Nov 292019
 

Manuel García Cienfuegos.

Cronista Oficial de Montijo y Lobón.

 

El freinetismo fue una tendencia escolar vanguardista, cuyo propósito era cambiar radicalmente la vida y la concepción de la enseñanza en la escuela. Pretendía que la escuela y la vida misma no fueran dos ámbitos distintos, separados y antagónicos; esto es, lograr que los niños no sintieran la frontera que normalmente viven al entrar en el recinto escolar y dejar la vida ordinaria atrás, tan rica y viva para ellos, como si de dos mundos se tratara[1].

 

1.- CÉLESTIN FREINET (GARS, 1896-VENCE, 1966)

Pedagogo francés, impulsor de métodos de renovación dentro del marco del movimiento llamado la escuela nueva. Es uno de los más importantes innovadores en la educación del siglo XX. La relación con sus alumnos le hace ser consciente de que la escuela no responde a las necesidades educativas de los escolares, como tampoco responde a su concepto sobre lo que es educar en la escuela primaria. A partir de entonces, entra en contacto, primero mediante la lectura de sus trabajos y posteriormente de forma personal, con los distintos pedagogos e ideólogos que, en aquellos momentos, estaban realizando una crítica a la escuela tradicional y pugnaban por una escuela nueva. No sólo se dedicó a recoger información y métodos de sus colegas, sino que participó en el movimiento de renovación pedagógica aportando nuevas ideas y técnicas que se fueron adaptando, a lo largo del siglo XX, a los cambios sociales y educativos.

Célestin Freinet fue uno de los referentes innovadores más importantes de la pedagogía moderna y popular, tanto por sus teorías, radicalmente antiautoritarias y democráticas, como por la aplicación de un amplio abanico de técnicas que le conceden al alumno un grado notable de libertad y protagonismo, permitiéndole adquirir un aprendizaje más sólido, crítico y eficiente. Técnicas que estimulan el tanteo experimental, la libre expresión infantil, la cooperación y la investigación del entorno.

En las aulas de Freinet los niños se organizan en asambleas que sirven para regular la vida del grupo, revisar el trabajo, proponer proyectos y tomar decisiones; en la biblioteca consultan libros, monografías, artículos de prensa y archivos fotográficos; elaborando textos libres que, después de corregirlos colectivamente, los imprimen y forman parte de la revista o periódico escolar que se distribuye entre las familias y se intercambia con alumnos de otros centros. La educación natural preconizada por Célestin Freinet se estructura en torno a la vida y las actividades del niño, poniendo en práctica una serie de técnicas originales, basadas en un conjunto de principios como la motivación, la expresión y la socialización[2].

 

2.- LAS TÉCNICAS DE FREINET

Célestin Freinet concebía la escuela como lugar de renovación social para instaurar una sociedad popular donde ésta tuviera una relación consciente con los otros ámbitos sociales. Sus propuestas nacen de la realidad escolar cotidiana. Sus aportes constituyen el punto de arranque del movimiento pedagógico nucleado en la Federación Internacional de Movimientos de Escuela Moderna[3] que pretenden la renovación educativa por medio de la organización de una comunidad escolar auténticamente humana.

El niño tiende a organizar su primitiva experiencia a tientas, en formas cada vez más ricas, que se convierten naturalmente en experiencias sociales, en las cuales se integra con otros niños, y a dejar de ser puro juego para ser juego-trabajo. Su técnica es conocida como la tipografía de la escuela, produciéndose en las clases varios elementos y técnicas para crear textos, dibujos, correspondencia, ficheros y lo que llama libro de la vida, donde los escolares narraban sus historias y la de la clase. Su función era que los niños se expresaran y se comunicaran de manera espontánea, cambiando así las relaciones entre la escuela y la vida, algo más útil y práctico de manera personal y social. El trabajo colectivo y el método activo también suelen representar su trabajo. En eso radicó su invención: llevar la comunicación y la creatividad a un sitio que, aunque parezca extraño, lo había dejado de lado para enfocarse en la memoria y la repetición.

Las técnicas de Freinet ayudaron a constituir una pedagogía moderna que se ocupaba del aprendizaje de una manera más humana, desde un acercamiento a tientas hacía el conocimiento. Se trata ante todo de la necesidad imperiosa, física y psicológicamente, de salir del aula para ir a buscar la vida en la oferta del rico entorno. Donde se observará el medio natural y humano, del que se llevará a la escuela, primero desde los ecos orales y después los escritos.

Los textos así producidos se corregirán, enriquecerán y constituirán la base de los aprendizajes elementales clásicos que los convierten en un instrumento directo de mejora de la comunicación. El estudio del medio, la imprenta, el diario y la correspondencia escolares se convertirán en los instrumentos primordiales de una revolución pedagógica[4]. Las técnicas de Freinet constituyen un abanico de actividades que estimulan el tanteo experimental, la libre expresión infantil, la cooperación y la investigación del entorno. Están pensados sobre la base funcional de la comunicación.[5].

Las transformaciones que Freinet introdujo en la escuela forman parte del imaginario colectivo de la profesión docente, el ímpetu por crear una escuela centrada en el alumno, es decir en el niño y en los maestros, asentada bajo la enseñanza de pensar y cultivar la motivación y el aprendizaje libre, relegando la función de instruir o enseñar bajo los parámetros de un modo más tradicional. Un elemento importante a destacar, es la ruptura del individualismo tanto en la docencia como en el trabajo del alumnado, proponiendo las bases de un trabajo cooperativo promoviendo la ayuda y la solidaridad entre compañeros. La puesta en práctica de las diversas técnicas de Freinet supone plantearse que la principal finalidad de la escuela debe ser potenciar todas las capacidades del alumno para obtener respuestas dentro de un proceso centrado en su propia investigación y aprendizaje[6].

Freinet liga al niño con la vida, con su medio social, con los problemas que le atañen a él y su entorno. La escuela Freinet es una escuela viva, continuación de la vida familiar, de la vida del pueblo y del medio. La única forma de despojar a la educación de la mística aristocrática en que se encuentra envuelta y de convertirla en una preparación y puesta a punto para la vida proletaria, es ligarla, cada vez más vigorosamente, con la vida, con el pueblo, con sus problemas y realidades[7].

 

3.- LA LLEGADA DEL FREINETISMO A ESPAÑA Y EXTREMADURA

Fueron tres las vías abiertas para la recepción de las técnicas de la Escuela Moderna en España. La primera se abrió en 1926, gracias al maestro Sidonio Pintado Arroyo, del Grupo Escolar Bailén de Madrid. La inquietud y la curiosidad invitaron al maestro a visitar, alrededor de 1925, la escuela de Bar-sur-Loup, Francia, donde Célestin Freinet realizaba los primeros tanteos con la imprenta escolar y daba los primeros pasos para la organización de la Cooperativa de Enseñanza Laica (CEL).

Poco tiempo después se abrió la segunda vía. En agosto de 1927 se celebró en Tours (Francia) el I Congreso de la CEL, coincidiendo con el Congreso Anual de la Fédération de l´Enseignement. A éste asistió Manuel Juan Cluet Santiberi, por aquel entonces maestro de una escuela de Madrid. También lo hizo Célestin Freinet, que intervino como secretario sindical de la región de los Alpes Marítimos. Allí entablaron contacto, quizás casualmente, quizás a instancias del primero.

En esas mismas fechas se abría una nueva vía, ahora en Cataluña, para la recepción de las técnicas de la Escuela Moderna en España. Esta tercera vía encontró un ambiente educativo más favorable que la madrileña, ya que durante la segunda década del s. XX había surgido en Lérida un grupo de maestros, conocidos como grupo Batec, que fue la semilla donde fructificó la Cooperativa española de la Técnica Freinet[8]. La división española del movimiento freinetiano internacional la integraron, al menos, doscientos veinticuatro seguidores, de los que ciento sesenta y ocho fueron maestros de primera enseñanza; tres profesores de Escuela Normal; otro, alumno normalista; dos más, colaboradores desvinculados de la enseñanza o que habían renunciado a ésta; y cuatro, fueron inspectores escolares.

El grueso de freinetistas españoles nació en el medio rural generalmente, en un ambiente socioeconómico deprimido y culturalmente poco estimulante. Se formaron en un tiempo en el que los estudios de magisterio comenzaban su lenta y costosa revitalización y modernización. Las Normales de Barcelona y Lérida fueron las que más peso tuvieron en la formación del grupo freinetiano, seguidas, muy de lejos, de las de Huesca y Madrid. Estas mismas provincias fueron las que, a la postre, albergaron a un mayor número de maestros y escuelas freinetistas: Barcelona a sesenta y dos y Lérida a cuarenta y uno. Seguidas por Huesca, Baleares, Cáceres con once y Badajoz con siete, entre otras[9].

La esposa de Celestín Freinet, Élise, en el libro que recoge el recorrido histórico de la escuela promovida por su marido, se refiere, entre los primeros iniciadores de la misma en España, al maestro José Vargas, de la provincia de Cáceres, junto a otros maestros más conocidos: José de Tapia, Simeón Omeya y Patricio Redondo, vinculados al grupo cátalo-aragonés.

El maestro José Vargas Gómez pudo conocer las enseñanzas de Freinet durante su destino en Burujón (Toledo), cercano a Torrijos y Camerana, con maestros que aplicaban la corriente del freinetismo que se ejercía en Madrid. José Vargas compartió la corriente pedagógica de Freinet con su compañero en Las Hurdes (Caminomorisco-La Huerta), Maximino Cano Gascón. Éste último al ser destinado a Montijo difundió a Freinet en algunos de los maestros que ejercían el magisterio en los grupos escolares Giner de los Ríos y 14 de abril. Montijo fue el principal centro de difusión del resto de experiencias escolares en la región, pues desde él partieron las técnicas de Freinet hacia Calamonte, Puebla del Maestre, Valencia de Alcántara y Arroyo del Puerco (Arroyo de la Luz). En esta última población con el maestro Ricardo Gil-Toresano Cabañero para la última población[10]. Este maestro era hijo del médico afincado en Arroyo, proveniente de Alcántara, Ventura Gil-Toresano Ocaña, y de Sofía Cabañero y Cambronero, una noble que había sido educada en París. Ricardo Gil-Toresano estuvo casado con otra maestra arroyana, Jacoba Franco, vivieron en la calle Germán Petit. Ricardo falleció en 1975[11].

 

4.- LA ENSEÑANZA EN LA II REPÚBLICA

Su llegada supuso la implantación de un sistema político que tuvo en la educación uno de sus pilares fundamentales, tanto por la constatación del abandono en el que estaba, como por la necesidad de plantear en la práctica profundos cambios en un sentido progresista, dentro de un proyecto más amplio de creación de un estado del bienestar, al considerar la educación como un motor de transformación social, partiendo de los movimientos de renovación pedagógica que habían comenzado con la Institución Libre de Enseñanza.

La enseñanza, según señalaba la Constitución, promulgada el 9 de diciembre de 1931, será laica, hará del trabajo el eje de su actividad metodológica y se inspirará en ideales de solidaridad humana. Se reconoce a las Iglesias el derecho, sujeto a inspección del Estado, de enseñar sus respectivas doctrinas en sus propios establecimientos (art. 48). La nueva Constitución recogía las ilusiones colectivas que suscitó el cambio de régimen político en España. Constaba de 10 títulos, una disposición transitoria y 121 artículos[12], muchos de los cuales, singularmente el 3, 26, 27 y 48, rompían abiertamente con la tradición constitucional española, aún la de tintes más liberales. Tres políticos destacaron en el impulso a la educación: los ministros Marcelino Domingo y Fernando de los Ríos, que ocuparon la cartera de Instrucción Pública, y Rodolfo Llopis, director general de Primera Enseñanza.

La Constitución de 1931 establecía que el servicio de la cultura era atribución del Estado y se prestaría en instituciones educativas, según un sistema de escuela unificada, es decir, que se planteaba un nuevo sistema educativo y común. Así, una de las prioridades a instancias de la Institución Libre de Enseñanza fue la de proporcionar a la población una enseñanza obligatoria pública que desarrollara el nivel cultural y permitiera al país alcanzar el progreso económico y social del que disfrutaban otras naciones europeas.

A tal fin se proyectó un ambicioso plan quinquenal de construcción de escuelas, hasta 27.000 centros escolares. Las penurias presupuestarias impidieron alcanzar ese objetivo, pero se hizo un verdadero esfuerzo para que hubiera escuelas en todos los rincones del país. Al tiempo que se impulsaban los institutos-escuelas, las colonias escolares de vacaciones y la puesta en marcha de las Misiones Pedagógicas, integradas por voluntarios que llevaban a los pueblos lectura, música, teatro, cine y arte[13].

Había que formar ciudadanos nuevos porque la República, según Marcelino Domingo, heredó una tierra poblada de hombres rotos. La República recibió una inmensa carencia de escuelas y de maestros, un lastre que el sistema educativo español arrastraba desde hacía más de cien años. Las carencias todavía eran más evidentes al considerar la precariedad de los edificios dedicados a escuelas, la situación de la educación de la mujer, la formación del profesorado, la educación de adultos, etc. En 1930 la tasa de analfabetismo en España era del 32,6% a la edad de 7 años[14].

 

5.- LA SITUACIÓN ESCOLAR EN MONTIJO

La propaganda primorriverista, en 1929, a través del “Barógrafo de un lustro: Memoria demostrativa del avance dado por la provincia de Badajoz”, recopilaba, desde 1923 a 1928, lo realizado por la Unión Patriótica, el partido creado desde el poder en 1924. La implantación de la Unión Patriótica tuvo un éxito completo, con un gran número de afiliados que ocupaban buena parte de los cargos políticos, alcaldes, concejales y diputados, controlando los resortes del poder local[15]. Por lo que respecta a Montijo, se informa en el Barógrafo de un lustro, “que el Ayuntamiento ha invertido entre los años 1923-1928: 78.742,82 pesetas en acerados y empedrados; en el matadero, 5.049,45 pesetas, en el cementerio 30.840,78 pesetas; en reforma de la Casa Consistorial 47.123,70 pesetas; en la creación de dos grupos escolares 200.000 pesetas, y subvención para caminos vecinales 21.055,36 pesetas”[16].

Se dice en la Memoria que se habían subastado las obras de un Cuartel para la Guardia Civil, con un presupuesto de 128.680,48 pesetas y de una Plaza de Abastos, en 194.123 pesetas[17]. Para la realización de estos proyectos el Ayuntamiento solicitó del Banco de Crédito Local una operación de préstamo por importe de 570.000 pesetas. Junto con ensanches de vías públicas, adquisiciones, expropiaciones y gastos[18]. Aunque muchas de estas obras no fueron ejecutadas hasta los años centrales de la II República.

Desde el Ayuntamiento, el 23 de mayo de 1931, a poco más de un mes de la proclamación de la República, aprobaba el gasto de 2.721,28 pesetas para medicamentos a pobres de la Beneficencia durante el primer trimestre del año[19]. Estas cifras aducen las dificultades que atravesaba un sector de una población que sobrepasaba diez mil habitantes. Aquellos primeros aires republicanos tuvieron que afrontar el gravísimo problema por el que atravesaba la clase trabajadora. Los jornaleros creían ver en el nuevo régimen político el remedio que solventaría sus problemas ancestrales, especialmente la cuestión agraria[20].

A finales de mayo la Corporación Municipal aurorizaba el pago de “273 pesetas por jornales empleados en la limpieza del campo de los nuevos Grupos Escolares”[21]. El presupuesto municipal aprobado el 24/IX/1929 destinaba de los gastos (383.795,76 pesetas) el 3,92% (15.062 pesetas) a Instrucción Pública. Siendo las mayores partidas para Obras Públicas (27,79%) y Obligaciones Generales (26,68%); apartado en el que incluían las deudas contraídas a corto, medio y largo plazo[22].

En este contexto, en la cercana población de Lobón, las autoridades municipales se habían propuesto acabar con el analfabetismo, obligando la escolarización de los niños. Esta medida tomada resulta clarificadora:“que se publique bando haciendo saber que los niños de uno y otro sexo que no asistan a clase sin causa justificada, sus padres serán multados de una a quince pesetas”[23]. La preocupación por la enseñanza en los adultos la plantearon los concejales montijanos: “que fuera expuesto al público anuncio indicando la apertura de clases de adultos en las Escuelas Nacionales, y que para dichas clases se ordena la instalación del alumbrado necesario”[24].

El problema fundamental con el que se enfrentó la Segunda República fue la insuficiencia del número de escuelas, lo cual ocasionaba que un número importante de niños y adolescentes estuviese sin escolarizar. Las causas de la desescolarización tenían su origen en razones de carácter social y económico[25]. Las escuelas existentes en Montijo no reunían las condiciones necesarias. Eran escuelas unitarias con nula o poca coordinación entre ellas; se localizaban de manera dispersa por el casco urbano en casas alquiladas por el Ayuntamiento a particulares. El Magisterio local estaba formado por doce maestros[26]. Existían también algunas escuelas particulares, especialmente de párvulos, donde sus responsables no tenían titulación oficial.

La República consideraba que el país no sería una auténtica democracia mientras la inmensa mayoría de sus hijos, por falta de escuelas, se vieran condenados a la perpetua ignorancia, encaminados al trabajo en edades muy tempranas. Esta preocupación no quedó en intenciones, sino que, como ya hemos dicho, se acometió un ambicioso plan de construcción de escuelas. Montijo no fue ajeno a estas medidas. Así, la Inspección Provincial de Primera Enseñanza concedió la creación de cuatro escuelas graduadas, dos de cada sexo y una de párvulos[27]. Era alcalde el socialista Juan Brugera Vega. Quedando constituida la Comisión de Instrucción Pública de Primera Enseñanza, formada por Juan Gutiérrez Arias, concejal; Teodomiro Cayetano, médico, Inspector Municipal de Sanidad; Juan José García Martínez de Tejada y Emilia Ruiz Diaz, maestros nacionales; Antonio Cabezas y Rafaela Alba, padres de familias[28]. De inmediato se procedió a edificar un primer grupo escolar en el viejo edificio del Pósito[29], con cuatro escuelas para niños y otras cuatro niñas, al que llamaron Giner de los Ríos, construido por el maestro de obras Pedro González Gragera[30].

Pocos meses después, aparecen noticias de la construcción de un segundo grupo escolar[31], por nombre 14 de abril, también conocido por ‘colegio de las eras’, dotado de ocho escuelas, cuatro para cada sexo, y las casas de los maestros en el patio de recreo. Esta información se refiere al grupo escolar que referenciamos en la relación de obras del Barógrafo de un lustro. Durante el período que duraron las obras los maestros y alumnos tuvieron que utilizar las Escuelas de Jesús, junto a la ermita de su mismo nombre, la planta baja de la Plaza de Abastos y algunas casas que alquiló el Ayuntamiento.

Las carencias en materia educativa eran muchas. El maestro Juan José García Martínez de Tejada, en calidad de secretario de la Comisión de Instrucción Pública de Primera Enseñanza, instaba al Pleno Municipal “para que los alumnos que asisten a las escuelas tengan las mínimas comodidades de trabajo, cifrando el importe del material escolar en 2.492 pesetas”. El concejal, señor Gutiérrez, veía que “la petición era muy justa, pero el Ayuntamiento en virtud de su situación económica le es imposible acceder a esta petición”[32]. A comienzos de 1932 el anteproyecto del presupuesto municipal destinaba 20.271,75 pesetas a Instrucción Pública, el 6,14% del total de los gastos para el ejercicio[33]. Tras el fallecimiento del alcalde Sebastián Gabardino Acevedo[34], accedió a la Alcaldía el también socialista Miguel Merino Rodríguez[35], que apoyará varios proyectos educativos como seguidamente veremos.

El primero de ellos fue, a petición del Consejo Escolar de Enseñanza Primaria, la apertura de una Cantina Escolar para los niños más desfavorecidos, acordando instalarla en la planta baja de la Plaza de Abastos[36]. El respaldo al Magisterio hace que el director del Grupo Escolar Giner de los Ríos, dirija un oficio, en el que afirma el “reconocimiento del Magisterio a la labor realizada por la Corporación sobre la enseñanza.”[37].

 

6.- EL MAESTRO MAXIMINO CANO GASCON DESTINADO A MONTIJO

Nació en 1892 en Huesca. En 1910 obtuvo el título de maestro y enseguida comenzó a ejercer en pequeñas localidades aragonesas. Primero en Maleján, a los pies del Moncayo, y más tarde en la oscense de Ayera. En 1920 editó un librito de poemas y narraciones breves de resonancias modernistas, “El primer amor”. Su portada fue ilustrada por Ramón Acín (Huesca 1888-1936)[38].

Tras la muerte de su padre, Maximino solicitó empleos en poblaciones alejadas de su ciudad natal, por desavenencias familiares, en la que no volvió a residir. De este modo, le llevó a impartir docencia en Campillos (Málaga), Sanlúcar la Mayor (Sevilla), Caravaca de la Cruz (Murcia) y el pueblo turolense de Lechago[39]. En los primeros meses de 1930 su peregrinar hizo escala en un destino que le marcaría de por vida. Pasó a dirigir la escuela de una alquería perdida, llamada La Huerta, junto a Caminomorisco, enclavada en Las Hurdes, una de las comarcas más aisladas y paupérrimas del país.

En ese entorno extremo, al que algunos llamaron el fin del mundo, Maximino Cano inició una aventura educativa que podemos calificar de asombrosa en compañía de José Vargas Gómez, originario del pueblo murciano de Abarán, responsable de la cercana escuela de Caminomorisco. Ambos maestros, con el fin de dotar de humanidad, dar una oportunidad y un porvenir a los niños decidieron poner en práctica un sistema de enseñanza pionero en Europa. Sin dejarse intimidar por las penosas condiciones en las que se vivían sus alumnos, aplicaron en sus colegios las innovadoras teorías del pedagogo Célestin Freinet, basadas en la experimentación, el contacto con la realidad circundante y el trabajo en equipo como instrumentos básicos de educación.

Tras intentar paliar las carencias materiales más acuciantes (se crearon un comedor escolar, aseos y un ropero, y las Misiones Pedagógicas llevaron libros), ambos maestros abandonaron el recitado de lecciones en voz alta, de memoria, por monótonos coros infantiles en favor de actividades más ilustrativas y participativas. Cuando no se daban largos paseos por el campo para estudiar el medio natural, las plantas y los animales, se observaban con atención las labores de los adultos, se organizaban talleres de manualidades, se aplicaba el cálculo a problemas cotidianos o se redactaban textos de tema libre para exponer y debatir en clase. Un objetivo siempre presente fue el de armonizar el cuidado de los materiales, el respeto por los otros y la responsabilidad con una formación lúdica y amena, porque la educación sin alegría es una educación a medias.

José Vargas y Maximino Cano compraron pequeñas imprentas con la que los escolares las manejaron y publicaron sus trabajos en periódicos escolares. En abril de 1933 aparecía el primer número de Ideas y Hechos, en Caminomorisco, y sólo unos días después lo hacía el ejemplar inicial de Niños, Pájaros y Flores, en La Huerta[40]. Los logros y experiencias se pusieron en común con otros colegios y en el extranjero. Se enviaron a centros escolares mexicanos, uruguayos, franceses y belgas plantas disecadas, dibujos, cuentos oídos o inventados, sellos, etc. Los niños escribían en castellano, pero dejaban espacios en blanco donde el maestro traducía el texto al francés. Y el mismo sistema empleaban los franceses y belgas en sus respuestas.

No se sabe con certeza cuál de los dos maestros correspondió la iniciativa de introducir los métodos freinetianos, su trabajo fue de los más tempranos en España. Tal vez el freinetismo llegó a Las Hurdes por otras vías, gracias a contactos y experiencias previas de José Vargas o a través de libros y revistas especializadas[41]. El caso es que desde Las Hurdes se extendió a otras zonas de Extremadura, pues Maximino Cano fue trasladado en septiembre de 1933 a Montijo, una población mayor, en la provincia de Badajoz. Localidad en la que se crearon dos periódicos escolares: Floreal y Alborada. Sus centros educativos se convirtieron en referente para muchos otros. En poco tiempo, casi una treintena de maestros bebieron de ese manantial, cada vez más fecundo[42].

El maestro Maximino Cano formó parte del Real Patronato de las Hurdes[43], creado tras la visita que Alfonso XIII, a petición del doctor Gregorio Marañón, hizo a la comarca en junio de 1922. Tras este viaje se impulsaron medidas con la finalidad de atajar males como las enfermedades endémicas de bocio y el cretinismo, la falta de comunicación al exterior, la educación, etc. El 18 de julio, un mes después de la visita del monarca, se creó el Patronato, “una institución de Beneficencia destinada a remediar la situación material, social y moral en que se encontraba la zona”[44], es decir, un organismo encargado de dirigir y promover el desarrollo de Las Hurdes. En la primera Junta de Consiliarios fue nombrado vicepresidente el obispo de Coria, don Pedro Segura Sáenz[45], al que se le consideró el apóstol de Las Hurdes.

 

7.- EL MONTIJO QUE SE ENCONTRÓ MAXIMINO CANO

Maximino Cano Gascón llegó a Montijo a comienzos de curso a la Graduada núm.1 del Grupo Escolar Giner de los Ríos[46]. Se encontró un pueblo con elevadas cifras de paro, pobreza y hambre. La subida de los precios era una constante. Se reivindicaba una jornada laboral de ocho horas, salarios dignos y subsidio de paro. No faltaban las protestas, manifestaciones y huelgas, en espera de la aplicación de la Reforma Agraria que diera trabajo con el reparto de las tierras. El laicismo creó malestar por las medidas tomadas para regular el toque de campanas, las procesiones, blanquear escudos y blasones, control de las clases de Religión, etc. La llegada de Maximino Cano obedecía a la creación de los dos nuevos grupos escolares, pues la preocupación de las autoridades locales, junto al interés de la República por la educación, estimaban, como ya dijimos, que debía ser uno de los pilares fundamentales que la sociedad necesitaba[47].

Sin embargo, el maestro Cano Gascón no encontró para sí un ambiente favorable. Él mismo lo manifiesta en el expediente de depuración que se le abre: “Mi vida en esta localidad, desde el día que en que tomé posesión, ha estado llena de sufrimientos morales. El hecho de proceder del Real Patronato de Las Hurdes y de haber llegado a Montijo con una carta de presentación para el sr. cura párroco, me creó un ambiente de hostilidad… me decían, que era uno de los maestros del cardenal Segura. Sufrí coacciones, amenazas más o menos veladas; se me hizo saber que varios de los inspectores de primera enseñanza eran socialistas y pertenecientes a la Federación de Trabajadores de la Enseñanza, y que en la provincia de Badajoz no querían maestros cavernícolas”[48]. En este entorno, el Ayuntamiento pagaba 276 pesetas por 16 arrobas de aceite para la Cantina Escolar[49]. En esa misma sesión el concejal Juan Brugera Vega[50] fue nombrado representante del Ayuntamiento en el Patronato de la Cantina Escolar.

 

8.- EL FREINETISMO EN MONTIJO

Será un maestro, compañero del recién llegado Maximino, el que cambie su destino. Se trata de Juan José García Martínez de Tejada, que llegó a Montijo en 1927 para la escuela núm. 2 de niños. Pertenecía al Partido Socialista, delegado en Montijo de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza (FETE-UGT) y secretario del Consejo Escolar. Maximino Cano debió mostrarle a Martínez de Tejada su experiencia pedagógica con la corriente freinetiana, junto con los periódicos escolares propios y ajenos que había intercambiado con otras escuelas en su etapa en Las Hurdes.

La afabilidad, sencillez, bondad y honradez en el carácter y en el comportamiento de Maximino Cano, abrieron las puertas de la amistad[51]. Maximino Cano, a partir de entonces, se convirtió en referencia necesaria, como maestro experimentado en la corriente pedagógica de Freinet, pasando a ser considerado; aunque para llevar a efecto su proyecto debía contar con el Ayuntamiento. Fue Juan José García Martínez de Tejada con peso político, cuya voz era tenida en cuenta por las instituciones y por la administración educativa quien hizo posible que la pedagogía de Freinet se impartiera en los grupos escolares montijanos.

Así, la Corporación Municipal estudiaba, a comienzos de diciembre, el presupuesto municipal para 1934, destinaba 34.431,76 pesetas para el capítulo de Instrucción Pública. Días después el Gobierno Municipal acordaba “dotar de una imprenta modesta, pero lo más completa posible, en las más beneficiosas condiciones de economía a cada Grupo Escolar de los existentes en Montijo, quedando autorizado el señor alcalde presidente para practicar las gestiones conducentes al cumplimiento de este acuerdo”; se cita al margen del acta: “Compra de una imprenta”[52]. El freinetismo había llegado a Montijo. “A la Casa Richard Gans, de Madrid, por diversos útiles para las imprentas de los Grupos Escolares, doscientas treinta pesetas. A la Cooperativa Española, por igual concepto, setenta y tres pesetas”[53]. “A Pedro López, por varias piezas auxiliares precisas para el manejo del equipo de Imprenta Freinet, concedido por el Ayuntamiento a los Grupos Escolares, cuarenta pesetas”[54]. “A Artes Gráficas, por diez y siete kilos y medio de letras, cajas y un cliché, para las imprentas de Freinet de los Grupos Escolares, ciento dos pesetas con noventa y cinco céntimos”. “A don Antonio Agudo, por cuatro resmas de papel blanco de ocho kilos resma y una más de colores variados para los grupos escolares, ochenta y cuatro pesetas con cuarenta céntimos”. “A Richard Gans, tipografía de Madrid, por material para los equipos de Freinet de los Grupos Escolares, ciento setenta y nueve pesetas con treinta céntimos”[55].

 

9.- MAESTROS FREINETIANOS. UNA TENDENCIA VANGUARDISTA

Con la nueva experiencia escolar ya en marcha, los maestros participaron en ella con mayor o menor entusiasmo[56]. Los protagonistas de la nueva corriente pedagógica fueron: en el grupo escolar Giner de los Ríos, Maximino Cano Gascón que fue el que propagó las enseñanzas de Freinet de las que hizo partícipe a Juan José García Martínez de Tejada. Ambos fueron los promotores, el primero más que el segundo, de la publicación del periódico escolar Floreal[57].

En el grupo escolar 14 de abril, los maestros más significados fueron Jerónimo Ruiz Lara, maestro con experiencia, y Antonio Márquez Tabares, más joven pero muy entusiasta, al que se le debe gran parte de la expansión de esta corriente pedagógica por algunas escuelas extremeñas. Ellos fueron los responsables de la edición del periódico escolar Alborada. A este grupo hay que añadir al maestro Eduardo Almada Rodríguez, destinado a Montijo en 1935.

¿Qué hacían los niños en las escuelas donde se aplicaban las técnicas de Freinet, en definitiva, cómo era la escuela cotidiana? Por lo general, los maestros se atenían a las directrices generales marcadas para la enseñanza (contenidos, tiempos y modos), es decir, continuaban la marcha ordinaria de la escuela, pero introducían las nuevas técnicas con la finalidad de lograr que la escuela y la vida (la experiencia personal y el aprendizaje) no fueran dos ámbitos extraños.

Se cultivaba el texto libre, composición de los alumnos propiciada por alguna experiencia preparada previamente por el maestro. Era muy habitual organizar pequeñas excursiones campestres o culturales en las que la observación directa ayudaban en los alumnos preguntas o inquietudes que después ellos mismos escribían. Luego se seleccionaban y corregían los textos para imprimirlos después en la imprenta, acaso la técnica nuclear de la escuela, fuente de una cadena de trabajos escolares.

El periódico escolar, compuesto con los textos de los muchachos y elaborado por ellos mismos, era el fruto más logrado y gratificante de la imprenta. Los alumnos, de este modo, dejaban de ser sujetos pasivos para convertirse en emisores activos, creativos y capaces de transmitir sus propias ideas[58].

El intercambio y la correspondencia lanzaban de escuela a escuela el periódico escolar y los trabajos que los niños elaboraban. Ellos mandaban a otras escuelas amigas sus conquistas, recibiendo de ellas el trabajo equivalente de los amigos desconocidos. La red de intercambios fue tan amplia que las escuelas recibían material de todos los rincones de aquella España más incomunicada y atrasada, pero también de Francia, Bélgica, tal vez también de Alemania y de varios países hispanoamericanos. De esta manera se producía una lectura colectiva.

El profesor García Madrid ha recogido el testimonio de un alumno de cuarto grado del maestro freinetiano Juan José García Martínez de Tejada, en el grupo escolar Giner de los Ríos de Montijo: “Una de las cosas que nos enseñó fue la Imprenta Floreal. Se inventó unas barritas de metal en forma de V donde encajábamos las letras para imprimir los escritos. Después sólo nos quedaba humedecerlas en la tinta e imprimirlas en el papel. De esta manera nos comunicábamos con los alumnos de otros pueblos de Cataluña; ellos nos contestaban a nosotros contando sus costumbres. Para enseñar la Gramática usaba un procedimiento que nos divertía, aprendiéndola en poco tiempo: nos enseñaba las oraciones gramaticales en lectura y después hacíamos en el suelo de la clase con tiza todos los círculos que puede tener una oración: nombres propios, verbos, sujetos, adjetivos, etc. Mientras él leía las oraciones, cada uno de nosotros salía de la fila y se colocaba en el círculo correspondiente a la parte de la oración que a ella le había asignado. Este método nos gustaba a todos y aprendíamos pronto.

Otra cosa que hacíamos algunos jueves por la tarde (que no había clase) era salir al campo y trazar en la hierba figuras geométricas y después con una cinta métrica, medíamos la extensión de aquella tierra. Así nos enseñaba algo que aprendíamos pronto. Por último, nos enseñó dibujo; pintábamos a todos los ministros que entraron en el Gobierno después de marcharse Alfonso XIII. Yo hice el retrato de Alcalá Zamora y el de Azaña”[59].

Dejemos que sea Maximino Cano quien nos sorprenda con la enseñanza de la escritura que él quería para los alumnos: “Es un error pretender que los niños comiencen el aprendizaje de la escritura trazando las letras manuscritas corrientes, con sus caídos, perfiles, enlaces, etc. Eso resulta demasiado lento y tan difícil que con frecuencia vemos como a veces, cuando no recuerdan bien el trazado de alguna letra, sobre todo de las mayúsculas, tienden a imitar los caracteres de imprenta. La enseñanza de la escritura, igualmente de la lectura y escritura simultáneas, debe hacerse a base de las letras que ofrezcan la menor dificultad posible; letras sueltas, es decir, sin enlaces; lo esencial es que los niños aprendan a expresar su pensamiento por medio de la escritura en el plazo más breve posible; después ya tendrán tiempo para realizar primores caligráficos. El mejor tipo de letra para la enseñanza de la escritura en los primeros grados será, sin ningún género de duda, aquel cuyos elementos hayan sido reducidos a su más simple exposición, una vez suprimidos los adornos, perfiles y sin más trazos que los indispensables”[60].

 

10.- LOS PERIÓDICOS ESCOLARES FLOREAL Y ALBORADA

Ya dijimos en el capítulo 2 de este estudio que las técnicas de Freinet se avenían en el texto libre, los manuales escolares y periódicos confeccionados por el propio alumno, la técnica de la imprenta, la correspondencia inter escolar y el intercambio de trabajos entre escuelas. Todas estaban orientadas a hacer de la enseñanza algo muy próximo, muy experiencial, muy vivido, muy enraizado en la cultura diaria.

Estamos hablando de un método didáctico que poseía ya los principios fundamentales en los que se apoya la pedagogía moderna: enseñanza centrada en la acción, resolución de tareas y actividades significativas contextualizadas; experimentación, trabajo en equipo, incorporación de las tecnologías a las tareas de clase[61].

A pocos meses de la llegada de Maximino Cano Gascón a Montijo, marzo de 1934, se editaba el periódico escolar Floreal[62], en el grupo escolar Giner de los Ríos, que como hemos señalado tenía en su estructura y composición, afinidad con el periódico hurdano Niños, pájaros y flores. Floreal nacía bajo el lema: Siempre adelante[63].

El periódico se ve ilustrado, separando los temas, por pequeños dibujos hechos por los escolares y otros atribuidos a Maximino y su amigo Rafael González Castell, secretario del Ayuntamiento. Los trabajos de los niños[64] nos acercan al texto libre por ellos creados. Así se manifiesta, entre otros, en “Mi cuartilla”[65] y “Lo que presenciamos en el cine”, narrado por Joaquín Trejo y Pedro Sánchez, alumnos de cuarto grado[66]. En las últimas páginas de Floreal, los alumnos Lorenzo Carretero y José Lavado, de cuarto y tercer grado, dan a conocer varios datos sobre Montijo: población, situación, colegios, vías de comunicación, agricultura, ganadería, cultivos e industria. Informando que “actualmente se está construyendo un puente sobre este río (Guadiana) de 600 m. de largo”[67].

Un mes después del nacimiento de Floreal, aparece en el grupo escolar 14 de abril, el periódico escolar Alborada, conservando el Archivo Municipal de Montijo el cuarto número, publicado en julio de 1934. Número en el que Agustín Pérez Trujillo, Inspector Jefe del Consejo Provincial de Primera Enseñanza de Badajoz, se dirige a los pequeños redactores del periódico: “Magníficas condiciones se reúnen en Montijo para realizar en vosotros esa obra. Unas autoridades inteligentes construyeron esos grupos que son hoy vuestro templo de trabajo, otras no menos inteligentes, acogieron con entusiasmo las sugerencias de vuestros cultos maestros, que querían introducir en sus escuelas los métodos y procedimientos del pedagogo francés C. Freinet y os donaron la imprenta con que editáis vuestro periódico”[68].

En sus artículos, los escolares ofrecen, desde el texto libre, espontaneidad en sus descripciones. Como ejemplo citamos el comentario de las Eras[69], y otros como las “Plantas que nos visten. Mis impresiones en una función de circo. La velada de San Antonio. Los rápalos. Feria de Sevilla. Lo que yo quiero ser”. Terminando con una sección de noticias en la que se informa de la marcha para el siguiente curso escolar de los maestros: Francisca García Rivero, María del Carmen Doncel Moriche, Enrique Castellano Castillo y Amalia Torres Cabezas, destinados a Castuera, Alburquerque, Buen Suceso y Lobón. Así mismo informan que habían recibido del presidente del Montijo F.C., Miguel Gómez, de Manuel Carretero Feria, corresponsal del diario Hoy, un lote de novelas y revistas, y de Emilio Fernández Conde, maestro nacional de Puebla de la Calzada, otro de escogidas obras[70].

Las dos páginas finales de Alborada, están escritas por los directores Emilia Ruiz Diez y Fernando Alvarado Pascasio, en el que decían: “Por mediación de este periodiquito los alumnos van habituándose a hacer el trabajo en grupos o equipos destruyendo en parte el egoísmo personal sin eliminar el individual, que reflejen impresiones intransferibles; pero tenemos ya una ventaja, la sociabilidad que entablan los de un equipo entre sí y las de unos equipos con otros; si a esto se agrega la comunicación de estos alumnos con las de otras regiones y países, el ensayo no nos parece mal, teniendo en cuenta el poco tiempo de prueba. Los resultados hablarán”[71].

 

11.- DIFUSIÓN DEL FREINETISMO DESDE MONTIJO

Las ideas escolares llegadas de Las Hurdes a Montijo, puestas en práctica en unos meses, se extendieron de manera rápida. El protagonismo en este punto fue, en exclusiva, de los hermanos Márquez Tabares, con actuación especialísima de Antonio, el mayor de los tres, precisamente el que tenía destino en Montijo. En Calamonte, la escuela número dos de niños puso en marcha las técnicas Freinet e imprimió el periódico escolar Gérmenes en 1934. El maestro responsable era Ricardo Márquez Tabares, un joven muy inquieto y preocupado por la escuela y la enseñanza. Logró que en mayo de 1934 el Ayuntamiento aprobara, como lo había hecho en Montijo, la compra de una imprenta escolar y del material oportuno para proceder con la innovación docente. Convencido de las nuevas técnicas por su hermano Antonio.

También las técnicas freinetianas llegaron a Puebla del Maestre y a su escuela, siendo Antonio Márquez Tabares quien se encargó de toda la empresa. En mayo de 1935 dejó Montijo. Las razones sorprenden, dado que Puebla del Maestre era entonces un destino menor que el de Montijo[72]. Este maestro nada más llegar al lugar reinició de inmediato la innovación escolar que había experimentado en Montijo, consiguiendo una imprenta, imprimió un periódico y desplegó la actividad escolar. Al menos lo hizo hasta los primeros meses de la guerra civil, durante los cuales dio a unos y a otros una lección de civismo. En Valencia de Alcántara se imprimió el periódico escolar Voluntad. Freinet llegó a esta población cacereña, gracias al maestro Manuel Márquez Tabares, el menor de los hermanos Márquez Tabares. Tal vez en el marco geográfico de la comarca de Alcántara le llegase al maestro Ricardo Gil-Toresano Cabañero, las técnicas de Freinet en su destino de Arroyo del Puerco (hoy Arroyo de la Luz).

Meses antes del comienzo del enfrentamiento bélico de 1936, Maximino Cano, publicó en Montijo, Rayas y Letras, método moderno de lectura y escritura simultánea, prolongación del que había publicado en 1933 en Caminomorisco y del que en 1942 hizo una tercera edición[73].

 

12.- DEPURACIÓN, REPRESIÓN Y FINAL

España se vio envuelta, desde el 18 de julio de 1936 hasta el 1 de abril de 1939, en una larga, enconada, cruenta y cruel guerra civil que, por su violencia y por sus connotaciones ideológicas y políticas, conmocionó la conciencia del mundo occidental[74]. La primera columna del ejército sublevado con dirección hacia Madrid salió de Sevilla el día 2 de agosto al mando del teniente coronel Asensio. Un día después salió otra a las órdenes del comandante Castejón. El 11 de agosto, la columna finalizó con éxito la ofensiva contra Mérida, día en el que se incorporó al mando de ella, por orden del general Franco, el teniente coronel Yagüe.

Tras la ocupación de Mérida, las tropas africanas se desviaron para tomar Badajoz, la principal ciudad extremeña. Punto esencial para concluir la unificación de las dos secciones y cubrir la totalidad del flanco izquierdo a lo largo del itinerario de las columnas. Sobre las cinco de la mañana del 13 de agosto, procedente de Mérida, llegaban a Lobón los primeros soldados de la llamada Columna Madrid, mandada por Juan Yagüe Blanco, teniente coronel de infantería, militar africanista legionario[75]. Las tropas de Yagüe, formadas por profesionales experimentados en combates en la guerra de África, no encontraron oposición de ningún tipo para llegar al interior del casco urbano de Lobón.

Como su objetivo era llegar a Badajoz lo más rápidamente posible, las tropas no se desviaron hacia las poblaciones de Montijo y Puebla de la Calzada, ordenando a los Ayuntamientos de estas poblaciones que enviasen comisiones con representantes de los partidos políticos garantizándose la entrega de ambos pueblos.

Antes del enfrentamiento de la Guerra Civil los maestros Antonio Márquez Tabares y Jerónimo Ruiz Lara, seguidores de Freinet, dejaron Montijo por otros destinos. Ruiz Lara marchó a Medellín y posteriormente hacia Alcázar de San Juan donde fue ejecutado en noviembre de 1939. Antonio Márquez Tabares cambió destino por Puebla del Maestre, salvando la vida por la lección de civismo que dio en uno y otro bando político, pero la depuración le separó del magisterio, viéndose privado de empleo y sueldo durante unos años. En Montijo los acontecimientos y la locura se precipitaron a partir del 28 de agosto, pues la consigna era no dejar sospechosos en la retaguardia. Los maestros freinetianos Juan José García Martínez de Tejada[76], Eduardo Almada Rodríguez[77] y Ricardo Márquez Tabares[78] fueron asesinados a finales de agosto o a comienzos de septiembre de 1936.

Por último, Maximino Cano Gascón, pieza clave en la difusión del freinetismo en Extremadura. Este hombre bueno y buen profesional de la enseñanza, tuvo mejor suerte, que no menor sufrimiento que sus compañeros freinetianos destinados en Montijo. En los primeros meses de la guerra, estando en Montijo, no fue molestado, pero sí observado con sospechas. A la desgracia personal de ver como moría su joven esposa[79], se sumó, por una denuncia malintencionada, la cárcel y una causa de información de la justicia militar que pudo acabar mal. Se le acuso de sindicalista y espía. Su afición a la radio y a la imprenta fueron las causas. El buen criterio, los testigos y los hechos se sucedieran en noviembre de1937, cuando la virulencia de la tormenta había amainado, le salvaron la vida. Se le acusó de haber pertenecido al Frente Popular y haber sido afiliado a la Federación de Trabajadores de la Enseñanza. Sufrió prisión durante tres meses en Badajoz y fue suspendido de empleo y sueldo durante un año. Maximino, en julio de 1940 volvió de nuevo a la escuela de Las Hurdes, viudo y con tres hijas pequeñas, teniendo por delante los años durísimos de la postguerra[80].

Maximino Cano Gascón escribió artículos en prensa, poesía, cuentos, novelas y obras de teatro. Fue aficionado a montar aparatos de radio y antenas. Aficionado a la electrónica y la fotografía. Constructor de cometas y papiroflexia. Dibujante y aficionado a la pesca[81]. Persona culta y sociable que en Medina de Rioseco fue jefe de la Oficina de Información y Turismo y encargado de la Biblioteca Municipal.

Los maestros dejaron las enseñanzas de Freinet con el inicio de la guerra civil. Algunos murieron trágicamente y otros fueron depurados, pero no por el freinetismo, al que la represión no identificó ni lo convirtió como causa. Otros autores afirman que los maestros que defendía métodos innovadores fueron apartados de la docencia bajo la acusación de propagandistas y “desafectos al régimen”, considerados peligrosos por divulgar ideas contrarias al Movimiento[82].

Aquella pedagogía vanguardista fue desechada con la Ley de la Reforma de la Segunda Enseñanza de 1938, donde la educación dejó de ser laica, basándose en un firme fundamento religioso, patriótico y humanístico[83].

 

13.- FUENTES DOCUMENTALES

Archivo Municipal de Montijo. Registro Actas Sesiones, Tomos IV al XIV. Años 1928-1936. Periódico Escolar Alborada, núm. IV, julio 1934. Archivo Municipal de Lobón. Legajo 87, Carpeta 1. Sesión 25/VI/1932. Registro Civil de Montijo. Libro VL de Defunciones (1937-1940)

 

14.- BIBLIOGRAFÍA

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VALENCIA INFANTE, E.: Las teorías de Freinet en la escuela. Trabajo fin de grado. Facultad de Educación. Universidad Camilo José Cela. Madrid 2014.

 

 

 

 

 

 

[1] Así define esta corriente pedagógica el profesor Antonio García Madrid, que es quien ha estudiado hasta ahora con mayor profundidad la vida y trayectoria profesional de los maestros José Vargas Gómez y Maximino Cano Gascón, que trajeron las técnicas de Freinet a Extremadura.

[2] Para la biografía de Célestin Freinet se han consultado las obras: LEGRAND, L.: Célestin Freinet (1896-1966). Perspectivas. Revista trimestral de educación comparada. Oficina Internacional de Educación, UNESCO, Vol. XXIII, núm. 1-2, año 1993. SOLA, B.: Célestin Freinet: La cooperativa de enseñanza laica. En encuentro profesional de Educación y Arte, www.educacion.deacmusac.es BIOGRAFÍAS Y VIDA. La enciclopedia biográfica en línea, https://www.biografiasyvidas.com COCA BLANCO, M.P.: Enseñar historia según Freinet. Trabajo fin de grado. Facultad de Humanidades. Universidad Carlos III de Madrid, 2016.

[3] La historia del movimiento de la Escuela Moderna es, ante todo y merced al profundo instinto cooperativo de Célestin Freinet, su iniciador y principal impulsor.

 

 

[4] LEGRAND: Célestin Freinet… Ob. cit. HISTORIA BIOGRAFÍA. Biografía de Célestin Freinet https://historia-biografia.com/celestine-freinet/ CHOURIO MUÑOZ, J.A. y SEGUNDO MELEÁN, R.: Pensamientos e ideas pedagógicas de Célestin Freinet. Universidad Rafael Belloso Chacín (Chile), núm. 4, año III, 2008.

[5] VALENCIA INFANTE, E.: Las teorías de Freinet en la escuela. Trabajo fin de grado. Facultad de Educación. Universidad Camilo José Cela. Madrid 2014

[6] SANTAELLA RODRÍGUEZ, E. MARTÍNEZ HEREDIA, N.: La pedagogía Freinet como alternativa al método tradicional de la Enseñanza de las Ciencias. Profesorado, revista de currículum y formación del profesorado. Vol. 21, núm. 4, 2017, p. 374. El profesor García Madrid explica que “las técnicas de Freinet son herederas de la Ilustración y de la Escuela Nueva, que se aplicaban ya, pero lo genuino en Freinet es aplicarlas como un bloque, con una finalidad y una función dentro de la enseñanza, sobre todo, primaria”. Conf. Los herederos del pedagogo francés Célestin Freinet. Universidad Pontificia de Salamanca.

[7] PALACIOS, J.: La cuestión escolar. Barcelona 1984.

[8] HERNÁNDEZ HUERTA, J.L. HERNÁNDEZ DÍAZ, J.M.: Freinet en España (1926-1939). Revista Historia y Educación. Volumen 16, número 36, 2012, pp. 14-18.

[9] Ibidem. pp. 31-32. Asimismo, en este contexto, pueden consultarse los trabajos de HERNÁNDEZ HUERTA, J.L. y SÁNCHEZ BLANCO, L.: La influencia de Celestín Freinet en España durante la década de 1930. Fuentes, bibliografía, líneas de investigación. Papeles Salmantinos de Educación núm. 13. 2009. También de estos autores: Ideas, materiales y prácticas Freinet en España durante la II República. Universidad de Santiago de Compostela. Innovación Educativa núm. 23. 2013.

[10] GARCÍA MADRID, A.: Los maestros freinetianos de las Hurdes durante la II República. Noticias documentadas. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Revista de Educación núm. 340, año 2006. También del mismo autor: Freinet en Las Hurdes durante la Segunda República. Los maestros José Vargas Gómez y Maximino Cano Gascón. Mérida 2008. El primer freinetismo en Extremadura: Maestros, Escuelas y Periódicos (1932-1936). Foro de Educación, núm. 11, 2009.

[11] Agradezco la cesión de estos datos a Francisco Javier García Carrero, doctor en Historia y Cronista Oficial de Arroyo de la Luz.

[12] FERRARY, A.: La Segunda República. El bienio 1931-1933. Historia contemporánea de España (s. XX), Barcelona 2000. p. 488.

[13] ARES, A.: Maximino Cano Gascón, un maestro freinitiano en el Bierzo. Revista del Instituto de Estudios Bercianos. Núm. 40, 2017, p. 117.

[14] GABRIEL FERNÁNDEZ, N.: Alfabetización y escolarización en España (1887-1950). Revista de Educación. Madrid 1997, p. 220.

[15] AYALA VICENTE, F.: Orígenes del Movimiento Obrero en Extremadura. Revista de Estudios Extremeños. LVIII- I. Badajoz 2002. p. 176.

[16] BARÓGRAFO DE UN LUSTRO. Madrid 1929. pp. 263-264. La página 265 se ve ilustrada con una fotografía del Grupo Escolar situado en las Eras, más tarde llamado “14 de abril”.

[17] Ambos fueron redactados por el arquitecto Fernando Echeverria y construidos por Joaquín Izquierdo González.

[18] ARCHIVO MUNICIPAL DE MONTIJO (AMM). Registro Actas de Sesiones (1928-1930) Tomo IV. Sesión 23/II/1929, fol. 20.

[19] AMM. Registro Actas de Sesiones (1930-1931). Tomo V. Sesión 23/V/1931, fol. 30

[20] Se censaban en Montijo más de un millar de obreros en paro forzoso. Cf. AMM. Registro Actas de Sesiones (1931). Tomo VI. Sesión 5/VIII/1931. Fol. 10 vto.

[21] AMM. Sesión 30/V/1931, fol. 32 vto.

[22] AMM. Registro Actas de Sesiones (1928-1930). Tomo IV. Fol. 37 vto.

[23] ARCHIVO MUNICIPAL DE LOBON (AML). Legajo 87, Capeta 1. Sesión 25/VI/1932.

[24] AMM. Registro Actas de Sesiones (1931-1932) Tomo VII. Sesión 24/X/1931. Fol. 37 vto.

[25] PÉREZ GALÁN, M.: La enseñanza en la Segunda República. Revista de Educación. La educación en España en el siglo XX. Número extraordinario. 2000, p. 324.

[26] GARCÍA MADRID, A.: Un ejército de maestros. Experiencias de las técnicas de Freinet en Castilla y Extremadura (1932-1936). Salamanca 2009. p. 194.

[27] AMM. Registro Actas de Sesiones (1931). Tomo VI. Sesión 1/VIII/1931. Fol. 8. El paso del modelo de escuela unitaria a escuela graduada es uno de los más significativos de nuestra historia de la educación ya que implica no sólo un importante cambio de mentalidad en los métodos de trabajo de los maestros, sino también nuevos espacios y nuevos materiales didácticos.

[28] AMM. Registro Actas de Sesiones (1931-1932) Tomo VII. Sesión 14/XI/1931. Fol. 44 vto.

[29] Construido en 1789, de una sola planta, en un lugar alto, sano y saludable. Pascual Madoz en 1846 describe que por su obra y capacidad es uno de los mejores edificios de la población.

[30] Las obras se liquidaron el 7/XI/1932, según acuerdo del Pleno Municipal, por importe de 42.713,23 pesetas. AMM. Registro Actas de Sesiones (1932). Tomo IX. Fol. 36 vto. Con posterioridad se aprobaron obras de instalación eléctrica, escaleras y servicios.

[31] AMM. Registro Actas de Sesiones (1931-1932). Tomo VII. Sesión 29/II/1932. Fol. 24.

[32] AMM. Registro Actas de Sesiones (1931). Tomo VI. Sesión 5/XII/1931. Fol. 50 vto.

[33] AMM. Registro Actas de Sesiones (1931-1932). Tomo VII. Sesión 16/I/1932. Fol. 14 vto. Cantidades similares fueron invertidas en el presupuesto para 1933.

[34] Nombrado el 15/XI/1932, falleció el 4/I/1933, seguidor del socialista Largo Caballero.

[35] AMM. Registro Actas de Sesiones (1932-1933). Tomo X. Sesión 18/I/1933. Fol. 16. Para saber más sobre este alcalde puede consultarse la obra de MOLANO GRAGERA, J.C.: Miguel Merino Rodríguez. Dirigente obrero y alcalde Montijo (1893-1936). Badajoz 2002.

[36] AMM. Registro Actas de Sesiones (1932-1933). Tomo X. Sesión 20/III/1933. Fol. 34.

[37] AMM. Registro Actas de Sesiones (1932-1933). Tomo X. Sesión 29/V/1933, Fol. 56. Eran directores del colegio Pablo Sánchez Fernández y su mujer Manuela Montes Sánchez.

[38] Ramón Acín fue un humanista nacido a finales del siglo XIX. Con una extensa cultura y gran capacidad para destilar los nuevos conceptos estéticos que removieron los primeros años del siglo XX, desarrollando una particular forma de ver el arte. Cf. Fundación Acín https://fundacionacin.org/ con quien Maximino Cano coincidió en Las Hurdes en el rodaje de la película “Tierra sin pan” de Luis Buñel, que Acín patrocinó. Crudo testimonio social que escandalizó a espectadores y atizó conciencias. Acín fue profesor de dibujo de la Escuela Normal de Huesca.

[39] MARTÍN SORIANO, A.: Maximino Cano Gascón: un maestro freinetiano en Lechago. Cuadernos del Baile de San Roque, núm. 29, 2016. Centro de Estudios del Jiloca.

[40] En su portada figuran dos pajaritas que rememoran al “Monumento a las Pajaritas”, de su paisano Ramón Acín, erigido en 1929 en el parque de los niños, en un lateral del parque Miguel Servet de la ciudad de Huesca.

[41] Referenciadas en el apartado: La llegada del freinetismo a España y Extremadura. Entre los primeros promotores de Freinet en España figura Jesús Sanz Poch, que dio a conocer las teorías en la Escuela Normal de Lérida. Allí coincidió con Herminio Almendros quien las divulgó por los pueblos de la provincia de Huesca. En la capital oscense, Almendros intimó con Ramón Acín, cuyas hijas, recibieron clases de acuerdo a los postulados freinetianos. Quizás Maximino Cano conoció a Freinet por su paisano Ramón Acín.

[42] RUIZ PEREZ, J.F.: Aragonautas. Aragoneses olvidados. Náufragos de la historia. Zaragoza 2017.

[43] Su escuela pertenecía a la Factoría de los Ángeles de Caminomorisco, institución benéfica en cuyo edificio se acogía el centro de salud, la escuela, estafeta de Correos y el cuartel de la Guardia Civil. Maximino Cano mostró su conciencia social en una comarca llena de miseria.

[44] DOMÍNGUEZ, J.P.: Real Patronato de las Hurdes (1922-1931): Una institución de beneficencia al servicio de las Hurdes. Revista de Estudios Extremeños. Vol. LXIII, núm. 1. Badajoz 2007. p. 101.

[45] Fue arzobispo de Burgos, Toledo y Sevilla. Nombrado cardenal por el Papa Pío XI.

[46] A finales de septiembre también llegaba a Montijo, Rafael González Castell (1885-1965), un hombre culto; abogado, escritor, poeta, caricaturista, dramaturgo, humorista, crítico de arte y teatro, para hacerse cargo de la Secretaría del Ayuntamiento. Mantuvo una saludable amistad con Maximino Cano. González Castell colaboró en los periódicos escolares “Floreal” y “Alborada”.

[47] El índice de analfabetismo en Montijo era del 60%. MOLANO: Miguel Merino… Ob. cit. p. 227.

[48] GARCÍA: Un ejército de maestros… Ob. cit. p. 178.

[49] AMM. Registro Actas de Sesiones (1933-1934). Tomo XI. Sesión 30 de octubre de 1933, folio 12 vto.

[50] Fue alcalde de Montijo desde el 16/IV/1931 hasta el 24/X/1932. Formó parte de la candidatura socialista para las elecciones a diputados a Cortes por la provincia de Badajoz. Elecciones que se celebraron el 19/XI/1933, siendo el séptimo de catorce candidatos, encabezados por Margarita Nelken.

[51] Cano Gascón, en el afán de acercarse a los que no le miraban bien, se afilió a la Agrupación Socialista y al sindicato de los Trabajadores de la Enseñanza. En su expediente de depuración reconoció haber pertenecido tres meses al Partido Socialista, alegando que luego se dio de baja. También dejó la Federación de Trabajadores de la Enseñanza al ser incompatible con la Asociación Nacional del Magisterio a la que pertenecía.

[52] AMM. Registro Actas Sesiones (1933-1934). Tomo XI. Sesiones 4 y 23/XII/1933.

[53] Ibid. Sesión 10/II/1934.

[54] Ibid. Sesión 24/II/1934.

[55] AMM. Registro Actas Sesiones (1934). Tomo XII. Sesiones 24 de marzo, 19 de mayo y 7 de julio, folios 3 vto., 17 y 29 vto.

[56] En los periódicos “Floreal” y “Alborada”, colaboraron también los maestros: Enrique Castellano Castillo, Francisca García Rivero, Amalia Torres Cabezas, Emilia Ruíz Diaz, Fernando Alvarado Pascasio, Pablo Sánchez Fernández, Manuela Montes Sánchez y Agustín Pérez Trujillo. Éste último Inspector Jefe y presidente del Consejo Provincial de Primera Enseñanza de Badajoz.

[57] Con esquema similar al periódico escolar hurdano “Niños, pájaros y flores”.

[58] ARES: Maximino Cano… Ob. cit. p. 118.

[59] GARCÍA: Un ejército de maestros… Ob. cit. p. 194.

[60] Ibid. p. 257. Maximino Cano proponía la llamada letra “Futura”, al considerar que sus elementos son rectas, circunferencias y arcos sencillos. Los niños aprenden a trazarla en muy pocos días.

[61] ARES: Maximino Cano… Ob. cit. p. 119

[62] Nombre tomado de la revista que Ramón Acín, paisano de Maximino, había fundado en 1919 con otros compañeros de la Agrupación Libre de Huesca, según señala la profesora Álida Ares, filóloga, lingüista, traductora y doctora en Didáctica de la Lengua y la Literatura.

[63] Joaquina Sánchez, alumna de tercer grado, decía sobre el nombre del periódico: “¿Qué os parece queridas amiguitas, del nombre de nuestro periódico? A mí, me resulta muy simpático; Floreal, me recuerda un ramillete de flores con sus variados colores y con sus ricos perfumes. ¿No os agradan las flores? Procuremos todas cuidar las plantas y no hacerles daño”.

[64] En su presentación los niños se dirigían a sus compañeros de las escuelas de España y de las Repúblicas hispano-americanas, diciendo: “Gracias a la generosidad del Ayuntamiento de esta villa que nos ha regalado un equipo de imprenta Freinet podemos ponernos en comunicación y establecer lazos de amistad y camaradería, al propio tiempo que dar a conocer nuestras costumbres, juegos e impresiones a todos los niños que hablan la inmortal lengua de Cervantes… Si no tenéis periódico desearíamos que vuestro Ayuntamiento os donara pronto el equipo de imprenta para que comencéis su publicación”. Floreal se reproduce en la obra citada del profesor García Madrid, pp. 262-279.

[65] Antonio Galea Ramírez, alumno de segundo grado escribe: “En el pueblo de Montijo hay muchos obreros que piden trabajo para las atenciones de su casa y dar de comer a sus hijos que pasan necesidades por falta de alimento”.

[66] Basado en la película “Trader Horn” que fue nominada al Óscar en 1932 como mejor película. Filmada en África muestra las aventuras con safaris, animales y caníbales de la selva africana, que emocionaros a los narradores de Floreal.

[67] Se trata del Puente de Lobón, llamado también de Los Suspiros por el tiempo que tardaron en construirlo. Vino a unir las poblaciones de las dos orillas del Guadiana, pues antes de su construcción el río se cruzaba en barca.

[68] AMM. Periódico escolar Alborada, Núm. IV, julio 1934, p. 2

[69] Ibid. p. 11. Lo escribe Bartolomé García Delgado, alumno de primer grado. “Por la ventana de mi clase se ven las eras, con montones de trigo, cebada, habas, garbanzos, avena, estos cereales los traen en carros, los extienden, las mulas los pisotean, después lo trillan y lo aventan para recoger el grano limpio. Este año hay buena cosecha”.

[70] Ibid. pp. 29 y 30. Este maestro fue el padre de don Manuel Fernández Conde y García del Rebollar (1909-1970). Nombrado obispo de Córdoba (1959-1970) por el Papa Juan XXIII.

[71] Ibid. p. 32.

[72] Márquez Tabares pudo ser atraído, tras la construcción de su moderna escuela, por Manuel Durán Rodríguez, ilustre personalidad que ocupó importantes cargos en Argentina, siendo condecorado por ello. Fue un mecenas para Puebla del Maestre, construyendo en 1930 el Grupo Escolar (hoy C.P. Río Viar), con seis escuelas y capacidad para 400 alumnos. En 1931 sólo había dos maestros en el centro.

 

[73] ARES: Maximino Cano Gascón… Ob. cit. pp. 120-121.

[74] FUSI, J.P. y PALAFOX, J.: España: 1808-1996. El desafío de la Modernidad. Madrid 1998, p. 268.

[75] ESPINOSA MAESTRE, F.: La columna de la muerte. El avance del ejército franquista de Sevilla a Badajoz. Madrid 2003, p. 57.

[76] Fusilado en Montijo el 7 de septiembre de 1936. Cf. ESPINOSA: La columna… Ob. cit. p.401.Tenía 32 años, casado con Rosa Álvarez y con dos hijos, Julio César y Rafael. Era natural de San Cristóbal de Vega (Segovia). Su padre, Teógenes García Olmedo fue alcalde de Simancas (Valladolid).

[77] Fusilado el 5 de septiembre de 1936 en Villanueva del Fresno, su pueblo natal, del que fue alcalde, tenía 42 años. Fue detenido en Montijo. Estaba casado y tenía dos hijas, Su hermano fue Rodrigo Almada Rodríguez, diputado socialista por Badajoz en las elecciones generales de 1931. Catedrático de Matemáticas en Badajoz, Cuenca y Alicante. ESPINOSA: La columna… Ob. cit. p. 425.

[78] Hermano de los maestros Antonio y Manuel Márquez Tabares. De 29 años, maestro en Calamonte, fue asesinado en los cerros de Lobón. ESPINOSA: La columna… Ob. cit. p. 387.

[79] Sotera Martín Sánchez, natural de Caminomorisco (Cáceres), bastante más joven que el maestro que le llevaba veinte años. Falleció el 31/III/1939 a causa de una fimia pulmonar. El matrimonio tuvo cinco hijos: Aurora, Maximino, Esperanza, Matilde y Teresa. Vivieron en la calle Cardenal Portocarrero. Cf. REGISTRO CIVIL DE MONTIJO. Tomo VL de Defunciones (1937-1940). Fol. 137 vto. Acta núm. 274. Fallecieron también sus hijos Teresa y Maximino.

[80] En 1946, Maximino Cano llegaba a la escuela de Miranda (Asturias). En 1948 estaba en la Figaredo (Asturias), hasta 1952, siendo trasladado a la escuela leonesa de Villadepalos, en el Bierzo. Pasando los dos últimos años de su magisterio en Medina de Rioseco (Valladolid), donde se jubiló en 1958, tras más de cuarenta años de servicio. Falleció en Ponferrada en 1973. Cf. GARCÍA: Freinet en Las Hurdes… Ob. cit. pp. 225, 226, 320 y 321.

[81] Su amigo Rafael González Castell, secretario del Ayuntamiento de Montijo, le hizo una caricatura pescando, a la que tituló: “Un maestro que no sabe lo que se pesca”.

[82] ARES: Maximino Cano Gascón… Ob. cit. p. 122.

[83] BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO, 23 de septiembre de 1938. Artículo preliminar, primero.

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