Mercedes Pulido Cordero.
FICHA DE LA PUBLICACIÓN
TÍTULO: Zurra-Tontainas
SUBTITULO: Periódico joco-serio de Primera Enseñanza (núms. 1 al 6). Defensor de los intereses Morales y Materiales de la provincia, y particularmente, de la capital (núm. 7).
TIPO: Periódico
CARÁCTER: Satírico
PERIORICIDAD: Quincenal
PRECIO DEL EJEMPLAR: “Gratuita para todos los señores maestros y señoras maestras de nuestra provincia». Para el resto, el núm. suelto era de 0.05 pesetas.
TAMAÑO: 32 cms x 21 cms
PÁGINAS: 8 páginas a dos columnas.
FECHA DEL NÚM. UNO: 5 de octubre de 1908.
FECNA DEL ULTIMO NÚMERO PUBLICADO: 30 de noviembre de 1908.
TOTAL NÚMEROS PUBLICADOS: 7 núms.
IMPRENTA: Tip. “La Minerva” de Serafín Rodas.
FUNDADOR: Eduardo Sánchez Garrido.
PROPIETARIO: Eduardo Sánchez Garrido.
DIRECTOR: Eduardo Sánchez Garrido y José Bernal Távora.
REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: En Calle Barrionuevo, núm. 54
COLABORADORES: Diego Benito Regidor y Romero, Juan Luis Cordero y “Demi Marinoni”.
En 1908 surge en Cáceres Zurra-Tontainas, que dice ser “Periódico Joco-Serio de Primera Enseñanza”, gratuito para todos los Sres. Maestros y Sras. Maestras de esta Provincia, y aunque en su número siete, y último de la colección, se declara defensor de los intereses Morales y Materiales de la provincia y muy especialmente de la capital, la realidad es, que tuvo como objetivo primero, y yo me atrevería a decir que único, el de servir a su fundador y propietario, don Eduardo Sánchez Garrido, a combatir a Manuel Castillo y Quijada[1], director del Instituto General Técnico de Cáceres y a don Manuel Sánchez de Castro, que lo era de La Educación, “Órgano de la Asociación Provincial del Magisterio Cacerexio”. El motivo de tal antagonismo venía dado por la implantación en Cáceres de las Escuelas Graduadas que Castillo y Castro propugnaban y defendían sobre la Unitaria, lo que a juicio del responsable de Zurra-Tontainas representaba por entonces:
“1.- Un imposible económico o de perras, aun cuando éstas fueran de a cinco céntimos la pieza.
2.- Un imposible profesional o respecto del profesorado.
3.- Un atropello de los derechos de este último a funcionar como la ley le ordena que lo haga y así lo verifica.
4.- Ninguna ventaja sustancial ni demostrada, para la enseñanza y la educación de la niñez, sobre las que recibe en las escuelas en que hasta lo de ahora se ha educado y se ha instruido”.
Sin embargo, el periódico, o lo que es lo mismo, Sánchez Garrido, manifiesta los propósitos que persigue la publicación en la primera página de su número uno, y afirma:
“Zurra-Tontainas no va ahora ni ha de ir nunca jamás contra las escuelas graduadas, siempre que éstas se proyecten, se establezcan y funcionen con arreglo y sujeción a como el Estado quiere y manda que dichas tres cosas se hagan”.
Los primeros números de Zurra-Tontainas, debieron estar dirigidos por Don Eduardo, e incluso, podría decirse que todos, pero a partir de su número cinco figura Don José Bernal Távora, de profesión “pintor adornista”, domiciliado en la Calle Barrionuevo, núm. 54, justamente donde figuraba la redacción y administración del periódico.
Don Eduardo Sánchez Garrido, personalidad polémica y polemista, maestro de párvulos, fundador de periódicos, y director y colaborador de muchos, de una cultura literaria amplísima, asombrosa, al decir de Floriano Cumbreño[2], que afirma, al fijar los rasgos de esta individualidad cacereña, que jamás conoció“polemista más demoledor, por la suavidad o por la violencia, usando la ática o la expresión fricativa y contundente, anonadaba a sus adversarios”; que“leía y traducía el latín a libro abierto”; que “fue, fervoroso monárquico, y antes, igualmente, fervoroso republicano con ribetes anarquizantes…”; escribió su autobiografía en verso en la revista Alma Extremeña, en sucesivos números[3] y, además, ilustrándola y enriqueciéndola con la caricatura que de él hizo su hijo, el gran pintor cacereño, Conrado Sánchez Varona, precisamente, Tomás Pulido en los comentarios sobre la pintura de Varona, aludía, en artículos publicados[4] a la incidencia de este vinculo y de esta herencia en la vida y obra del artista; Tomás Pulido conoció a Sánchez Garrido, y lo define como hombre genial, y especifica: “…de una genialidad que lo era de calidad antes que de pura manifestación, es decir, que lo era en esencia antes que de forma: corno si dijéramos, una genialidad de categoría, no de anécdota”.
La actividad periodística de Sánchez Garrido se manifiesta a lo largo de la historia del periodismo cacereño de finales del siglo pasado y principios de éste. A él se debe la fundación de “Las Antorchas” en 1886, “Periódico Satírico de tendencias juiciosas y moralizadoras sin miramientos perniciosos a clases ni individuos”, y la de “El Muerto Resucitado” en 1888, publicación motivada por la curiosidad y expectación que levantó el proceso que dio nombre a este periódico, y conocido como “La Causa del Muerto Resucitado”. En 1904 funda y dirige “Aurora de Juventud”, revista quincenal de cortísima vida. “Zurra-Tontainas”, será su última experiencia como responsable directo de una publicación.
En Zurra-Tontainas, colaboraron dos buenos amigos suyos y activos periodistas, Juan Luis Cordero Gómez, autor de varios libros de poemas, responsable de revistas literarias, como “Brisas Nuevas” o “Extremadura Literaria”, y de periódicos de carácter político; y Diego Benito Regidor Romero, que ya había dirigido “El Periódico”, y luego “El Periodiquín” y, más tarde, en 1913 fundaría “El Correo Extremeño”, Periódico Jaimista. En Zurra-Tontainas, también utilizó su seudónimo, que ya había aparecido con generosidad en la mayoría de la prensa cacereña, “Ego”. El propio Sánchez Garrido firmaba sus diatribas con el de “Demi-Marinoni”.
Ya fuera por cansancio de Garrido, o de sus antagónicos (más bien esto último), Zurra-Tontainas termina con su séptimo número, y con él una de las muestras más sabrosas de la publicación periódica satírica de la provincia de Cáceres.
NOTAS:
[1] Manuel Castillo nació en los años setenta del pasado siglo. Falleció ya nonagenario en México. Se avecindó en Cáceres en 1897 como Catedrático de Francés de su Instituto, del que fue director así como de la Escuela Normal de Maestros hasta 1918 en que se traslada a Valencia. Hizo famoso en la prensa cacereña el seudónimo de “Don Nadie”, sobre todo en “El Noticiero” del que fue director desde su fundación en 1903 y fue miembro fundador de la inolvidable “Revista de Extremadura”, en la que también desarrolló la función de administrador durante cuatro años.
La personalidad de Castillo, interesante por muchos motivos, destacada entre los que le conocieron, importante en el medio cacereño en el que se desenvolvió, se ha visto reforzada con el legado que él y sus hijos, también fallecidos, hicieron a la ciudad de Cáceres al dejar una parte de su fortuna a empresas culturales y benéficas de la ciudad.
[2] FLORIANO CUMBREÑO, Antonio C.: “La pedagogía del Maestro Garrido, con frecuencia dada en el Paraninfo del Instituto de 2ª Enseñanza”. Cáceres, 1953.
[3] SÁNCHEZ GARRIDO, Eduardo: “Autobiografía”, en: Alma Extremeña, (1908-1905) núm. 7 y ss.
[4] PULIDO Y PULIDO, Tomás: “Exposición en memoria de los artistas cacereños desaparecidos”, en: periódico Extremadura, del día 3 de marzo de 1960.