Nov 282013
 

Antonio Rodríguez González y Ángel Niso Ruiz.

La elaboración del presente trabajo vino motivada después de que asumiéramos la dirección del seguimiento arqueológico de las obras de restauración de la Ermita de la Soledad (Cáceres) que se llevaron a cabo entre enero y marzo de 2010. Los resultados y conclusiones del mismo, cruzados con la documentación histórica consultada, nos permitieron obtener una visión amplia y un desarrollo completo de la historia constructiva de uno de los edificios religiosos más singulares y antiguos de la ciudad de Cáceres.

… debido a lo extenso de este artículo, se ha procedido a convertirlo en archivo para descargarIcono pdf

Nov 252013
 

 Francisco Javier Rubio Muñoz.

Licenciado en Historia. Universidad de Salamanca.

  1. 1.      Introducción

En este trabajo abordaremos el estudio de un sector concreto de la población universitaria, el de los estudiantes manteístas de la nación de Extremadura. Esta tipología de estudiantes, es decir, aquellos no adscritos a ningún colegio (sólo portaban el “manteo” o capa), era la más numerosa en el cómputo global de la matrícula en el Estudio Salmantino.

Unido a ello, nuestra investigación tratará de rellenar lo que consideramos un vacío historiográfico, puesto que llevaremos a cabo un análisis cuantitativo y cualitativo de dicha nación en donde, además, identidad y paisanaje van estrechamente ligados. La agrupación de estudiantes en la Universidad de Salamanca bajo la denominación de nación de Extremadura se remonta a la época medieval, y se ha escapado al análisis de los historiadores sobre los orígenes de la región. Por esta razón, el objeto de estudio en sí resulta novedoso debido a la escasez de trabajos sobre naciones estudiantiles en la época Moderna, los cuales, en el caso de Extremadura, eran inexistentes hasta la fecha.

En lo que respecta al espacio y tiempo elegidos, qué duda cabe que la decana Universidad de Salamanca fue uno de los centros educativos superiores más importantes durante buena parte de la modernidad española. La importancia de sus estudios jurídicos, entre otros factores, hizo que el número de matriculados a lo largo del siglo XVI no dejase de crecer hasta casi el final de la centuria. Esta época, denominada como clásica, es la del mayor florecimiento del estudio salmantino.[1]

Por otra parte, Extremadura, territorio del cual procede el colectivo de estudiantes en el que se centrará nuestra investigación. El término Extremadura ha sido objeto de numerosas discusiones acerca de su etimología y territorio al que alude.[2] Según el “Libro de los millones” (1591) Extremadura estaba dividida administrativamente en dos provincias dependientes de Salamanca: la provincia de Trujillo y la de León de la Orden de Santiago[3].

No obstante, en los libros de matrícula no se tenía en cuenta la adscripción administrativa para los estudiantes, sino la diocesana, las cuales no eran coincidentes. Así, hemos entendido que la nación de Extremadura se componía de aquellos individuos que procedían de alguna de las tres diócesis extremeñas (Badajoz, Coria y Plasencia) y los que, aun perteneciendo en el siglo XVI a Nullius diocesis o jurisdicción militar, provenían de territorios que finalmente fueron incluidos en alguna de esas tres diócesis.[4]

A parte de nuestra vinculación personal con esta área, ciertamente los extremeños conformaban una de las poblaciones universitarias más numerosas de la Universidad salmantina. Así, sobresale el hecho de que al alcanzar los inicios del siglo XVII, la nación extremeña iba muy pareja a la de Castilla la Nueva en cuanto a contingente de estudiantes manteístas, concretamente en cuarto lugar y con unas cifras que estribaban entre el 8 y el 10% de la matrícula.[5]

 

1.1  Fuentes y metodología

En lo referente a las fuentes, nuestro trabajo se centra en las fuentes documentales de la época, ubicadas en el Archivo de la Universidad de Salamanca. Los libros de matrícula serán la fuente básica sobre la que cimentaremos nuestra investigación, ya que poseen una continuidad bastante uniforme en el tiempo, siendo por tanto seriable. En ellos quedaban inscritos todo el que ingresaban en la universidad, que además debían presentarse en persona y hacer juramento de obediencia al rector.[6]

Efectuados por el secretario, curso a curso dejan constancia del día de matriculación, nombre y grupo al que cada individuo pertenecía (doctores, licenciados, nobles, colegiales, extravagantes y manteístas). Se iniciaban el día de San Martín y se cerraban la víspera del mismo día en el año siguiente. Para nuestra investigación es crucial al ofrecer datos cuantitativos aproximados sobre los estudiantes, distribuidos según los estudios realizados (Cánones, Leyes, Teología, Medicina, Artes y Gramática), la población y la diócesis extremeña a la que pertenecían: Badajoz, Coria, Plasencia o, en su caso, Nullius diocesis. A pesar de que las limitaciones que ofrece esta fuente son grandes, (en la mayoría de los casos tan sólo aparece el nombre, el lugar de origen y la diócesis) en ocasiones muestran lazos de parentesco, oficios, edad, tipo o curso de estudios.[7] Así mismo, nos proporciona información sobre las votaciones de cátedra, puesto que durante las mismas se paralizaba la matrícula.[8]

No obstante, la problemática de los libros de matrícula radica en que por lo general los datos son parcos sobre todo para averiguar su adscripción social. Además, estamos ante unas cifras muy aproximadas, razón de lo cual debemos tratarlas con precaución, teniendo en cuenta diversos factores como las omisiones y equivocaciones causadas por el descuido de escribanos o alumnos, duplicaciones, matrículas falsas, tachaduras y enmiendas, etc.[9]

En cuanto a aspectos metodológicos, pasaremos por varias fases hasta llegar a la conclusión de nuestra investigación. En un primer nivel, el de la obtención de información, nos permitirá documentarnos acerca de lo que ya se ha escrito sobre el tema y realizaremos un estado de la cuestión en el que quedarán reflejados los distintos estudios y enfoques. En un segundo nivel, efectuaremos el trabajo de archivo mediante un estudio de índole cuantitativa para conocer de una forma aproximada el número de estudiantes extremeños durante el último cuarto del siglo XVI. Con estos datos pretendemos estudiar la procedencia, distribución y evolución de este colectivo a lo largo de la denominada época clásica del Estudio Salmantino, teniendo siempre en cuenta la exclusión de los estudiantes colegiales en cuanto a la tipología, y el binomio diócesis/Nullius diocesis para la procedencia.

Para la obtención de la información se han realizado calas en los libros de matrículas de los cursos 1574-75, 1584-85 y 1594-95, metodología habitual en este tipo de trabajos sobre población estudiantil.[10] De este modo, hemos escogido sólo los matriculados manteístas procedentes de alguna de las cuatro áreas diocesanas mencionadas. Esto nos servirá para llegar al objetivo de nuestra investigación: reflexionar acerca de las solidaridades regionales en el caso de los estudiantes extremeños, sacando a relucir atisbos de una identidad extremeña que parten del análisis de la nación universitaria como grupo diferenciable de otros.

 

1.2  Estado de la cuestión.

Son numerosas las obras que abordan el estudio de los estudiantes en el contexto de las Universidades Hispánicas. La obra clásica de Kagan sentó las bases de la investigación sobre la Historia de las Universidades, con un apartado dedicado a los estudiantes que ofrece una serie de cifras sacadas de los libros de matrículas y que han sido matizadas.[11] Tras esta obra pionera, como señala Rodríguez-San Pedro, han surgido durante los años ochenta bastantes trabajos sobre demografía académica que tratan aspectos muy variados a nivel social, económico, cultural… En todos ellos el recuento de estudiantes era la base sobre la que partir, y, al estilo de Kagan, la historiografía posterior pasó de seleccionar figuras célebres a incorporar el contingente de matriculados a sus investigaciones sobre la historia de la Universidad. Como señala Margarita Torremocha, “la calidad fue sustituida por la cantidad”.[12]

En esta línea, Mariano Peset de forma concisa examina los límites y opciones que permite el recuento estudiantil.[13] El propio Peset señala en el citado artículo una selección de obras sobre el estudio de la población estudiantil en diversas Universidades Hispánicas. A éste, junto con el artículo de Margarita Torremocha, nos remitimos por parecernos los más apropiados para este sucinto estado de la cuestión.[14] Sin embargo denotamos una carencia de obras acerca de las naciones estudiantiles. En un marco amplio, Hilde de Rider-Symoes, basándose en la obra de Pearl Kibre que es una de las primeras que tratan el tema, realiza un breve recorrido comparando las diversas naciones universitarias en la Edad Moderna.[15]

Investigaciones más concretas son las de Pascual Tamburri, que hace un estudio sobre la nación de Indias en la Universidad de Bolonia, a través de la cual hubo un flujo de estudiantes juristas americanos.[16] Para la Universidad de Salamanca, Ángel Marcos realiza sus investigaciones en el área lusa, tanto de portugueses como de brasileños. [17] También el profesor Rodríguez-San Pedro ha realizado diversos trabajos basados en muestreos sobre algunas procedencias geográficas de los estudiantes en la Edad Moderna, en concreto sobre la nación de Vizcaya, Valencia y la Corona de Aragón[18]. Del mismo modo Juan Luis Polo se centra en los estudiantes manteístas salmantinos durante la primera mitad del siglo XVIII, momento en el que la Universidad está en decadencia.[19]

Por último, contamos con un único artículo dedicado exclusivamente a los extremeños en la Universidad de Salamanca, aunque se reduce a una semblanza sobre personajes ilustres que pasaron por Estudio salmantino.[20]

 

 

  1. 2.      Las naciones de estudiantes en la Universidad de Salamanca.

Desde el siglo XIII la península Ibérica asiste al surgimiento de los Estudios Generales, entre ellos el de Salamanca, que sigue el modelo corporativo boloñés. Sin embargo, al tratarse de una fundación real y al verse influenciada por las directrices papales, en el Estudio salmantino se dio una situación intermedia en donde los poderes entran en tensión a la vez que hay una búsqueda de equilibrio.

Dentro de este modelo universitario, las naciones surgen como corporaciones de estudiantes de carácter solidario según vínculos geográfico-sociales. Éstas anclan sus raíces en el Medioevo ligadas al carácter universalista de los Estudios que van naciendo, y sobre todo a la fundación de colegios “nacionales” que incorporaban a alumnos de una procedencia determinada, normalmente la de su fundador, como es el caso del Colegio de Españoles de Bolonia. Aunque siempre conservaron el carácter solidario para con sus integrantes, las naciones van perdiendo poder y autonomía a finales del siglo XVI y comienzos del XVII en favor de las facultades.[21]  En el ámbito universitario, el término de nación no ha de confundirse con el concepto contemporáneo.[22]

Dicho esto, siguiendo el esquema de Tamburri, consideramos que las naciones de estudiantes tienen tres campos de actuación: con sus integrantes, como elemento de poder en la organización de la Universidad y frente a otras naciones.[23] Sin embargo, creemos que hay un cuarto lugar en donde las naciones actúan: los lugares de origen de los estudiantes que la componen. Como veremos más adelante, entre otros factores (proximidad o lejanía, economía…) las naciones universitarias, con su respaldo asistencial y representativo actuarían como elementos atrayentes de estudiantes en potencia, cosa que aumentaba cuando alguno de sus integrantes ocupaba un puesto relevante en la universidad.

En primer lugar, es indudable que el paisanaje era un punto fundamental en la configuración de estas solidaridades regionales, por tanto, la vida de éstas era paralela a la de la universidad y a la de los estudiantes que la conformaban. De este modo, cuando un estudiante salía de su hogar necesitaba hacer frente a un mundo nuevo, y la mejor manera de hacerlo era uniéndose a otros que, o bien se hallaban en su misma situación, o habían pasado por ella antes. Lógicamente, la sociabilidad era más fácil con aquellos que procedían de una misma zona, y poseían unas costumbres y unos rasgos idiomáticos o culturales similares.

Las naciones de estudiantes poseían una organización determinada, con una serie de personas dedicadas a la gestión de todo lo referente a sus integrantes. Además contaban con una ordenación jurídica, libros de registro,… así como vinculaciones a una iglesia o convento destinado a ser el lugar de reunión. En el caso de la nación de Extremadura, no está claro el lugar de encuentro; posiblemente se trataría del convento de San Agustín.[24]

En segundo lugar, las naciones tenían una finalidad muy importante en el gobierno de la Universidad. Según el modelo boloñés, el esquema de poder lo encabezaba el rector (estudiante elegido a votación) junto con sus consiliarios, también estudiantes. En este punto las naciones son esenciales, puesto que de cada una de ellas salía por votación un consiliario según su adscripción a las mismas, y además era elegido anualmente. En total se elegían cuatro consiliarios de las diócesis del Reino de León y otros cuatro de Castilla, de una forma representativa y no respondiendo a la proporción de estudiantes de cada nación. [25]

Ante la elección que anualmente se realizaba del rector y consiliarios o ante las oposiciones de cátedra había pactos y rivalidades entre las diversas naciones según la procedencia, familiaridad,… de cada consiliario, de forma que el momento de plasmar el vítor o señal de obtención de la cátedra del aspirante en cuestión en alguna de las paredes de los edificios universitarios era uno de los momentos más conflictivos.[26] En estas banderías jugaba un papel muy importante la cuestión del paisanaje por encima a veces de otros aspectos sociales o económicos, y en el caso del grupo extremeño, que firmaba con una “E” coronada, se mantenía gran confrontación con la nación de Vizcaya.[27]  

  1. 3.      Matrícula y cifras

Echando una mirada hacia el panorama de las tres universidades mayores (Salamanca, Valladolid y Alcalá), comprobamos un crecimiento de las matrículas universitarias durante la segunda mitad del quinientos, de modo que para el último cuarto de esa centuria se podría hablar de “revolución educativa” al menos para las principales universidades hispánicas.[28] Para el caso de Alcalá tendría sus cotas máximas entre 1570 y 1580, superando los 3200 matriculados, mientras que Valladolid tuvo su auge hacia finales de los ochenta, con cifras en torno a los 1300 matriculados.[29] En el caso de Salamanca, también se observa este máximo hacia los años centrales de la década de 1580 con más de 7300 matriculados, aunque nuestro recuento matiza las anteriores cifras aportadas por Cubas, Alejo Montes, Kagan o Vidal y Díaz.[30]

Los estudiantes de las diócesis de Badajoz, Coria y Plasencia, dentro de las tres grandes Universidades Hispánicas presentan un mayor porcentaje en la matrícula de Salamanca que en el resto de las mismas, en donde su presencia puede considerarse marginal.[31] Precisamente en el Estudio salmantino durante el curso 1574-75 hay, según nuestros datos, un 5,4% de extremeños en las aulas salmantinas, cifras que aumentan hasta el 6,9 % si tenemos en cuenta los que figuran como Nullius diocesis. Estas cifras se ven incrementadas en el curso 1594-95, llegando al 8,4% sin incluir a los mencionados y al 9,3% con ellos.[32]

Atendiendo a la división en estudios, el análisis de cifras corrobora la atracción de Salamanca como primera universidad entre las hispánicas, debido, entre otras razones, a su tradición jurista. Aunque en mucha menor medida, también predominan los estudios de leyes en Valladolid, frente a la importancia de la facultad de Artes en Alcalá.[33]

 

3.1  La nación de Extremadura en la Universidad de Salamanca (I): cuantificación[34]

La Universidad de Salamanca lidera en este momento el número de matriculados en la península Ibérica. Así lo corroboran el total de 5908 estudiantes que se matricularon en el primero de los cursos citados, número que aumenta hasta llegar a los 7308 del curso 1584-85, momento de máximos, y que desciende a 6199 en el curso que cierra nuestra análisis. De estas cantidades, el porcentaje de manteístas gira en torno al 90 % del total de la matrícula.

En cuanto a lugares de origen de los matriculados, según los estudios realizados por Rodríguez San Pedro basándose en cifras de Alejo Montes, o Noemí Cubas, la Universidad de Salamanca sería la que incorpora mayor número de alumnos procedentes de otras regiones de la Monarquía Hispánica y del exterior hasta el decreto de Felipe II.[35] Sin embargo, hay un claro predominio de estudiantes de la mitad norte de la Corona de Castilla. Para el curso 1584-85, los estudiantes de Castilla la Vieja-León son los más numerosos, con más de un 40%, seguidos de Castilla la Nueva (13%), Portugal (12 %), Extremadura (8%), Territorios Vasco-navarros y riojanos (7,5%), Andalucía (5%), Galicia (5%), Reino de Aragón (2,2%), Asturias (2,1%) y Murcia (0,8 %). Estas proporciones contradicen lo manifestado por Kagan, para quien Extremadura “contribuía relativamente con pocos estudiantes”. [36] Los territorios diocesanos que más estudiantes aportan serían, para el citado curso, Salamanca, con 921 matrículas (casi el 15 %), Toledo (476 matrículas y 7,5 %), Calahorra (311) y Burgos (308), con cifras cercanas al 5%. Seguidamente, Ávila, Zamora, Cuenca, Astorga, Plasencia y Palencia en torno a doscientos matriculados cada una (3%).[37]

En este tipo de estudios, un elemento a tener en cuenta en la computación del número total de estudiantes es el de las duplicaciones. Nosotros hemos hecho lo propio con los muestreos exhaustivos que hemos realizado para la nación de Extremadura, para después aplicarlo a las cifras globales del curso 1584-85.[38]

El peso de Extremadura en la matrícula salmantina supone, con 407 estudiantes, el 7,7% de los matriculados para mediados de la década de los setenta. A diferencia del total de matrículas salmantinas que observa el máximo en el curso 1584-85 y desciende a mediados de los noventa, el contingente extremeño no dejará de crecer en los decenios siguientes, aumentando en 543 y un 8,2% de la matrícula para 1585, y 576 y un 10,3% para diez años después.[39] Sin embargo, Badajoz es la única diócesis que, aun aumentando su población estudiantil, no lo hace al mismo ritmo que el resto de diócesis y disminuye su proporción en relación a la matrícula total y de manteístas a mediados de los ochenta del siglo XVI.[40]

Si echamos un vistazo al número de estudiantes de Badajoz, Coria, Plasencia y los territorios de Nullius diocesis, encontramos que Plasencia es la diócesis que más estudiantes aporta, con gran crecimiento entre los cursos 1574-75 y 1594-95 (pasa de 129 a 203 estudiantes) y el 35 % del total de la nación extremeña. No obstante, en el curso 1574-75, a pesar de que la diócesis placentina va muy igualada a Coria, ésta última está en primera posición (32% de los extremeños y 131 estudiantes). Mismamente Coria es la segunda diócesis que más estudiantes envía para el periodo, un 30% del contingente de Extremadura, seguida de los territorios de órdenes militares (21 % y entre 87 y 120 estudiantes), que son los únicos que descienden sus cifras en el último curso analizado. Por último, iría Badajoz, con un 14 % de la nación y entre 61 y 81 estudiantes.[41]

 

3.2  La nación de Extremadura en la Universidad de Salamanca (II): facultades

 Debido a la importancia que la Monarquía Hispánica otorgó a los estudios jurídicos como uno de los pilares en el que apoyaba su compleja maquinaria, la Universidad de Salamanca se convirtió en el principal centro de formación de juristas que pasaban después hacia la burocracia del Estado moderno y la Iglesia. Desde el principio los monarcas se apoyaron en un cuerpo de letrados que basaban su formación en los estudios de derecho. Esta burocracia administrativa articulaba una red clientelar en donde las influencias y los lazos de solidaridad de diversos tipos venían a ser parte esencial de la columna vertebral que articulaba la institución monárquica. En el ámbito eclesial, por otra parte, el derecho canónico y la Teología fueron establecidos por las disposiciones tridentinas como condición sine quae non para la formación del clero y para conseguir las más altas dignidades eclesiásticas.[42]

A parte de los estudios en leyes, la Universidad de Salamanca tenía un elenco de facultades de las que Teología se destacaba sobre el resto, además de otros estudios como los de Gramática y Retórica, Filosofía, Medicina y algunos que aparecen de forma intermitente, caso de Matemáticas. En cuanto a cátedras, Rodríguez-San Pedro habla de 26 cátedras vitalicias o de propiedad, y alrededor de 30 temporales o cursatorias para 1590. Cánones se alzaba con 6 y 4 respectivamente, seguidas de Leyes (4 de propiedad y 6 cursatorias); Teología, con 3 vitalicias y 3 temporales; Medicina (4 y 3 respectivamente); Gramática con 2 de cada tipo; Griego, con 3 cursatorias; y por último las cátedras de propiedad de Lenguas, Retórica, Matemáticas-Astrología y Música.[43]

Los estudios en Cánones, como ya vimos en la comparativa con Valladolid y Alcalá, focalizan la asistencia de los manteístas, con porcentajes que varían entre el 46 y el 52% de los estudios. En segundo lugar, la facultad de Gramática presenta para los cursos 1574-75 y 1584-85  mayores cifras que el resto, en torno al 20%, si bien ésta desciende bruscamente sus efectivos al final de la centuria (7,5%) a favor de los artistas, relacionado con dificultades en la estructuración de sus estudios. Estos problemas se vinculan a la especialización y parcelación de disciplinas en la Universidad desde el segundo tercio siglo XVI cuando Teología, Derecho y Medicina y Artes aparecen como estudios totalmente independientes de la labor de los gramáticos, y éstos ven reducido cada vez más su campo de actuación a la Gramática propiamente dicha (latín), Retórica y Griego.[44]  La facultad de Artes, por su parte, ocupa el tercer puesto con proporciones de entre el 11 y el 14 % de la matrícula, seguidos de los legistas que tienen un peso en la matrícula de entre el 8 y casi el 12%. Los teólogos se mantienen con cifras entre el 8 y el 10%, y por último, los estudios en Medicina (2-4 %).[45]

Por diócesis según las facultades, para el curso 1584-85, en Cánones destaca Toledo con casi 300 matrículas, seguido de Salamanca y Burgos con más de 200 cada una. A continuación  Calahorra, Palencia, Cuenca, y Plasencia entre otras (100-150). En el caso de Gramática, Salamanca predomina con cerca de las 400 matrículas igual que en Artes, con  más de 150. En lo que respecta a los legistas, Toledo vuelve a superar a Salamanca, con 53 y 40 matrículas respectivamente. Los estudios de Teología atraen a los salmantinos principalmente (79 matrículas) seguidos de los calagurritanos con casi 40. Por último, los estudiantes de Medicina provienen igualmente de la diócesis de Salamanca (33 matrículas) y Toledo entre otras, con 10 matriculados.[46]

Ante la relevancia del Estudio salmantino y su variedad de estudios, y dada la proximidad de las diócesis de Coria y Plasencia, que reunían en torno al 65% de los extremeños matriculados, es lógico que la presencia extremeña fuera notable, en donde además encontraban el apoyo de una nación. El peso de la nación de Extremadura en la facultad de Cánones se mantiene elevado, pasando del 7,9 % hasta prácticamente el 11% hacia 1595. Sin embargo, la mayor representatividad la encontramos en el curso 1574-75 en Leyes (10%); Retórica (20%) y Artes (10%) en el curso 1584-85, y Matemáticas y Medicina con un 18 y 14,7% respectivamente para el último de los cursos. Contingentes de extremeños superiores al 7% se dan en Artes en el primer corte; Leyes, Gramática y Medicina en los años centrales de la década de los 80, y Leyes, Artes y Teología para 1594-95.[47]

Cánones, en las diócesis extremeñas, ocupa la mayor proporción de estudiantes (34-60% en cada diócesis). Plasencia ostenta el número mayor de canonistas, (53-56% de sus estudiantes) entre los 68 y los 111 individuos. Seguidamente irían los gramáticos, que, superando el 16 % (entre 20 y 30 alumnos), continúan con la misma tendencia general de descenso para las postrimerías del siglo, concretamente hasta un 3%. Artes, a continuación, ocupa el tercer puesto (11-15%), seguida de Teología y Leyes, que van muy igualadas en cuanto a número de placentinos (del 5 al 11 %). Las disposiciones tridentinas favorecieron un auge del número de estudiantes teólogos hacia 1595, con 24 alumnos (12 %). En el caso de otros estudios como Medicina, Retórica o Matemáticas son opciones secundarias, observándose un aumento hasta el 6% de los médicos también a finales de siglo que podría estar relacionado con los prestigiosos estudios de la escuela de medicina del Monasterio de Guadalupe, los cuales daban una formación primaria que debía completarse en Salamanca. [48]

Aunque para el curso 1594-95 todos los territorios aumentan en Cánones, en proporción Coria llega a sobrepasar a Plasencia rozando el 60 %, un incremento con respecto a al curso 1574-75 de casi el doble de estudiantes en esa facultad. En lo que respecta a Gramática y Retórica, los caurienses son los más numerosos de los extremeños en todos los cursos, (24-30%), acusándose al final de la centuria la citada regresión hasta un 9%; pero incluso aquí tienen mayores proporciones que el resto. En el caso de los retóricos Coria es una de las diócesis a nivel global con mayor presencia. Esto puede ser explicable por la presencia de El Brocense, que en esos años es profesor en dicha facultad y posiblemente, como veremos, tendría gran capacidad de atracción. Por otro lado, Leyes también es una facultad bastante demandada, aunque sus cifras descienden del 20 % a aproximadamente la mitad hacia 1584-85. Artes también sufre un acusado descenso final llegando a un 6%. Teología se mantiene en torno al 3-5% de los matriculados; aquí no parece que incidieran las directrices de Trento. Medicina y Matemáticas, igual que en Plasencia, tampoco son estudios muy solicitados.[49]

Como contraste, los territorios de Nullius diocesis y Badajoz son, debido en parte a su lejanía con la Universidad de Salamanca y su proximidad a las recién fundadas  Universidades de Sevilla (1505) o Granada (1531), los lugares que aportan menos al contingente estudiantil. Los territorios de órdenes militares aportan mayores estudiantes en Cánones, entre 46 y 66 individuos (55%) y Artes, en torno al 20. Para 1574-75, Leyes, con un 19%, era la segunda facultad que acogía a mayor número de estudiantes, aunque después irá pareja a los estudios de Teología (6-10%). Gramática, empero, no tenían demasiada capacidad de atracción para este alumnado: a finales del siglo XVI no encontramos ni uno sólo. En cambio, Medicina concentraba en esos años casi igual peso que Leyes y Teología (10%).[50]

Por último, Badajoz es la diócesis que menos estudiantes envía a Salamanca, con un predominio en la tríada Cánones-Leyes-Artes que suponen entre el 80 y cerca del 90 % de los matriculados de esta circunscripción. En ella, los canonistas disminuyen en proporción durante la época de máximo crecimiento de la matrícula global. Leyes y Artes van bastante igualados, (10 y el 18%). De cerca le siguen los gramáticos (10-15%) que aminoran su presencia en el curos 1594-95 como ocurría en las otras de diócesis. Teología y Medicina son los estudios con menor número de alumnos de la diócesis pacense, entre el 4 y el 7%, aunque los primeros aumentan durante la última etapa analizada hasta el 12 %, siendo la segunda opción, junto con Artes, tras la facultad de Cánones.[51]

3.3  La nación de Extremadura en la Universidad de Salamanca (III): procedencia geográfica y social

Una vez examinados los contingentes de estudiantes extremeños se hace necesaria una aproximación a sus lugares de origen. La historiografía ha considerado que, excluyendo los ámbitos plenamente rurales en donde estaban ausentes las preocupaciones culturales, la Universidad atraería más al medio urbano que el rural.[52] En nuestro trabajo corroboramos esta premisa, dado que ciudades como Plasencia, Cáceres o Trujillo son las que más estudiantes envían. En ello, el apoyo de la nación de Extremadura era indispensable, pero también la presencia de figuras notables que funcionan como polos de atracción en sus lugares de procedencia. Todo ello lo comprobaremos a través de los libros de matrículas, aunque antes analizaremos unos prolegómenos de partida.

Como ya vimos, la Universidad es uno de los resortes de la Monarquía Hispánica en tanto que abastece de letrados al aparato burocrático que se pone en marcha con el surgimiento de los Estados modernos. Esto suponía una forma de promoción social, la llamada “promoción por las letras” a través de las disciplinas jurídicas, puesto que la Teología se ligaba al ámbito de la Iglesia, la Medicina requería gran especialización y las Artes estaban consideradas como estudios menores o de tránsito hacia otras facultades.[53]

Así pues, el ingreso en la Universidad obedecía previamente a diversos factores. Entre ellos cabría destacar, en primer lugar razones socio-económicas. Matricularse en la Universidad de Salamanca no resultaba aparentemente costoso.[54] Sin embargo, el mero hecho de trasladarse a una ciudad distinta encarecía el precio de los estudios, y dependiendo del estatus, los vínculos o la suerte, había diversas formas de mantenerse en una ciudad universitaria como Salamanca. Los estudiantes más pobres intentaban sobrevivir mediante algunas de las becas que otorgaban los colegios, o por medio de la protección eclesial, también como sirvientes de un estudiante adinerado, etc.[55] A continuación había un nivel superior de hidalgos con pocos recursos, hijos de labradores notables o profesionales urbanos que seguían el camino de sus progenitores. También existían vagos, pícaros o vagabundos que intentaban probar suerte entre el mundo estudiantil como forma de mejorar su situación.[56] Paralelamente había sistemas como el del pupilaje, por medio del cual un bachiller se encargaba de varios estudiantes a los que mantenía y hospedaba, además de asistirles en cuestiones educativas. Sin embargo, este tipo de alojamiento no resultaba demasiado barato.[57] Por último, un número muy reducido de nobles y caballeros estaba presente en los estudios superiores, normalmente segundones que pretendían subir en el escalafón social.

Ligado a las razones económicas, estaban las razones intelectuales. Como señala Kagan, “aunque había acusadas diferencias de riqueza y cultura dentro de esta minoría, ésta representaba a los miembros más cultivados de la sociedad, una parte de los cuales había recibido también educación latina”.[58] Esto indica que lógicamente sólo los más pudientes se podían permitir una educación de primeras letras en los lugares de origen, requisito previo para iniciarse en los estudios universitarios. Además el latín era otro de los conocimientos básicos necesarios antes de entrar en la Universidad, que en la mayoría de los casos únicamente se adquiría en un medio urbano. En contraposición, el analfabetismo era general en las zonas rurales, y sólo los núcleos más nutridos o las ciudades pequeñas había un pequeño sector de instruidos. A su vez, también aquellos que poseían ya una cierta formación confiaban en la Universidad como forma de aspirar a una posición más elevada. [59]

De cualquier forma, aparte de otros requisitos como la limpieza de sangre, hemos de tener claro que también las razones geográficas son relevantes, y en nuestro caso centran uno de los criterios que hemos utilizado para escoger el contingente estudiantil extremeño: el paisanaje. Como hemos visto, la proximidad espacial, aunque no es determinante, influye notablemente en aquellas diócesis más cercanas. A su vez, el hecho de pertenecer a una de las cofradías de estudiantes facilitaba el acceso a una red de vínculos que partían desde la propia Universidad hasta los lugares de origen y viceversa, a la par de proporcionar algunos privilegios frente a estudiantes de otras naciones. Esta forma de confraternizar daba auxilio y apoyo al estudiante en caso de necesidad una vez que llegaba a la Universidad, pero antes de ello parentelas, amistades y paisanos que confluían después en la nación ya habían tomado parte en la decisión del estudiante en potencia para escoger una universidad determinada, en este caso Salamanca.

Mismamente esos vínculos, que se forjaban tanto en el seno de los núcleos de residencia habitual, como en la propia ciudad universitaria, se entrelazaban en las naciones, las cuales los impulsaban, renovaban y ampliaban hacia los tres niveles que mencionamos al principio (en la propia nación, en el gobierno de la universidad y con respecto a otras naciones). Estos niveles podrían considerarse como internos, dado que sus límites se circunscriben al funcionamiento del Estudio.

En nuestra investigación querríamos quedar esbozado un cuarto nivel de influencia de las naciones estudiantiles: su irradiación sobre las áreas de procedencia, nivel que podría considerarse externo si lo comparamos con los otros tres. Sin embargo, no lo sería tanto si tenemos en cuenta que dichos influjos constituirían uno de los eslabones para que la cadena de atracción hacia la universidad volviera a funcionar de nuevo. Es decir, aparte de la existencia en sí de la propia nación, el hecho de que alguno de sus integrantes allegados o conocidos desempeñase algún puesto relevante, ora en lo académico, ora en la administración o gobierno de la universidad, era un elemento que tenía un “efecto llamada” sobre los jóvenes que estaban en disposición de iniciar sus estudios superiores.

Pongamos un ejemplo que creemos bastante representativo de lo explicado hasta ahora. Francisco Sánchez de las Brozas, “El Brocense”, fue un reconocido humanista y traductor de su tiempo. El Brocense se hizo con la propiedad de la cátedra de Retórica de dicha Universidad en 1573, al igual que la de Griego desde 1576, siendo profesor de ambas hasta su jubilación en 1593.[60] Ambos estudios iban ligados, como ya vimos, a los de Gramática, y precisamente los años que está ejerciendo el Brocense en esta facultad, la diócesis de Coria es la que presenta en ella mayor número y proporción de estudiantes de la nación de Extremadura, y en el caso de Retórica, una de las diócesis que más estudiantes aporta (más del 18 % de la matrícula total) para el curso 1584-85. Pero aun más, el núcleo de Brozas, donde había nacido el Brocense, es uno de los que más estudiantes envía de las cuatro áreas estudiadas hasta ese curso: la tercera durante 1574-75 (19 estudiantes), aumentando hasta 24 individuos para 1584-85. Como vemos, la capacidad de atracción de el Brocense era notoria.

Dicho esto, se hace indispensable el estudio de los estudiantes de la nación de Extremadura según los núcleos de origen, para lo cual hemos contrastado los datos obtenidos de la matrícula universitaria del curso 1594-95, hito de estudiantes de la nación de Extremadura, con los censos y recuentos de población de la época: el llamado “Libro de los millones” de 1591-94 y el “Censo de los obispos de Castilla” de 1587,  ambos recogidos por Tomás González en el siglo XIX.[61]

Para ese momento, hemos encontrado datos de las poblaciones de origen de 540 de los 576 estudiantes, teniendo tan sólo 4 sin identificar. Así las cosas, los individuos identificados se reparten en un total de 117 núcleos, como se observa en la figura 19.[62] Parece ser que, de forma general, predominan los núcleos de 500 vecinos o menos, con 74 de las 117 poblaciones (63%), y de forma específica los núcleos de entre 200 y 500 vecinos, con cerca de la mitad de todos los que tenemos datos (44%). En contraste, las poblaciones superiores a esa vecindad tienen mayor peso en la salida de estudiantes (69% del contingente y 376 estudiantes). Destacan, con proporciones superiores al 30 % del contingente estudiantil, los lugares de entre 500 y 1000 vecinos, seguidos por los núcleos de entre 200 y 500 (25%) y a continuación los mayores de 1500 vecinos (23%). Queda claro, por otro lado, lo afirmado al principio: las áreas rurales de escasa población (menores de 200 vecinos), aunque ocupan un 20% del total de procedencias, apenas envían estudiantes; tan sólo el 6%.[63]

 En esta distribución, las diócesis de Plasencia y Coria están empatadas en cuanto a núcleos que envían más estudiantes a la Universidad de Salamanca, con 36 cada una, si bien Plasencia envía ligeramente más estudiantes que la diócesis cauriense (174 frente a 172). A continuación, los territorios de Nullius diocesis envían 114 estudiantes de 31 procedencias distintas, y por último, Badajoz, con 14 núcleos de los que salen 80 estudiantes.[64]

Viendo detenidamente cada área según la figura 21, parece ser que en la diócesis de Plasencia predominan claramente los núcleos de menos de 500 vecinos, con un peso del 78%. Precisamente el contingente estudiantil proviene sobre todo de núcleos mayores de 200 habitantes (58 individuos), aunque los núcleos de un tamaño considerable (más de 1000 vecinos) envían el mayor porcentaje de estudiantes (59% y 102 efectivos). Sin embargo, las poblaciones de entre 1000 y 1500 vecinos se hallan ausentes. Gran parte de ese contingente lo envían las ciudades más pobladas de la diócesis, Trujillo, Béjar y Plasencia, pero se sale de la norma Cabezuela del Valle, que siendo un núcleo rural bastante poco poblado, (230 vecinos) también envía un número alto de individuos.[65]

Para el caso de Coria, ocurre algo similar a la diócesis de Plasencia: en la distribución de núcleos los más pequeños tienen una mayor proporción, un 70%, pero son los que menos estudiantes expulsan, un 30% (49 individuos). Por el contrario, los 7 núcleos de entre 500 y 1000 vecinos envían un 35 % de los estudiantes. Finalmente, el peso de estudiantes se lo llevan poblaciones más grandes, de más de 1000 vecinos, con el hito en la ciudad de Cáceres, que aporta 40 estudiantes, esto es, un 23% del total de la diócesis. Otros enclaves significativos son: Coria, con 15 estudiantes, Brozas (14), Ceclavín (13) o Garrovillas (12).[66]

Los territorios extremeños de Nullius diocesis, pertenecientes a la jurisdicción de las órdenes de Alcántara y Santiago, matizan el predominio en las otras diócesis de las procedencias con pocos vecinos, dándose en este área casi un empate entre los lugares con menos de 500 vecinos (51%) y los superiores a esa cifra (49%). No ocurre lo mismo, no obstante, con el número de estudiantes, los cuales salen mayormente (un 74%) de poblaciones de entre 500 y 1500 vecinos, concretamente 84 de los 114 estudiantes identificados. Los cuatro núcleos más grandes vuelven a aportar el mayor contingente, el 32 % de los estudiantes: Mérida y Llerena, con 19 y 11 estudiantes respectivamente.[67]

Por último, la diócesis de Badajoz es la que menos está representada en la nación de Extremadura con tan sólo 80 estudiantes repartidos principalmente entre sus cuatros poblaciones mayores: Badajoz, ciudad extremeña más poblada con 2805 vecinos y el 29% de los estudiantes (29); Alburquerque, Fregenal y Jerez de los Caballeros (24%), con un total de 19 entre las tres ciudades. Continúan predominando la relación entre la abundancia de núcleos pequeños (36%) que envían pocos estudiantes, en total 14, un 17% de la diócesis. De forma parecida a la diócesis de Plasencia, hay escasez de núcleos de entre 1000 y 1500 vecinos, tan sólo uno, Zafra, que envía 6 estudiantes.[68]

En resumen, a la luz de los datos, parece ser que hay dos grandes focos, Cáceres y Trujillo, que constantemente envían estudiantes. Les siguen las sedes episcopales Plasencia, Badajoz y Coria, así como Béjar, y un sector de poblaciones intermedias que se diseminan por la geografía extremeña (Brozas, Mérida, Llerena…). En torno a ellos se concentran un rosario de pequeños núcleos que están bajo su influencia y que aportan un número reducido de alumnos. Estos se ubican en los Valles del Jerte y Tiétar y las Vegas de Coria en el tercio norte, mientras que en la zona centro, la penillanura Trujillano-Cacereña, sobre todo la Tierra de Trujillo es la que alberga más procedencias. Por último, en el tercio sur, destaca la franja situada entre Tierra de Barros y el campo de Zafra con los núcleos de Jerez, Fregenal y Zafra.

Apuntados los aspectos geográficos, y en otro orden de cosas, intentaremos aproximarnos a alguno de los pocos aspectos sociales que nos dejan entrever las matrículas. Así, hemos de destacar uno que nos da una ligera idea de un grupo que establece una diferenciación con el resto de matriculados. Se trata de aquellos que aparecen inscritos con el título de “don”, particularidad que en principio indicaba un nivel bajo de hidalguía, que en el caso de los universitarios solía circunscribirse a segundones, aunque hay que tomarlo con precaución debido a los abusos que en la época se hacían al respecto.[69] Como indica Cadenas y Vicent, es necesario el cotejo de numerosa documentación en donde se indique dicha titulación, siendo ésta una de las pruebas que demostrarían que la anteposición del “don” es símbolo de un estatus nobiliario y no una impostura.[70]

En nuestro caso, aunque tenemos en cuenta esas consideraciones, resulta una tarea casi imposible identificar la veracidad de todo aquel título de “don” que nos encontramos en las matrículas, puesto que tendríamos que cotejarlo al menos con las fuentes parroquiales, cuestión que podría llevarnos años en hallar respuesta. A pesar de que, como indica Alemán Illán, el título de “don” podía reflejarse en los escritos debido a los propios notarios que lo intitularían por razones de amistad o relación profesional, sí que es cierto, como veremos en el caso de Trujillo, que normalmente suele ir acompañando a estudiantes con apellidos notablemente conocidos en los lugares de origen por su condición hidalga o noble.[71] Por esta razón, y ante la falta de otras fuentes para contrastarlo, daremos por válidos los títulos de “don” que aparecen en los libros de matrícula, al menos a efectos de cuantificación, en los que hemos de tener en cuenta las duplicaciones.

Para la nación de Extremadura, los titulados de “don” aparecen sobre todo en las facultades jurídicas y proceden de todas las diócesis. De forma general, suelen ser de 1 a 5 estudiantes canonistas principalmente, y en menor número, legistas. A éstos le siguen, de manera secundaria los “dones” de artes y gramática. Sin embargo, el caso de Plasencia en el curso 1584-85, con 12 estudiantes hidalgos, es llamativo puesto que esta diócesis acumula el mismo número de individuos de esa condición que el resto de diócesis juntas para ese curso.[72]

En el curso 1574-75 los porcentajes de “don” se mueven entre el 1,15 % de la matrícula de Nullius diocesis y el 3,81 % de los matriculados procedentes de Coria. Estas proporciones se elevan durante los años centrales de la década de los ochenta, ascendiendo al 6,31 % en el citado caso de Plasencia, seguida de Badajoz (5,8%) y los territorios de Nullius diocesis, con un 3,3%. Por último, en el curso 1594-95, Coria, con 7 titulados de “don” encabeza a las diócesis extremeñas (4,19%), a la que le sigue Badajoz y Plasencia con un 3,7 y un 2,46%, y sin hallar, empero, ninguno de esa condición bajo jurisdicción de las órdenes militares.[73]

Estas cifras indican que la mayoría de los estudiantes manteístas de la nación de Extremadura suelen provenir de un estrato social más bajo que el analizado, si bien no siempre es indicativo de falta de recursos porque, como señalamos, estudiar en una universidad no estaba al alcance de todos. Excepción a esto lo conforman hidalgos de la baja nobleza de algunas familias notables extremeñas, dentro de los cuales vamos a ver los procedentes de las dos diócesis que más aportan: Plasencia y Coria.

Al residir familias de la nobleza en ciudades como Plasencia, Trujillo, Cáceres o Béjar lógicamente no sale de la normalidad que sean las procedencias donde más titulados de “don” encontramos. Así, apellidos como Barahona, Paniagua o Solís son bastante conocidos en el círculo de la nobleza local para el caso de Plasencia, o Figueroa, Zúñiga…para el caso de Béjar. Lo mismo ocurre con las familias Altamirano, Loayssa, Escobar, Tapia, Paredes, Pizarro,… linajes que eran notables en el caso trujillano. En lo que respecta a Cáceres, apellidos como Golfín, Ovando, Portocarrero, Andrada, o Becerra atestiguan que, por norma general, el uso del título de “don” no estaba ajeno a fundamentos del linaje.

Otro aspecto que a veces muestran los libros de matrícula y que demostraría la veracidad de los presentados como hidalgos sería la aparición de hermanos o presuntamente familiares que se matriculan conjuntamente. El apoyo familiar en este sentido es importante, ya que resulta más llevadero enfrentarse a las novedades que resultan de estudiar en una ciudad universitaria lejos del seno familiar cuando se unen dos individuos en la misma situación.[74]

  1. 4.      La Tierra de Trujillo

Lo que denominamos como Tierra de Trujillo, según la división administrativa del siglo XVI, estaba situada dentro de la llamada también Provincia de Trujillo, comprendiendo ésta la mayor parte del actual territorio extremeño. Como ya vimos, junto a la Provincia de León de la Orden de Santiago formó la provincia de Extremadura en 1653.[75] La Tierra de Trujillo, según los censos consultados para la realización de este trabajo, comprendía los siguientes núcleos: Trujillo, Garciaz, Berzocana, Cañamero, Herguijuela, La Zarza (Conquista de la Sierra), Zorita, Logrosán, Navalvillar, Acedera, Madrigalejo, Alcollarín, El Campo (Campo Lugar), Abertura, Escurial, Santa Cruz de la Sierra, Robledillo de Trujillo, Orellana. La Cumbre, El Puerto de Santa Cruz, Ibahernando, Retamosa, Plasenzuela, Aldea el Pastor (Santa Ana) y Búrdalo (Villamesías).[76] Limitaba al norte con la Tierra de Plasencia, al oeste con la de Cáceres y el partido de Montánchez de la Orden de Santiago, al sur, con Medellín y con el partido de Magacela de la Orden de Alcántara, y al este con la Tierra de Talavera y el Señorío de Alcocer.[77]

En el contexto general de las diócesis y de la nación de Extremadura, Trujillo es una de las ciudades que más estudiantes aporta en todos los cursos, entre 30 y 35 según los libros de matrículas. En este sentido, durante el curso 1574-75 lidera a las diócesis extremeñas junto con Cáceres (38 estudiantes), mientras que diez años más tarde lo hace junto a Plasencia (39 estudiantes frente a los 35 de Trujillo), superando a Cáceres en contingente estudiantil. Sin embargo, a finales de la centuria, Plasencia decae hasta los 16 estudiantes a la vez que sube Cáceres hasta los 40, mientras que Trujillo sigue manteniéndose con 30 efectivos.

Si echamos un vistazo a las facultades que más demanda tienen entre los estudiantes procedentes de la Tierra de Trujillo durante el curso 1594-95, Cánones es la primera, con una proporción del 47%. Los canonistas proceden sobre todo de Trujillo (17 estudiantes), seguido de Berzocana, Cañamero y Santa Cruz de la Sierra con dos estudiantes cada una. A continuación, los artistas son los más numerosos, con un 20 % y un total de 11 matriculados trujillanos, destacando de nuevo la ciudad, con 8 estudiantes, seguida, con uno, de La Cumbre, Madrigalejo y Orellana. En tercer lugar destacan, igualados al 11% de la Tierra de Trujillo, los estudios de Leyes y Gramática, que atraen en total a 12 individuos. Son predominantemente legistas los trujillanos (5 estudiantes), mientras que también se destacan entre los gramáticos (3 estudiantes) junto a los procedentes de Berzocana (2), Garciaz, Alcollarín, el Puerto de Santa Cruz y Santa Cruz de la Sierra, con uno cada uno. En el caso de Teología, encontramos sólo a tres estudiantes de Trujillo, mientras que en Retórica sólo encontramos uno de dicha ciudad, y otro de Berzocana cursando Medicina.[78]

En el caso de la nación de Extremadura, Trujillo y su tierra estaban ampliamente representadas en la Universidad de Salamanca, puesto que, como se puede ver en la figura 25, de los 25 núcleos citados antes, encontramos estudiantes de 19 de ellos en el último cuarto del siglo XVI.[79] Se trata de núcleos de menos de 1000 vecinos, a excepción de Trujillo que superaba los 1500 vecinos. Entre ellos continúa la tónica vista para la generalidad de las diócesis extremeñas: la mayor parte de núcleos son pequeños, no llegando a sobrepasar los 800 vecinos para el caso de los tres mayores de los que tenemos datos aparte de Trujillo (Logrosán, Garciaz y Berzocana), mientras que el resto tiene entre 150 y 400 vecinos. Sin embargo, todos estos lugares no envían apenas entre un 25 y un 34 % de los estudiantes de la Tierra de Trujillo para el periodo 1574-1585. [80]

No obstante, a mediados de la década de los noventa del siglo XVI esta tendencia cambia: Trujillo, que antes enviaba contingentes de entre el 66 y el 75 % de los estudiantes, ahora se va a ver superada por la suma del resto de poblaciones menores de 1000 vecinos, si bien es por la mínima: 31 estudiantes frente a 30 que tiene la ciudad (51 y 49%).[81]

 

  1. 5.      Un estudiante trujillano de “don”: Luis de Tapia Paredes.

En un intento al acercamiento a la adscripción social de los estudiantes ya dijimos más arriba el caso de los titulados de “don”. A modo de epílogo, nos gustaría fijarnos en un estudiante de Trujillo que aparece matriculado en la Universidad de Salamanca y cuya trayectoria posterior dio como resultado una “mejora del estado por las letras”. Hablamos de Luis de Paredes, que aparece matriculado en el curso 1584-85, junto a su presunto hermano Bernardino de Tapia.[82] No hay ninguna mención en el libro de sus lazos de parentesco, pero el hecho de que aparezcan matriculados uno seguido del otro hace que intuyamos que podrían tratarse de los hermanos de Esteban de Tapia, autor de un interesante manuscrito sobre la historia de Trujillo y su heráldica.[83] Todos eran hijos de Gonzalo de Tapia, señor de Plasenzuela, Guijos y Avililla, y María de Paredes, nieta de Diego García de Paredes, el afamado militar de las guerras de Italia.[84]

De Bernardino de Tapia apenas sabemos que, de tratarse del personaje que consideramos, era el segundón de la familia y heredero, según Muñoz de San Pedro, del mayorazgo de los Paredes, ya que su hermano Esteban era el primogénito y le correspondía el de los Tapia. Desconocemos la fecha del fallecimiento de Bernardino, pero lo hizo sin descendencia, y el tercero de los hermanos, Luis, heredó dicho mayorazgo, reuniendo bastante patrimonio.[85]

Luis de Tapia Paredes, que según el conde de Canilleros firmaba también como Luis de Paredes, nació después de 1560 (su hermano mayor Esteban nace sobre esa fecha), y cursó estudios juristas en Salamanca, llegando posteriormente a ser alcalde de Casa y Corte y Consejero de Castilla e Indias.[86] Según la crónica de la orden de Alcántara, Luis de Paredes fue “colegial del Mayor del Arzobispo, Oidor de Sevilla y de Valladolid, Alcalde de Casa y Corte, del Consejo de Indias, y hoy de el Real de Castilla. Casó con D. Aldonza de Esquivel y Guzmán, natural de la ciudad de Sevilla”.[87] El hecho de fuera colegial podría parecer que nuestro Luis de Paredes era otro, ya que se encuentra matriculado entre los manteístas. Sin embargo encontramos en una obra coetánea a él la siguiente referencia:

“[…]Don Luis de Paredes, Licenciado por la Universidad de Salamanca, año de mil y quinientos noventa y seis, y el del noventa y ocho entró en el Colegio mayor del Arçobispo de la sobredicha Universidad, donde a pocos días le encomendaron la oposición de las Cátedras de Cánones, y el de seiscientos y diez y seis fue promovido por Oydor de Valladolid, y el de diez y ocho fue proveydo por Alcalde de Casa y Corte […].[88]

Por tanto, fue colegial dos años después de licenciarse (1596). Aunque las coincidencias son bastante altas, aparece matriculado en 1585, más de diez años antes de licenciarse, tiempo que podría parecer algo excesivo, aunque no mucho, para realizar sus estudios, barajando la posibilidad de una interrupción temporal o que simplemente se tomó algo más de tiempo del habitual.

De cualquier modo, el trujillano Luis de Paredes llegó a ocupar una posición muy elevada en la administración de Felipe III y Felipe IV. Su paso por las aulas salmantinas cursando estudios como manteísta en Cánones era algo bastante habitual para aquellos hidalgos segundones que querían conseguir un estatus más alto a través de una formación jurídica para pasar a las filas de burócratas de la Monarquía Hispánica. Dado que él en principio no era heredero de ninguno de los mayorazgos, es entendible su inclinación hacia las letras, aunque después la fortuna hizo que, al fallecer su hermano Bernardino, heredase un mayorazgo más grande que el de los Tapia, detentado por su otro hermano Esteban.

Durante su etapa de colegial, hasta 1606, conocería al futuro Conde-Duque de Olivares, como confirman algunas de sus cartas conservadas, y en 1618, Luis de Paredes desempeña el cargo de Consejero y Alcalde de Casa y Corte. Después de 1626, durante su etapa en el Consejo de Indias, se preocupó de reunir una serie de documentos sobre dicho Consejo hallados posteriormente en el Archivo del Conde de Canilleros, como el propio Muñoz de San Pedro indica en uno de sus artículos sobre Luis de Paredes.[89]

 

  1. 6.      Conclusiones

Los lazos de solidaridad regional juegan un papel primordial en las relaciones sociales en el momento en que un estudiante sale de su ámbito habitual. Es por ello por lo que creemos que existe una noción, aunque difusa, de identidad extremeña, al igual que la había en relación a otras procedencias geográficas dentro y fuera del ámbito peninsular. Así, se referiría no sólo al ámbito geográfico, sino también a sus habitantes, con unas características y rasgos comunes (idiosincrasia, comportamientos, peculiaridades lingüísticas, etc).

En este sentido, la existencia de las naciones respondería, entre otras razones, a una necesidad primigenia de subsistencia en un medio extraño, a lo que se suma la intención de aunar esfuerzos para alcanzar puestos de relevancia mediante los diversos cauces representativos de la universidad. A través de dichos lazos de paisanaje se ponían en contacto individuos que habían experimentado la situación de ser estudiante en sus carnes o en la de sus familiares y conocidos, o bien estaban en una situación de partida similar a la del novato. Las naciones funcionarían como polo de atracción de estudiantes de la misma procedencia, posible causa, entre otras ya apuntadas, de que un individuo se decantase por Salamanca.

En el caso de la nación de Extremadura, la tendencia en el aporte de estudiantes es constante, sin cambios bruscos, al menos, hasta la peste de 1595. De forma local se denota un aumento significativo en ciertos núcleos, a la vez que otros descienden considerablemente su representación. Esto puede ligarse, como hemos visto, a razones de paisanaje, pero en este punto, se abre el abanico de posibilidades.

Así, la mejora por las letras hizo que numerosos individuos encontrasen una vía hacia el incremento de su prestigio y poder social. Para ello, lógicamente había que destinar un dinero, que dependía de los recursos de cada futuro estudiante. Amén de otras posibilidades, fue cada vez más frecuente donar ciertos fondos para que algún familiar o allegado pudiera licenciarse en Salamanca, mostrando otra vez la preferencia de esta Universidad. Es el caso del trujillano Fray Jerónimo de Loaysa, arzobispo de Lima, que dejó un dinero para que su pariente Gutierre Espadero Paredes estudiase en Salamanca.[90]

Como hemos visto, el campo de estudio de las naciones es muy amplio, de modo que el objetivo para futuras investigaciones ha de aprovechar las cifras para analizar otros niveles posibles de relación entre Universidad y naciones de estudiantes.

 

Apéndice[1]

 

AÑOS

Matriculados

Manteístas

Manteístas de la nación de Extremadura

%

%

% manteístas

%total

1574-75

5908

100

5313

89,92

407

7,66

6,88

1584-85

7308

100

6603

90,35

543

8,22

7,43

1594-95

6199

100

5569

89,83

576

10,34

9,29

Figura 1. Evolución general de la matrícula. (1574-95)

Figuras 2 y 3. Evolución general de la matrícula de manteístas y de la nación de Extremadura (1574-95)

Fig 2Fig 3

 

Figura 4. Contingentes totales y manteístas de la nación de Extremadura (totales y porcentajes).

DIÓCESIS

1574-75

1584-85

1594-95

Totales

% total

% mant.

% extr.

Totales

% total

% mant

% extr.

Totales

% total

% mant

% extr.

Badajoz

61

1,03

1,14

14,9

68

0,94

1,04

12,7

81

1,3

1,45

14

Coria

131

2,21

2,46

32,1

164

2,24

2,48

30,2

177

2,85

3,17

30,7

Plasencia

128

2,16

2,4

31,4

191

2,59

2,87

35

203

3,27

3,64

35,24

Nullius diocesis

87

1,47

1,63

21,4

120

1,64

1,81

22

115

1,85

2,06

20

Total

407

6,88

7,66

100

543

7,43

8,22

100

576

9,29

10,34

100

 

Figuras 5 a 9. Evolución general según diócesis de la nación de Extremadura (número de alumnos y porcentajes).

 Fig 5

Fig 6

Fig 7

Fig 8

Fig 9

 Figura 10. Evolución general de los estudiantes manteístas y de la nación de Extremadura según estudios (totales y porcentajes).

 

ESTUDIOS

1574-75

 

1584-85

1594-95

Manteístas (total) Manteístas Extremadura Manteístas  (total) Manteístas  Extremadura Manteístas  (total) Manteístas  Extremadura

%

% total

% estudios

%

% total

% estudios

%

% total % estudios
Cánones

2449

46,09

194

3,65

7,92

3068

46,46

257

3,89

9,37

2943

52,84

320

5,74

10,87

Leyes

634

11,93

65

1,22

10,25

577

8,73

47

0,71

8,14

555

9,96

62

1,11

11,17

Teología

525

9,88

24

0,45

4,57

528

7,99

32

0,48

6,06

595

10,68

54

0,96

9,07

Medicina

129

2,42

11

0,2

8,52

201

3,04

15

0,22

7,46

230

4,13

34

0,61

14,78

Artes

621

11,68

49

0,92

7,89

863

13,05

87

1,31

10,08

818

14,68

80

1,43

9,77

Gramática

955

17,97

64

1,2

6,7

1351

20,46

102

1,54

7,54

417

7,48

24

0,43

5,75

Retórica

0

0

0

0

0

15

0,22

3

0,04

20

0

0

0

0

0

Matemáticas

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

11

0,19

2

0,03

18,18

Total

5313

100

407

7,66

6603

100

543

8,22

5569

100

 576

10,34

Figuras 11 a 13. Evolución general de los estudiantes manteístas según estudios (porcentajes).[2]

 Fig 11

Fig 12

Fig 13

 

Figura 14. Evolución de las diócesis extremeñas según estudios: totales y porcentajes según diócesis.

CURSO 1574-75

CURSO 1584-85

CURSO 1594-95

ESTUDIOS

BADAJOZ

CORIA

PLASENCIA

NULLIUS D

BADAJOZ

CORIA

PLASENCIA

NULLIUS D

BADAJOZ

CORIA

PLASENCIA

NULLIUS D

Total

%

Total

%

Total

%

Total

%

Total

%

Total

%

Total

%

Total

%

Total

%

Total

%

Total

%

Total

%

Canonistas

29

47

51

39

68

53

46

53

30

43

55

34

107

56

66

55

47

58

99

59

111

55

63

55

Legistas

11

18

26

20

11

9

17

19

10

15

18

11

9

5

10

8

8

10

24

15

19

9

11

10

Teólogos

4

7

4

3

11

9

5

6

5

7

9

5

11

6

7

6

10

12

9

5

24

12

11

10

Médicos

3

5

3

2

2

1

3

3

3

4

6

4

2

1

4

3

3

4

9

5

12

6

10

9

Artistas

8

13

15

12

14

11

12

14

11

16

27

16

29

15

19

16

10

12

10

6

30

15

20

16

Gramáticos

6

10

32

24

22

17

4

5

10

15

47

29

31

16

14

12

3

4

15

9

6

3

0

0

Retóricos

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

2

1

1

1

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

Matemáticos

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

1

1

1

1

0

0

Total

61

131

128

87

69

164

190

120

81

167

203

115

 

  Figuras 15 a 18. Evolución de las diócesis extremeñas según estudios (número de alumnos).

Fig 15    Fig 16

Fig 17   Fig 18

Figuras 19 y 20. Distribución geográfica de los estudiantes manteístas de la nación de Extremadura: cursos 1574-95 (19) y curso 1594-95 (20).

 Fig 19 Fig 20

Figuras 21, 22 y 23. Núcleos extremeños que envían estudiantes a Salamanca (en vecinos) y estudiantes. Curso 1594-95 (totales y  porcentajes). .                                                                                                                                                                                                                                               

1594-95 Badajoz       Coria       Plasencia       Nullius D.      
Vecinos Núcleos % Estud. % Núcleos % Estud. % Núcleos % Estud. % Núcleos % Estud. % Total núc. % Total est. %
<100

0

0

0

0

1

3

1

1

1

3

3

2

0

0

0

0

2

2

4

1

100-200

0

0

0

0

9

25

13

8

9

25

11

6

2

6

2

2

20

17

26

5

200-500

5

36

14

17

15

42

35

20

18

50

58

33

14

45

27

24

52

44

134

25

500-1000

4

29

18

22

7

19

60

35

6

17

56

32

11

36

48

42

28

24

182

34

1000-1500

1

7

6

8

3

8

23

13

0

0

0

0

4

13

37

32

8

7

66

12

1500-2000

3

21

19

24

1

3

40

23

2

5

46

27

0

0

0

0

6

5

105

19

>2000

1

7

23

29

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

1

1

23

4

Total

14

 

80

 

36

 

172

 

36

 

174

 

31

 

114

 

117

 

540

 

 

Fig 22 Fig 23

 

Figura 24. Titulados de «don», cursos 1574-1595 (totales y porcentajes, entre paréntesis cifra real tras restar las duplicaciones)

 

1574-75                                                                            1584-85 1594-95
ESTUDIOS BADAJOZ CORIA PLASENCIA NULLIUS D. BADAJOZ CORIA PLASENCIA NULLIUS D. BADAJOZ CORIA PLASENCIA NULLIUS D.
CÁNONES

2

2

1

1

1

1

11

2

3

4

4(3)

0

LEYES

0

4 (3)

1

0

1

3

1

0

0

2

1

0

ARTES

0

0

0

0

2

0

0

2

0

2

0

0

GRAMÁTICA

0

0

1

0

2 (0)

0

0

0

0

0

0

0

TOTAL

2

6 (5)

3

1

6 (4)

4

12

4

3

7

4

0

% sobre total dióc

3,28

3,81

2,34

1,15

5,8

2,43

6,31

3,3

3,7

4,19

1,97

0

 

 Figuras 25, 26 y 27. La Tierra de Trujillo (mapa), y distribución según facultades de la Tierra y la ciudad de Trujillo (porcentajes).

 Fig 25

Fig 26 Fig 27

 

Fiura 28. Núcleos de la Tierra de Trujillo que envían estudiantes a Salamanca (vecinos) y estudiantes. Cursos 1574-95(totales y porcentajes).

 

1574-75       1584-85     1594-95    
Vecinos Núcleos % Estudiantes % Núcleos % Estudiantes % Núcleos % Estudiantes %
<100

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

100-200

1

11

1

3

2

22

3

6

3

33

4

7

200-500

3

33

5

11

2

22

6

11

2

23

7

11

500-1000

4

45

5

11

4

45

9

17

3

33

20

33

1000-1500

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

1500-2000

1

11

33

75

1

11

35

66

1

11

30

49

>2000

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

Total

9

 

44

 

9

 

53

 

9

 

61

 

 

 

 


[1] Fuente: todos los elementos gráficos que aparecen en el apéndice son de elaboración propia con los datos obtenidos de los libros de matrícula del Archivo de la Universidad de Salamanca (AUSA, Libros de matrículas, años 1574/75; 1584/85 y 1594/95. AUSA 294, 302 y 308). Para el caso de los mapas, nos hemos basado en ALDEA VAQUERO, Quintín, (et alii). Diccionario de Historia Eclesiástica de España (5 vols.). Madrid: Instituto Enrique Flórez, 1972-87. Para cuestiones de núcleos de población y vecindarios, los datos del “Libro de los millones” y “Censo de los obispos”. En GONZÁLEZ, Tomás. Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla… pp. 79-83, 197-198, 237-239, 353-358 y 363-364. [Fecha de consulta: 5 julio 2012]. Disponible en <http://bib.cervantesvirtual.com /historia/CarlosV/censo1.shtml>

[2] C: Cánones; L: Leyes; G: Gramática; A: Artes; T: Teología; M: Medicina; R: Retórica; Mat: Matemáticas.

 


[1] En cifras, los estudiantes matriculados estribaron entre 5000 y 7000 en la segunda mitad del siglo XVI. En RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. “La Universidad de Salamanca, evolución y declive de un modelo clásico”. Studia Histórica. Historia moderna, IX. Salamanca, Ed. Universidad de Salamanca, 1991, p. 17

[2]MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo. “Extremadura, origen del nombre y formación de las dos provincias.” [online] Anuario de la Facultad de Derecho de Cáceres, nº2, 1983, pp. 59-119[Fecha de consulta: 1 julio 2012] Disponible en <http://www.paseovirtual.net/biblioteca/Ft/extremo1.pdf>; PALACIOS MARTÍN, Bonifacio. “Sobre el origen del nombre de Extremadura. Estudio historiográfico de la etimología duriense”. [online] Revista de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense, nº 4, 1989, pp. 409-423. [Fecha de consulta: 1 julio 2012]. Disponible en < http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=128955>.

[3] GONZÁLEZ, Tomás. “Provincia de Trujillo” y “Provincia de León de la Orden de Santiago”. En Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVI. [online]. Madrid: Imprenta real, 1829, pp. 79-83. [Fecha de consulta: 5 julio 2012]. Disponible en <http://bib.cervantesvirtual.com/historia/CarlosV/censo1.shtml> Habría que esperar hasta mediados del siglo XVII para que seis ciudades extremeñas (Badajoz, Mérida, Trujillo, Cáceres, Alcántara y Plasencia) alcanzasen el voto en Cortes y el distrito territorial de Extremadura se independizase del de Salamanca. En MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo. “Extremadura, origen del nombre… pp. 82-85.

[4] Hemos excluido el señorío de Belalcázar al pertenecer a territorios de Nullius diócesis que actualmente corresponden a la diócesis de Córdoba, y otros que, aun estando en la actual región de Extremadura, pertenecen a la archidiócesis de Toledo.

[5] RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES, Luis Enrique. “Universidad de la Monarquía Católica Católica, 1555-1700”. En RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES, Luis Enrique, POLO RODRÍGUEZ, Juan Luis (coords.) Historia de la Universidad de Salamanca, vol. I, Trayectoria y vinculaciones. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 2002, p 115. Las ocho naciones de estudiantes eran: Galicia, Portugal, Campos, Vizcaya, Extremadura, La Mancha, Andalucía y Aragón. En RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. “La nación de Vizcaya en las Universidades de Castilla. Siglos XVI-XVIII”. Revista de Historia Moderna. Anales de la Universidad de Alicante,20. Alicante, Universidad de Alicante, 2002, p. 51.

[6] ALEJO MONTES, Francisco Javier. La Universidad de Salamanca bajo Felipe II. Valladolid: Junta de Castilla y León, 1998, p. 227.

[7] Valgan de ejemplos: “Don Pedro de Barahona, natural de Plasençia. Don Íñigo de Barahona, su hermano”: Libro de matrículas. 1584-85. AUSA 302, fol. 49 r. “Juan Garçía Fernández, natural de Trujillo, diócesis de Plasençia. Clérigo presbítero”. Libro de matrículas. 1584-85. AUSA 302, fol 61 v. “Don Diego de Ulloa Porcallo, natural de Cáçeres, diócesis de Coria, menor de 14 años. Lógico” Libro de matrículas. 1594-95. AUSA 308, fol. 134 r. “Don Gonzalo de las Cassas, natural de Truxillo, diócesis de Plasençia.2º año.”

[8] “Vacose la catreda de Filosofía Natural de propiedad por muerte del maestro Enrique Hernández, oy miércoles a dos días del mes de henero de mil e quinientos y ochenta e cinco años, a la hora de las ocho de la mañana y los estudiantes que se matricularon después de la vacatura son los siguientes […]” Libro de matrículas. 1584-85. AUSA 302, fol. 112 v.

[9] Por ejemplo “Alonso Martínez, digo, Alonso Nidos del Estoque, natural de Alburquerque, diócesis de Badajoz” Libro de matrículas. Curso 1574-75. AUSA 294, fol. 49.v

[10] KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad en la España Moderna. Madrid, Technos, 1981, pp. 281-305; RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. La Universidad Salamantina del Barroco, periodo 1598-1625. Vol. III. Aspectos sociales y apéndice documental. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca; Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Salamanca, 1986, pp. 280 y ss;

[11] KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad… pp. 219- 239 y 281-305.

[12] TORREMOCHA HERNÁNDEZ, Margarita. “Los estudiantes universitarios en la Edad Moderna: líneas de investigación”. Miscelánea Alfonso IX, 2011. Ejemplar dedicado a “Historiografía y líneas de investigación en Historia de las Universidades: Europa mediterránea e Iberoamérica”. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 2012, pp. 219-241.

[13] PESET, Mariano. “Historia cuantitativa y población…  pp. 21-31

[14] Ibidem, p. 15-21; TORREMOCHA HERNÁNDEZ, Margarita. “Los estudiantes universitarios… pp. 224.

[15] KIBRE, Pearl. The Nations in the Mediaeval Universities. Cambridge: Mediaeval Academy of America, 1948. Citado por RIDDER-SYMOES, Hilde de. “Administración y recursos”. En Historia de la Universidad en Europa… pp.163-170. En estas páginas Ridder-Symoes también realiza una breve recopilación de obras sobre naciones en las Universidades europeas.

[16] TAMBURRI, Pascual. “La nación de las Indias en la Universidad de Bolonia (siglos XVI-XIX). Raíces medievales de la cultura hispano-americana”. Espacio, Tiempo y Forma, Serie IV, Hª Moderna, nº 13, 2000, p. 344.

[17] MARCOS DE DIOS, Ángel. Estudiantes de Brasil en la Universidad de Salamanca durante los siglos XVI y XVII”. Revista de Historia, nº 105. Sao Paulo, 1976, pp.215-230. Portugueses na Universidade de Salamanca (1550-1580). Salamanca: Luso-Española de Ediciones, 2005. Del mismo autor, “Estudiantes de Brasil en la Universidad de Salamanca durante los siglos XVI y XVII”. Revista de Historia, nº 105. Sao Paulo, 1976, pp. 215-230.

[18] RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. “Declive y regionalización de la matrícula salmantina de los siglos XVII y XVIII. Aproximación descriptiva”. Studia Historica. Historia Moderna, vol 3, VIII, 1985, pp. 143-162. Del mismo autor, “La corona de Aragón en la Universidad de Salamanca: siglos XVII y XVIII”. Aulas y saberes.VI Congreso Internacional de Historia de las Universidades Hispánicas (Valencia, diciembre 1999). Vol II. Valencia, Universidad de Valencia, 2003, pp. 399-417; RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique y POLO RODRÍGUEZ, Juan Luis “Valencianos en Salamanca”. En Historia de la Universidad de Valencia. Vol II: La universidad Ilustrada. Valencia, Unversidad de Valencia, 2000, pp. 309-317.

[19] POLO RODRÍGUEZ, Juan Luis. “Estudiantes manteístas salmantinos en la Universidad de Salamanca de la primera mitad del siglo XVIII”. Studia Historica. Historia Moderna, nº 9. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 1991, pp. 23-42. Véase también, POLO RODRÍGUEZ, Juan Luis. La universidad salmantina del Antiguo Régimen (1700-1750). Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 1995. También destaca CUBAS MARTÍN, Noemí. “Procedencia geográfica de los estudiantes de la Universidad de Salamanca (curso 1584-85). Tablas estadísticas. En Miscelánea Alfonso IX, 2000 (Ejemplar dedicado a la Universidad Contemporánea). Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 2000, pp. 231-240

[20] MIGUEL, Luis R. “Los extremeños en la Universidad de Salamanca” [en línea]. Revista de Extremadura. Órgano de las comisiones de monumentos de las dos provincias. Historia, ciencia, artes y literatura, nº 9. Cáceres: Librería de Jiménez, 1900. [Fecha de consulta, 3 febrero 2012]. Disponible en <http://prensahistorica.mcu.es/es/publicaciones/numeros_por_mes.cmd?anyo=1900&idPublicacion=3672>

[21] RIDDER-SYMOES, Hilde de. “Administración y recursos”. En Historia de la Universidad… pp.168.

[22]Hemos tomado de Hobsbawm la definición de nación contemporánea como “conjunto de personas suficientemente nutridas cuyos miembros consideran que pertenecen a una <<nación>> [la cual] no es una entidad primaria ni invariable. Pertenece exclusivamente a un período concreto y reciente desde el punto de vista histórico”. Véase, al respecto HOBSBAWN, Eric. Naciones y nacionalismo desde 1780. Barcelona: Crítica, 2004, pp. 13-18.

[23] TAMBURRI, Pascual. “La nación de las Indias en la Universidad… p. 343

[24] A falta de estudios sobre la documentación sobre dicho convento, llama la atención la relación con éste de la duquesa de Béjar y de Plasencia, María de Zúñiga, la cual en 1533 otorgó testamento y “mandó que en la Universidad de Salamanca se edificase un Colegio […] de la Orden de los Hermitaños de San Agustín […] y púsose la advocación de San Guillermo” HERRERA, Tomás de. Historia del conuento de San Agustín de Salamanca, Madrid: Imprenta de Gregorio Rodríguez, 1652. Citado por VIÑAS ROMÁN, Teófilo. “Convento de San Agustín y Colegio de San Guillermo”. FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Manuel; ROBLES CARCEDO, Laureano y RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique (eds.) Historia de la Universidad de Salamanca. Vol I, Historia y proyecciones. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 1989, pp. 385-386.

[25] GARCÍA y GARCÍA, Antonio. “Consolidaciones del siglo XV”. En RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES, Luis Enrique, POLO RODRÍGUEZ, Juan Luis (coords.) Historia de la Universidad de Salamanca, vol. I, Trayectoria  y vinculaciones. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 2002, p.42. Véase también  RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES, Luis Enrique. “Universidad de la Monarquía Católica… p 100.

[26] LA FUENTE, Vicente de. Historia de las Universidades, colegios y demás establecimientos de la enseñanza en España. Madrid: Viuda e hija de Fuentenebro, 1881, vol. III, pp.90-91. Citado por RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. La Universidad Salamantina del Barroco…  p. 441.

[27] Se hallan testimonios al respecto en el diario de Girolamo da Sommaia: “Succese in Scuola la mattina una gran mistia tra Extremenni, et Biscaini, i biscaini ne dettero” (3-XII-1603). Citado por RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. La Universidad Salamantina del Barroco…  p. 444.  Así mismo, el propio Rodríguez-San Pedro reproduce la declaración sobre una de estas peleas ante las oposiciones a la cátedra de Código en 1611, la cual que quedó plasmada en los libros de procesos de cátedras: “[…] yendo la nación de Extremadura […] se encontraron con la nación de Vizcaya en San Benito, llevando una nación y otra armas, y allí se acuchillaron y encontraron defendiendo cada uno a su nación”. En RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. “La nación de Vizcaya… pp.  56-60. El mismo historiador, junto con Ángel Weruaga, hace un interesante análisis de los vítores durante la Edad Moderna en RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique, y WERUAGA PRIETO, Ángel. Elogios Triunfales: origen  y significado de los vítores universitarios salmantinos (ss. XV-XVIII). Salamanca: Universidad Pontificia de Salamanca, 2011.

[28] KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad… p 29.

[29] Ibidem… pp.  295 y 298.

[30] Véase apéndice, nº 1 y 2. Para el curso 1584-85, el profesor Alejo Montes cifra en 6938 el número total de matriculados; Kagan 6633 (periodo 1585-1590), y Vidal y Díaz, 6778. Noemí Cubas, por su parte, realiza el recuento de los estudiantes manteístas y obtiene 6301 matrículas, mientras que nosotros contamos un total de 6603. En ALEJO MONTES, Francisco Javier. La Universidad de Salamanca… p.233. KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad… p. 293; TORREMOCHA HERNÁNDEZ, Margarita. “Los estudiantes, los estudios y los grados”. En Historia de la Universidad de Valladolid. Valladolid: Servicio de publicaciones de la Universidad de Valladolid, 1989, p. 90; VIDAL Y DÍAZ, Alejandro. Memoria histórica… p. 383; CUBAS MARTÍN, Noemí. “Procedencia geográfica de los estudiantes… p. 231.

[31] Según Kagan, los extremeños en Alcalá hacia mediados del siglo XVI representaban en torno al 1,4% de la matrícula, descendiendo al 0,5% a principios del siglo XVII. Cifras muy similares presenta el mismo historiador para los estudiantes de Extremadura en Valladolid: 1,2 % en 1570 y un descenso al 0,6% en 1620, cantidades exiguas si las comparamos con Salamanca. Hemos de decir que a la hora de establecer comparaciones con los datos de Kagan y Cubas no tendremos en cuenta los estudiantes de Nullius diocesis de la nación de Extremadura, dado que ambos los introducen bajo la misma denominación genérica sin tener en cuenta la adscripción a dicha nación. KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad… p. 285 y 29.

[32] Véase apéndice, figuras 1 y 4.

[33] KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad… p. 295 y 298. Para Salamanca, véase apéndice, nº 5.

[34] El análisis que proponemos de la nación de Extremadura dentro del Estudio salmantino se basa, como ya señalamos, en la información obtenida de los libros de matrículas del archivo de la Universidad de Salamanca. Para ello hemos tenido en cuenta los estudiantes manteístas del periodo 1574-1595 según calas decenales en los cursos 1574-75, 1584-85 y 1594-95, (Archivo de la Universidad de Salamanca. Libros de matrícula, AUSA 294, 302 y 308 respectivamente). Recordemos que parte de estos y otros fondos se hallan digitalizados en la dirección URL  <http://ausa.usal.es/ausa.html>.

[35] Por ese decreto Felipe II intenta cerrar las fronteras hispanas a la salida de universitarios hacia el exterior. En De los Estudios de las universidades y su reforma. Ley I. Prohibición de pasar los naturales de estos reynos a estudiar en Universidades fuera de ellos.” [online]. Novísima Recopilación de las leyes de España. Tomo IV, Libro VIII, Título IV, Ley I. Madrid: 1805, p. 21.  [Fecha de consulta, 20 julio 2012] Disponible en< http://books.google.es/books?id=N3BFAAAAcAAJ&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false>

[36] KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad… p. 225.

[37] RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES, Luis Enrique. “Universidad de la Monarquía Católica… p. 115-117; CUBAS MARTÍN, Noemí. “Procedencia geográfica de los estudiantes… pp. 231.

[38]Para el caso de Extremadura obtenemos los siguientes coeficientes. Curso 1574-75: 5,4% de duplicaciones. (de 407 individuos se descendería hasta los 385 estudiantes reales, es decir, los que verdaderamente pasaron por las aulas salmantinas durante ese curso y no los que figuran en el registro de matrículas (que contiene los duplicados). Curso 1584-85: 7,18% y 504 estudiantes reales sobre 543 matriculados. Curso 1594-95: 5,5%, pasando de 576 matriculados a 544 en cifras reales. Matrícula global del curso 1584-85: 6,22 % aplicable al total, que pasaría de 7308 matriculados a 6750 estudiantes reales. No obstante, en el análisis de cifras a lo largo del trabajo, no hemos tenido en cuenta las duplicaciones.

[39] Véase apéndice, figuras 1, 2 y 3.

[40] Véase apéndice, figura 4.

[41] Véase apéndice, figuras 4, 5, 6, 7, 8 y 9.

[42] CARABIAS TORRES, Ana María. “Salamanca, académica palanca… pp. 25 y ss; HERNÁNDEZ VICENTE, Severiano. “Juristas y estudiantes de derecho de la Universidad de Salamanca (siglos XVI-XVIII)”. En TORRIJANO, Eugenia, et alii (coords.) El derecho y los juristas en Salamanca (siglos XVI-XX): en memoria de Francisco Tomás y Valiente. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 2004, pp. 249-264.

[43] SAN PEDRO, Luis Enrique. “La nación de Vizcaya… p. 37.

[44] CODOÑER MERINO, Carmen. “Las humanidades en Latín”. En RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES, Luis Enrique, POLO RODRÍGUEZ, Juan Luis (coords.) Historia de la Universidad de Salamanca, vol. III.2 Saberes y confluencias. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 2006, pp. 747 y ss.

[45] Véase apéndice, figuras 10, 11, 12 y 13. Estos datos contrastan con el predominio que Rodríguez- San Pedro con datos de Alejo Montes da a Teología sobre Gramáticos y Artistas. RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES, Luis Enrique. “Universidad de la Monarquía Católica… p. 114

[46] CUBAS MARTÍN, Noemí. “Procedencia geográfica de los estudiantes… pp.232- 239.

[47] Véase apéndice, figura 10.

[48] Véase apéndice, figuras 14 Y 15.

[49] Véase apéndice, figuras 14 y 16

[50] Véase apéndice, figuras 14 y 17

[51] Véase apéndice, figuras 14 y 18

[52] RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. La Universidad Salamantina del Barroco…  p. 19; KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad… p. 223.

[53] RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. La Universidad Salmatina… p. 23.

[54] Según los estatutos de 1561, los matriculados en Gramática pagaban 3 maravedíes; los estudiantes ordinarios y graduados, 5 y 7 respectivamente, y los nobles, 17 maravedíes. En ESPERABÉ DE ARTEAGA, Enrique. Historia pragmática e interna de la Universidad de Salamanca. Salamanca, 1914. Tomo I, La Universidad de Salamanca y los Reyes, p. 311. Citado por KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad… pp.  234.

[55] Para ilustrar la protección de los estudiantes por parte de la Iglesia, valga de ejemplo: “Juan Mateos, natural de Plasençia, mozo de coro” Libro de matrículas. 1584-85. AUSA 302, fol. 146 r.

[56] RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. “Vida estudiantil cotidiana en la Salamanca de la Edad Moderna”. En Miscelánea Alfonso IX, 2001. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 2001, p. 74.

[57] Ibidem, p. 78. Véase también, del mismo autor, “Pupilajes, gobernaciones y casas de estudiantes en Salamanca (1590-1630).” En Studia Histórica. Historia Moderna, vol. I, nº 3. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 1983, pp. 185-210.

[58] KAGAN, Richard L. Universidad y sociedad… p.  236.

[59]Francisco Rodríguez, clérigo presbítero, bachiller teólogo, natural de Alburquerque, diócesis de Badajoz” Libro de matrículas. 1584-85. AUSA 302, fol. 103 r.

[60] CHAPARRO GÓMEZ, César. “Francisco Sánchez de las Brozas”. Personajes extremeños. Mérida: “HOY”. Diario de Extremadura CMESA, 1996, pp. 5 y 8.

[61] GONZÁLEZ, Tomás. Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVI. [online]. Madrid: Imprenta real, 1829, pp. 79-83, 197-198, 237-239, 353-358 y 363-364  [Fecha de consulta: 5 julio 2012]. Disponible en <http://bib.cervantesvirtual.com/historia/CarlosV/censo1.shtml> Somos conscientes de que el segundo de los recuentos no resulta demasiado fiable, pero dado que nuestra intención no es otra que la de aproximarnos al tamaño de los núcleos de forma referencial, hemos optado por utilizarlo de manera complementaria cuando no había datos en el “Libro de los millones”. También hemos excluido aquellos núcleos cuyo vecindario aparecía en cifras conjuntas a otros lugares.

[62] Véase apéndice, figura 19.

[63] Véase apéndice, figuras 21, 22 y 23

[64] Véase apéndice, figura 21

[65] Véase apéndice, figuras 20, 21.

[66] Ibidem.

[67] Idem.

[68] Idem.

[69] RODRÍGUEZ-SAN PEDRO, Luis Enrique. La Universidad Salamantina del Barroco…  p. 256 y ss.

[70] CADENAS Y VICENT, Vicente. “El empleo del don en los documentos hasta el siglo XVIII y su presunción de calificación nobiliaria”. [online] Hidalguía, nº 86, 1968, pp. 9-12. [Fecha de consulta 26 julio 2012]. Disponible en < http://books.google.es/books?id=R2BO2eKS1YoC&printsec=frontcover&dq=CUADERNOS

+DE+DOCTRINA+NOBILIARIA+3.+A%C3%B1o+1971&source=bl&ots=b7Z3wI2e7c&sig=9515uG93rRcHqjy275W3MCIluzk&hl=es&sa=X&ei=0dMrUNDoDI26hAeRkIC4BQ&ved=0CDQQ6AEwAA#v=onepage&q=CUADERNOS%20DE%20DOCTRINA%20NOBILIARIA%203.%20A%C3%B1o%201971&f=false>

[71] ALEMÁN ILLÁN, Anastasio. “La muerte en la sociedad murciana a finales del Antiguo Régimen: un estudio cuantitativo de testamentos”. [online] Contrastes. Revista de Historia Moderna. Universidad de Murcia, vol, 3-4, 1987-88. Murcia: Universida de Murcia, 1988, p. 14.[Fecha de consulta 26 julio 2012]. Disponible en < http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=112420>

[72] Véase apéndice, figura 24.

[73] Ibídem.

[74] “Don Pedro de Barahona, natural de Plasencia.” “Don Íñigo de Barahona, su hermano”. Libro de matrículas. 1584-85. AUSA 302, fol. 49 r; “Don Rodrigo de Llerena, natural de Llerena del maestrazgo de Santiago, digo don Rodrigo de Portillo, natural de Llerena, del maestrazgo de Santiago”. “Don Francisco de Ribero, su hermano, natural de Llerena, del maestrazgo de Santiago”. Libro de matrículas. 1584-85. AUSA 302, fol. 74 v; “Don Baltasar de Tobar, natural de Badajoz, gramático”. “Don Juan de Alvarado de Tobar, su hermano, natural de Badajoz, gramático”. Libro de matrículas. 1584-85. AUSA 302, fol. 121 v.

[75] MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo. “Extremadura, origen del nombre… pp. 82-85

[76] GONZÁLEZ, Tomás. “Provincia de Trujillo” y “”Corregimientos de Plasencia y Trujilo”. En Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVI. [online]. Madrid: Imprenta real, 1829, pp. 79-80 y 364. [Fecha de consulta: 5 julio 2012]. Disponible en <http://bib.cervantesvirtual.com/historia/CarlosV/censo1.shtml>

[77] MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo. “Extremadura, origen del nombre… pp. 87. Véase apéndice, figura nº 25.

[78] Véase apéndice, figuras nº 26 y 27.

[79] Véase apéndice, figura nº 25. Aunque figuran en el mapa, no hemos hallado datos de población en los censos consultados de La Cumbre, Orellana, Puerto de Santa Cruz, Retamosa y Villamesías, por lo que los excluiremos de nuestro cómputo.

[80] Véase apéndice, figura nº 28

[81] Ibidem.

[82] “Don Bernardino de Tapia, vecino e natural de Truxillo, diócesis de Plasencia”. “Don Luis de Paredes, natural de Truxillo, del dicho obispado”. Libro de matrículas. 1584-85. AUSA 302, fol. 175 v.

[83] MUÑOZ DE SAN PEDRO, Miguel. Crónicas Trujillanas del siglo XVI. Manuscritos de Diego y Alonso de Hinojosa, Juan de Chaves y Esteban de Tapia”. Cáceres: Biblioteca pública y Archivo Histórico de Cáceres, 1952.

[84] Ibidem, p. XXXI.

[85] Idem, p. XXXIII. No tenemos referencia de que Bernardino estudiase en Salamanca, por lo que posiblemente podría tratarse de algún otro pariente de su linaje debido, como dijimos, a su aparición conjunta en la matrícula.

[86] MUÑOZ DE SAN PEDRO, Miguel. “Un extremeño en la Corte de los Austrias (documentos inéditos sobre don Rodrigo de Calderón, el Conde Duque de Olivares y el Conde de Villamedina). Revista de Estudios Extremeños, vol. II, nº 4, 1946. Pp. 381

[87] “Descendencia de Alonso de Sotomayor y Chaves”. [online] En TORRES Y TAPIA, Alonso de. Crónica de la orden de Alcántara, Tomo II. Madrid: Imprenta de Gabriel Ramírez, 1763. p. 336. [Fecha de consulta 28 julio 2012]. Disponible en < https://play.google.com/books/reader?id=B9L9XTL575MC&printsec=frontcover&

output=reader&authuser=0&hl=es&pg=GBS.PP5> Una referencia similar la encontramos en TAMAYO VARGAS, Tomás. Diego García de Paredes. Relación breve de su tiempo. [online] Madrid, 1621, p. 140-141. [Fecha de consulta 28 julio 2012]. Disponible en <https://play.google.com/books/reader?id=bSANaSfbgOQC&

printsec=frontcover&output=reader&authuser=0&hl=es&pg=GBS.PP24>

[88] LÓPEZ DE HARO, Alonso. Nobiliario genealógico de los reyes y títulos de España. [online] Volumen 1. Madrid: Imprenta Real de Luis Sánchez, 1622, p. 418. [Fecha de consulta 28 julio 2012] Disponible en <https://play.google.com/books/reader?id=Vs0WAAAAQAAJ&printsec=frontcover&output=reader&authuser=0&hl=es&pg=GBS.PP5>

[89] MUÑOZ DE SAN PEDRO, Miguel. “Un extremeño en la Corte… pp. 383 y 380. Rodríguez Moñino se encargó, allá por los años 50, de realizar un catálogo sobre dicha documentación al cual no hemos tenido acceso. RODRÍGUEZ MOÑINO, Antonio. Catálogo de la colección Tapia y Paredes (memoriales al Consejo de Indias: 1626-1630). Descripción bibliográfica de de 430 rarísimos impresos y manuscritos. Madrid: Maestre, 1953.

[90] Agradecemos a la profesora Sánchez Rubio que nos facilitase este dato que ilustra las múltiples direcciones de los vínculos entre la Universidad de Salamanca y los lugares de origen de la nación de Extremadura. TESTÓN, Isabel y SÁNCHEZ RUBIO, Rocío. Aunque no hacía nada por mí, su sombra llegaba hasta acá. Solidaridades y redes relacionales en la familia castellana del siglo XVI: Los Espadero-Paredes de Extremadura. En BARBAZZA, M.C. y HEUSCH, C. Familles, pouvoirs, solidarités. Domaine méditerranéen et hispano-américan (XVe-XXe siècles). Universidad de Montpellier, 2002, pp.  35-64

Nov 232013
 

José Antonio Sánchez de la Calle.

1.- Introducción

En Plasencia y sus comarcas existe una larga historia relacionada con la tauromaquia, cuya primera referencia escrita de la que se tiene es una corrida de toros detectada en las Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio, en el llamado “Toro de Plasencia”, donde se narra lo acontecido en una corrida celebrada en la plaza mayor de la ciudad. Actualmente Hoy la ciudad es un núcleo cuya feria taurina es ampliamente conocida y su plaza de toros pasa por ser un coso de solera. Y la prueba de ello está en la gran cantidad de revistas que han acompañado y anunciado a lo largo de casi un siglo los eventos taurinos. Si en un principio las noticias estaban incardinadas en las publicaciones de las “Ferias y Fiestas”, poco a poco fueron tomando carta de naturaleza hasta el punto de que las informaciones sobre corridas, diestros, novilladas, y ganaderías acabaron teniendo un lugar de acogida propio. Sería prolijo ir enumerando las diferentes publicaciones en las que tenían cabida, desde finales del siglo XIX, datos sobre el arte taurino (periódico, revistas…); así como todas aquellas ediciones feriales en las que, como anexo, conformaban los programas de festejos de la ciudad. Pero como este capítulo se centra específicamente en la información taurina individualizada, tenemos que hablar de varias categorías: “Monitor Taurino”,  “Plaza de Toros de Plasencia”, “Club Taurino Placentino”, “Feria Taurina”, “Ferias y Fiestas en Plasencia” y “Por Verónicas”. Antes de que las publicaciones adquirieran una cierta periodicidad anual, tenemos constancia de la existencia de carteles anunciadores de los eventos taurinos, como el que conservamos de del 10 de junio de 1945, segunda corrida, donde se lidiaron siete toros de la ganadería de Benito Martín Terrones, de Salamanca. Uno de ellos, sería rejoneado por Álvaro Domecq; y los otros seis para Domingo Ortega, “Manolete” y “Dominguín”

 01b Toros 1945

2.- El Monitor Taurino.

            Esta revista se editó a lo largo de los años cincuenta, y estaba editada por la Peña Taurina de Plasencia, ubicada en la calle de Alejandro Matías, 15. El primer número salió en el año 1952, y siguió publicándose en sucesivos años hasta, al menos, 1960. Se elaboró en las imprentas de La Victoria y en Sanguino Sucesora. Uno de los patrocinadores más destacados fuer el Bar Restaurante “El Burladero”, situado en la calle Pizarro, número 3; y su principal valedor, Faustino Rovira. En la portada se especificaba que el proveedor, Fausto Rovira. En algunas de las portadas se especificaba claramente que este vecino, obsequiaba a sus asociados y simpatizantes con este ejemplar de forma gratuita. El tamaño osciló entre los 8 X 13 y los 14 X 18 cms.; y el número de páginas subió de las 24 de los primeros años, a las 40 a finales de la década. Por su parte, las portadas incluían dibujos que representaban cabezas de toro, diestros dando un pase, o motivos locales (como la casita en miniatura del parque de Los Pinos).

            Las secciones que integraban la revista incluía el “Saludo”, y “Desde el Burladero” (crónicas taurinas de varios años pasados), también denominada “¿Sabía usted que en los años…?”, donde se señalaban anécdotas relacionadas con el mundo de los toros desde 1882 hasta el año actual, y que se nutría de datos recopilados de los periódicos madrileños El Ruedo y Dígame. También incluía “La edad del toro” (diferentes denominaciones del toro dependiendo de los años); las “Corridas celebradas en Plasencia desde…”; los “Matadores de toros que sumaron mayor número de corridas en lo que iba de siglo”; y, como era lógico, el programa de las corridas de toros de la feria del año en cuestión, así como el Programa de Festejos (día a día). También la poesía tenía cabida, como “Negro y Blanco” y “Banderillas de fuego”. Y una serie de artículo de carácter taurino centrado en el peso de los toros (la equivalencia entre kilos y arrobas); las listas de toros famosos de Miura, y varias fotos, historia de algunos toreros (como “Angelete”,  “Frascuelo”, “Lagartijo”, “Joseito de Málaga y algunos diestros fallecidos en diferentes corridas. Las publicaciones contaban con numerosa publicidad. [1]

02 Monitor Taurino 1954  04 Monitor Taurino 1960

03 Toros 1953

 Cada ejemplar, correspondiente al año en cuestión, incluía artículos (breves en general), relacionados con el mundo taurino, como “¿Sabía usted que en los años…?”, donde se señalan anécdotas relacionadas con el mundo de los toros desde 1882 hasta 1953, a base de datos recopilados de los periódicos madrileños El Ruedo y Dígame. Otras aportaciones estaban relacionadas con la edad del toro, (diferentes denominaciones del morlaco dependiendo de los años). Uno de los textos que cada temporada solía incluirse eran las corridas celebradas en nuestra ciudad desde 1900 hasta el año de publicación; así como los matadores que sumaron mayor número de corridas en lo que iba de siglo; el programa de las corridas de toros de la feria de cada edición (día a día); el programa de festejos; y un apartado que recogía noticias “De interés para el aficionado” y “Astillas de El Burladero” (con diferentes anécdotas histórico taurinas). Y en la misma línea los “Sucesos relacionados con el mundo de los toros” (años 1747, 1800, 1831, 1849, 1865, 1868, 1872, 1896, 1901, 1906, 1908, 1920, 1923, 1925, 1927, 1931, 1945, 1950, 1957, 1958, 1959 y 1960). Las biografías de algunos diestros destacados ocupaban un lugar de honor, y en esta revista se ofrecen interesantes datos de los tres “Pepetes”, “Angelete”, “Frascuelo”, “Lagartijo” y “Joseito de Málaga”. También la poesía tenía un hueco, como las composiciones tituladas “Negro y Blanco”, “Banderillas de fuego”. La revista incluía siempre diferentes fotos y numerosa publicidad que sufragaba la publicación. Entre los autores sobresale el propio Fausto Rovira, y “Rara Avis in Temis”.

 

3.- Plaza de Toros de Plasencia

             Otra revista con nombre propio fue la de Plaza de Toros de Plasencia, que tuvo una larga historia, entre finales de los años cincuenta hasta principios de los ochenta. A lo largo de estas dos décadas los talleres que se encargaron de su impresión fueron, en primer lugar, “La Victoria” hasta mediados de los setenta. Posteriormente aparecen otras como “Madrid, Taurógrafos” o las Industrias Gráficas Visedo, de Salamanca. Algunas ediciones recogían el Programa Oficial de Festejos organizados por la Comisión de Ferias y Fiestas del Excmo. Ayuntamiento, como las de los años 1963 y 1964. Otras, por el contrario, arrancaban de la iniciativa particular, donde la publicidad jugaba un papel determinante, fundamentalmente de bares, comercios y demás negocios, cuyos propietarios se encargaban de sufragar la edición. En la revista de 1968 los anunciantes especificaban en el Editorial que se agradecía a los colaboradores y anunciantes “…su continuado favor que nos sirve de estímulo para seguir confeccionando este folleto que lleva en sí la ilusión de aportar a nuestra modesta, pero entusiasta colaboración y dar más realce a nuestra ya importante Feria de junio”. [2]El ejemplar de 1966 corría a cargo del Club Taurino Placentino, aunque esta asociación tendría sus momentos de gloria en décadas posteriores. El número de páginas era muy variado, y oscilaba entre las 12 y las 84, con una tendencia creciente. Y lo mismo puede decirse del tamaño, cuya variedad fue marcada (12 X 18; 13 X 20; 16 X 18; 17 X 20; 18 X 25; y 14 X 29 cms.). Por último, las portadas son mayoritariamente dibujos, tanto a uno como a varios colores, y representan toreros faenando, picadores y majos y majas vestidas a la antigua usanza; cabezas de un toro (muy recurrentes); toreros brindando a la afición; toreros y alguaciles en el “paseíllo”; o toros saliendo de los chiqueros o arremetiendo contra caballos. Aunque también hay casos en que aparecen fotografías (monocolor, como el caso de 1966) en el que se representa a un torero rezando ante el altar. Entre los autores que dibujaban las portadas están Scarpi, Marti-Font, y Antonio Casero.

            Entre los apartados que todas las publicaciones incluían estaba el programa taurino de la feria de cada día; la presentación de los diestros (incluidas fotografías de los mismos); el historial de las ganaderías; y los precios de las localidades. A medida que transcurrían los años, sobre toda en los setenta, se hizo patente la costumbre de abrir las revistas con un Editorial; así como el Pregón de Ferias. Entre las aportaciones de los diferentes interesados en el mundo taurino sobresalen las poesías, como la “Caída” y “Bronca”, de Antonio Ximeno; “Cogida y muerte de Joselito”, de Ramón de Garcilaso; “El Encierro”, “El Tentadero” y “Fandangos camperos”, de Juan Pablo Domecq; “Romance de Toro Bravo” y “Tercio de Quites”, de Manuel Martínez Remis; “Olivos y toros”, de Ángel de la Vega”; y “El Viti”, “Si yo fuese torero” y “El toro cinqueño”, de Rafael Duyos. También el reglamento taurino tiene cabida, como queda de manifiesto en artículos como “Conozca Usted el Reglamento Taurino”; “No caben trampas en el toreo”, de Francisco Ramos de Castro; “El Peón de Confianza”, de Antonio Casero; “La suerte de varas”, de Rafael Moreno; “El peón de brega”, de M. Martínez Remis; “El mozo de espada” y “Banderilleros”, de José María Requena; “Cargar la suerte”, de Guillermo Sureda; o “El cebado del utrero”, de Juan Sagarma Bernardos.

 

05b Toros 1964                              07 Toros 1978

 

08b Toros 1979    06b Toros 1966

            Y, cómo, la historia, el pasado, los momentos de oro del toreo en gloriosas corridas del pasado; famosos toreos que dejaron huella con su arte; anécdotas que arropan este complejo mundo de entendidos. Así, destacan artículos de carácter histórico como “Los toreros portugueses en España”, de Saraiva Lima; “Así era ayer…” (cartel de la corrida del 10 de junio de 1909); el “Torero de los años 50” (Chicuelo), de Manolo Castañeta; “Los toristas y los toreistas”, de Antonio García-Ramos Vázquez; “Verónicas y medias verónicas en el recuerdo” e “Ir y venir de la torería andante”, de Mariano Tudela; “A los hombres que dejaron su miedo y su valor por esas plazas de Dios”, de Pedro Flores Guevara; “Plasencia, ciudad de gran tradición taurina”, de D. Gonzalo; o “Matadores, novilleros y rejoneadores que ocuparon los diez primeros puestos en cuanto al número de actuaciones en 1979”, y Don Andrés Godoy, acaudalado personaje, natural de Plasencia, fue un caballista y un valiente estoqueador de toros, de Don Gonzalo. En el apartado de los cuentos juega un papel destacado la sección titulada “Cuentos del Viejo Mayoral”, que incluye textos como “Gestos del Torero”, “El espontáneo recalcitrante”, “Sánchez Mejías triunfa en la corrida patriótica” o “Lagartijo, preside el entierro de Frascuelo”, de Luis Fernández Salcedo. Las anécdotas, por su parte, centran su aportación en el apartado “Anécdotas taurinas”, que recogen una variedad de temas relacionados con diestros, banderilleros, mozos, caballistas y cogidas. Sería demasiado prolijo ir detallando, década por década las características de formato, secciones, portadas y páginas. Por eso, y en aras de conseguir un texto más fluido, los interesados que quieran ver el contenido de cada uno de los ejemplares que conservamos del medio siglo que va desde 1960 hasta nuestros días, pueden verlo en la nota adjunta [3]

4.- Por Verónicas. Portavoz de la Peña Taurina Juan Mora

De la afición que existe en Plasencia y su comarca por las cosas de los toros de fe los muchos toreros jóvenes que han intentado ser matadores, y de los cuales uno ha llegado a figura del toreo, Juan Mora. Este matador, (Juan José Gutiérrez Mora), nació en Plasencia en 1963, y es hijo del novillero “El Mirabeleño”. Debutó con picadores en su ciudad natal en abril de 1977, e hizo su presentación en Madrid en 1979. Tomó la alternativa en Sevilla el 3 de abril de 1983, a los 20 años, acompañado de Manuel Vázquez y Curro Romero. Y la confirmó en Las Ventas el 24 de junio de 1984. Salió en hombros en Las Ventas en septiembre de 1994 y 1995. Su último triunfo en Las Ventas fue en el tercer festejo de la Feria de Otoño de 2010, el 2 de octubre. Recibió una cornada muy grave en el muslo derecho en Jaén en octubre de 2001.

09 Toros 2000 Por Verónicas

 

            Teniendo en cuenta la gran afición taurina existente en Plasencia, y la admiración que el torero placentino despierta en España, es natural que sus seguidores fundaran la Peña Juan Mora, con sede en el Bar Danubio, en la Plaza Mayor. La publicación ha tenido dos momentos claramente delimitados. El primero abarca los años 1990 y 1991, donde salieron tres números, el primer de los cuales vio la luz en mayo de 1990, y los otros dos en noviembre del mismo año y en diciembre del siguiente. El número de páginas oscilaba entre las 24 y las 32, y el tamaño era de 21 X 30 cms. Tras una laguna de ocho años, la publicación volvió a salir en 1999 hasta 2003, con el mismo formato y 18 páginas (excepto el número 8, que sólo tenía 14). Las cubiertas eran a todo color y presentaban un papel de buena calidad. En las portadas aparecía el diestro toreando, sacado a hombros y posando.

   10 Por Verónicas, 2003                11 Toros 2001 Por Verónicas

 

          El contenido durante la primera época (1990-1991) incluía el Sumario y el Editorial, una entrevista al torero, y la relación de corridas durante todo el año en las que participaba. También la poesía tenía cabida, a través de las composiciones de Sixto Martín Rodríguez (“Brindis” y “Día de Corpus en Toledo”). Los cuentos, por su parte, estaban representados por Faustino Rozalén y José Ayala Carranza. Otro apartado importante era el de las “Colaboraciones”, donde tenían cabida artículos de David (“Lo que cambian los tiempos”); de José A. Martínez (“Crece para adentro”); Román Gómez Guillén (“La catedral de Plasencia y la fiesta nacional”); y F. Rozalén (“Hablando con Marisa Martín”). Otra sección importante estaba representada por “En el recuerdo”, que acogía diferentes resúmenes de prensa taurina de la prensa nacional, como El Mundo, El Adelanto, Hoy, Extremadura, El País, Aragón Express, Pueblo, Diario 16, Aplauso, Seminario Taurino, Astenagusia, Diario de Navarra, El Correo Español, y el Pueblo Vasco. También se incluían algunas crónicas sobre actuaciones del diestro en Talavera de la Reina; y datos sobre la biografía de J. Mora y su padre José Gutiérrez Izquierdo (Pepe Mirabeleño), escrito por Germán Rubio Fandiño. En las páginas centrales solían insertarse fotos del diestro de gran tamaño, tipo poster.

            En 1999, tras ocho años sin publicarse, salió de nuevo la revista, con unos contenidos similares a los de la primera época: Sumario y la Introducción, de la que casi siempre se ocupaba el entonces presidente de la Peña Florencio Nuevo Sánchez. Se retomó la sección en la que se recogía la información sobre el torero en la prensa nacional, y se exponen datos extraídos de El País, El Heraldo de Aragón, 6 Toros, El Mundo, etc. Y las “Crónicas” de diferentes localidades, como las fiestas de San Isidro en Madrid, Colmenar Viejo, Ciudad Real, Guadalajara y Valladolid. Posteriormente surgió otra sección que recogía las actuaciones de Mora en Francia, Arlés concretamente, de cuya redacción se encargaba Max Tricard a través de sus artículos titulados “Carta abierta a J. Mora dese Arlés”, o “Arte y suspiros en Francia”.  También tiene un mayor protagonismo el apartado donde se recogen diferentes instantánea sobre el torero, faenando, con sus amigos y sus familiares.

Los artículos también tienen cabida en esta segunda época, como los de Diego García de la Peña (“La evolución del toro bravo”), E. Álvarez (“La catedral de Plasencia y la fiesta nacional”), Ángel F. Carrero (“Historia de la fiesta taurina en Plasencia”), Luciano Nuevo Sánchez (“El riesgo”), Vidal Antonio Herrero, Antonio Jover Sanz, José Luis Gutiérrez Valentín y Eugenio Hornero Álvarez. Otros escritores se centran en la figura del diestro placentino, como el caso de Fernando Rubio y Emilio Alvés Bernat (biografía); Vidal Herrero Zapatero (sobre el estilo y la técnica de toreo); y Francisco González Moreno (sobre la historia de la Peña).

Otros apartados que fueron cobrando importancia con el paso de los años fueron los que recogían el “Congreso de Ciudades Taurinas”, reseñado especialmente por Félix Macías Mateos; el “Aniversario de la Peña Juan Mora”, cuyo responsable era Francisco González Moreno; la “Crónica de Gijón”, de Julio Cayo; los “Viajes de la Peña”, que se realizaban cada año y el reportaje, con las fotografías pertinentes, se incluían en la revista siguiente; y la sección dedicada a la muerte de algunos toreros, realizada por Ángel F. Carrero Barril, Emilio Alves Bernat (“Ceniza eres”), y Teodoro Vallinoto. Por último, merece citarse algunas poesías, como las de Diego García de la Peña (“Tentador de machos”); o los comentarios sobre el reglamento taurino de Juan José Rodríguez Martín. La revista contaba con el apoyo económico de la Caja de Extremadura.

 

5.- Otras revistas taurinas (Ferias y Fiestas en Plasencia, Club Taurino Placentino,  Plasencia, Feria y Fiestas y Feria Taurina).

 

En este grupo se incluyen denominaciones un tanto heterogéneas, como “Plasencia. Feria y Fiestas”; y “Ferias y Fiestas en Plasencia 1958. Programa de las corridas de Toros”. Aquí tienen cabida las del Ayuntamiento de Plasencia, la Caja de Ahorros de Plasencia. Se trata de títulos que aparecían cada cierto tiempo, como lo demuestra que los años de publicación son aleatorios, como 1958, 1982, 1996, 1997, 2003 o 2004. Las imprentas de estas ediciones fueron “La Victoria”, Imprenta “Gabriel y Galán”,  Publicidad Grupo CM 10, S. L., e Impresión en Ingrafi S. A. (Talavera de la Reina). Hay una tendencia según la cual a medida que nos adentramos en la primera década del siglo XXI desaparece la reseña de los talleres en los que se elaboraron. Tal vez la fuerte competencia que existía entre las imprentas de la ciudad, inducía a obviar el nombre en el caso de las autoridades municipales o de la entidad financiera. El número de páginas oscila entre las revistas “oficiales” y las particulares. En general, estas últimas se caracterizan por presentar un reducido número, que van de las 12 a las 20; incluso en alguna ocasión se llega hasta las 48, determinadas por la gran cantidad de publicidad que se incluye en las mismas. Es el caso de el Hotel El Azar o el Bar Goya.  Por el contrario, las financiadas por el ayuntamiento o por la Caja de ahorros pasan de las cincuenta. El tamaño, por su parte, presentan las siguientes medidas: 11,5 X 20; 11,5 X 24,5; 12,5 X 20,5; 14,5 X 21, y  15,5 X 22 cms. Las portadas incluían dibujos en blanco y negro de cuatro jóvenes en la plaza de toros vestidos con trajes de majos; una flor-revolandera donde se ven varias fotos del Ayuntamiento, la Plaza de Toros y una miniatura sobre los toros; dibujos y fotos de toreros dando pases; diestros paseando por el ruedo; y matadores frente al toro.

12 Plaza Toros Plasencia 19..

13 Ferias y Fiestas 1982

15 Ayuntamiento 2003

 

Durante los primeros tiempos (años cincuenta y sesenta), el contenido de estas revistas incluía, por supuesto, una breve biografía de los toreros que actuaban en cada edición. En el caso de 1958, fueron Antonio Ordóñez, Gregorio Sánchez, Antonio Borrero Chamaco”, José Gómez Cabañero, Manuel Blázquez y Antonio González; así como diferentes comentarios sobre la ganadería de la que procedían los animales que iban a ser lidiados. . Asimismo, se insertaba el precio de las entradas a los espectáculos taurinos. En las páginas centrales había un estadillo para que cada espectador hiciera la reseña de cada espada, capote, varas, banderillas, muleta, estoque y resultado final. También se hacía referencia a diferentes artículos del Reglamento Taurino; textos extraídos de otras publicaciones, como El Ruedo; curiosidades sobre alguna corrida que marcó algún hito en el pasado; y alguna poesía taurina [4]

16 Feria y Fiestas 2004

 

Especial importancia tuvo la publicación de 1982 que, bajo el nombre de “Plasencia. Feria y Fiestas 1982 del 6 al 10 de junio”, estaba dedicada al I Centenario de la Plaza de Toros de Plasencia. Fue publicada por la Caja de Ahorros de Plasencia, medía 15,5 X 22 cms. y tenía 56 págs. Tras la portada, la primera página tenía por título “Plaza de Toros de Plasencia. Breve historia de un centenario, 1882-1982”. El contenido incluía un Prólogo titulado “1882-1982, un siglo, cien años cumple nuestro coso taurino”. Seguido a la “Historia de la fiesta de toros en Plasencia”,  con una variedad de temas que tocan la fiesta de toros en la Plaza Mayor; las rogativas pidiendo agua; los toros de la Virgen del Puerto y de las Ánimas; la muerte del rey Fernando VI y coronación de Carlos III; la destacadas fiestas de toros, músicas, danzas y fuegos de artificio promovidas por el obispo Dodon José Laso; los lances taurinos celebrados en La Isla; y las celebraciones por la proclamación del rey Carlos IV). Este amplio artículo está firmado por Manuel Díaz López. Al que le sigue otro titulado “Historia de la Plaza de Toros actual y crónica de la primera corrida” y “Relación de las corridas de los 100 años”, por Manuel Muñoz Palomino. Por su parte, Domingo Arroyo, es el autor de “Efemérides y anecdotario”. Y la aportación final, “Reseña de una gran corrida de toros en las ferias de junio de 1933”, es de “Burelito”.

 

Durante los años noventa y principios del siglo XX se repiten los modelos de las décadas anteriores: programa taurino día por día, los toreros y rejoneadores que intervienen (con las fotos respectivas) y algunos datos sobre su currículo y la ganadería de los animales lidiados. A partir del año 2003 la revista, financiada por la Consejería de Festejos del Ayuntamiento, aporta un nuevo empuje al contenido, con datos sobre el capote, el picador, las lesiones producidas por la suerte de varas y la clasificación de las zonas anatómicas afectadas por puyazos. También se ocupa de la pirámide de la puya, el tercio de banderillas, la muleta, el tercio de la muerte, el toro según la cornamenta, y las “señales” de orejas. No faltan los artículos sobre el tema, como “Toros en Plasencia”, de  Lorenzo Robado Martínez. Y, teniendo en cuenta que en esta época ya se había producido el cambio de localización del recinto ferial, la relación de actividades de feria, la programación festiva, el plano del recinto ferial y las recomendaciones para la llegada con vehículos al mismo, algo que, en sucesivas ediciones, se mantendrá. [5]

El Club Taurino Placentino es una asociación cultural, educativa y social cuyos objetivos son educativos y sociales, con el ánimo de difundir y disfrutar del toro de lidia, de su cultura y de su arte. En la actualidad (año 2012), el responsable es Emilio Sánchez Barrado y el local social se ubica en la calle Pizarro, 3, constando como la número 10 en el Registro de Asociaciones, y el teléfono 927423542. En los años noventa tenían su sede social en la Plaza de Santa Clara, 10, 1º, y la correspondencia se recogía en el apartado de Correos 356, el teléfono era el 927426056, contaba con unos 300 socios. En la citada década el Presidente era Carlos Sánchez-Ocaña Silos; el Vicepresidente y Secretario, Félix Pérez Ayala; el Tesorero, Ángel Hernández López; y los Vocales, José Luis Benavente García, Constancio Alonso Puertas, Emiliano Sánchez Calle y Pedro Llorente Breña. En el año 2002 la Junta estaba compuesta así: Presidente, Félix Pérez Ayala (dese 1999), el Vicepresidente y Secretario, José María Berrocoso Ginés; el Tesorero, Emiliano Sánchez Calle, y los Vocales, Santiago Sánchez Rodríguez, Félix Rodríguez Cuadrado, Carlos de Pedro Calle, Juan Pérez Domínguez y Marcelino González Rejo.

 17b Semana Taurina XII-XIII-1992-1993b

18b Semana Taurina XIX-XX-1999-2000

19b Semana Taurina XXI-XXII-2001-2002

            La revista que se editaba cada año con motivo de las corridas de toros que se celebraban en las ferias pertinentes tiene su origen en 1980. A partir de aquí ha visto la luz una o varias publicaciones en cada edición. Durante los primeros años de vida del Club, se imprimían en forma de tríptico, un folio de 12 X 20 cms. doblado en tres partes, impresa por los talleres “Gabriel y Galán” y financiada por la Caja de Ahorros de Plasencia. En la portada aparecían dibujos a plumilla con temas taurinos (coso, paseíllo, pases…). El contenido incluía el cartel de toros cada uno de los días, junto con el historial de las Ganaderías, y el personal de la Cuadrilla en la feria (picadores, banderilleros y auxiliadores). Por último, se hacía una breve biografía de los diferentes diestros que actuaban en las corridas de ese año.

Entre las actividades del Club destaca la celebración, a principios de cada año, de su Semana Cultural. Además, durante la Feria, a principios de junio preparan una caseta para la diversión de los socios; a la vez que viajan a buena parte de las capitales de provincia españolas para contemplar las corridas de toros. En 1996, recibieron el premio “Cossío” de la Real Federación Taurina de España. El objetivo de las jornadas culturales, organizadas por el Club es que todos aquellos que están interesados en el mundo de los toros se reúnan durante unos días para charlar y tener la oportunidad de tomar el pulso a la fiesta de la mano de sus principales protagonistas. A su Semana Cultural, en los últimos quince años han asistido profesionales del toro como: Antonio D. Olano, José Gan, el Conde de la Maza, Luis Espada, Ruiz Miguel, Paco Aguado, Carlos Ruiz Villasuso, Víctor Mendes, Luis Miguel Encabo, Víctor Berrocoso Ginés, Adolfo Rodríguez Montesinos, y José Luis Castro Jáñez, entre otros.

  Durante los años noventa las revistas homogeneizaron su tamaño en 14 X 23 cms., y 4 páginas con portadas en color con lances taurinos, plantel de diestros, toros en diferente actitud, fotos y pinturas de diestros y animales, brindis, etc. La imprenta siguió siendo la de “Gabriel y Galán”, aunque posteriormente desapareció la reseña de los talleres impresores. A medida que fueron transcurriendo los años y las “Semanas” se fueron institucionalizando, contaron con la ayuda económica del Ayuntamiento, la Caja de Ahorros y la Diputación Provincial. Las actividades se desarrollaban en el Aula Cultural de la Caja de Ahorros; si bien posteriormente se trasladaron al Hotel Alfonso VIII. Las secciones incluían un saludo, una poesía (como “El tentadero”, de Juan Pedro de Domecq, “El Duende y Sevilla” (a Curro Romero), de Juan de Dios Parejo-Obregón, o “A Sánchez Mejías”, de T. Sánchez-Gil Serrano); el programa de actos; la composición de la Junta directiva, y la convocatoria de la cena anual. Algunas revistas acogían incluían como “Los toros y sus ritos”, “Paseíllo”, o “Fiel a sus principios”.

20 XXX Semana Cultural Placentina-2010

El diestro catalán Serafín Marín y el trabajo de los mayorales y picadores fueron los protagonistas de la XXXI edición de la Semana Cultural Taurina de Plasencia, que se desarrolló como en las últimas ediciones durante cuatro viernes entre el 25 de febrero y el 18 de marzo. La edición de este año de la Semana Cultural Taurina de Plasencia incluyó cuatro conferencias que se impartieron a partir de las ocho de la tarde en el Hotel Alfonso VIII de la capital del Jerte. Así, el ciclo se inició el viernes, día 25 de febrero, con una conferencia titulada “Encaste en peligro de extinción”, impartida por el veterinario, ganadero y ex responsable del programa radiofónico “Clarín” de Radio Nacional de España, Adolfo Rodríguez Montesinos. El ciclo continuó el 4 de marzo con la charla “Mayoral, presión legendaria”, en la que participaron el director de la Asociación Nacional de Mayorales, José Luis Castro, y mayorales de varias ganaderías prestigiosas. Este día se proyectó un documental sobre la profesión de mayoral, tras el cual se realizó una mesa redonda con debate moderado por el presidente del Club Taurino Placentino, Emilio Sánchez Barrado. El 11 de marzo fue el turno de los picadores, con la conferencia “os Prieto, dos generaciones de picadores placentinos”. Cerró la semana, el día 18, el matador de toros catalán Serafín Marín, quien habló sobre el momento actual de la fiesta.

21 XX Semana Cultural Placentina-2000

22 Directiva Semana Cultural Taurina

El 17 y 24 de febrero, y el 2 y 9 de marzo tuvieron lugar la última Semana Cultural Taurina de Plasencia, la XXXII. Finalizó con la conferencia del cronista Antonio Castañares sobre la evolución del toreo a través de la fotografía.  Al término de la charla se celebró una cena de gala en la que el Club entregó los Premios ‘E’ de Excelente 2012 para reconocer a medios de comunicación, entidades o personas su contribución en favor de la fiesta. La semana de este año tuvo sabor portugués con la participación la rejoneadora Ana Rita y de los Forçados de Arronches. También recibieron sus reconocimientos, el diario Hoy, los ganaderos José Escolar, Santiago Bueso y Gabriel Hernández, de los Bayones, además del director de este portal, Antonio Castañares. [6]

6.- Conclusiones

La existencia de tan variada producción de publicaciones relacionadas con el toro en la ciudad del Jerte está relacionada con la importante tradición taurina, que se remonta a la Edad Media, cuando se recoge en las Cantigas de Alfonso X el milagro del toro sucedido en la Plaza Mayor. Posteriormente,  en la costumbre de lidiar toros en el centro urbano durante la época renacentista, recogida por el historiador Jesús Manuel López Martín[7]; o en las numerosas referencias que se recogen en las Actas de Sesiones Municipales durante los siglos XVIII y XX. Ese gusto por el toreo recibió un destacado impulso con la inauguración de la plaza de toros en el año 1882, lo que potenció la atracción que la ciudad ejercía ya sobre las comarcas del Norte de Extremadura en los ámbitos económicos, culturales, educativos y administrativos. Esta afición se plasmó en la presencia de las primeras figuras del arte de cuchares, como se detecta en las variadas revistas trabajadas a lo largo del siglo XX y primera década del XXI. Por el coso placentino pasaron diestros como Pepe-Luis Vázquez, Manuel, “Angelote”, Domingo Ortega, “Manolete”,  “Dominguín”, Antonio Ordóñez, “Chamaco”,Dominguín, Curro Romero, Paco Camino, “El Cordobés”, Palomo Linares, “El Vita”, Taquirari, los Peralta, Curro Rivera, Dámaso González, Palomo Linares, José Mari Manzanares, Campusano, José Ortega Cano,  “Espartaco”, Dámaso González, “Yayo”, Julio Aparicio, El Cordobés, Joselito y Juan Mora, entre otros. También merecen citarse algunos rejoneadores como Álvaro Domecq; o los animales que aportaron ganaderías como las de  Fermín Bohórquez y Esteban Hernández Pla, “Cerro alto” o, Eduardo Miura.

            La estrecha relación existente entre la celebración de las corridas y las Ferias y Fiestas de la ciudad, determina que las revistas se publicaran en junio), aunque algunas lo fueron en mayo (que era cuando tenían lugar las ferias hasta el primer tercio del siglo XX); o en octubre (en que se durante algunos años se conmemoraba una pequeña feria relacionada con la Hispanidad).

            La gran afición taurina en Plasencia ha favorecido la implicación desde los sectores públicos y los privados en la edición de estas publicaciones. Entre los primeros destaca el Ayuntamiento de la ciudad, la Diputación Provincial de Cáceres, y la Junta de Extremadura. Entre los segundos, destacan algunas entidades financieras como  la antigua Caja de Ahorros de Plasencia (actual Caja de Extremadura), o Caja Duero; además de diferentes peñas taurinas, como la “Peña Taurina Placentina”, el “Club Taurino Placentino” y la “Peña Juan Mora de Plasencia”, respaldadas en El Monitor Taurino, patrocinada la primera por el Bar “El Burladero”; y la tercera publicitada por la revista Por Verónicas, con sede en el Bar “Danubio”. La fama de estos eventos taurinos era tal que, en algunos casos, la publicidad era sufragada por negocios ubicados fuera de la ciudad, como el caso del Hotel-Restaurante “Madrid-Lisboa”, en Trujillo (revista Plaza de Toros).

            La gran proyección de este tipo de revistas se ha traducido en unas portadas originales, que pasaron de los dibujos y fotografías figurativas en blanco y negro, al color con diseños y composiciones fotográficas de gran colorido y un toque de abstracción, pero que siempre reflejan la idiosincrasia y el sentir de esta zona norte extremeña con tradición secular. Además, el contenido de estas publicaciones se ha caracterizado por contar con firmas de primer orden en el ámbito local, regional y nacional, responsables de popularizar y difundir los diferentes apartados del ritual taurino.

            Hoy, cuando en algunas zonas de la Península Ibérica se prohíbe la práctica de este arte (por influencia de teorías defensoras de los animales), parece que en Plasencia y el norte de nuestra región, su continuidad está asegurada.

 

 

 


[1] Las revistas que han sido trabajadas han sido localizadas en el archivo de la Biblioteca Pública de Cáceres, con la reseña BPCC: FR/1724Monitor Taurino. Peña Taurina de Plasencia. 1953: Imprenta “La Victoria”8 X 13 cms. 24 págs., Portada con una foto  en la parte inferior derecha que representa la casita en miniatura del parque de “Los Pinos”. En la izquierda, una franca vertical con los colores nacionales enmarcando un dibujo con una escena taurina. En la portada se especificaba que el proveedor, Fausto Rovira, obsequiaba a sus asociados y simpatizantes con un segundo “Monitor Taurino”, de donde se colige que debió haber antes otro librito similar (¿1952?) editado por la Peña (situada en Alejandro Matías, 15). El contenido se reparte entre artículos como “¿Sabía usted que en los años…?”, donde se señalan anécdotas relacionadas con el mundo de los toros desde 1882 hasta 1953 (datos recopilados de los periódicos madrileños El Ruedo y Dígame. También incluía “La edad del toro”(diferentes denominaciones del toro dependiendo de los años); las “Corridas celebradas en Plasencia desde 1920 hasta 1952); “Matadores de toros que sumaron mayor número de corridas en lo que iba de siglo; el programa de las corridas de toros de la feria de 1953 (día a día); el Programa de Festejos de 1953; el artículo titulado “De interés para el aficionado: el peso de los toros”(la equivalencia entre kilos y arrobas); y varias fotos y numerosa publicidad.

                Monitor Taurino. Peña Taurina de Plasencia. 1954: Faustino Rovira obsequia a sus asociados y simpatizantes, con un tercer Monitor Taurino (luego el primero debió salir en 1952). Imprenta Sanguino Sucesora, 24 págs., 8,5 X 13,5 cms. Portada con el dibujo de la cabeza de un toro. Los datos que se publican en esta pequeña agenda, se especifica, han sido recogidos de periódicos y revistas taurinas. Se incluye la poesía “Negro y Blanco”. Y “¿Sabe Usted que en los años…?” (noticias sobre toros). Condiciones del buen aficionado. “Recorte y reboleras: lista de toros famosos de Miura”. Corridas celebradas en Plasencia desde 1900 al 1920”. “De pitón a pitón” (tres Pepetes muertos de tres corridas). Se incluye una foto del interior del Bar de la Peña Taurina Placentina, en la calle Alejandro Matías, 15. “Banderillas de fuego” (con poesía incluida). En páginas centrales aparece el programa de festejos de la feria. “Taurinas de la Peña” (corridas por ciudades desde julio hasta junio del siguiente año). “Corte y recorte” (historia de “Angelete”).

Monitor Taurino. Año 1960. 40 págs., 13,5 X 18 cms. Bar Restaurante “El Burladero”. Imprenta La Victoria. Portada con un dibujado que representaba a un torero dando un pase. La revista estaba patrocinada por el Bar Restaurante “El Burladero”, situado en la calle Pizarro, número 3, y era un obsequio de Fausto Rovira. se abría con un “Saludo: Pasen… Señores… pasen”, por F. Rovira. Y seguía con “Desde el Burladero” (crónicas taurinas de varios años pasados), por Rara Avis in Temis; “Astillas de El Burladero” (anécdotas histórico taurinas), por Rovira. En este apartado se reseñaban sucesos relacionados con el mundo de los toros en los años 1747, 1800, 1831, 1849, 1865, 1868, 1872, 1896, 1901, 1906, 1908, 1920, 1923, 19251927, 1931, 1945, 1950, 1957, 1958, 1959 y 1960. El propio autor especificaba que en 1960 hacía cinco años que se había abierto el bar “Burladero”, y que desde entonces se publicaba cada año este “Monitor”. Le seguía el Programa de Festejos de las Ferias de Plasencia; y “Capote de Paseo”, un artículo sobre las plazas de toros en España, y datos sobre toreros como “Frascuelo”, “Lagartijo” y “Joseito de Málaga”, así como la revista de Toros “La Lidia”. Por último en “Banderillas, Estocadas y Puntillas” se aportaban datos sobre tomas de alternativas entre familiares, retrasmisiones por televisión, y algún nombre de toros con los que se doctoraron famosos matadores. Plasencia, 1960, 20 p. 14 cms.

[2] Véase en Plaza de Toros de Plasencia. 1968,  págs. 3. 

[3] Plaza de Toros de Plasencia, 1959. La Victoria, 12 págs., 24,5 x 18 cms. Portada con un dibujo que representa toreros, picadores y majos y majas vestidas a la antigua usanza sobre un fondo de una plaza de toros. La revista incluye el Programa Taurino de la Feria; la presentación de los diestros: Luis M. Dominguín, Curro Romero y Miguel Mateo “Miguelín”. Y los siguientes artículos: “Los toreros portugueses en España”, por Saraiva Lima. La poesía titulada “Caída”, de Antonio Ximeno. “Historia de la ganadería Sierra Grande-Señores Molero Hernández”. “Conozca Usted el Reglamento Taurino”. “¿Sabía Usted…?” (anecdotario taurino). “Faenas camperas”. Y los precios de la novillada y la corrida. BPCC:FR/2211.

Plaza de Toros de Plasencia. Año 1960: 16 págs., 13,5 X 28 cms. Imprenta La Victoria. Portada con un dibujo de la cabeza de un toro negro sobre fondo rojo, realizado por Scarpi. La revista contiene mucha publicidad de bares, comercios y demás negocios, cuyos propietarios fueron los que sufragaron la edición. Se inicia con el artículo “Se hace saber”; y continúa con “Anécdotas taurinas”; “Toreros famosos”: unos apuntes biográficos de Ignacio Sánchez Mejías; el programa de las corridas del 9 y 10 de junio; el historial de las ganaderías de Fermín Bohórquez y Ángel Rodríguez de Arce. También se ofrecen datos de los diestros Antonio Ordóñez, Diego Puerta, Juan García “Mondeño”, Andrés Hernando, Curro Montes y Manuel Martínez Carra. Y una poesía titulada “Bronca”, de Antonio Ximeno. La publicación finaliza con “Cara y cruz de la fiesta”BPCC:FR/1276.

Plaza de Toros de Plasencia. 1963.  32 págs. 12,5 X 18 cm. Imprenta La Victoria. Portada con el dibujo de un torero brindando a la afición.  Programa taurino de los días 8 y 10 de junio. “Antes del peto y después del peto”, por Curro Castañares. “Lucha de toros bravos”, por Juan Pedro Domecq. Programa Oficial de Festejos organizados por la Comisión de Ferias y Fiestas del Excmo. Ayuntamiento. “Por un primer tercio renovado”, por Paco Tolosa.  “Historial de la Ganadería de D. Laurentino Carrascosa”. “Notas para el Archivo del aficionado. Comentarios sobre algunos diestros (Pedrés, Diego Puerta, Miguelín, Domecq, El Imposible, Andrés Vázquez, Orteguita y Bohórquez (dibujos). Cuadro estadístico de las corridas celebradas en España entre 1952 y 1962, por meses, años y lugares. “Historial de la Ganadería de D. Manuel Arranz Sánchez. “Los “Chalaos” puros”, por Antonio Díez-Cañabate. Y “El coche de los toreros”, por el “Tío Caniyitas”. El ejemplar se acompaña de bastante propaganda.

Plaza de Toros de Plasencia. 1964.  Imprenta La Victoria.  40 págs. 13 X 19,5 cms. Portada con el dibujo de la cabeza de toro. Programa de las corridas de los días 8 y 9 de junio. “Cogida y muerte de “Joselito”” (foto), poesía de Ramón de Garcilaso. “Curiosidades taurinas”.  “Aquel capote único de “Curro Puya””, por Manolo Castañeta.  “Conozca Usted el Reglamento” (taurino). “Manolete, su actualidad en el toreo”, por D. Antonio. “Los Mitos”, por Benjamín Ventura Remacha.  Historial de la Ganadería de “Sierra Morena” de Doña Marina Recio de Sánchez. Comentarios sobre algunos toreros (Diego Puerta, Curro Romero, “El Cordobés”, Jaime Ostos, Paco Camino y “El Viti” (dibujos).  Historial de la Ganadería de “Cerroalto”, de los señores Cembrano Hermanos. Fotografía de una Plaza de Toros con el paseíllo. “La fiesta sigue”, por K. Hito. “No caben trampas en el toreo”, por Francisco Ramos de Castro. Programa Oficial de Festejos organizados por la Comisión de Ferias y Fiestas del Excmo. Ayuntamiento. Lance de Mariposa. Y Precios de las localidades.  Se acompaña de mucha publicidad.

Plaza de Toros de Plasencia. 1965.  40 págs. 12,5 X 28, 5 cms.  Imprenta La Victoria. Portada con un dibujo representando a un torero y los alguaciles en el “paseíllo”. Programa de las corridas de toros de los días 8 y 9 de junio. “El Encierro”, poesía de Juan Pedro de Domecq.  Lance de Delantal (dibujo).  “Mondeño ha muerto… ¡Viva Fray Mondeño!” (O la universalidad del torero) (foto), por B. V. Carande.  Programa Oficial de Festejos. “El Beso Febril”, por Barico. Dibujo de Picadores, por Mariano Rubio. Historial de la Ganadería de “Cerroalto”, de los Sres. Cembrano Hermanos.  Comentarios sobre los toreros de las ferias placentinas. Historial de la Ganadería de los Sres. Herederos de Don Carlos Núñez. “Curiosidades”. “Sabía que….”. “Así era ayer….” (cartel de la corrida del 10 de junio de 1909). “Romance de Toro Bravo” (foto), poesía de M.  Martínez Remi.  Fotografía de Enrique con el nombre “El Capote de Paseo”.  “El Peón de Confianza”, por Antonio Casero. “Aquel “monstruo” que cayó en Linares (Manolete), por Manolo Castañeta. Y Precio de las localidades. Se incluye variada propaganda.

                Plaza de Toros de Plasencia. 1966. 46 págs. 13 X 28,5 cms. Imprenta La victoria. Portada con un torero de espaldas rezando en una capilla. La revista taurina incluye un “Pregón Taurino”; el cartel de la corrida del 9 de junio, las fotografías de Fermín Bohórquez, Antonio Bienvenida, Miguel Mateo “Miguelín” y Andrés Hernando. También se inserta la poesía “El Tentadero”, de Juan Pedro Dome; “Torero de los años 50” (Chicuelo), por Manolo Castañeta; “El Mayoral”, de Baroco;  el historial de las ganaderías de Eduardo Miura, Carlos Núñez y Fermín Bohórquez; “La gracia del indulto”, por Adolfo Bollan; la corrida del día 10 y las fotos de sus diestros: Paco Camino, Manuel Benítez, “El Cordobés” y José Fuentes; el programa de la corrida del día 11 y las fotos de Manuel Cano “El Pareo”,  Paco Pallares y Sebastián Palomo Linares; y los precios de las localidades de las diferentes corridas.

Plaza de Toros de Plasencia. 1968.  60 págs. 14 X 29, 5 cts. Imprenta La Victoria. Portada con un dibujo en el que un toro está arremetiendo contra un caballo.  En el Editorial los responsables de la revista agradecen a los colaboradores y anunciantes “…su continuado favor que nos sirve de estímulo para seguir confeccionando este folleto que lleva en sí la ilusión de aportar a nuestra modesta, pero entusiasta colaboración y dar más realce a nuestra ya importante Feria de junio”. Posteriormente incluyen el Programa Oficial de Festejos. “El Capote de Paseo”, por Mahizflor. El Programa de la Corrida del día 8 de junio. Las fotografías y las biografías de César Girón, Miguelín y Palomo Linares.  “El espontáneo”. El programa de la corrida del día 9 de junio. Las fotografías y biografías de Paco Camino, Pedrín Benjumea y Sánchez Bejarano. “La Verónica” (foto), por Miguel García Peral. Programa de la corrida del día 10 de junio. Fotografías y biografías de Diego Puerta, S. M. El Viti, y Miguel Márquez. “El Arrastre” (foto). El Lance del Delantal. “Algo que el aficionado no debe ignorar”. Y Los precios de las localidades. Destaca la numerosa publicidad de la revista.

Plaza de Toros de Plasencia. 1970.  64 págs. 13,5 X 29 cms. Imprenta La Victoria. Portada con el dibujo de la cabeza de toro. La revista incluye un Editorial. Programa Oficial de Festejos. Programa Oficial de los II Festivales de España. Olivos y Toros, poesía por Ángel de la Vega. Programa de la corrida de toros del día 8 de junio. Fotografías y biografías de “El Viti”, Francisco Rivera Paquirri y Miguel Márquez. “La línea divisoria” (foto), por Julio Estefanía. “¡¡Donde está Gallito!!”, por Tomás León. Programa de la corrida del día 9 de junio. Fotografías y biografías de Antonio Ordóñez, Paco Camino y Sánchez Bejarano. Comentarios sobre las Ganaderías de D. Luciano Cobaleda, “Cerroalto” y de Don Miguel Higüero Vidarte. “Va a llegar el momento” (foto), por Julio Estefanía. “Mientras suenan los clarines”, por Vicente Martínez Zurdo. “El Natural”, por Miguel García Peral. Programa de la corrida del día 10 de junio. Fotografías y biografías de Diego Puerta, Palomo Linares y José Luis Parada. “Cara a cara”, por Julio Estefanía. “Cuentos del Viejo Mayoral: “Gestos del Torero””, por Luis Fernández Salcedo. Precios de las localidades.  Sobresale la abundante propaganda.

Plaza de Toros de Plasencia. 1971  64 págs. 13,5 X 29 cms. Imprenta La Victoria. Portada con el dibujo de la cabeza de toro. Tras el Editorial, se incluye el Programa Oficial de Festejos. “Patio de Caballos”, por Vicente Martínez Zurdo. El Programa de la corrida de toros del día 8 de junio. Las fotografías y las biografías de “El Viti”, Agapito Sánchez Bejarano y Jaime González “El Puno”. “Los amigos leales del torero”. “El maletilla”.  “El torero y la suerte”, por Jaime Ostos. “La suerte de varas”, por Rafael Moreno.  “Adornos taurinos”, por Miguel García Peral.  Comentarios de las Ganaderías de D. Manuel Francisco Garzón, Los Millares y Cerroalto. Programa de la corrida del día 9 de junio. Fotografías y biografías de Ángel Peralta, Rafael Peralta, Álvaro Domecq y José Samuel Lupi. “Fandangos camperos”, poesía de Juan Pedro Domecq.  Programa de la corrida del día 10 de junio. Fotografías y biografías de Francisco Rivera “Paquirri”, Curro Rivera y Dámaso González.  “Casa con dos puertas”, por Luis Fernández Salcedo. Y Precio de las localidades.  Se incluye abundante propaganda.

Plaza de Toros de Plasencia. 1972. 76 págs. 13,5 X 29 cms. Imprenta La Victoria. Portada con el dibujo de la cabeza de toro. Tras la introducción, titulada “A modo de brindis”, se inserta el Programa de Festejos. “Análisis de la Fiesta”, por Gregorio Marañón Moya. El Programa de la corrida del día 9 de junio. Las fotografías de Luis Miguel Dominguín, Palomo Linares y José Mari Manzanares. “La espera”, por Miguel García Peral. “Los nuevos aficionados”, por Mariano Tudela. “Y luego dicen que los toros son caros….” (fotos), por Ángel de la Vega.  Programa de la corrida del día 10 de junio. Fotografías de Paco Camino, Francisco Rivera “Paquirri” y Dámaso González.  “El quite” y “Salida en hombros”, por Mahzflor. Programa de la Caseta Municipal. Comentarios sobre las Ganaderías de Don Marcos Núñez, Cerroalto y de D. Isaías y Hermanos de D. Tulio Vázquez. “Figuras de Ayer. Manolete, Arruza, Domingo Ortega y Pepe Luis Vázquez”, por Manolo Castateña. “El peón de brega”, por M. Martínez Remis. Programa de la corrida del día 11 de junio. Fotografías de Moreno Pidal, Sánchez Bejarano, José Falcón y Morenito de Cáceres. “El mozo de espadas” (foto), por José María Requena. “Cuentos del Viejo Mayoral: el espontáneo recalcitrante”, por Luis Fernández Salcedo.  Biografías de los espadas en la Feria placentina. Y Precios de las localidades. Destaca la abundante publicidad de este número. BPCC: FR/2165.

Plaza de Toros de Plasencia. 1973. 84 págs. 17 X 20 cms. Imprenta La Victoria. Portada con el dibujo de un toro.  Bajo el título “La fiesta va a empezar”, los organizadores iniciaban el Editorial.  También se incluía el Programa Oficial de Festejos. “Los toristas y los toreristas”, por Antonio García-Ramos Vázquez. Programa de la corrida del día 8 de junio. Fotografías de los toreros “El Viti”, Niño de la Capea y Julio Robles. “Banderilleros”, por José María Requena. “Oportunidad para un maletilla”, por Juan Morales Rojas. “Verónicas y medias verónicas en el recuerdo”, por Mariano Tudela (foto).  “Las señoritas toreras”, por Sebastián Miranda. Programa de la corrida del día 9 de junio. Fotografías de los toreros Diego Puerta, Paco Camino y Julio Vega Marismeño. “Tarde de soledad sin esperanza”, por Alfonso Carlos Saiz Vadivieso. Programa de la corrida del día 10 de junio Fotografías de los toreros Francisco Rivera “Paquirri”, Gabriel de la Casa y Miguel Márquez. “El sobrero sobrante”, de Adolfo Bollain. Programación de la Terraza Municipal. “La otra “faena”” (foto),  por Miguel  García Peral. Y Precios de las localidades. El número se completa con variada propaganda.

Plaza de Toros de Plasencia. Ferias Junio 1978.  Madrid, Taurógrafos. 16,5 X 23,5 cms. 64 págs. Portada con un dibujo de Marti-Font con un toro embistiendo y un torero saltando la al interior de la Plaza.  “Pregón de Feria”, por Antonio Custodio Paz. “Ovación de Gala” (foto). “La Bravura”, por José María Requena.  “A ras de suelo” (foto), por Germán Rubio Fandiño. Programa de la corrida del día 9 de junio. “El Viti” (foto), poesía de Rafael Duyos.  “El público de los toros”, por Santiago Martínez-Fornes. Programa de la Caseta Municipal. Programa de la corrida del día 10 de junio. “Ir y venir de la torería andante”, por Mariano Tudela. “Pintas de los toros”. “Evocación” (foto), por Juan Pedro Domecq.  “La hora de la verdad: la estocada”, (foto). Programa de la corrida del día 12 de junio. “¡Silencio!, Pepe Luis está toreando”, por Alfonso Navalón. “El mozo de estoque”, por V. Martínez Zurdo. Programa de la corrida del día 13. “Manolete Córdoba y Albéniz” (foto), por Julio Estefanía.  “El percance” (foto). Y “La muerte del torero” (foto), por Mahizflor. El ejemplar tiene también abundante propaganda.

Plaza de Toros de Plasencia. Ferias de junio de 1979. 16 X 18 cms. 68 págs. Portada con un dibujo de un toro. «¿Un pregón de ferias?», por Germán Rubio Fandiño. «Madrugadores en el tendido», por Mariano Tudela. «Vestirse de torero» (foto). «Si yo fuese torero… (a modo de oración)», poesía de Rafael Duyos. Programa de las diferentes corridas de feria. «La capilla», por José María Requena. «Los banderilleros». «Cargar la suerte», por Guillermo Sureda. «El peón de confianza» (foto). «A los hombres que dejaron su miedo y su valor por esas plazas de Dios», por Pedro Flores Guevara. «Ripios taurinos, lecciones de la existencia». «La preparación». «El discreto desencanto de la torería», por Ricardo Díaz Manresa. «También el hambre da cornadas…, pero menos», por Luis Fernández Salcedo. «El toro» (léxico). Precios de las localidades. «Elegía a un toro muerto» (foto).

Plaza de Toros de Plasencia. Ferias-Junio, 1980. Portada con un dibujo con una escena de toreo, firmado por Antonio Casero. 16,5 X 24 cms. 84 págs. Industria Gráficas Visedo, Hortaleza-1. Salamanca. «Que hable la feria» (foto), por S. Rodrigo. «Plasencia, ciudad de gran tradición taurina» (dos fotos), por D. Gonzalo. «El arrastre de los sustos» (foto). «Las telas taurinas: el capote y la muleta» (foto), por José María Requena. «Ser torero» (foto), por Eduardo Bonet. Programa de festejos taurinos. «El toro cinqueño» (foto), poesía de Rafael Duyos. «Piropo a la verónica» (foto), por Luis López Anglada. «Tercio de Quites» (foto), poesía de Manuel Martínez Remis. «El monstruo descansa» (foto), por Germán Rubio Fandiño. «La responsabilidad de los maestros» (foto), por Luis Manuel Auberson. «El torero» (foto), por Rafael Ríos Mozo. «Con los ojos cerrados» (foto), por Germán Rubio Fandiño. «Ligar los pases», por Guillermo Sureda. «Cuando la suerte falta al reparto» (dos fotos), por Mariano Tudela. «Conozca usted el reglamento». «Cuentos del viejo Mayoral: Lagartijo, preside el entierro de Frascuelo», por Luis Fernández Salcedo. «Matadores, novilleros y rejoneadores que ocuparon los diez primeros puestos en cuanto al número de actuaciones en 1979». «Cuando el toro no cae a la primera».

Plaza de Toros de Plasencia. Feria de Junio de 1981. Portada con un dibujo con una escena de toreo, firmado por Antonio Casero en Madrid, 1965. 16,6 X 24 cms. 84 págs. «Apunte Alguacilillos». «La vocación del toreo», por Eduardo Bonet. «Don Andrés Godoy, acaudalado personaje, natural de Plasencia, fue un caballista y un valiente estoqueador de toros», por «Don Gonzalo», Director de «Entrebarreras». «Los problemas del toro: las manos por delante». Programa de las corridas. «El toro y su ganadero», por Rafael Ríos Mozos. «Pasodoble torero», por Gerardo Diego. «Las fotografías», por Antonio Díaz Cañabate. «La emoción del riesgo». «El pase de pecho». «Saludo a los subalternos», por Luis Manuel Aubersón. «La cornada», por José María  Requena. «Mi paso por el toreo», de Rafael Ortega «Gallito». «Salmo taurino», por Rafael Duyos. Humor taurino: «El cebado del utrero», por Juan Sagarma Bernardos. Matadores que ocuparon los 30 primeros puestos en cuanto al número de actuaciones en 1980. «Cuento del viejo mayoral: Sánchez Mejías triunfa en la corrida patriótica». Programa de actuaciones en la Caseta Municipal Torre de Lucía. «Elegía a Caminero», por Alfonso Navaleón. «Los areneros», por Ramón Cué. «Después de la corrida», por José María Pemán

Plaza de Toros de Plasencia. La corrida de hoy. Viernes 7 de junio de 1996: 8 págs. De 12,5 X 21,5 cms. Club Taurino Placentino. Portada con un dibujo de un toro saliendo de los chiqueros. La publicación incluye comentarios sobre los diestros Julio Aparicio, “El Cordobés” y José Ignacio Sánchez (nacimiento, debut, alternativa, confirmación, actuaciones, y personal de cuadrilla). También se aportan datos sobre la ganadería de “La Cardenilla” y un breve artículo titulado “Los toros, como arte y cultura” (colores del traje de luces). En la contraportada aparece el orden de lidia de los diferentes toros, con su nombre, capa, número y fecha de nacimiento.

                Plaza de Toros de Plasencia. Feria de Junio de 1996. Gran corrida del Arte del Rejoneo: 8 págs. 12 X 21 cms. Portada con fondo en amarilla-naranja y el nombre de los novilleros. Imprenta Indugraph (Badajoz). Incluye el comentario de la ganadería de La Herguijuela, los rejoneadores (Fermín Bohórquez, Luis Domecq, Pablo Hermoso de Mendoza y Antonio Domecq), y algunos datos sobre las cuadrillas de cada uno de los anteriores. Asimismo, se inserta el programad de ferias desde el 6 al 10 de junio y las actividades deportivas de las ferias.

                Plasencia. Plaza de Toros-4. Feria Taurina de Plasencia–2007. Programa Oficial del Ayuntamiento de Plasencia-Concejalía de Festejos. Salamanca, 2007. Sercom, 30 págs., 15 X 21 cms. Portada con un fondo dorado con fotos de toreo actual y dibujos de rejoneo antiguo., bajo la imagen de la Plaza de Toros. Saludo de la alcaldesa Elia María Blanco. Datos de la Ganadería “Valdealcalde”y fotos de sus seis novillos. Los novilleros (José Luis Benavente García y Francisco Javier Pajares Paramio). Primer Festejo del ciclo: Novillada picada (Luis Miguel Amado Gallego). Datos de la Ganadería “Don Luis Terrón” y fotos de sus seis toros. Los rejoneadores (Joao Antonio Romao Moura y Pablo Hermoso de Mendoza. Segundo festejo del ciclo. Corrida de rejones (Diego Antonio Espíritu Santo Ventura). Datos de la Ganadería “Don Daniel Ruiz Yagüe” y fotos de los seis toros. Los toreros (Manuel Jesús Cid Sala, Miguel Ángel Perera Díaz y Emilio Elías Serrano Justo). Datos de la Ganadería “Los Bayones” y fotos de los seis toros. Los toreros (César Jiménez, José María Dols Samper y Alejandro Talavante Rodríguez). La revista se cierra con el artículo titulado “Plasencia: 125 años de toros”, por Rafael Giménez Derecho.

 

[4] Ferias y Fiestas en Plasencia 1958. Programa de las corridas de Toros: Plasencia, 1958. Imprenta La Victoria, 12 págs., 11,5 X 24,5 cms. En la portada había un dibujo con cuatro jóvenes en la plaza de toros vestidos con trajes de majos. Este programa  taurino fue elaborado con la colaboración de numerosos comercios de la ciudad, que sufragaron la publicación, e insertaron la publicidad. En el interior se incluye una breve biografía de los toreros que actuaron ese año: Antonio Ordóñez, Gregorio Sánchez, Antonio Borrero “Chamaco”, José Gómez Cabañero, Manuel Blázquez y Antonio González. Asimismo, se insertaba el precio de las entradas a los espectáculos taurinos. En las páginas centrales había un estadillo para que cada espectador hiciera la reseña de cada espada, capote, varas, banderillas, muleta, estoque y resultado final. El artículo “Viejas glorias” estaba extraído de El Ruedo. Y se añadía la biografía del torero Manuel Granero y Valls; unos comentarios sobre la ganadería de Fermín Bohórquez y Esteban Hernández Pla; unos comentarios sobre los artículos 69, 90, 94 y 95 del reglamento taurino; unas curiosidades sobre una corrida en Palencia en 1869; y una poesía taurina de M. Martínez Remis.  Referencia tomada de la Biblioteca Pública de Cáceres: BPCC:FR/1289-2204.

 

[5] Ferias y Fiestas en Plasencia 1958. Programa de las corridas de Toros: Plasencia, 1958. Imprenta La Victoria, 12 págs., 11,5 X 24,5 cms. En la portada había un dibujo con cuatro jóvenes en la plaza de toros vestidos con trajes de majos. Este programa  taurino fue elaborado con la colaboración de numerosos comercios de la ciudad, que sufragaron la publicación, e insertaron la publicidad. En el interior se incluye una breve biografía de los toreros que actuaron ese año: Antonio Ordóñez, Gregorio Sánchez, Antonio Borrero “Chamaco”, José Gómez Cabañero, Manuel Blázquez y Antonio González. Asimismo, se insertaba el precio de las entradas a los espectáculos taurinos. En las páginas centrales había un estadillo para que cada espectador hiciera la reseña de cada espada, capote, varas, banderillas, muleta, estoque y resultado final. El artículo “Viejas glorias” estaba extraído de El Ruedo. Y se añadía la biografía del torero Manuel Granero y Valls; unos comentarios sobre la ganadería de Fermín Bohórquez y Esteban Hernández Pla; unos comentarios sobre los artículos 69, 90, 94 y 95 del reglamento taurino; unas curiosidades sobre una corrida en Palencia en 1869; y una poesía taurina de M. Martínez Remis.  BPCC:FR/1289-2204.

Plasencia. Feria y Fiestas 1982 del 6 al 10 de junio. I Centenario de la Plaza de Toros de Plasencia. Ofrecido por Caja de Ahorros de Plasencia. 15,5 X 22 cms. 56 págs. Portada con una flor-revolandera donde se ven varias fotos (Ayuntamiento, Plaza de Toros y miniatura sobre los toros). Prólogo: «1882-1982, un siglo, cien años cumple nuestro coso taurino». «Historia de la fiesta de toros en Plasencia» (fiesta de toros en la Plaza Mayor; toros en la Plaza Mayor; rogativas, pidiendo agua; toros de la Virgen del Puerto y de las Ánimas; muerte del rey Fernando VI y coronación de Carlos III; el obispo Don José Laso, grandes fiestas de toros, músicas, danzas y fuegos de artificio; toros en La Isla; y se alza el estandarte del rey don Carlos IV). Este amplio artículo está firmado por Manuel Díaz López. «Historia de la Plaza de Toros actual y crónica de la primera corrida», por Manuel Muñoz. «Relación de las corridas de los 100 años», por Manuel Muñoz. «Efemérides y anecdotario», por D. Arroyo. Y «Reseña de una gran corrida de toros en las ferias de junio de 1933», por Burelito.

                Feria de Plasencia. Junio de 1996: 20 págs., 11,5 X 20 cms. Portada con un dibujo en color de un torero dando un pase. Editado por Publicidad Grupo CM 10, S. L. Se trata del comentario de las diferentes corridas que, desde el día 7 hasta el día 10 se celebraron en la ciudad de Plasencia durante las Ferias de 1996. También se aportan datos sobre las diferentes ganaderías (La Cardenilla, Torrestrella, Puerta Dianez, y Cerroalto); los toreros (Julio Aparicio, El Cordobés, Joselito, Juan Mora, Dámasao González, Vicente Barrera, Ponce de León, Jesulín de Ubrique, y Rivera Ordoñez; y los rejoneadores Fermín Bohórquez, Luis Domecq, Pablo Hermoso de Mendoza y Antonio Domecq. La revista incluye numerosa publicidad de Plasencia y fotos en color de los diestros.

                Feria de Plasencia. Junio de 1997: 20 págs. 12,5 X 20,5 cms.  Portada con la foto de un torero andando por el ruedo movida. Impresión en Ingrafi S. A., de Talavera de la Reina. La revista incluyen comentarios sobre las tres corridas de toros y una de rejoneo, las ganaderías Zalduendo, Buenavista ,D. Diego Puerta y La Herguijuela; los toreros Joselito, Enrique Ponce, Rivera Ordoñez, César Rincón, Juan Mora, Vicente Barrera, Litri, Jesulín de Ubrique y El Tato; y sobre los rejoneadores Joao Moura, Fermín Bohórquez, Pablo Hermoso de Mendoza y Paco Ojeda. La revista incluye numerosa publicidad de Plasencia.

                Plasencia. Feria y Fiestas 2003: 50 págs., 14,5 X 21 cms. Ayuntamiento de Plasencia. Portada en color con un foto corriendo en el medio de la plaza. “Toros en Plasencia”, por Lorenzo Robado Martínez. El capote. El picador. Lesiones producidas por la suerte de varas y clasificación de las zonas anatómicas afectadas por puyazos. Pirámide de la puya. El tercio de banderillas. La muleta. El tercio de la muerte. El toro según la cornamenta. Señales de orejas. Novillada del 5 de junio.  (Javier Sous, Miguel Ángel Perera y J. Luis Benavente). Corrida del 6 de junio (Enrique Ponce, Alberto Manuel Hornos Valiente y David Fandila, el “Fandi”). Corrida del 7 de junio (José Ignacio Uceda Leal, Francisco Rivera Ordóñez y Manuel Bejarano). Corrida de 8 de junio (Juan Mora, Jesulín de Ubrique y El Juli). Rejoneo del 9 de junio (Joao Moura, Pablo Hermoso de Mendoza y Sergio Vegas). Relación de actividades de feria. Programación festiva. Plano del recinto ferial. Y recomendaciones para la llegada con vehículos al recinto ferial del Berrocal. En la contraportada, una foto en color del Ayuntamiento y la torre de Mayorga.

Plasencia. Feria y Fiestas 2004: 48 págs., 14,5 X 21 cms. Portada con un torero de espaldas y un toro de frente, y con un fondo de una vista aérea del acueducto y parte de la ciudad. Saluda de Jorge Lledó, el capitán del equipo “Plasencia Galco 2003-2004”. Informaciones sobre el capote, el picador, el tercio de la muerte, el tercio de banderillas, la muleta, el toro según la cornamenta, las señales de las orejas  (corte curvo, recto y sin desprendimiento de sustancia), programa taurino del jueves, 10, viernes 11, sábado 12, domingo 13, y rejones el lunes 14. Actividades en la Feria 2004. Actividades deportivas. Plano del recinto ferial. Y Semana de Teatro Popular 2004. Mucha publicidad.

 

[6]Las revistas que conservamos relacionadas con el Club son las siguientes: 1985, 1992, 1993, 1994,19 95, 1999, 2001 y 2002. A continuación se expone el resumen de cada una de ellas.    Toros de la Feria y Fiestas 1985. Plasencia: 6 págs., 11,5 X 20 cms. Editado por el club Taurino Placentino, Imprenta “Gabriel y Galán” y financiado por la Caja de Ahorros de Plasencia. Portada con un dibujo (parece plumilla) del interior de un coso taurino con el paseíllo preparándose. El contenido incluye el cartel de toros de los días 6 al 10 de junio de 1985. También está el historial de las Ganaderías (Heredia, De Miguel Zaballos Casado, Conde de la Maza, Fermín Bohorquez Escribano y Hermanos Sánchez Arjona. Y el personal de la Cuadrilla en la feria (picadores, banderilleros y auxiliadores). Por último, se hace una breve biografía de los diferentes diestros que actuaron en las corridas de ese año: Fermín Bohórquez Escribano, Álvaro Dome Romero, Manuel Vidrie, Javier Buendía, Francisco Ruiz Miguel, José Antonio Campuzano, José Ortega Cano, José María Manzanares, Tomás Campuzano, Antonio Ruiz “Espartaco”, Dámaso González Carrasco, Emilio Muñoz Vázquez y José Cubero Sánchez “Yiyo”.

Club Taurino Placentino. XII Semana Taurina. 27 al 31 de enero de 1992: 13,5 X 23  cms. 4 páginas. Portada con un dibujo que representa a un lance taurino con el fondo de un ruedo y una joven ataviada con una peineta, firmada por Esc/xcen/x. Imprenta Gabriel y Galán. Editada con la ayuda de Caja de Extremadura y Excmo. Ayuntamiento de Plasencia. La revista incluye un saludo, una poesía titulada “El tentadero”, por Juan Pedro de Domecq. El programa de actos desde el día 27 de enero (lunes), hasta el día 31 (viernes). También se inserta la composición de la Junta directiva, cuyo Presidente era Carlos Sánchez-Ocaña Silos; el Vicepresidente y Secretario, Félix Pérez Ayala; el Tesorero, Ángel Hernández López; y los Vocales, José Luis Benavente García, Constancio Alonso Puertas, Emiliano Sánchez Calle y Pedro Llorente Breña.

Club Taurino Placentino. XIII Semana Taurina. 25 al 29 de enero de 1993: 14 X 23,5 cms. 4 páginas. Portada con un torero dando un pase de rodillas con un fondo de público y la figura de una joven derramando flores y “Camarón de la Isla”. Editada con la ayuda de Caja de Extremadura y Excmo. Ayuntamiento de Plasencia.  La revista incluye un saludo; una poesía titulada “El Duende y Sevilla” (a Curro Romero), de Juan de Dios Parejo-Obregón; y el programa de actos de la Semana Taurina desde el lunes 25 de enero al viernes 29 en el Aula de Cultura de la Caja de Extremadura. Las actividades se cerraban con una cena. También se incluían los componentes de la Junta Directiva, cuyo Presidente era Carlos Sánchez-Ocaña Silos; el Vicepresidente y Secretario, Félix Pérez Ayala; el Tesorero, Emiliano Sánchez Calle, y los Vocales, Santiago Sánchez Rodríguez, Félix Rodríguez Cuadrado, Carlos de Pedro Calle y Juan Pérez Domínguez.

Club Taurino Placentino. XIV Semana Cultural Taurina. 24 al 28 de enero de 1994: Portada 14 X 23,5 cms. 4 páginas. Portada con un cartel que representa el plantel de diestros que actuaron en Plasencia el viernes 9 de junio de 1944 (Pepe-Luis Vázquez, Manuel Álvarez Andaluz y Eugenio Fernández Angelete. Editada con la ayuda de Caja de Extremadura y Excmo. Ayuntamiento de Plasencia. Saludo de la Junta Directiva y composición de la misma: Presidente era Carlos Sánchez-Ocaña Silos; el Vicepresidente y Secretario, Félix Pérez Ayala; el Tesorero, Emiliano Sánchez Calle, y los Vocales, Santiago Sánchez Rodríguez, Félix Rodríguez Cuadrado, Carlos de Pedro Calle y Juan Pérez Domínguez. También se incluye el programa de actos desarrollados en el Aula de Cultura de la Caja de Extremadura, la clausura en el Hotel Alfonso VIII; y una poesía titulada “¡A los toros!”, de G. G. De la R.

Club Cultural Taurino Placentino. XV Semana Cultural Taurina. 23 al 27 de enero de 1995: 14 X 23 cms. 4 páginas. Portada con un dibujo en color con un toro sobre un fondo campestre. La revista se inicia con un artículo titulado “Los toros y sus ritos”; seguido del programa de actos desde el lunes 23 de enero hasta el viernes 27, celebrados en el Aula de Cultura de la Caja de Extremadura. Editada con la ayuda de Caja de Extremadura, Excmo. Ayuntamiento de Plasencia y Excma. Diputación Provincial de Cáceres. Saludo de la Junta Directiva y composición de la misma: Presidente era Carlos Sánchez-Ocaña Silos; el Vicepresidente y Secretario, Félix Pérez Ayala; el Tesorero, Emiliano Sánchez Calle, y los Vocales, Santiago Sánchez Rodríguez, Félix Rodríguez Cuadrado, Carlos de Pedro Calle y Juan Pérez Domínguez.

Club Cultural Taurino Placentino. XIX Semana Cultural Taurina. 25 al 29 de enero de 1999: 14 X 23,5 cms. 4 páginas. Portada con una pintura a color con un torero ejecutando un lance y encima unos herreros trabajando. La publicación se abre con un breve artículo titulado “Paseíllo”; seguido de una poesía dedicada “A Sánchez Mejías”, por T. Sánchez-Gil Serrano. El programa de actos se ocupa de las actividades desarrolladas durante los días comprendidos entre el 25 al 29 de enero en el Aula de Cultura de la Caja de Extremadura; y la composición de la Junta Directiva: Presidente era Félix Pérez Ayala, el Vicepresidente y Secretario, José María Berrocoso Ginés; el Tesorero, Emiliano Sánchez Calle, y los Vocales, Santiago Sánchez Rodríguez, Félix Rodríguez Cuadrado, Carlos de Pedro Calle, Juan Pérez Domínguez y Marcelino González Rejo. Estaba patrocinada por Caja Extremadura y el Ayuntamiento.

Club Cultural Taurino Placentino. XX Semana Cultural Taurina. 14 al 18 de febrero de 2000: 14 X 24 cms. 4 páginas. Portada la foto en color de un diestro brindando con la montera y de fondo el exterior de la plaza de toros de Sevilla. “Fiel a sus principios” es el artículo que abre la revista, cuyo tema es la celebración del XX aniversario de la Semana Cultural Taurina de Plasencia. Luego sigue una poesía titulada “Fandangos Camperos”, de Juan Pedro Domecq; y el programa de actos celebrados entre el lunes 14 al viernes 18 de febrero, en el Aula de Cultura de Caja Extremadura. Durante ese año la Junta Directiva estuvo compuesta por los siguientes miembros: Presidente era Félix Pérez Ayala, el Vicepresidente y Secretario, José María Berrocoso Ginés; el Tesorero, Emiliano Sánchez Calle, y los Vocales, Santiago Sánchez Rodríguez, Félix Rodríguez Cuadrado, Carlos de Pedro Calle, Juan Pérez Domínguez y Marcelino González Rejo. Estaba patrocinada por Caja Extremadura y el Ayuntamiento

Club Taurino Cultural Placentino. XXI Semana Cultural Taurina. 22 al 26 de enero de 2001: 13,5 X 23,5 cms. 4 páginas. Portada con una foto en color de un diestro saludando desde la arena. La publicación se inicia con un artículo titulado “Saber estar”, firmado por la Junta Directiva; seguido por una poesía, “El Tentadero”, por Juan Pedro Domecq; y el programa de actos desarrollados en el Aula de Cultura de Caja Extremadura entre el lunes 22 y el viernes 26 de enero. La última página incluye a los miembros de la Junta: Presidente era Félix Pérez Ayala, el Vicepresidente y Secretario, José María Berrocoso Ginés; el Tesorero, Emiliano Sánchez Calle, y los Vocales, Santiago Sánchez Rodríguez, Félix Rodríguez Cuadrado, Carlos de Pedro Calle, Juan Pérez Domínguez y Marcelino González Rejo. Estaba patrocinada por Caja Extremadura y el Ayuntamiento de Plasencia.

Club Cultural Taurino Placentino. XXII Semana Cultural Taurina. 4 al 8 de febrero de 2002: 14 X 23 cms. 4 páginas. Portada con una pintura en color representando un toro enfurecido. “Los toros y sus ritos” es el artículo que abre la revista; seguido del programa de actos desarrollados en el Aula de Cultura de la Caja de Extremadura entre el lunes 4 y el viernes 8 de febrero. Durante esos días se expuso una colección de fotografías de Moisés (Coria) titulada “Momentos de Tauromaquia”. Por último, se incluía la composición de la Junta Directiva en el año 2002: Presidente era Félix Pérez Ayala, el Vicepresidente y Secretario, José María Berrocoso Ginés; el Tesorero, Emiliano Sánchez Calle, y los Vocales, Santiago Sánchez Rodríguez, Félix Rodríguez Cuadrado, Carlos de Pedro Calle, Juan Pérez Domínguez y Marcelino González Rejo. Estaba patrocinada por Caja Extremadura y el Ayuntamiento de Plasencia.

[7] LÓPEZ MARTÍN, JESÚS MANUEL.

Nov 232013
 

 Manuel Jesús Ruiz Moreno.

1.- Introducción

             Paseando por la parte antigua en compañía de mi familia, llegamos hasta el Arco del Triunfo. Mi hijo Rodrigo me preguntó que escudos eran los que se apreciaban sobre el arco. Le contesté que eran de las principales familias que conquistaron Trujillo en 1232. De izquierda a derecha el león de los Bejarano, los roeles de los Altamirano y la cruz de los Añasco. A lo que el me indicó que debía haber algún error porque el león de los Bejarano le acabamos de ver en su alcázar y miraba para el otro lado. La contestación de mi hijo me dejó perplejo, pero era verdad, acostumbrado a admitir sin pararme a pensar lo que los estudiosos  sobre el tema habían escrito sobre dicho escudo, no me había fijado que realmente el león de los Bejarano tiene el cuerpo rampante, con las manos levantadas, apoyada en las patas y orientado hacia la izquierda del observador, la derecha del escudo, como mandan las normas heráldicas. Pero el “león del arco del Triunfo” adoptaba la misma forma pero orientado hacia la derecha del observador en lo que se denomina “león contornado”. Podía ser un error del cantero, pero vamos a estudiar otras opciones posibles.

            Los escudos de armas de los guerreros y caballeros del siglo XII comenzaron a decorarse con motivos diversos para que su dueño pudiera ser identificado tanto en en los combates como en las justas y torneos. Emilio Male afirmaba que la iconografía medieval proporcionaba la mayoría de las figuras utilizadas en los escudos de armas y que éstos seguían una aritmética “sagrada”, en la que todo estaba regulado: elementos dimensiones, distribuciones, etc. (Messía de la Cerda y Pita. 1990: 16). Pero con el correr del tiempo, el escudo dejó de cumplir su misión principal: identificar al caballero en la lucha, para aparecer en las fachadas de sus casas y palacios con el fin de decorar y representar las alianzas de sus dueños. A finales del XV y principios del XVI las reglas de la heráldica se relajan y el artista encargado de diseñarlos se preocupa más por crear una obra original según su inspiración que de seguir los moldes clásicos  (Messía de la Cerda y Pita. 1990: 26).

            También ocurría que en ocasiones algunos canteros ignoraban las reglas que marcaban la heráldica y modificaban o giraban las figuras de los escudos según el lugar que ocuparan en un edificio para armonizar su contemplación, como aparecen en muchos de nuestros monumentos, sobre todo en la representación de “escudos partidos”, en los que se repite los motivos de los cuarteles 1º y 3º y 2º y 4º como el escudo que se aprecia en la fachada del convento de la Coria (Imagen 1). O los que se muestra en la Imagen 2 donde se observa que los leones del escudo superior de los cuarteles 2º y 3º están enfrentados cuando deberían mirar los dos hacia la derecha, lo mismo que el león que se observa en el escudo de la izquierda que está contornado.

 Imagen 1

Imagen 1: Escudo en la Fachada del Convento de la Coria

imagen 2 

Imagen 2: Escudos fachada Palacio en Cáceres,

             Pero vamos a plantear aquí una nueva hipótesis de estudio e intentar aportar algunos datos que nos han permitido apuntar a que el escudo atribuido al apellido de los  Bejaranos, podría no pertenecer directamente a esta familia, sino a otra que también formaba parte de ese linaje: el de los Bonilleja.

 

2.- El escudo de la Puerta del Triunfo

 

            Comencemos buscando la información histórica sobre esta puerta.

 Imagen 3

Imagen 3: Escudo de la Puerta del Triunfo

            Atendiendo a las investigaciones de Dª Carmen Fernández-Daza Alvear, la puerta del Triunfo o de Fernán Ruiz debe su nombre a que, según la tradición, cuando la ciudad fue sitiada por los cristianos en 1232, ésta fue la primera puerta que cedió y por la que se pudo recuperar la ciudad para los cristianos. En su parte interior puede observarse una hornacina en la que se venera una imagen de la Virgen de la Victoria, Patrona de Trujillo y bajo cuya intercesión, según cuenta la leyenda, pudo ser liberada la ciudad. A los lados de la hornacina se muestran los escudos de los linajes que según las fuentes participaron en la conquista de la villa, estos son de derecha a izquierda: Añascos, Altamiranos y Bejaranos (Fernádez-Daza. 1993: 52).         

            D. Clodoaldo Naranjo, expone en su libro: “Trujillo, sus hijos y monumentos” que poco después de la conquista de Granada por los Reyes Católicos, la reina Isabel mandó reconstruir este arco, y colocar sobre sus sillares, en la parte que da al exterior, el escudo de los reinos de Castilla y Aragón, a las que se agregó la granada, símbolo del reino recién conquistado. En la parte interior se colocó una hornacina que recordara la ayuda milagrosa de la Virgen en la conquista de la ciudad. Flanqueando la misma, tres escudos de los linajes-bando que según las tradiciones orales más contribuyeron a la reconquista de Trujillo: Roeles de los Altamiranos, león rampante de los Bejarano y cruz trebolada de los Añascos (Naranjo,1983: 78).

            Esa misma asociación de escudos y familias podemos encontrarla en un manuscrito del siglo XVII, custodiado en el archivo de los Condes de Canilleros, y publicado en la revista de genealogía, nobleza y armas Hidalguía nº 127 en la que se dice que estos blasones pertenecían a los Altamiranos, Bejaranos y  Añascos (Lodo de Mayoralgo, 1974)

            Del mismo sentir son Ordax y Pizarro, quienes en su libro “El patrimonio artístico de Trujillo (Extremadura)” afirman que en la Puerta del Triunfo campean los escudos de Orellana, Añasco y Bejarano ( Andrés Ordax y Pizarro Gómez, 1987 : 31).

             Opinión contraria es la del Padre Tena, para quien los tres escudos que aparecen en la Puerta del Triunfo, restaurada por los Reyes Católicos son: “las del antiguo Reino de León, de la orden de Santiago y de los Altamiranos” (Tena. 1988: 483).

            Edward Cooper en su estudio sobre castillos señoriales de la Corona de Castilla, dibuja los tres escudos existentes en el arco del Triunfo, identificando el de los Altamiranos y Añascos, pero sobre el primero de la izquierda (el del león) no se pronuncia, aunque niega la afirmación de Tena, de que dicho escudo pudiera ser el del Reino de León (Cooper, 1991: 552).

            Cordero Alvarado puntualiza en su libro “Trujillo. Guia Monumental y Heráldica”, que el escudo que estamos estudiando pertenece a los Bejarano, pero advierte que el león está contornado (cuerpo girado hacia la derecha del observador), achacándolo quizás a algún error del cantero (Cordero Alvarado. 1996 : 91)

            Hasta ahora la información más generalizada que nos ha llegado es que dicho escudo debió pertenecer a los Bejarano pues junto a los Altamiranos y Añascos fueron las familias principales que estuvieron en la conquista de Trujillo en 1232.

             Pasemos a datar la construcción de dicho arco.

            La mayoría de los autores afirman que se hizo, o se modificó y/o restauró el ya existente en tiempos de los Reyes Católicos, momento en el cual se colocó el escudo de la monarquía en la parte exterior de dicha puerta.

            Para Sanz Fernández en su estudio “Paisaje, percepciones y miradas urbanas de una ciudad del Renacimiento, Trujillo”. La puerta de Fernán Ruiz o del Triunfo presenta una abertura recta con arcos ojivales sin clave y su construcción induce a pensar que debió ser construido a finales del siglo XIV o principios del XV (Sanz Fernández, 2009 : 239).

            Tenemos noticias de las remodelaciones que sufrió dicho arco desde principio del siglo XVI, una de ellas en 1508 (Sánchez Rubio, 1993: 77). Trabajo encargado al morisco Gutierrez de Soto (Sánchez Rubio, 1994: 377). Fecha en la que también se arreglaron sus portillos de madera según las actas de acuerdos A.M.T. Leg 9 carpeta I, f,53r. Otras fechas apuntadas por Sanz Fernández son 1509-1514 y 1620 (Sanz Fernández, 2009 : 241).

            Visto las afirmaciones anteriores podríamos dar por valida la hipótesis general de que a finales del siglo XIV y principios del XV se pudieron hacer obras de remodelación en la puerta del Triunfo, y que los escudos que allí se observan pudieron ser colocados por aquellas fechas. Escudos de los tres linajes-bando que gobernaban Trujillo en aquel tiempo, como luego veremos y tras los cuales se adherían el resto de familias que habían participado en la reconquista de Trujillo en 1232.

 3.- Los Bejarano

             De los Bejarano, la “Guia de Trugillo” de Federico Acedo comenta que fueron Señores de Orellana de la Sierra, y progenitores de los Marqueses de Sofraga. Su antigüedad se remonta a los tiempos del rey portugués Alfonso Enríquez, estando Fernando González Bexaranos, a su servicio en la conquista de la ciudad de Bexa el 29 de noviembre de 1162.  Ciudad de la que tomó el apellido que se perpetuó entre sus descendientes. Sigue Acedo argumentando que la participación de los Bejarano en la conquista de Trujillo debió de estar fuera de toda duda, mostrando como prueba de ello que su escudo se encuentra al lado de los Altamirano, en el arco de Fernán Ruiz, puerta por la que entró el ejército cristiano (Acedo. 1913: 18).        Para Fernández-Daza, los Bejarano no se asentaron en la ciudad después de su conquista, y siguieron al resto de las tropas cristianas en su reconquista hacia el sur. En Badajoz protagonizaron algunas luchas con otro bando rival, los Portogaleses, reyertas de las que salieron vencidos y por la que algunos de sus miembros huyeron hacia Trujillo (Fernádez-Daza. 1993: 167). Población en la que según Manuel Morales debieron haber perdido sus privilegios de conquista, dejando sus propiedades a cargo de otras personas (Morales. 1966: 104). Al volver a Trujillo emparentaron con los Añascos, quienes les cedieron la mitad de sus derechos de gobierno, en los que habían participado a partes iguales Altamiranos y Añascos hasta entonces. Entre las familias que en el siglo XV formaban el linaje Bejarano podemos encontrar a los Vargas, Carbajal, Paredes, Loaisa, Ramiro, Campo, Cabezas, Bonilleja, Bote, Sandoval y Valverde entre otras (Fernádez-Daza Alvear 1993: 167)    

 

4.- Las armas de los Bejarano y de los Bonilleja

 4.1.- Descripción

            Las Armas de los Bejaranos según se se refleja en  el Nobiliario español de Atienza sería: “en campo de plata un león rampante al natural y cuatro cabezas de dragones de sinople lampasados de gules, movientes de los cuatro ángulos del escudo” (Atienza. 1959: 235).

OLYMPUS DIGITAL CAMERA

 

 Imagen 4: Escudo de los Bejarano en la techumbre de la escalera de acceso al Ayuntamiento de Trujillo

            El mismo escudo de los Bejarano es descrito en el “Nobiliario de Extremadura”  de Adolfo Barredo de Valenzuela y Ampelio Alonso de Cadenas: “En plata un león rampante, de gules y cuatro cabezas de sierpe de sinople linguadas de gules movientes de los cantones”  mismo escudo con que blasona a los Bonilleja.

            Descripción que varia en los manuscritos del siglo XVI  de  Hinojosa y Tapia, que coinciden al señalar el blasón de los Bejarano como león grande en medio de cuatro cabezas de onzas (Muñoz de San Pedro. 1952: 235). Como realmente se puede observar en las numerosas representaciones de dicho blasón que se encuentran en los monumentos de Trujillo. Escudo que según el manuscrito de Tapia, compartían tanto Bejaranos como Bonillejas con quien también estaban a la hora de los repartos de cargos municipales (Muñoz de San Pedro. 1952: 237).

 Imagen 5

Imagen 5: Escudo de los Bejarano, situado en la portada de su alcázar

            El escudo de los Bonilleja aparece definido por Naranjo Alonso en su libro “Trujillo. Sus hijos y monumentos”, como un león grande en medio de cuatro cabezas de onzas pero el león contornado, es decir con el cuerpo orientado hacia el lado derecho, al contrario que el que se muestra en el de los Bejarano (Naranjo Alonso. 1983 : 269).

 Imagen 6

Imagen 6: Escudo de Sancho de Bonilleja situado en su sepulcro

 4.2.- Elementos del escudo

             La principal figura que se muestra en el escudo de los Bejarano es el león, según el trabajo de Luís Valero de Bernabé y Martín de Eugenio, sobre el análisis de las características generales de la heráldica gentilicia española y de las singularidades heráldicas existentes entre los diversos territorios históricos hispanos, el león es uno de animales considerados como Reyes del Bestiario Heráldico, exactamente el rey de los animales terrestres, en oposición al águila como reina de los cielos. Como rey ocupa normalmente el centro del escudo cubriendo la mayor parte del mismo. Su color natural es el oro o el gules (rojo). Su posición es la de alzado en posición erecta que parece recordar a un hombre combatiendo y no a un animal, descansando sobre la patas posteriores y las garras delanteras levantadas en actitud amenazante, la derecha más alta que la izquierda. Su cabeza se dibuja de perfil, por lo que solo se le ven un ojo y una oreja. Su boca está abierta con la lengua fuera. Su cola suele estar muy desarrollada y se la dibuja siempre en posición alzada, unas veces casi recta y otras con el extremo doblado hacia el dorso del animal formando la letra S, terminada en una borla de pelos. Esta posición que se denomina como “rampante”, es su posición heráldica natural, por lo que si no se dice nada, ésta será su postura  con la que se le presente.  El león no es un animal de la fauna europea, pese a ello es una de las figuras animales más representados en las armerías. Ello puede ser debido a la idea de nobleza y dominio que se asocia con este animal. El Marqués de Avilés lo considera símbolo de la soberanía, la autoridad, la magnanimidad y la vigilancia, denotando al caballero clemente que perdona a los que se le humillan y destruye a los que se le resisten. El símbolo del léon es adoptado por príncipes y caballeros que se destacan por sus actos de valentía, en contraposición con el águila del poder imperial. La figura del León fue introducida en la Península ibérica por el rey Alfonso VII de León, que tras proclamarse emperador, hizo grabar un león en sus monedas en una fecha cercana al 1135. Costumbre que será seguida por sus sucesores para las armas parlantes del reino de León. Figura que también fue exportada al reino de Aragón, tras intentar apoderarse de dicho reino a la muerte de Alfonso I. Prueba de ello es el símbolo del León de la ciudad de Zaragoza. Aunque la posición de rampante es la más habitual, pueden darse excepcionalmente otras posturas, en cuyo caso es necesario precisarlas (Valero de Bernabé y Martín de Eugenio. 2007: 136).  Es el caso del león de los Bonilleja del que se dice que es contornado, es decir que todo él o solo su cabeza mira hacia el lado siniestro del escudo.

            Los dragones, son el otro animal que es descrito por algunos autores como representado en el escudo de los Bejarano. Más concretamente sus cabezas, cuatro saliendo de las esquinas del escudo y mirando hacia el interior. El dragón  según el trabajo de Luís Valero de Bernabé y Martín de Eugenio es un monstruo fabuloso cuyo origen podemos encontrarlo en oriente, en su opinión, pese a tener un aspecto  aterrador aspecto, no era considerado como un animal nocivo para los hombres, sino benéfico y tutelar. Era una criatura que estaba al servicio de las divinidades como guardián de lugares sagrados. Hay constancia de que el dragón fue el emblema del Imperio Chino, también fue utilizado por los mongoles y por las legiones romanas de Trajano. Después de las invasiones Bárbaras de Europa su utilización decayó hasta que volvió a introducirse en Europa por los Cruzados que regresaban de Tierra Santa (Valero de Bernabé y Martín de Eugenio. 2007: 250). Esta afirmación merece la pena matizarse porque en el tapiz de Bayeux en el que se narra la conquista de Inglaterra por los normandos de Guillermo “el Conquistador” en 1066, ya aparecen dragones como emblemas preheráldicos dibujados en los escudos de los guerreros normandos.

            En el mundo cristiano el dragón era considerado como la representación de los sarracenos a los que se enfrentaban los cruzados. Oponiéndose al león y al águila símbolos de muchos de los caballeros cristianos, por ello el dragón perdió su carácter tutelar y benéfico que tenía para Oriente y se convirtió en la personificación de las fuerzas del mal a las que el caballero cristiano se enfrentaba, mostrándose en sus escudos como el dragón vencido y con su cabeza cortada o con la boca abierta atravesado por una lanza a imitación de San Jorge, el matador de dragones. Este patrón de la Caballería, debe su origen en Capadocia a finales del siglo III, quien según nos relata la leyenda salvó a una dama en tierras de Libia, de ser devorada por un dragón que asolaba dicha comarca. Dicho relato, para algunos autores, se basa en la personificación de un guerrero que fue capaz de enfrentarse a los enemigos naturales que el hombre tenía en la zona media de Etiopía, con todos ellos se formó un ser de fábula, el dragón, con cabeza, patas y cola de cocodrilo, cuerpo de hipopótamo, y dorso espinoso de la perca gigante de rio. Su hazaña sería traída a Europa por los cruzados. En la heráldica su esquematización hace que la escena del caballero montado a caballo e hiriendo al dragón en la boca se convierte en una banda a cuyo extremo se representa la cabeza del dragón (Valero de Bernabé y Martín de Eugenio. 2007: 250).

            En la otra descripción del escudo de los Bejarano aparecen cuatro cabezas de onza en lugar de las cabezas de dragón. Para  Luís Valero de Bernabé y Martín de Eugenio la onza es un felino de piel con manchas que se representa de perfil, es símbolo de bravura y fiereza pero con un aspecto peyorativo. No está claro si la onza representa al lince o a la pantera . Según Martín de Riquer en su estudio sobre la heráldica Castellana en tiempos de los Reyes Católicos identifica la onza con el lince.

 Imagen 7

Imagen 7: Escudo de los Bejarano en la casa “del Cerrojón” en la calle Domingo Ramos

 

4.3.- Razonamientos de los elementos del escudo

             Para Clodoaldo Naranjo la razón de las cabezas de dragones en el blasón de los Bejarano se debe a que durante el reinado de Alfonso XI, en el que se llevo a cabo la conquista de Algeciras, participaron las fuerzas de concejo de Trujillo, como así aparece en la Crónica de Alfonso XI. Destacando por su valentía en las operaciones desarrolladas en dicho cerco, con capitanes como Alvar García Bejarano, Alonso García de Vargas, su cuñado, Álvaro Ferrández y Alfonso Ferrández Altamirano, siendo premiados con la gracia de llevar las cabezas de dragón en sus blasones, y ese es el motivo de que las lleven los Bejarano, Vargas, Bonillejas y Mendozas de Trujillo. (Naranjo Alonos. 1983: 125) .

            En los manuscritos de Tapia y de Diego y Alonso de Hinojosa, por el contrario, se relata que las armas de los Bejarano deben su origen a que un caballero Bejarano, estando en Cortes observó como otros señores faltaban el respeto al rey, quien los amonestaba diciéndoles que debían guardarle las formas porque le debían sumisión, haciéndoles ver que entre la posición de uno como señor y de los otros como vasallos había por lo menos unas onzas (medida de peso) de diferencia. Ante la desobediencia continuada de los nobles, el Bejarano saco la espada diciendo que no solo había onzas entre uno y otros, sino hasta quintales, y acabó con los irrespetuosos. En agradecimiento a su lealtad el rey le recompensó, dándoles por armas el león acosado por las onzas (animales, por el juego de palabras homónimas). (Muñoz de San Pedro. 1952: 235)

POR MOTIVOS TÉCNICOS NO SEOFRECE ESTA IMAGEN 

Imagen 8: Escudo de los Bejarano en el escudo partido de Diego García de Paredes

“el Sansón” en la iglesia de Santiago (Trujillo)

5.- Los Bonilleja

 

            Como se comentaba en la introducción de este pequeño estudio, el escudo que campea en la puerta del Triunfo pudiera no ser directamente el del apellido Bejarano, sino el de uno de las familias que conformaba este linaje-bando, los Bonilleja. Sancho de Bonilleja, pudo ser el jefe del linaje Bejarano durante la época en la que se reconstruyó la puerta del Triunfo, y podría haber puesto en él su blasón como cabeza de la familia.

            En opinión de Naranjo Alonso los Bonilleja son una de las familias más principales de Trujillo, pero de muy difícil catalogación por los numerosos enlaces que realizó con la nobleza local. Se cree que los Bonilleja provienen de Sancho Jiménez de Vargas “el Capitán”, cuyo tercer hijo se le denominaba “Ferrán Martínez de Truxillo, que casó en Medellín y fue la cabeza de los Vargas de Medellín y de Mérida. A finales del siglo XV hay dos primos Sancho Ximénez de Vargas y Sancho de Bonilleja que son representantes de los regimientos que tuvieron los Vargas en la ciudad de Trujillo, siendo éste último, Sancho de Bonilleja, según opina Naranjo Alonso, uno de los primeros de este apellido y que fundó el mayorazgo en unas heredades que adquirió en Trujillo. Sancho casó con doña Isabel Álvarez de Torres, tuvo por hijos a Francisco de Bonilleja y a Tomás de Bonillleja. Éste último debió se suceder a su padre en el mayorazgo, pues parece como regidor ocupando un cargo que ya había ocupado Sancho años antes. Termina Naranjo diciendo que no sabe decir cual fue su casa solariega pues su blasón se confunde con los Vargas-Bejarano, alterando estos escudos y utilizándolos en algunos casos indistintamente (Naranjo Alonso. 1983: 269) .

            El origen del apellido Bonilleja, nos es desconocido, para algunos vienen de “Bonus”, bueno, pero estudiando el diccionario de Apellidos españoles podemos encontrar alguna pista, en dicho trabajo observamos que el apellido Bonilla es un apellido bastante frecuente y repartido por toda España procede del tóponimo Bonilla, denominación que toman de dos poblaciones Bonilla (Cuenca) o Bonilla de la sierra (Ávila). Siendo este vocablo, según Coromines, de origen árabe buna él-läh, que viene a significar “la notable fortificación” (Faure, Ribes y García. 2002: 159). Por lo que podemos deducir que el apellido Bonilleja pudo venir derivado de Bonilla, viniendo a significar algo así como una “bonilla pequeña”, o una “pequeña pero buena fortificación”.

            Con el término Bonilleja aparecen citadas  unas casas de campo en el estudio de Pascual Madoz “Diccionario Geográfico – histórico – estadístico de España y sus posesiones de Ultramar. Situado en el Término de Torrecillas de la Tiesa, aproximada mente un kilometro al este del alto denominado Mingabrielón.

            Cortijo de la Bonilleja que también aparece en el cancionero de Torrecillas de la Tiesa: “… Aramos las Bonillejas, también los Almaracejos y vamos pa la casilla, derechos al Descansadero” (http://www.torrecillasdelatiesa.org)

            Las enciclopedias en España antes de l´Encyclopédie de Alfredo Avar Ezquerra  hacen referencia a  Fernando Pizarro y Orellana, caballero de Calatrava,del Consejo de su Majestad en el Real de las Ordenes, Comendador de Vetera, señor de la villa de la Cumbre, Manchuela y Bonilleja,  fallecido el 21 de enero de 1652. Según la documentación aportada por D.Luis Vazquez Fernández en su estudio sobre las segundas nupcias de don Fernando Pizarro y Orellana (1628) indica que en el memorial del inventario de bienes que dicho señor llevo a los esponsales aparece la dehesa de Bonilleja, comprada al señor don Luis de Paredes,  vinculada a su mayorazgo (Váquez Fernández. 2002: 578)

            Busquemos por tanto datos que puedan corroborar nuestra hipótesis principal sobre el escudo del arco del Triunfo.

              Siguiendo los estudios de María del Carmen Fernández-Daza apoyados en las crónicas del siglo XVI de Hinojosa y Tapia, son tres los linajes que dominan la ciudad en el siglo XV: los Altamirano, Añasco y Bejarano. En un principio se entiende por linaje el conjunto de tres generaciones (abuelo, padre e hijo) concepto que con el tiempo desarrollan ramas, con lo que la palabra linaje pasa a ser la denominación de las familias que tienen antepasados comunes. En el Trujillo del XV, el término linaje ha evolucionado ampliándolo al clan familiar, unidos en un linaje concreto dominante que es el que le da el nombre, aunque cada uno de ellos pueda llevar otras denominaciones. Fernández-Daza Alvear sigue matizando que el linaje también llega a entenderse como bando. Clarificando las afirmaciones anteriores, expondremos que al linaje Altamirano, pertenecían las familias: Altamirano, Orellanas, Chaves, Calderones, etc. Al de los Bejaranos: Bejaranos, Vargas, Carvajales, Paredes, Loaisas, Bonillejas, Botes, etc. y a los Añascos: Pizarros, Escobares, Tapias, Barrrantes, etc. Resaltando como curiosidad que en el linaje Añasco, el apellido Añasco ha desaparecido en el siglo XV (Fernández-Daza Alvear. 1985: 422).

            La representación del Rey, en el Trujillo del siglo XV, recae sobre el corregidor, y los regidores. Cargos que se elegían el 30 de noviembre , festividad de San Andrés, por dos años, no pudiéndose volver a presentar hasta pasados seis años, y que se reparten entre los parientes mayores o jefes de los tres linajes principales (Altamirano, Añasco y Bejarano) (Fernández-Daza Alvear. 1985: 427).

            En la documentación aportada como anexo por María de los Ángeles Sánchez Rubio en su libro “El concejo de Trujillo y su alfoz en el tránsito de le Edad Media a la Edad Moderna”, aparece Francisco de Bonilleja como regidor en 1462-64, Sancho de Bonilleja en 1482-84, en 1488-90, en 1492-94 y en 1502-04. Tomas de Bonilleja regidor de 1496-98 y 1505-1506, y Núñez de Bonilleja de 1504-06 (Sánchez Rubio, 1993: 221).

            El 6 de febrero de 1470 aparece nombrado Gonzalo de Bonilleja en un deslinde y amojonamiento entre Trujillo y Montanchez AMT. 6.1 (Sánchez Rubio, 1992: 82)

            El 26 de octubre de 1483 Sancho de Bonilleja confirma una concordia entre el concejo de la ciudad de Trujillo y el Monasterio de Guadalupe sobre los debates de la Veguilla y sus límites, la caballería de Navalvillar, etc AMT. Leg 4.9 (Sánchez Rubio, 1992: 111).

            El 26 de marzo de 1490, vuelve a aparecer Sancho de Bonilleja confirmando un Mandamiento del concejo de la ciudad de Trujillo al concejo del lugar de Herguijuela para que envíen diez hombres con Pedro de alonso de Orellana para realizar los mojones entre ejido de Herguijuela y la heredad de los Ballesteros. AMT Leg. 3.1.(Sánchez Rubio, 1992: 168).

            El 28 de junio de 1490,  Sancho de Bonilleja es nombrado como participante en la redacción de una petición a los Reyes Católicos para que confirmasen las ordenanzas sobre los salarios de algunos oficios del concejo AMT. Leg 3.1 (Sánchez Rubio, 1992: 170).

            Consta en una sentencia de 1493 dada por el corregidor de Trujillo, Alvaro Porras, sobre una reclamación que realizaron los vecinos de Berzocana a los herederos de García de Valverde sobre la heredad del Tinadon que los señores Sancho de Bonilleja, Diego de hinojosa y Juan de las Casas era regidores de la ciudad de Trujillo AMT. Leg. 3.1 (Sánchez Rubio, 1992: 191).

            El 24 de marzo de 1494 consta que Sancho de Bonilleja intervino como regidor y vecino de Trujillo en el intercambio de unas cercas en ele ejido de Trujillo entre el concejo de la ciudad y Juan García Escudero AMT Leg 3.1. (Sánchez Rubio, 1992: 200).

            El 30 de noviembre de 1494, Sancho de Bonilleja vuelve a intervenir en calidad de regidor del linaje Bejarano en la elección de cargos concejiles de la ciudad AMT leg 5.15 (Sánchez Rubio, 1992: 205).

            El 21 de junio de 1497 Tomas de Bonilleja aparece como regidor en una carta de censo sobre unas casa de la fortaleza que Inés González tomaba del concejo de la ciudad por 100 mrs. Al año. AMT leg 3.1 (Sánchez Rubio, 1994: 14). Así como de otra carta de censo el 21 de julio de 1497 de unas casas que Mohamed Zegallon tomaba del concejo de la ciudad por 200 mrs. y 4 gallinas al año (Sánchez Rubio, 1994: 16). Y una mas del 21 de julio de 1497 en el que Abrahan de la Plaza, moro, toma de unas casas por la misma cantidad (Sánchez Rubio, 1994: 17).

 Imagen 9

Figura 9. Escudo de los Bejarano en lápida sepulcral en la iglesia de Santa María

            El 21 de julio de 1497 vuelve a aparecer Tomas de Bonilleja en una carta de censo sobre un molino en el río Magasca que Alonso Martín Tripa tomaba del concejo de la ciudad por 13 fanegas de harina de trigo cada año (Sánchez Rubio, 1994: 18)

            El 25 de agosto de 1497, Tomas de Bonilleja en su papel de regidor firma una carta de censo de unas casa que García de Paredes, curtidor, toma del concejo de la ciudad por 460 mrs cada año AMT Leg 3.1.(Sánchez Rubio, 1994: 19).

            El 12 de febrero de 1498, Tomas de Bonilleja como regidor de la ciudad está presente en la carta de arrendamiento de un pedazo de tierra de la caballería de Navalvillar por el concejo de este lugar, quien se obliga a pagar al concejo de Trujillo 200 mrs durante 20 años. AMT.  Leg 3.1.(Sánchez Rubio, 1994: 21).

            El 5 de marzo de marzo de 1498 y el 3 de agosto de 1498, se repiten las participaciones de Tomas de Bonilleja como regidor de la ciudad.

 Imagen 10

            Figura 10. Escudo de los Bejarano en lápida sepulcral en la iglesia de Santa María

             En unas cartas de poder del concejo de la ciudad de Trujillo, de fecha cercana al 21 de abril de 1500, sobre el cobro de diezmos de las hiebas, se nombran como testigos a Mencia Alvarez de Canpo, mujer que fue de Francisco de Bonillleja y a Tomas de Bonilleja. AMT Leg. 3.1 (Sánchez Rubio, 1994: 31).

            En una escritura de 20 de abril de 1503 de venta de unas casas que el concejo de la ciudad de Trujillo compra a Pedro de Hinojosa, Jimena Álvarez, García de Arévalo, Teresa Sánchez y Diego de Malpartida aparece nombrado Diego Alonso de Bonilleja (Sánchez Rubio, 1994: 65).

            El 9 de septiembre de 1503, se cita a Sancho de Bonilleja en una Real provisión de los Reyes Católicos al corregidor de Trujillo para que envie al Consejo Real información sobre las obras efectuadas en la fortaleza de esta ciudad, las cuentas que se han gastado y su parecer sobre quien deberían hacerse cargo de su realización. En la que se dice que García de Vargas y Sancho de Bonilleja habían labrado e reparado torres y casas fuertes cerca de dicha fortaleza que son muy perjudiciales para la defensa de la misma (Sánchez Rubio, 1994: 73).

            Sancho de Bonilleja sigue cubriendo la plaza de regidor en 1504, apareciendo nombrado en unas diligencias de 6 de mayo de 1504, redactadas por el bachiller Juan Osorio para averiguar la verdad de las quejas presentadas ante los reyes sobre los derechos excesivos llevados a los dueños de ganados en el paso de las barcas de Albalat. AMT: Leg. 8.12 (Sánchez Rubio, 1994: 85). De igual manera Sancho de Bonilleja es nombrado en una Real Provisión de 10 de septiembre de 1504 de los Reyes Católicos dirigida al corregidor de Trujillo para que no consienta que los alguaciles, cuando van a los lugares del término, lleven los derechos doblados alegando que son de concejo AMT Leg. 8.17 (Sánchez Rubio, 1994: 101).

            Tomas de Bonilleja es nombrado como corregidor de Trujillo en una Ordenanza de 9 de junio de 1505, mandando que no se concedan nuevas vecindades a personas de fuera que arrienden dehesas en Trujillo y su tierra, ante los daños que realizan en los montes AMT Leg. 3.1 (Sánchez Rubio, 1994: 109).

            María del Carmen Fernández-Daza Alvear apunta en su trabajo sobre la participación de Trujillo en la guerra de Granada que los Reyes Católicos pidieron fuerzas a sus Concejos, entre ellos al de Trujillo. Todos los caballeros debían acudir con su montura y armas. Las noticias de la participación de Trujillo en estas campañas se conservan en el archivo en las Actas Concejiles de la ciudad, abarcando desde 1485 a 1487. Los caballeros podían acudir personalmente con su montura y armas o contribuir con dinero, repartiéndose el número de lanzas según la importancia económica del caballero en la ciudad (Fernández-Daza Alvear. 1986: 351). En el Tomo 19 de los acuerdos del Concejo de Trujillo, se hace relación de los repartimientos de las cien lanza que los Reyes Católicos pidieron como tropas para la guerra de los moros el 17 de agosto de 1485. Entre ellas aparece Luis de Chaves como personaje más importante de la ciudad junto a García de Vargas facilitando tres lanzas, Francisco de Bonilleja junto a Juan de Carvajal un lanza por mitad, y Sancho de Bonilleja e Alonso de Castro una lanza, Sancho dos tercios y Alonso uno. Cantidad similar a la que dispusieron los caballeros de Torrecillas o de Cañamero (Escobar Prieto 1904: 495)

            En el alarde de 1502 estudiado por Miguel Ángel Ladero Quesada se muestra que el linaje-bando de los Bejarano estaba representado por Juan de Vargas con quien vivían 11 escuderos, seguido por Sancho de Bonilleja con 3 (Ladero Quesada. 2004: 164).

            La última referencia a un miembro de la familia Bonilleja la encontramos en unos protocolos notariales en los que se cita al regidor don García de Bonilleja ya su mujer, doña Leonor de Herrera, quienes poseían tres esclavos, y que en 1632 realizan carta de ahorría para ellos. (Periañez Gómez. 2005: 473).

            Observando las lineas genealógicas de los Bonilleja, observamos que tiene enlaces con las principales familias que gobiernan la ciudad, con los Vargas con los que mantienen lazos de parentesco desde sus inicios, y se apoyan mutuamente en el gobierno de la ciudad, como botón de muestra indicar que en las elecciones del 30 de noviembre de 1498 Tomás de Bonilleja como regidor saliente del linaje de los Bejarano, elige a Juan de Vargas como su sucesor en los cargos del Concejo (Fernández-Daza Alvear. 1985 : 431). Con la familia del Luis Chaves el Viejo, máxima autoridad de la ciudad  a finales del siglo XV. Al haberse casado doña Francisca Calderón “la gorda” hermana de Sancho de Bonilleja con Martín Chaves “el tuerto” tercer hijo de Luis de Chaves “el Viejo” muerto en el cerco de Trujillo en 1476. Y por otro lado con la alianza con los Torres con el matrimonio de Leonor González Bonilleja, hermana también de Sancho de Bonilleja con Diego de la Torre, personaje que poseía la casa fuerte que lindaba con la puerta del Triunfo.

 6.- Situación de los escudos de los Bonilleja

             Aparte de la posibilidad de que el escudo de la puerta del Triunfo perteneciera a la familia de los Bonilleja, si tenemos constancia de la existencia de un escudo de los Bonilleja en la ciudad de Trujillo, en el enterramiento de Sancho de Bonilleja y su mujer Isabel Álvarez de Torres, situado junto a la capilla de los Vargas, en  la iglesia de Santa María la Mayor.

 Imagen 11

            Figura 11. Sepulcro de Sancho de Bonilleja y su mujer Isabel Álvarez de Torres

             León de los Bonilleja que pudo llegar a ser utilizado indistintamente por algunos miembros de la familia Bejarano como el león contornado que también aparece en una estela sepulcral en el suelo de la iglesia de Sarta Maria la Mayor, en la que se muestra junto a los apellidos Torres y Pizarro, y según mi opinión pudiera pertenecer a Pedro de Orellana Señor de Orellana de la Sierra.

 Imagen 12

Figura 12. Lápida sepulcral posiblemente de Pedro de Orellana

             Este Pedro de Orellana era  hijo de Juan de Orellana “el Ciego” conocido como Juan Vargas, 8º señor de Orellana de la Sierra, también llamada Orellana la Nueva u Orellanita, para distinguirla de Orellana la Vieja perteneciente a los Altamiranos (Lodo de Mayoralgo. 1974: 834). El sepulcro de Juan de Orellana “el Ciego” podría ser el que se encuentra a la derecha del altar, sirviendo de muro divisorio con el arranque de la escalera a la torre románica de la iglesia de Santa María. Adornado con tres escudos de la forma de los Bejarano (león rampante con las onzas) Y que según los estudios sobre la Iglesia de Santa María la Mayor de Trujillo de José Antonio Ramos Rubio, muestra en el fondo de la arcada una inscripción grabada ya casi borrada que dice: “AQUI YACE SEPULTADO EL NOBLE IVAN DE ORELLANA SEÑOR DE ORELLANA DE LA SIERRA EL QVAL MANDO HASER ESTE ENTERRRAMIENTO I ALTAR. ACOBOSE EL AÑO DE MILL I QUINIENTOS I VIENTE I DOS AÑOS”

            Pedro de Orellana era hijo de Ines de Torres Pizarro, de quien heradaría las 5 torres de los Torres y el oso con el pino de los Pizarro, que también se muestran en el escudo que adorna su estela sepulcral. Ines de Torres Pizarro era hija de Isabel García Calderón y de Cristobal Pizarro “el cabezudo”, siendo Cristobal hermano de Isabel Álvarez de Torres, mujer de Sancho de Bonilleja.

            León “Bejarano” que también fue utilizado por alguno de los Bonilleja como el que se muestra en la lápida sepulcral de Francisco de Bonilleja y de su mujer Mencia Álvarez de Ocampo, y que mando hacer su hijo Tomas de Bonilleja, y que probablemente también sirve de lápida para su enterramiento y el de su mujer, que según este escudo debió pertenecer a la familia Golfín. Por eso se presenta a la derecha del escudo (izquierda del observador) las armas de los padres de Tomás (el león de los Bonilleja, en este caso el de los Bejarano y las tres fajas de los Ocampo) y las de su mujer (cuartelado de lises y castillos).

 Imagen 13

Figura 13. Lápida sepulcral de Francisco de Bonilleja y su mujer Mencia Álvarez de Ocampo, mandada poner por su hijo Tomas de Bonilleja

             Leones rampantes o contornados que sirven para representar a la familia Bejarano ligada a los Bonilleja – Vargas, de manera indistinta. De este modo se comprenden la existencia de las imágenes de los dos leones; el  “león Bejarano” acompañado del “león de los Bonilleja” que aparece guardando el altar del linaje Bejarano que se haya en la iglesia de Santa Maria la Mayor en Trujillo, en el muro del Evangelio. Enterramiento y altar mandado hacer por Diego García de Orellana, señor de Orellana la Nueva, terminada en 1522 según se lee en las inscripciones que se conservan (Barriocanal lópez y Gallego domínguez. 2001: 32). Y que según mi opinión pudiera ser el enterramiento o de Diego García de Orellana (3º señor de Orellana la Nueva), padre de Juan de Orellana “el Ciego” (el del sepulcro de al lado) casado con Isabel de Vargas, hija de Alonso García de Vargas y Teresa Gonzalez Ramira, nieta de Sancho Jiménez, del que también descienden los Bonilleja, y comparten escudos, según Tena Fernández. Este enterramiento de Diego García de Orellana sería realizado posteriormente pues en su testamento realizado en 1492 deja encargado que depositen su cuerpo en la sepultura de su bisabuelo Alvar García Bejarano (1º señor de Orellana de la Sierra), en la iglesia de Santa María la Mayor de Trujillo, situada  a mano derecha del altar mayor por cima de la sacristía junto con las gradas del altar mayor (Adámez Díaz, 2005: 177).

Imagen 14

 

Figura 14. Altar del linaje Bejarano que se haya en la iglesia de Santa Maria la Mayor

             Ejemplo de los dos leones (Bejarano y Bonilleja) que también podemos observar decorando las terminaciones de una balaustrada de un balcón de una casa que los Bejarano tenían en la Plaza Mayor de Trujillo

 Imagen 15

Figura 15. Balaustrada de balcón de una casa que los Bejarano tenían en la Plaza Mayor

             Un último apunte recogido del trabajo de D. José Ramos Lozano sobre la Heráldica trujillana en interiores en el que cita un escudo de los Bonilleja en la calle Nueva nº 88 pintado en cantería en una pared orientada al sur, y del que no hemos podido obtener imagen (Lozano Ramos. 1995: 234).

7.- Conclusión

 

            Con los datos anteriores y con los aportados en el apartado de la bibliografía hemos obtenido esta cadena de descendencia, listado que hay que tomar con las respectivas reservas pues proceden de memoriales, manuscritos y tratados cuyos datos en la mayoría de los casos no pueden ser cotejados con otras fuentes, incluso en algunos casos dan informaciones contradictorias:

             El primer Bonilleja en Trujillo citado en los documentos consultados es Francisco de Bonilleja posiblemente casado con Mencia Álvarez del Canpo, cuyo lápida sepulcral aparece en la iglesia de Santa María la Mayor (Trujillo). Su escudo lleva un león en su forma natural como el de los Bejarano, y debía haber muerto en una fecha cercana al 1500 según consta como viuda Mencia Álvarez del Canpo en el documento anteriormente citado.

            Existe en 1470 un Gonzalo de Bonilleja, del que no he podido obtener mas datos, que pudiera ser hermano de Francisco o quizás su padre.

         Francisco de Bonilleja tuvo varios hijos (ignoro el orden de descendencia):

–        Juan Alonso de Bonilleja

–        Francisca “la gorda” en ocasiones mencionada como Francisca Calderón, que casó con Martín Chaves “el tuerto”, tercer hijo de Luis Chaves “el viejo” y María de Sotomayor. Y que tuvo un hijo que se llamó Luis Chaves de la Calzada

–        Leonor González de Bonilleja, que casó con Diego de Torres, señor de las casas que lindan con la puerta del Triunfo. De la unión de Leonor y Diego tuvieron a Francisco de Torres, quien casó tres veces. Con Juana López de Tapia, con Catalina de Orellana y con Elvira de Carvajal. De esta última tuvo a Francisco de Carvajal, Inés, Juana González y Gonzalo de Torres, también llamado Gonzalo Hernández de Torres, quien casó con Ana de Orellana.

–        Sancho de Bonilleja, el personaje más importante de la familia a finales del XV y a quien pudiera deberse el escudo de la puerta del Triunfo. Casó en segundas nupcias con Isabel Álvarez de Torres, hija de Francisca Pizarro y nieta de Álvaro Pizarro. Isabel era hermana de Beatriz de Torres que casó con Tomás de Bonilleja. Isabel también era hermana de Diego Pizarro, Francisca y Cristobal Pizarro “el Cabezudo”, éste último casó con Isabel García Calderón, que era hermana de Inés de Calderón e hijas de Alvaro Calderón (regidor de Trujillo en 1462). Del matrimonio de Cristobal Pizarro “el cabezudo” e Isabel García Calderón nació Ines de Torres Pizarro quien casó con Juan de Orellana “el ciego” también conocido como Juan de Vagas (8 señor de Orellana de la Sierra), fruto de este matrimonio nació Pedro de Orellana, señor de Orellana de la Sierra y cuya lápida sepulcral pienso que sería la que está en la iglesia de Santa María la Mayor (Trujillo) en la que campea el “León de los Bonilleja”(contornado) junto a las armas de su mujer (las cinco torres de los Torres, y el arbol con los osos de los Pizarro).

–      También aparece citado en los documentos de aquella época Tomás de Bonilleja, padre de Francisco de Bonilleja, pero no hay datos que aseguren si fue hermano o hijo de Sancho de Bonilleja de su primer matrimonio, si es que hubo descendencia. Tomás aparece como regidor en los tiempos en que no lo es Sancho, y hay constancia de un Tomás de Bonilleja casado con Beatriz de Torres, hermana de Isabel Álvarez de Torres, mujer de Sancho de Bonilleja. Lo que nos indica que en caso de ser el mismo personaje, los hermanos Bonilleja se casaron con las hermanas Torres, o que el sobrino se casó con su tia, caso que me parece menos favorable, pero que también ocurrió en alguna ocasión como el enlace del que se hace eco el Conde de canilleros en su estudio sobre Diego García de Paredes, hijo, en el que indica en una nota que Lope Pizarro casó con su tia doña Juana de Loaisa, y tuvieron a Alvaro Pizarro  que fue marido de Juana de Aragón, hija del duque de amalfi, dando vida a los Piazarro-Aragón, luego marqueses de Piedras Albas (Muñoz de San Pedro, 1957: 63). Clodoaldo Naranjo opina que Tomás era el primogenito de Sancho, pero la estela sepulcral que se ha comentado anteriormente de Francisco de Bonilleja y su mujer me hace pensar que probablemente Tomás de Bonilleja fuera hermano de Sancho de Bonilleja, por eso Tomás puso a su hijo el nombre de su padre, Francisco.

Y por eso en las elecciones del 30 de noviembre de 1494 para los cargos del concejo, Sancho de Bonilleja, regidor saliente, apoyó a Francisco de Loisa y Gonzalo do Campo para que le sucedieran en su cargo como regidores pertenecientes a la familia Bejarano. Probablemente Gonzalo do Campo fuera familia de Sancho por su madre Mencia Álvarez del Canpo.

           Sancho de Bonilleja casado con Isabel Ávarez de Torres tuvieron a Francisco de Bonilleja y a Juan.

           Francisco de Bonilleja casó con Isabel Mendez, hija de Diego mendez y María Altamirano, fruto del matrimonio de Francisco e Isabel fueron:

–      Sancho de Bonilleja (que llevaba el nombre de su abuelo) casado con María de Torres el 23 de agosto de 1551. María de Torres era hija de Gonzalo de Torres y Ventura González de Bonilleja, que era viuda de Francisco de Rueda, lo que nos hace pensar que había alguna linea más de los Bonilleja, aparte de la que estamos describiendo. Sancho y Maria tuvieron a Francisco de Bonilleja y Gonzalo de Torres

–      Francisco de Bonilleja, que podía estar fallecido alrededor de 1569

–      Gonzalo

–      Diego Mendez de Bonilleja, casado con Catalina Mendez de la Torre (que aparece ya viuda en 1570), de cuya unión tuvieron a Francisca y a Francisco de Bonilleja y Torres e Isabel Méndez de Bonilleja Altamirano también citada como Isabel Méndez de Orellana

           Francisco de Bonilleja casó con Isabel (fallecida hacia 1526) con quien tuvo a García de Bonillejas, María de Torres, Leonor, Isabel, Antonia e Inés.

           Isabel Méndez de Bonilleja Altamirano casó con alonso de Tapia Altamirano

 

           Visto lo anterior creemos haber aportado los datos suficientes para poder plantear como hipótesis factible que el escudo del Léon que campea en la puerta del Triunfo en Trujillo, pudiera pertenecer a los Bonilleja. Sancho de Bonilleja, pudo ser el jefe del linaje Bejarano y persona influyente en el gobierno de la ciudad de Trujillo, durante la época en la que se reconstruyó la puerta del Triunfo, y sería su blasón el que campeara en dicho arco y no el propio del apellido Bejarano, esto es un león grande en medio de cuatro cabezas de onzas (panteras o linces) pero el león contornado, es decir con el cuerpo orientado hacia el lado derecho, al contrario que el que se muestra en el de los Bejarano.

          

8.-Bibliografía

 – AA.VV. (Barriocanal López, Yolanda y Gallego Domínquez, Olga) La capilla   funeraria de    los Altamiranos en Santa María la Mayor ( Trujillo). Norba-    Arte XX-XXI 2001

– AA.VV. (Andrés Ordax, Salvador y Pizarro Gómez, F.Javier) El patrimonio      artístico de Trujillo (Extremadura) Junta de Extremadura 1987

– AA.VV. (Faure, roberto. Ribes, María Asunción. García, Antonio) Diccionario de        apellidos españoles. Editorial Espasa Calpe 2002

– AA.VV. (Valero de Bernabé, Luis y Eugenio de, Martín) El análisis de las        características generales de la heráldica gentilicia española y de las       singularidades heráldicas existentes entre los diversos territorios históricos       hispanos. Memoria para optar al grado de Doctor. Madrid 2007

– AA.VV. (Barriocanal López, Yolanda y Gallego Domínquez, Olga) La capilla funeraria de los Altamiranos en Santa María la Mayor ( Trujillo). Norba-            Arte XX-XXI 2001

– Acedo, Federico. Guia de Trugillo1913

           – Manuscritos de los linajes trujillanos. Archivo Municipal de Trujillo

– Adamez Díaz, Antonio. Los señoríos de Orellana la vieja y Orellana de la Sierra.        Muñoz             Moya editores Extremeños. 2005

– Atienza de, Julio. Nobiliario español. Aguilar. 1959

– Avar Ezquerra, Alfredo. Las enciclopedias en España antes de l´Encyclopédie              Madrid CSIC 2009

– Cooper, Edward. Castillos señoriales de la Corona de Castilla. Edita Junta de Castilla y León 1991

– Cordero Alvarado, Pedro. Trujillo. Guia Monumetal y Heráldica. IEHGE. 1996

– Escobar Prieto, Eugenio. Los Reyes Católicos en Trujillo. Revista Extremadura.           Tomo   IV. 1904

– Fernández-Daza Alvear, Carmen. La ciudad de Trujillo y su tierra en la baja     Edad   Media. Edita Junta de Extremadura 1993

           – La participación de Trujillo en la guerra de Granada. En la España        Medieval. Tomo V. Editorial de la Universidad Complutenese. Madrid 1986

           – Linajes trujillanos y cargos concejiles en el siglo XV. La Ciudad   Hipánica… Editorial de la Universidad Complutense. Madrid 1985

– Ladero Quesada, Miguel Ángel. La caballería y la población de Extremadura según los alardes de 1502. Norba. Revista de Historia vol 17. 2004

–                 Lodo de Mayoralgo, José Miguel. Un manuscrito genealógico trujillano del         siglo    XVII:   Los Altamiranos y Torres. Hidalguía, revista de genalogía,       nobleza y armas nº127 – Noviembre-Diciembre 1974

– Lozano Ramos, José. Heráldica trujillana en interiores. XXIV Coloquios         Históricos de Extremadura 1995

– López Rol, María Luisa. Catalogo I (1256-1599) Archivo Municipal de Trujillo.            2007

– Messía de la Cerda y Pita, Luis F. Heráldica española. Aldaba ediciones 1990

– Morales, Manuel. Los Altamirano en la conquista de América. Mexico 1966

– Muñoz de San Pedro, Miguel. Crónicas trujillanas del siglo XVI. 1952

–      Diego García de Paredes, fundador de Trujillo en Venezuela. CSIC. Madrid.             1957

– Naranjo Alonso, Clodoaldo. Trujillo sus hijos y monumentos. Espasa-Calpe.     Madrid 1983

– Periañez Gómez, Rocío. La esclavitud en la sociedad trujillana del siglo XVII. Actas XXXIII Coloquios Históricos de Extremadura. 2005

            – Ramos Rubio, José Antonio. La iglesia de Santa María la Mayor de Trujillo.                              Lancia 2001

            – Sánchez Rubio, Maria de los Ángeles. El Concejo de Trujillo y su alfoz en el                              tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna. Universidad de Extremadura.                 1993

            – Gastos de la Hacienda trujillana en la baja Edad media. Las Obras Públicas. XX                      Coloquios Históricos de Extremadura. 1994

            – Documentación Medieval. Archivo Municipal de Trujillo (1256-1516) Parte I.                            Institución Cultural “El Brocense”. Cáceres 1992

–        Documentación Medieval. Archivo Municipal de Trujillo (1256-1516) Parte II. Institución Cultural “El Brocense”. Cáceres 1994

            – Sanz Fernández, Francisco. Paisaje, percepciones y miradas urbanas de una      ciudad del  Renacimiento: Trujillo. Editorial Regional de Extremadura 2009

–        Tena Fernández, Juan. Trujillo, histórico y monumental. 1988

–        Vázquez Fernández, Luis. Las segundas nupcias de don Fernando Pizarro y Orellana (1628). XXXI Coloquios Históricos de Extremadura. 2002

Nov 232013
 

Martiria Sánchez López.

Investigadora y profesora de Historia del Arte 

 

          I.-   I N T R O D U C C I Ó N

 

      Para estudiar este tema hemos consultado los documentos existentes en el Archivo Municipal de Jaraíz, especialmente los referentes a la segunda mitad del siglo XIX y primer tercio del siglo XX. Del Archivo Provincial, hemos manejado el Interrogatorio de la Audiencia Provincial de Cáceres y el Interrogatorio de Ensenada, que nos aclaran cómo era la enseñanza durante el Antiguo Régimen. Hemos consultado, además, los escritos de los párrocos de Jaraíz enviados al geógrafo Don Tomás López, de la Biblioteca Nacional, que nos dan idea de la situación cultural  y del estado de  la enseñanza en el siglo XVIII. Así mismo hemos manejado los Archivos Parroquiales de las iglesias de Santa María y San Miguel, de los que hemos obtenido algunos datos interesantes para el estudio del tema.

       A partir  de la documentación consultada,  podemos afirmar que, a lo largo de los distintos períodos históricos, el analfabetismo era la nota dominante en nuestro pueblo, semejante a las demás zonas rurales extremeñas, pero muy distante a otras zonas, como el País Vasco, ya a comienzos del s. XX.

      Aquí el gran salto se dará partir de la segunda mitad del s. XX, ya que al comienzo de la Segunda  República el índice de analfabetismo aún se elevaba al 50 % de la población.

       Son varias las causas de esta lamentable situación, como analizamos en este trabajo. En primer lugar, la falta de interés de los padres por que sus hijos aprendieran  al menos a leer y escribir, ya que les preocupaba  más que estos les ayudaran en las faenas agrícolas aunque siguieran siendo analfabetos. Esta característica la hemos observado a lo largo de distintos períodos históricos.

       A este respecto, veremos cómo, a pesar de la “Ley de Escolarización” que se promulgó en el reinado de Alfonso XII, muchos padres seguían sin acatar estas normas. Por otra parte, los maestros estaban muy mal pagados, en general, pues sus sueldos dependían de los Ayuntamientos quienes, a veces, tardaban en abonarles un salario indigno. Otra causa fue la falta de locales apropiados para la enseñanza, poco higiénicos, mal ventilados y pocos pedagógicos, además del  elevado número  de niños por clase.

       A pesar de que durante la Dictadura de Primo de Rivera se intentaron  solucionar algunos de estos problemas, a Jaraíz no llegaría pronto la solución, pues  el Grupo Escolar de ocho unidades que se concedió al pueblo, no llegaría a ser una realidad hasta 1958 fecha de la  inauguración  del Grupo Escolar “César Carlos”.

 

 

II.- LA ENSEÑANZA EN LA EDAD MODERNA EN JARAÍZ.

(SIGLOS XVI, XVII Y XVIII).

 

II.- A.- CARACTERÍSTICAS GENERALES.

 

      La Enseñanza, en general, era muy deficiente en esta época. La mayor parte de la población poseía un elevado índice de analfabetismo, ya que solamente las clases privilegiadas, nobleza y clero, tenían acceso a la cultura y mostraban interés por ella.

      Es muy revelador a este respecto el testimonio que en el siglo XVIII nos dará el Vicario de la Parroquia de Santa María, Don Manuel Gutiérrez Ovejero, en sus escritos al geógrafo Don Tomás López, donde nos aclara el poco interés que tenían los padres jaraiceños por que sus hijos aprendieran a leer y escribir, con estas palabras: “Sus naturales son más inclinados al cultivo de sus tierras que al buen gusto de las letras, aunque de entendimiento agudo y sagaz, capaz de recibir toda ciencia.” (Arch. B.N.)    Por estas palabras observamos cómo el vicario pondera las cualidades intelectuales de los vecinos y se lamenta de que sólo las aplicaran para el trabajo del campo.

       No obstante, vemos cómo los pocos que escogieron el trabajo intelectual llegaron a las más altas cotas del saber, como fue el caso del Maestro Gonzalo Korreas, en el siglo XVI., catedrático y profesor de Griego, Latín y Hebreo en la universidad de Salamanca Fue un  gran estructuralista de la lengua castellana, y escribió  gran cantidad de obras, entre las que destacan la Gramática Kastellana y los Proverbios y Refranes de la lengua kastellan. En el siglo XVII destacó, entre otros, el Padre Juan de Escobar, que fue misionero en el Perú, donde desarrolló una gran labor evangelizadora y cultural. También destacó por su trabajo intelectual  y valía, el Obispo jaraiceño Juan Domingo Manzano, quien ejerció de  Obispo en Jaca, en el siglo XVIII. Aparte de su labor como prelado, fue una gran personalidad en el campo de las letras y en la enseñanza, fundando un seminario.

      Estas y otras personalidades iniciaron su formación en el Colegio de Segunda Enseñanza que se fundó en Jaraíz en el siglo XVI y  del que hablaremos más adelante.

 

 

 

 

 

 

II.- B.- LA ENSEÑANZA PRIMARIA.

 

      Estuvo controlada durante todo este período histórico por la Iglesia. Los maestros necesitaban la aprobación y licencia del obispo de Plasencia para desempeñar su cargo. Estos debían cumplir con las directrices que se les marcara desde el obispado, como era la enseñanza de la doctrina cristiana y podían ser cesados de sus funciones si no lo hacían. Los maestros de las zonas rurales eran controlados por los curas-párrocos de cada pueblo, por lo que no podían separarse de lo que les ordenara el obispado.

      A finales del siglo XVII, el Sínodo de Plasencia plasma  ya la distinción entre maestro de niños y maestra de niñas, aunque a éstas no se les da el nombre de “maestra”, sino que se la denomina “mujer que enseña a las niñas”. En esta enseñanza se da más importancia al aprendizaje de la doctrina cristiana y a las normas de educación que a leer y escribir.

      Es curioso observar cómo en las Ordenanzas Municipales de Plasencia y su Tierra, del siglo XVI no hemos encontrado ni una sola ley referente a Enseñanza, aunque están sumamente detallada la legislación referente a las demás facetas de la vida de la ciudad: agricultura, ganadería, artesanía, comercio, ferias, juegos, uso de armas, incluso disposiciones sobre las mujeres públicas. Esto demuestra que la enseñanza estuvo exclusivamente en manos de la Iglesia hasta el siglo XVIII, en que ya comenzará a intervenir el Estado.

      En este siglo XVIII, el llamado siglo de las Luces, se va a producir un avance en este aspecto, sobre todo con el rey Carlos III. En el 1783 se publica la Cédula Real, por la que la Corona comienza a interesarse por la enseñanza. Posteriormente, en el 1804, con el rey Carlos IV, se promulgan las Reales Ordenanzas, por las que se crea el Cuerpo de Maestros y el ejercicio libre de la profesión, además de elevar el nivel de la enseñanza para expedir los títulos.

      En esta fecha ya sabemos el nombre de los maestros de había en Jaraíz por el célebre Interrogatorio de Ensenada de 1753, que dice que el maestro de niños era “Don Bernardino Martín de Castro, Maestro de Primeras Letras, que percibía un sueldo de 750 reales”. Este sueldo era superior al de otros maestros extremeños que solían ganar 500 reales. Los textos nos dicen que el Ayuntamiento le pagaba 500 reales y el resto se lo abonaban los padres de los niños: “Hay un Maestro de Primeras Letras, que es Bernardo Martín de Castro, que con quinientos reales que la Villa le da, da situado ganará como setecientos cincuenta reales”. En cuanto a la maestra, sólo dice que percibía 160 reales, sin especificar nada más, ni siquiera el nombre de la profesora de las niñas.

      Como vemos, la diferencia de salarios en razón del sexo era enorme, desempeñando el mismo trabajo y el mismo horario. Esta discriminación condujo a que el pueblo se quedara sin maestra a finales del siglo XVIII, según los textos de Interrogatorio de 1791, por lo que las niñas que no querían ser analfabetas, debían asistir a la misma clase que los niños, cosa muy mal vista en la época. Esto produjo un gran malestar entre los padres de las niñas, por lo que se intenta solucionar el problema pagando un sueldo más digno a la profesora. Así lo expresa el texto: “Se juzga necesario la dotación de 700 reales para una Maestra de niñas, cuya educación está abandonada y se nota el inconveniente de que los padres que desean que aprendan sus hijas a leer, se ven precisados a enviarlas a la escuela de niños, cuya mezcla produce malas consecuencias”. (A.P.)

      Observamos por esta cita la preocupación de los padres de las niñas ante el problema de la educación de sus hijas, por lo que harán lo posible por conseguir una profesora, aunque tengan que pagarla ellos si el Estado o el Ayuntamiento no se hicieran cargo de ello.

 

II.-C.- LA ENSEÑANZA SECUNDARIA EN EL ANTIGUO RÉGIMEN.

(SIGLOS XVI, XVII, XVIII).

       A partir del reinado de los Reyes Católicos se va a fomentar la cultura en general, que dará sus frutos en el llamado Siglo de Oro español; aunque serán la nobleza y el clero las que tengan acceso a la cultura, ya que el pueblo, en especial el de las zonas rurales, seguirá siendo analfabeto.

       Ahora, sin embargo, se va a dar un gran impulso a la Enseñanza Secundaria con la creación de los llamados Colegios Menores. Estos colegios pertenecían al clero, bien fuera a las órdenes religiosas o a la Iglesia en general.

       En el siglo XVI se crean alrededor de cuatro mil colegios en toda España y dos de estos colegios se fundan en La Vera. Uno de ellos, en Jarandilla, perteneciente a los Agustinos Recoletos, cuyo edificio se ha mantenido en la actualidad con diversas funciones relacionadas con la enseñanza y la cultura y su Iglesia se utiliza aún para el culto. El otro colegio de Segunda Enseñanza se fundó en Jaraíz, también en el siglo XVI,  con el nombre de Colegio de San José; fue regentado y fundado por el Vicario de la Parroquia de Santa María y estuvo funcionando hasta el siglo XIX cuando las leyes de la Desamortización de Mendizábal lo enajenaron junto a los demás bienes eclesiásticos. El Vicario de Santa María hace referencia a él en sus escritos al geógrafo, del siglo XVIII, Don Tomás López de la siguiente forma: “También hay en esta villa un Colegio con el título de San José, perteneciente en sus funciones y autorizado por el cura de Santa María” (Arch. B.N.)

       Este Colegio era una edificación de estilo renacentista con un patio central porticado, de dos plantas, al que daban las aulas y demás dependencias. Fue destruido a mediados del siglo XX para la construcción de viviendas. Sólo queda de esta magnífica construcción un hermoso relieve que estaba situado sobre el dintel de la portada principal. El relieve representa al Niño Jesús con una bella expresión en el rostro y un estudio perfecto de su anatomía. Se le representa con los brazos extendidos, portando en una de sus manitas un racimo de uvas y en la otra, una espiga, los dos símbolos de la Eucaristía: el pan y el vino. Todo el relieve está coronado por la típica “venera” renacentista. Este precioso relieve se puede admirar hoy sobre la portada de un edificio  en los números 45- 47  de la Avenida de Constitución.

       A finales del siglo XVI, el Colegio conocía su época de esplendor y en él se formaron grandes personalidades de la cultura jaraiceña como el Maestro Gonzalo Korreas, entre otras muchas, especialmente pertenecientes a la Iglesia, tanto del clero secular como del regular. También solían acudir a estos colegios los hijos de los nobles. El Colegio de San José de Jaraíz funcionaba todo el año, aunque tenía distinto horario en verano y en invierno. Según los documentos: “En invierno se entra por la mañana a las 8 y por la tarde a las 2, y en verano por la mañana a las 7 y por la tarde a las 2”. (Arch. B.N.)

       A mediados del siglo XVIII el preceptor de Gramática, que también desempeñó la Cátedra de esta asignatura, fue Don Isidro Montes, “Clérigo de menores que gana 800 reales” (Arch. B.N.) El Colegio estaba dotado, pues, de una Cátedra de Gramática, desempeñada por un especialista en la materia.

       A este respecto, hemos encontrado un documento en el Archivo Parroquial de San Miguel, referente a una donación para la Cátedra de Gramática de este Colegio. Se trata de una Memoria del licenciado Don Francisco Manzano de Carvajal que fue “dignidad de esta Villa de Jaraíz y su partido y cura rector que fue de la parroquia de San Miguel”. En su testamento fundó una Memoria para un Preceptor de Gramática y la dotó de una casa que dicho fundador tenía en la calle del Rey de Plasencia. Dice el Testamento que “si no hubiera preceptor de Gramática se la otorgaran a un maestro de escuela que tuviese ese título”. A continuación impone las obligaciones que debe cumplir el beneficiario: “Cualquiera de los referidos que goce de esta casa y rentas ha de tener obligación de hacer celebrar una Misa rezada en la Octava del Stmo. Sacramento por el Licenciado Francisco Manzano de Carvajal, y si fuese el que gozase de dicha Memoria el Maestro de escuela, ha de ser obligado a rezar un rosario por dicho fundador con los niños de su escuela…el día que se celebre dicha Misa”. Lo firma Martín Batista Herrero, ecónomo de su Mayordomo, el 28 de Mayo de 1711.

      Estas rentas parece que fueron muy importantes para mantener la Cátedra de Gramática en el Colegio, pero fueron disminuyendo con el paso del tiempo y a finales del siglo XVIII no eran suficientes, por lo que el Colegio se quedó sin Licenciado que desempeñara la Cátedra de Gramática; por esto, el pueblo decide pagar a un profesor con los bienes del Ayuntamiento, aunque pertenecía a la Iglesia. Así lo expresa el Interrogatorio: ”Aunque no hay fundación para sostener a un preceptor de Gramática por no ascender esta a más de 400 reales… y por lo mismo según el número de vecindario, se contempla el que se aumente la dotación hasta 1.500 reales, supliendo los 1.100 reales del fondo de Propios”.

      Por esta cita, podemos apreciar cierta inquietud por la Enseñanza entre nuestros vecinos, ya que hacen todo lo posible por que continúe la Segunda Enseñanza en el Colegio de San José, aunque la pague el Ayuntamiento de los bienes propios.

 

 

 

 

III.- LA ENSEÑANZA EN EL SIGLO XIX.

 

III.- A.- ÉPOCA DE ISABEL II.

      Con la guerra de la Independencia en 1808 y las Cortes de Cádiz en 1812, comienza un nuevo período histórico. Después de ser vencido Napoleón, se restaura la monarquía absolutista con Fernando VII, al que le sucedió su hija Isabel II. En este período se va a intentar mejorar la Instrucción Pública, ya que el analfabetismo seguía siendo elevadísimo, lo que suponía una enorme lacra para la sociedad.

       Las Cortes de Cádiz, en uno de los artículos de la Constitución de 1812, proclama la “Uniformidad de la Enseñanza” que se va a desarrollar en dos Reglamentos sobre la Instrucción Pública. Pero los intentos de mejora de la Enseñanza se consiguen, hasta cierto punto, con la Ley dada por Don Claudio Moyano, conocida por la Ley Moyano, que se da en 1857 y perdurará hasta principios del siglo XX. Con esta ley se unifica la Enseñanza y se articula en tres niveles: Primaria, Secundaria y Universitaria. Ahora se fundan Escuelas Primarias y se crean Institutos de Enseñanzas Medias, desapareciendo los Colegios Menores. También se fundan las Escuelas Normales para la formación de maestros. Los Institutos de Enseñanzas Medias se extienden por todas las provincias, fundándose alrededor de cincuenta.

       Ante la falta de instituciones estatales de Enseñanza, la Órdenes religiosas siguen supliendo los niveles primarios y secundarios, sin embargo, los Colegios Menores, que habían sido los encargados de las Enseñanzas Medias, desaparecen ahora y muchas zonas rurales se ven privadas de este tipo de enseñanza, como fue el caso de Jaraíz. Aquí desapareció el Colegio de San José perteneciente a la Vicaría de la Iglesia de Santa María con la Desamortización de Mendizábal, cuyas instalaciones fueron enajenadas  por lo que, desde mediados del siglo XIX, sólo existió la Enseñanza Primaria en el pueblo, hasta principios del siglo XX cuando se funda un colegio privado, como veremos más adelante.

      Jaraíz contaba solamente con dos escuelas de Primaria, sin locales propios y sin  adecuación  pedagógica,  ya que se habían habilitado dos estancias en el Ayuntamiento, un edificio del siglo XVI en mal estado de conservación y con unas dependencias e instalaciones lamentables, totalmente inadecuadas. A la “escuela de niños”, como dice el texto, asistían unos 150 niños lo que  era un número excesivo para ser atendidos por un solo maestro y dentro de un aula reducida para ese número. Sin embargo, a la “escuela de niñas” sólo asistían 30 niñas, un número más razonable para  una profesora, pero escaso para la población del municipio.

       En cuanto a los salarios que percibían los maestros, se observa una gran discriminación  entre los dos sexos. Al maestro se le pagaba de los fondos públicos y mucho más que a las maestras a las que  debían pagar los padres de las niñas. Madoz nos habla de todo esto en el siguiente texto: “Hay casa de ayuntamiento con sala de sesiones, cárcel, habitación del pregonero y local para la escuela, la cual está dotada con 3.300 reales de fondos públicos y asisten 150 niños; escuela de niñas sostenida por retribución, en la que se educan 30”.

      Observamos cómo después de un siglo, la Enseñanza en Jaraíz había sufrido un retroceso, ya que había desaparecido la Enseñanza Secundaria y la Primaria seguía en las mismas condiciones, con sólo dos escuelas, donde solamente la de los niños era pagada con los fondos públicos.

 

 

III.-B.- LA ENSEÑANZA EN EL SEXENIO REVOLUCIONARIO: 1868-1875

 

       Es interesante observar cómo durante el Sexenio Revolucionario se intenta dar un impulso a la Cultura y a la Enseñanza, especialmente en los años de la Primera República. En Extremadura se crea la Universidad libre de Cáceres, que existió desde 1869 hasta 1871, ya que en este año la Diputación Provincial retiró el dinero necesario para su funcionamiento. No obstante, el profesorado, muy comprometido con la enseñanza universitaria, no se resigna y, con el apoyo de la Audiencia, crea la Facultad Libre de Derecho y la Escuela de Prácticas Jurídicas. Pero en el período de la Restauración de la Monarquía de Alfonso XII, en el año 1875, fueron suprimidas estas dos instituciones culturales y pedagógicas en las que tanta ilusión habían puesto los extremeños, pensando en la formación jurídica de sus jóvenes.

       En las zonas rurales también se observa una preocupación por la Enseñanza a partir de la Constitución de 1869, con la Declaración de la Libertad de Enseñanza. En Jaraíz se vieron enseguida los resultados positivos de esta legislación, ya que se van a establecer “cuatro escuelas”, dos de niños y dos de niñas. Sin embargo, dada la mentalidad de la época, en lugar de considerar esto como un bien para el pueblo y  de gran trascendencia para la educación, lo considerarán como un castigo, ya que debía costearlo el Ayuntamiento, sin pensar en el perjuicio que hacían a los niños, que poco podían aprender en una clase de 150 alumnos. Por este motivo, el Sr. Alcalde Don Felipe Arjona y los concejales, acuerdan gestionar ante las autoridades provinciales la supresión de dos escuelas, ya que, como hemos dicho, la creación de otras dos escuelas nuevas lo consideraban como un castigo. Entonces argumentaron lo siguiente, con el fin de  que las autoridades educativas desistieran de este proyecto: “el Ayuntamiento no considera oportuno el mantener las cuatro escuelas por predominar en esta localidad las ideas liberales.”

        El Ayuntamiento designa a los maestros que han de continuar: “Don Pedro Moreno y Doña Lucía Galindo”. Así mismo acuerdan quiénes serán los profesores que han de cesar: “Don Pedro Cirujano y Doña Máxima Clavel”. Estas componendas del Ayuntamiento no son aceptadas por las autoridades educativas provinciales de la Primera República  y, en 1871, dan una orden por la que son repuestos en sus cargos los dos profesores cesados y, de nuevo, las cuatro escuelas vuelven a funcionar: “el Gobierno de la Provincia manda reponer en sus cargos a los dos maestros suprimidos” (Arch. Mun.).

       Además del funcionamiento de las cuatro escuelas en este período, se da otro gran paso para controlar la calidad de la Enseñanza. Será la creación de la Junta Local de Primera Enseñanza, cuya finalidad era supervisar  la educación  que se daba en los centros escolares; tenían, además, la obligación de presidir y asistir a los exámenes y controles didácticos de los alumnos.

       La Enseñanza Primaria solamente funcionó así durante este corto período del Sexenio Revolucionario. A partir de 1875 se producirán unos cambios que analizaremos a continuación.

 

III.-C.- LA ENSEÑANZA DURANTE EL REINADO DE ALFONSO XII.            (1875-1902).

 

      Durante la Restauración monárquica del reinado de Alfonso XII hay que distinguir dos períodos. En el primer período triunfan los gobiernos conservadores con Cánovas del Castillo y en el segundo período serán los liberales, encabezados por Sagasta, los que gobiernen.

      Durante el primer período o período conservador, los avances que se habían producido en la calidad de la Enseñanza del período anterior, ahora desaparecen. De las “cuatro escuelas” que se habían fundado, se van a suprimir dos de ellas, con lo que la calidad de la enseñanza vuelve a deteriorarse hasta tal punto que los dos profesores no pueden atender a tantos niños y comienzan a elevar protestas ante las autoridades para que envíen dos auxiliares de magisterio, si no vuelven a funcionar las cuatro escuelas.

      La situación cambia cuando toman el poder los Liberales y es nombrado alcalde liberal Don Celestino Sánchez Arjona, el cual intenta dar solución al problema nombrando dos auxiliares, como habían solicitado los maestros don Antonio Cirujano Parrales y Doña Lucía Galindo, ya que había más de cien niños en cada clase.

      El Sr. Alcalde accede a la petición con el siguiente razonamiento: “Considero que la Instrucción Primaria, base de la sociedad, se generalice y alcance el mayor grado de perfección posible, cual corresponde a un pueblo culto e ilustrado como el que tengo la honra de administrar”.

      Las plazas de auxiliares de escuela estaban dotadas con 800 ptas.  para  las de niños y 500 ptas. para las de niñas. Estos auxiliares serán nombrados Maestros en 1881, cuando al fin se restablezcan las cuatro escuelas. El auxiliar que pasó a ser Maestro se llamaba Don Segundo Roncero Albarrán; el nombre de la maestra no consta en el documento.

      Se crea en estos momentos la Inspección de Enseñanza Primaria para controlar el funcionamiento y la calidad de la misma. El Inspector que realizó la visita a Jaraíz fue Don Francisco Pizarro y expresó la buena calidad educativa con las siguientes palabras: “…he visto con suma complacencia el satisfactorio estado en que se encuentra la enseñanza en las dos escuelas.”

      Dado el estado tan generalizado de analfabetismo, con el 70% de la población, el gobierno comienza a preocuparse por  este grave problema. Por este motivo el Inspector plantea la creación de “Escuelas nocturnas para adultos”, también sugiere que   “se cree una escuela de párvulos”. Estos dos proyectos no constan que llegaran a realizarse en los documentos consultados. Por otra parte, la Junta Local de Primera Enseñanza se potencia más a partir de ahora y se realizan exámenes a finales de curso presididos por el Sr. Alcalde, quien queda complacido de los resultados obtenidos por los alumnos con las siguientes palabras: “nada dejaron que desear”, después de presidir estos exámenes.

      Se observa de nuevo la gran discriminación que seguía vigente en esta época con respecto al sexo, ya que vemos que los auxiliares de maestro cobraban 800 ptas. mientras las profesoras sólo percibían 500 ptas. por el mismo horario y el mismo trabajo.

 

IV.- LA ENSEÑANZA EN  EL  SIGLO XX. REINADO  DE  ALFONSO XIII.   (1902-1931)

IV.- A.- ENSEÑANZA PÚBLICA.

 

      En el campo de la Educación, Extremadura, a comienzos del siglo XX, seguía siendo una de las regiones más atrasadas del país. Mientras en algunas otras, como el País Vasco, había un 39% de analfabetos, Extremadura contaba con un 67% acentuándose este analfabetismo en las zonas rurales, como era el caso de Jaraíz, donde la tasa se elevaba hasta un 70%. En el reinado de Alfonso XIII  se realizará  un gran esfuerzo en este sentido, reactivándose durante el mandato de Primo de Rivera.

      En 1902, con el comienzo del reinado, se intenta dar un impulso a la Educación. La Instrucción Primaria había dependido de los Ayuntamientos, que eran quienes pagaban a los maestros, siempre mal remunerados y a veces de manera irregular; pero ahora, con el nuevo gobierno será el Estado quien se haga cargo de ella.

      Entonces se abolió la Ley Moyano y el Ministerio de Instrucción Pública fue ocupado por el Marqués de Romanones, con quien empieza una regeneración de la Enseñanza.

      Comienza dando una serie de decretos para regular la Enseñanza en todas sus facetas, tanto la pública como la privada. También se crean una serie de becas destinadas a profesores y alumnos sobresalientes para poder ampliar estudios en el extranjero, en los que se formaron intelectuales de gran prestigio. Se seleccionan las materias de estudio en los siguientes apartados: 1) Historia Sagrada y Doctrina, 2) Lengua Castellana, lectura y escritura 3) Aritmética 4) Geografía e Historia.

      Otro grave problema era la falta de locales apropiados. La mayor parte de ellos, en los que los niños se encontraban hacinados, tenían escasas condiciones higiénicas, estaban mal ventilados  y eran muy poco pedagógicos ya que no cumplían  las normas necesarias para una buena enseñanza; además el material escolar era muy pobre. Por este motivo se inicia una política de construcción de escuelas, que culminará con la Dictadura de Primo de Rivera. A este respecto, el 17 de Diciembre de 1922 se publica un Real Decreto con los siguientes puntos:

      1º) Todos los Ayuntamientos están obligados a instalar y conservar escuelas nacionales de Primera Enseñanza que reúnan las condiciones higiénicas y pedagógicas para la educación de los niños comprendidos en edad escolar.

      2º) El cumplimiento de esta obligación se les exige a todos los Ayuntamientos a fin de que en un período de 5 años estén las necesidades atendidas de modo normal y convenientemente.

        3º) En los pueblos que dejen transcurrir el plazo de 5 años sin haber cumplido el deber que esta obligación le impone, se llevará a cabo por la Administración una inspección encaminada a demostrar las causas de su morosidad y si esta ha sido originada por negligencia y abandono, el Ministerio de Instrucción Pública procederá a construir directamente sus locales escuelas, pero en este caso el Ayuntamiento será obligado a reintegrar al Tesoro el total importe de la construcción”.

      En Jaraíz, según la documentación consultada en el Archivo Municipal, las gestiones para la construcción de nuevas escuelas comenzaron en 1929, por lo que pensamos que todo su importe debió pagarlo el Ayuntamiento. En 1929, las autoridades municipales solicitaron la construcción de un “Grupo Escolar de ocho grados” y el 25 de Marzo comienzan a hacer las gestiones ante los organismos oficiales en este sentido.

       “Se acordó comisionar al Sr. Alcalde Don Maximino Aparicio para que informe al Exmo. Sr. Gobernador de las proyectos de este Ayuntamiento sobre la construcción de un Grupo Escolar de 8 grados para niños y niñas, y recibir instrucciones para la más acertada tramitación y ejecución del mismo”.

        La Corporación Municipal puso todo su empeño en conseguir la construcción de este Grupo Escolar. Comenzaron haciendo los trámites necesarios para la obtención de un préstamo para la realización de las obras de la siguiente forma: “El 26 de Abril se comisiona al Secretario Don Juan Muñoz Sánchez para que se traslade a Cáceres con objeto de recibir instrucciones del Instituto Nacional de Previsión de la tramitación precisa para solicitar y obtener del mismo y de la Caja colaboradora un préstamo para la construcción de un Grupo Escolar”. (Arch.Mun.) Al mes siguiente, el 17 de Junio, el Ayuntamiento no duda en hipotecar el Dehesa Boyal para que le concedan el préstamo el Instituto Nacional de Previsión y la Caja Extremeña de Previsión Social.

      Además de las unidades escolares, se preveía también la construcción de viviendas para los maestros. No pudo conseguirse nada de esto debido a la caída de la Dictadura, y los locales escolares seguirían siendo antipedagógicos durante muchos años más.

      Otro grave problema de la Enseñanza en Jaraíz era el absentismo escolar,  ya que los niños tenían que ayudar a los padres en las faenas agrícolas. Ahora se acentúa este problema ya que el cultivo del pimiento para la obtención del pimentón, requerirá mucha mano de obra. Para estas labores, los padres retenían a los niños en el campo gran parte del curso escolar y sólo asistían a la escuela durante los meses de invierno. El Estado había publicado la Ley de Escolarización, pero en Jaraíz no se cumplía y no se obligó a los padres a la escolarización de sus hijos hasta la década de los años veinte. En el 1924, el Delegado del Gobierno Civil, al percatarse del incumplimiento de esta Ley, envía un escrito al Ayuntamiento con las siguientes palabras: “Que había notado el descuido de los padres por la instrucción de sus hijos, dedicándoles con prioridad a las tareas agrícolas. La Ley determina sin excusa ni pretexto la asistencia a las escuelas públicas a los niños mayores de 6 años”.

       Poco a poco los padres irán mentalizándose de este grave problema y procurarán escolarizar a sus hijos tanto en las escuelas públicas como en las privadas, ya que estas desempeñarán  un papel de primer orden en este aspecto, como veremos a continuación. En 1930 el índice del analfabetismo bajó en Jaraíz casi a un 57% frente al 70 % al comenzar el siglo XX.

      La Enseñanza Pública se limitó a la Primera Enseñanza, con cuatro unidades didácticas, dos para niños y dos para niñas. Pero a medida que avanza el siglo, la población sufre un gran aumento, por lo que estas unidades didácticas resultaban insuficientes para la erradicación del analfabetismo. Por este motivo, las autoridades municipales de 1929, al solicitar la construcción del grupo escolar, ya lo pedirán  de “ocho grados”: cuatro escuelas de niños y cuatro de niñas, como hemos referido.

      La calidad de la Enseñanza estuvo controlada por la Junta Local de Primera Enseñanza, que desempeñó un papel importante en el desarrollo de la Enseñanza en Jaraíz, ya que hacía un seguimiento de su funcionamiento, asistiendo a los exámenes de finales de curso y premiando a los niños más aplicados, entre otras actividades.

       Es muy importante señalar cómo la calidad de la Enseñanza fue una preocupación de las autoridades en todos los sentidos, tanto a nivel local como provincial. Se interesaron por la formación del profesorado y especialmente por su actualización, organizando Congresos Pedagógicos, como el que se celebró en Cáceres en Mayo de 1929. A este congreso invitaron a todos los maestros de la provincia mediante una circular que enviaron a los diferentes municipios.

       En Jaraíz se hace público el contenido de dicha circular el 13 de Mayo de la siguiente forma: “El Exmo. Gobernador Civil de la provincia con fecha 6 del actual en B.O. 110 relativa al Congreso Pedagógico que se celebrará en breve plazo en Cáceres, advierte del apoyo moral y material que los Ayuntamientos deben prestar al mismo y de la ayuda económica que los Ayuntamientos deben prestar a los maestros y maestras que existan…” La Comisión municipal acordó por unanimidad lo siguiente: “Que se hiciera constar su satisfacción por la celebración del repetido congreso, teniendo en cuenta los beneficios que ha de reportar a la enseñanza que se da en las escuelas; ofrecer a los profesores todo el apoyo necesario, especialmente para la extinción del analfabetismo”. A continuación manifiesta la dotación que se daría a los profesores para la asistencia: “Se les dotará con 85 pts. a cada maestro para que acudan al Congreso”.

 

IV.- B.- LA ENSEÑANZA PRIVADA.

IV.-B.- 1.- LA ESCUELA DE DON MARCOS.

 

      La enseñanza privada fue de una gran transcendencia cultural para Jaraíz, no sólo como contribución eficaz contra el analfabetismo, sino especialmente con la introducción de la Enseñanza Secundaria, ya que esta abrirá las puertas de las Universidades y Escuelas de Magisterio a muchas personas de la localidad, que de otra forma no hubieran podido acceder a ella.

      Recordamos que en Jaraíz había permanecido la Enseñanza Secundaria hasta mediados del siglo XIX, cuando la Desamortización de Mendizábal terminó con los bienes eclesiásticos, entre los que se encontraba el Colegio de la Vicaría, ubicado en la calle de la Fontana, que se fundó en el siglo XVI  y estuvo funcionando durante todos estos siglos de la Edad Moderna. Ahora se dará un gran paso en este sentido gracias a la iniciativa privada, con la novedad de que algunas de ellas será escuela mixta, donde podrán asistir juntos los chicos y las chicas, como fue el caso de la prestigiosa “Escuela de Don Marcos”.

       Don Marcos García Moreno fue el pionero de la Enseñanza privada en Jaraíz, que ejerció su profesión desde 1904 hasta 1949, casi medio siglo. Profesor de gran personalidad, se entregó de lleno al duro trabajo de la enseñanza, consiguiendo formar y alfabetizar a varias generaciones en los 45 años de trabajo. Intentó erradicar el analfabetismo de nuestro pueblo con gran esfuerzo, implantando las clases nocturnas y consiguiendo buenos resultados. Pero además fue la persona que dio los primeros pasos en la implantación de la Segunda Enseñanza, con la que comenzaron  a abrirse los horizontes intelectuales a aquellos chicos y chicas a los que se les había vedado por su condición económica. Algunos jaraiceños hicieron su Bachillerato gracias a las clases impartidas por Don Marcos, por lo que luego pudieron acceder a estudios superiores, tanto chicos como chicas. Muchas de ellas pasaron a la Normal de Magisterio de Cáceres donde cursaron sus estudios, siendo las primeras maestras naturales de Jaraíz. Fue una personalidad muy elogiada por la prensa de la época y muy querido por todos; el pueblo le dedicó la calle donde residió para perpetuar su memoria: Calle  D. Marcos García Moreno.

 

IV.- B.- 2.- COLEGIO DEL NIÑO JESÚS.

 

      El gran artífice de la implantación de la Enseñanza Secundaria en Jaraíz fue Don Marcelo Giraldo, sacerdote y párroco de la iglesia de San Miguel, con un sentido del trabajo y una actividad fuera de serie. Desarrolló toda clase de actividades, tanto religiosas como culturales e, incluso, deportivas.

     Cuando llegó en 1913 se dio cuenta del bajo nivel cultural de la población y consagró toda su vida a la culturización que tanto necesitaba. Fundó las Escuelas Parroquiales para lo que construyó un gran edificio: El Colegio del Niño Jesús. Aquí se impartió la Enseñanza Secundaria en toda regla, con un equipo de profesores de cuya eficiencia son muestra un buen plantel de jaraiceños que cursaron aquí sus estudios para acceder después a la Universidad, a las Escuelas de Magisterio o al Seminario. Estos serían  después los hombres que contribuyeron de una manera eficiente a elevar el nivel cultural, religioso, económico y sanitario de la localidad.

      Don Marcelo tuvo que luchar contra toda clase de dificultades hasta ver conseguido su proyecto, pero sin duda la mayor de todas fue la incomprensión de la sociedad jaraiceña, como él bien dice en sus Memorias : “…no creyeron nunca que llevaría a cabo esta ingente obra”.

      La Inauguración del colegio tuvo lugar el 7 de Octubre de 1917, siendo un gran acontecimiento no sólo para Jaraíz sino para toda la Vera. La importancia de este hecho  la pone de manifiesto la presencia a los actos de apertura del Sr. Obispo de Plasencia, encargándose él mismo de su inauguración. También fueron invitados a estos actos las asociaciones deportivas “Los Exploradores” de Plasencia y del Losar, además de todas la “fuerzas vivas” del pueblo y , de una manera especial, la corporación municipal, cuya invitación fue acogida con gran entusiasmo, aparte de personalidades importantes de la provincia. Ante tan importante evento, el Ayuntamiento decide preparar un buen recibimiento a todos los que vinieran al acto, por lo que se nombra a una Comisión para la organización. Esta estaba compuesta por los siguientes miembros: Don Felipe Gómez, Don Manuel Beite, Don Marcelino Serradilla, Don Luis Fernández y Don Antonio Curiel. Así lo expresa el texto: “Con motivo de la inauguración de las Escuelas Parroquiales y el Colegio de Segunda Enseñanza, vendrá el Sr. Obispo y Los Exploradores de Losar y Plasencia el 7 de Octubre, siendo de parecer debiera hacerse un solemne recibimiento y algún obsequio por parte del Municipio. Quedaron conformes y se autoriza a la Comisión para que disponga los que había que hacer”. (Arch. Mun.)

     Desde entonces el Ayuntamiento colaboró con el Colegio en todo lo que estuvo de su parte; asistía a presenciar las exámenes de fin de curso, invitado por Don Marcelo, con el fin de que las autoridades comprobaran  la calidad de la enseñanza que recibían los alumnos y el buen funcionamiento del centro: “Don Marcelo Giraldo, Director de las Escuelas Parroquiales y Colegio de Segunda Enseñanza invita al Ayuntamiento y a la Junta Local de Primera Enseñanza a los exámenes que tendrán lugar a partir del 15 del presente mes de Mayo. Acuerdan contestarle dándole las gracias y diciendo que concurrirán a los exámenes”. (Arch.Mun.)

     Se establecieron varias becas para aquellos alumnos que no tenían medios económicos y eran lo suficientemente inteligentes para cursar la Enseñanza Secundaria y aspirar luego a la Universidad. Una de estas becas la obtuvo el Ayuntamiento por la cesión de un terreno para completar el solar de la obra. La primera beca se otorgó a un niño de familia humilde que reunía las cualidades necesarias para este honor, el niño se llamaba “Francisco Pérez Tovar, hijo de Abundio y Trinidad”. En el documento consultado, además del nombre del niño, se cita la comunicación enviada por Don Marcelo al Ayuntamiento donde expone la concesión de dicha beca. Dice así: “El 30 de Septiembre de 1917 se da cuenta de una comunicación de Don Marcelo Giraldo por la que se comunica a este Ayuntamiento haberle concedido una plaza en la Escuela parroquial en recompensa del trozo de terreno que cedió para la misma, para que agracien al niño que estimen oportuno”. (Arch.Mun.) Aparte de ésta, hubo otras diez becas costeadas por el industrial Don Germán Gómez Cirujano y que Don Marcelo nos relata en sus Memorias de la siguiente forma: “Este señor, Don Germán Gómez Cirujano, cuando vio la obra del Colegio terminada, se presentó en mi despacho y me dijo: -Sr Cura, yo fui uno de los que tachó la obra de locura y mi conducta, sin duda, influyó en la escasez de ofrecimientos. En reparación le ofrezco 10 becas para niños pobres”.

     El Colegio estuvo funcionando hasta 1936. Después, el edificio ha sido centro de múltiples actividades religiosas, culturales y también didácticas, ya que las Religiosas de los Sagrados Corazones tuvieron allí su primer Colegio antes de la construcción del actual.

 

IV.-B.- 3.- LA ESCUELA DE PÁRVULOS.

 

     Otras dos escuelas completaron el panorama educativo de Jaraíz en el primer tercio del siglo XX: la Escuela de Párvulos y la Escuela de Dª Cándida.

     A pesar de las reiteradas promesas que habían hecho los distintos Inspectores de Enseñanza, en sus visitas al pueblo, de la fundación de una Escuela Pública de Párvulos, ésta no se consiguió nunca. De nuevo será la enseñanza privada la que solucionará este grave problema que tanto influirá en la alfabetización.

     La Escuela de Párvulos estuvo a cargo de la profesora Dª Carmen Remón Jiménez, que vino a cubrir la laguna que el Ministerio de Instrucción pública dejó, como ya hemos referido. El trabajo y la eficiencia de esta profesora fue tan importante para la culturización del pueblo que el Ayuntamiento decidió premiar sus desvelos y su buen hacer ayudándola económicamente en la obtención de material escolar y pagándole la renta del local de su escuela. Así consta en el acta municipal del 19 de Marzo de 1928: “Se acuerda conceder a Dª Carmen Remón Jiménez 150 pts. para enseres y renta del local de la Escuela Particular de Párvulos como premio a los buenos servicios”. Se observa en todo momento y a todos los niveles el apoyo de las autoridades municipales al desarrollo de la enseñanza con el fin de la erradicación del analfabetismo.

 

IV.- B.- 4.- LA ESCUELA DE DOÑA CÁNDIDA.

 

     Dª Cándida Mateos Iglesias fue la primera mujer de la localidad que obtuvo el título de “Maestra de Primera Enseñanza” en la Escuela Normal de Magisterio de Cáceres, el 30 de Septiembre de 1914. Su escuela estuvo en funcionamiento desde 1914 hasta 1929.

     El centro regentado por Dª Cándida también cubrió otra laguna docente dentro de la sociedad jaraiceña de la época: la educación y formación de las niñas y adolescentes, que a partir de los 12 años terminaban sus estudios primarios y, lógicamente, los padres estaban interesados en que completaran su formación. Las adolescentes y jóvenes de las familias más acomodadas realizaban esta fase educativa en Colegios Religiosos ubicados en Plasencia, en Talavera o en Madrid. En estos colegios, generalmente, no cursaban la Enseñanza Secundaria, salvo raras excepciones, sino que solían darles una cultura general de tipo humanista y científica, además de cursar otras asignaturas específicas como labores, música y urbanidad. Pues bien, la escuela de Doña Cándida cubrirá esta fase educativa, y las adolescentes y jóvenes de las clases medias y bajas de Jaraíz pudieron completar su formación en el pueblo.

     La formación humanista y científica que estas alumnas recibieron fue encomiable y recordada con gran afecto por todas ellas; así mismo fueron muy valoradas  las clases de Labores, imprescindible para las chicas de aquella época, donde las jóvenes bordaban sus “ajuares” y sus mantones de Manila para los Carnavales, en lo que Doña Cándida era una experta profesora.

     La Urbanidad era otra materia importante en aquella época y se impartía en las escuelas. Eran las llamadas “Reglas de Urbanidad” que las alumnas no sólo debían saber, sino poner en práctica si se pretendía ser una joven educada, cualidades muy valoradas en aquellos tiempos.

     Quizá sea ésta una de las facetas que las alumnas hayan agradecido más a su querida y recordada profesora: “¡Qué educación nos dio Doña Cándida!” comentaban siempre sus antiguas alumnas.

 

IV.- C.- LOS SEGUROS ESCOLARES.

 

     Muy pronto, la Enseñanza Privada de Jaraíz va a conseguir su Seguro o Mutualidad acogiéndose a la legislación vigente en esta materia. La primera institución que pone en práctica todo esto fue el “Colegio de Segunda Enseñanza y Escuelas Parroquiales Niño Jesús”, regentado por Don Marcelo Giraldo, acogiéndose al Real Decreto del Ministerio de Instrucción Pública del 7 del Julio de 1911. Al año siguiente de la inauguración del Colegio, ya estaban constituidos sus Estatutos, que fueron enviados al Gobierno Civil por su director Don Marcelo Giraldo y por Don Germán Gómez y Don Manuel López con el fin de solicitar el Seguro o Mutualidad Escolar.

     En este Reglamento se establecía una Junta Directiva formada por las personas más representativas de la sociedad jaraiceña y por un número de alumnos que tenían voz pero no voto en la asociación. Este Reglamento contaba con más de veinte artículos donde se citaban los objetivos y fines de la Mutua. Entre ellos destacaban la constitución de dotes infantiles, viajes escolares, colonias, cultura, higiene, lucha anti-alcohólica…etc. Otros artículos regulan el régimen económico, como las cuotas de los socios, suscripciones, socios honoríficos…etc.

     Las Escuelas públicas también conseguirán los Seguros Escolares  unos años después. Fue en 1922 cuando se crea la Primera Mutualidad para la Escuela de Niños denominada “Mutualidad Escolar Esperanza y Caridad”. Tenía los mismos objetivos y finalidad que la anterior: dotes infantiles, colonias, cultura, viajes escolares, lucha antialcohólica, además de “socorro mutuo de enfermedad y fallecimiento”. Para el ahorro se utilizan las Cajas oficiales, como la Caja Postal de Ahorro y para las pensiones y dotes infantiles se utilizaba el Instituto Nacional de Previsión.

     Las demás escuelas públicas de Jaraíz también tuvieron sus seguros como fueron la Mutualidad de Nª Sª del Carmen y la Mutualidad de Nª Sª de la Paz, cuyos domicilios sociales eran las dos escuelas de niñas que tenían los mismos objetivos y semejantes reglamentos.

 

IV.- D.- LAS ASOCIACIONES DE MAGISTERIO.

 

     Con la Dictadura de Primo de Rivera no sólo se intenta solucionar el problema de la deficiencia de Centros escolares con la creación de Grupos Escolares modernos, sino también se intentan solucionar los problemas del profesorado, que tan abandonado había estado en épocas anteriores. Por este motivo, entre otras soluciones se consigue la fundación de la Asociación de Magisterio a nivel Nacional, Provincial y Comarcal, con el fin de que se defiendan los derechos de este colectivo tan mal pagado y tan mal tratado durante tanto tiempo. Esta Asociación comienza a funcionar en Febrero de 1923 y podían pertenecer a ella todas las personas incluidas en este grupo según los datos recogidos en el Archivo Provincial: maestros titulares, maestros interinos, maestros sustitutos y maestros jubilados.

     La Asociación organizaba actividades formativas y culturales de distintos tipos. Entre estas hay que destacar la publicación de una revista que  se publicaba en Cáceres dos veces al mes y se enviaba gratuitamente a todas las escuelas de la provincia, con noticias referentes a la enseñanza, profesorado, actividades culturales…etc. La revista se denominaba “Magisterio Cacereño” con lo que se quería poner al día los temas educativos.

     La Asociación Provincial, que tenía su sede en Cáceres, dependía de la Nacional. La Asociación Comarcal tenía su sede en Jarandilla, ya que se ubicaban en las poblaciones que fueran cabeza de  Partidos Judiciales; todas las escuelas de los pueblos de ese Partido Judicial dependían de ésta, como era la Asociación de Jaraíz.

 

V.  CONCLUSIÓN.

La Enseñanza Primaria Pública siguió evolucionando durante la Segunda República. Se hicieron  realidad las ocho escuelas conseguidas al final de la Dictadura de Primo de Rivera: cuatro grados para niños y cuatro grados para niñas.

     El Grupo Escolar, en el que tantas ilusiones habían puesto los jaraiceños en tiempo de la Dictadura, no llegó a construirse hasta 1958 y su  edificación fue dotada de los sistemas pedagógicos más modernos de la época, con aulas espaciosas y ventiladas, biblioteca, salón de actos, pistas polideportivas…etc. Este Grupo Escolar se denominó “César Carlos”, con carácter conmemorativo con motivo del V Centenario de la muerte del Emperador Carlos V. Después se crearon otros dos Grupos Escolares más.

     El analfabetismo fue descendiendo de una manera notoria, contribuyendo a ello, en parte, la fundación por parte de algunos terratenientes, de Escuelas Rurales en sus dehesas  para los hijos de los medieros, los cuales pasaban en el campo casi nueve meses con sus padres, con motivo del cultivo y recolección del pimiento y del tabaco. Pero lo que dio el golpe definitivo al analfabetismo fue el “transporte escolar” y el interés, ahora, de los padres, por lo que los niños podían ya escolarizarse durante el curso escolar completo, sin perder ninguna clase.

     La Enseñanza Secundaria Privada sufrió un retroceso durante la Segunda República, ya que desapareció el Colegio del Niño Jesús y la Escuela de Dª Cándida y solamente continuó abierta la Escuela de Don Marcos.

     A partir de la década de los años cuarenta comienzan a fundarse Academias privadas que continuarán con la Segunda Enseñanza, como fue, en primer lugar, la Academia Amor y, posteriormente, la Academia-Colegio “Virgen del Salobrar”. Los resultados fueron extraordinarios, ya que los jóvenes de las clases medias y bajas pudieron cursar sus estudios de Bachillerato y, además, sus carreras de Magisterio, incluidas las oposiciones. Como alumnos libres que eran, se examinaban en el Instituto Gabriel y Galán de Plasencia y en la Escuela Normal de Magisterio  de Cáceres. Debido a estas circunstancias, Jaraíz fue una de las poblaciones con más títulos de Maestros de la Provincia. En la década de los años sesenta, la Religiosas de los Sagrados Corazones fundaron un Colegio de Primaria para niñas, con innovadores métodos pedagógicos  para aquélla época, en el antiguo Colegio de Don Marcelo que, posteriormente, se trasladó y se convirtió en  Escuela-Hogar. Asimismo, los religiosos de los Sagrados Corazones  fundaron otro colegio para niños, hoy desaparecido.

     En 1969 se fundó el Instituto de Bachillerato “Maestro Gonzalo Korreas”, que primero fue Sección Delegada del Instituto Gabriel y Galán de Plasencia hasta 1970, en que pasó a convertirse en  Instituto autónomo. Posteriormente se creó un Centro de Formación Profesional que, en la actualidad, se halla fusionado con el Instituto de Bachillerato. Como responsable que fui durante muchos años durante muchos años del Instituto Maestro Gonzalo Korreas, como fundadora y directora de este Centro, tengo que decir con gran satisfacción que aquí se han formado personalidades intelectuales destacadísimas en todos los campos de la actualidad: Catedráticos de Universidad e Instituto, Médicos de distintas especialidades, Veterinarios, importantes Juristas, Arquitectos, Ingenieros, Informáticos, Políticos, Empresarios…etc. pertenecientes a todas las clases sociales y que hoy son el orgullo de Jaraíz.

          

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nov 222013
 

Carlos J. Rodríguez Casillas.

 

1. INTRODUCCIÓN.

El año de 1812 se convirtió en una fecha trascendental para la historia de España, sobre todo, por ser el contexto en el que las Cortes de Cádiz culminaron el arduo proceso de redacción de una Constitución que, en principio, traería a nuestra nación nuevos aires políticos de signo liberal que romperían con la antigua tradición política española heredada del Antiguo Régimen. Sin embargo, más allá de lo que estaba sucediendo en Cádiz, el año de 1812 fue también un año decisivo en el devenir de la región extremeña, por cuanto se sucedieron en ella grandes hitos históricos, como fue la toma y conquista de Badajoz por parte del General Wellington.

 

En este sentido, este trabajo pretende poner de relieve el importante papel que cumplieron otros significativos personajes de nuestra región que, a pesar de permanecer en Extremadura durante dicho contexto, tuvieron que organizar políticamente el territorio, reestructurar su fuerza militar o mantener comunicados y coordinados a los mandos ingleses con las instituciones políticas españolas.

 

Toda una intensa labor civil, política y militar, que fue llevada a cabo, entre otros ilustres personajes, por un almendralejense que lamentablemente ha permanecido en un inmerecido olvido hasta nuestros días: el II Marqués de Monsalud, a quien va dedicada esta monografía.

 

2. LA VIDA DEL II MARQUÉS DE MONSALUD: EL RELATO DE UN GRAN PATRIOTA.

 

La vida de Juan José Nieto Aguilar, II Marqués de Monsalud, queda enmarcada por los grandes acontecimientos bélicos que sacudieron España desde finales del XVIII y la primera mitad del XIX, en lo que bien puede considerarse como una gran carrera militar que tendría su punto álgido durante la Guerra de la Independencia española, sobre todo, durante el año de 1812.

 

2.1 Su familia y su infancia.

 

Vino al mundo el 15 de abril de 1769 en el seno de una familia nobiliar que empezaba a mostrar una creciente progresión, los Monsalud. Su padre, el primer Marqués de Monsalud, había ido ganando con el tiempo cierta relevancia entre el sector aristocrático de Extremadura durante el siglo XVIII. De tal forma, que a los títulos que ya poseía su progenitor, sumó el cargo de Regidor perpetuo de Almendralejo y el título de Señor de la Villa y Tierra de Monsalud por concesión de Carlos III en 1762[1]. Igualmente, a toda esta sucesión de títulos adquiridos por vía paterna, habría que añadir el marquesado de Villamarín, que recibiría por parte materna.

 

Sin duda, se trata de unas estructuras familiares que se amoldan a los de toda una serie de hidalgos extremeños que constituyen un importante grupo denominado como “nobleza media” o “nobleza de provincia”, surgido en los siglos XVII y XVIII. Estos grupos terminarían por consolidarse y acrecentar su patrimonio mediante la realización de diferentes estrategias, como por ejemplo el desempeño de servicios destacados en la administración o el ejército, o el desarrollo de políticas matrimoniales entre miembros de igual condición[2].

 

Sin embargo, si todo parecía presagiar una vida cómoda para nuestro protagonista, la realidad sería sumamente contraria. En este sentido, cuando contaba tan sólo con cinco años de edad, tuvo que asistir a la desgraciada muerte de su madre. Desdichado hecho que la triste fortuna de la vida repetiría seis años más tarde, esta vez en la figura de su padre. Por tanto, a la corta edad de once años, se encontraba en vías de recibir un importante patrimonio que con tanto esfuerzo había logrado conseguir su familia[3].

 

Esta nueva situación de orfandad le obligaría a marchar a la localidad sevillana de Écija junto a sus hermanas Josefa y Javiera. Allí residía su abuela, Josefa Fernández de Santillán, esposa del Conde del Águila, la cual, acabaría haciéndose cargo de los tres hermanos. El resultado de todo ello fue sin duda una infancia que, en resumidas cuentas, terminaría marcada por unos tristes sucesos que permanecerían en el recuerdo de su niñez, desarrollada entre Almendralejo y Sevilla.

 

2.2. El inicio de su carrera militar.

 

No obstante, Nieto Aguilar mostraría una fuerte voluntad a la hora de superar tan dura adversidad, comenzando a inclinarse ya en su adolescencia por el estudio del “arte de la guerra”, como recogiera al respecto Mariano Carlos Solano, V Marqués de Monsalud y Real Académico de la Historia: “lleváronle sus naturales aficiones al estudio de las ciencias militares”[4].

 

Y es que no hay que olvidar, como afirma Francisco Andujar, que ni todo el patrimonio obtenido ni todos los honores nobiliarios que había venido consiguiendo su familia serían suficientes por sí solos para asegurar la consolidación y el futuro de la casa de Monsalud, por lo que bien podría considerarse dicha inclinación militar como un interesante medio para la promoción del título[5].

 

De tal forma, fruto de ese binomio nobleza / ejército, que afectó a gran parte de la nobleza media de esa hidalguía extremeña del siglo XVIII, levantaría a su costa parte de los tres escuadrones de un regimiento de carabineros junto a otros importantes insignes extremeños (como el Marqués de la Isla). Nacía de esta manera el que sería conocido como Regimiento de Carabineros de la Reina María Luisa[6]

 

Sea como fuere, con la creación de dicho cuerpo militar, del que Monsalud sería su coronel, nacería una profunda y estrecha relación con el ejército español que le llevaría a jalonar sus hazañas militares con los grandes hechos en armas de la nación española. Así, en 1793 se encaminaría hacia los Pirineos, en lo que sería su bautismo de fuego durante la Guerra de la Convención contra los revolucionarios franceses, y en donde pudo apreciar la importancia del desarrollo de unas tácticas guerrilleras que tanta importancia tendrían en un futuro no muy lejano. Posteriormente las campañas se sucederían, destacando la de 1798 en el Estrecho de Gibraltar y en 1801 en Portugal.

 

Y aunque en estos años también prestó servicio en la Corte de Carlos IV y posteriormente su vida política cobrara importancia durante el periodo liberal (que le llevaría a padecer un injusto ostracismo por parte de Fernando VII), qué duda cabe de que gran parte de la fascinación que suscita hoy día la figura de Monsalud nace de su destacada labor político-militar desarrollada durante el contexto de la Guerra de la Independencia española.

 

2.3. Su relevancia en Extremadura durante la Guerra de la Independencia

 

Precisamente, será durante este periodo histórico cuando el II Marqués de Monsalud ocupó un papel notable dentro de la política extremeña, al frente del Ejército de Extremadura y en las más diversas partidas guerrilleras que se levantaron por toda nuestra región.

 

2.3.1. Monsalud y la Junta extremeña.

 

La Junta que se constituyó en Extremadura en 1808, ante el enorme reto que tenía por delante, como era organizar política y militarmente los recursos de Extremadura para hacer frente al invasor francés, iba a dar su confianza a Monsalud para afrontar dicha tarea, otorgándole el cargo de Vicepresidente[7].

 

Asimismo, dentro de las diferentes comisiones que se crearon, quedó integrado en la de Guerra, fruto de su gran experiencia como militar. Actuando como vocal y director de la misma, se rodearía de un grupo de consejeros con los que trataría temas de gran interés en un contexto bélico, como son la formación de unidades militares, la preparación de planes y estrategias o el reconocimiento y evaluación de las diferentes plazas. El trabajo y el esfuerzo desempeñado en la toma de resoluciones, junto a su eficacia, la convertirían en una de las comisiones más activas y dinámicas[8].

 

Posteriormente, Monsalud destacaría como miembro de la Junta. Así, en agosto de 1810 se redujo el número de Vocales de la Junta extremeña. Tras sucesivas votaciones quedó definido el nuevo organismo. Monsalud fue elegido en la primera votación, siendo nombrado Vicepresidente, probando así el reconocimiento que le profesaban sus compañeros. Una aprobación que sin duda era debida al ánimo inusitado que mantendría ante las adversas circunstancias. Así, aunque no pueda considerarse más que como voluntariosa proclamación, el Marqués, junto a otros miembros de la Junta de Extremadura, declararía la guerra a Napoleón, poniendo precio a su cabeza. No obstante, si bien ésta era una proclama descabellada, resultaba también una muestra de férreo compromiso con la causa, ya que firmar dicho documento era firmar una sentencia de muerte segura en caso de caer en manos francesas[9].

 

Posteriormente, ya a finales de 1811 y comienzos de 1812, como analizaremos más adelante, Monsalud se erigiría como la figura política y mediática más representativa de todo el contexto extremeño, como sin duda le reconocerá Wellington, cuando dijo las siguientes palabras ante la destitución de Nieto Aguilar:

 

«They have sent an inefficient person, a — —, to in command Extremadura, displacing Monsalud, with whom we have all hitherto gone on well»[10].

 

2.3.2. La relación del Marqués de Monsalud con el Ejército de Extremadura.

 

El carisma de Monsalud era indiscutido, como hemos podido apreciar en el anterior apartado. Precisamente, fue fruto de esta valía por la que sería promovido al empleo de Mariscal de Campo el día 2 de junio de 1808 por el Secretario de la Junta, López Martínez.

 

Poco tiempo después, la energía mostrada en el desempeño de su oficio, digno de admiración entre sus compañeros, haría que la Junta le nombrase Inspector de las Tropas de Extremadura tan sólo dos días más tarde[11]. Entre sus atribuciones estaba formar el Ejército de Extremadura y buscar el sustento y la financiación que pudiera sostenerlo.

 

En este sentido, crear una tropa, vestirla, armarla, aprovisionarla o poner las plazas en condiciones de defensa, como expone Gómez Villafranca[12], era algo indispensable para organizar militarmente Extremadura. Esto supuso una tarea ardua donde Aguilar demostró un gran esfuerzo. En este sentido, Monsalud efectuó una solicitud a la mayoría de las localidades y partidos para que enviasen a Badajoz todos los equinos posibles. Poblaciones como Mérida[13] o Jerez de los Caballeros se verían afectadas por dichas medidas, debiendo, además, los emeritenses entregar al Marqués suministros tales como trigo, cebada, garbanzos, aceite, vino, reses vacunas, habas o ganado lanar[14].

 

Con el paso del tiempo sus iniciativas seguían siendo numerosas, en un intento de engrosar las filas del nuevo ejército que se estaba constituyendo, llegando a ampliarlo, incluso, con desertores de otros cuerpos:

 

«Habiendo manifestado a la Junta el S.or Marqués de Monsalud la facilidad que le ofrecía el habérsele presentado el T.e Coronel de Inf.a del Rey D.n Xenaro de Rafabal de hacer venir una partida de 100 y más suizos y otros desertores de otros Cuerpos y hacer otros serv.s importantes a la causa pp.ca»[15].

 

Sea como fuere, en septiembre de 1808 la Junta de Extremadura había sido capaz de levantar un conglomerado de fuerzas que compondrían una hueste de más de 12.000 hombres, junto a unos 1.200 de caballería. Consciente de la capacidad organizativa y del celo mostrado por el Marqués en la formación del Ejército de Extremadura, como recompensa a tan arduo sacrificio, fue nombrado Teniente General el 22 de septiembre[16].

 

Ya en 1809 Cuesta relevó a Galluzo en el mando. Éste, junto a Nieto Aguilar y su equipo comenzarían a trabajar en la difícil tarea de reorganizar el Ejército de Extremadura. Si esfuerzo había costado levantar el primero, aún más costaría el segundo. Hay que partir de la premisa de que los pocos efectivos que permanecían se encontraban totalmente exhaustos y abatidos tras las sucesivas derrotas que sufrieron ante los franceses. A esto, habría que sumar el recelo de la población a integrar parte de sus filas, debido a la traumática experiencia que tuvieron los primeros soldados que lucharon contra las fuerzas imperiales.

 

A pesar de ello, a mediados de enero de 1809 la tropa se había reorganizado, con un número importante de hombres. La energía y el celo mostrados en el desempeño de este trabajo habían sido enormes, como poco después señalara el Marqués en documento mandado a la Junta Central:

 

«Esta Provincia formó sus tropas, las havilitó de lo preciso, y después de dispersas las reunió y organizó sin perdonar gasto ni fatiga. Pero estos esfuerzos la han constituido en el mayor apuro, con el peligro de que perdido este importante punto se internen los enemigos»[17].

 

Posteriormente la Junta de Extremadura, por acuerdo del 21 de julio, comunicó al Marqués que se trasladase a Sevilla, donde se encontraba el Gobierno Central. Debía solicitar en su nombre ayuda para la región extremeña, y de igual manera, debía expresar la situación en la que se encontraba la misma. Esta circunstancia, sería aprovechada por el Gobierno para nombrarle Segundo Jefe del 5º Ejército.

 

2.3.3. La implicación de Monsalud con la guerrilla en Extremadura.

 

El Marqués de Monsalud, consciente de la debilidad militar que el ejército español padecía, sobre todo tras su desorganización por las consecutivas victorias francesas, y gracias al gran conocimiento que tenía de las técnicas guerrilleras debido a su experiencia en la Guerra de la Convención, pronto advertiría la necesidad de desarrollar tácticas propias de la guerra de guerrillas. Como expone Marcelino Cardalliaguet, durante 1809 Monsalud iba organizando la guerrilla en Extremadura y se dedicaba a dar golpes de mano a los destacamentos franceses que aparecían por las zonas montañosas y boscosas[18].

 

En este sentido, desde Abril de 1809, el Marqués, por acuerdo de la Junta, dirigiría desde Tierra de Barros este tipo de acciones, estableciendo su campamento base en la población de Nogales. Allí se entablarían durísimos combates por parte de las guerrillas y el ejército francés, como se desprende del parte remitido por Aguilar y recogido por Gómez Villafranca:

 

«Esta tarde a las tres salí al frente del enemigo con el todo de esta división para ir enseñando á estos paisanos que la componen subdividiéndola en ocho columnas, y á la vista de sus avanzadas formé a batalla mandando salir dos guerrillas q.e se tirotearon con ellas, y el resultado fue que habiéndose retirado precipitada.te a S.TA Marta formó el todo de ellos detrás de la Ermita. Aunque pudiese haberlos desalojado de dicho punto, no me pareció conveniente por no ser fácil de sostener con la poca caballería que tengo, pero tan luego como me considere con fuerzas suficientes, no tan sólo los rechazaré, sino q.e les perseguiré todo cuanto pueda»[19].

 

Todavía en 1810 y 1811 continuaría manteniendo la coordinación y organización de las diversas partidas guerrilleras que actuaban en la Provincia. Éstas seguían siendo de gran valía, ya que cuanto más crecía el territorio que debían controlar los franceses, más complicado se hacía su dominio. Buena cuenta de ello da Villafranca con las múltiples acciones guerrilleras sucedidas mientras se volvía a disponer de un ejército en condiciones.  En este sentido, un claro ejemplo al respecto fue el frecuente contacto que mantuvo, entre otros, con los hermanos Cuesta[20] o con John Downie, como lo demuestra la siguiente misiva del inglés:

 

«Ecm.o S.or Marqués de Monsalud = Londres y noviem.e 17 de 1810 = Estimadisi.o S.or y mi dueño. Tengo el sumo gusto de participar a V. Ex.a que todo quanto era relativa a mi misión a este País lo tengo realizado al sumo de mis mayores deseos, de modo que los afanes y trabajos que he tenido en este desempeño no han salido malogrados, lo que me consuela, todo lo que faltava de vestuario y aprestes para la Leal Legión se embarcan en 5 días y saldré el 24 para Lisboa y puede V. Ex.a cuentar con mi presencia cosa de una semana después que reciva ésta. Llevo en mi compañía a mi hermano D.n Carlos que tendré el gusto de presentar a V. Ex.a (…)»[21].

 

2.3.4. El Marqués de Monsalud como eje central de las comunicaciones en Extremadura.

 

La falta de una red estable de comunicaciones, debido a la penetración francesa por suelo extremeño, se vería potenciada por la continuada peregrinación de la Real Audiencia y la Junta extremeña de sus sedes habituales. Una carencia que fue ocupada por la personalidad y por la propia valía de destacados personajes, como sin duda fue Monsalud, en especial para el periodo de 1811-1812[22].

 

En este sentido, Nieto Aguilar mantendría informada a la Junta Central, y posteriormente a la Regencia de Cádiz, de lo sucedido en Extremadura. Asimismo, establecería una buena diplomacia con el ejército británico y tomaría acertadas decisiones dentro de la milicia española. Además, consiguió desplegar una profunda red de información sirviéndose de las noticias que le enviaban las diferentes partidas guerrilleras que actuaban por nuestra región, a lo que habría que sumar las indagaciones obtenidas por sus confidentes.

 

Las instrucciones dejadas por el general Castaños a finales de 1811 no hacen sino ratificar esta tesis:

 

«Instrucciones generales p.a el Comandante general interino de la Provincia de Extremadura, reserva y distrito militar, Marqués de Monsalud, Ten.te Gral. de los R.a Extos. (…)

El Marqués de Monsalud como Comand.te en Gefe del distrito militar no permitirá la formación de partidas que tengan p.or objeto la tranquilidad y seguridad de los Pueblos existentes en país ocupado p.or el Enemigo: Protegerá los Esquadrones francos y partidas de Guerrilla, obligándolos con maña a q.e respeten las propiedades y se empleen solo contra el Enemigo. Del mismo modo conservará con el mayor cuidado las correspondencias de los confidentes del interior, para que no falten destos sobre que puedan emprenderse las operaciones de las tropas.

De todas las noticias de enemigos q.e reciva q.e puedan ser de algún interés p.a el Gral. Comand.te de las tropas Inglesas, y de las operaciones del 5º Exto. avisará a uno y otro Gefe con la mayor brevedad posible.

Conservará la mayor inteligencia con el General Comande interino del cuerpo de operaciones Conde de Penne Villemur, y la mayor armonía con el Teniente Gral. Hill, Comandante de las tropas Inglesas, sus Gefes y Oficiales (…)»[23].

 

A su vez, las noticias de los hechos que se iban sucediendo no sólo las difundiría entre las altas instancias, sino también entre el pueblo, a través de publicaciones como la Gazeta de Extremadura, financiada en su mayoría por el propio Monsalud. Y es que la demanda de información era muy acusada en los duros momentos de la guerra, en los que la población estaba carente de noticias, como puede verse en la siguiente carta dirigida al propio Marqués:

 

«Estos pueblos limítrofes al enemigo están sumidos en una crasa ignorancia, tanto en lo q.e toca a los sucesos gloriosos de nras. armas, como o q.e respecta a las varias providencias, q.e se han tomado en los últimos tiempos, para hacer la felicidad de la nación y en particular de la provincia, q.e en breve recobrará su antiguo explendor. Para remediar en parte esta ignorancia, origen de muchos males, en especial del de la apatía, sería muy conveniente q.e V. E. mandara en la secretaría de la Junta Sup.r se me remitieren algunos papeles públicos con los q.e se instruyesen e inflamasen estos habitantes»[24].

 

Asimismo, sería el encargado de difundir escritos tan importantes como la propia Constitución de Cádiz, llegando a dar voz a tan magno texto en lugares como Salamanca, como se recoge en la siguiente carta mandada por Aguilar desde Valencia de Alcántara:

 

«Yo espero del acreditado zelo que en todas las ocasiones ha manifestado esa Ilustre Universidad, repetirá ahora nuebas pruebas de su adhesión y patriotismo contribuyendo con sus superiores luces á tan grande obra de la Constitución, que indudablemente hará la felicidad de la Nación, instruyendo a todos en sus sabios y sólidos principios»[25].

 

A la vista de lo expuesto, qué duda cabe de que Monsalud terminaría por convertirse a lo largo del conflicto en uno de los pilares fundamentales en lo que a información se refiere, manteniendo un contacto continuado y fluido con los efectivos militares y su generalato (tanto español como británico), además de recabar todo tipo de información sobre la situación del enemigo con las partidas guerrilleras y confidentes, a la vez que daba voz de todo lo sucedido en nuestra región, y fuera de ella, al Consejo de Regencia.

 

Un magnífico caso al respecto lo encontramos en la siguiente misiva escrita por el propio Monsalud en junio de 1812 desde Valencia de Alcántara, por la que se muestra el temor de los franceses a que su correo pudiese ser interceptado por la red de espionaje española, además del sistema que los galos habían logrado desarrollar para evitar que sus mensajes fueran descifrados y cómo Monsalud fue capaz de descifrarlo y difundir dicho código:

 

Parte de un mensaje francés cifrado:

 

«Madrid le 21 Juin 1812 = a Monsieur le General Comte d´Erlon = Monsieur le General = M.r le M.al Jourdan ma commuique votre leerte du 4 Juin. 9.v0,, .^49.::, . 5.xx, 9.4;,3. 9,6v,::-, ,99, 0.v2x, x;v 9.v0,, 3, 5:v6;4.9 (…)»[26].

 

Código descifrado:

 

«Madrid le 21 Juin 1812 = a Monsieur le General Comte d´Erlon = Monsieur le General = M.r le M.al Jourdan ma commuique votre leerte du 4 Juin. l´armeé anglaie a passe l´agueda elle marché sur l´armeé de Portugal (…)».

 

3. LA RELEVANCIA DEL MARQUÉS DE MONSALUD EN EXTREMADURA DURANTE 1812

 

El año de 1812 iba a representar para Extremadura, prácticamente, el final de la guerra, cuando menos, el término de las grandes ofensivas militares. Hay que recordar, en este sentido, que ya a finales de 1811 Napoleón iniciaba el retiro de parte de sus tropas para mandarlas a Rusia, lo que causaría tanto una reducción de su número, como la pérdida de sus soldados más experimentados. Esta nueva coyuntura bélica sería aprovechada por los aliados, que desde entonces llevarían la ofensiva y el peso de las operaciones. Además, desde Cádiz terminarían por abrir las ventanas que hicieran llevarse los viejos aires rancios del Antiguo Régimen para dar la bienvenida a los nuevos vientos constitucionalistas. De todo ello sería testigo la Extremadura de 1812, en la cual Monsalud tuvo una relevancia fundamental en cada uno de estos acontecimientos, dándoles, a su vez, voz entre el común del pueblo, como ya hemos tenido ocasión de comprobar anteriormente.

 

En lo que respecta al propio Monsalud, ya desde finales de 1811, más concretamente a finales de año, el 24 de noviembre, como queda reflejada en la información conservada en el Archivo de la Abadía de Montserrat, Aguilar era investido por la Regencia con grandes facultades para actuar en Extremadura. Se le nombró Comandante General del ejército y Provincia, Presidente de la Junta de Extremadura y se le dotó con el gobierno político de la Provincia, quedándole otorgado el pleno poder[27].

 

Dicha acción terminaría por concretarse con las instrucciones que le dejaba Castaños el día 4 de Diciembre y en donde se le especificaban un sinfín de oficios a desempeñar[28]. Entre ellos, mantener viva la confianza en el ejército y las poblaciones, debiendo encargarse del suministro y sostenimiento de las tropas de reserva y cuerpos de operaciones. Sería el encomendado de mantener el rigor del sistema establecido contra la delincuencia. Habría de cuidar de la buena disciplina entre las tropas reservistas. Esforzarse por administrar el estado de los hospitales. Que las guerrillas actuasen de forma constante en acciones contra el enemigo, persiguiendo a las que hicieran daño a las poblaciones. Permanecería en continuo contacto tanto con sus superiores del Estado Mayor, como con las partidas y confidentes para tener un pleno conocimiento de la situación; al igual que debería comunicar cualquier suceso relevante a la Regencia[29].

 

De esta manera, Monsalud terminaba siendo recompensado por una larga lucha de entrega y sacrificio, en la que nunca perdió la confianza en sí mismo, ni en las posibilidades de victoria de nuestros ejércitos.

 

Ya en enero de 1812 se recibió con satisfacción la noticia de la caída de Ciudad Rodrigo en manos inglesas, lo cual dejaba vía libre para el rescate de Badajoz. Pronto, británicos y españoles aunarían esfuerzos en aislar la plaza fuerte, cortar sus comunicaciones y comenzar el asedio. Y mientras esto ocurría, Monsalud apartó los demás asuntos militares para centrarse en la resolución de este conflicto, ya que requeriría de toda su actividad, como veremos a continuación.

 

 El 11 de marzo, Wellington estableció su cuartel en Elvas, desde donde comenzaría a planear e idear el futuro sitio de Badajoz. En vista de ello, O´Lawlor, en una extensa carta desde Elvas, solicitó a Monsalud diversos planos e información sobre el estado de la zona comprendida desde el Guadiana hasta Ayamonte. Además, le requirió la aportación de víveres con carros y acémilas, empezando por Cáceres, Miajadas o La Roca.

 

El día 14 de marzo, Wellington cruzaba el Tajo en dirección a Badajoz para establecer el asedio a la plaza fuerte, comenzando sus ataques el día 16. Una de las primeras decisiones fue la de intentar cortar toda vía de auxilio a la ciudad, estableciendo un cordón de seguridad que se situó por las zonas de Los Santos de Maimona, Zafra y Llerena. Se pretendía abortar cualquier tentativa de Soult. Por esta razón, a los pocos días, Wellington envió un comunicado a Monsalud en el que se le reconocía su colaboración. El 25 de marzo, en otra carta del inglés, le exponía los planes que tenía diseñados para el asedio, indicándole que le facilitara toda la información posible sobre el estado de Sevilla, Toledo y Talavera[30].

 

Los trabajos en torno a la ciudad se sucedieron con mucho sacrificio y voluntad. Todo el día a día de lo que estaba sucediendo era conocido en Cádiz, fruto de los mensajes que Monsalud les remitía de forma constante[31].Ya en abril, producto de una costosa jornada, donde los hombres de Wellington sufrieron la pérdida de unos 5.000 hombres, la ciudad de Badajoz fue librada de los franceses. De nuevo, Monsalud pondría rápidamente en aviso al resto de instituciones de lo sucedido:

 

«A los veinte y un días de sitio fue tomada por asalto la plaza de Badajoz, a las dos de la madrugada de este día, habiendo empezado el ataque a las nueve y media de la noche del de aier»[32].

 

El deseo de venganza cegó a los británicos, saqueando la ciudad y cometiendo múltiples atropellos ante una población agotada tras los duros días de sitio. Los españoles, por su parte, pasarían por las armas a todo sospechoso de colaboracionismo. El escenario no podía ser más dantesco, como el mismo Monsalud tuvo ocasión de ver al llegar nada más conseguirse el control[33].

 

Fruto de la confianza y respeto que Wellington depositaba en él, le confirió la custodia de la capital pacense, no dejando capacidad de actuación a ninguna otra persona[34]. Entre ambos, comenzarían a planificar la reorganización del lugar, que no podía llevarse a cabo sin la ayuda del Lord inglés debido a la falta de recursos[35].

 

El ambiente era de lo más trágico y los bienes escaseaban, hasta tal punto, que el Gobierno Nacional no dotaría de recursos para la reconstrucción de la ciudad hasta llegado el mes de mayo. Los muertos tuvieron que permanecer sin sepultura hasta que no se recibió gran parte de ese dinero. Se necesitaría todo el mes de abril para que los difuntos fuesen quemados o enterrados y hacer que se limpiasen las inmundicias de las calles[36]. Además, la población que sobrevivió se moría de hambre; como escribiría el Marqués, “la población se halla mui desnutrida, particularm.te el hospital, quarteles, conventos”[37].

 

La situación era acuciante, tanto para Badajoz como para el resto de la Región y las misivas que mandara Monsalud para soliviantar con suministros a aquella plaza le serían rechazadas, debido a la incapacidad de unas poblaciones arrasadas por la guerra. Esto ocurrió con Jerez de los Caballeros[38], pero también con Trujillo[39] o Coria[40], siendo un fenómeno global a toda Extremadura. Caso paradigmático lo constituye la ciudad de Cáceres, al quedarse agotada de suministros en los primeros compases de la guerra; como bien ha documentado J. C. Martín, Mª. J. Teixidó y F. Jiménez, en el apartado dedicado en su estudio al abastecimiento de la ciudad[41].

 

Por otra parte, una vez retomada cierta tranquilidad tras los tremendos sucesos que ocurrieron en torno a Badajoz en el primer semestre de 1812, se reanudó el hostigamiento contra los franceses. Wellington decidió emprender una marcha que cortase los puntos estratégicos de acceso a nuestra región, por lo que marchó al norte, apoderándose de las rutas cercanas al Tajo. Este movimiento se vería beneficiado por la campaña de Rusia, que reclamaba cada vez más hombres, por lo que parte de los ejércitos napoleónicos continuaban el abandono de la Península, retirándose un gran número de efectivos situados en la orilla del Tajo.

 

Hill, a finales de agosto, recibió órdenes de atacar las tropas situadas en el sur de Extremadura. Sin embargo, los adversarios, que debían estar en Llerena, huían por Azuaga camino de Córdoba. Los grandes contingentes enemigos parecían alejarse definitivamente de la región. Este hecho le sería confirmado a Monsalud por Villemur que, al mando del ejército de Vanguardia, observó como los franceses habían evacuado la Provincia. El gran peligro había pasado[42].

 

Franqueados estos hechos, Aguilar pudo desempeñar su oficio como Presidente de la Junta con mayor soltura. Hay que recordar que a comienzos de 1812 el texto constitucional que se había venido gestando durante tanto tiempo comenzaba a vislumbrarse con la lectura y debate de la última parte del proyecto, en la que tanta relevancia tuvieron los representantes extremeños, como Muñoz Torrero o Calatrava. Por fin, el 19 de Marzo quedó aprobada la nueva Constitución, mostrando su adhesión y felicitación por tan ardua tarea legislativa la Junta extremeña, con Monsalud a la cabeza. Por estas fechas, sería el encargado de difundir el texto constitucional por diversos organismos que trascendían las fronteras extremeñas, como hemos podido analizar anteriormente con el caso del texto enviado por Aguilar a la Universidad de Salamanca.

 

Ya en agosto del 1812, Monsalud iniciaba el expediente para preparar las elecciones de diputados a Cortes ordinarias y para los miembros de la futura Diputación Provincial. Bajo su presidencia se constituyó una “Junta Preparatoria” que tendría lugar en Valencia de Alcántara. Dos días después se comunicaba a la Regencia las primeras diligencias adoptadas, como el calendario electoral. Mientras se esperaban los plazos indicados, fue nombrado Capitán General de la Provincia el Marqués de Palacio, que le relevaría en el cargo, disolviéndose posteriormente la Junta Provincial a la que Monsalud había prestado tantos servicios[43].

 

4. UN EPÍLOGO PARA EL FINAL DE SUS DÍAS.

 

Juan José Nieto Aguilar, como se ha podido ver en estas breves líneas, estuvo a la altura de las adversas circunstancias que el año de 1812 impuso a Extremadura. En este sentido, supo erguirse como una de las figuras más destacadas en todo el profundo proceso de trasformaciones político-institucionales, tomando parte activa en los más diversos asuntos militares y políticos que su dilatada ocupación le podía permitir.

 

Además, debido su personalidad afable y emprendedora, conseguiría mantener una relación armónica entre el ejército y la administración. Fue uno de los ejes centrales en las comunicaciones, estableciendo los cauces de una verdadera red de información y de espionaje. Esta probada actitud, no sólo quedó manifiesta en la toma de decisiones, sino que en periodos críticos, no dudaría en empuñar las armas en la lucha contra el invasor francés. Por otra parte, las relaciones con el mando del ejército británico se vieron favorecidas e impulsadas, manteniendo una gran amistad con el mismísimo Wellington.

 

Posteriormente, con el retorno de Fernando VII en 1814, mediante el llamado Manifiesto de los Persas, los cimientos de aquel nuevo Estado que se había venido gestando con tanto sufrimiento en las Cortes gaditanas se desquebrajaron por el nuevo rumbo antiliberal que imprimió la política fernandina, restableciendo el viejo orden gubernativo. La Constitución de Cádiz fue suspendida y las Cortes disueltas. Con los meses, el monarca pudo ir restableciendo las antiguas instituciones del pasado y que tan poca efectividad mostraron durante el conflicto contra los franceses.

 

Bajo este contexto, Monsalud sería llamado a la Corte para prestar servicio cerca del Infante D. Carlos, del cual sería nombrado Primer Caballerizo el 29 de febrero de 1816. Durante todo este tiempo, más que preocuparse en sí mismo y el disfrute de la vida cortesana, Nieto Aguilar siempre buscaría el bien y la mejora del pueblo y sus conciudadanos. La situación política no invitaba a ello, no obstante, se serviría de otros instrumentos de actuación, como las Sociedades Económicas de Amigos del País, para impulsar medidas que desarrollaran tanto Extremadura como la propia Nación.

 

En este sentido, a mediados de 1816 quedaba constituida la Sociedad Económica de Badajoz, incorporándose ya en agosto Monsalud. Desde entonces, los servicios prestados a dicha Sociedad serían encomiables. En este sentido, pondría todo su empeño y medios para impulsar la creación en Badajoz de una escuela de dibujo y una cátedra de agricultura, fruto de la mala situación a que la guerra había quedado postergada Extremadura. Buena prueba de la preocupación que Aguilar mostraba por el progreso de la región extremeña lo constituye una carta mandada a su amigo Manuel de Silva:

 

 «Mi apreciable amigo: Hace tiempo que nada he dicho pues que nada ocurría, pero siempre he estado trabajando a favor de la prosperidad nacional y dirigiendo mis miras hacia esa provincia, desgraciada y olvidada de toda clase de establecimientos de enseñanza pública […] no debe pasar más tiempo sin que se atienda al remedio de males que si continúan, cuando las demás provincias de la Monarquía se les ve prosperar porque a su agricultura, a sus artes y a su comercio se les protege, la desgraciada Extremadura irá disminuyendo su población, careciendo de una agricultura bien entendida, desconociendo las artes, y por consiguiente sin comercio»[44].

 

El ascenso que Monsalud había venido adquiriendo con el paso de los años era impresionante. El interés mostrado en el desarrollo de Extremadura y la nación española le hacía ser considerado entre sus contemporáneos como un personaje encomiable. Así, llegados a esta etapa de su vida, si bien todo parecía presagiar un futuro igual de prometedor, dos hechos se iban a cruzar en su vida, El Trienio Liberal y la Década Ominosa.

 

Con el pronunciamiento del Comandante Riego comenzaba a desarrollarse la segunda tentativa liberal en España. Fernando VII el día 8 de marzo de 1820 restableció la Constitución de 1812. Pero la vuelta del orden constitucional no sería más que un espejismo, que tan sólo cuatro años más tarde traería funestas consecuencias[45].

 

La Constitución sería jurada por Monsalud a mediados de marzo de 1820. A partir de entonces no se le consideraron más distinciones militares, en lo que sería el preludio de su triste futuro. En abril de 1820 cesa como Primer Caballerizo, no obstante pasaría a ocupar la presidencia del Tribunal Supremo de Guerra y Marina. Dos años más tarde fue nombrado Decano de dicho tribunal.

 

Pero sería el año de 1823 el que marcó verdaderamente un duro punto de inflexión en su vida, ya que a partir de este momento, tanto su carrera como su propia persona sufrirían una pronunciada persecución. En este sentido, por aquellos entonces, la coyuntura internacional existente se inclinaba hacia una vuelta del absolutismo y el tradicionalismo político. Fernando VII aprovechaba dicho contexto para reclamar su soberanía, siendo oído y apoyado por el resto de potencias. El temor a la expansión de acciones similares a las ocurridas en España haría diseñar a las diferentes fuerzas absolutistas un plan de actuación que se terminaría concretando en el Congreso de Verona. El rechazo a las peticiones del restablecimiento de la autoridad del rey concluiría con la invasión extranjera del Duque de Angulema a primeros de abril de 1823. Apoderándose sus tropas de Madrid en mayo del mismo año, tanto el rey como las Cortes se trasladarían primero a Sevilla y posteriormente a Cádiz. Cuando partieron el 13 de junio hacia la ciudad gaditana estalló una enorme insurrección popular sacudiendo todos los rincones de Sevilla. Monsalud sería buen testigo de lo sucedido; como él mismo relató:

 

 «Notorio es el horrible saqueo que sufrí el 13 de Junio de 1823 en Sevilla, en el que estuve ya atado y en el acto de ser fusilado, debiendo milagrosamente mi existencia á un sargento que había servido en mi regimiento y se hallaba entre los sublevados. Perdí cuanto tenía, arruinándome para siempre, siendo una de las pérdidas que más he sentido, todos mis despachos y documentos relativos a mi carrera militar» [46].

 

 Pero aún le quedaban peores y terribles sucesos que padecer. Una vez capitulada Cádiz ante las tropas francesas a primeros de octubre de 1823, Fernando VII fue restablecido en el poder. Riego sería ejecutado públicamente y las esperanzas españolas de emprender el vuelo revolucionario echadas por tierra. Comenzaba de nuevo un absolutismo que desencadenaría desde sus primeros momentos una represión durísima.

 

Tan sólo ocho días después de la toma de Cádiz, sería detenido y llevado preso a la cárcel pública de la misma ciudad por orden del monarca. En su declaración tuvo que jurar, entre otras cosas, que no pertenecía a ninguna secta, no haber hecho la guerra contra los realistas o no haber desconocido nunca la autoridad de Fernando VII. Pero éste, el Deseado, aquél por el que tanto había luchado y por el que tantos sufrimientos había padecido, le recompensaba con prisión. Aguilar permanecería incomunicado y hasta pasado más de un año no volvería a prestar declaración. Debido a la corrección y la oficialidad que siempre mostró en el desempeño de sus diferentes oficios, alejándose en todo momento de las disputas y controversias políticas, no había causa alguna por la que se le pudiera juzgar. Sin embargo seguía preso bajo la siguiente premisa, “que siga la causa y que se fastidie”[47].

 

La crueldad con el que el monarca se ensañaría con el Marqués fue enorme. Formado un expediente de impurificación contra su persona, sería declarado culpable, debiendo entregar sus despachos. Estos le serían arrebatados, al igual que sus condecoraciones en los primeros meses de 1828.

 

Nunca jamás olvidaría lo sucedido en el resto de su vida. Una vez terminado su cautiverio, volvía a pisar la calle, pero la estancia en el presidio le hizo cambiar. Aquel personaje intrépido y audaz que nunca se daba por vencido era en estos momentos un hombre cansado y hastiado. Retomaría su vida, ahora de civil, junto a su familia, que en un comportamiento ejemplar nunca se separó de él. Marcharían a Almendralejo, lugar que casi nunca volvió abandonar.

 

A pesar de todo, su regreso, que suponía la libertad a un injusto presidio, se convertiría en un auténtico suplicio en los primeros momentos a su llegada. En 1833, en mitad de la calle, a la vista de todos sus vecinos, su mujer era injuriada y agredida. Las justicias del lugar no harían nada en su favor, debiendo reclamar la aplicación de la ley a la Real Audiencia de Cáceres, lo que en el fondo demuestra el pesado lastre que arrastraba desde su presidio. Como se expone en el propio caso:

 

«remitido el proceso, formalizó el Marqués la acusación pidiendo el castigo que según las leyes se merecen no solo los abominables escesos del injuriante, más también el escandalosos perjurio de algunos de los testigos examinados en la información,  la criminal condescendencia del Padre del reo [miembro del ayuntamiento] y hasta la conocida parcialidad del Regente de la jurisdicción»[48].

 

Pero a pesar de todo ello, a Monsalud aún le quedaban muchos sucesos que vivir y todavía tendría tiempo de recobrar su dignidad. En 1832, se proclamó el Decreto de Amnistía por la Regente María Cristina. Un año más tarde, en el mes de junio se le restituyó en el uso de uniforme, distinciones, fuero y condecoraciones. No obstante se le negaría la incorporación a la vida militar.

 

Situación ésta que cambiaría un año más tarde. El terror regresaba a España. Esta vez las hostilidades no eran contra ningún enemigo venido del exterior, sino internas. Las reivindicaciones dinásticas después del fallecimiento de Fernando VII terminarían por sumir a la nación en un continuo enfrentamiento civil. Extremadura, aunque siendo asignada centro estratégico de cierta relevancia por su cercanía a Portugal, sin embargo no parece que contara con una ferviente adhesión a la causa Carlista. A pesar de ello, la pronta llegada de José Ramón Rodil a estas tierras como Capitán General del Ejército y Provincia[49], le haría ser consciente de la necesidad de contar con el favor de hombres versados en asuntos administrativos y militares. Ahora, con los avatares terribles de una guerra se necesitaban hombres expertos, de sesgo liberal, volviendo a solicitar a Monsalud su ayuda, por necesidad.

 

Bajo este contexto, por Real Decreto de 1834 se reponen en su servicio a los Gentiles Hombres, Mayordomos de Semana y Ayudas de Cámara que fueron separados en 1823. Entre los que aparecen en la lista está el Marqués, más concretamente encuadrado como Grande de España. El día 20 de junio del mismo año sería elegido Diputado por la Provincia de Badajoz para las Cortes de Madrid, pero no llegaría a tomar posesión de su asiento[50].

 

Posteriormente, el 18 de agosto de 1836 se le nombraría Capitán General de Extremadura. Monsalud, mostrando sus reticencias a ser utilizado sólo en tiempos de necesidad, se negaría. La Reina Gobernadora no aceptó la renuncia, reiterándole en el cargo expedido días antes. Personajes como Rodil o Calatrava acentuarían la presión mediante correspondencia personal para que aceptase el cargo, ya que se sentían más seguros con una persona de tanta valía al frente de la situación. Sin embargo, estaba cansado de ser manipulado y volvería a negarse, debiendo esta vez obedecerse su decisión[51].

 

A pesar de ello, que se alejara de los grandes entresijos de la política nacional, no significaba que renunciase a sus principios liberales, aquellos que le hicieron coger las armas en más de una ocasión y preocuparse por el desarrollo económico de su región en otros tantos. Así, juraría al poco tiempo de ser aprobada la Constitución de 1837. La prueba de su carácter liberal queda perfectamente ejemplificada en una de sus frases más conocidas: “Tengamos juicio, vamos adelante con la obra de despojar el suelo Español de Carlistas”[52].

 

Y es que, la personalidad de Aguilar seguía siendo reconocida entre sus contemporáneos, como se ha podido ver en la admiración que Rodil sentía hacia él. Este hecho, le llevaría a ser reelegido Senador en 1837 y en la legislatura de 1845 Senador vitalicio[53].

 

Pero los nombramientos y agradecimientos llegaban tarde. Cansado de tan larga y ajetreada vida, contaba a estas alturas con 66 años de edad. No abandonaría su Almendralejo natal, desde donde dedicó sus últimos años a luchar por el bien de sus convecinos, al formar parte de la Sociedad de Amigos del País que se constituyó en dicha localidad.

 

 El día 28 de febrero de 1851, la población que le vio nacer lloraba su muerte[54]. Se despidió de él de manera insigne y emotiva, como no podía ser de otra manera ante una personalidad tan relevante como fue Juan José Nieto Aguilar, II Marqués de Monsalud.

 



[1] SOLAR Y TABOADA, Antonio del: Del Solar de Extremadura (Notas tomadas en los archivos), Badajoz, Ed. Caja Rural de Badajoz, 1949. pp. 61-66.

[2] ARAGÓN MATEOS, Santiago: La nobleza extremeña en el Siglo XVIII, Mérida, 1990, p. 98. 

[3] Archivo Histórico Provincial de Cáceres (A. H. P. CC.): Real Audiencia 17, Exp. 2.

[4] SOLANO GÁLVEZ, Mariano Carlos, “El Marqués de Monsalud”, La Ilustración española y americana, Nº XVII, Madrid, 8 de Mayo de 1809, p. 267.  La segunda parte de su vida aparece reflejada en el siguiente número de esta revista publicado el 15 de Mayo de 1809, pp. 279-283.

[5] ANDUJAR CASTILLO, Francisco: El sonido del dinero. Monarquía ejército y venalidad en la España del Siglo XVIII, Ed. Marcial Pons, Madrid, 2004, p. 376.

[6] ARAGÓN MATEOS, Santiago: La nobleza extremeña en el Siglo XVIII, Mérida, 1990, pp. 447-469.

[7] GÓMEZ VILLAFRANCA, Román: Extremadura en la Guerra de la Independencia. Memoria histórica, Ed. Muñoz Moya, Badajoz, 2004, p. 18.

[8] SARMIENTO PÉREZ, José: La Junta Suprema de Extremadura en la Guerra de la Independencia Española. Comisión de Gracia y Justicia (1808-1812), Ed. Junta de Extremadura, Badajoz, 2008, pp. 96-97.

[9] MAESTRE ÁLVAREZ, Luis: Semblanzas del II Marqués de Monsalud, Web: Fundación Dos de Mayo, Madrid, pp. 26-27.

[10] Traducción: “Han enviado a una persona incompetente, — —, para estar al mando en Extremadura, sustituyendo a Monsalud, con quién todo nos ha ido bien hasta la fecha”. En, GURWOOD, The dispatches of field marshal Duke of Wellington, during his various campaigs. Volume the six, Londres, 1845, pp. 25-26.

[11] MAESTRE ÁLVAREZ, Luis: Op. Cit., p. 16.

[12] GÓMEZ VILLAFRANCA, Román: Op. Cit., p. 37.

[13] RODRÍGUEZ GRAJERA, Alfonso y ORTIZ MACÍAS, M. Magdalena: Una ciudad en guerra. Mérida, 1808-1812. Ed. Caja Extremadura, Badajoz, 2008, p. 82.

[14] GONZÁLEZ CARBALLO, Genaro: Jerez de los Caballeros en la Guerra de la Independencia. Consecuencias del conflicto y repertorio documental, Ed. Caja Extremadura, Badajoz, 2008, p. 49.

[15] GÓMEZ VILLAFRANCA, Román: Extremadura en la Guerra de la Independencia Española, colección diplomática, Ed. Hermanos Uceda, Badajoz, 1908, p. 56. 

[16] MAESTRE ÁLVAREZ, Luis: Op. Cit., p. 16.

[17] Archivo Histórico Nacional (A. H. N.): Estado, 38, C.

[18] CARDALLIAGUET, Marcelino: Historia de Extremadura, Ed. Universitas Editorial, Badajoz, 1988, p. 209.

[19] GÓMEZ VILLAFRANCA, Román: Extremadura… Memoria histórica, pp. 123-124.

[20] A.H.N., Diversos-Colecciones, 124 N. 51.

[21] A.H.N., Diversos-colecciones, 110, N.33.

[22] Para más información ver: CARMONA GUTIÉRREZ, Jessica y RODRÍGUEZ CASILLAS, Carlos J., “El II Marqués de Monsalud y el poder de la palabra: las redes de información durante la Guerra de Independencia”, en: Actas de las I Jornadas de Historia de Almendralejo y Tierra de Barros, Almendralejo, 2009, pp. 185-198.

[23] A.H.N, Diversos-Colecciones, 137, N.50.

[24] A.H.N., Diversos-Colecciones, 97, N.13.

[25] ROMERO PAZ, Alonso, “La Universidad de Salamanca ante la Constitución de Cádiz”, VV.AA., Aulas y saberes. VI Congreso Internacional de historia de las universidades hispánicas, Volumen 1, Valencia, 1999, p. 123.

[26] A.H.N., Diversos-Colecciones, 151, N.8.

[27] Documentación del Archivo de la Abadía de Montserrat, incluida en: MAESTRE ÁLVAREZ, Luis: Op. Cit., p. 34.

[28] A. H. N.: Diversos-Colecciones, 137, N. 50.

[29] A. H. N.: Diversos-Colecciones, 114, N. 27.

[30] MAESTRE ÁLVAREZ, Luis: Op. Cit., p. 36.

[31] A. H. N.: Diversos-Colecciones, 109, N. 54.

[32] A. H. N.: Diversos-Colecciones, 109, N. 62.

[33] A. H. N.: Diversos-Colecciones, 127, N. 79.

[34] GÓMEZ VILLAFRANCA, Román: Extremadura… Memoria histórica, p. 260.

[35] A. H. N.: Diversos-Colecciones, 127, N. 79.

[36] GÓMEZ VILLAFRANCA, Román: Extremadura… Memoria histórica, p. 260.

[37] Ibíd.

[38] GONZÁLEZ CARBALLO, Genaro: Op. Cit., p. 106.

[39] SÁNCHEZ RUBIO, Mª Ángeles, et al.: Trujillo y la Guerra de Independencia. Un triste monumento de una ciudad desgastada, Ed. Caja Extremadura, Badajoz, 2008, p. 192.

[40] BLANCO CARRASCO, J. Pablo: La Guerra de la Independencia en Coria. Crisis y pervivencia del Antiguo Régimen, Ed. Caja Extremadura, Badajoz, 2008, p. 137.

[41] MARTÍN BORREGUERO, J. Carlos, et al.: La Guerra de la Independencia en Cáceres. Las sombras de un conflicto, Ed. Caja de Extremadura, Badajoz, 2008, pp. 93-153.

[42] A. H. N.: Diversos-Colecciones, 114, N. 33.

[43] GARCÍA PÉREZ, Juan y SÁNCHEZ MARROYO, Fernando: Historia de Extremadura. Tomo IV. Los tiempos actuales, Ed. Universitas, Badajoz, 1985, pp. 718-719.

[44] MAESTRE ÁLVAREZ, Luis: Op. Cit., p. 44.

[45] FUSI, J. Pablo y PALAFOX, Jordi: España (1808-1816). El desafío de la modernidad, Ed. Espasa, Madrid, 1998, p. 30.

[46] Entre las pérdidas se encontraban todos sus despachos y recibos de los gastos desembolsados durante la Guerra de la Independencia, y que nunca recibiría; calculándose en unos 12 millones de reales de vellón. SOLANO GÁLVEZ, Mariano Carlos: “El Marqués de Monsalud (Conclusión)”, en la Revista: La Ilustración española y americana, Nº XVIII, Madrid, 15 de Mayo de 1909, p. 282.

[47] SOLANO GÁLVEZ, Mariano Carlos: Op. Cit., p. 282.

[48] A. H. P. CC.: Real Audiencia 657, Exp. 80.

[49] GARCÍA PÉREZ, Juan y SÁNCHEZ MARROYO, Fernando: Op. Cit. pp. 759-760.

[50] MAESTRE ÁLVAREZ, Luis: Op. Cit., p. 52.

[51] Archivo de la Abadía de Montserrat: Fondo Monsalud, Ms. 914.

[52] Archivo de la Abadía de Montserrat: Fondo Monsalud, Ms. 914.

[53] Archivo Histórico del Senado: HIS-0294-02.

[54] MAESTRE ÁLVAREZ, Luis: Op. Cit., p. 60.

Nov 222013
 

María Jessica Porras Granado.

  1. 1.            Resumen:

El Siglo XIX está caracterizado por una clara intención de los organismos políticos por universalizar la enseñanza de primeras letras, aunque también por el fracaso de las iniciativas que se dieron para lograr este objetivo. Este trabajo, pretende analizar como se configuró el sistema educativo en el Partido de Coria durante la primera mitad de la centuria, para ver si las propuestas políticas podían ser llevadas a cabo por las administraciones locales, encargadas de esta tarea, podían la podían llevar a cabo y la evolución propia de cada lugar. Para ello, nos hemos centrado en el estudio de los dos años en los que se conservan los informes de La Junta de Enseñanza de dicho partido: 1935 y 1946.

  1. 2.            Introducción

Este trabajo nace de la intención de analizar cómo se plasmaban los planes educativos e intenciones políticas en una realidad concreta: el Partido de Coria[1]. Si algo caracteriza el desarrollo de la enseñanza hasta la instauración de  la Ley Moyano (1857), es el intento frustrado los gobiernos liberales por universalizar la enseñanza primaria. Este estudio se centrará en la aplicación  local del plan que constituyó uno de los mayores precedentes de la ley: El Plan General de Instrucción Pública (Plan del duque de Rivas, 1836). Además, se pretende ofrecer las primeras pinceladas para establecer una evolución del sistema educativo desde los últimos años del setecientos hasta los años  50 del Siglo XIX. De este modo, pretendemos ofrecer una respuesta a las preguntas ¿Qué significado tuvieron estas reformas? ¿Las ideas liberares aunque no cuajaron por completo tuvieron alguna repercusión en la realidad? ¿Fueron una ruptura con el siglo precedente?

2.1                  Fuentes

Para abordar este estudio de la Educación Primaria en el Partido de Coria durante la primera mitad del siglo XIX, la primera pregunta a la que se quiso contestar fue ¿cuál era de la base de partida? ¿Qué herencia habían recibido las diferentes poblaciones del siglo XVIII? Al no disponer de fuentes concretas que nos proporcionaran las respuestas a estas preguntas hemos tenido que acudir al Interrogatorio de la Real Audiencia de 1792, que fue publicado por Asamblea de Extremadura en 1994 (Rodríguez Cancho, Miguel y Barrientos Alfageme, Gonzalo (eds)  1994.)En él se recogen en  cincuenta y siete preguntas las características de las poblaciones que componían Extremadura, distribuidas en los partidos judiciales de los que se integraban en esos momentos. En lo que se refiere a la enseñanza se puede decir que la pregunta más reveladora es la XXVII dedicada en exclusiva a esta tarea: “Si hay escuela de niños, ó niñas de primeras letras, Estudios de Gramática ú otros, su dotación, y de qué efectos se saca, quién cuida de su arreglo; y caso de no haber uno ni otro, si se experimenta necesidad de establecerlas, y los medios.” (Rodríguez Cancho, Miguel y Barrientos Alfageme, Gonzalo (eds)  1994a. Pág. 25)

Esta información la hemos completado con otras respuestas ofrecen algún dato que hemos considerado de interés para tener un perspectiva más amplia de la temática que ocupa este estudio. Para conocer la población del lugar y si existían profesionales cualificados, se ha acudido a la pregunta número III: “Qué vencindario tiene cada Pueblo, su aplicación y oficios, el número de cada clase: si forman Gremio con ordenanzas aprobadas, ó no: si hacen exámenes para el ingreso, y su cósto: qué diversiones suelen ser las más comunes entre los naturales, ó si se nota inclinación algún vicio: si en los oficiales, ó jornaleros se advierte abuso en el modo, ú horas del trabajo, y el precio corriente de los jornales” (Rodríguez Cancho, Miguel y Barrientos Alfageme, Gonzalo (eds)  1994a. Pág. 22) aunque en la gran mayoría de los casos nos se mencionaban al maestro. A su vez, se ha indagado sobre los fondos de los que disponía el municipio gracias a la pregunta número XII: “SI hay propios o arbitrios, en que  consisten, su valor anual, o por quinquenio, y si hay otro caudales públicos, que no están comprenhendidos en aquellos ramos, su destino, é inversión” (Rodríguez Cancho, Miguel y Barrientos Alfageme, Gonzalo (eds)  1994a. Pág. 23 ) y por último, se ha querido establecer con claridad de que tipo de obras pías podían disponer para complementar el salario del maestro, analizando para ello la pregunta número XXI: “ Si hay Hospitales y Obras-pías, de que especies; sus Patronos, su dotación en qué consiste; sus gravámenes, quién las administra y qué Juez conoce de ellas”(Rodríguez Cancho, Miguel y Barrientos Alfageme, Gonzalo (eds)  1994a. Pág.24)

Tras establecer estas pequeñas anotaciones sobre cómo era el sistema de enseñanza en el siglo XVIII, se puede empezar a analizar la configuración de éste en la primera mitad del Siglo XIX, que es el objeto de este estudio. Para abordar este tema se ha acudido a la documentación generadas por la Junta de Primera Enseñanza del Partido de Coria: Censos de Escolarización y Memoria e Informes. Esta documentación forma parte de los fondos del Archivo Municipal de Coria, por ser la cabeza del Partido, que ahora se encuentra en Archivo Histórico Provincial de Cáceres.

Los Censos de los que disponemos datan de 1835 y 1846. La información que presentan es rica y variada, permitiendo obtener datos sobre las condiciones de las escuelas y su financiación y los maestros. A pesar de  ello, lo que no nos permite es conseguir una evolución completa sobre los diferentes aspectos, ya que los datos obtenidos para la Junta responden a necesidades producidas en momentos distintos. Mientras que el Censo de 1835 nos aporta una perspectiva clara de la Primera Enseñanza, el Censo de 1846 rinde cuenta de los dos niveles educativos: Las Primeras Letras y Las Escuelas de Latinidad. Por lo cual, el trabajo versara sobre los dos momentos cronológicos que nos brindan esta documentación: 1836-1837 y 1846. Éstos nos permiten establecer una comparación que dibuje la evolución del sistema de enseñanza antes de la aprobación de la Ley Moyano.

Aparte de los desajustes que hay entre los dos censos objetos de estudio, hay que añadir que el Censo de 1835 no está completo. Precisamente falta la cabeza del partido: Coria. No obstante, se ha podido reconstruir la serie a través del resumen de  todo el partido adjunto en el mismo expediente, aunque la información que contiene no nos permite valorar las instalaciones y los materiales con los que cuenta el docente. Tampoco reproduce las observaciones llevadas a cabo por el Junta Local de Enseñanza, que en ocasiones no sólo nos trasmite las infraestructuras con las que se cuenta en cada localidad, sino las impresiones de los componentes sobre las mejoras que se podían realizar. La información de los censos se ha completado con la información obtenida de las Memorias e Informes y de las respuestas al cuestionario que apareció en el Boletín Oficial de la Provincia, el 8 de Agosto de 1835, con el objetivo de saber de qué tipos de obras-pías disponía cada localidad para poder complementar las dotaciones de los profesores:

“Primero: Puesto que no debe haber escuela sin local suficiente a contener los niños sin riesgo en su salud con la decencia y comodidad posible, el preciso menage de bancos, mesas, papel, tinta, plumas y algunos libros de corto valor para los pobres, ¿ podrá esto obtenerse en esa provincia por menos precio anual que doscientos reales?

Segundo: ¿Podrá fijarse la residencia e imponer la obligación de enseñar gratis a los pobres, a un maestro capaz de enseñar racionalmente algunos principios de religión y moral , leer, escribir, y las cuatro reglas de Aritmética simples y compuestas, con los elementos de Gramática Castellana, por menor sueldo fijo, seguro e independiente de retribuciones de los no pobres, que ochocientos reales por año?

Tercero. Suponiendo este menor gasto común posible para sostener una escuela, ¿opina V. S. que pueda ordenarse por punto general que toda población mayor de cuatrocientas almas o cien vecinos haya de sostener al menor una escuela de esta clase?

Cuarto. ¿podría estenderse esta obligación a pueblos de menor número de habitantes?

Quinto. ¿Convendría que la cantidad destinada a gastos de la escuela se exija por el Ayuntamiento o concejo debidamente autorizado, por medio de repartimiento especial administrándose con separación, o será preferible, como cree esta Comisión, que se añada anualmente a la suma de contribuciones ordianarias del pueblo y se entregue a las Comisiones de escuela o al maestro en derechura con la intervención de éstas?

Sesto. ¿Podría obligarse a las poblaciones que lleguen a ochocientas almas a contribuir además para una escuela de niñas con el sueldo mismo de trescientos rls. a la maestra por la enseñanza de los pobres?

Séptimo. ¿Será posible que toda cabeza de partido y pueblos que poseen de cinco mil habitantes sostengan una escuela superior primaria en la que se enseñe según el método lancasteriano, ú otro que se crea más ventajoso, extendiéndose la enseñanza Gramática Castellana, Historia, Geografía, elementos de Física e Historia natural, y cuyo maestro haya de tener por lo menos el sueldo de dos mil quinientos rls., habitación y retribución de los niños acomodados?

Octavo. ¿Convendría por vía de ensayo que las autoridades inmediatas obligasen bajo alguna multa u otra pena ligera a todos los padres de familia que no acreditasen dar a sus hijos educación conveniente en sus casas o fuera de ellas, a enviarle a la escuela pública donde la hubiese?

Noveno. ¿En qué edad podría en tal caso tener lugar la asistencia forzosa de los niños a la escuela?¿ de seis a doce o de seis a diez años?”[2]

  1. 3.            El punto de Partida: la educación según el Interrogatorio de la Real Audiencia

A la hora de abordar un estudio detallado de la educación en el Partido de Coria durante el siglo XIX, no hay que olvidar la herencia del siglo anterior. A través del Interrogatorio se puede dibujar el mapa de distribución de las escuelas de Primeras Letras en lo que luego será el  partido. Se puede observar que de las dieciocho poblaciones que lo compone la mitad no tiene escuelas de ningún tipo. Pero, aunque no hubiera un local específico para impartir las clases, lo cierto es, que en la mayoría de los municipios de la muestra al menos tenían un maestro, exceptuando  Grimaldo, Huélaga y Morcillo que carecen de este profesional por  ser lugares con poco vecindario, y, Holguera que a pesar de tener una escuela, no tiene un profesor para impartir las clases por lo reducida que es la dotación de éste (Interrogatorio de la Real Audiencia. Extremadura a finales de los tiempos modernos.  Partido de Coria. 1994. Pág.: 260)[3].  En ninguna de las localidades hay desarrollada una escuela propia para las niñas o tiene una maestra encargada de la educación de éstas, aunque en algún pueblo se indica que el maestro se encarga de ambos sexos: Coria, Guijo de Coria, Portaje, Moraleja y Villa del Campo. Coria se muestra preocupada por esta carencia: “careciente de escuela de niñas, que hace summa falta para la enseñanza de estas en las labores de abuja  y demás correspondientes a su sexo” (Rodríguez Cancho, Miguel y Barrientos Alfageme, Gonzalo (eds)  1994a. Pág.189) Seguramente, la incorporación de las niñas a las escuelas de los niños vendría determinada por la falta de fondos económicos de los diferentes ayuntamientos para poder mantener a una maestra.

Por otro lado, también nos informa de las Escuelas de Gramática que hay en este territorio, en este caso se tratan de los núcleos con mayor población: Coria, Torrejoncillo y Villa del Campo[4].  A través de las respuestas dadas, se puede determinar que la prioridad de los diferentes municipios era la primera educación, no sólo por contar con una distribución mayor de éstas;  sino que en las localidades en las que hay ambas etapas educativas, la dotación económica asignada por los Ayuntamientos recae sobre la enseñanza de Primeras Letras, dejando  a la Gramática a cargo de otros:

“la qual (la Catedral) contribuye por carga al pago de el maestro con la cantidad anual de ciento y cincuenta ducados y diez y ocho fanegas de trigo por la enseñanza de los sirvientes de esa Santa Yglesia, pues los hijos de los vecinos y demás grammaticos tiene que pagar al maestro ocho reales al mes, y la dignidad cuida del arreglo y método de dicho estudio.” (Rodríguez Cancho, Miguel y Barrientos Alfageme, Gonzalo (eds)  1994a. Pág.189)

Estos dos tipos de escuela definen los dos niveles educativos de la época. La escuela de Primeras Letras, como su propio nombre indica, se encargaba de administrar los conocimientos básicos a los niños: leer, escribir y contar.[5]A la vez, se encargaban de instruirles en la fe cristiana y en la moral, considerándose esta educación imprescindible para la formación de los niños como nos indica la respuesta de Holguera: “por lo que se esperimenta mucho defecto en estos habitantes, pues aun no saben muchos la dotrina christiana por carecer de tan importante y útil enseñanza.”(Rodríguez Cancho, Miguel y Barrientos Alfageme, Gonzalo (eds)  1994a.) En cuanto, a las niñas como se puede deducir de la respuesta de Coria se esperaba que se educaran en las labores necesarias para cuidar del hogar, centrándose en las labores de costuras,  y para mantener la fe Cristiana. En las escuelas de gramática se estudiaba las características sintácticas del latín, la escritura y conversación en este idioma, la traducción, literatura, retórica, elocuencia (Llopis y Carrasco.1993. Pág.: 99).

La financiación de estas escuelas se hacía a través de los fondos de propios de los Ayuntamientos, en ocasiones, esta dotación se complementaba con las aportaciones de las obras pías y las aportaciones de los padres de los alumnos (Tabla 2).

A través de los datos obtenidos, se puede estimar el esfuerzo económico que significaba el mantenimiento de la escuela a los diferentes ayuntamientos. Podemos observar que el mayor esfuerzo económico lo hacen las poblaciones de Cachorrilla, Casas de Don Gómez y Pescueza (Tabla 3). Ya en la respuesta de Cachorrilla se intuyen las dificultades de la población para poder llevar a cabo este pago: “por cuio empleo se paga el maestro veinte y dos reales cada mes de los efectos de los propios, cuia dotación no es fija”(Rodríguez Cancho, Miguel y Barrientos Alfageme, Gonzalo (eds)  1994a. Pág.104), lo que indica que la aldea debía adaptar el salario a las condiciones económicas en las que se encontraba  el Municipio. En cambio, las poblaciones que menos invierten en la dotación son Holguera, Villa del Campo y Coria. El primer caso, ya hemos señalado que carece de maestro precisamente por ser una cantidad poco atractiva (Rodríguez Cancho, Miguel y Barrientos Alfageme, Gonzalo (eds)  1994a. Pág. 260) Villa del Campo suple los escasos recursos que dedica a esta actividad con las aportaciones que el maestro acuerda con los padres (Rodríguez Cancho, Miguel y Barrientos Alfageme, Gonzalo (eds)  1994b. Pág. 624)  El esfuerzo económico que tiene que hacer Coria es menor que los otros lugares ya que sus ingresos son mayores (Rodríguez Cancho, Miguel y Barrientos Alfageme, Gonzalo (eds)  1994a. Pág.189) (Tabla 3)

Este tipo de financiación se complementaba con las obras pías que se fundaban con la intención de salvar el alma. Éstas eran censos o propiedades cuyas rentas permitían aumentar los fondos de los que disponían la escuela. De los pueblos que están siendo objeto de estudio sólo dos poseen este tipo de ayuda económica: Guijo de Coria y Calzadilla. En el primero, tiene una obra pía fundada por el matrimonio de Christobal Lopez y María Domínguez para “que el maestro de primeras letras del consejo enseñe devalde a todos los niños de los vezinos pobres” y para ello dejaron una serie de propiedades: olivos, cercas y dos tierras de pan de llevar que administraba el propio maestro.(Rodríguez Cancho, Miguel y Barrientos Alfageme, Gonzalo (eds)  1994a. Pág. 221) El segundo, consta de la fundada por el arcipreste Don Juan González que deja un censo cuyos créditos daban de ganancias 572 reales que se tenían que repartir entre el maestro u el organicista (Rodríguez Cancho, Miguel y Barrientos Alfageme, Gonzalo (eds)  1994a. Pág116-117).

tabla2

La última forma de dotar a los centros de enseñanza eran las aportaciones de los padres de los alumnos, para complementar el sueldo del profesor,  son tres los pueblos que dejan constancia de este tipo de proceder: Calzadilla, Portaje y Villa del Campo. En realidad, la única aldea que especifica esta retribución es Portaje ya que las otras solo se limitan a indicar que reciben retribución de los grupos familiares.En la cual no sólo expresa la cantidad que aportan sino las diferencias que se establecían según los conocimientos que se le fueran a administrar en la escuela: “y además paga cada niño un real el que lee, dos el que escribe y tres el que cuenta y quatro libras de pan cada mes”(Rodríguez Cancho, Miguel y Barrientos Alfageme, Gonzalo (eds)  1994a. Pág.406).  De esta información se desprenden dos ideas: en primer lugar, que hay un sistema mixto que combina el pago monetario y el de especie. En segundo, que aunque compartiera la misma escuela se impartían se diferenciaban los contenidos que se daban a los diferentes alumnos y que los padres pagaban según estos.

tabla3

La figura del maestro podía ser desempeñada por cualquiera que tuviera adquiridos los conocimientos, como se puede interpretar después de una lectura del interrogatorio. Por ejemplo, Huélaga expone “y fuera bueno se asalariara si quiera un ziruxano por no aberle, ny ser bastante a su manutenzión el venzindario que este ubiera de enseñar las primeras letras y la dotrina cristiana(Rodríguez Cancho, Miguel y Barrientos Alfageme, Gonzalo (eds)  1994a. Pág.292). La figura del cirujano que comparte su horario laboral con el de maestro no es algo anecdótico, con frecuencia los profesores eran en realidad otro tipo de profesionales que por la escases de su salario debían emplearse también en este sector (Casas García y Luengo Gonzaléz.2009. Pág.: 142). En Pescueza, en cambio, de la este servicio se encarga un vecino del pueblo. Sólo hay un pueblo que conste de un profesional examinado: Calzadilla. Concretamente el Real Título y la aprobación de San Casiano[6].

  1. 4.            Índices de alfabetización

De la documentación manejada la única que nos permite hacernos una idea de los índices de alfabetización es el Censo de 1835.  Antes de llevar a cabo un estudio detallado sobre esta temática, hay que hacer algunas consideraciones previas. La primera de ellas está relacionada estrechamente con los contenidos de las clases: como se verá más adelante (Apartado 4.5), durante el Antiguo Régimen y el principio del Siglo XIX, el conocimiento de la lectura y la escritura no estaban parejos. De esta manera no era de extrañar que hubiera personas que sólo hubieran adquirido el primer aprendizaje (semianalfabetos). En segundo lugar, hay que tener cautela a la hora de abordar los datos estadísticos,  ya que con frecuencia la respuesta a la pregunta de si sabían leer o escribir, ambas cosas o ninguna, no se comprobaba y en ocasiones se dirigía a otro miembro de la familia (Viñao Frago.1998. Pág.: 535).

Según los datos manejados el índice de analfabetos en este año es todavía muy acusado, 73, 2 % en el partido. Las estimaciones particulares muestran, unos resultados bastante parecidos entre un 65% y un 85%.  Al estudiar el gráfico en profundidad, lo primero que llama la atención es la gran diferencia entre los porcentajes de alfabetización completa entre el sector masculino y el femenino, 14,4%  y 2% respectivamente (Tabla 4). Dichas desigualdades, se acentúan al indagar en las diversas poblaciones. En cambio, si nos fijamos en los semianafabetos, la diferencia entre los que varones y mujeres es menos acusada, ya que ronda entorno al 5 % para todo el partido. En realidades concretas, en diez casos el índice de sólo lectoras supera al de los varones. Esto nos índica que aunque las familias se preocuparan de dar una educación a la niñas. El interés por una formación más completa seguía estando en favor de los niños. Estos no sólo accedían más a los conocimientos, sino que se hacía hincapié en que por lo menos adquirieran la capacidad lecto-escritora en su totalidad.

tabla4

La única localidad que parece mantener una tenue diferencia entre la alfabetización de ambos sexos, casi rozando el equilibrio, es Moraleja (8,41% para los hombres y 6,60%).  En este caso singular, dada  la imposibilidad de establecer una relación directa entre población, desarrollo y los niveles de alfabetización, no podemos aportar una explicación sobre el porqué diversidad de resultados. Tal vez responda más criterios familiares, de la comunidad o del propio ayuntamiento que a las circunstancias de las localidades del estudio.

  1. 5.            La Primera mitad del SXIX. ¿Generalización de la enseñanza?

El SXIX está caracterizado por una el intento contante de universalizar la enseñanza gratuita. Esta idea herencia del pensamiento ilustrado se vio plasmada en diferentes tipos de legislación: La Constitución de Cádiz, “Informe Quintana” (1813), el Plan General de Estudios (1845) hasta llegar a la conocida Ley Moyano. (1857). Nos vamos a centrar precisamente en el período previo a la promulgación de esta última. (Capitán Díaz, 1994. Pág.:29

5.1                  Las Escuelas

En 1835 se registra un incremento de las escuelas si lo comparamos con los datos obtenidos del Interrogatorio de la Real Audiencia. De las tres localidades que carecían de “centros” dos (Morcillo y Huélaga) cuentan con este tipo de establecimiento. Además, la de Holguera se hace operativa al contar con un maestro para impartir las clases. Al mismo tiempo que aumenta la distribución geográfica, hay ciertos grupos que amplían su oferta: así, la cabeza del partido cuenta con dos escuelas de niños y resuelve su problema con la educación femenina con otras dos escuelas dedicadas a este sector de la población. Torrejoncillo aumenta su capacidad con otras dos escuelas para niños. Como resultado de esta ampliación, el territorio del partido llega a tener 22 escuelas dedicadas a la Instrucción Primaria. De ellas, el45% son  sólo para niños y la misma cantidad comparten la formación de ambos sexos[7]. Dedicadas en exclusividad a las niñas sólo encontramos las de Coria (Mapa 1). Hemos catalogado las escuelas donde concurren niños y niñas juntos como mixtas. Esto no o quiere decir que en estos municipios no existiera segregación de sexos, ya que tenían establecidas fórmulas  para ello, separándolas de lo niños. El gobierno mostrará cierta preocupación por la escasez de centros dedicados a la instrucción del sector femenino, como se comprueba en la sexta pregunta de la circular de Instrucción  Pública[8] de ese mimo año, en la cual se pide la opinión a las juntas locales de exigir a las localidades de más de 800 habitantes que ofrezcan una enseñanza adecuada e independiente a este colectivo.

Estas escuelas responden a una doble clasificación según diferentes criterios: por un lado, se tiene en cuenta la prolongación en el tiempo y por otro, la forma de financiación de éstas.  En cuanto, al primero existían sólo dos escuelas (Coria y Moraleja)  con carácter perpetuo y el resto el carácter era temporal.[9] De este modo, se puede afirmar que la disponibilidad de éstas estaba relacionada con las posibilidades del ayuntamiento de ofrecer este servicio a la sociedad, pudiendo desaparecer incluso en algunos años como señala la respuesta de Cachorrilla[10]. En función del segundo, se diferencia entre las públicas y las privadas. El Plan del duque de Rivas define las escuelas públicas como aquellas  que están financiadas por el gobierno, las obras-pías, fundaciones y legados.[11] Por tanto, como veremos en el apartado 4.4. La financiación. Un problema latente.,  todas las poblaciones constan de una escuela de carácter público. Aunque, en lo núcleos de mayor población surgen paralelamente la enseñanza privada.

mapa1

Al ser una institución efímera en la mayoría de las ocasiones, no es de extrañar, que no se contara con un edificio adecuado para  impartir las clases. Por ello, se aprovechan los ya existentes dentro de las localidades. Con frecuencia el lugar elegido para dar las clases era la casa donde vivía el profesor, aunque tampoco resultaba poco habitual encontrar establecidos a los niños en la Casa del Ayuntamiento o del Pósito[12], siendo éstos lugares poco aptos para la instrucción como señala Pescueza al no tener las condiciones mínimas: “No hay local alguno suficiente para mantener los niños de la escuela más que la Casa de Ayuntamiento y éste no es saludable por ser frio de hivierno y caluroso de verano”. [13]El panorama previo a la aprobación del Plan de 1836 en el partido era de una escuela incipiente que todavía no estaba formada ni instituida en la mayoría de los municipios del análisis, dejando todavía muchos retos para el futuro.

1846 significó un paso más para la generalización de la enseñanza, centrándose en la gran asignatura pendiente de la década anterior: la enseñanza de las niñas. Ahora aumentan las poblaciones que poseen un centro dedicado a este colectivo: Villa del Campo y Pozuelo superan con creces el límite impuesto por la Circular de 1835. A la vez, Coria aumenta a tres los establecimientos dedicados a su formación. Muchos lugares que no se podían permitir sostener a una maestra extendieron la enseñanza a este género, quedando pocos dedicados en exclusiva a los niños: Calzadilla, Portaje, Torrejoncillo y Pescueza. Otros lugares incrementan los espacios de instrucción: Guijo de Coria,  Pozuelo, Torrejoncillo y Villa del Campo que consta de dos nuevas aulas. La excepción a este progreso de la enseñanza es Huélaga, donde desaparece la única escuela que había en 1835. Curiosamente, Coria en lugar de expandir la enseñanza femenina disminuye los puntos dedicados a la masculina ya que sólo da testimonio de una (Mapa 2).

mapa2

La información que nos presenta el Censo de 1846 no permite una clara diferenciación partiendo de criterios temporales ya que omite este dato, pero sí se puede clasificar las muestra según si son públicas o libres.  Hemos comprobado que el aumento de escuelas que se ha cotejado en los municipios enumerados anteriormente se debe sobre todo a la proliferación de las últimas.  

En este año,  empiezan a parecer locales que se dedican exclusivamente a este servicio comunitario.  Torrejoncillo aunque reconoce que el lugar donde se desempeña esta función no está en las condiciones adecuadas dispone gracias a la donación del Arzobispo de Coria de una ermita aunque  la considera muy pequeña para este cometido pidiendo permiso para la ampliación. Ahora son más los que opinan que sus establecimientos son los adecuados para desempeñar este cometido: Cachorrilla lo considera “capaz para el efecto, y su situación es en medio del pueblo”, Casas de Don Gómez  “un local mui apropósito y capaz contiguo a la Yglesia no conviniendo”, Holguera “La escuela de este pueblo tiene determinado local mui apropósito, capaz y con las luces necesarias, se halla situado en la calle de la Fragua próxima a la Yglesia de este”.  Una de las características que destaca la Comisiones Locales cuyos pueblos tiene un lugar destinado a ejercicio del magisterio es la situación preferente y en el centro (a los citados se le suma Portaje y Villa del Campo. En los cuarenta, se utiliza el domicilio del docente para desempeñar este oficio (Guijo de Coria, Morcillo, Guijo de Coria y Coria). Dejando en una situación marginal aquellos que utilizan otro tipo de edificios: Moraleja y Caladilla en el Ayuntamiento y en  Riolobos la alhóndiga.

5.2                  Instalaciones y materiales de los que dispone.

Otras de las preocupaciones que se hacen patentes durante el transcurso de estas décadas es la dotación de un menaje apropiado y de material para los niños pobres. Aunque la mayoría de los pueblos en este apartado ha dado una respuesta deficiente, si atendemos a los que si han contestado, podemos considerar que el estado del menaje era un poco deficitario. Así, Pozuelo reproduce una vieja petición: “había en ellas ni mesas ni bancos para los niños pero hace años están reclamados para la junta del ayuntamiento” y  Casillas una situación muy parecida esta sufriendo puesto que manifiesta no tener ningún tipo de menaje[14].

Tampoco abundaban los materiales educativos para apoyar las clases. De la muestra que manejamos,  nueve pueblos aseguran no tener ningún libro para los pobres[15]. Pero aquellos que sí tienen, no sólo demuestran una preocupación por la educación de las clases más desfavorecidas de la sociedad. También proporcionan la posibilidad de conocer con qué libros contaban para llevar a cabo esta tarea. El material básico recaía en el uso de cartilla (Pozuelo, Holguera) y silabario que en el caso de Morcillo registra dos, al utilizar este tipo de textos se  muestra una educación básica.  La descripción ofrecida por el Junta Local  de Holguera “Los libros que usan los niños y las niñas en la Escuela son:, Lecciones escogidas, El amigo de los niños, el Narvo y San Casiano, algún silavario o cartilla”[16] ofrece una mayor variedad de libros. La generalización de esta situación hizo a la administración preocuparse por cómo se podía dotar a las escuelas del material que necesitaban sin que supusiera un alto coste a los fondos de los ayuntamientos, como se constata en la primera pregunta de la circular del 7 de Agosto de 1835 (que se transcribió en la introducción). En ella se proponía una dotación de doscientos reales para equiparlas de “el preciso menage de bancos, mesas, papel, tinta, plumas y algunos libros de corto valor para los pobres”.  [17] Realmente, las poblaciones que responden negativamente  a esta pregunta son las que no disponen de un vecindario elevado o cuyos fondos económicos no son suficientes para llevar a cabo esta dotación puesto que gran parte del dinero se dedicaría en un principio a alquilar una casa para dicho cometido como testifica Guijo de Coria: “de ellos habría que descontar lo menos ochenta para alquiler de un mediano local”[18] Al año siguiente, el Plan del Duque de Rivas planteara como obligación: “Los gobernadores civiles y comisiones de que se hablará después cuidarán de que los Ayuntamientos de los pueblos proporcionen a todo maestro de escuela pública primaria: 1º Casa o habitación suficiente para sí y su familia. 2º Sala o pieza a propósito para escuela, y menaje preciso para la enseñanza[19] En este caso concreto la información de la que disponemos no nos permite averiguar si el estado  de las instalaciones mejoraron o permanecieron inalterables.

5.3                  Los maestros.

Al hablar de la Educación a finales del SXVIII se entrevieron dos ideas que seguirán vigentes durante esta mitad del siglo XIX: en primer lugar, un alto índice de maestros que no están examinados y en segundo, un profesional que aparte de encargarse de la docencia tiene otros cometidos en la comunidad.

 La primera de las características a tratar no era algo extraordinario ni discordante en la sociedad, ya que solía convivir el personal titulado con aquel que formaba su propia escuela y por tanto, podía no cumplir este requisito (Domínguez Rodríguez. 1990.  Pág.: 72). Los datos de los que disponemos sólo son los de 1835. Ese año,  el 47, 83% de los profesores se han presentado al examen. El no estar examinado en ocasiones generaba cierta animadversión entre los habitantes de las poblaciones como en Pescueza: “El maestro lleva 8 años sin aprobación lo que se hizo presente a los vecinos y uno lo aceptaron y otro no”[20] provocando que algunos niños queden sin educación. Pero en ocasiones el título no importa,  como el caso de Holguera. En esta localidad se nos resalta otra cualidad que debía tener un maestro en la época: “este es de honrado”. ¿Y qué se consideraba honrado? En el Plan del duque de Rivas se define precisamente los requisitos necesarios para ser considerado honrado: “1º los que no hayan sido condenados a penas aflictivas o infamatorias sin haber obtenido rehabilitación, 2º los que se hallen procesados criminalmente” y debe ser el ayuntamiento quien acredite esto[21].En segundo lugar, sólo el 29% de los casos compatibilizaban otra profesión con la enseñanza, es decir, que en el partido hay un porcentaje elevado de personas que se dedican a este oficio en exclusiva. Entre aquellos que concilian otra actividad con la de responsabilidad de aleccionar a los infantes, destacan los que se emplean en labores religiosas.

grafico2 grafico3

El nombramiento de los maestros debía ser ejecutado por las Administración local(Domínguez Rodríguez. 1990.  Pág.: 69). En el espacio geográfico que se está analizando se observan varias fórmulas para la elección. Además, de los organismos oficiales (Ayuntamiento, Comisión del Pueblo y Junta de Instrucción) destaca la participación de los padres en este quehacer, algunas veces interactuando con la “justicia” como en Calzadilla y en otras ocasiones siendo ellos los encargados de designar a susodicho. En Holguera por “lo corto del vecindario y los pocos niños, los padres de los niños han encontrado al actual”[22]. Esto evidencia cierta preocupación por parte de los progenitores por instruir a sus hijos.

En cuanto a las maestras, sólo Coria contaba con una escuela de niñas propiamente dicha, así que es la única a la que se puede referenciar para el análisis. Al igual que los maestros constaban de sus propios exámenes, pero en este caso ninguna de las dos posee dicha titulación, lo que demuestra un mayor interés por la  preparación de los niños. La designación de éstas corre a cargo del Obispo.

5.4                  La financiación. Un problema latente.

Todo lo que se ha visto en los apartados anteriores aunque significa pequeños avances para conseguir el objetivo de universalizar la enseñanza, deja al descubierto que en la mayoría de los núcleos quedaba un largo camino por recorrer, lleno además de obstáculos: la creación de centros apropiados con muebles, la disposición de libros para los niños pertenecientes a las capas más bajas de la sociedad, la retribución de un salario digno para el profesor y la posibilidad de crear un sistema similar para la enseñanza de las niñas era algo realmente costoso para algunas de las localidades objetos de estudio. Al igual que en el siglo precedente, para sostener este entramado se contaba con un sistema de triple financiación: una asignación dependiente de los fondos de propios, las fundaciones y obras pías fundadas por este motivo y las contribuciones de niños pudientes.

La parte que los ayuntamientos dedicaban a esta tarea sufre durante estos diez años un aumento significativo (Tabla5). Tal vez, potenciado por la intención de dotar al maestro con un salario más conveniente a la condición de su actividad ya que una cantidad notable de municipios tenía problemas a la hora de afrontar esta parte de la administración local. Un ejemplo claro es Pozuelo, la cual tiene una dotación de 1500 reales para este cometido, pero en ocasiones le resultaba complicado cumplir con lo estipulado: “En los años 26 y 27 se pagaron de los de Don José Prieto mil setecientos seis sin retribución ninguna, en los años siguientes quien fue Don Carlos Marcos le abonaron mil reales sin ninguna retribución según espone. A don José Hernández quien la rige actualmente se le dieron quinientos cuarenta en el año 33 y 34[23]  Esta problemática ocupo la atención de los dirigentes que promovieron una búsqueda sistemática de nuevos fondos, para ello las instituciones provinciales y la Junta de Escuelas del Partido promovieron medidas de ampliación de los fondos a través de las fundaciones piadosas: primeros, las que ya tenían como objeto el sustento de la enseñanza y por una u otra causa no se aprovechaban en beneficio de dicha causa y segundo, aquellas que aunque su destino era otro tipo de ayuda social, por determinadas circunstancias no se estaban usando, mayoritariamente las obras pías fundadas con intenciones de dotar a niñas huérfanas[24]

Por último, tal y como recoge el artículo 19 del Plan del duque de Rivas: “las aportaciones de los niños que no sean realmente pobres”.[25] En algunas ocasiones, esta tercera vía se afrontaba como el verdadero camino para subsanar las faltas económicas del Ayuntamiento, como sucede en Villa del Campo: “proponen de un aumento de  mil cien que deberán pagar los padres de los alumnos que puedan.”[26] Pero las retribuciones que aportaban los padres estaban estrechamente relacionada con el tipo de conocimiento que sus hijos iban a recibir como indica el testimonio de Cachorilla: “la retribución de dos panes al mes  por cada niño, un real por los que lees y dos por los que escriben[27]

tabla5

Finalmente, parece que en el año 1846 el objetivo marcado por el duque de Rivas de dotar a los maestros de Primeras Enseñanzas con un salario superior a los 800 reales, fue logrado por todos los municipios salvo 3: Morcillo, Cachorrilla y Riolobos. De este modo, las diferentes  comunidades pueden optar a una enseñanza de mayor calidad.

5.5                  Los niveles de enseñanza y los contenidos curriculares.

Para abordar el estudio de las etapas de enseñanza sólo disponemos de datos para 1846 ya que el objetivo del censo de 1835 era el estudio del estado de la Instrucción Primaria. Aun así, al disponer de los datos aportados por el Interrogatorio de la Real Audiencia, nos permite hacer una comparación y determinar las características de éstas. A principio del siglo XIX dos niveles de Primera Enseñanza: la Instrucción Primaria, la más difundida entre las diferentes poblaciones y Las escuelas de gramática o de latinidad, con una clara diferencia entre los contenidos de las dos enseñanzas. En varias ocasiones se ha dicho que los la Primera Enseñanza le constituyen lo contenidos básicos relacionados con las adquisiciones de los saberes instrumentales: leer, escribir, las cuatro reglas básicas de las aritméticas simples y compuestas;  a lo que hay que incluir elementos de Gramática Castellana[28]  y no hay que olvidar los preceptos de la doctrina cristiana. En el caso de las niñas se añadía las labores propias de su género: la costura.  La Educación superior primaria se encuadrarían el aprendizaje de “Gramática Castellana, Historia, Geografía, elementos de Geometría, Dibujo linear, nociones generales de Físia e Historia natuaral”[29]

5.6                    Un intento de un consenso sobre como había establecer la educación obligatoria.

El motivo de la Circular de 1835 era conocer la situación de las diferentes poblaciones de la provincia para establecer la base de lo que debía ser la educación universal. De este modo, como se ha ido desgranando poco a poco se hacía partícipe a las poblaciones de las circunstancias que se iban regular en el Plan de 1836: la dotación de las escuelas, el establecimiento de escuelas en todos los municipios de sexos separados, la creación de escuelas superiores de primaria en la cabeza de partido. En general las respuestas son optimistas cuando no les afecta considerando oportuno el establecimiento de la dicha norma, pero cuando se les sugiere algún cambio que les afecta particularmente entonces las circunstancias se imponen, manifestando la imposibilidad de llevar a cabo tal reforma.

En el cuestionario que compone dicha circular es establecer una edad obligatoria de escolarización para lo que dedica las dos últimas preguntas. En primer lugar, pretende imponer penas a aquellos padres que no acrediten estar dando la educación adecuada a los niños. Prácticamente, todas las Juntas respaldan esta iniciativa aunque en algunos casos, Guijo de Galisteo,  matizan que es más conveniente que se eduquen a los varones.[30] Hay algunas disidencias Pescueza advierte “no conviene qual las autoridades inmediatas obliguen con multa u otra pena ligera a los Padres de familia qual no  den a sus hijos la educación convenientemente por la miseria en que se ve[31]

A su vez pretende determinar que edad es la más apropiada para establecer estas escuelas obligatorias dando dos posibles opciones: de seis a doce años o de seis a diez años. De las ocho respuestas conservadas, cuatro apoyan el establecimiento de la edad obligatoria hasta los doce años aunque Torrejoncillo matiza: “, hasta qual estos tengan doce años, pero qual los padres quedan en libertad, llegando tener sus hijos diez años cumplidos.[32].  Pescueza, en cambio, ve incompatible establecer este tipo de normas rtareas agrícolas: “a causa de tener que emplear a los niños desde que llegan a los nueves a diez años en cuidad reses vacunas y otros ganados”[33]

5.7                   ¿Para qué universalizar la enseñanza?

En el transcurso del trabajo se ha sintetizado el proceso reformador de la Instrucción Pública llevado a cabo desde finales de la Edad Moderna hasta la década de los cincuenta del Siglo XIX. Una vez llegados a este punto e inevitable preguntarse ¿Para qué tanto esfuerzo para universalizar la enseñanza? ¿Qué objeto tiene? Para responder a esta cuestión ha sido de gran utilidad la introducción del Informe de la Comisión de Escuelas de Primeras Letras de 1837.

“(…) contribuyese a mejorar las costumbres, e ilustrar a los Niños, futuro  (…) de donde en lo subresivo han de salir los ciudadanos, que han de honrar a la patria; bien penetrados los individuos de la Comisión, de que hay males, que por desgracia actualmente aglixen a nuestra Patria, provienen todos del atraso y la ignorancia en que se encuentra la mayor parte de los individuos, que componen la gran familia Española, y que por medio de la ilustración y el convencimiento, no se consiga mejorar las ideas y las costumbres de este pueblo, en el que por una servil rutina, en el que por el poderoso influxo de una clase determinado influyente, había llegado hacerle creer, que no solo era inútil aprender las primeros elementos de la enseñanza, sino perjudicial por el abuso que pudiera hacerse en la adquisición de tales conociemientos, convencido íntimamente de esta inegable verdad nuestro paternal Gobierno ha dirigido su primera atención a dar impulso a la rápida y general educación de la Juventud, dictando órdenes y Leyes, de las cuales emanan las facultades concedidas, y faciliten medios, que proporcione una ventajosa educación a los tiernos infantes, en quienes se imprimen indeleblemente las primeras máximas de la rígida moral y virtud, que son las que contribuyen después a su felicidad, o a su desgracia, según el uso que se haga de ellas”[34]

Lo primero que nos sugiere la Junta de Escuelas Local de Coria es que la educación ayuda a mejor las costumbres,  con la escolarización de los niños a una edad temprana se evitaban que adquieran vicios que luego serían complicados de corregir (Montesino Cáceres. Madrid. 1840. Pág.: 11). Por tanto, la primera preocupación a la que hace referencia es al intento crear una sociedad educada en la corrección. Lo segundo a lo que hacer mención es a instruir a los ciudadanos que honren la patria. Este instinto patriótico se ve reforzado por la introducción de la Historia y la Geografía de España dentro del currículo de la Instrucción Primaria Superior.[35]El tercer aspecto a destacar es la necesidad de instruir a las generaciones futuras para que se eduquen en los valores cívicos liberales.  Y por último, en las moralidad.

 

 

5.- Conclusión

 

En estas páginas se ha querido abordar cómo se ha ido fraguando la universalización de la enseñanza, la gratuidad y la obligatoriedad. Desde, mediados del Siglo XVIII se ha generalizando la idea del fomento de la Instrucción Publica entre los habitantes del país para lograr a unos niños educados a través de los criterios morales de la ilustración, en prime lugar, y del liberalismo en un segundo momento. Para ello, las acciones políticas de los gobiernos locales y de los más directamente relacionados llevaron a cabo en una serie de pesquisas.

 

La generalización de las escuelas y el aumento de estas fue una de las primeras medidas adoptadas. Cierto es que en el Siglo XVIII el reparto de lugares de aprendizaje por el Partido de Coria era extraordinariamente considerable y que en las décadas posteriores el incremento que se produjo pudo ser mínimo, ya que la base era bastante óptima. Aun así, se constatan nuevos centros, y no sólo eso, sino que las poblaciones que ya estaban dotadas de alguno  tienden a ampliar  el número inicial, normalmente con la incorporación de maestros privados o la constitución de escuelas independientes para las niñas o superiores. La mayor problemática para afrontar este incremento y mejora de las instituciones locales de enseñanzas fue cómo financiarlas. Las ideas políticas de la época versaban sobre unos principios muy interesantes pero el pequeño municipio no podía afrontar los datos que suponía crear  centros educativos de calidad y para ambos sexos.

 

En 1846 se constata un aumento de los esfuerzos en aspectos como la educación femenina. ¿Pero, estos logros obedecen a las iniciativas del gobierno o siguen la dinámica de expansión educativa que comenzó el siglo anterior? Al carecer, de datos empíricos que nos ofrezcan las respuestas a estos interrogantes, no se puede aventurar una respuesta cerrada. Probablemente, sería una conjunción de ambas, la culminación de un proceso que empezó tiempo atrás a la vez que las iniciativas en muchas ocasiones frustradas por la falta de recursos, obtuvieron pequeños logros que se han manifestado en los datos recogidos.

 

 

  1. 6.                        -Bibliografía:

Rodríguez Cancho, Miguel y Barrientos Alfageme, Gonzalo (eds)  (1994a). Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura. Partido de Coria. Mérida: Asamblea de Extremadura

–                (1994b)Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura. Partido de Alcántara. Mérida: Asamblea de Extremadura

CASAS GARCÍA, L M y LUENGO GONZÁLEZ, R: (2009) La escuela y el maestro como instituciones sociales en Extremadura a finales del Antiguo Régimen. Bordón. 61 (1). Pág.: 131-152

CAPITÁN DÍAZ, A: (1994) Historia de la Educación en España II. Madrid: Dykinson

COLLADO SLAGUERO, I (2005): La enseñanza en Almendralejo (siglos XVI-XIX). Mérida.

CORTÉS CORTÉS, F y VALLE PARRA, H(2006): Villanueva de la Serena y su partido judicial: educación e instrucción primaria en el Siglo XIX.  Mérida. Junta de Extremadura.

CORTÉS CORTÉS, F (2004): El Siglo XIX en el Partido Judicial de Don Benito: Educación e Instrucción Primaria. Don Benito. Ayuntamiento de Don Benito.

DOMÍNGUEZ RODRÍGUEZ, E (1990): Génisis del sistema de Enseñanza Primaria en Cáceres. Badajoz. Servicio de Publicaciones Unex.

LASPALAS PEREZ, J (1991): “La escolarización elemental en España según el Censo de Godoy 1797” Historia de la Educación. Revista interuniversitaria. Nº 10, enero-diciembre, 1991. Pág.: 203-226

LLOPIS, J y CARRASCO, M V (1993): Ilustración y educación en al España del XVIII, Valencia: Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de E.G.B., D.L

MONTESINO CÁCERES, P (1840): “Influencia de las escuelas de Párvulos tanto en  las familias ricas como en las pobres, y en la sociedad en general”. Manual para la escuela de Párvulos. Madrid.

VENTAJAS DOTE, F (2007): “La Congregación de San Casiano y el ejercicio del magisterio de Primeras Letras en la Málaga setecentistos”. Isla de Ariarrán, XXX.

VIÑAO FRAGO, A: (1998) “Alfabetización e ilustración, diez años después (de las evidencias directas a las indirectas).” Bulletin hispanique. Vol. 100, Número 2. Dedicado a: Lisants et lecteurs en Espagne.

VIÑAO FRAGO, A (1998): “Liberalismo, alfabetización y primeras letras (siglo XIX)”. Bulletin hispanique. Vol. 100, Número 2. Dedicado a: Lisants et lecteurs en Espagne.

6-1. Recursos web:

http://bib.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/02438387547132507754491/p0000001.htm#I_41_ Fecha de consulta: 15 Mayo del 2012

http://www.filosofia.org/mfa/fae836a.htm Fecha de consulta: 18 Mayo del 2012


[1] Hemos tomado como referencia las poblaciones que establecía en el Real Decreto del 21 de abril de 1834  ya que este es el ordenamiento por el que se regía la Junta de Enseñanza de dicho partido. Estas poblaciones son: Cachorrilla, Calzadilla de Coria, Villa del Campo (Campo en la documentación), Casas de Don Gómez, Casillas, Coria, Grimaldo, Guijo de Coria, Guijo de Galisteo, Holguera, Pescueza, Portaje, Pozuelo, Riolobos y Torrejoncillo en España. Real Decreto, 21 de Abril de 1834, Subdivisión en partidos judiciales de la nueva división territorial de la Península e islas adyacentes. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2006  Pág.: 49.

[2] A. D. P. Cáceres: B. O. P., del 7 de Agosto de 1835. Circular de Primera Instrucción. Pág.: 278-279

 

[4] Según los datos obtenidos de la III Pregunta del Interrogatorio de la Real Audiencia, Coria poseía 398 vecinos, Torrejoncillo 911 y Villa del Campo 370

[5] Como nos muestra la respuesta nº XXVII de Pescueza.(Rodríguez Cancho, Miguel y Barrientos Alfageme, Gonzalo (eds)  1994a. Pág. 385)

[6] En realidad la aprobación de San Casiano no era ninguna titulación a aparte ya que la congregación reunía a todos los maestros que habían sido examinados y se hallaban en posesión del Título Real. (Ventajas Dote:, 2007. Pág.: 43-63)

[7] Posiblemente en la escuela pública de Torrejoncillo sigan concurriendo niños y niñas como se especificaba en el Interrogatorio de la Real Audiencia y la comisión local no lo especificara en el informe ya que resulta insólito que siendo la población más numerosa del Partido no se preocupará por la instrucción de las niñas, sobre todo teniendo en cuenta que consta de varias para niños, pero al carecer de datos se ha optado por mantener la información que se nos ofrecía.

[8] A. D. P. Cáceres: B. O. P., del 7 de Agosto de 1835. Circular de Primera Instrucción. Pág.: 278-279

[9] La información respecto a la temporalización de las escuelas está incompleta ya que Calzadilla, Guijo de Galisteo. Huélaga, Pescueza , Pozuelo, Portaje y Villa del Campo no especifican el carácter de la suya.

[10] AHPC: A. H.  M. Coria, Caja 19 nº21. Censo de niños escolarizados 1835

[11] Real Decreto/ del 4 de Agosto de 1836. Plan General de Instrucción Pública. Sección primera. De la instrucción primaria pública. CapíruloI. División, materias de enseñanzas y clasificación de escuelas públicas. Artículo 2 en http://www.filosofia.org/mfa/fae836a.htm

[12] AHPC: A. H.  M. Coria, Caja 19 nº21. Censo de niños escolarizados 1835

[13]AHPC: A. H.  M. Coria, Caja 19  Nº 20. Memoria e Informes 1935

[14] AHPC: A. H.  M. Coria, Caja 19 nº21. Censo de niños escolarizados 1835

[15] Hay que tener en cuenta que esta pregunta no se incluía en el resumen resumido por la Junta de Escuela del Partido por lo que  carece de los datos de Coria.

[16] Lecciones escogidas fue publicado en 1806 por  Hipolito Lereu, El amigo de los niños por el abate Sabatier en 1795 y traducido por Juan Escoiquiz, VIÑAO FRAGO, A: “Alfabetización e ilustración, diez años después (de las evidencias directas a las indirectas).” Bulletin hispanique. Vol. 100, Número 2. Dedicado a: Lisants et lecteurs en Espagne. 1998. Pág.: 268

[17] A. D. P. Cáceres: B. O. P., del 7 de Agosto de 1835. Circular de Primera Instrucción. Pág.: 278

[18] AHPC: A. H.  M. Coria, Caja 19  Nº 20. Memoria e Informes 1935

[19]   Real Decreto/ del 4 de Agosto de 1836. Plan General de Instrucción Pública. Sección primera. De la instrucción primaria pública. htmCapítulo II artículo 17públicas. Artículo 2 en http://www.filosofia.org/mfa/fae836a.

[20] AHPC: A. H.  M. Coria, Caja 19 nº21. Censo de niños escolarizados 1835

[21] Real Decreto/ del 4 de Agosto de 1836. Plan General de Instrucción Pública. Sección primera. De la instrucción primaria pública.  http://www.filosofia.org/mfa/fae836a.

[22] AHPC: A. H.  M. Coria, Caja 19 nº21. Censo de niños escolarizados 1835

[23] AHPC: A. H.  M. Coria, Caja 19 nº21. Censo de niños escolarizados 1835

[24] A. H. P. Cáceres: A. H, M Coria: Junta Municipal de Enseñanza Caja 19 nº 22 1836. Fundaciones destinadas a la Enseñanza Primaria en el Partido de Coria

[25] Real Decreto/ del 4 de Agosto de 1836. Plan General de Instrucción Pública. Sección primera. De la instrucción primaria pública. htm http://www.filosofia.org/mfa/fae836a.

[26] AHPC: A. H.  M. Coria, Caja 19 nº21. Censo de niños escolarizados 1835

[27] AHPC: A. H.  M. Coria, Caja 19 nº21. Censo de niños escolarizados 1835

[28] A. D. P. Cáceres: B. O. P., del 7 de Agosto de 1835. Circular de Primera Instrucción. Pág.: 278-279

[29] A. D. P. Cáceres: B. O. P., del 7 de Agosto de 1835. Circular de Primera Instrucción. Pág.: 278-279

[30] A. H. P Cáceres. A H M Coria. Memoria e Informes de1836

[31] A. H. P Cáceres. A H M Coria. Memoria e Informes de1836

[32] A. H. P Cáceres. A H M Coria. Memoria e Informes de1836

[33] A. H. P Cáceres. A H M Coria. Memoria e Informes de1836

[34] AHPC: Caja 19, nº25 Memorias e informes 1837: Comisión de Escuelas de 1ª letras.

[35] Articulos5

Nov 192013
 

 Marciano Martín Manuel.

  Hervás renovó el ayuntamiento tras la caída de la dictadura de Primo de Rivera. No se celebró sufragio popular. La designación de concejales se hizo conforme al Real Decreto de 15 de febrero de 1930. El secretario de la Junta municipal del censo electoral designó 18 candidatos provenientes de las listas de concejales de 4 de noviembre de 1917, 1 de febrero de 1920 y 29 de enero de 1922. A la que se agregó, en cumplimiento de la ley de 8 de febrero de 1877, los cinco mayores contribuyentes con derecho de sufragio que elegían los compromisarios en las elecciones de senadores. Se desestimó la candidatura del industrial del textil, Eduardo Cid Sánchez–Matas, porque no tenía residencia fija, aunque era vecino de Hervás. Resultaron nominados candidatos catorce exconcejales. El alcalde Francisco Sánchez Peña anunció la destitución de los concejales de la corporación, entre los que se encontraban Santos González Hoyos, primer teniente, y el empresario del mueble Vicente Castellano Sánchez, segundo teniente. Consiguieron el acta de concejal por el distrito 1º, Santos Gómez Pérez, Anacleto Hinjos Mandado y Aureliano Martín Hernández. Por el distrito 2º, Fructuoso Castellano López y Primitivo Martín Sánchez. Y por la sección contributiva, Matías Álvarez Benavides, Aniceto García Sánchez, Antonio Rubio García, Inocente García Castellano y Estanislao Rubio Herrero. El nuevo ayuntamiento se constituyó el 26 de febrero de 1930. Aureliano Martín Hernández ocupó la presidencia como concejal mayor en edad. Inocente García Castellano y Matías Álvarez Benavides se alzaron con las dos tenencias de alcaldía[1]. Primitivo Martín Sánchez fue nombrado vocal de la Junta electoral municipal, poco después asumió la alcaldía, que ejerció hasta el 16 de abril de 1931.

 

 LAS ELECCIONES DEL 12 DE ABRIL DE 1931

 El 12 de abril de 1931, el pueblo fue llamado a las urnas. A finales de marzo se constituyó la Agrupación Hervasense al Servicio de la República. Formaban el comité local Aniceto García, Urbano Fournón, Ángel Barrios y Heliodoro Hernández. La Agrupación invitaba a engrosar las filas a todos los «intelectuales, comerciantes, industriales, labradores y obreros que noble y honradamente sientan y consideren urgente la implantación de un nuevo régimen político, de una República ordenada». Las firmas de adhesión se recogieron en la Plaza Faustino Castellano número 24, como se desprende del pasquín informativo editado en la tipografía de Urbano Gómez.

La Agrupación Hervasense era un colectivo de carácter federal que instauraron a nivel nacional, el 10 de febrero, los muñidores Ortega y Gasset, Pérez de Ayala, Marañón y Machado. En Hervás, el tonelero Urbano Fournón Ponce presidió la institución con Ricardo Sánchez en la tesorería. Socialistas, republicanos y sindicalistas de la UGT formaron la coalición Conjunción Republicano–Socialista para arrebatar el poder municipal a los monárquicos. La Agrupación socialista «La Razón Social», que dirigía el notario Antonio Soldevilla Guzmán, funcionaba desde febrero de 1922. La Derecha Liberal Republicana [DLR], de Niceto Alcalá Zamora, y los monárquicos también se presentaron a las elecciones municipales.

Agruipacion RepublicaBN

Lám I.- Manifiesto político de la Agrupación Hervasense al Servicio de la República

AHPCC, Gobierno Civil, caja 2806 expte. 5

 La Conjunción Republicano–Socialista se alzó con la victoria. La minoría socialista consiguió cinco concejales y los federales uno. La Derecha Liberal Republicana y los monárquicos sumaron los seis restantes[2]. El socialista Ángel Barrios Pérez salió elegido alcalde con diez votos y una papeleta en blanco. Los monárquicos, que no atravesaban por sus mejores momentos, y la derecha republicana le dieron un voto de confianza. Quintín Hernández Mártil, monárquico, fue nombrado primer teniente de alcalde, el federal Aniceto García Sánchez, segundo teniente, y el empresario del mueble Matías Álvarez Benavides, que respiraba por la derecha liberal, regidor síndico. Con estos nombramientos, la minoría socialista se granjeó el voto de la facción republicana y la derecha monárquica. Durante los primeros meses de legislatura republicana, los concejales conservadores votaron muchas de las propuestas de la minoría de izquierda[3].

El tablero sociopolítico de la Casa Consistorial quedó perfilado de la siguiente manera: el alcalde socialista Ángel Barrios trabajaba como ebanista en la fábrica del concejal de derechas Matías Álvarez Benavides. El concejal socialista Amandio López, presidente del sindicato de la madera «La Constancia», era ebanista asalariado en la fábrica de Vicente Castellano Sánchez, futuro presidente del partido Radical de Lerroux. Los socialistas Francisco Rubio, líder del sindicato «Obreros de la Industria Textil», y Ángel Llanos Peralejo trabajaban como hiladores en la fábrica de tejidos de Sobrino de Benito Matas, propiedad del concejal monárquico Vicente Cid Gómez–Rodulfo. Y el socialista Nicomedes Blanco ejercía como secretario del sindicato agrícola «El Porvenir del Obrero», afiliado a la UGT[4].

En definitiva, la minoría socialista controlaba la actividad política y el movimiento obrero a través de los sindicatos de la UGT, y los patronos conservadores de las fábricas textiles y del mueble gestionaban la producción y el acceso a la mano de obra. Los dos sectores sociales, la burguesía empresarial y el proletariado rural, trasladaron a la institución municipal sus intereses políticos, sus reivindicaciones sociales y sus ambiciones económicas lastrando el proceso democrático. La República entró con mal pie en la historia. Heredó las viejas prácticas caciquiles de la dictadura, con la figura del todopoderoso gobernador civil facultado por las leyes para derrocar ayuntamientos contrarios a su ideario político, destituir a los concejales elegidos por sufragio popular y nombrar a otros de su cuerda. Este comportamiento fue común en los gobernadores civiles de ambos bandos políticos. Al mes siguiente de la toma de posesión de la alcaldía, el socialista Ángel Barrios se entrevistó en Cáceres con el gobernador Tuñón de Lara para orientarse en las directrices generales de la política municipal republicana[5].

No todos los sectores sociales recibieron con los brazos abiertos al alcalde socialista Ángel Barrios. Máximo Hernández Gil, Tomás Ordoñez Hinjos y Valeriano Téllez Lices estuvieron cinco días en la prisión del partido judicial, en mayo, por desobediencia leve contra el alcalde[6].

El 28 de junio fueron convocadas elecciones a Cortes Constituyentes con idea de elegir una cámara legislativa que redactara y aprobara la nueva Constitución que sirviera a los intereses generales de la República. Fernando Ayala Vicente[7] refiere que de los 1.043 electores inscritos en Hervás –en 1931 hubo 1.061–, emitieron su voto 984, con un elevado índice de participación, cifrado en el 94,34 %. La coalición Republicano–Socialista arrasó en las urnas con un promedio de 830,57 votos, la Derecha Liberal Republicana obtuvo 100,33, los Radicales–Socialistas 52, los conservadores 34 y Acción Nacional 20,75.

El espectro político local cobró nueva fisonomía en octubre. La Agrupación Republicano Radical–Socialista [PRRS] se constituyó formalmente el día 14, en conformidad con el ideario político de Alejandro Lerroux y Marcelino Domingo. Establecieron la sede, con carácter provisional, en la calle Asensio Neila número 18. Al día siguiente enviaron el reglamento al gobernador civil. Formaron el comité ejecutivo Laurentino González Alderete, presidente, Ventura Peña Díez, vicepresidente, José Rodríguez Barbeira, secretario, el maestro nacional Alfonso Cifuentes Francés, tesorero. Y en la vocalía estuvieron el concejal Gorgonio Muñoz Neila, el taxista José Manuel Gómez y el cosechero de vinos Santiago Acera García[8]. En su origen, el PRRS albergó posturas progresistas. De hecho, en la asociación política respiraron militantes de ideología heterogénea que, en el ecuador de la República, evolucionaron hacia posturas de izquierdas, como el partido socialista e Izquierda Republicana; de centro, como los Radicales de Lerroux; y de derechas, como la Liga Agraria.

El comité local de Conjunción Republicano–Socialista instituyó el primero de octubre la Agrupación Popular al Servicio de la República, que ahora se llamaba Asamblea Popular Hervasense al Servicio de la República[9]. El colectivo capituló en veinticinco artículos el reglamento institucional. La Asamblea se fundaba con el objetivo de contribuir al afianzamiento y a la defensa de la República, velar por el cumplimiento de las leyes, procurar la cohesión entre los distintos sectores democráticos de la coalición, lograr la uniformidad de procedimientos en la actuación de sus miembros y buscar soluciones eficaces a los problemas económicos, sociales y políticos de la localidad. Los asuntos de mayor envergadura se confiaban a una comisión especial, o bien se desarrollaba una ponencia de estudio. Los socios debían tratarse con cordialidad y respeto dentro y fuera de la Asamblea y evitar las insidias personales y las campañas tendenciosas que tanto desmoralizaba e interfería en la resolución de los problemas cotidianos.

La institución era un órgano democrático federal estructurado por una red de alianzas de las sociedades obreras y los partidos políticos republicanos de centro izquierda. La Asamblea Popular fijó la sede en la calle del Collado número 23. Celebraban sesiones ordinarias todos los viernes, cuyas propuestas trasladaban a la corporación municipal. El alcalde Ángel Barrios, el inspector veterinario Heliodoro Hernández, Antonio Soldevilla, Marino Colmenar y Ventura Peña enviaron dos copias del reglamento de la organización al gobierno civil, el 25 de octubre, para que procediera a su aprobación y registro.

Urbano Fournón Ponce fue designado presidente, Heliodoro Hernández García–Luis, vicepresidente, Manuel Álvarez Pérez, tesorero (luego se escoró hacia el Partido Radical de Lerroux, y en 1943, fue alcalde con el Movimiento Nacional), Ventura Peña Díez, secretario (militó en Unión Patriótica, el partido de Primo de Rivera, con Eduardo Cortés Amores, alcalde de la gestora municipal en julio de 1936, y Emilio González, murió redimido como paradigma del buen republicano), y Félix Morante Lomo, vicesecretario. Estas últimas cuatro personas provenían de la directiva de Conjunción Republicano–Socialista. Las vocalías se repartieron entre el notario Antonio Soldevilla Guzmán, de la Agrupación Socialista, José Rodríguez Barbeira, del partido Radical–Socialista, Guillermo Herrero Herrero, del sindicato «La Plana», Marino Colmenar Barbero, de «El Porvenir del Obrero», Constantino Castro Aprea, de los «Obreros de la Industria Textil», y el socialista Amandio López Comendador, en representación de los concejales del ayuntamiento.

El presidente Urbano Fournón preguntó a la sociedad si había conformidad con los nombres y cargos elegidos y la Asamblea respondió con una salva de aplausos[10].

Por su parte, los propietarios rurales, agricultores y ganaderos del partido judicial de Hervás, de marcado tizne derechista, se constituyeron como asociación en defensa de sus intereses con sede en la Avenida de la República (hoy, Paseo de la Estación), era el domicilio del industrial Eduardo Cid. Plácido Lanzos desempeñaba la secretaría[11].

 LA RETIRADA DE LOS SIMBOLOS RELIGIOSOS EN LAS ESCUELAS NACIONALES Y LA SECULARIZACIÓN DEL CEMENTERIO

 Durante la dictadura de Primo de Rivera, la institución eclesial promovió en la comunidad rural el sentimiento de adhesión a la religión católica como emblema identitario y de afirmación regional, renovó el anquilosamiento religioso del clericato rural, sin desviarse de la perspectiva conservadora, y restableció la privilegiada situación que la iglesia gozaba en el ámbito de la sociedad. La iglesia católica, gerente de los valores tradicionales de la comunidad rural, se había mimetizado con el estado monárquico. Actuaba como si fuera una prolongación natural del régimen. Iglesia y Estado eran troncos del mismo árbol. La iglesia local regulaba los actos festivos y el tiempo de ocio del hervasense. El consistorio político presidía las procesiones de Semana Santa, jueves de Corpus, misa del Sagrado Corazón de Jesús, que organizaba la cofradía de las Hijas de María el 29 de junio, las fiestas patronales del Cristo de la Salud y la festividad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre, y asistía a la administración del viático a los presos de la cárcel preventiva del partido judicial que se efectuaba a primera hora de la mañana en las fiestas principales de la iglesia católica[12].

En el aspecto social, la iglesia católica estuvo más próxima a la burguesía industrial –algunos de cuyos representantes abrazaron interesadamente la República, como el empresario del mueble Matías Álvarez–, que a la clase campesina, desasistida del poder civil. El jornalero clamaba pan y la iglesia católica le administraba el pan de los ángeles. Su distanciamiento del pueblo llano y la organización del campesinado en sociedades de resistencias en las ramas agrícola («El Porvenir del Obrero»), tejedores («Obreros de la Industria Textil» y «La Aurora del Progreso»), madera («La Constancia» y «La Plana»), construcción («La Edificación»), alimentación («Obreros panaderos») y empleados municipales, avivaron progresivamente la llamarada del anticlericalismo en el movimiento obrero.

Las huelgas obreras madrugaron con el advenimiento de la República. El sindicato panadero intimidó a los empresarios con una huelga general desde primeros de octubre si los patronos persistían en la denegación de sus condiciones salariales. La sociedad propuso la jornada laboral de los maestros panaderos en seis pesetas, los oficiales cobrarían cuatro y los maquinistas tres. «La Constancia», que dirigía el concejal socialista Amandio López, planteó una huelga en noviembre con motivo de una serie de reclamaciones laborales efectuadas a los patronos[13].

La corporación municipal celebraba los plenos una vez a la semana en la sala capitular, presidida por el retrato de Alcalá Zamora que había desplazado a la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Se necesitaba un mínimo de tres concejales para validar el acto político. En 1931 se suspendieron las sesiones de 20 de junio, 11 de julio y 5 de septiembre. En 1932 se incrementaron las ausencias políticas. Se cancelaron 29 plenos municipales. El alcalde socialista Ángel Barrios intimidó con imponer una sanción económica a los concejales que no asistiesen a las asambleas, pero el absentismo político, alimentado generalmente por la oposición, prosiguió por sus derroteros hasta la liquidación de la República. Cuando gobernaba la izquierda desertó un sector las derechas, el empresario del fabril Vicente Cid fue el mayor absentista. Y viceversa, cuando gobernaron las derechas, la izquierda hizo mutis por el foro.

La corporación municipal del bienio republicano–socialista dictó una serie de ordenanzas encaminadas a acabar con las prerrogativas y la influencia de la iglesia local en los diversos sectores de la sociedad. En junio de 1931, el ayuntamiento retiró al sacerdote don Benito Herrero la subvención de cien pesetas que recibía como director espiritual de la Asociación Cultural de la Escuela Dominical[14]. La Escuela Dominical era una institución católica que fundó el presbítero hervasense don José María Barbero Castellano, en 1863. Entre sus actividades educativas figuraba la enseñanza docente a jóvenes sirvientas y obreras, que impartían en la sede los domingos y festivos de tres a cinco de la tarde y los viernes de seis a ocho de la noche[15]. Escuela Dominical se preocupó de la instrucción de la mujer y su incorporación en el movimiento católico y en la servidumbre del hogar, relegada de los mecanismos de participación social y política. La mujer conservadora era el eslabón fundamental en el correaje de transmisión de los valores tradicionales de la iglesia católica en una relación de estrecha dependencia con el esposo, y de servilismo con el patrón y las clases medias de base católica.

La institución política desautorizó, en agosto, al sacerdote don Benito Herrero la representación de una función de teatro en la Escuela Dominical. Únicamente le defendió el concejal Primitivo Martín Sánchez, antiguo fabricante de tejidos y alcalde con el gobierno de Berenguer[16]. Y eliminó el patrocinio de la fiesta religiosa de septiembre. La emblemática fiesta patronal del Cristo de la Salud[17]. La separación de la vida laica y religiosa estaba en marcha.

La Constitución republicana, aprobada en diciembre de 1931, declaró la laicidad del Estado, el matrimonio civil, el divorcio, la secularización de los cementerios municipales y la prohibición de la enseñanza a las órdenes religiosas. A rebufo de la Carta Magna, el ayuntamiento republicano–socialista ejecutó su programa electoral de laicización de las escuelas nacionales. Impelido por la Dirección General de Primera Enseñanza, también se lo había exigido la Asamblea Popular, la corporación municipal ordenó la retirada de los crucifijos de las escuelas nacionales, el 14 de enero de 1932. El magisterio católico, que no se resignó a la pérdida de sus privilegios ancestrales, se movilizó contra la ordenanza. Las maestras nacionales Natividad Vidal, Victorina Rodríguez, Águeda Pérez, Severina López Vidal, Ángeles Fraile, Pilar González, Antonia Esteban, Judit Hernández y el maestro José Campos, que acabaría militando en el fascismo, solicitaron a la alcaldía la restitución de los crucifijos[18]. El colectivo docente recogió un pliego de firmas y convocó a los niños, niñas y madres de los escolares a una manifestación popular el día 28.

El alcalde Ángel Barrios vetó el acto porque los organizadores no habían solicitado el permiso correspondiente. Además, contrariaba las disposiciones de las Cortes soberanas y temía «un conflicto de orden público por la contra protesta que pudieran hacer otras personas contrarias en ideales». El alcalde socialista pidió a las maestras María de los Dolores Jiménez, de la ILE, María Hernández, Andrés Sánchez, Braulio Muñoz, Luis Sánchez Arroyo, Conrado Hernández, del Círculo Tradicionalista, Felipe Cifuentes y Blanca Sánchez, que los niños permaneciesen en las aulas hasta después de las doce de la mañana, hora de salida de los obreros de las fábricas, se abstuviesen de acudir a la manifestación y de traer a la alcaldía las firmas. Si desobedecían la orden, se vería obligado a denunciarles ante el gobernador civil[19].

El sector laicista no se quedó de brazos cruzados. La Asamblea Popular presentó un escrito en el consistorio, el 30 de enero, en el que solicitaba que la enseñanza fuera completamente laica en las escuelas, se retirasen todos los atributos religiosos de las aulas, y que se llevase a efecto la secularización del cementerio municipal. Otro de los puntos candentes del programa de gobierno republicano. Asimismo, expresó su malestar porque la procesión de San Antón había desfilado por los alrededores de la ermita sin permiso de la alcaldía[20].

La corporación municipal republicano–socialista abordó el tema de la secularización del cementerio municipal a comienzos de enero. El día 8, a propuesta del socialista Amandio López Comendador, los diez concejales asistentes al pleno municipal, entre los que se encontraban los derechistas Eduardo Cid, Primitivo Martín y Quintín Hernández, acordaron por unanimidad proceder a la demolición del muro que separaba el cementerio católico del civil, para dar cumplimiento al artículo 27 de la Constitución. El día 29, el alcalde Ángel Barrios pidió a los presidentes de las dos hermandades obreras de la UGT que asistieran con sus afiliados y con la parafernalia de las banderas sindicales al acto de derribamiento de la pared del camposanto. La bandera del sindicato campesino era de seda encarnada con una cinta blanca y otra encarnada. Los concejales socialistas Nicomedes Blanco y Amandio López se encargaron de movilizar a los afiliados socialistas y de la UGT. El socialismo y el sindicalismo ugetista campesino interpretaron el acontecimiento político como una conquista social de la clase trabajadora. Con los vestigios del muro del cementerio se construyó el osario. La corporación municipal invitó a los diputados socialistas y a los Radicales–Socialistas de la provincia de Cáceres al «acto de verificación de la secularización» del cementerio, que tuvo lugar el domingo 14 de febrero, y enviaron una copia del acta municipal al diputado socialista a cortes Pablo Valiente Paredes para que lo entregase en Madrid al ministro del ramo[21].

Ante los problemas suscitados por los ayuntamientos de izquierdas con la interpretación de la ley de secularización de cementerios –algunas corporaciones no permitieron la celebración de actos religiosos en el interior del camposanto–, el gobernador civil advirtió a los municipios en la circular de 26 de febrero, publicada en el Boletín Oficial de la provincia número 49, que «las ceremonias o ritos funerarios de los distintos cultos, sólo podrán practicarse en cada sepultura, excluyendo toda otra manifestación de culto confesional, cualquiera que sea su carácter y que trate de celebrarse públicamente, para lo cual y de conformidad con el artículo 27 de la Constitución habrá de solicitarse autorización previa de la autoridad».

El católico hervasense podía oficiar las exequias religiosas delante del sepulcro de sus difuntos. Sin embargo, el sector anticlerical de la Asamblea Popular entendía que la religión era una manifestación subjetiva del hombre relegada al altar de la conciencia individual de la que no podía hacer ostentación pública. Las bases políticas debatieron el problema. Tras someterlo a votación, la Asamblea Popular comunicó a la alcaldía, con el voto en contra de los militantes católicos, que no autorizase bajo ningún concepto la práctica de ritos funerarios religiosos en las sepulturas. En la convocatoria de 21 de marzo, los cinco concejales socialistas votaron a favor del veto. En contra se manifestaron los conservadores Quintín Hernández y Ramón Martín y el federal Aniceto García. El ayuntamiento republicano de izquierdas acababa de rebasar la franja de la legalidad constitucional, al discriminar la celebración de los ritos fúnebres católicos en el cementerio. El gobernador civil interino revocó el acuerdo municipal, el 5 de mayo, porque infringía la constitución republicana. Cinco días después, el alcalde Ángel Barrios anuló la disposición[22].

La actitud anticlerical de la izquierda radical alimentó las manifestaciones del culto religioso en el sector católico. El 19 de mayo, la familia de Guadalupe Castellano solicitó permiso al gobernador civil para celebrar un entierro católico público «observando los ritos y costumbres de la localidad», con cruz alzada y sacerdote revestido, conforme con el ritual romano. El gobernador civil también permitió que Matías Martín celebrara las exequias fúnebres católicas por su difunta mujer, siempre y cuando constase que había sido su voluntad, porque la República tenía que preservar el respeto de los derechos de todos los ciudadanos[23].

El último domingo de marzo de 1932, el padre Revilla, ex jesuita, que participaría como orador en los mítines del Frente Popular, a petición de varios vecinos, impartió una conferencia sobre asuntos sociales en el salón Café de Artesanos de don Heraclio Herrero, para «contribuir al sosiego de los espíritus y la paz social como inspiradas por el más acendrado amor al pueblo y a mi patria»[24]. El espíritu conciliador de la Asamblea Popular, con el heterogéneo mosaico de partidos y sindicatos, empezaba a resquebrajarse.

La Agrupación socialista «La Razón Social» atravesaba momentos de crisis. Había dos corrientes dentro del partido. El alcalde Ángel Barrios representaba a los «socialistas avanzados», la izquierda radical. La derecha monárquica les llamaba «los socialistas exaltados». El sector moderado del partido socialista posiblemente presionara al alcalde para que presentara su dimisión, pues no se entendía que el 8 de agosto Ángel Barrios dejase la alcaldía pero retuviese el acta de concejal. «Un catarro intestinal que ha derivado en un estado de depresión nerviosa» fue la coartada del partido. Volvería a la alcaldía con el Frente Popular. Su compañero, el ebanista Amandio López Comendador, salió elegido alcalde con siete votos. El empresario Matías Álvarez Benavides obtuvo uno, posiblemente se votó a si mismo. Hubo dos papeletas en blanco, de los conservadores[25]. El alcalde Amandio no fue refrendado en el cargo por todos los concejales como su predecesor Barrios. Los monárquicos empezaban a marcar distancias con la República.

En otro orden de cosas, el oficio de jefe de policía fue muy problemático y su labor contestada por el pueblo. Amandio López había solicitado en la sesión de primero de abril que se instruyera expediente administrativo contra el jefe de orden público, Audaz Lumeras Gómez, vinculado con las derechas. Según el informe, había faltado al respeto a varios concejales la noche del 11 de marzo. Audaz Lumeras presentó la dimisión el 18, por motivos de salud. Un argumento muy socorrido por los empleados de la administración pública hervasensa que sufrieron presiones políticas porque no se plegaban a las arbitrariedades y caprichos de la alcaldía de turno[26]. Gonzalo Hernández Hernández, que había servido el cargo de policía durante siete meses, solicitó la interinidad el 3 de junio. Los cinco sindicatos y los tres partidos de izquierdas integrados en la Asamblea Popular avalaron la propuesta de Gonzalo, con una carta de dimisión en blanco para que la firmase el interesado cuando lo considerase oportuno[27]. Ese mismo día, presentaron instancias para obtener el cargo Santiago Iglesias Sánchez y Adolfo Matías García Bastos. Sin embargo, el ayuntamiento estimó conveniente sacar la plaza a concurso. Un tribunal municipal sometería a los candidatos a una prueba de lectura, un dictado, reglas elementales de aritmética y un ejercicio práctico relacionado con el oficio[28]. El 16 de agosto, el alcalde Amandio López nombró jefe de policía interino al jornalero socialista Marino Colmenar Castellano, que en ese momento aglutinaba la presidencia del sindicato campesino «El Porvenir del Obrero», la secretaria de la Asamblea Popular al Servicio de la República y la presidencia de la cantina escolar[29].

 

 EL CÍRCULO TRADICIONALISTA

 El Estado español era una República democrática de trabajadores y no tenía religión oficial. Así lo expresaba el artículo 3 de la Constitución. Esto no significaba la abolición de la libertad de conciencia, ni la pérdida de los derechos de los católicos a profesar y practicar libremente su religión. Dentro de la izquierda republicana y socialista respiraba un sector laicista beligerante con la iglesia católica y sus instituciones que se manifestó a raíz de la fundación de la entidad Círculo Tradicionalista[30].

El 14 de julio de 1932, el cura párroco don Gregorio Abilio Rubio Neila envió al gobernador civil dos copias del reglamento fundacional de «Juventud Tradicionalista», inspirado en el homónimo de Trujillo, aprobado por la autoridad gubernativa. Entre los objetivos primordiales de la institución católica destacaban coadyuvar a la expansión «de los intereses religiosos, políticos y sociales contenidos en los principios del tradicionalismo católico español». No estableció limitación de socios. Los mayores de 18 años tendrían derecho a voz y voto. Dentro de la comunidad católica se constituyeron las secciones «Juventud», formada por los socios de 15 y 20 años, «Margaritas», reservaba para las damas tradicionalistas, y «Obrera», que acogía a las trabajadoras de las fábricas que compartían el ideario católico. La sede estaba en el edificio que había donado doña Clara González Comendador en enero de 1931. Tenía dos entradas, por la calle de la Fábrica número 31 (hoy, Plazuela de Hernán Cortés), y por la Plaza de Faustino Castellano. Tramitaron la solicitud el sacerdote don Gregorio Abilio, como presidente interino, y los asociados Ángel Belloso, Félix Gil, Constancio Lumeras y el maestro José Campos.

 CirculoTradicionalista(6)BN

Lám II.- El alcalde Barrios solicita el reglamento del Círculo Tradicionalista

                                               AHPCC, Gobierno Civil, caja 4030 «Hervás 1932»

 El 25 de julio tuvo lugar la elección de la junta directiva. Félix Gil Hernández ocupó la presidencia, Constancio Lumeras Comendador la vicepresidencia, Jesús Peña Robles la secretaria, Conrado Hernández Bastos la vicesecretaria, Ángel Belloso González la tesorería, José Campos Sánchez la vicetesorería y José del Arco Martín, Germán Martín Bastos, Marcelino López Robles y el sacerdote don Benito Herrero Castellano, las vocalías. Marino Gil pidió el ingreso en la sociedad el 5 de agosto, convirtiéndose en el socio número 29. También pidieron la admisión César del Arco, Agustín Barbero, Francisco Bejarano Gil, Heraclio Calvelo Gómez, Luis Castellano Sánchez, Antonio Fernández, Alejandro Gil, Aniceto López, Pedro Martín Neila, Martín Rodríguez y Rodríguez, Antonio Sánchez Matas–González Comendador y José Sánchez Matas González. No debe confundirse el Círculo Tradicionalista católico, con los carlistas de Comunión Tradicionalista, ramas Margaritas, Pelayos y Requetés, cuya institución fundó el militar Manuel Mayoral en Hervás, poco después del alzamiento militar, en noviembre de 1936. Combinó la ideología fascista con el catolicismo reaccionario en defensa del gobierno de Burgos, la ley de Dios y la Patria –no señalaron la defensa del Rey porque el monarca Alfonso XIII se hallaba en el exilio–, con idea de instaurar el reinado del sagrado corazón de Jesús[31]

El Círculo Tradicionalista católico no fue bien recibido por los socialistas avanzados. El alcalde socialista Ángel Barrios, cuatro días antes de que tuviera lugar su destitución, requirió al presidente de la hermandad que debía entregarle en el plazo de veinticuatro horas un ejemplar del reglamento constitucional para enviarlo al gobernador civil. El presidente Félix Gil respondió ese mismo día al alcalde que cuando retiró en Cáceres la copia firmada como garantía de su aprobación y legitimación, el gobierno civil le comunicó que no era necesario cumplir ningún otro requisito, ni dar noticia a la autoridad local. No obstante, el Círculo Tradicionalista se comprometió a enviarle una copia lo antes posible, pues el original estaba en el archivo del gobierno civil, con los libros de actas, cuentas y registro de socios. Félix Gil dirigió al gobernador civil una copia de la petición del alcalde y en nota aparte le rogaba que le comunicase por conducto oficial que el Círculo católico estaba legalizado y cumplía con todos los requisitos exigidos por la ley de asociaciones.

El fallido golpe de estado del general Sanjurjo fue la coartada perfecta para yugular de la sociedad republicana al centro católico. Para la izquierda anticlerical, el movimiento tradicionalista católico era una galería subterránea donde anidaban los partidos monárquicos antirrepublicanos que se dedicaban a conspirar contra la vida de la República. Parece ser que algunos católicos, ofendidos por la retirada de los crucifijos de las escuelas nacionales, exteriorizaron su disconformidad con la medida institucional colgándose un crucifijo al cuello. Esta actitud que fue considerada por los republicanos laicistas como un desafío a la República.

Al día siguiente de la sanjurjada, los sindicatos obreros y campesinos declararon la huelga general. Participaron 78 obreros del textil, 20 ebanistas de «La Constancia», 26 obreros de «La Edificación» y 492 jornaleros del campo, arrieros, segadores y albañiles. Los toneleros de «La Plana», que dirigía Miguel Ibero, no secundaron la huelga[32]. El día 13, los presidentes y secretarios de los sindicatos «La Constancia», «La Sociedad de Obreros Panaderos», «La Aurora del Progreso», «Obreros de la Industria Textil», «la Asociación de empleados y obreros municipales», «La Plana» y «El Porvenir del Obrero», presionaron al gobernador civil de Cáceres con un manifiesto en el que solicitaban la clausura inmediata del Círculo Tradicionalista católico. Debido a su importancia, he decidido trasladar íntegramente el documento para que cada lector extraiga sus propias conclusiones[33]:

 

En esta villa existe una Escuela Dominical en la cual se enseña a todo, menos a leer y escribir. En esa escuela regida por beatas sin conciencia y un ministro del Señor desaprensivo, como todos, se dedican a inculcar a las alumnas ideas contrarias al régimen aconsejándolas que deben llevar los crucifijos al exterior ya que el gobierno de la República a dispuesto que fuera crucifijos [de las escuelas], interpretando nosotros obreros conscientes [sic] estos actos como una provocación, por la cual pedimos a V. E. que autorice a la alcaldía para publicar un bando prohibiendo llevar esas insignias al exterior pudiendo imponer los infractores fuertes multas.

Además en esa escuela o centro de conspiración, acostumbran desde algunos días a esta parte a reunirse por las noches un grupo de individuos, los cuales según ellos son de una sociedad denominada tradicionalistas, los cuales solo se dedican a conspirar, por lo cual, y en evitación de un día de algarada con fatales consecuencias, pedimos a V. E. se digne dar las oportunas órdenes a fin de que ese centro sea clausurado inmediatamente, pues entendemos que la existencia de estos centros es perjudicial para la vida de la Nación y la tranquilidad de los pueblos, como desgraciadamente hemos podido ver en estos últimos días y más fatales en pueblos que como este andan las sotanas y los Gefes de la Guardia civil en paseos continuamente.

Este último aserto lo comprueba el hecho de que cuando el Sr. Albiñana a Las Hurdes iva, como hiciera parada en esta [villa], los primeros en saludarle fueron los curas y los Gejes [sic] de la Guardia Civil.

 

Albiñana era el fundador del partido Nacionalista Español. Había apoyado el golpe de Estado de Sanjurjo.

¿Cuál era la raíz del problema? Las confesionalidades religiosas estaban consideradas como asociaciones y sometidas a una ley especial, según el artículo 26 de la Carta Magna republicana. El epígrafe primero del citado artículo daba alas al gobernador civil para disolver aquellas instituciones que por sus actividades sociales constituyesen una amenaza para la seguridad del Estado. Por tanto, el gobernador de Cáceres disponía de argumentos legales suficientes para liquidar el supuesto «centro de conspiración» católico. El 18 de agosto, el gobernador pidió al comandante del puesto de la Guardia Civil de Hervás que requisara toda la documentación del Círculo Tradicionalista. No señaló los motivos del cierre.

A las diez de la mañana del 19, el sargento Ángel Vaz–Romero Mateos –cabo de la comandancia de la Guardia Civil de Cáceres que había sido trasladado a Hervás, fue un firme defensor de la República, pero el 21 de julio de 1936 se alió con los golpistas–, se dirigió al Círculo Tradicionalista. Le acompañó el guardia civil segundo Eugenio Blasco Corcho. El sargento comandante procedió a la clausura del local y a la incautación de documentos. Los directivos del centro, Félix Gil y Jesús Peña, entregaron a los dos guardias civiles el reglamento de Juventud Tradicionalista, siete instancias de solicitudes de admisión de socios, una comunicación dirigida al alcalde referente a la constitución de la entidad, un talonario recibo de las cuotas de los asociados, un libro de oraciones de la Escuela Dominical, veintiuna papeletas y trece hojas volanderas publicadas en la editorial Ibérica sobre las obligaciones de los católicos con respecto a la prensa. Los buenos católicos, informaba la hoja, debían leer y propagar periódicos católicos y no debían suscribirse ni editar anuncios en los republicanos. ¿Cómo podían detectarse «los malos periódicos» según el prisma católico? Porque hacían uso del título de liberal, socialista y anticlerical, que era sinónimo de republicano, y defendían la libertad de conciencia, culto, imprenta, o «cualquier otro error» condenado por la iglesia. Los diarios Extremadura, de Cáceres, Correo Extremeño, de Badajoz, El Adelanto y La Gaceta Regional, de Salamanca, contaban entre los favoritos del público católico. Y denostaban La Voz, El Sol, El Liberal, El Socialista, El Heraldo de Madrid, La Libertad y El Noticiero Sevillano.

La guardia civil no encontró instrumentos sospechosos ni propaganda política en el centro católico. El sargento comandante Ángel Vaz–Romero colocó una tira de papel y el sello de la comandancia en el marco y en la puerta interior que daba acceso a la Escuela Dominical, y estampó en las cuatro esquinas otros tantos lacres con sus iniciales enlazadas: «A. V». El sargento comandante candó la puerta exterior de la Escuela Dominical, confiscó la llave y colocó otro precinto con iguales sellos y lacres en las esquinas del marco de la puerta. Ángel Vaz–Romero advirtió al presidente y al secretario del Círculo que no podían entrar en el local mientras no se levantase la clausura, así como la responsabilidad en que incurrían si quitaban los precintos, o permitían que otros lo hiciesen en su lugar.

Tres meses después de la clausura, gobernación civil levantó la proscripción de los centros católicos. La prensa había publicado la reapertura de los centros, sin embargo, el Círculo Tradicionalista seguía precintado. Una autoridad política desconocida respondió desde Hervás que no había ninguna institución católica cerrada. El presidente Félix Gil intentó comunicarse con el gobernador, pero le atendió su secretario particular, que eludió responsabilidades. En octubre de 1933, Félix Gil solicitó permiso al gobernador para entrar en la Escuela Dominical. Se habían detectado varias vías de agua y no disponían de dinero para acondicionarlo. Puso por testigo de los desperfectos al maestro carpintero don Vicente Castellano Sánchez. El gobernador civil comunicó al alcalde que autorizaba la reapertura del centro, el 14 de octubre. La minoría socialista cedió temporalmente la alcaldía al teniente Quintín Hernández, de tendencia conservadora, que dio el visto bueno el día 17. Con el oficio del alcalde Quintín, el presidente del Círculo se presentó ante el sargento comandante del puesto de la Guardia Civil. Ángel Vaz–Romero le dijo que no ejecutaba el mandamiento ni entregaba la llave del edificio hasta que se lo ordenase por escrito el gobernador civil interino, que se lo tramitó el día 21[34]. Ya era tarde para reanudar la actividad católica. Los socios habían perdido interés por seguir con la asociación.

Escuela dominical (copia)BN

Lám III.- Sede de la Escuela Dominical. Plaza Faustino Castellano

 © Marciano Martín Manuel

 

Algunos militantes del Círculo Tradicionalista se afiliaron a los partidos políticos. La directiva del Círculo militó en la Liga Regional Agraria. Los jóvenes católicos ingresaron en Juventud Radical. El 13 de noviembre, el secretario del gobernador civil entregó a Maximina Herrero el reglamento de Juventud Tradicionalista, el talonario de recibos y el libro de contabilidad, actas y socios. La beligerancia de un sector socialista y republicano contra las instituciones de la iglesia católica y sus malas relaciones con el régimen laicista eran bien evidentes. En Hervás se estaba consolidando, por un lado, el sector anticlerical vinculado con la izquierda republicana laicista, y por otro, el católico conservador. El partidismo político y la radicalización de la vida social acabaron con la vida de la Asamblea Popular al Servicio de la República. El secretario local remitió la última reclamación oficial al ayuntamiento el 3 octubre de 1932[35] extinguiéndose pocos días después.

Parafraseando a Paul Preston, la obsesión anticlerical de la izquierda socialista y republicana como instrumento de reacción del radicalismo de la clase obrera y campesina, reactivó el catolicismo rural, muy arraigado en la clase media artesanal y en el sector servicio, y movilizó a las bases católicas contra la izquierda y la República. Este conflictivo capítulo se agudizó soberanamente durante los cinco meses de gobierno del Frente Popular.

 

LA QUERELLA DE LAS CAMPANAS

 

La corporación municipal promovió una nueva andanada contra la iglesia local, origen de la querella de las campanas. El 7 de noviembre de 1932, el ayuntamiento, a propuesta del alcalde socialista Amandio López, prohibió que las dos iglesias parroquiales, la residencia de las monjas josefinas trinitarias y la Escuela Dominical hiciesen uso de las campanas antes de las ocho de la mañana y después de las seis de la tarde. Votaron a favor cuatro concejales socialistas, en contra, el radical Primitivo Martín Sánchez y el agrario Quintín Hernández. Dos días después, don José Rodríguez Trinidad, párroco de Santa María, don Hipólito Prieto Pérez, párroco de San Juan Bautista de la Concepción, don Benito Herrero Castellano, director espiritual de la Escuela Dominical, y la madre superiora de la asociación Josefinas–Trinitarias recibieron el comunicado oficial de la alcaldía. A partir del lunes 14, la ordenanza de las campanas entraba el vigor[36].

En el campanario de la torre de Santa María había una campana llamada La Quintal. El sindicato campesino «El Porvenir del Obrero» –Ladislao García alias el Calzones era el presidente y Benito Bastos Valle, que había combatido en la guerra del Rif, el secretario–, exigió al ayuntamiento que no se tocase en las ceremonias religiosas pues era voz pública que pertenecía al pueblo, cuya propiedad, alegaron los sindicalistas, seguramente podía acreditar el ayuntamiento con documentos, cosa que no hizo.

El sindicato obrero pidió que la Quintal se utilizase exclusivamente para anunciar a la población los enterramientos civiles y otros actos de naturaleza laicista. El ayuntamiento socialista–republicano dio el visto bueno y manifestó al cura párroco de Santa María que La Quintal era propiedad del consistorio, pues «como su nombre indica se utilizaba para anunciar las operaciones de quintas, recaudación de contribuciones, terminación de la hora de siesta en los meses correspondientes para los obreros agrícola que se encontraban en el campo, etcétera». El consistorio adujo que si el párroco don José Rodríguez Trinidad utilizaba La Quintal con fines religiosos, debía consentir que se tañesen las campanas de la iglesia de Santa María para anunciar los actos civiles, en caso contrario, debía abstenerse de usarla. El ayuntamiento republicano se pilló los dedos con la prohibición. El toque de la campana servía también para anunciar al mediodía la hora del descanso a los obreros agrícolas que se encontraban en las faenas del campo[37]. El concejo inquirió al cura párroco de Santa María si estaba dispuesto a continuar con el toque de la campana a mediodía, como era costumbre inveterada en la población. No hubo respuesta.

En 1933, se perfiló definitivamente el arco político por la franja derecha. En febrero entró en liza el partido Republicano Radical (PRR), de Alejandro Lerroux, con sede en la Plaza de los Capitanes Galán y García Hernández número 6 (hoy, Plaza de la Corredera). Los radicales se habían escindido de los socialistas de Marcelino Domingo. Su presidente era el industrial del mueble Vicente Castellano Sánchez, y el secretario Victoriano Cazás. Los concejales Primitivo Martín Sánchez y el cosechero de vinos Tomás Sánchez Hoyos se adscribieron a esta facción.

En abril abrió sus puertas la Casa del Pueblo en la Plaza de Pablo Iglesias (hoy, calle Juan de la Plaza). El edificio era propiedad de Plácido Sánchez Ciprián. La Casa del Pueblo contaba con 161 asociados. Operaba como organismo federal de los sindicatos de izquierdas afiliados a la UGT. Ejercía el control sobre los sindicatos «La Constancia», que tenía 80 socios, «Obreros de la Industria Textil» 110, «La Aurora del Progreso» 40, «La Edificación» 25, panaderos 12, y, en menor grado, ejercía su dominio sobre el sindicato campesino «El Porvenir del Obrero», que contaba con 800 militantes.

En mayo se legalizaron las asociaciones Juventud Católica masculina y femenina. En junio, Socorro Mutuo de los Obreros del Textil «Eduardo Cid». Y la Conferencia San Vicente de Paul, el 11 septiembre[38].

En agosto saltó a la palestra el partido Regional Agrario (PRA). Pedro Tejado García era el presidente y Emilio López Gómez el secretario. A este partido se afiliaron los concejales Quintín Hernández Mártil y Vicente Cid Gómez–Rodulfo, con la figura del diputado Eduardo Silva Gregorio, un terrateniente placentino que tenía copiosas propiedades en Hervás. El PRA formó coalición con la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), de tendencia católica conservadora, y Acción Popular. Los agrarios organizaron un mitin de presentación en la plaza de toros, el domingo 24, a las 16 horas. Asistieron Joaquín García del Val, delegado de Acción Popular en Plasencia, Federico Salmón, secretario de la CEDA, y el diputado castellano Antonio Royo Villanova, «que tanto atacó el Estatuto catalán», como rezaba el pasquín promocional. El partido habilitó un servicio especial de autobuses de Plasencia a Hervás, ida y vuelta. Además del tren Correo de las 13,15 horas[39].

El PRA hizo un llamamiento público a sus electores sobre el engaño socialista que había llevado al obrero al hambre. Proponía la creación de una bolsa de trabajo para sus afiliados, entrando en clara competencia con la Casa del Pueblo y la UGT. La derecha contrarrevolucionaria admitió en sus filas a cualquier persona que, al margen de su procedencia política, acatase las líneas fundamentales de su programa. La defensa de la profesión pública de la religión católica que no se oponía al libre albedrío y el respeto debido a otras conciencias; la integridad de la patria; la indisolubilidad del matrimonio, la derogación de la ley del divorcio y la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos; el respeto a todas las ideas y el mantenimiento de la paz social; el amparo del trabajo manual e intelectual como manantial de riqueza humana; y la protección de la propiedad que consideraba consustancial con el individuo porque le capacitaba en el desarrollo de sus funciones sociales.

Por último, el concejal Matías Álvarez Benavides se inscribió en el partido Republicano Independiente.

El 3 de septiembre se convocaron elecciones para vocales del Tribunal de Garantías Constitucionales. A los concejales de los ayuntamientos les tocó elegir 14 miembros. Participaron en las votaciones los once concejales que seguían en activo en el concejo. El escrutinio arrojó el resultado siguiente[40].

Representante titular: Manuel Alba Banzano, vicepresidente de la Agrupación socialista de Badajoz, seis votos; Antonio Royo Villanova, de la liga Agraria, cuatro; y Fernando Miranda Quiñones, Radical, uno.

Como representante suplentes fueron elegidos Jacinto Herrero Hurtado, vicepresidente de la Agrupación socialista de Cáceres, seis votos; Joaquín García del Val, de Acción Popular, cuatro; y Felipe Álvarez Uribarri, uno. Los socialistas mantuvieron activo su feudo electoral.

 

ELECCIONES A CORTES DE 19 DE NOVIEMBRE DE 1933

 

El 19 de noviembre se convocaron elecciones a Cortes. Dos días antes, el gobernador civil Miguel Ferrero Pardo, que velaba por los intereses del partido de Lerroux en la provincia, comunicó al comandante del puesto de la guardia civil de Hervás, que «teniendo referencias auténticas y fidedignas relativas a la falta de neutralidad con que pueden proceder durante las elecciones del próximo domingo los individuos de la guardia municipal y policía rural de ese ayuntamiento de Hervás, y siendo propósito del gobierno el que dicha neutralidad sea observada sin excusa alguna… he dispuesto la retirada a los funcionarios las armas de todas clases y las licencias para usarlas». El alcalde socialista Amandio, el jefe de policía, siete guardias municipales, el alguacil, el administrador de arbitrios, el pregonero y el depositario de fondos, representantes y funcionarios del ayuntamiento, poseían armas.

El padrón de estadística de 1933 arrojó un censo de 2.538 electores. El incremento se debía a la participación de la mujer. En 1931 se censaron 1.061 varones, lo que significaba que la demografía femenina se situó en torno a los 1.477. Los candidatos socialistas fueron los más votados. Mantuvieron su tirón electoral frente a la Liga Agraria y los Radicales[41]. Al día siguiente de las votaciones hubo incidentes en la población. Intervino la guardia de asalto pero fue desalojada de la villa por las fuerzas obreras de izquierdas.

Alejandro Lerroux fue investido presidente del gobierno el 16 de diciembre. A primeros de año, el gobernador civil Miguel Ferrero Pardo, que defendió sin escrúpulos los intereses del partido Radical en la provincia, nombró concejal interino a Inocente García Castellano, que pertenecía a su formación política. Ocupó la vacante de Gorgonio Muñoz Neila, fallecido el 7 de marzo de 1932. Gorgonio había militado en el Radical–Socialista, cuyos militantes se diseminaron entre los dos bandos políticos. Derechas e izquierdas reclamaron para su grupo el acta de concejal. La minoría socialista impidió la toma de posesión. Agustín Pérez, un tal Mata, Manuel Álvarez, Enrique González Alderete, Valentín Neila, Faustino Castellano, Eduardo Martín, Amadeo Lorenzo, Antonio Pérez, Germán Sánchez y Vicente Castellano elevaron sus protestas al gobernador civil, el 18 de enero. Al día siguiente, Inocente García Castellano tomó la vara de concejal interino por el partido lerrouxista[42].

El arco político sufrió una nueva modificación. Había cinco concejales socialistas Amandio López, Ángel Barrios, Nicomedes Blanco, Francisco Rubio y Ángel Llanos, y el federal Aniceto García Sánchez. Por las derechas estaban los radicales Primitivo Martín, Tomás Sánchez e Inocente García, los agrarios Quintín Hernández y Vicente Cid, y Matías Álvarez como Republicano Independiente. Las fuerzas políticas quedaron estructuradas en dos bloques compactos con idéntico número de concejales, germen del Frente Popular y el Bloque Nacional contrarrevolucionario.

 

CONCLUSIONES

 

La Conjunción Republicano–Socialista gobernó la Casa Consistorial en minoría durante el primer bienio de la Segunda República. En ese ciclo, la iglesia católica no vivió sus mejores momentos. La proscripción del rito católico por la corporación municipal en la sepultura del difunto en el cementerio municipal contrariando la Carta Magna (29 de enero de 1932), la clausura del Círculo Tradicionalista católico presentado a los ojos de la sociedad como un centro que conspiraba contra el derrocamiento de la República (agosto de 1932), y la restricción horaria del uso de las campanas a las iglesias parroquiales de Santa María y de San Juan Bautista de la Concepción, y a los centros de enseñanza religiosa de la Escuela Dominical y colegio de monjas josefinas trinitarias (7 de noviembre de 1932), puede considerarse como el principio de una cadena de actos persecutorios por la izquierda anticlerical contra la iglesia y las asociaciones católicas, que tuvo su cenit durante los meses que gobernó el Frente Popular.

La beligerancia anticlerical de la izquierda republicana remontó el vuelo, con mayor virulencia, tras la toma de posesión del ayuntamiento por el Frente Popular, manifestada en la clausura de la Escuela Dominical y de las asociaciones Juventud masculina y femenina de Acción Católica (23 de marzo de 1936), la quema del altar mayor de la iglesia parroquial de Santa María por nueve republicanos (en la transición del domingo 29 al lunes 30 de marzo), la prohibición de las procesiones de Semana Santa (4 de abril) y el cierre del colegio de párvulos de las monjas josefinas trinitarias por un colegio laico, que no entró en vigor por el golpe militar fascista.

De este capítulo trataremos en otra ocasión.


[1] Archivo Municipal de Hervás [=AMH], Caja Libro [=C. L.] 36 «Actas municipales 1930» fols. 29v–32v; legajo [=leg.] 1, carpeta [=carp.] 3, y leg. 47, carp. 1.

[2] AYALA VICENTE, Fernando, Las elecciones en la provincia de Cáceres durante la II República (1931–1936), Badajoz 2001, p. 72, anota: 3 centristas, 4 de la derecha republicana y 5 socialistas, y en p. 289: 3 conservadores, 4 de la DLR y 5 socialistas.

[3] Los datos en AMH, C. L. 36 «Actas municipales 1931» fols. 15–20. Un extracto en mi artículo «Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931», Ferias y Fiestas de Hervás núm. 66, Salamanca 2012, pp. 41–49.

[4] AMH, C. L. 36 «Actas municipales 1931» fols. 16–20.

[5] AMH, C. L. 104 «Diario de intervención de pagos 1929–1931» fol. 59v.

[6] AMH, leg. 618, carp. 4. Los tres estuvieron implicados en el incendio del altar mayor de la iglesia de Santa María de Aguas Vivas, que tuvo lugar el último domingo de marzo de 1936.

[7] Las elecciones en la provincia de Cáceres pp. 107 y 142. No he podido contrastar los datos.

[8] Archivo Histórico Provincial de Cáceres [=AHPCC], Gobierno Civil, caja 2806, expte. 5.

[9] AHPCC, Gobierno Civil, caja 2806, expte. 5.

[10] AMH, leg. 629, carp. 5, y leg. 48, carp. 1, 31 marzo 1931; y AHPCC, Gobierno Civil, caja 2806, expte. 5.

[11] AMH, leg. 47, carp. 2.

[12] AMH, leg. 38, carp. 9, 30 agosto 1902, y 1 mayo 1903; leg. 41, carp. 3, 20 y 28 junio 1916; y leg. 46, carp. 3, 7 diciembre 1929.

[13] AMH, leg. 47, carps. 2 y 7.

[14] AMH, C. L. 104 «Diario de intervención de pagos 1931», fols. 26v y 155v; y leg. 47, carp. 1, 28 mayo 1930. El párroco don José Rodríguez Trinidad y los coadjutores don Benito Herrero y don Ángel Martín Peña fundaron una escuela nocturna católica, el 28 de mayo de 1930.

[15] GINARTE GONZÁLEZ, Ventura, Hervás: su historia, su tierra, su gente, Madrid 1991, pp. 38–39.

[16] AMH, C. L. 36 «Actas municipales 1931» fols. 31–32.

[17] AMH, C. L. 37 «Actas municipales 1939» fol. 12v.

[18] La maestra doña Aurelia Rodríguez agradeció al ayuntamiento nacional la reposición de los crucifijos el 25 de mayo de 1938, en AMH, leg. 52, carp. 4; véase mi versión literaria: «Mujeres de posguerra», Clarín Revista de Nueva Literatura, año XVII núm. 98, 2012, pp. 50–56.

[19] AMH, C. L. 36 «Actas municipales 1932» fols. 138–139 y 163.

[20] AMH, leg. 629, carp. 5.

[21] AMH, C. L. 36 «Actas municipales 1932» fols. 127, 139, 142 y 147.

[22] AHPCC, Gobierno Civil, caja 4030 «Hervás 1932»; AMH, C. L. 36 «Actas municipales 1932» fols. 148, 163 y 180; y C. L. 105 «Diario de Intervención de pagos 1932» fol. 2v.

[23] AHPCC, Gobierno Civil, caja 4030 «Hervás 1932»; y AMH, leg. 48, carp. 2.

[24] AMH, leg. 48, carp. 4.

[25] AMH, C. L. 36 «Actas municipales 1932» fol. 12v.

[26] AMH, C. L. 36 «Actas municipales 1932» fols. 168 y 170–171.

[27] AMH, leg. 92, carp. 8.

[28] AHPCC, Gobierno Civil, caja 2806, expte. 5.

[29] AMH, leg. 84, carp. 4.

[30] Los datos en AHPCC, Gobierno Civil, caja 4030 «Hervás 1932».

[31] No era natural ni vecino de Hervás, en AMH, leg. 50, carp. 1. Alfredo Mayoral era capitán de caballería destacado en Hervás en julio 1938.

[32] AMH, leg. 49, carp. 2.

[33] AHPCC, Gobierno Civil, caja 4030 «Hervás 1932».

[34] AHPCC, Gobierno Civil, caja 2806, expte. 5, y caja 4030 «Hervás 1932».

[35] Solicitaron mobiliario para el juzgado municipal, canalones para la recogida de aguas, inspección sanitaria de las escuelas y otros asuntos relacionados con la salud e higiene; en AMH, C. L. 36 «Actas municipales 1932» fols. 23v–24.

[36] AMH, leg. 48, carp. 1.

[37] AMH, C. L. 36 «Actas municipales 1932» fols. 33 y 35–35v.

[38] AMH, leg. 48, carp. 2.

[39] Los datos en AMH, leg. 48, carp. 3; y AHPCC, Gobierno Civil, caja 2806, expte. 5.

[40] AMH, C. L. 36 «Actas municipales 1933» fols. 1v–2.

[41] AMH, leg. 48, carp. 3.

[42] AHPCC, Gobierno Civil caja 4030 «Hervás 1934»; y AMH, C. L. 36 «Actas municipales 1934» fol. 26.

Sep 092013
 

EL EJEMPLO DE NAVALMORAL DE LA MATA

Domingo Quijada González.

A lo largo y ancho de esta ponencia vamos a ir viendo progresivamente cómo, tanto a nivel nacional como local, el tránsito del Antiguo Régimen al sistema liberal se gesta y evoluciona a partir de las trascendentales Cortes de Cádiz, de cuya Constitución hemos cumplido ya dos siglos. Con sus avances y retrocesos, conflictos y repercusiones lógicas.

… debido a lo extenso de este artículo, se ha procedido a convertirlo en archivo para descargarIcono pdf

Sep 052013
 

José Luis Barrio Moya

El estudio y análisis de las bibliotecas que acumularon las diferentes clases sociales españolas de los siglos pasados están conociendo en la actualidad un singular interés por parte de historiadores e investigadores, que ven en ellas el método más eficaz para explicar la atmósfera intelectual y la cultura libresca de sus poseedores.

Durante el Antiguo Régimen fue el siglo XVIII la época dorada de las bibliotecas privadas hispanas, puesto que la política de la Ilustración imponía como norma determinante para el progreso del país, todo lo relacionado con el conocimiento a base de libros, cultura y difusión de la misma, que debía llegar, con mayor o menor fuerza según los dictámenes de los poderes fácticos del momento, a todas las clases sociales. 1

Son numerosas las bibliotecas privadas dieciochescas españolas publicadas en los últimos años, pertenecientes a todos los diferentes grupos sociales que podían permitirse, por su situación económica y necesidades de su profesión, la adquisición de libros, tales como arquitectos, escultores, pintores, clérigos ilustrados, médicos, aristócratas, altos funcionarios, miembros de la incipiente burguesía mercantil y comercial e incluso las de simples aficionados a la lectura . A todas ellas queremos añadir la del caballero emeritense. don Pedro Gordillo y Zambrano, quien desde su Mérida natal alcanzó en Madrid, al servicio de Fernando VI, importantes cargos palatinos y finalmente el ansiado título nobiliario, ya con Carlos III.

Don Pedro Godillo y Zambrano, que a veces anteponía el segundo apellido al primero, nació en la ciudad de Mérida, siendo hijo de don Andrés Gordillo y Zambrano y doña Ana Sánchez Ortiz , ambos naturales de Zarza de Alange.2

Ignoramos una gran parte de la existencia vital del caballero extremeño, salvo que en fecha desconocida, y seguramente siendo muy joven se trasladó a Madrid donde logró entrar al servicio de Fernando VI, monarca que le apreció en grado sumo y colmó de cargos y honores. De esta manera el 21 de marzo de 1749 el marqués de la Ensenada comunicaba al duque de Solferino que hallandose el Rey satisfecho de la exactitud con que el yntendente de sus exercitos Don Pedro Gordillo ha desempeñado los encargos que han estado a su cuidado y atento a su inteligencia y celo, se ha dignado Su Magd. nombrarle para que exerza la comision, desde primero de abril proximo, el empleo de contralor grefier general que se establece en las ultimas plantas, dandole facultad para que de las oficinas que Su Magd. tiene en sus Reales Casas y en la Corte le proponga aquellos sugetos que considere mas adequados a fin de que le asistan en calidad de oficiales y tambien por comision con los sueldos que tuvieren en sus destinos hasta que se estableciendo la practica de las referidas plantas en los terminos que mas convenga puedan volver a servir sus empleos en inteligencia de que Su Magd. conserva al contralor y grefieres de ambas casas al veedor de la Camara, sus oficiales y los del oficio de contralor de la Casa del Rey, los sueldos que gozan y manda que esten a la orden del referido Don Pedro Gordillo para emplearse en lo que les encargue conducente al Real servicio y atien- dan sin intermisión en la liquidación de las cuentas que estuvieren pendientes, dandole con particularidad toda las noticias que les pida. Lo que participo a a Vª.Eª. para que lo comunique al contralor y grefier actuales de la Casa de la reyna- Dios guarde a V. E. muchos años 3

El 8 de abril de 1749 el marqués de la Ensenada enviaba una nota al marqués de Villafranca en la que le notificaba como Fernando VI había resuelto que Vuestra Excelencia tome el juramento correspondiente a Don Pedro Gordillo para servir por comision el encargo del contralor grefier que Su Magd. le ha conferido y de su real orden le participo a Vª. Eª para su cumplimiento. Dios guarde a Vª.Eª. muchos años. 4

El 29 de mayo de 1755 don Pedro Gordillo y Zambrano remitía una nota a Fernando VI en la que hacia presente que desde el año de 1749 tiene el honor de servir por comision el empleo de contralor siguiendo las jornadas por cuio motivo y no tener mas goze que el sueldo de su principal empleo, se le han ocasionado mayores gastos para mantenerse, suplica a Vª. Magd. se digne atender- le como mas sea de su Real Agrado, gracia que espera de la Real piedad de Vª. Magd. 5

Fernando VI acordó, el 29 de mayo de 1755, conceder a su funcionario 200 doblones de pensión, dando la orden correspondiente al tesorero general.

El día 8 de octubre de 1756 don Pedro Gordillo y Zambrano contrajo matrimonio con la dama madrileña doña Paula Petronila González Fernández de las Cuevas, hija del caballero toledano don Pedro Manuel González y doña María Magdalena Fernández de las Cuevas. Con ocasión de aquel enlace el caballero emeritense hacia la relación del capital de bienes que aportaba a la unión. 6

El inventario y tasación se hizo ante don Juan Gayón, alcalde de Casa y Corte y teniente de corregidor de la villa de Madrid, y don Pedro Rubio, curador de doña Paula Petronila, por ser esta menor de veinticinco años, contando asimismo con la presencia del propio don Pedro Gordillo y Zambrano. Todos los bienes del caballero extremeño se encontraban en sus casas madrileñas, ubicadas en la plazuela del Cordón. En aquel otorgamiento ambos cónyuges declaraban tanto sus lugares de nacimiento como el nombre de sus padres. Por lo que respecta a don Pedro Gordillo y Zambrano no olvida reseñar sus cargos y empleos, y de estas manera confiesa que es cavallero comendador en la orden de Alcantara, del Consejo de Su Magestad en el Supremo de Guerra, su secretario xeneral de Cassas Reales, Camara y Capilla, vecino de esta Corte, natural de la ciudad de Merida.

De esta manera el 9 de octubre de 1756 don Simón Martínez relojero de Camara del rey nuestro señor valoraba los siguientes relojes:

– un relox de horo de repeticion, 3000 rs.- hotro muestra de lo mismo, 1500 rs.- yt. otros dos de sobremesas, de una tercia de alto con bronzes dorados, quasi yguales, 3000 rs.

El 28 de octubre de 1756 José Raurell maestro sastre tasaba lo tocante a su oficio, donde se incluían vestidos, tellizas, cortinas, cubiertas de cama, sobre mesas, colchas, paños de damasco, sombreros, casullas, albas, bolsas de corporales, cíngulos, sabanillas, paños de cálices, almohadones, colchones, entre ellos siete para las camas de los criados, almohadas, una tienda de campaña, reposteros. casacas, chupas, calzones, sábanas, batas, justillos, medias de Inglaterra y Francia, etc. Las piezas más valiosas fueron:

–  una colgadura de cama de damasco carmesi con seis cortinas a la ytaliana que compone todo trescientas sesenta y seis baras, 9162 rs.- seis sobre puertas imitadas a tapiz pintadas sobre gusanillo con varios dibujos de frutas, flores y coronas imperiales, 900 rs.- un uniforme nuevo, consta de casaca azul de paño fino, calzones correspondientes, chupa y bueltas de casaca de grana, forrado en seda, todo bordado de oro, 6000 rs.

Al finalizar su trabajo José Raurell declara que es de edad de quarenta y dos años y vibir en la calle del Estudios. .

El 29 de octubre de 1756 Francisco van der Goten y hermanos maestros directores de la Real fabrica de tapizes en esta Corte declaraban haber visto y tasados los siguientes paños:

–  primeramente una tapizeria que representa en ocho paños la Historia de Marco Antonio y Cleopatra, fabrica de Amberes, las zenefas de corrida festones de frutas, en los medios por la parte de arriba una corona dorada y las borlas de los costados colunas con talla dorada, mide de corrida quarenta y cuatro anas por cinco y media de cayda, tienen en quadro duzientas quarenta y dos anas en quadro, 10890 rs.- igualmente una colgadura estampada en lienzo y dado los ultimos claros a cuerpo, representa figuras chinescas en fondo amarillo, se compone de seis paños que tienen de corrida veinte y cinco baras y tres y media de cayda, dos sobre puertas de vara y media, ambas quadradas y quatro zenefas de media vara y quatro dedos de ancho y todas quatro, veinte y cinco de largo, 1800 rs.-yd. tres cortinas de fabrica de Mezina, en el medio de cada una un hombre a caballo luchando con una fiera, tienen las tres siete baras de corrida y tres cada una de cayda en quadro, 462 rs.- ydem seis piezas de la misma calidad que las antecedentes, de Mezina y de ygual trato y seis zenefas de lo mismo, compañeras de la misma colgadura, los seis paños tienen de corrida diez y seis varas y media por tres y media de cayda en quadro, 1474 rs.- yd. una alfombra turca de segunda suerte con cabezas verdes, usada, tiene tres baras y tres quartas de largo y dos de ancho en auadro, 270 rs.- ydem dos tapetes de la fabrica de Alcaraz, usados ambos, de tres baras de largo y una y media de ancho, 80 rs.- ydem una alfombra de seis baras de largo y dos de ancho, fabricada en Oran, 270 rs.- ydem un tapete de la fabrica de Madrid al modo de las turcas, de dos baras y media de largo y una y media de ancho, 300 rs.

En la misma fecha arriba indicada Francisco Manuel de Mena librero del rey nuestro señor que dijo vibir en la calle de las Carretas, casas de Juan Flores y ser de hedad de quarenta y cinco años ponía precio a la muy interesante biblioteca  que el caballero extremeño aportaba a su matrimonio. Se componía aquella de manuscritos y libros impresos, lo que demostraba el interés por la lectura de don Pedro Gordillo y sus aficiones  bibliográficas.

Don Pedro Gordillo y Zambrano poseía en el momento de su boda un total de diez y siete manuscritos, la mayoría de ellos de temas históricos, que fueron tasados en muy altos precios. De esta manera se registraban obras tan clásicas de la historiografía hispana de los siglos XVI y XVII como la Historia de Enrique IV, de Diego Enríquez del Castillo, una Chronica de Don Alvaro de Luna, las Historias de Felipe III y Felipe IV, del malévolo Matías de Novoa, la Historia de los Reyes Católicos, de Fernán Pérez del Pulgar, una Historia de Chile, de Juan de Nájera, la Chronica de los reyes de Porugal, de Ruy de Pina, la Correspondencia, de Juan de Chumacero, la Chronica de Enrique III de Castilla , la del canciller Pedro López de Ayala, un Manual de historias de España, un Proceso contra los Almagros y dos tomos de Etiquetas de Corte 7

Por lo que respecta a los libros impresos se contabilizaban un total de 128 títulos y Francisco Manuel de Mena hizo una tasación muy precisa, puesto que en la mayoría de los casos, además del título de la obra y el nombre de sus autores, no olvidó consignar el tamaño de los tomos y el número de volúmenes de cada uno de ellos.

La temática de los libros impresos de don Pedro Gordillo y Zambrano respondía a las necesidades culturas de un ilustrado español, interesado por el saber, pero que no por ello se apartaba un ápice de la más pura ortodoxia católica. Poseyó algunas obras tan curiosas como las Aventuras de Telémaco, de Fenelón, la Vida de Carlos XII, rey de Suecia, de Voltaire o el Robinsón Crusoe, de Daniel Defoe, seguramente en la traducción francesa que se publicó en Amsterdan en 1721, obra que como muy bien destacó Francisco de Solano suponía para los lectores tener en su casa la voz del profeta que le sostenía en cada uno de los peldaños de su irresistible ascensión social y política. Porque la célebre obra de Defoe supone toda una declaración de principios de una burguesía ilustrada, deseosa de participar y sostenerse en la dirección política, hasta ese momento monopolizada por una  autocracia, cada vez más esclerotizada. 8

Pero junto a aquellas obras don Pedro Gordillo acumuló las producciones más destacadas de los autores españoles y del resto de Europa de los siglos XVI al XVIII, que sobresalían en campos tan diversos como la historia, geografía, biografía, botánica, novela, poesía, mística, derecho, arquitectura y medicina amén de varias gramáticas y diccionarios de italiano y francés. Poseyó las obras de Quevedo y Saavedra Fajardo, la Geografía universal, de Buffier, la Regola delle cinque ordini d, archittetura, de Vignola, la Plaza universal de todas las ciencias y artes, de Cristóbal Suárez de Figueroa, los Comentarios a la guerra de España, del marqués de San Felipe. el Quijote, de Cervantes, el Flos santorun, de fray Alonso de Villegas, la Vida de Tomás Moro, de Fernando de Herrera, la Corte Santa, de Nicolás Caussin, el Compendium medicinae practicae, de Lorenz Heister, la Historia de España, de Juan de Mariana, las obras de Feijoo y Sarmiento, el Orlando furioso, de Ludovico Ariosto, en la traducción castellana de Hernado de Alcocer, las Guerras civiles de Inglaterra, del italiano Majolino Bissacioni, el Arte de medir tierras, de Andrés de Ávila, el Curso chymico, de Nicolás Lemery, las Memorias de la regencia del duque de Orleáns, de Chevalier Piossen, la Historia general de aves y animales, de Aristóteles traducida del latín por Diego de Funes, las obras de Zabaleta y Eugenio Gerardo Lobo, el Maná del alma, de Paolo Segneri, la Historia general de la India Oriental, de fray Antonio de San Román, el Testamento político, del cardenal Richelieu, la Historia del derecho real en España, de Antonio Fernández Prieto, la Práctica de rentas reales, de Juan de la Ripia, la Historia de la conquista de México, de Antonio de Solís y Rivadeneira, las Lettres choisiess, de Jean Louis Guez de Balzac, las Meditaciones de Cuaresma, de fray Luis de la Puente, etc.

LIBROS:

– Castillo Historia de Enrique 4º folio, pasta, M.S, 90 rs.

– Carvajal Vida de Carlos 5º, folio en pasta, M.S., 90 rs..

– Chronica de Don Alvaro de Luna, folio, M.S,, pasta, 90 rs..

– Historia Pontifical folio, 6 tomos en pasta ( fray Gonzalo de ILLESCAS. – Historia pontifical y católica, Dueñas 1565), 300 rs.

– Fabro Historia de Don Juan de Austria, folio, pasta (Francisco FABRO BREMUDAN.- Historia de los hechos del serenísimo señor Don Iuan de Austria en el principado de Cataluña, Zaragoza 1673). 30 rs

España triunfante i la iglesia laureada, folio, pasta (Antonio de SANTA MARÍA.- España triunfante y la Iglesia laureada, Madrid 1682), 75 rs.

–   Zuñiga Annales de Sevilla, folio, pasta (Diego ORTIZ DE ZÚÑIGA.- Anales eclesiásticos y seculares de la ciudad de Sevilla,,Madrid 1677),50 rs .

. Patrimonio serafico, folio, pasta ( Francisco de Jesús María de SAN JUAN DEL PUERTO.- Patrimonio seraphico de Tierra Santa fundado por Christo, Madrid 1724), 40 rs.

–  Najera Historia de Chile, folio, M.S., 75 rs. 9

–    Colmenares Historia de Segovia, folio, pasta (Diego de COLMENARES.- Historia de la insigne ciudad de Segovia y compendio de las Historias de Castilla, Segovia 1637), 30 rs.

–  Palencia Historia de Enrique  4º, folio, pasta, 90 rs.

–   Pisa Historia de Toledo, folio, pasta (Francisco de PISA.- Descripción de la imperial ciudad de Toledo e historia de sus antigüedades y grandezas y cosas memorables que en ella han acontecido, Toledo 1605), 120 rs.

–  Historias Sagradas, folio, M.S, pasta, 120 rs..

–    Caro Historia de las ordenes militares, folio, pasta (Francisco CARO DE TORRES.- Historia de las Ordenes Militares de Santiago, Calatrava y Alcántara desde su fundación hasta el rey Don Felipe Segundo administrador perpetuo dellas, Madrid 1629), 40 rs…

–  Pulgar Historia de los Reyes Catolicos, M.S, folio, pasta, 75 rs.

–    Castillo Historia de Nueba España, folio, pasta (Bernal DÍAZ DEL CASTILLO.- Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Madrid 1632),36 rs..

–    Marquez el governador cristiano, folio, pasta (fray Juan MÁRQUEZ.- El governador christiano deducido de las vidas de Moyses y Iosué, Salamanca 1612), 30 rs..

–  Historia del rey Don Phelipe 3º, folio, dos tomos, pasta, M.S, 180 rs..

–  Chronica de los Reyes de Portugal, folio, pasta, M.S., 90 rs. 10

–   Cesares de Mexía, folio, pasta (Pedro MEJÍA.-.- Historia Imperial y Cesárea, Sevilla 1545), 75 rs,..

–    Peregrinaciones de Fernan Mendez Pinto, folio, pasta (Fernán MÉNDEZ PINTO.- Historia oriental de las peregrinaciones de Fernán Méndez Pinto, Lisboa 1614), 50 rs. .

– Correspondencia de don Juan de Chumacero, 4 tomos, M,S, 240 rs..

– Historia del rey don Phelipe 4º, 4 tomos, folio, M.S., 240 rs.

– Historia de Ceuta, folio, M.S, 60 rs. 11

– Manual de Historias de España, folio, M.S, 60 rs.

– Ayala Chronica de Enrique 3º, folio, M.S, 75 rs. 12

–  Proceso contra los Almagros, folio, M.S. 50 rs.

–  Etiquetas de Palacio, folio, M.S., 60 rs.

–    Horacio comentado por Biedma, folio (Guillén BIEDMA.- Horacio comentado, Granada 1599), 45 rs.

Salas Compendio Geographico, 4º (Pomponio MELA– Compendio geográfico i histórico de el orbe antiguo i descripción de el sitio de la tierra traducido por Jusepe Antonio GONZÁLEZ DE SALAS, Madrid 1644), 10 rs.

–  Sumario de cosas varias, 4º, M.S, 24 rs..

–   Grajal Manejo Real , 4º (Manuel ÁLVAREZ OSORIO Y VEGA, conde de GRAJAL- Manejo Real, Madrid 1733), 15 rs.

–  Memorias de Treboux, 8º, 16 rs.

–  Diplomata et epistolas, folio, 75 rs.

–  Planos de Paris en frances y laminas, 180 rs.

–    Deleite de la discrecion en 4º (Bernardino FERNÁNDEZ DE VELASCO, duque de FRÍAS.- Deleyte de la discreción y fácil escuela de la agudeza, Madrid 1743), 9 rs.

–   Saavedra empresas políticas, 4º(Diego SAAVEDRA FAJARDO.- Idea de un príncipe cristiano representada en cien  empresas, Munich 1640) 10 rs..

–    Posadas vida del padre Crtistobal de Santa Catalina, 4º (Francisco de POSADAS.- Vida y virtudes el V.P, Cristóbal de Santa Catalina, Córdoba 1691), 9 rs.

Guebara Marco Aurelio, º (fray Antonio de GUEVARA.- Áureo libro del emperador Marco Aurelio, Sevilla 1528), 15 rs..

–  Alcozer Orlando furioso, 4º. (Ludovico ARIOSTO.- Orlando furioso traducido del toscano al castellano por Hernando ALCOCER, Toledo 1550), 15 rs.

–  Cubero Peregrinaciones del mundo, en 4º (Pedro CUBERO Y SEBASTIÁN.- Breve relación de las peregrinaciones que ha hecho de la mayor parte del mundo desde España hasta las Indias Orientales, Madrid 1680), 12 rs.

–  Flor de cavalleria, 4º, M.S., 20 rs.

–  Vida de San Pio V en ytaliano, 8º (Antonio de FUENMAYOR.– Vida i hechos de San Pio V, pontífice romano, Madrid 1595), 8 rs.

–  Fenick formulario de medicina, 8º, 18 rs.

–    Historia de Carlos 12, 8º, dos tomos (Francois Marie AROUET DE VOLTAIRE.– Historia de Carlos XII, rey de Suecia traducida del francés por Leonardo de URÍA Y ORUETA, Madrid 1734), 15 rs.

–   Historia del principe Eugenio, 8º (Eleazar de MAUVILLON.- Historia del príncipe Eugenio Francisco de Saboya, Madrid 1738), 5 rs.

Mil y un quarto de ora, 8º, 2 tomos (Thomas Simón GUEULLETTE.- Los mil y un quartos de hora. Cuentos tártaros, París 1723), 8 rs..

–   Milleran Cartas familiares, 8º (René MILLERAN.- Lettres familiers, Amsterdan 1733), 6 rs.

–    Garma Unibersal teatro, 8º, 4 tomos (Francisco Javier GARMA Y SALCEDO.- Theatro universal de España, Madrid 1738), 40 rs.

–   Vida del duque de Riperda, 8º, 2 tomos (Pierre MASSUET.- La vie du duc de Ripperda traducida del francés por Salvador José MAÑER, Madrid 1740), 15 rs.

–   Duchesne Compendio de la Historia de España, 8º, 2 tomos (Jean Baptiste PHILOPPTEAU DUCHESNE.- Abregé de l, histoire du  Espagne,  París 1746), 15 rs.13

–  Bobio exemplos y milagros de la Virgen, 8º, 6 rs.

–  Obras de Antonio Perez, 8ºº (Antonio PÉREZ.- Obras, París 1630), 30 rs.

–  Listas de las postas de Francia, 8º, 8 rs.

–  Historia de plantas, 8º, 2 tomos, 24 rs.

–  Ydea de la geografia, 8º, 12 rs..

–  dos Misales, 240 rs.

–   Rollin educacion de un joven (Charles ROLLIN.- Educación de la juventud, obligaciones de padres y discípulos traducida del francés por Leandro de TOVAR, Madrid 1747), 7 rs.

–  Politica del marques de San Gil, 8º, 2 tomos (Juan Carlos BAZÁN FAJARDO, marqués de SAN GIL.- Obras políticas, históricas y morales, Madrid 1753) , 15 rs.

–   Sobrino Gramatica francesa, 8º (Francisco SOBRINO.- Grammaire espagnole et francaise, Bruselas 1732), 10 rs.

. Aventutras de Telemaco (Francois de la MOTHE FENELON.- Aventuras de Telémaco, hijo de Ulises, París 1699. Primera traducción castellana, anónima, París 1733), 8 rs.

–   Bargas Novelas morales (Diego de ÁGREDA Y VARGAS.- Novelas morales, útiles por sus documentos, Madrid 1620), 6 rs.

–    Historia del conde Tokeli, (ANÓNIMO.- La famosa historia del conde Emerico Tekel traducida del francés por José RODRÍGUEZ, Madrid 1738), 2 rs.

–   Arte de medir tierras, 8ºº (Andrés de ÁVILA Y HEREDIA.- Arte de medir tierras, Valencia 1674), 2 rs.

–  el Secretario de Corte, 8º, 4 rs.

– Murillo geografia, 4º, diez tomos (Andrés José MURILLO Y VELARDE.- Geografía histórica donde se describen los reynos, provincias , ciudades, fortalezas, mares, montes, ensenadas, cabos, rios y puertos con la mayor individualidad y exactitud, Madrid 1752), 100 rs.

–  Pacheco Suma  moral, 4º, dos tomos (fray Bernardo PACHECO.- Suma moral, Pamplona 1714), 18 rs.

–  Albornoz Guerras de Ynglaterra, 8º (Maiolino BISSACCIONI.- Guerras civiles de Inglaterra, trágica muerte de su rey Carlos traducción del toscano en castellano por Diego Felipe ALBORNOZ, Madrid 1658), 18 rs.

–   Patricio Martes Franzes , 4º (Alejandro PATRIZIO.- Marte francés o de la justicia de las armas, Madrid 1637), 15 rs.

– Lozano David perseguido y demas obras, ,nueve tomos (Cristóbal LOZANO.- David perseguido y alivio de lastimados, Madrid 1652), 108 rs.

–  Vera el Rey Don Pedro defendido, 4º (Juan Antonio VERA Y FIGUEROA.- El rey Don Pedro defendido, Madrid 1647), 15 rs..

–   Lemeri Curso chimico, 4º (Nicolás LEMERY.- Curso chymico en el qual se enseña el modo de hacer las operaciones mas usuales de la medicina traducido del francés por Félix Palacio, Madrid 1703.Primera edición francesa, París 1675), 12 rs.

– Sucesos memorables , 8º, tres tomos (Nicolás FONTAINE.– Historia de los sucesos memorables del mundo, Madrid 1731), 24 rs.

–  Viages de Ciro, 8º, dos tomos (André Michel RAMSAY.- Les voyages de Cyrus avec un discours sur la mythologie et una lettre de Fréret sur la chrono- logie de cette ouvrage, París 1727), 15 rs.

–  Puente Meditaciones de Quaresma, 8º, tres tomos (fray Luis de  la PUENTE.- Meditaciones de Quaresma, Valladolid  1605), 24 rs.

–   yd. Avisos, 8º (fray Luis de la PUENTE.- Sentimientos y avisos espirituales, Sevilla 1671), 8 rs.

–  Valledieu obras morales, 8º, 4 rs.

–   Balzac Cartas, 8º ( Jean Louis GUEZ DE BALZAC .- Lettres choisies, París 1674), 4 rs.

–  Oras nuebas, 6 rs.

–   Ramilletes de flores, 8º (tal vez fray Pedro de la VISITACIÓN.- Ramillete de flores de todos los psalmos , Palma de Mallorca 1589), 8 rs.

–  Mariana Historia de España 8º, diez y seis tomos (Juan de MARIANA.- Histo- ria general de España, Toledo 1601), 150 rs..

–  el Cocinero Real 8º, dos tomos, 15 rs.

–   Dichos y echos de Phelipe 2º, 8º (Baltasar PORREÑO.- Dichos y echos del señor rey Don Phelipe Segundo el Prudente, monarca de España y de las Yndias, Madrid 1639), 6 rs.

–    Fuente Sucesion Real de España. 8º, tres tomos (José ÁLVAREZ DE LA FUENTE.- Sucesión real de España. Vida y hechos de sus esclarecidos reyes de León y Castilla desde Don Pelayo hasta Phelipe Quinto, Madrid 1735), 30 rs

– Heister Medicina practica, 8º, dos tomos (Lorenz HEISTER.- Compendium medicinae practicae, Amsterdan 1745), 20 rs.

–   Thesauro Reyes de Ytalia, 8º (Emmanuel TESAURO.- Epítome del reyno de Italia baxo el yugo de los bárbaros por Juan Baustita de AGUILAR Madrid 1701), 6 rs.

–  Traslacion de un brazo de San Gualberto, 8º, 3 rs.

– Historia de Alberoni , 8 º (Jean ROUSSET DE MISSY.- Historie du cardinal Alberoni, La Haya 1719), 6 rs.

–   Obras de Falconi (fray Juan FALCONI.- Obras espirituales, Zaragoza 1631), 5 rs.

–  Gramatica española i ytaliana, , 5 rs.

–  el Viaje en practica, 8º, 5 rs.

–  el Guerono, 8º, 6 rs.

–   Vida de Thomas Moro, 8º (Fernando de HERRERA.- Vida de Tomás Moro, Sevilla 1592), 4 rs..

–    la Edad del hombre (seguramente Charles Francois LE MAITRE DE CLAVILLE.- Tratado del verdadero mérito del hombre considerado en cada edad y en cada condición traducido por Francisco de ELVIRA, Madrid 1741), 4 rs.

–  Etiquetas de la Casa del rey, folio, M.S., 75 rs.

–  Solis Historia de Mejico , folio, pasta (Antonio de SOLÍS Y RIVADENEIRA.- Historia de la conquista de México, población y progresos de la América septentrional conocida por el nombre de Nueva España, Madrid 1684), 30 rs.

–   Causino la Corte Santa, folio, pasta, cuatro tomos (Nicolás CAUSSIN.- La Court Sainté, París 1647, Primera traducción castellana por Francisco CRUZADO Y ARAGÓN, Madrid 1664), 120 rs.

–   Memorial de Zavala folio (Miguel ZABALA Y AUÑÓN.- Representación al rey nuestro señor Felipe V dirigida al mayor aumento del real erario, Madrid 1732), 15 rs.

–   Fueros y leyes de Navarra, folio (Antonio CHAVIER.- Fueros del reyno de Navarra y recopilación de las leyes promulgadas, Pamplona 1686), 20 rs.

–  Ordenanzas del Consejo de Yndias, 15 rs.

–  Diccionario de la lengua castellana, tomo 2º, folio, 45 rs.

–   Definiciones de Alcantara, folio (Juan Bautista MORALES.- Definiciones y establecimientos de la Orden y Caballería de Alcántara, Madrid  1609), 24 rs.

–  Flos santorum de Villegas , tomo segundo, folio (fray Alonso de VILLEGAS.- Flos santorum, tomo segundo, Toledo 1583), 24 rs.

–  Ordenanzas de marina, 4º, dos tomos, 75 rs.

–   Diccionario de Sobrino 4º, dos tomos (Francisco SOBRINO.- Diccionario nuevo de las lenguas española y francesa, Bruselas 1705), 75 rs.

–   Practica de Rentas Reales, folio (Juan de la RIPIA.- Práctica de la administración y cobranza de las rentas reales y visita de ministros que se ocupan de ellas, Madrid 1676), 12 rs.

–   Fueros de Guipuzcoa, folio (ANÓNIMO.- Fueros de Guipúzcoa. Nueva Recopilación de los Fueros, Privilegios, buenos usos y costumbres, leyes y ordenanzas de la Muy Noble y Muy Leal provincia de Guipúzcoa , Tolosa 1696),. 20 rs.

–   Muratori Gobierno de la peste, 4º (Ludovico MURATORI.- Del governo della peste, Módena 1714), 8 rs.

–  Vida de Don Quijote, 4º, tres tomos (Miguel de CERVANTES SAAVEDRA.- El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, Madrid 1605, Madrid 1625), 30 rs.

–  Vida de Santa Maria de la Caveza, 4º, pasta (Gaspar de los REYES MESSÍA.- Compendio de los procesos  originales y informaciones de la vida y milagros de la sierva de Dios María de la Cabeza, Madrid 1692), 15 rs.

–  Funes Historia de Animales, 4º (ARISTÓTELES..- Historia general de aves y animales traducida del latín por Diego de FUNES Y MENDOZA, Valencia 1621), 20 rs.

. Rivadeneira el Pasatiempo 4º, tres tomos (Joaquín RIBADENEYRA Y BARRIENTOS.- El pasatiempo para uso del excelentísimo señor Don Manuel Bernardino de Carvajal, duque de Abrantes, Madrid 1752-1753), 75 rs.

. un Oficio de Nuestra Señora, 8º, 45 rs.

Propinomio evangelico 4º. pasta (Donato CALVI.- Propinomio evangélico o evangélicas resoluciones traducido por José GHEVRI DE LA FUENTE , Sevilla 1733), 15 rs.

–   Chronicon 4º, pasta (Christián van ANDRICHEN “ADRICOMIO”.- Chronicón traducido del latín por Lorenzo MARTÍNEZ DE MARCILLA, Zaragoza 1631), 12 rs.

–  Miralles Escuela de Daniel 4º, pasta (Ginés MIRALLES MARÍN.- Escuela de Daniel,. Discursos políticos y morales a su profecía, Madrid 1718), 12 rs.

–    Estrada Poblacion de España, 4º, tres tomos en pasta (Juan Antonio ESTRADA.- Población general de España. Historia cronológica, sus tropheos, blasones y conquistas heroycas, Madrid 1743), 45 rs.

–   Cosio historia para todos , 4º, tres tomos (Pedro COSIO Y CELIS.- Historia de la mui valerosa provincia xamas vencida Cantabria en el tomo 4º del Historial para todos, espiritual y predicable, Madrid 1688), 60 rs.

–  Obras de Quevedo, 4º, seis tomos en pasta, 75 rs.

–   Luna Perdida de España , 4º (Miguel de LUNA.- La verdadera hystoria del rey Don Rodrigo en la cual se trata la causa principal de la perdida de España y la conquista que della hizo Miramamolin, Granada 1592), 8 rs.

–    Comentarios de la guerra de España, 4º, dos tomos, pasta (Vicente BACALLAR Y SANNA, marqués de SAN FELIPE.- Comentarios de la guerra de España e historia de su rey Phelipe V el Animoso, Génova 1725), 45 rs.

–  Obras de Feijoo con Sarmiento, 4º, diez y siete tomos  en pasta, 240 rs.

–  Origen de los gobiernos, 4º en pasta, 15 rs.

–  Plinio de Animales, 4º pasta, 18 rs.

–   Plaza universal de ciencias 4º (Cristóbal SUÁREZ DE FIGUEROA.- Plaza universal de todas las ciencias y artes, Madrid 1733), 20 rs.

–   Historia del derecho real, 4º (Antonio FERNÁNDEZ PRIETO.- Historia del Derecho real de España, Madrid 1738), 15 rs.

–   Historia de la Yndia Oriental, 4º (fray Antonio de SAN ROMÁN.- Historia general de la Yndia Oriental, Valladolid 1603), 18 rs.

–  Historia de Venecia, 4º, 8 rs.

–  Diario Sonete, 4º, 6 rs.

–   Viñola de Arquitectura . 4º (Jacopo BAROZZI DE VIGNOLA.- Regola delli cinque ordini d, archittetura, Roma 1562), 10 rs.

–  obras de Zavaleta, 4º (Juan de ZABALETA.- Obras en prosa, Madrid 1667), 8 rs.

–    obras  de  Gerardo  Lobo,  4º  (Eugenio  Gerardo  LOBO.-  Obras  poéticas, Pamplona 1724), 20 rs.

–    Testamento politico, 4º. pasta (Armand Jean DU PLESSIS, cardenal de RICHELIEU.- Testamento político traducido por Juan de ESPINOLA BAEZA, Madrid 1696), 20 rs.

–  Texada Leon prodigioso, 4º, dos tomos, pasta (Cosme GÓMEZ DE TEJADA DE LOS REYES .- León prodigioso, apología moral entretenida y provechosa a las buenas costumbres, trato virtuoso y político, Madrid 1636), 36 rs.

–  Errores de la secta mahometana. 4º (tal vez Manuel SANZ.- Tratado contra la secta mahometana, Sevilla 1693), 8 rs.

–   Lucio Ocios morales 4º (Félix Lucio ESPINOSA Y MALO.- Ocios morales, Mazzarino 1691), 6 rs.

–  Derechos de Yndias, 4º, duplicado, 12 rs.

–   Vida de Robinso, 8º, dos tomos (Daniel DEFOE.- La vida y aventuras de Robinsón Crusoe, Londres 1719), 12 rs.

–   Señeri Mana del alma pasta, trece tomos (Paolo SEGNERI.- Maná del alma traducido por Francisco de ROFRÄN, Madrid 1702), 90 rs.

–  Historia de Napoles, 8º, dos tomos (Pandolfo COLENUCCIO .- Compendio de las historias del reyno de Nápoles traducido por Nicolás ESPINOSA,  Valencia 1563), 20 rs.

–  Vida del duque de Orleáns, 8º, dos tomos, 15 rs.

–   Memorias de la regencia del duque de Orleáns, 8º, dos tomos (Chevalier de POISSENS.- Mémories de la régence du duc d, Orleáns, durant la minorité de Louis XIV, roi de France, La Haya 1729), 15 rs.

–  Bufier  Geografia, 8º  (Claude BUFFIER.- Geographie universele, París 1716), 12 rs.

–  Atalzaide obra alegorica, 8º, 10 rs.

–    Rivadeneyra Patronato Indiano folio, pasta (Antonio Joaquín RIVADENEYRA Y BARRIENTOS.- Manual compendio de el Regio Patronato Indiano, Madrid 1755), 70 rs.

Fue Francisco Manuel de Mena uno de los más importantes impresores del Madrid ilustrado así como un conocido librero. En ambos campos destacó con fuerza. En su casa se imprimieron  la Gaceta , el Mercurio y la Guía de forasteros. En 1781 la imprenta de Mena fue adquirida por el Estado en 226.750 reales, pasando a llamarse Imprenta Real. 14

El 29 de octubre de 1756 Santos Ramos del Manzano profesor de arquitectura y tallista en esta Corte, que es de quarenta y quatro años de edad y vibir en la calle de la Magdalena, casas de Memorias, valoraba lo correspondiente a su profesión de arquitecto y tallista. Dentro de ese apartado Santos Ramos del Manzano puso precio a muebles, dibujos, entre ellos uno del nuevo palacio real de Madrid, esculturas, tibores y otras piezas de China, copas de cristal, ets. Piezas curiosas y muy representativas de la época fueron tres pies de pelucas con sus dos cabezas y una piedra de limpiar vestidos.

– dos papeleras de un cuerpo con pies de caoba, sus remates tallados pintados sobre pino de charol, de raiz de olivo, con errajes correspondientes, 600 rs.- dos papeleras de dos cuerpos con pies de cabra echas porciones, imitadas a charol, de raiz de olivo, con varios cajones por dentro, errages curiosos, y dorados al fuego, 2200 rs.- dos estantes para libros trabajados en porciones como las antecedentes papeleras con un cuerpo bajo, redes de alambre y errages dorados a fuego, 1200 rs.- un oratorio portatil forrado por fuera en tafilete de la tierra, guarnecido de tachuela dorada y errajes dorados a fuego y por dentro forrado en damasco carmesi con adornos de talla dorados y una ymegen de la Dolorosa con adorno de talla, 1800 rs.- dos espejos tallados de medio vestir don dos lunas cada uno, las unas de a bara y las otras de tres quartas, 1600 rs.- dos mesas talladas y doradas con piedras de mármol de San Pablo, 2400 rs.- ocho cenefas a la ytaliana, doradas, 480 rs.- dos mesas ordinarias, talladas y doradas, los campos color de porcelana y piedras de marmol de San Pablo, 1200 rs.- dos bandejas de charol encarnado, de bara de largo, ordinarias, 150 rs.- dos sillas de paja dadas de verde, 16 rs.- una mesa de cedro, los pies tacados, imitados al mismo cedro, 150 rs.- un diseño del nuevo palacio con marco dorado y un cristal partido por medio, 300 rs.- cinco diseños de pluma de la real tienda de Sus Majestades que se hizo en Aranjuez el año de 1752 con marcos dorados y otros diseñitos con vidrios cristalinos, 900 rs.- quatro planes de batallas delineados a pluma con marcos dorados y vidrios cristalinos, el uno roto, 180 rs.- dos mamparas de chimenea de dos baras de alto por una de ancho de damasco carmesi, de talla dorada antigua, 200 rs.- dos urnas de peral, la una con un Santisimo Cristo, la Virgen, la Magdalena y San Juan, todo de marfil, y la otra con una ymagen de Nuestra Señora con el Niño en los brazos y algunos angelitos tambien de marfil, valen ambas 960 rs.- otro Santo Cristo de marfil en cruz de ebano, de una tercia de alto, 360 rs.- dos biombos de a seis ojas cada uno, 240 rs.- dos retratos de los Reyes nuestros señores de estuco con marcos de madera, dorados, en ovalo, 600 rs.- una ymagen de Nuestra Señora con el Niño en los brazos, tambien de estuco con marco dorado, de tres quartas de alto y media bara de ancho, 120 rs.- otro marco redondo como de bara de hueco con una medalla de estuco de la Visitacion de Santa Ysavel, 150 rs.- dos medallas de estuco de Jesus y Maria como de media bara, con marco de madera en blanco, 60 rs.- treze mapas de diferentes tamaños, quatro grandes y los nuebe chicos, 360 rs.- un atajadizo de lienzo con puerta, cerradura y llave que ba al quarto de las criadas, 200 rs.- una tabla con barros vajos de relieve de talla y un escudo de armas del Rey, de madera de aliso, 1200 rs.- un cofrecito de una bara escasa de largo por dos tercias de ancho todo claveteado de tachuela plateada, cantoneras, cerraduras y llave, cubierto de baqueta de Moscovia, 150 rs.- un grupo de yeso de Jesus y Maria y Joseph, como de media bara de alto, 90 rs.- otro grupo del mismo alto con dos Niños abrazados, 90 rs.- quatro bustos como de media bara de alto, de yeso con barniz, 100 rs.- una arca de bara y quarta de largo por media de ancho con dos cerraduras, esquadras y aldabones de yerro, de madera de pinabete y dentro divisiones para catorze frascos, 120’ rs.- seis tibores de China, de una tercia de alto, el uno roto, 300 rs.- dos mangas de China de la misma altura, 120 rs.- cinco jicaras blancas de China de la roca, 150 rs.- dos perros pardos de China, 80 rs.- quatro copas de China azul con paises blancos y encarnados, 80 rs.- una tetera de China rubia con flores encarnadas, 20 rs.- dos azucareros con tapas y platillos de China azul y blanca, 40 rs.- una copa de christal con su tapa, 10 rs.- tres pies de peluca con dos cabezas y una piedra de limpiar vestidos, 49 rs.- dos fuentes grandes de china, blancas con flores encarnadas y de oro, 150 rs.- diez platos medianos de la misma clase, 300 rs.- una guarnicion para chimenea de mármol de San Pablo, 900 rs.

Pero además de todos aquellos adornos de casa se registraban asimismo numerosas camas de armar, cofres, arcones, armarios, repisas para reloj, estantes para papeles, mesas de despacho, etc. Todo ello nos lleva a pensar que la casa del caballero emeritense en la madrileña plazuela del Cordón debía ser de proporciones gigantescas

El 30 de octubre de 1756 Alonso de la Braña maestro de calderero que dijo ser de treinta y ocho años de edad y vibir en la esquina de Puerta Cerrada tasaba los utensilios de cocina, variados y abundantes, tales como marmitas, cazuelas, ollas, espumaderas, chocolateros, candeleros, cuchillas, cucharas, romanas, trébedes, asadores, palas, braseros, barreños, cantimploras, parrillas. aceiteras, velones, palmatorias, etc. Todos ellos realizados en hoja de lata, cobre, hierro y azófar.

El mismo día 30 de octubre de 1756 Andrés de la Calleja pintor de Camara de Su Magestad y director de la Real Academia de San Fernando, que dijo ser de hedad de quarenta años y vibir inmediato a la parroquia de Santa Maria, casas del Colegio de Leganes, ponía precio a la colección artística de don Pedro Gordillo y Zambrano. Se componía aquella de pinturas, grabados, dibujos, dos medallas de bronce con temática mitológica y un marco dorado con un pedazo de velo de Nuestra Señora. Los asuntos de los cuadros eran los habituales. escenas religiosas y de género, paisajes, floreros y retratos, entre ellos los de Fernan- do VI, Bárbara de Braganza y el marqués de Esquilache. Por lo que respecta a los autores Andrés de la Calleja solamente menciona a Sebastián de Herrera Barnuevo al que adjudica un Cristo en la cruz con Nuestra Señora, San Juan y la Magdalena, y que valora en la cantidad de 1500 reales de vellón

–  primeramente una pintura de Nuestra Señora de Guadalupe, de media bara de cahida y una tercia de ancho, con marco dorado y cristal delante, 200 rs.- otra pintura de Nuestra Señora con el Niño, San Antonio y varios santos de devoción, de mas de tres quartas de alto y dos pies de ancho, con marco tallado y dorado, 960 rs.- dos retratos de los reyes nuestros eeñores Don Fernando 6º y Doña Maria Barbara de Portugal, de media cuerpo, de bara y media de cahida y bara y quarta de alto, con marcos dorados, 3000 rs.- un Cristo crucificado con Nuestra Señora, San Juan y la Magdalena orijinal de Don Sebastian de Herrera, de tres quartas de cahida y media bara de ancho con cristal, marco tallado y dorado, 1500 rs.- otra pintura de Nuestra Señora del Carmen con el Niño, San Joseph, San Pedro y Santa Barbara en lamina, con marco tallado y dorado, de media bara de largo y quarta y media de cahida, 400 rs.- otras dos de Cristo Ecce Homo y Nuestra Señora Dolorosa, de mas de quarta escasa de ancho, bordadas. con cristal y marco dorado, 600 rs.- dos estampas iguales, la una de San Isidro y la otra Santa Maria de la Caveza, de dos tercias de cahida y una tercia de ancho en medio punto, la del Santo con cristal delante, 120 rs.- otro marco dorado con su cristal, de una tercia de alto y una quarta de ancho, con un pedazo de velo de Nuestra Señora, 24 rs.- yna ymajen en ovalo de Nues- tra Señora de la Contemplacion, de un pie de alto con marco tallado y dorado y con cristal delante, 300 rs.- otra pintura de Nuestra Señora con el Niño, San Geronimo y Santa Maria Magdalena, de media bara de cahida y un pie de ancho, con marco dorado, 200 rs.- otra pintura de San Pedro sacándole el angel de la prision, de tres quartas de cahida y media bara de ancho, con marco dorado, 150 rs.- seis pinturas de Nuestra Señora con el Niño, San Joseph y otros santos de devoción pintados sobre vidrio, con marcos guarnecidos de cristal azogado, con medio pie de cahida y media quarta de alto, 120 rs..- una pintura de Nuestra Señora de Montserrat de miniatura, de media quarta en quadro con vidrio y marco, 60 rs.- un San Pedro apostol de miniatura, de una quarta de cahida y media pie de ancho, con vidrio y marco dorado, 60 rs.- otra pintura de la venerable Juana de Jesus Maria que contiene dos, por un lado la venerable de medio cuerpo agarrada a la cruz y por la otra parte crucificada, con dos vidrios y marco en blanco, de media quarta en quadro, 90 rs.- doze pinturas iguales de diferentes juguetes de hosterías, bailes y juegos, de bara y quarta en quadro, con marcos dorados, 3600 rs.- seis marinas iguales, de dos pies escasos de largo y una quarta de cahida con marcos dorados, 450 rs.- seis floreros iguales en sus jarrones, de un pie de alto y una quarta de ancho con marcos dorados, 360 rs.- seis paises diferentes pintados sobre vidrio ordinario, con marcos dorados de Alemania, 30 rs.- otros quatro paises iguales tamvien pintados sobre cristal entre fino, de un pie de ancho y una quarta de cahida, con marcos de peral y perfiles dorados, 120 rs.- un retrato de menos de medio cuerpo del señor marques de Squilaci, de bara escasa de cahida y dos tercias de ancho, con marco dorado, 300 rs.- una estampa iluminada de dos retratos de Sus Majestades, de media bara de cahida y tres quartas de largo con cristal entrefino y marco dorado, 150 rs.- dos retratos iluminados de hombre y muger, de media bara de cahida y mas de un pie de ancho, con marcos dorados y cristal delante, 120 rs.- otras seis tablitas de flores y bamboches chicos, charolados, de un pie de largo y media de cahida, con marco dorado, 60 rs.- otras ocho tablas en cada una su figura de soldado extranjero, de un pie de alto y una quarta de ancho, echos los vestidos de diferentes telas recortadas y las cavezas y manos pintadas, 320 rs.- ocho quadritos de papel recortado con diferentes lavores sobre puestas, los seis de tafetan encarnado y los dos sobre azul, de un pie de cahida y una quarta de ancho a corta distancia, con marcos dorados y cartelas, 160 rs.- seis vidrios pequeños azogados con diferentes lavores y en el medio unos ovalos pintados de iluminación con dos medias figuras, 120 rs.- una tablita de papel recortado por el que se transparentan diferentes tablas o telas que componen un pajaro sobre un ramo y una mariposa, con cristal y marco dorado, de quarta de largo y media de cahida, 24 rs.- doze quadritos con figuras de cera de diferentes asuntos caseros burlescos, de quarta de cahida y me- dia de ancho, con cristales y marcos dorados, 3600 rs.- dos medallas de bronze de dos fabulas. ochavadas, de media pie, con marcos dorados, 120 rs.- un dibujo de una portada con cristal y marco dorado, de un pie de largo y una quarta de cahida, 30 rs.- otros quatro dibujos pequeños de diferentes vistas de Palacio y Prado viejo, de una quarta de largo y quatro dedos de cahida, con marcos dorados, 32 rs.- una estampa de la Subcesion de los emperadores de Ynga, de tres quartas de largo y media bara de cahida con cristal entrefiuno y marco dorado, 75 rs.- quarenta y quatro tablitas de diferentes yervas pegadas en ellas con sus cristales y marcos dorados, de una terzia de ancho y lo mismo de cahida, 1100 rs.- una pintura que representa un pez mirado por partes, de dos baras y quarta de largo y bara y media de cahida, 60 rs.- una pintura de diferentes pajaros que componen una musica, de tres baras de largo y bara de cahida, con marco dorado, 500 rs.- seis floreros con sus jarrones con barias cosas al pie de frutas, perros, de bara y media de cahida y mas de bara de ancho, con marcos dorados, 600 rs.- seis paises iguales de bara y quarta de cahida y dos de largo, con sus marcos, 270 rs.- un quadro de dos filosofos de medio cuerpo, dandose las manos, que dizen ser Heraclito y Democrito, de bara de cahida y bara y media de largo, con marco negro, 30 rs

Andrés de la Calleja fue un interesante pintor de la España ilustrada, Nacido en la localidad riojana de Ezcaray en 1705, inició su aprendizaje en Santo Domingo de la Calzada junto a Martín Cuesta, un modesto artista local. Hacia 1728 Andrés de la Calleja ya se encontraba en Madrid, donde completó su formación con Jerónimo Ezquerra y Jacinto Meléndez, a la vez que se vio influido por los retratistas franceses llamados por Felipe V, Jean Ranc y Louis Michel van Loo. En 1734 Felipe V le nombró pintor de Cámara, cargo que le fue confirmado por Fernando VI. Fue Andrés de la Calleja director honorario de pintura de la Junta Preparatoria de la Real Academia de San Fernando, institución en la que alcanzó los más altos cargos.

Andrés de la Calleja realizó cartones para tapices y cultivó la pintura religiosa, aunque su especialidad fueron los retratos, todos ellos de una apreciable calidad. Faceta importante en la actividad del pintor riojano fue la de restaurar, junto con Juan García de Miranda, los cuadros de las colecciones reales dañados por el incendio del Alcázar de Madrid , acaecido el día de Navidad de 1734.

Andrés de la Calleja falleció en Madrid en 1785.15

El inventario de los bienes que el caballero emeritense aportaba a su matrimonio fue tan minucioso que incluso registró los generos de despensa, que fueron valorados el 30 de octubre de 1756 por Francisco Casares, quien declaró ser de cuarenta y ocho años de edad y vivir frente del convento de las Maravillas, en casas pertenecientes  a las monjas del mismo,

–   cinquenta y seis frasquitos y votellas de licores extranjeros, los quatro como castañas y los demas pequeños, 560 rs.- ciento y veinte y dos votellas incluso quatro frascos de diferentes vinos extranjeros, 2440 rs.- dos frascos con azeite de Francia y un poco de Valencia en una tinaja, 100 rs.- una arca con veinte y quatro frascos de media quartillo de medida mayor de diferentes lico- res, 288 rs.- cinquenta y quatro copitas y vasos pequeños de cristal, 108 rs.- doze frascos de mas de un quartillo de azeite de Provenza en cada uno, 108 rs.- quarenta y seis votellas de vino esquisito por mitad blanco y tinto, 828 rs.- treinta y quatro frascos y votellas bazios, 136 rs.- cinco tinajas vedriadas, 80 rs.- otros ocho frasquitos bazios, 8 rs.- una cafetera de metal y un braserillo de lo mismo para espiritu de vino, 40 rs.- quinze botezitos de conserva, 60 rs.- veinte y ocho libras de tocino en cinco votes, 926 rs.- dos frasqueras para camino cubiertas con cordoban negro, 120 rs.- nuebe tazas de charol negro con platillos para cafee y un tazon de lo mismo para azucar, 75 rs.- dos cajas de lata con tee, 60 rs.- un barril de manteca, otro de alcaparras y otro de alcaparrones, 80 rs.- una porcion de alfonsigos, 100 rs.- ocho libras  de cafee, 120 rs.- tres pipas y media de vino que tendran diez arrovas, 400 rs.- diez pipas bazias , 80 rs.- dos tenajas con azeite, 180 rs.- tres tenajas vacias, 18 rs.- quatro ojas de tocino salado, diferentes embuchados y morzillas y veinte y nuebe jamones, 1500 rs.- seis arrovas de garbanzos, 84 rs.- cinco quesos y diferentes barros de Portugal, 300 rs.- tres cajas de cordovan con vayeta verde por dentro para terrinas, 120 rs.- treinta y dos varillas de fierro para puertas y ventanas, de diferentes tamaños, 320 rs.- una bolsa de pellejo con forro de paño verde que sirve para los pies, otra piel para el pesebron del coche y dos manguitos, 150 rs.- una escribania de metal con platillo, tintero y salvadera, 30 rs.- quatrocientas y sesenta fanegas de cevada, 4600 rs.- en el lugar de la Alameda otras quatrocientas sesenta fanegas de cevada, 4400 rs.- una escopeta con cañon de Ripol y demas correspondiente y una llave separada del mismo autor, 900 rs.- un par de pistolas del mismo autor, 300 rs.- dos sables, 60 rs.- una mosquitera de seda con sobre puestos de plata para caballo, bridas de seda y plata y anteojeras de plata y otros menajes de bronze y demas correspondiente, 2000 rs.- un tiro de guarniciones, las de guias nuebas y las quatro restantes mui biejas, 500 rs.

El 9 de noviembre de 1756 Isidoro del Castillo mercader de lienzos que dijo ser de hedad de treuinta y tres años y vibir en la calle Postas, casas de Admisnistracion valoraba la ropa blanca, donde se incluían diversas piezas de lienzo de Valencia e indianas de Barcelona, manteles, servilletas. camisolas, guantes, calcetas, gorros, escarpines, justillos, toallas, calzoncillos, camisas , sábanas, pañuelos, almohadas y almillas

El 10 de noviembre de 1756 Antonio Vercelli mercader de China que dijo ser de veinte y ocho años de hedad y vibir en la tienda de Joseph Geniani Puerta del Sol, casas de la administracion tasaba lo tocante a su oficio.

. doze tazas con platillos correspiondientes para café.- seis jicaras con asas y platillos correspondientes.- un jarron grande.- otro pequeño.- un tazon grande.- uno mas pequeño.- un bote con plato para tee.- una tetera.- doze cucharitas de plata sobredorada.

No olvida Antonio Vercelli subrayar que todas las antecedentes piezas son de China blanca de Saxonia, rica blanca, con flores de purpura y estan en un cajon con nichos correspondientes, forrado por dentro en muer liso azul, guarnezida con espiguilla de plata y por fuera cubierta de tafilete encarnado con flores estampadas en oro y sus respectivos  errages, Vale todo 4800 rs.

–   una tetera de china blanca con ramos de relieve, 120 rs.- dos alcachofas, 16 rs.- seis tazas con sus platillos para cafee, de vajo relieve . 72 rs.- una tetera correspondiente, 75 rs.- un jarrito con plato, 45 rs.- un botezito para azucar, 45 s.- dos tazas para cafee con relieve alto y platos correspondientes, 60 rs.- seis jicaras con platillos blancos, lisas, 78 rs.- quatro tiborcitos de colores, 80 rs.- dos jicaras de colores con relieve, plato y salsera, abarquilladas, 40 rs.- quatro jicaras con asa, sin plato, 36 rs.- doze jicaras de clavel, 120 rs.- dos copas grandes de cristal con tapas, 20 rs.- dos yd. con tapas y asas, 20 rs.- seis vasitos chicos, 24 rs.- uno de la Real Fabrica de cristales con Armas de España, 30 rs.- quatro vasos mui grandes de cristal, 72 rs.- seis jicaras de China con redecilla, 90 rs.- cinquenta y quiatro tinteros de diferentes generos, 648 rs.- ocho ensaladeras, 112 rs.- cinco tacitas para cafee, blanco y oro, 35 rs.- cuatro dichas de color de chocolate, 20 rs.- treinta y quatro platillos sueltos para jicaras, 102 rs.- ima jicara de China guarnecida de plata, 60 rs.- una jicara blanca y platillo, 30 rs.- una cafetera blanca y oro, 40 rs.- una taza para caldo blanca con oro, 24 rs.- una ydem, 18 rs.- una tetera grande con plato, 72 rs.- dos tazones grandes, 120 rs.-un bote de China esmaltado para cafee, 90 rs..- un plato para taza grande, 8 rs.- siete barros de Yndias, 105 rs.- una frasquera con caja de zapa, nueve frascos y dos embudos de cristal, 135 rs.- una arquita de madera fina con un recado para cafee y varias piezas de China y plata, 2000 rs.- uns frasquerita con quatro votes con embudo y un vaso, 75 rs.- una caja con quatro plomos para tavaco, 90 rs.- dos cajas con doze cuchillos cada una con cabos de China, 1000 rs.- una arquita con dos votes de China de relieve, guarnecidos de plata, 270 rs.- doze cuchillos con cabos de nacar en una caja, 360 rs.- tres navajas de cabo de nacar, 40 rs.- una frasquerita con seis frascos y un baso de plata con salvilla, 120 rs.- una caja de charol con tantos para juego, 20 rs.- un juego de platos de China, fondo blanco y flores de varios colores, contiene una fuente grande. quatro medias fuentes, una sopera grande, otra mediana, diez y ocho trincheros y seis ensaladeras pequeñas, 500 rs.- un juego de tee de China, fondo blanco y pinturas de colores, 210 rs.- quatro ensaladeras medianas tanvien de China, 120 rs.- dos ollas con tapas correspondientes, 360 rs.

UNA BAJILLA DE FAYANZES CON LAS PIEZAS SIGUIENTES.-

–   dos soperas yguales con tapas..- dos medianas ydem.- dos chicas ydem.- dos mas pequeñas ydem.- quatro grandes.-quinze medianas.- seis pequeñas.- dos platos obados grandes.- ocho medianos.- ocho pequeños.- ochenta trincheros.- dos saleros con platos.- dos salseras.- dos porta vinagreras.- dos botes con tapa.- diez y ocho tiestos para enfriar.- doze jicaras con platillos.- dos cubos para botellas.- un azucarero para el juego de cafee.

Todas las antecedentes piezas son de loza mui fina, blanca y amarilla, pintada en ella la historia de Don Quixote de la Mancha, vale 2500 rs.

. diferentes varros finos de Portugal, 500 rs.- un frasco grande de cristal con tapa de lo mismo, con tornillo tiene dentro diableticos de canela.- otro igual con alfonsigos.- otros con diferentes aguas y dos varros, 212 rs.

El 11 de noviembre de 1756 Tomás Helgueras, mercader de sedas que vibe en la Puerta de Guadalajara, casas de la administracion y ser de edad de veinte y ocho años ponía precio  a las siguientes telas.

–  un corte de chupa con dos annas, fondo frise realzado de oro con un matiz morado, 1620 rs.- otro corte de chupa con dos annas y quarta escasas, fondo frise doble y realze de plata con matiz verde Zeledón, 1680 rs.- veinte y dos baras y media de galon de oro de Francia liso, su ancho dedo y medio, pesa catorze onzas, 462 rs.- veinte y dos baras de galon de plata sistema , tanvien liso y del mismo ancho que el antecedente, pesa catorze onzas, 329 rs.- una pieza de grodetur encarnado, fabrica de la Compañía de Toledo, mide cinquenta y tres baras, 1378 rs.- dos piezas de tafetan nubladas sobre campo blanco, de Valencia, con ciento y una bara, 1936 rs.-treinta y ocho baras y tres quartas de tafetan nublado azul y encarnado, antiguo, 502 rs.- dos baras y media de tafetan negro, lustre de Francia para mantos, 65 rs.

El día 13 de noviembre de 1756 Juan Ruiz Cano maestro herrador que vibe en la Puerta de Embajadores y ser de treinta y siete años de edad tasaba las caballerías.

–  un tronco de mulas con sus achaques, pelinegras, 2400 rs.- dos mulas negras biejas para delanteras, 2000 rs.- dos muletas tamvien pelinegras de Mallorca, 3600 rs.- un potro de edad de tres años, castaño obscuro, 1500 rs

El 16 de noviembre de 1756 Francisco Sáez platero de joyas de los reyes nuestros señores valoraba en 65.046 reales de vellón toda una serie de ricas alhajas entre las que se contaban veneras, sortijas, botones para camisas, aderezos de oro y amatistas, cajas de oro y plata, cadenas, espadines, hebillas de oro para zapatos, etc..

El 19 de noviembre de 1754 Miguel de Castro, bordador que vive en la calle de la Caveza, casas de administracion y ser de cinquenta años valoraba lo siguiente:

–  catorze laminas de Historia Sagrada, apaisadas, de media bara escasa de ancho y una tercia de alto, de seda pajiza de diferentes colores, 6300 rs.- diez y ocho ydem de a tercia de alto y una quarta de ancho como las antecedentes, 4500 rs.

El 20 de noviembre de 1756 Antonio Carrasco maestro de coches que vive en la calle de las Huertas, casa propia, y ser de cinquenta años de edad ponía precio a los suntuosos forlones y berlinas de don Pedro Gordillo y Zambrano.

– un forlon nuevo con media talla, errages dorados los correspondientes y los demas de su color, todos juntos. forrado en terciopelo carmesi con cordoneria, galon y flueco color de porcelana, pintado carmesi con perfiles de pino, 12000 rs.- una verlina a medio tratar con la caja color oja de oliva floreada de vajo, forrada en media grana con flueco de seda y galon dorado, 3600 rs.- otra verlina nueba, echura francesa y la caja color de cafee, forrada en media grana con flueco de porcelana, galon de los mismo, todo con cristales delante y los estribos, 6000 rs.- otro forlon vieho con el juego encarnado y la caja azul floreada de blanco con sus tres cintillos, forrado en paño encarnado con flueco, galon y cristales, de color de porcelana, 2800 rs.

El 22 de noviembre de 1756 don Pedro Gordillo y Zambrano incluía en su dote los efectos y caudal efectibo que ha exivido para su capital.

– por vale del mariscal Don Juan de Chumilla, comandante de Ynvalidos de Madrid, 6000 rs.- por otro del marques de Croixot. comandante del reyno de Galicia, 4000 rs.- por otro de Don Juan Panlo Rebantos, residente en Barcelona, 9468 rs.- por vale de Don Gonzalo de Leal, contador de la unica contribución de Badajoz, 3000 rs.- por una escritura de Don Diego Segura, vecino de Utrera, 22000 rs.- cinco acciones en la Compañía de Granada, 15000 rs.- treinta y quatro acciones en la Compañía de Toledo, 102.000 rs.- por vale de Francisco de Mauricio de Salas, cónsul de Marsella, 4200 rs.- deposito en la thesoreria de ordenes por fianza de la Encomienda de Ornos, 5000 rs.- tres vales de Don Joseph Alfaro, 202. 740 rs.- sueldos y rentas devengados de empleo, pension y encomienda, 38000 rs.- unas casas y huerta en la villa de Alameda que tubieron de coste diez y ocho mil reales en su compra y despues de ella se estan mejorando y han gastado hasta el presente veinte y cinco mil reales que unidos suman 43000 reales,

El 23 de noviembre de 1756 Juan Forquet platero de la casa de la reyna nuestra señora que dijo vibir en la red de San Luis, casas de la Administracion y ser de hedad de treinta y cinco años valoraba los objetos de plata que comprendían cubos para enfriar botellas, platos, salvillas, candeleros, un  coco con pies y asas de plata, tinteros, salvaderas, cajas de obleas, campanillas, vasos de camino, azucareros, trincheros, cubiertos, cuchillos, cucharones, palmatorias, escupideras, terrinas, soperas, ensaladeras, cafeteras , macerinas, tazas, escribanías, etc.

En total los bienes que don Pedro Gordillo y Zambrano registró en su capital alcanzaron la cantidad de 1.068.563 reales y 9 maravedis de vellón, cifre verdaderamente importante y que demuestra el alto nivel de vida que el caballero extremeño alcanzó en el Madrid de la época.

Una vez finalizada la tasación doña Paula Petronila González Fernández de las Cuevas, y en presencia de su curador, don Pedro Rubio y del escribano Agustín Beleña y Acosta, otorgaba a favor de su esposo la correspondiente carta de pago y recibo de dote.

Fernando VI falleció en el madrileño castillo de Villaviciosa de Odón el 10 de agosto de 1759, heredando la corona su hermano Carlos III, hasta entonces rey de Nápoles. Pero la muerte de Fernando VI no trajo menoscabo alguno a la posición de don Pedro Gordillo y Zambrano en palacio. Es más el nuevo monarca concedió al caballero emeritense nuevos cargos y títulos.

El 19 de febrero de 1761 Carlos III enviaba una nota al duque de Losada en la que le notificaba que por la satisfacion que tengo de la buena conducta y desempeño de Don Pedro Zambrano y Gordillo, de mi Consejo de Guerra y Secretario de el, de Estado, he venido a concederle para que sirva el empleo de contralor general de mi Real Casa, Camara y Capilla, con arreglo a la nueva planta y el goce de sueldo y coche que por ella se le señala. Tendreislo entendido para su cumplimiento en la parte que os corresponde. 16

Benito de Alonso López.17

El 23 de febrero de 1761 el duque de Losada remitía a don Pedro Gordillo el Real Decreto con que Su Magestad se ha dignado nombrarle para que sirva el empleo de contralor general de su Real Casa, Camara y Capilla con arreglo a la nueva planta y el goze de sueldo y coche que por ella se le señala a fin de que Vuestra Señoria pueda registrarle en los libros de la citada Camara de su cargo. 18

La carrera palatina del caballero emeritense culminó el 13 de marzo de 1761 cuando Carlos III le concedió el título de marqués de Zambrano.

Sin embargo poco tiempo pudo gozar don Pedro Gordillo de sus cargos y títulos, puesto que falleció en Madrid el 24 de junio de 1762, siendo sustituido en sus empleos palaciegos por don Gabriel Benito de Alonso López19.

image009

1 .- Para todo lo referente a las bibliotecas hispanas del siglo de las luces véase ENCISO RECIO, L,M.- Barroco e Ilustración en las bibliotecas privadas españolas del siglo XVIII, Madrid, Real Academia de la Historia, 2002.

2  .- Según GARCÍA CARRAFFA, A y A. Los padres de don Pedro Gordillo habían nacido en Zarza de Alange, aunque su hijo declara en su carta de dote que eran originales de Mérida.- Vid. Diccionario heráldico y genealógico de apellados españoles y americanos, Tomo XXXVIII, Madrid 1931, p. 246.

3  .- Archivo General de Palacio. Sección = Personal. Signatura = 2633/37.

4  .- Archivo General de Palacio. Ibiden.

5  .- Archivo General de Palacio. Ibiden.

6   .- Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Protocolo = 17743, folº. 536-618. Escribano = Agustín Beleña y Acosta, que lo era de la Real Casa y del número de la villa de Madrid.

7  .- En la Biblioteca Nacional de Madrid se conservan varios manuscritos como los que poseyó don Pedro Gordillo, aunque creemos que ninguno de ellos fueron los del hidalgo extremeño, puesto que su nombre no figura en entre los catálogos de manuscritos del siglo XVIII guardados en la mencionada biblioteca (vid.- MARTÍN ABAD, J.- “Catálogos, índices e inventarios de bibliotecas particulares del siglo XVIII conservados en la Sección de Manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid” en Cuadernos Bibliográficos, nº, 44, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1982, pp. 109-122.

8  .- SOLANO, F. de.- “Reformismo y cultura intelectual .La biblioteca privada de José de Gálvez, ministro de Indias” en Quinto Centenario , nº. 2, Madrid 1981, p. 18.

9  .- Seguramente se trataba de la Relación de la guerra de Chile, escrita por Juan de Nájera

10  .- Se trata de la obra de Ruy de Pina, cronista de Joao II y Manuel el Afortunado, Crónica de los reyes de Portugal,

11  .- Con toda probabilidad se trataba de la obra de Alejandro Correa de Franco Historia de la muy noble y fidelísima ciudad de Ceuta.

12  .- Pedro López de Ayala.- Crónica de Enrique III de Castilla.

13   .- La obra de Duchesne fue traducida al castellano con el título de Compendio de la Historia de España por fray Antonio de Espinosa y por el padre José Francisco Isla, y publicadas ambas versiones en Madrid los años de 1749 y 1754 respectivamente.

14   .- AGUILAR PIÑAL, F.- La España del absolutismo ilustrado, Madrid, ed. Austral, Espasa Calpe, 2005., pp. 193-194.

15   .- BARRIO MOYA, J.L. “Algunas noticias sobre el pintor Andrés de la Calleja” en Academia. Segundo trimestre, nº. 67, 1988, pp. 317-354.- MORALES Y MARÍN, J.L.- Pintura en España (1750-1808), Madrid, Cátedra, 1994, pp. 77.81.

16  .- Archivo General de Palacio.- Ibidem.

17 .- Archivo General de Palacio.- Ibidem.

18 .- Archivo General de Palacio.- Ibidem.

19  .- ATIENZA, J.- Nobiliario heráldico de apellidos españoles y de títulos nobiliarios, Madrid, Aguilar, 1959, p. 1021.

El contenido de las páginas de esta web está protegido.