Oct 012007
 

Fernando Díaz Esteban.

Sumario: 1- La obsesión de la limpieza de sangre. 2-El “Tizón de la Nobleza”. 3- Un expediente de limpieza-

1- La obsesión de la limpieza de sangre.

La limpieza de sangre, es decir, el no tener en la familia ningún antepasado que no fuera cristiano, constituyó uno de los componentes de la mentalidad española de los siglos XVI y XVII. Se dividió la sociedad de la época en dos grupos: los de sangre limpia y los de sangre con mácula. Esta discriminación tan negativa, y desde el espíritu cristiano tan contraria a la caridad, proporcionaba a la gente una cierta satisfacción, pues mediante su “limpieza”, un miembro de la escala más baja de la sociedad podía considerarse superior a otro más encumbrado o más rico, pero que no estaba “limpio”; en caso de competición por una prebenda se podía alegar el defecto en el otro para conseguir el puesto, y si se sentía antipatía por el vecino, se podía aventurar la calumnia[1] con la esperanza de que algo quedaría. También se podían deshacer bodas apalabradas cuando uno de los posibles contrayentes era descubierto como “no limpio”. Por otra parte, siempre quedaba en el cotilleo de las tertulias y corrillos vecinales el recuerdo de que el abuelo, o el tatarabuelo, de Fulano no había, efectivamente, sido cristiano, recuerdo difícil de borrar.

Aunque modernamente se asocia la limpieza de sangre a no tener antepasados judíos, también estaban incluidos los moros entre los causantes de “mácula” en la “limpieza” de una familia.

Es complejo el determinar el origen de este concepto de limpieza de sangre. Para Américo Castro[2] era un injerto en la sociedad hispano-cristiana de la mentalidad judía, y se basa para ello en una cita de Andrés Bernáldez, el Cura de los Palacios, quien en su Historia de los Reyes Católicos afirma que los judíos españoles creían que “en el mundo no había ni mejor gente, ni más discreta, ni más aguda, ni más honrada que ellos, por ser del linaje de las tribus e medio de Israel”. Podemos añadir que todavía en el siglo XVII un autor judío presumía de que su nobleza era mucha más antigua que cualquier nobleza europea, pues ellos descendían de Abraham y David[3].

La aplicación de la “limpieza de sangre” en los “Estatutos” de gremios, corporaciones civiles y religiosas, impidiendo el ingreso de personas sin “limpieza” debió de tener orígenes variados, aunque todos egoístas, además de la imitación, para no ser menos, de lo que otros habían hecho antes. Uno de los motivos era, evidentemente, los celos profesionales. Cuando el moro o judío se hacía cristiano, “converso”, seguía, generalmente, ejerciendo su profesión y oficio, muchas veces codiciados por los “cristianos viejos”, y la forma más sencilla de quitárselo de en medio era achacarle su origen “no limpio”. Los “Estatutos de Toledo” de 1449 tienen esa motivación: “Fallamos que …. sean priuados de quales quier oficios y beneficios que han tenido y tienen en qualquier manera en esta Ciudad ….priuados de qualquier escriuanias y otros oficios que tengan y hayan tenido en esta Ciudad …[4]. La evidente injusticia que suponía el apartar a cristianos sinceros[5] y las protestas de los interesados llevó en 1635 a Jiménez Patón a publicar un Discurso en favor de los Estatutos, en el que dice: “algunos descendientes de Moros, y de Iudios, y de Luteranos, y de otra seta, nuevamente convertidos, han aspirado a ….. que los reciban en las comunidades de Colegios, Religiones [Órdenes religiosas], Iglesias, y familias …. si ellos tuuiessen entrada en estas comunidades, que les estan prohibidas, dentro de pocos años experimentaríamos daños, peligros, y escandalos, dignos de llorar ….. contiuando sus ficciones hipócritas, para gozar de bienes temporales, yEclesiasticos, y pervertir la Iglesia, como consta de las declaraciones …. en la Santa Inquisiciô …” [6].

El fenómeno del “marranismo”, ser a la vez judío (o musulmán en el caso de los moriscos) por dentro y aparentar cristiano por fuera, debió de contribuir también al rechazo de lo que no era cristiano desde antiguo. Esta hipocresía religiosa de algunos conversos continuada por sus descendientes sirvió de justificación en 1481 al establecimiento de la Inquisición, y la posterior actividad de ésta descubriendo más y más casos de falsos cristianos, contribuiría a la sospecha y al deseo de blindarse intentando rodearse de los más seguros.

 

 2-El “Tizón de la Nobleza”.

La más encumbrada nobleza española, que ocupaba los más relevantes puestos del Estado y de las Órdenes Militares había tenido, hacía uno o más siglos, algún antepasado judío o moro, antepasado que se había hecho común e inevitable a casi todos desde el momento en que las familias nobles entroncaban entre sí. No se mencionaba esa “tacha”, que permanecía olvidada intencionadamente o simplemente se desconocía.

Sin embargo, ocurrió que a Don Francisco Hurtado de Mendoza, hijo del conde de Chinchón, se le retenía su petición de ingreso en la Orden de Santiago por parecer que su familia no estaba “limpia”. Su tío, el Cardenal don Francisco de Mendoza y Bobadilla, obispo de Burgos, molesto por el desaire que sufría su sobrino, escribió en 1560 un Memorial a Felipe II con el recuerdo y el recuento de las familias nobles que tenían igual “tacha”, sin que eso les hubiera impedido acceder a las Órdenes Militares. El Memorial estaba dirigido privadamente al Rey, quien alarmado ante un posible escándalo, por prudencia mandó que fueran recogidos los libros de genealogías y llevados a la biblioteca de El Escorial. Sin embargo, el texto del Memorial acabó sabiéndose y se divulgaron copias clandestinas manuscritas. No se imprimió hasta 1848, fuera de España, en Italia o Inglaterra, con el título de Tizón de la Nobleza de España; en España la primera edición es de 1852, en Cuenca, y a lo largo del siglo XIX hubo más reimpresiones[7].

Solamente daremos algunos ejemplos: los Portocarrero están emparentados con los Enriquez, pero Beatriz Enriquez era nieta del Maestre Don Fadrique, hijo del rey Alfonso VI, y de una judía de Guadalcanal llamada Paloma; los Pachecos descienden de doña María Ruiz, hija de Ruy Capón, judío convertido que pasó a Portugal en 1340; con esta familia están entroncados una treintena de títulos de Duques, Marqueses y Condes; de los Pachecos viene también la familia Girón, también con numerosos títulos nobiliarios. También el Cardenal Mendoza trae a colación las familias que descienden de alguna manceba, como el caso de los Castilla-Ulloa, que vienen de Isabel Oleni, segunda manceba de Don Pedro de Castilla, obispo de Palencia; los duques de Braganza descienden de Ines Fernandez de Esteves, hija de un zapatero judío portugués converso. No falta la esclava morisca, que da una hija bastarda de la que descienden los Cárdenas; de una esclava descienden los Mendoza y los Sarmientos, emparentados también con una mulata; los Ponce de León tienen en su haber a un adulterio, pues Leonor Núñez, su antepasada, estaba casada cuando daba hijos a Juan Ponce de León; también hay el caso de María de Zúñiga, habida de una morisca que estaba casada con un barbero; los Carrillo de Mendoza descienden de un escribano falsificador y de ruin casta. Por supuesto, son numerosos los que descienden de bastardos, de mujeres de “baja suerte” o “bajo linaje”, o de madres desconocidas, caso de los Sotomayor; también los hay descendientes de “doctores confesos”, o de “penitenciadas por el Santo Oficio”: un hermano de Fernando el Católico tuvo hijos con “La Coneja”, judía que se convirtió. En Aragón, Navarra y Vizcaya se hallan también “máculas”. En Vizcaya un Maestro Pablo, médico, judío converso, tuvo cuatro hijas que casó con cuatro Casas muy hidalgas “con que amancilló mucha parte de la nobleza de esas provincias”.

El Conde de Benavente, el Conde de Aranda, el Duque de Alba, el Duque de Feria, el Duque de Medinaceli, el Duque de Béjar, el Conde de Olivares, prácticamente toda la nómina de la nobleza aparecen en el Memorial.

La incorporación de los “conversos” a la sociedad cristiana había sido normal y sin problemas durante la Edad Media. Recordemos que Salomón Leví, toma el nombre de Pablo de Santamaría y es nombrado obispo de Burgos, y que sus hijos y descendientes, los Santamaría y Cartagena ocupan puestos importantes en la sociedad y en la Iglesia, sin que haya el menor reproche a sus orígenes judíos. Esta fácil adaptación antigua también se desprende de la lectura del Memorial oTizón: La primera observación que resalta de su lectura, es la convivencia con los judíos, generalmente conversos, cuyas hijas dan progenie que se incorporan a las familias nobles sin rechazo aparente en aquellos momentos; la otra observación, es la aceptada corrupción de costumbres: obispos con hijos, hijos adulterinos, amancebamientos, sin que esto cause rechazo social[8], aunque con la nota positiva de la integración del fruto de estas uniones en la familia noble.

Cuando en el siglo XVI y XVII la limpieza de sangre se convirtió en un requisito indispensable para la estimación moral y social, el conocimiento de que casi toda la nobleza española estaba “contaminada”, produjo un fenómeno social curioso: la opinión de que los verdaderamente nobles, los verdaderamente limpios eran los “villanos”, es decir, los campesinos y pueblerinos. Esta estimación de los villanos ha sido puesta de relieve por los autores que han tratado el tema.

En el siglo XVIII la cuestión de la limpieza de sangre deja de tener interés.

Un curioso estudio, sobre el cual su autor tuvo hace varios años la amabilidad de pedir mi opinión, pero que ignoro si lo llegó a publicar, es el de Luis Sierra Nava, titulado Lorenzana y el Antisemitismo. En él Sierra Nava expone la actitud del Cardenal Lorenzana, arzobispo de Toledo e Inquisidor General (de 1794 a 1797), con el que se pasa a desear la anulación de los estatutos de limpieza de sangre o a desentenderse de ellos; como “Apéndice” transcribe el Discurso sobre el Origen de los que llaman Villanos a quienes regularmente dicen Cristianos viejos, por el R. P. Fr. Martín Sarmiento, que es la respuesta a una carta en la que le preguntaban por el origen de la palabra “villanos”. Está manuscrito en la B.N.M  y en él Fr. Martín Sarmiento mantiene que en realidad los auténticos cristianos viejos son los que hicieron la Reconquista, los “Conquistadores”, que son los Hijosdalgo y Nobles. Los Judíos y Moros que se quedaron en las tierras reconquistadas para trabajarlas, acabaron haciéndose cristianos y son “cristianos nuevos antiguos”, mientras que los “nuevos cristianos nuevos”, de la última fase de la Reconquista, son los cristianos que quedaron en territorio musulmán, que se contaminaron y se avinieron a las autoridades musulmanas, además de los Moros y Judíos que se quedaron labrando las tierras y acabaron haciéndose cristianos: “y porque nuestra memoria ha borrado ya la noticia de los que descienden de aquellos que fueron conquistados en los principios de la recuperacion de estos Reynos, de aquí es que el nombre de christianos nuevos no le damos ya sino a aquellos de los quales esta la memoria reciente[9].

Sarmiento, por tanto, se opone al concepto de que los villanos sean los “cristianos viejos”, de sangre limpia, pues éstos, para él, son solamente los Hijosdalgo.

 

3- Un expediente de limpieza

El cabildo de la catedral de Badajoz había establecido un “estatuto de limpieza de sangre” del que sus miembros se sentían muy orgullosos por haber sido de los primeros en hacerlo. El historiador de Badajoz, Rodrigo Dosma, no lo cita, pero trae la noticia de que el obispo Alonso Manrique (1499-1516)  “acabo de convertir a la religión christiana la vltima casa de Moros, que auia del antiguo trato quedado en Badajoz, y las personas conversas de su apellido sedixeron Manrique.”[10].

El afán de “limpieza” del Cabildo de la Catedral de Badajoz no quedó en una mera declaración. Se llevó a la práctica. En el caso del Doctor Alonso GonçalezSalgado, se le excluye “por no concurrir en el las calidades y limpieza de sangre que se requieren por el dicho estatuto”, según reza un documento impreso que existe en la Real Biblioteca de Palacio[11] y que reproducimos al final.

La sentencia de exclusión es el resultado de las declaraciones de diversos testigos. No se aducen documentos, simplemente los testimonios de vecinos de Badajoz que recuerdan que en un momento de sus vidas alguien les habló de que la bisabuela del Doctor Salgado, llamada Ysabel Gonçalez, “era de generacion de Moros y esclaua, y estaua herrada en los braços, y en el rostro”. Luego nos vamos enterando de que a su hijo, el abuelo del Doctor, le llamaban Gonçalo Martin “el Moro”. Y de que era sabido en la ciudad que tanto el padre del Doctor, Juan Martín Ricobayo, como sus hijos, el Doctor Alonso Salgado, Juan Rodríguez y Sebastián Rodríguez, eran descendientes de la esclava mora. Ahora nos choca la diversidad de apellidos entre hermanos y entre padres e hijos, pero recordemos que era frecuente en la época, tanto por capricho de los padres como por elección de los hijos.

Los once testigos son vecinos de Badajoz, de edad avanzada en general, y los que no han nacido en ella, llevan muchos años residiendo. Hay entre ellos gente de Iglesia: un Doctor Maestrescuela de la Catedral, de 40 años de edad, dos familiares del Santo Oficio de la Inquisición, de 55 y 70 años, y un clérigo Racionero, de 63; hay dos Regidores de la ciudad, de 37 y 54; un Labrador de 60; una mujer de 58 y tres vecinos de 76, 71 y 41 años de los cuales no se dice su ocupación. Quitando la mujer, que por un hermano era familia colateral de los “no limpios”, todos aducen, además de que era público y notorio que descendían de la Mora (“serugia por la ciudad”, llega a decir un testigo), que lo han oído hace muchos años (algunos cuando eran todavía niños) a determinadas personas, ya fallecidas, de las cuales están repetidamente citadas por testigos diferentes Juan Rodríguez de Mora, Juan Vázquez Pellejas, Hernando Becerra, Francisco Gonzalez Picaldo, Luis Vázquez Picaldo, Francisca de Hermosa, que vienen a ser así quienes más difundían a mediados del siglo XVI que había una antepasada mora en la familia, que tuvo un hijo y una hija con el Deán de la Catedral, Garcilasso de la Vega; la hija tuvo dos hijos y una hija con el Maestrescuela de la Catedral Iñigo López; de esta hija se enamoró Cristóbal de la Hermosa, contra la voluntad de su padre Gil de la Hermosa. Esta sería la genealogía del Doctor Salgado:

 

Isabel Gonçalez + Dean Garcilasso

//

Gonzalo Martin +x      Mencia Hernandez + Maestr. Iñigo Lopez     Gil H+x

//                                        //                                           //

Juan Martin + Maria Salgado   Mencia Herndz.+Cristóbal Hermosa   Fca.H

//                                                                    //

Alonso Rdgz Salgado, Sebastián Rdgz.,  Juan Rdgz.   Garcilasso

 

La familia se mueve inicialmente en terrenos artesanos: pintor, albañil, hornera, pero está empezando a ascender: dos hijos clérigos con pretensiones de notario y de canónigo.  El primer testigo en declarar, el Doctor don Francisco López de la Madriz, aporta un dato sorprendente: Sebastián Rodríguez, “para limpiarse de la macula” había pretendido el puesto de ¡Notario de la Inquisición!, pero la pretensión, hecha la correspondiente información, “no ha sido admitida por tal Notario, ni se le ha dado el oficio”. La decisión de Sebastián, al parecer, la tomó porque a su hermano, el Doctor Salgado, le había propuesto el canónigo Juan Morquecho como coadjutor de su Canonicato, pero que al enterarse de sus antecedentes familiares revocó la propuesta. Al canónigo Morquecho quizás le ocurrió lo que a algunos de los testigos, que declaran que tenían a la familia por cristianos viejos, hasta que alguien les dijo lo contrario.

A lo largo de las declaraciones de los demás testigos nos vamos enterando de algunas de las cotillerías que circulaban por la ciudad de Badajoz.

Así, el segundo testigo, Manuel Vázquez, familiar del Santo Oficio, dice que haría unos diez años, estando hablando con Juan Vázquez Pellejas le comentó que habían querido casar a una hermana suya con un hijo de Juan Martín Ricobayo, padre del Doctor Salgado, pero que les advirtió “que mirassen   lo que hazian … que el dicho Juan Martín era morisco”. Esta mácula vemos que podía deshacer una boda. Y que cuando Sebastián quiso ser Notario de la Inquisición, le dijo el Licenciado Juan Rodríguez de Mora “[¿]Para que pretenden esto los Ricobayo, si son Moriscos?”; y que hacía unos tres años, hablando con el Maestro Fray Bernardo de Zafra, de la orden de la Santísima Trinidad le dijo que le había dicho al propio Sebastián Rodríguez, “que para que se metia en cosas de la Inquisición, porque la falta que tenian los Garci Lassos sus parientes, essa tenian ellos”. Sigue el testigo contando otras dos bodas deshechas: “Oyò decir a Catalina Hernandez, viuda de Albitez, que de parte del dicho Juan Martin la auian tratado casamiento con vn hijo suyo //fol.2// para vna hija de la susodicha, y no auia querido porque tenia la dicha falta; y a Diego Sanchez, clerigo, cuñado del testigo, le oyò decir quando se tratò de casar a Juan Rodríguez Salgado [hermano del Doctor]con una sobrina de Andres Gomez, clerigo, le auia enviado a decir que no hiciese tal, porque no eran limpios”. Y añade: “que lo mismo ha oydo decir a otras muchas personas el dicho Juan Martin tiene la dicha raza de Morisco”.

El tercer testigo, Juan Doblado el viejo, labrador, nos da noticia de la esclava mora, que había sido comprada por una dignidad de la santa iglesia [catedral] con la que tuvo a Garci Lasso el viejo “Y después ha mas de quinze años, oyò dezir el testigo , q. Juan Martin, padre del dicho Doctor Salgado era pariente del dicho Garci Lasso por parte de la dicha muger, madre del dicho Garci Lasso, y que assi tenian la misma falta … y que tenian raza de Morisco, y que lo haoydo dezir después aca muchas vezes públicamente a muchas personas en corrillos; y particularmente a Luis Sanchez Picaldo, y a Morera, barbero, queviue en el campo de san Andres …. Y siempre auia tenido al dicho Juan Martin por christiano viejo limpio, hasta q. le dixeron el parentesco”.

El cuarto testigo, Alonso Hernandez Tardio, familiar del Santo Oficio, hacía unos dieciséis años, “ha oydo dezir, y se rugia //fol. 3v// por la ciudad, que el dicho Juan Martin Ricobayo, padre del dicho Doctor Salgado, tenia raza de morisco, aunq. …. hasta alli lo auia tenido por Christiano viejo limpio de toda raza”. Cita también la boda deshecha de Juan Rodríguez hijo de Juan Martín que contaba Juan Vázquez Pellejas, “porque Francisco Gonçalez Picaldo, primo hermano del dicho Juan Martin dezia, que el dicho Juan Martin tenia raza de Morisco, por parte de Gonzalo Martin su padre; y esta fama se ha publicado por la ciudad desde entonces acà”. Añade a continuación una escena campestre: el testigo y el Licenciado Porras, Abogado, habían acompañado al Licenciado Juan Rodríguez de Mora a una visita al ganado que tenía en su dehesa “y estando vna noche en vna casa que alli tenia el dicho Licenciado Mora, fueron alli las guardas de las bellotas, y se quexaron de Hernando de Figueroa vezino de la dicha ciudad, diziendo que el susodicho se comia y cogia la bellota, y haziamucho daño en la dehessa; y a esto dixo el Licenciado Mora: es Morisco, nieto de Mencia Hernandez la Morisca, hermana de Gonzalo Martin, padre de Juan Martin, que eran ambos hijos de Ysabel Gonçalez la Morisca del Dean, que era captiva suya, y herrada, [¿]nos ha de venir a coger la bellota?” De aquí nos enteramos de que la “dignidad de la santa iglesia”, cuyo nombre no se cita, era el Deán, y que además de comprar la esclava mora, la hizo madre de Gonzalo Martín y de Mencía Hernández, cuyos nietos respectivos fueron el Doctor Salgado y Hernando Figueroa.

El quinto testigo es una mujer, María Flores, hija de Francisco Flores //fol. 3v//, que testifica que hace unos cuarenta años había oído decir a su madre, Francisca de la Hermosa, que su hermano Cristóbal de Hermosa se había empeñado en casarse, contra la voluntad del padre, con una Mencía Hernández, hija de otra MencíaHernández, que estaba en casa del Maestrescuela de la Catedral Iñigo López, quien la preñó; esta primera Mencía Hernández era hermana de Gonzalo Martin, siendo el padre de ambos el Dean de la Catedral Garci Lasso, y la madre Isabel Gonçalez, la esclava mora, que “sus padres le auian echado muchas maldiciones al dicho Christoual de Hermosa”, y añade “q. auian hecho remedios para quitarle el hierro a la dicha Mencia Hernandez  y no se lo auian podido quitar”, y añade que era cosa pública y notoria, pero que por //fol. 4r// “por parte de su madre del dicho Doctor Salgado, no ha oydo dezir tenga defecto alguno”.

El sexto testigo, Juan Doblado el Moço, Regidor de la ciudad dijo que hacía dieciséis o diecisiete años , estando con su tía Isabel Martin, de setenta años, vieron pasar por la calle a un hijo de Juan Martín Ricobayo, Juan Rodríguez, hermano del Doctor Salgado, “que iua bien vestido y adereçado, y galan”, y la tía preguntó que quién era el mozo, y le dijeron que era el hijo de Juan Martín Ricobayo, albañil, y a las preguntas de la familia contestó “que no era limpio, y que tenia raza ylinea de Moro por parte de vna su bisabuela ….. esclaua Mora de un Maestrescuela, o dignidad de la Iglesia, y que se la auian traydo de Toledo, y que el dicho Juan Rodríguez tenia los ojos hermosos en que daba ayre a la dicha su bisabuela, la qual estuuo en casa del dicho prebendado algunos dias, y después de auer tenido vn hijo en ella la  auia casado”. Y añade que había oido decir hacía unos seis años a Francisco Sánchez Tufiño, medio Racionero de la Iglesia, comentando que el Doctor Salgado quería pedir que el Canónigo Morquecho le diera su Canonjía, dijo “que no lo podia ser en la dicha Santa Iglesia [catedral de Badajoz]…. por causa de auer sido su bisabuela  Mora, y que el la auia conocido, y visto q. estaua errada en los braços”. Y que era pública voz y fama, y se lo había oído decir a Manuel de Escalada y a Gonzalo Martel, “y lo ha oydo dezir en muchas partes, y corrillos públicamente”.

Septimo testigo, Alonso Roman Mendez, de setenta y seis años, quiere excusarse de prestar declaración. Conoció  a Gonzalo Martín y a su mujer, a su hijo Juan Martín Ricobayo y a los hijos de éste, y que “nunca los ha tenido, ni tiene por Christianos viejos limpios …. Por descendientes de vna Morisca que fue de vnMaestrescuela …. que  la dicha morisca tuuo dos hijas, la vna q. llamauan Mencia Hernandez, que viuio en la calle de S. Onofre, que fue hornera, y otra que casò cô vn hijo de Gil de Hermosa pintor”. El testigo cita a continuación lo que le comentó Manuel de Escalada y que probablemente por la coincidencia de las dos Mencía Hernandez, el testigo ofrece cierta confusión en sus declaraciones, dándolas como hermanas; luego recuerda que Manuel de Escalada le comentó sobre la pretensión de la Canonjía: “esta gente aquí a fuerça de braços quierê ser Canonigos”. Y recuerda que Hernando de Becerra había declarado en la información que los Ricobayos eran gente limpia, y cuando le echó en cara que él mismo le había dicho que descendían de una morisca, que vivía en su misma calle, Becerra le respondió: “Dezis la verdad, y no se me acordó, y teneis mucha memoria”. Y añade que estando hablando con Pedro Hernandez Voto, que había ido a notificar a Leonor Becerra hija de Hernando Becerra, la citación a su padre para el juicio, en “la esquina de las casas de la dicha doña Leonor”, Pedro Hernández dijo que él había estado presente en la discusión de Escalada y Becerra.

Testigo octavo, Manuel Escalada, de setenta y un años, dijo que hacía tiempo había declarado ante Francisco López de la Madriz y de un Notario y que se remitía a todo lo que entonces dijo, que no se acordaba bien, pero que sí habló con Hernando Becerra.

Testigo noveno, Don Gonzalo Martel de los Ríos, de cuarenta y un años, hace más de treinta años, siendo muchacho, oyó decir a Gabriel de Torres, natural de la Parra, pero criado en Badajoz, su ayo, que Juan Martin Ricobayo “tenia raza de Moro”. Y hace doce o trece años, lo ha oido decir públicamente, “en especial al Licenciado Juan Rodríguez de Mora, que fue letrado y Oydor en las Indias, y Alonso Hernâdez Tardio, y a dô Rodrigo Chaues, que fue Châtre en la dicha iglesia, y a otros de que no se acuerda, de que el dicho Juan Martin, padre del dicho Doctor Salgado, tenia raza de Moro”. Lo había oído decir  “desde que el testigo era de onze años”.

Décimo testigo, Diego de Alvarado de Tobar, Regidor de la ciudad, de cincuenta y cuatro años, tenía a la madre del Doctor por cristiana vieja, //fol. 6r// pero oyó decir, hacía más de quince años, a Juan de Chaves Mosquera, “tratando del linaje del dicho Juan Martin Ricobayo, que descendia de una Morisca”, y lo mismo oyó a Salvador Pérez, medio racionero de la iglesia, y a Alonso Hernández Tardío, y a Juan Rodríguez de Mora, que fue Regidor; que a Juan de Chaves “lo tenia por maldiziente”, pero a los demás “por buenos Christianos, y gente de verdad”.

El undécimo, y último testigo, Salvador Pérez, Clérigo, Racionero de la catedral, de 63 años, había tenido pleitos con Juan Martín Ricobayo, pero no por eso “dexarà de dezir la verdad”. Conocía a Juan Martín y a su mujer y al Doctor Salgado desde niño, “porq.  nacio y se crio cerca de la casa del testigo”. Nunca oyó decir nada sobre la limpieza de la familia porque nunca lo preguntó, “hasta que ha 15. años que desde entonces aca tiene al dicho Juan Martin … por gente no limpia, y descendiente de vna muger de nacion Mora llamada Isabel Gonçalez y herrada en el rostro, esclaua que fue del Dean Garcilasso” , con el que tuvo a Gonzalo Martín, albañil, padre de Juan Martín, y a “Mencia Hernandez, que fue hornera en la calle de S. Onofre … que estuuo casada con Juan de Llerena, natural de Zafra, del qual enuiudo, y siendo viuda entro a seruir de ama al Maestrescuela Yñigo Lopez; y estâdo en su seruicio, tuuo tres hijos,vno de los quales fue Mencia Hernandez, que caso ha harto con Christoual de Hermosa, hijo de Gil de Hermosa, y que por auerse casado con la dichaMencia Hernandez, el dicho su padre los echo de su casa. Y todo lo susodicho se lo dixo y conto ha mas de 14. años Francisco Gonçalez Picaldo … primo hermano del dicho Juan Martin Ricobayo”, al que todo eso se lo había dicho Francisca Hermosa, suegra de Baltasar de Torres, carpintero, “que era muger de mas de 80. años”. Francisca Hermosa le confirmó después al testigo todo lo que había dicho González Picaldo. Y le añadió que muerto el Maestrescuela, Cristóbal se fue, con su mujer, a casa de su suegra Mencía Hernandez “a las casas de la calle de S. Onofre, do antes tenia el horno”, y allí “criaron a Garcilasso siendo niño, que después fue pertiguero de la dicha yglesia”. Y que vio y conoció a Isabel González, la morisca, y a toda la familia porque ya tenía más de 85 años. “Y el testigo lo creyò por ser muy vieja, muy honrada, y auerle cauido en parte el sucesso”. Y también oyó decir a Alonso Hernández Tardio, y al licenciado Porras, “que se lo auian oydo dezir al Licenciado Mora, estando en Pesquerito, [la dehesa adonde había ido a ver el ganado] y en el estudio de su propia casa del Licenciado Porras lo mismo que dixo la dicha Francisca Hermosa, aunque no con tantas particularidades como ella”. Y que hacía dos años se encontró yendo al campo a  Francisco Gonzalez, y le preguntó si se acordaba que le había dicho que Juan Martín Ricobayo era moro, y le dijo que sí. Y el testigo le replicó “pues [¿]como en el negocio de Juan Morquecho, en la información que hizo de limpieza Juan Martin jurastes, q. era gente limpia? Y el dicho FranciscoGonçalez [Picaldo] se encogio los hombros y cabeça, y dixo, que lo quiso obonar, porque era su pariente”. Y desde entonces lo tiene “por hombre vasallo, y que con juramêto y sin el dize lo que se le antoja, y nunca mas le ha hablado”. El testigo también cuenta que hace unos tres años le dijo el Canónigo Morquecho que había escrito a un Secretario del Santo Oficio para saber si a Sebastián Rodríguez, hermano del Doctor Salgado, le había de dar la Notaría que pretendía, y le respondió en una carta “que ni eran para aca, ni para alla, que quiso decir que el Sebastián Rodríguez no era para ser notario de la Inquisición, ni su hermano el Doctor Salgado, que es el que pretende ser Canonigo, para canonigo en san Juan [la catedral de Badajoz], por no ser limpios”. Morquecho leyó la carta a muchas personas, y la Inquisición de Llerena hizo información de Sebastián y no le dieron la notaría. Añade que  también oyó decir a Francisco Sánchez Tufiño, clérigo, Racionero de la catedral, que Catalina Hernández, madre del doctor Albitez, quiso casar a una hija con Juan Rodríguez, hermano del Doctor Salgado, y que la desengañó, “diziendo que no era limpio”. Y a Andrés Gómez, Racionero y Secretario de la catedral, le oyó decir que le habían pedido vna sobrina para casarla con el dicho Juan Rodríguez, y no quiso por la misma razon, de que no eran limpios, y que mientras el viviesse, no se auia de hazer”. Pero de la madre del Doctor Salgado “no sabe, ni ha oido decir tenga falta de limpieza”.

Con lo que antecede, creo que queda claro lo angustiosa que socialmente podía ser su situación para una familia “no limpia” en una ciudad pequeña: imposibilidad de matrimonios deseados y rechazo de puestos de trabajo. Aunque en el caso del Deán y del Maestrescuela no parece que tuvieran muchos escrúpulos para irse a la cama. Y es de destacar la valiente postura de Cristóbal de Hermosa casándose, contra las advertencias de la familia, con Mencia Hernández, la nieta de la esclava morisca, y la osadía de pretender los dos hermanos ser notario de la Inquisición, uno, y canónigo de la catedral, otro.

 

 

 

NOTA

Como apéndice damos las fotografías del documento amablemente cedidas por el Patrimonio Nacional, advirtiendo que está totalmente prohibida su reproducción sin permiso del Patrimonio.

 

 



[1] Fernando de Añasco, vecino de Sevilla, tiene que defenderse contra sus enemigos, que “o por la enemistad que le tienen, o por engañarse o ignorar el hecho deste negocio, han querido imputar defeto que no tiene”: Real Biblioteca de Palacio, II/2342, fol. 196r-201v.

[2] La Realidad Histórica de España, México, 1954; 2ª ed. Madrid, 1971. Se podría añadir que a su vez los judíos españoles fueron influidos por la altivez típica del hidalgo castellano: el judaizante Miguel de Barrios en su Historia Universal Judaica dice de los judíos que “tienen tal altivez, que ni el mas pobre se abate a servir al más rico por presumir de tan noble como él”, véase F. Díaz Esteban “La fidelidad de los judíos a los reyes en la Historia Universal Judaica de Miguel de Barrios”, en J. Targarona y A. Sáenz-Badillos (editores), JewishStudies in the Turn of the Twentieth Century, Leyden, Brill, 1999, p. 498-503, 500.

[3] “… ellos [los judíos] son de la mas alta y noble descendencia en el mundo …. los príncipes y sus nobles [no judíos] inferiores en sangre y calidad,  no comparables a Abraham y David …”  Cfr. F. Díaz Esteban, “La Apología por la Noble nación de los judíos, de Eduardo Nicholas (1649)”,  Sefarad, 59,2 (1999) 251-262.

[4] Es la conocida Sentencia de Pedro Sarmiento. Citamos por la copia del manuscrito de la Real Biblioteca de Palacio II/1940, fol. 41r-43v.

[5] Los primitivos cristianos habían sido antes judíos, se solía argumentar, para oponerse a los Estatutos. Cfr. Elvira Pérez Ferrero, El Tratado de Uceda contra los estatutos de limpieza de sangre, Madrid, Aben Ezra, 2000.

[6] Discvrso en favor del santo y loable Estatuto de Limpieza. Por el Maestro Bartolome Ximenez Paton, Notario del Santo Oficio y Correo Mayor de Villanueua de los Infantes,Granada, Andres S. Palomino, 1638, 7 folios. Copio del ejemplar de la Real Biblioteca de Palacio, I.D./128 (1).

[7] Utilizo la erudita edición El Tizón de la Nobleza de España. Por el Cardenal Francisco de Mendoza y Bobadilla, Obispo de Burgos. Introducción, Versión Paleográfica y Notas: Armando Mauricio Escobar Olmedo. Prólogo: Fredo Arias de la Canal. México, Frente de Afirmación Hispanista, A. C., 1999.

[8] A partir del siglo XIII la barraganía era habitual entre los clérigos: Jaime Colomina Torner, “El transfondo religioso de <La Celestina>”, Toletvm, Bol. RABAyCH de Toledo, 42,1 (2000) 43-66, esp. 58-59.

[9] En la Biblioteca Nacional de Madrid existen cinco copias manuscritas. Aquí seguimos la del MS. 10798.

[10] Rodrigo Dosma Delgado, Discvrsos Patrios de la Real Ciudad de Badajoz, Madrid, MDCI, fol. 55v. BNM R/6653. Se hizo una reedición en Badajoz en 1870 con eruditas notas de Vicente Barrantes. Diego Suárez de Figueroa utilizó los datos de Dosma a los que hizo añadidos, y repite la noticia de la conversión de la última familia mora: Historia de la Ciudad de Badajoz extractada de los escritos del Doctor —. Impresa por primera vez el año 1727. Reedición de la impresa en 1916. Badajoz, Asociación Amigos de Badajoz. 2005.

[11] Según nos informa María Luisa López-Vidriero en el excelente Catálogo de la Real Biblioteca. Tomo XIII. Alegaciones en Derecho del Conde de Gondomar Madrid, Patrimonio Nacional, 2002, y Tomo XIII. Papeles varios del Conde de Gondomar. Derecho, Patrimonio Nacional, 2004, a los documentos del Conde de Gondomar llevados al Palacio Real se unieron en 1806 por orden de Carlos IV los documentos del Ministerio de Justicia, entre los cuales estaría el de la Catedral de Badajoz que nos ocupa, signatura XIV/3001(5). Todos se mezclaron y catalogaron como de Gondomar.

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Marciano de Hervás.

La Rinconada

 

1. El confinamiento judío, 1480.

 

A finales de la década de los setenta del siglo XV, el modelo de coexistencia social basado en el respeto a las minorías culturales, la política de consenso y de acuerdo social, hacía aguas por las costuras del sistema político en la península ibérica.

En 1480, los Reyes Católicos se enrocaron con su política discriminatoria. El sonsonete del exclusivismo contra las minorías judía y musulmana, la desconexión urbana de las minorías culturales con la población dominante, marcó la verdadera dimensión del problema político. Era instrumento de la voluntad de la corona recluir a la minoridad cultural en juderías y morerías en barrios segregados. Trujillo no fue ajena al problema judío. Así las cosas, los monarcas decretaron el encerramiento de las comunidades judía y musulmana en 1480. No hemos hallado el documento original del decreto segregacionista que restringió la vida de la comunidad judía de Trujillo, pero conocemos el texto de Cáceres, que pudo ser muy similar al de Trujillo.

En el texto de reclusión de los judíos y musulmanes de la villa de Cáceres, los Reyes Católicos justificaron que «la continua conversación y vivienda mezclada de los judíos y moros con los cristianos resulta[ba]n grandes daños e inconvenientes»[1] en la villa. El oprobio y daño que ocasionaba en el fielato cristiano la promiscuidad multicultural fue la palanca que accionó en la sociedad el movimiento marginal judeoislámico.

Para llevar a cabo el proyecto urbanístico discriminatorio, el ayuntamiento de Trujillo vertebró la judería y morería en torno a la calle Nueva, de reciente creación[2]. Las arterias judía y musulmana por excelencia se desarrollaron en el arrabal de la parroquia de San Martín, en el espacio urbano comprendido entre la plaza del Santi Espíritu y la plaza Mayor[3].

El trazado urbano de la judería de la calle Nueva se iniciaba en una de las bocacalles de la Plaza Mayor y concluía al pie de la Plazuela del Santi Espíritu. En la actualidad, la calle Nueva se halla dividida en varios fragmentos viarios, con distintas denominaciones. En su primer tramo es conocida como calle Tiendas. Enhebra la Plaza Mayor con la Plazuela del Azoguejo. Dicha Plazuela, que no existía en el medievo, era la encrucijada de las actuales calles Zurradores, Clodoaldo Naranjo y Margarita Iturralde. El segundo tramo de la calle Nueva, que enfila por la actual Plazuela del Azoguejo, recibe el nombre de Margarita Iturralde, el barrio musulmán por excelencia. Remite en la Plazuela del Santi Espíritu, encrucijada de las calles de la Encarnación y de la Merced.

La construcción de la judería nueva fue una labor muy compleja en la que la aljama judía invirtió más de cuatro años de trabajo. Había problemas de desalojo con algunos de los propietarios de las casas. En 1483, el procurador de la aljama de los judíos reclamó al concejo urbano la presencia de «partidores que partan la casa de Marta Blásques por donde vaya la calle Real». El consistorio municipal delegó las funciones en Juan Regodón y en el musulmán AbrahynOrellana[4]. El 1 de agosto, el ayuntamiento notificó a la aljama de los judíos que disponía de un plazo de diez días para «faser la calle que Martín Alonso de Orellana pyde»[5].

Los problemas urbanísticos de reestructuración de la judería nueva continuaron a ritmo lento. El 24 de septiembre de 1484, Jacob Cachopo informó al consejo real que la aljama de los judíos de la ciudad había construido una sección de la calle Nueva. Se refería posiblemente al tramo actual de la calle Tiendas:

 

fisieron çierta calçada e derrocando muchas penas e gastado asas contyas de mrs…, e aver conprado çierto sytio para la dicha calçada e para el logar donde la dicha calle avía de salir.

 

La aljama judía había comprado parte de la casa de Pascuala Alonso para su demolición y urbanización como calle pública. Pero el trazado viario estaba paralizado porque Marta Blázquez se mostraba remisa a la venta del inmueble[6].

En 1485, la aljama judía emprendió nuevas labores de reforma y acondicionamiento de la vía pública de la judería nueva. El itinerario correspondiente a la calle Tiendas. El 25 de febrero, el ayuntamiento trujillano ordenó a la comunidad judía cerrar[7]

 

la callejuela que sale por delante las puertas de las casas de los fyjos de don Abrahan el moço a la calle Nueva de la Plaça queagora fesieron, porque de ally sale grand susiedat a la dicha calle Nueva.

 

La calle Nueva es la actual Tiendas. No obstante, hay problemas de identificación de la citada callejuela judía. C. Fernández–Daza[8] señala que se hallaba próxima «a la plaza de la iglesia de San Martín». Por su parte, J. Tena Fernández documenta que la calle cegada del Chupete[9]

 

está a la izquierda de Costanilla subiendo, dejando a la derecha el Castillejo y paralela a la cegada del Chupete, abocando como ésta en el rincón de la Plaza Mayor.

 

En nuestra opinión, la calle cegada del Chupete no era la callejuela en la que vivieron los hijos de Abraham el mozo. Pues la calle del Chupete se tapió en época contemporánea. En mi opinión, la callejuela obstruida que cita el documento enlazaba la antigua calle Carnicería con la calle Nueva.

Los encerramientos marginales de la judería y morería trujillanas congestionaron la fluidez del tráfico viario y mercantil en el arrabal de San Martín. Un problema vital que mostraba difícil solución. Había quejas en el vecindario cristiano residente en la zona limítrofe de la judería y morería, porque tenían que bordear los muros de los encerramientos para acceder a la plaza Mayor. Por este motivo, en mayo de 1488, la corona requirió informes al corregidor Diego López de Ayala sobre la viabilidad de confiscar una casa en la judería y estudiar la posible reapertura de una puerta cegada para dar solución al problema viario[10].

 

2. La Rinconada de la judería.

 

Paralela a la antigua calle Nueva, hoy Tiendas, se desarrollaba «la Rinconada de la judería»[11], hoy llamada Corral del Rey. También era conocida como la «plaçuela de los judíos»[12]. En la Rinconada de la judería vivían la familia Cohén, aliada de la familia Pizarro, del bando político de los Añascos, y de los Vargas, del linaje de los Bejarano. Habían construido sus casas en solares pertenecientes al Hospital del Rey de Burgos[13].

La judería de la Rinconada se hallaba en un lugar privilegiado. Estaba dentro de la judería apartada, en uno de los extremos de la plaza Mayor, frente a la iglesia parroquial de san Martín. No se llegó a construir una cerca o muralla que aislara el recinto judío de la Rinconada de la plaza Mayor, como ocurrió en Plasencia en 1412[14]. La ausencia de un muro de contención favorecía las relaciones y comunicaciones de los judíos con el resto de la población. Más que judería segregada, la Rinconada parecía una prolongación de un barrio cristiano de la ciudad.

En la Rinconada de la judería estaban las mejores posadas de la ciudad, controladas por judíos. Solían acoger huéspedes cristianos. En la posada de David Cohén se alojó el regidor Gonzalo Pérez Jarada, natural de Illescas, los tres primeros años de su estancia en la ciudad. También estuvo de huésped el citado regidor en la casa de IsaqueRomero. En la posada de la Rinconada tomaba residencia el nuncio del Santo Padre en España y otras personalidades de relieve de la iglesia y de la vida política. Canónigos de la iglesia catedral de Plasencia, y el deán concretamente, gozaban de la confianza y el respeto de la familia Cohén.

Los judíos de la Rinconada gozaban de ciertos privilegios municipales. Así las cosas, el 12 de abril de 1482, el ayuntamiento trujillano concedió a los moradores de la Rinconada «liçençia para que puedan faser sus valcones en sus casas». En cambio, otros judíos abogaron por la intimidad del hogar. Abraham Abençur recibió autorización del ayuntamiento para cerrar el balcón de su vivienda, el 3 de mayo[15].

Pese a la privilegiada situación de la que disfrutaban los judíos hacendados de la Rinconada, el ayuntamiento restringió su desplazamiento por los lugares públicos de la ciudad. La judería de la Rinconada comunicaba directamente con la plaza Mayor. Para acudir a las asambleas y actividades litúrgicas que se celebraban en la sinagoga de la calle Nueva, los judíos de la Rinconada atajaban por la plaza Mayor, lo cual incomodaba al sector de la sociedad poco adicto a la comunidad judía. Así, el concejo municipal ordenó en la sesión de 27 de septiembre de 1482[16],

 

que ningund judío nin judía de oy en adelante en los días de sus fiestas e sábados, non vayan nin traviesen a su synoga por laPlaça desta çibdat, salvo que se vayan por de dentro de su judería.

 

El consistorio obligó a los judíos de la Rinconada a dar un rodeo por el interior de la judería apartada: el tramo abovedado de la calle del Gurría, calle Zurradores, Plazuela del Azoguejo y calle Tiendas, en lugar de acortar distancias por la plaza Mayor, que le caía a trasmano.

En mayo de 1482, el consistorio prohibió a los comerciantes provenientes de Toledo y otras ciudades la entrada de mercancías por las puertas de la judería y morería respectivamente. Asimismo, vetó a judíos y musulmanes adquirir los productos de los comerciantes que introducían por la judería y morería camino de la plaza Mayor[17]. En febrero de 1486, el ayuntamiento requirió a los leñadores que acudían con sus mercancías a la Plaza Mayor que no se entretuvieran en la plazuela de los judíos[18]. Según este apunte, los leñadores, y quizá también los comerciantes forasteros, entraban a la plaza Mayor por el callejón de Gurría, o un callejón paralelo, tal vez el del Chupete, que desembocaba en la Rinconada.

En los hogares judíos es tradición depositar la mezuzámezuzot en hebreo, en la parte superior de la jamba derecha de la puerta de entrada a la vivienda. Los judíos piadosos acostumbran tocar la mezuzá con los dedos de la mano derecha al entrar o salir de la casa y llevarlos a los labios en señal de santidad. Se trata de una hendidura vertical practicada en la jamba derecha en la que se deposita un pequeño estuche con un pergamino que recoge un texto escrito en hebreo con los versos de la Shemá, la oración fundamental del judaísmo. Deuteronomio, 6, 4–9 y 11, 13–21.

En la calle Hernando Pizarro de Trujillo, en la jamba derecha de la casa número 6 de la calle Carnicerías, se conserva una hendidura tallada, de unos 15 centímetros, en la actualidad cubierta con cemento. En el transcurso del XI Curso de Cultura Hispanojudía y Sefardí de la Universidad de Castilla–La Mancha mostré una diapositiva con la reproducción de la presunta marca judía. Voces autorizadas se mostraron disconformes sobre su presunta judeidad. Sus dimensiones eran excesivas. En mi visita a la Rinconada de la judería el 12 de julio de 2007, mi apreciada amiga doña Maria Teresa Pérez-Zubizarreta me propuso entrar en las oficinas de la familia Marín. Corresponde a la vivienda número 3 de la calle Corral del Rey. El edificio es la sede de unas instalaciones eléctricas recientemente reformado. Las dependencias conservan parte de la estructura primitiva de la casa judía. En el vestíbulo apreciamos el brocal de granito del aljibe desplazado del lugar original. El aljibe se halla a escasos metros protegido por un cristal. Entre el brocal y el aljibe, a mano derecha, se abre una reducida puerta de cantería. Las jambas, de granito similar al de la lápida epigráfica de la sinagoga de la calle Tiendas, son originales, no así el dintel. En la jamba superior de la derecha apreciamos una marca similar a la mezuzá, pero no podemos certificar que sea una marca original judía. Es preciso un análisis más detallado para precisar su judeidad. En la Rinconada de la judería se hallaba la posada de los Cohén. Era el feudo de la familia Cohén. Pero no tenemos indicios documentales que vinculen el antiguo edificio con la acaudalada familia judía.

La poderosa familia de los Cohén se había granjeado numerosos enemigos dentro y fuera de la aljama judía. Temían por su vida y hacienda. En febrero de 1485, la corona expidió carta de protección a nombre de Salomón, Yuçá,Çague, Abraham, Jacob y Mosé Cohén, de profesión traperos[19].

A finales del verano de 1491 se desataron las pasiones en el interior de la sinagoga, que se hallaba en la calle Tiendas número 8, entre los dos clanes rivales de la aljama judía. Los Cohén dirimieron sus diferencias con los Barchillón, Alfandary y otros judíos. El alcalde y el alguacil de la ciudad habían acudido a la sinagoga para aquietar los ánimos de la comunidad judía. Su presencia en el lugar de los hechos no hizo sino encrespar el ambiente. En los alborotos y tumultos sinagogales entre las dos facciones rivales, los caballeros de la ciudad socorrieron a los judíos de su parcialidad. La facción de los Barchillón, Alfandary y los chavistas se enfrentaron a la servidumbre de los Cohén y Pizarro[20].

En octubre se recrudeció el debate en la sinagoga entre los dos gremios judíos rivales. Don Mayr Barchillón, su hijo Frayme Barchillón, rabí Mosé Alfandary, Bueno Machorro, su hermano Barçilay Follequinos, don Culeman Abenaex, don David Alfandary y otros deudos y parientes había promovido la construcción de una escalera dentro del oratorio de la sinagoga

 

a la parte de donde se pone el sol disiendo que para sobyr a decir por ella la atorá.

 

El bando rival en el que militaban rabí Salomón Cohén, sus hermanos don Yuçá, don Isaac y don Abraham, sus sobrinos David y Jacob Cohén y rabí Isaac Abenazo recurrieron contra la construcción de la escalera sinagogal. Acudieron a la justicia de don Abraham Seneor, juez mayor de las aljamas del reino. Barçilay Follequinos había abofeteado a don Isaac Cohén. El rab promovió un mandamiento de condena contra la facción de los Barchillón «para que non desçendiesen nin subiesen por ella la Torá, salvo por la escalera por donde antes solían sobyr e decir». La contravención de la normativa del rab iba aparejada con una sanción económica de seis mil maravedíes. Pero la facción de los Barchillón desoyó la prohibición. Continuó utilizando la escalera cuya construcción había patrocinado. El rabmayor emitió un segundo mandamiento de condena, el 15 de noviembre, con apercibimiento de edicto de excomunión contra los rebeldes que no acatasen la medida y una sanción económica de quince mil maravedíes.

La fuente del conflicto entre las familias Cohén y Barchillón no era otra que las discrepancias surgidas en el tema de la imposición fiscal, el recuento de la ayuda de la guerra de Granada y los tributos de la Hermandad. La aljama judía, controlada por la facción de don Mayr Barchillón, acentuaba las gabelas sobre la solvente familia Cohén. Los abusos de poder del clan de don Mayr Barchillón y sus parientes no cejaron en la aljama judía.

Con motivo del repartimiento de la lanza de la Santa Hermandad, el 22 de diciembre de 1491, la aljama confiscó bienes a Yuçé Cohén, Isaac y su sobrino David para solventar las necesidades fiscales más apremiantes de la colectividad. La corona resolvió que, en lo sucesivo, las ejecuciones de bienes para afrontar las deudas colectivas de la aljama judía se efectuasen con el concurso de los veedores y mayordomos de los repartimientos de la ciudad[21]. Pero los desmanes de los directivos de la aljama judía contra la familia Cohén prosiguieron por los derroteros habituales hasta el albor de la expatriación.

Los dirigentes de la aljama judía de Trujillo tenían por norma recurrir a la hacienda de las familias más acaudaladas para socorrer la demanda del pago de los castellanos de oro y otros tributos fiscales. A veces, los cobradores de la aljama demoraban en tres meses el cobro del impuesto entre los pecheros tributarios de la comunidad. Los intereses familiares de Yuçé Cohén, Isaac, Abraham, Jacob y David resultaban perjudicados en la operación fiscal porque eran los mayores hacendados de la comunidad judía. Para evitar el constante perjuicio y extorsionamiento de bienes a los Cohén y a los menesterosos de la aljama judía, don Abraham Seneor arbitró que[22]

 

se pague el terçio por cabeças e los otros dos terçios por pecho repartydo con juramento que sobre ellos fisiesen los dichoscojedores.

 

Pero los responsables dirigentes de la aljama judía no aceptaron la normativa del rab mayor. Propusieron que el pechero judío pagase conforme al montante de su hacienda. De aplicarse la fórmula propuesta por el bando de los Barchillón, a la familia Cohén le correspondería pagar un tributo de cuarenta y cinco mil maravedíes. El quinto del repartimiento judío. La corona propuso una medida salomónica fiscalizadora en el repartimiento de la lanza de la Hermandad y los castellanos de oro, tratando de contentar a las partes contendientes de la comunidad. Se trataba de buscar un sistema más equilibrado entre las tres sociedades dezmeras.

El asunto quedó sin solución. La caída de Granada estaba a punto de consumarse. Pero también estaba en ciernes la caída del judaísmo trujillano.



[1] Archivo General de Simancas [=AGS], Registro General del Sello [=RGS] (26 agosto 1478) fol. 30.

[2] Véanse mis trabajos «Nuevos datos sobre el apartamiento judío y la sinagoga de Trujillo (1480–1492)», Judaísmo Hispano. Estudios en memoria de José Luis Lacave Riaño (Madrid 2002), editado por Elena Romero, pp. 607–616; y «Juderías y sinagogas en los obispados de Coria y Plasencia. Estado de la cuestión», Juderías y sinagogas de la Sefarad medieval. En memoria de José Luis Lacave Riaño (Ediciones de la Universidad de Castilla–La Mancha, Cuenca 2003) pp. 459–488.

[3] Archivo Municipal de Trujillo [=AMT], leg. 3. 1 fols 362v–365; citado por Mª A. SÁNCHEZ RUBIO, El Concejo de Trujillo y su alfoz en el tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna (Badajoz 1993) p. 87.

[4] AMT, leg. 4, carp. 7: «Actas Municipales (1482–1485)» fol. 16v.

[5] AMT, leg. 4, carp. 7: «Actas Municipales (1482–1485)» fol. 17v.

[6] AGS, RGS, (24 septiembre 1484) fol. 95; F. BAER, Die Juden im christlichen Spanien. Urkunden und Regesten. II: Kastilien/Inquisitionsaken(England 1970) doc. 345; H. BEINART, Trujillo. A Jewish Community in Extremadura on the Eve of the Expulsion from Spain (Jerusalem 1980) doc. 23.

[7] AMT, leg. 5, carp. 1: «Actas Municipales (1485–1487)» fol. 87v.

[8] C. FERNÁNDEZ–DAZA ALVEAR, La ciudad de Trujillo y su tierra en la baja Edad Media (Villanueva de la Serena 1993) p. 65.

[9] J. TENA FERNÁNDEZ, Trujillo histórico y monumental (Trujillo 1988) pp. 191–192.

[10] AGS, RGS, (20 mayo 1488) fol. 56; BEINART Trujillo doc. 33.

[11] Véase el proceso inquisitorial de Gonzalo Pérez Jarada en BEINART Trujillo pp. 291, 295, 331, 333, 336, 337 y 339.

[12] AMT, leg. 5 carp. 1: «Actas Municipales (1485–1487)» fol. 53.

[13] AGS, RGS, (18 julio 1495) fol. 82; BEINART Trujillo doc. 92.

[14] Véase mi libro digital Historia de los judíos de Plasencia y su tierra (Sevilla 2001).

[15] AMT, leg. 4 carp. 7: «Actas Municipales (1482–1485)» fol. 6.

[16] AMT, leg. 4 carp. 7: «Actas Municipales (1482–1485)» fol. 7v.

[17] AMT, leg. 4 carp. 7: «Actas municipales (1482–1485)» fol. 6v; leg. 2 carp. 2: «Ordenanzas municipales (1415–1517)» fols. 42–42v; y SÁNCHEZ RUBIO Documentación medieval 3 p. 54.

[18] AMT, leg. 5 carp. 1: «Actas municipales (1485–1487)» fol. 53.

[19] AGS, RGS, (19 febrero 1485) fol. 69; SUÁREZ FERNÁNDEZ Documentos doc. 82; BEINART Trujillo doc. 26.

[20] AGS, RGS, (26 septiembre 1491) fol. 17; SUÁREZ FERNÁNDEZ Documentos doc. 166; BEINART Trujillo doc. 58.

[21] AGS, RGS, (22 diciembre 1491) fol. 276; SUÁREZ FERNÁNDEZ Documentos doc 172; BEINART Trujillo doc. 65.

[22] AGS, RGS, (22 diciembre 1491) fol. 271; SUÁREZ FERNÁNDEZ Documentos doc. 171; BEINART Trujillo doc. 66.

Iglesia de San Martin vista desde la Rinconada

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Gregorio Carrasco Montero.

Introducción.

Se desarrolla la XXXVI edición de los Coloquios Históricos de Extremadura. Me incorporé a los mismos hace 29 años, en la VIII edición. He aportado, pues, veintinueve comunicaciones variadas. En aquella, ya lejana ocasión, presentaba, a instancias del M. I. Sr. Dr. D. Francisco Fernández Serrano, a un extremeño del S. XVI, Antonio Sánchez Cabañas, primer historiador dela bella e histórica ciudad de Ciudad Rodrigo. Era algo de lo que aquel extremeño hizo por esa ciudad charra.

 

Hace varios años que traigo a estos Coloquios de Extremadura, bien coloquiados en esta ciudad de Trujillo, figuras que están necesitando estudios más extensos que los que podamos presentar en estas ocasiones coloquiales. Algunos trujillanos me han animado a traer a estas personas cuyas trayectorias o estudios no son especialmente conocidos y a veces fueron decisivos en movimientos sociales, fundaciones, reivindicadores de la  restauración del Monasterio de Guadalupe, etc.

 

Quizá algún día, cuando aumente las publicaciones de los diversos Coloquios, alguien, picado previamente por la curiosidad se decida a una  investigación a fondo de estos hombres y mujeres y puedan presentarnos a esas desconocidas u olvidadas  figuras en  toda su dimensión.

 

II  Raíces del Admirador.

 

Presentamos en esta ocasión, como reza el título, a un charro admirador de la bella comarca del norte cacereño, Sierra de Gata. Me han movido a realizar y presentar esta comunicación el interés, la admiración, el cariño sobre la misma y que se nota en muchos escritos inéditos. Destaco sobre todo los cuatro cuadernos apaisados y que él titula JÁLAMA.

 

¿De quién se trata? La documentación que empieza a recoger los datos de la pequeña historia de cada cual: partida de nacimiento en el juzgado, partida sacramental del bautismo en la parroquia, la de defunción en   ambos registros, así como certificados del Sr. Canciller Secretario del Obispado de Ciudad Rodrigo dan pie a pergeñar algo, al menos, de su personalidad.

 

Su ascendencia paterna es portuguesa según lo delata su primer apellido. Efectivamente, su abuelo paterno, José de Sousa, era natural de Mallasorda, Reino de Portugal, lo confirma. Había contraído matrimonio canónico en Castillejo Martín Viejo con Demetria Díaz, natural del pueblo anteriormente citado, de la provincia de Salamanca.

 

La declaración del nacimiento de su hijo ante el juez de paz, que hizo como padre, se presenta a sí mismo como ejerciente de “administrante y sangrador” en Alamedilla (Salamanca), donde nació nuestro D. Samuel Sousa Bustillo. Se inscribió como hijo de Juan de Sousa y Manuela Bustillo. Este matrimonio se ha acercado más, por razones profesionales, a la frontera portuguesa o raya que pasó su abuelo paterno para casarse en España.

 

Este abuelo por línea paterna practica la misma profesión de “administrante-sangrador” y estaba domiciliado para ello en Villasbuenas de Gata (Cáceres) ¿No pasaría el niño Samuel temporadas con sus abuelos paternos en la villa de Villasbuenas de Gata? Sin duda que sí. Desde allí y en desplazamientos con su abuelo contemplaría la Almenara de Gata, el más cercano castillo de San Juan de Máscoras en Santibáñez el Alto. Todo quedaría grabado en sus retinas y mente. Con seguridad lo llevaría a otros pueblos de la comarca y contemplaría otros castillos, templos y otros edificios con más empaque que los que pudo ver en Alamedilla y en Castillejo Martín Viejo y otros de  las zonas de Ituero, Azaba y Argañán. Otro tanto ocurriría con los picachos como Jálama, la Jañona, la Golosa, etc. sobrepasando todos los 1.000 m. de altura.

 

 

III Venciendo la soledad del cura rural.

 

Sea como fuere el adolescente Samuel Sousa Bustillo empieza los estudios de la carrera sacerdotal en el Seminario Conciliar de San Cayetano de Ciudad Rodrigo. Concluirían con la ordenación de presbítero teniendo lugar el 12 de junio de 1.897, a los veinticuatro años de edad. Ignoramos el cargo o cargos que desempeñara antes de mayo de 1.902. Tampoco, por falta de tiempo, no hemos consultado el libro de calificaciones obtenidas por Sousa Bustillo en las diversas etapas de su formación intelectual: Latín, Humanidades, Filosofía, Teología y Cánones, como entonces se decía. Las creemos buenas o muy buenas. Lo demuestra que tan solo cinco años después de su conclusión se presentó al convocado concurso general a curatos de la diócesis de Ciudad Rodrigo.

 

Cumplidos todos los requisitos se posesionó en propiedad de una de las parroquias de más habitantes de la diócesis mirobrigense como era la parroquia de Santiago el Mayor de El Payo. Lo de los habitantes era muy mirado entonces. Y lo de la propiedad también. E

Ésta en el nuevo Código de Derecho Canónico no se contempla de la misma forma.

 

Allí de desenvolvió con su bagaje intelectual a cuestas y los proyectos pastorales de aquellas kalendas en el corazón, sin duda, desde el 10 de mayo de 1.902 hasta el 29 de diciembre de 1.941. Cuarenta y uno de su existencia dedicada a las gentes  de aquella parroquia.

 

En los seminarios los formadores siempre advertían, como elemento de formación, de los peligros que podían acarrear la soledad sacerdotal. Especialmente en los ambientes rurales que eran los que mayormente se daban en  la diócesis referida. Por la psicología y circunstancias de los pueblos: sin luz eléctrica, sin comunicaciones, muchos de aquellos en la época carentes de las carreteras de tierra, técnicamente caminos vecinales.

 

Era el caso que encontró Sousa Bustillo a su llegada en algún caballo y sus pocos muebles en un par de carros de vacas. No tuvo camino vecinal hasta bien entrado y avanzado el s. XX y que él vio realizar.

También, es verdad, que los mismos formadores eclesiásticos orientaban para defenderse y no caer en esos peligros. Unos medios eran de orden espiritual, otros de orden pastoral y un tercer grupo de orden intelectual. Es decir, exhortando a que se cultivaran intelectual y culturalmente. Lo mismo exhortaban, sigue siendo válido ahora, a compartir con algún compañero cercano dificultades y problemas y ayudarse mutuamente a resolverlos. Incluso a compartir los éxitos si los había.

 

No es de esta ocasión y lugar averiguar cómo vivó esa autodefensa y espiritualidad D. Samuel. Sí fijarme y consignar aquí su derivación intelectual e histórica utilizando su misma producción histórico literaria que sigue  inédita.

 

 

IV  Dos anécdotas reveladoras.

 

Quiero referir dos anécdotas que a mí me contaron. Creo que reflejan un tanto, por lo menos, su personalidad humana y espiritual.

 

A.- Dieciséis años después de su toma de posesión llegó con toda agresividad la llamada y conocida popularmente gripe de 1.918. Por los libros de defunción de las parroquias se puede comprobar lo de agresividad aplicada a dicha gripe.

 

Muchos murieron en su parroquia de El Payo. Se ha comentado que con los derechos arancelarios que le proporcionó la gripe célebre por la mortandad que causó hasta hablarse también de ella como verdadera peste, D. Samuel compró una huerta que el ingenio popular bautizó como la “Huerta de la Epidemia”. Hombre observador, ingenioso y de buen gusto, a pesar de la pobreza y el atraso, hizo de la huerta dicha un lugar de paseo y retiro.

 

Me gusta imaginar y pensar que este párroco se hizo un lugar más pobre y, por supuesto,  sin la fama que en su tiempo tuvo La Flecha de Fr. Luis de León por aquello de la escondida vida…

 

Esta huerta la adquirió pensando en la persona que le atendía. Este pequeño predio y todas sus pertenencias, incluidas las literarias, se las dejó a ella. ¡Cómo se alegraría cuando le llegó la trombosis que le incapacitó en gran parte y le condenó a la silla!

 

B.-   Esta segunda es dura. A mi juicio, sin embargo, reaccionó como sacerdote y pastor que cuida de todos los que le han confiado y pretendía ayudar especialmente en momentos difíciles como fueron para muchos tanto en los preámbulos como en el desarrollo de la infausta guerra civil.

 

Pues un profesional del pueblo le llevó a su despacho parroquial una lista, confeccionada por autoridades locales y otros profesionales, de los que iban a ser “mareados” diciéndole: Mira la lista a ver si te parece que falta alguno. Después de leerla y releerla  le contestó al que se había personado en la casa parroquial creyendo que tenía más confianza “creo que falta uno”. Se calló. A la pregunta del profesional personada en su despacho que quién era le respondió: “El que falta eres tú”. Allí no murió nadie. Las relaciones tuvieron punto final y no por él.

 

Presentación de sus cuadernos

 

Cuatro titulados Jálama.

 

Hasta 14 se hallan en manos de su actual poseedor. Alguno carece ya de la primera página. En general están bien conservados. La enumeración que él mismo hizo corresponde a la materia que trata. O al lugar que estudia.

 

Cuatro dedica a la montaña mágica de la Sierra de Gata en Cáceres. Recoge los nombres de la misma que han llegado hasta nosotros. El actual en castellano es Jálama y  que él utilizó. Los pueblos de  la Fala: San Martín de Trevejo, Eljas y Valverde del Fresno conservan y usan el nombre árabe o Xálima. Añadimos lo que él no conoció. En algunas piezas epigráficas se grabó el de Salamati. Se cree que fue una diosa a la que se tributó culto en esta destacada montaña.

 

Cuaderno nº 1 de Jálama.

 

Empezamos diciendo que conoce perfectamente este altísimo picacho. Tanto lo que es territorio de la provincia charra como lo que pertenece por partida doble a la provincia cacereña. Con bastantes metros de altura.

 

Afirma que es Monte Hermoso porque el significado de Xálima es “pecho hermoso de mujer cuya figura tiene el dicho monte”.

 

Describe, narra y cuenta sus contenidos de fauna, minerales, restos de templos, acuíferos, jornadas cinegéticas, hallazgos de fósiles, anécdotas, sucesos, habla de cabras y cabreros, caza del jabalí.

 

Aconseja una ascensión nocturna para contemplar el espectáculo del amanecer en la misma cúspide mirando por el norte a Castilla y por el sur y el oeste valles y pueblos de Extremadura.

 

Yo tengo que destacar la facilidad y fluidez con que lo hace. Adoba con citas acontecimientos, la posesión de algún establecimiento con nombres de políticos, obispos, literatos, ingenieros, etc. Así aparecen en sus cuadernos Albiñana, Pereda con sus Peñas Arriba, Vázquez de Mella, Lerroux, cardenal Almaraz y otros muchos. Lo cual quiere decir que estaba al día  a pesar de las limitaciones: sin luz eléctrica, radio, y que buscaba por  toda la zona informaciones, visitó personalmente los pueblos, ruinas como las del convento eremitorio de Ntra. Sra. de los Ángeles que señalara San Francisco de Asís para que allí se hiciera tal eremitorio. Enumera ríos, otros montes y cuando lo hace del Picoto añade: “a doscientos metros de este monte, hacia el oeste están labradas artísticamente, en piedras naturales y planas, a flor del suelo, los escudos de España y Portugal, señal de la frontera de ambas naciones, la que debiera desaparecer para hacer una nación peninsular. Potente y próspera, según deseos del gran pensador Vázquez de Mella.

 

Este verano la prensa hablada y escrita se ha ocupado del tema y se trasluce que en Portugal existe un movimiento de intelectuales que estudian, hablan y escriben de tal asunto..

 

Seguidamente D. Samuel consigna en ese cuaderno otra curiosidad, que los lejanos y quizá hasta los cércanos la ignoran.

 

“Próximamente –de los escudos nacionales- está la piedra que sirvió de mesa a cuatro obispos en la que estando sentados cada cual en su jurisdicción comieron y conversaron amigablemente. A saber: el de Ciudad Rodrigo y el de Coria, o sea, el Prior Mitrado de la Orden de Alcántara (españoles) y el de Guarda y Viçeu (portugueses)”.

 

Visitaba los archivos parroquiales y así en sus cuadernos aparecen datos que él divulgaba. Ser un investigador nato y oidor atento de hechos y leyendas lo demuestra al hablar de Casar de Palomero: “Los de este pueblo, donde escribo, en cuyo archivo hay muchas partidas en las que consta que los moribundos dejaban ordenado que se les dijesen misas a la Santa Cruz del Casar”. Y había, y hay, muchos kilómetros desde El Payo al Casar de Palomero. Sumémosle los medios de comunicación de entonces y la proliferación de algo más de medio siglo para acá.

 

Pasó muchas horas observando en y desde él. Se ven en “más de 30 leguas de Extremadura, Castilla y Portugal” diversidad de accidentes orográficos. Hace una curiosa división. Lo que se ve a la parte sur, este y oeste lo llama regiones y distingue cinco. Lo de la parte norte no llama regiónes sino cuencas, exceptuando lo que se llama El Rebollar que se considera región.

 

Primera región. Se encuentra dentro de Portugal y es la llamada Sierra de la Estrella o Serra da Estrela. Segunda región. Limita con la anterior y es la llamada Sierra de Gata. La estudiará ampliamente. Tercera región. La visitó y de ella da abundantes datos y son las conocidas Hurdes o Jurdes. Cuarta región. Empieza con el monte de 1.723 m. y denominado de la Peña de Francia y la región se denomina Sierra de Francia. Quinta región. La Bejarana.

 

Todo eso se puede ver. Él además visitó en gran parte. Recogió datos de todo tipo y que exigen otra comunicación.

 

Cuaderno nº 2 de Jálama. Continúa en el mismo tono que el primero. En él podemos descubrir esta curiosidad. Enumeró, después de haberlos recorrido, los puertos antiguos  de la región de Sierra de Gata. Comunicaban ambas partes de la Vetónica, o sea Extremadura y Castilla. De algunos dice que eran verdaderas veredas de cabras. Hoy algunos se han convertido en carreteras o se han abandonado totalmente. Sólo sirven para senderismo.

 

La comunicación entre ambas comunidades, en el lenguaje actual, se hacía por 10 puntos geográficos. Buscando siempre, aunque a veces no se conseguía, lo que facilitaba la orografía. Son, con todo,  los siguientes: 1) El de Valverde del, Fresno. 2) El de Eljas, 3) El de San Martín de Trevejo. Se fundía con el anterior en Santa Clara. 4) El de Villamiel, conocido también por el puerto del Hocino. 5) El de Acebo, que se une con el de Villamiel por la mina Blanquita. 6) Otro de Acebo, llamado el de la Ventosa. 7) El de Perales o Puerto Blanco. 8) El de Gata, que desemboca en el desfiladero de Jartín. 9) El dificilísimo de escalar de Descargamaría. 10) El de Robledillo de Gata. Según acostumbra salpicando sus descripciones con elementos históricos o incluso humanos que él captó visual o auditivamente.

 

En tiempos de recuperación de los distintos Caminos de Santiago no debo dejar de referenciar lo que él dejó escrito: “En estos desfiladeros había ermitas construidas por iniciativa de los frailes de los conventos cercanos de pueblos limítrofes, ora para su refugio en temporales de nieve y lluvia, durantes sus viajes apostólicos; ora para amparo de los transeúntes, a los que se les suministraba techo, lumbre, alguna nuez, higo paso y el cuscurro de pan por los ermitaños ejercitando la caridad”. Todas sufrieron el abandono y han desaparecido.  Sólo queda la de Blas en Gata.

 

A aquellos edificios sucedieron los llamados ventorros. Se pagaba todo añadiendo “y hasta el pelo los burros  los además pagan también veinte céntimos de estaca”. Aquellas ermitas y estos ventorros “fueron testigos mudos del paso de los peregrinos para cumplir votos visitando el sepulcro del Apóstol Santiago”. “Término de la jornada del paso de la cordillera era la Hospedería instalada en la iglesia de Robleda (Salamanca) de la que se conserva todavía el atrio cubierto, y del exterior que era cercado con paredes defensivas, no hay más que la puerta de entrada”.

 

Después de haber estudiado a Jálama tiene en el 2º Cuaderno este título: Breve Reseña Geográfica, Histórica y Estadística de los Pueblos de la Sierra de Gata. Son 19 pueblos “que a continuación describiré e historiaré”, añade. Señala el nombre del pueblo y situación geográfica, topografía urbana, clima, producciones, industrias, la ganadería, el comercio, historia, personajes ilustres, hacendados principales, carácter e sus habitantes. Con esta estructura describe e  historia cada pueblo.

 

Comienza con Valverde del Fresno en este segundo cuaderno Jálama. Sigue Eljas. A continuación estudia Navasfrías y Genestosa éste ya despoblado y ambos de la provincia de Salamanca Los estudia aquí por deferencia a los que pertenecieron a la Orden Militar de Caballería de Alcántara y Encomienda de Eljas. Concluye el segundo cuaderno Jálama iniciando el estudio de San Martín de Trevejo que sigue en el tercero. Continúa en el mismo cuaderno con el estudio de Villamiel y Trevejo, en la antigüedad Trebejo. Tras él tiene sitio Cilleros en el cuarto y último cuaderno de Jálama.

 

Con Salvaleón y Milana hace lo mismo que con la Genestosa que ya vimos. Despoblados desde mucho tiempo atrás fueron encomiendas. Continúa con el estudio de Acebo. Y hace larga alusión a la Cervigona, primera centralita eléctrica que dio luz a ocho pueblos de la misma Sierra de Gata.

 

Viene seguidamente el pueblo que asumió en sí mismo el nombre de toda la comarca, Gata. Con el estudio de esta villa finalizan los Cuadernos Jálama. Queda incompleto el estudio de dicha villa. Habría un quinto cuaderno que, o no pudo escribirlo o se ha perdido. Por ello faltan los estudios de los pueblos siguientes: Cadalso, Descargamaría, Hoyos, Perales del Puerto, Robledillo de Gata, Santibáñez el Alto y Villasbuenas de Gata.

 

Dos cuadernos a  los que él mismo  titula: Pasatiempos de un mal poeta. A uno de ellos falta la primera página; en la que iba el título.

 

 

Y el primero lo inicia la narración en verso de una subida a Jálama. Vuelve a notarse su admiración por Extremadura. Otro poema es “Fabula: La Zorra y la Gazapa”. Se trata de la caza natural de la zorra para alimentar a su descendencia con gazapos y otros animales. Tiene, como fábula, las oportunas consecuencias moralizantes. También con dosis moralistas escribe el poema “Rosita la Bella”: Otros son: “Paráfrasis del Ave María”, “La romería”; Epigrama:“El Cura y el Zafio”; termina este primer cuaderno con el poema “La Nevada”.

 

El  Nº 2 de Pasatiempos de un mal Poeta lo comienza con el poema titulado “Carta al Amigo”. Siguen: “¡Pago el invento!”;  “La Fiesta de Aldea”; “Día de campo”; “El Viático”; “El Típico Rebollar”; “El Ciego de Perales”; “El envío para Azabeño”; “¡Campesinos!”.

 

Cuadros de Tipos y Costumbres. Son otros dos cuadernos de D. Samuel Sousa Bustillo. En la primera página del primer cuaderno la titula de esta manera:“Cuadros de Tipos y Costumbres y Paisajes”Introducción.  En ésta  explica que lo que pretende hacer es describir hombres modestos. De los héroes se ocupan bien cortadas plumas. Narrar sus vidas y costumbres para que los conozcan los que nunca los vieron.

 

Cuadro nº 1, “Los loberos”  y Cuadro nº 2, “Los Intelectuales de Aldea…También Pescan”. Este sigue en el Cuaderno Dos con el mismo título en portada que el primero. Cuadro nº 3, en verso, “Los Cabrerillos del Rebollar”. Cuadro nº 4 “La Caza del Jabalí”. Con él termina dichos cuadros.

 

Otros dos cuadernos apaisados de Anécdotas. En el primero encontramos las siguientes, sólo títulos, ya que sería excesivamente prolijo para este trabajo. Analizarlas sería para otro tipo de estudios.

 

Comienza con “¡Dicen que me divierto!”. Dos: “Si el cura era Agudo el Obispo no era Lerdo”. Tres: “El Cura que cayó de Ala  y Volvió a Volar”. Cuatro: “El Cura Renovador de Costumbres”. Cinco: “El Santo Cristo y el Encierro” Seis: “Con las Hijas de María no sirven precauciones”. Siete: “¡La Ciudad y el Campo no se conocen!”. Subtítulo: “O en qué se conoce el pánico de los señoritos”. En el segundo cuaderno encontramos la anécdota 8: “Argumento decisivo”. Anécdota 9: “Caso Nuevo de Moral”. La 10 la titula así: “La Procesión da unas Vueltas”. Anécdota 11: “Anverso y Reverso”. Subtítulo: “El cura casamentero y el que no sabe de eso”. Con esta terminan las anécdotas.

 

En estos cuadernos salen varias veces Extremadura, la Sierra, curas de esta tierra que confirman lo que he dicho sobre su admiración.

 

De caza también  entendía.

 

Un cuaderno vertical, sin tapas, no sabemos en qué compartimento literario lo colocaría, tiene un largo trabajo. Lo dedica a la caza y lo titula: “La Caza del Jabalí”.  Sin duda que tiene presente Peñas Arriba. Aunque allí fuese otra caza. Pero allí donde vivió y en su monte, tantas veces repetido, caía en su tiempo nieve de lo lindo. Por eso  terminado el trabajo con el que abre el cuaderno añade otro sobre la caza del mismo animal pero con este añadido: “Caza del Jabalí en un Día de Nieve”,

 

Otro cuaderno de D, Samuel sin tapa con el título de su contenido. Además le faltan primeras páginas. Las que han quedado son versos; de la que debió ser primera pieza sólo son 14 versos y en son de consejos, terminando: “que el enemigo del hombre,/ es el hombre su enemigo”.

Completo está el poema “¿Cómo se da gusto?”. Sigue “El Jilguero”. Lo arriba afirmado lo versifica él: “Sentado en la huerta/ debajo de un pino estaba, cuando/ vi un pajarito,/ que revoloteaba/ buscando su nido…”  “La Siesta en el Río”. “El Voto del Cazador”. “Vida y Muerte del Tío Pedro”. “Semblanza”. “Ardiente Declaración y Despecho”. “Las Bravas del Rebollar”. “Pedrosín”.  Con este romance, versificando historia y portazgo, el pueblo que fue y ya no existe y mil datos de la naturaleza y de las personas que entonces trabajaban como dehesa lo que fue término municipal del pueblo arrasado, etc. termina este cuaderno sin título.

 

La enfermedad, sin duda, iba menoscabando su capacidad intelectual y sin darse cuenta repite algunos trabajos. Así ocurre con el cuaderno que yo enumero como 14.

 

A pesar de estos fallos y algún otro, incluso ortográfico, estuvo hasta el final cultivándose, observando y transmitiendo a sus Cuadernos reflexiones y conclusiones. Sus páginas han quedado  sembradas de datos históricos y humanos, de enseñanzas descubiertas por él en la misma naturaleza. Como hombre de fe y sacerdote orienta a la alabanza al Creador. Da lecciones en sus Cuadernos de estar al día de descubrimiento arqueológicos, acontecimientos sociales y políticos. Los califica con las sensaciones del momento. Y no suele equivocarse. ¡Ah! Y algún año se pasó las vacaciones de estudiante en pueblo extremeño. Admiró a Extremadura y recorrió la Sierra de Gata.

 

 

Gregorio Carrasco Montero.

Oct 012007
 

Antonio Cantero Muñoz.

La presente exposición sobre la cofradía del Santísimo Sacramento de Trujillo, tiene por objeto reflejar el carácter de hermandad sacramental y los actos religiosos que organizaba a lo largo del año, cuyo fin fundamental era difundir el culto a la Eucaristía.

Origen histórico de las fiestas del Corpus Christi y su celebración en Trujillo

El culto a la Eucaristía es el referente central de la vida religiosa del cualquier creyente, y a partir de los siglos XII y XIII se observa un gran desarrollo de las manifestaciones externas en honor de la presencia de Cristo en este sacramento, como reacción a las herejías y doctrinas que eran irreverentes, o las controversias de carácter teológico sobre la presencia de Jesucristo en las especies sacramentales. A partir de entonces, el Santísimo Sacramento se encuentra en un sagrario que solía ocupar el centro de los templos parroquiales[1], y comienzan a exponerse en actos de devoción popular, como abrir el sagrario para ser objeto de adoración. Más adelante se idean las custodias, donde se expone una hostia consagrada más grande que era sacada en procesión.

La fiesta del Corpus Chisti comenzó en 1246 en la ciudad belga de Lieja por la beata Juliana de Montecornelión, y fomentada por el Papa Urbano IV con la Bula Transituris de hoc mundo publicada en 1264, que supuso su consagración con carácter universal, impregnado de un carácter festivo que ratificó en 1443 Eugenio IV. Por su parte, Clemente V acordó en el Concilio de Viena celebrado en 1313, que la fiesta del Corpus se celebrara de forma solemne, y en 1316 Juan XXII dispuso que el Santísimo Sacramento se sacara en procesión pública con todos los honores, aunque esto ocurría ya en varias ciudades europeas, entre las que se incluían Toledo y Sevilla. Y estas disposiciones papales fueron refrendadas por la autoridad regia, pues Juan I determinó en 1387 la obligación del cristiano de acompañar al Santísimo Sacramento en la calle[2].

En el Concilio de Trento se declara la costumbre de que todos los años, en determinado día festivo, se celebre el sacramento de la Eucaristía con singular veneración y solemnidad y que sea llevado en procesión por las calles y lugares públicos, alcanzando estas celebraciones gran solemnidad dentro de la piedad barroca

La importancia y esplendor de las fiestas del Corpus Christi en Trujillo ya ha sido reflejada por Tena Fernández[3] y Ramos Rubio[4], y nuestro trabajo se va a centrar en la cofradía del Santísimo Sacramento que cuya sede canónica era la parroquia de San Martín, que esta situada en la plaza mayor y que desde el Renacimiento se había convertido en el centro de la vida social de Trujillo[5].

Fundación de la cofradía del Santísimo Sacramento de Trujillo

Las cofradías son asociaciones de fieles constituidas dentro de la Iglesia que tienen sus orígenes en la Edad Media, y su número se multiplica a partir del Concilio de Trento, pues se les consideraba baluarte en defensa de la Contrarreforma y muro de contención frente a las ideas protestantes, alcanzando a partir de entonces y hasta fines del siglo XVIII gran vitalidad y pujanza. Sus fines explícitos los podemos resumir en la celebración de determinados actos de culto a su patrón o titular, mejora espiritual de sus miembros, y la caridad entre los cofrades y más necesitados.

Para fomentar el culto a Jesucristo sacramentado en la Eucaristía, nacen las cofradías del Santísimo Sacramento, que en algunos lugares surgen antes que la propia festividad del Corpus Christi[6], extendiéndose desde fines del siglo XIII por gran mayor parte de Europa. Entre otros, sus fines principales son los siguientes: la adoración eucarística, la reparación por las ofensas y desprecios contra el Santísimo Sacramento, acompañarlo cuando es llevado a los enfermos o en procesión, así como el cuidado de los altares y capillas del Santísimo.

Como veremos más adelante, todas las hermandades de esta advocación, son agregadas en una archicofradía del Santísimo Sacramento sita en Roma por Paulo III con su Bula Dominus noster Jesus Cristus, en 1539, lo que supone un gran impulso, pues sus miembros podrán obtener todas las gracias e indulgencias concedidas a la de la Ciudad Eterna.

El preámbulo de las ordenanzas de la cofradía del Santísimo Sacramento de Trujillo, que es  un importante testimonio documental hasta ahora inédito[7], nos hace saber que se fundó en 1490, y desde el 17 de abril de 1511 estaba facultada para pedir limosnas, por licencia concedida por don Pedro Vazquez, provisor del obispado de Plasencia:

Esta cofradía de el sanctisimo Sacramento Parece, Por la licencia que la concedió el Ldo Pedro Vazquez Prouisor de este obispado de Plasencia Para Pedir limosma, en diez y siete de el mes de Abril de el año de Mill y quinientos y once, se fundó el año de Mil y quatrocientos y nouenta. La qual anda entre las escripturas de la Renta corriente enlegajada con el Legajo de ellas y este año de 1674 la entregó Juan Lobo a Pedro Burgales Maymo de arca de esta cofradía”.

Están fechadas el 22 de junio de 1612[8], y fueron aprobadas el 23 de julio de 1612 por don Diego de Castejón y Fonseca, visitador general del obispado, siendo obispo fray Enrique Enriquez[9]. Sin embargo ya existían otras, pues en su preámbulo se indica que la cofradía había decidido “tratar y emmendar y corregir las Ordenancas antiguas de la dicha Coffradia por la mucha diuersidad que auia en ellas se hizo Reformacion y Recopilacion dellas”.

Para que su existencia se ajustara a derecho era preciso su autorización por la autoridad eclesiástica competente, que en este caso era el obispo de Plasencia, aunque este no era un requisito indispensable previo a su fundación, ya que en muchas ocasiones tenía lugar después la aprobación canónica del ordinario diocesano[10].

Estamos en presencia de la típica cofradía sacramental, que es la dedicada específicamente a la adoración de la Eucaristía[11], que no suelen tener imágenes a las que rinden culto y existían en todas las parroquias, por lo que las podemos incluir dentro del grupo de hermandades parroquiales[12] que son las que estaban formadas por personas estrechamente ligadas a las colaciones y que les servían de sostén económico, fundándose la mayoría de las veces a instancias de las propias autoridades diocesanas. Como tales eran las del Santísimo Sacramento y de Ánimas, que en el caso de Trujillo su sede canónica era la parroquia de San Martín. Por contra, las otras cofradías y especialmente las penitenciales, las tenían en conventos, ermitas o capillas propias[13].

El trato privilegiado a favor de estas cofradías deriva de considerar los gastos que realizaban como útiles para la sociedad[14], pues garantizaban el culto en las parroquias, ahorrando dinero para la organización eclesiástica, cuestión en la que estaban interesados los poderes públicos. Hemos de tener presente que existía una competencia de las sacramentales con las de gloria y penitenciales, pues las imágenes con más devoción eran las titulares de estos dos tipos de cofradías, y recibían mucho dinero por limosnas, donaciones y mandas de los fieles. Esto hecho no era del agrado del clero secular, pues escapaban a su control importantes recursos económicos derivados de la devoción, o como inversión para la salvación eterna.

Mandas pías en favor de la cofradía del Santísimo Sacramento

Hemos de tener muy presente la relevancia de las mandas pías como las que vamos a exponer,  pues no podemos olvidar que las otorgadas durante la Edad Moderna, eran algo más que un acto jurídico que se limitaba a distribuir bienes entre los legítimos herederos del causante. Pues además de reflejar la vinculación que existía entre determinadas familias con las capillas o iglesias sujetas a su patronato, sus cláusulas decisorias referentes a cofradías, misas y advocaciones concretas a las que se ofrecen o altares donde estas se celebran, nos permiten deducir conclusiones generales sobre conductas religiosas, sentimientos y devociones personales, reflejándose la geografía religiosa de la localidad y pautas de comportamiento que eran extensibles a la sociedad de ese lugar, lo que nos va a permitir afirmar la vitalidad de esta sacramental.

Son múltiples los testimonios que así lo acreditan, por lo que me voy a limitar a reflejar un botón de muestra que lo ratifica. Así resulta del testamento del arcipreste don Juan Pizarro Carvajal que esta fechado en 1585[15], donde dispuso que a su entierro asistiera entre otras la cofradía del Santísimo, y que su cuerpo fuese enterrado en la capilla que su familia poseía en la parroquia de Santa María la Mayor, que sería adornada con una nueva verja de hierro[16]:

y mando mi cuerpo a el elemento de la tierra de donde fue formado, el qual quiero que sea sepultado en la capilla de Sor Sn Juan que es de mis padres y esta denttro de la capilla maor de la Yglesia de nuestra señora Santta Maria la maor desta Ziudad de Truxillo, se ponga mi cuerpo junto a el enttierro nueuo en el suelo, de modo que el rrosttro este hazia el alttar maior, y cubran mi cuerpo con la pila de mármol que esta en la dicha capilla, e cubran la dicha Pila de una ttumba conorme a la dicha Pila ya de ay a un año cubran la dicha Pila de unas ttablas de latton conforme la Pila a la cubierta que a de estar enzima de la pila, a de ttener figura de un clérigo puestas las manos junttas que estte mirando al Alttar maior, la qual cubierta de latton para ttoda la Pila, mandaron hazer los patronos y testamentarios que adelantte yran nombrados en Seuilla o en Medina, o a donde más comodamente se pueda hazer. Ytten mando que se hallen a mi entierro los cofrades de la cofradía del Santtisimo Sacramento y de la Cruz e de la Charidad y los beneficiados y capellananes desta Ziudad y se me haga un ofizio de nueue liziones según y como se suele hazer en la dicha Yglesia de Santta maria”.

De igual forma Sancho Gasco era cofrade de la sacramental, y en su última voluntad otorgada el 2 de agosto de 1593, decidió que le acompañase cuando se fuera a enterrar[17]:

entierren mi cuerpo en la Yglesia del Monasterio de Sn Miguel desta Ziud fuera de la Capilla juntto a la grada que la diuide del cuerpo de la Yglesia en una sepoltura que io tengo señalada y sobre ella se ponga una laude de piedra con argollas y unas lettras que declaren mi nombre. Yten mando que me entierren las cofradías del Ssmo Sacramto, Cruz y Caridad desta Ziudad de que soy hermano y se les de la limosna que es constumbre”.

En similares términos se expresó don Lorenzo de Chaves, en una manda pía fechada en 1603, en la que dispuso que el día de su entierro también estuviera presente la cofradía del Santísimo Sacramento[18].

Además, el libro de ordenanzas de la sacramental refleja cuales eran las memorias de misas, y que se debían ofrecer por las ánimas de los fundadores, que las habían dotado con dinero o donando fincas rústicas o úrbanas:

Más de dizen tres misas rezadas en el mes de nouiembre cada un año por el ánima de Catalina Goncalez, muger que fue de Juan Marín y sus difuntos, doctola en dos ducados en la huerta de la halaguilla. Más se dizen tres misas cantadas en Sant Martin por Goncalo de Burgos, cura que fue de la dicha yglesia, con seis hachas paño y estandarte, an de dezirse el lunes, martes y miércoles de la otra a de Corpus Xpi y la cofradía no paga la limosna. Y mas día de Sancta Luzia de treze de dizienbre se a de dezir misa cantada con diáconos, vixilia y música y toda la zera, andas y estandarte y asistencia de hermanos en el conuento de señor San Francisco por el ánima de Diego Pérez Treviño, conforme a el contrato que desto paso ante Fernando Grande, scriuano puº de esta ciudad el año de mill y seyscientos y catorce años. Mas se […] misas recadas en el Altar de gaete el día de Nuestra Sª de agosto […] en su octaua por María Ximenez, biuda de Francisco de Osas, conforme al contrato que la cofradía tiene hecho con ella por escriptura ante Pedro Manglano en ueinte y siete de diziembre del año de mill y seiscientos y treinta y dos años= por q recibió la Cofradía vte ducados por ellas. Por Juana Sanchéz muger de Andrés de Bonilla, se a de dezir missa cantada en S. Martín con diáconos el día de la otaua del Corpus, ponese el estandarte y paño y seis hachas de limosna, al cura diez reales. Por Diego Calderón Arlas se a de decir misa cantada con ministros en el altar de gaete en San Martín el uiernes de la octaua del Corpus o otro día de la dicha octaua a de arde toda la cera y se pone el paño rico y estandarte y asiste la música […] la paga la cofradía y la limosna […] 36 reales de todo: 24 los músicos y 12 la misa. (24 los músicos y 12 la Misa). Más una missa cantada por Memoria de Ocampo el día de la Aszenzion del Señor en Sr Sn Martín paga la cofradía doze Rs de limosna al cura y beneficiados esta dotada sobre el zenso que paga Dn Nicolás de Orozco.

 Más otra misa cantada por la dicha María de Ocampo, día de Nra Sra de Agosto dotada en el zenso que paga Antonio de Tolosa. Notese tanbien que Juan de Vidal dejo a esta Cofradía la zerca que dicen de Vidal, y solo tiene en su renta la cofradía veinte y quatro Rs y el resto de la rentta tiene obligazon la cofradía de conbertirla en misas rezadas a razón de dos Rs pr limosna de cada una y si dieren el vino pr estas misas los sacristanes de la parrochia de Sr Sn Mn se les an de dar dos Rs uajar una misa= Yten goza esta cofradía una casa en la plazuela de Sn Migl que la dejó Xpttl Solano y pr ella tiene obligon de hazer zelebrar en cada un aº doze misas rezadas”.

Del examen de la identidad de quienes las disponen, se puede deducir que esta cofradía estaba formada o tenía especial arraigo entre las clases privilegiadas de la ciudad, o sectores profesionales de cierto nivel como los escribanos[19]. Ese carácter elitista y cerrado se refleja en las normas que regulaban la adquisición de la condición de cofrade[20], y que excluían de forma expresa en su artículo 18º a los condenados por la Inquisición, o aquellos que fueran o hubiesen sido esclavos así como sus descendientes:

Ordenamos y mandamos que no se pueda Recebir por Hermano desta sancta coffradia  ninguno que aya sido penitenciado por el Sancto officio ni a sus descendientes ni ningún esclauo que actualmente lo sea o lo aya sido ni se pueda mandar por Herencia ni en otra manera y si algunos officiales lo Recibieren contra lo contenido en esta Hordenanca paguen de pena cada uno una arroua de cera para la dicha coffradia y lo executen los officiales que sucedieren so la misma pena y sea sin Remission”.

Esa prohibición de volvió a repetir  en los mismos términos en la ordenanza 51º que fue aprobada el 22 de enero 1664[21], pero ampliándola al incluir “a ningún negro linbo ni mulato, aunque sean ni ayan sido exclauos y sí de hecho fueren no ualgan ni sean tenidos por tales hermanos, y el alcalde y oficiales incurran en media arroau de cera, de pena cada uno, sí los recibieren”. Estos artículos reflejan una práctica habitual de la época, que era que los grupos sociales marginados (cristianos nuevos, moriscos o esclavos) utilizaba el ingreso y pertenencia a una cofradía como el medio más eficaz de integración social.

Funciones religiosas de la cofradía del Santísimo Sacramento de Trujillo

Por motivos de espacio nuestra exposición se va a centrar a partir de ahora en las importantes funciones religiosas de esta sacramental. Y más adelante abordaremos en otro trabajo que incluirá otras cofradías, todo lo relativo a gobierno y administración, requisitos para adquirir la condición de cofrade, recursos económicos, funciones de asistencia social que desempeñaba

Fiesta del Corpus Christi

La fiesta principal de la hermandad era la del Corpus Christi, y el artículo 2º disponía que el día de su celebración se cantaran unas vísperas asistiendo todos los cofrades, los clérigos con sus sobrepellices[22] y los seglares con velas en las manos, y debían arder 12 hachas en los candeleros puestos en las gradas del altar mayor, con los dos estandartes a sus pies. Y asistía también “toda la música de cantores, chirimias, trompetas, atabales”. Y como era habitual en las cofradías de Trujillo[23], ese día se procedía a elegir a los nuevos miembros de la junta de gobierno al fin del acto religioso, lo que refleja su importancia.

De lo anterior y de lo que vamos a exponer a continuación, resulta que las manifestaciones de religiosidad popular organizadas por la cofradía, se hallan impregnadas de los elementos barrocos que tan vinculados están a esta época[24], y que se caracterizó por un modo de vivir brillante y ostentoso, que influyó en todos los aspectos de la vida del momento.

El viernes siguiente se volvían a reunir todos los cofrades, y se oficiaba una misa cantada con diáconos a la que también asistía la música, y se volvían a encender las 12 hachas. A su término, tenía lugar una solemne procesión que discurría alrededor de la plaza mayor, que está inmediata a la parroquia de San Martín. El Santísimo era llevado “en las andas, las quales lleuen Quatro clérigos uestidos con sus casullas, los que para esto fuere maheridos”. Para que tuviera mayor esplendor debía “asistir a ella toda la música de cantores, chirimias, atabales y trompetas”. Acompañaban al cortejo los dos estandartes que tenía cofradía, que serían llevados por los diputados, y se daban velas a todos los que participaban, y “el alcalde y escriuano uayan rigiéndola con sus macetas y se haga todos con la mayor solegnidad y fiesta posible”. Su costo económico corría por cuenta de la sacramental, y se limitaba a 2 reales de limosna para el clérigo que oficiase la misa “y no se a de pagar cosa alguna Por bisperas y procesión”.

El 15 de junio de 1621 se reunió la junta directiva saliente y los nuevos oficiales[25], y acordó que la citada procesión tuviera lugar en la forma descrita, pero debido a lo inconveniente del horario de su comienzo[26], se pospondría cuando el sol se hubiera puesto, pues permitía la mayor concurrencia de trujillanos por ser las temperaturas más templadas y agradables en las noches de principio de periodo estival, así como estar cerrados los comercios a esas horas:

            que de aquí adelante el dicho Uiernes se guarde y cumpla la dicha Ordenanca que es muy justa y que en las andas que para aquel día se lleuan muy bien aderecadas este la custodia, y en ella el Sanctissimo Sacramento descubierto para que sus deuotos puedan asistir offreciendo sus oraciones y auiendose dicho las completas con toda la solenidad pusible, se haga la procession quando falte el sol de la placa, y entonces allí llegado a Señor Sant Martin, y estando encerrado puedan con más comodidad los que uiniesen a la fiesta acudir a sus negocios mejor que antes lo podían hazer respecto de lo que esta dicho”.

La modificación antes descrita del artículo 2º tenía su base legal en el artículo 21º[27], que facultaba al alcalde y oficiales cuando fuera preciso. Esta situación que sucedería muchas veces, y para que tuviera plena eficacia jurídica sería precisa la preceptiva aprobación por parte de la autoridad diocesana, que en el caso que estamos analizando tuvo lugar el 14 de enero de 1630, siendo obispo de Plasencia don Francisco Mendoza.

El 17 de agosto de 1661 le fueron tomadas las cuentas a Pedro Cortina[28], en calidad de mayordomo del arca[29], donde se acordó que se le diese a quien desempeñara ese cargo 17.000 maravedis para las fiestas del Corpus. Sin embargo, en varios años se había excedido esa cantidad hasta los 24.000 maravedis, y en razón de las dificultades económicas que por entonces pasaba la cofradía[30], acordaron su moderación hasta un máximo de 400 reales y cien velas para el altar:

que de aquí adelante el altar que se hiciere para la dicha fiesta sea con la moderación que pide lo atrasado de los tiempos y minoración de las rrentas de dicha cofradía para cuyos gastos no se den a el Maymo que de presente es y a el que lo fuere en adelante más de quatrocientos Rs tan solamtelos quales se le pasen en quenta en la que cada uno diere de su Mayordomía = Y asimismo se le den para luzimiento del altar zien belas de a media libra que se an de poner a costa de dicha cofradía y no mas, y su precio se pase en la dicha quenta, sin que en ningún tiempo se haga bueno más cantidad de dinero ni belas a los mayordomos que asi fueren ni al que de presente lo es, pena de que si se hiciere lo contrario se puedan cobrar de los alcaldes y oficiales que gastaren y pasaren en quenta más cantidades, y lo rreferido se ejecute ynuiolablemente desde la fiesta del Viernes del Corpus de este año en adelante”.

Este acuerdo fue aprobado el 1 de mayo de 1681 por don Juan Gómez del Aguila, acerdiano de Medellín y canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Plasencia, en calidad de visitador del obispado estando vacante la sede del Tormes.

El 29 de marzo de 1716 se volvió a reunir la junta de gobierno de la sacramental con el mismo objeto[31], y acordó limitar los excesivos y superfluos gastos que tenían lugar el día de la fiesta principal el viernes siguiente al Corpus Christi, que superaban los 400 reales de vellón que estaban fijados, hasta el punto que causaban el perjuicio de impedir que se oficiaran las misas que conforme a las ordenanzas, se debían ofrecer por los cofrades difuntos[32].

En razón de lo dicho, así como “ y a la uaja de zenso y que esta santa cofradia se mantenga por ser la Prinzipal desta ciudad y estar sita como dicho es en esta Yglesia de Sor Sn Martín que esta en la Plaza Mayor, siendo la del maior concurso y luzimiento y a que por esta rracon de excezivos gastos no aya persona por la exterilidad de los tiempos que quiera entrar por hermanos”, acordaron que con las rentas de la cofradía se labrasen unas gradas de madera que luego se dorarían, ahorrando el dinero que se gastaba en altares opulentos, para que sirvieran de adorno al Santísimo en las siguientes fiestas: la fiesta principal el viernes siguiente al Corpus; Jueves Santo; festividad de San Martín por ser la advocación titular donde la sacramental tenía su sede canónica. Y las citadas gradas serían guardadas en un cajón que estaría en la puerta de Los Perdones[33], que era la mayor del templo de San Martín[34]:

Además y para reducir este tipo de gastos, se prohibió de forma expresa el hacer cualquier  otro altar, aunque fuera a costa del propio mayordomo. Y en lugar de 400 reales y 50 libras de cera, se limitó a 232 reales y 30 libras de cera distribuidos de la siguiente forma: 90 reales para el predicador; para 12 docenas de cohetes 60 reales; los derechos de la iglesia 64 reales; el costo de la juncia se limitaba a 18 reales. Y para economizar aun más, “los cauos que quedaren los quede dé y entregue al mayordomo de zera para que siruan en las mineruas siguientes”.

Durante el siglo XVIII las ideas racionalistas de la Ilustración, serían muy críticas con todo tipo de manifestaciones de religiosidad popular, al considerarlas como unas expresiones limitadas a lo externo  formal que carecían de austeridad, disciplina y verdadera vida religiosa. Esta situación iba a dar lugar a la intervención en las mismas de las autoridades civiles y eclesiásticas, limitándolas o prohibiéndolas, situación que también se dio en Trujillo[35]. En este contexto, en la junta de gobierno que tuvo lugar el 18 de junio de 1762[36] se hace saber de la prohibición “que en las funziones de Yglesias aya fiestas de Polvora y fuegos, y que en la prinzipal que tiene esta Cofradía solían los Maymos así en fuegos como en los refrescos”.

Jueves Santo

Durante la Semana Santa, los oficios que tienen lugar el Jueves Santo alcanzan su máxima relevancia litúrgica, y comienza el Triduo Pascual que termina en la Vigilia que conmemora, el sábado Santo por la noche la Resurrección de Jesucristo. Dentro de los oficios del Jueves Santo, adquiere una especial importancia simbólica el lavatorio de pies que realiza el sacerdote y en el que recuerda el gesto de humildad que realizó Jesús antes de la Ultima Cena con sus apóstoles. Finalizados los oficios vespertinos, el Santísimo Sacramento se traslada del Sagrario al llamado «monumento», un altar efímero que se coloca ex-profeso para esta celebración, quedando el Sagrario abierto y despojado de todo tipo de ornato. Este acto piadoso, tiene como objetivos dar gracias a Jesús por la institución de la Eucaristía y desagraviar, con homenajes, los ultrajes que recibió. Es lógico pensar, la importancia de este acto para una cofradía que tiene como objeto principal fomentar el culto al Santísimo Sacramento.

En este sentido, el artículo 8º de las ordenanzas se refiere a que todos los cofrades debían acompañar al Santísimo Sacramento, desde el Jueves Santo al Viernes Santo por grupos de cuatro personas, conforme al orden que resultaría de un sorteo que se practicaría en la forma que a continuación describimos. Y solo estaban exentos los enfermos, ancianos o quienes estuvieran realmente impedidos:

los Hermanos que son y fueren de esta Sancta Coffradia tengan obligación de asistir y acompañar el Sanctissimo Sacramento desde el jueues que se encierra hasta el Viernes Sancto que se desencierra, de quatro en quatro Hermanos por la Orden que nro alcalde Repartiere las boletas las quales echará con el escriuano en una parte señalando las oras y por el memorial de los Hermanos como se uayan nombrando y sacando la suerte para mayor ygualdad y las oras que le cupieren lo acepte sopena de dos libras de cera que desde luego se le condenen sin moderación, sin embargo de qualquiera Réplica y solo queden esentos los enfermos y uiejos y los que ligítimamente estuvieren impedido, los quales asistan solas dos oras y el que no acudiere luego puntualmente pague lo que a nro alcalde le pareciere, pues es para el seruicio de nro señor y sino obedeciere se le agraue la pena como mejor conuenga y esta dispuesto por las demás ordenancas y los que anssi asistieren tengan los bordones los más Antiguos según la entrada en la dicha Coffradia y ansimismo se vele el Viernes de la fiesta”.

Para cumplirlo, el artículo 6º dispuso que el mayordomo de la cera[37] debía llevar a la iglesia de San Martín 12 hachas y 2 velones de cera roja, que serían repartidas conforme al parecer del alcalde[38] entre los cofrades y fieles que estuvieran en el templo parroquial, quedando los velones encendidos hasta el Viernes Santo, y debiendo estar los dos estandartes junto a ambos lados del Monumento. Asimismo, habría otros 2 velones en el convento de San Miguel, pues como veremos más adelante allí oficiaba la cofradía una parte importante de sus misas votivas.

Fiesta Minerva

La titulada como Misa de Minerva toma su nombre de la iglesia romana de Santa María sopra Minerva, un templo cristiano que se levantó sobre otro pagano, dedicado a la diosa romana de la sabiduría. El dominico Tomas de Stella fundó en ese templo una cofradía que tenía por objeto la devoción a la Eucaristía y los Sacramentos, que fue aprobada por el Papa Paulo III en 1539, y la engrandeció y difundió con la bula “Dominus Noster Iesus Christus”, que otorgaba indulgencias y beneficios espirituales a sus miembros, pero no solo a los romanos, pues alcanzaba a todas las personas que formaban parte de las cofradías de esta advocación en todo el orbe cristiano, a quienes extendían todos los títulos y bienes concedidos y que se concedieran. Entre sus normas, destacaba la que exigía a los cofrades la asistencia, los terceros domingos de mes, a una misa con exposición del Santísimo, que es la titulada Misa de Minerva. A lo largo de los años, numerosas cofradías se fueron agregando a la de Roma. El artículo 43º nos hace saber que la sacramental de Trujillo lo estaba en virtud de una bula fechada el 3 de diciembre de 1555[39], y en junta de gobierno celebrada el 25 de agosto de 1643[40], acordaron la celebración de esta misa todos los domingos terceros de cada mes, y el Santísimo estuviera descubierto en la custodia nueva que se había hecho:

a la misa mayor se descubra el Santísimo Sacramento y puesto en la custodia q a hecho nueva la dicha cofradía en su trono y dosel se adorne el altar con diez y seis velas con las dos de los ciriales y aconpañe a el preste al salir de la sacristía quatro hachas que esten encendidas hasta que se acabe la incensación y se enarbolen los dos estandartes puestos a los lados del altar, como suele estar”.

A su término, comenzaba la procesión que discurría por el interior de la iglesia, con los dos estandartes y el palio sobre el Santísimo, acompañados con 8 hachas. Su dotación económica era 6 reales de vellón, que lo fue por el matrimonio formado por Juan Casas e Isabel Bravo, que se repartía entre los eclesiásticos que en ella participaban:

se haga procesión a el rrededor de la iglesia por dentro, con el palio de dicha cofradía rrixiendo en ella desde el primer estandarte el nro escrivano con su maceta y desde el segundo estandarte nro alcalde con su maceta, ardiendo en dicha procesión ocho hachas, las dos a el primer estandarte, y las seis desde el segundo estandarte hasta el palio del Santísimo Sacramento hasta que se encierre, asistiendo con toda devoción el tiempo que durare si uviere música o sermón, o la dotaren los devotos o sin ella y por el trabaxo sea tratado con el cura y beneficiados de la dicha iglesia se les dé de limosna seis rreales en que se concertó rrepartidose en esta manera: quatro a el cura y beneficiados, uno a el sacristán, medio a el sochantre y medio a el organista; y si faltare alguno se de todo el rreal al que asistiere, y si entranbos faltaren se rreparta entre el dicho cura y bendos dicho rreal, la qual dicha limosna a dotado con la devoción del Smo y de esta santa cofradía Joan Casas, procuor del número de esta Ciudad e Isabel Rº Bravo su muger, ermanos de la dicha Cofradía que acetaron el dicho alcalde y oficiales en que asimismo se obligaron a hazer la dicha procesión y fiesta el Sr Xpoval P de Camarco, cura y los Licendos Pº de Castro Nuñez y Franco Xil de Villegas, beneficiados de dicha iglesia por escritura ante el dicho Pedro Manglano, scriuano en esta dicho día veinte y cinco de agosto de dicho año de mill y seiscientos y quarenta y tres as”.

Con posterioridad, concretamente el 15 de abril de 1733, y en razón de la escasez de recursos económicos que obligaba a pedir limosnas para celebrar la misa y procesión, y siendo lo obtenido insuficiente, Custodio Francisco Gónzalez dio un donativo de 600 reales de vellón para que la del mes de octubre se oficiara por sus intenciones y las de su esposa María Blanca[41]:

Custtodio Franzco Gonzalez vez de ella y Alce de dicha cofradía Hauiendo reconozido la poca rentta que tiene para sufragar los Gastos que a dicha Cofradía se le ofrezen y espezialmentte para hazer las Prozesiones de minerua que en cada mes tiene obligazion de zelebrar en dicha Parroqia y para que se haga es nezesario pedir de limosna para pagar dicha Prozesion y que de lo que se juntta no alcanza para que asimismo se zelebrase Misa Canttada y deseoso el dicho Custodio Franzco de hazer a honrra y Gloria de el Ssmo Sacramento y bien de su alma algunos sufragios ha propuesto a dichos otorgantes de dar por una bez seiszientos rreales de Von para que empleandolos y usando de ellos como mas bien bistto les fuese a dichos ofiziales o los que les subzediesen se ha de obligar la dicha Cofradía ofizs y hermanos de ella a que para siempre jamás mandaran zelebrar Misa Canttada y Prozesion de Minerua que corresponde en cada uno de los meses de octubre de cada año en dicha Parroq por la intenzion del el dicho Custtodio Franzco Gonzalez y Maria Blanca su mujer, y rrespectto de que tine por Justa la prettenson referida mediante el no perjudicar a dicha cofradía y sus caudales pues para Benefizio de esttos se aumenttan los espresados seiszisenttos Rs y sin ellos tenían la prezison de cumplir con que se excuttase dicha Prozesion de minerua y misa Canttada”.

El 15 de octubre de 1780 se reunió la junta de gobierno[42], que tomó el acuerdo de abonar 21 reales de vellón por las misas de minerva. Ese aumento de su dotación económica, tenía su razón de ser en que los 15 reales de vellón que por entonces se daban a los eclesiásticos, era insuficientes para oficiar la misa y llevar las varas del palio[43].

El 16 de mayo de 1762 tuvo lugar una importante reunión entre la junta de gobierno con los eclesiásticos de la parroquia de San Martín[44], que tenía por objeto resolver quien debía de llevar el palio en las funciones de Minerva, cuestión que hoy nos puede parecer insignificante y sin importancia, pero que en la sociedad estamental y jerarquizada del Antiguo Régimen tenía mucha importancia social quien llevaba el citado palio en un día tan señalado[45], pues “hauiendose suszittado uarias disputas sobre qn debe dar el Palio en las funziones de Minerba y otras q haze dicha cofradía en la zitada Yglesia”.

Para evitar ulteriores disputas en las funciones que saliera en procesión el Santísimo dentro o fuera del templo, se acordó que lo llevase el mayordomo de cera o el sacristán, en función de estar desocupado uno u otro, y en caso de disputa resolvería el alcalde y párroco de San Martín:

de aquí adelantte en ttodas las dichas funziones en qe ubiere se dalir el Ssmo Sacramto en prozesion, ya sea dentro de la Yglesia, o fuera de ella, aya de darse el Palio uien pr el Sacristtan de dicha Yglesia, o uien por el dicho Maiordomo de zera, segn el qe más a mano se hallare y más desocupado esttubiese, sin que en este asumptto se guarde etiqueta alguna entre los dichos Maiordomo y Sacristán, y si subzediere (lo que no se espera) que entre los dos seres ouiere alguna conttienda sobre lo referido, en estte caso a de ser al arbittrio del Sr Cura de dicha Ygª y Alcalde que a la sazón fuere de la Cofradía”.

Memorias de misas votivas

Además de las instituidas por particulares a las que ya hemos hecho referencia, el libro de reglas de la cofradía también nos hace saber con detalle la relación de misas votivas[46] que celebraba a lo largo de todo el el año:

Julio: Primero domingo de jullio, misa rezada en S. Miguel; Agosto: Día de Nuestra Señora de Agosto, misa rezada en S. Miguel. Primero domingo siguiente misa rezada en S. Miguel. Día de Sor Sant Bartolomé misa rezada en los Mártires. Septiembre: Día de la Natiuidad de nuestra señora ocho de septiembre misa rezada en Sant Miguel. Día de Sant Miguel 29 de septiembre misa cantada con diáconos en Sant Miguel; Diciembre: Día de nra Señora ocho de dize, misa rezada en S. Miguel que es día de la Concepción de Nuestra Señora. Día de Nra Señora de la O, 18 de diziembre, misa rezada en Sant Miguel. Segundo día de Pasqua de Nauidad, misa rezada en Sant Miguel; Enero: Primero domingo siguiente al día de los Reyes, misa rezada en Sant Miguel; Febrero: Día de Nuestra Señora de la Candelaria, 2 de febrero misa rezada en Sant Miguel; Marco: Día de Nuestra Señora de la Encarnación de nro señor, 25 de marco, misa rezada en Sant Miguel y si fuere Semana Santa en su octaua; Cuaresma: Los primeros cinco domingos de quaresma misa Rezada de Passion en Sant Miguel; Abril: Ssegundo día de Pasqua de Resurrecion, misa rezada en Sant Miguel. A 16 del dicho mes día de Santo Toriuio, domingo adelante misa rezada en Sant Miguel; Maio: Día de la acensión de nro Sor, misa rezada en S. Miguel. Primero día de Pasqua de Spiritu Sancto, misa cantada por la fiesta por Francisco Ximenez Franco en Sant Miguel sin diáconos. Segundo día Pasqua de Spiritu Sancto, misa rezada en Sant Miguel. Domingo de la Sanctissima Trinidad, misa cantada con diáconos en Sant Miguel. Lunes luego siguiente, misa rezada del Spiritu Sancto por la elecion de los officiales en S. Miguel. Junio: Día de Corpus Xpi bisperas en Sant Martín. Viernes luego siguiente, misa cantada con diáconos y fiesta del Sanctissimo Sacramento y procession y este día se eligen officiales en Sant Martín”.

Es de destacar que muchas de las indicadas misas tenían lugar en el convento de monjas dominicas de San Miguel, cuestión que puede llamarnos la atención, pues estamos en presencia de una cofradía que tenía su sede canónica en la parroquia de San Martín. La razón que lo explica esta el auto de 5 de noviembre de 1631[47], dado por don Casar Monti, nuncio del Papa en España.

Ya hemos hecho mención a algunos de los acuerdos de la cofradía del Santísimo con los eclesiásticos que servían la parroquia de San Martín. Entre ellos destaca, el que tuvo lugar el 12 de junio de 1738, relativo a la utilización por la parroquia de la custodia de plata y dos gradas de madera de la sacramental en las festividades religiosas[48], pues la citada alhaja de San Martín era de inferior categoría, dejando constancia de que ambos bienes eran de la cofradía[49]:

consientan tenga a bien y den su permiso para q la referida custodia sirua en dicha Yglesia en todas las festibidades classicas q en ella se zelebraren, y en que a de manifestarse presente Nro Sr Sacramdo. Y que las dichas gradas se coloquen en el altar mayor para mayor adorno, y dezenzia del tabernáculo; a cuia pretensión condeszendieron dichos Sres ofiziales en nomre de dicha cofrª reseruando en esta siempre la propiedad de dichas dos alajas, y su directo dominio para usar de ellas, o sacarlas de dicha Yglesia cada que por qualquiera motibo, causa o rrazon, que se ofrezca salga de ella la cofrª y se sirua en otra qualquiera Yglesia y con esta calidad de que el maymo de dicha Cofrª pueda sacarla para adornarla y componerla en sus festibidades, y con la calidad assimismo de que no se pueda dar con ningún título para otra ninguna Yglesia sin lizenzia expresa del Alcalde que es o fuere de dicha Cofrª”

Para finalizar, quejemos dejar constancia documental de las ricas alhajas que pertenecían a la cofradía del Santísimo Sacramento de Trujillo. Su formación tuvo su razón de ser en la junta de gobierno celebrada el 25 de agosto 1783[50], que acordó volver a nombrar a Vicente Rentero mayordomo de cera perpetuo[51]:

Las Alajas que tiene oi la Cofradía del Ssmo Sacramto y a cargo de Vizente Ramos, vezino desta ciudad su mayordomo perpetuo de zera, son las sigtes: Primramte dos estandartes uno de damasco y otro de tafetan color carmesí con sus calizes de plata. Un Palio del mismo color carmesí damasco con quatro varas para el. Dos bordones con sus calizes de plata, y ambos con las cañas doradas. Un estandarte negro de tafetan con que se lleua a enterrar los muertos. Un guión de terciopelo carmesí vordado para quando sale el Ssmo a los enfermos con su caña de plata. Otro palio para quando sale su Magdcon ocho varas. Tres frontales para los Santos Mártires. Unos Manteles de estopa. Un paño de púlpito. Una paz de plata sobredorada para el día de la eleczon. Una caja de madera para la Custodia. Un Ropón de paño colorado para el enterrador. Unas tenazas espabiladeras. Un zinturon para llevar el estandarte encarnado. Un ara. Un clabo gemal en que vino una de las cavezas de los aorcados, por el robo de la Compañía de Toledo. Un ataud nuevo con su funda tapa polvo de anjeo. Un terno de ocho achas enzentadas que siruen en las Mineruas. Veinte y ocho velas nuevas de tres en libra. Zinquenta y dos cavos de vales”.


[1]    Así ocurrió en la parroquia de Santa María la Mayor de Trujillo, como refleja la escritura de adquisición de una capilla por el licenciado Cervantes de Gaete en 1585, y que nos hace saber que en la capilla de Santa Polonia estaba el Santísimo Sacramento, que iba a ser trasladado al altar mayor para ocupar un lugar más relevante:  “Essra de traspaso del sitio donde esta el Altar de Sta Polonia a fauor Del Lizdo Zeruantes De Gaete, oidor en la Chancilleria de Granada, marido de Dª Mª de Barrientos pªhazer la Capilla Altar, y Sepulcro, qe a el presente existe […] Don andres de noroña por la gracia de dios y de la santa sede apostolica obispo de plasª sobrino y del consejo de su magestad &ª auiendo uisto la peticion que nos fue dada por mateo de osuna, clérigo presbítero beneficado de la yglesia de señor san martin de la ciudad de trugillo deste nuestro obispado. En nombre del licendo ceruantes de gaete, oydor de su magestad en la rreal chancilleria de granada, natural de la dicha ciudad de trugillo en que nos hizo relacion que el dicho licenciado ceruantes deseaua hazer en vida su entierro tan honorifico quanto al estado y calidad de su persona se rrequeria y para ello deseaua ser sepultado en la ylgesia de santa maria de la dicha ciudad y erixir altar y capilla donde su querpo fuese sepultado quando dios nuestro señor fuese seruido de le pasar desta presente vida y trasladar y pasar a ella los huesos de sus padres y abuelos que estan en la dicha yglesia y que auia lugar desocupado en ella en la mano derecha del altar mayor en la parte donde agora esta el santisimo sacramento y de adonde se quiere trasladar al altar mayor pos ser lugar mas decente y que al lado siniestro correspondía otra capilla y entierro y fecha la que de nueuo por el se pretendia y pretende daua ornato y utilidad a la dicha yglesia”. Este documento se encuentra en el Archivo Parroquial de Santa María la Mayor de Trujillo, Legajo 7.

[2]    Novísima Recopilación, I, I, 2.

[3]    TENA FERNÁNDEZ, J.: Trujillo Histórico y Monumental, Salamanca 1988 pp. 436-437.

[4]    RAMOS RUBIO, J.A.: Anotaciones históricas acerca de la fiesta del Corpus en Trujillo y sus representaciones dramáticas. En Trujillo. Desde el Barroco al Neoclasicismo, pp. 197-208 Badajoz 2004.

[5]    Ramos Rubio señala en su trabajo antes citado, el traslado de las celebraciones del Corpus Christi desde la iglesia de Santa María la Mayor a la de San Martín.

[6]    La de los Penitentes grises, en Avignon se inicia en 1226, con el fin de reparar los sacrilegios de los albigenses.

[7]              Archivo Histórico Nacional. Consejos Libro 4099. Mientras que no hagamos ninguna cita expresa, todas las que hagamos se refiere a este importante documento, que va a servir de base documental a nuestro estudio.

[8]                La junta de gobierno que acordó la reforma de los antiguos estatutos estaba formada por las siguientes personas: el licenciado Asensio de Arroyo, alcalde; Pedro Bejarano Duran, y Juan Fernández Cabrera, diputados; Felipe González mayordomo del arca; Francisco Herrera, escribano.

[9]            “En la muy noble y muy leal ciudad de Trugillo del obispado de Plasencia, en veinte y tres días del mes de julio del año del nacimiento de nuestro Redemptor Jhixpo de mill y seiscientos y doze años, el señor don Diego de Castejón y Fonseca, uisitador general deste obispado por su Sª don fray Hernique Henriquez, obispo de Plaencia del Consejo del Rey nro Señor, estando en la visita desta ciudad, auiendo visto estas ordenancas de la cofradía del sanctissimo sacramento y que por ellas parece son justas y pías las confirmo y aprouo y dio licencia para que el alcalde y cofrades puedan usar ellas, sin pena alguna, reseruando como reseruo a su señoría el declarar y proueer acerca dellas lo que mas conuenga y lo firmó de su nombre”.

[10]  CANTERO MUÑOZ, A.: La Semana Santa en Trujillo durante la Edad Moderna, Badajoz 2006. En este trabajo he acreditado documentalmente que las tres cofradías penitenciales de Trujillo (Vera Cruz, Soledad y Nazareno) existían antes de que sus ordenanzas fueran aprobadas por el obispo de Plasencia.

[11]  MORENO NAVARRO, I.: “Las hermandades andaluzas. Una aproximación desde la antropología”. 2ª edición Sevilla 1999 p.p. 30-31. Otro tipo son las de penitencia, centradas en algún momento de la pasión y muerte de Jesús o dolores de la Virgen María. Las de gloria, veneran a la Virgen como reina gloriosa o algún santo o santa específico.

[12]        La regulación sobre cofradías contenida en la Novísima Recopilación, discriminaba positivamente a las cofradías “sacramentales”, que son las dedicadas específicamente a la adoración de la eucaristía. Sin embargo, el texto legal se quiere referir a las denominadas “parroquiales”, que son aquellas que estaban formadas por personas estrechamente ligadas a las parroquias y que le servían de sostén económico, fundándose la mayoría de las veces a instancias de las autoridades diocesanas, y careciendo por ello del apoyo popular de las penitenciales, conceptuándose como tales las del Santísimo Sacramento y de Ánimas.

[13]  La ubicación de una cofradía en una parroquia o en un convento no es una cuestión casual e intrascendente, pues durante el Antiguo Régimen, motivaciones de índole económica dan pie a que el estamento eclesiástico potencie al máximo todo tipo de manifestaciones de religiosidad popular. Sin embargo, fue mucho más importante su fomento por las ordenes religiosas mendicantes, como dominicos y franciscanos, que por el clero secular que estaba desmotivado en su impulso y participación activa. Esta actitud era consecuencia, de la seguridad económica que ofrecían a los eclesiásticos seculares las fábricas parroquiales, con sus ingresos más que suficientes provenientes de los diezmos que les correspondían, y las rentas de los bienes de su propiedad. Por el contrario, en las iglesias conventuales todas las ordenes religiosas promueven la fundación de cofradías, y fomentan el fervor religioso a determinadas advocaciones con fuerte raigambre local. De esta manera, vinculan el mayor número posible de vecinos a estos templos, obteniendo recursos económicos más que suficientes para soportar los cuantiosos gastos derivados de su mantenimiento. Así, la Vera Cruz se fundo en el convento de San Francisco, la Soledad en el dominico de la Encarnación, y el Nazareno en la Merced. Todas estaban interesadas en el citado estado de cosas, pues al tener sus sedes fuera de iglesias parroquiales, eran más autónomas y menos sujetas al control de la autoridad diocesana con quien era habitual tener conflictos, sobre todo cuando intentaba imponer sus decisiones que muchas veces eran restrictivas con respecto a las tradicionales y arraigadas manifestaciones de religiosidad popular.

[14]  CANTERO MUÑOZ, A.: Conflicto entre las ideas racionalistas de la Ilustración y las manifestaciones de religiosidad popular. La suspensión de las cofradías de Trujillo a finales del siglo XVIII. En Actas XXXIII Coloquios Históricos de Extremadura, Badajoz 2005 pp. 97-113.

[15]  Archivo Parroquia Santa María la Mayor Trujillo. Legajo 9.  Era un destacado noble trujillano hijo de don Juan Pizarro y doña Juana de Hinojosa, que lo otorgó ante el escribano público Crisante de San Pedro en 1585.

[16]  “Ytten mando que en la dicha Capilla de mis Sres Padres se quitte la reza vieja que esta en ella y se ponga ottra de nueuo, conforme a la que esta en la capilla del Carenal Zeruanttes y se adereze el Alttar de la dicha Capilla y alarguen que lleguen a la dicha rreja el dicho Altar, y encalen la partte que esta sobre el entierro biexo y allí pintten una Ymajen de nra Sra, y como aian alagado el Altar de la dicha Capilla encalen la parde de cal delgada y pinten la Ymagen de nra Sra, y a la una partte la Ymajen de Sn Juan Ebangelista y a la ottra de Sn Juan Bauttista en lugar de Rettablo porque será más perpetuo […] Ytten mando que si yo no ubiere hecho quentta con el Maymo de nra Sra Santta Maria la maor de diez ducados cada año que yo prometí a la dicha Yglesia en limosna para algunas cosas que se gastasen en la dicha Yglesia pr una zedula mía, quiero q tomando en quentta mis testamenttarios de sesenta ducados que yo he gastado en los bancos grandes de la dicha Yglesia y en otras coasas, que ttodo lo demás que yo devuiere desde la fecha de la dicha zedula, mando se de a la dicha Yglesia para una reja que se ponga en luegar de aquel Prettil de piedra q esta juntto a el Alttar maior porque puedan ver misa de ttoda la capilla maior de la dicha Yglesia. […] Yten mando a la Ymajen de nra Sra la copa dorada que yo tengo para que haga una corona dorada a la dicha Ymajen de nra Sra […] Yten mando que los dichos Pattronos escriuan a Roma e procuren con ttoda ynstancia de hauer una Yndulgenzia para el Alttar de la dicha Capilla de mis Sres Padres conforme a la del Cardenal Zeruanttes y lo escriuan uarias bezes hasta alcanzar la Grazia e Yndulgenzia por que lo que en unos tiempos no se conzede se alcanza e conzede en ottros tiempos”.

[17]  Archivo Parroquial Santa María la Mayor de Trujilo. Legajo 9.

[18]  Archivo Parroquia Santa María la Mayor Trujillo Legajo 9: “que mi cuerpo sea enterrado en el entierro y arco donde estan enterrados Martín de chaves y doña Ysauel de Mendoca, mis señores padres en la yglesia de nuestra S! Santa maría la mayor de esta dicha ciudad y acompañen mi cuerpo el caiuldo menor e mayor e los conuentos de Saf Francisco y Santo Domingo de esta dicha ciudad y las cofradías de nuestra Sª de la Soledad y del Santísimo Sacramento y de la cruz”.

[19]  Del examen de todas las reuniones de la junta de gobierno que recoge el libro de ordenanzas de esta cofradía, resulta que todos los escribanos de Trujillo formaban parte de la misma.

[20]  En mi libro antes citado sobre la Semana Santa de Trujillo durante la Edad Moderna, hemos analizado el ingreso en las cofradías penitenciales, y todas eran abiertas sin cláusulas como la que estamos describiendo.

[21]  La aprobación fue efectuada por don Juan de la Cueva Mendoza, arcediano de Plasencia y canónigo de la Santa Iglesia Catedral.

[22]  Según Wikipedia sobrepelliz es una vestidura eclesiástica de lino parecida al alba pero más corta y que se lleva sin ceñir al cuerpo. El sobrepelliz sirve para la administración de sacramentos desde el siglo XI. Su nombre tiene origen en los países del Norte de Europa en los que se llevó sobre los vestidos fabricados en piel. Su largura que al principio llegaba hasta los pies del oficiante, se fue acortando desde el siglo XIV y a lo largo del siglo XVII se redujo hasta poco más abajo de la cintura, acortándose las mangas y llenándose de rizos . Cuando éstas se suprimen, el sobrepelliz se convierte en colobium o garnacha (derivando en roquete de sacristanes).

[23]  CANTERO MUÑOZ, A.: “La Semana Santa en Trujillo durante la Edad Moderna”, Badajoz 2006. En este libro acreditamos de forma fehaciente que las cofradías penitenciales de Trujillo (Vera Cruz, Soledad, Nazareno) renovaban sus juntas de gobierno el día que se celebraba fiesta principal de las cofradías.

[24]  En en libro que he publicado sobre la Semana Santa de Trujillo durante la Edad Moderna, reflejo como las cofradías penitenciales habían adoptado la estética barroca en sus procesiones y celebraciones.

[25]              “En el nombre de la Sanctissima Trinidad, Padre y Hijo y Spriritu Sancto, tres presonas y una sola esencia diuina, sea notorio como en la muy noble y muy leal ciudad de Trugillo de en quince días del mes Junio año del Señor de mill y seis y ueinte y uno, Francisco de Uillegas, alcalde, y Pedro Alonso de Sanct Pedro,  Martín Fernanández Cabecudo, diputados y Alonso Picaro, mayordomo del arca, y Juan Gómez Aparicio, mayordomo de la cera, y Juan de las Dueñas Enriquez, escriuano, officiales que auemos sido de la coffradia del Sanctissimo Sacramento de esta ciudad desde la elecion del año passado de seiscientos y veinte a la passada de seiscientos y ueinte y uno, y Diego Picarro, alcalde, y Francisco Gil López, Juan de Ocampo Solano, diputados, y Pedro de Castro mayordomo del arca, y Martín Fernández Brauo, mayordomo de la cera, y Juan Caja Delerzuela, scriuano, oficiales de la dicha coffradia desde la dicha elecion hasta otro tal día juntos congregados de una uoluntad y conformes”

[26]  Se refleja que en junio las tardes son muy largas y las temperaturas elevadas, lo que hacía poco atractiva la procesión: “dezimos que por quanto en la dicha coffradia y ordenancas della ay una que dispone que el Uiernes sucesiuo a la fiesta que la Ciudad haze en ella se hiziese la fiesta de la cofradía y acabada la misa mayor ouiese la procession solegne arrededor de la placa, arrimándose a las casas della como se a hecho después de aca, a parecido tener algunos incouenientes assi para la salud como por la falta de gente que acude por ser tiempo que haze tanto calor que algunas vezs se acaba a las once huyendo muchas personas del sol y acudiendo a sus casas y otras partes, demás desto el Sanctissimo Sacramento no quedaua descubierto todo el día, y assi no era mas de por la mañana, y es justo que fiesta tan principal sea todo el día, atendiendo al seruicio de Dios y a la obligación que tenemos. Nos auemos juntado a tratar y conferir lo que en esto se deue hazer, y por que esta última uez se hizo desta manera, acudiendo como acudieron tanta multitud de personas, comunicándolo como lo auemos hecho con la mayor parte de los hermanos de la dicha cofradía y personas debotas della, y principalmente del Sanctissimo Sacramento”.

[27]          “Yten según subcedieren los tiempos y paresciere ser necesario para bien y utilidad desta sancta coffradia el alcalde y officiales della puedan crecer añadir o menguar estas Hordenancas y hazer otras de nuevo como les pareciere que mas conuenga y lo que ansi Hizieren sea guardado y executado para siempre xamas por que anssi conuiene al bien desta coffradia y sea firme y ualerdero y que ningún Hermano pueda yr contra ello”

[28]  Este dado aparece recogido en la junta de gobierno que tuvo lugar el 23 de abril de 1676, y estaba formada por las siguientes personas: “estando juntos el alcalde y oficiales de la cofradía del Santísimo Sacramento della, para tratar las cosas del seruicio de dios aumento suyo y uien de sus hermanos, conuiene a sauer: Andrés Casco Altamirano, escriuano de su Magd y del número de dicha ciudad, alcalde; Francisco Marqz escriuano de su Magd y del dicho número y Manuel Hurtado, diputados; Alonso Rodríguez Moscoso, mayordomo del arca; y Luis de Larrocha, maymo de cera, por ante mi Antonio Adame de solís, escriuano de la dicha cofradía”.

[29]            Con carácter general el mayordomo del arca era el responsable de los recursos económicos de la hermandad. El artículo 23º le atribuía con carácter exclusivo la facultad de cobrar dinero, pues cualquier otro oficial o hermano que lo incumpliera sería penado con 6 libras de cera. Por contra y para salvaguardar los recursos de la sacramental, no podía prestar dinero, ni tampoco las insignias, paños, palios ni cualquier otro bien sin la previa licencia del alcalde, bajo la pena de 4 libras de cera.  El artículo 3º regulaba cuando y como se debían dar las cuentas, que lo era el domingo siguiente u otro posterior a la elección de oficiales, reuniéndose en el domicilio del mayordomo del arca que cesaba, dando cuenta de los ingresos y gastos a los miembros de la nueva junta de gobierno. También era el depositario de los bienes, alhajas y ornamentos, debiendo formalizarse con un inventario firmando por el secretario cuando los recibiera.  El artículo 17º le facultaba para cobrar al alcalde y oficiales las cantidades que estos dejaran de cobrar a aquellos que quisieran entrar como nuevos cofrades, y abonaran menos que lo establecido en los estatutos. Asimismo el artículo 28º nos hace saber que era el depositario de todas las escrituras de renta de la cofradía, y le imponía la obligación de cobrar todas las rentas y derechos, o por lo menos “auer hechos las diligencias sufficientes porque de otra manera correra por su quenta”. Además de lo anterior, debía de cuidar el tomar la bula para revalidar las muchas indulgencias de que disfrutaba la cofradía y sus miembros:  “Yten ordenamos que el nuestro mayordomo tenga muy gran cuydado en tomar la bula para Reualidar la gran summa de indulgencias que tiene esta sancta coffradia como consta de las bullas que están en su poder con las demás escripturas de Renta que tiene la dicha coffradia las quales Reciba por su memorial con las demás que se le entreguen de la dicha coffradia para que no pierdan y se entreguen al subcesor del año siguiente”.

[30]               “Dixeron que por quanto en la quta que se tomó a Pedro Cortina sº maymo que fue della, en diez y siete de agosto del aº de seisos y sesenta y uno, se acordó se diesen a el Maymo que fuere diez y siete mill mrs para ayuda a los gastos de la fiesta del Corpus Christi, y sin embargo dello algunos años a esta parte se an hecho buenos veinte mill y quatrocientos mrs, en que ay de excedo sien Rmás de lo acordado, mirando en ello la combeniencia de dichos mayordomos por los grandes gastos que a su costa an hecho en dicha fiesta y también lo es el de la zera que este se hace a costa de la dicha cofradía sin limitación, porque se le da toda la que pide de que se an orixinado muchos yncombenientes como son el que la cofradía se halla muy atrasada y corta de renta, así por lo rreferido como por auerse rredimido diferentes zensos, cuyos principales se estan en ser sin aber empleo para ellos, y porque con la esperiencia de dichos gastos muchas personas no quieren entrar en dicha cofradía por el temor de no ser mayordomos con que según los hermanos que de presente tiene ay muy pocos que pudieran hacer los dichos gastos, todo lo qual resulta en graue perjuizio y daño suyo para cuyo rremedio y mirando la mayor utilidad y combeniencia de dicha cofradía y su Maymo, y que los ánimos de los fieles que son hermanos se adelanten a serlo y que los que lo son no tengan escusa pª seruir dicha Mayordomía ni tampoco faltando a la debocion y autoridad del culto diuino, solo por las rracones referidas”.

[31]          “los señores Juan Canttero, scriuano de s Magd y del número de esta Ziudad, alcalde de la cofradía del Santtisimo Sacramento de ella; Juan Antonio de Ttapia, Manuel Rodríguez Tapia, procuradores del dicho número, diputados; Manuel López Albazete, mayordomo del arca; Manuel Diaz Pulido, de la zera; por ante mi Pedro Sánchez Zamorano, scriuano de dicha cofradía”.

[32]        “Dixeron que por quanto an rreconocido el atrasso que al presentte tiene por los exzesivos gasttos que ocasionan los mayordomos del arca en el día  de la Fiesta que se haze el Viernes de Corpus en dicha iglesia por los altares opulentos que hazen gastando y consumiendo no tan solamentte los quatrozientos Rs que hasta aquí se le an dado a los mayordomos para dicha fiesta, sino es que con el prettesto de auer de luzirlos de luzes le cargan su costo a dicha cofradia por que an rresultado los exzesivos alcanzes que consta de las quentas contra dicha cofradía, mediante lo qual se halla atenuada de medios en tanta forma que a muchos años, que no se a podido dezir una misa por los hermanos difuntos por sus ofizios, en graue perxuicio de las venditas animas del purgatorio

[33]  TENA FERNÁNDEZ, J.: Trujillo Histórico y Monumental, Salamanca 1988 p. 278. Aquí describe don Juan Tena la puerta de los Perdones que la denomina de Poniente: “La portada del Poniente es de tipo clásico. Se abre en arco de medio punto entre columnas dóricas sobre plintos, coronada de frontón triangular, en cuyo tímpano está el escudo del obispo placentino don Pedro Ponce de León, a cuyas expensas se construyó esta puerta”.

[34]             “acordaron y mandaron que de las rrentas desta santta cofradía se hagan y fabriquen unas gradas de talla a toda costa con el maior luzimiento, los quales se doren para que de aquí adelante siruan el día Viernes de Corpus en que se zelebra la fiesta que esta santa Cofradía haza al Santísimo Sacramento, y asimismo el día de Jueues Santo día en que por Xpto Sor Nuestro se instituio y en el de Señor San Martín Patrón desta Yglesia, en cuias tres fiestas y no en otras algunas an de seruir las dichas gradas, las quales se entren en un cajon a su medida que por el Sr Dn Alonso Sánchez Ueato, cura rrector de ella a a ofrezido hazer nueuo para su mejor conseruacion que se a de poner ynmediato a la puerta grande que llaman de Los Perdones, en atenzion a su zelo, y no se an de poder prestar para otra iglesia ni sacarlas de dicho cajón, como no sea para las tres fiestas rreferidas, prohibiendo como desde luego prohiben no se pueda hazer otro altar por ningun mayordomo aunque quiera azerlo a su costa, en atenzion al daño que rreziue esta Santta Cofradia pues se quedará sin tener Hermanos que entren en ella como se a reconozido y se estinguiran totalmente los ofizios y la dicha cofradía además del que rreziuen las ymajenes y rretablo de esta yglessia como asimismo a rreconozido

[35]  CANTERO MUÑOZ, A.: Conflicto entre las ideas racionalistas de la Ilustración y las manifestaciones de religiosidad popular. La suspensión de las cofradías de Truillo a finales del siglo XVIII. En XXXIII Coloquios Históricos de Extremadura Badajoz 2005.

[36]          “estando juntos los señores Ofizs de la Cofradía del Ssmo Sacramto desta Ciud, que lo son Dn Manuel Thomas Muñoz, Alce; Dn Antonio Gómez de Gironda y Dn Balentin Gómez Duran, diputados; mayordomo de arca Dn Joseph Santos Pablos; de la zera Dn Juan Gra Molano, en a Yglesia de Señor Sn Martín de zelebrar la eleczon de Sres ofiziales que an de servir los ofizios de esta cofradía desde el día veinte de este presente mes hasta el Viernes de Corpus del año que viene de mil setezientos sesenta y tres”.

[37]             El mayordomo de cera actuaba como depositario de toda la cera que precisaba la sacramental, para los muchos actos que organizaba o estaban presentes sus miembros. El artículo 6º establecía además, que estaba obligado a tenerla siempre depositada en la iglesia de San Martín, en un cajón y arca que al efecto se había hecho, así como cuatro hachas con sus arandelas más dos velas para alumbrar al Santísimo cuando se llevaba a los enfermos, y para que nunca faltara cuando se saliese con ese fin, debía ir un hermano pidiendo limosna para la cera, y lo recogido se echaría en un cepo que había en ese templo. El mayordomo debía llevar a San Martín el Jueves y Viernes Santo, 12 hachas y dos velones de cera coloradas para las importantes celebraciones religiosas durante esos días, así como otros dos velones al convento dominico de monjas de San Miguel:  “del tamaño y peso que fuere menester para los hermanos y personas que se Hallaren en la yglesia dicha al parecer de nuestro alcalde, y por su Horden se den las Hachas y velones a los Hermanos que le pareciere y el mayordomo reparta las velas y en queriendo tocar a sanctos nuestro alcalde de encender las dichas Hachas y velones encerrado el Sanctisimo Sacramento queden ardiendo los dichos dos velones Hasta el Uiernes Sancto que sea desencerrado y los dos estandartes esten ansimismo a los lados del monumento en sus pies como se tiene de costumbre y ansimismo se hagan y den otros dos velones al conuento de Señor Sanct Miguel a donde se dizen las misas Votivas de la dicha coffradia y ardan y esten de la mesma suerte que los dichos y los Hermanos asistan a los tales Offizios sopena de una libra de cera”. Además de lo dicho, y como veremos en el apartado relativo a las funciones sociales y asistenciales de la cofradía, debía proveer de cera cuando se procedía a los entierros que corrían por cuenta de la cofradía.

[38]        El alcalde era la máxima autoridad tal como reflejaba el tener literal del artículo 1º: “a la obediencia del qual todos estemos subjetos en lo tocante a la dicha coffradia”, idea reiterada en el artículo 27º,que también disponía que tuviera un traslado de las ordenanzas, que le iba a facilitar el ejercicio de todas sus prerrogativas. El artículo 7º repite lo dicho, e imponía como regla general en caso de desobediencia, la pena de cuatro libras de cera, que serían abonadas a más tardar al tercer día de que fuera requerido el cofrade, apercibiendo que en caso contrario la cofradía no le acudiría en lo espiritual ni en lo material, y de esto se dejaría constancia en su entrada[38]. Conforme a la modificación de estatutos de 24 de agosto de 1663, el artículo 59º modificó el anterior, y le facultó para que pudiera imponer nuevas penas y aumentarlas a su parecer, según las circunstancias de cada caso, pudiendo ser excluido en caso de pertinaz inobdediencia, aunque esta medida extrema exigía ser aplicada con mucha prudencia.

[39]               “Dixeron que por quanto esta Sta Cofradía tiene Bullas de su santidad de gracias e indulxencias para los ermanos della, entre las quales tiene una en   que esta agregada a la cofradía del Santísimo Sacramento de la iglesia y convento de rrelixiosos dominicos de Minerva de rroma, su data en dicha corte rromana en tres días del mes de diziembre de mill y quinientos y cinquenta y cinco años, y por que en todos los más lugares grandes y pequeños de España los domingos terceros del mes de cada un año para siempre xamas para conseguir las gracias e indulgenzias contenidas en las dichas Bullas y para más onrra y gloria de Dios y de su santísimo cuerpo sacramento se celebra misa y procesión con la celebridad y ostentación pusible”.

[40]          “se juntaron los ssres oficiales de la cofradía del Smo Sacramento de esta dicha ciudad, conviene a saber Pedro Goncalez de Larrilla, rregidor de dicha ciudad alcalde; Pedro Manglano, oficial del Santo Oficio sacriuano real puco i del número y ayuntamiento de dicha ciudad diputado; y ansimismo diputado Pº de Cuevas Villegas, mayordomo del arca; Pedro Alonso de Cabañas scriuano rreal puco i del número desta ciudad; i Pedro P Aparicio mayordomo de la cera; por ante mi Joan de Trugillo nuestro notario appco y de la Santa Cruzada escriuano de la dicha cofradía”.

[41]  Archivo Histórico Municipal Trujillo. Protocolos Notariales Trujillo. Tomás Sánchez, Legajo 443, ff. 61 y ss.

[42]        “Hallándose juntos los Señores Dn Vizente Jacobo Lobo, Alce; Dn Bentura Marquez Donoso y Dn Pedro Santo Noliuos, diputados; Dn Josef Santos Pablos, mayordomo de arca; y Dn Juan Gra Molano, de la zera; y todos ofiziales de la cofradía del Santísimo Sacramento de esta Ciudad, en la Yglesia de Sn Martín de ella”.

[43]          “Que en atenzion a aber llegado el caso de quedar tan corto número de sazerdotes en esta Ciudad, y no encontrarse quien asista de Ministros a la Misa maior de los terzeros domingos de mes  en que se zelebran las minerbas de esta cofradía, y no ser sufiziente premio el de quinze reales que se pagan por cada funzion, y no haber en algunas sazerdotes que lleven las varas del Palio, a lo que a dado motiuo que en algunas a sido preziso valerse de algunos seglares o de los ofiziales de dicha cofradía; por lo que mandaron que desde este día en adelante se satisfagan por la limosna de dicha minerba veinte y un Rs de Vncon cuio premio se pueden hallar sazerdotes que se vistan de ministros a la misa, cuida cantidad se vona a los mairodomos en las quentas de su cargo”.

[44]            “estando juntos y congregados los Sres Cura y Benefiziados de la Ygª Parroquial de Sor Sn Martín, donde se sirue la Cofradía del Ssmo Sacramento desta zd y los Sres Alce y ofizialed della, a sauer DnGonzalo Vizarte de Trejo, Dn Antonio Canttero de Tolosa, Dn Miguel Mendez de Bezorsa y Dn Antonio Domingo Bello Pro, Juan Garcia Vizioso alcalde de dicha Cofradía, Manuel Thomas Muñoz y Agustín Herz diputado; Juan Molano, maymo de zera y Jph de Contreras y Herrera essno, todos ofiziales de ella”.

[45]  CANTERO MUÑOZ, A.: “Religiosidad Popular y Semana Santa en la Iglesia Dominicana de Doña Mencía, siglos XVI-XVIII, Córdoba 2003, pp. 244-247. Muchas veces estas situaciones terminaban en pleitos en distintas instancias judiciales, y aquí describo un pleito del que conoció el propio Consejo de Castilla, por unos hechos ocurridos el 14 de abril de 1775 que era Viernes Santo, pues cuando en la parroquia de Nuestra Señora de Consolación de Doña Mencía (Córdoba), iba a comenzar el Sermón del Descendimiento, don Julián Torralba ocupó sin estar autorizado un asiento entre los reservados en la Capilla Mayor para los invitados de don Juan Ortiz Cubero, mayordomo de la cofradía del Entierro de Cristo, y que también era regidor municipal.

[46]  Normalmente, la misa diaria corresponde al santo o misterio que se celebra en el día, y cuando no toma el nombre de votiva. Hay misas votivas que tienen por fin honrar un santo, o misterio, o una advocación; otras, pedir, gracias especiales, alejar calamidades públicas, etcétera; otras, finalmente, aliviar a las almas del Purgatorio. Las misas votivas en honor de la Virgen suelen llamarse, a veces, misas de beata; las que se dicen por necesidades públicas, misas de rogativas; las de las bodas, misas nupciales o de esponsales; las por los muertos, misas de difuntos o de réquiem. El color de los ornamentos es el correspondiente al Santo o Misterio que se honra, o el que demanda el carácter peculiar de la misa que se celebra.

[47]  Archivo Parroquia San Martín de Trujillo. Providencia dada por el Nuncio de S Santidad para que el Sor Cura y beneficados de la Parroql de S. Martín puedan celebrar, hacer rogatibas y egercer otras funciones Parroquiales que tenga por conveniente, en el Convento de Monjas de S. Miguel de la misma […] deuia de mantener y mantenía y mantubo amparaba y amparo ansi a las dichas Prioras monjas y Conuento como a los dichos curas y beneficiados y a cada una de las partes en la posson en que han estado y estan la dicha Priora y monjas en celebrar todos los oficios diuinos ansi de festiuidades como de difunctos de missas uotiuas y de la confradia (sic) del Ángel de la Guardia y enterrar los difuntos, ansi las monjas como los demás fieles y que el cura y clérigos en todos los dichos entierros no puedan más que llegar a las puertas de la dicha yglesia y en ella ayan de dexar el cuerpo sin entrar con cruz ni de otra manera ni en quanto a los entierros de las monjas salieren por la calle y que las monjas no tengan obligación a permitir que el cura pueda administrar los sanctos sacramentos en dicho monasterio sino tan solamente lo puedan hazer con licencia y consentimiento de dicho monasterio, y asimismo puedan las dichas monjas celebrar libremente todas las fiestas y aniuersarios que se an dotado y se dotaren en adelante y ansi por cofradías como otras personas para celebrar  en el dicho monasterio sin que los dichos clérigos se lo puedan impedir=  Y los dichos curas y beneficiados en la que han estado y estan en celebrar las fiestas de la uisitacion y Sact Miguel y poder ir en las procesiones de las fiestas que estaban dotadas en las cofradías al tiempo que se mouio este pleyto y entrar con la cruz en el dicho monasterio y decir la Antiphona y el cura la oración, y quando se ofreciere hazer alguna procesión publica por la necesidad de los temporales puedan ir al dicho monasterio y entrar con cruz y ponerla en lugar decente junto al altar mayor al lado derecho y decir la misa de la rogatiua, y ansimismo puedan el dicho monasterio celebrar las fiestas y aniuersarios que al tiempo que se mouio este pleyto estaban fundados y tenían obligación, y los dichos cura y clérigos celebrarlos en dicho monasterio, en la qual dicha possonlas partes cada una en lo que dicho es no sean inquetados y molestadas ni perturbadas por persona alguna y para ellos se den y despachen los mandamientos necessarios y ansi lo probeyo mando y firmo el SrAuditor.

[48]        “Estando en la Yglesia Parrochial de Sr Sn Mrn de esta ciudad de Truxillo, en donde esta situada la cofrª del Ssmo Sacramto de ella; en doze días del mes de Junio daño de mil seteztos y treinta y ocho, auiendose combocado con zita expezial y señaladamente Dn Juan de Alcoba y Caluo, alcalde; Dn Antonio Mrn Blazquez, y Dn Juan Bentura Muñoz, Dips; Dn Luis Calero Maymo de arca, y de la zera Manuel Ferz; de la una parte y de la otra el Sr Dn Antonio Gil Gerrero cura ecónomo, Bdos propietarios y seruidores, los Sres Dn Joseph de Rojas y Ramos, Dn Juan Rodríguez Neuado y DMarcos Martín Barroso, y el Lizdo DnFranco Gonzalez Blanco, maymo de la fábrica de dicha yglesia; y los unos por si y en nombre de la dicha cofrª y de los herms de ella que al presente son y en adelante fueren; y los otros por si y en nombre de dicha yglesia y de los Sres curas y Bendos que les subzedieren”.

[49]          “Y assimismo, con la calidad de que sobre este asumpto se haga el acto de declarazion correspondiente por dichos Señores Cura Ecónomo, Benefiziados, y Maymo de fábrica para que en todo tiempo conste: y respecto de que en consequenzia de lo referido se esta sirbiendo la Yglesia de dicha custodia, y las gradas están colocadas en el lugar zitado, desde luego en execuzon de lo arriba expressado los dichos Sres Cura Ecónomo y Benefiziados y Maymo de fábrica de dicha Yglesia, confiesan y declaran que la dicha custodia y gradas, son alajas propias de la dicha cofrª, mandadas hazer y pagadas a sus expensas, y que una y otra siruen a dicha Yglesia en los referidos ministerios a devozion de dicha Cofrª y sus ofiziales, sin que sobre ellas tenga dro de propiedad la dicha Yglesia, la quel las tendrá a su cargo y con el cuidado q corresponde, y las entregará a dicha cofrª cada q las pida, y sin lizenzia del Alcalde q es o fuere, no las ara por emprestido, ni por otro título ni otra ninguna Yglesia, y al cumplimto de todo se obligan y obligan a sus subzesores en toda forma”.

[50]          “Los Señores ofiziales de la Cofradía del Santísimo Sacramento de esta dicha Ciudad, a sauer, Dn Pedro Sta Ana Rodríguez de Vibar, alce; Dn Bentura Marquez Donoso, diputado primero; que el el segulo que lo es Dn Diego…Cotrina se halla ausente de la Ciudad; Dn Vizente de Jacobo Lodo y Roda, mayordomo del arca; y por ante mi Dn Ramón Aperte escriuano de la cofradía”.

[51]           “Que por quanto Vizente Rentero vezino de esta Ciudad, Maymo perpetuo que hera de zera de la Cofradía se a despedido voluntariamente por no poder asistir por sus muchas ocupaziones y la mayor la de ser sacristán de la Yglesia Parrochial de Señor Santiago de esa dicha Ciud a las Minerbas y demás funziones de la Cofradía, por cuia razón dieron y facultad dichos señores al referido Dn Bentura Márquez para que busque persona de su satisfaczion que sirva dicha mayordomía perpetua de zera, vajo de las mismas zircunstanzias y condiziones con que la sirvio dicho Vizente Rentero y no en otra forma, y que el que encontrare, le haga entrega de las alajas de la cofradía por ymbentario que firmará el que entrare a serbir la Mayordomía; y así ejecutado se le asiente por tal hermano, y a su muger si la tubiere en el Libro de entradas, quien queda reziuido desde luego por tal Hermano, siendo de la satisfaczion del nominado Dn Bentura Marquez mediante las facultades que se le conzedieron […] En virtud de fabor que me ha hecho los Señores Ofiziales de la Cofradía del Santísimo Sacramento de esta Ciudad de Truxillo por medio de Dn Bentura Márquez Donoso, diputado de ella, de admitirse a mi y a mi muger Theresa González por hermanos de ella con la obligazion de servir el ofizio de mayordomo de zera, me obligo a ello, y vajo de las condiziones y zircunstanzias con que la sirvio Vizente Rentero, vezino de esta Ciudad, y que constan en el Aquerdo zelerado para su reziuimiento y lo firme Truxillo y Agosto veinte y seis de mil setezientos ochenta y tres= Sigue firma de Vizente Ramos.”.

Oct 012007
 

 Antonio Bravo Fernández.

 Antonio Bravo Fernández. 

Les expuse en la edición de estos Coloquios del 2005, como en los siglos 18-19-20, les decía claramente todos mis conocimientos, que durante varios años conseguí, como se hacia un dorado nada fácil de hacer, pero si difícil de aprender.

 

Darles a conocer dicho proceso de cómo se desarrollaba un trabajo perfecto, con todos sus  ingredientes y utensilios para poder dorar un género fabricado total y manualmente en Trujillo.

 

Hacer dorado es convertir oro sólido en liquido por medio de una parte de ácido nítrico, y dos partes de ácidocloridico, que con los dos juntos se consigue el agua regia, que es la que hace que se convierta el oro sólido en liquido, lo cual ya no podemos separar.

 

El dorado lo mismo que se hace con oro fino de 24 kilates, también se puede hacer con oro de menor calidad o ley, pero teniendo en cuenta que tanto la calidad, el color, y el resultado no es igual, respecto al dorado con oro de 24 kilates.

 

En el color de los dorados de menos ley, influye según haya sido la aleación que contenga el oro empleado, puede ser Rojizo, Amarillo claro, o amarillo fuerte.

 

El color rojizo lo da si ha sido ligado solo con cobre.

El color amarillo claro si ha sido ligado con plata.

El  color amarillo rojizo claro si ha sido ligado con plata y cobre.

El color amarillo fuerte si ha sido ligado con metal amarillo.

 

El dorar no solamente abarca a los metales, de la Joyería, Platería y Orfebrería, también se aplican a la Madera, Vidrios, y otros metales muy distintos a los referidos anteriormente.

 

Las técnicas son muy diferentes, según sean los artículos a dorar, las fundamentales, son las doraduras al fuego, por aplicación de hojas, a la pasta, y por electroquímica, (todo es cubrir con oro la superficie de un objeto o cosa) como ejemplo, Retablos, Cuadros, Imágenes Etc.

En el dorado hay tres fases donde el género recibe en teoría tres baños iguales, pero distintos entre si uno de otros, como es el Emblanquimiento primero de los tres, seguido del Plateado, y por ultimo y definitivo el Dorado.

 

Cuando el dorado se encuentra dispuesto para cumplir su cometido, comenzamos a preparar todo cuanto se necesita. Teniendo todo dispuesto comienza la jornada, porque se prevé un día largo y ajetreado, no teniendo que olvidar, que comenzar es terminar a la hora que sea.

 

Encendemos la fragua, ponemos una cacerola con agua a calentar lentamente, añadimos un poco de ácido nítrico, y un puñado de sal común a lo que llamamos Emblanquimiento, este es el primero de los baños, aquí el género recibe su primer color blanco aunque un poco nítido, al ser el género de cobre, y al estar las piezas soldadas con soldadura de plata limada, al entrar en contacto con el agua y el ácido recibe su primera capa de blanco, todo lo que estaba cubierto de soldadura, dejando al descubierto con el color rojizo del cobre lo que no cogió soldadura.

 

Con el género emblanquecido, se saca, se aclara, y se friega con agua y jabón con un cepillo de gratas de metal todas las piezas, se aclaran para que desaparezca las grasas y el jabón, mientras se hace este trabajo se pone al fuego un nuevo recipiente con el plateado, para que lentamente se caliente y coja los grados necesarios para recibir de nuevo al género.0

 

En el recipiente con el liquido caliente se introduce el género, se cubre todo de plateado y se espera diez o quince minutos, se comprueba si el género está o no plateado, si el color es el optimo para poderlo sacar, lo apartamos del fuego y comprobamos que ha quedado correcto para que se enfríe y el género reciba el fregado para su paso a la tercera y ultima fase, con todo correcto repasamos una por una todas las piezas para tener la seguridad de que no tienen nada que pueda dañar tanto al dorado como al género, así pasamos a la tercera y ultima fase,

 

Dorar con un dorado nuevo recién hecho, con cuidado y el esmero que requiere un trabajo de este tipo era una gran alegría para todos, pero como en todas las profesiones siempre hay algo oculto que en principio no se ve, no es que se haga mal, no, solo que por cualquier imprevisto nos encontramos con graves y serios problemas que hay que subsanar lo antes posible.

 

Cuando un trabajo que teóricamente está perfectamente hecho con una experiencia de muchos años, y cuando el resultado es totalmente negativo, con un rendimiento poco habitual es algo que no

Funciona.

 

En la fragua, en un recipiente se encuentra el dorado que lentamente va calentándose, introducimos las piezas plateadas, y en 10-o-15 minutos, al alcanzar los veinte o treinta grados centígrados, observamos como no cubre su objetivo, cosa que no esperábamos, se aparta del fuego, lo pasamos a otro recipiente limpio y vemos que apenas  aparece el color oro, se piensa que puede haber pasado o donde está el fallo.

 

Pensamos que la materia prima no es porque era oro fino de 24 k, lo cual queda descartado, el  pulsiato, dio rápidamente los destellos amarillos entre el color marrón, el subcarbonato de sosa y el cianuro potásico fueron comprados en la farmacia, no podemos saber el tiempo que llevan en los frascos, y al no tener fecha de caducidad estamos como al principio, tampoco podemos añadir ninguno de los productos, porque se alteraría todo, cosa que no obtendríamos resultado positivo y si muchos inconvenientes.

 

Pensando durante minutos, nos damos cuenta que lo que el dorado necesita es aumentarle la fuerza, es decir darle más corriente,

porque tanto el subcarbonato de sosa como el cianuro potásico no se la dieron

 

Para dar más fuerza es preciso darle corriente, pero  la corriente que nos pide, no es una corriente de 125- ó 220 vatios, no

tenemos que olvidar que tanto el liquido  como el cobre son dos grandes conductores de corrientes eléctricas, lo cual por un lado nos

abrasaría el dorado saltando por la estancia, y por otro al género le causaría graves problemas, incluidos los que allí nos

encontráramos.

 

Para subsanar este percance, se comprueban las  notas del proceso, y dice que con una corriente pequeña se puede resolver, con

una pila de linterna de petaca plana, sacamos los dos polos, y haciendo un taladro en las puntas de cada uno fijamos un hilo de cobre, lo

soldamos con tinol, un estaño en limadura  con sus ácidos que suelda a muy baja temperatura.

 

En el polo positivo se coloca el hilo más largo, y en el negativo el más corto, por medio de una varilla de cristal, subimos el

género sobre la mitad, introducimos el hilo positivo, y el negativo se introduce encima del género siendo cubierto por el liquido,

durante 10- 15 minutos  al recibir la corriente de los 12 vatios de la pila, ejerce una reacción quedando el dorado perfecto.

 

También nos puede ocurrir, que de echo ocurre, que la corriente no sea la necesaria y necesite más fuerza, tenemos que recurrir a

dar más corriente, para ello ponemos una pila usada, no se puede dar, al menos no se debe darle una corriente igual a los 12 vatios,

pero sí de 4 a 6 vatios que permite la ayuda.

 

Los problemas no terminan, otra vez que el dorado no dora, una vez visto el resultado  no nos coge el color, tomamos el tiempo

necesario, pasamos el dorado a un recipiente limpio, sacamos el género, y  ver  que pudo pasar, estando todo correcto observamos que

el oro no fue comprado en la Sociedad, sino afinado por nosotros mismos, lo que nos indicaba que no estaba en la ley de los 24 kilates.

 

Con el oro que sobró después de afinado, lo fundimos , lo tocamos en la piedra de toque y nos dio como resultado oro de 18

kilates

 

En el aquilatamiento cuando un artículo contiene metal de dos calidades diferentes, por ejemplo oro de 20 y de 18kilates, el

aquilatamiento se aplica únicamente el de menor calidad, ignorando siempre al mayor.

 

De inmediato, se afinó más oro pero nos preguntamos ¿ que pudo pasar?, las prisas, y lo mal que se hizo, lo raro es que hubiera

salido bien, se hizo todo nuevo hasta que se consiguió quedarlo en la ley de los 24 k.

 

Al estar el oro afinado y su ley, como queda en partículas muy pequeñas casi como en polvo hay que fundirlo de nuevo, con la

barra que se obtiene, y para no caer en el mismo error, lo tocamos en la piedra, y conseguimos ver que el oro está en la ley de los 24

kilates.

 

Haciendo de nuevo dorado, con el género preparado, se dora y ahora conseguimos el color de oro fino.

 

Tenemos que ser  consciente que tanto hacer dorado, como el dorar no es fácil nos encontramos con varios inconvenientes y

sorpresas , siempre a ultima hora, y cuando menos lo esperas, y digo esto porque.

 

Recuerdo que en una ocasión, tuvimos en un dorado la mayor sorpresa nunca vista por nosotros, con el género dentro del

recipiente y pasando los 15- 20 minutos, observamos como encima del género había una capa muy fina que cubría todo el género, con

una varilla de cristal subimos parte del género, y nos encontramos que estaba completamente blanco sin nada de color, la sorpresa fue

mayúscula cuando al tocar las piezas sacadas, nuestros dedos se llenaron de color amarillo.

 

Lo apartamos, sacamos las piezas, blancas y se empezó a ver que había pasado nunca nos pasó nada igual, lavamos las piezas, y

con un colador se coló todo el dorado, no se filtró porque ya se hizo en su momento, y comenzó la búsqueda del error que duró varias

horas.

 

¿Por qué el dorado nos hizo semejante faena? Comprobando todos y cada una de los productos, se pudo averiguar, que no tenia cianuro potásico, producido por un error, cogió un paquete, de pulsiato amarillo creyendo que era el del cianuro potásico, por eso decimos que el cianuro es el producto que fija el dorado  a las piezas.

 

Se decía cuando se hizo el dorado, que el cianuro se machacaba en un papel de estraza pero por error no se hizo, ese fue el fallo,

de echar un mismo producto dos veces.

 

Aquí no acaba el proceso del dorado, una vez que se da por finalizado el dorar, se sacan las piezas, y en un recipiente aparte se aclaran a grifo abierto durantes varios aclarados hasta que estén limpias y desengrasadas, una vez escurridas, se introducen en una caja con serrín y las movemos durante unos minutos, el motivo no es otro que una vez cubiertas  se sequen tanto por una como otra parte, absorbiendo todo lo mojado en el interior  como en el exterior, para ello necesita varias horas, nada mejor que emplear las horas de la noche.

 

A la mañana siguiente con el género completamente seco, lo sacamos de la caja y con un cepillo de pelos fino, vamos quitando el serrín y observamos como queda transformadas dando un color distinto al que salió del dorado con un pequeño brillo, ya que el brillo fuerte es el que se produce a través de bruñido.

 

Acto seguido comenzamos con el bruñido, cuando las piezas están secas y limpias, con  paño limpios y con  el bruñidor frotamos a la pieza con mucho cuidado sin apretar para no rayarlas y  se las saca el brillo, nos encontramos con aquellas piezas que en el primer baño no cogieron el color, quedando el rojizo del cobre, que por medio del bruñido las damos el brillo fuerte.  El motivo de usar  paños limpios y secos,  que al tener que sujetar las piezas con los dedos para poder bruñirlas, es para que no cojan la grasa producidas  por el sudor y no tener que hacer reiteradamente el lavado de las manos.

 

Cuando expuse hacer el dorado decía que los recipientes tenían que recibir el fuego muy lentamente, tanto el liquido como los

género, porque se corría el riesgo de perderlo, por otro lado los recipientes no se pueden tapar, primero porque se va viendo las

evoluciones que tomas los tres baños, segundo al ser más fuerte el fuego. El carbón de la fragua despide unas chispita rojas que se

apagan en el aire y al caer inunda el liquido de impurezas que dañan seriamente tanto al dorado como al género en cualquiera de los

baños, por ese motivo el fuego lento juega un gran papel en todo el proceso.

 

Aparte de lo dicho anteriormente, al ser el fuego más fuerte no encontramos que los recipientes sometidos a mayor

temperatura las porcelanas corren el riesgo de saltarles  el esmalte,   los productos perjudican al hierro no solo de los recipientes,

también a la fragua por corrosión quedando en poco tiempo inservible.

 

El hacer dorado y dorar, es el principio del  final, de un proceso de trabajo de varios meses, con personas que consiguieron

una serie de objeto elaborados en el taller dando forma a los metales, creado con paciencia, cariño, y amor, grandes series de piezas de

la Orfebrería Trujillana.

 

Para darles a conocer con toda clase de detalles, he tenido  retroceder muchos años atrás, con muchas horas, días, meses,

recordar un proceso tan largo, tan complejo y delicado como es recopilar mentalmente datos y detalles, después de años sin hacer  esta

clase de trabajo.

 

Trabajo que no se hace a diario, solo una vez al año, pero a la hora de recomponer todo necesitas tiempo, concentración, y

como no un gran esfuerzo mental.

 

Con bloc y bolígrafo en mano, cuando los recuerdos afloran en la mente, copiar con rapidez lo recordado, recopilar nuevos

datos, consultar los anteriores, sacar datos nuevos tanto positivos como negativos, pero todos valederos, refrescar la memoria después

de tantos años, no es tarea  fácil, teniendo en cuenta que en aquellos años no existían libros que hablaran de cómo hacer el dorado ó

como dorar para mí, es un gran triunfo tanto personal como profesional, aparte de una gran  alegría  el haber podido conseguirlo.

 

La satisfacción, el haber podido recuperar un trabajo olvidado y extinguido después de varias décadas.

 

En aquellos años donde  solo existían apuntes, aunque les puedo asegurar, y lo aseguro que nunca los vimos, ni estuvieron a nuestro alcance, fuimos cinco aprendices, y todos sabíamos que tanto en el hacer dorado como en algo más nos estaban ocultando, ya nos dijeron aquella celebre frase, (hacer dorado no se enseña, se aprende.)

 

Una cosa es no querer enseñar, otra es querer aprender, yo personalmente tuve la suerte o la fortuna , de que bien por mañas o por amor propio, a fuerza de recordar y anotar todo cuanto me venia a la mente, unas veces acertadas y otras no, he conseguido mi objetivo.

 

Hoy por hoy después de muchos años de trabajo, y con todo el dolor de mi corazón he visto agonizar una profesión como es la Orfebrería, Trujillo pierde una vez más algo grande, que durante muchos años hizo embellecer a la mujer trujillana con sus clásicos aderezos de Pascuas de Resurrección, algo que generaciones venideras no conocerán.

 

Pero en compensación quiero darles a todos ustedes, mi satisfacción particular de que conozcan en un espacio corto de tiempo, lo que a mi me costo durante muchos años aprender.

Oct 012007
 

Diego Blázquez de Yáñez.


El autor de estas notas acaba de terminar una obra, HISTORIA DE LA PRENSA EN BADAJOZ, encaminada a su publicación, en breve. Son más de mil páginas que recoge la historia de Badajoz desde el año 1807 que es el inicio de su prensa, con el ALMACÉN PATRIÓTICO, y que articula toda su vida de fenómenos, aconteceres y personajes.

De este libro adelantamos a estos coloquios dos apéndices por creerlos muy significativos:

PERIÓDICOS EN PUEBLOS DE BADAJOZ, restringiéndolos solamente a esta provincia, y

PERIODISTAS EXTREMEÑOS EN EL SIGLO XX, incluyendo a los de toda Extremadura, también en este siglo XX.

Entre estos recogemos una lista de casi doscientos cincuenta periodistas extremeños, que han nacido en la región –casi todos– o, al menos, han trabajado en sus medios. Su formación periodística se debe a varios origines: unos entraron desde su ejercicio de maestros de escuela, otros de cursos específicos y acelerados después de un tiempo en el ejercicio de la profesión en un medio concreto; desde la abogacía y desde la medicina; de la Escuela de Periodismo de la Iglesia o del Estado, y otros, últimamente, de la Facultad de Ciencia de la Información que se crea en Madrid en sus cuatro especialidades: prensa escrita, radio y televisión y publicidad; prensa en Barcelona, Pamplona y Canarias.

Muchos llegaron también a Extremadura, de la Escuela del Debate de D. Ángel Herrera Oria.

 

I

He aquí su nómina por pueblos:

PERIÓDICOS EN PUEBLOS DE BADAJOZ:

–          LA ENCINA BLANCA, 1.896, ALBURQUERQUE.

–          ALOR, ALMENDRAL.

–          ALOR NOVÍSIMO, ALMENDRAL.

–         CAPELA, ALMENDRAL, 1.956-1.960, 2.ª época, 1.979.

–          MONITOR EXTREMEÑO, 1.894, ALMENDRALEJO.

–          LA REVISTA DE ALMENDRALEJO, 1.880, ALMENDRALEJO.

–         EL ECO UNIDO DEL MAGISTERIO, 1.883, AZUAGA. Luego,
EL ECO DEL MAGISTERIO.

–         NUESTRA PARROQUIA, 1.950, CAMPANARIO.

–         EL FRENTE EXTREMEÑO, 1.937, CASTUERA.

–         GIL BLAS, 1-928, CASTUERA.

–         FRENTE EXTREMEÑO, 1.942, CASTUERA.

–          JUVENTUD, 1.918, DON BENITO.

–         EL MOSQUITO, 1.897, DON BENITO.

–          LAS NOTICIAS, 1.885, DON BENITO.

–         LA PRENSA, 1.886, DON BENITO.

–         EL PROGRESO, 1.891, DON BENITO.

–         LA SEMANA, 1.885, DON BENITO.

–         LAS NOTICIAS, 1.885, DON BENITO

–          HINOJOSA, HINOJOSA DEL DUQUE.

–          LA VERDAD, 1.934, HINOJOSA DEL DUQUE.

–          EL ANUNCIADOR EXTREMEÑO, 1.891, DE FREGENAL DE LA
SIERRA.

–          EL AMIGO DE LA VERDAD, 1.886, FREGENAL DE LA SIERRA.

–          BOLETÍN LITERARIO DE EL ECO, 1.882, FREGENAL DE LA
SIERRA.

–          EL ECO DE FREGENAL, 1.880, FREGENAL DE LA SIERRA.

–          EL FLOKLORE BÉTICO-EXTREMEÑO, 1.883, FREGENAL DE
LA SIERRA.

–          EL FREXNENSE, 1.889, FREGENAL DE LA SIERRA.

–          EL LÁTIGO, FREGENAL DE LA SIERRA.

–         EL NENE, 1.896, FREGENAL DE LA SIERRA.

–         NOSOTROS, 1.929, FREGENAL DE LA SIERRA.

–          EL SOL, FREGENAL DE LA SIERRA.

–          BOLETÍN AGRARIO DE EL ECO DE FREGENAL.

–         GÉVORA, 1.950, POESÍA Y PROSA, (a ciclóstil, Álvarez Lencero).

–          EL ÁGUILA EXTREMEÑA, 1.899, JEREZ DE LOS CABALLEROS.

–         EL JEREZANO, 1.881, JEREZ DE LOS CABALLEROS.

–          LA OPINIÓN, 1.897, JEREZ DE LOS CABALLEROS.

–         HISTORIA DEL PERIODISMO EN LLERENA, 1.898, por
Eulogio Montero. (Se citan hasta diez, que no trascribimos).

–         BOLETÍN ECLESIÁSTICO DE SAN MARCOS DE LEÓN,
LLERENA.

–         EL DOMINGO, LLERENA.

–         EL INDEPENDIENTE, 1.884, LLERENA.

–         REVISTA LITERARIA MISCELÁNEA (a ciclóstil), LLERENA.

–         LA SOLUCIÓN, 1.884, LLERENA.

–         SUR DE EXTREMADURA, 1.887, LLERENA.

–         EL EMERITENSE, 1.880, MÉRIDA.

–         FALANGE, 1.936, MÉRIDA.

–         GIL BLAS, 1.910, MÉRIDA.

–         MÉRIDA, 1.930, MÉRIDA.

–         LA INDEPENDENCIA EXTREMEÑA, 1.872, MÉRIDA.

–         EL LUSITANO, 1.895, MÉRIDA.

–         VERDAD, 1.900, MÉRIDA.

–         MÉRIDA (REVISTA OFICIAL DE FERIAS), 1.999, MÉRIDA.

–          EL NOTICIERO, 1.901, MÉRIDA.

–          ESTRÍA, HOJAS DE POESÍA, ROMA, BADAJOZ, MÉRIDA

–          OLALLA, MÉRIDA.

–          LA REPÚBLICA, 1.897, MÉRIDA.

–          LA VANGUARDIA, 1.930, MÉRIDA.

–          JAIRE, 1.955, MÉRIDA.

–          EL AVANCE, 1.933, MONTIJO.

–          LA COTORRA, 1.895, MONTIJO.

–          GENTE NUEVA, 1.920, MONTIJO.

–         PERIODISMO REPUBLICANO, Autor MONTIJANO de nuestros
días. (Se citan varios)

–          REVISTA OFICIAL DE FERIA, 1.949, OLIVA DE LA
FRONTERA.

–          GRACIA Y COLÓN, 1.932-61, OLIVA DE LA FRONTERA.

–          EL ARTE, 1.894, OLIVENZA.

–         EL ESTANDARTE MÉDICO, 1.855, (Se edita en Badajoz, se
redacta en Olivenza).

–          EL GUADIANA, 1.845, OLIVENZA, BADAJOZ.

–          MEMORIAL MILITAR Y PATRIÓTICO, OLIVENZA.

–         EL OLIVENTINO, 1.882, OLIVENZA.

–          EL PASATIEMPO, OLIVENZA.

–          EL POPULAR, 1.899, OLIVENZA,

–         EL RECREO, 1.879, OLIVENZA.

–          EL VIENTO, 1.889, OLIVENZA.

–         HISTORIA DE LA PRENSA OLIVENTINA (de Jesús Rincón).(Se citan varios)

–          NUEVOS HORIZONTES, 1.975, SAN VICENTE DE
ALCÁNTARA.

–         LA PUERTECITA, 1.980, SAN VICENTE DE ALCÁNTARA.

–         LA VANGUARDIA, 1.916, SAN VICENTE DE ALCÁNTARA.

–          BOLETÍN PARROQUIAL, 1.917, SANTOS DE MAIMONA.

–         LÚMEN, SEGURA DE LEÓN.

–          LA SERENA, 1.921, BOLETÍN DE LA SERENA.

–          CÁMARA AGRÍCOLA, 1.900, VILLAFRANCA DE LOS BARROS.

–          EL ECO DE LOS BARROS, 1.894, VILLAFRANCA DE LOS     BARROS.

–          EL LÁTIGO, 1.930, VILLAFRANCA DE LOS BARROS,

–          LA VOZ DE LOS BARROS, 1.900, VILLAFRANCA DE LOS  BARROS.

–          EL HERALDO DE LA SERENA, 1.918, VILLANUEVA DE LA  SERENA.

–          LA LID CATÓLICA, 1.896, VILLANUEVA DE LA SERENA.

–          MONTERILLA, 1.881, VILLANUEVA DE LA SERENA.

–         LA REVISTA DE VILLANUEVA DE LA SERENA, 1.881.

–         LA VOZ DEL PUEBLO, 1.931, VILLANUEVA DE LA SERENA.

–         EL HERALDO DE ZAFRA, 1.902.

–          EL LÁTIGO, 1.901, ZAFRA.

–          LA VOZ, 1.901, ZAFRA.

–         ANGELUS, REVISTA DE POESÍA DEL TEOLOGADO CLARETIANO, ZAFRA.

–          EL DESPERTADOR MUNICIPAL, 1.885, ZALAMEA.

 

 

 

 

II

 

 

PERIODISTAS EXTREMEÑOS DEL SIGLO XX:

NOTA BENE:

Aquí se recoge en lista casi doscientos cincuenta periodistas extremeños del siglo XX. Entre los pocos no nacidos en EXTREMADURA, al menos, han trabajado en algunos de sus medios.

Unos vienen de EL DEBATE, otros sencillamente, de unos cursos acelerados después de años en ejercicio de la profesión. Otros de la Escuela de Periodismo del Estado, de la Iglesia, y por último de la Facultad de CC. de la II.

§  Abarrátegui, Federico. De la Asociación de la Prensa de Badajoz, 1923

§  Aguinaga López, Enrique. De Valverde del Fresno, Cáceres, 1923.

§  Alba Cotrina, Diego. De Alburquerque, Badajoz, 1923.

§  Albalá Cortijo, Alfonso. De Coria, Cáceres, 1909.

§  Almeida Lorences, M.ª Jesús. De Badajoz, 1953.

§  Almela Lacárcel, José María. Redactor de Hoy y en Badajoz.

§  Almela Rejas. De Villanueva de la Serena, Badajoz, 1949.

§  Alonso Corral, Antonio. De Cabeza del Buey, Badajoz, 1937.

§  Alonso Lozano, Ascensión. De Badajoz, 1953.

§  Alonso Salinas, M.ª Dolores. De Quintana de la Serena, 1942.

§  Altaminaro Durán, José. De Villafranca de los Barros, 1902.

§  Álvarez de Uribarri García, Gabriel. De Cáceres, 1920.

§  Apostua Palos, Luís. De Villanueva del Fresno, 1925.

§  Aradillas Agudo, Antonio. De Segura de León.

§  Arganzuelo (pseudónimo de Pérez Lozano, José M.ª. De Navalmoral de la Mata,
Cáceres.

§  Arias Ángeles, Juan-Enrique. De Almendralejo, 1941.

§  Arias Camisón Ascensión, Francisco Javier. De Torre de D. Miguel, Cáceres.

§  Arpe Caballero, Juan. Redactor de HOY, 1912.

§  Audije Vega, Francisco. De Cañamero, Cáceres, 1953.

§  Baltasar Ruiz, Enrique. De Badajoz, 1933.

§  Ballester Soto, Vicente. Redactor jefe de HOY en 1917.

§  Baró Quesada, José. De Madrid, 1917 y colaborador de Extremadura.

§  Barriga Bravo, José Julián. De Santiago del Campo, 1943.

§  Barrio Rodríguez. Pozuelo, 1916. Redactor de HOY.

§  Benítez Inglott, 1933-36. Redactor de HOY.

§  Bentura Sariñena. Redactor de HOY, 1933-36.

§  Bermejo Chamizo, José M.ª. De Llerena, 1952.

§  Bermejo González, Francisco. De Guijo de Santa Bárbara, 1927, Cáceres.

§  Bermejo Jiménez, José María. De Tornavacas, 1947, Cáceres.

§  Bermejo Ávila, José Manuel. De la Cumbre, 1943, Cáceres.

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Oct 012007
 

José Luis Barrio Moya.

Instituto de Estudios Madrileños. 

Muchos años antes de que Felipe II eligiera en 1561, a Madrid como capital de su Monarquía, la villa castellana tenía a sus espaldas una larga historia, que con relativa frecuencia ser ha querido obviar. En efecto a lo largo de la baja Edad Media se asentaron en Madrid  importantes familas que no solamente se hicieron con los más altos cargos del gobierno municipal sino que también levantaron iglesias y palacios. Sin embargo muy poco es lo que en Madrid se ha conservado de los edificios erigidos durante los siglos XIV,XV y XVI – alguna torre  mudéjar o la muy restaurada nave de la iglesia de los Jeerónimos – antes de que la decisión real la convirtiera en la capital de un enorme imperio. No obstante, y de manera casi inexplicable, ha llegado hasta nuestros días una de las obras más suntuosas del renacimiento castellano: la capilla de Santa María y San Juan de Letrán, más conocida como la del obispo de Plasencia, don Gutierre de Vargas y Carvajal, que lo fue la diócesis placentina entre 1524 y 1559, año de su muerte.

Don Gutierre de Vargas y Carvajal nació en Madrid en 1506. Fueron sus padres el hidalgo madrileño don Francisco de Vargas, hombre de entera confianza de la Reyes Católicos y del emperador Carlos V, y la señora extremeña doña  Inés de Carvajal, perteneciente a una familia muy afecta a la monarquía castellana, como asi lo demuestra el hecho de que su padre, don Francisco de Carvajal  fuera  el principal artífice de que en 1488, Plasencia se incorporase a la corona de Castilla.

Don Gutierre de Vargas y Carvajal fue el segundón de la familia, lo que determino su destino , como era costumbre de la época, en la carrera eclesiástica. El destacado papel que don Francisco de Vargas tenía en la Corte, allanó el camino para que su hijo ocupara, desde muy joven altos cargos en la Iglesia. En 1519, don Gutierre de Vargas y Carvajal ya gozaba de una canonjía en la catedral de Toledo, siendo a la vez  de abad de Santa Leocadia.

El 25 de mayo de 1524, y cuando solamente contaba con diez y ocho años de edad, don Gutierre de Vargas y Carvajal, fue promovido para ocupar el obispado de Plasencia , vacante por la muerte, en 1523,de su titular hasta entonces don Bernardino López de Carvajal. Pero el flamante prelado placentino tenía más aficion a la vida mundana, incluida la militar, que la religiosa, lo que fue causa, desde el comienzo de su gobierno en la sede extremeña, de muy serios enfrentamientos con los miembros del cabildo. Su vida licenciosa era motivo de escádalo, complicada aún más por sus aficiones bélicas, que se manifestaron en su intervención en los conflictos surgidos entre las familias de los Carvajal y Zúñiga por hacerse con el señorio de Plasencia. Como ejemplo de su poca edificante existencia hay que reseñar al hijo nacido de las relaciones de don Gutierre de Vargas y Carvajal con la señora toledana doña María de Mendoza, emparentada con los marqueses de Almazán (1).

Durante muchos años el obispo de Plasencia siguió llevando una vida poca acorde con sus cargos eclesiásticos, que en nada se diferenciaba de la de muchos cardenales italianos de la época. Pero un acontecimiento histórico de  gran envergadura, cambió radicalmente la errática existencia de don Gutierre de Vargas y Carvajal, su asistencia al Concilio de Trento. El 23 de diciembre de 1550 el emperador Carlos V remitió desde la ciudad alemana de Augsburgo una carta al obispo de Plasencia pidiéndole su presencia a la magna asamblea religiosa. Pero aquella oferta fue rechazada por don Gutierre de Vargas y Carvajal por encontrarse enfermo. Sin  embargo en 1551, el obispo de Plasencia ya se encontraba en la ciudad italiana, donde conoció a los jesuítas Diego de Laynez y Alfonso de Salmerón, leyendo durante su estancia alli los Ejércicios espirituales, de San Ignacio de Loyola. Aquellas experiencias cambiaron la vida del prelado placentino que, a partir de entonces fue ejemplar. De regreso a Plasencia fundó en aquella ciudad un colegio de jesuítas, dedicado a formar sacerdotes qu tuvieran la educación necesaria para enfrentarse a la reforma luterana. Desde Plasencia don Gutierre de Vargas y Carvajal se trasladó a Madrid, donde enfermó de gota gravemente, por lo que pasó a la villa cacereña de Jaraicejo, perteneciente a los obispos placentinos, para recuperar la salud, ocurriendo todo lo contrario, puesto que falleció en ella el 27 de abril de 1559, siendo sus restos depositados en un  principio, en la iglesia de Torrejón el Rubio. En 1560, y cumpliendo su deseo testamentario, el cuerpo del obispo de Plasencia fue traido a Madrid para ser sepultado en la capilla de Santa María y San Juan de Letrán, fundada por su padre y que el convertiría en panteón familiar.

La capilla de Santa María y San Juan de Letrán fue fundada  en 1520,por don Fernando de Vargas para guardar en ella el cuerpo de San Isidro, custodiado hasta entonces en la vecina iglesia parroquial de San Andrés. Pero el empeño de don Francisco de Vargas chocó frontalmente con la fuerte oposición que a su proyecto interpuso el párroco de San Andrés. Pero no era el padre del obispo de Plasencia persona que se amilanase ante las dificultades, recurriendo para conseguir sus desinios hasta al  papa León X, quien autorizó el traslado de los restos de San Isidro a la nueva capilla. Don Fernando de Vargas falleció en 1523, sin haber logrado ver concluida su capilla, cosa que llevó a cabo su hijo en 1535.

Los restos del patrón de Madrid permanecieron en la capilla de los Vargas hasta 1544, año en que regresaron a su primitivo emplazamiento en San Andrés. El motivo de este nuevo trasiego fue la denuncia del párroco de la iglesia ante el cardenal Tavera, arzibispo de Toledo, de las constantes disputas entre los oficiantexs de misas de la parroquia y la capilla. También se consiguiió que la puerta que comunicaba ambos recintos sagrados fuera tapiada, para que no hubiera ninguna relación entre ellos. Quedó entonces la capilla vacia de contenido, por lo que don Gutierre de Vargas y Carvajal decidió convertirla en panteón familiar, donde depositar los restos de sus padres y los suyos propios.

La capilla del Obispo de Plasencia se encuentra en la madrileña Plaza de la Paja y constituye uno de los escasos restos de arquitectura del gótico final en la villa y Corte. Consta de una sola nave con el coro a los pies y cubrimiento de bóvedas de crucería, cuyas claves aparecen adornadas con los escudos de los Vargas. El ábside, de cinco lados, lleva pilares góticos finamente trabajados (2).

Don Gutierre de Vasgas y Carvajal dotó a su capilla funeraria de un soberbio  retablo, de madera, y de los sepulcros de sus padres y de él mismo, realizados en alabastro, que constituyen una de las obras más suntuosas del renacimiento español. Todas aquellas obras fueron encargadas a Francisco Giralte, discipulo de Alonso de Berruguete, quien inició los trabajos en 1547,

El retablo de la capilla del Obispo se adapta perfectamente al ábside de la capilla, y presenta en la entrecalles, figuras de apóstoles, padres de la Iglesia y santos, mientras que en los cuerpos principales se desarrollan escenas de la infancia y Pasión de Cristo. Todas las esculturas tienen claros ecos del estilo de Alonso de Berruguete aunque algunas figuras en sus proporciones, en la corrección, en la talla, evocan algunas características derivadas de Siloé, quiza fruto de una misma formación italiana, que fundamenta el predominio del idealismo en las formas sin  alcanzar el extraordinario expresivismo de los maestros vallisoletanos (3).

A ambos lados del retablo se encuentran, bajo sendos arcosolios y en actitud arrodillada, las figuras de los padres de don Guetierre de Vargas y Carvajal, minuciosamente trabajadas y todo ello decorado con el repertorio ornamental del mejor renacimiento castellano. Pero lo más importante que conserva la capilla del obispo nada puede hacer sombra al magnífico sepulcro de don Gutierre de Vargas y Carvajal, situado en el lateral de la epístola. Obra sorprendente, ejecutada con un virtuosísmo que raya en la perfección, pero algo confusa en su composición y exuberancia decorativa. Aparace el prelado arrodillado ante un reclinatorio y acompañado por su capellán mayor, el licenciado Barragán y dos acólitos vestidos con sobrepellices. El encuadramiento es un arco de medio punto flanqueado por dobles columnas jónicas y estriadas, y todo decorado con multitud de figurillas formando un  conjunto único, obra maestra del escultura funeraria española del siglo XVI (4).

Francisco Giralte nació en Palencia en 1510. Díscipulo de Alonso de Berruguete, trabajó con su maestro en la sillería superior del coro de la catedral de Toledo. Artista muy prolífico, realizó numerosos retablos, entre ellos los de las iglesia de Cisneros y Villamentero de Campos, asi como el de la capilla del doctor Corral en la Magdalena de Valladolid, tal vez su obra mas personal. A causa  de un pleito con Juan de Juni por la adjudicación del retablo de Nuestra Señora de la Antigua , que ganó el francés, Giralte se trasladó a Madrid, siendo requerido por don Gutierre de Vargas y Carvajal para las obras de su capilla. Intervino también Giralte en el retablo de la localidad segoviana de El Espinar, falleciendo en Madrid en 1576 (5).

El retablo y los sepulcros de la capilla del obispo han gozado siempre  de muy buena prensa. Asi Jerónimo de la Quintana calificaba la tumbra de don Gutierre de Vargas y Carvajal, de suntuosa, apostillando que las figuras del tan natural de sus originales, que parece quiere competir el arte con la naturaleza en el primor dellas (6).

Se debe al ilustrado Antonio Ponz no sólo una minuciosa descripción del retablo y sepulcros de la capilla del obispo, sino también el acertar con el autor de aquella obras. Francisco Giralte,. por papeles de su archivo. Más atento al retablo que a los  enterramientos, afirma del primero que se debe reputar entre los que más trabajo de escultura tienen en España y por de lo mejor que aquí se hacia a principios del siglo XVI (7). Por su parte Álvarez y Baena no duda en calificar el retablo como el de la mejor escultura que tiene España (8). Tampoco ahorraron elogios al retablo y sepulcros de la capilla madrileña Pascual Madoz y Ramón de Mesonero Romanos, y mucho menos Elías Tormo quien califica los enterramientos de ricos y suntuosos y de mayor gentileza, por su más delicada unidad arquitectónica y de toda la composicón (9).

Desgraciadamente, y desde hace ya muchos años, la capilla del obispo de Plasencia permanece inivisible al píblico, ignorándose cuando se abriran las puertas de uno de los recintos sacros de Madrid, que tiene el honor de guardar en su interior una de las muestras más señeras del renacimiento hispano.

Pero la generosidad de don Gutierrre de Vargas y Carvajal con su capilla fue más alla de costear retablo y sepulcros, puesto que también donó a la misma toda una rica serie de objetos de plata y ropas litúrgicas  de gran valor, para que el culto divino se celebrase con el mayor esplendor. Sin embargo el paso del tiempo y de la historia hicieron desaparecer muchos de aquellos regalos, aunque algunos todavía se conservaban en una fecha tan tardia como 1661, año en que se hizo un minucioso inventario de todos los objetos que aún se guardaban en la mencionada  capilla.

El 11 de enero de 1661 y ante el escribano Jerónimo de la Flor, fray Martín García, sacristán  nayor de la iglesia de San Andrés declaraba que el presbitero Andrés González, natural de la localidad conquense de Villanueva de la Jara, entraba a servir desde oy dia de la fecha desta scriptura el oficio de sacristan mayor de la capilla de Nuestra Señora y San Juan de Letran que llaman del señor obispo de Plasencia, que esta junto a la parroquia de San Andres, y por lo que le an de entregar todos los ornamentos, bestuarios, alaxas de plata y otras cosas tocantes y pertenecientes del servicio de dicha capilla y sacristia(10).. Actuaron como fiadores de Andrés González, el ya citado fray Martín García  y  Francisco Cano, sacristán mayor de la iglesia de San Andrés.

Una vez que se realizó el inventario de los bienes de la capilla fueron entregados al nuevo sacristán por el capellán mayor de la misma, don Luis Méndez, mientras que  los fiadores de Andrés Gonzaléz se comprometían a que de todo ello tendrian que dar cuenta y raçon de todo el dia que se le pidiese quenta o hiciese dejacion de dicha sacristia y si algo faltare lo an de pagar lo que valiese al dicho capellan mayor que es o fuere con solo esta escriptura sin otro ynstrumento alguno.

            El día 13 de enero de 1661, y ante el ya mencionado escribano Jerónimo de la Flor, el flamante sacristán mayor de la capilla del obispo, confesaba los objetos de culto de la misma que le entregaba el licenciado Luis Méndez, capellán mayor de ella (11).

Entre los bienes registrados se encontraban numerosas piezas de plata, tales como cruces, candeleros, cálices, patenas, platos, portapaces, ciriales, incensarios. acetres y custodias. Se contabilizaban también varios misales, unos impresos en Amberes y otros en Madrid, asi como numerosos textiles : bolsas de corporales, cortinas, tafetanes de cálices, albas, amitos, roquetes, casullas, frontales de damasco y terciopelo, capas, alfombras, etc. Había asimismo algunos muebles, arquillas, braseros, atriles, bancos y mesas y dos cuadros, una Resurrección y una María Magdalena no registrados por Ponz.

De las pertenencias que don Gutierra de Vaergas y Carvajal donó a su capilla todavía se conservaban en 1661, unos zapatos de raso morado del señor obispo y de sus regalos un terno de damasco blanco, rico y bordado de oro  con las armas del señor obispo, casulla, dos estolas y tres almaticas, collares, manipulos, todo aforrado en bocaci açul con su capa y frontal y paño de facistol de lo mismo.

            En la actualidad nada de lo reseñado en el inventario de 1661 se conserva en la capilla del obispo de Plasencia

 

NOTAS.-

(1).- Un buen trabajo sobre el obispo de Plasencia es el de Asunción Fernández Hoyos.- El obispo Don Gutierre de Vargas, un madrileño del Renacimiento,Madrid, Caja Madrid, 1994.

(2).- Para todo lo relacionado con la capilla del obispo de Plasencia véase José María de Azcárate y Ristori.- La Capilla del Obispo en la iglesia de  San Andrés,Madrid, Aula de Cultura, nº.7, Instituto de  Estudios Madrileños. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1971.

(3).- José María de Azcárate y Ristori.- Escultura del siglo XVI , Ars Hispaniae, Vol. XIII, Madrid, edit. Plus Ultra, 1958, pág. 191.

(4).- Vid. María José Redondo Cantera.- El sepulcro en España en el siglo XVI. Tipología e iconografía, Madrid, Ministerio de Cultura, 1987.

(5).- José María Caamaño Martínez.- “Francisco Giralte” en Goya, nº. 76, 1967, págs. 230-239.

(6).-  Jerónimo de la Quintana.- A la muy antigua, noble y coronada villa de Madrid. Historia de su antigüedad. nobleza y grandeza, Madrid 1629, pág. 73 vltª.

(7).- Antonio Ponz.- Viaje de España, Tomo V, 3ª ed., Madrid 1793, pág. 113.

(8).- José Antonio Álvarez y Baena.- Compendio histórico de las grandezas de la coronada villa de Madrid, Madrid 1786, pág. 82.

(9).- Elías Tormo.- Las iglesias del antiguo Madrid, Madrid, Instituto de España, 1972, pág. 45.

(10).- Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Protocolo = 8523, folº. 14-14 vltº. Ver documento 1º.

(11).- Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Protocolo = 8523, folº. 15-20. Ver documento  2º.

 

DOCUMENTO 1º.-

Fiança el lizenciado Andres Gonzalez.

                                                                                              en 11 de henero de 1661.

En la villa de Madrid a onçe dias del mes de henero año de mill y seiscientos y sesenta y uno ante mi el escribano y testigos parecieron el lizenciado Andres Gonzalez y el lizenciado Alonso Castillejo presbiteros, vecinos y naturales de Villanueva de la xara, obispado de Cuenca como principales y el lizenciado Martin garcia presvitero y Francisco cano, sacristan mayor de la parroquia de señor San Andres como sus fiadores y llanos pagadores, haciendo como hacen de deuda y casso suio propio, sin hacer excusion en los vienes de los principales y a mayor abundamiento juntos i de mancomun, a voz de uno y cada uno de por si ynsolidum, tenidos y obligados, renunciando  como renunciaron las leies de la mancomunidad como en ellas se contiene = y dijeron que por quanto el dicho lizenciado Andres Gonzalez entra a servir desde oy dia de la fecha desta escriptura el oficio de sacristan mayor de la capilla de Nuestra Señora y San Juan de Letran que llaman del señor obispo de Plasencia, que esta junto a la parroquia de señor San Andres y por que le an de entregar todos los ornamentos, bestuarios, alaxas de plata y otras cosas tocantes y pertenecientes del servicio de dicha capilla y sacrestia por el capellan mayor y capellanes de ella = y ahora en la mejor via y forma que mejor aia lugar en derecho, otorgan a que todo lo que se le entregare por inbentario firmado por el dicho lizenciado Andres Gonzalez daran quenta y raçon de todo el dia que se le pidere quenta o hicere dejacion de dicha sacrestia, y si algo faltare lo an de pagar, lo que valiere, al dicho capellan mayor que es o fuere con solo esta escriptura sin otro ynstrumento alguno con pena de execucion y costas de la cobrança = y si para qualquier cosa, aparte de lo contenido en esta escriptura, fuere necesario ynviar persona fuera desta Corte contra los dichos otorgantes y sus vienes a donde quisiera que fueren hallados, con seiscientos maravedis de plata   en cada un dia de los que en la cobrança se ocupare con mas la yda y buelta a esta Corte, contando los dias de camino a ocho leguas por dia y la ocupacion y trabajo en ella, desde luego lo dejan y difieren en su juramento y declaracion simple, sin otra prueba de que le relievan, los quales salarios pagaran sin embargo de las pregmaticas que los prohiben = y para que lo abran por firme obligan sus personas y vienes avidos y por aver, dieron poder cumplido a las Justicias y Jueces de Su Santidad, a cuio fuero y jurisdicion se sometieron y en especial al señor nuncio y vicario desta villa de Madrid y a cada uno ynsolidum, renunciaron su propio fuero y jusridicion y domicilio y la ley sit conveneridde jursidictione omniun judicum para que se lo agan cumplir como por sentencia pasada en cosa juzgada, renunciaron las leies de su favor con la general en forma = otrosi renunciaron  el capitulo o duardus de seran penis de absolucionibus y todas las demas que ablan en su favor, en cuyo testimonio lo otorgaron  asi, siendo testigos el lizenciado Juan de Cortazar, Antonio de Salas y Domingo Abarca residentes en esta Corte y los otorgantes a quien doy fee conozco lo firmaron.

el licdº. Andres Gonzalez de tevar. Alonso de Castillejo Gonzalez, lizdº. Martin Garcia Asenjo. Francisco Cano, Ante mi = Jeronimo de la Flor.

(ARCHIVO HISTÓRICO DE PROTOCOLOS DE MADRID.- Protocolo = 8523, folº. 14-14 vltº. Escribano = Jerónimo de la Flor).

 

 

 

DOCUMENTO 2º.-   

                                                                                              en 13 de anero de 1661.

En la villa de Madrid a trece dias del mes de henero año de mill y seiscientos y sesenta y uno ante mi el escribano y testigos parecio el licenciado Andres Gonzalez de Tevar, presvitero, sacristan mayor nombrado de la capilla de Nuestra Señora y san Juan de letran que llaman del señor obispo de Plasencia, que esta junto a la parroquia de señor san Andres desta villa = y dijo que por quanto esta nombrado por tal sacristan mayor y entro a servir la sacristia de dicha capilla y se le entregaron las cosas de plata, ornamentos y ropa blanca y otras cosas y todo lo demas del servicio de la dicha capilla y sacrestia como vienes propios de ella para dar quenta con pago cada y quando que se le pida y fuere mandado, conforme a las fianças que tiene dadas en onçe dias deste presente mes de henero de mill y seiscientos y sesenta y uno ante mi el presente escrivano a favor del señor capellan mayor de dicha capilla y demas personas que son lexitimas a que se refiere = y los vienes que assi recivi y estan oy en su poder, que se los entrego el señor licenciado Luis  Mendez capellan mayor de ella son los siguientes

– primeramente una cruz de plata, que es el guion llano.- yten otra cruz de plata con su pie redondo. acincelado y lo demas liso con su Christo.- mas un pixide de plata blanca para guardar el Santisimo Sacramento en el sagrario, es a modo de ostiario.- mas otras dos cruces de plata lisas por encima y el pie acinçelado.- mas seis candeleros de plata, los quatro de ellos mas altos que los dos, acinçelados.- mas otros dos candeleros de plata pequeños y llanos.- mas otros dos ciriales de plata grandes con sus basas de lo mismo.- mas un yncensario de plata con su naveta y cuchara de lo mismo.- mas una campanilla de plata con algunos relieves sobre dorados.- mas un portapaz de plata con la oracion del guerto.- mas una custodia de plata sobredorada donde se pone el santisimo sacramento con su caja negra.- mas quatro calices de plata, el uno dorado con sus esmaltes, con patena dorada, y los otros blancos con sus patenas.- mas dos platos de plata llanos, el uno mayor que el otro.- mas quatro vinajeras de plata blanca, sin coberteras.- mas un acetre de plata esquinado con su hisopo de lo mismo.- mas una cruz de vidrio esmaltada de açul y blanco con un Christo.- mas un aguamanil de bronce que esta en la sacristia.- mas dos campanillas de bronce, una mayor que otra para las misas reçadas.- mas un espexo grande que esta en la sacristia.- mas cinco misales, el uno grande de Antuerpia y los otros dos de Madrid llanos y otros dos viejos.- mas dos libros de los Evanjelios y epistolas para los diaconos.- mas un brebiario de marca mayor, nuevo, que esta en el coro con otros cinco libros grandes que estan en el estante de dicho coro.- mas quince bolsas de corporales, las quatro bordadas y las demas llanas, de diferentes colores con diez y siete corporales con sus hijuelas.- mas diez y seis tafetanes de calices de diferentes colores.- mas cinco tafetanes grandes de ombros, de diferentes colores.- mas se añaden otros dos tafetanes de ombros, verde y morado.- mas dos mangas de tafetan para el guion, una blanca y otra morada barreteada.- mas un doselico de tafetan para el guion con caydas de tabi que sirbe en el atril.- mas cinco albas, las dos con puntas y las demas llanas.- mas se an echo tres albas nuebas con puntas y seis amitos.- mas diez sabanas de altares.- mas quatro roquetes, los tres nuevos y el uno biejo.- mas quatro toallas, las dos de ellas con puntas.- mas seis amitos.- mas dos paños de manos largos que estan junto al aguamanil dde la sacrsitia.- mas una sobreplliz de lienço gordo que sirve al sacristan mayor.- mas catorce corna altares.- mas un terno rico de brocado, de tres altos, de ymagineria con sus fundas de cordellate blanco, que es casulla, almaticas con sus collares con una estola, seis manipulos con su frontal y frontaleras y capa de lo mismo.- mas un terno bordado, algo de morado alcachofado y amarillo, de tres altos, casulla y almaticas con sus collares, con una estola y manipulo, con fundas de cordellate blanco.- mas un terno de damasco blanco, rico y bordado de oro con las armas del señor obispo, casulla, dos estolas y tres almaticas, collares, manipulos, todo aforrado en bocaci açul con su capa y frontal y paño de facistol de lo mismo.- mas un forntal blanco de damasco con sus frontaleras y caydas que sirve al altar de san Francisco.- mas tres casullas de damasco blanco con cenefas de brocatel con sus estolas y manipulos.- mas dos almaticas del o mismo que sirven para las misas de Nuestra Señora los sabados con sus collares.- mas un frontalillo blanco de tela de oro con sus franjones de oro, con su funda blanca de cordellate que es el dio la señora marquesa de San Vicente patrona de la capilla.- mas tres frontales de catalufa con sus estolas y manipulos.- mas una manga blanca de cruz bordada.- mas tres palias que sirven de tabernaculo del santisimo sacramento, las dos de ellas negras con una cruz en medio y la otra blanca bordada donde esta pintado el Santisimo Sacramento.- mas otra palia de damasco blanco con una cruz que la atraviesa, de oro y tela que la dio la señora marquesa de San Vicente.- mas un terno de damasco colorado carmesi con faldones bordados, con su capa y paño de facistol y frontal de tela con frontaleras y caydas bordadas.- mas otro terno de terciopelo colorado con faldones de tela amarilla y capa de lo mismo con sus estolas y dos manipulos.- mas tres frontales, el uno de terciopelo colorado que sirv en el altar mayor y los otros dos de raso carmesi con unas listas blancas que sirven en los colaterales.- mas dos estolas de rasso carmesi, launa con su manipulo y la otra de terciopelo carmesi con su manipulo.- mas una casulla deraso carmesi con su cenefa de terciopelo colorado con su estola y manipulo.- mas dos frontales de brocatel con sus frontaleras de raso carmesi y caydas de ramos cortados con sus fluecos alrededor.- mas una casulla de tafetan colorado con cenefa bordada, con estola y manipulo.- mas una frontal de damasco colorado con sus frontaleras que sirven en el altar de San Francisco.- mas una manga colorada de raso carmesi bordada que servia a la cruz.- mas un terno de rasso bordado de oro con cenefa y faldones de raso carmesi tamvien bordadas, aforrado todo en raso dorado, sin estolas ni manipulos.- mas una capa de tafetan cerde con unos galones de plata con su capilla.- mas tres casullas, las dos de raso verde y la otra de terciopelo con cenefas de chamelote con sus estolas y manipulos.- mas un frontal de terciopelo verde con cenefas de terciopleo pardo pegadas al mismo frontal que sirve al altar mayor.- mas dos frontales delo propio que sirven a los colaterales.- mas una casulla de tafetan berde con su estola y manipulo que sirven en el altar de San Francisco.- mas un frontal de lo mismo con sus frontaleras y caydas que sirve al dicho altar.- mas una casulla de terciopelo açul fallada de estrellas, sin estola ni manipulo con su frontal de lo mismo, sin caydas. – mas una frontalera con sus caydas de raso açul celeste con unos ramos blancos y colorados y pajiços.- mas una frontalera con caydas. colorada y con dos escudos de armas, el uno de los Chacones y el otro de los Ayala.- mas un terno morado de damasco con cenefas de tela de oro amarillo con sus collares y la casulla guarnecida con pasamanos de plata con sus manipulo, sin estola.- mas dos casullas moradas de raso, viejas, con sus estolas y manipulos.- mas una capa de lo mismo de damasco y la capilla de terciopelo negro que es la que se quito de una de las capas negras porque no la tenia.- mas un paño de pulpito de pulpito de damasco morado con fluecos de oro y cenefas de lo propio.- mas un estolon ancho, morado para el tiempo de quaresma.- mas tres frontales dorados de terciopelo del altar mayor y colaterales con caydas de terciopelo naranjado.- mas una casulla de tafetan morado guanecida alrededor con flueco de seda con estola y manipulo que sirve al altar de San Francisco.- mas dos casullas de damasco morado con cenefas a tafetan doble de rasso seca con sus estolas y manipulos.- mas otra estola y manipulo de lo mismo.- mas un frontal de tafetan morado con frontaleras y caydas de lo propio que sirve al altar de San Francisco.- mas una casulla de tela de oro que tiene por cenefa la raiz de Jese, sin estola ni manipulo.- mas un terno de terciopelo negro con galones y guarnicion de terciopleo pardo y la casulla tiene la cenefa de raso amarillo.- mas tres frontales de raso negro con frontaleras de raso pardo para el altar mayor y colaterales.- mas una capa de raso negro con cenefa de terciopelo guarnecida con pasamanos de oro, su capilla es la que esta en la capa morada.- mas otro terno negro de chamelote de seda y oro y capa con su capilla bordada alrededor con calaberas, con su paño de facistol con la misma guarnicion.- mas dos casullas negras de tafetan doble con cenefas de tafetan doble morado con estola y manipulo la una y la otra sin ello.- mas un paño de pulpito de terciopelo negro.- mas otra casulla de tafetan negro, la cenefa bordada de blanco y pajiço con su estola y manipulo.- mas un frontal negro con flores amarillas, de chamelote con sus caydas de lo mismo.- mas un paño de facistol de tafetan negro con faldones de terciopelo negro.- mas un palio de tela de oro con quatro baras para quando sale el santisimo sacramento en procesion.- mas una mitra del señor obispo con su caja.- mas tres paños de monumento, de terciopelo negro con cruces de brocatel de oro guarnecidas alrededor con calaberas y guesos.- mas un cielo de damasco negro con el Sol y la Luna y las estrellas en medio.- mas una cortina de red que se pone delante del monumento.- mas un paño de bayeta negro que sirbe para la tumba quando ay aniversarios con quatro paños negros que se ponen alrededor de ella.- mas cinco paños de anjeo grandes pintados en ellos el testamento viejo y nuevo.- mas un paño grande de guadamacil plateado que sirve para las gradas del monumento.- mas siete alfombras, las dos de ellas clavadas en la capilla y las quatro de ellas sirven para el altar mayor y colaterales y otra pequeña donde se pone el frontal grande quando ay visperas cantadas.- mas otra vara con su arquilla con otra del guion con las quatro del palio son seis en todas.- mas una caxa de madera para las ostias con sus tijeras.- mas una arquilla aforrada con terciopelo negro adonde se encierra el santisimo sacramento de la semana santa.- mas otra arquilla de pino que esta en la alacena de la plata donde se guardan los corporales.- mas un brasero de cobre con su caja de madera y una mesilla de pino donde se pone cuando se enciende.- mas un caldero de cobre.- mas un bufete de nogal que sirve de credencia.- mas un atril de madera y dos de yerro para el altar mayor y colaterales.- mas seis candeleros de madera que sirven a dichos altares.- mas seis acheros, los quatro de madera y los dos de yerro.- mas un candelero grande pintado donde se pone el cirio pascual con su funda de anjeo.- mas una culebrina con su mechero para el sabado santo.- mas un triangulo donde se ponen las velas de las tinieblas.- mas una tumba y tablas para los aniversarios.- mas toda la madera del monumanto.- mas trece bancos que estan en la capilla para sentarse , los once de nogal y los dos de pino.- mas dos quadros que estan en la  sacristia, el uno de la rresurreccion y el otro de la Madalena.- mas unos zapatos de raso morado del señor obispo.- mas tres almoadas de terciopelo morado para la semana santa.- mas dos cortinas de bocaci para los colaterales con sus barillas de yerro.- mas un pulpito de madera portatil sin chapitel,

            De todos los quales dichos vienes contenidos en dicho ynventario el dicho lizenciado Andres Gonzalez se dio  por contento y entregado a toda  su voluntad por aberlos recibido con efecto y se obligo a dar quenta y raçon con pago, recta y berdadera de todos los dichos bienes y los entregara a dicho señor capellan mayor que al presente es o fuere de la dicha capilla luego que se lo pidan.

testigos = Diego de Arguello, Domingo Abarca y Bartolome Martinez Grande.

licenciado Andres Gonzalez de Tevar. Ante mi = Jeronimo de la Flor.

 (ARCHIVO HISTÓRICO DE PROTOCOLOS DE MADRID.- Protocolo = 8523, folº. 15-20. Escribano = Jerónimo de la Flor).

Oct 012007
 

Antonio Manuel Barragán-Lancharro.

Licenciado en Historia.

Resumen:

A finales del siglo XVIII, el rey Carlos IV creó la Real Audiencia de Extremadura. Nada más echada a funcionar, se decidió realizar un informe del estado de los pueblos y ciudades de su jurisdicción. Por esta razón, se llevó cabo una serie de encuestas que debían cumplimentar las Justicias Concejiles. La información obtenida de los expedientes de los pueblos del antiguo Partido de Mérida -conservada en torno al cuarenta por ciento- ha ofrecido en su conjunto unas conclusiones interesantes sobre el estado de las atribuciones y competencias municipales. Hacia 1790 en los pueblos pertenecientes a este partido, como en los demás del Reino de Castilla, concurrían unas estructuras políticas superpuestas fruto de la lógica evolución de las instituciones. No obstante, y no existe lugar a dudas, la actual organización política local española hunde sus raíces en la tradición municipal castellana.

I. Algunas consideraciones sobre la Real Audiencia.

A finales del siglo XVIII se creó, para el ámbito jurisdiccional de la Provincia de Extremadura, una Real Audiencia que tuvo su sede en la villa de Cáceres. Sus límites jurisdiccionales están descritos, grosso modo, en la Pragmática-Sanción de 30 de mayo de 1790: «El territorio de esta Audiencia, en que ha de ejercer su jurisdicción, así civil como criminal, y todas las demás funciones, encargos y regalías de un tribunal superior de provincia, ha de ser desde la línea del Reyno de Toledo a la parte de Oriente, por el puerto y sierra de Baños al Norte, siguiendo hasta el Reyno de Portugal al Poniente, y volviendo de allí al medio día hasta las cumbres de Sierra Morena, en donde terminan los Reynos de Sevilla y Córdoba». Sin embargo, se iniciaba esa pragmática con los motivos que movió a Carlos IV para promover su creación:

«Por las ciudades y villas de voto en Cortes de Badajoz, Mérida, Plasencia y Alcántara, de la provincia de Extremadura, se representaron al mi Consejo los perjuicios y agravios que padecían aquellos naturales por el costoso y distante recurso a los tribunales superiores constituidos fuera de la provincia, y propusieron para remedio de estos daños el establecimiento de una Audiencia Territorial a imitación de las de Galicia y Asturias. Examinado este asunto en mi Consejo, al mismo tiempo que lo hizo del respectivo a la ampliación del territorio de la Audiencia de Sevilla, conformándome en todo con lo me propuso, y teniendo por necesario y conveniente el establecimiento de dicha Audiencia en Extremadura para la más pronta, efectiva y cómoda administración de justicia civil y criminal en ella». Ley I del Título VI (De la Real Audiencia de Extremadura), del Libro V (De las Chancillerías y las Audiencias del Reino, sus ministros y oficiales) de la Novísima Recopilación de las leyes de España (Madrid, 1805).

Tras la caída del Antiguo Régimen en el siglo XIX, se transformó esta institución en la Audiencia Territorial de Cáceres, manteniendo parte de sus competencias. En ese momento, éstas eran estrictamente judiciales para el ámbito de las recientes -entonces- provincias creadas de Cáceres y Badajoz. Antes de 1791, los pueblos y villas situados al norte o al sur del río Tajo, acudían o recibían órdenes administrativas y judiciales de las Reales Chancillerías de Valladolid, de Granada, o de la Audiencia de Sevilla. Las grandes distancias a estos centros no eran salvadas por los rudimentarios medios de transporte, y alargaban años y años los trámites, o las órdenes y notificaciones se recibían a deshora.

Nada más establecida la Real Audiencia de Extremadura, la primera misión encomendada a los oidores fue la dar publicidad del establecimiento de esta institución a los pueblos afectados. Además, se requirió de todos los ayuntamientos la contestación de una serie de preguntas o materias que formaban, en conjunto, un interrogatorio. Conocidas las respuestas, el oidor encargado de recoger la información del partido correspondiente, realizaba un informe reservado en el que se exponían las características de las villas, así como las irregularidades o necesidades de cada una de ellas. Esa pesquisa individual servía de base a otro dictamen que se hacía sobre el partido. Lo recopilado era después leído en la Real Audiencia, teniéndose en consideración todos los datos recogidos, y atendiendo a las necesidades de cada lugar de su jurisdicción se exponían posibles soluciones.

Las preguntas del interrogatorio se articulaban operativamente, pesquisando información de todo tipo, y cuyo precedente más inmediato era el cuestionario de las Preguntas Generales de la Introducción de la Única Contribución o Catastro de Ensenada, de 1750. Sin embargo, la naturaleza fiscal del Catastro de Ensenada condicionó mucho la información. En cambio, el Interrogatorio de la Real Audiencia recogió datos de temática diversa: Antecedentes económicos o de naturaleza jurídica del municipio, pasando por la información religiosa, o la pesquisa sobre antiguas poblaciones desaparecidas, la existencia de bibliotecas, o instituciones benéficas y hospitales, por ejemplo.

Afortunadamente, a pesar de las diferentes purgas que se hicieron en tiempos de la Audiencia Territorial en su abundante documentación, muchos fondos contemporáneos a la fundación de la misma se han conservado, entre ellos los expedientes del Interrogatorio. No obstante, del Partido de Mérida se han perdido un buen número de documentos. La trascripción que se hizo a principios de la década de 1990, y su posterior publicación por la Asamblea de Extremadura, ha agrupado a las villas según el criterio de la pertenencia a un partido determinado. Esta obra ha puesto al alcance de cualquier interesado una información importantísima, contrastada, clara en muchas ocasiones, en la que se puede relacionar fácilmente la información de un pueblo con la de otro, y de un partido con otro diferente.

II. El Partido de Mérida.

Del Partido de Mérida se ha tenido la mala fortuna, como ya se ha citado, de haberse perdido buena parte de los expedientes referidos a los pueblos que la componían, circunstancia que condiciona cualquier estudio global sobre dicho partido. Pero a nivel local, gracias a los expedientes existentes, se pueden hacer algunos estudios pormenorizados. El Interrogatorio recoge íntegramente quince poblaciones, faltando veinticinco. Destacan entre éstas Montánchez y Mérida como entidades de cierta importancia en la época. Ha desaparecido, aproximadamente, el 60% de la información sobre el antiguo Partido de Mérida. Utilizando la obra Estremadura, de Tomás López, según pesquisa recogida en 1764, se puede conocer la totalidad de los pueblos del Partido de Mérida, que eran los siguientes:

Mérida, Calamonte, Alange, Palomas, Puebla de la Reina, Oliva de Mérida, Villagonzalo, Zarza de Alange, Torremejía, Fuente del Maestre, Aceuchal, Almendralejo, Arroyo de San Serván, Lobón, Montijo, Puebla de la Calzada, Arguijuela, Garrovillas, Esparragalejo, La Nava, Cordobilla, Carbonita, San Pedro, Don Álvaro, Trujillanos, Montánchez, Mirandilla, Carrascalejo, Aljucén, Villafranca de los Barros, Casas de Don Antonio, Torremocha, Albalá, Botija, Benquerencia, Valdefuentes, Torre de Santa María, Salvatierra de Santiago, Zarza de Montánchez, Valdemorales, Almoharín, Arroyomolinos, Alcuéscar, Valverde (Barrientos Alfageme, 1991, pp. 299 – 302).

De todos los interrogatorios conservados, excepto dos -los de Valverde y de Villafranca de los Barros- las demás localidades aparecían vinculadas al Gobernador o Alcalde Mayor de Montánchez, del cual recibían instrucciones políticas. Sin embargo, para asuntos fiscales, las órdenes llegaban desde Mérida. La información emanada de Salvatierra de Santiago lo ha dejado claro: «Deviendo hazer presente como está sujeta por lo respectivo a rentas reales, positos, real cavallería de el reyno y órdenes comunicadas por el señor Yntendente de esta provincia al cavallero gobernador de la ziudad de Mérida, como magistrado de dicho partido; y por lo que haze a montes y plantíos y demás órdenes comunicadas por las superioridades al alcalde maior de la villa de Montánchez» [Interrogatorio de la Real Audiencia. Extremadura a finales de los tiempos modernos. Partido de Mérida. Asamblea de Extremadura, Mérida, 1994, pp. 363 y s., en adelante «IRAE»).

Las órdenes del señor Intendente de Extremadura, residente en Badajoz, se trasmitían a los pueblos de Albalá, Alcuéscar, Almoharín, Arroyomolinos, Benquerencia, Botija, Casas de Don Antonio, Salvatierra, Torre de Santa María, Torremocha, Valdefuentes, Valdemorales y Zarza de Montánchez, por el Gobernador de Mérida. No obstante, los mandatos de tipo político y judicial se recibían en estos pueblos por conducto del Alcalde Mayor de Montánchez, como se especificó en la información de la segunda respuesta de Botija, por ejemplo, y que consta casi de forma similar en todas esas localidades: «La elección de los sujetos para la administración de justicia se hace en virtud de real probisión que cada quinquenio se gana del Real Consejo de las Órdenes, y biene cometida al alcalde maior de la villa de Montánchez» [IRAE, p. 196].

Sin duda, este desdoblamiento de jurisdicciones, que se da atípicamente en el Partido de Mérida -y que si se estudian otros partidos no ocurre esa circunstancia- pudo ser debido a la superposición y anexión de jurisdicciones nuevas y antiguas. No hay que olvidar que Montánchez fue una importante Encomienda santiaguista en la Baja Edad Media y en los primeros siglos modernos (Maldonado Fernández, 2000, p. 920). Fue -junto a Mérida, Alange, Hornachos, Reina y Montemolín- una de las principales cabeceras de dicha Orden, proyectándose jurisdiccionalmente sobre todo su entorno. En cambio, Torremocha, del antiguo Partido de Montánchez expresó que pertenecía al Partido de Mérida. También constaba como afirmación implícita en algunos pueblos vecinos, aunque dependiendo en algunos asuntos del Gobernador de Montánchez: «Reconoze por cabeza de Partido a la ziudad de Mérida en lo concerniente a rentas reales, pósitos, ramo de cavallería, y demás zircularmente se comunica por el señor Yntendente General de esta provincia, y por lo que respecta a montes a la villa de Montánchez» [IRAE, p. 311]. Botija es «villa eximida y dista de la ciudad de Mérida, cabeza de partido nuebe leguas» [IRAE, p. 195].

Más de lo mismo contestó como primera respuesta los regidores de Zarza de Montánchez: «Este lugar de la Zarza es pueblo reputado por aldea de la villa de Montánchez, distante de la ziudad de Mérida, cabeza de partido ocho leguas (…) deviendo hacer presente como está sujeto por lo conzerniente a rentas reales, positos, real cavallería del reino, y órdenes sueltas; y por lo que mira a montes, plantíos, y demás órdenes comunicadas por las superioridades al señor alcalde mayor de la villa de Montánchez» [IRAE, p. 437]. Con respecto a Salvatierra de Santiago, esta información es exactamente igual a las villas referidas, es decir, recibía las órdenes fiscales desde Mérida, y desde Montánchez las administrativas y judiciales [IRAE, p. 251]. Benquerencia también respondió en la línea anterior: «Distante de la ziudad de Mérida, caveza de partido ocho leguas» [IRAE, p. 171].

Así pues, los pueblos agrupados en este volumen, excepto algunos -Torremocha, Botija, Zarza de Montánchez, Salvatierra de Santiago y Benquerencia-, y los otros dos referidos al principio -Villafranca de los Barros y Valverde- los demás aparecían como integrantes del Partido de Montánchez. Ni siquiera mencionan a Mérida ni en la relación de distancias:

a) Albalá: Este pueblo es pedáneo de la villa de Montánchez, caveza de partido» [IRAE, p. 49].

b) Alcuéscar «Es villa del Partido de Montanchez, dista de la caveza de partido una legua» [IRAE, p. 65].

c) Almoharín: «Esta villa es eximida de la de Montánchez, cabeza de partido» [IRAE, p. 115].

d) Arroyomolinos: «Este pueblo es villa eximida, dista de la capital, que es Montánchez, cabeza de este partido una legua» [IRAE, p. 141].

e) Casas de Don Antonio: «No es caveza de partido, y si en quanto a montes y plantíos está sujeta a la capital, de Montánchez» [IRAE, p. 219].

f) Torre de Santa María: «Aldea de Montánchez, que es su cabeza de partido» [IRAE, p. 285].

g) Valdefuentes: «Este pueblo es villa, distante de la caveza de partido una legua [Montánchez], y de la subdelegazión siete [Mérida]» [IRAE, p. 339].

h) Valdemorales: «Aldea sujeta a el señor governador de la villa de Montánchez» [IRAE, p. 363].

Además, Montánchez y Mérida contaban con Oficio de Hipotecas. Según el Diccionario Escriche era «una oficina establecida en cada cabeza de partido para tomar razón de las escrituras que se otorguen ante los escribanos de los pueblos del distrito; con el objeto de que puedan llegar a noticia de todos, las compras, ventas, hipotecas, censos, tributos y cualesquiera otros gravámenes de los bienes raíces, evitándose así ocultaciones y fraudes, y de que en el caso de perderse los protocolos y originales, puedan sacarse otras copias que las reemplacen» (Diccionario razonado de legislación y jurisprudencia, de Joaquín de Escriche, Madrid, 1876, tomo IV, p. 354).

Así, en la respuesta de Casas de Don Antonio se afirmó «no haver en ésta Oficio de Ypotecas, por subsistir éste en la capital de Montánchez» [IRAE, p. 221]. Similar fue la respuesta que ofreció el Concejo de Zarza de Montánchez: «No hai Ofizio de Hipoteca alguno por hallarse éste en la villa de Montánchez, como es prevenido por repetidas reales órdenes» [IRAE, p. 439]. El otro Oficio de Hipotecas se encontraba en la ciudad de Mérida. Además, Montánchez era sede de una administración de correos, circunstancia que se justificaba por su entidad superior. Así quedó reflejado en una información de Valdemorales: «Al administrador del correo de la villa de Montánchez, ciento y cinco reales» [IRAE, p. 365].

Existe, pues, una confusión entre las dependencias jurisdiccionales, por un lado entre las poblaciones anejas de la antigua Encomienda de Montánchez, que decían pertenecer al partido de este último, pero que expresan, a efectos fiscales, depender de Mérida. En la obra de Tomás López se verificó que todas las localidades conformaban el Partido de Mérida. La falta de los expedientes de Montánchez y Mérida no aclara algunos extremos de estas contradicciones. La explicación más ajustada a la realidad ya ha sido defendida, y es la superposición o agregación de unas jurisdicciones antiguas, inoperantes las más, a otras modernas. Incluso podía tener un origen eclesiástico, pues en el antiguo Provisorato de Mérida, de la Orden de Santiago, el Provisor de Mérida tenía competencias sobre el Partido de Montánchez, como el de Llerena lo era de los partidos de Segura de León y Hornachos, que además fueron en su día destacadas Encomiendas de Santiago (López y López, 2002, p. 316).

Así con respecto a esto último, es elocuente la información que proporciona el Diccionario geográfico-estadístico de Madoz. A mediados del siglo XIX, los pueblos que habían formado el antiguo Partido de Mérida pertenecían al Provisorato de Mérida, encuadrándose estas mismas localidades en los diferentes partidos judiciales -Almendralejo, Mérida y Montánchez-. Esto significó una confusión de las jurisdicciones eclesiástica con civil. Así, el recuerdo en el ámbito civil quedaría reflejado en una jurisdicción eclesiástica el resto del siglo XIX. Los pueblos del antiguo Partido de Mérida pasaron en el siglo XIX unos a la provincia de Badajoz y otros a la de Cáceres. Al mismo tiempo, se crearon unos partidos judiciales cuya estructura jurisdiccional se ha conservado hasta la actualidad.

 

Pueblo Provincia Partido Judicial
Almendralejo Badajoz Almendralejo
Aceuchal Badajoz Almendralejo
Arroyo de San Serván Badajoz Mérida
Alange Badajoz Mérida
Almoharín Cáceres Montánchez
Alcuéscar Cáceres Montánchez
Arroyomolinos de Montanchez Cáceres Montánchez
Albalá Cáceres Montánchez
Aljucén Cáceres Mérida
Benquerencia Cáceres Montánchez
Botija Cáceres Montánchez
Calamonte Badajoz Mérida
Casas de Don Antonio Cáceres Montánchez
Cordobilla Badajoz Mérida
Don Álvaro Badajoz Mérida
Esparragalejo Badajoz Mérida
Lobón Badajoz Mérida
La Garrovilla Badajoz Mérida
La Nava Badajoz Mérida
La Oliva Badajoz Mérida
Mérida Badajoz Mérida
Montijo Badajoz Mérida
Montánchez Cáceres Montánchez
Mirandilla Badajoz Mérida
Puebla de la Reina Badajoz Mérida
Puebla de la Calzada Badajoz Mérida
Palomas Badajoz Almendralejo
Salvatierra de Santiago Cáceres Montánchez
San Pedro Badajoz Mérida
Torremejía Badajoz Mérida
Trujillanos Badajoz Mérida
Torremocha Cáceres Montánchez
Torre de Santa María Cáceres Montánchez
Torremayor Badajoz Mérida
Valdefuentes Cáceres Montánchez
Valdemorales Cáceres Montánchez
Valverde de Mérida Badajoz Mérida
Villagonzalo Badajoz Mérida
Villafranca de los Barros Badajoz Almendralejo
Zarza de Montánchez Cáceres Montánchez
Zarza de Alange Badajoz Mérida
(Madoz, 1848, tomo XI, p. 388)

Posiblemente, este Partido de Montánchez a que se refiere en 1791 pueda ser un corregimiento. Un plano de 1829, procedente del Archivo Histórico Provincial de Cáceres (referencia: ES AHP MPD 016) sobre el arreglo del Corregimiento de Montánchez puede ser la clave. Aparece en un lateral de aquél los pueblos de su corregimiento, y otros que se intentan agregar, que son, exceptuando Torrequemada, Carmonita, Cordobilla, Miajadas y Escurial, todos los que decían pertenecer, en 1791, al Partido de Montánchez. Eran los que varios años después, exceptuando estos últimos mencionados, integraron el Partido Judicial de Montánchez. Es decir, Albalá, Alcuéscar, Almoharín, Arroyomolinos, Benquerencia, Botija, Casas de Don Antonio, Montánchez, Salvatierra de Santiago, Torre de Santa María, Torremocha, Valdefuentes, Valdemorales, Zarza de Montánchez (Madoz, 1848, tomo XI, p. 521).

III. Jurisdicción eclesiástica.

Si en el ámbito civil existe cierta confusión, no es así en el ámbito eclesiástico. Todas las localidades enmarcadas en el Partido de Mérida afirmaron pertenecer a la Orden de Santiago. Valga el ejemplo de Zarza de Montánchez: «Este therritorio no es de diózesis [ordinaria] alguna, a virtud de ser comprehendido en lo therritorial a la Orden de Santiago, y tener en la jurisdizión eclesiástica el ylustrísimo señor Prior de León, vere nulius, sin embargo, sus alzadas y apelaziones en los juizios corresponden al sacro y Real Consejo de Órdenes Militares» [IRAE, p. 438]. Otro ejemplo, fuera del entorno de Montánchez, puede ser Valverde, «que en lo eclesiástico es el territorio de la Orden de Santiago, y Priorato de LeónNulius» [IRAE, p. 383]; o Villafranca de los Barros: «Todas [las villas aledañas y Villafranca] comprehendidas en el territorio de la Orden de Santiago, a quien corresponde» [IRAE, p. 419].

Es importante dedicarse a este asunto, pues todavía a esta altura del siglo XVIII la Orden de Santiago poseía en la vida eclesiástica -y porque no, en la civil- una gran influencia en este territorio. En cuestiones civiles, como fue la elección de oficios concejiles, la autorización emanaba del Consejo de Órdenes Militares, no de la Real Chancillería de Granada o de la Audiencia de Sevilla, o después de la Real Audiencia de Extremadura como era lógico. Ejemplo sería la villa de Alcuéscar, villa realenga, que como las demás, seguía un tortuoso proceso administrativo para renovar los oficios del concejo, y que la primera autorización venía del dicho Consejo, no de la Real Chancillería de Granada: «Las elecciones de justicia se hazen por el Governador o Alcalde Maior de la caveza de este Partido [de Montánchez], con licencia del Supremo Consejo de Órdenes» [IRAE, p. 66].

Estas irregularidades -en la que se mezclaban las realidades eclesiástica y civil- deben entenderse en su contexto histórico y en la evolución dela Orden de Santiago. Nacida ésta en la Edad Media, y por recompensa por los servicios en la Reconquista le fueron cedidos numerosos territorios enla Mancha y en Extremadura fundamentalmente. Tuvo en sus primeros siglos una independencia casi total de la Corona. En el siglo XVI, la Monarquía hispánica consiguió la administración de la misma, así como la facultad de proveer los cargos eclesiásticos en su territorio. El hito cronológico de esta disposición se produjo el 4 de mayo de 1523, fecha en la que fue concedida la bula por la que se convirtió el rey de Castilla y de León en Gran Maestre y administrador perpetuo (López y López, 2002, p. 307.

De esta manera, todas las villas pasaban a ser dependientes del Rey, y serían por tanto villas realengas. De los expedientes consultados, sólo Valdefuentes es villa de señorío, perteneciente al Duque de Abrantes. Era frecuente en la época moderna la enajenación de territorios de realengo a favor de los señores jurisdiccionales, aunque no se indica en la pregunta correspondiente -segunda- el origen del señorío de Valdefuentes. Aunque, fue enajenada, pertenecía todavía en lo eclesiástico al Priorato de León [IRAE, p. 339]. Felipe II la vendió el 11 de julio de 1588 a favor de Álvaro de Sande, I Señor de Valdefuentes (Rubio Rojas, 1992, tomo X, p. 67). Más tarde, en 1616, Felipe III le nombró I Marqués de Valdefuentes. Por el matrimonio de Ana de Sande con Alfonso de Lancáster, I Duque de Abrantes, se vinculó al marquesado de Valdefuentes el ducado de Abrantes, convirtiéndose por su política matrimonial en uno de los linajes más prósperos del ámbito extremeño (Sánchez Marroyo, 1992, p. 68).

Inmediatamente después del Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura, al Prior de León se le invistió de la dignidad episcopal. Desde 1797 residiría en Llerena, dirigiendo desde allí todo este vasto territorio (López y López, 2002, pp. 312 y s.). Casi todos los pueblos del Partido de Mérida pertenecieron al Provisorato de Mérida. El provisor era teniente de vicario general en el territorio de su jurisdicción. A su vez, el cargo de vicario general fue creado en 1600 para suplir en la provincia la ausencia del Prior de San Marcos de León, pues no residía en Extremadura (López y López, 2002, pp. 315 y s.). Esta jurisdicción eclesiástica fue suprimida en 1873, integrándose este territorio en el Obispado de Badajoz. Esta decisión no fue acogida favorablemente entre muchos clérigos y provocó un episodio cismático muy conflictivo (Cfr. Barragán-Lancharro, 2003).

IV. La administración municipal en el Partido de Mérida según el Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura.

De entre los pueblos que se conservan expedientes se pueden clasificar, atendiendo a su naturaleza jurídica, de tres formas:

1. Villas realengas, en el caso del Partido de Mérida, antiguas dependientes del Señorío de la Orden de Santiago, que después pasaron a la Corona. Eran consideradas totalmente realegas, pero con ciertas irregularidades, como era la dependencia del Consejo de las Órdenes Militares. En este caso estaban las localidades de Alcuéscar, Almoharín, Arroyomolinos, Botija, Casas de Don Antonio, Salvatierra de Santiago, Torre de Santa María, Torremocha, Valverde y Villafranca de los Barros.

2. Pueblos pedáneos, dependientes de una entidad mayor, teniendo sus funciones muy condicionadas por las decisiones que se tomaban desde el concejo del que dependían. Este es el caso de Albalá, Benquerencia, Valdemorales, y Zarza de Montánchez; dependientes todas de Montánchez.

3. Villa sujeta al régimen señorial, antiguamente de carácter realengo, y que por voluntad real cambió de condición jurídica. El único caso que se da es el de Valdefuentes, en el que su señor el «excelentísimo señor Duque de Abrantes, marqués de ésta, quien sólo es dueño de la jurisdicción» [IRAE, p. 339].

Para el estudio de la composición de los concejos en el Partido de Mérida se ha analizado detenidamente la información emanada de la pregunta segunda del interrogatorio. En las villas realengas, la máxima autoridad era el Alcalde Mayor o Gobernador, siempre nombrado «por su majestad a consulta del Real Consejo de las Órdenes Militares, sin tener comisión ni subdelegazión alguna» [IRAE, p. 312]. El gobernador o alcalde mayor de una villa de señorío era nombrado por el titular del mismo, y sólo llevaba a efecto la representación política de su superior. En Valdefuentes, aparte de no residir en la villa, provocaba, cuando estaba allí, roces con los alcaldes ordinarios cuando éstos aplicaban o supervisaban algún caso: «Su alcalde [ordinario] exerze la jurisdizión ordinaria sin límite alguno, pero a presenzia del maior, no quiere éste la tenga, y sí corren todo el juzgado verbal y judizial ante él, como se ha experimentado» [IRAE, pp. 339 y s.]. Aunque no formaba parte del concejo, podía presidir sus reuniones, pudiendo así ejercer su influencia sobre el mismo.

El ayuntamiento estaba formado por una serie de oficiales concejiles, y su nombramiento se hacía en nombre del rey, incluso en las villas de señorío. Algunos cargos se elegían por el criterio de mitad de oficios. La respuesta de Valverde especificó la mitad de oficios como la forma de elegir «uno por el estado noble, y otro de por el estado de los hombres buenos [o pecheros]» [IRAE, p. 384]. En cambio, no en todos los lugares había mitad de oficios, a veces por circunstancias relacionadas con la entidad del municipio no existía: Era la circunstancia de Casas de Don Antonio: «Es esta villa realenga, en la que no hay mitad de oficios» [IRAE, p. 220].

Por este criterio de mitad de oficios eran elegidos los dos alcaldes ordinarios, los regidores perpetuos, y los alcaldes de la Santa Hermandad. El número de alcaldes y de regidores variaban según la entidad del municipio. Así, cada municipio tenía un número determinado de alcaldes y regidores, exceptuando Torremocha y Villafranca, en los demás se señaló la existencia de alcaldes ordinarios. Por lo que respecta a los regidores de los pueblos de la influencia de Montánchez, tenían normalmente dos oficios de regidores, excepcionalmente en Torremocha había cuatro. En otra zona, Villafranca contaba con dos, y Valverde con diez oficios, tres de éstos eran regidurías vacantes.

En cuanto a la figura del alcalde ordinario, el Diccionario Escriche dice que era «el que ejercía la jurisdicción ordinaria en algún pueblo, habiendo sido elegido a este fin por sus vecinos. Llamábanse ordinario, porque el orden establecido por derecho, exigía que todos los que habitaban en su distrito, acudiesen a el en sus litigios; siendo preciso, para eximirse de su jurisdicción, manifestar el goce de otro fuero». Además, «los alcaldes ordinarios tenían la misma jurisdicción que los alcaldes mayores, y conocían, por consiguiente, en primera instancia, de las causas civiles y criminales hasta la sentencia definitiva, de oficio o a instancia de parte» (Diccionario razonado de legislación y jurisprudencia, de Joaquín de Escriche, Madrid, 1874, tomo I, p. 424).

En una reforma del S. XVIII, y por decisión del Consejo de cinco de mayo de 1766 se introdujeron las figuras de los «diputados de abastos» y «síndicos personeros del común». Estaban éstos encargados de «evitar a los pueblos todas las vejaciones que por mala administración o régimen de los concejales padezcan en los abastos, y que todo el vecindario sepa como se manejan…». Así, se implantaron estos oficios como contrapeso a la actuación de la oligarquía tradicional. En la Instrucción del Consejo de 26 de junio de 1766 se señaló su elección anual por los vecinos seculares y contribuyentes. Su cargo era incompatible con cualquier oficio concejil simultáneo.

La mención en las respuestas de cargos por lugares es de la siguiente manera:

1. Albalá: «[En el recuento electoral] se sacan un alcalde y regidor de ambos estados» [IRAE, p. 50]. 2. Alcuéscar: «En la villa de Alcuéscar en los quinze días del mes de marzo de del año de mil setecientos noventa y uno, los señores don Francisco de Cázeres Cordovés, y Miguel Fernández Antillano; don Diego Giménez Retamal y Bizente García Burgos, alcaldes y regidores de ella por su magestad y mitad de oficios» [IRAE, p. 65]. 3. Almoharín: «Cada año se desinseculan dos alcaldes ordinarios y dos rexidores de uno y otro estado noble y general» [IRAE, pp. 115 y s.]. 4. Arroyomolinos «Los alcaldes y dos regidores en cada un año» [IRAE, pp. 141 y s.]. 5. Benquerencia: «Un alcalde y dos rexidores cada año» [IRAE, p. 172]. 6. Botija: «Habiendo cada año dos alcaldes y dos rexidores» [IRAE, p. 196]. 7. Casas de Don Antonio: «Su número en cada año son de dos alcaldes y dos rexidores» [IRAE, p.220]. 8. Salvatierra de Santiago: «Haviendo cada año dos alcaldes y dos rexidores» [IRAE, p. 252]. 9. Torre de Santa María: «Percibe dicho alcalde [pedáneo] y dos regidores cada año, por reglamento, quatro ducados cada uno» [IRAE, p. 286]. 10. Torremocha: «Tiene su ayuntamiento compuesto por quatro regidores» (…) [IRAE, p. 312]. 11.Valdefuentes: «Un alcalde y dos regidores» (…) [IRAE, p. 339]. 12. Valdemorales: «Sólo sirven un alcalde y dos regidores cada un año» [IRAE, p. 364]. 13. Valverde: «Dos alcaldes y diez regidores perpetuos, de los quales tres están vacantes» [IRAE, p. 384]. 14. Villafranca: «Hay mitad de oficios, haciendo el de regidores que se compone de dos, uno por cada estado» [IRAE, p. 419]. 15. Zarza de Montánchez: «Perzibe su alcalde anualmente y dos rexidores cinquenta reales» [IRAE, p. 438].

Aparte de estos cargos municipales, existían otros más variados. En Almoharín «hay un procurador síndico, dos diputados del común, un mayordomo de propios y arbitrios, un depositario y un ynterventor del real pósito, un alguazil mayor, un ministro ordinario, y un peón público» [IRAE, p. 116]. El alguacil era encargado de hacer ejecutar las penas y custodiaba la cárcel real en cada villa, por ello su origen era muy concreto. En Arroyomolinos de Montánchez el «alguazil maior perpetuo con voz y voto en ayuntamiento, con preferenzia a los caballeros regidores según su real título» [IRAE, p. 142].

El concejo se reunía una vez a la semana por lo menos, solía tratar de una serie de asuntos, que después eran anotados en el libro capitular (acuerdos) o en el libro de propios (gestión económica) por el escribano del mismo (Maldonado Fernández, 2000, pp. 937 y s.):

a) Designación de oficiales al servicio del municipio. En Salvatierra de Santiago se nombran «celadores de montes, guardas y veedores de daños y boyada» [IRAE, p. 252].

b) Distribución, explotación y control de las tierras comunales y las concejiles. En Torremocha «dichos regidores tienen salario anual cien reales, y se les faculta para custodiar la oja, acotados y montes, todo con arreglo a la ynstitución de estos ofizios y privilegios de villazgo» [IRAE, p. 312].

c) Organización de comisiones de peritaje para el control de las mojoneras de las tierras del término, de las comunales y las del concejo. En el interrogatorio correspondiente a Villafranca, se cita excepcionalmente este caso: «En la mañana del día veinte y quatro de marzo, en virtud del previo aviso dado a la justicia de la villa de Villafranca, haviendo llegado al sitio llamado del Pilón, por donde principia su término al entrar desde la villa de Alange, comparecieron Diego García Santiago y Joseph Hernández, labradores; Diego Benítes Gallardo, y Juan Gutiérrez de los Casares, pastores; peritos nombrados por esta villa para el reconocimiento de su término» [IRAE, p. 434].

d) Reparto entre el vecindario de los impuestos (alcabalas, servicios reales…) y los gastos del concejo. Quienes llevaban el peso de los impuestos era el estado general. Estaban eximidos de tales cargas el estado noble y el estado eclesiástico. Así, en Salvatierra de Santiago, cuando se contrataban guardas oculares para vigilar los presos, quienes salían perjudicados no eran éstos, sino el estado general que era que sufragaba los gastos: «Haviendo reos de consideración es forzoso custodiarlo con guardas oculares, lo que es mui gravoso al vecindario, y especialmente a los de el estado general que siempre son los que ausilian en semejantes lanzas» [IRAE, p. 253].

e) Convocatoria de las licitaciones para nombrar los abastecedores oficiales del vino, aceite, pescado… Por ejemplo, en Alcuéscar «hay quatro abastos públicos, que son el de carne de macho cabrío, el del vino, jabón, y aguardiente; el de carne no tiene otra pensión que la de paga un quarto en libreta por sí de alcavala; el del vino paga en presente año a beneficio público setecientos veinte reales; el de jabón paga, según costumbre, por razón del quarto en libra mil ciento nueve reales; el aguardiente paga noventa y nueve reales y maravedíes, cuyos importes se imbierten a beneficio del encavezamiento que tiene esta villa echo con el administrador de rentas generales de la ciudad de Mérida» [IRAE, p. 67].

f) Control de las pesas y medidas dentro del municipio, ajustado al Marco de Ávila. Así, la mención que se hace la respuesta dada por Valdemorales es de la siguiente manera: «Los pesos y medidas que se usan son los mismos que usan los pueblos confinantes, con arreglo al Poste de Ávila» [IRAE, p. 364]. Por otro lado, en Valverde «los pesos y medidas de que aquí se usa son conformes con los de la ziudad de Mérida, esto es, la vara de medir arreglada por la de Burgos, la arroba de bino por la de Toledo, y la de granos por la de Ávila, y se nota que la fanega de granos de la Guareña es un quartillo menos que la de ésta, i en los demás pueblos confinantes está conforme con las de esta villa» [IRAE, p. 387].

g) Administración económica del municipio, constituyendo la Junta de Propios. Así los ingresos eran examinados por esa junta y el concejo. En Valdemorales, los ingresos de «este concejo se vale solamente de que dan por las yervas de la dehesa, y del fruto de bellota que da de sí el corto monte de ella, que a corta diferencia por quinquenio se haze cada año mil trescientos reales, de los que se pagan veredas, reales órdenes, copias de ellas, que suelen ascender unos años con otros a la cantidad de seiscientos treinta reales, del situado del señor alcalde quarenta y quatro reales, el fiel de fechos doscientos quarenta y cinco reales, el ministro diez y ocho, al administrador del correo de la villa de Montánchez ciento y cinco reales, y al que recibe las cartas y las reparte veinte reales» [IRAE, p. 365].

h) Tomar medidas referentes al socorro de pobres necesitados, así como el fomento de la higiene pública, mercados públicos…

Los cargos de alcaldes ordinarios y de regidores se renovaban cada anualmente según un proceso electoral que se producía cada cinco años. Las elecciones eran muy restringidas, y el control del concejo en materia de listas de votantes era total. La corrupción política en esos comicios estaba servida de antemano, sobre todo cuando eran concejos con muchos bienes que administrar. El voto se emitía en varias fases según el estamento al que perteneciera el individuo que tenía derecho al sufragio. Este proceso ha quedado bien descrito, a diferencia de otros pueblos, en la respuesta de Valverde:

«Hai en ella mitad de ofizios, la qual se observa en la elección que anualmente se haze de dos alcaldes ordinarios, uno por el estado noble y el otro por el de hombres buenos, y asímismo, de otros dos alcaldes de la Santa Hermandad por sus respectibos estados; los alcaldes ordinarios se nombran por ynseculación que se haze una en cinco años conforme a la ley de este territorio, y en esta forma con testimonio que se remite por medio del caballero governador del partido al señor fiscal del Real Consejo de las Órdenes, de estar evacuado el cántaro y concluida la ynseculación nueva cometida al gobernador de dicha ziudad de Mérida, el qual en virtud de ella se constituie la villa, acompañado de escribano y alguazil, y hace presente su cometido al ayuntamiento, y pide testimonio del vezindario (que se le entrega), con expresión de eclesiásticos, nobles y demás vezinos, manifestando en ellos hacendados con bienes que poseen, y con vista de este documento, llama primeramente a los del estado eclesiástico para que nombren seis personas para alcaldes ordinarios por el estado noble, y otros tantos para dicho empleo por el general; después rezibe los votos de los que componen el ayuntamiento para el propio fin, luego practica igual diligenzia con los del estado noble; y últimamente examina para lo propio del estado de hombres buenos y entre labradores de los más ricos y honrados, y de los pobres hasta el número de quarenta personas; después de rezibidos todos los botos, haze escudriño de las cinco personas en quienes han recaído la pluralidad para dicho empleo de alcaldes ordinario por el estado noble, y forma cinco papeletas que comprehende cada una de ellas el nombre y apellido del sugeto que debe servir dicho empleo por un año, con los votos que ha tenido, la fecha y firma del governador en esta forma: Fulano de tal, alcalde ordinario de esta villa por un año, con quarenta votos, Valberde y maio a 20 de 1780, don Miguel Maldonado.

Estas cinco papeletas se introducen por dicho governador cada una de por sí en unas bolillas de madera abugeradas por medio, y después forma otra papeleta del sugeto que ha seguido en votos a los de las cinco anteriores, y la introduze en otra bolilla, la qual, a diferencia de aquéllas, le rodea un hilo enzerado porzima, y la introduze con las otras cinco en el cántaro de madera de los alcaldes ordinarios por el estado noble; advierto que esta última papeleta y bolilla que enzierra sólo sirve para exerzer el empleo por muerte, ausenzia y u otro legítimo ympedimiento de las personas comprehendidas en las cinco primeras, por cuia razón sólo se extrae en estos casos, y se le nota con la dicha diferencia del hilo, y se estiende también en diversa forma, a saver: Fulano de tal, alcalde ordinario por su estado noble de esta villa en el ylo por ausentes, muertos o legítimamente ympedidos, Valberde y maio, 20 de 1780, don Miguel Maldonado.

En los mismos términos y conformidad forma dicho governador otras seis papeletas para los que ha de servir el empleo de alcalde ordinario de hombres buenos, y las introduze en otro cantarillo; así este como el de los alcaldes por el estado noble tienen su rótulo que los distingue y dize el uno estado noble y el otro estado general; y luego que están introduzidas en cada uno de ellos sus respectivas bolillas, se zierran con sus llaves que recoje el cura párroco, y después se meten estos cantarillos en un arca resguardada con tres llaves, que conservan los dos alcaldes ordinarios y el regidor decano. Todas estas diligenzias las practica el governador y su escribano por sí solos, de modo que en el pueblo no se save que sugetos son los que quedan encantarados, y las remite originales a dicho Real Consejo de las Órdenes.

Llegado el día de año nuevo, se junta el aiuntamiento en la forma acostumbrada, que es a son de campana, y pasa recado de atención al cura párrocho para que concurra con las llaves de los cantarillos, y asista a la desinculazión como un testigo de maior excepción, y no en otro conzepto, y juntos todos se prozede a abrir el arca con las respectivas llaves, de la que se extraen los cantarillos por el regidor decano, ambos a un tiempo, y avierto por dicho cura párroco el del estado noble, por un niño de corta edad, que está prevenido, se extrae una de las bolillas en él contenidas, y la entrega al párroco, quien saca la papeleta que está metida en ella, y la lee públicamente, y da a leer a todos los demás del ayuntamiento para que se certifique, y que el sugeto escrito en dicha papeleta es el alcalde ordinario por el estado noble en todo aquel año; y la misma diligenzia, y en los propios términos se executa la saca de otra bolilla del cántaro de alcaldes ordinarios por el estado de hombres buenos; y en acto continuado, sin disolverse el ayuntamiento, se le pasa recado por medio del ministro ordinario para que vengan a tomar posesión dando las fianzas de la ley, y después se presentan, se les rezibe el juramento acostumbrado, y se les da posesión de sus empleos, entregándoles las varas de justicia, y ocupando los asientos de los que zesan en dichos empleos, con la qual fianza que presta en dicho acto se concluie éste, y se disuelbe el ayuntamiento.

Ello pasa así quando los sugetos contenidos en las bolillas no tienen legítimo ympedimento o se hallan muertos o mudados de vecindad, pues en estos dos últimos casos, o se rompen las bolillas, o se quedan fuera del cántaro, y se pasa a extraer otra; y en el primero de tener legítimo impedimento, y se gradúa por tal por el ayuntamiento, se relanza la papeleta, esto es, se buelve a introduzir en el cántaro, y se saca otra, pero si la persona que tiene ympedimento, y sale por alcalde es en el último año de la ynseculación, en este caso no se relanza su boleta, sino que se queda fuera, y se extrae la de ylo. Los dos alcaldes de la Santa Hermandad, uno por el estado noble, y otro por el general, se nombran asímismo el día primero de cada año por el ayuntamiento a pluralidad de votos, y los dos sugetos o personas a quienes se verifica ésta, son llamados también, y se les da posesión en acto continuado después de la de los alcaldes ordinarios». [IRAE, pp. 384-386].

Todo este proceso tenía su base legal en las leyes que formaron los Capítulos Generales de Madrid y Toledo de 1560 – 1562, por el cual, como se ha podido constatar, imponía un sistema profundamente oligárquico; además de controlar, férreamente, la corona, por medio del gobernador de todo el proceso, así como la vida concejil:

«Don Felipe, por la gracia de Dios, rey de Castilla, León (…), administrador perpetuo de la Orden y Caballería de Santiago (…), a nuestro gobernador, o juez de residencia que sois o fuéredes de la Provincia de León, a cada uno y cualquiera de vos, sabed que habiéndose hecho Capítulo General de la dicha orden, que últimamente se celebró, en el que se hizo una Ley Capitular de la dicha Orden, cerca del orden que se ha de tener en la elección de alcaldes y regidores (…) habemos proveído, y mandamos que aquello se cumpla y se execute inviolablemente, según más largamente, y en la dicha provisión se contiene, su tenor del qual es el que sigue: (…) por quanto por experiencia se ha visto que sobre la elección de los alcaldes ordinarios y regidores de los concejos de las villas y lugares de nuestra Orden ha habido, y hay, muchos pleitos, cuestiones, debates y diferencias, en que se han gastado, y gastan mucha cuantía de maravedíes, y se han hecho y hacen muchos sobornos y fraudes (…) por quanto, por evitar y remediar lo suso dicho, establecemos y ordenamos que de aquí adelante se guarde y se cumpla y tenga la forma siguiente (…) y de cada uno de ellos pondrán se su propia letra en un papelito, y doblado lo meterá dentro de una pelotita de cera, la qual redondeará con una turquesa de bodoque, de manera que todas las pelotillas sean iguales, y echará los que fueren nombrados para alcaldes en un cantarillo de madera, y los que para regidores en otro, cada uno de los quales ha de tener su llave (…) los dichos cantarillos se meterán en un cofre o arca que tengan quatro llaves, y la una ha de tener un alcalde, y la de otro el otro, la otra el regidor más antiguo, y la otra el cura del lugar». (Maldonado Fernández, 2000, pp. 933 y s.).

En cuanto a los escribanos, en todos los pueblos residían estos funcionarios. Daban fe de los actos del concejo, legalizaban las cuentas de propios, tomaban testimonios judiciales, y notificaban cualquier requerimiento. Además es notario público. En el Partido de Mérida existían ciertas reminiscencias del periodo plenamente santiaguista, pues eran proveídas las escribanías, a petición de los concejos, por la Mesa Maestral de la cabeza de partido a aquéllos que tuviesen el título de escribano expedido por el Real Consejo de las Órdenes. Recibían sus estipendios del concejo por los servicios a éste, y cobraba además honorarios por sus servicios de notario según un arancel.

Este es el caso de Albalá: «Aquí la escribanía de ayuntamiento, en que éste nombra a sujeto que obtenga título del Consejo de las Órdenes, y por lo que haze a lo público, la harrienda la Mesa Maestral de la ciudad de Mérida a escrivanos aprobados en dicho Real Consejo de Órdenes, pagándose de propios al escribano de ayuntamiento seiscientos reales anuos, y en defecto de ese se sirve por un fiel de fechos como suzede de presente por el mismo salario; no savemos haya aranzel alguno para sus derechos, y sí siguen llevando lo que sus antecesores» [IRAE, p. 50]. En otros lugares, como en Almoharín, residían dos escribanos, lógicamente con funciones distintas: «El uno de cortes y el otro de reynos, el primero exerze lo público y juzgado nombrado por la Mesa Maestral de la Ciudad de Mérida, a quien perteneze su arriendo; y el otro es del ayuntamiento y pósito, nombrado por dicho ayuntamiento» [IRAE, p. 116].

Además, bajo su responsabilidad se custodiaban todos los documentos del concejo. La justicia ordinaria de la villa tenía la obligación de requerirle los documentos municipales que poseyera en caso de traslado, o a su familia cuando falleciera, de tal forma como se manifiesta en la pregunta sexta del interrogatorio; por ejemplo, en la respuesta de Zarza de Montánchez se pone de manifiesto algunos de estos extremos: «En este lugar, aunque se ha ausentado y fallezido escribanos, las justicias han recogido los protocolos y papeles que se hallavan en su poder, los que se hallan custodiados con la seguridad conveniente sin estravío alguno en el archibo de tres llaves» [IRAE, p. 439].

V. Las casas de ayuntamiento, pósitos y cárceles en el Partido de Mérida.

En cuanto a las casas consistoriales en el Partido de Mérida, el panorama era desolador: Donde no había, el ayuntamiento se reunía en el pósito; y si existían estos edificios, amenazaban completa ruina. Pocas excepciones concurrían en cuanto a esos edificios en condiciones de uso y bien reparados. La casa pública capitular solía albergar varias dependencias: a) La cárcel real existía en todas las localidades. b) El archivo donde se custodiaban los papeles del concejo y los protocolos notariales, malamente en muchas ocasiones, sin prevenir el cuidado. Y c) El pósito, que podía tener además anejo una panera. Podía faltar el ayuntamiento o casas del cabildo, pero nunca la cárcel, el pósito o el lugar para albergar el archivo público. Éste, a falta de casa consistorial, podía ser custodiado en la oficina del pósito. En el archivo se salvaguardaba, bajo tres llaves, los libros de acuerdos, los libros de propios -que solían estar en una arca propia-, y los protocolos notariales, recogidos éstos por la justicia concejil al fallecer o al trasladarse el escribano.

En la Novísima Recopilación, aunque publicada en 1805, recogía las leyes antiguas que establecieron los cimientos del municipalismo. Así, enla Ley I del Título II (De los Concejos y Ayuntamientos de los pueblos) del Libro séptimo (De los pueblos y de su gobierno civil, económico y político). Esta Ley, promulgada por los Reyes Católicos en Toledo en 1480 disponía la construcción de casas públicas capitulares en los pueblos:

«Ennoblécense las ciudades y villas en tener casas grandes y bien fechas, en que fagan sus ayuntamientos y concejo, y en que se ayunten las Justicias y Regidores y Oficiales a entender en las cosas cumplideras a la república que han de gobernar. Por ende, mandamos a todas las Justicias y Regidores de las ciudades y villas de nuestra Corona Real y a cada una dellas, que no tienen casa pública de Cabildo o Ayuntamiento para se ayuntar, de aquí adelante cada una de las dichas ciudades y villas fagan su casa de Ayuntamiento y Cabildo donde se ayunten, so pena que en la ciudad o villa donde no se hiciere, que desde en adelante, siendo por su culpa, los dichos oficiales hayan perdido y pierdan los oficios de Justicias y Regimiento que tuvieren».

La Ley II -promulgada en Sevilla en 1500- se refería otra vez a la construcción de casas consistoriales, además de cárceles y el arca de los libros: «Mandamos a los corregidores que se informen si en la ciudad, villa o lugar donde fueren proveídos, hay casa de concejo, y cárcel qual convenga, y prisiones, y si no las hubiere, den orden como se hagan. Y otrosí, que hagan arca donde estén los privilegios y escrituras del concejo a buen recaudo, que a lo menos tengan tres llaves, que la una tenga la Justicia, y la otra uno de los regidores y la otra el escribano del Concejo, de manera que no se sacar de allí, y que quando hobiese necesidad de sacar alguna escritura, la saque la Justicia y regidores; y que aquel a quien la entregaren se obligue de tornarla dentro de cierto término, y de conocimiento dello, y quede en el arca del Concejo; y que el escribano del Concejo tenga cargo de solicitar que se torne, el qual escribano haga hacer los libros que tenemos mandado que se hagan, según y como se contiene en la ley siguiente, y execute la pena en ella contenida; y haga que en la dicha arca estén las Siete Partidas, y las leyes del Fuero, y este nuestro libro y las más leyes y pragmáticas, porque habiéndolas, mejor se puede guardar lo contenido en ellas».

Los concejos con más posibilidades contaban con sala capitular, donde podían hacer cómodamente las reuniones concejiles. La casa del cabildo no era entendida, de ninguna manera, como centro administrativo estricto, sino simplemente como el lugar de reunión del concejo. Es más,la Ley V del Título II del Libro VII de la Novísima Recopilación -promulgada por Juan II en Madrid en 1435- prohibía tajantemente que persona ajena al Concejo penetrara en el Ayuntamiento: «Mandamos que el corregidor o justicia que consistiere entre en Regimiento a otras personas fuera de los regidores y oficiales y escribano de concejo, que por ese día pierdan el salario que tienen, y sea para el reparo de los muros; y mandamos al concejo de la tal ciudad o villa do esto acaeciere, que se entregue y tome lo que montare el dicho salario y lo gasta en los dichos muros».

En algunos lugares no había casa consistorial, y si no era así, se componía de al menos de una habitación, habiendo excepcionalmente alguna más para el despacho del juez o del alcalde. En cuanto a la cárcel, solía haber varios calabozos, normalmente tres, reservados a cada uno a los tres estamentos. Esto se correspondía además con la diversidad de fueros de justicia según el estado social. Así, en Villafranca se afirmó que aunque existían tres celdas en la cárcel, dos estaban ocupadas por los oficiales carceleros, y en la que queda «se encarcelan toda clase de persona» [IRAE, p. 420], refiriéndose con ello a diferentes rangos sociales. En Alcuéscar existe la mención de la casa de la Encomienda. Era un edificio que tuvo pleno uso en tiempos de la dominación efectiva de la Orden de Santiago en el territorio, y el que habitaban los administradores. El panorama de cada población, expuesta en la pregunta quinta, es el siguiente:

1. Albalá: «En este pueblo no ai casas de ayuntamiento, pero las juntas se zelebran de tiempo ynmemorial en un soportal de el pósito, a el que está unida la cárzel, capaz para custodiar los presos, aunque teniendo causa grave se les conduze a la de la capital [Montánchez]; sin haber otro archivo que el de dicho pósito, donde se custodian todo género de papeles y acuerdos» [IRAE, p. 51].

2. Alcuéscar: «Hay casa de aiuntamiento para la zelebración de acuerdos de esta justicia, su estensión es la de quatro varas de ancho y largo poco más o menos, con su alto de bóveda en donde se conserva el archivo público, y arca de los papeles de propios. Así mismo, hay cárcel para hombres con tres divisiones, que su cavida de cada una es la de quatro varas de longitud y tres de ancho poco más o menos. Dicha cárzel y casas de ayuntamiento se hallan en el día bien reparadas. Hay un edifizio arruinado que ha servido de palazio de la encomienda de esta villa, el qual havitan sus administradores» [IRAE, p. 67].

3. Almoharín: «Hay casas de ayuntamiento, archibo donde se custodian los papeles pertenezientes a esta villa y a sus vecinos, cuias casas consistoriales consisten en una sala que tiene de longitud siete varas, y de latitud quatro, y debajo de ellas se halla la real cárzel, echa de bóveda con tres separaciones, la primera tiene siete varas de longitud y tres de latitud, la segunda de la misma longitud y latitud, y la terzera un quarto que tiene de latitud tres varas y de longitud otras tres varas, sobre el qual se halla un quarto a donde habita el ministro o alcalde de la cárzel; y de todo se nezesita precisos reparos en el día» [IRAE, p. 117].

4. Arroyomolinos: «Hay casas de ayuntamiento y cárzel, aunque estrechas una y otra pieza, pero en tal disposizión una y otra que está arruinándose, sin haver podido lograr su construcción nueba, aunque se han practicado varias diligenzias para ello; tiene archivo de papeles esta villa» [IRAE, p. 143].

5. Benquerencia: «En este lugar no hai casas de ayuntamiento, por los acuerdos que se celebran por su ayuntamiento se ejecutan en el portal del pósito según costumbre; hau una cárzel unida al pósito bastante incómoda y de poca seguridad, pues haviendo reos de considerazión, se trasladan a la de la villa de Montánchez. Ygualmente azemos demostrable como el archivo público donde se custodian los papeles gubernativos del pueblo y pueblo, y protocolos públicos de los escribanos que ha havido en este lugar se halla éste, para maior seguridad en la ofizina y pieza del pósito» [IRAE, p. 173].

6. Botija: «En esta villa ay casas de ayuntamiento, en donde se celebra sus acuerdos según costumbre, ay una real cárzel vajo la panera pública del real pósito, bastante segura. Hay un archivo público en donde se custodian los papeles importantes y gubernativos del pueblo, y protocolos públicos de los escribanos que ha abido en esta villa, y se alla en dichas casas de ayuntamiento» [IRAE, p. 197].

7. Casas de Don Antonio: «Esta villa careze de casas de aiuntamiento, mediante a que para ello se balen de un pequeño quarto, que por su mucha estrechez no se está con la decencia devida, lo primero como ba dicho por su cortedad y mal preparado, careciendo en él de asientos que no tiene; ni menos hay casa alguna para correxidor ni alcalde maior, y sí sólo una cárzel reducida y con dos calavozos, que por sus paredes se hallan nada suficientes ni seguras, sin que haia en ésta otros edificios de que hazer mérito, pero sí hay los archivos correspondientes con sus respectivas llaves para custodia de papeles que en ellos se conservan» [IRAE, p. 221].

8. Salvatierra de Santiago: «En esta villa no hai casas de ayuntamiento, pues los acuerdos que se celebran por su ayuntamiento, se ejecutan en el portal de el pósito según costumbre; hai una cárzel unida a el pósito, bastante incómoda y de poca seguridad, pues haviendo reos de consideración es forzoso con guardas oculares, lo que es mui gravoso al vecindario, y especialmente a los de el estado general que siempre son los que ausilian en semejantes lanzas; igualmente hazemos demostrable como el archivo público, donde se custodian los papeles gubernativos de el pueblo, y protocolos de los escribanos que a havido en esta villa, se halla éste por maior seguridad en la oficina y pieza de el pósito» [IRAE, p. 253].

9. Torre de Santa María: «Hay sala de ayuntamiento, y cárzel junto y bajo de una techumbre, y divisos con el real pósito, las que se hallan nuebamente construidas, su estensión es diez y nueve pasos de lonjitud y cinco de latitud» [IRAE, p. 287].

10. Torremocha: «Esta villa tiene sus casas de ayuntamiento en donde avita el alcalde maior, como también cárzel unida a la misma, aunque tanto la avitación del juez como la cárzel no tiene la menor combenienzia, teniendo preziso esta justicia de poner resguardo a la cárzel quando le ocurren reos de cuidado. Careze esta villa de edificios de nota, y tiene su archivo público trasladado por este alcalde mayor desde una pieza lóbrega donde estaba a la sala capitular, en donde se nota con superiores ventajas» [IRAE, p. 313].

11. Valdefuentes: «Ay casa de ayuntamiento sólo para este exercicio, que tendrán de latitud tres varas, y de longitud diez, también ay cárzel de quasi la misma extensión, que uno y otro se halla vien tratado» [IRAE, p. 340].

12. Valdemorales: «En este pueblo hay un corto quarto de ayuntamiento, ay una cárcel ynmediata a dicho ayuntamiento, ay un mediano archivo» [IRAE, p. 364].

13. Valverde: «Ai casas de ayuntamiento y cárzeles que son una misma, como también para los granos del pósito, sirbiendo para éste y para cárzel lo bajo de ellos, y para ayuntamiento lo alto, y se halla bien reparadas, y son tan estrechas y reduzidas para dichos tres fines que sólo se puede formar caval conzepto, inspeccionándolas ocularmente, pues deverían destinarse únicamente para cárzel, y formar otras nuebas para ayuntamiento y pósito. No hai más archibo que el de la villa, que se reduze a un armario en donde se custodian bajo tres llabes en las casas de ayuntamiento los papeles y documentos de la villa, y de algunos escribanos que han sido de ella» [IRAE, p. 387].

14. Villafranca: «No hay casas de ayuntamiento, ni para el alcalde mayor, y sólo unas de corta estensión destinadas para ello, celebrando los cavildos en unas de sus piezas, y otra insegura y molesta sirve de cárcel en la misma casa, en la que encarcelan toda clase de personas, pues no hay extensión que otras dos piezas, también incómodas, donde havita el peón publico y carcelero, por cuyo hecho todo reo de cuidado se lleva a la caveza de partido, en donde hay la obligación de mantenerlos» [IRAE, p. 420].

15. Zarza de Montánchez: «En este lugar no hai casas de ayuntamiento, pues los acuerdos que se zelebran por su ayuntamiento se zelebran y ejecutan en el portal del pósito, según costumbre; hai una cárcel unida al pósito, bastante incómoda, y de poca seguridad, pues aviendo reos de consideración se traslada a la de Montánchez. Ygualmente hazemos demostrable como el archibo público donde se custodian los papeles gobernatibos del pueblo, y protocolos públicos de los escribanos que ha avido en este lugar, se halla éste para maior seguridad en la ofizina y pieza del pósito» [IRAE, p. 439].

VI. Bibliografía.

BARRAGÁN-LANCHARRO, A. M. (2003): “Aproximación al Cisma de Llerena (1874-75): el caso de Monesterio, en LORENZANA DE LA PUENTE, F. y MATEOS ASCACÍBAR, F. (Coords.), Actas de la III Jornada de Historia de Llerena.

BARRIENTOS ALFAGEME, G. (1991): Estudio, recopilación de Estremadura, por Tomás López. Asamblea de Extremadura. Madrid.

LÓPEZ Y LÓPEZ, T. A. (2002): “Priorologios de las Órdenes Militares de Santiago y Alcántara en Extremadura”, en XXX Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo.

MADOZ, P. (1848): Diccionario geográfico-estadístico de España y de sus posesiones de ultramar, Madrid.

MALDONADO FERNÁNDEZ, M. (2000): “La Comunidad de las siete villas de la Encomienda de Reina”, en Revista de Estudios Extremeños, Badajoz, tomo LXI, pp. 917 – 963.

Novísima Recopilación de las leyes de España, dividida en XII libros, en que se reforma la Recopilación publicada por el señor don Felipe II en el año 1567, reimpresa últimamente en el de 1775: Y se incorporan las pragmáticas, cédulas, decretos órdenes y resoluciones reales, y otras providencias no recopiladas y expedidas hasta el de 1804, mandada formar por el señor don Carlos IV. Madrid, 1805.

SÁNCHEZ MARROYO, F. (1992): “Marqués de Valdefuentes” en Gran Enciclopedia Extremeña, Vitoria, tomo X, p. 68.

RODRÍGUEZ CANCHO, M. y BARRIENTOS ALFAGEME, G. (editores) (1994): Interrogatorio de la Real Audiencia. Extremadura a finales de los tiempos modernos. Partido de Mérida. Asamblea de Extremadura, Mérida.

RUBIO RODRÍGUEZ, A. (1992): “Valdefuentes”, en Gran Enciclopedia Extremeña, Vitoria, tomo X, p. 68 y ss.

Oct 012007
 

Jesús Barbero Mateos.

SEMBLANTE DEL PERSONAJE[2]

Jesús Delgado Valhondo nació en Mérida el 19 de febrero de 1.919. Con tan sólo seis años quedó marcado por las consecuencias de la poliomielitis.

Tras la muerte de su padre, la familia se traslada a vivir a Cáceres, donde residía parte de su familia. Allí estudió bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza y contactó con Leocadio Mejías, Pedro de Lorenzo y José Canal, con quienes compartía aficiones culturales y gusto por la lectura.

De la mano del filósofo Pedro Caba y del catedrático de filosofía, Eugenio Frutos, fue moldeándose su formación intelectual y lírica.

Tras estudiar magisterio en la Escuela Normal de la capital, aprobó la oposición de ingreso al cuerpo de Maestros en 1.934 y fue destinado a Trevejo.

Dos años antes de la proclamación de la II República se había afiliado a Alianza Republicana, habiendo ostentado también el cargo de Secretario de la UGTen el sector de la enseñanza. Por ello fue expedientado, detenido y sancionado en octubre de 1.939 con traslado forzoso, sanción que cumplió en Gata.

En esta situación, comienza a salir de su aislamiento a través de una intensa relación epistolar con poetas de la talla de Vicente Aleixandre, José María Valverde o José Luís Cano.

Ya en 1.945, funda en Cáceres la revista ALCÁNTARA, junto a Tomás Martín Gil, Fernando Bravo y José Canal. En ella publicaría su primer libro de relatos, así como numerosos poemas y cuentos.

En 1.946 se traslada a Zarza de Alange donde, además de maestro, ejerce de practicante.

A partir de este momento comienza una intensa vida profesional y cultural, que prosigue tras su traslado a Mérida en 1.960, consolidándose su posición intelectual y su proyección poética.

En 1.988 la Junta de Extremadura le concedió la Medalla de la región por sus méritos humanos, profesionales y literarios.

En julio de 1.993 fue nombrado Hijo Predilecto por el Ayuntamiento de Mérida, muriendo pocos días después, el 23 de julio, en Badajoz.

Nada nuevo va a descubrirse ahora en relación con la actividad poética, literaria y, en general, intelectual del personaje. Nuestra principal aportación hará referencia a la faceta política y humana de Jesús Delgado Valhondo.

 

 

 

 

 

 

AMBIENTE POLÍTICO-PROFESIONAL

El golpe de Estado del 18 de julio de 1.936 acarreó multitud de disfunciones para los españoles en todos los órdenes de la vida. Para el caso que nos ocupa haremos referencia a la depuración de los funcionarios públicos.

Esto se vio reflejado claramente en la introducción de la Ley de 10 de febrero de 1.939, que fijaba normas para someter a los mismos a rigurosos procesos de depuración política. Cuando percibían que la guerra estaba a punto de finalizar, tras “la liberación de nuevos territorios”, consideraban imprescindible y de apremiante urgencia para la correcta puesta en marcha de un nuevo modelo de administración, la estricta depuración del funcionariado. Se trataba de actuar con rapidez para identificar y reintegrar a los afines y localizar y sancionar a los que “(…) contribuyeron a la subversión y prestaron asistencia a quienes por la violencia se apoderaron de los puestos de mando de la Administración(…)”.

En base a ello, la ley establecía que cada Ministerio debía proceder a depurar a sus funcionarios. Debía reclamarse a cada uno la entrega de una declaración jurada, conteniendo datos personales, profesionales, políticos, religiosos y profesionales, haciendo hincapié en la situación en el momento de acontecer el levantamiento. Habría instructores de los expedientes, encargados de verificar con los informes, declaraciones e investigaciones que considerasen necesarios, la declaración de cada funcionario, proponiendo la admisión o la incoación de expediente para imponer sanción. La ley relacionaba las causas susceptibles de sanción, así como las que podrían imponerse.En relación con el magisterio se hacía una salvedad. Según se establecía e la Disposición Adicional segunda, “La depuración del personal docente que depende del Ministerio de Educación nacional, se efectuará con arreglo a las normas especiales que al efecto se dicten”. Estas normas consolidaron la obligatoriedad depuradora para los maestros. El decreto de 8 de noviembre de 1.936, creaba las comisiones depuradoras y la Orden de 7 de diciembre de 1.936, que señalaba las sanciones a aplicar, iban también encaminados al mismo fin. El primero establecía: “(…) la atención que merecen los problemas de la enseñanza, tan vitales para el progreso de los pueblos, quedaría esterilizada si, previamente, no se efectuase una labor depuradora en el personal que tiene a su cargo una misión tan importante como la pedagógica (…)”[3]En la segunda se contenían sanciones que iban, desde el traslado forzoso, a la separación definitiva del servicio.

Estas comisiones provinciales solicitaban informes de los maestros en modelos normalizados, a las “personas de orden” de las localidades donde estaban ejerciendo: Guardia Civil, Alcalde, Juez, Párroco, Jefe de Falange, cabeza de familia de acreditada moralidad, etc., a partir de los cuales proponían la absolución, o bien, imputaban cargos y proponían las sanciones que creían más adecuadas.

Por su parte, el día 1 de septiembre de 1.936, mediante circular del Gobierno Civil, en cumplimiento de lo establecido en la Orden de la Junta de Defensa Nacional de 19 de agosto, se estableció que “(…) próximo a empezar el curso, todos los comandantes militares, Gobernadores Civiles y comandancias de la Guardia Civil, procederán a averiguar y formar relación de los maestros nacionales clasificados por ideas socialistas, comunistas y francamente izquierdistas, a fin de ordenar su destitución (…)”. Los  Alcaldes debían comunicar antes del día 10 de septiembre, los datos de los maestros que se hubieran presentado el día uno, debiendo acreditar, los que lo hicieran después, la localidad donde se encontraban, certificado por el respectivo alcalde, así como acreditando la imposibilidad de incorporarse el día 1 de septiembre a su destino. Por su lado, los habilitados del magisterio sólo podrían pagar a los maestros que cumpliesen con los anteriores requerimientos.

En aquellos pueblos donde no se hubiese presentado el maestro el día primero de septiembre, el alcalde designaría a un sustituto interinamente, entre las personas tituladas de la localidad o de localidades situadas a menos de 5 kilómetros. Si no se encontraban maestros, podría nombrarse a cualquier titulado universitario, eso sí, de reconocida moralidad y patriotismo.

Finalmente, antes del 30 de agosto, los alcaldes debían informar de las conductas observadas por los maestros. Si éstos hubiesen “(…) mostrado (…) en el ejercicio de su cargo, ideario perturbador de las conciencias infantiles, así en el aspecto patriótico como en el moral (…), los Rectores ordenarán con toda urgencia la sustitución de dichos maestros (…)”.Este proceso purificador se extendió también a los maestros “no contaminados”. Al terminar la guerra los maestros que pudieron probar su hostilidad a la República, tuvieron que superar unos exámenes y seguir unos cursos de orientación profesional, “(…) para saturar su espíritu del contenido religioso y patriótico que informa nuestra cruzada (…)”[4].

Jesús Delgado Valhondo fue sancionado en 1.939 a traslado forzoso dentro de la provincia, con prohibición para el ejercicio de cargos directivos ni para la participación en los concursos de traslado durante cuatro años. El destierro lo cumplió en la localidad norcacereña de Gata.

A continuación presentamos los detalles e implicados en el proceso de depuración del insigne extremeño, Jesús Delgado Valhondo.

DEPURACIÓN DEL MAESTRO NACIONAL

JESÚS DELGADO VALHONDO[5]

 

Como en todos los casos de maestros, las comisiones provinciales requirieron informes de Jesús Delgado a las personas y cargos de la localidad de su ejercicio, como forma de verificar el comportamiento personal, familiar, profesional y socio-político, por si de é se derivara la imposición de sanciones. En este caso, fueron cuatro los informes emitidos entre enero y junio de 1.937:

  • Informe del Párroco de Trevejo Baldomero Cillero. Sin fechar.

Es natural de Mérida. Está casado sin hijos y reside en la localidad desde 1.935. asegura que es de religión católica y que tanto él como su familia asistían a misa.

No sabe a que dedicaba el tiempo fuera de la escuela ni contesta a la cuestión de si hacía ostentación de ideas izquierdistas. No acudía a ningún tipo de reunión.

A la escuela dedicaba 5 horas, en las que enseñaba bien y con entusiasmo. No contesta si cantaba la internacional ni si saludaba con el puño en alto.

Afirma creer que estuvo afiliado al partido Unión Republicana, “creo hace dos años”, aunque no pertenecía a rotario, masonería u otra sociedad.

No había sido detenido ni suspendido de empleo y sueldo.

En las observaciones afirmaba el sacerdote: “Sr. Presidente(…): Después de saludarle respetuosamente, paso a clararle algunos puntos sobre el informe de Don Jesús Delgado Valhondo, maestro en propiedad de esta localidad.

En primer lugar, sabiendo como usted sabe que se trata de una cosa de conciencia y al mismo tiempo necesaria para el resurgimiento de nuestra querida patria, cuna de héroes y de santos(…), ya que además de ser sacerdote soy español, creo no dudará de la verdad de mis afirmaciones.

Por tanto, tenga presente que yo fui nombrado ecónomo de ese pueblo en el mes de agosto pasado y antes de esa fecha yo no lo conocía, pues estaba precisamente en ésa cuando yo tomé posesión de dicho pueblo. Es hermano de Don Juan Delgado Valhondo, farmacéutico de esa ciudad.

Como usted podrá ver en una cosa tan seria, yo no puedo contestarle a todos los puntos del informe, pero sí quiero hacerle presente quedurante todo este tiempo, me ha dado pruebas de cristiano y católico, pues ha comulgado y confesado dos días y en cuanto a su profesión, tengo que manifestarle, cumple exactamente con su obligación, preocupándose de enseñar a los niños religión y moral, como usted sabe está mandado.

Si a usted le pareciera prudente no ser esto necesario o mejor, no ser suficiente para los fines que esa comisión que usted tan dignamente preside, requiere, puede acudir al sacerdote anterior o a otra persona, para lo cual no tiene más que indicármelo(…)”.

  • Informe emitido por el Alcalde Pedáneo del arrabal de Trevejo, Epifanio Donoso. 22 de enero de 1.937.

Es natural de Mérida. Tiene 27 años, está casado y no tiene hijos. Reside en la localidad desde el 14 de diciembre de 1.934. Asegura que es de religión católica y que tanto él como su familia asistían a misa.

El tiempo fuera de la escuela lo dedicaba a asuntos propios. No hacía ostentación de ideas izquierdistas, ni acudía a ningún tipo de reunión.

A la escuela dedicaba 6 horas, en las que enseñaba bien y con entusiasmo, aplicando con los niños los juegos propios de la escuela. No cantaba la internacional ni  saludaba con el puño en alto.

Afirma creer que estuvo afiliado al partido Unión Republicana en Cáceres“según se decía”, sin constancia de la fecha de afiliación ni del tiempo de la misma. No pertenecía a rotario, masonería u otra sociedad.

No se apuntaban observaciones.

  • Informe emitido por el Jefe de Grupo de la Guardia Civil de Perales del Puerto, Felipe Gil Garlito. 27 de abril de 1.937.

Es natural de Mérida. Tiene 28 años, está casado y tiene 1 hijo, que está bautizado. Reside en la localidad desde el 12 de noviembre de 1.934. Asegura que es de religión católica y que tanto él como su familia asistían a misa.

El tiempo fuera de la escuela lo dedicaba a asuntos propios. No hacía ostentación de ideas izquierdistas, ni acudía a ningún tipo de reunión.

A la escuela dedicaba 5 horas, en las que enseñaba bien y con entusiasmo, aplicando con los niños deportes. No cantaba la internacional ni saludaba con el puño en alto.

Afirma creer que estuvo afiliado al partido Unión Republicana en Cáceres, durante dos meses, antes del movimiento. No pertenecía a rotario, masonería u otra sociedad.

Sin observaciones.

 

  • Informe del Jefe Local Accidental de Falange Española, Aurelio Marcos Montero. 5 de julio de 1.937.

Es natural de Mérida. Tiene 27 años, está casado y tiene 1 hijo. Reside en la localidad desde 1.934. Asegura que es de religión católica y que tanto él como su familia asistían a misa, pero poco.

No sabe a que dedicaba el tiempo fuera de la escuela. Hacía ostentación de ideas izquierdistas, aunque no acudía a ningún tipo de reunión.

A la escuela dedicaba las horas reglamentarias, en las que enseñaba bien y con entusiasmo. No contesta si cantaba la internacional ni si saludaba con el puño en alto.

Afirma creer que estuvo afiliado al partido Unión Republicana en Cáceres“según se decía”, aunque no pertenecía a rotario, masonería u otra sociedad.

En las observaciones afirmaba: “El que suscribe (…), en aclaración al informe que se le solicita por la Comisión del Magisterio de esta provincia. Expone: que el maestro propietario del arrabal de Trebejo, Don Jesús Delgado Valhondo no era afiliado a ningún partido de los que integraban el funesto Frente Popular en esta villa y sí, según referencias a Izquierda Republicana de Cáceres, por lo cual no puedo precisar el tiempo que permaneció afiliado a dicho partido y fecha que lo hizo.

Es cuanto en verdad he de manifestar firmando en Villamiel a cinco de julio de mil novecientos treinta y siete(…)”.

 

La precedente información fue la emitida por los responsables locales de los distintos ámbitos: religioso, militar, político…

De ella y como elementos acusadores podemos obtener los siguientes:

 

1.      Estuvo afiliado al partido Unión Republicana en Cáceres. Esta acusación se hacía en base a suposiciones: “creo hace dos años”, informaba el Párroco Baldomero Cillero; “según se decía”, afirmaban el alcalde Pedáneo, Epifanio Donoso y el Jefe Local Accidental de Falange Española, Aurelio Marcos Montero. Éste último, inseguro ante su  acusación de oídas, matizaba, sin embargo, en las observaciones: no era afiliado a ningún partido de los que integraban el funesto Frente Popular en esta villa y sí, según referencias a Izquierda Republicana de Cáceres, por lo cual no puedo precisar el tiempo que permaneció afiliado a dicho partido y fecha que lo hizo.  Mayor seguridad manifestaba el Jefe de Grupo de la Guardia Civilde Perales del Puerto, Felipe Gil Garlito, quien aseveraba que estuvo afiliado al partido Unión Republicana en Cáceres, durante dos meses, antes del movimiento.

2.      Tanto él como su familia asistían a misa, pero poco, a pesar de ser de religión católica. Así lo afirmaba el Jefe de Falange, Aurelio Marcos Montero.Sin embargo, el párroco Baldomero Cillero, consideraba y así lo apuntabaque había dado pruebas de cristiano y católico, pues ha comulgado y confesado dos días y en cuanto a su profesión, tengo que manifestarle, cumple exactamente con su obligación, preocupándose de enseñar a los niños religión y moral, como usted sabe está mandado.

3.      Hacía ostentación de ideas izquierdistas, según el Jefe de Falange, aunque no acudía a ningún tipo de reunión.

 

Dos de estas tres débiles y, en ocasiones, contradictorias acusaciones, centrarían la propuesta de resolución de la Comisión Provincial Depuradora del Magisterio, presidida por Antonio Silva, la cual formuló el correspondiente pliego de cargos, dando al maestro diez días para aportar su pliego de descargo, en los siguientes términos:

 

Pliego de cargos que formula la comisión depuradora del Magisterio de la provincia de Cáceres, en el expediente que instruye contra Don Jesús Delgado Valhondo, del que resultan los siguientes:

 

Primero: hacer ostentación de ideas izquierdistas, habiendo estado afiliado al partido de Izquierda Republicana en Cáceres.

 

Del presente pliego de cargos se da traslado al interesado de conformidad con lo dispuesto en el artículo 3º del Decreto de 10 de Noviembre de 1.936, para que en el improrrogable plazo de diez días, formalice por escrito sus descargos. Cáceres, 17 de agosto de 1.937. Antonio Silva.

 

El maestro aceleró su actividad para acarrear informes favorables que le exculparan de las dos acusaciones que le formulaba la Comisión. En los diez días de los que disponía, logró obtener cinco informes positivos exculpatorios, que presentó, junto con el alegato de descargo, el día 27 de agosto de 1.937:

 

Contestando respetuosamente a los cargos que se me hacen en el expediente que por la Comisión Depuradora del Magisterio me ha sido instruido, tengo el honor de manifestar:

1º.- Como se justifica por la declaración del R.P. Santiago Gorostiza, Director del Colegio-Residencia “Sadel” de San Antonio, siempre estuve en comunicación constante con ellos y practicando mis deberes religiosos. (Colegio-residencia “Sadel” de San Antonio. Margallo 12. Teléfono 382. Apartado 13. Cáceres. 19 de agosto de 1.937. Fr. Santiago Gorostiza y Arana, Director del Colegio-Residencia “SADEL” de San Antonio de la ciudad de Cáceres, DECLARA que D. Jesús Delgado Valhondo, Maestro Nacional, estudió el bachillerato en este colegio desde al año 1.923 al 1.928, desde cuya fecha siempre ha estado en constante comunicación con nosotros, dándonos muestras de gran afecto. Perteneció a la Asociación de la Juventud Antoniana y a la Adoración Nocturna en su sección de TARSICIOS y me consta que después de salir del Colegio, siempre ha practicado sus deberes religiosos, según los principios que su familia y el Colegio le inculcaron. Y para que conste lo firmo en Cáceres a 19 de agosto de 1.937. Fr. Santiago Gorostiza).

2º.- No sólo en Cáceres, sino en mi residencia de Trevejo, fui padrino de la confirmación, en plena República, como se justifica por el certificado adjunto del Ilustrísimo Señor Prelado de Ciudad Rodrigo, prueba que siempre fui católico. (Secretaría de Cámara y Gobierno. Ciudad Rodrigo. Don Blas Antonio Rodríguez, Secretario de Visita Pastoral del Obispado de Ciudad Rodrigo, CERTIFICO: que en la visita pastoral girada por Su Excelencia Reverendísima el Prelado de la Diócesis, a la parroquia de Trevejo, en octubre del año 1.935, fue padrino de la Confirmación, el entonces Maestro Nacional de dicho pueblo y acompañó al Sr. Obispo en otros actos de la visita. Para que conste y a petición del interesado, expido la presente certificación en Ciudad Rodrigo a 23 de agosto de 1.937. Blas Antonio Rodríguez).

3º.- Según documento de la alcaldía de Villamiel, desde el 12 de noviembre de 1.934, que tomé posesión de la escuela de Trevejo, anejo de Villamiel, no he intervenido en política. Según los estatutos de los partidos políticos, nadie puede estar afiliado en otra parte que no sea su localidad, luego esto prueba que desde 1.934 no estoy afiliado a ninguna organización política. (DON DIMAS RODRIGO PÉREZ, ALCALDE-PRESIDENTE EN EJERCICIO DE LA COMISIÓN GESTORA DEL AYUNTAMIENTO DE VILLAMIEL, CERTIFICO: que según resulta de los antecedentes obrantes en esta alcaldía y de los suministrados por los Agentes de mi Autoridad. Don Jesús Delgado Valhondo, Maestro nacional de la Escuela Mixta del Arrabal de Trevejo, no consta haya intervenido en política en esta localidad, desde el 12 de noviembre del año 1.934. Y para que así conste a instancia del interesado, expido la presente, que firmo y sello con el de esta alcaldía, en Villamiel, a veinte y cinco de agosto de mil novecientos treinta y siete. El Alcalde Dimas Rodrigo).

4º. Según certificado de la Alcaldía de Villamiel, desde el 19 de julio de 1.936, estoy adherido al Glorioso Movimiento Salvador de España. ((DON DIMAS RODRIGO PÉREZ, ALCALDE-PRESIDENTE EN EJERCICIO DE LA COMISIÓN GESTORA DEL AYUNTAMIENTO DE VILLAMIEL, CERTIFICO: que Don Jesús Delgado Valhondo, Maestro nacional de la Escuela Mixta del Arrabal de Trevejo, presentó en esta alcaldía, con fecha 19 de julio de 1.936, un oficio en el que comunicaba su adhesión al Glorioso Movimiento Nacional Salvador de España y desde el primer momento se puso al lado del mismo. Y para que así conste con la debida referencia y a instancia del interesado, expido la presente, que firmo y sello con el de esta alcaldía, en Villamiel, a veinte y cinco de agosto de mil novecientos treinta y siete. El Alcalde Dimas Rodrigo).

5º.- Como se justifica también por la declaración del Jefe Local de Falange Española Tradicionalista de las J.O.N.S., no solo he cumplido como un simple afiliado, sino prestando valiosos servicios, siendo en la actualidad Jefe de la 2ª línea de Villamiel. Saludo a Franco. ¡Arriba España!. El que suscribe, Jefe de la F.E.T. y de las J.O.N.S., hace constar que el camarada Jesús Delgado Valhondo, pertenece a estas J.O.N.S., prestando admirables servicios, desde el día 25 de julio de 1.936, que fue afiliado. Saludo Nacional Sindicalista. II Año Triunfal. El Jefe Local (ilegible).

Es cuanto tengo que contestar a V.E., cuya vida guarde Dios muchos años. Cáceres, 27 de agosto de 1.937. Jesús Delgado Valhondo.

Tras la recepción del pliego de los descargos, la Comisión Provincial solicitó un informe de Jesús Delgado Valhondo a la Comisaría de Investigación y Vigilancia, que lo emitió el 19 de noviembre de 1.937, en los siguientes términos:

 

Jesús Delgado Valhondo. Maestro Nacional. Desempeña su cargo en el pueblo de Trebejo-Villamiel.

El informado, antes de la iniciación del Glorioso Movimiento Nacional, pertenecía al partido de Izquierda Republicana, en el que causó alta en 1 de junio de 1.935.

En febrero de 1.936 vino a esta capital con el único objeto de emitir su voto a favor de la candidatura del Frente Popular, por figurar como afiliado al mismo e inscrito en las listas electorales de él.

Está demostrado que es un convencido de dicha ideología, probándolo en las conversaciones sostenidas con algunos vecinos del pueblo donde ejerce su profesión.

Era amigo del cura del pueblo, destacado izquierdista de ideología francamente comunista, que actualmente se encuentra en el pueblo de Sesmiros (Salamanca).

El informado actualmente está afiliado a Falange Española Tradicionalista de las J.O.N.S.

Cáceres, 19 de Noviembre de 1.937.

“Segundo Año Triunfal”.

 

La Comisaría de Investigación y Vigilancia acrecentaba los cargos y documentaba aquellos cuya fuerza probatoria se venía sustentando en comentarios inconcretos de vecinos y conversaciones de café. Ahora se concretaba que:

 

Ø      Había causado alta en Izquierda Republicana el 1 de junio de 1.935.

 

Ø      Había votado al Frente Popular en 1.936.

 

Ø      Era un convencido Republicano, como se demostraba en sus conversaciones y en su amistad con el destituido párroco de la localidad, destacado izquierdista.

 

En contraposición con este informe, el acalde de Villamiel, Andrés Pacheco, aportaba el 19 de noviembre de 1.937 que, en relación con el maestro D. Jesús Delgado Valhondo, tengo el honor de comunicarle, que durante el tiempo que lleva residiendo en este municipio, no consta haya pertenecido a ningún partido político, ni intervenido en política alguna, únicamente y según se dice, en Cáceres era donde estaba afiliado al partido de Izquierda Republicana.

 

Recabados todos los informes que se consideraron necesarios y cuando corría el 30 de noviembre de 1.937, Antonio Silva, presidente de la Comisión Depuradora del Magisterio de la Provincia de Cáceres, propuso a la Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado Español:

Visto el expediente instruido a D. Jesús Delgado Valhondo, maestro de la escuela mixta del arrabal de Trevejo, del pueblo de Villamiel; y

RESULTANDO, que estimándose completo el expediente, se le formuló el cargo de hacer ostentación de ideas izquierdistas, habiendo estado afiliado al partido de izquierda republicana en Cáceres.

RESULTANDO que el expedientado formuló sus descargos, acompañando la prueba que estimó oportuna.

VISTOS el Decreto de 8 de noviembre de 1.936 y las Órdenes de 10 de igual mes y 17 de febrero último.

CONSIDERANDO que de las diligencias de este expediente y prueba al mismo unida, entre las que tiene singular relieve el informe de la policía, aparece claramente demostrada la realidad del cargo que se le ha formulado por esta Comisión.

CONSIDERANDO que en una bien meditada ponderación de las sanciones autorizadas, entiende la Comisión que procede la suspensión de empleo y sueldo del expedientado por un periodo de veinte meses.

La Comisión, por unanimidad, en la sesión celebrada el día veintiséis de los corrientesacordó proponer a la Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado Español, la suspensión de empleo y sueldo por un periodo de veinte meses, del maestro nacional de la escuela mixta del arrabal de Trevejo, del pueblo de Villamiel, don Jesús Delgado Valhondo.

Y en ejecución de lo resuelto elévase este acuerdo, juntamente con el expediente a la superioridad, firmando todos los miembros de la Comisión en Cáceres a 30 de noviembre de 1.937.

 

Esta propuesta fue matizada por la Comisión Superior Dictaminadora de Expedientes de Depuración, del Ministerio de Educación Nacional el 26 de octubre de 1.939, fecha en la que propuso el traslado forzoso dentro de la provincia, con prohibición de solicitar cargos vacantes durante un periodo de dos años e inhabilitación para el ejercicio de cargos directivos y de confianza en Instituciones Culturales y de Enseñanza.

Madrid, a 26 de octubre de 1.939. Año de la Victoria. Firmas ilegibles.

 

El traslado forzoso impuesto en la sanción, fue ejecutado en la localidad de Gata a partir de 1.940.

El poeta e intelectual permanecería en esta localidad hasta que, en 1.946, fue trasladado a Zarza de Alange, a partir de cuyo momento puso seguir desarrollando sus capacidades creadoras, así como su fructífera labor profesional.



[1] La documentación manejada para la realización de este trabajo, se ha recopilado con la ayuda de la Consejería de Educación de la Junta de Extremadura, al amparo de la Orden de 9/06/2.005, por la que se convocan ayudas para los Grupos de Trabajo de Investigación sobre la Historia de la Educación en Extremadura. Lo que se hace constar en cumplimiento del artículo 14.2 de la citada Orden.

[2] SALGUERO CARVAJAL, ANTONIO (Edición, introducción y notas). Jesús Delgado Valhondo. Poesía completa (1.930-1993). Tomo I. E.R.E. Badajoz 2.003.

[3] Citado por DOMÍNGUEZ LÁZARO, Op, Cit.

[4] O.M. 28/12/1.939.

[5] Expedientes de depuración de Maestros Nacionales. Expediente personal de Jesús Delgado Valhondo. Legajo 32/12.452. Archivo General de la Administración. Alcalá de Henares

Oct 012007
 

 Teodoro Martín Martín.

 Introducción.

Es nuestro objetivo aproximarnos a la biografía y pensamiento de este fraile jerónimo, natural de Trujillo y autor de la única crónica que nos ha llegado sobre la historia del monasterio de San Jerónimo de Yuste. Lo hacemos con un bagaje documental limitado cuantitativamente pero rico en lo referente a su calidad. Los datos de la existencia de nuestro personaje son indirectos y escasos no así su «Historia» en la cual encontramos claramente expuestas sus ideas y convicciones.

Debemos precisar que el libro de nuestro religioso es una historia-crónica del cenobio existente al norte de la provincia de Cáceres. No intenta llevar a cabo una historia de su Casa y menos de la Orden, que como sabemos la realizaron los siguientes escritores:

 

Parte

Temática

Autor

Años comprendidos

 

Primera

Vida de San Jerónimo

P. José de Sigüenza

Segunda

Fundación y biografías

P. José de Sigüenza

1373-1573

Tercera

Capítulos y fundación del Escorial

P. José de Sigüenza

1373-1573

Cuarta

Siglo XVII

P. Francisco de  los Santos

1573-1673

Quinta

»    XVIII

P. Juan Núñez

1674-1774

«

»    XVIII

P. Francisco Salgado

1674-1800

»    XIX (M. del Escorial)

P. José Quevedo                       1800-1837

1800-1837

 

 

También en el campo de las negaciones debemos realizar una precisión. Nuestro personaje tiene igual nombre de profesión que otro fraile profeso en el Escorial. Nos llevó cierto tiempo distinguir a ambos personajes ya que los dos también fueron escritores. El fray Luís de Santa María escurialense fue censor de la obra del padre Francisco de los Santos, maestro de Sagradas Escrituras y rector de San Lorenzo de El Escorial bajo el reinado de Carlos II. Escribió varias composiciones con motivo del centenario de la conclusión de la obra escurialense (1).

Encuadrado  nuestro personaje vamos a tratar de aproximarnos a él esforzándonos por exprimir lo que da de sí el género de las «biografías abiertas».Es decir aquellas que tratan de insertar al personaje en unas coordenadas espacio-temporales, perfilan su vida y la complementan con un análisis de su obra y el sistema de ideas y convicciones que rigieron su determinación de hacer una historia-crónica del monasterio de Yuste. La única fuente documental que nos ha llegado de su archivo y biblioteca conventual es una buena razón para iniciar un estudio, hasta ahora el primero, sobre este autor trujillano.

 

 

 

 

Vida

 

 

Las principales obras de este periodo sobre la Hª general de la los jerónimos nada nos dicen sobre nuestro fraile. Ni el padre Sigüenza ni F. de los Santos hablan del mismo (2). Ello nos lleva a pensar que nuestro fray Luís era un miembro más de los muchos que pululaban por la cincuentena de monasterios jerónimos pero que no sobresalía a escala nacional. Reiteradamente él habla de su humildad y escasa preparación para llevar a cabo la obra que pretendía.

En la Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial consultamos el manuscrito titulado:»Vidas de monjes y monjas de varios monasterios dela Orden de San Jerónimo, siglos XVII y XVIII», sin que halláramos tampoco rastro de nuestro biografiado (3).

La ausencia pues de información archivística y bibliográfica nos llevó a centrarnos en su obra y los datos que a veces menciona. Así por el prólogo-sin paginar- sabemos que tomó el hábito en 1589 y profesó al año siguiente, apuntando luego «y escribió este libro».Partiendo de que la toma de hábitos se suele hacer a los 17 años ubicaríamos su nacimiento en 1572.También nos señala que era natural de Trujillo.

En la séptima parte de su obra alude a un hecho que aconteció en su existencia, la caída de parte del claustro de Oropesa. «Tuvo lugar el día de San Clemente 23 de Noviembre de 1615,a las 5 de la mañana»(pág.676). Narra el suceso o accidente y dice que era prior fray Francisco de San Juan, profeso de San Jerónimo de Sevilla y «yo vicario». Se colocaron, añade,  después de la restauración del claustro los escudos de la orden de San Jerónimo y de los condes de Oropesa. Estos colaboraron en la restauración con una limosna de doscientos escudos (pág.667).

En este mismo año 1615 el 13 de diciembre, con ocasión del proceso de beatificación de San Pedro de Alcántara el padre Luís junto a otros tres jerónimos, testifica así:»Fray Luís de Santa María afirma que el dicho Emperador envió a llamar al dicho fray Pedro por haber tenido noticias de su santidad, el cual habiendo venido habían visto ellos mismos hablar muchas veces con el dicho Emperador Carlos V y Su Magestad con él y que después el dicho fray Pedro se fue».(4)

Según el libro Estudios del Monasterio de Yuste fue prior en 1620(5)  cosa que dudamos. Nuestra consulta a las Actas de los Capítulos de la Orden de ese año no nos confirma lo anterior. Según las citadas fuentes, consultadas en el Monasterio de El Parral, sí fue procurador en el Capítulo de 1627 pero nunca aparece como prior de Yuste.

Y él mismo nos dice que «tiene la sacristía de renta en cada un año 200 reales de 4.000 de principal que yo y mi hermana Francisca de Valverde, monja jerónima en Santa María de Jesús de la villa de Cáceres, hemos dejado» (pág.694). (6)

Repetidamente a lo largo del texto señala que «Felipe III es monarca reinante» véase en la parte segunda del capítulo de bienhechores, página 67. Si esto es así no entendemos por qué la edición de la obra se sitúa en 1629.Si es manuscrito el original, aunque la copia que hoy tenemos sea del siglo XIX, solo se nos ocurre pensar que la obra ya compuesta fue corregida y preparada en la fecha citada. Estimamos en consecuencia que la obra de Santa María es de 1620.

Nuestro autor de vez en cuando habla de la necesidad de conocer el pasado de su casa. Así en el prólogo dice:» y pareceme que según en estos miserables tiempos andan las cosas, era razón y necesario dar luz y noticia de ellas a los presentes para que guarden y conserven lo que pertenece a la hacienda, pues los fieles nuestros devotos lo han ofrecido…»¿Temía ya el padre Santa María los proyectos intervencionistas del Conde Duque? es posible que existiera la sospecha de una actuación so pretexto del palacio del Emperador (7).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Obra

 

 

 

El título de la única obra del padre Luís de Santamaría que conocemos es exactamente el siguiente:»A la cassa y monasterio imperial de San Jerónimo de Yuste. Augmento en lo espiritual y conservación en lo temporal».Esta nos ha llegado a través de una copia manuscrita en castellano del siglo XIX. Es propiedad de la orden jerónima y se halla actualmente en el Monasterio de Yuste. He consultado el original y también la reciente edición hecha por la Fundación Caja Madrid en colaboración con Hispania Nostra.

La obra consta de las siguientes partes:

Prólogo para el lector, sin paginar.

1ª Parte: El principio y origen de aqueste convento imperial de S. H. de Yuste…Págs.1 a 49.

2ª    »   : Introducción y lista de los bienhechores, págs.49 a 151.

3ª    »   : Número y lista de los religiossos de aquesta cassa, págs.151 a 171.

4ª    »   : Razón de la Hacienda de esta cassa, págs.171 a 491.

5ª    »   : Capellanías que tiene obligación esta cassa, págs.491 a 549.

6ª    »   : Archivo del Arca y Cajones y Escritorio, págs.549 a 636.

7ª    »   : Razón y epílogo de toda la renta de Yuste, págs.636 a 800.

Al margen del prólogo las partes más extensas de la obra, como puede comprobarse por el número de páginas y también por su contenido, son la cuarta, la sexta y la séptima. La razón estriba en lo siguiente. La primera nos relata los orígenes, la segunda los que donaron bienes o rentas al monasterio y la tercera los frailes que había en el mismo. Todo ello era importante pero va ser en la cuarta parte en la que se explaya en un relatorio minucioso y detallado de las haciendas en la Puebla deNaciados y su tierra, Plasencia, Trujillo, Valmoriscos y su granja, así como las heredades del Majuelo y los entornos del monasterio.

No restamos importancia al capítulo quinto en el que se detallan las obligaciones en forma de misas, entierros, responsos, sufragios, etc. que contrajo la comunidad por las donaciones aceptadas. Ahora bien, la sexta parte es la que analiza los soportes documentales de todo lo anterior. Para ello va cajón por cajón describiendo los títulos que avalaban la hacienda conventual. Destacan las gavetas 1ª(Cuacos y los lugares de la Vera),2ª(Puebla de Naciados),3ª(Trujillo) y 4ª(Plasencia).Pero también las hay en las que se archivan títulos de rótulos, executorias, deslindes de dehesas, escrituras de censos, bulas, informaciones de frailes, pleitos, testamentos de monjes, etc. El número de cajones del archivo era de dieciséis (8).

En esta sexta parte se manifiesta el respeto que fray Luís tenía por el documento, fuente esencial para hacer la historia. Sobre los papeles dice textualmente:»que se guarden que aunque parezca de presente que no son necesarios no comen pan, y suelen ser muchas veces de mucho provecho» (9). La última parte es también  destacable por cuanto describe las vicisitudes históricas habidas y las partes artísticas de la iglesia y monasterio de Yuste, con gran minuciosidad y poniendo de relieve a quién se debe cada una de las obras de arte, relicarios, altares o capillas existentes.

La obra del padre Luís concluye en la página 768 del manuscrito con esta frase: «Con lo que se ha dicho se ha dado cuenta lo mejor que yo he podido de todo el discurso de aquesta cassa y monasterio imperial de S. H. de Yuste como se ve en aqueste libro: quien lo leyere todo echará de ver que le falta dar cuenta y razón de la fábrica y discurso del Palacio Imperial que Su Magestad fundó para recogerse y acabar sus felices días y me culpará de descuido. A lo cual cuando se diga respondo que no ha habido sino con el lo he guardado para dar razón de todo más a lo largo en otra ocasión, que dándonos Dios salud, se sacará a la luz. A él sea la gloria por siempre jamás, y a nosotros nos la dé para que siempre le alabemos en compañía de sus santos. Amén. Laus Deo in saecula seculorum. Amén.»

Ahora bien el copista, hasta ahora desconocido, nos ha legado una serie de anotaciones en su copia del original como la que inserta en la página 755 que dice:»En la fuente del refectorio viejo hay una + está en una piedra, con esta señal, justo por donde entra el agua en la charca de San Juan. En 17 de abril de 1805 se descubrió por haberse cegado por cuatro obreros de Cuacos. Lo firma fray Ramón Gómez.» Algunos han pensado que este monje fue el autor del manuscrito del siglo XIX, posiblemente ya exclaustrado.

Una nota final (página 803) señala que «Richard Ford gentilhombre de Inglaterra visitó este monasterio el día 26 de mayo de 1832.En obsequio de la memoria del gran emperador Carlos V (hay rúbrica).En 7 de julio de 1833 visitaron el monasterio don Guillermo Hachens Bull, mayor del ejercito británico y don Tomás Buchan Gubent, mayorazgo de Escocia.» Estas anotaciones son también del copista del original obviamente. Las últimas  páginas son un índice alfabético de temas tratados en el libro. No están paginadas.

 

 

 

 

Ideas y Pensamiento

 

 

 

Todos estos trabajos de relatos y crónicas de monasterios y conventos, hechas por los propios monjes, están inmersos en unos postulados y fines específicos, entre los cuales sobresale el  componente espiritual. Como señala el profesor Campos y Fernández de Sevilla los fines de estas historias de jerónimos son: (10)

1) El fin moralizante entre sus compañeros de orden.

2) Continuar o complementar la historia de la orden hecha por sus predecesores.

3) Se sigue a los autores clásicos en cuanto al método, con estas características:

a) Narración integra: lugar y tiempo de los sucesos más causa, principio, progreso y fin de los sucesos.

b) Amor a la verdad juez imparcial y para todos.

c) Defensa de la libertad.

d) Brevedad y concisión.

e) Corrección de estilo.

4) Orden de la narración: temas, cronología, vida de religión, etc. .

5) Preparación religiosa e intelectual.                         Si no todos estos rasgos, bastantes de ellos encontramos en la obra del padre Santa María. El prólogo y la séptima parte quizás sean las que mejor lo expresen, aunque también hay otras. Por razones obvias vamos a hacer una selección de citas en las que se observen los postulados y métodos que emplea nuestro jerónimo en su crónica.

Sobre el porqué de la obra y la preparación del autor señala:»No hay cosa que más acobarde al ánimo humilde que el conocimiento del poco caudal posible que de su parte tiene pues no es abto para alguna cosa por sí solo, si no es ayudado de la Misericordia de Dios y aqueste conocimiento en todas las obras de virtud sirve de piedra fundamental para que arrojada en la zanja de la humildad levante un edificio muy fuerte y fortificado para que dentro dél no tema los acometimientos de la serpiente ponzoñosa de la murmuración con siete cabezas fortificadas».

Y más adelante prosigue:»Tengo poco caudal y discreción de mi yngenio», o «sacando todo lo que dijere de los originales antiguos que tiene en su archivo, con mucha fidelidad de verdad porque no la habiendo fuera muy desacordado».Un impulso último le anima a escribir, lo cual se refleja en este texto:»…para que descuidada de la necesidad corporal, se encumbre por los ayres hasta llegar, con el ejercicio de la contemplación a presentarse delante del acatamiento divino y allí alcance el bien deseado…ofrecido con la afición lo hizo en el archivo de esta casa».

En cuanto a la estructura del libro apunta:»Todo el discurso de aqueste librillo se divide en siete partes, que es justo las tenga para que pues el cuerpo de la serpiente contiene en sí las siete cabezas halle en él siete obras virtuosas».

El padre Santa María es consciente de que vive en una comunidad y ello lo manifiesta en positivo cuando dice:»Los religiosos que han habido han sido los que han dado el alma a este cuerpo de la comunidad»(pág.151) o «el principio de la frailía fue en 1408″(pág.153),o en negativo «estas observaciones las hizo para combatir murmuraciones».El libro está dedicado a la Virgen María y en las primeras líneas del prólogo se confiesa:»vuestro humilde y menor hixo».No olvidemos tampoco el nombre de religión que él se impuso dedicado a María.

Termina el prólogo así:»Aquestas son las cosas que ha parecido ser más necesarias para la conservación de la hacienda de esta casa y es razón (y aún obligación) que los religiosos de ella lo sepan pues son las piedras vivas que han de sustentar el cuerpo de esta comunidad».

En la parte primera escribe lo que sigue:»En principio y origen que aqueste convento ymperial de San Jerónimo de Yuste tuvo se puede atribuir a muy milagroso, y que la Providencia Divina andaba secretamente obrando en los hechos de los primeros padres que la fundaron»(pág.1).»En el año 1402 vinieron los primeros ermitaños a fundar…»(pág.4).Cuando describe alguna operación hecha por el convento no evita juicios de valor como en la que apunta en la página 136:»Pienso que no fue acertada la venta porque fue varata y con poco aprovechamiento de la casa, que se gastó el precio sin emplearlo».

En la séptima y última parte hallamos también elementos reveladores de nuestro monje. Cita al padre José de Sigüenza y la Historia de la Orden, aludiendo a un alboroto que tuvo lugar en Toledo, señal sin duda de que fray Luís era lector de libros de Historia, no mero cronista (pág.670).

Desde la página 636 en adelante y hasta la 648 incorpora una estadística de la razón y rentas de Yuste por zonas. Es muy prolija y señala ingresos y gastos de cada una de ellas. El detallismo es minucioso en las haciendas de Trujillo y Plasencia y sus dehesas, censos, derechos, etc. No hay que olvidar que las propiedades de Yuste en estas zonas eran las más saneadas y de las cuales obtenían el dinerario, al arrendar sus dehesas a los ganaderos de la Mesta.(11)

Las ideas y reflexiones del padre Santa Maria son claras y diáfanas. Sus textos transmiten el mensaje con humildad y sencillez, así como con claridad suprema. No exigen de glosas académicas totalmente superfluas. Ahora bien yo subrayaría en sus textos una serie de ideas muy diáfanas y sencillas que nos dicen de su saber hacer y pensar; son estas: La humildad como talante, la convicción de que la Misericordia Divina inspira nuestros actos y un respeto exhaustivo a los documentos del archivo, fuente nutriente de toda su información. Además nuestro jerónimo es consciente de estar en una comunidad a la que está historiando aunque le murmuren, nos habla con un nuevo termino fraylía y que su intercesora ante el Altísimo es la Virgen María por él elegida como mediadora. Manifiesta así mismo tener opinión ante hechos o sucesos, haber leído a autores de su tiempo y ser consciente del mundo en crisis que le tocaba vivir. El libro anuncia un clima de decadencia que no es otro que el de la sociedad europea del siglo XVII.

 

Notas

1) A. Palau Dulcet: Manual del librero hispanoamericano. Tomo XIX. Barcelona 1967.Pág.436.Todas están en la Biblioteca Laurentina.

2) Fray Francisco de los Santos en su Quarta parte de la Historia de la Orden de S. Hierónimo. Madrid 1680,pág. 509-514,nos da noticias de ocho monjes de Yuste que vivieron en estas fechas, pero no alude a nuestro fray Luís.

3) Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Ms. H. I. 11.

4) P. A. Barrado Manzano: San Pedro de Alcántara. Ed. Cisneros. Madrid 1965 pág.78.

5) Varios autores: Estudios del Monasterio de Yuste. Zaragoza 1961.Pág.41.

6) También citado en D. de G. Mª de Alboraya: Historia del Monasterio de Yuste. Ed. Sucesores de Rivadeneira. Madrid 1906.Pág.96.

7) Teodoro Martín Martín: El alcayde de Yuste. Revista la comarca de la Vera nº 5,año 2004,pág.11.

8) Para una descripción del patrimonio de Yuste puede verse mi artículo: El dominio territorial del Monasterio de Yuste. Boletín de la Real SociedadGeográfica. nº 139-140.Madrid 2004.Pág.99 a 118.Agradezco al padre Ignacio de Madrid las facilidades que me proporcionó en la consulta de las Actas Capitulares y otros documentos del archivo histórico hieronimiano sito en El Parral (Segovia).

9) Mencionado también en P. de G. Mª de Alboraya: Ob. cit. pág. 346.

10) Francisco Javier Campos y Fernández de Sevilla: Prólogo a la Quinta parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo. Ediciones Escurialenses. San Lorenzo.1999.Primer volumen.

11) Una Historia parecida a la que comentamos es la Crónica de los Priores del Monasterio de San Jerónimo de la Murtra, sita en el Archivo de la Corona de Aragón de Barcelona. Remito a la misma para ver analogías y diferencias. Que yo sepa no ha sido estudiada la referida crónica en su globalidad aun. Sí hizo uso de ella en su libro sobre los orígenes del citado cenobio mi colega y amigo Carles Diaz Martí. Véase su Bertrán Nicolau fundador de Sant Jeroni de la Murtra. Museode Badalona.2006.

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