Mar 032017
 

Mercedes Pulido Cordero y Montaña Pulido Cordero. PROVISIONAL.

Sin lugar a dudas la historiografía de Cáceres no es escasa, sin embargo, de un modo específico, no hemos llegado a tener hasta ahora, obras genera- les. Bien es verdad que bajo estos tipos contamos con las Noticias Históri- cas de Cáceres escritas por Simón Benito Boxoyo, en los finales del siglo XVIII, pero ya su mismo título indica cierta insuficiencia sistemática que le quita gran parte de la consideración bajo ese aspecto; ello, sin contar que debe la mayor parte de esas noticias al libro príncipe de la historiografía cacereña, Memorial de Ulloa, al que hay que tener como una verdadera historia de Cáceres, independientemente de que la finalidad fuese otra. Sin embargo, Boxoyo apunta en su trabajo interesantes novedades, entre los que no lo son menos, algún que otro documento que copia del archivo de los Golfines, de cuya Casa fue capellán y archivero.

De todos modos, resulta raro que villa tan poblada de nobleza como la cacereña, es decir, de vecinos acomodados y con el orgullo de sus linajes, (aunque no despertase o estableciese verdaderos contactos con los estu- dios históricos, si les relacionaba de forma indirecta la historia ciudadana), no diese lugar a la presencia de cultivadores de la misma. Puede decirse, que el caso de don Pedro de Ulloa es un caso aislado, pues bien se advier- te que coinciden en ellas preocupaciones genealógicas aliado de un bien acreditado amor a la historia objetiva como se puede observar en los pro- ductos de su actividad referidos a este orden.

Pero quizás no estemos tan huérfanos de una documentación histórica que tenga aplicación a la general de la villa; es decir, que sea aprovechable en el sentido de representar verdaderos eslabones expresivos en la continui- dad en el tiempo y en el espacio cacereño, antes que representar anécdo- t~s o episodios familiares, concretos o aislados, que, aunque vengan a ser historia e incluso de un valor digno de tenerse en cuenta, y tal vez hasta imprescindibles, no llegan, sin embargo a figurar como piezas fundamenta_ les de la edificación histórica.

De los trabajos de investigación que Tomás Pulido dejara inéditos, figura, en la carpeta que lleva por título Historiografía Cacereña, una información amplia, precisa y documentada sobre quienes, cuando, como y qué, han estudiado la historia de la villa de Cáceres. Nosotras, que tratamos de con- servar, para que sea utilizable, completar y divulgar, en la medida de los posible, estos trabajos inéditos, hemos extraído de la misma la figura de Juan Sanguino y Michel y nos apoyamos para ilustrarla en datos proceden- tes del Archivo de Tomás Pulido, en la bibliografía citada y, sobre todo, en la información que propicia su obra escrita.

Juan Sanguino y Michel nació en Cáceres 1.859, donde falleció el 19 de febrero de 1.921 a la edad de 61 años (65). Licenciado en la Facultad de Ciencias, ejerció la docencia como auxiliar supernumerario del Instituto de Segunda Enseñanza de Cáceres y luego, más tarde, como catedrático del Instituto de Santoña (Santander). En 1.899 es, juntamente con Publio Hur- tado, uno de los más entusiastas reorganizadores de la Comisión de Monu- mentos Provincial, en la que actúa como Vocal. Obtiene el puesto de Conservador, primero y después de Director, del Museo de Bellas Artes. Forma con el citado Publio Hurtado, Manuel Castillo, Daniel Bejarano, Gabriel Llabrés, José Luis Gómez Santana, Vicente Paredes, Joaquín Castel y el Marqués de Castrofuerte, el grupo de los nueve fundadores de la mag- nífica REVISTA DE EXTREMADURA, publicación mensual, cacereña que vio la luz entre 1.899 y 1.911 Y en la que Sanguino, como secretario de la misma, realizó una eficiente, constante y desinteresada labor. La R. Acade- mia de la Historia premió sus actividades e inquietudes con el nombra- miento, en 1.899, de Académico Correspondiente. En la Academia, al igual que otros Correspondientes cacereños, Bejarano, Rosa, Hurtado … , disfrutó de buen crédito y estima.

Don Juan Sanguino, tal vez, fue un caso de error en la vocación. Licencia- do en Ciencias, la profesionalidad que le impulsó en este título, no pasó para él de una mayor consideración que un violín de Ingres, sólo que al revés. Sanguino era historia pura; La sentía, no científicamente, a la mane- ra de hoy, sino de un modo romántico, efectivo, obsesionante, con toda la ternura de que era capaz su bondad, su sencillez, el apego a sus raíces. No pudo dejar una obra determinada, porque las necesidades de la vida que le impusieron periódicamente frecuentes y prolongadas ausencias, no le permitían con los escasos elementos con que contaba, arrastrar una

empresa en que unificase y sistematizase sus conocimientos y aspiracio- nes. Pero, utilizando en la mayoría de las ocasiones, el seudónimo de «Un Cacerense», dejó testimonio de trabajos amenos, curiosos y documentados en las páginas de la prensa local, se lamenta del estado de las murallas cacereñas y denuncia tal situación defendiendo su integridad (66) manifiesta su preocupación por la supresión o adición de detalles urbanísticos, como por ejemplo la instalación de las verjas que en 1.915 se impusieron al atrio de la Iglesia de la Preciosa Sangre; escribe en las guías de feria, y no diga- mos en la REVISTA DE EXTREMADURA, donde además, fue cronista veraz y puntual de la actualidad extremeña del momento.

En el BOLETíN DE LA R. ACADEMIA DE LA HISTORIA (67)Publicó el resul- tado de sus investigaciones referentes a las antigüedades de la Torrecilla, descubierto este campo por él, que gestionó y consiguió la ayuda para este estudio. se trata de un artículo de gran extensión y escrito con la correc- ción y discreción que acompañaba siempre a sus trabajos, y es fácil supo- ner que le debió satisfacer mucho, o al menos mitigar el desencanto que debió producirle la desaparición del la REVISTA EXTREMADURA

donde además, fue cronista veraz y puntual de la actualidad extremeña del momento.

En el BOLETíN DE LA R. ACADEMIA DE LA HISTORIA (67) Publicó el resul- tado de sus investigaciones referentes a las antigüedades de la Torrecilla, descubierto este campo por él, que gestionó y consiguió la ayuda para este estudio. se trata de un artículo de gran extensión y escrito con la correc- ción y discreción que acompañaba siempre a sus trabajos, y es fácil supo- ner que le debió satisfacer mucho, o al menos mitigar el desencanto que debió producirle la desaparición del la REVISTA EXTREMADURA.

 Así mismo es autor de un manuscrito titulado-tNotas referentes a Cáceres», que pese a su modestia, aglutina noticias bien interesantes, hasta el punto que ya ha servido de fuente de información en varias ocasiones, y a distin- tos autores, para la historiografía local y, aunque no muy extenso, seguirá sirviendo todavía. Las líneas con que encabeza Juan Sanguino sus noticias, refleja certeramente su amor a la tierra y a la historia cacereña: Me pro- pongo apuntar en este cuaderno varias noticias u observaciones que ata- ñen a la historia de Cáceres principalmente no consignadas por otros, con el fin de que a mf me sirvan de recuerdo y tal vez de utilidad a los que las leyeren para ulteriores investigaciones. Las iré escribiendo conforme acu- dan a mi memoria, sin plan alguno».

El manuscrito fue copiado literalmente por Tomás Pulido, en 1.949, del, es de suponer, ejemplar único, que existe, o existía, en la Biblioteca de la Comisión de Monumentos de Cáceres. Esta copia ha sido facilitada al De- partamento de Historia de la Universidad de Extremadura.

(65) Marqués de Siete Iglesias: «La provincia de la Historia «. Homenaje a Carlos Callejo. LC. «EL BROCENSE», Cáceres, 1.979.

(66) Diario de Cáceres, 27-6-1.914.

(67) Boletín de la Real Academia de la Historia (Madrid), 1.911, T.59 págs 439-456.

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