Dic 112020
 

 

Manuel Rubio Andrada

 

Resumen

Durante toda la primavera del año 2019 se hicieron excavaciones en Trujillo en dos lugares distintos que bien pudieron ser “páginas” cercanas con importantes datos de nuestro pasado.

Una de las actuaciones tuvo lugar en las inmediaciones de la antigua iglesia de Sta Clara adosadas a la construcción en su puerta norte. Lo descubierto pertenecía a una necrópolis excavada en la roca que, a veces, mantenían cierto antropomorfismo; temporalmente, en sentido amplio, suelen situarse en época medieval. La excavación termino. No pudimos prestar mucha atención a pesar de lo interesante que nos parecían.

Nos atrajo más la excavación realizada en la finca Solanilla de Bote y de ella nos ocupamos primeramente: mis ocupaciones en otro trabajo no hicieron posible más. Fueron tres las actuaciones en Solanilla y a juzgar por el espacio escavado parecían llevar buenas pretensiones y muy posiblemente apoyadas en un buen presupuesto. Recogimos datos, hicimos fotos…relacionamos y reflexionamos… fruto de todo ello es el trabajo que presentamos en estos XLIX Coloquios.

 

Introducción

No es la primera vez que se han realizado excavaciones arqueológicas en nuestro entorno inmediato, unas con carácter científico y otras no tanto.

Recordemos las primeras. D. Joaquín Rodríguez Ordoñez nos transcribió, en su libro La Vettonia, una narración del periodista Antonio Malo de Molina, en ella contaba la actuación en un dolmen situado en la finca de las Perillas o Asperillas, inmediato a los confines del berrocal trujillano, por la antigua calleja de Madroñera. D. Antonio nos describe como se hacían las cosas en la segunda mitad del s. XIX y cuáles eran los resultados[1].

Tras desmontar el primer dolmen y describir la futura actuación en el segundo, concluye:

Acaso explorando el otro de que se hace mención, hallaríamos igual monumento, puesto que no es el primero encontrado y destruido en aquellas inmediaciones, según manifiestan algunos amigos, y que por no conocer su importancia han sido despreciados, así como habrá sucedido a otras obras de remota o desconocida antigüedad…

Las últimas excavaciones han sido las efectuadas en las inmediaciones de la antigua iglesia de Santa Clara y simultáneas a ellas las efectuadas en la finca de Solanilla de Bote con motivo de ampliar la implantación de paneles solares que en ella ya existían; de estas últimas nos ocupamos en este trabajo. Entre la primera de las Perillas y estas un número de ellas, ni corto ni largo; en las que, en el mejor de los casos, se determinó su “dormición” mediante su nuevo enterrado, parte de la que ahora estudiamos tuvo peor suerte.

La noticia de esta excavación nos llegó oralmente, así como la particularidad de su libre acceso desde la carretera y la ausencia de puertas o cualquier cartel de prohibición así como una falta total de identificación de la empresa excavadora.

Este despoblado a penas ofrecía señales externas y fue una agradable sorpresa para los aficionados que con cierta periodicidad, visitábamos encantados las actuaciónes arqueológicas curioseando aquí y allá.

Este trabajo es el resultado de los apuntes de la mayor parte de lo descubierto en las tres excavaciones practicadas en Solanilla y que yo narraba a mi amigo Vicente para que estuviera al tanto de lo descubierto. Simultáneas y muy próximas, tuvieron lugar en el invierno y primavera del año 2019, hasta el cambio electoral de ese año, periodo en el que se suspendieron con los aparentes resultados que luego se comentarán.

Localización

Se sitúan en la margen izquierda del río Magasca, recién pasada la carretera de La Cumbre; muy cerca del molino del tío Trabuco, hoy casa residencia particular.

Lám 1. Resultado de la actuación nº 1

Descripción

Primera actuación

Su localización geográfica se aproxima al punto determinado por una latitud norte de 39º 25´ 56.09´´ y de longitud oeste 5º 55´´ 17,27´´.

Esta primera zona (Lám 1) es la más cercana al río. Como se puede observar por la fotografía se excavó una considerable extensión de terreno, la mayor parte del mismo sin restos estructurales o de cualquier otro tipo, de resultado estéril.

En el esquinazo NE de la excavación aparecieron los restos de muros, estrechos y realizados con materiales pobres a base de piedra, generalmente pizarras y tierra; no están ausentes trozos de cerámica común romana y tégula, a veces como relleno y ajustes en el muro.

Esta estructura mide 7,50 m de larga y 2,30 m de ancha; se dividió en cuatro compartimentos aparentemente sin unir al muro del este; los laterales comunes están reforzados en la parte baja de cada lado con grandes piedras a fin de darles mayor consistencia ante las mayores presiones en la zona baja.

  

Segunda actuación

Lám 2. Resultado de la actuación nº 2. El ábside y los muros de la cabecera

Es la intervención central (Lám 2). Su localización geográfica se acerca al punto determinado por una latitud norte de 39º 25´ 56.93´´ y de longitud oeste 5º 55´ 49.93´´. En esta ocasión el terreno estudiado se ajusta más adecuadamente a los restos estructurales encontrados.

Presenta restos de un edificio de orientación N – S con humilde ábside situado a mediodía, ligeramente elíptico, mide 2,90 m de eje N-S y 2,75 m el E-W; su forma puede igualmente ser considerada en herradura. Es de angosta entrada, 0,45 m de ancho.

Sus muros están bastante bien hechos con mampostería, de piedra algo seleccionada y barro, de aparejo poco abundante; su ancho es de 0,40 m.

Este se adosa a una estructura muraría inacabada que pertenecía a la nave los cuales apuntan forma rectangular; fue realizada con piedras de buen tamaño y barro; es de mayor ancho que el ábside. A pesar de la búsqueda mediante la excavación, de mayor extensión de los elementos estructurales, no dio resultado así que del edificio solo nos llegaron los restos de los lados inmediatos al ábside y el ángulo este, sin dejar rastro del resto para acotar el aula hacia el norte.

El lado este del muro sur mide 2,40 m; en su extremo este hacia el norte, está la esquina, de ella parten los cortos inicios del lateral este de la nave. El otro lado del muro sur solo mantiene los 2 m centrales. Como venimos mencionando, no se conservan otros vestigios de su trazado, ni en su cimentación. Su apariencia inacabada apunta una rápida interrupción muy posiblemente en su construcción ya que no observamos grandes cantidades de materiales procedente de la cubierta.

Tercera actuación

Lám 3. Actuación nº 3. Vista general desde el este

Se localiza caminando unas centenas de metros desde la segunda excavación hacia el NW; como punto de referencia actual podemos tomar una gran torreta de cuatro apoyos para el traslado de la corriente eléctrica; lo descubierto se encontró inmediato a ella por el noroeste.

El punto geográfico que ocupa se aproxima al determinado por una latitud norte de 39º 25´´ 54.96´´ y de longitud oeste 5º 55´ 48.86´´.

Lám 4. Actuación 3. El gran patio central y las dependencias del oeste.

Lo forman una serie de largos y bajos muros de mampostería, bien construidos a dos caras lisas y con relleno interior de mampuesto. Se trata de los restos de una estructura habitacional compuesta por un gran patio central y adosados a él, en sus lados este y oeste, dos pabellones.

Lám 5. Actuación nº 3. El pabellón del este

De estos, el del este, estaba limitado en la parte interior, la que da al patio, por un muro de 14.7 m de largo, de características semejantes a los descritos; no presenta restos de vanos. En el lado contrario al espacio central, hay al menos cuatro dependencias, de las cuales solamente una de las medianas conserva los restos de los cuatro muros que la definieron, el resto carecía de limitación fiable en el lado este. En esa dependencia, el tabique que da al cercado interior mide 4 m, los laterales cada uno tiene 4.5 m y en el opuesto, estaba bien centrado el vano de la entrada que medía 1 m de ancho.

El resto de las dependencias de este pabellón poco nos permite conjeturar señalando la posibilidad de su comunicación exterior mediante abertura al este semejantes a la descrita y su incomunicación total al patio.

Lám 6. Actuación 3. Pabellón oeste

En las dependencias del pabellón opuesto, el muro externo que da al oeste solamente se extiende 13 m, carece de vanos y en la parte norte su trazado, semidestruído, se vuelve poco definido y más complejo.

Presentaba en su interior tres dependencia, de ellas, la central, es de doble dimensión que sus vecinas (Lám 6). En su centro se encontraba colocada verticalmente una lastra de buen granito, en sentido longitudinal y orientación equinoccial este-oeste; estaba semipulida en su cara sur y simplemente desbastada en el resto. Esta piedra tiene de largo 0.95 m, su ancho ronda los 15 cm e hincada como estaba el 9 del 3 del 2019, su altura sobresalía del terreno 0.32 m.

Presenta dos ancestrales y conocidas formas: la parte superior cóncava, puede insinuarnos que su opuesta la inferior era semejante, lo cual nos lleva con facilidad a intuir una aproximación a la forma de piel de toro curtida y extendida; las laterales convexas pueden apuntar la forma del disco solar es decir helioscopica. Ambas formas son propias de altares orientalizantes del mundo tartésico (Lám 7).

Lám 7. Actuación 3. El hogar-altar con su retablo tauro-heliomorfo

En conjunto puede considerarse un pequeño retablo de un hogar-altar que se extiende hacia el sur.

Este hogar tiene de ancho 0.90 m, algo menor que la piedra, su largo es de 0.97 m y estába elevado del suelo unos 10 cm, su forma pues es un prisma de corta altura. Destaca del resto por su fuerte color rojo tinto oscuro, su tonalidad y textura sugería ser sangre mezclada con arcilla. La excavación mostró los restos de tégula que lo delimitaban y estructuraban evitando su disgregación.

Relaciones

No encontramos conexión para los primeros restos.

En cuanto a los segundos diremos que parecen anteriores a la basílica de Trujillo, como recordarán situada en las proximidades de la puerta de Coria y a la que se atribuye una autoría mozárabe [2]. Sin embargo hay que reconocer que carecemos de otros elementos que puedan argumentar lo dicho con determinación y certeza.

 

Lo que nos ha llegado de la tercera está orientado a los cuatro puntos cardinales, orientación que marca la posición de la piedra retablo que hemos descrito. Tiene partes del lado norte sin restos de edificación; en el lado sur, pese a la ausencia de materiales en algunos metros puede reconstruirse la trayectoria del muro. De todo ello deducimos que se trataba de un gran patio central con habitaciones adosadas en los lados este y oeste según la descripción propuesta.

Aparentemente, por lo que nos ha llegado, el patio central tiene un solo vano de comunicación con la habitación principal del lado oeste -donde está el hogar-. Aunque perdimos las medidas de este, si anotamos ser el doble de grande que sus compañeras.

La presencia de pigmento, de intenso rojo oscuro, en el hogar-altar central, indica como más probable un vertido de sangre; ello nos conduce con pocas dudas a admitir que se sacrificaba con frecuencia y se tenía sumo cuidado de que “la sangre” no se derramara más allá de los límites rectangulares del hogar.

Al estudiar el retablo veremos cómo sus formas, determinadas por líneas, son relacionable con un conjunto de objetos concretos, formados por esas mismas clases de líneas, las cuales por pertenecer a un mundo lineal abstracto, no describen cosas concretas, solamente insinúan referencias a elementos, generalmente con una finalidad determinada, versátil e imprecisa. Su finalidad pues fue la insinuación de determinados contenidos y no la descripción de los mismos.

Ambas formas son elementos que se utilizan en la actualidad, concretamente está presente como motivo ornamental sacro, de insinuante simbolismo sobre los temas que tratamos. Se localiza en la iglesia modernista de de Nuestra Señora del Pilar en Valdemoros, Madrid, la cual es famosa por su elevado simbolismo (Lám 8). Menos visibles pero si rastreables en el icono central de la catedral de la Almudena.

Lám 8. Motivos lineales sacros con la forma de piel de toro y el disco solar que completan la figura de Jesús en la iglesia del Pilar de Valdemorillo, Madrid.

                                                                                                            A

                                                                                                      B

 

 

Lám 9. Altares orientalizantes linealmente relacionables con el retablo de Solanilla de Bote. A. Cancho Roano C. B El Carambolo, Camas, Sevilla

También hemos seleccionado algunos altares, a pesar de ser muy anteriores en el tiempo al que aquí estudiamos, por entrar en ellos las apuntadas semejanzas lineales. Se trata del hallado en el edificio C de Cancho Roano, Zalamea de la Serena (Badajoz)[3] y el de la fase IV del santuario del Carambolo (Sevilla)[4] (Lám 9 A y B).

En el primer caso se trata de la representación de la puesta de Sol en el solsticio de verano, en lo alto de un cerro, es la representación de un paisaje sacro.

Coinciden con ese mismo planteamiento determinados paisajes reales existentes ante la puerta principal de algunos templos fenicio-tartésicos y servían de referencia para determinar la orientación de la construcción de los mismos. Según la religión fenicia tienen relación con la muerte-renacimiento del Sol que ocurría en el solsticio de verano.

En cuanto al ejemplo B se trata de un altar en forma de piel curtida de animal admitida generalmente como piel de toro. La presencia de esta forma es muy amplia y muy variados sus significados; los más frecuentes hacen referencia al culto fenicio-tartesio de Moloch Baal como símbolo del fuego purificador y regenerante.

Situados ante estas cuestiones debemos señalar la adicción del retablo en épocas posteriores al mundo orientalizante indicado y que ya aparece consolidado en época romana. De esa época, la religión mitraíca, por sus contenidos generales, también puede ser un serio aspirante para identificar nuestros restos. No quiere esto decir que los contenidos de época tartésica sean los mismos que los de nuestro altar ni por supuesto los contenidos cristianos que debe tener el de la iglesia de Valdemorillo o la catedral de la Almudena. Como la tercera excavación muestra debieron pervivir las formas y tal vez en parte, fondos de los contenidos sacros.

Nuestro retablo habría conjuntado en un modelo los dos iconos teológicos.

Cronología

Las cerámicas que observamos se pueden dividir en dos grupos:

Uno estaba en unas bolsas pequeñas de plástico situadas en la parte superior del ábside. Observamos que en su mayoría eran fragmentos de recipientes de uso común; con ellas, había al menos un fragmento muy rodado de terra sigillata aparentemente de no buena calidad.

El otro grupo estaba “in situ”, eran fragmentos más gruesos con numerosos restos de tégulas procedentes de diversas destrucciones aunque no en elevado número; otras fueron reutilizadas como material complementario de la construcción mural.

Los materiales cerámicos visible en la primera actuación nos sitúan en época tardorromana. Dadas las pequeñas dimensiones de sus habitáculos debemos suponer una finalidad no humana, muy posiblemente animal; en la fotografía que ofrecemos, tras la más cercana, parece observarse un pequeño pasillo de acceso por el oeste. Quizás podían corresponder a elementos de unas mayores dependencias que se extendieran al sitio contrario al excavado, en ese lugar se observan piedras desmontadas pero los trabajos no prosiguieron y terminaron allí.

La segunda actuación permite mayor acercamiento. Se trata de la cabecera absidiada de un edificio que apunta principalmente por su forma matices religiosos. Su estructura y las escasas dimensiones del vano entre aula -nave- y ábside, nos indica que su acceso estaría restringido a un personaje de anchura muy escasa. Según las dimensiones facilitadas en este trabajo, una vez concluida la nave, esta sería pequeña, destinada a albergar un no elevado número de personas.

Podría tratarse de la interrupción del proceso constructivo de un eremitorio rural aparentemente tardorromano. La presencia de cerámica sigillata en las bolsas situadas en el mismo, pueden indicar una cronología algo anterior o al menos no excesivamente tardía. El fragmento o los fragmentos podrían contribuir a dar mayor antigüedad a estos restos y acercarlos a un cristianismo rural muy primitivo,

La aproximación a la cronología de la tercera excavación presenta una dificultad semejante. Los restos de algunas tégulas como material amortizado en muros e incluso en el hogar del altar, sitúan su existencia en un momento impreciso de época tardorromana.

 

Conclusiones

La relativa proximidad entre la segunda actuación, que apunta ser los restos de una ermita con ábside en herradura, en sentido amplio paleocristiana, y el complejo religioso de la tercera -cuyos fondos religiosos más lejanos nos señalan el mundo fenicio-tartésico-, son aparentemente tan diferentes como sus contenidos, liturgia etc.

A pesar de ello sus practicantes deberían vivir en una cierta armonía, lo cual sería posible si se admite una característica mitraica en los restos de la tercera actuación, fuera seguidor de una o de la otra las dos religiones vivían generalmente un ambiente de comprensión y acercamiento. Vendrían tiempos distintos. …su estado inacabado nos puede sugerir que… tal vez les llegaron.

Por lo particularmente excavado no parece que las unidades estuvieran acompañadas de viviendas u otras estructuras en su entorno; su aislamiento parece apuntar ocasionales visitas religiosas, en parte lúdicas y en parte gastronómicas tipo romería.

Observando otros restos cercanos no alejados de estas épocas , nos devuelven a un paisaje rural, bastante poblado y diferente al actual. Todos esos restos llenan de vida y pobreza las inmediaciones del Turgalium romano de finales del Imperio.

En conjunto, las tres actuaciones son la punta del iceberg de la existencia de numerosos restos en las inmediaciones del río Magasca que se perfilan con bastantes características generales semejantes y como pertenecientes a una época romana tardía. Una de ellas, la tercera actuación no sobrevivió para poder contarlo pues a pesar de ser respetada en el tiempo por todo tipo de invasiones, no sobrevivió a nuestros tormentosos días.

Llegados a este punto cabe seguir preguntándonos. ¿Quién fue el autor de tan torpe eliminación?.

Desde luego su conducta no fue la de un ilustrado, es evidente que la barbaridad asoma repetidamente en esa solución.

Veamos. Las dos primeras actuaciones han tenido suerte y finalmente, como en Sta Clara u otras excavaciones, han seguido el camino general de la dormición por cubrición terrestre; sin embargo no fue así en la tercera, la cual fue totalmente arrasada y todos sus materiales desaparecidos.

La práctica de la cubrición con tierra debió incomodar a alguien de alguna cúpula. Sin duda los contenidos que tan brevemente hemos podido describir, se deben completar con un mayor número de datos que ofrecería la excavación, a nuestro juicio bien llevada, y que el arqueólogo expondría al enumerar los resultados.

Aunque esto parece propio de otro trabajo, prefiero seguir pues tras mis últimos artículos y sin yo buscarlo, me estoy especializando en una arqueología de denuncia.

Llegados a la tercera actuación, lo mostrado por el arqueólogo debió turbar determinada mente, quizás mejor hablar en plural. La posibilidad de vestigios religiosos orientalizantes, de una cronología tan tardía, con unos elementos tan comunes, pobres y simples pueden con facilidad ser vistos como disparate; la representación de la iglesia de Valdemorillo nos demuestra que no lo es.

Así, un día cualquiera de la primavera de 2019, se decretó primero oralmente: ¡Que desaparezcan del mapa!. Pero, ¿cuándo?. Se esperó un momento propicio, adecuado… sin duda el hecho tiene olores delictivos que pueden comprometer…

Primavera de 2019, cambio político de Autonomía y Ayuntamientos. Vacío de poder.

A pesar de no interferir en las solares, nuestro sistema social una vez más ha sido torpe; ha regresado a permitir obrar como en los finales del s. XIX; de una u otra forma, no atinan a saber preservar los restos para futuras inversiones. La actuación número tres ha seguido una política irracional que denominamos “arrasamiento técnico” tal y como nos contó el periodista D. Antonio Malo de Molina al describir hace ya más de cien años, el primer arrasamiento técnico -el deszafre-, palabra asociada a la destrucción del dolmen de las Perillas[5].

 

[1] RODRÍGUEZ ORDOÑEZ, Joaquín (1878): La Vettonia. Monumentos e inscripciones romanas en la antigua Castra Julia. Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid. Conferencia VI. Vol V. núm 11, noviembre. Pág 366 y siguientes.

[2] El permiso de excavación estaba a nombre de José Luis Sánchez Abal quién muy celoso de su trabajo no parece haber dejado huellas del mismo. Los siguientes autores así lo mencionan y se han ocupado de estudiar lo que observaron posteriormente.

ALBA CALZADO, Miguel (2009): Repertorio de Arquitectura Cristiana en Extremadura: Época Tardoantigua y Altomedieval. Anejos AEspA XXIX. Pág 103-106.

FRANCO MORENO, Bruno (2008): De Emerita a Marida. Tesis doctoral. Tomo II. Pág 70. UNED.

 

[3] CELESTINO PÉREZ, Sebastian (1997): Santuarios, centros comerciales y paisajes sacros. Cuaders de prehistoria i arqueología de Castelló, nº 18, p. 374.

CELESTINO PÉREZ, Sebastián (2001): Los santuarios de Cancho Roano. Del indigenismo al orientalismo arquitectónico, pp 29 y 29. en Arquitectura oriental y orientalizante en la Península Ibérica. Coor. Ruiz Matas, Diego y Celestino Pérez, Sebastián.

[4] FERNÁNDEZ FLORES, Álvaro y RODRÍGUEZ AZOGUE, Araceli (2005): El complejo monumental del Carambolo Alto, Camas (Sevilla). Un santuario orientalizante en la paleodesembocadura del Guadalquivir. T. P., 62, nº 1, pág 123.

[5] RUBIO ANDRADA, Manuel y RUBIO MUÑOZ, Francisco Javier (2016): El megalitismo en Trujillo: Las necrópolis de las Perillas –Asperillas- y Cañada, Trujillo (Cáceres). XLV Coloquios Históricos de Extremadura, pp 576. Trujillo.

Dic 102020
 

Alberto Durán Sánchez, Fernando Moreno Domínguez, Ricardo Villegas Moreno y Francisco Pérez Solís.

Resumen

Mediante este trabajo pretendemos dar a conocer un conjunto de 272 morteros mineros, distribuidos en distintos paneles, realizados sobre la superficie de peñas planas que se distribuyen, en su mayoría, adyacentes a la ribera de la Mata (Mata de Alcántara, Cáceres). Las características homogéneas de los mismos, de pequeñas dimensiones, forma ovalada, y que se encuentren en contextos favorables para la minería (depósitos aluviales y veta cuarcítica), sostiene su uso vinculado a la molienda mineral y no vegetal. Asimismo, queremos presentar un singular santuario rupestre protohistórico, con unas características que lo hacen diferente de la mayoría de los altares de origen indoeuropeo. De manera complementaria y añadiendo información al contexto histórico y espacial, mencionaremos otros altares inéditos, en esta ocasión más homogéneos con el resto de los recintos sacros peninsulares.

 

Introducción

Si hablamos del I Milenio a.C. en la Península Ibérica, nuestras informaciones girarán en torno a las noticias que aportaron los historiadores y geógrafos grecolatinos, así como a los resultados de las intervenciones arqueológicas, con método científico, que se han sucedido a partir del siglo XX. Si nos atuviéramos simplemente a las menciones de la antigüedad, los conocimientos que tendríamos serían pocos e imprecisos, expuestos a la interpretación de sus autores, por ello, la Arqueología es fundamental para rellenar los “vacíos” de la Historia.

Existen tres grandes áreas de influencia culturales y parcialmente étnicas que afectaron directamente al desarrollo de las poblaciones de la Península Ibérica, en especial desde el período del Bronce Final, marcando los distintos fenómenos novedosos que tendrían su desarrollo durante la Edad del Hierro. Esas conexiones tendrían un origen atlántico; tierras célticas más allá de los Pirineos; y el influjo mediterráneo. Con dependencia a la cantidad y calidad de esos contactos, las diferentes regiones marcarán sus propias características y contrastes con el resto, creándose áreas de dominios correspondientes a distintas culturas tipo, sin olvidar otras muchas derivadas (Almagro et al., 2009).

En el contexto espacial de la actual Mata de Alcántara (Cáceres), las características del poblamiento en la antigüedad vienen marcadas por el transcurso de la cuenca del río Tajo, así como por otras fronteras naturales que permitieron progresar a los pueblos que habitaron estos territorios. Debemos hacer una mención a su situación como zona articuladora de distintos territorios, tanto meseteños como de la Andalucía Occidental, beneficiándose de los posibles contactos que tuvieran con ambas zonas debido a su posición privilegiada como puente entre ellas. La personalidad de estas poblaciones estuvo estrechamente ligada a los contactos con distintos espacios desde tiempo remotos, afianzándose con el impulso que supuso el mundo mediterráneo presente mediante las rutas comerciales establecidas por las relaciones con fenicios y griegos.

Sin lugar a duda, la protohistoria ha tenido una gran repercusión e interés suscitado en el panorama nacional y el conocimiento de las sociedades prerromanas ha sido objeto de atención por parte de gobiernos autonómicos, así como del público en general, quizás en una búsqueda por entender nuestros propios orígenes, etnicidad y cultura. Mediante este trabajo de investigación pretendemos realizar nuestra aportación al marco general del conocimiento de aquellos pueblos que habitaron el Occidente de la provincia de Cáceres, desde la particularidad que representa la minería y los santuarios rupestres en tiempos protohistóricos.

De esta manera, nuestro objetivo es incidir en dos aspectos destacados para el conocimiento del pasado remoto en el entorno del término municipal de Mata de Alcántara (Fig. 1).

Figura 1. Vista general de localizaciones en el término municipal de Mata de Alcántara (Cáceres)

Por un lado, hablaremos de la espiritualidad, plasmada en piedra mediante santuarios y altares rupestres como el inédito santuario de la Casa del Roble, así como otros altares próximos. El otro aspecto hará referencia a los recursos metalogénicos de la zona, muy presente en las sociedades del final de la Edad del Bronce y la Edad del Hierro que pisaron estos suelos, sin que necesariamente esto signifique que los explotaran de una manera sumamente organizada. Si destacan dos minerales, realmente atractivos para las cronologías en que nos movemos, serían el oro y estaño, considerando que los morteros sobre peñas planas se utilizarían como un recurso técnico para su obtención (Almagro-Gorbea, 1977: 483-503).

 

Los morteros mineros de Mata de Alcántara

Hablando en términos arqueológicos, la singularidad cobra una explicación plausible cuando se tienen en consideración los contextos históricos y espaciales. La realidad es que no siempre es así y se sigue matizando en exceso la particularidad, algo que afecta directamente a temas como el que pasamos a mostrar, es decir, la explotación (a mayor y menor escala) del metal en tiempos remotos, sin evidencias de registros escritos. Hoy seguimos hallando huellas de esas actividades, pero disponemos de mayores herramientas para intentar ofrecer una interpretación aproximada a cada particularidad. Cuando hablamos del metal y su adquisición en la pre y protohistoria,

 

encontramos carencias de conocimientos en estudios cuantitativos y cualitativos, por ello es necesario abordar la temática desde múltiples registros, con la Arqueología del Paisaje como base en común (Orejas y Sánchez-Palencia, 2014: 319-223).

Para el análisis de la explotación del metal en tiempos anteriores a la presencia romana en la Península Ibérica, hay una necesidad de tener en cuenta los estudios e investigaciones desde una perspectiva diacrónica, particularmente en lugares donde ha existido una continuidad en las actividades desde la prehistoria hasta la presencia romana, incluso posterior. Dada la complejidad de este tipo de informaciones, se hace esencial poner en perspectiva territorial las situaciones particulares, al final, sin elementos que determinen una conclusión absoluta. Mediante el entendimiento del contexto de las distintas realidades grupales que existieron será viable una interpretación, al menos consistente. En última instancia, auxiliarse de manera cuantitativa con evidencias relacionadas con las actividades vinculadas al metal, favorecerá la interpretación cualitativa (Orejas et al., 1999: 263-298).

Partiendo de las premisas mencionadas, y desde el marco geológico extremeño dominado por tres grandes áreas (Zona Centro-Ibérica; Zona de Ossa-Morena; Cuencas del Guadiana y Tajo), tuvieron lugar una serie de procesos de carácter metalogénico, tanto de signo hidrotermal como metamórficos y sedimentarios, motivando que nuestra región disponga de un amplio espectro de mineralizaciones (Sánchez, 2009: 31-33). Mediante la Arqueología es posible seguir el rastro de las distintas actividades relacionadas con la minería, bien si nos referimos a estructuras (instalaciones, escombreras, escoriales…) o si lo hacemos de la huella en el paisaje (hondonada, terrenos baldíos, cauces alterados…).

Es mediante la suma de los elementos tangibles e intangibles que podemos reconstruir las distintas actividades de los grupos humanos que nos precedieron en el tiempo. Con el objetivo de realizar una aportación en este contexto, hemos creído apropiado aportar los resultados de nuestra pequeña investigación sobre los morteros realizados sobre peñas, ubicados en el término municipal de Mata de Alcántara (Cáceres), y que podríamos vincular con la extracción de mineral en tiempos pre y protohistóricos.

Durante el Bronce Final extremeño, a la continuidad cultural y material de épocas anteriores se une una nueva dinámica que impregna al sustrato indígena de nuevas corrientes llegadas desde el Atlántico y el Mediterráneo (Rodríguez y Enríquez, 2001). En consonancia con las ideas de Ignacio Pavón Soldevilla (1999), ciertas tendencias metalúrgicas atlánticas se asentarían en la actual Extremadura en base a las riquezas en oro, estaño y cobre. Otros autores como Ruiz Gálvez (1984), inciden en la importancia que adquieren en este periodo las redes de intercambio, describiéndolo como un auténtico “mercado de mineral suroccidental”.

La ligazón entre las actividades minero-metalúrgicas con la pre y protohistoria extremeña es una dinámica seguida desde los incipientes trabajos que pretendían dar una visión socioeconómica y cultural de la región, siendo complementados con las posteriores investigaciones sobre el poblamiento y los análisis arqueometalúrgicos. Si hiciéramos mención a nuestro trabajo sobre los morteros mineros de Mata de Alcántara (Cáceres), estos quedarían encuadrados dentro del ámbito territorial de las zonas metalogénicas de las Sierras Centrales-Cuenca Media del Tajo, durante el Bronce Final (Florido, 1987:64-79). Desde la perspectiva de Ignacio Pavón Soldevilla (1998):

Aun siendo muy limitado nuestro conocimiento sobre el poblamiento de esa época, en                  su momento señalamos la proximidad de poblados como los del Cofre y Virgen de la     Cabeza            a la zona metalogénica de Valencia de Alcántara-Alburquerque; del Cabezo de            Araya,             Santo Domingo, la Muralla o la Sierra del Aljibe de Aliseda a la de Piedras        Albas-  Garrovillas; o la disposición en la zona          estannífera de Cáceres-Arroyo de la    Luz de             poblados como el del Risco; en la de Albalá-Montánchez, de enclaves como el      Cerro             del Castillo de Montánchez; o de los asentamientos de Alijares y la Navilla en       el área de Almoharín. Las abundantes      estelas y los bronces que rodean dichos         yacimientos permitían suponer una red poblacional más densa aunque en parte            desconocida por la falta de prospecciones sistemáticas.

A medida que los trabajos se han ido tecnificando, los conocimientos han llevado a ampliar el espectro de las actividades mineras en           la Cuenca Media del Tajo, encontrando vinculación no solo con la Ría de Huelva, sino también con la Meseta y el Nordeste. Los centros productivos de materias primas minerales estarían vinculados con talleres manufactureros que, a su vez, serían el destino de los circuitos por donde discurrirían el metal en bruto y el origen de las rutas de los objetos transformados (Gómez y Rovira, 2001: 197-198).

Debemos tener en cuenta importantes trabajos como los realizados sobre el Cerro de San Cristóbal a cargo del grupo PRETAGU, donde se sopesa la imbricación del territorio entre sí y, a su vez, con el Suroeste tartésico (Rodríguez et al., 2014). De la misma manera, Ana M.ª Bravo Martín destaca la relación de la circulación del metal, I Milenio a.C., entre la Alta Extremadura y las zonas de la Beira Interior o el horizonte tartésico (Martín Bravo, 1998, Martín Bravo y Galán 1998). Es habitual leer el papel destacado de las actividades metalogénicas en la protohistoria peninsular, acentuando las cuencas del Tajo y Guadiana como fuente de recursos, además de ser una zona de tránsito no solo con el Sur, sino también conectando el Atlántico con el Mediterráneo por vía terrestre (Celestino (coord.) et al., 2017: 83). De esta manera, no es extraño que la importancia mineral regional fuera manifiesta, de manera habitual, por autores clásicos como Aviero (Ora Maritima) o Pseudo-Scimmo (Orbis Descriptio).

Hablamos de un espacio que estaría viviendo una nueva dinámica en clave socioeconómica, política e ideológica, donde el metal jugaría un papel muy importante permitiendo conectar, en un auténtico “sistema regional”, zonas que hasta hace poco se habían considerado marginales de las grandes redes de intercambio. Es inevitable relacionar los hallazgos de la ribera de Mata de Alcántara con estas realidades. Que no haya referencias documentales a la explotación metalogénica del lugar durante el I Milenio a.C. no enturbia el conocimiento del espacio vinculado al término municipal, acreditado por su alto valor en estaño y oro durante el Bronce Final y la Edad del Hierro (Martín Bravo, 1999; Almagro-Gorbea, 1977).

La presencia de poblamientos catalogados, muchos de ellos mostrando una riqueza en forma metálica no propia de pobladores dedicados al pastoreo y la recolección, son indicios de que nos movemos en territorios con grandes posibilidades de beneficiarse de los recursos minerales. Cabe mencionar poblados al aire libre del Bronce Final como: Cabeza Araya; Pasto Común; Castillejo; La Muralla (en especial). Poblamientos durante la I Edad del Hierro: El Periñuelo; Peñas del Castillejo; El Castillón de Abajo; Los Castillones de Araya; Pasto Común; Los Machones; Holguín; Cerro de Maripelares; Dehesa de Manzano; Lagarteras; La Atalaya; El Espadañal; La Muralla. Poblamiento durante la II Edad del Hierro: Morros de la Novillada; El Castillejo de la Orden (conocido por la aparición de la tabula alcantarensis); El Castillejo de Gutiérrez; Alconétar. Son solo algunos ejemplos de la actividad en el entorno de Mata de Alcántara (Martín Bravo, 1999).

Los morteros asociados a labores metalogénicas han sido descritos en varias publicaciones relacionados directamente con labores de machacado y el molido del mineral (Sánchez-Palencia, et al., 2018: 63-87; Rodríguez et al., 2014; González y Heras, 2009: 881-911). Esteban Márquez Triguero (1987) habla de tres etapas diferenciadas en la tecnología de los utensilios relacionados con la minería antigua: Época primitiva; Época de evolución; y Última etapa. El autor destaca la consecución de cobre y oro, desde la Edad del Bronce hasta presencia romana, mediante técnicas como la de la utilización de cazoletas fijas sobre lastras, es decir, los morteros a los que nosotros hacemos referencia. En el caso de estos, las actividades quedarían vinculadas a cauces y yacimientos próximos a los propios morteros, como destacamos en la ribera de Mata de Alcántara (Márquez, 1987, 83-93).

A lo mencionado, debemos añadir la información de trabajos de prospecciones geológicas realizadas en todo el territorio extremeño, en particular, unos estudios franceses que valoraron la viabilidad de explotar oro por los contornos, encontrando evidencias de su existencia pero no en cantidades rentables en términos macroeconómicos actuales (Claude Dumergue, 1987; Roswag, 1856). La propia mención al rio Tajo como Aurífer Tagus, algo común en la literatura latina del siglo I a.C., evidencia la presencia del mineral de oro por el cauce que moja las tierras de Mata de Alcántara (Fernández, 1971).

Remitiéndonos a toda la información recopilada, y basándonos en los elementos materiales aún presentes, pensamos que la alta concentración de poblamiento en torno a la cuenca de la ribera de la Mata de Alcántara guarda una estrecha vinculación con la capacidad metalogénica de la zona, donde encontramos muestras evidentes de la presencia de minerales como el estaño, oro…sin duda, motivadores de que hoy podamos observar tan rica presencia de carácter arqueológico. A su vez, este territorio no ha sido objeto de los estudios que su potencial merecía, posiblemente a la sombra de otras zonas muy relevantes para la arqueología existentes en la comarca del Tajo-Salor. Por ello, hemos querido mostrar una pincelada de su potencial.

Nuestra investigación ha dado como resultado el hallazgo de cuatro conjuntos principales de morteros mineros. En la finca de Coletos, existe un panel con treinta y dos morteros; en Molino Salero observamos tres paneles que albergaran unos ciento cincuenta y un morteros; en el paraje ribereño Pintor de Vaquito, con dos paneles de unos sesenta y seis morteros; y un poco más alejados de la ribera de la Mata, pero asociados a una gran veta de cuarzo que ubicamos en la Huertina Mora, con veintitrés morteros en dos paneles. En cuanto a los morteros en pequeños grupos o aislados, hemos evidenciado setenta y cinco de ellos, siempre cercanos al citado cauce matiego.

Sus características se muestran de manera homogénea: de pequeñas dimensiones, siempre ovalados, de entre 17 y 30 cm. de longitud máxima, y 1 ó 2 cm. de profundidad. El fondo está muy pulido, con huellas de molienda en posición horizontal (movimiento de vaivén). Se han constatado en las inmediaciones de estos paneles piedras molederas de cuarzo, vinculadas con las propias actividades vinculadas a machacar el mineral, y con base en la amplia bibliografía consultada.

Hemos descartado su uso alimentario doméstico motivados por la información de que disponemos donde se recalca la idea de que ser de pequeño tamaño resulta infructífero para moler cereales, leguminosas o bellotas, y estos tipos de morteros no presentarían ninguna ventaja en la molienda, es más, ralentizarían ese tipo de actividades que requieren de otras herramientas y técnicas, como morteros de mayor tamaño (mínimo 50 cm). No hemos podido constatar la presencia de poblados en las ubicaciones de estos paneles y, además, cuando hemos hallado morteros dentro de los poblados de la zona, estos son mucho más grandes, siendo exentos. Sí hay múltiples evidencias de poblamientos protohistóricos en un contexto territorial algo más amplio, destacando, por encima de todos, el poblado fortificado de La Muralla, que mantuvo una actividad continuada en el tiempo desde el Bronce Final hasta la I Edad del Hierro.

A continuación, pasaremos a describir los distintos conjuntos principales analizados para este artículo: Huertina Mora; Morteros de Coletos; Morteros de Molino Salero; Morteros de Pintor de Vaquito (Fig. 2).

Figura 2. Composición fotográfica con los morteros de las cuatro localizaciones: Huertina Mora; Morteros de Coletos; Morteros de Molino Salero; Morteros Pintor de Vaquito.

 

Huertina Mora (39º 42´ 30.04” N – Longitud 6º 49´ 16.41” W). Sito en el paraje de Mora, en la finca Huertina Mora, dista un kilómetro de la localidad cacereña de Mata de Alcántara. Destaca su proximidad al antiguo camino que unía a las poblaciones de Mata de Alcántara y Villa del Rey, en conexión con el poblado fortificado del Castillejo (Villa del Rey). El conjunto nos ofrece un panel con 23 morteros sobre una lancha de piedra plana, apenas unos centímetros sobre la cobertura vegetal. Se encuentra en una zona llana donde a pocos metros nace el Arroyo de Fuente García, tributario del Arroyo Corredor, con restos arqueológicos (grabados y pinturas rupestres, cazoletas y canales…) en un perímetro de 400 metros. A unos 310 metros hallamos una veta de cuarzo que aflora en la superficie, con una pedrera con restos de escorias a 235 metros de distancia, perfectamente vinculables con el conjunto de morteros. El crisol cerámico hallado en el lugar confirma la utilidad minera de los morteros de Huertina Mora, siendo estos, además, de las mismas características que el resto de los conjuntos que describiremos a continuación.

Morteros de Coletos (39º 43´ 53.59” N – Longitud 6º 47´ 36.67” W). Nos dirigimos al lugar y finca conocido como Coletos para hallar un total de 32 morteros sobre un panel en una lancha de piedra plana conocida como la Lancha o Lastra. Acompañando a este conjunto se encuentra una pileta de forma cuadrada, todo a apenas 38 metros del arroyo Valdelaparra. En un radio de 800 metros encontramos localizaciones tan señaladas como el altar rupestre de la Peña Carnicera, el de Lanchas Altas, o el poblado fortificado de Manchones. En una amortización de materiales romanos, se levanta una casa que mantiene visible en sus muros un lapis pedicinalis y un contrapeso, no muy alejados de un lagar de la misma época que la materia prima de la vivienda. El conjunto se ubica en una zona baja y llana cercana al arroyo, pero a salvo de sus aguas, con un cauce serpenteante y muchos depósitos aluviales naturales. El desgaste por erosión ha pasado factura a este conjunto muy expuesto a las inclemencias climáticas.

Morteros Pintor de Vaquito (39° 44′ 53.81″ N – Longitud 6° 46′ 50.53″ W; 39° 44′ 55.65″ N – Longitud 6° 46′ 49.63″ W). El Pintor de Vaquito se encuentra localizado dentro del término municipal de Alcántara, cercano a una ribera, pero en una posición elevada que a lo largo del tiempo ha sido reutilizada como cantera y zona para trillar, en base a la superficie plana de la enorme lancha en la que se encuentra el conjunto. La presencia de un molino en el tramo de la ribera correspondiente a este conjunto nos marca unas características aluviales muy similares a las encontradas en Molino Salero, un cauce que se nutre con aguas de distintos arroyos y sus sedimentos, lo que incluye los posibles minerales. El conjunto se manifiesta en cinco paneles con 66 morteros claramente definidos. El lugar no es ajeno a múltiples evidencias de carácter arqueológico que reafirman la actividad poblacional de la zona en una época protohistórica, asimismo, se encuentra en un radio de 2 kilómetros respecto al resto de conjuntos.

Morteros de Molino Salero (39º 43´ 52.32” N – 6º 46´ 22.88” W; 39° 43′ 49.67″ N – Longitud 6° 46′ 18.56″ W). El conjunto de morteros de Molino Salero es el que mayor número ha aportado a nuestra investigación con un total de 151 morteros. Se manifiesta en dos partes a ambos márgenes de la ribera de la Mata, con la presencia de dos antiguos molinos que demuestran que la ubicación no es casual y se buscaban los meandros, donde las aguas pierden fuerza, y la acumulación de tierra, fruto de las riadas y aún presentes, con el fin de obtener la materia prima mineral por medio del método de aluvión. Es una técnica que hoy en día no nos es ajena, pensando que es tremendamente eficaz en la zona durante tiempos protohistóricos.

El primer conjunto se encuentra en los terrenos conocidos como la Vizcondesa o Lastrales de la Ratona. En una pequeña elevación respecto a la ribera, no muy lejano al molino conocido como de Salero, una gran lancha divide un total de 111 morteros en cuatro paneles diferenciados (10, 11 21 y 68, y uno que aparece aislado). La segunda zona ofrece la visión de otros 40 morteros en dos paneles de 17 y 23 respectivamente. Conocido el terreno como Perona, se localiza aguas arriba del molino Salero y con restos de otro molino del que solo se conservan entalles bien marcados.

La ubicación de estos morteros en el curso de la ribera de la Mata de Alcántara no es casual, obedece a criterios prácticos garantes de cierto éxito en la búsqueda de piedras pequeñas con incrustaciones de mineral, o bien el propio bateo del oro. Puesto que todos los morteros del cauce están situados en las inmediaciones de los restos de molinos de agua de los siglos XVIII y XIX, estos no obedecen a una mera casualidad, sino que hablamos de franjas donde el cauce circula con cierta docilidad. Los riberos vierten al Tajo con fuertes pendientes, situándose los molinos en los tramos más llanos, remansos, meandros… que favorecen la acumulación de sedimentos. Son observables, a simple vista, los restos de las represas de los molinos completamente colmatadas. De esta manera, es en estos escenarios de evidente sedimentación donde se concentran los morteros, siendo anómalos en la ribera.

A modo de conclusión, justificado por la información recopilada, podemos y debemos descartar el uso alimentario o doméstico de estos morteros: su ubicación no solo es ajena al área de actividades del poblamiento del I Milenio a.C., sino que ni siquiera se encuentran dentro de los mismos. Incidimos en la homogeneidad del tamaño, pequeños, y de su estructura. La cifra de 272 morteros parece indicar lo notorio de las prácticas mineras de la zona, y a pesar de que la cultura material es muy escueta, sí podemos apoyarnos en la amplia bibliografía relacionada con las actividades metalogénicas. Sin poder precisar una cronología muy concreta, los morteros obedecen a unas características que nos llevarían a hablar de elementos protohistóricos (Bronce Final- Edad del Hierro), conjetura articulada sobre los restos de evidencias arqueológicas del espacio, con múltiples poblados fortificados y altares rupestres.

 

Singulares santuarios rupestres

Si nos hiciéramos eco de las palabras de Régis Debray (1994), la humanidad habría transitado por el tiempo en tres tipos de miradas: la mágica, la del arte y la digital. Nosotros queremos incidir en la mirada mágica, aquella que desde la prehistoria pretendía transmitir una idea de transcendencia, sacralidad (Debray, 1994, 19-35). De esta manera aparecen los santuarios, el hipervínculo entre lo terrenal y lo divino, lo espiritual, portales en la naturaleza donde se hacía factible conectar con algo superior, una huella inherente de la presencia humana así como de sus actividades. Es por ello que resulta imposible desligar estos lugares sacros de su contexto.

Si acotáramos la descripción de los santuarios rupestres al contexto peninsular, siendo estos muchos y bastante homogéneos, tendríamos que mencionar características tales como la presencia de escalones, entalles, rebajes, asientos, piletas, desagües, canalillos, plataformas elevadas; igualmente otros elementos que puede aparecer asociados como petroglifos, inscripciones, elementos votivos, etc. No somos ajenos a las dificultades de interpretación que suponen estos lugares sacros, así como lo complejo que resulta discriminarlos respecto de otros elementos antrópicos o naturales. Asimismo, la propia arqueología con carácter científico apenas comenzaba a dar sus primeros pasos en el último cuarto del siglo XX, añadido a la falta de cultura material que presentan estos contextos al margen de la propia roca trabajada.

El cambio de siglo ha representado la tecnificación de la Arqueología, y en el caso de las investigaciones sobre los elementos rupestres, los trabajos han aumentado de manera exponencial otorgándonos una base lo suficientemente sólida como para poder respaldar la mínima interpretación del lugar que aquí pretendemos mostrar, el santuario rupestre Casa del Roble (Mata de Alcántara, Cáceres). Para defender nuestra propuesta, hemos considerado referenciar otros lugares sacros rupestres, apoyados por una buena cantidad de bibliografía y muchas horas de trabajo de campo. Aun así, somos conscientes de que estamos realizando una pequeña aproximación al lugar y que será mediante futuras investigaciones que lo acabaremos de entender de una manera más amplia (características, cronología, relación con el entorno, etc.).

Podemos partir de la base de que un santuario rupestre hace referencia a una estructura en piedra que se encuentra en plena naturaleza y, a pesar de partir de un elemento natural con sus propias formas, matices, podemos observar la acción antrópica sobre la superficie pétrea con una intencionalidad más allá de lo utilitario (Pérez, 2000: 19). La disposición de ciertos elementos de factura artificial puede indicarnos la búsqueda de un sentido simbólico y sacro, una monumentalidad que huye de un propósito pragmático. Estas estructuras son creadas por individuos cognoscentes, vinculando el lugar con otros elementos, creando un entramado paisajístico complejo, nada improvisado o casual.

El santuario rupestre Casa del Roble, al igual que otras estructuras homónimas, se encuentra expuesto a las dificultades de otorgarle una cronología. Si tuviéramos en cuenta solamente la piedra, esta ha podido sufrir modificaciones o añadidos con el tiempo, por ello es importante contextualizarlo con el entorno, poblamientos, altares, y otros elementos que nos ayuden a dar un tratamiento cronológico apropiado. Lo cierto es que hay un patrón común para ubicarlos a partir del Bronce Final, pero al igual que otros elementos del I Milenio a.C., son elementos utilizados durante toda la Edad del Hierro incluso la romanización, con matices epigráficos (Delgado, 2015: 12, 13).

Cuando hablamos de estos complejos pétreos, hay que señalar que forman parte de una sacralidad dentro de un amplio entramado de lugares utilizados con un alto sentido de espiritualidad, donde los distintos cultos conllevaban sus respectivos rituales (Almagro-Gorbea, 2018: 239-242). La peculiaridad estriba en el esfuerzo por monumentalizar un lugar, donde la roca representa un mayor grado de dificultad, por tanto, más sagrado, no escatimando en cuidar los detalles tanto propios de la roca como del emplazamiento y su orientación. En cierta manera, estos enclaves se comunican con nosotros mediante un lenguaje diferente al escrito, su huella es lo que nos permite entender a las sociedades que los crearon, además de otorgarles una cronología aproximada.

Haciéndonos eco de las palabras de María Joao Delgado (2015), los santuarios rupestres de similares características siguen un patrón análogo entre ellos tanto en el lugar que suelen ubicarse, ordenación de los distintos elementos, u orientación hacia algún tipo de componente paisajístico destacado (pasos naturales, montañas, ríos…). Incluso podemos hablar de una alineación teniendo en cuanta los astros, algo cada vez más estudiado hasta el punto de existir una variante de la Arqueología especializada en la temática astronómica. No por ello quiere decir que exista una veneración universal, de hecho, es de sobra acreditada la diversidad de cultos entre los pueblos protohistóricos peninsulares (Delgado, 2015: 7-17).

Además de la evolución de elementos y la relación de los lugares con un espacio concreto, significativo para los pobladores que crearon estos elementos, hay que señalar que en un número elevado de santuarios estudiados estos aparecen vinculados a poblados concretos y en base a la importancia de los mismos. Para aquellos que no se encuentran en el interior del poblamiento, generalmente mantienen una distancia equivalente al campo de acción del propio poblamiento, si este es importante, o un espacio intermedio entre varios, sin son de menor entidad.

Si tenemos en cuenta los estudios de Ana María Martín Bravo (1999), el territorio de influencia de los poblados fortificados del I Milenio a.C., sería de entre 3 y 5 kilómetros a la redonda, según la ubicación de dicho poblamiento. En el caso del santuario Casa del Roble, es significativo que aparezca a una distancia de 3.2 kilómetros de La Muralla, un sobresaliente yacimiento con tres recintos que mantuvo una ocupación desde el Bronce Final hasta la I Edad del Hierro, erigiéndose a 353 metros de altura en la confluencia del Arroyo de Vacas con el río Tajo (Martín, 1999: 207).

Algo habitual en santuarios rupestres es el sentido de contraposición, es decir, la armonía de oposiciones complementarias (Delgado, 2015: 1102). Es un modelo que se puede manifestar teniendo en cuanta las coordenadas geográficas, pero también por el número de elementos en uno u otro lugar, formas, contraste entre lo natural y antrópico, tamaño, visibilidad, geometría… En los enclaves sacros nada es aleatorio, cualquier elemento hace referencia al tipo de culto o ritual para el que eran utilizados, algunos con implicaciones para la ritualización mediante el manejo de líquidos. De una manera general, la complejidad es asimilada como una evolución a las formas primitivas, una diacronía de utilización que mostraría la aparición de elementos epigráficos en una fase coincidente con la romanización.

Para introducir la descripción del santuario rupestre Casa del Roble, hemos creído oportuno hacer referencia a otros lugares sacros que podemos encontrar en el contexto de Mata de Alcántara (Cáceres), término municipal donde hemos desarrollado la investigación de este trabajo. Incluyendo un altar sumamente conocido, el de la Peña Carnicera, cuya magnificencia y contundente nombre no pasa desapercibido, podemos hacer referencia a otros altares inéditos que respaldarían el argumento que esgrimimos acentuando la relevancia de la zona (Fig. 3 y Fig. 4), con un poblamiento intenso que se da en especial durante la protohistoria extremeña.

Figura 3. Imágenes correspondientes a los altares rupestres de Rincones de Pata y Paula.

 Figura 4. Imágenes correspondientes a los altares rupestres de la Peña Carnicera y Huerta del Portugués.

Peña Carnicera (39° 44′ 16.00″ N – 6° 47′ 55.97″ W). Se trata de un altar rupestre enmarcado en un paraje conocido como Los Machones, cercana a un arroyo, sobre una vega, rodeada de lugares con mayor altura que invitan a observar el ritual que se realizara. Sobre una peña de gran tamaño podemos observar la acción antrópica dando forma a la escalinata mediante entalles, desde donde se accede a la zona más alta. En la parte superior de la peña encontramos una plataforma natural, plana, pero también podremos observar marcas de tallaje, destacando la pila central en forma de ojo, anexa a otra pila de menor calado. Huellas de otra época son las dos cruces talladas sobre el altar. Podemos determinar que son de distinta tipología y uso, una muy similar a las empleadas en la zona para señalar los límites jurisdiccionales, tosca, cuatro lados iguales y mayor profundidad. En cuanto a la segunda, hablaríamos de una cruz latina con una función de cristianizar el lugar, sabedores de su carácter sacro pagano.

Altar rupestre de Los Rincones de Pata (39° 43′ 7.95″ N –6° 47′ 23.47″ W). Su ubicación se corresponde con la dehesa de la Giralda, concretamente en la zona conocida como los rincones de pata. En una posición predilecta permite la visualización de un extenso terreno, incluyendo el arroyo de Arropalma y, en especial, la referenciada ribera de la Mata. Se accede a la plataforma superior mediante tres escalones trabajados, presentando piletas naturales y retocadas, así como desagües y canalillos artificiales por las diferentes caras de la peña. Podemos vislumbrar la forma ovalada de la estructura, con una orientación Norte-Sur, desde la perspectiva de los escalones.

Altar de Paula (39° 43′ 36.10″ N – 6° 46′ 46.24″ W). Situado en la zona conocida como Paula, destaca su talla sobre una peña de una considerable altura. Al igual que la Peña Carnicera, se asienta en una vega desde donde puede ser fácilmente observada. A diferencia del resto, este altar tiene una plataforma superior de pequeñas dimensiones cuyo acceso, caracoleando, se realiza mediante unos escalones, entalles (11 en total) y asideros ajustados a la forma de la peña. En la parte superior encontramos una pequeña pileta de forma rectangular.

Huerta del Portugués (39° 45′ 4.90″ N – 6° 47′ 19.04″ W). Altar rupestre que se encuentra en el Carcaboso de Amores (término municipal de Alcántara), el paraje de la Huerta del Portugués, localizado en una zona alta del espigón perteneciente a la desembocadura del arroyo de Valdelaparra en la ribera de la Mata. Cuenta con tres escalones bien trabajados, dando acceso a la parte superior donde se observa una pileta redonda tallada, franqueada por otras dos piletas anexas con la misma talla. La orientación, desde la perspectiva frontal al acceso, es de Oeste-Este. Su estado de conservación es deficiente debido a su utilización como cantera.

Altar del Mirador (39°42’25.41″ N – 6° 47′ 7.52″ W). En la dehesa de la Giralda, cercano al charco de la nave, el Mirador se erige sobre un cerro. Desde el altar es posible observar lugares tan significativos como los arroyos del Corredor y Arropalma, así como la ribera de la Mata. De menor tamaño que los anteriores, y planta alargada, presenta dos accesos. En su parte baja apreciamos un rebaje y dos entalles junto a una pileta redonda conectada a un espacio esférico. Algún entalle más y un desagüe, nos guía a la parte superior de la estructura, cuyo camino se realiza por tres escalones. Su orientación es Nordeste-Sudeste. Destaca el hallazgo de restos materiales de distintas épocas en los alrededores de la peña. El estado de conservación es deficiente, reutilizado como cantera.

Peña Mágica (39° 42′ 33.91″ N – 6° 44′ 4.24″ W). Se encuentra en la finca de Cuenquero, perteneciente al término municipal de Alcántara. Sobresale en el terreno como un posible altar solar, con múltiples evidencias de la presencia humana, aunque la peña en sí no aparezca trabajada. Dividida en tres partes, aparentemente de manera natural, muestra una cavidad central que atraviesa toda la estructura, pudiéndose observar el sol en el atardecer del equinoccio de primavera, para después desaparecer en el horizonte. En cierto modo es un momento de apenas unos minutos que podríamos definir como mágicos. En cuanto a su orientación, es evidente que hablamos de Este-Oeste.

 

Santuario rupestre Casa del Roble (39º 44´ 10.37´´ N – 6º 46´ 6.79´´ W). El santuario se encuentra ubicado en el término municipal de Mata de Alcántara, en una hondonada sin que sea perceptible su posición fuera del contexto más cercano, es decir, creado para una visualización directa. Para su análisis, lo hemos dividido en tres zonas: conjunto principal, lancha del santuario, y banco monumental (Fig. 5).

Fig 5. Dibujo general del santuario rupestre de Casa del Roble (Mata de Alcántara, Cáceres).

Entre sus características aparecen un amplio abanico de elementos característicos de los santuarios rupestres: escalones, entalles, rebajes, asientos, piletas, desagües, canalillos, cazoletas, plataformas elevadas, etc. (Fig. 6). Las particularidades son obvias en sus dos escaleras de acceso, de dispar anchura; las ondulaciones artificiales de los distintos bordes, a lo largo de todo el conjunto; sus distintivos bancos corridos redondeados, requiriendo un esfuerzo extra en relación con los asientos más clásicos de tipo indoeuropeo; sin poder olvidar las cazoletas estándar de fondo pulido, que denotan que estamos ante un enclave especial, posiblemente anterior al propio santuario.

 Figura 6. Piletas en el lado Norte del conjunto principal del santuario rupestre Casa del Roble (Mata de Alcántara, Cáceres).

La estructuración del lugar se presenta con el conjunto principal que adquiere altura progresivamente y por medio de plataformas, cuan zigurat, refleja una monumentalidad atípica. Sus dos accesos nos recuerdan algo común en los recintos sagrados de múltiples cultos, pueblos y civilizaciones, algo que no es ajeno al judaísmo, islam o cristianismo, reflejado en sus sinagogas, mezquitas o iglesias. Hay una evidente intencionalidad de separar a los hombres sagrados del resto, dos caminos diferenciados. En cuanto al acceso, llamemos sagrado, de forma laberíntica te conduce hacia la plataforma más elevada del conjunto principal, a la vez que conecta con el banco monumental, tan peculiar y que aparenta exclusividad.

El paisaje esquivo a las miradas se rompe sobre el lugar, donde toma relevancia una gran lancha de 110 metros de longitud y unos 20 metros de anchura que destaca sobre el resto del espacio, como se aprecia en las fotografías aéreas. Esta gran lancha fija su mirada hacia el centro del altar, la ceremonia, aproximadamente a 8 metros por encima del complejo principal. Por este motivo, podemos pensar que dicha lancha es parte integrante del santuario, concediendo la posibilidad de actuar como graderío o un medio para invocar/conectar con el resto del entorno natural.

Fig 7. Banco monumental del santuario rupestre Casa del Roble (Mata de Alcántara, Cáceres)

Si nos situamos en el centro del altar, hacia el Sureste (110 m. de distancia) existe un banco corrido redondeado de 8 metros de largo, con un lado cóncavo que mira, de nuevo como la gran lancha de piedra, hacia el altar (Fig. 7). Al igual que el resto del santuario, su tallado en la roca, con la misma tipología de bordes redondeados que observamos en el santuario, incluso la tonalidad de la pátina de la roca, parecen indicar que forma parte del conjunto. Elevado a 8 metros por encima del centro del altar, adquiere la categoría de predilecto para la observación del ritual que fuera llevado a cabo. Entre el centro del santuario y el banco, hay presencia de peñas con rebajes y entalladuras.

Al menos en cinco ocasiones se repite una secuencia de elementos que aportan una característica diferenciadora notable que, desconociendo su sentido completo, podemos intuir que requirió mucho trabajo en su ejecución y, por tanto, debió ser importante en el ritual de Casa del Roble. Aparece, junto a un escalón curvo, un asiento redondeado con apoyos para los brazos y lo que apreciamos como entalles. En la parte posterior de los asientos hay acanaladuras, que coinciden con la posición del cuello si la persona sentada estuviera recostada hacia atrás. Los asientos, en su conjunto, tienden a estar inclinados hacia atrás, destacando uno que presenta cuatro vanos que se ajustarían a algún tipo de estructura (postes o sujeciones), dos a la altura del cuello y dos a la altura de los brazos (Fig. 8).

Figura 8. Escaleras y asiento junto a pared en el santuario rupestre Casa del Roble (Mata de Alcántara, Cáceres).

Pero es el juego de líneas curvas de los escalones y asientos lo que da al santuario una monumentalidad y elegancia que creemos que se alejan de los patrones de diseño que se ejecutaron en los altares o santuarios conocidos, asignados al ámbito indoeuropeo (Fig. 9). No es difícil intuir otras influencias, mediterráneas, siguiendo analogías como el santuario de Sicilia, con bancos redondeados y asientos individuales enmarcados por unas volutas, estéticamente similar al santuario rupestre de Casa del Roble (Fig. 10). Las semejanzas parecen repetirse con un altar ubicado en San Vicente de Alcántara (Cáceres), donde la presencia de elementos singulares análogos puede

 

abrir una nueva perspectiva en relación con este tipo de lugares.

En su interpretación destacamos que presenta aspectos que hacen que sea un santuario muy peculiar. Su estructura y cuidados detalles se alejan de las influencias indoeuropeas clásicas que observamos en los altares habituales de la Península Ibérica. A pesar de presentar matices que podrían encuadrarse dentro de una tipología del Hierro II según algunos autores, otros hacen dudar de esa cronología. Este aspecto quedaría reforzado no solo por la múltiple presencia de formas con influencia mediterránea, sino el propio contexto espacial dominado por el que fuera un destacado poblado fortificado

Figura 9. Escaleras y asientos del santuario rupestre Casa del Roble (Mata de Alcántara, Cáceres). Vista desde el sur.

Figura 10. Banco corrido y asientos individuales en el santuario rupestre Casa del Roble (Mata de Alcántara, Cáceres).

protohistórico como es el de La Muralla (3.2 kilómetros de distancia), datado en fechas que sabemos de la existencia de un fluido contacto comercial con el Sur, hilo conductor con el tejido orientalizante.

 

Conclusión

Siendo conscientes de que el Patrimonio Arqueológico representa las huellas de la existencia del hombre, teniendo en cuenta los lugares donde se ha practicado cualquier tipo de actividad humana, sus estructuras, vestigios abandonados de cualquier índole, etc., entendemos su condición de fragilidad y vulnerabilidad ante una posible destrucción. La pérdida de cualquiera de esos vestigios es un daño irreparable, por esa razón la sociedad necesita una concienciación al respecto.

Bien es cierto que existen políticas que implican la protección de este tipo de dominio, de hecho, las podemos observar a distintos niveles (internacional, nacional, regional y local). Pero creemos que no es suficiente, ya que las realidades de los escenarios superan muchas veces a los propios textos, por ello la implicación ciudadana es esencial. Pero ¿cómo puede involucrarse la sociedad en la protección del Patrimonio Arqueológico? Pensamos que la accesibilidad a los conocimientos emanados de los restos y yacimientos es algo fundamental.

Con este trabajo hemos querido ser consecuentes con las necesidades de ir sumando piezas a ese gran puzle que es la Historia, ofreciendo a la sociedad actual un panorama mucho más amplio de los lugares donde habitan, como el término municipal de Mata de Alcántara. De esta manera, y sin poder afirmar con rotundidad la explotación sistemática de minerales en la ribera de la Mata, sí podemos intuir que así fue, a la espera de que investigaciones tecnificadas corroboren esta teoría. De cualquier modo y adicionando los nuevos altares inéditos, ponemos de manifiesto una importante población en periodos protohistóricos viviendo en una zona de riberas escarpadas de escaso o nulo potencial agropecuario, que originó un buen conjunto de monumentos.

El objetivo ha sido una aproximación coherente a los porqués de una importante población en un terreno muy adverso con unas manifestaciones religiosas que aún no entendemos del todo y que este estudio contribuya a seguir profundizando. En estos lugares podemos observar la reminiscencia de lo que fuimos, la señal pétrea de que el mundo fue otra cosa diferente a lo que es, poder y magia, sacralidad… la sensación de volver a nuestros orígenes. Haciéndonos eco de los XLIX Coloquios Históricos de Extremadura, dedicados a la figura de D. José M.ª Gabriel y Galán, esperamos que nuestra aportación despierte el mismo sentimiento que expresara el autor extremeño cuando decía: “Yo no sé qué tieni, qué tieni esta tierra de la Extremaúra, que cuantis que llegan estos emprencipios de la primavera se me poni la sangre encendía que cuasis me quema…”.

 

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Dic 092020
 

Antonio Cantero Muñoz

Resumen

El presente trabajo pretende dar a conocer, datos relativos a las obras de terminación y adorno de la iglesia conventual de Nuestra Señora de la Encarnación de Trujillo, que tuvieron lugar en 1732, sufragadas por el dominico fray Francisco Lasso de la Vega y Córdoba, cuando era obispo de Plasencia. Los documentos aportados, nos permitir conocer como era el edificio religioso, sus obras de arte y ornamentos de primer nivel, que por avatares de la Historia en su mayoría ha desaparecido. También de las fiestas solemnes que tuvieron lugar en Trujillo, dedicadas a su advocación titular.

INTRODUCCIÓN

Don Juan Tena Fernández nos hace saber que en 1732, el dominico fray Francisco Lasso de la Vega y Córdoba, que por entonces era obispo de Plasencia, terminó el claustro del Convento de la Encarnación y su Iglesia, cuidando también de su ornamentación con enseres de gran valor[1]. Este trabajo pretende dar a conocer datos inéditos sobre ese particular, así como por las fiestas que tuvieron lugar para la dedicación del templo.

La fuente primordial de información, es un sermón titulado Breve, y compendiosa noticia de las solemnissimas fiestas con que se dedicó el Magestuoso Templo de Nuestra Señora de la Encarnación de Truxillo, Orden de Predicadores, edificado a expensas de el Ilmo. y Rmo. Señor, el Señor D. Fr. Francisco Lasso de la Vega y Cordova, digníssimo Obispo de Plasencia, de el Consejo de Su Magestad, y su Predicador, Señor de la Villa de Zarayzejo, &c[2]. Contiene la descripción general de como quedó la iglesia, tras las obras sufragadas en gran parte por el obispo de Plasencia, con un inventario detallado de los ornamentos, altares, e imágenes que donó, así como las fiestas celebradas con motivo de su consagración

LA IGLESIA DE LA ENCARNACIÓN HASTA 1732

Fray Alonso Fernández indica que en 1466[3], siendo obispo de Plasencia don Juan de Carvajal, se fundó en Trujillo un cenobio por los hijos de Santo Domingo de Guzmán con el nombre de Santa Catalina de Siena, se trasladó en 1489 a instancia de la nobleza local a la ubicación de la actual Iglesia de la Consolación. Asimismo, se modificó su advocación por el de Nuestra Señora de la Encarnación. El sermón comienza señalando que eran muchos conventos de la Orden de Predicadores, con el nombre de la Virgen María en sus distintas advocaciones, como Atocha, Victoria, Nieva, Peña de Francia. Acto seguido se refiere al de Trujillo, pero señala que en su origen se llamó fue Santa Catalina Mártir, que se modificó “siendo gloriosa causa de esta advocación nueva la hermosa, venerable, y devotísima Imagen de la Reyna de Gracia, que un Señor obispo de Córdoba dio a los Religiosos de esta Casa, passando por la Insigne Ciudad de Truxillo a su Diócesis”. Entiendo que el texto se está refiriendo a quien donó la imagen, a alguien muy relacionado con la Orden de Predicadores, así como por haber sido nombrado titular de la silla de Osio, que se trasladaba a Córdoba, cuyo perfil se ajusta a fray Martín de Córdoba y Mendoza, dominico que fue obispo de Plasencia hasta 1578, al ser designado para ocupar ese cargo[4]. Describe como era, cuya altura era de vara y media[5], a cuya izquierda se encontraba la de San Gabriel[6], que era objeto de intensa devoción por los trujillanos[7]. También que todos los sectores sociales de Trujillo, hicieron lo posible para que hubiera un magnífico templo, pero faltaron los caudales por parte del Ayuntamiento derivado de que la fábrica era muy suntuosa, lo que impidió su terminación[8].

FRAY FRANCISCO LASSO DE LA VEGA Y LA NUEVA FÁBRICA DE LA IGLESIA DE LA ENCARNACIÓN

El dominico Francisco Lasso de la Vega y Córdoba era desde 1721 obispo de Plasencia, pero que residió gran parte de su mandato en Trujillo, con presencia habitual en el Convento de la Encarnación. Puso todo su empeño así como su patrimonio particular, para que se terminará el cenobio y su iglesia, como acredita la escritura de donación que fue otorgada en Trujillo ante el escribano Pedro de Rodas Serrano el 6 de abril de 1729, “estando en las casas de la auitacion del Yltmo y Rmo Sr Dn fr Franco de la Vega y Cordoba, obpo de Plasencia del Consejo de S. M y Sr de la villa de Jaraizexo antte mi el ssno ppco y testigos”, donando a la Virgen de la Encarnación los siguientes bienes que tuviera a su fallecimiento: coches, mulas, guarniciones, paja y cebada[9], que fue aceptada por el prior fray Alonso Bravo. El documento señala que siendo Corregidor de Trujillo don Urbano de Urbano de Ahumada y Guerrero, convenció al obispo para que “se fabricase en Madrid un coche correspondiente a la dignidad episcopal como con efecto se ejecuto en prezio de diez mil Rs”, pero que “themeroso y escrupuloso porque nunca a querido este gasto extraordinario y a el parezer de S Yltma superfluo y a fin de asegurar su conziencia por hallarse con bibos deseos de que se acabe y perfezion la obra costosa de la Yglesia del Combtto de Nuestra Señora de la Encarnazion […] a cuia expensas se está fabricando dicha Yggª por tanto en la mejor via y forma que S Yltma puede y le es deuido otorga por esta scripra que desde luego haze limosna y donazion yrrebocable ynteruivos a la Uirxen Ssma de la Encarnazion del rreferido como de todos los demás qu Su Sª Yltma tubiere en esta ziudad o en otras partes a el tiempo de su fallezimientto y de todas las mulas, guarniziones paxa y zeuada qe se hallare prebenida para ellas con tal calidad y condizn expresa que antte todas cosas se paguen las deudas a los acrehedores de Justizia si los ubiere a los uienes y efectos de Su Sª Yltma pero hauiendo los sufizientes para satisfazerles enteramtte an de quedar dichos coches, mulas, guarniziones, paxa zeuada para dicha Sagrada Ymagen y el Rdo Pe Prior que entonzes fuere de dicho Counetto y su comunidad an de poder uender y uenefiziaando lo rreferido y el caudal que prozediere de ello, se a de emplear prezisamte en la obra de la dicha Yggª y adorno de sus capillas pª el maior culto de Dios nuestro Sr venerazion y debozon a Su Ssma Madre”.

Fray Francisco Lasso de la Vega cuidó mucho de su ornamentación[10], cuyos trabajos duraron tres años y medio[11].Para la terminación de la fábrica de la iglesia conventual y claustro, recurrió al Pedro Romero “el Mozo”, al indicar que texto que “llamó al Maestro Pedro Romero, Artífice muy acreditado de aquella Provincia, y le mando, que siguiendo toda la idea de la planta antigua, continuasse sin dilación la obra”. Era el octavo hijo del maestro de arquitectura Pedro Romero González, que desempeño el cargo de maestro mayor de las fábricas del Arzobispado de Sevilla. Junto con su hermano Félix, trabajó en la Iglesía de Nuestra Señora de la O de Sevilla, dirigiendo también las obras de la del Divino Salvador de Carmona, a la muerte de su indicado hermano en 1709[12], sucediendo a su padre como maestro mayor del duque de Medina Sidonia. Debemos tener presente, que Lasso de la Vega había sido prior del convento de San Pablo de Sevilla, lo que le había permitido conocer los artistas que trabajaban en dicha ciudad, que por entonces era uno de los referentes del Barroco. Veremos a lo largo de la exposición, como recurrió de forma habitual a los afincados en Sevilla, todos de cierto nivel, para la realización de los trabajos que vamos a describir.

El documento que analizamos, contiene una descripción detallada de como quedó la iglesia conventual tras las obras. Actualmente se conserva muy poco de las mismas[13], de ahí la importancia de este texto para que quede constancia de como era originalmente:

            “Corriendo sus hermosas lineas, desde Oriente a Occidente, en ciento y ochenta y quatro pies de largo, medida, que seria disforme, a no aver proporcionado la inteligencia del Architecto la longitud, y latitud, tan ajustadas a las reglas de la simetría, que es toda la grande perfección. La Architectura corresponde en todas sus partes a la belleza del todo: De suerte, que la vista complaciéndose en cada uno de los miembros de este cuerpo bellísimo, halla nuevos deleytes al contemplar la unión admirable, que los enlaza. Desde el pavimiento se van elevando hasta la cornisa las pilastras, que diviendo las Capillas, suben hasta la cornisa, que recibe los arcos de la bóbeda; midiendo con tanta igualdad la distancias, que de ellas resultan otro agradable embeleso de los ojos. La cornisa, que corre todas las lineas, y ángulos del Magestuoso Templo, parece la faxa del Zodiaco, iluminada en vez de signos, con las ventanas, y luneros, que dan tanta claridad como hermosura a toda la Iglesia. Sobre las pilastras descansan los arcos, que van cortando a proporción de las Capillas toda la Bobeda, haziendo una taracea tan agradable, como vistosa la blancura de el yesso, con el color más templado de la piedra. Este bellísimo orden sobresale más con los diversos relieves y hermosas molduras, que adornan los arcos de la Bobeda, ostentando en la uniformidad los sabios desvelos del Artífice, y en la distinción, la bizarría del ingenio, que supo añadir primores a la solidez. Assi corre toda la dilatada capacidad de la nave, hasta el primer arco toral, que forma el Cruzero: Este, aunque conserva la misma Architectura, es mucho más vistoso; porque la proporción de los pilastrones, en que descansan los quatro arcos, la elevación, y ajustado enlace de estos, y el garboso corte de la media naranja, componen un todo que puede servir de exemplar, y de embidia a las Fabricas mas ostentosas.

            Dos ventanas grandes, comunican la luz al gran plano de la Capilla Mayor, con tan bien nivelada distribución, que ni sobra, ni falta, para que se goze el magnífico, espacioso cuerpo de todo el Edificio. El centro de la Capilla Mayor, y donde avria de estar el Altar, si no lo huviesse embarazado mejor idea, ocupan dos espaciosos nichos, que forman dos arcos con sus cornisas y adornos destinados a entierros; y aunque el Ilusstrissimo Señor Lasso pudiera con justo derecho averlos destinado para excelsa familia, o ilustríssima persona, como no busco en este Edificio la vanidad del nombre, sino el obsequio de Religioso humilde, los dexo liberal para la utilidad de el Convento, eligiendo para si una inferior sepultura.

            En medio de este hermoso plano, y en correspondencia perpendicular a la cúpula, o media naranja, se levanta, como maravilla la Escultura, y de la Talla, el Trono de María Santísima de la Encarnación, propiamente como Cielo donde brillan las luzes, y las influencias de tan hermoso Simulacro. Es su fundamento un círculo de piedra de sillería, dividido en seis gradas de piedra, que se van disminuyendo a proporción, y cortan quatro ayrosos semircirculos, dexando el quadro, que sirve de Presbyterio, tan agradable a los ojos, como magestuoso para el culto. Este quadro está rodeado de baluartes, y remates correspondientes a la hermosura de la Fábrica, y proporcionados a la milagrosa idea del Trono, siendo las gradas, o escalones, que le corta, otra circunferencia no poca primorosa de su belleza. El pavimento de este quadro mantiene otro mas pequeño, de que se forman quatro distintas mesas de Altar; y en el espacio, que resulta de las quatro mesas se funda el hermosísimo Retablo. Es la idea un Tabernáculo de quatro frentes, y quatro arcos, tan arreglado todo a las leyes de la simetría, que su correspondencia es uno de aquellos milagros, que acierta pocas vezes el Arte, basas, columnas, y pilastrones se enlazan con singular gallardía, para mantener otra cúpula, o media naranja, cuyas primorosas labores, y dibujos, parece se labraron como en testimonio, de que la gubia, y el cincel no ceden, ni a los rasgos, ni a la delicadeza del buril. En medio de este bello Trono está la hermosísima, y milagrosa Imagen de la Encarnación, cuyo apacible Rostro goza la devoción por todas partes: idea dignísima de sabio zelo, que mandó erigir tan ilustre Solio; porque así como los favores de Maria no tienen límites, se goze también su dulcísimo aspecto por todas partes: y quando se celebra en quatro Altares a un mismo tiempo el inefable, y tremendo Sacrificio de la Missa, reflexione la devoción, quanto debe a la Reyna de Gracia, pues por su medio se comunicó tanto favor a los quatro angulos de la tierra. En el arco, que corresponde al que se llama Altar Mayor, y al lado de la Epístola esta una efigie del Archangel San Gabriel, dando la más feliz Embaxada a su Reyna, tan bello, y tan hermoso, que si las lineas de los hombres pueden acertar a copias de algún modo las perfecciones angélicas, esta vez se logró la correspondencia entre el original, y el retrato. Sobre las quatro frentes de las mesas del Altar, ay quatro Sagrarios, o Tabernáculos pequeños; el principal, sirve para Custodia del Santísimo Sacramento: esta dorado exterior, e interiormente con toda la decencia, que pudo animar la devoción, o adelantar el cariño. Los otros tres guardan diversos Cuerpos de Santos Martyres, que tiñeron amantes, y animosas las cándidas Estolas de su Fe, en la Sacro Santa purpurea Sangre de Jesús. El que corresponde al lado de la Epístola, tiene las preciosas Reliquias de Santa Faustina Virgen, y los Santos Celestino, y Optato; El que le sigue, y mira a la testera del Crucero, ofrece a la veneración, y al respeto de los Fieles, el Cuerpo de San Abundancio. Al lado del Evangelio, están clocadas las insignes Reliquias de San Verecundo, San Columbo, y Santa Perpetua, continuando aun el obsequio del Sol de Justicia, y de su Madre la Aurora de la Gracia. La parte superior del Trono ostenta, sobre las vasas de las columnas, doze candeleros de plata, en quien lo pequeño haze mas admirable lo artificioso. De esta suerte, todo el Tabernáculo es un primor de primores, que estrecha, sin confundirlas, todas las valentías, y destrezas del ingenio, y la execucion.

            La frente espaciosissima de la última pared del Templo, esta adornada con un Retablo de tan primorosa Architectura, tan fútiles labores, y delicadas hojas que apenas puede comprehenderse, como huvo en el pino docilidad para obedecer tan delicados rasgos. En el centro de esta bella máquina es un bien proporcionado ovalo, que estofado, y dorado ricamente sirve de Urna, a la Efigie del Niño Jesús, hechura de Nápoles, y tan perfecta, que a pesar de la vista dudan los ojos si esta animando el bulto, o con espíritu la figura. Es un embeleso santo, que manifiesta a la devoción la incomparable belleza de el Original, pues aunque este excede infinitamente los primores, y desvelos mas valientes de los mortales, si alguna copia es menos distante, o se acerca algo a la incomparable hermosura de su Prototypo, es sin duda esta bellísima Imagen. Coronan el adorno de este bellísimo Retablo tres pinturas, cuya perfección se explica bastamente diziendo, que no solamente se desdizen, sino que igualan la perfeccion admirable de Imagen, y Retablo. La que cae sobre el, ofrece a la ternura, y a los ojos la gloriosa Santa María Magdalena, en aquel éxtasis dulce, o arrebatamiento admirable, quando los Angeles la elevaban desde la Tierra a la Gloria, para que su amante espíritu se recreasse en los Cánticos Celestiales de el Ympyreo. A la mano derecha se ve la segunda Imagen, que es un gran lienzo, que representa el martyrio de la Invicta Virgen Santa Cathalina, aquella hermosa flor, que en los ardores de su ternura, ostentó las llamas de la fineza, entre las fragancias de la sabiduría. Al lado siniestro, que corresponde al de la Epístola, se mira un bello Retrato de Santa Cecilia, aquella insigne Virgen, que con santa destreza supo convertir las delicias de el tálamo nupcial, en candidezes de la Virginidad, ganando el corazón de su Esposo, para conducirle como rendida víctima a los pies de Christo. Estas tres pinturas, y su arreglada colocación, explican quanta prudencia governo sus designio el Ilustrisimo Prelado, Autor de toda esta magnificencia, pues siendo estas tres Vírgenes las Patronas de la Religión, y que desde su Oriente la favorecieron con beneficios singulares, fue discretissima disposición, colocarlas en la principal parte del Tempo, como encomendándolas su defensa y patrocinio.

A los dos arcos torales, que forman la media naranja, corresponden por el lado del Evangelio una puerta de piedra de sillería, que servírá en acabándose el Claustro (que ya esta fabricando la generosa piedad de el Señor Obispo) a la comunicación con la Sacristía: Enfrente de esta, al lado de la Epístola, puso la devoción del Ilustrisimo Señor Lasso, el Altar de Nuestra Señora del Rosario, que se compone de una pintura de dos varas y media de largo, donde se ve, o se admira, pues no cabe distancia entre ver, y admirar tan grande prodigio, una Imagen de la Reyna de la Gracia, tan perfecta, tan hermosa, tan atractiva, tan dulce, que arrebata por los ojos con dulce jurisdicción los ánimos, siendo esta preciosa servidumbre, la mas noble y apetecible libertad. Tiene entre sus virginales brazos a su Santísimo Hijo, a cuyos pies esta el glorioso Santo Domingo, recibiendo de la piadosa ternura de Maria el tesoro riquísimo de su Rosario. Parece, que Maria Santísima, que mientras vivió el Santo Patriarcha en la tierra, se esmeró tanto en favorecerle, y regalarle, quiso comunicar al pincel toda la destreza, y todo el numen de la pintura, para que sacase muy propia, muy devota, y muy parecida al sublime original el retrato de su Capellán, su Siervo, y Esposo Domingo. Hablamos con la seguridad, de que estas cláusulas, lejos de llegar a hyperbole, serán muy débiles, y distantes para todos los que huvieren visto la hermosa Imagen. A esta perla sirve como de concha un marco de talla calada en diversas flores, frutos, hojas y rayos, en que el cincel dio nueva vida al pino, o por mejor dezir le formó en otro ser más ilustre, que el que gozaba, quando fue corona de los montes. Con el mismo primor luze la gradería del Altar, y las cortinas, velo, cenefas, y flores de mano, copian una especie de jardín, en que el arte parece quiere mostrar a la naturaleza, lo que pueden sus desvelos, y alcanza sus emulaciones.

            En la primera Capilla del cuerpo de la Iglesia, empecandoo por la parte superior ay un Retablo, cuya idea, labores, y buena disposición, no solo no desdize del bello todo, que vamos describiendo, pero aun con vanidades de único, pretende merecer más asombros, y más aplausos. Esta dedicada al glorioso Patriarca San Jospeh, Esposo de María; y la Efigie, que le representa, y es obra del grande Artífice Sevillano, en que nuestro siglo resucitó los aciertos de los Phidias, y Lyssipos, apuró quanto su Escultura puede dar de si. En dos nichos, que ocupan las intercolumnios del Retablo, están nuestros Santísimos Patriarcas San Francisco, y Santo Domingo, como inmediatos después de Joseph, a las finezas y favores de la Reyna de la Gracia.

            Tres grandes Heroes de la Iglesia, y lucidisimos esplendores de la Orden de Santo Domingo, honran la segunda Capilla de esta primera vanda. El Retablo muestra, que pueden caber los excessos, donde no ay lugar para las ventajas, pues siendo tan primoroso el primero, que acabamos de describir, se ven tales rasgos en este segundo, que casi se determinan a votar por el la razón y el juyzio. El principal sitio de este abreviado Cielo, ocupa el Glorioso Pontífice San Pio V que aunque inferior en el tiempo a San Jacinto, y San Antonio que están en los nichos de los lados, logró la preferencia, en atención a la Suprema Dignidad de la Tyara. Todas tres hechuras concilia la devoción, entre los agrados de la vista.

            San Vicente Ferrer, rayo triunfante de el Evangelio, Gloria de España, Apostol de Occidente, y assombro de los prodigios, se venera en la tercera Capilla, en otro no menos lucido Trono, que desdeñando el nombre común de Retablo, pretende, y no sin justicia, el de portento. La Efigie del Glorisossissimo Predicador de Jesus, es muy perfecta, y copia de algún modo, en el ademan ayroso aquella Santa, y victoria energía, que coronó con tantos trofeos la gracia, y enriqueció la Iglesia con los despojos del Mahometismo, y a la Synagoga. Acompañan al Bendito Santo los dos Inclytos Martyres San Crispín, y San Crispiniano; y en el Sagrario de este Altar, principales Reliquias de los Cuerpos de estos Santos: porque se junten a honor de Christo, las palmas de la voz, y los trofeos de la caridad.

            La quarta Capilla, cae ya debaxo del magnífico, y capacissimo Coro y esta dedicada a una Imagen de Nuestra Señora, con el terno título del Mayor Dolor, aludiendo al que aquella elevadissima Alma padeció en la muerte de su Santissimo Hijo. Es de perfecta estatura, y en todo semejante (como el mismo Artífice) a la que se venera en el sumptuoso Templo del Colegio Imperial de Madrid, de la esclarecida Compañía de Jesus. La que según el orden de la Iglesia, avia de ser quinta Capilla, se reduxo, por prudentisimos motivos, a un capaz aposento, para que en el se guarden diferentes alhajas del Templo, que en el fueran sin duda embarazo; y al mismo fin se destinó la que corresponde por el lado de la Epístola, cuya Capillas, vamos a delinear, siguiendo el mismo orden, hasta terminar otra vez en el Cruzero.

            La quinta (que también cae debaxo de el Coro) tiene un Retablo pequeño; pero tan primoroso, que la Architectura desafía con el toda la inteligencia, ostantando, y defendiendo, es más difícil empressa, y más noble industria, reducir a la pequeñez tantos primores, que formar milagros en sitio muy capaz. Sirve este compendioso prodigio de Trono a la Imagen de un Santo Crucificado de marfil, con el título de la Buena Muerte, sin que la indocilidad de la materia bastasse a impedir esmeros, y primores de la forma. Aquí hizo Su Ilustrisima una dotación, de que se hace memoria en el instrumento, que está al fin de esta breve descripción.

            La sexta Capilla, es una hermosa y capacissima puerta, que sale a un ángulo del Claustro, y se dispuso con el fin, de que por ella se formen, y hagan las Procesiones, con el desahogo, y orden conveniente. Esta defendida y adornada con un cancel, en que se juntaron la hermosura, y la fortaleza.

            El Angélico Doctor Santo Thomas de Aquino, es, después de nuestro glorioso Patriarcha, el mayor decoro, el más alto lustre, el honor más noble de nuestra Orden Sagrada, y assi en el concurso de tantas insignes memorias de nuestro explendor, no podía faltar la veneración de este espíritu milagroso, en quien la sabiduría, y la santidad disputaron la preferencia, sin que pueda resolverse, qual atributo fue más grande en este Monstruo Sagrado, pues la prudencia más perspicaz, solo halla, a un fatigado todos los discursos para examinar esta duda, una ciencia, que fue honor de la virtud; y una virtud, a quien esmaltan todos los esplendores de la ciencia. El Artífice, que se encomendó del Retablo, que sirve de trono al glorioso Santo Thomas, se hizo cargo de su grande empeño, pero tuvo la fortuna de cumplir tan cabalmente su empressa, que aun siendo tanta la ternura de los que le aman como Maestro, y le veneran como santo, no quedan quexosos sus deseos. La Imagen del Angel glorioso tiene en una mano la pluma, por donde corrieron embueltas en rayos de luz las verdades de nuestra Religión: En otra la Ilgesia, que iluminó con sus escritos, y llenó de auxilios sus exemplos. En el pecho ostenta todo el Sol, como significado, que alli se abreviaron todos los rayos, toos los reflexos, y explendores de virtudes y de ciencias. En este Retablo ay también nicho para otras Imágenes de Santos, que aun no están colocadas, porque como Dios ha ilustrado la Orden de Predicadores, con tantos hijos, que merecen los Altares: se detuvo la devoción como suspensa, no sabiendo a quien dar la primacía.

            La última Capilla de esta vanda, que por sus adornos, y Retablos tiene fundada presumpciones de la primera, luze mucho con el exquisito Retablo; pero más con la perfectíssima Imagen de San Phelipe Neri, obra también del insigne Sevillano. En el semblante de esta efigie se ven los seráficos ardores de aquella caridad ardiente, que hizo tan singularmente ilustre al glorioso Confessor, y aun se perciben los rasgos de aquella sobrenatural prudencia, que sirvió a tantas almas de feliz norte, para seguir los rumbos de la vida eterna. Con razón podemos comparar esta Capilla con el famoso Monte Ethna, pues como el junta llamas, nieves y flores, assi el Retablo, que la adorna, muestra una contradicción amiga en el orden de la gracia, con los incendios de Phelipe, las candidezes, y flores de Rosa, y de Cathalina, que en el teatro de la Santidad, son aquel original, y aquella copia, que aun no se distinguen, quando se comparan.

            Sobre esta hermosa linea de Capilla, corre por la parte superior otra Tribuna, que adornada de balcones dorados, y primorosas pinturas por la parte exterior, no solo hermosean el Templo con las luzes, que le franquean, y recibe por la parte del medio día, sino son my propias para el desahogo de los concursos, y assiencia de las personas de distinción. En la vanda opuesta no huvo capacidad para construir Tribunas; pero suplió el arte la correspondencia, poniendo balcones, y mintiendo el pincel luzes, y cortinas con tal propiedad, que para no engañarse, necessitan los ojos el auxilio de las manos.

NOTAS MÁS RELEVANTES DE LA IGLESIA CONVENTUAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA ENCARNACIÓN EN 1732

Capilla Mayor

Se encontraba bajo la cúpula de media naranja, presidido por la imagen descrita de Nuestra Señora de la Encarnación con el Arcángel San Gabriel en su trono, que a su vez lo estaba sobre un retablo de cuatro caras con su propio altar cada una: el principal se destinó al Santísimo Sacramento, el del lado de la Epístola con reliquias de Santa Faustina Virgen y San Celestino y San Optato; el que miraba a la testera del crucero la de San Abundancio; en la nave del Evangelio, las de San Veracundo, San Columbo, y Santa Perpetua. Disponemos de un testimonio harto elocuente que acredita la anterior descripción, en concreto Antonio Ponz cuando visitó en Trujillo esta iglesia[14].

La Virgen del Mayor Dolor

Su capilla estaba debajo del Coro, aportando el sermón un dato muy relevante sobre el autor de su magnífica imagen, al indicar que “es de perfecta estatura, y en todo semejante (como el mismo Artífice) a la que se venera en el sumptuoso Templo del Colegio Imperial de Madrid, de la esclarecida Compañía de Jesús”. Por tanto, se está refiriendo a Pedro de Mena y Medrano[15], dejando sin valor la atribución que hasta ahora se había efectuado a Bartolomé Fernández Jerez[16]. Llegó a Trujillo durante el pontificado de Lasso de la Vega, aunque en principio su destino era El Escurial, donde se recibió en su lugar otra efigie igual que el obispo mandó hacer[17].

Se erigió una cofradía con esa advocación[18], aunque los documentos de su fundación se extraviaron[19]. Las autoridades eclesiásticas concedieron indulgencias a la Virgen del Mayor Dolor:

El Yltmo y Reverendísimo Sor Dn Fr. Francisco Laso de la Vega y Cordova, concedió cuarenta días de indulgencias a los que rezaren un Padre nuestro y Ave Maria, delante de la Ymagen de María Santísima del Mayor Dolor. El Yltmo Sor D. Lorenzo Ygual de Soria, concedió cuarenta días de indulgencias a los que rezaren una Salve delante de la misma Ymagen. El Yltmo Sor D. Antonio Carrillo Mayoral, concedió cuarenta días de Yndulgencias a los que recen una Ave Maria delante de la misma Ymagen. Yten el mismo Sor concedió cuarenta días por cada Ave María de la Corona, rezándola delante de la Ymagen. Visitando esta Yglesia el Yltmo y Reverendísimo Sor D. Fr. Rodrigo Antonio de Orellana, Obispo de Avila, y antes de Tucumán, en veinte y cinco de Agosto de mil ochocientos diez y ocho, concedió por si y otros dos Sres Obispos con quienes estaba convenido pª este efecto, ciento veinte días rezando una Salve delante de la Virgen del Mayor Dolor. Yten el mismo Sor, concedió cuarenta días, rezando un responso por la intención de Su Señoría Ylustrisima en la Capilla del Mayor Dolor. Visitando esta Yglesia en veinte y siete de octubre de mil ochocientos veinte y nuevo el Yltmo. Sor Obispo de Plasencia, D. Cipriano Varela, concedió cuarenta días de indulgencias, rezando una Salve a María Santísima del Mayor Dolor”.

Durante el Trienio Liberal los dominicos fueron exclaustrados entre 1820 a 1821, entonces “D. Félix Spina y mi Sra madre Dª Ysabel López, acudieron por lo tanto al Yltmo Sor Obispo de Plasencia, se dignase que espesada Ymagen fuese trasladada al templo del Combento de Sor San Franco, de donde a sus espensas ofrecieron, como así egecutaron la construcción de capilla y un camarín bastante decente”mariana[20]. Al regreso de los frailes reclamaron la imagen, pero con la desamortización de 1835 fue depositada en el Convento de San Miguel “pero en un sitio que ofrece poco decoro, y sufriendo su mérito artístico grandes pérdidas: y con el fin de ebitarlas, y que la grande devoción que en otros tiempos han tenido los fieles a esta imagen buelba a acrecentarse, me he decidido a que a mis espensas, se construya una nueva Capilla y Camarín en la Yglesia de San Franco por ser la más concurrida, y hallarse en el centro de la población, y trasladar la espresada Ymagen prebio el consentimiento de V”. Por esta razón don Manuel Malo de Molina, solicitó su traslado a la iglesia del extinguido convento de San Francisco, que por entonces se titulaba Iglesia de San Andrés, petición admitida a trámite el 29 de noviembre de 1848 por don Gregorio Ildefonso Cidoncha, en calidad de vicario eclesiástico de Trujillo. Se practicó información testifical, que reflejo la intensa devoción de que era objeto la Virgen del Mayor Dolor. Por Auto de Auto de 7 de diciembre 1848 se autorizó el traslado “sin que sea visto pueda esta providencia perjudicar en lo más mínimo los derechos que pueda tener a dicha ymagen la Comunidad de Religiosos Dominicos de la Encarnación de esta Ciudad”. Por tal razón se produjo fue llevada desde San Miguel, que por entonces se titulaba Iglesia de Santo Domingo[21].

Las monjas dominicas regresaron a San Miguel en 1850[22], recuperando la Virgen del Mayor Dolor. Con carácter previo, solicitaron su devolución el 11 de marzo 1852 al Gobernador Eclesiástico, por estar la sede vacante, petición encabezada por Sor Basilia Díaz Garzón del Santísimo Rosario en calidad de presidenta de la comunidad, suscrita por las demás monjas. Su argumento, que habían vuelto a Trujillo como comunidad, así como que dicha imagen siempre había recibido culto en un templo de la Orden de Predicadores:

«Pudo ser conveniente semejante disposición pr no hallarse en esta la Comunidad exponente y pr la oferta del Sr Malo a sostener y propagar su culto, las circunstancias an variado completamte y en el día no creen las qe suscriben ni justo ni conveniente el qe permanezca la imagen fuera de esta Yglesia. No justo por qe dicha imagen era propiedad de los Religiosos Dominicos del Convento de la Encarnación de esta ciudad, quienes al verificarse su exclaustración la cedieron en pleno dominio a esta Comunidad, qe a sus expensas la traslado, arregló y compuso su retablo, Altar y demás concerniente a su culto, pr consiguiente, sería perjudicar sus derechos y el privarla de una efigie qe es y ha sido siempre de su mayor consuelo toda vez que an vuelto a su convento. Tampoco conveniente, pr qe dado caso qe el Sr Dn Manuel Malo de Molina cumpliese su promesa (lo qe no ha verificado por qe el culto de dicha imagen se costea de limosna como antes) al fin es una persona qe mañana faltan como sus hijos se se obligaran a seguir su devoción, por el contrario una Comunidad nunca muerte, ni se limita a solemnizar el día de su festividad, sino qe su culto es constante, es de todos los días. Hay más Sr Gobernador qe una imagen qe es el embeleso de estos habitantes, carece de limosnas pr qe al saber qe el Sr Malo se ha comprometido a costear su culto se retraen de ofrecer sus ofrendas, y unos pr otros el culto de la Sra se pierde. Por todas estas razones la Comunidad qe subscribe no duda suplicar a VS se digne dar su superior orden pa qe la imagen del Mayor Dolor sea devuelta a esta su Yglesia ya qe la Comunidad ha regresado a su antigua casa, con lo qe ganará de seguro el culto de la Sma imagen y la comunidad en estado contenta y satisfecha, Sor Basilia Díaz Garzón del Santísimo Rosario en calidad de presidenta de la comunidad”.

Pedro Duque Cornejo y la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación

El sermón que estamos analizando, en la descripción que hace de la Capilla de San José, expresa que “la efigie que le representa y es obra del grande artífice Sevillano, en que nuestro siglo resucitó los aciertos de Phidias y Lissipos”, por tanto se está refiriendo a un escultor de Sevilla que vivió durante el Siglo XVIII. De igual forma, cuando se refiere a la Capilla de San Felipe Neri, indica “la última Capilla de esta vanda, que por sus adornos, y Retablos tiene fundada presumpciones de la primera, luze mucho con el exquisito Retablo; pero más con la perfectísima Imagen de San Phelipe Neri, obra también del insigne Sevillano”. Por tanto, al mismo artista que además hacía retablos, y aunque ahora mismo no disponemos de testimonio documental determinante, que acredite que Pedro Duque Cornejo fue el autor de esas imágenes, entiendo que por la referencia temporal que hace el texto, le puede corresponder la autoría de esa imágenes y retablos.

El sepulcro de fray Francisco Lasso de la Vega y Córdoba

Don Juan Tena dice que fue enterrado en la sepultura que le fue construida junto a las gradas del altar mayor, sin encontrar referencias sobre su traslado a Sevilla[23], de los que voy aportar datos inéditos. El entierro fue el día 15 de julio de 1738 en La Encarnación, tras la misa de requiem, a la que asistieron los Cabildos de Capellanes y todas las comunidades religiosas de la ciudad[24]:

Yo Pedro de Rodas Serrano, essno del Rey Nuestro Señor publico del número y Aiuntamiento de esta M. N. Y. M. L. Ciudad de Truxillo por mrd del Rl Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe zertifico y doi fee que oi día de la fha estando en el Combento de Religiosos de Nuestra Señora de la Encarnación del Sagrado Horden de Predicadores de esta dicha Ciudad, zelebrandose ofizio general por los Cauildos Eclesscos y Comunidades de Religiosos de ella, para el entierro del Yllmo y Rmo Sor Dn fr Franco Lasso de la Vega y Cordoua, obispo de Plasenzia, […] después de hauerse cantado missa de requien y prezedido el ofizio de sepultura, estando el cuerpo de su Yllma, vestido de Pontifical, metido en una caja de madera forrada en damasco morado guarnezida y tachonada, se colocó en un sepulcro que su Yllma hauida mandado fabricar para este efecto al pie de las gradas del Altar maior de la Yglesia de dicho Combento para que en el se mantubiesee esta que fueran trasladados los guesos de su Yllma al Rl Combentto de Sn Pablo de la Ciudad de Seuilla que es del mismo horden. Según lo dispuso y hordenó dicho Yllmo Sr por una de las Clausulas del testamento zerrado que otorgó ante mi el dicho essno que fue abierto y publicado por mandado de la Justizia Rl de esta Ciudad, en catorze del presente mes, en que también dispuso fuese dicha sepultura por vía de depósito, en cuia conformidad hauiendose zerrado dicho caja, con su tapa, zerradura y llaue, la reziuio el M. R. P. fr. Fernado Arias Mariano, Lector de Theologia del referido Combento de Nuestra Sra, de la Encarnazion, vicario incapite de el a quien yo el essno, entregue dicha llaue, y la passo a su poder, y se obligó por si y el R. P. Prior y religiosos que por todo tiempo fueren de dicho Combentto a tener el dicho cuerpo de su Yllma en la calidad y deposito interin que llega su traslazion al referido Combentto de Sn Pablo. Y a que le entregaran sin cosa ni embarazo alguno caja y quando que por parte lexitima le sea pedido, todo lo qual pasó en mi presenzia”.

Se publicó el sermón que se predicó en el entierro del obispo dominico[25]. Dicho documento señala que “murió, en fin, nuestro Illmo y V Lasso siendo Prior actual de esta gravissima Casa”. Asimismo, nos hace saber que ponía en la lápida de su sepulcro, cuando expresaba que “mando escribir en la lauda de su sepulchro que pide humildemente a sus Hermanos, y Feligreses, que ruege por su Alma a María Santísima de la Encarnación”.

Con respecto al traslado de su cuerpo a Sevilla hasta ahora no existían datos. Aquí reflejo otro testimonio inédito, que acredita que tuvo lugar el 2 de julio de 1740[26]:

Dezimos los Ynfrascritos fr Honorio Terron, Pressdo en Sagrada Theologia y fr Pedro de Reyna, Lector de Thª del Rl Combto de Sn Pablo de Sevilla del Orden de Predicres y Apoderamos q somos de aquella Comund pª la conduzon del cuerpo de Ylltmo Rmo Sr Dn fr Franco Lasso de la Vega y Cordoua, obispo qe fue de este obispado de Plassª, haber rezeuido del M. R. Pe fr Antonio de Barcia Lector de Thª y Presidente Vicario in capite del Convto de la Encarnazon de esta Ciud de Truxillo de dicho Sagdo Orden en voz y nre de su Comunidad, el dicho cadáver de su Sria Yltma en la misma conformidad que expresa este testimonio para llebarlo y conduzirlo al dicho Real Conbento de Sn Pablo de Sevilla, según y como dicho Sor Yltmo difunto lo dexo dispuesto y ordenado, dando como damos al referido Combento y comunidad de dicho Combento de la Encaranzonpr libre de la obligazon en q estaba constituido y para q conste como tales apoderados, del referido Rl Combento y Comund de Sn Pablo de Sevilla, lo firmamos en esta Ciudde Truxillo en dos días del mes de julio de mill setezos y quarenta ss”.

Asimismo, se publicó el sermón que se predicó ese día[27], que nos hace saber que sus restos fueron depositados junto a Nuestra Señora del Consuelo, en la iglesia del Convento de San Pablo, donde tomó el hábito el 13 de abril de 1678[28]: “que nuestro Ilustrisimo Lasso determinó ante de morir, que su cuerpo se sepultara, y se guardaran sus huessos a las Sacratissimas plantas de Maria Señora nuestra, con el título del Consuelo, de quien fue especialissimo devoto

INVENTARIO DE BIENES DONADOS POR LASSO DE LA VEGA A LA IGLESIA DE LA ENCARNACIÓN

Como hemos dicho, Lasso de la Vega puso mucho empeño en la mejor ornamentación y dotación con enseres de la iglesia conventual, que estuviera a la altura de las obras realizadas. Disponemos del inventario de alhajas que donó el prelado dominico, fechado el 20 de noviembre de 1730, otorgado ante el notario eclesiástico Alonso Gómez de Gironda[29], bajo la condición que ninguna de alhajas, imágenes, u ornamentos, se pudiera vender cambiar ni enajenar, pues en este caso su destino sería el Convento de San Francisco de Trujillo.

Vestidos de Nuestra Señora de la Encarnación

Primeramente, una Cruz de oro, y piedras finas. Item, un vestido entero, con su Manto de medio tisú de oro, color blanco, guarnecido con galon de oro fino. Item, otro vestido de medio tisú de oro, color carmesí. Item, otro vestido de tela blanca, que llaman Magestad. Item, otro vestido, color carmesi, bordado en el tela. Item, dos vestidos de persiana, el uno color celeste, y el otro verde. Item, otro vestido de raso morado, con flores blancas. Item, unas Andas de madera para Nuestra Señora, con sus faldones de damasco blanco, y zenefas de color carmesí. Item, una Mesa, que sirve de Altar portátil, quando esta puesta Nuestra Señora en las Andas, y un Frontal de damasco blanco, y zenefas de carmesí para dicho Altar

Vestidos de los Santos

            Primeramente, seis vestidos, en forma de Avitos, de medio tisú de oro blanco, guarnecidos con galón de oro fino: y sus Capas; y Capillas de ormesí negro, guarnecidas de dicho galón, para Nuestro Padre Santo Domingo, Santo Thomas, San Jacinto; San Vicente, Santa Rosa, y Santa Cathalina. Item, otro Avito de medio tius de oro, de color cenizoso, guarnecido con dicho galón, para nuestra Padre San Francisco. Item, unas Andas grandes de madera, para que en ellas vaya juntos en procession los dos Patriarchas señor Santo Domingo, y San Francisco, con faldones guarnecidos.

Ornamentos

Un Terno de tisú de oro blanco, guarnecida de galón de oro, forrado en tafetán blanco, que se compone de Capa, Casulla, Dalmáticas, siete collares con sus cordones, y borlas de oro, u seda; y las Estolas, y Manípulos, correspondientes: dos paños para los Atriles, donde se cantan las Epístolas, y Evangelios; Frontal, y Paño del Púlpito. Más, otro Terno de medio tisu de oro blanco, guarnecido de galón de oro fino, y forrado en tafetán carmesí, que se compone de Casulla, Dalmáticas, Estolas, y Manípulos correspondientes: siete collares con sus cordones, y borlas de seda, Paño de Cáliz, y Bolsa de Corporales. Un Palio de medio tisú de oro blanco, entrelado de olandilla, y forrado en tafetán carmesí, guarnecido con gaón, y flueque, y alamares, todo en oro. Una Manga para la Cruz, de medio tisú de oro blanco, guarnecida con galón, y lueque de oro. Un Viso, para delante de la perta del Sagrario del Altar Mayor de terciopelo carmesí borado de oro, y planta, con una Custodia en medio, y dos Ángeles a los lados, con los Atributos del Sacrametno, todo también bordado de oro, plata. Item, otro Viso, y dos Cortinas de tela blanca, que llaman Magestad, para los dos Sagrarios. Item, doze Cortinas, o Velos de tafetán alistado doblete de Valencia, para los Altares de Nuestra Señora, y demás Santos de dicha Iglesia. Item, quatro Casullas de damasco blanco, con sus cenefas de color carmesí, guarnecidas de galón de seda, con sus Estolas, y Manípulos. Item, otras quatro Casullas de damasco carmesí, con cenefas blancas, sus Estolas, y Manípulos, guarnecidas del mismo galón. Item, tres Casullas de damasco verde, con sus Estolas, y Manípulos, guarnecidas de el mismo galón. Item, otras tres Casullas de damasco morado, con sus Estolas, y Manípulos, guarnecidas del mismo galón. Item, tres Paños de ombros por tapazes de tafetán doble, bordado en el telar, con guarnición y alamares de seda. Un frontal de persiana blanco, con guarnición de galón de oro fino, para el Altar Mayor. Item, quatro Frontales para dicho Altar Mayor, de damasco, con guarnición de seda, uno de color carmesí otro verde, otro morado, y el otro negro. Iten treze Frontales de damasco blanco, con zenefas de color carmesí, guarnecidos de galón de seda para los demás Altares de dicha Iglesia. Item, diez Bolsas de Corporales, de damasco de todos colores. Item, treze Paños, de tafetán de todos colores, para cubrir el Cáliz. Item doze hijuelas, para cubri las Patenas, y Calizes. Item, treinta y nueve cabritillas encarnadas, para cubrir los treze Altares, tres para cada uno. Item, dos Missales grandes, nuevos y de letra crecida, de la Orden referida de Predicadoes, para que sirvan en las Missas Conventuales de los días de precepto. Item, doze ramos de flores de seda de mano, para adornar los Altares. Item, una Alfombra de varios colores, de nueve varas de largo, y cinco menos cuarta de ancho, para las gradas del presbyterio. Item dos arañas grandes doradas, de ocho luzes cada una. Item, dos Pilas de jaspe encarnado, con sus pies de lo mismo, con embutidos de jaspe negro, ddlaboreadas para el Agua Bendita; y encima de cada una, una Cruz de jaspe negro, con su peana, embutida en jaspe blanco.

Ropa blanca

Primeramente, tres Albas de estopilla de Olan, bordadas, y con encaxes de a tercia de ancho, muy finos de Bruselas. Item, tres Amitos de la misma tela de estopilla de Olan, también bordados, y con encaxes muy finos. Item, unos Corporales con su palia de la misma tela, bordados, y con encaxes muy finos. Item, ocho Albas, las dos de ellas para Clérigos, con encaxes de a quatro dedos de ancho. Item, nueve Amitos con sus encaxes. Item, ocho Corporales con sus palias, con encaxes. Item, cinco Roquetes con sus encaxes. Item, cinquenta Purificadores. Item, ocho Cíngulos de cordón de seda de todos colores, con sus borlas de lo mismo en los remates. Item, veinte y dos Tohallas para los platillos, y vinageras. Item diez y seis manteles para los Altares. Item, trece aras con sus caxas de madera, y cubierta de angeo para los Altares. Item, trece cubiertas de angeo, para cubrir los planos de los trece Altares de la Iglesia, debaxo de los manteles. Item, seis platillos de peltre, y en ellos seis pares de vinageras de vidrio.

Alhajas de plata

Primeramente, un Cáliz, y Patena nueva de plata, dorado por la parte de a dentro, y por la de a fuera, hechura toda de feligrana, digo de relieve. Item, unas vinageras, planto, y campanilla de planta. Item, seis Candeleros grandes de plata. Item, doce pequeños de plata, que están puestos de fijo en la redondez del Trono, donde esta colocada Nuestra Señora de la Encarnación. Item, una Cruz grande con su peana de plata, y en ella un Santisimo Chirsto de plata sobredorada. Item dos Atriles de plata. Item, un Incensiario, cuchara, y naveta de plata. Item una Corona Imperial de plata para el Niño Jesús. Y se advierte, que para el costo y hechura de otro Incensiario, y naveta, caldereta, y guisopo todo de plata, dixo Su Ilustrísima aver contribuido con cinquenta y nueve pesos escudos, assi en plata, como en dinero. Y también se advierte, que aunque en la tercera Capilla del lado derecho de dicha Iglesia, que es la que está enfrente de la puerta que va a salir al Claustro, se halla puesto el Retablo, que en la Iglesia vieja servía para el Altar mayor, para ajustarlo y ponerlo en esta expressada Capilla, por estar, como estaba, nuevo, avia contribuido Su Señoría Ilustrísima con muy cerca de mil reales, assi en madera como en dinero.

FIESTAS DEDICATORIAS CELEBRADAS POR LA TERMINACIÓN DE LA IGLESIA CONVENTUAL

Terminada las obras y adornado el templo, Lasso de la Vega procuró en que tuvieran lugar las solemnes fiestas de dedicación, celebradas durante varios días, que contó con la colaboración del Ayuntamiento y los vecinos, que vamos a describir a continuación.

Sábado 11 de noviembre de 1732

El obispo mandó por edictos, que a las dos de la tarde concurrieran en La Encarnación, el Cabildo de Capellanes, todas las cofradías y congregaciones de Trujillo. También la Corporación Municipal, que quiso estar a la altura del evento, cuidando que se limpiasen las calles, en razón del carácter festivo del evento, mandando “que se previniessen Danzas, Gigantones, y todas las alegrías que se usan el día del Corpus”. Asimismo, los vecinos colaboraron en el adorno externos de sus casas[30].

El cortejo iba encabezado por el guion del Cabildo de Capellanes, las cruces de las parroquias, las insignias de cofradías, seguidos del clero regular. Participaban también las imágenes adornadas con joyas, en concreto San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán ambos en un mismo trono. También la imagen del Niño Jesús, que entiendo que se trata la del Dulce Nombre de Jesús[31], advocación muy vinculada a la Orden de Predicadores. Delante de la Virgen de la Encarnación iba el Cabildo de Capellanes, que era cerrado por el obispo de Plasencia vestido de pontifical, acompañado del Arcediano de Trujillo y otro miembro del Cabildo de la Catedral de Plasencia. También estaba la Corporación Municipal presidida por el alcalde “con toda la pompa que acostubra, de Mazeros, Escrivanos, Alguaciles, y otros Ministros, componiendose de tantas ilustres partes el respetable, y magnífico todo, que fue digna admiración de la Ynclyta Truxillo”.

El trayecto se siguió con las viviendas y edificios engalanados, por toda la calle de la Encarnación hasta dirigirse al Convento de San Miguel, subiendo a la Plaza Mayor, centro de la vida social de Trujillo, donde se oían “en todo el camino aclamaciones, victores, aplausos y otras señales de festiva alegría”. Luego bajo la procesión por el palacio del Marqués de la Conquista hasta el convento de San Francisco, pasó por el “Palacio de su Ilustrissima”, se dirigió otra vez al Convento de la Encarnación, donde “entró en la nueva Iglesia, donde la Música ostentó sus destrezas, y todo el concurso otra armonía más dulce, aunque mas silenciosa, en los suspiros, lagrimas, y afectuosas demostraciones de un contento santo”. A su término, la gente continuó en el templo, muchos de ellos realmente emocionados. Por la noche, se iluminó Trujillo con luminarias y antorchas que coronaban las torres, palacios, iglesias y conventos.

Domingo 12 noviembre 1732

A primera hora de la mañana, concurrieron muchos vecinos a para ver a Nuestra Señora de la Encarnación en su nuevo trono. La dedicación del templo, que estaba adornado de luces y flores, tuvo lugar con misa pontifical oficiada a las diez de la mañana, asistiendo el obispo con el Cabildo de Capellanes, participando la Capilla de Música de Plasencia, estando presente la Corporación Municipal. A las dos de la tarde, comenzaron “las Conclusiones, en alabanza y aplauso del Angélico Doctor Santo Thomas de Aquino” a las que asistieron el obispo con su familia, los prebendados del cabildo catedralicio, clero secular, así como la Corporación Municipal con toda la pompa antes indicada. Entonces don Juan Benito Echevarría, secretario de Cámara, “abrió el campo a la métrica disputa, con la dedicatoria a la Ciudad”. Se expusieron una serie de argumentos por el doctor don Alfonso Tejedor, colegial en el Colegio Mayor de San Ildefonso de la Universidad de Alcalá, canónigo magistral y examinador sinodal de Plasencia. Por la noche, toda la ciudad estuvo iluminada de antorchas y luminarias, con música[32].

Lunes 13 de noviembre 1732

A las diez de la mañana, en el templo estaba presente el obispo, la Corporación Municipal, clero regular y secular, al objeto de oficiar misa por cuenta del Cabildo de la Catedral de Plasencia, que lo fue por el Arcediano de Trujillo, participando también el Cabildo de los Capellanes con asistencia de músicos. Acabado el Evangelio, don Alfonso Tejedor subió al púlpito para pronunciar la oración panegírica, continuando luego este oficio religioso. Por la tarde, se representó por vez primera el Auto Sacramental en el Teatro de Comedias, obra de padre maestro fray Tomás Tenllado, prior del convento de San Pablo de Córdoba, actuando como actores “los Estudiantes de nuestro Convento de la Encarnación”, al que asistieron multitud de vecinos. Su título “La mayor obra de amor, de la ciencia, y potestad. El Templo de la Deidad Autosacramental”, cuyo texto íntegro está recogido en el sermón.

Martes 14 de noviembre 1732

Ese día se ofició otra misa por parte del padre maestro fray Joaquín Meléndez, prior del convento de San Vicente de Plasencia, por cortesía de fray Alonso Bravo que lo era de Trujillo. Se pronunció sermón a cargo de fray Manuel José Medrano, predicador general y cronista de la Orden de Predicadores, cuyo texto también está recogido en el sermón. Por la tarde se volvió a representar el Auto Sacramental.

Miércoles 15 de noviembre 1732

A las diez de la mañana llegó el obispo recibido por la Corporación Municipal. Comenzó la misa con presencia de la música para más realce del acto, pronunciándose la correspondiente oración panegírica el padre maestro Tenllado.

Jueves 16 de noviembre 1732

Ese día tuvo lugar una corrida de toros, donde “los Cavalleros Comissarrios, que esmaltaron su nobleza, empleándola en el obsequio de la Reyna de Gracia, quisieron concurrir por su parte a los lucimientos de aclamación tan gloriosa, con una fiesta de Toros…… lograron este día el arte, y el valor de los Españoles, triunfrar de toda la colérica ferocidad de aquellos brutos, cuya ira generosa, ni se detiene en el peligro, sin se apaga con el escarmiento”.

CONCLUSIONES

De lo expuesto, queda acreditado el valor artístico que tenía la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, las imágenes que recibían culto, así como sus ornamentos. La simple lectura de la descripción del templo cuando fue desamortizado el convento en 1835, que acredita la pérdida de enseres durante la Guerra de la Independencia5[33]. La Historia ha sido muy cruel con dicho edificio[34], cuyo deterioro aun no ha terminado, sin tener uso religioso ni tampoco cultural. No tiene sentido que una localidad que tenga tantos edificios de valor histórico y artístico, no se le de uso alguno, construyendo otros nuevos que carecen de ellos, como sería el caso de la nueva sede de la Junta de Cofradías y Hermandades Penitenciales de Trujillo[35].

 

[1]    TENA FERNÁNDEZ, J.: Trujillo Histórico y Monumental, Trujillo 1988, páginas 119-120.

[2]    Mientras no hagamos ninguna cita expresa, me refiero a este documento. Fue publicado por el prior fray Alonso Bravo, que la ofreció al patrocinio del Rmo. P. fray TomÁs de Ripoll, maestro general de la Orden de Predicadores, por medio de fray Cristóbal Miranda, provincial de España.

[3]    FERNÁNDEZ, A.: Historia y Anales de la Ciudad y Obispado de Plasencia. Refieren Vidas de sus obispos y de varones señalados en Santidad Dignidad, Letras y Armas. Fundaciones de sus Conuentos, y de otras obras pías: y servicios importantes hechos a los Reyes. Plasencia 1627, página 139 y ss. «Tiene el Conuento una Sagrada Imagen de Nuestra Señora, que llaman de la Encarnación, que le dio un Obispo de Córdoba muy afecto a esta Sagrada Religión de Predicadores passando a su Obispado. La qual es de singular hermosura, devoción y magestad (que ninguna o pocas en gran parte del Reyno se le auentajan). En su presencia ha obrado el Señor muchos de sus misericordias y milagros, que por la poca diligencia (o por mejor dezir descuido y floxedad) de los Religiosos no se han comprobado y calificado. Concurre la ciudad y gente de la comarca a valerse de la intercession de la Virgen soberana delante de su Imagen Sagrada”.

[4]    GÓMEZ BRAVO, J.: Catálogo de los Obispos de Córdoba y breve noticia histórica de su Iglesia Catedral y Obispado, Córdoba 1778 página 508. Hijo del Conde de Cabra, nace en Córdoba, siendo religioso en el Convento de San Pablo. Asistió al Concilio de Trento, cuando era Obispo de Tortosa. Pasó posteriormente por el Obispado de Plasencia, hasta que fue nombrado para el de Córdoba el año 1578.

[5]    Los autores del libro titulado Historia y Arte del Monasterio de Dominicas de San Miguel y Santa Isabel de Trujillo (siglo XV-XX), indican que “la capilla de Nuestra Señora de la Encarnación, con su imagen procedente de los dominicos y que ahora se conserva en clausura”, sin aportar más datos sobre sus dimensiones, que se pueda cotejar con la indicada en el sermón, ni tampoco foto alguna.

[6]    “Es su estatura como de vara y media; pero tan proporcionada con la simetría de las otras partes, que de ella resulta aquel todo, que no sabe comprehender la vista, aun quando arrebata por los ojos todos los afectos del alma: en su celestial semblante, no solo se compone lo Magestuoso, y lo humilde, sin que lo modesto da más imperio a lo Magestuoso; aun mismo tiempo ostenta la atención a un Libro, y a las Angélicas expresiones de Gabriel; pero de suerte, que da a entender en el mismo fondo de la pureza de la turbación, que a su candidissimo espíritu ocasionó aquella embaxada, y como Dios nos concedió al original para remedio de todos nuestros males, aun assi esta derramando maternales, y piadosas demostraciones. Las manos que ocupa el Libro, parece se formaron arregladas a las de la Esposa, que retrata en los Cantares, y las tiene la Soberana Imagen, como en ademán de estenderlas para repartir felicidades a los hombres: pues aquella acción , que parece las aprisiona a mantener el volumen del Propheta Isaias, las da proporción para dilatarle Mac nuestras finezas. El Archangel Gabriel está al lado siniestro, en el respetuoso ademán de Ministro, Embaxador de tan gran Reyna. Siendo estas reverentes submissiones el explendor más gloriosos de sus luzes: y como la humildad de Maria tocó en este Mysterio Soberano lo más excelso, la rendida, y obsequiosa atención de Gabriel, logró en esta Embaxada la más feliz perfección”.

[7]    “Halló la nobilisima Ciudad de Truxillo la Ara de todas sus fortunas en esta Santa Imagen. Todos acudían a invocar su benigna asistencia, quando se veían afligidos de alguno de tantos males, como combante nuestra mortal vida, y lo que es más todos hallaban prompto, y favorable despacho, y dulce remedio a sus penas. La gratitud de los favorecidos aumentaba ruegos: porque dilatándose la noticia de tantos, y tan continuados prodigios, la felicidad de los unos, llamaban las suplicas de los otros; y assi, el común agradecimiento dio a esta Divina Imagen uniformemente el Título de Patrona de la Ciudad de Truxillo, y de toda su comarca”.

[8]    “con las guerras, epidemias, y otros trabajos, que disminuyeron los caudales comunes, imposibilitó la prosecución del Templo tan ilustre, con no pequeño sentimiento del amor, reverencia y ternura, con que veneran los nobles vecinos de Truxillo a María Santísima de la Encarnación”.

[9]    Archivo Obispado Plasencia. Trujillo. Convento de la Encarnación. Caja 266. Donación fecha por el Ylmo Sr Dn Fr Franco Laso de la Vega y Cordoua, obispo de Plassª en favor de la Sachratisima Ymajen de Nra Sª de la Encarnación q se venera en su convento de Predicadores desta ciud de Truxillo. De los coches y mulas q Su Yllma hubiere en tiempo de su fallecimiento y guarniziones, paja y zeuada

[10]  “le hizieron residir en esta Ciudad asi superior providencia iba dirigiendo por sendas bien ocultas a la razón humana la conclusión, y fin de sumptuoso templo de Maria. Su Ilustrísima, en quien ive tan radicado el amor a la Religión de su Madre, que crece a la altura de el Solio Pontificio, visitaba con frecuencia el Convento de la Encarnación, hazia oracion a su prodigiosa Imagen, dezia Missa en su Altar, y acompañando a todos en la devoción, y ternura de la gloriosa Imagen de Maria Santissima de la Encarnación, se compadecía mucho, viendo aquel prodigioso Simulacro sin la decencia correspondiente a la abundancia de sus favores, y a la ternura de los fieles. Este sentimiento encendió en su corazón los deseos de pferfeccionar la sumptuosa Iglesia”.

[11]  “Assi en tres años y medio, vio el Ilustrussimo Lasso la sumptuosa Iglesia, en estado, de que se dedicasse al Soberano Dueño, a quien se dirigía”.

[12]  FALCÓN T.: Pedro Romero (1638-1711), arquitecto del Barroco sevillano. Laboratorio de Arte, 23-2011. http://institucional.us.es/revistas/arte/23/articulo_11.pdf

[13]  RAMOS RUBIO, J.A.: Vicisitudes históricas del Convento de la Encarnación de Trujillo. Proceso de rehabilitación y adecuación del cenobio dominico a Colegio Preparatorio Militar y Colegio Religioso. http://www.cronistasoficiales.com/wp-content/uploads/2013/11/ARTICULO-SOBRE-EL-CONVENTO-DE-LA-ENCARNACION-Y-COLEGIO-PREPARATORIO-MILITAR.pdf

[14]  PONZ, A.: Viage de España, Tomo VII por D. Joachin Ibarra . Madrid 1772-1794: “La iglesia de dichos PP, la reformó o deformó el nuevo arte churrigeresco, en tiempo del Señor Laso, Obispo de Plasencia, quien desgraciadamente costeó aquel disparatado Tabernáculo, que V vio con tanto enfado en el altar mayor de la Iglesia de la misma orden, en aquella ciudad. Todavía si un arquitecto inteligente tomase por su cuenta el componer esta, podría, a fuerza de pico, dexarla regular. Mucho le irritaría a V el altar mayor colocado baxo la cùpula: si figura es la de una Torre: se dicen en el, o se pueden decir quatro misas a un tiempo, es lo que da golpe a estas gentes del vulgo. Las columnas de sus ángulos con una hojarasca desatinada: y todo é es un conjunto de madera dorada de pies a cabeza sin artificio ni concierto”.

[15]  GILA MEDINA, L: Pedro de Mena. Precisiones y novedades en El Triunfo del Barroco en la escultura andaluza e Hispanoamericana Motril 2018, página 85.

[16]  BARRADO BARQUILLA, J.; MENDEZ HERNÁN, V.; RAMOS RUBIO, J.A: Historia y Arte del Monasterio de Dominicas de San Miguel y Santa Isabel de Trujillo (Siglos XV-XX). Editorial San Esteban 2009.

[17]  Archivo Parroquial de Trujillo. Parroquia de San Martín. 1848. Espediente instruido a instancia del Sor D. Manuel Malo de Molina solicitando se traslade la Ymagen de María Santísima del Mayor Dolor a la Yglesia de San Francisco de esta Ciudad, colocándose en una Capilla y camarín que a sus expensas se ha de construir en citada Yglesia. Año de 1848: “viviendo el Yltmo Reverendisimo Sor Dn Francisco Laso de la Vega y Cordova, Predicador de SM, Dignísimo Obispo de Plasencia y antes de Ceuta, bien hechor universal de todos los pobres de esta Yglesia y Convento, promotor eficaz y debotisimo de su Capilla y Virgen del Mayor Dolor, cuya preciosa Ymagen que con destino a la Villa del Escurial llevó a Trujillo donde vivió su Yltma catorce años hasta su muerte, acaecida en catorce de Julio de mil setecientos treinta y ocho, y se enterró en el sepulcro que está ante las gradas del Presbiterio, bien que años después se trasladaron sus restos al Convento de San Pablo de Sevilla de donde era hijo, no permitió Su Yltma no parase aquí, mandando hacer a su costa otra Ymagen de la misma figura para dicha villa del Escurial, que es la que hoy tiene su Parroquia.” Mientras no haga cita expresa, en esta parte de mi comunicación, me estoy refiriendo a este documento.

[18]  “D. Antonio de la Cruz, Notario público del Obispado de Plasencia, de la Audiencia Eclesiástica de este Partido y Secretario de las Cofradías de Benditas Ánimas, Jesús Nazareno, Sagrado Corazón de Jesús, Santísimo Rosario de esta Ciudad de Trujillo. Certifico y doy fe: que por Dn Fausto Corrales, Cura Ecónomo de la Yglesia Parroquial de San José, del arrabal de Huertas de Animas, me ha exivido un documento cuyo tenor literal es como sigue: Documento: Fray Domingo Mansilla, Maestro en Sagrada Teologia, hijo y morador de este Convento de Encarnación, Orden de Predicadores de la Ciudad de Trujillo. Certifico; y en caso necesario juro in verbo sacerdotis, que la Cofradía de María Santísima del Mayor Dolor, establecida en esta Yglesia y Capilla de su título, está fundada con todas las formalidades necesarias, según derecho y condiciones que previene la Bula de fundación dada por los Reverendísimos Padres Generales de la Orden de los Servitas. Por los años de mil setecientos treinta poco más o menos, se fundó esta Cofradía”.

[19]  “Y aunque se ignora el porque o cuando se estrabiaron los papeles de la fundación, siguió la Cofradía en la buena fe de estar como estaba legítimamente fundada. Encargándome de ella por muerte del R. P. Fray Antonio Lozano y registrando los rincones de la Sacristía, casualmente encontré una licencia impresa para bendecir coronas de los Dolores, dada en San Marcos de Roma, por el Reverendísimo Inghramis Curti, en la que decía: Su Reverendísima que esta Cofradía estaba fundada canónicamente. A pesar de estos gravísimos fundamentos, y a fin de evitar toda duda haciendo constar su legítima fundación por los años de mil ochocientos dos, escribí al Padre General de los Servitas, esponiéndole todo lo que debo dicho, y juntamente el método de esta Cofradía en dar el escapulario, que el Reverendísimo Padre Fr. Felipe de Santo Tomás, vicegerente por ausencia del Padre General que para quitar todo escrúpulo en lo anterior, se fundase de nuevo la Cofradía como se hizo, enviándome para el efecto nueva Bula, que presenté al Yltmo Sor D. Lorenzo Ygual de Soria, Dignísimo Prelado de esta Diócesis, y antes de Pamplona, por cuyo Tribunal se concedió licencia pª la fundación. No se duda jamás de la autenticidad de esta Cofradía, de la que a sido y es Capellán el Padre Prior que es o fuere de este Convento, u otro Padre en comisión suya, como se previene en la última Bula de fundación, y estatutos formados para su gobierno a petición mía: pues aunque por desgracia nuestra sobrevino la inaudita cruelisima, y desoladora borrasca de la violenta invasión de los enemigos de esta Provincia, a fines de diciembre de mil ochocientos ocho, en la que se trastornó todo lo divino y humano, declaro solemnemente que se perdió todo y además se perdieron todos los instrumentos justificativos de la fundación de la Cofradía del Mayor Dolor, con los estatutos que la dirigían: todo lo cual no debe servir de fundamento para dudar en ningún tiempo de su canónica institución- Y para que siempre conste cuanto llevo referido y como Capellán de la Cofradía por comisión del R. P. Maestro Fr. Francisco Gómez, Prior actual de este referido Convento de la Encarnación, Orden de Predicadores de la Ciudad de Trujillo, doy la presente certificación bajo el juramento arriba fecho, en el a dos de abril de mil ochocientos diez y siete. Fray Domingo Mansilla: Maestro y Capellán de la Cofradía”.

[20]  Archivo Parroquial de Trujillo. Parroquia de San Martín. 1848. Expediente traslado imagen del Mayor Dolor

[21]  “Seguidamente yo el Notario hice igual notificación y lectura por la parte que le compete a D. Diego Pizarro Cancho, Presuitero Cura Ecónomo de la Yglesia de Santo Domingo de esta Ciudad, antes Convento de San Miguel”

[22]  BARRADO BARQUILLA, J.; MENDEZ HERNÁN, V.; RAMOS RUBIO, J.A: Historia y Arte del Monasterio de Dominicas de San Miguel y Santa Isabel de Trujillo (Siglos XV-XX). Editorial San Esteban 2009 páginas 82 y siguientes.

[23]  TENA FERNÁNDEZ, J.: Trujillo Histórico y Monumental, Trujillo 1988, páginas 119-120. Este mismo dato lo copia Ramos Rubio, aunque no cita la citada fuente documental. RAMOS RUBIO, J.A.: Vicisitudes históricas del Convento de la Encarnación de Trujillo. Proceso de rehabilitación y adecuación del cenobio dominico a Colegio Preparatorio Militar y Colegio Religioso. http://www.cronistasoficiales.com/wp-content/uploads/2013/11/ARTICULO-SOBRE-EL-CONVENTO-DE-LA-ENCARNACION-Y-COLEGIO-PREPARATORIO-MILITAR.pdf

[24]  Archivo Obispado Plasencia. Trujillo. Convento de la Encarnación. Caja 266. El documento expresa la identidad de los testigos: “todo lo qual paso en mi presenzia, siendo testigos el Dtor Dn Joseph de Rodas y Monrroi, Comisario del Santo Ofizio, Cura Rector de la Yglesia Parroquial de Sor Santiago y Abad del Cabildo Maior de Curas y Benefiziados de esta dicha Ciudad, y los Lizdos Dn Pedro Urban y Dn Pedro Pinto, vezinos de ella y otras muchas personas. Y para que conste, a pedimento del Lizdo Dn Joseph Theodoro de Vergara, abogado de los Rs Consejos, Arcipreste de esta Ciudad, Visitador Genera de este Obispado, uno de los testamentarios de su Yllma, di el presente formado por dicho Rdo P fr Fernando Arias Mariano. Y lo signe en la dicha Ciudad de Truxillo en quinze días del mes de jullio año de mill setezientos y treinta y ocho”.

[25] Mejoras de una buena alma. Conocidas ganancias, que en los grandes empleos de su vida logró el Illmo y Rmo Señor D. Fr Francisco Lasso de la Vega y Cordova, Religioso que fue del Sagrado Orden Predicadores, y Dignísimo Obispo de Ceuta y Plasencia. Sermón que a sus exequias, que se celebraron en el Convento de Nuestra Señora de la Encarnación de la Ciudad de Truxillo, en 24 de julio de este año de 1738. Predicó el M. R. P Presdo Fr Manuel Manrique, Predicador Titular de dicho Convento, cuya gravissima comunidad le saca luz, y le dedica al Excmo Señor Don Luis Manuel Lasso de la Venga, Manrique de Lara, Fernandez de Cordova, Moscoso, y Lemus, Figueroa, y Coalla, Vivero, Infantas, Silva, Toledo, y Solis, Duque del Arco, Conde de Puerto Llano, y Monte Hermoso, Marqués de Mirada de Auta, Señor de Galisteo, de las Villas de Colmenar, Passaron, y Torremanga.

[26]  Archivo Obispado Plasencia. Trujillo. Convento de la Encarnación. Caja 266

[27] Sermón de Honras en la Traslación del Ilustrissimo y Reverendissimo Señor D. Frai Francisco Lasso de la Vega Argote y Cordoba, Obispo de Zeuta y de Plasencia, Hijo del Real Convento de San Pablo de Sevilla, donde se mando trasladar. Predicose en dicho Real Convento el dia 20 de julio del presente año de 1740 por el P. Lector Habitual de Theologia Frai Joseph de Medina, Hijo de dicho Real Convento, El que lo deidca al Excmo. Señor Don Gabriel Ponce de Leon Lancaster y Cardenas, Duque de Aveiro.

[28]  Se trata de la actual Parroquia de Santa María Magdalena. Hoy la lápida se encuentra casi oculta por los bancos donde hoy está la Virgen del Carmen. Nuestra Señora del Consuelo fue titular de una congregación del Rosario, representada por un pequeño cuadro.

[29]  “Su Señoría Ilustrisima assi lo dixo, otorgó, y firmó, y mandó, a mi el presente Notario ponga un tanto a la letra, autorizando este instrumento, e Inventario, en el Libro forrado en pergamino, que para este fin ha mandado hazer Su Señoria Ilustrisima, para que se ponga y se guarde en el Archivo de dicho Convento, y que este original lo guarde, y ponga provocalado entre los papeles y registros de mi Oficio, y fueron presentes por testigos, a lo que dicho es, el Licenciado Don Joseph Theodoro de Vergara, Abogado de los Reales Consejos, Visitador General de este Obispado, el Padre Fray Juan de San Joseph, Religioso lego de el dicho Orden de Predicadores, y Alonso Rubio, vecino de esta Ciudad, e yo el Notario, doy fee, conozco a Su Señoría Ilustrissima, el Obispo, mi Señor, y a dichos Muy Reverendos Padres, que aquí firman. JMJ Fr. Francisco, Obispo de Plasencia. Fr. Alonso Bravo, Prior. Fr. Juan Lozano, Depositario. Fr. Juan Marín, Depositario, ante mi, Alonso Gómez de Gironda”.

[30]  “Estaba a esta sazón, muy abanzado el Imperio del Otoño, pero este día cedió sus jurisdicciones a la Primavera; porque los brocados, tapizes, rasos, tafetanes, y varias colgaduras, en que la seda, y el oro enriquecían el Artificio, formaban un Jardin vistoso, en que la vista se huviera embelesado toda, a no llamarla objeto más noble. También el oido divertio las atenciones de los ojos, porque por toda la Ciudad, resonaba el festivo estruendo de las Campanas, que entre los acentos militares de Tambores, y Clarines, y los y los armoniosos de Obues, Chirimias y Bajoncillos, formaban una melodía animosa, que introduxo en todos los corazones, la devoción y el gozo”.

[31]  “iba el Niño Santísimo como previniendo aplausos, y aclamaciones a su Madre, que fenecía este triunfal aparato, en andas riquisimas, adornadas de luces, y de flores, y debaxo de un Palio de medio tisú, con fluecos, y cordones de oro fino”.

[32]  «La noche de este día tuvo la fortuna de la passada, pues se transformó en día, y día muy hermoso a los lucientes influxos de antorchas y luminarias, que ardiendo en la Plazuela del Convento de la Encarnación, en las ventas de las Celdas, y en su elevada Torre, desterraban con sus reflexos el obstinado imperio de las sombras. El mismo esplendor se veía en los Palacios, Torres, y Casas de la Ciudad, que esta vez se equivocó en Cielo, por lo lucido, y por lo devoto. Los Tambores, Clarines, Obues, Chirimias, qe colocados en diversas distancias, se oían entre los ruidosos estruendos de la pólvora, eran otro agradable, y ducle motivo de la diversión, y la complacencia”.

[33]  Archivo Histórico Provincial de Cáceres. “La Yglesia de una sola nabe magestuosa, sólida de elegante fábrica, mucha capacidad y tiene nuebe Altares con las Ymagenes y ornamentos que se expresan. Altar Mayor: Trono de la Virgen de Nuestra Señora de la Encarnación con corona de oja de lata vestida, con sus cortinas, y diez candeleros de ojalata, y sus ellas correspondientes. Mesa de altar con paño taqui, sacras, Sagrario con un pequeño Crucifijo encima, tres sillas comunes para las misas mayores, y una campanilla de mano. Altar del Rosario: Un tanqui, sacras, Crucifijo de madera pintado, una campanilla, atril, dos candeleros de oja de lata viejos, retablo de talla y en su remate esta pintado el Padre Eterno con su dosel viejo. Altar de San José. La imagen de San José de talla, otra imagen de San Francisco vestido, otra de Santo Domingo también vestida, retablo de madera al natural, paño taqui y sacras. Altar de Santo Tomás: la imagen de Santo Tomás de talla vestida, un Crucifijo varato, el altar es de mamposteria y taqui. Altar de Sn Vicente Ferrer: la imagen de San Vicente vestida, un Crucifijo varato, tagni y sacra. Altar del Mayor Dolor: un Crucifijo de bulto, la imagen de María Santísima compuesta de cristal a la izquierda, cuatro flores alrededor del trono, retablo de talla pintado de dorado, taqui-sacras, atril, dos candeleros de oja de lata, y una campanita de mano. Altar del Cripto: la efigie del Santísimo Cripto de vulto, retablo de talla dorado, taqui-sacras, una rota, atril y frontal. Altar de la Soleda: Este altar, no tiene otra cosa de que hacer mención que el tagni. Altar de Santa Rosa: la imagen de Santa Rosa vestida, otra llamada de Nuestra Señora del Rosario, esta se hallaba colocada en la sacristía, sacras, taqui, dos candeleros de lata, la imagen del Rosario tiene corona de lata. Tiene la Yglesia ocho lámparas de oja lata, nuebe bancos de pino con respaldo y forman coro uajo. Un púlpito con su torna voz dorado. Cuatro sillas petronas con sus rejillas que sirben de confesionarios. Dos fascistores pequeños. Una mesa grande. Doce esteras grandes y pequeñas en edio uso. Tres cortinas sobre la Capilla Mayor, y unas andas para trasportar las Ymagenes. Ropas y ornamentos de la Yglesia de este Conuento. Dos caliz y un copon de plata y un pequeño crucifijo de id. Un armario de guarda ropas y contiene las siguientes: Tres albas con sus amitos y ceñidores de peñasco, un roquete, dos casullas encarnadas con sus juegos de estola, manípulos, bolsa de corporales, y paño de cáliz, dos albas blancas con todo su juego, otra berde, otra morada, otra negra, una palia de ombros que hace a blanco y a encarnado, un terno completo blanco bordado con terciopelo, una capa pluvial negra de terciopelo, otra de damasco, tres pares de vinageras de cristal con sus platos de oja lata, un pomito de ojalata para olios, una cruz de ja lata con su mango, cuatro velas de cuatro onzas cada una, dos más pequeñas, un incensario de metal viejo con su nabeta. En el Coro, hay tres banco grandes con su respaldo, seis pequeños, un órgano con su banqueta”.

[34]  El Periódico de Extremadura 26 de octubre de 2013. https://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/provinciacaceres/ayuntamiento-trujillo-tiene-via-libre-adecentar-consolacion_764860.html Asimismo, Diario Hoy de 3 de abril de 2018 https://www.hoy.es/prov-caceres/asociacion-trabajara-recuperacion-20180403002743-ntvo.html

[35]  https://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/provinciacaceres/junta-cofradias-da-vida-nueva-sede-ubicada-san-lazaro_1019626.htm

Dic 092020
 

 

Jesús Bermejo Bermejo.

Resumen:

El 12 de julio de 1843 se desarrolló una batalla en La Cumbre (Cáceres) entre las tropas del General Mariano Ricafort, fieles al regente Espartero, y las tropas sublevadas del Coronel de caballería José María Vassallo. Fue una victoria para el regente quien, sin embargo, tuvo que exiliarse unos quince días después. Este trabajo pretende esclarecer y detallar el contexto, los hechos y personalidades que intervinieron en aquella acción y las repercusiones que sucedieron después en Trujillo y Cáceres.

 

INTRODUCCIÓN.

1843 fue un año más en el compungido reinado de Isabel II; en 1840 finalizó la primera Guerra Carlista y en 1846 vendría una segunda (también tendríamos una tercera). Desde que muriera Fernando VII en 1833, las regencias y la Pragmática Sanción de 1830[1], que permitía reinar a la sucesora, provocarían enfrentamientos entre los partidarios de Carlos María Isidro de Borbón y los de Isabel II.

Es en este contexto donde se sientan los pilares de cambio que van romper con las tradicionales estructuras del Antiguo Régimen y es en esta primera Guerra Carlista donde las corrientes ideológicas progresistas y conservadoras se acentuarían en el marco de una sociedad cuya economía estaba diezmada por el continuo vaivén político.

La Guerra Carlista de 1833 a 1840 fue la principal fuente de los acontecimientos posteriores. Después de la guerra de la Independencia, abolida la Constitución de 1812 y devuelto el régimen absolutista por Fernando VII; este monarca no volvió a instaurar la Inquisición y, después del Trienio Liberal (1820-1823), con ese devenir ideológico tan interesado y característico, realizó ciertas reformas para acercar a los sectores liberales. Esto provocó la animadversión de los realistas apostólicos[2] que ya habían mostrado sus inclinaciones por el infante Carlos.

En una primera fase, los carlistas dominaron el norte gracias a las acciones de Tomás de Zumalacárregui y Juan Antonio Guergué. Toda una organización que provocó un repliegue hacia el resto del país destacando las expediciones de Miguel Gómez Damas en 1836 y la del propio Carlos María Isidro, con el famoso asedio a la capital en 1837. Sin embargo, a medida que avanzaban a otros territorios, los carlistas perdían posiciones y sufrían derrotas, como la del sitio de Bilbao por los isabelinos del capitán Salvador Quero. Esta perdida y pese a las continuas incursiones de Ramón Cabrera en el Maestrazgo, contra los cristinos[3] hasta el final de la guerra, proporcionaron un agotamiento continuo en las filas carlistas que se descabezó en la batalla de Luchana. Ese desgaste y pequeñas derrotas posteriores obligaron a firmar la paz con el “abrazo de Vergara” en 1839. Un abrazo que no gustó al pretendiente Carlos María Isidro, obligándose a exiliarse a la espera de otra oportunidad[4].

En Extremadura, en relación con estos acontecimientos, cabe destacar la expedición del general carlista don Miguel Gómez Damas, en 1836, junto con el General Ramón Cabrera (El tigre del Maestrazgo) cuyas incursiones se sucederían en nuestro territorio causando desestabilidad e incertidumbre. Se celebraron juntas en Guadalupe, Conquista de la Sierra, Trujillo y Cáceres; y se aprovisionaron de alimentos, armas y otros víveres. Mientras eran recibidos con vivas y aclamaciones por los partidarios afines al carlismo y el resto de realistas extremeños, la administración y gestión de los ayuntamientos, prácticamente, se deshizo[5] y gran parte de la población abandonó sus hogares.

Un año después, en marzo de 1837, Don Basilio Antonio García y Velasco tomaba Trujillo “con una fuerza carlista compuesta por 100 infantes y 350 caballos a las órdenes del brigadier don José Jara y García, don Fernando Sánchez y don Mariano Peco”[6]. Siguieron el protocolo de apropiarse cuanto necesitaban pero ya para entonces encontraron menos afines a su causa.[7]

La primera Guerra Carlista, con sus pinceladas extremeñas que sirven, más bien, de curiosidad histórica, se convierten en los cimientos de los antecedentes de la batalla que queremos exponer.

ANTECEDENTES.

La primera intentona del pretendiente Carlos María Isidro catapultó a la fama a diversos Generales Isabelinos que manifestaron una ideología liberal que se iba a materializar en distintas ramas.

El destino del General Baldomero Espartero estuvo marcado por su participación en el 2 de mayo de 1808 y el cierre de las universidades como consecuencia del conflicto. Este hecho desencadenó el inicio de una carrera militar sin precedentes que se fraguó en las rebeliones independentistas de los futuros países hispanoamericanos.

Como testigo de la redacción en Cádiz de la Constitución de 1812, sostuvo siempre una ideología liberal y fuerte concepto de patriotismo.

La primera Guerra Carlista le pilló curtido y experimentado, fue nombrado comandante general de Vizcaya en 1834 y alcanzó, en 1836, el grado de general en jefe. Su victoria en la batalla de Luchana[8] le valió la categoría de “héroe nacional”.

Después, desde Bilbao y por Navarra, Espartero se dirigió al Maestrazgo enfrentándose al propio Carlos María Isidro y su Expedición Real en la batalla de Aranzueque. Este éxito ratificó su posición de “salvador” dominando su figura entre el resto de generales isabelinos.

Con el final victorioso de esta guerra consiguió la dignidad de grande de España y el título Duque de la Victoria[9].

Sus éxitos, su fama y la lealtad total a la reina Isabel II provocaron que asumiera la regencia del Reino de España en 1840.

Ello fue debido a que las corrientes progresistas liberales, que huían de un absolutismo anquilosado, donde la monarquía tropezaba una y otra vez, provocaron un gran revuelo los tres años siguientes.

La Ley de Ayuntamientos de 1840 causó un gran descontento entre las filas progresistas porque vulneraba el texto anterior de 1837, en el que se citaba que las instituciones locales estaban elegidas por los varones del pueblo mediante un sufragio censitario. Esta nueva ley recortaba competencias municipales y permitía que el gobierno nombrara a los alcaldes[10].

Cuando la reina regente mostró su beneplácito a dicha Ley y daba la espalda al clamor popular, las esperanzas se depositaron en el General victorioso Espartero.

Las protestas, juntas revolucionarias, algaradas populares solo se calmaron cuando María Cristina marchó al exilio rumbo a Marsella.

Ante la disyuntiva de que la regencia se llevara a cabo en una única persona o en tres, Espartero consiguió 179 votos a favor de que él ejerciera la regencia de forma individual. Pero el candidato Agustín de Argüelles consiguió 110 votos. Esta pequeña diferencia marcaría el rumbo político y social de los siguientes años.

Y es que, como militar, Espartero se rodeó de personal de confianza y entre los generales más destacados que desempeñaron los cargos más importantes se hallaba un nutrido grupo de militares conocidos como “Ayacuchos” por luchar en las guerras de la independencia de las colonias españolas en Iberoamérica.

La animadversión y desconfianza del resto de militares que habían destacado en la Guerra Carlista pero que, sin embargo, se sentían traicionados y distanciados del panorama político y social originó un movimiento “antiesparterista”.

Gran parte de aquellos militares contarios al General Espartero aprovecharon cualquier intento de derrocar su regencia. En 1841 se produjo el pronunciamiento moderado planeado desde el exilio marsellés por la reina María Cristina y con los generales Narváez y O ´donnell en vanguardia[11].

Estos generales serían los protagonistas de las sucesivas intentonas de destituir al regente Espartero, como el bombardeo y asedio a Barcelona en 1842, acción que desgastó la popularidad del Duque de la Victoria y encaminó su trayectoria al convulso 1843, año en el que se desarrolla la acción que nos gustaría exponer.

Cada vez era más numeroso el grupo de los “antiesparteristas”, en enero se disolvieron las Cortes y se convocaron nuevas elecciones. En abril solo uno de los tres sectores de la cámara apoyaba a Espartero. Las exigencias sobre destituciones de ciertos generales y personal de confianza del regente no hacían más que tensar la cuerda. El general, siendo fiel a su código militar, no cedió y en mayo de 1843 las Cortes quedaron suspendidas con sonido de tambores de guerra tras las puertas de la Cámara.

Es por ello que el 27 de mayo se produjo un levantamiento en Reus encabezado por los militares, cercanos al progresismo, Juan Prim y Milans del Bosch; y un mes después desembarcaron en Valencia procedentes del exilio en París tres generales afines al Partido Moderado: Ramón María Narváez, Manuel Gutiérrez de la Concha y Juan González de la Pezuela.

El General Espartero contaba con un apoyo minoritario para controlar esta rebelión pero su código férreo de disciplina militar y su sentido de patriotismo marcaría su intención indiscutible de luchar hasta el final.

LA CUMBRE EN 1843

En 1843, en medio de esta nueva insurrección por parte de los contarios a Espartero (entre los que se hallaban liberales, moderados, progresistas y hasta republicanos) los pueblos de la España del siglo XIX veía como su economía se diezmaba entre tantas guerras, escaramuzas e ideas contrarias que no conducían a un verdadero progreso y a romper con las estructuras del Antiguo Régimen.

Mientras Pascual Madoz, el político de ideología progresista, era otro de los que se ponían al frente de una coalición de oposición a Espartero[12], su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar mostraba las características de los pueblos de aquella España que le tocó vivir.

En 1843, La Cumbre[13] era villa con ayuntamiento propio y dentro del Partido Judicial de Trujillo, perteneciente a la Audiencia Territorial de Cáceres y a la Diócesis de Plasencia. El político coincide en situarla en el punto más elevado de una extensa llanura, donde el aire es bueno, despejado y con veranos muy calurosos e inviernos muy fríos. Los vientos son más frecuentes por el norte y el Este.

Aquel año La Cumbre contaba con 430 casas bajas de construcción pobre salvo “8 u 10” de más alcurnia pertenecientes a los vecinos más acomodados. Estas casas no guardaban relación por lo que las calles son irregulares, característica que podemos ver hoy en día, y no estaban provista de empedrado sino que se componía de tierra desnuda. Inclinada hacia el oeste, el diccionario describe la plaza con el rollo de la villa que sirve de adorno pues, al igual que el resto, desde 1813 perdió todo poder simbólico de vasallaje.

La Cumbre tenía ayuntamiento, cárcel y “escuela de primeras letras” donde iban 110 niños de ambos sexos. La Iglesia parroquial estaba, y sigue estando, dedicada a Nuestra Señora de la Asunción y era aneja a la parroquia de San Andrés de Trujillo.

Ya entonces Pascual Madoz destacaba el deterioro y el estado ruinoso de la ermita de San Gregorio y, como comprobaremos más adelante, no fue el único.

El agua, elemento vital y más difícil de conseguir en tiempos pasados, se concentraba en varios pozos por el pueblo para el uso de los vecinos pero, al llegar los veranos especialmente, escaseaba el agua potable y había que ir a buscarla a más de una legua.[14]

2082 vecinos componían La Cumbre que, en 1843, lindaba al norte con tierras del Marqués de la Conquista; al este con tierras del Marqués de Santa Marta; al sur con tierras del Marqués del reino y al Oeste con la dehesa Caballería de Trujillo. Tenía 800 fanegas de tierra de labor donde el terreno es desigual y de buena calidad. Los ríos que la bañan son Gibranzos por el oeste y el Magasquilla al este y al sur.

Los caminos vecinales estaban despejados y el correo se recibía en Trujillo como administración principal y por valijera se conducía la correspondencia hasta La Cumbre dos veces a la semana.

Los cultivos, como ahora, eran cerealistas: centeno, avena y alguna cebada. El ganado predominante era el lanar, cabrío, vacuno y había un considerable número de cabezas de cerda. Había cien yuntas de bueyes y vacas de labor y, como hay poco monte, siempre ha predominado la caza menor.

Pascual Madoz cita 12 telares de lienzos ordinarios y 1 de paño basto y entre las enfermedades más comunes destacaban reumas y claudicación intermitente[15], rasgo curioso que se sale del contexto y que contrasta con la descripción general.

 

CUATRO HOMBRES EN ESTA ENCRUCIJADA

Es importante resaltar la acción de cuatro personalidades que, de una manera u otra, jugaron un papel decisivo no solo en la batalla sino en el tiempo que pretendemos mostrar.

  1. Don Juan Beltrán[16] disponía de negocios en Cáceres y fue regidor de la capital en 1820. En 1843 era concejal y todo el Cabildo Municipal se había adherido a la sublevación contra Espartero.

El 12 de Julio, al ser conocedores del desenlace de la batalla de La Cumbre, todos los concejales y demás autoridades municipales simpatizantes de la revuelta huyeron de Cáceres. Beltrán decidió quedarse e hizo de Gobernador, Alcalde, Administrador de Hacienda,… múltiples cargos que implicaban jurisdicción. Prácticamente solo, bajo circunstancias tan difíciles, se “echó Cáceres al hombro” y afrontó responsabilidades de todo tipo, dio órdenes y, en la mayoría de las veces, las ejecutó él mismo revelando condiciones muy digna de alabar y reconocer.

Después de la batalla, llegado el Capitán General de Extremadura, el General Ricafort, a Cáceres; conociendo este lo ocurrido, emprendió duro reproches contra el Ayuntamiento cacereño, reproches que tuvo que soportar Don Juan Beltrán, a pesar de que este solo había cumplido con su deber.[17]

  1. Don Mariano Ricafort Palacín y Abarca tenía 67 años cuando libró la batalla de La Cumbre en 1843. Apenas llevaba diez años en España. Este oscense[18] fue un militar inquieto cuya trayectoria se estructuró por todo el mundo y que desde su participación en la “guerra de las naranjas”[19] y la guerra de la Independencia mantuvo un fuerte vínculo con Extremadura.

En 1803 se casó con Paula Antonia Sánchez Lima[20], oriunda de Oliva de la Frontera.

Por aquellos años, era coronel del Regimiento de Extremadura en el intento de sofocar las insurrecciones independentistas de Venezuela, Nueva Granada y Perú. Entre 1825 y 1830 marchó a Filipinas como Gobernador donde promovió el desarrollo de la agricultura y comercio local.

Tras un año en España, en 1832, asumió el cargo de Gobernador y Capitán General de Cuba donde tuvo que luchar contra el tráfico de esclavos y el cólera, enfermedad que asoló la isla en aquella época.

En 1834, curtido en múltiples enfrentamientos, viajó desde Cuba hasta Burdeos para ser tratado por médicos y desde ahí viajó hasta Oliva de la Frontera, Badajoz, donde poseía casa y propiedades.

Ese año solicitó una licencia pues era su deseo liquidar unos trámites en Valencia con unos familiares y recuperar su achacosa salud en Extremadura, donde acudía frecuentemente a los famosos baños de Alange.

Poco tiempo duraba en un sitio concreto pues de 1836 a 1838 fue Capitán General de Galicia, cargo que desempeñó hasta el languidecimiento de la Guerra Carlista en esos territorios. Su deseo en 1840 era solicitar nuevo destino en Cuba, Puerto Rico o Filipinas alegando que habiendo pasado en aquellos lugares dieciocho años, el clima no “habría de perjudicar su quebrantada salud[21].

Pero su destino se quedó en España pues en noviembre de 1840, con Espartero regente, se le nombraba Ministro del Tribunal Supremo de Guerra y Marina; en diciembre de ese año Comandante general del archipiélago de Canarias y en 1841Capitán General de Andalucía.

Cargos cuya característica principal, como podemos comprobar, resaltaban tanto por su gran responsabilidad como por su corta duración. Aspecto que se tenía como normal pues, en virtud del vaivén político-militar constante de aquellos años, el regente movía a los oficiales que gozaban de su confianza donde mejor pudieran servir.

Así fue que tras los fusilamientos de los generales Montes de Oca, Borso de Carminati y Diego de León, en noviembre de 1841, Ricafort fue nombrado Capitán General de Aragón. Desde allí se hizo cargo del gobierno del General Rodil, cuando este fue nombrado Presidente del Consejo de Ministros, y contuvo las acciones derivadas del bombardeo de Barcelona en 1842.

Calmadas, temporalmente, las aguas, Mariano Ricafort estuvo en Zaragoza hasta marzo de 1843 donde fue nombrado Capitán General del 9º Distrito Militar, en Extremadura.

Con 67 años, toda una vida dedicada militarmente a su país por todo el mundo y en varias guerras, La conjura de los Generales Narváez, Concha y Serrano contra Espartero, le sorprendió en Extremadura donde libró su última batalla, en La Cumbre.

Cesó inmediatamente después y se trasladó a Madrid con su familia. Exiliado el Regente y tras el juramento a la reina María Cristina aun pudo tomar unos últimos baños en Alange antes de morir tres años más tarde, en 1846.

III. De esta batalla no hubiéramos tenido detalle sino hubiese sido por el informe del economista, matemático e ilustrado Don Julián de Luna y Peña. El que fuera tío del novelista Felipe Trigo y abuelo del abogado y escritor Mario Roso de Luna, nació en Zarza Capilla en 1789 pero sería en Cabeza del Buey donde pasaría la mayor parte de su vida. Estudió en Salamanca, Sevilla y Madrid, donde formó parte de la Matritense (la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País) y consiguió de forma interina la Cátedra de Economía política de la recién creada Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País de Badajoz. Discípulo de Antonio Sandalio Arias fue un hombre inquieto, intelectualmente polifacético y de una marcada ideología liberal que contrastaría con algunas personalidades afines y le granjearía enemigos hasta en sus propias filas.

En 1819 consiguió la cátedra de agricultura, creada por Real Orden, en Badajoz. Hombre enérgico, creía en el progreso de su tierra y así lo hacía constar en escritos y colaboraciones en periódicos como “el ciudadano extremeño, el Constitucional extremeño, Asamblea Patriótica Constitucional y El Semanario de la Provincia de Extremadura”[22].

En esta etapa de su vida se encontraba entre los que promovieron el pueblo de Santa Amalia y la elaboración de mapas topográficos de Extremadura, muy útiles, posteriormente, en la Guerra Carlista.

Al final del Trienio Liberal, 1823, con el absolutismo en las puertas de Badajoz y los liberales huyendo hacia Portugal, fue desterrado a Cabeza del Buey donde escribió su gran obra “Tratado de Economía Política”.

Restablecido el Régimen liberal, comenzó su etapa más política desempeñando los cargos de diputado en la Junta de Badajoz por Castuera y Herrera del Duque en 1835 y Secretario del Gobierno civil de Cáceres, entre los años 1837 a 1839. [23]

Su fiel apoyo al General Espartero le condujo a asumir el cargo de Jefe Político de la provincia de Cáceres, cuando era Catedrático de Matemáticas en el Instituto de la ciudad, en 1840.

Es precisamente ese cargo y su determinación política inamovible la que le condujo a efectuar el acta sobre la batalla producida en La Cumbre en julio de 1843. Ese informe permaneció como borrador varios meses y no salió a la luz hasta que desempeñó el puesto de Jefe Político de la provincia de Huelva. En él se citan datos y hechos sin el cual no hubiera sido posible conocer los acontecimientos que pretendemos mostrar. Una acción controlada y ganada de forma ejemplar que le supuso el cese inmediato del nombramiento que ostentaba.[24]

Luna fue un humanista a quien la política se dibujaba como el pretexto de cambiar la sociedad y por eso se entregó a ella una parte de su vida. La moral de sus ideas y el fervor democrático le hicieron resaltar los valores, propuestas e intereses para girar la rueda de la evolución en la Extremadura del siglo XIX. En sus inclinaciones hacia el pensamiento de Rousseau, Montesquieu, Mirabeau o Diderot, que plasmaría en su obra más conocida “Tratado de Economía Política” se desprende el objetivo por el desarrollo y el porvenir de la humanidad como una rueda que solo puede girar en una dirección: hacia adelante.

Murió en 1848. Para entender un poco más la situación política en la que vivían estos prohombres y pensadores quedan las palabras que le dedica el que fuera su alumno Juan Donoso Cortés: “No hay duda en que usted está destinado a ser víctima de todos los partidos. El liberal exaltado despoja a usted de su destino, el carlista de su camino. ¡Triste suerte la del hombre de bien!”[25]

  1. El círculo de estas cuatro personalidades se cierra con el adversario del General Ricafort en la batalla. Hasta la fecha se tenía constancia de una reseña documental, en la obra de José Segundo Florez sobre la vida del General Espartero, en la que, en relación a la batalla de La Cumbre, se le cita como el Coronel Basalo (con B). En la misma línea, en el informe del Gobernador político Juan de Luna y Peña, aparece como el Comandante de caballería Vasalo (con V). Este error de transcripción se debió a la “españolización” que hicieron del apellido italiano, de origen genovés, Vassallo (con dos s, ll y v) y por este motivo, hasta ahora, no se ha tenido constancia de la identidad del oficial que luchó contra Ricafort en el campo cumbreño.

Don José María Vassallo y Moriano, pertenecía a una noble familia malagueña muy vinculada al ejército y, concretamente, al sector de caballería.

Nacido en Málaga en 1798, su nombre se confunde entre los múltiples nombramientos que desempeñó en su carrera militar; siempre siguiendo la línea de sus tres hermanos, todos militares del regimiento de caballería.[26]

Como muchos militares de entonces, su participación en la primera Guerra Carlista en las filas isabelinas le supuso un trampolín para aumentar su rango y posición. Había que destacar su participación en la batalla de Saelices[27] contra las tropas carlistas, en 1838, donde el escuadrón del 1º ligero, liderado por él, cargó contra los partidarios de Carlos María Isidro en el puente de Saelices de Mayorga (Valladolid) no esperando a la infantería, que se hallaba en el pueblo de Mayorga. Esta acción apresurada y valiente le brindó la victoria, el honor y el ascenso a teniente coronel.

Estaba casado con Joaquina Machín Martínez y tenía una hija.

En 1843 fue herido defendiendo el alzamiento de Narváez y resto de Generales[28]; por esta acción fue nombrado Coronel de caballería, cargo que ostentaba en la batalla de La Cumbre de 1843, donde debía tener unos 47 años[29] y, aunque se intentó silenciar la derrota por parte de los sublevados contra Espartero, volvió a resultar gravemente herido. Este hecho provocó que se le reconociera arrojo, valentía y, por ello, volvería a recibir honores.[30]

En 1855 aparece en la guía de forasteros de Madrid

Fue Mariscal de campo (caballería)[31], Capitán General de Granada y, de 1856 a 1858, Capitán General de Galicia, hospedándose en el mismo Palacio de La Coruña donde, veinte años antes, obtuvo el mismo cargo Mariano Ricafort, su enemigo en la batalla. Murió en 1867, este trabajo le pone, por fin, identidad y esclarece quien fue aquel misterioso “coronel Basalo”[32].

LA BATALLA

Podemos imaginarnos las altas temperaturas de un 12 de julio en La Cumbre, hay sensaciones que difieren poco en el tiempo para los acostumbrados al clima extremeño.

En 1843, las noticias de la insurrección del cabildo municipal cacereño contra el regente Espartero obligó al Capitán General de Extremadura, Mariano Ricafort, emprender acciones y viajar con sus tropas hasta la capital. Había dispuesto su cuartel general en Trujillo donde se abasteció de diferentes cuerpos y armas del ejército. Contaba con 67 años y en su cuerpo se resentían las cicatrices y los achaques de un soldado curtido en mil batallas por todo el mundo que, siguiendo los parámetros de un patriotismo certero, consideró que el movimiento progresista a favor de Espartero hace unos años tenía mucho más sentido del deber que la sublevación militar, de la mano de los moderados, que se libraba, ahora, contra él.

Es por eso que, viejo y cascarrabias, el día 4 de julio recibió la noticia de que los sublevados, al mando del coronel de caballería José María Vassallo, con 600 soldados de infantería y 100 de caballería habían partido desde Badajoz en su busca.

Cuando llegaron las noticias de que Vassallo se dirigía primero a Cáceres hubo un intento de marchar, de inmediato, sobre la ciudad. Pero allí estaban dos columnas enemigas esperándoles y si llegaban antes, las fortificaciones de la ciudad monumental y la superioridad numérica les conduciría, irremediablemente, al fracaso.

Consciente de que el número enemigo había aumentado considerablemente, Ricafort, recurrió a la psicología.

  • Ordenen que se sirva una cuantiosa comida a toda la tropa y que no les falte de nada- alentó a sus oficiales el día 10 de julio.Si se avanza desde Trujillo a La Cumbre, la zona de la Iglesia y la plaza es la parte más alta haciendo honor a su nombre y, desde la carretera, se puede apreciar tanto la torre del campanario como la torre del ayuntamiento. Desde el otro prisma, se puede observar el campo trujillano a lo largo de los 10 kilómetros que separan ambas poblaciones, con excepción del valle del río Magasca.Atrincherados los de Vassallo en la zona de la Iglesia y la ermita de San Gregorio. Ricafort avanzó, con la infantería dividida en tres columnas a cuyos lados custodiaba la caballería, en formación y en dirección diagonal hacia la derecha donde, más adelante y salvando las primeras viviendas donde pudieran estar parapetados los sublevados, marcharon sobre los baldíos despejados con la ermita como meta.No hizo falta emisario para resolver pacíficamente el conflicto, la distancia entre ambos bandos era tan corta que las voces eran perfectamente audibles; pero, aquella intención se desvaneció con el fuego del Coronel de Caballería Vassallo quien, confiado por la situación estratégica en que se hallaban y el devenir del país, no dudó en denegar licencia alguna a los del General Ricafort.Las cercas próximas a la ermita fueron envueltas por la compañía guerrillera y la de Aragón subiendo por el oeste mientras que una columna de infantería, por el norte, obligaba a los sublevados a refugiarse en las calles cumbreñas. Ese inicio fue el más violento, donde el fuego de las armas se resolvía en cada cerca y parapetos próximos a la ermita de San Gregorio que, ya Julián de Luna y Peña la describió como “arruinada”.[35]Tras dos horas de lucha, la gravedad de la herida del propio Coronel Vassallo propició la derrota de la columna enemiga. Se hicieron muchos prisioneros: 423 de los 500 soldados enemigos, 40 de caballería (algunos huyeron dirección Badajoz) y 25 oficiales.En la misma línea, Mariano Ricafort, en su “Parte de Guerra”, se limita a decir “después de un combate empeñadísimo y desventajoso por mis fuerzas, me apoderé del pueblo, no sin una sensible pérdida”.
  • CONSECUENCIAS Y CONCLUSIONES. Es por ello que el 13 de julio, a las siete de la tarde, las campanas de la capital cacereña repiquetearon incesantemente la llegada de la Milicia Nacional del Capitán general de Extremadura Mariano Ricafort. Junto a él marchaba Juan de Luna y Peña, jefe político de la provincia de Cáceres, el regente de la audiencia, el intendente y otros empleados que se habían instalado en Trujillo a merced de los acontecimientos y por la insegura situación en que vivía el Ayuntamiento de Cáceres, donde la mayoría del Cabildo municipal, había huido a Badajoz.Beltrán recibió al ejército y personalidades, aguantó los reproches del General Ricafort y trataron de devolver la normalidad mientras jaleaban sobre la acción ocurrida en La Cumbre, donde la victoria sin precedentes insuflaba el ánimo y el optimismo por los acontecimientos que vendrían.
  • La batalla de La Cumbre del 12 de julio de 1843 transcurrió mientras Espartero estaba persiguiendo rebeldes por las sierras de Andalucía, y no constituyó más que un “mazazo” judicial de quien proclamaba la legalidad del pueblo y las Cortes y, a su vez, había sido elegido Regente para gobernar España hasta la mayoría de edad de Isabel II.Las controversias de ideales políticos, imposición de mandos militares, crisis de las colonias iberoamericanas, crisis socioeconómica interior, constitucionalismo frente a absolutismo y otros ingredientes similares fueron la receta de la inestabilidad del siglo XIX español.   
  •  
  • Con este trabajo se esclarece y detalla una de las muchas acciones que imperaron en aquellos tiempos.
  • Ese “mazazo” en las postrimerías del exilio fue un éxito efímero que, sin embargo, alberga la historia de aquellos que nos gustaría resaltar en este trabajo. Un “golpe en la mesa” cuya victoria no sirvió de nada a Espartero que, en menos de un mes tuvo que embarcar rumbo a Londres a esperar, hasta 1848, a que le restituyeran los honores; no fue una rúbrica en el triunfo militar de Mariano Ricafort, quien viejo y cansado de heridas y batallas, solo pensaba pasar sus últimos años en Oliva de la Frontera y disfrutar de sus baños calmantes en Alange; no resaltó el carácter del economista y jefe político Juan de Luna y Peña, quien fue siempre apartado por sus ideas progresistas y no vio culminado el reconocimiento de su “Tratado de Economía Política”; no fue digno de homenaje para Juan Beltrán, el único que no dejó a Cáceres en estado de abandono, acto y tesón por el que nunca obtendría un homenaje; y no fue la acción predilecta de José María Vassallo y Moriano, cuya herida le recordaría siempre la derrota en aquella batalla y la necesidad de “disfrazarla” como éxito para obtener méritos de guerra, cuando los suyos entraron en el poder.
  • Pero nada más lejos de la realidad, del 16 al 23 de julio, el todavía Regente Espartero estaba bombardeando Sevilla para acabar con los insurrectos cuando se enteró del éxito del sublevado General Narváez en Torrejón de Ardoz. La victoria de este y entrada en Madrid dejaban al Regente pocas opciones; Sevilla no podía ser tomada de aquella manera, los “antiesparteristas” habían vencido y a Baldomero Espartero no le quedó más opción que exiliarse[36].
  • Había transcurrido 9 días en Cáceres donde toda la Administración pública y Ayuntamiento se encontraban en un estado de espera incierto, solo protegido por el concejal Juan Beltrán quien decidió afrontar los cargos y proteger a la ciudad de la desidia y el abandono.
  • Las heridas de Vassallo y del resto de prisioneros enemigos fueron atendidas en Trujillo y puestos a disposición de la justicia. Lo que quedaba de la Columna de Badajoz, que habían subido con los sublevados, fueron puestos en libertad y pasaron a engrosar el ejercito del General Ricafort quien, desde un campamento improvisado en La Cumbre, redactó, de inmediato, el parte de guerra (a las tres de la tarde de aquel 12 de julio) y marchó hacia Cáceres: “Tan luego dé algún descanso á las tropas continuare mi marcha sobre Cáceres, cuya ciudad someteré a la obediencia del Gobierno”.
  • Más preciso es Julia de Luna y Peña en el borrador del informe escrito inmediatamente después de terminada la batalla, con sello del Gobierno Político de la Provincia de Huelva, Nº 18, en el que redacta: “Lamentable es la pérdida de unos diez hombres que quedaron muertos en el campo de batalla…. Y de otros tres o cuatro que habrán muerto de tales heridas que resultaron. Uno de estos mortalmente lo fue el desatinado Vasalo principal responsable de tantas desgracias. Estas habrían sido más si no fuera tan activo el ímpetu de nuestro valientísimo jefe, subalternos y tropa, los cuales todos a porfía cargaron con tal denuedo que difícilmente podrá tener lugar alguna distinción o preferencia”.
  • En cuanto a las pérdidas, José Segundo Florez, en su obra “Espartero. Historia de su vida militar y política” menciona “dejando en el campo un crecido número de cadáveres”.
  • Siempre en los flancos, la caballería comenzó a saltar las cercas y el resto de la infantería, bayoneta cargada, penetró en el pueblo enfilando cada calle y casa para no caer en embocadas.
  • Se dice que un “viva al Duque de la Victoria” abanderó el fuego de los esparteristas.[34]
  • En esta situación una compañía de guerrilleros hizo un semicírculo aprovechando el valle de San Gregorio para colocarse a medio tiro del enemigo. A su derecha se colocó la compañía de Aragón y la caballería cubrió la entrada por Trujillo.
  • Es por ello que, cuando las tropas de Ricafort fueron vistas por la de Vassallo desde las inmediaciones de la Iglesia cumbreña, los sublevados resolvieron parapetarse en la zona más alta y aguardar el encuentro en este punto. Eran las 10 de la mañana y el pueblo serviría de embudo para diezmar a la infantería de los de Espartero.
  • El 11, descansados y, moralmente, ensalzados, los esparteristas se enteraron que los sublevados se encontraban en Torremocha. Es por ello que el 12 de julio formaron y marcharon a su encuentro. Encuentro que se produjo en La Cumbre[33].
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  • Shubert Adrian. Espartero, el Pacificador. Edit. Galaxia Gutenberg,

[1] La Pragmática Sanción de 1830 fue aprobada por Fernando VII de España el 29 de marzo de 1830 que vino a promulgar la Pragmática de 1789 aprobada por las Cortes de aquel año a instancias del rey Carlos IV y por la cual anulaba el Auto acordado de 10 de mayo de 1713 de Felipe V que, excepto en casos muy extremos, imposibilitaba a las mujeres acceder al Trono. Esta pragmática restablecía de este modo el sistema de sucesión tradicional de las Siete Partidas de Alfonso X de Castilla, según el cual las mujeres podían reinar si no tenían hermanos varones. Burdiel Isabel. ISABEL II O EL LABERINTO DEL PODER. Ed. Taurus. Pág. 36-37.

[2]Los Realistas Apostólicos eran una sociedad de tipo sectario y ultratradicionalista partidarios de una determinada forma absolutista para la monarquía para la Corona de España. Flores del Manzano Fernando. LA CONTRARREVOLUCIÓN REALISTA EN EXTREMADURA. Universitas Editorial. Pág. 22-26.

[3] Cristinos o Isabelinos eral los partidarios de Isabel II y de su regente María Cristina.

[4] Moral Roncal Antonio Manuel. Las Guerras Carlistas. Ed Sílex.

[5] En Trujillo las personas encargadas de las oficinas de Rentas Nacionales, las de Amortización, las de Correos y las del propio Ayuntamiento abandonaron la población. Juan Pedro Recio. Las expediciones carlistas en Extremadura durante la guerra civil de 1833 a 1840. Coloquios Históricos de Extremadura. 2015.

[6] Juan Pedro Recio. Las expediciones carlistas en Extremadura durante la guerra civil de 1833 a 1840. Coloquios Históricos de Extremadura. 2015.

[7] En palabras del propio Don Basilio Antonio García y Velasco: “Un silencio sepulcral ha reinado en Trujillo á nuestra entrada; las calles estaban desiertas, las puertas cerradas, todo melancólico. Sabido es que es pueblo de tildada opinión, muchos se habían comprometido con la facción, la parte liberal había emigrado, otros emigraron por nuestra llegada, y el pueblo estaba casi desierto”. Vid. AVECILLA, Pablo Alonso de la, Diario de la guerra, materiales para la historia…Op. cit., T. V, p. 102.

[8] Se conoce como batalla de Luchana a los combates que durante la primera guerra carlista tuvieron lugar durante los días 1 al 25 de diciembre de 1836 en la que el ejército isabelino, partiendo desde su base en Portugalete, consiguió arrollar a las fuerzas carlistas que asediaban Bilbao desde el 25 de octubre. Shubert Adrian. Espartero, el Pacificador. Edit. Galaxia Gutenberg, Págs. 43-45.

[9] También los de duque de Morella, conde de Luchana y de vizconde de Banderas. Fernández de Córdova Fernando. Mis memorias íntimas. Las Regencias de Espartero. Edit. Ediciones 19.

[10] Tomás Villarroya Joaquín. La Ley de Ayuntamientos de 1840 y la renuncia de María Cristina de Borbón a la Regencia. Estudios de historia moderna y contemporánea : homenaje a Federico Suarez Verdeguer, 1991, ISBN 84-321-2748-5, págs. 459-468

[11] Se llegó a planear el asalto al Palacio real para capturar a Isabel II y a su hermana. Dicho asalto no tuvo éxito y los generales Montes de Oca, Borso de Carminati y Diego de León fueron fusilados por tal intento.

[12] Paredes Alonso, Francisco Javier (1991). Pascual Madoz (1805-1870): libertad y progreso monarquía isabelina. Barañáin (Navarra): Editorial Eunsa. ISBN 84-313-0760-9.

[13] Madoz Pascual. El Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar (1845-1850) Tomo VII: «Cumbre (La): villa con ayuntamiento en la provincia y audiencia territorial de Cáceres (6 leguas), partido judicial de Trujillo (2), diócesis de Plasencia (14), capitanía general de Estremadura (Badajoz 18). situado en el punto más elevado de una estensa llanura al 0. de Trujillo, goza de atmósfera despejada, clima estremado en calor y frio; reinan los vientos N. y E. y se padecen intermitentes y reumas: tiene 430 casas de mezquina construcción, escepto 8 ó 10 de los vecinos más acomodados; no guardan alineación, y por consiguiente no hay calles sino grupos irregulares sin empedrado alguno y 1 plaza en la que existe el rollo de la villa que sirve de adorno: hay casa de ayuntamiento, cárcel, escuela de primeras letras dotada con 1,500 rs. a la que asisten 110 niños de ambos sexos; iglesia parroquial dedicada a la Asunción de Ntra.: Sra. aneja á la parroquia de San Andrés de Trujillo: en los afueras 1 ermita arruinada con el título de San Gregorio y varios pozos para el uso de los vecinos; pero escasean tanto las aguas potables, que en años secos hay que buscarlas á más de 1 legua. Confina el término por N. con tierras del marqués de la Conquista; E. id, del marqués de Santa Marta; S. id. del marqués del Reino, y 0. con la dehesa Caballería de Trujillo; todas en el término de esta ciudad á distancia de ¼ de legua por todos los puntos y comprende 800 fanegas de tierra de labor , sin hallarse monte alguno sino que aprovecha en común con Trujillo y sus agregados los llamados de Tozo: le bañan al 0. el riachuelo llamado Gibranzo y al E. y S. el Magasquilla: el terreno es desigual y de buena calidad: los caminos vecinales: el correo se recibe en Trujillo por baligera 2 veces a la semana. Produce: trigo, centeno, avena y alguna cebada: se mantiene ganado lanar, cabrío, vacuno, de cerda, sobre 100 yuntas de bueyes y vacas de labor, y se cría caza menuda: 12 telares de lienzos ordinarios, 1 de paño basto y la estraccion de cereales a los mercados de Trujillo. Población: 380 vecinos, 2,081 almas.

[14] Medida de longitud que equivale a 5 572 metros.

[15] Claudicación intermitente: dolor causado por un flujo sanguíneo demasiado bajo a los músculos durante el ejercicio. Lo más frecuente es que este dolor se produzca en las piernas después de caminar a un cierto ritmo y durante un cierto tiempo, según la gravedad de la afección. https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/claudication/symptoms-causes/syc-20370952

[16] Hurtado Plubio. Ayuntamiento y familias cacerenses /. Cáceres: Tip., Encuadernación y Librería de Luciano Jiménez Merino. Pág. 46 y 161-165.

[17] Otro gran extremeño caído en el olvido que, en circunstancias difíciles, hizo alarde de su consideración y patriotismo y se puso al frente del ayuntamiento cacereño en 1843. En Cáceres, hoy, no hay un reconocimiento específico a su persona.

[18] Oriundo de Huesca.

[19] La guerra de las Naranjas fue un breve conflicto militar que enfrentó a Portugal contra Francia y España en 1801. La Guerra de las Naranjas (Luciano Bonaparte en Badajoz). Ed Diputación Provincial de Badajoz.

[20] Fueron padres de Mariana, Asunción, Ricardo y Mariano Ricafort y Sánchez.

[21] Baso Andreu. Un oscense casi olvidado: Mariano Ricafort Palacín. Pág. 290.

[22] Sánchez Blázquez, Margarita: “La formación agraria en la Extremadura del siglo XIX” en Dioses, mitos y demonios: la agricultura extremeña en el siglo XIX, editado por la Consejería de Agricultura y desarrollo rural, Publicaciones de la Secretaría General, 2009, Junta de Extremadura, Badajoz, p. 155.

[23] Cruz Hidalgo Esteban. Un economista extremeño entre la reforma y la utopía. Julián de Luna y Peña. Revista de Historia de las Vegas Altas. Nº 10 (Diciembre 2017). Págs. 62-76.

[24] Cortijo Parralejo Esteban. Julián de Luna y Peña. Un economista extremeño en la primera mitad del siglo XIX. Revista de Estudios Extremeños, 2016, Tomo LXXII, Número II, pp. 1239-1250.

[25] Valera Juan. Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo, considerados en sus principios fundamentales, por D. Juan Donoso Cortés, Marqués de Valdegamas. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2006.

[26] Los tres hermanos José, Francisco y Juan, coetáneamente fueron generales de Caballería, el otro hermano llamado Sebastián había muerto antes siendo coronel.

[27] “El escuadrón del 1º ligero mandado por el Coronel Don José Vassallo, llegaron al pueblo de Mayorga en la tarde del 15 de abril, divisó, ya toda la columna enemiga que venía hacia la misma población y la reconoció de cerca el ayudante de Estado Don Pablo Vegas. Los enemigos también lo vieron y empezaron a retroceder y ocupar el pueblo de Saelices, pasando su puente. Entre tanto recibí yo el aviso e hice avanzar al brigadier don Víctor Sierra con dos escuadrones de su regimiento del príncipe para reforzar al del 1º de ligeros y entretener a los enemigos mientras llegaba mi infantería que tenía muy atrás. Pero los rebeldes iban tan precipitados en su retirada que el brigadier Sierra juzgó conveniente cargarlos sin esperar a la infantería, y así dispuso lo verificase el escuadrón ligero dejando uno del Príncipe en reserva, y marchando él con el otro a amenazar la derecha para envolverla si era posible. Alcanzolos cerca del puente y uno de sus escuadrones se vio obligado a hacer frente, apoyado en tres compañías de cazadores de esta parte del río, y en un batallón parapetado en una tapias al otro lado. Esta infantería rompió un vivo fuego casi a quemarropa sobre nuestra caballería, pero tocando esta la carga general, los tres escuadrones la dieron sobre la infantería y caballería simultáneamente, destrozando a la segunda, y haciendo prisioneros a los que quedaron vivos de la infantería. Las consecuencias de esta jornada y de la incesante persecución sucesiva han sido muchas y muy felices, pues los rebeldes huyen enteramente despavoridos y la expedición enemiga ha perdido todo principio de unión y regularidad. El brigadier Sierra recomienda especialmente al coronel Don José Vassallo, al teniente de ligeros Don Braulio García, al comandante del Príncipe Don Narciso Hons, al capitán Don Manuel Mena, del mismo cuerpo, al aposentador del cuartel general”. https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1838/1250/A00001-00001.pdf

[28] “… Ayerbe dispuso el ataque en dos columnas, mandadas por don Francisco Velarde la de la derecha y conducida por él la de la izquierda. Tenazmente resistían el ataque de Velarde pero, habiendo acometido a la bayoneta y habiendo hecho hasta locuras Serrano, Vasallo, Decreff, León, Acedo, Rico, Capdevila, Palacio y otros oficiales de caballería e infantería a ejemplo del general, de Velarde, Samaniego, Rute, Mocret, Infantes y Morata, Cabrera abandonó el campo retirándose por Armillas y Martín a Palomar y alrededores de Montalbán. Ayerbe tuvo sobre doscientas bajas, y Cabrera perdió unos cien muertos y doscientos heridos…” Cabello F, Santa Cruz F y Temprado R.M. Historia de la guerra última en Aragón y Valencia. Tomo II. Pág. 236. Madrid 1845.

[29] A juzgar por su nombramiento como Mariscal de Campo en 1856 donde contaba con 57 años.

[30] Imagen José María Vassallo y Moriano, extraída de http://ancienhistories.blogspot.com/2014/08/la-academia-de-caballeria-y-sus.html

[31] Gaceta de Madrid núm. 1300, de 26/07/1856, página 1. ”Vengo en nombrar Capitán general de Galicia al Mariscal de Campo D. José María Vasallo. Dado en Palacio a 23 de Julio de 1856. Está rubricado de la Real mano. El ministro de la Guerra, Leopoldo O’Donnell”.

[32] “La Reina (Q. D. G.), por Reales decretos de 27 del actual, y con el plausible motivo del feliz natalicio de su augusta Hija la Princesa Doña María Isabel, se ha dignado promover al empleo de Teniente general a… D. José María Vassallo, Coronel del regimiento de Sagunto. Tiene 57 años de edad y 56 de servicio con abonos: tiene buenos méritos de guerra , y por el q u e contrajo en la acción de Saelices, ocurrida en 15 de Abril de 1838, ascendió á Teniente coronel; por las heridas q u e recibió en 1843 defendiendo el alzamiento nacional fué promovido al empleo de Coronel, volviendo a ser herido en la acción de Las Cumbres, ocurrid a el 12 de Julio de dicho año contra las tropas que mandaba el General Ricafort, desde cuya fecha manda su actual regimiento. Cuenta 17 años de Coronel y 7 de Brigadier. Es el primero en antigüedad de los de su clase de esta arma que mandan cuerpo”. https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1852/6420/A00002-00003.pdf

[33] “Capitanía general de Extremadura. «Estado mayor. « Excelentísimo Sr.: Reunidas, según tu ve el honor de manifestar á V . B . en mis comunicaciones anteriores, todas las fuerzas que de diferentes cuerpos y arma» permanecieron fieles al Gobierno, situé en Trujillo con objeto de abastecer el castillo de dicha plaza. El día 4 recibí noticia de que la columna de sublevado en Badajoz al mando del coronel Basalo con la fuerza de 600 infantes y 100 caballos se aproximaba á mi cuartel gen eral: en tal situación determiné romper mi movimiento sobre la Cumbre, pueblo distante dos leguas de Trujillo , y en donde en fuertes parapetos y edificios me esperaban. Tomadas las disposiciones convenientes para envolver sus posiciones, di la señal de ataque después de haber roto aquellos el fuego sobre mis columnas, decidido como estaba a no ser el primero en romper las hostilidades. Nada iguala, Excmo. Sr., al arrojo y entusiasmo con que los leales y bravos soldados a mis órdenes arrojaron de sus parapetos y posiciones a los que ilusos y seducidos abandonaron a sus banderas: después de un combate empeñadísimo y desventajoso por mis fuerzas, me apoderé del pueblo, no sin una sensible pérdida, haciéndoles 400 prisioneros, entre ellos 25 oficiales, y el jefe de la columna gravemente herido. Tan luego dé algún descanso á las tropas continuare mi marcha sobre Cáceres, cuya ciudad someteré a la obediencia del Gobierno. Todo lo que me apresuro a poner en conocimiento de V .E. , reservándome el darle el parte detallado, a fin de que se sirva entretanto elevarlo al de S. A. el Regente del Reino, quien asimismo se servirá hacer presente que el oficial del ministerio D . Pedro León García ha seguido a mis inmediaciones. Dios guarde á V .E . Muchos años. Campamento sobre las Cumbres a las tres de la tarde del 12 a de Julio de 1843.= = Excmo. Sr. D. Mariano Ricafort.^=Excmo. Sr. Secretario de Estado y del Despacho de la Guerra”. Gaceta de Madrid: núm. 3219, de 19/07/1843, página1 https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1843/3219/A00001-00001.pdf

[34] “En tal estado el comandante de Caballería Vasalo, jefe de la columna enemiga mandó romper el fuego. Un Viva al Duque de la Victoria que saliendo del corazón resonó en toda nuestra línea fue el grito de entusiasmo y no menos de indignación con que se acometió a los enemigos con un arrojo indecible”. Cortijo Parralejo Esteban. Julián de Luna y Peña. Un economista extremeño en la primera mitad del siglo XIX. Revista de Estudios Extremeños, 2016, Tomo LXXII, Número II, pp. 1239-1250.

[35] “Al momento fueron envueltos los que ocupaban la primera cerca, rindiéndose parte de ellos. El fuego se hizo general y horroroso, especialmente en el ángulo entrante que por la colina formaban los muros de las cercas con una ermita arruinada que venía a ocupar el centro. Nada bastó a contener el ímpetu de nuestro intrépido general: la infantería fue arrojando a los enemigos de la multitud de parapetos que sucesivamente iban ocupando al paso que se iba concentrando al pueblo; mientras que la caballería bramando de coraje quería saltar a las cercas.” Cortijo Parralejo Esteban. Julián de Luna y Peña. Un economista extremeño en la primera mitad del siglo XIX. Revista de Estudios Extremeños, 2016, Tomo LXXII, Número II, pp. 1239-1250.

[36] El 30 de julio embarcó en el Puerto de Santa María en un buque británico rumbo a Inglaterra. Fue el fin de la regencia de Espartero.

Dic 052020
 

José Luis Barrio Moya

Instituto de Estudios Madrileños

 

El día 28 de febrero de 1789 y ante el escribano Francisco Javier Ramiro, don Andrés Nicasio González otorgaba carta de pago a favor de doña Magdalena Paredes Diaz de Maya, por los bienes que aquella señora aportaba al matrimonio que ambos iban a contraer en fecha próxima.

Don Andrés Nicasio González había nacido en Madrid, siendo hijo de don Fermín Nicasio González y doña Ángela de Salazar, ambos asimismo madrileños.

Por su parte doña Magdalena Paredes era natural de la localidad cacereña de Alía, como hija de don Francisco Paredes y doña Luisa Diaz de Maya, vecinos de la misma población y viuda de don Luis de Godoy.

            Con motivo de su segundo enlace doña Magdalena Paredes Diaz de Maya confesaba que se halla con diferentes bienes muebles que prometió llevar y entregarlos al otorgante por dote y caudal suyo propio para ayuda a superar las cargas del matrimonio con tal que le realize la correspondiente ecritura de dote y recibo de pago. [1] 

            La dote de la señora cacereña incluía pinturas, muebles, utensilios de cocina, ropas y vestidos, objetos de plata y una pequeña biblioteca sumamente curiosa por sus fondos.

 

PINTURAS Y MUEBLES.-

primeramente una Concepcion, 100 rs.- yd nueve quadritos chicos con varios santos, marcos dorados y tallados, 54 rs.- yd dos espejitos con luna de a tercia y talla dorada, 48 rs.- yd dos repisas chicas doradas, 30 rs.- yd un friso da la chimenea con media caña dorada, 30 rs.- yd quatro quadritos como de tercia, marcos dorados y tarjetas,, las dos laminas y las otras dos estampas de papel, 52 rs.- yd ocho taburetes chicos y seis grandes con las asientos de damasco de lana encarnados, los primeros a catorce reales, los segundo a veinte,232 rs.- yd un buro de cedro como poco mas que vara de ancho con sus tres cajones y herrage dorado, yngles, con cerradura y llaves, 320 rs.- yd una papelera de pino cubierta de palo santo con con gabetas, cerraduras y llaves, corriente, 60 rs.- yd un cofre de baqueta con dos cerraduras y tachuela dorada, 60 rs.- yd un cofre de baqueta con dos cerraduras y tachuela dorada, 60 rs.- yd una mesa redonda de cedro como de a vara, 30 rs.- yd seis cortinas de damasco de lana encarnadas con veinte una varas, 210 rs.- yd quatro cenefas color porcelana, filetes dorados, 24 rs.- yd quatro varillas de fierro chicas, 14 rs.- yd una Virgen del Sagrario marco de madera, 16 rs.- yd otra ymagen de Belen, 30 rs.- yd un marco de la Virgen de Monserrat, estampa de papel, 2 rs.- yd un quadro de San Josef, marco dorado, 12 rs.- yd un quadrito de Santa Maria Magdalena, 10 rs.- una cama de seis tablas dada de verde, 24 rs.- yd un cofre biejo de badana con su cerradura y llave, 18 rs.- yd dos papeleres, la una de pino con dos puertecillas, mesita de nogal, sin llave, y la otra con llave, 40 rs.- yd una mesita de pino chica para velador, 6 rs.- yd una camilla para enjugar ropa , 12 r.- yd una escalera bieja con nueve peladaños, 4 rs..- yd un rostrillo bueno, 40 rs.

ESPETERA.-

Bajo este epígrafe se recogían todos los utensilios de cocina que doña Magdalena Paredes llevaba en su dote, todos realizados en hierro, barro, cobre y azófar, tales como fregaderos, tinajas, espumaderas, palmatorias, tajos, peroles, sartenes, cazos, peroles, chocolateros, candeleros, planchas, velones, asadores, parrillas, almireces, braseros, salvillas y bacías.

ROPA BLANCA Y VESTIDOS.-

Aquí se incluían vestidos de tafetán y seda, desavillés, guardapiés, basquiñaas, manteletas, mantillas, pañuelos, colchas, cortinas, sábanas, manteles, servilletas, paños de manos, enaguas, camisas y almohadas.

PLATA.-

yd una copa chica de cobre, antigua, como de peso de seis ilibras, 30 rs.- una campanilla de plata de peso de quatro onzas, 80 rs.- yd una evilla chica de corbatin, 8 rs.- yd un San Antonio en una urnita de plata, de dije, 14 rs.- yd un relicario engastado en plata de varias reliquias, 21 rs.- yd una medalla grande de Jesus Nazareno y la Virgen de los Dolores, 30 rs.- yd una Virgen de las Mercedes de plata afiligranada, 12 rs.- yd un rosario estrellado con una cruz de Jerusalen y una medalla de plata de la Virgen del Prado de plata, 16 rs.- yd otro rosario estrellado con una medalla de plata de la Virgen del Sagrario, 12 rs.- yd otro rosario de venturina con una medalla de plata de la Virgen de Guadalupe maciza, 26 rs.- yd un cupidito del cuello, 60 rs.- yd una pulsera de piedras de Francia, 30 rs.- yd un quadrito de San Juan bordado en seda, 10 rs.- yd un lignum crucis pequeño engastado en plata, 10 rs.- yd quatro cubiertos grandes de plata, pesan veinte y una onza y tres ochavas, 416 rs y tres octavos.- yd un cuchillo de mango de plata, pesa dos onzas y media, 123 rs y 3 quartillos.- yd dos cajas de plata, una mediana y otra chica, 60 rs.- yd una sortija de oro con una esmeralda y seis chispas de diamantes, 50 rs.- yd un cupìdito de oro para el cuello, 60 rs.

LIBROS.-

Doña Magdalena Paredes llevó a su segundo matrimonio una pequeña biblioteca en la que se registraban las obras de sor María de Ágreda, sor Juana Inés de la Cruz, la portuguesa sor María do Ceu, Cristóbal Fonseca, fray Antonio Arbiol, fray Luis de León y fray Luis de Granada. Pero junto a todos aquellos autores de tema religiosos, no deja de ser sorprendente encontrar obras de tipo profano como las Novelas ejemplares, de Miguel de Cervantes o las Novelas amorosas y ejejmplares, de María de Zayas y Sotomayor, o de tema jurídico, como la Curia eclesiástica, de Francisco Ortiz de Salcedo.

Pero los libros más curiosos de la biblioteca de la dama cacereña fueron dos obras de dos autores que fueron acusados por la Inquisición de criptojudaísmo, como fueron Rodrigo Méndez Silva y Antonio Enríquez Gómez.

Es por todo ello que siempre que los investigadores se enfrentan a la problemática de estudiar las bibliotecas femeninas del Antiguo Régimen, la cuestión se presenta siempre sumamente compleja.

En primer lugar hay que tener en cuenta que durante muchos años las mujeres, aunque fueran de la nobleza, quedaban fuera de la cultura libresca, tanto por ser la mayoría de ellas analfabetas, muchas no podian firmar documentos por no saber hacerlo, y las pocas que sabián leer y escribir se encontraban con la oposición de la   Iglesia, que solamente les permitián libros de devoción o de vidas de santos, muchas de ellas del todo inventadas. Pero dentro de ese contexto muchas mujeres, tanto religiosas como laicas, pudieron dar rienda suelta a sus aficiones literarias como muy bien ha demostrado María Isabel Barbeito Carneiro en una obra memorable [2]

            Volviendo a la biblioteca de doña Magdalena Paredes no hay que olvidar que era viuda de don Luis de Godoy, por lo que es más que probable que aquella hubiera pertenecido a su primer difunto marido y que pasase a sus manos por herencia del mismo. No se puede desdeñar que doña Magdalena Paredes pudiera leer las exqusitas poesías de fray Luis de Léon o de sor Juana Inés de la Cruz, e incluso las novelas de Miguel de Cervantes y María de Zayas y Sotomayor, pero dudamos que ni el Catálogo Real de España, de Rodrigo Méndez Silva, ni la Mystica ciudad de Dios, de sor María de Jesús de Ágreda, con sus disparatadas ideas sobre la vida de la Virgen, fueran obras entendibles para una dama del siglo XVIII, por muy culta y leída que fuera.

yd seis libros de la Madre Agreda (sor María de Jesús de ÁGREDA.- Mystica ciudad de Dios, milagro de su omnipotencia y abismo de la gracia, Madrid 1670), 80 rs. [3]

– yd dos tomos de la vida de Christo (Crsitóbal FONSECA.- Primera parte de la vida de Christo Señor Nuestro, Toledo 1596), 20 rs. [4]

– yd tres libros, uno Desengaños misticos, otro de la vida de San Francisco de Paula y otrom Guia de pecadores (fray Antonio ARBIOL.- Desengaños mísitcos a las almas detenidas o engañadas en el camino de la perfección, Zaragoza 1706) [5].

Paolo REGIO.- Vida y milagros de san Francisco de Paula traducido del italiano en castellano por fray Francisco de las Cuevas, Sevilla 1585).

– fray Luis de GRANADA.- Guía de pecadores, Salamanca 1556), 18 rs.

– yd otro Historia de Nuestra Señora de la Almudena (Juan de VERA TASSIS Y VILLARROEL.- Historia del origen, invención y milagros de la sagrada imagen de Nuestra Señora de la Almudena, Madrid 16929, 10 rs. [6]

– yd otro tres obras de la Madre Sor Juana (sor Juana Inés de la CRUZ- Obras, Sevilla 1692), 20 rs. [7]

– yd otros tres Novelas de Zayas, otro Poesias varias y otro Catalogo Real de España (María de ZAYAS Y SOTOMAYOR.- Novelas amorosas y ejemplares, Zaragoza 1637) [8] ,. Rodrigo MÉNDEZ SILVA.- Catálogo real y genealógico de España: ascendencias y descendencias de nuestros católicos príncipes y monarcas, Madrid 1645), 20 rs. [9]

– yd otros dos obras de la madre Ceo (sor María do CEU.- Obras varias y admirables corregidas e intituladas por Fernando de Setién Calderón de la Barca, Madrid 1744), 8 rs. [10]

– otro Curia eclesiastica (Francisco ORTIZ DE SALCEDO.- Curia eclesiástica para secretarios de prelados, iuezes eclesiásticos, nortarios apóstolicos, ordinarios, latinos y visitadores y notarios de visita, Madrid 1622), 12 rs.

– yd otros dos, uno León Poesias y otro Culpa del primer peregrino (Antonio ENRÍQUEZ GÓMEZ.- La culpa del prmer peregrino, Rouan 1644), 12 rs. [11]

            Toda la dote de doña Magdalena Paredes alcanzó un valor de tasación de 6124 reales y 17 maravedis de vellón.

            Firmaron como testigos don Juan Álvarez, don Manuel Bona, álferez del Regimiento del Caballería del Príncipe y don Joaquín de Mora, sargento del mismo cuerpo.

[1] .- Archivo Histórico de Protocolos de Madrid . Protocolo = 20590, folº. 204-211. Escribano = Francisco Jazvier Ramiro.

[2] .- BARBEITO CARNEIRO, Mº.I.- Mujeres y literatura del Siglo de Oro. Espacios profanos y espacios conventuales, Madrid, ed. Del Orto, 2006.

[3] .- María Coronel y Arana , mas conocida como sor María de Jesús de Ágreda, nació en la localidad soriana de Ágreda en 1602 y falleció en 1665, en el comvento de Madres Condcepcionístas que ella había fundado en su propia casa. Escritora mística y gran defensora del dogma de la Inmcaculada Concepción, debe su fama a su obra Mystica ciudad de Dios,, publicada en Madrid en 1670, aunque mucho tiempo antes ya corría manuscrtita. La obra fue prohibida por la Inquisición y condenada por la Sorbona de París. Destacó además por su relación epistolar cion Felipe IV, que se prolongó desde 1643 a 1645, afortunadamente conservada, y que constituye un valioso documento histórico para conocer la complicada situación política española de aquellos comvulsos años.

[4] .- Cristóbak Fonseca fue un monje aguistino, nacido en la localidad toledana de Santa Olalla en 1550 y muerto en Madrid en 1621. Estudió teología en la universidad de Salamanca y fue prior del monasterio de su orden en Segovia. Escribio diversos obras de notable espiritualidad, como el Tratado del amor de Dios, Publicada en dos partes, la primera en 1592 y la segunda en 1618. La Vida de Christo Señor Nuestro, también en dos partes apareció la primera en 1596 y la segunda en 1601.

[5] .- Antonio Arbiol nació en la localidad zaragozana de Torrellas en 1651 y murió en Zaragoza en 1726. Muy joven entró como religioso en la orden franciscana, llegando a ser lector de teología en el convento franciscano de santa Matía de Jesús en Zaragoza. Fue además visitador de los conventos de Valencia y Burgos y calificador de ls Inquisición de Aragón. Por no dejar de predicar rechazó el obispado de Ciudad Rodrigo para el que le propuso Felipe V-

[6] ..- Juan de Vera Tassis y Villarroel, miembro de una ilustre familia, nació con toda probabilidad en Soria entre 1634 y 1640. Fua un famoso dramaturgo, editor de las obras de Calderón de la Barca, labor esta muy criticada por sus muchos errores y correciones. Destaca entre su producción teatral El triunfo de Judith y muerte de Holofernes, representada en 1688, en la cámara de la reina Mariana de Neoburgo, segunda esposa de Carlos II.

[7] .- Sor Juana Inés de la Cruz, la gran escritora del México colonial, nació en San Miguel Nepanta en 1648 y murió en la ciudad de México en 1695. Cultivó todos los géneros literarios, tanto la prosa, la poesía como el teatro, en este último con notabla influencia de Calderón de la Barca. Tras ser persona de confianza de la virreina, mrquesa de Macera, ingresó en la via monástica en el convento de san Jerónimo de México. Notable poetisa, destacan en ese género sus canciones, villancicos y sonetos, escritos cpn notable sensibilidad y acusado femenismo. (vid.- PAZ, O,. Sore Juana Inés de la Cruz. Las tampas de la fe, México, Fondo de Cultura Económica, 2008).

[8] .- María de Zayas y Sotomayor nació en Madrid en 1590, faleciendo en la misma ciudad hacia 1661. Sus novelas alcanzaron tan gran éxito en su tiempo que en el siglo XVIII fueron prohibidas por la Inquisición. Sus obras se caracterizan por la profundidad de los carácteres de los personajes de sus novelas y, al igual que la monja mexicana, por su defensa de la mujer.

[9] .- Rodrigo Méndez Silva naci´ço en la localidad portuguesa de Celorico de Beira en 1606 y murió en Venecia en 1670. De origen judeoconverso, fue historiador, genealogísta y geògrafo, alcanzao altos cargos cortesanos, entre ellos el de ministro del Real y Supremo Consejo de Castilla. Su obra más famosa fue el Catálogo real y genealógico de España: ascendencias y descendencias de nuestros católicos principes y monarcas, muy6 elogiada por lope de Vega, Calderón de la Barca. Agustín Moreto y Luis Vélez de Guevara.

[10] .- Sor María do Ceu nació y murió en Lisboa (1658-1713). Muy joven ingresó en el convento lisboeta de la Esperanza. Mujer culta e inteligente, al igual que sor Juana Inés de la Cruz, cultivó la poesía y el teatro. Cantó de manera admirable la brevedad de la vida, tema tan frecuentementa tratado por el arte barroco en general. Sus obras furon traducidas al castellano por fray Enrique Flórez Setién con el seudónimo de Fernando Setién Calderón de la Barca.

[11] .- Anronio Enríquez Gómez, conocido durante algún tiempo como Fernando de Zárate y Castronovo nació en Cuenca en 1601 y murió en Sevilla en 1663. Dramaturgo, novelista, poeta y tratadista político, tuvo que huir a Francia, tantom por ser acusado de criptojudaismo por la Inquisición como por haber atacado en sus escritos al conde-duque de Olivares. Sun obra más famosa es El siglo pitagórico donce mezcla lo picaresco con lo fantástico.

Dic 032020
 

Jesús Barbero Mateos

Maestro

Hasta una época no demasiado lejana, los historiadores consideraban que los periódicos eran un material de trabajo de escaso valor científico. Sin embargo, la historiografía más reciente utiliza las colecciones de la prensa, reflejo de la sociedad e instrumento capaz de informar y crear opinión, como fuente complementaria de primer orden[1]

 

En contra de las manifestaciones y opiniones que han venido persistiendo sobre la cerrazón social y la falta de iniciativas culturales en Extremadura, el estudio de las mismas arroja datos objetivos que permiten desmentirlas

Desde nuestra posición actual puede asumirse este postulado dada la necesidad de acudir a la prensa para poder construir la historia. Por ello es conveniente dejar constancia del catálogo de publicaciones periódicas de Serradilla para completar las fuentes hemerográficas extremeñas.

 

El fenómeno de la prensa serradillana.

El final de la centuria decimonónica supuso un enorme esfuerzo de renovación respecto de la elaboración de los estudios históricos. El proceso impregnó Serradilla coincidiendo con la creciente inquietud periodística de unos paisanos por aflorar y difundir su cultura, costumbres, historia, lengua… Consta prensa escrita esporádica desde finales del siglo XIX: “La edición de periódicos no es algo privativo de las ciudades extremeñas. Y si no, ahí está el ejemplo de la localidad cacereña de Serradilla, con trece periódicos editados entre 1.889 y 1.932, siendo el último de ellos. EL CRONISTA, un buen reflejo del quehacer periodístico y editorial de Agustín Sánchez Rodrigo».[2]

  Es considerable la importancia que alcanza la prensa en Serradilla. Por ello publicaciones periódicas editadas en la villa, De calidades periodísticas y literarias diferentes, de vida larga o brevísima, conviene analizarlas y dejar constancia de que existieron, a pesar de que no de todas se conservan ejemplares.

El Decreto de Libertad de Imprenta de 23 de Octubre de 1.868 y la Ley de Libertad de Imprenta de 20 de Mayo de 1.869 promoverían la fundación de revistas y periódicos. Pronto se incorporaría Serradilla a la aventura del periodismo, siendo el de tipo satírico su pasión inicial.

Variados fueron los motivos que movieron las sucesivas apariciones de periódicos: creación de asociaciones, inquietudes personales, propagación de proyectos, creación de estados de opinión… Pero fueron diversas las causas que decretaron su muerte: falta de liquidez, desacuerdo entre los colaboradores o la censura civil o religiosa. En ocasiones, desaparecen tras la primera salida debido a sus polémicos contenidos, como EL ABANICO. La puntual carencia de papel y el aumento de gastos hicieron peligrar la continuidad de EDUCACIÓN Y ENSEÑANZA hasta su desaparición definitiva.

También es cierto que, a veces, se incluyeron en EL CRONISTA (en los casos de la muerte de Marcelo Rivas Mateos, o del homenaje a Francisco Sanz y López), fotograbados que no dejaban de ser un lujo en aquélla época.

Lo habitual en el siglo XIX era anunciar la salida de un periódico mediante el prospecto, como presentación mientras, avanzado el siglo XX comenzó a parecer el número 0, donde se hacía una declaración de intenciones, se establecía la periodicidad y se justifica la necesidad de su existencia, como en los casos de AJS, GOOOOOOL y EL MIGAJÓN.

  En las publicaciones iniciales, mantener la periodicidad fue un ejercicio harto complicado, debido a dificultades económicas, falta de medios técnicos y desgaste de sus responsables. De ahí la irregularidad en su publicación que, por tratar temas satíricos y jocosos, padecieron la censura.

Se trató de tiradas muy cortas, muchas de ellas de un solo ejemplar manuscrito, aunque a principios del siglo XX, con más medios económicos y técnicos, EL CRONISTA aumentó la tirada y prolongó su duración.

En un repaso cronológico de cada una de estas iniciativas periodísticas que crearon la impronta del periodismo en Serradilla y en la sistematización y descripción de las características de las publicaciones y sus autores consiste este trabajo. Para ello incidiremos en las pautas de Keyser[3]. Realizaremos una ficha de cada publicación ofreciendo algunos juicios de valor que enriquezcan el trabajo para que supere la mera recopilación de datos.

 

 

Análisis de las publicaciones.

Para centrar la cuestión referente a los primeros periódicos tenemos en cuenta como circunstancia detonante la inquietud cultural de algunos vecinos de la villa, como Agustín Sánchez Rodrigo, personaje imprescindible en este estudio, que le llevó en 1.888, con tan sólo 18 años, a fundar una sociedad llamada “La Amistad”, en cuyo reglamento se recogían los derechos y obligaciones de los asociados. La base tercera rezaba así: “Esta sociedad tiene tres objetivos: conservar y formalizar la amistad, atender por todos los medios que están a nuestro alcance el fomento de nuestra ilustración y organizar expansiones culturales propias de nuestra edad”.[4] Al cobijo de la sociedad, comenzaron a surgir publicaciones tendentes a lograr sus objetivos.

 

ANDE LA BROMA. Revista cómico- satírica e instructiva.

Se trataba de una publicación manuscrita que contenía trabajos en prosa y en verso, entre ellos un buen artículo humorístico firmado con el seudónimo “Revuelta”. En sus páginas se insertó, en forma de folletín, una satírica seminovela titulada Ruptura de relaciones, donde con hábil y sutil simbolismo se sacaban a la luz lacras de las más respetables personalidades de la villa, lo que motivó que un sector del pueblo se sintiese aludido. En previsión de que aumentara la intensidad de los conflictos si continuaba y para evitar enfrentamientos, se suspendió la edición del recién nacido periódico, antes incluso, de que llegase a la totalidad del público, tal como afirmaba su impulsor[5], aunque debemos dudar que la censura lograra su objetivo. A buen seguro que el manuscrito correría la localidad e, incluso, fuera copiado por más de un vecino.

No se conservan ejemplares.

 

EL ABANICO. Semanario liberal que trata de todo.

El 15 de Agosto de 1.890 se creó el nuevo periódico, también manuscrito[6] que gozó de una vida más dilatada, hasta junio de 1.892. Se fundó el semanal por la juventud intelectual de la villa con la intención de que fuese un instrumento de relación y motivo de distracción y aprendizaje. En los primeros números se dejó vislumbrar el humor y la sátira, haciendo crecer el número de lectores de tal manera, que era imposible dar satisfacción a todos con un par de ejemplares.

La continuidad de la línea polémica de su antecesor originó polémicas y altercados provocados por los que no querían que sus vicios salieran a la luz pública, para burla de los vecinos. La línea satírica se fue suavizando, perdiendo virulencia crítica el espíritu de sus redactores, lo que redundó en su amplia aceptación por parte de todo el vecindario.

Salía el periódico todos los domingos y, dado su éxito, se ideó que hubiese una lectura pública en el local de la escuela de los niños, que llegó a ser insuficiente para albergar al público que se reunía. Tras la lectura los números pasaban de casa en casa durante toda la semana.

El Abanico llegó a ser un éxito literario. En sus columnas se escribieron muchas necedades y petulancias, pero aparecieron artículos aceptables y se probó el ingenio y la capacidad de sus redactores. Sus páginas glosaron la actualidad local y muchas de las costumbres de la época, ya desaparecidas.

Tras publicarse el último número, en Junio de 1.892, la inquietud periodística permaneció, y al año siguiente, en 1.893, El Abanico inició una segunda época en la que sólo vio la luz un número. Fracasó el intento de resurgimiento.

Según afirma Agustín Sánchez[7], “fue Heliodoro Vega alma y sostén de El Abanico. Sus crónicas hacían afluir al público a la lectura del semanario. Su gracia chispeante y su aguda sátira, la que a todos divertía”.

Sánchez reprodujo en EL CRONISTA los que consideró buenos artículos de El Abanico. Gracias a esta iniciativa se conservan algunos poemas, como el firmado por Liberato Alonso con el título El capullo y la rosa[8]:

Al respecto de esta publicación, afirmaba Celestino Vega en EL CRONISTA en Septiembre de 1.919[9]:

“            El Abanico, periódico liberal, tiene páginas de un lirismo supremo sobre política de pueblos, firmadas por Liberato Alonso, que se declaraba un verdadero romántico, con poesías de turbadora belleza, donde hay sonidos de guitarras y amadas nuestras “de negros ojos y cabellos negros”.

  Agustín Sánchez Escribió “Las Calabazas”, admirable sátira, y páginas éticas. El maestro Don Quintín Polo daba su buena voluntad y Heliodoro Vega, satírico, sabía herir las malas costumbres con el fino bisturí de su ironía con crónicas inolvidables, llenas de buen humor, que tan popular hicieron al “Papel”.

  Censurando la brutal costumbre de “Cobrar el piso”, escribió un interesante código con cuatro artículos:

  1º.- Están obligados a pagar el piso todos los forasteros que lleguen a este pueblo, e islas adyacentes, tan pronto como hayan llegado a él.

  2º.- Se considerarán mozos para cobrar el piso, todos los que tengan, por lo menos, seis pelos en el bigote, hayan arrancado la lancha de algún poyo, o sean capaces de cargarse una fanega de arena o de correr un burro en pelo.

  3º.- Para beberse un piso es necesario que haya, por lo menos 12 mozos, y sólo en el caso excepcional de no haberlos a mano, se beberá entre los que haya.

  4º.- Si alguno se negara a pagar el piso, con, de, en, por, sin, como se le diga, está obligado a chuparse las “patás” que al efecto marca la Ley.

  Dado en Villabrutanda a 21 de Enero del año maricastaño.

  Hoy todos han muerto; el romántico Liberato hace, en vez de páginas tétricas, las de un informe judicial (era el Secretario del Juzgado). Agustín Sánchez ha muerto en aquel estilo y ha renacido en este otro (haciendo EL CRONISTA), donde se trasparenta el hombre que lee diariamente El Quijote, y a Heliodoro Vega, se le llevó un día la Pálida hacia el lago del misterio.”

  La semilla había prendido en buena tierra, y todo se reduciría a dar tiempo al tiempo[10]. Con carácter casi de caseros, se escribirían al cobijo de La Amistad, varios periódicos más.

 

 

 

EL ESTUDIO.

La intención inicial era sacar una publicación semanal de distribución gratuita, aunque sólo vio la luz el primer número, también manuscrito[11]. Tras su fundación los jóvenes de La Amistad, intentaron nuevamente poner en marcha una publicación periódica, pero el éxito no les acompañó en esta ocasión. Ningún texto se conserva de El Estudio.

 

EL GRACIOSO.

Su tesón no permitió que se rindieran, apareciendo poco después El Gracioso con la misma intención y una pretendida periodicidad aleatoria. También Agustín Sánchez y La Amistad la impulsaron. Parecía cuajar cuando se imprimieron varios de sus últimos números, los primeros fueron manuscritos[12], pero finalmente desapareció. Su logro consistió en ser el primero en salir de una imprenta, la que Agustín había instalado en Serradilla en 1.905 con el objetivo de comenzar la edición de EL RAYAS. Nos encontramos ante la primera publicación serradillana del siglo XX, de cuyo contenido nada se conserva.

Aunque sin datos fehacientes, con la información disponible nos decantamos por afirmar que, a partir de El Gracioso, todas las publicaciones se imprimieron, puesto que su impulsor, Agustín Sánchez, ya disponía de una imprenta. Y ello a pesar de que en “Publicaciones Periódicas Extremeñas. 1.808-1.988”[13], se afirma que fueron manuscritos.

A buen seguro que el inquieto personaje ensayó una y otra vez la edición de una publicación periódica, hasta que, demediada la segunda década del siglo, lograría consolidar el ansiado quincenal, como se verá.

 

EL CUCO.

De nuevo Agustín Sánchez y la sociedad La Amistad promovieron su edición, cuya distribución fue gratuita, a pesar de lo cual supuso un fracaso más, a decir de su prematura muerte tras el primer número.

Teniendo en cuenta que el criterio seguido en la relación de publicaciones periódicas aportada por Agustín Sánchez debió ser el cronológico, y siendo cierto que algunos números de El Gracioso se imprimieron, podemos concluir que esto no pudo ocurrir antes de 1.905. Por ello, aunque se ha apuntado que El Cuco es finisecular, nosotros mantenemos que es posterior a 1.905 y que la tirada se hizo a imprenta.

Ningún ejemplar se conserva.

 

LA MURALLA.

Otro tanto ocurrió con La Muralla desconociéndose la periodicidad que se pretendía. Su formato era de 32×22 cm. Y tras sus páginas se encontraban los mismos personajes.

Como sucedió con La Tempestad, otro intento que corrió la misma suerte que los anteriores. Idéntico destino corrió La Chocolatera.

 

Hasta aquí hemos visto las publicaciones promovidas por la sociedad La Amistad. Ninguna de las seis, El Estudio, El Gracioso, El Cuco, La Muralla, La Tempestad y La Chocolatera superó el primer número, a pesar de que con anterioridad, Ande la Broma y El Abanico habían tenido una vida más dilatada.

Partiendo de este dato podemos afirmar que no se trató de periódicos diferentes, sino que La Amistad fue sacando a la luz boletines para expresar su opinión sobre temas de actualidad y exponer sus nuevas creaciones, cada uno de los cuales recibió el nombre del principal tema en él tratado o una alusión ficticia al mismo. Sólo así se explica la proliferación de publicaciones de tan exigua vida. A partir de La Chocolatera se produciría un punto de inflexión respecto de la edición de periódicos.

 

EL TÁBANO.

La imprenta de Sánchez llevaba años funcionando y su inquietud editorial se fue acrecentando. Así vio la luz El Tábano, la primera publicación monográfica. Más que un periódico, fue un programa publicitario de teatro, publicado a comienzos de 1.910 por el actor y autor dramático Santos Ladehesa, en el que se instaba a la concurrencia, de forma jocosa, a asistir a las funciones programadas por su compañía. El subtítulo de la publicación así lo corrobora: «Periódico socarrón, soso, latoso y patoso. El de más circulación, en Puerto Chinche, en Pulgón, Villarreal y Carcaboso».[14] Su contenido se centraba en las letras relacionadas con sus funciones[15]. Pero también aparecían loas al autos a cargo de Heliodoro Vega, Liberato Alonso, Timoteo Bermejo, Julio Rivas o el propio Agustín Sánchez, que era el impresor e incluía en un rincón publicidad del método RAYAS.

Constaba de 4 páginas en un pliego, que doblado tenía unas dimensiones de 32×22 cm., contando la edición de unos cientos de ejemplares. Aunque afirma Cajide[16] que fue el primer trabajo que se confeccionó en la imprenta, «con una “Minerva” a pedal, marca Diamante», consideramos que la afirmación no es ajustada, pues en 1.905 había sido impresa una publicación y El Tábano data de 1.910. No obstante, es posible que El Tábano fuese la primera obra salida de una máquina tipográfica nueva, o bien la primera de cierta envergadura que se había encargado a los talleres.

Según Cajide[17], “el empuje editorial de los talleres de EL CRONISTA dio lugar entre 1.916 y 1.920 a un extraordinario florecimiento de publicaciones periódicas que ayudaron a mantener vivo en Serradilla el ambiente inquieto y participativo que latía en las raíces de sus principales proyectos». Teniendo en cuenta lo arrojado en nuestro análisis , no fue EL CRONISTA el punto de arranque del periodismo local, sino la culminación de un largo proceso de ensayos editoriales.

 

EL CRONISTA. REVISTA QUINCENAL.

Corría el año 1.905 cuando el maestro Ángel Rodríguez Álvarez, creó el método Rayas. Agustín Sánchez se volcó con entusiasmo en la iniciativa, adquirió la propiedad del método y se hizo editor. Con el embrión de la editorial en marcha, el siguiente paso consistía en hacerse impresor, abriéndose así la posibilidad de realizar toda clase de trabajos tipográficos: pequeños libros, folletos, prospectos…

La progresión en el volumen de pedidos de El Rayas era muy lenta y las dificultades económicas se sucedían. Luego de tantos años de tanteos más llegó, en 1.916, el convencimiento de que el método necesitaba mayor difusión por España. Aparte de otras consideraciones de carácter cultural, este fue el verdadero motivo de la aparición de El Cronista.

El primer ejemplar salió el día 5 de Enero de 1.916 y se publicó hasta el 20 de Diciembre de 1.932. En total 407 números. Diecisiete años ininterrumpidos de periodismo a imprenta en un pueblo sin luz. Diecisiete años del más puro menester periodístico que, trascendiendo lentamente las esferas comarcales y regionales, fue leído por las más eminentes personalidades del país que, en más de una ocasión, prestaron sus plumas para dar prestigio a la publicación con sus colaboraciones: José Ramón Mélida, Director del Museo Arqueológico Nacional, el literato y erudito Rodríguez Marín, Director de la Biblioteca Nacional, Gerardo Jaime Núñez, Jefe de Sección del Archivo Histórico Nacional, el geógrafo Antonio Blázquez, director de la Real Sociedad Geográfica, Cascales Muñoz, Fidel Fita, Gabriel y Galán, José Polo Benito, Menéndez Pidal….

EL CRONISTA puso en marcha iniciativas como la creación de una biblioteca de publicaciones, abogó por el establecimiento de una granja experimental, propuso mejoras en el empleo de abonos y en la relación con los trabajadores del campo. También la creación de un sistema de comunicaciones que articulase adecuadamente la región extremeña y la comunicase con el resto de España y Portugal mediante el ferrocarril.

A nivel local desarrolló las noticias, analizó su industria, planteó la canalización del Tajo, narró historia y leyendas, se preocupó por el folklore, propuso la creación de biblioteca, archivo y museo municipales, propugnó la declaración de Monfragüe como Parque Nacional, defendió enérgicamente la construcción de un puente sobre el Tajo…, todo ello para conseguir el bien de su pueblo. Quizás todo el cúmulo de intenciones y propuestas; toda su filosofía de progreso, desarrollo y participación social, se halle encerrada en esta frase de la abundante cosecha del Director-Propietario de EL CRONISTA “Mucha instrucción, mucha unión y mucha voluntad, son los factores que, unidos por la actividad, nos darán el apetecido y excelso resultado”[18].

En el año treinta y dos, tras diecisiete años de floreciente vida, las suscripciones por toda España eran tan abundantes que, incluso, dejaban dinero libre. Y entonces desapareció. Las causas reales no están claras. Este es su último editorial, por si en sus palabras se pudiera intuir alguna que nosotros no logramos ver:

“El presente es el último número de El Cronista, cuya vida se extingue al finalizar los diez y siete años de su existencia. Después de larga, tranquila y laboriosa vida, desaparece de este mundo con la conciencia limpia y serena, sin el menor remordimiento pos su actuación.

Cúmplenos manifestar a nuestros lectores y al público en general, que esta nuestra resolución ha sido libre y espontánea, sin la menor presión moral ni material, interna ni externa, que a ello nos haya no ya obligado, ni aun siquiera inducido. Por nuestra propia voluntad y conveniencia lanzamos a la vida nuestra revista al comenzar el año diez y seis, por nuestra propia voluntad y conveniencia la suprimimos al terminar el año treinta y dos. Nadie nos indució (sic) ni animó a darle vida, a nadie acusamos de su muerte”[19].

  La primera gran aventura periodística serradillana había concluido.

 

BOLETÍN DEL ATENEO SERRADILLANO.

  En el mes de Julio de 1.918, en torno a jóvenes estudiantes de la villa, comenzó a organizarse una sociedad literaria, El Ateneo Serradillano, que, entre otros cometidos, se proponía dar conferencias, establecer biblioteca, publicar una revista y cuanto juzgasen conducente al fomento de la instrucción y la cultura[20].

  Para mejor cumplir sus propósitos, su reglamento prohibía toda clase de juegos y bebidas alcohólicas en el domicilio de la sociedad y se proponía publicar el Boletín del Ateneo.

De nuevo un inquieto grupo de jóvenes serradillanos tomó la iniciativa cultural con el propósito de ofrecer cultura al vecindario y desarrollar sus inquietudes, tomando como elemento vehicular fundamental, la publicación de una revista. El día de su inauguración, el cuatro de agosto de 1.918, se presentaron los cinco números que durante el mese de julio llevaban publicados, que incluían poesías, crónicas y pensamientos. En ese acto se leyeron algunos de los artículos recogidos en sus páginas.

  Era una revista manuscrita de gratuita distribución[21], cuyos fundadores fueron Celestino Vega Mateos, José María Vecino Martín y Martín Real, asesorados por Agustín Sánchez Rodrigo. El editor sería el propio Ateneo Serradillano. El 13 de Julio de 1.919, al celebrarse el primer aniversario de la sociedad, disertaron sobre variados temas algunos de sus miembros: Real Alonso, Vega Bermejo, Viana García, Rodrigo García o Luis Sánchez Rodrigo. Este es un extracto del discurso de Luis Sánchez al tratar sobre Cultura, civismo, juventud:

“El civismo también se manifiesta en el aumento y difusión de la cultura; sin la cual se hace imposible la regeneración de la sociedad. El civismo se demuestra prefiriendo lo nacido en nuestro suelo, a todo lo que provenga de extrañas tierra y trabajando sin descanso en el laboratorio, en la escuela, en el campo, en el taller”.

El día doce de Octubre de 1.920, con motivo de celebrarse la Fiesta de la Raza, el Ateneo sacó a la luz un boletín extraordinario. Aún se conservan, gracias a El Cronista, poemas y textos en prosa aparecidos en sus páginas.

Valga como muestra de su proyección nacional un extracto de este artículo publicado[22]:

Para los Ateneístas. SERRADILLA EN MADRID. Fui también al Archivo Histórico Nacional a visitar a D. Gerardo Jaime Núñez, Jefe de Sección en dicho Centro, quien en extremo atento y complaciente, además de enseñarme las distintas salas del inmenso Archivo, me presentó algunos datos de Plasencia y Serradilla que, por la premura de tiempo no pude detenidamente ver. En fin, no sé con que palabras deciros la inmensa satisfacción que experimentaba al convencerme, al ver por mis propios ojos en qué grado era apreciada y ensalzada allá en la Corte nuestra labor de cultura. El aplauso de los sabios sea para nosotros estimulante premio que nos anime a preservar en la obra emprendida, para bien propio y de nuestros convecinos, y mayor gloria de Serradilla.”

Comprobada queda la proyección de El Ateneo y de su Boletín. Pero finalmente el órgano de comunicación del Ateneo serradillano dejó de editarse.

 

EDUCACIÓN Y ENSEÑANZA.

La difusión del método de lectura por la escritura RAYAS, entre los profesionales docentes motivó la aparición del suplemento Educación y Enseñanza, especializado en este ámbito. El suplemento pedagógico se enviaba a los maestros e inspectores de toda España, como forma de dar a conocer EL RAYAS entre los profesionales docentes, que eran los encargados de aplicarlo en las aulas, atraerles hacia el innovador sistema y, por lo tanto, así se lo solicitarían a sus alumnos. De esta forma, intuía Agustín, aumentarían los pedidos y no faltaría el trabajo en la imprenta. En su presentación recoge: “Al inaugurar esta sección, lo hacemos con sinceridad y con el deseo de seguir contribuyendo al progreso y la cultura de nuestra región. La base de la cultura es la escuela, y el alma de la escuela, el Maestro; por ello este es el primordial elemento a quien debe darse vida y apropiado campo donde pueda ejercitar con amplitud su acción.

El maestro competente y altruista sentirá la necesidad de elevar el nivel cultural de nuestro pueblo, como único modo de lograr un medio favorable a cuanto significa ilustración y progreso. A los Maestros que así piensen, ofrecemos las columnas de esta pequeña revista, que ellos sabrán hacer grande, condensando en ella los destellos de su ciencia.

El arma que no se limpia, el óxido la corroe, la máquina que no se usa se empasta y entorpece, la gala que no se luce se apolilla, la inteligencia que se estanca en un villorrio y rutinariamente va amoldándose a pensar sólo en los intereses materiales, insensiblemente se embrutece, progresivamente va perdiendo el hábito de estudio, las buenas formas sociales y cuanto es el ser y esencia del hombre que teniendo un título académico, por dignidad y propia estimación está obligado a enaltecerle y honrarle con el constante ejercicio de su noble profesión. Este es nuestro programa. Ahora vosotros tenéis la palabra”

Para la solicitud de un ejemplar de la primera parte del método, incluía una tarjeta.

Los temas tratados versaban sobre conocimientos generales de variadas disciplinas científicas. Pronto se abrió la revista a los lectores incluyendo la sección de cartas y colaboraciones, en cuyas páginas participó un gran número de maestros. Las cuestiones didácticas y pedagógicas copaban gran parte de la revista, conjuntamente con las reivindicaciones de nuevas escuelas o de reconocimiento de personajes extremeños olvidados, como Gabriel y Galán que, poco a poco fueron haciéndose realidad.

También los asuntos laborales tuvieron su hueco: oposiciones, traslados, salarios, asociacionismo… En definitiva, un instrumento inaudito en la época, a tenor de las circunstancias educativas por las que atravesaba la sociedad extremeña.

Apareció el primer número, como suplemento al 64 de EL CRONISTA, el 20 de Agosto de 1.918. Se extendió hasta el número 81, momento en el que dejó de insertarse al ser sustituido por el Reglamento del Sindicato: «daremos pliegos del mismo en este y sucesivos números, en cambio de nuestro suplemento “Educación y Enseñanza”[23]

Tras este receso, comenzó de nuevo a incluirse en la publicación quincenal, a partir del número 113 (20 de septiembre de 1.920), hasta el 132. Por lo tanto 38 ejemplares en total. Así reza el anuncio de su reanudación… “En esta 2ª época, seguirá siendo un resumen de informaciones y notas pedagógicas prácticas y un repertorio de útiles conocimientos científicos. En Educación y Enseñanza tendrán cabida artículos sobre temas profesionales que nos envíen los Sres. Maestros, siempre que se ajusten al tamaño y carácter de esta publicación.”

Pero no corrían buenos tiempos para la prensa. Estaba en marcha la Campaña de Marruecos. Con el número 119 rezaba: “ A NUESTROS LECTORES: Por carencias de papel, que desde hace más de cuatro meses estamos esperando, dejamos hoy de publicar el suplemento EDUCACIÓN Y ENSEÑANZA, cuya publicación reanudaremos tan pronto como recibamos el papel necesario”[24]

La restricción de papel provocó esta nueva suspensión. Tras la reanudación y sin previo aviso ni justificación de las causas que lo motivaron, la publicación anexa a EL CRONISTA dejó de aparecer. En el último número se avisaba a los suscriptores: “Rogamos a aquellos de nuestros suscriptores que deseen remitirnos por giro postal el importe de la suscripción, nos avisen indicándonos el número de giro y la fecha de la imposición”.

 

Debieron pasar décadas, el casi medio siglo transcurrido durante la dictadura, hasta que, de nuevo, la inquietud cultural de un grupo de jóvenes serradillanos agrupados en torno a una sociedad, hiciera aparecer una nueva publicación.

 

A.J.S.

Su número de presentación, el cero, apareció en el mes de Junio de 1.980 y el último en el mes de Septiembre de 1.986. Setenta y tres números en total.

Su primer editorial, en la que se explicitaban los objetivos de la publicación, rezaba así: “Queridos paisanos: Hará más de un par de años, nuestros mayores pensaban que la Asociación de Jóvenes Serradillanos era un “enreo”, algo que nunca llegaría a buen puerto. Ahora, algunos los siguen pensando aún, pero otros, la mayoría, se han dado cuenta de que nosotros no somos ni pepito, ni juanito, ni jaimito, ni porras, somos la nueva generación de esta Serradilla que, hasta hace muy poco, estaba abúlica y medio muerta.

Somos los portadores de la antorcha de los valores perdidos, del dinamismo de la juventud, de las ansias de futuro, del esfuerzo constante y desinteresado.

Ahora hemos creado A.J.S., nuestro periódico. Es nuestro porque lo edita la asociación, porque es de los jóvenes, porque es el periódico de Serradilla. Con A.J.S. pretendemos tres objetivos: constatar todo lo que ataña a Serradilla; reflejar el pensamiento serradillano; y unir a nuestro pueblo, presentes y ausentes, en una misma idea, en una misma ilusión, en una misma realidad: SERRADILLA. Hasta ahora nada ha sido fácil, es más, ahora empieza lo difícil. Necesitamos tu apoyo, tu confianza y, sobre todo, tu crítica constructiva. Lo que hoy es un niño pequeño, mañana será un hombre. Lo que hoy es un conato de revista, mañana será una revista. No lo olvides.”[25]

Comenzó, pues, como órgano de difusión de la Asociación de Jóvenes Serradillanos, de cuyas siglas toma el nombre. De nuevo una sociedad juvenil es la impulsora del periódico local. Cuando la asociación se deshizo, la revista fue lo único que pervivió gracias al empeño, no sin grandes esfuerzos, de Javier Alonso Alonso, Pilar Cobos Ropero, Concepción Díaz García, Guillermo Gómez Díaz, María del Carmen Recuero Sánchez y Sacramento Rubio León, que se encargaron de irla sacando adelante. En su primera época el método de impresión fue la multicopista, mientras que a partir del número 37 (Julio de 1.983), la fotocopiadora será la encargada de imprimir los ejemplares.

Pueden considerarse tres etapas perfectamente diferenciadas en A.J.S.[26] En un primer momento se centra en la divulgación cultural y normativa (aparecen sucesivamente los artículos de la recién estrenada Constitución Española), sin que los artículos tuvieran una vinculación clara con Serradilla. La información sobre cultura general dominaba sus páginas. Posteriormente, las colaboraciones, crónicas y artículos, se encaminaron más hacia la cultura, historia, tradiciones y costumbres locales, ganando calidad y rigor respecto de los temas de la villa. Y en la última etapa, la más crítica, primaron los escritos de opinión política y social, en los que las cartas dirigidas a unos y las contestaciones de los otros engrosaban, casi todos los meses sus páginas.

Por las fechas en las que vio la luz, cumplió un importante papel en la transición política local. Sus páginas dan testimonio de las tensiones y vicisitudes vividas por los serradillanos de la recién estrenada Democracia.

Con más de seis años a sus espaldas fue, en el momento, la segunda publicación con más tiempo de edición aparecida en Serradilla, tras EL CRONISTA. No hubo justificación de las causas del cese de la edición, aunque el hartazgo de sus impulsores debió estar tras su desaparición.

 

GOOOOOOL. Semanario Deportivo de Serradilla.

La siguiente publicación trataba de forma monográfica el deporte, concretamente el Fútbol- Sala. Con una periodicidad semanal, su contenido trataba de forma exclusiva, el “I Campeonato de Fútbol- Sala Excmo. Ayuntamiento de Serradilla”. Se editaba por el Aula de Educación Compensatoria y se fotocopiaba en Plasencia, con una escasa tirada. Algunos de sus ejemplares se distribuían entre los bares y establecimientos patrocinadores de los equipos participantes, en cuyos locales pasaban de mano en mano hasta su completa lectura, mientras que otros se ponían a la venta para que, fundamentalmente los implicados y amantes del deporte estuviesen puntualmente informados del desarrollo de la competición.

Así rezaba su primer editorial: “Desde hace poco más de dos años, se está notando en Serradilla un aumento progresivo de deportistas y amantes del deporte. La razón de esta realidad hay que buscarla, sin duda, en la atención constante que nuestro Ayuntamiento presta a este tipo de actividades. Tras madurar convenientemente la idea de organizar un campeonato, pusimos nuestra intención en conocimiento del Ayuntamiento, quien se ofreció a dar el nombre al torneo y prestarnos toda la ayuda que necesitásemos.

La intención del Comité Provisional de Organización ha sido y será facilitar la práctica de este bonito deporte y hacer que todos los jóvenes serradillanos se sientan más unidos que nunca y practiquen la cortesía y la educación a través del deporte. Que la deportividad reine en todos los campos. Mucha suerte a todos y ¡¡¡Adelante!!!

Vio la luz el primer número el día 17 de Febrero de 1.986 y el último, el de Mayo del mismo año, tras once semanas ininterrumpidas ofreciendo información sobre deporte a los serradillanos y serradillanas. Esta desaparición coincidió con el final del campeonato, a cuya estela había nacido. Se constituyó en el primer semanario deportivo de la villa. Único, hasta ahora, en su clase, dentro de nuestro recorrido periodístico.

 

Cubría el acontecer que cada fin de semana se iba sucediendo con la celebración de la correspondiente jornada: cumplimiento del reglamento de competición, resultados de los partidos disputados, clasificaciones de los equipos participantes y, por supuesto, jugosos comentarios de cada uno de los encuentros, con sus incidencias más destacadas.

 

LIBRETO DE SAN AGUSTÍN.

La idea de propagar el programa de festejos de las fiestas de San Agustín, a la vez que ofrecer la posibilidad de anunciarse a los industriales de la localidad, llevó al Gobierno Municipal a editar, con motivo de las patronales fiestas de San Agustín, el libro de las fiestas.

En su portada aparecía el cartel ganador del concurso previo de carteles y en sus páginas, además del programa de festejos del año en cuestión y los saludas del Alcalde y del Concejal delegado de Festejos, fueron apareciendo artículos con un marcado carácter cultural: poesía, historia, habla serraillana… También los avances realizados por el Ayuntamiento durante el último año eran recogidos en sus páginas, como forma de eficaz información al vecindario.

Comenzó su publicación en 1.985 y con una periodicidad anual, se extendió hasta 1.994, de forma ininterrumpida. Tras un breve receso, volvió a aparecer de nuevo en 1.998, ya cuando la centuria toca a su fin. En total, 11 números, con unos mil ejemplares por tirada, que se repartieron entre los vecinos de forma gratuita. Se trataba de otra forma de entender el periodismo, en la que la institución municipal se convirtió en la editora de la revista, contando con numerosas colaboraciones.

 

ROMPEHIELOS. Proyecto Local Integrado de Serradilla.

Sería de nuevo el Aula de Educación Compensatoria, que ya formaba parte del Proyecto Local Integrado, quien emprendiese la aventura editorial con la edición de ROMPEHIELOS.

Arrancó en el curso escolar 1.988/1.989 como una actividad educativa más del programa. Sus impulsores fueron dos maestros, que con un voluntarioso grupo de alumnos y alumnas se marcaron como objetivo de la publicación, que sirviera de comunicación con programas similares de otras localidades cacereñas, con la que establecieron el intercambio de ejemplares.

Fueron tres los números editados, con una periodicidad trimestral. El primero en Noviembre de 1.988, el segundo en Febrero de 1.989 y el tercero en Mayo del mismo año. Su contenido versaba sobre difusión cultural variada, con artículos de información general, narraciones y crónicas sobre Serradilla y varias páginas de noticias locales. Cuando en Junio de 1.989 finalizó el curso académico, la publicación desapareció sin dejar más rastro.

 

LA VOZ DEL COLEGIO.

  También el Colegio Público “Santísimo Cristo de la Victoria” editó una revista. En Mayo de 1.992, con motivo de la celebración del homenaje a Agustín Sánchez Rodrigo, apareció un número extraordinario, que obtuvo el tercer premio del concurso de publicaciones escolares en convocatoria nacional, realizada por el Ministerio de Educación y Ciencia, dotado con 150.000 pesetas.

Su editorial afirmaba los objetivos de la publicación: “Con la edición de este número extraordinario de “La Voz del Colegio”, queremos rendir un homenaje a nuestro ilustre paisano Don Agustín Sánchez Rodrigo, que tanto hizo en pro de la cultura y tanto luchó por elevar el bienestar de nuestro pueblo”

El pionero del periodismo en la villa, pasaba así a ser el tema central, monográfico, de una publicación serradillana, en la que, a buen seguro, le hubiera gustado colaborar. Nuevas generaciones de serradillanos y serradillanas, jóvenes siempre, irían tomando sucesivamente el relevo, para que su villa siguiese teniendo una voz común, una voz que asegurase la transmisión del sentimiento sincero de la propia cultura.

 

EL MIGAJÓN. La Revista de Serradilla.

Impulsada inicialmente por el maestro del Aula de Alfabetización de Adultos, sacó su primer número en el mes de Diciembre de 1.990, y aún hoy, 30 años después, tenemos la fortuna de poder leer mes tras mes sus páginas.

Los seis primeros números estuvieron a cargo de un equipo de once personas que, en su mayor parte, eran parte integrante del Aula de Alfabetización de Serradilla. El número uno se distribuyó de forma gratuita entre los vecinos del pueblo. Una tirada especial a imprenta, hizo que también llegase a los emigrantes afincados en Madrid, aprovechando la asistencia a la Matanza Extremeña, organizada por la Cofradía del Santísimo Cristo de la Victoria en la capital. La finalidad era dar a conocer la publicación a todos, para que comenzasen a suscribirse las personas que estuvieran interesadas en ella.

La respuesta del público no se hizo esperar. Desde entonces ha ido incrementándose la tirada hasta alcanzar cerca de los cuatrocientos ejemplares, para los suscriptores y para los que la compran en los establecimientos colaboradores.

La ubicación inicial de la redacción se situó en dependencias del propio Ayuntamiento, para pasar, posteriormente, a ocupar la antigua estafeta de correos, sita en el número dos de la calle Blanca. El método de impresión ha sido siempre el fotocopiado, salvo la tirada especial del número uno, y el número dos, que se hizo en una imprenta de Plasencia. La experiencia no fue positiva, por la tardanza en su confección, y se decidió seguir con el fotocopiado. Así y todo, muchos de sus números salieron con la cabecera en color rojo, por disponer la fotocopiadora municipal de esta posibilidad.

La temática abordada ha ido variando con el tiempo, pasando de temas centrados en la difusión de temas culturales generales, a otros relacionados con los más variados aspectos de Serradilla: historia, folklore, noticias, poesías, economía, religiosidad, arte…

También aquel amplio equipo inicial se fue difuminando por diversas causas hasta que, desde hace un cuarto de siglo, la responsabilidad editorial corre a cargo de una sola persona, Carlos J. Martín, que además se encargó de dibujar las artísticas portadas, salvo la de algún número suelto, hasta que la fotografía se impuso, también de su mano. Le ayudan desinteresadamente algunas personas a la hora de montar, grapar, poner sellos…

Progresivamente se ha ido apreciando un notable incremento de calidad en la revista. Han ido apareciendo documentados y completos estudios sobre variados aspectos de la villa, que han hecho de EL MIGAJÓN una publicación de referencia histórica, etnográfica y de actualidad local.

En ocasiones han aparecido números extraordinarios, coincidiendo siempre en el mes de agosto, en los que se ha tratado monográficamente nuestra peculiar forma de hablar el Santísimo Cristo de la Victoria, etc., con una gran acogida.

Tras treinta años ininterrumpidos de publicación y más de 12.500 páginas impresas, EL MIGAJÓN se ha convertido en la publicación más longeva de las aparecidas en Serradilla, hasta ahora. Es deseable que tenga larga vida, aunque el escaso equipo humano hace que su salida a la calle dependa de las circunstancias personales de quien la hace posible.

Sus páginas han tenido el privilegio de narrar las vicisitudes de Serradilla en el momento de producirse un cambio de milenio, aunque es nuestro deseo que su horizonte se extienda, con mucho, más allá de esta singular fecha.

 

Conclusiones.

Una vez analizadas las publicaciones aparecidas en Serradilla desde 1.889 hasta el año 2.020, se hace necesario plantear algunas conclusiones. En primer lugar, se hace patente que el surgir paulatino de publicaciones, se ha amparado, en casi todos los casos, en un grupo de jóvenes inquietos, constituidos en sociedades de diversa índole: sociedades, ateneos, asociaciones, iniciativas educativas o institucionales.

Las excepciones vienen dadas por EL TÁBANO, que se trataba de un folleto teatral, EL CRONISTA y EDUCACIÓN Y ENSEÑANZA, cuyo objetivo inicial fue el lanzamiento de El Rayas a nivel nacional; LA VOZ DEL COLEGIO, que es la revista de la escuela y el LIBRETO DE SAN AGUSTÍN, editado por el Ayuntamiento de la Villa.

Se cumplen, por lo tanto, las premisas planteadas inicialmente, respecto de las causas y motivos que han ido dando lugar a los sucesivos periódicos. También se coincide respecto de los motivos de desaparición de los mismos: censura, falta de recursos, saturación de sus impulsores o cumplimiento de los fines para los que habían sido creados. En todo caso, en poco más de un siglo han sido diecinueve las cabeceras que han pasado por nuestras manos, con diversa periodicidad y desigual éxito, todas de enorme importancia a la hora de consultar la vida, la historia, el folklore, la poesía… serradillana. Todo un triunfo para una villa que comenzó su aventura periodística cuando aún no disponía de luz eléctrica. Es deseable que no se rompa la tendencia.

 

 

FUENTES

  • J.S. nº 0. Junio de 1.980
  • BLÁZQUEZ DE YÁNEZ, D. Historia de la Prensa Placentina. Mérida, ERE. 1.996.
  • CAJIDE LABRADOR, J.J. Historias de la Utopía. Badajoz, Carisma, 1.996.
  • CHAMORRO, V. Sin Raíces. Ed. Sánchez Rodrigo. 1.970.
  • Conferencia sobre la hemerografía. Quito. 1.961. Citado por BLÁZQUEZ DE YÁNEZ, D. en Historia de la Prensa Placentina. Mérida, ERE. 1.996.
    • MARTÍN DÍAZ C.J. «El periodismo en Serradilla» en EL MIGAJÓN nº 44. 1994.
    • MARTÍN DÍAZ, C.J. «El Tábano». En EL MIGAJÓN nº 348. Diciembre de 2019.
    • PULIDO CORDERO, M y otro. Publicaciones Periódicas Extremeñas. 1.808-1988. Badajoz. ERE. 1.994.

·         SÁIZ, MARÍA DOLORES. Historia del periodismo en España. Madrid. Alianza. AU. 1983.

  • SÁNCHEZ RODRIGO, A. “La prensa en Serradilla” en EL CRONISTA nº 1. 1.916.

 

 

 

[1] SÁIZ, MARÍA DOLORES. Historia del periodismo en España. Madrid. Alianza. AU. 1983.

[2] PULIDO CORDERO, M y otro. Publicaciones Periódicas Extremeñas. 1.808-1988. Badajoz. ERE. 1.994.

[3] KEYSER. Conferencia sobre la hemerografía. Quito. 1.961. Citado por BLÁZQUEZ DE YÁNEZ, D. en Historia de la Prensa Placentina. Mérida, ERE. 1.996.

[4] CHAMORRO, V. Sin Raíces. Plasencia. Ed. Sánchez Rodrigo. 1.970.

[5] SÁNCHEZ RODRIGO, A. “La prensa en Serradilla” en EL CRONISTA nº 1. 1.916.

[6] PULIDO CORDERO, M. y otro. Op. Cit.

[7] EL CRONISTA nº 1, enero de 1916.

[8] EL CRONISTA nº 3, febrero de 1916.

[9] EL CRONISTA. nº 1, enero de 1916.

[10] CHAMORRO, V. Sin Raíces. Op. Cit.

[11] PULIDO CORDERO, M. y otro. Op. Cit.

[12] Id.

[13] PULIDO CORDERO, M. y otro. Op. Cit.

[14] MARTÍN DÍAZ, C.J. «El Tábano». En EL MIGAJÓN nº 348. Diciembre de 2019.

[15] SÁNCHEZ RODRIGO, A. “La prensa en Serradilla” en EL CRONISTA nº 1. 5/1/1.916.

[16] CAJIDE, LABRADOR J.J. Op. Cit.

[17] SÁNCHEZ RODRIGO, A. en EL CRONISTA.

[18] Id.

[19] El Cronista nº 407. Serradilla, diciembre de 1.932.

[20] Noticias en EL CRONISTA.

[21] PULIDO CORDERO, M. y otro. Op. Cit.

[22] EL CRONISTA nº, 5 de diciembre de 1.920.

[23] EL CRONISTA nº 81. 20 de Mayo de 1.919.

[24] EL CRONISTA nº 119. 5 de diciembre de 1.920.

[25] A.J.S. nº 0. Junio de 1.980

[26] MARTÍN DÍAZ C.J. «El periodismo en Serradilla» en EL MIGAJÓN nº 44. 1994.

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