Mercedes Martín Pulido.
La historia de la región extremeña pocas veces se ha acercado al arte de la música para explicar cómo en un pueblo como el nuestro, con tan escasas oportunidades en este campo, han surgido individualidades de profunda vocación musical.
Sin embargo, a poco que indaguemos aparecen señales evidentes y expresivas de la gran afición y devoción que, en todo tiempo, Extremadura ha sentido por la música. La creación de asociaciones musicales (academias filarmónicas, bandas municipales, bandas militares, sociedades lírico-dramáticas, rondallas, corales…), la presencia de un comercio que tiene a la venta instrumentos musicales, la evidencia de la enseñanza de la música, la información que la prensa local y regional ofrece de los conciertos previstos, del éxito de interpretes que han destacado… nos hablan del arraigo de la música en cualquiera de sus versiones y de la dependencia que de ella tenemos. La labor de quienes se han ocupado de mantener hasta el momento presente la llama viva de tan noble pasión -compositores, maestros de música, intérpretes, críticos musicales, y recopiladores de nuestro rico folclore- es la manifestación de un legado cultural que parece perdido en la memoria y que es necesario recuperar, valorar y catalogar para formar parte de la historia artística de Extremadura[1].
Es el caso del músico cacereño Carlos Hurtado Romero que en su momento mereció la consideración de la sociedad de su época, incluso su obra transcendió más allá de las fronteras nacionales y hoy es ignorado y solo contadas personas conocen de su existencia y de su talento musical.
Ha sido Miguel Hurtado Urrutia[2] quien ha divulgado la laboriosidad de este músico y ha resaltado su presencia en los ambientes culturales cacereños como el buen pianista que fue y como compositor laureado. Ciertamente quedan muchos datos de su biografía por conocer, incluido el año de su nacimiento (M. Hurtado la sitúa hacia 1868) así como el lugar y fecha de su fallecimiento.
Si nos hacemos eco de la opinión de Juan Luis Cordero Gómez[3], que lo consideraba un gran artista, fue el ambiente provinciano en el que se estancó el que cortó las alas a tan prometedor artista, también las privaciones que vivió, sin recursos económicos, interrumpieron los mejores frutos de su inteligencia. De no haber sido así, Carlos Hurtado hubiera triunfado plenamente pues así lo auguraban sus espléndidos triunfos en el Conservatorio de Madrid donde obtuvo brillantes notas y los primeros premios[4].
Una simple mirada a revistas como El Mundo Artístico, y Bellas Artes de Madrid; El Anunciador Musical de San Sebastián, Alma Extremeña de Cáceres, así como otros periódicos de la región, El Bloque, El Adarve, El Norte de Extremadura, El Noticiero… y conoceremos que prestaron gran atención a este músico desconocido hoy reconociendo su obra con admiración y divulgando sus triunfos. Precisamente son estas revistas la mayor fuente de información sobre este músico y su obra, pues incluso algunas partituras han sido recogidas en sus páginas.
Al terminar sus estudios Carlos Hurtado se afinca en Cáceres donde se ganó la vida como organista de San Mateo, cuya plaza ganó por oposición en 1892, y como profesor de música dando clases particulares a domicilio y en su casa, de solfeo, piano, armonía, canto y flauta y preparación de alumnos para los exámenes del Conservatorio. También afinaba pianos y copiaba música.
Por las fuentes citadas sabemos que en los primeros años del siglo XX dirigió el orfeón onubense y el orfeón “El Eco Cacereño” al mismo tiempo que iba adquiriendo reconocimiento de buen intérprete, dominó el violín y la flauta y destacó como pianista y organista notable. En 1910 dirige un cuarteto con Julián Arnelas (flauta) y Roberto y José Segarra (violinistas) y da conciertos en el teatro de Variedades y en provincias. Como compositor obtuvo grandes satisfacciones pues alcanzó importantes premios que consolidaban su trayectoria como tal.
Siendo todavía estudiante en Madrid compuso “La Cacereña», mazurca para piano de la que afortunadamente se conserva partitura. El domingo 28 de octubre de 1906 estrena en el teatro Principal[5] el “Pasodoble” que realiza para el Batallón Infantil de Cáceres[6]. Igualmente compone el pasodoble titulado “Manolete” dedicado al diestro Manuel Rodríguez, estrenado por la Banda Provincial durante el paseíllo en la corrida del dia 31 de mayo de 1908. No sería el único pasodoble taurino pues en septiembre de 1915 en la novillada con picadores que se celebra en Cáceres, la Banda Municipal dirigida por el maestro García Agúndez estrena el titulado “Cáceres Taurino”.
Su vals “Petra” fue premiado con cien francos y diploma en el certamen internacional de valses-boston organizado por la Asociación de Autores y Compositores de Música del Norte y Pas-de Calais de Lille en 25 de marzo de 1909, alzándose con el 2º premio al que optaron 789 concursantes.
Compuso una marcha para los Exploradores Cacereños, asociación fundada en 1911, que sería agraciada con 50 pts. y 50 ejemplares de la obra, en el concurso de la revista Arte Musical de Barcelona de 3 de abril 1916[7].
En febrero de 1912 cosecha nuevos éxitos al ser premiada su obra, “Hosanna a Dios en las alturas y en la tierra hidalga de Extremadura”, gran marcha de concierto para septeto en el concurso Internacional de Composición celebrado en Bruselas. El premio consistió en 150 francos y diploma.
Quizás sean las composiciones religiosas las más consideradas por la crítica musical, lo refuerza la prensa al informar en 1919 de la “Salve” de Carlos Hurtado en ocasión en que es cantada por el P. Salvador Carcagnolo que en esos momentos es huésped de los Misioneros de la Preciosa Sangre de Jesús en Cáceres.
Es autor del himno musical de la Asociación Cacereña de Socorros Mutuos, de cuya Junta directiva formó parte. Esta Asociación cumplía sus Bodas de Plata en agosto de 1916 y para este cumpleaños Carlos Hurtado y Federico Reaño, como letrista, compusieron el himno mencionado, interpretado por primera vez con motivo de la finalización de las dos primeras viviendas de la barriada llamada “Casas Baratas”. No era la primera vez que ambos firmaban un trabajo pues ya en este mismo año lo habían hecho en el entremés titulado “Del mal el menos”, estrenado en Cáceres, en el cine San Juan.
La última noticia que he obtenido sobre él es la que se refiere a la toma de posesión de su cargo de director de la Banda Municipal de Hervás (Cáceres), hecho que ocurrió el 31-X-1924. A partir de esta fecha nada más conocemos de él. Tal vez ya se había ido apagando la aureola de celebridad que debió conquistar por sus merecimientos.
De tantos músicos extremeños de los que hoy se ha perdido la memoria, dos están especialmente vinculados a Trujillo, me refiero a Jacinto Cabrera de Orellana-Pizarro Melgarejo y Pérez-Aloe, como hijo del vizconde de la Torre de Albarragena y nieto del marqués de la Conquista, prolífico y generoso con el don musical del que fue investido, y a Carlos Hurtado, a quien me he venido refiriendo en estas cuartillas, pues además de haber dado algún concierto en esta ciudad es el autor del pasodoble[8] para piano titulado «Trujillo» que dedicó a su Ayuntamiento en 1899. Según José Antonio Ramos Rubio[9] dicho pasodoble compuesto inicialmente para banda debía ser estrenado en la ceremonia del tercer matrimonio de uno de los vecinos más longevo de Trujillo (llegó a los 120 años). Hurtado contaba con la existencia de esta agrupación musical y al no ser así hizo una versión para piano que es la partitura que hoy presento aquí y de cuya lectura extraigo lo más significativo: ritmo de marcha (allegro) propio para el desfile de soldados y para “el paseíllo” taurino, de tiempo ligero, ejecución sencilla, melodía fácil y pegadiza, compuesto en tonalidades brillantes. El tema principal (la mayor) contiene modulaciones que dan a esta partitura una audición muy agradable.
Esperemos que haya ocasión de un reestreno y podamos conocerla y disfrutarla.
BIBLIOGRAFÍA
GARCÍA REDONDO, Francisca: La Música en Extremadura. I.C. “El Brocense, Cáceres1983.
HURTADO URRUTIA, M.: “Nuestros artistas de ayer (Un territorio poco explorado)”. En Misterios de Cáceres (coord. CORTIJO, Esteban). Cámara O. de Comercio e Industria de Cáceres, 1998.
HURTADO, Publio: Ayuntamiento y Familias Cacerenses. Tip. Luciano Jiménez Merino. Cáceres, 1918.
RUBIO RAMOS, José Antonio: Trujillo costumbrista. 1870-1970. Hermandad de la Virgen de la Victoria. Cáceres, 1993.
Revista Brisas Nuevas, de Cáceres (1909-1910)
Revista Alma Extremeña, de Cáceres (1905-1909)
La Opinión, semanario de Trujillo (1908…)
[1] En el ámbito regional y provincial ya se han realizado los inventarios musicales del monasterio de Guadalupe, de las catedrales de Coria, Plasencia y Badajoz y han aparecido estudios de gran interés sobre aspectos musicales de Plasencia, Trujillo, Cáceres, etc. Incluso algunas reediciones como las de Lux Bella (1492), obra del garrovillano Domingo Marcos Durán, autor del primer tratado de música en castellano, permiten ser optimistas.
[2] HURTADO URRUTIA, M.: “Nuestros artistas de ayer (Un territorio poco explorado). En Misterios de Cáceres (coord. CORTIJO, Esteban). Cámara O. de Comercio e Industria de Cáceres, 1998. Ps. 169-192.
[3] Bajo el seudónimo de “C.” Juan Luis Cordero firma el artículo “Gente Extremeña. D. Carlos Hurtado” en la revista Brisas Nuevas (Cáceres, nº 46, 18-1-1910)
[4] En 1891 solicitó al Ayuntamiento de Cáceres una pensión para continuar sus estudios de música en Madrid. Recibió entonces un apoyo económico de 150 pts que se mantendrá hasta terminar los estudios en la Escuela Nacional de Música. (Sesión del Ayunt, 2-4-1891, y de 6-7-1894).
[5] En la velada musical a beneficio del Orfeón” Eco Cacereño“. En el programa intervienen entre otros la pareja conocida artísticamente como “los ciegos Miguel y Pepe” en bandurria y guitarra. En la 2ª parte, el Orfeón bajo la dirección de Carlos Hurtado:-Primero interpretó el pasodoble que Cabrera de Orellana con letra de Cardenal realizó para esta asociación musical de la que fue fundador. A continuación “Barcarola”, de su autoría, igual que la “Jota” que con letra de Enrique Montánchez Jiménez Tercero . En la tercera parte la Banda del Batallón Infantil bajo la dirección de su director, D. José Capdevielle interpretó además de otras composiciones el “Pasodoble.-que Carlos Hurtado dedicó a dicha banda (El Noticiero, nº 69, 27-10-1906,)-
[6] La presentación del Batallón Infantil constituyó un verdadero acontecimiento en Cáceres. La plaza, los balcones, las calles se llenaron de gente. Fue a Misa y detrás de él todo Cáceres y de la iglesia a la plaza de toros donde varios fotógrafos sacaron fotografías para los periódicos de Madrid (El Adarve, nº 165, 15-3-1906).
[7] HURTADO, Publio: Ayuntamiento y Familias Cacerenses. Tip. Luciano Jiménez Merino .Cáceres, 1918.
[8] Agradezco a Miguel Hurtado que me haya facilitado la copia de la partitura de este pasodoble para presentarla a estos Coloquios.
[9] RAMOS RUBIO, J.Antonio: Trujillo costumbrista. 1870-1970. Hermandad de la Virgen de la Victoria. Cáceres, 1993. pag.30-31