angustias era el carácter de abierta, pues no se establecía ninguna causa de exclusión, ni precisaba ostentar una determinada posición social, profesional o económica, sin limitarse tampoco el número de sus miembros, admitiéndose a mujeres y eclesiásticos. Tampoco se excluía expresamente a los grupos sociales marginados de la época, como los cristianos nuevos, moriscos o esclavos, que muchas veces utilizaban el ingreso y pertenencia en una cofradía, como único medio de integración social.

El ingreso estaba regulado a partir del artículo 13º, que establecía que para admitir al nuevo cofrade, se debían reunir reunir todos o la mayor parte de los oficiales, «los quales confieran si es útil a la coffradía el recebir el tal hermano o no«, y decidirían por mayoría lo que consideran más oportuno. En caso afirmativo debía prometer ante el alcalde y escribano, el asumir las siguientes obligaciones: cumplir y guardar las ordenanzas, ser obediente al alcalde y oficiales, procurar el bien y provecho de la cofradía, ofrecer su casa en prenda para el caso de que le fuera impuesta una pena. A continuación era inscrito por el escribano en el libro de entradas que contempla el artículo 9º, anotando el día, mes y año, así como quienes eran los oficiales por entonces, y la limosna que había dado.

Las formas de ingreso eran la nueva entrada o por herencia, estableciéndose una importante discriminación contra las mujeres en este segundo supuesto, pues el artículo 19º disponía que cualquiera de los hijos del cofrade fallecido podía entrar de esta forma, y también quien sin serlo heredase sus bienes, aunque en este caso solo podrían ser los varones pues «el trasuersal heredero sea uaron y no hembra, porque assi conuiene para el aumento y perpetuida desta sanca coffradia«.

Las ordenanzas distinguían entre hermanos disciplina y de luz, abonando todos una cuota de entrada en dinero y cera, que siempre era menor en el caso de los disciplinantes, a los que se refiere el artículo 14 º, a quienes exigía que fueran capaces de hacerla y servir a la cofradía, pagando 10 ducados y 2 libras de cera, no excluyéndose a las mujeres que pagarían igual que los varones, salvo que su ingreso fuese por herencia, en cuyo caso siempre debía ser varón y entregando 3 ducados y 2 libras de cera. Asimismo que las cantidades indicadas, podrían ser modificada por los oficiales «conforme a la dispusición de los tiempos lo que se pueda hazer en quanto al prescio, pero no en lo demás«.

Los hermanos de luz o de hacha aparecen contemplados en el artículo 15 º, que establecía diferentes cuotas de entrada en función de su capacidad económica, y vuelve a reiterar que las mujeres tampoco podían ingresar como tales en la cofradía por herencia[32].

El artículo 16º regulaba de forma expresa la entrada de mujeres en la cofradía, que cuando fueran de luz darían 12 ducados y dos libras de cera, y sus herederos debían ser siempre de disciplina, pudiéndose modificar el artículo solamente en lo relativo a las cuantías a pagar, pues «que los nuestros oficiales puedan en esto uer conforme a la disposición de los tiempos lo que se pueda hazer en quanto al prescio y no en lo demás«.

El artículo 17º autorizaba a las «monjas encerradas» o de clausura a formar parte de esta cofradía, pagando 9 ducados y 2 libras de cera, pero a su muerte sus herederos no podrían adquirir como tales la condición de cofrades. El artículo 18º se refería a la entrada de sacerdotes, que también pagarían 10 ducados y 2 libras de cera, y podría adquirir esta condición por herencia siempre que fuera varón, que lo sería de disciplina, pero nunca una mujer.

También existía otra forma de ingreso que tenía un carácter excepcional contemplada en el artículo 29ª, para quienes se hicieran porteadores de los pesados pasos del Santo Sepulcro, Jesús Nazareno y de la Columna, que desfilaban en la procesión del Vienes Santo. Por la dura función que realizaban, la cofradía se comprometía a enterrarlos como a los hermanos de cera, oficiando misa de réquien cantada con ministros y pagando la limosna, sin exigirles la cuota de entrada. En cambio estos hermanos asumían de por vida la obligación de llevar los pasos, y si por cualquier causa no pudieren hacerlo, estaban obligados a buscar a quien le sustituyesen, pues en caso contrario la cofradía no se haría cargo de las obligaciones antes dichas[33].

El que se pagara más por ingresar como hermano de luz que de sangre, puede hacernos pensar que los grupos sociales más ricos de la sociedad trujillana, no tendrían ningún problema en hacerlo con tal de evitar la penosa disciplina pública, pero la diferencia económica entre ambos no es muy grande, por lo que pienso que la extracción social de los cofrades no era determinante para formar parte de un grupo o de otro. El posterior estudio del libro de registros de hermanos sí existiera, junto con documentación notarial, nos podrían proporcionar las claves para conocer de forma detallada la extracción social y profesional de los cofrades de la Soledad, cuestión que por ahora no podemos resolver al desconocer la identidad de sus componentes.

RECURSOS ECONÓNICOS DE LA COFRADÍA

1. Ingresos de la cofradía

La función económica era fundamental, pues sin dinero suficiente no se podían llevar a cabo sus importantes fines religiosos y funciones asistenciales que vamos a describir más adelante. Derivaban de distintas fuentes, entre las que se encuentran las ya vistas cuotas de entrada, las multas por incumplir los estatutos, lo obtenido por entierros en los que participaba la cofradía, rentas de bienes propios y otros ingresos de distinta clase. Se completaban con las demandas que se realizaban, pues el artículo 11º se refería a las limosnas que estaban obligados a pedir los dos diputados de la junta de gobierno, haciéndolo cada uno por semestre, y sí por su culpa se perdiera algún dinero o especie debía reintegrarlos, pues en caso contrario lo abonaría de su peculio:

«Otrossi que los diputados sean obligados a echar las demandas cada uno medio año, y el diputado que echere las demandas tenga el estandarte en su cassa y el otro diputado tenga la cruz de los entierros y en acabando de cumplir su medio año truequen las insignias y si algª demanda se perdiere por su culpa sea obligado a pagar el diputado a quien le tocare otro tanto como ualio la demanda, antes o después de las que se ouiere perdido a escogencia del diputado y el alcalde el día de las quentas le apremie a ello sopena de pagar de su cassa«.

El artículo 12º establecía que los cofrades también debían pedir limosnas, y cuando se negaren serían anotados en el libro de entradas, y no se le harían oficios religiosos hasta que se entregado lo perdido por su negativa. Con respecto a las penas impuestas por las multas podrían ser pecuniarias o de cera, y eran la garantía del cumplimiento de las ordenanzas al servir de recordatorio de las obligaciones de los cofrades.

Las cuotas de entrada era una importante aportación al patrimonio de la cofradía, y consistía en lo que debía entregar una persona que pasaba a formar parte de la cofradía, y se hacía en dinero y cera. Ya hemos visto la cuantía que se fijó inicialmente en 1609 al aprobarse las ordenanzas, pero fue variando a lo largo del tiempo en función de la modificación del valor de las monedas y otros aspectos económicos.

El artículo 22º se refería al entierro de encomendados, es decir la presencia de la cofradía en el funeral de aquellos trujillanos que sin ser cofrades así lo solicitasen, pagando por ello distintas cantidades en función del tipo de oficio religioso que se celebrase:

«Otrossi, ordenamos que si algún otro difunto se encomendare a la cofradía para que lo entierre con quatro hachas sin insignias más de las andas y la cera menuda, y sí enterrare con nueue leciones pague de limosna quatro ducados y si con tres leciones y misa de querpo presente a que aya de arder la cera pague de limosna tres ducados y el mayordomo no preuenga el entierro ni lleue la cera sin rezebir primero prenda que ualga la tal limosna sopena de lo pagar de su casa«.

Durante la Edad Moderna muchas cofradías trujillanas gozaban de ciertas propiedades de bienes raíces rústicos o urbanos, que eran adquiridas en virtud mandas pías de testamentos o codicilos, así como en las escrituras de fundación de capellanías, con el objeto de celebrar aniversarios por su alma[34].

Era habitual que fueran arrendadas a particulares por unas rentas bajas, normalmente a través de la figura jurídica de los censos. Dentro de esta institución jurídica hay dos tipos básicos: el consignativo, que se caracterizaba en que una persona (censitario) impone alguna carga sobre un bien de su propiedad, que paga otra persona (censualista), de la que ha recibido un capital en dinero; el enfitéutico se da cuando alguien cede a otro el dominio útil de una finca, a cambio de percibir una cantidad anual de dinero.

De esta forma la cofradía de la Soledad mantiene estrechos lazos económicos con los sectores más desfavorecidos de la sociedad, que al carecer de recursos económicos se ven obligados a acudir a esta forma de endeudamiento de la que se aprovechan las cofradías, al igual que los otros grupos sociales rentistas, participando en la vida económica y actividades financieras de la España Moderna.

Disponemos del valioso inventario de escrituras de la cofradía, que nos hace saber con detalle las rentas que obtenía por censos y de los que vamos a exponer solo algunos ejemplos suficientemente ilustrativos:

«Una escriptura de censso de 70 mill mrs de principal que otorgaron Salbador Díaz y su mugr, Juana Sánchez vº de esta ciud, moradores al canpillo en 18 días del mes de setiembre de 1609 años ante Juan de Santiago Madrigual, sº, cargados sobre guerta en el camino que ua a la sierra que le llaman del cano y otros bienes = de la qual se pagan 44 reales y 8 mrs porque lo demás parece estar rredimindo. Es la paga el día de San Miguel de septiembre de cada un año.

Otra escriptura de quatrocientos y ocho mrs de censo, en cada un año que Juan Sánchez Barbero y María Alonso su mujer, cargaron sobre unas casas en la calle de la Tienda, de que otorgaron escriptura ante Juan de Santiago Madrigal, en 12 días del mes de marco de 1629 años, pagados por 12 días del dicho mes paga esta escrptª Blas de Balberde.

Otra escriptura que el dicho Juan Sánchez Baruero y María Alº su mujer, vsos desta ciud otorgaron ante Juan de Lucio sº en 30 días del mes de die de 1589 años, de pagar cada un año 975 mrs y mº paga por San Juan y Nauidad de cada un año.

Otra escriptura de censso que el dicho Juan Sánchez Berbero y María Alº su mugr, vsº desta ciud como principales y Juan Pulido rregodon, vsº de la dicha Ciudad como su fiador y principal pagador, otorgaron en fauor de la dicha Cofradía, ante Diego Picarro sº puco en la dicha ciud en q días del mes de febrero del 1605 años, de pagar 936 mrs y mº de rrenta en cada un año, cargados sobre unas cassas en la calle de las Tiendas, pagas por 9 de febrero de cada un año.

Otra escriptura que otorgó María Alº, biuda de Juan Sánchez Barbero y María Ualberde y Juana de Ualuerde, sus hijas, vsº desta ciud de 22 reales de rrenta en cada un año, pagados por 9 de abril de cada un año = La qual dicha escriptª se otorgó en 9 de abril de 1638 ante Andrés de Rrosales Calderón, sº del número de la dicha ciud = todas las quales dichas quatro escripturas las paga Blas de Valverde como posehedor de las cassas hypotecadas.

Otra escriptura de censo que Diº Ximenez, boticario y Madalena López, su mugr, vsº desta ciudad como principales y Juan de Castro, procurador, como su fiador, otorgaron en fauor desta santa cofradía en 24 días del mes de diciembre de 1587 años ante Alonso de Andradas, sº de contía de 350 mrs de censso en cada un año pagados por San Juan y Nauidad de cada un año que al presente la paga Diego de Alarcón, clérigo como poseedor de una biña del dicho Diego Ximenez ypoteca a esta escriptura.

Otra escritptura que otorgó Diego Moreno Beato y Antonio Moreno su hijo, vsº desta ciud moradores al barrio de Santo Domingo, de 374 mrs de renta de censso en cada un año pagados por 19 días del mes de junio, la qual dicha escriptª se otorgó ante Juan de Santiago en 19 días del dicho mes de junio de 1618 años.

Otra escriptura que Seuastián Ximenez y Juan Gómez y Catalina Ximenez, hija de Seuastian Gómez vsº de Trugillo moradores en las guertas del las papalbas, otorgaron en fauor de Antonio Palacios, vsºde la dicha ciudad de 33 r de rrenta de censso a rracon de a catorce en cada un año que rreducidos a vte rrenttan 23 rs 5 mrs de que otorgaron escriputra en la dicha ciud en 6 de junio de 1604 asº ante Juan de Lucio, scriuano = la qual dicha escriptura hicieron ventta della Franco Blázquez y Ana Martín su mugr de la dicha ciud a esta Santa Cofradía de nra Sª de la Soledad a 23 del mes de diciembre de 1614 as ante Alonso Leonardo sº del número della, la que dicha escriptura paga al presente Martín Sánchez a las papalbas por seis días del mes de junio de cada un año.

Otra escriptura que Miguel Caleto y Catalina Martín, su muger, vsº de esta ciud, y Baltasar García su suegro, vsº de la Madroñera, otorgaron en fauor desta Santa Cofradía de pagarle 165 reales de rrenta en cada un año por 16 abril, que passo y se otorgó ante Andrés de Rrosales Calderón, en 16 de abril de 1628, la qual dicha escriptura paga al preste Salbador Díaz, morador al Campillo«.

Por último había otras fuentes de ingresos de variada procedencia, entre las que se incluyen el alquiler de las túnicas para la procesión, su venta para quienes querían ser inhumados con el hábito, o la venta de cera entre los cofrades.

2. Gastos de la cofradía

Todos los recursos obtenidos en las formas indicadas, eran destinados a los gastos generales, los derivados de los actos de culto y devoción, así como los de asistencia social a cofrades y otras personas.

Los primeros son precisos para el funcionamiento de cualquier organización, entre los que podemos incluir los siguientes: los derivados del mantenimiento de la fábrica de la capilla, su aseo, y los de cera o aceite; conservación de imágenes, insignias, ornamentos y otros objetos de la cofradía; por último el pago de derechos parroquiales o cualquier tipo de tributo.

En segundo lugar lo que se abonaba a las personas que realizaban algún trabajo para la cofradía, como desde el muñidor que contemplaba el artículo 4º y cuya presencia era habitual en las cofradías durante la Edad Moderna. Le correspondía practicar las citaciones para las juntas, misas y oficios por los difuntos y demás actos de la cofradía, o notificar acuerdos adoptados, y lo hacía de puerta en puerta o tañendo una campanilla por las calles de Trujillo, y entonces los hermanos «sean obligados a yr al llamamiento que el tal muñidor les hiziere por mandado del nuestro alcalde sopena de una libra de cera en que incurra de pena el hermano que no teniendo legítima y forcosa ocupación no fuere, y a este tal muñidor se le dé un salario moderado de la renta de la coffradia«.

Una parte importante de los recursos financieros se dedicaban a pagar los salarios de escultores, orfebres, bordadores, carpinteros y otros artistas que realizaban los enseres que hemos citado, de cuya existencia tenemos noticia gracias a un inventario de ese tipo de bienes[35]. En esta categoría se incluye las retribuciones que percibían los predicadores por la plática de sermones.

El tercer tipo de gastos era el derivado de las actividades de culto y devoción, así como las labores de asistencia social que realizaba la hermandad, que era algo innato al espíritu de las cofradías, alcanzando a los cofrades y sectores sociales más desfavorecidos, y que analizaremos con detalle más adelante.

La última categoría eran los ocasionados por las colaciones o comidas, que tenían lugar a continuación de las principales celebraciones de las cofradías trujillanas durante la Edad Moderna. Las ordenanzas que analizamos nos hacen saber de su existencia el día que se daban las cuentas, y aunque en muchas cofradías se pagaban a escote entre los cofrades, el libro de ordenanzas recoge un acuerdo que nos hace saber que lo eran por la propia cofradía, y al considerar excesivo el gasto que en ellas se efectuaba, se acordó limitar el gasto por este concepto en 100 reales, y sí fuera menor la diferencia con la cantidad indicada se destinaría a la procesión que se hacía al nombre de Jesús todos los segundos domingos de cada mes[36].

Su existencia nos pone de manifiesto, que además de las funciones explicitas que aparecen recogidas en las ordenanzas de la cofradía, y que son rendir culto a sus titulares, mejoramiento espiritual de los cofrades, y ayuda a los más necesitados, también desempeñaban otras muy importantes funciones implícitas o latentes, pues al ser junto a los gremios las principales formas asociativas durante la Edad Moderna, se convirtieron en un excelente marco de sociabilidad, que además servía de transmisor de comportamientos sociales y costumbres del lugar.

El artículo 7º establecía entre los ocho y quince días siguientes a la renovación de los miembros de la junta de gobierno, se debían juntar los oficiales salientes como los recién elegidos, para tomar las cuentas del año pasado, relacionando todos los ingresos y gastos, realizando esta operación ante el escribano en cada de uno de los mayordomos[37].

FUNCIONES RELIGIOSAS

1. Fiestas en honor del Dulce Nombre de Jesús

Al ser esta cofradía penitencial cumplían con su función en la procesión de la noche del Viernes Santo, que era el acto de culto más importante y en el que vamos a centrar nuestra atención. Sin embargo no era el único ni el principal, que tenía lugar el 1 de enero al celebrar la fiesta del Dulce Nombre de Jesús, en la que se obtenía un jubileo plenísimo[38]. La importancia de ese día no se limitaba a las celebraciones religiosas que consistían en misa mayor y procesión del Dulce Nombre[39], pues hemos visto como también se hacían públicos los nombramientos de los nuevos oficiales.

Además todos los primeros domingos de mes se oficiaba en el convento una misa rezada por todos los hermanos a la hora que fijara el alcalde y “de lo que se juntare se pague la limosna de la misa, a la qual ardan dos hachas y se ponga el estandarte en medio, y se dén velas a los hermanos, y cuando quieran alcar se enciendan otras dos hachas que lleuen dos hermanos al altar y asistan con el pestne que dixere la misa hasta acabar el Responso”.

Y los segundos domingos de mes tenía lugar la procesión del Dulce Nombre, que seguía el mismo trayecto que Nuestra Señora del Rosario, que a veces era acompañado por la música que por esta razón recibía 6 reales, dándose a cada dominico o sacerdote que asistiese una vela, participando con dos hachas de cera con el estandarte y otras dos con la imagen del Niño perdido, que sería porteado por los cofrades.

2. Procesión del Viernes Santo

El programa de cultos giraban en torno a la procesión del Viernes Santo, y las ordenanzas reflejan de forma detallada su preparación, y el artículo 28º disponía que el Domingo de Ramos por la tarde, se reunían en el convento de la Encarnación el alcalde con los oficiales y el escribano, para organizarla, designado las personas que cuidarían del orden, y las que debían portar las imágenes e insignias, con la prevención de imponerles una pena de media arroba de cera a quien se negare a ello:

«Yten ordenamos que los officiales alcalde y diputados y mayordomos se junte con el nuestro scriuano en el conuento de nuestra Señora de la Encarnación el domingo de Ramos en la tarde, y allí confieran entre sí xpianamente y sin ruydo ni passion que personas serán más conuenientes de los nuestros hermanos para regir la procesión del Uiernes y que puesto an de dar a cada uno y que personas an de lleuar las insignias que uan en la dicha procesión y así confferido les embien una boletas para que vean lo que an de hazer y no se enquentren ni perturben unos a otros sino que cada hermano acuda al ministerio que se le encargare lo qual cumplan sopena de media arroua de zera para los gastos de la dicha procesión«.

Todos los hermanos eran citados para que estuvieran en el cenobio en la tarde del Viernes Santo, pero con carácter previo tenían lugar una serie de actos muy relevantes que servían para su mejor preparación espiritual. Tras los Santos Oficios tenía lugar en la capilla mayor la plática del sermón de las Siete Palabras, que aleccionaba sobre los últimos momentos de Jesús antes de morir en la cruz[40]. Hemos de tener muy presente la importancia de los sermones durante el Antiguo Régimen, que eran uno de los métodos más directos y eficaces a la hora de fomentar determinadas advocaciones, pues era habitual la asistencia masiva de los fieles a las celebraciones religiosas más importantes en las que tenían lugar, y eran de gran influencia al ser escasas las publicaciones impresas solo accesibles a una escasa elite intelectual, y por ser la gran mayoría de la población analfabeta que aceptaba como cierto y sin ninguna crítica lo dicho por los predicadores.

A continuación comenzaba uno de los actos más emblemáticos de la Semana Santa de Trujillo, que era la representación del Descendimiento, que había sido fomentada por el Concilio de Trento, respondiendo al gusto de la época por la teatralización del culto religioso[41]. Su fin básico era el didáctico, y frente a las teorías protestantes pretendía enseñar con recursos visuales, al proceder al desenclavamiento de la imagen del Jesús por parte de dos vecinos que representaban a los Santos Varones, que una vez que murió en la Cruz, su dimensión divina sigue unida tanto a su cuerpo, llagado por la Pasión y enterrado en el Sepulcro, como a su alma, aunque cuerpo y alma estuvieran separadas. Para ello la propia imagen del Santo Sepulcro estaba especialmente preparada para ello al tener brazos articulados[42].

La presencia de figuras bíblicas en los desfiles procesionales era algo habitual en todo el país[43], y en Trujillo esta plenamente acreditada, pues el inventario de la cofradía de la Soledad incluía “dos bandas, una colorada y otra pjica de tafetán de los dos caballeros Nicudemos y Arimatea”.

La forma de realizar la procesión aparece reflejada con todo lujo de detalles en el artículo 27º, que exigía a todos los cofrades participasen en ella, ya fueran de sangre o de luz, salvo por justa causa en razón de enfermedad o impedimento forzoso, situaciones que debían acreditarse en debida forma con certificado médico o examen por los oficiales de la causa alegada[44]. Esta ordenanza contemplaba que se reunirían en el convento de la Encarnación a la hora que le hubiese sido señalada, debiendo además de confesar y comulgar poner fin a todas las rencillas entre ellos, es decir el perdón mutuo entre los cofrades, pues en caso contrario le sería impuesta la pena de seis libras de cera[45].

El ser la procesión el acto central de la cofradía de la Soledad, determinó la existencia de dos tipos de hermanos en función del ritual que allí desempeñaban, y que se reflejaba visualmente en el tipo de hábito y accesorios que llevaban. Así los de disciplina irían vestidos con túnicas blancas[46] y descalzos, y durante el trayecto debían flagelarse imitando de esa forma los azotes que recibió Jesucristo:

«lleuen sus túnicas blancas y descalcos y por lo menos con alpargates y con la insgignia de Nuestra Señora de la Soledad pintada y colgada o prendida al pecho y hagan la dicha disciplina con la mayor deuoción que les fuera posible y cumpliendo el orden que se les diere«.

Por su parte los hermanos de luz irían con sus túnicas negras y sus velas, al señalar las ordenanzas que «uayan con sus túnicas negras y en cuerpo con la insignia de Nuestra Señora de la Soledad en el pecho, alumbrando en la dicha procesión en la parte que más menester fuere cumpliendo el orden que les diere nuestro alcalde«.

El trayecto que seguía el desfile aparece reflejado con detalle en esta ordenanza, y debía pasar por siete iglesias que representaban a las siete Angustias de la Virgen, especificándose también cada una de las calles visitadas por el cortejo:

«Salir de Nuestra Señora de la Encarnación y por la calcada arriba y alhóndiga de la ciudad yr a San Francisco, atrauesar la calle Nueua yr a San Miguel, subir la Sillería arriba yr a San Martín, subir el Peso arriba yr a Sanctiago, y de allí a la yglesia mayor de Sancta María, y baxar a la yglesia de la Uera Cruz por la calcada; y de allí baxar al hospital de la Charidad y entrar en la Encarnon«.

Hemos de tener muy presente que considerar a la ciudad de Trujillo en la tarde del Viernes Santo como las siete Angustias de la Virgen, responde a una idea que consagró durante el Barroco, que era la tendencia de conferir carácter sagrado a los espacios urbanos, siendo el Calvario del Bom Jesús del Monte, ubicado en las cercanías de la ciudad portuguesa de Braga el mejor exponente de este urbanismo impregnado de cualidad religiosa[47].

El artículo 27º también detallaba el orden de las insignias y pasos que acompañaban a las imágenes titulares y responde ya a la estética barroca que había impregnado los desfiles procesionales desde finales del siglo XVI[48], pues además de las imágenes que corresponden a la advocación de la cofradía, otras también participaban en el desfile, y el inventario de la cofradía contiene datos que son un testimonio elocuente de la suntuosidad barroca que impregnaba las estaciones de penitencia, por los ornamentos que acompañaban a las efigies[49]:

«Esta dicha Procesión a de lleuar las insignias siguientes en proporción puestas para que uayan entre los penitentes: lo primero a de yr delante la cruz de los entierros y desde esta cruz an de yr los niños que se fueren acotando en la dicha Procesión yendo la cruz delante hasta el estandarte; el estandarte de tafetán negro grande con la insignia de Nra Sª desde aquí an de yr los hermanos; Xpo amarrado a la Coluna; Xpo con la cruz a cuestas; muger Verónica; Xpo crucificado; estandarte de la muerte arrastrando puesto sobre el ombro; el Sancto Sepulcro; cruz grande con los taos y caluario; Nuestra Señora«.

Delante de cada uno de estos pasos iría un hermano que habían sido designados por el alcalde y oficiales, con túnica negra y una cruz en la mano «rigiendo y poniendo en horden la procesión«, y que aparecen designados como regentes, como resulta del inventario de bienes de la cofradía que incluye “catorce cruces para los rrejentes”, y lo que nos hace pensar que ese elevado número refleja que eran muchos los cofrades que participaban en el desfile.

Por ser la autoridad más importante de la cofradía, el alcalde ocupaba el lugar más destacado, y la presidía llevando “la ynsinia de Nra Sra de la Soledad”, y conforme a lo dispuesto en el artículo 27º, podría disponer que cuando fuera necesario el cambio de posición de los hermanos de luz, o que ayudaran a llevar las insignias[50]:

«uaya esta tal noche de la procesión con su túnica negra y en cuerpo con la cruz en la mano y la insignia de Nuestra Señora de la Soledad por toda la procesión preuiniendo y dando el orden que fuere menester al qual obedeceran los nuestros hermanos«.

Al finalizar el desfile los hermanos de luz limpiaban y curaban las heridas de los disciplinantes, con vino, polvos y papel de estraza. Y aunque era habitual en otras muchas localidades, por ahora no tenemos constancia documental de que se ofreciera a los cofrades y especialmente a los disciplinantes una colación, que ya hemos visto celebraba la cofradía de la Soledad en su fiesta principal el 1 de enero, pero que seguramente tendría lugar.

El artículo 32º contemplaba el supuesto de que un cofrade fuera a la vez de esta cofradía y de la Vera Cruz, y resolvía el problema de que tuviera que hacer disciplina dos días seguidos de la siguiente forma: cuando fuera hijo de un cofrade de la Vera Cruz, hasta tanto heredase de su padre esa condición, haría la disciplina con la Soledad; sí entrase primero como hermano de disciplina en esta cofradía y luego en la Vera Cruz, también debía hacer la disciplina el Viernes Santo, y en el supuesto contrario también estaba obligado, pues en caso contrario no sería admitido como cofrade.

3. Otras misas y funciones religiosas de la cofradía de la Soledad.

El artículo 36ª se refería a varias misas que tendrían lugar cada año, haciéndose cargo la cofradía de la limosna y de la cera: cuatro rezadas ofrecidas por todos los cofrades vivos y difuntos, así como los bienhechores; otras cuatro por el estado de la cristiandad, en la fiesta de la Ascención de Cristo, San José, el domingo de la Trinidad y la Transfiguración.

En la reforma de las ordenanzas de 1614, se acordó celebrar tres misas vótivas cantadas con responsos y vísperas solemnes, ofrecida también “por los hermanos biuos y difuntos y aumento desta sancta coffradía la primera día de la conuerssion de Sanct Pablo que es a ueinte y cinco de Hereno, la sigunda día de la Uisitacion de Nuestra Señora a Sancta Isabel ques a dos de julio, la tercera día de la presentación de Nuestra Señora al templo ques a uiente y uno de nouiembre, todas tres misas an de ser de las mismas fiestas en que se hazen y las mayores del conuento an de asistir las insignias de la coffradia estandartes y cruz grande, y a los lados quatro hachas y a se de dar velas a los hermanos y de la misma suerte que a estas misas cantadas asisten las insignias an de asistir a todas las misas rezadas votiuas que esta SSta Coffradia dize entre año que son estandarte y cruz de entierros para más autoridad del sacrificio y muestra de quien la dize”.

El artículo 35º nos hace saber que anualmente se oficiaría el día de San Miguel una misa rezada en el altar del cardenal Gaete, «por el ánima que más necesidad tuviere en las penas del purgatorio, a la qual misa arda la zera y pague la limosna la cofradía de sus bs«.

FUNCIONES ASISTENCIALES DE LA COFRADÍA

Además de motivos religiosos, una de las razones que explican la pertenencia de gran parte de la población a las muchas cofradías que existían en la España Moderna, era el apoyo que prestaban a las personas en los momentos difíciles, conforme al espíritu de fraternidad y solidaridad les era intrínseco y que junto al mejoramiento espiritual de sus miembros y los cultos al titular, era una de sus funciones explícitas.

Esta dimensión es muy importante, pues estamos en un momento histórico en que los modelos de gestión pública no se hacían cargo de las necesidades más básicas de asistencia social, que corría las más de las veces por cuenta de instituciones religiosas. Y la Soledad también respondía al modelo típico de hermandad de socorros mutuos que tanto auge tuvieron durante esta época[51], y que tenían por objeto asegurar los pagos derivados del entierro y lutos, con cantidades fijas y determinadas que se entregaban a la cofradía. La mayor parte de sus miembros eran personas de condición social humilde, que individualmente no podía hacer frente a estos gastos, y esta era una de las razones que explicaban su ingreso. Pero también formaban parte de la misma los estamentos privilegiados de Trujillo, que sin negar la devoción a Nuestra Señora de la Soledad, instrumentalizaban su pertenencia por razones de prestigio social.

Era habitual que nacieran y funcionasen al amparo de la Iglesia, debido a que hasta fechas recientes, en España cualquier asociación ha tenido dificultades para que se le reconociera su personalidad jurídica propia y existencia legal su existencia. Y esta era la mejor forma de conseguirlo y no ser objeto de persecución por la autoridad pública.

Cuando algún cofrade fallecía, todos los hermanos harían lo posible para facilitarle el paso a la vida eterna, especialmente mediante la celebración de misas, pues junto con las oraciones emanadas en el interior de las iglesias y ante las reliquias allí guardadas, así como las penitencias que se practicaban, servían para acortar para acortar la dura estancia en el Purgatorio[52].

El artículo 20º se refería al entierro de los cofrades, y el mismo día del óbito sí fuera posible se ofreciera por su ánima una misa rezada en el altar del Cardenal Gaete, que sería pagada por la cofradía, y sí no pudiese ser tendría lugar en la mañana del siguiente. El mayordomo de la cera debía citar a todos los hermanos para la misa cantada de cuerpo presente, «y se lleue al entierro el estandarte y la cruz de los entierros y doze hachas y cera menuda«.

La celebración de misas en el altar del Cardenal Gaete, que también aparecen en las ordenanzas de otras cofradías Trujillo y en las mandas pías de las declaraciones de última voluntad de sus vecinos, se explica por el interés de ganar indulgencias al oficiarlas en uno que tendría la categoría de privilegiado. También se oficiaría una misa de cuerpo presente que sería cantada, especificando esta ordenanza el alcance del gasto de la cera[53].

Pero la asistencia en la muerte no se limitaba al entierro, pues era muy importante el artículo 23º, que se refería a los oficios por los cofrades una vez que hubieran sido inhumados sus cuerpos. Con carácter previo, el escribano debía acreditar que había pagado de forma íntegra su cuota de entrada, pues entonces la cofradía le haría en la iglesia donde estuviera su cuerpo «un officio con una vigilia de tres leciones y una misa de Requien cantada con ministros«, y sobre su sepultura se pondría las andas con paño, cruz de los entierros y estandarte, ardiendo cuatro hachas con velas y con la asistencia obligatoria de todos los hermanos.

Además le ofrecería otras cincuenta y nueve misas rezadas cuya limosna abonaría de forma íntegra, y tendrían lugar en las siguientes iglesias: diez en el altar del Cardenal Gaete, pagando real y medio cada una; otras diez en el convento de la Encarnación, cuya limosna sería recibida por los dominicos; las restantes treinta y nueve serían distribuidas en distintas iglesias libremente por el mayordomo de la cera, «procurando que se digan aquel día si fuera pusible (sic) o el día siguiente y a de pagar de limosna a real y quartillo, y se le encarga en consciencia la buena distribución«.

Las asistencia también alcanzaba a personas necesitabas aunque no fuesen cofrades. Así el artículo 21º contemplaba los entierros de hijos o criados de cofrades. Con respecto a los primeros, sí fuera mayor de siete años la cofradía aportaría seis hachas y las velas, y en caso contrario solo cuatro hachas. En el caso de oficiar misa de cuerpo presente, la cera la pondría la cofradía y el oficio religioso correría de cuenta de los padres.

Por su parte, los criados de los hermanos serían enterrados por la cofradía con cuatro hachas, e igual ocurriría cuando algún pobre muriese en casa de los cofrades, pero en este caso con solo con dos hachas. De esta forma se pone de manifiesto que frente al poder igualatorio de la muerte, se mantiene en los actos religiosos el tejido social jerarquizado del Antiguo Régimen, pues los sirvientes tenían ese derecho en calidad de tales.

El artículo 24º contemplaba el supuesto de un cofrade que dejara de ser viudo al contraer otro matrimonio, y su segunda esposa también falleciere, en cuyo caso la cofradía estaba obligada a enterrarla como si fuera un miembro más, «con la cera e insignias sin la hazer offizio«.

Por último hemos de señalar que la asistencia también alcanzaba a viudas pobres o cofrades con dificultades económicas, pues para ayudarles se destinarían lo que sobrare de las limosnas después de pagar las misas, así como las aportaciones que se recogiesen con este fin, todo lo cual se guardaría en un arca[54]. También hemos de tener presente lo dispuesto en la ordenanza 34º, que obligaba a la cofradía a enterrar a cinco pobres cada año, con cuatro hachas y velas, ofreciendo por su alma una misa rezada de réquien en el altar del cardenal Gaete, y que tendría lugar el día de su entierro si fuera posible y sino el siguiente, pagando la limosna correspondiente.

CONCLUSIONES

El trabajo de investigación que hemos realizado, significa una puesta en valor de las tradiciones e historia de la Semana Santa de Trujillo, y por lo tanto de su patrimonio cultural, que considerado desde una perspectiva general, es el conjunto de elementos naturales o culturales, heredados del pasado o creados en el presente, en donde un determinado grupo de individuos reconocen sus señas de identidad. Pero esta definición no sería completa si no tuviera en cuenta que dicho patrimonio debe ser ampliado, mejorado y utilizado para la obtención de una rentabilidad social, económica y cultural.

Su puesta en valor se convierte en un elemento dinamizador y potenciador de las señas de identidad de Trujillo, debiéndose conservar su cultura y tradiciones como valores identificativos y diferenciadores, pues como señalaba el historiador don Antonio Domínguez Ortiz, ningún grupo humano mantiene su propia identidad sí desprecia su pasado al olvidar sus tradiciones. Esta cuestión cobra hoy más importancia pues muchas veces el proceso de “globalización” en que se halla inmersa la sociedad, nos lleva a cierta uniformidad en cuanto a las formas y comportamientos colectivos en las fiestas religiosas, adoptándose un modelo estético que es ajeno a nuestras tradiciones.

Por todo lo dicho pienso que Trujillo debe recuperar aquello elementos más singulares que le son propios en cuanto a manifestaciones de religiosidad popular se refiere, siendo la ceremonia del Descendimiento uno de los ejemplos más elocuentes.

INVENTARIO DE BIENES DE LA COFRADÍA DE LA SOLEDAD

Primeramente una arquita pequeña, con cerradura y llaue y dentro dells los sgtes: Un plato de estaño para pedir la estación. Un paño de lienço labrado de seda açul. Dos bandas, una colorada y otra pjica de tafetán de los dos caballeros Nicudemos y arimatea. El belo del Santo Sepulcro. Dos almohadas y un acerico labradas de sseda de colores y oro del Santo Sepulcro. Dos toallas con puntas, una blanca y otra amarillas de los Santos rreferidos. Una toalla grande con cabos de seda negra de la cruz grande. Otra toalla blanca que ba en la cruz, de las espadas con Nuestra Señora. Una sauana con desilados y puntas para el Santo Sepulcro. Dos balonas de los caballeros = y los puños con el cuello y bueltas de Simón Sirineo. Una Baronica bieja. La ynsinia de Nra Sª de la Soledad que lleua el alcalde en la procesión. El rostro de Nro Sr Jesuxpto que lleua la mugr Verónica. Una caxa grande de oja de lata con sus cordones en que estan las bulas y jubileos desta Sta Cofradía. Otra caja de guita donde se ponen las bullas q se toman para los hermanos pobres sin tener bula. Dos almohadas de olan nueuas con tiras labradas de seda pajica tejidas. Dos alhohadas de olanda labradas con sse…jer de ramos. Un acerillo pequeño labrado de seda negra y naranjada. Dos almohadas de rruan nueuas con toral de rred blancas. Una toca para la mugr verónica con ssu toquilla = y vueltecillas blancas. Una cabellera del Xpto con la cruz a cuestas. Un capillo de bocaci acul de Simón Sirineo.

Una arca grande con su cerradura y llaue dentro dela los siguientes: seys túnicas blancas = con cinco capillos = beynte y tres túnicas negras = con ute capillos = El palio con sus cordones y barillas = el paño grande de las andas = y el paño del cuerpo, anbos de […] todos en negro = el paño de las andas y otro pequeño para el cuerpo de terciopelo lisso = la ymajen de Nra Sª para las andas = Otra ymajen para pedir la demanda = cattorce cruces para los rrejentes = la cruz de junquillo = la cruz de plaza = el estandarte viejo de tafetán negro con sus borlas = las dos bacinicas de acofar pª pedri las demandas = la ymajen de Nra Sª del ueto pequeña para la estación con su cajita = las doce bujías del Santo Sepulcro con su talega de uocaci negro = un manto para Nra Señora de anascote = una uasquiña destamaña larga morada que mandó Ysabel de Ceruera, su cuñada, que lleuó de encaje de […] D. Luis de Camargo”.


NOTAS:

[1] CERVANTES SAAVEDRA, M.: El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Primera Parte. Capítulo LII. De la pendencia que don Quijote tuvo con el cabrero, con la rara aventura de los disciplinantes, a quien dio felice fin a costa de su sudor. Editado por el diario El País, Madrid 2005, p. 569.

[2] CANTERO MUÑOZ, A.: Estatutos de la Asociación Trujillana de la Virgen de la Victoria (1920) y del patronato de su ermita (1924). En Actas de XXXII Coloquios Históricos de Extremadura, Badajoz 2004, pp. 127-135. En los XXXIII Coloquios Históricos de Extremadura hemos presentado otra titulada “Conflicto entre las ideas racionalistas de la Ilustración y las manifestaciones de religiosidad popular. La suspensión de las cofradías de Trujillo a finales del siglo XVIII”. También he participado en el I Congreso Nacional de advocaciones del Cristo de la Salud, que tuvo lugar en Aguilar de la Frontera (Córdoba), en noviembre de 2004, con un trabajo titulado “La devoción al Cristo de la Salud en tierras cacereñas. Los casos de Trujillo, Aldea del Obispo y Garciaz”, y cuyas actas están pendientes de ser publicadas. En la web www.juanvalera.org se pueden consultar la mayor parte de los trabajos que he publicado sobre religiosidad popular y Semana Santa en las localidades cordobesas de Doña Mencía y Baena, así como la cacereña de Trujillo

[3] RAMOS RUBIO, JA: Historia de la Semana Santa en Trujillo. Cáceres 1993. Este trabajo vuelve a ser publicado en las Actas XXVII Coloquios Históricos de Extremadura con el título «Aportaciones histórico-artísticas de la Semana Santa en Trujillo», que fueron publicadas en Cáceres en 1996. Además Juan Tena Fernández a lo largo de su magnífico libro «Trujillo Histórico Monumental«, publicado en Salamanca en 1988, aporta datos muy importantes sobre esta importante celebración religiosa.

[4] Miguel de Cervantes refleja de forma elocuente esta situación en su novela “El licenciado Vidriera”, cuando se refiere a su personaje principal: “Estando un día en la iglesia vio que traían a enterrar a un viejo, a un bautizar a un niño y a velar [casar] a una mujer, todo al mismo tiempo, y dijo que los templos eran actos de batallas, donde los viejos acaban, los niños vencen y las mujeres triunfan”.

[5] SÁNCHEZ HERRERO, J.: “Las Cofradías de Semana Santa durante la modernidad. Siglos XV a XVIII”. En Actas Primer Congreso Nacional de Cofradías de Semana Santa. Zamora 1987, p. 40.

[6] FERNÁNDEZ-DAZA ALVEAR, C.: La ciudad de Trujillo y su tierra en la baja Edad Media. Badajoz 1993

[7] FERNÁNDEZ-DAZA ALVEAR, C.: La ciudad de Trujillo y su tierra en la baja Edad Media. Badajoz 1993, p. 181.

[8] FERNÁNDEZ-DAZA ALVEAR, C.: La ciudad de Trujillo y su tierra en la baja Edad Media. Badajoz 1993, pp. 430-432.

[9] FERNÁNDEZ-DAZA ALVEAR, C.: La ciudad de Trujillo y su tierra en la baja Edad Media. Badajoz 1993, p. 211.

[10] (A)rchivo (D)iocesano (P)lasencia.. Trujillo, Convento de la Encarnación.

[11] SANCHÉZ HERRERO, J.; LÓPEZ BAHAMONDE, Mª; MIURA ANDRADES, J; MONTES ROMERO-CAMACHO, I.: Los cuatro tipos diferentes de cofradías de Semana Santa, desde su fundación hasta la crisisi de finales del siglo XVIII en la Andalucía bética y Castilla. En Actas del Primer Congreso Nacional de Cofradías de Semana Santa, Zamora 1987 pp. 291-297.

[12] (A)RCHIVO (H)ISTÓRICO (N)ACIONAL. CONSEJOS, Libro 4092. Todas las transcripciones documentales que hagamos, salvo mención expresa, se refieren a este valioso testimonio.

[13] 12AHMT. PNT. Cristóbal de Amarilla, Caja 19, 1583.

[14] AHMT. PNT. Cristóbal de Amarilla, Caja 19, 1591: «mando que si desta enfermedad muriere mi cuerpo sea enterrado en la yglesia de Nra Señora Santa María la mayor en una sepultura de dicha yglesia […] y acompañe mi cuerpo el cura y servidores de la dicha yglesia y la cofradía de nra señora de la Soledad se le pague lo que es costumbre […] yten mando que se digan por mi ánima siete misas a la soledad de Nra Señora. Yten mando se diga otras siete a las siete angustias de Nra Señora«.

[15] AHMT. PNT. Juan de Santiago Madrigal, Caja 41, 1594: «Yten declaro soy hermana de las cofradías de del Sacramento y de la Caridad y de la Soledad, mando acompañen mi cuerpo en my entierro«.

[16] Y hemos de tener muy presente la relevancia de las mandas pías como las expuestas, pues no podemos olvidar que las otorgadas durante la Edad Moderna, eran algo más que un acto jurídico que se limitaba a distribuir bienes entre los legítimos herederos del causante. Pues además de reflejar la vinculación que existía entre determinadas familias con las capillas o iglesias sujetas a su patronato, sus cláusulas decisorias referentes a misas y advocaciones concretas a las que se ofrecen o altares donde estas se celebran, nos permiten deducir conclusiones generales sobre conductas religiosas, sentimientos y devociones personales, reflejándose la geografía religiosa de la localidad y pautas de comportamiento que eran extensibles a la sociedad de ese lugar, lo que nos permite afirmar la vitalidad de la cofradía de la Soledad por la mucha devoción de que era objeto por los habitantes de Trujillo.

[17] AHMT. Actas Capitulares 2 marzo de 1598. Esta decisión es algo habitual, pues se repite en el cabildo celebrado el 22 de marzo de 1599.

[18] Sínodo Diocesana del Obispado de Plasencia celebrada por el Ilustrimimo y Reverendíssimo Señor Don Fr. Joseph Ximenez Samanigo, Obispo de Plasencia, del Consejo de Sv Magestad, el Rey Nvestro Señor, y sv theologo en la Real Junta de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios &c. En la Civdad de Plasencia, los días XI, XII, XIII, XIV y XV del mes de mayo de MDCLXXXVII. En Madrid en la Oficina de Melchor Álvarez Año MDCLXXXXII. Título XIV. De confraternitatibus. Constitución 1. «Que no se hagan Cofradías nuevas, ni leyes para las antiguas sin licencia del Prelado, y se anulan las hechas sin ella».

[19] Archivo Parroquial San Martín (Trujillo). Libro donde se anotan los hermanos de luz de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, establecida en la Yglesia de San Francisco, Parroquia de San Andrés de la ciudad de Trujillo. 1847. Además la cofradía obtuvo de Roma otras Bulas, fechadas el 2 de febrero de 1567, 26 abril 1579, y 1 de julio de 1579. Las cuatro Bulas “por disposición de los Sres Alcalde, Mayordomo y demás oficiales de esta Santa Cofradía, se tradugeron las referidas cuatro Bulas al castellano por el Reuerendísimo Padre Maestro Prior Fray Francisco Gómez, del Conuento de la Encarnación de esta Ciudad de Trujillo en este año de mil ochocientos ocho”.

[20] Archivo Parroquial San Martín (Trujillo). Libro donde se anotan los hermanos de luz de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, establecida en la Yglesia de San Francisco, Parroquia de San Andrés de la ciudad de Trujillo. 1847: “Esta Cofradía se incorporó a la de Roma el año de mil quinientos ochenta y ocho, siendo Papa Sisto Quinto”.

[21] En las ordenanzas que vamos a analizar, se prohibía de forma expresa que cualquier hermano profiera estos juramentos, siendo multados con dos maravedís cada vez que lo hiciera: “Iten que ningún hermano jure ningún juramto sino fuere con necesidad ante la justicia siendo apremiado a ello, y quando algún hermano oyere jurar algún juramento a otro hermano o a otra qualquier persona la corrija y amoneste con charidad que no jure pues Dios nuestro Señor se seruira de que anssi sean reprehendidos los que juraren”.

[22] RUBIO ROJAS, A.: Las cofradías de la Vera Cruz en Extremadura. En Actas del I Congreso Internacional de las cofradías de la Vera Cruz, Sevilla 1995, p. 208.

[23] EVANGELIO DE SAN LUCAS, Capítulo II, (43-50).

[24] LÁZARO DAMAS. S.: El protagonismo de las Ordenes Religiosas en la difusión de la Iconografía. En Semana Santa en la Provincia de Jaén. Sevilla 1992, p.17.

[25] AHMT. PNT. Cristóbal de Amarilla, Caja 19, 1589.

[26] SÁNCHEZ HERRERO, J.: Las cofradías de Semana Santa durante la modernidad. Siglos XV a XVIII. En Actas del Primer Congreso Nacional de Cofradías de Semana Santa, Zamora 1987, p.47. La penitencia corporal como medio de santificación aparece recogida en la sesión XIV de 25 de noviembre de 1551 sobre sacramento de la penitencia: “Conviene a la divina clemencia que no se nos perdonen los pecados sin ningún género de satisfacción .. Añádase a esto que al padecer en satisfacción por nuestros pecados, nos hacemos conformes a Cristo Jesús, que por ellos satisfizo…Deben, pues, los sacerdotes del Señor, en cuanto su espíritu y prudencia se lo sugiera, según la calidad de las culpas y la posibilidad de los penitentes, imponer convenientes y saludables penitencias”.

[27] El prólogo tiene el siguiente tenor literal: «Como todas las cossas endereçadas al seruicio de Dios Nuestro Señor, sean aquellas que se hazen con fin de ensalcar su sancta fe chatholica y guardar sus mandamientos y el remidio de los hierros que contra su diuina Majestad cometimos los pecadores, es hazer algunas buenas obras, especialmente permanecientes y exemplos de donde los sucesores tomen dechado para lleuar sançto fundamento y para la Recreación de las ánimas q an de parecer el día estremo del juicio ante el acatamto diuino, donde nuestros maléficos serán castigados y las buenas obras defensa y escalera para poder subir a gozar de la uida enterna, puniéndolas y lleuandolas por delante ante la uera y eterna justicia, y como sea una de las principales tener por defensora a la Reina de los Ángeles, Madre de Dios, a la qual lleuándola delante en todas las cossas que en este Peregrinage hazemos, y después en el último día del destierro que en este ualle de lágrimas estamos cumpliendo guiados por Ella, no aura cosa que no tenga el fin perfecto para la dulcissima pretensión de nuestra saluacion, y acordándonos de las angustias que tan dolorosamente sintió en la Passión del Soberano hijo de Dios su único hijo y el tránsito y soledad con que se halló, no hallando su dulce consuelo Jesús nuestro Redemptor que por nuestros pecados auia sido descoyuntado en el árbol de la Cruz, y sea cossa tan acertada que la ofrezcamos con deuotos coraçones nuestras oraciones, para que merezcamos no uayan nuestras ánimas solas y si el consuelo de la penitencia y contrición necesaria para poder subir a la uerdadera habitación, y ella sea seruida acompañarlas y ser nuestra intercesora ante la magestad diuina para que puestas las buenas obras en discuento de nuestros pecados y su gloriosisima intercesión, merezcamos alcançar el fin desseado, hordenamos para inmemorable memoria la coffradía y hermandad de su congoxosa Soledad y Angustias y del Sanctissimo Nombre de Jesús, que en ella ua incorporada con las ordenanças sigte»

[28] TENA FERNÁNDEZ, J.: Trujillo Histórico y Monumental, Salamanca 1988, pp. 82-88.

[29] “Otrossi ordenamos que los frayles que al presente son de la orden de Sancto Domingo y fuere de aquí en adelante son y sean nuestros hermanos conforme a la carta de hermandad que dello aya conffirmada y refrendada de los padres prouinciales y generales de la orden de Sancto Domingo y quando alguno de los dichos Religiosos muriere en esta cassa de nuestra Señora de la Encarnación se a de enterrar esta coffradia y arder cera como a hermano sin le hazer officio”.

[30] Por tanto estamos ante un sistema de elección indirecta, pues no todos los cofrades elegía a los nuevos oficiales, debido a que solo intervenían en este proceso los salientes.

[31] “En la ciudad de Trug en tres días del mes de febrero de mill y seiscientos treinta años, aviendose juntado los alcaldes y oficiales de Nuestra Sª de la Soledad y Angustias de Nuestra Señora y Santo Nombre de Jesús para tratar y conferir las cosas tocantes a el bien y utilidad desta sancta coffradia como acostumbran a saber Andrés Rrosales Calderón, alcalde = Alonso de Uª Roel y M Fernández Cabecudo, diputados, Juan Sánchez Mercader, mayordomo del arca, Alonso Xil mayordomo de la cera, y Seuastian Goncalez escriuano, oficiales que an sido el año pasado de seiscientos ueinte y nueue = y Joan López de San Pedro, alcalde, Seuastian Goncalez y Alº Xil mayordomo de la cera = y Mateo Sánchez, scriuano, oficiales nueuamente eletos para este cargo de seiscientos treinta = Unánimes y confformes y de un boto i parecer dixeron que por quanto la experiencia a mostrados la gran necesidad que esta santa coffradia tiene de acrecentar o hazer algunas ordenancas para que mediante ellas y las demás que están fechas y adelante se hizieren se más bien seruida y uaya en aumento y no uenga en diminucion hordenaron y mandaron que tuuieren por bien que los capítulos y hordenancas que están fechas y las que de presente se hazen y adelante se hizieren su puedan crecer y menguar cada y quando que a los officiales desta sancta cofradía pareciere conuenir lo qual sea ualido con tanto que sea para honrra y seruicio de Dios Nuestro Señor y umento desta sancta coffradia.”

[32] «Otrossi que el hermano que fuere recebido de luz por otro nombre llaman de hacha teniendo de cinqta mil mrs arriba a quien no se aya de echar officios de limosna de su entrada ocho mill mrs y su heredero uaron cinquenta reales y si fuere hembra seis ducados y si fuere trasuersal no pueda heredar hembra en ninguna manera y el varón paque de su entrada tres mill mrs y si el tal hermano que uviere de ser recebido tuuiere de cien mil mrs de renta arriba pague catorce mill mrs de la limosna de su entrada, y si fuere otra persona reciba por hermano de hacha a quien se pueda echar officio y pueda seruir la dicha cofradía dé de limosna de su entrada doze ducados y de su herencia pague su hijo uaron tres ducados y si fuere hembra y el varón pague quatro ducados y todo se remite a la prudencia de los officiales que fueren y el scriuano asiente las entradas«.

[33] «Otrosi Ordenamos que por quanto aya insignias muy grandes que van en la dicha Procesión que es de muy gran trabajo el lleuarlas como es el Sancto Sepulcro y Xpo con la Cruz a cuestas y Xpo amarrado a la coluna y no se hallan hermanos que comodamente las puedan lleuar por ser de mucho pesso, ordenamos que se puedan rezebir hermanos deuotos que las lleuen todos los día de su uida y la coffradia les entierre quando murieren como a hermanos con la cera y en la forma que a los frayles de Sancto domingo nuestros hermanos se les diga el día de su entierro si fuere ora o sino el siguiente una misa de Requien Cantada con ministros por su alma y pague la limosna della la coffradia de sus bienes y los tales hermanos que assi se recibieren an de ser obligados a lleuar las insignias que el nuestro alcalde les ordenare toda su uida y si tuuieren impedimento dar persona que lo haga por ellos y sino lo hizieren que la cofradía no tenga obligación desde el día que faltaren a les acudir a nada«.

[34] En los XXXIII Coloquios Históricos de Extremadura he presentado una comunicación titulada “Conflicto entre las ideas racionalistas de la Ilustración y las manifestaciones de religiosidad popular. La suspensión de las cofradías de Trujillo a finales del siglo XVIII” donde se reflejan cuales eran las propiedades de la cofradía de la Soledad y sus rendimientos económicos a finales del siglo XVIII: «Casas: dos casas en la calle Nueva, 209 y 104 reales; otra al sitio de los Corrales, 77 reales; en el Pozito, 99 reales; dos en el Campillo por 121 y 66 reales. Cercas: al sitio de la Carbonera, 75 reales; otra en la Magdalena, 27 reales; en el Llano de Ramiro, 30 reales; la contigua a la ermita de la Magdalena nada producía , pues era cedida de forma gratuita a la santera de su esquilmo. Censos: el que pagaba don Isidro Parejo, 55 reales y 2 maravedís; don Antonio Barroso, 6 reales; don José Pizarro 60 reales; el abonado por don José Pozo 9 reales y 30 maravedís; don Cristóbal Salazar 55 reales y 27 maravedís; Narciso Casco 6 reales y 20 maravedís. Suerte de tierra: la que dicen de la Tripa, 155 reales. Mandas pías: por la de doña Ana de Zúñiga se cobraba 33 reales 27 maravedís«.

[35] Al final de la presente comunicación se puede consultar el inventario de bienes de la cofradía de la Soledad de Trujillo.

[36] “Y asimismo hauiendo reconocido q en la comida que se da el día de las quentas se gasta con exceso y que no luce, antes uien es causa de mormuracines y de que los que tienen deboción de dar a las demandas que entre año se iden, se les quita por parecerles se convierte en la comida que el mayordomo dé el dicho día de las quentas. Y que los gastos son grandes el prezio de la zera muy seruido los hermanos todos con la esterilidad de los tiempos y caueza de mantenimiento muy poures, y que en esto se nezesita de poner remedio para que se conserue esta hermandad con el buen zelo y deuocion que todos tienen = Aquerdan confieren y se conforman en que de oy en adelante para siempre jamás no se gaste en comida ni el mayordomo la de y para el día de sus quentas auise desde las dos de la tarde en adelante y no por la mañana y para que tenga algún refresco en el tiempo que se ajustan por ser más de quatro oras la de esta ocupación, se le señala zien Rs que a de gastar en dicho día de quentas y no otra cosa más que lo esto alcanzase y si por su deboción quiere gastar menos ara limosna de ello asta cofradía sin que se entienda que el dicho mayordomo aya de thener más obligación que la de el gasto de los dichos cien reales, pues lo que en esto se dejan de gastar se sirua para conservar la prozesion del Niño Jhs

[37] “Otrosi que dentro de ocho días si fuere pusible o quinze a lo más largo se junten los officiales assi los que an seruido el año antes como los nombrados para el año adelante a dar quentas y se las den a los officiales nueuamente nombrados y ellos la reziban y tomen de los gastos y aprouechamientos que a tenido la coffradia en todo su año por cargo y descargo y en la mejor forma que fuere pusible por ante el nuestro scriuando en casa de uno de los mayordomos y si la cofradía alcancare por algunos marauedis al mayordomo los pague luego de contado y si el mayordomo alcancare a la cofradía se le pague luego en la renta de Nauidad q tiene la cofradía que anda esta paga recogida para más comodidad de los officiales y el mayordomo que entrare le haga siguro dello y el nuestro alcalde apremie a los dichos mayordomos a que cumplan lo susodicho y las qtas se hagan con pago y no en otra manera y las firme todos los officiales juntos y el nuestro scriuano”.

[38] “el día de año nueuo ques el que se celebra la fiesta del nombre de Jesús y aya jubileo plenísimo, queste día para de aquí adelante para siempre jamás se haga junta uayan conffesados y comulgados a asistir a la dicha fiesta sin que ninguno falte desde las bísperas de la tarde antes”.

[39] “Primeramente son obligados todos los hermanos del sanctissimo Nombre de Jesús acudir Bíspera y día de año nueuo de cada año confessados y comulgados a la fiesta del Sanctissimo nombre de Jhs que se celebra en la yglesia de nuestra Señora de la Encarnación, donde ay jubileo plenísimo, y sea de arder cera a las Bísperas y misa mayor y procesión el dicho día”.

[40] Archivo Parroquial de San Martín de Trujillo. Libro donde se anotan los hermanos de luz, de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, establecida e la Yglesia de San Francisco, parroquia de San Andrés de la ciudad de Trujillo.El arraigo de los sermones citados y del Descendimiento en Trujillo era tal, que a pesar de los problemas que soportó la cofradía durante el primer tercio del siglo XIX, cuando se reorganizó en 1847 con unos nuevos estatutos, en su artículo 2º se refería a estas funciones: “Costear las funciones que se practican en el Viernes de la Semana Santa, cuales son el Sermón de las Siete Palabras, Descendimiento y Soledad”.

[41] LÁZARO DAMAS, S: El protagonismo de las órdenes religiosas en la difusión de la iconografía. En Semana Santa en la provincia de Jaén«, Sevilla 1992, p. 14. En Trento se asignó a las imágenes religiosas dos funciones básicas. La primera sería pedagógica, por su carácter narrativo y didáctico, pues era el método idóneo para la enseñanza de los misterios y verdades de la fe, a un población analfabeta e inculta. A esta, se añadiría su fin esencial, que es el adoctrinamiento y la ejemplaridad que debe llevar al católico a la práctica de las virtudes cristianas, la adoración y amor a Dios.

[42] Gracias a don José María Pérez de Herrasti y Narváez la imagen que participaba en el Descendimiento ha sido restaurada en el primer semestre del 2004, por la empresa Atrium-CRBC SL bajo la dirección de José Morillo García, y hoy se puede contemplar en la iglesia de Santa María la Mayor.

[43] CANTERO MUÑOZ, A.: Una tradición en auge: la participación de las figuras bíblicas en los desfiles procesionales. En Motril Cofrade 2003, p. 43-51. También se puede consultar en internet www.juanvalera.org.

[44] «Otrossi que ninguno de los dichos nuestors hermanos, assi de diciplina como de luz, falte a la dicha Procesión yendo en la forma que dicha es, sino es que tenga impedimiento bastante a satisfacción de nuestro alcalde y officiales, sopena de quatro libras de cera, y encargamos al dicho nuestro alcalde y diputados no le ayan por escusado sin cédula de médico o impedimento forzoso, y examniando con cuidado si es impedimento o malicia«.

[45] «Otrossi Ordenamos que todos los hermanos assi de diciplina como de luz como los del Sepulcro quando uayan a la Congregación para hacer la Procesión uayan conffesados y comulgados y que si entre algunos de los hermanos ouiere diferencias o odios o enemistades el nuestro alcalde con los diputados aquella noche o antes si fuere posible los ponga en paz y haga amigos sopena de seis libras de zera y qualquiera hermano que supiere de la tal enemistad tenga obligación a dar noticia dello para que se hagan las amistades»

[46] El inventario de la cofradía de la Soledad incluye “seys túnicas blancas con cinco capillos” y “beynte y tres túnicas negras con ute capillos”.

[47] SEBASTIÁN, S.: Contrarreforma y Barroco. Madrid 1981, p. 331. Como señala Santiago Sebastián, ante la imposibilidad de ir a Tierra Santa, en la Edad Media se crean los primeros Calvarios con las estaciones del Vía Crucis, y se impone la idea de un peregrinaje de sustitución. Como primer precedente de este tipo de reproducciones del Gólgota está el realizado en el Monte Valeriano, sito en las inmediaciones de Paris, realizado a instancias de Humberto Charpentier en 1663, cuando fundó una comunidad de sacerdotes dedicados al culto al Calvario.

[48] SÁNCHEZ HERRERO, J.: Las cofradías de Semana Santa durante la modernidad. Siglos XV al XVIII. En Actas del I Congreso Nacional de Cofradías de Semana Santa. Zamora 1987, pp. 54-62.

[49] Al final de esta comunicación aparece el inventario de bienes de la cofradía, que incluye una relación detallada de los referidos ornamentos.

[50] “y si fuere menester que algunos de los nuestros hermanos de luz se mude del lugar que lleuare en la processsion a otro y se lo ordenare el alcalde lo haga luego, y assimismo si fuere menester dar ayuda a los que lleuan algunas insignias lo hagan ni más ni menos sopena de dos libras de cera por la primera vez y si fuere rebelde la pueda condenar el nuestro alcalde con acuerdo de los diputados hasta en media aroua de zera

[51] RUMEU DE ARMAS, A.: Historia de la Previsión Social en España. Madrid 1944.

[52] RIBADENEYRA, P.: Todos los Santos-Las Ánimas, Barcelona 1790: “las obras con que podemos socorrer a las almas son de una de tres maneras: la primera y más principal, es el Santo Sacrificio de la Misa; la segunda es la Oración; la tercera, todas las obras penales con que se satisface; como son la limosna, los ayunos, penitencias, peregrinaciones y cosas semejantes”.

[53] «en la misa cantada de cuerpo presente que dixeren por el tal difunto hermano arda toda la zera, y sí le enterraren de sobre tarde lleue la zera luego el día siguiente por la mañana para que arda a la misma y las insignias dichas, y sí por el tal hermano o hermana diffuntos se dixere officio entero de nueue leciones, pague quinientos mrs porque arda la cera a todo el officio, y sino se allanaren a pagarlos se mate la zer después de dichas las tres leciones primeras hasta la missa«.

[54] “Yten que aya un arca con dos llaues a modo de cepo onde se echen las limosnas que sobraren de las missas y las demás que algunos deuotos hizieren entre año y tenga dos llaues la una tenga el nuestro alcalde y otra el mayordomo y esta arca se abra una vez en el año y lo que ouiere juntado en ella se dé de limosna a biudas pobres o pobres hermanos de la Soledad, si los ouuiere a disposición de nuestro alcalde y del Pe Prior de la dicha yglesia

Oct 012005
 

Francisco Vicente Calle Calle.

Desde el mismo momento de su publicación en 1605, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha fue lo que hoy día llamaríamos un best-seller, un éxito de ventas. El mismo Cervantes da cuenta de ello cuando en la segunda parte, publicada en 1615, pone en boca del bachiller Sansón Carrasco las siguientes palabras dirigidas a Don Quijote: “(…) es vuestra merced uno de los más famosos caballeros andantes que ha habido, ni aun habrá, en toda la redondez de la tierra” gracias a la historia donde se recogen sus hazañas. [Por ello], “(…) el día de hoy están impresos más de doce mil libros de la tal historia: si no, dígalo Portugal, Barcelona y Valencia, donde se han impreso, y aun hay fama que se está imprimiendo en Amberes; y a mí se me trasluce que no ha de haber nación ni lengua donde no se traduzca[1]”.

La afirmación del bachiller Sansón Carrasco se corresponde perfectamente con la realidad pues ya en 1614 César Oudin había traducido la primera parte de la novela al francés y cuatro años más tarde François de Rosset había traducido la segunda. El éxito de la novela allende los Pirineos fue total, como lo demuestra el hecho de que ya en durante el siglo XVII se hicieron siete reimpresiones y a lo largo del siglo XVIII existieron 36 ediciones diferentes del Quijote en francés. A partir de ese momento, Don Quijote pasó a convertirse en un mito, y como tal, se instaló, si no en la conciencia colectiva del pueblo francés, si al menos en la conciencia de sus clases cultas e ilustradas[2].

Lo que pretendemos aportar en esta comunicación son una serie de ejemplos recogidos entre los escritos de algunos viajeros franceses en los que se menciona de manera directa o indirecta a Cervantes y a personajes y lugares de su novela, pero con la particularidad de que estos testimonios están relacionados a la vez con Extremadura, por lo tanto estaríamos intentando seguir trazas del Quijote en viajeros franceses que recorrieron Extremadura durante el siglo XIX.

Antes de citar los textos veamos unas breves notas biográficas sobre sus autores.

Las principales citas pertenecen al barón Jean-Charles Davillier (1823-1883). Fue experto en cerámica y alfarería, coleccionista de loza hispano-morisca, amigo de los pintores Mariano Fortuny y Raimundo de Madrazo, y enamorado de España. Viajó en numerosas ocasiones a nuestro país. En 1862 emprendió un largo viaje, acompañado por Gustave Doré, que dio como resultado una serie de artículos que fueron apareciendo en la revista Le tour du monde de 1862 a 1873, y que fueron publicados en un solo volumen en 1874 bajo el título de L’Espagne[3].

También veremos algún texto de Jean-François Bourgoing (1748-1811). El barón de Bourgoing llegó a pasar doce años en España en calidad de diplomático, lo que le permitió conocer a fondo el país. Escribió dos obras sobre España: Nuevo Viaje a España (1789) y Cuadro de la España moderna (1797).

El texto de Jean-François Bourgoing nos remitirá a otro de la condesa de Aulnoy(1650-1705), quien publicó dos obras sobre España, las Memorias de la corte de España (1690) y la Relación del viaje de España (1691).

El último autor que mencionaremos será el capitán de estado mayor J. -J. –E. Roy, quien en 1856 publicó su libro titulado Los franceses en España. Recuerdos de las guerras de la Península. (1808-1814). El libro, como su propio título da a entender, relata las vivencias del capitán Roy durante la Guerra de la Independencia, desde su movilización en enero de 1808, para incorporarse al ejército del general Dupont, hasta su salida de nuestro país en diciembre de 1813. Los únicos datos biográficos del capitán Roy que hemos conseguido reunir son los que él mismo aporta en su libro. Sabemos que entró en España el 25 de enero de 1808, “à quatre heures de l’après-midi” (p. 2), siendo capitán de estado mayor, y que abandonó España en diciembre de 1813, con el grado de jefe de escuadrón de estado mayor. Entre estas dos fechas tenemos la narración de un recorrido por España de norte a sur y viceversa, en la que J. –J. –E. Roy, no sólo va a referirse a los acontecimientos históricos ligados a la Guerra de la Independencia como el Tratado de Fontainebleau, la sublevación del dos de mayo de 1808 o la derrota de Bailén, sino que además describirá costumbres, como los toros, la Semana Santa; personajes como los serenos de Madrid o los guerrilleros; monumentos como El Escorial, El Real Sitio de Aranjuez o la Alhambra e, incluso, dará explicaciones sobre instituciones, como la Inquisición. En este sentido, su relato no está demasiado lejos de los de otros compatriotas suyos que también recorrieron España a lo largo del siglo XIX como Charles Davillier, Alexandre Laborde o Théophile Gautier, por citar alguno de los viajeros más famosos. Sin embargo, las páginas que dedica a Extremadura son algo diferentes ya que pasó por nuestra región como prisionero de guerra y esta situación personal hace que la visión de la realidad sea muy distinta de la que tiene un viajero tradicional[4].

Como ya hemos señalado la mayoría de los textos que vamos a citar están sacados del Viaje por España del barón Davillier.

En el primero de ello se menciona a Miguel de Cervantes y la visita que realizó, en calidad de peregrino, al monasterio de Guadalupe:

Hacia mediados del siglo XIII, un pastor de Cáceres descubrió una virgen de madera atribuida a San Lucas y que había sido dada por el Papa Gregorio el Grande a San Leandro, arzobispo de Sevilla. Esta imagen, oculta en la montaña durante la invasión de los moros, había sido milagrosamente conservada durante seiscientos años, y en el mismo lugar en que el pastor la encontró se construyó el monasterio.

Nuestra Señora de Guadalupe es desde esa fecha la patrona de Extremadura, como la Virgen del Pilar, en Zaragoza, es de Aragón. Los cautivoslibertados por su intercesión acudíana colgar sus cadenas en señal de exvoto. Cervantes, en su novela Persiles y Sigismunda, habla de la «Santísimaimagen, libertad de los cautivos, limade sus hierros y alivio de sus prisiones[5]».

En el capítulo XLIX de la primera parte, Don Quijote en su disputa con el canónigo sobre la autenticidad de los hechos narrados en los libros de caballería responde en un momento dado:

“(…) porque, ¿qué ingenio puede haber en el mundo que pueda persuadir a otro que no fue verdad lo de la infanta Floripes y Guy de Borgoña, y lo de Fierabrás con la puente de Mantible, que sucedió en el tiempo de Carlomagno, que voto a tal que es tanta verdad como que ahora es de día?[6]

El barón Davillier menciona este pasaje al pasar cerca del puente de Alconétar, durante su viaje desde Cáceres hacia Plasencia, señalando que aquel puente es el famoso puente de Mantible:

“Algunas horas después de haber atravesado el pueblo de Casar de Cáceresllegamos a Cañaveral, donde pasamosla noche. Cerca de aquí estaba el famoso puente de Alconetar, por el quepasaba la vía romana de Salamanca aMérida. Este es el mismo puente que elde Mantible, del cual hablaba Don Quijote, y que se hizo famoso por la aventura de Fierabrás, que sucedió en tiempos de Carlomagno. El puente de Mantible, que estaba formado por treintaarcos de mármol blanco, estaba defendido—dice el historiador de Carlomagno—por el gigante Galafre, que antesde haber sido vencido por Fierabrásexigía de los cristianos por derecho depasaje treinta parejas de perros de caza,cien jóvenes doncellas, cien diestros halcones y cien caballos ricamente enjaezados, con herraduras que pesaban cada una un marco de oro fino[7]”.

El Quijote vuelve a ser citado por J. Ch. Davillier en el momento de hablar de la ciudad de Trujillo y de su héroe Diego García de Paredes:

Tuvimos también tiempo de ver en la iglesia de Santa María la Mayor la tumba del famoso García de Paredes, otro capitán del que Trujillo y toda España se enorgullece. Este temible García, apodado el Sansón de Extremadura y el Hércules de España, era compañero de armas de Gonzalo de Córdoba y pasó su vida guerreando contra los portugueses, los turcos y los franceses. Las hazañas del guerrero español dignas realmente de los tiempos fabulosos sobrepasan con mucho todo lo que se cuenta de los héroes de la mitología. Como los más famosos caballeros andantes, daba golpes terribles con su larga espada. Bajo este aspecto no podía faltar en el Quijote. Ya se recordará que cuando el cura y el barbero se disponen a echar al fuego algunos libros de caballería hacen gracia a dos obras, que son «historias verdaderas»: la vida del Gran Capitán y la de Don Diego García de Paredes. «Y este Diego García de Paredes fue un principal caballero, natural de la ciudad de Trujillo, en Extremadura, valentísimo soldado, y de tantas fuerzas naturales que detenía con un dedo una rueda de molino en la mitad de su furia; y, puesto con un montante en la entrada de una puente, detuvo a todo un innumerable ejército que no pasase por ella; y hizo otras tales cosas, que si como él las cuenta y las escribe él asimismo, con la modestia de caballero y de cronista propio, las escribiera otro libre y desapasionado, pusieran en olvido las de los Héctores, Aquiles y Roldanes[8]».

La cita textual del Quijote que reproduce J. Ch. Davillier pertenece al capítulo XXXII de la primera parte y se refiere a los libros que el ventero de la venta en la que servía Maritornes guardaba en una maletilla vieja para que fueran leídos en voz por alguno de sus huéspedes para solaz del resto[9].

J. Ch. Davillier continúa su relato señalando algunas de las hazañas de Diego García de Paredes citadas en La Crónica del Gran Capitán así como otros lugares y hechos relacionados con el héroe trujillano.

“La Crónica del Gran Capitán, impresa en Alcalá de Henares en 1584, refiere también cómo Diego García de Paredes tomó una espada con las dos manos, y puesto sobre el puente de Garellano, que los franceses acababan de construir, y combatiendo contra ellos, comenzó a hacer tales pruebas de su persona como no las hicieran mayores en su tiempo Héctor, Julio César, Alejandro el Grande ni unos antiguos valerosos capitanes, pareciendo realmente otro Horacio Cocles por su resolución e intrepidez. A poca distancia de Trujillo se enseña un pozo de treinta pies de anchura que, según se dice, franqueó de un solo salto el héroe extremeño, tan ágil como valiente y vigoroso, demostración tan digna de crédito, por lo demás, como sus hechos de armas.

Parece ser que el Sansón de Extremadura se entretenía también en hacer estas demostraciones a la edad de setenta y cuatro años. Según cuenta uno de sus historiadores, murió en Bolonia, |en 1530, a consecuencia de una caída que tuvo queriendo demostrar su vigor y su agilidad.

Hemos visto en la Armería de Madrid media armadura que pertenecía a García de Paredes. Pesa en conjunto dos arrobas y cinco libras, es decir, un poco menos de treinta kilogramos.

Cuando se tiene fuerza suficiente parallevar unas armas tan pesadas, puedeuno muy bien aspirar a ser llamadoHércules español[10]”.

Tampoco puede J. -Ch. Davillier evitar comparar a los cabreros que encuentra en su caminar por tierras extremeñas con aquellos a los que Don Quijote dirigió su discurso sobre la Edad de Oro.

La región comprendida entre Trujillo y Mérida está ocupada por inmensas dehesas. Así se llaman los terrenosdonde crecen pastos naturales. En ellos pastan infinitos cerdos negros, que son, con los rebaños de corderos (…), una de las principales riquezas de Extremadura. Estos negros animales, que se designan con el nombre de ganado de cerda, se nutren principalmente de las bellotas que producen las encinas. Sus guardianes, que cuentan entre sus antepasados al conquistador del Perú, tal vez desciendan también de aquellos cabreros ante los que Don Quijote, cogiendo un puñado de bellotas en su mano, alabó tan elocuentemente las dulzuras de la dichosa edad a que los antiguos dieron el nombre de dorada[11]”.

Tal episodio aparece en el capítulo XI de la primera parte de la novela.

J. -J. -E. Roy a pesar de estar prisionero tampoco puede evitar comparar algunas de las personas que se va encontrando con personajes del Quijote, como ocurre en el caso del encargado de custodiar el castillo pacense de Piedra-Buena y de sus acompañantes:

Tras haber caminado todo el día, bajo la lluvia, por caminos impracticables, llegamos a las nueve de la noche ante la puerta del castillo de Piedra-Buena [Cerca de San Vicente de Alcántara[12]] Llamamos varias veces con violencia; esperamos bastante rato sin que nadie nos respondiera. Por fin las troneras del castillo se iluminaron con un resplandor que parecía venir del patio; poco después la puerta se abrió: nuestros soldados iban a hundirla a culatazos. Estaba expectante por conocer a los habitantes de esta antigua morada, cuando un viejo hidalgo, grande, delgado, seco, armado con una larga espada, se presentó ante nosotros. Si había creído reconocer a Sancho Panza en el alcalde de Madrilejos (Madridejos), debía, con más razón, reconocer a su amo en el castellano del castillo de Piedra-Buena: allí estaba realmente el héroe de Cervantes, pero a la edad de ochenta años. Le seguía una vieja mujer, mucho más pequeña que él, pero no menos seca, y, quizás, más arrugada. Esta pareja decrépita estaba acompañada por dos niños; uno llevaba en la mano un puñado de juncos encendidos, de la especie llamada esparto, con la que se hacen, en algunas partes de España, cuerdas para pozos y sombreros de espartería, y que se utiliza también como antorcha o hacha, como era el caso. El otro niño tenía bajo el brazo una gavilla de la misma planta, de la que cada cierto tiempo sacaba un puñado para sustituir a la que estaba a punto de apagarse. Fue con la ayuda de este primitivo alumbrado como entramos en el castillo[13]”.

En cuanto al mencionado alcalde de Madridejos he aquí su descripción:

Inmediatamente vi entrar al magistrado; era un hombre bajo, mofletudo, de vientre prominente, y que me hubiera recordado bastante a su compatriota Sancho Panza, a no ser por una cierta afectación de gravedad y de importancia incompatible con la simplicidad y el descuido del famoso escudero del caballero de la Mancha[14]”.

Los dos textos que a continuación vamos a citar no hacen referencias directas al Quijote pero queremos incluirlos aquí porque nos parecen guardar una cierta relación con las imágenes y con episodios de la novela cervantina.

El primero de ellos es la descripción general que hace J. -J. –E. Roy al comienzo de su libro de una venta, lujar quijotesco por excelencia:

[Durante la ruta que va de Vitoria a Valladolid] tuve la ocasión de conocer lo que se llama una venta[15] o posada, es decir un albergue español. Voy a tratar de dar una idea a mis lectores de cómo son. Se entra en general en la venta por una especie de cobertizo que sirve de caballeriza; se la atraviesa arriesgándose uno a llevarse una coz, y se llega a la cocina. Se da ese nombre a un reducto oscuro, de diez a doce pies cuadrados, que no recibe luz más que por una larga abertura hecha en el techo. El hogar está en el medio; el humo del fuego y de las carnes que allí se fríen o asan no tiene otra salida para escapar que la abertura mencionada: lo que obliga a permanecer bastante tiempo en la “oficina”, con gran desagrado para la vista y el olfato. El ventero, la ventera y su familia están sentados en unos bancos de piedra colocados a lo largo de los muros de la cocina, no teniendo otra ocupación más que la de calentarse, peinarse mutuamente y fumar el purito. Nunca se encuentra nada para comer en estos albergues; pero rápidamente os indican las casas dónde se vende pan, legumbres, carne, caza, frutas, pimienta, aceite y cualquier otro comestible necesario para la comida. Tiene que ir uno mismo a comprar esas provisiones, y aderezarlas también uno mismo en la sartén de la venta, a menos que el ventero se encargue de este trabajo, cosa que evitábamos, sobre todo al comienzo de nuestra estancia en España, a causa de la suciedad asquerosa de estos personajes (…)

La primera vez que se me ocurrió entrar en una venta, fue entre Torquemada y Dueñas. Algunos muleros estaban comiendo en la sartén el guisado, una especie de “ragoût” español (…). Preguntamos que si podíamos comer nosotros también; el ventero nos respondió que estaba dispuesto a prepararnos nuestra comida, pero que había que esperar a que acabaran aquellos señores, puesto que había que preparar, servir y comer nuestro guisado en la misma sartén que los muleros tenían por le mango. Preferimos entonces un trozo de queso antes que la bazofia del ventero, excusándonos de no poder degustar su cocina, porque la exigencia del servicio no nos permitía pararnos más que para eso.

Mientras tomábamos esa modesta comida, una familia completa desembarcó en el albergue; (…) Las mujeres venían en una galera, especie de carro de cuatro ruedas, tirado por dos mulas; los hombres las seguían montados en mulas. (…) Estos viajeros cogieron de la galera las provisiones necesarias para su almuerzo, pan, arroz y tocino. El vino estaba en una bota, odre de piel de macho cabrío. Prepararon ellos mismos su comida en la sartén de los muleros; se sentaron a la mesa, amos y sirvientes; y todos comieron con buen apetito, picando por turnos de la sartén y bebiendo de la misma bota, pero a la catalana, es decir cogiendo la bota con una mano, y elevándola de manera que caiga el líquido en la boca sin que los labios toquen el brocal. El uso de vasos es desconocido en el campo y en los albergues de este país: es muy curioso ver a un grupo de españoles bebiendo así mientras comen, uno detrás de otro, a chorro. Son tan duchos en este ejercicio, que, incluso levantando la bota lo más alto que les permite el brazo, no dejan caer una gota sobre el rostro o sobre las ropas.

Paseando alrededor de la galera, vi baúles y dos enormes paquetes envueltos en cuero con forma de maletas; eran los colchones, las sábanas, las mantas y las almohadas de toda la familia; necesariamente hay que tomar precauciones en un país en el que falta de todo en los albergues. El que se descuida o no puede, por la razón que sea, procurarse estos objetos, duerme en el suelo o en el banco que hay alrededor de la mesa. Añadamos, para terminar lo que tenemos que decir sobre las ventas, que la hospitalidad que en ellas se recibe, aunque reducida a su más mínima expresión, está lejos de ser gratuita[16]”.

Jean Charles Davillier describe a su vez una venta que se hallaba entre Mérida y Cáceres. Como veremos en esta descripción vuelve a aparecer alguno de los elementos señalados por J. J. E. Roy[17]:

Ya hemos entrado varias veces en algunos de esos caravanserail de España, pero ninguno de los que habíamos visto tenía un aspecto tan miserable y tan salvaje como la venta donde nos detuvimos entre Mérida y Cáceres. En la primera habitación o zaguán-cocina, que sirve a la vez como su nombre indica, de pórtico y de cocina, divisamos acurrucados alrededor del fuego, a algunos individuos de aspecto huraño, que nos parecieron arrieros. Iban vestidos de tosco paño y tocados con esos sombreros que se llaman monteras. La patrona, una mujer pequeña y arrugada, cuya nariz y barbilla se juntaban, era el perfecto tipo de esas viejas que los españoles llaman brujas. Vigilaba una media docena de pucheros colocados sobres los carbones y de los que salía un olor a aceite rancio, acre y nauseabundo. En cuanto al ventero, estaba sentado sobre un banco cojo y cantaba con voz nasal, acompañándose de una mala guitarra. Esta escena se nos apareció como a través de una espesa niebla, pues no había chimenea en la habitación. El hogar, compuesto simplemente de algunas piedras, estaba colocado en uno de los ángulos, sobre el suelo, y el humo se escapaba con dificultad por un agujero hecho en el techo.

El ventero, viéndonos entrar, interrumpió su canción y avanzó hacia nosotros y los asistentes nos hicieron sitio cortésmente. Por fortuna para nosotros, nuestras alforjas contenían abundantes provisiones, pues no habríamos encontrado en la venta más que pan y vino malo[18], y si le hubiéramos preguntado al ventero lo que tenía en su venta, habría podido contestarnos la respuesta tradicional: «Hay de todo… lo que lleven ustedes».

Nos contentamos, pues, con pedir aguardiente para las gentesde la galera[19].

Si hemos citado estos dos textos sin que en ellos se mencione al Quijote es porque nos parece clara su relación con el mundo quijotesco, relación demostrada con estas palabras que el mismo J. Ch. Davillier dedica al final de su digresión sobre los alojamientos en España, en general, y sobre las ventas en particular:

No eran mejores las ventas en tiempos de Cervantes, como puede unocomprobar leyendo algunos pasajes desus novelas y de su Don Quijote, principalmente el capítulo donde el Ingenioso Hidalgo tomó a la venta porcastillo. «En esta venta, el lecho estaba formado simplemente por cuatrotablones acepillados puestos sobre dosbancos desiguales y de un colchón tandelgado que más bien parecía colcha.El cual colchón estaba cubierto de protuberancias que al tocarlas se hubieran tomado por guijarros, si no se hubiera visto por algunos rasgones queeran pelotes de lana.[20]»

Los dos últimos textos se refieren a una forma de penitencia llamada disciplina en la que el penitente se golpea voluntariamente las espaldas con instrumentos de varias clases que causan dolor. Es posible que Cervantes mismo practicara este tipo de penitencia, ya que desde 1609 hasta su muerte perteneció a la Hermandad y Congregación de Esclavos del Santísimo Sacramento, en la que había ejercicios de oración y disciplina los lunes, miércoles y viernes. Quizás por esta razón aparecen cinco menciones expresas a los disciplinantes en el Quijote, concretamente en el capítulo 52 de la primera parte y en los capítulos 32, 35, 36 y 71 de la segunda.

Esta costumbre, bastante arraigada en nuestra tierra, sorprende a los viajeros franceses, sobre todo porque va unida a un extraño ritual en el que participa una mujer, tal y como nos lo cuenta Jean-François Bourgoing:

Un hombre digno de creer me ha asegurado haber sido testigo, hace algunos años, en un pueblo de Extremadura de la escena siguiente. Conocía en dicho pueblo a una joven de buenas costumbres, con un carácter amable y jovial, adornada con todos los encantos de su edad y de su sexo. Va a verla un viernes santo. La encuentra con aire de fiesta en sus rasgos, en toda su persona, llevando un vestido resplandeciente de blancura. Le pregunta el porqué de esta vestimenta extraordinaria en un día de duelo y de penitencia. Lo vas a saber ahora mismo, le responde ella. Era el momento en el que los flagelantes debían de pasar por su barrio. Ella los esperaba con impaciencia. Por fin aparecen. Se acerca a la ventana de su casa que estaba a ras de la calle separada de ésta por unos barrotes. Los flagelantes se paran delante de ella y se golpean. En unos instantes está cubierta por las gotas de sangre que salen de sus espaldas. Ella parecía deleitarse viendo sus ropas mojadas por aquel horrible rocío, y el enigma de su vestido blanco quedó explicado al espectador. Supongo, si se quiere, que la galantería jugaba un papel en esta obra de penitencia, y que el amante de la joven se encontraba entre los actores. ¿Pero la escena no parece por ello todavía más atrozmente extraña?[21]

Esta misma costumbre también había sido explicada por Madame d’Aulnoy en su Viaje por España en 1679 y 1680, aunque en su caso tuvo lugar en Madrid:

Me ha parecido muy desagradable el espectáculo que ofrecen los disciplinantes. Al ver el primero, creí desmayarme. No sé cómo puede parecer bien un espectáculo que horroriza y asusta. El disciplinante se os acerca tanto, que al azotarse salpica con su sangre vuestro vestido, y esto se considera una galantería…

Para darse azotes gallardamente y hacer que salte la sangre a un punto determinado, hay reglas formuladas y maestros que las enseñan y caballeros que las aprenden como se aprenden las artes de la danza y de la esgrima. Los disciplinantes visten una túnica muy delgada que los cubre desde la cabeza hasta los pies, con menudos pliegues, y tan amplia, que para cada túnica se necesitan de cuarenta a cincuenta varas de tela. Llevan sobre la cabeza una caperuza muy alta, delante de la cual cuelga un trozo de lienzo que cubre la cara y tiene dos pequeñas aberturas por donde asoman los ojos del disciplinante, que lleva guantes y zapatos blancos, muchas cintas en las mangas de la túnica y desnudos los hombros. Generalmente, llevan también enlazada en las disciplinas una cinta que a cada penitente regala su amada, y ellos la lucen como un señalado favor. Para ser admirado y hacer bien las cosas precisa no levantar el brazo, mover solamente la muñeca, darse los azotes sin precipitación, y que la sangre, al saltar de las heridas, no manche la túnica. Se despellejan de una manera horrible los hombros, de los que brota mucha sangre. El disciplinante anda pausada y ceremoniosamente, y al llegar junto a las rejas de su amada se fustiga con un brío estupendo. La dama observa esta caprichosa escena desde las celosías de su aposento, y por alguna señal bien comprensible le anima para que se desuelle vivo, dándole a entender lo mucho que le agradece aquella bárbara galantería.

Cuando los disciplinantes tropiezan en su camino con una hermosa mujer, suelen pararse junto a ella y sacudirse de modo que al saltar la sangre caiga sobre su vestido. Esta es una interesante atención, como ya os expliqué antes, y la señora muy agradecida, les dirige palabras amables[22]”.

Según la Condesa d’Aulnoy hay que distinguir entre los verdaderos penitentes, los amantes y los hipócritas. El ejemplo citado se refiere claramente al segundo grupo. En cuanto al primer grupo citaremos el ejemplo que pone, por ser una descripción muy cercana a la de los tradicionales “empalaos” de Valverde de la Vera:

También hay verdaderos penitentes que inspiran verdadera compasión… Sólo van cubiertos de los pies a lacintura y llevan arrollada en el desnudo torso y en los brazos una cuerda de esparto, cuyas vueltas oprimen de tal modo la carne, que toda la piel se pone amoratada y sanguinolenta. En la espalda llevan siete espadas metidas entre cuero y carne, que les producen dolorosas heridas a cada paso que dan, y como llevan los pies desnudos y las piedras de la calle son puntiagudas, con frecuencia se caen los infelices[23]”.

Conclusión

Estos ejemplos de referencias al Quijote en textos de viajeros franceses por tierras extremeñas han pretendido ser, por una parte, homenaje a la novela de Cervantes en este IV centenario de su publicación y, por otra, una “excusa” para acercarnos a nuestra tierra a través de la visión que de ella tuvieron unos viajeros extranjeros hace ya más de un siglo.

Esperamos y deseamos que su lectura sirvan para acercarnos una vez más al universal texto cervantino y, también, para interesarnos por conocer desde otros puntos de vista nuestra región.


NOTAS:

[1] Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote de la Mancha, (II, III), ed. de Jonh Jay Allen, Madrid, Cátedra, 1997, Letras Hispanas, 101, p. 46.

[2] “Podemos casi afirmar que de César Oudin a Claude Nougaro y su canción “Don Quichotte et Sancho”, pasando por Serge Reggiani, Jacques Brel, (…) Bernard Buffet y Gérard Garouste, todas las épocas, todos los géneros, han utilizado, en Francia, la imagen del Caballero andante y de su fiel Sancho que Daumier y Doré, particularmente, ilustraron a las mil maravillas. Sorel con El Pastor extravagante, Flaubert con Bouvard y Pécuchet, Stendhal, Balzac, Daudet conTartatin de Tarascon, Rostand con Cyrano son algunos de nuestros autores que se han inspirado en el Quijote y que en parte lo han resucitado a través de sus personajes”. Cf. Serge FOHR; Jean-Luc PUYAU, “Le Quichotte et la France – Histoire(s) d’une fascination ancestrale”. Cf.http://www.ambafrance_es.org/article.php3?id_article=1352 (Consulta: 12/04/05). La traducción es nuestra. En otra página Web podemos leer lo siguiente: “(…)Chateaubriand se ve a sí mismo como un Cervantes y un Quijote y en su Itinerario de París hasta Jerusalén, (1811), ensalza al Caballero de la triste figura, que ocupa también su lugar en El genio del Cristianismo como el más noble, el más valiente, el más amable y el menos loco de los mortales. Hay bastante de Cervantes en ese militar frustrado romántico que fue Alfred de Vigny. Los viajeros Prosper Merimée y Theophile Gautier llenan sus diarios de viaje de alusiones cervantinas. Para el crítico Saint-Beuve, Don Quijote es un libro que empieza por constituirse en una sátira de los libros de caballerías y termina por hacerse espejo de la vida humana. Victor Hugo, que pasó algunos de sus años infantiles en España como hijo del general Hugo, considera a Cervantes el poeta del contraste entre lo sublime y lo cómico, lo ideal y lo grotesco, y apercibe el influjo de La gitanilla en su novela Nuestra Señora de Paris. Henri Beyle, más conocido como Stendhal, que tenía diez años cuando leyó Don Quijote por primera vez, escribió que «el descubrimiento de ese libro fue quizá la más grande época de mi vida»; Honoré Balzac representó casi más a Don Quijote en su vida que en sus escritos y Gustave Flaubert asumió este espíritu en sus dos novelas Bouvard y Pecuchet, póstuma e inacabada, cuyos dos personajes principales enloquecen leyendo libros que no pueden asimilar, y su Madame Bovary, cuya protagonista es en realidad una quijotesca dama que pierde la sensatez leyendo noveluchas sentimentales, como José Ortega y Gasset ya apreció («es un Quijote con faldas y un mínimo de tragedia sobre su alma). (…). En Les oiseaux de la lune o Los pájaros de la luna (1956), de Marcel Aymé, el inspector de un colegio adquiere el poder de transformar a los pelmazos en aves de tanto leer novelas, lo que parece ser una parodia cómica de la locura de Don Quijote de la Mancha y de los magos que transforman sus desilusiones. La escritora Monique Wittig, por otra parte, en su novela Le voyage sans fin (1985) reelabora el Quijote de Cervantes sustituyendo a caballero y escudero por dos mujeres. En 1968 Jacques Brel compuso y grabó un disco de música, L’Homme de la Mancha. Y para cerrar una lista que podría prolongarse mucho, mencionaremos sólo a Léon Bloy, Tailhade, Henri Bergson, Maurice Barrès, Alfred Morel-Fatio, Paul Hazard, André Maurois y André Malraux”. Cf. www.elquijote.com/enelmundo.php/ch/mundFr/PHPSESSID. (consulta el 15/07/05)

[3] Nosotros seguiremos esta edición: J.-Charles DAVILLIER, Viaje por España, ilustrado por Gustavo Doré. Prólogo y notas de Arturo del Hoyo. Estudio crítico-biográfico, titulado Gustavo Doré por Antonio Buero (3 tomos), Madrid, 1949, Ediciones Castalia.

[4] J. J- ROY, Les Français en Espagne. Souvenir des guerres de la Péninsule, (1808-1814), Tours, 1856, Ad. Mame et cie, Imprimeurs-Libraires. El relato completo de los avatares del capitán Roy en Extremadura puede consultarse en Francisco Vicente Calle Calle y María Ángeles Arias Álvarez. “Aventuras y desventuras de un capitán francés por tierras extremeñas durante la Guerra de la Independencia”, Revista de Estudios Extremeños, nº III, 2003, pp. 1037-1057.

[5] Cf. J. -Ch. DAVILLIER, Op. cit., pp. 587-588. El texto de Los trabajos de Persiles y Sigismunda dice así:
“… y nuestros peregrinos llegaron poco a poco, a las santísimas tierras de Guadalupe.
Apenas hubieron puesto los pies los devotos peregrinos en una de las dos entradas que guían al valle, que forman y cierran las altísimas sierras de Guadalupe, cuando, con cada paso que daban, nacían en sus corazones nuevas ocasiones de admirarse; pero allí llegó la admiración a su punto, cuando, vieron el grande y suntuoso monasterio, cuyas murallas cierran la suntuosa imagen de la emperadora de los cielos; la santísima imagen, otra vez, que es libertad de los cautivos, lima de sus hierros y alivio de sus pasiones; la santísima imagen que es salud de las enfermedades, consuelo de los afligidos, madre de los huérfanos y reparo de las desgracias… Cuatro días se estuvieron los peregrinos en Guadalupe, en los cuales comenzaron a ver las grandezas de aquél santo monasterio; digo comenzaron porque acabarlas de ver es imposible
”. Cf. Miguel de Cervantes, Los trabajos de Persiles y Sigismunda, Madrid, 1980, Espasa-Calpe, Austral, pp. 188.

[6] Cf. El Quijoteed. cit., p. 568.

[7] Cf. DAVILLIER, J. Ch. Op. cit., p. 605. Sobre la leyenda de Fierabrás, Carlomagno y la princesa Floripes así como su reflejo en las tradiciones extremeñas, ver Moisés MARCOS DE SANDE, “Del folklore garrovillano: usos y costumbres”, en Revista de Estudios Extremeños, t. I, 1945, pp. ***

[8] DAVILLIER, Op. cit., pp. 588-591.

[9] Diego García de Paredes también es citado en el capítulo 49 y en el capítulo 51 de la primera parte del Quijote: “Y si todavía, llevado de su natural inclinación, quisiere leer libros de hazañas y de caballerías, lea en la Sacra Escritura el de los Jueces; que allí hallará verdades grandiosas y hechos tan verdaderos como valientes. Un Viriato tuvo Lusitania; un César, Roma; un Anibal, Cartago; un Alejandro, Grecia; un conde Fernán González, Castilla; un Cid, Valencia; un Gonzalo Fernández, Andalucía; un Diego García de Paredes, Estremadura; un Garci Pérez deVargas, Jerez; un Garcilaso, Toledo; un don Manuel de León, Sevilla, cuya leción de sus valerosos hechos puede entretener, enseñar, deleitar y admirar a los más altos ingenios que los leyeren” ; “Sentábase en un poyo que debajo de un gran álamo está en nuestra plaza, y allí nos tenía a todos la boca abierta, pendientes de las hazañas que nos iba contando. No había tierra en todo el orbe que no hubiese visto, ni batalla donde no se hubiese hallado; había muerto más moros que tiene Marruecos y Túnez, y entrado en más singulares desafíos, según él decía, que Gante y Luna, Diego García de Paredes y otros mil que nombraba; y de todos había salido con vitoria, sin que le hubiesen derramado una sola gota de sangre”.Cf. ed. cit., pp.567;580.

[10] Ibid.

[11] Ibid. p. 591.

[12] Sobre este castillo ver. AA. VV., La España Gótica (14). Extremadura, Madrid, 1995, Ediciones Encuentro, S. A., pp. 363-364.

[13] J. J. ROY, Op. cit., pp. 145-146.

[14] Ibid. pp. 122-123.

[15] Las palabras subrayadas aparecen en el español en el original.

[16] J. J. ROY, Op. cit., pp. 4-7.

[17] Ver por ejemplo I, 2 ; I, 16-ss; I, 32-ss;

[18] En cambio, A. Jouvin dice “haber bebido [en una posada de Plasencia] un vino blanco muy excelente, mucho mejor y más natural que el que transportan a Francia y a los países extranjeros (…)”. Cf. A. JOUVIN, El viaje de España y Portugal, en J. GARCÍA MERCADAL, Viajes de extranjeros por España y Portugal, 1999, Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura., tomo III, p. 623.

[19] Cf. J. -Ch. DAVILLIER, Op. cit. pp. 594-595. En las páginas 595-598 J. –Ch. Davillier explica la diferencia que existe entre el parador, la posada y el mesón; cita además opiniones, casi todas negativas, de varios viajeros como A. Ponz, el holandés Aersens de Sommerdyck (1655), Madame de Aulnoy o el inglés Swinburn (1775) sobre estos todos establecimientos; también aparece una ilustración de Gustave Doré que representa una posada.
Sobre los transportes y caminos en esta época, ver también las referencias generales ofrecidas en María Dolores MAESTRE, Doce viajes por Extremadura (en los libros de viajeros ingleses desde 1760 a 1843), Plasencia, 1995, Imprenta La Victoria, pp. 25-27, 551-583 así como Jesusa VEGA, “Viajar en España en la primera mitad del siglo XIX: Una aventura lejos de la civilización”, en Revista de Tradiciones Populares, LIX, 2, 2004, p. 96-97; 111-117.

[20] Cf. J. Ch. DVILLIER, Op. cit., p. 596.

[21] Cf. Jean-François BOURGOING, Tableau de l’Espagne moderne, en Bartolomé et Lucile BENNASSAR, Le voyage en Espagne. Anthologie des voyageurs français et francophones au XVIe au XIXe. siècle, Paris, 1998, Robert Laffont, (Bouquins), p. 986. En este mismo libro parecen otras referencias a los flagelantes en las páginas 973-974; 978-979; 984-985.

[22] Cf. Condesa d’AULNOY, Viaje por España en 1679 y 1680 y Cuentos feericos, trad. y notas por Marta Corominas y Mercedes M. Villalta, Barcelona, 1962, Editorial Iberia, S.A., Col. Obras maestras, tomo I, pp. 194-195.

[23] Cf. Ibid., pp. 196-197.

Oct 012005
 

Antonio Bravo Fernández.

Tanto en la orfebrería como en la platería, incluso en la joyería, el pasar de los años ha traído consigo innovaciones tecnológicas como no podía ser de otra manera. En este campo, la tecnología ha tenido un acusado desarrollo, tanto en cuanto, el avance técnico ha permitido a esta disciplina expandirse fuera del terreno meramente artesanal.

Uno de los apartados que más avances ha sufrido dentro de esta disciplina ha sido “el dorado”. Es precisamente este aspecto de la orfebrería el que vamos a tratar ya que su impetuoso avance y su casi imprescindible utilidad hace de él uno de los elementos más importantes de la orfebrería.

Este trabajo contempla la realización del dorado tal y como se ha venido desarrollando prácticamente desde la implantación, por parte de los moros, de la orfebrería tal y como se conoce en la actualidad en España y por añadidura en Extremadura de una manera totalmente artesanal, donde todo lo utilizable había que prepararlo en el propio taller y de forma manual, se trata del llamado “Dorado a fuego”.

Este capítulo de la orfebrería conlleva no poca dificultad a la hora de resumir su proceso, por lo complejo de su realización y por los numerosos pasos que transcurren desde que comienzan los preparativos hasta llegar a su finalización.

El dorado tiene por objeto recubrir los metales comunes de una capa de oro puro, mediante una serie de baños al cual se llega a través de diferentes procedimientos como son el chapado, al fuego, por vía húmeda, por procedimiento galvánico y por medio de corrientes eléctricas o electrolisis.

Este proceso comienza con una revolución a modo de zafarrancho en el taller cuando nos disponíamos a dorar. Una simple y rutinaria labor se convertía en todo un ritual que comenzaba con los preparativos y con una cuestión indispensable para tal hecho: el oro con el que se va a contar, eso era de capital importancia, puesto que si no se cuenta con la cantidad suficiente habría que afinar más cantidad o por el contrario solicitarlo a la Sociedad.

Lo primero y prioritario era dar por finalizado el género que había que dorar y a continuación comenzaban los preparativos de la interminable

lista de útiles que se tenían que utilizar…. desde un simple baño, cacerolas y palanganas de porcelana impecables, ya que bajo ningún concepto beberían tener el esmalte saltado, hasta las más “sofisticadas” copelas[1] de pedernal[2], bombonas y embudos de cristal, varillas de vidrio etc….

Otro apartado a organizar era lo referente al material y productos que se usan para tal efecto como las sales, los ácidos, filtros de papel y demás sustancias químicas que se utilizarían para tal proceso.

Una de las cuestiones más importantes y donde se debe poner el máximo empeño es en que tanto las cacerolas como las palanganas de porcelana no estén defectuosas ya que al tener el esmalte saltado queda al descubierto la chapa con la que están realizadas, dicha chapa al recibir el líquido del dorado con todo sus componentes, ácidos, sales etc…, al entrar en contacto con el latón o el hierro con el que están fabricadas sería corroído por las citadas sustancias con lo que daría al traste con todo el proceso, llegando incluso a afectar al género que se tiene que dorar.

Otro aspecto a tener en cuenta es la calidad del oro. El oro debe de ser oro fino, es decir, oro cuya ley sea de 24 Kilates ya que sus características tanto químicas (por su composición) como físicas (por su grado de dureza) lo hacen más apropiado.

Este oro se comportará de mejor manera que el oro de una ley menor puesto que entre otras razones al disolverse mejor nos garantiza un dorado de mayor calidad incluso utilizando para ello menor tiempo.

Tal y como he comentado anteriormente, si no había suficiente oro fino para la realización de este proceso había que pedirlo a la Sociedad.

Se trata de la Sociedad Española de Metales Preciosos, empresa estatal, es decir, propiedad del estado, y la única en España que está autorizada oficialmente para la venta de metales preciosos tales como el oro, la plata, el platino, el paladio etc… con sede en Madrid y sucursales en Barcelona, Valencia y Córdoba. Para recurrir a esta sociedad es necesario ser profesional en la materia y evidentemente cumplir con las obligaciones fiscales que ello conlleva.

Tanto el oro del que disponemos como el mandado por la Sociedad requieren una preparación previa. El oro que nos envía tiene las características propias de la peculiaridad de la sociedad y es que prácticamente en ninguna de las ocasiones en las que se recurre a ella disponen el género en su peso exacto al requerido, y tiene una explicación ya que al mandarse el oro “al corte” nunca coincide en su exactitud con el peso solicitado, si a esto le sumamos que la sociedad nunca añade o reduce el peso del material cortado nos encontramos con la circunstancia de que el peso, aunque aproximado, nunca será el exacto.

El oro suministrado viene generalmente en láminas de aproximadamente unos 2 centímetros de largo por unos 3 o 4 milímetros de espesor.

Estas dos circunstancias, el peso y la hechura hacen que dicho material se deba de alterar en su forma para hacerlo más manipulable y todo ello se realiza antes del inicio del proceso del dorado.

Esta alteración consiste en reducir el grosor del material laminándolo de forma que quede lo más fino posible, en ocasiones hasta mucho menos de un milímetro, junto a esto se trocea en numerosos pedazos con lo que la actuación de los ácidos se hace más efectiva y rápida. Ni que decir tiene que para este proceso sí se requiere contar con una rigurosa exactitud en el peso.

Volviendo al dorado a fuego, suponiendo que el género que tenemos para dorar sea de 1.500 gramos necesitaremos para ello 3 gramos de oro fino, puesto que cada gramo de oro de 24 kilates tiene por sí mismo y evidentemente tras el proceso al que se ve sometido, capacidad para dorar 500 gramos de género.

La jornada de trabajo comienza con el encendido de la fragua, tras lo cuál pondremos los tres gramos de oro fino que hemos preparado en una copela a la que añadiremos ácido nítrico en cantidad suficiente como para que toda la cantidad de oro que estamos utilizando quede completamente cubierta.

La utilización de una copela de pedernal se debe a que está realizada con un material de comprobada dureza que no se ve alterado ni atacado por ninguna sustancia química o ácidos de los que utilizaremos y que su comportamiento al fuego lento es el óptimo.

Ya con el oro fino y el ácido nítrico en cantidades suficientes dentro de la copela lo ponemos a fuego lento hasta que alcance una temperatura elevada pero no permitiendo en ningún momento que hierva.

Paralelamente a esto dispondremos también de una cacerola con agua que pondremos a calentar. La cantidad a utilizar será de un litro por gramo de oro por lo tanto para este caso será de tres litros. Lo ideal es utilizar agua destilada pero si no se dispone de ella se podrá utilizar agua corriente.

El oro que hemos introducido en la copela permanecerá intacto en su forma inicial ya que al estar libre de impurezas no se verá atacado por el ácido nítrico.

A la copela que contiene el oro y el ácido nítrico le añadiremos dos partes de ácido clorhídrico cuya mezcla de ambos ácidos denominaremos “agua regia”.

Valiéndonos de una varilla de vidrio removemos los ácidos para que en un corto espacio de tiempo actúen de forma que disuelvan el oro de una manera eficaz, de esta manera el agua regia convertirá el oro sólido en líquido por lo que en este momento en la copela dispondremos de una amalgama de sustancias líquidas indisolubles.

Esta mezcla la vaciaremos en la cacerola de agua, la cual se encuentra aproximadamente entre unos 30 y 40 grados centígrados de temperatura. Removeremos con una nueva varilla de vidrio hasta que dicha mixtura quede completamente consolidada cuestión que será percibida porque justo en ese momento adopta un color marrón claro.

El nuevo paso consistirá en añadir, tras permanecer algunos minutos en reposo, 10 adarmes[3] de Pulsiato amarillo en escama, para de esta manera volver a remover una y otra vez durante aproximadamente 10, 12 minutos hasta observar que el color marrón claro que obtuvimos anteriormente se oscurece sensiblemente como consecuencia de la mezcla obtenida.

Pasados unos 15 minutos añadiremos de nuevo 32 adarmes de Subcarbonato de Sosa por lo que el color obtenido quedará aún más oscurecido, adoptando un color casi negro. Cuando existe la seguridad de que la mezcla es perfecta y bien disuelta se le agrega el Cianuro potásico.

Esta sustancia, por su peligrosidad, debía de ser manipulada con una extrema precaución, para ello se utilizan los fuelles de la fragua y se colocaba en papeles de periódicos o de estraza, que por su grosor nos garantiza una relativa seguridad.

La cantidad venía determinada por el tamaño de las bolas que presentaba esta sustancia, por lo que en función del tamaño de las mismas se utilizaba una o dos.

Estas se envolvían en los citados papeles y con un mazo de madera se trituraban para una vez trituradas agregarlas a la mezcla dispuesta en la cacerola.

La razón de triturar el Cianuro Potásico es porque su solubilidad se ve afectada al introducirse en un líquido caliente si su estado es sólido. Al estar triturado, a pesar de que sigue en estado sólido, se le facilita mucho su mezcolanza con las demás sustancias, cuestión que se verá beneficiada tanto desde el punto de vista cualitativo como cuantitativo.

Es este el momento en el que el dorado comienza a emitir pequeños destellos. El agua con las sustancias incorporadas, al recibir al Cianuro potásico, siempre removiendo con nuestra varilla de cristal, irá perdiendo ese color negruzco para ir incorporando el color dorado a medida que dejamos de remover facilitando con ello que los posos se precipiten al fondo y a su vez que el dorado aflore a la superficie.

Este compuesto obtenido con todas las sustancias utilizadas llega a ser tan espeso que se necesitarán entre 4 y 5 horas para que el precipitado de las partículas de menos peso vayan al fondo haciéndolo de una manera muy lenta. Este descenso de las partículas junto al ascenso del dorado en sí se dejará reposar durante toda una noche para que bien reposado se proceda a su filtrado.

Tal y como se dispuso en los preparativos, en la bombona de cristal y valiéndonos de un embudo también de cristal al que hemos añadido un filtro, y de un vaso de cristal con asa comenzaremos a trasvasar el líquido obtenido en la superficie de la mezcla de la cacerola a través del embudo de cristal provisto del filtro a la bombona ya citada.

Al principio este trasvase se realiza de una manera cómoda y rápida pero a medida que vamos trasvasando se va acumulando en el filtro del embudo mas materia en estado sólido por lo que el goteo se vuelve más lento y comienza a ser más dificultosa la tarea, momento en el que se procede a cambiar el filtro, nunca a su limpieza.

Este proceso se efectúa de la misma manera hasta que se filtra la totalidad de la mezcla dorada existente en la cacerola.

Con todo el dorado en la bombona de cristal procederemos a la destrucción tanto de los papeles utilizados para el cianuro como de los filtros encargados de tamizar las impurezas de la mezcla y lo haremos quemándolos en la fragua hasta verse reducidos a cenizas.

Con esto estaremos en disposición de comenzar a dorar nuestras piezas elegidas.

He de decir que este dorado solo mantiene sus propiedades intactas para una ocasión, lo que no quiere decir que no lo guardáramos para darles a las piezas que había que dorar la vez siguiente un primer baño, pero nunca el definitivo. De igual manera y bajo ningún concepto se mezclaba la antigua mezcla con la nueva, puesto que la primera al degradarse podía hacer perder sus propiedades al nuevo dorado.

Este dorado era y es sólo útil para piezas fabricadas en oro, plata o cobre. La razón es que no admite otro tipo de metal como pueda ser el estaño, el hierro o el plomo enemigos vigorosos de la orfebrería y de la joyería. Mucho nos cuidábamos de que ninguna de las piezas elegidas llevase, por pequeña cantidad que fuera, alguno de estos elementos ya que se revisaban muy minuciosamente puesto que la inclusión de alguno de estos metales en las piezas podía dar al traste con todo el proceso y causarnos serios problemas.

Este proceso expuesto en esta breve locución se remonta al siglo XIII-XIV (13/14) donde los antiguos maestros de la alquimia preparaban de forma artesanal todas las sustancias necesarias, destacando de entre todos los alquimistas de la cultura árabe, si bien tal y como se lo he referido en el día de hoy y con toda su exactitud se tiene constancia del desarrollo de esta manera de dorar en Extremadura allá por el siglo XVIII (18) donde varias generaciones anteriores a mi maestro Don Hipólito Chanquet Soria ya lo practicaban con todo tipo de detalle.

Esta enmarañada forma de dorar hoy día no tendría cabida puesto que la complejidad de su realización lo haría casi una utopía, no ya por el coste que supone la adquisición de todos los elementos, sustancias etc.. a utilizar sino también por la dificultad que hoy día entrañaría la adquisición de determinados productos químicos esenciales para tal trabajo y que sin su inclusión sería imposible de realizar.

El dorado de hoy día no tiene nada que ver con el explicado anteriormente, es otra cosa. Son dorados de laboratorio, más puros, más duraderos, más sofisticados y con una característica impensable para el tipo de dorado que nos ocupa, permite dorar otros metales que aunque nobles son de menor pureza que los comentados anteriormente.

Como decía al principio los tiempos cambian, el progreso y las técnicas avanzan de tal manera que los talleres han de renovarse para seguir el ritmo impuesto por el tiempo en el que vivimos. Perfectamente equipados, disfrutan de unos medios impensables en nuestro tiempo que van desde una serie de cubetas acondicionadas a los distintos baños ya sean dorados, plateados, rodinados, cobreados, chapados o niquelados hasta las más sofisticada maquinaria donde no falta desde secadoras, hasta pulidoras, pasando por abrillantadoras o de lavado eléctrico, todas y cada una de ellas controladas mediante un ordenador y que sustituyen a aquellas cubetas de pedernal, a los mazos de madera con los que triturábamos el cianuro o a la novedosa para aquella época bombona de cristal.

Con todo ello se obtienen unos resultados que rozan lo impensable para aquellos tiempos, donde cada pieza recibe su particular medida de dorado con una celosa exactitud.

Hoy después de 60 años siento verdadera admiración por los talleres donde se realizan estos dorados, por su perfección en los trabajos muy bien acabados, por la forma de hacer dorados perfectos, donde las piezas tratadas gozan de unos dorados que rozan la perfección, bien es verdad que se realizan en auténticos laboratorios pero se gana en eficacia, en optimización del tiempo, sin embargo se ha perdido en encanto, en romanticismo y sobre todo en la personalización de los trabajos realizados que marca el sello personal.

El movimiento continuo de la vida nos ha permitido progresar en la mayoría de los aspectos de la vida siendo, como no podía ser de otra manera, en la joyería, platería y en la propia orfebrería donde se han acusado de una manera más acentuada.

Pero sin renunciar a lo práctico, a lo beneficioso e incluso a la calidad de lo tecnológico, también hay que valorar el trabajo del artesano, que desprovisto de ciertos medios, ha adquirido gracias a su trabajo a su tesón y por supuesto a su observación unos conocimientos que le han llevado a elaborar verdaderas obras de arte con sus propias manos y con un componente que ninguna de las máquinas que nos invaden hoy día poseen y que es el amor a la profesión y el afán de superarse enfrentándose cada día que pasa a un reto nuevo, a un desafío que le permita descubrir nuevos caminos para poder seguir avanzando en su larga e interminable carrera.

A la vista está que la artesanía no pasa por uno de sus mejores momentos, se va perdiendo a pasos agigantados y nosotros nos sentimos en la obligación de perpetuarla a través de nuestros trabajos y sobre todo a través de nuestros testimonios.

“El dorar no se enseña, el dorar se aprende”


NOTAS:

[1] Copela: Vaso en forma de cono truncado, hecho con ceniza de huesos calcinados y donde se purifican los minerales de oro y plata

[2] Pedernal: Piedra de suma dureza en cualquier especie. Variedad de cuarzo que se compone de sílice y muy pequeña cantidad de agua y alumina

[3] Adarme: Cantidad o porción mínima de una cosa. Antigua medida de peso española que equivalía a 179 centígramos. Variaba ligeramente en diferentes provincias y su uso se extendió a algunos países de América.

Oct 012005
 

Diego Blázquez de Yánez.

Dr. En Ciencias de la Información

INTRODUCCIÓN

El Diario de Badajoz es el medio más connotativo del republicanismo pacense e ironiza a los periódicos pacenses y monárquicos como puntales que se arrogan elorden y la legalidad del país. De aquí que narre muy especialmente algunas efemérides -aunque no sean importantes de algunos pueblos, tampoco muy significativos- pero sí especialmente republicanos y avanzados en la zona fronteriza pacense como son las localidades de Torre de Miguel Sesmero y Táliga, ambas de la provincia de Badajoz.

Enfrenta también algunos debates periodísticos con La Defensa, otro medio extremeño. Y en La Opinión cacereña anuncio de reuniones de republicanos de ambas provincias para tratar la línea a seguir. Endosa también El Diario varapalos, muy duros, contra el claustral y clerical de la catedral pacense, El Avisador.

Elogia, asimismo La Prensa como semanario político e independiente que se publica en Don Benito, lo mismo que La Reforma cacereña y asimismo se endurece contra el Amigo de la Verdad, por ser periódico “muy conservador y muy cristiano” al que nunca se le excomulgará, por tanto, por las jerarquías catedralicias.

Informa sobre la propuesta del Sr. Alonso Martínez respecto al matrimonio civil en el arreglo con la Santa Sede que no prosperaría.

Se airea en El Diario alocuciones a los republicanos tanto progresistas como federales de la nación y se nos afirma la reanudación de la Coalición de Marzo de 1886 y la nómina de los firmantes por una y por otra parte como asimismo las localidades que integran estos partidos. Y confirma que, por el partido republicano progresista de Badajoz, es Presidente el Sr. Rubén Landa, y, por el republicano federal, D. Narciso Vázquez.

Se cruzan cartas muy enconadas al Ilustrísimo Sr. Obispo de la Diócesis badajocense y contra el Avisador. Se publican cartas y telegramas al Rey Humberto de Italia por el Casino republicano de Badajoz a través de la Logia Pax Augusta y El Diario. Airea el proceso del canónigo penitenciario de la Primada de Toledo, D. Vicente Manterola y Pérez, al que la ciudad, mientras está el penitenciario en entredicho, le concede una paga por suscripción popular.

Inicia este diario el proceso de la Asociación de la Prensa. (Con el tiempo, de estas asociaciones de la prensa surgirían las Hojas del Lunes que editaría cada ciudad hasta desaparecer con la edición de la prensa diaria, aún dominical.) Enaltece, profusa y profundamente, El Diario, una sesión en Amigos del País(Sociedad Económica) para aprobar una proposición de reforma del Reglamento de la Sociedad, y lo mismo otra proposición relativa a la creación de una Granja-Escuela, modelo en la provincia de Badajoz, y abrirá también caminos en la provincia de Cáceres para que se cree otra Granja-Escuela Experimental y publica los nombres de señores que ofrecen sus fincas como asimismo los nombres de éstas.

Se anuncia también en El Diario la novedad de la iluminación por gas del andén de la estación de Zafra. Y al mismo tiempo, la edición de la Primera Gramáticaespañola razonada, por D. Manuel Díaz-Rubio y Cármena (el Misántropo), 2.ª edición corregida y aumentada -Madrid y año 1887. Está a la venta en la Librería Extremeña de Algora y Pimentel, en c/ Granado, 25, de Badajoz.

Todo lo que dice relación a la iglesia -en sus múltiples sentidos o facetas- se agranda y exagera y se lanza a los cuatro vientos, como, v. gr. el conflicto canónico de Montemolín.

Publica también la noticia de las mejoras de la carretera de Barcarrota a Cheles por Alconchel y el presupuesto que se ha contratado para ello.

Hay un enjundioso editorial, el 24 de febrero de 1888, sobre el matrimonio de los curas, y, en un ambiente de bailes de Piñata se da nombres de señoras y señoritas en el Casino de Zafra.

En El Diario se cita El Extremeño, que anuncia, al fin, la subasta del ferrocarril transversal de Plasencia-Astorga.

D. Emilio Carreño Roger, placentino, director del Cantón Extremeño, en estas fechas de 14 de marzo de 1888, envía un memorial del Sexmo de Plasencia, redactado por él mismo como ponente de la Comisión.

En Badajoz, aún se alumbran con petróleo, aunque la capital tiene ya aprobado y acordado poner la instalación eléctrica. Se citan los periódicos, El Eco, La Prensa y El Orden. Y dice así El Diario:

“Hemos oído decir en algunos círculos de esta ciudad, que el nuevo semanario que vio la luz el día 7 del actual y que dirige nuestro amigo, el Sr. Díaz Macías, además de ser órgano de la Cámara de Comercio, lo es, entre cortinas, del partido conservador”. A lo que, como es natural, responde el periódico republicano, llamado por él mismo, conservador.

También se da la noticia y la nómina del Comité Republicano que se crea en Azuaga, de Badajoz.

Se inserta también un artículo del eminente escritor, D. José del Solar y el discurso de D. Narciso Vázquez en la Academia de Medicina, asimismo como se da la noticia del juramento del nuevo Gobierno de Cánovas.

Hasta aquí la introducción de los comentarios de estos números del DIARIO de fecha de 1886-90

DIARIO DE BADAJOZ
-AÑO DE 1886-

· Viernes, 1 de Enero:

  • El periódico republicano ironiza sobre el tono legal que expresan los partidos monárquicos, tanto conservadores como democráticos. Afirma que son los únicos que tienen razón de ser en España: representan el orden, sostienen las instituciones fundamentales, son los custodios únicos de la legalidad del país.
  • Las delegaciones de Hacienda dan disposiciones sobre los impuestos de cédulas personales a españoles y extranjeros mayores de 14 años domiciliados en nuestro país, excepción hecha de la tropa del ejército y armada, los acogidos en los asilos de Beneficencias, las religiosas profesas de clausura, las hermanas de la Caridad, los mendigos y los penados durante el tiempo de reclusión. Entre sus categorías, la de undécima clase, es para los jornaleros y sirvientes.
  • Se dirigen al ministerio de Fomento (Sr. Pidal), los directores de colegios que no están asimilados a los centros oficiales de enseñanza, para que sean comprendidos en el decreto de asimilación.
  • En la sección provincial: se informa sobre la renuncia del alcalde de Fuente del Maestre. Del incendio del comercio de Juan Macías Tristancho en Torre de Miguel Sesmero. De la deuda de 18 meses de haberes que tiene el ayuntamiento de Táliga a los maestros.
  • Un debate periodístico entre El DIARIO y LA DEFENSA por un suelto de rectificación de ésta. Anuncia, encomiásticamente, EL DÍA, diario independiente madrileño. Se canaliza, en bien ver, el proyecto del gobernador civil sobre la construcción de un edificio para cárcel de partido, asimismo como su acierto de extinguir todos los garitos de juegos prohibidos en la capital.
  • Celebración en la Sociedad Económica de Amigos del País para confeccionar la lista electoral de compromisarios para senadores.
  • Toma de posesión del Director del Instituto Provincial, por D. Máximo Fuertes.

· Domingo, 3 de Enero:

  • En su folletín, y dentro de la Biblioteca del Diario de Badajoz, se inserta la novela de Víctor Hugo, L’HOMME EN RIT, traducida al castellano por Carlos de Ochoa, con el título de ORDEN DEL REY, en su tomo IV, editada por La Económica, c/ Grande, 31, Badajoz.
  • AYALA: El día 30 de diciembre hizo seis años que bajó al sepulcro el insigne vate, gloria de las letras españolas y honra de Extremadura. Su hermano D. Baltasar le dedica al autor de Consuelo un soneto, titulado A MI HERMANO ADELARDO, en su sexto aniversario, que se transcribe.
  • El Boletín de Cáceres publica las listas de donantes de esta provincia en las suscripciones nacionales por los males causados en los terremotos de Granada y Málaga, y también otras suscripciones para los afectados por la epidemia colérica. Asimismo se insta a que lo haga en el BOLETÍN OFICIAL de Badajoz, el Gobernador de esta provincia.
  • Se telegrafía al embajador en Portugal del Gobierno de España, para que lo haga al mismo tiempo el Gobierno portugués al gobernador de las Azores, para que comunique el indulto, al badajocense, D. Regidio Izquierdo, emigrado por los sucesos de Agosto.
  • Hay serenos en Badajoz. Y hay, también, muchos pendencieros nocturnos.

· Martes, 5 de Enero:

  • Se inserta el discurso en EL BANQUETE EN HONOR del Sr. Ruiz Zorrilla, que pronuncia D. Nicolás Salmerón. (Los brindis terminan a las dos de la madrugada). Así de afectuosos los republicanos zorrillistas.
  • Las cocinas económicas, anuncia EL DIARIO, llegan a Huelva a través de la institución, La Humanitaria, según anuncia LA COALICIÓN REPUBLICANA, diario de aquella ciudad.
  • Un ruego al Sr. Montero Ríos: la construcción del puente sobre el río Gévora en la carretera de la capital a Alburquerque. Y Carolina Coronado: “para mí, una adelfa del Gévora florido”.
  • LA OPINIÓN de Cáceres anuncia una reunión próxima entre los republicanos de ambas provincias (sus representantes), para tratar su línea de conducta a seguir.
  • El director del Banco de España en Badajoz, es nombrado Director del mismo en Granada.
  • Se acuerda por la prensa badajocense adherirse a la suscripción iniciada en Madrid, a favor de la viuda e hijos del periodista, D. Pablo Nougués.
  • Estacazos: son respuestas de EL DIARIO, a los varapalos de EL AVISADOR. Dice: “Has de saber, querida Mariantonia, que diferentes veterinarios nos han ofrecido sus servicios para contener los resquicios que, en su ilustrísima EL AVISADOR, producen nuestros estacazos”… Y así: … “sólo las ilustraciones canongiles, son tan romas de inteligencia que duden si, ponerlas (en el contexto) pueden concordar o referirse a rabo, ni siquiera a tenzas… Ciertamente es que has tenido la católica inocencia de suprimir el las, para que hubiese lugar a tus maliciosas dudas.”
Pero esas mañas jesuitas
son propias de un dromedario
Y tus faltas, infinitas,
María, no te las quitas
con cien partes de rosario
¿Por ende, raquía mujer,
serás a mi estaca imputa?
¿Ni prójimo has de tener?
¿Rebelde te has de poner
a otra nueva reposita?
María, el ingenio aguza
y no vuelvas a la treta.
¿Crees que joroba es corbeta?
¿Crees que la peluza es pobreza?
¡Aprieta, bárbara, aprieta!
  • Se anuncia por LA PRENSA. Nuevo colega, semanario político, independiente, que empieza a publicarse en Don Benito y cuyo primer número se anula.
  • El ayuntamiento de Trujillo destina cinco mil pesetas para ayuda de los braceros que se encuentran sin trabajo. Y asimismo ha sido elegido diputado provincial por su distrito, el joven abogado D. Francisco Chamorro.
  • El papa León XIII, ha agraciado a Bismarck con la orden de Cristo, enviándole las insignias de brillantes.

· Jueves, 7 de Enero:

  • En Irregularidades en las ventas forestales de la Provincia, concluye un artículo tomado de LA REFORMA de Cáceres y anota las injustas determinaciones sobre ciertas fincas en los pueblos de Almaraz, Guijo de Granadilla y Zarza, Madrigalejos, Valdefuentes, Torrejón el Rubio y Herreruela.
  • Se cita al EL ALABARDERO de Sevilla, satírico y republicano, que tras nueve años de existencia, empieza a publicarse diariamente también bajo el signo republicano, con el nombre de EL BALUARTE. Cita también EL CORREO, de Barcelona.
  • Analiza la recaudación obtenida en el mes de diciembre en los fielatos de esta capital por las especies sujetas al impuesto de consumos: 44.428 ptas., menor que el año anterior que fue de 58.352, tal vez debido al retraso de la matanza de cerdos gordos.

· Viernes, 8 de Enero:

  • Fracasa el indulto de los delitos electorales propuesto por el Sr. Balaguer al Senado.

· Sábado, 9 de Enero:

  • Abuso sobre el arriendo de las bodegas y graneros adosados al templo de la catedral de Badajoz. Asimismo sobre el envío de Higuera la Real al que se le hace comunicación de oficio según el Registro Civil, que se inició en el año 1881, donde se registran más matrimonios civiles que en toda la Diócesis. Todo esto según el periódico EL AMIGO DE LA VERDAD de Fregenal (“periódico muy conservador, muy buen cristiano y que no está condenado”).

· Martes, 28 de Diciembre:

  • Se describe al personaje y biografía de García-Vao y su asesinato y entierro.

· Miércoles, 29 de Diciembre:

  • Respecto al matrimonio civil en el arreglo con la Santa Sede, no prospera la fórmula propuesta por el Sr. Alonso Martínez.
  • “Durante el día de hoy ha circulado con visos de verosimilitud la noticia de que se había dictado auto de prisión contra el sobrino de un sacerdote de cierta nombradía, el cual acaba de figurar, aunque de un modo indirecto, en el proceso del presbítero Galeote. (Cayetano Galeote y Cotilla, de Vélez-Málaga, añadimos nosotros, fue el asesino del Sr. Martínez Izquierdo, primer obispo de Madrid-Alcalá.)

· Viernes, 31 de Diciembre:

  • “A raíz del asesinato del Obispo de Madrid[1], la prensa católica ya que no podía quitarse de encima el sambenito de haber sido un presbítero el criminal…” “… Hoy, cuando se nota la desaparición de una joven, de una alhaja del templo, un atentado a la caridad, un crimen misterioso, etc. … se puede preguntar: ¿Dónde está el ultramontano que ha dirigido la trama?”

DIARIO DE BADAJOZ
-AÑO DE 1888-

· Lunes, 2 de Enero:

  • “En la función del viernes (30 de Diciembre de 1888) en la noche, fue leído admirablemente por la distinguida tiple Sra. Cortés, en el teatro López de Ayala, con motivo del aniversario de este ilustre poeta el siguiente soneto[2]:

A LÓPEZ DE AYALA -ante su tumba-

En vano mi cansado pensamiento,
para dejar sobre su tumba fría
lozana flor de airosa gallardía
que no deshoje el huracán violento,
busca el sublime y poderoso acento,
que inspiró su fecunda fantasía,
para honrar su memoria en este día
y rendir un tributo a su talento.
Cáusame asombro su inmortal grandeza
y al contemplar sus míseros despojos
levanto al firmamento mi cabeza.
Ante la tumba póstrome de hinojos;
una santa oración mi labio reza
y se bañan de lágrimas mis ojos.

· Martes, 3 de Enero:

  • La exposición universal de Barcelona. Carta de Dic. 28 de 1887.
  • La dehesa de la Zafrilla de Fregenal en torno a la Ermita de los Remedios.

· Jueves, 5 de Enero:

  • Alocución a los republicanos, progresistas y republicanos federales de la nación. En cumplimiento de su acuerdo según el mitin celebrado en Badajoz el 8 de Diciembre de 1887, se reanuda la Coalición de Marzo de 1886. Y firman:
    • Por el Comité provincial Republicano progresista: José Moreno Bailén, Rubén Landa, José Chacón y Calderón, Francisco Antonio Garrote, Antonio Gil, Isidro Osorio, Faustino Naharro, Juan González Giles, José Domínguez Codes, Emilio Casado, Faustino Fernández Tamayo, Luís Montalbán y Pedro Martínez Suárez.
    • Por el Comité provincial Republicano federal: Narciso Vázquez, Manuel Rubio, Vicente Martínez Bas, Paco Bravo Jurado, José Paz Rodríguez, Anselmo Arenas, Ramón Fernández, Bartolomé Cabayer Sancho, Luciano Sampérez, Juan Álvarez Panizo, Ramón Bernaldez, Tomás Cordovilla y Ricardo Álvarez Panizo.
  • Se adhieren al acuerdo los Comités locales de la provincia: Republicanos progresistas, Republicanos federales y Republicanos de Coalición de:
    • Badajoz, Mérida, Olivenza, Don Benito, Puebla de Alcocer, Herrera del Duque, Alburquerque, Cabeza del Buey, Orellana la Vieja, Táliga, Talavera la Real, Higuera de la Serena, Monterrubio, Casas de Don Pedro, Tolarrubias, Villarta de los Montes, Santispíritus, Zarza Capilla, Villafranca y Fuente de Cantos.
    • El presidente del Partido Republicano progresista en Badajoz: Dr. Rubén Landa y del Partido republicano Federal: D. Narciso Vázquez.

· Viernes, 6 de Enero:

  • El jubileo papal (muy interesante).

· Lunes, 9 de Enero:

  • De LAS ANTORCHAS, carta al Ilmo. Sr. Obispo de la Diócesis badajocense (polémica enconada) y otra a EL AVISADOR.
  • Diccionario Cómico-etimológico, por Carlos Meca y Ángel M. Cartell, apoderados generales, respectivamente, de la Corte celestial y del reino de los infiernos.
  • Telegramas al Rey Humberto de Italia, de: El Casino republicano de Badajoz, la Logia Pax Augusta y el DIARIO DE BADAJOZ.

· Martes, 10 de Enero:

  • Sentencia del Cabildo catedralicio en Toledo contra el penitenciario, D. Vicente Manterola y Pérez. (La ciudad le concede paga por suscripción).
  • Se inicia el proceso para la Asociación de la Prensa Extremeña.

· Miércoles, 11 de Enero:

  • El proceso de Manterola (Todo)
  • El sexmo de Plasencia y un sismero.
  • Sesión en Amigos del País (Sociedad Económica) para aprobar una proposición de reforma del Reglamento de la Sociedad. Y además otra proposición relativa a la creación de una Granja-Escuela modelo en la provincia de Badajoz.

· Martes, 17 de Enero:

  • ACTA de la Asociación de la Prensa Extremeña: Bases.
  • Una carta, desde Montijo a EL DIARIO con debate para EL AVISADOR.

· Miércoles, 18 de Enero:

  • El dinero de los obispos, (Comentario mordaz de la entrega de regalos de los obispos españoles al Papa en su jubileo).
  • Constitución de la Asociación de la Prensa Extremeña: Reunión de los directores de los distintos periódicos.
  • La estación y andén de Zafra empieza a iluminarse (alumbrarse) por gas.
  • También en la Provincia de Cáceres se crea la Granja-Escuela experimental (Se anuncian los señores que ofrecen sus fincas y nombres de estas fincas).

· Jueves, 19 de Enero:

  • Editada la Primera Gramática española razonada, por D. Manuel Díaz-Rubio y Cármena (el Misántropo). Segunda edición, corregida y aumentada -Madrid, 1887. En la Librería Extremeña de Algora y Pimentel, c/ Granado, 25 – Badajoz.

· Viernes, 20 de Enero:

  • El caciquismo: Su origen -Causas de su desarrollo -Efectos perniciosos -Remedios.

· Sábado, 11 de Febrero:

  • -Conflicto canónico en Montemolín.
  • -D. Leopoldo de Miguel Rey, en Badajoz, escribe al DIARIO este comunicado que ha inserto en LAS ANTORCHAS de Cáceres:
    “Sr. Director de Las Antorchas – Cáceres.
    En uso del derecho que me concede el art. 14 de la Ley de 26 de Julio de 1883 sobre policía de imprenta, reclamo la rectificación de un hecho falso que me atribuye, y consiste en decir que escribo en el periódico EL AVISADOR que se publica en esta capital y a cuya redacción soy extraño por completo.
    Respecto a la injuria que se me prodiga en el mismo artículo, inserto en el n.º 63 de su periódico, los tribunales de justicia, ante quienes he recurrido, se encargarán de que sean rectificadas” Leopoldo de Miguel Rey.

· Miércoles, 22 de Febrero:

  • Por real decreto se aprueba el presupuesto adicional al del art. 4.º del trozo primero de la primera sección de la carretera de Barcarrota a Cheles por Alconchel.
    Presupuesto de contrata: 6.361 ptas. y 17 céntimos, cuyo presupuesto primitivo de contrata referente a dicho trozo, asciende a 136.242 ptas. y 70 céntimos.

· Viernes, 24 de Febrero:

  • Enjundioso editorial sobre el matrimonio de los curas.
  • Baile de Piñata en el Casino de Zafra: nómina de Señoras y Señoritas.
  • Muere en Badajoz el Deán de la catedral, D. José M.ª Leal: panegírico.
  • El conflicto canónico en Montemolín – Antecedentes.
  • Se cita LA REFORMA de Cáceres.
  • Zalamea de la Serena: Su feria de ganado.

· Lunes, 12 de Marzo:

  • “A la memoria” de las víctimas de Carral (Lugo): Trece octavas de Genaro Rodríguez, Diputado republicano por Lugo, que edita EL DIARIO.
  • Poemas del poeta L. Moreno Torrado.
  • Para sustituir al Deán, recién muerto, el Sr. Alonso Martínez[3] recibe un verdadero diluvio de recomendaciones. El de mayores probabilidades es un carlista intransigente, secretario en la actualidad del obispo, se comenta.

· Miércoles, 14 de marzo:

  • Admisión de la apelación del Sr. Monterola.
  • Se cita EL EXTREMEÑO, que anuncia, al fin, la subasta del ferrocarril transversal Plasencia-Astorga.
  • Un B.L.M. del Director de EL CANTÓN EXTREMEÑO, anunciando el envío del memorial del Sexmo de Plasencia, redactado por el ponente de la Comisión y placentino, D. Emilio Carreño Roger.
  • D. Rafael Núñez, secretario del Gobierno Civil, pasa a la secretaría del de Santander.

· Viernes, 16 de Marzo:

  • En Badajoz, aún se alumbran con petróleo, aunque el municipio tiene ya aprobado y acordado poner iluminación eléctrica.
  • Se citan los colegas locales: EL ECO, LA DEFENSA y EL ORDEN. Dice: “Hemos oído decir en algunos círculos de esta capital, que el nuevo semanario que vio la luz el 7 del actual, y que dirige nuestro amigo el Sr. Díaz Macías, además de ser órgano de la Cámara de Comercio, lo es, entre cortinas, del partido conservador”. A lo que responde EL ORDEN.

DIARIO DE BADAJOZ
-AÑO DE 1890-

· Miércoles, 2 de Julio:

  • Se constituye el Comité Republicano de Azuaya (17 de Junio): Firman los señores elegidos y secretario: (se da la nómina).
  • Se cita EL EMERITENSE, periódico de esta ciudad.
  • En Villanueva de la Serena, a causa del sarampión, hay días que mueren 14 niños.
  • Se propone como socio corresponsal de la Sociedad Económica de Amigos del País, al abogado D. Toribio Sánchez Mora.
  • Sale a subasta el otro cuarto del empalme de la carretera de Castuera a la estación de Villanueva de La Serena por 104.644 ptas.
  • Esquela mortuoria de D. Máximo Fuertes de Acevedo, director del Instituto. Se connota en ella identidad en títulos y sus alegatos.
  • Se anuncia: COLEGIO DEL CARMEN con datos muy interesantes.

· Viernes, 4 de Julio:

  • Desde esta fecha se inicia en EL DIARIO las colaboraciones del publicista D. Alfredo Calderón. Curiosidades periodísticas: el periódico más grande y más pequeño del mundo.
  • Noticias del Colegio de S. José de Barcarrota.

· Sábado, 5 de Julio:

  • Este número lleva una cabecera bipartita: la 1.ª como siempre, y la 2.ª inscribe: SEMANA AGRÍCOLA. Director: D. Miguel Pimentel.
  • Las trilladoras (en Extremadura)

· Domingo, 6 de Julio:

  • Este número igual al anterior con cabecera bipartita: ahora la 2.ª inscribe: HOJA LITERARIA. Director: D. Miguel Pimentel.
  • Toda la biografía (acaba de morir) del Director del Instituto, D. Máximo Fuertes de Acevedo.
  • La prensa: artículo de José del Solar.
  • Juramento del nuevo Gobierno de Cánovas.
  • Discurso en la Academia de Medicina de D. Narciso Vázquez.

NOTAS:

[1] .- Con fecha del 2000 y en Ediciones Beturia, el Dr. Diego Blázquez de Yánez, y en Colección Diego Muñoz Torrero, publica EL ASESINATO DEL PRIMER OBISPO DE MADRID-ALACALÁ, que prologa el Presidente de la Asociación de la Prensa, Alejandro Fernández Pombo y, conjuntamente con el autor, epiloga el Alcalde de Madrid, José M.ª Álvarez del Manzano.

[2] .- Escrito por Baltasar López de Ayala, hermano del poeta y en su sexto aniversario.

[3] .- Ha de recordase que en estas fechas aún el Gobierno tenía el privilegio de provisión a obispos o dignidades de los cabildos episcopales.

Oct 012005
 

Manuel J. Bazaga Ibáñez.

La Real Academia Española admite como acepción a esta palabra la de pasar ganado y conductores desde las dehesas de invierno a las de verano y viceversa. Deriva de las latinas trans (de la otra parte) y humus (tierra) fue un fenómeno presentado hace algunos siglos, pero que alcanzó su máximo desarrollo a partir de los siglos XII y XIII, y aunque con menos importancia sigue apareciendo en nuestros días.

Consiste en el traslado de ganados desde el norte (tierras frías en invierno) a Extremadura e incluso Andalucía (más cálidas en otoño e invierno). Estos ganados, ovejas y vacas, aprovechan los pastos de las dehesas extremeñas y andaluzas, viniendo a sus cuidados los pastores y familias ganaderas, que se desplazan de sus tierras, siguiendo en estas dehesas hasta que en verano vuelven a sus pastos norteños.

A estos movimientos ganaderos se llamó trashumancia y se remonta a tiempos antiquísimos; en la época de los godos ya existieron y éstos encontraron en los prados o dehesas extremeñas la acogida para sus ganados. Más tarde los iberos, celtas y árabes ya disfrutaron de nuestras dehesas y por tratarse de un movimiento migratorio, fue necesario que se adoptasen medidas que los regulasen legalmente.

En el año 625 a.C. vinieron las tribus celtas con su ganadería y se mezclaron con la población indígena dando lugar a la época celtíbera, en la que el comercio de lana era la actividad más importante. Este pueblo celtíbero tenía una ganadería trashumante, que con la invasión de los godos comenzó a realizarse entre tierras más lejanas, lo que hizo necesario una protección de la actividad, así se promulga el primer código de la Península bajo la forma de Fuero Juzgo visigoda.

El pueblo árabe, más interesado por los placeres del buen vivir, se preocupa del ganado caprino ya que les proporcionaba el queso casero, que tuvo su origen en estos momentos.

Con estos ganados se movían también personas, unas como pastores y otras como propietarias de los rebaños. En este movimiento se acercaron a Extremadura personajes que se avecindaron en nuestros pueblos, bien por que su clima era mucho más benigno para sus ganados o porque en ellos encontraron medios de vida más rentables y cómodos, sobre todo si contaban con capitales suficientes para atender a una u otra actividad.

Naturalmente que muchas fincas o dehesas fueron adquiridas para acomodo de los ganados que subían o bajaban según la temporada. Trujillo fue uno de los pueblos elegidos por razones más que suficientes para adaptarse en ellos de forma definitiva. Aquí, encontraron tierras que cubrían sus necesidades ganaderas, pero además de clima, ni demasiado frío o caluroso, pudieron alternar con actividades industriales o financieras que hacían más atractivas y beneficiosas sus estancias.

Las ganaderías, sobre todo la ovina, a partir del siglo XIV. Añade algo a sus exquisitas carnes, la calidad de sus lanas estimadas en todos mercados, haciendo que la ganadería de ovejas fuera codiciada como la de mejor calidad, entre todas que concurrían a los Mercados.

Actualmente existen familias trujillanas que descienden de los ganaderos que en tiempos eligieron estos asentamientos, y se consideraron trujillanos a todos los efectos.

Un pueblo de la Rioja, Villoslada de Camero, fue el que mayor número de personas emigrantes trajo a nuestra Ciudad, aunque también, Riaño, Babia, Palencia, y otros convecinos de aquel bien fueron pueblos de todos los lugares, que convivieron y se adaptaron en Trujillo.

Este pueblo riojano aparece como trashumante y originario de los antiguos pobladores, cántabros e iberos en los que a través de la denominación de “Camberos” se simplificó con el de Cameros, con el que hoy se le conoce.

En el Archivo Municipal de Trujillo, existe gran número de escrituras relacionadas con personas de este pueblo de la Rioja, que realizaron testamentos e incluso actividades mercantiles, compra-venta de fincas e inmuebles y otras transacciones comerciales y de la importancia de estos personajes da cumplida cuenta de alguno que llegó a ser Alcalde de Trujillo.

Hubo más pueblos ganaderos propietarios de grandes fincas donde rebaños de ganados, principalmente ovejas y vacunos aportaron sus ganaderías al aprovechamiento de los pastizales extremeños. Disfrutan en inviernos de buenos pastizales haciendo sus estancias provechosas: Riaño, Babia, Tejerína, también fueron lugares que aparecieron por nuestras dehesas y sus propietarios figuraron en alguna forma entre los trujillanos.

Naturalmente estos movimientos ganaderos necesitan tanto en su acomodo en tierras extremeñas o andaluzas, de buenos pastizales, como de leyes o costumbres que regulen sus desplazamientos.

En la Edad Media se dictaron leyes para regularizar y ordenar los desplazamientos ganaderos, apareciendo Organismos reguladores de la Trashumancia, fue el Real Concejo de la Mesta. En sus traslados, tenían forzosamente que transitar por campos y encinares de algunas Ordenes Religiosas, y propiedades particulares que naturalmente defendían sus territorios, y si no tenían o no podían aprovechar los terrenos propios, por haberlos pactado con otras ganaderías, era lógico que pidieran una compensación a los ganaderos que pasaban por sus fincas.

Las primeras normas escritas sobre la trashumancia datan del reinado de Eurico (año 504). En esta búsqueda de pastos de las fronteras no fueron obstáculos para que surgieran conflictos y con ello algún acuerdo o Ley que regulara estos aprovechamientos de ellos y aparece el Real Concejo de la Mesta, creado por Alfonso IX en el año 1273 y que duró hasta la Regencia de Maria Cristina en 1836 que la disolvió. Creando la organización de las Cañadas Reales como caminos oficiales para la subida y bajada de los ganados

La Mesta fue una organización poderosísima, debido a los privilegios reales que consiguió, creando las llamadas Cañadas Reales, aunque todavía persiste alguna de estas Vías, otras desaparecieron, al disponer los ganaderos de otros medios de transporte para el ganado, (Camiones o Trenes).

Este Real Concejo de la Mesta, se le atribuía el control del tráfico ganadero y del cuidado de los caminos por donde transcurrían los ganados, con atribuciones para regular todo lo concerniente al paso, arriendos o propiedades del ganado.

Llegando el tiempo surgen dificultades entre los propietarios de las fincas por donde pasaban estos ganados con los dueños de los ganados. Se ha de considerar que había tramos en los que habían de pagar según el número de cabezas que pasaban por terrenos ajenos, por lo que en muchos casos fueron adquiriendo fincas en propiedad con lo que regularizaban la estancia o paso del ganado.

También llegaron muchos propietarios a ofrecer los terrenos comunes evitando así los problemas, al obtener la propiedad de los pasos.

Antiquísimo es este movimiento de ganados desde las tierras altas, a otras más frías. Para este traslado, aprovechan los ganaderos estas vías que fueron construidas para el movimiento de personas en época prerromana caminos o calzadas que fueron utilizados para comunicar el norte con el sur.

Los romanos especialmente acondicionaron los terrenos para el movimiento de sus tropas desde el norte a tierras del sur y el avituallamiento de éstas. Estos itinerarios o calzadas, que facilitaron el traslado de ganados, aprovechando lo que llamaron Ruta de la Plata, desde el siglo XIII, que fueron utilizadas más tarde por los ganaderos que bajaban y subían por ellas para que pasaran sus ganados, con mayores facilidades, por terrenos escarpados o pedregosos en régimen de trashumancia, buscaban los pastos en tierras extrañas, de propiedades en las que a sus dueños se les obligaba a dejar pasar estos ganados nórticos, que se desplazaban desde Astorga hasta Sevilla.

Cinco fueron los caminos principales por donde transcurrían:

Cañada de Vizana, La Cañada Leonesa Oriental, la Cañada Leonesa Occidental y otras Cañadas y Veredas. Alguna de estas Cañadas se unían o cruzaban, dependiendo de donde fuera el origen o destino de los rebaños.

Supuso ser una organización valiosa, más o menos criticada, ya que para algunos este paso de ganados por sus fincas suponía una deforestación de sus arboledas, además de sus pastos, al pasar por ellas con otras clases de ganados, que comían de las ramas y afectaban al arbolado empobreciéndolo a lo largo del tiempo, puesto que al ganado lanar se unía gran número de vacuno y caballar.

En Extremadura, algunas de las Cañadas atravesaban o pasaban por Trujillo o sus cercanías, más que otras, la Vizana o de la Plata, que en la cercanía de Trujillo seguían hacia los campos cacereños. Bifurcándose en dos o más ramales.

La Real Cañada de la Vizana, se parte en otras y estas aprovechan los pastos de dehesas cercanas a Trujillo: Doña Catalina, el Carrascal, Jarrín, Las Alberguerías, El Horco, Las Golondrinas, entre otras.

Estos caminos reales fue el nacimiento de las nueve Cañadas Reales que llegaron a existir: Cañada Real, La Leonesa Occidental, la Leonesa Oriental, La Segoviana, La Soriana oriental y la Occidental, la Riojana, la Conquense y la del Reino de Valencia. Todas bajaban de norte a sur, subiendo en verano para bajar en invierno.

Muchos de estos caminos siguen aprovechándose, unidas a trozos de la Vía o Ruta de la Plata, otras han desaparecido, por no utilizarse por el tiempo empleado en trasladar el ganado andando tan larga distancia.

BIBLIOGRAFÍA

  • El Concejo de Trujillo y su Alfor, Mª de los Ángeles Sánchez Rubio.
  • Emigrantes y sociedad. Extremadura y América en el siglo XVI, Ida Altman.
  • Actas de primeros encuentros de jóvenes investigadores extremeños.
  • De Villoslada de Cameros a Extremadura, Carmen Fernández-Daza Álvarez.
  • Trashumancia, Manuel Rodríguez Pascual.

El contenido de las páginas de esta web está protegido.